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Un amor entre mafias //Por: Zaeta

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Mensaje por Zaeta Miér Oct 21, 2015 10:46 pm

Los saludo desde mi trinchera. Despues de considerarlo conmigo misma decidí subir nuevamente este fic, que publiqué en el extinto tatunews. Espero que los que lo hayan leido lo disfruten al releerlo, y los que no lo han leido espero que les guste.


CAPITULO I

Era una calurosa mañana en San Petersburgo, en una pequeña y modesta casa. Elena Katina se había levantado más tarde de lo acostumbrado,
-Lena, ya es tarde- gritó su madre desde la cocina.
-¡ya sé, mamá!- respondió- ya me voy, los veo en la noche- tomó una manzana del frutero saliendo corriendo del lugar.
-esa niña… siempre a las prisas…
La pelirroja de ojos verdi-gris corría a la parada del autobús.
-es tarde, es tarde- se repetía mientras devoraba su manzana. Por fortuna para ella llegó a tiempo de la junta de empleados. Todos se formaban y escuchaban la charla motivacional que diariamente les impartía su jefa. Rodó los ojos, siempre lo mismo, no había más motivación en su vida que su familia, y eso lo tenía muy claro.
-Hey Katina- le llamó Nastya- hay gente en tu zona- le susurró.
Lena se giró, y efectivamente, había una chica de cabellos negros y ojos azules, por su vestimenta adivinó que debía ser una mujer muy adinerada, su forma de caminar y de mirar imponía. Detrás de ella caminaban dos hombres vestidos de negro, les hizo un ademan para que se mantuvieran a distancia.
Armándose de “valor” se acercó a la mujer morena, por cortesía, para preguntarle si necesitaba algo. Siempre lo hacía así, pero cuando estuvo a medio metro de distancia se detuvo. La morena le había clavado sus ojos azules encima, tan fríos y bellos, se quedó absorta por unos segundos hasta que se dio cuenta que la morena había cambiado su expresión, sonriéndole ahora con una extraña familiaridad.
-hola- saludó.
Lena que se había quedado sin habla hizo un esfuerzo sobre humano para poder contestar tan simples palabras. –ho…hola –dijo sacudiendo la cabeza. -¿hay algo en lo que le pueda ayudar?
-vaya que si…-respondió con una sonrisa que dejó a la pelirroja encantada. –La verdad es que estoy buscando algo para una chica…-comenzó a decir.
-¿una amiga?- preguntó curiosa.
-no… no quiero darle un regalo de “amiga”- dijo negando con la cabeza. –más bien de amante.
-ah… -yo, no sabía, lo siento-empezó a disculparse sonrojada.
La morena soltó una sonora carcajada. –está bien… supongo que no suelen ponerte en estos aprietos.
La pelirroja rio. –no, la verdad es que no…-confesó, su jefa la observaba, se giró retomando la seriedad. –perdóneme, no fue mi intención incomodarla.
-basta…- dijo haciendo un ademan con la mano.- soy Yulia Volkova, pero por favor, llámame Yulia.- estiró la mano a modo de presentación
-Elena Katina- contestó estrechándole el saludo.
-mucho gusto, Elena.- completó inclinándose. –tal vez pueda ayudarme a encontrar un obsequio.
La pelirroja asintió- por supuesto, pero llámeme Lena- dijo encaminándose hacia las joyas. – supongo que esto va en contra de lo que una vendedora modelo debe hacer- comenzó a decir.- pero no soy una vendedora modelo, ni tampoco puedo olvidar la idea del romanticismo.- sacó de un escaparate una muestra de anillos ante la mirada atenta de su jefa. - ¿ya ha intentado con pequeños detalles? En ocasiones suelen ser los mejores…
La imponente mujer sonrió. –háblame de “tú”, Lena… y, ¿Qué me sugieres? ¿Presentarme ante ella con un ramo de rosas?- preguntó divertida.
-no claro que no…-se apresuró a contestar. –Aunque es un buen detalle, todos… o todas regalan rosas- apeló mientras le mostraba un par de anillos.
-¿Qué te gustaría a ti?- le interrogó tomando uno de los anillos entre sus dedos, rodándolo en la palma de su mano. – Este es bonito…- alzó la vista en espera de la respuesta de la pelirroja.
Sonrió. –Me encantan los tulipanes… -admitió con un toque de rubor en sus mejillas. –Si tuviera un novio le diría que me regalase tulipanes.- suspiró- es muy tierno que se preocupe por consentir a su novia.
-se molestara tu jefa si se entera que no has intentado venderme nada- se burló ignorando su comentario anterior, y mirando en la misma dirección que la pelirroja.
-te dije que no era una vendedora modelo- declaró.
Yulia rio. -¡cuánta razón!-exclamó –me llevare este- dijo devolviéndole el anillo.
Lena asintió. –Con gusto- respondió alejándose preparando el esplendoroso regalo.
-me has dado una estupenda clase, Lena- añadió recibiendo su compra. La pelirroja la miró confundida por lo que prosiguió. –sobre los detalles me refiero…
-no estoy muy segura de que lo haya entendido… se está llevando el anillo más caro…- señaló en medio de una risita.
-lo entendí perfectamente- alegó- es por eso que con este anillo terminare esa relación…
Lena la miró sorprendida, con los ojos bien abiertos, y sin comprender una palabra de lo que había dicho.
-a ella no le importa más que el dinero- explicó. –A mí no me importa proveérselo pero ya me ha aburrido…-declaró con una mueca y la pelirroja frunció el ceño.- ¿te he decepcionado?- preguntó curiosa con la misma sonrisa de hace unos minutos.
Negó con la cabeza. –no tendría porque…-respondió. –Solo me he sorprendido-declaró encogiéndose en hombros.
-y a mí me sorprende que no tengas novio- musitó dedicándole una última mirada, inclinó levemente la cabeza en forma de despedida. –bien, debo regresar a Moscú. Hasta luego, Lena…
-adiós… -contestó sonrojada y con una voz aguda que le hizo sonar aniñada.
La elegante mujer desapareció entre las demás personas siendo seguida por esos dos hombres. Intentó en múltiples ocasiones alejar a Yulia Volkova de sus pensamientos, pero una y otra vez regresaba a su pequeña conversación, y aún no comprendía que, de todas las cosas que le había observado, la había impresionado tanto. Tal vez su voz, sus facciones, su físico o su porte, o esa manera rebelde de llevar el cabello. No tenía ni idea, de lo único que estaba segura, era que le encantaría volver a ver a esa mujer.
Gracias a Dios el turno había acabado, suspiró imaginando que por fin su invasora mental desaparecería. Caminaba por la acera y aún hacía falta un buen trecho para llegar a la estación del autobús. Notó a un auto negro estacionarse un poco delante de ella, decidió ignorarlo pero apretar el paso. Dos hombres bien vestidos bajaron del vehículo, se relajó, si fueran unos rufianes no se vestirían así… ¿no? Bueno, seguramente ese par tenía una idea diferente, ambos hombres se acercaron y tomaron a la pelirroja uno de cada brazo, esta intentó gritar pero le habían colocado un paño en la nariz y boca que no solo le impedía emitir sonido alguno sino que también le haría caer inconsciente.

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Mensaje por xxavaa Jue Oct 22, 2015 11:39 pm

Genial! Lo leí en el otro foro, es un gran historia Wink

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Mensaje por Aleinads Vie Oct 23, 2015 1:10 pm

Bueno, buenísimo primer capitulo... No lo leí en el otro foro así que me encanta la idea de que lo hayas traído aquí :3 cheers cheers
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Mensaje por Zaeta Sáb Oct 24, 2015 7:39 pm

Que gusto me da verte por aqui xxavaa, gracias por ser la primera en comentar Smile
Aleinads espero que la historia te siga agradando, tratare de postear continuaciones seguido.
Con ustedes el...


CAPITULO II

Aun somnolienta despertó, abrió los ojos y se sentó en la cama. Pronto se daría cuenta de que no se encontraba en lugar conocido… recordó el pasaje anterior, varios hombres le habían tomado por sorpresa. Se tocó el ropaje, asustada, solo para asegurarse de que aún seguían en su lugar, tenía miedo de haber sido ultrajada mientras no estaba consiente… frente a ella un espejo le enseñó que no tenía signos de estar siquiera despeinada.
Con agitación se dirigió a la puerta, descubrió un largo pasillo y unas escaleras, unas hacia arriba y otras hacia abajo… sin pensarlo mucho bajó el recorrido con prisa, no había nadie a la costa, llegó a una sala a la cual ni siquiera inspeccionó, su principal prioridad era salir de allí…
-¿Qué haces aquí?- fue la pregunta que la sobresalto, se pensó descubierta, pero aún no sabía por quién.
Se volvió lentamente, para encarar a su interlocutor-¿Por qué me han traído a este lugar?- cuestionó antes de encontrarse con la mujer morena del día anterior.- ¡señorita Volkova!
La morena miró hacia todas las direcciones y luego se acercó a la pelirroja y tomándola del brazo la jaló hacia un umbral.
-¿Qué demonios estás haciendo aquí?-terció seriamente, pero la pelirroja seguía sin entender.
-no, no se… unos hombres me trajeron aquí…- chilló con desesperación
La morena soltó a la pelirroja- no puedo ayudarte con eso…-fue lo único que dijo antes de alejarse de ella.
-¡espere! Usted no entiende, mi familia… no puedo dejarlos… trabajo para ayudarles a mantenerse-gritó con alarma.
La morena la miró por encima de su hombro, pareció sonreír. -¡vaya! Es la primera vez que alguien no se preocupa por sí mismo…
Esas últimas palabras dejaron con mayor desconcierto a la pelirroja. Yulia Volkova se sentó al extremo de la sala, tenía un aire de superioridad, un tanto arrogante…
-¿puedes ayudarme a salir de aquí?- preguntó consiguiendo irritar a la morena.
-me temo que no…-contestó con seriedad.
-¡por favor! Debes conocer la salida…
- claro que la conozco- le interrumpió- más parece que no quieres entender que no se me da la gana dejarte ir…
-¿Qué quieres decir?- inquirió
La morena alzó la ceja derecha con desdén- tal vez malinterpretaste mis primeras palabras… pregunté qué hacías aquí, porque se supone que deberías estar en tu habitación… no porque me extrañe encontrarte en mi mansión.
-¿Qu…que?- musitó con incredulidad-¿Por qué me trajiste? ¡¿Qué quieres de mí?!- inquirió exigiendo una respuesta.
-es tan simple querida, tú me gustas… y vas a ser mi amante-aseguró.
-¡estas demente!-gritó la pelirroja olvidando su temor-¿Qué clase de mente enferma obliga a que los demás los amen?
La morena soltó una carcajada al oír lo último- vuelves a malinterpretar… solo quiero tu cuerpo…
-estas enferma…
-suficiente… ¡Amir!- gritó en un llamado
Un hombre de traje cruzó la sala hasta Yulia, donde terminó arrodillándose frente a ella.
-llévatela a su habitación…- ordenó dándole la espalda- que no salga hasta que yo lo diga.
La pelirroja intentó escapar del agarre pero para aquel hombre no significaba ninguna dificultad el sujetarla y encerrarla en su habitación, la empujó lo bastante lejos como para cerrar la puerta sin problemas.
Lena golpeaba la puerta con fuerza al punto de lastimarse las manos, finalmente se sentó en la cama, tan solo deseando poder salir de allí…
Supo que ya había amanecido cuando escucho que abrían la puerta, corrió en cuanto la vio abierta en un intento de escapar; el hombre que entraba la sujeto de los hombros y la empujó de vuelta a la cama.
-La señorita Yulia ha dicho que desayunarás con ella…-le dijo- vámonos- ordenó
-no quiero ver a esa mujer- replicó
-bien- dijo encogiéndose en hombros- dijo expresamente que no te obligáramos- dicho esto dio media vuelta cerrando de nuevo la puerta con llave.
La pelirroja había descubierto un montón de ropa en el armario, suficientes cambios para una larga estancia, el baño armado con shampoo`s y jabones, todo estaba arreglado. Pero lo lujoso y ostentoso de la habitación no mejoraba la incomodidad en la que se sentía la pelirroja.
Siempre llegaba algún hombre para ofrecerle bajar a tomar alimento, en la mañana, en la tarde y en la cena, siempre la misma consigna; pero Lena se rehusaba siempre, cada vez estaba más debilitada, no paso mucho tiempo en dejar de levantarse, ya se encontraba deshidratada.
Como siempre entró aquel hombre- la señorita Yulia me ha encomendado…
-no quiero…-respondió sin siquiera dejar terminar la oración
-por favor- insistió- la investigamos, sabemos que su familia depende de usted… a la señorita Yulia no le importara que muera aquí… ¿pero a su familia?- le cuestionó.
La pelirroja pareció pensarlo- ya no puedo levantarme…-habló cediendo finalmente.
Aquel hombre la cargó en brazos y la llevó hasta el comedor donde se suponía la esperaría Yulia, pero no había nadie allí.
-tome agua- le aconsejó aquel hombre- enviare al doctor para que la revise…-dijo finalmente alejándose.
El médico llegó, la reviso y le hizo preguntas… Aunque a la pelirroja no le había parecido agradable se la había pasado bebiendo agua del grifo y eso había disminuido en consideración el riesgo de una deshidratación severa.
-pues bien, señorita. Debe tomar agua y alimentarse como corresponde, te tomaras estas vitaminas-añadió dejando el frasco sobre la mesa- después de cada comida… evitaremos las grasas y algunos alimentos, le dejare las instrucciones a la cocinera- le recomendó.
-así se hará, doctor- dijo la morena entrando a la estancia.
-Yulia… debes cuidar mejor a tus invitados- le reprendió- ¿y tus heridas?- preguntó extrañado.
-sanaron hace tiempo, Doc…
-ahh ¡Qué bueno! ¡Muy bueno!-celebró- bien, me voy… te la encargo, Yulia… no esta tan fuerte como parece.
-muy bien, Doc… lo acompaño-terció
-no, no te molestes- le detuvo- conozco el camino.
El médico se esfumó, y Yulia se sentó en la cabecera de la mesa, justo a un lado de la pelirroja.
-¿Por qué no comes?- le preguntó suavemente
Como si hiciera un esfuerzo, y es que realmente lo estaba haciendo, alzó la mano para acercarse la comida a su plato. Clavaba su tenedor en la comida e intentaba llevársela a la boca sin tirar nada en el trayecto.
-mientras comes te explicare como están las cosas- agregó, la pelirroja solo la miró de reojo, seguro estaba más concentrada en comer despacio pese al hambre que sentía.
-esta será tu casa por el tiempo que yo diga… los términos y condiciones los pondré yo, y entérate… si te atreves a desobedecerme será tu familia quien lo pague- le amenazó- te recompensare si eres obediente- aseguró
-¿puedo decir algo antes de aceptar tus condiciones?- inquirió la pelirroja de poco humor
-no me interesa lo que tengas que decir al respecto-afirmó con seriedad
-pues me vas a escuchar de todas formas-espetó con coraje al ver como la morena alzaba el ceño y sonreía- eres la persona más despreciable que he conocido- gritaba
-¡vamos, eso ya lo sé!- apelaba la morena como si el asunto fuese risible.
La pelirroja buscaba algún argumento que pudiera provocarle a la morena la mitad del sufrimiento que la agolpaba en ese momento- no puedo imaginar a la perra que te pario- gritó aún más fuerte.
La morena dejó de reír, se puso de pie para sacar el arma que escondía bajo el brazo, pero se detuvo.- es a mi padre a quien tienes que agradecerle…-Yulia sonrió una vez más- no te conviene hacerme enojar…- admitió- no habrá próxima vez…
-¿o si no?
Yulia la miró de reojo- de lo contrario te entregaré uno a uno los dedos de tu Padre, Madre y hermanos, y cuando ya no hayan más dedos, serán las orejas, los ojos, la lengua… tal vez con eso llegue a convencerte…
Lena cerró los ojos, trataba de evitar la horrible imagen, a pesar de que no había tenido ni idea de lo que provocarían los retos hacia la morena; aún estaba ensimismada cuando sintió que le sujetaron la barbilla y la giraban hacia la izquierda.
-mírame- le ordenó la morena- no tiene por qué ser así… compláceme y no habrá nada de lo que puedas preocuparte. Una vez que me aburra de ti te dejare libre…

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Mensaje por Zaeta Jue Oct 29, 2015 9:53 pm

CAPITULO III

La pelirroja estaba indignada, pero no podía hacer nada, solo obedecer. Suspiró con impotencia y miró a los ojos a la morena.- ¿Qué es lo que quieres que haga?- preguntó pero fue callada por la morena, quien había sellado sus labios con los de la pelirroja con rudeza. Como parte del nuevo trato dejó que la morena hiciera todo lo que quisiera en ese beso, no fue prolongado ni delicado, pero tampoco era desagradable, y eso era lo que más odiaba la pelirroja… que de alguna forma, le había gustado.
-termina de comer-dijo la morena al separarse de la pelirroja, sentándose nuevamente en la cabecera. Se relamía los labios como si todavía estuviese saboreando el beso. –Parece que también te gusto- comentó para molestarla.
-claro que no- dijo negándose por completo- todo esto lo hago por mi familia…
-si… si…-dijo sin darle más importancia al asunto
Después de un rato la pelirroja quedó satisfecha, se quedó titubeante en la silla, no sabía si quedarse allí un rato más o regresar lo más rápido posible a su cuarto, de todas formas lo siguiente era inevitable.
-no puedo ponerme de pie…-comentó. Lena pensó que tal vez llamaría al muchacho que la había traído, pero fue la misma morena quien se acercó a la silla y la cargo en brazos.
-¿Qué haces? Me vas a tirar- chilló alarmada.
Yulia no contestó, se limitó a llevarla su habitación donde la recostó en la cama. Sin duda Lena estaba muerta de miedo, no quería tener sexo con un desconocido y menos con una mujer.
Yulia se quitó la gabardina que llevaba puesta, dejándola sobre un buró cercano donde dejó también su reloj. Se volvió hacia la indefensa pelirroja, Lena miraba a Yulia con los ojos abiertos como platos, temía cerrarlos y descubrir a la morena encima suyo… pero fue la petición de Yulia lo que la inquieto más…
-quítate la ropa- le ordenó
-¡¿Qué?!-chilló la pelirroja
-quítate la ropa…
Humillación… pero ni siquiera esa palabra describía lo que la pelirroja sentía, con vergüenza e indignación iba quitándose lentamente la ropa hasta quedarse totalmente desnuda… intentaba cubrirse con sus manos, pero sabía claramente que eso no era suficiente.
La morena se le acercó, sujeto ambas manos, descubriendo su desnudez. La observó con fino escrutinio antes de besarla con violencia pues no sabía hacerlo de otra forma.
La pelirroja suplicaba gentileza y cortesía, pero Yulia era oídos sordos, no le importaba en lo más mínimo la comodidad de su invitada, su único objetivo era satisfacer sus íntimos deseos.
Con una mano sujetaba ambos brazos de la pelirroja por encima de su cabeza, era increíble la fuerza con la que la sujetaba, y con la mano libre exploraba las curvas de Lena, pero esta se retorcía intentando esquivar a Yulia. La morena molesta la sacudió con violencia haciendo que se golpeara con la cabecera de la cama… no le importaba golpearla un poco si lo ameritaba. Lena captó el mensaje y no dio más problemas más que dar pequeños respingos cada vez que reprimía las ganas de sacarse a Yulia de encima. La morena mordía y arañaba, se divertía con los pechos de la pelirroja dejándole marcas dolorosas en la piel, su mano llegó a su objetivo, sin ningún anuncio la penetró haciendo que lanzara un doloroso quejido que no pudo suprimir, sintió un tronido en su interior… Lena cerró los ojos con fuerza, solo quería olvidar todo lo que le estaba pasando, no quería gritar… pero aunque su orgullo no se lo permitiera era mucho dolor el que soportaba, la morena no se había detenido en ningún momento, ni siquiera cuando el fluido se volvió carmesí… ni siquiera cuando Lena intentó alejarse o detener su mano, todo lo contrario, lo hacía con mucha más fuerza. Todo terminó en el cuerpo de Lena dando respingos que ni ella misma comprendía.
La morena abandonó la habitación, no dijo nada ni hizo nada más, solo salió de allí… Lena se quedó quieta, sentía dolor en su entrepierna, ni siquiera quería moverse, pasados unos minutos se alivió su malestar. Intentó fingir que nada había pasado, se bañó…pero el espejo fue el testigo de todos los moretones y rasguños que le había hecho Yulia y que no podía lavar… la había marcado… Bajó a comer y a cenar. La mañana siguiente se repitió el mismo evento con la morena, era el mismo dolor de vuelta al sentirse penetrada… era la misma rutina casi todos los días, pues la morena se ausentaba en ocasiones, pero ni siquiera los días libres podían darle descanso a la pelirroja, su estado físico y anímico iba en descenso, parecía estar bajando de peso a pesar de alimentarse cada día. Pero ella, no sabía que pensar de sí misma, ya no sentía su propia alma…
-Steven… ¿Qué haces aquí, no deberías estar supervisando a los que se están entrenando?-preguntó la morena al ver al hombre de cabello rubio y barba recortada, atravesando el umbral.
-pueden lastimarse sin mi…- contestó con tono sarcástico- me dijeron que me querías ver…
-es cierto… no lo recordaba-confesó- me dijo Domen que hemos tenido problemas en San Petersburgo, que algunos se han revelado…
-no suponen amenaza, pero si quieres mando a un escuadrón para ponerlos en su sitio, no habría porque preocuparse- respondió despreocupado
-quiero encargarme.-terció- si no hay ningún asunto que requiera de mi asistencia aquí…
-pues no, no lo hay- dijo sorprendido- ¿en verdad? ¿Por qué quieres ir tú?
La morena sonrió- porque no les tengo miedo… se revelan en contra mía, suponen que no estaré a la altura de mi padre. Les demostraré lo contrario…- dijo con firmeza
-bien, en ese caso, arreglare tu viaje- musitó- ¿Por qué no te llevas a la pelirroja? Me dijiste que estaba como zombi… tal vez si la llevas a su tierra natal recupere algo de sangre en las venas-sugirió
-no es mi estilo llevar amantes a los negocios- admitió.
Steven rio- vamos, además por lo que se, se ha comportado - dijo en tono burlón - me parece que el cuatro de octubre es su cumpleaños-añadió- deberías llevarla con sus padres
La morena sonrió- ¿qué plan retorcido tienes en mente?
-¡no se! Tu eres la que se divierte- respondió riendo
La pelirroja venia acercándose al comedor donde platicaban Yulia y Steven, no les había prestado atención ni tampoco importancia, su intención solo era comer y volverse a recluir a su habitación.
La morena vio a Lena sentarse a su lado, a pesar de ser obediente no le agradaba que la pelirroja no mostrara ni la más mínima emoción, pero tal vez podría hacer algo para cambiar ese detalle.
-me dijo Steven que se aproxima tu cumpleaños…-terció la morena
La pelirroja alzó la vista, asumió que era a ella a quien le hablaban, procesó la pregunta con lentitud para después asentir como respuesta.
-bien… te llevare a ver a tus padres, ¿te parece?- preguntó
La cara de Lena pareció iluminarse, hasta se atrevió a sonreír- ¿en verdad?- cuestionó con incredulidad
Yulia la miró y sonrió- si… pero tienes que prometerme que harás lo que yo te diga, o podrías comprometerlos, ¿entiendes?
-si…
-Steven… arregla todo para el mismo día…- ordenó
-claro que sí, siempre es un placer- dijo con una sonrisa
- y tu… trata de comer bien… no quiero que tus padres te vean en los huesos- le dijo a la pelirroja
Lena estaba contenta, se había animado visiblemente con la noticia, vería a sus padres de nuevo… ese día comió hasta sentirse satisfecha, incluso le pareció que la morena no era tan mala después de todo.
Los días faltantes pasaron lentamente, la morena no había cesado en sus sesiones nocturnas con la pelirroja, pero a Lena ya no le parecían tan “salvajes y violentas”. La noche antes de su viaje entró Yulia a la habitación de la pelirroja, solo para cerciorarse de que estuviera lista.
-¿ya tienes todo preparado?-preguntó
-aún no sé qué les voy a decir…-admitió
Yulia sonrió, se sentó en la cama de la pelirroja y desde allí la miró- puedes decirles que te escapaste conmigo…-sugirió en broma- de cualquier manera, duérmete ya… saldremos temprano
-pensé que venías para lo de siempre…-comentó
-no… ¿Por qué? ¿Quieres?- le inquirió con una sonrisa burlona notando como la pelirroja se había sonrojado-descansa por hoy…-terció antes de marcharse

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Mensaje por Aleinads Vie Oct 30, 2015 7:25 am

Aaaahh que agresiva es Yulia u.u pero me gusta la historia xD

Continua prontooo cheers cheers cheers
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Mensaje por Kano chan Vie Oct 30, 2015 11:45 am

Muy buena historia Wink Smile
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Mensaje por Aleinads Jue Nov 05, 2015 7:10 pm

Por favor continuaaaaaaaa!!!!!!!!!!!
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Mensaje por Zaeta Sáb Nov 07, 2015 8:40 pm

Gracias por comentar, son los que me dan animos ^^ Ya aqui tienen conti.


CAPITULO IV

La mañana siguiente viajaron a San Petersburgo, Lena se sorprendió mucho al llegar a su casa, ya no era como la recordaba… estaba pintada, cercada, arreglada, ¡parecía otra!
-¿te gusta?-preguntó la morena estacionando su auto justo enfrente de la nueva casa.
-¿tú tienes algo que ver en esto? Mis padres jamás podrían pagar una remodelación así- exclamó
-entremos a saludarles… supongo que les dará gusto verte- dijo saliendo del auto
Lena bajo del auto siguiendo a la morena, se acercaron al pórtico y llamaron a la puerta. Un chico tal vez de dieciséis años abrió la puerta, miró a la pelirroja con sorpresa para luego echársele encima en un abrazo.
-¡Lena! ¡Mamá, Papá, Katya! ¡Vengan, es Lena!-gritaba el chico desde la puerta
Se escuchó un pequeño alboroto en el interior, y de inmediato se armó una fila de familiares, la madre hizo a un lado al miembro más joven de la familia para abrazar a la pelirroja.
-¡lo sabía!-balbuceaba la madre- sabía que hoy podía pasar un milagro, ¡mi hija, mi corazón!-chillaba
-déjala ya, mujer…-decía Sergey Katin- y usted es…-terció refiriéndose a Yulia.
-Yulia Volkova- dijo presentándose.
-bien, pasemos adentro… hace frio aquí afuera- ordenó Sergey.
Lena inspeccionaba su nueva casa, era hermosa… su hermana se había acercado para abrazarla por detrás. La pelirroja se volvió para ver con sorpresa a su hermana.
-Katya… ¡mírate! Te ves muy bien-dijo con asombro.
-han pasado muchas cosas después de que te marchaste- le aseguró su madre- remodelaron la casa, e incluso un medico se dedicó a atender a Katya, ya no ha tenido ataques respiratorios-dijo con emoción.
La pelirroja miró de reojo a Yulia, estaba segura que ella tenía que ver en todo eso, mientras tanto tomó de la mano a su hermana y la sentó a su lado para abrazarla.
-¿Por qué te fuiste, Lena?- le cuestionó Katya
-exactamente, eso es algo que todos quisiéramos saber- dijo con recelo Sergey
-yo…
-me temo que es mi culpa- terció la morena- he obligado a Lena a vivir conmigo, a cambio yo los llenaría con estos modestos lujos…
-¿a qué se refiere con obligarla?- preguntó el señor Katin poniéndose de pie.
-Yulia me ofreció un trabajo, me prometió mejorar su calidad de vida… pero tenía que mudarme a Moscú.- dijo Lena rápidamente
-Sergey, déjala, está de vuelta con todos nosotros… -intercedió Inessa por su hija.
-de hecho no, Lena y yo regresaremos mañana a Moscú-anunció la morena
-¿mañana? Es muy pronto-exclamó la madre
-yo tengo que atender unos negocios- comentó la morena- regresaré por ti para llevarte al hotel- le aseguró a Lena.
-¿un hotel? Pueden quedarse aquí, en la habitación de Lena… sino les molesta compartir cama- ofreció la madre.
-déjalas mujer, si se quieren ir…-terció Sergey con desdén.
La pelirroja se levantó para hablar con la morena- ¿no podemos quedarnos?
-ya veremos eso cuando regrese…-afirmó sin importancia.
Volkova salió sin decir más, tenía que arreglar sus asuntos, una posible rebelión en ese sector, llegó al cuartel de San Petersburgo y llamó a Sasha, el hombre a cargo.
-¿quiénes son los que presumen de revolucionarios?-preguntó la morena
-tenemos detectado a un grupo, de hecho están bajo custodia en este momento…-le informó haciendo una pausa- si lo que quiere es castigarlos lo haremos de…
-no…-terció con tranquilidad- quiero a la cabeza que ha estado alborotándolos, y estoy segura de que no está en custodia…-dijo con recelo- haremos algo- continuó- llama a todos, los que tengan altos rangos en la organización, diles que estoy aquí para debatir el liderazgo de los Lobos.
Sasha hizo una reverencia y se retiró, rato después volvió, el llamado estaba hecho y todos estarían reunidos en la explanada del cuartel. Ya era bastante fuera de lo común tener de visita al Alfa sin una escolta y ahora, el mismísimo Alfa convocaba una batalla por el liderazgo de la organización. Muchos verían aquello como su galardonada oportunidad de convertirse en líderes, pues a sus ojos la morena no estaba a la altura.
La morena llegó a la explanada y en fila estaban los más altos rangos de la organización, uno por uno pelearía contra el Alfa. Yulia se quitó la gabardina, los guantes y el saco que llevaba puesto, los otros rangos se quitaron hasta la camisa con tal de tener mayor libertad.
-bien… ¿Quién quiere comenzar?-espetó la morena
Así uno a uno fue arremetiendo contra Yulia sin causarle mayor problema, los esquivaba, descubría su guardia y finalmente terminaban dando un golpe contra el concreto. Nadie podía creer como aquella mujer podía ser más fuerte que todos ellos… pero no era la fuerza, era la paciencia y la astucia que la hacía esperar hasta el último minuto antes de atacar.
El rango más alto de los presentes era el último en pasar, tenía una ventaja… Yulia ya estaba cansada y el pretendía ser el nuevo líder… no embistió a la morena, más bien se puso frente a ella esperando, daban vueltas estudiándose mutuamente, un ataque prematuro seria el final para cualquiera. Comenzaron amagando un par de patadas, nada en concreto, conectar equivocadamente en el cuerpo del otro sería muy peligroso.
-¿acaso no tienes deseos de pelear?- preguntó la morena- si quieres mi título tienes que venir por el… - le dijo retándole
-no soy estúpido… tu padre me enseñó tu estilo de pelea- afirmó
La morena se quedó quieta, ya no estaba en posición de pelea- ¿mi estilo de pelea?
Aquel hombre vió su oportunidad, atacó aprovechando que Yulia no tenía guardia, dio una patada que dio de lleno en el costado de la morena. Pensó que la había golpeado lo suficientemente fuerte como para dejarla fuera de combate, lo cierto era que Yulia había esperado el golpe y lo había amortiguado con el brazo, sujetó el pie de su atacante y luego lo golpeó con el codo rompiéndolo en dos. Después dio media vuelta hacia atrás para conectarle una patada en el rostro que lo dejaría inconsciente.
-atiéndanlo de inmediato, lo noquee para que no sienta más dolor…-dijo la morena- ¿hay alguien más que se sienta digno de liderar esta organización?- preguntó a los restantes, pero nadie se movió de su lugar, no querían ser considerados los siguientes oponentes. –ya estarán seguros de que nadie me impuso… me gané este título legítimamente… y si vuelven a tener dudas puedo regresar- dijo con tono amenazante.
Volvió a colocarse el saco y la gabardina y se dirigió hacia Sasha- ¿Cuál es el nombre de mi último oponente?
-Shapovalov, Ivan Shapovalov-respondió.
-regresaré a Moscú, espero que todo siga en orden aquí… si hay más amenazas de sublevación vendré a tomar medidas drásticas…-terció en promesa.
Tomó un taxi de regreso a la casa Katín, apenas se estaba ocultando el sol cuando salió del cuartel, al llegar a la casa la esperaban con la cena servida en la mesa.
-llegaste justo a tiempo, hija- le dijo Inessa recibiéndola cordialmente- no me dio tiempo de preparar algo más “Ad hoc” con la ocasión.
-no tenías que hacerlo, mamá- aclaró la pelirroja apenada.
-lo hecho, hecho está- declaró con son victorioso, algo que la morena no comprendió.
Observaba en silencio a la familia, nunca había estado en un ambiente así, y no es que le fuese desagradable, pero tampoco tenía deseos de sociabilizar.
-¿y a que te dedicas, Yulia?-preguntó la madre
La morena la miró con paciencia- a nada en realidad, soy inversionista en varias empresas y negocios, lo único que hago es… recoger las ganancias…-contestó con soltura.
-no entiendo… ¿y qué es lo que hace mi hija?-inquirió.
Lena miró con preocupación a Yulia, pero esta solo sonrió- es… mi asistente-declaró- consigue información de empresas, inversionistas… y ha resultado ser muy eficiente.
-¿y porque Lena?- intervino el señor Katin- ella no tiene esa preparación-afirmó.
Yulia se volvió para verle- tal parece que no le da gusto que su hija se supere-terció.
-¡me da gusto!-exclamó- aunque sea poco creíble…
-créalo…
-me parece que la señorita Volkova no tendría ninguna necesidad de brindarnos esta vida acomodada sino fuera así…- dijo la Madre.
Lena hizo una mueca que solo la morena percibió, todos estaban muy ocupados contemplando sus propias vidas.
-bien…-habló llamando la atención de todos- debo agradecer su espléndida comida- dijo con ademan cortes hacia la señora Katin- Lena y yo debemos irnos.-dijo levantándose de la mesa.
-Lenka, ¿en verdad no puedes quedarte?- chilló Katya.
La pelirroja negó con la cabeza, se acercó a su hermana para abrazarla.-no te pongas triste-musitó- tengo que acompañar a Yulia…
-mi oferta sigue en pie- declaró la señora Katin- pueden quedarse si gustan.
Lena miró a Yulia, esperanzada en que cambiara de parecer, se levantó para hablar con ella, la morena lo entendió, pero quería una plática privada así que se movió a la siguiente habitación seguida por Lena.
-dijiste que lo considerarías- reclamó la pelirroja.
-jamás dije eso- se defendió con seriedad- tú lo diste por hecho…
-prometo hacer lo que me pidas-afirmó.
La morena la sujeto fuertemente de la quijada-no necesito que me prometas nada, tú debes hacer lo que yo quiera- le corrigió, se pegó a la pelirroja jalándola de la cintura- intenta convencerme de otra forma- le animó, acercándose a su rostro pero sin hacer contacto.
Lena entendió, quería que la sedujeran… a estas alturas ya no le sorprendía lo que la morena fuese capaz de hacer por un poco de atención. Pero estaba decidida a quedarse un poco más con su familia, rodeó con sus brazos el cuello de Yulia- puedo llegar a ser muy agradecida-susurraba mientras acariciaba con sus labios los de la morena- la misión es complacerte, ¿no?-completó antes de besarla.
-me agrada…-terció con una sonrisa y besando nuevamente a la pelirroja- eres especial, ¿lo sabias?
-lo sé- respondió con una sonrisa y jalando a la morena de nueva cuenta al comedor.
-¿la convenciste?- fue lo que preguntó Katya al verlas de vuelta.
-digamos que llegamos a un acuerdo- respondió la morena.
-que buena noticia-exclamó la madre- arreglaré la habitación –dijo con entusiasmo.
Pasaron largo rato en la instancia tratando de ponerse al día, hasta que uno a uno se fueron despidiendo pues ya era hora de irse a la cama. Fue cuando la madre deseo buenas noches cuando la pelirroja emprendió el camino a su alcoba seguida por la morena.
-pareces mi sombra-murmuró Lena antes de entrar a su habitación, Yulia no contestó al comentario.
Había un aire fresco en su habitación, todo estaba igual de cómo lo recordaba, como si no hubiese pasado el tiempo.
La morena se quitó los guantes y el saco, como siempre acostumbraba, dejándolos sobre una sillita que había a lado de la cama, se descalzó y así se recostó doliéndose silenciosamente de su costado.
-¿te hizo mal la comida?- preguntó con un poco de sarcasmo.
-déjame en paz, quiero descansar- le advirtió sobándose suavemente y con disimulo el brazo.
La pelirroja se sorprendió, tal vez estaría enferma, pues no se explicaba el que estuviera ahí quieta en vez de encima de ella. De cualquier forma le convenía la actual situación ¿o no?… No quería que sus padres las escucharan.
-¿entonces te dormirás ya? ¿Aunque me meta a la cama y te bese?-dijo poniéndose de cuclillas sobre la cama- te dije que podía ser muy agradecida, ¿no quieres aprovecharlo?- insistió susurrándole al oído. ¿pero qué demonios hacia seduciéndola?
La morena abrió los ojos al sentir a la pelirroja tan cercana, se giró para quedar sobre ella, apoyándose en solo un brazo. -¿Qué es lo que te pasa muchachita? ¿Quieres que te canse para que puedas dormir?-preguntó con dureza.- o tal vez te excita la idea de hacerlo en la casa de tus padres… ¿es eso?
-hablas demasiado-espetó jalándola para besarla, enroscó sus piernas alrededor de la cintura de Yulia, pero esta se quejó de inmediato y se separó de ella.
La morena la miró con desdén- duérmete ya…
-¿Qué te paso?-preguntó con un dejo de preocupación que no sabía que pudiese existir tratándose de Yulia Volkova.
-tuve una pelea…-dijo con sinceridad- alguien consiguió darme un buen golpe- confesó riendo.
–Así que por eso no quieres hacerlo… estas lastimada- afirmó victoriosa.
-no creo poder… es muy diferente a no querer-espetó.
Lena se le acercó seductoramente antes de plantarle un beso de varios segundos- es una verdadera lástima-dijo con suavidad, con voz acaramelada- hoy estaba dispuesta…
-vaya…-lo pensó- no puedo dejar pasar esa oportunidad-dijo sonriente.
-¿Qué? Pero estás lastimada- le recordaba. –a ver si para la otra aprendes Katina- se reprochó mentalmente.
-ya no me importa lastimarme teniendo relaciones contigo-terció para volver a besarla.
Ciertamente era la primera vez que la pelirroja la besaba, pensaba explotar su atrevimiento. Sin usar en demasía su brazo derecho la desvistió con lentitud, Lena ni siquiera notó cuando se quedó sin una prenda encima. Jaló a la morena hacia la cama, el jugueteo de siempre y las caricias atrevidas eran diferentes… esta vez eran consentidas y correspondidas. Lena se abrazaba al cuerpo de la morena y esta lanzaba quejidos de dolor cada vez que le oprimía de más el costado.
-Lena… me estas lastimando- decía entrecortada
La pelirroja rio- ¿ahora tú eres la que se queja?- se giró para quedar encima de Yulia- ¿Dónde te duele?- le preguntó pasándole la mano desde el tórax hasta el ombligo, aunque no hizo falta la respuesta. En el costado derecho se veía la roja marca del golpe. Paso el dedo índice por encima oprimiendo un poco. Eso bastaba para que la morena se doliera de nuevo.
-¿acaso te place causarme dolor?-espetó con falsa molestia.
Lena se rio por la acusación- no me pude resistir-dijo en forma de disculpa antes de volver a besarla.

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Mensaje por Aleinads Dom Nov 08, 2015 6:39 pm

Aaaaahhhh se pone mejor y mejor, buenisimooo!! Continua prontoo :3 bounce cheers
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Mensaje por Aleinads Sáb Nov 14, 2015 6:22 pm

Conti, conti, conti, conti, CONTIII!!!! bounce bounce bounce bounce bounce
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Mensaje por Zaeta Miér Nov 25, 2015 5:07 pm

Lamento la tardanza, tuve problemas tecnicos con la computadora y en fin... conti!

CAPITULO V

Después de un largo rato ambas mujeres cayeron rendidas y satisfechas, pero no por mucho… cada vez que la pelirroja abría los ojos despertaba a la morena para continuar su labor, así hasta el amanecer. La pelirroja insistía en la mañana repartiéndole besos a Yulia por todo el cuerpo hasta que esta recuperaba la conciencia.
-¿otra vez? Lena, me vas a matar- chilló- por lo menos dame de desayunar- dijo sin antes corresponder los besos hasta que un brote de razón le hizo incorporarse de la cama- gracias a ti tuve el peor descanso de mi vida- se quejó
-yo no te obligue…-recalcó
La morena sonrió- ya lo sé… ve a despedirte de tu familia, es hora de regresar a Moscú…-añadió acariciándole la mejilla con el dedo índice.
-es muy pronto- dijo con recelo- ¿Por qué no duermes más tiempo?
Yulia se volvió para verla, la miraba con diversión- ya me extrañaba que insistieras tanto para que me acostara contigo…
-bueno… te lo prometí…-dijo sentándose en la cama- y… has hecho mucho por mi familia- explicó- y por mi hermana… jamás la vi tan sana-confesó sonriendo.
La morena se arrodilló para quedar de frente con ella- dime algo… ¿no lo disfrutaste?- con el torso de la mano acariciaba el rostro de la pelirroja- dime la verdad…
Lena giró la vista hacia cualquier otro lado, sentía que se estaba ruborizado, sabía que no podía engañar a Yulia después de la noche que habían pasado- si… me gustó
-¿entonces?-preguntó- no voy a prohibirte nada, si quieres hablar con tu familia, o venir a verlos podrás hacerlo- le aseguró- serás completamente libre cuando yo lo decida…
-¿me lo dices enserio? ¿Podré venir a verlos?-inquirió dubitativa
-si… pero ahora debemos irnos- dijo apresurándola. Se incorporó y salió de la habitación sin decir más.
Se alistó, descubrió al salir que Yulia ya había llamado un taxi para llevarlas al aeropuerto, no le quedaba más que despedirse de su querida familia. Les dio un largo abrazo y les echo una última mirada antes de subir al vehículo.
Yulia iba hablando por teléfono con el tal Steven, decía tantas cosas pero la pelirroja se mantenía ensimismada, pensando que una vez más abandonaba a su familia. Acababa de colgar cuando un auto embistió al taxi, el movimiento hizo que Lena cayera sobre la morena, pero fue Yulia quien se impactó con violencia contra su ventanilla, quedando noqueada.
Lena se incorporó como pudo, escuchó detonaciones, eran balazos… jaló como pudo a la morena para acomodarla en el suelo del auto, ahí era menos probable que recibiera un impacto de bala. Buscó entre la ropa de Yulia, encontrando un arma que ocultaba en su tobillo. Ni siquiera sabía usarla, aun así estaba en alerta, sosteniendo el arma con ambas manos. Abrieron la puerta que tenía en frente, un hombre se asomó por allí. La pelirroja le apuntó con el arma y este solo se echó a reír.
-tranquila, solo vengo por Volkova, puedes irte si quieres, no te hare daño-admitió pero Lena no bajaba el arma- mira chiquilla, sino bajas ahora el arma te juro que te mato- dijo amenazándole.
Pero no entendía de protocolos, lo único que pudo hacer al escuchar tal amenaza fue jalar del gatillo. El arma se detonó.
-¡Eres una maldita!-chilló aquel hombre, no le había dado certeramente, pero la bala le había pegado en el hombro, giró su arma hacia la pelirroja con toda la intención de terminar con su vida, hubo una detonación, un hoyo se formó en la frente de ese hombre para después caer muerto.
La pelirroja se volvió asustada para ver quien había disparado. Ahí estaba la morena con el arma en la mano.
-necesitare esa arma- le dijo quitándole de las manos la pistola recién disparada.- quédate aquí- le ordenó. Bajó del vehículo con precaución, se escucharon varias detonaciones antes de que volviera finalmente.-ya puedes salir- le avisó sin dejar de vigilar las calles.
Lena salió y Yulia la tomó de la mano, la haló casi corriendo hasta estar lo suficientemente lejos de la zona. La morena detuvo un taxi, y lo abordó junto a Lena.
-¿A dónde, señoritas?- preguntó con educación el taxista.
-al aeropuerto- le indicó la morena, intentaba limpiar con discreción un hilo de sangre que le caía desde la sien, pero era inútil, solo había conseguido manchar sus dedos con sangre.
Lena la miraba de reojo. Finalmente se quitó la bufanda, e hizo presión con esta en la herida de la morena. Yulia sustituyó la mano de la pelirroja por la propia, varios minutos pasó con la bufanda pegada en la sien.
-¿está herida? ¿No quiere que la lleve al hospital?- le preguntó el taxista.
-no- respondió con tranquilidad.
Llegaron al aeropuerto rápidamente, Yulia sujetaba a Lena por el brazo y la conducía a un hangar donde no había gente, ya las estaban esperando.
-Señorita Volkova, ¿Qué le paso?-preguntó un hombre rubio.
La morena lo miró con poca serenidad- me parece que sabes más de lo que aparentas, Sasha- comentó.
-no, en verdad que no…-dijo defendiéndose.
-viajaras conmigo a Moscú-le afirmó de forma amenazante.
-pero yo no hice nada, señorita, debe creerme-chilló arrodillándose frente a la morena como imploración.
-no voy a matarte, idiota- exclamó con fastidió jalando a Lena hacia dentro del avión, llevándola hasta su asiento. –Espérame aquí- le dijo amablemente, algo que solo la pelirroja percibió.
Desde su asiento, Lena miraba con atención el nerviosismo de Sasha al entrar al avión custodiado de otros dos hombres. -¿Acaso él tendría que ver con el anterior atentado?- se preguntó en silencio, la morena por otra parte salió de otra cabina con un pequeño parche en la herida. -¿sigue sangrando?- le preguntó cuándo estuvo suficientemente cerca.
Yulia se giró hacia la pelirroja- ya no… el parche es para verme más atractiva- comentó con una sonrisa.
A Lena no le había complacido mucho la respuesta, pero no quería insistirle más… pero quería saber porque las atacaron. Se cercioró de que todos estuvieran lo suficientemente lejos para preguntarle una vez más- Yulia… ¿Por qué nos atacaron?
-porque soy líder de estos hombres, y de toda la organización… “Lobos plateados”. El que me maté podrá reclamar el derecho de guiar a estos hombres- respondió haciendo una breve pausa.-Habían muchas mafias en Rusia cuando ascendí a mi rango, cuando los demás jefes me aceptaron como líder no se imaginaron que los derrocaría y que buscaría unificar Rusia.
-¿están en guerra?- inquirió curiosa
-así es… con la última mafia que queda…- le dijo- y el ganador se queda todo, pero últimamente tengo que lidiar con revueltas internas…-musitó
-¿y qué pasó con los que eran de otras mafias?
-los soldados se unieron a mí, los jefes formaron una especie de consejo, planean mantener intactas las “leyes de la mafia”. Según como termine esta guerra seré juzgada…
-¿y ese hombre, el tal Sasha?
La morena lo miró por encima del hombro, Sasha iba sumamente nervioso- a tres personas les informe con diferentes fechas y horas de mi regreso. Solo Sasha tenía la hora correcta… eso lo hace responsable de lo que nos sucedió…-explicó
-¿Qué le harás?
-lo entregaré al consejo… ellos lo juzgarán- contestó- lo que pase con el ya no es de mi incumbencia- dijo con desdén- y ya que hablaste sobre el tema…- dijo mientras se acomodaba en su asiento- pudiste dejar que me mataran y ahora mismo estarías con tu familia.
-no quiero ser libre a costa de la muerte de nadie…
-sí que eres especial…-musitó más para si- necesito dormir un poco- le indicó cerrando los ojos
-debe ser por el golpe…-terció la pelirroja
-no- corrigió- es porque no me dejaste descansar en toda la noche- dijo con una sonrisa traviesa que hizo que las mejillas de Lena se tornaran del color de su cabello. Decidió no molestarla más, durmió poco menos de la hora hasta que sintió al avión aterrizar.
El piloto autorizó abandonar la nave, Yulia esperó a que la pelirroja estuviera lista para salir caminando junto con ella. Al bajar Lena se dio cuenta de que ya las estaban esperando cuatro hombres, ya conocía a Steven, lo había visto en la mansión, pero no a los otros…
-ven Lena- le llamó la morena por lo distraída que estaba- quiero presentarte a mis protectores. Los cuatro hombres sacaron el pecho, orgullosos de la denominación y de su rango. -son los mejores en toda la organización, después de mí- declaró riéndose acompañada de los cuatro hombres.- ya conoces a Steven- el rubio inclinó la cabeza en forma de saludo hacia Lena- él es Troy, Sven y Domen- dijo presentándolos finalmente.
Lena los miró a todos, no quería acercarse a ellos así que saludó desde su sitio. Los demás imitaron el gesto.
-¿vas a decirnos que paso? ¿Por qué regresas con un golpe? - terció Steven algo impaciente
-nos emboscaron camino al aeropuerto-contestó- Troy, ya no tenemos supervisor en San Petersburgo, ¿quisieras asumir el cargo?- le preguntó con solemnidad
-una ciudad entera a mi disposición, suena bien- enfatizó de buena gana- ¿necesitas algo o puedo partir ya?
-puedes irte…- respondió- Sven, Domen… también les reasignaré tareas
-claro, puedes contar con nosotros, Volk-contestó Sven
-qué bueno que digas eso…- comentó la morena- de ahora en adelante serán la escolta personal de Elena- anunció
-¿Qué?- inquirieron ambos chicos al unísono
-Volkova, ¿Qué estás diciendo? ¿Qué peligros puede correr ella?- exclamó Steven, el más maduro del grupo.
-Yo no estaría aquí sino fuera por ella, gracias a su intervención en la emboscada-explicó la morena
Los hombres se quedaron viendo entre ellos, parecía que conversaban con las miradas, no dijeron nada más al respecto.
-las llevaremos a casa- dijo Sven, permitiéndole el paso a la pelirroja. Yulia quedó muy atrás, rezagada junto con Steven.
-así que pasó de ser tu amante a ser tu protegida… ¿estas segura de que su ayuda no fue circunstancial?- insistía Steven
-por un rato fui incapaz de moverme… ella tomó mi arma, no solo distrajo a quien quería matarme, él le ofreció irse allí mismo, y ella no cedió más bien le disparó…
-¿lo mato?
-no… no supo controlar la fuerza del arma le dio en un hombro, fue cuando le apuntó a ella que pude sobreponerme y dispararle…- le relató- como ves lo único fortuito en mi relato es el disparo.
-¿ya le dijiste que no la dejaras ir?-preguntó con aire preocupado.
-eso es relativo...- refutó- cuando gane esta guerra será totalmente libre y no habrá alma en toda Rusia que le ponga un dedo encima.
-primero tenemos que reparar nuestras fallas internas…- murmuró- investigue a ese tal Shapovalov como me lo pediste, fue discípulo de tu padre, el más destacado según parece.
- y parece que no le hace mucha gracia que yo esté al mando…
-no después de como ascendiste al poder-contestó
Guardaron silencio cuando alcanzaron a la pelirroja y a su nueva escolta, Yulia le hizo una señal a Lena para que subiera al auto y esta le obedeció como siempre. Sven y Domen irían al frente y Steven en otro vehículo.
-Yulia…-musitó Lena pretendiendo llamar la atención de la morena
-Sven… sube el panel, quiero hablar con Elena- ordenó
El joven rubio obedeció al momento, rápidamente entre ellos se alzó un panel oscuro que impedía que vieran o escucharan cualquier cosa.
La pelirroja observó la acción con nerviosismo, temía que a Yulia se le ocurriera tocarla dentro del auto, aunque a esas alturas ya no se opondría.
-no temas- le dijo con media sonrisa- solo pretendo darle privacidad a esta conversación… ¿Qué querías decirme?- preguntó dulcemente, algo que ni siquiera la pelirroja se esperaba.
-¿Por qué me has puesto una escolta?- preguntó con desconcierto
-a partir de hoy serás medianamente libre, podrás ir y venir siempre y cuando me lo hagas saber, y en la compañía de Sven y Domen.
-¿de verdad podre ir a donde quiera?- preguntó como una niña lo que le causó gracia a la morena.
-si…- asintió.
-¿y… a que debo este grado de confianza?-inquirió.
Yulia se volvió para quedar frente a frente- me salvaste la vida cuando no tenías que hacerlo, incluso te expusiste a ti misma- le decía por lo bajo. –A partir de hoy, no voy a obligarte a nada- sentenció perdiendo su mirada en la ventanilla.
Y así fue, en cuanto arribaron a la mansión cambiaron a la pelirroja de habitación justo a un lado de la de Yulia, esta era más grande y lujosa parecía hecha para una princesa. Todo estaba cambiando, la morena era dulce y apacible, y ya hacía tiempo que no se dirigía a Lena como un objeto de deseo, eso la desconcertaba pero lo que era aún peor… creía echarla de menos.
Se atrevió a preguntarle a su nueva escolta si sabían porque Yulia se comportaba tan diferente, ellos solo se limitaron a decirle que ella le había salvado la vida, y que se había vuelto su protegida.
-¿pero qué significa eso?
-ella va a procurar que estés bien física y emocionalmente, ¿me explico?- decía Domen con fastidio.
-mira- terció Sven- tenemos ciertos códigos de honor… por ejemplo: Yulia nos salvó, se expuso a si misma por salvarnos a nosotros y desde ese día nos convertimos en sus protectores.-explicó- de igual forma contigo. Según nos dijo tú la salvaste… así que nuestra líder se convirtió en tu protectora, no importa que, no importa cuando, ella tiene la obligación de intervenir siempre por tu bien.- dijo finalizando la conversación.
-pero claro, ese solo es un código moral- añadió Domen-puede o no cumplirlo…
-Yulia es una mujer de códigos- insistió Sven- es por eso que ni siquiera ella puede tocarte. De alguna forma también tiene la obligación de complacerte… si quieres algo y está en su posibilidad lo hará.
-tranquilízate si tienes miedo de que quiera volver a hacerte su amante. Ya se ha conseguido otra- afirmó Domen
-¿Qué? ¿Cuándo?-cuestionó molesta.
-no se… hace tres o cuatro días- contestó.
-llévenme de regreso, por favor- solicitó visiblemente molesta.
Al llegar se dirigió con calma inquieta a su antigua habitación, esperaba escuchar gritos de angustia, pero no fue así, desde el pasillo se escuchaba una única imploración y era para que no parara… no sabía si era la indignación o celos los que la estaban manejando. Intentó taparse los oídos y salir lo más rápido posible de allí, enfrentaría a la morena más tarde en su propia habitación.

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Mensaje por Aleinads Jue Nov 26, 2015 8:16 pm

Oh por Dios!!! Ya Lena se da cuenta de que Yuls le importa y pasa esto u.u

Ps: Genial! Gracias por continuar al fin e.e
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Mensaje por Zaeta Miér Dic 30, 2015 2:17 pm

Siento mucho la tardanza


CAPITULO VI

Pasadas las once de la noche la morena regresó a su habitación, lo primero que vio fue a la pelirroja sentada en su cama y la mirada fija puesta en ella.
-Lena… ¿Qué haces aquí?- preguntó extrañada.
-esperándote… ¿Dónde estabas?
Yulia frunció el ceño sin entender- abajo, en la que era tu habitación- contestó sin tapujos.
Lena no podía soportar tanto descaro- cogiéndote a tu nueva amante, ¿no?- inquirió en un tono bastante elevado que la morena entendió.
-así es-respondió con firmeza- ¿desde cuándo te molesta con quien me acueste?
La pelirroja sentía que el nervio le iba a estallar de tanto coraje- desde que me recluiste aquí, Volkova… y no es que me moleste- dijo serenándose dándose cuenta de que su conducta resultaba evidente.
-por supuesto que no, no estas para alterada- ironizó con una sonrisa- entonces, si no has venido a reclamar ¿Por qué estás aquí?- inquirió.
-pues ya tienes nueva amante, ¿no?, se supone que cuando te aburrieras de mi me dejarías libre- reclamó intentando disfrazar su real molestia.
-ah… era eso- se dijo con un poco de decepción- tengo que admitir, por un segundo pensé que estabas celosa- terció riendo.
-¿de qué, De ti?- le cuestionó- no tienes tanta suerte- afirmó un tanto burlesca.
-me da igual- añadió con desdén- pero parece que las cosas no te han quedado del todo claras…- prosiguió.
-claras… ¿en cuánto a que…?
Yulia la miró de reojo, se quitó la gabardina y los guantes como hacia siempre en las visitas a Lena, esta sintió un escalofrío recorrerle la espalda y la nuca pues su cuerpo no había olvidado todas esas sensaciones.
-tú ya no eres mi amante…- declaró con soltura- pero no puedo dejarte ir…
-¿Cómo qué no?- terció frunciendo el entrecejo.
La morena tomó asiento en una sillita que había acomodado frente a Lena.
-si dejo que te vayas te buscaran para matarte…- Lena se puso de pie sobresaltada, no dijo nada pero en su expresión se dibujaba un ¿Por qué?- lo siento, no puedo arriesgarte tan innecesariamente…
-así que por eso es la escolta…-musitó- ¿Por cuánto tiempo?
-hasta que termine la guerra- declaró-tengo planes para que sea lo más pronto posible…
-así que ya no soy tu amante- dijo pensativa.
Yulia sonrió- así es, es una verdadera lástima… justo cuando más me gustabas- confesó haciendo ruborizar a la pelirroja.- ahora si no te molesta, debo dormir…-dijo quitándose la blusa sin pudor alguno.
-¿Qué es eso?- preguntó señalando una cicatriz en el pecho de la morena, ya la había visto con anterioridad pero nunca a conciencia y fue hasta ese momento que se había preguntado cual era la historia de esa marca.
-me la hizo mi padre…- respondió seriamente dándose la vuelta, la pelirroja la miraba como si esperara un detallado relato acerca de la cicatriz- ¿no te iras hasta que te cuente todo, verdad?- Lena negó con la cabeza- bien… te explicare un par de cosas antes, para que puedas entender…
-¿Cómo qué?-puntualizó
-como que: puedes ser líder de una organización de dos formas: la primera que seas elegido por el anterior líder… y la segunda desafiando al líder. Si el retador vence tendrá que hacer un sacrificio por la sublevación. ¿Me explico?- preguntó mientras sacaba de un gabinete una botella de whisky y lo servía en un vaso.
-¿Cuál es el sacrificio?- inquirió
-tienes que matar… a un miembro de tu familia…- respondió bebiendo de su vaso- ¿gustas?- dijo ofreciéndole un poco del whisky
-no, gracias… pero, ¿Qué tiene que ver todo eso con tu historia?- le cuestionó interesada
-mi padre quería ser el líder de esta organización, reto al que en ese entonces era el Alfa y le ganó…- dijo con una sonrisa
-¿lo mato?- espetó impresionada
-no… no se trata de matar al Alfa, solo de vencerlo, aunque han habido accidentes, por así decirles- comentó- después de vencer, mi padre tenía que hacer el sacrificio… yo tenía casi tres años, no lo entendía entonces, ni siquiera cuando vi a mi padre, apuntándome con su arma- dijo haciendo una pausa para beber nuevamente- después me disparó, ahora que lo pienso no vi en su cara el menor remordimiento…
-¿y cómo es que ahora estas aquí?
-mi madre… aun no me explico cómo... pero empujó a mi padre, me cogió en brazos y corrió hacia un auto que ya nos estaba esperando… alcanzaron a sujetarla, así que en un segundo decidió ser ella quien pagara la furia de mi padre.-con lentitud se sirvió otro vaso de Whisky
-¿y que paso? Le urgió la pelirroja intrigada
Yulia sonrió, pues la respuesta era obvia- ¡sobreviví! Ese es el final de la historia- exclamó, pero la pelirroja hizo una mueca, intuía que aún había que contar- el Doctor que conociste fue quien me atendió aquella vez…-prosiguió- todos me buscaban, así que decidieron sacarme del país- bebió rápidamente haciendo una mueca por haberlo ingerido todo de golpe- me instruyeron, me enseñaron a pelear, a manejar las armas y a administrar negocios- declaró riendo- me estaban preparando para regresar, y así fue. Esperaba encontrar a otro hombre como líder de la organización… pero me sorprendí mucho al ver a mi padre aún como líder de los lobos…
-¿Cómo? ¿Y el sacrificio?- preguntó la pelirroja
-no me hizo falta preguntar… mi madre no estaba…-contestó seriamente
-entonces, decidiste retar a tu padre- conjeturó la pelirroja
-así es- le asintió
Lena permaneció pensativa por un momento, luego miró a la morena con una interrogante en la mirada- ¿y tú a quien sacrificaste?
-al último miembro que quedaba vivo en mi familia. Y pensándolo bien… aunque hubiese tenido opción, lo hubiese sacrificado a el- declaró fríamente dejando el vasito de Whisky sobre el gabinete.
La pelirroja la miró con tristeza- debiste de haber sufrido mucho…- fue lo único que atinó a decir
-no lo recuerdo…-contestó la morena- sentí mucho odio…- musitó- eso ya no importa- prosiguió de inmediato- ya es tarde, ¿no estas cansada?- le preguntó con un toque de dulzura.
-de hecho si…- respondió burlándose de sí misma
-bien, te acompañare a tu cuarto- dijo abriendo la puerta, esperando a que Lena saliera.
La pelirroja salió con una elegancia poco habitual dejando un aire de seducción en su caminar, abrió la puerta de su habitación pero no entró. –Yulia…
-¿mm…? ¿Qué pasa?- preguntó curiosa de ladeando la cabeza.
-¿Por qué querría alguien matarme?-cuestionó por lo bajo
La morena sonrió- Sería una buena forma de molestarme, no deberías preocuparte más por eso, no tendrás que soportarme mucho tiempo- terció- que tengas buenas noches.-añadió despidiéndose.
En la mañana siguiente Lena bajó aseada y bien vestida para desayunar, ya la esperaba Yulia que leía el informe financiero de esa mañana.
-buenos días…-saludó la pelirroja
-buenos días, Lena- le contestó la morena sin despegar su mirada del periódico
-en verdad que eso está entretenido-dijo señalando el periódico.- no me digas que tienes acciones en la bolsa de valores- se mofó
-está bien… no te diré…- continuó la morena que seguía con su lectura
-¡Yulia!- chilló en reclamo haciendo que por fin Yulia la mirara.
-¿Qué?-preguntó en el mismo tono en el que le habían reclamado.
-no te burles- le lanzó la pulla con una sonrisa
La morena rio hacia sus adentros- de que te quejas, si me has pedido que no te dijera- dijo intentando no reírse.
-sabes bien que significaba…-replicó con falsa molestia- chistosita…-musitó
-sí, tengo acciones en la bolsa- dijo antes de volver a sumergirse en el informe financiero y dar por terminada la conversación.
De uno de los umbrales entró una figura brutalmente bella, era tal que la pelirroja sintió un golpe de celos cuando la fémina se acercó a Yulia para besarle.
-estoy ocupada, Isela-espetó la morena.
-y acompañada además…-terció mirando a Lena- Soy Isela Federovna- dijo extendiéndole la mano en la cual lucía un bello anillo. El anillo que Yulia había comprado el día en el que se conocieron, aquel que utilizaría para culminar “una relación”. ¿Cómo no reconocerlo si ella misma se lo había vendido?
Lena asintió con la cabeza de mala gana, pues tampoco le apetecía presentarse en ese momento.
-¿a qué has venido, Isela?- preguntó Yulia después de ver la reacción de Lena.
-¿Cómo que: a qué?- se dijo un tanto escandalizada- después de lo de ayer tenía que venir, tal vez querrías un servicio matutino-añadió acariciando con su dedo índice el torso de la mano de la morena.
Yulia sonrió ante el coqueteo- tal vez…
Lena no pretendía ver más, se levantó y pidiendo disculpas se retiró del comedor. ¿Es que la única forma de acercarse a la morena era con pretensiones de cama? Y para todo esto, ¿Por qué habría de interesarle acercarse a la morena? Después de todo, no duraría mucho en ese lugar… o por lo menos trataba de convencerse de ello.
Se propuso encerrarse en su habitación el resto de la mañana, hasta que la morena se marchara de la mansión, no quería encontrársela… pero después de un rato llamaron a su puerta. No pregunto “¿Quién?” simplemente abrió como si supiera de antemano de quien se trataba.
-¿Qué pasa?-le preguntó Yulia
-nada…
-¿nada…? “El nada en una mujer, es el todo en el universo”-citó
-pensé que querrías pasar un tiempo a solas con esa mujer… no te culpo, es guapa…-respondió fingiendo desdén.
-mmm… si, es bastante guapa. Pero eso no la hace más importante que tú…-musitó atrayendo la atención de la pelirroja.
-¿Cómo?- preguntó casi presa de un hipnotismo.
-no creas que no he notado como te ha incomodado…
-¿ha sido notorio?- preguntó
-¿en verdad te preocupa?- ironizó- vamos, ya han servido el desayuno.
-no, Yulia, en verdad… no quiero bajar- se excusó.
-vale, sino quieres bajar haré que te lo traigan, pero no puedes quedarte sin probar bocado.-prosiguió la morena.
-que terca eres…- continuó saliendo por fin de su habitación con lo que Yulia sonrió triunfante.
Iba bajando junto con la morena cuando esta la sujetó del brazo y la acorralo contra la pared. Yulia le había cerrado el camino, pero permanecía con la cabeza agachada.
-¿Yulia?- le habló la pelirroja muy extrañada por su conducta.- ¿te pasa algo?- preguntó
-nada…- contestó.
- “El nada en una mujer, es el todo en el universo”- repitió lo que hace tan solo unos momentos le acababa de decir.
La morena rio ante el fugaz comentario-no pensé que me fuese a costar tanto…-confesaba.
-¿Qué cosa?
-mantenerme lejos de ti… sino fuese por el hecho de que me salvaste, te tendría en mis brazos ahora mismo…
-o estarías muerta…-comentó
-claro, se me olvido ese detalle…-confesó riendo- Lena, puedes decir que no, pero… me gustaría tanto besarte…
-¿me estas pidiendo permiso?- le cuestionó
-básicamente no puedo… pero por otro lado, aún no pierdo las esperanzas- terció sonriendo.
Lena posó la palma de su mano en el hombro de la morena, se acercaba a Yulia y al mismo tiempo la alejaba de la pared.-tendrás que hacer méritos, Volkova
-Yulia…-le llamó Steven desde el otro lado del corredor- te he estado buscando
La morena bufó y luego se volvió hacia el con serenidad- ¿Qué pasa?
-hay problemas…
Yulia lo miró con detenimiento, intentando descifrar cuan grave sería lo que lo había llevado a buscarla con urgencia.-Lena, adelántate al comedor, ¿sí?- le suplicó con dulzura.
-muy bien…- fue lo único que atino a decir antes de continuar su camino.


CAPITULO VII

La morena se dirigió a su despacho acompañada de Steven a quien notaba muy contrariado.
-bueno, ¿vas a decirme que es lo que ha pasado?- le preguntó la morena con cierta molestia en la voz sentándose en la cómoda silla de su escritorio.
-es Troy…-comenzó a decir- me ha llegado un video…
-Steven, ¿podrías ser más concreto?- espetó Yulia
Steven se pasó la mano sobre el cabello y aspiró hondo- lo han matado… como a un perro, ¡o peor! ¡Lo mandaste a poner orden a San Petesburgo y lo han desmembrado!- gritaba con ira
Yulia se había puesto nuevamente de pie. Aquello no era solo un mensaje, sino una amenaza y no habría de permitir más acciones como esa.
-Era nuestro amigo, Yulia… ¡tenemos que hacer algo!- insistía Steven
-si han podido hacerle eso a Troy significa que el control le pertenece a otro, no puedo mandar un ataque sin descuidar lo que queda de resistencia en Moscú…
-¿entonces lo dejaras impune?- inquirió con decepción.
-tú lo has dicho, Troy era también mi amigo, y vengare su muerte…-afirmó la morena- te prometo que sufrirán- le aseguró a Steven- interroga a Sasha, él ha de saber muy bien que está pasando, tienes toda mi autorización de hacer con él lo que quieras si se niega a cooperar.- ordenó con autoridad
-lo hare con placer-admitió
-hay algo más que quiero pedirte- continuó la morena- concertarme una reunión con Pavel Ivarov, en algún lugar público… necesito hablar de algunos temas con él.
-dalo por hecho-dijo inclinando la cabeza.
-eso será todo por ahora… ¿los demás ya lo saben?
-no, apenas me enteré Salí a buscarte-dijo excusándose
Comenzó a caminar hacia la puerta- Seria mejor si omitieses los detalles, será suficiente con saber que lo han asesinado…-dijo saliendo del despacho. Se dirigió con una extraña calma hacia el comedor donde la esperaba la pelirroja.
-¿pasa algo grave?- fue lo primero que preguntó la pelirroja
Yulia se sentó a su costado y trató de sonreírle- sí, pasó algo…- contestó- Lena… me temo que no podrás salir más de la mansión.
-estas preocupada…
-tengo que ver a los chicos, darles nuevas órdenes. Discúlpame por no desayunar contigo- dijo acariciándole la mejilla.
Todo aquello dejó muy inquieta a Lena, no quería esperar a enterarse en las noticias, aunque estaba más que claro que los noticieros jamás abordarían un tema que tuviese que ver con la morena. Los tenían comprados a todos. Tenía que averiguar que estaba ocurriendo, siguió a Yulia, esta se había encontrado con aquel trio que las recibieron en el aeropuerto, todos ellos cabizbajos recibieron palmadas de resignación por parte de la morena. Hablaban pero Lena no alcanzaba a oír y todo quedaba en misterio nuevamente.
-Ivarov llevará a su esposa, espera que lleves a un invitado para hacerlo “informal”- le decía Steven- podemos colocar un escuadrón muy discreto para que te cuide…
-no me preocupa Ivarov- terció la morena- en verdad no creo que él sea el responsable de San Petesburgo… lo conozco, es un buen hombre, aunque obstinado.
-¿entonces?- inquirió Domen- ¿para qué le buscas?
-si quiero atacar San Petesburgo debe haber un receso en nuestra guerra local- le decía mientras caminaba de regreso- llama a Isela por mí, dile que quiero que me acompañe- pidió casi gritando, siendo lo único que la pelirroja pudo escuchar. Paso a un lado de Lena sin darse cuenta.
La morena había permanecido en su despacho casi todo el día, los agentes eran quienes entraban y salían de allí. Fue casi al anochecer que con semblante agotado subió a su habitación, ya había recibido los últimos detalles con su futura reunión con el líder opositor, todo estaba listo.
-Steven… iré sin escolta- terció la morena
-no me siento muy seguro con eso, deja que te acompañe un escuadrón, te prometo que pasaran desapercibidos- le aseguraba el rubio.
-bien- dijo dándose por vencida- pero no harán nada sino no soy yo quien lo ordena- le advirtió.
-está bien… comprende Yulia, me siento mejor enviándote protección-aseguró.
Yulia palmeo la espalda del rubio y le sonrió- estás demasiado paternal, amigo mío…- le ironizó- ¿ya está listo el auto?
-casi… de hecho… iré a traerlo- dijo dando media vuelta y saliendo de la habitación de la morena.
Yulia se colocó el saco, que había sido lo único que le hacía falta para completar su traje, normalmente tomaba el arma de su buró pero esta vez no… se tomó unos minutos entre su mano y el pomo de la puerta pensando que: ninguna venganza podría comparar la pérdida de su amigo, no imaginaba de qué manera podría hacer sufrir a quienes lo habían asesinado, y eso era lo que más le molestaba…
Salió de su habitación sin la mayor ambición que irse a su encuentro, vislumbró una sombra en el pasillo.
-¿te pasa algo?- le preguntó la morena.
-no… bueno si- corrigió la pelirroja- el aire en toda la mansión esta tenso, más allá de que me hayas revocado el permiso para salir…
-han pasado muchas cosas en tan solo un día- le interrumpió- intentare que sea lo más breve posible, mientras tanto no hay lugar más seguro que este lugar…-afirmó- lo lamento, me encantaría evitarte los inconvenientes…
-es muy tarde para lamentar los inconvenientes, ¿no crees?- dijo lanzándole la pulla.
La morena se frotó la frente con pesadez, como si no se estuviese sintiendo bien, respiro hondo y se volvió nuevamente hacia la pelirroja- bastante tarde…-musitó-debo irme…
-que tengas suerte…- le deseó.
Yulia lo escucho, pero no se volvió, no tenía ganas de hablar y eso era suficiente para no agradecer el comentario. Se encogió en hombros saliendo por fin a su encuentro.
Pavel ya lo esperaba junto a su esposa, era el líder más longevo en Rusia, recibió a Yulia y a Isela con cordialidad. Al fin y al cabo todo era un negocio. Pero sus planes no debían ser escuchados por cualquiera, se disculparon y se sentaron en otra mesa, lejos de la compañía de las otras damas.
-Muy bien, señorita Volkova- empezó Ivarov- he respondido a su llamado, aquí me tiene…
La morena sonrió- lo atrajo más la curiosidad que mi llamado, Señor Ivarov…- terció- sin embargo algo es cierto, no hubiese organizado esta reunión si no fuera vitalmente importante…
-antes de que continúes- dijo bajando la voz para que solo la morena lo oyera- déjame decirte que nunca estuve de acuerdo con los estatutos de tu padre, así que tampoco seguiré tus reglas…- sentenció.
-me apena escuchar eso…-se lamentó- pero creo que sabe que yo nunca seguí ni estuve de acuerdo con mi padre-relataba- y tal vez eso es lo que lo llevo a la muerte.
Ivarov hizo una mueca, no le agradaba que la otra parte tuviese mayor razón que él, un celo comprensible en un líder de tantos años.
-bien, di que es lo que nos ha traído aquí-le apresuraba Ivarov.
Yulia resopló- los miembros del consejo, siempre han hablado muy bien de usted, dicen que usted es la persona más honorable que han conocido…
Pavel Ivarov asentía con orgullo- es algo de lo que puedo jactarme…
-me da gusto- terció la morena- yo misma valoro mucho esas cualidades, y es solo por eso que me atrevo a pedirle un, llamémoslo, “favor”…
-¿favor?- repitió.
-le explicare-dijo convencida la morena- he sufrido una sublevación muy peligrosa en San Petersburgo y me es imperativo sofocarla cuanto antes, antes de que se salga de control y comprenderá que no puedo hacerlo si me estoy preocupando por mis territorios aquí en Moscú- explicó.
-vaya… y dime Volkova, ¿Por qué habría de ayudarte si esta se considera una buena oportunidad para hacerme con todo Rusia?- inquirió Ivarov- supongo que también tienes algo pensado, ¿no? Sino todo lo que me hayas dicho es inútil y hasta beneficioso para mí…
Yulia sonrió nuevamente- claro que lo pensé.- respondió- se lo he dicho, sé que tiene un sentido de honorabilidad tan fuerte como el mío. Pero el líder de esta sublevación no… matará a todo aquel que se ponga en su camino, como a todo aquel que suponga la más mínima amenaza para su nuevo imperio… ¿es eso lo que usted quiere?- Ivarov permaneció en silencio, meditando todo lo que la morena la había dicho. -Déjeme extinguir ese fuego y después nos ocuparemos de nuestros propios asuntos- terció finalmente la morena.
Ivarov rio por lo bajo- tienes un cierto poder de convencimiento, Volkova- dijo- de cualquier forma mi tiempo aquí ha terminado… mantenerme sería una necedad-comenzó a decir.
-¿Qué quiere decir?- preguntó Yulia con la interrogante sobre su rostro.
-mi esposa me ha hecho prometer, por ella y mis hijos que dejare esta vida-confesó- y aunque odie admitirlo tiene razón… -decía después de una serie de ademanes- gane quien gane en tu revolución yo ya no tengo cabida en este juego…-hizo una pausa para beber su trago- ya estoy viejo… y tal vez sean los achaques de la edad pero me pareces una buena persona.
-¿entonces?- le cuestionó
-te cederé lo que queda del territorio Ruso- le dijo para su sorpresa- con la condición de que mi familia y descendientes permanezcan seguros-sentenció
-no esperaba eso…-confesó aún sorprendida.
Ivarov sonrió- bien, será mejor que les avisemos a las escoltas que tienen nuevo líder-terció señalando a los hombres que se hacían pasar por comensales.
La morena se giró para mirar a un montón de gente que conocía, y otra mitad que seguramente eran hombres de Ivarov. Yulia sonrió ese nuevo apoyo la tranquilizaba un poco. Culminó rápidamente la cena con Ivarov y su esposa, sin más que tratar se dirigieron a la salida seguidos por el montón de hombres que los escoltaban. Se despedían con un apretón de manos en la entrada del restaurant cuando se oyeron dos detonaciones, varios de los miembros de las escoltas se abalanzaron rápidamente para amagar al agresor. Yulia, por su parte, se había encogido en un punzante dolor, Ivarov la jaló y empujó dentro de un coche al que después subiría.
-¿están todos bien?-preguntó Ivarov
No se había dado cuenta, pero en el auto iban también su esposa e Isela muy asustadas. Ivarov miró a la morena que se presionaba con fervor el abdomen.
-estas sangrando- chilló Isela.
-llévame a la mansión- dijo apenas.
Él hombre asintió, mientras tanto Isela intentaba detener la hemorragia, pero pese a sus intentos la sangre continuaba saliendo. Cuando por fin llegaron a la mansión la morena estaba apenas consciente, abrieron rápidamente la puerta en donde venía Yulia y fue cargada hasta la zona de emergencias.

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Mensaje por flakita volkatina Miér Ene 06, 2016 11:43 pm

Yo hast hoy lo leo se m hace raro n haberlo leido antes, pero ya q lo lei hoy me gusto mucho y empezare a seguirlo d cerca, espero mas conti pliss n lo abandones much ya quiero leer mas
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Mensaje por Edirbr Dom Ene 10, 2016 10:59 pm

Continua pronto me encanta Smile

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Mensaje por Zaeta Jue Ene 14, 2016 4:11 pm

CAPITULO VIII

Lena vio a todos hechos un alboroto, no sabía que estaba pasando, bajó hasta encontrarse con Domen que apenas salía de su habitación.
-¡Domen! – le llamó la pelirroja haciendo detener al chico-¿Qué está pasando?- preguntó.
Este hizo una mueca-Han herido a Yulia- contestó.
-¿Qué? ¡¿Quién?!-inquirió alarmada.
-no sé, la han llevado a urgencias-declaró mientras se ponía una cazadora.
-iré a verla- terció decidida dirigiéndose a la salida.
-te llevo- le dijo Domen.
Era tan larga la distancia que emplearon un auto para llegar, todo el lugar estaba resguardado por fuera, al entrar solo vieron a Steven y Sven cruzados de brazos de pie junto a una salita.
-nos acabamos de enterar- dijo Domen- ¿Cómo está?- preguntó.
-no sabemos- contestó Sven .
-estaba casi inconsciente cuando la vi, no creo que supiera donde estaba…-comentó Steven- ya lleva un rato allí adentro-declaró
-¿y el que hizo esto?-preguntó la pelirroja
-lo detuvieron- contestó Sven- ha sido llevado a interrogar, averiguaran quien lo envió…
-y lo pagara muy caro- advirtió Steven- ya he ordenado que después de todo esto lo dejen a nuestro arbitrio… va a sufrir el muy maldito-aseguró.
Justo habían terminado de hablar y de hacer preguntas cuando salió aquel Doctor que alguna vez atendió a Lena.
-hey doc, ¿Cómo está Yulia?-preguntó Steven de inmediato.
El hombre los miró a todos- paramos la hemorragia, pero perdió mucha sangre en el trayecto…-dijo haciendo una pausa- lamentablemente Volkova entró en estado de coma.
Para todos fue una sorpresa amarga, la que se puso de pie y camino hacia el Doctor fue Lena.
-¿Cuánto tiempo estará así?- le inquirió la pelirroja
-es incierto…-le contestó -uno de ustedes puede quedarse con ella si lo desea-comentó
-yo sé que todos quisiéramos quedarnos- comenzaba a dialogar Sven- pero sin Yulia toda la organización es un caos, nosotros debemos hacernos cargo…
-Pavel Ivarov está esperándonos en la mansión- terció Steven.
-¿podrías quedarte por nosotros?- preguntó Domen en dirección a Lena- necesitamos que se quede alguien de confianza-prosiguió.
-¿y yo soy alguien de confianza?- preguntó ironizando.
-Yulia lo cree así…- contestó Steven- ¿te quedaras?- volvió a preguntar.
Lena los miró- sí, me quedare- dijo escondiendo su sonrisa.
-bien, entonces te explicare un par de cosas, si gusta seguirme señorita- le irrumpió el doctor avanzando hasta la habitación de la morena. –En primera instancia no presenta daños neurológicos, pero no lo sabremos con seguridad hasta que despierte…-dijo haciendo una pausa más o menos prolongada- si es que despierta…
Lena se volvió para mirar al Doctor, no le gusto lo que había dicho- ¿si es que despierta? Eso es muy grosero de su parte-espetó con enfado.
-vaya, mil disculpas- le solicitó antes de continuar- a Volkova le he asignado dos enfermeras, también están a tu servicio, cualquier cosa que necesites no dudes en pedírselo. Supongo es todo, buenas noches- dijo saliendo de la habitación.
Lena lo vio marcharse, no se sintió segura hasta que salió del lugar. Observó a la morena cables que la monitoreaban. El sonido del monitor era tan bajo que apenas y lo percibió cuando se acercó a Yulia. La morena se veía tan pequeña, tontamente pensó en no hacer ruido para no despertarla, después reaccionó.
-Hola, Volkova…-musitó- te acompañare esta noche…-dijo con un poco de ánimo- sería muy bueno que despertaras pronto…-deseó.
Miró la cama vacía en el otro extremo de la habitación, había una sábana y una almohada. Se sentó en la cama y después de quitarse las sandalias se recostó cayendo en un profundo sueño.
A poco más de la media noche y en medio de su sueño oyó un pitido alborotador, se incorporó, pero aun somnolienta le fue imposible deducir de qué se trataba, hasta que una de las enfermeras entró y se acercó al monitor para apagar la alarma. Solo hasta ese punto Lena pudo entender que el ruido que la había despertado era el monitor de Yulia.
-¿Qué le pasa?- le preguntó la pelirroja a la enfermera
-su presión, tiene dolor así que se le disparó-contestó mientras agregaba un nuevo liquido al suero. –Esto es para el dolor…-explicó- si persiste vendré a darle otra dosis- aseguró para salir de nuevo.
La pelirroja se sintió culpable por no haber oído el monitor. Creyó que, acercando una silla a la cama, podría cuidar mejor a la morena. Pretendía pasar la noche en vela, pero el sueño volvió a vencerla haciéndola caer en un costado de la cama. No había despertado del todo y ya se reprochaba el haberse quedado dormida, se quejó del dolor del cuello al incorporarse sobre su asiento, miró a Yulia y como esta le devolvía la mirada con sus ojos azules. No lo demostró físicamente pero estaba feliz de verla despierta.
-¿hace cuánto despertaste?- preguntó la pelirroja quien intentaba neutralizar su emoción.
-nunca creí que te alegrara tanto verme…-contestó para la sorpresa de Lena- solo unos minutos antes que tu…-dijo resolviendo la interrogante de la pelirroja. Palpó la herida en su pierna haciendo una mueca de dolor- no… no recuerdo que paso…
-¿quieres que llame a alguien?- le preguntó de lo más servicial.
-no…-dijo, dejando caer la cabeza sobre la almohada-no tienes que quedarte si no quieres…
-¿acaso es sorprendente que este aquí porque quiera? Hay quienes se preocupan por ti, Volkova –afirmó.
La morena la miró con desdén- ¿Cómo puedes preocuparte por alguien que te ha hecho la vida miserable? Te he quitado todo cuanto has tenido…
Lena le interrumpió- demasiadas cosas…-hizo una pausa- pero has hecho otras buenas por mí- confesó, la morena giró la cabeza hacia la derecha para no tener que ver a su interlocutora- el ayudar a mi familia me quito un peso de encima, y ver a mi hermana en tan buenas condiciones… es cierto que te odio, pero también te estoy muy agradecida…
La morena la miró para después perder su mirada en la pared- perdón- hablo tan bajo que Lena creyó no haberlo oído.
-¿Qué?
-quiero que lo sepas…-dijo hablando claramente- lamento todo el daño que te he hecho. No merezco tus atenciones, Lena… no puedo entender cómo puedes hablarme de agradecimiento… tú lo dijiste- citó- soy la persona más despreciable…
La pelirroja se puso de pie sobre su asiento- te tengo noticias, Volkova- le anunció acercándosele al rostro- no eres tan despreciable como te hice creer…-dijo plantándole un beso en la mejilla- y sí, me alegra que hayas salido del coma.
-¿coma? ¿Cuál coma?- inquirió la morena sorprendida olvidando por completo la antigua conversación.
-te traeré al doctor- le dijo y sin esperar respuesta salió de la habitación, no tardó mucho, el anciano estaba entrando justamente a la sala.- venga pronto- le urgió jalando al Doctor de la manga.
Desde su cama, Yulia vió como la pelirroja traía casi a rastras al pobre Doctor, despeinándolo en su pequeña carrerilla. Carcajeó doliéndose después de su segunda herida.
-Despierta y con buen sentido del humor-espetó el Doctor- dos nuevas heridas Volkova- le informó- la que está en la parte baja del abdomen no provoco daño alguno, de hecho no representó ningún problema- le explicaba.
Lena se alejó de ellos sentándose en la cama donde había dormido, miraba y escuchaba con atención lo que el Doctor decía.
-tu pierna resulto bastante lastimada, tuvimos problemas con esa hemorragia pero logramos controlarla… como ya te habrás dado cuenta- ironizó.
-entonces entre en coma…-murmuró.
-así es, veo que te han actualizado un poco- terció desviando brevemente su mirada hacia Lena- es una muchacha esplendida- dijo señalando a la pelirroja- te defendió ayer después de que me burlara de ti…-comentó, Yulia sonrió y la miró de reojo.
-no está acostumbrada a tus malas bromas- comentó la morena.
-¡Hola, Yulia!- gritaron al unísono Sven, Steven y Domen quienes entraron a la habitación.
-Nos tomaste por sorpresa-dijo Sven
-unificaste a toda Rusia sin derramar una gota de sangre… eso es admirable- terció Domen un tanto entusiasmado.
-esperen… ¿Qué?- preguntó la morena sin entender.
-hablamos con Pavel Ivarov, nos contó de su acuerdo…-dijo Steven con serenidad- cedió su parte de Rusia para que podamos poner fin a nuestra sedición, ¿no lo recuerdas?- preguntó.
Yulia permaneció callada, todos se giraron hacia el doctor para que explicara.
-¿Qué es lo último que recuerdas?- inquirió el medico.
-Recuerdo haber subido por Lena, después de la visita de Isela- afirmó.
-¿y eso cuando fue?- le preguntó Domen a Lena.
-ayer- contestó- en la mañana.
Steven se volvió hacia la morena- oye, ¿recuerdas lo que te dije de Troy?- le cuestionó con suma calma.
-¿tiene algún problema?- le inquirió de regreso dándoles a saber que no recordaba nada.
Los chicos se miraron entre sí, como sorteándose quien le diría de nuevo la cruel verdad.
-Mira Yul…- comenzó Sven- Troy murió…
-lo asesinaron en San Peter…-agregó Domen.
-por eso concertaste la reunión con Ivarov…-decía Steven.
-¿Qué…? ¿qué más paso? - le interrumpió la morena-¿Qué hay de sus restos?
Steven se masajeo la nuca con la mano, no quería contestar- no quedó nada.
Lena miró a Yulia que había bajado la cabeza apesadumbrada por la noticia, solo hasta entonces entendió la gravedad del asunto.
-¿Qué hay sobre mi atacante? ¿Lo atraparon?- siguió cuestionando.
-Por supuesto, la gente de Ivarov lo trajo hasta aquí...- contestó Sven.
-pasamos la noche… interrogándolo…-comentó Domen- él y Sasha señalan al mismo hombre
Steven palmeó a Domen para que le dejara hablar- Ivan Shapovalov…
-lo conocí en San Peter… dijo haber conocido a mi padre-añadió la morena- ¿saben algo más sobre él?
-lo investigamos- terció Sven- pero solo nos trajo más dudas que respuestas.
-¿Cómo… que?-inquirió la morena
Steven jaló la sillita que estaba a lado de la cama y se sentó- es hijo de María Shapovalova, no se sabe quién es el padre. Pero también descubrimos que tu Padre tuvo una estrecha relación con esa mujer mucho antes de engendrarte a ti- comentaba- y lo que sucedió después… crió a ese niño y lo entrenó, cosa que no hizo con nadie más.
Aquello fue risible para la morena- vaya… hasta donde podía llegar el cerdo mal nacido de Oleg -dijo riendo- siempre fue su plan, tener una hija especialmente para el sacrificio-comentó admirada- así que Shapovalov es mi hermano bastardo…
-solo son especulaciones, Yulia- terció Domen.
-eso ya no importa- espetó Steven- aquí el detalle es que avergonzaste al hombre, lo dejaste lisiado y él ha mandado a un estúpido a hacerte lo mismo.
Yulia hizo una mueca de arrogancia como si desmeritara el daño que le habían provocado. –Está claro que no puedo liderar en estas condiciones-espetó, miró a sus amigos- ¿puedo contar con ustedes para manejar la organización?- les preguntó con solemnidad.
-por supuesto- exclamó Sven
-te mantendremos informada- le aseguró Steven sonriendo, se giró para ver a la pelirroja- Lena, ¿podrías cuidar de Yulia por nosotros?
La morena frunció el ceño de inmediato- no tienes que aceptar si no quieres-dijo mirando con dureza a Steven.
Tal vez Yulia creía que le habían encajado un problema con esa pregunta, pero no para ella, aquello significaba la oportunidad de conocer realmente a su captora.
-no sé porque crees que me molesta, Volkova- le reprendió- te cuidare, porque quiero hacerlo… no porque me lo pidan- dijo mirando por ultimo a Steven quien había hecho la pregunta.
Los chicos, incluyendo el Doctor sonrieron ante tal respuesta y se giraron rápidamente para ver la siguiente reacción de Yulia. La morena se había quedado prendada de los ojos grises parpadeó un par de veces para darse cuenta que todos estaban mirándola.
-¿y ustedes que ven? ¡A trabajar!-chilló la morena al verse descubierta por sus amigos.
Los muchachos se miraron entre sí rieron por lo bajo y salieron sin decir más, tan solo le enviaron una mirada de travesura a la morena.
Lena sonrió divertida ante la camaradería de los muchachos, era una nueva faceta descubierta de la morena, y a ella le había encantado.
-Tendré que ir por algo de ropa a mi habitación-dijo aun conservando su sonrisa.
La morena asintió.
-me quedare mientras tanto- terció el Doctor sonriéndole a la pelirroja.
En ese momento a Lena no le pareció tan chocante aquel hombre. Casi con prisa subió a su habitación recogió la muda de ropa de aquel día y caminó de vuelta al mini hospital, como lo había nombrado Lena. Estaba a unos pasos de la habitación de la morena pero no pudo evitar detenerse temiendo que el Doctor y Yulia parasen su conversación por ella.
-no quise decírtelo delante de Steven y los demás- decía el “Doc”- pero tu pierna no volverá a ser la de antes, fue un daño severo-explicaba- no te servirá en una pelea
-solo necesito sostenerme en ella-replicó
-no lo entiendes, es y será un punto muy vulnerable, incluso habrán ocasiones en las que te dolerá. No creo que el tal Shapovalov haya querido igualar las cosas, más bien querría sacarle ventaja- dijo con cierta alarma- debes tener cuidado Volkova, haremos lo posible para que puedas combatir, pero debes prepararte.
-Lo sé…-musitó- tengo las de perder en un combate frontal, también lo pensé.- le aseguró- pero las heridas de Shapovalov me dan un rango de tiempo-comentó- seis meses, siete cuando mucho…
-usaras muletas, dependiendo de cómo avances pasaremos al bastón…-comentó
La idea no le agrada mucho a la morena, pero no tenía más que sujetarse a las recomendaciones de aquel hombre. La puerta sonó dos veces alertándolos, Lena entró de vuelta con una pequeña mochila en la que había acomodado sus cosas.
-Vaya que es rápida- exclamó el Doctor con ánimo- bien, le encargo a esa piltrafa-dijo antes de salir.
Lena dejo sus cosas sobre la cama vacía, cogió la silla en la que también había dormido y volvió a colocarla a un lado de la morena.
-¿Cómo te sientes?- le preguntó con verdadero interés.
La morena se encogió en hombros- con dolor, pero bien…
- eres un poco masoquista Volkova, ¿lo sabias?- le inquirió divertida.
Yulia arqueó la ceja y torció la boca hacia arriba- no, bueno… ahora lo sé-contestó riendo.
Las enfermeras les llevaron el desayuno, el de Lena era el mismo de todas las mañanas, pero Yulia miró con despreció el paté y los varios líquidos que le habían acercado. Se encogió en hombros y comenzó a picarlo con el tenedor como si esperara que el pedazo de alimento huyera al sentir el pinchazo.
La pelirroja rio ante tal gesto- puedo darte del mío si prometes no decírselo al Doctor…
-¿intentas seducirme con comida?- preguntó.
-no…-dijo en una expresión larga que contenía la risa.
La morena suspiró- sería incapaz de privarte de tu alimento, además…
-¿se puede?- preguntó una joven voz.
Era Isela quien asomaba la cabeza tras la puerta. Lena abandonó el tenedor sobre el plato, de pronto se había quedado sin hambre. La guapa mujer invadió la habitación con su presencia y su aroma. Yulia la miró con cierto agrado lo que molesto a la pelirroja.
-¿Cómo está la mujer más hermosa de toda Rusia?- preguntó agradablemente.
-no lo sé, se me ha olvidado preguntarle-terció- ¿Cómo estas hoy, Lena?- preguntó de inmediato haciendo que la pelirroja se pusiera del color de su cabello. Yulia sonrió- supongo que bien…
-ya veo- musitó Isela- me parece que te has ganado su atención- le dijo a Lena- bien, solo venía a ver como estabas, me da gusto verte de una pieza.
-te lo agradezco, Isela- en ese preciso momento la morena recordó como aquella joven había hecho presión en la herida para que no se desangrara- creo que en parte, te debo la vida…
-no lo agradezcas, siempre es un placer- contestó seductora, lo que a Lena le desagrado aún más.- no te preocupes querida, ya me voy- le decía a la pelirroja- Yulia y yo no solemos hablar, solo…
-Isela…- le interrumpió-las damas no hacen alarde de sus amoríos- le reprendió- y Lena tampoco quiere escucharlo, es demasiado educada para decírtelo…
-que muchachita tan educada- ironizó aquella mujer- recupérate Volkova, y llámame cuando lo hagas…
La sensual mujer se retiró de la misma forma en la que había entrado. La pelirroja volvió a coger su plato, lo miró un rato y luego se volvió hacia Yulia.
-¿la mujer más hermosa de todo Rusia? ¿No crees que exageraste en cantidad?- inquirió alzando el ceño.
-para nada- partió el pate y se echó un bocado a la boca haciendo después una breve mueca- es totalmente cierto para mí- agregó de lo más normal.
Lena sonrió con halago- ¿intentas ganar mi aprecio con esas adulaciones?
-¿funciona?- le cuestionó.
La pelirroja giró la cabeza- un poco… si…-contestó apretando su sonrisa, pues no quería que la morena se sintiera vencedora.
-entonces si- afirmó- te adulare lo que haga falta Katina.
Así lo hizo, y no solo eso, la morena se comportó como nunca lo hacía, ambas podrían pasar por amigas de toda la vida. La pelirroja había aprendido a leer las gesticulaciones de Yulia y esta había aprendido a interpretar los silencios de la Verdi gris.
Pero no solo eso había cambiado, ambas se sentían atraídas una por la otra, pero mientras que Yulia obviaba su actitud la pelirroja hacia lo imposible para no delatarse. Lena intentaba no fijarse en la morena de esa forma, después de todo, no pretendía un amorío con una mafiosa que después de divertirse la botaría.

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Un amor entre mafias //Por: Zaeta Empty Re: Un amor entre mafias //Por: Zaeta

Mensaje por Zaeta Mar Ene 26, 2016 12:14 pm

CAPITULO IX

El último día en el hospital la morena se alegró moderadamente al recibir las muletas, liberarse de esa horrible cama ya era ganancia. Tendría que llevar la pierna encogida por varios días, dependiendo como fuera evolucionando según explicaba el Doctor. La pelirroja hizo una mueca mientras escuchaba, sabía que el Doctor y Yulia habían hablado con antelación, donde la morena confesaba no tener oportunidad de ganar si peleaba contra Shapovalov. Sintió una punzada en el pecho al pensar que algo malo podría pasarle, se giró hacia cualquier lado donde nadie pudiera encontrar su mirada asediada por el pavor. Todos estaban demasiado ocupados prestándole su atención a Yulia. Pero Yulia siempre sabía encontrar espacios para Lena, la observó con duda, sabía que algo ocultaba.
-Vámonos de este lugar, Lena… antes de que el “Doc” se arrepienta y me confine más tiempo…- bromeó.
La pelirroja bajó la cabeza, asintió de espaldas y cogió sus cosas que estaban en la cama que había sido suya durante su estancia. Se las echó al hombro pero alguien se las arrebató en un movimiento desconcertándola. Buscó quien había tomado sus cosas pasando la mirada por los tres jóvenes agentes, estos se encogieron en hombros con una sonrisa, después vio a la morena salir casi a galope en muletas con la mochila al hombro.
-¡Yulia!- le llamó- deja que yo la lleve, te acaban de dar la alta- le dijo intentando llamar a su conciencia.
La morena se volvió hacia ella con una sonrisa traviesa. El par de mujeres eran seguidas por el séquito de agentes que al parecer se divertían.
-yo la llevare…
-¡por supuesto que no!- dijo Lena alcanzándola y quitándole el objeto.
-¿Qué ha pasado Volk? ¿Te han alcanzado?- inquirió Sven burlonamente.
-la he dejado alcanzarme- terció agolpando el pecho.
Lena se colocó la mochila en ambos hombros para que nadie intentara quitársela de nuevo. Frunció los labios pero le fue inevitable esbozar una sonrisa.
-lo que digas, Volk- dijo acariciándole su corto cabello. Fue algo que le gustó y que se le hizo costumbre a partir de aquel momento. Premiaba cada travesura de la morena con una caricia en el cabello.
Yulia caminaba todos los días, planeaba fortalecer su pierna izquierda para poder pelear pese a la vulnerabilidad de la otra. Siempre lo había hecho muy de mañana, pues la pelirroja había desarrollado una sobreprotección acogedora sobre ella. Pretendía forzarse hasta donde su cuerpo lo permitiera, pero aquel día pareció haberse sobrepasado, no solo ese miembro estaba exhausto sino que la vieja herida le dolía terriblemente. Se sentó en una banca para encogerse del reciente dolor que le sobrevenía.
-¡maldición!- se reprochaba la morena pues el dolor no aminoraba.
-¿Qué te pasa?
Lena había aparecido arrodillada frente a ella. Yulia abandonó su posición de dolor pero ya era demasiado tarde, había sido descubierta.
-nada, me estaba dando un masaje-dijo con seriedad.
La pelirroja la miró no muy convencida-ya, pues déjame a mi…
Le hizo estirar la pierna y con cuidado masajeo alrededor de la cicatriz hasta bajar a los pies. Pero la tensión en Yulia no le permitía relajar la pierna y mucho menos olvidar el dolor. Lena le sonrió…
-¿te parece gracioso?- le preguntó ceñuda.
-está muy tensa señorita Volkova- dijo en recriminación.
La morena sonrió- intento no estarlo…- replicó- además tú…
Lena, en un arrebato, subió por el cansado cuerpo de la morena hasta encontrarse con sus labios. Presionó su boca contra la de Yulia en un beso lleno de ternura, su mano izquierda continuó el ascenso hasta la nuca de la morena para acariciarle el cabello como tanto le gustaba.
-¿ya estas relajada?- le preguntó sin separarse del todo de su boca.
Yulia negó con la cabeza pese a que el dolor ya se le había olvidado- estoy muy estresada, tal vez si…
-¡cállate Volkova! Te doy una mano y me halas un pie- chilló divertida en un reclamo.
-¿podría?- terció con una mirada y sonrisa traviesa.
-no- dijo en un tono terminante- te acompañare a tu cuarto.
-me quedare aquí un rato más- dijo levantándose con ayuda de las muletas.
Lena la miró desafiante- te llevare a tu habitación quieras o no Yulia…
La morena apretó los labios en una sonrisa- vaya… esto se pone emocionante- se burló.
-tonta…
Le quitó la muleta de la izquierda haciéndola de ladear, en cambio se colocó ella como su apoyo. Sin duda, Yulia podría recuperar la muleta faltante, pero por otro lado, le encantaba esos detalles de Lena, como si en verdad se preocupara por ella… podía observarla de cerca, oler el perfume de su cabello y entonces no pudo evitar esbozar una sonrisa por recordar el tremendo beso que se acababan de dar.
-solo cuando me lastimo me tratas bien-susurró la morena cruzando el umbral de su habitación.
-eso no es cierto, también puedo tratarte mal- contestó dejándola caer bruscamente sobre la cama
-gracias, que gentil…-chilló la morena- ¿me devuelves la muleta?- le inquirió pues Lena llevaba aún la muleta en el otro brazo.
-No sé porque insistes en lastimarte- espetó Lena regresándole la muleta- el Doctor te dijo que te lo tomaras con calma.-dijo intentando reprenderla.
Yulia se frotó la frente antes de responder- no tengo mucho tiempo… son muchos los que dependen de mí y si no puedo pelear no seré una digna líder…
-pero si peleas te matarán- espetó- eres quien manda, ¿no? ¿No puedes dejar que alguien más pelee por ti?- le cuestionó bajando la voz, pues tampoco quería que todos los ocupantes de la casa se enteraran de la discusión.
La morena sonrió volviéndose hacia Lena observándola- ¿alguna vez te he dicho cuan hermosa eres?
-no me cambies el tema, Volkova- dijo a lo que parecía más un ruego. Se sentó en la cama quedando frente a ella.
-todo este asunto…-suspiró- va más allá del poder, de la ambición o del honor… no solo son un montón de personas que dependen de mí, es lo que podría pasarles…-dijo haciendo una pausa- ahora es cuando creo que todo lo malo que pude haber hecho alguna vez se me está regresando, y lo merezco… -admitió. Alzó la mano acariciando la mejilla de Lena- pero no permitiré que nadie más salga lastimado.
-¿Qué es lo que intentas decir?
Yulia sonrió, cerró los ojos y bajo la cabeza- estoy divagando…- se excusó- tal vez es un efecto secundario de ese beso que me diste- explicó haciendo que la pelirroja se coloreara un poco. – Hablando de eso… ¿Por qué me besaste?- preguntó reclinándose hacia Lena.
- porque estabas muy tensa…-contestó nerviosa.
-claro, seguro vas por ahí, repartiendo besos a todos los que están tensos, ¿no?- ironizo en medio de una carcajada.
Lena entrecerró los ojos y le dio una palmada en el hombro en forma de disgusto- claro que no… idiota…
-¿entonces…?
El llamado a la puerta pospuso la respuesta. Era Domen quien se asomó a la habitación.
-La hija de Pavel Ivarov quiere hablar contigo…- le avisó.
-¿Tania? ¿Te dijo que es lo que quiere?- le inquirió.
El chico se encogió en hombros. Lena torció la boca y bajo la mirada.
-así eres tú, Volkova. Siempre asediada por mujeres…- dijo saliendo de la habitación.
-¿Qué le pasa?- preguntó Domen
-no sé… dile a Tania que enseguida bajo.
El chico asintió y cerró la puerta. Yulia se alistó para su inesperada invitada, la encontró en la sala de estar.
La chica sonrió al ver a la morena bajando por las escaleras. –Esas muletas te quedan muy bien- comentó
-resulta… Tania… que todo me queda muy bien, y disculpa la modestia, por favor- terció saludándola con un beso en cada mejilla.- ¿y bien? Dime que puedo hacer por ti…- dijo ofreciéndole asiento primero.
-en realidad solo he venido a verte- afirmó- mi padre me habló del atentado, y había pensado en venir antes, pero supuse que estarías indispuesta por tu lesión…
Yulia sonrió- siempre has sido muy razonable.
-lo soy- presumió- pero cuéntame, tienes problemas en San Peter, ¿no? ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?
-no realmente- contestó sonriendo- tu padre ya ha hecho demasiado… no puedo evitar pensar que tuviste algo que ver con eso…
La joven rubia rio- pareces conocerme bien... Bueno… mi padre sabe que siento aprecio por ti, pero yo no le dije ni le pedí nada- terció- pero fuera de eso, quiero confesarte algo…
-¿así…? ¿Qué cosa?- inquirió curiosa.
-Isela llegó a mi casa, me dijo que estas viviendo con una chica- dijo un tanto escandalizada- si eso es cierto, ¿Por qué no me lo has contado tú?
La morena alzó las cejas- ahora Isela se encarga de transmitir chismes…
-¿es una mentira?
-no…no lo es.- resolvió.- su nombre es Lena, y es mi protegida...- aclaró.
Tania rio- Isela me dijo que te había mantenido viva, que esperaba algo así como un reconocimiento exuberante, pero que la habías bateado cruelmente…
-no fue cruel… lo hice con educación- corrigió.
-me da gusto… pero, es una reacción comprensible…- comentó- una mujer desconocida se vuelve tu protegida después de que te salva la vida, ¿no es así?- preguntó, la morena asintió y prosiguió- pues también Isela te salvo de alguna manera. ¿Por qué no la distinguiste con el mismo honor?
Yulia le sonrió- Lena se arriesgó a si misma pese a que tenía muchísimas razones para dejarme morir… y no lo hizo.-explicaba- Isela siempre se ha visto favorecida por mí, me conoce de buena manera… no tenía nada que perder al ayudarme. Hay una gran diferencia entre esas dos…
-pues… esa mujer… ¡es toda una heroína!- exclamó- y… ¿Por qué no la has dejado marcharse? Tú única obligación es darle una vida cómoda…
-hay problemas internos y no quisiera…
-eso ni tú te lo crees Yulia- le interrumpió- no habría ningún interés en esa chica si tú no hubieses demostrado cierto apego desde el principio…-lanzó la pulla- ahora la pregunta aquí es: ¿Qué es eso que te impide dejarla ir?- le cuestionó mientras entrecerraba los ojos en un intento por escudriñar los secretos de su amiga.
La morena hizo un gesto de indiferencia- no pretendo hacer riesgos innecesarios… además, no pretendo explicarte todo lo que hago…
-sin embargo lo estás haciendo- contestó con una gran sonrisa- cuéntame más sobre esta chica, ¿Dónde la conociste?
Yulia resopló en un intento de ganar paciencia- oficialmente en San Petersburgo, en una tienda departamental…
-ya… ¿y cómo la convenciste de dejar su hogar para venir aquí?- le preguntó con el ceño fruncido.
-tampoco le pedí permiso- contestó avergonzándose en el acto.
A Tania se le descolgó la mandíbula, quedándose en estado catatónico por varios segundos. –Yulia, ¿Qué hiciste? ¡¿La forzaste?!-susurró exaltada.
La morena se frotó la frente apenada- ya lo sé… -resopló una vez más- pero aunque lo lamente no puedo cambiar lo que hice- declaró mientras se reclinaba con los brazos apoyados en las piernas.
-¿Por qué lo hiciste así? Seguro que habían formas de…
-no… ella jamás hubiese dejado por voluntad propia a su familia-musitó- en lo que a mí respecta-dijo haciendo una pausa- le he hecho demasiado daño.
La rubia se quedó enmudecida un momento, cruzó la pierna con propiedad y miró a la morena con ternura- tal vez… deberías intentar compensarla –le aconsejó- el sentimiento no se ira, pero… se hará tenue- le aseguró.
La morena hizo un pujido a algo parecido a una risa- hoy me besó…
Tania sonrió enormemente- es que eres irresistible Volkova… estas como quieres…- dijo con voz ronca.- aun así, creo que la chica se merece una medalla. Es demasiado buena para ti…-declaró sonriente.
Mientras tanto, Lena había pretendido entretenerse en su habitación, pero en su mente cavilaba le idea de bajar y conocer a la tal Tania… quien sabe, tal vez era una mujer horrible, poco atractiva y solo hablaría de negocios con la morena… sacudió su cabeza intentando alejar esas estúpidas ideas, al fin decidió bajar… para llegar a la puerta principal tenía que pasar por el salón lo que le resultaba una excelente excusa. Entró con una poca habitual decisión en ella al salón, justo cuando Tania se acercaba a los labios de Yulia. Ambas se giraron en dirección a Lena.
De inmediato la rubia se puso de pie.
-¡Hola!- le saludo con ánimo- soy Tania, tú debes ser Lena, ¿no?- preguntó con voz aguda y una sonrisa que pudo catalogar como sincera.
La pelirroja la miró con detenimiento y confusión- lo soy…- se limitó a contestar- no las molesto, iré al jardín- terció saliendo de ahí lo más rápido que pudo.
Tania se giró hacia Yulia- que… agradable…-musitó.
La morena se permitió lanzar una carcajada en el acto- tienes suerte… a Isela no le contestó-dijo en burla.
La rubia alzó el ceño en sorpresa- vaya, eso es… interesante-dijo rastreando la dirección en la que había salido la pelirroja. –Debo irme, pero, regresare para continuar nuestro pendiente- agregó dándole un beso en la mejilla y saliendo de allí.
Lena no estaba lejos, se había sentado en una mesita que había en el pórtico de la casa. Escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse pero no quiso volverse para ver quién era, pues tenía la sospecha de quien se trataba…
-tal vez te convenga aprender a disimular los celos- terció la rubia sentándose frente a Lena.
La pelirroja frunció el ceño, indignada más por el comentario que por el hecho de que se sentara sin autorización.
-no sé de qué hablas…-contestó apabullante.
Tania sonrió- tienes carácter- dijo con admiración- puede ser que por eso le agrades tanto a Yulia-comentó- te explicare… esa mujer, Yulia… tiene muchas “pretendientes”, pero la verdad es que ninguna de ellas es del interés de Volkova… -hizo una pausa- y hace bien, el único interés en todas esas mujeres es el poder y el dinero de Yulia…
-¿Qué tiene que ver eso conmigo?- inquirió interrumpiéndole.
-ya casi llego al punto…-le calmó y sonrió.- mira… Yulia no conoce el amor, ni se imagina lo que es realmente, por pura suerte conoce la palabra- ironizó- es muy probable que ella jamás llegue a sentir lo que tú por ella.
-¿y según tú, que es lo que siento por Yulia?- le espetó.
-sin duda alguna es algo más que cariño y pura amistad-sentenció- te lo digo, Volkova no está hecha para sentimentalismos, lo se… alguna vez me sentí como tú, aunque tardé en darme cuenta…- confesó bajando la mirada.
-yo no sé darme por vencida- dijo con desprecio. No sabía que la había llevado a contestar de esa forma, ni siquiera porque había dicho lo que había dicho… se levantó de ahí rápidamente pero la mano de la rubia la detuvo.
-vale- musitó con cierta admiración en su voz- tal vez me he equivocado contigo… tal vez tengas la oportunidad que nunca tuve- terció sonriendo.- te deseo suerte, Lena… y no te preocupes por Isela, es una ofrecida cualquiera, pero Yulia jamás la ha tomado enserio. Eso te lo aseguro…-declaró guiñándole un ojo.
Lena se quedó confundida, esa mujer parecía estar siendo sincera con ella.- no siento por Yulia más que un cariño sincero- alegó en su defensa.
-ajá… ¿no crees que un cariño sincero es demasiado para una persona que te forzó a estar con ella?- le inquirió ante la sorpresa de Lena. –Y te pones a la defensiva con las mujeres que vienen a verla- dijo sonriendo- me parece que solo tratas de engañarte, pero por mi está bien. Entonces aún tengo esperanzas de conquistar a Yulia- comentó.
Lena se tensó ante el comentario, y eso lo notó su interlocutora haciéndola sonreír.
-me gusta la sana competencia- agregó la rubia- ordena tus sentimientos, y cuando los tengas en claro comenzaremos el juego…
-¿juego?- cuestionó ofendida- el amor de una persona no es un juego.
Tania alzó el ceño impresionada- ¿amor?- repitió- ¿se trata de amor?
La pelirroja se ruborizo de inmediato, bajó la mirada repitiéndose una y otra vez que sus palabras no eran sino el producto de un juego macabro, del juego de Tania Ivarov.
-debo irme, pelirroja. Pero volveremos a hablar de esto…- le amenazó, dio media vuelta y se alejó dejando a una Lena desconcertada por sus propias palabras.
Lena volvió a su sitio, ocupando una sillita de aquella mesa de estar, en verdad le preocupaba que pudiera sentir por la morena. Tenía miedo, eso le quedaba claro, pero miedo ¿a qué?

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Mensaje por andyvolkatin Mar Feb 02, 2016 12:01 pm

Hola Very Happy
que buena esta
ellas no admiten
sus sentimientos pero los tiene
la una por la otra espero Yulia
se recupere pronto
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Mensaje por flakita volkatina Vie Feb 05, 2016 7:09 pm

Ya me imagino a lena luchando x yulia jajajaja ok no pero seria buena.. quiero mas conti
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Mensaje por Zaeta Lun Feb 22, 2016 7:10 pm

Gracias por leer, y por la espera

CAPITULO X

Pasaron varios días a partir de su charla con Tania, y aún seguía pensando en lo que esta le había dicho. Seria acaso que en verdad le albergaba un profundo sentimiento a Yulia Volkova. Esos días se había dedicado a poner orden a sus pensamientos, es cierto, la había besado una vez, no había podido reprimirse ese deseo. Pero era eso, Un simple deseo ¿no? No, claro que no. El cómo se sentía junto a ella, el querer permanecer a su lado aunque no le dedicara palabras. Los fugaces encuentros íntimos que habían tenido, aquellos donde ambas habían descubierto el deseo de estar una con la otra. No era un simple deseo, y no había forma de convencerse de lo contrario.
Estaba sentada en el pórtico, esperaba a que Yulia regresara de hacer sus ejercicios, seguía levantándose muy de mañana y regresaba justo antes de desayunar para que Lena no lo notara… bueno, esa había sido la intención, pero ahora Lena la esperaba diariamente sentada en la mesita del pórtico.
-Señorita Katina, aquí esta- dijo Domen con alivio.
La pelirroja sonrió con agrado- me dijiste “señorita Katina”, pensé que no te caía bien- comentó
Domen hizo una mueca- sí, así era…-confesó- pero no me lo tome a mal- dijo de inmediato al percibir la mirada de Lena- cuando Yulia nos dijo que usted seria su protegida pensamos que solo lo había hecho para aprovecharse de ella- explicó- pero… creo que nos hemos convencido de que usted no es esa clase de persona.
-¿hemos?- repitió- ¿Cuántos de ustedes pensaban eso de mí?-le inquirió haciéndole reír nervioso.
-vaya, pues Steven, Sven, yo… todos-contestó sobándose la nuca en un dejo de inocencia- pero créame que no lo pensamos más…
Lena sonrió- vaya, es bueno saberlo… y…-hizo una pausa- ¿me buscabas para algo?
-sí, Yulia me pidió que le avisara que el desayuno está listo…
-¿y porque no lo ha hecho ella?- le cuestionó.
-se fue a los establos, una de las yeguas dará a luz pronto y ella insistió en estar presente.
-¿tienen caballos?-preguntó casi incrédula- ¿Cómo es que nunca los he visto?
Domen rio- nunca ha explorado, ¿verdad?, la mansión no es solo este edificio. De hecho si se da cuenta toda la mansión está protegida con una muralla.
Lena se giró, solo había una entrada, que era el portón altamente custodiado, todo lo demás estaba cubierto por una muralla que se perdía en el horizonte.
-¿Yulia desayunó antes de irse?-le cuestionó
-no…
La pelirroja se volvió hacia Domen- ¿Sería un atrevimiento… si te pidiera que me llevases con Yulia?
Domen alzó el ceño- no, no lo es…- contestó sonriéndole- ¿no desayunaras antes?
-no…-contestó pensativa- no quiero desayunar sola- completó.
Domen frunció los labios en una especie de sonrisa- traeré el auto…
Lena se sorprendió mucho, Domen condujo hasta un pequeño cruce, tomó el camino de la extrema derecha, parecía que habían salido a la carretera y cruzaban un denso bosque que no dejaba que el sol pasara. Tardaron alrededor de quince minutos para encontrarse con la edificación. Domen se estacionó frente a la construcción, dirigió a Lena hacia el pabellón, compuesto de una mesa larga de madera y dos bancas a los lados en vez de sillas, una barra en el extremo, cocina y la puerta hacia el establo. Lena pensó que atravesando aquella puerta podría ver a los animales, pero el establo era un largo pasillo, a los costados estaban los cubículos de los animales, que más que cubículos eran habitaciones para cada equino; prefirió caminar en el centro del pasillo, aunque le encantaban los animales, no quería llevarse ninguna desagradable sorpresa siendo atacada por uno. Divisó a Sven frente a un cubículo abierto, caminó a él con rapidez.
-¿Qué hacen aquí?- preguntó Sven al ver a Domen y a la pelirroja
-ella quiso venir- respondió Domen encogiéndose en hombros
La morena estaba dentro del cubículo, ayudando a la yegua blanca a expulsar al crio. Se giró al escuchar la respuesta de Domen. Sonrió al ver a la pelirroja.
-¿Qué haces aquí, Lena?- preguntó la morena sin dejar de prestarle atención a la yegua.
-vengo por ti, para irnos a desayunar- contestó resuelta.
-¡ja! -rio- después de esto no querrás desayunar.
-seguro, la labor de parto no es tan bella como suelen decir-comentó Sven- hay fluidos por todos lados, viscosidades y un engendro saliendo de su interior- concluyó haciendo reír a la pelirroja.
-vamos, no puede ser tan horrible…-alegó la pelirroja.
En ese momento un pequeño bulto se empezó a asomar por la cavidad de la yegua. Yulia rompió la bolsa blanca que le impedía tomar las patitas del potro, dejando caer todo el líquido amniótico, jalaba mientras la yegua pujaba. Y tal y como lo había pronosticado Sven no fue nada agradable. La morena jalaba las pequeñas patitas, prontamente vieron la cabeza del pequeño. Yulia iba rompiendo la bolsa, le sobaba el hocico en repetidas veces para limpiarle las fosas nasales. Fue cuestión de segundos para que el potro saliera completamente de su madre. Yulia se levantó y alejó, se quitó los guantes que llevaba y los tiró en una bolsa.
-¿aun quieres desayunar?- le preguntó a la pelirroja
Lena asintió- pero primero lávate las manos.- dijo señalándole con el dedo.
Yulia rio- hagan el favor de traer lo necesario- habló dirigiéndose a Sven y a Domen- tendremos un día de campo aquí… -dudó un poco al mirar a Lena- ¿estás de acuerdo?
-claro, jamás he tenido un día de campo-confesó con emoción.
-¿jamás?- preguntó Sven- ¿nunca has acampado?
La pelirroja hizo una mueca- no, no había tiempo ni lugar para eso.
-ya está- terció Domen- Yulia quiere cuidar la evolución del potro, ¿porque no aprovechan y acampan?
-no quiero comprometerte- aclaró la pelirroja.
La morena le sonrió dulcemente- sí que es buena idea-comentó- encárguense, iré a lavarme… puedes esperarme en el pabellón- le dijo a Lena mientras ella desaparecía por una puerta del establo. Lena obedeció, caminó junto a Domen y Sven hacia el pabellón, ellos prometieron volver cuanto antes quedándose sola en los establos.
El tiempo asolas le servía para atormentar su mente. No podía gustarle una mujer que la había obligado en primera instancia a estar con ella… sin embargo no podía negar que sentía más que un simple cariño por la morena, prueba de ello era al querer estar con ella cada que se le presentara la oportunidad. No importaba de qué forma, con Yulia encontraba una paz que no conocía. No pudo evitar preguntarse si la morena sentía lo mismo que ella. Le sonrió a la morena al verla aparecer.
-entonces…-musitó Yulia mientras se secaba las manos con una toalla- ¿viniste hasta acá solo para desayunar conmigo?- le inquirió.
-lo dices como si fuese un gran sacrificio - espetó.
-lo es…- apeló haciendo después un silencio- ¿estas segura que eso es todo lo que querías? ¿No tienes alguna otra intención oculta?- bromeó.
Lena le devolvió una divertida mirada en reproche- no Volkova… es solo que siempre me acompañas, se ha hecho una costumbre quizás…- terció.
La morena alzó la ceja derecha y asintió levemente- bien…- dijo tomando asiento frente a Lena- no deberías tomar malas costumbres, después de todo, te iras muy pronto…
Aquel comentario tomó por sorpresa a la pelirroja, le molestaba que la morena se tomara todo eso a la ligera, al parecer solo sería una página más en su vida…
-¿ya te has hartado de mí?-preguntó en tono de broma, pero se le denotaba seriedad.
-claro que no- contestó riendo.
-¿quién es Tania?- preguntó abruptamente.
-¿mm? ¿Por qué te importa saber quién es?- le inquirió.
-curiosidad- contestó resuelta.
-ajá…-musitó- es hija de Pavel Ivarov, el ultimo jefe de mafia… y también es una vieja amistad-explicó.
-me buscó antes de irse- comentó pensativa.
La morena frunció el ceño- ¿para qué?
-me dijo que intentará conquistarte…
-conquis… -no pudo terminar debido a un ataque de risa- ¡vaya! Menudas sorpresas-exclamó.
-no entiendo cuál es la gracia…-espetó la pelirroja.
Se mordió el labio inferior intentando reprimir la risa- a Tania solo le interesan los hombres… y tengo entendido que hay uno especial en su vida-comentó- además… ¿Por qué te diría eso?-preguntó sospechando de la pelirroja pero esta permaneció callada- vamos, yo contesté tus preguntas- le animó.
-no lo sé… dijo que le gustaban las competencias
-mmm…-pensó- no lo entiendo… seguro te habrá jugado una broma-agregó convencida- pero ya que estamos en ello… ahora si me dirás ¿Por qué me besaste?
-¡¿sigues con eso Volkova?!
-¿Qué esperabas? Me robaste un beso- chilló encogiéndose en hombros.
-pues… se me antojo- respondió entre risas.
La morena alzó el ceño sorprendida, sonrió- sería bueno que te dieran más de esos antojos-sugirió.
-quien sabe… puede ser…-contestó lamiéndose los labios sin darse cuenta.
-hemos regresado- anunció Sven pegando un grito y sacudiendo una canasta con la mano seguido por Domen.
-es la segunda vez que nos interrumpen- le susurró Yulia a Lena.
-será el destino…-se burló.
La morena sonrió. -¿Qué han traído? muero de hambre
-entonces te comerás cualquier cosa que hayamos traído- terció Domen- además, también tenemos hambre…- dijo sentándose a la mesa.
Sven se quedó de pie viendo a todos sentados cómodamente- ¿y yo debo servirles?
Lena rio- yo te ayudare…- dijo poniéndose de pie y sacando los alimentos de la canasta.
No supieron cómo, pero el tiempo había volado. La morena les pidió a Sven y a Domen que armaran la tienda, excusándose diciendo que no podría armarla ella misma., por el dolor en su pierna.
-acabas de ayudarle a una yegua a dar a luz, ¿y ahora no puedes armar una tienda?- le reprochó la pelirroja.
-no quiero… además ellos trabajan para mí-explicó- ya han abusado bastante de mi buena voluntad…-dijo en un tono divertido. –Cuéntame- dijo recuperando sobriedad- nunca comprendí del todo, como es que tu mantenías a una familia de cinco…
-no era solo yo- corrigió- mi padre era inicialmente quien nos mantenía, mi madre siempre permaneció en casa para cuidar de Katya. Pero él tuvo un accidente y lo despidieron…
-y entonces tu decidiste ayudar a tu familia…-le interrumpió.
-no tenía muchas opciones, teníamos carencias y con Katya enferma… y despues con mi padre incapacitado. Alguien debía hacerlo. Abandone la escuela y conseguí el empleo en la tienda departamental…
-donde nos encontramos por primera vez…- musitó la morena.
-si…-contestó bajando la mirada- ahora tú…
-¿yo? ¿Yo… que?- inquirió curiosa.
-es tu turno de contarme algo…
-¡vaya! Hemos convertido esto en un juego…-exclamó- bueno, ¿Qué quieres saber?
La pelirroja pareció pensarlo- ¿Por qué escogiste esta vida? Ya estabas lejos, ¿Por qué volver?
-tampoco tenía muchas opciones…-se burló pese a la mirada de reproche que le lanzaba la pelirroja- una idea se ancló en mi mente desde que me enviaron al exilio… y era rescatar a mi madre-confesó- no entendía las reglas en ese entonces, por lo que di por hecho que solo yo podía ser un sacrificio…-explicó con la mirada baja- cuando regresé me di cuenta de todo aquello, perdí el control y termine siendo líder de esta organización, mas por mi temperamento que por mi afán de serlo… -hizo una larga pausa- ahora… ¿Cuántos novios has tenido?-inquirió.
Lena rio- ninguno…
-¡¿Qué?! No puedo creerlo-exclamó incrédula.
-es cierto- insistió la pelirroja- había un chico en la escuela, me gustaba mucho, pero a él le gustaba otra chica- declaró.
-me cuesta creer… quien estaría tan ciego para no fijarse en ti- terció con cariño.
Lena se sonrojó- las otras chicas eran más guapas- musitó avergonzada.
-eso no es cierto- espetó interrumpiéndola cargada de razón.
-¿y tú como lo sabes? Nunca estuviste ahí…- alegó intrigada por la reacción de la morena.
-¿esa será tu otra pregunta?-le cuestionó con una sonrisa.
-¿estuviste allí?- preguntó con sorpresa.
La morena comenzó a reír- decídete, ¿Qué quieres preguntarme?
Lena pensaba como debía formular la siguiente interrogante. –aseguraste que no había chicas más guapas que yo en mi escuela… ¿Por qué?
Yulia sonrió- parece pregunta de examen…-se quejó- bien… lo sé, porque estuve allí- contestó con soltura.
-¿Cómo que estuviste allí?- atropelló con la pregunta.
La morena alzó la mano moviendo el dedo índice de un lado a otro en forma de negación- me toca a mí…
-¡Yulia!- chilló en reproche
-está bien… te daré gusto…-dijo apaciguando a la pelirroja- como una organización cualquiera, también practicamos la filantropía- decía- tu escuela es una de las beneficiadas y de vez en cuando la visitaba para asegurarme de que otorgaran el número de becas que pagábamos…-explicó- ahí también te conocí…-murmuró.
-¡¿ya me conocías?!-espetó la pelirroja reflejando en su rostro la sorpresa de aquella declaración.
-contestare porque a simple vista se te ve lo intrigada…-se burló- pero quiero que sepas que te has excedido en tu número de preguntas- aclaró penalizando con el dedo índice.
-contesta ya Volkova- le apresuró.
-es obvio, iba cada cierto tiempo, era inevitable no verte pasando por allí- contestó- pero después desapareciste- dijo consternada- así que cuando volví a verte en el centro comercial… no lo pude evitar…
-bien…-le interrumpió pues sabia hacia donde se dirigía aquel tema y era algo de lo que no quería hablar en ese momento- gracias por la beca…-dijo escondiendo una sonrisa.
-de nada…
-te toca preguntar…- le animó, pues la morena terminó por sumergirse en sus propios pensamientos.
-¡cierto!- exclamó al salir del ensimismamiento, se rascó la cabeza como dudando- … ¿puedo besarte?

Zaeta

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Mensaje por Monyk Sáb Feb 27, 2016 1:14 am

Saludos!!
Espero pronto puedas continuar la historia, no tenía el placer de leerte. Es muy buena.

Monyk

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Mensaje por Edirbr Lun Feb 29, 2016 2:11 pm

No tardes con la conti.. porfa saludos!

Edirbr

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Mensaje por Zaeta Lun Feb 29, 2016 4:54 pm

Se me estaba olvidando publicar la conti, pero he visto en facebook a alguien que buscaba el fic completo y pum! Aqui estoy. Prometo publicar la historia con mayor frecuencia aunque a veces me es dificil porque lo olvido en medio de mis labores. Gracias a quienes se han dado el tiempo de comentar, me dan mucha alegria ^^, con ustedes la conti.


CAPITULO XI

Lena no pudo evitar que los colores se le subieran al rostro, giró el rostro en un tonto intento de no delatarse. Su pulsó se descontrolo, incluso se sentía más caliente, el monosílabo se le agolpó en los labios ahogándose en una exhalación. Se lamió los labios en su inconciencia, tragó saliva y contestó- tienes veinte segundos…-fue lo único que atino a decir.
La morena sonrió, se reclino lentamente hacia Lena atrapándole el aliento con sus labios.
-¿Quién lleva la cuenta?- preguntó la morena en medio del beso.
-mmm… tu sigue, yo te aviso- sentenció la pelirroja enroscando sus brazos alrededor del cuello de Yulia.
Perdieron la percepción de todo, solo Dios supo realmente cuanto tiempo estuvieron unidas en ese beso vehemente, no tuvieron reservas, sus bocas ya conocidas sabían lo que a la otra le gustaba…
-¡Volkova tú no tienes vergüenza!- exclamó Domen de pie en la entrada del pabellón junto con Sven.
Lena se sobresaltó y Yulia solo se incorporó en su sitio. -¿de qué vergüenza hablas?- espetó la morena un tanto molesta por haberle interrumpido.
-a que todo esto ha sido fríamente calculado, ¿no?- terció Sven sonriendo pícaramente- tan solo te estorbamos, y se te hizo buena idea hacernos levantar la tienda…
-Lena- le llamó Domen- no te dejes engatusar por esa Volkova, tienes quien te defienda- bromeó.
-yo no estoy engatusando a nadie- protestó la morena.
Lena le sonrió con ternura- no la molesten- les dijo con voz calmada- he sido yo quien la ha besado…
-vaya… eso es nuevo-murmuró Domen.
-bueno…la tienda que armamos es para cuatro personas…-comenzó a decir Sven- tal vez deberíamos quedarnos para vigilar que Lena no se aproveche de ti- se burló estallando en carcajadas junto con Domen.
-la mejor broma que se te ha ocurrido en tu vida- apabulló la morena- ¿acaso no hay nada que deban hacer?
-muy bien, nos iremos… pero si nos necesitas solo tienes que llamar- Domen meneaba la mano sobre su oreja derecha con el pulgar y el meñique estirados.
-le dejaremos un auto-anunció Sven- hasta mañana- dijo despidiéndose de las chicas.
La morena se levantó llevándose consigo solo una muleta.- ven conmigo- le pidió a Lena
-Yulia, ¿A dónde vas?- preguntó.
Yulia sonrió- solo quiero cerciorarme que el potro este bien…- respondió mientras atravesaban el establo. –Se parece a su padre- comentó animada.
El potro era completamente negro, tan negro como la noche misma, intentaba repetidamente ponerse de pie, pero hasta el momento había terminado en cuclillas a un costado de su madre.
-¿Quién es el papá?- preguntó la pelirroja con curiosidad.
La morena se giró- Dante…- llamó. Enseguida apareció la cabeza de un caballo negro por encima de una de las rejas. Yulia se acercó lentamente por la falta de la otra muleta y acarició la cabeza de aquel animal. –este es Dante… Dante, ella es Lena… es una amiga, trátala bien- terció en modo de presentación. Lena se acercó y acarició de igual modo al equino.
-es muy lindo- le halagó.
-es un engreído, no sé cómo Galatea pudo hacerle caso…-comentó haciéndole burla al animal. Dante refunfuño y meneo la cabeza con disgusto ante tal dicho.
-no le hagas caso-le habló Lena- tienes un hijo muy bonito- le felicitó sin dejar de acariciarlo.
-tienes una nueva admiradora, Dante…
-bien… tenemos toda la tarde Volkova-comenzó a decir- ¿Qué tal si me cuentas como conociste a Domen, Sven, Steven y Troy?- preguntó haciendo referencia de los chicos con los dedos de la mano.
Yulia rio- ¿jugaremos de nuevo?
-no…-negó con la cabeza- si jugamos terminaras por pedirme otro beso…
-pero si te ha gustado- exclamó.
Lena asintió sonrojada- sí, pero no quiero que los pidas cada que tienes antojo de uno- musitó. La morena inclinó la cabeza en sinónimo de no entender.
-yo te gusto, ¿no?
-si…
La morena sonrió acercándose a Lena y tomándole la mano- ¿entonces? ¿Por qué no podemos disfrutar lo que sencillamente sentimos?
-no quiero volver a ser tu amante, Volkova…- le interrumpió- tampoco puedo y ni quiero competir con todas las mujeres que vienen a verte- se quejó evitando el contacto visual con la morena.
-¿competir?- repitió- no tienes por qué competir con nadie… hay para todas- se burló.
-olvídalo, Volkova- espetó soltándose de la morena y huyendo rumbo al pabellón
-¡Lena, espera!- le llamó- vamos, era solo un juego- dijo a modo de disculpa en cuanto la alcanzó. Lena esperaba a la morena del otro lado de las mesas, si la morena se le acercara ella rehuiría. Yulia la miró divertida. –ven para que podamos hablar…
-te escucho perfectamente-dijo en replica.
-déjame acercarme por lo menos…
La pelirroja arqueó la ceja derecha- no te estoy deteniendo, ¿o sí?
Yulia caminó hacia el otro lado de la barra, había un mini bar oculto, sacó una botella de whisky y se sirvió de ella en un vaso, lo agitó un poco y se lo bebió de golpe.
-pensé que querías hablarlo…-comentó la morena volviéndose a servir otra ronda de whisky seco.
-intentaba hacerlo- protestó la pelirroja.
Yulia bebió un poco del vaso- ven…- le solicitó con un tono suave con el que Lena no pudo resistirse.
Caminó hacia la morena con la mirada esquiva, llegó a la barra pero permaneció lo suficientemente lejos para que Yulia no pudiese alcanzarla. La morena sonrió.
-no soporto tus bromas- se quejó.
La morena arqueó las cejas- ¿así?-ironizó. –Pecas de insegura-afirmó bebiéndose el resto de whisky- ese cuento tuyo de no sentirte a la altura de los demás empieza a cansarme- declaró rudamente pese a la mirada molesta de la pelirroja. Tomó la botella de whisky para volverse a servir pero Lena le arrebató el vaso.
-deja de beber…
Yulia solo observó cómo le quitaron el vaso, se frotó los ojos con el pulgar e índice y se sobo la nuca una vez más.- ¿Qué es lo que quieres de mí? Dímelo, porque no soy adivina…- esperó una respuesta pero la pelirroja había permanecido callada, callada por la forma en la que Yulia la había confrontado y no porque no tuviera nada que decir. La morena sonrió- en realidad si tengo algo de adivina- terció, alzó el brazo tomándole el mentón a Lena y plantándole un beso en los labios.
-¿Qué…?
La morena colocó su dedo índice en los labios de la pelirroja “impidiéndole” hablar. –Te he dado la oportunidad, ahora me toca hablar a mí-continuó con una media sonrisa- podemos ir tan lejos como tú lo quieras…
-¿Cómo yo quiera? Ni siquiera sabes que es lo que quiero y ya…
-dímelo entonces- le animó. Observó a la pelirroja con cuidado, tenía el ceño fruncido y apretaba la mandíbula, sin duda quería hablar pero no se atrevía. –quieres estar conmigo, ¿es eso? -Le preguntó bajando cada vez más la voz.
Lena alzó la mirada, no sabía si actuar escandalizada o terminar cayendo en los brazos de la morena, después de todo no era ninguna mentira. Finalmente asintió.
-¡ya está! Asunto resuelto- exclamó con soltura.
-no Yulia ¿Cuál resuelto?… tienes a un montón de mujeres detrás de ti- dijo girando el rostro.
La morena se encogió en hombros- yo no tengo la culpa…-apeló- que importa… además, si con esas andamos, mis soldados se vuelven locos cada vez que te presentas, ¿también debo tratarlos con la punta del pie?-replicó.
-¿así?- preguntó víctima del halago.
-concéntrate Katina- dijo remedándole el tono que siempre utilizaba para reprocharle algo.
Lena sonrió, dio una palmada en el brazo de la morena como un supuesto disgusto. –no tengo derecho a pedirte una… especie de exclusividad, pero…
-hecho…-le interrumpió la morena.
-¿Qué…?
Yulia rio- es muy razonable… pensaba hacerlo aunque no lo hubieses pedido, además que quiero un trato similar…
-¿de qué hablas?- preguntó extrañada.
-me refiero a que también te quiero solo para mí- contestó con una sonrisa coqueta en el rostro.
Lena se ruborizó, no supo porque pero se abalanzó sobre la morena para abrazarla. Yulia se mantuvo de pie con la pierna izquierda, pues la muleta había terminado en el suelo. Despejó la frente de la pelirroja de sus rizos rojos para después besarla.
-sospecho que solo estabas buscando molestarte conmigo- comentó la morena.
Lena se inclinó para recoger la muleta y devolvérsela a Yulia.- parece que también te gusta molestarme…
-un poco, si…- respondió- te ves tan linda cuando te molestas- exclamó.-ah, hay algo que debo decirte- comentó
-¿Qué cosa?
-tu familia está en Moscú- terció resuelta- bueno, no en Moscú exactamente, en una casa de campo a las afueras…
-pero… ¿aquí, en Moscú? ¿Por qué los has traído?- le inquirió.
La morena se encogió en hombros- no puedo controlar San Peter… tampoco quería que te preocuparas así que, preferí trasladarlos.
-¿eso significa que podré visitarlos…?
Yulia resopló- sí, es muy probable… -hizo una mueca y prosiguió- pero, preferiría que esperaras un poco…
-¿acaso no es seguro?- preguntó con un gesto de preocupación
-no es eso… pero quiero tenerte solo para mi…-terció con una dulce sonrisa.
Lena sonrió, contestó aquel gesto con un largo beso- entonces esperaré…-le afirmó mientras le daba pequeños besos en los labios.


CAPITULO XII

-Tenemos que buscar leña- le apuró de repente- quiero hacer el fuego lo más pronto posible.
-¿Lo harás tradicionalmente o… con trampa?- le inquirió divertida.
La morena hizo una mueca- si no enciende lo haré con trampa…-salió hacia la tienda seguida por Lena.
-¿en qué te ayudo?- preguntó curiosa.
-puedes ir por madera, ramitas para la fogata-contestó formando con señas la figura de ramitas- de todos los tamaños, grandes y pequeñas – agregó- pero trata de no alejarte… es un bosque muy grande-terció con una sonrisa.
-no me perderé, no te preocupes…
-solo te lo advierto- dijo viendo como la pelirroja daba media vuelta y caminaba hacia el bosque.
Yulia había preparado una pila de piedras, que rodearían la fogata, para antes del regreso de Lena. La pelirroja cargaba con todo tipo de ramas, de todos los tamaños, los botó a lado de la pila de piedras.
-te emocionaste buscando ramitas- se burló la morena, mientras amarraba un lazo en los dos extremos de una de las ramas. Le enredó un palo medianamente grueso en el lazo haciéndole una perpendicular. –Necesitare tu ayuda…- dijo rascándose la cabeza.
-dime…
En el suelo había otro tablón con una hendidura en medio y un huequillo, Yulia colocó el conjunto perpendicular sobre la hendidura y una piedra en el extremo superior para presionarlo contra el tablón.
-pisa el tablón, no quiero que se mueva- después de que Lena obedeciera, comenzó a girar el palo en vertical.
Pronto comenzaría a salir humo de la hendidura, Yulia hizo a un lado todo, tomó el papel que había dejado debajo del tablón y ahora lo soplaba con cuidado. Para sorpresa de Lena del montoncito de madera negra que había caído sobre el papel comenzaba a salir una débil llama. La morena llevó a la pequeña llamita al centro de la pila de piedras, lentamente con paciencia fue colocando las ramas más pequeñas y delgadas que había llevado la pelirroja, intensificando de apoco el fuego.
-ya ves- exclamó la morena- y sin necesidad de usar los cerillos- rio- ahora solo te harán falta los bombones- comentó al instante de sentarse sobre un tronco cortado a la mitad.
-muy bien, eres toda una cajita de monerías- le dijo la pelirroja plantándole un beso en los labios.- ¿Dónde lo aprendiste?- preguntó contemplando la fogata.
-Recibí entrenamiento militar-contestó con soltura- debíamos aprender tácticas de supervivencia…
-se tomaron muy enserio eso de volverte un arma…
La morena rio- tan solo me se defender… deberías revisar si han dejado comida en la tienda… ya me está dando hambre-agregó
Lena miró hacia el cielo que comenzaba a nublarse. –parece que no escogimos el mejor día para acampar…
-¿mmm? ¿Eso crees?- le cuestionó divertida justo cuando una gota le caía en el rostro. Resopló. –parece que he encendido la fogata para nada… la lluvia la apagará.
-¿Qué haremos?
La morena torció la boca- entrar a la tienda y esperar a que pase-musitó encogiéndose en hombros.
-¿Quién lo hubiese dicho? Dejaron la comida en la tienda- exclamó la pelirroja al ver una canasta intacta con comida.
-por lo menos no moriremos de hambre…
Lena le sonrió, sacó un par de emparedados de la canasta, no podía creer que el tiempo se le pasó volando mientras buscaba la madera. Por el golpeteo de las gotas sobre el techo de la tienda dedujeron que la lluvia había incrementado. La morena se acomodó estirando de a poco la pierna lastimada. Lena la miró con atención sonriéndole a la vez coquetamente.
-¿quieres otro masaje?
Yulia rio abiertamente pero no contestó, solo se recostó sobre la colchoneta.-tus intentos de seducción no funcionaran conmigo- terció
-¿Cuáles intentos de seducción?-chilló recostándose sobre el pecho de la morena.- no necesito de ninguna artimaña… tu solita caes en mis encantos-afirmó airada.
Y cuánta razón tenía, no había falta que hiciera más para que la morena terminara deseándola. Sin darse cuenta ya estaba besándola, lentamente y con ternura. No había prisas. Tenían toda la noche para ellas solas sin nadie que las molestara…
Yulia despertó con la pelirroja abrazada a ella, la acomodó en la colchoneta con cuidado de no despertarla, era la segunda vez que despertaba con tan gloriosa mujer a lado y jamás se había dado el tiempo de contemplarla, así como lo estaba haciendo. Sonrió hacia sus adentros antes de cubrir la desnudez de su musa con una cobija, después de todo la mañana estaba fresca. Se vistió en silencio y salió de la tienda. Se asomó al establo, el pequeño potro ya caminaba de un lado a otro torpemente buscando el alimento que le propinaba su madre.
Bostezó y entrecerró los ojos, estaba cansada… ¿y cómo no estarlo? Se sonrió pensándolo una vez más, esa pelirroja era increíble, no cabía la menor duda. Regresó a la tienda, Lena aun dormía… decidió no hacer ruido y quedarse allí contemplándola.
-me siento acosada- murmuró la pelirroja entre abriendo los ojos.
-jum… deberías acostumbrarte- ronroneó en voz baja- ¿Cómo dormiste?- preguntó con un gesto dulce.
-muy bien- respondió sonriendo satisfecha.
-ya veo…
-¿y tú?
-mal… -dijo frunciendo la boca- dormir contigo es sinónimo de no descansar…
-tu muy sufrida- terció dándole un beso en los labios- pero si tú quieres regresamos a lo de antes, tú en tu cama y yo en la mía…
-mmm no…-musitó- yo no he dicho nada…-dejándose caer en la colchoneta.
-¿hace cuánto estas despierta?- le inquirió la pelirroja a quien le había dejado de importar estar desnuda frente a la morena.
-un rato… fui a ver al potro-comentó sonriendo- parece estar sano.
-qué bueno…- contestó vistiéndose.
-deberíamos irnos- musitó- pronto servirán el desayuno.
-¿y todo esto?- preguntó la pelirroja
Yulia comenzó a reír- no te preocupes por ello, Sven y Domen vendrán a recogerlo todo…
La pelirroja sonrió- no me dijiste donde los conociste.
La morena salió de la tienda aspirando el aire fresco de la mañana- también son exiliados-respondió- recibimos entrenamiento juntos.
-por eso son tan buenos amigos…
-si… cada uno es el mejor en su propia rama… por ejemplo: Sven es el mejor con armas de fuego, Troy lo era con la sniper, Domen el mejor conductor y peleador cuerpo a cuerpo, y Steven es un gran estratega-admitió con seriedad.
-¿y es cierto que eres mejor que ellos o solo es tu ego el que habla?- le inquirió como quien espera una confesión burlesca.
Yulia la miró divertida riendo por lo bajo. Llegó al coche y le abrió la puerta de copiloto a Lena. La pelirroja negó con la cabeza, le quito las llaves y se subió del lado del piloto. –Veo que has tomado el mando- comentó ante la sonrisa victoriosa de Lena.- y… se puede decir que fui la mejor… por eso me odiaban tanto cuando éramos niños. Ellos siempre seguían a Steven y cuando me gané la confianza de Steven también la de ellos…
-¿fuiste la mejor? ¿Qué ya no lo eres?
La morena bajó la cabeza- ha sido solo un decir… no pienses mucho en ello- le aseguró.
Lena estacionó el auto frente a la mansión, le dejó las llaves puestas a petición de Yulia pues haría que alguien se lo llevara. Justo estaban entrando al vestíbulo cuando Yulia detuvo a la pelirroja por el brazo.
-¿Qué pasa?- preguntó al enfrentarse con el semblante serio de la morena.
Yulia hizo una mueca- no me lo tomes a mal Lena, pero, nadie debe de enterarse de nuestro nuevo acuerdo- dijo hablando bajo- en estos momentos no puedo confiar en todos mis hombres- confesó.
Lena asintió. Y así fue, tal y como lo había pedido la morena, no daban muestra al público de su nuevo trato, nadie vigilaba el piso de Yulia por lo que era sencillo saltarse a su habitación por las noches. A Yulia le habían remplazado las muletas por un nuevo bastón que llevaba consigo a todas partes y que por ratos abandonaba en algún rincón. Lena ya no pasaba tanto tiempo con la morena, porque esta había regresado al mando con Steven como su mano derecha, sin embargo se hallaba contenta, cada vez se sentía más cercana con Yulia, se sentía feliz de solo estar con la morena y al parecer, Yulia sentía lo mismo cuando estaban juntas.
Pero había algo que molestaba a Lena… no, no era una molestia, era una inquietud… las festividades de invierno estaban muy cerca, ¿sería la primera vez que no pasaría navidad y año nuevo a lado de sus padres y hermanos?
Se sintió sorprendida, aquella mañana que despertó en los brazos de la morena. Yulia le besó la frente y le abrazo contra sí.
-te echare de menos- le dijo, no hizo falta más para que la pelirroja se incorporara para verle a los ojos.
-¿Qué?- preguntó sacudida aún por el comentario.
La morena le sonrió dulcemente, alzó la mano y con el dedo índice tocó la nariz de Lena.- he hecho arreglos- dijo cogiéndole de la barbilla para robarle un beso.- pasaras las fiestas con tu familia…
-pero… ¿y tú?
-¿yo? Yo me quedare aquí…- contestó tranquila- si te retengo conmigo empezaran a sospechar que no quiero dejarte ir…-admitió
La pelirroja volvió a abrazarse de Yulia- como si eso no fuera verdad- dijo riendo
-bien, es cierto… pero te dejare ir- sentenció- prepárate, Domen y Sven te llevarán hoy en la tarde- comentó levantándose
-¿Por qué tan pronto?- le inquirió con un dejo de molestia.
Yulia se giró para sonreírle- no quiero cambiar de parecer…- se acercó para volver a besarla- no estaré aquí cuando te vayas- agregó-tengo varios asuntos que revisar con Steven…
-parece que ya está todo planeado… ¿desayunaras conmigo al menos? ¿O me abandonaras como ayer?- le inquirió.
-ya me disculpe por lo de ayer- terció. Se colgó una toalla en el hombro y se volvió de nuevo hacia Lena- te veré abajo…- dijo antes de meterse al baño.
La pelirroja se dio por vencida, salió rápidamente de la habitación de Yulia para ir a ducharse a su cuarto. Bajo al comedor pero no había nadie, se sentó en el lugar de siempre esperando a Yulia. Oyó un barullo detrás de ella, era la morena quien hablaba con Steven, al entrar al comedor se quedaron en silencio.
-buenos días, Elena- le saludó la morena
-buenos días, Yulia… buenos días Steven
-buenos días señorita…- respondió Steven- Yulia vamos a llegar tarde- le apuró al verla caminar al comedor.
La morena alzó la vista de mala gana- dame un momento, Steven… siquiera debo probar bocado…
Aquel rubio solo suspiró, asintió y salió de la habitación.
-no tienes que quedar bien conmigo- habló la pelirroja- si tienes asuntos que atender…
-son tonterías- le interrumpió, hizo una pausa en la que resopló brevemente- pero tengo que ir…- confesó riendo y rascándose la cabeza. –Bien…supongo que… te veré el año que viene- musitó.
-parece más largo de lo que es…- comentó cabizbaja por un momento. Quería ver a su familia y estar con ellos, pero extrañaría tanto a Yulia.
La morena miró hacia los lados y después de cerciorarse que no había nadie se atrevió a arrodillarse frente a Lena para besarle por última vez. Volvió a ponerse de pie y caminó rumbo a la salida.
-se me olvidaba…- dijo debajo del umbral- si quieres pasar por presentes para tu familia solo dilo, confió en que estarás en las mejores manos.
-gracias…-dijo dedicándole una última sonrisa a la morena antes de verla desaparecer. –Y me abandonaste de nuevo…- susurró para sí.

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Mensaje por Monyk Mar Mar 01, 2016 1:16 am

Siiii, muy buena tu historia.
Saludos!!

Monyk

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