EL DIARIO // ALEINADS
+5
Rosy
Leelee
andyvolkatin
My_love_4_u
Edirbr
9 participantes
Página 1 de 2.
Página 1 de 2. • 1, 2
EL DIARIO // ALEINADS
Primero que nada, quiero dedicar esta historia a la artista responsable de mi motivación para escribir (Obviamente t.A.T.u. es mi motivo mayor) Una actriz asombrosa y espectacular, totalmente increíble a la cual le agradezco lo que ha hecho hasta el día de hoy… Quien me inspira con su arduo y excelente trabajo para hoy escribir estas letras. La artista que hoy día me inspira a cantar y sonreír con alegría a todas horas (además de t.A.T.u.) Quien me emociona ver y escuchar… Mi adorada, hermosa, única e increíble Kajol
En el ámbito personal quiero dedicar la historia también a mis seguidores, a quienes me leen y les gusta mi forma de escribir… A mi persona más especial para escribir, quien me saca sonrisas de felicidad y alegría a diario con solo una palabra, al amor de mi vida, mi fuente de poder, mi orgullo, mi adoración, tu quien me haces subir cuando estoy caída, que me levantas y luchamos juntas, esposa mía, te amo. Cada pensamiento hermoso que tengo va dedicado a ti
Esta historia además lleva su título gracias a un fic que hace mucho tiempo leí y se encuentra en mi top 10 de favoritos… ‘A través de tus letras’
Como aclaratoria, los flashbacks serán descritos por la narradora, en este caso, mi persona. Y el final de cada capítulo tiene algunas palabras que no van necesariamente contemporáneas al capítulo. Solo son referencias al nombre y de otra época. Estas dudas serán aclaradas a medida que avance la historia de igual forma. Y si quieren saber algo, no duden en decirlo.
EL DIARIO
Capítulo I
‘Cuando te conocí’
Es un día soleado, como pocos se ven en la ciudad. El ambiente esta calmado y risueño, en algún parque de la ciudad se encuentra una joven disfrutando de este día junto a su mascota.
- Que bueno está el día – susurraba la chica, disfrutando el sol sobre su piel. - ¿Qué sucede Beethoven? – Hablando con el perro que llama su atención. -¿Hora de irnos? – cuestiona.
Se levantó con cuidado, sujetando al can y comenzaron a caminar para ir a casa.
A pocos metros del lugar, se encontraba otra chica entretenida en una llamada, caminando.
- No, ya te dije que voy a verme con Andrew, traerá a la niña al parque. Estoy cerca del consultorio de Anjali. – Decía la mujer al teléfono. – Sí, le daré la sorpresa de mi regreso. – Estaba muy entretenida en su llamada.
Unos pasos adelante se acercaba la chica junto a su perro, pero esta no fue vista por la mujer ya que seguía en su llamada y buscaba por todos lados alguna persona. En poco segundos se detuvo a buscar, chocando con la mujer y su mascota.
- ¿Pero… Qué demonios? – Dijo la morena cayendo al suelo.
- Disculpe – contesto apenada la chica sin soltar a su perro.
- ¡Rayos! – Levantando la vista – Al menos ayúdame. - Estirando su mano. – ¿Eres ciega o qué? – Dijo en broma, mientras se sacudía la ropa.
- Si – Riendo -¿Qué tú también lo eres? – Respondió sin dejar de sonreír.
- No, no, disculpa – Dijo apenada la morena levantándose y sin dejar de ver a la chica. - ¿Estas?- Se quedó en silencio al mirar que en sus labios tenía formada una sonrisa.
- ¿Perdón? – dijo entender la chica.
- ¿Estas bien? – Carraspeando - ¿Qué si estás bien? – Repitió.
- Si, gracias – respondió.
- Ya veo. – sin dejar de verla.
-¿Cómo dice? – frunciendo el ceño.
- Que lo siento, de verdad – se disculpó una vez más. Es que no te había visto. – Dijo - Pero ahora que te veo ¡Que hermosa Eres! - Pensaba, sin quitarle la vista de encima.
- Bueno, como pudo darse cuenta, soy yo la que no puede ver – Dijo en broma, señalándose.
FLASHBACK…
- Estoy bien mama – Respondiendo la llamada que entraba en su celular –Ya voy en camino… No, estoy cerca. Iré caminando – Sin darse cuenta, antes de cruzar la calle, un vehículo perdía el control.
La chica volteo, su mirada era de sorpresa. Estaba en shock. No hizo nada, solo ver todo en cámara lenta… Pero sucedió rápido, muy rápido. El vehículo perdió el control, provocando un accidente.
- ¿Qué paso? – Preguntaba el doctor.
- Un accidente, la chica tiene signos vitales elevados, además de algunas fracturas, no ha reaccionado ni cuando la traíamos en la ambulancia. – Informaba el paramédico. – Vienen en camino otras personas involucradas… Y una chica, ha muerto. No traía el cinturón puesto – se lamentó.
El doctor inmediatamente atendió a la chica, entrando a quirófano por lo grave de la situación. Pocos minutos después llegaba el resto de personas que estuvieron en el accidente. Tristemente una había muerto.
- ¿Cómo está mi hija doctor? – Intercepto al médico al salir de quirófano.
- Ya está fuera de peligro – Sonaba seguro – Pero, lamentablemente hay malas noticias.
- No – Susurro - ¿Qué paso?
- Pudimos salvarle la vida a su hija, estará en recuperación. Pero la noticia más grave es que… Ha perdido la vista. – Finalizó.
- ¿Qué? – La mujer lloraba.
- Lo siento mucho – le consoló. – Le diremos cuando despierte. Si usted quiere podrá estar presente.
- Si doctor – lagrimas caían de sus ojos.
- Ella necesitara mucho apoyo. Cualquier duda, puede llamarme. Estaré en rondas y al pendiente de ella.
- Gracias doctor – Respondió cabizbaja.
FIN DE FLASKBACK
- Si, lo siento – la pelinegra se sentía apenada.
- No pasa nada – sonriendo.
- ¿Estas bien? ¿Puedo ayudarte en algo? – pregunta.
- No, estoy bien. Gracias –Respondió. Debía irse, pero sintió la necesidad de quedarse un poco más.
- Por cierto, mi nombre es Jul… - Fue interrumpida.
- Mamiii – Gritaba la niña, saltando a sus brazos. –
- Princesa mía – Dándole un beso.
- Te extrañe mami, Papi dijo que podíamos venir a este parque ahora. – Con emoción en su voz.
- ¿Ah sí? ¿Papi dijo eso?
- Shi – respondiendo con voz aniñada.
La pelinegra se entretuvo hablando con su hija, que no se dio cuenta cuando la chica se había retirado.
- ¿A dónde fue? – Se preguntó.
- ¿Quién mami?
- Nadie princesa –beso su frente. - ¿Papa dónde está?
- Julia querida – La saludo llegando al sitio.
- Andrew, debías llegar hace media hora. Te dije que quiero ver a Anjali y ya está por salir.
- Ya lo sé, lo siento. Es que cierta renacuaja, se antojó de comer helado. – Tocando las mejillas de su hija, causándole cosquillas.
- Si bueno… Ya están aquí ¿Vamos con la tía Anjali princesa?
- Siii – Dijo emocionada.
- Entonces las dejo bellas damas – Se despide. – Nos vemos en la cena. Paso a buscarlas a las 7:00pm.
- Esta bien Andrew –Responde Julia – Despídete de Papi princesa.
- Adiós papito – le dio un beso desde los brazos de Julia.
En otra parte de la ciudad, la chica llegaba a su hogar…
- Hija, llegaste al fin ¿Por qué tardaste tanto? – Pregunta preocupada.
- Estoy bien mama – suspiró – estaba en el parque.
- ¡Oh! – exclamo su madre. - ¿Cómo te fue en la terapia?
- Bien… Anjali me repitió que ya no cree necesario que siga yendo. Dice que hace mucho acepte mi ceguera.
- Lena… – comenzó.
- Ya estoy bien mama.- Interrumpiendo a su madre. - Lo acepte hace mucho y lo sabes… Pero no quiero dejar de ir a terapia.
- Ya ella te dijo que no es necesario ¿Por qué tanta insistencia?
- ¡Mama! No insinúes nada. Bien sabes que Anjali está casada, además gracias a SU esposo yo tengo trabajo. – La pelirroja estaba molesta.
- Ya lo sé, es que tu…
- Yo nada – Sin dejarle continuar. – Sabes mi gusto por las mujeres, sí, pero eso no quiere decir que me gusten todas y cada una de ellas.
- Lo siento – se disculpó avergonzada.
- No pasa nada - Suspirando. - Mejor cambiemos de tema. ¿Naya no ha llamado?
- No, pero pasó por aquí junto a Jenny y dijo que traería la comida de Beethoven por la tarde.
- Perfecto, gracias.
Julia junto a su hija caminaron un poco hasta llegar al consultorio de su amiga. Una vez allí, ésta muy sorprendida las recibió con un abrazo.
-Eres una desconsiderada Julia, no me dijiste que venían. ¿Cuándo llegaste? – Tenía a la niña en brazos.
- Yo llegue hoy. Rossie estaba con Andrew aquí desde el viernes. Ya está de vacaciones… Además tengo noticias. – sonreía.
- ¿Noticias buenas?
- Para mí son excelentes – estaba feliz.
- ¡Pues habla mujer! – Comenzaba a exasperarse.
- Me regreso a Londres.
- ¿En serio? - Abriendo grande los ojos. – ¡Que alegría!- Se levantó contenta y abrazo a su amiga. – Rahul se va a sorprender mucho cuando le diga. Esta misma noche será – Sonriente – Cena en mi casa hoy. – Dio al orden.
- Ya quedamos salir con Andrew.
- Vendrán todos. Tenemos que celebrar tu regreso. ¿El también vendrá? –Preguntó.
- Si, el viene seguido para tender los negocios de sus padres, así que quiso hacerlo definitivo. Además no quiere estar lejos de Rossie.
- Oh, perfecto – respondió. - ¿Y qué harás? Ya sabes, trabajo.
- Bueno, hace mucho quiero abrir mi propia firma. Y ¿qué mejor que en mi ciudad? Mi socia es de Alemania. Emma ¿la recuerdas? – Pregunta.
- ¡Emma! Por supuesto – exclamo. – Bueno, eso quiere decir que tendremos fiesta de inauguración. ¿O me equivoco?
- Tú y tus celebraciones – Contesta Julia negando con la cabeza.
- Bueno, está decidido. – Tomando una libreta en sus manos y comenzando a escribir.
- Hey, ya va, ya va – Julia la detiene – Primero dame tiempo de establecerme. Ya tengo bastante adelantado, pero quiero tener la mudanza lista, al igual que Emma… Además Andrew y yo todavía no decidimos donde estudiara Rossie. Aún hay trabajo por hacer.
- Bueno, esta noche en la cena lo discutimos. Te ayudare en todo y manos a la obra – Sonriendo.
- Bueno – suspirando.
Un mes entero, en viajes y mudanza pasó. Ya la casa estaba amoblada, La inscripción de Rossie estaba decidida y ambas se encontraban en su nuevo hogar.
- Mami – Llamando su atención – ¿Ahora viviremos aquí?
- Así es princesa. – Besando su frente.
- ¿Siempre, siempre? – Pregunta inocente.
- ¿Por qué lo dices así? ¿Extrañas tus amiguitos?
- Si – Dijo con tristeza en su voz.
FLASHBACK…
- Julia, hija. Qué bueno estas despierta. El doctor dijo que ya te podías ir a casa- La mujer sonaba feliz.
- ¿Cuál casa abuela? – Estaba resentida – Estuve por meses en coma. No recuerdo nada y estoy en un país que me es extraño. – Se sentó en la camilla cruzándose de brazos.
- Ya te dijimos que es lo mejor Jul – trataba de consolarla. – Aquí están los mejores médicos y te atendieron mucho mejor de lo que podían hacerlo en Londres. Deberías estar agradecida.
- Pero estoy en otro país, en otra ciudad, con gente que ni conozco. ¿Por qué quieren que me quede aquí?- Gritaba molesta.
- No desobedezcas las órdenes de tu abuelo Julia Volkova.- Le regaño- Sabes bien que ha dado todo por ti desde la muerte de tus padres.
- Lo sé –respondió cabizbaja.
- El hace lo mejor por ti Julia, y si piensa que deberías quedarte y estudiar aquí ¿Por qué no le complaces esta vez tú? – cuestiono al final.
- Esta bien –resignada.
- Tranquila mi niña – la abrazo – Vendré a verte, y no te preocupes, conocerás nuevos amigos en este lugar.
FIN DE FLASHBACK
- Ya te dije hermosa –Regresando de su viaje al pasado - Vas a tener amigos nuevos – la abrazo – Cuando comiences el colegio en especial, además iremos siempre al parque. Así como querías. Vas a conocer otros niños.
- ¿De verdad mami? – emocionada. Julia asintió y ella la abrazo feliz.
En un centro comercial de la ciudad se encontraban tres amigas conversando…
- Vamos Lena, no seas aguafiestas. – Se queja Jenny. - Ya te dije que vamos a estar contigo todo el tiempo. Iremos las tres ¿O no?
- Claro que si – Respondió Naya.
- Y yo les dije que por la tarde tengo terapia. No iré a ninguna comida con sus amigos de la academia.
- No vamos a bailar Lena, es solo una comida con los compañeros – Decía Jenny rodando los ojos.
- Mama les dijo que me sacaran ¿verdad? –Cuestionó.
- Sabes que no, llevamos semanas intentando compartir más contigo Katina – Se defendió Naya.
- No lo niegues Nay, mama les dijo que me sacaran para que no fuera a terapia. De su cabeza no sale que me gusta mi terapeuta y ustedes saben que Anjali es mi doctora y amiga también, nada más.
- Pero en algo coincido con Inessa –Intervino Jenny - Ya no tienes necesidad de ir, y aun así lo haces.
- Porque me hace bien. Ya dejemos el tema ¿sí? Que ninguna entiende nada. – Ya estaba molesta. –Mejor me voy a casa –Levantándose.
- Deja que te acompaño al taxi Len – Naya se levanta para caminar junto a ella. Antes de irse le lanza una mirada de molesta a Jenny que se levanta corriendo, acompañándolas.
- Discúlpame Len – Le dice en el camino. – No se repetirá. Yo te entiendo y me alegra que te sientas bien con tu terapeuta.
- Gracias Jenny – Respondió.
Llegando a casa contesto algunas preguntas de su madre, que se volvía a quejar porque Lena iría a su terapia. Después de discutir por un rato simplemente se retiró cansada a su habitación.
- No entiendo tanto empeño con Anjali. – Pensaba acostada en su cama.
FLASHBACK…
- Debes decir algo Lena.
- No quiero hablar – Fruncía el ceño con evidente molestia.
-Llevas tres meses viniendo y no sé nada de ti, más de lo que dice tu historial.
- Allí dice lo necesario. – respondió seca.
- Nada de lo que allí me dice interesa.
- ¿Y qué le interesa?- Contesto altanera.
- Me interesas tú – Dejando a Lena sin nada que decir. – Quisiera que colaboraras conmigo para tu recuperación.
- ¿Acaso no sabe que estoy ciega? ¿De cuál recuperación habla? – Tenía lágrimas en sus ojos.
- No solo eso tienes. Y quiero que trabajes conmigo para que solucionemos tus problemas. ¿Te parece?
- No, gracias – Respondió volviendo a recostarse.
FIN DE FLASHBACK
- Ella solo me ha ayudado desde siempre. Ahora se ha vuelto mi amiga y confidente. ¿Cuándo entenderás mama? – Se preguntó y suspiro, preparándose para dormir. - Mañana será otro día – Se dijo cerrando los ojos.
Es el día de su consulta y Lena se siente ansiosa. No paso muy buena noche y se siente algo extraña desde que despertó. Espera impaciente la tarde para ir a su terapia.
- Hola Lena – Saludaba en la entrada la asistente de Anjali.
- Hola Masha – Responde el saludo.
- ¿Y cómo está la mascota más querida del consultorio? – comenzando a acariciar a Beethoven que se emocionó, y movía alegre su cola. Lena solo se reía al escuchar a Masha. – Ya la doctora ha llegado de su almuerzo Lena, en un minuto le digo que estas aquí.
- Gracias Masha – sonriendo, para luego tomar asiento.
- Doctora Anjali, Lena Katina está aquí para su consulta. – Informaba por el teléfono. Guardo silencio por un momento y contestó – Perfecto, ya le digo – colgando. – Ya la doctora sale Lena – Le informaba.
- Esta bien Masha, gracias.
No paso ni un minuto cuando se escucharon voces, unas voces que Lena perfectamente reconoció como la pareja de casados Khanna. Se levantó al escuchar su nombre y con una sonrisa saludo.
- Hola Lena – Saluda Anjali y esta le responde el saludo.
- Hola hermosa pelirroja – decía el hombre, saludando con un beso en la mejilla. – Y hola a ti también Beethoven – acaricio su cabeza.
- Hola Rahul – Lena reía. - ¿Cómo están las clases? – pregunto.
- Pues cada vez mejor, siempre y cuando tu sigas dando clases de piano y canto a mis alumnos. Ya sabes que cuando tienen sesiones contigo llegan más animados y alegres al colegio. – Lena se sonrojó.
- Gracias – respondió aun sonrojada.
- No te avergüences, es la verdad. Y no sabes lo agradecido que te estoy.
El saludo duro un par de minutos hasta que Rahul se despidió para que Lena tuviera su consulta y él se regresara a su trabajo. Seguidamente entraron.
- Y bien – Comenzó Anjali - ¿Cómo te has sentido Lena?
- He estado bien Anjali, pero las últimas semanas he estado un poco ansiosa.
- ¿Y eso a que se debe?
- No sabría decir bien el porqué.
- Bien… Exploremos eso. – Acomodo su tabla, comenzando a anotar. – ¿Cómo te has sentido además de ansiosa?
- Supongo que bien. La misma rutina de siempre.
- Ok… - Seguía anotando - ¿Desde cuándo comenzó la ansiedad?
- Hace poco más de un mes, creo. No estoy del todo segura.
- ¿Hubo algo, fuera de rutina que lo provocara? ¿Has conocido nuevas personas, hecho algo diferente?
- No he conocido a nadie. Solo salgo con Naya y Jenny, de vez en cuando. Y puntual doy mis clases. Lo que nunca falta, los sermones de mamá - Finalizo.
- Si no es algo nuevo, entonces algo te está molestando. Puede ser la rutina. ¿Por qué no has hecho los ejercicios que te mande?
- ¿Cómo lo sabes? – Pregunto impresionada.
- Porque me lo acabas de confirmar. – Lena suspiro – Vas muy bien Lena, los ejercicios no están de más. – Escuchó un resoplido de Lena – Es por ti. ¿Segura que no hay nada nuevo? – Cuestiono.
- Bueno…- Comenzó.
- Prosigue – Le alentó.
- He vuelto a tener sueños.
- ¿Qué clase de sueños?
FLASHBACK…
- Ya estamos avanzando Lena… Dime ¿de que tratan esos sueños que dices tener?
- Siempre he tenido sueños. Aunque después de… -Guardo silencio por un momento.
- Cuando te sientas bien – le Alentó. Lena respiro profundo y continuó.
- Después del accidente mis sueños eran solo pesadillas. Para cuando me iban a dar de alta en el hospital la policía vino a mí. A entregarme mis pertenencias. Eso fue unas semanas después. Ellos dijeron que era evidencia en la investigación. A la cual sabes no se llegó a nada en sí. Pero ese es otro tema. – Anjali seguía atenta a su relato – Entre las cosas había algo que no me pertenecía. Una especie de cuaderno, lo sé, lo sentí. Además tiene una aroma muy peculiar.
- ¿Informaste a la policía que no era tuyo? – Interrumpió.
- Para cuando revise mis cosas ya estaba en casa unos días después. – Respondió –Además, ellos dijeron que la única persona que faltaba por entregarle sus pertenencias era yo. Y como tenía mi bolso con cuadernos y libros ese día; tal vez por eso asumieron que era mío.
- ¿Qué pasa con ese cuaderno Lena?
- Le pregunte a mi madre, después de tocarlo muchas veces. No sabría explicar la curiosidad que me provoca.
- ¿Provoca? – Pregunta interesada – ¿Aun?
- Así es… Mi madre, ella me dijo que se trataba de un diario. Un diario muy lindo y que estaba sellado con un candado especial. Eso era lo que yo sentía tan extraño al tocarlo.
- ¿Qué hay de especial con el diario Lena?
- Que desde la primera vez que lo tuve en mis manos no puedo, ni quiero dejar de sentirlo. Su olor, a pesar de las rasgaduras que se le sienten. Supongo que a raíz del accidente. Su textura, su esencia es tan tranquilizante. Siento curiosidad por verlo, quiero saber cómo es. No paro de tocarlo y desde ese día, desde ese día he vuelto a soñar. – Una sonrisa grande se le formo.
- ¡Vaya! – Dijo Anjali.
- ¿Qué? – Arqueando una ceja.
- Nunca habías sonreído. – Lena se sonrojo quitando la sonrisa de sus labios. – Eso me parece algo bueno, que sonrías.
- Lo hago porque volví a soñar. Soñé como nunca antes. Y después de las pesadillas recurrentes que tenía creí no volver a soñar jamás. – Su rostro se llenó de tristeza. – Pero ¿qué sentido tiene soñar? si esos sueños no se volverán realidad. El único momento de paz para mí, es cuando lo tengo en mis manos.
- ¿De que tratan esos sueños? Y ¿Las pesadillas?
- ¿Es necesario hablar de eso? – Su voz se escuchó resentida.
- Estas hablando, el progreso se verá si continuas así Lena.
- Supongo – suspiró. - Las pesadillas son siempre iguales, un vehículo viene de frente a mí y nunca despierto de esa oscuridad en la que quedé. – Una lagrima rebelde rodo por su mejilla.
- Tomate tu tiempo. – Dijo Anjali después de un momento de silencio por parte de Lena.
- Y los sueños… Los sueños varían algunas veces.
- ¿cómo?
- ¿Sabías que preguntas demasiado?- Lena rió.
- Es mi trabajo. – Respondió tranquila.
- Hay veces que tengo sueños parecidos, pero no siempre son iguales. Depende de que tanto tiempo este con el diario.
- ¿en serio? ¿Qué tanto tiempo le dedicas?
- A veces paso el día con él. Cuando no quiero levantarme de la cama por ejemplo.
- Ya hemos hablado al respecto Lena. – Dijo en forma de regaño.
- Lo sé, pero hay días que me siento así y no me levanto. ¿Puedo continuar?
- Por favor.
- Cuando es así, en los sueños siempre se me presenta una mujer. Bueno, en los sueños la conozco; pero es alguien a quien no reconozco o recuerdo en absoluto.
- ¿Solo la vez en sueños?
- La verdad no he alcanzado a verle el rostro, pero si su figura. En los sueños, es como si yo presenciara la escena desde la distancia. Allí estoy yo, con ella y siempre hablamos. Como si fuéramos las mejores amigas.
- ¿Segura no la reconoces?
- No, nunca. Es un poco más baja que yo. Tiene la piel oscura, como bronceada y cabello negro. Solo eso alcanzo ver.
- Ok. ¿Sabes de qué hablan?
- Nunca recuerdo de que hablo en los sueños con ella. Ni su voz. Solo recuerdo sentirme contenta y sonrío… Esos son los mejores sueños. Los otros son, un poco menos realistas y más de ilusión. He llegado a pensar que mi subconsciente me juega bromas. – Dice con una risa queda.
- Tal vez tengan relación y no lo notes. ¿De que tratan?
- Soy yo, recuperando la vista.
- ¿Cómo te sientes al respecto?
- En los sueños muy bien. Cuando despierto y mi realidad se hace presente, sufro.
- Quizás canalizas en tus sueños lo que anhelas. Una vida normal, recuperando la vista.
- Es mi anhelo, sí, pero eso no explica que en los sueños siempre está el diario. Lo tengo en mis manos.
- Creo que el diario es tu anhelo. Te has aferrado Lena y proyectas tus emociones a través de él.
- ¿Eso crees?
- Intentaremos algo… Deja el diario unas semanas y en la próxima consulta me dices si has soñado.
- No estoy segura.
- Es un ejercicio Lena, acordaste colaborar conmigo. – Le recuerda.
- Bien – dijo resignada.
FIN DE FLASHBACK
- Los sueños míos junto a esa mujer.
- ¿El diario está presente?
- En un par que tuve, sí.
- ¿Has vuelto a tocarlo?
- Sentí la necesidad de hacerlo hace unas semanas.
- ¿Por qué? O ¿debido a que?
- Alguien me recordó su aroma.
- Entonces si conociste a alguien.
- No conocí a nadie, Anjali. Hace semanas me topé con una persona y hablamos por escasos segundos.
- ¿Cómo explicas que te recordara el aroma del diario?
- Su esencia, su perfume… Cuando quise quedarme más tiempo, lo hice porque sentí que era el mismo aroma. Pero no pasó mucho y me retiré.
- ¿Para ir a casa en búsqueda del diario?
- Quería confirmar lo que había sentido. Por un rato pensé que estaba imaginándolo. Pero no era así. Algo en esa mujer me recordó el diario, entonces fui con él.
- Quedamos en que no te aferrarías.
- No lo hice, no lo hago.- Corrigió.
Mientras la terapia de Lena continuaba, sus amigas ya estaban en la academia.
- Estuvo muy buena la comida, y adivina de que me entere. – Llegaba Naya con una sonrisa junto a Jenny.
- ¿Qué cosa?- Pregunta interesada.
- Escuche que hay una suplente, Mary no podrá venir. Parece que está enferma – contesto emocionada.
- No puede ser – impresionada - ¿Qué tendrá? –Pregunta preocupada después de un momento.
- Tal vez esté embarazada la muy perra – Dijo provocando risa en su amiga.
Segundos después, ya listas, siguieron al salón donde practicarían ese día. Aunque sin profesora de baile estaban seguras que les dejarían ir. Pasaron cinco minutos y nadie llegaba. Todos comenzaban a impacientarse, hasta que Naya decidió irse, pero no lo haría sola.
- Bien... Ya me harté, me voy de aquí. Evidentemente Mary no vendrá y la directora ni siquiera se tomó la molestia en venir a darnos la salida, Así que me voy ya. ¿Quién se va conmigo? – pregunto viendo a sus compañeros. Cuando Jenny iba a levantarse volteo hacia la entrada.
- Vaya que tenía razón directora – Naya volteó al escuchar una voz desconocida en la entrada – Este grupo parece ser el menos aplicado. Si piensa irse, le aconsejo que lo haga ya mismo. Pero a mi clase no regresa más – Sentenció la profesora viendo a Naya.
- Ella se va a quedar y este grupo es el mejor que esta academia tiene – Jenny defendía a su amiga, lanzando una mirada de odio a la directora y la aparentemente profesora suplente.
- Y bastante maleducados también por lo visto – contrarrestó la chica. No se veía mayor que ellas. – Su nombre y el suyo – Señalando a Jenny y Naya. Como estas se vieron sin decir nada la directora respondió por ellas. Entonces la suplente continuo – Mi nombre es Heather Morris, seré su profesora suplente, y pronto permanente. – Todos quedaron boquiabiertos – Pasen adelante y me muestran la rutina que tienen lista para la presentación. – Ordenó a las chicas. Dejo su bolso y se despidió de la directora alegando que ella se encargaba de todo.
La suplente pareció quedar satisfecha con la actuación de las chicas. Luego comenzó la práctica sin más inconvenientes.
- ¿Qué se creerá la idiota esa?- Se quejaba Naya con Jenny.
- Si, que le pasara. Es una amargada… Pero ya buscaremos forma de vengarnos por la humillación frente a la clase.
- ¿Buscamos un pronto despido?- Sugiere Naya con una mirada malvada.
- Me leíste la mente amiga – Responde Jenny riendo.
Continuará...
En el ámbito personal quiero dedicar la historia también a mis seguidores, a quienes me leen y les gusta mi forma de escribir… A mi persona más especial para escribir, quien me saca sonrisas de felicidad y alegría a diario con solo una palabra, al amor de mi vida, mi fuente de poder, mi orgullo, mi adoración, tu quien me haces subir cuando estoy caída, que me levantas y luchamos juntas, esposa mía, te amo. Cada pensamiento hermoso que tengo va dedicado a ti
Esta historia además lleva su título gracias a un fic que hace mucho tiempo leí y se encuentra en mi top 10 de favoritos… ‘A través de tus letras’
Como aclaratoria, los flashbacks serán descritos por la narradora, en este caso, mi persona. Y el final de cada capítulo tiene algunas palabras que no van necesariamente contemporáneas al capítulo. Solo son referencias al nombre y de otra época. Estas dudas serán aclaradas a medida que avance la historia de igual forma. Y si quieren saber algo, no duden en decirlo.
EL DIARIO
Capítulo I
‘Cuando te conocí’
Es un día soleado, como pocos se ven en la ciudad. El ambiente esta calmado y risueño, en algún parque de la ciudad se encuentra una joven disfrutando de este día junto a su mascota.
- Que bueno está el día – susurraba la chica, disfrutando el sol sobre su piel. - ¿Qué sucede Beethoven? – Hablando con el perro que llama su atención. -¿Hora de irnos? – cuestiona.
Se levantó con cuidado, sujetando al can y comenzaron a caminar para ir a casa.
A pocos metros del lugar, se encontraba otra chica entretenida en una llamada, caminando.
- No, ya te dije que voy a verme con Andrew, traerá a la niña al parque. Estoy cerca del consultorio de Anjali. – Decía la mujer al teléfono. – Sí, le daré la sorpresa de mi regreso. – Estaba muy entretenida en su llamada.
Unos pasos adelante se acercaba la chica junto a su perro, pero esta no fue vista por la mujer ya que seguía en su llamada y buscaba por todos lados alguna persona. En poco segundos se detuvo a buscar, chocando con la mujer y su mascota.
- ¿Pero… Qué demonios? – Dijo la morena cayendo al suelo.
- Disculpe – contesto apenada la chica sin soltar a su perro.
- ¡Rayos! – Levantando la vista – Al menos ayúdame. - Estirando su mano. – ¿Eres ciega o qué? – Dijo en broma, mientras se sacudía la ropa.
- Si – Riendo -¿Qué tú también lo eres? – Respondió sin dejar de sonreír.
- No, no, disculpa – Dijo apenada la morena levantándose y sin dejar de ver a la chica. - ¿Estas?- Se quedó en silencio al mirar que en sus labios tenía formada una sonrisa.
- ¿Perdón? – dijo entender la chica.
- ¿Estas bien? – Carraspeando - ¿Qué si estás bien? – Repitió.
- Si, gracias – respondió.
- Ya veo. – sin dejar de verla.
-¿Cómo dice? – frunciendo el ceño.
- Que lo siento, de verdad – se disculpó una vez más. Es que no te había visto. – Dijo - Pero ahora que te veo ¡Que hermosa Eres! - Pensaba, sin quitarle la vista de encima.
- Bueno, como pudo darse cuenta, soy yo la que no puede ver – Dijo en broma, señalándose.
FLASHBACK…
- Estoy bien mama – Respondiendo la llamada que entraba en su celular –Ya voy en camino… No, estoy cerca. Iré caminando – Sin darse cuenta, antes de cruzar la calle, un vehículo perdía el control.
La chica volteo, su mirada era de sorpresa. Estaba en shock. No hizo nada, solo ver todo en cámara lenta… Pero sucedió rápido, muy rápido. El vehículo perdió el control, provocando un accidente.
- ¿Qué paso? – Preguntaba el doctor.
- Un accidente, la chica tiene signos vitales elevados, además de algunas fracturas, no ha reaccionado ni cuando la traíamos en la ambulancia. – Informaba el paramédico. – Vienen en camino otras personas involucradas… Y una chica, ha muerto. No traía el cinturón puesto – se lamentó.
El doctor inmediatamente atendió a la chica, entrando a quirófano por lo grave de la situación. Pocos minutos después llegaba el resto de personas que estuvieron en el accidente. Tristemente una había muerto.
- ¿Cómo está mi hija doctor? – Intercepto al médico al salir de quirófano.
- Ya está fuera de peligro – Sonaba seguro – Pero, lamentablemente hay malas noticias.
- No – Susurro - ¿Qué paso?
- Pudimos salvarle la vida a su hija, estará en recuperación. Pero la noticia más grave es que… Ha perdido la vista. – Finalizó.
- ¿Qué? – La mujer lloraba.
- Lo siento mucho – le consoló. – Le diremos cuando despierte. Si usted quiere podrá estar presente.
- Si doctor – lagrimas caían de sus ojos.
- Ella necesitara mucho apoyo. Cualquier duda, puede llamarme. Estaré en rondas y al pendiente de ella.
- Gracias doctor – Respondió cabizbaja.
FIN DE FLASKBACK
- Si, lo siento – la pelinegra se sentía apenada.
- No pasa nada – sonriendo.
- ¿Estas bien? ¿Puedo ayudarte en algo? – pregunta.
- No, estoy bien. Gracias –Respondió. Debía irse, pero sintió la necesidad de quedarse un poco más.
- Por cierto, mi nombre es Jul… - Fue interrumpida.
- Mamiii – Gritaba la niña, saltando a sus brazos. –
- Princesa mía – Dándole un beso.
- Te extrañe mami, Papi dijo que podíamos venir a este parque ahora. – Con emoción en su voz.
- ¿Ah sí? ¿Papi dijo eso?
- Shi – respondiendo con voz aniñada.
La pelinegra se entretuvo hablando con su hija, que no se dio cuenta cuando la chica se había retirado.
- ¿A dónde fue? – Se preguntó.
- ¿Quién mami?
- Nadie princesa –beso su frente. - ¿Papa dónde está?
- Julia querida – La saludo llegando al sitio.
- Andrew, debías llegar hace media hora. Te dije que quiero ver a Anjali y ya está por salir.
- Ya lo sé, lo siento. Es que cierta renacuaja, se antojó de comer helado. – Tocando las mejillas de su hija, causándole cosquillas.
- Si bueno… Ya están aquí ¿Vamos con la tía Anjali princesa?
- Siii – Dijo emocionada.
- Entonces las dejo bellas damas – Se despide. – Nos vemos en la cena. Paso a buscarlas a las 7:00pm.
- Esta bien Andrew –Responde Julia – Despídete de Papi princesa.
- Adiós papito – le dio un beso desde los brazos de Julia.
En otra parte de la ciudad, la chica llegaba a su hogar…
- Hija, llegaste al fin ¿Por qué tardaste tanto? – Pregunta preocupada.
- Estoy bien mama – suspiró – estaba en el parque.
- ¡Oh! – exclamo su madre. - ¿Cómo te fue en la terapia?
- Bien… Anjali me repitió que ya no cree necesario que siga yendo. Dice que hace mucho acepte mi ceguera.
- Lena… – comenzó.
- Ya estoy bien mama.- Interrumpiendo a su madre. - Lo acepte hace mucho y lo sabes… Pero no quiero dejar de ir a terapia.
- Ya ella te dijo que no es necesario ¿Por qué tanta insistencia?
- ¡Mama! No insinúes nada. Bien sabes que Anjali está casada, además gracias a SU esposo yo tengo trabajo. – La pelirroja estaba molesta.
- Ya lo sé, es que tu…
- Yo nada – Sin dejarle continuar. – Sabes mi gusto por las mujeres, sí, pero eso no quiere decir que me gusten todas y cada una de ellas.
- Lo siento – se disculpó avergonzada.
- No pasa nada - Suspirando. - Mejor cambiemos de tema. ¿Naya no ha llamado?
- No, pero pasó por aquí junto a Jenny y dijo que traería la comida de Beethoven por la tarde.
- Perfecto, gracias.
Julia junto a su hija caminaron un poco hasta llegar al consultorio de su amiga. Una vez allí, ésta muy sorprendida las recibió con un abrazo.
-Eres una desconsiderada Julia, no me dijiste que venían. ¿Cuándo llegaste? – Tenía a la niña en brazos.
- Yo llegue hoy. Rossie estaba con Andrew aquí desde el viernes. Ya está de vacaciones… Además tengo noticias. – sonreía.
- ¿Noticias buenas?
- Para mí son excelentes – estaba feliz.
- ¡Pues habla mujer! – Comenzaba a exasperarse.
- Me regreso a Londres.
- ¿En serio? - Abriendo grande los ojos. – ¡Que alegría!- Se levantó contenta y abrazo a su amiga. – Rahul se va a sorprender mucho cuando le diga. Esta misma noche será – Sonriente – Cena en mi casa hoy. – Dio al orden.
- Ya quedamos salir con Andrew.
- Vendrán todos. Tenemos que celebrar tu regreso. ¿El también vendrá? –Preguntó.
- Si, el viene seguido para tender los negocios de sus padres, así que quiso hacerlo definitivo. Además no quiere estar lejos de Rossie.
- Oh, perfecto – respondió. - ¿Y qué harás? Ya sabes, trabajo.
- Bueno, hace mucho quiero abrir mi propia firma. Y ¿qué mejor que en mi ciudad? Mi socia es de Alemania. Emma ¿la recuerdas? – Pregunta.
- ¡Emma! Por supuesto – exclamo. – Bueno, eso quiere decir que tendremos fiesta de inauguración. ¿O me equivoco?
- Tú y tus celebraciones – Contesta Julia negando con la cabeza.
- Bueno, está decidido. – Tomando una libreta en sus manos y comenzando a escribir.
- Hey, ya va, ya va – Julia la detiene – Primero dame tiempo de establecerme. Ya tengo bastante adelantado, pero quiero tener la mudanza lista, al igual que Emma… Además Andrew y yo todavía no decidimos donde estudiara Rossie. Aún hay trabajo por hacer.
- Bueno, esta noche en la cena lo discutimos. Te ayudare en todo y manos a la obra – Sonriendo.
- Bueno – suspirando.
Un mes entero, en viajes y mudanza pasó. Ya la casa estaba amoblada, La inscripción de Rossie estaba decidida y ambas se encontraban en su nuevo hogar.
- Mami – Llamando su atención – ¿Ahora viviremos aquí?
- Así es princesa. – Besando su frente.
- ¿Siempre, siempre? – Pregunta inocente.
- ¿Por qué lo dices así? ¿Extrañas tus amiguitos?
- Si – Dijo con tristeza en su voz.
FLASHBACK…
- Julia, hija. Qué bueno estas despierta. El doctor dijo que ya te podías ir a casa- La mujer sonaba feliz.
- ¿Cuál casa abuela? – Estaba resentida – Estuve por meses en coma. No recuerdo nada y estoy en un país que me es extraño. – Se sentó en la camilla cruzándose de brazos.
- Ya te dijimos que es lo mejor Jul – trataba de consolarla. – Aquí están los mejores médicos y te atendieron mucho mejor de lo que podían hacerlo en Londres. Deberías estar agradecida.
- Pero estoy en otro país, en otra ciudad, con gente que ni conozco. ¿Por qué quieren que me quede aquí?- Gritaba molesta.
- No desobedezcas las órdenes de tu abuelo Julia Volkova.- Le regaño- Sabes bien que ha dado todo por ti desde la muerte de tus padres.
- Lo sé –respondió cabizbaja.
- El hace lo mejor por ti Julia, y si piensa que deberías quedarte y estudiar aquí ¿Por qué no le complaces esta vez tú? – cuestiono al final.
- Esta bien –resignada.
- Tranquila mi niña – la abrazo – Vendré a verte, y no te preocupes, conocerás nuevos amigos en este lugar.
FIN DE FLASHBACK
- Ya te dije hermosa –Regresando de su viaje al pasado - Vas a tener amigos nuevos – la abrazo – Cuando comiences el colegio en especial, además iremos siempre al parque. Así como querías. Vas a conocer otros niños.
- ¿De verdad mami? – emocionada. Julia asintió y ella la abrazo feliz.
En un centro comercial de la ciudad se encontraban tres amigas conversando…
- Vamos Lena, no seas aguafiestas. – Se queja Jenny. - Ya te dije que vamos a estar contigo todo el tiempo. Iremos las tres ¿O no?
- Claro que si – Respondió Naya.
- Y yo les dije que por la tarde tengo terapia. No iré a ninguna comida con sus amigos de la academia.
- No vamos a bailar Lena, es solo una comida con los compañeros – Decía Jenny rodando los ojos.
- Mama les dijo que me sacaran ¿verdad? –Cuestionó.
- Sabes que no, llevamos semanas intentando compartir más contigo Katina – Se defendió Naya.
- No lo niegues Nay, mama les dijo que me sacaran para que no fuera a terapia. De su cabeza no sale que me gusta mi terapeuta y ustedes saben que Anjali es mi doctora y amiga también, nada más.
- Pero en algo coincido con Inessa –Intervino Jenny - Ya no tienes necesidad de ir, y aun así lo haces.
- Porque me hace bien. Ya dejemos el tema ¿sí? Que ninguna entiende nada. – Ya estaba molesta. –Mejor me voy a casa –Levantándose.
- Deja que te acompaño al taxi Len – Naya se levanta para caminar junto a ella. Antes de irse le lanza una mirada de molesta a Jenny que se levanta corriendo, acompañándolas.
- Discúlpame Len – Le dice en el camino. – No se repetirá. Yo te entiendo y me alegra que te sientas bien con tu terapeuta.
- Gracias Jenny – Respondió.
Llegando a casa contesto algunas preguntas de su madre, que se volvía a quejar porque Lena iría a su terapia. Después de discutir por un rato simplemente se retiró cansada a su habitación.
- No entiendo tanto empeño con Anjali. – Pensaba acostada en su cama.
FLASHBACK…
- Debes decir algo Lena.
- No quiero hablar – Fruncía el ceño con evidente molestia.
-Llevas tres meses viniendo y no sé nada de ti, más de lo que dice tu historial.
- Allí dice lo necesario. – respondió seca.
- Nada de lo que allí me dice interesa.
- ¿Y qué le interesa?- Contesto altanera.
- Me interesas tú – Dejando a Lena sin nada que decir. – Quisiera que colaboraras conmigo para tu recuperación.
- ¿Acaso no sabe que estoy ciega? ¿De cuál recuperación habla? – Tenía lágrimas en sus ojos.
- No solo eso tienes. Y quiero que trabajes conmigo para que solucionemos tus problemas. ¿Te parece?
- No, gracias – Respondió volviendo a recostarse.
FIN DE FLASHBACK
- Ella solo me ha ayudado desde siempre. Ahora se ha vuelto mi amiga y confidente. ¿Cuándo entenderás mama? – Se preguntó y suspiro, preparándose para dormir. - Mañana será otro día – Se dijo cerrando los ojos.
Es el día de su consulta y Lena se siente ansiosa. No paso muy buena noche y se siente algo extraña desde que despertó. Espera impaciente la tarde para ir a su terapia.
- Hola Lena – Saludaba en la entrada la asistente de Anjali.
- Hola Masha – Responde el saludo.
- ¿Y cómo está la mascota más querida del consultorio? – comenzando a acariciar a Beethoven que se emocionó, y movía alegre su cola. Lena solo se reía al escuchar a Masha. – Ya la doctora ha llegado de su almuerzo Lena, en un minuto le digo que estas aquí.
- Gracias Masha – sonriendo, para luego tomar asiento.
- Doctora Anjali, Lena Katina está aquí para su consulta. – Informaba por el teléfono. Guardo silencio por un momento y contestó – Perfecto, ya le digo – colgando. – Ya la doctora sale Lena – Le informaba.
- Esta bien Masha, gracias.
No paso ni un minuto cuando se escucharon voces, unas voces que Lena perfectamente reconoció como la pareja de casados Khanna. Se levantó al escuchar su nombre y con una sonrisa saludo.
- Hola Lena – Saluda Anjali y esta le responde el saludo.
- Hola hermosa pelirroja – decía el hombre, saludando con un beso en la mejilla. – Y hola a ti también Beethoven – acaricio su cabeza.
- Hola Rahul – Lena reía. - ¿Cómo están las clases? – pregunto.
- Pues cada vez mejor, siempre y cuando tu sigas dando clases de piano y canto a mis alumnos. Ya sabes que cuando tienen sesiones contigo llegan más animados y alegres al colegio. – Lena se sonrojó.
- Gracias – respondió aun sonrojada.
- No te avergüences, es la verdad. Y no sabes lo agradecido que te estoy.
El saludo duro un par de minutos hasta que Rahul se despidió para que Lena tuviera su consulta y él se regresara a su trabajo. Seguidamente entraron.
- Y bien – Comenzó Anjali - ¿Cómo te has sentido Lena?
- He estado bien Anjali, pero las últimas semanas he estado un poco ansiosa.
- ¿Y eso a que se debe?
- No sabría decir bien el porqué.
- Bien… Exploremos eso. – Acomodo su tabla, comenzando a anotar. – ¿Cómo te has sentido además de ansiosa?
- Supongo que bien. La misma rutina de siempre.
- Ok… - Seguía anotando - ¿Desde cuándo comenzó la ansiedad?
- Hace poco más de un mes, creo. No estoy del todo segura.
- ¿Hubo algo, fuera de rutina que lo provocara? ¿Has conocido nuevas personas, hecho algo diferente?
- No he conocido a nadie. Solo salgo con Naya y Jenny, de vez en cuando. Y puntual doy mis clases. Lo que nunca falta, los sermones de mamá - Finalizo.
- Si no es algo nuevo, entonces algo te está molestando. Puede ser la rutina. ¿Por qué no has hecho los ejercicios que te mande?
- ¿Cómo lo sabes? – Pregunto impresionada.
- Porque me lo acabas de confirmar. – Lena suspiro – Vas muy bien Lena, los ejercicios no están de más. – Escuchó un resoplido de Lena – Es por ti. ¿Segura que no hay nada nuevo? – Cuestiono.
- Bueno…- Comenzó.
- Prosigue – Le alentó.
- He vuelto a tener sueños.
- ¿Qué clase de sueños?
FLASHBACK…
- Ya estamos avanzando Lena… Dime ¿de que tratan esos sueños que dices tener?
- Siempre he tenido sueños. Aunque después de… -Guardo silencio por un momento.
- Cuando te sientas bien – le Alentó. Lena respiro profundo y continuó.
- Después del accidente mis sueños eran solo pesadillas. Para cuando me iban a dar de alta en el hospital la policía vino a mí. A entregarme mis pertenencias. Eso fue unas semanas después. Ellos dijeron que era evidencia en la investigación. A la cual sabes no se llegó a nada en sí. Pero ese es otro tema. – Anjali seguía atenta a su relato – Entre las cosas había algo que no me pertenecía. Una especie de cuaderno, lo sé, lo sentí. Además tiene una aroma muy peculiar.
- ¿Informaste a la policía que no era tuyo? – Interrumpió.
- Para cuando revise mis cosas ya estaba en casa unos días después. – Respondió –Además, ellos dijeron que la única persona que faltaba por entregarle sus pertenencias era yo. Y como tenía mi bolso con cuadernos y libros ese día; tal vez por eso asumieron que era mío.
- ¿Qué pasa con ese cuaderno Lena?
- Le pregunte a mi madre, después de tocarlo muchas veces. No sabría explicar la curiosidad que me provoca.
- ¿Provoca? – Pregunta interesada – ¿Aun?
- Así es… Mi madre, ella me dijo que se trataba de un diario. Un diario muy lindo y que estaba sellado con un candado especial. Eso era lo que yo sentía tan extraño al tocarlo.
- ¿Qué hay de especial con el diario Lena?
- Que desde la primera vez que lo tuve en mis manos no puedo, ni quiero dejar de sentirlo. Su olor, a pesar de las rasgaduras que se le sienten. Supongo que a raíz del accidente. Su textura, su esencia es tan tranquilizante. Siento curiosidad por verlo, quiero saber cómo es. No paro de tocarlo y desde ese día, desde ese día he vuelto a soñar. – Una sonrisa grande se le formo.
- ¡Vaya! – Dijo Anjali.
- ¿Qué? – Arqueando una ceja.
- Nunca habías sonreído. – Lena se sonrojo quitando la sonrisa de sus labios. – Eso me parece algo bueno, que sonrías.
- Lo hago porque volví a soñar. Soñé como nunca antes. Y después de las pesadillas recurrentes que tenía creí no volver a soñar jamás. – Su rostro se llenó de tristeza. – Pero ¿qué sentido tiene soñar? si esos sueños no se volverán realidad. El único momento de paz para mí, es cuando lo tengo en mis manos.
- ¿De que tratan esos sueños? Y ¿Las pesadillas?
- ¿Es necesario hablar de eso? – Su voz se escuchó resentida.
- Estas hablando, el progreso se verá si continuas así Lena.
- Supongo – suspiró. - Las pesadillas son siempre iguales, un vehículo viene de frente a mí y nunca despierto de esa oscuridad en la que quedé. – Una lagrima rebelde rodo por su mejilla.
- Tomate tu tiempo. – Dijo Anjali después de un momento de silencio por parte de Lena.
- Y los sueños… Los sueños varían algunas veces.
- ¿cómo?
- ¿Sabías que preguntas demasiado?- Lena rió.
- Es mi trabajo. – Respondió tranquila.
- Hay veces que tengo sueños parecidos, pero no siempre son iguales. Depende de que tanto tiempo este con el diario.
- ¿en serio? ¿Qué tanto tiempo le dedicas?
- A veces paso el día con él. Cuando no quiero levantarme de la cama por ejemplo.
- Ya hemos hablado al respecto Lena. – Dijo en forma de regaño.
- Lo sé, pero hay días que me siento así y no me levanto. ¿Puedo continuar?
- Por favor.
- Cuando es así, en los sueños siempre se me presenta una mujer. Bueno, en los sueños la conozco; pero es alguien a quien no reconozco o recuerdo en absoluto.
- ¿Solo la vez en sueños?
- La verdad no he alcanzado a verle el rostro, pero si su figura. En los sueños, es como si yo presenciara la escena desde la distancia. Allí estoy yo, con ella y siempre hablamos. Como si fuéramos las mejores amigas.
- ¿Segura no la reconoces?
- No, nunca. Es un poco más baja que yo. Tiene la piel oscura, como bronceada y cabello negro. Solo eso alcanzo ver.
- Ok. ¿Sabes de qué hablan?
- Nunca recuerdo de que hablo en los sueños con ella. Ni su voz. Solo recuerdo sentirme contenta y sonrío… Esos son los mejores sueños. Los otros son, un poco menos realistas y más de ilusión. He llegado a pensar que mi subconsciente me juega bromas. – Dice con una risa queda.
- Tal vez tengan relación y no lo notes. ¿De que tratan?
- Soy yo, recuperando la vista.
- ¿Cómo te sientes al respecto?
- En los sueños muy bien. Cuando despierto y mi realidad se hace presente, sufro.
- Quizás canalizas en tus sueños lo que anhelas. Una vida normal, recuperando la vista.
- Es mi anhelo, sí, pero eso no explica que en los sueños siempre está el diario. Lo tengo en mis manos.
- Creo que el diario es tu anhelo. Te has aferrado Lena y proyectas tus emociones a través de él.
- ¿Eso crees?
- Intentaremos algo… Deja el diario unas semanas y en la próxima consulta me dices si has soñado.
- No estoy segura.
- Es un ejercicio Lena, acordaste colaborar conmigo. – Le recuerda.
- Bien – dijo resignada.
FIN DE FLASHBACK
- Los sueños míos junto a esa mujer.
- ¿El diario está presente?
- En un par que tuve, sí.
- ¿Has vuelto a tocarlo?
- Sentí la necesidad de hacerlo hace unas semanas.
- ¿Por qué? O ¿debido a que?
- Alguien me recordó su aroma.
- Entonces si conociste a alguien.
- No conocí a nadie, Anjali. Hace semanas me topé con una persona y hablamos por escasos segundos.
- ¿Cómo explicas que te recordara el aroma del diario?
- Su esencia, su perfume… Cuando quise quedarme más tiempo, lo hice porque sentí que era el mismo aroma. Pero no pasó mucho y me retiré.
- ¿Para ir a casa en búsqueda del diario?
- Quería confirmar lo que había sentido. Por un rato pensé que estaba imaginándolo. Pero no era así. Algo en esa mujer me recordó el diario, entonces fui con él.
- Quedamos en que no te aferrarías.
- No lo hice, no lo hago.- Corrigió.
Mientras la terapia de Lena continuaba, sus amigas ya estaban en la academia.
- Estuvo muy buena la comida, y adivina de que me entere. – Llegaba Naya con una sonrisa junto a Jenny.
- ¿Qué cosa?- Pregunta interesada.
- Escuche que hay una suplente, Mary no podrá venir. Parece que está enferma – contesto emocionada.
- No puede ser – impresionada - ¿Qué tendrá? –Pregunta preocupada después de un momento.
- Tal vez esté embarazada la muy perra – Dijo provocando risa en su amiga.
Segundos después, ya listas, siguieron al salón donde practicarían ese día. Aunque sin profesora de baile estaban seguras que les dejarían ir. Pasaron cinco minutos y nadie llegaba. Todos comenzaban a impacientarse, hasta que Naya decidió irse, pero no lo haría sola.
- Bien... Ya me harté, me voy de aquí. Evidentemente Mary no vendrá y la directora ni siquiera se tomó la molestia en venir a darnos la salida, Así que me voy ya. ¿Quién se va conmigo? – pregunto viendo a sus compañeros. Cuando Jenny iba a levantarse volteo hacia la entrada.
- Vaya que tenía razón directora – Naya volteó al escuchar una voz desconocida en la entrada – Este grupo parece ser el menos aplicado. Si piensa irse, le aconsejo que lo haga ya mismo. Pero a mi clase no regresa más – Sentenció la profesora viendo a Naya.
- Ella se va a quedar y este grupo es el mejor que esta academia tiene – Jenny defendía a su amiga, lanzando una mirada de odio a la directora y la aparentemente profesora suplente.
- Y bastante maleducados también por lo visto – contrarrestó la chica. No se veía mayor que ellas. – Su nombre y el suyo – Señalando a Jenny y Naya. Como estas se vieron sin decir nada la directora respondió por ellas. Entonces la suplente continuo – Mi nombre es Heather Morris, seré su profesora suplente, y pronto permanente. – Todos quedaron boquiabiertos – Pasen adelante y me muestran la rutina que tienen lista para la presentación. – Ordenó a las chicas. Dejo su bolso y se despidió de la directora alegando que ella se encargaba de todo.
La suplente pareció quedar satisfecha con la actuación de las chicas. Luego comenzó la práctica sin más inconvenientes.
- ¿Qué se creerá la idiota esa?- Se quejaba Naya con Jenny.
- Si, que le pasara. Es una amargada… Pero ya buscaremos forma de vengarnos por la humillación frente a la clase.
- ¿Buscamos un pronto despido?- Sugiere Naya con una mirada malvada.
- Me leíste la mente amiga – Responde Jenny riendo.
Mis ojos quedaron completamente secos.
¿Por qué?
Pues, porque te vi…
Si, así de sencillo. No hay complicaciones ni enredos en eso.
El día que por primera vez te vi, mis ojos quedaron completamente secos…
Eso se debió a que no pude parpadear, por, no sé cuánto tiempo, de solo estar viéndote.
No, no pude quitar mis ojos de ti.
Eso me paso… Cuando te conocí.
¿Por qué?
Pues, porque te vi…
Si, así de sencillo. No hay complicaciones ni enredos en eso.
El día que por primera vez te vi, mis ojos quedaron completamente secos…
Eso se debió a que no pude parpadear, por, no sé cuánto tiempo, de solo estar viéndote.
No, no pude quitar mis ojos de ti.
Eso me paso… Cuando te conocí.
Continuará...
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
A Mayra Pérez le gusta esta publicaciòn
Vaya!
Está genial,eres de las mejores,y me considero una de tus lectoras más ávidas.espero paciente el próximo capítulo ✌
Zaninivolk- Invitado
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Me gusto mucho el comienzo no tardes con la continuación saludos!!!
Edirbr- Mensajes : 105
Fecha de inscripción : 25/05/2015
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Muy buen comienzooo! Yulia ya casada? O sera divorciada?? Porq no le habló con mucho amor q digamos Andrew o.O
Continua pronto.... no alargues mucho la espera n.n
Saluudos!
Continua pronto.... no alargues mucho la espera n.n
Saluudos!
My_love_4_u- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 11/10/2016
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Hola
me gusto mucho
esta interesante
espero la digas pronto
me gusto mucho
esta interesante
espero la digas pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
EL DIARIO // ALEINADS
Buenas noches!! Me reporto con el segundo capítulo, gracias a los que leen, en especial a los que comentan.
Informo que lo mas seguido que puedo actualizar serán dos semanas, lo menos 7 días. No prometo nada. Esperen cada 15 por si, por si.
Que disfruten!
Zaninivolk: muuuchas gracias por estar presente, espero que te guste también la conti.
Edirbr: Hola!! Por lo pronto cada dos semanas o una, si puedo, actualizaré. Gracias por leer y comentar. Saludos.
My_love_4_u: Hello! Secretos y mas secretos se descubrirán en esta historia. No te la pierdas. Gracias por comentar y leer, saludos
andyvolkatin: Hola, que gusto verte por aquí. Espero que disfrutes la conti. =D
Gab27: Gracis por leer y comentar la historia. La conti aquí, veamos que te parece. Saludos
Capítulo II
‘Coincidencia o Destino’
En un lugar de la ciudad se encontraba la morena muy estresada caminando de un lado a otro.
- No puede ser, Andrew. Emma se fue por el resto de sus cosas ¿Cómo es posible que haya perdido su permiso de trabajo? ¿Sabes lo que eso significa?- Gritaba al teléfono. – Significa que me puedo quedar sin socia. Tramitar el permiso fue lo que más tiempo nos llevó.
- Tranquila querida. Ya lo vamos a conseguir. Seguro esta entre los documentos que aún siguen en las cajas de tu estudio – Intentaba tranquilizarla.
- Andrew, no quieres entender lo grave del asunto. Sin el permiso no podemos registrar la firma. Yo no sé cómo se mueven las cosas en la ciudad después de tanto tiempo. – Decía cansada.
- Te aconsejo algo Julia. Llama a Rahul, el conoce a muchas personas y tiene contactos; probablemente más que yo, al menos que sepa. Mis padres eran quienes conocían. Llámalo y pregúntale. De todas formas, yo iré averiguando por mi parte. Pero él puede servirte de más ayuda, recuerda que ambos vivíamos en Alemania y aun no me he familiarizado del todo a los cambios de los últimos años.
- Haré algo mejor. Quede de verme con Anjali mas tarde. Iré con ella y así le explico en persona. ¿Puedes quedarte con Rossie? – Pidió.
- Por supuesto Julia. En una hora la recojo ¿está bien?
- Perfecto, gracias. – Colgó la llamada y se lanzó en su silla suspirando. – Esto se va a solucionar, se tiene que solucionar – Frotaba su frente en desesperación. – No sé qué haría sin ti, Andrew. – Se dijo – ¡Ja! y pensar que ni te quería conocer…
FLASHKBACK…
- No, no puede ser Emma.
- ¿Qué paso Julia? – Pregunto al ver a su amiga llegar alterada - ¿Por qué estas así?
- Mis abuelos se han vuelto locos, bueno, mi abuelo –corrigió – Quiere que me case.
- ¿Qué? – Grito su amiga. - ¿Qué te cases? Pero ¿Cómo? ¿Por qué? – estaba tartamudeando.
- Ellos dicen que lo mejor para mi futuro es que me case, hasta tienen un prospecto ya – dijo cansada – Debo conocerlo esta noche.
- Pe… Pero, ellos ¿no?
- Lo saben Emma – Interrumpió. – Y nunca les ha gustado el hecho de que yo sea una lesbiana.
- Ahora si no entiendo nada. – Colocándose una mano en la frente.
- Yo les dije cuando era una adolescente, pero a ellos no les gustó nada eso, pensaban que era una etapa y al darse cuenta que pasaron los años y yo seguía con mis “gustos” ellos buscaron la forma de persuadirme, pero les he dejado en claro que no quiero a un hombre en mi vida.
- Entonces ¿Qué pasa ahora?
- Ahora pasa que, me están amenazando con dejarme sin herencia, y eso no me importa para nada. Pero… - Agacho la cabeza triste.
- ¿Pero qué Julia? – cuestiono.
- Mi abuela está enferma y mi abuelo, él me dijo que ella quiere que le dé bisnietos y que cuando ella no este yo no me quede sola – Finalizo.
- No puede ser – escandalizada – Es tu vida Julia, ellos no pueden obligarte a nada. Además aun estas estudiando, ni siquiera cumples los 21 años.
- Lo se Emma, pero ellos han dado todo por mí.
- Si Jul ¿Pero te vas a casar con un desconocido por eso?
- No quiero eso, pero...
- Estas sacrificando tu vida.
- Supongo – Contesto resignada.
Julia se sentía comprometida a hacer lo que sus abuelos le decían. Ellos la criaron desde que perdió a sus padres a muy temprana edad.
Los abuelos de Julia son maternos. Ella había tenido su apellido, desde que ambos padres de esta murieran. Ninguno quiso a Oleg por ser pobre, entonces Larissa huyo con él, casándose eventualmente y renunciando por completo a su familia. Fue muy feliz hasta que una enfermedad terminal acabo con su vida, cuando Julia apenas tenía 5 años. Tres años más tarde, Oleg, sumido en la depresión se lanzó al abandono hasta enfermar y morir también.
Los padres adoptivos de Larissa (Abuelos de Julia) estuvieron fuera de sus vidas desde que esta huyo para casarse con un hombre, que, según sus palabras “no estaba a su altura” Pero al enterarse que ella había muerto y Oleg también. Pelearon la custodia de Julia y le dieron su apellido. Para posteriormente criarla.
Además, ella tiene muy pocos recuerdos de sus padres, lo más presente en su vida, es la crianza de sus abuelos. A los cueles, cree y se siente en deuda por ello.
- Julia, hija. Conoce a tu futuro esposo, Andrew Peters – Le presentaba Anton.
- No es ruso – Se presentó sarcástica, dándole la mano.
- Vaya que es inteligente – Andrew rió ante su sarcasmo. – Un placer, Julia – Dijo con una sonrisa.
- Quisiera decir lo mismo.
- ¡Julia! – La reprendió su abuelo.
- No se preocupe Anton, creo que nos llevaremos bien – Dando una sonrisa de suficiencia que a Julia le pareció asquerosa.
- Ya todo está establecido Julia, no quiero sorpresas. En dos meses se casan. ¿Está claro?
- Si abuelo – Fue lo único que respondió, lanzando una mirada de odio hacia Andrew, que le correspondió con otra sonrisa.
FIN DE FLASHBACK
- Mami, iré al columpio – Decía emocionada Rossie.
- Esta bien princesa, pero ya queda poco tiempo, tu papi está por llegar – Acariciando su mejilla.
Pocos minutos después, Andrew llegaba al parque.
- Julia, querida – Saludo - ¿Y la niña? – Buscándola con la mirada.
- Esta allá – Señalándola. – Discúlpame por hacerte venir hasta acá, Rossie insistió antes de irse a casa contigo.
- No te preocupes, me imagine que eso pasaría. La conozco bien – sonriendo – Ya hice algunas llamadas, después de que hables con Rahul, veremos que dice y moveré influencias si es necesario para conseguir el permiso antes y puedan registrar la firma.
- No sabes cuánto te lo agradezco- Con una sonrisa en su rostro, lo abrazo – Aún no he querido decirle a Emma, no quiero que se retrase más el proceso, ni preocuparla, hemos tardado demasiado tiempo.
- Quédate tranquila Jul, todo saldrá bien. Tu solo habla con Rahul, él tiene un conocido ministro que creo puede ayudar – Dijo para alentarla.
La conversación duro un par de minutos hasta que ambos llamaron a la niña y esta al llegar con ellos se despidieron de Julia, dejándola en el parque.
- ¿Sera que Anjali salió ya y olvido que la esperaría aquí? – Pensaba la morena. Entonces decidió levantarse y caminar un poco mientras su amiga llegaba.
Era nuevo hermoso día. Julia caminaba por el parque sin saber que a unos metros de ella, estaría una persona que no pensaba se encontraría.
Mientras tanto, en la academia de baile…
- Vamos Jenny, ya sabes que debes hacer. – Le recuerda Naya.
- Ya se Nay, yo llegaré justo cuando la profesora estará “encima de ti” acosándote. Pero ¿Cómo harás para que este en el auditorio justo a esa hora? – cuestiona – Y precisamente esa es la hora donde la directora también pasa revisando todo.
- Pues eso es en lo que quiero que me ayudes. Tú vas a desviar a la directora unos minutos, después te adelantas y serás mi testigo en el “acoso” para cuando ella llegue.
- No lo sé – Decía dudosa. – Esta bien la idea, pero el plan en sí, no lo sé- repitió - ¿Cómo te le vas a insinuar? Y ¿si no cae en tus encantos? – Burlándose al preguntar lo último.
- No seas idiota – dándole un golpe – Nadie se resiste a mis encantos – Provocando la risa de ambas.
Lo que las chicas no sabían, era que la profesora justo después de la práctica se había regresado, escuchando todo su plan. Pero inteligentemente decidió no hacer escandalo alguno, simplemente le daría una cucharada de su propia medina a las estudiantes.
- Una lección, muy bien merecida. – Pensó.
Como ya sabía de qué trataba todo, llamaría a la directora pidiéndole ser ella quien haga la revisión por los auditorios, para que esta no estuviera presente ese día. Logrando la primera fase de su plan, para la lección a sus estudiantes.
- ¿Vamos por un café?- Pregunta Naya arreglando sus cosas para salir.
- No puedo – niega Jenny – Tengo algo que hacer.
- Mmmm… ¿Algo que deba saber? – Con mirada de sospecha.
- No es nada malo. – Eliminando toda sospecha de su rostro – Simplemente, tengo una disculpa que hacer.
- Si tú lo dices. – Respondió sin entender, entonces se despidió, retirándose luego.
La profesora Morris se escondió al escucharla acercarse. Después que ambas estudiantes se retiraron ella hizo lo mismo. En el camino iba haciendo la llamada a la directora.
En el parque, la morena seguía caminando hasta encontrar un rostro familiar, sonrió y camino en su dirección.
- Hola – dijo la morena. – Buenas tardes.
- Buenas tardes – respondió Lena con una mano en el pecho. Reconoció la voz y sonrió para sus adentros.
- Perdón, le asuste. – Se disculpó Julia.
- No se preocupe, estaba distraída pensando. – Contestó amable.
- ¿Le molesta que me siente con usted? – Preguntó.
- En absoluto. – acomodándose en el banco donde estaba.
- ¿Y cómo está hoy? – Julia hacía conversación.
- Muy bien, gracias. ¿Usted?
- Bien, también – sonrió. Lena sintió a su perro moverse y era porque Julia le acariciaba. – Hermosa – susurro.
- ¿Perdón?
- Hermosa, su perra. – aclaró.
- Es perro, se llama Beethoven. – Julia comenzó a acariciar el can llamándolo por su nombre con voz aniñada, provocando la risa en Lena.
- Disculpe, mi nombre es Julia. – Se presentó. – Julia Volkova.
FLASHBACK…
- Le pondremos el apellido de su padre de nuevo Anya – decía el hombre – quiero limpiar todo rastro de Julia.
- Pero ¿Qué le diremos cuando despierte Anton? Desde que la tenemos con nosotros le diste nuestro apellido. Cuando se recupere hará preguntas. No podemos simplemente decirle por qué hiciste eso. ¿Y si no logras convencerla de que no haga nada con…
- ¡No me importa! – Grito Interrumpiéndola – No quiero que nadie sepa nada, que nadie se entere de lo que paso. Y mucho menos quiero a mi única nieta implicada. Le cambiaremos el apellido una vez más y es mi decisión final – sentenció.
- Esta bien – accedió – cuando pregunte, le diremos que es tu regalo. Que conserve algo de su padre, y que mejor que su apellido. ¿Te parece? – Esperando la aprobación de su esposo.
- Como sea, no nos queda de otra. – Aceptando la propuesta.
FIN DE FLASHBACK
- Mi nombre es Elena, Elena Katina. Pero todos me dicen Lena – Sonriendo le da la mano y Julia la toma. Se quedan así por largos segundos, hasta que Lena siente a su perro moverse, entonces suelta la mano de Julia.
- Y… ¿Eres de por aquí Elena? – Rompiendo el silencio.
- Por favor, dígame Lena. Sí, soy Rusa de sangre pero nacida en Londres.
- También soy rusa, aunque nacida en Moscú, pero cuando mis padres murieron mis abuelos me trajeron a Londres.
- Lo siento mucho.
- Paso hace mucho tiempo. – Restándole importancia – Y… ¿estas casada? ¿Tienes hijos? – No dejaba de hacer conversación. Esa pelirroja le daba mucha curiosidad.
- No, ni casada ni con hijos. Vivo con mi madre.
- ¡Vaya! – Exclamo.
- ¿Sucede algo? – Pregunta extrañada.
- Es extraño una mujer tan linda sin pareja, es todo. – Le salía natural. Estaba muy interesada en esa pelirroja. Lena se sonrojo por el comentario pero no dijo nada. - ¿Siempre vienes a este parque Elena? perdón Lena. – Corrigió.
- Bastante seguido, de hecho.
- Otro motivo más para venir – Sacando una sonrisa en la pelirroja. – Últimamente vengo por mi hija, le ha gustado mucho el lugar.
- Cierto, la última vez era ella quien llegaba con usted.
- Por favor dime Julia, y sí, mi hija se llama Rossie. Tiene 6. Acabamos de volver a la ciudad. Cuando mis abuelos me trajeron, viví aquí hasta los 18 años, luego me fui a estudiar en Alemania.
- Qué bien suena eso. – Emocionada.
- Si, pero nada como estar en casa.
- Lo sé.
- Ahora que sé que vienes acá, yo haré lo mismo. Es un placer conocer mujeres hermosas con quienes hablar. – Lena no pudo evitar sonrojarse una vez más.
- Gracias por el cumplido, estoy segura de que hay mejores personas con quien compartir.
- Eso realmente lo dudo. – Lena estaba totalmente nerviosa, no sabía que decir o hacer. Pero no quería irse. Sentía la necesidad de estar cerca de esa mujer, su sola presencia le hacía sentir bien.
- Creo que…
- ¿Lena? – Una voz conocida interrumpió. – ¡Julia! – Escucho saludar. Pudo sentir la presencia de Julia alejarse y supo el porqué.
- Disculpa la demora Jul. – Escuchaba desde su lugar - Hola Lena – Anjali saludaba.
- Anjali. – Se levantó con la ayuda de su bastón y tomando fuerte la correa de Beethoven.
- ¿Ustedes se conocen? – Pregunta Anjali.
- De hecho, es la segunda vez que nos encontramos. – Responde la morena.
- Me alegra – Sonríe mirando a Lena. – Julia, ¿y la niña? – Notando que la pequeña no se encontraba allí.
- Esta con Andrew, quiero hablar con Rahul algunas cosas.
- Y solo por eso me llamas. – haciéndose la indignada.
- Sabías que te vería desde antes. Es solo que se presentó algo.
- Lo sé, solo te molestaba. – Riéndose. - ¿Nos vamos?
- Si – Responde la morena. – Lena… – Dice girándose hacia ella – Ha sido un placer – Tomando su mano. – Espero que se repita.
- El placer es mío. – Estaba nerviosa y Julia lo había notado así que retiro su mano. – Adiós Anjali. – se despidió.
Las mujeres se retiran dejando a Lena en el parque con Beethoven. Volvió a sentarse, perdiéndose en sus pensamientos.
- ¡Lena! – Jenny llama su atención. – Llevo cinco minutos llamándote. ¿Dónde estás?
- ¡Jenny! Ahm… Nada, digo, aquí. Solo estaba pensando.
- Ajá… ¿Y esa sonrisa? – Lena quita la sonrisa de su rostro. Lo hacía involuntariamente.
- ¿Qué haces aquí Jen? – Cambiando el tema. No quería decir nada, conociendo a su amiga sabía que se emocionaría demás.
- Quería disculparme contigo y vine a llevarte por un helado – Invitó.
- Jenny… - Intentó hablar pero Jenny se adelantó.
- Solo iremos por un helado Len, además quiero hablar contigo.
- ¿Pasa algo? – Pregunta preocupada.
- Contigo, al parecer. – Lena suspira. – Trato de entenderte amiga. – Tomando sus manos entre las suyas.
- Esta bien. –acepta.
Como decidieron mejor ir a comer, pasarían primero por casa de Lena a dejar a Beethoven para luego ir al centro comercial. En menos de una hora ya estaban sentadas en su lugar de comida rápida preferido.
- Bien, Yo quiero una hamburguesa doble con queso y papas. – Pedía Jenny. – Para redimirme contigo Len, pediré para ti un helado triple de chocolate porque sé que es tu favorito. – Agrego, ordenando.
- Gracias – Dijo con una sonrisa. – Pero eso lo retiraremos luego de la comida. – Aclaró – Ahora, yo quiero una hamburguesa también con papas y que sea doble queso por favor – Ordenando también.
Terminaron sus órdenes y Jenny pago la cuenta. Luego caminaron a la mesa, Jenny llevaba la bandeja con el pedido. Una vez allí, comenzaron a comer.
- Me imagino que te fue muy bien en la terapia hoy. - Comenzó Jenny.
- No empieces con insinuaciones Jen. – con tono cansado.
- No es eso Lena, para nada. Lo digo por la sonrisa que tenías cuando llegue al parque.
- ¡Oh! – Lena se sonrojo y se puso nerviosa al recordarlo.
- Además. Estabas ida. ¿Qué tanto pensabas?
- Nada, en que preparar para la clase de esta semana. – Intento cambiar de tema.
- ¿No me dirás?
- ¿El qué?- Fingiendo no saber. Jenny suspiró. – Si, me fue bien en la terapia. – Fue lo único que dijo.
- Me alegro mucho Len. – escucho a su amiga soltar un bufido. – Hablo en serio. Sabes que me importas y solo quiero lo mejor para ti.
- Gracias.
- Que no pasará si sigues encerrándote. - Murmuro después de unos segundos.
- No empieces por favor. - Le pidió, sabiendo que un sermón venía en camino.
- Te conozco bien Lena, estabas bien y desde que la doctora te sugirió dejar la terapia, has vuelto a encerrarte y ya casi ni compartes con Nay o conmigo.
- Eso no es cierto. – Se defendió.
- Sabes bien que sí. No has querido hablar últimamente. Sabes que el otro día te vimos con ese diario pero simulaste que solo lo estabas guardando. Lo tenías casi escondido Lena, por algo lo sacaste.
- No estoy encerrándome ni nada Jenny.
- ¿entonces qué pasa? Puedes hablar conmigo, por algo somos amigas. Me duele que me alejes de ti. Y Naya piensa igual, aunque no lo diga, solo por no herirte.
- Nada de eso es necesario. No tengo nada. – Fingiendo con una media sonrisa.
- A mí no me engañas. Y no dejare de insistir.
- Tú no cambias Jenny. Siempre insistente. – Negaba con la cabeza.
FLASHBACK…
- Jennifer Hartman – Llamaba la directora del colegio.
- Si soy yo.
- Como ya te informaron, fuiste la ganadora de la beca para estudiar en el extranjero por tus notas.
- Sí – Asintiendo.
- Bueno, nos acabamos de enterar que hubo un problema con la documentación por el último hogar de adopción en el que estuviste.
- ¿Qué? – abriendo grande los ojos.
- Que tus papeles no fueron devueltos a tiempo. Los restantes al menos, debías irte la semana pasada y hasta ahora estábamos tratando de agilizar el proceso para poder enviarte. Pero no será posible. – Lamentó
- No, no puede ser. – Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
- Lamentamos informarte Jenny, que la beca será dada a otro estudiante.
- Pero… Pe… Per. - Tartamudeaba - ¿Qué necesitan? ¿Por qué no me avisaron antes? - dijo con voz desesperada.
- Esto no tiene nada que ver con usted señorita. Es documentación del seguro y tus antiguos padres adoptivos nunca respondieron a ninguna notificación que se les hizo para entregar todos tus documentos.
- Yo puedo conseguirlos. – Se apresuró a decir.
- Ya es tarde Jenny.
- ¡No! Por favor – Pidió. – Por favor, yo conseguiré lo que necesito. Pero no dejare ir esta oportunidad. Se lo pido – Suplico esta vez.
- No es posible. No hay forma de viajar sin esos papeles.
- Antes de finalizar la semana. – La directora intentó hablar pero Jenny no se lo permitió – Insisto, deme dos días y yo misma los traeré.
FIN DE FLASHBACK
- Conocí a una persona, entonces… – Comenzaba Lena.
- ¿Entonces? – Instándola a continuar.
- Desde que la conocí, sentí la necesidad de ir por el diario.
- ¿Por qué? – Cuestionó.
- Porque su sola presencia me hizo recordar la paz que siento cuando tengo el diario en mis manos. – suspirando.
- No puede ser. – tapando su boca - ¿Cómo? – pregunto sin poder creerlo. – No creo que sea algo bueno.
- Lo mismo me dijo Anjali.
- ¿Quién es? ¿Dónde la conociste?
- Sabía que esto pasaría. – Suspirando.
- Por favor Lena, somos amigas. Sabías que sería así. Ahora, Cuéntame.
- La verdad apenas si intercambiamos algunas palabras. Pero estando cerca la sentí, es decir, sentí lo mismo que…
- Con el diario. – Jenny se adelantó – Ya lo sé. Pero ¿Quién es? ¿Cómo se conocieron?- Su tono era de preocupación.
- Pausa Jenny – pidió. – hace algunas semanas, tropecé con una mujer en el parque, hablamos por dos segundos y ya. Fin de la historia – Mintió. No quería llamar más la atención de su amiga.
- No puedo creer que por intercambiar algunas palabras con una desconocida sientas lo que dices y eso te hiciera recordar el dichoso diario.
- ¿Dónde está Nay? – Pregunto tratando de evitar hablar más al respecto.
- No quieres hablar más del tema, ok. Entendí. Naya anda ideando como acosar a la nueva suplente.
- ¿Cómo? – Se sorprendió – ¿Volvió a las andanzas? – Dijo chistosa.
- No, es solo un plan para hacer que la despidan. La mujer es una perra. – Dijo lo último provocando la risa de la pelirroja.
En casa de Anjali, una Julia desesperada esperaba por Rahul. Necesitaba hacer todo lo posible por conseguir el permiso de trabajo de su socia, o no podría registrar su firma.
- Buenas noches. – decía Rahul al llegar a la sala. – Hola Julia. – Saludando con un beso en la mejilla. – Amor. – saludo a su esposa, que tomaba su abrigo. Mientras lo ubicaba, Rahul se sentaba frente a Julia.
- ¿Qué tal el trabajo Rahul?
- Bastante bien. Y ¿Para cuándo abrirá la firma?
- Esperaba hacerlo este mes. Emma llega mañana. Pero…
- ¿Pero?
- He perdido su permiso de trabajo.
- ¿Cómo? Julia si tú eres muy organizada. ¿Qué sucedió?
- No lo sé. – Poniendo las manos en su cabeza. – Por eso quería hablar contigo.
- ¿Conmigo? – respondió extrañado.
- Si, Andrew dice que tienes más contactos que él. Cree que me puedes ayudar con eso.
- Lo de los contactos, no creo que sea tan cierto. – Riendo. – Pero de ayudarte, tal vez tenga razón.
- ¿De verdad? – Pregunto con voz esperanzada.
- En el registro, tengo un amigo que puede aceptar hacer el trámite con la constancia. Esto claro, si tienen la constancia y tramitan el permiso antes de los tres meses
- ¿En serio? – Dijo con emoción. - ¿Harías eso por mí?
- Por supuesto. –Sonriendo.
- No sabes cuánto lo aprecio Rahul. – Se levantó dándole un abrazo.
- Supongo que ya todo está solucionado. – Anjali llegaba con un par de bebidas.
- Todo gracias a tu galante e inteligente esposo. – dice Julia.
- ¡Que halago! – responde Rahul. – Anjali se acerca a él y lo abraza, agradeciéndole también.
Quedaron conversando por un rato más hasta que Julia se despidió para ir a cenar.
- ¡Buenas noches! – Julia llegaba.
- ¡Mamii! – La niña sale corriendo, abrazándola emocionada.
- Veo que todo está bien. – Aparece Andrew. – Supongo Rahul te ayudo, esa sonrisa de felicidad la conozco perfectamente. – Dándole un abrazo a la morena.
- No te equivocaste al aconsejarme ir con él y justo ahora. – Sin quitar la sonrisa de su rostro. – Como siempre, tu teniendo razón. No sé qué haría sin ti. – Dándole un abrazo.
FLASHBACK…
- Vamos Julia, querida, sabes que es lo mejor.
- No lo sé Andrew. No estoy segura. – Respondió dudosa.
- En cambio yo, estoy totalmente seguro de que Anton dejara de molestarnos con que tengamos un hijo. Lo mejor será que quedes embarazada ahora que esta insistente, para evitar problemas con él, sabes como es. – Abrazándola.
- Sigo sin estar segura, aún somos jóvenes, apenas si llevamos dos años casados.
- Pero lo conoces mejor que yo, y sabes perfectamente que no descansará hasta lograr lo que quiere.
- Tienes razón. – Decía pensando.
- Y ya sabes la forma en que haremos todo. – Riendo, ganándose un golpe de la morena.
- Que idiota eres. – dándole golpes en el hombro.
- Ya Julia, ya. – pedía. – Cálmate. Estaba bromeando contigo. – Ella lo miro de reojo. – Mejor ponemos el marcha el plan ¿no? Ellos nunca se darán cuenta.
- Bueno, siempre y cuando las cosas sean como yo quiero. – Sentenció.
- Como diga jefa. – haciendo un saludo militar. – Después de todo esto me darás la razón… Una vez más.
- Ya cállate tonto. – Negaba con la cabeza sin dejar de reír.
FIN DE FLASHBACK
- Entonces… ¿Todo está bien?
- Casi perfectamente Andrew – Julia sonreía.
- Bueno, me alegra mucho. Esto hay que celebrarlo.
- Un momento. – lo detuvo. – Esto se celebrará una vez la firma este registrada y hagamos la apertura oficial. Han pasado demasiadas cosas, no quiero que algo más aplace esto.
- Como diga jefa. – Riendo. – Pero igual nos tomaremos unas copas, porque yo tengo también buenas noticias.
- ¿Si? – Alzando una ceja.
- No es nada de eso.
- ¿Entonces?
- Que moví influencias, y podemos tramitar el permiso para dentro de una semana. – Julia se levantó emocionada pero Andrew la detuvo. – Siempre y cuando esté presente la persona, es decir, Emma debe estar allí a más tardar pasado mañana.
- Por eso no te preocupes, ella llega mañana.
- Entonces Mazel tov – Dijo alzando su copa, provocando una carcajada en Julia.
- ¿Desde cuando eres judío? – pregunto sin parar de reír.
- Soy pro- celebraciones, querida. – Ofreció su copa para brindar y Julia tomo la suya alzándola de la misma forma.
Continuara
Informo que lo mas seguido que puedo actualizar serán dos semanas, lo menos 7 días. No prometo nada. Esperen cada 15 por si, por si.
Que disfruten!
Zaninivolk: muuuchas gracias por estar presente, espero que te guste también la conti.
Edirbr: Hola!! Por lo pronto cada dos semanas o una, si puedo, actualizaré. Gracias por leer y comentar. Saludos.
My_love_4_u: Hello! Secretos y mas secretos se descubrirán en esta historia. No te la pierdas. Gracias por comentar y leer, saludos
andyvolkatin: Hola, que gusto verte por aquí. Espero que disfrutes la conti. =D
Gab27: Gracis por leer y comentar la historia. La conti aquí, veamos que te parece. Saludos
Capítulo II
‘Coincidencia o Destino’
En un lugar de la ciudad se encontraba la morena muy estresada caminando de un lado a otro.
- No puede ser, Andrew. Emma se fue por el resto de sus cosas ¿Cómo es posible que haya perdido su permiso de trabajo? ¿Sabes lo que eso significa?- Gritaba al teléfono. – Significa que me puedo quedar sin socia. Tramitar el permiso fue lo que más tiempo nos llevó.
- Tranquila querida. Ya lo vamos a conseguir. Seguro esta entre los documentos que aún siguen en las cajas de tu estudio – Intentaba tranquilizarla.
- Andrew, no quieres entender lo grave del asunto. Sin el permiso no podemos registrar la firma. Yo no sé cómo se mueven las cosas en la ciudad después de tanto tiempo. – Decía cansada.
- Te aconsejo algo Julia. Llama a Rahul, el conoce a muchas personas y tiene contactos; probablemente más que yo, al menos que sepa. Mis padres eran quienes conocían. Llámalo y pregúntale. De todas formas, yo iré averiguando por mi parte. Pero él puede servirte de más ayuda, recuerda que ambos vivíamos en Alemania y aun no me he familiarizado del todo a los cambios de los últimos años.
- Haré algo mejor. Quede de verme con Anjali mas tarde. Iré con ella y así le explico en persona. ¿Puedes quedarte con Rossie? – Pidió.
- Por supuesto Julia. En una hora la recojo ¿está bien?
- Perfecto, gracias. – Colgó la llamada y se lanzó en su silla suspirando. – Esto se va a solucionar, se tiene que solucionar – Frotaba su frente en desesperación. – No sé qué haría sin ti, Andrew. – Se dijo – ¡Ja! y pensar que ni te quería conocer…
FLASHKBACK…
- No, no puede ser Emma.
- ¿Qué paso Julia? – Pregunto al ver a su amiga llegar alterada - ¿Por qué estas así?
- Mis abuelos se han vuelto locos, bueno, mi abuelo –corrigió – Quiere que me case.
- ¿Qué? – Grito su amiga. - ¿Qué te cases? Pero ¿Cómo? ¿Por qué? – estaba tartamudeando.
- Ellos dicen que lo mejor para mi futuro es que me case, hasta tienen un prospecto ya – dijo cansada – Debo conocerlo esta noche.
- Pe… Pero, ellos ¿no?
- Lo saben Emma – Interrumpió. – Y nunca les ha gustado el hecho de que yo sea una lesbiana.
- Ahora si no entiendo nada. – Colocándose una mano en la frente.
- Yo les dije cuando era una adolescente, pero a ellos no les gustó nada eso, pensaban que era una etapa y al darse cuenta que pasaron los años y yo seguía con mis “gustos” ellos buscaron la forma de persuadirme, pero les he dejado en claro que no quiero a un hombre en mi vida.
- Entonces ¿Qué pasa ahora?
- Ahora pasa que, me están amenazando con dejarme sin herencia, y eso no me importa para nada. Pero… - Agacho la cabeza triste.
- ¿Pero qué Julia? – cuestiono.
- Mi abuela está enferma y mi abuelo, él me dijo que ella quiere que le dé bisnietos y que cuando ella no este yo no me quede sola – Finalizo.
- No puede ser – escandalizada – Es tu vida Julia, ellos no pueden obligarte a nada. Además aun estas estudiando, ni siquiera cumples los 21 años.
- Lo se Emma, pero ellos han dado todo por mí.
- Si Jul ¿Pero te vas a casar con un desconocido por eso?
- No quiero eso, pero...
- Estas sacrificando tu vida.
- Supongo – Contesto resignada.
Julia se sentía comprometida a hacer lo que sus abuelos le decían. Ellos la criaron desde que perdió a sus padres a muy temprana edad.
Los abuelos de Julia son maternos. Ella había tenido su apellido, desde que ambos padres de esta murieran. Ninguno quiso a Oleg por ser pobre, entonces Larissa huyo con él, casándose eventualmente y renunciando por completo a su familia. Fue muy feliz hasta que una enfermedad terminal acabo con su vida, cuando Julia apenas tenía 5 años. Tres años más tarde, Oleg, sumido en la depresión se lanzó al abandono hasta enfermar y morir también.
Los padres adoptivos de Larissa (Abuelos de Julia) estuvieron fuera de sus vidas desde que esta huyo para casarse con un hombre, que, según sus palabras “no estaba a su altura” Pero al enterarse que ella había muerto y Oleg también. Pelearon la custodia de Julia y le dieron su apellido. Para posteriormente criarla.
Además, ella tiene muy pocos recuerdos de sus padres, lo más presente en su vida, es la crianza de sus abuelos. A los cueles, cree y se siente en deuda por ello.
- Julia, hija. Conoce a tu futuro esposo, Andrew Peters – Le presentaba Anton.
- No es ruso – Se presentó sarcástica, dándole la mano.
- Vaya que es inteligente – Andrew rió ante su sarcasmo. – Un placer, Julia – Dijo con una sonrisa.
- Quisiera decir lo mismo.
- ¡Julia! – La reprendió su abuelo.
- No se preocupe Anton, creo que nos llevaremos bien – Dando una sonrisa de suficiencia que a Julia le pareció asquerosa.
- Ya todo está establecido Julia, no quiero sorpresas. En dos meses se casan. ¿Está claro?
- Si abuelo – Fue lo único que respondió, lanzando una mirada de odio hacia Andrew, que le correspondió con otra sonrisa.
FIN DE FLASHBACK
- Mami, iré al columpio – Decía emocionada Rossie.
- Esta bien princesa, pero ya queda poco tiempo, tu papi está por llegar – Acariciando su mejilla.
Pocos minutos después, Andrew llegaba al parque.
- Julia, querida – Saludo - ¿Y la niña? – Buscándola con la mirada.
- Esta allá – Señalándola. – Discúlpame por hacerte venir hasta acá, Rossie insistió antes de irse a casa contigo.
- No te preocupes, me imagine que eso pasaría. La conozco bien – sonriendo – Ya hice algunas llamadas, después de que hables con Rahul, veremos que dice y moveré influencias si es necesario para conseguir el permiso antes y puedan registrar la firma.
- No sabes cuánto te lo agradezco- Con una sonrisa en su rostro, lo abrazo – Aún no he querido decirle a Emma, no quiero que se retrase más el proceso, ni preocuparla, hemos tardado demasiado tiempo.
- Quédate tranquila Jul, todo saldrá bien. Tu solo habla con Rahul, él tiene un conocido ministro que creo puede ayudar – Dijo para alentarla.
La conversación duro un par de minutos hasta que ambos llamaron a la niña y esta al llegar con ellos se despidieron de Julia, dejándola en el parque.
- ¿Sera que Anjali salió ya y olvido que la esperaría aquí? – Pensaba la morena. Entonces decidió levantarse y caminar un poco mientras su amiga llegaba.
Era nuevo hermoso día. Julia caminaba por el parque sin saber que a unos metros de ella, estaría una persona que no pensaba se encontraría.
Mientras tanto, en la academia de baile…
- Vamos Jenny, ya sabes que debes hacer. – Le recuerda Naya.
- Ya se Nay, yo llegaré justo cuando la profesora estará “encima de ti” acosándote. Pero ¿Cómo harás para que este en el auditorio justo a esa hora? – cuestiona – Y precisamente esa es la hora donde la directora también pasa revisando todo.
- Pues eso es en lo que quiero que me ayudes. Tú vas a desviar a la directora unos minutos, después te adelantas y serás mi testigo en el “acoso” para cuando ella llegue.
- No lo sé – Decía dudosa. – Esta bien la idea, pero el plan en sí, no lo sé- repitió - ¿Cómo te le vas a insinuar? Y ¿si no cae en tus encantos? – Burlándose al preguntar lo último.
- No seas idiota – dándole un golpe – Nadie se resiste a mis encantos – Provocando la risa de ambas.
Lo que las chicas no sabían, era que la profesora justo después de la práctica se había regresado, escuchando todo su plan. Pero inteligentemente decidió no hacer escandalo alguno, simplemente le daría una cucharada de su propia medina a las estudiantes.
- Una lección, muy bien merecida. – Pensó.
Como ya sabía de qué trataba todo, llamaría a la directora pidiéndole ser ella quien haga la revisión por los auditorios, para que esta no estuviera presente ese día. Logrando la primera fase de su plan, para la lección a sus estudiantes.
- ¿Vamos por un café?- Pregunta Naya arreglando sus cosas para salir.
- No puedo – niega Jenny – Tengo algo que hacer.
- Mmmm… ¿Algo que deba saber? – Con mirada de sospecha.
- No es nada malo. – Eliminando toda sospecha de su rostro – Simplemente, tengo una disculpa que hacer.
- Si tú lo dices. – Respondió sin entender, entonces se despidió, retirándose luego.
La profesora Morris se escondió al escucharla acercarse. Después que ambas estudiantes se retiraron ella hizo lo mismo. En el camino iba haciendo la llamada a la directora.
En el parque, la morena seguía caminando hasta encontrar un rostro familiar, sonrió y camino en su dirección.
- Hola – dijo la morena. – Buenas tardes.
- Buenas tardes – respondió Lena con una mano en el pecho. Reconoció la voz y sonrió para sus adentros.
- Perdón, le asuste. – Se disculpó Julia.
- No se preocupe, estaba distraída pensando. – Contestó amable.
- ¿Le molesta que me siente con usted? – Preguntó.
- En absoluto. – acomodándose en el banco donde estaba.
- ¿Y cómo está hoy? – Julia hacía conversación.
- Muy bien, gracias. ¿Usted?
- Bien, también – sonrió. Lena sintió a su perro moverse y era porque Julia le acariciaba. – Hermosa – susurro.
- ¿Perdón?
- Hermosa, su perra. – aclaró.
- Es perro, se llama Beethoven. – Julia comenzó a acariciar el can llamándolo por su nombre con voz aniñada, provocando la risa en Lena.
- Disculpe, mi nombre es Julia. – Se presentó. – Julia Volkova.
FLASHBACK…
- Le pondremos el apellido de su padre de nuevo Anya – decía el hombre – quiero limpiar todo rastro de Julia.
- Pero ¿Qué le diremos cuando despierte Anton? Desde que la tenemos con nosotros le diste nuestro apellido. Cuando se recupere hará preguntas. No podemos simplemente decirle por qué hiciste eso. ¿Y si no logras convencerla de que no haga nada con…
- ¡No me importa! – Grito Interrumpiéndola – No quiero que nadie sepa nada, que nadie se entere de lo que paso. Y mucho menos quiero a mi única nieta implicada. Le cambiaremos el apellido una vez más y es mi decisión final – sentenció.
- Esta bien – accedió – cuando pregunte, le diremos que es tu regalo. Que conserve algo de su padre, y que mejor que su apellido. ¿Te parece? – Esperando la aprobación de su esposo.
- Como sea, no nos queda de otra. – Aceptando la propuesta.
FIN DE FLASHBACK
- Mi nombre es Elena, Elena Katina. Pero todos me dicen Lena – Sonriendo le da la mano y Julia la toma. Se quedan así por largos segundos, hasta que Lena siente a su perro moverse, entonces suelta la mano de Julia.
- Y… ¿Eres de por aquí Elena? – Rompiendo el silencio.
- Por favor, dígame Lena. Sí, soy Rusa de sangre pero nacida en Londres.
- También soy rusa, aunque nacida en Moscú, pero cuando mis padres murieron mis abuelos me trajeron a Londres.
- Lo siento mucho.
- Paso hace mucho tiempo. – Restándole importancia – Y… ¿estas casada? ¿Tienes hijos? – No dejaba de hacer conversación. Esa pelirroja le daba mucha curiosidad.
- No, ni casada ni con hijos. Vivo con mi madre.
- ¡Vaya! – Exclamo.
- ¿Sucede algo? – Pregunta extrañada.
- Es extraño una mujer tan linda sin pareja, es todo. – Le salía natural. Estaba muy interesada en esa pelirroja. Lena se sonrojo por el comentario pero no dijo nada. - ¿Siempre vienes a este parque Elena? perdón Lena. – Corrigió.
- Bastante seguido, de hecho.
- Otro motivo más para venir – Sacando una sonrisa en la pelirroja. – Últimamente vengo por mi hija, le ha gustado mucho el lugar.
- Cierto, la última vez era ella quien llegaba con usted.
- Por favor dime Julia, y sí, mi hija se llama Rossie. Tiene 6. Acabamos de volver a la ciudad. Cuando mis abuelos me trajeron, viví aquí hasta los 18 años, luego me fui a estudiar en Alemania.
- Qué bien suena eso. – Emocionada.
- Si, pero nada como estar en casa.
- Lo sé.
- Ahora que sé que vienes acá, yo haré lo mismo. Es un placer conocer mujeres hermosas con quienes hablar. – Lena no pudo evitar sonrojarse una vez más.
- Gracias por el cumplido, estoy segura de que hay mejores personas con quien compartir.
- Eso realmente lo dudo. – Lena estaba totalmente nerviosa, no sabía que decir o hacer. Pero no quería irse. Sentía la necesidad de estar cerca de esa mujer, su sola presencia le hacía sentir bien.
- Creo que…
- ¿Lena? – Una voz conocida interrumpió. – ¡Julia! – Escucho saludar. Pudo sentir la presencia de Julia alejarse y supo el porqué.
- Disculpa la demora Jul. – Escuchaba desde su lugar - Hola Lena – Anjali saludaba.
- Anjali. – Se levantó con la ayuda de su bastón y tomando fuerte la correa de Beethoven.
- ¿Ustedes se conocen? – Pregunta Anjali.
- De hecho, es la segunda vez que nos encontramos. – Responde la morena.
- Me alegra – Sonríe mirando a Lena. – Julia, ¿y la niña? – Notando que la pequeña no se encontraba allí.
- Esta con Andrew, quiero hablar con Rahul algunas cosas.
- Y solo por eso me llamas. – haciéndose la indignada.
- Sabías que te vería desde antes. Es solo que se presentó algo.
- Lo sé, solo te molestaba. – Riéndose. - ¿Nos vamos?
- Si – Responde la morena. – Lena… – Dice girándose hacia ella – Ha sido un placer – Tomando su mano. – Espero que se repita.
- El placer es mío. – Estaba nerviosa y Julia lo había notado así que retiro su mano. – Adiós Anjali. – se despidió.
Las mujeres se retiran dejando a Lena en el parque con Beethoven. Volvió a sentarse, perdiéndose en sus pensamientos.
- ¡Lena! – Jenny llama su atención. – Llevo cinco minutos llamándote. ¿Dónde estás?
- ¡Jenny! Ahm… Nada, digo, aquí. Solo estaba pensando.
- Ajá… ¿Y esa sonrisa? – Lena quita la sonrisa de su rostro. Lo hacía involuntariamente.
- ¿Qué haces aquí Jen? – Cambiando el tema. No quería decir nada, conociendo a su amiga sabía que se emocionaría demás.
- Quería disculparme contigo y vine a llevarte por un helado – Invitó.
- Jenny… - Intentó hablar pero Jenny se adelantó.
- Solo iremos por un helado Len, además quiero hablar contigo.
- ¿Pasa algo? – Pregunta preocupada.
- Contigo, al parecer. – Lena suspira. – Trato de entenderte amiga. – Tomando sus manos entre las suyas.
- Esta bien. –acepta.
Como decidieron mejor ir a comer, pasarían primero por casa de Lena a dejar a Beethoven para luego ir al centro comercial. En menos de una hora ya estaban sentadas en su lugar de comida rápida preferido.
- Bien, Yo quiero una hamburguesa doble con queso y papas. – Pedía Jenny. – Para redimirme contigo Len, pediré para ti un helado triple de chocolate porque sé que es tu favorito. – Agrego, ordenando.
- Gracias – Dijo con una sonrisa. – Pero eso lo retiraremos luego de la comida. – Aclaró – Ahora, yo quiero una hamburguesa también con papas y que sea doble queso por favor – Ordenando también.
Terminaron sus órdenes y Jenny pago la cuenta. Luego caminaron a la mesa, Jenny llevaba la bandeja con el pedido. Una vez allí, comenzaron a comer.
- Me imagino que te fue muy bien en la terapia hoy. - Comenzó Jenny.
- No empieces con insinuaciones Jen. – con tono cansado.
- No es eso Lena, para nada. Lo digo por la sonrisa que tenías cuando llegue al parque.
- ¡Oh! – Lena se sonrojo y se puso nerviosa al recordarlo.
- Además. Estabas ida. ¿Qué tanto pensabas?
- Nada, en que preparar para la clase de esta semana. – Intento cambiar de tema.
- ¿No me dirás?
- ¿El qué?- Fingiendo no saber. Jenny suspiró. – Si, me fue bien en la terapia. – Fue lo único que dijo.
- Me alegro mucho Len. – escucho a su amiga soltar un bufido. – Hablo en serio. Sabes que me importas y solo quiero lo mejor para ti.
- Gracias.
- Que no pasará si sigues encerrándote. - Murmuro después de unos segundos.
- No empieces por favor. - Le pidió, sabiendo que un sermón venía en camino.
- Te conozco bien Lena, estabas bien y desde que la doctora te sugirió dejar la terapia, has vuelto a encerrarte y ya casi ni compartes con Nay o conmigo.
- Eso no es cierto. – Se defendió.
- Sabes bien que sí. No has querido hablar últimamente. Sabes que el otro día te vimos con ese diario pero simulaste que solo lo estabas guardando. Lo tenías casi escondido Lena, por algo lo sacaste.
- No estoy encerrándome ni nada Jenny.
- ¿entonces qué pasa? Puedes hablar conmigo, por algo somos amigas. Me duele que me alejes de ti. Y Naya piensa igual, aunque no lo diga, solo por no herirte.
- Nada de eso es necesario. No tengo nada. – Fingiendo con una media sonrisa.
- A mí no me engañas. Y no dejare de insistir.
- Tú no cambias Jenny. Siempre insistente. – Negaba con la cabeza.
FLASHBACK…
- Jennifer Hartman – Llamaba la directora del colegio.
- Si soy yo.
- Como ya te informaron, fuiste la ganadora de la beca para estudiar en el extranjero por tus notas.
- Sí – Asintiendo.
- Bueno, nos acabamos de enterar que hubo un problema con la documentación por el último hogar de adopción en el que estuviste.
- ¿Qué? – abriendo grande los ojos.
- Que tus papeles no fueron devueltos a tiempo. Los restantes al menos, debías irte la semana pasada y hasta ahora estábamos tratando de agilizar el proceso para poder enviarte. Pero no será posible. – Lamentó
- No, no puede ser. – Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
- Lamentamos informarte Jenny, que la beca será dada a otro estudiante.
- Pero… Pe… Per. - Tartamudeaba - ¿Qué necesitan? ¿Por qué no me avisaron antes? - dijo con voz desesperada.
- Esto no tiene nada que ver con usted señorita. Es documentación del seguro y tus antiguos padres adoptivos nunca respondieron a ninguna notificación que se les hizo para entregar todos tus documentos.
- Yo puedo conseguirlos. – Se apresuró a decir.
- Ya es tarde Jenny.
- ¡No! Por favor – Pidió. – Por favor, yo conseguiré lo que necesito. Pero no dejare ir esta oportunidad. Se lo pido – Suplico esta vez.
- No es posible. No hay forma de viajar sin esos papeles.
- Antes de finalizar la semana. – La directora intentó hablar pero Jenny no se lo permitió – Insisto, deme dos días y yo misma los traeré.
FIN DE FLASHBACK
- Conocí a una persona, entonces… – Comenzaba Lena.
- ¿Entonces? – Instándola a continuar.
- Desde que la conocí, sentí la necesidad de ir por el diario.
- ¿Por qué? – Cuestionó.
- Porque su sola presencia me hizo recordar la paz que siento cuando tengo el diario en mis manos. – suspirando.
- No puede ser. – tapando su boca - ¿Cómo? – pregunto sin poder creerlo. – No creo que sea algo bueno.
- Lo mismo me dijo Anjali.
- ¿Quién es? ¿Dónde la conociste?
- Sabía que esto pasaría. – Suspirando.
- Por favor Lena, somos amigas. Sabías que sería así. Ahora, Cuéntame.
- La verdad apenas si intercambiamos algunas palabras. Pero estando cerca la sentí, es decir, sentí lo mismo que…
- Con el diario. – Jenny se adelantó – Ya lo sé. Pero ¿Quién es? ¿Cómo se conocieron?- Su tono era de preocupación.
- Pausa Jenny – pidió. – hace algunas semanas, tropecé con una mujer en el parque, hablamos por dos segundos y ya. Fin de la historia – Mintió. No quería llamar más la atención de su amiga.
- No puedo creer que por intercambiar algunas palabras con una desconocida sientas lo que dices y eso te hiciera recordar el dichoso diario.
- ¿Dónde está Nay? – Pregunto tratando de evitar hablar más al respecto.
- No quieres hablar más del tema, ok. Entendí. Naya anda ideando como acosar a la nueva suplente.
- ¿Cómo? – Se sorprendió – ¿Volvió a las andanzas? – Dijo chistosa.
- No, es solo un plan para hacer que la despidan. La mujer es una perra. – Dijo lo último provocando la risa de la pelirroja.
En casa de Anjali, una Julia desesperada esperaba por Rahul. Necesitaba hacer todo lo posible por conseguir el permiso de trabajo de su socia, o no podría registrar su firma.
- Buenas noches. – decía Rahul al llegar a la sala. – Hola Julia. – Saludando con un beso en la mejilla. – Amor. – saludo a su esposa, que tomaba su abrigo. Mientras lo ubicaba, Rahul se sentaba frente a Julia.
- ¿Qué tal el trabajo Rahul?
- Bastante bien. Y ¿Para cuándo abrirá la firma?
- Esperaba hacerlo este mes. Emma llega mañana. Pero…
- ¿Pero?
- He perdido su permiso de trabajo.
- ¿Cómo? Julia si tú eres muy organizada. ¿Qué sucedió?
- No lo sé. – Poniendo las manos en su cabeza. – Por eso quería hablar contigo.
- ¿Conmigo? – respondió extrañado.
- Si, Andrew dice que tienes más contactos que él. Cree que me puedes ayudar con eso.
- Lo de los contactos, no creo que sea tan cierto. – Riendo. – Pero de ayudarte, tal vez tenga razón.
- ¿De verdad? – Pregunto con voz esperanzada.
- En el registro, tengo un amigo que puede aceptar hacer el trámite con la constancia. Esto claro, si tienen la constancia y tramitan el permiso antes de los tres meses
- ¿En serio? – Dijo con emoción. - ¿Harías eso por mí?
- Por supuesto. –Sonriendo.
- No sabes cuánto lo aprecio Rahul. – Se levantó dándole un abrazo.
- Supongo que ya todo está solucionado. – Anjali llegaba con un par de bebidas.
- Todo gracias a tu galante e inteligente esposo. – dice Julia.
- ¡Que halago! – responde Rahul. – Anjali se acerca a él y lo abraza, agradeciéndole también.
Quedaron conversando por un rato más hasta que Julia se despidió para ir a cenar.
- ¡Buenas noches! – Julia llegaba.
- ¡Mamii! – La niña sale corriendo, abrazándola emocionada.
- Veo que todo está bien. – Aparece Andrew. – Supongo Rahul te ayudo, esa sonrisa de felicidad la conozco perfectamente. – Dándole un abrazo a la morena.
- No te equivocaste al aconsejarme ir con él y justo ahora. – Sin quitar la sonrisa de su rostro. – Como siempre, tu teniendo razón. No sé qué haría sin ti. – Dándole un abrazo.
FLASHBACK…
- Vamos Julia, querida, sabes que es lo mejor.
- No lo sé Andrew. No estoy segura. – Respondió dudosa.
- En cambio yo, estoy totalmente seguro de que Anton dejara de molestarnos con que tengamos un hijo. Lo mejor será que quedes embarazada ahora que esta insistente, para evitar problemas con él, sabes como es. – Abrazándola.
- Sigo sin estar segura, aún somos jóvenes, apenas si llevamos dos años casados.
- Pero lo conoces mejor que yo, y sabes perfectamente que no descansará hasta lograr lo que quiere.
- Tienes razón. – Decía pensando.
- Y ya sabes la forma en que haremos todo. – Riendo, ganándose un golpe de la morena.
- Que idiota eres. – dándole golpes en el hombro.
- Ya Julia, ya. – pedía. – Cálmate. Estaba bromeando contigo. – Ella lo miro de reojo. – Mejor ponemos el marcha el plan ¿no? Ellos nunca se darán cuenta.
- Bueno, siempre y cuando las cosas sean como yo quiero. – Sentenció.
- Como diga jefa. – haciendo un saludo militar. – Después de todo esto me darás la razón… Una vez más.
- Ya cállate tonto. – Negaba con la cabeza sin dejar de reír.
FIN DE FLASHBACK
- Entonces… ¿Todo está bien?
- Casi perfectamente Andrew – Julia sonreía.
- Bueno, me alegra mucho. Esto hay que celebrarlo.
- Un momento. – lo detuvo. – Esto se celebrará una vez la firma este registrada y hagamos la apertura oficial. Han pasado demasiadas cosas, no quiero que algo más aplace esto.
- Como diga jefa. – Riendo. – Pero igual nos tomaremos unas copas, porque yo tengo también buenas noticias.
- ¿Si? – Alzando una ceja.
- No es nada de eso.
- ¿Entonces?
- Que moví influencias, y podemos tramitar el permiso para dentro de una semana. – Julia se levantó emocionada pero Andrew la detuvo. – Siempre y cuando esté presente la persona, es decir, Emma debe estar allí a más tardar pasado mañana.
- Por eso no te preocupes, ella llega mañana.
- Entonces Mazel tov – Dijo alzando su copa, provocando una carcajada en Julia.
- ¿Desde cuando eres judío? – pregunto sin parar de reír.
- Soy pro- celebraciones, querida. – Ofreció su copa para brindar y Julia tomo la suya alzándola de la misma forma.
Las amistades nacen así, de la nada.
Y el amor… El amor, puede llegar a ser incluso más inexplicable.
No solo nace de la nada.
Con él te sorprendes a tal grado, que puedes confundirlo con cualquier otra cosa, pero no reconocer o saber que es amor.
Todo se debe a su naturaleza y lo que trae con él.
Yo creí que nuestra amistad había nacido, y eso éramos… Una estrecha amistad.
Pero hoy y cada día reconozco que esto evolucionó a mucho más, desde hace tanto tiempo ya.
Lo ha sido desde que compartimos el mismo espacio y tiempo.
Será… Será ¿Coincidencia o Destino?
Y el amor… El amor, puede llegar a ser incluso más inexplicable.
No solo nace de la nada.
Con él te sorprendes a tal grado, que puedes confundirlo con cualquier otra cosa, pero no reconocer o saber que es amor.
Todo se debe a su naturaleza y lo que trae con él.
Yo creí que nuestra amistad había nacido, y eso éramos… Una estrecha amistad.
Pero hoy y cada día reconozco que esto evolucionó a mucho más, desde hace tanto tiempo ya.
Lo ha sido desde que compartimos el mismo espacio y tiempo.
Será… Será ¿Coincidencia o Destino?
Continuara
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
Pensativa
Oye realmente volviste,y con una buena continuación, es agradable. Leerte,y por lo de tu frecuencia por acá, no importa después que nos traigas buenas historias como esta.
Zanini-volk- Invitado
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Los mini encuentros entre Yulia y Lena son tan tiernooooos <3
Ya quiero saber q va a pasar con ellas, con Emma, con Jenny <3, con Naya <3, con Heather <3
Espero continues prontoooo
Aqui, una fan n.n
Ya quiero saber q va a pasar con ellas, con Emma, con Jenny <3, con Naya <3, con Heather <3
Espero continues prontoooo
Aqui, una fan n.n
My_love_4_u- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 11/10/2016
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Hola
esta muy emocionate e intrigante
espero a sigas pronto quiero ver
como se va desarrollando este historia
espero no te demores mucho
esta muy emocionate e intrigante
espero a sigas pronto quiero ver
como se va desarrollando este historia
espero no te demores mucho
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Buenas noches, vengo de pasada... Mis mas sinceras disculpas por la desaparición (va mas allá de mi) Sigo trabajando para poder estar presente pronto... Tengo el capítulo listo hace unas semanas y no había podido subirlo, pero aquí esta! Sin mas, espero que les guste (para mi regreso vendré con algo mucho mejor!!
Capítulo III
‘Mi amiga Jenny’
En un pequeño loft de la ciudad, se escuchaba el teléfono sonar una y otra vez. Aparentemente no hay nadie en el lugar. Minutos más tarde la chica sale del baño, aun mojada y solo una toalla cubre su cuerpo desnudo.
- Bueno. – Responde el teléfono.
- Hola perra. – Se escucha del otro lado.
- Ah, Naya… - Responde sin ánimos.
- Yo también te quiero amiga. – riendo. - ¿Por qué tardaste en contestar? ¿Estas con alguien? ¿Interrumpí? – Subiendo la voz. - ¿Por eso me dejaste sola en la tarde? ¡Increíble! Pudiste decirlo desde un principio. – Decía a punto de colgar.
- !Hey! !NAYA! –Gritó Jenny. – Si tan solo me dejas contestar, obtendrías tus respuestas.
- Tienes razón. – Riendo nuevamente. - ¿Entonces?
- Pues… Fui a disculparme con Lena, estuvimos hablando y comimos. Llegue hace un rato y me estaba dando un baño cuando llamaste. Ahí mi respuesta.
- Ahh, no fue nada. Y yo pensaba que andabas de regalada con alguna mujer. – fingiendo molestia. – Dejándome por fuera, a mí, tu consejera y compañera de conquistas.
- Deja el drama por favor. – Pidió. - ¿Qué quieres?
- Nada, solo molestar. – Haciendo burla. Cuando Jenny casi cuelga la llamada hablo de nuevo – Idiota, solo quería recordarte el plan de mañana.
- Okay… – Rodando los ojos. – Espera a que termine mi baño y te llamo. Finalizando la llamada para volver a su relajante jacuzzi.
Una vez en su baño, la castaña puso música para disfrutar más su hora de paz. De momento recuerdos de su pasado llegaron a ella de manera tan inesperada que se estremeció por lo repentino de esto. Hacía tanto tiempo que no pensaba en su vida pasada.
FLASHBACK…
Una pequeña de 5 años lloraba en un rincón, del otro lado de la puerta dos personas discutían.
- Lo siento, pero aquí no podemos recibirla. – Hablaba el hombre alto, con postura firme.
- Pero señor, la pequeña acaba de quedar huérfana. Child services me envió aquí. Dijeron que podrían tenerla hasta asignarle un lugar, mientras tramitan sus documentos.
- Sabe cómo es el procedimiento Agente. – El hombre se notaba molesto.
- Se cómo es el procedimiento, pero allá afuera tengo una niña que llora porque hace horas se enteró de que sus padres habían muerto en un accidente de auto y a través de la policía ya que su niñera era apenas una adolescente. ¿Cómo le digo ahora que además no tiene lugar donde quedarse?
- Entiendo todo eso, pero no es mi problema. – La niña aun con lágrimas en sus ojos era testigo de tal discusión sin que estos se dieran cuenta.
- Será su problema cuando traiga una orden del juez y se vea obligado a recibirla, esta vez permanentemente. – sentenció la mujer.
- Yo no funciono bajo amenazas agente.
- No es una amenaza…. Escuche, debo continuar mi caso y no quiero perder más tiempo. Esta pequeña merece quedarse en un lugar decente, mientras solucionamos su estatus con el estado. Apenas tiene 5 años, sea comprensivo por favor. – Pidió, suavizando su voz.
- Esta bien – el hombre suspiró. – Le doy dos días agente, no más. Tengo mucho trabajo que hacer aquí.
- Se lo agradezco. – Dándole la mano.
Muy lejos de sentirse mejor, la pequeña solo podía llorar. Ninguna palabra podía consolarla. Ninguna acción podía aliviar su dolor. Era una bebe, con tan solo 5 años perdió a su única familia, en un abrir y cerrar de ojos estaba completamente sola y a merced de extraños.
FIN DE FLASHBACK
El timbre del loft sonaba insistente. Al no ser respondido la puerta sonaba también, pronto se escuchó ‘un momento’ desde el interior del lugar. Este insistente llamado interrumpía un momento que hacía mucho tiempo no se daba. La castaña se acercaba a la puerta, arreglando su aun cabello mojado.
- ¡Jenny, abre! – Escucho poco antes de llegar a la entrada.
- ¿Naya? – Susurro para sí misma - ¡Demonios! ¿Por qué no puedes ser más pacie…- Abría la puerta y no termino la frase al darse cuenta que su amiga no estaba sola.
- ¡Sorpresa! – Le grito Naya señalando la compañía. – Pijamada en tu casa. – dijo antes de auto invitarse a entrar.
- ¿Lena? ¿Qué… Qué? – Balbuceo viendo a su amiga entrar.
- Lo siento. – Decía apenada la pelirroja.
- Pasa, ven. – Jenny le invita a entrar. – No te disculpes, estoy segura que todo fue idea de la loca esa. – mirando a Naya.
- Cállate Hartman, sabes que me amas así loca y todo. – dijo, provocando la risas en ambas amigas.
- Bueno… – dice Jenny, dejando de reír. - ¿A qué se debe tan agradable sorpresa? – Sentándose junto a Lena en su sala.
- Ya te dije, pijamada. – Comenzando a quitarse la ropa. – Me cambiare de una vez – Busco algo en su bolso y se cambiaba ante la mirada de Jenny.
- Apuesto a que se está desvistiendo en tu sala Jen. – Lena susurro a su amiga, logrando que esta soltara una carcajada.
- Sabes cómo es. – sin parar de reír.
- Te estoy escuchando Lena – Hablaba la morena. – En fin, sé que tenemos muchas cosas de que hablar y por eso traje la caballería. Hoy dormiremos bastante tarde. – Anunciando el porqué de su inesperada fiesta.
Una hora más tarde, las chicas reunidas en la sala terminaban de comer pizzas y bebían. Una típica noche de chicas, como la llamaban. Ya pronto comenzaba el bombardeo de preguntas.
- Bien… – empezó Naya – Primero que nada estamos aquí por ti Jen, pero Lena. – tomando su mano. – Tú no te salvaras tan fácil. – Dejando una Lena sorprendida.
- Nay… – Decía Jenny.
- No, no. Las conozco a la perfección y en esa salida de ustedes paso algo interesante. Lo cual, obviamente, quiero saber. – sonriendo orgullosa por su descubrimiento.
- ¿Y que se supone es “algo interesante”? – Preguntó Lena haciendo comillas a lo último.
- Eso es lo que me van a contar.- Respondió. – Jenny, tu primero. – Señalándola.
- No hay nada que contar. – Fingiendo.
- Jennifer Hartman. – Amenazó la morena. – Tú me colgaste la llamada, te fuiste sin mí en la academia, actuaste extraña todo el tiempo. ¿Acaso tengo dos días conociéndote? ¿Me crees tonta? – dijo lanzándole una mirada retadora.
FLASHBACK…
Una apresurada Jenny, corría por las instalaciones. Con angustia, pues iba muy tarde. En pleno pasillo y antes de entrar al salón correspondiente se abre la puerta provocando que la castaña choque con la misma, y empujando a la quien abría.
- ¡Ve por donde caminas idiota! – Se quejaba una morena desde el piso, mientras recogía los libros que cayeron gracias al golpe.
- Lo siento, lo siento. – se disculpa la castaña muy apenada. – Es tarde. – decía agitada al levantarse. – Venia… Venia, a clases. – Mostrando una sonrisa.
- Vaya. – Esta vez la morena estaba frente a ella. – Bastante tarde diría yo. – Soltó con una risa burlona. – Debes ser la nueva. – mirándola de arriba abajo. – Ya la clase terminó.
- ¡Demonios! – Exclamo Jenny.
- Tienes buen vocabulario por cierto. – Hablaba la morena una vez más. – Ya ni te molestes en llegar, la profesora se fue hace diez minutos. No pierdas tu tiempo becada. – diciendo lo último a manera de insulto hacia Jenny.
- Y supongo que una hija de mami y papi me lo va a impedir ¿O me equivoco? – Contestó Jenny con altanería, para no dejarse humillar.
- Mira niñita… – Iba a amenazar la morena pero fue interrumpida.
- Naya no empieces por favor. – Pedía una pelirroja acercándose a ellas. – Hola, soy Lena. – Le da su mano presentándose.
- Jenny, hola. – Respondiéndole el saludo.
- Mucho gusto Jenny, bienvenida a la secundaria Dreams. – mostrando una sonrisa que la castaña respondió.
FIN DE FLASHBACK
- Pero que intensa eres. – Contesto Jenny relajándose un poco. – Esta bien, tu ganas. – Accediendo.
- Ok, entonces… ¿Por qué actúas tan… Alejada? – Pregunta Naya después de pensarlo por un momento. – No me mires así Jen, es cierto.
- Además de que tu humor ha empeorado. – Intervino Lena. – Acaso ¿Necesitas sexo? – Comenzando a reír junto a Naya.
- Pero que perras. – haciéndose la ofendida.
Mientras la fiesta entre amigas ocurría, al otro lado de la ciudad una conversación diferente era llevada a cabo.
- Listo, al fin se durmió la pitufa. – Andrew llegaba a la cocina junto a Julia.
- Te dio batalla ¿cierto?
- Ya sabes como es.
- Vaya que sí. – Riéndose. - ¿Quieres una copa?
- Una mas no me caería mal. – Aceptando.
- Creo que esta sería la quinta, así no vas a conducir. – advirtió.
- Como usted diga general. – haciendo un saludo militar. Llegaron a la sala y Julia sirvió las dos copas, luego tomaron asiento. - Brindaremos una vez más por ti. – levantando su copa. – por el exitoso futuro y todo lo que trae consigo, salud.
- ¡Salud! – Chocando sus copas. – También brindo por ti. – Andrew la mira si entender. – Así es. Ya me enteré que decidiste por fin leer el testamento de tus padres, bueno, tu padre. – corrigió.
- Ahh, eso. – Andrew se tensó un poco, dejando su copa a un lado. – Te dije que no lo haría hasta que tú no lo hicieras. Supuse que te enterarías, aunque no tan rápido.
- Ya hablamos de eso Andrew. – Levantándose para servirse otro trago. – No pienso buscar ese testamento. – Volvió a su lugar y continuó. – Además me ofendes ¿Cuánto tiempo pensaste que me tomaría averiguar que llamaste a la firma para escuchar la lectura del testamento?
- La verdad, pensé que tendría tiempo de decírtelo yo. – Con una sonrisa en sus labios.
- Te equivocaste. Me llamaron, porque yo también debo estar presente.
- Eso creía, y no pienses que las cosas te serán tan fáciles. Esto es por nuestra hija, recuérdalo.
- ¿De qué hablas? – sin entender nada.
- En el testamento obviamente algo debe haber que involucre a la niña, ya lo sabes, pero para que yo asista a esa cita, tú debes también leer el testamento de Anton. Es mi condición.
- Estas loco. – Grito, levantándose de su asiento. – Eso no va a pasar. – bajando la voz pero con evidente molestia.
- Sabía que me dirías eso. – Dijo con calma, se levantó, buscando una copa más para él. – Julia, sucede que, a mí no me interesaba saber nada de lo que dice en ese testamento, al igual que a ti tampoco. Pero, he pensado últimamente.
- Parece que has perdido el don del pensamiento para mí. –Dijo seca.
- Muy graciosa. – Mirándola de reojo. - ¿Qué te hace pensar que no le estamos quitando el derecho a Rossie de lo que merece, lo que le pertenece?
- Ella no necesita nada. – Sentenció la morena. – Todo lo que tiene, necesite y quiera, se lo puedo dar yo. Para eso soy su madre.
- Y yo soy su padre Julia, esto es algo que quiero hacer para ella. Si, por ahora nos va bien, pero quiero asegurar su futuro.
- Creo que en el fondo eres tan ambicioso como tu padre o mi abuelo. – Soltó con rabia, arrepintiéndose al instante de lo que había dicho. Tapó sus labios. – Lo siento, lo siento. – se disculpa acercándose a Andrew que permanecía estático. – Las copas debieron hacer efecto en mí, lo siento Andrew. – volvía a disculparse.
- No te preocupes Julia.
- Este es un tema delicado para mí. Sabes que no me gusta hablar de esas cosas. – Frotando su frente.
- Pues a mí tampoco, pero… - Se quedó callado y Julia lo mira extrañada.
- ¿Hay algo más? – Pregunta sabiendo la respuesta.
- Hay algo más. – suspira. – Me he reunido con los contadores estos últimos meses, luego de un alerta que me llego de uno de los bancos de la compañía… Y, hay problemas. – Guardo silencio, bebiendo de su copa muy lentamente.
- ¿Qué tipo de problemas? Sabes que si yo puedo… - No continuo pues Andrew interrumpía para continuar su relato.
- Yo sé perfectamente que cuento contigo Julia, pero el problema, los problemas. – corrige. – son más grandes de lo que pensaba. No fue solo un banco, hubo una estafa con unos inversionistas, eso ha sucedido por años, mucho antes de que mi padre muriera y yo me hiciera cargo. Los bancos al ser la compañía responsable simplemente enviaron algunas notificaciones y lo dejaban pasar por alto, pero este año se descubrió la raíz. Estos inversionistas utilizaban el nombre de la empresa y sus depósitos nunca tuvieron fondos.
- No estoy entendiendo nada. ¿Qué significa lo que me dices?
- La compañía tenía inversionistas fantasmas, que se encargaban de sacar el dinero de la empresa a través de sus cuentas en los bancos, debiendo también a ellos. Nunca se dieron cuenta porque la empresa creía que este dinero era invertido y obviamente devuelto. Algo que nunca pasó en realidad.
- ¿Cómo paso eso? ¿Cómo no se dieron cuenta? – Preguntaba una Julia sorprendida.
- Los involucrados en la estafa, presentaban documentación falsa.
- Pero, pero… – la morena no sabía que decir.
- Estos “inversionistas” desaparecieron. Los responsables y dueños de la documentación se han esfumado.
- ¿Cómo desaparece una persona?
- Con mucho dinero robado. – responde con una risa seca. – No hay rastro de ninguno, hace más de dos meses. – Andrew frota su frente. – Ya se hicieron las denuncias y todo lo que podía hacer hasta ahora.
- ¿Y la empresa está…?
- Prácticamente en la quiebra. – termina la frase. - No tengo el dinero suficiente para salir a flote, cuando mucho pagar las deudas.
- Pero la compañía terminaría por cerrar. – Interviene la morena. - ¿Por eso necesitas el dinero de la herencia?
- Por supuesto que no. Con eso mantendré a mi hija al tiempo que salgo adelante.
- Sabes que eso no será necesario.
- Claro que si Jul, es nuestra hija, desde que decidimos tenerla ha sido responsabilidad de ambos, no me malinterpretes, estoy seguro que tú puedes sola, pero ella también es mía y no quiero que le falte nada, menos que este en mis manos darle.
- Si, pero.
- Pero nada. – Interrumpió. – Está en nuestras manos… Hazlo por mí, por favor. – Pidió tomando sus manos.
- ¿Me pides que rompa la promesa?
FLASHBACK…
- Julia hija, me alegra verte. – Sonaba emocionado el hombre alto, y de cabello blanco.
- Hola abuelo. – Responde seca.
- Yo sé que también te alegras mi niña.
- ¿Para que querías verme? – Pregunta Julia con impaciencia.
- Directo al grano. Ya veo que el embarazo hace efecto a tu humor – riendo. – Vine a decirte, una vez la bebe nazca quiero que sepas que, obviamente, estará en mi testamento, y desde ese mismo día tendrá acciones en las empresas Kuznetsov. Sera la bebe con más acciones en una franquicia. – Dijo con orgullo en su voz.
- Creí haberte dicho abuelo, que nada de eso es necesario.
- Claro que lo es. – alzando un poco la voz – Es mi bisnieta Julia, y también heredera. Ella será entrenada para que maneje las empresas Kuznetsov.
- Abuelo, es mi hija, ella no será “entrenada” para nada.
- Será quien lleve en alto el nombre de la familia, no quiero que sea una rebelde como…
- ¿Como yo? – interrumpiendo. - Todo porque no quise estudiar administración, sino derecho. Porque no fui ese modelo ejemplar de nieta que querías.
- No volvamos con eso Julia, y no, no me refería a ti. Pero no hablaré del tema. Y si, te casaste e hiciste todo lo que te pedía, pero después cambiaste tus estudios y te alejaste del negocio de la familia ¿Qué esperas de mí?
- ¿Qué te hace pensar que te dejare manipular a mi bebe?
- No voy a manipular a mi familia hija.
- Entonces… ¿Qué soy, o mejor dicho. Quien soy yo?
- No entendiste lo que quise decir Jul, tu… Yo, yo hice todo por ti, quería solo lo mejor para ti. ¿Por qué nunca lo entendiste?
- Porque nunca te detuviste a pensar si lo que hacías era siempre lo mejor abuelo, o consultarlo siquiera. – Dijo con resentimiento. – Deje mi mundo entero en Inglaterra, me hiciste quedar en tierras lejanas, sola, SOLA. – Gritando lo último. – Prácticamente me forzaste a casarme…
- Fue por tu bien Julia – Interrumpió.
- ¿A quién engañas abuelo? Fue por tu beneficio, hiciste un trato que genero ganancias para ti ¿Pensaste que nunca lo descubriría? – Reprochó.
- Las cosas no son así. – Levantándose. – Busque un buen prospecto para ti, alguien que pudiera cuidarte emocional y económicamente.
- Por favor. – Susurro rodando los ojos. – No finjas, me negociaste al mejor postor.
- No te voy a permitir que me faltes al respeto Julia. – acercándose.
- ¿Qué? ¿Ahora me vas a golpear? – pregunto con altanería.
- Estas actuando tan… Tan… Te pareces a… - No termino su frase pues se escuchaba la puerta abrirse, acto que provoco que ambos voltearan a ver de quien se trataba.
- Buenas noches. – Saluda Andrew al entrar. – Anton. – le da un apretón de manos. – Querida. - se acerca a Julia y le da un beso en la mejilla. - ¿Todo bien? – cuestiona al sentir el ambiente tan pesado y ver las miradas que se lanzaban abuelo y nieta.
- Si, todo bien. – Responde Julia. – Mi abuelo ya se iba. – Este la miro pero no dijo nada.
- Te invitaría a cenar Anton, pero estoy cansado y la verdad quiero bañarme para dormir. – Andrew noto que algo pasaba así que hizo lo que pensó mejor, despedir al hombre.
- No hay problema hombre, yo debo irme. Ya Julia te pondrá al día. – Mirando a su nieta. – Ya te dije lo que haré hija, así que cuéntale a tu esposo las buenas noticias.
- Adiós abuelo. – despidiéndose.
Anton se retiró dejando a la pareja en la sala. No pasó mucho tiempo cuando Andrew comenzaba a interrogar a Julia sobre la visita de su abuelo. La morena le pidió sentarse para contarle lo ocurrido.
- Y básicamente él quiere hacer con ella lo que tenía planeado conmigo, pero lamentablemente le falle al final.
- Cosa que tampoco pasará con la bebe. – responde Andrew a su relato.
- Claro que no. Esto traerá problemas con él lo sabes ¿verdad?
- No te preocupes Jul, yo sé qué haremos para tranquilizarlo. – Sonaba muy seguro.
- ¿Ah sí? – preguntándose qué pasaba por su mente. – No podemos casar a la bebe solo para librarla de ese yugo Andrew.
- No es eso. Tan simple como que aceptaremos su oferta.
- ¿Qué? – Gritó la morena. – Te volviste loco, definitivamente. – comenzando a caminar de un lado a otro.
- Hey, hey… – Andrew la zarandeaba para que se tranquilizara. – No estoy loco, eso exacto haremos, Pero… – Se adelantó al ver que Julia quería interrumpir de nuevo. – aceptaremos con condiciones.
- Esto no me gusta. – respondió la morena.
- Las condiciones serán que sí, ella estará en el testamento y tendrá acciones, pero solo se hará cargo de todo si y solo si ella accede, y en su mayoría de edad.
- Pues sigo sin estar de acuerdo.
- No podemos simplemente alejarnos de nuestras familias Julia, bastante que lo hemos hecho hasta ahora. Eso no será algo definitivo, menos con su nieta. Ya hemos hablado al respecto. No queremos a la familia cerca como para manipularnos, pero tampoco tan lejos como para que quieras controlarnos luego.
- Seguro que tú lo sabes. Nadie lo entiende más que tú.
- Exacto. ¿Ahora comprendes mi idea?
- Si, pero no me parece. No sé, tengo un mal presentimiento.
- Hablare con Anton y le daré mis condiciones, punto final. Si no accede, el pierde.
- Pero yo no quiero nada de esto Andrew, ni siquiera con tus condiciones.
- Lo sé, por eso mismo están. Retrasaremos el proceso hasta que la niña tome sus propias decisiones y ya verás que ella tampoco querrá ser manipulada por él.
- Lo que nunca pasará. Escúchame bien Andrew, sea como sea. Me tenga que enfrentar a mi abuelo o no. ¡Eso no pasara! – Sentenció. – Nunca, te prometo Andrew que nunca dejare que mi abuelo este tan cerca como para permitirle manipular a mi hija.
FIN DE FLASHBACK
- Técnicamente no estarías rompiendo ninguna promesa Jul. Tu abuelo no está, y Rossie solo podrá manejar sus acciones después que cumpla la mayoría de edad. Si eso quiere, claro.
- Claro que sí, él no está presente, pero lograría su cometido. Sigo sin querer nada de esto.
- Yo solo quiero asegurar el futuro de mi hija, y por ahora yo estoy atado en deudas, que no piensan irse pronto. Con el dinero de la herencia de mis padres tengo una preocupación menos, mi hija lo es todo Julia y por ella lo que sea, lo sabes.
- Entonces ¿para qué demonios quieres que yo abra el testamento de mi abuelo también? – alterándose. – Ya sabemos que dice ahí. Pero yo no quiero hacer uso de eso.
- Porque estoy seguro de que nunca lo leerás, y con esta experiencia que estoy viviendo entendí, entendí que es lo mejor para Rossie.
- No puedo creerlo. – suspirando. – No puedo creer que al final él es el ganador.
- No hay ganador de nada Juls, Anton no está para manipular a Rossie. Además tú no permitirías eso nunca.
- No está, pero ella se verá involucrada en el mundo Kuznetsov.
- Solo si lo permitimos, y sabes que eso no pasará.
- No lo puedo creer. – Se repetía negando con la cabeza.
- Eso significa que… - Guardo silencio esperando respuesta de Julia, quien levanto la cabeza asintiendo. – ¡Gracias Jul! – Andrew se levanta y la abraza.
A medida que la noche avanzaba, el grupo de amigas seguía bebiendo, conversando, las risas no paraban y el interrogatorio tampoco.
- Y si Jennifer, ya me dijiste que te sientes triste pero ¿Por qué? No has hecho más que evadir el tema desde que lo mencionaste. – Naya comenzaba a impacientarse.
- Solo me siento sola, no lo sé. – respondió Jenny suspirando.
- ¿Me obligaras a sacarte información? – Amenazó la morena.
- Rivera compórtate. – Regaña Lena. – Ella puede decirnos lo que pasa. Jenny sabes que cuentas con nosotras, eres nuestra familia. – Tomo sus manos entre las suyas para mostrar su apoyo.
- Lo se Len, es solo que… - Guardo silencio por unos minutos.
- Yo he sido sincera todos estos años contigo, con ambas. – La pelirroja extiende su mano para que Naya la tomara. – Estoy segura de que tú también, como sé que lo que sea que tengas lo podemos superar juntas. O al menos intentar ayudarte. ¿No?
- Pues… Si – Responde medio dudosa.
- Siempre hemos sido honestas. Hasta yo. – decía Naya orgullosa.
- No sé porque pero. – suspira antes de continuar. – Me he sentido algo sola, extraño a mis padres supongo, el tener una familia.
- Pero nosotras… – comenzaba Lena.
- Lo sé. – Interrumpe Jenny. – No me malinterpretas Len, ustedes son mi familia, pero de la nada pasó, he recordado mi infancia y pues, me desanime un poco al pensar en mis padres. Saber que no están ni estarán más. Todo lo que pase antes de tener un poco de paz y tranquilidad en mi vida. – Su voz sonaba con tristeza y resentimiento.
FLASHBACK…
- Hartman ¿Jennifer Hartman? – Escuchaba el llamado de su nombre, mientras caminaba entre el grupo.
- Soy yo. – dijo apenas audible.
- Sígueme. – ordenó el hombre.
La castaña sabía muy bien a donde se dirigía. Era el camino que había recorrido ya un par de veces. Su mayor temor cada vez se volvía su más grande realidad. Por tercera vez era llevaba a un hogar de acogida. Con una familia de extraños, uno más malvado que otro. Personas interesadas en ganar dinero fácil por tener en casa una chica que espera algún proceso de adopción. Más ninguno se hacía realmente cargo de ella. Toda familia que había conocido hasta ahora solo se encargaba de hacerle la vida miserable. Sus “hermanos” de acogida solían burlarse de ella. De sus ojos, su color de piel. Se burlaban por no tener padres o hermanos de verdad, mientras ellos al menos tenían hermanos, ya fuera con ellos o en otras casas.
Jenny solo sentía angustia cada vez que era llamada a un hogar de acogida. Pero para su desgracia así eran las cosas. El centro donde fue ubicada no disponía de espacio suficiente para mantener chicos mayores de 10 años, y Jenny ya tenía 12. Por eso en los últimos 3 años era llevaba a hogares de acogida, pero debido a su comportamiento regresaba al centro. Y pues claro, Jenny solo llegaba a un límite de soporte hasta actuar de forma inadecuada, sabiendo que ese era su boleto de regreso al centro. Al menos allí no era la única extraña sin familia que se hiciera cargo de ella.
- Ellos son los Porter. – Le presentaba el hombre a una pareja, muy extraños a la vista, según Jenny.
- Hola Jenny. – saluda con demasiada emoción la mujer.
- Hola. – responde apenas.
- Yo soy Alice y él es Mark. – Presentando a su esposo.
- Nuestros hijos estarán felices cuando llegues a casa. – Dijo esta vez el hombre con una sonrisa.
Esto le dio miedo a Jenny, el solo pensar lo que se venía le atemorizaba. No le quedaba más remedio que aceptar y enfrentar las cosas. Después de todo ya sabía qué hacer cuando ya no pudiera soportarlo.
Jenny fue al nuevo hogar de acogida. Como era de esperarse las cosas salieron mal desde el principio, solo que esta vez no soporto ni siquiera seis meses. Al parecer mientras más grandes eran sus “hermanos” de acogida, peores eran sus burlas, amenazas, y hasta golpes. Lo único bueno que recuerda de ese último hogar era el gato, nunca antes había tenido una mascota. Y ya que sus hermanos mayores parecían no quererlo ya, ella sí. Y es que este fue su apoyo y soporte durante los pocos meses que estuvo en el lugar.
FIN DE FLASHBACK
- Ustedes saben que las cosas no fueron sencillas. –La castaña volvía de sus pensamientos. - Y aunque esa etapa de mi vida está en el pasado, no puedo evitar pensar a veces que si… Si mis padres estuvieran conmigo las cosas serían diferentes.
- Por supuesto que entendemos Jen. – Naya mostraba su apoyo. – Pero, estamos aquí, somos tu familia. Yo misma soy testigo de todo eso, pero también lo soy de que, el tener una familia no significa ‘no estar sola’ – soltó con tristeza.
- No, no, no, ninguna, no, nadie está solo. – intervino Lena. – Cada una está para la otra. Aquí las tres somos nuestra propia familia. Cero tristezas por favor. – Pidió antes de levantarse con mucho esfuerzo, extendiendo los brazos.
- Cuidado pelirroja. – Dice Naya entre risas, se levanta también con dificultad.
Jenny hace lo mismo de última uniéndose al abrazo entre amigas. La fiesta no acabo allí, ambas, Naya y Jenny después de un rato interrogaron a Lena. Quien supo no mentir pero si evadir detalles a lo que querían saber. La pelirroja no se sentía lista para la intervención de sus amigas. Las conocía a la perfección. Si se atrevía a decir algo que les diera pie, se meterían y harían lo posible porque ella les presente a la persona responsable de que quiera volver a buscar el diario. Ni siquiera ella estaba segura de que pensar o sentir, como para tener que hacer frente a eso justo ahora. Simplemente evadió el tema y sus amigas no preguntaron ni sospecharon nada más.
- Si, es hipócrita de mi parte pedirle sinceridad a Jenny y yo no darla del todo, pero no estoy preparada para eso aún. – Pensaba Lena mientras sus amigas discutían sobre su plan en la academia.
La mañana llego y por supuesto no solo una, sino las tres amigas estaban con una horrible resaca.
- Mamá me va a matar. – se quejaba la pelirroja.
- Ah por Dios Lena, ya eres una vieja. Puedes beber hasta perder el conocimiento si te da la gana. Tu mama no es dueña de tu vida. – Naya no controlaba sus impulsos y diciendo lo primero que vino a su mente.
- Sabes que no opino exactamente de esa forma, pero Nay tiene razón Len. – dijo Jenny. – Ya estas grande, estas en mi casa, no hay problema en que salgas y bebas de vez en cuando.
- Si, pero ya saben cómo es. No quiero discutir o escuchar sermones hoy, así que en un rato más haré acto de presencia y me iré al parque con Beethoven.
- Si quieres te acompañamos, pero después de terminar nuestro plan en la academia. – ofrece Jenny.
- Por supuesto Len, hoy es el gran día. – interviene Naya con una sonrisa.
- Querrás decir después de su absurdo plan.
- No señorita, no. Las cosas saldrán como quiero, y esa bruja, pero sexy rubia, saldrá hoy mismo de la academia. – Responde la morena con suficiencia.
- Creo que ahora si la perdimos Len. – susurra Jenny causando la risa de la pelirroja.
- No empiecen chicas, la cabeza me está matando. – Naya se quejaba.
Sin perder más tiempo se arreglaron, Jenny pidió un taxi para la pelirroja y la acompañaron hasta subir a él. Lena se dirigía a su casa, mientras Naya y Jenny iban a la academia de baile. Que día les esperaba.
Como tenía pensado la pelirroja apenas llego a casa se bañó, vistió y salió con su perro. No le dio tiempo a su madre de sermonear en ningún momento.
En el fondo Lena esperaba conseguirse a la persona causante de sus recientes sueños. Seguía esa necesidad de paz que por mucho tiempo le brindó el diario que aún conserva y no dejará por lo reconfortante que le ha resultado en los últimos años.
Nunca antes le había pasado con nadie, y ahora aparecía esta mujer para poner su mundo patas arriba. No sabía qué hacer, y por ahora lo mejor que podía o sentía que debía hacer era concretar otro encuentro, o los encuentros necesarios hasta saber el porqué de la sensación que esta mujer le causaba. Tenía ahora más curiosidad al saber que su amiga y terapeuta la conocía.
- ¡Vaya! – Escucho una voz interrumpir sus pensamientos. - De saber que te encontraría aquí, habría llegado más temprano.
- Ohh. – Lena se sonrojo sin saber que decir.
- Disculpa ¿Te interrumpí? – Pregunta la morena.
- No, no. – aclarando su garganta. – Para nada.
- Y… ¿Cómo esta señorita Lena?
- Llámeme Lena, por favor.
- Solo si me tuteas Lena. Ya lo habíamos hablado ¿no?
- Si… – responde sonrojada – Julia.
- Entonces…
- Bien, estoy bien. Gracias. – sonriendo. – Ahm, y ¿tu como estas?
- Ahora mejor. – Lena sentía sus mejillas arder. ¿Por qué esta mujer causaba tantas sensaciones en ella? La pelirroja no dejaba de pensar hasta que Julia volvió a hablar. – Honestamente Lena, he estado algo atareada. De hecho hoy... – Se quedó callada.
- ¿Hoy? – Alentándola a continuar.
- Hoy he estado no mal, pero si algo ansiosa ¿sabes?
- Se lo que es. Aunque sea por un motivo diferente, se lo que es estar ansiosa.
- Pues claro que debes entender. Tengo la sensación de que eres una experta en muchas cosas.
- No creo ser una experta en nada. – riéndose. – solo, hay cosas en las cuales tengo algo de experiencia, eso sí.
- No dudes de tu conocimiento, hermosa. – Lo último incomodo por un momento a Lena. Estaba recibiendo halagos y palabras bonitas de una desconocida; y aun así no quería irse.
- Entonces te sientes ansiosa. – volvió al tema para alejar la incomodidad que sintió.
- Me siento ansiosa, sí. – La morena noto la incomodidad en Lena y decidió conversar un poco más para romper el hielo. Esa pelirroja era muy bella y al parecer tímida, lo mejor era ser cautelosa.
Continuará
Para el próximo capítulo si saludo como debe ser. #GraciasPorComentar
Capítulo III
‘Mi amiga Jenny’
En un pequeño loft de la ciudad, se escuchaba el teléfono sonar una y otra vez. Aparentemente no hay nadie en el lugar. Minutos más tarde la chica sale del baño, aun mojada y solo una toalla cubre su cuerpo desnudo.
- Bueno. – Responde el teléfono.
- Hola perra. – Se escucha del otro lado.
- Ah, Naya… - Responde sin ánimos.
- Yo también te quiero amiga. – riendo. - ¿Por qué tardaste en contestar? ¿Estas con alguien? ¿Interrumpí? – Subiendo la voz. - ¿Por eso me dejaste sola en la tarde? ¡Increíble! Pudiste decirlo desde un principio. – Decía a punto de colgar.
- !Hey! !NAYA! –Gritó Jenny. – Si tan solo me dejas contestar, obtendrías tus respuestas.
- Tienes razón. – Riendo nuevamente. - ¿Entonces?
- Pues… Fui a disculparme con Lena, estuvimos hablando y comimos. Llegue hace un rato y me estaba dando un baño cuando llamaste. Ahí mi respuesta.
- Ahh, no fue nada. Y yo pensaba que andabas de regalada con alguna mujer. – fingiendo molestia. – Dejándome por fuera, a mí, tu consejera y compañera de conquistas.
- Deja el drama por favor. – Pidió. - ¿Qué quieres?
- Nada, solo molestar. – Haciendo burla. Cuando Jenny casi cuelga la llamada hablo de nuevo – Idiota, solo quería recordarte el plan de mañana.
- Okay… – Rodando los ojos. – Espera a que termine mi baño y te llamo. Finalizando la llamada para volver a su relajante jacuzzi.
Una vez en su baño, la castaña puso música para disfrutar más su hora de paz. De momento recuerdos de su pasado llegaron a ella de manera tan inesperada que se estremeció por lo repentino de esto. Hacía tanto tiempo que no pensaba en su vida pasada.
FLASHBACK…
Una pequeña de 5 años lloraba en un rincón, del otro lado de la puerta dos personas discutían.
- Lo siento, pero aquí no podemos recibirla. – Hablaba el hombre alto, con postura firme.
- Pero señor, la pequeña acaba de quedar huérfana. Child services me envió aquí. Dijeron que podrían tenerla hasta asignarle un lugar, mientras tramitan sus documentos.
- Sabe cómo es el procedimiento Agente. – El hombre se notaba molesto.
- Se cómo es el procedimiento, pero allá afuera tengo una niña que llora porque hace horas se enteró de que sus padres habían muerto en un accidente de auto y a través de la policía ya que su niñera era apenas una adolescente. ¿Cómo le digo ahora que además no tiene lugar donde quedarse?
- Entiendo todo eso, pero no es mi problema. – La niña aun con lágrimas en sus ojos era testigo de tal discusión sin que estos se dieran cuenta.
- Será su problema cuando traiga una orden del juez y se vea obligado a recibirla, esta vez permanentemente. – sentenció la mujer.
- Yo no funciono bajo amenazas agente.
- No es una amenaza…. Escuche, debo continuar mi caso y no quiero perder más tiempo. Esta pequeña merece quedarse en un lugar decente, mientras solucionamos su estatus con el estado. Apenas tiene 5 años, sea comprensivo por favor. – Pidió, suavizando su voz.
- Esta bien – el hombre suspiró. – Le doy dos días agente, no más. Tengo mucho trabajo que hacer aquí.
- Se lo agradezco. – Dándole la mano.
Muy lejos de sentirse mejor, la pequeña solo podía llorar. Ninguna palabra podía consolarla. Ninguna acción podía aliviar su dolor. Era una bebe, con tan solo 5 años perdió a su única familia, en un abrir y cerrar de ojos estaba completamente sola y a merced de extraños.
FIN DE FLASHBACK
El timbre del loft sonaba insistente. Al no ser respondido la puerta sonaba también, pronto se escuchó ‘un momento’ desde el interior del lugar. Este insistente llamado interrumpía un momento que hacía mucho tiempo no se daba. La castaña se acercaba a la puerta, arreglando su aun cabello mojado.
- ¡Jenny, abre! – Escucho poco antes de llegar a la entrada.
- ¿Naya? – Susurro para sí misma - ¡Demonios! ¿Por qué no puedes ser más pacie…- Abría la puerta y no termino la frase al darse cuenta que su amiga no estaba sola.
- ¡Sorpresa! – Le grito Naya señalando la compañía. – Pijamada en tu casa. – dijo antes de auto invitarse a entrar.
- ¿Lena? ¿Qué… Qué? – Balbuceo viendo a su amiga entrar.
- Lo siento. – Decía apenada la pelirroja.
- Pasa, ven. – Jenny le invita a entrar. – No te disculpes, estoy segura que todo fue idea de la loca esa. – mirando a Naya.
- Cállate Hartman, sabes que me amas así loca y todo. – dijo, provocando la risas en ambas amigas.
- Bueno… – dice Jenny, dejando de reír. - ¿A qué se debe tan agradable sorpresa? – Sentándose junto a Lena en su sala.
- Ya te dije, pijamada. – Comenzando a quitarse la ropa. – Me cambiare de una vez – Busco algo en su bolso y se cambiaba ante la mirada de Jenny.
- Apuesto a que se está desvistiendo en tu sala Jen. – Lena susurro a su amiga, logrando que esta soltara una carcajada.
- Sabes cómo es. – sin parar de reír.
- Te estoy escuchando Lena – Hablaba la morena. – En fin, sé que tenemos muchas cosas de que hablar y por eso traje la caballería. Hoy dormiremos bastante tarde. – Anunciando el porqué de su inesperada fiesta.
Una hora más tarde, las chicas reunidas en la sala terminaban de comer pizzas y bebían. Una típica noche de chicas, como la llamaban. Ya pronto comenzaba el bombardeo de preguntas.
- Bien… – empezó Naya – Primero que nada estamos aquí por ti Jen, pero Lena. – tomando su mano. – Tú no te salvaras tan fácil. – Dejando una Lena sorprendida.
- Nay… – Decía Jenny.
- No, no. Las conozco a la perfección y en esa salida de ustedes paso algo interesante. Lo cual, obviamente, quiero saber. – sonriendo orgullosa por su descubrimiento.
- ¿Y que se supone es “algo interesante”? – Preguntó Lena haciendo comillas a lo último.
- Eso es lo que me van a contar.- Respondió. – Jenny, tu primero. – Señalándola.
- No hay nada que contar. – Fingiendo.
- Jennifer Hartman. – Amenazó la morena. – Tú me colgaste la llamada, te fuiste sin mí en la academia, actuaste extraña todo el tiempo. ¿Acaso tengo dos días conociéndote? ¿Me crees tonta? – dijo lanzándole una mirada retadora.
FLASHBACK…
Una apresurada Jenny, corría por las instalaciones. Con angustia, pues iba muy tarde. En pleno pasillo y antes de entrar al salón correspondiente se abre la puerta provocando que la castaña choque con la misma, y empujando a la quien abría.
- ¡Ve por donde caminas idiota! – Se quejaba una morena desde el piso, mientras recogía los libros que cayeron gracias al golpe.
- Lo siento, lo siento. – se disculpa la castaña muy apenada. – Es tarde. – decía agitada al levantarse. – Venia… Venia, a clases. – Mostrando una sonrisa.
- Vaya. – Esta vez la morena estaba frente a ella. – Bastante tarde diría yo. – Soltó con una risa burlona. – Debes ser la nueva. – mirándola de arriba abajo. – Ya la clase terminó.
- ¡Demonios! – Exclamo Jenny.
- Tienes buen vocabulario por cierto. – Hablaba la morena una vez más. – Ya ni te molestes en llegar, la profesora se fue hace diez minutos. No pierdas tu tiempo becada. – diciendo lo último a manera de insulto hacia Jenny.
- Y supongo que una hija de mami y papi me lo va a impedir ¿O me equivoco? – Contestó Jenny con altanería, para no dejarse humillar.
- Mira niñita… – Iba a amenazar la morena pero fue interrumpida.
- Naya no empieces por favor. – Pedía una pelirroja acercándose a ellas. – Hola, soy Lena. – Le da su mano presentándose.
- Jenny, hola. – Respondiéndole el saludo.
- Mucho gusto Jenny, bienvenida a la secundaria Dreams. – mostrando una sonrisa que la castaña respondió.
FIN DE FLASHBACK
- Pero que intensa eres. – Contesto Jenny relajándose un poco. – Esta bien, tu ganas. – Accediendo.
- Ok, entonces… ¿Por qué actúas tan… Alejada? – Pregunta Naya después de pensarlo por un momento. – No me mires así Jen, es cierto.
- Además de que tu humor ha empeorado. – Intervino Lena. – Acaso ¿Necesitas sexo? – Comenzando a reír junto a Naya.
- Pero que perras. – haciéndose la ofendida.
Mientras la fiesta entre amigas ocurría, al otro lado de la ciudad una conversación diferente era llevada a cabo.
- Listo, al fin se durmió la pitufa. – Andrew llegaba a la cocina junto a Julia.
- Te dio batalla ¿cierto?
- Ya sabes como es.
- Vaya que sí. – Riéndose. - ¿Quieres una copa?
- Una mas no me caería mal. – Aceptando.
- Creo que esta sería la quinta, así no vas a conducir. – advirtió.
- Como usted diga general. – haciendo un saludo militar. Llegaron a la sala y Julia sirvió las dos copas, luego tomaron asiento. - Brindaremos una vez más por ti. – levantando su copa. – por el exitoso futuro y todo lo que trae consigo, salud.
- ¡Salud! – Chocando sus copas. – También brindo por ti. – Andrew la mira si entender. – Así es. Ya me enteré que decidiste por fin leer el testamento de tus padres, bueno, tu padre. – corrigió.
- Ahh, eso. – Andrew se tensó un poco, dejando su copa a un lado. – Te dije que no lo haría hasta que tú no lo hicieras. Supuse que te enterarías, aunque no tan rápido.
- Ya hablamos de eso Andrew. – Levantándose para servirse otro trago. – No pienso buscar ese testamento. – Volvió a su lugar y continuó. – Además me ofendes ¿Cuánto tiempo pensaste que me tomaría averiguar que llamaste a la firma para escuchar la lectura del testamento?
- La verdad, pensé que tendría tiempo de decírtelo yo. – Con una sonrisa en sus labios.
- Te equivocaste. Me llamaron, porque yo también debo estar presente.
- Eso creía, y no pienses que las cosas te serán tan fáciles. Esto es por nuestra hija, recuérdalo.
- ¿De qué hablas? – sin entender nada.
- En el testamento obviamente algo debe haber que involucre a la niña, ya lo sabes, pero para que yo asista a esa cita, tú debes también leer el testamento de Anton. Es mi condición.
- Estas loco. – Grito, levantándose de su asiento. – Eso no va a pasar. – bajando la voz pero con evidente molestia.
- Sabía que me dirías eso. – Dijo con calma, se levantó, buscando una copa más para él. – Julia, sucede que, a mí no me interesaba saber nada de lo que dice en ese testamento, al igual que a ti tampoco. Pero, he pensado últimamente.
- Parece que has perdido el don del pensamiento para mí. –Dijo seca.
- Muy graciosa. – Mirándola de reojo. - ¿Qué te hace pensar que no le estamos quitando el derecho a Rossie de lo que merece, lo que le pertenece?
- Ella no necesita nada. – Sentenció la morena. – Todo lo que tiene, necesite y quiera, se lo puedo dar yo. Para eso soy su madre.
- Y yo soy su padre Julia, esto es algo que quiero hacer para ella. Si, por ahora nos va bien, pero quiero asegurar su futuro.
- Creo que en el fondo eres tan ambicioso como tu padre o mi abuelo. – Soltó con rabia, arrepintiéndose al instante de lo que había dicho. Tapó sus labios. – Lo siento, lo siento. – se disculpa acercándose a Andrew que permanecía estático. – Las copas debieron hacer efecto en mí, lo siento Andrew. – volvía a disculparse.
- No te preocupes Julia.
- Este es un tema delicado para mí. Sabes que no me gusta hablar de esas cosas. – Frotando su frente.
- Pues a mí tampoco, pero… - Se quedó callado y Julia lo mira extrañada.
- ¿Hay algo más? – Pregunta sabiendo la respuesta.
- Hay algo más. – suspira. – Me he reunido con los contadores estos últimos meses, luego de un alerta que me llego de uno de los bancos de la compañía… Y, hay problemas. – Guardo silencio, bebiendo de su copa muy lentamente.
- ¿Qué tipo de problemas? Sabes que si yo puedo… - No continuo pues Andrew interrumpía para continuar su relato.
- Yo sé perfectamente que cuento contigo Julia, pero el problema, los problemas. – corrige. – son más grandes de lo que pensaba. No fue solo un banco, hubo una estafa con unos inversionistas, eso ha sucedido por años, mucho antes de que mi padre muriera y yo me hiciera cargo. Los bancos al ser la compañía responsable simplemente enviaron algunas notificaciones y lo dejaban pasar por alto, pero este año se descubrió la raíz. Estos inversionistas utilizaban el nombre de la empresa y sus depósitos nunca tuvieron fondos.
- No estoy entendiendo nada. ¿Qué significa lo que me dices?
- La compañía tenía inversionistas fantasmas, que se encargaban de sacar el dinero de la empresa a través de sus cuentas en los bancos, debiendo también a ellos. Nunca se dieron cuenta porque la empresa creía que este dinero era invertido y obviamente devuelto. Algo que nunca pasó en realidad.
- ¿Cómo paso eso? ¿Cómo no se dieron cuenta? – Preguntaba una Julia sorprendida.
- Los involucrados en la estafa, presentaban documentación falsa.
- Pero, pero… – la morena no sabía que decir.
- Estos “inversionistas” desaparecieron. Los responsables y dueños de la documentación se han esfumado.
- ¿Cómo desaparece una persona?
- Con mucho dinero robado. – responde con una risa seca. – No hay rastro de ninguno, hace más de dos meses. – Andrew frota su frente. – Ya se hicieron las denuncias y todo lo que podía hacer hasta ahora.
- ¿Y la empresa está…?
- Prácticamente en la quiebra. – termina la frase. - No tengo el dinero suficiente para salir a flote, cuando mucho pagar las deudas.
- Pero la compañía terminaría por cerrar. – Interviene la morena. - ¿Por eso necesitas el dinero de la herencia?
- Por supuesto que no. Con eso mantendré a mi hija al tiempo que salgo adelante.
- Sabes que eso no será necesario.
- Claro que si Jul, es nuestra hija, desde que decidimos tenerla ha sido responsabilidad de ambos, no me malinterpretes, estoy seguro que tú puedes sola, pero ella también es mía y no quiero que le falte nada, menos que este en mis manos darle.
- Si, pero.
- Pero nada. – Interrumpió. – Está en nuestras manos… Hazlo por mí, por favor. – Pidió tomando sus manos.
- ¿Me pides que rompa la promesa?
FLASHBACK…
- Julia hija, me alegra verte. – Sonaba emocionado el hombre alto, y de cabello blanco.
- Hola abuelo. – Responde seca.
- Yo sé que también te alegras mi niña.
- ¿Para que querías verme? – Pregunta Julia con impaciencia.
- Directo al grano. Ya veo que el embarazo hace efecto a tu humor – riendo. – Vine a decirte, una vez la bebe nazca quiero que sepas que, obviamente, estará en mi testamento, y desde ese mismo día tendrá acciones en las empresas Kuznetsov. Sera la bebe con más acciones en una franquicia. – Dijo con orgullo en su voz.
- Creí haberte dicho abuelo, que nada de eso es necesario.
- Claro que lo es. – alzando un poco la voz – Es mi bisnieta Julia, y también heredera. Ella será entrenada para que maneje las empresas Kuznetsov.
- Abuelo, es mi hija, ella no será “entrenada” para nada.
- Será quien lleve en alto el nombre de la familia, no quiero que sea una rebelde como…
- ¿Como yo? – interrumpiendo. - Todo porque no quise estudiar administración, sino derecho. Porque no fui ese modelo ejemplar de nieta que querías.
- No volvamos con eso Julia, y no, no me refería a ti. Pero no hablaré del tema. Y si, te casaste e hiciste todo lo que te pedía, pero después cambiaste tus estudios y te alejaste del negocio de la familia ¿Qué esperas de mí?
- ¿Qué te hace pensar que te dejare manipular a mi bebe?
- No voy a manipular a mi familia hija.
- Entonces… ¿Qué soy, o mejor dicho. Quien soy yo?
- No entendiste lo que quise decir Jul, tu… Yo, yo hice todo por ti, quería solo lo mejor para ti. ¿Por qué nunca lo entendiste?
- Porque nunca te detuviste a pensar si lo que hacías era siempre lo mejor abuelo, o consultarlo siquiera. – Dijo con resentimiento. – Deje mi mundo entero en Inglaterra, me hiciste quedar en tierras lejanas, sola, SOLA. – Gritando lo último. – Prácticamente me forzaste a casarme…
- Fue por tu bien Julia – Interrumpió.
- ¿A quién engañas abuelo? Fue por tu beneficio, hiciste un trato que genero ganancias para ti ¿Pensaste que nunca lo descubriría? – Reprochó.
- Las cosas no son así. – Levantándose. – Busque un buen prospecto para ti, alguien que pudiera cuidarte emocional y económicamente.
- Por favor. – Susurro rodando los ojos. – No finjas, me negociaste al mejor postor.
- No te voy a permitir que me faltes al respeto Julia. – acercándose.
- ¿Qué? ¿Ahora me vas a golpear? – pregunto con altanería.
- Estas actuando tan… Tan… Te pareces a… - No termino su frase pues se escuchaba la puerta abrirse, acto que provoco que ambos voltearan a ver de quien se trataba.
- Buenas noches. – Saluda Andrew al entrar. – Anton. – le da un apretón de manos. – Querida. - se acerca a Julia y le da un beso en la mejilla. - ¿Todo bien? – cuestiona al sentir el ambiente tan pesado y ver las miradas que se lanzaban abuelo y nieta.
- Si, todo bien. – Responde Julia. – Mi abuelo ya se iba. – Este la miro pero no dijo nada.
- Te invitaría a cenar Anton, pero estoy cansado y la verdad quiero bañarme para dormir. – Andrew noto que algo pasaba así que hizo lo que pensó mejor, despedir al hombre.
- No hay problema hombre, yo debo irme. Ya Julia te pondrá al día. – Mirando a su nieta. – Ya te dije lo que haré hija, así que cuéntale a tu esposo las buenas noticias.
- Adiós abuelo. – despidiéndose.
Anton se retiró dejando a la pareja en la sala. No pasó mucho tiempo cuando Andrew comenzaba a interrogar a Julia sobre la visita de su abuelo. La morena le pidió sentarse para contarle lo ocurrido.
- Y básicamente él quiere hacer con ella lo que tenía planeado conmigo, pero lamentablemente le falle al final.
- Cosa que tampoco pasará con la bebe. – responde Andrew a su relato.
- Claro que no. Esto traerá problemas con él lo sabes ¿verdad?
- No te preocupes Jul, yo sé qué haremos para tranquilizarlo. – Sonaba muy seguro.
- ¿Ah sí? – preguntándose qué pasaba por su mente. – No podemos casar a la bebe solo para librarla de ese yugo Andrew.
- No es eso. Tan simple como que aceptaremos su oferta.
- ¿Qué? – Gritó la morena. – Te volviste loco, definitivamente. – comenzando a caminar de un lado a otro.
- Hey, hey… – Andrew la zarandeaba para que se tranquilizara. – No estoy loco, eso exacto haremos, Pero… – Se adelantó al ver que Julia quería interrumpir de nuevo. – aceptaremos con condiciones.
- Esto no me gusta. – respondió la morena.
- Las condiciones serán que sí, ella estará en el testamento y tendrá acciones, pero solo se hará cargo de todo si y solo si ella accede, y en su mayoría de edad.
- Pues sigo sin estar de acuerdo.
- No podemos simplemente alejarnos de nuestras familias Julia, bastante que lo hemos hecho hasta ahora. Eso no será algo definitivo, menos con su nieta. Ya hemos hablado al respecto. No queremos a la familia cerca como para manipularnos, pero tampoco tan lejos como para que quieras controlarnos luego.
- Seguro que tú lo sabes. Nadie lo entiende más que tú.
- Exacto. ¿Ahora comprendes mi idea?
- Si, pero no me parece. No sé, tengo un mal presentimiento.
- Hablare con Anton y le daré mis condiciones, punto final. Si no accede, el pierde.
- Pero yo no quiero nada de esto Andrew, ni siquiera con tus condiciones.
- Lo sé, por eso mismo están. Retrasaremos el proceso hasta que la niña tome sus propias decisiones y ya verás que ella tampoco querrá ser manipulada por él.
- Lo que nunca pasará. Escúchame bien Andrew, sea como sea. Me tenga que enfrentar a mi abuelo o no. ¡Eso no pasara! – Sentenció. – Nunca, te prometo Andrew que nunca dejare que mi abuelo este tan cerca como para permitirle manipular a mi hija.
FIN DE FLASHBACK
- Técnicamente no estarías rompiendo ninguna promesa Jul. Tu abuelo no está, y Rossie solo podrá manejar sus acciones después que cumpla la mayoría de edad. Si eso quiere, claro.
- Claro que sí, él no está presente, pero lograría su cometido. Sigo sin querer nada de esto.
- Yo solo quiero asegurar el futuro de mi hija, y por ahora yo estoy atado en deudas, que no piensan irse pronto. Con el dinero de la herencia de mis padres tengo una preocupación menos, mi hija lo es todo Julia y por ella lo que sea, lo sabes.
- Entonces ¿para qué demonios quieres que yo abra el testamento de mi abuelo también? – alterándose. – Ya sabemos que dice ahí. Pero yo no quiero hacer uso de eso.
- Porque estoy seguro de que nunca lo leerás, y con esta experiencia que estoy viviendo entendí, entendí que es lo mejor para Rossie.
- No puedo creerlo. – suspirando. – No puedo creer que al final él es el ganador.
- No hay ganador de nada Juls, Anton no está para manipular a Rossie. Además tú no permitirías eso nunca.
- No está, pero ella se verá involucrada en el mundo Kuznetsov.
- Solo si lo permitimos, y sabes que eso no pasará.
- No lo puedo creer. – Se repetía negando con la cabeza.
- Eso significa que… - Guardo silencio esperando respuesta de Julia, quien levanto la cabeza asintiendo. – ¡Gracias Jul! – Andrew se levanta y la abraza.
A medida que la noche avanzaba, el grupo de amigas seguía bebiendo, conversando, las risas no paraban y el interrogatorio tampoco.
- Y si Jennifer, ya me dijiste que te sientes triste pero ¿Por qué? No has hecho más que evadir el tema desde que lo mencionaste. – Naya comenzaba a impacientarse.
- Solo me siento sola, no lo sé. – respondió Jenny suspirando.
- ¿Me obligaras a sacarte información? – Amenazó la morena.
- Rivera compórtate. – Regaña Lena. – Ella puede decirnos lo que pasa. Jenny sabes que cuentas con nosotras, eres nuestra familia. – Tomo sus manos entre las suyas para mostrar su apoyo.
- Lo se Len, es solo que… - Guardo silencio por unos minutos.
- Yo he sido sincera todos estos años contigo, con ambas. – La pelirroja extiende su mano para que Naya la tomara. – Estoy segura de que tú también, como sé que lo que sea que tengas lo podemos superar juntas. O al menos intentar ayudarte. ¿No?
- Pues… Si – Responde medio dudosa.
- Siempre hemos sido honestas. Hasta yo. – decía Naya orgullosa.
- No sé porque pero. – suspira antes de continuar. – Me he sentido algo sola, extraño a mis padres supongo, el tener una familia.
- Pero nosotras… – comenzaba Lena.
- Lo sé. – Interrumpe Jenny. – No me malinterpretas Len, ustedes son mi familia, pero de la nada pasó, he recordado mi infancia y pues, me desanime un poco al pensar en mis padres. Saber que no están ni estarán más. Todo lo que pase antes de tener un poco de paz y tranquilidad en mi vida. – Su voz sonaba con tristeza y resentimiento.
FLASHBACK…
- Hartman ¿Jennifer Hartman? – Escuchaba el llamado de su nombre, mientras caminaba entre el grupo.
- Soy yo. – dijo apenas audible.
- Sígueme. – ordenó el hombre.
La castaña sabía muy bien a donde se dirigía. Era el camino que había recorrido ya un par de veces. Su mayor temor cada vez se volvía su más grande realidad. Por tercera vez era llevaba a un hogar de acogida. Con una familia de extraños, uno más malvado que otro. Personas interesadas en ganar dinero fácil por tener en casa una chica que espera algún proceso de adopción. Más ninguno se hacía realmente cargo de ella. Toda familia que había conocido hasta ahora solo se encargaba de hacerle la vida miserable. Sus “hermanos” de acogida solían burlarse de ella. De sus ojos, su color de piel. Se burlaban por no tener padres o hermanos de verdad, mientras ellos al menos tenían hermanos, ya fuera con ellos o en otras casas.
Jenny solo sentía angustia cada vez que era llamada a un hogar de acogida. Pero para su desgracia así eran las cosas. El centro donde fue ubicada no disponía de espacio suficiente para mantener chicos mayores de 10 años, y Jenny ya tenía 12. Por eso en los últimos 3 años era llevaba a hogares de acogida, pero debido a su comportamiento regresaba al centro. Y pues claro, Jenny solo llegaba a un límite de soporte hasta actuar de forma inadecuada, sabiendo que ese era su boleto de regreso al centro. Al menos allí no era la única extraña sin familia que se hiciera cargo de ella.
- Ellos son los Porter. – Le presentaba el hombre a una pareja, muy extraños a la vista, según Jenny.
- Hola Jenny. – saluda con demasiada emoción la mujer.
- Hola. – responde apenas.
- Yo soy Alice y él es Mark. – Presentando a su esposo.
- Nuestros hijos estarán felices cuando llegues a casa. – Dijo esta vez el hombre con una sonrisa.
Esto le dio miedo a Jenny, el solo pensar lo que se venía le atemorizaba. No le quedaba más remedio que aceptar y enfrentar las cosas. Después de todo ya sabía qué hacer cuando ya no pudiera soportarlo.
Jenny fue al nuevo hogar de acogida. Como era de esperarse las cosas salieron mal desde el principio, solo que esta vez no soporto ni siquiera seis meses. Al parecer mientras más grandes eran sus “hermanos” de acogida, peores eran sus burlas, amenazas, y hasta golpes. Lo único bueno que recuerda de ese último hogar era el gato, nunca antes había tenido una mascota. Y ya que sus hermanos mayores parecían no quererlo ya, ella sí. Y es que este fue su apoyo y soporte durante los pocos meses que estuvo en el lugar.
FIN DE FLASHBACK
- Ustedes saben que las cosas no fueron sencillas. –La castaña volvía de sus pensamientos. - Y aunque esa etapa de mi vida está en el pasado, no puedo evitar pensar a veces que si… Si mis padres estuvieran conmigo las cosas serían diferentes.
- Por supuesto que entendemos Jen. – Naya mostraba su apoyo. – Pero, estamos aquí, somos tu familia. Yo misma soy testigo de todo eso, pero también lo soy de que, el tener una familia no significa ‘no estar sola’ – soltó con tristeza.
- No, no, no, ninguna, no, nadie está solo. – intervino Lena. – Cada una está para la otra. Aquí las tres somos nuestra propia familia. Cero tristezas por favor. – Pidió antes de levantarse con mucho esfuerzo, extendiendo los brazos.
- Cuidado pelirroja. – Dice Naya entre risas, se levanta también con dificultad.
Jenny hace lo mismo de última uniéndose al abrazo entre amigas. La fiesta no acabo allí, ambas, Naya y Jenny después de un rato interrogaron a Lena. Quien supo no mentir pero si evadir detalles a lo que querían saber. La pelirroja no se sentía lista para la intervención de sus amigas. Las conocía a la perfección. Si se atrevía a decir algo que les diera pie, se meterían y harían lo posible porque ella les presente a la persona responsable de que quiera volver a buscar el diario. Ni siquiera ella estaba segura de que pensar o sentir, como para tener que hacer frente a eso justo ahora. Simplemente evadió el tema y sus amigas no preguntaron ni sospecharon nada más.
- Si, es hipócrita de mi parte pedirle sinceridad a Jenny y yo no darla del todo, pero no estoy preparada para eso aún. – Pensaba Lena mientras sus amigas discutían sobre su plan en la academia.
La mañana llego y por supuesto no solo una, sino las tres amigas estaban con una horrible resaca.
- Mamá me va a matar. – se quejaba la pelirroja.
- Ah por Dios Lena, ya eres una vieja. Puedes beber hasta perder el conocimiento si te da la gana. Tu mama no es dueña de tu vida. – Naya no controlaba sus impulsos y diciendo lo primero que vino a su mente.
- Sabes que no opino exactamente de esa forma, pero Nay tiene razón Len. – dijo Jenny. – Ya estas grande, estas en mi casa, no hay problema en que salgas y bebas de vez en cuando.
- Si, pero ya saben cómo es. No quiero discutir o escuchar sermones hoy, así que en un rato más haré acto de presencia y me iré al parque con Beethoven.
- Si quieres te acompañamos, pero después de terminar nuestro plan en la academia. – ofrece Jenny.
- Por supuesto Len, hoy es el gran día. – interviene Naya con una sonrisa.
- Querrás decir después de su absurdo plan.
- No señorita, no. Las cosas saldrán como quiero, y esa bruja, pero sexy rubia, saldrá hoy mismo de la academia. – Responde la morena con suficiencia.
- Creo que ahora si la perdimos Len. – susurra Jenny causando la risa de la pelirroja.
- No empiecen chicas, la cabeza me está matando. – Naya se quejaba.
Sin perder más tiempo se arreglaron, Jenny pidió un taxi para la pelirroja y la acompañaron hasta subir a él. Lena se dirigía a su casa, mientras Naya y Jenny iban a la academia de baile. Que día les esperaba.
Como tenía pensado la pelirroja apenas llego a casa se bañó, vistió y salió con su perro. No le dio tiempo a su madre de sermonear en ningún momento.
En el fondo Lena esperaba conseguirse a la persona causante de sus recientes sueños. Seguía esa necesidad de paz que por mucho tiempo le brindó el diario que aún conserva y no dejará por lo reconfortante que le ha resultado en los últimos años.
Nunca antes le había pasado con nadie, y ahora aparecía esta mujer para poner su mundo patas arriba. No sabía qué hacer, y por ahora lo mejor que podía o sentía que debía hacer era concretar otro encuentro, o los encuentros necesarios hasta saber el porqué de la sensación que esta mujer le causaba. Tenía ahora más curiosidad al saber que su amiga y terapeuta la conocía.
- ¡Vaya! – Escucho una voz interrumpir sus pensamientos. - De saber que te encontraría aquí, habría llegado más temprano.
- Ohh. – Lena se sonrojo sin saber que decir.
- Disculpa ¿Te interrumpí? – Pregunta la morena.
- No, no. – aclarando su garganta. – Para nada.
- Y… ¿Cómo esta señorita Lena?
- Llámeme Lena, por favor.
- Solo si me tuteas Lena. Ya lo habíamos hablado ¿no?
- Si… – responde sonrojada – Julia.
- Entonces…
- Bien, estoy bien. Gracias. – sonriendo. – Ahm, y ¿tu como estas?
- Ahora mejor. – Lena sentía sus mejillas arder. ¿Por qué esta mujer causaba tantas sensaciones en ella? La pelirroja no dejaba de pensar hasta que Julia volvió a hablar. – Honestamente Lena, he estado algo atareada. De hecho hoy... – Se quedó callada.
- ¿Hoy? – Alentándola a continuar.
- Hoy he estado no mal, pero si algo ansiosa ¿sabes?
- Se lo que es. Aunque sea por un motivo diferente, se lo que es estar ansiosa.
- Pues claro que debes entender. Tengo la sensación de que eres una experta en muchas cosas.
- No creo ser una experta en nada. – riéndose. – solo, hay cosas en las cuales tengo algo de experiencia, eso sí.
- No dudes de tu conocimiento, hermosa. – Lo último incomodo por un momento a Lena. Estaba recibiendo halagos y palabras bonitas de una desconocida; y aun así no quería irse.
- Entonces te sientes ansiosa. – volvió al tema para alejar la incomodidad que sintió.
- Me siento ansiosa, sí. – La morena noto la incomodidad en Lena y decidió conversar un poco más para romper el hielo. Esa pelirroja era muy bella y al parecer tímida, lo mejor era ser cautelosa.
De las tantas veces que hablamos, esa fue la primera vez que en el alma lo sentí, tú eres realmente única y especial.
Una chica incondicional y hermosa. No entiendo cómo es posible que exista un ser tan celestial como tú.
La forma en que te expresas de tu mundo, de tus amigas, las personas que son importantes para ti.
Me enseñaste tu alma la primera vez que te escuche decir ‘mi amiga Jenny’
Una chica incondicional y hermosa. No entiendo cómo es posible que exista un ser tan celestial como tú.
La forma en que te expresas de tu mundo, de tus amigas, las personas que son importantes para ti.
Me enseñaste tu alma la primera vez que te escuche decir ‘mi amiga Jenny’
Continuará
Para el próximo capítulo si saludo como debe ser. #GraciasPorComentar
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Hola
esta interesante
espero la puedas seguir pronto
para saber que dicen los testamentos
esta interesante
espero la puedas seguir pronto
para saber que dicen los testamentos
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Por fin!
Que bueno que hayas publicado, ya lo esperaba de verdad, realmente me ha parecido genial., ojala no tengamos que esperar mucho para el próximo.
Zanini-volk- Invitado
EL DIARIO // ALEINADS
Muy pero muy (espero) buenas noches!! Ante nada pido mil disculpas por mi demora en publicar, créanme que estoy trabajando (literalmente) duro para poder estar conectada mas seguido (como antes mínimo xD) Muchas cosas han pasado pero les aseguro qeu no me olvido de las historias que estoy escribiendo, en especial si la/las estoy publicando... Espero que les guste la continuación o sirva al menos por ahora como consuelo de que pronto volveré, porque eso si, sea como sea No dejaré de postear. Feliz noche y fin de semana para tod@s
andyvolkatin: Aunque me tarde (que no me gusta) no dejaré de publicar. Gracias por leer y comentar
Zanini- volk: Gracias por tomarte el tiempo de comentar y por supuesto que no dejare de postear. Saludos!
Capítulo IV
‘Un día normal’
- A ver, entonces… Lena, te gusta una variedad extensa de comida – riendo. – amas la música, quizás tanto como yo.
- Creo que te retaría a un duelo de conocimiento/disfrute musical y podría vencerte sin esfuerzo alguno. – Interviene Lena con una sonrisa en sus labios.
- Esta bien, está bien… No hay que enfrentarse a nada, tu ganas. – moviendo los brazos aunque esta no la viera, en señal de rendirse.
- Lo sabía. – responde orgullosa. – Ya sabes mucho de mi ¿Qué hay de ti? Evadiste el tema de la ansiedad, supongo que no quieres hablar al respecto…
- Es un poco más complicado. – Interrumpe la morena. – No quiero arruinarte la tarde con mis problemas.
- Para nada, me siento a gusto contigo. Puedes confiar en que si comienzas a molestarme te detengo al instante y me voy. – dijo en medio de risas, contagiando a la morena con ella.
- Perfecto, muchas gracias entonces. Ya sé a qué atenerme contigo. – intentando sonar ofendida pero sin parar de reír. – Igual mejor lo dejamos para después, no quiero pensar por ahora en esas cosas.
- Muy bien. Háblame sobre Rossie entonces. – A Julia se le dibujo una sonrisa al escuchar esa pelirroja decir el nombre de su bebe. – Tiene 6 años ¿cierto?
- Así es. – contesta Julia. – Como ya sabes, nos acabamos de mudar de Alemania. Ella está… está adaptándose al cambio.
- ¿Dónde estudiara? – Pregunta Lena interesada.
- En el colegio Zavedi. – Responde.
- ¿En serio? Ahí estudie yo. – dijo con emoción. – Te va a encantar, y a ella ni se diga.
Mientras Lena hablaba, Julia solo podía verla sin quitar la sonrisa tonta (como ella estaba pensando) de sus labios. ¿Cómo era posible que, en apenas un par de charlas, ya se encontrara tan en confianza con esta mujer? Además de la paz y alegría que le causaba. Apenas si la estaba tratando, ni dos horas llevaban hablando y ya sentía que la conocía de muchos años. Pero eso no quitaba el hecho de que quería seguir explorando, algo en ella le daba curiosidad. Tenía la necesidad de conocerla del todo, hasta más. Sin saber o entender el qué, había algo en la pelirroja que le atraía y eso, eso era algo que hacía más de 10 años no le pasaba con nadie. Incluso sentía que esto era diferente, con más intensidad e interés de su parte. Aun así, no pudo evitar recordar el pasado.
FLASHBACK…
- Alex, por favor Alex… Vamos al lago ¿sí? – Pidió la morena.
- No Julia, ya te dije que no puedo ir… Mis papás vienen este fin de semana y no los voy a dejar solos por salir contigo. – Se negó, cruzándose de brazos.
- Por favor nena, por favor. – Volvía a suplicar.
- No Jul, ya te dije, no lo hare. – siguió negándose – Todo esto es tu culpa. – Julia la miro sin entender. – Si, así es. ¿Acaso soy yo la que quiere mantener esta relación en secreto?
- No, pero…
- Pero nada Julia. Mis padres saben quién soy y me aceptan, para mí no sería un problema decirles que el viernes saldré con mi novia, pero no puedo hacerlo. Todo por ti.
- Gracias nena por recordármelo. – dijo con sarcasmo. – No intento justificar nada Alex, pero sabes cómo son mis abuelos. Quiero darles la noticia poco a poco.
- ¿Cuánto tiempo más necesitas Julia? Llevamos tres meses saliendo. – La rubia comenzaba a molestarse.
- Alex, Alex. – llamo para tranquilizarla. – Calma ¿sí? Yo estoy perdidamente enamorada de ti, desde el primer día que te vi.
- Y no tuviste el más mínimo pudor en hacérmelo saber. – interviene entre risas al recordarlo.
- Así que, sabes perfectamente que eres muy importante para mí, y lo nuestro es un secreto solo porque no quiero que mis abuelos se enteren por otro lado. – Cuando Alexandra quiso hablar la morena la detuvo. – Y si amor, tengo planeado contarles pronto.
- ¿Pronto cuándo?
- Este fin de semana hay un evento de caridad al que mis abuelos asistirán. El lunes por la tarde cuando regresen les diré que tengo una cena especial, y que hay algo que quiero contarles.
- ¿En serio Jul? – pregunto emocionada.
- En serio. – responde con una sonrisa.
- Gracias, gracias, gracias. – La rubia abrazaba y besaba a Julia sin parar de agradecer. – No sabes cuánto te quiero Jul.
- Y yo a ti nena. – dijo correspondiendo sus besos. – Ahora, vamos a llevarte a casa y se pospondrá la salida al lago por ahora. – advirtió apuntando su dedo índice. – La próxima cita será mejor aún. – terminando la frase con un guiño.
Pronto llegaban a casa de Alexandra, se despidieron en el carro de la morena y esta se fue a la suya. En el camino solo podía pensar en lo mucho que quería a su novia. Por ella les diría a sus abuelos que era lesbiana y de su relación con Alexandra. Seguía ideando la mejor forma de hacerlo, tantos meses de práctica solo le habían dejado más angustia y temor; pero su amor por la rubia era el motor que le ayudaría con eso. – Te quiero tanto Alex. – se dijo suspirando.
FIN DE FLASHBACK
- ¿Por qué desapareciste Alex? – Se preguntó al recordar el pasado.
- ¿Ya te aburrí? – Dijo Lena, sacándola de sus pensamientos.
- ¿Perdón? No, no… Disculpa. Estaba pensando.
- Creo que la ansiedad no se ira pronto.
- No es eso. Solo… Me perdí por un momento, discúlpame, de verdad.
- No te preocupes, no pasa nada. Yo pienso, bueno, perdóname por ser tan entrometida, pero suele suceder que cuando nos perdemos en nuestros pensamientos es porque algo nos agobia o causa...
- Ansiedad. – termina la idea de Lena.
- Exacto.
- Vaya que no me equivoque. Sí que sabes.
- Tengo algo de conocimiento. – Dijo con una media sonrisa, más de tristeza que nada.
- Hoy parecerá el día en que más me disculpe contigo. Lamento haberte hecho pensar en eso. – Julia se sentía mal por haber hecho entristecer a la pelirroja.
- Para futuras referencias, tengo que recordar que eres una arruinadora de felicidad. – dijo, rompiendo la tensión que se había creado.
- Y tú eres una mujer audaz, que además de hermosa eres bastante molesta pero alegre.
- Gracias, me esfuerzo para lograrlo. – Dijo medio en broma pero sonrojada por el comentario de la morena.
- Además de que me contagias fácilmente. – Riendo junto a la pelirroja.
Los momentos de tensión e incomodidad se fueron para ambas. Habían transcurrido más de dos horas y las chicas sentadas conversaban de trivialidades tan tranquilamente que se sintió familiar.
La verdad era, que Julia fue allí intencionalmente. Desde un principio quiso encontrarse con esa pelirroja tan peculiar y chispeante que eventualmente se había empeñado en no salir de sus pensamientos, al menos hablarle quería. Y en efecto lo logro. La encontró, y allí estaban, tan relajadas y ¿felices? Olvidándose del mundo.
Lena se encontraba en una zona de paz diferente a lo que había vivido. Estaba tan cómoda y segura. Una sensación que había tenido ya antes, pero jamás con tal intensidad. Evidentemente tomo la mejor de las decisiones al seguir su corazón e ir al parque con la esperanza de encontrarse a la mujer que, apenas conociendo hizo vibrar su mundo.
- ¿Lena, eres tú? – Se escucha una voz conocida.
En la academia de baile, una tarde muy diferente transcurría. Las amigas Rivera-Hartman continuaban con su plan de ‘hacerle una jugada’ a la profesora suplente.
- Te lo dije Jen, esto va a funcionar. ¿Notaste como la profesora no deja de verme?
- Si, y me parece algo extraño. Es muy obvia, todo el mundo se está dando cuenta. ¿Qué paso desde ayer? ¿Cómo es que ahora le interese tanto lo que haces?
- No lo sé, pero es mejor para nuestros planes. – Dijo Naya con orgullo.
- Sin duda, pero igual me es extraño. – Jenny estaba sorprendida y dudosa de la actitud de la profesora.
- Mejor alejémonos un poco, extraño es como nos está mirando ella ahora. – Dándole un empujón a su amiga.
- Idiota. – susurro alejándose con ella de igual forma. La respuesta de su amiga fue un guiño y un beso volado.
La clase ya había terminado, ambas amigas hablaban haciendo tiempo de que todos en clases se fueran. Cuando el último de los compañeros se retiraba, las chicas arreglaron sus cosas para poner el plan en marcha.
- ¿Lista? – Pregunta Naya.
- Lista. – Responde Jenny guiñándole un ojo.
- Profesora Morris. – La morena llama su atención.
- Rivera, dígame. – Prestándole atención.
- Le parece… Ehm ¿está bien si le muestro el auditorio donde tendremos la presentación? – dijo con voz seductora.
- Ya lo he visto señorita Rivera. – responde serena.
- Pero nadie le ha mostrado lo que haremos, ni cómo será preparado. – Su tono era coqueto.
- No creo que… - Intento negarse una vez más pero fue interrumpida por Jenny que seguía en el lugar.
- Ya lo habíamos hecho con la profesora Mary, de hecho teníamos todo listo y con usted aun no afinamos detalles. – seguía parte del plan ayudando a llevar la profesora al auditorio.
- Es cierto. – contesto Heather después de un momento. – Vamos entonces. – Tomando sus cosas hacia la salida.
- De hecho, yo no iré. – habló Jenny – Tengo algo importante que hacer y Naya sabe bien lo que se hará, ella le puede explicar todo.
- Así es profesora. – fingiendo inocencia, pero con una sonrisa seductora.
- Esta bien, iremos. – aceptando finalmente.
Una vez fuera, Jenny camino rápidamente buscando a la directora de la academia. Su plan era distraerla y llevarla justo al tiempo para ver a una profesora “seduciendo” a una de sus estudiantes. Que en este caso, era su amiga Naya.
- Bienvenida al auditorio. – dijo Naya al tiempo que abría las puertas. – Adelante por favor. – Invito señalando dentro del lugar.
- Gracias. – respondió seca. La profesora sabía cuál era su plan e incluso si no lo supiera sabría exactamente que algo tramaba Rivera, su tono de voz seductor era muy evidente.
- Bien, profesora Morris ¿Esta bien si le digo Heather? – dejando su bolso de lado.
- Tendremos la misma edad Rivera, pero soy su profesora. – cruzándose de brazos.
- Esta bien. – sonando inocente. – Por aquí por favor. – hizo que la profesora la siguiera a la parte trasera. – Aquí se encuentra el vestuario, ya todo está aprobado, cada quien está de acuerdo con lo que usara y nos hemos probado todo.
- Ya sabía eso. – interrumpiéndola de manera cortante.
- Lo sabía, pero nadie se lo había mostrado. – guiñándole un ojo, la profesora simplemente bufó. – Estos artículos de aquí son los que adornaran cada lado del escenario. – la morena seguía hablando y señalaba todo. – y aquellos de allá son los que instalaran los chicos de diseño.
- Hasta ahora no me ha mostrado nada nuevo. – viendo a los lados.
A pocos metros de allí, una castaña estaba desesperada por no encontrar a la directora. Preguntando a cada compañero y profesor que veía en el camino. Nadie sabía dónde estaba. El presentimiento de que nada saldría como lo planeado se hizo latente.
– ¡Demonios! – Pensó. – Naya me va a matar. – Se decía sin dejar de buscar en toda la academia.
El tiempo estipulado había llegado y Jenny no había conseguido a la directora.
- No puede ser, no puede ser…– se repetía una Jenny angustiada. – Naya, contesta. – Insistía en la llamada, pero nada que su amiga contestaba. – Debes estar ejecutando el plan. – colgando ya que estaba cerca del auditorio.
En el aeropuerto, un vuelo llegaba bastante retrasado. Algo molesta y cansada estaba la rubia mientras recogía sus maletas.
- ¡Genial! Lo que faltaba para volver este día incluso peor. – Se quejaba mientras veía su reloj. - ¿Dónde estará?- preguntó para sí misma sacando su celular. Activo una llamada. – Vamos, contesta. - Repique tras repique y la llamada no fue atendida.
Cinco minutos más tarde se había sentado en el cafetín del aeropuerto, cansada de esperar ordenó un café.
- Hola, hola, hola. Lamento mucho llegar tarde Emma. – Saluda a su amiga con un beso en la mejilla, agitada por la pequeña carrera que tuvo para llegar.
- Era lo que me faltaba para terminar de hacer fatal este viaje Jul, si te cuento todo lo que me ha pasado hoy.
- Me imagino, discúlpame de verdad. Se me presentó algo y se me fue el tiempo. – dijo con ojos iluminados - luego hubo tráfico y que te digo… – suspirando al final.
- Algo o ¿Alguien? – preguntó alzando una ceja.
FLASHBACK…
- ¿Dónde estabas Julia? – La rubia sonaba molesta.
- Amiga, perdón, perdón, perdóname por no llegar a tiempo. Estaba… Estaba. – Julia tartamudeaba nerviosa.
- No tienes excusa Julia, tuve que mentir por ti al profesor y casi nos castiga a ambas con un informe extra. – dijo cruzándose de brazos.
- No fue mi culpa Em, yo, yo, lo que pasa es que yo… – La morena temblaba. – Estaba ocupada, me entretuve con algo. – ruborizada.
- ¿Tan ocupada como para hacernos casi perder una materia? ¡¿Sabías eso?! – con molestia en su voz.
- Emma discúlpame, se me fue el tiempo con… Algo. – contesto dudosa después de unos segundos.
- Ya veo que no soy tan de tu confianza que ni siquiera me dices la verdad. – Cruzándose de brazos. - ¿Sabes qué? Mejor hablamos después. – caminando a la salida.
- ¡No! – Grito asustando a Emma. – Emma, lo siento amiga, ven, te voy a contar lo que paso. – Llevándola del brazo a que se sentara frente a ella.
- ¿Me dirás o qué? – soltó impaciente, después de que la morena se sentara frente a ella sin decir nada por unos minutos.
- Si jajaja – reía algo incomoda. –Estaba con algo… Más bien. – Carraspeó antes de continuar. – Esta bien, estaba con… alguien.
- ¿Qué? – Volviendo a gritar. – es increíble Julia ¿Cómo es posible que tu…- No pudo terminar la frase pues la morena tapaba su boca.
- Si es necesario te pediré perdón de rodillas durante un mes. – Quito su mano de la boca de Emma lentamente. – Conocí una chica y estuve hablando con ella, se me fue el tiempo porque la chica era muy habladora. – riendo. – me costó pero al final logre zafarme. Fue un milagro que llegara hoy a clases. – causando gracia a su amiga. Emma no perdió tiempo para burlarse de Julia. - Ya veo que lo que me paso te causo más gracia que molestia ¿no? – dijo seria. – En fin, no falte porque quise, además no me fue nada bien. ¿Me perdonas? – Poniendo ojos tristes.
- Solo porque de por si te fue mal. – volviendo a reír.
FIN DE FLASHBACK
- Tenemos mucho que hablar. – respondiendo con una sonrisa.
- ¡Vaya! – dice sorprendida. – primera vez que veo esa mirada en ti. – Julia hace una mueca de no entender. – Ya hablaremos ¿Quieres un café? – ofreció, la morena asintió y pidieron su café. Al terminar se encaminaron a casa.
- Y bien morena… Escupe. – Suelta Emma una vez Julia arrancaba el carro.
- Sí que te has vuelto curiosa. – responde Julia riendo.
- Muy graciosa, pero no desviaras el tema. – La rubia escribía en su celular mientras Julia conducía.
- ¿podemos hablar eso luego? Voy manejando. – La miro por un momento. - Además es un tema… largo. – Finalizó, dejando una Emma más confundida.
- Ahora si quiero saber de qué trata. Pero bien, te haré caso. – Presto atención a su teléfono que volvía a sonar.
- ¿Allyson? – Refiriéndose a la persona que hacía sonar el celular de su amiga.
- Ajá – responde Emma asintiendo.
- Envíale saludos.
- Claro. – Termino de escribir y dejo su teléfono – Rossie ¿cómo está? Y Andrew.
- Muy bien, deben estar comiendo helados. Sabes como es.
- Esa niña, no cambia. – dice con una sonrisa. – aunque no ha pasado mucho, créeme que la he extrañado.
- ¿Imagina si no hubieses venido con nosotras?
- ¡Ni lo digas! – Poniéndose una mano en el pecho. – me habría muerto. ¿Yo sin mi ahijada preferida? Toda una pesadilla.
- ¿Qué cosas dices? Es tu única ahijada. – riéndose.
- Por eso es mi preferida. – riendo también.
El viaje fue tranquilo entre risas. Julia y Emma hablaban de sus planes para los siguientes días. Pronto se daría la fiesta de inauguración de la firma, entre otras cosas pendientes antes de la apertura. Mucho trabajo sin siquiera empezar. La charla personal ya quedaba para más tarde. Primero lo más importante por ahora, el trabajo.
- Ud. cree que no le he mostrado nada nuevo profesora Morris, pero el vestuario aun no lo ha visto ¿Cierto? – Naya seguía con su voz coqueta y seductora.
- Tengo entendido que estará listo en unos días.
- Yo fui quien propuso el diseño y estilo. Y tengo la muestra conmigo, eso puedo enseñarle. – Caminando hacia su bolso. Regresa junto a la profesora y continúa. – No solo para que los vea, puedo enseñarle incluso como quedan. – acercándose a ella.
- Me parece bien. – dice, tomando por sorpresa a Naya.
- ¿De verdad?
- Si, me gusta su idea. – le hacía creer a la morena que estaba cayendo en su juego.
- Que bueno… – volviendo a sonreír coquetamente. – entonces creo que… No hay tiempo que perder. – se giró sacando una traje de su bolso. De nuevo se puso frente a la profesora que no decía nada.
- Rivera. – dijo mientras veía su reloj. – Ya tengo que retirarme.
- ¿Qué? – Grita. – No, solo un momento. – Se quitó la camisa sin más, frente a la mirada atónita de Heather.
- ¿Pero qué… - No termino lo quería decir ya que sus labios fueron sellados por la morena, que comenzaba a besarla.
La profesora sabía perfectamente el plan de su alumna, e incluso tenía la idea de seguirle la corriente para saber hasta dónde era capaz de llegar con eso, sabía muy bien que nada le iba a funcionar pues ella misma se encargaría de eso. Pero jamás pensó que Rivera llegara tan lejos, mucho menos que ella se dejaría besar por una estudiante.
No fue mucho el tiempo que trascurrió realmente pero si se sintieron largos los segundos que se dejó besar por la morena, cuando estuvo a punto de corresponderle incluso, decidió alejarse. Pero el beso sería interrumpido antes, no por ella, sino por unos ruidos que provenían desde la entrada… Alguien venia.
- Lena ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada hija, ayer te fuiste, hoy regresas y te vas de nuevo ¿sabes qué hora es? – Gritaba su madre apenas Lena entraba.
- Mamá. – Suspiró – estaba en el parque, te dije que estaba bien, solo quería salir. – sin darle mucha importancia.
- Pero casi nunca te ausentas tanto hija ¿segura estas bien? ¿Paso algo? – tomándola de la mano.
- ¡Mama! – Grito. – Por Dios madre, no soy una niña. Se cuidarme, y estoy completa ¿Acaso no me ves? - lo último hizo sentí mal a Inessa, quien bajo la mirada soltándola.
- Lo siento hija, yo… yo.
- Mami, está bien ¿sí? – Estirando su mano para que la tomara nuevamente. – Soy ciega, no estúpida. – riéndose. – se cuidarme, y sé que estas al pendiente, o para cuidarme en todo caso. – Ambas rieron. – Ahora ¿puedo ir a mi habitación? Quiero descansar la resaca.
- ¿Cómo? – grito escandalizada.
- Ay no, mama – se queja. – Voy a dormir un rato. – comenzando a caminar. – Beethoven tienen hambre por cierto. – dijo mientras subía las escaleras.
- Ya lo note. – responde de camino a la cocina para alimentar el can. – Algo pasa contigo Lenita, no habías actuado así antes. – susurro para sí misma.
Lena no actuaba extraño, simplemente estaba comenzando a sentir que debía independizarse un poco (o mucho) de su madre. Ya era tiempo. Siempre había estado sofocada y ya quería un poco más de espacio. Espacio para ella, para sentirse libre y tranquila. Tal vez para ¿salir más?
En el fondo sabe perfectamente que lo que quiere no es solo libertad para salir. Lo que quiere es demostrarle a su madre que es capaz de cuidarse por sí misma, sin tenerla a ella al pendiente día y noche. Sin olvidar que, recién ha conocido una persona que ha despertado por completo su interés.
Lo menos que espera es, tener a Inessa respirando sobre ella y cuestionando cada persona que conoce. Sabiendo como es, está segura de que eso traerá problemas. Especialmente porque querrá saber todo.
El ruido en la entrada hizo que Heather se separara de inmediato. La morena estaba agitada y por un momento había olvidado él porque estaba en esa posición. Recordó su plan y pensaba que, quien estaba por entrar y ver la escena era su amiga Jenny junto a la directora. Entonces se acercó nuevamente a la profesora para que su plan se llevara a cabo.
Heather estaba algo ida aun pero volteo hacia la entrada sabiendo que alguien llegaba. No esperaba que Naya volviera a acercarse a ella con intenciones de besarla una vez más. Al percatarse de lo que venía se alejó un poco. Cuando la morena casi se acerca a su rostro escucharon la voz.
- ¡Nay! Naya. – Jenny entraba corriendo. – ¡Oh por Dios! – Grito al ver a su amiga sin camisa y casi encima de la profesora. – Perdón. – se disculpa volteando la vista. – Interrumpí, yo… Yo. – comenzaba a tartamudear, al mirar de reojo a su amiga y notar que esta abre grande los ojos, en formad e señal, continua. – ¿Que pasa aquí? – Aclarando la voz y viendo fijamente la escena.
- Nosotras… - empezó Naya.
- No pasa absolutamente nada. – interrumpe Heather. – Rivera iba a mostrarme el vestuario de la presentación, pero creyó que le había autorizado para hacerlo ahora. Un simple error. – Dijo restándole importancia a las circunstancias.
- Eso, parece que… como sí. – Jenny intentaba hablar pero sabía que ya nada saldría bien. Sin más testigos presentes al menos, no.
- Ya me retiro. – Le corta la profesora. - Espero que para la clase de mañana presente el vestuario rivera, hasta luego, Hartman. – se despide y se va, dejando a las chicas con la boca abierta.
- ¿Qué demonios paso? – Grito Naya molesta.
- Te estuve llamando idiota. – responde una Jenny también molesta. – No conseguí a la directora.
- ¡Me lleva el diablo! – comenzó a vestirse ante la mirada de desconcierto de Jenny.
- Ahora yo pregunto ¿Qué paso? Creí que solo te ibas a insinuar y ser coqueta, no que… – Señalándola de arriba abajo.
- La muy imbécil no caía y tuve que sacar el arma secreta. – refiriéndose a su cuerpo. – Ya vámonos ¿sí? – estaba evidentemente molesta, y no solo por el fallo del plan.
- Ok, ok. – levantando las manos. – Ya buscaremos la forma de vengarnos. ¿Estas segura de que nada paso? – Mirando a su amiga roja de la rabia.
- ¡No! – gritó asustando a Jenny.
- Pero que humor. – rodando los ojos. – Hacemos otro plan, uno que no falle y listo. No es para que te pongas así tampoco. – restándole importancia al asunto.
- No es eso. – tapándose los ojos. - La bese y no me correspondió. – Soltó con rabia.
- ¿Qué? – Gritó. - ¿No cayó en tus encantos? Después de que estuvo comiéndote con la mirada. Se le nota que le gustaste ¿o no? – la castaña estaba sorprendida. – no lo entiendo.
- No eres la única.- susurro Naya volviendo a caminar a la salida.
- Espera Nay. – alcanzándola – No tenías que besarla para empezar. No pensabas llegar tan lejos ¿o sí?
- Si era necesario. Y me lo pareció, por eso lo hice. Pero de nada sirvió. – Escupió irritada.
- No fue mi culpa que la directora no apareciera, precisamente hoy. Tampoco la pagues conmigo. – ya un poco molesta por la actitud de su amiga.
- No, no es tu culpa. Pero, ella… – Soltó un bufido y no dijo más.
- Ya entiendo. – mirándola de reojo. – No pasa nada si admites que lo que te molesta es que no te haya correspondido. Con eso también te puedo ayudar. – ofreció.
- ¿Estás loca Jenny? No. – Llegaban a la salida de la academia y se detuvo. – No vuelvas a repetir una tontería como esa. – Señalaba a su amiga con el dedo y hablaba bajo para que solo esta le escuchara. - Si, la profesora está muy bien, pero es una completa imbécil y no la quiero cerca. Idearemos un nuevo plan, pero de que se va, se va. – sentenció.
Jenny solo asintió, no quería discutir con Naya en plena academia. Conocía perfectamente a su amiga y no quería dar un espectáculo. Completamente segura de lo que notó en su mirada y actitud, decidió dejar el tema para otra ocasión.
En casa de Julia, el trabajo seguía. A pesar de las insistencias de la morena hacia Emma, en que fuera a descansar, esta prefirió adelantar los últimos detalles antes de la fiesta de inauguración de la firma. Solo un par de semanas quedaban y no quería que nada quedara por fuera.
- ¡Hasta que al fin! – exclamo Julia estirándose. – Ya me estaba dando hambre.
- Tú siempre tienes hambre Julia. – se burló la rubia. – Terminemos de recoger para ir a cenar algo ¿te parece?
- Me gusta la idea de la comida pero Andrew llegara pronto con la peque. Si quieres, te arreglas mientras yo termino de recoger aquí, le avisare a Andrew que saldremos para que nos recojan ya listos.
- Perfecto. Quiero ya irme a descansar, comienza a hacerme efecto el largo y tedioso viaje que tuve. – bostezando.
Una hora más tarde, estaban ya de camino al restaurant. La cena fue tranquila y rápida. Emma quería retirarse a descansar y eso hizo. Julia se encontraba en su cama lista para dormir, pero extrañamente no estaba cansada ni tenia sueño. Solo pensaba.
- Pero que día tan… – suspiró – agradable a pesar de todo. – termino la frase con una sonrisa. - ¿Quién eres? – Se preguntó al recordar esa chica que últimamente no salía de su cabeza. - ¿De dónde saliste, y por qué me eres tan… Familiar? – Volvió a suspirar y se giró, tratando de conciliar el sueño.
Algunos días pasaron, cada quien en su mundo. Todas con algo en mente. Algunas con mucho más que eso. Julia y Emma estaban completamente entregadas al trabajo. Pensar que todo estaba listo y en ultimar detalles se les iban los días. Lo mejor de todo era que ya tenían la mayoría de los clientes en contacto e incluso las invitaciones para la fiesta de inauguración habían sido ya enviadas.
Naya cada día tenía peor humor, saber que faltaba poco tiempo para la presentación y tener que soportar a la profesora a diario se le hacía realmente difícil. Jenny como la conocía a la perfección estaba con ella y le ofrecía su apoyo, pero en múltiples ocasiones era rechazada.
Como la castaña había estado un poco deprimida esos días, buscaba más a Lena. Dándole su espacio a Naya y desahogándose junto a su amiga. Quien al parecer también tenía algo en mente. Intento persuadirla de que le contara pero Lena la evadía o le decía que solo eran ideas suyas. Algo presentía y estaba segura que tenía que ver con el dichoso diario que había vuelto a su vida últimamente.
- ¿Lena? – Llamó desde la entrada del cuarto.
- Jenny. – dice nerviosa.
- Inessa me dijo que estabas despierta, por eso subí. – Explica. -¿Qué hacías? – Pregunta al verla esconder algo entre sus almohadas.
- Nada, solo estaba pensando. – Intenta levantarse con cuidado. La castaña ve lo que hará y se acerca ayudándola.
- ¿Estas nerviosa o son ideas mías? – le pregunta. – Te siento extraña.
- No es nada, solo me sorprendiste.
- Esta bien. – dice no muy convencida. – Ya que estas vestida ¿Salimos?
- ¿A dónde quieres ir?
- A caminar. – responde tranquila.
- ¿Caminar? – Extrañada. - ¿Quieres hablar de algo? – cuestiona la pelirroja.
- De algunas cosas, sí.
Las chicas se fueron a caminar cerca de casa. Beethoven era muy buena compañía, según palabras de Jenny. Paseaban al can mientras hablaban.
- Entonces Naya sigue malhumorada. – Dice Lena. - ¿Estas segura de que le gusta esa profesora?
- No hay una explicación lógica para que ella se comporte como lo hace. Intente hacerle ver lo que tiene realmente pero solo me grita enojada. No creo que lo acepte. Está empeñada en que saquemos a Heather. Cada vez que tenemos clases con ella se comporta peor. Parece una adolescente, toda rebelde en clases, hasta le responde y discuten. Si no fuera porque Nay me dijo que la rubia no cayó en sus ‘encantos’ diría que a ella también le gusta.
- ¡Vaya! Eso si no lo esperaba. En especial porque cuando planeaba su idea para que la botaran sonaba tan segura de odiarla, por el simple hecho de ser estricta. Esa Naya, no cambia. – negaba con la cabeza.
- No, no cambia. – cruzándose de brazos. – Lo que me importa es que, quien paga los platos rotos soy yo. Bastante deprimida y solitaria me he sentido, ahora ella me descarga su enojo.
- Ya la conoces. No creo que alguna vez en la vida se le ocurrirá la idea de aceptar que tiene sentimientos hacia nadie. Eso de las relaciones sabes que no va con ella. – Alzando los hombros. - Mejor déjala unos días. No insistas en el tema a menos que ella lo haga, y no caigas en sus juegos para que no discutan.
- Bueno, te voy a hacer caso porque estas en lo cierto.
- Ahora tú. Sigues deprimida por… ya sabes. – recordándole la conversación de hacía unos días atras.
- Ya no tanto. Pero Nay tampoco ha colaborado mucho, solo me recuerda mis desgracias. - Se detuvieron poco antes de llegar al parque, Jenny decidió comprar algo y sentarse a continuar su charla.
- Buena idea la del helado. Así te endulzaras la vida y olvidaras los problemas por un rato. – Dijo la pelirroja, sin percatarse que Jenny ya se había ido.
- ¿Hablando sola también? – Escuchó una voz ahora conocida, que la asusto por la sorpresa.
- ¡Dios santo! – Dijo poniéndose la mano libre en el pecho.
– Parece que esta será nuestra forma de encontrarnos. Yo asustándote. – Dijo riéndose. – Discúlpame.
- No pasa nada. – responde Lena. – Hola Julia… – Una sonrisa se dibujó en su rostro. Julia corresponde el saludo y acaricia a Beethoven.
- Llevo días viniendo, aunque por poco tiempo. Pensé que ya no iba a coincidir contigo. – La morena no dejaba de acariciar al can, pero veía a Lena.
- ¿Acaso me estas acosando? – Pregunta fingiendo sorpresa. Julia se ríe.
- ¡Diablos! Me descubriste. – Ahora ambas reían. – La verdad es que… No pienses mal de mí por esto.
- Hasta ahora solo para eso me has dado motivos. – Julia volvía a reírse por las ocurrencias de Lena.
- Esta bien, lo admito. Mi plan es acosarte. Porque a eso me dedico, hago amistad con pelirrojas lindas y las secuestro más adelante.
- Bien, bien. Pero te daré lucha, eso sí. – Ahí estaba, la comodidad y seguridad que sentía junto a esa desconocida; volvía a aparecer y no podía evitar hablar tranquilamente, como si la conociera de siempre.
- Lo siento... Honestamente, eres la primera desconocida a la cual le cuento tantas cosas de mí y con la que me siento tan cómoda. Aunque no sabes ni la mitad, siento que podría revelarte mis más oscuros secretos y no me daría la más mínima desconfianza. – Dijo sincera.
- Esa soy yo, señorita confianza. – dice con orgullo la pelirroja.
- Secundo eso. – Sonriendo sin dejar de verla.
- La verdad es que, yo siento lo mismo contigo Julia. Es extraño pero, me das mucha confianza. – sonriendo ahora ella. – Pero que no se te suba a la cabeza ¿ok? Mucho poder conlleva demasiada responsabilidad.
- Tiene razón señorita Katina. Prometo que cuidare su confianza en mí, con mi vida. – Promete levantando una mano. – Es un juramento por cierto, tengo la mano derecha levantada y la izquierda en mi pecho. – Sacando una risa en Lena.
- Es cierto… – Dice Jenny llegando. La pelirroja pego un salto al escucharla. – Aquí tienes tu agua Len. – Acerca la botella hacia sus manos y dirige su mirada hacia la morena, que se sintió incomoda.
- Gracias Jen. – Toma el agua y bebe un poco.
- ¿Y usted es? – Pregunta Jenny viendo a Julia.
- Disculpe. Mi nombre es Julia, Julia Volkova – Dándole la mano. Jenny corresponde presentándose de igual forma.
- Bien... ¿De dónde se conocen ustedes?
- Nos conocimos hace unas semanas atrás. – Responde la morena – Aquí en este parque, de hecho. – Dice con una sonrisa sincera.
- ¿Aquí? – Repite viendo a Lena esta vez. - ¿Cómo… digo, cuan…
- Jenny. – Lena interrumpe. – ¿Te acuerdas cuando te dije que había tropezado con una mujer en el parque? – Espero unos segundos antes de continuar. - Era Julia.
- Mmmm ya – asintiendo. – Era ella. – Susurró y no dijo nada más. El momento se volvió incómodo y ya nadie decía nada. Beethoven ladró, rompiendo el silencio que se había formado.
- Nosotras debemos irnos Julia. – Lena prefirió irse para no sentirse tan incómoda.
- Si, no hay problema pelirroja. – Responde.
- Un placer Julia. – Jenny le da la mano y esta le corresponde.
- Hasta luego Julia. – Se despide Lena, levantándose con cuidado, mientras Julia y Jenny chocan al tratar de ayudarla.
- Disculpa, Jenny. – Dice Julia.
- No pasa nada. – Respondió medio seca, la castaña tenía cara de pocos amigos.
Lena saca su bastón y toma al can fuerte con la otra mano. Vuelve a despedirse de Julia con la mano que sostenía el bastón y comienza a caminar. Jenny camina a su lado, con intenciones de preguntar acerca de Julia. Unos pasos más adelante se detienen al escuchar la voz de la morena.
- Lena espera. – La llama y se acerca a ellas nuevamente. – Olvide decirte, de hecho también quería hablar contigo de eso.
- ¿Pasa algo? – Frunciendo el ceño extrañada.
- No, no pasa nada. – Toma la mano en la que Lena sujeta al can y la voltea. – Aquí tienes. – Colocando un sobre.
- ¿Qué es esto?
- La invitación para la inauguración de mi firma… Bueno, con mi socia. – corrige.
- Julia yo... – No sabía que decir.
- Puedes ir con alguien, puedes llevar a tu… - Señalando a Jenny.
- Amiga. – aclara ella. – Si podemos ir ¿verdad Len?
- Eh, sí, claro. – Dijo algo nerviosa.
- Perfecto. – responde Julia con una sonrisa. – Es en una semana.
- Ahí estaremos Julia. – se adelanta Jenny, al notar nerviosa a la pelirroja.
Cuando yo hablaba, tu solo escuchabas. Cuando te interrumpía y no te dejaba decir palabra alguna, tú fuiste atenta y respetuosa.
No ha faltado un día en el que no sienta necesidad de verte y hablarte. A pesar de todo, fuiste tú quien me enseño a escuchar.
Solo contigo me sentí cómoda desde un principio. Solo a ti, di explicaciones.
Gracias por apoyarme en todo, en especial gracias por esa hermosa sonrisa que tienes.
Pensar que cuando nos conocimos yo creí que tendría… un día normal.
Continuara...
No ha faltado un día en el que no sienta necesidad de verte y hablarte. A pesar de todo, fuiste tú quien me enseño a escuchar.
Solo contigo me sentí cómoda desde un principio. Solo a ti, di explicaciones.
Gracias por apoyarme en todo, en especial gracias por esa hermosa sonrisa que tienes.
Pensar que cuando nos conocimos yo creí que tendría… un día normal.
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Interesante, espero la continuacion.
Leelee- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 18/03/2017
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Buenas noches mundo perdido!! Mil perdones por desaparecer, pero una vez mas aquí estoy (y no me iré) por fiiin la actualización de esta historia...
Notifico que ya tengo adelantado el siguiente, así que sin mas espera. Aquí está. Deseando les guste
Leelee: Gracias por leer y comentar, espero que te guste la conti.
Capítulo V
‘Una noche especial’
- Julia, vamos. Es tarde ya ¿Sabes cuánto tiempo me lleva arreglarme?
- Demasiado – decía masticando una manzana. – ¿Al menos puedo terminar mi desayuno? – Balanceando a la manzana.
- Claro, estas tranquila porque tú te arreglas en un par de horas. ¡Yo No! – Gritando al final. – No sé ni cómo estas tan relajada, sabiendo que debes llegar primero para recibir tus invitados.
- Lo sé, lo sé – levantando las manos – Ya todo está listo; Emma pasará por mí, la niñera llegara antes de salir y del resto ya te encargaste tu ¿Recuerdas? – dijo sarcástica.
- Si, pero por lo mismo debo estar contigo antes del comienzo, aunque todo esté listo, nunca faltan los problemas de último minuto y a mí me lleva 5 horas arreglarme, lo que quiere decir –viendo su reloj - que ya debería estar en la peluquería.- Sonaba más nerviosa que molesta.
- Anjali, calma por favor. – Respirando profundo. – Vámonos ya, antes de que te desmayes de los nervios. Pareciera que fuera tu inauguración. –riendo.
- Muy graciosa Volkova – Mirándola de reojo – Vamos. – comenzando a caminar.
El resto de la tarde fue más estresante aun. Anjali estaba más angustiada que la propia Julia o incluso Emma, quien había tenido que ir al aeropuerto de último momento.
- ¡¡¡Juliaaaa!!! – Grita Anjali.
- Oh no, me encontró – Puso cara de miedo y la maquillista comenzó a reír.
- ¿Dónde estabas? Estoy que muero de nervios. – hablando increíblemente rápido, más que la propia Julia.
- Calma mujer, ya estoy aquí. La niñera tardó en llegar. No podía dejar a mi niña sola ¿o eso querías?
- Por supuesto que no, pero pudiste contestar mis llamadas o avisarme. Pensé que tendría que hacerme cargo yo de tus invitados, quienes por cierto conozco a la perfección – Dijo sarcástica.
- No creo que haga falta el sarcasmo Anjie, pero ¿Cómo que tú? ¿Emma dónde está?
- Creo que… ¿En camino? – mordiéndose el labio inferior.
- Eso sonó más a una pregunta. Ella me dijo hace dos horas que estaba terminando en la peluquería. – Sacando su celular. Le hace señas a la maquillista para que se detenga y hace una llamada.
- ¿Qué haces Jul? – Pregunta Anjali. - ¿A quién llamas?
- ¿Cómo a quién? A Emma. ¡Demonios! – Se queja y cuelga – No contesta. ¿Le habrá pasado algo? – su tono se volvió preocupado.
- No le paso nada Julia, cálmate ¿sí?
- ¿Cómo lo sabes? ¿Te llamo?
- Si, y no quería decirte nada porque primero pensé que llegarías a tiempo y ella también. Lo que sucedió fue que, tuvo que ir al aeropuerto. – Julia frunció el ceño.
- No me digas que…
- Así es – Confirmando lo que la morena pensaba. – Y por la hora creo que debe venir en camino – Viendo su reloj. – tal vez por eso no contesta.
- Supongo. Me alegra que pudiera llegar a tiempo. – Sonriendo. – Emma debe estar contenta.
- Ahora termina de arreglarte y ve a la entrada conmigo ¿quieres?
- Como diga jefa – haciendo saludo militar.
En cuanto Julia se arregló, rápidamente fue a la entrada junto a Anjali. Poco a poco los invitados llegaban. Aunque fue bastante la presión de Anjali, Julia le estaba muy agradecida por su apoyo. Estaba completamente segura de que no habrían logrado tener todo organizado para una inauguración del nivel que lo había hecho su amiga. Emma estaba muy impresionada con lo que había hecho, incluso le pidió ayuda para las próximas celebraciones. Acto que provoco casi un desmayo instantáneo en Julia, pensaba lo torturante que sería tener una fiesta cada mes.
Todo marchaba bien. La morena estaba más tranquila al saber que Emma ya se encontraba cerca. Hablaba con los presentes, pidiendo disculpas por la ausencia de su socia, les explicaba que ya se encontraba en camino. Mientras Anjali, atendía la entrada. Diez minutos más tarde, Emma hacia su entrada.
- Buenas noches – Dijo con una sonrisa. – Anjali, hola. – Saluda.
- Emma, que bueno llegas. – Responde el saludo con un beso en la mejilla. – Julia empezaba a cansarse de explicar que ya venias. Algunos de sus clientes estaban impacientes.
- Me imagino como debe estar. Disculpa Anjali, no te he presentado. – se coloca a un lado de su pareja. – Ella es Allyson – Presenta.
- Mucho gusto Allyson – Dándole la mano.
- Un placer Anjali, he escuchado mucho de ti. – con una sonrisa.
- No lo dudo. – riendo. - ¿Qué tal estuvo el vuelo?
- Además de retrasado no pasó nada grave, gracias al cielo.
- Suertuda tú. – Interviene Emma. – Yo soy la única que al viajar sola, todo lo malo le pasa.
- ¡Emma! – Se escucha la voz de Julia. – Llegaste al fin. – se acerca y la saluda con un beso en la mejilla. – Necesito que me ayudes a sobrellevar esta fiesta. ¿Los clientes eran así de fastidiosos cuando los reclutamos? – susurra para que solo Emma la escuche.
- Siempre lo han sido, solo que cuando nos reunimos por negocios ellos están en problemas y buscan adularnos para salir de eso y ahora están en reunión social, con bebidas. – Alzando las cejas. – Saca tú la cuenta.
- ¡Demonios! – Exclama.- Allyson – Recuerda que Emma no ha llegado sola. – Disculpa mi falta de modales. Pero sabes cómo me pongo en estas fiestas. – La saluda con un abrazo y un beso. – Gracias por venir, y te agradezco mucho más el que me hayas regresado a Emma, la necesito urgente. – Allyson y Anjali rieron al ver la cara de miedo que tenía la morena.
- Toda tuya Julia. – Dijo sonriendo.
No pudieron conversar más, ya que seguían llegando los invitados. Julia y Emma se acercaron a los clientes que preguntaban desde temprano por la rubia. Luego fueron por un rato más a la entrada. Anjali descansaba un poco de su trabajo como anfitriona, junto a Rahul y Allyson.
- Buenas noches. – Llegaba Andrew. – Hola Em. –Saluda a la rubia con un beso en la mejilla.
- Andrew, pensé que no llegarías. – decía correspondiendo el saludo.
- Habría llegado antes, de hecho salí temprano de la oficina. Pero Julia me pidió que pasara a ver a Rossie, me comento que la niñera llego tarde y pase a darle una vuelta.
- Oh, me imagino. Esa Julia.
- Si, por cierto ¿Dónde está? – buscándola con la mirada.
- Fue al baño, ya debe estar por regresar. – Emma sintió una mano rozar su cintura, se giró para reconocer a Allyson.
- Allyson ¡hola! – Andrew al verla la saluda. – No sabía que vendrías. Julia dijo que estabas de viaje.
- Es cierto, pero termine el trabajo antes. No podía perderme semejante celebración.
- Por supuesto, me alegra que pudieras llegar. Yo voy a socializar un poco, compromisos, ya saben – Con una sonrisa. – De igual forma me iré temprano hoy. Pasaré mi día de mañana con Rossie y no me desvelaré.
- Claro Andrew. Adelante. – Emma se queda conversando con Allyson.
Una hora ya había pasado y la mayoría de los invitados ya se encontraban en el lugar. Julia y Emma querían esperar 30 minutos más para dar el discurso de bienvenida con un poco más de invitados. Como pocos llegaban, ya las chicas no estaban en la entrada.
Anjali se encontraba en la cocina dando algunas indicaciones. Los invitados en sus mesas y algunos caminando por el salón. La música se hizo presente y otros bailaban. Emma hablaba con los primeros dos clientes que había contactado. Julia con Rahul, Andrew y Allyson. No despegaba la vista de la entrada.
- Por eso fue que prácticamente no te alejaste de la entrada. – Andrew la saca de sus pensamientos, asustándola.
- ¿Qué dijiste? – No le había escuchado bien.
- Que por eso fue que no te alejaste de la entrada – riendo por la expresión de la morena. – Esperas a alguien.
- ¿Qué te hace pensar eso? – cruzándose de brazos.
- Ya los clientes más importantes están aquí. – Dando una vistazo por el salón.
- Tienes razón. – Andrew sonrió con suficiencia. – Debo hablar con ellos. Disculpa. – Sin dejarle reaccionar, se alejó de Andrew y caminaba en dirección de un cliente que le hacía señas.
La media hora paso y Emma comenzó el discurso. Decidieron que ella comenzaría y Julia daría el cierre. Aunque ambas estaban con sus copas frente a todos. Andrew se despidió de todos para ir por Rossie. Julia se sintió feliz por eso. No le daba nada de confianza la niñera.
- ¿Qué pasa Julia? – Anjali llama su atención. – Te noto preocupada ¿No te gusta la fiesta?
- No, no es nada Anjie. La fiesta quedo incluso mejor de lo que pensaba. Veo que no has perdido el toque. – dijo guiñándole un ojo.
- Gracias. Pero te pasa algo. Estas… Extraña – finaliza.
- Es cierto. – Interviene Emma que llegaba con ellas. – Pensé que todo era por la presión de la fiesta pero desde hace un rato te veo extraña.
- No me pasa nada. Creo que son las copas. Ya llevo varias. ¿Dónde están Allyson y Rahul por cierto? – cambiando de tema.
- Están a dos mesas de ti, llevan allí toda la noche. No cambies de tema Volkova. – Anjali la señala con el dedo. - ¿Estas preocupada por Rossie? – pregunta.
- No, bueno, estaba. Ya Andrew llego y esta con ella. – La morena se calló por un momento viendo fija su copa.
- Creo que… – Comenzó. – Me han plantado.
- ¿Qué te qué? – Gritaron ambas.
- La música estará alta, pero todos los invitados nos miran por ese grito que han pegado. – Julia mira molesta a los lados.
Los invitados las vieron y como Julia tenía cara de pocos amigos, todos volvieron a lo que hacían. La música continuo y los invitados bailaban, mientras otros conversaban. La fiesta estaba bastante alegre. Rahul que bailaba con Allyson al escuchar el grito de Anjali y Emma quiso acercarse pero al ver que nada era continuaron su baile también.
Las mujeres pensaban interrogar a Julia, pero esta en un momento volteo hacia la entrada. En un último intento, con esperanza de ver llegar a la persona que había esperado durante dos horas ya. Gran sorpresa se llevó al ver que, en efecto si, había llegado, pero no estaba sola. Y no solo estaba la pelirroja que tanto había deseado ver llegar, o su amiga castaña, la cual supuso que iría. Había alguien más. Algo en la morena se movió. Su corazón dio un salto de alegría al verla. Pero también un punzada al ver que junto a ella, estaba otra chica morena, y tenía su mano enlazada con la de Lena.
Tanto Emma como Anjali, voltearon la vista hacia la entrada junto con Julia.
- ¿Lena? – Susurro Anjali.
- ¿Quiénes son ellas? – Pregunta Emma al escucharla.
Julia se levantó apenas pudo reaccionar y se acercó a la entrada para recibirlas.
- Buenas noches. – saluda. – Lena, que bueno llegaste... que llegaron. – Corrige viendo a las chicas.
- Julia – apenas dice la pelirroja con una sonrisa. – Si, lamento la demora, es que…
- La tonta no quería salir. – Responde Jenny interrumpiendo. – Hola señorita Julia. – Saluda.
- Hola Jenny, por favor dime Julia.
- Esta bien Julia. Ella es Naya – Presenta a su amiga.
- Mucho gusto Naya, soy Julia Volkova.
- Un placer – esta suelta a Lena y le da su mano. – Así que esta es la famosa Julia. – Le susurra a Lena.
- ¿Perdón? – La morena escucho su nombre pero nada más.
- Nada, disculpe.
Julia iba a hablar, cuando se acercan Emma y Anjali a la entrada.
- Buenas noches. Lena ¡hola! – Anjali saluda muy emocionada.
- ¿Anjali? – Lena se extraña. – Hola – Sonríe y le devuelve el abrazo que esta le daba. - ¿Cómo? Digo. ¿Tu? ¿Aquí?
- Fui quien organizo esta fiesta. Además de que una de las anfitrionas es mi amiga.
- Cierto, Julia – Lena recordó que no estaba sola, gracias a que Naya le pellizco. – Ouch- Soltó un quejido. Las presentes se extrañaron, ya que nadie se había percatado de lo que había hecho su amiga, pero nadie dijo nada.
- Hola doctora Anjali. – Naya la saluda y esta le corresponde. Jenny también la saludó.
Julia tenía la mirada perdida en el rostro de Lena. Una sonrisa que no se borraba de sus labios se había hecho presente y esto no pasó desapercibido por Emma.
- Es ella supongo. – Susurra Emma que se encontraba a su lado. Julia no dijo nada, solo suspiro.
Anjali se encargó de presentar a las chicas con Emma. Ya que Julia había quedado prácticamente en shock. Todas ingresaron a la fiesta y Anjali las acerco hasta una de las mesas. Julia y Emma debían atender unos clientes, entonces se disculparon. Julia en especial.
- Lena – la llamo antes de irse acercándose a ella – Me alegra que hayas llegado. Ya vuelvo y las atiendo – Mirando a sus amigas. La pelirroja estaba sonrojada
- Muchas gracias por la invitación Julia, ve tranquila y atiende a tus demás invitados.
La morena se fue tras Emma que ya había comenzado a caminar. En el camino tomaron dos copas de champaña de un mesero que pasaba.
- No está nada mal, Lena.- Decía Naya.
- Te lo dije. – Interviene Jenny.
- Aquí vamos. – responde Lena negando con la cabeza.
- Acéptalo Len, nos tienes para ser tus confidentes y fieles amigas. También para interferir cuando alguien te gusta. Debemos comprobar que tal esta y si vale la pena para ti.
- Coincido con Nay en casi todo. Yo no quiero interferir en nada. Con saber que nadie te va a lastimar, quedo tranquila.
- Aguafiestas – replica Naya.
- Por favor no vayan a pelear. – Pide Lena – estamos en público, en una fiesta, así que...
- No vamos a pelear, sabes que esto es puro amor de hermandad – canta Naya.
- A ver si te consigues alguien esta noche Nay y te sacas ese mal humor que traes. – suelta Jenny
- ¿Cóm… Pero qué... – Balbucea y Lena interfiere.
- Por muchos motivos no quería venir. Pero sus peleas no creí que fuera lo primero que me haría querer ir. Pensaba que se pondrían intensas a preguntarme por Julia o a ella. Pero no... – Dio un pequeño golpe a la mesa.
- Perdón Len.- Se disculpa. - No estamos peleando – Naya le lanza una mirada matadora a Jenny y esta rueda los ojos.
- No pasa nada Lena, no estamos peleando ni vamos a pelear – Viendo a Naya que asiente de acuerdo.
- Buenas noches por aquí – Rahul se presenta en la mesa con unas copas. – Hola Lena. –saluda con un beso en la mejilla que esta corresponde. – Señoritas.
- Hola Rahul – Dicen al unísono.
- ¿Qué les parece la fiesta señoritas?
- Muy bien Rahul – Todas responden. – Debes estar orgulloso de Anjali.- Dice Lena.
- Como siempre aciertas pecas.
Rahul se queda hablando con las chicas. Cinco minutos pasaron cuando Anjali da una vuelta para saludar, pero como se presentó algo en la cocina se retiró a atender el asunto. Rahul invito a Naya a bailar y esta gustosa acepto.
- Ya vendrá Len. – habla Jenny.
- ¿Qué? – dice queriendo pretender que no sabía a lo que se refería su castaña amiga.
- Será quien... y hablo de Julia, ya vendrá.
- Debe estar ocupada con los invitados. – restándole importancia.
- Supongo – alzando los hombros. – Pero eso no ha importado para que cada 30 segundos voltee hacia acá.
- ¿Qué? ¿De verdad? – sorprendida.
- Es cierto. Está a menos de 5 metros frente a nosotras hablando con una chica, dos hombres y su socia. Quien por cierto… ¡vaya!
- Su socia ¿Emma?
- La misma. – responde Jenny viendo a la rubia.
- ¿Te gusto? – pregunta Lena.
- Me llama la atención. En cuanto pueda me acerco y le hablo.
- Ustedes y su excesiva confianza. – negando con la cabeza.
- Que me tomó años conseguir.
FLASHBACK…
- Vamos chicas, no sean así. Son tres ¿Saben el trabajo que me llevo buscar a tres chicas?
- Si Nay pero…
- Nada Lena – interrumpe. – Tres chicas, Tres – repite – solo para salir y conquistar con mis mejores amigas.
- Ya Nay, no te hagas la sufrida tampoco – contesta Jenny. – Sabes que no se nos da tanto el socializar como a ti. Bueno, a Lena sí, pero yo no.
- Yo no quiero salir con unas desconocidas cualquiera que la loca esta consiguió quien sabe dónde. – Se queja Lena.
- ¡Hey! Más respeto pelirroja – ofendida. – Estudian en la secundaria, yo misma me cercioré de eso.
- Mira que si haces investigación – Jenny se cruza de brazos. – Pero cuando tenemos algún trabajo se te olvida como es ¿cierto? – Lena suelta una carcajada.
- Idiota. – dice dándole un golpe. – Jenny por favor – Le pide. – Anda Lena, vamos. Por miii – Suplica poniendo ojos tristes.
- Por Dios – suspira rodando los ojos.
- Oh no, no, no. Lena –Ahora se queja Jenny. – No caigas en sus juegos Len.
- ¿Nos mataría intentarlo una vez más?
- ¿Cuántos fiascos quieres Len? Ya son 2 humillaciones las que he pasado por las ocurrencias de esta… – Señala a Naya – Loca. – Finaliza.
- Más respeto Hartman – Amenaza. – Esto lo hago por ti. Así es, no me mires de esa manera.
- ¿Cómo te voy a mirar? si tratas de lanzarme a los tiburones ¿O ya olvidaste que pasó la hace dos semanas?
- No, no se me ha olvidado – Riendo. – Yo, yo, yo. – Tartamudea. – Soy Je, je, Jenny. – Se burla al recordar lo sucedido.
- Eres una imbécil Naya – Le lanza un golpe que la morena esquiva.
- Jenny por favor. – Lena interviene. – Podemos dejarlo así.
- ¡No! – Grita Naya. – Lo hago por ti Jen, ya lo hemos practicado. Necesitas ganar confianza. En grupo es un buen comienzo ¿No crees?
- ¡Demonios! Suelta la castaña. – No sé cómo lo haces. – Gruñendo.
FIN DE FLASHBACK
- Lo sé... Sé que te llevó tiempo, y ya has hecho un gran avance. Demasiado, diría yo.
- Gracias. Con Nay no podía hacer nada, más que mejorar. – riendo junto a la pelirroja.
A los minutos una sonriente Naya que regresaba de bailar con Rahul y ahora este se iba con Jenny.
- ¿Se divierten? – Julia se presenta a la mesa, provocando que Lena diera un brinco.
- Si, gracias por la invitación – Responde la pelirroja con una sonrisa.
- Y perdón si fue mucha mi imprudencia al auto invitarme. – interviene Naya. – Ya me conocerás – haciendo un ademan con la mano.
- Nay – Regaña Lena susurrando.
- No hay problema. Bienvenida eres. – mostrándole una sonrisa que quito al ver que Lena tomaba su mano otra vez. - ¿Serán pareja? – pensó.
Julia se debatía si retirarse y dejarlas o quedarse, tenía muchas ganas de hablar con Lena. Pero su confianza había caído al verlas tomadas de la mano otra vez. Pensaba que si eran pareja, ella estaría de más. Pero de verdad quería hablar con Lena, sin importar qué. Se sentía tan bien, y en confianza. Debía asegurarse cuál era la relación que ellas tenían.
Aunque semanas atrás hablaron por largo rato, más que nada fueron cosas de gustos y hobbies. No sabía nada realmente personal de Lena y ella tampoco le había dicho mucho. Hasta ahora conocía a Jenny y sabía que vivía con su madre, además de que Anjali era su terapeuta desde hace años, y que tiene su mascota que pasea a diario desde que quedo ciega. Pero nunca llego a mencionar alguien especial en su vida. Podría existir y que ella no le haya contado. De igual forma ella no le había hablado de Andrew, solo conocía a Rossie.
- ¿Hay algún problema si me quedo un rato con ustedes? – Las ganas de hablar con Lena pudieron más.
- En absoluto. – responde la pelirroja.
- Muy bien – Sentándose – Entonces ¿se divierten? – La morena hace señas a un mesero y este le lleva una copa.
- Bastante – Dice Naya con una sonrisa. – Muy buena fiesta – felicita.
- Muchas gracias por el cumplido, si no fuera por Anjali, esto jamás se habría dado.
Un silencio incomodo se formó. Lena carraspeo un poco y Julia le ofreció una bebida. La pellirroja soltó la mano de su amiga para beber su copa.
- Gracias Julia. – Dando un sorbo. Naya se acerca y le habla al oído.
- Len te dejo con ella a solas, luego me cuentas picarona. – Le da una palmada en la pierna y se levanta. – Si me disculpan, iré al baño. – Camina sin darle oportunidad a Lena de hablar.
- Perdón si interrumpí algo Lena – se disculpa la morena al ver a Naya irse. – Si quieres me retiro y las dejo para que disfruten la velada tranquilas.
- ¿Algo? – repite sin entender.
- Si, con… Ella, Naya. Llegue e interrumpí. Ahora ella se fue, esperare que regrese y me retiraré. Disculpa.
- ¿Interrumpir? – Lena frunce el ceño. – Estábamos hablando Julia, tú eres la anfitriona y quien nos invitó. ¿Ahora te quieres ir?
- Es que yo pensé que…
- ¿Que vendríamos a tu fiesta para hacerte un desaire al no compartir contigo? – interrumpe. – No somos esa clase de personas Julia, pero si le molesta nuestra presencia por algún motivo, nos retiramos. – Trato de levantarse y casi se cae.
- ¡Lena! – Julia la toma de la cintura evitando que caiga. – Por favor no te vayas. – Le susurra al oído, provocando escalofríos en la pelirroja.
- ¿Por qué habría de quedarme? – contesta nerviosa.
- Porque yo te lo pido – responde sincera. – Y si eso no es suficiente. Porque te ves realmente bien con ese vestido y créeme que con las miradas que te has ganado esta noche, me harás muy popular.- Finaliza, ganándose un golpe por parte de Lena. – Ouch!. Lo siento, lo siento. – se disculpa. – era una broma, lo prometo.
- Eres una idiota. No creí que fueras una idiota. – Su tono era severo pero estaba fingiendo molestia. Aunque la morena no lo notó.
- De verdad lo siento. Pero lo primero que dije es cierto. Y lo de las miradas ganadas también. La mitad de los presentes deben envidiarme por estar tan cerca de ti en este momento. – acercándose más.
- Julia yo… - Comenzó.
- ¿Me concederías esta pieza? – Susurra en su oído. Lena se puso nerviosa, comenzando a temblar.
- Lena ¿estás bien? – Pregunta Jenny al llegar.
- Sí, sí. Estoy bien. – Responde alejándose un poco de Julia.
- ¿Por qué te levantaste? ¿Vas al baño? ¿Y dónde está Naya? –buscándola con la mirada.
- Esta en el baño. – Julia responde.
- Bien, iré con ella… Lena – La llama.
- ¿Si?
- ¿Vas al baño también?
- No. Ella va a bailar conmigo – se adelanta Julia. Jenny queda con la boca abierta y Lena no decía nada.
- ¿Len? – Habla Jenny después de unos segundos.
- Ve y busca a Nay, Jenny. Yo bailaré con Julia – finalmente acepto.
Jenny quería ir al baño, pero estaba tan impresionada que realmente Lena haya aceptado bailar que se sentó para presenciar tal milagroso acto.
- ¿Cuántas personas nos ven? – Pregunta Lena.
- ¿Importa acaso?
- No se debe responder una pregunta con otra.
- Soy abogada.
- Y alardeas mucho al respecto. – Julia se ríe.
- Digamos que la mitad de los invitados presentes.
- ¿Qué serian?
- Unos 200
- ¿Qué? – soltó un gritito.
- Calma. – Julia la toma fuerte de la cintura al sentir que temblaba. – Pueden vernos, pero no lo hacen todos a la vez, ni justo ahora. – Mintió.
- Julia, no he bailado en 9 años. – confiesa.
- Y aun así eres toda una profesional.
- Hablo en serio. – cambiando el semblante.
- Yo también hablo en serio Lena. Bailas muy bien, y si alguien nos estuviera viendo, coincidiría conmigo en eso. – Lena suspiró. - ¿Por qué mejor no te relajas y lo disfrutas?
- Bueno...
- Lena… - Guarda silencio por un momento. – Disculpa que me entrometa, y puedes no responder si quieres, pero, tengo que preguntar.
- Julia, quede ciega hace 9 años y ya sabía bailar. Ya sabes el porqué. – la morena se ríe por la respuesta de la pelirroja.
- No es eso.
- Oh ¿Entonces?
- Esa otra chica con que viniste, Naya ¿Es tu novia? – La pregunta sacó de lugar a Lena. No pensó que Julia le preguntara algo así.
- ¿Era eso? – Riendo.
- Bellas damas. Disculpen al interrupción pero esta oportunidad no podía dejarla ir. – Rahul llegaba con las chicas. – Lena ¿Me concedes la siguiente pieza?
- Te apostaría 10.000$ a que Anjali lo envió - Le dice a Julia y esta ríe al ver la cara de Rahul.
- Ganarías la apuesta – Responde el – Pero el que haya sido su idea, no quita que no desaprovecharía esta oportunidad ¿Bailamos?
- Esta bien – Dice con una sonrisa. – disculpa Julia. – Se suelta de su agarre y Rahul toma el lugar de la morena.
Naya regresaba a la mesa atónita al ver a Lena en la pista de baile. Se sentó junto a Jenny que estaba muda, vieron como Rahul se acercaba y pedía bailar con ella y como esta aceptaba.
- Pero ¡qué noche! – Dijo Naya.
- Y pensar que Len no quería venir por miedo a que la avergonzáramos ante Julia. – Contesta Jenny a lo que su amiga decía.
- Esto se cuenta y no se cree. ¿Cómo lo hizo? – Aún impresionada.
- De la misma forma que le hizo regresar su buen humor. – Con una sonrisa sincera de felicidad en su rostro. – Mírala Nay, es Lena, nuestra vieja amiga, la de siempre, alegre, sobresaliente y feliz, Lena.
- ¡No me jodas! La vieja Lena regreso ¿Por ella? – Refiriéndose a Julia.
- Eso creo.
- Pero ¿Cómo? ¿Estas segura?
- Me parece que estamos por saberlo. – Naya voltea la mirada hacia donde Jenny veía. Julia caminaba hacia ellas.
- Chicas. – Dice con una sonrisa. - ¿Todo bien por aquí?
- Muy bien, gracias Julia. – dice Jenny. Naya la secunda.
- Bien, me alegra eso. – Sonríe al ver a Lena bailar. - ¿Quieren algo más? – prestando atención a las chicas.
- Estamos bien. – Jenny contesta. – Julia... – Llama su atención. – ¿desde cuándo conoces a Lena?
- Hace unas semanas. Justo el mismo día que volví a Londres, 29 de agosto. Pero ese día apenas intercambiamos unas palabras. Ni siquiera supe su nombre en ese entonces.
Jenny y Naya intercambiaron miradas. Como Julia estaba perdida observando a Lena no se percató de esto. Su intención al acercarse a la mesa, era saber si Lena y Naya eran pareja. Aun lo dudaba. Pero no hacía más que ver a Lena en la pista de baile.
- Deja de mirarla, levántate y habla con ella. – Susurra Naya a su amiga Jenny.
- ¿A quién?
- La rubia. – Señalándola – No me digas que te sientes intimidada. Cada par de minutos giras la vista hacia ella. Lo note desde que te la presentaron.
- Sabes que no me intimida. Aprendí de toda una experta. – alza una ceja mirándola. – Solo espero el momento más oportuno.
- Esperando se te pasará el momento.
- Claro que no. – alzando un poco la voz, llamando la atención de Julia. Que se giró hacia ellas.
- Disculpen chicas, debo hablar con un cliente que ya se va.
- Adelante.- dicen al unísono.
Julia se levanta y va a despedir unos clientes. Emma venia de regreso del baño y se detiene por una copa en la barra. Se sienta por un momento a descansar los pies.
- ¿El ser anfitriona comienza a hacer efecto ya? – Dice llegando por detrás.
- ¡Oh! Ya lo creo. – sonríe. Jenny pide una copa para ella y se sienta frente a Emma.
- Sentarse por cinco minutos cada una hora ayuda. – Vuelve a hablar.
- Tenía mucho tiempo sin ser anfitriona. – Sonríe al recordarlo. Jenny la mira sonreír y hace lo mismo – Y esto es solo el principio.
- Creo que la apertura de un negocio te obliga a este tipo de eventos.
- En especial cuando intentas ganar clientes nuevos. Estas personas eran unos desconocidos para mí hace 3 meses.
- Es cierto, eres nueva en el país.
- Así es. – Asintiendo.
- Pues, bienvenida. – alzando su copa, ofrece un brindis. – Si necesitas un tour, me ofrezco como voluntaria. – dice con una sonrisa coqueta.
- Aquí estas. – Allyson se sienta justo al lado de Emma. – Hola. – Saluda cordialmente a Jenny.
- Hola. – Responde serena.
- Disculpa, Jenny ella es Allyson – La presenta. – Allyson Hannigan, mi esposa.
Continuará...
Notifico que ya tengo adelantado el siguiente, así que sin mas espera. Aquí está. Deseando les guste
Leelee: Gracias por leer y comentar, espero que te guste la conti.
Capítulo V
‘Una noche especial’
- Julia, vamos. Es tarde ya ¿Sabes cuánto tiempo me lleva arreglarme?
- Demasiado – decía masticando una manzana. – ¿Al menos puedo terminar mi desayuno? – Balanceando a la manzana.
- Claro, estas tranquila porque tú te arreglas en un par de horas. ¡Yo No! – Gritando al final. – No sé ni cómo estas tan relajada, sabiendo que debes llegar primero para recibir tus invitados.
- Lo sé, lo sé – levantando las manos – Ya todo está listo; Emma pasará por mí, la niñera llegara antes de salir y del resto ya te encargaste tu ¿Recuerdas? – dijo sarcástica.
- Si, pero por lo mismo debo estar contigo antes del comienzo, aunque todo esté listo, nunca faltan los problemas de último minuto y a mí me lleva 5 horas arreglarme, lo que quiere decir –viendo su reloj - que ya debería estar en la peluquería.- Sonaba más nerviosa que molesta.
- Anjali, calma por favor. – Respirando profundo. – Vámonos ya, antes de que te desmayes de los nervios. Pareciera que fuera tu inauguración. –riendo.
- Muy graciosa Volkova – Mirándola de reojo – Vamos. – comenzando a caminar.
El resto de la tarde fue más estresante aun. Anjali estaba más angustiada que la propia Julia o incluso Emma, quien había tenido que ir al aeropuerto de último momento.
- ¡¡¡Juliaaaa!!! – Grita Anjali.
- Oh no, me encontró – Puso cara de miedo y la maquillista comenzó a reír.
- ¿Dónde estabas? Estoy que muero de nervios. – hablando increíblemente rápido, más que la propia Julia.
- Calma mujer, ya estoy aquí. La niñera tardó en llegar. No podía dejar a mi niña sola ¿o eso querías?
- Por supuesto que no, pero pudiste contestar mis llamadas o avisarme. Pensé que tendría que hacerme cargo yo de tus invitados, quienes por cierto conozco a la perfección – Dijo sarcástica.
- No creo que haga falta el sarcasmo Anjie, pero ¿Cómo que tú? ¿Emma dónde está?
- Creo que… ¿En camino? – mordiéndose el labio inferior.
- Eso sonó más a una pregunta. Ella me dijo hace dos horas que estaba terminando en la peluquería. – Sacando su celular. Le hace señas a la maquillista para que se detenga y hace una llamada.
- ¿Qué haces Jul? – Pregunta Anjali. - ¿A quién llamas?
- ¿Cómo a quién? A Emma. ¡Demonios! – Se queja y cuelga – No contesta. ¿Le habrá pasado algo? – su tono se volvió preocupado.
- No le paso nada Julia, cálmate ¿sí?
- ¿Cómo lo sabes? ¿Te llamo?
- Si, y no quería decirte nada porque primero pensé que llegarías a tiempo y ella también. Lo que sucedió fue que, tuvo que ir al aeropuerto. – Julia frunció el ceño.
- No me digas que…
- Así es – Confirmando lo que la morena pensaba. – Y por la hora creo que debe venir en camino – Viendo su reloj. – tal vez por eso no contesta.
- Supongo. Me alegra que pudiera llegar a tiempo. – Sonriendo. – Emma debe estar contenta.
- Ahora termina de arreglarte y ve a la entrada conmigo ¿quieres?
- Como diga jefa – haciendo saludo militar.
En cuanto Julia se arregló, rápidamente fue a la entrada junto a Anjali. Poco a poco los invitados llegaban. Aunque fue bastante la presión de Anjali, Julia le estaba muy agradecida por su apoyo. Estaba completamente segura de que no habrían logrado tener todo organizado para una inauguración del nivel que lo había hecho su amiga. Emma estaba muy impresionada con lo que había hecho, incluso le pidió ayuda para las próximas celebraciones. Acto que provoco casi un desmayo instantáneo en Julia, pensaba lo torturante que sería tener una fiesta cada mes.
Todo marchaba bien. La morena estaba más tranquila al saber que Emma ya se encontraba cerca. Hablaba con los presentes, pidiendo disculpas por la ausencia de su socia, les explicaba que ya se encontraba en camino. Mientras Anjali, atendía la entrada. Diez minutos más tarde, Emma hacia su entrada.
- Buenas noches – Dijo con una sonrisa. – Anjali, hola. – Saluda.
- Emma, que bueno llegas. – Responde el saludo con un beso en la mejilla. – Julia empezaba a cansarse de explicar que ya venias. Algunos de sus clientes estaban impacientes.
- Me imagino como debe estar. Disculpa Anjali, no te he presentado. – se coloca a un lado de su pareja. – Ella es Allyson – Presenta.
- Mucho gusto Allyson – Dándole la mano.
- Un placer Anjali, he escuchado mucho de ti. – con una sonrisa.
- No lo dudo. – riendo. - ¿Qué tal estuvo el vuelo?
- Además de retrasado no pasó nada grave, gracias al cielo.
- Suertuda tú. – Interviene Emma. – Yo soy la única que al viajar sola, todo lo malo le pasa.
- ¡Emma! – Se escucha la voz de Julia. – Llegaste al fin. – se acerca y la saluda con un beso en la mejilla. – Necesito que me ayudes a sobrellevar esta fiesta. ¿Los clientes eran así de fastidiosos cuando los reclutamos? – susurra para que solo Emma la escuche.
- Siempre lo han sido, solo que cuando nos reunimos por negocios ellos están en problemas y buscan adularnos para salir de eso y ahora están en reunión social, con bebidas. – Alzando las cejas. – Saca tú la cuenta.
- ¡Demonios! – Exclama.- Allyson – Recuerda que Emma no ha llegado sola. – Disculpa mi falta de modales. Pero sabes cómo me pongo en estas fiestas. – La saluda con un abrazo y un beso. – Gracias por venir, y te agradezco mucho más el que me hayas regresado a Emma, la necesito urgente. – Allyson y Anjali rieron al ver la cara de miedo que tenía la morena.
- Toda tuya Julia. – Dijo sonriendo.
No pudieron conversar más, ya que seguían llegando los invitados. Julia y Emma se acercaron a los clientes que preguntaban desde temprano por la rubia. Luego fueron por un rato más a la entrada. Anjali descansaba un poco de su trabajo como anfitriona, junto a Rahul y Allyson.
- Buenas noches. – Llegaba Andrew. – Hola Em. –Saluda a la rubia con un beso en la mejilla.
- Andrew, pensé que no llegarías. – decía correspondiendo el saludo.
- Habría llegado antes, de hecho salí temprano de la oficina. Pero Julia me pidió que pasara a ver a Rossie, me comento que la niñera llego tarde y pase a darle una vuelta.
- Oh, me imagino. Esa Julia.
- Si, por cierto ¿Dónde está? – buscándola con la mirada.
- Fue al baño, ya debe estar por regresar. – Emma sintió una mano rozar su cintura, se giró para reconocer a Allyson.
- Allyson ¡hola! – Andrew al verla la saluda. – No sabía que vendrías. Julia dijo que estabas de viaje.
- Es cierto, pero termine el trabajo antes. No podía perderme semejante celebración.
- Por supuesto, me alegra que pudieras llegar. Yo voy a socializar un poco, compromisos, ya saben – Con una sonrisa. – De igual forma me iré temprano hoy. Pasaré mi día de mañana con Rossie y no me desvelaré.
- Claro Andrew. Adelante. – Emma se queda conversando con Allyson.
Una hora ya había pasado y la mayoría de los invitados ya se encontraban en el lugar. Julia y Emma querían esperar 30 minutos más para dar el discurso de bienvenida con un poco más de invitados. Como pocos llegaban, ya las chicas no estaban en la entrada.
Anjali se encontraba en la cocina dando algunas indicaciones. Los invitados en sus mesas y algunos caminando por el salón. La música se hizo presente y otros bailaban. Emma hablaba con los primeros dos clientes que había contactado. Julia con Rahul, Andrew y Allyson. No despegaba la vista de la entrada.
- Por eso fue que prácticamente no te alejaste de la entrada. – Andrew la saca de sus pensamientos, asustándola.
- ¿Qué dijiste? – No le había escuchado bien.
- Que por eso fue que no te alejaste de la entrada – riendo por la expresión de la morena. – Esperas a alguien.
- ¿Qué te hace pensar eso? – cruzándose de brazos.
- Ya los clientes más importantes están aquí. – Dando una vistazo por el salón.
- Tienes razón. – Andrew sonrió con suficiencia. – Debo hablar con ellos. Disculpa. – Sin dejarle reaccionar, se alejó de Andrew y caminaba en dirección de un cliente que le hacía señas.
La media hora paso y Emma comenzó el discurso. Decidieron que ella comenzaría y Julia daría el cierre. Aunque ambas estaban con sus copas frente a todos. Andrew se despidió de todos para ir por Rossie. Julia se sintió feliz por eso. No le daba nada de confianza la niñera.
- ¿Qué pasa Julia? – Anjali llama su atención. – Te noto preocupada ¿No te gusta la fiesta?
- No, no es nada Anjie. La fiesta quedo incluso mejor de lo que pensaba. Veo que no has perdido el toque. – dijo guiñándole un ojo.
- Gracias. Pero te pasa algo. Estas… Extraña – finaliza.
- Es cierto. – Interviene Emma que llegaba con ellas. – Pensé que todo era por la presión de la fiesta pero desde hace un rato te veo extraña.
- No me pasa nada. Creo que son las copas. Ya llevo varias. ¿Dónde están Allyson y Rahul por cierto? – cambiando de tema.
- Están a dos mesas de ti, llevan allí toda la noche. No cambies de tema Volkova. – Anjali la señala con el dedo. - ¿Estas preocupada por Rossie? – pregunta.
- No, bueno, estaba. Ya Andrew llego y esta con ella. – La morena se calló por un momento viendo fija su copa.
- Creo que… – Comenzó. – Me han plantado.
- ¿Qué te qué? – Gritaron ambas.
- La música estará alta, pero todos los invitados nos miran por ese grito que han pegado. – Julia mira molesta a los lados.
Los invitados las vieron y como Julia tenía cara de pocos amigos, todos volvieron a lo que hacían. La música continuo y los invitados bailaban, mientras otros conversaban. La fiesta estaba bastante alegre. Rahul que bailaba con Allyson al escuchar el grito de Anjali y Emma quiso acercarse pero al ver que nada era continuaron su baile también.
Las mujeres pensaban interrogar a Julia, pero esta en un momento volteo hacia la entrada. En un último intento, con esperanza de ver llegar a la persona que había esperado durante dos horas ya. Gran sorpresa se llevó al ver que, en efecto si, había llegado, pero no estaba sola. Y no solo estaba la pelirroja que tanto había deseado ver llegar, o su amiga castaña, la cual supuso que iría. Había alguien más. Algo en la morena se movió. Su corazón dio un salto de alegría al verla. Pero también un punzada al ver que junto a ella, estaba otra chica morena, y tenía su mano enlazada con la de Lena.
Tanto Emma como Anjali, voltearon la vista hacia la entrada junto con Julia.
- ¿Lena? – Susurro Anjali.
- ¿Quiénes son ellas? – Pregunta Emma al escucharla.
Julia se levantó apenas pudo reaccionar y se acercó a la entrada para recibirlas.
- Buenas noches. – saluda. – Lena, que bueno llegaste... que llegaron. – Corrige viendo a las chicas.
- Julia – apenas dice la pelirroja con una sonrisa. – Si, lamento la demora, es que…
- La tonta no quería salir. – Responde Jenny interrumpiendo. – Hola señorita Julia. – Saluda.
- Hola Jenny, por favor dime Julia.
- Esta bien Julia. Ella es Naya – Presenta a su amiga.
- Mucho gusto Naya, soy Julia Volkova.
- Un placer – esta suelta a Lena y le da su mano. – Así que esta es la famosa Julia. – Le susurra a Lena.
- ¿Perdón? – La morena escucho su nombre pero nada más.
- Nada, disculpe.
Julia iba a hablar, cuando se acercan Emma y Anjali a la entrada.
- Buenas noches. Lena ¡hola! – Anjali saluda muy emocionada.
- ¿Anjali? – Lena se extraña. – Hola – Sonríe y le devuelve el abrazo que esta le daba. - ¿Cómo? Digo. ¿Tu? ¿Aquí?
- Fui quien organizo esta fiesta. Además de que una de las anfitrionas es mi amiga.
- Cierto, Julia – Lena recordó que no estaba sola, gracias a que Naya le pellizco. – Ouch- Soltó un quejido. Las presentes se extrañaron, ya que nadie se había percatado de lo que había hecho su amiga, pero nadie dijo nada.
- Hola doctora Anjali. – Naya la saluda y esta le corresponde. Jenny también la saludó.
Julia tenía la mirada perdida en el rostro de Lena. Una sonrisa que no se borraba de sus labios se había hecho presente y esto no pasó desapercibido por Emma.
- Es ella supongo. – Susurra Emma que se encontraba a su lado. Julia no dijo nada, solo suspiro.
Anjali se encargó de presentar a las chicas con Emma. Ya que Julia había quedado prácticamente en shock. Todas ingresaron a la fiesta y Anjali las acerco hasta una de las mesas. Julia y Emma debían atender unos clientes, entonces se disculparon. Julia en especial.
- Lena – la llamo antes de irse acercándose a ella – Me alegra que hayas llegado. Ya vuelvo y las atiendo – Mirando a sus amigas. La pelirroja estaba sonrojada
- Muchas gracias por la invitación Julia, ve tranquila y atiende a tus demás invitados.
La morena se fue tras Emma que ya había comenzado a caminar. En el camino tomaron dos copas de champaña de un mesero que pasaba.
- No está nada mal, Lena.- Decía Naya.
- Te lo dije. – Interviene Jenny.
- Aquí vamos. – responde Lena negando con la cabeza.
- Acéptalo Len, nos tienes para ser tus confidentes y fieles amigas. También para interferir cuando alguien te gusta. Debemos comprobar que tal esta y si vale la pena para ti.
- Coincido con Nay en casi todo. Yo no quiero interferir en nada. Con saber que nadie te va a lastimar, quedo tranquila.
- Aguafiestas – replica Naya.
- Por favor no vayan a pelear. – Pide Lena – estamos en público, en una fiesta, así que...
- No vamos a pelear, sabes que esto es puro amor de hermandad – canta Naya.
- A ver si te consigues alguien esta noche Nay y te sacas ese mal humor que traes. – suelta Jenny
- ¿Cóm… Pero qué... – Balbucea y Lena interfiere.
- Por muchos motivos no quería venir. Pero sus peleas no creí que fuera lo primero que me haría querer ir. Pensaba que se pondrían intensas a preguntarme por Julia o a ella. Pero no... – Dio un pequeño golpe a la mesa.
- Perdón Len.- Se disculpa. - No estamos peleando – Naya le lanza una mirada matadora a Jenny y esta rueda los ojos.
- No pasa nada Lena, no estamos peleando ni vamos a pelear – Viendo a Naya que asiente de acuerdo.
- Buenas noches por aquí – Rahul se presenta en la mesa con unas copas. – Hola Lena. –saluda con un beso en la mejilla que esta corresponde. – Señoritas.
- Hola Rahul – Dicen al unísono.
- ¿Qué les parece la fiesta señoritas?
- Muy bien Rahul – Todas responden. – Debes estar orgulloso de Anjali.- Dice Lena.
- Como siempre aciertas pecas.
Rahul se queda hablando con las chicas. Cinco minutos pasaron cuando Anjali da una vuelta para saludar, pero como se presentó algo en la cocina se retiró a atender el asunto. Rahul invito a Naya a bailar y esta gustosa acepto.
- Ya vendrá Len. – habla Jenny.
- ¿Qué? – dice queriendo pretender que no sabía a lo que se refería su castaña amiga.
- Será quien... y hablo de Julia, ya vendrá.
- Debe estar ocupada con los invitados. – restándole importancia.
- Supongo – alzando los hombros. – Pero eso no ha importado para que cada 30 segundos voltee hacia acá.
- ¿Qué? ¿De verdad? – sorprendida.
- Es cierto. Está a menos de 5 metros frente a nosotras hablando con una chica, dos hombres y su socia. Quien por cierto… ¡vaya!
- Su socia ¿Emma?
- La misma. – responde Jenny viendo a la rubia.
- ¿Te gusto? – pregunta Lena.
- Me llama la atención. En cuanto pueda me acerco y le hablo.
- Ustedes y su excesiva confianza. – negando con la cabeza.
- Que me tomó años conseguir.
FLASHBACK…
- Vamos chicas, no sean así. Son tres ¿Saben el trabajo que me llevo buscar a tres chicas?
- Si Nay pero…
- Nada Lena – interrumpe. – Tres chicas, Tres – repite – solo para salir y conquistar con mis mejores amigas.
- Ya Nay, no te hagas la sufrida tampoco – contesta Jenny. – Sabes que no se nos da tanto el socializar como a ti. Bueno, a Lena sí, pero yo no.
- Yo no quiero salir con unas desconocidas cualquiera que la loca esta consiguió quien sabe dónde. – Se queja Lena.
- ¡Hey! Más respeto pelirroja – ofendida. – Estudian en la secundaria, yo misma me cercioré de eso.
- Mira que si haces investigación – Jenny se cruza de brazos. – Pero cuando tenemos algún trabajo se te olvida como es ¿cierto? – Lena suelta una carcajada.
- Idiota. – dice dándole un golpe. – Jenny por favor – Le pide. – Anda Lena, vamos. Por miii – Suplica poniendo ojos tristes.
- Por Dios – suspira rodando los ojos.
- Oh no, no, no. Lena –Ahora se queja Jenny. – No caigas en sus juegos Len.
- ¿Nos mataría intentarlo una vez más?
- ¿Cuántos fiascos quieres Len? Ya son 2 humillaciones las que he pasado por las ocurrencias de esta… – Señala a Naya – Loca. – Finaliza.
- Más respeto Hartman – Amenaza. – Esto lo hago por ti. Así es, no me mires de esa manera.
- ¿Cómo te voy a mirar? si tratas de lanzarme a los tiburones ¿O ya olvidaste que pasó la hace dos semanas?
- No, no se me ha olvidado – Riendo. – Yo, yo, yo. – Tartamudea. – Soy Je, je, Jenny. – Se burla al recordar lo sucedido.
- Eres una imbécil Naya – Le lanza un golpe que la morena esquiva.
- Jenny por favor. – Lena interviene. – Podemos dejarlo así.
- ¡No! – Grita Naya. – Lo hago por ti Jen, ya lo hemos practicado. Necesitas ganar confianza. En grupo es un buen comienzo ¿No crees?
- ¡Demonios! Suelta la castaña. – No sé cómo lo haces. – Gruñendo.
FIN DE FLASHBACK
- Lo sé... Sé que te llevó tiempo, y ya has hecho un gran avance. Demasiado, diría yo.
- Gracias. Con Nay no podía hacer nada, más que mejorar. – riendo junto a la pelirroja.
A los minutos una sonriente Naya que regresaba de bailar con Rahul y ahora este se iba con Jenny.
- ¿Se divierten? – Julia se presenta a la mesa, provocando que Lena diera un brinco.
- Si, gracias por la invitación – Responde la pelirroja con una sonrisa.
- Y perdón si fue mucha mi imprudencia al auto invitarme. – interviene Naya. – Ya me conocerás – haciendo un ademan con la mano.
- Nay – Regaña Lena susurrando.
- No hay problema. Bienvenida eres. – mostrándole una sonrisa que quito al ver que Lena tomaba su mano otra vez. - ¿Serán pareja? – pensó.
Julia se debatía si retirarse y dejarlas o quedarse, tenía muchas ganas de hablar con Lena. Pero su confianza había caído al verlas tomadas de la mano otra vez. Pensaba que si eran pareja, ella estaría de más. Pero de verdad quería hablar con Lena, sin importar qué. Se sentía tan bien, y en confianza. Debía asegurarse cuál era la relación que ellas tenían.
Aunque semanas atrás hablaron por largo rato, más que nada fueron cosas de gustos y hobbies. No sabía nada realmente personal de Lena y ella tampoco le había dicho mucho. Hasta ahora conocía a Jenny y sabía que vivía con su madre, además de que Anjali era su terapeuta desde hace años, y que tiene su mascota que pasea a diario desde que quedo ciega. Pero nunca llego a mencionar alguien especial en su vida. Podría existir y que ella no le haya contado. De igual forma ella no le había hablado de Andrew, solo conocía a Rossie.
- ¿Hay algún problema si me quedo un rato con ustedes? – Las ganas de hablar con Lena pudieron más.
- En absoluto. – responde la pelirroja.
- Muy bien – Sentándose – Entonces ¿se divierten? – La morena hace señas a un mesero y este le lleva una copa.
- Bastante – Dice Naya con una sonrisa. – Muy buena fiesta – felicita.
- Muchas gracias por el cumplido, si no fuera por Anjali, esto jamás se habría dado.
Un silencio incomodo se formó. Lena carraspeo un poco y Julia le ofreció una bebida. La pellirroja soltó la mano de su amiga para beber su copa.
- Gracias Julia. – Dando un sorbo. Naya se acerca y le habla al oído.
- Len te dejo con ella a solas, luego me cuentas picarona. – Le da una palmada en la pierna y se levanta. – Si me disculpan, iré al baño. – Camina sin darle oportunidad a Lena de hablar.
- Perdón si interrumpí algo Lena – se disculpa la morena al ver a Naya irse. – Si quieres me retiro y las dejo para que disfruten la velada tranquilas.
- ¿Algo? – repite sin entender.
- Si, con… Ella, Naya. Llegue e interrumpí. Ahora ella se fue, esperare que regrese y me retiraré. Disculpa.
- ¿Interrumpir? – Lena frunce el ceño. – Estábamos hablando Julia, tú eres la anfitriona y quien nos invitó. ¿Ahora te quieres ir?
- Es que yo pensé que…
- ¿Que vendríamos a tu fiesta para hacerte un desaire al no compartir contigo? – interrumpe. – No somos esa clase de personas Julia, pero si le molesta nuestra presencia por algún motivo, nos retiramos. – Trato de levantarse y casi se cae.
- ¡Lena! – Julia la toma de la cintura evitando que caiga. – Por favor no te vayas. – Le susurra al oído, provocando escalofríos en la pelirroja.
- ¿Por qué habría de quedarme? – contesta nerviosa.
- Porque yo te lo pido – responde sincera. – Y si eso no es suficiente. Porque te ves realmente bien con ese vestido y créeme que con las miradas que te has ganado esta noche, me harás muy popular.- Finaliza, ganándose un golpe por parte de Lena. – Ouch!. Lo siento, lo siento. – se disculpa. – era una broma, lo prometo.
- Eres una idiota. No creí que fueras una idiota. – Su tono era severo pero estaba fingiendo molestia. Aunque la morena no lo notó.
- De verdad lo siento. Pero lo primero que dije es cierto. Y lo de las miradas ganadas también. La mitad de los presentes deben envidiarme por estar tan cerca de ti en este momento. – acercándose más.
- Julia yo… - Comenzó.
- ¿Me concederías esta pieza? – Susurra en su oído. Lena se puso nerviosa, comenzando a temblar.
- Lena ¿estás bien? – Pregunta Jenny al llegar.
- Sí, sí. Estoy bien. – Responde alejándose un poco de Julia.
- ¿Por qué te levantaste? ¿Vas al baño? ¿Y dónde está Naya? –buscándola con la mirada.
- Esta en el baño. – Julia responde.
- Bien, iré con ella… Lena – La llama.
- ¿Si?
- ¿Vas al baño también?
- No. Ella va a bailar conmigo – se adelanta Julia. Jenny queda con la boca abierta y Lena no decía nada.
- ¿Len? – Habla Jenny después de unos segundos.
- Ve y busca a Nay, Jenny. Yo bailaré con Julia – finalmente acepto.
Jenny quería ir al baño, pero estaba tan impresionada que realmente Lena haya aceptado bailar que se sentó para presenciar tal milagroso acto.
- ¿Cuántas personas nos ven? – Pregunta Lena.
- ¿Importa acaso?
- No se debe responder una pregunta con otra.
- Soy abogada.
- Y alardeas mucho al respecto. – Julia se ríe.
- Digamos que la mitad de los invitados presentes.
- ¿Qué serian?
- Unos 200
- ¿Qué? – soltó un gritito.
- Calma. – Julia la toma fuerte de la cintura al sentir que temblaba. – Pueden vernos, pero no lo hacen todos a la vez, ni justo ahora. – Mintió.
- Julia, no he bailado en 9 años. – confiesa.
- Y aun así eres toda una profesional.
- Hablo en serio. – cambiando el semblante.
- Yo también hablo en serio Lena. Bailas muy bien, y si alguien nos estuviera viendo, coincidiría conmigo en eso. – Lena suspiró. - ¿Por qué mejor no te relajas y lo disfrutas?
- Bueno...
- Lena… - Guarda silencio por un momento. – Disculpa que me entrometa, y puedes no responder si quieres, pero, tengo que preguntar.
- Julia, quede ciega hace 9 años y ya sabía bailar. Ya sabes el porqué. – la morena se ríe por la respuesta de la pelirroja.
- No es eso.
- Oh ¿Entonces?
- Esa otra chica con que viniste, Naya ¿Es tu novia? – La pregunta sacó de lugar a Lena. No pensó que Julia le preguntara algo así.
- ¿Era eso? – Riendo.
- Bellas damas. Disculpen al interrupción pero esta oportunidad no podía dejarla ir. – Rahul llegaba con las chicas. – Lena ¿Me concedes la siguiente pieza?
- Te apostaría 10.000$ a que Anjali lo envió - Le dice a Julia y esta ríe al ver la cara de Rahul.
- Ganarías la apuesta – Responde el – Pero el que haya sido su idea, no quita que no desaprovecharía esta oportunidad ¿Bailamos?
- Esta bien – Dice con una sonrisa. – disculpa Julia. – Se suelta de su agarre y Rahul toma el lugar de la morena.
Naya regresaba a la mesa atónita al ver a Lena en la pista de baile. Se sentó junto a Jenny que estaba muda, vieron como Rahul se acercaba y pedía bailar con ella y como esta aceptaba.
- Pero ¡qué noche! – Dijo Naya.
- Y pensar que Len no quería venir por miedo a que la avergonzáramos ante Julia. – Contesta Jenny a lo que su amiga decía.
- Esto se cuenta y no se cree. ¿Cómo lo hizo? – Aún impresionada.
- De la misma forma que le hizo regresar su buen humor. – Con una sonrisa sincera de felicidad en su rostro. – Mírala Nay, es Lena, nuestra vieja amiga, la de siempre, alegre, sobresaliente y feliz, Lena.
- ¡No me jodas! La vieja Lena regreso ¿Por ella? – Refiriéndose a Julia.
- Eso creo.
- Pero ¿Cómo? ¿Estas segura?
- Me parece que estamos por saberlo. – Naya voltea la mirada hacia donde Jenny veía. Julia caminaba hacia ellas.
- Chicas. – Dice con una sonrisa. - ¿Todo bien por aquí?
- Muy bien, gracias Julia. – dice Jenny. Naya la secunda.
- Bien, me alegra eso. – Sonríe al ver a Lena bailar. - ¿Quieren algo más? – prestando atención a las chicas.
- Estamos bien. – Jenny contesta. – Julia... – Llama su atención. – ¿desde cuándo conoces a Lena?
- Hace unas semanas. Justo el mismo día que volví a Londres, 29 de agosto. Pero ese día apenas intercambiamos unas palabras. Ni siquiera supe su nombre en ese entonces.
Jenny y Naya intercambiaron miradas. Como Julia estaba perdida observando a Lena no se percató de esto. Su intención al acercarse a la mesa, era saber si Lena y Naya eran pareja. Aun lo dudaba. Pero no hacía más que ver a Lena en la pista de baile.
- Deja de mirarla, levántate y habla con ella. – Susurra Naya a su amiga Jenny.
- ¿A quién?
- La rubia. – Señalándola – No me digas que te sientes intimidada. Cada par de minutos giras la vista hacia ella. Lo note desde que te la presentaron.
- Sabes que no me intimida. Aprendí de toda una experta. – alza una ceja mirándola. – Solo espero el momento más oportuno.
- Esperando se te pasará el momento.
- Claro que no. – alzando un poco la voz, llamando la atención de Julia. Que se giró hacia ellas.
- Disculpen chicas, debo hablar con un cliente que ya se va.
- Adelante.- dicen al unísono.
Julia se levanta y va a despedir unos clientes. Emma venia de regreso del baño y se detiene por una copa en la barra. Se sienta por un momento a descansar los pies.
- ¿El ser anfitriona comienza a hacer efecto ya? – Dice llegando por detrás.
- ¡Oh! Ya lo creo. – sonríe. Jenny pide una copa para ella y se sienta frente a Emma.
- Sentarse por cinco minutos cada una hora ayuda. – Vuelve a hablar.
- Tenía mucho tiempo sin ser anfitriona. – Sonríe al recordarlo. Jenny la mira sonreír y hace lo mismo – Y esto es solo el principio.
- Creo que la apertura de un negocio te obliga a este tipo de eventos.
- En especial cuando intentas ganar clientes nuevos. Estas personas eran unos desconocidos para mí hace 3 meses.
- Es cierto, eres nueva en el país.
- Así es. – Asintiendo.
- Pues, bienvenida. – alzando su copa, ofrece un brindis. – Si necesitas un tour, me ofrezco como voluntaria. – dice con una sonrisa coqueta.
- Aquí estas. – Allyson se sienta justo al lado de Emma. – Hola. – Saluda cordialmente a Jenny.
- Hola. – Responde serena.
- Disculpa, Jenny ella es Allyson – La presenta. – Allyson Hannigan, mi esposa.
Hoy tu sonrisa hizo vibrar a mi corazón.
Tus ojos aunque no lo creerías, brillaban como estrellas.
Mi interés en ti incremento de manera excepcional.
Cada vez siento más ganas de estar cerca de ti.
Gracias por estar aquí, esta ha sido… Una noche especial.
Tus ojos aunque no lo creerías, brillaban como estrellas.
Mi interés en ti incremento de manera excepcional.
Cada vez siento más ganas de estar cerca de ti.
Gracias por estar aquí, esta ha sido… Una noche especial.
Continuará...
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
EL DIARIO // ALEINADS
Señoras y señores... He regresado, cada vez será mas pronto, siempre y cuando tenga tiempo de escribir xD Que no he podido esta semana pero si estos días anteriores, así que... Regrese con mas, espero que les guste y que tengan magnifica noche. Saludos!
Capítulo VI
‘Cada encuentro’
- Julia… - Anjali llama a la morena. – Caballeros. Disculpen la interrupción. – Ya que Julia se encontraba con unos clientes. - ¿Podemos hablar un momento? – susurro en su oído.
- Claro. – responde y se gira. – Señores… – vuelve la atención a los clientes y hace un ademan con la cabeza. – hay algo que debo atender. – Dice. Los clientes asienten y la morena se marcha con su amiga.
- El problema de la cocina quedó solucionado, quería que lo supieras como me pediste. Ahora necesito que vayamos y te prepares para el discurso de despedida. Ya le informe a Emma, está esperándonos.
- Seguro, vamos. – caminaron hacia la cocina, encontrándose con Emma.
Mientras se preparaban para dar el discurso final, en su mesa, Lena compartía risas con Rahul y Naya.
- ¿A ti que te pasa? – Susurra Naya al ver una Jenny molesta sentarse.
- Nada. – Responde seca.
- Respiras casi tan fuerte como un toro, pero seguro, no es nada. – soltó sarcástica.
- Me quiero ir, es todo. – Dijo bebiéndose una copa de champán.
- Oigan chicas. – Lena llama su atención. - ¿Pasa algo? – Preguntó. Rahul se había ido en ese momento.
- No pasa nada Len. Estoy cansada. – Se adelanta Jenny.
- ¿Segura? – Dice dudosa.
- Segura. – La castaña suspira. – ¿Te parece si nos vamos?
- Bueno… – Aún con duda. – Si estas cansada. Pero, quiero despedirme de Julia antes.
- Claro, de seguro te quieres quedar con ella ¿cierto?- Dice juguetona Naya.
- Nay no empieces por favor. – Negando con la cabeza. Pensaba que su loca amiga podría armar una escena o peor, con sus comentarios pasados de tono.
- Ya mejor vámonos, que tú me hiciste prometer no avergonzarte hoy y Jen está que echa humo por la nariz. – Riéndose.
- Lo sabía, te pasa algo Jennifer. – reprende Lena.
- ¡No puede ser! ¿Hasta cuándo debo soportar esto? – Se queja Jenny - solo me quiero largar. – Soltó molesta y cruzándose de brazos.
- Esta bien, está bien. Ya nos vamos… Parece que es fuerte la cosa – Naya le susurra a Lena lo último.
- Escuche lo que dijiste. – Respondió la castaña a lo que su amiga decía.
Cuando Lena le pide a su amiga que le acompañe a buscar a Julia, esta hablaba por un micrófono, anunciando que daría el discurso de cierre. Ya que no tuvieron otra alternativa, decidieron esperar. Lena estaba feliz de hacerlo, no quería irse sin hablar de nuevo con Julia. Jenny tenía una evidente molestia en el rostro, que no pasó desapercibida por su amiga Naya, intentó que le dijera el motivo pero solo decía que se quería ‘largar’ del lugar.
Naya dejo de insistir y Jenny simplemente se quedó callada, sin dejar de beber cada copa que traía cada mesero. Escucharon el discurso y al terminar, Julia se acercó a su mesa una vez más.
- Hola de nuevo. – La morena se sentó junto a Lena.
- Julia. – con una sonrisa.
- ¿Te gusto el discurso?
- Si, muy inspirador. – dice honesta.
- Gracias. Me llevó trabajo. – soltando un suspiro cansado.
- ¿En serio? casi ni se notó. Supongo que eres una experta en el engaño. – Bromea y la morena se ríe. – Disfrute mucho esta noche Julia, gracias.
- No hay nada que agradecer pelirroja, ha sido un placer que vinieras. – Hablaban como si nada, ni nadie más existiera. – He querido estar más tiem…
- Disculpen – Jenny interrumpe. – Queríamos agradecerte la invitación Julia, pero ya debemos irnos. – viendo su reloj.
- Es cierto, pero la noche estuvo realmente espectacular. Muchas gracias Julia – intervino Naya tratando de sonar más amable la forma de despedirse de Jenny.
- Oh, es una lástima que se tengan que ir tan pronto. – Responde la morena. – Gracias a ustedes por venir.
Aunque Lena no quería, le toco despedirse. Caminaron juntas hacia la salida. Anjali que estaba en la entrada se despidió, llamando a Rahul para despedirse también. Emma no estaba cerca así que Anjali quedo en hacerlo por ellas. Caminaban hacia el estacionamiento del lugar, el taxi debía estar por llegar. Julia decidió acompañarlas hasta el estacionamiento y mientras Naya iba adelante con Jenny, ella hablaba con Lena.
- Lamento no haber podido atenderte bien Lena.
- No hay problema, fue una linda velada.
- Gracias de nuevo, y por venir. Me alegró mucho que llegaras. – Dijo con una sonrisa, haciendo sonrojar inevitablemente a la pelirroja.
- Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto.
- Eso escuche… Lena – Estaban por llegar a su parada. – Volviendo al tema de ti y… - Guardando silencio.
- ¿Naya? – Se adelanta Lena.
- Sí.- Julia sentía un poco de miedo de saber la verdad.
- Naya y yo somos… - Sintió la mano de Julia apretarla. - ¿Podrías no apretar tan fuerte? No me voy a caer – Riéndose.
- Lo siento – soltándola. La morena estaba ya nerviosa.
- ¡Lena! – Grita Jenny. El taxi había llegado. – Vamos por favor. – Pidió. Naya se acercó, tomándola de la mano.
- Vámonos Len, Jenny está cansada. – dijo viendo a Julia.
- Si, gracias por todo Julia. Buenas noches – Comenzando a caminar. – Por cierto – Se detiene y se gira con cuidado – ¡Amigas nada más! – Grita regalándole una sonrisa, dejando a Julia completamente derretida y a Naya a su lado extrañada.
La morena estaba tan emocionada que se sintió flotar en vez de caminar de regreso al salón. Al entrar, Emma y Anjali la esperaban. Algunos otros clientes se habían retirado y los pocos que quedaban estaban de camino a la salida.
- Tu y yo tenemos mucho de qué hablar. – susurraba Emma.
- Creo que tu esposa te tendrá secuestrada. Tantos días sin ti, debe estar necesitada. Supongo que nos veremos el lunes en la oficina. – se ríe al ver a la esposa de su amiga llegar y tomarla de la cintura.
La fiesta termino y cada quien siguió direcciones diferentes. Julia se sentía agotada. Emma iba cansada también, pero con quien le masajeara. Los esposos Khanna iban felices por el éxito de la noche.
Lena, Naya y Jenny, habían llegado al apartamento de la morena. Era el más cercano al salón donde fue la fiesta y ya habían quedado en pasar la noche allí. Jenny estaba de muy mal humor, fingiendo estar agotada, apenas llegó se encerró a dormir. Media hora más tarde, Lena y Naya se habían bañado y cambiado, encontrándose en la sala.
- Ahora si Len, suéltalo todo. – Comienza Naya.
- Deberíamos dejar esto para mañana Nay, la verdad es que estoy agotada.
- Lo que quieres es no decirme nada. Así me entero dos meses después, que tienes un jujú con esa extraña. Al menos extraña para mí – sonaba molesta. – hasta Jenny se enteró primero que yo.
- No hay nada entre Julia y yo, mucho menos un Jujú. – Imitando la voz de su amiga. - Ya se los dije. Nos conocimos y hemos hablado algunas veces. Además Jen no sabía nada. Solo nos vio hablando una vez.
- Pero yo soy tu amiga, pudiste decírmelo. No siempre andas hablando con cualquier persona que conoces.
- Por favor no empieces con eso.
- ¿Con que? – Haciéndose la desentendida.
- Comienzas a sonar como mamá. – Arrugando la cara.
- No te sermoneo, me quejo. – cruzándose de brazos.
- No me cruces los brazos Nay – suspirando, conocía perfectamente a su amiga. – Vamos a dormir. Te prometo hablar mañana.
- ¡Demonios! – exclama. – Me conoces tan bien… Bueno, serán dos. Jenny tampoco se salva de ésta. No sé qué pasa con ustedes ¡por Dios! – Se queja.
Ayudo a Lena a levantarse. Camino junto a ella hasta su cuarto, a fuerzas le dio las buenas noches y cada una se fue a dormir.
La mañana del sábado llego. Algunos despertaron con buen humor, otros no tanto. Lo que más resaltaba era el dolor de cabeza, resultante de tantas copas de champan.
- ¡Me lleva el demonio!- Grita Jenny tocándose las sienes.
- ¿Qué pasa Jenny? – Naya pregunta con tono inocente al escuchar sus gritos.
- Nay, por favor. – La mira de reojo – No empieces ¿sí? Mejor, consígueme aspirinas, el dolor de cabeza me está matando. – Se queja.
- Oh, no me digas. – haciendo un puchero. Jenny voltea y la mira amenazante. Cuando se acerca a ella, esta le habla – Está bien, está bien. Te lo dejo pasar porque tú lo haces siempre conmigo. Pero vamos a hablar Jennifer Hartman. – Advirtió y se retira en búsqueda de aspirinas.
En casa de los Khanna, una Julia muy sonriente toca la puerta.
- Parece que llegue a buena hora. – Sonríe al entrar en la cocina y ve a Rahul tomando café.
- Julia, buen día. – Se acerca y la saluda con un beso en la mejilla.
- Buenos días a ti Rahul. – Correspondiendo el saludo.
- Veo que estas de muy buen humor Jul. – Anjali le sirve café y la observa sonreír.
- Tengo muchos motivos para estarlo. Y en gran parte es gracias a ti, de hecho vine por eso.
- Sabes que no hacía falta que vinieras hasta acá Jul.
- Bueno, como llevo casi dos meses aquí y aún no hemos hablado cosas que no sean de la fiesta de apertura de la firma, creo que es el momento adecuado para agradecerte con una salida de amigas.
- ¿Cómo las de antes? – Pregunta emocionada.
- Como las de antes. – Responde la morena. Rahul era expectante de tal conversación y solo reía.
- Espera ¿y Rossie?
- Esta con Andrew hasta la tarde.
- Oh, cierto. – Recuerda. – Entonces, no se diga más. Iré a vestirme y saldremos.
- Bueno… Yo saldré a trotar un rato, luego leeré. Siéntete en casa Julia. – Se despide Rahul.
En el apartamento de Naya las cosas no estaban del todo bien. La morena y Jenny llevaban media hora discutiendo si desayunar afuera o no. Lena cansada de intervenir, simplemente se sentó. Naya quería hablar sobre lo que pasó la noche anterior, mientras Jenny alegaba tener hambre, queriéndose ir. Obviamente era un truco para evadir el tema.
- El único motivo por el cual accedería a salir, sería que me prometas no escaparte y decir de una buena vez que es lo que tanto te molesta. – Decía Naya subiendo la voz.
- Ya te dije Rivera que tengo hambre, y dolor de cabeza, he ahí mi mal humor. ¿Podemos irnos? – Ya impaciente. Entraron en otra discusión más hasta que Lena se cansó de tantos gritos.
- ¡Ya basta! – Se levantó de golpe, casi cayendo. – Vamos a desayunar y regresamos para hablar. Jenny, algo te pasó anoche y no quiero presumir nada, pero Nay ya me comento, y si, creemos que se trata de eso. Naya tu llevas días con tu mal humor porque no aceptas que te gusta la profesora suplente y… – Grito levantando la mano cuando su amiga quería hablar. – Estas molesta porque te rechazó. Ahora, vámonos a comer que siento que me desmayo del hambre ya. – finalizo.
- Tú no te quedas atrás Lena. – Naya se defendía. – Me vas a contar todo lo que te traes con la abogada esa. La pelirroja suspiro asintiendo a lo que su amiga le pedía.
Un desayuno bastante tenso. Al llegar no se escuchaban más que respiraciones profundas. Todas estaban molestas. Ordenaron y comieron en un silencio bastante incómodo. Jenny y Naya no hacían más que verse y rodar los ojos a la otra.
- Quiero llamar a mamá. – Lena rompió el silencio. – Jenny por favor ¿podrías?
- Seguro Len. – Hizo la llamada. Mientras Lena hablaba con Inessa, las chicas pagaron la cuenta. Se retiraron cinco minutos después.
Una comida totalmente diferente era llevada a cabo algunos metros de allí. Julia y Anjali se ponían al día con las anécdotas más recientes, que no habían tenido tiempo de compartir.
- No te puedo creer Volkova. – Decía Anjali entre risas. - ¿Tu y Emma hicieron eso?
- Sí. – También riendo. – Hace años que nos volvimos serias y responsables. Así que… decidimos hacer una última locura en Alemania antes de irnos. Algo así como un ritual de despedida.
- Lo entiendo, pero… ¿Caminar desnudas por un paseo? Es como mucho. – Repite entre impresionada y riendo.
- Mucho fue lo que tuvimos que correr cuando unos guardias de seguridad nos vieron. Habíamos caminado muchos metros lejos del carro y bueno… - Anjali volvió a carcajearse.
- Tengas la edad que tengas, no cambias Julia.
- ¿Y dejar de ser así de increíble? No amiga. – dijo en broma.
- Ahora sí, hablemos en serio. - Dejando de reír. – Lena.
- Lena. – Repite Julia. - ¿Qué hay con ella? – Poniéndose seria.
- Eso te pregunto Jul ¿Qué hay con ella? – Julia suspira y sonríe.
- Me agrada mucho Anjie.
- ¿Solo eso? Porque me parece que…
- Me gusta ¿está bien? – Admite. – Lo poco que conozco de ella, me gusta. No solo eso – Se adelanta antes de escuchar lo que su amiga diría. – Cuando estoy con ella, me siento tranquila y feliz. Es una sensación extraña, y tal vez te parecerá apresurado de mi parte o una locura quizás. – hablaba con una sonrisa en sus labios. – Pero esa chica, en poco tiempo ha logrado en mí, lo que nadie había logrado en años. – Finaliza.
- Vaya – dice sonriendo. – No había visto tus ojos brillar de esa manera antes. – La morena ríe y se sonroja, desviando la mirada.
- Me siento como una adolescente cuando estoy con ella. No solo eso, quiero llegar a conocerla por completo.
- ¡Wow! ¡Wow! Demasiada información – negando con las manos.
- ¡No! – grita Julia. – No es eso. Por ¡Dios! – La mira negando con la cabeza y se ríe por los pensamientos de su amiga. – Quiero saber todo de ella, me da curiosidad. Es más interesante de lo que creerías.
- Lo sé. – Con esa soltura en su voz que solo aplica en sus días de terapia.
- Lo sabes… Espera ¿Lo sabes? ¿Cómo? Oh, es cierto. Ya la conocías. – se da un golpe en la frente. – Pero… Nunca me dijiste ¿de dónde la conoces? – Bebiendo de su taza de café.
- Soy su terapeuta. –Responde tranquila.
- ¿Qué? – Gritó casi ahogándose. - ¿De verdad? Vaya, que pequeño es el mundo.
- Julia... –Llama su atención. - ¿Lena sabe qué…- Calló por un momento – ¿Sabe de tu situación?
- No hemos hablado mucho de mí.
- ¿Eso qué significa? y no es por entrometerme pero ¿Qué piensas con ella? Te gusta sí, pero quieres tener algún tipo de relación ¿Sabes si ella está interesada en ti de esa forma?
- Un momento Anjie, eres mi amiga, no mi terapeuta. Haces muchas preguntas. – Anjali ríe, cuando dice lo último. - ¿Qué es tan gracioso?
- Nada… solo algo que recordé.
- Apenas hemos hablado algunas veces, quiero que esto siga así. Ella me gusta y creo que es demasiado pronto para yo abordarla de esa forma. No estoy siquiera segura de si ella está interesada en mí.
- Yo pienso diferente. – Susurra pero la morena la escucha.
- ¿Crees que…
- Creo que deberías hablar con ella al respecto.- Interrumpe. - Podrías llevarte una buena sorpresa.
- ¿De verdad? – Una sonrisa se forma en sus labios.
- Pero tienes que ser completamente honesta con ella Julia. Si llegas a lastimarla por alguna mentira te prometo que hasta ese día te tengo respeto.
- Vaya, 20 años de conocernos y me cambias por una paciente. – fingiendo molestia.
- No es una paciente cualquiera y los años no hacen diferencias. Además llevo conociéndola 9 años. Tampoco se deben pasar por alto.
La conversación entre amigas continuaba por largo rato, mientras en el apartamento de Naya, las chicas aun dudaban si hablar o no. La morena comenzaba a impacientarse, así que decidió comenzar ella.
- Presiento que me arrepentiré de esto. – Susurro. – Ya que no me queda de otra, empezare yo ¿Ok?
- Hasta que por fin. – Soltó Jenny.
- Sigues tu Hartman. – Señalándola. – Si quieren que lo diga, está bien. Bese a Heather y me gusto, creí que a ella también porque no me rechazo cuando lo hice. Pero no, la muy idiota fingió que nada paso y desde ese entonces me trata muy indiferente.
- Lo sabía – dijo Jenny. – Y te gusta. Te gusta la profesora. Por eso el mal humor.
- Si, me gusta – Grito alzando los brazos. – Ahora tu Jen ¿Qué paso anoche? ¿También te rechazo la socia de Julia?
- No… No hizo falta.
- ¿Por qué? - Pregunto Lena curiosa.
- Pues porque, cuando comenzaba a ser coqueta con ella, llego su esposa. – Diciendo lo último con tono de molestia. La sorpresa de Lena y Naya fue muy notoria, se quedaron sin palabras.
- Esta decidido, iremos a un bar a conquistar algunas chicas. – Sugiere Naya después de unos minutos.
- Nay, no creo que sea lo mejor. – dice Lena.
- No quieras ser tan puritana Lena. – se queja. – Yo me quiero sacar la espina de Morris, y Jenny también necesita salir.
- Yo no tengo ninguna espina, es que… Nada me sale bien últimamente. – Suelta un largo suspiro. – Cada vez estoy más sola.
- Eso es porque hace mucho que no salimos a conquistar. Vamos a intentarlo. Esta noche. Pide la morena.
- No me parece lo correcto. Pero si quieren hacerlo. – Decía Lena alzando los hombros.
- Ahora tú Len. – Naya toca sus manos. - ¿Por qué demonios no me habías contado que conociste a Volkova en el parque?
- No hay necesidad de gritar Naya. Y a mí tampoco me había dicho nada. – Interviene Jenny.
- Esta bien, no quise decir nada porque ustedes saben cómo son. Empiezan a investigar y atosigar a cada persona que conozco. Son demasiado sobreprotectoras, creo que más que mamá. – Soltando un bufido. – Quien no quiero que se entere por favor. – Pide.
- ¿Hay algo que deba saber? – Dijo Naya con tono sugerente.
- No, no hay nada entre Julia y yo. Solo somos amigas. Me agrada. – Una sonrisa involuntaria se formó en sus labios.
- Es más que eso Len. – Dice Jenny. – Tu sonrisa lo dice todo, además... – Guarda silencio viendo a Naya para que continúe ella.
- ¿Por qué desde que la conoces andas con el mentado diario? Y no te atrevas a mentir. – Amenaza. - Te hemos visto en más de una ocasión. Aun cuando nos dijiste que lo tenías guardado.
- ¿Por qué lo volviste a sacar Len? – Jenny toma sus manos.
- Porque – Suspira. – Desde que la conocí, sentí todo lo que he sentido con el diario. La paz, tranquilidad, seguridad, alegría. Al principio pensaba que eran ideas mías pero no. Es ella, ella provoca todo eso en mí. Incluso he vuelto a soñar.
- ¿De verdad? – Jenny estaba impresionada. – Pudiste decirnos Lena.
- Ya les dije el porqué.
- No íbamos a hacer nada. Pero Len, ni siquiera la conoces. Es una completa extraña. – Jenny suena preocupada.
- No del todo, no para mí. No cuando estoy con ella.
- Debes entender nuestra preocupación. –Naya intervino.
- No soy una invalida, se lo que hago. – dijo con tono molesto.
- Sabes que no me refiero a eso. Mi preocupación es porque no sabemos nada de esa mujer, y tú tampoco.
- Es amiga de Anjali. Eso podría tranquilizarlas.
- Si, la verdad lo hace un poco, pero…
- ¿Pero qué Jen?
- Lena el diario. Esta mujer de recuerda ese dichoso diario. ¿Qué te hace pensar que no se te acabara el encanto en algún momento o que se vuelva tu nueva adicción? – Naya pregunta preocupada.
- Que ella me gusta. – Grito levantándose de golpe. – Esa es mi seguridad. La diferencia está, en que me gusta como mujer. Y no es mucho lo que conozco de ella, pero si lo que quiero conocer. Estoy segura de que no lo quiero por el diario. Estoy segura por lo que su sola presencia me hace, lo que su voz genera, lo que su roce me provoca.
Sin más argumentos, no se dijo palabra alguna. Lena dejo en claro que le gustaba Julia y apenas la oportunidad se le presentara iba a hacérselo saber. Ninguna de sus amigas tuvo nada más que agregar.
El resto de la mañana fue más tranquila. Jenny acompaño a Lena hasta su casa, luego se retiró a su Loft, quería descansar en la tarde ya que por la noche saldría con Naya a un bar. Pensaba que tal vez volver ahora a sus andanzas, le haría olvidar lo sola que se sentía últimamente.
Julia estaba llegando a casa, había ido con Anjali a hacer sus compras y arreglaba todo para cuando Andrew llegara con Rossie. Luchaba con las ganas de ir al parque, tan solo con la esperanza de ver a Lena. Esa respuesta que le dijo en cuanto a ella y Naya le dio ánimos. Estaba más que segura en intentar algo con ella, ahora que tenía el punto de vista de su amiga Anjali.
Un día bastante largo se daba en otra parte de la ciudad. Por la mañana, todo estaba tranquilo. Emma se levantó tarde, consecuencia de la agotadora noche anterior. Allyson le contaba de sus días sin ella. Por ahora habían acordado que ella se quedaría en Alemania hasta el siguiente año. No quería retirarse aun de su trabajo, ya que le gustaba mucho. Y como Emma planeo su sociedad con Julia hacía muchísimo tiempo atrás, acordaron eso. El plan era perfecto, pero Allyson se había vuelto desconfiada las últimas semanas. Cuando Emma regreso a Alemania a terminar los últimos detalles de su mudanza, su esposa se molestó mucho por cualquier detalle. No hacían más que discutir últimamente.
Al momento de Emma volver a Londres, arreglaron las cosas. Y Los días siguientes mejoraron un poco. Una discusión bastante grande se dio cuando Allyson le dijo que no llegaría a tiempo para la fiesta de inauguración, aunque al final si pudo ir. A última hora, pero llegó.
Emma estaba feliz de compartir con Allyson, después de lo que había pasado en los últimos días, estaba finalmente tranquila. Pero su esposa estaba actuando muy extraña. Todo le molestaba. Aparentemente durante la fiesta ella estaba feliz y contenta por Emma, pero no. En la noche no dijo nada debido al cansancio, pero al rato de desayunar, no hizo más que pelearle a Emma que le había dejado sola toda la noche.
- Me dejaste con extraños toda la noche Emma, si no fuera porque en cada oportunidad que tuve te busque para estar cerca, ni te habría visto.
- No puedo creer lo que dices Ally ¿Si te das cuenta de que esta fiesta era de negocios? ¿Que yo era anfitriona?
- Julia compartió con sus invitadas.
- Al igual que yo contigo – grito molesta. – En cada oportunidad que tenía lo hacía, no puedes negarlo simplemente por un capricho que estas teniendo.
- ¿Ahora estoy siendo caprichosa? – Estaba roja de la rabia. – Dime ¿Acaso es un capricho querer compartir con mi esposa en su noche especial después de tener semanas sin verla? – Gritaba.
- No está mal Allyson, mal es que digas que no fue así. Eras testigo de lo que pasaba, clientes nos atraían una y otra vez y todo fue ante tus ojos. Tampoco fue que me iba con ellos del lugar. – se levantó con rabia de la cama en dirección al baño.
- ¿A dónde crees que vas Emma?
- Al baño ¿Tampoco puedo? – Grita. – No quiero seguir con esto Ally. – Suspira cansada, bajando la voz. – ¿Sería posible que disfrutemos este día ya que mañana regresas a Alemania? Por favor. – Pidió uniendo sus manos.
- Mañana regreso, debes estar contenta por eso. – cruzándose de brazos. Emma soltó un bufido y entro al baño, dejándola hablar sola. – No creas que no me di cuenta Em, habían muchas personas demasiado interesadas en ti. – Emma salió del baño a responderle.
- Ahora porque a mucha gente le interese hablar conmigo ¿debo alegrarme de que te vas? ¿Tan siquiera te escuchas? Nada de lo que dices tiene sentido. – Allyson se molestó tanto que casi le da una cachetada. – Adelante, hazlo. – Dijo seria. – Es lo que te falta, para comenzar a convertirte en la persona que jamás pensé que serias. – escupió con rabia las últimas palabras.
Allyson bajo lentamente su mano e intento decir algo pero las palabras no salían de su boca. Emma negó con la cabeza y se metió a bañar. Cuando salió del baño, Allyson no estaba cerca. Se vistió y salió a la sala, estaba frente al televisor. Le ofreció hacer comida para las dos, recibiendo solo un asiento de su parte. Emma suspiro y se fue a la cocina. No quería seguir discutiendo. Su almuerzo estuvo tenso, el ambiente era completamente pesado. Ninguna decía nada, apenas termino Emma se encerró a su cuarto sin decir nada.
Dos horas más tarde se había quedado dormida de nuevo. Se levantó por un fuerte golpe en la puerta. Cuando vio, era Allyson con una muy mala cara.
- Tu teléfono no ha dejado de sonar. – Soltó molesta.
- Ally, estaba dormida, no me puede interesar menos el ¡maldito teléfono! – gritando al final.
- Tanta insistencia debe ser por algo ¿no crees? – Soltó sarcástica.
- No empieces otra vez Emma. – Tapándose la cara. – ¿Piensas pasar molesta todo el fin de semana? ¡No me jodas!.
- No es lo que quiero Emma pero tú…
- Yo nada – interrumpe. – Yo no he hecho nada, eres tú, tú y solo tú. No has hecho más que discutir conmigo sin motivos y estoy cansada de eso. Lo único que quiero es estar tranquila con mi esposa antes de no volver a verla por todo un mes.
- Eso puede ser quizás lo mejor. – dijo por lo bajo Allyson.
- No puedes hablar en serio. – Se levanta de la cama molesta, toma su celular y sale del cuarto.
- ¿A dónde vas? –Allyson la sigue. - ¿A dónde crees que vas Emma? – Gritaba, pero Emma no volteo en ningún momento. Salió dejando a su esposa en plena discusión.
La noche llego y ambas amigas estaban listas para ‘conquistar’ como en los viejos tiempos. Tenían meses sin hacer una salida de esas. Naya estaba muy emocionada, mientras Jenny solo quería salir del paso. No se sentía muy segura de que fuera a funcionar, pero no le quedaba más remedio que hacerlo.
Entraron al bar, encontrándose con el lugar bastante lleno. Les asignaron una mesa y rápidamente ordenaron. Naya hacia un recorrido con la mirada, buscando su presa.
- ¡Oye! Belleza en la barra. – Señalo a Jenny la dirección.
- ¿Para ti? – pregunta arqueando una ceja. – Es bastante obvio ¿no crees?
- ¿De qué hablas? – pregunta sin entender.
- Tiene un parecido increíble con la profesora Morris. – Señala lo obvio. – La idea es sacarte la espina Nay, no pretender que otra es ella.
- No es eso. –Suelta un bufido. - Buscare alguien más.
Pasó media hora y ya habían comenzado a beber. Naya seguía buscando con la mirada y Jenny no hacía más que tomar una copa tras otra.
- No me digas que ahora hay que internarte en alcohólicos anónimos. – Naya la saca de sus pensamientos.
- Por supuesto que no. – Suelta ofendida.
- Como digas –alzando los hombros. – Encontré alguien para mí ya. Y mientras estabas perdida en tus pensamientos le hice señas para que se acercara. Ahí viene. – Señaló a la chica.
- Perfecto. – Soltando un suspiro. – Estaré en la barra. –Se levanta y camina, casi tropezando con la conquista de su amiga.
- Esto es increíble. – Murmuraba. Pide una bebida al barténder y cuando la lanza casi choca con la bebida de la mujer a su lado. Estaba de espaldas. – Disculpe. – La mujer se gira y al verla, gran sorpresa. La persona que menos imaginaba en el mundo, estaba ahí, frente a ella.
La noche era bastante serena y tranquila. Las estrellas iluminaban el cielo maravillosamente. La morena no lo soporto más y salió con su hija a cenar afuera. Paseo con su carro por el parque, aquel lugar que se había vuelto especial para ella en los últimos días. No dejaba de pensar en esa pelirroja.
- ¿Vamos al parque mami? – La pequeña la saco de sus pensamientos.
- Solo un momento mi vida. – acaricio su mejilla. El parque estaba lleno, estaciono su carro y bajo junto a su pequeña.
Veinte minutos más tarde la morena llamo a su hija, ya era hora de la cena. Caminaban hacia el restaurant que estaba frente al parque. Poco antes de llegar, desde afuera la vio. Sus ojos se abrieron grandes. No podía creer que le sucediera eso. Había ido al parque con esperanzas de encontrarla y ahí estaba, justo en el lugar donde planeaba cenar con su pequeña.
Continuara...
Capítulo VI
‘Cada encuentro’
- Julia… - Anjali llama a la morena. – Caballeros. Disculpen la interrupción. – Ya que Julia se encontraba con unos clientes. - ¿Podemos hablar un momento? – susurro en su oído.
- Claro. – responde y se gira. – Señores… – vuelve la atención a los clientes y hace un ademan con la cabeza. – hay algo que debo atender. – Dice. Los clientes asienten y la morena se marcha con su amiga.
- El problema de la cocina quedó solucionado, quería que lo supieras como me pediste. Ahora necesito que vayamos y te prepares para el discurso de despedida. Ya le informe a Emma, está esperándonos.
- Seguro, vamos. – caminaron hacia la cocina, encontrándose con Emma.
Mientras se preparaban para dar el discurso final, en su mesa, Lena compartía risas con Rahul y Naya.
- ¿A ti que te pasa? – Susurra Naya al ver una Jenny molesta sentarse.
- Nada. – Responde seca.
- Respiras casi tan fuerte como un toro, pero seguro, no es nada. – soltó sarcástica.
- Me quiero ir, es todo. – Dijo bebiéndose una copa de champán.
- Oigan chicas. – Lena llama su atención. - ¿Pasa algo? – Preguntó. Rahul se había ido en ese momento.
- No pasa nada Len. Estoy cansada. – Se adelanta Jenny.
- ¿Segura? – Dice dudosa.
- Segura. – La castaña suspira. – ¿Te parece si nos vamos?
- Bueno… – Aún con duda. – Si estas cansada. Pero, quiero despedirme de Julia antes.
- Claro, de seguro te quieres quedar con ella ¿cierto?- Dice juguetona Naya.
- Nay no empieces por favor. – Negando con la cabeza. Pensaba que su loca amiga podría armar una escena o peor, con sus comentarios pasados de tono.
- Ya mejor vámonos, que tú me hiciste prometer no avergonzarte hoy y Jen está que echa humo por la nariz. – Riéndose.
- Lo sabía, te pasa algo Jennifer. – reprende Lena.
- ¡No puede ser! ¿Hasta cuándo debo soportar esto? – Se queja Jenny - solo me quiero largar. – Soltó molesta y cruzándose de brazos.
- Esta bien, está bien. Ya nos vamos… Parece que es fuerte la cosa – Naya le susurra a Lena lo último.
- Escuche lo que dijiste. – Respondió la castaña a lo que su amiga decía.
Cuando Lena le pide a su amiga que le acompañe a buscar a Julia, esta hablaba por un micrófono, anunciando que daría el discurso de cierre. Ya que no tuvieron otra alternativa, decidieron esperar. Lena estaba feliz de hacerlo, no quería irse sin hablar de nuevo con Julia. Jenny tenía una evidente molestia en el rostro, que no pasó desapercibida por su amiga Naya, intentó que le dijera el motivo pero solo decía que se quería ‘largar’ del lugar.
Naya dejo de insistir y Jenny simplemente se quedó callada, sin dejar de beber cada copa que traía cada mesero. Escucharon el discurso y al terminar, Julia se acercó a su mesa una vez más.
- Hola de nuevo. – La morena se sentó junto a Lena.
- Julia. – con una sonrisa.
- ¿Te gusto el discurso?
- Si, muy inspirador. – dice honesta.
- Gracias. Me llevó trabajo. – soltando un suspiro cansado.
- ¿En serio? casi ni se notó. Supongo que eres una experta en el engaño. – Bromea y la morena se ríe. – Disfrute mucho esta noche Julia, gracias.
- No hay nada que agradecer pelirroja, ha sido un placer que vinieras. – Hablaban como si nada, ni nadie más existiera. – He querido estar más tiem…
- Disculpen – Jenny interrumpe. – Queríamos agradecerte la invitación Julia, pero ya debemos irnos. – viendo su reloj.
- Es cierto, pero la noche estuvo realmente espectacular. Muchas gracias Julia – intervino Naya tratando de sonar más amable la forma de despedirse de Jenny.
- Oh, es una lástima que se tengan que ir tan pronto. – Responde la morena. – Gracias a ustedes por venir.
Aunque Lena no quería, le toco despedirse. Caminaron juntas hacia la salida. Anjali que estaba en la entrada se despidió, llamando a Rahul para despedirse también. Emma no estaba cerca así que Anjali quedo en hacerlo por ellas. Caminaban hacia el estacionamiento del lugar, el taxi debía estar por llegar. Julia decidió acompañarlas hasta el estacionamiento y mientras Naya iba adelante con Jenny, ella hablaba con Lena.
- Lamento no haber podido atenderte bien Lena.
- No hay problema, fue una linda velada.
- Gracias de nuevo, y por venir. Me alegró mucho que llegaras. – Dijo con una sonrisa, haciendo sonrojar inevitablemente a la pelirroja.
- Hacía mucho tiempo que no me divertía tanto.
- Eso escuche… Lena – Estaban por llegar a su parada. – Volviendo al tema de ti y… - Guardando silencio.
- ¿Naya? – Se adelanta Lena.
- Sí.- Julia sentía un poco de miedo de saber la verdad.
- Naya y yo somos… - Sintió la mano de Julia apretarla. - ¿Podrías no apretar tan fuerte? No me voy a caer – Riéndose.
- Lo siento – soltándola. La morena estaba ya nerviosa.
- ¡Lena! – Grita Jenny. El taxi había llegado. – Vamos por favor. – Pidió. Naya se acercó, tomándola de la mano.
- Vámonos Len, Jenny está cansada. – dijo viendo a Julia.
- Si, gracias por todo Julia. Buenas noches – Comenzando a caminar. – Por cierto – Se detiene y se gira con cuidado – ¡Amigas nada más! – Grita regalándole una sonrisa, dejando a Julia completamente derretida y a Naya a su lado extrañada.
La morena estaba tan emocionada que se sintió flotar en vez de caminar de regreso al salón. Al entrar, Emma y Anjali la esperaban. Algunos otros clientes se habían retirado y los pocos que quedaban estaban de camino a la salida.
- Tu y yo tenemos mucho de qué hablar. – susurraba Emma.
- Creo que tu esposa te tendrá secuestrada. Tantos días sin ti, debe estar necesitada. Supongo que nos veremos el lunes en la oficina. – se ríe al ver a la esposa de su amiga llegar y tomarla de la cintura.
La fiesta termino y cada quien siguió direcciones diferentes. Julia se sentía agotada. Emma iba cansada también, pero con quien le masajeara. Los esposos Khanna iban felices por el éxito de la noche.
Lena, Naya y Jenny, habían llegado al apartamento de la morena. Era el más cercano al salón donde fue la fiesta y ya habían quedado en pasar la noche allí. Jenny estaba de muy mal humor, fingiendo estar agotada, apenas llegó se encerró a dormir. Media hora más tarde, Lena y Naya se habían bañado y cambiado, encontrándose en la sala.
- Ahora si Len, suéltalo todo. – Comienza Naya.
- Deberíamos dejar esto para mañana Nay, la verdad es que estoy agotada.
- Lo que quieres es no decirme nada. Así me entero dos meses después, que tienes un jujú con esa extraña. Al menos extraña para mí – sonaba molesta. – hasta Jenny se enteró primero que yo.
- No hay nada entre Julia y yo, mucho menos un Jujú. – Imitando la voz de su amiga. - Ya se los dije. Nos conocimos y hemos hablado algunas veces. Además Jen no sabía nada. Solo nos vio hablando una vez.
- Pero yo soy tu amiga, pudiste decírmelo. No siempre andas hablando con cualquier persona que conoces.
- Por favor no empieces con eso.
- ¿Con que? – Haciéndose la desentendida.
- Comienzas a sonar como mamá. – Arrugando la cara.
- No te sermoneo, me quejo. – cruzándose de brazos.
- No me cruces los brazos Nay – suspirando, conocía perfectamente a su amiga. – Vamos a dormir. Te prometo hablar mañana.
- ¡Demonios! – exclama. – Me conoces tan bien… Bueno, serán dos. Jenny tampoco se salva de ésta. No sé qué pasa con ustedes ¡por Dios! – Se queja.
Ayudo a Lena a levantarse. Camino junto a ella hasta su cuarto, a fuerzas le dio las buenas noches y cada una se fue a dormir.
La mañana del sábado llego. Algunos despertaron con buen humor, otros no tanto. Lo que más resaltaba era el dolor de cabeza, resultante de tantas copas de champan.
- ¡Me lleva el demonio!- Grita Jenny tocándose las sienes.
- ¿Qué pasa Jenny? – Naya pregunta con tono inocente al escuchar sus gritos.
- Nay, por favor. – La mira de reojo – No empieces ¿sí? Mejor, consígueme aspirinas, el dolor de cabeza me está matando. – Se queja.
- Oh, no me digas. – haciendo un puchero. Jenny voltea y la mira amenazante. Cuando se acerca a ella, esta le habla – Está bien, está bien. Te lo dejo pasar porque tú lo haces siempre conmigo. Pero vamos a hablar Jennifer Hartman. – Advirtió y se retira en búsqueda de aspirinas.
En casa de los Khanna, una Julia muy sonriente toca la puerta.
- Parece que llegue a buena hora. – Sonríe al entrar en la cocina y ve a Rahul tomando café.
- Julia, buen día. – Se acerca y la saluda con un beso en la mejilla.
- Buenos días a ti Rahul. – Correspondiendo el saludo.
- Veo que estas de muy buen humor Jul. – Anjali le sirve café y la observa sonreír.
- Tengo muchos motivos para estarlo. Y en gran parte es gracias a ti, de hecho vine por eso.
- Sabes que no hacía falta que vinieras hasta acá Jul.
- Bueno, como llevo casi dos meses aquí y aún no hemos hablado cosas que no sean de la fiesta de apertura de la firma, creo que es el momento adecuado para agradecerte con una salida de amigas.
- ¿Cómo las de antes? – Pregunta emocionada.
- Como las de antes. – Responde la morena. Rahul era expectante de tal conversación y solo reía.
- Espera ¿y Rossie?
- Esta con Andrew hasta la tarde.
- Oh, cierto. – Recuerda. – Entonces, no se diga más. Iré a vestirme y saldremos.
- Bueno… Yo saldré a trotar un rato, luego leeré. Siéntete en casa Julia. – Se despide Rahul.
En el apartamento de Naya las cosas no estaban del todo bien. La morena y Jenny llevaban media hora discutiendo si desayunar afuera o no. Lena cansada de intervenir, simplemente se sentó. Naya quería hablar sobre lo que pasó la noche anterior, mientras Jenny alegaba tener hambre, queriéndose ir. Obviamente era un truco para evadir el tema.
- El único motivo por el cual accedería a salir, sería que me prometas no escaparte y decir de una buena vez que es lo que tanto te molesta. – Decía Naya subiendo la voz.
- Ya te dije Rivera que tengo hambre, y dolor de cabeza, he ahí mi mal humor. ¿Podemos irnos? – Ya impaciente. Entraron en otra discusión más hasta que Lena se cansó de tantos gritos.
- ¡Ya basta! – Se levantó de golpe, casi cayendo. – Vamos a desayunar y regresamos para hablar. Jenny, algo te pasó anoche y no quiero presumir nada, pero Nay ya me comento, y si, creemos que se trata de eso. Naya tu llevas días con tu mal humor porque no aceptas que te gusta la profesora suplente y… – Grito levantando la mano cuando su amiga quería hablar. – Estas molesta porque te rechazó. Ahora, vámonos a comer que siento que me desmayo del hambre ya. – finalizo.
- Tú no te quedas atrás Lena. – Naya se defendía. – Me vas a contar todo lo que te traes con la abogada esa. La pelirroja suspiro asintiendo a lo que su amiga le pedía.
Un desayuno bastante tenso. Al llegar no se escuchaban más que respiraciones profundas. Todas estaban molestas. Ordenaron y comieron en un silencio bastante incómodo. Jenny y Naya no hacían más que verse y rodar los ojos a la otra.
- Quiero llamar a mamá. – Lena rompió el silencio. – Jenny por favor ¿podrías?
- Seguro Len. – Hizo la llamada. Mientras Lena hablaba con Inessa, las chicas pagaron la cuenta. Se retiraron cinco minutos después.
Una comida totalmente diferente era llevada a cabo algunos metros de allí. Julia y Anjali se ponían al día con las anécdotas más recientes, que no habían tenido tiempo de compartir.
- No te puedo creer Volkova. – Decía Anjali entre risas. - ¿Tu y Emma hicieron eso?
- Sí. – También riendo. – Hace años que nos volvimos serias y responsables. Así que… decidimos hacer una última locura en Alemania antes de irnos. Algo así como un ritual de despedida.
- Lo entiendo, pero… ¿Caminar desnudas por un paseo? Es como mucho. – Repite entre impresionada y riendo.
- Mucho fue lo que tuvimos que correr cuando unos guardias de seguridad nos vieron. Habíamos caminado muchos metros lejos del carro y bueno… - Anjali volvió a carcajearse.
- Tengas la edad que tengas, no cambias Julia.
- ¿Y dejar de ser así de increíble? No amiga. – dijo en broma.
- Ahora sí, hablemos en serio. - Dejando de reír. – Lena.
- Lena. – Repite Julia. - ¿Qué hay con ella? – Poniéndose seria.
- Eso te pregunto Jul ¿Qué hay con ella? – Julia suspira y sonríe.
- Me agrada mucho Anjie.
- ¿Solo eso? Porque me parece que…
- Me gusta ¿está bien? – Admite. – Lo poco que conozco de ella, me gusta. No solo eso – Se adelanta antes de escuchar lo que su amiga diría. – Cuando estoy con ella, me siento tranquila y feliz. Es una sensación extraña, y tal vez te parecerá apresurado de mi parte o una locura quizás. – hablaba con una sonrisa en sus labios. – Pero esa chica, en poco tiempo ha logrado en mí, lo que nadie había logrado en años. – Finaliza.
- Vaya – dice sonriendo. – No había visto tus ojos brillar de esa manera antes. – La morena ríe y se sonroja, desviando la mirada.
- Me siento como una adolescente cuando estoy con ella. No solo eso, quiero llegar a conocerla por completo.
- ¡Wow! ¡Wow! Demasiada información – negando con las manos.
- ¡No! – grita Julia. – No es eso. Por ¡Dios! – La mira negando con la cabeza y se ríe por los pensamientos de su amiga. – Quiero saber todo de ella, me da curiosidad. Es más interesante de lo que creerías.
- Lo sé. – Con esa soltura en su voz que solo aplica en sus días de terapia.
- Lo sabes… Espera ¿Lo sabes? ¿Cómo? Oh, es cierto. Ya la conocías. – se da un golpe en la frente. – Pero… Nunca me dijiste ¿de dónde la conoces? – Bebiendo de su taza de café.
- Soy su terapeuta. –Responde tranquila.
- ¿Qué? – Gritó casi ahogándose. - ¿De verdad? Vaya, que pequeño es el mundo.
- Julia... –Llama su atención. - ¿Lena sabe qué…- Calló por un momento – ¿Sabe de tu situación?
- No hemos hablado mucho de mí.
- ¿Eso qué significa? y no es por entrometerme pero ¿Qué piensas con ella? Te gusta sí, pero quieres tener algún tipo de relación ¿Sabes si ella está interesada en ti de esa forma?
- Un momento Anjie, eres mi amiga, no mi terapeuta. Haces muchas preguntas. – Anjali ríe, cuando dice lo último. - ¿Qué es tan gracioso?
- Nada… solo algo que recordé.
- Apenas hemos hablado algunas veces, quiero que esto siga así. Ella me gusta y creo que es demasiado pronto para yo abordarla de esa forma. No estoy siquiera segura de si ella está interesada en mí.
- Yo pienso diferente. – Susurra pero la morena la escucha.
- ¿Crees que…
- Creo que deberías hablar con ella al respecto.- Interrumpe. - Podrías llevarte una buena sorpresa.
- ¿De verdad? – Una sonrisa se forma en sus labios.
- Pero tienes que ser completamente honesta con ella Julia. Si llegas a lastimarla por alguna mentira te prometo que hasta ese día te tengo respeto.
- Vaya, 20 años de conocernos y me cambias por una paciente. – fingiendo molestia.
- No es una paciente cualquiera y los años no hacen diferencias. Además llevo conociéndola 9 años. Tampoco se deben pasar por alto.
La conversación entre amigas continuaba por largo rato, mientras en el apartamento de Naya, las chicas aun dudaban si hablar o no. La morena comenzaba a impacientarse, así que decidió comenzar ella.
- Presiento que me arrepentiré de esto. – Susurro. – Ya que no me queda de otra, empezare yo ¿Ok?
- Hasta que por fin. – Soltó Jenny.
- Sigues tu Hartman. – Señalándola. – Si quieren que lo diga, está bien. Bese a Heather y me gusto, creí que a ella también porque no me rechazo cuando lo hice. Pero no, la muy idiota fingió que nada paso y desde ese entonces me trata muy indiferente.
- Lo sabía – dijo Jenny. – Y te gusta. Te gusta la profesora. Por eso el mal humor.
- Si, me gusta – Grito alzando los brazos. – Ahora tu Jen ¿Qué paso anoche? ¿También te rechazo la socia de Julia?
- No… No hizo falta.
- ¿Por qué? - Pregunto Lena curiosa.
- Pues porque, cuando comenzaba a ser coqueta con ella, llego su esposa. – Diciendo lo último con tono de molestia. La sorpresa de Lena y Naya fue muy notoria, se quedaron sin palabras.
- Esta decidido, iremos a un bar a conquistar algunas chicas. – Sugiere Naya después de unos minutos.
- Nay, no creo que sea lo mejor. – dice Lena.
- No quieras ser tan puritana Lena. – se queja. – Yo me quiero sacar la espina de Morris, y Jenny también necesita salir.
- Yo no tengo ninguna espina, es que… Nada me sale bien últimamente. – Suelta un largo suspiro. – Cada vez estoy más sola.
- Eso es porque hace mucho que no salimos a conquistar. Vamos a intentarlo. Esta noche. Pide la morena.
- No me parece lo correcto. Pero si quieren hacerlo. – Decía Lena alzando los hombros.
- Ahora tú Len. – Naya toca sus manos. - ¿Por qué demonios no me habías contado que conociste a Volkova en el parque?
- No hay necesidad de gritar Naya. Y a mí tampoco me había dicho nada. – Interviene Jenny.
- Esta bien, no quise decir nada porque ustedes saben cómo son. Empiezan a investigar y atosigar a cada persona que conozco. Son demasiado sobreprotectoras, creo que más que mamá. – Soltando un bufido. – Quien no quiero que se entere por favor. – Pide.
- ¿Hay algo que deba saber? – Dijo Naya con tono sugerente.
- No, no hay nada entre Julia y yo. Solo somos amigas. Me agrada. – Una sonrisa involuntaria se formó en sus labios.
- Es más que eso Len. – Dice Jenny. – Tu sonrisa lo dice todo, además... – Guarda silencio viendo a Naya para que continúe ella.
- ¿Por qué desde que la conoces andas con el mentado diario? Y no te atrevas a mentir. – Amenaza. - Te hemos visto en más de una ocasión. Aun cuando nos dijiste que lo tenías guardado.
- ¿Por qué lo volviste a sacar Len? – Jenny toma sus manos.
- Porque – Suspira. – Desde que la conocí, sentí todo lo que he sentido con el diario. La paz, tranquilidad, seguridad, alegría. Al principio pensaba que eran ideas mías pero no. Es ella, ella provoca todo eso en mí. Incluso he vuelto a soñar.
- ¿De verdad? – Jenny estaba impresionada. – Pudiste decirnos Lena.
- Ya les dije el porqué.
- No íbamos a hacer nada. Pero Len, ni siquiera la conoces. Es una completa extraña. – Jenny suena preocupada.
- No del todo, no para mí. No cuando estoy con ella.
- Debes entender nuestra preocupación. –Naya intervino.
- No soy una invalida, se lo que hago. – dijo con tono molesto.
- Sabes que no me refiero a eso. Mi preocupación es porque no sabemos nada de esa mujer, y tú tampoco.
- Es amiga de Anjali. Eso podría tranquilizarlas.
- Si, la verdad lo hace un poco, pero…
- ¿Pero qué Jen?
- Lena el diario. Esta mujer de recuerda ese dichoso diario. ¿Qué te hace pensar que no se te acabara el encanto en algún momento o que se vuelva tu nueva adicción? – Naya pregunta preocupada.
- Que ella me gusta. – Grito levantándose de golpe. – Esa es mi seguridad. La diferencia está, en que me gusta como mujer. Y no es mucho lo que conozco de ella, pero si lo que quiero conocer. Estoy segura de que no lo quiero por el diario. Estoy segura por lo que su sola presencia me hace, lo que su voz genera, lo que su roce me provoca.
Sin más argumentos, no se dijo palabra alguna. Lena dejo en claro que le gustaba Julia y apenas la oportunidad se le presentara iba a hacérselo saber. Ninguna de sus amigas tuvo nada más que agregar.
El resto de la mañana fue más tranquila. Jenny acompaño a Lena hasta su casa, luego se retiró a su Loft, quería descansar en la tarde ya que por la noche saldría con Naya a un bar. Pensaba que tal vez volver ahora a sus andanzas, le haría olvidar lo sola que se sentía últimamente.
Julia estaba llegando a casa, había ido con Anjali a hacer sus compras y arreglaba todo para cuando Andrew llegara con Rossie. Luchaba con las ganas de ir al parque, tan solo con la esperanza de ver a Lena. Esa respuesta que le dijo en cuanto a ella y Naya le dio ánimos. Estaba más que segura en intentar algo con ella, ahora que tenía el punto de vista de su amiga Anjali.
Un día bastante largo se daba en otra parte de la ciudad. Por la mañana, todo estaba tranquilo. Emma se levantó tarde, consecuencia de la agotadora noche anterior. Allyson le contaba de sus días sin ella. Por ahora habían acordado que ella se quedaría en Alemania hasta el siguiente año. No quería retirarse aun de su trabajo, ya que le gustaba mucho. Y como Emma planeo su sociedad con Julia hacía muchísimo tiempo atrás, acordaron eso. El plan era perfecto, pero Allyson se había vuelto desconfiada las últimas semanas. Cuando Emma regreso a Alemania a terminar los últimos detalles de su mudanza, su esposa se molestó mucho por cualquier detalle. No hacían más que discutir últimamente.
Al momento de Emma volver a Londres, arreglaron las cosas. Y Los días siguientes mejoraron un poco. Una discusión bastante grande se dio cuando Allyson le dijo que no llegaría a tiempo para la fiesta de inauguración, aunque al final si pudo ir. A última hora, pero llegó.
Emma estaba feliz de compartir con Allyson, después de lo que había pasado en los últimos días, estaba finalmente tranquila. Pero su esposa estaba actuando muy extraña. Todo le molestaba. Aparentemente durante la fiesta ella estaba feliz y contenta por Emma, pero no. En la noche no dijo nada debido al cansancio, pero al rato de desayunar, no hizo más que pelearle a Emma que le había dejado sola toda la noche.
- Me dejaste con extraños toda la noche Emma, si no fuera porque en cada oportunidad que tuve te busque para estar cerca, ni te habría visto.
- No puedo creer lo que dices Ally ¿Si te das cuenta de que esta fiesta era de negocios? ¿Que yo era anfitriona?
- Julia compartió con sus invitadas.
- Al igual que yo contigo – grito molesta. – En cada oportunidad que tenía lo hacía, no puedes negarlo simplemente por un capricho que estas teniendo.
- ¿Ahora estoy siendo caprichosa? – Estaba roja de la rabia. – Dime ¿Acaso es un capricho querer compartir con mi esposa en su noche especial después de tener semanas sin verla? – Gritaba.
- No está mal Allyson, mal es que digas que no fue así. Eras testigo de lo que pasaba, clientes nos atraían una y otra vez y todo fue ante tus ojos. Tampoco fue que me iba con ellos del lugar. – se levantó con rabia de la cama en dirección al baño.
- ¿A dónde crees que vas Emma?
- Al baño ¿Tampoco puedo? – Grita. – No quiero seguir con esto Ally. – Suspira cansada, bajando la voz. – ¿Sería posible que disfrutemos este día ya que mañana regresas a Alemania? Por favor. – Pidió uniendo sus manos.
- Mañana regreso, debes estar contenta por eso. – cruzándose de brazos. Emma soltó un bufido y entro al baño, dejándola hablar sola. – No creas que no me di cuenta Em, habían muchas personas demasiado interesadas en ti. – Emma salió del baño a responderle.
- Ahora porque a mucha gente le interese hablar conmigo ¿debo alegrarme de que te vas? ¿Tan siquiera te escuchas? Nada de lo que dices tiene sentido. – Allyson se molestó tanto que casi le da una cachetada. – Adelante, hazlo. – Dijo seria. – Es lo que te falta, para comenzar a convertirte en la persona que jamás pensé que serias. – escupió con rabia las últimas palabras.
Allyson bajo lentamente su mano e intento decir algo pero las palabras no salían de su boca. Emma negó con la cabeza y se metió a bañar. Cuando salió del baño, Allyson no estaba cerca. Se vistió y salió a la sala, estaba frente al televisor. Le ofreció hacer comida para las dos, recibiendo solo un asiento de su parte. Emma suspiro y se fue a la cocina. No quería seguir discutiendo. Su almuerzo estuvo tenso, el ambiente era completamente pesado. Ninguna decía nada, apenas termino Emma se encerró a su cuarto sin decir nada.
Dos horas más tarde se había quedado dormida de nuevo. Se levantó por un fuerte golpe en la puerta. Cuando vio, era Allyson con una muy mala cara.
- Tu teléfono no ha dejado de sonar. – Soltó molesta.
- Ally, estaba dormida, no me puede interesar menos el ¡maldito teléfono! – gritando al final.
- Tanta insistencia debe ser por algo ¿no crees? – Soltó sarcástica.
- No empieces otra vez Emma. – Tapándose la cara. – ¿Piensas pasar molesta todo el fin de semana? ¡No me jodas!.
- No es lo que quiero Emma pero tú…
- Yo nada – interrumpe. – Yo no he hecho nada, eres tú, tú y solo tú. No has hecho más que discutir conmigo sin motivos y estoy cansada de eso. Lo único que quiero es estar tranquila con mi esposa antes de no volver a verla por todo un mes.
- Eso puede ser quizás lo mejor. – dijo por lo bajo Allyson.
- No puedes hablar en serio. – Se levanta de la cama molesta, toma su celular y sale del cuarto.
- ¿A dónde vas? –Allyson la sigue. - ¿A dónde crees que vas Emma? – Gritaba, pero Emma no volteo en ningún momento. Salió dejando a su esposa en plena discusión.
La noche llego y ambas amigas estaban listas para ‘conquistar’ como en los viejos tiempos. Tenían meses sin hacer una salida de esas. Naya estaba muy emocionada, mientras Jenny solo quería salir del paso. No se sentía muy segura de que fuera a funcionar, pero no le quedaba más remedio que hacerlo.
Entraron al bar, encontrándose con el lugar bastante lleno. Les asignaron una mesa y rápidamente ordenaron. Naya hacia un recorrido con la mirada, buscando su presa.
- ¡Oye! Belleza en la barra. – Señalo a Jenny la dirección.
- ¿Para ti? – pregunta arqueando una ceja. – Es bastante obvio ¿no crees?
- ¿De qué hablas? – pregunta sin entender.
- Tiene un parecido increíble con la profesora Morris. – Señala lo obvio. – La idea es sacarte la espina Nay, no pretender que otra es ella.
- No es eso. –Suelta un bufido. - Buscare alguien más.
Pasó media hora y ya habían comenzado a beber. Naya seguía buscando con la mirada y Jenny no hacía más que tomar una copa tras otra.
- No me digas que ahora hay que internarte en alcohólicos anónimos. – Naya la saca de sus pensamientos.
- Por supuesto que no. – Suelta ofendida.
- Como digas –alzando los hombros. – Encontré alguien para mí ya. Y mientras estabas perdida en tus pensamientos le hice señas para que se acercara. Ahí viene. – Señaló a la chica.
- Perfecto. – Soltando un suspiro. – Estaré en la barra. –Se levanta y camina, casi tropezando con la conquista de su amiga.
- Esto es increíble. – Murmuraba. Pide una bebida al barténder y cuando la lanza casi choca con la bebida de la mujer a su lado. Estaba de espaldas. – Disculpe. – La mujer se gira y al verla, gran sorpresa. La persona que menos imaginaba en el mundo, estaba ahí, frente a ella.
La noche era bastante serena y tranquila. Las estrellas iluminaban el cielo maravillosamente. La morena no lo soporto más y salió con su hija a cenar afuera. Paseo con su carro por el parque, aquel lugar que se había vuelto especial para ella en los últimos días. No dejaba de pensar en esa pelirroja.
- ¿Vamos al parque mami? – La pequeña la saco de sus pensamientos.
- Solo un momento mi vida. – acaricio su mejilla. El parque estaba lleno, estaciono su carro y bajo junto a su pequeña.
Veinte minutos más tarde la morena llamo a su hija, ya era hora de la cena. Caminaban hacia el restaurant que estaba frente al parque. Poco antes de llegar, desde afuera la vio. Sus ojos se abrieron grandes. No podía creer que le sucediera eso. Había ido al parque con esperanzas de encontrarla y ahí estaba, justo en el lugar donde planeaba cenar con su pequeña.
Una sonrisa tuya me eleva al cielo. Tu voz alegra mi alma, tu roce… tu roce me vuelve a la vida.
La realidad de saber que estas aquí, que existes y eres parte de mí, me ha hecho creer que todo lo que tengo, no es un sueño.
Sigue siendo tú, sigue sonriendo, despertando toda emoción. Cada detalle que remotamente te incluya, me hace a mi totalmente feliz.
Aprendí y me queda que, a tu lado, no existe batalla que no pueda ganar, lucha que no pueda dar. Te debo tanto, te debo cada recuerdo, te debo por… Cada encuentro.
La realidad de saber que estas aquí, que existes y eres parte de mí, me ha hecho creer que todo lo que tengo, no es un sueño.
Sigue siendo tú, sigue sonriendo, despertando toda emoción. Cada detalle que remotamente te incluya, me hace a mi totalmente feliz.
Aprendí y me queda que, a tu lado, no existe batalla que no pueda ganar, lucha que no pueda dar. Te debo tanto, te debo cada recuerdo, te debo por… Cada encuentro.
Continuara...
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
A Mayra Pérez le gusta esta publicaciòn
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Primera vez que comento en tu historia, la verdad ya había leído los capítulos anteriores y me dio pena ver que tenías tiempo sin actualizar, pero hoy revisando me doy cuenta que hay capítulos nuevos!! y debo decir que me alegró mucho, de verdad que me gusta esta historia, soy fan de Jenny y emma y es muy emocionante leer sobre ellas, muchas gracias. Espero sigas subiendo nuevos capítulos.
Rosy- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/04/2017
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Una pequeña pasada por aquí... Para que no se olviden de mi y esta historia que aun continua!!
Rosy: Que placer y alegría me da que hayas leído y comentado. Tuve fallas técnicas al escribir el capítulo y por eso no lo había posteado, pero ya esta listo. Espero que te guste saludos!
Capítulo VIII
‘Todo por un beso’
- An… – Rahul llama a su esposa. – ¡Anjali! – Grita su nombre una vez más. - ¿Dónde se habrá metido? – Susurra y sale de su cuarto en su búsqueda. En el camino va arreglando su camisa, al llegar a la cocina la ve. – Aquí estas. – Dice sacándola de sus pensamientos.
- ¡Cariño! – Dice la mujer al ver a su esposo llegar.
- Te estuve llamando. – La mira extrañado sabe que algo tiene. – ¿No escuchaste?
- ¿Cómo? – Anjali no había escuchado nada. – Si, disculpa cariño, estaba pensando y no te escuche. El desayuno está listo. – Dio vuelta al mesón para servir la comida. Rahul la veía.
- Anjie ¿Estas bien?
- Sí, claro amor.
- No parece ¿sigues pensando lo de Julia y Lena?
- ¿Qué? No, no… Bueno, no precisamente. – Rahul suspiró.
- Entonces, mientras comemos me puedes poner al día y decirme si no es ‘precisamente’ eso ¿En qué piensas?
- Bien, tú ganas. Si es eso. – Cuando su esposo iba a intervenir se adelantó. – Anoche hable con Julia… Esta molesta conmigo, por… ¿entrometida? – Dijo lo último con duda.
- Y le doy la razón de seguro. Aunque tú no eres así, sus razones tendrá para decirlo, al conozco.
- Es que tú no entiendes amor, Lena… - Su esposo la interrumpe.
- Lena sabrá que hacer al igual que Julia. Una es tu paciente y otra tu amiga, deberías apoyar lo que sea que pase, no vivir atemorizada por eso.
Después de un rato de discusión Anjali se tranquilizó y le contó a Rahul lo que había conversado con Julia, quedo en llamarla para disculparse por querer entrometerse en su vida. Conocía a Julia y sabia cuanto odiaba eso, y ahora ella lo estaba haciendo. Ya sea por Lena o el motivo que fuera, estaba siendo más una entrometida que una amiga preocupada. El resto del desayuno paso normal y cada uno se fue a trabajar.
En otro lado de la ciudad el desayuno no era precisamente el que se tenía pensado para este fin de semana.
- ¿Tan tarde llegaste que no quisiste dormir conmigo? – Allyson levanta una ceja al ver a Emma llegar al comedor con ella.
- Buen día. – dice seca. – No tenía ánimos de pelear. – Se explica.
- No te preocupes por eso, que no pienso hacerlo.
- Bien. – Fue lo único que dijo Emma antes de seguir caminando hasta la cocina. Se sirvió un vaso de agua, para tomar una aspirina.
- No quise despertarte, pero estaba esperando por ti para desayunar. – Grito Allyson desde el comedor. – ¿Emma? – La llama al no escuchar respuesta de su esposa. La rubia se encontraba extrañada en la cocina, la pelea del día anterior y esa nueva actitud de Allyson ahora. No dijo nada, pero al escuchar que la llamaba por segunda vez se acercó al comedor.
- Gracias por esperarme. – Dijo sentándose frente a su esposa. Y ambas comenzaron a desayunar en completo silencio.
- Y… ¿Qué tal está Julia, cómo se prepara para trabajar en Londres? – Pregunta Allyson rompiendo el silencio después de unos minutos.
- Supongo que bien, aunque tengo un asunto pendiente con ella. – Guardo silencio al recordar que debía hablar con su amiga. - El vuelo sale a las 3:00 ¿cierto? - Mirando su reloj. En ese momento Allyson bebía un poco de jugo y baja el vaso con el rostro evidentemente tenso.
- Sí. – Dice simplemente. – Ya mi maleta esta lista.
- Ok. – Emma se sintió mal al notar como pudo sentirse su esposa por preguntarle eso. El solo pensar que estarían tanto tiempo separadas y sin arreglar sus asuntos. Porque sabía perfectamente bien que debían aclarar las cosas antes de separarse. – Ally…
- Dime. – Prestándole total atención.
- ¿Qué pasa contigo? Ya sabes… Tu humor tan cambiante, la forma en que has actuado últimamente. – Allyson iba a interrumpir pero Emma no la dejo. – Sin ánimos de peleas, pero debemos aclarar las cosas y sabes que es así Ally. Todo eso se debe al tiempo que viviremos en países separados ¿o es algo más? – Allyson suspiro.
- Bien… Pues, no lo sé Em. Supongo que debe ser eso, también el estrés de mi trabajo. Además no hemos estado tanto tiempo separadas.
- Eso fue algo que discutimos y acordamos hace mucho tiempo Ally. – Dijo interrumpiendo a su esposa. Había algo en su mirada que le decía que esa no era toda la verdad. - ¿Segura de que no hay nada más?
- ¿Qué insinúas? – Con tono molesto.
- Nada. Solo quiero que no acabemos peleadas antes de tu partida. Es todo un mes Allyson, sabes lo que pasa con una pareja cuando existen tantos problemas sin solución.
- ¿Ahora no quiero solucionar esto? – Comenzaba a enojarse.
- No dije eso cariño. – suspirando. – Quiero que estemos bien antes de despedirnos, nada más. – Intentando sonreír.
- Esta bien. – bajando un poco la guardia. – Creo que la separación, a pesar de saber lo que hacíamos, me tomo de sorpresa. No estamos acostumbradas. Estas primeras semanas han sido fuertes y ahora la realidad de que pasará por todo un mes y luego tres meses más… - Guardo silencio y bajo la mirada triste. Emma se levanta y la abraza.
- Cariño. – toma su mejilla y hace que la mire. – Todo va a estar bien, vamos a estar bien. – Remarcando lo último. – Ven, pasemos el resto de la mañana juntas como debió ser en un principio. – Dándole un beso en los labios antes de dirigirla al cuarto.
Emma estaba decidida a dejar de pensar en los últimos acontecimientos en sus vidas. El repentino cambio de Allyson los últimos días y las cosas que pasaban con ella. Lo único que haría sería consentir a su esposa y su relación. Todo lo demás que había pensado, fue por el estrés de la separación. – Y la bebida.- se dijo, al recordar lo que estuvo a punto de hacer la noche anterior, con una mujer que apenas conocía.
- Lena, cariño… Abre por favor. – Inessa llevaba cinco minutos tocando la puerta. Era ya la tercera vez. Había pasado más de la hora en la que Lena siempre se levantaba, y ella aun no salía. Sabía que estaba despierta pero no salía de su cuarto. – Hija por favor, hablemos. – Nada que respondía. Inessa comenzaba a preocuparse. Dejo de tocar cuando escucho el timbre y bajo a abrir la puerta.
- Hola Inessa. – Saludan al mismo tiempo Jenny y Naya. – ¿Cómo esta Lena? – Pregunta la morena que llevaba lentes oscuros.
- Hola chicas – Saluda. – No ha querido salir de su cuarto. – Da paso a las chicas y estas entran.
- ¿Le parece si subimos y hablamos con ella? – Dice Jenny e Inessa asiente.
- ¿Que habrá pasado Jenny, por qué crees que Lena quiera irse de la noche a la mañana?
- No lo sé Nay – responde preocupada. – Pero lo vamos a averiguar. Solo espero que no sea lo que estoy pensando. – Susurrando lo último.
Una vez que llegaron al cuarto de Lena y esta al escucharlas sin dudarlo abrió su puerta arrojándose a los brazos de sus amigas bañada en lágrimas.
- ¡Hey, hey! Pelirroja ¿Qué pasa. Por qué estas así? – Pregunta Naya abrazándola.
- Si Len ¿Qué tienes? – La secunda Jenny.
Lena no pierde tiempo y entre lágrimas de frustración le cuenta a sus amigas como su madre la llevo al límite del cansancio, provocando que quiera irse de su casa. Comenzar la independencia que hacía unos años se propuso a si misma tener.
FLASHBACK…
- A ver pecas ¿Qué tramas? – Viendo el edificio. - ¿Por qué me pediste que te trajera a este lugar?
- Porque conozco bien a Jenny y sé que a veces se pone muy a favor de mi madre. – Naya seguía sin entender. – Pues que quiero independizarme, vivir sola, y ya esto lo había investigado mucho antes de mi accidente. Este es el mejor sitio según la agencia de bienes raíces que existe en el país, estoy segura de que encontrare mi lugar perfecto.
- ¿Hablas en serio Len? – La morena estaba impresionada y emocionada a la vez.
- Además no quería venir sola, también sé que no hay nadie mejor negociando y escogiendo los mejores lugares de la ciudad que tú. Eso lo sé perfectamente. – Sacando una sonrisa ególatra en su amiga.
- Gracias, gracias. – Con un ademan de superioridad.
- Ya mejor bájate de esa nube y entremos ¿sí?
Entraron al lugar y al cabo de dos horas una Lena feliz y sonriente salía abrazada de su amiga. Esta la felicitó por la compra que había hecho pero le quito la sonrisa en el acto al recordarle que aún vivía con su madre y esta no sabía nada de lo que Lena acabada de hacer.
- Nay, yo sé cómo es mama y sé que tan sobreprotectora puede llegar a ser, en especial ahora. – Señalándose al recordar su condición.- Yo no he dicho que me vaya a mudar hoy.
- ¿Entonces? – Pregunta Naya confundida.
- Esto es… - Agitando las llaves en sus manos. – Para cuando mamá esté preparada para dejarme ir y obviamente para cuando yo este 100% preparada para hacerlo, claro.
- Eso quiere decir…
- Eso quiere decir. – Continua. – Que me iré cuando pueda valerme completamente por mí misma, cuando quiera estar sola y disfrutar mi libertad.
- Vaya que esa doctora hace milagros. – Dice sonriente. – Me encanta comenzar a escucharte como la antigua tú. La valiente y capaz Lena de siempre. Te quiero amiga y no olvides que cuentas conmigo para lo que sea, cuando sea, siempre estaré contigo como tú lo has estado conmigo. – Abrazándola. - ¿Cómplices de vida? – Alza las manos de Lena y las entrelaza con las suyas, haciendo su señal de complicidad.
- Cómplices de vida. – corresponde con una sonrisa.
FIN DE FLASHBACK
- ¿De qué hablas Lena? – Pregunta Jenny sin entender del todo. - ¿Cómo que comenzaras tu independencia lejos de tu madre?
- Que me canse Jen. – Responde. – Es hora de irme a mi apartamento y vivir sola como debí hacer hace años.
- ¿Tu qué? – Lena suspira. – ¿Qué apartamento Lena, tienes un apartamento del que no sabemos nada? ¡Pero qué demonios! – Se levanta molesta.
- Calma Jen. – Pide la pelirroja.
- Inessa tenía razón, de verdad le dijiste que te irías y ya tienes a donde incluso. – La castaña estaba molesta. – Naya ¿tú no piensas decir nada?
- Yo… Yo, ya ¿sabia? – Susurra dudosa al final.
- ¿Qué tú qué? – Grita molesta. – ¡Pues claro que sabias! Eres la única inconsciente que sabría algo como eso y no diría nada al respecto ¿Cómo pudiste Rivera?
- Ella sabía y si no dijo nada fue porque yo se lo pedí Jenny. – Interviene Lena en su defensa.
- Pero, pero… - Guarda silencio por un momento. Piensa antes y continúa. - ¿Por qué. A qué se debe o debió todo esto? Sabías que tarde o temprano Inessa colmaría tu paciencia o hay algo más que deba saber? – Cruzándose de brazos.
Los segundos se hicieron eternos y nadie decía nada. Jenny comenzaba a exasperarse hasta que Naya intervino.
- Creo que es más que evidente ¿no? Hemos esperado tantos años a que la verdadera Lena saliera a flote y así fue… Sea por quien fuera. – Adivinando exactamente lo que su amiga pensaba. – Lena volvió por completo, esta frente a nosotras y volverá a ser la Lena liberal y divertida que era. Bueno, tal vez no del todo, porque creo que se embarcará en una relación. – En ese momento Lena dejaba de llorar y su rostro se volvía más rojo incluso que su propio cabello.
- Así que es por la bogada después de todo. – Habla Jenny más tranquila.
- Ella es simplemente el empujoncito que Len necesitaba porque esto es algo que tiene ya un par de años.
- ¿Años? – Repite Jenny a gritos.
- Ya Hartman, deja de hacerte cabeza con el asunto. La cosa es que ya Lena se siente preparada y debe contar con nuestro apoyo.
- Es cierto, y lo tienes Len. – Prestándole atención a su amiga pero sin dejar de sonar dolida por no saber algo tan importante.
- Gracias Nay, Jenny, discúlpame por haber mantenido el secreto tanto tiempo, pero por tu reacción creo que entenderás porque lo hice ¿no?
- Lo se Len – Con lágrimas en sus ojos. – Entonces… ¿Te iras?
- Me iré. – Contesta segura.
- ¿Y porque llorabas de esa manera cuando llegamos? – Cuestiona Naya. – Estas muy segura de hacer esto pero tus lagrimas decían otra cosa.
- Porque así no era como quería decírselo a mamá. Estaba molesta con ella y no pensé lo que decía, me dolió mucho y ahora no sé cómo enfrentarla.
- Eso déjanoslo a nos… - Cuando Jenny iba a ofrecerse hablar con Inessa, la puerta se abre por completo y ahí estaba la misma. Había escuchado todo, estaba temblando y tenía lágrimas en sus ojos.
- Lo harás como debe ser entonces hija.
Jenny y Naya decidieron salir y dejarlas hablar a solas. Lena en ese momento se sintió nerviosa pero tomo aire y comenzó a decir todo lo que debía, incluyendo hacía cuanto tiempo había decidido irse. Inessa no paró de llorar pero supo comprender a su hija y estuvo de acuerdo por primera vez en mucho tiempo en dejarla ser libre. Algo que, no esperaba la pelirroja se diera tan fácil. Sin embargo agradeció al cielo por eso.
El timbre sonó unas tres veces antes de que una voz entre risas se escuchara al otro lado.
- Parece que llegue a buena hora entonces.- Dice la morena al momento que la puerta fue abierta.- Hola Emma.
- Hola Jul. – La rubia corresponde al saludo. – Pues sí que llegaste a buena hora, estamos riendo por la película que veíamos. Es tu comedia favorita. Pero pasa adelante. – Invita y se aparta.
- Debiste llamarme antes para saber y llegar con algo de comer.
- Tu siempre comiendo Julia. Y nada que engordas. – Suena ofendida, provocando la risa en la morena. – Y mi pequeña Rossie ¿Dónde la abandonaste?
- No la abandone en ningún lado mujer. – La mira de reojo. – Simplemente quiso quedarse con Andrew porque estaba cansada. Hola Ally. – Saluda al llegar a la sala.
- Hola Julia querida. – Le da un beso en la mejilla. – Yo que pensé que vería a la pequeña antes de partir.
- Y quise traerla pero de verdad estaba agotada, anoche se durmió muy tarde y cuando su padre fue por ella insistió que se quedaran en casa a dormir mientras yo hacía mis mandados porque no podía con su cuerpo. – Dijo logrando sacar unas carcajadas de parte de las mujeres a su lado.
- Mi ahijada y sus ocurrencias. – Dice Emma entre risas. – Pero lo bueno es que solo será un mes, ya la veras amor cuando vengas por toda una semana antes de volver a separarnos tres meses. – se acerca a su esposa y la abraza.
- Ah no. – Habla la morena.- si van a comenzar con su melaza y cariñitos no aptos para este público. – señalándose. – mejor me dicen y me voy. – Con tono de indignación.
- No seas idiota Volkova, mira que bastante lo hacías tú, además, si no me equivoco hay cierto personaje en la ciudad que al parecer te hará volver llamativa para las abejas de tanta miel.
- No sé de qué hablas Em.- Dice indiferente. – Entonces Ally ¿todo listo? ¿Necesitas ayuda con algo, ya almorzaron?
- Como siempre patética intentando cambiar de tema. – Dice Emma rodando los ojos. – Te vas a interesar cuando sepas que algo malo le paso a tu pelirroja anoche. – Soltó sin pensar en lo que decía.
- ¿Le paso algo a Lena? – Pregunta la morena preocupada.
- ¿Tu como sabes eso? – Pregunta esta vez su esposa, mirándola extrañada.
Emma se quedó callada por un momento sin saber que decir. Julia estaba evidentemente preocupada y su esposa un tanto molesta. Ambas esperaban su respuesta y ella no sabía que decir, especialmente porque si decía palabra alguna tenía que dar explicaciones de cómo, cuándo y en especial donde se enteró de que había sucedido algo con Lena.
- ¿Qué hago? ¿Qué debo hacer? – Anjali daba vueltas por su consultorio pensando.
- Señorita Anjali. – Sus pensamientos fueron interrumpidos por su secretaria.
- Dime Masha. – Contesta a su llamado.
- Su próximo paciente llamó para informar que llegaría un poco tarde y ya esta sería la última cita por hoy.
- Ok, gracias Masha, esperaremos entonces. – Dice sin prestarle del todo atención. – ¿Será que lo hago? – Se preguntó al tiempo que veía el teléfono.
Un par de minutos de lucha interna tuvo hasta que finalmente se decidió, Anjali tomo el teléfono y marco el número.
Horas más tarde, en el aeropuerto se encontraban Emma y Allyson, faltaba poco más de media hora para comenzar a abordar el avión.
- Cariño ¿lo tienes todo? ¿Quieres que te compre algo para el camino? – Pregunta Emma con un bolso en la mano.
- No amor, gracias. En la cartera ya tengo unas gomitas y galletas por si tengo ansiedad de comer algo. – Le da un beso en los labios.
- Voy a extrañar mucho eso. – Dice la rubia con un suspiro.
- Yo igual. – Responde Allyson con una sonrisa. Su teléfono sueno llamando su atención. Es un mensaje. Emma nota algo extraño en su actitud, se tensó al ver el teléfono y finge una sonrisa al ver que ella lo noto.
- ¿Quién es? – Pregunta curiosa.
- Nadie importante. – Responde bloqueando y guardando el celular.
- Pareció serlo. Por la forma en que te pusiste y que…
- Emma. – Interrumpe. – No lo es. ¿No confías en mí?- Pregunta para desviar su atención.
- ¿Tengo motivos para desconfiar? – Suelta la rubia.
- No los tuve yo cuando me confesaste haber estado en un bar todo el día cuando debiste estar conmigo.
Emma le dijo a su esposa y a Julia que había estado todo el día en un bar y que por la noche se había encontrado con las amigas de Lena, y había sido allí que escuchó a una de ellas hablar con su mamá y esta le decía que algo había pasado con la pelirroja. Si, le había mentido a su amiga, y peor aún a su esposa. Pero no quiso causar molestias ni entrar en discusión con Allyson cuando están a punto de separarse por un mes. O al menos eso se dijo para excusar el que le haya mentido a su esposa y no entrar en detalles de lo que en realidad había ocurrido.
- ¡Vamos pecas, cuenta! – Insiste Naya casi a gritos.
- Rivera compórtate. – Le dice Jenny con un pellizco al notar que había llamado la atención de las personas a su alrededor.
- Por Dios Jenny deja de ser tan bien portada, no conocemos a estas personas ni ellos a nosotras. – restándole importancia al espectáculo que comenzaba a dar por los gritos que pegaba.
- Ya muchachas no peleen. – intervino Lena riendo pero sin dejar de sentir vergüenza.
- De esta no te salvas Lena Katina. – Insiste Naya. – Quiero detalles, y los sucios también. – Un leve color rojo se pronunciaba en las mejillas de la pelirroja y Jenny quiso saber también.
Las amigas se encontraban en un café hablando, como de costumbre. Cuando Lena repentinamente les cuenta de un nuevo sueño que tuvo. A pesar de la noche dura que había pasado, cuando logro quedarse dormida soñó y no solo eso, había tenido un sueño húmedo. Hacía muchísimos años que la pelirroja no soñaba este tipo de cosas, especialmente hacía mucho tiempo que no hablaba con sus amigas de eso y sintió un poco de vergüenza al hacerlo, pero las únicas personas con las que compartiría este tipo de ‘información’ eran ellas, sus amigas de siempre.
- ¿Que más debo insistir Lena? cuenta ya. Y dame detalles. – Repite la morena.
- Ya Naya, yo no quiero tantos detalles, nada más quiero saber de qué trataba el sueño. – Dice Jenny riendo emocionada.
- Casi nada ¿no? – Suelta sarcástica Lena. Bueno ya lo dije, no me queda más que contar todo, sino no me dejaran tranquila ¿cierto?
- Nooo. – Responde la morena.
- Bueno… - Suspira antes de continuar. – Estaba en el parque cuando llegó… - Se quedó callada y cuando Jenny iba a decir algo volvió a hablar. – Llegó ya saben quién. – Sabiendo que sus amigas asumirían. - y hablamos por un rato hasta que de un momento a otro se dio.
- ¿Cómo que se dio? ¿Qué se dio? – Pregunta Jenny.
- Mírala pues, y ella no quería saber detalles.
- Shhh, calla Rivera. – Haciendo un gesto con las manos. – Continua Len.
- Pues, ella me beso y yo no hice más que corresponderle, una cosa llevo a la otra y como el beso se intensifico en un instante; en el otro estábamos entrando a un apartamento con las manos sobre todo el cuerpo de la otra. Cuando comenzó a bajar sus manos hasta mi cintura y más abajo... – La pelirroja fue interrumpida por el mesero que venía a recoger las tazas y preguntar si deseaban algo más.
- Le informaremos cuando así sea, gracias. – Contestó Naya tajante para que el chico se fuera. El mismo se alejó desconcertado.
- No debiste ser tan grosera Nay.
- Interrumpió en la mejor parte Jen. – Se excusó.
- Tienes razón.- Desviando la atención en su amiga pelirroja. – Continúa amiga. Para este momento Lena sentía un poco menos de vergüenza y más calor al recordar esa parte del sueño.
- ¿Dónde me quede? – Recordando. – Ah sí, cuando sentía sus manos bajar por mi cintura me estremecí, y créanme cuando les digo que lo hice porque se sintió muy real ese sueño. Sus manos bajaron hasta posicionarse justo al final de mi vestido y comenzó a subirlo rápidamente, yo intente ayudarla pero me lo impidió, quería hacerlo sola, incluso dijo que deseaba sentir y ver cada reacción mía al tacto de sus manos.
- ¡Oh my God! – soltó Naya comenzando a darse aire con la mano. – ¡Amiga! – Grito y volvió a bajar la voz al notar la mirada de reproche de Jenny. – Pero que sueño más bueno. –Riendo.
- Ya deja que termine de contar mujer. – dice Jenny. – Mira que me dio hasta escalofríos. ¿y qué pasó después?
- ¿Qué va a pasar? Temblé al escucharla y se me erizo la piel entera, termine por ceder completa, me entregue a todo lo que venía totalmente dichosa. Ella me quito el vestido y me acarició suavemente haciéndome estremecer. Cuando sus manos bajaban por mis pechos se acercó y beso mi cuello, solté un gemido entonces… me desperté.
Las chicas estaban impresionadas con el sueño de su amiga, y felices de poder hablar como antes, muy contentas por la sonrisa de Lena y esa forma de hablar, les hizo recordar cuando solían salir de fiestas y conquistas en grupo para luego contarse todo.
- Buenas… - Se escucha la voz que interrumpe las risas que tenían las chicas en su mesa.
- Julia... – Dice Lena nerviosa y roja al reconocerla. Como si esta supiera de lo que hablaban o incluso les haya escuchado.
Inessa abría la puerta de su casa y sonríe al ver a la doctora Anjali allí.
- Hola Inessa. – Saluda esta.
- Hola doctora Anjali. – Corresponde el saludo y le invita a entrar.
- Y bien. – Una vez en la sala. - ¿De qué quería hablar? Imagino que es sobre Lena, pero ¿Qué?
- Así es doctora.
- Inessa, por Dios, llámame Anjali.
- Esta bien Anjali. – Invita a sentarse y lo hacen. – Como ya le comenté al teléfono mi hija ha cambiado mucho en los últimos tiempos y yo… - Se queda callada y Anjali interrumpe.
- Este es el cambio que hemos esperado por años, usted lo sabe, ella hora es más abierta, centrada, tranquila.
- Pero hay algo que me preocupa Anjali. Más bien alguien.
- Entiendo. – Asintiendo. – ¿Es consciente de que Lena es mi paciente, una paciente adulta que va a consulta por decisión propia, que no debo, ni puedo darle información confidencial?
- Lo sé, lo sé, por Dios. – Suena ofendida. – Solo quiero, quiero que tú como su doctora me des un consejo.
- ¿Un consejo?- Pregunta extrañada.
- Sí. Mi hija ha decidido irse de la casa.
- Ah ¿sí?
- Si, y pues… Yo le prometí darle mi apoyo pero eso no quita el hecho de que sigo preocupándome, más ahora que ha conocido a alguien.
- Lena es adulta, ella ha tenido relaciones antes. Tengo entendido que muchas en sus inicios de carrera universitaria. No entiendo su preocupación Inessa.
- Que desde su último romance mi Lenita se volvió muy vulnerable, no sabe la cantidad de noches que la escuche llorando, quejándose de ser quien es y cómo está ahora, de que por eso jugaron con sus sentimientos. Yo no quiero volver a ver a mi hija sufrir de esa manera. – Con lágrimas en los ojos.
- Entiendo su temor Inessa. – Levantándose y sentándose a su lado para mostrarle su apoyo. – Créame que yo me siento igual Lena es una chica muy buena, que no merece sufrir más de lo que ya ha sufrido, pero ella debe salir y experimentar, es el curso natural de la vida.
- Pero, pero ella. – Entre lágrimas.
- Por muy difícil que te sea, debes saber que ella así como ha cambiado, se ha vuelto más fuerte, racional y segura de sí misma. Ten un poco más de fe y confianza Inessa, además. Lena no está sola. – Dijo, pensando que es un consejo que debe tomar ella también para el caso. Además que no tenía motivos para desconfiar de Julia.
Hablaron un rato más hasta que Inessa quedó tranquila y Anjali se retiró sintiéndose más segura de confiar en Lena y en su amiga Julia.
- De haber sabido que te encontraría aquí, me vengo más temprano Lena. – Dice Julia con una sonrisa, olvidándose por completo que la pelirroja no estaba sola. Escucho un carraspeo y sintió vergüenza. – Disculpen, hola chicas. – Recordó sus modales y saluda.
- Hola Julia. – Dicen al unísono Jenny y Naya. Lena estaba estática y nerviosa, no decía nada. Solo de pensar que por poco Julia le escuchar hablar del sueño húmedo que había tenido y CON ELLA. Se estremeció de pena y a la vez calor por el recuerdo de su voz y el tenerla allí tan cerca.
- ¿Por qué no te sientas con nosotras Julia? – Invita Naya y Lena quiere que se la trague la tierra en este momento.
- Si Julia. –Le secunda Jenny. - Nay y yo vamos a comprar unas cosas en la tienda de enfrente, quédate y hazle compañía a Lena.
- Pues es todo un placer. – Responde esta.
Las chicas se levantan cuando Naya siente que Lena la hala del brazo. Para susurrarle algo al oído.
- Se lo que haces Nay, me las vas a pagar. – Tratando de sonar molesta.
- No estés nerviosa amiga, no creo que te haga suya en un lugar público. – Susurra y le da un beso en la mejilla antes de irse.
- Trágame tierra, trágame tierra. – Es lo que se repite mentalmente la pelirroja.
Continuará
Rosy: Que placer y alegría me da que hayas leído y comentado. Tuve fallas técnicas al escribir el capítulo y por eso no lo había posteado, pero ya esta listo. Espero que te guste saludos!
Capítulo VIII
‘Todo por un beso’
- An… – Rahul llama a su esposa. – ¡Anjali! – Grita su nombre una vez más. - ¿Dónde se habrá metido? – Susurra y sale de su cuarto en su búsqueda. En el camino va arreglando su camisa, al llegar a la cocina la ve. – Aquí estas. – Dice sacándola de sus pensamientos.
- ¡Cariño! – Dice la mujer al ver a su esposo llegar.
- Te estuve llamando. – La mira extrañado sabe que algo tiene. – ¿No escuchaste?
- ¿Cómo? – Anjali no había escuchado nada. – Si, disculpa cariño, estaba pensando y no te escuche. El desayuno está listo. – Dio vuelta al mesón para servir la comida. Rahul la veía.
- Anjie ¿Estas bien?
- Sí, claro amor.
- No parece ¿sigues pensando lo de Julia y Lena?
- ¿Qué? No, no… Bueno, no precisamente. – Rahul suspiró.
- Entonces, mientras comemos me puedes poner al día y decirme si no es ‘precisamente’ eso ¿En qué piensas?
- Bien, tú ganas. Si es eso. – Cuando su esposo iba a intervenir se adelantó. – Anoche hable con Julia… Esta molesta conmigo, por… ¿entrometida? – Dijo lo último con duda.
- Y le doy la razón de seguro. Aunque tú no eres así, sus razones tendrá para decirlo, al conozco.
- Es que tú no entiendes amor, Lena… - Su esposo la interrumpe.
- Lena sabrá que hacer al igual que Julia. Una es tu paciente y otra tu amiga, deberías apoyar lo que sea que pase, no vivir atemorizada por eso.
Después de un rato de discusión Anjali se tranquilizó y le contó a Rahul lo que había conversado con Julia, quedo en llamarla para disculparse por querer entrometerse en su vida. Conocía a Julia y sabia cuanto odiaba eso, y ahora ella lo estaba haciendo. Ya sea por Lena o el motivo que fuera, estaba siendo más una entrometida que una amiga preocupada. El resto del desayuno paso normal y cada uno se fue a trabajar.
En otro lado de la ciudad el desayuno no era precisamente el que se tenía pensado para este fin de semana.
- ¿Tan tarde llegaste que no quisiste dormir conmigo? – Allyson levanta una ceja al ver a Emma llegar al comedor con ella.
- Buen día. – dice seca. – No tenía ánimos de pelear. – Se explica.
- No te preocupes por eso, que no pienso hacerlo.
- Bien. – Fue lo único que dijo Emma antes de seguir caminando hasta la cocina. Se sirvió un vaso de agua, para tomar una aspirina.
- No quise despertarte, pero estaba esperando por ti para desayunar. – Grito Allyson desde el comedor. – ¿Emma? – La llama al no escuchar respuesta de su esposa. La rubia se encontraba extrañada en la cocina, la pelea del día anterior y esa nueva actitud de Allyson ahora. No dijo nada, pero al escuchar que la llamaba por segunda vez se acercó al comedor.
- Gracias por esperarme. – Dijo sentándose frente a su esposa. Y ambas comenzaron a desayunar en completo silencio.
- Y… ¿Qué tal está Julia, cómo se prepara para trabajar en Londres? – Pregunta Allyson rompiendo el silencio después de unos minutos.
- Supongo que bien, aunque tengo un asunto pendiente con ella. – Guardo silencio al recordar que debía hablar con su amiga. - El vuelo sale a las 3:00 ¿cierto? - Mirando su reloj. En ese momento Allyson bebía un poco de jugo y baja el vaso con el rostro evidentemente tenso.
- Sí. – Dice simplemente. – Ya mi maleta esta lista.
- Ok. – Emma se sintió mal al notar como pudo sentirse su esposa por preguntarle eso. El solo pensar que estarían tanto tiempo separadas y sin arreglar sus asuntos. Porque sabía perfectamente bien que debían aclarar las cosas antes de separarse. – Ally…
- Dime. – Prestándole total atención.
- ¿Qué pasa contigo? Ya sabes… Tu humor tan cambiante, la forma en que has actuado últimamente. – Allyson iba a interrumpir pero Emma no la dejo. – Sin ánimos de peleas, pero debemos aclarar las cosas y sabes que es así Ally. Todo eso se debe al tiempo que viviremos en países separados ¿o es algo más? – Allyson suspiro.
- Bien… Pues, no lo sé Em. Supongo que debe ser eso, también el estrés de mi trabajo. Además no hemos estado tanto tiempo separadas.
- Eso fue algo que discutimos y acordamos hace mucho tiempo Ally. – Dijo interrumpiendo a su esposa. Había algo en su mirada que le decía que esa no era toda la verdad. - ¿Segura de que no hay nada más?
- ¿Qué insinúas? – Con tono molesto.
- Nada. Solo quiero que no acabemos peleadas antes de tu partida. Es todo un mes Allyson, sabes lo que pasa con una pareja cuando existen tantos problemas sin solución.
- ¿Ahora no quiero solucionar esto? – Comenzaba a enojarse.
- No dije eso cariño. – suspirando. – Quiero que estemos bien antes de despedirnos, nada más. – Intentando sonreír.
- Esta bien. – bajando un poco la guardia. – Creo que la separación, a pesar de saber lo que hacíamos, me tomo de sorpresa. No estamos acostumbradas. Estas primeras semanas han sido fuertes y ahora la realidad de que pasará por todo un mes y luego tres meses más… - Guardo silencio y bajo la mirada triste. Emma se levanta y la abraza.
- Cariño. – toma su mejilla y hace que la mire. – Todo va a estar bien, vamos a estar bien. – Remarcando lo último. – Ven, pasemos el resto de la mañana juntas como debió ser en un principio. – Dándole un beso en los labios antes de dirigirla al cuarto.
Emma estaba decidida a dejar de pensar en los últimos acontecimientos en sus vidas. El repentino cambio de Allyson los últimos días y las cosas que pasaban con ella. Lo único que haría sería consentir a su esposa y su relación. Todo lo demás que había pensado, fue por el estrés de la separación. – Y la bebida.- se dijo, al recordar lo que estuvo a punto de hacer la noche anterior, con una mujer que apenas conocía.
- Lena, cariño… Abre por favor. – Inessa llevaba cinco minutos tocando la puerta. Era ya la tercera vez. Había pasado más de la hora en la que Lena siempre se levantaba, y ella aun no salía. Sabía que estaba despierta pero no salía de su cuarto. – Hija por favor, hablemos. – Nada que respondía. Inessa comenzaba a preocuparse. Dejo de tocar cuando escucho el timbre y bajo a abrir la puerta.
- Hola Inessa. – Saludan al mismo tiempo Jenny y Naya. – ¿Cómo esta Lena? – Pregunta la morena que llevaba lentes oscuros.
- Hola chicas – Saluda. – No ha querido salir de su cuarto. – Da paso a las chicas y estas entran.
- ¿Le parece si subimos y hablamos con ella? – Dice Jenny e Inessa asiente.
- ¿Que habrá pasado Jenny, por qué crees que Lena quiera irse de la noche a la mañana?
- No lo sé Nay – responde preocupada. – Pero lo vamos a averiguar. Solo espero que no sea lo que estoy pensando. – Susurrando lo último.
Una vez que llegaron al cuarto de Lena y esta al escucharlas sin dudarlo abrió su puerta arrojándose a los brazos de sus amigas bañada en lágrimas.
- ¡Hey, hey! Pelirroja ¿Qué pasa. Por qué estas así? – Pregunta Naya abrazándola.
- Si Len ¿Qué tienes? – La secunda Jenny.
Lena no pierde tiempo y entre lágrimas de frustración le cuenta a sus amigas como su madre la llevo al límite del cansancio, provocando que quiera irse de su casa. Comenzar la independencia que hacía unos años se propuso a si misma tener.
FLASHBACK…
- A ver pecas ¿Qué tramas? – Viendo el edificio. - ¿Por qué me pediste que te trajera a este lugar?
- Porque conozco bien a Jenny y sé que a veces se pone muy a favor de mi madre. – Naya seguía sin entender. – Pues que quiero independizarme, vivir sola, y ya esto lo había investigado mucho antes de mi accidente. Este es el mejor sitio según la agencia de bienes raíces que existe en el país, estoy segura de que encontrare mi lugar perfecto.
- ¿Hablas en serio Len? – La morena estaba impresionada y emocionada a la vez.
- Además no quería venir sola, también sé que no hay nadie mejor negociando y escogiendo los mejores lugares de la ciudad que tú. Eso lo sé perfectamente. – Sacando una sonrisa ególatra en su amiga.
- Gracias, gracias. – Con un ademan de superioridad.
- Ya mejor bájate de esa nube y entremos ¿sí?
Entraron al lugar y al cabo de dos horas una Lena feliz y sonriente salía abrazada de su amiga. Esta la felicitó por la compra que había hecho pero le quito la sonrisa en el acto al recordarle que aún vivía con su madre y esta no sabía nada de lo que Lena acabada de hacer.
- Nay, yo sé cómo es mama y sé que tan sobreprotectora puede llegar a ser, en especial ahora. – Señalándose al recordar su condición.- Yo no he dicho que me vaya a mudar hoy.
- ¿Entonces? – Pregunta Naya confundida.
- Esto es… - Agitando las llaves en sus manos. – Para cuando mamá esté preparada para dejarme ir y obviamente para cuando yo este 100% preparada para hacerlo, claro.
- Eso quiere decir…
- Eso quiere decir. – Continua. – Que me iré cuando pueda valerme completamente por mí misma, cuando quiera estar sola y disfrutar mi libertad.
- Vaya que esa doctora hace milagros. – Dice sonriente. – Me encanta comenzar a escucharte como la antigua tú. La valiente y capaz Lena de siempre. Te quiero amiga y no olvides que cuentas conmigo para lo que sea, cuando sea, siempre estaré contigo como tú lo has estado conmigo. – Abrazándola. - ¿Cómplices de vida? – Alza las manos de Lena y las entrelaza con las suyas, haciendo su señal de complicidad.
- Cómplices de vida. – corresponde con una sonrisa.
FIN DE FLASHBACK
- ¿De qué hablas Lena? – Pregunta Jenny sin entender del todo. - ¿Cómo que comenzaras tu independencia lejos de tu madre?
- Que me canse Jen. – Responde. – Es hora de irme a mi apartamento y vivir sola como debí hacer hace años.
- ¿Tu qué? – Lena suspira. – ¿Qué apartamento Lena, tienes un apartamento del que no sabemos nada? ¡Pero qué demonios! – Se levanta molesta.
- Calma Jen. – Pide la pelirroja.
- Inessa tenía razón, de verdad le dijiste que te irías y ya tienes a donde incluso. – La castaña estaba molesta. – Naya ¿tú no piensas decir nada?
- Yo… Yo, ya ¿sabia? – Susurra dudosa al final.
- ¿Qué tú qué? – Grita molesta. – ¡Pues claro que sabias! Eres la única inconsciente que sabría algo como eso y no diría nada al respecto ¿Cómo pudiste Rivera?
- Ella sabía y si no dijo nada fue porque yo se lo pedí Jenny. – Interviene Lena en su defensa.
- Pero, pero… - Guarda silencio por un momento. Piensa antes y continúa. - ¿Por qué. A qué se debe o debió todo esto? Sabías que tarde o temprano Inessa colmaría tu paciencia o hay algo más que deba saber? – Cruzándose de brazos.
Los segundos se hicieron eternos y nadie decía nada. Jenny comenzaba a exasperarse hasta que Naya intervino.
- Creo que es más que evidente ¿no? Hemos esperado tantos años a que la verdadera Lena saliera a flote y así fue… Sea por quien fuera. – Adivinando exactamente lo que su amiga pensaba. – Lena volvió por completo, esta frente a nosotras y volverá a ser la Lena liberal y divertida que era. Bueno, tal vez no del todo, porque creo que se embarcará en una relación. – En ese momento Lena dejaba de llorar y su rostro se volvía más rojo incluso que su propio cabello.
- Así que es por la bogada después de todo. – Habla Jenny más tranquila.
- Ella es simplemente el empujoncito que Len necesitaba porque esto es algo que tiene ya un par de años.
- ¿Años? – Repite Jenny a gritos.
- Ya Hartman, deja de hacerte cabeza con el asunto. La cosa es que ya Lena se siente preparada y debe contar con nuestro apoyo.
- Es cierto, y lo tienes Len. – Prestándole atención a su amiga pero sin dejar de sonar dolida por no saber algo tan importante.
- Gracias Nay, Jenny, discúlpame por haber mantenido el secreto tanto tiempo, pero por tu reacción creo que entenderás porque lo hice ¿no?
- Lo se Len – Con lágrimas en sus ojos. – Entonces… ¿Te iras?
- Me iré. – Contesta segura.
- ¿Y porque llorabas de esa manera cuando llegamos? – Cuestiona Naya. – Estas muy segura de hacer esto pero tus lagrimas decían otra cosa.
- Porque así no era como quería decírselo a mamá. Estaba molesta con ella y no pensé lo que decía, me dolió mucho y ahora no sé cómo enfrentarla.
- Eso déjanoslo a nos… - Cuando Jenny iba a ofrecerse hablar con Inessa, la puerta se abre por completo y ahí estaba la misma. Había escuchado todo, estaba temblando y tenía lágrimas en sus ojos.
- Lo harás como debe ser entonces hija.
Jenny y Naya decidieron salir y dejarlas hablar a solas. Lena en ese momento se sintió nerviosa pero tomo aire y comenzó a decir todo lo que debía, incluyendo hacía cuanto tiempo había decidido irse. Inessa no paró de llorar pero supo comprender a su hija y estuvo de acuerdo por primera vez en mucho tiempo en dejarla ser libre. Algo que, no esperaba la pelirroja se diera tan fácil. Sin embargo agradeció al cielo por eso.
El timbre sonó unas tres veces antes de que una voz entre risas se escuchara al otro lado.
- Parece que llegue a buena hora entonces.- Dice la morena al momento que la puerta fue abierta.- Hola Emma.
- Hola Jul. – La rubia corresponde al saludo. – Pues sí que llegaste a buena hora, estamos riendo por la película que veíamos. Es tu comedia favorita. Pero pasa adelante. – Invita y se aparta.
- Debiste llamarme antes para saber y llegar con algo de comer.
- Tu siempre comiendo Julia. Y nada que engordas. – Suena ofendida, provocando la risa en la morena. – Y mi pequeña Rossie ¿Dónde la abandonaste?
- No la abandone en ningún lado mujer. – La mira de reojo. – Simplemente quiso quedarse con Andrew porque estaba cansada. Hola Ally. – Saluda al llegar a la sala.
- Hola Julia querida. – Le da un beso en la mejilla. – Yo que pensé que vería a la pequeña antes de partir.
- Y quise traerla pero de verdad estaba agotada, anoche se durmió muy tarde y cuando su padre fue por ella insistió que se quedaran en casa a dormir mientras yo hacía mis mandados porque no podía con su cuerpo. – Dijo logrando sacar unas carcajadas de parte de las mujeres a su lado.
- Mi ahijada y sus ocurrencias. – Dice Emma entre risas. – Pero lo bueno es que solo será un mes, ya la veras amor cuando vengas por toda una semana antes de volver a separarnos tres meses. – se acerca a su esposa y la abraza.
- Ah no. – Habla la morena.- si van a comenzar con su melaza y cariñitos no aptos para este público. – señalándose. – mejor me dicen y me voy. – Con tono de indignación.
- No seas idiota Volkova, mira que bastante lo hacías tú, además, si no me equivoco hay cierto personaje en la ciudad que al parecer te hará volver llamativa para las abejas de tanta miel.
- No sé de qué hablas Em.- Dice indiferente. – Entonces Ally ¿todo listo? ¿Necesitas ayuda con algo, ya almorzaron?
- Como siempre patética intentando cambiar de tema. – Dice Emma rodando los ojos. – Te vas a interesar cuando sepas que algo malo le paso a tu pelirroja anoche. – Soltó sin pensar en lo que decía.
- ¿Le paso algo a Lena? – Pregunta la morena preocupada.
- ¿Tu como sabes eso? – Pregunta esta vez su esposa, mirándola extrañada.
Emma se quedó callada por un momento sin saber que decir. Julia estaba evidentemente preocupada y su esposa un tanto molesta. Ambas esperaban su respuesta y ella no sabía que decir, especialmente porque si decía palabra alguna tenía que dar explicaciones de cómo, cuándo y en especial donde se enteró de que había sucedido algo con Lena.
- ¿Qué hago? ¿Qué debo hacer? – Anjali daba vueltas por su consultorio pensando.
- Señorita Anjali. – Sus pensamientos fueron interrumpidos por su secretaria.
- Dime Masha. – Contesta a su llamado.
- Su próximo paciente llamó para informar que llegaría un poco tarde y ya esta sería la última cita por hoy.
- Ok, gracias Masha, esperaremos entonces. – Dice sin prestarle del todo atención. – ¿Será que lo hago? – Se preguntó al tiempo que veía el teléfono.
Un par de minutos de lucha interna tuvo hasta que finalmente se decidió, Anjali tomo el teléfono y marco el número.
Horas más tarde, en el aeropuerto se encontraban Emma y Allyson, faltaba poco más de media hora para comenzar a abordar el avión.
- Cariño ¿lo tienes todo? ¿Quieres que te compre algo para el camino? – Pregunta Emma con un bolso en la mano.
- No amor, gracias. En la cartera ya tengo unas gomitas y galletas por si tengo ansiedad de comer algo. – Le da un beso en los labios.
- Voy a extrañar mucho eso. – Dice la rubia con un suspiro.
- Yo igual. – Responde Allyson con una sonrisa. Su teléfono sueno llamando su atención. Es un mensaje. Emma nota algo extraño en su actitud, se tensó al ver el teléfono y finge una sonrisa al ver que ella lo noto.
- ¿Quién es? – Pregunta curiosa.
- Nadie importante. – Responde bloqueando y guardando el celular.
- Pareció serlo. Por la forma en que te pusiste y que…
- Emma. – Interrumpe. – No lo es. ¿No confías en mí?- Pregunta para desviar su atención.
- ¿Tengo motivos para desconfiar? – Suelta la rubia.
- No los tuve yo cuando me confesaste haber estado en un bar todo el día cuando debiste estar conmigo.
Emma le dijo a su esposa y a Julia que había estado todo el día en un bar y que por la noche se había encontrado con las amigas de Lena, y había sido allí que escuchó a una de ellas hablar con su mamá y esta le decía que algo había pasado con la pelirroja. Si, le había mentido a su amiga, y peor aún a su esposa. Pero no quiso causar molestias ni entrar en discusión con Allyson cuando están a punto de separarse por un mes. O al menos eso se dijo para excusar el que le haya mentido a su esposa y no entrar en detalles de lo que en realidad había ocurrido.
- ¡Vamos pecas, cuenta! – Insiste Naya casi a gritos.
- Rivera compórtate. – Le dice Jenny con un pellizco al notar que había llamado la atención de las personas a su alrededor.
- Por Dios Jenny deja de ser tan bien portada, no conocemos a estas personas ni ellos a nosotras. – restándole importancia al espectáculo que comenzaba a dar por los gritos que pegaba.
- Ya muchachas no peleen. – intervino Lena riendo pero sin dejar de sentir vergüenza.
- De esta no te salvas Lena Katina. – Insiste Naya. – Quiero detalles, y los sucios también. – Un leve color rojo se pronunciaba en las mejillas de la pelirroja y Jenny quiso saber también.
Las amigas se encontraban en un café hablando, como de costumbre. Cuando Lena repentinamente les cuenta de un nuevo sueño que tuvo. A pesar de la noche dura que había pasado, cuando logro quedarse dormida soñó y no solo eso, había tenido un sueño húmedo. Hacía muchísimos años que la pelirroja no soñaba este tipo de cosas, especialmente hacía mucho tiempo que no hablaba con sus amigas de eso y sintió un poco de vergüenza al hacerlo, pero las únicas personas con las que compartiría este tipo de ‘información’ eran ellas, sus amigas de siempre.
- ¿Que más debo insistir Lena? cuenta ya. Y dame detalles. – Repite la morena.
- Ya Naya, yo no quiero tantos detalles, nada más quiero saber de qué trataba el sueño. – Dice Jenny riendo emocionada.
- Casi nada ¿no? – Suelta sarcástica Lena. Bueno ya lo dije, no me queda más que contar todo, sino no me dejaran tranquila ¿cierto?
- Nooo. – Responde la morena.
- Bueno… - Suspira antes de continuar. – Estaba en el parque cuando llegó… - Se quedó callada y cuando Jenny iba a decir algo volvió a hablar. – Llegó ya saben quién. – Sabiendo que sus amigas asumirían. - y hablamos por un rato hasta que de un momento a otro se dio.
- ¿Cómo que se dio? ¿Qué se dio? – Pregunta Jenny.
- Mírala pues, y ella no quería saber detalles.
- Shhh, calla Rivera. – Haciendo un gesto con las manos. – Continua Len.
- Pues, ella me beso y yo no hice más que corresponderle, una cosa llevo a la otra y como el beso se intensifico en un instante; en el otro estábamos entrando a un apartamento con las manos sobre todo el cuerpo de la otra. Cuando comenzó a bajar sus manos hasta mi cintura y más abajo... – La pelirroja fue interrumpida por el mesero que venía a recoger las tazas y preguntar si deseaban algo más.
- Le informaremos cuando así sea, gracias. – Contestó Naya tajante para que el chico se fuera. El mismo se alejó desconcertado.
- No debiste ser tan grosera Nay.
- Interrumpió en la mejor parte Jen. – Se excusó.
- Tienes razón.- Desviando la atención en su amiga pelirroja. – Continúa amiga. Para este momento Lena sentía un poco menos de vergüenza y más calor al recordar esa parte del sueño.
- ¿Dónde me quede? – Recordando. – Ah sí, cuando sentía sus manos bajar por mi cintura me estremecí, y créanme cuando les digo que lo hice porque se sintió muy real ese sueño. Sus manos bajaron hasta posicionarse justo al final de mi vestido y comenzó a subirlo rápidamente, yo intente ayudarla pero me lo impidió, quería hacerlo sola, incluso dijo que deseaba sentir y ver cada reacción mía al tacto de sus manos.
- ¡Oh my God! – soltó Naya comenzando a darse aire con la mano. – ¡Amiga! – Grito y volvió a bajar la voz al notar la mirada de reproche de Jenny. – Pero que sueño más bueno. –Riendo.
- Ya deja que termine de contar mujer. – dice Jenny. – Mira que me dio hasta escalofríos. ¿y qué pasó después?
- ¿Qué va a pasar? Temblé al escucharla y se me erizo la piel entera, termine por ceder completa, me entregue a todo lo que venía totalmente dichosa. Ella me quito el vestido y me acarició suavemente haciéndome estremecer. Cuando sus manos bajaban por mis pechos se acercó y beso mi cuello, solté un gemido entonces… me desperté.
Las chicas estaban impresionadas con el sueño de su amiga, y felices de poder hablar como antes, muy contentas por la sonrisa de Lena y esa forma de hablar, les hizo recordar cuando solían salir de fiestas y conquistas en grupo para luego contarse todo.
- Buenas… - Se escucha la voz que interrumpe las risas que tenían las chicas en su mesa.
- Julia... – Dice Lena nerviosa y roja al reconocerla. Como si esta supiera de lo que hablaban o incluso les haya escuchado.
Inessa abría la puerta de su casa y sonríe al ver a la doctora Anjali allí.
- Hola Inessa. – Saluda esta.
- Hola doctora Anjali. – Corresponde el saludo y le invita a entrar.
- Y bien. – Una vez en la sala. - ¿De qué quería hablar? Imagino que es sobre Lena, pero ¿Qué?
- Así es doctora.
- Inessa, por Dios, llámame Anjali.
- Esta bien Anjali. – Invita a sentarse y lo hacen. – Como ya le comenté al teléfono mi hija ha cambiado mucho en los últimos tiempos y yo… - Se queda callada y Anjali interrumpe.
- Este es el cambio que hemos esperado por años, usted lo sabe, ella hora es más abierta, centrada, tranquila.
- Pero hay algo que me preocupa Anjali. Más bien alguien.
- Entiendo. – Asintiendo. – ¿Es consciente de que Lena es mi paciente, una paciente adulta que va a consulta por decisión propia, que no debo, ni puedo darle información confidencial?
- Lo sé, lo sé, por Dios. – Suena ofendida. – Solo quiero, quiero que tú como su doctora me des un consejo.
- ¿Un consejo?- Pregunta extrañada.
- Sí. Mi hija ha decidido irse de la casa.
- Ah ¿sí?
- Si, y pues… Yo le prometí darle mi apoyo pero eso no quita el hecho de que sigo preocupándome, más ahora que ha conocido a alguien.
- Lena es adulta, ella ha tenido relaciones antes. Tengo entendido que muchas en sus inicios de carrera universitaria. No entiendo su preocupación Inessa.
- Que desde su último romance mi Lenita se volvió muy vulnerable, no sabe la cantidad de noches que la escuche llorando, quejándose de ser quien es y cómo está ahora, de que por eso jugaron con sus sentimientos. Yo no quiero volver a ver a mi hija sufrir de esa manera. – Con lágrimas en los ojos.
- Entiendo su temor Inessa. – Levantándose y sentándose a su lado para mostrarle su apoyo. – Créame que yo me siento igual Lena es una chica muy buena, que no merece sufrir más de lo que ya ha sufrido, pero ella debe salir y experimentar, es el curso natural de la vida.
- Pero, pero ella. – Entre lágrimas.
- Por muy difícil que te sea, debes saber que ella así como ha cambiado, se ha vuelto más fuerte, racional y segura de sí misma. Ten un poco más de fe y confianza Inessa, además. Lena no está sola. – Dijo, pensando que es un consejo que debe tomar ella también para el caso. Además que no tenía motivos para desconfiar de Julia.
Hablaron un rato más hasta que Inessa quedó tranquila y Anjali se retiró sintiéndose más segura de confiar en Lena y en su amiga Julia.
- De haber sabido que te encontraría aquí, me vengo más temprano Lena. – Dice Julia con una sonrisa, olvidándose por completo que la pelirroja no estaba sola. Escucho un carraspeo y sintió vergüenza. – Disculpen, hola chicas. – Recordó sus modales y saluda.
- Hola Julia. – Dicen al unísono Jenny y Naya. Lena estaba estática y nerviosa, no decía nada. Solo de pensar que por poco Julia le escuchar hablar del sueño húmedo que había tenido y CON ELLA. Se estremeció de pena y a la vez calor por el recuerdo de su voz y el tenerla allí tan cerca.
- ¿Por qué no te sientas con nosotras Julia? – Invita Naya y Lena quiere que se la trague la tierra en este momento.
- Si Julia. –Le secunda Jenny. - Nay y yo vamos a comprar unas cosas en la tienda de enfrente, quédate y hazle compañía a Lena.
- Pues es todo un placer. – Responde esta.
Las chicas se levantan cuando Naya siente que Lena la hala del brazo. Para susurrarle algo al oído.
- Se lo que haces Nay, me las vas a pagar. – Tratando de sonar molesta.
- No estés nerviosa amiga, no creo que te haga suya en un lugar público. – Susurra y le da un beso en la mejilla antes de irse.
- Trágame tierra, trágame tierra. – Es lo que se repite mentalmente la pelirroja.
Hoy te abrace como nunca antes, hoy te sentí como jamás creí posible…
Fue tan maravilloso este día que no dejo de pellizcarme al verte aquí a mi lado…
No quiero despertar de este sueño, no quiero salir de esta realidad, cuando estas tu aquí a mi lado…
Y pasó, y te vi, y se me cumplió, ¡aquí estas! No lo puedo creer…
Increíble como fue… Todo por un beso.
Fue tan maravilloso este día que no dejo de pellizcarme al verte aquí a mi lado…
No quiero despertar de este sueño, no quiero salir de esta realidad, cuando estas tu aquí a mi lado…
Y pasó, y te vi, y se me cumplió, ¡aquí estas! No lo puedo creer…
Increíble como fue… Todo por un beso.
Continuará
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
A Mayra Pérez le gusta esta publicaciòn
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Feliz por este nuevo capítulo . Me quedo con dudas, espero la continuación pronto. Gracias.
Rosy- Mensajes : 15
Fecha de inscripción : 24/04/2017
EL DIARIO // ALEINADS
Bueno, señoras y señores... debido a mi increíble humor de hoy, decidí volver, aunque lo había pedido hace días y planificado para el fin de semana, no me aguante.. Lamento la tardanza y obviamente mi desaparición, pero ya estoy aquí... no podre actualizar tan seguido, pero al menos lo seguiré haciendo pues ya puedo xD Espero que les guste!
Capítulo IX
‘Un cuento real’
- Y… - Dice la morena para romper el silencio que se había formado una vez se fueran las chicas. - ¿cómo estás, Lena?
- Pues bien, Jul, gracias por preguntar. – Aún nerviosa.
- Me comentó Emma que algo sucedió contigo anoche. – Recordando lo que su amiga le dijo, y sorprendiendo a Lena. - ¿Todo bien?
- Si, todo está bien ahora. Solo fue un percance, familiar, ya sabes. – Sus nervios fueron calmándose. – dijiste Emma. ¿Tu socia?
- La misma.
- ¿Cómo? Digo… ¿Cómo lo supo? – Sorprendida.
- Bueno, ayer ella se encontró con tus chicas en un bar y escucho una llamada entre tu madre y Jenny.
- Oh. – Dijo solamente, pensando en que no sabía de ese encuentro con Emma. – ¿Qué tal está Rossie, sabes que me pareció de lo más tierna? Quisiera pasar más tiempo con ella. – Soltó sin medir sus palabras y calló al ser consciente de lo que decía. Muy tarde. Ya Julia había escuchado y quedado encantada con la idea.
- Me parece fantástico. – Dijo con una sonrisa. – A ella también le caíste muy bien. Cuando quieras salimos para que se conozcan mejor. – En ese momento Lena pensó que Julia la estaba invitando a una cita, pero descarto la idea por parecerle ‘muy de sueño’ – Y hablando del tema. – La morena continúa sacándola de sus pensamientos. – No sé cómo ubicarte, por suerte nos hemos encontrado, pero me gustaría… - Se queda callada.
- ¿Te gustaría? – Repite Lena para animarla a continuar.
- Quisiera al menos tu número de teléfono. – Dijo rápidamente, casi inentendible para la pelirroja, causándole gracia. – No es que quisiera tu dirección, para acosarte ni nada parecido, pero quisiera, no sé, tal vez visitarte. – Continuó hablando con tal rapidez que Lena no hizo más que reír a carcajadas. Julia no entendía del todo porque Lena se reía, pero se contagió, y terminaron por reír cual chiquillas juntas.
- Tienes razón Julia. – Parando de reír. - después de todo somos amigas ¿no? –Dijo con doble intención.
Julia creyó que era su momento. Ya tenía mucho de pensarlo y estaba decidida. Este sería el día en que le diría a Lena como se sentía por ella. La atracción que sentía hacia ella y el querer conocerla a fondo, para ser algo más que amigas, mucho más. Estaba pensando en lo hermosa que era Lena, se quedó en silencio viéndola simplemente hasta que suspiro y soltó lo primero que por su mente paso en ese instante.
- ¡Dios! Eres como un sueño hecho realidad. – Dijo con una sonrisa boba. Lena estaba completamente enrojecida.
- Yo, ehm, Julia, yo. – Estaba nerviosa y tartamudeaba.
- Disculpa Lena, no quise incomodarte, pero créeme que esta no fue la manera en que pensé en decírtelo.
- ¿Decirme? – Sorprendida. - ¿Qué se supone eso significa? ¿Un sueño bueno? – Dudosa.
- El mejor de todos. – Susurro la morena con un suspiro. Lena ya parecía un tomate, pero eso no evito que una sonrisa iluminara su rostro de alegría. – Lena… – Comienza la morena tomando sus manos por sobre la mesa. – Me gustas Elena Katina, me gustas en todos los aspectos, en tan poco tiempo que hemos compartido, y ya quiero… yo quisiera, pedirte… - El momento se ve interrumpido por las chicas que regresaban y se pudo notar ya que venían riendo felices, fue cuando los nervios traicionaron a Lena haciendo que se soltara del agarre de Julia, dejando una morena intranquila.
- Pecas, no sabes que te hemos comprado. – Dice Naya al llegar a la mesa.
- Es un regalo que has querido desde hace… - Jenny interviene y nota cierta tensión en el ambiente. - mucho tiempo. – Termina la frase sin parar de ver a Julia que veía a Lena desconcertada.
- Las partituras que quería para enseñar este verano. – Responde Lena tratando de sonar tranquila.
- Como siempre no se te puede sorprender chica. – Suelta Naya. - ¿Y qué tal todo por aquí? ¿Julia? – Pregunta viendo a la morena.
- Todo tranquilo. – Dice desviando la mirada de Lena hacia ellas.
- Eso veo. – Dice Jenny aun dudosa por el ambiente que percibe. – Lena ¿estás bien? – No puede evitar preocuparse porque su amiga no dice nada.
- Si, perfectamente. – Con una media sonrisa. – Por cierto, tenemos mucho que hacer chicas. – Recordando sus planes de mudanza. – Julia, por ahora no creo necesario darte mi dirección. – La morena sintió un baño de agua helada caerle encima.
- No te preocupes Lena. – Contesta después de un momento de silencio.
- Es que me mudare en pocos días y preferiría invitarlas a ti y Rossie una vez que este establecida. – La sorpresa y alegría en Julia fue tanta que se levantó y fue hasta su lado para abrazarla.
- ¿En serio? – pregunta en medio del abrazo. La pelirroja solo pudo asentir. – Gracias Lena. – dice con emoción.
- Y mi número si lo puedes tener desde ya. – Para este momento sus amigas se sintieron mal tercio y se alejaron a la barra del lugar. Lena le dio su número a Julia y se despidió. Las chicas se acercaron a despedirse también y cada una tomo un rumbo diferente.
Julia pensó que tal vez el momento no se dio y no pudo decirle a Lena sus intenciones, pero lo haría pronto, sin duda alguna buscaría el momento de estar a solas con ella para terminar lo que había comenzado.
El lunes llego y con el inicio de semana cada quien tenía una actividad que realizar. Julia y Emma comenzaban sus labores en la firma. Muy animadas llegaban al lugar, cada una se acomodaba en su nueva oficina ya amoblada. Y listas para atender cada cliente que ya tenía su cita.
Jenny y Naya tenían clases hasta por la tarde. Aunque a Lena se le había olvidado preguntarles como había sido el encuentro con Emma en el bar y como les había ido, debido a la mudanza, aun lo tenía en mente para este día por la tarde, cuando las chicas fueran con el camión para recoger el resto sus cosas.
Lena acordó con su madre, dejar el piano en su casa para continuar dando sus clases allí, así pasaba las tardes con ella y no se sintiera tan sola. Además de que se les haría más fácil el asunto de separarse después de tanto tiempo.
- ¿Lena? – Se escucha la voz al otro lado de la línea. – ¿Eres tú?
- ¡Anjali! Hola. – contesta Lena al reconocerla.
- ¿Cómo estas Lena? ¿Qué sucedió contigo?
- ¿Conmigo? - Repite esta sin entender. - ¡Claro! – Se da un golpe en la frente. – Tenia cita contigo Anjali- Recuerda. – Lo siento mucho, de verdad. Se me olvido, por todo esto de la mudanza.
- No hay problema Lena. Tu madre si me comento lo de tu mudanza, pero no pensé que sería tan pronto. Además, me extraño que no avisaras que no vendrías como lo has hecho antes.
- Tienes razón Anjali, y lo siento, de verdad se me pasó. – Sonaba apenada.
- No hay nada que disculpar, si no tienes problemas puedes venir cuando quieras. Ya sabes que siempre estoy para ti.
- Lo se Anjali y gracias.
- Estas muy cambiada, es cierto. – pensó que no lo había notado hasta ahora, o no quería hacerlo.
- ¿Y eso es malo? – pregunta dudosa.
- En absoluto. – dándole confianza a Lena.
- Gracias Anjali, como siempre confortándome.
Al finalizar la llamada Lena y su madre seguían recogiendo sus cosas. Mientras esto sucedía, Jenny y Naya discutían en plena academia.
- No pienses que no te he visto Rivera, estabas toda coqueta con la profesora, hasta nuestros compañeros lo notaron. – Dice Jenny molesta. – Habíamos quedado en que ibas a olvidar el asunto con ella, mira que afecta bastante tu humor.
- ¡Ah ya Jenny! Deja de molestarme, estás viendo cosas que no son. – Contesta a la defensiva.
- No soy loca Naya, no comiences ¿sí? Te conozco a la perfección. No me hagas llamar a Lena – amenaza.
- Ni se te ocurra Hartman, porque le prometí algo y no pienso incumplir, especialmente ahora que necesita más nuestro apoyo.
- Estas advertida Nay, no sería mucho problema para mi llamar a pecas y contarle tus miradas coquetas para con la chica que hace nada te rechazo haciendo que tuvieras humor de perros.
- ¿Hasta cuándo me lo restregaras? – Se queja. – Fue un simple impulso Jen, no se repetirá. – Prometió.
- Mejor vámonos – viendo su reloj. – Lena debe estar esperando por nosotras ya.
Las chicas salían del instituto mientras cierta profesora las miraba alejarse. Estaba al tanto de los planes de sus alumnas y desde un principio supo que serían un problema, siempre lo ha sido, al volverse profesora tan joven y dar clases a chicos de su misma edad. Estos eran irresponsables e incluso inmaduros para con ella, pero eso no le había importado hasta ahora. Siempre actuando profesionalmente; pero algo estaba cambiando, algo que incluso ella misma no podía controlar.
Durante los últimos días algo no salía de su mente, lo que pasó o permitió que pasara en el auditorio días antes con una de sus alumnas. Pensaba en dos posibles opciones si no ponía un alto ya a la situación. Prefirió dejarlo así y no crear un alboroto mayor que llevaría a la suspensión de una de sus estudiantes, cosa que realmente en el fondo no quería. Pero si no hacía algo ya, esto podría causarle problemas a futuro, quizás un despido por no detener la locura que su mente se había atrevido a imaginar con dicha estudiante.
Heather decidió no darle más vueltas a la situación e iría a hablar con la directora. – Lo mejor será pedir el cambio de clase - Se dijo. – De este trabajo depende no solo mi futuro. - Sacudió su cabeza antes de entrar a la oficina principal de la academia.
- ¡Pelirroja! – Grita Naya al entrar a su casa.
- Nay por Dios, que ¿nunca aprenderás a comportarte?
- Déjate de formalismos Jenny. – dice rodando los ojos. – ¡Lena! – Gritando de nuevo. Jenny niega con la cabeza a la vez que ve a su amiga bajar por las escaleras.
- Hasta que llegaron chicas, pensé que terminaría la mudanza sola. – Dice Lena sonriendo.
- ¡Hey! – Se queja Inessa, que se encontraba junto a las chicas. - ¿Qué estoy pintada en esta casa o qué? – Fingiendo estar ofendida.
- Sabes a qué me refiero mami, las muchachas son mis compañeras y entienden mis gustos más que tú. – Dice al llegar abajo con todas. – Podré no ver, pero estoy cien por ciento segura de que las chicas serán capaces de dejar el apartamento tal y como me gusta, además de que ya les di indicaciones. – sonríe.
- Eso es muy cierto Inessa, tu hija es y siempre será una controladora. – Dice Naya, ganándose un pellizco de Lena. – ¡Ouch! Pecas, que dura eres por decir la verdad – Se queja y Lena vuelve a pellizcarle. – Ok, ok es mentira – Dice. – Lo que acabo de decir, porque de verdad eres una controladora. – Dice y rápidamente se aleja de Lena para que no vuelva a pellizcarle. Causando risas tanto en Jenny como su madre.
- Ya niñas. – Dice Inessa al ver a Naya correr y Lena tratando de seguirla por su voz.
- Chicas ya. – Interviene Jenny agarrando a Lena. - Inessa tiene razón en llamarles niñas, parecen unas adolescentes. Compórtense.
- Tenía que ser la aguafiestas. – Dice Naya con un bufido. Y Jenny le lanza una mirada de odio.
Dejaron el juego para otro momento ya que recordaron la tarea importante que tenían, aún faltaban muchas cosas por llevar al apartamento y Lena quería que de esa noche no pasara que tuviera todo listo, tenían incluso una cena de bienvenida preparada, para su primera ‘noche de independencia’, palabras de Naya, en apoyo de Jenny e Inessa.
- Y bien… - comienza Lena una vez que estaban en su apartamento. - ¿Por qué no me contaron que en el bar se encontraron con la socia de Julia? – Pregunto curiosa al recordar lo que Julia le había comentado.
- ¿Emma? – Dice Naya extrañada y Jenny se puso nerviosa. – Su socia, ¿Emma? – Lena asintió. – ¿Quién te dijo eso Lena?
- ¿Quién más? Sino Julia. – Responde sincera.
- Eso no es… - Se queda callada y ve a Jenny que estaba visiblemente nerviosa. – Bueno Len, que yo sepa no recuerdo haberla visto, ahora no se si cierta persona… - Refiriéndose a Jenny.
- Que vas a recordar si estabas tan borracha que ni la viste. – Dice sin más.
- O sea que es cierto. – Dice Lena.
- Sí. – contesta Jenny.
- ¿Y por qué no dijiste nada? – cuestiona la pelirroja.
- Porque no fue algo de importancia. – ordenando unas cosas.
- Si no lo fue… ¿cómo estuvo tan cerca para escuchar que mi madre te llamó? – Con rostro interrogante causando curiosidad también en su amiga Naya que aún no entendía cuando había sucedido ese encuentro. – Además mama llamo a tu casa. ¿Cómo es posible que oyera una llamada que fue a tu casa y no a tu celular mientras estaban en el bar? ¿Cómo es que…
- ¡Ya Lena! – Interrumpe la castaña. – Estuvo en el Loft ¿contenta?
- ¿WHAT? – grito Naya. – ¿C… como, cuando, donde? – estaba impresionada de no recordar y que su amiga no les haya contado. – Bien que has aprendido amiga, ya hasta con una casada te metes. – Dice riendo.
- Oh no, eso sí que no, no, no. – Repite Lena. – Hasta ahí llega mi limite, yo sería incapaz de meterme en un matrimonio y Jenny no creería que fueras capaz.
- Un momento Len, Naya por Dios- le regaña. - ¿Quién dice que me metí con ella? Eso no pasó. No sería capaz… bueno… - Se quedó callada antes de continuar su relato.
Jenny le conto a sus amigas lo que había sucedido y como se había sentido después de eso. Pero les aclaro que nunca tuvo intenciones de provocar nada, simplemente había pasado, pero no pudo controlarse y por poco se besa con una mujer casada, incluso odio la interrupción, pero estaba segura de que había sido lo mejor pues Emma se sintió muy apenada por eso y prácticamente se fue corriendo, obviamente a los brazos de su esposa, así que ella decidió no darle más importancia al asunto. Cosa que no cumplió pues era prácticamente lo único que pensaba desde ese momento.
- Julia… Disculpa que haya vendido a última hora, pero este día fue realmente productivo. – Dice una Emma emocionada al entrar a la sala de juntas donde se encontraba la morena.
- Si lo se Em… el día fue agotador pero muy productivo… ¿quieres comenzar a ver mis casos de hoy y viceversa?
- Por supuesto amiga, sabíamos que por lo movido del día no saldríamos temprano hoy. – Sonríe feliz por sus logros.
- No creí que tanto pero también me alegro de que así fuera. – Tomando las carpetas que Emma le daba y entregando las suyas.
Después de un rato revisando los documentos de los casos, Emma interrumpe el silencio que se había formado.
- No sabía esto. – levantando un documento. - ¿Cuándo Andrew solicito que los bienes pertenecientes a Rossie en sus empresas fueran manejados por ti y no él? – Pregunto extrañada al leer uno de los documentos que Julia tenia.
- Cierto – dice Julia. – Olvide contarte… pasaron ciertas cosas y Andrew creyó mejor, que nada de Rossie se viera afectado. – Cuando Emma iba a preguntar la morena se adelantó- Pues sí, su compañía sufrió una estafa, de hecho, tiene años ya, y apenas ahora lo están notando… cuando están casi en la quiebra. – La cara de sorpresa de Emma la había dejado sin palabras.
- ¿Necesita algo… podemos, no sé, ayudar?
- No – se adelanta Julia. – Ya hablamos del asunto y esto solo llevo a tomar medidas preventivas, tiene un plan e incluso ya está saliendo de las deudas, pero le va a llevar un tiempo recuperarse, y se negó incluso a recibir mi ayuda. – dijo con un poco de tristeza en su voz.
- Suenas decepcionada Jul.
- Lo estoy, aunque ya lo hablamos, Andrew cree que lo mejor es que se lea el testamento de sus padres, pero eso no es lo que me disgusta, el me pidió leer el de mi abuelo como condición.
- No puede ser.
- Eso quiere, dice que esta experiencia le ha puesto en alerta y antes que nada está Rossie. Quiere eso y ya le prometí hacerlo… solo está haciendo los tramites más importantes por ahora. – Finaliza.
Emma estaba sorprendida, pero mostro como siempre su apoyo con Julia. Continuaron el trabajo por una hora más, hasta que la morena recibió una llamada y se retiró, con una promesa a su amiga, de contarle al siguiente día con lujo de detalles por qué o por quien había decidido irse tan apresurada después de haber estado tan animada a trabajar hasta tarde este día.
Ya todo estaba listo y arreglado, como buena anfitriona Lena estaba atendiendo a sus invitados junto a su madre. Ya que sus amigas se encontraban terminando de arreglarse para la cena especial. Estaban ya Anjali y Rahul, quienes fueron invitados por la propia Lena.
- Hola… - Emma contesta su celular mientras arregla unos documentos. – No amor, sigo en la oficina… Jul se fue hace un rato ya; y yo me dispongo a ir a casa. - Comienza a guardarlo todo en su maletín y cierra las puertas. - ¿y tú como estas, como fue tu día? – Hacía conversación con su esposa mientras salía del edificio. Observo la hora y al terminar la llamada decidió ir a comer a un restaurante, no quería cenar en casa.
FLASHBACK…
- Significa que dentro de unos meses dejaremos de compartir cada comida juntas- dice Allyson haciendo puchero.
- Lo sé, lo sé nena… este fue nuestro plan desde hace años. – Contesta Emma antes de abrazarla. –
FIN DE FLASHBACK
Esta sería la primera de muchas cenas sola durante este año que estaría separada de su esposa, y aunque sabía que en algunas ocasiones podría compartir con su amiga y socia Julia y su hija, o en alguna cena de negocios, extrañamente no se sentía mal por esto. Al contrario, sentía que sería buen momento para dedicarse a ella. Como tenía mucho tiempo de no hacerlo. Tal vez sería egoísta de su parte pensar de esa manera, pero desde que se casó con Allyson no había hecho más que dedicarse a su esposa, no estaba mal, pero lo hacía hasta descuidarse a sí misma incluso.
Por primera vez y en mucho tiempo, tendría tiempo para leer en paz, salir al cine o bailar. Podría hacer todas las cosas que no hacía junto a su esposa porque a esta le disgustaban o no coincidían. Sonrió antes de montarse en su carro para explorar la ciudad en búsqueda de un lugar nuevo para disfrutar.
Al llegar a un restaurante observo que no estaba del todo lleno y fue perfecto para ella. El lugar no era tan elegante, pero era acogedor, pudo observar una pareja conversar muy románticos en un rincón y sonrió al verlos. Llego hasta la recepción y solicito una mesa que le fue asignada al instante. Cuando caminaba vio en otra mesa una chica de tal vez su edad o un poco más joven cenar junto a la que parecía ser su hija. – Tiernas- Susurro recordando a su amiga Julia y su ahijada Rossie.
Cuando se sentaba y se disponía a tomar la carta su teléfono volvía a sonar. Supo que era su esposa y le hizo señas al mesero que después pediría su orden.
Las personas más importantes para la pelirroja estaban presenciando un momento muy especial para ella. Pero durante un momento se perdió en sus pensamientos al recordar cierta persona que últimamente no salía de su cabeza, y sin darse cuenta el cuándo o como, se estaba metiendo poco a poco en su corazón.
Se sintió incompleta al recordarla, pues quería también que estuviera presente… - Julia – Susurro para sí misma creyendo que estaba sola en su cocina. Jenny y Naya habían alcanzado a escucharla y se veían entre sí.
- Len… - Dijo finalmente Jenny llegando a su lado y provocando que Lena diera un brinco por la sorpresa.
- ¿Tú quieres que… - Esta vez era Naya quien le hablaba cuando fue interrumpida por el timbre.
Todas guardaron silencio y Lena frunció el ceño extrañada. No esperaban a nadie más.
- Por favor no me digan que se les ocurrió invitar a sus compañeros de la academia. – Dice Lena caminando hacia la sala.
- ¿Qué? No – responde Naya rápidamente.
- Claro que no Len. – secunda Jenny tras ellas.
Cuando llegaron a la sala, se encontraban solo el matrimonio Khanna, pues Inessa se había dirigido a la entrada para atender a quien había llegado. Grande fue su sorpresa y no supo que hacer o cómo reaccionar. Les dio la bienvenida y se dirigían a la entrada cuando todos guardaron silencio al ver quien era la visita. Lena no lo supo hasta escuchar la voz.
- Buenas noches.
- Esa voz – susurra Lena. – Buenas noches. – Contesta después de un momento con una sonrisa y levantándose de su asiento. Todos los presentes hicieron lo mismo. Sorprendidos porque la morena no había llegado sola.
- Hola, Lena. – Rossie se acercó hasta la pelirroja dándole un abrazo y sorprendiéndola. Julia se encargó de presentar a su hija a Jenny y Naya y saludaron al resto de los presentes. Lena seguía sorprendida por su presencia, sin dejar de estar completamente feliz.
- Nay… - susurra Lena. - ¿Acaso tu o Jenny?
- No pecas. – se adelanta a lo que sabía Lena iba a preguntar. – Yo no la invite, ni siquiera tengo su número y Jenny tampoco.
- Pero ¿Cómo? – se preguntaba Lena.
Pasaron unos minutos y ya la cena estaba servida. Jenny se encargó de servirlo todo junto a Inessa. Lena no había tenido tiempo de hablar con Julia para preguntarle cómo era posible que estuviera en su apartamento si ella no le había dado la dirección, aún. No era que le molestara, en absoluto, estaba completamente feliz pero igual estaba sorprendida.
La cena trascurrió entre risas y comentarios por parte de todos los presentes. Inessa a pesar de todo se sintió feliz por Lena, si, iba a dejar su casa y su protección, pero se dio cuenta de que su hija no la necesitaba y si llegara a hacerlo, estaba segura de que se lo diría. Sintió la tranquilidad que había perdido hace mucho tiempo. Sonrió al ver a su hija tan feliz.
Julia conversaba con Rahul que había llamado su atención, pero no dejaba de ver a Lena que estaba junto a su madre y Anjali. Las vio hablar sobre algo y reír. Su sonrisa se volvió mayor al escuchar ese hermoso y angelical sonido que salía de boca Lena. Rahul negó con la cabeza al notar por qué el descuido de la morena a lo que le decía.
- Veo que de verdad te gusta. – llamando su atención una vez más.
- ¿Cómo?
- Que veo que ella realmente te gusta. – mirando a Lena. Julia solo sonríe.
- ¿Puedes culparme? – es su respuesta.
- En absoluto Jul. Lena es una chica muy hermosa, buena, inteligente… es un gran partido.
- Eso creo. – Sin dejar de ver a la pelirroja.
- Y es muy importante para Anjie.
- Créeme, eso lo sé. – viendo esta vez a Rahul. – Amigo, tu esposa es una gran mujer, y ya se el cariño que le ha tomado a Lena, lo entiendo perfectamente pues ahora que la conocí sé que ella se lo merece y más. – Rahul sonríe.
- ¿Solo por eso crees que mi Anjie es una gran mujer? – Ríe. – Tiene muchas más cualidades de las que puedo enumerar Julia.
- Lo se… lo sé muy bien, la conozco desde hace mucho tiempo. Pero ahora es diferente.
- ¿Cómo? - Extrañado.
- Ahora pasa que me ha gustado una mujer que ella sobreprotege y se sintió amenazada por eso… quiso protegerla de mí y…
- Y…
- Me ha dado la mejor de las oportunidades y la mejor de las noticias que he recibido en mucho tiempo. – dijo con una sonrisa. Rahul no entendió de que hablaba Julia y simplemente negó con la cabeza.
Pocos minutos después Jenny junto a Naya se levantaron para proponer un brindis. Se dirigieron a la cocina por las copas y el champan. Rossie que ya se sentía más en confianza fue tras ella ofreciendo su ayuda.
- ¿Estas feliz? – Anjali preguntaba a Lena.
- Mucho, Anjali. – responde sincera.
- ¿Te gusto la sorpresa? – pregunta de nuevo
- ¿Fuiste tú? – Sorprendida.
- Discúlpame el atrevimiento Lena, pero…
- Valió completamente la pena Anjali. – Interrumpe. – No tienes que pedir disculpas. Me conoces perfectamente… Gracias. – finaliza.
- Me alegra que así haya sido Lena.
Después del brindis siguieron bebiendo un poco más. Una vez en la sala, la morena busco la forma de acercarse a Lena para hablar a solas. Acto que puso muy nerviosa a la pelirroja. A pesar de estar feliz por su presencia, no podía evitar sentir nervios.
- No he tenido oportunidad de felicitarte por tu apartamento Lena. – Comienza Julia.
- Oh, gracias, Julia. – sonrojada.
- Quedo muy bien. – Refiriéndose al lugar.
- Muchas gracias, estoy segura de que es así, tengo buen gusto. – dice con suficiencia causando risa en la morena,
- Modestia aparte señorita.
- Solo digo la verdad. – responde Lena en broma. – no… no es cierto. Les di indicaciones a las chicas de lo que quería, pero realmente ha sido obra de ellas. – con una sonrisa.
- Sí que tus amigas te quieren y no dudo por un instante que todo esto sea obra tuya… aunque ellas te ayudaran un poco. – el comentario sonrojo una vez más a Lena.
- Gracias. – fue lo único que atino a decir.
- Y… ya que no has preguntado, aunque imagino que ya debes saber quién me invito. Pues era una sorpresa el llegar aquí, y créeme que dude por un momento si venir, pero al final las ganas de verte pudieron más que nada. – dijo acercándose hasta rozar a Lena y provocando más nervios en la misma.
- Si… si… - Carraspeo un poco y continuó. – Anjali me dijo hace poco que te invito y se lo agradecí.
- ¿de verdad?
- Si Julia… a mi… me alegra que hayas vendido esta noche – Con una sonrisa- No sabes cuánto… - susurrando lo último. Pero alcanzando a ser escuchada por la morena.
- Dudo que sea más que a mí. – Dijo en su oído. Lena se estremeció por la cercanía, pero no se alejó. Ambas habían olvidado donde se encontraban y en compañía de quienes estaban hasta que una voz las interrumpe.
- Mami. – Dice la niña rascándose un ojo. – Tengo sueño. – Rossie estaba adormilada.
Capítulo IX
‘Un cuento real’
- Y… - Dice la morena para romper el silencio que se había formado una vez se fueran las chicas. - ¿cómo estás, Lena?
- Pues bien, Jul, gracias por preguntar. – Aún nerviosa.
- Me comentó Emma que algo sucedió contigo anoche. – Recordando lo que su amiga le dijo, y sorprendiendo a Lena. - ¿Todo bien?
- Si, todo está bien ahora. Solo fue un percance, familiar, ya sabes. – Sus nervios fueron calmándose. – dijiste Emma. ¿Tu socia?
- La misma.
- ¿Cómo? Digo… ¿Cómo lo supo? – Sorprendida.
- Bueno, ayer ella se encontró con tus chicas en un bar y escucho una llamada entre tu madre y Jenny.
- Oh. – Dijo solamente, pensando en que no sabía de ese encuentro con Emma. – ¿Qué tal está Rossie, sabes que me pareció de lo más tierna? Quisiera pasar más tiempo con ella. – Soltó sin medir sus palabras y calló al ser consciente de lo que decía. Muy tarde. Ya Julia había escuchado y quedado encantada con la idea.
- Me parece fantástico. – Dijo con una sonrisa. – A ella también le caíste muy bien. Cuando quieras salimos para que se conozcan mejor. – En ese momento Lena pensó que Julia la estaba invitando a una cita, pero descarto la idea por parecerle ‘muy de sueño’ – Y hablando del tema. – La morena continúa sacándola de sus pensamientos. – No sé cómo ubicarte, por suerte nos hemos encontrado, pero me gustaría… - Se queda callada.
- ¿Te gustaría? – Repite Lena para animarla a continuar.
- Quisiera al menos tu número de teléfono. – Dijo rápidamente, casi inentendible para la pelirroja, causándole gracia. – No es que quisiera tu dirección, para acosarte ni nada parecido, pero quisiera, no sé, tal vez visitarte. – Continuó hablando con tal rapidez que Lena no hizo más que reír a carcajadas. Julia no entendía del todo porque Lena se reía, pero se contagió, y terminaron por reír cual chiquillas juntas.
- Tienes razón Julia. – Parando de reír. - después de todo somos amigas ¿no? –Dijo con doble intención.
Julia creyó que era su momento. Ya tenía mucho de pensarlo y estaba decidida. Este sería el día en que le diría a Lena como se sentía por ella. La atracción que sentía hacia ella y el querer conocerla a fondo, para ser algo más que amigas, mucho más. Estaba pensando en lo hermosa que era Lena, se quedó en silencio viéndola simplemente hasta que suspiro y soltó lo primero que por su mente paso en ese instante.
- ¡Dios! Eres como un sueño hecho realidad. – Dijo con una sonrisa boba. Lena estaba completamente enrojecida.
- Yo, ehm, Julia, yo. – Estaba nerviosa y tartamudeaba.
- Disculpa Lena, no quise incomodarte, pero créeme que esta no fue la manera en que pensé en decírtelo.
- ¿Decirme? – Sorprendida. - ¿Qué se supone eso significa? ¿Un sueño bueno? – Dudosa.
- El mejor de todos. – Susurro la morena con un suspiro. Lena ya parecía un tomate, pero eso no evito que una sonrisa iluminara su rostro de alegría. – Lena… – Comienza la morena tomando sus manos por sobre la mesa. – Me gustas Elena Katina, me gustas en todos los aspectos, en tan poco tiempo que hemos compartido, y ya quiero… yo quisiera, pedirte… - El momento se ve interrumpido por las chicas que regresaban y se pudo notar ya que venían riendo felices, fue cuando los nervios traicionaron a Lena haciendo que se soltara del agarre de Julia, dejando una morena intranquila.
- Pecas, no sabes que te hemos comprado. – Dice Naya al llegar a la mesa.
- Es un regalo que has querido desde hace… - Jenny interviene y nota cierta tensión en el ambiente. - mucho tiempo. – Termina la frase sin parar de ver a Julia que veía a Lena desconcertada.
- Las partituras que quería para enseñar este verano. – Responde Lena tratando de sonar tranquila.
- Como siempre no se te puede sorprender chica. – Suelta Naya. - ¿Y qué tal todo por aquí? ¿Julia? – Pregunta viendo a la morena.
- Todo tranquilo. – Dice desviando la mirada de Lena hacia ellas.
- Eso veo. – Dice Jenny aun dudosa por el ambiente que percibe. – Lena ¿estás bien? – No puede evitar preocuparse porque su amiga no dice nada.
- Si, perfectamente. – Con una media sonrisa. – Por cierto, tenemos mucho que hacer chicas. – Recordando sus planes de mudanza. – Julia, por ahora no creo necesario darte mi dirección. – La morena sintió un baño de agua helada caerle encima.
- No te preocupes Lena. – Contesta después de un momento de silencio.
- Es que me mudare en pocos días y preferiría invitarlas a ti y Rossie una vez que este establecida. – La sorpresa y alegría en Julia fue tanta que se levantó y fue hasta su lado para abrazarla.
- ¿En serio? – pregunta en medio del abrazo. La pelirroja solo pudo asentir. – Gracias Lena. – dice con emoción.
- Y mi número si lo puedes tener desde ya. – Para este momento sus amigas se sintieron mal tercio y se alejaron a la barra del lugar. Lena le dio su número a Julia y se despidió. Las chicas se acercaron a despedirse también y cada una tomo un rumbo diferente.
Julia pensó que tal vez el momento no se dio y no pudo decirle a Lena sus intenciones, pero lo haría pronto, sin duda alguna buscaría el momento de estar a solas con ella para terminar lo que había comenzado.
El lunes llego y con el inicio de semana cada quien tenía una actividad que realizar. Julia y Emma comenzaban sus labores en la firma. Muy animadas llegaban al lugar, cada una se acomodaba en su nueva oficina ya amoblada. Y listas para atender cada cliente que ya tenía su cita.
Jenny y Naya tenían clases hasta por la tarde. Aunque a Lena se le había olvidado preguntarles como había sido el encuentro con Emma en el bar y como les había ido, debido a la mudanza, aun lo tenía en mente para este día por la tarde, cuando las chicas fueran con el camión para recoger el resto sus cosas.
Lena acordó con su madre, dejar el piano en su casa para continuar dando sus clases allí, así pasaba las tardes con ella y no se sintiera tan sola. Además de que se les haría más fácil el asunto de separarse después de tanto tiempo.
- ¿Lena? – Se escucha la voz al otro lado de la línea. – ¿Eres tú?
- ¡Anjali! Hola. – contesta Lena al reconocerla.
- ¿Cómo estas Lena? ¿Qué sucedió contigo?
- ¿Conmigo? - Repite esta sin entender. - ¡Claro! – Se da un golpe en la frente. – Tenia cita contigo Anjali- Recuerda. – Lo siento mucho, de verdad. Se me olvido, por todo esto de la mudanza.
- No hay problema Lena. Tu madre si me comento lo de tu mudanza, pero no pensé que sería tan pronto. Además, me extraño que no avisaras que no vendrías como lo has hecho antes.
- Tienes razón Anjali, y lo siento, de verdad se me pasó. – Sonaba apenada.
- No hay nada que disculpar, si no tienes problemas puedes venir cuando quieras. Ya sabes que siempre estoy para ti.
- Lo se Anjali y gracias.
- Estas muy cambiada, es cierto. – pensó que no lo había notado hasta ahora, o no quería hacerlo.
- ¿Y eso es malo? – pregunta dudosa.
- En absoluto. – dándole confianza a Lena.
- Gracias Anjali, como siempre confortándome.
Al finalizar la llamada Lena y su madre seguían recogiendo sus cosas. Mientras esto sucedía, Jenny y Naya discutían en plena academia.
- No pienses que no te he visto Rivera, estabas toda coqueta con la profesora, hasta nuestros compañeros lo notaron. – Dice Jenny molesta. – Habíamos quedado en que ibas a olvidar el asunto con ella, mira que afecta bastante tu humor.
- ¡Ah ya Jenny! Deja de molestarme, estás viendo cosas que no son. – Contesta a la defensiva.
- No soy loca Naya, no comiences ¿sí? Te conozco a la perfección. No me hagas llamar a Lena – amenaza.
- Ni se te ocurra Hartman, porque le prometí algo y no pienso incumplir, especialmente ahora que necesita más nuestro apoyo.
- Estas advertida Nay, no sería mucho problema para mi llamar a pecas y contarle tus miradas coquetas para con la chica que hace nada te rechazo haciendo que tuvieras humor de perros.
- ¿Hasta cuándo me lo restregaras? – Se queja. – Fue un simple impulso Jen, no se repetirá. – Prometió.
- Mejor vámonos – viendo su reloj. – Lena debe estar esperando por nosotras ya.
Las chicas salían del instituto mientras cierta profesora las miraba alejarse. Estaba al tanto de los planes de sus alumnas y desde un principio supo que serían un problema, siempre lo ha sido, al volverse profesora tan joven y dar clases a chicos de su misma edad. Estos eran irresponsables e incluso inmaduros para con ella, pero eso no le había importado hasta ahora. Siempre actuando profesionalmente; pero algo estaba cambiando, algo que incluso ella misma no podía controlar.
Durante los últimos días algo no salía de su mente, lo que pasó o permitió que pasara en el auditorio días antes con una de sus alumnas. Pensaba en dos posibles opciones si no ponía un alto ya a la situación. Prefirió dejarlo así y no crear un alboroto mayor que llevaría a la suspensión de una de sus estudiantes, cosa que realmente en el fondo no quería. Pero si no hacía algo ya, esto podría causarle problemas a futuro, quizás un despido por no detener la locura que su mente se había atrevido a imaginar con dicha estudiante.
Heather decidió no darle más vueltas a la situación e iría a hablar con la directora. – Lo mejor será pedir el cambio de clase - Se dijo. – De este trabajo depende no solo mi futuro. - Sacudió su cabeza antes de entrar a la oficina principal de la academia.
- ¡Pelirroja! – Grita Naya al entrar a su casa.
- Nay por Dios, que ¿nunca aprenderás a comportarte?
- Déjate de formalismos Jenny. – dice rodando los ojos. – ¡Lena! – Gritando de nuevo. Jenny niega con la cabeza a la vez que ve a su amiga bajar por las escaleras.
- Hasta que llegaron chicas, pensé que terminaría la mudanza sola. – Dice Lena sonriendo.
- ¡Hey! – Se queja Inessa, que se encontraba junto a las chicas. - ¿Qué estoy pintada en esta casa o qué? – Fingiendo estar ofendida.
- Sabes a qué me refiero mami, las muchachas son mis compañeras y entienden mis gustos más que tú. – Dice al llegar abajo con todas. – Podré no ver, pero estoy cien por ciento segura de que las chicas serán capaces de dejar el apartamento tal y como me gusta, además de que ya les di indicaciones. – sonríe.
- Eso es muy cierto Inessa, tu hija es y siempre será una controladora. – Dice Naya, ganándose un pellizco de Lena. – ¡Ouch! Pecas, que dura eres por decir la verdad – Se queja y Lena vuelve a pellizcarle. – Ok, ok es mentira – Dice. – Lo que acabo de decir, porque de verdad eres una controladora. – Dice y rápidamente se aleja de Lena para que no vuelva a pellizcarle. Causando risas tanto en Jenny como su madre.
- Ya niñas. – Dice Inessa al ver a Naya correr y Lena tratando de seguirla por su voz.
- Chicas ya. – Interviene Jenny agarrando a Lena. - Inessa tiene razón en llamarles niñas, parecen unas adolescentes. Compórtense.
- Tenía que ser la aguafiestas. – Dice Naya con un bufido. Y Jenny le lanza una mirada de odio.
Dejaron el juego para otro momento ya que recordaron la tarea importante que tenían, aún faltaban muchas cosas por llevar al apartamento y Lena quería que de esa noche no pasara que tuviera todo listo, tenían incluso una cena de bienvenida preparada, para su primera ‘noche de independencia’, palabras de Naya, en apoyo de Jenny e Inessa.
- Y bien… - comienza Lena una vez que estaban en su apartamento. - ¿Por qué no me contaron que en el bar se encontraron con la socia de Julia? – Pregunto curiosa al recordar lo que Julia le había comentado.
- ¿Emma? – Dice Naya extrañada y Jenny se puso nerviosa. – Su socia, ¿Emma? – Lena asintió. – ¿Quién te dijo eso Lena?
- ¿Quién más? Sino Julia. – Responde sincera.
- Eso no es… - Se queda callada y ve a Jenny que estaba visiblemente nerviosa. – Bueno Len, que yo sepa no recuerdo haberla visto, ahora no se si cierta persona… - Refiriéndose a Jenny.
- Que vas a recordar si estabas tan borracha que ni la viste. – Dice sin más.
- O sea que es cierto. – Dice Lena.
- Sí. – contesta Jenny.
- ¿Y por qué no dijiste nada? – cuestiona la pelirroja.
- Porque no fue algo de importancia. – ordenando unas cosas.
- Si no lo fue… ¿cómo estuvo tan cerca para escuchar que mi madre te llamó? – Con rostro interrogante causando curiosidad también en su amiga Naya que aún no entendía cuando había sucedido ese encuentro. – Además mama llamo a tu casa. ¿Cómo es posible que oyera una llamada que fue a tu casa y no a tu celular mientras estaban en el bar? ¿Cómo es que…
- ¡Ya Lena! – Interrumpe la castaña. – Estuvo en el Loft ¿contenta?
- ¿WHAT? – grito Naya. – ¿C… como, cuando, donde? – estaba impresionada de no recordar y que su amiga no les haya contado. – Bien que has aprendido amiga, ya hasta con una casada te metes. – Dice riendo.
- Oh no, eso sí que no, no, no. – Repite Lena. – Hasta ahí llega mi limite, yo sería incapaz de meterme en un matrimonio y Jenny no creería que fueras capaz.
- Un momento Len, Naya por Dios- le regaña. - ¿Quién dice que me metí con ella? Eso no pasó. No sería capaz… bueno… - Se quedó callada antes de continuar su relato.
Jenny le conto a sus amigas lo que había sucedido y como se había sentido después de eso. Pero les aclaro que nunca tuvo intenciones de provocar nada, simplemente había pasado, pero no pudo controlarse y por poco se besa con una mujer casada, incluso odio la interrupción, pero estaba segura de que había sido lo mejor pues Emma se sintió muy apenada por eso y prácticamente se fue corriendo, obviamente a los brazos de su esposa, así que ella decidió no darle más importancia al asunto. Cosa que no cumplió pues era prácticamente lo único que pensaba desde ese momento.
- Julia… Disculpa que haya vendido a última hora, pero este día fue realmente productivo. – Dice una Emma emocionada al entrar a la sala de juntas donde se encontraba la morena.
- Si lo se Em… el día fue agotador pero muy productivo… ¿quieres comenzar a ver mis casos de hoy y viceversa?
- Por supuesto amiga, sabíamos que por lo movido del día no saldríamos temprano hoy. – Sonríe feliz por sus logros.
- No creí que tanto pero también me alegro de que así fuera. – Tomando las carpetas que Emma le daba y entregando las suyas.
Después de un rato revisando los documentos de los casos, Emma interrumpe el silencio que se había formado.
- No sabía esto. – levantando un documento. - ¿Cuándo Andrew solicito que los bienes pertenecientes a Rossie en sus empresas fueran manejados por ti y no él? – Pregunto extrañada al leer uno de los documentos que Julia tenia.
- Cierto – dice Julia. – Olvide contarte… pasaron ciertas cosas y Andrew creyó mejor, que nada de Rossie se viera afectado. – Cuando Emma iba a preguntar la morena se adelantó- Pues sí, su compañía sufrió una estafa, de hecho, tiene años ya, y apenas ahora lo están notando… cuando están casi en la quiebra. – La cara de sorpresa de Emma la había dejado sin palabras.
- ¿Necesita algo… podemos, no sé, ayudar?
- No – se adelanta Julia. – Ya hablamos del asunto y esto solo llevo a tomar medidas preventivas, tiene un plan e incluso ya está saliendo de las deudas, pero le va a llevar un tiempo recuperarse, y se negó incluso a recibir mi ayuda. – dijo con un poco de tristeza en su voz.
- Suenas decepcionada Jul.
- Lo estoy, aunque ya lo hablamos, Andrew cree que lo mejor es que se lea el testamento de sus padres, pero eso no es lo que me disgusta, el me pidió leer el de mi abuelo como condición.
- No puede ser.
- Eso quiere, dice que esta experiencia le ha puesto en alerta y antes que nada está Rossie. Quiere eso y ya le prometí hacerlo… solo está haciendo los tramites más importantes por ahora. – Finaliza.
Emma estaba sorprendida, pero mostro como siempre su apoyo con Julia. Continuaron el trabajo por una hora más, hasta que la morena recibió una llamada y se retiró, con una promesa a su amiga, de contarle al siguiente día con lujo de detalles por qué o por quien había decidido irse tan apresurada después de haber estado tan animada a trabajar hasta tarde este día.
Ya todo estaba listo y arreglado, como buena anfitriona Lena estaba atendiendo a sus invitados junto a su madre. Ya que sus amigas se encontraban terminando de arreglarse para la cena especial. Estaban ya Anjali y Rahul, quienes fueron invitados por la propia Lena.
- Hola… - Emma contesta su celular mientras arregla unos documentos. – No amor, sigo en la oficina… Jul se fue hace un rato ya; y yo me dispongo a ir a casa. - Comienza a guardarlo todo en su maletín y cierra las puertas. - ¿y tú como estas, como fue tu día? – Hacía conversación con su esposa mientras salía del edificio. Observo la hora y al terminar la llamada decidió ir a comer a un restaurante, no quería cenar en casa.
FLASHBACK…
- Significa que dentro de unos meses dejaremos de compartir cada comida juntas- dice Allyson haciendo puchero.
- Lo sé, lo sé nena… este fue nuestro plan desde hace años. – Contesta Emma antes de abrazarla. –
FIN DE FLASHBACK
Esta sería la primera de muchas cenas sola durante este año que estaría separada de su esposa, y aunque sabía que en algunas ocasiones podría compartir con su amiga y socia Julia y su hija, o en alguna cena de negocios, extrañamente no se sentía mal por esto. Al contrario, sentía que sería buen momento para dedicarse a ella. Como tenía mucho tiempo de no hacerlo. Tal vez sería egoísta de su parte pensar de esa manera, pero desde que se casó con Allyson no había hecho más que dedicarse a su esposa, no estaba mal, pero lo hacía hasta descuidarse a sí misma incluso.
Por primera vez y en mucho tiempo, tendría tiempo para leer en paz, salir al cine o bailar. Podría hacer todas las cosas que no hacía junto a su esposa porque a esta le disgustaban o no coincidían. Sonrió antes de montarse en su carro para explorar la ciudad en búsqueda de un lugar nuevo para disfrutar.
Al llegar a un restaurante observo que no estaba del todo lleno y fue perfecto para ella. El lugar no era tan elegante, pero era acogedor, pudo observar una pareja conversar muy románticos en un rincón y sonrió al verlos. Llego hasta la recepción y solicito una mesa que le fue asignada al instante. Cuando caminaba vio en otra mesa una chica de tal vez su edad o un poco más joven cenar junto a la que parecía ser su hija. – Tiernas- Susurro recordando a su amiga Julia y su ahijada Rossie.
Cuando se sentaba y se disponía a tomar la carta su teléfono volvía a sonar. Supo que era su esposa y le hizo señas al mesero que después pediría su orden.
Las personas más importantes para la pelirroja estaban presenciando un momento muy especial para ella. Pero durante un momento se perdió en sus pensamientos al recordar cierta persona que últimamente no salía de su cabeza, y sin darse cuenta el cuándo o como, se estaba metiendo poco a poco en su corazón.
Se sintió incompleta al recordarla, pues quería también que estuviera presente… - Julia – Susurro para sí misma creyendo que estaba sola en su cocina. Jenny y Naya habían alcanzado a escucharla y se veían entre sí.
- Len… - Dijo finalmente Jenny llegando a su lado y provocando que Lena diera un brinco por la sorpresa.
- ¿Tú quieres que… - Esta vez era Naya quien le hablaba cuando fue interrumpida por el timbre.
Todas guardaron silencio y Lena frunció el ceño extrañada. No esperaban a nadie más.
- Por favor no me digan que se les ocurrió invitar a sus compañeros de la academia. – Dice Lena caminando hacia la sala.
- ¿Qué? No – responde Naya rápidamente.
- Claro que no Len. – secunda Jenny tras ellas.
Cuando llegaron a la sala, se encontraban solo el matrimonio Khanna, pues Inessa se había dirigido a la entrada para atender a quien había llegado. Grande fue su sorpresa y no supo que hacer o cómo reaccionar. Les dio la bienvenida y se dirigían a la entrada cuando todos guardaron silencio al ver quien era la visita. Lena no lo supo hasta escuchar la voz.
- Buenas noches.
- Esa voz – susurra Lena. – Buenas noches. – Contesta después de un momento con una sonrisa y levantándose de su asiento. Todos los presentes hicieron lo mismo. Sorprendidos porque la morena no había llegado sola.
- Hola, Lena. – Rossie se acercó hasta la pelirroja dándole un abrazo y sorprendiéndola. Julia se encargó de presentar a su hija a Jenny y Naya y saludaron al resto de los presentes. Lena seguía sorprendida por su presencia, sin dejar de estar completamente feliz.
- Nay… - susurra Lena. - ¿Acaso tu o Jenny?
- No pecas. – se adelanta a lo que sabía Lena iba a preguntar. – Yo no la invite, ni siquiera tengo su número y Jenny tampoco.
- Pero ¿Cómo? – se preguntaba Lena.
Pasaron unos minutos y ya la cena estaba servida. Jenny se encargó de servirlo todo junto a Inessa. Lena no había tenido tiempo de hablar con Julia para preguntarle cómo era posible que estuviera en su apartamento si ella no le había dado la dirección, aún. No era que le molestara, en absoluto, estaba completamente feliz pero igual estaba sorprendida.
La cena trascurrió entre risas y comentarios por parte de todos los presentes. Inessa a pesar de todo se sintió feliz por Lena, si, iba a dejar su casa y su protección, pero se dio cuenta de que su hija no la necesitaba y si llegara a hacerlo, estaba segura de que se lo diría. Sintió la tranquilidad que había perdido hace mucho tiempo. Sonrió al ver a su hija tan feliz.
Julia conversaba con Rahul que había llamado su atención, pero no dejaba de ver a Lena que estaba junto a su madre y Anjali. Las vio hablar sobre algo y reír. Su sonrisa se volvió mayor al escuchar ese hermoso y angelical sonido que salía de boca Lena. Rahul negó con la cabeza al notar por qué el descuido de la morena a lo que le decía.
- Veo que de verdad te gusta. – llamando su atención una vez más.
- ¿Cómo?
- Que veo que ella realmente te gusta. – mirando a Lena. Julia solo sonríe.
- ¿Puedes culparme? – es su respuesta.
- En absoluto Jul. Lena es una chica muy hermosa, buena, inteligente… es un gran partido.
- Eso creo. – Sin dejar de ver a la pelirroja.
- Y es muy importante para Anjie.
- Créeme, eso lo sé. – viendo esta vez a Rahul. – Amigo, tu esposa es una gran mujer, y ya se el cariño que le ha tomado a Lena, lo entiendo perfectamente pues ahora que la conocí sé que ella se lo merece y más. – Rahul sonríe.
- ¿Solo por eso crees que mi Anjie es una gran mujer? – Ríe. – Tiene muchas más cualidades de las que puedo enumerar Julia.
- Lo se… lo sé muy bien, la conozco desde hace mucho tiempo. Pero ahora es diferente.
- ¿Cómo? - Extrañado.
- Ahora pasa que me ha gustado una mujer que ella sobreprotege y se sintió amenazada por eso… quiso protegerla de mí y…
- Y…
- Me ha dado la mejor de las oportunidades y la mejor de las noticias que he recibido en mucho tiempo. – dijo con una sonrisa. Rahul no entendió de que hablaba Julia y simplemente negó con la cabeza.
Pocos minutos después Jenny junto a Naya se levantaron para proponer un brindis. Se dirigieron a la cocina por las copas y el champan. Rossie que ya se sentía más en confianza fue tras ella ofreciendo su ayuda.
- ¿Estas feliz? – Anjali preguntaba a Lena.
- Mucho, Anjali. – responde sincera.
- ¿Te gusto la sorpresa? – pregunta de nuevo
- ¿Fuiste tú? – Sorprendida.
- Discúlpame el atrevimiento Lena, pero…
- Valió completamente la pena Anjali. – Interrumpe. – No tienes que pedir disculpas. Me conoces perfectamente… Gracias. – finaliza.
- Me alegra que así haya sido Lena.
Después del brindis siguieron bebiendo un poco más. Una vez en la sala, la morena busco la forma de acercarse a Lena para hablar a solas. Acto que puso muy nerviosa a la pelirroja. A pesar de estar feliz por su presencia, no podía evitar sentir nervios.
- No he tenido oportunidad de felicitarte por tu apartamento Lena. – Comienza Julia.
- Oh, gracias, Julia. – sonrojada.
- Quedo muy bien. – Refiriéndose al lugar.
- Muchas gracias, estoy segura de que es así, tengo buen gusto. – dice con suficiencia causando risa en la morena,
- Modestia aparte señorita.
- Solo digo la verdad. – responde Lena en broma. – no… no es cierto. Les di indicaciones a las chicas de lo que quería, pero realmente ha sido obra de ellas. – con una sonrisa.
- Sí que tus amigas te quieren y no dudo por un instante que todo esto sea obra tuya… aunque ellas te ayudaran un poco. – el comentario sonrojo una vez más a Lena.
- Gracias. – fue lo único que atino a decir.
- Y… ya que no has preguntado, aunque imagino que ya debes saber quién me invito. Pues era una sorpresa el llegar aquí, y créeme que dude por un momento si venir, pero al final las ganas de verte pudieron más que nada. – dijo acercándose hasta rozar a Lena y provocando más nervios en la misma.
- Si… si… - Carraspeo un poco y continuó. – Anjali me dijo hace poco que te invito y se lo agradecí.
- ¿de verdad?
- Si Julia… a mi… me alegra que hayas vendido esta noche – Con una sonrisa- No sabes cuánto… - susurrando lo último. Pero alcanzando a ser escuchada por la morena.
- Dudo que sea más que a mí. – Dijo en su oído. Lena se estremeció por la cercanía, pero no se alejó. Ambas habían olvidado donde se encontraban y en compañía de quienes estaban hasta que una voz las interrumpe.
- Mami. – Dice la niña rascándose un ojo. – Tengo sueño. – Rossie estaba adormilada.
El amor llega de donde menos lo espera… El amor es espontaneo, sincero, nunca miente.
El amor está presente hasta cuando no lo esperas, lo buscas, sientes, hueles…
El amor… El amor… El amor ha llegado a mi vida así sin precedentes, sin darme cuenta, pero se ha convertido en lo principal en mi vida desde que te conocí…
Gracias a tu amor te me has vuelto… Un cuento real.
El amor está presente hasta cuando no lo esperas, lo buscas, sientes, hueles…
El amor… El amor… El amor ha llegado a mi vida así sin precedentes, sin darme cuenta, pero se ha convertido en lo principal en mi vida desde que te conocí…
Gracias a tu amor te me has vuelto… Un cuento real.
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Pido disculpas por no haberme dado cuenta antes... Me he saltado un capitulo y ahora que estoy escribiendo lo note... Aquí lo dejo para que sincronicen xD
Capítulo VII
‘Ese día’
- No tienes nada de qué preocuparte mamá, solo fue una fiesta.
- Lena, pero Jenny me dijo que…
- Nada mami, por favor. – Interrumpe. – Lo prometiste, prometiste dejarme tranquila.
- Esta bien Lena. – suspirando. – Confío en ti. Pero, no pienses ni por un segundo, que no puedes contarme lo que quieras. – Tomando sus manos.
- Lo se mamá, y así será. – Sus palabras tranquilizaron a Inessa, y comenzaron a cenar tranquilas.
- Buenas noches. – Se escuchó esa voz tan familiar para Lena. Inessa vio esa extraña mujer sonreír al ver a su hija y no supo que decir.
- Julia... – Dijo Lena, más como un susurro, mostrando inmediatamente una sonrisa.
- Disculpen la interrupción. – Hablaba de nuevo la morena, esta vez prestando atención a Inessa. – Pero venia llegando, cuando te vi, Lena y… No quise pasar la oportunidad de saludar.
- No hay problema, Julia. – Contestó Lena, antes de escuchar a su madre carraspear y recordó que no estaba sola. – Oh, lo siento. Julia, te presento a mi madre.
- Mucho gusto señora. – Dándole la mano. – Soy Julia.
- Un placer, soy Inessa. – Correspondiendo el saludo.
- Por cierto, Lena. Aquí está mi pequeña, Rossie ella es Lena. – Mirando a la pequeña que se encontraba tras ella, la niña se acercó a Lena con cautela y estiro su mano.
- Hola, Lena. – Dijo con vergüenza.
- Hola Rossie, es un placer conocerte, tu mami me ha hablado mucho de ti. - La pelirroja sonriendo estiró su mano y la pequeña solo atinó a tomarla al darse cuenta que no fue en su misma dirección. Sacando una sonrisa mayor, si es que era posible, en Lena.
Inessa también se presentó con la pequeña, y esta se escondió tras su madre. La morena se disculpó diciéndole que Rossie es bastante tímida con desconocidos. Julia quería quedarse más tiempo, pero le asignaron una mesa, y no tuvo más remedio que despedirse e ir.
Después de que la morena se había ido a su mesa, la sonrisa en los labios de Lena no se podía borrar con nada. Inessa se dio cuenta de esto, y aunque quiso preguntarle, decidió no hacerlo, lo mejor era dejar que Lena viniera a ella para contarle. Aunque moría de ganas por saber quién era esta mujer, y su pequeña. Quería saber que tenía que ver con Lena.
- Julia es una amiga mamá. – Cinco minutos más tarde, luego de un silencio incomodo junto a su madre, Lena dijo lo que sabía esta quería saber.
- Una amiga ¿eh? – Dijo con tono insinuante.
- Si mamá, solo una amiga. - Respondiendo en el mismo tono.
- Puedo preguntar ¿de dónde?
- Bueno… – suspiro. Eventualmente tendría que contarle al respecto, así que simplemente lo haría ahora. – Nos conocimos hace unas semanas. Cuando salía de terapia. Y nos hemos encontrado en otras ocasiones después de eso. – Restándole importancia.
- Vaya… ¿Y ya son amigas? - Pregunto sorprendida.
- Podría decirse. – respondió alzando los hombros.
- ¿Segura que no hay nada más? – Las preguntas de Inessa iban más como insinuación, pero Lena tampoco le daba mucha más información de la necesaria. La pelirroja sabe bien lo que siente y piensa. Y conociendo a su madre, exageraría la situación. Suficiente con sus pensamientos, como para tener que soportar sermones por nada en realidad.
- Cuando tenga algo más de que hablar, lo haré madre. – Dijo finalmente después de unos segundos.
- Ok, supongo que puedo vivir con eso. – La respuesta de Lena le dio a entender lo que ya pensaba. Ya había dicho suficiente, solo quedaba esperar que su hija le compartiera algo, más adelante. – Una última cosa Lena. – Agregó.
- ¿Sí? – Dijo tranquila.
- No quiero que salgas lastimada, ten en cuenta eso.
- No te preocupes mamá. –Le dio una sonrisa a su madre para que quedara tranquila.
Desde su mesa, Julia no podía evitar ver esa pelirroja una y otra vez. En más de una ocasión la pequeña llamó su atención. Algo vio en su madre que le dio curiosidad. La morena presto toda su atención en Rossie y esta se quedó tranquila después de un rato.
En el bar, Naya estaba bastante alegre. Parecía ya estar muy tomada. Más de una chica estaba encima de ella bailando. Y Jenny totalmente perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta que su amiga estaba siendo acosada en la pista de baile.
- Esto es increíble – susurraba Jenny. Pidió otra copa más, parecía hacer competencia con su compañera de asiento.
- ¿Sabe algo? creo que comienza a embriagarse. – Escuchó Jenny a su lado.
- No me diga. – Contesta sarcástica sin voltearse.
- Lo sé, creo que lo obvio no se debe remarcar ¿o sí? – Dice también con sarcasmo.
- Mira quién habla. – Dijo rodando los ojos.
- No creo que pueda soportar más que yo en esto señorita. Si pudiera embriagarme, creo que ya lo habría hecho.
FLASHBACK…
- Maldita sea Ally ¿Qué diablos pasa contigo? – Emma daba golpes al volante, mientras conducía su carro. – Son las tres de la tarde. – Viendo su reloj. – Julia no contesta, debe estar dormida. – se decía a sí misma. – No puedo ni quiero ir a casa, si llego esta pelea terminara en algo mucho peor Allyson. ¡Maldita sea! – Volvió a golpear el volante de su carro.
La rubia estaba molesta y no tenía ganas de ir a casa. Hizo lo que primero llego a su mente, ya que se había quedado sin opciones, según ella. Entró al primer bar que encontró, con la sola intención de beber hasta el cansancio. Sabía perfectamente que no se emborracharía por mucho alcohol que ingiriera. Y, aun así, haría el intento. Olvidar los problemas por un rato en cualquier botella. Al menos ganaría tiempo para tranquilizarse y volver a casa para ‘hablar’ con su esposa.
FIN DE FLASHBACK
- No estoy en competencia con usted señora Emma. Y me parece que no es de su incumbencia lo que haga. – Dijo con rabia.
- En eso tiene razón. – Levanto su vaso haciendo un ademan de brindar.
- En todo caso, la que debería dejar de beber es usted. Aparentemente está sola. – Viendo a los lados, corroborando que lo que presenciaba era lo cierto. – Creo que no le agradaría mucho a su esposa, verla llegar a casa en ese estado. – Emma soltó un bufido.
- Como ya lo dije, si pudiera ya me habría embriagado. – Ignorando lo dicho por la castaña.
Jenny recordó que no estaba sola y con la mirada buscaba a su amiga. No la vio en su mesa, tampoco a la chica con la que la había dejado.
- ¿Dónde demonios estas? – Dijo en voz alta.
- Justo aquí... Lo dije, y ya se embriago. – Emma negaba con la cabeza.
- ¿Qué? ¡No, Claro que no! – Soltó un bufido antes de levantarse. – Olvídelo.
Camino hasta la mesa que compartía con Naya, viéndola en la pista de baile. La conocía a la perfección, estaba borracha. No podía dejarla sola en ese estado. Tomo sus cosas y se acercó a ella.
- Nay, Nay – la llamó. – Vámonos.
- ¿Qué? No, estás loca Jen. - Seguía bailando.
- Dije que nos vamos Naya, estas muy mal. – Le halo del brazo, tropezando con la gente y cayendo con su amiga.
- ¡Ves lo que haces Jenny! – Exclamó la morena. – Déjame seguir bailando. – Intento levantarse, pero estaba demasiado borracha.
- Moléstate si quieres, pero nos vamos Nay. – Con mucha dificultad la levanto.
Jenny llevaba arrastras a su amiga. Estaba demasiado borracha, casi ni podía con ella. Esto estaba siendo visto por Emma desde la barra. Al percatarse del estado de la morena y lo difícil que le era a Jenny manejarla, se acercó a ellas.
- Parece una tarea difícil. – Dice al llegar junto a las chicas.
- ¿Tú crees? – Suelta sarcástica Jenny.
- Por estas cosas no se debe ir a un bar sin apoyo físico y moral. – Tomo a Naya por el otro lado, ayudándola a salir. - ¿Dónde está su carro? Aunque pensándolo bien, ninguna de las dos se encuentra apta para conducir.
- Voy a pedir un taxi, gracias por la ayuda. – Trato de llevar a su amiga sola hasta la parada de taxis.
- ¿Por qué tendré que ser así? – dice Emma mirando al cielo. Camino alcanzando a las chicas y retomo su lugar de un momento antes. – Las llevo, mi carro es aquel. – Señalando con la cabeza.
- No hace falta que se moleste, gracias. – Jenny trató de sonar segura.
- Por favor no se haga la dura ¿sí? No puedo dejarlas ir en este estado. Yo manejo, pero usted me guía, no conozco bien la ciudad aún.
- Pero ¿Qué hay de su esposa? no quiero causar problemas.
- Las llevo y no se diga más.
Jenny quería y a la vez no, ser consciente de lo que estaba pasando. ¿De verdad se había encontrado con la única mujer que había llamado su atención en mucho tiempo, pero que no estaba disponible? Esto debía ser cosas de la vida, al menos de su vida. Siempre era así, puros altibajos. Cuando algo estaba bien, no duraba. O simplemente le pasan cosas malas tras otra. Pero ahora con esto, no sabía ni que pensar. Lo mejor era no pensar, ni ir más allá de lo que era. Una simple casualidad.
En casa de los Khanna, la pareja se preparaba para dormir. Anjali tenía un libro en manos, mientras Rahul revisaba unos correos en su laptop. Como era de esperarse, llegaron al tema del desayuno con Julia.
- ¿Cómo estuvo la salida con Julia cariño? – Rahul se quitó sus lentes y aparto su laptop.
- Muy buena, a Jul le gusto bastante la reunión de anoche. Eso es mucho decir viniendo de ella. – Se ríe. – Con respecto a eso… Hay algo más.
- ¿Algo más? – Rahul frunce el ceño.
- Viste a Lena ¿cierto?
- Si claro. – asintiendo.
- Ella y Julia se conocen… Y no solo eso.
- ¿Qué quieres decir? Acaso Julia y Lena…
- A Julia le gusta, y por lo que vi a Lena no le es indiferente.
- Pero no lo puedes asegurar.
- Tienes razón, pero la conozco Rahul.
- Déjame detenerte ahí. Estoy seguro de que no te meterás porque no estás en posición de hacerlo, pero algo te molesta. – La mira fijo, esperando la respuesta de su esposa.
- No me molesta, algo está en mi mente.
- ¿Qué es eso? – Cuestiona con el ceño fruncido.
- No quisiera ver a Lena lastimada.
- ¿Por qué algo así pasaría? ¿No conoces a Julia?
- Claro que sí, pero Lena es una mujer muy especial. No quisiera que se vea afectada con el mundo de Julia.
FLASHBACK…
- Dilo ya Lena, llevas media hora tratando de hablar y no haces más que soltar palabras sin sentido.
- Dame tiempo Anjali, por favor. – Respiro profundo.
- Cuando te sientas capaz.
- ¿Recuerdas que te dije que había conocido a alguien?
- Si, lo recuerdo.
- Pues… – unas lágrimas se asomaron en sus ojos. – Resultó no ser la chica ideal. – Dijo con una sonrisa falsa.
- No puede ser. – Dejo de anotar en su libreta por un momento y miró a Lena soltar algunas lágrimas.
- Si, puede ser. Puede ser que me volví la idiota más grande que existe. – Más lágrimas comenzaron a caer.
- No digas eso Lena. Sabes que no es así.
- Claro que si Anjali. Mírame, soy una ciega, torpe y estúpida. ¿Cómo no me di cuenta?
- ¿Qué paso Lena?
- Paso que me endulzo con palabras bonitas. Me envolvió en una gran red de mentiras.
- ¿Acaso eso es tu culpa? No debes expresarte así de ti misma.
- Pero me mintió todo este tiempo. Me mintió de la forma más tonta y yo no me di cuenta. Soy una gran…
- Un momento Lena. No sigas, no te hace bien pensar que eres todo lo que dices. Estas sufriendo, eso lo entiendo. Pero tú no eres culpable de cada persona cruel que existe en el mundo.
- Si tan solo no fuera… Si no estuviera… - Guardo silencio, volviendo a llorar.
- Oye, óyeme Lena. Vas a estar bien. Te llevará algo de tiempo quizás, pero aquí estoy. Te apoyo, tienes a Naya, Jenny y a tu mamá. No estás sola. No quiero que caigas en depresión por un desamor.
- Lo dices como si fuera tan fácil. – Suspirando.
- No, no lo es. Pero no tienes que afrontarlo tu sola. Cuentas conmigo Lena.
- No confiaré en nadie, nunca más Anjali. ¡Nunca! No quiero volver a pasar por algo así. – Volviendo a llorar.
FIN DE FLASHBACK
- Amor… – Rahul toma sus manos. – Lena no es tu hija, es tu paciente. Y como tú lo has dicho, es una mujer. Que es responsable y capaz de tomar sus propias decisiones. Ten un poco de fe en ella. Yo no creo que Lena vaya a sufrir. No si siente algo por Julia también.
- Te entiendo, pero…
- No hay peros que valgan. Me parece que harían una buena pareja. Además, Rossie la adoraría. – Dijo con una sonrisa para darle confianza a su esposa.
No se dijo nada más. Anjali quedo un poco más tranquila, pero no del todo. Quería hablar primero con Lena, saber que piensa ella al respecto. En efecto si estaba siendo sobreprotectora con la pelirroja, pero le había tomado tanto cariño que le era inevitable hacer algo, al menos si está en sus manos. Y lo iba a hacer.
Después de unos treinta minutos de camino, llegaban al Loft de Jenny… Naya hacía rato que se había quedado dormida, lucho y peleo con su amiga, pero esta la ignoro, ganando finalmente la batalla. Naya estaba más bebida de lo que parecía porque desde temprano estuvo tomando. Dando como resultado su estado tan alto de embriaguez.
- Es aquel edificio de allá. – Jenny señalaba la dirección a Emma. Quien en todo el camino no habló, más que para pedir indicaciones.
- Perfecto. – responde tranquilamente y baja la velocidad.
- Gracias por tomarse la molestia de traernos. – Jenny estaba menos ebria que su amiga, pero si temblaba, en particular por los nervios que sentía.
- No fue nada.
- Igual, gracias. – Desabrocho el cinturón de seguridad y bajo, abría la puerta trasera para sacar una Naya completamente desmayada.
En el intento de sacar a su amiga se dio un golpe con el techo del carro, se cayó encima de la morena que balbuceaba palabras sin sentido. En cada uno de los intentos fallidos Emma reía al verla por el espejo retrovisor. Finalmente decidió levantarse y ayudar a la castaña. Había relajado su mal humor con verla intentar sin tener éxito alguno.
- Permítame. – Jenny había visto a la rubia bajar, pero no se percató de lo rápido que había llegado a su lado. La sorprendió, poniéndola más nerviosa de lo que estaba.
- Gra… Gracias. – Tartamudeó.
- Si puede por favor ¿cerrar las puertas? – Emma tenía a Naya casi cargada.
- Eh… em, sí. – La castaña cerró las puertas y Emma con dificultad puso la alarma.
- Ahora ¿Hacia dónde?
- Si, por aquí. – Jenny se posiciono por el otro lado y ayudo a cargar a la morena.
El ascensor estaba desocupado y rápido subieron, al llegar Jenny sacó sus llaves y abrió para que Emma entrara con Naya.
- El paseo me canso más de lo que pensaba. La pondré aquí – Bajando la morena al gran mueble de la sala.
- No hay problema, demasiado hizo… Gracias de verdad por tanta molestia. – Sus nervios habían bajado un poco, se concentró en el estado de Naya y no en lo que sentía al estar cerca de la rubia.
- No fue nada. Ahora, me retiro. – Caminando en dirección a la salida.
- ¡No! – Jenny la tomo del brazo, soltándola al instante. – Lo siento, lo siento. – Se disculpa nerviosa. – Quiero decir ¿quiere un vaso de agua, café? – Vio a Emma dudar y cuando pensó que se negaría hablo nuevamente. – Por las molestias causadas.
- Bueno… - Suspiró. – Un café no estaría mal antes de partir. –
Emma pensó que aún era temprano, Allyson debía estar furica y ella no se sentía con las fuerzas necesarias para seguir la discusión. Retrasar un poco más su llegada a casa era lo mejor que podía hacer, así que acepto tomar una taza de café.
En casa de Lena, Inessa tenía rato queriendo decir algo. Llevaban casi una hora desde que entraron al lugar, en la sala, hablando como de costumbre. Habían hablado un poco sobre la fiesta, la pelirroja no le había contado a su madre de quien ni sobre que fue la misma. Y sabía que algo andaba en su cabeza, la conocía a la perfección. Tantos murmullos y respiraciones profundas eran porque estaba pensando.
- Iré al piano a practicar madre. - Decidió excusarse y no seguirle la corriente. Quizás así desistía la idea de hablar.
- Esta bien hija. – Se levantó y le dio un beso en la frente. – Prepararé té ¿quieres un poco?
- Sí. Gracias mamá – Respondió con una sonrisa. Pensó que se había salido con la suya.
- Y ¿Lena? – La llamó antes de irse.
- Si madre.
- Esa fiesta de anoche era de esa mujer Julia ¿no es cierto? – Dijo eso más como afirmación que pregunta. La pelirroja solo suspiró. – En tan poco tiempo son amigas, te saludó al llegar al restaurant y estuvo viéndote toda la noche, además de que prácticamente corrió a la salida cuando nos íbamos. Tan solo para despedirse de ti.
- Te dije que, si había algo que contar, lo haría ¿O no? – Inessa iba a interrumpir, pero no le dejó. – Si mamá, la fiesta era de ella y si mamá es solo mi amiga, en tan poco tiempo, como tú lo dices… - Guardo silencio por u momento, y se levantó. – Practicaré por la mañana, me retiro a dormir, no quiero el té, gracias.
- Pero Len, hija. – La llamó y esta ya iba camino a las escaleras.
- Tenías que hacerlo madre ¿no podías esperar que yo hablara contigo? – Le reprochó. – Esta fue la última vez mamá. No se repetirá esto, no diré más nada. No sé qué piensas hacer con tu sobreprotección. Pero ya estoy cansada, no me tratarás como una inútil por siempre.
- No se trata de eso Lena, sabes que no eres una inútil hija, solo, yo solo… me preocupo mi niña... Tú, no me dices las cosas y yo tengo que acabar preguntando porque…
- ¡Nada mamá! – Gritó. – Yo no te digo nada porque perdí la confianza en ti. Tú siempre preocupada por mí, cuando no hay motivos, indagas mi vida con los pocos amigos que me quedan ¿Cómo crees que me siento con eso? Eres Tu quien no confía en mí, eres tu quien vive con miedo, no ¡YO! – Su voz subía cada vez más. – No me dejas vivir mama, respirando siempre encima de mí. – La pelirroja temblaba y unas lágrimas de impotencia salían de sus ojos.
- Lena hija. – Trato de tomar sus manos y la pelirroja se alejó de ella.
- Me iré mamá. – tomándose del pasamanos siguió su camino hasta su cuarto. Ignoro el llamado de su madre una y otra vez, que lloraba. Hasta que finalmente llego a su cuarto, cerró la puerta y se sentó en el piso a llorar.
Lena sentía mucha impotencia. Inessa nunca iba a confiar en ella, siempre la iba a sobreproteger y eso solo significaba que no podría vivir su vida tranquilamente como quería. Hacía tanto tiempo que se había acostumbrado a su ceguera, aprendió a vivir normalmente. Tenía trabajo, vida social, aunque no como antes, pero quería mejorar todo. Algo que, venía pensando últimamente, jamás ocurriría mientras Inessa siguiera metiéndose en sus decisiones. Lo mejor era irse. Poner no solo límites ahora, sino distancia también.
Después de necesitar la ayuda de Emma una vez más, para llevar a Naya hasta la cama, una avergonzada y nerviosa Jenny terminaba de servir dos tazas de café. Se sentía un poco mareada.
- ¿Hace mucho que viven aquí? – Emma hacía conversación.
- No, bueno… Solo yo, desde que me gradué y comencé en la academia de baile, busqué un empleo que me diera para pagar un espacio solo para mí.
- ¿Cómo está eso?
- Nunca viví sola, hasta los 20 años. Después de reunir el dinero suficiente. – Jenny vio el desconcierto en el rostro de Emma así que le hizo un breve resumen.
- Entiendo que fueras huérfana y vivieras en residencias compartidas con tus compañeras de beca en la secundaria, pero ¿Qué hay de tu… amiga? – señalando en dirección del cuarto donde Naya dormía.
- ¿Naya? – Dice sin entender. – Oh cierto – Se golpeó la frente. – Que tonta soy… El Loft es solo mío. Naya de vez en cuando se queda aquí. O yo me quedo con ella en su pent-house.
- Ya veo… Como esta noche, lo acordaron, por su ‘noche de chicas’ – Hizo referencia a la noche que asumió estaban teniendo.
- Exactamente. – Soltando una risa.
Llevaban media hora riendo por las anécdotas de Jenny. Emma se sentía bastante relajada y tranquila, finalmente el día estaba siendo más ameno para ella. Pero ya era tiempo de volver a la realidad, había extendido bastante el tiempo de partida.
- Bueno… Jenny, créeme que ha resultado todo un placer haberte ayudado con tu amiga, y beber café. – Alzando la taza vacía. – Pero es momento de retirarme.
- Claro, sí. Gracias por todo. El placer fue mío. Se levantó y llevo las tazas al fregadero. Camino junto a Emma hasta la sala.
- Gracias a ti. – Se detuvo un momento y se giró hacia la ventana. – No pude evitar notar la vista... Es, bastante impresionante.
- Fue lo que precisamente me hizo quedar con el lugar. – Dijo con una sonrisa.
- Excelente decisión. – Le devolvió la sonrisa. – Ahora sí, me despido.
Caminaron hacia la entrada. Jenny se adelantó un poco para abrir la puerta, acercándose muy peligrosamente al rostro de Emma. La rubia no vio venir lo que pasaría. Sintió un impulso, entonces se inclinó un poco, con intención de tocar los labios de la castaña. Jenny olvido por completo todo lo que pasaba por su mente hasta ese instante, simplemente se dejó llevar y al ver a Emma acercarse a ella mirando sus labios, hizo lo mismo. Escasos milímetros una de la otra. Apenas era un roce de labios, que pronto se volvería un beso. Entonces suena el teléfono de Jenny rompiendo el momento. Emma se separa rápidamente, cayendo en cuenta de que lo que estaba a punto de hacer era un error.
- Yo… yo, lo siento mucho. – Emma se disculpa.
- No, no hay porque, fue mi culpa, yo lo siento, de verdad. – responde Jenny avergonzada y disgustada a la vez por esa interrupción.
Ambas estaban nerviosas. Jenny porque estuvo a punto de hacer algo que quería desde conoció a esa mujer. Pero Emma, Emma estaba nerviosa porque sabía que eso era un error, pero en el fondo sentía ganas de terminarlo y se lamentó por la interrupción. El teléfono de Jenny volvía a sonar. Eso puso más nerviosa a la rubia que le pidió contestar para poder retirarse.
- Hola Inessa. – Contesta después de ver el identificador. - ¿Qué Lena dijo qué? – grito llamando la atención de Emma. – Pero… ¿Qué sucedió? – Guardo silencio escuchando lo que decía Inessa desde el otro lado de la línea. – No, Inessa, oye. Tranquila, por favor no le digas nada más, yo iré temprano hasta allá… Si, si, Inessa. Por favor llama si te dice algo más, solo déjala por ahora. – Termino la llamada y regreso su atención a Emma.
- ¿Todo bien? – Pregunto al ver el rostro de Jenny.
- Sí. Vamos. – Caminando otra vez a la salida
Al llegar al carro de la rubia la tensión volvió. Jenny no supo que hacer, entonces se despidió con un apretón de manos. Que Emma correspondió y sin más subió a su carro alejándose del lugar. La castaña suspiro y camino de regreso al Loft. Subió, limpio y recogió todo en la sala antes de ir a darse un baño. Un rato más tarde cuando salía de la bañera escucho un ruido, al salir del baño, una temblorosa Naya entraba en su cuarto.
- ¿Tienes aspirinas? – Pidió, reflejando un fuerte dolor de cabeza. Jenny solo negó con la cabeza.
- Necesitas más que eso. Te daré un poco de café y por favor, ve a darte un baño. – Señalándole de arriba abajo. – Tienes un aspecto realmente horrible.
- Muérdeme Hartman. – Dijo molesta antes de salir del cuarto.
Anjali toca con insistencia la puerta. Momentos después vio a Inessa aparecer frente a ella.
- ¿Doctora Anjali, que hace usted aquí?
- Inessa, disculpe, Lena me llamo, estaba llorando. Dijo que quería hablar conmigo. – Su voz era de preocupación.
- Me lo imagino. – Bajando la mirada. – Esta arriba, pase. – Se hizo a un lado, dándole paso a Anjali. Que no perdió tiempo y en pocos minutos llegaba al cuarto de la pelirroja.
- Lena es Anjali, abre por favor. – Dijo al notar que la puerta tenía seguro.
- Llegaste. – Fue lo que dijo Lena al abrir. Estaba llorando.
- Lena, por Dios ¿Estas bien? ¿Qué te paso? ¿Por qué estas así? – Comenzó a interrogarla.
- Volví a caer Anjali. – Dijo cabizbaja.
- ¿Cómo? – Pregunto desconcertada.
- Que soy una tonta, una estúpida. Volvieron a jugar con mi corazón, con mis sentimientos.
- ¿De qué hablas Lena, que paso?
- Caí otra vez Anjali! – Grito. – Y tú, tú lo sabías todo. – Lena temblaba. – Julia, ella me gustaba y pensé que yo también a ella… Pero… Pero ella solo quería jugar conmigo.
- No. – Anjali se llevó ambas manos al rostro.
- Ya lo sé todo. – Se limpió las lágrimas. – Ya sé que está casada con el tal Andrew, está casada y vive con el padre de su hija. – Las lágrimas volvían a caer. – Y tú no me dijiste, no me lo dijiste Anjali, no me lo advertiste. – Comenzó a gritar alterada. - ¿Por qué no me lo dijiste Anjali? – Lena se lanzó al piso destrozada, llorando, sin dejar de gritar. - ¿Por qué lo hiciste, por qué? – Lo repetía una y otra vez acunada en el piso.
Bañada en sudor y temblando Anjali se levanta de la cama. – Fue solo un sueño – Se dijo. – Voltea y ve a su esposo dormir tranquilamente. – Tengo que hablar con Lena. – Ve el reloj de su mesa de noche 12:00am. – Tendré que esperar hasta mañana… Si es que puedo. – Suspira al saber que no podrá dormir tan fácilmente otra vez.
Una hora más tarde, Anjali sigue dando vueltas en la cama. Cansada de intentar dormir, se levanta. Quizás un poco de leche caliente le ayude a conciliar el sueño. Como no deja de pensar en que debe hablar con Lena, y no puede hacerlo en ese instante, decide escribirle a la persona que puede ayudarle con el problema que tiene.
- Jul ¿estás despierta? – Piensa antes de enviar el mensaje, hasta que finalmente lo hace.
- Anjie… ¿Pasa algo? – 30 segundos después llega la respuesta.
- No pasa nada, disculpa que te moleste a esta hora.
- No hay problema. Dime ¿Qué te atormenta?
- Me conoces tan bien. Pues… Tú.
- ¿Yo? ¿Desde cuándo interrumpo tu sueño querida amiga? – Ríe al enviar el mensaje.
- Por Dios Volkova ¿podrías ser serria una vez en tu vida?
- Es grave el asunto ¿De verdad no pasa nada?
- Si pasa, que no puedo dormir. Porque estoy preocupada por Lena.
- ¿Qué le pasa Lena? – la morena se levantó de golpe. Se encontraba en su cama leyendo un libro. No espero respuesta de su amiga, y la llamo. – Anjie ¿Qué le paso a Lena? – Su tono de voz era preocupado.
- No era necesario que llamaras Jul, no le ha pasado nada. Soy yo, estoy preocupada por lo que me dijiste hoy. – Julia boto el aire que sus pulmones retenían.
- ¿Porque te dije que me gusta? Tú no cambias Anjali. Te dije que le pienso contar todo.
- Pero ¿Cuándo Julia? Lena es muy sensible y ella me importa mucho.
- Muy sensible Anjali, pero es una mujer adulta, no una niña. Además, creo que es algo que debo hacer yo, y no deberías meterte en el asunto. Entiendo tu preocupación, pero, no hay nada que temer.
- ¿Se supone que eso debería tranquilizarme?
- Se supone que eso debería mantenerte fuera de mis asuntos personales, a menos que pida tu opinión. – Soltó un poco molesta.
- Julia Volkova si tu… - Iba a amenazar a la morena.
- Yo nada Anjali. – Interrumpe. – Este es un asunto entre Lena y yo. Que compartí con mi amiga algo de confianza fue una cosa, de allí a soportar que la terapeuta sobreprotectora de Lena me amenace es otra.
Capítulo VII
‘Ese día’
- Lena, pero Jenny me dijo que…
- Nada mami, por favor. – Interrumpe. – Lo prometiste, prometiste dejarme tranquila.
- Esta bien Lena. – suspirando. – Confío en ti. Pero, no pienses ni por un segundo, que no puedes contarme lo que quieras. – Tomando sus manos.
- Lo se mamá, y así será. – Sus palabras tranquilizaron a Inessa, y comenzaron a cenar tranquilas.
- Buenas noches. – Se escuchó esa voz tan familiar para Lena. Inessa vio esa extraña mujer sonreír al ver a su hija y no supo que decir.
- Julia... – Dijo Lena, más como un susurro, mostrando inmediatamente una sonrisa.
- Disculpen la interrupción. – Hablaba de nuevo la morena, esta vez prestando atención a Inessa. – Pero venia llegando, cuando te vi, Lena y… No quise pasar la oportunidad de saludar.
- No hay problema, Julia. – Contestó Lena, antes de escuchar a su madre carraspear y recordó que no estaba sola. – Oh, lo siento. Julia, te presento a mi madre.
- Mucho gusto señora. – Dándole la mano. – Soy Julia.
- Un placer, soy Inessa. – Correspondiendo el saludo.
- Por cierto, Lena. Aquí está mi pequeña, Rossie ella es Lena. – Mirando a la pequeña que se encontraba tras ella, la niña se acercó a Lena con cautela y estiro su mano.
- Hola, Lena. – Dijo con vergüenza.
- Hola Rossie, es un placer conocerte, tu mami me ha hablado mucho de ti. - La pelirroja sonriendo estiró su mano y la pequeña solo atinó a tomarla al darse cuenta que no fue en su misma dirección. Sacando una sonrisa mayor, si es que era posible, en Lena.
Inessa también se presentó con la pequeña, y esta se escondió tras su madre. La morena se disculpó diciéndole que Rossie es bastante tímida con desconocidos. Julia quería quedarse más tiempo, pero le asignaron una mesa, y no tuvo más remedio que despedirse e ir.
Después de que la morena se había ido a su mesa, la sonrisa en los labios de Lena no se podía borrar con nada. Inessa se dio cuenta de esto, y aunque quiso preguntarle, decidió no hacerlo, lo mejor era dejar que Lena viniera a ella para contarle. Aunque moría de ganas por saber quién era esta mujer, y su pequeña. Quería saber que tenía que ver con Lena.
- Julia es una amiga mamá. – Cinco minutos más tarde, luego de un silencio incomodo junto a su madre, Lena dijo lo que sabía esta quería saber.
- Una amiga ¿eh? – Dijo con tono insinuante.
- Si mamá, solo una amiga. - Respondiendo en el mismo tono.
- Puedo preguntar ¿de dónde?
- Bueno… – suspiro. Eventualmente tendría que contarle al respecto, así que simplemente lo haría ahora. – Nos conocimos hace unas semanas. Cuando salía de terapia. Y nos hemos encontrado en otras ocasiones después de eso. – Restándole importancia.
- Vaya… ¿Y ya son amigas? - Pregunto sorprendida.
- Podría decirse. – respondió alzando los hombros.
- ¿Segura que no hay nada más? – Las preguntas de Inessa iban más como insinuación, pero Lena tampoco le daba mucha más información de la necesaria. La pelirroja sabe bien lo que siente y piensa. Y conociendo a su madre, exageraría la situación. Suficiente con sus pensamientos, como para tener que soportar sermones por nada en realidad.
- Cuando tenga algo más de que hablar, lo haré madre. – Dijo finalmente después de unos segundos.
- Ok, supongo que puedo vivir con eso. – La respuesta de Lena le dio a entender lo que ya pensaba. Ya había dicho suficiente, solo quedaba esperar que su hija le compartiera algo, más adelante. – Una última cosa Lena. – Agregó.
- ¿Sí? – Dijo tranquila.
- No quiero que salgas lastimada, ten en cuenta eso.
- No te preocupes mamá. –Le dio una sonrisa a su madre para que quedara tranquila.
Desde su mesa, Julia no podía evitar ver esa pelirroja una y otra vez. En más de una ocasión la pequeña llamó su atención. Algo vio en su madre que le dio curiosidad. La morena presto toda su atención en Rossie y esta se quedó tranquila después de un rato.
En el bar, Naya estaba bastante alegre. Parecía ya estar muy tomada. Más de una chica estaba encima de ella bailando. Y Jenny totalmente perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta que su amiga estaba siendo acosada en la pista de baile.
- Esto es increíble – susurraba Jenny. Pidió otra copa más, parecía hacer competencia con su compañera de asiento.
- ¿Sabe algo? creo que comienza a embriagarse. – Escuchó Jenny a su lado.
- No me diga. – Contesta sarcástica sin voltearse.
- Lo sé, creo que lo obvio no se debe remarcar ¿o sí? – Dice también con sarcasmo.
- Mira quién habla. – Dijo rodando los ojos.
- No creo que pueda soportar más que yo en esto señorita. Si pudiera embriagarme, creo que ya lo habría hecho.
FLASHBACK…
- Maldita sea Ally ¿Qué diablos pasa contigo? – Emma daba golpes al volante, mientras conducía su carro. – Son las tres de la tarde. – Viendo su reloj. – Julia no contesta, debe estar dormida. – se decía a sí misma. – No puedo ni quiero ir a casa, si llego esta pelea terminara en algo mucho peor Allyson. ¡Maldita sea! – Volvió a golpear el volante de su carro.
La rubia estaba molesta y no tenía ganas de ir a casa. Hizo lo que primero llego a su mente, ya que se había quedado sin opciones, según ella. Entró al primer bar que encontró, con la sola intención de beber hasta el cansancio. Sabía perfectamente que no se emborracharía por mucho alcohol que ingiriera. Y, aun así, haría el intento. Olvidar los problemas por un rato en cualquier botella. Al menos ganaría tiempo para tranquilizarse y volver a casa para ‘hablar’ con su esposa.
FIN DE FLASHBACK
- No estoy en competencia con usted señora Emma. Y me parece que no es de su incumbencia lo que haga. – Dijo con rabia.
- En eso tiene razón. – Levanto su vaso haciendo un ademan de brindar.
- En todo caso, la que debería dejar de beber es usted. Aparentemente está sola. – Viendo a los lados, corroborando que lo que presenciaba era lo cierto. – Creo que no le agradaría mucho a su esposa, verla llegar a casa en ese estado. – Emma soltó un bufido.
- Como ya lo dije, si pudiera ya me habría embriagado. – Ignorando lo dicho por la castaña.
Jenny recordó que no estaba sola y con la mirada buscaba a su amiga. No la vio en su mesa, tampoco a la chica con la que la había dejado.
- ¿Dónde demonios estas? – Dijo en voz alta.
- Justo aquí... Lo dije, y ya se embriago. – Emma negaba con la cabeza.
- ¿Qué? ¡No, Claro que no! – Soltó un bufido antes de levantarse. – Olvídelo.
Camino hasta la mesa que compartía con Naya, viéndola en la pista de baile. La conocía a la perfección, estaba borracha. No podía dejarla sola en ese estado. Tomo sus cosas y se acercó a ella.
- Nay, Nay – la llamó. – Vámonos.
- ¿Qué? No, estás loca Jen. - Seguía bailando.
- Dije que nos vamos Naya, estas muy mal. – Le halo del brazo, tropezando con la gente y cayendo con su amiga.
- ¡Ves lo que haces Jenny! – Exclamó la morena. – Déjame seguir bailando. – Intento levantarse, pero estaba demasiado borracha.
- Moléstate si quieres, pero nos vamos Nay. – Con mucha dificultad la levanto.
Jenny llevaba arrastras a su amiga. Estaba demasiado borracha, casi ni podía con ella. Esto estaba siendo visto por Emma desde la barra. Al percatarse del estado de la morena y lo difícil que le era a Jenny manejarla, se acercó a ellas.
- Parece una tarea difícil. – Dice al llegar junto a las chicas.
- ¿Tú crees? – Suelta sarcástica Jenny.
- Por estas cosas no se debe ir a un bar sin apoyo físico y moral. – Tomo a Naya por el otro lado, ayudándola a salir. - ¿Dónde está su carro? Aunque pensándolo bien, ninguna de las dos se encuentra apta para conducir.
- Voy a pedir un taxi, gracias por la ayuda. – Trato de llevar a su amiga sola hasta la parada de taxis.
- ¿Por qué tendré que ser así? – dice Emma mirando al cielo. Camino alcanzando a las chicas y retomo su lugar de un momento antes. – Las llevo, mi carro es aquel. – Señalando con la cabeza.
- No hace falta que se moleste, gracias. – Jenny trató de sonar segura.
- Por favor no se haga la dura ¿sí? No puedo dejarlas ir en este estado. Yo manejo, pero usted me guía, no conozco bien la ciudad aún.
- Pero ¿Qué hay de su esposa? no quiero causar problemas.
- Las llevo y no se diga más.
Jenny quería y a la vez no, ser consciente de lo que estaba pasando. ¿De verdad se había encontrado con la única mujer que había llamado su atención en mucho tiempo, pero que no estaba disponible? Esto debía ser cosas de la vida, al menos de su vida. Siempre era así, puros altibajos. Cuando algo estaba bien, no duraba. O simplemente le pasan cosas malas tras otra. Pero ahora con esto, no sabía ni que pensar. Lo mejor era no pensar, ni ir más allá de lo que era. Una simple casualidad.
En casa de los Khanna, la pareja se preparaba para dormir. Anjali tenía un libro en manos, mientras Rahul revisaba unos correos en su laptop. Como era de esperarse, llegaron al tema del desayuno con Julia.
- ¿Cómo estuvo la salida con Julia cariño? – Rahul se quitó sus lentes y aparto su laptop.
- Muy buena, a Jul le gusto bastante la reunión de anoche. Eso es mucho decir viniendo de ella. – Se ríe. – Con respecto a eso… Hay algo más.
- ¿Algo más? – Rahul frunce el ceño.
- Viste a Lena ¿cierto?
- Si claro. – asintiendo.
- Ella y Julia se conocen… Y no solo eso.
- ¿Qué quieres decir? Acaso Julia y Lena…
- A Julia le gusta, y por lo que vi a Lena no le es indiferente.
- Pero no lo puedes asegurar.
- Tienes razón, pero la conozco Rahul.
- Déjame detenerte ahí. Estoy seguro de que no te meterás porque no estás en posición de hacerlo, pero algo te molesta. – La mira fijo, esperando la respuesta de su esposa.
- No me molesta, algo está en mi mente.
- ¿Qué es eso? – Cuestiona con el ceño fruncido.
- No quisiera ver a Lena lastimada.
- ¿Por qué algo así pasaría? ¿No conoces a Julia?
- Claro que sí, pero Lena es una mujer muy especial. No quisiera que se vea afectada con el mundo de Julia.
FLASHBACK…
- Dilo ya Lena, llevas media hora tratando de hablar y no haces más que soltar palabras sin sentido.
- Dame tiempo Anjali, por favor. – Respiro profundo.
- Cuando te sientas capaz.
- ¿Recuerdas que te dije que había conocido a alguien?
- Si, lo recuerdo.
- Pues… – unas lágrimas se asomaron en sus ojos. – Resultó no ser la chica ideal. – Dijo con una sonrisa falsa.
- No puede ser. – Dejo de anotar en su libreta por un momento y miró a Lena soltar algunas lágrimas.
- Si, puede ser. Puede ser que me volví la idiota más grande que existe. – Más lágrimas comenzaron a caer.
- No digas eso Lena. Sabes que no es así.
- Claro que si Anjali. Mírame, soy una ciega, torpe y estúpida. ¿Cómo no me di cuenta?
- ¿Qué paso Lena?
- Paso que me endulzo con palabras bonitas. Me envolvió en una gran red de mentiras.
- ¿Acaso eso es tu culpa? No debes expresarte así de ti misma.
- Pero me mintió todo este tiempo. Me mintió de la forma más tonta y yo no me di cuenta. Soy una gran…
- Un momento Lena. No sigas, no te hace bien pensar que eres todo lo que dices. Estas sufriendo, eso lo entiendo. Pero tú no eres culpable de cada persona cruel que existe en el mundo.
- Si tan solo no fuera… Si no estuviera… - Guardo silencio, volviendo a llorar.
- Oye, óyeme Lena. Vas a estar bien. Te llevará algo de tiempo quizás, pero aquí estoy. Te apoyo, tienes a Naya, Jenny y a tu mamá. No estás sola. No quiero que caigas en depresión por un desamor.
- Lo dices como si fuera tan fácil. – Suspirando.
- No, no lo es. Pero no tienes que afrontarlo tu sola. Cuentas conmigo Lena.
- No confiaré en nadie, nunca más Anjali. ¡Nunca! No quiero volver a pasar por algo así. – Volviendo a llorar.
FIN DE FLASHBACK
- Amor… – Rahul toma sus manos. – Lena no es tu hija, es tu paciente. Y como tú lo has dicho, es una mujer. Que es responsable y capaz de tomar sus propias decisiones. Ten un poco de fe en ella. Yo no creo que Lena vaya a sufrir. No si siente algo por Julia también.
- Te entiendo, pero…
- No hay peros que valgan. Me parece que harían una buena pareja. Además, Rossie la adoraría. – Dijo con una sonrisa para darle confianza a su esposa.
No se dijo nada más. Anjali quedo un poco más tranquila, pero no del todo. Quería hablar primero con Lena, saber que piensa ella al respecto. En efecto si estaba siendo sobreprotectora con la pelirroja, pero le había tomado tanto cariño que le era inevitable hacer algo, al menos si está en sus manos. Y lo iba a hacer.
Después de unos treinta minutos de camino, llegaban al Loft de Jenny… Naya hacía rato que se había quedado dormida, lucho y peleo con su amiga, pero esta la ignoro, ganando finalmente la batalla. Naya estaba más bebida de lo que parecía porque desde temprano estuvo tomando. Dando como resultado su estado tan alto de embriaguez.
- Es aquel edificio de allá. – Jenny señalaba la dirección a Emma. Quien en todo el camino no habló, más que para pedir indicaciones.
- Perfecto. – responde tranquilamente y baja la velocidad.
- Gracias por tomarse la molestia de traernos. – Jenny estaba menos ebria que su amiga, pero si temblaba, en particular por los nervios que sentía.
- No fue nada.
- Igual, gracias. – Desabrocho el cinturón de seguridad y bajo, abría la puerta trasera para sacar una Naya completamente desmayada.
En el intento de sacar a su amiga se dio un golpe con el techo del carro, se cayó encima de la morena que balbuceaba palabras sin sentido. En cada uno de los intentos fallidos Emma reía al verla por el espejo retrovisor. Finalmente decidió levantarse y ayudar a la castaña. Había relajado su mal humor con verla intentar sin tener éxito alguno.
- Permítame. – Jenny había visto a la rubia bajar, pero no se percató de lo rápido que había llegado a su lado. La sorprendió, poniéndola más nerviosa de lo que estaba.
- Gra… Gracias. – Tartamudeó.
- Si puede por favor ¿cerrar las puertas? – Emma tenía a Naya casi cargada.
- Eh… em, sí. – La castaña cerró las puertas y Emma con dificultad puso la alarma.
- Ahora ¿Hacia dónde?
- Si, por aquí. – Jenny se posiciono por el otro lado y ayudo a cargar a la morena.
El ascensor estaba desocupado y rápido subieron, al llegar Jenny sacó sus llaves y abrió para que Emma entrara con Naya.
- El paseo me canso más de lo que pensaba. La pondré aquí – Bajando la morena al gran mueble de la sala.
- No hay problema, demasiado hizo… Gracias de verdad por tanta molestia. – Sus nervios habían bajado un poco, se concentró en el estado de Naya y no en lo que sentía al estar cerca de la rubia.
- No fue nada. Ahora, me retiro. – Caminando en dirección a la salida.
- ¡No! – Jenny la tomo del brazo, soltándola al instante. – Lo siento, lo siento. – Se disculpa nerviosa. – Quiero decir ¿quiere un vaso de agua, café? – Vio a Emma dudar y cuando pensó que se negaría hablo nuevamente. – Por las molestias causadas.
- Bueno… - Suspiró. – Un café no estaría mal antes de partir. –
Emma pensó que aún era temprano, Allyson debía estar furica y ella no se sentía con las fuerzas necesarias para seguir la discusión. Retrasar un poco más su llegada a casa era lo mejor que podía hacer, así que acepto tomar una taza de café.
En casa de Lena, Inessa tenía rato queriendo decir algo. Llevaban casi una hora desde que entraron al lugar, en la sala, hablando como de costumbre. Habían hablado un poco sobre la fiesta, la pelirroja no le había contado a su madre de quien ni sobre que fue la misma. Y sabía que algo andaba en su cabeza, la conocía a la perfección. Tantos murmullos y respiraciones profundas eran porque estaba pensando.
- Iré al piano a practicar madre. - Decidió excusarse y no seguirle la corriente. Quizás así desistía la idea de hablar.
- Esta bien hija. – Se levantó y le dio un beso en la frente. – Prepararé té ¿quieres un poco?
- Sí. Gracias mamá – Respondió con una sonrisa. Pensó que se había salido con la suya.
- Y ¿Lena? – La llamó antes de irse.
- Si madre.
- Esa fiesta de anoche era de esa mujer Julia ¿no es cierto? – Dijo eso más como afirmación que pregunta. La pelirroja solo suspiró. – En tan poco tiempo son amigas, te saludó al llegar al restaurant y estuvo viéndote toda la noche, además de que prácticamente corrió a la salida cuando nos íbamos. Tan solo para despedirse de ti.
- Te dije que, si había algo que contar, lo haría ¿O no? – Inessa iba a interrumpir, pero no le dejó. – Si mamá, la fiesta era de ella y si mamá es solo mi amiga, en tan poco tiempo, como tú lo dices… - Guardo silencio por u momento, y se levantó. – Practicaré por la mañana, me retiro a dormir, no quiero el té, gracias.
- Pero Len, hija. – La llamó y esta ya iba camino a las escaleras.
- Tenías que hacerlo madre ¿no podías esperar que yo hablara contigo? – Le reprochó. – Esta fue la última vez mamá. No se repetirá esto, no diré más nada. No sé qué piensas hacer con tu sobreprotección. Pero ya estoy cansada, no me tratarás como una inútil por siempre.
- No se trata de eso Lena, sabes que no eres una inútil hija, solo, yo solo… me preocupo mi niña... Tú, no me dices las cosas y yo tengo que acabar preguntando porque…
- ¡Nada mamá! – Gritó. – Yo no te digo nada porque perdí la confianza en ti. Tú siempre preocupada por mí, cuando no hay motivos, indagas mi vida con los pocos amigos que me quedan ¿Cómo crees que me siento con eso? Eres Tu quien no confía en mí, eres tu quien vive con miedo, no ¡YO! – Su voz subía cada vez más. – No me dejas vivir mama, respirando siempre encima de mí. – La pelirroja temblaba y unas lágrimas de impotencia salían de sus ojos.
- Lena hija. – Trato de tomar sus manos y la pelirroja se alejó de ella.
- Me iré mamá. – tomándose del pasamanos siguió su camino hasta su cuarto. Ignoro el llamado de su madre una y otra vez, que lloraba. Hasta que finalmente llego a su cuarto, cerró la puerta y se sentó en el piso a llorar.
Lena sentía mucha impotencia. Inessa nunca iba a confiar en ella, siempre la iba a sobreproteger y eso solo significaba que no podría vivir su vida tranquilamente como quería. Hacía tanto tiempo que se había acostumbrado a su ceguera, aprendió a vivir normalmente. Tenía trabajo, vida social, aunque no como antes, pero quería mejorar todo. Algo que, venía pensando últimamente, jamás ocurriría mientras Inessa siguiera metiéndose en sus decisiones. Lo mejor era irse. Poner no solo límites ahora, sino distancia también.
Después de necesitar la ayuda de Emma una vez más, para llevar a Naya hasta la cama, una avergonzada y nerviosa Jenny terminaba de servir dos tazas de café. Se sentía un poco mareada.
- ¿Hace mucho que viven aquí? – Emma hacía conversación.
- No, bueno… Solo yo, desde que me gradué y comencé en la academia de baile, busqué un empleo que me diera para pagar un espacio solo para mí.
- ¿Cómo está eso?
- Nunca viví sola, hasta los 20 años. Después de reunir el dinero suficiente. – Jenny vio el desconcierto en el rostro de Emma así que le hizo un breve resumen.
- Entiendo que fueras huérfana y vivieras en residencias compartidas con tus compañeras de beca en la secundaria, pero ¿Qué hay de tu… amiga? – señalando en dirección del cuarto donde Naya dormía.
- ¿Naya? – Dice sin entender. – Oh cierto – Se golpeó la frente. – Que tonta soy… El Loft es solo mío. Naya de vez en cuando se queda aquí. O yo me quedo con ella en su pent-house.
- Ya veo… Como esta noche, lo acordaron, por su ‘noche de chicas’ – Hizo referencia a la noche que asumió estaban teniendo.
- Exactamente. – Soltando una risa.
Llevaban media hora riendo por las anécdotas de Jenny. Emma se sentía bastante relajada y tranquila, finalmente el día estaba siendo más ameno para ella. Pero ya era tiempo de volver a la realidad, había extendido bastante el tiempo de partida.
- Bueno… Jenny, créeme que ha resultado todo un placer haberte ayudado con tu amiga, y beber café. – Alzando la taza vacía. – Pero es momento de retirarme.
- Claro, sí. Gracias por todo. El placer fue mío. Se levantó y llevo las tazas al fregadero. Camino junto a Emma hasta la sala.
- Gracias a ti. – Se detuvo un momento y se giró hacia la ventana. – No pude evitar notar la vista... Es, bastante impresionante.
- Fue lo que precisamente me hizo quedar con el lugar. – Dijo con una sonrisa.
- Excelente decisión. – Le devolvió la sonrisa. – Ahora sí, me despido.
Caminaron hacia la entrada. Jenny se adelantó un poco para abrir la puerta, acercándose muy peligrosamente al rostro de Emma. La rubia no vio venir lo que pasaría. Sintió un impulso, entonces se inclinó un poco, con intención de tocar los labios de la castaña. Jenny olvido por completo todo lo que pasaba por su mente hasta ese instante, simplemente se dejó llevar y al ver a Emma acercarse a ella mirando sus labios, hizo lo mismo. Escasos milímetros una de la otra. Apenas era un roce de labios, que pronto se volvería un beso. Entonces suena el teléfono de Jenny rompiendo el momento. Emma se separa rápidamente, cayendo en cuenta de que lo que estaba a punto de hacer era un error.
- Yo… yo, lo siento mucho. – Emma se disculpa.
- No, no hay porque, fue mi culpa, yo lo siento, de verdad. – responde Jenny avergonzada y disgustada a la vez por esa interrupción.
Ambas estaban nerviosas. Jenny porque estuvo a punto de hacer algo que quería desde conoció a esa mujer. Pero Emma, Emma estaba nerviosa porque sabía que eso era un error, pero en el fondo sentía ganas de terminarlo y se lamentó por la interrupción. El teléfono de Jenny volvía a sonar. Eso puso más nerviosa a la rubia que le pidió contestar para poder retirarse.
- Hola Inessa. – Contesta después de ver el identificador. - ¿Qué Lena dijo qué? – grito llamando la atención de Emma. – Pero… ¿Qué sucedió? – Guardo silencio escuchando lo que decía Inessa desde el otro lado de la línea. – No, Inessa, oye. Tranquila, por favor no le digas nada más, yo iré temprano hasta allá… Si, si, Inessa. Por favor llama si te dice algo más, solo déjala por ahora. – Termino la llamada y regreso su atención a Emma.
- ¿Todo bien? – Pregunto al ver el rostro de Jenny.
- Sí. Vamos. – Caminando otra vez a la salida
Al llegar al carro de la rubia la tensión volvió. Jenny no supo que hacer, entonces se despidió con un apretón de manos. Que Emma correspondió y sin más subió a su carro alejándose del lugar. La castaña suspiro y camino de regreso al Loft. Subió, limpio y recogió todo en la sala antes de ir a darse un baño. Un rato más tarde cuando salía de la bañera escucho un ruido, al salir del baño, una temblorosa Naya entraba en su cuarto.
- ¿Tienes aspirinas? – Pidió, reflejando un fuerte dolor de cabeza. Jenny solo negó con la cabeza.
- Necesitas más que eso. Te daré un poco de café y por favor, ve a darte un baño. – Señalándole de arriba abajo. – Tienes un aspecto realmente horrible.
- Muérdeme Hartman. – Dijo molesta antes de salir del cuarto.
Anjali toca con insistencia la puerta. Momentos después vio a Inessa aparecer frente a ella.
- ¿Doctora Anjali, que hace usted aquí?
- Inessa, disculpe, Lena me llamo, estaba llorando. Dijo que quería hablar conmigo. – Su voz era de preocupación.
- Me lo imagino. – Bajando la mirada. – Esta arriba, pase. – Se hizo a un lado, dándole paso a Anjali. Que no perdió tiempo y en pocos minutos llegaba al cuarto de la pelirroja.
- Lena es Anjali, abre por favor. – Dijo al notar que la puerta tenía seguro.
- Llegaste. – Fue lo que dijo Lena al abrir. Estaba llorando.
- Lena, por Dios ¿Estas bien? ¿Qué te paso? ¿Por qué estas así? – Comenzó a interrogarla.
- Volví a caer Anjali. – Dijo cabizbaja.
- ¿Cómo? – Pregunto desconcertada.
- Que soy una tonta, una estúpida. Volvieron a jugar con mi corazón, con mis sentimientos.
- ¿De qué hablas Lena, que paso?
- Caí otra vez Anjali! – Grito. – Y tú, tú lo sabías todo. – Lena temblaba. – Julia, ella me gustaba y pensé que yo también a ella… Pero… Pero ella solo quería jugar conmigo.
- No. – Anjali se llevó ambas manos al rostro.
- Ya lo sé todo. – Se limpió las lágrimas. – Ya sé que está casada con el tal Andrew, está casada y vive con el padre de su hija. – Las lágrimas volvían a caer. – Y tú no me dijiste, no me lo dijiste Anjali, no me lo advertiste. – Comenzó a gritar alterada. - ¿Por qué no me lo dijiste Anjali? – Lena se lanzó al piso destrozada, llorando, sin dejar de gritar. - ¿Por qué lo hiciste, por qué? – Lo repetía una y otra vez acunada en el piso.
Bañada en sudor y temblando Anjali se levanta de la cama. – Fue solo un sueño – Se dijo. – Voltea y ve a su esposo dormir tranquilamente. – Tengo que hablar con Lena. – Ve el reloj de su mesa de noche 12:00am. – Tendré que esperar hasta mañana… Si es que puedo. – Suspira al saber que no podrá dormir tan fácilmente otra vez.
Una hora más tarde, Anjali sigue dando vueltas en la cama. Cansada de intentar dormir, se levanta. Quizás un poco de leche caliente le ayude a conciliar el sueño. Como no deja de pensar en que debe hablar con Lena, y no puede hacerlo en ese instante, decide escribirle a la persona que puede ayudarle con el problema que tiene.
- Jul ¿estás despierta? – Piensa antes de enviar el mensaje, hasta que finalmente lo hace.
- Anjie… ¿Pasa algo? – 30 segundos después llega la respuesta.
- No pasa nada, disculpa que te moleste a esta hora.
- No hay problema. Dime ¿Qué te atormenta?
- Me conoces tan bien. Pues… Tú.
- ¿Yo? ¿Desde cuándo interrumpo tu sueño querida amiga? – Ríe al enviar el mensaje.
- Por Dios Volkova ¿podrías ser serria una vez en tu vida?
- Es grave el asunto ¿De verdad no pasa nada?
- Si pasa, que no puedo dormir. Porque estoy preocupada por Lena.
- ¿Qué le pasa Lena? – la morena se levantó de golpe. Se encontraba en su cama leyendo un libro. No espero respuesta de su amiga, y la llamo. – Anjie ¿Qué le paso a Lena? – Su tono de voz era preocupado.
- No era necesario que llamaras Jul, no le ha pasado nada. Soy yo, estoy preocupada por lo que me dijiste hoy. – Julia boto el aire que sus pulmones retenían.
- ¿Porque te dije que me gusta? Tú no cambias Anjali. Te dije que le pienso contar todo.
- Pero ¿Cuándo Julia? Lena es muy sensible y ella me importa mucho.
- Muy sensible Anjali, pero es una mujer adulta, no una niña. Además, creo que es algo que debo hacer yo, y no deberías meterte en el asunto. Entiendo tu preocupación, pero, no hay nada que temer.
- ¿Se supone que eso debería tranquilizarme?
- Se supone que eso debería mantenerte fuera de mis asuntos personales, a menos que pida tu opinión. – Soltó un poco molesta.
- Julia Volkova si tu… - Iba a amenazar a la morena.
- Yo nada Anjali. – Interrumpe. – Este es un asunto entre Lena y yo. Que compartí con mi amiga algo de confianza fue una cosa, de allí a soportar que la terapeuta sobreprotectora de Lena me amenace es otra.
Hoy fue la primera vez que te bese… Ese hermoso color rosa en tus mejillas al abrir mis ojos, no se puede borrar de mi mente…
Con solo sentir tus labios me elevaste a lo más alto en el cielo…
Sonrío y suspiro cada instante que lo pienso…
Aun me parece irreal esto, me has correspondido, me has sonreído.
No creo jamás poder olvidar… Ese día.
Con solo sentir tus labios me elevaste a lo más alto en el cielo…
Sonrío y suspiro cada instante que lo pienso…
Aun me parece irreal esto, me has correspondido, me has sonreído.
No creo jamás poder olvidar… Ese día.
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
EL DIARIO // ALEINADS
Buenas noches por aquí, he vuelto con un nuevo capítulo, espero que les guste, y lamento no poder actualizar tan seguido. Solo informo que cada que pueda lo haré, no dispongo de mucho tiempo que digamos para escribir, pero bueno... Enjoy
Antes de que Julia contestara, Naya las interrumpe.
- ¿Por qué no se quedan esta noche? – ofrece. – estoy segura de que a Lena no le molestara. – Viendo a su amiga.
- No, claro que no. – Julia voltea a verla sorprendida.
- No quisiera molestar. – Responde Julia.
- No es molestia. – dice Naya. – Hay dos habitaciones además de la principal.
- Naya tiene razón, Julia – secunda Lena, por supuesto que no serían una molestia, además Rossie se oye cansada ¿Crees prudente que se vayan así?
- Pero…
- A menos que no quieras – Insiste Lena – Si es así…
- ¡NO! – interrumpe Julia alzando un poco la voz y llamando la atención de los presentes – Digo - bajando la voz para que solo Lena oyera, aunque todos les miraban – No es que no quiera, de verdad no quisiera molestarte – Lena iba a interrumpir, pero Julia continuo. – Pero si insistes en que no, para mi será un placer, créeme, en quedarnos y hacerte compañía.
Lena se estremeció al escuchar a Julia decir eso, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar el sueño que tuvo con ella, y que el mismo día que les contó a sus amigas ella casi oye todo.
-Me parece bien entonces – contesto Naya, ya que Lena había quedado muda.
- Si – repite Lena nerviosa después de unos segundos.
Para ese momento Anjali se acerca a despedirse y tras ella su esposo. Después de los abrazos de despedida, se acercaron Naya y Jenny, se despidieron del matrimonio Khanna y luego de que ellos salieran decidieron irse también. Se despidieron muy contentas por Lena, cada una la abrazo y en un momento de debilidad casi le hacen llorar por tanta emoción que sentían, en especial Lena, una nueva etapa comenzaba y se sentía segura pero nerviosa a la vez.
- Ya lo sabes, pecas, mañana me cuentas como te fue con la abogada bombón – le susurra Naya al oído mientras la abraza.
- Shhh- le calla Lena – Me pones los nervios de punta con tus comentarios Nay.
- ¿Mis comentarios o cierta persona más bien? – responde haciendo sonrojar a la pelirroja.
- ¿Qué le dices a mi amiga Rivera? Mira como se ha puesto roja. – Interrumpe Jenny.
- Nada, solo le desee que descanse - Contesta Naya fingiendo inocencia.
- Ya, no vayan a comenzar- dice Lena al momento de abrazar a Jenny de nuevo.
- Bueno, bueno, ahora sí, adiós amiga – se despide Jenny una vez sale del apartamento.
- Adiós Len. – Grita Naya desde afuera y Lena sonríe.
La pelirroja cierra la puerta y en ese momento su madre se acerca después de haber dejado organizada la sala y comedor.
- Hija, ya dejé todo limpio en la cocina y comedor también – informa.
- Sabes que no era necesario mamá.
- Sé que no, solo quise hacerlo. – abraza a Lena con mucha fuerza.
- Mamá…
- Tranquila mi niña – casi llorando. – te prometí dejarte tranquila y lo hare, solo tengo un poco de nostalgia. – Forzando una sonrisa y suspirando, aun sabiendo que Lena no podía verla, ésta conocía muy bien sus expresiones.
- No hagas eso madre, me verás por la tarde de mañana, no es que me vaya del país – Bromea
- Ni lo digas - dice escandalizada Inessa.
- Fue solo un chiste mamá – dice aun riendo Lena – Es para aliviar un poco la tensión, sabes como soy.
- Si, lo sé muy bien hija – Le da un beso en la frente – Ya es tarde y creo que debes estar cansada, yo también me retiro.
- Bueno madre, ¿te pido un taxi o…
- No – le corta. – Ya lo he pedido yo en la cocina, debe estar por llegar. – Cuando se dirige a la sala nota que Julia sigue allí sentada, con su hija aparentemente dormida en sus piernas. – Se detiene y voltea – Lena, hija, Julia no se ha retirado – Dice lo que ya Lena sabia.
- ¿Acaso crees que se iría sin despedirse? – contesta con una pregunta y sonriendo.
- pues no me fije – responde un tanto seria - ¿Cuándo piensa…
- No se irán – Responde Lena antes de que su madre terminara la pregunta, dejándola con la boca abierta.
- ¿Cómo? – pregunta pensando que escucho mal.
- Es que Rossie estaba muy cansada y Naya sugirió que se quedaran para que la niña no tuviera que recorrer la ciudad a estas horas y dormida. – Explicó.
- Bueno. – Dice Inessa no contenta con esa respuesta. – Pues supongo que debo retirarme –Dijo al tiempo que vio su teléfono y notar que su taxi había llegado.
Nuevamente abrazó a Lena y se despidió de Julia con un simple ‘Buenas noches Licenciada Volkova’ que a Lena le pareció muy seco, pero no dijo nada y solo le acompaño hasta la puerta una vez que Julia también se despidiera con vergüenza por no poderse levantar y señalando a su hija dormida en sus piernas.
-La cena estuvo normal cariño, aunque me hiciste falta – Dice Emma al teléfono, llegando a su apartamento. – Sí, claro, no… no sé nada de Julia desde que salió de la oficina, quedamos en hablar a las 9 para ultimar unos detalles de la cita que tenemos por la mañana, pero son las 10 y no me llamó. – Viendo su reloj – No, supongo que se quedó dormida con Rossie. Le escribiré a ver.
Emma hablo un momento más con su esposa y se despidieron, fue a darse un baño y al acostarse recordó que no le había escrito a Julia, lo hizo y esperó respuesta, pero no contestaba, quiso llamarle pues le preocupaba que no finiquitaron detalles de la reunión que tenían a primera hora.
- Y bien Hartman… - decía naya mientras conducía. – sé que desviaste el tema, y créeme, yo no lo he olvidado… Hay algo que no me has terminado de contar. – Jenny suspira.
- No se dé qué hablas. – Trata de fingir.
- Sabes perfectamente, pero ya que no me piensas decir por voluntad propia, te preguntare. ¿Cómo estuvo el casi beso que te diste con cierta rubia que te gusto desde que la conociste? – Volteo a verla interrogante por un momento. – Y ni te atrevas a decir que no fue nada, como nos hiciste hacer creer.
- Solo, no quiero darle importancia a eso.
- Sabes perfectamente que dices eso, pero no es lo que sientes, o piensas. – La mira antes de detenerse, estaban llegando al Loft de la castaña. – Pareciera que no sabes que te conozco, incluso casi más que tú misma. – suena ofendida.
- No es eso Nay… sabes muy bien la situación, me gusto la mujer, pero… ¡por Dios! Está casada – Grito lo último.
- Lo sé, y es lo que me preocupa.
- Pues no deberías, soy adulta, se lo que hago, y no pienso involucrarme con una mujer casada. Por todos los cielos. – Empezaba a molestarse, se baja del carro y tira la puerta.
- Jenny! – Grita bajándose tras ella. – No es lo que piensas amiga – se defiende.
- A mí me parece, que crees que saldré con ella aun sabiendo que es prohibida. – Se cruza de brazos esperando respuesta de su amiga.
- La verdad – nerviosa. –No es solo eso lo que pienso. – Calla por un momento dudosa de seguir. – Me parece que, si esa mujer estuvo a punto de hacer eso, tal vez engañe a su esposa, o algo por el estilo, y me preocupa que tú seas parte de su juego. – dijo finalmente.
- Naya! – se ofende ahora si Jenny. – ¿Te has vuelto loca? Yo no salgo con mujeres casadas.
- Amiga sé que no, pero mírate, esa mujer te dio duro, no dejas de pensar en ella Jenny, te conozco. No entendía por qué estabas así toda ida, pero desde que nos contaste lo que paso, lo supe.
- No tienes nada de qué preocuparte Naya. – dijo intentando sonar segura. – Yo no pienso ver más a esa mujer. – Volteándose, pero su amiga la siguió.
- ¿Estas, segura? – pregunto con cierta duda.
- Claro que sí, y mejor vamos a descansar que mañana trabajo temprano y tu igual. - Naya bufó, pero simplemente la siguió, decidió quedarse esa noche con ella.
- Algo si te digo Jenny. – dice a la vez que entran al loft. – Pase lo que pase, yo seguiré siendo tu amiga, simplemente no te quiero lastimada. – Jenny solo le abrazo.
Era la segunda vez que llamaba y casi cuelga antes de que se escucha una voz un tanto apresurada desde el otro lado.
- Hola, Emma.
- Jul! Pensé que estabas dormida- Contesta alegre de que su amiga haya contestado.
- No, Em, solo estaba acostando a Rossie y deje el telf. en la sala. – Dice mientras se sienta.
- Oh, tranquila Jul, solo quería decirte que a las 8 en la sala de conferencias estará el señor Porter, con el caso que quiere denunciar y hacernos la oferta de trabajar para la fiscalía, solo quería recordarte como quedamos. Además, que tenemos una conversación pendiente.
- Si, cierto Emma, lo había olvidado. Gracias. Pero lo otro queda para después – susurra lo último.
- Julia ¿Qué pasa? ¿Por qué susurras? – sonríe mientras le pregunta.
- Nada, no es nada amiga, solo que ahora no puedo hablar. ¿Te parece que quedemos para mañana luego de la reunión? –Hablo muy rápido y Emma casi se destornilla de la risa. -
- Amiga por Dios ¿qué te pasa?
En ese momento Lena aparecía por el pasillo donde momentos antes le había guiado a Julia donde acostar a su hija. Julia fijo su mirada en ella y no se dio cuenta que Emma seguía al teléfono.
- ¡Julia, Julia! – repetía varias veces hasta que grito al final – JUL!! ¿
- Ahhh Emma, por qué gritas? – pregunta aturdida y llamando la atención de Lena, que puso cara de desconcierto. – Hablamos mañana sí? – Dice antes de colgar, dejando a su amiga con la palabra en la boca.
- Perdón si interrumpí tu llamada Jul. – dice Lena finalmente.
-No Lena, solo era Emma que me llamaba para recordarme de una reunión. – restándole importancia.
Cuando Julia noto que Lena se sentaría en el sillón frente a ella, la tomo por la mano haciendo que esta se estremeciera al contacto.
- ¿te sientas conmigo? – Pidió.
- Cla... claro, sí. –Contesto Lena nerviosa.
- Como casi no tuvimos oportunidad de hablar, yo quería aprovechar este momento para decirte algo Lena.
- Ehmm, si, tú me dirás. – dijo con una sonrisa que descoloco a Julia-
- ¡Rayos! ¿Cómo eres capaz de lograr eso? – soltó la morena.
- ¿Que? – dice frunciendo el ceño.
- Ese hoyito que tienes ahí. – Dice julia tocando su mejilla. – se forma cuando sonríes, de seguro debes saberlo, pero no estas enterada del efecto que tiene sobre las personas.
- ¿y qué efecto es ese, señora Volkova? - Pregunta ahora seria Lena.
- De iluminar todo a tu alrededor cuando lo haces, de llenarme de una paz infinita, y un cariño que comienza desde aquí – Toma la mano de Lena y la dirige a su corazón. – hasta pasarse por todo mi cuerpo. - Esto último hizo estremecer a la pelirroja que intento alejar la mano por los nervios.
- No… no creo que eso sea así Julia. – Estaba sonrojada y nerviosa, Julia no soltaba su mano y podría jurar que su corazón latía con tanta fuerza y rapidez como el suyo propio en ese preciso instante.
- No es lo que creas Lena, es lo que es… un hecho que no se puede cambiar ya. – La morena se iba acercando a Lena hasta sentirla temblar. - ¿Tienes miedo? – Pregunto con temor de acercarse más.
- No. – Susurro Lena, quien se aproximó a Julia y esta termino de cortar la distancia entre ellas. Dándole el beso que ambas esperaban con ansias y no sabían hasta ese momento.
El beso duro por unos minutos que quisieron alargar por horas. Lena no podía creer lo que le estremeció por dentro ese beso con Julia y la morena seguía en las nubes, ese beso fue todo y más, incluso, de lo que esperaba. Se separaron por la falta de aire, pero seguían pensando en continuar, y cuando ambas se disponían a besarse de nuevo, el teléfono de Lena, sonó interrumpiendo el momento. La pelirroja soltó un bufido al tiempo que Julia lo hacía.
- Teléfonos, ¿no pueden ser más imprudentes? – Dice Julia unos segundos después de alejarse y Lena intentara levantarse.
- Me has quitado la palabra de la boca Julia. – Dijo Lena sonriendo y llegando a donde se escuchaba su celular. – Hola. – Contesta. – Ah, qué bueno mamá, si, no, sigo en la sala hablando con Julia – Sobretodo hablando, pensó. – Lo sé madre – Negando con la cabeza. – Hablamos mañana mamá – Intento colgar. – Porque estoy cansada. – espero respuesta y dijo – Ya me estaba despidiendo de Julia para dormir – Dijo lo último bajito tratando de que la morena no escuchara.
- Dile que yo también debo levantarme temprano y te dejare descansar. – le susurro Julia al oído haciéndole brincar por el susto, no se esperaba a la morena tan cerca. – Al menos por ahora, - Dijo lo último para sí misma, pero Lena le alcanzo a oír.
- Buenas noches mamá. – se despidió colgando la llamada y se voltea.
- Entonces – dice Julia acercándose de nuevo. Lena retrocede un poco, poniendo distancia. La morena se desconcertó e intento decir algo, pero Lena le interrumpió.
- La verdad es que si, debemos descansar – dijo la pelirroja dejando a Julia más dudosa aún. – Tú tienes reunión temprano y yo tengo un compromiso también – sonríe diciendo lo último.
- Tienes razón. – Cuando Lena se iba amover la tomo del brazo y hablo de nuevo. – Pero no te dejare hasta decirte lo que tenía planeado hacer.
- Jul, podemos hacerlo mañana, o en otro momento. - Contesto Lena intentando alejarse. Pero la morena no le dejo, la tomo por la cintura y se acercó nuevamente. Le dio un corto beso que le corto la respiración a la pelirroja.
- No, es ahora, señorita nervios. – sonrió ante su descubrimiento. – No pensé que fueras de esas Katina. – dijo riéndose. Lena puso caras de molesta, pero suspiro, dándose cuenta que Julia notó muy rápidamente su comportamiento repentino.
- ¿De verdad recién nos conocemos? – Pregunto más como afirmando. – Bueno – cedió.
Se acercaron una vez más al mueble y se sentaron una al lado de la otra. Julia hizo que Lena quedara frente a ella antes de volver a hablar.
- De verdad me gustas Lena, ya te lo había dicho, y quisiera saber… - callo por unos minutos, Lena no sabía, pero la morena también se sintió nerviosa.
- AY ¿Qué Julia? – Grito al final – Perdón. - Se disculpó apenada, sabiendo que había subido mucho la voz.
- Pero que impaciente me saliste pelirroja – sonríe - ¿Quieres ser mi novia? – Pregunto sin más.
Lena se quedó en shock. No dijo nada y eso incrementaba los nervios de Julia. Había quedado la duda en ella por sus nervios, pero también estaba segura, ahora sí, de que Lena le correspondía, por lago había contestado el beso de esa manera.
Había pasado media hora de que había apagado sus luces y estaba acostada pero no dejaba de pensar. Últimamente ese casi beso le había dejado algo atormentada. Trató de olvidarse de ese ‘casi error’ que comete, pues ella no es de esas, nunca lo ha sido, no es su estilo besarse con cualquier mujer que recién conoce, menos desde que se casó. Emma, suspiro una vez más, dando vueltas en su cama. Había hecho hasta lo imposible, para desviar su atención de eso, pero cada rato que su mente se desconectaba del trabajo solo podía pensar en eso. Después de un rato más sin poder dormir se dio por vencida y se levantó. Fue a la sala y encendió la tv, tal vez viendo noticias o encontrando algo a esas horas podría olvidarse del asunto.
- ¿Qué me está pasando? – Dijo poniendo las manos en su cabeza. - ¿Qué has hecho conmigo castaña? – Suspiró. Ya tenía rato de haber dejado de prestar atención a su TV y solo pensaba en Jenny. - Esto no puede ser verdad – Se dijo. – Me gustas Jennifer Hartman. – con lágrimas en los ojos de dolor y frustración, sonrió amargamente.
Hacía mucho tiempo que la relación con su esposa había tomado un rumbo totalmente diferente, Emma había cambiado demasiado su personalidad, tan solo por complacer a su esposa, y aun no se daba cuenta, o no quería reconocerlo.
Se levantó corriendo al escuchar un golpe desde la sala. La morena vio a su amiga castaña recogiendo la escoba y otras cosas más que traía consigo.
- ¿Jenny? – Pregunto extrañada. ¿Qué demonios haces? - acercándose a ayudarle.
- Lo siento si te desperté Nay – Contesta. – No podía dormir, entonces me levante a buscar algo en la nevera.
- ¿Guardas tu escoba en la nevera? – Frunciendo el ceño, dijo.
- Nooo, no idiota – Se ofende Jenny. – Solo, lleve unas cosas al cuarto – Naya iba a decir algo, pero se adelantó – Helado y dulces. – suspiro antes de seguir – Se me regó la bolsa de dulces, entonces vine a buscar la escoba para recoger de una vez y pues, se me cayó, entonces tú . – Señalo al final sin decir más.
- Mmmm ya. – dijo. – Cuando Jenny iba a continuar su camino Naya la tomo del brazo. - ¿Quieres que hablemos? – Pregunta esperanzada que su amiga no la rechace.
- Bueno. – Cedió sorprendiendo a su amiga. – Pero sin juzgarme. – Señala Jenny. – Solo… solo quiero que me apoyes ¿sí?
- Lo prometo. – Sonriendo dice la morena.
El matrimonio Khanna llegó muy contento a casa, Rahul no podía evitar ver la sonrisa en su esposa de vez en vez en el camino y se dio cuenta cuando tenían rato de llegar a casa que Anjali no dejaba de sonreír, tenía una idea del porqué, pero quería confirmarlo, su esposa llevaba rato en el baño arreglándose para dormir, mientras el leía noticias en su laptop cuando ella salió.
- ¿Qué te pareció el apartamento? – Dice Rahul cuando ve a su esposa acostarse a su lado.
- Hermoso, de verdad que Lena tiene buenos gustos. – Sonríe.
- Ya lo creo que sí. – Coincide Rahul. – ¿Entonces me dirás ya o cuándo?
- ¿El qué, amor? – Volta a verlo.
- El porqué de tu sonrisa, mejor dicho, si es lo que creo que es.
- Y… ¿Qué crees que es? – Dice sonriendo, sabiendo perfectamente que su esposo la conoce bien.
- Quiero que lo digas tú, bien podría equivocarme... no me gustaría ser juzgado. – admite – después de todo estoy casado contigo
- ¡Oye! – Se queja Anjali. – No sé qué quieras decir con eso – fingiendo estar molesta – Pero, te lo diré. – Y sonríe al final, pasan unos segundos sin decir nada hasta que su esposo habla.
- ¿Lo dirás hoy? – Anjali se acuesta por completo.
- No dije cuándo – se arropa por completo y suelta una carcajada.
- ¡Anjali! – Se queja Rahul.
- Bien, bien – para de reír y voltea de nuevo a ver a su esposo. – ¿Si te dijo Julia que yo le llame para que fuera donde Lena?
- Pues no pudimos hablar mucho, pero algo así le entendí.
- Fui yo, fue algo así como recompensa por haberme…
- ¿Haberte metido en sus asuntos? – Termina por ella. – Muy bien de tu parte amor. – Se siente orgulloso de ella – ¿Y por eso estas tan contenta?
- Por algo mas – dice, cuando Rahul iba a preguntar algo, ella lo calla. – Pero hasta ahí puedo hablar cariño. - Le da un beso en los labios – descansemos.
Rahul estaba seguro de que su esposa estaba pensando lo mismo que él, pero no dijo nada más, le dio las buenas noches a su mujer y se acostaron, más temprano que tarde se enterarían de lo que pasa.
Por la mañana una apurada pelirroja se levantaba de la cama, al darse cuenta que se la hizo tarde. El cuerpo que estaba a su lado se despierta al sentirla levantarse, y mira sus intenciones de irse.
- ¡Hey! – Se levanta y la alcanza a medio vestir antes de entrar al baño - ¿A dónde vas pelirroja? – pregunta pegándose a su cuerpo.
- Es tarde. – sentencia. – Debo irme, tengo trabajo, recuerdo habértelo dicho anoche.
- Lo sé – se pega más a ella. – Yo también, pero aún hay tiempo.
- ¿No piensas solarme verdad? –
- No sin antes hacerte mía una vez más. – sonríe.
Pensaba escaparse, pero era inútil, sucumbió al deseo, una vez más.
- Un café grande por favor – Ordenó – Que este fuerte, dice antes de cancelar.
El café le fue entregado a la rubia y esta miro su reloj, aún tenía tiempo de llegar al trabajo. Como era costumbre para ella, de camino al trabajo, siempre por la mañana, buscaba un café descafeinado para comenzar el día, pero en las últimas semanas había cambiado este habito, por un café oscuro y fuerte, algo que le hiciera más fácil el día, ya que por las noches no descansaba muy que digamos, cierta persona no salía de sus pensamientos. Aunque había hecho la solicitud ya, aun no recibía respuesta y comenzaba a desesperarse de que esta fuera un rotundo no, por algo habían tardado tanto en responder a su pedido ¿no?
- ¡Heather! – Grito su compañera antes de llegar a su lado - ¿Tenia rato llamándote ¿A dónde has ido?
- Oh, lo siento Marie, estaba pensando. ¿Nos vamos?
- Si claro. –Responde sonriendo.
La rubia esa mañana estaba decidida a hablar con la directora y exigirle una respuesta inmediata a su pedido del cambio de clase, Naya no salía de su cabeza desde el beso que se habían dado, y aunque hizo lo posible por no prestarle atención al hecho de que le había gustado y mucho, no lo logro y cada vez este pensamiento le atormentaba más, junto con la idea de tenerla cerca y besarla una vez más, y las que sean necesarias. Sabía perfectamente que era su estudiante y esto no podría ser posible entre ellas. Ninguna relación o nada parecido, ni, aunque se cambiara de clase, trataba de convencerse a sí misma que el cambio lo pedía por no querer tener más contacto con ella y no por el hecho de que en el fondo deseaba no ser más su profesora para poder tener algo con ella, porque estaba segura de que ningún profesor podía tener relación fuera de clases con un estudiante fuera de su clase o no.
‘Jenny, buenos días. Perdón por despertarte tan temprano amiga, pero debía salir al pent-house para poder estar lista para la oficina’ La morena le envió el mensaje a su amiga recibiendo la respuesta de inmediato
‘Lo se Nay, igual no planeamos que te quedarías hasta tarda consolándome’
‘Sabes que eso nunca será problema’
‘gracias’
‘¿Salimos esta noche?’
‘estamos en plena semana, Naya Rivera’
‘Solo por dos horas Jen, me siento aturdida de tanto estar en casa sola’
‘Solo quieres salir a ver si consigues conquista por ahí’
‘Pero que ¡perra!’
‘tengo razón’
‘está bien, tienes razón’
Ninguna dijo nada más por un rato hasta que la morena llegaba a su trabajo. Era administradora en una empresa de cosméticos, llevaba un año ya allí. Aunque trabajaba medio tiempo cada dos días por sus estudios en la academia de baile.
Jenny trabajaba también en una oficina, pero en el departamento de recursos humanos, a diferencia de Naya, esta si trabajaba el turno completo, pero solo tres días a la semana que era lo que requería la empresa. Tenía ya dos años allí.
FLASHBACK
- No lo puedo creer Lena. –Decía Jenny muy emocionada.
- ¿Que Jenny? – Dice Lena sonriendo.
- Que quedamos Len, ¡quedamos!! – Grito lo último.
- ¿la academia de baile? – Pregunta.
- ¡Siii! – Grita una vez más por la emoción.
- ¡Hey! – Grito Naya más alla, venia corriendo al encuentro con sus amigas. - ¿Ya te dio la noticia Lena?
- Estaba en eso – riendo. – Pensé que te darías cuenta por los gritos que lleva rato dando, causa de la emoción.
- Pues no, estaba bastante lejos, al otro lado de la ciudad antes de llegar a tu parque preferido – rodando los ojos.
- No hagas eso. – sentencia Lena – ¿Cuándo van a aprender que por estar ciega no dejo de conocer sus expresiones? Llevo años conociéndolas antes de quedar ciega incluso.
- Ya, pecas, lo siento – se disculpa.
- En fin – interviene Jenny. – Comenzamos el mes entrante.
- Pero ¿Cómo van a hacer cuando consigan un trabajo? -Pregunta Lena.
- Eso ya lo resolvimos al final. – Dice la morena. – Decidimos buscar empleos de medio tiempo o que nos permitan el horario de estudio.
- Que solo serán por las tardes de los martes y jueves. – Completa Jenny
- Oh, ya… lo tienen todo resuelto ¿no?
- Me ofendes Katina. – dicen al tiempo las amigas y sueltan una carcajada.
- Pues no me queda más que felicitarles e invitarlas a comer algo ¿vamos?
- Siempre y cuando incluya alcohol esto, yo voy – dice Naya
- Como cosa rara, Rivera no puede vivir sin alcohol. – interviene Jenny al momento que van caminando.
- Esto es una celebración Jen – responde Lena sorprendiéndolas – Estoy de acuerdo esta vez. Aunque tan solo sean las 11 am – culmina con una sonrisa de picardía.
FIN DE FLASHBACK
Emma antes de salir de su apartamento llama a Julia, pero como esta no le contesta decide enviarle un msj
‘Nos vemos en un rato Jul, pensaba que paráramos a desayunar juntas, pero como no respondiste llevare solo café y luego de la reunión hablaremos’ Pensó un momento antes de enviar el msj, lo hizo y espero un momento antes de enviar otro.
‘Tengo algo que contarte, necesito un consejo amiga’
La morena no respondió, pero Emma se quedó tranquila sabiendo que muy pronto se verían y podrían hablar luego de la reunión.
No había podido descansar muy bien, pero igual se arregló mucho para trabajar, debía impresionar unas personas así que decidió maquillarse un poco más que de costumbre para tapar las ojeras que se le habían marcado por el poco descanso.
-Vamos pelirroja, no me dejes – Decía la morena una vez más.
- Ya te dije que tengo que irme, es muy tarde para llegar a mi trabajo, llame delante de ti cuando me hiciste regresar a la cama contigo para informar que me tardaría una hora en llegar y han pasado casi dos. – decía llegando a la puerta-
- Pero vamos ¿no la pasamos bien anoche o qué? - dijo de manera sugerente.
- Sabes muy bien que sí, pero no me puedo quedar sin trabajo, y tu menos. – Se acercó para darle un beso en los labios antes de abrir la puerta. – Cierra bien antes de salir ¿sí?
- Oh vamos Allyson, aprovechemos que tu esposa no está y nos divertimos como he querido hacerlo estos últimos meses – Gritó para que la pelirroja volteara y negara cerrando la puerta tras ella.
Capítulo X
‘Abrázame fuerte’
‘Abrázame fuerte’
Antes de que Julia contestara, Naya las interrumpe.
- ¿Por qué no se quedan esta noche? – ofrece. – estoy segura de que a Lena no le molestara. – Viendo a su amiga.
- No, claro que no. – Julia voltea a verla sorprendida.
- No quisiera molestar. – Responde Julia.
- No es molestia. – dice Naya. – Hay dos habitaciones además de la principal.
- Naya tiene razón, Julia – secunda Lena, por supuesto que no serían una molestia, además Rossie se oye cansada ¿Crees prudente que se vayan así?
- Pero…
- A menos que no quieras – Insiste Lena – Si es así…
- ¡NO! – interrumpe Julia alzando un poco la voz y llamando la atención de los presentes – Digo - bajando la voz para que solo Lena oyera, aunque todos les miraban – No es que no quiera, de verdad no quisiera molestarte – Lena iba a interrumpir, pero Julia continuo. – Pero si insistes en que no, para mi será un placer, créeme, en quedarnos y hacerte compañía.
Lena se estremeció al escuchar a Julia decir eso, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar el sueño que tuvo con ella, y que el mismo día que les contó a sus amigas ella casi oye todo.
-Me parece bien entonces – contesto Naya, ya que Lena había quedado muda.
- Si – repite Lena nerviosa después de unos segundos.
Para ese momento Anjali se acerca a despedirse y tras ella su esposo. Después de los abrazos de despedida, se acercaron Naya y Jenny, se despidieron del matrimonio Khanna y luego de que ellos salieran decidieron irse también. Se despidieron muy contentas por Lena, cada una la abrazo y en un momento de debilidad casi le hacen llorar por tanta emoción que sentían, en especial Lena, una nueva etapa comenzaba y se sentía segura pero nerviosa a la vez.
- Ya lo sabes, pecas, mañana me cuentas como te fue con la abogada bombón – le susurra Naya al oído mientras la abraza.
- Shhh- le calla Lena – Me pones los nervios de punta con tus comentarios Nay.
- ¿Mis comentarios o cierta persona más bien? – responde haciendo sonrojar a la pelirroja.
- ¿Qué le dices a mi amiga Rivera? Mira como se ha puesto roja. – Interrumpe Jenny.
- Nada, solo le desee que descanse - Contesta Naya fingiendo inocencia.
- Ya, no vayan a comenzar- dice Lena al momento de abrazar a Jenny de nuevo.
- Bueno, bueno, ahora sí, adiós amiga – se despide Jenny una vez sale del apartamento.
- Adiós Len. – Grita Naya desde afuera y Lena sonríe.
La pelirroja cierra la puerta y en ese momento su madre se acerca después de haber dejado organizada la sala y comedor.
- Hija, ya dejé todo limpio en la cocina y comedor también – informa.
- Sabes que no era necesario mamá.
- Sé que no, solo quise hacerlo. – abraza a Lena con mucha fuerza.
- Mamá…
- Tranquila mi niña – casi llorando. – te prometí dejarte tranquila y lo hare, solo tengo un poco de nostalgia. – Forzando una sonrisa y suspirando, aun sabiendo que Lena no podía verla, ésta conocía muy bien sus expresiones.
- No hagas eso madre, me verás por la tarde de mañana, no es que me vaya del país – Bromea
- Ni lo digas - dice escandalizada Inessa.
- Fue solo un chiste mamá – dice aun riendo Lena – Es para aliviar un poco la tensión, sabes como soy.
- Si, lo sé muy bien hija – Le da un beso en la frente – Ya es tarde y creo que debes estar cansada, yo también me retiro.
- Bueno madre, ¿te pido un taxi o…
- No – le corta. – Ya lo he pedido yo en la cocina, debe estar por llegar. – Cuando se dirige a la sala nota que Julia sigue allí sentada, con su hija aparentemente dormida en sus piernas. – Se detiene y voltea – Lena, hija, Julia no se ha retirado – Dice lo que ya Lena sabia.
- ¿Acaso crees que se iría sin despedirse? – contesta con una pregunta y sonriendo.
- pues no me fije – responde un tanto seria - ¿Cuándo piensa…
- No se irán – Responde Lena antes de que su madre terminara la pregunta, dejándola con la boca abierta.
- ¿Cómo? – pregunta pensando que escucho mal.
- Es que Rossie estaba muy cansada y Naya sugirió que se quedaran para que la niña no tuviera que recorrer la ciudad a estas horas y dormida. – Explicó.
- Bueno. – Dice Inessa no contenta con esa respuesta. – Pues supongo que debo retirarme –Dijo al tiempo que vio su teléfono y notar que su taxi había llegado.
Nuevamente abrazó a Lena y se despidió de Julia con un simple ‘Buenas noches Licenciada Volkova’ que a Lena le pareció muy seco, pero no dijo nada y solo le acompaño hasta la puerta una vez que Julia también se despidiera con vergüenza por no poderse levantar y señalando a su hija dormida en sus piernas.
-La cena estuvo normal cariño, aunque me hiciste falta – Dice Emma al teléfono, llegando a su apartamento. – Sí, claro, no… no sé nada de Julia desde que salió de la oficina, quedamos en hablar a las 9 para ultimar unos detalles de la cita que tenemos por la mañana, pero son las 10 y no me llamó. – Viendo su reloj – No, supongo que se quedó dormida con Rossie. Le escribiré a ver.
Emma hablo un momento más con su esposa y se despidieron, fue a darse un baño y al acostarse recordó que no le había escrito a Julia, lo hizo y esperó respuesta, pero no contestaba, quiso llamarle pues le preocupaba que no finiquitaron detalles de la reunión que tenían a primera hora.
- Y bien Hartman… - decía naya mientras conducía. – sé que desviaste el tema, y créeme, yo no lo he olvidado… Hay algo que no me has terminado de contar. – Jenny suspira.
- No se dé qué hablas. – Trata de fingir.
- Sabes perfectamente, pero ya que no me piensas decir por voluntad propia, te preguntare. ¿Cómo estuvo el casi beso que te diste con cierta rubia que te gusto desde que la conociste? – Volteo a verla interrogante por un momento. – Y ni te atrevas a decir que no fue nada, como nos hiciste hacer creer.
- Solo, no quiero darle importancia a eso.
- Sabes perfectamente que dices eso, pero no es lo que sientes, o piensas. – La mira antes de detenerse, estaban llegando al Loft de la castaña. – Pareciera que no sabes que te conozco, incluso casi más que tú misma. – suena ofendida.
- No es eso Nay… sabes muy bien la situación, me gusto la mujer, pero… ¡por Dios! Está casada – Grito lo último.
- Lo sé, y es lo que me preocupa.
- Pues no deberías, soy adulta, se lo que hago, y no pienso involucrarme con una mujer casada. Por todos los cielos. – Empezaba a molestarse, se baja del carro y tira la puerta.
- Jenny! – Grita bajándose tras ella. – No es lo que piensas amiga – se defiende.
- A mí me parece, que crees que saldré con ella aun sabiendo que es prohibida. – Se cruza de brazos esperando respuesta de su amiga.
- La verdad – nerviosa. –No es solo eso lo que pienso. – Calla por un momento dudosa de seguir. – Me parece que, si esa mujer estuvo a punto de hacer eso, tal vez engañe a su esposa, o algo por el estilo, y me preocupa que tú seas parte de su juego. – dijo finalmente.
- Naya! – se ofende ahora si Jenny. – ¿Te has vuelto loca? Yo no salgo con mujeres casadas.
- Amiga sé que no, pero mírate, esa mujer te dio duro, no dejas de pensar en ella Jenny, te conozco. No entendía por qué estabas así toda ida, pero desde que nos contaste lo que paso, lo supe.
- No tienes nada de qué preocuparte Naya. – dijo intentando sonar segura. – Yo no pienso ver más a esa mujer. – Volteándose, pero su amiga la siguió.
- ¿Estas, segura? – pregunto con cierta duda.
- Claro que sí, y mejor vamos a descansar que mañana trabajo temprano y tu igual. - Naya bufó, pero simplemente la siguió, decidió quedarse esa noche con ella.
- Algo si te digo Jenny. – dice a la vez que entran al loft. – Pase lo que pase, yo seguiré siendo tu amiga, simplemente no te quiero lastimada. – Jenny solo le abrazo.
Era la segunda vez que llamaba y casi cuelga antes de que se escucha una voz un tanto apresurada desde el otro lado.
- Hola, Emma.
- Jul! Pensé que estabas dormida- Contesta alegre de que su amiga haya contestado.
- No, Em, solo estaba acostando a Rossie y deje el telf. en la sala. – Dice mientras se sienta.
- Oh, tranquila Jul, solo quería decirte que a las 8 en la sala de conferencias estará el señor Porter, con el caso que quiere denunciar y hacernos la oferta de trabajar para la fiscalía, solo quería recordarte como quedamos. Además, que tenemos una conversación pendiente.
- Si, cierto Emma, lo había olvidado. Gracias. Pero lo otro queda para después – susurra lo último.
- Julia ¿Qué pasa? ¿Por qué susurras? – sonríe mientras le pregunta.
- Nada, no es nada amiga, solo que ahora no puedo hablar. ¿Te parece que quedemos para mañana luego de la reunión? –Hablo muy rápido y Emma casi se destornilla de la risa. -
- Amiga por Dios ¿qué te pasa?
En ese momento Lena aparecía por el pasillo donde momentos antes le había guiado a Julia donde acostar a su hija. Julia fijo su mirada en ella y no se dio cuenta que Emma seguía al teléfono.
- ¡Julia, Julia! – repetía varias veces hasta que grito al final – JUL!! ¿
- Ahhh Emma, por qué gritas? – pregunta aturdida y llamando la atención de Lena, que puso cara de desconcierto. – Hablamos mañana sí? – Dice antes de colgar, dejando a su amiga con la palabra en la boca.
- Perdón si interrumpí tu llamada Jul. – dice Lena finalmente.
-No Lena, solo era Emma que me llamaba para recordarme de una reunión. – restándole importancia.
Cuando Julia noto que Lena se sentaría en el sillón frente a ella, la tomo por la mano haciendo que esta se estremeciera al contacto.
- ¿te sientas conmigo? – Pidió.
- Cla... claro, sí. –Contesto Lena nerviosa.
- Como casi no tuvimos oportunidad de hablar, yo quería aprovechar este momento para decirte algo Lena.
- Ehmm, si, tú me dirás. – dijo con una sonrisa que descoloco a Julia-
- ¡Rayos! ¿Cómo eres capaz de lograr eso? – soltó la morena.
- ¿Que? – dice frunciendo el ceño.
- Ese hoyito que tienes ahí. – Dice julia tocando su mejilla. – se forma cuando sonríes, de seguro debes saberlo, pero no estas enterada del efecto que tiene sobre las personas.
- ¿y qué efecto es ese, señora Volkova? - Pregunta ahora seria Lena.
- De iluminar todo a tu alrededor cuando lo haces, de llenarme de una paz infinita, y un cariño que comienza desde aquí – Toma la mano de Lena y la dirige a su corazón. – hasta pasarse por todo mi cuerpo. - Esto último hizo estremecer a la pelirroja que intento alejar la mano por los nervios.
- No… no creo que eso sea así Julia. – Estaba sonrojada y nerviosa, Julia no soltaba su mano y podría jurar que su corazón latía con tanta fuerza y rapidez como el suyo propio en ese preciso instante.
- No es lo que creas Lena, es lo que es… un hecho que no se puede cambiar ya. – La morena se iba acercando a Lena hasta sentirla temblar. - ¿Tienes miedo? – Pregunto con temor de acercarse más.
- No. – Susurro Lena, quien se aproximó a Julia y esta termino de cortar la distancia entre ellas. Dándole el beso que ambas esperaban con ansias y no sabían hasta ese momento.
El beso duro por unos minutos que quisieron alargar por horas. Lena no podía creer lo que le estremeció por dentro ese beso con Julia y la morena seguía en las nubes, ese beso fue todo y más, incluso, de lo que esperaba. Se separaron por la falta de aire, pero seguían pensando en continuar, y cuando ambas se disponían a besarse de nuevo, el teléfono de Lena, sonó interrumpiendo el momento. La pelirroja soltó un bufido al tiempo que Julia lo hacía.
- Teléfonos, ¿no pueden ser más imprudentes? – Dice Julia unos segundos después de alejarse y Lena intentara levantarse.
- Me has quitado la palabra de la boca Julia. – Dijo Lena sonriendo y llegando a donde se escuchaba su celular. – Hola. – Contesta. – Ah, qué bueno mamá, si, no, sigo en la sala hablando con Julia – Sobretodo hablando, pensó. – Lo sé madre – Negando con la cabeza. – Hablamos mañana mamá – Intento colgar. – Porque estoy cansada. – espero respuesta y dijo – Ya me estaba despidiendo de Julia para dormir – Dijo lo último bajito tratando de que la morena no escuchara.
- Dile que yo también debo levantarme temprano y te dejare descansar. – le susurro Julia al oído haciéndole brincar por el susto, no se esperaba a la morena tan cerca. – Al menos por ahora, - Dijo lo último para sí misma, pero Lena le alcanzo a oír.
- Buenas noches mamá. – se despidió colgando la llamada y se voltea.
- Entonces – dice Julia acercándose de nuevo. Lena retrocede un poco, poniendo distancia. La morena se desconcertó e intento decir algo, pero Lena le interrumpió.
- La verdad es que si, debemos descansar – dijo la pelirroja dejando a Julia más dudosa aún. – Tú tienes reunión temprano y yo tengo un compromiso también – sonríe diciendo lo último.
- Tienes razón. – Cuando Lena se iba amover la tomo del brazo y hablo de nuevo. – Pero no te dejare hasta decirte lo que tenía planeado hacer.
- Jul, podemos hacerlo mañana, o en otro momento. - Contesto Lena intentando alejarse. Pero la morena no le dejo, la tomo por la cintura y se acercó nuevamente. Le dio un corto beso que le corto la respiración a la pelirroja.
- No, es ahora, señorita nervios. – sonrió ante su descubrimiento. – No pensé que fueras de esas Katina. – dijo riéndose. Lena puso caras de molesta, pero suspiro, dándose cuenta que Julia notó muy rápidamente su comportamiento repentino.
- ¿De verdad recién nos conocemos? – Pregunto más como afirmando. – Bueno – cedió.
Se acercaron una vez más al mueble y se sentaron una al lado de la otra. Julia hizo que Lena quedara frente a ella antes de volver a hablar.
- De verdad me gustas Lena, ya te lo había dicho, y quisiera saber… - callo por unos minutos, Lena no sabía, pero la morena también se sintió nerviosa.
- AY ¿Qué Julia? – Grito al final – Perdón. - Se disculpó apenada, sabiendo que había subido mucho la voz.
- Pero que impaciente me saliste pelirroja – sonríe - ¿Quieres ser mi novia? – Pregunto sin más.
Lena se quedó en shock. No dijo nada y eso incrementaba los nervios de Julia. Había quedado la duda en ella por sus nervios, pero también estaba segura, ahora sí, de que Lena le correspondía, por lago había contestado el beso de esa manera.
Había pasado media hora de que había apagado sus luces y estaba acostada pero no dejaba de pensar. Últimamente ese casi beso le había dejado algo atormentada. Trató de olvidarse de ese ‘casi error’ que comete, pues ella no es de esas, nunca lo ha sido, no es su estilo besarse con cualquier mujer que recién conoce, menos desde que se casó. Emma, suspiro una vez más, dando vueltas en su cama. Había hecho hasta lo imposible, para desviar su atención de eso, pero cada rato que su mente se desconectaba del trabajo solo podía pensar en eso. Después de un rato más sin poder dormir se dio por vencida y se levantó. Fue a la sala y encendió la tv, tal vez viendo noticias o encontrando algo a esas horas podría olvidarse del asunto.
- ¿Qué me está pasando? – Dijo poniendo las manos en su cabeza. - ¿Qué has hecho conmigo castaña? – Suspiró. Ya tenía rato de haber dejado de prestar atención a su TV y solo pensaba en Jenny. - Esto no puede ser verdad – Se dijo. – Me gustas Jennifer Hartman. – con lágrimas en los ojos de dolor y frustración, sonrió amargamente.
Hacía mucho tiempo que la relación con su esposa había tomado un rumbo totalmente diferente, Emma había cambiado demasiado su personalidad, tan solo por complacer a su esposa, y aun no se daba cuenta, o no quería reconocerlo.
Se levantó corriendo al escuchar un golpe desde la sala. La morena vio a su amiga castaña recogiendo la escoba y otras cosas más que traía consigo.
- ¿Jenny? – Pregunto extrañada. ¿Qué demonios haces? - acercándose a ayudarle.
- Lo siento si te desperté Nay – Contesta. – No podía dormir, entonces me levante a buscar algo en la nevera.
- ¿Guardas tu escoba en la nevera? – Frunciendo el ceño, dijo.
- Nooo, no idiota – Se ofende Jenny. – Solo, lleve unas cosas al cuarto – Naya iba a decir algo, pero se adelantó – Helado y dulces. – suspiro antes de seguir – Se me regó la bolsa de dulces, entonces vine a buscar la escoba para recoger de una vez y pues, se me cayó, entonces tú . – Señalo al final sin decir más.
- Mmmm ya. – dijo. – Cuando Jenny iba a continuar su camino Naya la tomo del brazo. - ¿Quieres que hablemos? – Pregunta esperanzada que su amiga no la rechace.
- Bueno. – Cedió sorprendiendo a su amiga. – Pero sin juzgarme. – Señala Jenny. – Solo… solo quiero que me apoyes ¿sí?
- Lo prometo. – Sonriendo dice la morena.
El matrimonio Khanna llegó muy contento a casa, Rahul no podía evitar ver la sonrisa en su esposa de vez en vez en el camino y se dio cuenta cuando tenían rato de llegar a casa que Anjali no dejaba de sonreír, tenía una idea del porqué, pero quería confirmarlo, su esposa llevaba rato en el baño arreglándose para dormir, mientras el leía noticias en su laptop cuando ella salió.
- ¿Qué te pareció el apartamento? – Dice Rahul cuando ve a su esposa acostarse a su lado.
- Hermoso, de verdad que Lena tiene buenos gustos. – Sonríe.
- Ya lo creo que sí. – Coincide Rahul. – ¿Entonces me dirás ya o cuándo?
- ¿El qué, amor? – Volta a verlo.
- El porqué de tu sonrisa, mejor dicho, si es lo que creo que es.
- Y… ¿Qué crees que es? – Dice sonriendo, sabiendo perfectamente que su esposo la conoce bien.
- Quiero que lo digas tú, bien podría equivocarme... no me gustaría ser juzgado. – admite – después de todo estoy casado contigo
- ¡Oye! – Se queja Anjali. – No sé qué quieras decir con eso – fingiendo estar molesta – Pero, te lo diré. – Y sonríe al final, pasan unos segundos sin decir nada hasta que su esposo habla.
- ¿Lo dirás hoy? – Anjali se acuesta por completo.
- No dije cuándo – se arropa por completo y suelta una carcajada.
- ¡Anjali! – Se queja Rahul.
- Bien, bien – para de reír y voltea de nuevo a ver a su esposo. – ¿Si te dijo Julia que yo le llame para que fuera donde Lena?
- Pues no pudimos hablar mucho, pero algo así le entendí.
- Fui yo, fue algo así como recompensa por haberme…
- ¿Haberte metido en sus asuntos? – Termina por ella. – Muy bien de tu parte amor. – Se siente orgulloso de ella – ¿Y por eso estas tan contenta?
- Por algo mas – dice, cuando Rahul iba a preguntar algo, ella lo calla. – Pero hasta ahí puedo hablar cariño. - Le da un beso en los labios – descansemos.
Rahul estaba seguro de que su esposa estaba pensando lo mismo que él, pero no dijo nada más, le dio las buenas noches a su mujer y se acostaron, más temprano que tarde se enterarían de lo que pasa.
Por la mañana una apurada pelirroja se levantaba de la cama, al darse cuenta que se la hizo tarde. El cuerpo que estaba a su lado se despierta al sentirla levantarse, y mira sus intenciones de irse.
- ¡Hey! – Se levanta y la alcanza a medio vestir antes de entrar al baño - ¿A dónde vas pelirroja? – pregunta pegándose a su cuerpo.
- Es tarde. – sentencia. – Debo irme, tengo trabajo, recuerdo habértelo dicho anoche.
- Lo sé – se pega más a ella. – Yo también, pero aún hay tiempo.
- ¿No piensas solarme verdad? –
- No sin antes hacerte mía una vez más. – sonríe.
Pensaba escaparse, pero era inútil, sucumbió al deseo, una vez más.
- Un café grande por favor – Ordenó – Que este fuerte, dice antes de cancelar.
El café le fue entregado a la rubia y esta miro su reloj, aún tenía tiempo de llegar al trabajo. Como era costumbre para ella, de camino al trabajo, siempre por la mañana, buscaba un café descafeinado para comenzar el día, pero en las últimas semanas había cambiado este habito, por un café oscuro y fuerte, algo que le hiciera más fácil el día, ya que por las noches no descansaba muy que digamos, cierta persona no salía de sus pensamientos. Aunque había hecho la solicitud ya, aun no recibía respuesta y comenzaba a desesperarse de que esta fuera un rotundo no, por algo habían tardado tanto en responder a su pedido ¿no?
- ¡Heather! – Grito su compañera antes de llegar a su lado - ¿Tenia rato llamándote ¿A dónde has ido?
- Oh, lo siento Marie, estaba pensando. ¿Nos vamos?
- Si claro. –Responde sonriendo.
La rubia esa mañana estaba decidida a hablar con la directora y exigirle una respuesta inmediata a su pedido del cambio de clase, Naya no salía de su cabeza desde el beso que se habían dado, y aunque hizo lo posible por no prestarle atención al hecho de que le había gustado y mucho, no lo logro y cada vez este pensamiento le atormentaba más, junto con la idea de tenerla cerca y besarla una vez más, y las que sean necesarias. Sabía perfectamente que era su estudiante y esto no podría ser posible entre ellas. Ninguna relación o nada parecido, ni, aunque se cambiara de clase, trataba de convencerse a sí misma que el cambio lo pedía por no querer tener más contacto con ella y no por el hecho de que en el fondo deseaba no ser más su profesora para poder tener algo con ella, porque estaba segura de que ningún profesor podía tener relación fuera de clases con un estudiante fuera de su clase o no.
‘Jenny, buenos días. Perdón por despertarte tan temprano amiga, pero debía salir al pent-house para poder estar lista para la oficina’ La morena le envió el mensaje a su amiga recibiendo la respuesta de inmediato
‘Lo se Nay, igual no planeamos que te quedarías hasta tarda consolándome’
‘Sabes que eso nunca será problema’
‘gracias’
‘¿Salimos esta noche?’
‘estamos en plena semana, Naya Rivera’
‘Solo por dos horas Jen, me siento aturdida de tanto estar en casa sola’
‘Solo quieres salir a ver si consigues conquista por ahí’
‘Pero que ¡perra!’
‘tengo razón’
‘está bien, tienes razón’
Ninguna dijo nada más por un rato hasta que la morena llegaba a su trabajo. Era administradora en una empresa de cosméticos, llevaba un año ya allí. Aunque trabajaba medio tiempo cada dos días por sus estudios en la academia de baile.
Jenny trabajaba también en una oficina, pero en el departamento de recursos humanos, a diferencia de Naya, esta si trabajaba el turno completo, pero solo tres días a la semana que era lo que requería la empresa. Tenía ya dos años allí.
FLASHBACK
- No lo puedo creer Lena. –Decía Jenny muy emocionada.
- ¿Que Jenny? – Dice Lena sonriendo.
- Que quedamos Len, ¡quedamos!! – Grito lo último.
- ¿la academia de baile? – Pregunta.
- ¡Siii! – Grita una vez más por la emoción.
- ¡Hey! – Grito Naya más alla, venia corriendo al encuentro con sus amigas. - ¿Ya te dio la noticia Lena?
- Estaba en eso – riendo. – Pensé que te darías cuenta por los gritos que lleva rato dando, causa de la emoción.
- Pues no, estaba bastante lejos, al otro lado de la ciudad antes de llegar a tu parque preferido – rodando los ojos.
- No hagas eso. – sentencia Lena – ¿Cuándo van a aprender que por estar ciega no dejo de conocer sus expresiones? Llevo años conociéndolas antes de quedar ciega incluso.
- Ya, pecas, lo siento – se disculpa.
- En fin – interviene Jenny. – Comenzamos el mes entrante.
- Pero ¿Cómo van a hacer cuando consigan un trabajo? -Pregunta Lena.
- Eso ya lo resolvimos al final. – Dice la morena. – Decidimos buscar empleos de medio tiempo o que nos permitan el horario de estudio.
- Que solo serán por las tardes de los martes y jueves. – Completa Jenny
- Oh, ya… lo tienen todo resuelto ¿no?
- Me ofendes Katina. – dicen al tiempo las amigas y sueltan una carcajada.
- Pues no me queda más que felicitarles e invitarlas a comer algo ¿vamos?
- Siempre y cuando incluya alcohol esto, yo voy – dice Naya
- Como cosa rara, Rivera no puede vivir sin alcohol. – interviene Jenny al momento que van caminando.
- Esto es una celebración Jen – responde Lena sorprendiéndolas – Estoy de acuerdo esta vez. Aunque tan solo sean las 11 am – culmina con una sonrisa de picardía.
FIN DE FLASHBACK
Emma antes de salir de su apartamento llama a Julia, pero como esta no le contesta decide enviarle un msj
‘Nos vemos en un rato Jul, pensaba que paráramos a desayunar juntas, pero como no respondiste llevare solo café y luego de la reunión hablaremos’ Pensó un momento antes de enviar el msj, lo hizo y espero un momento antes de enviar otro.
‘Tengo algo que contarte, necesito un consejo amiga’
La morena no respondió, pero Emma se quedó tranquila sabiendo que muy pronto se verían y podrían hablar luego de la reunión.
No había podido descansar muy bien, pero igual se arregló mucho para trabajar, debía impresionar unas personas así que decidió maquillarse un poco más que de costumbre para tapar las ojeras que se le habían marcado por el poco descanso.
-Vamos pelirroja, no me dejes – Decía la morena una vez más.
- Ya te dije que tengo que irme, es muy tarde para llegar a mi trabajo, llame delante de ti cuando me hiciste regresar a la cama contigo para informar que me tardaría una hora en llegar y han pasado casi dos. – decía llegando a la puerta-
- Pero vamos ¿no la pasamos bien anoche o qué? - dijo de manera sugerente.
- Sabes muy bien que sí, pero no me puedo quedar sin trabajo, y tu menos. – Se acercó para darle un beso en los labios antes de abrir la puerta. – Cierra bien antes de salir ¿sí?
- Oh vamos Allyson, aprovechemos que tu esposa no está y nos divertimos como he querido hacerlo estos últimos meses – Gritó para que la pelirroja volteara y negara cerrando la puerta tras ella.
‘El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya nunca podrá ser’
Me enamore de ti, es increíble que hasta ahora lo note, pero sin saberlo, ni conocerte como creí que conocería al verdadero amor de mi vida, me enamore de ti… por favor no me dejes, por favor, por favor, ámame igual que yo a ti, por favor, solo corresponde mi amor tan grande y… abrázame fuerte.
Me enamore de ti, es increíble que hasta ahora lo note, pero sin saberlo, ni conocerte como creí que conocería al verdadero amor de mi vida, me enamore de ti… por favor no me dejes, por favor, por favor, ámame igual que yo a ti, por favor, solo corresponde mi amor tan grande y… abrázame fuerte.
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
A Mayra Pérez le gusta esta publicaciòn
Re: EL DIARIO // ALEINADS
Que bueno q actualizaste la historia es muy buena
Fati20- Mensajes : 1269
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 31
Localización : Venezuela
EL DIARIO // ALEINADS
Buenas noches mi gente, aprovechando la cuarentena en casi todos los países (yo también, aunque trabajando desde casa) igual me queda algo de tiempo y estoy escribiendo al máximo, o lo que puedo xD Traje un nuevo capítulo, espero que les guste!
La reunión se extendió más de lo que esperaban, y aun así el hombre seguía y seguía parloteando de quien sabe que, puesto que ya el tema tenia rato de haber quedado concluido.
Las amigas solo podían mirarse sin saber que decir, tratando de leer la mente de la otra a ver quién intervenía para callar definitivamente al hombre y despedirlo. Pasaron unos minutos más para que Emma se levantara.
- Lo siento señor Porter, abogado – Viendo a los presentes. – Pero ya debo irme, tengo otra reunión justo en 10 minutos y como veo que ya quedamos en un acuerdo, que pena con usted, pero…
- Oh, no, no se preocupe usted, nosotros también tenemos asuntos que resolver. – Interviene el abogado. – Fue un placer, y ya nos estaremos comunicando en los próximos días. – Vio a Julia quien también se levantó.
- Le estaremos esperando abogado, señor Porter- -dándole la mano- Fue un placer. – Dijo a modo de despedida.
A este no le quedo de otra más que despedirse y salir de allí.
- Pensé que no se iría nunca – se queja Emma.
- Yo igual – la morena suspira. – Entonces… querías hablar conmigo ¿Qué sucede?
- ¿Te parece que lo hablemos en el desayuno? Estoy que me desmayo del hambre.
- Claro – sonríe y sale tras su amiga.
Una vez sentadas en el restaurante, solo esperaban el desayuno, ambas con una taza de café enfrente.
- Entonces, Emma ¿qué era eso tan importante que querías decirme? – Pregunta Julia después de darle un trago a su café.
- Ahm... pues – Tartamudeo un poco, causándole risa a su amiga. – No te burles Jul. – se queja.
- No lo hago, solo que fue graciosa tu reacción, tenías años de no comportarte así. – La mira antes de dar otro trago a su café y continuar. - ¿Qué te trae cual adolescente después de hacer alguna travesura?
- Tonta. No hice ninguna “travesura” – haciendo comillas. – Creo… - susurra antes de tomar de su café
- ¿Cómo que crees? – impresionada. – Emma ¿Qué has hecho? – Pregunta subiendo un poco la voz.
- Yo… no hice nada Jul, solo que… que yo – No puedo seguir con su relato ya que el camarero trajo su desayuno, la rubia se sintió aliviada.
- Gracias – dijo la morena al camarero y este se retiró. – ahora sí, dime.
- Pues… Jul, te mentí.
- ¿Cómo que me mentiste? ¿Por qué o qué? – Julia estaba confundida.
- ¿Recuerdas cuando te dije que, me había encontrado con las amigas de Lena? – comenzó y la morena asintió – No te dije todo lo que realmente paso ese día.
- ¿Cómo…
- Déjame terminar y luego – suspiro – luego me das tu opinión.
- Esta bien – accedió Julia.
La rubia le conto a Julia lo sucedido ese día. La morena estaba sorprendida, tanto por lo que le había dicho su amiga, como que les había mentido no solo a ella sino a su esposa, a la que ella pensaba le era totalmente fiel, y todo lo que aparentemente estaba sintiendo Emma ahora.
- ¡Wow! – dijo Julia. – eso sí que no lo esperaba.
- No puedo sacarme eso de la cabeza Jul – Dice impaciente Emma. – No sé qué me pasa. ¿Qué hago?
- ¿Cómo que, que haces? Debes hablar con Allyson, ser sincera con ella.
- Lo sé, lo sé – exasperada. – pero creo que es algo muy grave de contar por tlf ¿no crees?
- Pues sí, claro que lo es, pero debiste decirlo al momento.
- No podía hacer eso Julia, Ally se iba ese mismo día, tú estabas presente, no me mal intérpretes, pero creo que Allyson no habría querido pasar por algo así delante de ti. – Bajo la cabeza, sintiéndose derrotada.
- Tienes razón Em, pero…
- Lo se Jul – continuo. – quiero un consejo, porque desde que paso, yo…
- No dejas de pensar en eso, lo sé, ya lo dijiste. ¿Te sientes atraída por la amiga de Lena? Yo no creo que sea algo grave ¿o sí? ¿Ya no quieres a tu esposa?
- ¡No! Digo, sí, claro que quiero a Allyson, es solo que… Creo que me gusta esa castaña – Sonríe inconscientemente. – Quiero terminar lo que empezamos, digo, siento la necesidad ¿me entiendes?
- No es posible Emma. – regaña. – Yo no sé cómo sea la amiga de Lena, pero si es amiga de ella, algo deben tener en común, y créeme, créeme cuando te digo, que ella no saldría con una mujer casada. – Dijo con un tono seriedad que sorprendió a Emma. – No puedo creer que estés pensando en engañar a Allyson.
- No lo hago, digo, no lo voy a hacer Jul, solo te estoy diciendo lo que estoy sintiendo.
- Me parece una locura esto Em.
- Ni que lo digas, jamás en la vida creí sentir algo por una persona que no fuera Allyson, yo la amaba mucho. Tú lo sabes.
- ¿Amabas? – pregunta. - ¿Ya no?
- S… ¿sí? No sé qué me pasa Jul.- dice tapándose la cara – Yo, yo creo que estoy confundida, tal vez por el tiempo separadas, o el cambio de Ally en los últimos meses, no lo sé – suspiro. - ¿Algún consejo? – Dijo rendida la final.
- Si, que hables con Anjali.
- ¿Anjali?
- Si, la misma, creo que yo no soy la persona más apta en estos momentos para dar algún consejo de amor – desviando la mirada.
- Ok, entonces si tienes algo… hemos pospuesto mucho el tema, pero ¿Qué paso contigo y Lena?
- Directo al grano contigo siempre ¿no?
- Si seguimos dando largas al asunto, me entero en tres años que te casaste con ella.
- No lo creo. - dice al mirarla – Esperaría a los 10 para decírtelo – soltando una carcajada que molesto a Emma. – Ya, ya, no seas tonta. Déjame te cuento todo.
En la academia de baile, la rubia espero el momento indicado para dirigirse a la dirección.
- Buen día directora – Decía Heather al entrar en la oficina.
- Hola profesora. – le saluda esta. - ¿Cómo está?
- Muy bien, gracias.
- ¿Cómo van sus clases? – pregunta sin verla, pues estaba contestando unos correos en su computadora.
- Todo bien, de hecho, vengo por eso mismo.
- ¿Qué sucede? – pregunta volteando a verla.
- Quería saber la respuesta que me tenía con respecto al cambio de la clase 1A a la clase 5B.
- Oh lo siento – se toca la frente – con tantas cosas no he podido estudiar la solicitud. ¿a qué se debe esta?
- Pues… - estaba nerviosa. – Esa clase se me ha hecho un poco complicada de atender, ya que es la última y he decidido hacer un curso adicional a mi carrera y esta interfiere con el horario – dijo la excusa que había inventado.
- Bueno, pues yo no veo porque no, solo necesito que me traiga la constancia de ese curso con el horario, para el registro, ya sabe – Dijo lo último que Heather esperaba escuchar y entorpecía sus planes.
- Oh ¿y no podría ser sin eso? Es que apenas la próxima semana debería comenzar y no creo que me la den aún.
- No creo – dudosa de su respuesta. – Necesito llevar un registro de actividades y eso sería el soporte. Sin eso no será posible el cambio.
- Bueno directora, está bien, lo pediré y apenas lo tenga en mis manos se lo hago llegar para el cambio. – Dijo para tranquilizar un poco a la mujer, que la mirada con duda.
- Bueno – contesto – espero que esto no afecte la presentación de este fin de semana, esperamos muchas personas para este evento.
- No se preocupe, ya tenemos todo listo.
- Muy bien, ahora si es posible – señalando su pantalla para que la rubia entendiera que era su momento de salir.
- Me retiro entonces, muchas gracias.
Heather salió disgustada, ya que su plan falló por todo lo alto. Y por si fuera poco ese día tendría clases con el grupo de Naya. - Lo que me faltaba – pensó para sí.
- Buenos días Lena –decía la asistente de Anjali al abrir la puerta. - ¿Y cómo esta este bello can? – Dijo al darle un beso al perro en la frente.
- Bien, muy bien, gracias – sonriendo.
- Pasa adelante Lena, ya le comunico a la doctora que estas aquí.
- Perfecto – fue lo que dijo mientras se sentaba.
Después de unos minutos, Anjali salía al encuentro con Lena.
- Hola Len – saludo y esta se levantó al escucharla. – no pensé que vendrías hoy. Como suspendiste la cita ayer, creí que no vendrías hasta la próxima semana.
- Quería hablar contigo Anjali.
- Bueno pues, adelante. – invito.
- Gracias.
Julia le conto a su amiga como conoció a Lena y todo lo sucedido desde entonces, le conto incluso que se había quedado por la noche en su apartamento y lo que le había dicho también después de haberse besado.
- ¿Y ella que dijo Jul?
FLASHBACK
- Entonces, Lena. – Julia tomo sus manos entre las suyas. - ¿Quieres ser mi novia?
- Julia… - comenzó – Esto, ehm, tú también me gustas, ya lo sabes – sonriendo. – Pero…
- Sin peros que valgan pelirroja.
- Si valen Jul, tú me gustas, sí, pero ¿no crees que es muy pronto? No sabemos mucho de nosotras.
- No veo porque eso de be ser un problema, Lena. ¿Qué quieres saber?
- No es eso Jul – suspiro y se sentó un poco más cómoda. – Yo, llevo algún tiempo de no salir… en citas – completo al final. – 2 años, para ser exacta. Y debido a ese desamor tan fuerte que tuve, decidí no confiar más. – Lena quería decir enamorarme, pero se arrepintió al final.
- Pero…
- No – interrumpe. – No te estoy diciendo que no, que esa fue mi decisión final, después de un tiempo lo supere y acepte que en el amor las cosas no son fáciles, pero, aun así, debo andar con un poco más de cuidado, ya sabes – se señaló.
- No, no lo sé – dijo Julia antes de darle un beso en los ojos, haciendo enternecer a la pelirroja. – Solo te pido una oportunidad.
- Julia … - La morena la callo con un beso en los labios que esta respondió. – Esta bien. – accedió.
- ¡Si! – Exclamo más alto de lo que pensaba.
- Pero… vamos despacio ¿sí? Comencemos por salir.
- Entonces ¿quieres tener una cita conmigo Lena? – Pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.
- Si. – respondió muy sonrojada.
- No puede ser que seas tan bella, y lo eres más cuando te sonrojas así – sentencio Julia, haciendo que Lena se sonrojara más aún.
Hablaron durante un rato más, Lena había dejado sus nervios de lado y se sentía otra vez con esa paz infinita que le daba la morena cuando estaba con ella, no podía quitar la sonrisa de su rostro, mas con las ocurrencias de esta.
Cuando ya comenzaban a sentir sueño y antes de que Lena hablara para despedirse de Julia, esta recordó algo.
- ¡Oh por Dios! - exclamo Julia.
- ¿Qué pasa? – pregunta Lena asustada por la sorpresa.
- Lo siento Lena, te asuste – La abrazo. – es que, recordé algo.
- Lo note.
- Es que, olvide contarte algo, algo que no sabes de mí.
- ¿si? – esperando.
- ehm… sabes, Andrew, te comenté de él.
- El papa de Rossie, sí.
- Seguimos casados.
- ¿Qué? – Gritó poniendo cara de dolor al instante. - algo me decía que…
- No, no Lena, oye – la toma por los hombros – No es lo que crees- explica. – déjame contarte la situación.
FIN DE FLASHBACK
- No te puedo creer, Julia Volkova. – Dijo Emma después de unos momentos. - ¿Cómo le dices a la mujer que le acabas de pedir ser tu novia, que sigues casada de esa manera?
- La verdad es que lo había olvidado Emma.
- Igual.
- Nada, igual nada.
- ¿entonces en que quedaron?
- En nada, me pidió tiempo para asimilarlo. Aunque le deje en claro que ya estamos en proceso de divorcio, y le expliqué los motivos por los cuales no lo habíamos hecho hasta ahora.
- Bueno. ¡oh! ¿es por eso que dices que ella no saldría con una mujer casada?
- No me rechazo del todo, pero si me dejo eso en claro, Em. - dijo cabizbaja.
- No te preocupes, Jul, ya verás que, en lo que entienda toda tu situación va a venir corriendo a tus brazos. – dijo haciendo ademán de abrazar a Julia, pero esta se alejó.
- Dices unas cosas Emma, - negando con la cabeza.
Terminaron el desayuno y regresaron a la firma, todavía les quedaría un día largo de trabajo por terminar.
- Y bien, Lena ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal el apartamento?
- Muy bien, Anjali – sonriendo.
- Me alegra mucho Lena. ¿Cómo te acabo de ir anoche? ¿No te sentiste extraña al estar fuera de tu casa sin Inessa?
- Pues, un poco, sí, pero como no estuve sola.
- ¿Cómo? ¿Qué Naya y Jenny no se fueron tras nosotros?
- Si, pero, Naya invito a Julia a quedarse y…
- Oh – se sonrojo por lo que dijo la pelirroja.
- No es lo que piensas.
- ¿Cómo sabes que pienso?
- Tu tono de voz. – dijo – además, de eso quería hablarte.
- Ah ¿sí?
- Nos besamos. - Soltó sin más, haciendo que Anjali dejara caer su tabla de anotaciones por la impresión. - ¿Qué fue eso? – Pregunto al escuchar el ruido.
- Nada, continua. – dijo después de acomodarse.
- Decía que, Julia y yo nos besamos, no sé qué te impresiona, ya sabias que me gusta. – Anjali iba a decir algo, pero se adelantó. – Yo asumo que te diste cuenta, por algo le invitaste a ir a mi casa o ¿no?
- Tienes razón.
- Bueno, con Julia me siento increíblemente bien Anjali, después de… - Callo por unos momentos – Me gusta mucho, incluso me pidió ser su novia, aunque yo moría de nervios – sonriendo.
- Pero si ella… ella ya te dijo
- ¿Que sigue casada? – completo- sí, me lo dijo después.
- Oh – fue lo único que dijo.
- ¿Tú crees…
- ¿Qué es correcto aceptar? – termina la pregunta por ella.
- Si. – dijo – aun cuando me dijo que sigue casada, yo lo pensé mucho durante la noche y yo, yo quiero…
- Quieres aceptar.
- ¿Esta mal?
- Lena, tu eres una mujer adulta, que sabes lo que haces.
- Pero, un consejo de tu parte, como mi amiga también que eres Anjali, no me vendría mal.
- Lena – suspira. – Yo conozco a Julia hace muchos años, y sé que es una buena mujer. Si quieres mi consejo, es que. – guarda silencio y antes de seguir Lena habla.
- Piensas que debo aceptar a pesar de eso, aunque va contra todo lo que crees. – dice.
- Si, pero también está el hecho de que Julia se va a divorciar.
- Lo sé, me lo dijo.
- Entonces yo no veo cual es el problema después de todo.
- Es que sigue casada Anjali, y mi mamá…
- Ya entiendo cuál es el problema. Lena, tu mamá debe entender y respetar tus decisiones, debe dejar que cometas tus propios errores, ella no puede protegerte de todo.
- Lo sé, y tienes razón, solo necesitaba el apoyo de alguien más – sonriendo.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
- ¿Cómo estas tan segura de que Julia hará eso? Digo ¿Cómo es posible que si le creas todo lo que te dijo y por eso quieras aun ser su novia?
- Creo que me estoy enamorando.
Por la tarde Jenny y Naya se encontraron en la puerta de la academia.
- ¿Qué tal el trabajo, Jen? – saluda con un beso en la mejilla
- Bien, un tanto ajetreado hoy por un problema que se desato hace unos días.
- ¿Cómo así? – sorprendida – No me diga que al fin paso algo interesante en tu vida, un chisme bueno ¿tal vez?
- Ah que idiota – le dio un golpe en el hombro.
En esos momentos se encontraron de frente con la profesora Morris, que no dejo de ver ni por un momento a Naya, hasta que los otros estudiantes comenzaron a ingresar, esta volvió en sí y siguió su camino a la clase.
- ¿Y a esta que le pico? – pregunta Jenny
- Quien sabe – Restándole importancia
- Ah, no te hagas, si bien que te diste cuenta que no te dejaba de ver. ¿será que ahora si le gustas? – Sonríe con picardía
- No seas tonta – responde molesta. – De seguro quiere hacernos la misma jugada de la última vez, y yo no pienso caer más.
- Si, pero, parecía como si…
- Como si nada – Interrumpe.
- Es más, ya me decidí quitarme la espina de la idiota esa, ni que fuera la última mujer del mundo.
- No será la última pero bastante duro que te dio el ser “rechazada por ella”
- Es solo una idiota. Ya la superé
- Si claro – no creyéndole
- En fin, saldremos hoy, le diré a Lena también, quiero que me cuente como le fue con la abogada anoche.
- Bueno – suspiro sabiendo que su amiga no quería hablar más del tema.
Pasaron su clase con extrañeza debido a la actitud de la profesora, Naya fingía no darse cuenta y solo la ignoraba, mientras Jenny estaba sorprendida, cada vez que se fijaba, esta estaba viendo a su amiga con demasiado interés.
Después que todo termino se arreglaron y se fueron, Naya primero que nada salió casi corriendo. A Jenny le costó alcanzarla, pero al final lo hizo, pasarían por Lena en casa de Inessa, ya debería haber terminado sus clases e iría a su nuevo apartamento.
- Hola chicas- saludo Inessa en la entrada.
- Hola Señora katoina – Dijeron al unísono.
- Que bueno verlas por acá. Lena está en la sala recogiendo todo. – informo
- Gracias – dijeron al tiempo de nuevo.
- Te alcanzamos por poco Len – Dijo Jenny.
- Si. – coincidió Naya
- Chicas – Dijo con una sonrisa. Se acercaron y saludaron cada una.
- Vinimos a buscarte para salir a cenar.
- No me digas que a un Bar, Naya – dijo con reproche.
- Y ¿a dónde se supone que deberíamos ir para celebrar? - respondió ofendida.
- Tienes razón – dijo la pelirroja
- ¡Lena! – Soltó escandalizada Jenny.
- Bah, ya sé que solo iremos a cenar a un restaurante, la loca esta me llamo temprano. – se defendió la pelirroja.
- Como cosa rara ustedes haciendo planes sin mí – dijo dolida Jenny.
- No empieces Hartman, yo te llame también después que no contestabas mis mensajes ¿o se te olvido? – Soltó Naya.
- Oh, cierto – se apeno – Lo siento, lo olvidé, pero tuve problemas en el trabajo, ya te dije.
- ¿Qué paso, Jen? – pregunto Lena preocupada.
- Nada grave Len, solo gajes del oficio.
- Bueno, en fin, solo quería acompañarte Lena a escoger algo lindo que usar. – dijo la morena – Iremos a un lugar elegante – sonríe. - Y ¿a qué se debe ese cambio? – Pregunta Jenny
- Es que, quiero celebrar como te dije, y decidí cambiar de táctica con respecto a olvidarme de cierta persona.
- Te diste cuenta que emborracharte hasta perder la razón no funciona ¿cierto? ¿Y qué acostarte con la primera que veas tampoco te quitara la espina? – Dijo Jenny.
- Algo así – dijo seca. – Pero ya cambiemos de tema.
- Tienen razón. – Dijo Lena – Tengo mucho que contar – con una sonrisa.
- No! Cuenta, ¿Qué paso, te acostaste con la abogada anoche? – grito Naya.
- ¿Qué? – Grito Inessa que venía llegando con café para todas.
En la academia, la profesora se había quedado organizando unas cosas antes de salir, se encontró con la directora y esta le recordó pedir la constancia para procesar el cambio y ella solo pudo asentir.
- Supuse que seguirías encerrada en la oficina, ya que ni almorzaste hoy. – decía Julia desde la puerta.
- Hola Jul – sonrió Emma. – Si, es solo que por la mañana esa reunión nos quitó más tiempo del pensado y ya me había organizado de terminar de estudiar estos casos hoy. Pero pasa- dijo al ver que seguía en la puerta.
- Claro – sonrió. – Entonces ¿cenamos hoy? - invito
- Por supuesto – Comenzó a guardar sus cosas. – ¿Y Rossie?
- Acorde con Andrew que el fuera por ella al colegio y quiso quedarse con él me dijo cuándo le llame.
- Oh, no es para menos, ella adora a su padre – dijo para sacar una sonrisa en Julia – olvide decirte que hable pOr la tarde con Anjali, acorde que nos veríamos este fin de semana, tenemos muchos pendientes aquí y ella tiene citas toda la semana
- Lo sé, el trabajo que me cuesta encontrarme con ella no es nada fácil. - dijo riendo.
- Lo note. – cuando iban de salida su celular sonó, al ver el identificador simplemente decidió ignorarlo.
- ¿Qué paso? - pregunto Julia al ver que su rostro se tensó.
-No es nada. ¿vamos?
Por la mañana Allyson le regreso la llamada a su esposa que había estado insistente por la noche. Pero como esta estaba ocupada, lo había puesto en silencio y olvido por completo. Bastante tarde, mucho después de regresar del desayuno con Julia, pasada media mañana, fue que Allyson le había llamado y entraron en discusión por eso. Las cosas estaban muy tensas entre ellas y Emma solo se enfrasco en trabajar durante todo el día sin querer hablar con su esposa.
Esta tampoco se había comunicado con ella durante el día hasta ahora, eran casi las 7 de la noche cuando Allyson decidió llamarla y Emma no quiso contestar, no quería empeorar su humor.
Decidieron cenar en un restaurante cerca de la firma. En el camino Julia había llamado a Andrew y hablo con su hija para darle las buenas noches.
- Buenas noches, tenemos una reservación a nombre de Rivera, Naya Rivera, señorita por favor – Dijo la morena al llegar a la recepción.
- Ya lo tenías todo listo ¿no? – susurro Jenny al momento que eran dirigidas a una mesa. Era un restaurante muy elegante y no estaba tan lleno para ser una parte tan concurrida de la ciudad.
- Ya ves, Jenny, así soy – sonrió con suficiencia.
- Modestia aparte – Intervino Lena y todas rieron. Llegaron a la mesa asignada y a los pocos segundos llego el mesero.
- Entonces, primero que nada, quiero una botella de champagne y luego ordenamos – Se adelantó naya, el chico dejo las cartas y se retiró por la botella.
- Ya veo que lo de la celebración era en serio – dijo Jenny.
- Claro amiga, no te has dado cuenta de la felicidad de Lena – sonríe al ver a su amiga.
FLASHBACK
- ¿qué fue lo que dijo, Elena? – Dijo Inessa alterada al llegar junto a ella.
- Nada mamá – soltó un bufido – Naya solo estaba bromeando – trato de salirse del embrollo
- ¿Y por qué haría algo así? – se cruzó de brazos molesta
- Ay señora Inessa tampoco se ponga así, ni que Len afuera virgen – Trato de alivianar el ambiente solo empeorándolo.
- ¿Qué? - Grito más aun Inessa
- Discúlpela señora Katia – intervino Jenny, Lena solo tenía la cara tapada con las manos- Naya es una imprudente – dijo al mirarla con molestia y esta rodo los ojos.
- ¿Cómo así Elena Katina? – volviendo su atención en Lena.
- Chicas – pidió Lena a sus amigas, estas solo salieron de la sala.
- Ni que no supiera que a Lena le gusta Julia. – dijo la Naya a su amiga mientras salían, pero Inessa escucho.
- Creí que te gustaba esa mujer, pero…
- Mamá – Interrumpió Lena. – Me gusta Julia, y más que eso. Incluso me pido que fuera su novia. – Dijo sin más.
- Pero, pero – tartamudeo - ¿tú que le dijiste? Y ¿a qué se referías Naya con que tú, que tú no eras…
- ¡Ay mamá, por todos los cielos! – explotó - ¿Por qué te escandalizas? No soy una adolescente, perdí mi virginidad mucho antes de quedar ciega. – Inessa quedo con la boca abierta.
- Perdón – susurro al final – Yo no debí ponerme así – se sentía avergonzada y dolida de no saber tantas cosas de su hija. – Pero tú ¿t+u y esa mujer ya?
- ¡No! - grito Lena. – No mamá, tampoco las cosas son así, Julia me pidió ser su novia y no por eso me acosté con ella.
- Oh – Inessa suspiro con alivio. - ¿Aceptaste?
- Voy a hacerlo – contesto solamente.
Sus amigas estaban del otro lado de la sala oyendo todo, ambas con unas sonrisas pues sabían que Lena estaba volviendo a ser su amiga de siempre.
FIN DE FLASHBACK
- Ya sé que escucharon cuando le dije a mamá lo de Julia – dijo Lena.
- Pues sí, y nos sentimos muy felices por ti Lena – Dijo Jenny.
- Claro amiga, y por eso vamos a celebrar esta noche – Dijo Naya al ver al mesero llegar con la botella y tres copas en la mano.
El mesero dejo el champagne servido y las amigas brindando contestas. Después de unos minutos ordenaron y estaban esperando, Lena les contaba cómo había sido la noche, el beso con Julia y todo lo demás.
- ¿Y cómo besa? – Pregunto Jenny.
- Mira nada más, señorita santurrona queriendo saber detalles sucios – intervino Naya. Lena soltó una carcajada y Jenny le lanzo un golpe en el hombro que la morena esquivó.
Estuvieron riendo mientras esperaban su comida, con las ocurrencias de sus amigas, Lena se sentía muy bien, estaba feliz por la decisión que había tomado de aceptar a Julia, ahora sí, les conto a sus amigas sobre el divorcio en puerta y aunque Naya no estaba muy segura, se quedó tranquila al saber que su amiga le creía y si Lena confiaba, ella también lo haría, igual si algo malo le llegara a hacer Julia a la pelirroja ella misma se encargaría de hacerla pagar. Y la mirada que le dio Jenny al aceptarlo también, le demostró que no estaba sola en eso.
Cuando ya estaban cenando, Naya había pedido una segunda botella, la primera hacia minutos que se la habían acabado ya. Mientras en la entrada del mismo restaurante estaban ambas amigas pidiendo entrar al lugar, aunque no tenían reserva el sitio no estaba lleno, entonces les fue asignada una mesa. Al llegar allí, Emma que había estado entretenida guardando su tlf choco con Julia.
- ¿Qué paso, Jul? – Pregunto alzando la vista de su bolso. – ¿Estas bien? – Volvió a preguntar. La morena no decía nada, entonces desvió la mirada a lo mismo que ella veía, se dio cuenta que Lena estaba a unos metros de ellas, con sus amigas, y ahí estaba esa mujer, que no había salido de sus pensamientos en los últimos días.
- Esta es su mesa señoritas – Interrumpió el mesero el momento. Estas decidieron sentarse en silencio. El mesero dejo la carta e informo que regresaría cuando estuvieran listas para ordenar.
- Lena – Susurro Julia.
- Y su amiga – Dijo Emma. Cuando Julia volteo a verla con el ceño fruncido su amiga hablo. – digo, que esta con sus amigas – carraspeo antes de seguir – Y parece que celebrando. – hasta su mesa se escuchaban sus risas de alegría
- Si – dijo Julia con una sonrisa tonta, volteando a verla una vez más.
- ¿No has hablado con ella hoy?
- No. – fue todo lo que dijo, cuando Emma iba a preguntar algo más, llego el mesero, ordenaron y este se fue.
- ¿Por qué no te acercas y saludas? – sugirió Emma
- Creo que es muy pronto. – regresando la vista a su amiga.
Pasaron unos minutos y su orden llego. Del otro lado del restaurante las chicas seguían celebrando. No se habían dado cuenta de quienes estaban a pocos pasos de ellas, hasta que Jenny quiso levantarse para ir al baño, cuando las vio solo se queso allí levantada.
- ¿Vas al baño? – Pregunto Naya.
- No, solo quería estirar las piernas – Reaccionó a tiempo para que no notaran sus nervios.
- Bueno – Naya la miro extrañada. – Yo si iré.
- Yo también – Dijo Lena levantándose igual.
Como el baño quedaba del lado opuesto al que estaban Julia y Emma, no se dieron cuenta de que ellas se encontraban en el mismo lugar.
- ¿Qué le paso a Jenny? – Pregunto la pelirroja cuando iban llegando.
- No sé, pero fue raro Len, se levantó y pensé que iba al baño, pero no, se quedó allí como que si vio un fantasma y ya.
- ¿No sería que lo vio? – Dijo Lena antes de soltar una carcajada. Las tres estaban algo tomadas ya, llevaban dos botellas de champagne. Llegaron al baño que aparentemente estaba solo, pero escucharon una puerta abrirse. No le dieron importancia, hasta que Naya vio salir del cubículo a su ‘adorado tormento’ como le había dicho un día Jenny. La profesora Heather estaba ahí, frente a ella. No hizo más que quedarse quieta.
Basta con que me sonrías para darme cuenta de que cada vez que te veo, me muero por besarte…
No puedo creer, que todo este tiempo ya te conocía, de mi vida pasada, mis sueños o anhelos, no lo sé aun, pero este día lo supe, es increíble como… el mundo es un pañuelo.
Capitulo XI
‘El mundo es un pañuelo’
‘El mundo es un pañuelo’
La reunión se extendió más de lo que esperaban, y aun así el hombre seguía y seguía parloteando de quien sabe que, puesto que ya el tema tenia rato de haber quedado concluido.
Las amigas solo podían mirarse sin saber que decir, tratando de leer la mente de la otra a ver quién intervenía para callar definitivamente al hombre y despedirlo. Pasaron unos minutos más para que Emma se levantara.
- Lo siento señor Porter, abogado – Viendo a los presentes. – Pero ya debo irme, tengo otra reunión justo en 10 minutos y como veo que ya quedamos en un acuerdo, que pena con usted, pero…
- Oh, no, no se preocupe usted, nosotros también tenemos asuntos que resolver. – Interviene el abogado. – Fue un placer, y ya nos estaremos comunicando en los próximos días. – Vio a Julia quien también se levantó.
- Le estaremos esperando abogado, señor Porter- -dándole la mano- Fue un placer. – Dijo a modo de despedida.
A este no le quedo de otra más que despedirse y salir de allí.
- Pensé que no se iría nunca – se queja Emma.
- Yo igual – la morena suspira. – Entonces… querías hablar conmigo ¿Qué sucede?
- ¿Te parece que lo hablemos en el desayuno? Estoy que me desmayo del hambre.
- Claro – sonríe y sale tras su amiga.
Una vez sentadas en el restaurante, solo esperaban el desayuno, ambas con una taza de café enfrente.
- Entonces, Emma ¿qué era eso tan importante que querías decirme? – Pregunta Julia después de darle un trago a su café.
- Ahm... pues – Tartamudeo un poco, causándole risa a su amiga. – No te burles Jul. – se queja.
- No lo hago, solo que fue graciosa tu reacción, tenías años de no comportarte así. – La mira antes de dar otro trago a su café y continuar. - ¿Qué te trae cual adolescente después de hacer alguna travesura?
- Tonta. No hice ninguna “travesura” – haciendo comillas. – Creo… - susurra antes de tomar de su café
- ¿Cómo que crees? – impresionada. – Emma ¿Qué has hecho? – Pregunta subiendo un poco la voz.
- Yo… no hice nada Jul, solo que… que yo – No puedo seguir con su relato ya que el camarero trajo su desayuno, la rubia se sintió aliviada.
- Gracias – dijo la morena al camarero y este se retiró. – ahora sí, dime.
- Pues… Jul, te mentí.
- ¿Cómo que me mentiste? ¿Por qué o qué? – Julia estaba confundida.
- ¿Recuerdas cuando te dije que, me había encontrado con las amigas de Lena? – comenzó y la morena asintió – No te dije todo lo que realmente paso ese día.
- ¿Cómo…
- Déjame terminar y luego – suspiro – luego me das tu opinión.
- Esta bien – accedió Julia.
La rubia le conto a Julia lo sucedido ese día. La morena estaba sorprendida, tanto por lo que le había dicho su amiga, como que les había mentido no solo a ella sino a su esposa, a la que ella pensaba le era totalmente fiel, y todo lo que aparentemente estaba sintiendo Emma ahora.
- ¡Wow! – dijo Julia. – eso sí que no lo esperaba.
- No puedo sacarme eso de la cabeza Jul – Dice impaciente Emma. – No sé qué me pasa. ¿Qué hago?
- ¿Cómo que, que haces? Debes hablar con Allyson, ser sincera con ella.
- Lo sé, lo sé – exasperada. – pero creo que es algo muy grave de contar por tlf ¿no crees?
- Pues sí, claro que lo es, pero debiste decirlo al momento.
- No podía hacer eso Julia, Ally se iba ese mismo día, tú estabas presente, no me mal intérpretes, pero creo que Allyson no habría querido pasar por algo así delante de ti. – Bajo la cabeza, sintiéndose derrotada.
- Tienes razón Em, pero…
- Lo se Jul – continuo. – quiero un consejo, porque desde que paso, yo…
- No dejas de pensar en eso, lo sé, ya lo dijiste. ¿Te sientes atraída por la amiga de Lena? Yo no creo que sea algo grave ¿o sí? ¿Ya no quieres a tu esposa?
- ¡No! Digo, sí, claro que quiero a Allyson, es solo que… Creo que me gusta esa castaña – Sonríe inconscientemente. – Quiero terminar lo que empezamos, digo, siento la necesidad ¿me entiendes?
- No es posible Emma. – regaña. – Yo no sé cómo sea la amiga de Lena, pero si es amiga de ella, algo deben tener en común, y créeme, créeme cuando te digo, que ella no saldría con una mujer casada. – Dijo con un tono seriedad que sorprendió a Emma. – No puedo creer que estés pensando en engañar a Allyson.
- No lo hago, digo, no lo voy a hacer Jul, solo te estoy diciendo lo que estoy sintiendo.
- Me parece una locura esto Em.
- Ni que lo digas, jamás en la vida creí sentir algo por una persona que no fuera Allyson, yo la amaba mucho. Tú lo sabes.
- ¿Amabas? – pregunta. - ¿Ya no?
- S… ¿sí? No sé qué me pasa Jul.- dice tapándose la cara – Yo, yo creo que estoy confundida, tal vez por el tiempo separadas, o el cambio de Ally en los últimos meses, no lo sé – suspiro. - ¿Algún consejo? – Dijo rendida la final.
- Si, que hables con Anjali.
- ¿Anjali?
- Si, la misma, creo que yo no soy la persona más apta en estos momentos para dar algún consejo de amor – desviando la mirada.
- Ok, entonces si tienes algo… hemos pospuesto mucho el tema, pero ¿Qué paso contigo y Lena?
- Directo al grano contigo siempre ¿no?
- Si seguimos dando largas al asunto, me entero en tres años que te casaste con ella.
- No lo creo. - dice al mirarla – Esperaría a los 10 para decírtelo – soltando una carcajada que molesto a Emma. – Ya, ya, no seas tonta. Déjame te cuento todo.
En la academia de baile, la rubia espero el momento indicado para dirigirse a la dirección.
- Buen día directora – Decía Heather al entrar en la oficina.
- Hola profesora. – le saluda esta. - ¿Cómo está?
- Muy bien, gracias.
- ¿Cómo van sus clases? – pregunta sin verla, pues estaba contestando unos correos en su computadora.
- Todo bien, de hecho, vengo por eso mismo.
- ¿Qué sucede? – pregunta volteando a verla.
- Quería saber la respuesta que me tenía con respecto al cambio de la clase 1A a la clase 5B.
- Oh lo siento – se toca la frente – con tantas cosas no he podido estudiar la solicitud. ¿a qué se debe esta?
- Pues… - estaba nerviosa. – Esa clase se me ha hecho un poco complicada de atender, ya que es la última y he decidido hacer un curso adicional a mi carrera y esta interfiere con el horario – dijo la excusa que había inventado.
- Bueno, pues yo no veo porque no, solo necesito que me traiga la constancia de ese curso con el horario, para el registro, ya sabe – Dijo lo último que Heather esperaba escuchar y entorpecía sus planes.
- Oh ¿y no podría ser sin eso? Es que apenas la próxima semana debería comenzar y no creo que me la den aún.
- No creo – dudosa de su respuesta. – Necesito llevar un registro de actividades y eso sería el soporte. Sin eso no será posible el cambio.
- Bueno directora, está bien, lo pediré y apenas lo tenga en mis manos se lo hago llegar para el cambio. – Dijo para tranquilizar un poco a la mujer, que la mirada con duda.
- Bueno – contesto – espero que esto no afecte la presentación de este fin de semana, esperamos muchas personas para este evento.
- No se preocupe, ya tenemos todo listo.
- Muy bien, ahora si es posible – señalando su pantalla para que la rubia entendiera que era su momento de salir.
- Me retiro entonces, muchas gracias.
Heather salió disgustada, ya que su plan falló por todo lo alto. Y por si fuera poco ese día tendría clases con el grupo de Naya. - Lo que me faltaba – pensó para sí.
- Buenos días Lena –decía la asistente de Anjali al abrir la puerta. - ¿Y cómo esta este bello can? – Dijo al darle un beso al perro en la frente.
- Bien, muy bien, gracias – sonriendo.
- Pasa adelante Lena, ya le comunico a la doctora que estas aquí.
- Perfecto – fue lo que dijo mientras se sentaba.
Después de unos minutos, Anjali salía al encuentro con Lena.
- Hola Len – saludo y esta se levantó al escucharla. – no pensé que vendrías hoy. Como suspendiste la cita ayer, creí que no vendrías hasta la próxima semana.
- Quería hablar contigo Anjali.
- Bueno pues, adelante. – invito.
- Gracias.
Julia le conto a su amiga como conoció a Lena y todo lo sucedido desde entonces, le conto incluso que se había quedado por la noche en su apartamento y lo que le había dicho también después de haberse besado.
- ¿Y ella que dijo Jul?
FLASHBACK
- Entonces, Lena. – Julia tomo sus manos entre las suyas. - ¿Quieres ser mi novia?
- Julia… - comenzó – Esto, ehm, tú también me gustas, ya lo sabes – sonriendo. – Pero…
- Sin peros que valgan pelirroja.
- Si valen Jul, tú me gustas, sí, pero ¿no crees que es muy pronto? No sabemos mucho de nosotras.
- No veo porque eso de be ser un problema, Lena. ¿Qué quieres saber?
- No es eso Jul – suspiro y se sentó un poco más cómoda. – Yo, llevo algún tiempo de no salir… en citas – completo al final. – 2 años, para ser exacta. Y debido a ese desamor tan fuerte que tuve, decidí no confiar más. – Lena quería decir enamorarme, pero se arrepintió al final.
- Pero…
- No – interrumpe. – No te estoy diciendo que no, que esa fue mi decisión final, después de un tiempo lo supere y acepte que en el amor las cosas no son fáciles, pero, aun así, debo andar con un poco más de cuidado, ya sabes – se señaló.
- No, no lo sé – dijo Julia antes de darle un beso en los ojos, haciendo enternecer a la pelirroja. – Solo te pido una oportunidad.
- Julia … - La morena la callo con un beso en los labios que esta respondió. – Esta bien. – accedió.
- ¡Si! – Exclamo más alto de lo que pensaba.
- Pero… vamos despacio ¿sí? Comencemos por salir.
- Entonces ¿quieres tener una cita conmigo Lena? – Pregunto con una sonrisa de oreja a oreja.
- Si. – respondió muy sonrojada.
- No puede ser que seas tan bella, y lo eres más cuando te sonrojas así – sentencio Julia, haciendo que Lena se sonrojara más aún.
Hablaron durante un rato más, Lena había dejado sus nervios de lado y se sentía otra vez con esa paz infinita que le daba la morena cuando estaba con ella, no podía quitar la sonrisa de su rostro, mas con las ocurrencias de esta.
Cuando ya comenzaban a sentir sueño y antes de que Lena hablara para despedirse de Julia, esta recordó algo.
- ¡Oh por Dios! - exclamo Julia.
- ¿Qué pasa? – pregunta Lena asustada por la sorpresa.
- Lo siento Lena, te asuste – La abrazo. – es que, recordé algo.
- Lo note.
- Es que, olvide contarte algo, algo que no sabes de mí.
- ¿si? – esperando.
- ehm… sabes, Andrew, te comenté de él.
- El papa de Rossie, sí.
- Seguimos casados.
- ¿Qué? – Gritó poniendo cara de dolor al instante. - algo me decía que…
- No, no Lena, oye – la toma por los hombros – No es lo que crees- explica. – déjame contarte la situación.
FIN DE FLASHBACK
- No te puedo creer, Julia Volkova. – Dijo Emma después de unos momentos. - ¿Cómo le dices a la mujer que le acabas de pedir ser tu novia, que sigues casada de esa manera?
- La verdad es que lo había olvidado Emma.
- Igual.
- Nada, igual nada.
- ¿entonces en que quedaron?
- En nada, me pidió tiempo para asimilarlo. Aunque le deje en claro que ya estamos en proceso de divorcio, y le expliqué los motivos por los cuales no lo habíamos hecho hasta ahora.
- Bueno. ¡oh! ¿es por eso que dices que ella no saldría con una mujer casada?
- No me rechazo del todo, pero si me dejo eso en claro, Em. - dijo cabizbaja.
- No te preocupes, Jul, ya verás que, en lo que entienda toda tu situación va a venir corriendo a tus brazos. – dijo haciendo ademán de abrazar a Julia, pero esta se alejó.
- Dices unas cosas Emma, - negando con la cabeza.
Terminaron el desayuno y regresaron a la firma, todavía les quedaría un día largo de trabajo por terminar.
- Y bien, Lena ¿Cómo te sientes? ¿Qué tal el apartamento?
- Muy bien, Anjali – sonriendo.
- Me alegra mucho Lena. ¿Cómo te acabo de ir anoche? ¿No te sentiste extraña al estar fuera de tu casa sin Inessa?
- Pues, un poco, sí, pero como no estuve sola.
- ¿Cómo? ¿Qué Naya y Jenny no se fueron tras nosotros?
- Si, pero, Naya invito a Julia a quedarse y…
- Oh – se sonrojo por lo que dijo la pelirroja.
- No es lo que piensas.
- ¿Cómo sabes que pienso?
- Tu tono de voz. – dijo – además, de eso quería hablarte.
- Ah ¿sí?
- Nos besamos. - Soltó sin más, haciendo que Anjali dejara caer su tabla de anotaciones por la impresión. - ¿Qué fue eso? – Pregunto al escuchar el ruido.
- Nada, continua. – dijo después de acomodarse.
- Decía que, Julia y yo nos besamos, no sé qué te impresiona, ya sabias que me gusta. – Anjali iba a decir algo, pero se adelantó. – Yo asumo que te diste cuenta, por algo le invitaste a ir a mi casa o ¿no?
- Tienes razón.
- Bueno, con Julia me siento increíblemente bien Anjali, después de… - Callo por unos momentos – Me gusta mucho, incluso me pidió ser su novia, aunque yo moría de nervios – sonriendo.
- Pero si ella… ella ya te dijo
- ¿Que sigue casada? – completo- sí, me lo dijo después.
- Oh – fue lo único que dijo.
- ¿Tú crees…
- ¿Qué es correcto aceptar? – termina la pregunta por ella.
- Si. – dijo – aun cuando me dijo que sigue casada, yo lo pensé mucho durante la noche y yo, yo quiero…
- Quieres aceptar.
- ¿Esta mal?
- Lena, tu eres una mujer adulta, que sabes lo que haces.
- Pero, un consejo de tu parte, como mi amiga también que eres Anjali, no me vendría mal.
- Lena – suspira. – Yo conozco a Julia hace muchos años, y sé que es una buena mujer. Si quieres mi consejo, es que. – guarda silencio y antes de seguir Lena habla.
- Piensas que debo aceptar a pesar de eso, aunque va contra todo lo que crees. – dice.
- Si, pero también está el hecho de que Julia se va a divorciar.
- Lo sé, me lo dijo.
- Entonces yo no veo cual es el problema después de todo.
- Es que sigue casada Anjali, y mi mamá…
- Ya entiendo cuál es el problema. Lena, tu mamá debe entender y respetar tus decisiones, debe dejar que cometas tus propios errores, ella no puede protegerte de todo.
- Lo sé, y tienes razón, solo necesitaba el apoyo de alguien más – sonriendo.
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
- ¿Cómo estas tan segura de que Julia hará eso? Digo ¿Cómo es posible que si le creas todo lo que te dijo y por eso quieras aun ser su novia?
- Creo que me estoy enamorando.
Por la tarde Jenny y Naya se encontraron en la puerta de la academia.
- ¿Qué tal el trabajo, Jen? – saluda con un beso en la mejilla
- Bien, un tanto ajetreado hoy por un problema que se desato hace unos días.
- ¿Cómo así? – sorprendida – No me diga que al fin paso algo interesante en tu vida, un chisme bueno ¿tal vez?
- Ah que idiota – le dio un golpe en el hombro.
En esos momentos se encontraron de frente con la profesora Morris, que no dejo de ver ni por un momento a Naya, hasta que los otros estudiantes comenzaron a ingresar, esta volvió en sí y siguió su camino a la clase.
- ¿Y a esta que le pico? – pregunta Jenny
- Quien sabe – Restándole importancia
- Ah, no te hagas, si bien que te diste cuenta que no te dejaba de ver. ¿será que ahora si le gustas? – Sonríe con picardía
- No seas tonta – responde molesta. – De seguro quiere hacernos la misma jugada de la última vez, y yo no pienso caer más.
- Si, pero, parecía como si…
- Como si nada – Interrumpe.
- Es más, ya me decidí quitarme la espina de la idiota esa, ni que fuera la última mujer del mundo.
- No será la última pero bastante duro que te dio el ser “rechazada por ella”
- Es solo una idiota. Ya la superé
- Si claro – no creyéndole
- En fin, saldremos hoy, le diré a Lena también, quiero que me cuente como le fue con la abogada anoche.
- Bueno – suspiro sabiendo que su amiga no quería hablar más del tema.
Pasaron su clase con extrañeza debido a la actitud de la profesora, Naya fingía no darse cuenta y solo la ignoraba, mientras Jenny estaba sorprendida, cada vez que se fijaba, esta estaba viendo a su amiga con demasiado interés.
Después que todo termino se arreglaron y se fueron, Naya primero que nada salió casi corriendo. A Jenny le costó alcanzarla, pero al final lo hizo, pasarían por Lena en casa de Inessa, ya debería haber terminado sus clases e iría a su nuevo apartamento.
- Hola chicas- saludo Inessa en la entrada.
- Hola Señora katoina – Dijeron al unísono.
- Que bueno verlas por acá. Lena está en la sala recogiendo todo. – informo
- Gracias – dijeron al tiempo de nuevo.
- Te alcanzamos por poco Len – Dijo Jenny.
- Si. – coincidió Naya
- Chicas – Dijo con una sonrisa. Se acercaron y saludaron cada una.
- Vinimos a buscarte para salir a cenar.
- No me digas que a un Bar, Naya – dijo con reproche.
- Y ¿a dónde se supone que deberíamos ir para celebrar? - respondió ofendida.
- Tienes razón – dijo la pelirroja
- ¡Lena! – Soltó escandalizada Jenny.
- Bah, ya sé que solo iremos a cenar a un restaurante, la loca esta me llamo temprano. – se defendió la pelirroja.
- Como cosa rara ustedes haciendo planes sin mí – dijo dolida Jenny.
- No empieces Hartman, yo te llame también después que no contestabas mis mensajes ¿o se te olvido? – Soltó Naya.
- Oh, cierto – se apeno – Lo siento, lo olvidé, pero tuve problemas en el trabajo, ya te dije.
- ¿Qué paso, Jen? – pregunto Lena preocupada.
- Nada grave Len, solo gajes del oficio.
- Bueno, en fin, solo quería acompañarte Lena a escoger algo lindo que usar. – dijo la morena – Iremos a un lugar elegante – sonríe. - Y ¿a qué se debe ese cambio? – Pregunta Jenny
- Es que, quiero celebrar como te dije, y decidí cambiar de táctica con respecto a olvidarme de cierta persona.
- Te diste cuenta que emborracharte hasta perder la razón no funciona ¿cierto? ¿Y qué acostarte con la primera que veas tampoco te quitara la espina? – Dijo Jenny.
- Algo así – dijo seca. – Pero ya cambiemos de tema.
- Tienen razón. – Dijo Lena – Tengo mucho que contar – con una sonrisa.
- No! Cuenta, ¿Qué paso, te acostaste con la abogada anoche? – grito Naya.
- ¿Qué? – Grito Inessa que venía llegando con café para todas.
En la academia, la profesora se había quedado organizando unas cosas antes de salir, se encontró con la directora y esta le recordó pedir la constancia para procesar el cambio y ella solo pudo asentir.
- Supuse que seguirías encerrada en la oficina, ya que ni almorzaste hoy. – decía Julia desde la puerta.
- Hola Jul – sonrió Emma. – Si, es solo que por la mañana esa reunión nos quitó más tiempo del pensado y ya me había organizado de terminar de estudiar estos casos hoy. Pero pasa- dijo al ver que seguía en la puerta.
- Claro – sonrió. – Entonces ¿cenamos hoy? - invito
- Por supuesto – Comenzó a guardar sus cosas. – ¿Y Rossie?
- Acorde con Andrew que el fuera por ella al colegio y quiso quedarse con él me dijo cuándo le llame.
- Oh, no es para menos, ella adora a su padre – dijo para sacar una sonrisa en Julia – olvide decirte que hable pOr la tarde con Anjali, acorde que nos veríamos este fin de semana, tenemos muchos pendientes aquí y ella tiene citas toda la semana
- Lo sé, el trabajo que me cuesta encontrarme con ella no es nada fácil. - dijo riendo.
- Lo note. – cuando iban de salida su celular sonó, al ver el identificador simplemente decidió ignorarlo.
- ¿Qué paso? - pregunto Julia al ver que su rostro se tensó.
-No es nada. ¿vamos?
Por la mañana Allyson le regreso la llamada a su esposa que había estado insistente por la noche. Pero como esta estaba ocupada, lo había puesto en silencio y olvido por completo. Bastante tarde, mucho después de regresar del desayuno con Julia, pasada media mañana, fue que Allyson le había llamado y entraron en discusión por eso. Las cosas estaban muy tensas entre ellas y Emma solo se enfrasco en trabajar durante todo el día sin querer hablar con su esposa.
Esta tampoco se había comunicado con ella durante el día hasta ahora, eran casi las 7 de la noche cuando Allyson decidió llamarla y Emma no quiso contestar, no quería empeorar su humor.
Decidieron cenar en un restaurante cerca de la firma. En el camino Julia había llamado a Andrew y hablo con su hija para darle las buenas noches.
- Buenas noches, tenemos una reservación a nombre de Rivera, Naya Rivera, señorita por favor – Dijo la morena al llegar a la recepción.
- Ya lo tenías todo listo ¿no? – susurro Jenny al momento que eran dirigidas a una mesa. Era un restaurante muy elegante y no estaba tan lleno para ser una parte tan concurrida de la ciudad.
- Ya ves, Jenny, así soy – sonrió con suficiencia.
- Modestia aparte – Intervino Lena y todas rieron. Llegaron a la mesa asignada y a los pocos segundos llego el mesero.
- Entonces, primero que nada, quiero una botella de champagne y luego ordenamos – Se adelantó naya, el chico dejo las cartas y se retiró por la botella.
- Ya veo que lo de la celebración era en serio – dijo Jenny.
- Claro amiga, no te has dado cuenta de la felicidad de Lena – sonríe al ver a su amiga.
FLASHBACK
- ¿qué fue lo que dijo, Elena? – Dijo Inessa alterada al llegar junto a ella.
- Nada mamá – soltó un bufido – Naya solo estaba bromeando – trato de salirse del embrollo
- ¿Y por qué haría algo así? – se cruzó de brazos molesta
- Ay señora Inessa tampoco se ponga así, ni que Len afuera virgen – Trato de alivianar el ambiente solo empeorándolo.
- ¿Qué? - Grito más aun Inessa
- Discúlpela señora Katia – intervino Jenny, Lena solo tenía la cara tapada con las manos- Naya es una imprudente – dijo al mirarla con molestia y esta rodo los ojos.
- ¿Cómo así Elena Katina? – volviendo su atención en Lena.
- Chicas – pidió Lena a sus amigas, estas solo salieron de la sala.
- Ni que no supiera que a Lena le gusta Julia. – dijo la Naya a su amiga mientras salían, pero Inessa escucho.
- Creí que te gustaba esa mujer, pero…
- Mamá – Interrumpió Lena. – Me gusta Julia, y más que eso. Incluso me pido que fuera su novia. – Dijo sin más.
- Pero, pero – tartamudeo - ¿tú que le dijiste? Y ¿a qué se referías Naya con que tú, que tú no eras…
- ¡Ay mamá, por todos los cielos! – explotó - ¿Por qué te escandalizas? No soy una adolescente, perdí mi virginidad mucho antes de quedar ciega. – Inessa quedo con la boca abierta.
- Perdón – susurro al final – Yo no debí ponerme así – se sentía avergonzada y dolida de no saber tantas cosas de su hija. – Pero tú ¿t+u y esa mujer ya?
- ¡No! - grito Lena. – No mamá, tampoco las cosas son así, Julia me pidió ser su novia y no por eso me acosté con ella.
- Oh – Inessa suspiro con alivio. - ¿Aceptaste?
- Voy a hacerlo – contesto solamente.
Sus amigas estaban del otro lado de la sala oyendo todo, ambas con unas sonrisas pues sabían que Lena estaba volviendo a ser su amiga de siempre.
FIN DE FLASHBACK
- Ya sé que escucharon cuando le dije a mamá lo de Julia – dijo Lena.
- Pues sí, y nos sentimos muy felices por ti Lena – Dijo Jenny.
- Claro amiga, y por eso vamos a celebrar esta noche – Dijo Naya al ver al mesero llegar con la botella y tres copas en la mano.
El mesero dejo el champagne servido y las amigas brindando contestas. Después de unos minutos ordenaron y estaban esperando, Lena les contaba cómo había sido la noche, el beso con Julia y todo lo demás.
- ¿Y cómo besa? – Pregunto Jenny.
- Mira nada más, señorita santurrona queriendo saber detalles sucios – intervino Naya. Lena soltó una carcajada y Jenny le lanzo un golpe en el hombro que la morena esquivó.
Estuvieron riendo mientras esperaban su comida, con las ocurrencias de sus amigas, Lena se sentía muy bien, estaba feliz por la decisión que había tomado de aceptar a Julia, ahora sí, les conto a sus amigas sobre el divorcio en puerta y aunque Naya no estaba muy segura, se quedó tranquila al saber que su amiga le creía y si Lena confiaba, ella también lo haría, igual si algo malo le llegara a hacer Julia a la pelirroja ella misma se encargaría de hacerla pagar. Y la mirada que le dio Jenny al aceptarlo también, le demostró que no estaba sola en eso.
Cuando ya estaban cenando, Naya había pedido una segunda botella, la primera hacia minutos que se la habían acabado ya. Mientras en la entrada del mismo restaurante estaban ambas amigas pidiendo entrar al lugar, aunque no tenían reserva el sitio no estaba lleno, entonces les fue asignada una mesa. Al llegar allí, Emma que había estado entretenida guardando su tlf choco con Julia.
- ¿Qué paso, Jul? – Pregunto alzando la vista de su bolso. – ¿Estas bien? – Volvió a preguntar. La morena no decía nada, entonces desvió la mirada a lo mismo que ella veía, se dio cuenta que Lena estaba a unos metros de ellas, con sus amigas, y ahí estaba esa mujer, que no había salido de sus pensamientos en los últimos días.
- Esta es su mesa señoritas – Interrumpió el mesero el momento. Estas decidieron sentarse en silencio. El mesero dejo la carta e informo que regresaría cuando estuvieran listas para ordenar.
- Lena – Susurro Julia.
- Y su amiga – Dijo Emma. Cuando Julia volteo a verla con el ceño fruncido su amiga hablo. – digo, que esta con sus amigas – carraspeo antes de seguir – Y parece que celebrando. – hasta su mesa se escuchaban sus risas de alegría
- Si – dijo Julia con una sonrisa tonta, volteando a verla una vez más.
- ¿No has hablado con ella hoy?
- No. – fue todo lo que dijo, cuando Emma iba a preguntar algo más, llego el mesero, ordenaron y este se fue.
- ¿Por qué no te acercas y saludas? – sugirió Emma
- Creo que es muy pronto. – regresando la vista a su amiga.
Pasaron unos minutos y su orden llego. Del otro lado del restaurante las chicas seguían celebrando. No se habían dado cuenta de quienes estaban a pocos pasos de ellas, hasta que Jenny quiso levantarse para ir al baño, cuando las vio solo se queso allí levantada.
- ¿Vas al baño? – Pregunto Naya.
- No, solo quería estirar las piernas – Reaccionó a tiempo para que no notaran sus nervios.
- Bueno – Naya la miro extrañada. – Yo si iré.
- Yo también – Dijo Lena levantándose igual.
Como el baño quedaba del lado opuesto al que estaban Julia y Emma, no se dieron cuenta de que ellas se encontraban en el mismo lugar.
- ¿Qué le paso a Jenny? – Pregunto la pelirroja cuando iban llegando.
- No sé, pero fue raro Len, se levantó y pensé que iba al baño, pero no, se quedó allí como que si vio un fantasma y ya.
- ¿No sería que lo vio? – Dijo Lena antes de soltar una carcajada. Las tres estaban algo tomadas ya, llevaban dos botellas de champagne. Llegaron al baño que aparentemente estaba solo, pero escucharon una puerta abrirse. No le dieron importancia, hasta que Naya vio salir del cubículo a su ‘adorado tormento’ como le había dicho un día Jenny. La profesora Heather estaba ahí, frente a ella. No hizo más que quedarse quieta.
Basta con que me sonrías para darme cuenta de que cada vez que te veo, me muero por besarte…
No puedo creer, que todo este tiempo ya te conocía, de mi vida pasada, mis sueños o anhelos, no lo sé aun, pero este día lo supe, es increíble como… el mundo es un pañuelo.
Aleinads- Mensajes : 519
Fecha de inscripción : 14/05/2015
Edad : 34
Localización : Colombia
A Mayra Pérez le gusta esta publicaciòn
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» EL DIARIO (ADAPTACION) // RAINBOW.XANDER
» DIARIO DE UNA VOYEUR // MAYA REYNOLDS
» EN TU PIEL // Aleinads
» CIELOS DIVERGENTES // By: SandyQueen Ft. Aleinads
» DIARIO DE UNA VOYEUR // MAYA REYNOLDS
» EN TU PIEL // Aleinads
» CIELOS DIVERGENTES // By: SandyQueen Ft. Aleinads
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|