Muy pero muy (espero) buenas noches!! Ante nada pido mil disculpas por mi demora en publicar, créanme que estoy trabajando (literalmente) duro para poder estar conectada mas seguido (como antes mínimo xD) Muchas cosas han pasado pero les aseguro qeu no me olvido de las historias que estoy escribiendo, en especial si la/las estoy publicando... Espero que les guste la continuación o sirva al menos por ahora como consuelo de que pronto volveré, porque eso si, sea como sea No dejaré de postear. Feliz noche y fin de semana para tod@s

andyvolkatin: Aunque me tarde (que no me gusta) no dejaré de publicar. Gracias por leer y comentar Very Happy

Zanini- volk: Gracias por tomarte el tiempo de comentar y por supuesto que no dejare de postear. Saludos! Smile


Capítulo IV
‘Un día normal’

- A ver, entonces… Lena, te gusta una variedad extensa de comida – riendo. – amas la música, quizás tanto como yo.
- Creo que te retaría a un duelo de conocimiento/disfrute musical y podría vencerte sin esfuerzo alguno. – Interviene Lena con una sonrisa en sus labios.
- Esta bien, está bien… No hay que enfrentarse a nada, tu ganas. – moviendo los brazos aunque esta no la viera, en señal de rendirse.
- Lo sabía. – responde orgullosa. – Ya sabes mucho de mi ¿Qué hay de ti? Evadiste el tema de la ansiedad, supongo que no quieres hablar al respecto…
- Es un poco más complicado. – Interrumpe la morena. – No quiero arruinarte la tarde con mis problemas.
- Para nada, me siento a gusto contigo. Puedes confiar en que si comienzas a molestarme te detengo al instante y me voy. – dijo en medio de risas, contagiando a la morena con ella.
- Perfecto, muchas gracias entonces. Ya sé a qué atenerme contigo. – intentando sonar ofendida pero sin parar de reír. – Igual mejor lo dejamos para después, no quiero pensar por ahora en esas cosas.
- Muy bien. Háblame sobre Rossie entonces. – A Julia se le dibujo una sonrisa al escuchar esa pelirroja decir el nombre de su bebe. – Tiene 6 años ¿cierto?
- Así es. – contesta Julia. – Como ya sabes, nos acabamos de mudar de Alemania. Ella está… está adaptándose al cambio.
- ¿Dónde estudiara? – Pregunta Lena interesada.
- En el colegio Zavedi. – Responde.
- ¿En serio? Ahí estudie yo. – dijo con emoción. – Te va a encantar, y a ella ni se diga.

Mientras Lena hablaba, Julia solo podía verla sin quitar la sonrisa tonta (como ella estaba pensando) de sus labios. ¿Cómo era posible que, en apenas un par de charlas, ya se encontrara tan en confianza con esta mujer? Además de la paz y alegría que le causaba. Apenas si la estaba tratando, ni dos horas llevaban hablando y ya sentía que la conocía de muchos años. Pero eso no quitaba el hecho de que quería seguir explorando, algo en ella le daba curiosidad. Tenía la necesidad de conocerla del todo, hasta más. Sin saber o entender el qué, había algo en la pelirroja que le atraía y eso, eso era algo que hacía más de 10 años no le pasaba con nadie. Incluso sentía que esto era diferente, con más intensidad e interés de su parte. Aun así, no pudo evitar recordar el pasado.


FLASHBACK…

- Alex, por favor Alex… Vamos al lago ¿sí? – Pidió la morena.
- No Julia, ya te dije que no puedo ir… Mis papás vienen este fin de semana y no los voy a dejar solos por salir contigo. – Se negó, cruzándose de brazos.
- Por favor nena, por favor. – Volvía a suplicar.
- No Jul, ya te dije, no lo hare. – siguió negándose – Todo esto es tu culpa. – Julia la miro sin entender. – Si, así es. ¿Acaso soy yo la que quiere mantener esta relación en secreto?
- No, pero…
- Pero nada Julia. Mis padres saben quién soy y me aceptan, para mí no sería un problema decirles que el viernes saldré con mi novia, pero no puedo hacerlo. Todo por ti.
- Gracias nena por recordármelo. – dijo con sarcasmo. – No intento justificar nada Alex, pero sabes cómo son mis abuelos. Quiero darles la noticia poco a poco.
- ¿Cuánto tiempo más necesitas Julia? Llevamos tres meses saliendo. – La rubia comenzaba a molestarse.
- Alex, Alex. – llamo para tranquilizarla. – Calma ¿sí? Yo estoy perdidamente enamorada de ti, desde el primer día que te vi.
- Y no tuviste el más mínimo pudor en hacérmelo saber. – interviene entre risas al recordarlo.
- Así que, sabes perfectamente que eres muy importante para mí, y lo nuestro es un secreto solo porque no quiero que mis abuelos se enteren por otro lado. – Cuando Alexandra quiso hablar la morena la detuvo. – Y si amor, tengo planeado contarles pronto.
- ¿Pronto cuándo?
- Este fin de semana hay un evento de caridad al que mis abuelos asistirán. El lunes por la tarde cuando regresen les diré que tengo una cena especial, y que hay algo que quiero contarles.
- ¿En serio Jul? – pregunto emocionada.
- En serio. – responde con una sonrisa.
- Gracias, gracias, gracias. – La rubia abrazaba y besaba a Julia sin parar de agradecer. – No sabes cuánto te quiero Jul.
- Y yo a ti nena. – dijo correspondiendo sus besos. – Ahora, vamos a llevarte a casa y se pospondrá la salida al lago por ahora. – advirtió apuntando su dedo índice. – La próxima cita será mejor aún. – terminando la frase con un guiño.

Pronto llegaban a casa de Alexandra, se despidieron en el carro de la morena y esta se fue a la suya. En el camino solo podía pensar en lo mucho que quería a su novia. Por ella les diría a sus abuelos que era lesbiana y de su relación con Alexandra. Seguía ideando la mejor forma de hacerlo, tantos meses de práctica solo le habían dejado más angustia y temor; pero su amor por la rubia era el motor que le ayudaría con eso. – Te quiero tanto Alex. – se dijo suspirando.

FIN DE FLASHBACK

- ¿Por qué desapareciste Alex? – Se preguntó al recordar el pasado.
- ¿Ya te aburrí? – Dijo Lena, sacándola de sus pensamientos.
- ¿Perdón? No, no… Disculpa. Estaba pensando.
- Creo que la ansiedad no se ira pronto.
- No es eso. Solo… Me perdí por un momento, discúlpame, de verdad.
- No te preocupes, no pasa nada. Yo pienso, bueno, perdóname por ser tan entrometida, pero suele suceder que cuando nos perdemos en nuestros pensamientos es porque algo nos agobia o causa...
- Ansiedad. – termina la idea de Lena.
- Exacto.
- Vaya que no me equivoque. Sí que sabes.
- Tengo algo de conocimiento. – Dijo con una media sonrisa, más de tristeza que nada.
- Hoy parecerá el día en que más me disculpe contigo. Lamento haberte hecho pensar en eso. – Julia se sentía mal por haber hecho entristecer a la pelirroja.
- Para futuras referencias, tengo que recordar que eres una arruinadora de felicidad. – dijo, rompiendo la tensión que se había creado.
- Y tú eres una mujer audaz, que además de hermosa eres bastante molesta pero alegre.
- Gracias, me esfuerzo para lograrlo. – Dijo medio en broma pero sonrojada por el comentario de la morena.
- Además de que me contagias fácilmente. – Riendo junto a la pelirroja.

Los momentos de tensión e incomodidad se fueron para ambas. Habían transcurrido más de dos horas y las chicas sentadas conversaban de trivialidades tan tranquilamente que se sintió familiar.

La verdad era, que Julia fue allí intencionalmente. Desde un principio quiso encontrarse con esa pelirroja tan peculiar y chispeante que eventualmente se había empeñado en no salir de sus pensamientos, al menos hablarle quería. Y en efecto lo logro. La encontró, y allí estaban, tan relajadas y ¿felices? Olvidándose del mundo.

Lena se encontraba en una zona de paz diferente a lo que había vivido. Estaba tan cómoda y segura. Una sensación que había tenido ya antes, pero jamás con tal intensidad. Evidentemente tomo la mejor de las decisiones al seguir su corazón e ir al parque con la esperanza de encontrarse a la mujer que, apenas conociendo hizo vibrar su mundo.

- ¿Lena, eres tú? – Se escucha una voz conocida.

En la academia de baile, una tarde muy diferente transcurría. Las amigas Rivera-Hartman continuaban con su plan de ‘hacerle una jugada’ a la profesora suplente.

- Te lo dije Jen, esto va a funcionar. ¿Notaste como la profesora no deja de verme?
- Si, y me parece algo extraño. Es muy obvia, todo el mundo se está dando cuenta. ¿Qué paso desde ayer? ¿Cómo es que ahora le interese tanto lo que haces?
- No lo sé, pero es mejor para nuestros planes. – Dijo Naya con orgullo.
- Sin duda, pero igual me es extraño. – Jenny estaba sorprendida y dudosa de la actitud de la profesora.
- Mejor alejémonos un poco, extraño es como nos está mirando ella ahora. – Dándole un empujón a su amiga.
- Idiota. – susurro alejándose con ella de igual forma. La respuesta de su amiga fue un guiño y un beso volado.

La clase ya había terminado, ambas amigas hablaban haciendo tiempo de que todos en clases se fueran. Cuando el último de los compañeros se retiraba, las chicas arreglaron sus cosas para poner el plan en marcha.

- ¿Lista? – Pregunta Naya.
- Lista. – Responde Jenny guiñándole un ojo.
- Profesora Morris. – La morena llama su atención.
- Rivera, dígame. – Prestándole atención.
- Le parece… Ehm ¿está bien si le muestro el auditorio donde tendremos la presentación? – dijo con voz seductora.
- Ya lo he visto señorita Rivera. – responde serena.
- Pero nadie le ha mostrado lo que haremos, ni cómo será preparado. – Su tono era coqueto.
- No creo que… - Intento negarse una vez más pero fue interrumpida por Jenny que seguía en el lugar.
- Ya lo habíamos hecho con la profesora Mary, de hecho teníamos todo listo y con usted aun no afinamos detalles. – seguía parte del plan ayudando a llevar la profesora al auditorio.
- Es cierto. – contesto Heather después de un momento. – Vamos entonces. – Tomando sus cosas hacia la salida.
- De hecho, yo no iré. – habló Jenny – Tengo algo importante que hacer y Naya sabe bien lo que se hará, ella le puede explicar todo.
- Así es profesora. – fingiendo inocencia, pero con una sonrisa seductora.
- Esta bien, iremos. – aceptando finalmente.

Una vez fuera, Jenny camino rápidamente buscando a la directora de la academia. Su plan era distraerla y llevarla justo al tiempo para ver a una profesora “seduciendo” a una de sus estudiantes. Que en este caso, era su amiga Naya.

- Bienvenida al auditorio. – dijo Naya al tiempo que abría las puertas. – Adelante por favor. – Invito señalando dentro del lugar.
- Gracias. – respondió seca. La profesora sabía cuál era su plan e incluso si no lo supiera sabría exactamente que algo tramaba Rivera, su tono de voz seductor era muy evidente.
- Bien, profesora Morris ¿Esta bien si le digo Heather? – dejando su bolso de lado.
- Tendremos la misma edad Rivera, pero soy su profesora. – cruzándose de brazos.
- Esta bien. – sonando inocente. – Por aquí por favor. – hizo que la profesora la siguiera a la parte trasera. – Aquí se encuentra el vestuario, ya todo está aprobado, cada quien está de acuerdo con lo que usara y nos hemos probado todo.
- Ya sabía eso. – interrumpiéndola de manera cortante.
- Lo sabía, pero nadie se lo había mostrado. – guiñándole un ojo, la profesora simplemente bufó. – Estos artículos de aquí son los que adornaran cada lado del escenario. – la morena seguía hablando y señalaba todo. – y aquellos de allá son los que instalaran los chicos de diseño.
- Hasta ahora no me ha mostrado nada nuevo. – viendo a los lados.

A pocos metros de allí, una castaña estaba desesperada por no encontrar a la directora. Preguntando a cada compañero y profesor que veía en el camino. Nadie sabía dónde estaba. El presentimiento de que nada saldría como lo planeado se hizo latente.

– ¡Demonios! – Pensó. – Naya me va a matar. – Se decía sin dejar de buscar en toda la academia.

El tiempo estipulado había llegado y Jenny no había conseguido a la directora.

- No puede ser, no puede ser…– se repetía una Jenny angustiada. – Naya, contesta. – Insistía en la llamada, pero nada que su amiga contestaba. – Debes estar ejecutando el plan. – colgando ya que estaba cerca del auditorio.

En el aeropuerto, un vuelo llegaba bastante retrasado. Algo molesta y cansada estaba la rubia mientras recogía sus maletas.

- ¡Genial! Lo que faltaba para volver este día incluso peor. – Se quejaba mientras veía su reloj. - ¿Dónde estará?- preguntó para sí misma sacando su celular. Activo una llamada. – Vamos, contesta. - Repique tras repique y la llamada no fue atendida.

Cinco minutos más tarde se había sentado en el cafetín del aeropuerto, cansada de esperar ordenó un café.

- Hola, hola, hola. Lamento mucho llegar tarde Emma. – Saluda a su amiga con un beso en la mejilla, agitada por la pequeña carrera que tuvo para llegar.
- Era lo que me faltaba para terminar de hacer fatal este viaje Jul, si te cuento todo lo que me ha pasado hoy.
- Me imagino, discúlpame de verdad. Se me presentó algo y se me fue el tiempo. – dijo con ojos iluminados - luego hubo tráfico y que te digo… – suspirando al final.
- Algo o ¿Alguien? – preguntó alzando una ceja.

FLASHBACK…

- ¿Dónde estabas Julia? – La rubia sonaba molesta.
- Amiga, perdón, perdón, perdóname por no llegar a tiempo. Estaba… Estaba. – Julia tartamudeaba nerviosa.
- No tienes excusa Julia, tuve que mentir por ti al profesor y casi nos castiga a ambas con un informe extra. – dijo cruzándose de brazos.
- No fue mi culpa Em, yo, yo, lo que pasa es que yo… – La morena temblaba. – Estaba ocupada, me entretuve con algo. – ruborizada.
- ¿Tan ocupada como para hacernos casi perder una materia? ¡¿Sabías eso?! – con molestia en su voz.
- Emma discúlpame, se me fue el tiempo con… Algo. – contesto dudosa después de unos segundos.
- Ya veo que no soy tan de tu confianza que ni siquiera me dices la verdad. – Cruzándose de brazos. - ¿Sabes qué? Mejor hablamos después. – caminando a la salida.
- ¡No! – Grito asustando a Emma. – Emma, lo siento amiga, ven, te voy a contar lo que paso. – Llevándola del brazo a que se sentara frente a ella.
- ¿Me dirás o qué? – soltó impaciente, después de que la morena se sentara frente a ella sin decir nada por unos minutos.
- Si jajaja – reía algo incomoda. –Estaba con algo… Más bien. – Carraspeó antes de continuar. – Esta bien, estaba con… alguien.
- ¿Qué? – Volviendo a gritar. – es increíble Julia ¿Cómo es posible que tu…- No pudo terminar la frase pues la morena tapaba su boca.
- Si es necesario te pediré perdón de rodillas durante un mes. – Quito su mano de la boca de Emma lentamente. – Conocí una chica y estuve hablando con ella, se me fue el tiempo porque la chica era muy habladora. – riendo. – me costó pero al final logre zafarme. Fue un milagro que llegara hoy a clases. – causando gracia a su amiga. Emma no perdió tiempo para burlarse de Julia. - Ya veo que lo que me paso te causo más gracia que molestia ¿no? – dijo seria. – En fin, no falte porque quise, además no me fue nada bien. ¿Me perdonas? – Poniendo ojos tristes.
- Solo porque de por si te fue mal. – volviendo a reír.

FIN DE FLASHBACK

- Tenemos mucho que hablar. – respondiendo con una sonrisa.
- ¡Vaya! – dice sorprendida. – primera vez que veo esa mirada en ti. – Julia hace una mueca de no entender. – Ya hablaremos ¿Quieres un café? – ofreció, la morena asintió y pidieron su café. Al terminar se encaminaron a casa.

- Y bien morena… Escupe. – Suelta Emma una vez Julia arrancaba el carro.
- Sí que te has vuelto curiosa. – responde Julia riendo.
- Muy graciosa, pero no desviaras el tema. – La rubia escribía en su celular mientras Julia conducía.
- ¿podemos hablar eso luego? Voy manejando. – La miro por un momento. - Además es un tema… largo. – Finalizó, dejando una Emma más confundida.
- Ahora si quiero saber de qué trata. Pero bien, te haré caso. – Presto atención a su teléfono que volvía a sonar.
- ¿Allyson? – Refiriéndose a la persona que hacía sonar el celular de su amiga.
- Ajá – responde Emma asintiendo.
- Envíale saludos.
- Claro. – Termino de escribir y dejo su teléfono – Rossie ¿cómo está? Y Andrew.
- Muy bien, deben estar comiendo helados. Sabes como es.
- Esa niña, no cambia. – dice con una sonrisa. – aunque no ha pasado mucho, créeme que la he extrañado.
- ¿Imagina si no hubieses venido con nosotras?
- ¡Ni lo digas! – Poniéndose una mano en el pecho. – me habría muerto. ¿Yo sin mi ahijada preferida? Toda una pesadilla.
- ¿Qué cosas dices? Es tu única ahijada. – riéndose.
- Por eso es mi preferida. – riendo también.

El viaje fue tranquilo entre risas. Julia y Emma hablaban de sus planes para los siguientes días. Pronto se daría la fiesta de inauguración de la firma, entre otras cosas pendientes antes de la apertura. Mucho trabajo sin siquiera empezar. La charla personal ya quedaba para más tarde. Primero lo más importante por ahora, el trabajo.


- Ud. cree que no le he mostrado nada nuevo profesora Morris, pero el vestuario aun no lo ha visto ¿Cierto? – Naya seguía con su voz coqueta y seductora.
- Tengo entendido que estará listo en unos días.
- Yo fui quien propuso el diseño y estilo. Y tengo la muestra conmigo, eso puedo enseñarle. – Caminando hacia su bolso. Regresa junto a la profesora y continúa. – No solo para que los vea, puedo enseñarle incluso como quedan. – acercándose a ella.
- Me parece bien. – dice, tomando por sorpresa a Naya.
- ¿De verdad?
- Si, me gusta su idea. – le hacía creer a la morena que estaba cayendo en su juego.
- Que bueno… – volviendo a sonreír coquetamente. – entonces creo que… No hay tiempo que perder. – se giró sacando una traje de su bolso. De nuevo se puso frente a la profesora que no decía nada.
- Rivera. – dijo mientras veía su reloj. – Ya tengo que retirarme.
- ¿Qué? – Grita. – No, solo un momento. – Se quitó la camisa sin más, frente a la mirada atónita de Heather.
- ¿Pero qué… - No termino lo quería decir ya que sus labios fueron sellados por la morena, que comenzaba a besarla.

La profesora sabía perfectamente el plan de su alumna, e incluso tenía la idea de seguirle la corriente para saber hasta dónde era capaz de llegar con eso, sabía muy bien que nada le iba a funcionar pues ella misma se encargaría de eso. Pero jamás pensó que Rivera llegara tan lejos, mucho menos que ella se dejaría besar por una estudiante.

No fue mucho el tiempo que trascurrió realmente pero si se sintieron largos los segundos que se dejó besar por la morena, cuando estuvo a punto de corresponderle incluso, decidió alejarse. Pero el beso sería interrumpido antes, no por ella, sino por unos ruidos que provenían desde la entrada… Alguien venia.

- Lena ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada hija, ayer te fuiste, hoy regresas y te vas de nuevo ¿sabes qué hora es? – Gritaba su madre apenas Lena entraba.
- Mamá. – Suspiró – estaba en el parque, te dije que estaba bien, solo quería salir. – sin darle mucha importancia.
- Pero casi nunca te ausentas tanto hija ¿segura estas bien? ¿Paso algo? – tomándola de la mano.
- ¡Mama! – Grito. – Por Dios madre, no soy una niña. Se cuidarme, y estoy completa ¿Acaso no me ves? - lo último hizo sentí mal a Inessa, quien bajo la mirada soltándola.
- Lo siento hija, yo… yo.
- Mami, está bien ¿sí? – Estirando su mano para que la tomara nuevamente. – Soy ciega, no estúpida. – riéndose. – se cuidarme, y sé que estas al pendiente, o para cuidarme en todo caso. – Ambas rieron. – Ahora ¿puedo ir a mi habitación? Quiero descansar la resaca.
- ¿Cómo? – grito escandalizada.
- Ay no, mama – se queja. – Voy a dormir un rato. – comenzando a caminar. – Beethoven tienen hambre por cierto. – dijo mientras subía las escaleras.
- Ya lo note. – responde de camino a la cocina para alimentar el can. – Algo pasa contigo Lenita, no habías actuado así antes. – susurro para sí misma.

Lena no actuaba extraño, simplemente estaba comenzando a sentir que debía independizarse un poco (o mucho) de su madre. Ya era tiempo. Siempre había estado sofocada y ya quería un poco más de espacio. Espacio para ella, para sentirse libre y tranquila. Tal vez para ¿salir más?

En el fondo sabe perfectamente que lo que quiere no es solo libertad para salir. Lo que quiere es demostrarle a su madre que es capaz de cuidarse por sí misma, sin tenerla a ella al pendiente día y noche. Sin olvidar que, recién ha conocido una persona que ha despertado por completo su interés.

Lo menos que espera es, tener a Inessa respirando sobre ella y cuestionando cada persona que conoce. Sabiendo como es, está segura de que eso traerá problemas. Especialmente porque querrá saber todo.


El ruido en la entrada hizo que Heather se separara de inmediato. La morena estaba agitada y por un momento había olvidado él porque estaba en esa posición. Recordó su plan y pensaba que, quien estaba por entrar y ver la escena era su amiga Jenny junto a la directora. Entonces se acercó nuevamente a la profesora para que su plan se llevara a cabo.

Heather estaba algo ida aun pero volteo hacia la entrada sabiendo que alguien llegaba. No esperaba que Naya volviera a acercarse a ella con intenciones de besarla una vez más. Al percatarse de lo que venía se alejó un poco. Cuando la morena casi se acerca a su rostro escucharon la voz.

- ¡Nay! Naya. – Jenny entraba corriendo. – ¡Oh por Dios! – Grito al ver a su amiga sin camisa y casi encima de la profesora. – Perdón. – se disculpa volteando la vista. – Interrumpí, yo… Yo. – comenzaba a tartamudear, al mirar de reojo a su amiga y notar que esta abre grande los ojos, en formad e señal, continua. – ¿Que pasa aquí? – Aclarando la voz y viendo fijamente la escena.
- Nosotras… - empezó Naya.
- No pasa absolutamente nada. – interrumpe Heather. – Rivera iba a mostrarme el vestuario de la presentación, pero creyó que le había autorizado para hacerlo ahora. Un simple error. – Dijo restándole importancia a las circunstancias.
- Eso, parece que… como sí. – Jenny intentaba hablar pero sabía que ya nada saldría bien. Sin más testigos presentes al menos, no.
- Ya me retiro. – Le corta la profesora. - Espero que para la clase de mañana presente el vestuario rivera, hasta luego, Hartman. – se despide y se va, dejando a las chicas con la boca abierta.
- ¿Qué demonios paso? – Grito Naya molesta.
- Te estuve llamando idiota. – responde una Jenny también molesta. – No conseguí a la directora.
- ¡Me lleva el diablo! – comenzó a vestirse ante la mirada de desconcierto de Jenny.
- Ahora yo pregunto ¿Qué paso? Creí que solo te ibas a insinuar y ser coqueta, no que… – Señalándola de arriba abajo.
- La muy imbécil no caía y tuve que sacar el arma secreta. – refiriéndose a su cuerpo. – Ya vámonos ¿sí? – estaba evidentemente molesta, y no solo por el fallo del plan.
- Ok, ok. – levantando las manos. – Ya buscaremos la forma de vengarnos. ¿Estas segura de que nada paso? – Mirando a su amiga roja de la rabia.
- ¡No! – gritó asustando a Jenny.
- Pero que humor. – rodando los ojos. – Hacemos otro plan, uno que no falle y listo. No es para que te pongas así tampoco. – restándole importancia al asunto.
- No es eso. – tapándose los ojos. - La bese y no me correspondió. – Soltó con rabia.
- ¿Qué? – Gritó. - ¿No cayó en tus encantos? Después de que estuvo comiéndote con la mirada. Se le nota que le gustaste ¿o no? – la castaña estaba sorprendida. – no lo entiendo.
- No eres la única.- susurro Naya volviendo a caminar a la salida.
- Espera Nay. – alcanzándola – No tenías que besarla para empezar. No pensabas llegar tan lejos ¿o sí?
- Si era necesario. Y me lo pareció, por eso lo hice. Pero de nada sirvió. – Escupió irritada.
- No fue mi culpa que la directora no apareciera, precisamente hoy. Tampoco la pagues conmigo. – ya un poco molesta por la actitud de su amiga.
- No, no es tu culpa. Pero, ella… – Soltó un bufido y no dijo más.
- Ya entiendo. – mirándola de reojo. – No pasa nada si admites que lo que te molesta es que no te haya correspondido. Con eso también te puedo ayudar. – ofreció.
- ¿Estás loca Jenny? No. – Llegaban a la salida de la academia y se detuvo. – No vuelvas a repetir una tontería como esa. – Señalaba a su amiga con el dedo y hablaba bajo para que solo esta le escuchara. - Si, la profesora está muy bien, pero es una completa imbécil y no la quiero cerca. Idearemos un nuevo plan, pero de que se va, se va. – sentenció.

Jenny solo asintió, no quería discutir con Naya en plena academia. Conocía perfectamente a su amiga y no quería dar un espectáculo. Completamente segura de lo que notó en su mirada y actitud, decidió dejar el tema para otra ocasión.


En casa de Julia, el trabajo seguía. A pesar de las insistencias de la morena hacia Emma, en que fuera a descansar, esta prefirió adelantar los últimos detalles antes de la fiesta de inauguración de la firma. Solo un par de semanas quedaban y no quería que nada quedara por fuera.

- ¡Hasta que al fin! – exclamo Julia estirándose. – Ya me estaba dando hambre.
- Tú siempre tienes hambre Julia. – se burló la rubia. – Terminemos de recoger para ir a cenar algo ¿te parece?
- Me gusta la idea de la comida pero Andrew llegara pronto con la peque. Si quieres, te arreglas mientras yo termino de recoger aquí, le avisare a Andrew que saldremos para que nos recojan ya listos.
- Perfecto. Quiero ya irme a descansar, comienza a hacerme efecto el largo y tedioso viaje que tuve. – bostezando.

Una hora más tarde, estaban ya de camino al restaurant. La cena fue tranquila y rápida. Emma quería retirarse a descansar y eso hizo. Julia se encontraba en su cama lista para dormir, pero extrañamente no estaba cansada ni tenia sueño. Solo pensaba.

- Pero que día tan… – suspiró – agradable a pesar de todo. – termino la frase con una sonrisa. - ¿Quién eres? – Se preguntó al recordar esa chica que últimamente no salía de su cabeza. - ¿De dónde saliste, y por qué me eres tan… Familiar? – Volvió a suspirar y se giró, tratando de conciliar el sueño.

Algunos días pasaron, cada quien en su mundo. Todas con algo en mente. Algunas con mucho más que eso. Julia y Emma estaban completamente entregadas al trabajo. Pensar que todo estaba listo y en ultimar detalles se les iban los días. Lo mejor de todo era que ya tenían la mayoría de los clientes en contacto e incluso las invitaciones para la fiesta de inauguración habían sido ya enviadas.


Naya cada día tenía peor humor, saber que faltaba poco tiempo para la presentación y tener que soportar a la profesora a diario se le hacía realmente difícil. Jenny como la conocía a la perfección estaba con ella y le ofrecía su apoyo, pero en múltiples ocasiones era rechazada.

Como la castaña había estado un poco deprimida esos días, buscaba más a Lena. Dándole su espacio a Naya y desahogándose junto a su amiga. Quien al parecer también tenía algo en mente. Intento persuadirla de que le contara pero Lena la evadía o le decía que solo eran ideas suyas. Algo presentía y estaba segura que tenía que ver con el dichoso diario que había vuelto a su vida últimamente.

- ¿Lena? – Llamó desde la entrada del cuarto.
- Jenny. – dice nerviosa.
- Inessa me dijo que estabas despierta, por eso subí. – Explica. -¿Qué hacías? – Pregunta al verla esconder algo entre sus almohadas.
- Nada, solo estaba pensando. – Intenta levantarse con cuidado. La castaña ve lo que hará y se acerca ayudándola.
- ¿Estas nerviosa o son ideas mías? – le pregunta. – Te siento extraña.
- No es nada, solo me sorprendiste.
- Esta bien. – dice no muy convencida. – Ya que estas vestida ¿Salimos?
- ¿A dónde quieres ir?
- A caminar. – responde tranquila.
- ¿Caminar? – Extrañada. - ¿Quieres hablar de algo? – cuestiona la pelirroja.
- De algunas cosas, sí.

Las chicas se fueron a caminar cerca de casa. Beethoven era muy buena compañía, según palabras de Jenny. Paseaban al can mientras hablaban.

- Entonces Naya sigue malhumorada. – Dice Lena. - ¿Estas segura de que le gusta esa profesora?
- No hay una explicación lógica para que ella se comporte como lo hace. Intente hacerle ver lo que tiene realmente pero solo me grita enojada. No creo que lo acepte. Está empeñada en que saquemos a Heather. Cada vez que tenemos clases con ella se comporta peor. Parece una adolescente, toda rebelde en clases, hasta le responde y discuten. Si no fuera porque Nay me dijo que la rubia no cayó en sus ‘encantos’ diría que a ella también le gusta.
- ¡Vaya! Eso si no lo esperaba. En especial porque cuando planeaba su idea para que la botaran sonaba tan segura de odiarla, por el simple hecho de ser estricta. Esa Naya, no cambia. – negaba con la cabeza.
- No, no cambia. – cruzándose de brazos. – Lo que me importa es que, quien paga los platos rotos soy yo. Bastante deprimida y solitaria me he sentido, ahora ella me descarga su enojo.
- Ya la conoces. No creo que alguna vez en la vida se le ocurrirá la idea de aceptar que tiene sentimientos hacia nadie. Eso de las relaciones sabes que no va con ella. – Alzando los hombros. - Mejor déjala unos días. No insistas en el tema a menos que ella lo haga, y no caigas en sus juegos para que no discutan.
- Bueno, te voy a hacer caso porque estas en lo cierto.
- Ahora tú. Sigues deprimida por… ya sabes. – recordándole la conversación de hacía unos días atras.
- Ya no tanto. Pero Nay tampoco ha colaborado mucho, solo me recuerda mis desgracias. - Se detuvieron poco antes de llegar al parque, Jenny decidió comprar algo y sentarse a continuar su charla.
- Buena idea la del helado. Así te endulzaras la vida y olvidaras los problemas por un rato. – Dijo la pelirroja, sin percatarse que Jenny ya se había ido.
- ¿Hablando sola también? – Escuchó una voz ahora conocida, que la asusto por la sorpresa.
- ¡Dios santo! – Dijo poniéndose la mano libre en el pecho.
– Parece que esta será nuestra forma de encontrarnos. Yo asustándote. – Dijo riéndose. – Discúlpame.
- No pasa nada. – responde Lena. – Hola Julia… – Una sonrisa se dibujó en su rostro. Julia corresponde el saludo y acaricia a Beethoven.
- Llevo días viniendo, aunque por poco tiempo. Pensé que ya no iba a coincidir contigo. – La morena no dejaba de acariciar al can, pero veía a Lena.
- ¿Acaso me estas acosando? – Pregunta fingiendo sorpresa. Julia se ríe.
- ¡Diablos! Me descubriste. – Ahora ambas reían. – La verdad es que… No pienses mal de mí por esto.
- Hasta ahora solo para eso me has dado motivos. – Julia volvía a reírse por las ocurrencias de Lena.
- Esta bien, lo admito. Mi plan es acosarte. Porque a eso me dedico, hago amistad con pelirrojas lindas y las secuestro más adelante.
- Bien, bien. Pero te daré lucha, eso sí. – Ahí estaba, la comodidad y seguridad que sentía junto a esa desconocida; volvía a aparecer y no podía evitar hablar tranquilamente, como si la conociera de siempre.
- Lo siento... Honestamente, eres la primera desconocida a la cual le cuento tantas cosas de mí y con la que me siento tan cómoda. Aunque no sabes ni la mitad, siento que podría revelarte mis más oscuros secretos y no me daría la más mínima desconfianza. – Dijo sincera.
- Esa soy yo, señorita confianza. – dice con orgullo la pelirroja.
- Secundo eso. – Sonriendo sin dejar de verla.
- La verdad es que, yo siento lo mismo contigo Julia. Es extraño pero, me das mucha confianza. – sonriendo ahora ella. – Pero que no se te suba a la cabeza ¿ok? Mucho poder conlleva demasiada responsabilidad.
- Tiene razón señorita Katina. Prometo que cuidare su confianza en mí, con mi vida. – Promete levantando una mano. – Es un juramento por cierto, tengo la mano derecha levantada y la izquierda en mi pecho. – Sacando una risa en Lena.
- Es cierto… – Dice Jenny llegando. La pelirroja pego un salto al escucharla. – Aquí tienes tu agua Len. – Acerca la botella hacia sus manos y dirige su mirada hacia la morena, que se sintió incomoda.
- Gracias Jen. – Toma el agua y bebe un poco.
- ¿Y usted es? – Pregunta Jenny viendo a Julia.
- Disculpe. Mi nombre es Julia, Julia Volkova – Dándole la mano. Jenny corresponde presentándose de igual forma.
- Bien... ¿De dónde se conocen ustedes?
- Nos conocimos hace unas semanas atrás. – Responde la morena – Aquí en este parque, de hecho. – Dice con una sonrisa sincera.
- ¿Aquí? – Repite viendo a Lena esta vez. - ¿Cómo… digo, cuan…
- Jenny. – Lena interrumpe. – ¿Te acuerdas cuando te dije que había tropezado con una mujer en el parque? – Espero unos segundos antes de continuar. - Era Julia.
- Mmmm ya – asintiendo. – Era ella. – Susurró y no dijo nada más. El momento se volvió incómodo y ya nadie decía nada. Beethoven ladró, rompiendo el silencio que se había formado.
- Nosotras debemos irnos Julia. – Lena prefirió irse para no sentirse tan incómoda.
- Si, no hay problema pelirroja. – Responde.
- Un placer Julia. – Jenny le da la mano y esta le corresponde.
- Hasta luego Julia. – Se despide Lena, levantándose con cuidado, mientras Julia y Jenny chocan al tratar de ayudarla.
- Disculpa, Jenny. – Dice Julia.
- No pasa nada. – Respondió medio seca, la castaña tenía cara de pocos amigos.

Lena saca su bastón y toma al can fuerte con la otra mano. Vuelve a despedirse de Julia con la mano que sostenía el bastón y comienza a caminar. Jenny camina a su lado, con intenciones de preguntar acerca de Julia. Unos pasos más adelante se detienen al escuchar la voz de la morena.

- Lena espera. – La llama y se acerca a ellas nuevamente. – Olvide decirte, de hecho también quería hablar contigo de eso.
- ¿Pasa algo? – Frunciendo el ceño extrañada.
- No, no pasa nada. – Toma la mano en la que Lena sujeta al can y la voltea. – Aquí tienes. – Colocando un sobre.
- ¿Qué es esto?
- La invitación para la inauguración de mi firma… Bueno, con mi socia. – corrige.
- Julia yo... – No sabía que decir.
- Puedes ir con alguien, puedes llevar a tu… - Señalando a Jenny.
- Amiga. – aclara ella. – Si podemos ir ¿verdad Len?
- Eh, sí, claro. – Dijo algo nerviosa.
- Perfecto. – responde Julia con una sonrisa. – Es en una semana.
- Ahí estaremos Julia. – se adelanta Jenny, al notar nerviosa a la pelirroja.


Cuando yo hablaba, tu solo escuchabas. Cuando te interrumpía y no te dejaba decir palabra alguna, tú fuiste atenta y respetuosa.
No ha faltado un día en el que no sienta necesidad de verte y hablarte. A pesar de todo, fuiste tú quien me enseño a escuchar.
Solo contigo me sentí cómoda desde un principio. Solo a ti, di explicaciones.
Gracias por apoyarme en todo, en especial gracias por esa hermosa sonrisa que tienes.
Pensar que cuando nos conocimos yo creí que tendría… un día normal.


Continuara... Arrow Arrow Arrow