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POCO A POCO, CORAZON // RAINBOW.XANDER

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Mensaje por RAINBOW.XANDER Lun Sep 26, 2016 7:01 pm

Este es mi primer Fanfiction, espero que les guste, hay personajes que se inventaro a partir de la idea de que pasaría si Yulia conoce a la chica nueva de la escuela, después de que Lena la rechaza…Es un poco extenso, y solo espero que lo disfruten.





Capitulo Uno: La primera herida


Las últimas palabras que resonaron en su mente la estaban destrozando por completo. Nunca había sido tan abierta en su vida, nunca había demostrado sus sentimientos, nunca había dicho “te amo” desde el fondo de su corazón. Pero a la pelirroja, que estaba al frente de ella, nada de eso parecía importarle. Las lágrimas corrían por sus mejillas e intentaba convencerse de que nada de eso era real, de que Lena en realidad le había dicho que la amaba tanto como ella… no podía aún creerlo y mucho menos, que la había rechazado por otra estúpida chica.

No fue capaz de contenerse y cuando Lena intentó abrazarla, solo reaccionó y la alejó de ella. Dolía demasiado, y no quería tenerla cerca otra vez. Estaba herida, y cualquier caricia que la pelirroja intentara proporcionarle, se sentía como si le quemara la piel, porque eran caricias de lástima, solo quería calmarla porque se sentía mal de haber lastimado a su mejor amiga, porque eso le dejó claro, que ella solo podía ser su mejor amiga.

Yulia corrió por los pasillos de la preparatoria, escondiendo su rostro para que nadie viera las lágrimas, que aunque intentaba, no dejaban de correr. En ese momento agradeció la reputación temible de la que era dueña, porque con solo ver que ella venía, la mayoría se corría y evitaban todo contacto visual. Era lo mejor, no deseaba que nadie la viera así, ella era Yulia Volkova, ella no lloraba, a ella nadie la rechazaba, ella era fuerte y no podía sentir como si cada pedazo de su corazón estuviera roto, porque ella no se enamoraba.

Empujó la puerta del baño con una fuerza absolutamente desmedida, todo ese dolor se estaba trasformando en ira y necesitaba alguna forma de sacarla, cualquier objeto o persona le servía en ese momento. Yulia estaba ensimismada, se miraba al espejo, tomaba agua con sus manos y las llevaba a su rostro, necesitaba limpiar toda esa vergüenza, ella nunca se había declarado y nunca más lo iba a hacer, tenía que reponerse y volver a ser la que era.

- Al parecer en esta ciudad a la gente le cuesta pedir disculpas - Se escuchó. Yulia desvió la vista buscando de dónde provenía, y de quien tenía la osadía de reprocharle, cuando vio a una chica de rodillas en el suelo recogiendo sus cosas, al parecer cuando abrió violentamente la puerta la golpeó -Deberías tener más cuidado-  Reprochó la chica levantándose del suelo.

Volkova se acercó, he intentó disimular que minutos antes había estado llorando, aunque con solo mirar la hinchazón en sus ojos eso se hacía más que evidente. Inspeccionó a la muchacha, enderezó su postura y puso su mirada fija en ella, esa que hacía temblar hasta a los gigantescos jugadores de Basketball de toda la escuela.

-Yo no me disculpo- Respondió con una mano puesta en su cadera e inclinándose en forma amenazante. Pero la chica parecía indiferente, no mostraba ni un signo de estar asustada ni nada.

-Parece que alguien no ha tenido un buen día-.

-Ok… ¡que acaso no sabes quién soy yo?!-. Exclamó tratando de hacer valer su reputación en esa escuela y molesta por la indiferencia de la recién conocida.

-Es mi primer día en esta escuela, y aunque lo intentara que no es mi intención, sería difícil que me aprendiera los nombres de todos aquí-. Respondió sarcásticamente.

-No me importa cuánto tiempo lleves aquí, te voy a dejar algo claro, yo soy Yulia Volkova y no pido disculpas y nadie siquiera se atreve a hacer contacto visual conmigo, te quedó claro?-. Lanzó una última mirada y salió del lugar no dando lugar a una respuesta.

Volkova pasó el resto del día sola e intentando poner su mente en blanco para olvidar aunque fuera por un segundo las palabras de la pelirroja. Quería irse a su casa y dormir por semanas, no sentía que tuviera fuerza para enfrentar el resto del día, menos pensar en ir a las clases de música y tener que ver a Lena feliz al lado de Masha, simplemente no lo soportaba. Se daba fuerza, solo quedaba Ciencias, y podría inventar una excusa y no ir a la clase de música.

Estaba sentada en su lugar, garabateando algunas figuras sin sentido en su cuaderno sin prestar ninguna atención a la profesora, hasta que alguien entró a la clase.

-Disculpe por llegar tarde, soy nueva aquí y estaban dándome mi horario-. Dijo la chica cuando entró.

-Adelante…muy bien chicos, les presento a  Ekaterina Sharapova, fue transferida de la Escuela Yakovlev, de la ciudad de San Petersburgo -.

-Gracias por la presentación-. Dijo con hastío-. Puedo sentarme?.

-Primero debo asignarte un compañero de laboratorio-. Dio una mirada y vio que Yulia estaba sola-. Por lo que veo tu compañera será la señorita Volkova-.

Volkova se dio cuenta que era la misma chica con la que tuvo el incidente en el baño. Era verdad que era nueva y ahora viéndola con más detenimiento era bastante hermosa, tenía un cabello largo negro y ondas que le daba un toque desordenado, era alta y esbelta, pero lo que más resaltaba eran sus ojos verdes, grandes y expresivos, vestía unos jeans oscuros gastados, una camiseta y una chaqueta de cuero a la cadera, con cuello militar, al parecer la ira que tenía antes le había impedido darse cuenta del aspecto de Ekaterina.

La muchacha se sentó en silencio al lado de la ojiazul. Cuando la profesora pronunció el apellido Volkova, cruzó en su mente el pensamiento de que había sido el primer nombre que se aprendió al llegar a la escuela. Era la maleducada chica que la golpeó con la puerta de baño y se rehusó a pedir disculpas. Quizás en su antigua escuela, ella la habría obligado a hacerlo, pero por algo se había transferido, quería un cambio y no meterse en problemas, menos el primer día, le había prometido a sus padres que iba a poner todo su esfuerzo en cambiar su actitud y así el cambio de ciudad valiera la pena.

La profesora les asignó un trabajo que era de investigación y debía hacerse en duplas. Volkova pensó que ese día cada vez se ponía peor, con suerte tenía fuerza para llegar a su casa, no tenía animo ni ganas de pensar en hacer ese trabajo, pero era ciencias, y su padre era el más renombrado doctor en toda la ciudad, así que debía pasarlo, llevaba semanas intentando convencerlo de que le comprara un auto nuevo, y él le dijo que si hacía los méritos suficientes se lo compraría, por lo que pasar ciencias con buenas notas era un punto a favor. Así, de mala gana, miró a su nueva compañera de laboratorio, para hacer el trabajo, pero ella solo hacía unos trazos en su libreta y no prestaba la más mínima atención.

-¿Nos ponemos de acuerdo para la investigación? – Preguntó con desdén la morena. Pero no recibió respuesta, la chica seguía con la mirada en su libreta-. ¡Te estoy hablando!-.

-Lo último que escuche de ti es que nadie podía hacer contacto visual contigo-. Respondió la otra chica con un tono calmado y siguió haciendo trazos sin sentido-. Que pasa…¿ahora tengo permiso para mirarte?

Yulia esbozó una pequeña sonrisa. Si, la chica a su lado se estaba burlando de ella, usando sus mismas palabras, no la miraba, ni demostraba miedo como la mayoría de la escuela, eso debería molestarla, pero no sé, había algo en ella que le atraía, quizás se sentía identificada por esa actitud.

-Está bien…creo...que…siento lo del baño-. Titubeó la chica de ojos azules.

-No hay problema…aunque esa no es una disculpa-. Volteó la mirada y la sostuvo fijo sobre la morena, si había sido muy maleducada pero era muy sexy y eso la distraía, no se podía enojar realmente con alguien que la mirara de esa forma-.

-Es todo lo que conseguirás de mí-.

Ekaterina iba a responder a eso, cuando el timbre sonó, y la morena se paró de su asiento y salió rápidamente de la sala. No pudo evitar seguirla con la mirada, ver como su cuerpo se contorneaba y su hermoso cabello corto de color azabache como el de ella, iba a la par rítmicamente con sus movimientos, era realmente atractiva. Aunque necesitaba que alguien le enseñara a mejorar su actitud.

Volkova salió rápido porque no quería encontrarse con ninguno de sus compañeros de la clase de música. Había estudiado en la misma escuela desde que tenía uso de razón y tanto Lena como ella, pertenecían al coro llamado Neposedi el cual había ganado muchas competencias a nivel nacional. Ese día estaba decida a no asistir, pero al parecer ese día en particular, el universo estaba conspirando contra ella.

-Volkova… ¿A dónde vas?, el señor Smirnov nos espera en el auditorio-. Dijo Oksana en tono de reproche-.

-Desde cuando te doy explicaciones, a ti?-. Usando su tono intimidante-.

-Desde que llegamos al segundo lugar en la clasificatoria en el coro regional y todos debemos ir a los ensayos sagradamente, no podemos perder ni un valioso segundo de preparación, quizás para ti no signifique…-.

El móvil de Yulia comenzó a sonar, y era su madre así que contestó de inmediato. Le hablaba rápido por lo que la morena entendió solo la mitad, lo último que hizo fue decirle que se fuera inmediatamente a la casa, porque debían salir. La ojiazul esbozó una sonrisa, tenía una excusa para librarse de la desagradable y fastidiosa chica.

-Debo irme…era mi mamá y me dijo que me estaba esperando en casa-.

-Pero…y los ensayos...-.

-Adiós Tarasova-.

Cuando entró a su auto sintió un alivio, lo había logrado, superó ese horrible día. Ahora llegaría a su casa, entraría a su dormitorio y dormiría, quizás así olvidaría aunque fuera un par de horas a Lena y su rechazo, mañana era sábado, por lo que tendría dos días para reponerse un poco.

Abrió la puerta y su madre la ahogó en un abrazo, parecía feliz y un tanto excitada, ahí recordó su conversación por teléfono y que le había dicho algo acerca de una cena, pero ella no tenía ganas de salir a ningún lugar, solo le diría que se sentía mal y su madre entendería.

-¿Que sucede? ¿Por qué tenía que venir a casa temprano?-.

-Porque tu padre, tiene una cena de trabajo y me llamó para que lo esperamos listas-. Respondió la mujer amablemente.

-¿Y porque tenemos que ir? , nunca vamos a sus reuniones-.

-No lo sé Yulia, tu padre no dijo nada al respecto-.

-No quiero ir, no me siento bien-. Usó su cara de dolor y sus ojos de cachorro abandonado.

-Esa cara servía cuando tenías siete, no ahora cariño-. Dijo con una expresión de satisfacción-. Así que sube, date un ducha y ponte algo lindo, no queremos atrasarnos-.

Volkova subió la escalera gruñendo y lanzando palabras al aire. No necesitaba eso, no quería seguir fingiendo que estaba bien, no quería tener que sonreír para otras personas. Al entrar a su habitación las lágrimas fluyeron otra vez, todos los sentimientos que había estado reprimiendo volvieron con mayor fuerza, no podía sacarse de la mente las palabras de Katina. Se quitó la ropa y se metió a la ducha. Dejó que el agua corriera por todo su cuerpo, que limpiara su rostro, que borrara cada caricia que Lena le había dado, cada beso apasionado que posicionó en sus labios, quería olvidar cada "te quiero" que salió de sus labios mientras estaban juntas, cuando la pelirroja le pertenecía a ella y a nadie más, quería olvidar… porque sentía que esos "te quiero", eran falsos, porque si de verdad la quisiera no la habría rechazado, se habría quedado con ella por sobre cualquier otra persona. Las lágrimas se transformaron en sollozos, no había forma de sacarse a la pelirroja, ni de la cabeza ni de su cuerpo, la tenía tan dentro de sí, habían sido mejores amigas siempre, como se supone que la olvidara de un día para otro. Si alguien era irremplazable en su vida era Lena, su Lena.

Abrió su gigantesco closet, y comenzó a revisar que se pondría, tenía que elegir algo sobrio, elegante pero casual y no tan sexy, aunque se miró al espejo y se dijo ¡es imposible que no luzcas sexy!, desprendió un sonrisa con esa frase, tenía que darse ánimo, no podía seguir llorando, el dolor debía disminuir en algún momento, de eso estaba segura.

Estaba maquillándose cuando tocaron a su puerta y la voz profunda de su padre se escuchó al otro lado y ella le dijo que pasara.

-Hola papa-. Dijo la morena con una sonrisa.

-Hola pequeña-. Respondió el hombre depositando un tierno beso en la cabeza de su hija.

-Dame un segundo y estaré lista-.

-No te preocupes hay tiempo todavía-. Tomo una silla y sentó junto a la morena-. Tu madre dijo que te sentías mal, que pasa Yul?-.

-Nada, ya estoy bien, no te preocupes-. Ella sabía que tenía los ojos levemente hinchados, pero se había maquillado suficiente para disimularlo-.

-Segura?, tú sabes que puedes confiar en mí-. Él tenía un presentimiento de que su hija le ocultaba algo, pero no quería presionarla, confiaba en que cuando estuviera lista se lo diría-. Tú sabes que puedes decirme cualquier cosa.

Yulia lo miraba, y le costaba mantener sus ojos en los de su padre, él era un hombre fuerte, seguro de sí mismo y de sus capacidades, así salvaba vidas a diario. Él siempre había sido un ejemplo para ella, y le daba pánico defraudarlo…como le explicaba lo que le pasaba, como le decía que se había enamorado de su mejor amiga y que esta la rechazo, y que por eso se sentía como si todo dentro de ella estuviera roto, no podía, no podía fallarle de esa manera a quien más admiraba.

-Segura Papá-. Respondió fingiendo una sonrisa para tranquilizar a su padre-. Ahora cuéntame a donde vamos y porque es tan importante, mamá no me dijo nada-.

-Bien, iremos a cenar a la casa de mi nuevo jefe, que se mudó recientemente a la zona, es una familia muy poderosa. El punto es que estoy postulando para director del hospital y para ellos es importante conocer a mi familia-.

-Entonces seremos la familia perfecta papá y conseguirás el puesto-. Se paró frente a él y le arregló la corbata que estaba corrida, le tomó el brazo con una sonrisa-. Vamos.

Cuando su padre detuvo el auto, estaba frente a una inmensa casa, en realidad la palabra casa no encajaba, era más una mansión, habían conducido cerca de cuarenta minutos para llegar, estaba en las afueras de la ciudad y ciertamente no habían muchas casas cerca, su padre no exageraba cuando dijo que era una familia con mucho dinero.

Tocaron la puerta y una señora de avanzada edad con uniforme de servicio doméstico, les abrió, haciéndolos pasar inmediatamente al salón principal donde estaba la familia. La morena se sentía un tanto incomoda, no iba a haber nadie de su edad, pero tenía que ser gentil para causar una buena impresión y ayudar a su padre.

-Buenas noches-. Saludó el hombre.

-Buenas noches señor Sharapov, esta es mi esposa Larissa y mi hija Yulia-.

-Por favor Oleg, dime Boris y es un placer conocerlas.

-¿Y la señora Sharapova?-.

-Está en la cocina viendo unos detalles, se nos unirá pronto.

Yulia pensó que se trataría de personas mayores, pero el hombre tenía como la edad de su padre y poseía un aire jovial y amable. Ella lo observaba, cuando se sintieron voces desde la puerta, se escucharon un intercambio de palabras y luego unos pasos que subían las escaleras y otro que se acercaban al salón.

-Buenas noches, disculpen la tardanza-. Dijo la mujer

-No hay problema señora Sharapova-. Exclamó Oleg.

La mujer miró a su esposo con un claro signo de molestia en su rostro.

-Sucede algo, cariño?-. Preguntó Boris-.

-Nada, después lo hablamos. Ahora preséntame a nuestros invitados-.

-Él es Oleg Volkov, el jefe de cirugía del hospital, ella es su esposa Larissa y su hija Yulia-.

-Un gusto, yo soy Olga. Pasamos al comedor ya está lista la cena-. Invitó la mujer amablemente-.

-¿Donde está mi bebé?-. Preguntó el hombre.

-Se está cambiando, se atrasó de vuelta de la escuela y le dije que se fuera a poner algo más apropiado.

-Disculpen, tienen una hija?.. no lo sabía-. Preguntó Oleg-.

-Sí, es como de la edad de Yulia, de hecho hoy fue su primer día en la escuela-. Respondió Olga-.

-¿En Alikovsky?-. Preguntó Yulia un poco confundida, ahora no solo tendría que soportar una aburrida cena, sino a una niñita rica, que probablemente intentaría también colgársele en la escuela. Estaba pensando en eso cuando la tercera integrante de la familia hizo su ingreso al salón.

-Disculpen el retraso-. Señaló la muchacha que tenía la respiración agitada y estaba terminando de arreglarse un pañuelo que colgaba de su cuello, pero cuando miró al frente, su vista quedó fija en la morena que tenía delante de sus ojos-. ¿Volkova?-. dijo entre sorprendida por encontrársela ahí e impresionada por lo bella que lucía la morena, llevaba un vestido azul corto, unos zapatos taco medio y una coqueta chaqueta negra corta , su pelo estaba algo alborotado en las puntas dejándole como siempre, aquel toque rebelde que la caracterizaba.

-¿Ekaterina?- dijo la morena, también confundida. No podía creer que la chica a quien le había gritado en el baño y luego se había medio disculpado, era la hija del jefe de su padre, sintió un leve pánico de que la chica dijera lo maleducada que había sido, la pondría en un grave problema.

-¿Se conocen?-. Preguntó Boris, el padre de la chica-.

-Mmm…yo…nos…- balbuceó la morena sin poder explicar la situación en la que se conocieron.

-Ella me ayudó a no perderme en la escuela hoy-. Se apresuró a decir Ekaterina-. Tiene una hija muy amable señor Volkov-. Comentó lanzando un guiño a Yulia, al que ella respondió con una sonrisa cómplice-.

No podía negar que esa chica tenía algo, no era solo hermosa, tenía un aire atrayente, quizás misterioso. Por su comportamiento en la escuela, se dio cuenta que no le importaba caer bien ni hacerse de amigas, si hubiera querido con solo decir que sus padres eran ricos, la mayoría de las chicas le habría seguido, pero prefería estar sola. Tenía esos ojos expresivos, esos labios tan bien delineados, su piel bronceada, y esa noche se veía mejor que en la escuela, llevaba un pantalón negro de tela, una blusa gris con diseño, un chaleco de tela sin mangas negro, un pañuelo que combinaba con la blusa y una chaqueta encima.

-¿Entonces son compañeras de escuela y de grado?-. Preguntó Olga, rompiendo el insipiente silencio que había en la mesa.

-Si-. Respondieron casi al unísono-. Somos compañeras de laboratorio también-. Añadió Yulia-

-Me agrada la idea de que Ekaterina se esté haciendo amigas, el cambio ha sido fuerte y necesita personas para ambientarse, quizás tu podrías mostrarle el lugar-. Dijo Boris un poco excitado-.

-La verdad es que en la escuela no hay mucho que mostrar, pero…

-Papá…no tienes que comprometer a Yulia para que pase tiempo conmigo, ella posiblemente tenga cosas más interesantes que hacer que mostrarle a la chica nueva la ciudad-. Interrumpió la chica-.

-No me molesta, podemos ir al parque o al centro comercial, no es como en San Petersburgo pero seguro podemos pasar un buen rato-. Respondió la morena sinceramente-. Te doy mi dirección después, si quieres claro-.

-Está bien-. Respondió con sus ojos verdes fijos en la morena-.

-Te lo agradezco Yulia, primero ayudas a mi hija en la escuela y ahora le enseñaras Moscú, eres muy amable, eso dice mucho de  la crianza que has recibido-. Expresó Olga haciendo un gesto de aprobación-. Eso sí, vas en auto me escuchaste, no quiero ni siquiera una insinuación de que vas en esa cosa, ok-. Dijo mirando a su hija y cambiando su tono por uno más severo-.

-Esa cosa se llama motocicleta, y no tenía pensado ir en ella-.

-¿Tienes una motocicleta?-. Preguntó Yulia sorprendida, en Moscú las chicas nunca andaban en moto, no se veía apropiado.

-Sí, hacía las cosas más fáciles en mi ciudad, el tráfico era horrible y la usaba para ir a la escuela a veces, aquí también podría pero mi madre últimamente está un poco sensible con el tema-. Dijo haciendo énfasis burlescamente en lo último-.

-Tú sabes que muchas cosas han cambiado desde San Petersburgo-. Respondió la señora, mirando a su hija-.

-¿Y de qué escuela vienes Ekaterina?-. Preguntó Oleg.

-De la escuela Yakovlev-. Respondió

-Es la mejor escuela privada de San Petersburgo, es solo de mujeres, una educación de excelencia-. Añadió Olga-. Ahora esperamos que se acostumbre a una escuela pública.

-No es tan difícil mamá, además si lo que te preocupa es que mantenga mis calificaciones lo haré-. Dijo la chica con molestia

-Porque no pasamos al salón a tomar una copa y hablar de negocios?-. Intervino Boris para relajar el ambiente que se estaba creando entre su mujer y su hija-. Eky, porque no le enseñas la casa a Yulia, aquí se van a aburrir-. Indicó, a lo que el padre de Yulia hizo un gesto de aprobación.

Ekaterina se levantó y comenzó a mostrarle partes de la casa como su padre le ordenó, hasta que salieron a una terraza de donde se veía la parte trasera de la mansión, que podría decirse era prácticamente un parque, y se sentaron en una banca que había, una al lado de la otra a admirar la vista.

-Lo siento por lo de la mañana, y gracias por no decir lo maleducada que fui, tú inventaste eso de que fui amable mientras yo…-. Expresó Yulia.

-No te preocupes-. Interrumpió-. No mentí, estoy segura que muy dentro hay una persona amable-. Fijó su mirada en ella y le sonrió haciendo una mueca-.

-De verdad lo siento, solo que hoy no fue un buen día-.

-Lo entiendo, olvídalo, todos tenemos días que quisiéramos olvidar, yo por lo menos tengo muchos que quisiera olvidar-.

-El cambio no es fácil verdad, venir de una pequeña ciudad y tranquila como San Petersburgo a esta gran ciudad como lo es Moscú-. Dijo la morena buscando una explicación para la visible sombra que se posó sobre la muchacha al recordar su antigua vida-. Yo voy a intentar mostrarte lo menos aburrido de la capital, aunque no prometo que te gustará-. Cada palabra fue con entusiasmo, no sabía que tenía esa chica pero de cierta manera se sentía mejor. Comenzó a restregar sus manos en sus brazos, el frío de la noche se estaba haciendo notar.

-No tienes que hacer eso, de verdad, mi papá solo quiere que tenga amigas, pero no te sientas obligada a salir conmigo…-. Notando que la morena tenía un poco de frío.

-No me siento obligada…yo…me gustaría pasar tiempo contigo-. Expresó con una sonrisa, y notando que la chica se sacaba su chaqueta-. ¿Qué haces? Hace frío!-.

-No tengo frío-. Colocó suavemente su chaqueta en los hombros de Yulia, para cubrirla-.

-No es necesario…tu-. Ese movimiento la descolocó, nadie nunca había sido tan amable con ella, menos alguien que recién conocía-.

-Entonces…te recojo a las 11:00. Así podemos pasar el día y almorzar en alguna parte, ¿hay algún sitio decente por aquí?-. Dijo sin prestar atención a los reclamos de la chica-.

-Creo que sé que te podría gustar - dijo la morena. De verdad quería eso, distraerse, salir, definitivamente conocer a Ekaterina le servía como remedio para olvidar a cierta pelirroja que le había roto el corazón.

Estaban animadas siguiendo con la conversación, cuando su padre, Oleg Volkov se acercó y le dijo a su hija que ya era hora de ir a casa. Eky, los acompañó a la puerta junto al resto de la familia y quedaron en verse el día siguiente.

Volkova ya estaba en el auto y todavía sentía ese aroma agradable que reconocía como el perfume de la esbelta morena, era suave pero intoxicante. Ahí se dio cuenta que llevaba aún su chaqueta, había olvidado devolvérsela, pero no era problema, la vería de nuevo mañana, además le gustaba la idea de tener algo de esa chica.

-Gracias por llevar a Ekaterina a recorrer Moscú mañana, te comportaste muy bien, Yul-. Dijo su padre cuando estaban llegando a su casa y ella subía a su habitación-.

-No hay problema, además de verdad me agrada-.

-Lo sé, o sino aunque te lo hubiera pedido de rodillas no lo habrías hecho-. Indicó seguro ya que conocía de sobra el carácter de su propia hija.

La morena solo atinó a sonreír. "Buenas noches papá". Y siguió subiendo las escaleras en dirección a su dormitorio, necesitaba dormir, había sido un largo día y tenía que despertar despejada para mostrar a su nueva amiga la ciudad.

Ekaterina, puso su despertador a las 9:00 a.m., quería tomarse su tiempo para una ducha larga y reponedora, no había dormido muy bien porque su teléfono sonó en varias ocasiones durante la noche, ella sabía quién era y se negó a contestar, porque supuso que quien la llamaba estaba borracha, finalmente optó por apagar su móvil. Se tomó aproximadamente media hora en la ducha, seleccionó la ropa con cuidado, eligiendo algo simple que pareciera casual, un pantalón gris oscuro con líneas más claras en el mismo tono, una camiseta con cuello en blanco y su chaqueta de cuero favorita encima. Cuando terminó de vestirse, se sintió satisfecha, se veía bien y no muy producida, la verdad no sabía porque estaba un poco nerviosa, no era como si eso fuera una cita, era simplemente una salida a conocer la ciudad con una chica que al parecer quería ser su amiga o por lo menos conocerla.

Bajó las escaleras, buscando a sus padres para despedirse, ya eran las 10:25 y le tomaba cerca de 40 minutos llegar, así que estaba al límite e incluso tendría que manejar un poco rápido, su madre salió a encontrarla para decirle si deseaba desayunar, pero le respondió que no alcanzaba y que la vería en la noche. La mujer le recordó que tenían otra cena, pero Ekaterina no tenía intención de ir, así que no prestó atención.

Mientras manejaba hacía la casa de Yulia, pensaba como su vida había cambiado tanto en menos de un año, como de vivir en una pequeña ciudad, estudiar en una escuela privada, tener una hermosa novia y ser la persona más popular en su escuela . Hoy conducía por un camino prácticamente inhabitado, iba a una escuela pequeña, estaba soltera y en la nueva preparatoria era una más. Pero se sentía mejor así, por lo menos el poco tiempo que llevaba en Moscú, había pasado más tiempo seguido con sus padres que en todo un año en la ciudad, se sentía libre y no condicionada por los márgenes sociales de la exigente Socialité Rusa, quería que la conocieran por lo que ella era y no que la trataran bien por el apellido que llevaba, solo quería que alguien se diera el tiempo de conocerla lo suficiente.

Estacionó el auto en la entrada de la casa de los Volkov, y caminó a la puerta. No entendía porque sus manos le sudaban y su respiración estaba levemente agitada. Le gustaba la idea de pasar tiempo con Yulia, a solas, pero a la vez la ponía nerviosa. Tocó el timbre y esperó que alguien le abriera.

-Ekaterina…pasa… ¿Cómo estás?-. Saludó animosamente Larissa quien fue la que la recibió en la entrada-.

-Buenos días…yo…vengo a…- Tartamudeó-.

-Lo sé, vienes por Yulia, aún está en su habitación, debe estar por bajar, te puedo ofrecer un café o un té mientras la esperas-.

-No estoy bien, gracias, si no le molesta preferiría esperarla afuera-.

-No hay problema, yo voy a subir a buscarla, saldrá en un momento-.

-Gracias señora Volkova-.

Yulia estaba terminando de arreglarse, cuando sintió el sonido de un auto estacionarse en su porche, miró por la ventana y vio que era Ekaterina, se acercó al reloj y sonrió con satisfacción 11:00 a.m. en punto. Se miró al espejo por última vez y se lanzó un beso, realmente podría ponerse una bolsa de papel encima y aun así lucir sexy. Bajaba la escalera, cuando su madre al parecer iba a subir por ella, la chica la estaba esperando afuera.

Cuando salió, agradeció llevar lentes de sol que disimularon la expresión de su rostro. Ekaterina estaba apoyada en el capot del auto, que no era cualquier auto, era un Jaguar deportivo descapotable en color negro, una obra de arte, sin embargo, no era el vehículo lo que la impresionó, era definitivamente la chica, con su postura elegante pero descuidada, sus brazos cruzados, unos lentes de sol, y mirándola con esa sonrisa fascinante que siempre tenía.

-Hola, que puntual-. Saludó la morena con un beso en la mejilla-.

-Llegar temprano es lo menos que podía hacer para agradecer tan amable invitación-. Dijo mientras abría la puerta del copiloto para que subiera la morena-.

Volkova hizo una nota mental. Anoche cuando se dio cuenta que tenía frío me cubrió con su chaqueta, ahora me abre la puerta del auto, y muchas veces la he sorprendido mirándome fijamente, y sin contar esa sonrisa coqueta que tiene, quizás es amable solamente, la educaron para serlo, no quiero mal interpretar las señales, aunque yo también le he coqueteado, está bastante buena, no me molestaría en lo absoluto enseñarle algunas cosas más que solo la ciudad.

-Entonces… ¿A dónde vamos?-. Pregunto la chica-. Llegué hasta tu casa con GPS así que sería útil si me dieras las instrucciones para llegar a donde quieras ir-.

-¿A dónde yo quiera?- La morena preguntó aún distraída en sus pensamientos anteriores por lo que esa frase le salió con un tono un tanto malicioso-.

-Eeemmm…yo no conozco lugares aquí todavía…pero no he desayunado… ¿vamos por un café?-. Respondió tragando saliva he intentado no hacer evidente su nerviosismo por la frase descaradamente coqueta de la otra chica-.

-Es una buena idea, yo tampoco desayuné y mi cerebro no conecta bien sin un buen café, podríamos pasar al Starbucks y pasear en el parque ¿o es muy aburrido?-. Dijo la morena intentando sonar casual, para esconder su nerviosismo, no había querido decir lo anterior, solo salió.

-Me parece una buena idea-.

Compraron sus cafés, Latte para Yulia, expresso para Ekaterina, y agregaron unos mufins, una lunas y en realidad todo lo que la pequeña morena había querido, la otra chica solo se limitó a consentirla. Conducían hacía al parque en un cómodo silencio, solo interrumpido en ocasiones por las instrucciones de la morena, así estacionaron el auto y salieron para tomar su rico desayuno en una de las bancas cerca de la laguna.

-Tiene su encanto…me gusta el paisaje-. Dijo la chica de ojos verdes mirando fijamente a la morena, mientras le daba un sorbo a su café-.

-No es algo como Summer Garden…pero…-.

-No tienes que comparar todo con San Petersburgo, sabes…cada lugar tiene sus cualidades-. Interrumpió la chica-. Me gusta encontrar lo hermoso en cada cosa-. No quitaba sus ojos de Yulia-.

-¿Eso es lo que haces conmigo?-.

-¿A qué te refieres?-.

-Cuando nos conocimos, te golpeé con una puerta, fui grosera y prácticamente te amenacé…y tú solo me salvaste con mis padres, para después decirme que pensabas que había alguien amable dentro de mi…entonces eso es lo que buscas en mi…¿encontrar algo hermoso?...porque si es así…tal vez pierdas tu tiempo-. A medida que fue hablando su voz parecía más insegura, no sabía porque había dicho todo eso, quizás porque después de lo de Lena, se sentía que no era suficiente para que alguien la amara solo a ella-.

-Para ver lo hermoso en ti no hay que buscar…tú… eres preciosa a simple vista y estoy segura que no solo por fuera…tú ojos expresan más de lo que imaginas-. Respondió con seguridad pero dejando algo en el aire…se miraron por unos segundos hasta que la chica tomó el valor para preguntarlo-. Yo…no quiero sonar entrometida…pero…ese día que nos conocimos…tú estabas llorando…parecías de verdad muy triste, y en tus ojos a veces todavía puedo ver algo de tristeza…yo…si tú no quieres hablar de eso lo entenderé quiero decir apenas nos conocemos…no quiero que te molestes -. Estaba nerviosa no quería presionarla, había sido testigo presencial de como actuaba la morena cuando se sentía amenazada y no quería arruinar el momento-.

-No me molesta-. Estaba sorprendida por como la otra chica había leído en sus ojos que algo pasaba, nadie nunca había hecho eso, o sea si hubo alguien antes, pero esa persona le llevaba años de ventaja, no se podía comparar-. Ese día alguien…alguien que yo quiero mucho…me rechazó…yo me enamoré y duele cuando no te aman de la misma forma-. Terminó esa frase intentando controlar las lágrimas que querían salir, miró para otro lado para que la muchacha a su lado no se diera cuenta-.

Hey-. Dijo colocando dos dedos en la barbilla de la morena y girando su cara para mirarla a los ojos-. No tienes que avergonzarte por estar enamorada-.

-No sabía cómo se sentía que alguien te rompiera el corazón-. Una lágrima cayó por su mejilla-.

-Lo entiendo…-. Dijo mientras con su dedo pulgar limpiaba la lágrima de Yulia-. Duele…pero no hay nada que el tiempo no ayude a superar…no se olvida…pero uno se va sintiendo mejor-. Expresó sinceramente-.

-Que acaso alguien también rompió tu corazón?-.

-En mil pedacitos…

-Y tiene que ver con que hayas dejado tu ciudad?-.

-Si-.

Ninguna de las dos sabía porque estaban siendo tan sinceras, quizás la necesidad de liberar sus sentimientos, y que no había otras personas que las entendiera, o era que sentía que había un lazo especial, algo que las hacía sentir en confianza aunque fuera contra su naturaleza reservada y defensiva.

-Tengo una idea-. Dijo de repente Ekaterina mirando una pequeña balsa de madera que estaba en la orilla de la laguna-.

-Ni lo sueñes-. Respondió Yulia adivinando lo que la otra chica iba a decir-.

-¡Vamos!...será divertido, yo puedo remar...-.

-Valoro mi vida y no me subiré a esa cosa-.

-Que? Yulia Volkova le tiene miedo a una simple balsa?-. Dijo con un tono burlesco para atacar el ego de la morena-.

-No es eso…no hemos terminado de desayunar-. Respondió apuntando a los mufins que todavía quedaban en la bolsa-.

-Eso es porque tendrías que llamar a un ejército para que se comiera todo lo que compraste-.

-Pero…es que yo quería…

-Parecías una niña de cinco año en una tienda de juguetes, así que no te detuve…era realmente adorable-. Dijo riendo-. Ahora no seas cobarde, prometo que si caes al agua me tiraré a salvarte-. Se levantó de la banca y tomó la mano de la morena.

-Está bien…pero si pasa algo…yo te…-.

-Deja de reclamar-. Tiró con fuerza el brazo de la ojiazul y se dirigieron a la orilla de la laguna para subirse a la balsa y comenzar a remar para alejarse la orilla.

-¡Hey!-. Dijo Ekaterina-. No me molestaría que me ayudaras a que esto de mueva-.

-Eeemmm…no lo creo…fue tu idea así que puedes seguir remando-. Dijo estirando su cuello hacía atrás mientras se apoyaba en sus codos-. Yo te doy todo mi ánimo desde aquí…-.

-Eres una abusiva lo sabías…

-Si…creo me lo han dicho un en un par de ocasiones-.

Las dos chicas reían y conversaban acerca de cosas sin mayor importancia, cuando el móvil de la chica de ojos verdes comenzó a sonar.

-No contestas?-. Preguntó Yulia-.

-No…yo no quiero hablar por el momento-.

-Tiene relación con tu ex -.

-De hecho es mi ex…bloqueé su número pero me llama desde otros y no sé qué…

-Lo entiendo…yo también últimamente evito llamar a Le…-. Cuando iba a pronunciar el nombre de la pelirroja, se dio cuenta de la información que iba a revelar si lo decía, por lo que guardó silencio. Tuvo suerte que la muchacha estuviera más pendiente del teléfono que de lo que ella decía-.

-Creo que es mejor que volvamos…podemos ir a ver un lugar donde almorzar-. Dijo rompiendo el silencio-.

-Si estoy de acuerdo…pero esta vez invito yo ¿ok?-.

-Pero…

-No es una pregunta…está bien que seas una niñita rica pero yo también puedo invitarte-. Expresó la morena haciendo esos gestos de cuando el tema no era discutible para ella-.

-Entiendo, aunque no era necesario llamarme niñita, me habías convencido desde antes con tu mirada fulminante-.

Ekaterina remó hasta la orilla y ahí tomó el brazo de Yulia para ayudarla a bajar, caminaron lento y relajado hacía el auto, riendo de bromas tontas que hacían. La morena agradecía haber salido con vida de la balsa y la otra chica se hacía la indignada por que dudaba de sus capacidades en los remos. Las dos se sentían cómodas con la otra, cada una tenía cosas que necesitaban olvidar y pasando tiempo juntas eso ocurría.

Yulia llevó a Ekaterina al Merendero, era uno de sus lugares favoritos en Moscú, le gustaba la comida y lo encontraba agradable. Pero cuando entraron, Yulia se dio cuenta inmediatamente que en la mesa del fondo estaban Oksana, Nastya, Lena, Masha y Sasha. Intentó devolverse pero iba a ser demasiado evidente por lo que su única solución fue sentarse en una mesa lo más lejos posible de la de sus compañeros de clase.

-¿Te pasa algo?-. Preguntó la morena de ojos verdes-.

-No me pasa nada ¿por qué? – trató de ocultar lo mejor posible su incomodidad-.

-Porque estas un poco pálida…quizás no fue buena idea lo de andar en bote inmediatamente después de desayunar-.

-Estoy bien…solo iré al baño…ve la carta por mientras-. Indicó la morena antes de dirigirse al baño de mujeres, sin darse cuenta que su presencia en el lugar ya había sido percibida-.

-Esa que acaba de entrar no es Yulia?…y ¿quién es la chica?-. Preguntó Nastya

-No lo sé…es bonita-. Dijo Lena, observando con curiosidad a la chica que ahora estaba sola en la mesa-.

-Es nueva, su nombre es Ekaterina algo, tengo literatura con ella-. Respondió Oksana

-Y que hace Volkova saliendo con una chica nueva, no es precisamente del comité de bienvenida-. Exclamó Masha sarcásticamente-.

-¿Qué pasa Sasha?...si la sigues mirando fijo pensará que la acosamos-. Dijo Nastya

-Es que creo haberla visto antes…pero no estoy seguro, si es donde pienso no tiene mucho sentido que viva acá y estudie en nuestra escuela-. Dijo pensativo y tomando su móvil para ingresar a internet a verificar su información… como dijiste que era su nombre Oksana, recuerdas su apellido?-.

-No estoy segura, pero creo que es Ekaterina… Sharapova.

Todos estaban en silencio esperando a que Sasha ingresara los datos en su celular aunque ninguno sabía que es lo que estaban esperando, para ellos solo era la niña nueva, lo único extraño, era que le hubiesen permitido transferirse a solo cuatro meses de finalizar el año escolar.

-¡Lo sabía!-. Exclamó de repente Sasha, asustando un poco a los demás que tenían cierto desconcierto-.

-Que es lo que se supone que sabías…no estamos entendiendo mucho-. Dijo Nastya intrigada-.

-Nuestra nueva compañera es parte de la Elite Rusa, estudiaba en una exclusiva academia de la ciudad de San Petersburgo y viene de una de las familias más ricas del país, su familia tiene negocios en casi todo, clínicas, bancos, teatros, estudios de cine y podría seguir, en resumen es una heredera, miren-. Les mostró una fotografía de una revista de sociedad donde salía una entrevista a Ekaterina-. Es casi una celebridad-.

-Pero que puede estar haciendo alguien como ella en Moscú?-. Preguntó Oksana confundida-.

-Es una buena pregunta…creo que otra pregunta es, que hace con Yulia-.

Se quedaron observando a la chica, casi fijamente y tomando el acuerdo que cuando tuvieran la posibilidad interrogarían a Volkova al respecto.

Ekaterina, estaba viendo la carta, cuando su móvil estaba sonando otra vez… fue cuando ya perdió la paciencia y decidió que terminaría con eso.

-Hasta cuando piensas seguir molestándome-. Expreso agresivamente-. Te dije que no quiero hablar más contigo, ya cerré mi Facebook, cambié mi mail y bloqueé tu número, ahora vas a hacer que cambie mi teléfono?-. Iba cada vez aumentando el tono y el disgusto-.

-Solo dime dónde estás…por favor y así podremos arreglar todo esto-. Se escuchó en la otra línea en tono de súplica-.

-No tenemos nada que arreglar entiende…Anya, por favor deja de llamar. Esta es la última vez que te contesto-.

-No voy a dejar de llamar hasta que me digas dónde estás…es lo único que te pido-. Decía la voz a punto de llorar-.

-Tú no tienes derecho a pedirme nada, ¿me engañaste recuerdas?, así que no llores ni te hagas la victima ahora, se terminó y voy a colgar porque estoy ocupada-.

-Estás con alguien…tú ¿tienes novia?-. Preguntó tímidamente-.

-Eso tampoco tengo que responderlo, tú ya no eres mi novia por lo que no tengo que darte ningún tipo de explicación. Adiós.

Cuando cortó, sintió una punzada fuerte en medio del pecho. No podía evitar sentir que todo lo que estaba construyendo se cayera cada vez que hablaba con Anya, si, ella la engañó, pero no podía evitar pensar que si la volvía a ver podría perdonarla, ella había sido su primer amor y era difícil olvidarla.

-¿Y?... ¿ya elegiste?-. Preguntó una voz, rozándole el hombro antes de tomar asiento en la silla al frente de ella.

-Eeemm…no lo siento, me distraje en algo-. Respondió intentando ocultar sus sentimientos por la conversación telefónica que había tenido antes.

-Ahora yo debo preguntar ¿estás bien?...estás como extraña…pasó algo mientras no estuve?-.

-No nada…bueno solo que ese grupo de allá no deja de mirarme, pero supongo que es porque soy nueva-. Exclamó con una sonrisa para desviar la atención en el grupo-.

-Si es porque eres nueva, es una ciudad pequeña, y tú llamas la atención, sobre todo si estacionas un auto afuera que probablemente vale más que este restaurant - Dijo bromeando la morena para distraer el ambiente y sacar una sonrisa de la chica. Además sabía quiénes eran los que la miraban.

Cuando el mozo se acercó ya habían elegido sus órdenes, mientras comieron siguieron conversando, de la escuela, del proyecto de ciencias y de lo que harían después de salir de allí, para lo que Yulia ya tenía un plan. Estaban en eso cuando la morena se dio cuenta que sus compañeros se acercaban a la mesa.

-Hola Volkova-. Dijo Sasha animadamente y mirando con curiosidad a la otra chica-.

-Hola-. Respondió la ojiazul no tan amistosamente-.

-Te vimos y como ya nos vamos pensamos en saludarte antes-. Dijo Nastya

Yulia notó que Lena no decía nada, solo se limitaba a inspeccionar con la mirada a Ekaterina, la observaba como si analizara cada centímetro de la muchacha. Esa actitud le produjo una sensación de satisfacción, sabía que detrás de esa mirada había solo una cosa y eso eran celos.

-Y no nos presentas a tu amiga?-. Dijo Sasha-.

-Claro, ella es Ekaterina Sharapova y es nueva en la escuela-.

-Hola chicos-. Añadió la chica de ojos verdes

-Hola es un placer conocerte-. Respondió Sasha quien casi se le abalanzó para darle la mano.

-Bueno nos vemos en la escuela el lunes-. Exclamó la morena en un tono cortante intentando que sus amigos se fueran.

-Ahora vamos al cine a ver una película, pensábamos que podrían ir con nosotros-. Dijo Nastya -.

-Eemmm…-. Yulia no quiso ser desagradable, así que miró a Ekaterina esperando a que ella decidiera-.

-Agradecemos la invitación, pero ya tenemos planes, podríamos dejarlo para otra ocasión-. Respondió cordialmente la chica-.

-Ok, lo entendemos…nos vemos en la escuela entonces.

El grupo se alejó, susurrando entre ellos, mientras que las chicas se relajaron al encontrarse solas otra vez.

-Gracias por no aceptar ir con ellos-. Soltó Yulia, en tono de alivio.

-No hay problema, la verdad son un poco extraños, ellos eran los que me miraban fijo desde el otro lado…aunque ya me imagino porque-.

-¿Por qué?-. Preguntó la morena un tanto perdida-.

-Deben haber visto alguna fotografía mía en alguna revista. Antes solían entrevistarme, mi familia participa en muchos eventos-. Respondió algo resignada-.

-Lo siento…debe ser incomodo que te traten diferente…lo lamento…ellos no son así todo el tiempo-.

-No te preocupes no es tu culpa…sabes, es una de las cosas que me gusta de ti, tu eres tan desagradable conmigo como con todos, creo que nadie me había golpeado antes-. Recordó riendo.

Terminaron de comer y Yulia le dijo que la llevaría a uno de sus lugares favoritos en la ciudad, que era la tienda de helados. Disfrutaron de la mutua compañía durante el resto de la tarde, caminaron por las calles de Moscú y aprovecharon de conocerse, intercambiar experiencias y soltarse un poco. Ya estaba anocheciendo cuando Yulia le habló de un lugar al que quería ir con ella.

-¿Es muy tarde para conocer un último lugar?-. Preguntó la morena en un tono infantil que utilizaba cuando no quería un no por respuesta-.

-No lo creo…tendría que llamar a papá para decirle que no voy a ir a la cena-.

-Que todas las noches tienes alguna cena que asistir¡?-.

-Créeme es mejor que mi rutina en la otra ciudad-. Respondió con fastidio-. Dame un segundo-.

Marcó al móvil de su padre y tuvieron una breve conversación, a lo que el hombre no se negó a que llegara tarde y se saltara la cena. Ya iban en el auto camino al último lugar.

-Entonces… ¿A dónde vamos?-.

-Tú solo conduce-.

-Ok-.

Cuando se iban acercando, Ekaterina, vio de lo que se trataba, después de pasar varios minutos sin nada más que árboles de paisaje, llegaron a un lugar que estaba prácticamente escondido, pero que daba una vista privilegiada de la ciudad, más a esa hora donde estaba atardeciendo, se veía todo iluminado.

-Es realmente impresionante…no pensé que Moscú pudiera verse así-. Dijo la chica de ojos verdes, observando el paisaje-.

-Vengo cuando necesito pensar…es como mi lugar especial-. Expresó la morena, colocándose al lado de la otra chica en el capot del auto-.

-Gracias por…compartirlo conmigo…-. Señaló fijando sus ojos en la morena-.

-Considéralo la disculpa que te debía-. Dijo sonriendo y devolviendo la mirada-.

-Ya me había olvidado de eso-.

-Hay algo que quiero preguntarte…cuando estábamos en el Merendero…escuché parte de tu conversación por teléfono…no fue con intensión lo prometo…solo que…hay algo que…-. La morena estaba nerviosa-.

-Si mi ex es una chica-. Respondió antes que la morena pudiera preguntar-.

-Como sabes que iba a preguntar eso?-. Preguntó confundida-.

-No lo sé…creo que porque no aclaré eso en nuestra conversación en el parque, si nos estamos conociendo, no me gustaría ocultar esa parte de mí.

-O sea no encuentras que haya algo malo en…-. Preguntó desviando la mirada-.

-Para nada…o sea creo que hay muchas cosas mal conmigo, pero que me gusten las chicas no es una de ellas-. Respondió con una sonrisa-. Porque… ¿tú quieres decirme algo?-.

-Es acaso muy obvio?-.

-Lo fue un poco, cuando tenía a una chica pelirroja y alta mirándome con odio en el restaurant…y pensé: ¿porqué me miraba así? y lo único que he hecho desde que llegué es salir contigo, por lo que tú eras la única causa probable de ese odio-.

-Esa conjetura es lógica aunque rebuscada…

-En realidad…fue más obvio cuando vi como la mirabas-. Respondió con una cuota de decepción-. Quieres contarme… ¿Fue ella la que rompió tú corazón?-.

- Si…ella es Elena, pero le decimos Lena, es mi mejor amiga y…nosotras…nos besábamos y dormíamos juntas, y ella me pidió que le dijera que sentía…yo sé que la herí, mentí muchas veces diciendo que era solo sexo, pero cuando le dije que la amaba… prefirió quedarse con su estúpida novia-. Su voz se escuchaba temblorosa, sentía como las lágrimas caían por sus mejillas, ahí estaba derrumbándose otra vez, sin embargo, esta vez sintió como unos brazos la envolvieron, dándole consuelo y apoyo, fue como sacar un gran peso de sus hombros, era primera vez que se lo contaba a alguien y la hacía sentir mejor. Acurrucó su cabeza en el hombro de Ekaterina, mientras ella le acariciaba el cabello intentando consolarla. No podía entender, como alguien a quien conocía hace dos días la podía hacer sentir así-.

-Ya estoy mejor-. Dijo la morena de ojos azules separándose de la otra chica y limpiándose el rostro-. Esto está siendo vergonzoso…debo dejar de llorar-.

-Llorar no es algo por lo que se deba sentir vergüenza…para otras cosas si-. Respondió melancólicamente-.

-¿Cómo para engañar?-.

-Si…creo que eso lo escuchaste de la conversación-.

-Lo siento no quería ser tan brusca…

-No te preocupes…pero si…supongo que es mi turno de contar mi historia…Anya, ha sido mi única novia, me enamoré creo, y era todo perfecto, éramos las personas más populares de la escuela por lo que nadie nos cuestionaba…ella para mí era todo hasta que un día creo que se aburrió de mi porque descubrí que se estaba acostando con un tipo amigo de su hermano y créeme no lo supe de la mejor forma…y de ahí todo fue caos, pasaron muchas cosas y…mis padres decidieron que era mejor sacarme de San Petersburgo por un tiempo-. La chica solo miraba hacía la ciudad lo que le daba un reflejo brilloso en sus ojos-.

-¿La extrañas?...

-Si…aunque hoy…ha sido el primer día que no la he extrañado…y te lo debo a ti-. Dijo tomando la mano de Yulia-.

Volkova sintió un calor agradable que iba desde su mano viajando por todo su cuerpo. Ella le daba una seguridad que nunca había sentido antes, de cierta manera se sentía viva de nuevo y no vacía, era confuso, quería disfrutar cada segundo de ese momento, y no soltar la mano de la chica. Se miraban la una a la otra, sin decir nada. Sus sentidos expresaban mucho más. Sus corazones y cada uno a su manera comenzaban a latir otra vez.


Espero sus comentarios. malos o buenos, siempre serán bienvenidos Laughing
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Mensaje por SandyQueen Mar Sep 27, 2016 12:29 am

Me gustó mucho... La manera en como describes es muy buena. La historia me gusta Smile

Gracias por compartirla y quedo en espera de seguir disfrutando otro capítulo Very Happy
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Mensaje por keizike Mar Sep 27, 2016 4:47 am

me gusta asik la seguire lellendo amedida que la actualizes
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Miér Sep 28, 2016 7:55 pm

Capitulo dos: Celos

Yulia abrió la puerta de su casa, mirando de reojo como el auto se alejaba, tenía mucho que agradecerle a esa chica, no fue capaz de responderlo en el momento, pero gracias a ella, también había olvidado el dolor que era recordar lo ocurrido con Lena.

Se recostó en su cama con su celular en la mano, tenía la intención de llamar o enviar un mensaje, pero no quería que Ekaterina, sintiera que la estaba acosando o algo, o sea había pasado todo el día juntas, no era necesario pasados 15 minutos desde que se dejaron de ver. Así que desistió y tomó la opción de darse una ducha… era la mejor idea para relajarse un poco.

Ekaterina, no podía evitar tener una sonrisa en su rostro. Hace mucho que no tenía un día tan agradable, tan especial. Yulia era lo único que tenía en su cabeza durante todo el camino, incluso estaba de tan buen ánimo que se fue tarareando las canciones de su I-Phone mientras conducía.

Cuando llegó a su casa, intentó abrir la puerta con delicadeza para no meter ruido y en caso de que todavía hubiera gente, no se dieran cuenta que ella había llegado… pero fue inútil.

-Eky, cariño ¿eres tú?-. Preguntó su padre desde el salón-.

-Si soy yo-. Respondió con fastidio-.

-Porque no vienes para presentarte a algunas personas-.

Caminó hacía el salón sin muchas ganas, no quería ser grosera, pero algo que detestaba era tener que sonreír a gente que ni conocía ni tenía la intención de hacerlo. Cuando entró habían tres personas, un hombre que tenía una apariencia que le desagradó de inmediato, una mujer que dedujo era la esposa y una chica de su edad que debía ser su hija.

-Buenas noches-. Saludó cortante-.

-Buenas noches…tú debes ser Ekaterina la más pequeña del clan Sharapov-. Dijo el hombre acercándose a ella y posando su mano sobre su hombro-. Ella miró a su padre con cara de fastidio, pero notó que él también estaba hastiado.

-Lo soy-. Respondió la chica alejándose lo más posible del hombre.

-Ivana ven para presentarte-. Indicó el hombre-. Ella es mi hija y estudia en Alikosvky también…podrían ser buenas amigas-.

-Que tal…yo podría ayudarte a ambientarte en la escuela, siempre es bueno tener los amigos correctos…tú me entiendes, alguien como tú no debe estar con los perdedores-. Exclamó la chica, que era de mediana estatura, rubia y con los ojos azules-.

-Entiendo, pero estoy bien en la escuela, gracias de todas formas-.

-¿Qué tal tu día con Yulia, cariño?-. Preguntó su padre-.

-Increíble-. Respondió sin pensar mucho, y con una expresión que le llamó la atención a su padre, pues hace mucho que no la veía ponerse tan feliz..

-¿Yulia Volkova? ¿Eres amiga de Volkova?- Preguntó la chica, incrédula.

-No sé si amiga aún, pero pasamos tiempo juntas desde que entré a la escuela, ha sido agradable conmigo-.

-Pero ella no es agradable con nadie-. Susurró la muchacha.

-¿Disculpa?-. Preguntó con molestia la chica-.

-Nada…

-Papá…estoy un poco cansada, me iré a mi habitación-.

-Creo que ya es tarde…que tal si seguimos discutiendo esto el lunes-. Dijo Boris y comenzó a despedir a los invitados.

Las visitas se fueron y se quedó a solas con su padre, quien le preguntó de su día junto a Yulia.

-Hace tiempo que no te veías así-. Dijo él.

-¿Así como?-.

-Así… feliz-.

-Fue un buen día, creo que me gusta este lugar…bueno Yulia ayudó a que me gustara-.

-Es una encantadora chica-.

-Lo es…es bueno tener alguien con quien puedo hablar y ser yo misma-. Respondió-. Tú sabes, cómo era en la otra escuela, la honestidad no es precisamente lo que más hay, ahí-.

-Lo sé…

-Me iré a dormir…buenas noches-. Y comenzó a caminar hacía la escalera

-Antes de que subas…porque no llamas a Yulia y le dices que vaya al Club Deportivo de Moscú mañana con su familia, tengo ganas de jugar golf y quiero sacar a tu madre de la casa, se está volviendo loca sin vida social. ¿Qué te parece?

-Que pensará, que la estoy acosando?-. Respondió con una risa-. Le preguntaré si quiere ir…buenas noches-.

-Buenas noches pequeña-.

Yulia había terminado su relajante baño, y estaba aplicándose sus cremas antes de ir a la cama, cuando su teléfono comenzó a sonar. No pudo evitar sonreír cuando vio que era Ekaterina.

-¿Qué pasa? ¿Ya me extrañas, Sharapova?-. Contestó la morena, con el solo fin de burlarse de la chica, aunque secretamente le gustaba la idea de escuchar su voz antes de dormir-.

-Siempre eres tan amorosa para contestar, Volkova?-. Respondió enfatizando en el apellido de la morena-.

-Lo siento, olvidé que eras sensible…entonces llamas para darme las buenas noches-.

-Creo que por el momento olvidaré el sarcasmo y diré lo que tenía pensado-.

-Ok…te escucho-.

-Yo quería…tú… ¿tienes planes para mañana?-. Preguntó nerviosa-.

-No… ¿por qué?-. Respondió dejando de lado su tono de burla, al captar el tono nervioso de la otra chica-.

-Es que papá me dijo que llamara para invitarte a ti y a tu familia al Club mañana…pero si no quieres lo entiendo, ya me apropié de tu sábado, no quiero forzarte a pasar el domingo también-.

Yulia en la otra línea no podía evitar sonreír, jugaba con su pelo y no contestó de inmediato solo para poner más nerviosa a la otra chica, porque su respuesta la supo en dos segundos, era obvio que le gustaba la idea de pasar más tiempo con ella.

-Aunque no lo creas no eres tan molesta como pensaba…así que nos vemos mañana…iré a avisarle a mis padres-.

-Nos vemos mañana…y que duermas bien-.


Eran las 12:30 y su padre estaba estacionando el auto en el club. Sus padres iban unos pasos más adelante mientras Yulia se había detenido a mirarse por última vez en el espejo del vehículo, se sentía un poco extraña con esa ropa, pero sabía que era lo más apropiado, de alguna forma que no lograba entender, era importante para ella causar una buena impresión a los padres de Eky. Cuando levantó la vista hacía la entrada vio que sus padres se habían detenido a conversar por lo que apuró el paso para saber quiénes eran.

-Aquí estas…mira con quien nos encontramos-. Dijo Oleg alegremente-.

-Buenos días Señora Savalieva-. Saludó no tan feliz. Haciendo solo un gesto como saludo.

-Yulia-. Respondió Nastya también cortante-.

-Hace mucho tiempo que no te venía, ya no vas a visitarnos como antes, recuerdo que cuando eran más pequeñas eran inseparables-. Expresó la Señora-.

Ninguna de las dos respondió a ese comentario, porque sabían las diferencias que con el tiempo se habían marcado entre ellas. Si bien, habían crecido juntas, en la adolescencia todo cambió, eran las dos muy populares y eso las hizo competir por todo, superar a la otra al costo que fuera, y muchas de esas peleas habían dejado heridas. Ahora que ninguna eran tan amigas, ya no tenían nada en común, pero tampoco porque pelear.

-Entremos…nos deben estar esperando-. Dijo Yulia para romper el silencio y salir pronto de esa incómoda situación-.

-Tienes razón… ¿Tanya, nos acompañas?-. Preguntó Oleg, quien recibió una mirada fulminante de parte de Yulia-.

-No sé si sea adecuado…-. Respondió Tanya dubitativa-.

-Los Sharapov son personas agradables, no les molestará; al contrario, así conocen más personas en Moscú que solo nosotros-. Expresó Larissa.

A Yulia no le sorprendía del todo la actitud de sus padres, ya que, desde el divorcio de los Savaliev, habían apoyado mucho a la madre de Nastya. Y aunque ella y Nastya ya no fueran tan cercanas, las dos familias seguían siendo amigas. No le quedaba mucho que hacer al respecto, así que puso su mejor cara y se resignó a tener que compartir su día con ellos, o mejor dicho a tener que compartir con Ekaterina y con Nastya.
Cuando llegaron al sector de las mesas, vieron de inmediato a la familia, estaban ubicados en una de las mesas con mejor vista. Boris se paró de inmediato para saludar.

-Oleg-. Saludó extendiendo su mano y luego saludando al resto de la familia-. Yulia, que bueno verte otra vez, anoche Eky llegó muy feliz después del paseo-.

-Yo también lo disfruté señor Sharapov-. Respondió la chica-. Y… ¿Dónde está?-. Preguntó al no verla ahí con sus padres-.

-Fue a dar una vuelta…debe estar por regresar-.

-Boris…Olga…Les quiero presentar a Tanya y a su hija Nastya, es una amiga de la familia, espero que no haya problema con que se unan al almuerzo-. Expresó el padre de Yulia.

-Por supuesto que no…es un agrado conocerlas-. Respondió Olga-.

Nastya, observaba a Yulia desde cierta distancia y la notaba nerviosa. Y sabía que se podía deber solo a una persona, la misma chica con quien la había visto el día anterior. Aunque ya no fueran amigas, ella conocía perfectamente a la morena. Durante la semana anterior, se dio cuenta que algo le pasaba. Andaba triste o ida en sus pensamientos, pero ahora era diferente, tenía cierto brillo en sus ojos y hasta parecía feliz de estar ahí.

-Hola-. Se escuchó y unas manos tomaron la cadera de la morena por detrás, provocando un pequeño saltó al no esperar ese movimiento-. ¿Cómo estás?-. Preguntó sin soltar a la morena que estaba de pie a un costado de la mesa-.

-Podrías no asustarme la próxima vez-. Respondió

-Lo siento no fue mi intención-. Dijo plantando un beso en la mejilla-.

Ekaterina se acercó a las demás personas que estaban allí, y puso especial atención en la rubia que la observaba con curiosidad toda su interacción con Yulia.

-Hola… ¿nos conocemos?-. Preguntó la chica de ojos verdes-.

-Sí, nos encontramos ayer en el Merendero-. Respondió la rubia que aún intentaba procesar todo ese cariñoso saludo entre la morena y la chica nueva.

-Nastya, también estudia en Alikosvky -. Anunció Yulia.

-¿Y desde cuando estás en Moscú?-. Preguntó curiosa la rubia

-Desde hace un poco más de una semana, pero en la escuela solo del viernes-.

-¿Y cómo se conocieron?-. Volvió a preguntar Nastya.

-Por nuestros padres-. Respondió cortante Yulia-. Creo que es mejor que nos sentemos-. Dijo para evitar más preguntas de la rubia, que no entendía porque, pero no quería que tuviera más información de su relación con Ekaterina.

-¿Y qué les ha parecido Moscú?-. Preguntó la madre de Nastya.

-Es tranquilo-. Respondió Olga-.

-Con tranquilo mi madre quiere decir, que no hay eventos sociales a los que asistir-. Dijo Ekaterina, desatando una risa grupal-.

-Para ti también debe ser un cambio radical?-. Preguntó Nastya.

-Me gusta la ciudad-. Respondió segura y mirando a Yulia-.

-Todos estamos en un proceso de adaptación - Respondió Boris-.

-Y piensan quedarse en forma definitiva aquí?-. Preguntó Oleg tomando un trago de agua-.

-Por lo menos hasta que Eky entre a la universidad…después volveremos a San Petersburgo-. Dijo Olga-.

-Gracias por recordarme que estamos aquí por mí, madre-. Expresó Ekaterina con molestia-

-Entonces Oleg, listos para después de la comida jugar Golf?-. Dijo Boris para desviar la conversación-.

-La verdad nunca he sido un buen jugador, pero lo intentaré-. Respondió

-No se preocupe señor Volkov, mi padre tampoco lo es, yo solía ganarle todo el tiempo-. Dijo la de ojos verdes con una sonrisa-.

-¿Juegas Golf? preguntó la morena un tanto sorprendida-.

-Eky y yo ganamos muchos torneos padre e hijo en algunos clubes…en realidad los ganó más ella que yo-. Respondió Boris alegremente-.

-Yo no creía que alguien de nuestra edad jugara Golf, es un poco aburrido-. Dijo Yulia-.

-¿Los has intentado alguna vez?-.

-No…mi mayor interés nunca ha sido pertenecer al club de Golf-.

-Yo podría enseñarte hoy-.

-No es una mala idea, así le enseñarías a Yul que hay más deportes fuera de las porristas-. Dijo Larissa-.

-¿Eras porrista?-. Preguntó Ekaterina con sorpresa.

-Ambas lo éramos-. Respondió la rubia-.

El almuerzo trascurrió entre las malas bromas del padre de Ekaterina, y el interés por las obras sociales que se realizaban en Moscú por parte de Olga, buscando en que entretenerse, por lo que se comprometió a realizar eventos junto con Tanya y Larissa en ayuda a la comunidad. Ekaterina no estaba sorprendida, sabía que su madre necesitaba sus eventos sociales, se sentía cómoda en ellos. En San Petersburgo, no recordaba exactamente a cuantos habían tenido que asistir ella y su padre, solo para que Olga no se molestara, y al parecer acá en Moscú iba a hacer lo mismo.

-Disculpen, vuelvo en un momento-. Señaló Ekaterina, mientras se levantaba de la mesa.

-Es una niña muy educada, seguro no le costará hacer amigas en la escuela-. Indicó la madre de Nastya.

-En Yakovlev, su otra escuela, era la chica más popular, capitana del equipo de Softball y académicamente siempre entre las mejores-. Respondió Olga con orgullo-.

-¿Y porque el cambio entonces?-. Preguntó Nastya-.

-Cosas personales-. Respondió nuevamente la Señora Sharapova cambiando el tono a uno más cortante para no dar espacio a más preguntas-.

Yulia guardó silencio. Ella sabía el porqué del cambio o por lo menos el motivo central, aunque tenía un presentimiento de que habían cosas que Ekaterina no le había dicho.

-Volví…-. Dijo de repente la chica de ojos verdes quien traía dos juegos de llaves en su mano-. Toma papá, este es para ti y el señor Volkov-.

-¿Para qué es eso?-. Preguntó Yulia con curiosidad-.

-Para los carritos de Golf-. Respondió-. Vamos, hoy aprenderás que no es tan aburrido como pensabas-. Indicó haciendo un gesto para que Volkova se levantara-.

-OK…pero no te garantizo no quedarme dormida-.

-Nastya…nos acompañas?…-. Preguntó Ekaterina ganándose otra mirada fulminante de parte de la morena-.

-Está bien…aunque yo tampoco se jugar-. Respondió la rubia.

-No hay problema te enseñaré también-.

Así, las tres chicas partieron hacia donde estaban los carritos de Golf. Yulia insistió en manejarlo ella, ya que así por lo menos tendría algo de diversión, a lo que en primera instancia Ekaterina se negó ya que veía en peligro su vida, sin embargo, la morena le recordó que ella confió la suya al subirse a esa balsa en el parque. Ambas interactuaban de manera natural, mientras Nastya solo observaba en silencio e intentaba recordar la última vez que había visto esa actitud amistosa en Yulia y solo podía recordar que Lena era la única persona que la hacía actuar de esa manera.

-Creo que por aquí está bien…ya puedes detenerte-. Dijo la chica de ojos verdes-.

-No lo creo…esto es divertido-. Respondió Yulia-.

-Vamos, la diversión empieza con el juego-.

-Ok… como tú digas-. Dijo de mala gana-. No creo que sea muy complicado es solo golpear una pelota con un palo-.

-Entonces tú partes-. Dijo la chica entregándole un palo y una pelota-.

-No hay problema-. Puso la bola donde correspondía se arregló el guante, se puso en posición y golpeó tan fuerte como pudo-.

-Al parecer no es tan fácil como pensabas-. Dijo Ekaterina-.

-¿Por qué?...mira ni siquiera puedes seguirla de tan rápido que fue-.

-Yulia…mira hacia abajo-.

-Mmm-. Miró al suelo y la pelota seguía ahí-.

-Puedo ayudarte ahora?-.

-Está bien-.

Yulia solo sintió todo un calor que le invadió el cuerpo por completo. Ekaterina había colocado todo su cuerpo detrás de ella, tomándola de ambos brazos. La morena no escuchaba ninguna indicación, solo no quería que la otra chica alejara su cuerpo de ella, podía sentir su suave aroma, su respiración, su voz susurrante en su oído y como cada musculo se movía hacia ambos lados enseñándole el movimiento para golpear.

-Yulia…-. Dijo Ekaterina al ver que la otra chica no le prestaba atención-.

-Disculpa-. Respondió girando su cara para quedar a centímetros de los labios de la chica-.

-Mira, golpearemos juntas a la cuenta de tres…

-Ok-. Sintió como sus cuerpos se juntaron más. Y como su ritmo cardiaco se aceleró a sentir esa última presión… no tenía ningún interés en donde haya caído la pelotita, solo pensaba que había sido la mejor clase que había recibido.

-Wooow… Eso cayó muy lejos-. Indicó Ekaterina siguiendo con su vista el curso de la pelota-.

-Creo que no es tan aburrido después de todo-. Expresó la morena-. ¿Lo intentas Nastya?-. Dijo intentando ser agradable e incluir a su antigua amiga, notando además que observaba detenidamente cada interacción que tenía con Eky-.

-Creo que más adelante, estoy bien aquí gracias-. Respondió.

Durante las siguientes horas, Ekaterina siguió intentando que Volkova lograra aunque fuera golpear la bola sola, pero fue un intento un tanto inútil. La morena por otro lado no es que no pudiera sola, pero le gustaba más cuando la otra chica se acercaba y la ayudaba. Nastya también lo intentó con ayuda de Ekaterina, lo que la hizo ganarse nuevamente una mirada fulminante de la morena que no pasó desapercibida para ninguna de las tres chicas. Una vez que se cansaron optaron por regresar a la mesa que antes habían compartido con sus padres.

-¿Y qué tal les fue chicas?-. Preguntó Olga-.

-Creo que nuestra maestra se esforzó mucho, pero los resultados no fueron los esperados-. Respondió la rubia con una sonrisa-.

-Tendremos que intentarlo de nuevo-. Sentenció Ekaterina con una sonrisa-.

-Creo que tuve suficiente por un tiempo-. Respondió Yulia-.

Su padre junto al señor Sharapov no demoraron en reunirse con el resto del grupo. Como Eky predijo, su padre fue derrotado por Oleg, y le hizo un par de bromas por ello. Ambas familias disfrutaron otros momentos hasta que decidieron que era hora de retirarse, ya que, al otro día las niñas tenían escuela. Caminaron juntos al estacionamiento y cada uno se iba a subir a su auto cuando Yulia siente una voz que la detiene.

-¿Qué pasa?-. Preguntó la morena confundida-.

-Yo me preguntaba…si…-.

-Vamos que pasa…creo que hemos pasado suficiente tiempo juntas como para que logres hilar una idea sin ponerte nerviosa-.

-Lo sé-. Respondió Ekaterina-. Yo quería saber si quieres que pase por ti mañana para ir a la escuela-. Preguntó-.

-Es una buena idea-. Dijo la morena con una coqueta sonrisa-. Te espero mañana entonces-. Expresó depositando un rápido beso en la mejilla de la otra chica y subiéndose al auto con sus padres.


*************

A Lena le gustaba caminar hacía la escuela cuando necesitaba pensar. Lo que, aunque algunos pensaran lo contrario sucedía regularmente, sobre todo en el último tiempo. Desde el sábado no podía sacarse a Yulia de la cabeza, después de verla con la otra chica en el Merendero, no es que estuviera celosa o algo, solo que la morena era su mejor amiga y nunca salía a solas con nadie más que no fuera ella. Quizás se debía a su conversación del viernes o más bien a la declaración de amor que le había hecho Volkova que no terminó muy bien, porque la dejó sola y ella solo pudo ver las lágrimas en los ojos de la morena cuando esta se alejaba. No había sido su intensión herirla, la quería demasiado para herirla, pero estaba confundida, también quería a Masha, ella era cariñosa y atenta. Sentía que en este momento no quería estar lejos de ninguna de las dos. Estaba ya por llegar cuando vio a lo lejos a Yulia bajándose del auto con la misma chica, por lo que apuró el paso, ambas tenían una conversación que terminar.

-¡Hey!...Yul…-. Gritó la pecosa sin recibir respuesta-.

Yulia venía con mejor ánimo a la escuela, se había levantado temprano, disfrutó un baño y luego escogió la ropa con cuidado, cuando salió de su casa estaba Ekaterina esperándola con un café en la mano y unos mufins. En el viaje la morena conectó su I-Phone y tarareaban ambas las canciones que comenzaron a sonar.
Cuando se bajó del auto, su rostro cambió inmediatamente la expresión que tenía. Escuchó a lo lejos la voz de Lena, pero no se detuvo, sin embargo, no iba ser tan fácil escapar.

-Yul…-. Insistió la pelirroja, pero esta vez tomándole el hombro por detrás.

-Elena-. Respondió la morena con una expresión neutra dándose vuelta para mirarla de frente-.

-Podemos hablar?-. Dijo la pecosa intentando disimular el golpe que fue escuchar su nombre completo, ya que,

Yulia nunca la había llamado así, menos con ese tono tan inexpresivo.

-OK…dime-. Respondió-.

-Me gustaría que fuera en privado-. Expresó fijando una mirada fulminante en Ekaterina a la que ni siquiera había saludado -.

-Nos vemos en clases-. Dijo la muchacha de ojos verdes intentando alejarse para dejarlas conversar-.

-No…-. Respondió Volkova de repente, sosteniendo la mano de la chica que se iba a alejar-. Pensándolo bien…no hay nada de qué hablar, me quedó todo claro-. Dijo mirando a Lena-.

-Pero…yo quiero-. Titubeó la pelirroja-.

-Nos vemos-. Interrumpió la morena, alejándose con la otra chica en dirección a su primera clase de la mañana.
Elena se quedó otra vez de pie observando como su morena se alejaba. Sentía una mezcla extraña de sentimientos, por un lado estaba triste por la expresión indiferente que le dio Yulia durante su breve interacción.

Pero no le afectó tanto como sentirse desplazada por la otra chica, que su mejor amiga prefiriera irse a quedarse con ella le dolió más que cualquier palabra. Lo que tenía absolutamente claro es que no se iba a rendir tan fácilmente hasta que Yulia le diera la oportunidad de explicar las cosas.

-Tienes claro que en algún momento tendrás que hablar con ella y enfrentar las cosas, ¿cierto?-. Dijo Ekaterina mientras caminaba al lado de la morena-.

-No creo que sea necesario…está todo dicho entre nosotras-. Respondió

-A mí no me pareció que ella opine lo mismo, creo que debes darle la posibilidad de una conversación…no puedes simplemente ignorarla por siempre-.

- ¿No es acaso lo que tú haces con tu ex novia?-. Expresó con un tono molesto la morena, que no quería seguir hablando de Lena, menos con ella-.

-Eso es diferente…-. Respondió visiblemente afectada por el comentario-. Pero entiendo... no te daré más mi opinión respecto a Elena-. Dijo y se alejó de la morena-.

-¡Hey!...lo sien…-. No pudo terminar su disculpa, la chica ya estaba unos cuantos metros de ella-.

Volkova siguió caminando sola una vez más, pensando lo que le dijo Ekaterina, y tenía razón, no podía simplemente ignorar a Lena por siempre. Pero ella no entendía lo humillada que se sentía. Abrió su corazón para que, para que fuera tomado y destruido sin ningún tipo de consideración. No podía permitir que eso ocurriera otra vez. Y si, tal vez le debía una conversación a Lena pero eso podía esperar. Por el momento debía recuperar su seguridad para enfrentar en igualdad de condiciones a la pelirroja.

Nastya observó toda la interacción a distancia. Tenía un presentimiento de que algo andaba mal entre Yulia y Lena, las tres habían sido muy unidas en su momento y la pelirroja nunca pudo obviar la estrecha relación que tenían las otras dos ex amigas. Sabía que eran mucho más que mejores amigas, aunque nunca se los preguntó directamente, por temor quizás a una reacción violenta de parte de la morena. Sabía cómo era la ojiazul, todos conocían ese carácter agresivo pero ella también había visto el otro lado, el lado amoroso y tierno que mostraba cuando estaba a solas con la pelirroja, y bueno, últimamente también algo de eso demostraba con Ekaterina. Tuvo la intención de acercarse a Yulia, pero no sabía cómo, quería recuperar esa amistad, quería poder confiar en alguien, porque aunque nadie lo notara, ella estaba pasando por su propia guerra interna.

-Hola… ¿te acuerdas de mí?-. Preguntó Ekaterina de repente sacando a la rubia de sus pensamientos-.

-Si…hola… ¿Cómo estás?- preguntó.

-Bien…-. Esa respuesta fue a medias porque aunque no lo aceptara su pequeña discusión con la morena la había afectado-.

-¿Y Yulia?-. Preguntó sin darse cuenta que era lo menos adecuado de preguntar en el momento-.

-No lo sé…se fue a clases supongo-. Expresó con indiferencia-.

-Yo también voy camino a Historia-.

-También tengo esa…creo que somos compañeras-.

Ambas chicas partieron rumbo a su primera clase, conversaron de distintas cosas y Ekaterina no pudo evitar recordar a Anya, ya que la rubia que tenía al frente poseía un evidente parecido físico con su ex novia, ambas rubias, de ojos verdes, con esa postura distinguida y segura de sí mismas. Pero también sus pensamientos se iban hacia otra chica absolutamente diferente, una morena de ojos color azul que la había hecho por momentos sentirse feliz nuevamente.

Nastya y Ekaterina pasaron casi todo el día juntas, parecían llevarse bien incluso la hora de almuerzo donde compartieron con otros miembros de la clase de música. Llegaron a su última clase que era literatura donde casi todos estaban juntos, incluyendo a Yulia.

-Podemos hablar?-. Interrumpió la morena mientras Ekaterina conversaba animosamente con Nastya-.

-Seguro que es conmigo con quien tienes que conversar?-. Respondió intentando sonar dura-.

-Yo voy a mi asiento-. Dijo Nastya alejándose al detectar lo incómoda de la situación.

-Siento haber reaccionado de esa manera – dijo la morena-. Sé que tienes razón…

-Yo también lo siento no debí haber interferido, es algo entre tú y…ella-. Expresó con una aflicción en su voz-.

-Sé que tengo que hablar con Lena…pero no me siento preparada… aún duele-. Dijo bajando el volumen para que los que estaban cerca no escucharan-.

-Entiendo y tienes razón en lo que dijiste, yo hago lo mismo con Anya, solo que dolió escucharlo así-.

-No quise ser agresiva contigo solo que a veces no lo puedo evitar-.

-Está bien…creo que ambas exageramos…te parece si te invito a alguna parte después de clases y así damos el problema por solucionado?-. Expresó sonriendo y tomando la mano de la morena-.

-Después de clases tengo que estar en la clase de música…si tienes tiempo me podrías esperar?-. Respondió-.

-No hay problema-.

Se dirigieron a su asiento porque el Señor Smirnov ya había llegado para comenzar la clase.
Lena, por otro lado, había entrado a clases junto con Masha como era de costumbre, lo que no había sido normal era ver la mano de la chica nueva tomando la de Yulia en lo que parecía más una charla entre una pareja que dos amigas. Al pasar Lena no pudo dejar de mirar la interacción, y casi como un acto territorial chocó la espalda de la chica con su hombro, acto que fue presenciado por todos, no se disculpó aunque lo hizo parecer casual. No entendía porque se sentía de esa manera, ella tenía una novia y la quería, pero por Yulia eran otros sentimientos, más intensos, sentía que la morena le pertenecía y no iba a aguantar que ninguna niñita rica viniera y le arrebatara lo que le pertenecía, aunque fuera por su culpa, ya que ella rechazó a Yulia.

La primera en llegar a la sala de música fue obviamente Oksana y después Nastya, quienes como todos sabían eran dos caras distintas de una moneda, y nunca habían logrado llevarse bien, aunque la rubia había estado cambiando esa actitud negativa este último tiempo, cosa que la pequeña diva no sabía si tomarlo como una tregua u otro plan de Nastya para humillarla.

-¿Qué tal?-. Dijo la rubia en forma amistosa al entrar a la sala y ver a Oksana sentada en el banquillo del piano, concentrada en algo-.

-¿Qué?... ¿me hablas a mí?-. Respondió sorprendida al ver quien era la que le hablaba, cuando giró su cabeza hacia arriba.

-No hay nadie más aquí niña…

-Lo sé solo que otras veces aunque no hubiera nadie tú simplemente me ignorabas…como siempre durante toda la vida - dijo a la defensiva

-Estoy tratando de ser amable…ya no hay nada porque tengamos que odiarnos-. Expresó pensando en que la única razón de haberle hecho la vida imposible a esa chica había sido su ex novio y a quien no le llamaba la atención para nada, Fyodor-.

-Tienes razón…quizás podamos conocernos y dejar de pelear-. Dijo sinceramente-.

-Y ¿en que trabajas?-. Preguntó al ver que la castaña tenía una libreta entre sus manos-.

-No es nada…solo una idea-.

Los demás miembros de la clase comenzaron a llegar antes de que Nastya pudiera averiguar que tenía a Oksana tan concentrada. También hizo su entrada el profesor Smirnov quien les habló acerca de cambiar sus planes para las competencias inter-escolares ya que había recibido una carta que decía que no podían utilizar la canción que tenían planeada, por lo que tenían que idear y que hacer ahora. Oksana levantó su mano para dar una idea y todos sabían de lo que se trataba, lo de las canciones originales, lo que nadie esperaba era que Nastya la respaldara y se ofreciera a escribirla con ella.

Yulia observaba fijamente a la rubia, intentando componerse del impacto, ella conocía muy bien a Nastya Savalieva y nunca, ni en diez vidas más podía imaginársela cerca de la odiosa Oksana. Por lo que esa actitud tan amable definitivamente tenía que ser parte de algo. Aunque a ella no le afectaba, hace mucho tiempo que había decido mantenerse lejos de la chica, no podía confiar en ella después de todo lo que se habían hecho.

Ekaterina había ido a la biblioteca por unos libros para ponerse al día en sus trabajos de la escuela, aprovechando de que le había dicho a Yulia que la esperaría. Iba camino a su casillero para guardarlos cuando una chica con uniforme de gimnasia se le acercó a hablarle.

-Hola…-.

-¿Hola?-. Dijo con desconcierto porque no recordaba de quien se trataba-.

-Nos conocimos en la casa de tus padres…Soy Ivana ¿Recuerdas?-.

-La verdad no lo recordaba-. Respondió notando la molestia de la otra chica, pero no podía importarle menos ya que su presencia le era desagradable-.

-No importa…solo quería decirte que mis amigas y yo iremos al centro comercial ahora, ¿nos quieres acompañar?-. Dijo disimulando su disgusto por la indiferencia de la chica-.

-No puedo, espero a Yulia-. Respondió secamente-.

-Esperas que tu amiguita nueva salga de su clase de tontos músicos?-. Exclamó sarcásticamente-.

-¿Qué dijiste?-. Expresó con enojo-.

-Lo que escuchaste…Volkova era alguien en esta escuela antes que dejara a las porristas por esa estúpida clase de música, y si no quieres pasar vergüenza, es mejor que empieces a elegir mejor a tus amigos-. Dijo la chica en forma despectiva-.

-Escúchame con atención-Exclamó con molestia y usando sus centímetros más para infundir temor en la otra chica-. No me importa quien seas ni que lleves puesto …nadie se refiere a Yulia de esa manera, menos delante de mí y tú te puedes creer que estás la cumbre de la escala social, pero créeme, cuando quiero destruir a alguien lo hago y sin ninguna consideración, recuerda quien soy… así que cuida cada palabra…¡entendiste!-.
Dijo lo último cerrando violentamente la puerta de su casillero lo que produjo una cara de terror en la otra chica-.

-Yo…no quise… -. Tartamudeó sin poder terminar la frase cuando Ekaterina ya salía hacía el estacionamiento.

Ekaterina seguía enojada por su conversación anterior. Sentía que esa estúpida chica despertó una parte de ella que solía utilizar en su antigua escuela. Ella acostumbraba amenazar a cualquier persona que osara dañar a Anya y eso se activó de inmediato al momento que sintió que debía defender a Yulia. Estaba confundida y un poco asustada, sus sentimientos hacia la morena iban en aumento demasiado rápido y sabía que no era lo correcto, porque el corazón de Yulia tenía dueña. No podía enamorarse para ser herida otra vez, ya con su ex novia había sufrido demasiado, se había ido de su ciudad para estar tranquila, no para sufrir una nueva desilusión y tener que escapar nuevamente.

A lo lejos vio como la morena venía caminando en dirección a ella, con esa sonrisa hermosa y esos ojos brillosos, con su pelo corto y dando pequeños rebotes alrededor de su rostro, era simplemente hermosa y podría quedarse mirándola por siempre. Fue ahí cuando se dio cuenta que tal vez por esa chica todo riesgo valiera la pena.

-Disimula esa mirada Sharapova-. Expresó la morena al ver la cara de fascinación de la otra chica-.

-En tus sueños Volkova-. Respondió con una sonrisa y subiéndose a su auto-.

-¿A dónde vamos?...recuerda que es tu plan para disculparte-. Dijo intentando sonar inocente-.

-Jajaja…creo que dejamos claro que las dos reaccionamos mal, no solo yo debería disculparme…-.

-Por eso entonces ¿dónde me llevarás?-. Dijo agitando sus pestañas intentando salirse con la suya-.

-Pensé en ir al cine. Revisé la cartelera y hay varias películas que se ven entretenidas… ¿quieres?-.

-Pero yo elijo la película-.

-Ok…tú elijes la película-. Dijo resignada Ekaterina mientras Yulia la miraba con aires de satisfacción.

Volkoba miraba a la otra chica durante el viaje casi fijamente, e intentaba descifrarla, intentaba leer en sus ojos, pero le era inmensamente difícil. Lo único que sabía era que su corazón estaba herido y por eso había llegado a Moscú, pero no mucho más y sentía que quería saberlo todo. No interpretaba eso como una atracción o por lo menos no quería enfrentar si eso estaba ocurriendo, todavía estaba fresca la herida hecha por Lena. Aunque observándola y por el tiempo que habían pasado juntas, era tan diferente a la pelirroja, con Lena siempre tenía que estar a la defensiva con los demás, porque su deber era protegerla, cuidarla, era una persona frágil, una pequeña dulce niña a la que debía consentir siempre, mientras que con Ekaterina se sentía más tranquila porque la chica había demostrado ser capaz de contenerla con su seguridad y con esa sonrisa que le daba calma, además en pocos días había aprendido a manejar sus caprichos. Eran tal vez los dos extremos posibles, dos personas de las que necesitaba en ese momento.

Elena miraba desde una esquina cuando Yulia se subió al auto de Ekaterina, había salido prácticamente detrás de la morena, intentando alcanzarla pero se detuvo de inmediato al ver que la otra chica la esperaba. Ya no podía seguir negándolo…sentía era un odio hacía esa nueva muchacha y eso era extraño porque ella no odiaba en forma recurrente. Sentía como una ola de calor le envolvía el cuerpo y enrojecía sus mejillas, estaba enojada, no quería que SU Yulia pasara más tiempo con esa chica, quería que todo volviera a ser como antes, donde tenían sus tardes juntas, que comenzaban con tiernos besos de chicas y generalmente terminaban con ellas desnudas amándose toda la noche, extrañaba demasiado las caricias de la morena, sus besos y su voz al oído susurrándole cuanto la quería. No podía permitir que todo eso lo hiciera con alguien más, porque sentía dentro de ella que Ekaterina no era una amiga más, sino que era una amenaza para ella.

-Len… ¿estás bien?-. Preguntó una chica de estatura promedio como ella, quien notó la extraña mirada que tenía su novia sobre ella.

-Si…yo…solo-. No podía articular palabra, solo mantenía la vista fija en su novia buscando tal vez en exceso que había sido "eso" que la hizo elegirla sobre Yulia.

-¿Qué pasa?...Saliste tan rápido-. Dijo confundida por el comportamiento de su novia.

-Yo quería hablar con Yulia, pero se fue antes de poder alcanzarla-. Respondió aún con su mente en otro lado-.

-¿Se fue con Ekaterina?...porque desde que llegó no se despegan-. Dijo sin darse cuenta que sus palabras aumentaban la furia de la pelirroja-.

-Si se fue con ella-. Las palabras hacían eco en su mente-. Yo también me iré…

-Pero pasaríamos la tarde juntas-. Indicó la chica con sus ojos azules examinando a su novia-.

-Lo siento Masha…yo me quiero ir a casa-. Le dio un rápido beso en los labios y caminó con velocidad. No quería estar con ella, solo quería idear algo para que Yulia hablara con ella, no podía más con la indiferencia de la morena menos ahora que otra mujer estaba extremadamente cerca de ella.


Espero que les haya gustado el Capitulo. Comenten que les pareció, creo que Lena tuvo más protagonismo y de a poco vamos a ir sabiendo que es lo que Nastya tiene en mente (No se porque, pero me gusta mucho el personaje de ella). Gracias por los buenos comentarios! Saludos
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Mensaje por andyvolkatin Jue Sep 29, 2016 11:06 pm

Hola Very Happy
muy bueno el capitulo
me gusto, trasmites sentimientos cuando escribes
Lena tiene una fuerte rival pero yo veo a Ekaterina
mas como una amiga incondiconal para Yulia de esas que se la juegan todas para ayudarte
esa es mi opinion porque a mi me gusta el final feliz
de Lena y Yulia pero ya veres que pasa mas adelante
suguela pronto study
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Mensaje por SandyQueen Vie Sep 30, 2016 4:57 pm

A mi me va gustando el personaje de Ekaterina Very Happy
Y como te dije, me parece muy interesante esta historia.
Me gusta como se va desarrollando... Sobre todo esos celos de Elena Razz

Quedo en espera de la siguiente entrega Wink
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Lun Oct 03, 2016 6:03 pm

Capitulo Tres: Lucharé por ti



Yulia llegó a su casa cuando empezaba a anochecer. Habían visto una comedia romántica que ella eligió y Ekaterina, para demostrar su descontento con la elección, le lanzaba palomitas de maíz cada vez que se aburría. Lo que provocaba que la morena le lanzara una mirada fingida de odio y ambas rieran. Casi al final de la película comenzaron a acercarse la una a la otra hasta que sin darse cuenta, sus manos estaban entrelazadas. No hubo comentarios al respecto, fue natural y fluyó sin presión alguna, sin embargo, ninguna estaba preparada para ir aceptando lo que esas señales significaban, por lo que simplemente disfrutaron del momento y no dijeron nada que pudiera arruinarlo.

La morena comenzó a mirarse en el espejo de cuerpo entero que tenía en su habitación, se observó detenidamente, y pensó si sería capaz de amar de nuevo. No era cualquier pregunta, ni menos echa al azar, hace un par de días, si alguien le hubiera preguntado eso, hubiera dicho un NO rotundo, pero algunas cosas habían cambiado dentro de ella. No es que ya no sintiera nada por Lena, sus sentimientos estaban prácticamente intactos, solo que en los últimos cuatro días, en su mente solo había una persona y esa era Ekaterina, la chica de los ojos claros y sonrisa fascinante, quien había secado sus lágrimas con cariño y en quien encontró un refugio entre sus brazos. No podía decir que estaba enamorada, pero sí que tenía un sentimiento que con cada día se intensificaba.

Se puso la pijama y se acostó…eran demasiadas preguntas las que rondaban su mente y no podían ser contestadas en una sola noche, sería mejor que fuera con calma, no quería otra vez equivocarse. Lo único que agradecía es que ya no tenía tanto dolor, lógicamente aún no podía mantener la mirada en Lena cuando esta estaba con su novia, pues todavía sentía esa punzada en el corazón con la imagen, pero ya iba disminuyendo, era un dolor que sentía que podía manejar, para lo que no estaba lista aún era para enfrentar a la pelirroja cara a cara.


Los días de esa semana pasaron sumamente rápido y sin darse cuenta ya era viernes. Otro día de escuela, otro día de evitar todo contacto con Lena, otro día en que al salir de su casa, su chica de ojos verdes y cabellos azabaches, la esperaba afuera con su café respectivo. Pensaba que se podía acostumbrar a eso último, le gustaba saber que tenía una razón por la que levantarse en las mañanas y además de eso… lucir hermosa.

-¿Y cómo va la preparación para las competencias?-. Preguntó Ekaterina mientras iban camino a la escuela.

-Bien…supongo, Oksana sigue con la idea de escribir nuestras propias canciones y aunque suene increíble, Nastya la apoya-. Respondió

-No es una mala idea… ¿por qué es tan extraño que Nastya se acerque a Oksana?-. Ambas son agradables, sobre todo Nastya…

-¿Agradables?...por favor, Oksana es demasiado odiosa como para escucharla por eso todos la ignoramos y Nastya, es una hipócrita que te apuñala por la espalda-. Dijo Yulia con un visible odio en sus palabras-.

-Pensé que Nastya era tu amiga-.

-Lo fuimos hace mucho tiempo…

-Creo que estás siendo muy dura, no sé si te has dado cuenta pero, ella intenta acercase a ti…nunca es malo darse segundas oportunidades ¿o no?-. Dijo esto último queriendo que la chica que estaba a su lado leyera entre líneas.

-No lo sé…tal vez-.

-Todos tenemos derecho a cambiar-. Expresó firmemente, pues en los últimos días se había acercado a Nastya y le parecía que la rubia no tenía malas intenciones.

Entraron a la escuela, y casi la totalidad de los chicos de Neposedi, se acercaron a hablarles. Estaban entre asustados y sorprendidos, pues una nueva locura de parte del profesor de gimnasia, se estaba construyendo en el campo de fútbol.

-¡Hablen de a uno que no les entiendo nada!-. Dijo Yulia un tanto molesta-.

-Iván, como tiene tiempo de sobra y como se enteró que no clasificamos para las estadales, convenció al director de que todos necesitábamos intensificar nuestras clases de gimnasia y está construyendo prácticamente un campo de obstáculos militar en el campo de fútbol-. Explicó Nastya con una expresión de horror-.

-¿Quién es Iván?-. Preguntó Ekaterina-.

-Nuestro ex entrenador y el que nos odia y nos hace la vida un infierno-. Contestó la morena-.

-Así que prepárense porque será nuestra última clase del día-. Indicó Oksana.

Todos después de eso se dispersaron, cada uno se dirigió a sus respectivas clases. Pero Oksana y Nastya tenían libre por lo que aprovecharon de ir a la sala del coro para trabajar en su canción.

-Tengo una idea…-. Dijo Nastya un tanto dubitativa

-Puedo preguntar algo antes de empezar con la canción?-. Dijo la más pequeña de las dos.

-Dime… ¿Qué pasa?-.

-Estos últimos días, hemos pasado más tiempo juntas que durante toda la secundaria…tú de verdad, estás cambiando de actitud o esto es parte de algo? – Cuestionó la castaña vacilante y con una expresión de temor-.

-¿Parte de qué?...-.

-No sé…parte de un plan para humillarme, creo que, hacerme la vida miserable era el Hobby preferido tuyo y el de Yulia… ¿Por qué cambiarlo ahora?-. Expresó con más seguridad.

-Mmm-. No sabía que responder, se sentía mal por todo lo que había hecho en el pasado-. Sé que no puedo borrar lo que hice en el pasado, pero te puedo prometer que no tengo ningún plan para herirte-. Dijo sincerándose-. Sé que no voy a tener tu confianza de inmediato, como no tengo la  de nadie en realidad, pero espero ganármela con el tiempo. Ya ninguna está con Fyodor y no hay una causa de odio ¿o no?-.

-Yo nunca te odié Nastya…Y lamento que sientas que nadie confía en ti…yo creo que podemos intentar ser amigas-. Exclamó con una sonrisa que se comenzaba a formar en sus labios-.

Ambas se fueron acercando vacilantes pues no tenían la certeza de que la otra accedería, pero era el primer paso, por lo que se abrazaron con fuerza y contra todo pronóstico, ese acercamiento fue de gusto de ambas. Nastya pensó en cómo pudo ser tan estúpida y dejar que un chico que ni siquiera merecía la pena, la hubiera hecho hacer tantas cosas malas en contra de alguien tan gentil. Así que estaba convencida a aprovechar esta oportunidad y mostrarle a la chica que ella podría ser una gran amiga. En tanto Oksana, se sentía extrañamente cómoda en los brazos de la rubia, sentía seguridad y un aroma a vainilla la mareaba haciéndola sentir que quería estar por mucho más tiempo en esa ubicación. Sin duda era riesgoso confiar en ella, pero quería intentarlo.

-Entonces de que quieres que trate la canción…-. Dijo la castaña separándose suavemente de la rubia-.

-Es solo una idea pero algo así como luchar por un amor que uno cree que es imposible-. Exclamó fijando sus ojos verdes en los marrones de la muchacha-.

-Me gusta…creo que si algo vale la pena en esta vida es luchar por amor-. Sentenció. Y ambas se sentaron en la banquilla del piano muy cerca una de la otra, más de lo que nunca pudieron imaginar estar-.

Yulia iba camino a una de sus clases, con un libro en la mano, por lo que su vista iba fija en él y no en el pasillo cuando alguien se le cruzó posicionándose frente a ella impidiéndole seguir el paso, levantó la mirada y vio a una alta pelirroja que no tenía ninguna intención de dejarla ir esta vez.

-Permiso…no quiero llegar tarde-. Exclamó la morena-.

-Tenemos que hablar…-. Dijo la pecosa con decisión-.

-En otro momento… ahora voy a clases-. Expresó intentando pasar, pero Lena le seguía bloqueando el paso-.

-Ese momento lo llevo esperando toda una semana, pero tú sigues ignorándome. Además nunca estás sola, siempre andas con tu nueva amiguita-. Dijo con molestia-.

Yulia no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa al oír el tono despectivo en el que Lena se refería a Ekaterina. La pelirroja nunca hablaba así de nadie, por lo que tenía que estar muy enojada o celosa.

-Si con "amiguita" te refieres a Ekaterina, yo soy dueña  de pasar mi tiempo con quien quiera, además tú pareces ocupada paseando con tu "queridita”-. Dijo sarcásticamente-. Ahora llego tarde, así que nos vemos-. Y se escabulló para escaparse de la pecosa.

-En algún momento no vas a poder seguir evitándome!-. Le gritó mientras la morena se alejaba.

Elena ya estaba perdiendo la paciencia, no quería nunca más en su vida volver a escuchar el nombre Ekaterina, aunque eso se veía bastante lejano, ya que la joven que le estaba quitando su lugar en la vida de Yulia, había llegado para quedarse.

Todos se encontraban con ropa de gimnasia en el campo de Fútbol, frente a una imponente estructura, muy al estilo Iván Shapovalov. Lo único bueno era que el señor Smirnov estaba también ahí, el director lo había enviado para que Iván no se excediera en su trato hacía los alumnos, ya que todos sabían que "piedad" no era una palabra que él manejara.

-Creo que caí en una academia militar y no me había dado cuenta-. Exclamó Ekaterina un poco asustada por lo que veía-.

-No te imaginas lo que nos hacía hacer en los campamentos de las porristas-. Dijo Nastya-.

-¿Y Yulia, la has visto?...desde la mañana que no la veo-. Preguntó

-Creo que ahí viene-. Dijo apuntando hacía la entrada del campo.

Ekaterina no pudo evitar seguir cada paso que daba la morena… esos short dejaba a la vista dos perfectas y bronceadas piernas, la camiseta ajustada acentuaba sus curvas y la pequeña brisa movía su cabello con agilidad, no pudo evitar emitir un suspiro sin contar que su mandíbula le jugaba una mala pasada al no querer cerrarse. Solo la sacó de su ensimismamiento un leve golpe en el hombro que vino junto con una risa. Ahí recordó que no estaba sola.

-Lo siento-. Dijo Nastya aún con una sonrisa-. Es que no reaccionabas-.

-Yo…me distraje-. Expresó un tanto sonrojada al saberse expuesta-.

-No te preocupes…sé que Yul causa ese efecto a veces-. Expresó con una mirada cómplice.

-Soy demasiado evidente…lo sé-. Señaló con resignación-.

-Yo no se lo diré… -. Dijo percatándose de que la morena ya estaba casi al lado de ellas-.

-Y… ¿Este es el nuevo centro de tortura de Iván Shapovalov?-. Indicó, a lo que todos soltaron una carcajada-.

Shapovalov hizo su entrada y les explicó que la escuela se estaba transformando en una institución de personas holgazanas que iban camino a ser obesos, es por eso que él había ideado un plan para sacar esa plaga de la escuela. Así que en duplas tendrían que pasar el campo de obstáculos, quien no pudiera, él ya idearía un castigo lo suficientemente malo.

-Las parejas son las siguientes-. Expresó con su habitual megáfono-. Topalov-Lazarev; Nikolaev- Luziev,, Savalieva-Volkova…y Katina-Sharapova-.

Con esta última pareja dos miradas se cruzaron a través del grupo, verde grisaceo contra verde esmeralda. Al centro, una hermosa morena, no había que pronunciar palabras el reto ya estaba hecho.

Todo comenzó y Sergüei superó ampliamente a Fyodor, lo que era de esperarse ya que algunos obstáculos requerían coordinación y ese definitivamente no era el fuerte de Topalov. Cuando fue el turno de Oksana, Nastya detuvo su precalentamiento y fijó su vista en la castaña, en como su buen su cuerpo era compacto teniendo una gracia y agilidad única, se notaban las clases de ballet en su flexibilidad y su cola de caballo se meneaba con cada movimiento.

-Mirando a tu nueva "amiga"?-. Dijo Yulia sacándola de su abstracción -.

-Yo…solo…-. Tartamudeó-.

-Desde cuando eres amiga de Oksana…eso es raro-. Expresó frunciendo el ceño como buscando una explicación-.

-Solo trabajamos en la canción para los ensayos-. Dijo un tanto avergonzada-.

-A mí no me puedes mentir Savalieva… ¿Qué es todo este cambio de actitud?-.

-Solo intento hacer las cosa bien… Y eso no incluye solo a Oksana...tu y yo solíamos ser amigas…sé que nos hemos hecho muchas cosas pero…

Un grito de parte de Shapovalov interrumpió la conversación, le avisaba que ellas eran las siguientes, por lo que se dirigieron al punto de partida. Nastya le hizo un gesto de aprobación a lo lejos a Oksana quien ganó contra Tasha.

Ambas chicas pusieron todo su esfuerzo, pero también se ayudaron mutuamente para que las dos pudieran lograr pasarlos todos, algo había cambiado, ya no existía esa necesidad de superarse a cualquier costo. Quizás con algo de trabajo podrían volver a ser las amigas de infancia que eran inseparables. Finalizaron la prueba casi al mismo tiempo y chocaron sus manos en señal de victoria. Ahora solo quedaba una pareja.

-Woow…eso fue difícil-. Expresó Nastya con la voz entre cortada por el cansancio-.

-Lo fue… ¿ahora quien viene?-. Preguntó

-Velo por ti misma-. Respondió la rubia levantando una ceja en un gesto insinuante-.

La imagen que se veía en el punto de partida era como de película… una pelirroja y una morena…una al lado de la otra cruzando miradas fulminantes y esperando la señal para comenzar, ninguna se iba a rendir, estaban decididas a vencer a la otra, el premio que deseaban… una hermosa morena de ojos azules. La señal está dada, que comience el juego.

Ekaterina tiene mayor capacidad de reacción, por lo que toma la delantera, pero la siguiente es un prueba de equilibro y la pelirroja demuestra toda su destreza, en la cuerda, la morena termina antes y recupera el tiempo perdido en la anterior. Ambas corren, caen, se levantan, no están dispuestas a darse ningún tipo de tregua.

-¡Vamos!-. Gritaba la morena para alentar a las chicas-.

-Y… ¿a cuál de las dos estás animando?-. Preguntó Nastya con algo de malicia -.

-Yo…-. No sabía que responder por que para ser sincera, no lo tenía claro-.

-En Neposedi hicieron apuestas y está dividido, creo que todos notan que no se llevan muy bien-. Siguió con su tono insinuante-. Entonces ¿por cuál vas tú?-.

-Yo estoy animando a ambas…las dos son mis amigas-. Respondió

-Lo entiendo…Tal vez el momento de elegir no ha llegado aún-. Expresó con una mirada que Yulia sabía cómo interpretar-.

Volkova abrió y cerró la boca sin ser capaz de emitir palabra, esa insinuación había sido demasiado valiente de parte de Nastya, pero no menos cierta, tenía conciencia de que la rubia era lo suficientemente inteligente para darse cuenta de lo que ella había tenido con Lena, las tres habían pasado mucho tiempo juntas en el pasado. Pero ¿Ekaterina?, porque le insinuaba que podía sentir algo por ella, "bueno porque realmente lo sientes Yulia para que negarlo", se dijo a sí misma, tendría que comenzar a controlarse un poco no quería que todos se dieran cuenta.

-Cuida tus palabras Nastya y sobre todo cuida las miraditas que le das al Hobbit-. Respondió solo para recordarle a la rubia con quien estaba hablando y que a ella no la intimidaba.

-Lo intentaré-. Respondió la rubia-. Cruzaron miradas y sin palabras cerraron un pacto de cómplice silencio.

Mientras tanto en la pista de obstáculos, Lena le había sacado una pequeña ventaja a Ekaterina, pero esta última aún no se rendía, ahora solo quedaba correr hasta la meta. Codo a codo, ambas estaban exhaustas pero su orgullo les impedía rendirse, más si las animaba la chica que ambas querían, aunque no supieran a cual en particular. Los últimos metros, Lena utiliza esas largas piernas para avanzar con mayor facilidad, pero Eky también tiene habilidades que hasta ese momento sus compañeros no conocían, aceleró casi en el último metro que quedaba y...

-Sharapova gana esta-. Exclamó el profesor Iván-. Ahora todos a las duchas-.

Fue milimétrico. Lena no lo podía creer, ella había sido atleta, por lo que tenía una condición física envidiable, pero aun así no había sido suficiente. No podía ocultar su decepción, algo dentro de ella, le decía que no estaba bien perder con Ekaterina, en nada.

-Excelente carrera Katina-. Se escuchó y claro, era Ekaterina que venía a estrechar su mano como todos lo habían hecho antes-.

-Eres rápida-. Contestó con el orgullo aún herido-.

-Practicar Hockey sobre Césped, te hace ser rápida-.

Cuando sus manos se estrecharon, Lena no pudo evitar seguir un impulso que nubló su razón y la hizo ser dominada solo por un pensamiento. Atrajo a la chica hacia ella y le susurró al oído.

-Esto será en lo único que me ganes Sharapova-. Cada palabra era pronunciada con seguridad.

-Eso lo veremos Katina-. Respondió también en forma segura pero impulsiva.

La interacción fue muy breve y no requería explicación, ambas sabían de lo que estaban hablando. La rubia solo tenía en mente intentar retener lo que consideraba suyo, la morena intentaba darle a entender que ahora, ella ya no era la única mujer en la vida de Yulia.

Volkova estaba en el estacionamiento esperando que Ekaterina apareciera, se había dado cuenta del intercambio de palabras entre las dos chicas al terminar la competencia, y no podía evitar delinear una sonrisa, había sido divertido ver como se habían tomado tan personal una estúpida competencia de Iván Shapovalov.
Por un momento para sí misma pensó o quiso creer que había otra causa tras esa férrea competencia, pero no quería ilusionarse, no había motivos o sea, Lena la rechazó y tenía novia, por lo que ahora no tenía por qué estar celosa o algo, y por otro lado Ekaterina, no había intentado ningún movimiento, por lo que tal vez solo buscaba ser su amiga, sin dejar de lado que probablemente todavía estaba enamorada de su ex novia. Así que se sacó esa idea de la cabeza y fue a las duchas a ver porque Ekaterina demoraba tanto. Solo entró y en ningún momento pensó que tal vez la chica no estaba lista para salir.

Los que sus ojos tenían al frente no pudo más que sorprenderla gratamente. Eky estaba con los audífonos de su I-Phone, por lo que no se percató de que Yulia había entrado, tenía sus jeans puestos pero la blusa que llevaba no estaba abrochada aun, lo que dejaba a la vista su perfecto abdomen, bronceado y marcado por lo que presumía la ojiazul el desarrollo de ejercicios, llevaba un seductor sujetador de encaje en color negro lo que resaltaba sus formas. Yulia antes ya se había dado cuenta del cuerpo atlético de la joven, pero nunca lo había podido admirar con tan poca y molesta ropa. Estaba como hipnotizada que no notó que la otra chica ya sabía que estaba ahí.

-Yulia!-. Exclamó con una sonrisa y sin intenciones de cubrirse o algo-.

-Lo sien…yo…no quise…-. Decir que estaba sonrojada o avergonzada era poco, se dio vuelta por instinto ya que así sería más fácil dar una explicación de su comportamiento un tanto voyerista-. Yo pensé que ya estabas lista-. Pronunció recuperando un poco la compostura.

-Me demoré un poco más de lo habitual, lo sé, es que necesitaba una larga ducha después del entrenamiento-. Dijo la chica ocultando la parte de que también necesitaba aclarar sus pensamientos después de que se dio cuenta que había respondido impulsivamente a Lena y su advertencia, sin tener ningún derecho-. Ya puedes voltearte-.

-Por cierto… ¿Qué fue eso en el campo de futbol?-. Preguntó con curiosidad y ya con sus mejillas del color natural.

-Nada…o sea…una competencia…tú también estabas ahí-. Respondió con un tono inseguro que la morena notó de inmediato-.

-¿Segura?...parecía personal-.

-Fue solo una competencia…que podría tener en contra de ella? Que no sea mi persona favorita en la escuela no significa que la odie, aunque podría hacerlo porque odio verte llorar y como ella es la causa de todas las lágrimas que te he visto derramar, si tal vez sea solo un poco - concluyó tan rápido que ni ella misma pensó las palabras antes de decirlas, solo cuando vio la expresión en el rostro de la morena, entendió lo que había dicho-.

-No es necesario que defiendas mi honor en un campo de futbol lleno de obstáculos-. Dijo sin ocultar que cada palabra pronunciada por la chica la hizo sentir una agradable sensación-. No fue maduro de tu parte-.

-¡Hey!...yo no estaba compitiendo sola, recuerdas? Ella también tiene algo contra mí, desde que llegué-. Tomó una pausa e intentó bajar el tono de molestia que más que eso sonaba como cuando un niño pequeño tiene una reprimenda e intenta justificarse -. La diferencia es que yo gané y ella perdió-.

-Sigues siendo inmadura…lo sabes-. Dijo con una sonrisa, pues le hacía gracia ver esa actitud en la chica-.

-Si lo sé…pero tú inmadura ganó…así que acepto invitaciones para celebrar-.

-Ok…vamos entonces, te ganaste un…Helado-. Dijo al mismo tiempo que le ofrecía su mano a la otra chica para que se fueran-

Ekaterina no pudo evitar sentir como su sonrisa se ampliaba. Si, había sido un tonto juego, y fue infantil al tomarlo personal, pero igual ella había ganado y no obstante que en ese momento prefiriera más un beso de parte de Yulia como premio, que el helado, todo era aceptado mientras fuera con esa chica a su lado.

-Vamos…y te advierto que elegiré el más grande…para que valga la pena todo el esfuerzo-. Dijo tomando la mano de la chica-.

-Ok…no hay problema - Dijo sonriendo-.

Había sido una tarde interesante para Volkova. Notó un cambio en Ekaterina, en como la trataba, en las miradas furtivas que le daba, en cómo le hablaba y en como cada vez que podía le tomaba la mano o la rozaba, era diferente a las otras veces que habían salido juntas. Se sentía de alguna forma complacida por esas atenciones que la chica le daba, se sentía cómoda compartiendo a su lado y cruzó por su mente el pensamiento de que tal vez se había equivocado al pensar que Eky solo buscaba ser su amiga, algo en su interior le decía que podían llegar a ser "algo más", pero una sensación de miedo la envolvió. Eso fue lo que había pensado con Lena, que podían ser más que mejores amigas, y la verdad todo eso terminó en un desastre y con su corazón roto en mil pedazos. Lo mejor sería darse tiempo para sanar la herida y después pensar en que tal vez otra persona podría quererla.


Cuando llegó a su casa, había una nota en la puerta del refrigerador. Era de sus padres avisándole que saldrían a cenar esa noche y que probablemente llegarían muy tarde. La tomó y sonrió ya que le gustaba que sus padres disfrutaran tiempo a solas. Se sentía muy cansada, su última clase le estaba pasando la cuenta a su cuerpo, por lo que sacó una botella con agua y subió a su habitación para descansar un poco.

Se recostó y sin darse cuenta, sus ojos comenzaron a cerrarse, se acurrucó en su almohada y el sueño la consumió por completo.

Solo sintió un golpe que la despertó, no sabía cuántas horas habían pasado, solo que al parecer ya estaba anocheciendo. Miró de un lado para otro y sus ojos se abrieron cuando vio un cobrizo pelo desordenado levantarse del suelo al caer por la ventana de su habitación.

-Len… ¿Qué rayos haces aquí?...tu… ¡entraste por mi ventana!-. Gritó un tanto descontrolada al no saber cómo enfrentar la situación-.

-Yo…toqué la puerta pero nadie abrió y supuse que no querías verme…yo ya no puedo esperar más…necesito hablar contigo…Dijo, tratando de explicar desesperadamente-.

-¡Y no encontraste nada mejor que saltar por mi ventana!?-. Seguía gritando la morena, todavía un tanto desorientada por la sorpresiva visita-.

-Solo…escúchame…por favor…no aguanto más que me sigas ignorando-. Dijo con un nudo en la garganta-.

-¡No quiero escucharte! ¡Ya oí lo suficiente de ti!-. No podía ocultar más su rabia-.

-¡Yo te quiero! - Soltó Lena deseando que la ojiazul la escuchara-.

-¡Tu no me quieres! ¡No te importa nadie más que tu estúpida novia!-. Dijo sacando todo el despecho que aún guardaba desde su declaración-.

-¡Eso no es cierto!-.

-¡Vete de aquí!...No quiero que nunca más vuelvas a entrar así-. Dijo sabiendo que habían lágrimas a punto de correr por sus mejillas-.

Katina estaba desesperada, sentía como el llanto era inevitable, nunca en todos sus años de amistad Yulia le había gritado de esa manera, menos la había echado a gritos de su casa, por lo que no dudó ni un segundo y arriesgándose a una reacción peor de parte de la morena, se abalanzó sobre ella en la cama y la tomó con fuerza con ambas manos quedando la ojiazul debajo de ella con una expresión que nunca había visto.

-Elena Katina ¡suéltame en este momento!-. Dijo intentado soltarse pero era inútil ya que la pelirroja era más fuerte que ella y estaba en una posición de superioridad-.

-No te voy a soltar…hasta que entiendas que… ¡te quiero! - Aclaró la pecosa fijando sus verdes ojos sobres los azules de Yulia.

-¡No sigas mintiendo!...suéltame o…-.

-¿O qué?-. Dijo la pelirroja desafiante-. Llamarás a tu amiguita para que te rescate?-.

Un silencio se apoderó de la situación, sus respiraciones estaban agitadas y sus miradas fijas una en la otra. Los brazos de Lena comenzaron de a poco a soltar los de Yulia, pero a cambio de eso, empezó a recostar todo su cuerpo sobre la morena y muy pronto sus labios se encontraban a centímetros de distancia, era inevitable, el deseo era mutuo y el tiempo que había pasado desde el último encuentro, había sido demasiado.
Lena, rompió suavemente la pequeña distancia que las separaba, posicionó sus labios con cuidado sobre los de Yulia. En un principio fue un beso vacilante lleno de miedos, pero se fue transformando en uno más apasionado y lleno de deseo. Elena pasaba su lengua tiernamente por el labio inferior de la morena, preguntando implícitamente si podía entrar, a lo que la morena abrió sutilmente su boca dejando espacio suficiente para que ese beso fuera como tantos otros que se habían dado en el pasado, pero había una diferencia, las circunstancias ahora ya no eran las mismas, nunca volverían a ser las mismas.

-Te necesito-. Murmuró Lena no queriendo romper el beso aún-. Te extrañé demasiado…

-Yo también te extrañé… quiero que estés conmigo-. Le susurró y siguió besándola-.

-Estoy contigo Yul…-.

-Quiero que estés solo conmigo-. Dijo la morena acariciando el pelo de la pelirroja y juntando sus labios nuevamente-.

Volkova sintió como cada músculo del cuerpo de Lena se tensó al escuchar esas palabras, y fue cuando algo hizo click en su mente.

-¿Por qué,.. quieres estar conmigo, cierto?-. Dijo la morena apartándose un par de centímetros de la pecosa y mirándola a los ojos-.

-Yo si quiero estar contigo…no soporto verte cerca de alguien más… solo que tal vez no estoy segura de dejar a Masha-. Respondió insegura-.

-O sea, todo esto es porque no quieres verme con alguien más, pero no piensas romper con Masha?-. Expresó intentando convencerse y separándose bruscamente de la otra chica-.

-Yul…por favor entiéndeme…pasó tanto tiempo en que me decías que era solo sexo y después me dices que me amas cuando yo tengo novia y ahora está esa estúpida chica que está siempre contigo…estoy confundida-. Dijo la pelirroja suplicante-.

-Elena…vete por favor…no quiero escucharte más, tu solo te sentiste amenazada y me buscas porque no quieres perderme, no quieres perderme ni a mí ni a tu noviecita, pero ya eso no me basta, no quiero compartirte y por eso lo mejor es que nos alejemos-. Dijo mirando hacia otro lado, le era demasiado doloroso admitir que Lena no la amaba lo suficiente como para estar solo con ella.

-Yo no quiero estar lejos de ti-.

-Yo necesito estar lejos de ti-. Expresó con decisión y un nudo en la garganta-.

-Pero Yul…yo te quiero-. Dijo la pelirroja como último recurso-.

-Solo vete…

Elena no aguantó las lágrimas que corrían una tras otra mientras bajaba la escalera de la casa de la que fue su mejor amiga. Había entrado decidida a arreglar las cosas entre ellas y lo único que hizo fue empeorarlas, estaba haciendo lo que menos quería… dañar a la morena. Ella la quería era cierto, solo que estaba insegura, fueron tantas las veces que le rogó a Yulia que le dijera sus sentimientos y ella siempre se negó, fueron tantas las veces que le dijo que quería estar con ella y que todos lo supieran y que la morena solo le respondía que no le gustaban las etiquetas y que nadie debía saberlo, fueron tantas veces que se sintió herida tal vez como Yulia se sentía ahora, y quien había estado ahí cuando todo eso pasó había sido su novia, por lo que no sentía justo romper con ella, la quería, quizás no como amaba a Yulia, pero la necesitaba. Ella nunca la dañaría y eso no lo tenía asegurado con la morena. Todo eso estaba en su cabeza pero no podía evitar el vacío, que iba a hacer sin Yulia, no lo sabía y una parte de ella no estaba dispuesta a averiguarlo, por lo que intentaría aclararse y volver por ella, solo esperaba que no fuera demasiado tarde.

Yulia sintió como los pasos de la pelirroja iban con rapidez bajando por las escaleras, y luego un golpe al cerrar la puerta. Ahí sintió que podía desahogarse como quería, los sollozos no eran suficientes para sacar toda la pena. Si cuando la rechazó sintió que todo se rompió dentro de ella, ahora la sensación era mucho peor, la esperanza se le había acabado. Como pudo ser tan idiota y pensar que Lena había vuelto y sería solo de ella, no había sido más que una ilusión.

Necesitaba olvidar, aunque fuera por un par de horas, necesitaba poner su mente en blanco y quizás ahí el dolor la dejaría. Bajó al salón y no tuvo otra idea que asaltar el mueble de licores de sus padres y sacar una botella de Vodka… la más fuerte, pensó… así todo será más rápido y el sabor de sus labios se borrará de mi boca, así la sacaré de mi piel y esto nunca habrá sucedido. Pero estaba equivocada, el alcohol no haría más que intensificar ese sentimiento de soledad, esa idea de que no era lo suficientemente buena para que alguien la eligiera.

Ya no tenía conciencia de cuantas copas había tomado, solo que aún no había conseguido su fin que era olvidar. Estaba sentada en el piso de su habitación, con su la cabeza apoyada en su cama, esa en que unos momentos atrás había estado con Lena, donde pudo sentirse dueña de su piel, acariciando cada centímetro, donde sus labios se juntaron como un complemento casi perfecto. Pero donde nunca más estarían, esa sería la última vez se repetía, la última. En un acto casi instintivo, tomó su celular y marcó un número, no sabía porque ese, solo buscaba sentirse mejor.

-Hola… ¿Yulia?-. Se escuchó en la otra línea-.

-Ekaterina-. Dijo intentando ocultar su voz quebrada-.

-¿Qué pasa?...estás bien…se te escucha extraño-. Dijo con preocupación-.

-No lo sé…supongo que no estoy bien-. Con la voz entrecortada-.

-¿Dónde estás?-. Preguntó

-En casa-.

-Tranquila…solo quédate ahí ¿de acuerdo?-.

-No tienes que venir…yo…-. Exclamó pero solo escuchó el tono del teléfono. Eky ya había cortado.

Había una parte de ella que se arrepentía de haber hecho esa llamada, no quería que Ekaterina la viera destruida y un tanto borracha, pero otra parte no podía negar que se sentía más tranquila después de haber escuchado la voz de la chica, ella no había preguntado un porque, solo se había apurado en saber dónde estaba para correr a consolarla.

Ekaterina estaba revisando unas cajas que aún no había desempacado cuando escuchó que su teléfono sonaba, al ver que era Yulia, contestó de inmediato. Una presión se alojó en su pecho al escuchar la voz entrecortada de la morena, supo inmediatamente que algo le pasaba, sonaba demasiado triste, como si hubiera estado llorando, y sabía cuál era la única causa probable que provocaría llanto en la chica. Odiaba pensarlo pero era lo más lógico. No dudó ni un segundo y solo le preguntó dónde estaba, recibió la respuesta, tomó su chaqueta las llaves de su auto y bajó lo más rápido que pudo, solo quería llegar y abrazarla. Pero al abrir la puerta para salir, chocó casi de frente con su papá que venía llegando del trabajo.

-Eky…¿a dónde vas a esta hora?-. Preguntó Boris frunciendo el ceño-.

-Tengo que salir-. Respondió intentando esquivar a su padre-.

-Pero a dónde vas, tú no puedes llegar y salir, no vas a comenzar igual que en San Petersburgo, tu sabes que tenemos un trato y no…-. Dijo con un tono cada vez más serio

-No voy a empezar como allá…yo voy a ver a Yulia-. Interrumpió-. Me llamó pidiéndome que la acompañara, es viernes, mañana no hay clases, ¿puedo ir?...por favor-. Pidió en un tono que su padre nunca había escuchado-.

-Puedes ir…pero no llegues muy tarde y si te quedas me avisas, ¿de acuerdo?-. Expresó en un tono más suave-.

-Gracias papá-. Dijo y le dio un beso en la mejilla para despedirse-.

-No conduzcas muy rápido-. Gritó el hombre y solo recibió una seña de que lo haría.

Ekaterina no estaba muy acostumbrada a pedir permiso a alguno de sus padres para salir. Cuando estaba en su ciudad, no veía a ninguno lo suficiente como para pensar que les interesaba lo que ella hiciera, pero ahora las cosas habían cambiado y en ese momento prefirió ser gentil con su padre y no arriesgarse a que no la dejara salir, le urgía de sobremanera poder llegar lo más pronto posible a la casa de Yulia y saber que le había hecho Katina esta vez.

No sabía ciertamente cuanto tiempo demoró en llegar, en algún momento perdió la noción del tiempo y en su cabeza solo estaba Volkova. Estacionó su auto y se apresuró a salir para tocar la puerta, la tocó una, dos, tres veces… estaba realmente desesperada. Hasta que por fin escuchó unos pasos bajando por las escaleras y la imagen delante de ella no hizo más que intensificar ese sentimiento. Ahí estaba Yulia, parada frente a ella con los ojos hinchados  de tanto que había llorado y con ellos aún brillosos amenazando con más lágrimas a punto de salir, no pudo hacer nada más que abrazarla con fuerza.

-No tenías que venir-. Murmuró la morena.-

-Yo siempre voy a estar cuando me necesites-. Respondió sin querer soltarla

-Tú…no tienes que hacerlo-. Dijo acurrucándose aún más en los brazos de la chica que le parecían tan cálidos.

-Tengo que hacerlo…tú me importas demasiado-. Expresó casi en un susurro-.

Se quedaron varios minutos en esa posición, hasta que Yulia le dijo que mejor entraran por lo que se dirigieron a su habitación. Eky observó con detenimiento y se dio cuenta de que la cama estaba un tanto desordenada por lo que se imaginó lo peor y una ola de celos la envolvió, luego vio la botella de Vodka casi a la mitad y ese sentimiento se mezcló con rabia.

-Me quieres decir que pasa?-. Preguntó ocultando sus sentimientos, y solo se sentó al lado de Yulia en un costado de la cama-.

-Elena estuvo aquí-. Dijo melancólica

-Eso supuse…-. Dijo esta vez no pudiendo ocultar su enojo-. Y ¿Qué pasó?-. Preguntó con duda pensando que quizás no quería saber la respuesta-.

-Me dijo que me quería…nos besamos y luego dijo que no rompería con su novia por mí-. Respondió dejando escapar otra lágrima al recordar las palabras de la pelirroja que aún hacían eco en su mente-. Creo que no soy lo suficientemente buena para que se quede conmigo-.

-Eso no es cierto…tu eres maravillosa…eres todo lo que pudiera alguien querer-. Dijo sin decir que ese "alguien" era ella, solo tomó la mano de la chica para calmarla-.

-Tu solo quieres hacerme sentir mejor, pero no soy la persona que tú ves en mí, ni siquiera merezco que estés aquí para mí-.

-Ya te lo dije yo siempre voy a estar aquí para ti…o siempre que tú quieras estaré, ella es la no se merece que la quieras así, no hace más que herirte, yo jamás te haría sentir así, no haría más que cuidarte y hacerte feliz-. Expresó con decisión y dejando que sus sentimientos hablaran por ella-.

Yulia, sintió que un escalofrió traspasó su cuerpo entero al escuchar las palabras que había dicho la chica, por un momento todo el efecto del alcohol había pasado y solo podía fijar sus ojos en Eky, no podía ver más que sinceridad y también un poco de miedo. Era primera vez que le era tan fácil leer a la joven, sentía que había derrumbado la muralla. Y un impulso que no pudo detener la dominó, tomó el rostro de la morena de ojos verdes y la besó. Primero sintió como la otra chica no estaba segura de respondérselo, pero luego se fue entregando y tomándola de la cintura para acercarla más a ella. Este beso era muy diferente al que había tenido con Lena, este no tenía esa desesperación de querer demostrar pertenencia. Este beso era suave, lleno de reconocimiento, era con la calma con que se descubre cada sabor, cada forma, tenía toda la magia de un primer beso y todo el impulso de querer muchos más. Ekaterina sentía que su corazón iba a salirse en cualquier momento, estaba disfrutando cada instante, cada toque, ese sabor era indescriptible, era realmente el beso más dulce que jamás había tenido. Sin embargo, un pensamiento la hizo detenerse.

-Lo siento…yo no…-. Dijo rompiendo el beso, aunque lo que deseaba era seguir besando a esa preciosa chica-.

-No tienes que disculparte…yo fui la que te besó…yo pensé que tu querías…-. Expresó un poco confundida e intentando mantener la mano de la chica entrelazada con la suya-.

-Yo quiero…ese beso ha sido realmente impresionante…pero…-. No sabía cómo explicar lo que sentía-.

-Entiendo…tú también me estás rechazando…solo dijiste eso para hacerme sentir mejor-. Dijo con resignación he intentado soltarse pero Eky la detuvo-.

-No-. Tomando con más fuerza la mano de Yulia y con la otra acariciando su rostro-. Es solo que…tú estás triste y un poco borracha…y yo siento que me estoy aprovechando de la situación…si hay una posibilidad de que haya algo entre nosotras quiero que comience de la manera adecuada…eso es todo-.

-Tú no te estás aprovechando de mi…yo te besé…-. Expresó con fascinación mirando a la otra chica.

-Pero tú amas a alguien más… - La miraba-.

-Eso creo…pero desde que te conocí no puedo evitar sentir algo…algo que aumenta cada día…y ahora que nos besamos…-.

-Podemos hablar esto en otro momento…?-. Interrumpió pensado que le gustaría oír lo mismo pero cuando la morena estuviera con todos sus sentidos-. Creo que tienes mucho en mente ahora, ha sido un día intenso…mejor descansa y ya tendremos tiempo para hablarlo-.

-Supongo que tienes razón…pero… ¿te quedas conmigo?...prometo solo abrazarte…no quiero estar sola ahora-. Miró hacia arriba a la chica, que se había levantado de la cama-.

-Está bien…me quedaré contigo-. No dudó en su respuesta-. Deja llamar a papá, prometí avisarle si no llegaba a casa-. Mientras hablaba con su padre no pudo evitar mirar de reojo como Yulia se desvestía. Tenía un cuerpo realmente perfecto, observaba como los músculos se contraían con los movimientos, sus piernas bronceadas y su abdomen plano. Simplemente le encantaba todo de ella, y eso la asustaba.

-Y… ¿Qué te dijo?-. Preguntó la morena con la pijama ya puesta-.

-Ningún problema-. Respondió-. … ¿y?...me prestas algo para dormir? - Preguntó-.

-Claro-. Buscó entre su ropa y la entregó una camiseta y un short, lo que no pensó es que la chica se cambiaría ahí frente a ella, solo se dio vuelta y comenzó a quitarse la blusa, lo que dejó al descubierto, ayudó a que Yulia descubriera algo de lo que no se había percatado antes. Ekaterina tenía una cicatriz en la espalda que cubría gran parte del omóplato-.

-Entonces…hazme lugar-. Dijo a lo que la chica se movió para que se acostara. Yulia esperó que Eky se acostara a su lado e inmediatamente se acurrucó en su pecho. Hace tiempo que no encontraba un lugar tan cómodo donde dormir, pero seguía pensando en la cicatriz que había visto.

-Puedo preguntar… ¿Cómo te hiciste la cicatriz de la espalda?-.

-Es una larga historia-. Respondió-. Y no es precisamente de esas que se cuentan para dormir, así que mejor descansa, lo necesitas-. Con esto puso su brazo alrededor del cuello de Yulia para atraerla más hacía su pecho.
Volkova giró levemente su cabeza buscando los labios de Ekaterina, le dio un pequeño beso de buenas noches, y cerró sus ojos, necesitaba dormir para mañana aclarar todo el caos que tenía en ese momento.

Cuando abrió sus ojos lo primero que hizo fue mover su brazo al otro lado de la cama en búsqueda de su acompañante, fue una reacción inconsciente. Pero lo único que encontró fue vacío, aún estaba tibio, pero la chica que había dormido a su lado definitivamente ya no estaba ahí. Al no encontrarla, una sensación de decepción la invadió. Salió de su somnolencia y se levantó para ver si había dejado una nota o algo, pero no había ni un rastro de ella, solo la ropa que Yulia le había dado para dormir que todavía guardaba su aroma. La morena no encontraba una explicación para lo ocurrido, solo que tal vez se había arrepentido de besarla la noche anterior. Se sentó en su cama y llevando la camiseta que Eky usó, la llevó hacia su rostro para sentir su aroma, buscando detener aunque fuera un poco esa sensación de desconcierto.



Espero que le haya gustado…y el cuarto? viene en camino...Comenten que les pareció! Saludos a todas!...
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Mensaje por Kano chan Mar Oct 04, 2016 10:45 am

Pues tia cada vez se pone más interesante !
Saludos Wink
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Sáb Oct 08, 2016 4:21 pm

Capitulo 4: Fiesta, confusiones y canciones



Yulia se levantó de la cama y sentía que ese sentimiento de abandono la inundaba otra vez, primero Lena y ahora Ekaterina. Comenzaba a pensar que había algo malo en ella ya que no lograba retener a las personas a su lado. Había pasado por una larga lista de romances fracasados, aunque con los chicos no contaba mucho, nunca le importaron lo suficiente como para hacerla sentir mal, pero con las chicas era diferente. No le gustaban las etiquetas pero ya no podía seguir negándolo, nunca encontraría a un chico que la hiciera sentir especial, no como lo hacía Elena…o Ekaterina. No entendía muy bien porque la chica se había ido de esa manera, sin decirle una palabra. Tomó su celular y marcó su número pero solo escuchó el tono y luego de eso el buzón de mensajes. No había palabras para ella, solo esa sensación que le estaba provocando un nudo en la garganta.

Bajó a la cocina, necesitaba su café matutino para despertar y pensar todo con mayor claridad. Sus padres estaban haciendo el desayuno, lo que no era lo más conveniente ya que aún tenía los ojos un poco hinchados por todo lo que había llorado la noche anterior.

-Hola cariño… ¿Qué tal dormiste?-. Preguntó su padre cariñosamente como siempre.

-Si…bien… ¿Cómo estuvo la cena?-. Dijo intentando sonar normal.

-Muy bien-. Contestó su madre-. ¿Y Ekaterina?, cuando llegamos anoche su auto estaba afuera, pensamos que se quedaría a desayunar-.

-Tenía algo que hacer temprano-. Mintió-.

-Me gusta que pase tiempo contigo, es una joven educada y de buena familia-. Dijo su madre con un tono de aprobación-.

-Si mamá lo sé-. Respondió con fastidio-. Subiré a mi habitación-. Sus padres movieron la cabeza en señal de aceptación-.

En ese momento odiaba que a sus padres les cayera tan bien Ekaterina. Qué pasaba si la chica después de lo ocurrido no quería hablarle más, que explicación iba a dar? En realidad eso era lo que menos le importaba, solo quería escucharla otra vez, marcó unas cuantas veces más el número, pero no logró comunicarse, solo le quedaba esperar y encontrar algo en que despejar la mente en el proceso.

Se estiró en la cama de espalda y estaba perdida mirando el techo. En su mente una pelirroja y una morena, dos sabores distintos en sus labios, dos cuerpos en los que se sentía plena, dos personalidades radicalmente diferentes, tal vez solo con algo en común, ninguna estaba ahí para ella en ese momento.

Un sonido la sacó de sus sueños, su teléfono… se paró con rapidez, con la esperanza de que fuera Ekaterina devolviéndole la llamada, pero al ver la pantalla hizo una mueca, era solo Nastya.

-Savalieva-. Contestó de mala manera-.

-Hola a ti también, Yulia-. Respondió sarcásticamente-. Parece que alguien no tuvo una buena noche-.

-¿Qué quieres, Nastya?-.

-Ok…Solo quería invitarte a una fiesta de piscina en mi casa, solo con chicas de Neposedi-.

-No lo sé…tengo algunas cosas que hacer en la tarde-. Respondió nerviosa intentando idear una excusa-.

-Entiendo-. Dijo no tan convencida de que su amiga le estuviera diciendo la verdad-. ¿Está todo bien?...tienes la voz algo extraña-.

-Estoy bien…intentaré pasarme por tu casa más tarde…Adiós-. Se apresuró a decir, no quería dar más explicaciones sobre su estado de ánimo-.



Eky no entendía porque sentía esa necesidad de escapar otra vez. Había despertado en los brazos de Yulia, sintiendo el aroma de su cabello y con casi todo el cuerpo de la morena entrelazado sobre ella, realmente había sido complicado levantarse sin despertarla. Se sentía bien ahí, de hecho pensó que la haría muy feliz poder despertar cada día entre los brazos de esa mujer. Pero de un momento a otro un pánico la invadió, quería irse de ahí en forma desesperada, no había un motivo concreto, solo un sentimiento de querer escapar.

Mientras conducía en dirección a su casa, intentó pensar más en forma lógica y preguntarse el porqué de su reacción anterior. Y solo tardó unos momentos en recordar su pasado, esa era la respuesta. Ese miedo que la había perseguido durante la última semana, no hizo más que intensificarse, todavía podía sentir el dolor que un corazón roto provocaba, y tenía claro que si seguía en ese camino, lo único que iba a lograr era pasar por lo mismo otra vez. Yulia Volkova la hacía sentir como nunca antes se había sentido, ni siquiera con su ex novia, pero la noche anterior ella no había sido más que un consuelo para la ojiazul, no era a ella a quien de verdad quería.

Muy pronto ya estaba en su casa. Salió de su auto hablándose a sí misma, cuestionándose. Ella no era cobarde, nunca lo había sido, pero tampoco era idiota y no podía luchar por algo que sabía tenía muchas más posibilidades de perder que de ganar. Abrió la puerta y seguía haciéndose las mismas preguntas en voz alta, sin percatarse que su papá, estaba solo en el salón tomándose su café mañanero.

-Veo que algo te molesta-. Escuchó de repente la voz de su padre, quien estaba mirando por uno de los ventanales laterales del salón que daba al jardín-.

-Solo tengo algunas cosas en la cabeza-. Respondió en forma mecánica he intentando subir rápido a su habitación-.

-Supongo que no tiene que ver Yulia ¿o sí?-. Dijo el hombre captando de inmediato la atención de su hija quien optó por acercarse hacia él.

-Por qué…tendría que ver con Yulia?-. Preguntó nerviosa-.

-Vienes de su casa, demasiado temprano y discutiendo contigo misma…es lógica, a no ser que haya otro motivo del que yo no esté enterado-. Expresó sentándose en el sofá y llamando a la chica para que sentara a su lado-.

-No es nada-. Dijo intentado esquivar los ojos de su padre.

-Puedes confiar en mí…después de lo que pasó con Anya no me gustaría que hubieran más secretos entre nosotros-. Hablaba pausado tomando la mano de su hija-. Tú siempre vas a tener mi apoyo-.

-Lo sé…pero no sé cómo explicar lo que siento por…

-Yulia-. Terminó la frase Boris.

-Desde que la conocí me hizo sentir algo especial y eso ha ido en aumento, y no puedo evitar querer besarla y…-. Detuvo el impulso de seguir hablando y también porque necesitaba aire ya que había dicho todo eso con extrema rápidez-. Ok…lo último fue ¿demasiada información?-.

-Para nada… pero ella siente algo por ti, le has dicho lo que sientes?-. Dijo con calma su padre-.

-Anoche…nos besamos-. Murmuró fijando su vista en el piso-.

-Eso es bueno… ¿Por qué estás así entonces?-. Expresó con un tono más alegre-.

-No es bueno, hay alguien más a quien ella quiere y no puedo competir con eso, aunque quisiera, pero no puedo evitar querer estar cerca de ella, cuidarla…protegerla-.

Boris escuchó atentamente a su hija, el tono de voz que empleaba, en como sonreía al decirle todo lo que gustaba de Yulia, y en como odiaba a esa otra chica por hacer sufrir a la morena, en que ella jamás haría eso.
En sus palabras pudo solo oír amor, sabía que solo llevaban un poco más de una semana en Moscú pero conocía a su hija y sabía que tenía sentimientos muy fuertes por Yulia.

-Solo escúchame, tu eres capaz de conquistarla, eres una Sharapova no lo olvides, solo confía en ti, hay personas por las que vale la pena luchar y arriesgarse-. Con eso se levantó y le hizo un guiño.

Ekaterina se sentía mejor al escuchar a su padre, no solo porque en ningún momento la había juzgado, sino porque le dio algo de confianza, debería llamar a Yulia y pedirle disculpas por salir así de su casa. En eso sonó su teléfono pensó que sería la morena quien la llamaba otra vez, pero era Nastya.

-Hola Nastya… ¿Cómo estás?-.

-Hola…es agradable llamar a alguien que te contesta bien…-.

-Pasa algo?-.

-Solo llamaba para invitarte a una fiesta de piscina en mi casa hoy en la tarde solo las chicas del Neposedi… ¿vienes?-.

-Mmm…pero yo no soy del coro-. Respondió dubitativa.

-Pero eres mi amiga, y a todos les caes bien…anda dime que si-.

-Está bien iré-. Aunque pensó que en realidad no a todas las chicas de Neposedi les caía bien, había una en particular que no la soportaba y el rechazo era mutuo.

-Nos vemos entonces…

-Nos vemos…adiós-.

Nastya estuvo todo el día preparándose para la fiesta, su mamá se había ido de viaje por el fin de semana, por lo que tenía toda la casa a su disposición. Todo eso de la fiesta había sido una idea loca que se le ocurrió de un momento a otro, pensó que sería una buena manera de agradecer a las chicas por todo el apoyo que le brindaron durante el año pasado cuando estuvo convaleciente por su accidente automovilístico. Por esta vez no había querido invitar a los chicos porque sabía lo insoportables que algunos se volvían una vez que ingerían alcohol, sobre todo Sergüei que últimamente no hacía más que rogarle que volviera con él, además tenía esa sensación de que no quería a Fyodor cerca de Oksana, estaba conociendo a la chica y sabía que era demasiado buena para un tipo como él, o eso se decía a si misma.

Estaba en su habitación, eran cerca de las 4:30 tenía tiempo aún antes de que las chicas llegaran, pero el timbre de su casa sonó. Bajó las escaleras con cuidado y abrió la puerta, su corazón comenzó a latir visiblemente más rápido cuando se dio cuenta que al otro lado de la puerta estaba una pequeña castaña de hermosa sonrisa.

-Hola…Oksana, llegas temprano-. Dijo la rubia con algo de excitación en su voz-.

-Hola…es que yo pensé que podría ayudarte a preparar las cosas…lo siento si no esperabas que…-.

-No te disculpes…me agrada que hayas venido antes-. Interrumpió y le dio a la chica una coqueta sonrisa-.

-Traje algunas cosas-. Dijo entregándole un paquete y ambas entraron a la residencia.

Ambas estaban en el patio junto a la piscina disfrutando de un cómodo silencio. La rubia se había quitado el vestido veraniego que llevaba y solo se quedó con su coqueto bikini de color verde esmeralda al igual que sus ojos. Oksana no pudo evitar seguir cada paso que daba Nastya, tenía un cuerpo simplemente impresionante, la rubia se recostó sobre una de las sillas para tomar sol, y no pudo evitar sentir una cosquillas en el estómago al darse cuenta de las miradas que le había dado la castaña.

-Y Oksana…vas a quedarte con toda esa ropa encima, recuerda que es una fiesta de piscina-. Dijo con un evidente coqueteo-.

-Pero…la…fiesta aún no empieza-. Tartamudeó la chica, que no era tan segura de su cuerpo como la rubia-.

-Estamos tú y yo, por lo que para mí la fiesta ya comenzó-. Respondió segura la rubia-.

-Me gusta que ahora nos llevemos bien, siento que conozco a la verdadera Nastya, que es atenta y amorosa-. Dijo la chica.

-A mí también me gusta, me divierto contigo-. Respondió-. Pero no cambies el tema, así que te sacas toda esa ropa o me obligaras a levantarme y lanzarte a la piscina-. Dijo con una sonrisa maliciosa-.

-No te atreverías-.

-¿Quieres apostar?-. Diciendo esto se levantó amenazante y puso sus ojos fijos en la otra chica-.

-Nastya Savalieva por tu bien, mantente alejada de mí - Sin reaccionar aún ya tenía a la rubia forcejeando con ella, reían, se empujaban, estaban tan cerca que sus respiraciones agitadas parecían complementarse, los roces eran delicados y los buscaban en forma inconsciente, se sentía tan natural todo eso, que en un momento, estaban frente a frente, con sus ojos fijos la una en la otra y dispuestas a solo dejarse llevar.

Sin embargo el destino no estaba de su lado puesto que el sonido del timbre de la casa las sacó de ese estado tan placentero en el que se encontraban.

-Yo…creo que iré a abrir…debe ser una de las chicas-. Dijo Nastya con la voz entrecortada, soltó a Oksana y se apresuró a la entrada-.

Oksana, se quedó inmóvil y con las mejillas enrojecidas, no se podía explicar lo que había ocurrido. Solo que casi no pudo detener ese impulso de querer besar a Nastya al tenerla tan cerca, al sentir su cuerpo tan pegado al de ella, al ser invadida por ese aroma tan Oksana, se quedó inmóvil y con las mejillas enrojecidas, no se podía explicar lo que había ocurrido. Solo que casi no pudo detener ese impulso de querer besar a Nastya al tenerla tan cerca, al sentir su cuerpo tan pegado al de ella, al ser invadida por ese aroma tan intoxicante. Y lo que sintió también fue que la rubia había tenido las mismas sensaciones que ella, lo había visto en sus ojos, en ese deseo que le mostraban.

Nastya, por otro lado, no podía respirar en forma normal, por más que lo intentaba su corazón se negaba a disminuir la frecuencia frenética que tenía y sus blancas mejillas estaban levemente rosadas a causa de ello. Por lo que cuando abrió la puerta aún estaba un tanto "agitada".

-Yulia!-. Dijo sorprendida la rubia-.

-Savalieva-. Respondió descortés como siempre la morena-.

-Pensé….que…no…vendrías-. Expresó con la voz agitada aún-.

-Por qué ¿llegue en mal momento?-. Preguntó notando que su amiga estaba sonrojada y algo nerviosa-. Acaso Nastya Savalieva tiene una nueva conquista?-. Y con esto se escabulló para ir directamente a la piscina y así saber a quién debía el comportamiento de la rubia-.

-Hola...dijo la castaña un poco más controlada y sorprendiendo a la morena-

-Hola…Oksana-. Saludó y le lanzó una mirada cómplice a Nastya, ya que desde el día en el campo de obstáculos se había dado cuenta de que algo pasaba entre esas dos.

-Qué bueno que te decidiste a venir, en la mañana no sonabas muy convencida-. Dijo la rubia-.

-Lo sé, no quería estar en mi casa y una fiesta es una fiesta, así que lo que necesito en este momento es algo fuerte-.

-No crees que es temprano aún para comenzar a beber, Volkova?-. Dijo Oksana con su tono de desaprobación característico-.

-No estoy preguntando tu opinión, niña-. Respondió

En eso el timbre sonó otra vez, pero ahora Oksana se ofreció a ir a recibir a las invitadas, ya que notaba que algo le pasaba a Yulia y lo mejor sería que dejara conversar a las amigas.

-Quieres contarme que sucede?-. Preguntó Nastya acercándose a la morena

-Nada…no quiero hablar de eso en este momento-. Respondió cabizbaja-.

-Tu sabes que puedes contar conmigo, cuando estés lista puedes contarme lo que sea-.

-Gracias, Nast-. Expresó respondiendo con el apodo que le daba a la rubia de cariño-. Y tu ¿no hay algo que quieras contarme?-.

-Yo…no…nada-. Contestó nerviosa-.

-Me vas a decir que no pasa nada entre tú y Oksana? ¡Vamos Nast! Se notaba que estaban en algo antes de que yo llegara-. Dijo con curiosidad

-Somos amigas Yul, aún no pasa nada-.

-"Aún"…eso significa que…-.

-Hemos llegado… ¡que comience la fiesta!-. Esa voz inconfundible no podía ser de nadie más que de Tasha, quien venía acompañada de Tanya, Lauren y Elena.

-Hola chicas-. Saludó animosamente Nastya quien se sentía liberada del interrogatorio de Yulia.

-Hola Nastya-. Respondieron casi al unísono-.

-Hola Yul-. Saludó con timidez Lena, sin saber si la morena seguía molesta por lo ocurrido la noche anterior-.
Pero no recibió respuesta a eso, ni siquiera para disimular frente al grupo, Yulia fue capaz de responderle a Lena.
Aún estaba dolida, sentía que la pelirroja había jugado con ella y con sus sentimientos al ir la noche anterior a su casa, por lo que no tenía ningún interés en hablar con ella, le era difícil incluso mirarla, porque se había prometido que nunca más caería en los brazos de la pecosa de cabellos cobrizos, y cuando miraba esos ojos verdes con grises, se le hacía más difícil de lo que podía imaginar cumplir su promesa.

-Nastya…subiré a tu habitación a cambiarme, tengo ganas de un chapuzón-. Dijo Yulia intentando salir de la incómoda situación-.

-No hay problema Yul-.

Volkova había llevado dos bikinis, pero optó por uno color celeste porque le daba un brillo a su piel bronceada, se despeinó más el cabello y se colocó un pareo en blanco que parecía más de adorno porque en realidad no le cubría demasiado, se sentía sexy y eso siempre le ha dado seguridad, por lo que bajó rauda las escaleras. Y otra vez sonó el timbre esta vez ya debería ser la última, lo que le extrañó es que en teoría ya estaban todas las chicas del coro. Cuando abrió, solo pudo quedar sorprendida.

-Eky…yo no sabía que venías-. Dijo mirando fijamente a la chica que aún no reaccionaba-.

-Nastya…me invitó, yo sabía que no era buena idea yo no soy del…-. Intentaba modular para que se entendiera pero ciertamente estaba más concentrada en la espectacular morena que estaba al frente de ella-.

-Fue buena idea que vinieras…yo creo que tenemos que hablar-.

-Lo siento yo no debí haberme ido así…es que no sé cómo…-.

-Y ustedes van a estar toda la fiesta conversando en la puerta? Deja que Ekaterina pase, Yulia-. Dijo Nastya quien se acercaba a las chicas-.

-Si…

La rubia tomó las cosas que Ekaterina había llevado y se dirigió a la cocina. Oksana fue a su búsqueda ya que después del "incidente" no habían tenido tiempo de hablar.

-Te ayudo…las chicas afuera tienen un gran desastre-. Dijo la castaña-.

-No te preocupes, está todo bien-. Respondió nerviosa-.

-No sabía que habías invitado a la chica nueva-.

-Su nombre es Ekaterina y nos hemos hecho amigas así que la invité-.

-En tan poco tiempo se han hecho amigas-. Dijo Oksana con un tono en su voz que no podía deberse a nada más que a celos, no quería que ninguna chica le robara la atención de Nastya-.

-Deberías intentar conocerla, y si nos hemos hecho amigas es por Yulia. No sé si te has dado cuenta pero ellas se han vuelto muy "unidas"-. Expresó enfatizando en la última palabra-.

-Lo he notado, todos lo hemos hecho, es la razón por la que no se lleva bien con Lena, le ha robado a su mejor amiga-.

-Las cosas son más complicadas que eso-. Dijo Nastya dándose cuenta inmediatamente que había dado más información de la debida.

-¿Por qué lo dices?...pasa algo?-. Preguntó la castaña con curiosidad-.

-Por nada…salgamos, creo que alguien trajo alcohol, porque Tasha y Lauren no dejan de reír-.

-Pero yo quería hablarte de lo que pasó hace un rato…-. Dijo la castaña dudosa-.

-Lo podemos hablar después, ahora salgamos y pasemos un buen momento con nuestras amigas-.

-Está bien-.

Mientras en la piscina, todo se veía un tanto extraño, cuando Yulia entró con Eky, todas las miradas fueron hacia ellas, sobre toda una que no podía creer que esa chica estuviera ahí. Para Lena todo esto de la fiesta no era más que una oportunidad para disculparse con Yulia, pero con Ekaterina otra vez en el medio, se complicaban todas sus posibilidades. Después de pasada la sorpresa de ver a la chica nueva, todas volvieron a lo suyo, divirtiéndose y tomando algunas copas.

Estaban Nastya, Eky, Yulia y Nastya, por un lado conversando animadamente.

-Oksana, Yul me habló de que estaban planeando hacer canciones originales para las presentaciones nuevas, creo que es una idea fantástica-. Dijo Ekaterina-.

-Gracias, con Nastya hemos estado trabajando en una canción, creo que este año si clasificamos y podremos salir en televisión-. Contestó entusiasta la castaña-.

-Tenemos que clasificar, este año son en San Petersburgo-. Dijo Nastya animada-.

-El año anterior fue una competencia muy dura, todos los coros que llegaron a las nacionales eran muy buenos, tienen que prepararse mucho-. Expresó Ekaterina, sin pensar que ese comentario iba a dar pie a muchas preguntas-.

-Tú… ¿estuviste ahí? ¿Cantas?-. preguntó Yulia un tanto confundida, y con las otras dos chicas expectantes por la respuesta-.

-No, o sea… algo a veces, solo fui a apoyar a mi escuela-. Respondió dudosa.

-¿Y quedaron entre los diez mejores?-. Preguntó Oksana a quien todo lo que fuera sobre cantar, espectáculo y saber sobre posible futura competencia, le gustaba-.

-Sacaron el tercer lugar a nivel nacional-.

-Eso es excelente-. Dijo la Rubia-.

-Lo mismo pensé, pero Anya estaba enojadísima, ella siempre quiere ganar, no se conforma con otro resultado-.

-¿Quién es Anya?-. Preguntó Oksana confundida-.

-Mi ex novia-.

-¿Y ella canta?-. Preguntó la morena, que al solo escuchar ese nombre le causaba escozor-.

-Es la solista del coro de mi ex escuela, y puedo decir que aunque sea una maldita tiene bastante talento-. Respondió haciendo una mueca con sarcasmo -.

-Eso no es problema, nosotros también tenemos una solista con talento y estoy segura que con ella llegaremos a ganar-. Expresó Nastya dándole una mirada de complicidad a Yulia-.

-Eso es verdad, puedes no ser mi persona favorita pero tienes talento Volkova-. Añadió Oksana-.

-Gracias chicas su confianza significa mucho para mí-.

-Podrías cantar algo…-. Dijo Ekaterina-.

-Pero es una fiesta y no hay música, ni nada…dijo la pequeña morena con algo de duda-. Tal vez más tarde-.

-Arriba tengo dos micrófonos y un amplificador…que les parece si los bajo y más tarde cantamos algo, somos los chicos de Neposedi después de todo-.

-Yo te ayudo con las cosas-. Se ofreció Ekaterina, ya que no quería estar a solas con Yulia, no se sentía preparada para aclarar lo sucedido, ni tampoco se sentía capaz de detener el impulso de querer besarla-.

-Pero Eky…pensé que hablaríamos-.

-Más tarde Yul-. Respondió y se alejó junto a la rubia para preparar el Karaoke de más tarde.

Yulia se quedó ahí con Oksana, y tenía la leve impresión que Ekaterina la estaba evitando, como ella estaba evitando a Lena, eso era algo así como maldito y extraño triángulo amoroso. No se dio cuenta cuando alguien la tomó fuertemente por el brazo y la llevó a una de las esquinas.

-¡Qué demonios! ¡Suéltame Elena!-. Exclamó la morena forcejeando con la pelirroja-.

-No lo creo, así es la única forma que haré que me escuches-. Dijo decidida la chica.-

-Quien te crees que eres? Anoche, entras a mi casa y ahora esto, ¡definitivamente estás perdiendo la cabeza!-.

-¡Tú me haces perder la cabeza!-. Esa frase produjo un silencio en ambas, estaban a tan pocos centímetros-.

-Aléjate de mí… tú no puedes hacerme esto Lena, anoche me dijiste que me querías y luego que no dejarías a Masha…yo necesito…-. Tomó un poco de distancia de la pelirroja pero aún seguían cerca.

-Entiéndeme por favor…yo te quiero, podemos estar juntas como antes-. Interrumpió la pecosa intentando explicarse-.

-Si como antes, te refieres a que voy a compartirte con tu novia, no lo creo, eso ya no es suficiente para mí, yo quiero estar con alguien que me quiera solo a mí - Concretó la morena con visible pena en sus ojos-. Y si ese alguien no eres tú, tendré que seguir adelante-.

-No me digas eso, Yul…yo no podría ver que estás con alguien más-. Dijo tomando la mano de la morena pero esta vez tiernamente-.

-Eso es egoísta Lena, ahora yo necesito estar lejos de ti por un tiempo…

Diciendo esto se alejó de Elena. Era difícil pedirle a la pecosa que se alejara de ella, eran años de amistad, pero sabía que era lo mejor por el momento, necesitaba aclarar su mente, y estar segura de sus sentimientos, porque si hace un par de semanas Lena era la única chica que Yulia quería, hoy ya no estaba tan segura de eso, alguien más había aparecido en su vida y aunque todo era muy confuso, quería averiguar que pasaba.

Nastya y Ekaterina, realmente se llevaban muy bien, se sentían en confianza la una con la otra. Subieron a buscar las cosas y cuando bajaron para instalar todo, la morena de ojos verdes no pudo evitar que su corazón se apretara al ver la escena que estaba ocurriendo. Yulia estaba en una esquina con Lena sujetándole la mano y a una distancia que podría considerarse demasiado cercana para el gusto de la chica. Le dolía ver a su ojiazul cerca de la pelirroja, sentía celos, impotencia porque sabía que Katina no hacía más que herir a Yulia.

-¿Qué sucede?-. Preguntó Nastya al ver el abrupto cambio de la expresión en el rostro de su amiga.

-Nada…yo…-. No podía responder, solo mantenía fija su mirada en la morena intentado descifrar que ocurría en casi el otro extremo del patio de Nastya.

-Habla con ella…algo le pasa-. Dijo la rubia

-Qué quieres decir con eso…yo no puedo, creo que ella prefiere hablar con Katina que conmigo-. Expresó sin poder ocultar sus celos.

-Si de verdad quieres tener una oportunidad con ella, debes decirle. Conozco a Yulia, ella no será quien de el primer paso-.

-Yo no tengo una oportunidad con ella, mírala; está demasiado enamorada de Elena… como ver a alguien más?-. Contestó la chica con un nudo en la garganta-.

-Te equivocas, ella si te ve, solo que al igual que tu, tiene miedo de sufrir otra vez-.

-Yo nunca la haría sufrir-.

-Lo sé

Después de ese breve intercambio de palabras, siguieron en lo que estaban que era instalar las cosas para después solo dedicarse a divertirse.

Ya habían finalizado y se les veía muy contentas, sin darse cuenta que estaban bajo la atenta mirada de una castaña y una morena a quien no les parecía divertido verlas tan cerca.

-Ahora podemos hablar-. Dijo Yulia interrumpiendo la interacción.

-Yo voy a la cocina a buscar unas cosas-. Exclamó Nastya, quien le hizo un guiño a Eky como muestra de apoyo-.

-¿Por qué te fuiste así?, sin despedirte-. Preguntó la morena sin dar lugar a más excusas de parte de la otra chica-.

-Necesitaba pensar-. Respondió escuetamente

-Si lo que te molestó fue que te besara, lo lamento no quise hacerte sentir mal-. Expresó cruzando sus brazos en señal de defensa-.

-No fue "nuestro" beso-. Dijo enfatizando en esa palabra-. Sino lo que significa, supongo que me dio miedo por todo lo que me haces sentir-. Expresó de una vez y agachando la mirada insegura-. Tenía miedo de que hoy despertaras y me dijeras que no significó nada para ti, sobre todo porque fue después de que Katina y tú…

-Yo siento algo por ti-. Interrumpió Yulia-. Sentí muchas cosas cuando nos besamos, y también tengo miedo, tú sabes todo lo que pasé con Lena, no si esté preparada…

-Lo sé y lo entiendo, no te voy a presionar, sé que aún hay algo con ella, se nota demasiado-.

-Qué quieres decir con eso?-.

-Tu conversación de hace un rato, estaban muy cerca y tomadas de la mano-. Exclamó subiendo un poco su voz-.

-Solo hablaba con ella… le pedí que…

-No tienes que darme ningún tipo de explicación-. Interrumpió-.

-Tienes razón-. Contestó con molestia, si algo no soportaba es que alguien no la escuchara y Ekaterina no lo estaba haciendo en este momento-. Mejor voy por un trago-. Y se retiró-.



Ya estaba oscureciendo por lo que la mayoría de las chicas había cambiado su bikini por ropa más apropiada para cubrirse de la brisa un poco más helada que comenzaba a correr por Moscú. Lauren y Tasha, no habían soltado los micrófonos y animaban la fiesta cantando canciones de Lady Gaga, Beyonce, Rihanna, entre otras, mientras que al parecer con unos cuantos tragos de más. Elena bailaba en forma sexy y Lauren intentaba pobremente seguirle el ritmo. Yulia solo observaba con su trago en la mano, al igual que Ekaterina, pero estaban una en cada extremo.

Nastya estaba con sus ojos cerrados y los brazos extendidos apoyados sobre la mesa de su cocina, necesitaba respirar y relajarse, había tomado un par de tragos intentando olvidar lo ocurrido con Oksana en la tarde. No podía engañarse, al tenerla tan cerca solo deseó probar los labios de la pequeña diva, tocar su cuerpo y no soltarla nunca más. No quería sentir lo que estaba sintiendo, nunca le había pasado eso con una mujer y la aterrorizaba, ella era Nastya Savalieva, la chica popular de la escuela, y si eso no fuera poca presión, venia de una familia católica, ya había sido demasiado su pésima relación con Fyodor; que toda su familia los hubieran conocido como la pareja feliz. Ahora no podía simplemente decirle a su madre que era lesbiana. Todo se podía volver demasiado complicado si seguía con ese "jueguito" con Oksana. Además no estaba segura del todo que la pequeña diva le correspondiera, siempre había gritado a los cuatro vientos que el amor de su vida era Fyodor.

-Aquí estabas-. Dijo Oksana quien puso sus brazos alrededor de la cintura de Nastya amorosamente.

-Si…yo quería estar sola un momento-. Contestó volteándose y tomando unos centímetros de distancia de la chica.

-¿Te ocurre algo?, podría decir que me has estado evitando durante toda la fiesta-.

-No lo he hecho, solo he estado ocupada-.

-Eso no es cierto, pasaste mucho tiempo hablando con Ekaterina, le das más atención a ella que a mí-. Dijo frunciendo el ceño, por el tono de voz y porque expelía cierto aroma a alcohol al hablar, la rubia notó que a Oksana se le habían pasado un poco las copas-.

-Estás borracha-. Fue más una aseveración que una pregunta-.

-No lo estoy, solo algo mareada-.

-Algo mareada y algo celosa-. Exclamó la rubia con una pequeña sonrisa-.

-Dime que fue lo de hoy en la tarde?-. Dijo de repente sorprendiendo a la rubia.

-Solo un juego…nada pasó Oksana-. Contestó descolocada-.

-O sea eso soy un juego…has estado jugando conmigo porque yo podría jurar que querías besarme-. dijo acercándose más a la chica en forma peligrosa-.

-Por qué querría hacerlo, estoy segura que tú quieres que alguien más te bese-. Expresó alejándose otra vez de la castaña-.

-Si te refieres a Fyodor, tú sabes que terminamos, ya no hay nada entre él y yo, y podría decir lo mismo, tú y Sergüei están cerca de nuevo o ¿no?-.

-No es un tema que quiera discutir contigo, por lo demás yo no era quien le decía a todo el mundo que Fyodor era el protagonista de mi vida-. Exclamó la rubia en forma sarcástica y desagradable, ahí estaba esa Nastya que se sentía amenazada y actuaba en forma grosera.

-Tienes razón, no es un tema que debamos discutir, somos amigas y eso seremos siempre, lamento haber confundido las cosas, no volverá a ocurrir-. Dijo y se dio la media vuelta disfrazando de indignación toda la decepción que sentía.

-Hey…aquí estabas-. Dijo Ekaterina sacando a Nastya de sus pensamientos-.

-Si… ¿hablaste con Yulia?-.

-Lo hice-. Respondió la chica-. Aunque creo que las cosas quedaron peor que antes, lo arruiné todo-.

-Únete al club, parece que ambas somos buenas arruinando cosas-. Dijo la rubia con una sonrisa falsa-.

-¿Qué paso con Oksana?-.

-Tú…como sabes que pasó algo con Oksana?-. Preguntó sorprendida-.

-La vi salir de aquí, y no se veía muy feliz, además Nastya, no me digas que no sientes algo por ella, he observado como la miras y ella te devuelve esas miradas-.

-Si pero soy una idiota, le dije cosas sin sentido y si pudo haber algo, creo que ya no podrá ser-. Expresó la rubia con tristeza en su voz-.

-No hay forma de arreglar las cosas?-.

-No lo sé, yo podría decirte lo mismo-.

-Lo mío es más complicado, ella quiere a alguien más, que se supone que haga?-.

-Creo que hay una forma, para ambas-. Dijo Nastya dejando ver con el brillo de sus ojos que una idea se le había ocurrido-. ¿Cantas?

-Nunca, pero por Yulia, haría cualquier cosa-. Contestó sonriendo también-. Tengo en mente una canción que podría servirnos-.

Ambas subieron a la habitación de Nastya para preparar rápidamente la canción, tenían un plan que sabían no podía fallar.

Mientras en la fiesta, Yulia sentía que ya no tenía nada más que hacer ahí, por lo que comenzó a buscar a Nastya para despedirse.

-Oksana…has visto a Nastya?, quiero despedirme-.

-No la he visto, no quiero verla tampoco-. Respondió con desdén

-Ok…tomaré eso como que simplemente no la has visto y no preguntaré más-. Dijo la morena un poco confundida por la respuesta agresiva de la pequeña diva-. Solo me iré, la llamaré más tarde para explicarle-.
Yulia iba camino a la puerta cuando vio bajar de arriba a Nastya y a Eky de la habitación de la primera, y aunque no quisiera sintió una punzada de celos en el estómago.

-Yul…a dónde vas?-. Preguntó la rubia, Ekaterina se dirigió directamente hacia la piscina, tenía la difícil misión de quitarle el micrófono a Tasha.

-Me voy a casa…no me siento bien ahora y tú; que hacían allá arriba solas?-. Dijo ocultando su molestia por la situación-.

-Nada…solo conversando, no te vayas todavía por favor-. Suplicó

-No hay nada porque quedarme-.

-Te aseguro que si te quedas solo unos minutos más, no te arrepentirás-. Dijo segura la rubia.

-Pero Nast…

-Confía en mí-. No dio espacio a una negativa y tomó de la muñeca de la morena para llevarla de vuelta a la fiesta, quien de mala gana la siguió.

Cuando Yulia levantó la vista, estaba más confundida aún. Ekaterina estaba sentada sobre un piso alto que se encontraba en el improvisado escenario al frente de uno de los micrófonos.

-Tú solo quédate aquí y escucha-. Ordenó Nastya a Yulia-.

-Ok…-. Contestó una confundida ojiazul-.


Nastya siguió avanzando hacia donde estaba Ekaterina y antes de sentarse a su lado, pasó por el lado de Oksana y le susurró al oído.

-Esto es para ti-. Y sin esperar una respuesta se alejó.

La música comenzaba a sonar y un nervioso par de chicas se podía observar. El ambiente las favorecía, la brisa fresca se había vuelto tibia, ellas solo podían fijar sus miradas cada una en la chica que querían tener a su lado.
La rubia era la primera en cantar.

Nastya sacó su voz he intentó cantar con todo el sentimiento que poseía, quería transmitirle todo a Oksana a través de lo que la pequeña castaña más amaba la música.

...What i thought wasn´t mine
in the light
was one of a kind,
a precious pearl

when i wanted to cry
i couldn´t cause i
wasn´t allowed

gomenasai for everything
gomenasai, i know i let you down
gomenasai till the end
i never needed a friend
like i do now

Ambas cantaron el coro, con fuerza y sentimiento. Nastya sacando a relucir su hermosa y dulce voz, mientras que Ekaterina los sorprendía a todos con un tono de voz agradable y profunda. Cada una fijó su mirada a su chica buscando alguna señal que les hiciera pensar que lo estaban haciendo bien.

What i thought wasn´t all
so innocent
was a delicate doll
of porcelain

when i wanted to call you
and ask you for help
i stopped myself

gomenasai for everything
gomenasai, i know i let you down

gomenasai till the end
i never needed a friend
like i do now

what i thought was a dream
an mirage
was as real as it seemed
a privilege

when i wanted to tell you
i made a mistake
i walked away

gomenasai, for everything
gomenasai, gomenasai…

Oksana por un lado no cabía en si misma pensado que la que estaba ahí, era nada menos que Nastya Savalieva y le estaba cantando a ella, ese gesto era realmente hermoso nunca nadie había hecho algo así por ella. Mientras Yulia al parecer estaba en una mezcla entre complacida y más confundida, era evidente que le estaba cantando a ella, y se daba cuenta que para Ekaterina era difícil expresar sus sentimientos así por lo que era doblemente valorable. Una sonrisa se comenzó a dibujar en su rostro, y las dudas comenzaban a despejarse, quizás como decía la canción le daría una oportunidad y le perdonaría su comportamiento.

Cuando los últimos acordes sonaron todos las aplaudieron especialmente dos chicas que aún no podían creer que eso iba para ellas. Se abrazaron como señal de apoyo mutuo y cada una partió por su lado para ver si habían tenido éxito.

Nastya rápidamente tomó de la mano a Oksana y la llevó al salón.

-Eso fue realmente hermoso-. Expresó la castaña-. En realidad, que es lo que sientes?-.

-Sé que esto es extraño, te hice la vida un infierno muchos años y ahora te canto una canción, y la verdad nunca había sentido esto por otra chica, ni por un chico en realidad-. Hablaba como hiperventilada por la adrenalina que aún corría por sus venas-. No sé cómo pudo pasar esto, pero cuando estoy contigo, siento como si todo fuera perfecto, me haces sonreír y yo quiero que nos…-.

-Nastya…shh-. Dijo Oksana posicionando un dedo en los labios de la rubia y terminando con la distancia entre ellas, con un tierno beso en los labios la otra chica, la sensación era indescriptible, con nadie más sintió esa calidez, esa ternura mezclada con deseo-.

-Eso fue increíble-. Exclamó Nastya aún con sus ojos cerrados-.

-Lo fue…dijo también con sus ojos cerrados y entrelazando sus dedos con los de la rubia-.

Se quedaron ahí unos momentos, disfrutando de la compañía de la otra, pensado que ese beso sería el primero de muchos más.

-Sera mejor que volvamos…

-Quiero quedarme aquí contigo-. Reclamó la más pequeña-.

-Yo también, pero es mi fiesta, debo ser una buena anfitriona…además tu podrías quedarte conmigo hoy después de la fiesta-. Dijo con una voz seductora-.

-Nastya…acaso me estas proponiendo eso para aprovecharte de mí, creo que necesitaras más que una canción para eso-. Expresó sonriente-.

-No…yo no lo decía con esa intensión-. Dijo nerviosa y un tanto sonrojada-. Solo para estar juntas y hablar…tu sabes yo no podría querer…

-Lo sé, solo bromeaba-. Interrumpió-. Ahora vamos antes de que yo me aproveche de ti-. Exclamó tomando la mano de la rubia-.

Ekaterina iba dando pasos cortos hacia Yulia, estaba nerviosa y no lograba controlarse, pensó que su corazón se salía del pecho.

-¿Te gustó la canción?-. Preguntó intentando parecer casual-.

-Eso depende… ¿la cantaste para mí?-. Expresó la morena, queriendo escucharlo de los labios de la chica aunque era más que obvio que así era.

-Podría haber sido para alguien más…

-No lo sé…dímelo tú-.

-Por supuesto que era para ti Yulia, tú sabes que yo siento algo por ti…y no sabía cómo decirlo-. Respondió bajando la mirada-.

-No sabía que Ekaterina Sharapova podía llegar a ser tan cursi-. Expresó la ojiazul tomando con sus dedos la barbilla de la joven para mirarla a los ojos-.

-No soy cursi…yo nunca le había cantado a alguien-.

Esa confesión hizo que Yulia sintiera una ganas de besarla. Así que tomó su mano y le llevó adentro de la casa, buscó un lugar que estuviera vacío para conversar con más tranquilidad, en el salón ya no había nadie después de que Nastya había salido con Oksana.

-Es lo más hermosamente cursi que alguien ha hecho por mí-. Expresó la morena-.

-Yo puedo hacer muchas cosas por hacerte feliz, pero no quiero presionarte a estar conmigo si no estás segura, por lo que podríamos seguir conociéndonos-.

-Tú sabes que siento por ti algo realmente extraño, nos conocemos hace un par de semanas pero eso no impide que quiera estar cerca de mí, y si esa canción es lo que sientes, mi respuesta es que si quiero intentar olvidar mi pasada-. Con esto tomó con una mano por la nuca a Eky y la acercó hasta encontrar sus labios, este beso fue distinto al otro, no era de reconocimiento, era de conquista, de entrega, pudo sentir como los brazos de la chica le envolvían la cintura intentando acercarla aún más, mientras ella se colgaba de su cuello para romper los centímetro que tenía Ekaterina más que ella, nada importaba solo no romper ese maravilloso beso que se tornaba cada vez más pasional.

-Creo que la fiesta termino para mi…nos vamos-. Dijo Yulia en forma seductora-.

-Estoy de acuerdo, pero nos despedimos antes?-.

-Después llamo a Nastya y le explico-.

Entrelazaron las manos y salieron de la residencia Savaliev. Yulia sentía algo que hace tiempo no experimentaba, felicidad, por primera vez creía que era posible volver a enamorarse.



Elena Katina había bebido demasiado esa noche, queriendo olvidar las palabras de Yulia. Como podía pretender que simplemente se alejaría de ella, eso era imposible, ellas no podían estar separadas, solo debía esperar que la morena entrara en razón y la perdonara y volviera a tener la relación que tenían antes. Aunque ella realmente quería exactamente la misma relación, ya no estaba tan segura, todo en lo que pensaba era en besar a Yulia, en acariciarla, sentir sus manos por su cuerpo y esos pensamientos no eran precisamente de mejores amigas. Era todo tan confuso, cuando había sido que todo se volvió complicado, eso tenía una respuesta, cuando esa estúpida chica llego y le robó a Yulia.

Se descolocó cuando escuchó cantar a Ekaterina y a Nastya, era lo único que le faltaba que la "nueva" le cantara una canción de amor a su Yulia. No tendrá resultado pensó, mi Yulia solo me quiere a mí. Pero al parecer estaba levemente equivocada, y lo comprobó cuando noto que Yulia y Eky se dirigían adentro de la casa y solo comenzó a seguirlas.

No podía creer lo que sus ojos estaban viendo, sintió que su corazón explotaba y solo se transformaba en miles de trozos que nunca más volverían a juntarse, sus lágrimas corrían sin consuelo por sus mejillas, y sentía como las piernas le estaban comenzando a fallar y no lograría sostenerse mucho tiempo más. Jamás imagino ver a su morena besando a otra chica que no fuera ella, porque le hacía esto, si ella la quería. Su pena solo aumento cuando vio al par de muchachas tomarse de la mano y salir por la puerta. Quería borrar toda imagen de su mente en donde su Yulia estaba en brazos de otra mujer, besando a otra mujer, acariciando a otra mujer, diciéndole cosas al oído, cosas que Elena podía imaginarse, lo que no quería si quiera imaginarse es que el hecho de que Yulia saliera por esa puerta, podía significar que la estaba olvidando.




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Mensaje por Kano chan Dom Oct 09, 2016 9:00 pm

Woow que capítulo !!
A ver que hace Elena !, me gusta la pareja de Yul y Eky !! Saludos !! Wink
Kano chan
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Dom Oct 16, 2016 2:55 pm

Capitulo Cinco: Aclarando los sentimientos



Lena no lograba reponerse del todo, después de lo que había visto, le era demasiado doloroso, pero le sirvió para que en ese preciso momento pudiera entender lo que Yulia sufrió al verla con otra persona, al saber, que sus besos y sus noches pertenecían a otra persona. Se había equivocado, no hay duda de eso, nunca debió rechazarla, nunca debió dejar ese espacio para que entrara otra mujer a la vida de la morena, todo lo que estaba ocurriendo tenía una sola culpable y era ella misma.

Entró de nuevo a la fiesta, pero su rostro denotaba en extremo, todo el sufrimiento que tenía dentro de sí, por lo que se refugió en un rincón y llenó su vaso una y otra vez…quería simplemente perder la conciencia.

-Lena…creo que ya es suficiente-. Escuchó. Era la voz de Nastya quien le arrebataba el vaso.

-¡Devuélveme eso!, y no te entrometas en lo que no te importa-. Dijo en forma agresiva la pelirroja, lo que descolocó a Nastya, puesto que Lena era siempre muy dulce-.

-Tú me importas Lena, eres mi amiga y ya has bebido lo suficiente-. Expresó con voz amable y sentándose al lado de la chica-.

-Ahora eres mi amiga, después que ayudaste a esa idiota a quedarse con mi Yulia? Estás de su lado Nastya-. Exclamó con resentimiento-.

-Tú tienes novia Lena y si de verdad quisieras a Yulia, la dejarías, como no lo has hecho hasta ahora, pienso que tú debes dejarla ser feliz-. Sentenció Nastya-.

-¡Tú no entiendes!, nunca lo has hecho, porque no sabes lo que es querer a alguien, nunca has amado a nadie como yo amo a Yulia-. Dijo subiendo el tono de voz-.

-Creo que no eres tú misma en este momento, mejor te dejo para que estés sola y pienses las cosas-. Expresó dolida por las palabras de la pecosa-.

-Lo mejor es que me vaya-. Dijo decidida Lena-.

-No puedes conducir así, es peligroso-.

-Pediré un taxi, adiós-. Tomó su bolso y salió sin despedirse de nadie, estaba todavía enojada por las palabras de Nastya o quizás era el alcohol que exacerbaba todos sus sentimientos.

Tuvo el impulso de ir directo a la casa de Yulia y pedirle una explicación, pero quien era ella para pedirle explicaciones, era solo su mejor amiga y ahora ni eso porque su relación se había deteriorado al punto de que en la última semana ni siquiera se hablaban, o para ser precisos, la morena no le hablaba a ella. Y estaba la otra opción que era encontrar a Yulia con Ekaterina en su casa y eso era una imagen que no quería ver nunca más en su vida. Además estaba demasiado borracha como para entablar una conversación decente, lo mejor sería irse a casa y acostarse para mañana comenzar a idear su plan para recuperar a Yulia.



Yulia subió al auto de Ekaterina, como lo hacía casi diariamente, pero esta vez era diferente, sentía cosas diferentes, no se lo había imaginado, de verdad la chica a su lado, tenía sentimientos por ella, y estaba dispuesta a luchar por que le diera una oportunidad, ¿Quién había hecho algo así por ella antes?, nadie.

-Entonces ¿te voy a dejar a tu casa?-. Preguntó Ekaterina-.

-Tan rápido te quieres deshacer de mí?-.

-Tu sabes que por mí no me separaría de ti, pero es tarde no quiero que tengas problemas-.

-Eso tiene solución-. Tomó su teléfono y le marcó a su padre, fue una breve conversación en donde pidió permiso para quedarse a dormir en casa de Ekaterina, a lo que su papá no puso objeciones-. Listo, problema solucionado-.

-Eres increíble, supongo que vamos a mi casa entonces-. Dijo con emoción-.

-Eso si, espero que esta vez no me dejes durmiendo sola, fue una sensación desagradable despertar y no encontrarte-. Expresó mirándola fijamente-.

-No volverá a pasar lo prometo-. Dijo dando un giro para sostener la mirada de Yulia, la que se acercó y le dio un pequeño beso en los labios-. Que hagas eso mientras manejo puede ser peligroso sabes, me desconcentras-.

-No lo puedo evitar-. Exclamó soltando una pequeña risita-. Pero intentaré contenerme hasta cuando lleguemos a tu casa-.

-Es una buena idea-.

El resto del viaje rumbo a la casa de la castaña de ojos verdes fue tranquilo, conversaron de diferentes cosas entre ellas de la incipiente relación entre Nastya y Oksana, la que entusiasmaba a ambas puesto que se veía que había un lazo muy especial, y para que Nastya Savalieva se arriesgara de esa manera debía ser algo importante.
Cuando llegaron a la casa de Ekaterina, está abrió la puerta con cuidado para no ocasionar ruido y despertar a su padre, pero al parecer aún estaba despierto.

-Eky…¿eres tú?-. Se escuchó desde el salón

-Si soy yo-. Respondió, sin soltar la mano de Yulia, con la que se dirigía a su habitación-.

-Te estaba esperando-. Dijo mientras había avanzado hasta la entrada y vio a las dos chicas tomadas de la mano-. Yulia-. Saludó sorprendido-.

-Buenas noches señor Sharapov-. Contestó la morena un poco nerviosa, solo la tranquilizó que Ekaterina le sostuviera la mano con fuerza-.

-Me esperabas para algo en especial?-. Preguntó la chica-.

-No nada especial, solo quería ver que llegaras bien, y veo que todo está mucho mejor que en la mañana-. Respondió con una sonrisa-. ¿Quieres que llame a alguien para que le arregle una habitación a Yulia?-.

-No, estaremos bien en la mía-. Contestó-.

-Está bien, las dejo entonces, iré a dormir antes que tu madre baje a buscarme-.

-Que duermas bien papá-.

-Tú también hija, y es bueno tenerte por aquí Yulia, nos vemos en el desayuno-. Se despidió-.

Nunca se soltaron de la mano y subieron con cuidado las escaleras rumbo a la habitación. Al entrar, Yulia pudo observar un lugar bastante espacioso, con las paredes pintadas de gris perla, una cama de dos plazas, un closet que era casi tan grande como el de ella, unas guitarras que le llamaron la atención porque no sabía que Ekaterina supiera tocar, lo otro fue una cantidad casi desproporcionada de cámaras fotográficas, de distintos tipos y tamaños, incluso algunas análogas.

-No sabía que te gustaran las guitarras… ¿tocas?-. Preguntó la ojiazul-.

-Si me gustan y van con mi postura de chica rockera-. Respondió sonriendo-. Pero la verdad hace mucho que no tomo alguna-.

-Y todas estas cámaras?-. Preguntó otra vez-.

-Me gusta la fotografía, tenía ese sueño de viajar por el mundo para tomar fotografías, pero como comprenderás la familia Sharapov no se caracteriza por tener artistas, se inclinan más por lo tradicional-. Respondió haciendo una mueca de fastidio-.

-¿Hay algo que no hagas?, quiero decir, cantas, tocas guitarra, sacas fotografías, eres buena en los deportes y además te especializas en conquistar chicas-. Exclamó con una sonrisa de burla en su rostro-.

-Yo no conquisto chicas…solo quiero conquistar a una-. Contestó acercándose a la morena y tomándola por la cintura-.

-Ah, sí?-. Dijo alcanzado sus brazos para tomar por el cuello a la castaña de ojos verdes-. Pues esa chica no te lo hará tan fácil-.

-Lo sé, es una de las cosas que más me gusta de ella, que hace que nada sea fácil-. Expresó robándole un tierno beso de los labios-. ¿Tienes hambre?-.

-Algo… ¿y tú?-.

-También, bajaré por algo de comer, vuelvo en un segundo, si quieres puedes buscar algo que te sirva para dormir-. Dijo y después salió de la habitación-.

-Lo haré-.

Yulia comenzó a dar vueltas por la habitación mientras se sacaba la ropa para ponerse la pijama que sacó del closet de Ekaterina. Siempre ha sido una persona muy curiosa aunque mantenía su límite para no entrometerse en la privacidad de la chica, solo miraba intentado conocer más de ese pasado que con tanto celo guardaba Ekaterina. Por encima, encontró trofeos de Hockey, fotografías de las que pensaba, eran sus amigas de San Petersburgo y también algunas familiares en donde siempre resaltaba la imagen de un hombre de avanzada de edad de aspecto formal y distinguido, debía ser su abuelo, pensó, Mihail Sharapov, el poderoso patriarca. Estaba en eso, sumida en sus pensamientos cuando escuchó una música que se le hizo familiar, era el teléfono de Ekaterina que sonaba, por un momento pasó por su cabeza bajar a entregárselo pero cuando vio quien llamaba, sus celos pudieron más y solo pensó en comenzar a marcar su territorio.

-¿Hola?-. Contestó dudosa en un principio-.

-¿Ekaterina?-. Respondió confundida la voz en la otra línea.

-No soy Ekaterina-. Respondió ya más segura.

-Lo siento, creo que me equivoqué de número-.

-No te equivocaste, este es su celular solo que ella está ocupada en este momento-. Dijo con una voz insinuante y una pequeña y maliciosa sonrisa comenzaba a dibujarse-.

-¿Y tú contestas su teléfono?, ¡¿Quién eres, su secretaria?-. Decía la otra chica cada vez más molesta-.

-Soy mucho más que eso y ¿Quién eres tú?-. Preguntó aunque tenía claro quien estaba en la otra línea-. No es una hora prudente para llamar por teléfono-. Respondió

-Yo no tengo que darte explicaciones, ¡¿Quién demonios te crees? , Probablemente no eres nadie importante, por lo que tú no puedes decirme cuando llamar o cuando no…y sabes, quiero hablar con Ekaterina ¡ahora!-. Exigió la chica muy irritada-.

-Ya te dije que Ekaterina está ocupada y no quiere hablar contigo, pensé que te había quedado claro después de todas las veces que te lo ha dicho, asúmelo y deja de molestar-. Respondió casi al borde de perder la paciencia-.

-¡Eso no es tu asunto!, soy su novia, va a tener que hablar conmigo en algún momento, y ninguna chica corriente como tú me lo va a impedir-. Expresó con tono despectivo-.

-Ok, escúchame una cosa Anya, tu eres su EX novia, y para que te vayas enterando, no tengo nada de corriente, soy Yulia Volkova, la novia de Ekaterina, por lo que deja de molestar, y supéralo-. Exclamó la morena con seguridad y molestia por lo que la chica le dijo-.

-Tu eres que…-. Se alcanzó a escuchar en la otra línea con una voz incrédula, antes de que la morena decidiera cortar-.

Cuando Ekaterina entró a la habitación con los bocadillos, miró a la morena y observó algo de rubor en sus mejillas y una expresión de culpabilidad en su rostro. También notó que sostenía su teléfono en la mano derecha mientras que con la otra se acariciaba la sien como en busca de una respuesta.

-¿Pasó algo?...-. Preguntó la chica un poco desconcertada-.

-¿Por qué?-. Respondió con esa expresión de cuando a un niño lo sorprenden haciendo una maldad-.

-Porque, estas un poco nerviosa, sin contar esa expresión de culpabilidad en tu rostro y que sostienes mi teléfono-. Dijo acercándose a la morena y ambas se sentaron en un costado de la cama-.

-Yo…hice algo-. Expresó dudosa-.

-Y ese algo, me lo puedes contar?-. Preguntó tomando la mano de la otra chica para darle seguridad-.

-Mmm…-. No sabía si decirle o no, en su mente se reprochaba por haber sido tan impulsiva, porque le habría dicho a Anya que era la novia de Ekaterina si eso no era cierto, no quería que la chica se enojara con ella, iba todo tan bien-. Hice algo impulsivo y puede que te molestes conmigo por eso-. Respondió aún insegura y bajando la mirada-.

-Yulia…mírame-. A lo que la morena subió la mirada nuevamente-. Tú sabes que puedes decirme lo que sea-. Dijo con una voz apacible y comprensiva-.

-Está bien…cuando tú bajaste, sonó tu celular y tuve la intensión de bajar a entregártelo, lo prometo-. Dijo apretando un poco la mano de Ekaterina-. Entonces vi que era tu ex novia y no sé, supongo que no razoné lo suficiente y…yo lo contesté-. Expresó con algo de angustia, que se fue calmando al ver que la expresión de la morena de ojos verdes no cambiaba, no parecía molesta-.

-Esa no debe haber sido una conversación agradable-. Dijo sonriendo-. Porque si tú eres desagradable, ella lo es MUCHO más-. Añadió enfatizando en la última frase-.

-Eso no es todo…-. Prosiguió

-Te escucho-.

-Comenzamos algo así como una discusión y ella me dijo unas cuantas idioteces y yo le dije que era tú novia-. Expresó en forma rápida y aguardando la reacción de Ekaterina quien podía molestarse por la mentira. Pasaron unos minutos y ya los nervios se la estaban comiendo-. Puedes decirme algo, si estás molesta yo…lo entenderé-.

-Lo siento…estaba pensando-. Dijo con un semblante tranquilo-. No estoy molesta, solo, tengo una pregunta-.

-¿Cuál?-.

-¿Tú quieres ser mi novia?, o fue solo un impulso para defenderte porque conozco a Anya, ella puede realmente colmar la paciencia de cualquiera-.

-¿Es una proposición?, yo…o sea…-. Respondió nerviosa no se esperaba que la otra chica tuviera esa reacción-.

-A ver…no es una proposición inmediata porque nos estamos recién conociendo y como te dije antes, yo no voy a presionarte…solo quiero saber, si te imaginas las cosas así, digo en algún momento…si tu sientes algo lo suficientemente fuerte por mi…como para…-. Ya comenzaba a desvariar -.

-Entiendo-. Interrumpió la morena-. Y yo sé que nos conocemos hace muy pocos días, pero lo que siento por ti crece a cada momento, con tus cuidados y atenciones, nadie me había tratado así antes, y si soy muy impulsiva pero creo que en algún momento cuando ambas estemos listas, nos merecemos una oportunidad-. Señaló convencida y sosteniendo la mirada de la otra chica-.

-Tus palabras me hacen muy feliz…tú me haces muy feliz-. Dijo y se acercó para rozar los labios de Yulia y después fundirse en un abrazo-.

-Puedo preguntar algo yo ahora?-. Dijo Yulia sin soltar a la chica-.

-Claro-.

-De verdad no estás molesta por lo que le dije a Anya?…ella sonaba algo herida después de escucharlo-. Sintió como Eky se tensaba un poco en sus brazos y tomaron algunos centímetros de distancia-.

-No lo estoy, solo un poco sorprendida por su insistencia, ella nunca le rogó a nadie, ella era la reina de la escuela, y me asombra que siga buscándome, aunque después de esto no creo que lo haga-.

-¿Tú la quieres?, no tienes que mentirme…-. Preguntó la morena no estando segura de querer saber la respuesta-.

-No-. Expresó de inmediato-. Ella es parte de mi pasado ahora, y estoy siendo sincera, hay muchas cosas que ocurrieron después de que termináramos, cosas que me hicieron pensar que no quería volver nunca más a vivir de esa manera, hay muchas cosas que hice de las que me arrepiento, hay muchas cosas que tú no sabes de mi-. Respondió inclinando la cabeza en señal de vergüenza-.

-Tranquila-. Dijo acariciando la mejilla de la chica mientras una lágrima caía. Nunca la había visto tan expuesta-. Cuando tu estés segura, si quieres me contarás, y te aseguro que no cambiarán en nada lo que siento por ti, tú eres la Ekaterina que yo conozco y a la que quiero, no me importa lo que haya pasado antes-.

-Gracias-. Expresó sinceramente y acurrucando su cabeza en el hombro de Yulia-. Lo único que puedo decir es que tú eres la única mujer que quiero conmigo ahora, aunque seas impulsiva y algo mentirosa-. Dijo soltando una risita-.

-¡Hey! Ella me provocó, nadie le dice corriente a Yulia Volkova-. Expresó con decisión y frunciendo el ceño-.

-Lamento haberme perdido esa conversación, debió haber sido ÉPICO-. Enfatizó y se levantó de la cama-. ¿Qué quieres hacer ahora?-.

-No sé…no tengo sueño aún-.

-Podemos ver una película y comer los bocadillos-.

-Buena idea-.

-En ese mueble esta mi colección, hay de todo un poco, elígela tú mientras me cambio la pijama en el baño-. Dijo-. Ahh… y Yulia, no contestes mi teléfono otra vez-. Expresó en tono de burla antes de entrar-.

-Graciosa-. Expresó frunciendo el ceño-.

Se acomodaron una abrazada de la otra a ver la película y después se mantuvieron casi en la misma posición para dormir. Yulia sentía que la vida le estaba dando otra oportunidad para enamorarse, aunque en sus pensamientos aún existía cierta pelirroja, que por más que se decidía a olvidar, seguía vagando por alguna parte de su cabeza.



Nastya comenzó a ordenar un poco el desorden que había quedado en su casa después de que todos se fueron  junto con Oksana, que como habían acordado pasaría la noche ahí con ella.

-¿Te pasa algo?-. Preguntó la diva, ya que la rubia no le había hablado casi nada desde que estaban solas-.

-Nada-. Respondió secamente mientras seguía dándose algunas vueltas antes de dormir-. Si quieres vas a mi habitación mientras termino-.

-Ok, te esperó ahí-. Dijo la chica no tan convencida puesto que notaba que algo le pasaba a la rubia-.

Cuando Nastya se quedó sola, no hacía más que dar vuelta una y otra vez a las palabras que Lena le había dicho, que ella nunca había querido a nadie y pese a que su amiga estaba borracha no dejaba de tener razón, si analizaba sus anteriores relaciones, no había sido capaz de terminar nunca bien con alguien, a Fyodor lo engañó con Sergüei, y con esté en realidad nunca funcionaron las cosas, después Byron a quien engañó con Fyodor de nuevo y así, no era capaz de ser fiel, y sinceramente nunca había podido enamorarse, quien le aseguraba que no le haría lo mismo a Oksana. Fue a su habitación y se encontró con la otra chica usando una de sus camisetas y un short.

-Sigues extraña, quieres decirme que ocurre?-. Preguntó nuevamente la castaña con una expresión de preocupación en su rostro-.

-No pasa nada, en serio, son solo cosas que he estado pensando-. Contestó la rubia acercándose más a la chica hasta estar frente a frente-.

-Puedes compartir esos pensamientos?-.

-¿Tú confías en mí?-. Dijo de repente-. Porque dado a mi historial debe ser difícil hacerlo-

-Por supuesto que sí, pensé que ya habíamos hablado de eso-. Respondió

-Sí, pero lo hablamos cuando éramos amigas y con lo que ha pasado hoy, mi pregunta va en otro sentido, quiero decir, como estás segura que no te haré daño?-. Expresó insegura-.

-No lo sé-. Dijo con su templanza característica-.

-Entonces…

-Toda relación tiene riesgos, toda persona puede dañarte, pero uno elige si arriesgarse o no y yo por ti estoy dispuesta a arriesgarme-. Señaló con seguridad y sosteniendo sus ojos marrones al de los verdes de la chica-.

-Yo no quiero lastimarte, eres la persona más dulce que he conocido y no me perdonaría si te lastimara… ya lo hice lo suficiente en el pasado-. Expresó sollozando-.

-Lo sé y lo que haya ocurrido en el pasado ya no existe para mí-. Dijo abrazando a la chica para calmarla-. Y sinceramente no sé qué es exactamente lo que hay entre nosotras, pero puedo asegurarte que confió en ti y lo que siento nunca lo había sentido con nadie-.

-Es por eso, lo que siento por ti es especial y no quiero echarlo a perder, ni dañarte-. Exclamó con la voz entrecortada y aferrándose más a la muchacha-.

-No lo harás… ¿confías en mí?-. Preguntó ahora la castaña-.

-Si-.

-Entonces, tienes que creerme y yo no voy a dejar que nada eche a perder lo que tenemos, sea lo que sea-. Expresó con seguridad y secando con su dedo pulgar las lágrimas de la rubia, y dejando espacio pero para que esta vez se fundieran en un beso que era la promesa de que dejaban el pasado atrás y se cuidarían la una a la otra.



La luz comenzaba a filtrarse por los pequeños espacios que dejaban las cortinas y un rayo le daba justo en sus ojos, por lo que de mala gana comenzó a abrirlos. Todo se veía borroso, tenía un dolor de cabeza profundo y no recordaba cien por ciento todo lo ocurrido la noche anterior, pero una imagen era la que no podía olvidar, no había sido una pesadilla sino una cruel realidad, su Yulia besándose con aquella chica. Tomó la sábana e intentando sacar su rabia, la tiró hacía arriba hasta cubrir su rostro por completo. Como ocurrió eso, en que momento, al parecer se había dado cuenta demasiado tarde. Sus ojos se volvieron cristalinos otra vez y lloraba de impotencia, tenía que hacer algo, pero ese "algo" que debía hacer iba a dañar a otra persona, a la persona que se había mantenido a su lado a pesar de todo, iba a dañar a Masha. No era eso lo que deseaba, hacerla sufrir, pero ya se le estaban acabando las opciones y la única manera de recuperar a Yulia, era demostrándole que quería estar solo con ella, aunque ahora no estaba tan segura de que la morena quisiera estar con ella. Ese pensamiento la hizo volver a sollozar.

-Cariño… ¿estás bien?-. Era su madre quien le tocaba la puerta-.

-Si-. Expresó con dificultad, por lo que no logró engañar a su madre, quien entró a su habitación-.

-¿Qué sucede?-. Preguntó con preocupación Inessa, dado que su hija se cubría el rostro con la sábana y podía escuchar los sollozos-.

-Nada…yo solo… no puedo… dejar de llorar-. Contestó entrecortada-.

-Pero cariño…debe haber una razón para que estés así-. Dijo, y retiró con cuidado la sábana para ver el rostro de su hija, la que acurrucó su cabeza en sus piernas-.

-Si hay una razón…estoy perdiendo al amor de mi vida-. Expresó y al pronunciar esas palabras sus sollozos fueron más fuertes, era primera vez que lo decía en voz alta-.

-¿Qué quieres decir con eso, Lena?-. Preguntó su madre mientras le acariciaba el cabello-. Porque no estoy segura que estés hablando de Masha, ya que llamó y todo parecía normal-.

-No es Masha-. Susurró, sus palabras fueron apenas audibles-.

-Entonces…quieres decirme de quien se trata o tendré que adivinar, porque si es así no es muy difícil-. Expresó la mujer, convencida por toda la relación que había visto entre su hija y cierta morena-.

-¿Tú….lo sabes?-. Dijo Lena levantándose bruscamente del regazo de su madre para mirarla a los ojos-.

-Es Yulia, verdad-. Esa no fue una pregunta sino una afirmación-.

-Como…yo…nunca…-. Balbuceó la pelirroja-.

-¿Cómo lo sé?...no es muy difícil darse cuenta, hija, tú no la miras como una amiga y ella tampoco a ti, constantemente buscan tocarse o rozarse, ustedes nunca pueden estar separadas, ya es casi natural para mi verte con ella, incluso más que con la que dices que es tú novia, Masha-. Respondió la mujer con calma-.

-¿Y no te molesta?...- Preguntó la pelirroja con un poco más de calma-.

-Yo solo quiero que estés con alguien que te haga feliz, independiente de quien sea, tú siempre tendrás mi apoyo Lena-. Contestó dejando caer una lágrima, no de tristeza ni de decepción, sino de emoción-. Y si es Yulia la persona que amas, lo único que te puedo decir es que luches por ella-.

-Gracias mamá-. Dijo y se abalanzó a los brazos de su madre-. Pero no sé si ella aún quiera estar conmigo, lo eché todo a perder, ni siquiera me habla-. Añadió con desesperación-.

-¿Qué ha pasado?, es imposible que ella te deje de querer-.

-Yul, se me declaró hace un par de semanas, y yo la rechacé por estar con Masha, ella ha sido buena conmigo y yo no le quería hacer daño, entonces esta otra chica apareció y no se despega de ¡mi Yulia!, y anoche yo las vi besándose-. Con esto último sus lágrimas no dejaban de correr-.

-Lena…cariño-. Dijo la mujer secando las lágrimas de su hija-. Si es a Yulia a quien quieres, debes terminar con Masha, tampoco es justo para ella que tú sigas la relación si amas a otra persona-.

-Lo sé…pero que pasa si Yulia ya me olvidó y también pierdo a Masha? No lo podré soportar-.

-Hay veces en la vida que uno tiene que arriesgarse, además estoy segura que Yulia aún te quiere, solo está dolida, tienes que reconquistarla y demostrarle que solo tú puedes hacerla feliz-.

-Eso haré, muchas gracias mamá, sobre todo por no juzgarme por amar a Yulia-.

Esa conversación le dio a Lena la seguridad y valentía que necesitaba para terminar con Masha y luchar con todo para que el corazón de Yulia siguiera siendo suyo y de nadie más.




Oksana se despertó con un aroma a café recién hecho, y cuando abrió los ojos lo primero que vio, fue una atractiva rubia con una bandeja en la mano, en donde traía un rico desayuno para ambas.

-Por qué no me despertaste? -. Preguntó la castaña con la voz aún somnolienta-.

-Te veías demasiado hermosa-. Respondió sonriendo y sentándose al lado para poner la bandeja en el medio de ambas-.

-Gracias-. Respondió coquetamente-.

-¿Dormiste bien?-.

-Sí, creo que nunca había dormido tan bien antes-.

-¿Y a qué se debe eso?-. Dijo la rubia acercándose hasta estar a milímetros de distancia-.

-Porque nunca dormí en tus brazos antes-. Respondió y un breve roce de labios rompió la distancia-.

-Eres tan dulce-. Expresó y se alejó para seguir disfrutando del desayuno-.

-Hay algo de lo que quería hablarte-. Dijo Oksana de repente-.

-¿Sobre qué?-.

-Te diste cuenta como se puso Lena cuando Ekaterina le cantó a Yulia, porque si bien estuve concentrada mirándote a ti, era imposible no darse cuenta de que la otra chica le cantaba a Yulia, por lo que es lógico que algo pasa entre ellas-.

-Yo no sé nada-. Se apresuró a decir Nastya.

-Me estás mintiendo, lo sé-.

-No lo hago-.

-Si lo haces, corriste la mirada, tu voz tiembla levemente y haces eso con tu nariz cuando mientes-. Expresó Oksana muy segura de lo que decía-. Pero lo entiendo, si no quieres decirme-.

-No es que no quiera-. Dijo la rubia sorprendida por el grado de conocimiento que la otra chica estaba demostrando acerca de su persona-. Me prometes que no dirás nada, tú sabes cómo es Yulia y esto creo que solo lo saben las involucradas y yo-.

-Prometido-.

-Lena y Yulia, no solo son mejores amigas, ellas tenían algo así como una relación, aunque Yulia siempre dijo que era solo sexo y cuando se dio cuenta que tenía sentimientos por Lena, ella prefirió quedarse con Masha, entonces Yulia se sintió muy mal y apareció Ekaterina a quien le gusta mucho Yulia y le está sacando a Lena de la cabeza, pero anoche hablé con Lena y me dijo que amaba a Yulia y en realidad no sé qué va a pasar-.

-Woooaaw, ¡esto es mejor que las películas del cine!, la verdad yo siempre pensé que entre Lena y Yulia había algo más pero nunca me atreví a preguntar por miedo a su reacción, ya tengo cada día a Yulia torturándome, con eso es suficiente-. Dijo la castaña impresionada-.

-Creo que Yulia va a tener una dura elección si Lena termina con Masha, porque Ekaterina está decidida a conquistarla y tiene mucho a su favor-.

-No lo creo, Yulia es de Lena, siempre ha sido así y no creo que ninguna chica pueda cambiarlo-.

-No estoy segura, Ekaterina tiene muchas cualidades, es hermosa, simpática, inteligente, tiene clase, y ha demostrado que es capaz de hacer cosas románticas por amor, cualquier chica se enamoraría de ella-. Expresó la rubia, sin darse cuenta de la reacción que habían causado sus comentarios-.

-Si Ekaterina es tan perfecta, deberías estar sirviéndole desayuno a ella-. Dijo la castaña al momento que se levantó con indignación y entró al baño de la habitación de Nastya-.

-¡Hey! Oksana…no te puedes enojar, fue solo un comentario-. Decía la rubia quien había tardado en reaccionar y ahora se encontraba en la puerta-. Abre…no seas tan exagerada, por favor-.

-!Me lavo los dientes!, puedes esperar o sino ve a buscar a tu socialité que tantas cualidades tiene-. Gritó la pequeña diva desde el otro lado-.

-Vamos, no quise que sonará así, solo sal para que hablemos-.

-Te faltó alguna cualidad que resaltar, como que es la heredera de una de las fortunas más grandes de Rusia, o no sé, porque pasan tanto tiempo juntas que tal vez tu podrías decirme algo que desconozco-. Siguió gritando la chica aunque ahora con la puerta abierta-.

-Wooow…estás siendo realmente dramática, lo sabes, fue solo un comentario Oksana, no es para que hagas toda esta escena de celos, no tiene ningún sentido-.

-¡No estoy siendo dramática!, no me gusta como hablas de ella-. Respondió agitada, pero antes que se diera cuenta, Nastya la había puesto contra la pared y comenzaba a besarla en forma apasionada, y aunque se resistió al principio no le quedó más que rendirse a los besos y caricias de la rubia-.
Nastya, como una medida desesperada para que dejara de gritarle, la tomó fuerte y la besó descontroladamente, comenzó forzadamente pero todo se fue volviendo cada vez más ardiente, sus manos habían adquirido vida y acariciaban desde el muslo, subiendo por las caderas, su abdomen, quería conocer cada centímetro de aquella hermosa y en ocasiones molesta chica, la volvía loca su aroma, sus curvas, sus labios, ¡todo! y quería demostrarle que no había nadie más para ella.

-Creo… que…entendí el mensaje-. Dijo Oksana con la voz entrecortada y separándose unos centímetros, ya que el aire comenzaba a faltarle-.

-Solo me interesa una chica y esa eres tú-. Susurró la rubia en el oído de la muchacha, lo que lo hacía sonar muy sexy-.

-Lo siento…yo soy muy insegura y cuando te veo pienso que cualquier chica o chico quisiera estar contigo-.

-Eres hermosa Oksana, no podría querer estar con nadie más-. Dijo tomando una distancia y mirándola a los ojos-.

-Nunca dudaré de eso e intentaré no ponerme celosa de Ekaterina u otra chica-. Expresó con una sonrisa-.

-Mmm…no lo sé, creo que eres muy sexy cuando te pones celosa, me produjo muchas cosas-. Dijo seductoramente y le daba pequeños besos por el cuello-.

- Nastya Savalieva, si sigues haciendo eso no respondo de mí-.

-Tal vez eso quiero, que no respondas de ti-. Dijo y siguió besando a la castaña-.

-O tal vez, deberíamos tomarnos esto con más calma, no es que no me guste tenerte tan cerca de mí…solo-.

-Lo entiendo-. Interrumpió la rubia-. Quieres que nos conozcamos más y es lo correcto-. Se separó unos centímetros-. ¿Y pasas el día conmigo?-.

-Es un buen comienzo, ahora me iré a duchar-. Respondió y antes de entrar otra vez al baño depositó un casto beso en los labios de la otra chica-.

Ese día fue todo muy intenso, hablaron, se besaron, se acurrucaron viendo musicales, Nastya estaba cediendo solo para sacar una sonrisa de los labios de Oksana, era extraño pero se sentía bien, se sentía demasiado bien el solo hecho de estar en compañía una de la otra. Pasaron las horas y no se cansaban de tenerse cerca, era natural y aunque poseía personalidades radicalmente diferentes, se complementaban casi a la perfección.




Yulia había despertado y esta vez la chica estaba a su lado, sin necesidad de abrir los ojos ya lo sabía, había sentido ese calor que provenía de todo el cuerpo de Ekaterina, quien la abrazaba por la espalda dando la sensación de querer quedarse para siempre en esa posición, se sentía cómoda ahí, entre esos brazos que la protegían.
Cuando ambas chicas ya estaban despiertas, una de las señoras del personal de servicio, les tocó la puerta, diciendo que ya les traía el desayuno, prefirieron tomarlo ahí ya que los padres de Eky, le dejaron el mensaje de que habían salido y regresarían para almorzar.
Ekaterina, estaba recostada mirando el techo, mientras Yulia se duchaba, el tiempo había pasado demasiado rápido para su gusto y ya debían prepararse para bajar a almorzar con sus padres. Pensaba en cómo habían cambiado las cosas, era todo tan diferente cuando estaba con su morena, si aún tenía miedo, pero todo comenzaba a disiparse, y prefería sentir eso, que volver a como estaba cuando recién había llegado a Moscú, ahí simplemente estaba destrozada. Cuando sintió que la puerta se abrió fijó su mirada en la hermosa morena, ella era la única responsable de que sintiera que cada trozo de su corazón estaba volviendo a su lugar.

-¿Por qué me estás mirando así?-. Preguntó la ojiazul con una sonrisa-.

-¿Así como?-. Contestó con esa misma expresión embobada-.

-Así como si no pudieras despegar los ojos de mí-. Dijo acercándose a la chica, se sentó a su lado, mientras Ekaterina seguía recostada-.

-A veces no puedo dejar de mirarte, ¿te da miedo?, ¿muy acosador de mi parte?-.

-Me gusta cuando me miras así, como si no hubiera nadie más en el mundo para ti-. Expresó y continúo acercándose hasta estar a centímetros del rostro de la chica-.

-Es que no hay nadie más para mí, mis ojos solo reflejan lo que siento-. Susurró y de una vez rompió la distancia, con un cálido beso, que fue creciendo en intensidad y pasión.

Ekaterina estaba con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, y Yulia dejándose llevar por el deseo que sentía. Tomó a la chica sin dejar de besarla y puso una rodilla a cada lado de la cadera de ella, quedando frente a frente. La morena de ojos verdes, siguió besándola aunque el aire comenzara a escasearle, tomaba a la ojiazul con fuerza de la cintura y la acariciaba demostrando posesión, no podía creer que tuviera a esa mujer en sus brazos y deseándola como ella la deseaba, era un sueño.

Un repentino y desafortunado golpe en la puerta las hizo separase en forma brusca, puesto que este golpe fue acompañado por la voz del padre de Ekaterina quien había subido a buscarlas para el almuerzo, cuando el hombre entró, la situación en la que se encontraban ya no era tan "comprometedora".

-Eky, Yulia, está listo pueden bajar-. Dijo el hombre abriendo la puerta y encontrándose con dos incomodas chicas que parecían agitadas, él lo notó pero no dijo nada al respecto-.

-Si bajamos de inmediato-. Dijo su hija forzando la voz para que sonara casual-.

-Las esperamos-.

Después de estar cerrada la puerta, ambas se miraron y no pudieron evitar comenzar a reír, eso había estado muy cerca.

-Eso fue peligroso-. Expresó Ekaterina-.

-Peligroso pero excitante-. Contestó la morena quien se acercaba otra vez a la chica-.

-Creo que es mejor que bajemos, porque si te sigues acercando así, voy a besarte otra vez y no sé cómo termine-. Dijo levantándose de la cama para ir en dirección a la puerta-.

-Está bien, aunque preferiría estar haciendo otra cosa en este momento-. Expresó siguiendo a la chica rumbo al salón.

El almuerzo fue tranquilo, los padres de Ekaterina eran agradables, sobre todo Boris, quien hacía que Yulia se sintiera integrada en la familia, lo hacía porque sabía los sentimientos que tenía su hija por esa morena y no quería decir nada que pudiera interferir con lo que estuviera pasando entre ellas, conocía a Ekaterina y sabía que su hija era decidida cuando alguien le interesaba. Además Yulia le parecía una buena chica, era hermosa de eso no había duda, y tenía algo especial, era muy distinta a Anya y eso ya era algo muy positivo, él nunca aprobó a la ex novia de su hija, siempre pensó que estaba con ella por todo lo que el apellido Sharapov significaba, aparte de eso, vio sufrir demasiado a su hija por esa mujer, pensó que no se recuperaría y verla ahora tan feliz lo hacía sentir satisfecho.
Después de terminado el almuerzo, decidieron que sería bueno salir de la casa, por lo que Yulia se despidió de los padres de Ekaterina.

-Entonces ¿A dónde vamos?-. Preguntó la otra chica al salir de su casa con dirección al auto-.

-No lo sé, solo quiero estar contigo-. Respondió la morena con naturalidad-.

-Te das cuenta que cuando me dices cosas como esas, haces que vaya creciendo todo lo que siento por ti?-. Expresó subiéndose ya al vehículo-.

-Tú me cantaste, sabes lo que eso significa para alguien que pertenece al grupo, además fue frente a todas mis amigas, así puedo seguir diciéndote lo que quiera-. Señaló convencida

-Creo que no podría estar en contra de escucharte que no te importa donde estemos mientras estemos juntas, podría acostumbrarme a esta Yulia Volkova algo cursi-. Dijo sonriendo-.

-De verdad quieres hablar de quien ha sido más cursi, porque creo que tu imagen de chica rebelde quedaría en el olvido-. Expresó sarcásticamente-.

-Ok. Entendí-. Dijo sonriendo-. Entonces busquemos donde pasar la tarde-.

Primero se dirigieron al parque, caminaron de la mano, Ekaterina bajó una de sus cámaras fotográficas por lo que le sacó muchas fotos a la morena aunque ella se negara, y también de ambas, había sido una tarde perfecta, en realidad desde la noche anterior, todo entre ellas, iba demasiado bien.

-Creo que ya es hora de regresar a casa-. Dijo Yulia, ya que desde el día anterior no estaba ahí, y al otro día había clases.

-Y qué pasa si me niego a devolverte a tu casa, ¿podría secuestrarte?-. Exclamó la chica de ojos verdes-.

-No creo que sea una buena idea, al cabo de unos días estarías tan harta de mí que ni siquiera pedirías rescate-. Respondió la morena siguiéndole el juego-.

-Mmm…puede que tengas razón…aunque en mi cabeza tengo muchas cosas que haría contigo si te secuestrara-. Expresó en forma insinuante-.

-¡Ekaterina!, ¡tienes una mente muy sucia!-. Exclamó dándole un pequeño golpe en el hombro de la chica-.

-Yo no especifiqué que cosas, así que tú las estás imaginando, ¿Quién es la de la mente sucia?-.

-¡Eres tú!, aunque no te culpo soy demasiado sexy para que alguien pueda resistirse-. Dijo haciendo un guiño muy sensual-.

-Esa es una de las cosas que más me gusta de ti, tu humildad-. Expresó la chica soltando una risita-.

El resto del trayecto, siguió de esa misma forma, entre algunas bromas, uno que otro roce entre sus manos, y miradas que expresaban felicidad. Cuando llegaron al frente de la casa de Yulia ninguna quería separase de la otra.

-Nos vemos mañana, paso por ti como todos los días-. Expresó Ekaterina-.

-Estaré esperándote como todos los días-. Respondió la morena-.

Se abrazaron para despedirse, y un rápido beso para que no las fueran a sorprender de nuevo.

-Buenas noches y que duermas bien-. Se despidió Yulia-.

-Buenas noches y te llamo más tarde para ver si te gustó la sorpresa-.

-¿Qué sorpresa?-. Preguntó con una expresión de confusión en su rostro, que podría ser si pasaron todo el día juntas y en que tiempo iba a preparar algo-.

-Debe estar en tu habitación, es solo un detalle, nos vemos mañana-. Arrancó el auto antes de que la ojiazul pudiera hacer más preguntas.

Yulia entró a su casa con la emoción que tiene un niña de cinco años la mañana de navidad, Ekaterina le había dicho que era un detalle, pero aun así quería saber. Entró tan rápido a su casa que su madre intentó interceptarla para advertirle de la presencia de alguien que la estaba esperando pero no la escuchó, solo murmuró un "bajo en un momento", quería pronto entrar a su habitación para descubrir la sorpresa, pero cuando abrió la puerta, frenó en seco, y su corazón comenzó a latir más rápido, definitivamente no se esperaba eso.

Al lado de un hermoso ramo de orquídeas de color amarillo, envueltas en un fino papel, que se encontraban encima de su cama, estaba una pelirroja aún más hermosa esperándola. Definitivamente Ekaterina le tenía una sorpresa, pero sospechaba que Elena no era parte de lo que chica había planeado.

-¿Qué haces aquí?-. Preguntó entre sorprendida y molesta-.

-Rompí con Masha-.





Que les pareció? tengo la impresión que algunos me van a odiar por haberlo dejado ahí, pero aumenta la emoción o no? será que Yulia tendrá ya que elegir?...Comenten si les gustó y si nos les gustó también, estoy abierta a las criticas! espero sus comentarios! Gracias por leer y comentar
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Mensaje por My_love_4_u Lun Oct 17, 2016 12:20 pm

Este fic esta #Geniaaal!
No se si para bien o para mal jejje me siento super identificada con Yulia..... u.u
Me toco vivir una situacion similar.... Espero que ella al decidir tome la mejor opcion, q no se deje guiar solo por el corazon.... u.u que haga balance </3
#EsperandoLaConti......

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Mensaje por RAINBOW.XANDER Sáb Oct 22, 2016 12:27 pm

Capitulo 6: Enredos y complicaciones


Yulia, abrió y cerró la boca un par de veces sin emitir palabras, ¿no era lo que había estado esperando?, que Lena terminara con esa perdedora y se quedara con ella?? Pero, porque no se sentía satisfecha entonces, que podría haber cambiado.

-¿Eso no responde mi pregunta?-. Expresó la morena en forma inexpresiva, tenía muchos sentimientos encontrados-.

-Vine porque quiero estar contigo y solo contigo, te amo Yulia Volkova-. Dijo la pelirroja tomando ambas manos de la morena que no pronunciaba palabra-. Lo siento si te lastimé, pero ahora podemos estar juntas como tú querías-. Añadió la pecosa con lágrimas de emoción en sus ojos-.

-Lena…yo…estoy confundida-. Dijo en un tono bajo, ya que no estaba segura de sus palabras, tomó una distancia de la chica y fijó su mirada en el hermoso ramo de orquídeas que suponía eran de Ekaterina. Se acercó y tomó la tarjeta-.

-Es por ella, no es verdad??… ¡¿Qué acaso ya no me quieres? - dijo con una voz que denotaba desesperación, al ver que la morena al frente no le respondía, y solo se limitaba a leer la tarjeta que tenía en sus manos-.

Yulia, no pudo evitar esbozar una sonrisa al leer las palabras tan amorosas que Ekaterina había estampado en la tarjeta "Gracias por una noche mágica, y por darme la oportunidad de pasar mis días a tu lado" E.
Ahora si sentía que su cabeza iba a explotar, por un lado la morena de ojos verdes que la había hecho sentir viva otra vez y por otro la pelirroja que había sido su mejor amiga y su primer amor. Salió bruscamente de sus pensamientos cuando Lena le arrebató con algo de ira la tarjeta de la mano.
Lena leyó atentamente cada palabra y todos sus celos salieron a la luz.

-¡Dormiste con ella??!-. Gritó la pelirroja un tanto descontrolada-. ¡Respóndeme!-.

-No…o si, no es lo que te estás imaginando-. Respondió la morena con una extraña calma que no era característica en ella-. Solo me quedé anoche en su casa, nada más pasó-. Diciendo esto se sentó en un costado de la cama-.

-No has respondido mi pregunta…Yulia… ¿aún me quieres?-. Preguntó la pecosa un poco más tranquila con la aclaración de la ojiazul, pero nerviosa por la respuesta-.

-Por supuesto que te quiero, Lena -. Murmuró la morena fijando su mirada en la chica - Solo que algunas cosas han cambiado-.

-¿Ya no quieres estar conmigo?-. Preguntó Lena con un nudo en la garganta-.

-Es que… No terminó de hablar. No quería herir a la pelirroja, pero tampoco quería mentirle-.

-Es complicado por Ekaterina, ¿no es verdad?, yo…las vi besándose anoche-. Añadió sin poder detener las lágrimas-.

-Tú… ¿nos viste?-. Dijo sorprendida, no esperaba eso-. Yo no quiero lastimarte, pero tampoco a ella.

-Lo entiendo, yo te rechacé, me equivoqué, pero quiero que sepas que estoy dispuesta a luchar por ti-. Expresó decidida -.

-Lena…yo… te quiero, eso nunca va a cambiar, eres mi mejor amiga, pero necesito tiempo para aclarar mi mente, todo esto ha ocurrido muy rápido…no sé qué hacer-. Yulia, estaba siendo sincera quería a esa chica pero también quería a Ekaterina-.

-Solo yo puedo hacerte feliz y te lo voy a demostrar-. Dijo recordando las palabras de su madre-.

-Por favor Lena…estoy realmente confundida ahora-. Expresó, percibiendo el aliento de la pelirroja muy cerca de ella, y unos brazos que la tomaron por la cintura con fuerza-.

-Dime que no quieres besarme-. Y al no recibir una respuesta concreta a eso, cerró el espacio entre ellas, con un cálido beso, la tomó con fuerza y disfrutó de ese sabor a cereza que siempre tenían los labios de su morena, quiso profundizar más ese beso pero Yulia la detuvo-.

-Lena…por favor-. Repitió la morena-. Mejor te vas y hablamos mañana, tengo mucho que pensar-.

-Está bien-. Aceptó con decepción -. Nos vemos mañana en la escuela-.

Yulia se quedó mirando fijamente como la pelirroja se alejaba y cerraba la puerta tras de sí. La sensación era muy diferente a la última vez que eso había ocurrido, ahora no estaba destrozada ni tenía necesidad de ahogar sus penas en alcohol. Sin embargo, esa sensación era también agobiante, porque verdaderamente no sabía qué hacer. De alguna forma Ekaterina se había ido ganando un lugar en su corazón, lo sabía porque cada vez que estaba cerca de la chica todo parecía ir bien, le daba confianza y siempre lograba hacerla sonreír. Pero su Lena, era su dulce niña, la que pensó era su otra mitad, cuanto tiempo había soñado con que las dos pudieran estar juntas, con tomarle la mano en público y decirle a todos que esa hermosa chica era suya y de nadie más. Intentaba poner en una balanza, pero no podía, era como si su corazón estuviera partido en dos mitades iguales, que pertenecían una a cada chica. Se daba vueltas por su habitación caminando de un lado para otro, y no pudo evitar casi dar un salto, puesto que su celular sonó y eso la sacó abruptamente de la gran batalla que libraba dentro de sí.

-Hola bonita-. Saludó amorosamente en la otra línea Ekaterina-.

-Hola-. Respondió sin mucho ánimo la morena-.

-Por el tono de voz, creo que no te gustó la sorpresa, yo pensé que…

-Son hermosas-. Interrumpió -. Me encantaron, y también me gustó lo que escribiste en la tarjeta-. Dijo con un poco más de emoción-.

-Por un momento me asusté-. Exclamó con alivio-. ¿Qué ocurre entonces?, y no me digas que nada, porque he aprendido a distinguir tus tonos de voz-. Añadió segura-.

-Cuando llegué a la casa, estaba Elena esperándome en mi habitación - No quería mentirle, Ekaterina no se lo merecía - Vino a decirme que rompió con Masha y que quería estar conmigo-.

-Ya veo-. Ekaterina sintió un dolor en el pecho, que iba creciendo y le impedía respirar normalmente, su mayor miedo se hacía realidad-. ¿Y qué le respondiste?-. Murmuró porque su voz no salía-.

-Que estaba confundida…las cosas han cambiado, ya no es la única a quien quiero-. Explicó con un tono pausado-. ¿Estás ahí?-. Preguntó, puesto que no recibía respuesta de la chica.

-Sí, estoy aquí…yo creo que mejor hablamos mañana, debes estar cansada y con muchas cosas en las que pensar - Expresó con un tono que Yulia no había oído antes - ¿Quieres que pasé por ti mañana?.

-En eso habíamos quedado, no por esto las cosas han cambiado Ekaterina - Dijo la morena intentando darle seguridad a la otra chica-.

-Las cosas han cambiado Yulia, pero hablaremos mañana, que duermas bien-.

La morena quedó con el teléfono en la mano y no alcanzó a decir adiós. Nunca había escuchado a Ekaterina así, sonaba herida, con miedo o como si sus temores se hicieran realidad, eso le produjo un extraño sentimiento, y recordó que esa chica ya había sufrido por amor antes, y cuando se conocieron, juntas se habían ido curando las heridas del pasado.

Ya no quería pensar más; había sido suficiente por un día, necesitaba dormir y despejar la mente, la esperaba un día complejo por decir lo menos.


Ekaterina manejaba su auto hacía la casa de Yulia, como cada día lo había hecho desde que llego a Moscú, pero algo era diferente, estaba nerviosa, sentía aún esa punzada en su pecho que le advertía que algo no andaba bien, y era lógico. Desde que conoció a Yulia y ésta le contara su fallida historia de amor con Katina, tuvo ese miedo, porque desde el primer momento que vio a la morena supo que ella le hacía sentir algo especial y tuvo miedo, porque sabía que al momento que la pelirroja se decidiera por Yulia, sus posibilidades disminuirían considerablemente. Como podía competir con ella, con el primer amor de su morena, sólo pensaba que ojalá eso hubiera pasado antes, cuando no tenía tantos sentimientos por Yulia, y no justo ahora que sentía había entregado ya gran parte de su corazón.

Se sentó en el capot de su auto con el café de Volkova, y esperó a que saliera, fueron minutos, pero se sintieron años, solo pensaba que fuera lo que fuera que pasara, lo respetaría, porque como le dijo una vez a Yulia, ella solo quería que fuera feliz.

-Hola-. Saludó la morena-.

-Hola-. Respondió intentando sonar normal-. ¿Qué tal dormiste?-.

-Bien…al parecer un poco mejor que tú-. Expresó al notar las visibles ojeras que tenía la chica-.

-No pensé que se notaran tanto-. Se miró en el espejo del automóvil y después de inspeccionar su aspecto decidió sacar sus lentes de sol-. Mucho mejor-.

El trayecto fue incómodo, algo que nunca había ocurrido, siempre se daba la conversación en forma fluida, pero ahora ninguna esbozaba palabra. Yulia notaba que la otra chica estaba nerviosa, y entendía el porqué.

-Detén el auto-. Ordenó la morena-.

-¿Qué? ¿Para qué? - preguntó sorprendida ante la orden de la chica

-¡Solo detenlo!-. Repitió-.

-Ok-. Obedeció-.

-Entiendo que te sientas amenazada de alguna forma, por todo lo que dije que ocurrió anoche, pero quiero que sepas que eso no cambia en nada lo que yo siento por ti-. Expresó Yulia  tomando la mano de Kayle para que creyera sus palabras-.

-Y yo te dije que no te iba a presionar, menos ahora, estás confundida y lo entiendo, y quieras o no, las cosas han cambiado…y si tú quieres aceptar la propuesta de Lena, yo no voy a interferir-. Dijo sinceramente y corriendo la mirada de los ojos de la morena-.

-Eso…no es lo que quiero, solo necesito un tiempo para aclarar mi mente, pero no te quiero lejos de mí, quiero que sigamos conociéndonos como hasta ahora, a no ser que tú no quieras y también lo entenderé-. Volvió a tomar la mano de la chica-.

-Estoy de acuerdo-. Dijo esbozando una sonrisa-. Solo te pido que siempre seas sincera conmigo, quiero saber lo que sea, aunque pueda dolerme-. Pidió-.

-Te lo prometo, es lo menos que te mereces-. Expresó Yulia, acercándose para sellar esa promesa, con un tierno beso-.

-Ahora es mejor que nos vayamos a la escuela, sino llegaremos tarde-.

La conversación ayudó para que ambas se sintieran más tranquilas, el resto del trayecto fue todo más cómodo y hablaron como siempre lo hacían, aunque ninguna podía evitar tener dudas acerca de lo que les esperaba. Al llegar se encontraron con Nastya y Oksana que venían muy felices sin despegar la mirada la una de la otra.

-Hola Nastya…Oksana - Saludó la morena-.

-Yulia - Saludaron al unísono-.

-Chicas - Dijo Ekaterina a modo de saludo-.

-Eky-. Respondió Nastya amablemente, y fijó una mirada en Oksana que todavía no sentía mucho agrado por la morena de ojos verdes, pero también respondió al saludo-.

-¿Y qué tal su fin de semana?-. Preguntó Ekaterina-.

-Increíble, realmente lo pasé muy bien-. Contestó la rubia con una sonrisa coqueta-.

-Veo que no perdieron el tiempo-. Exclamó Volkova con una mirada insinuante-.

-Creo que tú tampoco-. Respondió Nastya-.

-Me tengo que ir a clases-. Interrumpió la castaña-. No puedo llegar tarde y arruinar mi asistencia perfecta-. Se despidió de la rubia con un coqueto beso en la mejilla y le hizo un gesto a las otras dos chicas-.

-Yo también, tengo que irme-. Dijo Yulia-. Nos vemos en la siguiente hora-.

-Nos vemos-. Contestó Ekaterina, con algo de duda que la rubia notó de inmediato-.

-¿Pasa algo con Volkova?-. Preguntó, y comenzaron a caminar, ya que tenían la siguiente clase juntas-.

-Mmm…es Katina, anoche fue a su casa y le dijo que rompió con su novia, y Yulia está muy confundida-. Explicó la morena con un tono de inquietud-.

-Wooow…es complicado ¿Qué piensas hacer?-.

-Que se supone que haga, no puedo presionarla, yo siempre he estado consciente de lo que siente Yul por Elena-.

-Pero no puedes solo esperar, estarías cediendo todo lo que has ido ganando, ¿Yulia te ha dicho algo?-.

-Sí, me dijo que no quiere que me aleje de ella-.

-Eso es bueno, si de verdad quieres a Yulia no te puedes dar por vencida antes de luchar-. Dijo convencida la rubia-.

-Tienes razón-.

Las clases siguieron, y cuando llegó la hora de almuerzo, Yulia había ido a recoger algunos libros de su casillero para después irse con Nastya, Ekaterina y Oksana que la esperaban para almorzar juntas.

-Hola-. Saludó alegre cierta pelirroja que tenía su casillero justo al lado de la morena-.

-Hola ¿Cómo estás? - saludó la morena-.

-Mucho mejor ahora que te veo, y ya no me sigues evitando-.

-Somos amigas, no podía evitarte por siempre-.

-No somos solo amigas-. Dijo acercándose más a Yulia-.

-Lena…por favor, estamos en la escuela-. Expresó colocando su mano entre ella para marcar el espacio - Yo te pedí tiempo para pensar las cosas-.

-Lo sé y yo te dije que iba a luchar por ti, te quiero, y te esperaré todo el tiempo que sea necesario-. Dijo con una mirada que sólo expresaba amor-. Pero mientras, puedo sólo abrazarte? Extraño tus abrazos-.

-Ven aquí-.

Se estrecharon en un tierno abrazo, Elena sabía que debía ir dando pasos pequeños para ganarse otra vez la confianza de Yulia, que la ojiazul la quería no había duda, pero no confiaba en ella, podía ver en sus ojos el miedo al ser herida otra vez.


En otro punto de la escuela y con un nudo en la garganta, Ekaterina estaba en una esquina observando toda la escena. No podía evitar sentir celos, no quería a Elena ni a mil metros cerca de Yulia, pero que podía hacer.

-Hola Kayle-. Escuchó pero no reconoció la voz, y cuando volteó a ver quién era, solo puedo esbozar una mueca de desagrado, era la rubia con quien había tenido más de un desencuentro.

-¿Qué quieres?-. Preguntó descargando su rabia en la chica-.

-Solo saludarte, sé que no empezamos bien y me disculpo por eso, nunca fue mi intensión ofender a tus amigos-. Exclamó con una falsa sonrisa-.

-No es tú intensión, claro, o sea no eres responsable de que cada día a alguno de ellos le hagan algún tipo de bullying…mira cómo te llames…-. Iba con un tono cada vez más alto-.

- Ivana - Interrumpió-. Y yo no soy la responsable de eso. Los que les hacen bullying son los del último año, por favor, todos nos merecemos una segunda oportunidad-. Expresó intentando disuadir a Ekaterina-.

-No lo sé,.. porque te esfuerzas tanto en caerme bien? Eres la capitana de la las cheersleaders, no necesitas mi aprobación-. Preguntó dudosa, ya que no lograba fiarse de esa chica.

-Eres interesante, y no sé, me produces algo especial-. Contestó posicionando su mano en el brazo de la chica-.

-Ok. Intentaré no ser grosera contigo si tú intentas que mis amigos no reciban más burlas-.

-Es un trato, solo intenta recordar mi nombre la próxima vez, decirlo por cuarta ocasión resultaría humillante-.

-Trataré de no olvidarlo-. Dijo fríamente -.

-Eky-. Interrumpió Yulia que levantó una ceja en señal de desaprobación-. Nastya y Oksana nos deben estar esperando-.

-Lo sé, vine a buscarte, pero estabas ocupada con Elena, así que no quise interrumpir-.

-Nos vemos más tarde entonces-. Dijo la rubia y se alejó dejando a las dos chicas conversar-.

-Ok-. Respondió Ekaterina casi indiferente-. Vamos-. Dirigiéndose a Yulia-.

-Y desde cuando hablas con el clon defectuoso de Nastya? No sabía ni siquiera que supieras que existía-. Dijo Yulia un poco molesta-.

-Lo siento, olvidé darte la lista de las personas con las que hablo para que las aprobaras-. Expresó sarcástica simulando una sonrisa-.

-No es necesario que uses ese tono conmigo, solo que esa chica no me agrada-. Respondió la morena intentando calmar las cosas-.

-También hay personas con las que hablas que no me agradan-.

-O sea hablaste con esa chica solo porque estás celosa, al verme hablar con Lena?-.

-¡Yo no estoy celosa!

-Claro-. Le tomó el brazo para tranquilizarla-. Todo está bien, por favor no quiero discutir contigo-.

-Yo tampoco, por eso es mejor que me vaya a dar una vuelta, necesito pensar-.

-Pero… y el almuerzo-.

-No tengo hambre-.

Con esto se giró en dirección al campo de futbol, tenía que lograr controlarse, no podía hacer una escena cada vez que veía a Yulia con Lena, no podía ser tan insegura.

Volkova se quedó viendo como Ekaterina se retiraba, la había dejado con la palabra en la boca… las chicas sí que eran complicadas, y ella por causas del destino ahora no solo tenía que lidiar con una sino con dos.

-Hola Yul… ¿Y Ekaterina?, fue a buscarte-. Preguntó Nastya en forma inocente-.

-Se enojó porque me vio con Lena-. Respondió la morena aún intentado entender el comportamiento de la chica-. No tiene que actuar de esa manera tan insegura-.

-Tienes que entenderla, tiene miedo, es lógico, creo que tu actuarias de la misma manera si un día apareciera su Ex novia y Ekaterina decidiera perdonarla-.

-No lo creo-. Expresó Oksana-. No puede hacer una rabieta así, Lena es la mejor amiga de Yulia, y ellas no pueden simplemente estar separadas-.

-Lo dice la menos indicada -. Contestó Nastya con una mirada de reproche hacia la castaña-.

-Ok, ya tengo suficiente caos en mi mente como para escucharlas comenzar una discusión-. Dijo la morena agitando sus brazos para que se detuvieran-. Nos vemos más tarde-.
Nastya y Oksana se miraron reprochándose la una a la otra, en ese momento deberían haber apoyado a Yulia, no causarle otro problema en que pensar.

-No puedes simplemente dejar de defender a Ekaterina?-. Expresó Oksana un tanto molesta-

-Y tú no puedes dejar de discutir por lo mismo? - comentó la rubia en el mismo tono-.

-No voy a discutir contigo por ella-. Dijo y se levantó haciendo esa salida dramáticamente indignada.

Nastya se quedó perpleja…sí que le gustaba esa chica, se atrevía a decir que la quería más que a cualquier otro chico, pero había en ciertas ocasiones en que simplemente le colmaba la paciencia.
Pasaron las siguientes horas de clases y ninguna de las cuatro muchachas se había vuelto a topar. Llegó el descanso antes de la última clase, y Nastya deambulaba por los pasillos de la escuela cuando fijó su mirada en una solitaria diva que discutía consigo misma, mientras guardaba sus cosas en el casillero, no quería seguir enojada con ella por una discusión sin sentido, así que se acercó en silencio y al ver que no había nadie más, la tomó por la espalda girándola hacia ella.

-¡Que rayos!-. Soltó un grito la pequeña diva antes que su rubia de ojos color esmeralda la callara con un beso-.

-Te extrañé, no me gusta estar enojada contigo, no puedo estar enojada contigo-. Susurró la rubia, separándose unos centímetros pero manteniendo a la más pequeña fuertemente tomada de la cintura-.

-Si vas a hacer eso cada vez que discutamos…creo que podría discutir de vez en cuando-. Respondió tiernamente-.

-Prometo que no dejaré que nadie interfiera en lo nuestro-.

-Y yo prometo que seré más comprensiva y respetaré tu amistad con Ekaterina-.

Se dieron un último beso, miraron para ambos lados para que nadie las fuera a descubrir y después se dirigieron cada una a su clase.

Aparentemente en ese momento nadie las observaba, pero no notaron que en un rincón una chica fue testigo de la tierna reconciliación, y no solo eso, sino que había fotografiado la escena. Tenía un plan y Nastya Savalieva le había dado lo que necesitaba para lograr tener lo que quería o a quien quería.




Yulia deambuló por sus clases sin poner mayor atención, no había visto a Ekaterina desde el almuerzo, intentó llamarla pero no le respondía y tampoco devolvía sus mensajes, por lo que cuando las clases terminaron, se dirigió hacía Nastya para preguntarle por la chica.

-Hola Nast… ¿Has visto a Eky?-. Preguntó con preocupación-.

-No Yul, desde el almuerzo…la llamaste?-.

-Sí, pero no me contesta-.

-Dale tiempo, esta situación es difícil para ella, y como consejo si de verdad es ella a quien quieres, debes darle confianza, no solo palabras-.

-Lo sé, mejor iré a buscarla y gracias Nast, has sido una buena amiga-.

-De nada.

Yulia, salió a dar vueltas por la escuela a ver si encontraba a Ekaterina, no le gustaba esa sensación que le provocaba no verla.
Nastya estaba a punto de dirigirse al auditorio, tenían que terminar la canción para las presentaciones que eran el próximo sábado, tenían poco tiempo y debía quedar impresionante, porque ese año tenían la obligación de ganar.
Iba rauda a reunirse con su diva cuando una chica muy parecida a ella, se le cruzó impidiéndole el paso.

-Tenemos que hablar Savalieva-. Expresó en un tono firme Ivana-.

-Puedes salir de mi camino, estorbas-. Contestó con desagrado e intentando evadirla-.

-Por más que quisiera no atrasarte en tu cita con tu amorcito, es importante que hablemos-. Cada palabra era mencionada con insidia-.

-¡¿Qué quieres decir con eso?-. Dijo levemente alterada-.

-Que se tu pequeño secreto Nastya, y la verdad que pese a mi asombro inicial, porque nunca pensé que tus gustos fueran por ese lado, y más que te gustaran las rechazadas sociales como Oksana, ahora no puedo más que sentir más que lastima por tu terrible elección-. Expresó con una burlesca sonrisa en sus labios-.

-Que…tú…estás equivocada-. Nastya no sabía que responder. Como de toda la escuela justo esa estúpida pudo darse cuenta de lo suyo con Oksana-.

-No te molestes en negarlo, tengo pruebas-. Le mostró su celular con la fotografía donde aparecían besándose-. Así que no gastes palabras negándolo y mejor me escuchas, si no quieres que envíe esto a alguien para que lo publique y toda la escuela se entere de tu affair-.

-¡Habla!-. Respondió la rubia agresivamente he intentado contenerse para no golpear a la chica-. ¿Qué quieres?-.

-No quiero nada, más bien quiero a alguien y tú me puedes ayudar a conseguirla-.

-Eres la nueva sensación de la escuela, estás en la cima de la pirámide social, y aunque seas una perra, no creo que alguien pueda rechazarte, quien podría conseguirte yo, que no puedas por ti misma-. Dijo Nastya.

-Ekaterina…ella ni siquiera recuerda mi nombre y me ignora, solo tiene ojos para Volkova y por lo que he observado, tú eres su amiga, la quiero a ella-. Expresó con seguridad-.

-Estás loca, está fuera de tu alcance, ella jamás se fijaría en alguien como tú-. Dijo Nastya descolocada por la petición de la chica-.

-Ese es tu trabajo ahora Nastya, hablé claro, o consigues que salga conmigo o toda la escuela sabrá de tu relación con esa insipida, y si no quieres recibir la burla como desayuno cada día mejor empiezas a idear algo, porque Oksana puede estar acostumbrada, pero tú, no - Tomo aire y siguió-. Solía mirarte con admiración Nastya, eras la reina de esta escuela y mírate ahora saliendo con una desgracia social, si fuera tú terminaría eso, y reconstruiría mi reputación-. Dijo la chica con una mueca de desaprobación y alejándose de la muchacha-.

La rubia no sabía qué hacer, sentía que estaba entre la espada y la pared, si no cedía ante la petición de Ivana toda la escuela sabría su secreto. Pero le dolía pensar en perder a Oksana, los días que había pasado junto a la pequeña diva eran los mejores de su vida. En eso recibió un mensaje.

-Te estoy esperando en el auditorio. Oksi…

Tecleó una respuesta rápida, no se sentía con ánimo de enfrentar todo eso ahora.

-Surgió algo. No puedo ir. Nos vemos. Nast

Lo mejor sería ir a su casa y pensar que haría para salir de esta. Mientras caminaba a su auto, no pudo evitar las lágrimas, justo cuando había encontrado a alguien que la hacía feliz, tenía que aparecer algo que lo arruinara, no era justo, maldecía porque sentía que ella también merecía ser feliz.

Ekaterina estaba sentada en las gradas del campo de Futbol… no había tenido ánimo de asistir a clases, se sentía cansada y molesta consigo misma por su conducta infantil. Pero no podía evitarlo, se sentía amenazada. Pensaba que no podía retener a las personas que quería a su lado, primero Anya que la engaño con quien ella menos pensaba, porque había mucho en esa historia que nunca le contó a nadie y ahora Yulia, que lo más probable era que también la dejara.

-Aquí estás-. Dijo la morena que por fin la había encontrado-.

-Acá estoy, quería estar sola-. Respondió

-No me gusta verte así, pareces triste-. Expresó la morena sentándose junto a la chica-.

-Lo siento, estoy exagerando, no te preocupes por mí-.

-Me preocupo por ti porque me importas demasiado, además no estuviste tú ahí cuando yo estaba triste?-.

-Sí, pero es diferente ahora, solo estoy intentando prepararme para sea lo que sea que pasé-.

-Y lo entiendo, pero lo he pensado y pese a que estoy confundida aún…yo…quiero estar contigo…quiero que nos demos una oportunidad-. Dijo la morena fijando intensamente sus ojos azules en los verdes de la chica que brillaban con esperanza-. No quiero que te alejes de mí sólo porque Lena decidió de repente que quiere estar conmigo-.

-Yo no quiero que te sientas obligada a tomar una decisión-.

-Te quiero, no puedo negar eso y nos merecemos intentarlo-.

-Te quiero Yulia, eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo-. Dijo y se acercó para besar a la morena de cabellos rebeldes aprovechando de que el campo estaba desierto-. Y te prometo haré todo por hacerte feliz-.

-Tú así ya me haces muy feliz-.

Se tomaron de la mano y entraron a la escuela nuevamente, Yulia quería recoger algo antes de irse. Cuando iban por los pasillos de la mano se encontraron de frente con Sasha y Tasha que intentaron que sus mandíbulas no cayeran al suelo de la impresión, así que ocultando su asombro saludaron con un gesto a las chicas que siguieron su camino sin fijarse mucho en lo que ocurría a su alrededor.

-¿Qué fue eso?-. Preguntó Tasha sacando el habla-.

-¿Qué crees tú?-. Respondió Sasha retóricamente-. Es lógico, son una pareja-.

-¡Yulia Volkova es lesbiana!-. Exclamó la chica de cabellos rosa intentando convencerse-. Es imposible, ella ha estado con casi todos los chicos de esta escuela y ahora con chicas, no lo entiendo-.

-Es simple, uno no elige de quien se enamora-. Expresó-. Además eso no debería importante, hacen una bonita pareja, es como la chica rica de la ciudad y la terrible y rebelde muchacha de Moscú, si hasta se podría escribir una historia como de amor como la Bella y la Bestia-. Dijo riendo el chico gay-.

-Ok, mejor vamos al auditorio a ensayar, mira que como escritor tienes una voz increíble-. Expresó Tasha-.


Fueron pasando los días, y aparentemente las cosas no cambiaban mucho, salvo que Nastya había estado evitando a Oksana, o por lo menos estar a solas con ella, intentaba compartir en grupo, pero cuando la castaña le pedía que avanzaran en la canción o simplemente fuera a su casa para disfrutar de su compañía, la rubia siempre encontraba excusas, lo que fue generando dudas en la pequeña diva quien no aguantaría mucho más esa situación. Por su parte Nastya se sentía muy presionada, cada vez que estaba con sus amigas, se sentía intranquila, observada, esa situación no podía controlarla, porque Ekaterina estaba saliendo con su mejor amiga, y la verdad hace demasiado tiempo que no veía a Yulia tan feliz, por lo que no podía simplemente pedirle a Eky que saliera con otra chica, que además sabía que la ojiazul detestaba, para cuidar su reputación, ella tenía que encontrar una solución, debía ser capaz de cuidar de Oksana, y al mismo tiempo no involucrarla en ese estúpido problema.

-Nast… ¿pasa algo?-. Preguntó Ekaterina de repente sacándola de sus pensamientos-.

-No nada, solo pensaba-. Respondió la rubia-.

-Tú sabes que puedes confiar en mí-. Dijo la chica-. En este poco tiempo que nos conocemos has sido una gran amiga, y he notado que estos últimos días algo te pasa-. Expresó preocupada-.

-Es algo complicado de explicar y la verdad de cierta manera tiene que ver contigo-. Dijo dudosa-. Pero no sé cómo decírtelo-.

-Solo dímelo-. Exclamó intrigada porque nunca había visto a Nastya tan insegura acerca de algo, ella era siempre muy directa-.

-Hola chicas-. Saludó Oksana, quien a lo lejos había visto lo cerca que estaban las chicas conversando y sumado a eso, que la rubia no le hablaba, decidió acercarse.

-Hola Oksi-. Saludaron

-¿Y Yulia?-. Preguntó de manera casual-.

-No lo sé, creo que debía ir por unos libros-. Respondió en forma natural-.

La situación era incomoda por decir lo menos, Ekaterina quería saber que le pasaba a Nastya, pero con Oksana ahí no podían seguir la conversación, porque al parecer la rubia no quería que la pequeña diva supiera de que se trataba.

-¿Y de que hablaban?-. Preguntó la castaña bajándole el perfil, para que pareciera que no le importaba-.

-Nada importante-. Se apresuró a decir Nastya-.

-Yo…recordé que tengo que hacer algunas cosas-. Dijo Ekaterina que no quería seguir ahí, sentía que debía dejarlas hablar-. Nos vemos-.

-Entonces me vas a decir porque has estado actuando tan extraño los últimos días?-. Expresó la castaña visiblemente afectada-.

-No sé a qué te refieres…solo he estado un poco ocupada – se apresuró a decir  la rubia-.

-Mmm…no te creo, pareces normal con todo el mundo menos conmigo-. Dijo en forma inquisitiva-.

-Siempre te tomas todo tan personal, no se trata de ti Oksana-. Respondió, en eso su celular vibró, era un mensaje de Ekaterina.

-Te espero en la sala del coro después de clases. Eky

Se sintió aliviada, sabía que podía confiar en ella, para solucionar todo este entuerto en el que se había metido y poder volver a estar bien con Oksana.

-Me esperas unos minutos, voy a por una botella de agua y vuelvo-. Dijo la rubia-.

-Ok. Te espero-. Respondió Oksana, quien notó el cambio en la expresión de la rubia después de leer el mensaje.

Para su suerte, Nastya dejó su teléfono sobre la mesa, lo que tentó a la castaña a hacer algo que nunca había hecho, revisar las cosas de otra persona, pero lo necesitaba, necesitaba saber que pasaba. Al leerlo sintió que sus mejillas se volvían rojas de puros celos… porque tenían que verse a solas después de clases? No lo entendía pero lo iba a averiguar.

-Ya volví, ¿tienes clases ahora?-. Preguntó-.

-Si matemáticas, de ahí ya estoy libre… ¿quieres hacer algo?-. Solo preguntó para saber qué le diría Nastya-.

-No puedo…mi mamá me dijo que llegara temprano hoy-. Respondió rápido, de verdad odiaba mentirle a la castaña-.

-Está bien, supongo que terminaré sola la canción, mañana es el concurso televisado y todo Neposedi confía en mí, bueno en nosotras-. Expresó ocultando su resentimiento pues sabía que mentía-.

-Seguro harás un gran trabajo Oksi-. Y la besó en la mejilla como señal de despedida-.

La castaña sentía ganas de llorar, porque le estaba mintiendo, después de todas las cosas que se habían dicho, que confiarían la una en la otra, que se cuidarían, que se querían como nunca antes habían querido, fuera lo que fuera que pasara lo averiguaría.



Yulia iba caminando, pensando en que las cosas parecían ir mejor de lo que pensaba, seguía con Ekaterina, conociéndose sin definir ni oficializar nada, y con Lena hablaba de vez en cuando, la pelirroja estaba distante y entendía el porqué, pero lo necesitaba por un tiempo, no sabía que le deparaba el futuro, pero por el momento todo estaba en calma. Seguía su camino, cuando tropezó con alguien, iba a reclamarle, pero le hablaron primero.

-Yulia necesito hablar contigo-. Exclamó Masha a lo que la morena la miró con curiosidad-.

-¿Qué quieres?-. Respondió cruzando sus brazos en forma defensiva-.

-Tú sabes que Lena rompió conmigo-. Expresó aún dolida

-Eh…si…algo me comentó-. Contestó nerviosa-.

-Ella rompió conmigo porque ama a alguien más, y quiero saber quién es esa tipa que me quitó a mi Elena, si tú sabes ¡te exijo que me lo digas!-.

-Y porque tendría que saberlo yo, pregúntaselo a ella-. Dijo agresiva

-Tú eres su mejor amiga, si alguien sabe todo acerca de Elena, eres tú-.

-Soy su mejor amiga, y por lo mismo aunque lo supiera no te lo diría, así que córrete de aquí, tengo mejores cosas que hacer con mí tiempo que hablar contigo-. Dijo y se alejó del lugar, debía hablar con Lena-.

No fue muy difícil encontrarla, la pelirroja siempre deambulaba por los pasillos de la escuela.

-Lena-. Dijo la morena tomándola del brazo-. Hay algo que quiero decirte-.

-Yul-. Respondió y una sonrisa se estampó en su rostro-. ¿Qué pasa?-.

-Es tú ex novia, me hizo algunas preguntas que me pusieron incomoda-.

-¿Masha?... ¿qué preguntas? – Se mostró confundida-.

-Que otra ex novia, Lena…y quería saber quién era "la tipa"-. Enfatizó en esa palabra-. Por la que rompiste con ella-.

La pelirroja no pudo evitar emitir una risita, al saber lo equivocada que estaba su novia, no había ninguna “Otra”, nunca la hubo, de hecho nadie se la había quitado porque ella solo era de una persona, y esa persona era esa hermosa morena de ojos color azul como el cielo.

-No te rías-. Dijo seria la morena-. Fue molesto sin mencionar que casi me tira en el piso-.

-Yul, no exageres, y hablaré con ella para que no te pregunte más cosas a ti-. Expresó con su calma habitual-.

-Y… ¿qué le vas a decir?...le vas a contar la verdad?-.

-Solo le diré que no interrogue a mi mejor amiga y que cuando el amor de mi vida se decida por mí, ahí sabrá quién es-. Exclamó dándole una tierna mirada y tomando su mano con delicadeza-.

-Lena…

-No digas nada… solo quédate conmigo un momento… extraño estar cerca de ti y sé que tú también me extrañas, lo puedo ver en tus ojos-. Dijo la pelirroja mirándola fijamente-.

-No hagas esto más difícil… cuando tú estuviste con Masha yo no interferí y respeté tu decisión aunque me moría por dentro cada vez que te veía junto a ella, aunque lloraba imaginando que era ella y no yo la que pasaba las noches a tu lado-. Dijo con su voz a punto de quebrarse-. Sé que yo tuve culpa, pero tú me rechazaste y eso destruyó mi corazón en mil pedazos-.

-Lena…por favor…no me digas esas cosas, nunca voy a poder perdonarme haberte hecho sufrir-. Decía con desesperación la chica-. Yo te amo como nunca he amado a nadie, nunca he sido de nadie más que de ti, dame otra oportunidad-.

-Ahora no puedo Lena…te quiero, creo que nunca podré dejar de hacerlo, pero ya te lo dije, necesito estar lejos de ti por un tiempo, Ekaterina estuvo ahí cuando yo lloraba por ti y de alguna manera curó mis heridas-. Dijo sincerándose y cada una de esas últimas palabras fueron como cuchillos en el corazón de Elena-.

-Yo…estaré aquí…estaré siempre aquí esperando por ti…no importa lo que demores en volver a mí - dijo con palabras entre cortadas pero reales, era una promesa, una promesa de amor-.

Yulia no tenía palabras para responder a eso, por lo que besó la mano de la pelirroja en señal de que aceptaba su promesa, la soltó con ternura y se dio la vuelta para irse, se hacía tarde, y necesitaba estar sola, sin Lena ni Ekaterina.

Ekaterina estaba un poco aburrida, tocaba en forma dispar las teclas del piano, llevaba casi media hora esperando a Nastya, y algo que odiaba era esperar, por la única persona que podría esperar toda la vida sería por Yulia pensó, lo que le produjo un cosquilleo en el estómago.

-Hola…lamento el retraso-. Dijo la rubia acelerada-.

-Hola…entonces, ¿Qué ocurre?-. Preguntó en forma directa, mientras la otra chica se sentaba a su lado-.

-Alguien me está chantajeando-. Soltó-. Tiene unas fotos mías besándome con Oksana, y si no hago lo que me pide, las publicará y toda la escuela lo sabrá, no me avergüenza que sepan que estoy con ella, pero me da miedo tener que pasar por lo mismo que el año pasado, incluso sería peor, porque Oksana es dulce y frágil y no quiero que la lastimen diciéndole cosas horribles-. Las lágrimas fluían sin parar y sus sollozos eran cada vez más fuertes-.

-Por eso actúas así con Oksana? No quieres involucrarla…- Afirmó comprensiva la chica y sosteniendo las manos de Nastya para intentar tranquilizarla-. Ahora dime, ¿Quién es y que quiere?-.

-Es Ivana…y…te quiere a ti-. Dijo dudosa-.

-¡Esa idiota se atrevió a chantajearte!...y me quiere a mí, ahora entiendo todo ese jueguito de hacerse la amable-. Expresaba indignada-.

-Cálmate…ni yo entiendo porque lo hace, pero creo que le gustas y quiere que salgas con ella-.

-Si eso quiere… - dijo con una sonrisa de malicia - Tú tranquila desde ahora yo me ocupo de esto, tú solo recupera a tu diva, mira que sus miradas de odio cada vez que me ve me van a terminar matando-.

-Estás segura?…yo no quiero que tengas problemas con Yulia por esto-.

-Confías en mí?-  Y tomó con sus manos el rostro de Nastya-.

-Si

-Entonces no te preocupes, yo solucionaré esto, y no lo tiene que saber ni Yulia ni Oksana-. Dijo muy segura de sí misma-.

-Muchas gracias-. Exclamó la rubia quien le dio un fuerte abrazo en señal de agradecimiento y se quedaron así unos segundos-.

-No hay problema, soy una Sharapova, no es primera vez que alguien intenta chantajearme-. Dijo con una sonrisa para relajar a la chica-.

-Creo que no quiero saber en qué estuviste metida antes de llegar a Moscú-.

-Créeme yo tampoco quiero que lo sepas, lo importante ahora es que hables con Oksana, se veía un poco triste por tu comportamiento-.

-Lo sé, eso haré ahora y gracias otra vez-. Depositó un beso en la mejilla de Ekaterina y se fue para hablar con su chica-.

Oksana después de leer el mensaje tuvo sus dudas si ir o no a ver porque esas dos se reunían en secreto, tenía demasiadas dudas, y celos también, nunca le había gustado que Nastya pasara tanto tiempo con la chica nueva, pero quien era ella para impedírselo, no tenían nada oficial, solo unos días felices, unos besos apasionados y unos cuantos "te quiero", lo que para ella era suficiente, pero nadie le aseguraba que para la rubia lo fuera.
Cuando decidió ir a la sala del coro se quedó observando a través de la puerta que tenía un vidrio, pudo ver la escena, estaban sentadas muy cerca, Ekaterina sostenía las manos de la rubia con cariño lo que le produjo ganas de ir y empujarla muy lejos, pero cuando ya supo que algo andaba mal, fue cuando la vio sostener el rostro de su Nastya, entreabrió la puerta con cuidado y escuchó decir a la chica "y no lo tiene que saber ni Yulia ni Oksana" y entonces se abrazaron, para ella estaba todo dicho, ahí había algo más que una amistad y eso acabó con todas sus ilusiones y su corazón de rompió en incontables partes. Corrió, con la desesperación que tiene un amante engañado y para su mala suerte, chocó con quien tal vez menos debería en ese momento.

-¡Qué diablos, que acaso todo el mundo quiero golpearme hoy!-. Exclamó Yulia enojada, pero al ver que era Oksana y en qué condiciones estaba, cambió su tono-. ¿Qué te pasa niña?-.

-Yo…Nastya…ella… -. Tartamudeaba, sus sollozos le impedían hablar-.

-¿Qué pasó con Nastya? ¡Habla!-. Insistió ya perdiendo la poca paciencia que tenía-.

-Ella solo jugaba conmigo…quiere a alguien más-.

-Eso no puede ser posible conozco a Nast, y ella te quiere-. Dijo la morena intentando tranquilizarla-.

-No es cierto…yo la vi…

-¿Y a quien se supone que quiere?-.

-No…yo… - No pudo terminar la frase, conocía a Yulia y temía por su reacción, además no era ella la persona indicada para contarle del "engaño", así que siguió corriendo hacía su auto dejando a la morena sin una respuesta.

Yulia se quedó descolocada, cruzó sus brazos y lo atribuyó a otro de los actos dramáticos de la castaña. Igual intentaría hablar con Nastya para saber que ocurría.




Gracias por comentar y espero que este capítulo les guste!
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Mensaje por andyvolkatin Jue Oct 27, 2016 11:37 pm

Hola Very Happy
me gusta el capitulo
porque Yulia se comporta asi con Lena
se hace la afijida me partieron el corazon
si ella le hizo lo mismo a Lena y Masha hizo
el papel que esta haciendo Ekaterina con ella
en realidad no me gusta esa pareja ellas se compenetran
es solo porque pasaban por algo parecido eso es un cariño
que esta confundido con amor porque para mi Yulia ama a
Lena por eso le pide tiempo quiere curar sus heridas para regresara ella.
Bueno ese es mi punto de vista
siguela pronto cheers
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Dom Oct 30, 2016 8:46 am

Capítulo 7: … y llegó sin ser invitada


Oksana subió a su auto y golpeó su cabeza contra el volante. ¿Cómo había sido tan ingenua?, Como pudo creer que la más hermosa de todas las chicas de la escuela podía fijarse en ella… aquello era imposible… quien era ella? Por lo menos en la preparatoria, no era nadie. Lloraba de impotencia, no quería dejarla ir, una parte de ella se sentía capaz de sacrificar su orgullo, ese que tanto la caracterizaba solo por tener a Nastya junto a ella, iba a luchar o por lo menos lo iba a intentar.

Fue cuando recordó las palabras del señor Smirnov, el maestro de música en Neposedi, cuando dijo que las mejores canciones venían del dolor. Sentía dolor, como nunca antes y lo plasmaría en su canción para enviarle un mensaje a Nastya.

Escuchó como su celular sonó un par de veces, pero lo ignoró, no se sentía capaz de escuchar la voz de la rubia sin romper en llanto otra vez, mañana sería el día, sería la ocasión en que a través de lo que más amaba, le diría lo que siente.

Yulia todavía no salía de su asombro, esos espectáculos que para ella no tenían sentido era el por qué siempre había encontrado molesta a Oksana, ¿Cómo si mi vida no tuviera suficiente drama? Pensó, como para que ella llegue y sin más, diga que Nastya la está engañando, eso no cabía en la mente de Yulia.
Había decidido caminar a casa, tenía mucho que pensar, porque por más que lo intentara cada vez que estaba con Lena y está le decía cosas como que la amaba y la esperaría a que se decidiera, su confusión se acrecentaba, pero cuando estaba con Ekaterina tenía la seguridad de querer estar con ella.

Cuando llegó a casa, subió rápidamente a su habitación, prendió su Laptop y activó su lista de canciones, la música siempre la había relajado cuando se sentía agobiada. Sin darse cuenta, recostada en su cama con sus manos en su rostro, comenzó a seguir la letra de una canción. Cuando los últimos acordes sonaron una voz la sacó de su estado.

-Tienes una voz realmente hermosa hija-. Era su padre que la observaba apoyado en el marco de la puerta-.

-Yo…no te sentí entrar-. Dijo sorprendida y levantándose para sentarse en un costado-.

-No quería interrumpir, estabas ida cantando-. Expresó Oleg sentándose al lado de su hija-. Y lo haces muy bien-.

-Gracias papá, cantar me relaja-. Contestó

-Sí… ¿te pasa algo?-.

-Solo tengo muchas cosas en la cabeza-. Dijo escuetamente

-Tú sabes que puedes confiar en mí, si hay algo que quieras contarme-.

-No te preocupes si? De verdad no es nada-. Expresó intentado convencer a su padre-. Y…tú ¿tienes algo que contarme?...cómo va el trabajo-. Intentó cambiar de tema-.

-Eso quería contarte…¡me han dado el puesto que quería!-. Exclamó dichoso Oleg-.

-¡Te felicito! Sabía que lo conseguirías-. Dijo la morena y se lanzó para darle un abrazo a su padre-.

-Y como tu comportamiento ha mejorado junto con tus modales - dijo dándole un tono de misterio y con una mano deslizando algo a través de su bolsillo-. ¡Esto es para ti!-. Le entregó las llaves del auto que había prometido-.

-Esto es…-. Tartamudeo la morena-.

-Te lo ganaste pequeña - Comentó complacido al ver la reacción de su hija-. ¡Vamos a darle una vuelta!-.

-Siii!-.

Yulia más que el regalo que de verdad había olvidado y que deseó tanto en algún momento, amaba pasar tiempo con su papá. Desde que era pequeña tenía marcada esa figura protectora y comprensiva, su relación siempre fue más fluida que con su mamá, siempre la había tratado como su princesa, como la "niña de papá".
Cuando salió a su porche, vio un Volkswagen New Beetle descapotable en color rojo, con una gigantesca cinta encima del capot. Su primera reacción fue darle un fuerte y cariñoso abrazo a su papá.

-Es tu color favorito ¿no es verdad?-.

-Sí, lo es…

-Entonces súbete…vamos a dar unas vueltas por la ciudad-.

Hizo caso de lo que le dijo su padre y probó su nueva adquisición, a medida que se alejaban de la casa, siguieron conversando del trabajo de su padre, y de lo orgulloso que estaba con su nuevo puesto, pero el hombre notaba que algo le ocurría a su hija. El paseo no había sido más que una excusa para intentar que esta vez sí se sincerara con él.

-Entonces… ¿vas a decirme que ocurre?-. Preguntó de repente Oleg-.

-Nada-. Dijo insegura-.

-Cariño…por favor, yo he notado tus cambios de ánimo, hace unas semanas estabas triste, tanto que te despertabas con los ojos hinchados de lo que tanto habías llorado, estaba preocupado, pero después parecías más tranquila y decidí esperar a que tú me contaras si algo ocurría y ahora no sé…te ves…confundida-. Expresó el hombre con preocupación-.

-Yo…no puedo…decirte-. Contestó y en su garganta se fue formando un nudo. Siempre había evadido el tema, tenía miedo de contarle la verdad a su padre.

-Tú puedes decirme lo que sea-. Expresó seguro-. Estaciona el auto-. Estaban cerca del parque por lo que se detuvieron en uno de los estacionamientos-. Ahora solo relájate y cuéntame la verdad-.

-Yo…a mi… - La morena tomó aire y cerró los ojos, solo esperaba que su papá la siguiera mirando igual y no la rechazara-. A mí me gustan las chicas-. Dijo sin más manteniendo sus ojos cerrados-.

Oleg suspiró un par de veces. No sentía decepción ni rabia, solo estaba decepcionado de sí mismo de no haberse dado cuenta antes y así haber apoyado a Yulia en todo ese proceso.

-Lo siento…siento no haberte dado la confianza suficiente para que me lo contaras antes-. Expresó sincero y tomando la mano de su pequeña-.

-No…me odias…no estás decepcionado?-. Dijo la morena con su voz apenas audible-.

-Yul…cariño…mírame…tú eres mi hija, mi princesa y nunca podría odiarte, te amo más que a nada en el mundo-. Expresó con una sonrisa para relajar el ambiente lo que funcionó-. Sabes que eres especial para mí, quizás porque en ti veo más semejanzas con mi propia personalidad y por eso sé que debo protegerte-.

-Yo…no quería decepcionarte-. Dijo y los sollozos comenzaron a salir-. Al principio pensé que era una etapa, que solo pasaría, pero no es así, creo que soy…lesbiana-.

-Y no estoy decepcionado por eso, yo quiero que confíes en mí, te amo y yo solo quiero que la persona que elijas tener a tu lado, te quiera y te respete, no me importa que sea mujer-. Expresó y abrazó a una vulnerable Yulia-.

-Te amo papá-. Susurró-.

-Entonces…solo eso te tiene así o hay algo más? - Preguntó directamente como lo hacían siempre los Volkov-.

-La verdad es que…yo… ¿se puede querer a dos personas a la vez?- Comentó frunciendo el ceño-.

-A ver…supongo que de maneras diferentes, pero de la misma forma, es difícil…ya veo por donde va el problema...Esperó que no estés con las dos, eso no sería correcto-. Argumentó el hombre

-No…solo estoy confundida, yo quería mucho a alguien, la amaba de hecho, pero ella me rechazó y yo estaba muy mal, hasta que apareció otra persona que me hizo feliz otra vez, pero entonces quien me rechazó ahora dejó a su novia y me quiere a mí…y la verdad no sé qué hacer…-. Decía la morena agitando sus manos y verdaderamente ni ella entendía bien que había dicho-.

-Entonces no sabes si estar con Elena o con Ekaterina-. Dijo con una sonrisa al ver la expresión de asombro de su hija-. Por favor Yulia, es obvio, Lena es tu mejor amiga y siempre me llamó la atención la relación tan estrecha que tenían, así que te enamoraras de ella, no es una sorpresa y Ekaterina, he visto cómo te trata, como se miran, y desde que llegó parece que tu mundo gira en torno a ella-. Explicó su padre en forma paciente-.

-No puedo creer que sea tan obvia-. Expresó soltando una risita-. Y…que crees tú, ¿Qué debo hacer?-.

-No lo sé…solo te puedo decir que no lo pienses tanto, la decisión que tienes que tomar no está en tu cabeza, está en tu corazón-. Dijo abrazando a su hija

-Gracias papá…yo solo te quiero pedir una cosa-.

-Dime…

-No le digas a mamá, tú sabes cómo es, probablemente no lo tome bien, y ahora no me siento capaz de enfrentarla-. Pidió la morena-.

-No te preocupes por eso, cuando llegue el momento, hablarás con tu madre-.

Dicho esto emprendieron el camino de vuelta a casa. Yulia sentía como si le hubieran sacado de los hombros, el peso del mundo. Que su papá supiera todo y la apoyara no la podía hacer más feliz, y la tranquilizaba sobre todo porque sabía que tenía que tomar un decisión definitiva en algún momento, y haría lo que dijo su papá, usaría menos la cabeza y más el corazón.



Después de la conversación que tuvo con Nastya, Ekaterina esperó pacientemente en las gradas del campo de futbol. En su cabeza comenzaba a idear un plan, necesitaba recuperar la fotografía y en el proceso, cuidaba mucho el no hacer algo que pudiera dañar su incipiente relación con Yulia, no sería fácil, pero se lo había prometido a Nastya, así que ahí iba.

-¿Y tú que haces aquí?-. Preguntó Ivana con ese tono tan antipático, pero que suavizaba cuando se trataba de la chica-.

-Esperándote…- dijo de la mejor manera que pudo y ocultando todo su odio y desagrado-.

-¿A mí? ¿Segura?-. Expresó sorprendida-.

-Sí…a ti…porque, hay algo malo en eso?-. Dijo esbozando una falsa sonrisa-.

-No…nada…solo que, estoy sorprendida-. Exclamó con una sonrisa de satisfacción-.

-Me pediste que te diera una oportunidad, para ser amigas…y quiero dártela, no fui muy amable contigo y no soy una mala persona – Las palabras era emitidas con un esfuerzo extraordinario, ya que, odiaba ser amable con ella-.

-¿Y a que debo este cambio de actitud?-. Preguntó curiosa, el trato con Nastya había sido que Ekaterina no supiera lo del chantaje y quería asegurarse que así fuera-.

-Me siento un poco sola en esta escuela…yo solo quiero conocer más personas, tienes razón cuando dijiste que debía escoger mejor a mis amigos-. Mintió, pero tenía que cerciorarse de que cayera en su juego-.

-Mmm… ¿Y Volkova?...no le agrado y la verdad, es mutuo, no creo que le parezca que pases tiempo conmigo-. Inquirió-.

-En este momento lo que piense Yulia no me puede importar menos-. Expresó, aunque por dentro sentía todo lo contrario, Yulia no tenía por qué saber, Nastya quería que ese problema se mantuviera entre las dos-. Entonces… ¿te llevo a tu casa?-.

-Por supuesto-. Contestó y sus ojos azules se iluminaron, quizás no necesitara de Nastya para conseguir lo que quería, aunque guardaría la evidencia por cualquier problema.

El viaje para Ekaterina fue eterno, solo quería llegar y deshacerse pronto de esa molesta chica, hablaba demasiado y ella tenía que fingir interés en lo que decía. Notaba como le coqueteaba y deslizaba su mano en forma recurrente para rozarla, y ella se alejaba lo más sutilmente posible, le causaba rechazo, pero no podía ser directa, debía guardar las apariencias hasta que consiguiera lo que quería.

-Ya llegamos… ¿quieres pasar?-. Preguntó la rubia -.

-No puedo, le dije a papá que llegaría temprano, pero si quieres puedo verte mañana-.

-¿Mañana?... ¿en serio?-. Dijo sorprendida otra vez-.

-A menos que tengas algo más que hacer-. Expresó, ya que no quería alargar más las cosas, solo conseguir las fotos rápido-.

-No tengo nada que hacer, te espero ¿a las 7:30?, podríamos ir a cenar o algo así-. Dijo emocionada-.

-Hecho, paso por ti a esa hora…nos vemos entonces-. Se acercó para despedirse, y sin darse cuenta Ivana le dio un beso muy cerca del labio, lo que produjo que se alejara de inmediato-.

-Lo siento…yo…no quise-. Intentaba disculparse la rubia-.

-No te disculpes, no hay problema…nos vemos mañana-. Se repuso con rapidez, para no espantar a la chica, y todo el plan siguiera su curso-.

-Te estaré esperando-. Exclamó, y se bajó del auto en dirección a la puerta de su casa, no cabía en sí de felicidad, que Ekaterina no se hubiera molestado con su movimiento, era una señal de que tenía una oportunidad.

Ekaterina presionó el acelerador con fuerza, quería salir pronto de ese lugar. Empezó a buscar su teléfono para llamar a Yulia, desde la tarde que no la había visto y ya comenzaba a extrañarla.

-Hola Yul-. Saludó entusiasta-.

-¡Hola!-. Respondió la morena, con mejor ánimo, ya que, después de la conversación con su padre estaba más tranquila-.

-Se te escucha muy bien…

-Sí…creo que todo va mejorando-. Respondió sinceramente-. ¿Y tú?, no te vi cuando salí de clases-.

-Mmm…tenía algo que hacer-. Contestó intentando no darle importancia-. ¿Y nerviosa por mañana?-.

-Un poco… ¿Tú irás?-. Preguntó insegura, puesto que una parte de ella de verdad quería que la chica estuviera ahí-.

-Si tú quieres que vaya…ahí estaré-. Expresó entusiasta-.

-Te quiero ahí…- dijo, mientras esbozaba una coqueta sonrisa-.

-Entonces ahí estaré…nos vemos mañana-.

-Nos vemos…




Era el día…y uno a uno fueron llegando los integrantes de Neposedi. Los esperaba el señor Smirnov al lado del autobús que los llevaría a la competencia nacional de canto.

-Hola Oksana…yo estuve llamándote pero no me contestaste-. Dijo Nastya sentándose al lado de la castaña en el autobús.

-Estuve algo ocupada - Añadió sin dejar de mirar por la ventana-.

-Quería explicarte…podrías mirarme por favor-. Dijo la rubia con voz suplicante-.

-No-. Contestó, sabía que si la miraba caería otra vez en esos ojos verde esmeralda y le creería todo lo que dijera-.

-¿Qué te sucede?-. Preguntó, descolocada por la actitud de Oksana-.

-Nastya, solo déjame…necesito concentrarme para la competencia y contigo aquí no puedo…solo déjame-. Expresó y se levantó, para cambiarse de asiento-.

Nastya no sabía que pensar, sabía que Oksana podía sentirse un poco molesta por toda su actitud durante la semana, pero tampoco tenía que tratarla así, le dolía que la pequeña diva ni siquiera la mirara, pero no se rendiría así, seguiría intentándolo.

Unos asientos más atrás en el autobús, estaba Yulia que había observado toda la interacción entre Oksana y Nastya. Recordó su casual, encuentro con la pequeña diva el día anterior y en cómo se encontraba, y lo que le había dicho, debe ser un mal entendido pensó, Nastya no sería capaz de engañarla ¿con quién?, si ya los chicos no podían interesarle menos a la rubia y no había visto que demostraba interés en otra chica. Estaba intentado encontrar otra explicación en su mente, cuando sintió una suave caricia sobre su muslo.

-¿En qué piensas?-. Preguntó Elena que se había sentado al lado de la morena-.

-En la competencia-. Mintió, no tenía ganas de explicarle toda la situación que ni ella entendía-.

-Tienes que estar tranquila…nos irá muy bien. No es la primera vez que cantamos – Dijo la pelirroja para calmarla-.

-Ojalá-. Contestó en forma escueta y retirando la mano de la pecosa de su muslo-.

-Lo siento, no quise incomodarte-. Expresó Lena al ver la reacción de la morena con su caricia-.

-Solo mantén la distancia Lena, yo…estoy saliendo con Ekaterina ahora-. Dijo fijando sus ojos azules en los decepcionados ojos verdi-grises-.

-Lo sé - Dijo con un dolor en su pecho-.

El viaje se hizo cortísimo para los integrantes de Neposedi, estaban ansiosos por subirse al escenario y demostrar de lo que eran capaces, se sentían seguros, no porque la competencia fuera fácil, sino porque habían hecho un gran trabajo escribiendo ellos mismos una canción, y también porque confiaban en que su solista estrella, había hecho un buen trabajo.

-El señor Smirnov, nos dijo que tu canción era impresionante-. Expresó Fyodor acercándose a Oksana que estaba retocando su maquillaje antes de salir a escena-.

-Espero no defraudarlos, la canción es sobre todo lo que siento en este momento-. Dijo la cantante, con visible pena en sus ojos-.

-¿Sucede algo Oksana? - Preguntó el joven-. Sé que hemos tenido nuestros problemas, pero nunca me voy a dejar de preocuparme por ti, pareces triste ¿alguien te lastimó?-.

-Quiero a la persona equivocada una vez más, nunca he aprendido… - Comentó pero no pudo contenerse y las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas-.

-Tranquila-. Dijo Fyodor y atrapó en un abrazo a su ex novia-. Todo va a estar mejor, tienes que salir a escena y canalizar toda tu pena en lo que más amas, ese es tu escenario-.

-Gracias-. Gesticuló con dificultad-.

-Siempre puedes contar conmigo, no lo dudes -Dijo

Nastya observó a lo lejos como Oksana se fundía en los brazos de Fyodor y sintió ganas de matarlo, porque insistía en acercarse a su chica. Lo que no observó es que ese era solo un abrazo de amigos, un abrazo para consolar a la pequeña diva que derramaba sus lágrimas pensando que cierta rubia solo había estado jugando con ella y sus sentimientos.

-¡Hey!...por fin te encuentro – Dijo Ekaterina tomando a Yulia por las caderas-.

-¿Qué haces aquí?-. Preguntó sorprendida-. Pensé que solo los competidores, podían estar aquí-.

-Soborné a un par de guardias para que me dejaran entrar - Comentó sonriendo-. Pero si quieres me voy-.

-No…me alegra que estés aquí-. Respondió y tomó la mano de la chica-. Estoy un poco nerviosa, el año pasado perdimos y este año de verdad quiero ganar para ir a San Petersburgo-. Dijo insegura-.

-Eres muy talentosa, todos lo son-. Expresó y tomó con sus manos el rostro de la morena-. Tú brillas en forma natural Yulia, tienes una voz hermosa-. Dijo fascinada-.

-¿Cómo lo sabes?...no me has escuchado cantar-.

-He visto cada video de tus competencias anteriores, cantaste el solo para la presentación en el canal cinco y lo hiciste maravillosamente, tú eres maravillosa, ganarán esto y yo personalmente te llevaré a San Petersburgo, para mostrarte todo lo quieras ver-. Expresó con sus ojos brillosos y sin dejar de acariciar el rostro de Yulia-.

-¿Me lo prometes? - Preguntó con ese gesto infantil que hacía que Ekaterina se derritiera-.

-Te lo prometo-. Dicho esto, la morena se abalanzó sobre ella para fundirse en un abrazo-

-Te quiero-. Susurró al oído - Gracias por estar aquí siempre para mí-.

-Te quiero, no te imaginas cuanto – Le respondió la chica de ojos verdes -. Y ahora ve y muestra todo tu talento, yo estaré en primera fila-. Se dieron un tierno beso de despedida, y eso bastó para que Yulia se sintiera más tranquila. Que poder estaba desarrollando esa chica sobre ella que con tan solo unas palabras lograba calmarla, no lo sabía pero le gustaba-.

La última alarma para salir al escenario, eran el último grupo en presentarse.

-Oksana… - Se apresuró a decir Nastya, y le tomó el brazo a la castaña-.

Oksana la miró de arriba abajo, sin decir ninguna palabra. Los ojos de la rubia parecían suplicantes, por lo que hizo un esfuerzo y esbozó.

-Escucha…esto lo que siento-. Y se dirigió a tomar su lugar en el escenario.

Comenzaron a sonar los primeros acordes y con ello la melodiosa voz de Oksana se abría para sacar todos los
sentimientos que tenía dentro.

La chica cantaba con pasión… la historia que su voz contaba, pertenecía a una donde el amor se había desvanecido, donde al parecer solo había durado 30 minutos… un parpadeo, una decisión…
Las personas que estaban en el teatro se pararon a aplaudirla una vez que el escenario quedó a oscuras, había hecho una interpretación maravillosa, demostrando a todos la impresionante voz de la que era dueña.
Nastya escuchó atentamente cada verso de la canción y no pudo evitar que unas lágrimas cayeran, no entendía porque la castaña le había cantado eso, habían sido solo unos días en que había estado distante no es como si no la quisiera o estuviera con otra persona. Terminado el espectáculo, hablaría con ella aunque tuviera que hacerse escuchar a la fuerza.

La siguiente canción empezó y todos se alinearon en el escenario, los acordes de la guitarra se escuchaban con fuerza y los pasos de baile marcados por todos en forma coordinada marcaban el inicio de lo que era un himno para ellos. Oksana otra vez fue la indiscutida estrella, pero esta vez las voces de sus compañeros también se hicieron escuchar.

Ekaterina simplemente no podía dejar de mirar a Yulia, nunca la había visto tan feliz, se notaba que disfrutaba cada momento en el escenario. Para ella no había nadie más que su hermosa morena, la seguía con la mirada en cada dirección mientras la morena bailaba y cantaba, estaba fascinada.

Bajo una lluvia de papel picado y una gigantesca ovación terminó la presentación de Neposedi. Habían dejado todo en el escenario, ahora quedaba esperar que dijeran los jueces.

Los tres grupos estaban expectantes ante la decisión, todos ansiaban con todas sus fuerzas ir a San Petersburgo para las nacionales, iba a ser una experiencia única, pero solo uno de ellos lo lograría.

Estaba una mujer con un aspecto algo extravagante, nadie sabía quién era y no tenía importancia tampoco, solo el sobre que llevaba en su mano. Después de un semi discurso sin mucha lógica, procedió a abrirlo. Estaban todos tomados de las manos.

-El ganador de las competencias estadales son… ¡Neposedi!-. Exclamó la mujer.

Los chicos se abrazaron con alegría, su sueño se empezaba a cumplir habían clasificado por primera vez a los Nacionales, ganaron pasajes directo a San Petersburgo.

Yulia saltaba de alegría, y Serguei les gritó a todos que ahora se iban a celebrar a su casa, no era para menos. Oksana inconscientemente abrazó a Nastya pero cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se separó inmediatamente dejando de una pieza a la rubia, quien seguía sin entender del todo la actitud de la diva. Elena corrió a tomar a Yulia en sus brazos, ¡lo logramos!, le repetía con euforia, pero de un momento a otro la morena se soltó de sus brazos, para correr a un costado del escenario donde la esperaba Ekaterina con una enorme sonrisa y un enorme ramo de rosas.

Ekaterina se mantuvo firme cuando la morena se le abalanzó encima haciendo que casi pierda el equilibrio.

-¿Cumplirás tu promesa?-. Exclamó la ojiazul con una enorme sonrisa-. Me llevarás a recorrer tú ciudad?-.

-Por supuesto que sí, estuviste realmente impresionante-. Respondió con ese brillo en los ojos que solamente Yulia le producía-. Esto es para ti-. Añadió entregando las flores-.

-Gracias-. Dijo dándole un pequeño beso como símbolo de agradecimiento-. Ahora iremos todos a la casa de Sergüei a celebrar ¿vienes?-.

-Mmm….yo tengo algo que hacer antes-. Contestó recordando que debía ver a cierta rubia desagradable - Prometo no demorarme y te veré allá-.

-Está bien-. Expresó no muy convencida-. Pero no te demores, quiero celebrar esto contigo-.

-Estaré ahí…muy pronto-. Dijo Ekaterina, que no pudo evitar la expresión de extrañeza cuando Oksana pasó junto a ella y le dio un empujón muy fuerte en su hombro… Tiene fuerza para ser tan pequeña, pensó-.

-¿Qué rayos le sucede a Oksana? – Se apresuró a preguntar Yulia que iba a ir a reclamarle-.

-Yul… - La detuvo Ekaterina-. No importa, quizás no me vio, fue algo casual-.

-Eky…-. Saludó Nastya quien se unía a las chicas-.

-Nast… ¿vas a la fiesta de Sergüei?-. Preguntó la morena-.

-Si…eso creo-. Dijo no con tanto ánimo la rubia-.

-Ok… Ahora iré a cambiarme, nos vemos más tarde Eky-. Se despidió amorosamente y se dirigió a los camerinos-.

-Yo también me tengo que ir-. Dijo Ekaterina-. Espero esta noche dejar solucionado el problema-.

-Te refieres a "ese problema"?-. Preguntó Nastya, bajando el tono de voz-.

-Sí, ahora iré a buscarla a su casa y quiere ir a cenar o algo así, y tengo un plan para que me de las fotografías-. Contestó segura la chica-.

-Esperó que todo salga bien, porque Oksana ni me mira-. Dijo cabizbaja-.

-Tranquila, yo iré más tarde a la fiesta de Sergüei, y ya estará todo solucionado, lo prometo-. Expresó, abrazando a la rubia para darle seguridad-.

-Gracias-.

-No hay de que, aunque podría cobrártela en algún momento porque estoy haciendo un gran esfuerzo para soportar estar cerca de esa chica, es realmente odiosa-. Exclamó para que la rubia mostrara una sonrisa-. Ya, será mejor que me vaya, nos vemos-.

-Adiós-.



Nastya y Yulia llegaron juntas a la casa de Sergüei. Ahí ya estaba la mayoría de los chicos, bailando y tomando una que otra copa. Oksana estaba en una esquina y cuando vio entrar a Nastya, no pudo dejar de pensar en lo hipócrita que era al hacerse la amiga de Yulia mientras tenía una aventura con la chica que salía su amiga, realmente era una experta engañando.

Volkova por otro lado, le seguía llamando la atención la actitud de Oksana con Ekaterina. La pequeña diva era molesta, pero nunca había sido agresiva ni odiaba a la gente por nada, además recordó lo que le dijo acerca de que Nastya la estaba engañando.

-Nast… ¿Qué sucede con Oksana?-. Preguntó la morena, mientras le servía un trago a su amiga y sentaban en uno de los sofás-.

-No lo sé…no me habla, ni siquiera me mira y cuando intento acercarme a ella, se va-. Contestó la rubia visiblemente afectada por la situación-.

-Pero tú no has hecho nada…para que ella actué así...o si?-.

-No…solo estuve ocupada en la semana y no pasé todo el tiempo con ella-. Dijo la rubia omitiendo el por qué había estado distante de la diva-.

-Ella es muy dramática el otro día…-. No pudo terminar lo que iba a decir porque notó que la mirada de Nastya se volvió brillante y unas lágrimas estaban amenazando con salir. Se volvió para ver que causaba eso y vio como Oksana bailaba en forma demasiado cariñosa con Fyodor.

-Mírala todavía lo ama, solo buscaba una excusa para alejarse de mí y yo intentado protegerla-. Susurró la rubia con tristeza-.

-Calma…ahora esa pendeja va a escucharme, no te puede hacer esto-. Exclamó Yulia y antes de que Nastya pudiera detenerla, ya estaba en el centro de la improvisada pista de baile, tomando de un brazo a Oksana y llevándola a otro lugar ante la mirada atónita de Fyodor y el resto del grupo.

-¡Suéltame!-. Gritaba la castaña-. ¡Que te sucede!-.

-¿Qué te sucede a ti?, porque bailabas con así con ese tarado? Le haces daño a Nastya -. Exclamó alterada la morena, quien había entrado a una habitación para poder hablar con Oksana-.

-¡No deberías defenderla!-. Expresó la castaña girando la cabeza en señal de negación y mirando hacia arriba a la morena puesto que ella se encontraba sentada en la cama y Volkova de pie cerca de la puerta-.

-Es mi amiga y no me gusta verla sufrir por ti, como no te das cuenta que ella te quiere, creo que nunca había querido a alguien como te quiere a ti y tú te paseas con Fyodor frente a ella-. Le reclamó la ojiazul-.

-¡Y tú como no te das cuenta que te está mintiendo!, que nos estaba mintiendo, y no sólo ella-. Le gritó la castaña y se levantó de la cama-.

-Q-ue…¿qué quieres decir con eso Oksana?-. Preguntó Yulia confundida-.

-Nastya y Ekaterina tienen algo más que una amistad, ellas nos están engañando-. Dijo bajando la mirada pues todavía le afectaba-.

-Estás loca-. Expresó la morena soltando una risa-. Eso es imposible, ninguna de las dos me haría eso-.

-Yo las vi…ayer cuando nos encontramos, yo venía de la sala del coro-.

-Y eso que tiene que ver…¡explícate niña!-. Todo en la cabeza de Yulia daba vueltas, eso realmente no podía ser posible-.

-Nastya estuvo distante toda la semana y yo sabía que le pasa algo, y ayer le revisé el celular y tenía un mensaje de Ekaterina que decía que se encontraran en el auditorio, después de clases y yo fui a verlas, y ahí me di cuenta de todo-. Explicó la castaña ante la mirada atónita de la morena-.

-¡Eso no me dice nada Oksana!-. Dijo Yulia perdiendo la paciencia-.

-¡Ekaterina tenía las manos en el rostro de Nastya y le dijo que ni tu ni yo deberíamos saberlo!, ¡es suficiente evidencia para ti!, estaban a punto de besarse Yulia, yo estaba ahí-. Exclamó con las lágrimas corriendo por sus ojos-.

-No…esto no puede estar pasando-. Repetía Yulia quien caminaba de un lado para otro-. Todo tiene que tener una explicación, Eky no me haría algo así no con Nastya-.

-Yo sé que duele, a mí me duele, pero es la verdad-. Dijo la castaña, sujetando con cariño el brazo de Yulia-. Piénsalo se complementaron de inmediato, era cosa de tiempo-. Añadió resignada-.

-Savalieva solo se volvió a acercar a mí por esto-. Dijo para sí misma-. ¡Es la misma traidora de siempre!-. Y de un impulso abrió la puerta y bajó dispuesta a enfrentar la situación. Oksana fue tras de ella para intentar detenerla, todos sabían el carácter de Yulia y eso no se iba a solucionar con palabras precisamente-.



Ekaterina pasó a la hora acordada por Ivana. La rubia la estaba esperando ansiosa y al parecer se había tomado su tiempo en arreglarse, llevaba un vestido en tonos lilas y maquillaje suave que resaltaba sus profundos ojos azules, estaba intentado por todas las maneras llamar la atención de Eky, y está aunque simulaba darle toda su atención incluso decir un "te ves hermosa", no podía dejar de pensar en Yulia y en llegar pronto donde ella estaba.

Durante la cena, Ivana le sonreía en exceso y le había preguntado muchas cosas y no había encontrado el momento para recuperar las fotos sin que la otra chica se diera cuenta, era difícil pero ya llegaría el momento en que pudiera hacerlo.

Ya en el auto camino a la casa de la rubia comenzaron a hablar nuevamente.

-Gracias por lo de hoy…lo pasé muy bien-. Dijo la rubia descaradamente coqueta-.

-Fue un placer - DIjo Ekaterina sin sacar los ojos del camino-.

-Podríamos…salir otra vez? Me gusta mucho pasar tiempo contigo-. Expresó y puso su mano sobre el muslo de la chica.

-Creo que ya llegamos-. Dijo Ekaterina quien otra vez sutilmente tomó la mano de la chica para alejarla de ella-.

-Entonces…nos vemos en la escuela el lunes-. Dijo nerviosa Ivana quien jugaba con el tirante de su bolso-.

-Espera…yo…¿Por qué eres así conmigo?-. Preguntó, para ganar tiempo, ya que fijó su vista en el celular de la chica que estaba en un bolsillo por fuera del bolso, con un movimiento podría sacarlo-.

-No es evidente…tú…me gustas-. Expresó y se sonrojó-.

-Yo…no he hecho otra cosa que tratarte mal, además no pensé que tus gustos fueran por ahí. Eres la popular de la escuela, podrías ser la novia de algún jugador de Futbol -. Dijo girándose para hablarle de frente a la muchacha-.

-Puede ser…pero yo preferiría ser tu novia, te aseguro que si me dejas conquistarte no te arrepentirás-. Se acercaba peligrosamente hacia Ekaterina, rozándole la cara con sus dedos-.

Ekaterina sabía lo que la chica quería y aunque no le gustara la idea era la única forma de terminar con eso, así que se acercó lo suficiente hasta tocar sus labios con los Ivana, mientras esto ocurría deslizó su mano hasta el bolsillo del bolso y tomó el teléfono, escondiéndolo inmediatamente detrás de su espalda, y ahí pudo retroceder.

-Eso fue increíble-. Dijo Ivana emocionada-.

-Se hace tarde y debo irme, nos vemos en la escuela-. Contestó la chica con cero emoción-.

-Entiendo-. Dijo algo desilusionada-.

-Que duermas bien-. Expresó con una falsa sonrisa-.

-Tú también-. Respondió sonriendo y se bajó del auto pensando que estaba logrando conquistar a Ekaterina, no sabía lo profundamente equivocada que estaba-.

Ekaterina, sonrió en forma satisfecha, tenía lo que Nastya necesitaba y ahora todo podía volver a como era antes. Aceleró y condujo hacía la casa de Sergüei donde la esperaba su hermosa morena.




Nastya estaba sirviéndose otro trago para pasar el mal rato de haber visto a Oksana con Fyodor, y también para controlar los nervios, ya que, Yulia hace un buen rato que había ido a hablar con la castaña y todavía no volvía a la fiesta. Sintió unos pasos que se acercaban muy acelerados hacia ella.

-¡Nastya!-. Gritó Yulia-. ¡ Eres una maldita traidora!-. Todos guardaron silencio y fijaron su mirada en la rubia-.

-Yul… ¡de que rayos estás hablando!-. Expresó Nastya confundida-.

-Como fui tan estúpida al creer que habías cambiando, siempre es lo mismo no, primero te acostaste con Sergüei cuando él salía conmigo, después le dijiste al maestro Smirnov de mi falso dolor de garganta para poder faltar al coro cuando fue la feria de la ciudad y ahora esto-. Decía Yulia que más que enojada, estaba decepcionada-.

-A que te refieres con esto, Yul, pensé que todo eso había quedado en el pasado, te juro que no he hecho nada-. Intentaba explicar desesperadamente-.

-¡Me vas a negar que tienes un romance con Ekaterina! - gritó ya que la paciencia se le había acabado y la rubia le estaba mintiendo en su cara-.

-¡Que estupidez estás diciendo!...eso no es cierto, solo somos amigas, por favor Yulia, ¿Quién te dijo eso?-.

-No lo sigas negando, Oksana las vio en la sala de coro-. Expresó con un gesto de fastidio-

-Solo conversábamos…- Intentó explicar-.

-¡Deja ya de mentir!-. Y cuando se iba a abalanzar sobre Nastya, unos brazos la tomaron por la espalda, unos brazos que conocía muy bien-.

-Yulia, cálmate…vamos, necesitas tomar algo de aire-. Dijo Elena sujetando fuerte a la morena y hablándole al oído, ella era una de las pocas personas que lograba calmarla-.

Yulia se dejó guiar por Lena. Estaba demasiado alterada, su respiración era agitada y sus mejillas estaban coloradas por toda la ira que sentía en ese momento. Lena la llevó al patio trasero de la casa de Sergüei, y la abrazó con fuerza mientras acariciaba su cabello.

Por otro lado Nastya fue a enfrentar a Oksana. No podía quedarse con todo eso, necesitaba una explicación.

-¿Por qué le dijiste eso a Yulia?, Una cosa es que busques un excusa para estar con Fyodor, sin sentirte culpable y otra es que me acuses de haberte engañado-. La rubia intentaba mantener la calma pero después de todo lo que había pasado era imposible-.

-¡Y tienes el descaro de negarlo!, yo te vi en la sala del coro, cuando conversaban sobre como tenían que guardar su secreto, que ni yo ni Yulia debíamos saberlo-. Expresó la castaña con despecho-. Así que no me lo niegues a mí-.

-¡Estábamos hablando de otra cosa!, Ekaterina me está ayudando con… - No pudo terminar la frase-.

-¡Con qué!?-. Interrogó la castaña a punto de la histeria-.

-¡No te lo puedo decir!-. Contestó impotente-. Pero no te estaba engañando, pensé que confiabas en mí, eso me dijiste, pero veo que no era cierto-. Añadió decepcionada-

-No te hagas la victima…si no puedes decirme por qué te veías a escondidas con ella es por qué algo ocultas-.

-Sí, pero no es lo que estás pensando-.

-¡Hola!-. Exclamó Ekaterina quien venía llegando, todas las miradas se fijaron en ella, casi todas las miradas de desaprobación, que la chica no entendía, así que se acercó a Nastya.

-¿Puedes decirme porque todos me miran así? Y donde está Yulia-. Dijo nerviosa pues no dejaban de mirarla-.

-Porque ya todos sabemos lo que pasa entre ustedes-. Respondió Oksana-. Así que olvídate de Yulia, ella no te perdonará lo que hiciste-.

-¿De qué estás hablando?-. Preguntó nuevamente la chica en extremo confundida-.

-Oksana nos vio en la sala de coro y piensa que tú y yo tenemos un romance y se lo dijo a Yulia, que casi me golpea-. Explicó la rubia aún incrédula por todo ese mal entendido-.

-¡Es una broma!-. Expresó Ekaterina alzando la voz-. ¿Dónde está Yulia?-.

-No lo sé, creo que en el patio-. Respondió Nastya a medias-.

-Nastya, tenemos que aclarar esto ya-. Dijo segura-. Tengo lo que necesitabas-. Sacó de su bolsillo el celular y se lo entregó a la rubia-. Ahora iré a buscar a Yulia, tú cuéntale todo a Oksana-.
Ekaterina comenzó a buscar a Yulia de forma frenética, no podía creer que cuando pensó que ya estaba todo arreglado, se formó un problema aún más grande. Intentó relajarse y controlar su respiración, conocía a Yulia y no iba a ser fácil convencerla de que nada de eso era cierto. Salió hacia el patio y la imagen enfrente de ella la descolocó más aún, solo escuchó un intercambio de palabras. Lena le decía a Yulia cuanto la quería y una dudosa morena le decía que aún sentía algo por ella. La información no era nada nuevo para la chica de ojos verdes, pero ver a Yulia otra vez en brazos de la pelirroja, le apretaba el corazón.

-Veo que estás bien acompañada-. Dijo Ekaterina para que se dieran cuenta de su presencia ahí-.

-Tú…no tienes nada que reprocharme, lo sé todo-. Respondió la morena aún con rabia-.

-Y no consideraste ni siquiera preguntarme si es verdad, solo lo diste por hecho-. Exclamó dolida-.

-Te lo pregunto ahora…¿me engañas con Nastya?-. Interrogó la morena alejándose un poco de Lena y fijando sus ojos color cielo en los verdes de la muchacha-.

-Por supuesto que no es verdad-. Respondió sin quitar sus ojos de los de la morena-. Yo solo ayudaba a Nastya con un problema, que ella no quería que Oksana supiera, pero eso no te importa ¿verdad?, porque si te importara no creerías cualquier estupidez que te dicen-. Dijo con molestia-.

-Pero…que problema?-. Preguntó una confundida Yulia que estaba mirando a los ojos de chica , dándose cuenta que no le mentía-.

-No me corresponde explicar eso, y no tengo ganas de hacerlo tampoco, te dejo porque al parecer estabas muy bien antes que yo llegara-.

-Eky…espera -. Yulia salió detrás de la chica, pero está era mucho más rápida y estaba muy enojada, por lo que cuando la morena llego al salón, la otra chica ya estaba saliendo de la casa y subiendo a su auto, fue ahí cuando se devolvió y decidió que Nastya le diera una explicación-. ¡Nastya vas a explicarme qué demonios sucede!-.

-No quiere decirlo-. Expresó Oksana-.

-Está bien, lo que ocurre es esto, la maldita de Ivana, nos tomó una fotografía a mí y a Oksana besándonos en la escuela, y me amenazó con publicarla y que toda la escuela supiera lo nuestro, además de torturarte todos y cada día, a no ser que yo le ayudara con algo-. Explicó la rubia-.

-¿Qué quería esa idiota? - Preguntó Yulia-.

-A Ekaterina -. Respondió secamente la rubia-. Y por eso nos juntamos ese día después de clases, ella me iba a ayudar y yo le pedí que ninguna de ustedes lo supiera no queríamos involucrarlas-.

-¡La voy a matar! ¡Voy a mandar a todo Moscú sobre su trasero!-. Gritó Yulia alterada-.

-Cálmate-. Ordenó Nastya-. Ekaterina ya solucionó el problema…yo solo lamento no haberte contado Oksana, solo quería protegerte y Yul, de verdad no quería dañar lo que tienes con Ekaterina-. Se lamentó la rubia.

-Y yo lamento haberte gritado-. Se disculpó la morena-.

-Esto es mi culpa, yo malinterpreté todo, lo siento mucho de verdad-. Decía Oksana incrédula por todo lo que había escuchado-.

-Ahora intentaré hablar con Ekaterina y arreglar todo esto, estaba muy molesta-. Dijo Yulia y se retiró dejando a las chicas conversar-.

-Creo que no hay mucho más que decir, es mejor que me vaya a casa-. Dijo la rubia un poco decepcionada aún-.

-Nastya, lo siento mucho, debí preguntarte primero, pero estaba tan dolida, que no razoné lo suficiente-. Se intentaba explicar Oksana quien podía notar la mirada dolida de la rubia-.

-Me duele que no hayas confiado en mí, tu sabias que yo te quería como no había querido a nadie antes y eso me producía inseguridad y que haces tú al primer mal entendido, me acusas de engañarte-. Expresó dolida la rubia-.

-¿Me querías?...que ya…no quieres estar conmigo-. Preguntó  insegura la castaña y mirando al suelo-.

-En este momento, necesito irme a mi casa y pensar, mis sentimientos por ti no han cambiado pero me duele todo esto…yo…te veré el lunes-. Dijo y se dio la vuelta para marcharse dejando a una desconsolada Oksana.



Yulia intentó por todos los medios de ubicar a Ekaterina esa noche, y el día siguiente pero no tuvo éxito, al parecer estaba realmente molesta, podía recordar el tono en el que le había hablado y su mirada, estaba herida y entendía el por qué, así decidió darle tiempo y volver a intentar hablarle el lunes en la escuela.

Condujo hacia la escuela, intentado idear las palabras exactas para disculparse por haber sido tan impulsiva. Era parte de su carácter… nunca podía controlarse, siempre dañaba a las personas que quería.

Apenas llegó a la escuela, le hizo guardia cerca de su casillero para que Ekaterina no pudiera evitarla.

-¿Qué haces aquí?-. Preguntó Ekaterina al verla justo al lado de su casillero-.

-Intenté hablar contigo el fin de semana pero no contestaste ninguna de mis llamadas, ni mis mensajes, ni mis mails, ni nada-. Explicó la morena-.

-Y eso no te dice nada?-. Respondió aún molesta-.

-Lo siento, de verdad, no sé cómo pude creer algo tan absurdo-. Se disculpó

-Es simple…lo creíste porque cualquier excusa sirve para sacarme del camino y volver a los brazos de Katina -. Expresó segura-. Tú realmente no quieres darme una oportunidad porque la amas demasiado todavía-.

-Eso no es cierto…si yo la quiero, pero contigo es diferente, yo de verdad te quiero, por favor dejemos esto atrás… ¿Qué puedo hacer para que me creas?-. Expresó en un tono que no era para nada característico de Yulia Volkova-.

-Yo… - La chica no alcanzó a responder a eso, cuando un escalofrio le recorrió el cuerpo. Los libros que tenía en la mano cayeron al suelo y solo pudo pronunciar unas palabras entrecortadas-.¿Tú…que haces aquí?-. Yulia se volteó y se encontró con una imponente y hermosa rubia. No tenía que pensar mucho para saber quién era-.


-Hola cariño… ¿pensaste que nunca te encontraría?-. Dijo Anya-.
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Mensaje por andyvolkatin Dom Oct 30, 2016 10:25 am

Hola Very Happy
que capitulo tan bueno
por fin estaba esperando su aparicion
espero la sigas pronto study

andyvolkatin
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Sáb Nov 05, 2016 4:54 pm

Capitulo 8: Pasado, Presente, ¿Futuro?


Ekaterina no sentía movilidad en ninguna parte de su cuerpo. Ahí estaba otra vez su peor pesadilla, por más que se había esforzado en alejarse lo más posible, había sido inútil. Esos ojos la tenían paralizada y aunque intentara negárselo se veía más hermosa que la última vez, con su vestido a la rodilla en tonos azul perla y con un cinturón negro ancho, sus tacos en el mismo color del cinturón, su cabello rubio con ondas hasta más debajo de los hombros y esos profundos ojos verdes, que no eran como los de ella, eran más oscuros, eran muchas veces ilegibles.

-No me vas a decir nada?…Hice muchas cosas para llegar hasta acá, tenemos que hablar y arreglar esto-. Dijo decidida Anya, quien intentaba acercarse más-.

-Yo…tú…nosotros ya…-. No podía modular, estaba impactada por la inesperada visita-.

-Por favor nena…solo dame la oportunidad de explicarte lo que pasó-. Decía la rubia con algo de súplica en su voz-.

-Eso…no tiene…explicación-. Respondió Ekaterina-. Solo vete…no quiero verte otra vez-.

-No me voy a ir…hasta que me escuches-. Intentó acercarse hacia Ekaterina pero Yulia, que hasta ese momento había solo observado se le interpuso-.

-Creo que ella fue clara, porque no te vas y la dejas en paz-. Expresó segura y colocándose justo al frente de Anya-.

-¡Tú no te metas, esto es entre ella y yo!-. Gritó la recién llegada alterada y con su cuerpo en posición defensiva-.

-¡No le grites!-. Exclamó Ekaterina, que ya estaba reaccionando-. No tienes ningún derecho a alzarle la voz, ni tampoco tienes porque estar aquí-.

-Vine por ti…solo te pido una conversación, sin que nadie se entrometa-. Expresó fijando su mirada en la morena de cabellos cortos-.

-Tú no entiendes cuando alguien te dice que no, te lo dije por teléfono y te lo digo ahora, ¡supéralo!, Ekaterina no quiere saber nada de ti-. Dijo la morena con su mano en la cadera para infundir temor, pero la rubia era igual que ella y al parecer no la atemorizaba-.

-Así que tú fuiste la que me corto el teléfono, debí saberlo, y tenía razón no eres más que una chica corriente de ciudad pequeña, porque no te buscas algo que hacer y me dejas sola con mi novia-. Increpó agresiva-.

-¡Ella ya no es tú novia!, estás verdaderamente loca, acepta la realidad, ¡Ekaterina está conmigo ahora!-.

-Por favor… no eres más que un pobre reemplazo, y estoy aquí, tú tiempo terminó así que te puedes retirar y olvidarte de Ekaterina, es mía y siempre lo será-. Expresó Anya despectivamente-.

-Eso te gustaría, pero te recuerdo que eres tú la que sobra en este momento, no te quiere ver, puedes procesar eso en tu diminuto cerebro?-. Respondió de la misma manera-.

-¡Ya basta!... ¡No soy un maldito trofeo que se puedan pelear!-. Exclamó Ekaterina perdiendo la paciencia-. ¡Así que tú, toma el primer avión y regresa a San Petersburgo!- Dijo apuntando a Anya-. Y Yulia, necesito tiempo, así que por favor solo déjame-. Tomó su bolso y se alejó de las dos chicas que la miraban atónitas-.

Yulia tuvo el impulso de seguirla, podía comprender lo afectada que estaba con la inesperada visita, y ella con su actitud no había ayudado mucho, pero alguien sostuvo su brazo y la detuvo-.

-La conozco, es mejor que la dejes sola-. Dijo Anya con un tono más tranquilo-.

-¿No te cansas de hacerle daño?...primero la engañas y ahora te apareces aquí como si nada hubiera ocurrido-. Expresó la morena soltándose de la mano que la sujetaba-. Si la quieres de verdad vas a hacer lo que te pide y tomarás un avión de regreso a tú ciudad-.

-Eso no lo decides tú, y yo no la quiero, la amo, nunca he dejado de estar enamorada de ella, y no me iré hasta recuperarla, no te dejaré el camino libre Volkova, no sin luchar antes-. Respondió, se puso sus lentes de sol y se dio la media vuelta dejando a Yulia con mil pensamientos pasando por su cabeza-.

Anya, había ocultado muy bien los celos que le produjo ver a Ekaterina con Yulia. Después de esa noche en donde la morena le contestó el teléfono, comenzó a investigar todo acerca de ella, y así fue como llego a Moscú. Cuando Yulia le gritó por teléfono que era la nueva novia de Ekaterina, lloró, sintió impotencia pero se lo merecía, nadie más que ella, había sido la culpable de perder a su morena de cabellos largos, cometió un error demasiado grande y arruinó todo lo hermoso de su relación, pero estaba dispuesta hacer lo que fuera por recuperarla, no por orgullo, sino porque sin Ekaterina sentía que nada tenía sentido.

Ekaterina, solo quería escapar una vez más, no quería entrar a clases y tampoco irse a su casa puesto que tendría que dar una larga explicación del por qué no estaba en la escuela. De todo lo que se esperaba ocurriera, el hecho de volver a ver a Anya, no pasó por su mente esa mañana al levantarse.
Como llego a estar debajo de las gradas del campo de futbol, era todo un misterio, su cerebro había dejado de funcionar en forma momentánea, solo quería desaparecer por unos cuantos días. Se sentó en un rincón y puso su cabeza sobre las rodillas. Debía calmarse, pero al contrario de eso lo único que logró es que todos los recuerdos la golpearan, uno tras otro. Y con esto las lágrimas inundaron todo su rostro, fue un proceso demasiado largo y doloroso para volver a pasar por ello, Anya no podía solo aparecer y derrumbar todo lo que había construido en este tiempo lejos de ella, debía ser fuerte y enfrentarla, sacarla de su vida en forma definitiva.

Se levantó haciendo uso de toda la fuerza que tenía consigo en ese momento, debía seguir con su vida, no iba a darle en el gusto a Anya y paralizar todo lo que había conseguido, porque justo hoy se le había ocurrido aparecer.

Caminó por la orilla del campo de futbol y se encontró de frente con una pelirroja que la miraba con una expresión de culpabilidad y curiosidad.

-Podemos hablar...-. Dijo Elena insegura, pues al mirar a Ekaterina se dio cuenta que había estado llorando y pensó que era por Yulia.

-Sí… ¿sobre qué?-. Preguntó en forma amable, sabía que lo único que podían tener en común era cierta morena.

-¿Has estado llorando?...no me gusta cuando las personas lloran-. Dijo Inocentemente

-No creo que te preocupe si he estado llorando-. Contestó un poco a la defensiva-. No has sido la persona más amable desde que llegué-.

-Lo sé y no suelo ser así con las personas, pero si has estado llorando por lo que ocurrió con Yulia…yo…nada pasó entre nosotras ese día-. Exclamó sinceramente, aunque le dolía, no quería decir algo para empeorar las cosas, iba a luchar por Yulia pero limpiamente-.

-Yo sé que nada pasó, pero duele verlas juntas, yo tengo claro todo lo que ella siente por ti-. Respondió también sincera no odiaba a la pelirroja, solo sentía celos de todo lo que tenía con la ojiazul-.

-Yo la amo-. Dijo casi instintivamente-.

-Sé que la amas, pero yo también siento cosas muy fuertes por ella, y mientras tenga una oportunidad no la voy a dejar ir-. Respondió no agresiva sino que sincera-.

-Aunque me duela asumirlo, Yulia también siente cosas por ti, te lo has ganado, no deberías llorar fue solo un mal entendido-. Confesó la pecosa de cabellos rizados-.

-No estaba llorando por ella-.

-¿Y porque entonces?... ¿acaso estás triste porque tu gato también lee tu diario o comenzó de nuevo a fumar?-. Preguntó seria Katina, como si todo eso tuviera algún sentido-.

-Eh…la verdad es una larga historia, pero tiene más que ver con alguien de mi pasado-. Expresó intentado procesar de alguna manera lo que dijo la pelirroja que no le hacía sentido, pero había escuchado que Lena decía cosas así algunas veces-.

-Entiendo, esperó que lo soluciones-.

-Gracias-. Exclamó sincera. De todas las personas en la escuela no esperaba escuchar palabras de ánimo de la chica-.

-De nada-. Contestó con una sonrisa y comenzando a caminar para irse a clases-. Ahh…y Ekaterina, aunque creo que eres realmente hermosa y agradable algunas veces, no me voy rendir para reconquistar a Yulia-. Confesó-.

-Lo sé y yo tampoco lo haré-. Respondió de la misma manera para también alejarse, esa conversación había sido un poco extraña, pero la hacía sentir mejor-


Nastya estaba en su casillero jugando con el celular de Ivana entre sus manos, intentado encontrar el momento exacto para hacerle frente, ya había borrado las imágenes de ella, y por si acaso se quedó con la memoria del teléfono, ahora ella tenía el control de la situación.

-¡Hey Nast!-. Saludó de repente Yulia, que notó esa sonrisa maliciosa en Nastya-.

-Hola Yul… ¿Cómo estás?-. Preguntó dejando por un momento sus planes anteriores-.

-He tenido días mejores-. Respondió algo cabizbaja la morena-.

-Todavía no hablas con Ekaterina?-. Preguntó-.

-Si hablé con ella hoy en la mañana, pero no me vas a creer quien está de visita en Moscú-. Contestó-.
-¿Quién?-.

-Anya…su ex novia y la muy descarada viene a recuperar a Eky, como si nada hubiera pasado-. Dijo con rabia-.

-¡¿Qué? Y como llego hasta acá?-. Preguntó la rubia impresionada por la noticia-.

-No lo sé, pero es realmente odiosa y la verdad…no sé qué va a pasar ahora que ella está acá, deberías haber visto la cara de Ekaterina, nunca la había visto así y creo que yo no ayudé mucho a que se sintiera mejor ,yo y mi maldito carácter-. Se reprochó la morena-.

-Tienes que tener calma, ahora más que nunca, debe ser muy difícil para ella enfrentar todo esto tan de sorpresa, tienes que estar con ella si no quieres perderla-. Aconsejó Nastya-.

-Lo sé…eso haré-. Expresó Yulia-. ¿Y tú?...podría reconocer esa sonrisa malévola a kilómetros de distancia… ¿Quién es la victima?-. Preguntó sonriendo también-.

-¿Quién crees tú?... nadie chantajea a Nastya Savalieva y se queda como si nada-. Expresó segura la rubia-. Esa idiota va a lamentar cada palabra-. Añadió-.

-Eso es excelente… cuenta conmigo, esa idiota se metió con mi chica y no hay nada que le haría mejor a mi ánimo que poner en su lugar a esa descerebrada-. Exclamó con complicidad-.

-Vamos a enseñarle a no meterse con las perras a cargo-. Dijo la rubia sacando toda esa prepotencia que la caracterizó siempre-.

Ambas chicas avanzaron por los pasillos de la escuela, con solo una idea en la cabeza, vengarse por todo lo que las había hecho pasar Ivana, quien no imaginaba la horrible idea que había sido meterse con el dúo Savalieva-Volkova.

Ivana estaba en su casillero ordenando algunas cosas antes de ir a su clase respectiva pero al girarse vio de frente a Nastya.

-Por más que me gustaría darte algo de mi tiempo, estoy atrasada, estúpida-. Expresó la chica despectivamente-.

-Yo que tú me haría un tiempo... ¿No has extrañado algo últimamente?-. Preguntó con una sonrisa de satisfacción-.

-Qué…yo no entiendo de lo que estás hablando-. Pero cuando Nastya sacó su mano del bolsillo y le mostro su teléfono, su seguridad se fue. Como podía tenerlo ella?-.

-Pensaste de verdad que podrías venir y chantajearme y que todo quedaría así?-.

-¡Devuélveme eso!-. Exclamó molesta la también rubia intentando quitárselo a Nastya-.

-Para mi sorpresa, cuando iba a borrar las fotografías mías y de Oksana, adivina que encontré?-. Preguntó en forma retórica-. Eres una pequeña acosadora lo sabías, no tenía idea de tu gusto por seguir a Ekaterina, incluso en las duchas, creo que eso no va con la estricta moral de una estudiante, ¿Qué diría Shapovalov si se enterara?
-. Expresó sin borrar esa sonrisa de burla de su rostro, era algo que definitivamente estaba disfrutando-.

-Yo…tú no puedes decirle, él no te creería-. Contestó y le arrebató el teléfono a Nastya, pero cuando se giró escuchó como cerraban violentamente la puerta de su casillero y detrás de ella estaba Yulia-.

-¿A dónde crees que vas?…piensas que esto ha terminado¡?-. dijo amenazante

-Por favor…de verdad lamento lo que hice-. Expresó resignada y solo queriendo escapar, esas dos chicas sí que la aterrorizaban-. Puedes estar segura que nunca le diré a nadie lo tuyo con Oksana. Dijo dirigiéndose a la rubia-.

-Tus palabras no sirven ahora Barbie defectuosa, te metiste con mi mejor amiga y con Ekaterina eso es suficiente para mandar a toda la escuela sobre ti-. Exclamó apuntándola con furia-.

-Calma Yulia-. Dijo Nastya-. Creo que esta pequeña hipócrita aprendió la lección-. Expresó mirando en forma cómplice a la morena-. Pero solo para asegurarnos-.

Cuando Nastya dijo esto, Yulia sacó un termo con “agua” que tenía en su otra mano y lo volcó todo encima de Ivana que no salía de su impresión, nadie nunca había hecho eso, no a la más popular de la escuela. Las miradas a su alrededor eran de burla, las risas eran sonoras y todos aquellos, de los que la rubia se había aprovechado se sintieron vengados en las manos de Yulia Volkova y Nastya Savalieva.

-Es de frambuesa, el color combina con tu ropa y solo por si se te ocurre alguna estupidez, guardé la memoria de tu celular-. Susurró Nastya, antes de avanzar por los pasillos de la escuela no sin antes chocar su mano con Yulia en señal de una absoluta victoria-.

Oksana justo se dirigía a la sala de canto, cuando se encontró con la escena y aunque nunca fue partidaria de solucionar las cosas con violencia, Ivana se merecía lo que Nastya y Yulia le habían hecho, así que no pudo evitar sonreír. Todavía debía pensar en una forma de hablar con la rubia y hacer que la perdonara, porque ella había actuado verdaderamente como una reina del drama al ocasionar todo ese mal entendido. Le había prometido a Nastya confiar en ella, y no cumplió su palabra así que debía jugar todas sus cartas para lograr el perdón de la rubia.



Anya recorría la pequeña escuela, y pensaba en como Ekaterina se pudo adaptar a estudiar ahí, y más a vivir en Moscú, una ciudad bastante congestionada y con gente corriente sin ningún tipo de estilo, ese no era el lugar de su novia, no ahí, no con esa chica morena arrogante, sino con ella en San Petersburgo. Notó que un joven delgado y de profundos ojos azules la miraba a la distancia, se veía distinto al resto de la gente que había visto, estaba muy bien vestido y perfectamente peinado. Así que se acercó a saludar.

-Hola… ¿Tú estudias aquí?-. Preguntó Anya-.

-Sí…Soy Sasha-. el chico estiró su mano para saludar y esperando que le dijera su nombre, para estar seguro que era quien creía.

-Un gusto Sasha, soy Anya Kurnisova-. Respondió tomando la mano del chico que de presencia le parecía agradable-.

-¡Lo sabía!-. Exclamó Sasha de repente-. Sabía que eras tú, la pregunta es que hace la musa de la moda, en Moscú, ¡esto es increíble!-.

-Veo que sabes de moda, aunque me di cuenta solo con verte, tienes estilo algo que verdaderamente ninguno tiene en esta escuela-. Expresó la rubia haciendo un guiño como felicitación-.

-Y puedo preguntar que hace la chica con más clase del país, en una ciudad como Moscú?-. Exclamó curioso-.

-Es una larga historia-.

-Si quieres puedes contármela mientras nos tomamos un café, hay un Starbucks cerca y ahora no tengo clases hasta la última hora que es el ensayo en Neposedi-.

-Me encantaría-.

Ambos chicos caminaron hacía el local , Sasha estaba entretenidísimo hablándole a Anya, no podía creer que la chica que veía posaba en las revistas como un icono adolecente y que estuviera ahí junto a él, por fin alguien a quien no tuviera que explicarle quien era Alexander McQueen o Valentino, de verdad estaba muy excitado por su compañía.

-Ni lo sueñes…yo te estoy invitando-. Expresó Sasha haciendo un gesto para que la chica guardara su dinero-.

-Muchas gracias, ha sido muy amable de tu parte, creo que necesito cafeína para digerir todo lo que he pasado hoy-.

-Ven sentémonos-. Dijo tomando el brazo de Anya-. No te voy a mentir, creo que me imagino porque estás aquí o mejor dicho por quién estás aquí-. Expresó directo como siempre solía ser-.

-Vine a buscar a mi novia-. Aceptó la chica-. No sabía nada de ella hace ya casi cinco meses, simplemente desapareció, sé que yo tuve la culpa, pero si estoy aquí es para recuperarla-. Expresó firmemente-.

-Hablas de Ekaterina, no es verdad, porque es la única Heredera real que ha llegado últimamente a la ciudad-. Dijo el chico intentado sacarle una sonrisa a la cabizbaja joven-.

-Sí, ella es todo lo que quiero en este momento-.

-No quiero ser pesimista, pero desde que llegó no se ha despegado ni un segundo de Yulia, al parecer son pareja y se ven…felices-. Expresó el chico intentado suavizar lo más posible la información-.

-Lo sé, en la mañana tuve un no muy agradable encuentro con Volkova, tiene presencia y es hermosa no lo puedo negar, pero cuando miré a los ojos a Ekaterina me di cuenta que todavía siente algo por mí, la conozco demasiado, y aunque sea algo muy mínimo me aferraré a eso para que vuelva conmigo-. Dijo decidida-.

-Pues suerte entonces, dicen que en el amor y en la guerra todo vale-. Exclamó intentando darle ánimo-. Creo que se está haciendo tarde, debo ir a las clases de música y después prepararme para la presentación que dará mi novio esta noche en El Merendero-.

-¿Presentación?-.

-Sí él es el solista del coro de la Academia Alexandre Romanov, yo también cantó una vez en esta escuela-. Explicó-.

-Yo soy la solista del coro de mi Academia, el año pasado sacamos el tercer lugar en las nacionales, y este año esperamos ganarlas-.

-¡Nosotros clasificamos a las nacionales!, creo querida amiga que nos acabamos de transformar en adversarios-. Exclamó frunciendo el ceño para fingir una cara de pocos amigos-.

-Esperó que eso no sea desde ahora, porque la verdad necesito un favor-. Dijo misteriosamente la rubia-.

-Lo que quieras-. Respondió acercándose a la chica.

Terminaron su conversación y Sasha fue rumbo a la sala del coro para sus ensayos con Neposedi, no sin antes dejar un taxi a Anya para que llegara a su hotel, había sido una conversación muy entretenida, la chica quizás se veía imponente y fría pero él no lo creía así, eso sí tuvo la precaución de no comentar su encuentro con nadie, no se quería arriesgar a la ira de Yulia.


Oksana fue la primera, como era costumbre en llegar a la sala de música, tenía una idea fija, hacer que Nastya la perdonara por la tontera que había hecho. Cuando estaba sumergida en sus pensamientos y fijando su vista el frente, la vio entrar junto con Yulia, venían riendo, presumiblemente de toda su venganza y como la chica no pudo hacer nada contra ellas.

-Han hecho historia, nunca nadie había arrojado algo sobre la chica más popular de la escuela-. Expresó Masha emocionada-.

-Chicas ustedes sí que tienen mis respetos-. Añadió Tasha -.

-Se lo merecía, es una perra. Dijo Yulia sentándose al lado de Nastya en una de las últimas filas-.

-Solo espero que Shapovalov no tome represalias. Es la capitana de su equipo de cheersleaders-. Exclamó Fyodor-.

-No seas miedoso taradote, lo tenemos todo bajo control-. Contestó Yulia-.

-¿De qué hablan?-. Preguntó Lena quien venía recién ingresando a la sala-.

-De como Nastya y Yulia vaciaron un vaso de jugo de frambuesa sobre Ivana-. Explicó Masha-.

-¿En serio hicieron eso?-..

-Si Lena, tú sabes que se lo había ganado-. Respondió Nastya-.

-El dúo del terror ha vuelto a la escuela-. dijo Sasha quien se unía a la conversación, y con su comentario hizo que la mayoría riera.

-Chicos presten atención-. Exclamó el señor Smirnov, y todos guardaron silencio para escuchar lo que su maestro quería decirles-. Estoy muy orgulloso de todos ustedes por haber ganado las regionales, estuvieron increíbles, pero ahora ya se acercan las nacionales y esas son palabras mayores, y tenemos que prepararnos muy bien para tener la oportunidad de ganar-.

-Lo sabemos y estamos todos comprometidos para ensayar lo que sea necesario para ganar las nacionales-. Afirmó Fyodor, a lo que todos estuvieron de acuerdo.

La clase transcurrió entre ejercicios de vocalización, ensayos de coreografías y cuando ya estaba por finalizar, Oksana pidió la palabra.

-Señor Smirnov-.

-Sí Oksana-.

-Quiero pedir el escenario para interpretar una canción-. Pidió la pequeña diva-.

-Por supuesto… ¿Qué nos vas a interpretar?-. Preguntó entusiasta el maestro-.

-Voy a interpretar una canción de Adele, a quien le debo todo el amor que tengo por la música, y siento que esta canción representa todo lo que hay mi corazón en este momento, porque cuando uno está enamorada y comete un error no significa que no lo quiera dar todo-. Dijo esto último bajando la mirada-.

-Aquí vamos con otro musical de la gran diva-. Expresó Yulia con fastidio-.

-¡Cállate!-. Le ordenó Nastya con una mirada asesina-. Quiero escucharla-.

-Ok. Lo siento-.

Oksana le susurró al oído la canción al pianista para que comenzara a tocar los primeros acordes. La melodía se hizo conocida y junto con ella la melodiosa voz de la castaña comenzaba a escucharse. Fijó su mirada en Nastya, deseando con todo su corazón que sintiera todo lo que le quería entregar con su canción.

Al principio las miradas eran sutiles, intentado que nadie notara que su canción iba dirigida en forma exclusiva para esa hermosa rubia que la había cautivado con esos ojos verdes esmeralda, profundos que le entregaban una mirada sincera.

When the rain is blowing in yor face  (Cuando la lluvia golpee tu cara)

And the whole world i son your case (Y el mundo entero esté en tú contra)

I could offer you a warm embrace (Puedo ofrecerte un fuerte abrazo)

To make you feel my love (Para hacerte sentir mi amor)

A medida que pronunciaba cada palabra de la canción, sus movimientos se hacían cada vez más fluidos y con ello más evidentes, ya no solo eran miradas, eran gestos, suplicas de perdón, de entrega, que su amor era completamente de Nastya y que todos lo supieran.

En el coro exaltó cada nota alta, demostrando su impresionante registro, pero esta vez no era ese el fin de Oksana, no quería que todos apreciaran su hermosa voz, sino que buscaba decirle a su chica que ella era solo una mujer enamorada, que cometía errores por lo muchas veces irracional de sus sentimientos hacia ella.

Muchos de los rostros del salón de Neposedi, demostraban lo que estaba ocurriendo. Si, Oksana, le había tomado la mano a Nastya mientras le cantaba una canción de amor, porque al ir transcurriendo la melodía la castaña había entrado en un trance, que no le permitió contenerse y terminó frente a la rubia cantándole que ella era una mujer enamorada, a lo que Nastya, no reaccionaba aún, estaba hipnotizada por la voz y la entrega de su pequeña diva, no había nadie más ahí para ella, solo ellas dos.

Cuando la canción finalizó, todos estaban expectantes a la reacción de la ex capitana de las cheersleaders. La mayoría pensaba en algo violento, que Nastya golpearía a Oksana por su osadía de cantarle un canción de amor, después de todo habían sido años de tortura de parte de la rubia, y que ahora de un de repente sintieran algo la una por la otra que no fuera odio, estaba fuera de cualquier pensamiento de los miembros del grupo.

Pero cuando Nastya finalmente recuperó el dominio sobre su cuerpo, y sus cuerdas vocales pudieron sacar palabras, lo único que hizo fue arrojarse a los brazos de Oksana y susurrarle al oído un tierno "te quiero", a lo que la castaña no pudo evitar corresponder y fundir sus labios con los de su rubia, sin pensar en todos los espectadores que tenía la romántica escena.

-¡Creo que se acerca el fin del mundo!-. Exclamó Sasha desconcertado, lo que produjo que Nastya y Oksana tomaran algo de distancia pero con sus manos entrelazadas-.

-¿¡Chicas, que ocurre aquí!?-. Preguntó Tasha dirigiéndose a Oksana-.

-Esto no puede estar pasando-. Se negaba Fyodor a sí mismo-.

-¡Eso si fue sexy! – Comentó Següei entusiasmado-.

-¡Ya todos cierren sus malditas bocas!... No se supone que este es el lugar donde se puede ser uno mismo sin que nadie te juzgue?-. Y todos aceptaron con la cabeza, menos Fyodor que aún parecía perdido-. Entonces nadie dirá sobre esto, Oksana y Nastya tendrán nuestro apoyo y no saldrá de acá, no hasta que ellas estén lista-. Dijo Yulia.

La mayoría estuvo de acuerdo con la morena, algunos porque encontraban razón en sus palabras y otros porque definitivamente no querían enfrentarse a ella, seguía siendo la persona más temible en la escuela. Fyodor tomó sus cosas y salió de la sala de música, en una mezcla entre enfurecido y sorprendido, no le cabía en la cabeza que ahora sus dos ex novias estuvieran ¿juntas?, eso era difícil de procesar.

-Gracias Yul-. Expresó Nastya abrazando a la morena-.

-Para eso somos amigas Nast-. Dijo correspondiendo al abrazo-.

-Nunca pensé que diría esto, pero de verdad te lo agradezco Yulia-. Exclamó Oksana-

-No hay problema niña, tú solo controla a la reina del drama que llevas no tan dentro de ti y cuida a Nastya-. Dijo intentando sonar amenazante-.

-Lo haré-.

El señor Smirnov después de toda la conmoción, decidió que era mejor terminar la clase, así que todos comenzaron a salir. Antes de eso Sasha había llamado la atención de todos invitándolos a ver la presentación de Illya, su novio; en el Merendero.

Yulia, que se quedó ordenando algunas cosas, y pensando en lo que había ocurrido. Mientras Oksana cantaba, ella inconscientemente había tomado la mano de Lena, y se dedicaron miradas durante toda la canción. La pelirroja se apoyó en ella y eso se sintió demasiado cómodo, tener su cuerpo tan cerca del de Lena, le parecía tan natural.

-¿En qué piensas?-. Preguntó Lena, quien había notado desde la puerta a Yulia metida en sus pensamientos y decidió acercase-. ¿En mí?-. Añadió coqueta

-Eh… sonrojó en el intento de explicarse-.

-Solo bromeaba-. Soltó Lena con esa sonrisa inocente que hacía que la morena recordara cada una de las cosas que la habían hecho enamorarse de esa chica-. Quería hablar contigo sobre algo-.

-Dime…sobre qué quieres hablar Len-Len?-. Hace mucho que no ocupaba ese sobrenombre tan cariñoso con la pelirroja-.

-Hoy hablé con Ekaterina…se veía triste-. La pelirroja frunció el ceño recordando la conversación-. Yo le dije que nada había pasado entre nosotras ese día, pero me dijo que estaba llorando por otra cosa, entonces supuse que era algo con su gato, yo también me pongo triste cuando el mío está mal-. Expresó inocentemente-.

-Lena, creo que Ekaterina estaba así porqué su ex novia está en la ciudad-. Explicó la morena, quien se imaginó la escena de las dos chicas hablando y Lena preguntándole a Ekaterina por su gato. La chica debe haber estado confundida pero debía haber sido amable, porque así era Ekaterina, amable, atenta, amorosa, era todo lo alguien pudiera querer, y ahí estaba otra vez toda esa confusión-.

-Ahora lo entiendo, igual no me gustó verla así, no es una mala chica, sabes-.

-No lo es-.

-Le dije que era hermosa y que me agradaba pero que yo te amaba y que no iba a dejar de luchar por ti, y estuvo de acuerdo-. Expresó la pelirroja-.

-Eso es extraño, no sé si sentirme alagada o asustada por lo que pueda pasar-. Dijo Yulia confundida-.

-Siéntete alagada, dos impresionantes chicas te quieren, aunque yo te amo más-. Y con esto depositó un beso en la mejilla de la morena-. Nos vemos más tarde en El Merendero-.

-Nos vemos Lena-. Se despidió

Yulia salió hacia el estacionamiento todavía un poco confundida, no sabía cómo de estar un día llorando con su corazón roto, ahora tenía a dos impresionantes chicas, porque Lena tenía razón, amabas eran increíbles. Cuando ya había sacado sus llaves, miró hacía su auto y ahí estaba Ekaterina, apoyada en el capot, desde la mañana que no se veían.

-Hola-. Saludó Eky, quien tenía un ya mejor ánimo-.

-Hola-. Respondió Yulia quien ya estaba casi al frente de la chica-.

-Lamento haberme ido así en la mañana…yo…necesitaba procesar algunas cosas, todo lo que pasó fue muy sorpresivo para mí-. Explicó con sus ojos verdes aún un poco enrojecidos-.

-Lo entiendo y lamento mi comportamiento, debí apoyarte no darte otro problema, y también lamento la confusión con Nastya, ahí realmente me comporte como una idiota-. Se disculpó la morena-.

-No tienes que disculparte por lo de hoy, sé que Anya logra acabar con la paciencia de cualquiera, y lo de Nastya, me dolió que no confiaras en mí pero también me gustó verte en plan celos descontrolados. Nast me dijo que casi la golpeas-. Dijo sonriendo-.

-¿La has vuelto a ver?-.

-No…quizás aceptó mi consejo y tomó un avión de vuelta a San Petersburgo, aunque conociéndola es difícil, no se rinde así como así, no está acostumbrada a recibir un no por respuesta-.

-Créeme, me di cuenta de eso, es realmente irritante y arrogante…-.

-Lo sé-. Dijo-. Pero no quiero seguir hablando de Anya, solo espero ya no tener que verla, con eso es suficiente-.

-Tengo una idea para levantar tu ánimo-. Dijo ampliando su sonrisa y se podía apreciar ese hermoso hoyuelo que se le formaba-.

-¿Sí? ¿y cuál sería ese plan?-. Tomando por cadera a la morena y levantando una ceja en forma insinuante-.

-Te había dicho que tienes una mente muy sucia, Sharapova-.

-Un par de veces-. Respondió sonriendo-.

-Lamento decepcionarte, pero mi plan es que más tarde vayamos al Merendero, Sasha nos invitó a todos a ver la presentación de Illya-. Expresó Yulia.

-No me decepciona, mientras esté contigo está todo bien-.

-Nos encontramos allá a las 6:30-.

-Ahí estaré-. Y con un corto beso se despidieron.


Sasha parecía maestro de ceremonias esperando a cada uno de sus compañeros de grupo en la entrada e indicándoles donde deberían sentarse, ya que había preparado unas mesas que están contiguas especialmente para ellos y a sí pudieran disfrutar del espectáculo juntos.

Primero llegaron Tasha y Lena, luego otra chica con Sergüei, Nastya y Oksana, Masha, y Yulia, a nadie le llamó la atención que Fyodor no fuera, porque Sasha, había hecho el comentario que desde que salió de la sala de coro, se encerró en su habitación y nadie lo había sacado de ahí, al parecer aún estaba en shock por lo sucedido.

-¿Y Ekaterina?-. Preguntó Nastya-. ¿O aún no hablas con ella después de lo que pasó con la ex novia?-.

- Debe estar por llegar, me estaba esperando cuando salí de la escuela, ahí hablamos un poco, está todo bien-. Explicó-.

-Me alegro, me sentía algo culpable por lo ocurrido-. Expresó Oksana-.

-Hablando de…-. Dijo Nastya con su vista hacia la puerta-.

-Hola chicas-. Saludó Eky-. Lamento el atraso-. Y se sentó junto a las chicas-.

-No hay problema ¿Cómo estás?-.

-Bien…creo que ya pasó el impacto-. Respondió sonriendo-.

-Eky-. Dijo Oksana algo nerviosa-.

-Dime-.

-Lamento profundamente el mal entendido que produje por mis celos hacía ti, y también mi comportamiento contigo-. Expresó sinceramente la castaña-.

-Está olvidado Oksana, aunque debo reconocer que para ser pequeña tienes bastante fuerza, tu empujón casi me hace perder el equilibrio-. Dijo la morena alta con una sonrisa-.

-¡Tu hiciste que!...-. Exclamó Nastya-. Pero antes que pudiera obtener una respuesta, las luces bajaron para dar comienzo a la primera parte de la presentación-.

La primera voz que se escuchó era la de Illya, armónica y suave, Sasha lo miraba extasiado, le encantaba ese chico, mientras su grupo hacían los coros. Cantaron las más diversas canciones, pop, algo de rock y por supuesto clásicos. Todos estaban disfrutando mucho el espectáculo.

En el primer intermedio aprovecharon de pedir algo para cenar, y disfrutaron de una conversación, Ekaterina se estaba distrayendo, el plan para subirle el ánimo de verdad estaba funcionando.
La segunda parte fue un poco más breve pero igual de intensa, y cuando todos ya pensaron que se había terminado, Sasha tomó el micrófono para presentar la última canción.

-Como número final hemos reservado una sorpresa, la solista de la Academia Romanov cerrara esta presentación, que lo disfruten-. Anunció el chico captando la atención de todos-.

-¡¿Quién?-. Exclamó Ekaterina, sorprendida una vez más, ella sabía perfectamente quien era-

-Y porque invitan a una solista de otra Academia?, yo podría perfectamente haber cerrado la presentación-. Dijo Oksana algo molesta-. ¿Quién es ella?-. Preguntó-.

-Es Anya-. Alcanzó a responder Ekaterina antes que los primeros acordes comenzaran a sonar-.

Anya, nunca había estado tan nerviosa antes y eso que había cantado para públicos mucho más masivos. Ella era la estrella de su grupo, pero ahora era muy diferente, no buscaba ganar otro concurso, buscaba recuperar al amor de su vida. Su voz era realmente hermosa, tanto que la mismísima Oksana la miraba con recelo, llevaba un vestido blanco, accesorios en negro y su pelo suelto, parecía salida de una revista de alta costura.

Con sus ojos cerrados cantó los primeros versos.

There's nothin' I could say to you (No hay nada que pueda decir)

Nothin' I could ever do to make you see (Nada que pueda hacer, para hacerte ver)

What you mean to me (Lo que significas para mi)

All the pain, the tears I cried ( Todo el dolor, las lagrimas que lloré)

Still, you never said good-bye ( Y aún así nunca dijiste adios)

And now I know (Y ahore sé)

How far you'd go (Que lejos te has ido)

Abrió sus ojos y buscó otros verdes que la miraban aún con algo de rencor, pero que aun así desprendían un brillo, y eso le daba esperanza.

I know I let you down (Sé que te decepcioné)

But it's not like that now (Pero ahora no sera así)

This time I'll never let you go (Esta vez nunca te dejare ir)

En el coro recibió todo el apoyo de los chicos del grupo de Illya, quienes están detrás de ella, lo cantó con fuerza por que esa era su promesa para que volviera a su lado.

[Coro]

I will be all that you want (Yo seré, todo lo que tu quieras)

And get myself together ( Y haré que estemos juntas)

'Cause you keep me from falling apart ( Porque tu impides que yo me derrumbe)

All my life (Toda mi vida)

Se fue acercando con algo de temor hacia la mesa que estaba Ekaterina, paso a paso, sin dejar de mirarla a los ojos y cantarle, hasta que se atrevió y tomó su mano, pero no ocurrió la reacción que esperaba ya que la morena rechazó su caricia. Por lo que volvió a caminar hacia el escenario, para terminar su canción.
Cuando terminó su interpretación, miró buscando a Ekaterina en forma desesperada, y se dio cuenta que se estaba parándose de su mesa para irse por lo que se acercó rápidamente para retenerla.

-¡Yo iré a verla!-. Expresó Yulia que puso un brazo para detener a Anya quien iba en dirección a la puerta-. Tú ya has hecho suficiente…-.

-¡Sal de mi camino Volkova! ¡te lo advierto!-. Dijo Anya amenazante-.

-Yo te lo advierto… ¡aléjate de ella!, le haces daño no te das cuenta-. Exclamó y al notar que la otra chica había bajado un poco su postura salió en busca de Ekaterina.

Yulia miró hacia ambos lados pero no se veía por ninguna parte y su auto tampoco, por lo que rápidamente se subió al suyo, para ir a buscarla, no debería ser tan difícil, Eky no conocía muchos lugares en la ciudad y estaba segura que no iba ir a su casa.

Después de media hora dando vueltas por la ciudad, la morena ya se estaba preocupando, no contestaba sus llamadas, pensó donde más podría estar y una idea cruzó por su cabeza, así que apretó el acelerador y siguió su instinto.

A lo lejos pudo distinguir el auto de Ekaterina, y cuando se fue acercando distinguió una silueta perdida mirando la vista de la ciudad iluminada, estaba en el mirador que le había mostrado Yulia la primera vez que salieron juntas, ese lugar especial que usaba la morena cuando necesitaba pensar o simplemente estar sola.

-Estaba preocupada, llevo casi una hora buscándote por todo Moscú-. Expresó Yulia que ya estaba casi al lado de Ekaterina.

-¿Cómo supiste que estaba aquí?-. Preguntó con la voz un poco baja lo que daba indicios de que había estado llorando-.

-Instinto… cuando te mostré este lugar te dije que era especial y que venía aquí cuando necesitaba estar sola y pensar-. Respondió tomando la mano de la chica intentado consolarla-.

-Siento haber salido así, se debe haber visto algo dramático-. Dijo intentando sonreír-.

-No te preocupes…yo solo quiero que estés bien, ¿quieres hablar de eso?-.

-Hay muchas cosas que yo no te he dicho de como terminó mi relación con Anya…son muchos recuerdos dolorosos que vienen ligados a ella, no es solo que me haya engañado, sino todo lo que provocó eso-. Intentó explicar-.

-Yo te lo dije una vez, a mí no me importa quien hayas sido en el pasado…-.

-Lo sé-. Interrumpió-. ¿Recuerdas cuando me preguntaste como me hice la cicatriz de la espalda?-. Dijo sentándose en el capot de su auto-.

-Si lo recuerdo-. Contestó la morena un poco confundida-.

-Fue una mezcla de saber que tu novia te engañó con alguien de tu familia, tomarte casi dos botellas de Whisky y volcar tu auto a 160 k/h-. Explicó-.

-¡Oh por dios!-. Exclamó llevando la mano a su boca-.

-Te dije que no era una de esas historias para ir a dormir-. Expresó con una falsa sonrisa-.

-¿Pensé que había sido un tipo cualquiera con quien te engañó?-. Preguntó la morena-.

-Mentí-...mi abuelo, tiene una hermana que se casó con un tipo que despilfarró toda su fortuna, así que mi abuelo se hizo cargo de ella y de sus hijos cuando lo dejó, así que tengo muchos primos, fue con uno de ellos, Angus, es un par de años mayor y siempre me ha odiado porque yo al fin y al cabo soy la única heredera, la única que lleva el apellido Sharapova-.

-Pero…¿cómo lo supiste?-. Yulia estaba impresionada por toda esa historia-.

-Él me lo dijo, y no contento con eso me mostró un video bastante explicativo por decir lo menos, fue todo una trampa, Angus siempre compitió conmigo, aún lo hace, solo quería hacerme daño y Anya consiente o no lo ayudó-. Expresó y unas lágrimas rebeldes corrieron por sus mejillas-.

-De verdad lo siento…

-Cuando supe todo la enfrenté, no lo podía negar, había demasiada evidencia, y solo me pedía perdón, lo que creo me enojó más, así que me borré con alcohol y lo siguiente que recuerdo es despertar en la clínica con muchos tubos y vendas, decían que tuve suerte de haber sobrevivido, así que cuando ya me dieron de alta, ingresé a rehabilitación, por supuesto mi familia ocultó todo el incidente o podría haber ido a la cárcel, manejaba ebria-. Recordó con la voz entrecortada-.

-¡No entiendo cómo puede llegar hasta acá y simplemente pedirte otra oportunidad!-. Exclamó Yulia con ira-. Después de todo lo que pasaste por su culpa, podrías haber muerto-.

-Anya no sabe lo del accidente, la última vez que la vi fue cuando la enfrenté, y no le di tiempo para explicarse, estaba cegada por la ira, para mí no había explicación y sigue sin haberla-.

-Pero no te buscó como para saber lo que ocurrió-.

-Probablemente, pero antes de volcar en el auto, llamé a papá y le conté todo, así que todo mi tratamiento fue en otra ciudad y se encargaron de que ella nunca me encontrara, por eso nos mudamos aquí también para alejarme de todo eso-. Explicó-.

-Aun así, no tiene ningún derecho a estar aquí, no tienes que preocuparte por nada yo la mantendré lejos de ti-. Expresó segura y abrazando a Ekaterina-.

-Te lo agradezco, pero esto es algo que tengo arreglar yo sola-. Respondió-. Y es tarde será mejor que te vayas a tu casa-. Y se soltó del abrazo de la morena-.

-Pero…no te voy a dejar sola-. Dijo frunciendo el ceño-.

-Yo también me iré…

Yulia aceptó solo porque Ekaterina insistió en que necesitaba descansar, así que dejó que la acompañara hasta su auto y se despidieron con un beso, tierno y sencillo. A la ojiazul aún le daba vuelta toda la nueva información que tenía de la chica de ojos verdes, ahora entendía muchas cosas, como esa mirada muchas veces oscura que ocultaba tanto dolor, había pasado por mucho pero aún seguía siendo una hermosa persona, era realmente impresionante.


Anya había salido casi junto con Yulia del Merendero, pero tampoco encontró nada, vio como la morena se subía a su auto y de alguna manera espero que encontrara a Ekaterina, la conocía muy bien y sabía que era impulsiva por lo que con que estuviera bien se conformaba, aunque fuera con otra persona.
Hizo un gran esfuerzo por controlar las lágrimas sobre todo cuando sintió unos brazos que la rodearon, entre tanta mirada de desaprobación a su alrededor sobre todo de las dos chicas que estaban en la mesa de Eky, el único que la apoyo fue Sasha, el joven amable que había conocido en la tarde, el chico se había ganado miradas fulminantes de sus amigos pero no la dejó sola, incluso tuvo la delicadeza de ir a dejarla a su hotel.
Y ahí estaba sentada en la oscuridad, con una copa de Martini y pensando que sus opciones ya se estaban volviendo nulas, se había dado cuenta de cómo Ekaterina miraba a Yulia y no era algo pasajero como ella había imaginado, sino sentimientos reales, y aunque le doliera pensarlo, si su chica era feliz ahora con su nueva vida, tal vez no le quedaba otra opción que tomar un avión de vuelta a San Petersburgo. El timbre de su habitación la hizo levantarse, debe ser Sasha pensó, era el único que conocía allí, pero cuando abrió, era otra persona la que estaba al otro lado de la puerta.

-Eky…-.

-Te voy a escuchar, pero asegúrate que sea todo lo que tengas que decirme, porque va a ser la última vez que me veas-. Dijo Ekaterina-.
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Mensaje por andyvolkatin Vie Nov 11, 2016 12:45 pm

Hola Very Happy
La historia esta muy buena
espero la sigas pronto
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Mensaje por My_love_4_u Vie Nov 11, 2016 1:54 pm

Ese momento cuando hay que tener 'la charla'
Y ahora quéééé??
Katina espero que hagas tu lucha de la manera mas justa y limpia...
Espero que a Eky no la lastimen u.u
#NoLaLastimes u.u
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Dom Nov 13, 2016 11:45 am

Esta vez, he decidido dejarles dos capítulos de esta historia, esperando que les esté gustando mucho


Capitulo 9: Lo siento mucho


Anya sentía una mezcla extraña entre satisfacción y miedo. Porque tenía a Ekaterina frente a su puerta dispuesta a escucharla, eso era lo que había ido a buscar a Moscú, pero tenía claro que debía escoger cada palabra con cuidado, conocía a Ekaterina e iba a ser intransigente, no iba a dejar pasar nada que le diera la posibilidad de irse, y eso le daba miedo, porque si su morena de ojos verdes, se iba esa noche ya podía considerar que la perdía para siempre.

-Me vas a dejar pasar para que hablemos o prefieres que me vaya?-. Dijo Ekaterine con una expresión dura en su rostro-.

-Lo siento…estoy sorprendida que estés acá-. Respondió he hizo pasar a la chica-.

-Es en serio lo que digo, estoy dispuesta a escucharte, a cambio de que cuando salga de esta habitación arregles tus maletas para tomar un vuelo de regreso a San Petersburgo-. Indicó segura y dándole una mirada severa.

-¿Quieres tomar algo?...o sentarte tal vez, no creo que sea bueno que estés ahí de pie toda la conversación-. Expresó amablemente ocultando lo intimidada que se sentía-.

-No quiero nada…podemos terminar pronto con esto-. Dijo ubicándose en uno de los sillones de un cuerpo que estaba en diagonal a la rubia-.

-Está bien…creo que llevo meses preparándome para esta conversación, solo que ahora que estás aquí, me cuesta explicarte lo que ocurrió, es difícil que…

-Si no sabes cómo explicarlo, es porque no tiene explicación, no debí venir, no hay nada que puedas decirme que yo ya no sepa-. Señaló haciendo el intento de pararse, pero Anya la detuvo-.

-Por favor…prometiste que me escucharías-. Suplicó-.

-Entonces habla. A que viniste a Moscú? Hay algo de lo que yo no esté enterada-.

Anya retrocedió unos cuantos pasos, hasta ubicarse en otro de los sillones, lo acercó hasta quedar frente a frente a Ekaterina, con sus rodillas casi rozándose, respiró profundo y cerró los ojos. Está era su última oportunidad.

-Sé que esto es más difícil para ti que para mí, fui yo la que te engañó, por lo que entiendo que me trates de esta manera…pero créeme, yo nunca he querido herirte…

-Entonces no debiste acostarte con él... Lo que no entiendo es porque Angus!, ¡no podrías haber elegido otro idiota si tanto necesitabas a un hombre!-. Exclamó alzando la voz visiblemente herida-.

-¡Yo no necesito a ningún hombre! ¡Te amo!-. Le gritó la rubia como respuesta-. Fue todo una maldita confusión, él armó todo-. Intentó explicar la rubia-.

-¿Qué quieres decir con eso?...a mí no me puedes decir que todo fue un maldito mal entendido, yo vi el video y…-. le costaba continuar, recordar esas imágenes era en extremo doloroso, acercó su mano a su rostro para intentar recuperarse-.

-Ekaterina…tranquila-. Dijo con una voz tierna y colocando su mano en el muslo de la chica-.

-¡No me toques!-. Exclamó Ekaterina y sacó bruscamente la mano de la rubia-. Con mucho esfuerzo estoy en la misma habitación que tú, así que no te atrevas a tocarme otra vez si esperas que te escuche-.

-Lo entiendo… bajando su mirada-.

-Ahora… ¿Qué quisiste decir con que él lo preparó todo?-.

-Esa noche…tú no fuiste a la fiesta, tenías una cena con tu abuelo, el poderoso hombre que nunca me aceptó como tú novia-. Recordó con una falsa sonrisa-.

-Eso no viene a la conversación…sé directa-.

-De alguna manera sí importa, esa noche me sentía mal de verdad, era otro de los desplantes de tu abuelo…yo estaba en el bar y comencé a beber, de cierta manera estaba herida, tú nunca fuiste capaz de defenderme delante de él-. Explicó la rubia-.

-Claro…la culpa es mía entonces, veo que no has cambiado en nada siempre hay una excusa para librarte de tú responsabilidad-.

-Por favor déjame terminar, no estoy diciendo que sea tu culpa…solo intento que entiendas lo que pasó-. Justificó Anya-. Angus se acercó, y yo intenté alejarlo, pero dijo que tenía algo que decirme…algo sobre ti...

-¿Sobre mí?-. Preguntó Ekaterina confundida-.

-Me dijo, que venía de la cena de tu familia y que te tu abuelo te presentó a Dariya Pávlova, la heredera y perfecta señorita que él quiere para ti, que habían hablado toda la cena y que se habían ido juntas…entonces yo…-. Expresó

-¡Entonces tú creíste todo lo que ese idiota dijo y terminaste en la cama con él!-. Ekaterina se levantó casi fuera de sí-. El final de la historia ya me lo sé Anya no gastes palabras-. Se iba a ir pero la rubia la detuvo y la empujó contra la pared-.

-¡Te llamé mil veces y no me contéstate! ¡Qué querías que pensara!...estaba tan mal que no hice más que beber y beber ¡Ni siquiera recuerdo en que momento dormí con él!-. Exclamó la rubia con sus manos en los hombros de la chica para sujetarla-.

Ekaterina la miraba fijamente a los ojos. Eran verde contra verde, y estaba haciendo un esfuerzo sobre humano para que sus lágrimas no salieran, odiaba desde lo más profundo a Angus, se aprovechó de una situación para golpearla donde más le dolía. Porque si ella en ese tiempo se veía poderosa e intocable, solo era una máscara, ya que en la intimidad se derretía cada vez que Anya le sonreía o entrelazaba su mano, y cuando la besaba, ahí simplemente era estar en el paraíso. Por eso había dolido tanto y seguía doliendo tanto, porque esa fascinante rubia había sido todo para ella.

-Asumo la parte que me corresponde, debí haber sido más fuerte y defenderte con mi familia, pero yo nunca te engañé, de eso puedes estar segura-. Dijo Ekaterina rompiendo el silencio y ya más calmada-.

-Yo nunca quise engañarte…te amo y siempre lo haré Katia – La otra chica reacciónó cuando la rubia la llamó por su diminutivo - Aunque decidas que ya no quieres volver a verme…pero ten claro que si cambias de opinión estaré esperándote, porque tú, eres el amor de mi vida…-. Expresó y las lágrimas no dejaban de correr-.

-No hagas esto más difícil…sabes que nunca soporté verte llorar-. Y cariñosamente pasó sus dedos para secar las lágrimas-.

-No me pidas que no te diga lo que siento-. Anya soltó sus manos de los hombros para apoyarse en el pecho de Ekaterina y alzar sus brazos por su cuello-. Te extraño demasiado…quédate conmigo…por favor-. Exclamó entre sollozos-.

-No puedo…no sería correcto-. Hizo el intento de soltarse pero Anya tenía todo su cuerpo contra ella-. Anya…por favor, ya debo irme, yo te escuché, ahora tú cumple la parte del trato-. Intentó sonar decidida pero bajó su mirada y ahí estaban esos ojos que la volvían loca, suplicándole, por lo que no se dio cuenta que la rubia tenía sus labios cada vez más cerca de los suyos-.

-Yo sé que todavía me quieres, sé que podemos reconstruir esto-. Iba sigilosamente con el solo fin de besar a Ekaterina, pero la chica reaccionó y la apartó en forma brusca-.

-Debo irme…que tengas buen viaje-. Se despidió y salió por la puerta intentado convencerse de que Anya solo estaba buscando confundirla, ella no podía caer en eso, no otra vez-.

Anya se quedó con las ganas de volver a besar a Ekaterina, pero la sensación no era del todo mala, puesto que se había dado cuenta que la chica de cabellos oscuros y ojos verdes todavía sentía algo por ella, ahora más que nunca debía luchar, no se podía ir cuando las cosas comenzaban a mejorar.


Yulia no había dormido muy bien esa noche, no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido, en Ekaterina y en Lena. Ya eran semanas y no sabía cuánto más iba poder sostener esa situación.

Caminó por los pasillos de la escuela, ida en sus pensamientos, con sus audífonos puestos y tarareando alguna canción. Habían pocas personas en la escuela. Como nunca llegaba temprano, quizás se debía al hecho de que no durmió bien y ya ha cierta hora había simplemente decidido levantarse.

Iba aún algo perdida cuando una tela fue puesta sobre sus ojos y unos brazos la tomaron con fuerza llevándola a una de las salas que a esa hora estaba vacía.

-¡Que diablos! ¡Suéltame quien quiera que seas! ¡Cuando me suelte te voy a patear tan fuerte que…!-. Gritaba Yulia, pero al parecer nadie lograba escucharla-. ¡Si es una broma no es gracioso!-. Seguía diciendo pero entonces sintió que algo en extremo suave rozaba su nariz y aspiró el agradable aroma, era a flores-.

-Tranquila…yo solo quería tenerte para mí un momento-. Expresó Lena-.

-Lena… Me asustaste-. Intentó sacarse la tela que cubría sus ojos pero la pelirroja se lo impidió-.

Elena tenía a Yulia sujeta, y comenzó a depositar tiernos besos por todo el cuello y la mandíbula, disfrutando cada centímetro de ese cuerpo que tanto extrañaba, fundía su rostro en el cuello de la morena, aspirando todo su aroma y con las manos la tomaba de la cadera con fuerza para atraerla más hacia ella. Si, al principio Yulia estaba tensa por la forma en que llegó ahí, pero ahora simplemente se estaba dejando llevar, era todo tan simple cuando sentía los labios de Elena recorrerla, no existía nada más para ella, nadie más.

Pronto la pelirroja decidió tomar el riesgo y atrapó los labios de la morena, suavemente, tiernamente, como cuando estaban recién descubriéndose y se conformaban con sentirse la una a la otra, pero a medida que sintió la aceptación de la ojiazul, fue profundizando el beso, pasando su lengua por el labio inferior y superior alternadamente en un juego de provocación.

Yulia, sentía que sus sentidos estaban al máximo, no podía verla, pero si la sentía, sus manos, su rostro, todo ese proceso de redescubrimiento, de reconexión de dos almas que pese al tiempo que han estado separadas, nunca dejan de pertenecer la una a la otra.

La pelirroja pecosa marcaba con dulzura lo que sentía le era suyo, no tenía certeza de lo que iba a ocurrir cuando salieran de ese lugar, ni cuando sus labios dejaran de estar unidos, pero eso no le importaba, en ese momento tenía a la mujer que quería, y esta le estaba correspondiendo en todas sus caricias.

El tiempo era como si estuviera congelado, ninguna de las leyes de la naturaleza estaba presente en ese lugar, era como si se hubieran remontado al pasado cuando eran inseparables y solo ellas dos tomadas de las manos, vieran como el mundo seguía su curso.

-Lena… haciendo un gran esfuerzo por separarse de la pelirroja y quitándose finalmente el trozo de tela que cubría sus ojos-.

-Por favor no me digas que fue un error-. Lena dijo adivinando los sentimientos de la morena-.

-No lo es…solo que…tengo miedo-. Dijo Yulia mirando fijamente esos ojos verdigrises en los que parecía perderse-.

-¿De qué?... ¿De lo que pueda pasar con Ekaterina?-. Preguntó preocupada-.

-No…yo tengo miedo a sufrir otra vez…creo que una parte de mi todavía esta insegura-.

-Yo nunca más te voy a herir, lo prometo…yo te amo Yul, eres la única persona que he amado-. Expresó para convencer a la morena-.

-Sí pero aun así me rechazaste-. Recordó-. Y no ha sido fácil para mí reponerme de eso-.

-Nunca me voy a cansar de pedirte perdón-.

-Yo no tengo que perdonarte Lena…pero esto que siento todavía no pasa…yo solo necesito algo más de tiempo, y eso no significa que no te ame-. Dijo acariciando el rostro con el borde de su mano-.

-Yo esperaré por ti, todo el tiempo que sea necesario, esa sigue siendo mi promesa-. Respondió-.

-Será mejor que salgamos, si nos sorprenden, aquí tendremos problemas, y creo que ya nos perdimos el primer bloque – Dijo la morena acomodando la falda plizada de su uniforme y su corbatín rojo.

-Está bien-. Aceptó no muy convencida la pelirroja-.

Yulia salió primero y cuando estaba casi en el umbral de la puerta, Lena la tomó para darle un último beso, aprovechando que los pasillos aún estaban desiertos.



Ekaterina había llegado prácticamente de madrugada a su casa, para su suerte sus padres ya estaban dormidos por lo que no notaron la hora y eso la salvó de un castigo. Poco durmió pensado en toda su conversación con Anya. Tenía sus dudas de la veracidad de la historia en un principio, pero cuando la vio a los ojos, algo le decía que era verdad, y eso la confundía profundamente.

Se levantó ya atrasada y tomando en cuenta la distancia desde su hogar a la escuela, ni siquiera había hecho el intento por llegar a su primera clase, así que pasó a un Starbucks, compró su café y se fue con tranquilidad para poder llegar a tiempo a su segunda hora.

Estaba en su casillero sacando lo necesario para sus clases, cuando sintió unos ruidos provenientes del pasillo siguiente, no les hubiera dado importancia, pero reconoció las voces. Algo en su interior se activó y fue a ver que ocurría. La imagen definitivamente la descolocó, Yulia y Lena se estaban besando en la entrada de una de las salas. Su corazón se apretó, le dolía no había duda, pero en ese momento no se sentía preparada para enfrentarlo, así que decidió salir, necesitaba aire para aclarar sus ideas y ver cómo iba a manejar esa nueva situación. Era lo último que le podía pasar para completar su semana, pensó.

Nastya y Oksana habían llegado juntas a la escuela. La rubia se aseguró de pasar temprano por la pequeña diva, para así no atrasarse, tenía muy claro lo importante que era para la castaña la puntualidad.

En el estacionamiento aprovecharon de tomarse de la mano y besarse, porque al entrar aunque caminaban juntas, que ya causaba impresión, no querían dar muestra de que estaban comenzando una relación. Oksana entendía que Nastya, no estuviera lista aún para dar ese paso, que ya lo hubiera hecho con el grupo de música era un gran avance y no iba a presionarla.

Oksana fue directamente a su casillero perfectamente ordenado para alistar sus cosas, pero la presencia de alguien la alarmó.

-Hola Fyodor… ¿Cómo estás?-. Fue cordial-.

-Por favor no actúes como si nada pasara…como quieres que esté después de lo que pasó con Nastya y tú en las clases de música-. Respondió no tan amable y con su voz demostrando algo de celos y enojo-.

-Creo que eso ya no debería afectarte, ninguna de las dos está contigo hace mucho tiempo-. Expresó-.

-Pero Oksy…yo todavía siento algo por ti, nosotros no terminamos porque nos hayamos dejado de querer, se supone que tú me amas-.

-Yo te quería…en el pasado Fyodor, tú me hiciste mucho daño al no decidirte nunca por mí, además, siendo honesta, Nastya me hace sentir cosas que jamás había experimentado-. Contestó-.

-Eso no puede ser posible, ella nunca te va amar como yo, nunca va a ser capaz de asumir frente a todos que está contigo, yo la conozco, nadie es más importante para Anastasia Savalieva que Anastasia Savalieva, piénsalo Oksana, podríamos darnos otra oportunidad-. La voz del joven era casi de súplica-.

-Lo siento Fyodor, pero ya no hay vuelta atrás en esto, en el concurso me dijiste que eras mi amigo y eso es lo único que puedo buscar en ti-.

-¡Pero Oksana! ¡Entiende que yo quiero ser más que eso!...no puedes rechazarme por estar con Nastya, ella es una manipuladora que solo está jugando contigo ¡Por dios, te hizo bullying durante años!-. Ya estaba perdiendo la compostura-. ¡Lo único que vas a lograr es salir herida! ¡es una mala persona!-.

-Mira Fyodor, voy a decirte esto una sola vez de buena manera por todo el cariño que siento por ti. Nunca más vuelvas a hablar mal de Nastya delante de mí, yo la quiero y ella a mí, nada de lo que digas va a cambiar eso, y tú no me quieres solo eres un niño mimado que cuando pierde algo busca recuperarlo, así que te voy a pedir amablemente que me dejes en paz-. Sentenció, pero al parecer no fue suficiente-.

-No me voy a rendir, porque en algún momento ella va a decepcionarte, confía en mi Oksana, ella nunca va ir de la mano contigo por esta escuela ¡NUNCA!-. Dijo alzando la voz y todos lo que pasaban fijaron la vista en ellos-.

-¿Que sucede aquí?...Oksy…algún problema-. Expresó Nastya que al darse cuenta de la interacción decidió acercarse-.

-Nada Nast…Fyodor ya se iba-. Dijo la pequeña diva para calmar las cosas-.

-Escúchame Savalieva, no sé cuándo comenzó esto, pero te aseguro que no va a durar, no puedes llegar y quedarte con la chica que quiero, tú no te la mereces-. Dijo amenazante-.

-Oksana es quien decide si me la merezco o no, tú no tienes ni siquiera derecho a opinar al respecto, porque mejor no te vas, estas estorbando aquí, niño-. Expresó Nastya con esa postura inquebrantable que la caracteriza-.

-Si Fyodor, vete, ya te dije todo, así que solo espero que respetes mi decisión-. Aclaró Oksana-.

El chico las miró con un gesto de desaprobación y se fue golpeando todo lo que encontrara en el camino. Definitivamente estaba muy lejos de asumir la relación de sus dos ex novias.

-Entonces me quieres decir que fue lo que le dejaste en claro a ese tarado?-. Preguntó la rubia intentado bajarle el perfil a la situación-.

-Le dije que ya no lo quería y que tú me hacías sentir cosas que con nadie más he sentido-. Expresó en forma seductora la pequeña diva-.

-Sabes que cuando me hablas así me dan ganas de tomarte y besarte, sin importar nadie más-. Murmuró-.

-¿Si?…no lo sabía-. Dijo acercándose a su oído-.

-Será mejor que me vaya a clases, antes de que cometa otra locura-. Expresó tomando más distancia-. Te quiero, no lo olvides-. Añadió antes de partir-.

-Y yo a ti-. Le respondió-.

Para Oksana, era como un sueño, no podía creer que la chica más hermosa, inteligente y fascinante de toda la escuela, le dijera "te quiero", todavía no lograba asimilar el impacto, y cuando estaban a solas, pensaba que en algún momento alguien la despertaría de ese sueño maravilloso. Era extraño, nunca pensó que su vida en la escuela, podía dar un giro tan radical. Cada día lo estaba disfrutando más y no iba a permitir que nadie lo arruinara, ni siquiera Fyodor Tapovalov.


Ekaterina observaba a lo lejos como se desarrollaba la práctica de las porristas de la escuela. Las gradas del campo de futbol sin darse cuenta se había transformado en donde iba cuando quería pensar o desahogar las penas, y en ese momento sentía que necesitaba ambas cosas.

La vida le había enseñado a no rendirse y a luchar por lo que quería. Si bien nació en un entorno de privilegios, nadie podía dimensionar las responsabilidades que venía con ello. Siempre le había sido difícil equilibrar su vida en la otra ciudad, siempre en una lucha constante entre mantener su relación con Anya y darle en el gusto a su familia, era realmente agotador. Y cuando llegó a Moscú, pensó que todo sería diferente, ahí nadie sabía quién era, y su familia después del accidente intentaba comprenderla más, pero ahora todo se había vuelto a complicar otra vez, quería a una persona que no le correspondía y eso le producía un sentimiento de dolor.

Anya estaba otra vez dando vueltas por la escuela, tenía un pasaje de avión en su bolso, pero si lo tomaba o no, dependería de lo que ocurriera a continuación.

-Hola… ¿de nuevo por acá?-. Preguntó Sasha, quien divisó a la rubia cerca de la entrada y la fue a la saludar-.

-Así es, estoy aquí otra vez, esperemos que ahora los resultados sean mejores-.

-¿Qué acaso hay alguien que pueda negarse a los encantos de Anna Kuznetsova? ¡Le cantaste una canción, por a amor a Dior!-. Exclamó el joven-.

-Sí lo sé y de cierta manera funcionó, aunque fuera para que me escuchara y después me deseara buen viaje-. Respondió sin poder evitar una sonrisa por el comentario de Sasha-.

-Me parece, mira que casi me juzgan por traición a la patria por lo de la presentación-. Recordó-.

-Lamento que hayas tenido problemas con tus amigos, no debí involucrarte-.

-No hay problema, yo decidí ayudarte… ¿Y vienes a ver a Ekaterina supongo?-.

-En realidad vengo a despedirme…así que dame un fuerte abrazo-. Le pidió, a lo que el joven aceptó encantado-. Eres realmente encantador y gracias por ayudarme, aunque apenas me conozcas-.

-Ha sido un placer, y debo decirlo, eres mucho más hermosa en persona que en las revistas, ¿puedo pedirte algo?-.

-Claro-.

-Ok...entonces foto-. Sacó su celular y se tomaron una fotografía como su fueran viejos amigos. Después repitieron con el celular de Anya-.

-El último favor… ¿has visto a Ekaterina?-.

-Creo que la vi pasar en dirección al campo de futbol hace un rato, tal vez aún este ahí-

-Estoy en deuda contigo, Sasha-.

-Adiós, y espero que todo salga bien, así tal vez te vemos por aquí otra vez-.

-Eso espero-.

Anya, vio a lo lejos a la silueta inconfundible de Katia, sentada en una de las bancas, con su mirada perdida en alguna parte.

-Veo que algunas cosas nunca cambian-. Expresó la rubia para llamar la atención de Ekaterina-.

-¿A qué te refieres?-. Preguntó curiosa-.

-En nuestra escuela, también te sentabas a ver a las cheersleaders-. Se sentó a su lado-.

-No iba a ver a las cheersleaders, estaba ahí por "una" cheerleader, que siempre estaba en lo más alto de la pirámide-.

-Eso no era lo que creían todas, debía estar pendiente de cada una de ellas para que se concentraran y no te miraran demasiado-. Expresó fingiendo enojo-.

-Siempre has sido en extremo celosa, no sé si dejaste las cheerleaders porque querías o para yo ya no fuera a verte-.

-Un poco de ambas…además analizando la situación actual, creo que tienes un debilidad por las cheersleaders. No fue Volkova una también?-.

-No quiero hablar de Yulia en este momento-. Expresó intentado sonar calmada-.

-¿Qué pasa con ella?... ¿Te hizo algo?...Porque si es así iré y…-.

-No es algo que vaya a hablar contigo-. Interrumpió-. ¿Qué haces aquí?...pensé que teníamos un acuerdo-. Preguntó-.

-Solo venía a despedirme-. Respondió la rubia mirándola fijamente a los ojos-.

-¿Te vas?-. Preguntó sorprendida-.

-Eso es lo querías ¿o no?-. Exclamó con algo de esperanza debido a la expresión que tuvo Katia cuando le dijo que se iba-.

-Sí…eso es lo que quiero-. Dijo y no pudo sostener la mirada de la rubia-. Creo…que es mejor que entre a clases…ya no se a cuantas he faltado-.

-Espera-. Expresó Anya y le tomó el brazo para detenerla-. Puedo tener un abrazo al menos, solo eso antes de irme-.

Ekaterina no dudó en aceptar, ella también necesitaba ese abrazo, después de que vio a Yulia con Lena, quería sentirse apoyada, protegida, y no tenía a nadie en Moscú que pudiera lograr que sintiera eso, o por lo menos no que estuviera disponible, porque en la única persona en quien había confiado, la traicionó, eso sentía con Yulia, que la traicionó.

-Escúchame…sé que algo te sucede, a mí no puedes mentirme recuerdas…solo quiero que tengas claro que si cambias de opinión yo estaré aquí para ti…solo llámame y yo estaré de vuelta…te amo nunca lo olvides-. Susurró Anya sin soltar a Ekaterina, quien se acurrucaba entre su cuello y su clavícula-.

-Gracias…pero es mejor que te vayas-. Se separó con dificultad, la miró a los ojos y decidió que era mejor volver a entrar a la escuela-.

Nastya seguía volando en alguna parte del mundo de Oksana. No podía dejar de sonreír. Le había encantado como su chica le negó cualquier posibilidad al estúpido de Fyodor, y sobre todo le encantaba que reconociera sin ningún miedo que era solo ella, quien la volvía loca.

-Tienes una cara de idiota enamorada… ¿lo sabes cierto?-. Dijo Yulia-.

-Siempre tan amable, hola a ti también Yul-. Respondió sin dejar de sonreír-.

-No sé dónde tienes secuestrada a la Nastya que yo conocí, pero te prefiero a ti así que déjala donde sea que la tengas-. Expresó con tono de burla-.

-Hoy ha sido un buen día…en realidad desde que estoy con Oksana todos los días son buenos-. Dijo con un brillo en sus ojos-.

-Uyyy…córrete de aquí, tanta cursilería me abruma-. Exclamó empujando suavemente a la rubia-.

-Aunque lo niegues también tienes un corazón escondido por ahí en algún parte-. Respondió acomodando su corbatín rojo-. ¿Y qué tal tú día?-.

-Curioso…digamos que empezó muy bien-.

-¿Qué quieres decir con eso?-.

-Mmm…no seas tan entrometida Savalieva, es todo lo que diré por el momento-. Dijo en tono misterioso-. ¿Has visto a Katia?...necesito hablar con ella-.

-La verdad es que no, teníamos una clase juntas pero no llegó-. Respondió pensativa-.

Yulia desvió la mirada hacía otra rubia que venía caminando por los pasillos de la escuela, avanzaba con elegancia y seguridad como si fuera la dueña del lugar, sinceramente odiaba esa postura de superioridad, además que tenía que estar haciendo ahí. Era lógico, y con eso tenía la respuesta al porque Ekaterina no había ido a clases.

-¿Tú que haces aquí?-. Preguntó Yulia que se había ido directamente sobre Anya, con Nastya partiendo casi detrás de ella-.

-Disculpa pero voy con prisa, ya estuve con quien quería, así por favor déjame pasar-. Expresó mirando fijo a la morena-.

-Cuando vas a entender que Ekaterina no quiere nada contigo, ni hablar ni verte, procesa eso y vete pronto a San Petersburgo-. Respondió aun bloqueando el paso a la rubia-.

-Ekaterina si habló conmigo y si quiso verme, la pregunta es… ¿quiere verte a ti?-. Le dijo de manera desafiante-.

-¡De que rayos estás hablando!-. Dijo algo alterada-.

-Eso deberías saberlo tú, no sé lo que habrás hecho, pero Ekaterina ni siquiera quiere hablar de ti-.

-¡Estás mintiendo!...Solo buscas sacarme del camino, no es verdad? Pero no lo vas a lograr-.

-Cree lo que quieras, no puede importarme menos…y ahora permiso, creo ya gasté demasiado tiempo contigo-. Dijo la rubia-.

-¡Eres una…!-.

-Yul…-. Nastya alcanzó a sujetarla para que no fuera detrás de Anya-. Ahora busca a Katia, para que te explique qué está pasando-.

-Eso haré-.

Volkova comenzó a buscar desesperadamente a Ekaterina. No le gustaba para nada la idea de que estuviera cerca de Anya otra vez. Pero por otra parte sentía que no tenía derecho a reclamarle nada, no después de lo ocurrido con Elena, esa misma mañana.

-¡Aquí estás!...te he buscado por toda esta maldita escuela… ¿Dónde estabas?-. Preguntó intentando disimular sus celos, pero no podía-.

Ekaterina seguía guardando algunas cosas en su casillero, sin prestar atención a Yulia. Se había dado cuenta que estaba alterada y suponía porque, pero ella también estaba enojada.

-Vas a hablarme…te pregunté ¿Dónde estabas?, no fuiste a clases, estaba preocupada-. Expresó bajando el tono-.

-Estuve ocupada-.

-¿Con quién?-.

-Con Anya... ¿Algo más?...ahora debo irme-.

-¿Qué te sucede? ¿Por qué estás hablando con ella?...te ha engañado, te hizo demasiado daño-. Expresó la morena-.

-Por favor…no creo que seas la indicada para hablarme de engaños-. Dijo intentando contenerse. No quería hacer una escena ahí, pero realmente dolía. Como era capaz Yulia de reclamarle después de lo que ella había visto-.

-¿Qué quieres decir con eso?-.

-No seas hipócrita Yulia, o me vas a negar que hoy en la mañana  no te andabas besando por la escuela con Lena-. Exclamó en el tono más tranquilo que poseía-.

-Yo…te lo puedo explicar-. Respondió acercándose-.

-No es necesario… es algo que yo sabía que podía pasar en algún momento, yo me arriesgué y perdí, lo que me duele es que me mientas en mi cara, yo te lo dije antes, lo único que te pedía era que siempre fueras sincera….aunque me doliera y no fuiste capaz de cumplir eso-. Expresó y con el dorso de su mano secó rápidamente una lágrima que comenzaba a correr-.

-Lo siento…estoy…no quiero herirte, me importas demasiado, te quiero…estoy muy confundida-. Dijo intentado consolar a la chica-.

-Ya lo hiciste y tú confusión se acaba ahora. Yo me salgo de esto…ahora debo irme-. Y cerró su casillero para luego dar la vuelta y dejar a Yulia sin poder explicarse y sintiéndose realmente mal consigo misma-.

Pasaron días, sin que Ekaterina le dirigiera una palabra a Yulia, incluso evitaba a Nastya, y a todos los chicos de Neposedi. Todo lo referido a la morena le dolía, así que lo mejor eran mantenerse lejos.

Nastya estaba en la cafetería con Oksana y Yulia. Esta última cabizbaja. Se sentía mal por lo sucedido. Ekaterina al fin y al cabo no merecía que le hubiera mentido.

-¿Se acerca el baile, ya saben que van a usar?-. Preguntó Oksana para distender el ambiente-.

-Creo que sí, tengo dos opciones pero no me decido aún-.

-¿Y tú Yulia?- Preguntó nuevamente la castaña-.

-Mmm…no sé -. Dijo mirando hacia donde estaba Ekaterina conversando con otras chicas-.

-Yul, deja de mirarla pareces su acosadora -. Dijo la rubia quien se había dado cuenta de adonde dirigía la mirada su amiga-.

-¿Contigo tampoco habla?-. Preguntó la morena, mirando ahora a Nastya-.

-No…cuando tenemos clases juntas se sienta lejos de mí y cuando termina sale casi de las primeras-. Respondió sincera-. ¿Me vas a decir porque pelearon? ¿Es por la ex novia?-.

-No…yo tuve la culpa, me vio besándome con Lena-. Respondió bajando la mirada-.

-¿Estás con Lena?-. Preguntó Oksana emocionada-.

-No…no lo sé-. Respondió a medias-.

-¿Y cuándo piensas saberlo?-. Preguntó la rubia en forma directa-. No puedes estar alternándote entre las dos, no es justo, le haces daño-.

-No es esa mi intención…solo estoy confundida, las dos son importantes para mí-.

-Pero no puedes quedarte con las dos Yulia, estás haciendo lo mismo que te hizo Lena, y tú sabes lo que se siente-.

-Habla con ella... A ti te va a escuchar-.

-Yul…eres mi amiga y te quiero, pero no voy a interceder por ti con Ekaterina, no hasta cuando decidas con quien quieres estar. Ella es una buena chica y no se merece que juegues con ella-. Expresó Nastya-.

-¡Yo no estoy jugando con ella!-. Exclamó algo alterada-. Solo que es difícil para mí. Lena es mi mejor amiga, mi primer amor y siento cosas demasiado fuertes por ella…-.

-Entonces quédate con Lena y olvídate de Ekaterina-. Dijo Oksana intentando seguir la conversación-.

-La amo pero…-.

-No confías en ella-.Añadió Nastya terminando la oración-.

-Ella eligió a Masha sobre mí y eso es difícil de olvidar... Y cuando eso pasó, Ekaterina estuvo ahí, cuidándome, escuchándome, sin hacer preguntas, nunca me había sentido así de segura con alguien-. Explicó-.

-Lo mejor es que te alejes de las dos por un tiempo, así nadie resultará herida-. Dijo Nastya-. Tienes que aclarar tu mente y tu corazón-.

-Creo que mi hermosa rubia tiene razón, es lo mejor -. Comentó Oksana apoyando la idea de Nastya-.

-Lo haré…pero Nast, habla con ella, solo para saber cómo está-. Volvió a pedir la morena-.

-Lo intentaré-. Señaló la rubia-.

La hora del almuerzo terminó, y las chicas volvieron a sus clases en forma habitual. Y se volvieron a reunir en la sala de música, para empezar otro ensayo.
-¡Te digo que no iré al estúpido baile!-. Exclamó Tasha a Sasha cuando entraban a la sala de música-.

-¿Por qué no irás?-.

-Porque nadie me ha invitado-. Respondió bajando la mirada-.

-No es necesaria una pareja para venir al baile, estaremos todos tus amigos ahí-. Dijo la castaña-.

-Yo tampoco tengo pareja-. Expresó Lena-. Pero igual iré-.

-Ni yo...-. Dijo Masha como enviándole una indirecta a la pelirroja quien ignoró el comentario-.

-Creo que salvo Sergüei y Olga, Alexey y Nina todos estamos solteros-.Añadió Lena-.

-Por lo que, creo deberíamos ir todos como un equipo, así nadie se sentirá solo, juntarnos en el Merendero y después llegar juntos al baile-. Expuso Oksana ante la atenta mirada de sus compañeros-.

-¿Puede ir Kolya también?-. Dijo Sasha-.

-Claro-.

-Entonces apoyo la idea de la pequeña diva-. Dijo el chico-.

Todos se miraron y asintieron. En el trascurso de los casi dos años que llevaban juntos en el grupo, se querían entre ellos y sobre todo se apoyaban, aunque toda a escuela pensara que eran un grupo de perdedores, ellos se sentían parte de algo especial, por lo que llegar al baile juntos, representaría lo unidos que estaban.

Oksana por otro lado no sacó su idea de la nada, tenía claro que aún no podía llegar del brazo de Nastya, y bailar en el medio de la pista para que todos supieran lo que pasaba entre ellas. Por lo que si estaban todos eso no se haría evidente y ellas igual podían cenas juntas e ir al baile.

-No cuenten conmigo, iré por mi cuenta-. Dijo Fyodor, quien entendía que a Oksana solo le importaba estar con Nastya.

Antes de que alguno pudiera responderle, entró el señor Smirnov, y comenzaron la clase. Estaban ensayando a full para la competencia, cada vez era menos el tiempo, y debían, crear la coreografía y escribir las canciones.

Cuando salieron, Nastya divisó a Ekaterina, quien compraba unas entradas para el baile.

-¡Hey!-. Saludó la rubia-. ¿Cómo has estado?-.

-Hola…-.

-Puedo preguntar, porque ya tampoco me hablas a mí?-. Preguntó la rubia-.

-No sé a qué te refieres-.

-Vamos, me has estado evitando, creí que éramos amigas, independiente de lo que pasara contigo y Yulia-.

Ekaterina la quedó mirando un par de minutos y Nastya tenía razón. Ellas tenían muchas más cosas en común que solo Yulia, había sido un error alejarse de ella también.

-Lo siento…me equivoqué, tú no tienes nada que ver con lo que pasó-.

-¿Abrazo?-. Solicitó la rubia entusiasmada y Ekaterina aceptó-.

-No esta tú pequeña diva por ahí, no quiero otro mal entendido-. Murmuró en el oído de Nastya-.

-Eso ya está solucionado...-. Dijo separándose-. ¿Y tú? ¿Dos entradas para el baile? ¿Irás con alguien?-.

-Esas son muchas preguntas, pero sí creo que iré al baile-.

-Podrías ir con nosotros al Merendero a cenar y después llegamos todos al baile?-.

-No creo que sea buena idea, pero gracias por invitarme…ahora debo irme-. Se despidió-.

Fueron llegando de uno a uno. Oksana vestía de rosado, con una cola de caballo y dos mechones de pelo sueltos, se veía adorable y resaltaba con maquillaje sus hermosos ojos cafés. Nastya al verla, casi tropieza en sus tacones celestes perfectamente combinados con su vestido y su cabello tomado. Después llegó Yulia en su vestido rojo acorde a su personalidad, se veía realmente despampanante, se ajustaba a sus curvas.

Mientras disfrutaban todos de la cena, Yulia llamó a un lado a Nastya. Tenía algo que preguntarle por lo que estaba inquieta.

-Me vas a decir que hablaste con Ekaterina?-.

-Nada importante, simplemente le aclaré que yo no tenía nada que ver en lo que había pasado-.

-Ohh…muchas gracias por tu apoyo-.

-Yo te dije que no iba a intervenir por ti, no mientras no tengas claro con quien quieres estar-.

-Lo sé…pero no te dijo nada más?-.

-No…fue breve, estaba comprando boletos para el baile-.

-¿Boletos?... ¿cuántos?-.Cuestionó curiosa-.

-Dos...creo-.Añadió la última palabra al ver la cara de Yulia-.

-¿Y no te dijo con quién iba a ir?-.

-No Volkova… ¿podemos volver a la mesa?-. Expresó mirando a Oksana de reojo, simplemente no podía dejar de mirar a su pequeña diva-.

-Está bien-. Dijo de mala gana. No le había gustado la idea de ver que Ekaterina llegará con alguna perdedora de la escuela-.

Fue todo pura diversión, cantaban, reían, recordaban las canciones que tendrían que hacer en el baile, porque ellos eran los encargados de poner la música. En forma alternada cantarían para animar la fiesta.

Cuando estaban en la entrada de la escuela, bajando cada uno en parejas de sus respectivos autos, para encontrase en un punto y entrar. Vieron algo que llamó la atención de no solo ellos, sino que de casi toda la escuela, que a esa hora ya estaba lleno el gimnasio.

Era una gigantesca y elegante Limosina que cubría toda la entrada central, no era muy difícil imaginar quien venía dentro de ella o por lo menos una de ellas.

Ekaterina se bajó haciendo uso de toda esa elegancia natural que poseía, llevaba un vestido negro amarrado al cuello que caía en punta. Se mantuvo de pie para abrir la puerta y tomar de la mano a su acompañante.

-¡¿Qué está haciendo ella aquí otra vez?-. Preguntó Yulia enojada-.

-Creo que es claro que está haciendo-.

Anya llevaba un vestido en tonos dorados, su pelo rubio suelto con ondas, y sus tacos que la hacían casi alcanzar la altura de Ekaterina. Se veían perfectas juntas, ambas hermosas y con ese andar naturalmente elegante. Causaron impresión, y prácticamente todos se hacían a un lado para que pasaran.

Todos menos en una morena que desde una esquina las observaba con los brazos cruzados, y con su mirada demostrando todos los celos que la invadían en ese momento.
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Dom Nov 13, 2016 11:49 am

Capitulo 10: Vaya, que noche!!!


Yulia podía sentir como los celos se la estaban carcomiendo por dentro. No despegaba ni un segundo su mirada de Ekaterina. Se veía realmente hermosa y tenía esa sonrisa que ella adoraba. También se fijó en como Anya, en ningún momento la soltaba, ya sea tomándola de la mano o sujetando su brazo, estaba marcando su territorio, lo que producía en la morena querer ir y asesinarla muy lentamente.

-Sabes que tú eres la única responsable de que "eso" este ocurriendo, verdad?-. Expresó Nastya acercándose a donde estaba la morena-.

-Eso no es cierto, independiente de lo que haya pasado no tenía por qué traerla-.

-Claro que podía, ella no está con nadie-.

-¿Tú de qué lado estás?-. Preguntó la morena molesta-.

-Tú eres mi amiga, pero estoy intentado ser objetiva, no puedes ir y reclamarle a Ekaterina, por traer a su ex novia cuando tú te andabas besando con Lena por la escuela, no es justo-. Dijo la rubia-.

-¡Te odio lo sabes!-. Expresó

-Sabes que tengo razón-.

-No puedo evitar querer ir y sacarle esa maldita sonrisa arrogante que lleva Kuznetsova -

-Tienes que controlarte, y evitar hacer alguna tontería de la que te arrepientas después-.

-Iré a tomar aire-. Dijo Yulia y optó por salir del lugar por un rato-.

Nastya no pudo decir nada para hacer sentir mejor a Yulia. De cierta manera la comprendía, ella no podría imaginar cómo reaccionaría si viera a su Oksana con otra persona, probablemente igual o peor que la morena, por lo que decidió que intentaría ayudarla.

En otra parte del baile estaba Sasha, quien se acercaba muy emocionado a saludar a su amiga Petersburguesa.

-¡Esa si fue una entrada digna de una estrella!-. Exclamó y abrazó a Anya-.

-Tan encantador como siempre y debo añadir que te ves fabuloso-. Respondió separándose unos centímetros para tomar su mano y darle una vuelta apreciando el traje que llevaba su amigo-.

-Creo que me perdí la parte en donde ustedes se hicieron tan amigos-. Expresó Ekaterina que estaba un poco confundida-.

-Cariño, Sasha me ayudó en lo de la canción y me apoyó en mis días en Moscú, sin él creo que me hubiera perdido-.

-Que puedo decir, los que amamos la moda somos una hermandad que nos ayudamos en los momentos difíciles, además es ¡Anna Kuznetsova!-.

Kolya no había emitido palabra porque Sasha en toda su emoción de volver a ver a su amiga, ni lo había presentado, así que no lo quedó otra opción que fingir una tos para llamar su atención.

-Lo siento…Anya, él es mi novio Kolya-. Presentó por fin-.

-Un gusto, Sasha siempre habla de ti -.

-Creo que de ti habla mucho más, no puede dejar de hablar de su amiga que aparece en Teen Vogue-. Agregó el joven agitándose sus manos para darle énfasis.

-Está exagerando - Se justificó- Debo decir que me sorprende verte aquí… ¿acaso por fin arreglaron las cosas?-.

-Solo le pedí a Anya que me acompañara como amiga-. Dijo rápidamente Ekaterina quien no quería malos entendidos-.

-Ya veo…aunque debo decir que hacen una hermosa pareja, las dos se ven increíbles-. Expresó él castaño haciéndole un guiño de complicidad a la rubia-.

-Gracias-. Dijeron casi al unísono-.

-Voy a buscar algo de beber…¿te traigo algo?-. Preguntó Katia-.

-No por el momento, solo no te demores-.

-No lo haré – Dijo dándole una sonrisa-.

-Y yo iré a prepararme, creo que cantaré pronto-. Explicó Kolya a lo que recibió una mirada de aprobación de parte de su novio-.

-Ahora que estamos solos, cuéntame cómo fue que estás aquí-. Preguntó Sasha-.

-Ekaterina me llamó hace unos días y me invitó a ser su pareja para el baile, casi me volví loca buscando el vestido perfecto, quería lucir hermosa para que así no pudiera despegar su mirada de mí y no viera a nadie más-. Explicó la rubia-.

-Creo que lo lograste, te mira como lo que eres, la chica más hermosa del baile-. Señaló-. Entonces…crees que van a volver?-.

-No lo sé, eso espero, es realmente lo único que deseo-. Dijo con esperanza-.

Cerca de donde estaban las mesas con las bebidas y ponches, estaba Nastya.

-Realmente ha sido algo inesperado ver a quien elegiste como acompañante-. Expresó Nastya.

-Creo que estás pasando demasiado tiempo con Yulia…buenas noches Nastya, si estoy bien y tú como estás?-. Dijo en forma irónica-.

-Lo siento, es que aún estoy algo descolocada-. Justificó la rubia-.

-No entiendo cuál es el problema, es mi ex novia y ahora estamos intentado ser amigas, por lo demás no tengo que dar a nadie ninguna explicación de quien traigo al baile ¿no lo crees?-.

-No se trata de pedir explicaciones, solo que fue sorpresivo verte con ella, ¿es tu novia otra vez? – Preguntó la rubia-.

-No lo es…solo no quería venir sola al baile y…

-Claro no tiene nada que ver con querer poner celosa a Yulia-. Interrumpió

-No puede estar celosa…si no estamos juntas es porque ella no me quiere-.

-Tú sabes que eso no es cierto, ella te quiere y…

-Y también quiere a Lena... No intentes defenderla Nastya, no esta vez….ahora debo volver con Anya-.

-Por lo menos habla con ella…-.

-Tal vez… ¡Hey!-.Le exclamó a Nastya cuando ya se iba-. Pon ojo con tu pequeña diva-. Y apuntó a donde se encontraba Oksana con un Fyodor muy cerca de ella-.

Nastya giró en ese mismo momento y se dirigió a ver lo que ocurría.

-¡Otra vez molestando, Tapovalov!-. Dijo la rubia y tomó de inmediato la mano de Oksana para alejarla de él.

-Porque no te vuelves por donde llegaste, Oksana y yo estábamos en algo-.

-¡Eso no es cierto!-. Expresó la castaña-. Yo solo te dije que no quería bailar contigo y tú seguiste insistiendo-.

Ante la explicación de la pequeña diva la sonrisa volvió a la cara de Nastya, ahora solo debía otra vez mandar lejos de su chica al insoportable de Tapovalov.

-Escuchaste a Oksana, y aunque tu diminuto cerebro procesa en forma más lenta de la normal, es hora que lo entiendas y te mantengas lejos de ella. Quiere estar conmigo, y solo conmigo-. Exclamó la rubia en forma triunfante-.

-No estés tan segura Savalieva, es cuestión de tiempo para que Oksana vuelva conmigo, lo hará cuando se dé cuenta que tú jamás vas a reconocerla fuera de Neposedi, cuando tú la decepciones, yo estaré esperándola-. Contestó presumido-.

-¡Eres más idiota de que lo pensé!...!Eso no va a ocurrir!-. Nastya realmente estaba perdiendo la poca paciencia que tenía. Solo quería golpearlo-.

-Fyodor por favor vete, está noche es especial y quiero disfrutarla con mi persona especial quien claramente no eres tú-. Ante esto, Tapovalov no tuvo otra posibilidad más que irse.

-Te he dicho que me encanta cuando pones en su lugar a ese idiota?-. Susurró la rubia acercándose a la castaña-.

-Y yo he mencionado lo que me gusta cuando te pones así de celosa y peleas por mí?-. Respondió coqueta-.

-Mmm…creo que no-. Respondió -  Ahora que sé que soy tu persona especial… ¿te gustaría bailar conmigo?-.

-Pero…nos verán todos...

-No me importa nadie más en este momento…solo somos tú y yo-. Expresó la rubia con seguridad-.

Nastya tomó la mano de una impresionada y a la vez maravillada Oksana. Se movieron al son de la melodía que sonaba en ese momento. Se miraban a los ojos y no soltaban sus manos, se acercaban, se rozaba, estaban disfrutando al máximo todo lo que esa noche les podía ofrecer.

Yulia había salido a tomar algo de aire para recomponerse de la impresión sufrida al ver al Ekaterina con Anya.

-Te dije lo hermosa que te ves? Le dijo al oído Lena tomándola por la cintura para captar toda su atención-.

-Lena…-.

-No te vi adentro y pensé que podría haberte sucedido algo-. Expresó preocupada-.

-Necesitaba algo de aire-. Mencionó  tomando unos centímetros de distancia de la pelirroja para mirarla de frente-.

-A ti te pasa algo…te conozco Yul, pareces triste y enojada, esa es una muy mala mezcla en ti-. Dijo la pecosa-.

Yulia la miró y en su rostro apareció una pequeña sonrisa. Si alguien en el mundo no podía engañar era a esa chica.

-Tiene que ver con Ekaterina - Dijo más como aseveración que como pregunta-. Respóndeme Yul-.

-Sí…yo no esperaba verla con su ex novia hoy…me dolió más de lo que pensé que podría dolerme - Dijo entre murmullos la morena-.

-¿Estás enamorada de ella?...es por eso que te alejaste de mi-. Preguntó-.

-No lo sé…me alejé de ti porque necesito estar segura de mis sentimientos, no quiero hacerte daño ni a ti ni a ella, aunque creo que a ella ya se lo hice-. Respondió apenada-.

-Me duele que me digas eso…no sé qué hacer para que te quedes conmigo, te amo…-.

-Pero no te quedaste conmigo en un principio-. Interrumpió la morena-. Dime Lena, ¿si Katia no hubiera aparecido, igual habrías dejado a Masha para estar conmigo?-.Dijo con sus ojos azules fijos en los verdigrises de la pelirroja-.

-Porque me preguntas eso ahora…-.

-Sólo respóndeme Lena…-.Pidió casi en tono de súplica la morena-.

-Yo te amo, siempre lo he hecho, pero con Masha me sentía segura por eso no la quería dejar, pero cuando te pude perder me di cuenta que prefería arriesgarme que perderte-. Respondió Lena sinceramente-.

-Eso quiere decir que te tuviste que sentir amenazada por alguien para darte cuenta que querías estar conmigo…-. Dijo Yulia-.

-No es eso…yo siempre había querido estar contigo, pero entiéndeme Yul, tú nunca quisiste asumir lo nuestro y eso me dolió mucho, sentía que no era suficiente como para que me aceptaras delante de todos-. Expresó la pelirroja con sus ojos brillantes que amenazaban con romper en llanto-.

-No eras tú el problema Lena…yo tenía miedo, tanto que me hizo perderte-. Reconoció la morena-.

-Pero Yul…no me has perdido, todavía podemos empezar de nuevo - Dijo la pecosa tomando la mano de Yulia-.

-No es tan simple…aunque ahora esté enojada tengo sentimientos por Ekaterina y no es justo para ti que comience algo, estando así de confundida-.

Elena la miraba con pena, le dolía escuchar eso de los labios de su morena. Siempre pensó que solo ella iba a poder hacerla feliz, que solo ella podía hacerla sentir amor, pero se había equivocado, tanta seguridad la hizo cometer un error. Dejar ir a Yulia, produjo consecuencias que en ese momento no sabía cómo revertir.

-¿La quieres más que a mí?-. Preguntó tímidamente la pecosa-.

-Lena…esto no es una competencia, ni yo sé lo que siento en este preciso momento, te quiero y jamás dejaré de hacerlo, pero no me pidas respuestas ahora…no esa por lo menos-.

-Entiendo…he intentaré esperar por ti… -.y se dio la media vuelta para dejar a Yulia. Le habían dolido mucho sus palabras y ahora ella también necesitaba aclarar su mente.

-Lena…-. Llamó en vano la ojiazul, porque la pelirroja ya había tomado camino de vuelta al baile-.

Volkova siguió dando vuelta sin tener un destino definitivo. Una parte de ella quería entrar y enfrentar toda la situación, pero la otra le decía que si entraba probablemente no se podría controlar. Además la conversación con Lena le había afectado, no le gustaba hacer sentir mal a su dulce pelirroja, iba contra su naturaleza dañarla, pero tampoco quería mentirle. Todo en ese baile apestaba, se sentía horrible, sin quererlo había lastimado a las dos personas que quería.

-¿Qué haces tan sola mi morena sexy? – Dijo Sergüei apareciendo de repente y asustando un poco a la morena-.

-Déjame tranquila Sergüei, no estoy de ánimo para tus estupideces-.

-Wooow…creo que a alguien le hace falta sexo-.

-¡Te dije que me dejaras en paz!-. Exclamó la morena ya enojada-.

-Ok…cálmate, toma un trago-. Dijo ofreciéndole una pequeña botella que guardaba en la chaqueta-.

Yulia miró la botella con licor que le estaban ofreciendo y sin pensarlo mucho la tomó y bebió de ella. Al sentir como pasaba el alcohol por su garganta hizo un gesto de asco, pero siguió con ella en la mano para beber otro sorbo.

-Ahora me dirás que te sucede-. Preguntó el chico-.

-Nada que te pueda importar-. Respondió de todos modos - ¿Qué haces tú aquí?, no se supone que eres candidato a Rey del baile o algo así-. Dijo Yulia tomando otro trago-

-Lo soy, pero en realidad no quiero serlo. Me di cuenta que eso daña seriamente mi reputación-. Respondió-. ¿Ahora es tu turno? ¿Qué te pasa?...sabes que puedes confiar en mí, después de todo somos amigos-.

-Tú y yo no somos amigos, solo nos acostamos un tiempo, tiempo que sinceramente desearía olvidar-.Ahí  iba otro trago más-.

-Vamos Yulia…confía en mi…con cual de tus chicas tienes problemas-. Comentó Sergüei sorprendiendo a la morena-.

-¡Que!... Cómo…tú… ¿Qué sabes Petrov?-. Comentó alterada-.

-¡Calma!...yo no soy tan estúpido como todos creen, y siempre me di cuenta lo que tenías con Lena y no me molestaba aunque se supone que estabas conmigo, lo encontraba sexy, y ahora también noté lo de la chica nueva… ¡tienes un excelente gusto con las chicas Volkova eso no se puede negar!-.

Yulia no sabía si era el efecto del alcohol que tenía en su sistema o que en el fondo sentía un cariño por el chico, pero no pudo evitar sonreír al escuchar la explicación de Sergüei y su comentario final que era tan típico de él.

-Así que me vas a decir por cuál de las dos estás así…o es que te sorprendieron jugando a dos bandas-.

-¡No seas idiota Petrov!-.

-Entonces que es…aahhh…es porque la chica nueva llegó con esa rubia. Porque hay que reconocer que es muy sexy-. Ese comentario lo hizo ganarse una mirada fulminante de Yulia-. Aunque no tanto como tú-.Añadió para salvarse-.

-La odio…es tan arrogante y cree que todo el universo gira en torno a ella, y ¡no sé porque diablos Ekaterina la trajo!-. Tomó otro trago-.

-¿Y qué estás haciendo aquí?...la Yulia Volkova que yo conozco siempre pelea por lo que es suyo-.

-¿Y qué hay de ti? …No sigas siendo un idiota y entra al baile, si de verdad quieres a tú chica, te importará más ella que tu reputación-.

-Tienes razón mi morena sexy…entramos-. Dijo ofreciéndole el brazo a la morena que ya estaba un poco mareada a causa de lo que sea que haya sido que tenía la botella de Petrov -.
Ekaterina, buscaba con la mirada en forma insistente a cierta morena. Intentaba evitarlo con todas sus fuerza pero le era imposible, y al no poder localizarla por ninguna parte, pensó que se había ido. Se sentía culpable si eso era lo que había ocurrido, Nastya tenía razón, de alguna manera había llevado a Anya sabiendo lo que eso iba a causar en Yulia.

-¿En qué piensas?-.

-En que hace mucho tiempo que no bailamos-. Mintió-.

-Eso es un pensamiento o una invitación?-.

-Una invitación-. Y le ofreció su mano a la rubia para comenzar a moverse con la lenta melodía que sonaba en ese momento-.

Anya sin pensarlo dos veces pasó ambas manos por el cuello de Katia y acercó su cuerpo lo más posible al de la chica. Esa sensación que le producía la cercanía era embriagante, sentía que era el lugar más cómodo donde podría encontrarse.

-Extrañaba tanto tenerte así…tan cerca y solo para mí-.

-Dijimos que intentaríamos ser amigas…y cuando dices ese tipo de cosas no ayudas a que lo logremos-. Dijo la de ojos verdes.

-Tú dijiste que querías que fuéramos amigas…yo sólo acepto cualquier cosa mientras pueda estar cerca de ti-. Dijo separándose unos centímetros para mirarla a los ojos-.

-Anya…yo…-.

-No digas nada…te amo y sé que ese corazoncito aún late por mí-. Comentó posicionando una de sus manos en el pecho de Ekaterina-.

-Sabes que estás siendo algo arrogante-.

-No, estoy solo diciendo lo que siento y lo que veo en tus ojos cuando me miras…dime si estoy equivocada-. Retó la rubia-.

-Es difícil olvidar el primer amor…tú eras todo para mi…-. Reconoció la chica.

-Y puedo volver a serlo-. Dijo y se acercó hasta atrapar sus labios con los de Ekaterina, esta vez sin que la otra chica se resistiera.

Katia sintió como suave y tímidamente Anya rozaba sus labios sobre los de ella. Era una sensación agradable, su cuerpo se fue dejando llevar en forma natural, es como si nunca hubiera olvidado como acoplarse a la perfección con la rubia. Abrió su boca ligeramente para dejar entrar la lengua ávida de Anya que solo buscaba hacerla recordar todo el amor que tenían una por la otra. De un beso tierno pasaron a ya algo más pasional. Ekaterina la tomaba por la cintura para acercarla lo más posible a ella, porque sentía que por primera vez en mucho tiempo la necesitaba.

Ekaterina estaba inmersa disfrutando del momento, cuando sintió que su cuerpo era retirado violentamente del de Anya. No pudo reconocer la mano que tomó su brazo y la tiró hacía atrás mientras empujaban a la rubia al punto casi de hacerla perder el equilibrio. Estaba en una especie de trance hasta que escuchó esa voz tan familiar-.

-¡Aléjate de ella!-. Yulia que había empujado lejos a Anya, posicionándose en medio de las dos chicas que antes se estaban besando-.

-¡Quien te crees tú! ¡Vete de aquí Volkova!-. Respondió restableciendo su postura después de casi caer-.

Ekaterina estaba es una especie de shock que le impedía reaccionar y detener esa discusión que iba en alza, con cada segundo.

-¡Te lo advertí! ¡Te dije que te fueras a tú maldita ciudad y no volvieras más!-. Dijo la morena amenazante-.

-¡Y crees que porqué tú lo dices tendría que haberlo hecho! ¡Que acaso eres idiota!-.

-¡La única idiota eres tú que no entiende que aquí ya no hay nada que te pertenezca!-.

-¡No sé si realmente estas ciega o eres estúpida! pero antes que llegaras por si no te diste cuenta Ekaterina y yo estábamos en algo-. Respondió triunfante-.

-¡Seguramente te aprovechaste de la situación!-. Exclamó la morena buscando una explicación a lo ocurrido-. ¡Ella nunca va a volver contigo!-.

-¡Creo que definitivamente eres estúpida!-. Expresó despectiva-. Ekaterina me ama todavía, yo no me aproveché de nada, ella y yo tenemos algo que ni tú ni nadie podrá nunca romper-.

A esas alturas prácticamente ya estaba la mitad del alumnado escuchando la discusión. Nastya no se había percatado pero al ver el revuelo se acercó al igual que Sasha para intentar detener eso que tenía aspecto de llegar mucho más allá-.

-Ok… ¡fue suficiente! ¡Te enseñaré quien es Yulia Volkova!-. Gritó alterada y casi sin pensarlo se iba a ir en encima de la chica rubia que la miraba en ese momento con algo de temor en sus ojos pero sin intensión de rendirse-.

Ekaterina no sabía bien que hacer, las conocía a ambas y tenía claro que ninguna de las dos, se rendiría así fácilmente, eran demasiado orgullosas para hacerlo. Por lo que al ver que ya se iban a ir a las manos, decidió tomar a Yulia por la cintura para detenerla-.

-¡Sasha!-. Llamó Katia desesperada-. ¡Sujeta a Anya!-. A lo que él chico obedeció de inmediato-. ¡Cálmense esto se acabó!-. Les gritó a ambas-.

-¡Déjame! ¡Aprenderá a no meterse con Yulia Volkova! – Dijo la morena intentando zafarse de los brazos de Ekaterina-.

-¡Tú aprenderás a no meterte entre dos personas que aún se aman!-.  Dijo la rubia apuntando amenazante a la morena-.

-¡Yul, tranquilízate!-. Se escuchó decir a Nastya, pero nada servía-.

-¡Ok! ¡Sasha, quédate con Anya yo sacó a Yulia!-. Exclamó Ekaterina ante los reclamos de Anya que no le gustaba para nada que su ex novia se fuera con la morena-. Vuelvo en un minuto - Dijo para tranquilizarla-.

Sasha al ver que ya Yulia estaba un poco más lejos, fue soltando a Anya.

-¿Estás bien?-. Preguntó el joven-.

-Lo estoy-. Respondió pasando sus manos por sus costados para arreglar su vestido-.

-¿Me quieres decir que sucedió?-.

-Esa idiota nos interrumpió cuando por fin nos estábamos besando, ¡La odio!-. Exclamó-.

-Tienes que tener calma, piensa en que si Ekaterina te besó, es porque aún siente algo por ti, eso nadie te lo puede quitar, ni siquiera Yulia-. Expresó el joven para tranquilizarla-.

-Lo sé, pero igual la odio, además porque Katia se tenía que ir con ella-. Reclamó con celos-.

-Porque en esta escuela no hay muchas personas que puedan calmar la furia de Yulia Volkova-. Respondió para sacarle una sonrisa a Anya-. Ven…vamos a tomar algo para que te calmes mientras vuelve Ekaterina-. Y ofreció su mano para llevarla a donde estaban los refrescos-.

-¿Qué haría sin ti?-. Dijo la rubia tomando su mano-.

-Mejor no lo averiguamos-.

-Mejor-. Anya ya estaba más tranquila aunque solo quería que Ekaterina regresara pronto con ella.

Yulia no lograba soltarse de los brazos de Ekaterina. Pensaba como esa chica que se veía menuda podía aprisionarla con tanta fuerza contra su cuerpo, sólo quería volver y darle una lección a Anya que bien merecido que se lo tenía.

Ekaterina dentro de su desesperación y su enojo por la situación, entró a uno de los baños que estaban desocupados y cerró la puerta tras de sí.

-¡Déjame ir! ¡Esto no ha terminado! ¡Nadie le habla así a Yulia Volkova!-. Seguía gritando la morena-.

-¡Puedes calmarte ya!-. Ekaterina tenía una furia que la morena no conocía-.

-Pero… el tono que usó para intentar defenderse, fue uno más bajo-.

-¡Pero nada!-. La chica tenía sus ojos verdes más oscuros de lo normal-. ¡Con que derecho Yulia! ¡Tú y yo ya no tenemos nada! ¡Nada!-. Enfatizó-.

-¡Y porque ya no tenemos nada te andas besando con ella!-. Exclamó en posición defensiva, estaba dolida-.

-¡Yo puedo besarme con quien quiera!-. Le gritó Ekaterina, quien no solía alterarse pero toda esa situación la enfurecía-.

-¡No! ¡Tú eres mía! ¡Mía!-. Yulia la tomó del brazo para acercarla pero Ekaterina rápidamente se soltó-.

-¡Como tienes cara de decirme eso después de todo lo que ha pasado!-. Respondió aún más enojada-. ¡Tú eres una niñita indecisa que no sabe lo que quiere!-.

-¡Sí lo soy!-. Expresó-. Pero te quiero y no quiero verte con ella… ¡La estabas besando sabes lo que me dolió eso!-.

-¡Por supuesto que lo sé!...te vi besando a Elena ¿recuerdas?-. Contestó-. Y no me digas que no es lo mismo, o cualquier excusa que se te ocurra-. Advirtió-.

-No iba a justificarme…Sé que no tenía derecho…pero aunque intente controlarme no pude-.

-Si ese es tu intento de disculpa, déjame decirte que no es para nada satisfactoria-.

-Las disculpas no son mi fuerte, lo sabes desde día que nos conocimos ¿recuerdas?-. Expresó la morena con una sonrisa-.

-Será mejor que vuelva…le dije a Anya que regresaría pronto-. Expresó dándose la vuelta para girar la manilla de la puerta pero Yulia la detuvo y la giró para mirarla de frente-.

-Ven a mi casa después del baile-. Le dijo mirando fijamente a Ekaterina-.Sólo para que hablemos. Después de eso, si quieres besar a Anya o a cualquiera yo no interferiré-.

-No Yulia, tú y yo ya no tenemos nada pendiente-. Ekaterina hizo el intento otra vez de irse pero ahora Yulia no le tomó el brazo sino que ambas muñecas y la empujó contra la puerta-.

-No voy a dejar que escapes, siempre haces lo mismo, alguien te hiere y en vez de enfrentarlo, tú huyes, conmigo no lo harás, ¡me entendiste!-. Dijo firme en su posición-.

Katia abrió y cerró la boca en cuestión de segundos, quería responder eso pero no encontraba las palabras para defenderse, tal vez porque todo lo que le estaba diciendo Yulia en ese momento no podía ser más cierto. Siempre tomaba el camino más fácil y ese por lo general era huir.

-Dime que vas a ir a verme después del baile y te dejo ir-. Dijo la morena-.

-No lo sé, lo pensaré y créeme es lo mejor que obtendrás de mí, aunque me tengas toda la noche en esta posición-. Contestó recuperando su seguridad-.

-Está Bien-. Y la fue soltando, pero antes de alejarse completamente le robó un pequeño beso a Ekaterina-. Solo para ayudarte en tú decisión-.

La chica de ojos verdes hizo lo posible para comprimir la sonrisa que se estaba dibujando en su rostro al sentir los labios de Yulia rozar los suyos. Esa morena tenía esa capacidad de volverla loca con tan poco. Era un sube y baja de emociones constantes, de la furia a la calma, del resentimiento al perdón, y eso la asustaba porque nadie ha tenido ese poder antes sobre ella.

-Disfruta lo que queda del baile y no te metas en más problemas-. Dijo Ekaterina al salir del baño para volver a donde la esperaba una impaciente Anya.

Yulia se quedó con la esperanza de que volver a ver muy pronto a la chica, si bien aún no tenía claro lo que buscaba al decirle que se vieran más tarde, lo necesitaba, aunque fuera una conversación que determinara que ya todo había acabado.

Elena observó a lo lejos toda la discusión entre Yulia y Ekaterina. Le dolió todo lo que escuchó y más cuando vio como Ekaterina se llevaba a su morena para calmarla. Antes sólo ella tenía ese poder, nadie más se atrevía o intentaba cruzarse con Yulia cuando explotaba por alguna situación, pero a ella le bastaban un par de palabras o unos besos para que entrara en razón otra vez. Su corazón estaba herido, sabía todo lo que había hecho mal, pero también que había pedido perdón y estaba luchando. ¿Por qué las cosas no podían mejorar?, porque no lograba descifrar con precisión lo que Yulia necesitaba para así dárselo y tenerla nuevamente. Las dudas la consumían y no eran acerca de si seguir peleando por Yulia o si aún la amaba, era simplemente contra quien estaba luchando, si contra Katia o contra los temores de Yulia, porque si era lo segundo sería mucho más difícil vencerlos, conocía casi a la perfección a la morena y sabía que no entregaba su corazón dos veces, no cuando lo rompieron en una primera vez. Las lágrimas corrían por sus mejillas, lágrimas de impotencia por no poder recuperar al que sentía era el amor de su vida.

-Lena… ¿Estás bien?-. Preguntó Masha quien al ver que la pelirroja se encontraba sola en un rincón se acercó de inmediato-.

-Masha…ahora no, necesito estar sola, no me siento con ganas de hablar-.

-Pero Lena, tú nunca estás triste, como no me voy a preocupar, solo dime de que se trata, yo estoy aquí para apoyarte-.

-No es suficiente para mi ahora…yo…necesito a...-.

-Necesitas a la idiota por la que me dejaste, la que no te invitó al baile y por la que estás llorando, siento decírtelo ahora Lena, pero no merece la pena, nadie vale tus lágrimas-.

-¡No digas eso! ¡Yulia no tiene la culpa y merece todo lo que pueda darle!-. Reaccionó por impulso sin controlar sus palabras, al ver la expresión en el rostro de su ex novia, comprendió la información que había revelado-.

-Me quieres explicar lo que acabas de decir?-. Exigió la chica aún atónita por la confesión de su ex novia-.

-Yo…nunca…no sé como…-.

-¡Me estás diciendo que me dejaste por tu mejor amiga?!-. Exclamó-. La otra chica…tú… ¿¡me engañabas con ella!-. Dijo sabiendo que la respuesta no iba a gustarle-.

-Lo siento, yo nunca quise lastimarte pero estoy enamorada de Yulia, no podía seguir contigo si no te amo…por favor perdóname-. Lena se secó las lágrimas para mirar a los ojos de la chica, podía ver todo el dolor que tenía y no se lo merecía, ella nunca fue mala con ella-.

-Eso no responde mi pregunta… ¿Estabas con ella mientras éramos novias?-.

-Sí…-. Dijo escuetamente la pecosa-.

-Eso es todo lo que necesitaba saber, no me esperaba esto Lena, yo no me merecía que tú me engañaras-. Dijo la chica girando en sus pies  para perderse entre la multitud de jóvenes. Tenía la intensión de enfrentar a Yulia, pero no era el momento, lo haría; pero no esa noche.

Elena se maldijo por hablar sin pensarlo antes, era la última cosa que quería hacer, herir a su ex novia, quien había sido siempre tan amorosa y atenta con ella. Aunque nunca llegó a enamorarse de la chica, le tenía cariño, la quería como para que ahora lo hiciera sentir de esa manera… tan mal.

Decidió que lo mejor era irse de una vez a su casa, tenía demasiados sentimientos que aclarar y ya había pasado por suficiente en una sola noche.

Nastya y Oksana estaban viviendo una noche mágica, no se habían separado en ningún momento, pese a todos los susurros que escuchaban a su alrededor. Nada importaba más que ellas dos. Estaban sentadas por un momento recuperando fuerza después de haber bailado mucho.

-De verdad no te afecta que puedan comenzar rumores después de estar juntas toda la noche?-. Preguntó Oksana tímidamente acercando su silla a la de Nastya.

-No…la verdad no me importa lo que digan de mí en este momento-.

-¿Estás segura?, porque la Nastya que fue la reina absoluta de la escuela, si le importaba todo lo que opinaran de ella y mucho, entonces es…-.

-Yo he cambiado-. Interrumpió-. He cambiado por ti y sé que si tú me pidieras en este momento que te besara lo haría sin pesarlo-. Dijo la rubia acercándose-.

-Te quiero tanto…me asusta lo mucho que te quiero en tan poco tiempo-. Comentó la pequeña diva tomando la mano de la otra chica-.

-No tienes que asustarte…te quiero y jamás haría algo para hacerte daño, te lo prometo Oksy-. La rubia se estaba acercando para sellar su promesa con un beso cuando un Fyodor casi deformado por la ira y con olor a alcohol la tomó fuertemente por el hombro y con un solo movimiento la lanzó lejos-.

-¡Frente de mí no te atrevas a besarla! ¡Eres una asquerosa lesbiana que me robó a mi novia!-. Le gritó a una Nastya que no se lograba parar del suelo-.

-¡Nastya, mi vida!-. Exclamó Oksana asustada e intentado acercarse a ella pero Fyodor se lo impedía-. ¡Suéltame!-.

-No te das cuenta lo mucho que te amo, eres mía Oksana, no puedes preferir a Savalieva antes que a mí-. Decía el chico sin dejar de sujetar a la pequeña diva con fuerza, quien podía sentir el aliento pasado a trago de Tapovalov -.

Rápidamente los integrantes de Neposedi se fueron acercando para detener lo que ocurría, no podían creer lo que estaba viendo, todos sabían que Fyodor era algo idiota pero nunca violento.

-Nast, ¿Estás bien?-. Expresó Yulia tomándola del brazo para levantarla-.

-Sí…lo estoy-. Respondió la rubia-.

-¡Fyodor suelta a Oksana ahora mismo!-. Exigió Sergüei que no entendía como su amigo podía actuar así-.

-¡No lo haré! ¡Y ninguno de ustedes interfiera en esto!-.

-Ya déjame Fyodor, suéltame por favor-. Suplicaba Oksana quien tenía lágrimas en sus ojos-.

-¡No! ¡Para que! ¡Para que corras a los brazos de esa cualquiera! ¡Te engañará Oksana como lo hizo conmigo! Y…-. No pudo continuar porque un certero y merecido puño le golpeó entre la nariz y los ojos haciendo que soltara a la pequeña diva-.

-¡Es mi amiga de la que estás hablando!-. Exclamó Sergüei, quien no aguantó las hirientes palabras de Tapovalov hacia Nastya-. ¡Nunca más quiero una mala palabra hacía ella ni menos que le pongas un dedo encima!-.

Oksana por otro lado corrió a los brazos de Nastya para abrazarla con fuerza. No podía creer que su mágica noche estuviera terminando de esa manera.

-Calma…ya todo está bien-. Murmuraba al oído la rubia mientras le acariciaba el pelo a su chica-. Gracias Sergüei-.

-No hay problema, siempre estaré aquí para defenderte y también a mi nerd sexy-. Respondió tomando la mano de su novia quien lo miraba orgullosa, mientras a Fyodor lo sacaba el maestro Iván casi a rastras, seguramente iba a tener muchos problemas-.

-Quiero irme a casa.-.

-Muy bien hermosa…nos vamos-. Respondió Nastya e hizo un gesto para llamar a Yulia-.

-Dime Nast…-.

-Nosotros nos vamos, te vas con nosotras o vas a seguir torturándote aquí mientras vez a Ekaterina con su ex novia-.

-Me iré con ustedes, no es mucho lo que puedo seguir haciendo aquí, además por si no lo recuerdas yo las traje así que yo las llevo-. Respondió-.

-Gracias Yulia-. Contestó Oksana quien no se separaba de la rubia-.

Las chicas se dirigieron hacía la salida bajo la atenta mirada de otra chica que no lograba desviar sus ojos de la morena.

-Podrías aunque fuera disimular un poco-. Pidió Anya con el orgullo algo herido por la conducta de Ekaterina, que desde "el incidente" había mirado casi toda la noche a la morena-.

-Lo siento…yo…estoy preocupada, tú viste todo lo que ocurrió con Nastya, ella es mi amiga... No estaba mirando a Yulia-.

-A mí no tienes que mentirme…dime Katia, ¿Qué sientes por ella?-. Dijo acercándose-. ¿La quieres? ¿Estás enamorada?-.

-No creo que sea algo que debamos discutir ahora, entre ella y yo ya está todo terminado-.

-¿Y entre tú y yo?-.

-No lo sé…todo lo que ha pasado está noche me ha confundido…yo…no esperaba besarte otra vez…no después de todo… el tiempo que estuvimos separadas-.

-¿Eso significa que tengo una oportunidad?-. Dijo esperanzada-.

-Tal vez-. Dijo con una sonrisa-. ¿Nos vamos?-.

-Como tú quieras-. Respondió complacida-.

Ambas chicas se subieron a la limo que las esperaba en la entrada. Katia le abrió cortésmente la puerta a la rubia, y la hizo recordar que eran esos pequeños detalles lo que extrañaba de su morena de ojos verdes. Al subirse acomodó su cabeza en el pecho de la chica de ojos verdes y entrelazó sus manos. Habían ocurrido muchas cosas esa noche pero sentía que algo había avanzado, tenía a Ekaterina ahí con ella al final de la noche y eso era lo más importante.

Ekaterina por otro lado se debatía en su mente entre darle otra oportunidad a Anya y tal vez quedarse con ella esa noche o ir a ver a Yulia. Con la rubia todo podía ser más simple, porque la conocía desde hace mucho tiempo y aunque en un momento le rompió el corazón sabía que eso no volvería a ocurrir, creía en sus palabras. Por otro lado con Yulia todo era complejo, sería una batalla cada día para que el corazón de la morena fuera suyo, e incluso si lograba hacer todo bien nadie le aseguraba que se quedaría con ella, era simplemente un salto al vacío.

-Me acompañarás hasta mi habitación?-. Preguntó Anya cuando ya se habían detenido en el hotel-.

-Mmm…creo que no es recomendable. Mis padres están muy estrictos con los horarios y tengo que dar explicaciones de donde me quedo… ¿te veo mañana mejor?-.

-¿Mañana? ¿Cómo una cita?-.

-Como una cita-. Reafirmó la chica-.

-Está bien…te amo y nos vemos mañana-. Anya al despedirse se acercó a Ekaterina y la besó por última vez-.

-Adiós y paso por ti mañana-.

Katia cerró la puerta y le dio las ordenes al chófer para que la llevara a casa, aunque todavía no estaba segura de realmente ser ese lugar a donde quería ir.

Yulia dejó a Nastya y a Oksana en la casa de esta última, la chica no quería estar sola y le pidió a la rubia que pasara esa noche con ella, hecho que la morena no pudo pasar desapercibido y le lanzó una broma a Nastya.

Cuando llegó a su casa, sus padres ya estaban dormidos por lo que abrió la puerta con cuidado y subió a su habitación. Al entrar se liberó del vestido que llevaba y se dio una ducha, habían pasado demasiadas cosas esa noche y necesitaba con urgencia sacar todo eso de su cuerpo.

Al salir tomó su teléfono, pero no tenía ninguna llamada perdida de Ekaterina o un mensaje, parecía que realmente la chica había optado por su ex novia y ni siquiera le había dado la opción de una última conversación. Se puso un short y una sudadera un poco ancha para ya ir a dormir, el tiempo pasaba y con cada segundo se resignaba. No era justo, pero ella también tenía culpa, no debió enfrentar así la situación.

Estaba acomodando su cuerpo ya cansado en su cama cuando un sonido la sacó de su estado de  somnolencia. Era una limosina que se estacionaba afuera de su casa. Bajó lo más rápido que pudo para abrir la puerta y así Ekaterina no se arrepintiera en un último momento a devolverse.

La vio bajar y darle las instrucciones al chofer para que la esperara, que no tardaría. Fue caminando hacia la entrada de la casa de la familia Volkov insegura, algo en su interior le decía que no era una buena idea, que se estaba arriesgando demasiado.

-Aquí estoy…hablemos-. Expresó la chica con sus ojos verdes fijos en los de color azules de Yulia-.
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Mensaje por andyvolkatin Mar Nov 15, 2016 10:10 pm

Hola Very Happy
que capítulos tan buenos
de que hablaran las chicas
las parejas que quiero que quedos son
y espero que así sea
Lena y Yulia
Ekaterine y Anya
cada una tiene su historia y un amor así de intenso no se olvida study
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Jue Nov 17, 2016 7:31 pm

Me alegra que les guste.... porque viene una segunda parte de esta historia...


Capitulo Once: Relaciones

Ekaterina se paró frente a Yulia en la puerta de la casa de los Volkov. No decía ni una palabra solo la miraba fijo intentado traspasar esa muralla color azul que eran los ojos de la morena. Tenía miedo, estaba llena de dudas, y un paso para aclararlas era estar ahí, tener esa conversación de la que antes había huido.

-Piensas quedarte toda la noche parada ahí sin decir nada?-.

-Por lo que sé no me has invitado a pasar-.

-Creí que con mi invitación en el baile había bastado-.

-Puede ser-. Señaló dudosa-.

-¿Vas a entrar o conversaremos aquí?-. Expresó Yulia haciendo un gesto para que la otra chica entrara-.

Subieron a la habitación de la morena en completo silencio, no como otras veces que siempre tenían conversaciones fluidas, está vez era diferente, ambas tenían porque estar dolidas con la otra.

-Me vas a decir para que querías que viniera?-. Dijo Ekaterina rompiendo el incómodo silencio-.

-Una vez te pregunté si seguías queriendo a Anya y me dijiste que no, pero después de lo de hoy, tengo que hacerlo otra vez… ¿sigues estando enamorada de ella?-. Preguntó temerosa por la respuesta, y se sentó en la orilla de su cama mientras Katia estaba de pie al frente-.

-Pensé que esta conversación sería sobre tú y yo…no sobre Anya-.

-Sólo dime la verdad…-.

-Yo…ya no estoy enamorada de ella…-. Contestó insegura-.

-No te creo-. Expresó Yulia mirándola fijamente-. Si no sintieras nada por ella, no la habrías besado-.

-Yo no dije que no sintiera nada, dije que ya no la amaba…para mí son cosas distintas, yo la quiero y ella me da seguridad-. Respondió-.

-¡Como puedes decir eso! ¡Te engañó!-. Exclamó subiendo la voz y parándose para estar más cerca de la chica-.

-Ya aclaré eso con ella…me explicó como sucedió todo y yo la perdoné-. Contestó justificándose-. Además sé que ella me quiere, lo ha demostrado y eso me da seguridad-.

-Yo también te quiero… - Dijo la morena bajando el tono-.

-No digas cosas de las que no estás segura…-. Advirtió

-Yo estoy segura de lo que siento por ti…-.

-También de lo que sientes por Elena... y no puedo seguir con eso, Yulia, me duele, no puedo cada día pensar al levantarme con quien querrás estar ese día en particular, porque así lo has estado haciendo y tampoco es justo para Lena. Es una buena chica y te ama-. Expresó con sus ojos verdes heridos-.

-¡Y tú crees que lo hago a propósito! ¡Qué camino a la escuela decido a cual le haré daño ese día!-. Dijo la ojiazul levantando la voz otra vez-. No vez que esto también es difícil para mí, yo tampoco lo estoy pasando bien-.

-Lo sé…sé que no es fácil, pero lamentablemente nadie puede ayudarte, yo intenté hacerlo más simple, me salí de todo eso cuando te vi besando a Lena, pero tú lo vuelves a complicar Yulia, porque hoy vienes y me haces esa escena inexplicable de celos-. Le reprochó-.

-¿Inexplicable?...me vas a decir que verte besando a esa idiota arrogante no es un motivo suficiente para hacer lo que hice-. Se justificó, estaban frente a frente y no dejaban de tener contacto visual directo.

-Por supuesto que no hay motivo, entiendo si nosotras aún tuviéramos algo, pero no es así, por lo que tu comportamiento fue inaceptable, ¡inaceptable!-. Enfatizó apuntando a Yulia con su dedo índice.

-Si fue tan inaceptable ¿Por qué te fuiste conmigo entonces? ¿Por qué no te quedaste con ella que era tu pareja en el baile?-. Preguntó incisiva y acercándose más-.

-Porque…-. en realidad no tenía una explicación para eso, había actuado por instinto-. Porque tú querías golpearla y yo la intenté defender-. Eso creyó que iba a sonar convincente-.

-De verdad piensas que voy a creer eso…dime la verdad, dime mirándome a los ojos que no hubieras deseado ir conmigo al baile, que no era conmigo con quien querías bailar, y a quien querías besar, ¡por eso te fuiste conmigo Ekaterina! ¡Porque me prefieres antes que a ella!
-. Exclamó-.

-¡No voy a volver a caer en tu juego! ¡No me vas a convencer con histéricas escenas de celos de que me quieres!-.

-¡No me estás respondiendo! ¡Porque estás aquí y no con ella si ya no quieres nada conmigo!-.

-¡Porque tú me tienes vuelta una idiota!-. Le respondió-. Porque no podía dejar de buscarte con la mirada por todo el maldito baile, porque para mí eras la chica más hermosa y ¡porque aunque no quiera, me enamoré de ti Yulia!-.

-Yo…-. De pronto su garganta ya no emitía ningún sonido

-Yo sé que tú no sientes lo mismo…por lo que…yo voy a volver con Anya-. Dijo intentado tranquilizarse y esquivar unos ojos azules que la miraban atónitos-.

-Tú no puedes hacer eso…no puedes volver con ella…-.

-No es algo que te esté consultando, yo siento algo por ella aún, y ella me ama solo a mí, eso es suficiente por el momento, mañana la veré y le pediré que sea mi novia otra vez-. Volvió a decir intentado sonar convencida y fría para que Yulia ya no siguiera insistiendo-.

-Pero…tú acabas de decir que me amas-.

-Es mejor que me vaya…creo que ya está todo claro…que estés bien Yulia-. Se despidió, pero la morena fue más rápida y la retuvo con un apasionado beso, de sólo esos que poseen demasiada pasión y que ella solo le podía dar-.

Ekaterina no pudo resistir las caricias de Yulia. Era todo lo que necesitaba, sentir sus labios, su piel, ese calor que solo ella le entregaba, por lo que el beso era con una pasión desbocada. Sus manos recorrían todo el cuerpo de la morena y no podía evitar querer hacerlo suyo, sentir como era besar cada centímetro.

Yulia por otro lado, sentía que su cuerpo le estaba exigiendo más contacto, había pasado mucho tiempo desde que no estaba con alguien, eso ya había sido un cambio para ella, pero esa no era la causa, habían sentimientos de por medio también. Podía sentir como su calor era abundante en algunas zonas y aunque el oxígeno le estaba faltando se rehusaba a dejar de besar a Ekaterina, sentía que si lo hacía, la otra chica se arrepentiría de todo y podría perderla.

La chica de ojos verdes, iba deslizando con timidez una de sus manos por debajo de la sudadera de la ojiazul, acariciando el abdomen tonificado. La piel de la morena se erizó al instante de haber recibido la caricia, era un golpe eléctrico cargado de millones de sensaciones diferentes. Yulia se dejaba acariciar, era lo único que deseaba en ese momento, ella también necesitaba sentir más a la chica, pero ese vestido que llevaba la otra morena lo hacía dificultoso por lo que alzó sus manos en el cuello de la chica con el fin de desatar en nudo que tenía, pero Ekaterina la detuvo.

-¿Qué…haces?-. Preguntó con su voz entrecortada por la excitación-.

-Necesito tenerte completamente para mí-. Respondió agitada y continuó besando ahora el cuello de la otra chica-.

-Yul…-. era difícil expresarse con palabras en ese momento, pues algunos gemidos se le escapaban-.

-Te quiero…-. Le susurró la morena en el oído-.

Ekaterina le tomó ambos brazos y la miró fijamente, necesitaba comprobar si todo eso que estaba ocurriendo no era simplemente una acción que la morena estaba llevando a cabo para retenerla a su lado, y lo que vio en sus ojos le dio confianza, le dio una seguridad, era eso o que definitivamente ya había perdido el control de la situación y sólo se dejaba llevar.
La tomó otra vez con fuerza para besarla más apasionadamente, ya no tenía dudas, quería sólo tenerla por primera vez en sus brazos. Yulia con habilidad sacó el vestido que llevaba la chica dejándola solamente en su sexy conjunto color negro.

-Eres realmente hermosa-. Murmuró la morena mordiéndose el labio inferior-.

Ekaterina no hizo más que querer estar en igualdad de condiciones por lo que quitó la sudadera que llevaba Yulia como pijama para poder apreciar casi en su totalidad esa piel canela que tantos suspiros le quitaba. De un momento a otro cayeron a la cama, con Yulia teniendo el control de la situación, estaba disfrutando cada centímetro de ese cuerpo en descubrimiento, con sus manos recorría buscando los puntos débiles que producían que Ekaterina se entregara a ella. Desabrochó con habilidad el sujetador, y dejó a la vista dos pechos que no dudó en besar casi con desesperación, con necesidad, con ese impulso que tiene el conquistar.

Ekaterina ya no pensaba, sólo sentía como cada musculo de su cuerpo producía alguna reacción ante las caricias de Yulia. Le encantaba sentirla tan cerca, escuchar los latidos de su corazón, sentir su aliento entrecortado, el roce de su piel, todo lo que estaba ocurriendo le parecía un sueño del que no quería despertar.

Pronto ya toda la ropa que llevaban estorbaba, por la que con ansiedad la quitaron de sus cuerpos, quedando absolutamente desnudas. Katia cambió posiciones y comenzó a besar desde el cuello, bajando por el espacio entre los pechos de la morena, su abdomen, llegando justo donde quería, que era la entrepierna de la ojiazul. Con suavidad acarició los muslos de Yulia separándolos para acercar su boca y con su lengua comenzar a succionar el clítoris.

Yulia intentaba silenciar los gemidos de placer pero le era imposible, su cuerpo la obligaba responder a cada toque. Sentía que le faltaba tan poco para llegar al clímax, así que optó por tomar con una de sus manos el rostro de la chica y subirlo para besarla.

-Quiero que lleguemos juntas-. Susurró como pudo dado que las palabras le salían con dificultad-.

Ekaterina, la miró y en sus ojos no expresaban otra cosa que amor, estaba perdida e irremediablemente enamorada de esa morena hermosa. Bajó una de sus manos introduciendo dos de sus dedos. Yulia al sentirla dentro de sí, dejó escapar un gemido aún más alto, y con su muslo comenzó a hacer fricción en el sexo de la otra chica. La embestidas fueron aumentando en su velocidad, los que en uno momento fueron dos cuerpos ahora parecían uno.

Ya la excitación estaba llegando al límite y ambas chicas estaban conscientes de que no faltaba mucho para que alcanzaran el orgasmo, por lo que fijaron sus miradas y cuando el máximo placer las alcanzó, acercaron sus labios en un tierno beso.
Yulia se acurrucó en el pecho de Ekaterina, quien tenía su brazo alrededor sosteniéndola con propiedad.

-Te amo…-. Dijo Katia más para sí misma que para la morena-.

-Y yo a ti…-. Dijo Yulia entre dormida-.


Nastya se mantuvo firme, porque necesitaba darle tranquilidad a Oksana, que aún no lograba recuperarse por completo, pero lo cierto era que también estaba algo asustada. Ella nunca se había sentido así de vulnerable antes, ella siempre había sido la temible reina de la escuela, nadie nunca se había atrevido a hacerle algo así, pero ahora ya no tenía ese poder, y sentía que lo necesitaba, de otra manera veía difícil poder cuidar de Oksana.

La pequeña diva notó que la rubia estaba ida en sus pensamientos y se sentó al lado de ella en su cama.

-¿Qué sucede Nast?-. Preguntó la castaña-.

-Nada…estoy cansada…creo que necesito dormir-. Respondió intentando sonar convincente-.

-¿Estás segura?...no será que estás preocupada porque después de lo que hizo Fyodor, casi toda la escuela se dio cuenta que estamos juntas-. Dijo con evidente preocupación-. Te avergüenza que todos sepan que estás conmigo, no es verdad-.

-No…no me avergüenza, porque tienes que pensar siempre lo peor de mí-. Exclamó la rubia, quien se paró y comenzó a caminar de un lado para otro con una de sus manos puesta en su sien-.

-¡Entonces dime!...que es lo que te tiene así?-. La pequeña diva la sostuvo tomándole ambos brazos para calmarla-.

-¡Me asusta no ser capaz de cuidar de ti! ¡De no poder protegerte! Hoy…simplemente no pude hacer nada contra Tapovalov, sabes lo impotente que me sentí, de ver que alguien te hacía daño y yo no poder rescatarte, te quiero Oksana, te quiero demasiado como para no ser capaz de ver que alguien te hace daño-. Explicó la rubia con sus ojos cargados de lágrimas-.

Oksana la miró con ternura, sentía que quería besarla, abrazarla, demostrarle todo eso que en su interior iba creciendo con cada palabra que pronunciaba Nastya. Era tan grande lo que tenía dentro de sí, que no entendía como pudo estar tanto tiempo lejos de la rubia.

-Tranquila…tú no tienes que cuidarme siempre…yo también puedo cuidar de ti-. Susurró al oído de la rubia mientras la abrazaba-.

-No Oksana, yo ya te hice sufrir suficiente en el pasado, ahora no puedo permitir que nadie te haga daño, te lo debo-. Contestó apoyando su cabeza en el hombro de la diva-

-Ese pasado ya no existe para mi…ahora somos sólo tú, yo y todo esto que sentimos, no tienes que seguir torturándote, y yo también puedo cuidar de ti, te quiero Nastya Savalieva y juntas enfrentaremos al mundo si es necesario-. Expresó muy segura la castaña-.

-Te quiero tanto…por favor nunca me dejes sola-.

-Nunca podría hacerlo…no después de saber lo que es estar contigo-. Respondió depositando un casto beso en los labios de su chica-.

-Será mejor que nos acostemos, estoy algo cansada-. Expresó la rubia-.

-Yo también…si me esperas un segundo te buscó de inmediato algo para que puedas dormir más cómodamente-. Dijo la Castaña-.

-No hay problema Oksy-. Contestó la rubia con una sonrisa en sus labios, le divertía lo solemne que hablaba la pequeña diva-.

Ambas se acomodaron muy cerca, acurrucadas, con Oksana abrazando por la espalda a Nastya, estaba intentado demostrarle que ella también podía cuidarla, que no era necesario que siempre fuera el príncipe azul que rescataba a la doncella en apuros. Se sentía tan feliz de poder hacerlo, de su mente había desaparecido todo rastro de lo ocurrido con Tapovalov, su mente y su corazón sólo tenían a una hermosa rubia, que parecía un ángel cuando dormía, su ángel.


Ekaterina despertó con una sensación de felicidad que la embargaba, tenía miedo de abrir los ojos pensando que todo podría haber sido un sueño. Pero cuando otro cuerpo se giró somnoliento para quedar casi encima del suyo, supo que todo era real, que había pasado la noche anterior con su Yulia. Le acarició el cabello con dedicación, respirando profundo tratando de captar cada aroma que expelía de la morena en forma natural, no podía explicarse cómo podía caer una y otra vez, estaba como hipnotizada, pero no se arrepentía de nada, tenía a la mujer que amaba, y eso era lo que necesitaba para despejar cualquier duda. Ya no había vuelta a atrás, de ahora en adelante, jugaría todas sus cartas para mantener a Yulia a su lado.

-Llevas mucho despierta?-. Preguntó Yulia abriendo sus ojos con pereza-.

-No demasiado…yo…disfrutaba viéndote dormir-. Expresó-.

-Sabes lo cursi que sonó eso…pensé que tú no decías esas cosas-. Dijo acomodándose más sobre la chica-.

-Tú me has cambiado…me haces ser cursi-. Contestó con una sonrisa-.

-Te quiero…y perdón por todo, no quiero volver a herirte-. Expresó la morena girándose para verla de frente-.

-Las dos hemos cometido errores, yo no quiero volver a estar lejos de ti-. Dijo y se acercó para besarla-.

Un golpe en la puerta las alertó. Yulia había olvidado por completo que día era y que se encontraba aún totalmente desnuda.

-¡Yul!...está listo el desayuno para que bajes-. Gritó su mamá desde el otro lado-.

-Bajo en un minuto-. Respondió-.

Katia no podía dejar de reír al ver la expresión de terror que se había apropiado de la morena por un instante.

-¡Te estás burlando de mí!-. Exclamó Yulia fingiendo molestia y tomando una almohada-.

-Debiste ver tu cara…es demasiado divertido-. Seguía burlándose la chica, quien sin previo aviso recibió un golpe con la almohada-.

-¡Te lo ganaste Sharapova!-. golpeando otra vez a Ekaterina quien se cubría la cara y seguía riendo-.

-¡Me rindo estoy desarmada!-. Exclamaba la chica intentando levantar las manos-.

Yulia paró los pequeños golpes y los cambió por besos, posó todo su cuerpo aún desnudo sobre Ekaterina y fue depositando pequeños
besos por su cuello hasta llegar a su boca.

-No es que quiera detenerte, pero si no bajamos tu madre volverá a subir y aunque fue muy divertido ver tu reacción, no me gustaría que nos viera así-. Expresó Ekaterina-.

-Tienes razón, aunque preferiría quedarme aquí todo el día-.

-Y yo…pero hay que levantarse, si quieres me prestas algo, no creo que un vestido de gala sea adecuado para bajar a desayunar-. Expresó con esa sonrisa que no podía sacar de su cara-.

-¿Y si no quiero?-. Dijo levantándose con naturalidad para ponerse lo que la noche anterior era su pijama-.

-Bajaré desnuda y no me hago responsable de lo que digan tus padres-. Respondió-.

-Creo que mejor te presto algo-.

Ambas chicas se vistieron y bajaron para tomar el desayuno con los padres de Yulia.

-Ekaterina… ¡buenos días!-. Exclamó Oleg-. No sabía que estabas aquí-. Miró a su hija con complicidad-.

-Sí…yo…llegué tarde con Yulia después del baile-. Explicó nerviosa-.

-Eso explica la limosina que está estacionada al frente-. Dijo Larissa-.

-Oh…lo había olvidado-. Katia se llevó una mano a su frente-.

-Creo que alguien va a tener que pagar horas extra-. Dijo Yulia riendo-.

-¿Y cómo estuvo el baile?-. Preguntó Oleg-.

-Intenso-. Respondió la morena mirando a Ekaterina-. Digamos que tuvo de todo un poco-.

-Pero… ¿lo pasaron bien?-. Preguntó ahora su madre-.

-Si-. Respondieron casi al unísono-.

El desayuno transcurrió sin mayores sobresaltos, los Volkov sentían gran simpatía por Ekaterina lo que facilitaba la conversación. En un momento ya terminado todo, Yulia le ayudaba a su madre en la cocina mientras Oleg siguió conversando con Ekaterina.

-Entonces…los de ustedes va bien, me refiero a que tú quieres a Yul, porque ella es mi princesa y no me gustaría verla sufrir-. Expresó el hombre con una mirada severa que descolocó a Ekaterina que se ahogó con el café que estaba bebiendo-.

-Yo…señor Volkov…yo nunca le haría daño a Yulia-. Respondió con la mano en su pecho-.

-Me complace escuchar eso, porque tienes que tener claro que no me importa que mi niña salga con chicas o chicos, yo quiero su felicidad y si alguien le hace daño mi reacción sería la misma-. Aseveró el hombre, que aunque mantenía un tono neutro, mientras imponía respeto-.

-Lo entiendo señor Volkov y tiene mi palabra de que nunca la haré sufrir-. Contestó intimidada, intentado sonar segura-.

-Me agradas Ekaterina, eres una buena chica-. Finalizó Oleg justo cuando Yulia iba entrando a donde se encontraban-.

-¿De que hablaban?-. Preguntó la morena viendo algo extraño en la expresión de Ekaterina-.

-Nada importante…deportes-. Respondió su padre-.

-¿Subimos?-. Preguntó Yulia a Ekaterina-.

-Claro-. Respondió la chica con alivio-.

Cuando ya estaban nuevamente en la habitación de la morena, Katia seguía con esa impresión, que se parecía bastante al miedo.

-¿Me vas a decir que te sucede? ¿Estás extraña?-. Preguntó-.

-Le contaste a tu papá algo sobre ¿Nosotras?-. Expresó-.

-Mmm…sí, le conté todo lo que me pasaba, necesitaba desahogarme, y tuve todo su apoyo… ¿Por qué?-. Volvió a preguntar curiosa-.

-Ahora entiendo…es que acabamos de tener una conversación, creo que quería saber mis intenciones con su princesa-. Contestó ya más tranquila y tomando por la cintura a Yulia-.

-Y por eso tenías esa cara de terror?-. Expresó y ahora era ella quien se burlaba-.

-¡Te parece poco!...ahora sé de donde heredaste eso de que con unas cuantas palabras aterrorizas a todos…aunque le juré que mis intenciones eran buenas-. Dijo sonriendo-.

-Más te vale, mira que los Volkov, cumplimos nuestra palabra y si me haces daño tendrás que asumir las consecuencias-. Dijo intentado ponerse seria-.

Ekaterina la miró tiernamente y no pudo más que besarla, hasta que su celular comenzó a sonar, ahí recordó que tenía una cita pendiente.

-No contestes-. Pidió Yulia-.

-Debo hacerlo…es algo que tengo que solucionar-. Tomó su teléfono y tenía claro quién era.

Anya se escuchaba alegre y ansiosa por su cita. Ekaterina le dijo que en un par de horas pasaría por ella, toda esa interacción era bajo la atenta mirada de una molesta Yulia que no le parecía para nada que su chica, viera su ex novia.

-¿Tienes que ir?-. Preguntó una vez finalizada la llamada-.

-Se lo prometí-. Respondió Katia arreglando sus cosas para irse-.

-No quiero que la veas, no confió en ella, seguramente te dirá algo para que no te alejes de ella-. Expresó con preocupación-.

-Yul…ven aquí-. Se acercó hasta tomar su mano-. Te quiero, y no hay nada que Anya pueda decir para cambiar eso, sólo iré a conversar para decirle que es hora de que vuelva a St. Petersburgo-. Explicó para darle seguridad-.

-Prométeme que no dejarás que te bese o algo, no quiero que ponga ninguno de sus arrogantes dedos sobre ti-.

-Lo prometo-.

Así, terminó de arreglar sus cosas y bajaron con dirección a la puerta. Yulia la despidió no muy convencida, pero confiaba en ella, debía hacerlo, además un paso para comenzar algo, era ir dejando los fantasmas del pasado atrás.


Nastya y Oksana tuvieron un tierno despertar. La rubia ya había olvidado todo y sentir los brazos de su pequeña diva cubriéndola, le produjo una sonrisa instantánea. Oksana no se había levantado a hacer su rutina de ejercicios diaria, prefirió quedarse viendo embobadamente a Nastya.

-Ya es hora de levantarse dormilona-. Expresó la castaña con ternura-.

-¡No quiero!-. Contestó subiendo las sabanas hasta cubrir su rostro-.

-Ya no te comportes como una bebé, mis papis deben estar esperándonos-.

-Tus padres…Oksana…yo…ellos no me conocen…no estoy lista para verlos-. Tartamudeó la rubia-.

-Tranquila, les diré que eres una amiga, ellos no saben nada aún, sólo que últimamente estoy más feliz de lo normal y eso se debe a ti-.

-No soy buena con los padres Oksy, yo te he torturado durante años, como explicas que ahora seamos amigas-. Decía nerviosa-.

-¡Ya levántate! No te tengo por cobarde Nastya Savalieva-.

Casi a rastras la levantó y la llevó a la cocina donde sus padres tenían preparado un rico desayuno, con frutas, café, tostadas, entre otras cosas.

-Así que tú eres la famosa Nastya Savalieva-. Expresó Pavel Ivanov, él más sobreprotector de ambos-.

-Así es…yo soy-. Contestó bajando la mirada-.

-Es bueno ponerle un rostro al nombre, porque mi pequeña no deja de hablar de ti, no sé qué le has hecho-. Expresó con una mirada
incisiva-.

-Papi…-. Dijo en tono de advertencia Oksana-.

-Ya deja tranquila a la amiga de Oksana, perdona a mi esposo, quiere saber todo acerca de las amigas de nuestra pequeña-. Expresó
Roman, que era visiblemente más amable-.

Nastya respondió con una sonrisa al otro padre de Oksana. Él la hacía sentir más relajada y de vez cuando olvidaba las miradas inquisitivas de Pavel. El hombre notaba que algo más había ahí, conocía perfectamente a su hija y podía reconocer cada gesto, mirada, e intensión, que realizaba, estaba seguro que algo más que amistad existía en esa relación, pero no era el momento de emitir algún comentario.

Las chicas volvieron al dormitorio y pasaron gran parte del día juntas, por el bien de la salud mental de Nastya, se salvó de otro almuerzo familiar, ya que los señores Ivanov, habían salido. Lo que les dejó la casa para poder disfrutar de la compañía de la otra.


Anya esperaba ansiosa en la entrada del hotel, se había esmerado mucho en arreglarse, quería lucir perfecta para Ekaterina, porque tenía la sensación de que sería un gran día.

Cuando vio a la chica de ojos verdes entrar, no pudo dejar de seguirle los pasos, era realmente hermosa, nunca había puesto tanto énfasis como ella en vestirse ni nada, era más un estilo desordenado, pero algo tenía que la hacía transformarse en un imán. Era por eso que ella siempre fue tan celosa y seguía siéndolo, porque aunque Katia muchas veces no lo notara, muchas miradas se desviaban hacía ella.

-Hola puntual como siempre-. Saludó la rubia intentado besarla a lo que la chica corrió para que fuera en la mejilla, ahí notó que algo le pasaba-.

-Nos vamos o prefieres almorzar algo acá?-. Preguntó-.

-No lo sé…vamos a otro lugar, quiero conocer un poco más Moscú. Dijo tomándole el brazo-.

-Ok…creo que conozco un lugar que podría gustarte-.

El camino fue silencioso. Anya conocía demasiado a Ekaterina, y si en un principio tenía la esperanza de que todo iría bien ese día, ahora tenía claro de que algo había pasado, algo que le hizo cambiar su actitud hacía ella. No quería hacer muchas preguntas, tenía miedo de las respuestas. En su mente sabía que había sólo una persona que podría haber producido eso y la estaba odiando profundamente en ese momento.

Ekaterina la llevó a un restaurant de comida italiana, sabía que era una de las favoritas de Anya. Comieron intercambiando un par de frases, eso ya se estaba volviendo incomodo pero la morena de ojos verdes no sabía cómo empezar a hablar, quería a Anya y no quería hacerle daño, se sentía culpable por haberle creado ilusiones, por haberle pedido que fuera al baile, por haberla besado, no quería que la chica pensara que sólo la estaba utilizando.

El camino de vuelta al hotel no fue muy diferente a como había sido toda su interacción anterior, cuando llegaron Anya invitó a subir a Ekaterina, era el momento que había estado esperando, para conversar sin que nadie pudiera interrumpir.

-Ok…creo que ha sido una de las citas más horribles que he tenido, ¿me vas a decir finalmente que te pasa?-. Expresó Anya perdiendo absolutamente la paciencia-.

-Yo…lo siento-. Se disculpó, sentía que la fuerza era menos-.

-¿Qué pasó?...Creí que esté día sería como un nuevo comienzo, pero estás distante y pareces ida en alguna parte-. Expresó la rubia bajando el tono-.

-Ven…-. Le tomó la mano y se ubicaron en uno de los sofás-. Yo no quiero herirte, mentiría si dijera que ya no siento nada por ti, pero eso que siento no es tan fuerte como lo que me pasa con otra persona-. Explicó la morena de ojos verdes-.

-Otra vez es ella…pensé…tú me dijiste que estaba todo terminado entre ella y tú-.

-Lo sé, estaba intentando convencerme a mí misma de que eso era cierto, pero me equivoqué…Anya, yo te amé profundamente, pero ya no es lo mismo y ahora quiero darme esta oportunidad con Yulia-. Expresó mirándola a los ojos-.

-Entiendo…-. Dijo desviando la mirada para secar una lágrima que caía lentamente-. Espero que no te haga sufrir, porque tienes que tener claro que nunca vas a estar segura con ella, que posiblemente caiga otra vez en los brazos de esa otra chica de la que está enamorada-. Añadió mostrando todos sus celos y soltándose de Ekaterina-.

-Anya...por favor, eso es un riesgo que yo voy a correr, no voy a discutir eso contigo, no es lo adecuado-.

-¡Y que es lo adecuado! ¡Que me llames cada vez que ella te lastima! ¡Que me uses para darle celos! ¡Eso es lo correcto Katia!-. Exclamó levantándose y gritándole-.

-Yo no te usé…yo de verdad creía que podíamos darnos otra oportunidad, pero ha pasado tiempo y los sentimientos que tenía, han cambiado, no me puedes culpar por eso, por favor…yo no quiero hacerte sufrir…quiero que seas feliz-. Ekaterina intentaba tranquilizarla-.

-¡Tú me puedes hacer feliz! ¡Porque sigo enamorada de ti como el primer día! ¡Te amo Katia Sharapova! ¡O sino crees que me humillaría de esta forma!-. Le gritaba la rubia-.

-Tienes que calmarte-. La morena de ojos verdes la tomó de los brazos y la miró fijo-. Por favor…no me hagas asumir toda la culpa de esto, ambas hemos cometido errores que nos llevaron a que esto terminara, lo siento si te sientes utilizada, no fue mi intensión, pero ya no puedo seguir creando una ilusión, no vamos a volver porque me enamoré de Yulia, me enamoré y voy a hacer todo lo que esté en mi para mantenerla a mi lado-. Confesó Ekaterina-.

-¡Vete!-. Exclamó Anya-.

-Pero….-.

-Ya dijiste todo lo que querías…ahora necesito estar sola para procesar todo-. Pidió con una mano en su rostro-.

-Te quiero Anya y lamento hacerte sentir así…de verdad-. Dijo acercándose a la puerta-.

-Créeme yo lo lamento mucho más…sólo espero que no te haga sufrir, porque no sé si esté la próxima vez que eso ocurra-.

-Adiós-. Se despidió Ekaterina y al cerrar la puerta, dejó todo ese pasado que tanto la atormentaba, atrás-.


Era lunes y el comienzo de la semana se veía auspicioso. Nastya y Oksana ya se veían más relajadas y con regularidad sostenían la mano de la otra sin importar quien estuviera mirando. De Topalov habían escuchado que fue suspendido un par de días, lo que las hacía sentirse más cómodas y sin tener que andar cuidando su espalda.

Por otro lado Yulia y Ekaterina, habían llegado juntas como acostumbraban antes de que pasara el incidente con Lena. Se veían muy felices, aunque a la morena le preocupaba la pelirroja, necesitaba tener una conversación con ella, algo que le permitiera explicarse, no quería simplemente dejar todo el en aire, Elena no se lo merecía

-Hola chicas-. Saludó Yulia con una alegría que no era característica-.

-Hola Yul-. Respondió una sorprendida Nastya-.

-Amor…voy tarde a clases nos vemos-. Expresó Oksana dejando a las chicas-.

-Yo voy contigo-. Añadió Ekaterina, por lo que quedaron sólo la rubia y la morena-.

-Y que se debe el buen ánimo, Volkova?-. Preguntó inquisitiva-.

-Mmm…creo que me pasaron algunas cosas buenas el fin de semana-. Respondió misteriosa-.

-Mmm…creo que tienes cara de… ¡sexo!-. Exclamó subiendo el tono a lo que la morena le dio un golpe-.

-Puedes bajar el volumen, no quiero que toda la escuela se entere…además tu hablas porque me tienes envidia, tú estás saliendo con una virgen, o no Nastya?-. Respondió con burla-.

-Eso no es asunto tuyo…yo la quiero y no voy a presionarla-. Expresó Nastya seria-.

-Lo que tú digas Savalieva-. Yulia vio como al lado de su casillero se ubicaba una pelirroja, ya no iba a dilatar más el momento, debía hablar con ella-.

Se despidió de Nastya y se acercó despacio hacía Elena.

-Hola Lena-. Saludó-.

-Hola Yul-. Respondió-.

-Lena…hay algo de lo que quiero hablarte-.

-No quiero hablar…sé lo que me dirás…-. Dijo mirándola a los ojos-.

-Qué…cómo…-.

-Te conozco Yulia…y sé que me quieres decir que estás con Ekaterina, vi todo lo que pasó en el baile, pero tienes que tener claro que nada de lo que digas va a cambiar lo que siento por ti, ni menos que me rinda en reconquistarte-. Expresó segura-.

-Lena…yo…no quiero que sufras…te quiero demasiado para verte sufrir-.

-Lo sé y es por eso que mantendré mi distancia por el momento, pero siempre estaré esperándote, sé que esto no es definitivo, me lo dicen tus ojos color cielo-. Dijo y con uno de sus dedos tocó la punta de la nariz de Yulia-.

-Lena…-.

-Yulia…no me pidas que me aleje porque no lo haré ¿es tú novia acaso?-. Preguntó-.

-Aún no-.

-Y aunque lo fuera no es más que una formalidad, tú eres mía Yulia y sé que pronto te vas a dar cuenta de eso-. Dijo esto y cerró su casillero para irse clases dejando a una atónita morena-.

Había llegado la hora de los ensayos de Neposedi y todos parecían ansiosos por los que eran los ensayos para los Nacionales, ya quedaban solamente dos semanas para volar a St Petersburgo en busca de su sueño. El señor Smirnov tenía un aviso que dar, pero Elena se le adelantó para pedir el micrófono, ella nunca lo hacía, pero tenía la necesidad de expresar con música lo que antes había dicho con palabras.

Acomodó el micrófono y dio las instrucciones correspondientes a la banda para que comenzara la melodía.

No quiero ser la primera en decir adios...
Pero lo haré, lo haré, lo hare;
No quiero sentarme en la acera mientras tú vuelas...
Pero lo haré, lo haré, oh sí lo hare.
Coro:
Tal vez en el futuro, regreses, regreses aquí...
La única forma de verdad saberlo es dejándote ir
Tal vez regreses, regreses, regreses...
No quiero ser la primera en dejarlo ir
Pero lo sé, lo sé, lo sé
Si tú eres la última mano que quiero sostener
entonces sé que tengo que dejarte ir

Los aplausos fueron instantáneos, sus compañeros se pusieron de pie, pero nada le importaba en ese momento, sólo la expresión de cierta morena que estaba en primera fila, escuchándola atentamente. Era un mensaje claro, conciso y expresado a través de una hermosa y melodiosa voz a la que acompañan movimientos que fluyen con naturalidad. No importara el tiempo que pasará, ella siempre la iba a estar esperando.

Se sentó al lado de Yulia, y no dijo ninguna palabra más, no era necesario, con que su ojiazul no haya dicho nada para decirle que se alejara o algo así, ya se daba por satisfecha, aún existía una posibilidad.

Después de la canción interpretada por Lena, el señor Smirnov procedió a dar el aviso-

-Buenos chicos, como ustedes saben ya no queda mucho tiempo para las Nacionales y si queremos ganarlas, necesitaremos toda la ayuda posible, por lo que he decidido contratar a un asesor con gran experiencia en las competencias de coros, con ustedes Yuri Popov.
Nastya de inmediato sintió como un escalofrío le traspasaba todo el cuerpo. Miró inmediatamente a Oksana, quien también estaba absolutamente sorprendida.

-Hola a todos…hola Oksana-. Saludó el joven con una sonrisa coqueta a la pequeña diva-.

-Hola Yuri-. Respondió-.

Era todo lo que necesitaba Nastya para sentirse amenazada. Una cosa había sido Fyodor pero otra muy diferente era mantener lejos de Oksana a Yuri Popov.



Nota: Uso los diminutivos de algunos personajes. No es que sean nombres distintos (por ejemplo Katia=Ekaterina... Anya=Anna) solo quise aclarar esto
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Mensaje por andyvolkatin Lun Nov 21, 2016 4:42 pm

Hola Very Happy
excelente capitulo
espero lo sigas pronto
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Mensaje por RAINBOW.XANDER Sáb Nov 26, 2016 8:13 pm

Primero antes que nada, debo decir que el diseño de la página quedó un tanto señorial para mi gusto. Es como si estuviera entrando algún foro vintage de gente adulta y bueno... No se ve tampoco nada mal....

Gracias por haber recibido el fics de buena manera y aunque sé que son muchos los lectores, me alegra saber que está llegando a cada uno de ustedes....

A continuación, les dejo otro capítulo de esta historia. Que lo disfruten...

Saludos a todos...

Quise dejarles una foto de las chicas para que ya no imaginen tanto quienes son, aunque Yulia y Lena no son tan difíciles de suponerlas...

Ella es Anya, la ex de Ekaterina

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Y ella es Ekaterina

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Aquí a Oksana

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ahora a Nastya

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Capitulo doce: Te quiero a ti


Nastya Savalieva era una persona que siempre analizaba todo a su alrededor, era astuta, inteligente, razonable, pero también extremadamente territorial, y reaccionaba de inmediato cuando sentía que alguien amenazaba lo que le pertenecía.

Por lo que tomó con fuerza y propiedad la mano de Oksana, para que no existiera ninguna duda, de que la pequeña diva, ya tenía una dueña.

Yulia conocía a la perfección a su mejor amiga y sabía que la sorpresiva aparición de Yuri Popov, no le había caído para nada bien, por lo que decidió intervenir.

-Señor Smirnov, creo que él debe volver por donde llegó. La última vez que estuvo aquí fue sólo para destruirnos, además no lo necesitamos-. Argumentó la morena quien se ganó una mirada de agradecimiento por parte de la rubia-.

-Apoyo a Yulia, él no es de fiar así que es mejor que se vaya-. Añadió Tasha-.

-Las chicas tienen razón, puede ser que sea un espía de Korol i Shut -. Dijo Sergüei-.

-Tranquilos muchachos, necesitamos toda la ayuda posible para ganar las competencias nacionales, y Yuri está aquí por su vasta experiencia en esa competición-. Expresó el maestro para calmar los ánimos-.

-No creo que Popov esté aquí para ayudarnos, seguramente tiene otras intenciones-. Dijo Nastya, sin soltar a Oksana y dándole una mirada fulminante al muchacho-.

-Yo creo que debemos darle una oportunidad-. Señaló Oksana. Todas las miradas atónitas, sobre todo la de la rubia a su lado se posaron en ella-.

-Gracias Oksana-. Contestó Yuri-.

-Te recuerdo que la última vez que él estuvo aquí, terminaste siendo un omelet Oksana, tú menos que nadie debería estar de acuerdo-. Expresó Yulia-.

-Eso es parte del pasado, ya no pertenezco a Korol i Shut , y vengo a prestarle mi ayuda como asesor artístico, si de verdad quieren ir a ganar a St. Petersburgo y no a dar lastima, aceptaran mis consejos-. Expresó el joven-.

-Además chicos, las decisiones las seguiré tomando yo-. Dijo para tranquilizar a los muchachos, lo que no tuvo mucho éxito ya que seguían hablando entre ellos, molestos por la presencia del recién llegado-.

Nastya, no podía dejar de sentirse molesta por la actitud de Oksana. No podía creer que respaldara a Yuri después de todo lo que él le había hecho. Y sobre todo le molestaba por las miradas que se daban. Él definitivamente era una amenaza para lo que la rubia estaba intentando construir con la castaña.

La clase terminó antes de lo esperado, puesto que el señor Smirnov no logró controlar los ánimos dentro de Neposedi, así que fueron saliendo uno a uno.

-Oksi, podemos hablar?-. Interceptó Yuri, quien no pudo dejar de notar la mirada de odio que le lanzó Nastya-.

-Claro-. Aceptó la pequeña diva, soltando la mano de la rubia-.

-Te espero afuera-. Expresó Nastya sin ocultar su molestia y escoltada por Yulia-.

-¿De qué quieres hablar?-. Preguntó la castaña una vez que estaban solos en el salón del coro-.

-Oksana…yo…te debo una disculpa por todo lo que ocurrió, yo nunca quise herirte-. Expresó el chico bajando la mirada-.

-Si no hubieras querido herirme Yuri, habrías desistido de humillarme delante de todos tus amigos, sin contar que sólo me utilizaste para ganar las competencias regionales, rompiste mi corazón sin ningún tipo de remordimiento-. Contestó la pequeña diva-.

-Eso no es cierto…yo te amaba…de hecho, aún siento algo muy fuerte por ti, ayudar a Neposedi no es por lo único que estoy aquí Oksi, yo quiero que me des otra oportunidad-. Dijo el castaño descolocando a Oksana-.

-Me temo que eso no va a ser posible Yuri, yo estoy saliendo con alguien que me hace muy feliz-.

-¿Otra vez con Fyodor?...cuando te vas a dar cuenta que ese gigante no es para ti. Él no puede complementarte en el escenario ni en tu vida, yo si Oksi, somos la pareja perfecta-. Argumentó el joven-.

-No es con Fyodor con quien estoy saliendo-.

-¿Con quién entonces?-. Preguntó dolido por el rechazo de la castaña-.

-Con Nastya, y debo añadir que ella si me valora y complementa, por lo demás tu y yo nunca fuimos la pareja perfecta-. Justificó la pequeña diva-.

-¡¿Nastya Savalieva?... ¡te volviste loca!, ella ha hecho de tu vida un infierno toda la secundaria. Ccomo piensas que voy a creer que ahora de un día para otro están saliendo-. Exclamó con sus mejillas algo rojas por su enojo-.

-Lo que tú creas no tiene importancia para mí en lo más mínimo en este momento-. Expresó y se iba a dar la media vuelta para irse, pero él la detuvo-.

-Lo siento…yo…estoy sorprendido. Si te hace feliz lo acepto, pero por lo menos déjame ser tu amigo, estar cerca de ti, no me alejes Oksi, te lo pido por favor-. Suplicó el chico-

A Oksana no pudo dejar de sorprenderle la conducta de Yuri. Él era orgulloso y arrogante, verlo pidiéndole por favor la descolocó absolutamente. Sin dejar de lado, la extraña sensación que le produjo que le tomara la mano, fue como una pequeña corriente eléctrica, pasando por su brazo. Eso la asustó, por lo que lo soltó rápidamente.

-Está bien Yuri, podemos ser amigos-. Contestó antes de salir con dirección al estacionamiento donde la esperaba una rubia no muy contenta-.

Yuri la observó con un aire de victoria. Tenía claro cuando se presentó delante de todos, que no sería fácil que lo aceptaran, aunque a él lo tenía sin cuidado, le importaba la opinión de una sola chica y esa por el momento la tenía, lo demás se daría con el tiempo, lo que tenía decidido era que iba a reconquistar a Oksana Tarasova.
Mientras afuera, cuando salió Katia, Yulia y Nastya esperaban a esta última pacientemente. De inmediato se dio cuenta que algo no estaba bien. Con sólo observar el rostro algo desfigurado de la rubia, y un aire de preocupación en la morena.

-Hola… ¿Qué tal los ensayos?-. Preguntó de forma inocente, no sin antes depositar un casto beso en los labios de la morena-.

-Ni te lo imaginas-. Respondió Yulia ubicándose al lado de Katia-.

-¿Pasó algo?-. Preguntó preocupada-.

-Apareció un idiota arrogante que se cree asesor artístico-. Expresó la rubia con ira-.

-¿Y qué hay de malo en eso?-. Insistió sin entender la ira de la rubia-.

-No es cualquiera, es el ex novio de Tarasova-. Respondió la ojiazul-.

-Oh…entiendo… ¿Y Oksana dónde está?-. Volvió a preguntar sin saber que eso aumentaba el enojo de Nastya-.

-Se quedó hablando con él, puedes creerlo? Después de que la humilló y la utilizó, ella así sin más se queda conversando con él-. Expresó dejando entre ver todos sus celos-.

-Sí que estás celosa Savalieva-. Dijo Yulia en tono de burla-.

-¡No estoy celosa!-.

-Claro…sólo estás actuando para parecerlo-. Siguió burlándose-.

-No creo que seas la indicada para hablar de celos tomando en cuenta que en el baile casi te agarras a golpes con la ex de Ekaterina-. Respondió la rubia enojada-.

-¡Eso fue diferente!-. Dijo la morena levemente alterada-.

-Ok… ¡Cálmense las dos!-. Intervino Katia-. Nast, tienes que confiar en que Oksana, le marque los límites a este tipo, ella te quiere, no va a arruinar lo que tienen ustedes dos, por alguien que en el pasado le hizo sufrir-. Aconsejó la chica de ojos verdes-.

-Tienes razón…pero no puedo evitar sentir que es una amenaza-.

Terminó de decir esto cuando vio que Oksana se dirigía dónde estaban las demás, con su calma habitual.

-Por qué tardaste tanto, ¿de qué quería hablar Popov?-. Preguntó la rubia no con su mejor tono-.

-Nada importante-. Comentó alzando los hombros y fingiendo indiferencia-.

-O sea hablaron de "nada importante", durante todo este tiempo? Porque no eres honesta y me dices de verdad lo que quería-. Dijo la rubia subiendo el tono-.

-Cariño… ¿por qué estás molesta?-. Preguntó la castaña-.

-¡Que por qué!...te parece poco que llegue y aparezca y tú corras a hablar con él-.

-Ok…creo que nosotras nos vamos, esta es una conversación que tienen que tener en privado, yo no tengo porque escuchar sus dramas-. Señaló Yulia, despidiéndose, acción que Ekaterina, repitió-.

Nastya no le prestó mayor atención a sus amigas, necesitaba explicaciones y las exigía en ese momento.

-¿Me vas a decir de que hablaron?-. Insistió la rubia-.

-No tienes que hablarme de esa manera, no me gusta cuando me subes la voz, no he hecho nada para merecerlo-. Contestó algo herida por la desconfianza de la rubia-.

-Estas desviando el tema Oksana, te estoy haciendo una simple pregunta, y si no puedes contestarla, es porque algo me ocultas-. Justificó-.

-Él sólo quería pedirme disculpas por lo que pasó la última vez, y…dijo que quería que fuéramos amigos-. Explicó ocultando la parte donde el joven le pidió otra oportunidad-

-¿Sólo eso?-. Preguntó algo satisfecha por la respuesta-.

-Sí, además por si venía con otra intensión, le aclaré que estamos juntas y que tú me haces muy feliz-. Expresó tomando de la cadera a Nastya y acercándose lentamente-.

-Me parece que le aclarares todo a ese idiota arrogante-.

-Me encanta cuando estás celosa, te ves tan sexy-. Susurró al oído, produciendo que a Nastya se le dibujara inmediatamente una sonrisa-.

-Estos métodos no te funcionaran siempre, darling-. Respondió complacida-.

-Mmm…segura?-. Ahora depositó tiernos besos en el cuello de la chica-.

-Ok…tal vez si te funcionen, pero eso no quita que quiera a Popov a diez metros de ti, como mínimo-.

-Lo que tú digas-. Dijo alejándose unos centímetros-. Ahora nos vamos?-.

-Está bien-. Respondió y le dio un amoroso beso en los labios antes de subir al auto-.

A Nastya, las respuestas de Oksana le habían dado un poco de tranquilidad, sin embargo, sabía que debía estar atenta a cualquier movimiento que intentara Yuri.





Ekaterina, iba manejando hacía su casa con Yulia, habían quedado de pasar la tarde juntas.

-Y dejando de lado lo del ex de Oksana… ¿Qué tal estuvieron los ensayos?-. Preguntó-.

-Todo bien-. Se debatió en ese momento si decirle o no lo de Lena, y entendió que si quería que funcionaran las cosas no debía ocultarle nada-. Hubo algo que…-.

-¿Qué pasa Yul?-. Notó la inseguridad de la morena-.

-Lena…me cantó una canción-. Expresó-.

Yulia se dio cuenta como el rostro de la chica se tensó inmediatamente al escuchar eso.

-¿Y?...debería estar celosa?-. Preguntó-.

-No…yo le dije que estábamos juntas-.

-Eso no le importó mucho la última vez que se lo dijiste, no evitó que te besara-. Expresó dolida-.

-Eso está en el pasado, de verdad quiero que lo nuestro resulte esta vez, te quiero Katia…-.

-Y yo te quiero a ti, pero es difícil sentirme segura con Lena dando vueltas en tú vida. No te voy a pedir que la ignores o hagas como que no existe, no sería razonable de mi parte, ella es importante para ti, sólo te pido que mantengas los límites-. Expresó mirando de reojo a la morena-.

Yulia no pudo más que sentir que quería un poco más a esa chica. Podía haberle exigido que se alejara de Lena, pero estaba siendo comprensiva y respetuosa con su amistad, sabía lo que le costaba pero lo que estaba haciendo revelaba lo mucho que la quería.

Cuando llegaron subieron hacía la habitación para poder estar más cómodas. Yulia no podía dejar de observar cada imagen siempre que estaba allí. Era para comprender el pasado de Ekaterina, había mucho que no sabía aún y quería averiguarlo. Sus ojos siempre se detenían en la misma fotografía familiar, con el hombre imponente y de mirada orgullosa, de él podía reconocer en la chica la herencia de sus profundos ojos verdes.

-¿Cómo es tu relación con el resto de tú familia?-. Preguntó la morena con cuidado, sabía que ese era un tema delicado-.

-Mi familia directa no es muy grande, mi padre sólo tiene una hermana, mi abuela murió cuando yo era pequeña, y con mi abuelo tenemos algo así como una relación complicada-. Contestó acercándose para tomar la foto que veía Yulia-.

-Se ve que es un hombre fuerte…-.

-Lo es y también exigente, desde que tengo uso de razón he escuchado de las responsabilidades que conlleva ser un Sharapov-. Explicó

-¿Tú familia es muy importante?-. Sabía que Ekaterina provenía de una familia tradicional y con mucho dinero, pero nunca había ahondado más allá-.

-Sí-. Respondió escuetamente. Algo que le gustaba de Yulia, era eso, tenía la seguridad de que estaba con ella porque la quería y no por otras razones-.

-Lo siento si no quieres hablar de eso lo entiendo-. Dijo pasando una de sus manos por el brazo de la chica como signo de compresión-.

-No es eso…con mis padres he pasado más tiempo ahora, pero antes de llegar a Moscú, siempre pensé que no les importaba mucho y mi abuelo, bueno él…siempre me ha presionado para que un
futuro me haga cargo de los negocios de la familia, y eso me agobia, por eso no me gusta mucho hablar de ellos…

-Cuando quieras hacerlo sabes que te escucharé…ahora podríamos hacer algo más que hablar-. Dijo y quitó la fotografía de las manos de Ekaterina para dejarla en el velador. Puso sus manos en el cuello de la chica y la atrajo con fuerza hacía ella-.

-Esto me gusta mucho más-. Respondió y la volvió a besar-. Aunque…yo…-. Volkova no la estaba dejando hablar-.

Katia tomó una pequeña distancia que le permitiera, poder hablar. Había algo que estuvo rondando por su mente durante el día y quería decírselo a la morena.

-¿Qué sucede?-. Preguntó Yulia frunciendo el ceño, ya que no entendía porque la chica no la estaba besando-.

-Hay algo que quiero decirte…-.Le dijo nerviosa-.

-Me estás asustando…-.

-Yo…-. Si, ella se veía muy segura, pero cuando realmente quería a alguien le costaba hasta las cosas más mínimas-.

-Dímelo Katia…-. Pidió la morena un tanto impaciente, no estaba entendiendo la situación-

-Yo quiero pedirte que salgas conmigo…como una cita-. Preguntó aún nerviosa-.

-¿Y por eso estás así?-. La morena no pudo evitar soltar una risita. Ya llevaban meses saliendo, no entendía porque la actitud de Ekaterina-.

-No es gracioso-. Dijo y se levantó del lado de Yulia, para ir cerca de su ventana y fijar su vista hacia afuera-.

-Lo siento-. Expresó y abrazó a Katia por la espalda-. Es que llevamos un tiempo saliendo, han pasado "cosas" entre nosotras y tú tartamudeas para pedirme una cita-. Explicó la morena-.

-Es diferente ahora-. Se dio vuelta para verla de frente-. Quiero que sea como una cita de verdad. Sé que hemos estado saliendo, pero siento que nos hemos saltado algunos pasos por lo que ahora quiero una primera cita que sea muy especial-.

-Mañana pasas por mí a las 7?-. Preguntó Yulia-.

-Es perfecto-. Dijo con sus ojos verdes brillantes y una sonrisa gigante-.

Después optaron por ver una película y más tarde, Ekaterina fue a dejar a Yulia a su casa, al otro día había escuela, y por lo demás quería tiempo para preparar una cita perfecta para su ojiazul.




Nastya había llegado a la escuela temprano, porque Oksana le había dicho que estaría en la sala del coro ensayando y preparándose para las competencias. A veces le costaba comprender la obsesión de su chica, pero intentaba entenderla, por lo que también se había ido antes para pasar tiempo con ella. Pero cuando llegó a su destino vio que alguien se le adelantó.
Yuri estaba ayudándole a Oksana con sus ejercicios. Le daba algunos consejos y bromeaban entre una y que otra canción, había roces y miradas cómplices. La rubia al ver la escena se enfureció. Intentó calmarse lo que más pudo y no fue capaz de entrar y enfrentarlo, le había prometido a la pequeña diva que confiaría en ella y si entraba en preciso momento, estaba segura que haría una escena de la que se arrepentiría más tarde.

Por lo que, dio la vuelta y comenzó a caminar sin ningún sentido por los pasillos de la escuela, necesitaba relajarse. A lo lejos vio a Ekaterina, quien ordenaba algunas cosas en su casillero, y decidió acercarse.

-Hola-. Saludó aún molesta... lo que se notaba en su tono de voz-.

-Hola-. Respondió al saludo-. ¿Estás bien?-.

-No…tengo ganas de asesinar muy lentamente a alguien-. Respondió con ira-.

-Wooow…espero que no sea a mí porque con esa cara que tienes de verdad creo que serías capaz de hacerlo-.

-Tranquila no eres tú-. Expresó entendiendo que Ekaterina con sus bromas quería ayudarla-.

-¿Es el tipo otra vez, o no?-.

-Sí…se supone que Oksana llegaría antes para ensayar y quise darle una sorpresa y acompañarla, pero cuando llegué ya estaba con él en la sala del coro y se veían de lo más felices-. Dijo sin poder ocultar sus celos-.

-Tienes que confiar en la pequeña diva, ella no te engañaría-. Expresó con calma-. No arruinaría su relación, ella te quiere-.

-Ese es el punto, nosotras no tenemos una relación, por lo que no sería un engaño-. Dijo la rubia más para sí misma como haciendo un descubrimiento-. Debería pedirle que fuera mi novia-.

-No creo que sea buena idea Nastya, o sea eventualmente va a ser tú novia, pero no se lo pidas porque te sientes amenazada, pídeselo porque sientes que con ella todo es especial, porque cuando la miras a los ojos sabes que todo va a ir bien, porque con sólo una palabra logra que tú corazón se detenga….-.

-¿Seguimos hablando de mí y Oksana o me perdí de algo?-. Interrumpió la rubia al ver que su amiga claramente estaba hablando de sus sentimientos-.

-Lo siento…-. Dijo avergonzada-.

-Tienes razón, no es el momento aún, pero tengo que encontrar una manera de alejar a Popov-.

-Yo creo que no debes alejarlo a él, sino que debes mantener a Oksana, son cosas diferentes, porque si haces estupideces para alejarlo, tú vas a terminar arruinando todo, lo que tienes que hacer es algo para demostrarle a Oksana que la quieres, has algo lindo, no sé, romántico-. Expresó-.

-Creo que el estar enamorada te hace dar buenos concejos, eso haré-.

Ekaterina siguió ordenando algunas cosas, hasta que una cajita rectangular con logo de joyería se le escurrió entre las manos.

-¿Qué es esto?-. Preguntó Nastya recogiéndola-. Wooow que acaso dice Real Jewelry? -. Exclamó emocionada, e iba a ver lo que contenía pero Ekaterina se la arrebató antes que pudiera hacerlo-.

-Sí la ves tú antes que ella y después lo sabe, se enfurecerá-. Dijo la chica volviendo a guardarla-.

-O sea es para Yulia… ¿Qué acaso piensas oficializar?-.

-Hoy tenemos una cita y no lo sé, no lo he pensado aún-. Respondió nerviosa-.

-Si tú primera jugada es una cajita misteriosa con el logo de Real Jewelry, vas muy bien, porque Yul adora las cosas que brillan-.
Ambas rieron, y vieron acercarse a Yulia que venía a saludarlas.

-Ni una palabra, recuerda que es una sorpresa-. Susurró Ekaterina al oído de la rubia-.

-Mis labios están sellados-. Respondió-.

-¿Qué tantos secretos hay entre ustedes?...no quiero pensar que quieres robarme a mi chica, Savalieva-. Expresó la morena quien ya estaba al lado de las chicas y saludó con beso a Katia-.

-No te preocupes, creo que las prefiero un poco más pequeñas y adorables-. Contestó Nastya-.

-Querrás decir un poco más molestas e irritantes-. Expresó Yulia con burla-.

Las chicas estaban riendo de las bromas de la morena, lo que sirvió para que Nastya se relajara.

-Hola-. Saludó Oksana que se venía integrando a la conversación-.

-Hola-. Respondieron-.

Oksana notó de inmediato que la rubia estaba distante.

-¿Pasa algo cariño?-.

-Nosotras nos vamos-. Dijo la morena para darle espacio a sus amigas-.

-¿Qué te sucede ahora?-. Insistió Oksana-.

-¿Qué hacías con Yuri Popov en la sala del coro?-. Respondió con una pregunta-.

-Él me ayudaba con unos ejercicios… ¿Cómo sabes que estaba en la sala del coro con él?-.

-Porque llegué antes a la escuela para darte una sorpresa y ensayar contigo, pero ya estabas ocupada y muy entretenida por lo que pude ver-. Expresó la rubia demostrando sus celos-.

-Nastya, no puedes ponerte así cada vez que me veas con Yuri, no puedes estar celosa de él, sólo somos amigos-. Respondió la castaña-.

-Tal vez tú quieras que sólo sean amigos, pero te aseguro que él tiene otras intenciones, yo no soy tonta Oksana, veo cómo te mira y esas no son miradas de amigos-. Aseguró la rubia con sus brazos
cruzados en posición defensiva-.

-No quiero que discutamos por su causa, yo sólo tengo ojos para ti Nastya, por favor, confía en mí-. Pidió la castaña-.

-Confió en ti, pero no quiero que pases tiempo con él, no me gusta verlo cerca. Fue tu novio y quiero que se dé cuenta que ya no tiene ninguna oportunidad, no creo que sea mucho pedir-. Expresó
con una mirada decidida-.

-Pero Nastya, no crees que estas siendo demasiado extremista, no puedo simplemente ignorarlo-.

-¿Por qué no?, quieres que te recuerde todo lo que él te hizo-. Dijo la rubia algo molesta-.

-Si fuera por recordar quien me ha hecho daño, él no ha sido el único, así que no creo que tú seas la más adecuada para decirlo-. Increpó la castaña.

Nastya bajó su postura. Tenía claro a donde apuntaba Oksana con esas palabras. Ella también el pasado la había herido, y aunque la pequeña diva le había dicho en reiteradas ocasiones que eso estaba olvidado, al parecer no era así.

-Entiendo-. Dijo la rubia con pena-. No voy a volver a decirte que hacer-. Y de una vuelta se comenzó a alejar-.

-Nastya…yo no quise…-. Oksana se quedó parada ahí y lamentó sus palabras, ya que se dio cuenta que había lastimado a la rubia al recordar su pasado-.

El resto del día Nastya evitó a Oksana. No tenía ganas de verla, o tal vez era culpabilidad. Ella tenía claro que todas las acciones que había cometido en el pasado tenían consecuencias, y el poco tiempo que llevaba con Oksana, había hecho lo posible por revertir todo ello. Pero las palabras de la pequeña diva en la mañana, le recordaban que no todo estaba olvidado y que por mucho que se esforzara jamás podría borrar todo lo que hizo.

Neposedi, era como de costumbre la última clase del día. Llegó con Yulia, quien le hablaba de lo emocionada que estaba por su cita de la tarde, verdaderamente no le estaba prestando mucha atención, seguía ida pensando en su discusión con Oksana, odiaba eso, odiaba no hablarle, en las pocas semanas que llevaban juntas, la castaña se había trasformado en alguien imprescindible en su vida, no la quería lejos, menos por una pelea cuya causa era el idiota de Yuri Popov.

-Chicos hay una aviso que quiero darles el día de hoy-. Exclamó el maestro para captar la atención de los chicos-. Con Yuri hemos decidido la forma de elegir a nuestro solista para las competencias-.

-En Korol i Shut, se seleccionaba al mejor, que siempre era yo y creaban un show alrededor, así ganamos las competencias…-.

-Nosotros no somos Korol i Shut, nosotros trabajamos unidos y así hemos ganado las competencias anteriores-. Interrumpió Nastya, a lo que los demás integrantes la apoyaron-.

-En las Nacionales es diferente, ahí van los mejores del país y si ustedes quiere optar a los primeros lugares y no al premio de consuelo, escucharán mis consejos-. Expresó Yuri-.

Sus palabras no hacían más que intensificar la discusión en el grupo. Realmente Yuri no tenía la simpatía de ninguno.

-¡Es suficiente!-. Grito el señor Smirnov-. Habrá audiciones para elegir al solista-. Sentenció el maestro-.

Oksana se había mantenido en silencio, lo que era muy extraño en ella, pero tenía claro que cualquier palabra que dijera podía provocar que Nastya se molestara más con ella y las cosas ya estaban lo suficientemente tensas.

Casi al terminar los ensayos, un golpe en la puerta desvió la atención.

-Puedo pasar-. Preguntó Fyodor-.

Todas las miradas se posaron en él, especialmente la de las dos chicas que habían sido agredidas en el baile-.

-Necesito hablarles-. Pidió el chico quien no dejó de sorprenderse al ver a Yuri ahí-.

-Te escuchamos-. Respondió el señor Smirnov-.

-Sé que la mayoría me odia y me lo merezco-. Comenzó a hablar con la mirada en el suelo-. Tienen razones para hacerlo, sobre todo Nastya y Oksana, y deben saber que lamento mucho mi actitud.
Soy un idiota y mi comportamiento no tiene justificación, yo…no sé qué me pasó, pero quiero decirles que estoy profundamente arrepentido y avergonzado por lo que hice, yo jamás quise lastimar a
Oksana o a Nastya-.

-Pero lo hiciste, te comportaste como un maldito troglodita-. Interrumpió Yulia, quien aún tenía rabia por como el chico trató a su mejor amiga-.

-Lo sé y entiendo si ninguna vuelve a hablarme, sé que las palabras no son suficientes para remediarlo, pero de ahora en adelante nunca más haré nada para lastimarlas, sólo intentaré hacer que me disculpen en algún momento-. Dijo Fyodor profundamente arrepentido-.

-Te creo Fedya, sé que eres un buen chico-. Expresó Oksana rompiendo el silencio-.

-Gracias Oksi…yo no me interpondré más en tú felicidad, sea con quien sea lo aceptaré-. Dijo finalmente, y puso su mirada en Nastya quien aún lo miraba con recelo-.

Los demás integrantes lo observaban y comprendieron que había sido un arranque de rabia. No justificaba lo que hizo, pero todas las personas se merecían una segunda oportunidad.
Cuando terminaron, todos salieron aunque Yuri tenía la firme intención de ir tras de Oksana otra vez, aunque a esta lo que le importaba en ese momento era solucionar sus problemas con la rubia.

-Nast-. Llamó la castaña tomándola del brazo-.

-¿Qué pasa Oksana?-. Dijo algo fría la rubia-.

-No me gusta que discutamos, siento haber dicho eso, yo no quería que te sintieras mal-.

-Pero lo dijiste y lo entiendo, yo no soy quien para decirte con quien pasar tú tiempo, no me debes ninguna explicación-. Contestó la rubia-.

-Nosotras tenemos algo, algo que aunque no tenga nombre, me importa mucho más que cualquier otra cosa. Tú me haces feliz como nadie lo había hecho antes, por favor no sigamos discutiendo por cosas sin sentido-. Dijo tomando tiernamente la mano de la otra chica-.

Nastya al escuchar sus palabras, podía sentir como una incontenibles ganas de besarla se apropiaban de ella. Era tan tierna, y estaba segura que le hablaba con sinceridad.

-Oksi…yo…-. Nastya no pudo terminar su frase porque alguien las interrumpió-.

-Oksana, pensé que habíamos quedado de ensayar después del coro, estoy seguro que tú serás la elegida, pero no te haría mal algo de práctica-. Expresó Yuri quien recibía una fulminante mirada de
parte de Nastya-.

-Yuri ahora no, estoy ocupada-. Respondió la castaña-.

-Lo siento ¿interrumpo algo importante?-. Dijo intentando sonar inocente y con la más cínicas de sus sonrisas-.

-Estamos en una conversación importante y privada-. Expresó Nastya quien estaba controlando sus ganas de golpearlo-.

-No creo que haya algo más importante para Oksana que la música y lograr ese solo ¿o me equivoco?-. Preguntó mirando directamente a los ojos de la diva e ignorando a la rubia-.

Oksana guardó silencio, lo que produjo que Yuri mirara con una sonrisa triunfante a Nastya.

-Ok. Entonces yo me voy-. Dijo la rubia en extremo molesta-.

-Nastya…-. Llamó la castaña, pero ya por segunda vez en un mismo día veía como la rubia se iba sin poder arreglar las cosas-.

Nastya salió de la sala de coro, con las mejillas enrojecidas por la ira. No le molestaba que para Oksaba la música fuera fundamental en su vida, eso siempre lo supo y esa pasión que poseía la
castaña era una de las cosas que más amaba de ella. Lo que no soportaba era que ese mequetrefe pensara que Oksana prefería quedarse con él a irse con ella.

-Nastya…-. Sintió que le tomaron el brazo y al darse cuenta quien era inmediatamente se soltó-.

-¡Suéltame!...-. Exclamó hacía Fyodor quien se había puesto al frente para bloquearle el paso-. Que quieres, no ves que estás estorbando-.

-Yo…-.

-¡O me dices que quieres rápido o te apartas de mi camino!-.

-Nastya, sé que no tienes por qué escuchar lo que tenga que decir, pero sólo no cometas el error que yo cometí-. Dijo mirándola a los ojos-.

-¿Qué quieres decir con eso?-. Preguntó sin entender que quería decir-.

-Yo lo subestimé, nunca pensé que él podría conquistar a Oksana y me equivoqué, además yo te dije lo que pensaba de frente, no esperes lo mismo de Popov-. Expresó sincero-.

-No es algo que vaya a conversar contigo…-.

-Lo sé, yo sólo quería decírtelo y asegurarte que nunca más interferiré entre tú y ella-.

-Espero que así sea-. Respondió y pasó para irse de una vez, ese día había sido en extremo agotador-.





Ekaterina se miró al espejo por última vez, quería verse perfecta, porque había dispuesto que todo lo que pasara esa tarde lo fuera, quería que Yulia jamás olvidara esa primera cita, y había puesto todo su esfuerzo en lograr ese fin. Optó por un pantalón gris y una blusa negra de seda que le daba un brillo a su piel y hacía resaltar sus ojos verdes.
Mientras conducía, repasaba cada detalle, ella nunca había sido muy organizada ni planeaba tanto las cosas, era más una persona de impulsos, pero Yulia sacaba otra parte de su personalidad. Aún le costaba entender como pasó todo tan rápido, pero eso ya no le importaba, lo único que quería, era poder ser capaz de mantenerla a su lado, porque no se sentía capaz de dejarla ir.

Cuando por fin llegó a su destino, miró su reloj y eran las 7 en punto. Golpeó la puerta y lo que parecía un verdadero ángel ante sus ojos, vestida con un hermoso vestido blanco que encajaba perfectamente con sus curvas, le abrió.

-Tú…realmente…creo que…-. Tartamudeó la chica de ojos verdes-.

-Tú también te ves bien-. Respondió la morena con una sonrisa-.

-Te ves realmente hermosa-.

-Gracias, nos vamos?-. Preguntó coqueta-.

-Claro-. Avanzó hasta darse la vuelta para abrir la puerta a Yulia y luego se sentó en el lugar para conducir-.

-¿A dónde vamos?-. Preguntó la ojiazul-.

-Es una sorpresa-. Contestó misteriosa-.

-He vivido aquí desde siempre, no creo que haya muchos lugares que no conozca-.

-Eso lo veremos-. Respondió con una sonrisa lo que produjo curiosidad en Yulia, porque esa chica estaba llena de sorpresas-.

Ekaterina se detuvo al frente de un edificio imponente, era el hotel de la ciudad. Sin dudarlo tomó la mano de Yulia con propiedad y fueron caminando hacía la entrada.
Cuando entraron, la morena de ojos verdes se acercó al ascensor, para apretar el botón que las conducía al último piso, donde estaba la terraza.

-Pensé que el restaurant estaba abajo-. Dijo la morena extrañada-.

-¿Y porque piensas que iremos ahí?-.

-No lo sé, supuse que me llevarías a cenar-.

-Siempre quieres saberlo todo no es verdad?-. Expresó Ekaterina con una sonrisa-.

Yulia la miró y antes de que pudiera responder, las puertas se abrieron dejándola ante una imagen que capturó toda su atención por lo hermosa.

Había dispuesta sólo una mesa, elegantemente ordenada con mantel blanco y vajilla de plata. Tenían una vista privilegiada de la ciudad, y había un piscina con luces que le daba un toque más romántico aún.

-¡Esto es impresionante!-. Exclamó Yulia emocionada-.

-¿De verdad te gusta?-. Preguntó Ekaterina, a lo que recibió como respuesta un tierno beso, del que no se quería separar-.

-Eres increíble, ¿Cómo preparaste todo esto en un día?-.

-Tengo mis contactos, ser una Sharapova no tiene solamente obligaciones, también privilegios-. Dijo dándole otro pequeño beso-.

Avanzaron tomadas de la mano, y un hombre de mediana edad con uniforme de servicio les tomó las órdenes. Katia no quitaba los ojos de Yulia, se sentía tan bien tenerla sólo para ella y poder compartir momentos como ese. Había pasado poco tiempo, eso lo tenía claro pero era inevitable no perderse en esos ojos color cielo que brillaban para ella en ese instante, no quedar pegada en cada detalle de su rostro y no amar ese hermoso hoyuelo que se le formaba al sonreír, no importaba el tiempo, algo ya estaba claro y era que el amor que sentía por ella, ya era superior a cualquier otra cosa.

La cena trascurrió en forma relajada, aunque Yulia le decía bromas de vez en cuando por haberse puesto tan nerviosa para pedirle una cita, había sido realmente divertido, aunque esas eran cosas que la morena adoraba de Kayle, como se veía tan fuerte y decidida, pero con ella mostraba todo ese lado tierno y vulnerable.
Una vez que terminaron de comer, la chica de ojos verdes le ofreció su mano para llevarla a un costado, entre la piscina y las barandas.

-Creo que ha sido una increíble primera cita-. Dijo Yulia sin soltar su mano-.

-Aún falta algo-.

Yulia abrió sus ojos con sorpresa. Mientras Ekaterina se acercó a donde tenía su bolso y sacó de ahí una cajita larga y rectangular, y después volvió a donde antes estaba.

-Calma no te voy a pedir que seas mi esposa-. Expresó bromeando al ver la cara de Yulia-. Es sólo algo que compré para ti, para que cuando lo veas recuerdes este momento que pasamos juntas-. Dijo y extendió la cajita hacía Yulia-.

La morena la abrió con cuidado y expectación, amaba abrir regalos. Se encontró con un delicado collar de platino, con pequeños círculos de diamantes, tenía un colgante tallado en forma circular y con un diamante al centro, se notaba que costaba mucho dinero.

-Alguien me dijo que te gustaban las cosas que brillaban-. Dijo Ekaterina al ver la expresión de Yulia-.

-Es realmente hermoso-.

-Tú eres hermosa-. Expresó mientras lo tomaba para colocarlo en el cuello de Yulia-. Te quiero-. Susurró-.

-Y yo te quiero a ti-. Respondió depositando un beso en los labios de la chica-. Eres increíble, tú llegaste a mi vida cuando todo estaba oscuro y cuidaste de mí…quiero estar contigo, Katia…
¿Quieres ser mi novia?-. Preguntó Yulia muy segura de lo que estaba haciendo-.

-Yo…-. Ekaterina no cabía en sí, eso no se lo esperaba-. Me encantaría ser tú novia-. Respondió con esa sonrisa idiota que se tiene cuando se está irremediablemente enamorado-.

Yulia la tomó por la cintura para acercarla lentamente hacía ella y juntar sus labios en un apasionado beso. Se quedaron unos momentos más observando la vista, Ekaterina tenía abrazada por la espalda a su ahora novia, estaba demasiado feliz, de cómo había resultado todo, aunque tenía claro que no podía estar tan tranquila, aún había cierta chica dando vueltas por el corazón de su morena.


Era otro día en la secundaría, los alumnos iban y venían. Y entre la multitud, dos hermosas morenas entraban de la mano, sin poner la menor atención en algunos murmullos que se escuchaban cuando pasaban. Nada les podía afectar, mientras estuvieran juntas.

Se separaron cuando Ekaterina, tuvo que ir a sus clases y Yulia siguió en dirección a Nastya, ya que tenían clases juntas.

-Hola Nast-. Saludó una alegre morena-.

-Hola-. Respondió una no tan alegre rubia-.

-Oh…creo que alguien no pasó buena noche, ¿me quieres decir que te pasa?-. Preguntó apoyándose en el casillero del lado del de Nastya-.

-Ayer discutí con Oksana…dos veces, y estuvo llamándome pero no le contesté y tampoco sus mensajes-.

-Woow…deber ser grave ¿Qué hizo la chica?-.

-Se quedó con Popov en vez de irse conmigo-. Respondió-.

-Pero Nast, no estarás exagerando? Yo no he visto algo extraño entre ellos y Oksana te dijo que le había dicho lo que tienen ustedes, no discutas con ella por estupideces como Yuri, no vale la pena-.
Aconsejo la morena-.

-Puede que tengas razón, pero eso no quita que esté pasando más tiempo con él que conmigo desde que ese idiota apareció-. Dijo con celos-.

-Creo que si sigues con tus ataques de celos, la vas a perder-.

-Lo pensaré…y tú, te ves radiante, me perdí de algo?-. Expresó la rubia cambiando de tema-.

-En realidad sí, estoy de novia con Ekaterina-. Respondió la morena con una sonrisa-.

-¡Por fin te lo pidió!-. Exclamó la rubia abrazando a Yulia-.

-Yo se lo pedí-.

-Tú…vaya eso no me lo esperaba y ¿Estás segura?, me refiero a que pasa con Lena-.

-Estoy segura, yo la quiero y aún no puedo decir que no siento nada por Lena, creo que estar con Ekaterina es lo quiero ahora, quiero intentarlo-. Respondió-.

-Si es así, en la decisión que tomes tienes mi apoyo-.

-Gracias Nast, y yo espero que arregles tus problemas con Oksana, porque aunque no sé cómo puedes querer a alguien tan irritante que habla en párrafos, te hace feliz y me gusta verte feliz-. Dijo la morena sacándole una sonrisa a la rubia-.

-Lo intentaré, ahora vamos-.

Durante el día Nastya casi no se separó de Yulia y Ekaterina, evitó a Oksana a como dé lugar y eso se hizo más fácil dado que no tenían ninguna clase juntas ese día, claro exceptuando Neposedi. No era que no quisiera verla, de hecho se moría por verla, abrazarla y besar esos tiernos labios que tanto adoraba, pero se sentía confundida al no saber cómo enfrentar la situación. Lo que tenía claro era que no estaba dispuesta a perder a Oksana.

El momento decisivo llegó cuando atravesó la puerta del salón del coro, y vio a Yuri demasiado cerca de su chica, con esa sonrisa arrogante y coqueteándole descaradamente, ahí Nastya Savalieva perdió absolutamente la paciencia y decidió que era momento de dejar las palabras y marcar lo que era suyo.
Se acercó con velocidad y tomó a Oksaba del brazo para girarla y atrapar sus labios en un apasionado y desesperado beso al que la castaña no se resistió, al contrario pasó su manos por la cintura de la rubia para atraerla más a su cuerpo, extrañaba demasiado esos finos y exquisitos labios y necesitaba tenerlos por el mayor tiempo que fuera posible. Yuri las miraba atónito, una cosa era tener la información de que Oksana tenía algo con Nastya y lo otro era verlo con sus propios ojos.

Cuando el aire faltó se separaron sólo unos centímetros con sus frentes pegadas y mirándose directamente a los ojos.

-Te extrañé-. Murmuró la pequeña diva-.

-Y yo a ti…lamento no haber contestado tus llamadas fui una idiota-. Respondió la rubia-.

-Ya no importa, sólo no lo vuelvas a hacer-.

-Nunca más-. Dijo con una sonrisa-.

Después de eso se dirigieron hacía los asientos ignorando completamente a Yuri, quien había superado su sorpresa y ahora veía con odio a Nastya, quien sonreía triunfante.

El señor Smirnov entró con una expresión en su rostro que los preocupó a todos, se veía molesto y a la vez intranquilo.

-¿Pasa algo señor Smirnov?-. Preguntó Tasha-.

-Chicos ha ocurrido algo que en realidad no me esperaba-.

-¿Qué?-. Dijo Sasha impaciente-.

-Iván cambió nuestros boletos de avión, para un país exótico que ya no recuerdo y sólo queda una semana para las Nacionales. No podremos juntar el dinero para comprarlos de nuevo y el director no quiere sacarlo del presupuesto escolar-. Explicó el maestro desolado-.

-¡Pero cómo! ¿Qué haremos entonces?-. Preguntó Oksana agitada-.

-La verdad no lo sé, pero intentaré solucionar el problema-. Dijo para tranquilizar a sus estudiantes-.

Todos salieron con el ánimo por el suelo, no entendían porque Shapovalov los odiaba tanto, como para ser capaz de arruinar su sueño de ir a St. Petersburgo.
Yulia se dirigía a su auto, cuando se encontró de frente con una pelirroja a quien había evitado desde lo de la canción.

-Hola Yul-. Saludó la pecosa-.

-Hola Lena-. Respondió-.

Hubo un silencio algo incómodo. Yulia quería contarle acerca de su nueva situación, pero no estaba segura de que fuera lo adecuado, no quería hacerle daño, aunque sabía que era algo de lo que eventualmente la pelirroja se enteraría.

-Creo que es mejor que me vaya-. Dijo Lena captando que Yulia estaba distante-.

-¿Quieres que te lleve a casa?-. Preguntó en un acto casi inconsciente-.

-Claro-. Respondió con una sonrisa-.

Ambas subieron al auto de Yulia y la pelirroja notaba que algo más sucedía, conocía en extremo a esa morena.

-¿Qué pasa?... Estás distante-. Dijo Lena

-Yo…estoy preocupada por nuestro viaje a las Nacionales, como Iván pudo hacer algo así-. Expresó ocultando lo otro que la tenía distante-.

-No debería sorprendernos, su hobby preferido arruinarnos la vida-. Respondió la chica-.

-Tenemos que encontrar una solución, hemos trabajado duro como para que se arruine así-.

-Lo haremos, Shapovalov no va a ganar está vez, mientras nos mantengamos unidos vamos a llegar a St. Petersburgo-. Expresó la pelirroja con una sonrisa para tranquilizarla-.

Yulia la observaba y sabía que no lograba engañarla, esa hermosa chica era la única que la conocía incluso más que ella misma, algo no estaba bien, no se sentía bien mentirle u ocultarle cosas, pero tampoco quería hacerle daño.

-Tú siempre ves las cosas en forma positiva, me encanta eso, sobre todo cuando lo acompañas con esa sonrisa-. Expresó la morena-.

-No me digas cosas lindas, haces que me enamore más de ti-. Respondió mirándola a los ojos-.

-Entiendo-. Dijo sintiéndose culpable-. Intentaré no hacerlo-.

Ya habían llegado a la casa de Lena, por lo que la pelirroja se sacó el cinturón y se acercó lentamente para despedirse de su amiga, depositando un casto beso en la comisura de los labios.

-Nos vemos, Yul-. Se despidió la pecosa-.

-Adiós, Lena-.

Yulia no pudo evitar seguir con la vista a la pelirroja, tampoco podía evitar que su corazón latiera de forma acelerada al tenerla cerca, era tan confuso todo cuando estaba con ella. Pero debía mantener la distancia, ahora tenía novia y no era justo que pensara en otra persona.
Cuando llegó a su casa, vio otro auto estacionado afuera lo que le llamó la atención, puesto que no era de ninguno de sus dos padres. Cuando entró se iba a dirigir a su habitación pero una voz muy conocida, la hizo desviar su atención.

-¡Hola hermanita!-. Dijo el chico atrapándole en un cariñoso abrazó-.

-¡Samir!-. Exclamó la rubia quien se aferró con fuerza a su cuello mientras él le daba vueltas-.

-Te extrañé mucho pequeña-. Expresó Samir quien era alto y con un cuerpo bien formado, de piel blanca y sus ojos azules más oscuros que los de su hermana-.

-Pensé que no te vería hasta las vacaciones-.

-Me eximí de algunos exámenes y aquí estoy, absolutamente disponible para pasar tiempo con mi hermanita pequeña-. Exclamó entusiasta-.

-Ya no soy tan pequeña, pronto cumpliré 18-. Dijo a regañadientes-.

-Para mí siempre serás mi hermana pequeña, así que espero que tengas claro que como hermano mayor siempre cuidare de ti, especialmente de idiotas que te puedan andar alrededor-. Señaló firmemente-.

-¡Samir! ¡Eso no es algo que vaya a hablar contigo!-. Respondió dándole un pequeño golpe en el brazo-.

-Sabes que tengo mis métodos para hacerte hablar, así que es mejor que me digas por la buenas… ¿tienes novio?-. Preguntó el chico-.

-No diré nada que después puedas usar en mi contra, todavía no olvido las veces que me hiciste cubrirte amenazándome con contarle a papá todo lo que salía en mi diario-. Recordó la morena-.

-Nunca me perdonarás haber leído tú diario, no es verdad?-. Dijo riéndose-.

-No lo haré-. Respondió cruzándose de brazos y fingiendo molestia-.

-Mejor sube a tu habitación a cambiarte, hoy tendrás un paseo con tú hermano-.

-Está bien-.

Samir Volkov era físicamente muy parecido a su hermana, atractivo y con ese encanto natural que atrapaba a las chicas. Su carácter era también fuerte aunque siempre fue más sociable que Yulia. Mientras esperaba a su hermana sentado en uno de los sofás del salón escuchó el timbre, así que se levantó a ver quién era.

-Hola-. Saludó una dudosa Ekaterina al no saber quién era ese chico-.

-¡Hola!-. Respondió, viendo detalladamente a la hermosa chica que tenía al frente-.

-¿Está Yulia?-. Preguntó aún algo confundida-.

-Sí, está en su habitación, pasa, iré a decirle que la esperas…¿Puedo saber tu nombre? -. Dijo en forma amable-.

-Ekaterina y…¿tú eres?-.

-Samir, soy el hermano de Yulia-.

Una vez que Ekaterina, entró, Samir subió en busca de su hermana.

-Yul-. Llamó antes de abrir la puerta-.

-Pasa, dame un segundo, ya estoy casi lista-. Respondió

-Hay una chica esperándote abajo, y es muy hermosa debo decir-.

Yulia le dio una mirada de reproche, su hermano era muy coqueto y ella lo conocía a la perfección para saber con qué intensiones decía las cosas. Así que tomó su chaqueta y bajó junto a él.
Ekaterina esperaba pacientemente sentada en uno de los sofás, cuando vio bajar a su novia.

-Hola-. Saludó con un beso en la mejilla-.

-Hola…no te esperaba-. Respondió-.

-Lo siento, es que como no te vi en la tarde pensé que podríamos ir a ver una película u otra cosa que quieras hacer-.

-Claro-. Dijo con una sonrisa, una fingida tos le recordó que ya tenía planes con Samir- Lo siento, creo que ya lo conociste pero este es mi hermano Samir-.

-Si ya tuve el placer-.

-Supongo que no hay problemas en que me les una, ya que, hace mucho que no pasó tiempo con mi hermanita-. Dijo el joven-.

-Claro que no-. Respondió Ekaterina-.

Los tres salieron de la casa de los Volkov hacía el centro comercial para comer algo y después ir al cine, optaron por ir en el auto de Ekaterina.

-Tienes una belleza de auto-. Comentó Samir-.

-Gracias-.

-Es casi tan bello como tú…espero que para todo tengas tan buen gusto-. Exclamó coqueto-.

-Mmm…yo creo-. Respondió nerviosa bajo la atenta mirada de Yulia-.

-Creo que ya fue suficiente, puedes guardarte tus dotes de galán para tus compañeras de Universidad-. Expresó la morena-.

-Ok, no tienes para que ser tan agresiva-. Contestó riendo-.

Una vez que llegaron, se ubicaron en una mesa y siguieron conversando de todo un poco. A Ekaterina le había caído bien el hermano de Yulia y al observarlo se le hacían conocidos muchos gestos de su novia. Cuando estaban terminando y se levantaban para ir a ver la cartelera de películas, Samir divisó a una pelirroja que conocía muy bien.

-¡Lena!-. Llamó el joven y antes que las dos chicas se dieran cuenta ya corría para tomar en un fuerte abrazo a la pecosa-.

-¡Samir!-. Contestó igual de alegre-. ¿Qué haces aquí?-.

-Vacaciones adelantadas, ¿y tú que haces?-.

-Nada en particular, sólo intentaba distraerme-.

-¿Sola?...eso es extraño, siempre pensé que tú y mi hermana no podían estar ni un metro separadas-.

-Algunas cosas han cambiado-. Dijo con nostalgia-.

Samir notó como la expresión de la rubia cambió inmediatamente al decir esas palabras, lógicamente algo pasaba y no le gustaba, porque él consideraba a Elena como otra hermana más, ya que, con Yulia habían crecido juntas y él las había visto hacerlo.
Mientras esa interacción ocurría, Ekaterina y Yulia se fueron acercando.

-Hola-. Saludaron casi al unísono-.

-Hola-. Respondió la pelirroja, quien intentaba sonar casual pero aún dolía cuando las veía juntas-.

-Tengo una idea, ¿te nos unes?, vamos a ver una película-. Invitó el joven-.

-Yo…no creo que sea…-.

-No acepto un no por respuesta, es mi oportunidad para pasar tiempo con mis dos chicas favoritas-. Expresó-.

-Está bien-. Respondió la pecosa dándole una sonrisa-.

Yulia no podía evitar sentirse algo incomoda al ver como Ekaterina se había tensado un poco. Entendía que no debía ser fácil salir con su novia y su ex mejor amiga con beneficios de la que se había enamorado, aunque reconocía el esfuerzo que estaba haciendo por llevar la situación de la mejor manera.

Una vez que entraron al cine, les estaba costando decidir qué película ver. Samir quería ver una de terror sangrienta, pero las chicas no se veían muy convencidas, sobre todo Lena a quien le aterraban esas cosas, además ella quería ver una de dibujos animados que se estrenaba, mientras a Yulia le daba lo mismo.

-Podríamos ver algo así como una comedia romántica-. Dijo Ekaterina no muy convencida-.

-Olvídalo eso es para chicas-.

-Por si no te has dado cuenta estás con tres chicas, además la que tú quieres no veremos porque Lena después tiene pesadillas con esas películas-. Expresó la morena ganándose una sonrisa de la
pelirroja-.

Después de varios minutos debatiendo, optaron por ver una historia de amor, por lo que Samir reclamó mientras compraban las palomitas y entraban a la sala. Ekaterina reía, era como ver a Yulia cuando tenía que hacer algo que no quería.
Estaban Samir, Ekaterina, Yulia y Lena. Por lo que la morena intentaba con toda su fuerza de voluntad mantener los ojos en la pantalla, era algo incómodo estar entre las dos chicas que le quitaban el sueño. Sin querer en uno de los momentos de tensión, tomó la mano de Lena produciendo que está se volviera para darle una mirada de extrañeza, sostuvieron sus miradas por unos minutos, olvidando todo alrededor, eran sólo ellas dos y esa increíble sensación de estas unidas. Yulia reaccionó y se dio cuenta que justo al otro lado estaba su novia, así que soltó la mano de Lena y con una mirada de disculpa volvió su atención a la película.

Para Lena, eran cosas como esa las que la confundían y también la que la hacía mantener las esperanzas, todo era tan complicado. Ella siempre ha sido una persona simple, y no entendía como las cosas no se podían solucionar. Ella amaba a Yulia y sabía que era correspondida, entonces porque simplemente no podían estar juntas. No había una respuesta en su cabeza para eso.

Una vez terminada saliendo comentando el final. Yulia no pudo evitar molestar a su hermano ya que podría jurar haber visto una lágrima en el final de la película, pero él se excusaba diciendo que algo se había metido en su ojo, porque los hombres no lloran con películas de idiotas de amor.

Primero pasaron a dejar a Lena quien se despidió efusivamente de Samir, y algo distante de Yulia, cosa que no pasó inadvertida para el joven, sabía que algo pasaba entre su hermana y su mejor amiga. Después Ekaterina dejó a los hermanos Volkov. Samir se bajó y Yulia le dijo que iba en un momento.

-¿Te sucede algo?-. Preguntó Ekaterina quien desde la tarde notaba extraña a su novia-.

-Nada, estoy algo cansada eso es todo-. Explicó no con mucha convicción-.

-¿Segura?...creo que hay algo más-.

-Tenemos algunos problemas en Neposedi-. Expresó lo que era en parte cierto-. Iván cambió nuestros pasajes y ahora el señor Smirnov no sabe cómo iremos a St. Petersburgo-.

-Ya veo…si eso es todo lo que te preocupa, tienes que estar tranquila, lo solucionaremos, está bien-. Expresó tomando con una de sus manos el rostro de su morena-.

-No es algo que tú tengas que solucionar…ni siquiera estás en el coro-.

-Eso no importa, todo lo que pueda afectarte, me interesa, estamos juntas ahora ¿recuerdas?-. Dijo acercándose y mirándola a los ojos, para darle un beso-.

-Será mejor que entre, Samir me está esperando-.

-Está bien, nos vemos mañana-. Y depositó un último beso en los labios de Yulia-.

Salió con dirección a su casa, no sabiendo en si como se sentía. Ella le había pedido a Ekaterina que fuera su novia, por lo que ya no debería tener todo esa confusión en su cabeza, pero seguía ahí, seguía ahí Lena y su hermosa sonrisa, esos ojos verdes y grises transparentes y esas manos suaves que le producían miles de sensaciones que no lograba controlar.

Cuando entró a su habitación se estiró en su cama, tapando con una de sus manos su rostro. Estaba en una situación realmente jodida, porque tenía claro que pasara lo que pasara siempre iba alguien a sufrir, por mucho que intentara evitarlo, tanto que no había sido capaz de decirle a Lena sobre su nueva relación.

-Me quieres decir que pasa?-. Expresó Samir apoyado en el umbral de la puerta-.

-¿Sobre qué?-. Preguntó levantándose para mirarlo fijamente-.

-Tú lo sabes, una cosa es que nunca te lo haya preguntado y otra es que no me diera cuenta-. Expresó seguro y acercándose hacia su hermana-.

Yulia lo miró detenidamente. Tenía claro sobre que quería hablar, había sido una conversación que dilató durante años, y ahora era el momento para ser sincera con una de las personas más importantes en su vida, tal vez esa conversación también le permitiría ser sincera con ella misma, y todo lo que estaba sintiendo.
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