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JUEGO FUERTE

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Mensaje por Lesdrumm 10/26/2015, 8:11 pm

Bueno, yo aquí de nuevo con una historia, que postearé en el foro, pero esta vez será algo realmente muy muy diferente a todo, y la razón es sencilla, eh decido mezclar dos chicas de mis dos parejas favoritas (Jemma y Yulena) en una historia.
¿Porque decidí hacer esto? la primera razón es porque quiero hacer algo diferente, quiero un  cambio de protagonistas en una historia, Fan Fic, quiero mezclar dos mujeres que me encantan, Lucy Scherer y Yulia Volkova en una historia y ver lo que sale, y a juzgar por mi misma, sale algo totalmente interesante. Dos personalidades fuertes en la realidad, dos mujeres solteras en la realidad, Rusia y Alemania, un par de ojos azules y un par de ojos celestes eléctricos hacen la combinación perfecta para que esta historia sea genial.
Muchos preguntarán porque no elegí a Lena Katina en vez de a Yulia, bueno , la razón es porque muchos me pidieron que haga una historia con esta pareja, sumado a que las dos son solteras en la realidad y bisexuales, bueno Lucy más bien juega al 80% para el equipo femenino Wink Puede que en otra oportunidad adapte otra historia para Lucy y Lena.
Bueno sin mas les dejó la introducción de esta historia y el primer capítulo



PROTAGONISTAS: Lucy Scherer & Yulia Volkova: Imagen  https://instagram.com/p/9UgSy_LXVL/



"JUEGO FUERTE"

INTRODUCCIÓN

"Desde la primera vez que vi tus ojos de cielo"

Yulia Volkova es una ejecutiva de negocios de alta potencia con un MBA de Wharton, una cartera Coach y zapatos de Jimmy Choo. Ella nunca ha dejado de ofrecer exactamente lo que su jefe quería.
Pero Yulia no contaba con encontrarse a Lucy Scherer, una medallista de oro olímpico con una mente propia, y un reto empresarial que debe conquistar o su carrera ha terminado.
Yulia y Lucy se enfrentan en la sala de juntas, en un juego de poderes, mientras luchan hasta el final, para llevar su creciente atracción rumbo al dormitorio.











Capítulo Uno




“Quiero esta compañia, Volkova.”
Yulia se sentó en silencio, decidida a no dejar que su jefe viera lo furiosa que estaba. "No quiero excusas y no voy a aceptar nada que no sea la cabeza de Braxton en mi mesa y su compañía en mi bolsillo." El viejo dio un puñetazo sobre la mesa, casi gritando
las
últimas palabras.
Que carajos le pasaba? ¿Quién se creía que era? Una novata recién graduada de la universidad con la tinta aun húmeda en su diploma y un maletín de piel de cocodrilo de imitación? Por el amor de Dios, ella era Yulia Olegovna Volkova, cuyo nombre hacía temblar en sus mocasines de borlas a más de un CEO. Había trabajado junto a Clayton Sumner durante diez años, después de graduarse summa cum laude con un MBA de Wharton y un maletín de lujo marca Coach. Ella siempre le entregaba exactamente lo que él quería, y le molestaba que pudiera pensar que no lo haría esta vez.
“Clayton,” Yulia trató de mantener un tono neutral ", he dejado alguna vez de darte algo que tú hayas querido?" Su pregunta era retórica. "Todo el mundo sabe que Braxton es un complemento perfecto para Sumner, incluso el mismo Peter Braxton. ¿Qué hay que discutir? Le vamos a hacer una oferta decente y la va a engullir. "
"Tú traeme esto, Volkova, y serás la próxima CEO de Empresas Sumner."
Yulia despejó su mente y luchó por controlarse. Clayton odiaba cualquier muestra de emoción, así se tratara de enojo, desilusión, alegría o emoción. Yulia había aprendido desde el principio a dominar cualquier signo externo de lo que estaba sintiendo.
"Ya me has oído. Estoy cansado de toda esta mierda. Es mi tiempo de cabalgar hacia el atardecer y conseguirme unas pantuflas en las cálidas playas de Tahiti el verano que viene. No confío en ninguno de esos contadores que trabajan para mí. Sé que puedo contar contigo para mantener solventes a Sumner, y a mi.
" Clayton era un machista, pero eso no importaba. Yuli sabía que inicialmente había obtenido la entrevista porque él pensaba que era un hombre, y sospechaba que consiguió el trabajo porque era lesbiana. Él siempre la había tratado como a uno mas de los chicos.
"Pero no quiero pagar a Braxton un solo centavo más de lo que me vea forzado a pagar."
Yulia estaba eufórica aún por su promesa de hacerla CEO, y pronto. No había pensado que estuviese dispuesto a retirarse por lo menos por otros cinco o seis años. Sacudió la cabeza y miró alrededor de la oficina de Clayton. Él había decorado la extensa habitación lujosamente, sin duda. Cada pieza del mobiliario había sido hecha a medida, las obras de arte eran originales, y la alfombra de felpa era tan espesa que sus zapatos se hundían cada vez que entraba.
"Cuando termine con Braxton, no sabrá qué fue lo que lo golpeó. Va a pensar que acaba de hacer el negocio del siglo, pero apenas va a terminar con el dinero suficiente para pagar sus cuentas. No te preocupes. Yo me ocuparé de él. " Se levantó de la silla Reina Anne. "Espero ver que lo que haces."
Yulia salió de la oficina de Clayton y cruzó el vestíbulo hacia la suya. Era la primera semana de agosto, por lo que el sol estaba alto en el cielo y la luz le pegaba en todas las direcciones. No se
sentó en su escritorio, se detuvo de espaldas a la habitación y echo un vistazo a las ventanas de piso a techo que flanqueaban su oficina.
De niña había soñado con tener un trabajo con una oficina en lugar de ser una trabajadora común en la fábrica de papel, como prácticamente todos los demás, en su ciudad natal de Hillsdale, Georgia. Su padre había trabajado allí desde que llegó de Rusia a los dieciséis años, junto con sus dos hermanos y su padre. Su madre era una ama de casa que había pasado la mayor parte de su tiempo esquivando los puños de su marido, los cobradores, y bebiendo hasta caer en el olvido. Yulia estaba muy lejos de Hillsdale ahora.
Había estudiado y trabajado con garra para llegar a donde estaba ahora, y sus pies morían de ganas de dar el paso final.
Yulia hizo girar su silla de cuero hacia su computadora, se sentó, y comenzó a tocar las teclas. Pronto encontró lo que estaba buscando y pulsó el botón de impresión. Página tras página de información sobre Braxton Products derramadas fuera de la impresora, llenando cuidadosamente la pulgada inferior de la bandeja de salida. Mientras la impresora resoplaba, Yulia cogió el teléfono y llamó al único hombre que sabría todo lo posible sobre la empresa que la convertiría en una estrella.
"Max, soy Yulia", dijo después de que atendiera el contestador. "Hey, necesito todo lo que tengas de Braxton Products. Estados Financieros, cartera de clientes, listas de clientes, información de los empleados, todo, incluyendo las propiedades. " Yulia hizo una pausa. "Sobre todo la mugre. Quiero saber quién esta escondiendo qué esqueleto y en dónde esta la llave del armario. Necesito esto lo antes posible, amigo, así que el precio no es problema. " Ella colgó el teléfono. La emoción de la persecución comenzó a latir por sus venas y ella sabía cómo celebrar.
 
*
 
"Lucy, necesitamos esta empresa. La Junta Directiva está cada vez más inquieta. "
"Lo sé, Edward. He recibido varias llamadas de teléfono esta semana. Es todo lo que Albert pudo hacer para mantener a los buitres en la bahía. " Lucy Barbara Eleonore Scherer no necesitaba a nadie que le dijera cuán desesperadamente necesitaban de esta fusión. Como CEO de Drake Pharmaceuticals lo sabía todo acerca de la compañía, desde el nombre del encargado de la correspondencia hasta el precio de los compuestos que conformaban su droga anti convulsiva mas vendida. Podía recitar sus finanzas en sus sueños, y últimamente lo había hecho. Se reunía con su director financiero tres veces a la semana, y los números estaban cada vez más en rojo.
"Lucy, algunos de los miembros de la junta piensan que podría ser el momento para tomar una nueva dirección".
El corazón de Lucy dio un brinco, pero ella se mantuvo en calma. "¿Te refieres a un nuevo líder, no es así, Edward?" Esto no era nuevo para ella. Había pasado por esto antes con algunos de sus compañeros. Una nueva dirección era un eufemismo para referirse a estas despedida. Vio como el presidente de su Junta luchaba con una respuesta. " Tranquilo, Edward. Yo sé contra lo que me enfrento. Estoy segura de que podemos llegar a un acuerdo con Braxton Products. Su inventario se ajusta al agujero que tenemos en nuestra cadena de suministros, su base de clientes prácticamente espeja la nuestra, y su cultura es muy similar. Cuando Peter Braxton vea que vamos a dejar que sea una unidad de negocios independiente va a estar encantado. Tengo una reunión con él la próxima semana. "
"Lucy, te das cuenta de que tengo plena confianza en ti -"
"Y te lo agradezco, Edward. Las personas que trabajan para mí son geniales, y están comprometidos a hacer que esta fusión ocurra. " Lucy había elegido a dedo, o bien entrenado personalmente, a su personal superior y defendería su capacidad y dedicación hasta el final. Ella sólo esperaba que al final no se avecinara a la vuelta de la esquina.
Edward se fue, dando a Lucy unos minutos para reflexionar sobre su conversación antes del comienzo de su próxima reunión. Ella había sido CEO por ocho años, y durante ese tiempo la industria farmacéutica había sufrido un gran impacto en Wall Street. La confianza de los inversores estaba en su punto más bajo de todos los tiempos, y la FDA había indagado sobre varias patentes que Drake tenía pendientes. La empresa había luchado una batalla tras otra. Ella suspiró y se enderezó mientras su CFO entraba en su oficina, vistiendo su familiar expresión de preocupación. Lucy tenía una pelea más que librar, y esperaba que la adquisición de Braxton Products no fuese la causa de su despido.
 
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Mensaje por Aleinads 10/28/2015, 10:07 pm

Que gran inicio Smile cheers
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Mensaje por Lesdrumm 10/28/2015, 11:26 pm

Capítulo Dos



Alguna pregunta hasta ahora? " Lucy echó un vistazo a su personal directo alrededor de la mesa de conferencias. El responsable de Investigación y Desarrollo, el vicepresidente de Recursos Humanos, e jefe de Marketing, su ayudante administrativo y Robert Moore, el Director Legal, parecía como si estuvieran en una sesión informativa previa al despegue. Su CFO y amiga de mucho tiempo, Claire McCarty, se sentó en el extremo de la mesa oval. Una morena con una conducta implacable, Claire tamborileaba los dedos sobre la mesa de nogal al ritmo del balanceo de su silla, sus papeles esparcidos delante de ella en pulcros montoncitos, su calculadora en la mano. La empresa no podría tener éxito sin estas seis personas.
Una importante empresa de “headhunting” había reclutado a Lucy Scherer para dirigir Drake ocho años atrás. A los treinta y ocho años se había convertido en una de los CEO más jóvenes entre las 500 compañías Fortune en el país, y había seleccionado cuidadosamente al personal a su alrededor. Trabajando juntos como un equipo de personalidades fuertes, conocían los puntos fuertes, debilidades y flaquezas de cada uno. Sus discusiones, a menudo eran acaloradas y animadas, pero ellos respetaban las opiniones del otro y se apoyaban unos a otros. Tampoco tenían miedo de cuestionar las decisiones de Lucy, y ella valoraba su opinión.
"Bien. El consejo cuenta con nosotros para traer a bordo a Braxton. Por el contrario de lo que se dice en la calle, este acuerdo no es sobre mí o mi continuidad a la cabeza de esta mesa. Se trata de Drake. Siempre se trata de Drake y de mantener los valores y servicios que esta empresa ofrece a millones de personas.
Nosotros proveemos servicios de salud a la población más necesitada, mientras otras compañías solo piensan en que no se han beneficiado aún lo suficiente de ellos. No podemos dejar a esta gente. " Todo el mundo alrededor de la mesa asintió con la cabeza, aunque habían oído este discurso cientos o miles de veces.
James Drake, un PhD educado en Harvard que fundó Drake cuarenta y dos años atrás, creía que los investigadores debían estar adecuadamente financiados para descubrir una cura para todas las enfermedades, no sólo para aquellas donde se podía hacer dinero.
Las grandes farmacéuticas rechazaban los "medicamentos huérfanos".
"Bueno, vamos a poner todo lo que sabemos acerca de Braxton sobre la mesa."
Lucy admiro el detalle y la minuciosidad de la información que su personal proporciono las siguientes tres horas, tomando notas ocasionalmente para acordarse de algo o para aclarar un punto. Hizo comentarios adicionales a medida que cada persona hacia su presentación, con la intención de entrenarlos en las zonas que podrían mejorar. Su trabajo no era simplemente dirigir la compañía, sino moldear a los dirigentes que la seguirían.
Ella no iba a irse, pero quería asegurarse de que, si lo hacía, alguien podría llenar sus zapatos sin interrumpir Drake.
Levantó la vista de sus notas cuando Claire finalmente dejó de escupir números y mencionó el nombre de Lisa Billings. Lisa era vicepresidente senior de la firma de banca de inversión que Drake había contratado para ayudarles a asegurarse no sólo el financiamiento que necesitarían para comprar Braxton, sino también la información confidencial y el análisis sobre Braxton.
Lucy y Lisa se reconocieron mutuamente como lesbianas en el momento en que se dieron la mano. Lisa era alta y atractiva, con pelo corto de color negro azabache, que enmarcaba su rostro ovalado. Sus ojos, igual de oscuros, eran agudos y enfocados al hablar. Sus trajes eran impecables y de moda por igual, un símbolo de estatus de Tollison Brothers, su firma.
Se reunieron por segunda vez a cenar en el elegante restaurante La Boheme en el centro de Manhattan, no lejos de las oficinas de Tollison y al otro lado de la calle del hotel de Lucy.
Había venido a Nueva York para reunirse con varios bancos de inversión, para asegurar la financiación que Drake tan desesperadamente necesitaba. Mientras saboreaba el mejor filete que había comido en mucho tiempo, Lisa hizo algunas preguntas superficiales sobre la vida personal de Lucy, pero esta siempre la llevó de nuevo a temas de negocios. Lisa era atractiva, y en otro tiempo, y en otras circunstancias, Lucy se podría haber aventurado en el camino personal, pero ahora estaba luchando por la vida de Drake. No podía permitirse el lujo de distraerse.
"Lisa viene a la ciudad la próxima semana para darnos a conocer la información más reciente que Tollison ha reunido sobre Braxton," Estaba diciendo Claire. "Lucy, ella ya está en tu agenda para la tarde del martes."
"Sra.Scherer, quiere que organice una cena para ustedes dos el martes por la noche? " preguntó Albert Heard, el asistente administrativo de Lucy.
Albert, que tenía cincuenta y ocho años de edad, era el asistente administrativo más brillante que había tenido nunca. Era británico y muy orgulloso de su papel como su guardián y protector. A pesar de que le dijo varias veces que no necesitaba ser tan formal con ella, él simplemente contestaba que se tomaba su trabajo muy en serio y estaba orgulloso de que ella lo hubiese seleccionado. No estaba en su naturaleza ser otra cosa que profesional, dijo.
"Sí. Albert, gracias. " Lucy tuvo un pensamiento persistente de que ella ya tenía planes la noche. No sería la primera vez que cancelaría sus planes personales por los negocios y, sin duda, tampoco sería la última. Albert le recordaría más tarde de qué se trataba.
"Está bien, todo el mundo." Lucy cerró su notebook. "Ustedes saben lo que tenemos que hacer. No puedo exagerar la confidencialidad de este acuerdo. Hasta que no tengamos todo alineado, todos los puntos i y t cruzados, no podemos dejar que nuestro interés en Braxton se sepa. Ellos no están buscando un comprador y no les gustará cuando me acerque a Peter Braxton, su CEO. Tenemos que estar preparados. No espero mas contrariedades que las normales, pero no podemos ser capturados desprevenidos. Necesitamos esto, y yo cuento con que me ayuden a hacer que suceda. " Lucy hizo contacto visual con cada miembro del personal y vio la gravedad de su situación reflejarse
en cada par de ojos.
Poco después la reunión se disolvió, Albert entró en su oficina llevando su anotador estandard y un bolígrafo azul. Una tarde, poco después de que que haber sido contratado, incluso lo vio salir del baño de hombres con la anotador bajo el brazo y la pluma en su lugar habitual, enganchado dentro de la espiral.
"Perdone, señora Scherer. Usted tiene entradas para el ballet con la Sra. Latile el martes por la noche. ¿Debo llamar y cancelar? "
A veces Albert actuaba como su mayordomo ademas de su asistente. Se ofrecía como voluntario para hacer sus diligencias personales, llevar su coche al taller para un cambio de aceite, y lerecordaba comprar tarjetas de cumpleaños por lo menos una semana antes de que el evento apareciera en su agenda. En más de una ocasión deseaba poder llevarlo a casa para que pudiera organizar su vida personal tan eficientemente como su vida de negocios.
"No, gracias, Albert. Yo misma la llamo. Mierda ", murmuró en voz baja. Esta era la tercera vez seguida que tenía que cancelar con Carole. Ella lo entendería, pero Lucy sabía lo mucho y con cuanto interés esperaba ver el Lago de los Cisnes.
"Albert, envía las entradas a su oficina. Si no puedo ir, al menos ella puede disfrutar de la actuación. " Carole tenía muchos amigos y no debería tener problemas para encontrar a alguien que la acompañara.
Carole Latile era la novia no tan seria de Lucy. Habían salido informalmente por un año a cenar una o dos veces por semana, por lo general, seguido de sexo igualmente agradable.
Carole, el fiscal de distrito de la ciudad de Lake Forrest, un pueblo a las afueras de los límites de la ciudad de Atlanta, llevaba una pesada carga de trabajo y trataba de ser una madre sustituta para los hijos de su hermana, por lo que tenía tan poco tiempo libre como Lucy. Ellas disfrutaban de su mutua compañía cuando era posible, sin que ninguna de ellas empujara su relación al siguiente nivel.
"Sí, señora. ¿Necesitará algo más? " Albert tenía su pluma a punto para tomar nota de cualquier cosa Lucy necesitara.
Lucy estaba a punto de decir que no, pero él había asumido su mirada de cachorro que decía que quería hacer algo para aliviar algo de su carga. En cambio, le pidió una taza de café recién hecho. Saltó como si le hubiese pedido que pusiera al teléfono al presidente de los Estados Unidos por ella.
Pronto, sosteniendo la taza humeante en la mano, ella volvió a leer el informe preliminar que Lisa Billings había preparadosobre Braxton. Lo había recorrido tantas veces que casi lo había memorizado, pero cada vez que lo hacia se alzaba con una pepita de información, o conocimiento adicional, sobre la empresa. Ella y Lisa habían decidido que necesitaban entender completamente a Braxton y a su CEO para poder llevar a cabo este acuerdo.
Lucy siempre hacía su tarea sobre cualquier cosa en la que ella pusiera su mente. Era metódica por naturaleza, sabía lo que iba a hacer tres pasos antes de que tuviera que hacerlo. Rara vez era impulsiva, prefería planificar su vida como planificaba su día de negocios. Ella conocería esa empresa tanto como conocía la propia, antes incluso de poner un pie en la oficina de Peter Braxton.
 
 CONTINUARÁ... Arrow


Última edición por Nichya el 11/10/2015, 9:57 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Lesdrumm 11/2/2015, 9:30 pm

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Capítulo Tres (Juego Fuerte)


Lucy apagó el ordenador e introdujo varias pulgadas de papel en su maletín Louis Vuitton. Prácticamente le había ordenado a Albert que se fuera a las siete, y mientras caminaba en silencio a la orilla de los ascensores tres horas más tarde, se dio cuenta de que todas las luces estaban apagadas en el piso, excepto la suya. La escena era muy familiar. Madrugadora, era a menudo la primera en llegar a la oficina por la mañana. Pero con lasrecientes dificultades de Drake, ahora era siempre la última en irse.
Las puertas del ascensor se abrieron unos segundos después de apretar el botón de bajada. Entró, mirándose en los espejos delas puertas, mientras el ascensor la llevaba los cinco pisos abajo,hasta el vestíbulo. ¿Necesitaba un corte de pelo o tal vez inclusoun nuevo estilo? Su cabello castaño estaba tan lleno de vida ybrillante como hace quince años atrás, pero tal vez era demasiado vieja para llevarlo largo, recogido en la parte de atrás con un broche o suelto. Siempre había oído que las mujeres mayores debían tener el pelo más corto. El estilo acentuaba sus pómulos altos y, aparte de los círculos oscuros debajo de sus ojos, su tez perfecta. A los treinta y ocho años se sentía muy bien y, a juzgar por la segunda mirada que recibía de los hombres y las mujeres, se veía bien también.
Su casa no estaba lejos de la oficina y la noche era cálida, así que bajo el techo de su convertible y condujo hasta su casa. Sus tacones resonaban en el suelo de cemento del garaje y,balanceando su maletín, su bolso, y una pila de correo, abrió lapuerta que conducía desde el garaje a la casa. Después de dejarcaer el contenido de sus manos en la mesita de noche, Lucy sequitó los zapatos y tiró la chaqueta del traje en la silla. No mirócuando la chaqueta se deslizó desde el material de cuero hasta una pila en el piso de madera. La llevaría a la tintorería con la ropa que ya había amontonado en el asiento de la silla.
Abriendo la puerta del refrigerador, Lucy miró los estantes casi vacíos. Ir de compras no era una de sus cosas favoritas, y era obvio que no se había obligado a hacer esa tarea importante, pero mundana. En el segundo estante, sólo una caja de huevos junto con un bloque de queso, un recipiente de yogur, y tres manzanas en la tercera. Lucy tomo una de las cervezas que llenaban el estante de arriba, los huevos, el queso y un poco de jamón, y se puso a preparar un omelette.
Con el estómago lleno y, finalmente relajada, agarró el teléfono y se dejó caer en la silla gemela de la que era su cesta de la ropa temporal. Tiró de la palanca, levantando el reposapiés, y sedesplazo a través de los números programados en su teléfono.
Pasó por el de su madre, hermano, dos hermanas, y el número de la casa de Albert, así como los números de las casas de cada uno de los de su personal, para por último detenerse y pulsar el botón de marcar.
A medida que el timbre sonaba en su oído, Lucy se miró los pies y frunció el ceño. Necesitaba desesperadamente una pedicura y sacó su iPhone de su maletín para hacer una nota antes de que lo olvidara. Acababa de terminar de introducir el recordatorio cuando un hilo de voz en el otro extremo del teléfono contestó.

"Hola".

"Carole? ¿Te encuentras bien? “No era demasiado tarde parallamar a Carole. Ella era un ave nocturna, que rara vez se iba a la cama antes de medianoche.
"Estoy bien. No podía encontrar el maldito teléfono. Los niños estuvieron en casa esta noche, y cuando oí el timbre en el sofá me di cuenta de que, obviamente, estuvieron jugando con algo con lo que no deberían haberlo hecho. "
"¿Cómo están?" La hermana de Carole había muerto de repente hacia tres años y ella se había involucrado para ayudar a su cuñado a criar a sus tres hijos.
"Están excelente. Su padre empezó finalmente a salir de nuevo, por lo que tuve que cuidar a los querubines esta noche.
Ahora sé por qué me convertí en una lesbiana. De ninguna manera podría manejar tres hijos veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Quiero decir, me encantan estos chicos, pero estoy absolutamente exhausta”.
Lucy se echó a reír. Carole tenían a menudo a los niños en su casa y siempre decía lo mismo después de su partida.
"Haces que mi día suene como un paseo por el parque."
"Pareces cansada. ¿Qué pasa? “Carole era buena en la lectura de los estados de ánimo de Lucy y sabía cuándo callar y escuchar, y cuándo indagar.
"Recuerdas que hace unos meses te dije que tendríamos queadquirir una empresa denominada Braxton Products?" Lucycontinuó después de que Carole respondió que sí. "Bueno, esdefinitivo. Me reuní con mi equipo hoy y nos pasamos toda latarde trabajando en ello. "
"Wow, Lucy. Debería ofrecerte mi compasión o misfelicitaciones? Sé que lo veías como una bendición y unamaldición si tenías que ir por este camino. "
Lucy a menudo le hablaba a Carole sobre algún problema o tema de Drake. Carole, una exitosa mujer de negocios también,sabía lo suficiente como para ofrecer un buen consejo, o nada, si Lucy simplemente necesita hablar sobre algo.
"Bueno, soy yo quien tiene que pedir disculpas. No puedo ir el martes por la noche. Nuestro banquero de inversión viene a laciudad y”
"No te preocupes por eso, Lucy. Yo entiendo”.
"Albert te enviara las entradas a tu oficina mañana. No hayrazón por la que no puedas ir y disfrutar. "
"He dicho que no te preocupes por eso. Comprendoperfectamente que los negocios tienen prioridad sobre tu vidapersonal en este caso. Voy a invitar a mi mamá a ir conmigo. Va a estar encantada. "
La facilidad con que Carol aceptó la cancelación de su citapreocupo a Lucy. Sí, hubo tiempos en los que los negociosafectaban algún plan personal, pero últimamente era cada vez más la norma que la excepción, y que eso no pareciera molestar a Carole, le molestaba.
Su última relación había terminado dos años atrás cuando salió de una casa diferente, cansada de la constante muestra desuperioridad militar de su pareja Melissa.
Los padres de Melissa Vaughn la habían echado a perder desde el momento en que salió del vientre, y probablemente todavía lo hacían. Lucy no había visto ni hablado con Melissa desde que la echó fuera de su oficina aquel feo día siete meses atrás.
Melissa había entrado a su despacho sin avisar, cuando
Albert estaba en el almuerzo. Ella había estado allí con frecuencia durante el tiempo que estuvieron juntas, a menudo haciendo comentarios despectivos sobre los muebles de Lucy, sus pinturas, o incluso sobre las manchas de lluvia en las ventanas.
Por la mirada en su cara esta vez, Lucy sabía que sería más feoque la anterior.
"¿Cómo te atreves a tratarme de esta manera?", Dijo Melissa.
Lucy puso la tapa en su pluma Montblanc y miró al otro lado de su ancho escritorio de caoba, dándose un tiempo para ordenar sus pensamientos. Estaba enojada porque todavía le permitía a Melissa que la desconcertará. "¿Qué quieres, Melissa?"
Lucy hizo una nota mental para hablar con el jefe de seguridadde Drake. Le había advertido varias veces que Melissa podríatratar de entrar en la instalación y hacer una escena. Había estado muy callada durante los últimos meses, y Lucy la conocíademasiado bien.
"¿Qué quiero? ¿Qué quiero? "Melissa se paseó por delante de su escritorio como una pelota de ping-pong cruzando de ida yvuelta en la red. "Lo que quiero es que me muestres un poco derespeto. Eso es lo que quiero. "
Lucy no se sorprendió cuando Melissa se repitió. Cuando no tenía nada que decir, decía lo mismo una y otra vez. Al principio esto a Lucy le parecía encantador. Ahora simplemente le molestaba. "Melissa, yo no sé de qué estás hablando. Te hetratado con el máximo respeto todo el tiempo que estuvimosjuntas, y eso no ha cambiado desde que nos separamos. "
"Nosotras no rompimos, Lucy. Tú lo hiciste. "
Dos años atrás, Lucy le había dicho a Melissa que simplemente no estaba contenta con su relación y tenía previsto irse al día siguiente. Había alquilado un apartamento cerca de Drake y firmado un contrato de arrendamiento por doce meses,pensando que les daría, a ella y a Melissa, el tiempo suficiente para desentrañar sus finanzas y los bienes comunes. Ocho meses atrás había comprado y se había mudado a la que ahora llamaba su casa.
Lucy había conocido a Melissa en un partido de basquetball. No sólo era preciosa, sino ademas muy competitiva.
Una mujer de ganar a toda costa. Si quería algo no dejaba quenada se interpusiese en su camino. Tuvo éxito por sí misma, con la posesión de varias boutiques de gama alta que abastecían a los ricos y famosos en Lake Forrest. Era encantadora y persuasiva, y había tenido a Lucy a sus pies y en sus brazos en solo dos citas.
Le tomó casi dos años a Lucy borrar de su cabeza el alucinante sexo de todos los días. Entonces comenzó a ver a Melissa tal y como era en realidad. Un ser altamente competitivo, Melissa consideraba todo como un desafío para ella, y tenía que ganar, tenía que tener el coche más rápido, el último aparato electrónico, o el mayor cheque de pago. En su vida personal Melissa siempre tenía que tener el primer orgasmo y el último de la noche, y nunca estaba satisfecha hasta que Lucy había llegado al menos dos veces. Ella, al parecer, tenía que demostrarse a sí misma que podía conseguir que una mujer se corriera varias veces. Al principio Lucy no tenía absolutamente ninguna queja, pero después de que aceptó el trabajo en Drake, todo lo que quería hacer casi todas las noches era ir a la cama y dormir.
Melissa prácticamente le había rogado a Lucy que aceptará el trabajo, y cuando Lucy descubrió por qué, se le destrozó elcorazón. Melissa no quería que aceptará  la posición de Drakeporque Lucy la quería, o porque era la decisión correcta para sucarrera. Melissa quería una novia que fuese CEO de una grancorporación. Quería lucir a Lucy frente a sus amigos y socios de negocios, y la mayoría de las veces, lo hacía. Una noche después de asistir a otra fiesta a la que no quería ir, Lucy se dio cuenta de que no era feliz en una relación de competencia. Pasaronmuchos meses más hasta que finalmente tuvo el valor para poner fin a la relación. Odiaba su cobardía y juro no volver a ser tan débil de carácter nunca más.
Lucy se negó a discutir de semántica con Melissa. "Estoy muy ocupada en este momento. ¿Qué quieres? “No era que Victoria planeará darle lo que eso fuese. Ella ya había dado lo suficiente.
"Quiero que dejes este trabajo estúpido y vuelvas a mí."
Lucy miró a la mujer con la que había estado siete años,sintiendo como si nunca la hubiese visto antes. "¿De qué estáshablando? No voy a renunciar y, ciertamente, no voy a volvercontigo.”
Melissa aminoró su ritmo. "Mira, Luc, Admito que las cosas se pusieron un poco tensas entre nosotras cuando tomaste estetrabajo”.
"Un poco tensas?" Lucy disparó de nuevo. 
"Llamas a decirle a todos que habías ganado la trifecta con tu esposa CEO, tu tercer millón de dólares en el banco, y un Bentley nuevo, un poco tensas? Yo no te importaba, Melissa. Dudo si alguna vez lo hice.

Yo no era más que otra muesca en su cinturón. Tú tienes que estar en competencia con todo el mundo para todo, y yo era el trofeo de cola. Lo siento, pero no estoy interesada en ser un símbolo en tu manto. "La cara de Lucy se encendió de ira y vergüenza por no haber puesto fin a su relación antes.
"No fue así, Luc".
Lucy odiaba ese apodo. Se levantó y rodeó con calma elescritorio, deteniéndose a escasos centímetros de la más baja Melissa. "Eso es exactamente lo que fue, Melissa, y si tuvieras algo de respeto por ti misma no estarías aquí pidiéndome que vuelva. No te quiero a ti ni a la vida que teníamos. O la vida que creo que pudimos tener ", añadió Lucy rápida, queriendo dejar claro que no tenían futuro. "Melissa, hemos terminado, acabado, roto, cualquier palabra que desees utilizar para describirlo. Has sido menos que cortés conmigo durante la ruptura, y te sugiero que te vayas antes de que realmente me enoje y te haga echar. "
Lucy vio como Melissa trataba de decidir si quería quedarse y luchar, o hacer lo que Lucy le exigía. Finalmente, después de lo que sintió como varios minutos, Melissa se dio la vuelta tan rápido que Lucy casi pudo sentir el aire alrededor de su movimiento. Salió de la oficina, cerrando la puerta maciza deroble detrás de ella.
"Lucy, ¿estás ahí?"
La voz de Carole la trajo de vuelta al presente. "Sí, lo siento,¿qué dijiste?"
"No era importante. Voy a dejarte ir. Llámame la semana queviene y vamos a encontrarnos a comer algo, o algo así. "
Lucy no sabía si se sentía aliviada de no tener que mantener una conversación, o decepcionada de que no le importaba lo suficiente como para hacerlo. Carole era un consuelo. No hay presión sin compromiso, sólo cuando sea y lo que sea. De repente, en medio del punto más crítico en su vida profesional, Lucy se dio cuenta de que quería más.
*
 
 
La música estaba muy alta, de la forma en que a Yulia legustaba, y su cuerpo latía al ritmo de los graves mientras caminaba a través del bar lleno de gente. La adrenalina de la tarde todavía golpeaba por sus venas y se sentía invencible. Con sus metro cincuenta y cinco de altura Yulia se dio cuenta de que no era fácilmente visible en la multitud de mujeres en el LeftSeat, el bar de lesbianas más de moda de Atlanta. Era el lugar para ser vista, y a juzgar por las mujeres prácticamente de pie hombro con hombro, cada lesbiana en la ciudad pensaba lo mismo. Pero la forma en que Yulia se movía atrajo a más de un par de ojos. Algunos lo describían como un contoneo arrogante, otros como seguridad, y algunos simplemente lo llamaban "al acecho." De cualquier manera, los ojos y el interés la seguían y Yulia notaba a casi todos ellos.
Yulia era habitual en el Left Seat, prefiriendo conocer mujeresdonde no tuviera que perder mucho tiempo ni esfuerzo en la charla casual y las conversaciones del tipo llegar a conocerte que eran necesarias en otros lugares donde podía conocer lesbianas. No le iban los clubes de desayuno del domingo por la mañana o las reuniones del libro del mes en el Book Binder o los muchos otros grupos sociales que llenaban la agenda de homosexuales y lesbianas de Atlanta. Rara vez estaba en la ciudad. Y cuando lo estaba, lo último que quería era una conexión a una profundidad mayor que a la que sus dedos podían ir dentro de una compañera igualmente dispuesta.
Encontró un rincón vacío por algún milagro, donde se escurrió en un espacio lo suficientemente grande como para pararse y mirar a la multitud sin necesidad de que sus vecinos laempujaran. Yulia tomó un sorbo de cerveza y perezosamenteescaneo a las mujeres en la pista de baile, enfocándose en lasdesinhibidas y las que parecían estar sin pareja. Las mujeres queeran sueltas y sin reservas en la pista de baile eran, casi siemprepor igual, desenfrenadas en el dormitorio. Hizo contacto visualcon una pelirroja delgada en pantalones vaqueros losuficientemente apretados para mostrar su trasero y una blusaverde lo suficientemente corta como para mostrar sus otros activos igualmente impresionantes. Sonrió cuando la mujer no esquivo su mirada.
*
 
Una semana después de su conversación con Clayton, Yuliaesperaba impaciente en la dura silla de cuero fuera de la oficina de
Peter Braxton, CEO de Braxton Products. Distribuidor desuministros y equipos médicos, Braxton no podían competir conlos grandes, Fraser Healthcare y Cardinal Health, pero prefiríahacer negocios con las pequeñas clínicas y los médicos, losprincipales actores olvidados. Braxton se enorgullecía de suservicio al cliente personalizado, pero se volvía cada vez másdifícil ser competitivos con Fraser o Cardinal.
A Yulia le había costado casi un milagro llegar a esta cita. Enprimer lugar tuvo que pasar por la asistente de Braxton, convencer a la mujer de que no podía esperar hasta fin de mes, cuando "el Sr. Braxton estaba disponible. “La voz insolente de la mujer volvió a sonar cuando entró por la puerta. Para empeorar las cosas, Yulia había estado sentada en esta silla incómoda durante veinticinco minutos. Estaba a punto de decir algo a la mujer, que prácticamente la había ignorado desde que llegó, cuando un timbre sonó y la mujer atendió.
"El señor Braxton lo verá ahora. "
Yulia no se molestó con un gracias, encuadró los hombros ydirigió a la puerta.
Lo primero que noto fue el tamaño de la oficina del hombre, lo segundo fue la vista de la ciudad de Atlanta, las cuales eranimpresionantes. Braxton se puso de pie cuando entró, su brazoextendido en un saludo cortés, pero sin salir de detrás delescritorio de roble macizo.
"Sra. Volkova, siento haberla hecho esperar. "
Aparentemente de unos cincuenta años, el medía por encima de los seis pies de altura, con pelo gris espeso peinado hacia atrás.
Habló con el habitual acento del sur y su apretón de manos fuefirme.
Yulia se negó a decir el obligatorio "No pasa nada" o "no hayproblema," porque no era así. Su tiempo era tan valioso como elde él y ella simplemente no le permitiría pensar lo contrario.
"Señor Braxton, me gustaría hablar con usted acerca de unaoportunidad de negocios. " Yulia fue directo a la caza y se sentó en el sillón de cuero frente al escritorio sin ser invitada.
El se instaló en su silla y Tate dijo: "Sr. Braxton, trabajo para-"
"Yo sé para quién trabaja."
Yulia no se sorprendió. En los últimos años, con frecuenciahabían aparecido artículos y fotos sobre ella en las revistas denegocios, ya que negoció con éxito algunas de las mayoresadquisiciones de empresas en el país. "Entonces ustedprobablemente sabe que estamos interesados en su empresa.
Hemos estudiado su balance, el P&L, y su declaración deingresos. Braxton se encuentra en terreno inestable, señor Braxton, y estamos en condiciones de ofrecerle una suma considerable de dinero para ayudarle. "Yulia habló con confianza, esperando que el hombre reaccionara como todos los otros CEOs a los que ella se había acercado con una oferta tal.
"Ayudarme a salir o a que me venda", preguntó con calma Braxton.
"Podemos considerar esto como un acuerdo mutuo. Usted está tambaleándose al borde de una situación financiera grave, ypodemos resolver su problema, haciéndolo un hombre muy rico,como resultado. “Yulia tenía un número en mente, un número muy grande que iba a tirar si la discusión comenzaba a estancarse.
Braxton se reclinó en su silla. "Que le da la idea de que estoy a la venta?"
Yulia se echó a reír. "Señor Braxton, su negocio está fallando.
No ha pagado a sus proveedores este mes, el alto costo delcombustible está comiendo sus tristes ganancias, y su flota estáenvejeciendo cada minuto. Si se pone peor sus inversores van aterminar con peniques de dólar, y no creo que estuviesen muyfelices al saber que ha pasado por alto un acuerdo con unacompañía tan rica en efectivo como Empresas Sumner. "Yuliamantuvo su tono de voz sin amenazas, pero su voz transmita undejo de sabiduría.
"Y usted piensa que venderle Braxton a usted es lo que tengoque hacer para, vamos a ver, ¿cómo fue que lo parafraseo...ayudarme?"
"Sí, señor Braxton, eso es absolutamente correcto."
¿Por qué no estaba aceptando el trato de inmeditao? Losrumores en la calle decíam que los inversionistas de la empresaestaban listos para pedir la cabeza de Braxton. Esto era unaobviedad. La cartera de empresas de Sumner incluía una empresa de bebidas, varias estaciones de radio y televisión, dieciocho empresas de servicios públicos repartidos por todo el Medio Oeste, y una de las editoriales más importantes del país. Con una variedad tan ecléctica de empresas, Yulia nunca se había preguntado por qué Clayton quería Braxton. Para ella era más que otra adquisición, éste era su boleto a la cima.
Braxton la miró por un momento antes de hablar. "Usted mepresenta una propuesta interesante, Sra.Volkova. Me pondré encontacto con usted. "
Buscando en el bolsillo izquierdo de su pecho izquierdo, Tatesacó una hoja de papel doblada por la mitad y la deslizó por elamplio escritorio. El número en el papel en ese bolsillo erasustancialmente menor que el número de una pieza similar en elde la derecha.
Braxton ni siquiera miro el crujiente papel blanco en medio de su embotellamiento. Sus ojos nunca dejaron los de ella, y letomó un momento a Yulia darse cuenta de que su discusión con Braxton había terminado. Él no se puso de pie para acompañarla hasta la puerta, sino que simplemente la despidió sin más cortesía de la que le daría al equipo de limpieza. La ira fluyó a través de sus venas y su rostro se puso caliente por la rabia. Cómo se atrevía a tratarla así? Ella estaba allí para ayudarle, y él había tirado, prácticamente sin abrir, su oferta de vuelta en su regazo.
Se puso de pie y esperó por un momento, controlando su iraantes de hablar. "Yo le aconsejo que tome nuestra oferta, señor
Braxton. Es la mejor que conseguirá. “Salió con la mismaconvicción y propósito que cuando entró.
 
Yulia golpeó el botón del ascensor en el vestíbulo por lafrustración. Nadie la había tratado con tanta indiferencia y falta de respeto como Braxton lo había hecho. ¿Estaba sufriendo dedemencia o era un completo idiota? Ella le estaba presentando más que un plan de rescate de su compañía en apuros. Era su billete de jubilación. Corrección, era su boleto de oro sólido de retiro. O al menos lo había sido hasta que ella eligió el papel en su bolsillo izquierdo en lugar del derecho. En cada acuerdo que negociaba ella entraba con dos números y, a menudo no decidía cuál iba a poner sobre la mesa hasta que las negociaciones estaban en marcha. Lo mismo podía decirse de Braxton. Pero cuando él prácticamente la insultó, bueno, eso era un "juego de pelota totalmente distinto", como se decía aquí en el Sur. Ella no podía perder este acuerdo. No lo perdería.
Entró a la cabina del ascensor y apretó el botón del vestíbulo.
Su estómago se redujo cuando el ascensor descendió con rapidez desde el piso treinta y ocho a la planta del vestíbulo. Todavía estaba echando humo cuando las puertas se abrieron y salió, indignada por actitud de superioridad de Braxton no vio la mujer que se acercaba y se dirigió directamente a ella.
"Mierda", maldijo Yulia, mientras los papeles en el maletín de la mujer quedaban repartidos por todo el granito pulido. La fuerzadel impacto envió a la otra mujer al suelo y obligó a salir el aire de los pulmones de Yulia. Dio un paso atrás, aspirando fuertemente mientras estrellas proverbiales bailaban ante sus ojos. "Maldita sea", fue capaz de decir después de que sus pulmones se volvieron a llenar con el aire viciado del vestíbulo. Siempre había tenido un lenguaje ligeramente desagradable, sobre todo cuando estaba bajo estrés. Al igual que en estos momentos.
La mujer en el suelo, finalmente, le llamó la atención. Inclusosentada en el suelo Yulia podría decir que la mujer era más alta que ella, con el pelo castaño largo cayendo sobre su hombro izquierdo. Luchó por ponerse de pie, los zapatos resbalando en el piso resbaladizo.
"Lo siento". Yulia llegó para ayudar a la mujer a levantarse.
Una mano grande, delgada y tibia lleno de ella y la mujer fue capaz de conseguir algo de tracción y ponerse de pie. Cuando lo hizo, Yulia se encontró cara a seno con ella. Tenía que medir por encima del metro sesenta. Yulia tenía problemas para levantar lamirada desde el mar de fondo atractivo del pecho de la mujer, pero cuando lo hizo se encontró con una mirada expectante, de los más hermosos ojos celestes que había visto nunca.
Yulia estaba boquiabierta frente a la mujer, incapaz de hacernada. Era hermosa y graciosa, incluso cuando ella la había tiradoen el suelo como una muñeca de trapo. La mujer llevaba un trajede Armani del color de un cielo nublado, la blusa de seda encontraste descansando completamente en las solapas de suchaqueta oscura. Dos pendientes de diamantes le hicieron unguiño desde las perfectamente formadas orejas, mientras que unpequeño collar de platino se asomaba por el escote de la blusa.
Era una mujer de estatura media, femenina y sofisticada, parecía que acaba de salir de una revista de moda de alta gama. El gusto de la mujer en ropa era muy diferente de la de J. Crew que llenaba el armario de Yulia.
La mujer estaba, al parecer, a la espera de una disculpa o alguna otra forma de reconocimiento de que Yulia le había golpeado el trasero en medio de un lugar público. Varias personas corrieron alrededor, lanzándose hacia el ascensor antes de que las puertas se cerraran.
"Lo siento. No estaba prestando atención. ¿Te encuentras bien? "Yulia miró hacia arriba y abajo de su cuerpo para estar segura.
La castaña miró su reloj con impaciencia. Yulia se agachó,recogió los papeles, y los colocó de nuevo en el maletín de lamujer.
"Sí, gracias. Lo siento pero tengo que coger el ascensor.
Llego tarde a una reunión. " Y con esas pocas palabras que lanzó al ascensor justo antes de que las puertas se cerraran de nuevo y transporta su carga a los muchos pisos por encima.
Yulia estaba todavía un poco sin aliento por el encuentro y ledolía la cabeza donde había conectado con el hombro de la mujer.
Frotando el punto, salió del edificio con mucha más atención a sus alrededores.
La vibración en la cadera señalando una llamada telefónica alejó sus pensamientos de la mujer castaña y el número familiar hizoque su corazón se acelerara.
"¿Qué tienes para mí?"
 
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Mensaje por Lesdrumm 11/10/2015, 9:01 pm

JUEGO FUERTE


Capítulo Cuatro


Con unos minutos de más antes de su reunión con Peter Braxton, Lucy corrió hacia el baño de mujeres justo a la derecha del ascensor. Una vez dentro de él se dio un rápido retoque, asegurándose de que la colisión en el vestíbulo no había empañado su apariencia. Por suerte hoy llevaba el traje azul en lugar del de color beige que originalmente había pensado. Éste no mostraba ninguna suciedad residual del suelo donde sorpresivamente se encontró.
Por lo menos la mujer que le había golpeado el trasero se disculpó y la ayudó a levantarse. Todo lo que Lucy recordaba de ella eran sus ojos de color color azul grisaceo brillante y la sensación de músculos sólidos al pegarle como un defensor de línea. La mujer no había ni siquiera mirado a dónde iba, cuando salió como un huracán del ascensor. Lucy tuvo la suerte de que con la colisión no se había lastimado.
Frunció el ceño y examinó su trasero en el espejo de cuerpo entero. Tenía que renovar su membresía en el gimnasio. No se estaba volviendo más joven, y a los treinta y ocho años, no podía deshacerse de las libras tan fácilmente como las ganaba.
Usaba un talle más grande del que usaba en la universidad y su peso se había desplazado definitivamente a diferentes lugares. El corte finamente adaptado de su traje acentuaba sus aspectos positivos y minimizaba sus negativos, y Lucy obtenía aún más que su cuota de apreciación de los ojos de otros donde quiera que iba. La mayor parte era debido a su altura y a algunos atributos los cuales gozaba poseer. Con su metro sesenta y tres no podía decir que era la más alta de la sala, pero tampoco la más  pequeña, se podría decir que tenia una altura normal en una mujer y algunas partes de su cuerpo provocaban miradas de todo tipo; digamos que todo estaba proporcionado en la castaña.
Volviendo a lo que ella había venido a cumplir, alisó y reaseguro su pelo con el clip de tortuga en la nuca de su cuello, aplico lápiz de labios fresco, y con una última mirada en el espejo, se fue.
El letrero en la puerta decía Braxton Products en grandes letras góticas grabadas en el cristal esmerilado. Ella respiró hondo mientras tiraba y la puerta se abrió silenciosamente.
El área de la recepción de Braxton estaba amueblada de forma sencilla pero elegante, en tonos de azules y bronceados, con anchas sillas de cuero contra una de las paredes. Los zapatos de Lucy golpearon mientras cruzaba la pequeña área y se paró frente a un escritorio vacío. Miró distraídamente a su izquierda y luego a su derecha y dio un paso atrás cuando no vio a nadie en los alrededores. Tal vez la recepcionista se había escapado por una taza de café o para entregar un mensaje. Lucy esperó pacientemente durante varios minutos antes de que una mujer anciana apareciera en una de las puertas sin marca detrás del mostrador.
"Lamento haberla hecho esperar. ¿En qué puedo ayudarle? "Lucy sonrió en tono cortés a la mujer. Ella tenía que estar cerca de los ochenta años. "Soy  Lucy Scherer. Tengo una cita 10:30 con el señor Braxton ".
La mujer pasó una página en el libro de citas sobre su escritorio. "Sí, aquí está. Su oficina esta siguiendo todo el pasillo a su izquierda. Su ayudante Susan le hará saber que está usted aquí. " Señalando en la dirección correcta.
Lucy le dio las gracias y ordenó sus pensamientos mientras caminaba por el pasillo. Las puertas de algunas oficinas estaban abiertas, y oyó el sonido de voces discutiendo y una risa ocasional. Sus manos empezaron a sudar mientras se acercaba a la puerta que decía Peter Braxton, Presidente. Restregando su mano contra su chaqueta entró a la reunión más importante de su vida.
Varios minutos después, Braxton saludó a Lucy con la reserva que ella esperaba y con una mirada de ira que no. "Señor Braxton, gracias por aceptar verme. " Ella extendió su mano que Braxton estrechó cortésmente. Dejó caer la mano sin regresarle el saludo y Lucy se sintió incómoda en el silencio. Braxton la miró críticamente.
"Lo siento. ¿Lo encuentro en un mal momento? ", Preguntó.
Después de lo que pareció una eternidad, por fin habló. "No, para nada señora Scherer. Por favor, siéntese. " Él rodeo su escritorio y le ofreció a ella una silla en la sala de estar de la oficina general.
"¿Puedo ofrecerle algo de beber? Café? Té, quizás? 
"Lucy se sintió tentada de pedir un poco de café. La taza, por pequeña que fuese, le daría algo firme para agarrarse. La rechazó, porque no quería ningún tipo de muleta en este debate crucial. "No, gracias. Estoy bien. " Eligió una silla de cuero con respaldo recto mientras que Braxton se sentó en el pequeño sofá.
"Señor Braxton, ¿sabe por qué estoy aquí? "
"Tengo una idea, señora Scherer, pero ¿por qué no me lo dice para que no haya malos entendidos".
"Está bien, pero por favor llámeme Lucy." Ella sonrió mientras se comenzaba a sentirse menos nerviosa. "Señor Braxton, Drake Pharmaceuticals está en problemas. " Lucy se detuvo para medir la reacción del hombre que sólo era un brote pequeño de sorpresa en sus ojos marrones, y luego continuó. No podía huir ahora, por lo que sucintamente le delineo las cuestiones que Drake estaba enfrentando.
Después de varios minutos por fin dijo lo que había venido a decir. "Si no me equivoco, señor Braxton, estamos en el mismo bote salvavidas financiero. Me gustaría ofrecerle un salvavidas mútuo. Una fusión. Usted tiene lo que necesito y yo tengo lo que necesita. Juntos podemos tener éxito. Lamentablemente no podemos ofrecer ni de lejos el dinero que otra empresa podría, pero le puedo ofrecer esta asociación. Usted ha trabajado duro para hacer de esta empresa algo para estar orgulloso. Tiene un modelo de negocios excelente, pero por desgracia se ha topado con un poco de mala suerte. Yo no quiero su compañía, señor Braxton. "Lucy hizo una pausa para dar énfasis. "Yo quiero lo que Braxton puede darle a Drake y lo que nosotros podemos darle."Ella se tomó los siguientes diez minutos para esbozar su plan.
Braxton estudió a Lucy, luego se levantó y caminó los pocos pasos a la cafetera que estaba en la parte superior del aparador. Levantó la taza, ofreciendo café a Lucy por si ella había cambiado de opinión. Cuando ella negó con la cabeza, sirvió un poco para sí mismo.
"Su situación es muy interesante, Lucy. Y llámeme Peter. "Volvió a sentarse en el sofá. "He oído algunos rumores. Pero, ¿puedo hacerle una pregunta personal? "
Lucy se puso rígida, pero no mostró ningún signo externo de que no quería hablar de su vida personal. Ella estaba allí sólo por negocios. Muy a menudo muchos hombres, y algunas mujeres, pensaban que estaba bien coquetear con ella durante una reunión.
Estaba cansada de ello, pero eligió la salida diplomática.
"Mientras yo tenga el derecho de negarme a responder." Forzó un tono ligero y no amenazante en su voz.
"Lady Bruins de Voleibol de 1995", le preguntó vacilante.
"¿Cómo dice?" Lucy no tenía idea de lo que estaba hablando.
"UCLA. Se recuperaron de un déficit de 11-2 para vencer a Stanford 15-13 en el quinto juego y el final del partido en el campeonato de la NCAA Pauley Pavilion ".
Lucy se quedó atónita. Habían pasado más de 18 años desde su primer año en la UCLA cuando era la bloqueadora de partida en el equipo de campeonato.
Braxton se echó a reír. "Mi esposa jugó en Stanford. En realidad ella no era mi esposa, pero yo estaba pensando en pedirle que se casará conmigo inmediatamente después del juego. "
Parecía un poco avergonzado. "Yo había aportado cincuenta dólares al Cardenal", añadió, usando el nombre de la mascota de la famosa escuela de Palo Alto.
Lucy, relajada con sus bromas, ocultó su sorpresa de que un hombre de la edad de Peter de Braxton tuviese una esposa que había sido su par. " Siento que lo hayamos decepcionado y que haya perdido su dinero. ¿Siguió usted adelante y se lo propuso? "
"De ninguna manera. Debbie estaba tan enojada que casi no pudo
dejar de llorar durante una semana. Ella lo tomó muy mal. "
"Me lo puedo imaginar. Fue un partido increíble. " Lucy no había pensado en su carrera profesional de voleibol en siglos y todo volvió de nuevo a ella como si fuera ayer. No tenia dieciocho años todavía cuando entró en la UCLA con una beca completa de voleibol. A pesar de su altura era la mejor jugadora de voleibol en Arizona, había sido
insistentemente reclutada por Stanford, el Estado de Arizona y Oregon, pero eligió la UCLA por su destacada escuela de negocios. Durante cinco años hizo malabares, clases, prácticas, juegos, y un romance ocasional en su camino a graduarse summa cum laude en 2000. Se había tomado un año sabático cuando fue seleccionada para ser miembro del equipo de voley Olímpico de EE.UU.
"Usted estuvo en el equipo olímpico, ¿no? El que ganó la medalla de oro? Debbie de nuevo ", añadió ante la expresión de sorpresa que debía tener en su rostro. " Naturalmente, ella siguió el juego y donde Debbie fuera, yo iba estampillado justo detrás de ella."
"Sí", fue todo lo que Lucy logró dejar salir. Cuando entró en la oficina de Braxton no tenía idea de que esta conversación se produciría. Ella lo pensó un momento y luego una cara oscura le vino a la cabeza. "Debbie Winters?" Ella no estaba segura de si podía recordar el nombre de la jugadora de Stanford.
"Winston. Ella fue su armadora durante tres años. "
"Sí, Winston, es cierto. La recuerdo ahora. Un montón de pelo rojo, siempre recogido con un moño? " El rostro de la esposa de Braxton le era cada vez más claro.
"Aún es así, a decir verdad. Espere a que le diga que charlamos hoy. Probablemente me va a matar. Usted es el enemigo, ¿sabe? "
Lucy se echó a reír junto con Braxton. Ella sabía que con lo del enemigo se refería al equipo que le arrebató el campeonato de la NCAA de las manos a Stanford.
Braxton se quedó en silencio. 
“Lucy, su oferta es tentadora, pero por desgracia yo no soy el único que toma las decisiones aquí, como usted puede imaginarse. Voy a necesitar unos cuantos días. "
Lucy sabía exactamente a qué se refería Braxton. Ella podría ser el CEO de Drake, pero estaba lejos de tomar la decisión final en acuerdos de este tipo también.
"Entiendo, Peter." Se levantó de la silla y extendió su mano.
"Piense en esto y hágame saber. Gracias por recibirme en tan corto
tiempo. "
Él la acompañó hasta la puerta, y cuando la abrió, le preguntó: "¿Todavía juegas?"
Lucy no pudo evitar sonreír. " Algunos amigos me han invitado a una liga de voleibol de playa. Nunca he trabajado tan duro en mi vida. " Por supuesto ella era doce años mayor ahora y siempre había jugado en una cancha dura en un estadio con aire acondicionado, no en la arena en el parque local. Pero no compartía ese dato con él.
Cinco minutos y un apretón de manos más tarde y Lucy apoyó la cabeza en la parte posterior del elevador. Estaba exhausta. No había dormido mucho las últimas semanas, especialmente la noche anterior, al no poder apagar su mente, porque estaba anticipando este encuentro. Necesitaba relajarse, tal vez encontrar un juego de pick-up este fin de semana en la playa.
Los equipos estaban siempre en busca de jugadores, especialmente de alguien como ella. Ella sacudió la cabeza. Este no era el momento de disfrutar de auto-relajación. Su compañía estaba fallando y que tenía que hacer algo al respecto.
Cerró los ojos y su estómago gruñó mientras el elevador la llevaba los más de treinta pisos hacia la recepción. No había desayunado, y cuando se abrieron las puertas olió el aroma familiar de Dunkin 'Donuts. Antes de que tuviese la oportunidad de abrir los ojos, una mujer se aclaró la garganta. Un rostro que no pudo ubicar la miraba como si fuera a preguntar: "¿Está pensando en salir o piensas subir y bajar durante todo el día?"
"Lo siento", murmuró Lucy cuando salió, lo que le permitió a la mujer a entrar. Miró alrededor del vestíbulo del edificio y rápidamente encontró la fuente del delicioso aroma.
Escondido en el rincón más alejado estaba el familiar letrero de color rosa y naranja, se dirigió hacia allí.


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Mensaje por Lesdrumm 11/12/2015, 9:08 pm

JUERGO FUERTE


Capítulo Cinco


Yulia que subió sola en el ascensor, el espejo en las puertas le devolvía el reflejo de su ceño fruncido. La mujer de pie en el elevador no la había reconocido, pero era la mujer que Yulia había derribado en su ira al salir del edificio. Su cabello era de un tono de castaño que Yulia nunca había visto antes, pero que le recordaba el atardecer dando paso a la noche. Se vería más atractiva con él suelto, alrededor de los hombros, en vez de ceñido en la base de la cabeza.
La mujer era probablemente una mamá de fútbol, pensaba Yulia. Con un marido en los suburbios de Atlanta, tres niños, un ama de casa, lo más probable es que traiga su almuerzo todos los días en una bolsa de papel marrón y maneje el carpool una vez por mes. " Dios dispárame si alguna vez me vuelvo así", le dijo a su reflejo, pero su declaración no tenía sentido. Ella nunca tendría más pelo en la cabeza que las actuales dos pulgadas, cortado en los lados y pegado en la parte superior, absolutamente cero hijos, y no sería atrapada ni muerta viajando en una camioneta. Pero la mujer tenía los ojos azules más impresionantes que había visto nunca. Y olía bien. Su perfume se quedó en el ascensor cuando se fue. Es una lástima.
Un ding indico a Yuli que había llegado a su destino una vez más, y se sacudió el recuerdo de la mujer castaña y delgada y se dirigió resueltamente hacia la recepcionista que había visto antes.
"Buenos días. Me gustaría ver a Peter Braxton. Yo estuve esta mañana y necesito hablar con él de nuevo. "
"¿Tiene usted una cita?" La anciana detrás del mostrador le preguntó.
"Estuve antes", repitió Yulia ", y sólo tuve que salir por un minuto. Me dijo que podía entrar directamente cuando volviera. "
Yulia utilizaba los embustes que había aprendido de su jefe.
Siempre le funcionaban a él, y la mirada en la cara de la recepcionista indicó que estaban a punto de funcionar ahora.
"Gracias", dijo Yulia, corriendo por el pasillo para no dar a la mujer la oportunidad de decir que no.
La asistente de Braxton no estaba en su escritorio, y Yulia dio gracias a Dios por esos pequeños favores. Braxton estaba de pie detrás de su escritorio mirando por la ventana grande. Llamó a la puerta y cuando entró en la oficina se dio la vuelta.
"Peter, yo sólo te tomare un minuto."
"Tenía la impresión de que nuestra conversación había terminado, Sra. Volkova", dijo con tono cortante.
Yulia decidió ignorar el hecho de que Braxton estaba echando humo. Ella tenía lo que él necesitaba y él simplemente tenia que superarlo. "Creo que nos separamos con el pie equivocado." Ella puso su sonrisa más encantadora.
"¿Y por qué cree usted eso, Sra. Volkova? Yo fui muy claro. "
Yulia vaciló. Un objetivo nunca la había tratado tan fríamente como Braxton lo hacia. Objetivo, así era como Clyton y ella se referían a las empresas detrás de las cuales iban. A veces enmascarados de fusiones, algunas de las asociaciones, pero se trataba de una adquisición de todo lo que tenía Braxton. "Tuve la impresión de que no acababa de comprender la magnitud de lo que le estoy ofreciendo, Peter", dijo, repitiendo su frase. "Esto es demasiado importante para Braxton como para que usted lo pueda tomar a la ligera."
"Sra. Volkova, no tomo nada a la ligera cuando se trata de Braxton. Sé exactamente lo que quiere, y yo le daré a su oferta la consideración que es debida "
La voz de Braxton era extrañamente tranquila para un hombre a punto de perder por todo lo que había trabajado. Yulia estaba a punto de decir algo más, pero la mirada en sus ojos le dijo que no lo hiciera. “Mi oferta expira en una Semana.”
*
 
Lucy cogió una cucharada de relleno con el dedo antes de que aterrizara en la blusa. La tienda de rosquillas era su favorita, y mientras el relleno de crema de chocolate atormentaba sus papilas gustativas, seguía preguntándose acerca de la mujer en el ascensor.
¿Por qué se veía tan familiar? Sin duda, Lucy se acordaría de haberla conocido. Su mata de pelo oscuro y sus ojos abrasadores eran definitivamente sus rasgos más atractivos. Se corrigió a si misma para incluir el cuerpo de la joven mujer en esa descripción, un destello de calor corrió a través de su cuerpo.
La mujer, probablemente en la última etapa de sus veinte y tantos años, estaba vestida con lo que Lucy reconocido como J. Crew, lo que la hacía sentirse vieja y desaliñada en su Armani, aunque fuera clásico y de moda. Ser joven y despreocupada y confiada de nuevo. ¿Era Yo tan segura a su edad? El comentario corrió por su cabeza mientras caminaba por la calle hacia su coche. Tan segura de mí misma y engreída. Sigo siendo de esa manera o me he vuelto vieja y aburrida? Treinta y ocho  no es vieja, por el amor de Dios. Me siento vieja. Ella, sin embargo, actúa como si fuera dueña del mundo. Antes me sentía así, pensó. ¿Cuándo cambie tanto que ahora el mundo es mi dueño? A veces quería abandonar todo y trabajar para una organización sin fines de lucro, tener sus manos y su cerebro involucrados.
Lucy llegó a su oficina sin dejar rastro del polvo blanco esponjoso que cubría la parte exterior de su donut como prueba de su debilidad por los dulces. Disfrutaba de un metabolismo naturalmente alto, y si simplemente miraba lo que comía y abandonaba su pasión por los dulces sólo de vez en cuando, podía mantener su peso, sin mucho problema. Apuesto a que la mujer en la oficina de Braxton no tiene que preocuparse de lo que come.
Lucy se sorprendió del pensamiento que se deslizo en su cabeza mientra repasaba sus e-mails.
El rostro y el duro cuerpo de la mujer saltaron a su mente como una idea brillante. "De ahí es de donde yo la conozco", dijo emocionada. "¿Quién?" Albert entro con el correo de la mañana.
"Me he estado devanando los sesos tratando de averiguar de donde conocía yo a esta mujer que vi en la mañana. Entonces me acordé. Ella prácticamente corrió sobre mi cuando bajó del ascensor en la oficina de Braxton. Ella salía y yo entraba y bam ". Lucy golpeo sus manos para dar énfasis. "Ella corrió hacia mí. Se sintió como un muro de ladrillos. "
"¿Está bien?"
"Estoy bien, sólo me he quedé sin aire. Cuando la volví a ver después de mi reunión, no la podía ubicar, pero ahora recuerdo. "
La castaña recordó a la mujer como si estuviera de pie delante de ella.
Ella era unos cuantos centímetros mas baja que Lucy. Su contacto le dijo a
Lucy que el cuerpo de la mujer era firme, coronado por el pelo negro azabache. Pero Lucy era más consciente de sus ojos, que eran como el océano en calma, de un azul grisáceo que jamás había visto. Cuando la mujer se focalizó en ella, reconoció la intensidad que pocas veces había visto en otros ojos de mujer mas que en la cancha de voleibol, la expresión de la firme determinación de otra mujer.
Lucy puso el maletín sobre la mesa y cogió la pila de correo de su bandeja de entrada. A medida que revisaba la pila, Albert le leía sus citas del día, y ella hizo una mueca cuando se enteró de que el presidente de su consejo estaba en su agenda en diez minutos a partir de ahora.
"¿Cuándo llamo?" Ella se refería era Edward III Hamacher, el más rico, presumido snob que Lucy había conocido, hasta se preguntó si Hamacher nació con sangre azul en sus venas, o si se había hecho una transfusión una vez que finalmente se dio cuenta de lo rica que era su familia. Probablemente nunca nadie lo llamó
Ed en su vida, desde luego, nunca Eddie. Además de ser altivo, era pomposo, arrogante, y no le gustaban los homosexuales. Él lo había dicho una noche después de una cena que consistía en costillas de primera calidad y varias botellas de vino muy caro en que la hizo pagar la cuenta.
"Esta mañana. No tenía tiempo libre hoy, pero lo escurrí allí.
" Albert sonaba como disculpándose.
"Está bien, Albert." Lucy sabía de lo persuasivo que Hamacher podría ser cuando quería algo. Ella había estado tratando con él durante los últimos años, y a veces su actitud de más santo que tú eran suficientes para enviarla a un acantilado.
Era lo último que necesita el día de hoy y, por el sonido de su voz ya en auge en la sala, lo primero en su agenda después de regresar de Braxton.
"Lucy", dijo Hamacher, caminando a su oficina sin ser invitado.
Cuando se dirigía a ella, su tono era casi siempre condescendiente. Por supuesto, ella no tenía a nadie a quien preguntarle para confirmar su creencia, pero en sus entrañas sabía que Hamacher no creía que una mujer debiera estar en la conducción de Drake. Una fuente de confianza le había dicho que había estado en la minoría que se había opuesto a su selección como CEO de Drake, y ella sospechaba que se le hacia agua la boca ahora que la oportunidad de sacarla del medio estaba a su alcance. Esto, si ella no traía a Braxton.
"Edward," dijo ella, "¿Quieres un café?" Se instaló en el pequeño sofá en la sala de estar de su oficina.
"Sí, me encantaría que me traigas una taza. Leche, dos de azúcar. " Se desabrochó la chaqueta y puso su brazo sobre el respaldo del sofá.
El pelo en la parte posterior del cuello de Lucy se elevó tanto como su temperamento por su insinuación de que ella le iba a traer su café como su secretaria o, peor aún, como una sirvienta común. Albert la salvó de llamarlo por la petición de café y dijo que iba a conseguirlo. Hamacher miro casi con desprecio como Albert se apresuraba a salir de la oficina.
"Buen hombre el que tienes ahí, Lucy."

El tono en el que felicitó a Albert le dijo a Lucy que Edward no lo consideraba nada más que bueno o un hombre. Para Hamacher, los papeles estaban definitivamente invertidos. Ella decidió ignorar ese comentario también.
"¿Qué puedo hacer por ti, Edward?" La charla casual no estaba en el vocabulario de Hamacher, de modo que no perdió su tiempo.
"¿Dónde estamos con Braxton?"
Lucy sabía que estaba allí para comprobar su progreso, pero esta era su oficina y ella controlaba Drake. Lo haría pedir cada pieza de información que quisiera. Se sentó frente a él en una silla de respaldo recto, la que normalmente ocupaba durante las reuniones en esta área de su oficina. Ella prefirió sentarse derecha en lugar de encorvarse o parecer ser descuidada, que era la posición actual de Hamacher.
"Me reuní con él esta mañana-"
"¿Va a aceptar?"
Albert puso dos humeantes tazas sobre la mesa entre ellos, y Lucy esperó hasta que salió de la habitación antes de continuar.
"Le di una visión general de nuestra propuesta." la castaña vio enrojecerse lentamente el cuello Hamacher.
"¿Qué quieres decir con una visión general? Tu nos llevaste a creer que tenías previsto presentarle la oferta completa. "
"Con el debido respeto, Edward, no puedes entrar en la oficina del CEO de una compañía de miles de millones de dólares, decirle que quieres comprar y esperar que él diga que está bien." A veces Lucy podría jurar que estaba hablando con un niño.
"No tenemos mucho tiempo, Lucy."
Lucy tradujo su declaración en "Tu no tienes mucho tiempo." Comprobando que mantenía su seriedad respondió con calma: "Me habría arrojado a la acera. Lo siento si malentendiste de qué se trataba mi reunión de hoy con él. Yo simplemente tenía la intención de poner las cartas sobre la mesa ".
Hamacher frunció el ceño cuando ella cruzó las piernas vestidas de Armani. Otra de sus creencias arcaicas era que las mujeres debían usar faldas o, mejor aún, vestidos. Su esposa probablemente tenía un armario entero de escarpines y

pantymedias. Ella continuó antes de que tuviera la oportunidad de tratarla condescendientemente.
"Peter Braxton no me pidió que dejara su oficina, lo cual interpreté como una señal positiva. Él hizo las preguntas adecuadas que me llevaron a creer que no descartó mi propuesta de inmediato. Le dije que pensara en ello y que hablaríamos en unos días. "
Su mano era firme cuando llevó la porcelana Wedgwood a su boca. El enrojecimiento que se había iniciado en el cuello de Hamacher se extendió al resto de la cabeza, sin detenerse hasta cubrir cada centímetro de su calva. Saltó del sofá y Lucy se levantó rápidamente, porque no quería verlo elevarse tanto sobre ella.
Él pareció enfurecer aún más.
"Quiero dejar esto perfectamente claro, Lucy." Él se acercó. "Tienes sesenta días para obtener la firma de Braxton en la propuesta o estás fuera." Estaba tan enojado que casi escupió.
"Sesenta días", fueron sus palabras de despedida antes de dejar su oficina tan abruptamente como había entrado.


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Mensaje por Lesdrumm 11/20/2015, 10:10 pm

JUEGO FUERTE

Capítulo Seis

El teléfono de Yulia sonó mientras entraba en el vestuario. Sacándola de su propósito, le echó un vistazo al número, pero en lugar de molestarse por el retraso de su visita diaria a la sala de pesas, sonrió y lo abrió. "¿Qué tienes?"
La voz del otro lado fue muy escueta. "Braxton está sentado sobre una deuda monumental. Me refiero a muy importante. Él tiene dos préstamos pendientes por un total de más de cien millones de dólares, y el rumor en la calle es que están dispuestos a llamarlo. Él esta a un mes más o menos, seis a lo sumo, de tener que declararse en quiebra. Sus proveedores están amenazando con dejarlo y uno ya lo ha hecho. El sindicato está siendo muy duro con las negociaciones de su contrato, y el IRS está husmeando en su puerta trasera. Él tiene su trasero en una encrucijada y ni una señal de cómo no lo va a sacar ".
"¿Quién lo sabe?" Yulia miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estaba escuchando.
"Acerca de la deuda, todo el mundo. De la llamada del banco sobre su préstamo, nadie, hasta donde yo he podido averiguar. Lo que pasa con el IRS esta en el QT, también. "
Braxton estaba en su último aliento y ella sostenía la botella de oxígeno para insuflar vida nuevamente dentro de la empresa.
No podría haber previsto que sería así de fácil. Sería como capturar peces en un estanque poco profundo. Yulia le sonrió a su buena suerte, luego frunció el ceño cuando se dio cuenta de que no tendría que cazar a Braxton, o manipularlo, o jinetearlo para conseguir la posición. No iba a experimentar el empuje y las paradas de la oferta y contra oferta. La emoción de la persecución guiaba a Yulia todos los días. La capacidad de pensar más que la competencia y en última instancia, tomar lo que quería era mejor que el sexo. Bueno, casi mejor. La facilidad de la toma de posesión de Braxton no disminuyó la emoción de su adquisición o la gran recompensa que le seguiría.

*
 
"Mierda, llego tarde", dijo Lucy a su oficina vacía. "Albert", gritó. Metió la cabeza en su oficina. " Por favor llama a Claire y pídele que consiga los gastos de operación de las oficinas europeas y que me llame a mi celular cuando los tenga." Guardó la cartera en su maletín. "Ah, y cancela mi cita para almorzar con quien sea que debía almorzar. Estaré en Braxton ".
Desde que se había reunido con Peter Braxton, la semana había sido más agitada que de costumbre, y ella parecía estar llegando diez minutos tarde a todos lados consistentemente. La llamada de Braxton llegó a las cuatro y cuarto de ayer, pidiéndole que se encontraran en su oficina hoy a las diez y media. Para cuando subió a su coche y se enfrento el trafico de la ciudad, apenas si tenía el tiempo justo para llegar.
Lucy logró reducir los gastos generales en Europa y hablar con un banco inversor durante sus cuarenta minutos en el coche.
Estaba acostumbrada a la multitarea y no podía recordar la última vez que había conducido su coche simplemente escuchando la radio. Otros ejecutivos de su nivel tenían un coche y chofer, lo que les permitía ser más productivos. Ella consideraba que era un desperdicio de dinero. Podía conducir su propio coche, por el amor de Dios!. Después de que Lucy tuvo un casi accidente terrible mientras participaba de una conferencia telefónica, Claire había tratado de convencerla para que lo reconsiderará. Sin embargo ella decidió prestar más atención cuando estaba detrás del volante.
Pasando el edificio Braxton en el camino hacia el estacionamiento, podría haber jurado que vio a la mujer que la tiró al suelo en el vestíbulo la semana pasada. Ella debía trabajar aquí, pensó Lucy mientras la mujer entraba en la puerta giratoria.
Volvió a prestar atención a la conducción de su auto y entró en el
garaje.
El aroma de Dunkin 'Donuts la incitaba a detenerse, pero por mas tentada que estuviera, este no era el momento para saborear una rosquilla rellena de crema de chocolate. Haciendo caso omiso de la esencia cruzó el vestíbulo y esperó pacientemente el ascensor. Su estómago gruñó, recordándole que había salteado el desayuno y probablemente se perdería también el almuerzo.
Las puertas del ascensor se abrieron y la asistente administrativa de Braxton, Susan, se puso de pie esperándola en el escritorio de la recepción. 
"Buenos días, señora Scherer. Es bueno verla de nuevo. Por aquí, por favor. " La mujer la llevó a una sala de conferencias en la mitad del largo pasillo. "El señor Braxton estará con usted en breve. "
"Gracias," Lucy vio que no estaba sola en la habitación. La mujer que había notado entrando en el edificio hace unos minutos estaba sirviéndose una taza de café. Ella levantó la vista y Lucy decidió que debía ser parte del personal de Braxton y que estaba aquí para la reunión. Hubo un destello de reconocimiento cuando sus ojos se encontraron.
"No hay efectos nocivos de nuestra colisión de la semana pasada?"
Era más joven de lo que Lucy recordaba, pero los mismos ojos azules grisáceos se movían arriba y abajo sobre su cuerpo como si chequeara lesiones residuales.
"Nada salvo por un poco de vergüenza." 
Lucy vio los ojos de la mujer recorrer nuevamente su cuerpo, esta vez más lento y más sensual. Se estremeció cuando los ojos azules grisáceos viajaron sobre ella, pero saco el pensamiento de su mente. Se sintió insultada por el hecho de que uno de los empleados de Braxton la observara tan descaradamente. Era muy grosero y poco profesional. Lucy llegó a la conclusión de que la arrogante e insolente mujer probablemente usaba su encanto para salirse con la suya con este tipo de comportamiento todo el tiempo. No era de extrañar que Braxton estuviese en problemas, pensó. Esta mujer probablemente piensa que el encanto y el sex-appeal dirigirían los negocios.
Lucy, por lo general, dejaba pasar tales cosas, pero algo en los modales insolentes de la mujer le daban ganas de hablar. Antes de que tuviese la oportunidad de hacerlo Peter Braxton entró con Susan tras de si.
"Buenos días, señoras. Gracias por venir con tan corto aviso. Lucy, mi esposa pidió que le diga hola y que ella todavía la odia. " Braxton añadió una sonrisa a sus últimas palabras. Dirigió su atención a las dos. "Estoy seguro de que ustedes dos os habéis presentado así que iré directo al asunto. He pensado muchos en las ofertas de ambas. "
Yulia miró aturdida a la castaña de ojos azules. 
¿Nuestras ofertas? ¿Quién es esta mujer después de todo? Yulia había pensado que era una de las subordinadas de Braxton, enviada para mantenerla ocupada mientras esperaba. Había fantaseado brevemente con la idea de hacer alguna jugada con ella, pero era un poco mayor que las mujeres con las que Yulia salia en general. Tal vez después de que asegurará este acuerdo. Le había dado el crédito al viejo por enviar a alguien tan atractivo como esta mujer, pero ahora no estaba muy segura de quién era ella. Ella también parecía desconcertada.
"Esto es lo que planeo hacer", continuó Braxton, aparentemente ajeno a la confusión en la sala. " Dado que ambas quieren mi empresa, voy a ir a través de este ejercicio una vez. Aquí Susan ", hizo un gesto hacia su ayudante," trabajará con sus colaboradores para coordinar los horarios de todo el mundo.
Vamos a recorrer mis operaciones en Chicago, Phoenix, Bruselas y Hong Kong. Vamos a reunirnos en cada lugar, y en cada uno de ellos voy a responder cualquier pregunta que tengan. Durante nuestro viaje, no me escriban correos ni me llamen. Al final de su inspección tendrán tiempo para desarrollar su propuesta completa para la junta y voy a tomar mi decisión entonces. ¿Alguna pregunta? "
La castaña habló. "Señor Braxton, me temo que me he perdido algo aquí ". Ella enfrentó a Yulia. "¿Quién eres tú?"
"Yo soy la que va a tener la compañía de Peter nada más sacarlo de debajo de ti." Yulia observó la expresión de sorpresa en el rostro de la mujer castaña. Un punto para mí.
"Volkova, no sea arrogante", gritó Braxton. "Hay que acostumbrarse a esto, señoras. Vamos a pasar mucho tiempo juntos las próximas semanas. "
Lucy se sentó en silencio aturdida, mientras Braxton se levantó y abandonó la habitación sin decir nada más. 
¿Por qué no sabia ella que alguien mas estaba interesado en Braxton? Por supuesto que lo habría. Braxton era una empresa bien gestionada que, sin culpa propia, había encontrado momentos de dificultad financiera. Un terremoto en China hace ocho meses había dañado gravemente el funcionamiento de su principal proveedor, y su banquero había sido inesperadamente intervenido. Su flujo de caja se había secado y los acreedores estaban dando vueltas como buitres.
Años de hacer frente a circunstancias inesperadas habían preparado a Lucy para recuperarse de este golpe rápidamente.
Al menos en el exterior. Sus entrañas se agitaban y su estómago se había alojado en algún lugar alto de la garganta. Mierda, mierda, mierda, ¿cómo ocurrió esto? se dijo, levantándose de su silla mientras la mujer se acercó y le tendió la mano.
"Yulia Volkova".
La voz de la mujer no era dura o tensa, como Lucy esperaba. En un instante, habían pasado de ser desconocidas a adversarias, y Lucy había anticipado que sería fría hacia ella. Pero la voz que oía era suave y melodiosa, por no decir casi sensual. La castaña vaciló un momento antes de estrechar la mano extendida en respuesta. 
"Lucy Scherer."
"Bueno, señora Scherer". Yulia la miró fijamente a los ojos como si estuviera buscando algo, los vividos ojos azules grisáceos cada vez mas profundos, oscuros e intensos. " Que la mejor mujer gane." Yulia le retuvo la mano más de lo necesario, le guiñó un ojo y salió de la habitación.
Lucy inspeccionaba la palma de su mano. Estaba caliente y húmeda, y sentía como si Yulia la había estado sosteniendo por siempre, no sólo por un momento. El corazón le latía con tanta fuerza que la sangre latiendo en sus oídos efectivamente ahogaba cualquier otro sonido. Las palabras "Yulia Volkova" se hicieron eco en su cabeza.

 
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 ¿Quiero Saber que les va pareciendo la historia, les gusta esta combinación? Un cambio de aire nunca viene mal, y eso intento hacer con esta historia de YuCy.
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Mensaje por Hunter 11/21/2015, 12:31 am

wow, esto esta cada vez mas interesante... realmente me encanto la combinacion, es algo que al menos yo necesitaba.. excelente fic.. te felicito..
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Mensaje por Lesdrumm 11/25/2015, 8:35 pm

JUEGO FUERTE

Capítulo Siete

Yulia golpeó con furia en el botón del ascensor. Lucy Scherer? ¿Quién coño es Lucy Scherer? Cuando las puertas se cerraron detrás de ella sacó su teléfono celular y marcó el número familiar. Colgó cuando el ascensor se detuvo en otro piso y varias personas
entraron, su llamada tendría que esperar hasta que tuviera más privacidad.
Cuando la última persona salió ella repitió las acciones en su teléfono y se dirigió a través del vestíbulo. Alguien respondió a su llamada mientras salía, y no perdió el tiempo con las formalidade agradables.
"¿Quién coño es Lucy Scherer?", Gritó en el teléfono. Siguió caminando, porque no quería que la mujer Scherer apareciera detrás de ella y oyera su conversación. Eso era lo que ella habría hecho si los papeles estuvieran invirtidos. Todo vale en el amor, la guerra y los negocios, y toda esa mierda. La gente que pasaba podía oír sólo su lado de la conversación, y a ella no le importaba si pensaban que estaba siendo grosera.
"Ya me oíste. Una mujer llamada Lucy Scherer parece haber hecho una oferta por Braxton también. Ahora estoy en una guerra de ofertas y no estoy feliz. ", Yulia gritó las últimas palabras.
"¿Cómo iba a saberlo? Para eso te pago a ti, y ahora mismo estoy a punto de dar un tirón tan duro de tu cadena que podrás ver a tus dedos de los pies cuando cierres los ojos en la noche. "
 Yulia tuvo que detenerse en la esquina por un semáforo en rojo. Miró a su alrededor para asegurarse de que no reconocía a nadie, sobre todo a Lucy Scherer.
"Me dirijo a mi oficina. Tienes treinta minutos para estar de pie delante de mí con su número de seguro social, el nombre de su mejor amiga en la escuela secundaria, y cuántas veces a la semana tiene relaciones sexuales. ¿He sido clara? " La mujer junto a Yulia la miró y ahogó una carcajada. La pelinegra colgó el teléfono y dijo: 
"Ya no se consiguen buenos empleados", mientras bajaba de la acera. 
Exactamente treinta y dos minutos más tarde, Max McDonald estaba de pie, temblando, frente al escritorio de Yulia. Ella no lo había invitado a sentarse, porque no lo estaba. Ella estaba furiosa porque había ido a esa reunión sin saber todo lo posible acerca de Braxton. Pudo haber hecho el ridículo, peor aún, pudo haber perdido por completo el negocio. Se sintió aliviada de no haber dicho nada a la castaña de ojos azules que pudiera ser perjudicial para ella mientras esperaban a Braxton. Y tras de qué demonios estaba el?
McDonald se retorcía frente a ella y ella lo quería fuera de su oficina. Detestaba la incompetencia, y este lapsus era imperdonable. Pero él tenía lo que ella necesitaba.
"No te quedes ahí como un idiota. Estoy esperando la información que debería haber
tenido hace una semana. " Tamborileó con su dedos en la parte superior de su escritorio.
"Lucy Barbara Eleonor Scherer, nacida el 5 de abril 1977. Padres Franz y-"
"Todo eso estará en tu informe. Ve a la parte importante. "
"Ella es la CEO de Drake Pharmaceuticals, una firma de doce billones de dólares con sede aquí en Atlanta. Ha estado al frente ocho años, y mis fuentes dicen que es muy querida y una líder efectiva. También me dicen que necesitan Braxton para apuntalar sus operaciones o se hundirán. Scherer esta teniendo mucha presión de su junta para hacerse de Braxton, y su trasero estará en la calle si no lo hace. No tienen mucho que ofrecer en cuanto a dinero en efectivo, por lo que probablemente van a proponer algún tipo de asociación conjunta o un acuerdo similar. "
Misericordiosamente, Yulia echó a McDonald de su oficina diez minutos más tarde, después de escuchar el informe completo.
Su mente daba vueltas a causa del repentino cambio de los acontecimientos, pero a medida que procesaba la información comenzó a reconocer la sensación de hormigueo que siempre experimentaba ante la perspectiva de un duelo difícil. No se había sentido tan excitada por un acuerdo en mucho tiempo.
Últimamente cada uno de ellos acababa siendo más de lo mismo, una cacería sin emoción, sin negociaciones, y poco de la superioridad que acompaña una toma de posesión. Ella negociaba fácilmente, ponía en aprietos y, la mayoría de las veces, intimidaba a la otra empresa para que viera las cosas a su manera.
Este proceso se había vuelto anquilosado sin que ella hubiese sido consciente de ello.
Apoyando los pies sobre el escritorio, Yulia se reclinó en su silla y juntó sus dedos bajo la barbilla. Permaneció sentada de ese modo por varios minutos, sopesando todo lo que McDonald le había dicho acerca de Lucy contra sus propias impresiones de la mujer.
Yulia no le había prestado mucha atención cuando la encontró en el vestíbulo de Braxton, descartándola como una mujer cerca de los cuarenta, heterosexual, con niños, una minivan y un marido cuyo vientre se cernía sobre la hebilla de su cinturón. Lo que vio esta mañana había sido todo lo contrario. Ella podría tener un niño y conducir un coche aburrido, pero Lucy Scherer era cualquier cosa menos heterosexual.
El pelo de Lucy estaba recogido y asegurado en la parte posterior de su cuello con algo que Yulia no podía ver, pero el estilo resaltaba sus pómulos altos y fuertes. Sus cejas perfectamente formadas se arqueaban por encima de los vivos ojos azules del color del agua en Cancún. Cuando se dieron la mano Yulia sintió el tirón familiar de atracción sexual y, si hubiese estado en un entorno diferente, podría haber hecho algo al respecto. Yulia había perdido el contacto de inmediato cuando Lucy le soltó la mano, pero había estado demasiado centrada en sí misma y en lo que no sabía de la castaña para ser realmente consciente de su propia reacción hasta ahora.
Se sentó allí durante una hora buscando en Internet cualquier información adicional sobre Lucy Scherer. Había bastante, Google mostraba 8.459 hits. La mayoría eran de su carrera universitaria en la UCLA, detallando sus años en el equipo de voleibol, tres de los
cuales fue titular, y finalmente su último partido, cuando ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1996. El resto de la información se refería principalmente a su ascenso profesional a las filas de varias empresas biomédicas, y a su selección definitiva
como CEO de Drake.
Admitiendo que estaba impresionada, Yulia se apartó de su computadora. Tenía que informar a Clayton de los nuevos acontecimientos, y probablemente le daría más mierda acerca de lo importante que era para su carrera traer a Braxton. No estaba preocupada. Ya estaba formulando un plan de juego que incluía a la, repentinamente, muy atractiva Lucy Scherer. .



*
"¿Quién diablos es Yulia Volkova?" Lucy había llamado a Albert de inmediato y le pidió que tuviera a su personal en su oficina cuando regresara. Albert tenía que haberles dicho que
estaba enojada, porque ninguno de sus asesores de confianza dijo algo mientras ella los miraba intensamente, luchando por controlar su ira.
"Nadie en esta sala sabe quién es ella? Nadie tiene su oído en la calle para saber que ha hecho una oferta a Braxton? " Miró a cada uno a los ojos antes de seguir adelante. " Nadie sabe por qué entré en una reunión con Peter Braxton, plena confianza en que él estaría de acuerdo con nuestra propuesta, y termine casi siendo puesta en mi lugar por un pez gordo de casi treinta años de edad de edad, quien estaba tan sorprendida como yo? " Su voz fue subiendo de tono y tomó unas cuantas respiraciones profundas y relajantes. Sin embargo, nadie dijo nada.
"Así es exactamente como me sentí." 
Estaba más tranquila ahora que cuando comenzaron, aunque sus manos seguían temblando por la escena en la sala de conferencias de Braxton. Más de una vez en el camino de regreso a su oficina estuvo a punto de chocar al coche delante de ella. Se había lanzado al garaje en piloto automático y no recordaba haber tomado el ascensor a su piso.
"Rara vez soy una perra, y me esfuerzo para no perder los estribos, pero no estoy ganando esa batalla hoy."
Su amiga Claire fue la primera en hablar. "Lo siento, Lucy."
Varios jefes estuvieron de acuerdo.
"¿Qué es lo que sientes? Que no hicieron su trabajo y yo me quedé colgando con mi trasero en las manos? Drake necesita este acuerdo. Pensé que todos entendíamos este hecho. No podemos darnos el lujo de perder esto, y déjenme decirles algo, señoras y señores. Su incompetencia casi nos hizo perderlo. Yo asumo la completa responsabilidad de este fracaso, pero confiaba en que me dijeran las cosas que yo no tengo manera de saber, y cuando yo ...no, cuando Drake, " Lucy se corrigió, " cuando Drake los necesitaba más, no han estado a la altura. Perfectamente podríamos perder este acuerdo. " Ella no tenía por qué decirle a todos ellos lo que eso significaba. Miles de personas se quedarían
sin trabajo, sin sueldo o cobertura de salud.
Lucy no dijo nada más. Uno por uno, su personal salió de la habitación. Claire se quedó atrás.
"¿Qué pasa, Claire?"
"¿No te parece que fuiste un poco dura con ellos?"
Claire era probablemente lo más cercano que tenía a una mejor amiga, pero ahora ella era su CFO y Lucy no tuvo problemas para separar las dos cosas.
 " No, no lo creo. No tengo ni idea de cuándo Volkova hizo su oferta a Braxton, pero debería haber sabido que existía al menos la posibilidad de que hubiesen múltiples ofertas sobre la mesa de Braxton, incluso antes de que me le acercara por primera vez. Sin duda debí haber tenido esa información antes de esta mañana. "
"Lucy, has estado bajo mucho estrés últimamente", dijo Claire.
Lucy sintió ganas de reír, pero no se atrevió. Tenía miedo de llorar en su lugar. En el último mes había dormido un promedio de tres o cuatro horas por noche, y con los dolores de cabeza frecuentes que estaba experimentando, su presión arterial se debía haber elevado a niveles peligrosos. Se había prometido, varias veces la semana pasada, tratar de ir al gimnasio, pero la palabra clave era tratar.
"Eso no tiene nada que ver con esto, Claire, y lo sabes. Tu entiendes mejor que nadie lo mucho que esta empresa significa para mí, y pensé que significaba lo mismo para todos los demás también ".
"Eso no es justo, Lucy."
"No lo es? Entonces, ¿cómo pudo haber sucedido esto? "
Claire no respondió.
"Admito que la propuesta que presenté a Braxton era lo mejor para nosotros, pero como eso era obvio, no nos hizo esto que nos confiásemos en todo lo demás? Lo único que sé es que prácticamente entregué mi cabeza en mis manos esta mañana a una persona lo suficientemente joven como para avergonzarnos a todos. No tenemos nada que ofrecer a Braxton, y ahora estamos en una guerra de ofertas ".
Sólo en presencia de su amiga podía dejar caer su cabeza entre las manos como lo hacia ahora. ¿Qué voy a hacer?

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Mensaje por Lesdrumm 12/1/2015, 10:14 pm

JUEGO FUERTE


Capítulo Ocho


Lucy recogió su maletín y la chaqueta de su traje mientras desde el altavoz llamaban a su vuelo. Fiel a la palabra de Braxton, su asistente Susan había trabajado con Albert para reorganizar su agenda, y la semana después del Día del Trabajo estaba en el vuelo de las cuatro treinta de Atlanta a Chicago. Todos los asientos en primera clase fueron ocupadas, excepto el designado como 2 º C, y después de poner su maletín en el compartimiento superior se deslizó en su suave cuero. Se abrochó el cinturón de seguridad, y luego bebió un vaso de agua con gas que la azafata le ofreció rápidamente.
El hombre a su lado, estaba absorto en su Wall Street Journal, y Lucy agradeció el hecho de que él no estuviera interesado en la charla casual. Había estado en vuelos donde sus vecinos obviamente querían convertirse en los mejores amigos, así el vuelo durara una hora o quince años.
Estaba cansada. Había salido a cenar con Carole ayer por la noche y le dijo acerca de la condición que Braxton había puesto a sus ofertas por su compañía. Carole estaba tan sorprendida como Lucy y había comentado varias veces lo extraño era este requisito. Mientras Lucy le describía a Yulia, era como si ella estuviera sentada a la mesa. Recordó sus ojos azules grisáceos  y la forma directa y sin vueltas en que los miró a ella y a Braxton.
Lucy se echó a reír cuando comparo la forma de caminar de Yulia con la de un gato en la jungla. Probablemente estaba al acecho en su vida personal también.
Cuando Carole sugirió que regresaran a su casa, Lucy se excusó, alegando su vuelo de hoy, últimamente estaba cada vez menos interesada en el sexo. Rara vez se quedaban a dormir cuando se reunían a cenar y terminaban la noche con sexo. Cada una de ellas prefería dormir en su propia cama, al menos una de ellas tenía una reunión temprano al día siguiente. Últimamente sus citas parecían más bien una obligación recurrente en la agenda de Lucy que una ocasión que ella estuviera esperando.
Abriendo la carpeta que Albert le entregó en su camino hacia la puerta, se instaló a leer nuevamente el expediente completo sobre Yulia Volkova. Lo había leído ya varias veces, como era su práctica con todos los documentos importantes, pero cada vez que lo hacía encontraba otro atisbo de información o impresión de su adversaria. Le había impresionado que Yulia hubiese ido a Wharton, pero no le impresionó su elección de empleo.
Su jefe, Clayton Sumner, era bien conocido por su avaricia. Él era, supuestamente, la persona a cuya imagen fue modelado Gordon Gekko de la película Wall Street. Sumner probablemente tenía la autoría de la frase más famosa de la película, "La codicia es buena", y recibía las regalías todos los días. Su empresa pasó por encima a otras empresas como si fueran soldados de juguete, triturando y desmantelando todo a su paso, dejando nada más que un montón de dinero para sí mismo. Miles de personas habían perdido sus puestos de trabajo directamente por su culpa. Y cuando los proveedores y clientes de las empresas que cerraron también tuvieron que cerrar, su codicia afectó a cientos de miles de personas.
Lucy leyó la hoja de papel que detallaba la vida personal de Yulia. Era, sin duda, lesbiana y sin ninguna vergüenza de su estilo de vida. No parecía tener una relación estable, pero las fotos mostraban a una mujer diferente de su brazo cada vez que aparecía en público. Una pequeña nota acerca de sus padres aseguraba brevemente que su padre vivía en un parque de casas móviles en Alabama. No se mencionaban otros familiares. A decir verdad, no había ninguna otra cosa. Yulia parecía tener una vida personal escasa.
Estudiando la brillante foto cinco por siete de Yulia, Lucy se sintió vieja. La piel de Yulia era firme, con sólo unas pocas líneas pequeñas alrededor de los ojos, a diferencia de las que ella creía tener, profundas, y que  había notado en su cara esta mañana en el espejo del baño. ¿De dónde provenían de repente ellas? No era como si hubieran estado allí la semana pasada.
¿Estaban? Y los ojos de Yulia. Estaba mirando directamente a la cámara, y Lucy tuvo que recordar que estaba viendo una foto, no a la persona real.
Lucy había visto esos ojos lucir tal como lo hacían ahora, muy claros y pestañeando con diversión. Estudió la imagen con más atención. ¿Era su imaginación o había algo escondido en el interior de esas piscinas de color azules grisáceas?
*
 
Yulia no podía esperar a salir del avión cuando aterrizó, poco después de las ocho. Había estado viajando durante una semana, y este era su sexto vuelo en esos tantos días. Si tenía que sacarse sus zapatos y su laptop del maletín una vez más gritaría.
Había sido tan divertido cuando había empezado a volar en primera por negocios. Cada viaje era muy emocionante y se sentía importante. Nunca había volado de niña, sus padres eran demasiado inútiles como para mantener un trabajo, o ir a cualquier otro lugar que no fuese el bar del pueblo o el centro comercial para comprar cigarrillos. Oleg Volkov no podía mantener ni un centavo en el bolsillo o un compromiso. Él jugaba al póquer con sus amigos todos los viernes por la noche, y entre la cerveza y su mala suerte normalmente perdía más de lo que ganaba, dejando a su familia luchando por casi todo. Yulia se fue a la cama con hambre la mayor parte de su infancia.
Ella era objeto de risas y dedos apuntando cuando entraba en la tienda de comestibles enviada por su madre, que solía estar demasiado magullada o bebida como para salir de la casa. Sentía
la compasión del dependiente cuando no tenía dinero suficiente para pagar por lo que necesitaban para pasar unos días más. A menudo le cobraba sólo la mitad de lo que ella llevaba a la caja.
Ella no quería su compasión, pero el orgullo no llenaría su estómago vacío.
Lo único que recordaba del trabajo de su padre era que siempre estaba quejándose de él. Sus amigos tenían padres que trabajaban, y se tomaban vacaciones en Disneylandia, o en la playa, o simplemente para visitar a sus familiares. Lo más lejos que Yulia había salido de la ciudad fue cuando se escapo con Camille Masterson en la escuela secundaria.
Yulia estaba en segundo año, cuando Camille, en su último año de secundario, se le acerco por primera vez. Camille, su primera novia de verdad, tenía mucha más experiencia en el departamento de relaciones sexuales que Yulia, quien sólo había "jugueteado por ahí", como ella lo llamaba, con una o dos chicas en una fiesta de pijamas. Camille tenía un coche y una identificación falsa, y Yulia se enamoró por completo. Una noche, después de un partido de fútbol, Camille sugirió que condujesen a la siguiente ciudad y comprasen cerveza. Yulia se esforzó por actuar madura y sofisticada como Camille, pero cuando lanzó por todo el interior de su Chevy, supo que nunca volvería a ver a Camille de nuevo.
No fue hasta el tercer año de escuela secundaria que ella pensó en que alguna vez tendría una oficina, y mucho menos la oficina en la que estaba sentada ahora. Su consejero escolar la había animado a tomar el SAT, la prueba de ingreso a la universidad pública, que podría ser su boleto a la educación superior. El examen constaba de diez secciones, cada una de las cuales tenía que ser completada en una cierta cantidad de tiempo. Yulia terminó sección tras sección antes que nadie, y cuando bajó su lápiz por última vez, todavía quedaban cuatro
minutos. Revisó dos veces sus respuestas y cuando el supervisor señaló que el tiempo había terminado, era un manojo de nervios.
En el momento en que fueron despedidos, sus rodillas estaban temblando tanto que pensó que podría caer mientras prácticamente corría hacia la puerta.
Una beca para estudiar en Ohio State se la llevó de Hillsdale y nunca miró hacia atrás. Su madre murió de neumonía el verano en que se graduó de la escuela secundaria, y nadie estaba allí para despedir a Yulia cuando subió al autobús Greyhound con destino a Colón.
Ahora viajar, incluso con el confort y las comodidades de primera clase, era sólo un dolor en el trasero, pensó, haciéndose camino a través de la congestionada pasarela de O'Hare. Se echó a reír, porque siempre pensó que volar a Chicago era exactamente igual a la historia infantil denominada "La tortuga y la liebre." Vuelas a seiscientos kilómetros por hora para llegar allí y te trasladas como un caracol una vez que lo haces.
Agradeciendo no tener que esperar equipaje, Yulia le hizo señas a un taxi y le dio al conductor el nombre de su hotel. Había estado en Chicago por negocios varias veces y sonrió para sus adentros, recordando cómo en más de una ocasión, pudo combinar negocios con placer.
Cada vez que había pensado en placer los últimos días, el rostro de Lucy Scherer siempre venía a su mente. Incluso anoche, cuando la camarera encantadora del restaurante se retorcía debajo de ella, Lucy irrumpió en sus pensamientos.  Yulia raras veces fantaseaba con una mujer cuando estaba haciendo el amor con otra, pero ¿qué diablos? Eran dos desconocidas consiguiendo lo que querían, y Yulia no oyó quejarse a la mujer. A decir verdad ella-
"Oiga, señora, estamos aquí", dijo el taxista.
Yulia miró a su alrededor, observando los puntos de referencia, y la dió al conductor un billete de cincuenta dólares. " Quédese con el cambio", dijo ella, agarrando su bolsa de viaje y su maletín. 
El botones de inmediato llevó los dos elementos cuando salió de la cabina del taxi hacia el vestíbulo. Milagrosamente ellos aparecerían en su habitación en unos quince minutos, y los despidió cuando se acercó a la mesa de registro.
*
 
Lucy vagaba por Wacker Drive en busca de un restaurante tranquilo. Tenía que revisar sus notas para la reunión de mañana con Braxton y, aunque había leído acerca de las operaciones que recorrerían mañana una docena de veces, quería volver a familiarizarse con ellas. Varias parejas estaban saliendo de una puerta unos cinco metros por delante y ella miró hacia la ventana adyacente. El interior estaba en penumbra, pero no tan obscuro como para no ser capaz de leer o tomar notas. Agarró la puerta antes de que se cerrara tras la última pareja y entró. Había varias mesas desocupadas así que no tuvo que esperar mucho tiempo para ser ubicada.
Acababa de tomar un sorbo de su copa de vino cuando miró hacia la puerta. De pie en el interior, y mirando directamente hacia ella estaba Yulia Volkova, vestida con pantalones de color caqui y una remera polo verde brillante. El estómago de Lucy se contrajo y desvió la mirada antes de tener el decoro necesario para invitar a Yulia a que se uniese a ella. Ella no aceptaría de todos modos, eran rivales, después de todo. Mejor aún ...-pensó-, capturando los ojos de Yulia, haciéndole señas para que se acercase.
Yulia se conducía con una facilidad que indicaba que se sentía cómoda con ella misma en cualquier ambiente. Era evidente que sabía que su sensualidad ardiente hizo girar más de unas cuantas cabezas en la habitación. Lucy casi se ahogó cuando prácticamente pensó en Yulia sexualmente. Nunca tuvo fantasías de este tipo en relaciones comerciales. De hecho, nunca había tenido pensamientos de este tipo cuando no estaba trabajando. Se dio cuenta de que algo estaba definitivamente mal con ese escenario.
"¿Te gustaría acompañarme?", Preguntó Lucy a Yulia, que parecía tan sorprendida por la invitación, como ella misma.
"Mejor enemigo conocido?"
"Algo así", respondió Lucy, un poco sin aliento. Movió la carpeta de la silla a su lado y tocó en el asiento, indicándole a Yulia que se sentará.
El camarero apareció de la nada y tomó nota de la bebida de Yulia. Cuando se fue, Yulia concentró toda su atención en ella y Lucy sintió el efecto. Los sonidos del restaurante disminuyeron, la iluminación se hizo más aguda, sus sentidos más centrados. La sensación la dejo en shock, y tomó otro sorbo de su bebida para darse un minuto para recuperar el control.
Después de que llegara su bebida Yulia le preguntó, "¿Que diría tu jefe si nos viese sentadas juntas?"
"Que yo estaba aprendiendo más acerca de la competencia". Lucy lanzó la pregunta a su vez. "¿Y el tuyo?"
"¿Quién era esa mujer hermosa con la que estabas tomando una copa?", Respondió Yulia sin problemas.
Lucy tocó su el tenedor, en un gesto nervioso. "¿En serio?", Preguntó con escepticismo.
"En realidad, hubiese dicho algo tosco, pero la esencia sería la misma. Y tú eres una mujer hermosa. "
La forma en la que Yulia dijo mujer hermosa hizo sentirse mujer a cada parte de Lucy. No había pensado en sí misma como femenina últimamente, o como mujer, incluso. Todo en ella era trabajo, trabajo, trabajo, sin un minuto para sí misma en las últimas semanas. Le gustaba mimarse a sí misma, visitar el SPA los domingos para recibir un masaje de cuerpo completo, un facial y manicura. Habían pasado meses desde que había visto el interior del salón. No necesitaba el pretexto del pelo perfecto y el maquillaje, pero últimamente, incluso ni la ropa interior sexy que llevaba debajo de sus trajes de negocios lo estaba logrando. La mujer en ella se sintió halagada, la mujer de negocios un poco molesta de que Yulia estuviera coqueteando con ella.
"Gracias", acertó a decir sin sonar demasiado afectada por el cumplido. "Entiendo que trabajas para Clayton Sumner." Era a la vez una declaración y una pregunta. El corazón de Lucy tropezó cuando Yulia sonrió y rió entre dientes. Y tropezó de nuevo cuando Yulia cubrió sus ojos.
"Y yo tengo entendido que tu trabajas para Edward Hamacher," contrarrestó la pelinegra. Yulia sostuvo la mirada. "Es un pinchazo de primera clase."
Lucy no estaba segura de que había oído correctamente a Yulia. Acababa ella de llamar al presidente de su consejo un pinchazo? Su cara debió haber reflejado su confusión.
"Me has oído bien, es un pinchazo. Fui a la universidad con su hija, y si él es un poco de lo que era como padre, el es, bueno..."
Yulia no tuvo que terminar su comentario.
"¿En serio?" Lucy se sorprendió de la facilidad con que Yulia expresó su opinión acerca de su empresa sin tener en cuenta las posibles consecuencias.
"En serio. Su hija odiaba ir a casa los fines de semana. Él la convocaba, y ella sabía que él la aislaría de inmediato si desobedecía. Él nunca la golpeó, ni nada de eso, pero tenía un control sobre ella que me hacia sentir mal. "
"Prefiero no hablar de Edward, si no te importa. Él es, después de todo, mi jefe. " Lucy quería oír más, pero no confiaba en esta mujer y no quería dar la impresión de que estaba de acuerdo con ella. A pesar de que lo estaba.
"Me parece justo. ¿Cómo conoces a la esposa de Braxton?" Obviamente había notado su comentario a Lucy en su primera reunión.
"Jugué voleibol en la UCLA. Su esposa, o en realidad su novia en aquel momento, jugaba para Stanford. Les ganamos el campeonato de la NCAA. "
"¡Ouch. Espero que eso no lo predisponga en tu contra. "
El camarero revoloteaba, esperando para tomar sus ordenes para la cena. Yulia miró a Lucy esperanzada. 
"¿Tu invitación incluye la cena o se trata simplemente de una charla pasajera?"
Lucy pesó sus opciones. Podía comer sola por enésima vez este mes, o permitir a Yulia quedarse y llegar a conocerla mejor.
"Si tienes hambre, eres bienvenida."
"Está bien. ¿Qué vas a ordenar? " Yulia cambio de tema fácilmente.
La castaña no había tenido la oportunidad de mirar el menú, pero había estado deseando pasta cuando entró. Ahora no tenía hambre de nada más que de Yulia, cuyo encanto y el magnetismo físico la cautivaron. La atracción entre ellas era tan fuerte que Lucy tendría que andar de puntillas para no dejarse caer en ella.
Se centró en su menú, muy consciente de que Yulia la miraba por encima del suyo. " Creo que voy a pedir las conchas rellenas. ¿Tú? " Levantó los ojos y mantuvo su mirada fija.
"Esta noche me siento en decadencia." Vaciló Yulia y sus ojos cambiaron a un azul humeante. " Pediré el pollo Alfredo. Ataque
al corazón en un plato. Voy a vivir en el borde. "
Lucy tenía la impresión de que Yulia vivía un poco peligrosamente la mayor parte del tiempo. Parecía abrazar la vida sin pudor, tomaba lo que quería y no deja nada atrás. Lucy se estremeció, luego flexionó sus hombros en un débil intento de disimular su reacción.
"Entonces, Lucy. ¿Puedo llamarte Lucy? ", Preguntó
cortésmente Yulia. Lucy asintió con la cabeza. "¿Qué haces cuando no estas tratando de comprar empresas?"
El pan había llegado y Lucy cortó un pedazo. "Dirijo una", respondió ella, untando mantequilla sobre el pan caliente.
"Así tengo entendido. Además de eso? ¿Qué haces para divertirte? " Yulia arrancó un trozo de pan y se lo metió en la boca en un solo movimiento.
"Diversión?", preguntó Lucy, con la sensación de que ella nunca había oído esa palabra. En realidad, ella había perdido su tren de pensamiento cuando la boca de Yulia se abrió y vio su lengua justo antes de que la cerrara con el pan adentro.
"Sí, ya sabes, divertirse? Las cosas que haces cuando no estás trabajando? " Yulia arrancó otro pedazo de pan y se recostó en su silla. " Por favor no me digas que todo lo que haces es trabajar?
Todo trabajo y nada de juego te hace una chica aburrida. "
Lucy abrió la boca para decir algo cáustico, pero cambió de idea cuando vio la diversión brillar en los ojos de Yulia. 
" Yo no soy una niña aburrida", respondió enfáticamente.
"¿En serio?"
"Sí, de verdad."
"Quieres saltar toda esta pretensión y simplemente ir a mi habitación?" Yulia hizo su proposición como si fuera la cosa más natural del mundo.
Con el pulso latiendo con fuerza en sus oídos y palpitaciones entre las piernas por el flagrante avance de Yulia, Lucy de alguna manera fue capaz de responder. 
"¿Y por qué iba yo a querer hacer eso?"
El camarero sirvió su comida y la pelinegra dio un mordisco a su cena. "Mmm", gimió, y luego miró directamente a Lucy. "Tal como yo lo quería. Pecaminosamente delicioso. " Lucy se quedó sin habla, mientras que Yulia dio otro mordisco, y luego dijo: " Porque nos sentimos atraídas la una por la otra y creo que podríamos tener algo de diversión. Sé que yo la tendría. "
Lucy pasó de hipnotizada a asombrada de que Yulia en realidad le estuviera proponiendo que tuvieran sexo. Ellas estaban luchando por la misma compañía. ¿Por qué en nombre de Dios, pensaba ella que Lucy se daría la vuelta, a falta de una mejor expresión, y saltaría a la cama con ella? Parecía desesperada, solitaria, o simplemente estúpida?
Queriendo sacar a bofetadas la expresión de suficiencia de la cara de Yulia, Lucy apuñaló a su vez la pasta. No era bueno para sus intereses hacer enojar a esta mujer, por mucho que ella quisiera hacerlo. En vez de eso, decidió seguirle el juego, sabiendo que nunca tendría sexo con Yulia.
"Bastante segura de ti misma, ¿no?"
"No que he escuchado ninguna queja. ¿Por qué? ¿Has oído algo? " Yulia fingió tener miedo de su respuesta.
Yulia era encantadora, de una manera pícara, con su rápido ingenio y el brillo malicioso en sus ojos. Era muy atractiva, con el rostro libre de defectos. Sus cejas perfectamente formadas se alzaron a la espera de la respuesta de Lucy a su pregunta. 
"¿Me veo como el tipo de mujer que besa y cuenta?"
"Esa es otra razón por la que deberíamos darnos prisa y comer el postre en la cama. Porque tú no besarías y contarías. "
Los ojos de Yulia estaban ardiendo, como brasas reflejadas por la suave luz de las velas en el centro de la mesa.
Lucy apretó las piernas juntas bajo la seguridad del largo mantel, lo que hizo poco para calmar las punzadas que le estaban impidiendo pensar con claridad. Eso sólo hizo peor la sensación. Le molestaba la forma en que su cuerpo la estaba traicionando.
"Por mas tentada que pueda yo estar, voy a tratar de controlarme." Estaba tentada, muy tentada. Vaya, pensó la castaña.
¿No acabo de decir que no había manera de que yo pudiera tener sexo con ella? Dios, esta mujer es un imán.
Yulia descansaba en el encanto que, Lucy imaginaba, había ganado frente a más de una mujer vacilante. 
"Ah, vamos. Vive un poco ".
Lucy buscó el control en lo más profundo de su yo consciente. 
" Estoy bastante contenta con mi vida ahora mismo, gracias."
Yulia presionó su pierna contra la de Lucy. 
"¿Estás segura de que no hay nada que pueda hacer para hacerte cambiar de opinión?"
Oh, hay muchas cosas que puedes hacer para cambiar mi opinión, pero tengo mucho que perder por una noche de sexo, aunque sea contigo. Esbozó una sonrisa optimista. 
"Nop, absolutamente nada." Estaba segura de que Yulia pudo ver a través de ella."


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Mensaje por Lesdrumm 12/10/2015, 10:07 pm

Les dejo doble capítulo de esta historia.




JUEGO FUERTE


Capítulo Nueve


El café estaba caliente y Yulia se quemó la lengua. ¡Mierda! Otra cosa que no necesito. Luego de una noche de insomnio, se aplastó un dedo del pie en el quicio de la puerta en su camino a la ducha esta mañana, todo porque no podía dejar de pensar en Lucy. Había llegado temprano a la sede regional de Braxton, con la esperanza de tener unos minutos a solas con . Se despertó esta mañana queriendo verla, y aunque estaba excitada, también estaba preocupada. Haría cualquier cosa para obtener más información acerca de los planes de Lucy para la adquisición de Braxton, incluso coquetear con ella y halagarla. Su primera impresión de Lucy había cambiado drásticamente, y Yulia se sorprendió al encontrarla inteligente y extrañamente atractiva.
Su cena había terminado demasiado pronto, y cuando Lucy subió a un taxi después de pagar la cuenta, Yulia se sentía sola. Era ridículo. Estaba en una de las ciudades más grandes del mundo. Volvió a entrar en el restaurante, pero esta vez se sentó en
el bar bebiendo hasta que se recompuso lo suficiente como para volver a su habitación de hotel. Estaba tan vacía como ella sabía que iba a estar, y cuando se durmió soñó con Lucy.
 
 
Lucy entró en la sala de conferencias acompañada por, al menos, otras ocho personas. Llevaba unos pantalones color canela, con una chaqueta cruzada azul marino sobre una blusa de color azul pálido, y la chaqueta resaltaba el color de sus ojos. Su cabello
estaba recogido en la parte posterior, como Yulia siempre lo había visto. Excepto la noche anterior, pensó.
Anoche, el pelo de Lucy caía suelto hacia abajo y Yulia había luchado contra el impulso de correr sus dedos a través de él. Lucía como la madera de un árbol en primavera y Yulia juró que podía oler el aroma fresco flotando encima de la mesa. Se había movido cerca de Lucy cuando ella abrió la puerta de su taxi.
Cuando se deslizó a su lado en la cabina, Yulia inhalo el profundo aroma. Podía olerlo ahora en toda la habitación. Todo el mundo alrededor de la mesa se presentó, y después de dos horas de diapositivas, diagramas y gráficas, Braxton se levantó y los llevó fuera de la habitación. Yulia dejo ir primero a Lucy, lo que le dio una vista privilegiada de su trasero en lugar del de Braxton.
La ropa de Lucy se ajustaba perfectamente, lo que acentuaba sus curvas sin llamar la atención hacia ellas. La piel de cocodrilo de sus zapatos de tacón plano, resplandecía bajo las luces brillantes. Hoy, su cabello se mantenía unido por un clip de gama azul que la pelinegra sabía que fácilmente podría desatar con una mano. Yulia estaba tan absorta en la contemplación del vaivén de sus caderas que casi chocó con la parte posterior de uno de los hombres de Braxton cuando se detuvo, pero se detuvo antes de hacer contacto.
Lucy estaba escuchando con atención al hombre que se había presentado como el responsable de ingeniería. Se puso de pie con la espalda recta, cual bailarina de ballet. No se encorvo, ni siquiera un poco, cuando estrechó la mano a todos los hombres de esta mañana. A Yulia le pareció divertido que todos los miembros del personal de Braxton eran hombres y dos mujeres se disputaban su compañía, una de ellas, unos centímetros mas alta que la otra. Ellos probablemente no tenían idea de que las dos eran lesbianas. ¿Cuáles eran las probabilidades?
Lucy giró su mirada hacia Yulia, quien le dio su mejor sonrisa de si-te-estaba-mirando. No se sentía avergonzaba de ser capturada haciéndolo. Una mujer debería sentirse halagada cuando otra mujer deseaba mirarla. Especialmente cuando la expresión de la castaña era tan transparente. Lucy desvió la mirada, pero no antes de que Yulia viera un destello de respuesta en sus ojos.
 Yulia sonrió y continuó manteniendo sus ojos pegados a Lucy, pero esta vez prestó más atención a lo que el hombre en frente de ellas estaba diciendo. Incluso si conseguía llevar Lucy a la cama, seguía necesitando conseguir este acuerdo.
*
 
 
Lucy se acababa de acomodar en el asiento trasero del taxi, exhausta, después de la gira interminable por la instalación.
Oyó un golpe y vio a Yulia haciéndole una seña para que bajara la ventanilla. Contra su mejor juicio lo hizo. Había luchado contra el impulso de mirar a la chica de ojos azules grisáceos toda la tarde, especialmente una vez que supo que Yulia lo estaba haciendo con ella. Sentía, más que verlos, que sus ojos se movían por todo su cuerpo, y fue especialmente desconcertante que Yulia se quedara detrás de ella todo el día. La parte inferior de la chaqueta de Lucy caía por debajo de su trasero, pero Yulia estuvo, probablemente, imaginándolo de todos modos. Lucy se sintió totalmente violada y Yulia no le había puesto un dedo encima.
"Oye, pensé que podríamos cenar. Estrictamente personal. Podemos hablar del tiempo, política o religión. Eso debería mantener la conversación viva. "
Lucy estaba cansada de batallar el impulso de luchar contra su atracción por Yulia, pero no podía darse por vencida.
Había demasiado en juego, y su recorrido por las instalaciones de hoy reforzaba su creencia.
"¿Qué, ninguna discusión sobre sexo?"
El padre de Lucy siempre le había dicho que nunca se debe hablar de sexo, política o religión, ya que nunca se llega a cambiar el punto de vista de la otra persona . Tan pronto como la palabra salió de su boca quiso poder meterlas nuevamente ahí. Los ojos de la pelinegra se iluminaron.
"Prefiero tenerlo que hablar de él, pero si insistes."
La sonrisa de Yulia transformó su cara. Sus dientes perfectamente blancos eran el complemento ideal de unos labios apetitosos y una cara traviesa que la hacía joven. Como si necesitara cualquier tipo de ayuda en esa área, pensó Lucy.
"Hey, tal vez podríamos combinar los dos. Ya sabes, matar dos pájaros de un tiro, multitarea, o como sea que quieras llamarlo ", agregó Yulia.
"Inapropiado es como yo lo llamo." Dios, como odiaba sonar como una mojigata. " Pero gracias de todos modos. Voy de camino hacia el aeropuerto. "
Yulia miró como si fuese a tratar de convencerla, pero debió haberlo pensado mejor. En lugar de eso dijo:
"Bueno, pero si cambias de opinión estoy en el hotel Hilton en Michigan Avenue.
Cualquier momento es bueno. Por lo general no me voy a la cama hasta tarde. A menos que tenga una razón para hacerlo. "
"Bueno, no voy a ser tu razón."
Lucy le dijo al taxista que la llevará al aeropuerto de O'Hare. ¡Dios mío, Lucy. Actúas como si no hubieses tenido relaciones sexuales en años. Saca tu cabeza de tu entrepierna y lidia con ella. Este es el negocio más grande de tu vida y tu estás pensando en una mujer. Y una joven, a lo más. Yulia era casi diez años más joven que ella, lo que era una diferencia de edad bastante grande en esta etapa de su vida. Se golpeó en la frente.
Apártate de ella. Deja de pensar en ella como una cita o una potencial amante. No es, no puede, y no será ninguna de las dos cosas. Se repitió esta declaración a sí misma hasta que salió del taxi.
 

 
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Mensaje por Lesdrumm 12/10/2015, 10:15 pm

JUEGO FUERTE




Capítulo Diez


Lucy se registró en su hotel de Phoenix después de la medianoche. Podría haber tomado un vuelo la mañana siguiente, pero siempre prefería llegar a su destino tan pronto como le era posible.
Después de una ducha rápida se conectó a su correo electrónico. Como de costumbre, tenía más de un centenar de mensajes en su bandeja de entrada. Había un demonio tecnológico que hacía que los mensajes a reprodujesen cuando no eran leídos?
Los ordeno por remitente y leyó los de su personal en primer lugar. La mayoría eran simplemente para su información o de menor importancia, pero la nota de Claire era críptica y ella frunció el ceño cuando lo leyó. Su banquero más importante había hecho una cita para reunirse con ella y con Claire sobre los últimos de la próxima semana. Mientras Lucy escribía su respuesta sabía que el banquero no traería buenas noticias.
La presión de cerrar el acuerdo Braxton era enorme. Además de sus accionistas, miles de personas dependían de Drake para su subsistencia. La pérdida de ingresos afectaría a las empresas a las que compraban productos y servicios, si perdían a Drake como
cliente, y el efecto posterior, la pérdida de opciones de tratamiento para sus pacientes, era lo que la mantenía despierta en la noche.
Ella no podía fallar. La gente iba a morir, y ella no podría vivir con ese hecho en su conciencia.
La alarma sonó a las cinco y cuarto, y Lucy se dio la vuelta, los ojos irritados por la falta de sueño, y maldijo a la diferencia de tiempo entre Phoenix y Nueva York. Tres horas de sueño no eran suficientes, pero tenía una conferencia telefónica con uno de los proveedores de Drake pronto. Fue otra de una larga lista de llamadas conteniendo garantías de que Drake era solvente y que continuarían pagando sus cuentas a tiempo.
Salió de la cama con la llamada a su puerta. Después de verificar, a través de la mirilla, que se trataba del servicio a la habitación con el café que había pre-ordenado, corrió la cadena y abrió la puerta.
Noventa minutos después, vestida y sorbiendo su cuarta taza de café, siguió las instrucciones de la voz suave y melódica del GPS del coche de alquiler, según lo dispuesto. El brazo de investigación de Braxton estaba localizado en un terreno de sesenta acres en el extremo norte de los límites de la ciudad de Phoenix. Si la voz tranquila no le hubiese dicho que girase a la izquierda en unos cientos de metros, habría perdido el signo sutil que indicaba el camino a la instalación.
Cactus Saguaro, árboles paloverde, y arbustos de creosota, rodeaban la carretera de dos carriles tallada en el medio del desierto. Mientras conducía ella admiraba la belleza del terreno desolado. En vez de opaco y sin vida, el paisaje la calmaba y casi
la abrumaba. El poder de la naturaleza para superar la sequía y el calor extremo la hicieron sentir insignificante.
Braxton la estaba esperando en el vestíbulo del fresco edificio. Charlaron unos minutos antes de que llegara Yulia y recibieran los pases de visitantes, y luego dejaron que la robusta guardia de seguridad revisara sus carteras buscando cámaras no autorizadas.
La rutina fue similar a la de su gira en Chicago, comenzando con la información proporcionada por el personal directivo de la institución. Lucy se encontró con los ojos de Yulia mientras se sentaba en la silla vacía a su lado.
"Aquí vamos otra vez", dijo Yulia, cuando las luces se apagaron y la primera diapositiva de la presentación cobro vida en la gran pantalla en blanco.
Lucy no pudo evitar sonreír porque se sentía exactamente de la misma manera. Por mucho que ella quisiera, no, necesitara a Braxton, tenía problemas para concentrarse en la presentación del funcionario. Tenía una vista perfecta de Yulia y podía mirarla casi sin ser notada. Su perfil acentuaba una mandíbula fina pero fuerte. Podía imaginar a Yulia en una escaramuza o incluso en una pelea debido a una pequeña cicatriz en la parte superior izquierda de la nariz. Más que probable que alguien la hubiese llamado a ello en su actitud engreída una o dos veces. De alguna manera Lucy sospechaba que, incluso con la nariz rota, Yulia había salido adelante.
Se reenfoco en el presentador y decidió tomar notas para mantener sus ojos lejos de Yulia y su mente en lo que se decía.
Tenía una habilidad especial para recordar los detalles, aunque fueran menores, y rara vez necesitaba tomar notas. Pero por primera vez en mucho tiempo necesitaba algo en qué concentrarse.
El día finalmente terminó, y Lucy no podía esperar a salir de sus pies, después de haber caminado lo que parecieron millas en el duro suelo de baldosas de la enorme instalación. A pesar de que se había puesto zapatos planos y cómodos, le dolía la parte baja de la espalda y su rodilla izquierda palpitaba. No quería otra cosa que sumergirse en la bañera de hidromasaje y beber un vaso de vino. Después de pasar el día con Yulia constantemente cerca, dos o tres vasos sonaban aún mejor. Desactivó la alarma del coche y, con el pitido, oyó a alguien llamar su nombre.
Yulia paseó hacia ella sobre unas piernas que hacían todo un recorrido hasta el suelo, como su padre solía decir. En el instante en que Lucy se las imagino envueltas a su alrededor, el estómago le dio un vuelco. Tomó unas cuantas respiraciones profundas rápidas antes de que la pelinegra ojiazul se detuviera frente a ella.
"A riesgo de ser rechazada de nuevo, quieres cenar?"
Después de la charla introductoria, Yulia se había quedado a su lado todo el día. Murmuró comentarios impertinentes en voz baja que, como su primero de la mañana, eran exactamente lo que estaba pensando Lucy. La fragancia desconocida de su colonia producía cosquillas en la nariz de Lucy.
"Eres persistente." Yulia recompenso a Lucy con una de sus sonrisas deslumbrantes y el estómago de la castaña de ojos azules volvió a subir.
"No acepto un no muy bien. Por lo general es sólo una táctica de bloqueo. Algo así como jugar a ser difícil de conseguir."
"¿Es así como me ves? Jugando a ser difícil de conseguir? "
Preguntó a Lucy antes de que ella pensara en lo que debía decir.
"¿Lo estas haciendo?" Yulia ladeó la cabeza hacia un lado.
"Si lo hiciera, implicaría que estoy interesada en ti."
"¿Lo estás?" Se repitió Yulia.
Tenia en la punta de la lengua mentir y decir que no, sin embargo respondió ella misma con una pregunta. "¿Siempre te le tiras a tus socias de negocios?"
"Sólo a las hermosas", dijo Yulia, simplemente.
Con una mujer como Yulia, era más que probable que la respuesta fuera cierta.
 "¿No lo encuentras difícil?"
"No tengo ningún problema para separar los negocios y el placer."
La forma en que Yulia, dijo el placer hizo que un escalofrío recorriera la columna de Lucy. Su voz era suave y cálida y, obviamente, muy practicada. "¿El otro lado de la ecuación entiende la separación?" Una punzada de celos pincho a Lucy
cuando pensó en otra mujer tocando a Yulia.
La pelinegra vaciló antes de responder, dando a la castaña la oportunidad de sacar sus propias conclusiones.
"Mi punto exactamente", dijo ella, con más confianza de la que sentía. Se sentía atraída por Yulia, no importaba lo mucho que tratase de no estarlo. Algo acerca de Yulia le intrigaba, así como hacía su pulso acelerarse. Era joven, encantadora y ardientemente sensual.
Lucy no tenía ninguna duda de que Yulia sería más que capaz de hacer efectivo el cheque que su cuerpo estaba escribiendo.
"Tu no cometerías ese error", replicó Yulia, desplazando su peso de un pie al otro como tratando de mantener el equilibrio durante el partido de duelos verbales.
"¿Cómo lo sabes?" Lucy estaba interesada en la respuesta de Yulia ya que ni ella misma sabía si podría.
"Porque tu eres una mujer de negocios exitosa. Entiendes de negocios y lo que se necesita para conseguir lo que quieres. "
 Los ojos de Yulia prácticamente acariciaban su cuerpo, adicionándole un sentido diferente a su declaración.
La boca de Lucy se secó y tenía dificultades para tragar. Quería llegar a la manija de la puerta del coche, pero temía que su mano temblorosa la traicionara. Finalmente se atrevió a responder.
"Sí, lo sé, y yo ya te he dicho que la mezcla de los dos no es bueno para los negocios. Sean cuales sean las circunstancias o el acuerdo", agregó. No estaba segura de a cuál de las dos estaba tratando de convencer.
"Está bien, voy a comprar eso. Pero todavía tenemos que comer. Te prometo que no voy a morderte o a tratar de seducirte durante el plato principal. Sin embargo, no puedo garantizar la buena conducta a los postres. Es mi debilidad y muchas veces no me puedo controlar. "
La sonrisa de Yulia y sus ojos azules grisáceos brillantes hicieron que Lucy hiciera caso omiso a su mejor juicio, y Yulia la siguió a un restaurante de Phoenix que Braxton había recomendado al principio del día.
La sala de espera estaba llena, y los clientes se quejaban de la espera mientras una auxiliar, que no podía apartar los ojos de Yulia, las ubicó. Su mesa contra la ventana les ofrecía una visión panorámica de las luces de la ciudad. En contraste, una única vela parpadeaba en el centro de la mensa cubierta por tela blanca, creando un ambiente íntimo. Yulia escaneaba la carta de vinos, felicitándose a sí misma por convencer a Lucy de cambiar de opinión, su confianza comenzó a volver. Las mujeres eran todas iguales, pensó. Sólo necesitaban un poco de persuasión para aliviar su culpabilidad o sacar la decisión de sus manos. Sin embargo, ella estaba un poco decepcionada. Ella habría esperado más de Lucy.
"Entonces, ¿qué te parece?", Preguntó Yulia después de que el camarero tomo la orden de bebidas.
"¿Sobre qué?"
"Braxton".
"El hombre o la empresa?"
"Las dos cosas." la pelinegra no esperaba que Lucy comentara algo pero de todos modos se aventuró por ese camino. Ella misma había estado tratando de leerlo todo el día, pero no le dio ningún resultado.
"Interesante", dijo Lucy.
"¿Cual?"
"Ambos."
Cuando la castaña no dio más detalles Yulia decidió no presionar. En su lugar eligió la ruta personal.
"Entonces, Lucy, ¿hay alguien esperando en casa que selles este trato?" A Yulia le encantó la forma en que el nombre de Lucy sonaba cuando salia de sus labios. Era tan elegante y sofisticado como la propia mujer.
"Pensé que ibas comportarte". Lucy tomó un sorbo de la copa de vino que el camarero había puesto delante de ella.
"Lo estoy haciendo. Simplemente estoy dándote conversación. "
"Uh-huh".
Yulia se fingió insultada. "¿Qué? Te prometí que no tendrías que preocuparte hasta el postre. " Ella se echó a reír y añadió: "¿De qué te gustaría hablar? "
Lucy tomó otro sorbo de su vino, y Yulia casi podía sentir el líquido caliente deslizarse por el largo cuello. Quería seguir ese camino con su lengua. Se sentía más atraída por Lucy de lo que recordaba haber estado por otra mujer. La sensación la ponía
ligeramente nerviosa, y lo compensaba haciendo lo que le era más cómodo, ligar.
"Béisbol", respondió Lucy, inexpresiva.
"Béisbol?" Yulia no estaba segura de haber oído correctamente a través de su halo de excitación.
"Sí, béisbol. Estamos en medio de los playoffs y cada juego importa. Los Bravos son unos desvalidos como para llegar a la Serie, pero creo que van a tomarlo todo ". La castaña de ojos azules eléctricos corto un pedazo de pan de la canasta. " Tu no sigues el béisbol, ¿no?"
"No exactamente". Yulia estaba casi totalmente perdida. No era precisamente una fan. Disfrutaba de un juego o dos, pero había estado tan ocupada últimamente con el acuerdo de Braxton que había perdido la pista de dónde se encontraban en la temporada.
Lucy se echó a reír y el corazón de Yulia saltó. Tenía que repetir lo que fuera que había dicho que causó que la cara de Lucy se iluminase como lo estaba ahora.
"Ten cuidado Yulia. Vas a perder su tarjeta de membresía de lesbiana si alguien se entera de que no sigues el juego " bromeó Lucy.
Si había pensado que a ella le gustaba decir el nombre de Lucy, prácticamente se derritió cuando se invirtieron los papeles. Lucy rara vez se la había llamado por su nombre y cuando lo hizo, Yulia sitio un hormigueo en el estómago. ¿Qué pasaría si ella lo dijese en el calor de la pasión?
Su cena llegó y Yulia disfrutaba viendo comer a Lucy porque no se avergonzaba de disfrutar de la comida delante de ella. Yulia se sorprendió cuando terminó su filete, papa al horno y verduras en la parte superior de la ensalada y tres rebanadas de pan antes de que la comida principal hubiese llegado. ¿Dónde ponía todo aquello?
Mantuvieron una conversación informal, Yulia atreviéndose a un piropo ocasionalmente. Lucy los arrojó de vuelta a ella con una facilidad que desafió a Yulia a ir aún más lejos. Cuando el camarero llegó con la bandeja de postres miró a Lucy a la
expectativa.
"Como tu quieras", dijo ella, sonriendo. "Sólo recuerda, que te di una justa advertencia." Yulia no estaba segura si el parpadeo que vio en los ojos azules eléctricos de Lucy se debió a la llama de una vela o una llama de otra cosa con la que estaba más familiarizada.
Esperaba que fuera lo último. Empezó a decir algo al respecto, pero fue cortada cuando Lucy ordenó un postre crujiente de manzana.
Un latido reconocible comenzó en la parte baja del vientre de Yulia.
" Veo que eres una tomadora de riesgos. Me gusta eso en una mujer. " Cerró la brecha entre ellas. "Me gustan un montón de cosas que veo en ti, y estoy segura de que me va a gustar mucho mas lo que no puede ver." Yulia bajó los ojos y sus palmas desearon vehementemente cubrir los senos que se movían arriba y abajo con la, ahora rápida, respiración de Lucy.
"No pierdes el tiempo, ¿verdad?"
El temblor en la voz de Lucy hizo crecer la confianza de Yulia en conseguir llevar a esta mujer a la cama.
"No. No cuando veo algo que quiero. " Y Yo definitivamente te deseo.
Anteriormente le había dicho a Lucy que ella siempre separaba de negocios de placer, pero con Lucy deseaba ambos. A pesar de que se sentía atraída en gran medida a ella, su meta número uno era el trabajo de Clayton. Uno podría llevarla a lo otro, y no
dejaría escapar ninguna de las dos oportunidades. Nunca lo hizo, y no estaba a punto de empezar ahora.
"Entonces creo que voy a tener que estar en alerta máxima, no es así?", Respondió Lucy.
Yulia noto dos cosas acerca de Lucy que habían cambiado en los últimos minutos. La mano le temblaba muy ligeramente, cuando levantó la taza de café a los labios, y sus pezones estaban erectos y duros debajo de la blusa. La confianza de Yulia se disparo.
"Hablando de alerta máxima", dijo, ni siquiera tratando de ocultar su mirada en los pezones de Lucy. "Es que-"
"No vayas allí, Yulia", dijo Lucy con severidad-.
"Uh-huh", respondió ella sin convicción.
"Lo digo en serio, Yulia. Tu puedes mirar todo lo que quieras, porque eso es lo más lejos que vas a llegar. "
"Esta noche", dijo Yulia, y miró en un par de sorprendidos ojos azules cuando levantó la vista.
*
 
Lucy ordenó un termo grande de café al servicio de habitación la mañana siguiente. Lo necesitaba. Había dormido toda la noche, pero sus sueños estuvieron llenos de imágenes de sexo con Yulia. Nunca había entendido exactamente dónde estaban, pero tenían suficiente privacidad como para hacer el amor en varios lugares y de muchas maneras diferentes. En primer lugar Yulia la inmovilizo contra la pared y metió su mano dentro de sus pantalones, sus labios se movían rápidamente por el cuello de Lucy. La camisa desabrochada y la parte delantera de su sostén  abierta. Yulia, alternativamente chupó y mordió el cuello y pechos, volviéndola loca. Lucy podía realmente sentir la sacudida de emoción dispararse, desde el pezón a su clítoris, cuando Yulia lo mordió. Ella era incapaz de hacer otra cosa que envolver sus brazos alrededor del cuello de la pelinegra y sostenerse mientras una mano exploraba su cálido centro, la otra envuelta alrededor de su cintura.
Yulia frotaba su clítoris cada vez más rápido, llevándola cada vez más cerca del orgasmo. Lucy rogó por ser aliviada y, cuando llegó, irradio desde sus dedos de los pies hasta la punta de la cabeza. Pensó que iba a explotar desde adentro hacia afuera, y
cuando gritó el nombre de Yulia se disolvió en el placer.
Lucy se despertó después de eso, su mano entre las piernas, la otra pellizcando el pezón. Se sintió avergonzada, pero no tanto como para no terminar lo que su sueño había comenzado.
Se volvió a dormir de inmediato y quedó a la deriva de otro encuentro erótico con Yulia.
Esta vez ella fue el agresor, y se encontraban en la sala de conferencias adyacente a su oficina. Las luces estaban encendidas, el proyector de vídeo mostraba un gráfico con las flechas hacia arriba y hacia la derecha. Los negocios debían estar bien, pensó,
mirando a la pantalla.
Yulia estaba sentada en el borde de la mesa de caoba, las piernas abiertas, Lucy arrodillada frente a ella. Su camisa estaba abierta y no llevaba sujetador. La piel bronceada llenaba el espacio abierto, con apenas una insinuación del escote complementando su look andrógino, Yulia era sin duda toda una mujer.
Lucy había leído que no se es posible oler en los sueños, pero esto era sin duda un cuento de viejas ". Yulia tenía una frescura que Lucy nunca había encontrado, y eso la atrajo más cerca. Las gotas de excitación brillaban en los labios hinchados, el pelo rubio y rizado, y la punta de su clítoris. Lucy quería quedarse en este lugar para siempre y disfrutar de la belleza de Yulia, pero quería explorar aún más.
Poco a poco se acercó más, cada momento desapareciendo como la arena en un reloj de arena. Hacía tiempo que Yulia había dejado de estar inmóvil, sus caderas empujando hacia adelante con entusiasmo, como si trataran de hacer contacto con la boca de la castaña. Lucy contuvo el aliento mientras serpenteaba su lengua en su primer intento de degustar la carne de Yulia. Estaba tibia y húmeda y pronunciaba el nombre de Lucy en voz baja.
La carne de Yulia se estremeció debajo de la lengua de Lucy, y su pasión y deseo amenazaban con adelantarse. Forzando sus propias necesidades, se concentró en dar a Yulia más placer que el que ella había imaginado posible. Poco a poco, explorando cada centímetro de ella, alternando largos lametazos lánguidos con rápidos movimientos de su lengua.
Yulia se echó hacia atrás, los brazos ya no eran capaces de mantenerla. Se movía tanto que Lucy se abrazó a sus caderas para sostenerla apretada. Yulia le rodeó la espalda con las piernas como si tuviera miedo de que Lucy se alejara. Tal pensamiento pasó por la mente de Lucy y ella memorizó cada vista, sonido y gusto de Yulia. La respiración de la pelinegra se aceleró, coincidiendo con el empuje de sus caderas. Su clítoris se endureció debajo de la lengua de la castaña, ella deslizó primero uno y luego dos dedos en Yulia, cuyos músculos atraparon los dedos con fuerza mientras ella estallaba en la boca de Lucy. Pulso tras pulso, el deseo fluía de ella, en espasmos de sus estrechas paredes interiores alrededor de los dedos de Lucy. Los papeles quedaron esparcidos por la mesa mientras Yulia abría los brazos y se arqueaba hacia adelante, sujetando el cabello de Lucy y tirando de ella aún más. Lucy lanzó su propio deseo, mientras Yulia la abrazaba con fuerza, temblando bajo su boca.
 
Cuando el reloj de alarma sorprendió a Lucy sacándola de ese sueño, estaba totalmente confundida en cuanto a donde estaba. Respiraba con dificultad, la habitación era desconocida, y ella estaba empapada en sudor. Le tomó un minuto silenciar el pitido desde la parte superior de la mesilla de noche, y cayó hacia atrás sobre la cama jadeando. Le temblaban las manos y su cabeza le daba vueltas cuando trató de incorporarse. Tropezó hacia la ducha sobre sus tambaleantes piernas.
Sus manos todavía temblaban cuando entró en el estacionamiento. Eligió el mismo espacio que había ocupado ayer, cuando Yulia la invitó a cenar. Tal vez debería haber tomado su oferta de tener sexo. Ella lo había tenido de todos modos, al menos en sus sueños. Recogió su maletín, su ingenio y su fortaleza para hacer frente a Yulia esta mañana y caminar sobre piernas temblorosas a la puerta principal.
Su día fue similar al anterior, excepto que esta vez Lucy se había ubicado detrás de Yulia la mayor parte del tiempo. Cada vez que miraba a la pelinegra, imágenes de ella tendida en su mesa de conferencias o de su mano en sus pantalones eran como flashes en su mente. Tenía el estómago en nudos, alternando entre las mariposas y las ganas de vomitar.
Finalmente, después del almuerzo, lo último ganó y a penas fue capaz de escapar al baño de damas a tiempo para lanzar la comida en el inodoro. Estaba sola en el baño, agradecida de que Yulia no la hubiera seguido.
Luchando contra una nueva ola de náuseas, se inclinó sobre el lavabo y se salpicó agua en la cara. La dejó escurrir por la barbilla mientras sus manos volvían a entrar en foco. Esto era más que nervios por una mujer. Había comido algo que no congeniaba con ella o agarrado algún microbio. Dios, lo último que necesitaba era caer con una gripe. Levantando la cabeza, Lucy estudió su reflejo en el espejo. Estaba pálida y el pelo de repente parecía débil y sin vida, como ella. Recomponiéndose y diciendo una oración en silencio para poder superar el resto del día, abrió la pesada puerta. Sintió sus piernas inestables mientras se unía a todo el mundo esperando el ascensor. Cuando se abrieron las puertas fue la última en subirse.
*
 
Yulia estaba detrás de Lucy en el ascensor y se frotaba la parte de atrás del cuello para aliviar la tensión que se había asentado allí. Braxton estaba a su izquierda, mirando su reloj.
Mirando el reflejo de Lucy en la puertas espejadas, Yulia pensó que estaba pálida y cansada. Había sido un día largo.
Yulia le sonrió cálidamente al espejo y la cara de Lucy se puso más pálida. La tensión en el pequeño ascensor crecía y Lucy cambiaba su peso de un pie al otro, como si estuviese a punto de huir. Cuando las puertas finalmente se abrieron, Lucy salió primera, apenas diciendo adiós a Braxton, y corrió a su coche, cerrando la puerta como si fuera un santuario.
¿Qué estaba pasando? Yulia no conocía a Lucy, pero ella había estado actuando de manera extraña durante todo el día y Yulia estaba preocupada. Volvió sobre los pasos que había tomado la noche anterior hacia el auto de la castaña ojiazul.
"Está todo bien, Lucy ? Te has visto un poco enfermiza todo el día. "
"No, todo está bien", respondió Lucy un poco demasiado rápido.
Yulia no le creyó y se inclinó para ver mejor.
Lucy sintió el aliento de Yulia en la mejilla cuando se inclinó hacia la ventana abierta. Yulia olía como el chicle de canela que siempre estaba masticando. Era un olor agradable, pero no esta vez. A Lucy le dio un vuelco el estómago de nuevo. Tenía la esperanza de no vomitar todo sobre los zapatos de Yulia.
"No te creo. Has estado colorada todo el día y haz hecho más viajes al baño que nadie. Los chicos no tenían ni idea, pero yo sé lo que está pasando. "
"Yulia, estoy bien, de verdad." Ella trató de sonar convincente, pero su mente estaba perdiendo la batalla sobre su vientre.
"Tonterías. Hazte a un lado. "
Lucy estaba tan sorprendida cuando Yulia abrió la puerta y le señaló el asiento del acompañante que accedió. Se deslizó, vacilantemente agradecida, mientras Yulia ponía el coche en reversa y se retiraba del espacio.
"Abróchate el cinturón de seguridad", le ordenó Yulia. "¿Dónde estás parando?"
"Estaba en el Hyatt. Ya he realizado el check-out, " Alcanzó a decir Lucy. Su vuelo era a las nueve de la noche y ella había planeado ir directamente de Braxton al aeropuerto. Dejó caer la cabeza hacia atrás, en el apoya cabezas, y cerró los ojos, la lucha contra el mareo amenazaba con superarla.
"Lucy?" Se hizo eco de la voz fuerte de Yulia en su cabeza.
"Lucy?"
"¿Qué?" Finalmente respondió.
"Hemos llegado". Yulia había tomado el maletín del asiento trasero donde lo había arrojado.
"¿Dónde estamos?"
"En mi hotel. Yo no hago check out hasta mañana. Vamos." Yulia la tomó del brazo.
"Yulia, estoy bien."
"Cállate", fue todo lo que dijo Yulia, mientras la llevaba al ascensor. Pulsó el botón número ocho y el coche acristalado salió disparado hacia arriba de manera tan rápida que los oídos de Lucy se taparon.
La mandíbula de Yulia estaba apretada mientras conducía a Lucy por el pasillo de felpa, luego se detuvo delante de la puerta que llevaba una placa de latón pulido que decía 811. Yulia deslizó su tarjeta-llave en la ranura y el bloqueo electrónico hizo
clic una vez y apareció la luz verde. Abrió la puerta y Lucy deseo que fuese su habitación, en la que ella pudiese entrar, acurrucarse bajo las cobijas, y dejar este terrible día detrás de ella.
Pero era el cuarto de Yulia, y ella esperaba con impaciencia que ella entrara.
Yulia cerró la sólida puerta detrás de ella y Lucy miró a su alrededor. La suite tenía dos sillas, un sofá y una pequeña mesa de café cerca de la ventana. Un escritorio modesto, completo con un ordenador portátil abierto, impresora, fax, y una silla de apariencia cómoda, se enclavaba en la esquina. A través de las puertas francesas abiertas, Lucy pudo ver el borde de una cama cubierta por una colcha de color rojo oscuro.
"El baño es por allí. Te ves como el infierno. No voy a dejarte salir hasta que no sepa que estás bien. Ahora ve al baño y salpícate un poco de agua fría en la cara. Probablemente te hará sentir mejor. "
Lucy hizo lo que le dijo, y paso un paño húmedo por la parte posterior de su cuello. Se lavó la cara, se cepilló los dientes con el dedo y la pasta de dientes de Yulia, y se peinó. Temblorosa abrió la puerta.
Yulia estaba sentada en la silla junto a la mesa con cara intensa y preocupada.
"Me siento mejor. Realmente me tengo que ir. Tengo que tomar mi vuelo esta noche. " Lucy se tenía que ir, y para hacerlo tenía que convencer a la pelinegra ojiazul de que se encontraba bien. "En realidad, ahora estoy bien. Debo haber comido algo que no congenió conmigo. "
"Hay otros vuelos y tu no vas a ninguna parte."
Lucy miró a Miro, sintiendo como si le acabara de pedir que se desnudase y corriera por Wrigley Field. "Yulia", dijo ella, mientras la sala empezó a dar vueltas Yulia atrapó a Lucy antes de que cayera al suelo.
*
 
Las explosiones en su cabeza no se iban y Lucy se sentía como si estuviera en una espesa niebla tratando de nadar. Los dedos de sus pies y manos se movieron, pero sólo hicieron brillar más intensas las estrellas detrás de sus ojos.
"Aquí, bebe esto," dijo una voz suave. Una mano detrás de su cuello le ayudó a levantar la cabeza. Estaba tan débil que apenas podía tragar.
"Vamos, bebe un poco más. Estas deshidratada y tengo que que conseguir meter un poco de líquido en ti. Te sentirás mejor cuando lo haga. "
El líquido fresco calmó la garganta reseca, y se obligó a tomar varios tragos más. "Bueno, eso es suficiente por ahora. No queremos que vuelva a subir. "
Lucy volvió a caer contra las almohadas suaves y se durmió antes de volver a despertar, esta vez más coherente que la anterior. Parpadeó varias veces, tratando de concentrarse. Debía estar soñando, pensó. Yulia estaba sentada en una silla junto a ella leyendo un libro que Lucy reconoció como el mismo que ella tenía en su mesita de noche en su casa. ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? Yulia debió sentir su agitación, porque bajó el libro y le sonrió.
"Hey. ¿Cómo te estás sintiendo? "
Yulia puso la palma de la mano en su frente y luego le acarició la mejilla. Tenía una expresión de preocupación. Lucy trató de responder pero su lengua se pegó al paladar.
"Toma, bebe esto. ¿Puedes sentarte un poco? "
Lucy lo intentó, y un par de brazos fuertes de inmediato la estabilizaron y soportaron.
"Tómalo con calma. Has estado inconsciente mucho tiempo."
Yulia acomodó una almohada detrás de ella y se sentó en el borde de la cama. Le entregó el vaso y Lucy agradeció por el sorbete. Esta vez, fue capaz de expresar sus preguntas.
"¿Qué pasó?"
"Te desmayaste. Tuviste una intoxicación alimenticia. Al menos eso es lo que piensa el médico. "
"Médico?"
"Sí, estabas muy enferma. Cuando no volvías llamé a la recepción y ellos llamaron por teléfono a un médico. Él dijo que debías estar bien en un día o dos, una vez que todo saliera de tu sistema. "
Las palabras de Yulia le pegaron como un golpe en el estómago adolorido. ¡Oh, Dios mío, vomite delante de esta mujer.
Yulia sonrió y le animó a beber un poco más. "¿No te preocupes. No eres la primera mujer que he ayudado a ir al baño. O la ducha ", añadió cuando Lucy bajó la mirada hacia su falta de ropa. " Lo siento, pensé que era lo mejor. Me estaba quedando sin camisetas para ponerte. Me reserve una para cuando ya lo hubieras superado".
Lucy dejó caer su rostro entre las manos y gimió. Dios, esto le hacía doler la cabeza.
"No te avergüences. Es sólo la forma de sacar todas las cosas malas de tu cuerpo. "
"Sí, pero tú no eres yo".
"También me ha pasado", dijo Yulia calmadamente.
"Tu has vomitado y puesto en libertad probablemente otras cosas corporales que no quiero ni pensar en frente de la CEO de la compañía que estás tratando de vencer en un acuerdo? Por favor comparte esa experiencia conmigo, así que no me siento humillada sola. "
"Bueno, quizás no es exactamente esta situación. Pero he estado enferma antes y he apreciado a alguien cuidando de mí. "
"Me podrías haber abandonado." Lucy bebió más Gatorade.
"Podría haberlo hecho, pero a pesar de que tú puedas pensar que soy una perra insensible, no pude dejarte. Estabas muy mal. "
"Tu madre estaría orgullosa", dijo Lucy en serio. Una nube pasó por el rostro de Yulia antes de que desapareciera de nuevo.
"En realidad mi madre te habría arrojado dentro de la habitación, tomado tu cartera, puesto el cartel de no molestar, y se habría ido. Bien por ti que leí en alguna parte que esos no son los mejores modales. "
Lucy pensó en lo que Yulia acababa de decir. ¿Era verdad o solo estaba entablando una conversación?
"No, de verdad, ella lo habría hecho, y habría tratado de vender tu iPhone." Asintió con la cabeza Yulia, haciendo hincapié en su punto.
La cabeza de Lucy dolía demasiado para decir otra cosa más que "Gracias".
"Cuando quieras". Yulia caminó hacia el teléfono y lo tomo. "¿Te sientes como para comer algo?"
"Tal vez. ¿Qué hora es? " Lucy miró a su alrededor.
Yulia se volvió el reloj de la mesilla de noche para ver la hora.
"Siete y media."
"De la noche?", Preguntó Lucy.
"Sí, como he dicho, estuviste bastante enferma".
La castaña comenzó a empujar las cobijas, pero se detuvo cuando se dio cuenta de que estaba totalmente desnuda. Sintió su rostro arder. "¿Dónde está mi ropa? Me tengo que ir. "Estudió el área en busca de la ropa.
"Colgando en el armario, pero no vas a ninguna parte. El médico dijo que necesitabas descansar y rehidratarte, y eso es exactamente lo que vamos a hacer. "
"Tengo que llegar a Bruselas." Lucy habló con muy poca determinación.
"Sí, bueno, yo también, perdiste el vuelo, gracias a Dios. ¿Te imaginas lo que hubiera pasado si sufrías este golpe cuando estaban a medio camino a través del océano? "
Lucy miró a su alrededor. Tenía que salir de aquí. No podía quedarse, y ciertamente no podía estar desnuda delante de Yulia. Antes de que ella tuviese la oportunidad de pensar en nada más que decir, Yulia interrumpió sus pensamientos.
"Vi tu itinerario en tu maletín. Cambié tu reservación para mañana por la noche. "
¿Mi maletín? ¿Qué más había visto ella?
"No husmee, si eso es lo que estás pensando. Quería, pero no lo hice. Pensé en llamar a tu oficina, pero hoy es sábado así que realmente no tenía sentido. Tu iPhone está bloqueado, así que no podía llamar a nadie más. " Yulia comenzó a buscar el dispositivo. "¿Hay alguien a quien debas llamar?"
Lucy pensó en Carole, pero con la misma rapidez disipó la idea. A pesar de que habían cenado la noche antes de irse a Chicago, no se habían comunicado realmente en varias semanas, cada una admitiendo tácitamente que nada las mantenía juntas.
"No, nadie."
Yulia se mostró sorprendida, y Lucy se preguntó qué estaría pensando. Que era una perdedora, una huérfana, una antisocial adicta al trabajo? ¿Y por qué, de repente, le importaba lo que pensara?
"Bueno, voy a llamar al servicio de habitación y para que te envíen un poco de sopa. La mantendré caliente hasta que estés lista. ¿Te sientes como para tomar una ducha? "
Lucy se sentía pegajosa y húmeda, y probablemente olía horrible. " Tal vez podría tomar una." Miró a su alrededor por algo que ponerse.
Yulia alzó una túnica. “Aquí. Deja que te ayude. Probablemente estas un poco débil. "
Estaba más débil que avergonzada por su desnudez. Si lo que Yulia había dicho era cierto, ya había visto mucho más de su cuerpo de lo que ella quería.
"Gracias", respondió y se puso el suave manto. El brazo de Yulia a su alrededor le dio el apoyo necesario hasta que se sintió más estable.
"Voy a abrir el agua y te ayudare a entrar. La criada dejó un asiento de ducha, te puedes sentar en él una vez que estés dentro. Te dará un poco de intimidad. "
Lucy se sintió tocada por la bondad de Yulia. Nunca se había sentido tan humillada. ¿Cómo podría mirar Yulia a los ojos a través de la mesa de la sala de conferencias? Ella le había secado la cara y, probablemente, el culo las últimas veinticuatro horas. ¿Cuánto peor se podían poner las cosas?
Lucy gimió por el alivio que siempre le proveía el agua caliente, así como por su vergüenza. Permaneció inmóvil durante varios minutos, dejando que el agua fluyera por su cuerpo dolorido. Su estómago todavía tenía los calambres que recordaba vagamente y sus músculos estaban adoloridos de las palpitaciones. Aunque sus manos estaban firmes cuando alcanzo el champú, que tuvo que masajear suavemente sobre el cuero cabelludo a fin de no exacerbar el dolor de cabeza.
"Está todo bien ahí dentro?", Preguntó Yulia desde el otro lado de la cortina opaca.
Lucy esperaba que ella no espiara dentro para ver cómo estaba, y luego se rió de su timidez.
"Hasta ahora todo bien."
Lucy pudo ver dudar a Yulia, como si estuviera debatiendo si creerle o no.
"Tenías razón, el agua se siente muy bien."
"Está bien. Tómate tu tiempo, pero no exageres. Tu sopa estará aquí en unos pocos minutos. "
Yulia empezó a salir del baño, pero Lucy se lo impidió.
"Yulia?"
"¿Sí?"
Lucy se sentía a salvo detrás de la débil cortina, pero le daba valor.
"Gracias." Hizo una pausa. "Gracias por todo".
Lucy podía oír la sonrisa en la voz de Yulia, cuando ella respondió.
"No hay de qué."
Lucy no quería que Yulia saliera de la habitación. Ella se había apoyado en el mostrador, mientras que Lucy se encontraba bajo el agua, y su presencia daba a la castaña una sensación de confort, ya que si ella la necesitaba, estaría allí para ayudarla. ¿Quién era esta mujer? Desde luego no era lo que parecía ser hasta este momento. Los comentarios sarcásticos, la actitud arrogante, y el aire de superioridad habían desaparecido. En su lugar había amabilidad y consideración, y estaba haciendo todo lo posible para ayudar a que Lucy se sintiera a gusto.
La castaña corto el agua y de inmediato Yulia le entregó una toalla.
"Gracias." Lucy se secó y envolvió la gruesa toalla a su alrededor.
"Ten cuidado al ponerte de pie. El agua estaba caliente y podrías estar mareada. " La pelinegra le tendió la mano para ayudar a Lucy a salir.
Llevaba la túnica que Lucy había descartado anteriormente.
Lucy pasó los brazos y Yulia la rodeó con sus brazos para atar el cinturón con un nudo. El estómago de Lucy dió un vuelco. Por un momento pensó que iba a vomitar otra vez, entonces se dió cuenta de que el aliento caliente de Yulia, haciéndole cosquillas en la oreja, había sido la causa. Sus ojos se encontraron en el espejo y Lucy vio algo más que simple interés en Yulia. Se encendieron por un momento antes de que la pelinegra ojiazul rompiera el contacto y se apartara.
"Estás bien?", preguntó Yulia, sin restablecer el contacto visual.
"Sí, voy en un minuto."
"Sírvete de todo lo que necesites." Yulia cerró la puerta detrás de ella.
*
 
"Por el amor de Dios, Volkova, cálmate. La mujer está enferma, por no mencionar el hecho de que ella podría evitar que obtengas el trabajo de Clayton ", dijo Yulia en voz baja mientras se paseaba por la habitación. "Deja de recordar la suavidad de su piel o cuan firmes son sus pechos  y cómo se veía acostada en esa cama."
En su momento había estado muy preocupada por la condición de Lucy como para prestar atención a la nalga desnuda que quedó al descubierto cuando el médico le dio la inyección. La experiencia de Yulia en atender enfermos se limitaba a alguna cita vomitando después de beber demasiado alcohol. Le sorprendió haber sentido la necesidad de cuidar de Lucy. No era nada buena cuando sus amigos estaban enfermos, a pesar de que los conocía.
"¿Has dicho algo?"
La voz de Lucy que venía de detrás de ella la sobresaltó.
¿Cuánto había oído? " Sólo hablándome a mí misma. Tu sopa está aquí ", agregó, cambiando de tema. Acerco la silla a Lucy y se sentó junto a ella mientras saboreaba el caldo caliente.
La cuchara golpeo en la taza vacía. El color había regresado a la cara de Lucy y sus ojos no estaban vidriosos, como antes.
Ella llevó adelante una conversación entre bocado y bocado, y Yulia finalmente empezó a creer que estaba en vías de recuperación. La forma en que la castaña lucía la noche anterior la había asustado, casi hasta el punto del pánico. Por lo general, ella hubiese dejado con mucho gusto que su enemigo se enfermara y se habría lanzado en picada a capturar el premio, pero no se sentía de ese modo con Lucy y no quería verla sufrir.
Mientras Yulia la miraba, un calor extraño latía en su pecho. ¿Podría ser ternura, deseo de cuidarla, protegerla de cualquier daño? Si era así, no tenía idea de por qué se sentía de esta manera. Lucy era la mujer que se interponía entre ella y lo que había soñado toda su vida.
Hija única, Yulia creció a la sombra de un padre bueno para nada y una madre indiferente, quienes habitualmente le dijeron que nunca llegaría a nada. Le decían que sólo seria buena para tener hijos y que necesitaba encontrar un marido para cuidar de ella antes de que la dejaran embarazada y cargase con un niño, como le había sucedido a su madre. Su padre a menudo dejaba a su familia haciéndole frente a la vergüenza de sus promesas incumplidas. Ella no decepcionaría a Lucy cuando más la
necesitaba.
Le dolía la cabeza de pensar acerca de su comportamiento inusual y la tensión del día, y estaba cansada. Lucy necesitaba su descanso también. "Tienes que ir a la cama. No discutas ", dijo  Yulia, cuando la castaña empezó a hablar. "No estás en condiciones de ir a ningún lugar que no sea justo ahí.", Yulia señalo la cama king-size.
"¿Dónde piensas dormir?"
"En el mismo lugar." Yulia señaló con indiferencia a la cama.
La expresión de Lucy era una amalgama de shock, miedo y fatiga.
"Te he cuidado durante dos días. No esperarás que duerma en el sofá, ¿verdad? "Su tono era de broma, pero no había nada de humor detrás de él.
"Ya que lo pones de esa manera. Tú has visto más de mí y has sido más íntima conmigo que cualquier mujer con la que haya estado en meses, así que no tiene caso discutir. Cámbiate de ropa y vamos a dormir un poco. Te ves como el infierno también. " Lucy se deslizó entre las sábanas, poniendo fin a la conversación.
Yulia terminó en el cuarto de baño y se dirigió con nerviosismo al dormitorio. Lucy se encontraba debajo de las mantas, la luz de la mesita de noche proyectaba un suave resplandor en la habitación. En cualquier otro momento, teniendo una mujer en esa posición, ella se habría lanzado sobre ella sin pensarlo dos veces. Pero se trataba de Lucy en su cama, y se detuvo cuando recordó ese hecho.
Ella deseaba a Lucy deseaba explorar su cuerpo en una forma no-médica. Quería acariciar, no calmar. Tener su sudor por el deseo, no por la fiebre, los gemidos de sus hermosos labios por el placer, no por el dolor. Yulia nunca había deseado a otra mujer como deseaba a Lucy. Su poder y su gracia eran intoxicantes y la superaban.
"¿Qué sucede?", Preguntó Lucy.
"Nada". Yulia continuó hacia la cama. Tirando de las cubiertas, se subió del lado opuesto de Lucy. "¿Todo bien?"
"Bien para mí. ¿Y Tu? "
"Estoy bien. Dejé una luz encendida en la habitación del frente, en caso de que necesites un poco de agua o algo del minibar. Cualquier otra cosa que necesites, solo pídelo Mi casa, a su casa, " dijo en muy mal español, tratando de decirle a Lucy  que su "casa" era la “casa” de Lucy también.
Yulia quería besar a Lucy, pero se contuvo. Un beso no sería suficiente. Probablemente podría convencer a La castaña para hacer el amor, pero ella no quería tener que convencerla.
Necesitaba que Lucy lo necesitará tanto como ella.
Yulia se sentía como una canalla. La mujer todavía se estaba recuperando de una grave enfermedad y estaba fantaseando con tener sexo con ella.

 


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¿Les va gustando la historia? ya falta poco para que los sueños de Lucy se conviertan en realidad Wink 
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Mensaje por Bliznetsy 12/12/2015, 1:01 am

Muy oportuna la enfermedad de Lucy y que lindo que Yulia se dedicará a cuidarla, ya veremos que pasará de ahora en adelante, eso de compartir la habitación puede traer una que otra situación interesante, saludos y me gusta mucho la historia. Smile
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Mensaje por Lesdrumm 12/19/2015, 10:52 pm

Bliznetsy: muchas gracias por comentar esta historia. Y si, dicen que no hay mal que por bien no venga. Y Yulia lo supo a provechar, echo ojo a la mercancía Wink Me alegro que te guste y espero lo siga haciendo.






JUEGO FUERTE


Capítulo Once



Lucy recogió su abrigo y la bufanda, se aseguró de tener la llave de la habitación y cerró la puerta detrás de ella, demasiado inquieta para quedarse en su habitación. Se detuvo en el mostrador de recepción y pidió un mapa de la ciudad. Nunca había estado en Bruselas, pero sabía que la ciudad, al igual que todas las ciudades
de Europa, estaba llena de arquitectura famosa, cientos de tiendas para pasear, decenas de restaurantes, y miles de años de historia.
Tenía todo el día para explorar, lo que con suerte alejaría su mente de Yulia Volkova. Ellas habían volado juntas hasta aquí, su asiento junto al de Yulia en primera clase. Yulia había insistido en que se sentase a su lado para que pudiera vigilarla. Lucy tuvo que admitir que se sentía más cómoda con Yulia cerca en el caso de que fuera a tener una recaída.
Estudió el mapa en el transitado vestíbulo del hotel. Eran solo las diez de la mañana, pero los huéspedes se encontraban en diversas etapas de hacer el check-out, o la espera de un taxi para ir a una reunión o, como ella, sosteniendo un mapa, planificando su día.
Lucy se había registrado la noche anterior, y cuando trepó entre las sábanas frescas y crujientes no había podido dormir bien.
El efecto de la diferencia horaria y la falta de familiaridad de la habitación del hotel causaron parte de su inquietud, pero sobre todo echaba de menos el calor del cuerpo de Yulia a su lado. Se había despertado varias veces durante la noche en que compartieron la cama para encontrar a Yulia enroscada a su espalda, su brazo envuelto protectoramente a su alrededor. Su respiración suave y rítmica rápidamente la había arrullado y hecho
volver a dormir.
Se despertó sola allí en Phoenix, Yulia en la ducha, y su maleta abierta y apoyada en el sofá. Yulia debía haberla extraído de la cajuela de su coche de alquiler, y por segunda vez, Lucy se conmovió por su consideración. Después de su vuelo con destino a Bruselas, recogieron sus maletas y pasaron por la aduana, a
continuación, separadas, se fueron a hoteles diferentes. Su encuentro con Braxton era al día siguiente.
Estudiando el mapa, trazó una ruta con el dedo. Se dirigía a Grand Place, la plaza central en el corazón de Bruselas. Construida en el año 1400, era la atracción turística número uno en Bélgica, y no podía esperar para verla. Lucy dobló el mapa y lo puso en su bolsillo trasero, segura de conocer el camino.
Bruselas era una ciudad segura, pero ella no quería anunciar en voz muy alta que era un turista. Por supuesto, tan pronto como salió de una tienda con una bolsa de compras, toda pretensión de ser una local desaparecería.
Las calles estaban prácticamente vacías esta mañana, a principios de septiembre. Los europeos comenzaban su jornada mucho más tarde de lo que estaba acostumbrada. Muy pocas tiendas estaban abiertas y se paseaba dentro y fuera de las que lo estaban. Caminó arriba y abajo por las calles, a menudo desviándose de su ruta, pero no tan lejos como para perderse. Las calles eran estrechas, a menudo con coches aparcados parachoque
a parachoque, y se preguntó cómo, con poco o ningún espacio, podrían salir alguna vez.
Cuanto más se acercaba a Grand Place, más comenzó a cambiar la arquitectura. Los edificios, relativamente modernos, poco a poco iban transicionando a los hechos de bloque y piedra que reflejaban la época de la Grand Place. Las pequeñas tiendas con puertas estrechas se escondían en los edificios tan discretamente que casi se los perdía si no tenía cuidado.
Las Chocolaterias eran, por lejos, las tiendas más populares, seguidas de cerca por las que vendían encajes y, por supuesto, las baratijas turísticas habituales. Tazas producidos en masa, platos y vasos de chupitos con imágenes de las famosas estatuas, edificios y museos de Bélgica se veían en cada ventana de las tiendas.
Cuando por fin entró en la Grand Place, se detuvo y acogió todo dentro de si. Era más maravilloso y sorprendente de lo que había imaginado.
A su izquierda estaba el Museo Van de Stad Brussel Broodhuis. Justo al otro lado de la calle estaba el antiguo Hotel de Ville, ahora el ayuntamiento. Junto a él, estaba la Maison des Brasseurs, un edificio modesto, teniendo en cuenta el tamaño de los otros edificios que bordean la plaza principal. Empujada por otro turista, Lucy se dirigió a la plaza.
Había más gente allí de lo que había visto en la calle. Un único vendedor ubicado en el centro, vendía dibujos de todos los edificios famosos de Bélgica. Las personas posaban para fotos o simplemente se detenían y miraban con asombro. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, las familias charlaban, y una
anciana aferrada al brazo de un hombre joven caminaba lentamente por el extenso espacio.
Varios restaurantes rodeaban la plaza, y Lucy se sentó en una de las mesas en el patio. Un camarero apareció rápidamente y pidió un capuchino. Un movimiento con el rabillo del ojo le llamó la atención, y alzó la vista al mismo tiempo que Yulia Volkova le preguntaba: 
"¿Cómo te sientes?"
Lucy no reconoció de inmediato a Yulia. No esperaba ver a nadie conocido, pero los vivos ojos azules grisáceos no podían pertenecer a nadie más que a Yulia. Se veía joven, el pelo alborotado por el viento, las mejillas encendidas por el aire frío de la mañana.
Estaba vestida de negro, Lucy reconoció su chaqueta de cuero como una que ella casi había comprado de un catálogo de J. Crew.
"Mejor, gracias a ti."
"¿Te puedo acompañar? No hablaré de tu enfermedad, te lo prometo. Y no hablaré acerca de negocios ", agregó Yulia cuando
Lucy no respondió inmediatamente.
"¿Quieres un capuchino?", Dijo Lucy sin pensar e hizo un gesto para que se sentara.
"Sí, quisiera, gracias." Yulia se ubicó en la silla a su izquierda.
Lucy le hizo señas a al camarero e hizo el pedido.
"Hablas francés", dijo Yulia, una combinación de pregunta y afirmación.
"Estoy un poco oxidada, pero es sorprendente lo rápido que vuelve una vez que comienzas a usarlo otra vez."
"Un poco como saltar de nuevo a la silla de montar después de un largo período de sequía."
No había duda de la insinuación en el comentario de Yulia. Un hormigueo de excitación se deslizó sobre los hombros, por la espalda de la castaña, y se instaló incómodamente entre sus piernas.
Ella quería contrarrestar con una respuesta igualmente ingeniosa, pero su cerebro tenía otras ideas. Finalmente Yulia llenó el silencio.
"¿Dónde aprendiste a hablarlo?" la pelinegra deslizó su silla un poco más cerca de Lucy.
"En la escuela secundaria. Todos los demás estaban estudiando español y me negué a ir con la tendencia por lo que, para disgusto de mis padres, tomé francés. " Un halo de vapor salio de la taza justo antes de que ella tomara un sorbo.
"Un poco rebelde en tu juventud?"
"Yo no lo creería, pero probablemente mis padres dirían lo contrario." Dijo Yulia recordando los rostros de sus padres.
"¿Dónde te criaste que el español era la tendencia?" Yulia agito un sobre de azúcar en su taza humeante.
Lucy se acomodó un mechón de pelo tras la oreja. "San Antonio".
Yulia se echó a reír. "Puedo ver por qué no había mucha demanda para el francés en un estado que limita con México."
"Eso es exactamente lo que mis padres dijeron, además de que somos originariamente de Alemania, por lo tanto debía perfeccionar mi alemán también. Pero pese a todo esto me dejaron tomarlo al francés de todos modos y me enamoré de él después de la primera clase. Cuatro años en la escuela secundaria y otros cuatro
en la universidad ".
"Fuiste a la UCLA, ¿verdad?" Yulia sopló en su capuchino antes de tomar un sorbo tentativo.
"Así es."
"Éramos casi vecinas. Yo estaba en Ohio State. "
"Consideras doscientas veinte millas como vecinos?" Esta vez, Lucy se echó a reír. "Incluso si lo hubiéramos sido, estoy segura de que yo me había ido hacía tiempo para cuando tu llegaste a la universidad." Lucy había especulado a menudo acerca de la diferencia de edad, suponiendo que estaba más cerca de 10 años que de los 7.
"No eres mucho mayor que yo", respondió Yulia.
"Estoy segura de que lo soy".
"Pruébalo".
El tono de Yulia era más curioso que demandante. Ella evidente estaba a la pesca de la edad de Lucy así que Lucy respondió. "Tengo treinta y ocho años."
"Nunca me lo hubiera imaginado. Habría dicho que estabas a finales de los veinte años. "
"Los halagos te conseguirán otra taza de capuchino". Lucy llamó la atención del camarero.
"¿Qué conseguiría si te digo que tienes unos ojos azules increíbles?"
El estómago de Lucy se dio vuelta y se esforzaba por mantener su expresión neutra. Tomó una respiración relajante.
"Tendrías un educado 'Gracias' ".
Yulia se relajó visiblemente. "Mejor eso que una bofetada en la cara."
"¿Recibes una bofetada a menudo?" Lucy estaba tomándole el pelo, tratando de hacer sonreír a Yulia.
La pelinegra negó con la cabeza y pensó un minuto.
"Afortunadamente, no. Por lo general sé de antemano cual será la reacción de la mujer. " Las mujeres a las que se refería eran, por lo general, de su edad o menos y con la misma posición no comprometida que ella. No se veía a si misma como una jugadora, o una puta en ese aspecto. Ella se veía como más realista, y cuando quería la compañía de una mujer o cuando necesitaba tocar otro cuerpo cálido y suave, lo hacia. Nada demasiado
complicado o corrupto al respecto.
Pero Lucy era diferente. Ella era equilibrada, sofisticada, segura de sí misma de un modo sexy, muy sensual. Su cabello castaño parecía suave y espeso, estaba siempre impecablemente peinado y la ropa que llevaba puesta, incluso en calidad de turista, susurraba sofisticación. Las citas de Yulia no eran basura, pero ciertamente no como Lucy tampoco.
Mas temprano, Yulia se había sentado junto a la ventana en un café cerca de su hotel cuando vio a Lucy caminando por la acera de enfrente. Casi no la había reconocido. Su cabello castaño estaba suelto y flotando en el viento ligero. Sus jeans estaban escondidos dentro de botas altas negras planas. Las hebillas plateadas a los lados brillaban con el sol de la mañana. Su chaqueta oscura estaba cerrada hasta el cuello, sus manos
cómodamente dentro de los bolsillos laterales. Yulia había pagado la factura rápidamente y corrido tras ella.
La siguió a una distancia discreta, eligiendo observar a Lucy en lugar de hacer conocer su presencia. Despreocupada la castaña miraba escaparates y paseaba. Apenas miraba las típicas tiendas para turistas, en su lugar pasaba tiempo en las boutiques locales, dispersas a lo largo de la calle de adoquines. Pasó por lo menos treinta minutos en una pequeña tienda de cuero, saliendo con una caja con el logotipo de la tienda. La caja era grande y Yulia se preguntó qué habría comprado. Había seguido a Lucy a la plaza y de repente había querido pasar más tiempo con ella. Yulia se había sorprendido a sí misma preguntándole si podía unírsele.
El camarero trajo la cuenta y Yulia la tomo. "Yo invito. Después de todo, me invite en tu momento de tranquilidad. " Dejó caer los euros necesarios sobre la mesa. "¿Quieres jugar a la turista conmigo? Prometo que no habrá fotos. Odio estar sola en las ciudades. Especialmente en una tan llena de historia. " Ella sabía que estaba balbuceando, con un toque de BS, pero no quería que Lucy partiese. "Además, puedes ser mi traductora." La mayoría de los comerciantes hablaba francés.
"¿Qué tienes en mente?", Preguntó Lucy, obviamente cautelosa.
"¿Puedo?" Yulia se acercó para ver el mapa de Lucy.
"Podríamos empezar con los lugares de por aquí. Ahí está el museo, el ayuntamiento, y todas las tiendas. Después de que nuestros pies se cansen podríamos almorzar allí y averiguar qué hacer a continuación. ", Yulia señalo a otro patio al aire libre.
Después de unos momentos, durante los cuales Lucy se sonrojo inexplicablemente, dijo: "Muy bien. Estás a cargo del mapa. "
Yulia ayudó rápidamente a la castaña ojiazul con su chaqueta. Lucy tomó el paquete que había comprado antes y siguió a Yulia fuera de la plataforma elevada hacia el museo.
Dos horas más tarde, estaban caminando por una de las calles radiales que partían de la Grand Place. Lucy se detuvo frente a una pequeña tienda y estudió la muestra de encaje en la ventana delantera.
"¿Quieres entrar?", Preguntó la pelinegra ojiazul.
"No quiero aburrirte con mis compras de recuerdos." Lucy comenzó a moverse.
"Yo no me aburriría. ¿No es ésto de lo que se trata ser turista? Compras " Yulia odiaba ir de compras tanto como odiaba su examen físico anual, pero ambos eran necesarios. Era evidente que Lucy quería entrar y, en ese momento, Yulia no quería hacer otra cosa que no fuese darle a Lucy lo que ella quisiera.
"Vamos". Yulia abrió la puerta y entró en la pequeña, húmeda tienda.
"Bonjour. ¿Puedo ayudarle? " Una anciana, que Yulia adivino estaría en los setenta años, apareció por una puerta estrecha.
Lucy habló con la mujer en francés, y rápidamente desapareció por la puerta por la que había aparecido.
"¿Qué le preguntaste?" Lucy había estado traduciendo toda la mañana.
"Si tenía algo especial como regalo para mi madre."
La mujer regresó antes de que Yulia tuviese la oportunidad de decir nada más. Vio de cerca como Lucy tocó suavemente el encaje. Ella y la mujer hablaban en voz baja, con las cabezas inclinadas por la concentración. Varias veces la mujer regresó por la puerta misteriosa, cada vez con otra pieza que la castaña inspeccionaba. Finalmente Lucy seleccionó el que quería y la mujer desapareció con su selección otra vez.
"¿Es eso un mantel?" Yulia odiaba sonar tan ignorante, pero ella estaba fuera de su ámbito en ese tipo de cosas.
"Sí". Lucy buscaba en su mochila.
"¿Cómo sabes qué tamaño comprar?" Dios mío, qué pregunta tan estúpida.
"Yo estaba con mi mamá cuando compró la mesa. Debimos haber ido a cada tienda de muebles en Texas antes de que encontrara lo que estaba buscando. Las vacaciones más extrañas que he tenido. "
La expresión del rostro de Lucy era feliz, aunque su último comentario fue sarcástico. Yulia tuvo un flash de su madre y su padre y rápidamente suprimió el pensamiento.
"¿Qué es tan especial en esta tienda? Debemos haber pasado una docena de tiendas que venden manteles de encaje ".
"Porque todo aquí está hecho a mano. La mujer crea todo lo que tiene en la parte de atrás " Lucy indicó la puerta por la que la mujer había desaparecido. "Nada es producido en masa en una máquina aquí."
"Lo tratas como si fuera un tesoro", dijo Yulia cuidadosamente.
"¿No lo es?", Respondió Lucy como si fuera la respuesta más obvia en el mundo.
Yulia estaba a punto de decir algo más, pero la anciana regresó con la compra de Lucy en una bolsa de color marrón claro.
Lucy entregó su tarjeta de crédito, y después de hacer un cálculo rápido, Yulia quedo sorprendida por la cantidad que pagó. Un tesoro de hecho.
"Háblame de ella", pidió Yulia, mientras daba un paso a lacalle empedrada nuevamente.
"Mi madre?"
Yulia asintió con la cabeza.
"Ella es una enfermera. Sigue amenazando con retirarse, pero mi papá no la deja. "
"¿Por qué no?" Una ola de melancolía bañó a Yulia mientras Lucy hablaba con cariño de sus padres. Ella no tenía nada más que malos recuerdos, todos ellos involucraban gritos, bofetadas, y otras formas diversas de contacto corporal que provocaban moretones. Su padre era un miserable borracho, que descargaba
sus frustraciones con los más cercanos a él, incluso si eso significaba subir las escaleras y arrastrarla fuera de la cama para golpearla.
"Él dice que va a tener demasiados cariño-has-esto para él si se sienta en casa todo el día. Como si mi madre se fuese a sentar en casa todo el día ". Lucy se echó a reír y, al igual que una mujer en una misión, se dirigió hacia una tienda de souvenirs de mal gusto.
"Y hablando de mi padre, le va a encantar esta corbata". Lucy la sostuvo en alto para mostrársela y se echó a reír. "Este es mi papá seguro. Él le habla al mundo a través de sus corbatas. Dice que reflejan partes de su personalidad que por lo general no puede mostrar. Es contador ", explicó Lucy. "Esto es perfecto.
Será su forma de decir 'mea el mundo.' "
La corbata era de color azul oscuro con decenas de imágenes de la famosa estatua "Manneken Pis" en él, cada uno alrededor de la mitad de una pulgada de alto. La fuente que representa a un niño desnudo orinando en el cuenco de la fuente era un símbolo de la ciudad de Bruselas.
"¿Compras algo para tus padres donde quiera que vayas?"
"No, pero Bélgica es famosa por sus encajes y los 'Manneken Pis'. ¿Quién puede resistirse?" Lucy entregó veinte euros al dependiente. Después de recibir su cambio, miró a Yulia. "¿Qué tal algo de comer?"
Comieron en el De Gulden Boot y se sentaron afuera, frente a la plaza. Mientras que Lucy estudiaba su menú, Yulia la estudiaba a ella. La primera vez que se encontró con Lucy, su mediana estatura fue lo único que vio. Ahora, después de varios encuentros y de pasar la mañana juntas, Yulia había descubierto mucho más.
Además de la impresionante belleza de Lucy, trataba a todos aquellos a los que se conocía con respeto. Clayton podría aprender una lección de ella, pensaba Yulia. Lucy tenía un fabuloso sentido del humor. En un momento estaba totalmente seria mientras estudiaba una pintura, y al siguiente estaba haciendo una broma acerca de todas las frutas en otra. Era brillante e ingeniosa, y obviamente amaba a sus padres. Si sólo ella pudiera decir lo mismo de ella. Yulia no había hablado o visto a su padre desde la escuela secundaria, y no tenía idea de si él aún seguía vivo. Lo dudaba, pero no tenía ganas de perder el tiempo averiguándolo.
Mientras tomaba un sorbo de su tercer capuchino del día, Yulia miro por primera vez la plaza. Había estado totalmente focalizada en Lucy cuando estuvo allí antes y apenas había mirado a su alrededor. Luces colgadas de esquina a esquina a través de la plaza iluminaban el espacio bajo el cielo nublado. Yulia no era ninguna experta, pero pensó que la iluminación disminuía la belleza natural de los edificios. Probablemente proveían una muy necesaria iluminación, pero parecía demasiado comercial.
"¿Qué piensas?" La voz de Lucy la hizo regresar de su estudio de los edificios antiguos.
"Lo siento. ¿Qué pienso acerca de qué? " Yulia desplazó toda su atención a la castaña y vio una pequeña gota de espuma en su labio superior. "Tienes un poco de crema batida aquí." Yulia limpio la ofensiva crema de los labios de Lucy con el pulgar antes de que tuviera la oportunidad de usar la servilleta.
En el instante en que tocó los labios de Lucy, el cuerpo de de Yulia se encendió como si estuviera ardiendo. El calor corrió desde su pulgar hasta los dedos de los pies, estableciéndose en ese lugar especial en el medio. Tomó la mejilla de Lucy, sus dedos perdiéndose en el espeso y tibio pelo.
Sus miradas se encontraron y la plaza de repente se silencio.
Los sonidos de las risas de los niños, la gente hablando, y el rumor suave de las nubes de tormenta se desvanecieron. Lo único que existía era Lucy. Yulia no sabía si respiraba o no. Si no era así y moría, la sensación del calor de Lucy, los suaves labios, serían lo último que recordaría Lucy apenas tuvo tiempo de registrar lo que dijo Yulia antes de haberla tocado. Su piel ardió y luego hormigueo bajo el contacto de la suave mano de la pelinegra. La mirada en los ojos de Yulia le quitó el aliento. Esa mirada le devolvía puro deseo y no tenía ninguna duda de que Yulia la deseaba. Sintió una cálida oleada de placer. Había pasado mucho tiempo desde que alguien la había mirado así, sobre todo alguien tan joven y vibrante como Yulia. Por unos momentos disfrutó de la sensación, hasta que recobró el sentido y se acordó de que Yulia se interponía entre ella y Braxton. Yulia era su adversaria, no alguien a quien tomar como una amante de vacaciones. Lucy rompió el contacto visual primero y le habló a Yulia, que parecía tan distraída como Lucy.
"Te pregunté si querrías un auténtico waffle belga de postre ".
"Suena bien". La mano de Yulia parecía estar temblando cuando la quitó de la cara de la castaña. Salió de su silla tropezando y maldijo cuando se golpeó la rodilla en la pata de la mesa.
Yulia seguía a Lucy fuera de la plaza y mientras caminaban frente a una tienda Yulia se congeló. En la vidriera había un maniquí que llevaba una tanga negra, un porta ligas rojo y negro, medias negras de red, y un próximo-a-nada sujetador. Otra lencería igualmente reveladora, ya sea con mas o con menos encaje, llenaba el resto de la vidriera.
"¿Yulia? ¿Te encuentras bien? " Lucy miró alrededor para ver lo que estaba mirando, y también se congeló cuando se dio cuenta de lo que era. "Oh, Dios," murmuró Lucy.
La ropa interior sexy y provocativa estaba, obviamente, provocando en Yulia exactamente lo que había sido diseñada para provocar. Ella parecía tan aturdida que Lucy casi tuvo que sacudirla para llamar su atención.
Sin apartar los ojos de la vista que tenia enfrente, Yulia le preguntó: 
"¿Quieres entrar allí?"
"No creo que sea una buena idea." Esta era la primera vez que Lucy se atrevía a reconocer la atracción sexual entre ellas. Lucy se alejó, con la esperanza de que Yulia la seguiría. No fue tan afortunada. 
Después de murmurar lo que a Lucy le sonó como un "Yo si", Yulia entro. Lucy tenía dos opciones, quedarse
fuera, como una mojigata o seguirla y pretender que la flagrante exhibición sexual no le molestaba. Eligió la segunda opción y fracasó estrepitosamente.
El interior de la tienda era más provocativo que la vidriera. Un cartel de gran tamaño de una mujer de pelo oscuro, vestida con un bustier y porta ligas, dominaba la pared junto a la puerta. Por todas partes Lucy veía sujetadores, bragas, corsés y demás lencería, exhibida en todo su esplendor. Las prendas no eran del tipo que había visto en las tiendas para adultos, ropa interior sin entrepierna y sostenes de pezón-descubierto. Estos eran sexy sin ser vulgares. Yulia paseaba por la tienda, casi acariciando la tela y encaje. Lucy se sonrojó, imaginando a Yulia tocarla de esa manera.
Lucy no era una mojigata en absoluto y tenía varios pares de ropa interior igualmente sexy en su cajón, en casa. Pero estar en la tienda con Yulia era desconcertante, sobre todo después de lo ocurrido en el almuerzo. No quería pensar en la pelinegra de esa manera, pero no podía soportar estar tan cerca de ella y no lo hizo.
"¿Tienes intención de comprar algo?" Lucy se horrorizo con su pregunta. Demasiado para moderarse.
Yulia la estudió, sus ojos azules grisáceos trazando un camino lento sobre cada curva de su cuerpo. Lucy sintió como si estuviera siendo físicamente acariciada y sus pezones se endurecieron en respuesta.
Yulia la miró a los ojos. 
"No para mí."
Su voz era baja y ronca, y Lucy se sintió de repente muy, muy caliente. Vívidas imágenes de sudorosos cuerpos semidesnudos, entrelazados y rozándose entre sí, nublaron su mente. 
"Voy a esperar afuera".
Unos minutos más tarde Lucy sintió el aliento de Yulia en la oreja antes de que ella hablará. 
"Estoy lista para el postre ahora."
Entre el roce en el almuerzo, la tienda de lencería y la sugerente mención de Yulia del postre, Lucy no podía decir una palabra. Dejó que Yulia la tomara del brazo y la guiara por la calle.
 

 
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Mensaje por Hunter 12/20/2015, 1:06 pm

m***!!! aish te gusta dejarnos picados... me pregunto cuanto mas se van a aguantar estas dos?? en cualquier momento explotará, jajajaja esto se esta cada vez mejor, excelente.. esto es una maravilla..
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Mensaje por Paralleluniversun 12/23/2015, 11:27 pm

Tengo que decir que amo esta historia y esta pareja, me gusta mucho más que Yulia y Lena, es así. Es hermosa, y muy atrapante. Ya quiero la conti. Very Happy I love you
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Mensaje por Lesdrumm 12/27/2015, 7:08 pm

Hola, aquí de nuevo con más de esta bella historia, de ojiazules y morenas chicas. Llegó el momento que muchos pedían, bueno uno de los que pedían. Smile




JUEGO FUERTE




Capítulo Doce
 
Lucy era claramente consciente de la adherencia posesiva de Yulia en su brazo, o de su mano en la parte baja de la espalda, que en más de una ocasión impidieron que fuera pisoteada por los demasiado entusiastas turistas que miraban sus guiás en lugar de hacia dónde se dirigían. La bolsa en la mano de Yulia tropezó con ella una o dos veces y Lucy se preguntaba, no sólo lo que ella había comprado, sino para quién.
Llegaron a un pequeño patio de comidas donde Lucy de inmediato olió lo que estaban buscando.
"Yo invito", dijo Yulia, llevándola a una mesa vacía bajo un paraguas de rayas. "Parece que para el postre que elijas tienes la opción de baño de chocolate o de fresas y con o sin crema batida."
La lectura de Yulia del menú era seductora y sensual. Algo en su parte baja cobró vida y Lucy tenían problemas para formar su respuesta. Esta vez, cuando miró en los ojos de Yulia, no estaban llenos de deseo, pero con un brillo burlón que casi la desafiaban a morder el cebo. Lucy reconocía un desafío cuando veía a uno y respondió con calma: "Chocolate, por supuesto. Con crema batida."
 
Lucy vio a Yulia hacerse camino a través de la fila del mostrador. La castaña siempre viajaba sola y visitaba la mayor cantidad de lugares de interés que le era posible. Por desgracia, recorrer sola, sin nadie con quien compartir la experiencia, era casi como masturbarse. Masturbarse! ¿De dónde demonios vino eso?
Sintió su cara enrojecerse y cubrió su malestar con una tos falsa.
Su mente estaba corriendo en un centenar de direcciones, y ella no quería ir en ninguna de ellas. Había estado pendiente de cada movimiento de Yulia desde el momento en que se presentó esta mañana, y después de que la pelinegra la tocó en el almuerzo, las sensaciones aumentaron. Los dedos de Yulia eran suaves, casi acariciando, y el fuego en sus ojos abrazador.
Lucy quería que el toque de Yulia continuara, pero tuvo que detener los avances. Eran adversarias, luchando por el control de una empresa de miles de millones de dólares. No se pondría más serio que eso. Drake estaba luchando por su vida, y fuera cual fuera el resultado, sería su legado. La carga era abrumadora, y por sólo un momento, se sintió tentada de rendirse. Ella se sentía halagada por la atracción de Yulia por ella, y la verdad, estaba más que un poco caliente, pero eso no era excusa para mezclar los
negocios con el placer.
Se sorprendió a sí misma haciéndolo de nuevo. Imaginar cómo se sentiría el cuerpo de Yulia debajo del de ella. ¿O ella tomaría el control y sus posiciones serían a la inversa. A quién le importa? Ella previó el sudor que goteando por la mandíbula fuerte de Yulia o deslizándose por entre sus pechos.
Yulia miró sobre su hombro y, su pequeña sonrisa de darse cuenta, le dejó saber a Lucy que había sido descubierta. Se cambió de silla, con la necesidad de sentarse de espaldas a Yulia para controlar sus pensamientos rebeldes. La gente que andaba en todas las direcciones en la calle, en frente de ella, capturó su atención. Captó fragmentos de alemán y francés, y un acento británico ocasional.
"Aquí tienes, un auténtico waffle belga cubierto de chocolate belga auténtico. Te ves como una mujer de nata montada, por lo que te traje extra ". Yulia puso el plato, un tenedor, y las servilletas en la mesa y se sentó frente a ella.
Yulia había sentido los ojos de Lucy sobre ella mientras estaba en la fila y no pudo resistir la tentación de mirarla. Una oleada de emoción la llenó cuando atrapo a Lucy totalmente centrada en ella. La mujeres la miraban todo el tiempo con más que un poco de interés, pero ninguna la hizo sentir como lo hizo cuando Lucy hizo lo mismo. Se sentía tierna, caliente, y poderosa al mismo tiempo.
"Gracias. Se ve delicioso. " Lucy deslizó el plato más cerca. Su dedo se deslizó en el chocolate y la respiración de Yulia se detuvo cuando su lengua comenzó a lamerlo. No podía dejar de centrarse en la boca de la castaña mientras su lengua desapareció.
Ella deseaba besarla desesperadamente y se inclinó para hacer precisamente eso, aunque se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se detuvo a sí misma antes de que Lucy lo notara. Pero y si lo hacía? ¿Qué haría Lucy? ¿Retrocedería o haría el ligero movimiento para indicarle que el beso sería bienvenido? De repente Yulia quiso averiguarlo, y esta vez, cuando se aventuró hacia la castaña ojiazul no se detuvo.
Los labios de Lucy eran suaves y cálidos. Por un instante se quedaron inmóviles, y luego comenzaron a moverse sutilmente contra los de ella. Ella sabía a chocolate y crema, y Yulia quería más. Aumentó la presión del beso por un segundo y luego retrocedió, separando sus labios por un latido del corazón apenas.
Lucy no acorto la separación ni se alejo. Sus alientos se mezclaban y la electricidad crujía a su alrededor. Por último, Lucy dio un paso atrás.
"No creo que debas hacer eso de nuevo." Su voz era suave, pero no muy convincente.
"¿Por qué? ¿No te gustó? " Lucy la había besado con la misma pasión, por lo que Yulia sabía la respuesta a esa pregunta.
"Porque no quiero que lo hagas de nuevo." La mirada normalmente directa de Lucy estaba dirigida a cualquier lugar menos a ella.
"¿Por qué?", Repitió su pregunta Yulia. Esta vez la castaña la miró, y Yulia reconoció el deseo ardiendo en sus ojos azules.
"Porque yo no mezclo negocios con placer", dijo Lucy, más firmemente esta vez.
"Y crees estar conmigo sería placentero?" Bromeó Yulia. A ella le gustaba el hecho de que Lucy estuviese ligeramente descentrada. Era dulce.
"No necesito contestar a esa pregunta, Yulia. Es obvio que hay algo entre nosotras, pero yo no voy a dejar que suceda. Estamos aquí para trabajar, no para jugar ".
Lucy tomó una respiración profunda, luchando contra sus propios deseos. En este momento deseaba que su sentido de lo apropiado fuese mucho menos estricto de lo que era. No quería nada más que arrastrar a Yulia a un portal oscuro y besarla toda la
tarde. Ella supo que la pelinegra iba a besarla y no había hecho nada para detenerla. De hecho, cuando la cabeza de Yulia se inclino de nuevo, levantó la barbilla una fracción de una pulgada antes de que sus labios se encontraran.
Los labios de Yulia eran calientes y persuasivos. Le exigió participación de un modo tan sutil que Lucy no pudo mas que responder. Cuando la lengua de Yulia trazó el contorno de sus labios, tuvo miedo de derretirse en su silla. No quería el beso terminara, pero en secreto, se alegro de que así fuera. No sabía cuánta más fuerza poseía.
"Yo puedo hacer las dos cosas." Yulia sonó un tanto engreída.
"También yo, pero elijo no hacerlo, y espero que respetes eso." La convicción de Lucy estaba regresando.
"Y si no lo hago?"
"Entonces tu cara podría ser abofeteada," Respondió Lucy.
Yulia la miró durante un buen rato antes de recostarse en su silla. "Está bien, Lucy. No te creo ni por un segundo, pero me voy a comportar. "
Mirando el brillo travieso en los ojos de Yulia, Lucy no le creyó tampoco.
 
Yulia insistió en acompañarla de regreso a su hotel. Lucy había reservado en el hotel Sheraton, y no tenía idea de dónde se alojaba Yulia. Se dijo que no quería saber. Si no lo sabía, no se vería tentada a llamar a su puerta esta noche.
¿Qué estaba pasando con ella? Había tenido otra mujer coqueteando con ella tan descaradamente como Yulia. Debería haberse hecho de tiempo para ver a Carole antes de irse. Tal vez eso la habría sacado del límite. Por otra parte, siendo Yulia tan sexy y atractiva, dudaba que eso hubiera ayudado.
Caminaron por la calle, Yulia llevando adelante la mayor parte de la conversación. Lucy estaba vagamente consciente de lo que Yulia estaba diciendo, pero su cuerpo estaba totalmente consciente de todo lo relacionado con ella. Ella se mantenía erguida al caminar, como si fuera la dueña de la acera. Su paso era seguro y fácil de mantener con el de la castaña. Sus brazos se tocaban mientras caminaban y a Lucy no le importaba realmente si era intencional por parte de Yulia o accidental. Cuando Yulia menciona armas de fuego, Lucy volvió prestar atención.
"Nunca verías esto en los Estados Unidos. Una tienda de armas entre una agencia de empleo temporal y una tienda de sándwiches " Yulia había dado un paso atrás para ver las tiendas adyacentes, pero Lucy se centró en lo que estaba detrás de la ventana.
"Wow, una Walther Nighthawk. Incluso tiene una mira telescópica" No pudo evitar la emoción de su voz.
"Tu sabes de armas?"
"Mi padre me enseñó a disparar cuando yo tenía diez años de edad. Nos gustaba ir al desierto o al campo de tiro y pasar todo el día practicando. " Esos eran los tiempos que Lucy siempre recordaría. Cuando llegara el momento de elogiar a su padre, de eso era de lo que iba a hablar. Tenían una conexión que comenzó cuando ella era una niña y se hizo más fuerte. Le encantaba ser la hija de su padre.
"Mi padre probablemente me hubiese disparado a mí, en vez de conmigo", dijo Yulia con suavidad.
Lucy retrajo la atención de las armas tras el grueso vidrio y miró a Yulia. No dijo nada.
Yulia se encogió de hombros. "Supongo que tuve suerte de que no podía juntar dos monedas de cinco centavos para comprar una."
Ella siguió caminando por la calle y Lucy tuvo que apresurarse para alcanzarla. No sabía qué decir. Al principio pensó que Yulia estaba bromeando, pero su expresión le dijo a Lucy que ella hablaba en serio. El dolor apareció por un instante antes de desaparecer detrás de una máscara cuidadosamente construida.
Pero ella lo había visto brevemente y le dolía el corazón por la infancia con problemas a la que Yulia había aludido varias veces.
"Lo pase maravillosamente hoy. Gracias por invitarte a acompañarme. No habría sido la mitad de interesante si hubiera estado sola ", dijo Lucy. Ellas estaban esperando en un semáforo en la calle de su hotel.
"Sí, alguien mas podría haberte besado".
El corazón de Lucy saltó a la garganta por la referencia de Yulia a su beso en el centro de la ciudad. Durante toda la caminata de regreso no había pensado en otra cosa que en la forma en que se sentían los labios de la pelinegra. No podía sacarlo de su mente, lo que no era bueno. Miró a Yulia y la multitud alrededor de ellas se lanzó
hacia delante, arrastrándolas a ellas en el movimiento. Tropezó al bajar de la acera, pero Yulia la atrapó con una mano firme antes de que pudiera caer.
"Yo lo dudo," respondió finalmente Lucy cuando llegaron a la puerta giratoria en el Sheraton.
"¿Por qué dices eso? Eres una mujer hermosa y cualquier lesbiana en su sano juicio querría darte un beso. En realidad le gustaría hacer algo más que darte un beso, créeme. " Se rió entre dientes Yulia.
Las bromas ligeras de Yulia sólo le inflamaban los nervios.
"Estas en tu sano juicio? " no pudo dejar de preguntar.
Yulia la estudió, buscando algo en sus ojos antes de responder suavemente:
"Sí, lo estoy", luego acortó la distancia entre ellas de nuevo.
Yulia llevó su mano detrás de su cuello y tiró la cabeza de Lucy hacia abajo. Ella sabía que Yulia estaba a punto de besarla de nuevo y no hizo nada para detenerla. Su mente estaba librando una batalla de inteligencia, pero su cuerpo estaba ganando la guerra. Cuando sus labios se encontraron, Lucy se abrazó a Yulia y la atrajo hacia sí. Yulia respondió abriendo la boca en invitación para que ella hiciera lo mismo. Ella aceptó con entusiasmo. Sus lenguas se encontraron y el estómago de Lucy bajó y sus rodillas casi se doblaron. El beso no era vulgar o terriblemente inadecuado para la esquina de una calle en el centro de Europa, pero fue el más apasionado que Lucy jamás había
experimentado. Poco a poco deslizó sus manos por el cuello de Yulia y las apoyó en su pecho. No tuvo que aplicar mucha presión para que Yulia liberase sus labios. Lucy no podía mirarla a los ojos cuando le susurró:
"Yo no lo estoy."
 
*
 
Yulia observó a la castaña entrar en el vestíbulo y mantuvo sus ojos en ella todo el tiempo que pudo. Tuvo la tentación de seguirla y continuar lo que había comenzado en la calle, pero lo pensó mejor. A menudo había hecho cambiar de opinión a mujeres para su propia satisfacción, pero por alguna extraña razón, presionar a Lucy le parecía pegajoso y bajo. Al igual que lo que había hecho cuando Lucy estuvo indefensa en Phoenix. Lucy le pegaría un tiro si supiera que se había aprovechado de su enfermedad y había copiado toda la información en su maletín. En ese momento no había experimentado ningún remordimiento en hacerlo, pero ahora se sentía extrañamente culpable.
Ella revirtió su dirección y regresó por donde habían venido, sin prestar mucha atención a su entorno. Sus pensamientos estaban llenos de Lucy. La forma en que olía, la forma en que sabía, la forma tentativa y a continuación agresiva en que la besó. Yulia se concentraba tanto en ella que pasó por delante de su hotel y tuvo que dar marcha atrás cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
Su estómago gruñó, pero no estaba realmente interesado en la comida. Fue directamente a su habitación, se quitó la ropa y se metió en la ducha.
Quince minutos más tarde, se envolvió en el grueso albornoz proporcionado por el hotel y pidió servicio de habitación. La luz en el teléfono estaba parpadeando, indicando que tenía un mensaje, y su corazón dio un salto cuando inmediatamente pensó que podría ser la Lucy. Igualmente rápido cayó cuando recordó que no le había dicho a esta donde se alojaba. Marcó fuertemente el código y escuchó.
Clayton había llamado varias veces, cada vez más ansioso y exigente que la anterior. Miró su reloj. Eran apenas pasadas las dos de la tarde en casa, y por primera vez, Yulia no se sentía de humor para tratar con él, lo que la sorprendió. Clayton Sumner siempre le había energizado. Ella se alimentaba de su energía, su determinación y su estilo de no-tomes-prisioneros. Él era un modelo típico de personalidad Tipo-A y, a su manera, Yulia se estaba moldeando a sí misma a su imagen.
Antes de este negocio habría devuelto la llamada Clayton independientemente de la diferencia de horas; el lo esperaba. Pero no esta noche. Ella quería volver a vivir su día con Lucy. Quería imprimir los sentimientos y la experiencia en su cerebro para que nunca se le olvidaran. No podía recordar haber tenido nunca un momento agradable con una mujer fuera del sexo. Por otra parte, trató de recordar la última vez que incluso hizo algo con una mujer, aparte de tener sexo. No pudo, y por alguna razón
esa carencia la hizo sentir triste. Aquí estaba, veinte y ocho años, su mundo en una cuerda que ella controlaba, y estaba pensando en una mujer que era más mujer de lo que ella había conocido.
Yulia estaba asustada. Lucy estaba fuera de su liga. Ella era exitosa, compleja, elegante y refinada. ¿Qué hacía pensando en que podía llegar a ella? En un primer momento había sido un desafío, para ver si podía llevársela a la cama, pero pronto se convirtió en una necesidad casi incontrolable. Se paseaba por delante de la ventana de su habitación del hotel, las luces de la ciudad parpadeando debajo de ella. Le recordaron la luz en los ojos de Lucy cuando hablaba de sus padres o de algo que le interesara Yulia apretó los puños con frustración. ¿Qué estaba mal con ella? Nunca había estado tan colgada por una mujer. Quería saber todo acerca de Lucy, entrar en ella y no salir nunca. Vio su propio reflejo en el espejo y no reconoció a la extraña.
 
 

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Mensaje por Bliznetsy 12/29/2015, 12:22 pm

Hola, no había comentado por falta de tiempo, me gusta la historia y como se van dando las situaciones, más si le sumamos las personalidades de ambos personajes, te dejan con ganas de más, veo que poco a poco van cediendo XD .

Gracias por tan buena historia.
P.d. Soy tu Fan Smile
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Mensaje por Lesdrumm 1/4/2016, 8:51 pm

Bliznetsy: Gracias por leer mi historia, veo que eres una delas únicas que comenta, y me encantan, por eso anima a seguir adaptando y creando historias, se que muchos leen y no comentan, igual se agradece pero a ti te lo re agradezco el comentario. Jajaja estas dos son un caso, solo a mi se me ocurre juntas a dos mujeres tan testarudas en una historia, pero espera nomas, cuando cedan habrá una bomba. No reo que sea tanto lo que haga para que seas mi fan, pero de igual manera, gracias por tus cálidas palabras. Saludos. Very Happy


JUEGO FUERTE


Capítulo Trece



Lucy dio una palmada al despertador y silenció el molesto zumbido. Los relojes despertadores de hotel tenían los sonidos  más horribles, específicamente diseñado para despertar a los muertos. Definitivamente se sentía muerta esta mañana. Había dormido poco la noche anterior, sus sueños habían sido una maraña de imágenes, la mayoría de ellas sobre una mujer específica de cabello oscuro. Se despertó en medio de un sueño muy vívido y dejó de luchar contra la necesidad de llevarse a si misma al orgasmo mientras fantaseaba con Yulia susurrando palabras traviesas en su oído. Dejando a un lado su sentimiento de culpa al masturbarse pensando en su principal rival, corrió las mantas y se tambaleó hacia la ducha.
Mientras el agua se calentaba, ordenó una jarra de café y capturo su reflejo en el espejo. Círculos oscuros rodeaban sus ojos normalmente claros y su cara estaba hinchada. Tendría trabajo extra para parecer viva esta mañana antes de enfrentarse a Yulia y Peter Braxton.
La limusina estaba programada para recogerla a las ocho, y había estado esperando afuera durante quince minutos cuando se presentó. Se maldijo a sí misma cada vez que miraba hacia arriba y abajo de la calle en busca de Yulia. Estaba actuando como una adolescente enamorada, por Dios!. El viaje a la fábrica de Braxton
llevó veinticinco minutos, y llegaron al ancho camino justo antes de las ocho y media.
Un remís de lujo se encontraba estacionado en frente de ellos, su conductor abriendo la puerta trasera. Lucy se quedó sin aliento cuando Yulia salió, sus torneadas  piernas cubiertas por la chaqueta que colgaba debajo de las rodillas y una bufanda alrededor del cuello para defenderse del amargo frío fuera de temporada que había invadido a Bruselas esa mañana. Sacó su maletín del coche, dio las gracias al conductor y miró a su alrededor, como si estuviese dimensionando su compañía recién adquirida.
"Señora?", preguntó el chofer de Lucy.
"Lo siento, dame un minuto".
La castaña no quería hacer frente a Yulia en esos momentos. Necesitaba tiempo para controlar su respiración y tratar de calmar su corazón desbocado. Yulia miró hacia su coche, pero Lucy sabía que no podía verla a través del tinte oscuro en las ventanas. Después de unos momentos, Yulia entró en el edificio.
Lucy bebió varios sorbos de agua, tomando una profunda respiración entre cada uno. Miró su reloj y con un último trago abrió la puerta. Mientras el viento golpeaba su cara como pinchazos de alfiler de hielo, sus ojos comenzaron a lagrimear.
Rápidamente tomó su propio maletín y corrió a través de la puerta principal. No quería aparecer en la reunión con una nariz moqueante y ojos llorosos. ¿Cuán poco profesional sería eso? Y con Yulia en la habitación con ella durante todo el día, necesitaba cada onza de control que pudiera reunir.
El guardia miró su nombre en una lista en su libreta y la acompañó hasta el ascensor, y luego esperó a que entrará en él.
Pulsó el botón del segundo piso y le deseó un buen día. Lucy chequeó su aspecto en los espejos de las puertas del ascensor, y estaba desabrochándose la chaqueta cuando se abrieron las puertas. El rico olor del café le golpeó la nariz cuando salió al vestíbulo.
"Sra. Scherer, buenos días. Soy Amy, asistente del señor Braxton aquí en Bruselas. ¿Puedo tomar su abrigo? "
"Gracias." Lucy quedó impresionada por la seguridad de la joven, que era unos centímetros más baja de lo que era ella. La mayoría de las mujeres no podían evitar quedarse boquiabiertas por un momento antes recordar sus modales. Amy no se inmutó en lo más mínimo. Tal vez Braxton le había advertido.
"Por aquí, por favor," dijo Amy, después de haber colgado el abrigo de Lucy. "La Sra. Volkova ya está aquí y el señor Braxton estará con ustedes en un minuto. Él está en una llamada en este momento, pero no tardará mucho tiempo. Hay café y agua en la sala de conferencias. ¿Puedo ofrecerle alguna otra cosa? "
Lucy respondió en francés: "No, gracias, no será necesario." Amy sonrió ámpliamente.
Yulia estaba de pie, mirando por la ventana de espaldas a la puerta, pero se dio la vuelta cuando Lucy habló con Amy. Sus ojos se encontraron y todo el aire pareció haber sido arrastrado fuera de la habitación. No oyó a Amy cerrar la puerta detrás de ella.
Yulia estaba usando pantalones pinzados negros, con una camisa de color verde brillante por dentro en la cintura. Su cinturón era amplio y moderno, y tenía un par de toscas botas negras. No se parecía en nada a alguien pujando por una empresa de miles de millones de dólares. Por el contrario, Lucy llevaba unos pantalones azul marino con una blusa azul claro y una chaqueta en contraste. Se sentía vieja y desaliñada, mientras que Yulia parecía que acababa de salir del campus de cualquiera de las mejores universidades del país. Lucia deliciosamente guapa, igual que lo había hecho en el sueño de Lucy la noche anterior.
La expresión de Yulia no mostró nada cuando ella le dio los buenos días, pero sus ojos bailaban de deseo. ¡Oh, Dios. Es demasiado temprano en la mañana para esto.
Lucy puso su maletín en el suelo junto a una silla y cruzó la habitación hacia la brillante cafetera de acero inoxidable en el aparador. "Buenos días", dijo, sirviéndose una taza de café caliente. "Gracias a Dios, era café verdadero y no instantáneo" La taza tamborileo sobre el platillo y ella los cogió con la otra mano, estaba más nerviosa de lo que pensaba.
"Dormiste bien?", preguntó Yulia. 
Lucy no había oído moverse a Yulia, pero la voz profunda vino de encima de su hombro derecho. La pelinegra estaba mucho más cerca de Lucy de lo que ella quería que estuviera. Dio un paso atrás hacia la seguridad de su silla. "Sí, gracias." No se atrevió a devolver la pregunta. ¿Quién sabía a donde llevaría Yulia cualquier referencia a noche y camas. Se reprendió. Una mujer tan sexual y sensual como Yulia no necesitaba la oscuridad o una cama.
"Yo no", respondió ella, sin esperar a que Lucy  preguntará. "Seguí soñando con waffles, chocolate, y una hermosa castaña de ojos azules."
La mano de Lucy estaba en su maletín y se congeló a mitad de camino de sacar un fajo de papeles. La mirada de deseo en los ojos de Yulia no se había atenuado, y la sangre de Lucy comenzó a correr tan fuerte que creía que todos en el edificio podían oírlo. Se quedó inmóvil, mientras Yulia se acercaba más.
"Parece que tu no pudiste dormir mucho tampoco."
Las piernas de Lucy temblaban y descansó sus muslos  contra la dura mesa buscando apoyo. No tenía idea de por qué se sentía tan atraída por Yulia. Ella era temeraria y una asesina en los negocios, no le importaba qué o a quién dejaba en su camino. Era mucho más joven y tan cómoda con su sexualidad que le importaba una mierda lo que pensaran de ella. Era muy diferente de cualquier mujer por la que Lucy se hubiera sentido atraída alguna vez.
Afortunadamente, Yulia no se acerco más, y Lucy se retiró de la tentación del abismo cuando Peter Braxton entró en la habitación.
"Señoras, buenos días." 
Braxton no pareció darse cuenta de la tensión o del hecho de que Yulia estaba a pulgadas de ella. Cuatro
personas lo siguieron a la habitación y rápidamente hizo las presentaciones.
Lucy se vio obligada a concentrarse en el nombre de cada hombre y su función en Braxton Europa. Tenía que convencer a estos hombres, así como a Peter, que Drake era la empresa a la cual vender. Se acomodaron en sus asientos y comenzaron sus presentaciones.
Cada uno se tomó una hora para revisar los estados financieros, las tendencias de mercado, informes de la industria y los problemas de las personas de su unidad de negocio correspondiente. Lucy tomó notas para mantener su mente a la alejada de Yulia, que estaba sentada a su lado.
La mañana pasó rápidamente y durante el almuerzo, todos ellos continuaron con su conversación, con ambas, Tate y ella haciendo preguntas de seguimiento. Muy pronto estuvieron de vuelta en la sala de conferencias por una hora mas antes de ponerse batas azules de laboratorio y dirigirse a la fábrica.
La tarde pasó volando y después de darse la mano con el personal de Braxton, confirmaron los arreglos finales para reunirse en Hong Kong en dos días. Cruzando el vestíbulo se abotonó el abrigo, y una ráfaga de amargo y frío viento la golpeo en el instante en que salió. Yulia la estaba esperando y dio un paso adelante cuando Lucy salió del edificio y se dirigió hacia la puerta del coche que su conductor había abierto.
"Cenas conmigo?"
Lucy tenía miedo de que esto pasara, fue por eso que a propósito hizo tiempo arriba en el baño de damas. No quería verse obligada a inventar una razón plausible para declinar. Estaba agotada de tratar de centrarse en todos los factores de Braxton Europa que necesitaba saber, y cada movimiento de Yulia a su lado no ayudaba. Podría decir que se dirigía a Hong Kong, esta noche, pero no hay muchos vuelos directos desde Bruselas a Hong Kong. Fácilmente podría quedar atrapada en esa mentira.
"Ha sido un largo día, Yulia, y estoy muy cansada. Todo lo que quiero hacer es volver al hotel, tomar un baño caliente, y pedir servicio a la habitación " Y, por supuesto, trabajar la mitad de la noche, pero no le dijo esto a Yulia. La pelinegra ojiazul se apoyó sugestivamente contra su coche. 
"¿Te puedo lavar la espalda?"
"No."
La expresión del rostro del conductor indicó que él estaba disfrutando de su conversación.
"¿Puedo por lo menos arroparte?"
La frustración de Lucy saltó a la superficie. Sus nervios se habían sobrecargado durante todo el día, sobre todo el principal entre las piernas. 
"No" Lucy se sentó en el asiento trasero.
Antes de que el conductor tuviese la oportunidad de cerrar la puerta, Yulia metió la cabeza en el interior.
"¿Qué tengo que hacer para hacerte decir que sí?"
Había más en su pregunta que lo que estaba pidiendo. 
"Yo no voy a decirte que sí a lo que tú quieres, Yulia, así que puedes dejar de preguntar." Lucy podía oler la colonia de Yulia, como lo había hecho durante todo el día.
"Pero es lo que tú quieres también Lucy. ¿Por qué negarlo? "
"No lo voy a negar", admitió la castaña ojiazul. "Simplemente no voy a actuar sobre ello. Ahora bien, si me disculpas. " Lucy puso fin a la conversación y su chofer cerró la puerta.
Yulia observó alejarse el coche de Lucy con un dolor desconocido llenando su pecho. Odiaba que Lucy se hubiese metido bajo su piel y no estaba dispuesta a dejar que sucediera de nuevo. Empujó la sensación desagradable a un lado y le dijo a su chofer que la llevara a un bar americano.
 
Dos horas mas tarde, los ojos de Yulia estaban quemados por el humo del cigarrillo y su cuerpo palpitaba de pensar en Lucy. Verla hoy había sido más difícil de lo que había pensado.
Ella había anticipado sentir algo de excitación cuando estuviera con ella otra vez, pero nada la había preparado para tomar conciencia de que Lucy la consumía No podía pensar y casi no podía prestar atención a Braxton y sus zánganos
"A riesgo de que suene como un cliché, ¿puedo invitarte una copa?"
Yulia casi rió ante la trillada frase pero, cuando vio a una impresionante pelirroja de ojos verdigrises y unas cuantas pecas deslizarse en el asiento junto a ella, sonrió.
"Mientras no esperes que yo te pregunte si vienes aquí a menudo."
La risa de la mujer era auténtica y Yulia hizo señas al camarero. 
Yulia alzó su copa para indicar que le trajeran otro igual. Este sería su tercer Royal Crown con hielo. Uno más en su estómago vacío podría hacerle olvidar a la castaña.
La pelirroja le hizo conocer su interés antes de terminar su primera copa, y Yulia se sintió tentada. Tal vez una noche con otra mujer la haría dejar de pensar en Lucy. La mujer a su lado estaba más que dispuesta, y Yulia sabía que no sería más que una aventura ocasional.
Estaba a punto de decir que sí cuando se dio cuenta, incluso en su estado inducido por el alcohol, que no quería sexo con una desconocida. Ella quería hacer el amor con Lucy y, cualquier otra que no fuera ella, sería un pobre sustituto.
"Gracias, en otras circunstancias, diría que sí, pero este no es un buen momento para mí. " Brevemente se preguntó si alguna vez habría un buen momento para ella otra vez.
 
 
*
El teléfono de Lucy sonó justo cuando estaba a punto de entrar en la bañera. Miró el identificador de llamadas y debatió si debía responder, si no lo hacía, Edward Hamacher llamaría toda la noche hasta que consiguiera hablar con ella. De mala gana agarró el vestido del gancho en la parte posterior de la puerta y abrió su
teléfono.
"Lucy Scherer." Siempre contestaba el teléfono con su
nombre completo cuando él la llamaba, además que era una costumbre alemana heredada de sus padres. Tenía que establecer de inmediato el poder y un sentido de profesionalismo siempre que de él se tratara.
"Lucy, es Edward", dijo innecesariamente.
"Sí, Edward, ¿qué puedo hacer por tí?" Él quería una actualización, pero ella estaba decidida a hacer que se la pidiera.
"¿Dónde estamos?"
Ella ignoró la pregunta y respondió en su lugar, 
"Es tal como yo lo esperaba. Ellos tienen una operación muy bien llevada aquí. Braxton tiene un buen plantel de ejecutivos que parecen estar encima de todo. "
"Así que vas a recomendar que cerremos este acuerdo? "
Había estado tratando de que Lucy se comprometiera a comprar Braxton desde el primer día que se discutió. Lucy había insistido en que, mientras Claire y el auditor externo analizaban los libros, ella recorrería las instalaciones. Cuando, y sólo cuando, todas las dudas hubieran desaparecido, iba a hacer una oferta formal a Braxton. Edward estaba obviamente perdiendo la paciencia.
"Hemos hablado de esto varias veces, Edward. No puedo, en plena conciencia, y mucho menos fiscalmente, aprobar esta fusión si no estoy segura de que es en nuestro mejor interés. Estoy más convencida hoy de lo que estaba ayer, pero todavía tengo que ver sus operaciones en Asia. Claire terminará con los libros cerca del
final de la semana. Vamos a estar mas seguros entonces. "
"El reloj está corriendo, Lucy," dijo Edward amenazadoramente.
"¿Hay algo más, Edward? Todavía tengo una empresa para dirigir y un millón de cosas que hacer esta noche. " Por desgracia, un relajante baño estaba fuera de la lista. Estaba demasiado furiosa con él como para poder descansar. Tomar una ducha rápida y hacer frente a su correo electrónico se había trasladado al primer
puesto de la lista.
"Voy a estar esperando tu llamada, Lucy."
La forma en que dijo su nombre fue tan condescendiente que apretó los dientes. 
"Voy a informar el resultado de mis visitas a sitio, y de la auditoría, a todo el Consejo según lo programado.
Ahora bien, si no hay nada más, buenas noches, Edward. "
Lucy colgó el teléfono mucho más tranquilamente de lo que se sentía. 
"Bastardo", dijo a los oídos sordos de Hamacher.
Por segunda vez en igual cantidad de noches, Lucy dormiría muy poco. Escribió sus notas, incluyendo sus pensamientos sobre Braxton, mientras estaban aún frescos en su mente. El sol comenzaba a iluminar el cielo en el momento en que apagó su computadora portátil. Tenía los ojos arenosos por la falta de sueño y su cerebro era una masa informe. Sus piernas temblaban por la inactividad. Decidió ir a correr un corto recorrido
para relajarse. Su vuelo no partía hasta las dos de la tarde, y podría dormir durante el viaje de catorce horas a Hong Kong.
Treinta y cinco minutos más tarde, Lucy respiraba con dificultad y sudaba profusamente, pero su mente estaba clara. Las calles que rodeaban su hotel estaban vacías tan temprano en la mañana y corrió durante una hora antes de que regresar a su habitación para ducharse y hacer las maletas.
Estaba orgullosa de sí misma. Sólo había pensado en Yulia la mitad del tiempo. Una vez que vació su mente de trabajo, esta fue a la deriva a cosas más agradables, y Yulia Volkova era sin duda agradable. O algo así. Era más que agradable a la vista, hacía que su cuerpo sintiese cosas que casi había olvidado, pero la estaba
volviendo loca. ¿Por qué no podían haberse encontrado en diferentes circunstancias? Lucy se rió para sus adentros. Ellas nunca se hubieran conocido. La juventud de Yulia significaba que no se movían en los mismos círculos sociales. Pero, y si lo hubiesen hecho?
Ella y Carole no estaban comprometidas en una relación sería, sino informal, reuniéndose cada vez que podían. No salía con nadie que no fuera Carole, pero eso era porque no había conocido a nadie con quien quisiera salir, y mucho menos tener sexo. Pensó en la situación durante un minuto y decidió que no sería engañar a Carole si decidiese dormir con otra persona.
Sospechaba Carole lo hacía, pero nunca hablaban de ello. Nunca necesitaron hacerlo. Carole le resultaba cómoda. Estaba igual de ocupada que ella, no la presionaba o exigía nada. Lucy inconscientemente, la comparó con Yulia. Yulia como amante seria exigente, emocionante, desafiante, y esperaría lo mismo de su pareja. Sería tan intensa en el sexo como lo era en la vida. El corazón de Lucy se aceleró de nuevo, pero esta vez no por el ejercicio. El sexo con Yulia sería sorprendente.
*
 
La cabeza de Yulia se estaba partiendo y se sentía como si un tren la hubiese atropellado. Entonces se acordó de que el tren se llamaba Lucy. Levantando la cabeza de la almohada, gimió cuando su estómago amenazó con vaciarse. ¿Por qué había bebido tanto? ¿Por qué le dijo que no a la mujer? Rara vez se negó a tan apetitosa invitación. Ante el riesgo de vómitos, Yulia se giro poniéndose boca abajo y se volvió a dormir.
Varias horas más tarde, después de tropezar fuera de la cama luego de recibir su llamada para despertarla, Yulia se movía lentamente hacia la ducha. Su vuelo era a las seis de la tarde y el coche la recogería a las tres y media. Eso le daba varias horas para limpiarse y estar lista, y a juzgar por la forma en que se sentía, iba
a necesitar cada minuto.
Pasó treinta de esos minutos, simplemente de pie bajo el agua caliente en la ducha. Tuvo la tentación de utilizar la cabeza de pulsación para aliviar la tensión en la ingle, pero su mente se había empezado por fin a despejar, y no quería que los golpes entre sus piernas se instalasen en su cabeza otra vez.
Mucho más tarde, vestida y en camino al aeropuerto, Yulia revisó su itinerario. Aterrizaría en Hong Kong mañana temprano, y Clayton esperaría que lo llamase antes de aterrizar. El día sería similar al de ayer, pero con un reparto diferente de caracteres. Reuniones, preguntas, respuestas, cartas, gráficos, y Lucy.
La pelinegra se acomodó en su asiento en primera clase, y una vez alcanzada su altitud de crucero llamó a Clayton con el teléfono de aire. Eran las dos y media de la tarde en Nueva York. Ella le informó sobre algunos de sus pensamientos adicionales sobre la forma de cerrar el trato con la información que había robado del
maletín de Lucy. Mientras que la castaña estaba enferma y durmiendo en Phoenix, Yulia se había abierto el maletín, sacado todo en su interior, y encontrado la veta madre. Los últimos estados financieros, el informe del mes pasado de ganancias y pérdidas, y un anteproyecto del informe que estaba preparando Lucy sobre el negocio con Braxton. Yulia había hecho copias de todo, utilizando el fax / copiadora en la sección oficina de su suite, y restituido pulcramente todo, exactamente donde lo había encontrado. Ahora todo lo que tenía que hacer era hacer que su plan funcionara.
 
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Mensaje por VIVALENZ28 1/4/2016, 10:54 pm

Excelente capitulo espero el próximo Very Happy
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Mensaje por Bliznetsy 1/5/2016, 12:18 am

Hola, otro excelente capítulo y creo que falta poco para que Lucy ceda ante Yul que vaya que anda persistente, creo que si será una bomba
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Mensaje por Julenka 1/6/2016, 8:24 am

Nunca pense que alguna vez leería un fic donde Lena y yulia no sean protagonista, pero definitivamente este me atrapó, que gran historia, y ahora que conoci a estas niñas de la serie aproposito gracias por la recomendación, quiero leer fic con ellas. Conti esta historia esta tan buena.

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Mensaje por Lesdrumm 1/17/2016, 6:40 pm

Hola, aquí traigo la conti de esta historia. Les dejo un doble capítulo, por fin ocurrirá lo que seguro esperaban muchas.


Vivalez28: Gracias por comentar, y se viene un momento que muchas esperaban. espero te guste. Saludos Smile
Bliznetsy: La bomba estalla en estos dos capítulos, así que espero te guste.Y para Yulia "perseveras y triunfaras". Gracias por siempre comentar mis historias, saludos Very Happy
Yulenka: muchas gracias por leer esta, me encanta que te guste la historia. Yo amo innovar y encontré a alguien quien me inspira a un 100% "Lucy", así que de mi parte esperen cosas nuevas siempre y mezclas. Gracias por comentar y saludos.




JUEGO FUERTE




Capítulo Catorce


Yulia no tenía ni idea. No acerca de lo que estaba haciendo, no sobre lo que quería, y ciertamente no acerca de Lucy. Habían estado en Hong Kong durante tres días, y durante ese tiempo vio un lado de la castaña que sólo se había asomado a la superficie en
Bruselas. Sí, era inteligente, inquisitiva y perspicaz, pero también era amable, generosa con su atención, y respetuosa de todos aquellos con los que se encontraba.
¿Como eran las reuniones de personal de Lucy? Las de Clayton solían estar llenas de comentarios despectivos sobre los competidores y de información privilegiada que era cuestionable tanto en cuanto a la fuente de los hechos como a la forma de obtenerla. El molino de rumores Sumner llamaban a Yulia y su jefe las Quijadas de la Vida - una cruza entre el depredador en la película Tiburón y la pieza de equipo que los bomberos yescuadrones de rescate utilizan para sacar a las víctimas de entre los metales retorcidos en horrorosos accidentes. A menudo se sentía como un tiburón, rodeando a su presa y viendo como se vuelve cada vez más débil hasta el momento oportuno para atacar.
No le importaba el daño residual que sus acciones causaban, sólo la satisfacción y la recompensa financiera de la matanza.
Las reuniones de Lucy, por el contrario, estarían probablemente basadas en hechos y datos, donde humanidad y respeto no serían sólo palabras en el sitio Internet de la empresa, sino los principios que todos los empleados vivían y respiraban todos los días. Yulia reflexiono acerca de eso. Ella se burlaba de las empresas que eran, en su opinión, nobles hasta la culpa. La culpaera que, a menudo, no podían tomar las decisiones difíciles y fallaban a causa de esa carencia. Ella, sin embargo, no tuvoproblemas con ese aspecto de los negocios, habiendo aprendido de dos maestros - su padre y Sumner Clayton.
Sin embargo, su creciente atracción hacia una mujer casi ocho años mayor que ella, la tenia perpleja. Cada vez que estuvieron juntas en Hong Kong, Yulia se descubrió estudiando a Lucy. Su forma de hablar, de moverse, y la forma en que ladeaba la cabeza cuando se concentraba. La forma en que se iluminaba su rostro cuando sonreía.
Yulia se había obsesionado con ella. Había exprimido Internet, recogiendo todos los artículos que siquiera mencionaran el nombre de Lucy. Había consumido cada gota de información sobre Lucy y se sentía como si la conociera desde hacía años en lugar de semanas. Cada comentario, crítica y exposición, todo le provocaba la misma conclusión: Lucy Eleonor Barbara Scherer era una mujer de substancia, estilo, compostura, bondad, y de afilado olfato empresarial. En un momento Yulia jugó con la idea de hacer la misma investigación sobre sí misma, pero no habría comparación.
Absolutamente ninguna comparación. A veces Lucy le daba miedo.
¿Cómo había llegado Lucy a ser tan exitosa? ¿Cómo se las había ingeniado para llegar a la cima en su campo y, aún así, ser admirada por todo el mundo? ¿Acaso no todos habían dejado un cuerpo o dos a un costado de la carretera en su escalada? Yulia sin duda lo había hecho y, en algunos casos, se apilaban bastante alto.
Ella siempre había creído que el honor era una víctima aceptada del éxito. ¿Acaso los chicos buenos no siempre terminan últimos?
Lucy, obviamente, se perdió esa lección en la escuela de negocios, mientras que Yulia se había ganado la calificación más alta en clase.
Cuanto más leía y aprendía Yulia acerca de Lucy, más cambiaba la imagen de lo que ella había pensado que Victoria era.
No parecía tener grandes defectos de carácter, su personalidad era cálida y atractiva, sin importar lo que estuviera haciendo o con quien. Varios artículos declaraban valientemente que tenía las cualidades de un verdadero líder y estaban en lo cierto.
Yulia se reclinó en su asiento mientras regresaba de Hong Kong a Atlanta. Que equipo harían ellas. La cena acababa de ser retirada y los asistentes de vuelo estaban ofreciendole café a ella y a los otros pasajeros de primera clase. Con sus agallas y determinación y con la reputación de Lucy, podrían tener cualquier tipo de negocio que quisieran. Serían la pareja más poderosa en el mundo de los negocios. Yulia imaginó sus rostros en la portada de las revistas Fortune y Money. Se las citaría en el Wall Street Journal y serían el tema de un artículo en el Harvard Business Review. Yulia Volkova se convertiría en un nombre familiar justo al lado de los de Warren Buffet y Bill Gates.
*
 
Mierda, fue la primera palabra que vino a la mente de Lucy cuando atravesó la puerta principal del Mason Club. Su vecina había mencionado haber ido allí cuando recién había abierto sus puertas, y se había convertido en él lugar al-que-ir en Atlanta. Las luces eran bajas, y de inmediato supo que este restaurante no era un lugar donde la gente iba a discutir de negocios. A menos, claro, que fueran a "ponerse serios". Esta reunión ya estaba en su calendario cuando volvió a la oficina después de su regreso de Hong Kong. Si ella hubiese tenido la menor idea de que la atmósfera de este lugar había sido diseñada más para amantes que para socios de negocios, habría insistido en que se reuniesen en un lugar completamente distinto.
El maître la acompañó hasta una pequeña mesa en un rincón. Lisa Billings se puso de pie cuando ella se acercó e, incluso en la penumbra, Lucy pudo ver sus ojos moverse lentamente sobre su cuerpo. La expresión de su rostro decía que le había gustado mucho lo que vio. Lucy no necesitaba esto en su vida ahora mismo. La complicación añadida de declinar la aparente invitación de Lisa con mucho tacto sería difícil. Era evidente que no había dejado claro que lo decía en serio cuando decía que no mezclaba negocios con placer. No quería alienar a Lisa, pero tampoco quería dejarle ninguna puerta abierta por la que pudiera entrar.
"Lucy, te ves fabulosa", dijo Lisa, tomándola de la mano, y la castaña se sorprendió cuando tiró de ella y le dio un rápido beso en la mejilla. Definitivamente no vamos a hablar de beneficios, pérdidas, o estrategias de precios esta noche.
"Gracias. Lo siento, llego tarde.
Cometí el error de contestar el teléfono antes de irme. "
Lisa se rió asintiendo.
"Sí, ya sé cómo es eso. ¿Quieres un poco de vino? " Hizo una seña al camarero.
"No, prefiero agua con limón", dijo, dirigiéndose al camarero.
Lucy estuvo agradecida de que Lisa mantuviese la conversación durante la cena. Hablaron de teatro, de qué equipo iba a ganar la Serie Mundial este año, y de lo enfadadas que ambas se habían sentido cuando la Proposición 8 fue aprobada en
California. Lisa dijo que su mejor amiga se había casado en San Francisco poco después de que la sentencia de la Corte Suprema de California permitiese casarse a los gays y lesbianas, pero ahora no sabía si estaba casada o no.
En algún momento, en medio de la cena, Lucy cambió de agua a vino y, para el momento en que terminaron, había consumido tres vasos de licor dulce. Lisa dejo en claro su interés por la ojiazul y, mientras avanzaba la noche, ella tenía más y más dificultades preguntándose por qué no debía aceptar la oferta.
Había estado pensando en Yulia con demasiada frecuencia en las últimas dos semanas, desde que había dejado Hong Kong.
Comparaba a cada mujer que veía con su joven adversaria.
Durante el postre decidió que tal vez necesitaba una distracción para sacar a la pelinegra de su mente. Había pasado mucho tiempo desde que alguien, ademas de Yulia, la deseara. ¿Qué daño podía hacer? Eran dos adultas que consentían en que se encontraban atractivas una a la otra. Eran lo suficientemente maduras para entender lo
que era y, lo más importante, lo que no era.
"Lisa". Lucy se sintió repentinamente nerviosa. No podía recordar la última vez que se insinuó a una mujer y buscaba las palabras. Desde luego no podía decir algo tan básico como "vamos a tu casa y follemos". Por cerca que estuviese de la verdad, aún era de mal gusto.
"Bueno, Lucy, me doy por vencida". Lisa se recostó en su silla y puso sus manos en alto en señal de rendición. "Lo he intentado todo para hacerte saber mi interés en ti, pero yo respeto su posición acerca de nosotras. No me gusta. Creo que podríamos haber tenido algo realmente caliente. Pero entiendo, y te prometo que no te molestare a partir de ahora. "
"¿Qué?" Lucy no podía creer su suerte. Estaba a un suspiro de hacer su jugada y la habían bajado de un disparo. No sabía si sentirse aliviada o frustrada.
"Voy a mantenerme totalmente profesional. Siento mucho si te hice sentir incómoda. Esa no era mi intención. " Lisa parecía avergonzada.
"No lo hiciste. Te lo agradezco. Las cosas pueden ponerse pegajosas ... " Lucy no sabía qué más decir.
"¿Qué tal si simplemente olvidamos que todo esto pasó y la próxima vez nos reunimos a almorzar en un concurrido café brillantemente iluminado?" Lisa pidió el camarero más café.
"Háblame de Braxton y lo que estás pensando ahora que has visto sus operaciones".
*
 
"¿No eres tu Yulia Olegovna Volkova, la asaltante corporativa? ¿No te vi en Sixty Minutes hace unos meses? "Yulia alzó la cabeza y miró a la mujer que estaba junto a su mesa. Era la misma que había estado mirándola la última hora a través de la pista de baile llena de gente.
Yulia se había estado preguntando Si y Cuándo haría una jugada. Mientras Yulia oscilaba su mirada desde las bronceadas piernas desnudas, sobre los graciosos pechos turgentes, hasta los grandes ojos marrones, decidió que era un knock-out. La mujer la miraba como un cachorro ansioso a la espera de alguna señal de aceptación.
"Sí, lo soy, pero no, yo no estuve en Sixty Minutes. Y prefiero pensar en mí como una exitosa mujer de negocios. "
Ella estaba juzgando las posibilidades de anotar con la rubia que estaba mirándola. La mujer tenía un gran potencial.
"¿Quieres sentarte?"
Varias copas y dos horas más tarde,la pelinegra ojiazul había cambiado por completo su opinión sobre la mujer. Su nombre era Joni Roseville, y no sólo tenia un cuerpo hecho para ser codiciado, sino también una ambición para tener en cuenta. Lo mejor era que la Sra Roseville, como Yulia prefirió llamarla, tenía información privilegiada sobre Drake Pharmaceuticals y estaba muy apurada por compartirla a cambio de un puesto de trabajo con Yulia. La Sra. Roseville presentó la información en específico, sin malos entendidos sobre los detalles, bebiendo un capuchino en la cafetería de enfrente del bar.
Yulia la miró detenidamente antes de hablar.
"Y ¿de dónde sacaste esa información?" A Yulia no le importaba si la mujer la había obtenido ilegalmente. Eso no era su problema, porque no era ella quien lo había hecho.
"He trabajado para personas que conocen algunos de los peces gordos involucrados", respondió vagamente.
"Y se supone que debo creer todo lo que dices?"
"Es la verdad", dijo Joni, pareciendo un poco insultada. Yulia era cuidadosa, muy cuidadosa. Ella había utilizado tácticas similares para infiltrarse en empresas de las que quería más información de la que podía obtener de fuentes oficiales.
"Y se supone que debo tener fe de que lo que tienes es lo que yo necesito?"
La mujer sabía lo suficiente sobre la oferta de Braxton como para decirle a Yulia que podía, de hecho, disponía de datos vitales.
"Tu sabes que eso va en ambos sentidos. ¿Qué voy a hacer si no me das un puesto de trabajo después de que yo te lo diga?
¿Quién tendrá la mierda de suerte, entonces? Parece que yo tengo más que perder que tú. "
La actitud de la mujer había cambiado sutilmente de la rubia boba, a fuerte y calculadora. Yulia no prejuzgaría las posibilidades de éxito, así como los importantes daños si no manejaba esta situación de la manera correcta.
"¿Por qué no nos reunimos en el medio? Tú me das lo suficiente como para que sepa que tienes lo que necesito, y yo voy a encontrar un lugar para ti en Sumner. Una vez que eso este arreglado, me das el resto y me aseguraré de que estés cuidada. "
Yulia podría utilizar una mujer como esta en su nuevo equipo. Alguien que no tenía miedo de obtener información y saber qué hacer con ella una vez que la tenía. En cierto modo, le recordaba a sí misma cuando apenas estaba empezando.
"¿Tenemos un trato?" Yulia le tendió la mano a través de la mesa de formica La mujer vaciló y la pelinegra no estaba segura si estaría dispuesta a aceptar su propuesta. Sostuvo la mirada constante en los ojos marrones, decidida a mantenerse en la cima de la situación. Después de varios segundos, la mujer se la estrechó.
*
Lucy condujo a casa pensando sólo en meterse en la cama.
A pesar de que la noche con Lisa no terminó en la forma en que había pensado originalmente, había demandado mucho de ella. No había hecho otra cosa que comer, dormir y pensar en Braxton durante los últimos tres meses, y estaba agotada. Estar cerca de Yulia tanto como lo había hecho durante su recorrido por las instalaciones de Braxton, la había puesto en un constante estado de excitación, y por mucho que no hubiera querido reaccionar como lo hizo, no pudo evitarlo. Yulia era sexy, y Lucy la deseaba. Quería saber como se sentía su piel debajo de sus dedos, como era la suavidad de la parte inferior de sus pechos, a que sabía su sudor, y cómo olía su excitación. Lucy no había deseado tanto a alguien, en tanto tiempo, que ni siquiera podía recordar a quién había sido.
Yulia era todo lo que no debería tener. Era demasiado joven y, sin duda, el suicidio profesional. Pero algo en ella sedujo a Lucy, incluso desde la primera vez que se encontraron, y para su horror y sorpresa, seguía atrayéndola. Yulia no se parecía en nada a las mujeres a las que, por lo general, se sentía atraída. Yulia era un espíritu libre, de temperamento fogoso, rápida para actuar y, por lo que Lucy había visto, ella actuaba por instinto. Era intensa, segura hasta el punto de ser arrogante y agresiva. Las mujeres de Lucy, por el contrario, eran tranquilas y seguras de sí mismas, y ella siempre fue quien tomo la iniciativa.
No sabía si sentirse halagada o sentirse vieja por el hecho de que una mujer, por casi ocho años menor que ella, estuviese interesada en ella. Se había convertido en una patética, soltera, mujer de treinta y ocho años de edad, desesperada por atención? No lo creía. Dios, esperaba que no. Muy por el contrario, se sentía cómoda con su vida y el papel que desempeñaban sus amantes en ella. Cuando habían amantes, pensó. No necesitaba la distracción añadida de ser el tema de las conversaciones excitantes y rumores en las reuniones, que ella y Yulia provocarían. Nunca había necesitado de una mujer en su vida, y ciertamente no tenía la intención de cambiar a causa de alguien como Yulia Cuando tomo su calle y se acercó al garaje noto un coche que no conocía estacionado delante de su puerta principal. En lugar de apretar el botón para abrir el portón, siguió la calle curva y se detuvo directamente delante del vehículo. Sus faros iluminaron al ocupante.
Su corazón dio un salto en su garganta y su estómago se sacudió cuando reconoció a Yulia detrás del volante. ¿Qué estaba haciendo aquí? Lucy se desplazo hacia el Parque. ¿Cómo sabe donde vivo? ¿Qué quiere? Por el amor de Dios, es casi medianoche. Estas y otro centenar de preguntas rebotaban en su cerebro el tiempo que tardó en apagar el motor y abrir la puertadel coche. Yulia salió inmediatamente, la silueta de sus torneadas piernas recortada en la luz de los faros de Lucy.
"¿Yulia?", preguntó Lucy, como si no hubiera reconocido a la mujer que había ocupado sus pensamientos durante los últimos cuarenta y cinco minutos.
"Espero no haberte asustado."
Lucy no respondió a la pregunta, sino que planteo una ella misma.
"¿Cuánto tiempo has estado sentada aquí?"
"Alrededor de una hora. Me preguntaba quién aparecería primero, si tú o la policía, preguntándome si estaba acechando para cometer un robo. "
"¿Y lo estas?", Preguntó la castaña ojiazul, imitando el humor de la última declaración de la pelinegra. Yulia se acercó a ella, y mientras se acercaba, Lucy no se sorprendió en absoluto del deseo en sus ojos. Sabía que probablemente los suyos reflejaban lo mismo, pero esperaba que no lo hicieran.
"No, lo que quiero esta afuera, no adentro."
La voz de Yulia era ronca y asusto y emociono a Lucy a la vez. Yulia se acercó y Lucy olió su perfume. Era embriagador.
"Viniste a robar mi peral?" Lucy se apoyó contra el capó de su coche, haciendo que sus ojos quedasen al mismo nivel.
"No, he venido por ti", dijo Yulia con soltura, dando un paso aún más cerca.
Lucy no podía apartar los ojos de los labios de Yulia, que ahora estaban a escasos centímetros de los suyos. Si ella avanzaba hacia adelante, solo un poco, podría probarlos y poner fin a su tormento. Apretó los puños para contenerse.
"¿Tienes la intención de secuestrarme, para que no me quede con Braxton?"
"No."
El cálido aliento de Yulia acarició los labios de Lucy que apenas podía respirar.
"¿Entonces por qué estás aquí?" No estaba segura de querer saber la respuesta a esa pregunta, pero la hizo de todos modos. Si Yulia le ponía palabras a lo que estaba ocurriendo entre ellas, entonces, de alguna manera, se convertiría en real.
Pero si eso sucedía, Lucy podría despertar mañana y pretender que no lo era. Estaba buscando una salida a tener que tomar una decisión consciente que podría cambiar el resto de su vida.
"Creo que sabes por qué estoy aquí."
"¿Estás tratando de seducirme, pensando que tomarás la delantera con Braxton?" ¿Por qué, en nombre de Dios, estaba hablando de negocios cuando tenía a la mujer más caliente, la más excitante, a la espera de darle un beso?, se preguntó Lucy mientras los labios de Yulia se cernían sobre los suyos. Esta era la primera vez que estaba tan cerca de cruzar la línea, y mientras mas tiempo permanecía Yulia frente a ella, más delgada se volvía la línea.
Un instante antes de besarla Yulia dijo:
"No, estoy aquí para seducirte porque te deseo."
Los labios de Yulia eran suaves y ligeros, y causaron una explosión de sensaciones. Eran tan calientes como Lucy había imaginado, explorando tentativamente, como si no supiera lo que iba a encontrar. Yulia no se había acercado, y Lucy tuvo que arquear su cuello para mantener el contacto.
Después de unos momentos Yulia murmuró entre besos contra sus labios,
"Quiero besarte, probarte, correr mis manos por encima de tu cuerpo, sentir tu piel estremecerse bajo mis dedos. Quiero abrazarte, explorarte, ir dentro de ti. "
En ese punto Lucy hizo caso omiso de su buen juicio, con imprudencia temeraria saltó hacia lo desconocido, y tiró de Yulia hacia ella. Envolviendo sus brazos alrededor del cuello de Yulia se apretó contra su cuerpo duro, profundizando el beso. Sus lenguas
se enfrentaron por el control y ella, voluntariamente se entregó a las sensaciones que dominaban su cuerpo. Agarró el pelo corto de Yulia y la atrajo hacia sí, sus labios aplastándose al contacto.
Yulia fue la primera en romper el beso y Lucy de inmediato perdió la conexión. Las manos de Yulia vagaron por su espalda mientras sus labios hacían lo mismo en el cuello. Cuando se detuvo y le mordisqueó suavemente el cuello, justo debajo de la oreja, las piernas de la castaña se debilitaron. Respiraba con dificultad, luchando por algo de aire. Cuando la mano de la película se cerró alrededor de su seno, ella se estremeció al darse cuenta de que los faros de los coches estaban iluminando todo lo que estaba sucediendo. Luchó para contener una risita al pensar en sus vecinos, viéndola hacerlo en la puerta principal.
Aún tan perdida como estaba Lucy en el terremoto que Yulia le estaba causando, estaba lo suficientemente entera como para saber que este no era el lugar para hacer el amor. El patio trasero estaba fuera de la vista de las miradas indiscretas de los vecinos y era una clara posibilidad, pero su sentido de la decencia ganó ahí también. Esta vez Lucy rompió el abrazo y dio dos pasos vacilantes hacia la puerta de su casa. Su mano temblaba mientras insertaba la llave en la cerradura. Rápidamente entró y desactivo la alarma, luego vio que Yulia no se había movido de donde ella la había dejado.

Este era el momento que Lucy había estado temiendo. El momento en que tenía que tomar una decisión consciente y no utilizar la excusa de que solo sucedió Nunca pensó que las cosas solo sucedían, prefería creer que la gente era siempre consciente de lo que estaba haciendo, y podría detenerse en cualquier momento. Sin embargo, con su cuerpo reaccionando a Yulia mientras estaba allí mirándola, por primera vez en su vida, Lucy fue incapaz de decir que no.


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Mensaje por Lesdrumm 1/17/2016, 6:52 pm

Bueno, ahora si llegó el momento, oficialmente creo que esta es la primera vez que Yulia va tener intimidad con una protagonista de una historia en la que no esta Lena. Así que espero llene sus expectativas y les guste. Smile




JUEGO FUERTE


Capítulo Quince


No era sólo porque el interior de la casa estaba a oscuras que Yulia permitió a Lucy guiar el camino. En este punto habría dejado que Lucy la llevase a cualquier parte y que hiciera cualquier cosa con ella. Había venido originalmente con la intención de seducir a la castaña. Sabía que podía, sería casi demasiado fácil. Pasaría la noche con Lucy y la sacaría de su sistema para poder pensar con claridad. Si pudiera hablar con ella, en realidad hablar con ella, sin la pared de Braxton entre ellas, podría hacer que viera lo que Yulia visionaba. Sería el éxito mas grande de alcanzar, y no podía concebir que Lucy le dijese que no.
Pero en algún momento, después del primer contacto de loslabios de Lucy, perdió el control y todo pensamiento sobre los negocios. Y por una vez no le importaba. Nunca se había sentido tan consumida por una mujer. Yulia era arrastrada por el sabor de Lucy, la forma en que sus labios experimentaron al principio y luego sin esfuerzo se moldearon a los suyos. Ninguna de las dos habló, la alfombra de felpa en las escaleras amortiguando sus pasos. El corazón de Yulia latía tan fuerte que la ensordecía y su cabeza le daba vueltas cuando se centró en el trasero de Lucy en movimiento un paso por delante de ella.
Lucy le soltó la mano al entrar y continuó a través de la habitación. Encendió la luz junto a la cama, salpicando un resplandor suave y cálido en la habitación. Lucy vaciló y, por un momento, Yulia pensó que iba a cambiar de opinión. Cuando la castaña, finalmente se acercó a ella desabrochándose la blusa al mismo tiempo las rodillas de la pelinegra se debilitaron.
Lucy no se detuvo hasta que el encaje de su sujetador se asomó por entre los botones abiertos y sus pechos se tocaron. Las manos de Lucy bajaron de la blusa a la hebilla de Yulia, mientras que sus ojos nunca dejaron los de ella. Las pupilas de Lucy se dilataron, una pasión profunda brillaba en la oscuridad.
El tintineo de su cinturón y el ruido al desprenderse los botones de metal de sus pantalones, eran la señal que Yulia necesitaba para convertirse en una participante de pleno derecho.
Sus manos temblaban cuando deslizo la blusa de la castaña hacia abajo por los hombros. Incapaz de resistir, capturó los labios que estaban esperándola.
Las Manos de Lucy recorrieron de arriba abajo su espina dorsal, tirando de la camisa de Yulia fuera de la cintura de sus pantalones. Aprovechó el pleno acceso a la carne de la pelinegra y sus manos desaparecieron rápidamente en el tejido blando. Yulia necesitaba sentir los pechos de Lucy, pero le desabrochó lentamente el sujetador azul, que apenas ocultaba lo que había debajo. Poco a poco, deliberadamente, Yulia deslizó los tirantes por los hombros de Lucy, al mismo tiempo trazando el camino con los dedos. Nunca volvería a ver los pechos de Lucy por primera vez, y quería saborear el momento. La piel de la castaña era suave y cálida, y cuando el sostén cayó al suelo Yulia volvió sobre su camino. Sus manos estaban llenas con el peso de los pechos de
Lucy, los pezones duros contra la palma de su mano. Lucy gemía y Yulia necesitaba sentir la piel contra la piel. Retiró sus manos el tiempo suficiente para tirar de su propia camisa por sobre su cabeza y atrajo a Lucy nuevamente hacia ella. La sensación de los pechos de Lucy contra ella era exquisita. Yulia utilizó la altura de Lucy a su favor. Sus pezones erectos estaban casi al mismo nivel que su boca, y sólo tuvo que doblarse ligeramente para capturar uno de ellos en la boca.
Lucy se inclinó contra ella, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. Cuando Yulia exploro el pezón con la lengua, Lucy le agarró del pelo y tiró acercándola Después de lo que pensó, no era el tiempo suficiente, cambió su atención hacia el otro pecho de Lucy para darle la misma atención. No estaba segura, pero Yulia creyó oír a Lucy llamarla por su nombre.
"Hmm?"
"Tengo que recostarme, o vamos a terminar en el suelo", dijo Lucy entre jadeos.
"Exactamente lo que pienso". La pelinegra arrastró su boca lejos de los pechos de Lucy. Quería romper el resto de la ropa de sus cuerpos pero, por alguna razón, cedió a la emoción en conflicto de querer ir despacio para extraer lo mejor de la experiencia. Cuando bajó a Lucy hasta la cama, supo que había tomado la decisión correcta.
A pesar de su diferencia de altura, Lucy encajaba perfectamente en ella. Yulia volvió a los labios de la castaña de ojos azules, y luego Lucy tomo el control, explorando su boca y su lengua con una minuciosidad que casi llevan a Yulia a la inconsciencia. Yulia estaba tan superada por el deseo que casi se olvidó de su propósito, que era sentir el cuerpo desnudo de Lucy contra la de ella.
La cosa siguiente de la que Yulia tuvo consciencia fue de que casi cada centímetro de sus cuerpos se estaban tocando. Lucy tenía las piernas largas, pero sus torsos eran casi exactamente de la misma longitud. Lucy levantó su cuerpo y lentamente bajó de nuevo hasta que sus pezones se tocaron. La combinación de excitación dura, y blanda carne, se fusionaron como el yin y el yang. Lucy se arqueo contra ella, sus pubis balanceándose uno contra el otro, expresando su deseo. Yulia se apartó de los brazos de Lucy, dejando besos arriba y abajo de su cuello, prestando especial atención a aquellas áreas en las que descubrió que Lucy era excepcionalmente sensible.
Cada vez que se quejaba o se movía por debajo de ella era una experiencia nueva en el éxtasis para Yulia. Ella le había dado placer a un sin número de mujeres, pero ninguna la había excitado al igual que Lucy estaba haciéndolo ahora mismo, y le dio la bienvenida a las caricias de la castaña. Explorar a una mujer, hacerla llorar de pasión era el preludio que Yulia necesitaba, por lo general, para llegar al clímax. Lo hacía más porque lo necesitaba que por lo que la mujer estaba recibiendo. Pero con Lucy no era así. En absoluto.
Quería complacer a Lucy por el puro placer de darle placer. Quería besar a su gusto, sin sentido, cada centímetro de ella, sentir su calor, tocar su profundo interior. Podría hacer el amor con ella durante horas y todavía no le sería suficiente.
Lucy, sin embargo, tenía otras ideas. Utilizo sus largas piernas como palanca y volcó a Yulia sobre su espalda, y cuando el muslo de la castaña se apretó contra ella y su boca se aferró a su pezón, Yulia explotó. Las luces destellaban detrás de sus párpados y un rugido chocó contra su cabeza. Ola tras ola se estrelló contra ella y no podía recuperar el aliento. El mundo parecía desaparecer y sólo los fuertes brazos envueltos alrededor de ella la sostuvieron.
Un orgasmo siguió a otro mientras la mano de Lucy reemplazó a su pierna, frotando su clítoris al mismo ritmo de sus propios impulsos.
Finalmente Yulia tuvo que parar o arriesgarse a morir por sobredosis de las sensaciones que la atravesaban. Deslizó su mano por el brazo de Lucy, agarrando su muñeca sin apretarla. No tenía la fuerza para alejarlo, pero la castaña entendió el mensaje y retiró lentamente los dedos de entre sus piernas. Lucy la abrazó mientras las réplicas de sus múltiples orgasmos se calmaron.
Las emociones que amenazaban con derramarse fuera de la pelinegra  la abrumaron. Esto era algo más que la liberación física. Era algo muy diferente. Lo sentía en lo más profundo de su ser. Le tocaba el corazón y no sabía qué hacer con ello. El sexo siempre había sido algo más que una experiencia agradable. Ella lo consideraba como una necesidad normal como la comida o la bebida. Pero esto estaba lejos de ser sólo sexo, a pesar de que Yulia no tenía idea de lo que era.
"Wow", susurró Lucy en su cuello. Yulia encontró difícil respirar y decidió echarle la culpa al cuerpo de Lucy encima de ella.
"Esa es una manera de expresarlo." En realidad se trataba de un eufemismo pero Yulia no estaba lista para admitirlo.
"No me di cuenta de que estabas tan cerca." Lucy se movió de modo que la mayor parte de su peso ya no presionaba la parte superior de Yulia.
"Yo tampoco" admitió la pelinegra ojiazul, avergonzada por su falta de auto control. " Salió de la nada, por así decirlo." Tuvo que luchar para mantener el contacto visual cuando la castaña ojiazul la miró.
"Bueno, Puedes venirte de la nada siempre que quieras", respondió Lucy, levantando las cejas hacia arriba y hacia abajo varias veces.
De repente, sintiéndose muy incómoda y vulnerable, Yulia se dio vuelta y rápidamente invirtió sus posiciones. Este era el lugar donde se sentía más en control. En la parte superior, a cargo. Ella era el agresor y no estaba cómoda en ninguna otra posición, lo que fue lo que mas la sorprendió acerca sus orgasmos recientes. Nunca había sido capaz de llegar al orgasmo con una mujer encima de ella como Lucy lo había estado. Se sentía atrapada y necesitaba la mujer o, a su lado usando la mano, o entre sus piernas usando su boca. Aún así, la mayoría de las veces, últimamente, tenía que concentrarse en lo que estaba pasando para poder llegar. Reacia a hacer frente a sus pensamientos preocupantes, Yulia recorrió el cuerpo debajo de ella. Lucy era desinhibida en su respuesta a las caricias de Yulia. Ella gimió cuando Yulia mordisqueó el pezón, suspiró cuando le besó la parte baja de la espalda, y empujaba sus caderas hacia cualquier parte de Yulia que llegara siquiera cerca de su clítoris.
Las piernas de Lucy seguían para siempre y Yulia las envolvió alrededor de su cuello por el simple placer de la imagen en su mente. Lucy se aferro a la sábana con cada mano cuando Yulia finalmente colocó su boca sobre ella. Yulia retrocedió cuando se dio cuenta de que la castaña estaba a segundos de llegar. Fue recompensada con otro gemido y con Lucy elevándose para encontrarse con su boca de nuevo.
"Dios, Yulia, me estás matando", dijo Lucy en voz baja.
Yulia no respondió, demasiado centrada en lo que estaba haciendo con la boca para molestarse de contestar. Lucy tenia un sabor delicioso y se sentía exquisita. Era suave y firme en todos los lugares correctos. Yulia pasó la punta de su lengua por los pliegues, los picos y valles, y se sumergió en la humedad caliente.
La tensión aumentó en Lucy mientras la lengua se movía dentro y fuera de ella. Finalmente, después de sólo unas pocas inmersiones en su interior Lucy le agarró la cabeza, la sostuvo en su lugar, y gritó.
*


Lucy se despertó con la sensación de un brazo alrededor de ella y un cuerpo caliente presionado contra su espalda. Yulia respiraba uniformemente sobre su cuello, y Lucy no se movió por temor a despertarla. ¿Qué había hecho? Por el amor de Dios, ¿qué había hecho? Las imágenes de la noche anterior inundaron su cerebro, como el agua en una presa. Piernas entrelazadas, manos, labios, boca y la lengua explorando cada centímetro de su cuerpo mientras ella se deleitaba en la joven carne firme de la pelinegra. Yulia era una amante increíble, entusiasta y tenaz. Exigió de Lucy tanto como le dio, y cuando la castaña estaba segura de que no podía tener otro orgasmo, Yulia le demostró que estaba equivocada. Inclinó la cabeza para mirar el reloj. Eran poco más de siete y el sol comenzaba a asomarse en el horizonte. Apenas podía recordar la última vez que se había despertado con una mujer en su cama. Incluso con Carole, cuando tenían relaciones sexuales, una de ellas se levantaba y volvía a casa, casi antes de que su orgasmo hubiese terminado. Había pensado que eso era satisfactorio hasta anoche, con Yulia.
¿Que había sido exactamente la noche anterior? Tuvieron sexo, claro, por Dios. Pero ¿por qué? ¿Qué significa esto? ¿Qué es lo que significaba hacia el futuro? ¿Qué se suponía que iban a hacer ahora? Se suponía que debían sentarse una frente a la otra en las reuniones de Braxton y actuar como si nunca hubiera sucedido? ¿Qué esperaba Yulia de ella? ¿Qué esperaba ella de Yulia? ¿Lo harían otra vez?
Yulia la atrajo más cerca y Lucy se puso tensa, aquellas y docenas de otras preguntas la bombardeaban. Las hizo a un lado y trató de averiguar cómo podía levantarse de la cama sin despertar a la pelinegra. No sabía qué decirle y sabía que era cobarde alejarse de ella. A la mierda, pensó. Esta era su casa. No era como si ella pudiese simplemente irse. Yulia debió sentir su inquietud.
"Relájate". La voz de Yulia estaba ronca por el sueño. "Por mucho que quiero una repetición de lo de anoche, dame unos minutos para que despierte y me iré."
Lucy no sabía qué hacer. Era infantil actuar de esta manera. Eran adultas que habían consentido al sexo y que obviamente se atraían entre sí. No es gran cosa. Pasa todo el tiempo. No hay nada de qué avergonzarse. Es tan natural como que haya estrellas en el cielo. Ella era una mujer madura. ¡Oh, Dios, era más de casi ocho años mayor que Yulia, pensó, con ganas de meterse debajo de la alfombra. Por el amor de Dios, ella fue la que invitó a Yulia a entrar. Debería estar manejando mejor esto.
Sin saber qué más decir, Lucy le preguntó: "¿Quieres un café?" Ciertamente necesitaba uno. Tal vez el influjo de la cafeína sacudiera algún sentido dentro de ella.
"Sólo si alguien que no seas tú se levanta, lo hace, y lo trae aquí " Yulia se pegó más, la parte superior de los muslos a ras de la parte posterior de las piernas de Lucy. "No quiero que te vayas a ningún lugar", agregó la pelinegra, eliminando cualquier duda.
Lucy se acomodó en el cálido abrazo y trató de dejar que su mente se relajase. Pensamientos inconexos, acusaciones, recriminaciones, sin duda dejaban poco espacio para disfrutar de la sensación de estar en los brazos de Yulia. ¿Por qué no podía simplemente disfrutar de la mañana después de una noche de sexo fabuloso con una mujer muy atractiva? Ciertamente lo había disfrutado mientras estaba ocurriendo. No pudo evitar sonreír finalmente.
Su cuerpo debió haber emitido alguna otra señal diferente a una sonrisa porque Yulia le preguntó:
"¿Qué?"
"Nada". la castaña se admitió a sí misma que la de ayer por la noche había sido la experiencia más intensa de su vida, pero se negó a decírselo a Yulia. Por Dios, como si Yulia no lo supiera ya.
"Eres increíble, Lucy", comentó Yulia, con la voz un poco más clara.
"Gracias. Lo mismo para ti". Lucy no pudo evitar reírse ante su respuesta. Parecía que se estaban felicitando mutuamente por un partido de tenis, no por horas y horas de sexo increíble.
Yulia comenzó a mordisquear la parte posterior de su cuello, provocando escalofríos correr por su espina dorsal. Lucy no se había dado cuenta de cuándo Yulia había desplazado su mano para acunar su pecho, pero su duro pezón fue ciertamente consciente de ello. Y hablando de pezones duros, Yulia se apretó contra su espalda y dejo poco a la imaginación en cuanto a su nivel de excitación.
"Sabes, yo no soy un persona mañanera", le susurró al oído Yulia.
"Pero?" Pinchó Lucy. Ella sabía dónde iba Yulia con esto, y a pesar de que un momento atrás tenía dudas sobre todo el episodio, no quería que se detuviera.
"Pero tu me haces tener ganas de despertar." La mano de Yulia dejó su pecho y comenzó a explorar su estómago en pequeños círculos.
Lucy se quedó sin aliento cuando los dedos de Yulia bajaron. Se recostó hacia atrás contra Yulia, dándole más acceso a su cuerpo. "¿Significa eso que quieres el café ahora?" La mano  errante de Yulia se sumergió entre sus piernas y se deslizó con facilidad dentro de ella. Lucy apenas ahogó un gemido de placer con el contacto. Estaba más que lista, y cuando los dedos de Yulia se deslizaron fuera y a continuación adentro nuevamente, y repitió el movimiento, ella se entrego.
"No, te quiero a Ti. Otra vez, " dijo Yulia, como si fuera una completa sorpresa.
Pronto Lucy llegó de nuevo, esta vez con la suave luz que antecede el amanecer. Las sombras que emitía el sol sobre la pared le recordaron las olas suavemente ondulantes en la orilla del mar.
Su punto culminante fue todo lo contrario, creciendo desde sus dedos de los pies, corriendo por su centro como una llama consumiendo combustible. Gritó, buscando detrás de ella para mantener a Yulia más cerca. Juntas eran increíbles, los dedos de
Yulia se enterraron mas profundamente dentro de ella, frotando su coño contra el trasero de la castaña. Yulia llegó después del tercer orgasmo de Lucy.
*


Cuando Lucy se despertó de nuevo, estaba sola. El lugar donde había estado Yulia se sentía frío al tacto, lo que le dijo a Lucy que se había ido hacia algún tiempo. Escuchó buscando reconocer el sonido de la ducha y, al no oír nada más que silencio, empujó las mantas y salió de la cama.
Tuvo que tomarse de la mesita de noche para mantener elequilibrio, le dolían todos los músculos de sus piernas, lo que dejaba muy claro que habían sido utilizados en formas que no estaban acostumbrados. No pudo evitar sonreír al pensar lo que sus amigas dirían si lo supieran. Incluso un poco, quería contarles, sólo para ver su reacción y disfrutar de su atención, pero le había confesado a Yulia que no era el tipo de mujer que besaba y contaba.
Mierda, hasta anoche no tenía nada que contar.
Agarrando su bata del gancho en el armario, rápidamente chequeo su aspecto en el espejo del baño. Su cabello era un desastre, pero sus ojos azules estaban claros y no veía ninguna diferencia en ella después de una noche de sexo. Volviendo a la habitación se dio cuenta de que sus ropas estaban perfectamente dobladas sobre el perchero de pie de cedro, y de que la pelinegra visiblemente se había ido. Levantó la vista justo en el momento en que Yulia entró cargando dos tazas. El vao de vapor desde la parte superior así como el aroma familiar, le dijeron que Yulia había encontrado la cafetera. Ella le sonrió con timidez, uno de sus hombros se salía dela bata.
Yulia entregó la taza a Lucy y cedió a la tentación de besar la piel desnuda. Lucy se estremeció bajo sus labios.
"Pensé que esto podía servirte. Sé que a mi sí puede. Espero que no te importe. No tuve que husmear mucho. Todo estaba más o menos donde esperaba que estuviese. " Yulia no podía creer que estaba divagando. Estaba nerviosa y no sabía por qué. Nunca estaba nerviosa la mañana después. Si sospechaba que la mujer podría llegar a ser pegajosa o exigente, siempre se iba antes de que eso tuviese la oportunidad de suceder. Con Lucy quería quedarse todo el día.
"No, en absoluto. Huele de maravilla. " Lucy tomó la taza con ambas manos.
Sus dedos se tocaron y una sacudida de deseo se disparó a la entrepierna de Yulia. Tuvo que concentrarse para no dejar caer su taza. "Estabas durmiendo y no quise despertarte. Te veías tan tranquila y contenta. " De hecho, Yulia había querido despertar a Lucy con besos suaves, pero se sintió satisfecha viéndola dormir unos pocos minutos antes levantarse. La castaña se acercó a la cama y se sentó en el borde, cruzando una pierna debajo de ella.
"Al menos no estaba roncando."
"Yo nunca dije eso", respondió Yulia, disfrutando de la expresión de horror que cruzó el rostro de Lucy. Tuvo que reírse. "No te preocupes, no roncabas. A decir verdad, estabas tan inmóvil que no estaba segura de que estuvieras respirando siquiera. Me quede allí por un minuto hasta que te moviste. "
"Lo siento". Desviando su cabeza Lucy tomó un sorbo de su café.
Yulia se sentó junto a Lucy en la cama, un poco desconcertada por el silencio incómodo entre ellas. Mil pensamientos se confundían en su cerebro y estaba tratando de de encontrarles algún sentido. Mientras había mirado dormir a Lucy y contemplado el café gotear dentro de la jarra, se dio cuenta de que todo se sentía bien. El tiempo que pasaron juntas, el llegar a conocerse una a la otra en Bruselas y Hong Kong, el haber cuidado de Lucy, mientras estuvo enferma en Phoenix, eran algunas de las experiencias más memorables de su vida. Sin embargo, ella no podría habitar en ellas mucho tiempo. Miró el reloj de la mesilla de noche.
"No me gusta hacer esto, pero me tengo que ir."
"Está bien", Lucy respondió rápido
"No, en serio. Suena como una excusa para salir de aquí, pero tengo una cita en una hora que no puedo perder. Voy a llegar tarde ya como voy. " Ella tenía una cita con Clayton, una a la que él le pidió que asistiera, en su despacho esta mañana. Iba a llegar tarde, pero por primera vez no le importaba.
"Claro, lo entiendo."
Yulia siguió a Lucy fuera de la habitación y escaleras abajo.
Su mente se remontó a la última vez que estuvieron en las escaleras juntas, yendo en la dirección opuesta, y la intención de algo completamente diferente. Dejando la taza sobre el mostrador, Yulia vaciló, sin saber muy bien lo que Lucy esperaba de ella o lo que ella esperaba de Lucy. Cuando Lucy pareció igualmente incierta, Yulia se acercó y colocó un ligero beso en su mejilla.
"Gracias por invitarme a entrar" Lucy se sonrojo con vergüenza. Ella levantó la barbilla de la castaña para poder mirarla a los ojos. "Eres una mujer maravillosa, emocionante, Lucy, y me gustaría hacer esto otra vez. " Vio la duda arrastrarse en sus ojos.
"Yulia-"
"Sólo piensa en ello. Te llamaré en unos días. " Yulia dio un beso contenido en los labios de Lucy. Cuando la boca de Lucy se abrió de inmediato, Yulia apenas pudo contenerse de continuar donde lo habían dejado por la mañana. Se dirigió a la puerta antes de convencerse a sí misma de quedarse.
 
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Mensaje por Bliznetsy 1/17/2016, 9:10 pm

Gracias por tan excelente continuación en verdad que.es una historia muy interesante, en estos capítulos vaya que estalló una bomba entre ellas dos Embarassed , tanto Yulia como Lucy al fin hicieron lo que tanto estaban deseando y es muy cierto el que persevera alcanza cheers.

Saludos !!!
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