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13 HORAS // MEGAN O'BRIEN

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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:20 pm

Capítulo I. Hora cero

Aproximadamente a las siete de la tarde de su vigésimo octavo cumpleaños, durante una noche del viernes dentro de su tranquila oficina, Julia Volkova se encontró con el par más perfecto de pechos femeninos desnudos que ella había visto alguna vez. Considerando que su exposición verídica a pechos femeninos desnudos, hasta aquel momento, había estado limitada con el vistazo raro en el vestuario en el gimnasio y, cuando ella tenía doce años, un vislumbre, bastante incómodo de su abuela vistiéndose en su dormitorio con la puerta entornada, esto no decía quizás mucho. Los pechos antes mencionados venían unidos a una stripper media desnuda que aterrizó en su regazo y comenzó a girar al compás de una espantosa, baja y pesada música que salía desde un iPod ahora posado en el escritorio de Julia. No se podía mover con el peso de la mujer sobre sus muslos, sin saber qué hacer con sus manos, Julia sólo podía sentarse y mirar los pechos de color de rosa erectos que se balanceaban delante de su cara. Eran perfectos, y durante un momento loco olvidó la oferta que supuestamente redactaba, y consideró alcanzarlos con sus manos.

Pero ella no era del tipo irresponsable, y ciertamente no era el tipo de mujer que se acercaba a tantear a strippers. Humillada por su impulso, sintió que el calor de la cólera se levantaba por su cuerpo. Creía que su oferta era mucho más importante que cualquier emoción barata que esta mujer ofrecía.

-¿Qué diablos crees que estás haciendo?- Espetó -Ponte de pie y apaga esa música. Ahora- La stripper de cabello rojizo sonrió, balanceándose contra su cuerpo.
-Soy tu regalo de cumpleaños- Ella se agachó y tomó la mano de Julia para ponerla a descansar en uno de sus pechos perfectos -Disfruta de mí- Susurró con pasión en su oreja.

Los dedos de Julia se rizaron automáticamente con la sensación del empuje del pezón erguido en el centro de su palma. Exhalando por su nariz, repitió.

-Apaga la música. No me hagas repetirlo otra vez- La stripper la contempló, todavía sentada a horcajadas sobre sus muslos. Ella levantó una ceja elegante.
-No pareces totalmente desinteresada- Julia aparto su cara para no enrojecer de vergüenza.
-Sólo quítate de mi regazo y ponte tu camisa, por Dios- Su tono fue más áspero de lo que había querido. Estar tan cerca de tanta piel desnuda la hizo preocuparse, y ella estaba decidida a mantener el control.

Alguien fue el responsable de esto, algún idiota compañero de trabajo que iba a vivir para lamentar esta maniobra. Afortunadamente, la stripper parecía entender que no estaba bromeando. Se puso de pie y se apartó de la silla. Al inclinarse para pescar su camiseta de la mochila que ella había dejado caer en el suelo, Julia trató de no dejar a su mirada fija extraviarse al trasero de la mujer. Falló miserablemente. La stripper sonrió abiertamente sobre su hombro cuando se enderezó.

-¿Ves algo que te gusta?-
-Me pregunto cómo entraste aquí, sin ser arrestada por colarte- Disparó de nuevo Julia a su visitante no deseada, que vestía con una ajustada camiseta y jeans rasgados, bajos –Si pareces un maleante. ¿Es el traje de pacotilla una cosa de strippers o simplemente tu propia preferencia personal?- En verdad, la joven se veía preciosa. La más mínima insinuación de ropa interior negra se elevó por encima de la cintura de sus pantalones vaqueros. En su mano tenía el sujetador negro de encaje que ella había dejado de lado cuando cayó en el regazo de Julia. Sus pezones se marcaban contra el algodón de su camiseta.
-Scott estaba en lo cierto- Dijo -Realmente tienes que soltarte- Y de repente todo tuvo sentido
-Scott hizo esto- Dijo Julia sin humor -Por supuesto-
-Por supuesto. Pero él no me advirtió que serías tal perra. ¿Cuál es tu problema? ¿Tienes miedo de las mujeres desnudas o algo así?- Julia observó a la mujer con frialdad.
-Tal vez tengo miedo de lo que pueda coger contigo retorciéndote en mi regazo- Los ojos de la stripper destellaron.
-Jódete. Me marcho. Feliz cumpleaños, vete al infierno-

Ella agarró rápidamente su iPod del escritorio de Julia, llevó al hombro su mochila, y a mitad dio vuelta para salir con paso majestuoso de la oficina. Julia se levantó y la agarró por el codo.

-Te voy a acompañar a la salida- No iba a dejar que un extraño, un intruso en sus dominios, vagara por los pasillos solitarios. Entonces llamaría a Scott, y pobre de él por arruinar una noche absolutamente productiva con su estúpida broma. La mujer se alejó, con los ojos furiosos.
-No te molestes. He encontrado el camino hasta aquí, así que estoy segura de que puedo llegar a encontrar la salida-
-No era una oferta- Dijo Julia -Te acompaño abajo. No sé cómo lograste entrar en el edificio fuera de horario, pero no deberías estar aquí- Cuando llevó a la stripper a través del cuarto, la mujer se quejó.
-Eres muy divertida. ¿Qué te tiene tan tensa? Espera, déjame adivinar, no has tenido relaciones en unos cinco años-

Julia no se reveló al hostigamiento, caminó a pasos agigantados hacia el ascensor por el pasillo de su oficina. Las luces estaban atenuadas en el vestíbulo, un testimonio de su soledad en el edificio. Todos los demás se habían marchado mucho antes para comenzar sus fines de semana en casa. Para ella, su casa era intolerablemente aburrida, comparada a trabajar. No había ningún lugar que preferiría estar que aquí en Soluciones de Software Boynton, entregándose a sí misma en su pasión. Gestión de Proyectos.
Se detuvo delante del ascensor y pinchó en el botón de llamada. Increíblemente, la stripper no había renunciado. Dándose un golpe en Julia con un hombro juguetón, dijo.

-¿Si te doy un polvo por compasión, crees que podrías darme una sonrisa?-
-Echar un polvo no es una prioridad tan alta para mí, como parecer es para ti- Dijo Julia -Lo que me hace feliz es tener un gran trabajo. Ya sabes, como el que me interrumpiste esta noche-
-Sí, parecía fascinante-

Julia hizo caso omiso de la respuesta sarcástica y se quedó mirando la pantalla. ¿Cuánto tiempo toma para que el ascensor suba desde el vestíbulo hasta el piso 29? Fue increíblemente lento esta noche, ¿o estaba increíblemente enojada? Complaciéndose a sí misma en algún ojo por ojo, comentó.

-Yo no esperaría que una muchacha que se quita su ropa por dinero entienda el placer que proporciona tener éxito-
-Y yo no esperaría que una perra fría comprenda lo que es realmente importante en la vida- Julia dio un resoplido.
-¿Qué?, ¿tener alguna stripper barata sacudiendo sus tetas en mi cara?- Las puertas del ascensor se deslizaron a tiempo para evitar una conversación adicional. Julia entró, arrastrando a la mujer consigo, y apretó el botón del vestíbulo. Cuando las puertas se deslizaron cerrándose delante de ellas, la stripper refunfuñó.
-Pareció que disfrutabas de mis tetas hasta que recordaste que podrías ser despojada de tu título de Reina de Hielo-

Julia hizo girar la cabeza a otro lado, una negación salió de sus labios, cuando las luces parpadearon y tras el parpadeo se apagaron, y el ascensor se estremeció con su contenido. El movimiento repentino lanzó a ambas dando un paso, y Julia llevó su brazo alrededor de la otra mujer por instinto, impidiendo así caer al suelo.

Por un momento, el ascensor estaba completamente a oscuras, como boca de lobo, entonces las débiles luces de emergencia se activaron e inundó la cabina de una luz suave. Después de un latido, ambas miraron la puerta del ascensor y las filas de botones al lado de ella. La mujer en los brazos de Julia miró arriba de ella con amplios ojos verdes.

-No puede ser- Susurró. Sorprendida en acción, Julia la soltó y dio un paso hacia la puerta. Ella sacudió la cabeza.
-Todo está bien, vamos a presionar el botón de emergencia- Examinó los controles en busca del botón que las sacaría de su prisión.
-¿Estamos atrapadas en...aquí?- Julia movió la cabeza.
-No, no hay forma de que me quede en un ascensor con una maldita stripper cuando estoy en medio de mi maldita propuesta-
-¿Tu propuesta?- La stripper miró con incredulidad -Estás atrapada en un ascensor en tu cumpleaños, el viernes por la noche, ¿y estás preocupada por una propuesta?- Julia se mordió el labio, empujando cada botón en el panel consecutivamente. Ninguno se iluminó, y ninguno parecía a prueba de fallos para dar la alarma.
-Es una propuesta importante-
-Oh, hombre. Atrapadas en un ascensor, y tiene que ser para estar con la mujer viva más aburrida de la humanidad- Después de haber probado el ultimo botón, Julia estrelló el talón de su mano contra la puerta del ascensor.
-¡Mierda! En realidad no podemos estar atrapadas en esta cosa-
-¿Alguien nos notará, verdad?, nos van a sacar de aquí-
-Con el tiempo, pero todo el mundo ya se ha ido el fin de semana- Julia no podía creer que se había marchado de su escritorio sin su teléfono celular. Probablemente iban a estar encarceladas allí hasta que Rocky, el guarda de seguridad, llegara a las siete u ocho mañana por la mañana.
-¿Con el tiempo?- La stripper chilló -De ninguna maldita manera me voy a sentar en el ascensor toda la noche contigo- Julia se estremeció ante la estridente forma de desprecio.
-¿Crees que estoy feliz? Esto nunca habría sucedido si no me hubieras molestado con tu estúpido baile erótico-
-Hey, yo sólo estaba haciendo mi trabajo- Replicó la muchacha -Sabes, ¿el que tu amigo me contrató para hacer? Si estás cabreada, lo pagas con él, no conmigo- Se movió tan lejos de Julia como pudo, a la parte de atrás de la cabina del ascensor, y cruzó los brazos sobre el pecho -Aunque entiendo por qué él creía que lo necesitabas. No eres más que una amargada-
-Simplemente fantástico- Susurró Julia para sí misma -¡Qué regalo de cumpleaños tan perfecto! Mi propia maldita stripper para toda la noche. No sé cómo voy a hacer pagar a Scott por esto- La castración era su primer pensamiento, pero estaba abierta a castigos más elaborados.
-Maravilloso- Murmuró su compañera enojada –De puta madre-
-Pienso exactamente lo mismo- Dijo Julia. Se miraron por un momento, en perfecto acuerdo. Julia asumió que sería uno de los muy pocos momentos que estarían de acuerdo.
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:23 pm

Capítulo II. Hora uno - 7:00 p.m.

Su nombre era Lena.

-Sí, imagina- Dijo después de revelar este hecho -Las strippers tienen nombres... así como la gente normal- Eso produjo en Julia una sonrisa sin sentido del humor, finalmente, miró por encima de su compañera. La joven estaba sentada con las rodillas dobladas hacia el pecho y los brazos envueltos alrededor de sus piernas. Ella observó a Julia con ojos verdes tempestuosos -Mira, si vamos a estar atrapadas aquí juntas, ¿crees que podrías manejar un poco de cortesía?-
-Vamos a hacer un trato, Lena- Bonito nombre, coincide con los pechos bonitos. Frunció el ceño por su línea de pensamiento, y rápidamente continuó -Tú te sientas silenciosamente en tu lado del ascensor y yo haré lo mismo en el mío. Si logramos manejar esto, creo que nos llevaremos muy bien- Lena la miró con desprecio evidente.
-En serio, ¿cuál es tu problema? Estoy dispuesta a empezar de nuevo si quieres. Estar atrapadas aquí no tiene que ser tan completamente miserable como pareces estar determinada a hacerlo- Cansada de discutir con una maldita stripper Julia no respondió.

Lo último que quería hacer era ser amable con una mujer que Scott había contratado con el propósito expreso de hacer una declaración acerca de su vida. Desde el momento de la humillación del cumpleaños sorpresa, cuando irrumpió en su oficina y llenó la sala estéril con la música y su embriagador perfume, Julia se sintió vulnerable y expuesta. Estar atrapada en un espacio pequeño con ella parecía un castigo particularmente cruel. Alzó los ojos a las tenues luces de emergencia que iluminaban la cabina del ascensor, no había salvado su documento recientemente y esperaba que el apagón no haya acabado con sus horas de trabajo. Inclinó la cabeza contra la pared y empezó a recomponer su memorándum de nuevo mentalmente. Se sorprendió cuando

Lena volvió a hablar.

-Mi gata Isis me va a matar- Le informó a Julia -Le prometí que íbamos a tener esta noche la hora del baño. A ella le gusta sentarse en el borde de la bañera y poner la nariz en las burbujas. Por lo general, me irrita, especialmente cuando estornuda, pero ahora mismo daría cualquier cosa por la hora del baño- Julia sintió los labios temblar y se sintió apisonada por la sólida reacción. La mención de "la hora del baño", provocó las imágenes que le hicieron fruncir el ceño. No iba a ir allí.
-Bueno, lo lamento, estás atrapada y me tienes que aguantar en cambio-

La boca de Lena se extendía en una lenta sonrisa. Sus blanquísimos dientes y los labios de color rosa dejaron totalmente distraída a Julia, tan completamente que se olvidó de mantener su frío desinterés. En contra de sí misma, volvió la mirada cálida.
Luego, con la misma rapidez, obligó a su mente de nuevo a su propuesta, la que había perdido porque Scott decidió enviar a Lena pechos perfectos a su cuidado esa noche. Su estado de ánimo oscuro regresó, y con ello, su deseo de sacar sangre. Sus ojos se posaron en los pezones duros de Lena, esbozado por el fino algodón de su camiseta. El sujetador que se suponía que debía proteger a estas distracciones se encontraba todavía en la mano de Lena.

-¿Te importaría ponerte el sujetador?- Le preguntó con voz áspera. Nerviosa, agregó -Me siento como si me estuvieran mirando con aquellas cosas apuntándome- Lena estiró sus piernas y ladeó la cabeza. La supresión de lo que parecía ser una gran sonrisa de diversión.
-Cualquier cosa que te haga feliz, Julia- Con eso, arrastró los pies de la pared y tiró de su camisa. Por segunda vez esa noche, Julia se encontró tratando de no mirar fijamente con ojos saltones a los pechos desnudos de la mujer. Sorprendida, giró la cabeza porque no quería ceder a la tentación.
-¿Qué demonios estás haciendo?-
-Ponerme mi sujetador, conforme a lo solicitado- Había una sonrisa en su voz -Tienes miedo de las mujeres desnudas, ¿no?- Julia echó un vistazo a Lena, tratando con fuerza de no estremecerse a la vista de ella con el sujetador negro de encaje. Sus pechos parecieron no menos espectaculares que cuando estaban expuestos.
-No tengo 'miedo' de las mujeres desnudas- Replicó con notable voz -Me imagino que pasaría un mal rato mirarme en el espejo todas las mañanas si lo tuviera- Lena movió los ojos hacia Julia, en una valoración pausada.
-Para el registro, me imagino que muy pocas personas pasarían un mal rato al mirarte en el espejo cada mañana- ¿Por qué demonios iba a decir eso? Después de un momento de debate interno, Julia expresó su sospecha.
-¿Te contrató Scott para tener sexo conmigo?- Parpadeando con fuerza, Lena habló.
-No- Rápidamente, y con las manos visiblemente temblorosas, pasó su camisa sobre su cabeza y tiró de ella hacia abajo sobre su torso -Yo no soy una maldita prostituta- Julia se encogió de hombros.
-Lo siento si te ofendí, supongo que no podía decirlo con seguridad-Lena se trasladó de nuevo a su lugar contra la pared.
-Tienes razón- Dijo con una voz plana -¿Por qué no nos sentamos en silencio y esperamos a ser rescatadas?- Misión cumplida. Julia se preguntó por qué se sentía tan mal por su ataque personal. Miró distraídamente en las filas numeradas de botones en el panel junto a la puerta del ascensor. La mujer era una bailarina de striptease, por el amor de Cristo. Ella se desnudaba por dinero. Julia estuvo indecisa a permanecer en silencio durante unos cinco minutos antes de que la culpa la abrumara.
-Mira, lo siento. Bueno, ¿Lena? Lo siento- Lena se encogió de hombros.
-¿Por qué?-
-Por suponer que podrías tener sexo por dinero. Eso estuvo mal, y lo siento si te he ofendido- Cuando no hubo respuesta, Julia lanzó un suspiro explosivo -Tú sabes, cuando haces cosas como lo de poner la mano de alguien en tu pecho-
-Yo estaba tratando de relajarte- Lena volvió su mirada fría a Julia -Te veías como si quisieras comerme viva, pero no tenías idea de cómo empezar siquiera-
-Yo no…- Respondió Julia -Me estaba preguntando qué diablos estabas haciendo en mi regazo. Yo estaba demasiado sorprendida para reaccionar siquiera al principio-
-Bueno, lo siento si te he ofendido. De hecho, siento haber tomado este estúpido trabajo- Lena frotó el dorso de su mano sobre su mejilla, sorbiéndose los mocos. Julia sintió que su estómago se caía.
-¿Estás llorando?- Tragó en contra de los nudos de terror puro que se presentaron en su garganta -Por favor no me digas que estás a punto de echarte a llorar-
-No estoy llorando- Respondió Lena, quizás demasiado rápido. Se pasó el dorso de la mano sobre los ojos una vez más, enderezándose en el lugar donde se había sentado apoyada contra la pared -Me siento muy bien. Atrapada en un ascensor un viernes por la noche sin nada que hacer, pero me llama prostituta una mujer que no me aguanta... Lo más lejos de mi gata, el libro, y la bañera que estaba soñando en disfrutar esta noche. ¿Por qué no iba a ser jodidamente fantástico?- Esta declaración dejó a Julia sintiéndose, de repente, como la mayor gilipollas del planeta. Genial, pensó, pasando los dedos por el pelo. Simplemente genial. En una pérdida, se esforzó para abrir su boca.
-Lo siento, Lena. En serio- Trató de explicar lo que había incitado a su comentario cortante -Yo no sabía por qué has dicho lo que has dicho... ya sabes, acerca de mirarme en el espejo- Lena miró durante unos segundos sin decir una palabra. Por último, murmuró.
-Lo dije porque eres una mujer físicamente atractiva- Hizo una pausa -A pesar de tu personalidad poco atractiva por completo- Julia sintió el comentario silencioso como un puñetazo en el pecho.
-Oh- No sabía qué más decir. Se miró las manos. Me encanta esta chica. Cuarenta y seis minutos con ella y me doy cuenta que soy la mayor imbécil con vida, pensó.
-Estás perdonada- Dijo Lena. Lágrimas de frustración se asomaron a los ojos de Julia y bajó la cabeza para esconderse de su compañera. Ella no era la clase de mujer que sucumbe ante la presión. Pensó que no volverían a hablar otra vez hasta que Lena dijo -¿De verdad pensaste que tu amigo pagó a alguien para tener sexo contigo?-
-No sé-
-No pareces del tipo que aprecia un gesto así- Julia miró hacia arriba.
-No lo soy-
-Entonces, ¿por qué un amigo hace algo como eso para ti?- Lena pareció tener un interés genuino en la respuesta, y Julia no podría descubrir ninguna malicia en sus ojos. Ella fue brevemente tentada a explorar aquella pregunta, pero había sido ya un día largo.
-No sé- Dijo -Una cosa de hombres, tal vez- Lena asintió con la cabeza como si aceptara este razonamiento.
-Bueno, es tu cumpleaños- Con una sonrisa, le preguntó -¿No fue un buen día? Quiero decir, aparte del striptease-
-No mejor que cualquier otro. He venido, he trabajado, me quedé atrapada en un ascensor con una mujer medio desnuda que me hace sentir como una gilipollas-
-Si te sientes como una gilipollas, lo siento- Lena parecía ser golpeada por un pensamiento, la mirada fija -¿Estar atrapada en un ascensor te va a joder algunos grandes planes esta noche?- Julia pensó de nuevo en su propuesta y suspiró. Se supone que el proyecto "urgente" le impediría pensar demasiado en su solitario y aburrido cumpleaños, la estrategia de Lena y Scott lo había arruinado muy hábilmente.
-No- Murmuró -No hay grandes planes, pensaba en alquilar tal vez una película mañana, pero voy a tener que volver a crear la propuesta que quedó interrumpida-
-¿Qué quieres decir con volver a crearla?- Julia levantó el brazo y le dio una ola de irritación las luces de emergencia.
-El corte de energía. Estoy segura de que no había guardado el archivo en bastante tiempo, si es que mi ordenador sobrevive a todo-
-Oh- Dijo Lena -Bueno, en realidad no es mi culpa, ya sabes. Pero... Espero que no tengas que rehacer todo- Esperó a que Julia respondiera, y cuando ella no lo hizo, le preguntó -¿Qué tipo de propuesta es?- Julia se esforzó por entender cómo hacer parecer la propuesta tan importante como había sugerido.
-Es para un proyecto de desarrollo de software- Dijo -Queremos vender a nuestro cliente un poco de funcionalidad adicional a una parte del software por encargo que escribimos para ellos. Quiero enviarlo por correo electrónico antes de la mañana del lunes- Lena parpadeó.
-¿Escribes el software?-
-No- Julia se echó a reír y sacudió la cabeza -Yo llevo la gestión de los programadores que escriben el software. Ellos hacen el trabajo de la aplicación, y los hago trabajar-
-¿Te gusta?-
-Sí, mucho-
-Suena un poco... aburrido. Sin ánimo de ofender, simplemente no es lo mío- Julia se sintió inmediatamente a la defensiva.
-Es un buen trabajo. Me desafía- No se pudo resistir y agregó -No me digas que se puede decir lo mismo de tu carrera- Lena mantuvo una sonrisa amable.
-No es mi carrera, aunque no sea de tu interés. Y creo que lo mejor de mi trabajo son todas las grandes personas que he conocido- Lanzó a Julia una sonrisa significativa -Como tú-
-La oportunidad de ganar dinero sin depender de ninguna habilidad- Replicó. ¿Dios, por qué encontró ella tan fácil entrar en aquello con esa mujer? Yendo en punto muerto por la vida -Gracias a tus pechos perfectos- Lena inclinó su cabeza al lado.
-¿Crees que son perfectos?- Julia se sonrojó con fuerza y buscó retractarse de su descuidada revelación.
-Si te digo la verdad, la verdad es que no les presté mucha atención- Lena se rio en voz alta.
-Uh-uh. Por eso todavía tengo señales de quemadura en mi piel por donde tus ojos se posaron en mí. Te estás imaginando cosas- Julia frunció el ceño.
-Si tú lo dices- Negándose a admitir su intensa fascinación con el pecho de la stripers, Julia decidió sacar la artillería pesada -No soy lesbiana- La sonrisa de Lena dio paso a una mirada de sorpresa.
-¿Qué?- El cambio en el malestar de la sorpresa obvia en Lena, hizo repetir a Julia.
-No soy lesbiana. Tus pechos son irrelevantes para mí-
-Huh- Lena frunció el ceño -Así que ¿por qué diablos Scott me contrató para bailar para ti?-
-Confía en mí- Dijo Julia -Tengo la intención de pedirle explicaciones tan pronto como salgamos de aquí mañana por la mañana, eso será lo primero que haga-
-Entonces, ¿tienes novio?- Preguntó Lena con una voz cuidadosa.
-No- Julia no dio más detalles. Deseosa de desviar la atención lejos de sí misma, le preguntó -¿Y tú?- Lena rompió en una amplia sonrisa, mostrándole sus dientes blancos.
-No, yo soy lesbiana- La garganta de Julia se quedó seca.
-Oh- ¿Cómo es que constantemente la deja sin habla esa mujer?
-¿Te molesta eso?- Preguntó Lena. Algo en su sonrisa de complicidad irritó a Julia. Pensó mucho antes de responder, rasgada entre la revelación de sus emociones turbulentas y mantener la calma.
-No hay nada más acerca de ti que me moleste- Lena rió.
-No te preocupes, no voy a utilizar mi sexualidad contra ti, o contra cualquiera-
-Te lo agradezco- Julia logró una media sonrisa.
-¿Ves?- Murmuró -Te dije que no era una mala conversadora-  Julia movió la cabeza en reconocimiento.
-Es mejor que estar sentada aquí en completo silencio durante toda la noche, eso seguro-
-Uno nunca sabe. Mañana por la mañana, realmente podríamos ser amigas- Julia hizo rodar sus ojos.
-No te adelantes. Va a ser una larga noche. Cualquier cosa puede pasar- En ese momento, Lena cruzó los brazos sobre el vientre, abrazando a su cuerpo. Su expresión parecía casi esperanzada, y un poco tímida.
-Tienes razón. Absolutamente podría pasar cualquier cosa- Julia sólo podría preguntarse lo que las doce horas siguientes traerían. Esperemos que no más lágrimas.
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:29 pm

Capítulo III. Hora tres - 9:00 p.m.

-¿Qué piensas?-
-Estoy soñando con escapar- Julia estudió la escotilla cuadrada de metal encima de sus cabezas –Piensa, si te alzo ahí arriba, ¿podrías reventar y abrir esa cosa?-
-De ninguna manera- Respondió sin vacilar Lena -No tienes ninguna posibilidad. No conseguirás que esta Sra. Rosen suba el Árbol de Navidad- Julia reconoció la referencia inmediatamente. La Aventura de Poseidón... uno de sus favoritos absolutos. Su valoración de Lena aumentó una muesca, casi contra su voluntad. Dejó caer su mirada, se sentía algo nerviosa con el cosquilleo en su vientre. Ella dio a Lena una sonrisa burlona.
-¿Dónde está tu espíritu de aventura?-
-Probablemente en casa con mi libro, mi gata y mi bañera- Dijo Lena con un bufido de impaciencia -Me niego a subir hasta allí. No estamos en un barco que se hunde. No nos hará daño quedarnos dónde estamos y esperar ayuda-
-Esto hace daño a mi productividad- Protestó Julia. Una vez más, levantó los ojos anhelando el techo.
-Oye, yo no voy a hacer una película de desastres contigo por el bien de alguna propuesta estúpida- Dijo con firmeza -Siempre he dicho que sería el primer personaje en morir si estuviera en una de esas películas. Estoy convencida de que, de hecho, no soy tan inteligente o tenaz... o afortunada, y mi vida es más importante que el ir a trabajar otro viernes por la noche-
-¿Importante para quién?- Murmuró Julia.
–Aprovecha este tiempo para relajarte- La expresión de Lena se suavizó en una sonrisa lisonjera -Me comprometo a tratar de mantenerte entretenida-
-¿Este entretenimiento involucra la mala música y un baile desnuda?-
-Sólo si lo pides amablemente- Hizo una pausa -Técnicamente, la media hora se acabó hace dos horas- Julia movió la cabeza. La parte trasera de su cuello se sentía caliente de vergüenza renovada.
-¿Cuánto ha pagado Scott?- Lena chasqueó la lengua y entregó a Julia una mirada de desaprobación leve.
-Ahora, eso es entre Scott y yo. Si quieres saber, le puedes preguntar-
-Lo haré si alguna vez salimos de aquí-
-Pensé que los teléfonos celulares funcionaban dentro de los ascensores- Dijo Lena. El suyo estaba en el suelo entre ellas, desechado porque no pudieron conseguir señal -La tecnología. Apuesto a que te sientes desnuda sin ella ahora mismo, ¿no?- Julia logró una cabezada avergonzada.
-Sí. Creo que es como una manta de seguridad para mí en este momento. Me siento muy vulnerable...sin mi equipo-
-Yo estoy igual- Lena sostuvo sus manos, sacudiéndolas con temblor exagerado -Ya me estoy poniendo nerviosa ante la idea de no revisar mi correo electrónico por las próximas doce horas-
-Mi bandeja de entrada tiende a disminuir en los fines de semana- Julia permitió una sonrisa autocrítica -No creerías cuántas personas toman un descanso del trabajo el sábado y el domingo-
-Bueno, tengo algunos emails relacionados con la escuela, pero la mayoría es personal, especialmente durante los fines de semana. Así que lo compruebo todo el tiempo- Ella nunca habría tomado a Lena como un friki del ordenador, Julia reflexionó. E-Mail y La Aventura de Poseidón. Ella estaba llena de sorpresas.
-No todo el correo electrónico es personal como las cosas de familia habituales de mamá y papá-
-¿Dónde viven?-
-Royal Oak-
-¿Tienes hermanos y hermanas?-
-Un hermano, más joven, la última vez que lo comprobé. Todavía está prácticamente viviendo en casa con mis padres-
-No tengo ningún hermano, pero siempre creí que habría sido divertido- Dijo Lena -Tengo unos amigos realmente buenos por todo el mundo. Amigos en línea, ya sabes. No soy…- Inexplicablemente, se sonrojó -No soy la clase de persona que sale mucho a los bares o algo, mis amigos íntimos tienden a ser estos que encuentro en línea. La amistad se concentra más en la comunicación el uno con el otro, más que distraernos con la comida y el alcohol- La comprensión de que había estereotipado a Lena hizo sentir a Julia estúpida y con vergüenza. No tenía idea de quién era esa mujer, pero la había insultado de todos modos. Queriendo compensar su falta de sensibilidad, trató de tomar un interés por la afición en línea de Lena.
-Así que... ¿Cuáles son algunos de los lugares donde viven tus amigos?-
-Australia- Lena parecía feliz de hablar por fin de cómo conocer a gente nueva -Francia. Ah, y algunas veces le escribo e-mail a esta mujer realmente interesante en Portugal- Julia intentó imaginar ser amable con un extraño virtual, alguien que nunca había visto antes en la vida real. El infierno, apenas se podía manejar para hacer amigos cara a cara, no podía imaginarse el estar separados por kilómetros de océano. Scott era su amigo porque habían crecido juntos nada más.
-¿De qué hablan ustedes?- Preguntó.
-Dios, cualquier cosa. ¿Qué está pasando en nuestras vidas?, nuestras preocupaciones, nuestros miedos. Política, religión, eventos de actualidad. Sexo- Lena se detuvo para dispararle una sonrisa lobuna.
-Siempre el sexo- Julia podría sentir que el rubor se arrastraba a través de su cara, un ataque imparable contra su calma. Vacilando durante sólo un momento, preguntó: -¿Te gusta... el cibersexo?- Lena se rio mucho tiempo y con fuerza por la pregunta inesperada.
-No, nosotros sólo hablamos de lo que nos gusta, lo que queremos, lo que nos gustaría probar. Lo que hemos fantaseado- Julia se sintió increíblemente incómoda con la dirección que la conversación había tomado. Sin embargo, no pudo resistirse a una última pregunta.
-¿Alguna vez has tenido cibersexo?-
-Oh, claro- Dijo Lena, agitando una mano desdeñosa -De vez en cuando. Normalmente, cuando me siento muy desesperada y la masturbación por sí sola no va a bastar para mí. Está bien, pero no es tan divertido como la cosa real, ¿sabes?- Casi como una ocurrencia posterior, añadió -¿Lo has probado?- Aunque no había ninguna razón real para ella de ruborizarse, después de la revelación de Lena, la cara de Julia estaba en llamas.
-Sí, una o dos veces-
-He tenido cibersexo con un hombre, una vez- Dijo Lena -Sólo para ver cómo era, te diré algo, si los hombres son la mitad de malos en la cama como este tipo era con el teclado, estoy segura de que no me pierdo absolutamente nada- Julia se encogió de hombros.
-Probablemente no- Ella había tenido un solo encuentro con hombres y mujeres en línea. Los hombres tienden a llevarla a la muerte con su fraseo crudo y flagrantes faltas de ortografía. Por no hablar de toda la típica charla del pene.
-¿Así que no son tan malos en la cama como cuando están en línea?- Preguntó. Julia pensó en Jason Lewis, su primer y único novio.
-A veces-
-No te gusta hablar de sexo, ¿verdad?- La mirada amistosa de Lena parecía llena de pesar, y tal vez un poco de piedad. Julia miró su regazo, desesperada por una forma de enviar su conversación en una dirección diferente y quedó totalmente en blanco. Después de un período de silencio incómodo, le preguntó:
-¿Crees que podríamos cambiar de tema?-
-Claro, seguro- Lena estiró una de sus largas piernas, escabulléndose lejos de la pared para empujar uno de los pies de Julia con la punta de su zapato -¿Qué haría feliz a la niña del cumpleaños? Entonces, ¿de qué quieres hablar?- Inevitablemente, la mente de Julia se negó a ceder a pensamientos de sexo ideal con Lena. Imaginó cerrar sus labios en uno de los turgentes pezones que había visto antes, chupando con fuerza la carne rosada. Jesús, contrólate. Se aclaró la garganta.
-¿Qué libro te ibas a leer esta noche?- Ella hizo una mueca por la forma en que su voz chirrió en la conclusión ilógica. En la bañera. Desnuda. Lena ocultó una amplia sonrisa detrás de su mano.
-No es un intento muy bueno de cambiar de tema, me temo. Era una colección de literatura erótica lésbica- Dios mío, está obsesionada con el sexo. Julia movió la cabeza.
-Por lo tanto, estoy atrapada en un ascensor con una ninfómana lesbiana-
-No puedo pensar en cosas peores que me puedan suceder en un viernes por la noche- Replicó Lena -Y yo no me considero una ninfómana. Sólo en posesión de un muy saludable, aunque poco utilizado, no es que sea de tu interés, sano deseo sexual-
-Bien, mientras guardes aquel sano deseo sexual en tu lado del ascensor vamos a estar bien- Julia se arrepintió de sus palabras tan pronto como vio el dolor en los ojos tranquilos de Lena. Sí, Lena, en el momento en que creo que podría estar bien, voy y hago esto absolutamente segura de que sé que soy una idiota, pensó.
-No te hagas ilusiones- Murmuró Lena. Mierda, pensó. Ella sólo había querido dirigir la conversación de sexo, no alienar a su única compañía para la larga noche. Luchando para empujar lejos su metedura de pata verbal, rápidamente se armó con otro tema de los recuerdos de su charla hasta ahora.
-¿Así que estás en la escuela?-
-Sí, en el Estado de Michigan-
-¿Qué estás estudiando?-
-Medicina veterinaria. Me gradúo en seis meses- Eso dejó a Julia fría. Por mucho que no lo pudiera creer, estaba profundamente impresionada. Y se sintió muy tonta recordando sus comentarios despectivos a Lena sobre no entender el placer de tener éxito.
-Wow. Uh, tu gata Isis debe estar muy orgullosa de ti, ¿eh?- Lena sonrió y arrugó la nariz, de la manera más adorable.
-Excepto cuando práctico con ella-
-Tus padres deben estar orgullosos, también- Era una tentativa ostensible de pescar más información, pero Julia no se preocupó. Ella tenía un deseo extraño de averiguar cuáles de sus muchas asunciones eran incorrectas. Lena perdió su radiante expresión, aunque las esquinas de su boca permanecieran levantadas en una sonrisa nostálgica.
-Mi madre está muy orgullosa, sí- ¿No su padre? Julia no hizo la pregunta obvia, por miedo de crear incomodidad. En su lugar, se obligó a decir lo que debió hace un tiempo.
-Te debo una disculpa, ya sabes-
-Yo sé- respondió Lena -¿Por qué?- Internamente Julia se quejó, sin embargo una parte de ella se alegró. Casi le gustaba que Lena no le permitiera salirse con la suya.
-Pido disculpas por los comentarios que hice acerca de la cosa de desnudarte. Suponiendo que hubiera sido tu carrera y todo- Lena le dio un guiño solemne.
-Aun si así fuera, no merecí ser tratada de esa manera. Conozco a muchas muchachas que se desnudan para ganarse la vida y, por extraño que pueda parecer, ellas realmente son seres humanos decentes-
-Tomo nota- La cabeza de Julia había empezado a doler, profunda y constantemente. El dolor era sutil, pero ella sentía que éste podría escalar -Yo estaba molesta- Dijo, arrepentida -Estaba tratando de hacerte daño-
-¿Así que no crees realmente que sólo soy una stripper barata?- Los ojos de Lena brillaron.
-No- Julia miró la fea alfombra estampada en el piso del ascensor. Recordando los pechos perfectos que ella había insistido a Lena cubrir, añadió: -Me imagino que eres la parte superior de la línea, en realidad-
-No- Dijo Lena, con un gesto desdeñoso de la mano -No se necesita generalmente mucho con los hombres. Sobre todo si bailo para una mujer. Los tipos aman mirar a una mujer dar a otra mujer un baile erótico. Son fáciles- Julia se sintió mal de la vergüenza por el mismo pensamiento.
-Gracias a Dios yo estaba sola en la oficina. Dudo que los chicos con los que trabajo lo hubieran considerado muy "caliente" en absoluto. No conmigo implicada- Después de largos momentos de intenso examen visual que dejó retorciéndose a Julia, se sentó en otro lugar, Lena dijo:
-Eres dura contigo misma, ¿no? ¿Probable todo el tiempo?- Su voz era amable, pero la pregunta sacudió a Julia. Su cabeza empezaba a doler.
-Tú eres la que me juzgo como la mujer viva más aburrida, ¿recuerdas?- Incluso en la penumbra, podía ver la cara de Lena enrojecer.
-Supongo que es mi turno de decir lo siento- Dijo Lena -No quiero pensar que eso es cierto-
-A veces lo es- Admitió.
-¿Ves? Demasiado dura contigo misma. Tiene que dejar de hacer eso- Julia dio un resoplido.
-No puedo hacer ninguna promesa. Sabes lo que dicen de los viejos hábitos-
-¿Por el resto de la noche, al menos?- Lena fue tan seria en su solicitud que Julia no tenía el corazón para negarse.
-Sí, señora-
-Ama- Corrigió Lena.
-¿Cómo dices?-
-Señora me hace sentir vieja. Ama me hace sentir como una dominatriz patea culos o algo así- El instinto de Julia fue retirarse, pero en su lugar, hizo algo inusual. Le quitó importancia.
-Que así sea, ama- Dijo con una ceja oscura levantada en diversión.
-Mucho mejor- Julia se rio entre dientes, luego se estremeció en su conciencia del creciente dolor. Por favor, no, pensó para sus adentros. No dejes que esta sea una de las malas.
-¿Pasa algo?- Le preguntó. Julia estaba muy concentrada en la respiración, tratando de evitar el dolor de cabeza masivo que amenazaba.
-Sólo una cefalea tensional. Los obtengo cuando me siento ansiosa-
-¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? Me gustaría tener un Tylenol-
-Mátame-
-No quiero hacer eso- Dijo Lena -Empiezas a gustarme. ¿Por qué no te acuestas? No puede ser cómodo estar sentada todo encorvada de esa manera- Julia dio al sórdido alfombrado una mirada escéptica.
-No me acostaré aquí, es asqueroso y no hay espacio- El dolor en su cabeza se intensificó, haciendo una mueca. Perfecto, estaba a punto de obtener el peor dolor de cabeza de su vida mientras estaba atrapada en un ascensor con una stripper hermosa, ninfómana y lesbiana que era casi una veterinaria. Ella gimió en su auto repugnancia. Qué perdedora. Antes de que Julia pudiera protestar, Lena se arrastró y le pasó un brazo alrededor de sus hombros -¿Qué estás haciendo?- La voz de Julia sonó fuerte y acusatoria. El choque por el toque de Lena dio paso a la agonía clara, y se agarró la cabeza con las manos. Lena la atrajo más cerca.
-Recuéstate sobre mí, pon tu cabeza en mi regazo y sólo trata de relajarte, ¿de acuerdo?- Apretando los dientes, Julia trató de sacudirse lejos.
-Estoy bien. Regresa a tu propio lado, lo haces peor-
-No, tú eres la que lo hace peor. Si te acostaras sólo te sentirías mejor- Julia soltó un suspiro explosivo. Su cabeza se sintió tan pesada y dolorida que era todo lo que podría hacer para mantenerse en posición vertical. Lena no la soltaba -Deja de pelear conmigo- Dijo, tirando de Julia a su cuerpo suave. Un estremecimiento de placer atravesó a Julia cuando el brazo presionó en los pechos generosos de Lena. Tenía que admitir, que su regazo parecía muy atractivo. En lugar de luchar, se sorprendió al aceptar. Se movió, por lo que yacía la cabeza en el muslo de Lena, estirando las piernas a través de la longitud de la cabina del ascensor.
–Gracias- Susurró a Lena.

Miró la suave piel de sus mejillas, la elegante forma de su nariz, y el verde profundo y sincero de sus ojos. No era bueno, nunca iba a poder descansar mirando aquel rostro. Se volvió a su lado, para darse cuenta demasiado tarde que había rodado por el camino equivocado. El estómago de Lena estaba directamente en frente de ella. Tomó respiraciones cortas, tratando de no pensar en lo cerca que su rostro estaba del espacio entre las piernas de Lena.

-¿Cómoda?- Preguntó Lena en voz baja. Su estómago se movía un poco por debajo de su apretada camiseta mientras hablaba.
-Oh, sí- Hace dos días, le habría parecido imposible estar tan cerca de una mujer tan hermosa. Julia todavía tenía problemas para creer que la pesadilla del ascensor estaba sucediendo realmente. Era el tipo de giro inverosímil de la trama. Eso la hacía poner una mueca cuando estaba leyendo un libro. Gimió cuando la mano de Lena encontró los músculos tensos, anudados entre los omóplatos -Oh, Dios, qué bien se siente- Lena frotó más duro, golpeando en todos los lugares correctos, poco a poco para relajar los músculos torturados de Julia.
-¿Te gusta eso?- Había una tranquila satisfacción en su voz.
-Se siente increíble- Aunque pareciera increíble, Julia sintió que sus músculos se relajaban, y la tensión en la cabeza comenzó a disiparse. Gimiendo, dijo: -Mi espalda me duele, también- Lena se echó a reír y movió la mano hacia abajo a lo largo del camino de la columna vertebral de Julia.
-¿Era una indirecta?- Julia se acurrucó más cerca. Tan pronto como sintió la aceptación de la sensible atención, no podía negar el efecto que esto creaba en ella.

El dolor de cabeza, que era mucho peor que un episodio normal, se estaba desvaneciendo. Una ducha de agua caliente no tenía comparación con las manos suaves de Lena. Y la sensación de ser tocada después de tanto tiempo era poco menos que abrumador. Ella nunca admitiría el anhelo al contacto humano, pero a largo el masaje profundo se hizo más consciente que nunca de lo que había desaparecido al no buscar relaciones con otras personas, pensó que podría evitar complicaciones. Tal vez eso era válido, pero el precio parece alto, y se preguntó si se había estado engañando a sí misma, por las justificaciones para evitar hacer frente a la verdad. Convertirse en una solitaria adicta al trabajo era una forma patética para lidiar con el miedo al rechazo.

-Bueno, estas tan rígida- Dijo Lena -Por lo tanto tensa. No es extraño que la cabeza te esté matando-
-Estoy segura de que en conjunto con estar atrapada en un ascensor- La provocó –Y lo más probable es que el baile erótico no ayudara- Ella no había estado tan mal en mucho tiempo.
-¿Realmente tienes estos dolores de cabeza con frecuencia?-
-Semi regulares- Susurró -Tengo un poco alto el estrés a veces- Para su crédito, Lena no tomó aquel comentario y siguió con ella.
-Esto es exactamente por lo que necesitas salir un viernes por la noche- Dijo. Lena dejó pasar el comentario sin argumentos -Aunque preferentemente no dentro de un espacio de dos metros por dos metros-
-Cierto- Lena pasó los dedos por el cabello de Julia, rascando suavemente sobre su cuero cabelludo. La otra mano continuaba amasando la espalda baja, ya no como un masaje sino como trazos de patrones distraídos.
-¿Cómo está tu cabeza ahora?- Julia resistió la tentación de ronronear. Se sentía como un montón de gelatina.
-Tal vez un poco mejor-
-Puedo sentir que empiezas a relajarte. Mira, no es tan malo aligerar tu tensión. Todo el mundo necesita eso- Lena no tenía ni idea de lo que lo necesitaba.
-Um, ¿crees que podrías continuar por un minuto?-
-Oh, ¿así que realmente te gusta esto?- La voz de Lena era cálida. Amasó a Julia más abajo con intensidad renovada. Olvidando su dolor completamente, Julia luchaba por no llegar al orgasmo allí mismo.
-Esto ayuda definitivamente...-
-Algo para ayudar- Las manos de Lena estaban hechas de magia. Julia estaba tan agradecida por el alivio rápido de su dolor y el placer de los masajes que no trató de censurar sus palabras.
-Se siente tan bien ser tocada- Se dio cuenta de lo que había dicho, y lo patético que sonaba, cuando los dedos de Lena vacilaron durante un momento. Julia entonces cambió para sentarse, pero Lena llevó una mano contra la mitad de su columna vertebral, sosteniéndola en el lugar.
-No te vayas- Dijo -Estoy disfrutando de esto tanto como tú. Aparta mi mente de estar atrapada en un espacio tan pequeño. Además, me gusta la sensación de que estoy siendo algo más que un dolor en el culo-
-¡Oh, siempre has sido algo más que un dolor en el culo!- Murmuró -Una espina en mi costado; un calambre en mi estilo, una…-
-Una canción en tu corazón- Interrumpió Lena -No trates de negarlo... Soy una luz en tu vida-
-Muy bien, tienes razón- Dijo -Tú eres un diamante en bruto para mí- Lena hizo un pequeño sonido de desaprobación -¿No?- Julia miró la cara de Lena, que se cernía sobre ella.
-No. Nosotras estábamos en un papel, pero…-
-Lo arruiné, ¿eh?- Intercambiaron sonrisas bobas -¿Sabes?- Julia rompió su contacto con los ojos –Me siento mucho mejor-
-¿Te fijas?- La radiante sonrisa de Lena la hacía parecer joven e imposiblemente hermosa.
-Supongo que lo hiciste- Julia se sintió avergonzada sobre su contacto continuado, híper consciente del peso y el calor de la mano de Lena que se apoya en su estómago. Ahora que su dolor de cabeza había pasado, su caso grave de nervios volvió. Poniéndose rígida, dijo: -Supongo que debería sentarme ahora-
-Si insistes- Julia lamentó la pérdida de los dedos en su pelo, pero le dio una sonrisa despreocupada a Lena que desmentía su confusión interna. Se acomodó contra la pared, rozando el hombro de Lena. Ella disfrutó de la infusión caliente del lugar donde sus cuerpos se tocaban. Avariciosamente, no quiso dejar ese contacto inocente -¿Quieres que vuelva a mi propio lado ahora?- Le preguntó Lena sin entusiasmo.
-Nah- Julia logró un gesto ausente, al igual que esperaba que Lena no pudiera oír su corazón latiendo como un redoble de tambor -Puedes quedarte aquí, si lo desea.-
-Al menos a tu lado no hace tanto frío- Una risita tonta cosquilleó en la parte posterior de la garganta de Julia cuando Lena se apoyó en ella. Estaban coqueteando, ¿no? Ella disfrutó del pensamiento por un momento, luego recordó algo que borró la diversión vertiginosa en un instante. Mierda. No tengo ni puta idea de cómo ligar. Con el magnífico estilo de Julia Volkova, logró una respuesta severa que no era nada en absoluto a lo que realmente quería decir.
-¿Vienes a por mí?- Lena parpadeó rápidamente.
-Por supuesto que no. Tú no eres lesbiana, ¿recuerdas?- Ah, sí. Reuniendo valor, Julia preguntó algo de repente que necesitaba saber.
-¿Tienes novia?- Lena le dio una sonrisa tímida.
-Te dije que era soltera, ¿recuerdas?-
-Me dijiste que no tenías novio, porque eres lesbiana. Nunca me dijiste que estabas soltera-
-Bueno, estoy soltera. ¿Significa eso que me permites ligar?- A Julia el corazón le dio un vuelco. Se enfrentaba a amenazas, se obligó a continuar la conversación juguetona.
-Pensé que no ibas a venir a por mí-
-Eso fue antes de que me diera cuenta de que te importaba si tenía novia- Dijo -Ahora he decidido admitir que iba a ir a por ti. Un poco-
-Yo nunca dije que me importaba si estabas soltera. Sólo me preguntaba-
-Bueno, ahora lo sabes-
-Ahora lo sé- Julia movió su mirada de fuego con rapidez sobre cada pulgada de la cabina del ascensor en una especie de desesperación por saber qué decir a continuación. Se centró en la mochila de Lena -¿Tienes algún aperitivo en tu bolsa?- Lena le dio una sonrisa de complicidad.
-A lo mejor. ¿Deseas algo en particular?-
-¿Qué tal una agradable rebanada de pastel de cabello ángel con chocolate relleno de crema batida?-
-No lo sé, pero veré que puedo hacer- Lena llegó a través de la cabina del ascensor a su mochila, su parte trasera quedó a sólo unos centímetros de distancia del brazo de Julia. Tenía una forma encantadora, y se le ocurrió lo fácil que sería dar a su culo un agradable apretón. Se estremeció con el choque en sus propios pensamientos. Bueno. Ahora estoy al borde de agredirla. Lena sólo le había permitido tocarla debido a que Scott había pagado por sus servicios profesionales. Julia movió la mano discretamente por debajo de su muslo, atrapándola contra el suelo. No iría a hacer el ridículo ahora. Lena se sentó y extrajo algo de su mochila, preguntando -¿Barra de Special K? Sólo tengo una, es de duraznos y bayas- El estómago de Julia gruñó.
-Serías mi héroe si me dieras un poco. Me he saltado el almuerzo, y no había tenido tiempo de cenar todavía-
-Toma. Es tuyo-
-No puedo hacer eso- Su mano tembló por debajo de su muslo, deseosa de arrebatarle la barra -No quiero quitarte tu única pieza de comida-
-Yo no dije que era lo único que tenía. Tengo un postre que pensé que sería mejor guardar para más adelante- Julia no estaba de humor para ser estoica.
-Está bien- Dijo, tendiéndole la mano. Lena se lo entregó con una sonrisa fácil.
-Eso es probablemente otra de las razones por lo que tienes un dolor de cabeza. No debes saltarte las comidas- Julia giró los ojos y le arrancó la envoltura con gusto. Le dio una mordida sana y masticó, dejando que sus ojos se cerraran por el agradable sabor.
-Esto es ambrosía- Gimió. Lena se rio.
-Mierda, si hubiera sabido que todo lo que se tomaría era un masaje en la espalda y una barra de desayuno, hubiera calmado a la bestia salvaje hace un par de horas-
-En mi caso, lento y fácil es mejor. El abandono del latigazo cervical fue demasiado rápido, a modo de puta causa o eso me han dicho-
-Lento y fácil, ¿eh?- Lena dio a Julia una sonrisa pícara -Lo voy a tener en cuenta-
-Sí, hazlo- Murmuró y rápidamente parpadeó en estado de shock. Ella estaba realmente flirteando. Y si la mirada en el rostro de Lena era una indicación, lo estaba haciendo bien.
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:31 pm

Capítulo IV. Hora seis – 12:00 am

-¿Pero qué…? ¿Tienes crema batida en tu bolsa?- La cara de Lena era de un encantador tono rosado. Ella rompió su contacto con los ojos, mirando hacia el suelo.
-Era... - Julia tenía la sensación de que estaba siendo obtusa, pero sinceramente no comprendía la vergüenza de Lena.
-¿Para el postre?- Preguntó.
-Para mis pechos- Lena buscó en su mochila y sacó una pequeña caja de velas de cumpleaños -Feliz cumpleaños- Julia entregó el bote de crema batida de vuelta a Lena.
-Me ibas a dejar que…-
-Lamerlos. Sí- Empujó el bote de la crema batida y la cajita de las velas en el bolso, sin mirar a los ojos de Julia -Crees que soy un completa guarra, ¿verdad?- Extrañamente, ese habría sido el último pensamiento en la mente de Julia. No, creo que eres un maldito sueño húmedo, pensó. Estaba aliviada de que su sorpresa de cumpleaños había terminado antes de que ella se enfrentara a los pezones cubiertos de crema. La mayoría de la gente probablemente tomaría esa oportunidad e iría a por ella, pero eso la habría hecho estallar. La hizo estallar.
-¿Eso no te hace sentir incómoda?- Preguntó, cambiando el foco lejos de sus propias respuestas -¿Dejar a un desconocido que... ponga su boca en ti?-
-No es como una parte normal de mi acto, ni nada- Cambió de distancia. Fue sólo a unos cuantos centímetros, pero Julia sintió la pérdida -Sólo pensé… una clienta. No sé, pensé que podría ser muy caliente- Estaba claramente incómoda, y Julia deseaba haber sido más discreta. Tratando de hacer que se sienta mejor, dijo:
-Me encanta la crema batida. Y sospecho que es aún mejor cuando se presentan en unos pechos perfectos- Después de haber colocado su supuesta heterosexualidad en duda, esperaba una respuesta burlona, Lena le dio una tímida sonrisa que hizo que la admisión valiera la pena.
-Gracias, Julia- Metió las manos en las profundidades de su bolso y sacó un objeto que hizo gemir a Julia en anticipación. Sacudió con la mano una barra de chocolate Hershey delante de la cara de Julia, preguntó: -¿Hambrienta?- Cuando Julia se acercó para agarrar la barra de chocolate, Lena la alejó.
-Nunca se dijo que el postre sería con condiciones- Suspiró.
-Estoy segura de que lo ganarás. Soy fácil de complacer-
-¿En serio?- Dijo arrastrando las palabras. Maldita sea, el coqueteo era muy divertido -¿Fácil de complacer? Supongo que lo tendré en mente-
-Sí, hazlo-
-¿Algo más? ¿Qué otras maravillas tienes ahí?- Rompiendo en una amplia sonrisa, Lena sacó dos libros un poco maltratados y amados, que entregó a Julia. Esta clavó la mirada en la imagen de la portada donde dos hermosas mujeres se dedican un beso sensual. El título del libro era Historias de la Noche Larga: Una Colección de erotismo lésbico. Al instante se encendió, era incapaz de formar una oración. Cogió el otro libro -Procedimientos de emergencia para el veterinario de pequeños animales- Leyó en voz alta -¿Una lectura ligera?-
-Es una de las clases que tomé. En realidad es un texto muy bueno- Lena tras los libros sacó un estetoscopio, que ella acariciaba con timidez, fingida y seductora -¿Qué tal esto para el entusiasmo?-
-Creo que estamos cubiertas, si queremos jugar al doctor será más adelante- Dijo Julia, sosteniendo su mirada. Lena lanzó un suspiro entrecortado.
-No te burles de las lesbianas.... un buen juego de médico ha sido siempre subestimado- El deseo en la voz de Lena era evidente.
-¿De verdad?- Julia sonrió, cada vez más caliente por dentro -No te emociones demasiado- Dijo dando a Lena un vistazo de soslayo -Tenemos que terminar este primer juego, por lo menos- Lena puso el estetoscopio en la creciente pila de cosas y sacó una bolsa de nylon.
-Una manta en una bolsa, esencial para el estudiante que prefiere el almuerzo en el río entre las clases-
-¿Se puede ajustar de forma real en esa cosa?-
-Sí, es de una cálida lana gris. Tal vez, si eres realmente buena, voy a compartirla más tarde. Si decides que necesitas tomar una siesta o algo así- Miró en su bolso -Eso es todo. No, queda mi billetera- Julia se recostó contra la pared, mirando a su reloj de pulsera.
-Probablemente vamos a estar atrapadas aquí por lo menos otras siete horas, así que estoy pensando que podríamos matar el tiempo cinco o diez minutos con tu cartera-
-Supongo que no tienes una cartera para corresponder con este espectáculo- Julia movió la cabeza.
-Me temo que está en mi oficina- Se adentró en sus bolsillos y sacó el contenido, haciendo un recuento dijo: -Tengo la mitad de un rollo de Life Savers, dos cuartos, el recibo de la magdalena que compré de camino al trabajo esta mañana, y algo de pelusa de bolsillo-
-¿Así que estoy por mi cuenta aquí, con todo para compartir mi vida con un extraño no virtual?- Lena no parecía molesta. Julia movió algo de pelusa en su dirección.
-¿Te sientes tímida ahora después de dejarme sentar a horcajadas en tu regazo y permitirme ver la perfección?-
-Muy bien, muy bien- Lena golpeó el brazo de Julia en broma -Supongo que no tengo secretos- Julia se estremeció, sintiendo la carne de gallina levantar su piel.
-Me estás matando. Van a encontrar a una stripper y una directora de proyecto, muertas aquí mañana por la mañana, seguro- Lena estalló en carcajadas, que rápidamente se sofocó con una mano sobre su boca. Ante la mirada burlona de Julia, se inclinó en ella y jadeó.
-Sólo estoy tratando de entenderte- No dijo nada más, y cayeron en un silencio que parecía latir con la energía sexual. Lena siguió encontrando sus ojos tímidamente, luego miró lejos, todo el rato llevando una sonrisa que sugirió que sostenía algún secreto sabroso. Julia podía sentir su propia mirada apartarse de Lena sin su consentimiento, y cada vez que se reunían con sus ojos, su corazón se aceleraba. ¿Cómo iba a hacerlo durante toda la noche sin hacer el ridículo? La mejor manera, decidió, era seguir hablando de la cartera de Lena.
-¿Es la foto de tu licencia de conducir tan horrible como la mía?- Lena le entregó la tarjeta de plástico.
-Dímelo tú- Julia miró hacia abajo la imagen pequeña de Lena, que no era tan hermosa como la real sentada a su lado en el suelo, pero hermosa, no obstante. No del todo confiada en sí misma para hacer un comentario casual, escaneó los datos obsoletos. Lena Katina. 04 de octubre 1982.
-Jesús, eres un bebé- Lena soltó un bufido.
-¿Desde cuándo tener veinticinco años es ser un bebé?-
-¿Naciste en los años ochenta y te gradúas de la Escuela de veterinaria en seis meses?- Julia se sintió impresionada y al mismo tiempo completamente idiota. Y antes, casi la llamó cabeza hueca. Lena se encogió de hombros.
-Me salté un grado en la escuela primaria. Así que ¿cuántos años tienes, anciana sabia?-
-Veintiocho- Dijo.
-¿Estás flipando por mí por haber nacido en los años ochenta, pero tú sólo tienes tres años más?-
-Son tres años muy importantes- El corazón de Julia comenzó a latir alocadamente. Era tan fácil hablar con Lena. Para bromear, incluso. Ella no podía recordar la última vez que había disfrutado tanto de la compañía de nadie. Ese pensamiento, por decirlo suavemente, la sorprendió. De repente, no podía pensar en una sola palabra que decir. Dejó la boca cerrada y esperó a que Lena rompiera el silencio. Lena pareció darse cuenta de su cambio de humor, porque su sonrisa se desvaneció y por unos momentos se quedó mirando a Julia, un ligero color se elevó en sus mejillas.
-Entonces, ¿qué te parece?- Le preguntó -¿Mi foto es tan horrible como la tuya?- Julia pidió a su corazón que se desacelerase. Acarició el pulgar sobre la imagen.
-No, eres hermosa- Al devolver la licencia, sus dedos rozaron a Lena y ambas exhalaron en el contacto accidental. Completamente deshecha, Julia dijo: -Gracias- Nunca había experimentado un paso así con otro ser humano. Fue un momento real, pensó, nadie podía negar eso. Se preguntó ¿cómo, exactamente una tenía que ir después de un momento así? Al parecer, Lena sabía.
-Tengo una foto de mi gato- Murmuró, moviéndose más allá del silencio cargado de tensión -¿Quieres verla?-
-Se trata de Isis, ¿verdad?- Le preguntó mientras le entregó una foto de una gata negra con la cara como una pantera.
-Sí, me dicen que no se parece a una criatura que debería haber sido adorado por los antiguos egipcios-
-¿El estornudo en su baño de espuma es divino?- Le preguntó. Baño de burbujas. Grandioso. Justo donde yo quería que mi mente divagase.
-No es eso- Dijo Lena -Tiene seis dedos en cada pie y un porte real-
-Muy real. Y muy adorado por un americano moderno-
-Así es- Coincidió Lena -Ella es mi bebé- Cambió la fotografía por otra -Esta es mi madre- Julia tomó la imagen de una mujer delgada y pelirroja con una sonrisa alentadora -Ella era mi mejor amiga- Dijo Lena -Falleció el año pasado- Julia sintió un nudo en la garganta.
-Oh, Lena, lo siento mucho- Lena se encogió de hombros.
-Yo también, ella tenía cáncer. Fue bastante malo, al final, por lo que en cierto modo, era el momento- Julia devolvió la foto de Lena con reverencia en silencio.
-Todavía tengo a ambos de mis padres- Dijo después de un momento -Creo que todavía me siento demasiado joven para perderlos. A pesar de que no soy muy estrecha con ellos- Estudió a su compañera, resistiendo el impulso de acariciar su pelo rojizo -¿Eres cercana a tu padre?- Los ojos de Lena se oscurecieron.
-No- Guardó el retrato de su madre de inmediato -Él nos dejó cuando mamá se enfermó. Tuve que cuidar de ella, él consiguió una nueva esposa, joven, que probablemente se casó con él por el dinero que tenía- Cabrón. Julia experimento una oleada de cólera.
-Eso fue una cagada de su parte-
-Por supuesto- Coincidió Lena. Extendió la cartera abierta y mostró el contenido a Julia -Sesenta y ocho dólares- Julia miraba con fascinación como los labios de Lena se estremecieron por un momento antes de que se rompieran en una sonrisa maliciosa -¿Tienes un dólar?- Julia se sonrojó tan pronto como comprendió la broma de Lena, casi un total de quince segundos después de que su compañera la dijera. Sesenta y nueve. Genial, justo lo que necesitaba pensar. Manejando una sonrisita tímida, dijo:
-Por desgracia, mi billetera está en mi oficina, ¿recuerdas?-
-Oh, sí- Lena se aclaró la garganta y pasó lentamente a través de las partes de plastificados en su cartera -Así que tengo una tarjeta de crédito, mi tarjeta de débito, el registro de votante, mi tarjeta de la biblioteca…-
-Una tarjeta de la biblioteca... Eso es tan, ¿pintoresco?-
-Estoy libresca de esa manera- Lena ofreció un falso seductor aleteo de pestañas -Sabes creo que es sexy-
-Oh, sí- Dijo Julia -Muy sexy-
-Lo sabía- Lena puso las cosas en su mochila, con una leve sonrisa mientras lo hacía. Le ofreció el libro de literatura erótica lésbica a Julia antes de guardarlo -¿Segura de que no quieres una lectura ligera?- Julia se inclinó a través del regazo de Lena y agarró la barra de Hershey del suelo.
-Yo prefiero el chocolate- Lena le dio una palmada a distancia y le arrebató el dulce.
-Tal vez después de ese juego de la verdad que me prometiste- Su sonrisa dulce e inocente era difícil de resistir. Julia sabía que su protesta sonaría débil.
-¿Prometido? Estoy bastante segura de que nunca prometí nada de eso-
-Oye, ¿quieres el chocolate o no?- Julia soltó un suspiro sufrido.
-Está bien- Dijo -Después de verdad o reto-
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:37 pm

Capítulo V. Hora siete - 1:00 a.m.

-¿Alguien limpia este edificio por la noche?- Preguntó Lena. Las mariposas enloquecidas habían tomado residencia en el hueco de su estómago con la perspectiva de terminar su juego e ir a dormir. Sus ojos se sentían pesados, pero sus sentidos estaban inquietos. Ella y Julia habían estado dando vueltas en torno a ellas durante la última hora, manteniendo una charla superficial. Lena había estado tentada a profundizar más, pero Julia era voluble, y tenían que soportar otras seis o siete horas encerradas allí.
-Están en un horario rotativo para las noches del viernes. Esta noche ellos limpian las alfombras en la otra ala- Lena bostezó -El tiempo lo es todo- Se aclaró la garganta –Así que… ¿puedo hacerte una pregunta? Una verdadera pregunta-
-A diferencia de... marear la perdiz- Los ojos de Julia estaban lo suficientemente cerca que Lena pudo ver el pulso débil de las pupilas en el iris de color azul mar. Después de varias horas atrapadas en el ascensor, un mechón del cabello negro de Julia estaba fuera de lugar de su peinado perfecto y caía por su mejilla. Lena quería extender algo la mano para llegar y poner a prueba su suavidad. Había algo indescriptiblemente hermoso en Julia. Ella era de la misma altura que Lena, con una plenitud leve en su cara y un cuerpo tan sensual que hizo a Lena flojear las rodillas. Menos mal que estaban sentadas -Claro, que puedes hacerme una pregunta- Sabía lo que venía -¿Qué quieres saber?-
-Me estaba preguntando, ¿por qué desnudarte?-
-Yo realmente prefiero llamarlo bailar- Tenía su respuesta preparada de antemano -El sueldo es grande y el horario es perfecto, cuando se trata de hacer malabares entre el trabajo y la escuela-
-Pero...- Julia todavía parecía estar llegando a un acuerdo con sus sentimientos sobre el tema.
-¿Es degradante?- Adivinó en respuesta al  gesto de Julia, negó con la cabeza -No estoy de acuerdo. Hago esto por mi propia voluntad, no dejo a nadie hacer algo que yo no quiera que hagan, y me he ganado el dinero suficiente para pagar mis estudios universitarios. Muy pronto voy a ser la doctora Katina, y no puedo envidiar nada, eso me ayuda a llegar allí-
-Supongo que simplemente parece como... no sé. Pareces muy inteligente-
-Yo soy inteligente- Dijo y se encogió de hombros -Es un trabajo. Tengo ganas de marcharme y ser una veterinaria, pero no ha estado tan mal-
-¿Cuánto tiempo lo has estado haciendo?-
-Cerca de seis años- Por primera vez desde que había empezado la conversación, dio a Julia una sonrisa avergonzada -Mucho tiempo, supongo-
-Entonces, ¿haces... generalmente actuaciones privadas? ¿Cómo esta noche?- Lena negó con la cabeza.
-No, en realidad, trabajo en un club. Esta noche es una especie de cosa nueva-
-¿Cómo te encontró Scott?- Le preguntó.
-Empecé la publicidad en una revista de lesbianas un par de meses atrás. Como bailarina privada, disponible para actuaciones para otras mujeres- La mirada de Julia cayó a su regazo.
-¿No haces bailes privados para hombres?-
-No, bailo para los hombres en el club. No me sentiría cómoda haciendo un show privado para un hombre-
-¿Has tenido una gran cantidad de clientes del sexo femenino?- La voz de Julia sonaba tensa.
-Fuiste la tercera- Respondió -Se suponía que sólo era una cosa aparte. Un poco de dinero extra haciendo algo un poco más... divertido- Se aclaró la garganta. Sintiendo una extraña necesidad de justificar su nueva empresa, tomó los bordes deshilachados de un agujero en el muslo de sus pantalones vaqueros -Quiero decir, he bailado para las mujeres en el club antes. Las mujeres vienen más de lo que podrías imaginar. Eso es algo por lo que decidí hacer esto aparte- Julia parecía intrigada, pero incómoda.
-¿No te gusta bailar para hombres?-
-Oh, realmente no me importa- Era todo verdad. Bailar para los hombres era un medio para un fin, y la mayoría de las veces, eran caballeros. Lena había pasado hacía tiempo de criticar sus decisiones en esta área. Tenía superado al desafío, cuando su madre se enfermó y su padre la dejó. Ella era una persona más fuerte por sus experiencias -Quiero decir, hay clientes buenos y clientes malos, ¿ya sabes? Algunos tipos son todo manos, o groseros, o sólo generalmente desagradables. Pero muchos de ellos son realmente dulces. Tengo clientes habituales que entran y sólo quieren hablar, pasar el tiempo conmigo-
-¿Tiene tu club reglas sobre cómo los clientes te tratan?- Lena podía decir lo que pensaba. Ella había tenido similares consideraciones a sí misma la primera vez que pensó en el baile exótico, imaginando quitarse la ropa para los clientes ávidos de un club de striptease de mala muerte.
-Hay reglas, llevamos tangas siempre. Ningún toque. O mejor dicho, podemos tocarlos, pero ellos tienen que guardar sus manos de nosotras- Dio a Julia una tierna sonrisa -En realidad no es tan horrible como sospecho que piensas que es. Hago un montón de bailes de mesa. No me gusta mucho hacer bailes eróticos para los chicos-
-Pero tú eres tan buena en ellos- Julia la adornó con una sonrisa libertina.
-Ayuda cuando el cliente está caliente- La sonrisa de Julia vaciló ligeramente y Lena miró una onda del destello de inseguridad a través de su cara al mismo tiempo, pudo ver que Julia estaba luchando para reagruparse sin dejar ver cómo le afectó el cumplido.
-¿Fue difícil la primera vez? Desnudarse, me refiero. ¿Bailar delante de tanta gente?-
-Sí, claro. Yo estaba casi tan nerviosa la primera vez que bailé como la primera vez que tuve relaciones sexuales- Julia no tenía nada que decir a eso. Sus mejillas estaban rojas -Lloré después, también- Confesó -Una vez llegué a casa. Mi madre estaba allí esperando por mí, y yo no podía dejar de llorar en sus brazos- Se encogió de hombros -Eso fue tan sólo unos meses después de que papá se fue, así que todavía estaba muy abrumada por todo. Mi mamá fue muy buena respecto al baile. Ella sabía que yo lo hacía, quiero decir, y ella entendió por qué sentí que era nuestra mejor opción-
-No tienes idea de lo mucho que me siento como un idiota ahora- Comentó Julia en voz baja -Tenias diecinueve años, sola con una madre enferma, y pagaste tu estancia en la universidad. No voy a pedir disculpas de nuevo, porque sé que lo hemos olvidado, pero quiero decir algo. Creo que eres una mujer increíble siendo tan joven. Suenas como una buena persona-
-Gracias- Lena tenía la impresión de que los juicios de Julia eran más acerca de sí misma que de ella. Pero aun así era agradable escuchar reconocer que se había equivocado -Tengo que admitir, que pensé que eras una idiota hace un rato, pero ya no lo hago. Puedo ver que hay una mujer increíblemente graciosa y agradable dentro de ti-
-Me alegro de que estés convencida- Dijo Julia -A veces me cuestiono sobre ello- Ella sonaba tan triste. Lena no estaba segura de qué decir.
-¿No dejas entrar a muchas personas, verdad?-
-Patético, lo sé- Pareció tan rota. Lena se movió a un tema más seguro.
-¿Dónde fuiste a la escuela?-
-A la universidad de Michigan- Respondió -Ann Arbor. Me gradué hace siete años… Licenciatura en Administración de Empresas- Hizo una pausa, añadió luego -Con una concentración en los sistemas de información de la computadora. Era un programa muy reciente en el momento, pero yo estaba interesada en los aspectos tecnológicos de los negocios. Me atrajo más que la contabilidad, por lo menos, y soy buena en eso. Mi equipo siempre entrega excelentes trabajos. Por lo general, por debajo del presupuesto-
-Me imagino que tus padres están orgullosos de ti también- Dijo Lena.
-Lo están. No hablamos a menudo sobre eso. Están mucho más involucrados con mi hermano menor. Se va a presentar a la escuela de derecho, o eso dice. Ni siquiera puedo imaginar a mi hermano pequeño, como un abogado-
-¿Por qué están tus padres más involucrados con él?- Julia tiró de sus rodillas hasta el pecho y reposó un lado de su cara en ellas.
-Porque él quiere eso. Todavía está muy apegado, siendo más joven y todo eso. Que prácticamente vive allí los fines de semana. Yo tengo mi propia vida, y me gusta que sea así. Yo soy más una persona solitaria, supongo-
-Yo siempre andaba con mi mamá cuando estaba viva- Dijo Lena -Mi papá... Yo no podía preocuparme menos por tener algo que ver con él en este momento. Confieso que no he perdonado completamente lo que él nos hizo-
-Tengo muy buenos padres- Se apresuró a explicar Julia -Yo simplemente no me siento completamente a gusto con ellos-
-Eso está muy mal- Murmuró -Espero que seas capaz de apreciarlos totalmente mientras los tiene- Ella dudó -No estoy tratando de ser morbosa o algo así con lo que digo-
-Entiendo- Los ojos Julia brillaron con sinceridad. Su color era el azul de las olas del mar en verano -Siempre asumo que tendré tiempo para acercarme a ellos, que va a suceder de forma natural. Tal vez tengo que recordar que debo hacer un esfuerzo mayor, mientras siga siendo una opción- Lena parpadeó en su emoción.
-Creo que es una gran idea-
-¿Así que... tu mamá supo acerca de tu sexualidad?-
-Oh, sí. Se lo dije cuando tenía dieciocho años, justo después de que fue diagnosticada con cáncer. Yo lo había sabido durante un par de años antes, pero no estaba fuera. Una vez que me di cuenta de que estaba enferma, ya no podía justificar ocultarlo más-
-¿Reaccionó bien al respecto?-
-Se sorprendió al principio. En ese momento, sin embargo, creo que el que yo fuera lesbiana era la menor de sus preocupaciones- Lena recordó la mirada asustada, perdida que su madre conseguiría a veces en los sus meses pasados, cuando ella creía que nadie miraba. Ahora mismo, el pensamiento sobre aquella mirada, y saber qué tanto de ello era el miedo y la pena sobre la necesidad de decir adiós, hizo a Lena dolerle el corazón -Ella incluso me acusó de planear perfectamente el momento de mi pequeño anuncio. Después de descubrir que tenía cáncer de mama, que no podía manejar una mala reacción por algo de menor importancia como que a su bebé le gustaran otras chicas- La risa de Julia sonaba nerviosa más que divertida.
-¿Por lo tanto, fue bastante menos doloroso? ¿Al salir?-
-Yo lloré ese día, también, considerando todas las cosas. Sí, fue menos doloroso- Lena no tenía ganas de entrar en detalles -Entonces, acerca de ti, ¿cómo reaccionaron tus padres cuando les dijiste que eras heterosexual?- Julia se rio.
-Sabelotodo-
-Si te gusta llamarme así-
-Te gusta serlo- Disparó Julia después -Así que, ¿sabe tu padre también?- Ella no podía salir del tema, pensó Lena.
-Lo sabe, y su opinión realmente no me importa-
-Tiene que importarte un poco- Julia pareció perpleja -Lo que piensan tus padres siempre importa, por lo menos un poco-
-Mi padre perdió el privilegio de tener una opinión que importa cuando abandonó a mi madre en el momento que más lo necesitaba- Dijo –Mi mamá me amó y me aceptó, y al final, eso es lo que realmente importa. ¿Quieres pasar a un tema más ligero?- Preguntó alegremente -¿Lista para alguna verdad más o te atreves ahora que he hablado de los tres momentos más aterradores de mi vida?-
-Tal vez- Julia fue marcando sus dedos -Perder tu virginidad, trabajar tu primera noche en un club de Striptease, y salir del closet con tu mamá. ¿Son esos?-
-Creo que esto es más que suficiente. Y ahora es tu turno-
-Estoy cansada-
-Oh, vamos. Hablar conmigo no ha estado tan mal hasta ahora, ¿verdad?-
-No creo que hayas estado haciendo preguntas realmente difíciles- La sonrisa de Julia era nerviosa -O dame un reto-
-Prometo ser agradable- Lena pestañeó inocentemente.
-Estoy preocupada acerca de tu definición de agradable- Algo sobre la ansiedad tímida de Julia hizo al cuerpo entero de Lena hormiguear. Ella parecía tan dulce, casi tímida, pero Lena sintió la mujer sexy y juguetona por debajo de la parte exterior reservada. Rindiéndose a un sentido de la travesura, murmuró roncamente:
-Nunca he tenido a nadie que se quejase de mi definición de agradable antes- Julia la miró con una mezcla de emoción y miedo.
-Bueno, juguemos- Dijo con voz ronca. Julia no sabía cómo había llegado a ese punto. Estaban hablando entre sí, finalmente como si no tuvieran nada que perder. Sacudió la cabeza, entre los picos de la emoción intensa y el miedo absoluto -¿Con cuántos sujetos te has acostado?- Preguntó. Julia se sorprendió al instante por el sentimiento de propiedad que pasó por su mente. No quería imaginar a Lena con un hombre. Ya era bastante malo imaginar su baile para ellos. Trató de imaginar a Lena moviéndose en contra de otra mujer de la manera que lo hacía cuando estaba en su regazo antes. Esa idea no ofreció consuelo. Toma el control, pensó. Lena era una hermosa y joven con los pechos perfectos y un cerebro a la altura, y ella era una virgen renacida de veintiocho años que podría tener la posibilidad de perder quince libras. Lena la estaba mirando de forma extraña y Julia se dio cuenta de que su respiración era audible. Tosió de vergüenza. Lena se acercó y le dio unas palmaditas en la espalda un par de veces. El choque de su toque suave fue suficiente para empezar a respirar de nuevo, aunque con voz temblorosa
-¿Estás bien?- Le preguntó -Si estás cansada podríamos tratar de dormir- Como si pudiera dormir con la idea de jugar a verdad o reto con esta mujer flotando en su mente. Julia sintió como si estuviera bajo el microscopio. La sensación la ponía nerviosa.
-Estoy bien- Mintió. Lena permaneció en silencio durante unos momentos, y luego contestó a la pregunta.
-Ninguno, en realidad. ¿Y tú?-
-Uno- Podía ver a Lena hacer los cálculos en su cabeza. 28 años. Un hombre. No es muy impresionante para una heterosexual. Aliviada de no ser presionada por seguir siendo informada, desvió la pregunta hacia Lena -Entonces, ¿con cuántas mujeres te has acostado?-
-Tres- Respondió sin vacilar. Julia se sorprendió, había esperado que el número fuese mayor.
-¿En serio?-
-Sí, de verdad. ¿Shock?-
-No- Mintió. Lena soltó un bufido.
-¿Verdad o reto, Sra. Volkova?- Julia trató de ignorar la punzada en su clítoris por la forma en que Lena murmuró Sra. Volkova, sonaba como algo que vino de lo mejor de sus fantasías con ayudantes ejecutivas, en las cuales ella violaba a una subordinada atractiva sobre el gran escritorio de roble de su oficina.
-La verdad- Dijo con voz áspera.
-¿Qué edad tenías cuando perdiste tu virginidad?-
-¿Esto va a ser todo sobre sexo?- Se quejó. No es que no se lo esperaba, pero en conjunto con "mentir era vergonzoso", el plan parecía cada vez menos viable con esos dulces ojos verdes mirándola -Te dije que no me gusta hablar de estas cosas- Lena le acarició con la punta de los dedos a través de una de las muñecas, una rápida y tierna caricia que salió de la nada y terminó después de sólo un momento. Ella le dio una sonrisa alentadora.
-Nunca tendrás que volver a verme después de esta noche. ¿Por qué no darme una oportunidad? Prometo ser buena- Julia se vio frustrada por lo caliente que su rostro se puso, y en un esfuerzo por superar el peso de su propia personalidad, respondió:
-Yo tenía diecisiete años. Él era mi novio de secundaria. Jason- Se vio obligada a dejar de hablar cuando se había dado cuenta que superó la pregunta formulada. Jesús. Deja algo para que ella lo averigüe.
-¿Ves? No hay nada de qué avergonzarse- Julia se rio.
-No has oído la historia todavía. ¿Verdad o reto?-
-¡Oh, qué demonios!, verdad una vez más- Dijo Lena –Golpéame-
-¿Cuántos años tenías?- Le preguntó -¿Cuándo perdiste tu virginidad?-
-Yo tenía dieciocho años- Dijo Lena -Fue una cosa de una vez con mi pareja en el equipo de debate durante la licenciatura. Hemos compartido una habitación de hotel durante la final del torneo ese año... y una cama de matrimonio- Tengo que pedirle que me cuente la historia en su siguiente verdad, reflexionó Julia.
-Hazme otra pregunta-
-¿Fue bueno?- Preguntó -¿Con Jason?- Julia arrugó la nariz.
-Sólo lo hice dos veces-
-¿No fue lo suficientemente bueno para hacerlo una tercera vez?-
-No realmente- Admitió. Lena miró como si quisiera hacer otra pregunta, pero en cambio, asintió con la cabeza.
-¿Por qué no me das un reto en esta ocasión?- El corazón de Julia dejó de latir durante medio segundo. Ahora no era un buen momento para recordar que ella no sabía cómo jugar este juego. Hacer preguntas era fácil, tratar de llegar a un reto que no sea totalmente extraño o molesto para alguna de ellas era otra historia -Comienza con algo fácil- Sugirió Lena -Algo tonto- Julia recordó uno de los únicos juegos de verdad o reto que había restado importancia cada vez cuando era adolescente, durante la fiesta de 16 cumpleaños de Krista Donnelly.
-El reto es que juegues el resto del juego sin sujetador- Lena brilló, tirando de su brazo en su camisa e inició el complicado proceso de desenganchar su sujetador debajo de su ropa.
-Pensé que te sentías como si estuvieras siendo observada cuando no lo llevo-
-¿Rechazas realizar el reto?- Le preguntó -Estoy bastante segura de que hay consecuencias para ese tipo de cosas-
-Obviamente, yo no me niego, ¿quién crees que soy?- Se deslizó el sujetador de encaje negro por debajo del dobladillo de su camiseta y se lo entregó a Julia cubriéndolo con ambas manos -Creo que según las reglas eres ahora la orgullosa propietaria de esto durante la duración del juego- Julia comprobó los pechos desenfrenados de Lena. Su camiseta los abrazó del modo más delicioso, y entre esto y el olor sutil del perfume del sujetador en su mano, se sintió absolutamente vertiginosa -Entonces, ¿y tú?- Le preguntó. Sus pezones se endurecieron bajo la mirada fija de Julia, pero si ella era consciente de ello, no lo demostró. Su pálida camiseta amarilla dejó poco a la imaginación.
-Reto- Julia dio un paso de verdadero valor.
-Te reto a que me des un abrazo- Dijo –Ambos brazos y por lo menos treinta segundos de duración- El reto sacó el aire de Julia. ¿Un abrazo? Sintió una humedad embarazosa entre sus piernas.
-¿Un abrazo?- Lena asintió con la cabeza, levantándose sobre las rodillas.
-He estado esperando para darte un abrazo. Ahora es mi oportunidad y la estoy tomando-
-Jugando sucio, ¿eh?- Entumecida, Julia se levantó.
-Oh, no sabes lo sucio que puedo jugar- Lena extendió su brazo en la invitación. El movimiento hizo sobresalir sus pechos contra su camiseta, lanzando sus pezones erectos de relieve rabiosamente por debajo del delgado algodón –Vamos- Habían pasado seis meses desde que Julia había abrazado a nadie, y el único había sido su padre. Ella estaba llena de incertidumbre, envolvió sus brazos alrededor de Lena, sosteniéndola como si habría sido hecha de porcelana fina… Se sentía torpe, lerda, y tímida sobre la blandura relativa de su cuerpo presionado contra la flaqueza firme de Lena –Relájate- Murmuró en su oído. Se llevó una mano hacia abajo para presionar contra la parte baja de la espalda de Julia, sosteniendo su final, y trasladó la otra hasta la cuna de su cuello y acarició su pulgar sobre la nuca -¿Esto es agradable, verdad?- Julia cambió ligeramente, con miedo por el modo que su corazón tronaba contra el pecho de Lena. Trató de recordar la cuenta. Treinta segundos tardaban mucho -Deja de desearlo- Reprendió Lena... Se echó hacia atrás, pero mantuvo su brazo alrededor de Julia en un círculo abierto -Espero que todo esté bien. Simplemente... Parecía que necesitabas un abrazo- Tiró hacia atrás con un gesto, Julia deseaba poder haber simplemente dejado de pensar y disfrutarlo. Con las emociones cercanas a la superficie, optó por zambullirse de nuevo en su juego. Verdad esta vez, tuvo la oportunidad de escuchar acerca de la primera vez de Lena con su compañera de debate. A cambio, le contó sobre Jason. Por primera vez, admitió lo horrible que era, y torpe. Ahora Lena realmente sabía más de ella que cualquier otro. Julia quería mantener esa marcha.
-¿Cuántas relaciones serias has tenido?-
-Sólo una- Dijo Lena -Ash. La conocí en la escuela y estuvimos juntas durante unos dos años y medio. Ella no estaba dispuesta a comprometerse, y llegó a ser demasiado para ella para hacer frente. Pasaba mucho tiempo cuidando a mamá, llevándola de ida y vuelta al hospital para recibir quimioterapia...- Se encogió de hombros -Yo no estaba preparada para centrarme en una relación, tampoco. Pero amé a Ash, y mucho. Estaba devastada cuando se terminó-
-Lo siento- Admitió Julia. A pesar de que estaría mintiendo si fingía lamentar que Lena estaba sola ahora. Dándose una bofetada mental, Julia invitó a otra verdad. La boca de Lena asumió una sonrisa cariñosa.
-Si pudieras cambiar algo de tu vida, ¿qué sería?- Julia apenas tenía que pensar antes de contestar.
-Tener menos miedo- Miró hacia abajo después de que dijera las palabras, consciente de cómo sonaba.
-¿Miedo de qué?- Lena mantuvo sus manos cruzadas en su regazo, con compasión en sus ojos extendió la mano y envolvió a Julia en un sentimiento de seguridad y calma. Julia se encogió de hombros, aunque ya sabía la respuesta.
-A ser yo misma, supongo- Lena la sostuvo por un momento. Julia pudo ver a su mente mientras trabaja, se miraron la una a la otra. Tampoco dijo nada por un instante.
-¿Lo estás siendo en estos momentos?- Finalmente murmuró -¿En este preciso momento?- Julia no se había sentido normal, ya que habían quedado atrapadas en el ascensor. Podría decirte lo que me pidas ahora mismo, pensó.
-Supongo que sí-
-¿Y antes?- Julia movió la cabeza.
-No completamente- Lena extendió la mano para descansar las yemas de sus dedos en la rodilla de Julia...
-¿Por qué tengo la sensación de que esas partes de ti que me gustan son las que yo he visto cuando estás siendo tú misma?- El calor inundó la cara de Julia. Debo parecer la más torpe, ruborizándome, y una idiota incapaz de expresarme en el mundo en estos momentos, pensó -¿Me haces un favor?- Lena levantó su mano de la rodilla de Julia -Sé tú misma. Esa es con la que yo quiero estar atrapada en un ascensor esta noche. La verdadera Julia Volkova, no sólo a la mujer que quieres que yo crea que eres- Por el gesto nervioso de Julia, le preguntó -¿Tienes miedo?- Por supuesto, sentía estragos en el interior. Su voz "para otras personas", cuando supo, era mucho más moderada que su voz interior.
-Un poco- Lena sostuvo su mirada fija.
-No tengas miedo, ¿de acuerdo? Realmente me gustas. Estoy pasando un buen rato esta noche… aunque extraño-
-Yo también- No había vuelta atrás. Julia sabía que Lena no detestaba estar atrapada allí con ella. Al admitir la verdad sintió como el circulo se cerraba -Tengo otra pregunta-
-Pregunta lo que quieras- Julia habló desde su corazón.
-¿Qué buscas en una mujer? Quiero decir, ¿qué te resulta atractivo en una cita potencial? ¿En qué te fijas por primera vez?- Lena seguía mirando a la cara de Julia
-Ojos- Dijo -Lunares... son un plus. Labios. Me gustan... morenas y rubias- ¿Los lunares son un plus? Pensó, sintiendo cada una de las marcas marrones salpicadas por su cuerpo ardiente. ¿Morenas? -Me gustan las mujeres inteligentes- Continuó Lena -Las mujeres motivadas. Un buen sentido del humor. Considerada. Dulce, por lo menos conmigo. Me encanta una mujer que le encante el sexo, tanto como algo íntimo para compartir, y también divertido de hacer- Julia escuchaba con gran atención. Inteligente: comprobado. Motivada: comprobado. Sobre otras cosas: no estaba tan segura -Estoy buscando a una mujer que esté interesada en mí. Sólo en mí. Quiero encontrar a alguien con quien pueda pasar un domingo en su casa, o sentarnos a cenar después del trabajo, y hablar de nuestros días. Alguien que haga divertido ir a la tienda de comestibles, sólo porque estoy con ella- Lena dejó de hablar y levantó una ceja a Julia -¿Crees que estoy buscando demasiado?- Julia movió la cabeza.
-Te mereces encontrar lo que quieres, y creo que está ahí fuera- De hecho, estoy tan celosa de ella que torcería el cuello de esa perra en un latido del corazón. La mirada de Lena parecía enfocada hacia el interior, y una incertidumbre extraña cruzó su rostro. Vacilante, dijo:
-Julia, lo siento mucho por lo que dije antes. Acerca de echar un polvo, y cuánto tiempo podría haber pasado. Estaba cabreada contigo. Dije una estupidez- Hizo una pausa, sus ojos verdes estaban preocupados -¿Realmente ha sido desde tus años de estudiante que estuviste... con alguien?-
-Sí- Era una admisión embarazosa, que nunca había hecho a nadie en voz alta.
-¿Por qué?-
-No lo sé- Dijo y era la verdad en cierto modo, no lo sabía. Se supone que nadie estaría interesado. Y dado que su única experiencia había sido  poco satisfactoria, ¿por qué se ponerse allí? ¿Por qué abrir su corazón para el rechazo? Después de estas últimas horas con Lena, parecía un razonamiento débil por haberse aislado del placer de conectar con otro ser humano. Quiso darse un puntapié por gastar tanto tiempo teniendo miedo. ¿Cuándo había sido la última vez que se había sentido tan feliz como lo hizo en este momento? Al diablo con eso. A partir de ahora, estaba decidida a dejarse llevar y disfrutar de esto.
-Creo que es hora de inyectar un poco de frivolidad en este juego- Dijo Lena -Dame un reto- Frivolidad, de acuerdo. Julia consideró por un momento, luego se rompió en una sonrisa maligna.
-Bien, entonces. El reto que me enseñes, sobre la ropa, ¿cómo te masturbas?- El estómago le daba vueltas en la anticipación placentera por el pensamiento -Y... fingir un orgasmo al final- Los ojos de Lena se estrecharon.
-Oh, ya veo cómo es. Conseguir algo bajo y sucio, ¿no? Lo voy a recordar cuando sea mi turno de repartir los retos- Julia se sintió extrañamente excitada por la promesa. Mal del estómago, pero emocionada.
-Menos quejarse, más cumplir- Lena desabrochó su mochila, sonriendo cuando retiró su manta de un bolso.
-¡Oh!, una mujer que sabe dar órdenes- Ronroneó con un guiño provocativo -Es otra de las cualidades que busco- Julia sonrió como una tonta. Un rubor, sudoración, tan húmeda que daba miedo.
-¿Necesitas la manta para esto?-
-Bien, tengo que acostarme. Y si voy a acostarme aquí, usaré la manta- Julia lamió sus labios.
-Hecho- Lena extendió la manta en la mayor parte de la cabina del ascensor, dejando a Julia sentada en una tira expuesta de la alfombra. Lena se arrastró a través de la manta en sus manos y rodillas, estiro cada esquina. Luego se extendió sobre su espalda con gracia felina. Julia tenía una vista perfecta de la perfección de la forma delgada de Lena. ¿Cómo estaba con una mujer que parecía que jamás podría darle la hora?, ella nunca lo sabría. Con una risita tímida, Lena abrió las piernas, plantó un pie en la manta y la rodilla levantada a un lado.
-Bueno, por lo general me pongo de esta manera. Y en general, uso las manos. A veces, si estoy muy caliente, tal vez utilizo un consolador… también- Julia contuvo su respiración, desesperada por no pasar y perderse lo que Lena haría después. Lena comenzó a reír otra vez, por lo que sus palabras eran más difíciles de entender -Dios, esto es raro, deberías esperar que yo no me atreva a hacer algo como esto. Realmente... No sé. ¿Crees que yo ya estaría acostumbrada a realizar esto para un auditorio, verdad?-
-Esto es más personal- Reconoció Julia -¿Quieres dejar el desafío?- En el interior, cantaba, “por favor, no pares, por favor no te detengas”. Lena negó con la cabeza.
-No quiero decir que soy el tipo de mujer que se niega a un desafío- Movió una mano abajo para apoyarse en la entrepierna de sus jeans -Yo, uh. Me gusta usar dos dedos y, umm... sólo para frotar mi clítoris de este modo- Asombrada, Julia vio como Lena comenzó simular acariciar un círculo perezoso directamente sobre la costura de sus pantalones vaqueros. Increíble. Ella en realidad estaba fingiendo masturbarse. Le tomó todo lo que tenía para no frotar las manos con regocijo -Y también me gusta...- En lugar de terminar la frase, Lena dejó descansar la mano libre en el pecho izquierdo. Con Julia mirando con fascinación cuando levantó la mano unas pulgadas en el aire, y luego se agachó para agarrar el pezón erecto entre las puntas de los dedos. Este contacto no fue simulado, y arrancó un gemido de ambas mujeres.
-Sí- Graznó Julia –Lo entiendo- Se movió, más consciente que nunca de su propia humedad -Así que, eh, el orgasmo-
-Ah, sí. El orgasmo- Lena continuaba dando la vuelta con los dedos en el aire sobre la costura de sus pantalones vaqueros. Soltó el pezón, puso su mano plana sobre el pezón erecto, ahuecando el pecho a través de su camiseta. Comenzó a empujar las caderas hacia arriba con ritmo sensual, en cumplimiento a las caricias de sus manos ocupadas. Comenzó un gemido bajo que envió temblores por el cuerpo de Julia. Con la boca abierta, Julia miró a Lena hacer el espectáculo más sexy y más intenso que había visto alguna vez, logró pensar. Tenía los ojos pegados a la cara emocionada de Lena y sus labios llenos, separados, merecedores del precio de admisión -Ah, Dios, Julia- Jadeó Lena, empujando sus caderas otra vez, esta vez realmente haciendo sus dedos entrar en contacto con la costura de sus vaqueros. Ella gimió, un ruido genuino de placer la sorprendió, y volvió su cabeza hacia Julia -Voy a correrme, Julia. Voy a hacerme correr- Cómo deseaba Julia que fuera cierto. Las caderas y las manos de Lena estaban en constante movimiento, y mantuvo los ojos fijos en el rostro de Julia como restando importancia a su rutina más privada. Su gemido era fuerte y ronco, por lo que Julia se preguntó si las amantes de Lena se habían dado cuenta de lo afortunadas que eran para causar un sonido como ese. Con la espalda arqueada y la mano presionada con fuerza entre sus piernas, Lena lanzó un grito en la liberación extasiada, simulada. Sus palabras no tenían sentido, rotas por suspiros y gemidos, que se apagaban mientras su cuerpo se relajaba y volvía a descansar en la manta. Su pecho subía y bajaba rápidamente, como si estuviera realmente luchando para recuperarse de un orgasmo demoledor. Exhalando, volvió la cabeza y le sonrió a Julia -¿Cómo estuvo?-
-A fondo- Julia logró una tos nerviosa.
-Bien- Lena se sentó y llevó la mano que ella utilizo en su pequeña demostración a su boca. Hizo un guiño, abrió los labios y apretó dos dedos en su boca, chupando como lamiéndolos para limpiar sus jugos. El coño de Julia se apretó a la vista, envío una sacudida de placer deslizándose por la espalda. Ella hizo un ruido estrangulado en su liberación de sorpresa, sobresaltada por haberlo experimentado sin ser tocada. Los ojos de Lena destellaron, como si supiera lo que ella acababa de causar -¿Verdad o reto?-
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 3:50 pm

Capítulo VI. Hora ocho. 2:00 a.m.

-¿Te encendió esto?- Preguntó con aire inocente, que hizo a Julia olvidarse de fingir lo contrario.
-Sí, ¿cómo no podría?- Contestó sinceramente. Se sintió arriesgada, pero emocionada de ser la verdadera Julia para variar.
-Tu turno- Dijo Lena. Julia pensó por un momento. ¡Ah, diablos!, ¿qué es lo que realmente quieres saber? Con un temblor de emoción, le preguntó a la joven:
-¿Qué te gusta? Sexualmente, quiero decir- Lena rompió en una sonrisa tonta.
-Podría ser más fácil para mí decir lo que no me gusta- ¿Podría posiblemente ser más atractiva?
-Tenemos el tiempo en nuestras manos- Dijo Julia, sorprendida por la invitación de su voz gutural -¿Qué es lo que realmente te gusta?, tus cosas favoritas-
-Me encanta ir hacia abajo en una mujer. Me encanta- Julia luchaba por respirar, imaginando una entusiasta Lena trabajando en ese acto en particular. Entre mis piernas. Se dejó disfrutar de la fantasía.
-¿Qué te gusta que te hagan a ti?- Esto no podría preguntarle, pedirle a un extraño respuestas íntimas, explícitas. Era casi demasiado tímida como para preguntarle lo que le gustaba o necesitaba. Cuando Julia no sabía exactamente cuando había decidido alejarse de la inevitabilidad de estar sola para siempre. Después de pasar tanto tiempo haciendo caso omiso de sus propios deseos, conformándose con una vida de fantasía activa en vez de nada real, estaba de repente lista para arriesgarse en lo que podría suceder esa noche. Era su cumpleaños, y dejarse ir fue un regalo a sí misma. Estaba atrapada en un ascensor con una magnífica mujer de espíritu libre, brillante, y ella estaba feliz, cómoda, y dolorosamente encendida. Todas las apuestas echadas, y más que nada, quiso ver donde esto iría.
-Me gusta ser lamida, también- Dijo Lena -¿O buscas algo más pervertido?-
-¿Hay algo más pervertido?- No iba a dejar pasar una oportunidad para descubrir los trapos sucios, Julia dio una cabezada vigorosa -Pervertido es bueno-
-Me gusta- Lena la miró con desafío débil -Ser azotada- Julia luchó para no desmayarse en ese mismo momento.
-¿Azotada?- La mano delgada de Lena, de largos dedos rozaba sobre la parte superior de la manta de lana gris. Recogida en una esquina, luchaba contra lo que parecía ser una sonrisa incontrolable.
-Cuando estoy siendo follada. O al igual que los juegos previos ¿sabes?- Las fosas nasales de Julia llamearon en la excitación. Algo sobre aquella idea la hizo respirar con dificultad.
-Azotes en el trasero, ¿quieres decir?-
-No sólo mi trasero. Me gusta...- Ella se cubrió la cara con una mano, riendo un poco -¿Por qué me siento tan avergonzada de hablar de estas cosas en este momento?- Guarda tu vergüenza, pensó. Tengo que escuchar esto.
-¿Dónde más te gusta ser azotada?- Hubiera querido tener a su planificador Franklin, para que pudiera tomar notas.
-Mis pechos- Lena cruzó los brazos hacia arriba, sosteniéndose ella misma. El gesto la hacía parecer dolorosamente vulnerable -Y mi coño- Murmuró tan silenciosamente, que Julia se encontró inclinándose más cerca para oírla. Gracias a Dios que estaba sentada. Se sentía mareada.
-¿Así es el grado de tus deseos pervertidos? ¿Ser un poco azotada?- Lena descruzó sus brazos, dando a Julia una visión agradable de sus pezones cubiertos de algodón. Se pasó una mano por el pelo, una tímida sonrisa estampada en su rostro.
-Bueno, también me gusta cuando una mujer me habla sucio, mientras que ella está... ya sabes-
-Azotándote- Julia lanzó un silbido -Eres un bicho raro- Lena se rio.
-Supongo que lo soy- Levantó una ceja ante el reto de Julia -¿Eso te enciende?- Julia volvió a toser. Maldita sea, ¿iba a salir de allí con un resfriado o algo así?
-No voy a responder esa pregunta-
-¿Así que quieres un reto en vez de la verdad?- Dijo directamente.
-Claro- Se dejó llevar, después de todo. Lena se agachó y tomó su libro de bolsillo de literatura erótica de su mochila, lo sostenía con una sonrisa.
-El reto es leer dos páginas de mi elección. En voz alta- Su sonrisa creció -Para mí-
-No hay problema- Julia se preguntó de dónde venía su renovada confianza. Ahora que se había dado permiso para jugar a esto, las palabras sólo fluían bien dirigidas por un desconocido en su interior. Con una sonrisa pícara, Lena hojeó las páginas del libro, ojeó el texto.
-Comienza aquí- Dijo -Página ochenta y tres- Julia cogió el libro y rápidamente exploró unas pocas líneas. Caricias calientes y pesadas. Maravilloso.
-Me llevas derecho a la parte buena, ¿no?- Lena plantó las manos detrás de sus caderas y se echó hacia atrás, con los pezones todavía duros contra la pálida camiseta amarilla.
-Por supuesto- Un poco nerviosa, Julia comenzó a leer en voz alta.
-“Levanta los brazos, susurró Reed detrás de mí. Encontré sus ojos en el espejo, emocionada más allá de toda razón”- Esto era mejor que cualquier fantasía que había tenido nunca. Hizo una pausa deliberada. No estaba segura de cómo iba a mantener la voz firme a través de ambas páginas o cuánto tiempo más sería capaz de guardar su necesidad intensa de besar a Lena.
-Sigue leyendo-
-“Yo levanté los brazos en el aire. Reed levantó mi camiseta sobre mi cabeza, sacudiéndola en el suelo al lado de nosotras. Ella se quedó mirando mis pechos desnudos en el espejo por un momento, antes de llegar alrededor para cubrir uno con cada mano. Ella alzó los ojos hacia los míos otra vez, y entonces se inclinó para acariciar el cuello con su nariz. -Son tan hermosos- murmuró Reed”- Julia hizo una pausa, secándose la frente con los dedos. Frente a ella, Lena dijo:
-Continúa- El modo que su boca se movió hizo las palabras borrosas ya que la lengua de Julia entró en el camino.
-“-Gracias-, le susurré -tus manos se sienten tan bien- Reed mordió mi lóbulo de la oreja. -Se sentirán mejor en un minuto- Dijo, dejando mis senos con un último tirón en cada pezón, deslizó sus manos hacia abajo por mis costados para apoyarse en mi cintura. Ella guardó los dedos rizados de su mano izquierda alrededor de mi estómago mientras movió la otra mano hasta hacer presión entre mis omóplatos –nena- Tragué, ya que mi garganta estaba totalmente seca. Era como si Reed había aprovechado todas las fantasías que había tenido acerca de ella. Mis piernas temblaban mientras yo obedecía sus órdenes tranquila, inclinándome para descansar el brazo sobre el mostrador del baño al lado del fregadero. Mantuve mi cabeza en alto, mirando a los ojos”- Julia estaba al tanto de la forma en que Lena se movió un poco y de un cambio en la cadencia de su respiración. Lentamente, se preguntó si tenía un par de bragas de recambio en su oficina. Las necesitaría cuando saliera de allí. Siguió leyendo, haciendo que su voz sonara baja y suave, en un esfuerzo para disimular su propia excitación, que se hacía cada vez mayor –“Sin decir una palabra, Reed agarró la cintura de mi pijama y tiró debajo de ellos hasta que cayó al fondo alrededor de mis tobillos. Yo estaba completamente expuesta, vulnerable, mojada por la excitación. Mi respiración se levantó hasta que yo estaba casi jadeando -Tienes que salir de ellos, dulce niña- Ordenó Reed. Hice lo que ella me pidió, todavía inclinada sobre el lavabo. Mientras miraba, ella bajó los ojos y echó al fondo de mi pijama, enviándolos a través del piso a la pared. Cuando sus ojos se movieron de nuevo, fue a mirar entre las piernas”- Julia dejó de leer y miró a la mitad de la página que se ha dejado ir -Esto es sólo cruel- Se quejó. Lena la despidió con un gesto complaciente.
-Sigue adelante. Esto se está poniendo bueno- Julia exhaló con voz temblorosa. El resto de la segunda página parecía todo tan incómodo como la primera. Y esta vez no pudo ocultar su excitación. Le temblaba la voz mientras leía.
-“-Estás mojada- Murmuró Reed. Jadeé cuando fuertes dedos se agacharon y agarraron mis nalgas, destrozándome y abriéndome a su mirada fija acalorada. -Yo estaba pensando en ti- Susurré. Dejé caer la cabeza cuando dos yemas de dedos penetrantes remontaron abajo sobre mis labios, y luego encontró mi apertura con facilidad infalible. –Yo estaba pensando en ti, también- La voz de Reed era baja y ronca, a diferencia de cómo yo la había oído alguna vez antes. Toda la restricción entre nosotras había desaparecido. En su lugar era el hambre cruda, conduciendo ambas de nuestras acciones… -Acerca de esto- Dijo Reed, y luego llevó un dedo dentro de mí con una lentitud insoportable”- Julia parpadeó, mirando el final de la página. ¿Eso fue todo? Vaya manera de dejarme colgada.
-Puedes seguir adelante, si quieres saber lo que pasa- Dijo Lena -Te veías como si estuvieras entrando en ella-
-Está bien así- Julia devolvió el libro. Después de un momento de indecisión, miró de reojo a Lena -Tal vez más tarde- El sorprendido deleite de Lena la hacía feliz porque ella había decidido ser juguetona.
-Todos estos retos me están poniendo cachonda- Dijo Lena -Voy a tener que ir con la verdad por un tiempo- Julia lanzó una risa temblorosa.
-Ahora estás tratando de hacer que me sonroje-
-Tal vez- Lena se echó hacia atrás hasta que pudo sostenerse en los codos, que se extendieron a través de la manta de lana -¿Está funcionando?- Resoplando en la diversión, Julia cambió de modo que pudiera acompañarla.
-¿Te sientas aquí?- Lena se deslizó otra vez, acariciando el espacio a su lado -Es todo tuyo-
-Cool- Julia se instaló al lado de Lena y le dio una sonrisa de soslayo -Así que... ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?-
-Hace unos ocho meses. Empecé a ver a alguien, no mucho después de la muerte de mamá. Dormimos juntas un par de veces, pero...-
-Pero, ¿qué?- Lena se encogió de hombros.
-Yo estaba buscando algo estable. Ella estaba buscando a alguien para follar, a veces-
-Oh- Dijo Julia -No me gusta ser sólo para follar- Rompiendo en una pequeña sonrisa, Lena agregó:
-No me malinterpretes, ella era buena. Muy buena, incluso. Incluso hablaba algo sucio cuando...- Ella se estremeció y permitió una breve sonrisa, juguetona -Dios, sí que era buena en eso-
-Oh- Julia se preguntó si ella podría hacer temblar a Lena también con sus palabras, ¿te gusta que te digan que eres una chica mala? ¿Que se siente bien follar tu coño apretado? Sonrojándose, ella hizo retroceder su atención a lo que Lena decía.
-No puedo tratar de ser una de las muchas. Yo no me di cuenta de que lo era hasta que fui a su casa una noche y la encontré con otra persona. Si hubiera dejado en claro cuál era la situación, hubiera sido una cosa. Pero no lo hizo, y ese tipo de sorpresas... no son divertidas en absoluto-
-Ella se lo pierde- Murmuró Julia. Lena soltó una carcajada de sorpresa.
-He tenido el mismo pensamiento, más de una vez- Ella dio a Julia una sonrisa cariñosa -¿Verdad o reto, mi defensora?-
-La verdad otra vez- El interior de Julia se calentó al ser llamada la defensora de Lena, aun siendo en broma -Estoy lista- La dio una sonrisa que Lena le devolvió.
-¿Alguna vez te has sentido atraída por otra mujer?- Julia tragó. Había sabido que esa pregunta vendría, lo había sentido profundamente en sus huesos, pero se había sumergido adelante en el juego de todos modos. Y no puedo mentir. Una puñalada aguda de miedo hizo contraer cada músculo, y se preguntó si la sacudida leve era visible. Debe haber sido, porque Lena puso una mano sobre su muslo -No tengas miedo. No hay razón para preocuparse, ¿de acuerdo?- Julia asintió con la cabeza.
-Sí-
-Sí, ¿de acuerdo? ¿O sí, te has sentido atraída por otra mujer?-
-Sí, me he sentido atraída por otra mujer- La admisión la hizo híper consciente de su proximidad. El muslo de Lena rozó el suyo. El calor casi la abrumaba -Me he sentido atraída por otras mujeres...- Justo cuando pensó que podría implosionar con los nervios, se vio envuelta en un abrazo apretado contra el cuerpo caliente de Lena. Demasiado emocional para rechazarla, Julia sintió a sus ojos arder. Vergonzosamente, lloró lágrimas ardientes que no podía ocultar. En un movimiento que la dejó sin habla, Lena le dio un beso suave en el cuello.
-¿Es la primera vez que se lo dices a alguien?- Julia asintió con la cabeza, secándose las mejillas húmedas con el dorso de la mano -Tengo que decirte, estoy feliz- Dijo Lena -Cuando me dijiste que eras hetero, todo lo que podía pensar era que si eso fuera cierto, qué desperdicio-
-No tienes que decir eso- Lena acarició un lado de la cara de Julia con la mano.
-Por supuesto que no tengo que decirlo- Sus ojos verdes eran sinceros -Lo digo en serio. Eres una mujer muy atractiva. Te lo dije antes, y no me gustabas tanto como lo haces ahora- Con la cara roja, Julia manejó un tranquilo:
-Gracias- Se concentró en la frescura de los dedos de Lena contra su piel acalorada -Te encuentro muy atractiva, también-
-Gracias- La mano de Lena se quedó. Julia quería poner la propia sobre ella para prevenir su retirada. La sensación de la palma cálida apretada contra su mejilla la hizo añorar mucho más. Su control parecía tenue en el mejor de los casos, no podía competir con la intimidad del tacto de Lena. Quería ceder a los impulsos que alejaban a su sentido común. Ninguna cantidad de racionalización trabajó. Así sería probablemente cómo las personas se sentían estando atrapadas juntas en una isla desierta, lejos del mundo real y haciendo las reglas ellas mismas. Siendo honesta se sentía extrañamente liberada, como si acabara de intercambiar una pesada cota de malla por una piel fina y brillante. Se preguntó si Lena había tenido parte en el hechizo mismo o si estaba simplemente siendo ella misma porque no tenía que tener el permiso de nadie para eso. Incluso el suyo. Julia no podía imaginar estar tan indefensa.
-¿De verdad sabias que yo era lesbiana?- Preguntó.
-Pensé que te parecías a alguien que aprecia a otras mujeres. Cuando yo estaba en tu regazo, me sentí bien apreciada- Ella sonrió -Ya sabes, antes de que me echaras- Julia asintió con la cabeza.
-Scott tiene que haberse dado cuenta, también, ¿eh?-
-Dado que me contrató para bailar para ti, sí, creo que probablemente lo sabe. ¿Nunca te lo dijo?- Lena finalmente devolvió su mano, dejando la mejilla de Julia deseando de vuelta aquel calor suave. Sintiéndose privada del contacto, Julia dijo:
-No. yo... No hablo con él sobre ese tipo de cosas-
-Bueno, supongo que te conoce mejor de lo que crees- Lena dudó un momento, luego preguntó -¿Todavía quieres jugar?- Julia le dio una cabezada valiente. No hay razón para decir que no en este momento. Lena no perdió el tiempo -¿Cuál es una de tus fantasías sexuales favoritas?- Le preguntó directamente -No necesariamente algo que harías, pero ¿algo que te gusta pensar?- Julia apretó las palmas de las manos a la cara.
-Nunca voy a volver a la normalidad, ya sabes. Este rubor, estoy empezando a pensar que es permanente-
-Oye, mujer, mírame pretendes perder- Lena le dio un empujón juguetón -Te pregunto apenas sobre una pequeña fantasía inocua, no seas injusta después de esto- Julia soltó un suspiro sufrido, alzando los ojos hacia el techo del ascensor. Había tantos para elegir. La fantasía, e internet, habían sido sus únicas salidas sexuales durante tanto tiempo, era difícil saber por dónde empezar.
-Pienso en mujeres, por lo general- Vio la sonrisa de Lena que junto a su mirada sardónica eran un "yo lo sabía" -La mayor parte del tiempo, realmente-
-Detalles- Engatusando con su mano -Dame más detalles- Julia se aclaró la garganta.
-Me encuentro con una mujer, no sé dónde, no es realmente importante. Ella me lleva a su casa. Cuando llegamos allí, saca estos puños de cuero y me los da. Ella me pide que la ate. Y que la folle- Lena se sentó adelante con atención impaciente. Sus ojos centellearon.
-¿Qué más?-
-Yo la ato a la cabecera. Y luego cuando ella me espera en la cama, voy al cajón donde tiene los puños y algunos otros juguetes como...- Avergonzada, Julia sólo podría lograr sonreír abiertamente -Como un arnés con…-
-Ah- Prestando atención absorta, Lena dijo: -¿Qué piensa la mujer de la fantasía de esto?-
-¿Ah, olvidé aquella parte?- Julia le dio una sonrisa lobuna -Ella está con los ojos vendados y no lo sabe hasta que estoy sobre ella, es cuando se da cuenta, sin embargo, ella no se queja, en primer lugar, hago que se corra con mi boca, entonces....-
-Deslizas tu polla dentro de ella- La voz de  Lena era muy suave. Casi parecía estar hablando consigo misma. Julia no podía hablar. Pareció como si Lena encontrara su fantasía tan emocionante como ella lo hacía. Lena se llevó la mano al pecho, previniendo más palabras -Es mejor que te detengas. Si no lo haces, yo podría montar un espectáculo de verdad- La amenaza hizo poco para disuadir a Julia, pero no estaba segura de poder seguir adelante con la mirada intensa de Lena en ella. Sentía como si estuviera en movimiento bajo el agua, logró un movimiento de cabeza -Pídeme algo- La voz de Lena era ronca.
-Está bien- Julia le hizo una pregunta difícil que es probable que vuelva a ella -¿Cuál fue tu momento más embarazoso?- La sonrisa de Lena vaciló.
-Bien, esto no es muy divertido-
-¿Malo?-
-Para mí, sí. Es bastante malo- Parecía reacia a continuar, y Julia sintió la vergüenza genuina que esta historia provocaba -Yo estaba bailando un viernes por la noche en mi primer año en la escuela de veterinaria. Un tipo me llamó a su mesa y cuando llegué allí, me di cuenta de que uno de sus compañeros era un instructor de estudiantes de posgrado para una clase de fisiología que yo tomaba- Julia se estremeció. Era definitivamente embarazoso. Tocó el brazo de Lena.
-¿Qué hiciste?-
-Le eché un vistazo a mi instructor y le dije al grupo que iba a enviar a otra chica, que iba a mi descanso. El tipo me preguntó en primer lugar sobre si iba a hacer un baile erótico para el cumpleaños del amigo. Por supuesto, él acaba de pasar a ser mi profesor. El compañero de mi instructor me agarró el culo, justo en frente de todo el mundo- Se apresuró a terminar la historia -Mi portero favorito vio al chico manosearme y se convirtió en la gran escena. En fin... eso fue realmente embarazoso- Julia sentía el pecho apretado.
-¿Dijo alguna vez tu instructor algo sobre ello?-
-No en mi cara. Pero me miró de manera diferente en clases después de esa noche. Realmente me molestó-
-Lo siento-
-Me alegré de salir de esa clase, creo yo. ¿Quieres decirme tu momento más embarazoso?- Preguntó, como si supiera que Julia se lo esperaba.
-Probablemente, tanto como querías decirme el tuyo-
-Yo quiero que sepas que confío en ti- Julia sintió como su respiración se aceleraba, y se alegró de no estar de pie. Las palabras le hicieron sentirse débil. Ella quería mostrar a Lena lo mismo, que confiaba en ella.
-Penúltimo año de universidad, me enamoré de mi mejor amiga- Dijo antes de que pudiera cambiar de opinión -Éramos amigas desde hace un par de años, y yo la había estado deseando la mayor parte de ese tiempo-
-¿Era la primera mujer que te atraía?-
-La primera en la vida real. Pensaba que ella era hermosa. Ella pensó que... bueno, no sé lo que pensaba. Que yo era una buena amiga, supongo-
-Ella era hetero, ¿verdad? Enamorarse de una chica hetero, siempre es muy embarazoso- Julia deseaba que hubiese sido tan sencillo.
-No, esa es la parte realmente humillante. Ella estaba fuera y orgullosa, y muy abierta al respecto. Yo estaba asombrada de ella- Tomó una respiración profunda, sin poder creer que estaba a punto de compartir esa historia -Una noche estábamos viendo una película en mi dormitorio, sentadas al lado una de otra en mi cama. Era totalmente inocente, y me estaba volviendo loca. Me sentía tan atraída por ella, que me dolía. Estúpida de mí, decidí que iba a hacerle saber cómo me sentía-
-No te fue muy bien- La cara de Lena se dibujada nerviosa. Julia miró hacia abajo en su regazo.
-No. Sólo recuerdo que en un momento que se estaban riendo de algo en la película, y me incliné y trate de besarla. Y ella se alejó antes de que pudiera acercarme- Julia se sintió mortificada aún por el recuerdo -Ella me dijo que yo no era su tipo, que yo le gustaba como amiga, pero…-
-Eso debe haber dolido- Julia asintió con la cabeza
-Me dolió aún peor cuando no se detuvo a hablarme después de esa noche. No había nada demasiado obvio, pero de repente ella siempre parecía estar ocupada y nunca parecía posible conseguir estar juntas, hasta que unos meses más tarde no la vi nunca más-
-Ella se lo perdió- Julia no podía menos que darle una sonrisa a la reacción obviamente genuina de Lena. Esto inspiró otra confesión.
-Después de esto, decidí concentrarme sólo en la escuela. Una vez que me gradué, me concentré en el trabajo. El pensamiento sobre relaciones, o la reunión de mujeres, me asustan. No quiero pasar por esto otra vez-
-¿Todo debido a una muchacha de la universidad perdida hace mucho tiempo?- La voz de Lena se enterneció un poco triste. Mirando hacia atrás, Julia estaba desconcertada, también. Todo el mundo tiene experiencias formativas en la adolescencia, incluyendo la humillación y la angustia. De alguna manera ella había asumido proporciones mayores de lo que debería.
-Sentí mucho más por ella que por mi novio de la escuela secundaria en el año y medio que estuvimos juntos. Eso me asustó, supongo- Admitió, tanto a sí misma como a Lena.
-Para no conseguir otro corazón roto- Dijo Lena, con una sonrisa comprensiva -Pero sería una lástima si no te pones ahí otra vez-
-Ha sido más fácil- Julia odiaba admitir su cobardía. Ahora que lo pensaba, se dio cuenta que había perdido todas las experiencias que ofrecía la universidad aplastada en su contexto. Se había inhibido tanto que su retirada se había convertido en un hábito cómodo y seguro.
-¿No te sientes sola?-
-Por supuesto- Miró las piernas de Lena, sintiendo la soledad de forma aguda -Me adapto. Compro cantidades embarazosas de pornografía, leo historias, me dirijo a mujeres en línea-
-¿Alguna de ellas sabe tu verdadero nombre?-
-No me dirijo a nadie con regularidad- Lena tocó un lado de la cara de Julia otra vez.
-¿No quieres algo más?- Con parpadeantes lágrimas de escozor, dijo:
-Por supuesto. Quiero tanto que no sé cómo llegar- La mirada fija de Lena estaba llena de algo que nunca había visto dirigido a ella antes.
-¿Crees que alguna vez tendrás en cuenta romper tu aislamiento autoimpuesto?-
-Sí- Susurró, para alguien como Lena, en un santiamén -En circunstancias extraordinarias, tal vez- Lena miró alrededor de la cabina del ascensor.
-Creo que esto califica como extraordinario-
-Tal vez, ¿por qué?-
-¿Puedo invitarte a cenar alguna vez?- Le preguntó, jugando con un mechón de cabello de Julia, como satisfaciendo algún deseo antiguo.
-¿Quieres decir…?-
-Como una cita- Finalizó Lena.
-¿No será algo así como el polvo por compasión del que hablabas antes?- Cuando la preocupación y la duda se visualizaron claramente en la frente de Julia, Lena frunció el ceño.
-Ni lo pienses. Después de la forma en que empezamos, ¿realmente crees que yo expresaría interés en llegar a conocerte fuera de este ascensor si realmente no quisiera? Me haces reír, me gusta hablar contigo. Creo que nos llevamos bastante bien-
-Sí-
-Así que a cenar conmigo-
-Yo invito-
-Oh, no- Respondió Lena -Yo pregunté. Yo invito- Julia no admitiría esto. Si iba a una cita con una hermosa mujer, iba a hacerlo bien. Como si percibiera su resolución, Lena dijo: -Tenemos mucho tiempo para discutir quién toma el control. ¿Por qué no me haces un reto en su lugar?- Algo travieso brillaba en sus ojos -Este parece el momento oportuno- Julia se preguntó si Lena esperó que ella fuera a desafiarla para un beso. Si sólo tuviera agallas para ir por el oro así, reflexionó. Pensaba en varias acciones que ella podría hacer realizar a Lena, hasta que se encontrara con algo casi tan bueno como el beso que realmente quería.
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Mensaje por DerujKum Lun Ago 25, 2014 4:19 pm

Capítulo VII. Hora nueve - 3:00 a.m.

-Va a ser malo, ¿no?- Preguntó Lena.
-Oh, yo creo que es muy bueno- Julia brilló -Te reto a terminar aquel baile que me dabas antes-
-Oh, Dios, ¿en serio?-
-Lo justo es justo. Scott, pagó por él, después de todo-
-¿No crees que has conseguido de mí ya el valor de su dinero?- Julia movió la cabeza.
-Nop, puedo decir que vi tus pechos perfectos, pero te pusiste los pantalones vaqueros de nuevo antes de que tuviera tiempo para disfrutar el resto de ti. ¿Cómo podemos decir que mi regalo de cumpleaños está completo?- Hizo un gesto hacia el iPod de Lena, que descansaba en el otro lado de la cabina del ascensor -Tienes la música. Pedazo de pastel- La cara de Lena se volvió de un interesante tono rojo.
-No será fácil hacer un baile erótico mientras se está sentada en el suelo- Inclinada sobre su mochila, sacó el bote de crema batida con una sonrisa desafiante -Voy a utilizar esto, también- Julia se lamió los labios, sintiéndose mareada en el pensamiento.
-¿Qué tal eso para más tarde?- Prefiero besarte primero.
-Está bien- Lena parecía calentarse por la idea. Dejó a un lado el bote, se levantó y dejó sus zapatos en la esquina -¿Así que lo que deseas es sentarte ahí?- Julia asintió alegremente.
-Y mirar-
-Y mirar- Murmuró Lena -De acuerdo- Tomó a su iPod e hizo un ajuste rápido al volumen de la música. Inmediatamente comenzó a balancear sus caderas con el ritmo, y apoyó el iPod contra la pared, enganchó la camisa hasta poco por debajo de sus pechos, y se lanzó a una danza seductora. Al igual que ella, era toda confianza. El borde de su pálida camiseta amarilla se mantuvo agarrado en la mano, y ella lo levantó y bajó mientras bailaba, a veces revelando el bajo de los pechos firmes, pero nunca los pezones rosados oscuros que Julia ardía en deseos de ver de nuevo. Ahora que ella se había dado permiso para disfrutarla, la danza de Lena fue una de las cosas más sexys que había visto en su vida. Sus manos sudaban.
-¿Siempre jugueteas mucho con esto?-
-Siempre- Contestó Lena, con su miel y suave voz. Levantó una ceja provocativa en Julia, luego alivió su camiseta sobre su cabeza. Después de sacudirla en el suelo, dirigió una mano por su pelo rojizo, ajado y sonrió abiertamente. Esta vez, Julia dejó a su mirada fija deslizarse sobre la carne de Lena con mucho más que un interés ocasional. Ella miró fija y abiertamente al par más perfecto de pechos femeninos desnudos que había visto alguna vez en la vida real. Cumpleaños feliz a mí. Sonrió abiertamente -¿Te gusta?- Lena cubrió ambos pechos de sus manos, ahuecando su carne y dándole un apretón seductor. Julia manejó una cabezada monótona, sus ojos se fijaron en las manos de Lena -¿Quieres ver más?- Frotó sus pechos desnudos juntos, durante un momento antes de deslizar sus manos abajo sobre su estómago al botón en el frente de sus jeans.
-Por favor- Dijo con voz áspera. Gracias, Scott. Hijo de puta desviado, secreto y maravilloso. Con una sonrisa lenta, Lena se desabrochó los pantalones y abrió la cremallera con una mano, y luego trajo a ambas para agarrar la cintura y comenzar otro juego lento. Un poco arriba, abajo otra vez, luego una vez más. Julia se sintió mareada en la promesa seductora en su mirada.
-Respira, cariño- Murmuró Lena sobre la música. Julia lanzó un aliento explosivo, y podía dibujar apenas el siguiente. Su lengua parecía estar pegada al cielo de su boca cuando Lena giró ofreciendo una buena vista de su culo vestido de Jean. Riéndose tontamente, bajó la cintura de sus pantalones vaqueros, pero esta vez siguió adelante, empujando el vaquero sobre sus caderas y los muslos bien formados. Dejó caer sus pantalones cuando llegaron a sus rodillas. Doblada por la cintura, se presentó a Julia con el trasero femenino más perfecto casi desnudo que había visto jamás en la vida real. No eran las bragas que ella recordaba de su mirada encubierta por la espalda en la oficina. Ella llevaba un tanga. Julia se preguntó si de alguna manera se había dormido en la noche, y en el sueño, quedó atrapada en la película porno más erótica que podía imaginar. Cosas como esta simplemente no suceden a Julia Volokva, que se levanta a la misma hora cada mañana para apresurarse a trabajar, luego se queda hasta que las luces estuvieran en todas partes en el edificio de Soluciones de Boynton Software. Lena se balanceó atrás alrededor, soltando un repique dulce de la risa -Nena, tu cara-
-Nena, tu culo- Gimió Julia -Estoy sin palabras- Lena se acercó más a fin de que Julia quedara mirando fijamente la tela de encaje negro que cubre el área entre las piernas. Una mano enredada en el pelo de Julia, dibujando el rostro de cerca. Esta cerró los ojos y aspiró, disfrutando del aroma de la excitación de Lena. Ella no podía creer en su propia audacia. Sus labios temblaban con el deseo de inclinarse hacia adelante y besar a ese espacio cálido y fragante. Lena lanzó la cabeza de Julia y bajó hasta el suelo para poder sentarse a horcajadas sobre los muslos. Con el regazo lleno de la stripper, en su mayoría desnuda, Julia se sentía como si estuviera flotando fuera de su cuerpo, mirando hacia abajo la escena desde arriba. Estiró las piernas y se llevó las manos a descansar contra la parte baja de la espalda de Lena, sosteniéndola mientras seguía a retorcerse a la música. Su piel era suave y cálida, cada centímetro de su carne, pedía a gritos ser tocado. Meciéndose con la música, calmó así su coño presionado contra el muslo de Julia, luego se inclinó hacia adelante y sopló las palabras calientes al oído.
-Estoy dispuesta a saltarme las reglas para ti, Julia. Se te permite tocar todo lo que quieras- Julia se quedó mirando los pechos de Lena, rebotando suavemente a meras pulgadas de su rostro. Iba a pasar hacia fuera esta vez. El corazón le latía con tanta fuerza que temía que rivalizara con el volumen de la música de club. Sintió su mano temblorosa sobre la piel desnuda de Lena, las palmas de las manos resbaladizas por el sudor nervioso. Su respiración se desintegró en nada más que una desesperada falta de aire, la retracción de bocanadas desesperadas de oxígeno. Lena serpenteaba la mano por el cabello de Julia de nuevo, guiando a la cara a la suavidad posible del espacio entre sus pechos desnudos -Disfruta de esto, mi amor- No se puede rechazar, Julia mantuvo su cara contra el amplio escote de Lena y dejó caer su mano para descansar en sus nalgas. Cuando Lena gemía, ella apretó instintivamente, apretando las nalgas firmes con los dedos. Con un grito suave, Lena se hundió contra ella, amortiguando la mejilla de Julia contra la cuesta de su pecho. Julia no podía creer que se trataba de su vida, que sus labios se separaban sólo unos centímetros de un pezón erecto y sus manos estaban llenas de una desnuda Lena. Ella parpadeó, mirando fijamente la maravilla de la piel rosada de Lena y escuchando el latido del corazón que golpeaba bajo su oído. En un instante, sus sentimientos pasaron de la pasión a la adoración, y soltó las nalgas de Lena para deslizar sus palmas hacia arriba por la longitud de la espalda.
-Esto es tan agradable- Julia extendió sus dedos y la sostuvo más cerca. Lena devolvió el abrazo tierno, repitiendo:
-Sí. Así es, muy agradable, ¿Julia?-
-¿Sí?-
-Te reto a que me dejes darte un beso- El latido del corazón de Julia tartamudeó y lanzó un involuntario gemido -¿Es eso un sí?- Le preguntó en un susurro sin aliento.
-Sí- Aflojó los brazos y miró a Lena con una sonrisa nerviosa –Hazlo- Lena le devolvió la sonrisa.
-He estado queriendo hacer esto siempre- Supongo que se siente como que hemos estado en este ascensor siempre, reflexionó Julia. Gimió ya que Lena cerró la distancia entre ellas, ahuecando su cara y presionando su boca a Julia en un suave beso. Lena se apartó demasiado pronto, preguntando: -¿Bueno?- Julia se obligó a comenzar a respirar otra vez.
-Tus labios son tan suaves-
-Así son los tuyos. ¿Quieres hacerlo de nuevo?- Julia asintió con la cabeza.
-Apaga esa música espantosa en primer lugar- Riendo, Lena dio vuelta y alcanzó torpemente su iPod, que a mitad casi cae en el suelo para alcanzarlo. Julia se movió con ella cuando se estiró con un golpe desesperado, cortó la música baja y pesada y se quedaron con los sonidos de su respiración pesada y mezclada de excitación.
-¿Dónde estábamos?- Preguntó, gateando de nuevo en el regazo de Julia.
-Aquí- Julia llegó a enhebrar los dedos por el pelo rojizo de Lena. Sus bocas se unieron más duro esta vez, e inmediatamente Lena abrió los labios para profundizar el beso. Instintivamente, Julia hizo lo mismo. Lo que siguió fue más torpe, la mayoría de los dientes chocando en un beso que Julia había tenido la desgracia para ayudar a crear. A medida que sus bocas se batieron en un húmedo duelo en falta de armonía, incómodo, Julia sabía que era ella, con su falta de experiencia, la responsable del desorden absoluto de su incorporación -Lo siento- Farfulló ella, alejándose. Sus mejillas ardían de vergüenza -Eso fue horrible. Lo siento-
-Cariño, no te pido el reto, lo siento por eso- La cara de Lena brilló con el afecto comprensivo -A pesar de lo que escriben en las historias, los primeros besos a menudo son menos que perfectos-
-Estás siendo generosa- Julia dejó caer su mirada fija al pecho de Lena. Y sus pechos desnudos.
-Yo diría que fue casi perfecto, como puede llegar a ser un primer beso, para eso está la práctica, Julia. Me apunto para ello, si eres tú- Tomó una bocanada de aire sorprendida, Julia no pudo evitar esbozar una sonrisa.
-¿Práctica?-
-¿Crees que comencé como una gran besadora?- Le preguntó -Tuve que ser enseñada. Tuve que practicar durante años. Esta materia requiere trabajo, mujer-
-¿Te ofreces voluntaria para practicar conmigo?-
-Insisto en ello- Su siguiente beso era más lento, Lena se acercó con labios suaves y aliento caliente, presionando sus bocas juntas con ternura infinita... Julia no se movió, congelada con el miedo que ella girara este momento perfecto a ácido. Sintió que Lena sonreía contra sus labios –Suficiente de verdad o reto- Rozó sus labios contra Julia, enviando un temblor excitado que pasó rozando en todas partes de su cuerpo paralizado -Vamos a jugar un nuevo juego-
-¿A qué juego?- Susurró. Sentía la punta de la lengua de Lena en su labio superior, retirada luego para poder susurrar.
-Lecciones de besos- Julia se estremeció contra el cuerpo flexible de Lena.
-Suena divertido-
-Oh, yo creo que lo será. ¿Quieres ser la primera?- Asintiendo con la cabeza, Julia logró una exhalación temblorosa.
-Sí-
-Voy a utilizar mi lengua- Susurró Lena -Sólo déjate hacer durante unos minutos, ¿de acuerdo?- Ella va a hacer todo el trabajo, tradujo Julia. Sintió su cuerpo entero relajarse. Gracias a Dios. Ella inclinó la cabeza en el acuerdo.
-¿Crees que podrías…?-
-¿Qué, cariño?- Lena pasó la lengua por los labios de Julia de nuevo.
-¿Ponerte tu camiseta de nuevo?- Solicitó sin aliento -Creo que me ayudaría con los nervios- La risa de Lena hizo que sus pechos desnudos saltaran suavemente en el ritmo.
-Está bien. Está bien- Se estiró a lo largo para tirar de la camiseta. Julia sintió tristeza mezclada con alivio, cuando la tela de color amarillo pálido una vez más cubría esos pechos excepcionales.
-No es que yo no los quiero, en absoluto, entiendes- Murmuró.
-Entiendo- Lena sonrió -¿Debo ponerme mis jeans, también?-
-No. Creo que las lecciones de besos serán mejor con ellos fuera- Lena acercó su rostro al de Julia de nuevo, mordiendo su labio inferior con los dientes suaves.
-Vas a trabajar a la perfección para la lección tres: el uso de todo tu cuerpo al máximo- Rodó la lengua por la boca de Julia -¿Me dejas entrar, cariño?- Separando los labios a la rendición sin palabras, Julia aceptó la invasión suave de la lengua de Lena, con un agradecido gemido. Dejó a Lena explorar su boca con movimientos lánguidos, resistiendo a la necesidad urgente de devolver su beso con toda la pasión que sentía. En cambio, se concentró en su sabor, en el sentimiento de ella misma compartiendo tan íntimamente, en la suave presión de los labios y la humedad de su lengua sedosa. Lena se retiró con un gemido de satisfacción -Oh, muestras una gran promesa- Dijo con voz ronca de deseo -Estamos listas para la lección dos, creo-
-¿Lección dos?-
-La lengua- Dijo Lena –Es hora de que la utilices- Julia se puso un poco rígida. Tiempo para un poco más de su rutina de bufonadas. Lena envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Julia y la sostuvo apretada -No tengas prisa- Murmuró -Sólo explora. Juega conmigo. Provócame y hazme quererte tanto que vaya a explotar si no te tengo- No hay problema. Julia soltó un gemido bajo, necesitado y presionó su lengua en el calor mojado de la boca de Lena, quien soltó su propio ruido de pura necesidad, tomando la espalda de Julia con las manos arañando y agarrando en su camino los omóplatos con uñas romas. Julia hizo lo que era algo natural. Trazó la punta de la lengua por los dientes, lengua y las encías, tratando de memorizar cada centímetro de la boca de Lena. No se daba prisa, no empujó, simplemente reaccionó tratando de expresar todo lo que sentía, y lo mucho que deseaba a Lena, sin decir una palabra. Ahora bien consciente de lo que sentía, era un gran beso, trató de imitar la técnica de Lena, la celebración de su juego constante a medida que comenzaban una exploración lenta, con sus lenguas. Avance y retroceso. Ese fue el nuevo juego, turnándolas, lamiendo la boca de la otra, yendo y viniendo con facilidad inconsciente. Julia concentrada totalmente en su intrincada danza, ningún otro pensamiento en su cabeza, solo el dar y recibir entre ellas. Atrás quedó el análisis autocrítico que normalmente solía ocupar su mente en un momento como este, y la duda. En su lugar fue puro instinto, la conducción de sus acciones. Cuando se separaron, ambas estaban sin aliento.
-Creo que estamos ganando este juego- Lena sonrió -Y ni siquiera hemos tenido la tercera lección- Julia le dio una sonrisa tímida.
-Recuerdo haber oído algo acerca del uso de todo nuestro cuerpo al máximo- Lena la apretó en el suelo, presionando su espalda a la manta de lana gris. Ella manipuló a Julia hasta que estuvo en diagonal a la cabina, y luego colocó su cuerpo encima, pasando un muslo firme entre sus piernas.
-Los mejores besos son mucho más que sólo tu boca- Murmuró Lena -Quiero sentir tus manos en mí, cariño. Y voy a tocarte, también. Por todas partes-
-Lo que sea, mientras pueda seguir besándote- Julia levantó sus manos al culo de Lena. Trazó su lengua sobre la sonrisa de Lena y luego se rompió en su propia sonrisa. Lena pasó una mano detrás del cuello de Julia, doblándose sobre ella, entonces sus labios siguieron en contacto, y le colocó la otra mano en la parte superior del pecho de Julia.
-No puedo creer lo que estoy haciendo contigo. Te he estado deseando desde el momento en que entré en tu oficina y vi el pelo negro y el traje de ejecutiva-
-¿Te va ese tipo de cosas?- Lena se estremeció con sus párpados entrecerrados.
-No tienes ni idea- Dijo -Resulta que eres casi exactamente mi tipo- Inclinó la cabeza hacia abajo, empujando su lengua en la boca de Julia con un gemido de placer. Julia se dejó besar a fondo por un minuto o así antes de romper con una sonrisa suave.
-Te sugiero que te reserves el juicio hasta después de verme desnuda- Se sonrojó al momento en que las palabras salieron de su boca. ¡Qué cosa más estúpida dices!
-No seas tonta- Dijo Lena -Estoy deseando que llegue ese momento, y sé que no seré decepcionada. Tienes curvas en los lugares correctos- Julia asintió con la cabeza y se mordió el labio para contener sus emociones.
-Bésame un poco más- Susurró. Lena cerró la distancia escasa entre ellas obedeciendo feliz. Cuando sus manos se deslizaron hacia abajo sobre el pecho de Julia, esta llegó casi sin pegarlas. Su cuerpo se sacudió en estado de shock en la caricia apasionada y ella separó su boca de Lena, gritando de placer.
-Oh, cariño- Retumbó Lena -Vas a ser así, tan sensible, ¿verdad?-
-Es tan desconcertante- Confesó Julia. Tiró a Lena con fuerza contra su muslo, saboreando el calor intenso entre sus piernas. Lena gimió e hizo girar sus caderas, moliendo su cuerpo inferior en Julia -Tengo que verificar algo-
-¿Comprobar qué?- Julia deslizó un dedo por debajo de la cadena de negro que corría entre las nalgas firmes de Lena. Dejó recorrer la punta de los dedos por la parte superior del culo de la chica, avanzando poco a poco, bajando para explorar entre sus nalgas. Para su placer extremo, se encontró con la humedad resbaladiza más lejos de la fuente de lo que esperaba -Oh, yo- Lena se retorcía a distancia, con las mejillas de color rosado por la excitación. Desabrochó la blanca camisa de seda de Julia con las manos temblorosas -Quiero ver tus pechos. ¿Está bien?- A pesar de la vacilación que se sentía por haber sido expuesta, Julia se obligó a relajarse. Relájate, ella ha estado en topless la mitad de la noche, y ahora es tu turno.
-Está bien- Estuvo de acuerdo en un susurro. Lena hurgó con los últimos botones y empujó la blusa abierta, aliviándola sobre los hombros de Julia. Sonrió abiertamente por el sujetador blanco que encontró -La mirada inocente- Remontó su yema del dedo a lo largo del borde del seno izquierdo -Me gusta eso-
-Una de nosotras tiene que parecer inocente- Lena encontró el cierre del sujetador de Julia entre sus pechos.
-Broche delantero- Lo desenganchó con una mano hábil.
-Muy agradable-
-Un golpe de suerte muda- Julia tragó cuando Lena empujó su sujetador con sus manos suaves. Sigue hablando, no pienses en el hecho de que mira tus pechos desnudos ahora mismo, pensó.
-Y pensar que casi llevé mi cinturón de castidad hoy- Lena se rio entre dientes, pero mantuvo los ojos fijos en el pecho de Julia. Sus pezones eran rosados oscuro, mucho más que los de Lena, y estaban más duros de lo que Julia había visto antes.  Abrió la boca, sorprendida al ver la reacción de su cuerpo. Un momento después, se estremeció en el dolor del placer, ya que Lena arrastró la palma de la lengua hasta la parte inferior de su seno derecho, alrededor de su aureola, y luego chasqueó la punta en el punto duro del pezón. Julia lanzó una respiración entrecortada -Haz eso un poco más- Rogó. Sus piernas se abrieron, con las caderas empujando hacia arriba, y una oleada de calor húmedo mancho su ropa interior. Eso es todo, están en ruinas. No es que importara. Fue un pequeño precio a pagar, par favorito o no. Julia se acercó y cogió un puñado de pelo de Lena, obligándola a acercarse más. Lena envolvió sus labios alrededor de pezón izquierdo y pestañeó en él con la lengua -Oh, joder- Gimió Julia. Lena pasó de la mama izquierda hacia la derecha, dejando un rastro de besos húmedos y desordenados sobre la piel. De ida y vuelta, de ida y vuelta, adoraba los pechos de Julia, quien se sentía indigna de tal adoración, pero avara  para ello, a pesar de todo. Ella sostuvo la cabeza de Lena a su pecho, sus dedos de los pies se rizaron en el éxtasis -Dios, me haces sentir como si fuese a...- Lena se echó hacia atrás, liberando el pezón de Julia con un pop suave y húmedo. Se retiró lentamente, mirando a Julia con los ojos muy abiertos, fuera de foco.
-Cariño, lo siento. Tal vez debería...- ¡Oh, no! La cara de Julia se inundó con el calor cuando se dio cuenta de que Lena estaba poniendo fin a su encuentro íntimo.
-¿Qué?- Susurró -¿Crees que deberíamos parar?- Se sentó en la manta, tirando su camisa sobre sus pechos y enzarzándola con una mano.
-No es porque quiero- Lena apretó el brazo de Julia -Créeme, me podría haber quedado allí toda la noche- Julia todavía podía oler la excitación de Lena secándose en algún lugar de su mano.
-Entonces ¿por qué quieres pararte?-
-Bueno, porque yo quiero...- Hizo una pausa, y luego miró abajo, en un punto entre sus cuerpos -O, mejor dicho, no quiero que creas que sobre esto se trataba esta noche-
-¿Qué quieres decir?- Julia se aflojó el agarre sobre la camisa abierta, sintiéndose un poco menos a la defensiva, mientras escuchaba la voz de Lena. Estaba seria. Estaba diciendo la verdad.
-Yo no quiero ser tu recuerdo de un encuentro sexual, loco y espontáneo en un ascensor durante tu cumpleaños- Dijo -Con una stripper- Se mordió el labio inferior con los dientes por un momento -Yo quiero salir contigo, Julia. Realmente me gustas y quiero salir contigo- Muy bien, deja de entrar en pánico y empieza a enfocarte en lo que te está diciendo, pensó.
-¿De verdad crees que te veo de esa manera?- Le preguntó -Como un recuerdo de una locura, una aventura de una noche- Tomó la mano de Lena entre las suyas -¿Realmente crees que yo me arriesgaría, después de todos estos años, en algo parecido a eso?- Lena negó con la cabeza.
-No, no lo creo. Pero esa es otra razón por la que debes detenerte. Julia, nunca has estado con una mujer- Julia le soltó la mano.
-Si vas a sugerir que tal vez estoy confundida, o que esto es sólo una etapa, o un producto de esta situación, entonces puedes terminar. Me han gustado mujeres por mucho antes que sólo esta noche en este ascensor, y si crees que soy…- Lena sostuvo una mano para prevenir las palabras de Julia.
-No, no digo eso. Sólo escúchame, y trata de entender. Si estamos juntas, yo seré tu amante por primera vez en más de diez años. También voy a ser la primera mujer-
-Confía en mí, soy dolorosamente consciente de ese hecho-
-Julia, quiero colgar alrededor tuyo por un tiempo- Lena hizo una pausa -¿Entiendes la responsabilidad tan grande que tengo sobre todo esto? Necesito que sepas que yo lo veo de esa manera, y no sólo como una noche caliente con una mujer hermosa- Julia logró una sonrisa tímida.
-¿No puedes verlo de ambas formas?- Lena se rio, su tensión claramente se alivió.
-Quiero que nuestra primera vez sea en el lugar correcto- Dijo -No en el suelo de algún ascensor atascado entre las plantas 19 y 20-
-¿Qué piensas sobre cómo será nuestra primera vez?- Julia sintió que el calor se extendía por su pecho con las palabras sinceras de Lena, aun si no estaba necesariamente de acuerdo -¿Vino? ¿Flores? ¿Luz de las velas y una cama blanda?- Lena asintió con la cabeza.
-Voy a tomar en cuenta todas esas ideas maravillosas y planeo seducirte a lo grande. De hecho, ya estoy pensando en lo que voy a hacer para el desayuno la mañana siguiente. Algo con calorías, creo, ya que vas a estar un poco adolorida y definitivamente deshidratada-
-Realmente me gustan las tortitas- Ofreció. Su voz delataba resurgir su excitación ahora que el miedo al rechazo se había ido.
-Sí- Hizo un gesto de estar buscando ideas -Bien, entonces. Orgasmos y tortitas. Tercer puesto de material actualizado, por lo menos- Julia sacudió la cabeza.
-Nunca es demasiado pronto para los orgasmos y tortitas- Apretó la punta de los dedos entre los labios de Lena, en el instante que empezó a hablar las palabras se detuvieron y una lengua cálida se bañaba con su dedo con lamidas suaves.
-Si no estás lista, yo no voy a empujar-
-Yo sólo necesito que sepas que estoy lista. Te agradezco tu sentido del honor, y lo que estás tratando de mostrarme. Creo que eres demasiado buena para ser verdad, de verdad. Yo sólo...- Hizo una pausa, pues no sabía cómo expresarse en este sentido. Si Lena era la correcta, no debía importar la forma en que comenzó, ni cuándo -Esto está bien para mí-
-¿De verdad?- Repitió.
-Esta noche quedaron atrapadas en un ascensor dos personas que no podían soportarse la una a la otra. Yo era una total perra para ti, pero por alguna razón te has convertido en mi amiga- Lena asintió con la cabeza.
-La reunión contigo ha sido asombrosa. Quería golpearte tan sólo unas horas atrás, y ahora quiero hacerte sentir tan bien que incluso me duele- Julia gimió al oír las palabras de Lena. No hables acerca de tu dolor, a menos que estés preparada para una gerente de proyecto sobre tu regazo, pensó.
-Siento que vamos a ser muy buenas amigas- Lena le dio una extraña sonrisa.
-Jodido, ¿eh?-
-Totalmente jodido- De alguna manera, Lena había llegado por completo a ella por "la amistad", no por empezar a describir lo que sentía. Eso hizo a Julia querer ponerse al descubierto, a pesar de que la asustara terriblemente -Me siento tan abierta y expuesta contigo- Dijo -Confío en ti, y esto no va a cambiar por todo lo que hagamos esta noche. Sé que quieres decir cada palabra que dices sobre este algo más. Siento lo mismo-
-Nos estamos moviendo bastante rápido- Dijo Lena -No me gustaría que cualquiera de nosotras nos arrepintiésemos- ¿Qué pensaba esta chica?, que Julia no tenía experiencia presentes, ni control de sus deseos. ¿Que si actuaban por instinto, Julia podría tener dudas y después huir de todo lo que se estaba formando entre ellas?
-Entiendo a qué te refieres, pero ya sé que no seré capaz de alejarme mañana como si nada pasó. Es extraño, he gastado los diez años pasados evitando situaciones que podrían hacerme vulnerable, y eso no me ha hecho feliz. Tengo que hacer algo diferente-
-Simplemente no quiero arriesgarme a hacerte daño- Julia dio la respuesta que estaba empezando a notar por sí misma:
-A veces hay que tomar riesgos para encontrar la felicidad- Algo se apoderó de Lena, transformando su expresión en un resplandor radiante.
-Significa mucho para mí oírte decir eso. Y pensar, que todo lo que se necesitó fue algunos pechos desnudos, un tanga y una toma muy poco hacia fuera-
-No- Julia trajo la mano de Lena a sus labios y plantó un beso suave el dorso -Todo lo que hizo falta fue conocerte- Se necesitaron unos momentos para que Lena reuniera la voluntad para hablar. Logró un sonido tranquilo y alegre que consiguió en Julia una amplia sonrisa.
-Maldita sea Volkova, no está nada mal. No estoy segura de poder creer que aún no has encantado a Legiones de mujeres en tu cama-
-No soy buena con las Legiones- Dijo -Por suerte para mí, sin embargo, me parece que lo hago bien contigo- Desmayándose, Lena cubrió su corazón de la palma de su mano.
-Páralo, mujer. Si mezclas la adoración total con la lujuria que siento ahora mismo, no puedo ser responsable de mis actos-
-¿Qué?- Preguntó -¿Más besos? ¿El uso de todo nuestro cuerpo a la plena vigencia?- La cara de Julia estaba llena de anhelo ardiente, Lena tuvo que romper su contacto con los ojos para mantener el control de sí misma. Más que nada, quería lanzar a Julia en el suelo, arrancar su traje, y hacerla gemir. Pero realmente le gustó Julia, hasta el punto que empezaba a asustarla, y se sintió paralizada por el miedo de hacer algo para espantarla -¿Es demasiado pronto para ti?- Preguntó por un momento, en voz baja -Quiero decir, por lo que sé, es probable que te guste salir con una chica durante meses antes de llevártela a la cama, ¿verdad?-
-Depende de la chica- Lena tomó la mano de Julia, desesperada por restablecer un contacto. Eso parecía lo suficientemente seguro. Julia parecía tan preocupada por lo que sentía que no podía dejar de tocarla. Pensó acerca de la mejor manera de responder, y decidió que el humor podría ponerlas a ambas tranquilas -Pareces bastante fácil. Dudo que tomaría ese tiempo- Julia se pasó una mano por el pelo, obviamente nerviosa de que su deseo fuese tan evidente. Pareció perdida en el pensamiento durante un momento, antes de decir:
-Me estás tomando el pelo, ¿no?- Frunciendo los labios en una leve sonrisa, añadió: -Parecía que estabas bastante dispuesta hace diez minutos- La boca de Lena hizo una mueca.
-Bueno, tengo que admitir que quedar atrapada en un ascensor con una bella extraña durante la noche, parece una oportunidad muy grande para perderla. Casi me parece mal si no lo hiciera-
-Y sólo pensar en la gran historia que tendremos para contar a nuestros nietos- Lena estalló en risas de sorpresa. Broma o no, Julia había llegado a su punto de vista. Esta no sería una aventura de una noche como cualquiera.
-Voy a pensar en ello, ¿vale?- Lena puso la palma de su mano sobre la garganta de Julia, envolvió los dedos alrededor de la suave curva de su cuello. Se inclinó hacia delante y le dio un beso lento y húmedo -¿Por qué no tomarse un respiro y llegar a conocerse la una a la otra un poco mejor primero?- El pequeño gemido de desilusión que brotó de Julia casi deshizo a Lena. No podía imaginar aguantar diez años de frustración sexual, luego a instantes de la prometida liberación pedirle que se tomara un respiro. Pero Lena tenía que conseguir aunar pensamientos antes de tomar la decisión de brincar en una relación sexual. Ella no estaba acostumbrada al sexo ocasional, y de ningún modo quería que ese fuese el comienzo con alguien que la hacía sentir tan feliz como Julia.
-Si eso es lo que quieres- Julia pasó a sentarse con las piernas cruzadas, una vez más -Aunque debo decirte que después de unas horas juntas, tú ya me conoces mejor que nadie en mi vida. ¿No es patético?-
-No es patético. Es halagador-
-No, es patético- Sujetó el cierre delantero de su sujetador con una resignación melancólica que rasgó a Lena -Nunca he reaccionado a nadie como contigo. Es una locura. Es tan fácil hablar contigo-
-Para mí también lo es hablar contigo- Dijo Lena, distraída mientras miraba a Julia abrocharse su camisa -¿Qué estás haciendo?-
-Ponerme mi camisa de nuevo. Me siento extraña aquí sentada casi desnuda mientras hablamos- Lena puso mala cara.
-¿Así que me vas a castigar al ocultar tus deliciosos pechos lejos?-
-No pienses en ello como castigo. Además, yo no me voy a sentar aquí en topless mientras que tú tienes una camiseta- Lena miró hacia su propio pecho.
-La camiseta es negociable-
-No, a menos que quieras ser violada aquí mismo, en el suelo- Dijo -De acuerdo, así que se trata de conocernos mejor. Pregunta lo que quieras- Había una nota derrotada en la voz de Julia -Diablos, no tengo secretos ocultos. Por cualquier motivo, me parece que te diré algo-
-¿Cuál es tu comida favorita?-
-Comenzando fácil, ¿eh?- Pensó durante un momento -La Nochè Big Out 'en el crisol de culturas-
-Tomo nota, por cierto, ese es otro lugar donde te voy a llevar para la cena. Cuando salgamos-
-Estupendo. Entonces, ¿y tú? ¿Cuál es tu favorita?- Gimiendo, Lena respondió sin vacilar.
-Las patatas dulces-
-Las patatas no son una comida- Lena le puso una mano sobre su estómago, que gruñó en señal de protesta repentina.
-Mierda, tengo hambre. ¿Compartimos esa barra de chocolate ahora?-
-Brillante idea- Dijo Julia -Tus pechos me hicieron olvidar todo sobre el postre-
-Sí que te gusta culpar a mis pechos para todo, ¿no?-
-Bueno, no. Tu culo comparte parte de la culpa. También es fantástico- Sonriendo, Lena rebuscó en su mochila.
-Eres tan fácil de complacer-
-¡Qué modesta!- Julia se comió con los ojos su culo descaradamente -Me da un poco de muerte cerebral cada vez que te miro- Lena se rio.
-Bueno, eso es bueno- Encontró la barra de Hershey, lo desenvolvió, y lo partió en dos. Aceptando su mitad, Julia dijo:
-Si me vas a dar chocolate cada vez que te digo lo mucho que amo a tu cuerpo, pesare ochocientas libras en poco tiempo-
-Ooh- Lena hizo reventar un cuadrado en su boca -Y la muchacha sólo espera la llegada de halagos- Julia se comió uno de sus propios cuadros, gimiendo de placer en el sabor.
-Todo por el chocolate-
-Confía en mí, lo tendré en mente- Julia miró los labios de Lena mientras masticaba.
-¿Qué va a hacer que te sientas como si me conoce lo suficientemente bien para dormir conmigo?- Lena casi se ahoga en la pregunta directa.
-Siempre he apreciado una mujer que puede ser directa. Pero… ¿Podrías esperar cerciorarte la próxima vez que no coma?-
-Lo siento. No puedes conseguir que trabajé y esperes lo haga con guantes de seda-
-Oh, yo realmente no creo que alguna vez te veré ‘suave’- Dijo -Supongo que no esperaré sexo salvaje y sudoroso de ti- Julia enrojeció furiosamente.
-Yo tampoco. ¿Te gusta?-
-Mucho- Lena se quedó mirando la cara de Julia y luego algunos otros lugares en las cercanías de los pechos -Tal vez demasiado-
-¿Por qué estás tan insegura acerca de esto?- Un rastro de tensión cambió la voz de Julia -Pareces bastante abierta sexualmente para mí-
-Lo soy- Lena podría leer la confusión y desilusión en los ojos de Julia. Había enviado señales mixtas. Por un momento desnudándose y viniendo a ella, y al siguiente se echó para atrás como una primeriza en el sexo -Sólo puedo imaginar lo que debes pensar-
-¿Importa realmente lo que pienso? Prácticamente te llamé puta por hacer tu trabajo-
-Sí, es muy importante- Queriendo hacer su punto más claro, dijo: -Si yo no quisiera verte después esta noche, no me importaría en absoluto. Pero esta noche es sólo un comienzo para nosotras- Julia sonrió. Su rostro parecía aliviado de repente.
-Yo no tenía derecho a juzgarte antes, sólo lo hice porque me sentía mal conmigo misma- Por el tono de Julia, Lena adivinó que se estaba permitiendo autorecriminarse. Tal vez pensaba que Lena se había retirado por miedo a ser vista como una guarra después de los hechos.
-¿Por qué te sientes tan mal contigo misma?- Preguntó con suavidad.
-A veces me siento como la mojigata más grande en el mundo, por lo que, naturalmente, me puse a tratar de hacerte sentir como la guarra más grande. No es lo que yo creo en absoluto. Espero que puedas perdonarme-
-Ya lo hice, pero, de todos modos, gracias por decirlo una vez más- Pensó por un momento mientras saboreaba una de sus últimas piezas de chocolate -Haz algo por mí-
-Cualquier cosa- No había ninguna coquetería en el tono de Julia. Miró a los ojos de Lena, como si quisiera ver en su interior.
-Vamos a hablar un poco de todo. Al igual que en una cita donde apenas estamos descubriendo acerca de una y de otra-
-Una cita. Me gusta la idea- Sonrió.
-Supongamos que no estás trabajando- Dijo -Háblame de tu domingo ideal, a partir del momento en que te despiertas por la mañana. Sin ningún trabajo-
-Bien, los domingos por la mañana, generalmente no salgo de la cama hasta que haya pasado... un poco de tiempo conmigo- Intentó dar una mirada de soslayo despreocupada, que no cayó completamente. Sus mejillas enrojecieron e inmediatamente apartó su mirada fija, pareciendo ligeramente incómoda con la admisión.
-Una mujer conforme a mi corazón- Dijo Lena -Un domingo por la mañana sin un orgasmo auto inducido, es como un día sin sol- Julia se iluminó y se reunió con los ojos de Lena.
-Después de eso, me gusta tomar un baño largo y caliente. Por lo general, una película en el sofá después de una tarde de compras. Si tengo que ir a leer algo agradable y explícito es, por lo general, las lesbianas en la naturaleza-
-No me jodas- Dijo Lena, riéndose entre dientes –“Yo soy heterosexual”, dijiste. Sabía que no eras hetero, pero por la forma en que te sonrojaste cuando me empezaste a hablar de erotismo lésbico, casi me convenciste. Tan tímida, tan  escandalizada por la idea de un poco de porno literaria. ¿Ahora me entero de que eres una experta en literatura erótica lesbiana?- Julia sonrió.
-Bueno, no suelo tener que leerlo en voz alta ante un público-
-Pero tú eres tan buena en eso- Dijo Lena -Bien, volviendo a tu mañana, ¿duermes desnuda?- La sonrisa de Julia vaciló ligeramente, haciéndose tímida –Yo lo hago- Ofreció -Desnuda como un grajo-
-¿Desnuda como un grajo?- Julia movió la cabeza hacia atrás y lanzó una carcajada -Expresión agradable-
-Culpan a mi madre. Ahora contesta a la pregunta. ¿Desnuda?- Julia saludó con la cabeza.
-Desnuda-
-Bien- Preguntó: -¿Haces ruido cuándo te corres? ¿Ya sabes, cuándo pasas el tiempo contigo?-
-¿Sabías que de alguna manera tropezaría de nuevo en la verdad o reto sin darme cuenta?-
-Por supuesto que no tienes que contestar si no quieres, yo esperaba ser capaz de confirmar la respuesta por mi cuenta bastante pronto- Julia movió la cabeza, bajando la mirada hacia su regazo.
-No es lo usual- Dijo –A veces no puedo evitarlo, pero  la mayor parte del tiempo, estoy callada-
-Voy a tener que hacer algo al respecto- Julia se acercó y le tomó la mano. Le acarició los delgados dedos con la suya, estudiando las intrincadas líneas de los nudillos de Lena.
-Creo que parte de la razón por la que estoy callada es porque crecí en una casa con mi hermano en la habitación de al lado y mis padres en la del otro lado. Años de masturbarme en secreto, me enseñó a correrme como un ninja, silenciosa y sigilosa. Es un hábito difícil de romper-
-Correrse como un ninja. Oh, Dios mío, eso no tiene precio-
-Es cierto- Defendió -Además, creo que sueno raro, ¿sabes? Toda entrecortada y fuera de control- Se estremeció.
-Uf- Lena se rio entre dientes. El sentido del humor es realmente un punto de encender, y esto no ayudaba a calmarla -Oh, Julia... Bueno, me gustas mucho- Julia vestía una estúpida sonrisa.
-Esa es la idea-
-Y, por cierto, voy a ser el juez de cómo suenan cuando te hago llegar- Dijo Lena -Dudo que 'raro' sea el primer adjetivo que voy a elegir-
-Me estás matando- Se dejó caer en la manta de Lena, acostada de lado, mirando por encima de las rodillas de la chica, con sus brazos alrededor de sí misma. Lena se unió a ella, extendiéndose para acostarse a su lado con la cabeza apoyada en la palma de su mano. Sosteniéndose en un codo estiró su mano hacia el estómago de Julia, acariciándole suavemente a través de su camisa.
-Lo siento- Dijo -¿No hago un trabajo muy bueno para alejarnos de la cosa sexual?-
-Cierto-
-Lo siento- Lena trazó círculos perezosos alrededor de su ombligo -Es difícil. Me esfuerzo tanto por ser noble y responsable ahora-
-Lo sé- La mirada fija de Julia se deslizó sobre la cara de Lena y bajo su garganta -Es imposible no desearte ahora mismo- Se inclinó, presionando un beso suave en el lado del cuello de Lena, quien inclinó la cabeza para mejorar el acceso, jadeando cuando Julia mordisqueó en la suave piel de su garganta.
-Casi parece inútil tratar de resistirse a lo que está pasando aquí-Susurró tanto a ella como a Julia.
-¿Casi?- Empujó su mano bajo el dobladillo de la camiseta de Lena, casi rozando la palma hacia arriba de la curva de su cintura -Es completamente inútil-
-Maldita sea- Lena se levantó y se inclinó sobre Julia, lamiendo su labio inferior -Se supone que debo de ser la voz de la razón-
-¿Por qué?- Preguntó al igual que su mano encontró el pecho desnudo de  Lena por debajo de su camisa. Ella dio a la carne firme un suave apretón -No tengo que ser protegida, Lena. Tienes que tocarme- Lena gimió cuando su pezón fue pellizcado. Empujó su lengua profundamente en la boca de Julia, besándola largo y duro. Así, toda la resistencia de Lena se derritió. ¿A quién engañaba? No duraría otra media hora en ese espacio sin ceder ante su necesidad, a sus necesidades. Mientras se besaban, sujetó ambas manos de Julia en el suelo sobre su cabeza. Con la espalda apoyada en el suelo, las muñecas capturadas en un firme asimiento, miró su cara por el nerviosismo, pero sólo encontró la emoción. Sintiéndose abrumada con la pasión, Lena asintió con la cabeza.
-Muy bien- Susurró -Entonces, déjame amarte-
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Mensaje por Lesdrumm Mar Ago 26, 2014 12:39 am

Hermoso capítulo continua! Laughing
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Mensaje por DerujKum Miér Ago 27, 2014 5:31 pm

Capítulo VIII. Hora diez - 4:00 a.m.
Julia miró arriba en los ojos verdes intensos de Lena, quien probó el apretón en sus muñecas, Julia jadeó

-¿Me permites?- Murmuró Lena, y se inclinó para chupar el labio inferior de Julia con su boca. Sosteniéndolo entre sus dientes, murmuró -¿Hacemos el amor?- Julia exhaló con voz temblorosa, contenta de estar de espaldas. Seguramente sus piernas habían dejado de trabajar ya.
-Vaya, no pasó mucho tiempo para convencerte- Lena se retiró, deslizando la lengua por el labio superior de Julia.
-Eres muy persuasiva- Soltó una de las muñecas y le acarició el dorso de la mano sobre la mejilla -Lo admito, soy impotente ante esos hermosos ojos azules- Julia sonrió triunfalmente.
-Me alegra ser capaz de seducirte-
-Me alegro, también-
-Tengo veinte y ocho años de edad- Julia dobló sus dedos bajo la mano que todavía sostenía su muñeca, que inhala en la sensación de ser retenida -Es hora de comenzar a tomar decisiones cuestionables donde el sexo está presente…- Lena se rio entre dientes, pero sus ojos estaban serios.
-¿Crees que esta es una decisión cuestionable? Julia sonrió.
-No, pero sé que se supone que es una- Se mordió el labio, Lena le dejó libre la mano de la muñeca atrapada.
-Te prometo que esto no se... quiero decir, que…-
-No voy a flipar- Le interrumpió -Todavía te respetaré por la mañana-
-Bien, entonces- Lena empujó sus caderas contra Julia, juntando las partes inferiores de sus cuerpos -Supongo que no hay realmente ninguna razón para no arrancar tu ropa y hacerte una mujer aquí mismo y ahora-
-Supongo que no la hay- Estuvo de acuerdo Julia -Así que comenzarás con la rotura- Lena se echó a reír, pero se detuvo después de sólo un instante, su mirada estaba fija en algo en la esquina superior de la cabina del ascensor.
-Oh, mierda- Julia movió sus hombros, estirando el cuello para ver lo que Lena estaba mirando.
-Oh, mierda, ¿qué?-
-Um... ¿crees que la cámara sigue funcionando?- Julia se sentó de golpe, desalojando a Lena de su posición encima de su cuerpo. Ella puso las manos en la manta para poder mirar con la boca abierta la cámara de vigilancia montada al lado de la fila de botones en la puerta del ascensor. ¿Cómo diablos no recordé esa cosa?
-Uh...- Con el corazón palpitante, hizo una lista mental. Vamos a ver: me tienen en el suelo con mi cabeza en el regazo de Lena, Lena medio desnuda y bailando, me hace salir con otra mujer... y mis pechos desnudos. Su mente giró cuando comenzó a pensar en cómo convencer a Rocky, el guardia de seguridad, para entregar la cinta potencialmente embarazosa sobre ellas -Ah, mierda- Como sintiendo la angustia creciente de Julia, Lena le puso una mano tranquilizadora en el brazo.
-Probablemente no funciona. Si el ascensor no funciona, ¿cómo podría funcionar la cámara?- De la misma forma que las luces de emergencia están funcionando. Con creciente horror, Julia continuó boquiabierta ante la lente de la cámara que miraba hacia abajo.
-Oh, mierda- Lena le dio un suave apretón del brazo.
-No, está bien. Tienes hermosos pechos- Julia miró de golpe a Lena y le lanzó una mirada de incredulidad.
-¿De verdad crees que me hace sentir mejor? Yo trabajo aquí-
-La gente ve mis tetas en mi lugar de trabajo todo el tiempo- Dijo Lena, con una sonrisa burlona -No es tan grave- Julia logró una media risa, mitad gemido, escondiendo el rostro entre las manos.
-Oh, Dios mío- Esto selló el acuerdo. Ellas no podían tener sexo ahora. Ella podría hacer muchas cosas con Lena, pero ser protagonista de su propia peli porno de lesbianas no era una de esas cosas. Por lo menos no en la primera cita.
-¡Ah!- Exclamó -¡Lo tengo!- Julia destapó sus ojos y miró a Lena rebuscar por su mochila.
-Por favor, dime que tienes una práctica y excelente máquina de borrado de cintas de video que olvidaste mostrarme antes-
-Casi tan bueno- Sacó el bote de la crema batida y lo sostuvo en alto, sonriendo enormemente. Julia movió la cabeza con rechazo feroz.
-No hay modo que yo lama tus pechos ahora que somos material de reality show…- Lena se burlaba cuando se levantó y sacudió el bote antes de destapar el mismo.
-No, tonta- Se levantó en puntillas, puso la boquilla del bote en el lente de la cámara -Estoy eliminando el problema- Asombrada, Julia vio cómo cubría la lente con espesa y blanca crema batida. Aunque algunas gotas llegaron al suelo, la mayoría se quedó y bloqueó la vista.
-Eres un genio- Susurró -Por supuesto, esto no hace mucho sobre lo que ellos ya tienen- Lena se dejó caer sobre la manta junto a ella.
-Vamos a preocuparnos de eso cuando llegue el momento, ¿de acuerdo? No hay nada que podamos hacer al respecto ahora mismo- A regañadientes, Julia dijo:
-Está bien- Lena se aclaró la garganta.
-Ahora... creo que iba a hacer el amor contigo- Ella sí que sabía cómo hacer que una chica se sienta mejor. Quiso alejar su paranoia, tratando de concentrarse en cambio durante el momento a mano. Se tumbó y estiró los brazos sobre su cabeza.
-¿No estábamos más o menos por aquí?-
-Oh, sí- Ronroneó Lena -Justo ahí- Tiró de su camisa sobre su cabeza sin dudarlo. Julia estaba embobada en aquellos pechos, bajó una mano para asestar un golpe en su boca, que colgaba ligeramente abierta. No importaba cuántas veces los había visto, no eran menos espectaculares.
-Perfecto- Lena comenzó a desabotonar la camisa de Julia otra vez, y esta vez su mano se movía lentamente, como si no tuvieran ninguna prisa especial en absoluto.
-Quiero sentirte contra mí- Julia se quedó silenciosa ya que la despojó de su camisa y sujetador, y miró su propio pecho elevarse y caerse con el entusiasmo. Dentro, ella era el caos total. Nunca había estado tan excitada, cada nervio terminaba en fuego. Su corazón golpeaba tan fuerte en el pecho que tenía miedo de cualquier energía que su cuerpo desviara hacia allí, y dejar de respirar. Lena se acomodó encima de ella con un gemido lánguido -Eso está mejor- Dijo, y se llevó la mano hasta enredarla en el negro cabello. Su piel era suave como la seda sobre el pecho desnudo de Julia.
-Ya te digo- El corazón de Julia latía con fuerza contra los pechos desnudos de Lena.
-Se siente maravilloso- Se inclinó y capturó la boca de Julia en un beso lento y perezoso. Separándose, colocó una mano sobre el corazón de Julia -Respira, cariño- Julia asintió con la cabeza e inhaló profundamente. El olor de Lena la hizo marear más, entonces exhaló, luego acunó a Lena y la sostuvo entre sus brazos.
-Se siente maravilloso, también- Murmuró.

Levantó la cabeza y trazó la lengua por los labios de Lena hasta que se separaron y fue aceptada en su interior. No tomó mucho tiempo para que sus besos persistentes y toques suaves se intensificaran hacia algo más. Apretó y acarició la piel desnuda del trasero de Lena, ya que montó con firmeza su muslo levantado. Podía sentir aumentar el ritmo cardíaco de Lena y rivalizar con el suyo mientras se besaban, calientes y descuidadas, las dos gimiendo y respirando pesadamente. Deslizó sus dedos por debajo de la cuerda que se extendía entre las nalgas de Lena de nuevo, pero se alejó del toque íntimo en esta ocasión, Lena arrancó su boca de Julia.

-¿Quieres quitarlo?- Aturdida, Julia le preguntó:
-¿A qué te refieres?-
-Mi tanga- Lena movió sus caderas, sonriendo abiertamente cuando Julia envolvió sus piernas alrededor de ellas -Parece seguro que lo quieres fuera- Julia la miró fijamente, sintiéndose improbablemente tímida dado la posición en la cual estaban.
-Lo quiero fuera- Lena se extrajo del abrazo del cuerpo lleno de Julia y se puso de pie.
-Sácalo fuera tú, luego, nena, quiero que me mires- Julia se levantó tragando contra una garganta demasiado seca. Gracias, universo. Ella se quedó mirando el triángulo de material sedoso negro que cubría a Lena y aspiró profundamente, lamiéndose los labios.
-¿Me prometes despertarme si me desmayo? Quiero terminar esto sin importar lo que pase- Lena la miró complacida e interesada.
-¿Estás en peligro de perder el conocimiento?-
-Honestamente, sí- Llevó la mano a las caderas de Lena, enganchando los dedos en la cinturilla de su tanga -Tengo miedo que esto vaya a ser que me despierte de este sueño cuando lo estoy haciendo bien- Lena le dio un suave tirón de pelo.
-Realmente no podrías ser más dulce- Conteniendo la respiración, Julia alivió a Lena del tanga por encima de sus caderas, comenzando lento y exhalando de modo inestable cuando destapó el pubis recortado con esmero de pelo oscuro, rizado entre las piernas de Lena.
-Oh- Lena separó sus pies, fomentando a Julia para tirar del material frágil a lo largo de sus piernas. Julia se echó hacia atrás cuando Lena los echó a un lado descuidadamente de un puntapié, luego se inclinó hacia delante de nuevo para que pudiera mirar la humedad evidente en frente de su cara.
-Me gustas en esta posición- Dijo Lena, moviendo la mano en el cabello de Julia que estaba en su rostro, trazando una suave línea por su mejilla, luego en la mandíbula. Se cernía sobre Julia como una diosa para ser adorada -Eres muy atractiva...- Incapaz de contenerse, Julia se inclinó hacia delante y le acarició los cabellos húmedos entre los muslos con la nariz y los labios. Lena estaba caliente y resbaladiza, y tan fragante que Julia gimió de placer.
-Estoy de acuerdo- Murmuró, deslizando su mano a las redondas nalgas de Lena –Atractiva-
-Vaya- Dijo con voz temblorosa. Capturando la cara de Julia con ambas manos, la movió de entre sus piernas -Tenemos que hacer más lento esto, sólo un poco- Juntando su coraje, Julia sacó su lengua y dio un lametón sobre la piel suave del muslo interior de Lena antes de que de ella la apartara con manos insistentes. Una dulzura se quedó en su lengua, y sintió que su propio coño se mojaba, cuando se dio cuenta que estaba probando a Lena.
-¿Por qué tenemos que frenar un poco?-
-Debido a que necesitas estar desnuda, también- Lena se puso de rodillas y se enfrentó a Julia -Estoy firme en eso- Julia corrió sus ojos sobre el cuerpo de Lena, tratando de no sentirse inadecuada en todos los sentidos.
-Desnuda. Vale- Lena se echó a reír y tiró cerca sus pechos para que se chocasen entre sí.
-Eres hermosa, Julia- Estirando el cuello, salpicó la garganta de Julia con pequeños besos y mordiscos -Absolutamente preciosa- Dejó caer la mano hacia abajo para presionarla contra el vientre de Julia, todavía besándose. Resistiendo el impulso de succionar su estómago adentro, Julia cerró los ojos y ladeó la cabeza para dar un mejor acceso a Lena. Esta inmediatamente se pegó al punto del pulso de Julia y chupó con fuerza suficiente para enviar una sacudida de placer tronando en todo el cuerpo de Julia.
-Sólo espero que...-
-Esperas, ¿qué?- Le preguntó, sin romper el contacto de la boca con su piel. Julia dejó caer su mano entre sus cuerpos y rozando la palma de su mano sobre el pubis adornado de pelo entre las piernas de Lena, quien inhalo una respiración inestable y finalmente detuvo sus besos, su frente apoyada en el hombro de Julia.
-Espero que estés bien con un aspecto más salvaje- Susurró. Ella ahuecó a Lena en su mano y le dio un suave apretón, acentuando su punto de vista. Si tan sólo hubiera sabido que iba a quedar atrapada en un ascensor con la mujer de mis sueños hoy, hubiera empezado un nuevo régimen de aseo. Lena se rio, un sonido que era entrecortado por la excitación.
-Estoy más que bien con ello- Puso las manos entre las piernas de Julia y palmeó a través de sus pantalones -Estoy hambrienta- Julia cerró los ojos mientras luchaba por competir con la abrumadora sensación de ser tocada tan íntimamente. Incluso a través de la ropa, era la caricia más electrizante que había recibido en su vida. Lena movió la mano hacia el botón de los pantalones de Julia -¿Puedo?- Cuando pudo volver a articular palabra, dijo:
-Sí- Lena llevó la mano hacia abajo y hurgo en los pantalones de Julia. El ligero temblor de sus dedos la sorprendió, y preguntó: -¿Estás nerviosa?-
-Increíblemente- Murmuró Lena. Logró deshacer el botón, y deslizó la cremallera abajo despacio -¿Tú no lo estás?- Julia hizo un balance. De alguna manera, ayudó mucho saber que Lena estaba nerviosa, también. Que fuera normal, y no sólo porque ella era socialmente inepta.
-No tanto como antes-
-Bueno- Apretó una palma contra el principio de la espalda de Julia y trasladó la otra mano para descansar en su estómago. Julia estaba lista para retomar sus palabras confiadas en ese momento. Lena deslizó una mano sobre su abdomen y se desvanecieron los broches de su pantalón. Antes de que se pudiera enterar de lo que estaba pasando, la mano de Lena la acunaba, y la cuidadosa yema del dedo se deslizó por la humedad abundante que se había reunido -Oh, Julia- La voz de Lena sonaba tensa -Estás empapada- Las mejillas de Julia ardían. No había manera de que tanta humedad fuera normal.
-Por horas, la verdad-
-Mi pobre niña- Susurró y retiró la mano para poder tirar de los pantalones de Julia hacia abajo sobre sus caderas -Deja que me ocupe de eso- Puso una mano suave sobre el hombro de Julia y empujó -Acuéstate para mí- Julia se desplomó sobre su espalda con un suspiro de alivio. Ella había estado teniendo problemas para mantenerse en posición vertical sobre las rodillas débiles, temblando –Levanta- Instó con una suave palmada en la cadera. Cuando Julia plantó los pies y levantó sus caderas en el aire, Lena tiró los pantalones abajo. Tirando hacia el lateral, trazó la cintura de las bragas de Julia con un dedo -Estas están en ruinas, ¿no?- Julia se retorcía bajo el toque, muy consciente de la humedad que manchaba su ropa interior y pintaba el interior de sus muslos.
-Hasta que pueda encontrar alguna lavandería, sí-
-Blancas- Lena frotó la palma de su mano en la entrepierna de las bragas de algodón -Son tan hermosas en ti-
-Mi par favorito- Admitió.
-El mío también. Hasta ahora- La miró con seriedad -Aun así, tengo que quitártelas- Julia respiró hondo. Por supuesto. Esa era la manera en que estas cosas funcionaban. Estuvo de acuerdo con un cabeceo renuente -Muy bien- Se tendió junto a Julia, moviendo su mano para descansar en su abdomen blando -Tienes la más dulce de las barrigas- Dijo, acariciando la piel alrededor de su ombligo, con ligeros toques de pluma, agregó: -Me encanta tu cuerpo- Julia se miró con una distancia crítica. Por primera vez, sintió un cierto brillo caliente a la vista de sus pechos llenos y todas sus curvas, sobre todo de la mano de Lena en ella. Sonrió, envalentonada por la obvia apreciación de Lena.
-Es... está bien- Lena deslizó su mano por debajo de la cintura de las bragas de Julia, corriendo los dedos en busca de los pelos húmedos, rizados.
-Esto me encanta- Julia se quedó mirando la forma en que la mano de Lena se movía debajo de su ropa interior con los ojos incrédulos. Cuando sintió el roce de un dedo en su clítoris hinchado y resbaladizo, arqueó su espalda y dio un grito. Lena llevó a su boca al oído de Julia -De modo que, tan sensible- Julia apretó los puños a los costados. Sus caderas se movían en círculos desesperados bajo la mano de Lena, necesitados de más.
-Quítamelas- Susurró -Sácalas fuera- Lena se metió en una sonrisa burlona.
-¿Quieres que tenga mejor acceso?- La capacidad de Julia para participar en bromas ingeniosas se estaba deteriorando rápidamente, junto con sus funciones autónomas. Trató de controlar su respiración cuando Lena presionó la longitud de sus dedos sobre  sus labios, luego frotó arriba y abajo a lo largo de la carne resbaladiza.
-Quiero que... eh... sí- Lena retiró la mano, dejando a Julia en frío y con ganas, con su ausencia. Ella tiró de las bragas de Julia con ambas manos, y esta levantó sus caderas automáticamente, permitiendo a Lena desnudarla.
-Estás preciosa- Ronroneó y se quedó entre las piernas de Julia, frotando la palma de la mano sobre el parche espeso de pelo oscuro -Estoy tratando de decidir qué hacer primero- Murmuró, lanzando su mirada entre los pechos de Julia y su coño -No es tan fácil como puede parecer- Los pezones de Julia se endurecieron en la sensación de la mano de Lena entre sus piernas, y en el sonido de su voz gutural.
-Bésame- Sugirió en voz baja. Llegó entre sus propias piernas con dedos temblorosos, tomando la mano de Lena para llevarla a sus labios -Para empezar, bésame-

Lena sustituyó sus dedos por su boca, dando a Julia un beso que hizo a sus dedos del pie rizarse. Julia se abrió de piernas y dejó a Lena colocarse entre ellas, gimiendo en la sensación de su piel desnuda en la de ella. Era casi demasiado para soportar: los pezones erectos de Lena frotando contra los suyos, los pelos cortos y fuertes entre las piernas de Lena se enredaban con los rizos húmedos propios de Julia, el peso agradable de un cuerpo delgado de mujer encima de ella. Este es el mejor regalo de cumpleaños que he tenido, pensó. Lena puso fin a su beso, deslizando su boca abajo sobre la barbilla de Julia y su cuello, mordisqueando y lamiendo su piel cada centímetro del camino.

-Eres tan suave- Murmuró mientras se perdía con besos húmedos hasta la pendiente de los senos de Julia -Me siento tan bien- Lamió un camino hacia el pezón erecto de Julia -Nunca te quiero ver con ropa de nuevo-

Tomó el pezón entre sus dientes brevemente antes de soltarlo y lamerlo con el piso de su lengua. Julia se echó a reír, un sonido susurrante que sonaba más como un grito ahogado que como una expresión de alegría desenfrenada. Eso fue todo. La boca de Lena se metió en una sonrisa alrededor de su pezón, por un momento todavía lamiendo, luego chupando con fuerza. Julia miraba, todavía fascinada por la realidad de ser tocada por otra mujer. Lena soltó su pezón y besó a su gemelo, prodigando el mismo tipo de atención en el otro pecho. Julia se retorcía y gemía bajo su tacto, sorprendida por la total falta de conciencia de sí misma a la hora de reaccionar en voz alta a las caricias de Lena. El muslo de esta apretó en la humedad copiosa entre sus piernas, forzando una súplica estrangulada.

-Lena, por favor. Por favor- Lena levantó la cabeza con una sonrisa.
-Bueno, no me tomó mucho tiempo para hacerte rogar- Desinhibida, Julia trató de recuperar el aliento.
-Estoy dispuesta...- Gritó cuando Lena tomó un pezón entre los dedos y tiró de él -Para... para pedir limosna- Lena besó en su boca, murmurando:
-Eso no va a ser necesario- Se desenredó de la morena, luego inició un lento descenso por aquel cuerpo, arrastrando besos calientes, cortando los besos en el camino. La cosa siguiente que supo Julia, fue que sus muslos morenos se levantaron sobre los hombros delgados de Lena.
-¿Qué estás haciendo?- Susurró en estado de shock. Sabía perfectamente lo que Lena estaba haciendo, por supuesto. Julia había visto suficiente porno y leído suficientes historias como para tener alguna duda. No podía creer lo que le estaba ocurriendo. Se deslizó de nuevo un poco más para dejar espacio y que Lena estuviera más plenamente asentada entre los muslos. Se lamió los labios como en previsión de una gran comida, mirando el coño de Julia con el hambre en sus ojos.
-Yo voy a probar- Dijo en voz baja. Se inclinó y besó la cara interna del muslo de Julia, y cuando ella se echó hacia atrás, pudo ver los labios carnosos de su brillante capa de jugos en Lena. Lena sacó la lengua y mordió su labio inferior, cerró los ojos caídos en la apreciación obvia –Delicioso-

Julia no respondió, demasiado preocupada con las increíbles cosquillas entre sus piernas. Lena movió su boca a través de sus muslos internos, entregando mordiscos suaves a lo largo de los pliegues (uno a cada lado) de su palpitante coño. Sonrió a Julia con ojos brillantes de color verde mientras trabajaba, metiendo su lengua de vez en cuando para asestar un golpe a la piel sensible. Julia se olvidó de cómo respirar. No sabía si sobreviviría a la noche. Lena tarareaba mientras apretaba sus labios contra los mechones de pelo que protegían el clítoris palpitante de Julia, proporcionando una gran presión, suficiente para hacer salir su grito ahogado y el arquear de su espalda en la anticipación. Julia colocó la mano en el espeso pelo rojizo de Lena, con los muslos temblando ante lo que iba a suceder. Lena tenía su mano sobre el estómago de Julia y la miró a los ojos.

-¿Cómo estás, cariño?- Julia asintió con la cabeza rápidamente, abriendo y cerrando la boca un par de veces sin llegar a formar cualquier palabra en realidad. Apretó los dedos en el pelo de Lena, luego gimió cuando pregunto: -¿Estás lista?- Los ojos de Lena eran brillantes y vivos, llenos de placer evidente. Julia abrió la boca para responder afirmativamente, pero lo único que logró fue, en su lugar, un tranquilo gemido que se convirtió en un grito de asombro cuando Lena se flexionó ligeramente para hacer estallar una corriente de aire sobre su coño recalentado. La brisa levantó sus pezones en puntos aún más duros, arrancando una mueca afligida de ella.
-Por favor, bésame- Declaró. No hubo ninguna vacilación. Estaba más allá de tener miedo de pedir lo que quería. Lena plantó otro beso suave entre las piernas de Julia, antes de presionar la nariz en sus cabellos rizados. Retirándose, pero manteniendo sus labios a escasos centímetros de la parte donde Julia más la necesitaba, murmuró:
-¿Así?- Casi contra su voluntad, Julia levantó las caderas para tratar de forzar un contacto más.
-Dame un beso... más duro- Lena bajó la boca y presionó los labios firmes hasta el mismo lugar, jugando con el clítoris de Julia con la promesa de su atención, pero el beso fue amortiguado todavía por los pelos, que absorbió la caricia.
-Más duro ¿así?- Preguntó. Julia apretó la mano en el pelo de Lena de nuevo, resistiendo la tentación de forzar su cara entre sus piernas.
-Dios, Lena, por favor- Lena movió la mano para extender a Julia abierta, expuesta de cantar su necesidad húmeda, hinchada, y bajó la cabeza para localizar con la punta de la lengua sus labios. Julia gritó sorprendida por la sensación exquisita. Lena levantó la cara.
-¿Algo así?- Julia asintió con la cabeza, desesperada por más.
-Yo nunca he... Nunca he sentido nada por el estilo- Tiró del pelo de Lena, impulsando su espalda -Por favor... por favor- Lena arrastró la palma de la lengua hasta la longitud del sexo de Julia, desatando una nueva ola de humedad que Julia estuvo segura que tuvo que sentir Lena en la barbilla. Apartándose por un instante, Lena dijo:
-Eres tan hermosa, Julia. Gracias por esto- Y luego se instaló en el festín.

La boca de Julia se abrió y se mantuvo así, con los puños apretados y los dedos encrespados, cuando Lena cubrió la carne hinchada de su coño con la boca entera. Su cuerpo se tensó en el beso íntimo, mucho más intenso y consumado de todo lo que ella había imaginado que sería. Sus manos soltaron el pelo de Lena; estaba deshuesada bajo el asalto sensible, y carecía de la fuerza para ejercer su voluntad de cualquier modo. Se rindió a Lena, en cuerpo y alma, se volvió más vulnerable de lo que había sido nunca antes, y enamorada de la felicidad embriagadora, agradecida de sí misma y de Lena por completo. Gimiendo, era todo instinto y nada pensamiento. La lengua de Lena jugaba con Julia con habilidad casual, puliendo arriba y abajo de su carne estriada y la humedad resbaladiza. Se trasladó más abajo, rodeando la apertura apretada de Julia, apretando dentro ligeramente antes de retirarse con un meneo sensual. Lena guardó sus palmas presionadas contra los muslos interiores de Julia, sosteniéndola abierta, y movió su cabeza de arriba hacia abajo, de acá para allá, cuando trabajó en ella con labios y lengua. Julia acunó la cabeza de Lena con ambas manos, sus muslos temblaron sin control con el placer de todo eso. Lena envolvió sus brazos alrededor de sus muslos y se agarró, gimiendo en voz alta cuando Julia bombeó las caderas tentativas en su rostro, en busca de la liberación. Lena permitió el empuje de Julia en su boca mientras lamió y chupó su coño.

-Sí, Lena, sí... sí- Exclamó, plantando los pies en la manta, tratando de aprovechar mientras seguía moviendo las caderas al ritmo de Lena -Sí, por favor, sí-

Lena abrió la boca, deslizando su lengua en círculos más grandes en el clítoris palpitante de Julia. El placer era tan intenso que el cuerpo de esta casi no parecía saber a dónde ir, la forma de romper esa barrera final para la liberación sin sentido. Flotaba en el precipicio por lo que parecieron horas, apretó los ojos fuertemente cerrados, mientras buscó aquella última caricia que la empujaría sobre el borde. La encontró cuando Lena subió una mano y pellizcó su pezón con fuerza, haciéndolo rodar entre su pulgar e índice, todavía lamiendo, deslizando sus labios luego arriba y debajo de la longitud del clítoris hinchado. Julia gritó y arqueó la espalda, sosteniendo la cabeza de Lena fuertemente a ella, siguiendo el bombeo y empuje. No estaba en absoluto silencio cuando llegó. Gemía y juraba incoherencias cuando el placer del orgasmo arrancó a través de su cuerpo. Aguantó las acometidas de la sensación, siempre y cuando pudo, desesperada por experimentar hasta el último fragmento de la misma, pero finalmente tuvo que empujar hacia un lado a Lena con manos temblorosas.

-Espera- Sollozó Julia -Espera, yo…- Se quedó inerte en los brazos de Lena hasta que el asalto por vía oral hubo cesado, ardientes lágrimas rodaban por sus mejillas. Sus ojos ardían con la emoción provocada por todos los sentimientos que Lena movió en ella, y el llanto era la única manera de aliviar un poco la presión en el interior -Dios mío- Lena besó su camino hasta el abdomen de Julia, por encima de su vientre y llevó ambas manos hasta el cabello sobre los hombros de Julia en un abrazo sensible. Su boca dejó un rastro húmedo a lo largo de las costillas de esta, su pecho derecho, el hombro, el cuello y la barbilla. Lena apretó la lengua hábil en la boca de Julia, compartiendo un sabor que ella sólo había probado irresolutamente antes de aquel momento. Supo deliciosa en la boca de Lena, quien la acunó en sus brazos, besándola durante momentos largos antes de retirarse con una sonrisa sensible.
-Eso fue increíble- Susurró, rozando con el dorso de la mano la mejilla húmeda por las lágrimas de Julia -Julia, cariño, eres una maravilla- Julia se aferró a los hombros de Lena, escondiendo el rostro en su cuello suave y cálido cuando siguió llorando. Lena facilitó su brazo por la espalda de Julia, sosteniendo su final. Le susurró al oído: -Estoy tan contenta de haberte conocido esta noche. Por lo tanto, tan contenta de que me dieran la oportunidad, de que este estúpido ascensor se atascó. Se siente tan bien tocarte, que te guste. No estoy segura de haber conseguido alguna vez estar tan encendida por una mujer antes- Las lágrimas de Julia se redujeron con las palabras tranquilas de Lena, luego se detuvo por completo. Apretó su brazo alrededor de Lena, aferrándose a su cuerpo flexible cuando su ritmo cardiaco empezó a disminuir.
-Gracias- Murmuró contra el cuello de Lena -Eso fue... eso fue...-
-Lo fue- Estuvo de acuerdo Lena, frotándose la mano sobre los omóplatos de Julia -Es un sabor tan dulce- Hizo una pausa, luego cayó un ligero beso en los labios de Julia -¿Estás bien?-
-Estoy llorando- Murmuró, trayendo una mano a la cara y apartando las lágrimas para secarse -No sé por qué estoy llorando- Lena se transformó en una mueca arrogante.
-Porque soy muy buena. Es por eso- Se apartó de Lena tras hacerla sentir mejor por esa demostración emotiva. Julia quitó el pelo rojizo de la cara de Lena.
-Tienes razón, eso debe ser- Lena se cambió para que ella pudiera estirarse a su lado. Mantuvo un brazo enroscado debajo de la espalda de Julia y se agachó con la otra mano para acariciar la carne sensibilizada de su abdomen. Julia respiró sobresaltada.
-¿Qué estás haciendo?-
-Preparándote para que te corras otra vez- Dejó caer su mano entre las piernas de Julia, deslizando los dedos hacia abajo para encontrar el clítoris hinchado -Si voy a hacer el amor contigo, voy a hacerlo bien- La respiración irregular de Julia creció de nuevo. Ah, sí. Es la diferencia entre el sexo que involucra a un hombre y aquello que no. Repetición instantánea. Examinó su cuerpo, tratando de decidirse si podría resistir otro orgasmo demoledor -Te prometo que te dejé de una sola pieza- Murmuró. Mordió su lóbulo de la oreja, frotándose los dedos sobre los labios de Julia -Pero no hemos terminado todavía. Necesito más- Julia no estaba dispuesta a discutir. Dejó a sus piernas caerse abiertas para la mano de Lena y se preparó para más…
-Puedes tener lo que quieras- Lena trajo la punta de un dedo para investigar en la apertura de Julia, trazando círculos suaves alrededor de la humedad imposible que la cubrió.
-¿Puedo entrar?- Julia no lo dudó.
-Sí- Le susurró, luego exhaló como ella solía hacer para relajarse.
Se sentirá bien, se dijo, tratando de dejar de lado el recuerdo de la última vez que alguien había estado dentro de su cuerpo. Lena procuraría que se sintiera bien. Lena impulsó la longitud resbaladiza de su dedo dentro de Julia con un gemido suave, la penetración la llenó, sin forzar, suave y controlada. Julia cerró sus ojos y gimió con la sensación de rodear a Lena con su carne palpitante.
-¿Te sientes bien?- Preguntó en voz baja. Sacó su dedo hacia atrás una pulgada más o menos, y luego lo metió más profundo. Besó la sien de Julia, metiendo su lengua para trazar su línea del cabello -Estás muy agradable y apretada a mí, Julia- Julia abrió sus ojos y sostuvo la mirada fija intensa de Lena. Ella parpadeó, superada, y con ganas de más. Levantando sus caderas para encontrar uno de los empujes lentos de Lena, gimió.
-No te detengas-
-Oh, yo no voy a parar- Los empujes de Lena se mantuvieron estables, moviéndose en el interior del coño de Julia -No voy a parar hasta que te corras sobre mi mano- Julia se mordió el labio con tanta fuerza que estaba segura de que dibujaba la sangre. Apretó el puño en la manta y trasladó el otro brazo alrededor de los hombros de Lena. Respirando con dificultad, habló a tiempo con los golpes deliberados de Lena.
-Mete... el otro... dedo- Lena se retiró a la entrada, se impulsó en el interior luego con más. Se deslizó en lo profundo, moviéndose tan despacio que Julia podría sentir cada milímetro del progreso tortuoso, como las yemas de los dedos romos raspaban contra las paredes interiores. Julia gritó, abriendo las piernas tanto como pudo, desesperada por ser tomada.
-¿Todavía se siente bien?- Susurró, dándole un breve beso en la boca. Su mano se mantuvo en movimiento constante entre los muslos de Julia, largos dedos entrando y saliendo de su coño, aún con lentitud. Julia apretó los dientes, las fosas nasales llameaban mientras luchaba con su creciente necesidad.
-F… fóllame- Los dedos de Lena se aceleraron, desviándose hacia arriba para frotar en las paredes interiores de Julia con firmeza.
-¿Así?- Cuando Julia cerró los ojos, dudando y respirando con dificultad, Lena susurró acaloradamente en su oreja: -Me gusta oír lo que quieres. Me gusta saber que esto se siente bien para ti. Háblame- Julia trató de lidiar con sus pensamientos borrosos e inciertos que incluso no recordaba cómo hablar. Se lamió los labios, luego gritó cuando Lena comenzó a acariciar un lugar que duele con el deseo.
-Sí, así-
-¿Vas a correrte para mí?- Julia lanzó un grito fuerte de placer cuando la almohadilla del pulgar de Lena se posó sobre su clítoris, y movió las caderas para cumplir con el empuje firme de aquellos dedos.
-¡Sí!- Lanzó un grito, aunque no podía recordar la pregunta que contestaba.
-Córrete para mí, Julia- Susurró a su oído. Su mano seguía un ritmo perfecto, con los dedos que penetran, frotando el pulgar, robando a Julia todo pensamiento coherente. Julia le dio voz a su liberación en una letanía de jadeos, las palabras fuertes, las maldiciones, la gratitud con lágrimas en los ojos, y la recitación del nombre reverente de Lena. Esta apretó el brazo por la espalda de Julia cuando llegó, bombeando los dedos hasta que Julia cerró los muslos a su brazo. Calmando su movimiento, mantuvo sus dedos enterrados profundamente hasta que Julia recuperó el aliento y se estremeció ante las réplicas que sacudieron todo su cuerpo -Estás caliente- Murmuró,  y meneó las puntas de sus dedos donde descansaban -Me pareces una especie de diosa sexual, corriéndote así- Julia gimió, agarrando la muñeca de Lena en su mano. Extrayéndola con cuidado, graznó:
-Era todo por ti, querida. Tú lo lograste- Lena limpió su mano mojada en la manta, entonces la agarro en un abrazo apretado.
-¿Así que eso fue mejor que el “cómo-se-llama”?- Julia dio un resoplido.
-¿Que es “cómo-se-llama”?- Lena suspiró, trazando patrones descuidados sobre el estómago y el pecho de Julia con la punta de su dedo.
-¿Quieres salir a nuestra cita en la noche del domingo?- Julia sonrió, entendiendo la conclusión ilógica perfectamente.
-¿Te voy a recoger?-
-Perfecto- Dijo Lena, y apoyó la mejilla en el pecho de Julia -¿Lista para una siesta?- Julia parpadeó de sorpresa.
-Nop, ¿estás loca? Quiero...- Vaciló, tratando de elegir la palabra adecuada –Tocarte- Lena levantó la cabeza y pestañeó.
-Quieres... ¿qué?- Preguntó con un aire de picardía, casi como si supiera lo que había dicho. Julia sintió los latidos de su corazón recogerse.
-Yo quiero... Quiero joderte. Y lamerte- Lena exhaló con voz temblorosa:
-Tal vez no estoy tan cansada después de todo-
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Mensaje por xlaudik Miér Ago 27, 2014 8:09 pm

Lo dicho, está excelente!!!! :-D
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Mensaje por DerujKum Jue Ago 28, 2014 5:29 pm

xlaudik. Gracias. Espero que este te plazca de igual manera.


Capítulo IX. Hora once - 5:00 a.m.

-Sabes que vas a tener que ayudarme, por si lo hago completamente mal, ¿verdad?- Lena se rio cuando Julia se sentó a horcajadas sobre sus caderas, colocándose encima de ella.
-Dudo que hagas algo totalmente equivocado- Murmuró -No pareces totalmente ignorante sobre el sexo-
-Pero yo soy totalmente ignorante acerca de hacer el amor a una mujer hermosa- Julia rastreó sus dedos a lo largo de la clavícula definida de Lena -No te importa lo que he dicho antes de... joderte, ¿verdad?- Lena inclinó la cabeza.
-¿Importarme?-
-Bueno, supongo que no es una palabra muy sensible, ¿verdad?- Julia se encogió de hombros, sintiéndose tonta cuando siguió hablando -Quiero decir, sé que estás bastante abierta sobre esta materia, pero…-
-Cariño, vamos a tener sexo, no se realizan una ceremonia religiosa- Dijo –Se supone que es divertido. Me gusta tierno, pero hacer el amor no siempre tiene por qué ser romántico, lento y pesado- Un dulce alivio llenó el pecho de Julia. Muy bien, así que la metedura de pata pasó en falso. Bajó su cuerpo y su cabeza, besando el pezón erecto de Lena.
-Está bien- Murmuró, chupando la carne dura entre sus labios y probando con los dientes. Lena silbó en el placer.
-Te dije que me gusta hablar sucio- Recordó con voz entrecortada -Entre otras cosas- Julia soltó el pezón para poderla interrumpir.
-Así es, eres una pequeña pervertida, ¿verdad?- Lamió alrededor de la aureola de Lena con la respiración entre cortada. Esperaba que no le llevara demasiado tiempo para obtener la suficiente comodidad con Lena para tomar ventaja de esa fantasía especial. Lena empujó sus dedos en el pelo de Julia, sosteniendo a su cabeza contra su pecho.
-Yo estoy dispuesta a casi cualquier cosa, Julia, si lo deseas- Voy a tener que conseguir algo realmente excelente para Scott en la Navidad de este año, pensó. Cambió de pecho, tomando el otro pezón entre los dientes y dando vueltas con la punta de su lengua. Algo que refleje realmente mi amor profundo, eterno para él, que hijo de puta tan magnífico. Se echó hacia atrás y respiró hondo.
-Quiero probar-
-Sí- Se quejó Lena, extendiendo sus piernas de manera que las caderas de Julia se instalaron en el espacio -Me hice la prueba después de mi última pareja- Dijo, evitando los ojos de Julia -No hubo nadie más desde entonces- Julia parpadeó, no habiendo pensado siquiera hacer la pregunta. Podía sentir su vientre redondeado cada vez más húmedo con el deseo de Lena. Con sensación de su impaciencia centró su atención apenas variable a concentrarse en las palabras sinceras de Lena -En caso de que estuvieras preocupada por ello- Explicó con voz insegura. La mente de Julia se había despejado lo suficiente para recordar una de las primeras cosas que le había dicho a Lena. “Tal vez tengo miedo de lo que puedo coger contigo retorciéndote en mi regazo”.
-No estaba preocupada- Lena sonrió.
-Quiero sentir tu boca sobre mí- Julia se estremeció con anticipación. Se lamió los labios, casi sin poder creer que estaba a punto de cumplir una de sus mayores fantasías. Yo voy a ir abajo en esta hermosa mujer. Es un milagro de cumpleaños. Miró la longitud del cuerpo de Lena, admirando las curvas prietas cuando evaluó la situación.
-¿Crees que puedes ponerte por encima de mi cara…?- Le preguntó, rompiendo en una sonrisa tímida mientras preguntaba -¿… si estoy acostada boca arriba?- Lena gimió y se sentó, invirtiendo sus posiciones con facilidad. Julia se encontró sobre su espalda otra vez, jadeando cuando una rodilla fue plantada a ambos lados de su cabeza y el coño de Lena se abrió por encima de ella, de color rosa oscuro y brillante por la humedad, su clítoris hinchado, tan hinchado que era casi rojo -¿Recuerdas lo que dije sobre despertarme? Realmente quiero terminar esto- Julia se apoderó de las caderas de Lena con manos temblorosas -Por favor- Lena se rio tontamente y deslizó su mano abajo, entre sus propias piernas. Se extendió abierta, luego empujó dos dedos a ambos lados de su clítoris despertado.
-Podríamos comenzar con algo un poco menos intenso- Se frotó con lentos movimientos. Julia mordió con fuerza el labio inferior cuando su clítoris palpitaba en placer a la vista de Lena tocándose.
-Oh, no- Dijo -Me gusta intenso. Intenso es muy, muy bueno- Levantó la cabeza y probó el dedo índice de Lena con su lengua, gimiendo en su sorpresa por el delicioso sabor de sus jugos. Lena movió la mano, dejando a su hinchada necesidad expuesta.
-Dios, Julia- Julia llegó a las caderas de Lena, trayendo su coño abajo.
-Mi turno- Susurró y extendió su lengua para tomar una agradable capa de la carne húmeda y caliente.

Se olvidó de preocuparse por no saber qué hacer en el instante en que sintió los labios resbaladizos Lena contra su lengua y empezó a envolver a su clítoris hinchado. Dejó de pensar en conjunto, y retumbó en éxtasis mientras exploraba cada centímetro del lugar más íntimo de Lena con la boca entera. Los muslos de Lena temblaron y tejió de ida y vuelta como Julia aspiraba con avidez.

-Oh, joder, sí...- Julia soltó un quejido ante el sonido de las palabras gruñidas de Lena. Ella sabía tan increíble, tan dulce, se preguntó si todas las mujeres sabían tan bien, o era simplemente Lena. Tiró más duro de sus caderas, obligándola a bajar con más firmeza en su rostro. Podía soportar el peso, quería que, de hecho, anhelaba la sensación de estar totalmente abrumada por el olor y el sabor de Lena -Eres tan buena...-

Lena cayó hacia adelante, con la mano tocó la pared del ascensor. Se apoyó encima de Julia, gimió y se retorció mientras que el ataque contra su coño continuaba. Julia hizo rodar sus ojos atrás todo lo que pudo, mirando arriba del vientre de Lena, tratando de vislumbrar su cara. Quería ver exactamente lo que estaba haciendo a Lena, para ver si se sentía tan bien para ella como la lengua de Lena se había sentido en sí. Que podía reducir a otra mujer a un temblor, gimiendo en la confusión descubrió su sensación más fuerte de lo que creía posible. Todo el cuerpo de Lena se estremecía en sintonía con el temblor incontrolado de los muslos. Movía las caderas hacia atrás y hacia adelante sobre la cara de Julia, manchando los labios, el mentón y la nariz con sus jugos. Una mano cayó de la pared a la cabeza de Julia, hilando los dedos a través de su pelo.

Julia intentó sostener a Lena mientras se centraba en el borde duro de los nervios, cuya adoración produjo aún más humedad, la cual saboreó hábilmente. Ella se arremolinaba en la punta de la lengua hacia atrás y hacia adelante sobre el clítoris duro de Lena, persiguiendo a su alrededor con trazos firmes. A menudo movía su boca entera más abajo, empujando en la estrecha abertura que encontró allí, tirando de Lena con fuerza contra sí mientras la penetraba con una lengua rígida.

-Cristo, mujer- Gimió Lena, ahora más sometida dentro de su agarre -Tu er... eres sí, nena, chúpame...-

Julia oyó ruidos pequeños, frenéticos y los muslos al lado de su cabeza comenzaron a temblar con más violencia. Deslizó su mano en las caderas de Lena a sus nalgas, apretando duro y extendiéndolas aparte. Lena se puso rígida y gritó. Envío una oleada de humedad caliente, salada a remojar los labios de Julia, las mejillas y el mentón. Emocionada por lo que pudo provocar simplemente siguiendo sus instintos, Julia la sostuvo apretando, tratando de sacar tanto placer como podía. Relajó su agarre sólo cuando Lena comenzó a sollozar para que parase.

-Oh, está bien- Murmuró -Podemos descansar un minuto-

Se escabulló de debajo de Lena y se sentó, riéndose entre dientes. Lena simplemente se derrumbó sobre la manta para  calmar el movimiento en su vientre, el pelo se extendió furiosamente alrededor de su cabeza. Ella jadeaba con los brazos extendidos y el trasero redondo proporcionando una vista atractiva. Julia se arrastró hasta la longitud del cuerpo de Lena, salpicando sus hombros y la columna vertebral con besos suaves. Luchó por encontrar palabras, no estaba segura de cómo podría expresar lo que sentía. Después de unos momentos, dijo:

-Eso fue jodidamente increíble- Los hombros de Lena temblaron con la risa tranquila sobre la manta.
-Lo fue, no me puedo mover- Julia dio un beso en la nuca de Lena, moliendo su coño en el trasero desnudo bajo ella.
-Oh, no necesitas moverte. Creo que estás bien así donde estas- Lena gimió y empujó atrás, girando su cara al lado.
-Tú has hecho esto antes- Acusó -No hay manera de seas así de buena- Radiante, Julia apoyó la mejilla contra el suave pelo de Lena.
-Supongo que soy así de buena-
-Supongo que lo eres-
-También espero tener la oportunidad de probar una segunda vez- Después de haber llevado a Lena al orgasmo una vez, se sintió llena de confianza embriagadora. Estaba lista para más. Lena exhaló con voz temblorosa.
-Tienen que ser casi las cinco y media de la mañana. ¿Estás tratando de matarme?-
-Yo no quiero matarte- Movió la mano por la caída en la base de la columna vertebral de Lena a las espaldas de sus muslos, empujando los dedos en la coyuntura hasta que encontró la humedad -Sólo quiero follarte- Lena pareció juntarse entonces. Trató de impulsarse con sus rodillas, pero Julia rápidamente colocó su mano libre firmemente hacia abajo entre los hombros de Lena para evitarlo -Quédate cómo estás- Dijo. Lena se estremeció.
-Si eres así como principiante temo por mi bienestar físico-
-He tenido un montón de tiempo para soñar- Dijo -Y ver… y leer- Lena separó sus rodillas, quedando extendida y abierta.
-Estoy impresionada. Y espero que eso signifique que superaste tus nervios. No tienes ninguna razón para dudar de ti misma, confía en mí- Ella se fiaba de Lena, por supuesto. Y, milagrosamente, se encontró con que su nerviosismo había desaparecido.
-¿Cómo puedo estar nerviosa cuando te tengo húmeda y abierta, y con tu vientre delante de mí?- Se puso de rodillas detrás de Lena y apoyó una mano en su trasero. Sintiéndose casi arrogante, se echó hacia atrás después de varias caricias lentas y dio una palmada fuerte, lo que provocó que Lena se sacudiera con sorpresa -De hecho, estoy casi lista para ser perversa contigo-
-Dios, y ni siquiera es mi cumpleaños- Lena se disolvió en risas tontas. Julia agarró el culo de Lena y la extendió abierta, bajando su cara a los pliegues rosados que reveló y dando una vuelta en ellos con su lengua. Cuando Lena soltó un gemido ronco, sustituyó su boca por sus dedos.
-Apuesto a que te encanta ser tomada de esta manera- Murmuró, remontando los bordes de los labios de Lena con las yemas de sus dedos. Tragó de una, por la momentánea preocupación por su técnica, que seguía acariciándola -¿Te gusta ser tomada así?- Lena asintió con la cabeza con rapidez, balanceándose sobre sus rodillas para encontrar el movimiento de los dedos de Julia.
-Sí- Atragantándose.
-Lo sabía- Vacilante, Julia apretó un dedo entre los pliegues de Lena y buscó su apertura. Esperó saber cómo ir dentro de ella desde ese ángulo. Esperó que no le hiciera daño. Cuando encontró la entrada prometedora que buscaba, deslizó su dedo dentro poco a poco. Lena lanzó un gruñido tranquilo de placer.
-Dios, Julia-
-¿Me quieres aquí?- Susurró. ¿Cómo diablos se puso tan audaz? Con un gemido ronco, Lena apretó más contra el dedo de Julia.
-Te estás volviendo muy poderosa...- Susurró, moviendo aún más, instando a su interior más profundo.
-Tú me das ganas de serlo- Julia sintió una subida de emoción que no podía controlar. Lena la hizo sentir como si pudiese ser, o hacer cualquier cosa. Movió su dedo en la apertura, luego se retiró -Dime lo que quieres-
-Quiero sentirte dentro de mí- Las palabras de Lena fueron ligeramente amortiguadas por la manta -Quiero que sigas hablando- Envalentonada, Julia se acercó y tomó el lóbulo de la oreja de Lena entre los dientes. Apretó la punta de los dedos contra Lena, jugando con el apretado anillo de carne. Le acarició distraídamente por unos segundos, luego sondeó a su vez con unos dedos temblorosos. Exhaló por la nariz, acariciando la humedad de Lena mientras trabajaba para relajarse. Calmándose para hacer que fuese bueno para ella.
-¿Cuántos dedos quieres?- Susurró al oído de Lena. Frotó círculos suaves alrededor de la abertura con las puntas de dos dedos –Dime- Lena empujó su trasero más alto.
-Dos- Gimió -Dame dos- Julia sonrió a la sensación de poder que surgió a través de su cuerpo. Estaba realmente encendida, ansiosa por sentir a Lena desde el interior, apretó en adelante, deteniéndose cuando se deslizó a sus primeros nudillos.
-¿Dos?- Rizó sus dedos ligeramente y se retiró, frotando y lamiendo las paredes interiores cuando se retiró -¿Quieres que meta dos dedos dentro de tu coño?- Julia usaba todas las películas porno que habían visto alguna vez en este punto, cada pieza de la literatura erótica lesbiana, y sabía por el gemido torturado de Lena que estaba golpeando el suelo. La respiración de Lena se hacía cada vez más difícil.
-Por favor- Rogó, empujando hacia atrás antes de que Julia comenzara a moverse con ella -Fóllame, Julia, por favor-

Con un sentido de victoria rivalizada frente a cualquier buen grado en la escuela o los logros en los negocios, Julia metió su dedo índice y medio profundamente en el interior, gimiendo al unísono con Lena, cuando se enterró por completo en el acogedor espacio. Cerró los ojos durante unos segundos, perdiéndose en la multitud de nuevas sensaciones: el calor que rodea los dedos, la pulsación sutil que podía sentir a lo largo de toda la mano, la humedad que empapaba su mano y corría por la muñeca.

-Se siente increíble- Susurró -Lena, eres tan sexy-

Se quedó mirando, paralizada por la visión de los dedos desapareciendo en el interior de Lena. No podía creer que estaba muy dentro de ella. Tendida en el suelo en sumisión total, Lena soltó un quejido afligido y se meció más rápido y más duro en la mano de Julia, recordándole que realmente debía terminar lo que empezó. Cuando Julia pasó a estocadas profundas, cayeron en un ritmo creciente que se hizo doloroso por su propia liberación.

-Sí- Siseó Lena, moviendo su mano entre sus propias piernas para empezar a acariciar su clítoris. Julia sonrió.
-Oh, sí, te gusta mucho esto, ¿no?- Dio un par de empujes extra duros tomando como señal la respuesta frenética de Lena de que no estaba todavía cerca de su límite -¿No lo sabes?- Lena asintió con la cabeza, con el rostro enterrado en un brazo.
-Me encanta- Dijo –Se siente tan bien- Su mano trabajaba furiosamente entre sus piernas. Mirando hacia abajo a los movimientos disolutos de Lena, Julia tuvo un momento de inspiración. Dejó de mover su brazo, pero mantuvo los dedos en el interior.
-Fóllame- Dijo -Fóllame los dedos- Lena lanzó un grito de excitación sobresaltada, y, sólo después de una breve vacilación, comenzó a mecerse de veras, forzando los dedos de Julia profundamente antes de arrancar, de modo que sólo las puntas permanecieran dentro, luego empujó atrás, entonces fue sepultada otra vez. Julia se preguntó si era posible para ella correrse otra vez sin ser tocada. Su clítoris se estremeció, doliendo con un placer profundo que se llevó su aliento. Vio a Lena mantener un desvergonzado ritmo con su cuerpo, usando libremente a Julia para empujar más cerca al clímax -Dios, estás caliente- Gruñó. Incapaz de resistir, comenzó a empujar de nuevo, esta vez dejando el pulgar contra el anillo del ano fruncido de Lena. No trató de penetrar, en cambio aplicó una presión burlona en la apertura rosada diminuta. Lena la premió con un quejido estrangulado -Quiero hacerte llegar- Dijo. Jadeante, sin aliento Lena murmuró:
-Estoy casi... llegando- Trabajó con las manos su clítoris, frotando con círculos frenéticos cuando Julia se movió dentro de ella. Julia comenzó a acariciar pequeños círculos con el pulgar, magreando la piel sensible del ano de Lena, mientras mantenía un ritmo constante de empujes en su coño empapado -Tal vez algún día te voy a enseñar a follar mi culo- Dijo con voz entrecortada. Su coño se contrajo alrededor de los dedos de Julia mientras hablaba -¿Te gustaría eso?-
-Sí- Respondió sin dudarlo. Movió la yema del dedo en el ano de Lena, e inhaló bruscamente cuando la punta fue dibujada dentro. El deseo se apoderó de sus venas, aumentó la velocidad y la potencia del empuje de sus dedos, follando el coño de Lena tan duro como se atrevió. La mano de Julia era una mancha borrosa entre las piernas.
-Fóllame, sí-
-Te gusta que sea dura- No era una pregunta, era un comunicado.
-Oh, sí, Julia, oh, sí- La dulce voz de Lena se atragantó con la liberación gozosa. Todo su cuerpo se tensó, y por un momento, el único movimiento fue la mano de Julia golpeando entre sus piernas y sus propios dedos frotando desesperados círculos en su clítoris. Su coño tuvo espasmos alrededor de los dedos de Julia, liberando un chorro caliente de humedad que corría por la muñeca de esta. Hizo un ruido que provocó un espasmo entre los muslos de Julia como respuesta. Esta se maravilló por el modo que podía sentir que Lena se apretaba y convulsionaba con el logro de su orgasmo. Sentía como si su mano estuviera en medio de algún milagro, alguna fuerza poderosa de la naturaleza. Manteniendo los ojos cerrados, trató de memorizar cada detalle del calor, el placer pulsante y húmedo que había causado.
-Stop, no puedo soportarlo más- Declaró, mirando hacia atrás por encima del hombro. Ya Julia se había reducido a un bombeo suave, y ahora se retiró con cuidado. En reverencia silenciosa, le apretó con su mano húmeda en la carne hinchada entre las piernas de Lena y se arrastró hasta acostarse con ella.
-¿Estás bien?- Murmuró contra la piel alisada por el sudor del hombro de Lena, quien asintió con la cabeza. Sus mejillas estaban rojas y los húmedos zarcillos de cabello rojizo estaban pegados a su frente.
-Recuperándome- Dijo con voz ronca -Eres un hallazgo raro, ¿lo sabías?- Julia sonrió.
-¿Qué quieres decir?-
-Tienes un don natural. Creo que me he enganchado a una excelente amante antes que alguien descubriera ese hecho. Incluida tú- Aunque Julia no pudo detectar nada en la sinceridad de las palabras, su anterior confianza parecía estar derritiéndose bajo la intensidad de la mirada de Lena. Mirando fijamente a los ojos llenos de tierna emoción, sintió una suerte increíble pero incierta igual. No parecía posible que Lena estuviera siendo simplemente amable, pero indagó de todos modos.
-Pienso que fue bien después de todo el fiasco de los besos-
-Piensas demasiado- Chasqueó la lengua –Fue mucho más que bien, y tú lo sabes-
-Eso fue mucho más que lo que imaginé que sería-
-Yo también- Lena se inclinó hacia delante y le dio un beso lento a Julia -Eres exquisita. Te estoy cuidando- Julia tuvo que retenerse de dar golpes en su pecho. Sin embargo no pudo detener la amplia sonrisa que capturó su boca o el orgullo que sabía que brillaba en sus ojos.
-Recuerda, voy a necesitar practicar mucho más- Lena se rio.
-Nos han desatado un monstruo, ¿no?-
-Yo creo que sí- Julia le permitió introducirse en un cálido abrazo -Eso fue muy divertido-
-¿Vale la pena el riesgo?- La expresión de Lena era grave.
-Oh, sí. Y algo más-
-Estoy de acuerdo- Bostezó de repente.
-¿Hora de la siesta?- Le preguntó Julia, acariciando sus dedos sobre el pelo de Lena. A pesar de que no quería dejar de tocarla ni por un momento, dijo: -Hay que ponerse algo de ropa. Me niego a dejar que nos sorprenda Rocky con un rescate, mientras estoy acostada desnuda en el suelo del ascensor-
-Buena idea- Se desenredó y se sentó en la manta -No estoy segura de lo bien que voy a poder dormir aquí, pero lamentaría roncar a través de este ascensor que nos lleva hacia el vestíbulo- Julia frunció el ceño mientras ambas se pusieron los sujetadores y los pechos perfectos de Lena desaparecieron de la vista. Lena cogió las bragas de Julia de la parte superior de la mochila, haciendo girar la prenda de algodón alrededor de su dedo con una sonrisa juguetona. Julia hizo una mueca -No te las puedes poner de nuevo. Están empapadas- Lena recogió su tanga del suelo -Las mías también. Voy a ponerlas aquí- Metió ambos pares de ropa interior dentro de su mochila. Guiñando un ojo a Julia, añadió: -Tal vez voy a mantener la tuya como recuerdo- Julia resopló con placer avergonzado y se abrochó la blusa.
-Sólo si me das los derechos de visita. Esa es mi pareja favorita, después de todo- Especialmente ahora, pensó.
-Por supuesto. Siempre que quieras- Julia se incorporó para tirar de sus pantalones de nuevo.
-Lo que realmente quiero es una ducha- Su estómago gruñó, marcando una nueva necesidad.
-Y con desayuno-
-Te he oído- Después de fijar sus propios jeans, Lena dio un paso hacia Julia.
-En primer lugar un abrazo y la siesta que estábamos hablando. Eso, si puedo dejar de mirarte más de un minuto- Julia no dudó en dar un paso hacia los brazos de Lena. Le encantaba la sensación del corazón de la chica golpeando contra el suyo.
-Sabes, me siento muy feliz ahora- Lena brilló.
-Yo también- Julia se esforzó para limpiar la sonrisa tonta de la cara.
-Rocky va a tardar alrededor de cinco segundos para adivinar exactamente lo que sucedió aquí, ya sabes-
-Rocky es el guardia de seguridad, ¿verdad?- En el cabeceo de Julia, Lena se encogió de hombros -No hay nada que podamos hacer. Este ascensor huele a sexo-
-Y voy a estar sonriendo como una idiota cuando las puertas se abran-
-¿No es algo habitual para ti?- Le preguntó inocentemente.
-Ah, no. Parece que tú me inspiras- Lena se acurrucó contra su cuerpo.
-Qué suerte tengo-
-Qué suerte la mía- Respondió Julia.

Sacudieron la manta y se tumbaron sobre ella, acariciándose cerca, cara a cara. Mirando los soñolientos ojos color verde de Lena que sintió su mirada más pesada por el sueño y su respiración más lenta, Julia sintió que se hinchaba de orgullo una vez más. Maldita sea, la dejé agotada. Lena presionó su cara en el pecho de Julia.

-Nos vemos cuando nos despertemos-
-Sí, nos vemos pronto- Dijo Julia en un susurró.

Ella no sabía si Lena la oyó o si ya estaba dormida. Todo lo que oyó fue un pequeño resoplido y un ligero suspiro. El cabello cobrizo y sedoso le rozó la barbilla y apretó su agarre, tratando de poner a Lena lo más cómoda posible. Con la mirada fija en ella, pensó: realmente me gusta esta mujer.
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Mensaje por candyelizabeth Vie Ago 29, 2014 9:54 am

GENIAL ESTA CONTINUACION ESPERO POR MAS
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Mensaje por DerujKum Vie Ago 29, 2014 4:58 pm

Capítulo X. Hora trece - 7:00 a.m.


Julia entró y salió de la conciencia durante bastante tiempo antes de despertar por completo. No podía decir que se sentía despejada, y sabía que no había dormido durante mucho tiempo en el duro suelo. La incomodidad y el calor familiar de Lena en su brazo conspiraron para poner fin a la siesta, no mucho después de que comenzara.

La cabeza de Lena se apoyó pesadamente en el pecho, el brazo seguía todavía abandonado sobre la cintura de Julia. Sus pechos apretados en el costado de Julia, provocaron un destello de recuerdo de su amor. Julia se estiró para poder depositar un beso suave en la parte superior de la cabeza de Lena. Aspiró la dulce fragancia de su champú mezclado con el sudor.

-¿No puedes dormir?- Murmuró Lena. Julia se sacudió un poco al sonido de su voz, se sorprendió al verla despierta. Le dio un abrazo suave.
-No, lo siento si te desperté- Lena levantó la cabeza del pecho de Julia, parpadeando hacia ella con ojos cansados.
-No lo hiciste- Dijo –Lo siento, si te pareció así. Esto tomó mucho de mí-
-Vamos a ser rescatadas pronto- Miró su reloj de pulsera. Eran las siete. Rocky estaba sin duda de camino al trabajo -Incluso si se tratara de una cómoda cama, no sé si podría haber dormido. Creo que todavía estoy un poco excitada- Lena soltó una aliviada sonrisa tierna.
-¿Sobre hacer el amor?-
-Sobre todas las cosas. No puedo dejar de pensar. Y no estoy acostumbrada a estar tan cerca de alguien más. Yo sólo quiero tocarte todo el tiempo- Lena acarició la mejilla de Julia con el dorso de su mano, acercándose para darle un breve beso.
-Entiendo-
-¿Y tú? ¿Es eso lo que sientes, también?- Julia cubrió el oído delicado de Lena con la mano. Era tan suave.
-Lo hago- Dijo -Estoy emocionada, también-
-No puedo creer que sólo hemos estado aquí durante doce horas- Susurró -Me siento como una persona completamente diferente-
-Eres la misma persona. Sólo... más valiente-
-No, soy diferente- Julia se adelantó, tomando los labios de Lena en un beso ligeramente más largo, más profundo. Quiso quedarse en aquel beso para siempre. Lena se sentía como un milagro, convirtiendo su vida patas arriba durante toda la noche. Ya la idea de volver a sus viejos hábitos la hacía sentirse mal del estómago -Estoy mejor por haberte conocido- Lena inició otro beso. Sin embargo, éste se prolongó durante un par de minutos. Terminó con un gemido de satisfacción, echándose hacia atrás para sonreír a Julia.
-Así que, ¿cuáles son tus planes para después de salir de aquí?-
-¿Esta mañana?- Ella esperaba que la incluyeran. Incierta, pretendió cubrirse -¿Cuáles son los suyos?- Lena miró hacia abajo en el pecho de Julia.
-¿Crees que estarás trabajando en esa propuesta tuya?-
-¿Qué propuesta?- Al instante, la tensión de Lena se alivió y lanzó una carcajada. Alzó la vista en Julia con ojos brillantes.
-Maldita sea, aquella oferta importante-
-Oh, sí, aquella propuesta- En este punto, el trabajo que había estado haciendo, cuando Lena irrumpió en su oficina la noche anterior, no tenía sentido. O al menos, no estaba en su programa para el resto del día. Sonrió a Lena -La oferta puede esperar, definitivamente-
-Cambió de prioridades, ¿verdad?- La cara de Lena brilló con el placer tranquilo. Julia le dio una cabezada seria.
-Creo que algo acaba de convertirse en más importante que la gestión de proyectos-

La sonrisa de Lena dio a cada momento que Julia había vivido alguna vez antes de aquel como deficiente, porque ellos no habían incluido aquella mirada de alegría pura en la cara de un amante. Aturdida, tomó la mano de Lena casi con miedo de dejarla ir. El miedo puso en duda todo lo que ella sentía. De alguna manera, no parece posible que puedan abandonar esta burbuja mágica suspendida entre pisos que pronto iba a tararear con la normalidad cotidiana, y dejar todo atrás. Sus ojos se encontraron con Lena, en busca de algo más que la pasión y la ternura que vio.

-¿No te sientes abrumada?- Le preguntó. Julia movió la cabeza, reacia a echar a perder el estado de ánimo con sus preocupaciones. Tal vez no era más que una pesimista nata. La mañana se acercaba a ellas, con todo lo que traería, empezó a pensar como la directora de proyecto que era. ¿Cómo funcionaría esto? Eran dos personas muy diferentes. Lena era extrovertida y cálida, y trabaja como bailarina en clubes de hombres. ¿Era algo con lo cual podría enfrentarse si ellas comenzaran una relación? Una cosa era no tener prejuicios acerca de cómo los extraños se ganaban su vida, ¿pero una novia? Julia tenía que ser honesta consigo misma. La idea la hizo sentir muy incómoda. Lena le tocó el brazo: -¿Lo estás?-
-¿Abrumada? Sí, un poco, pero de la mejor manera posible- Dijo -Ya era hora de tomarme una buena mirada en mis prioridades- Esa era la verdad. Independientemente de lo que pasara cuando dejaran ese asilo, nunca se sentiría igual respecto a su vida. Lena le dio una inclinación de cabeza grave.
-Y el sexo es más importante que las propuestas, reorganiza la lista- Julia se echó a reír.
-Bueno, el sexo es más importante que la presentación de propuestas. Pero pasar tiempo contigo es más importante que el sexo-
-Buena respuesta-
-Gracias, me di cuenta qué tipo de respuesta era una manera segura de tener sexo de nuevo en poco tiempo- Lena se rio en voz alta, ofreciendo una divertida bofetada al brazo de Julia.
-Qué mala eres- Cuando la risa se calmó, le dijo: -Para que conste, no es necesario ninguna respuesta inteligente para echar un polvo de nuevo. Trae esas manos, esa lengua y tu cuerpo hermoso, y me tendrás siempre que quieras- Julia apretó su brazo alrededor de Lena. Las promesas llegaron tan fácilmente mientras estaban sentadas allí en el post-resplandor prolongado de su relación sexual. Se preguntó cómo resistirían a la cruda luz del día.
-Sobre lo de esta mañana, ¿tienes algo en mente?- Lena asintió con la cabeza.
-Me preguntaba si estarías interesada en unirte a mí para el desayuno y la ducha que estabas hablando antes- Al igual que ella, incluso tenía que preguntar.
-Por supuesto que sí- Respondió. Lena se iluminó.
-Genial, ¿qué quieres hacer primero?- Julia arrugó la nariz, respondiendo sin dudar.
-Ducha-
-Tú, yo, una ducha... no podemos garantizar que vamos a hacer para el desayuno- El estómago de Julia gruñó. Puso una mano sobre su vientre, sintiendo agudamente su falta de nutrición en las últimas veinte y cuatro horas.
-Oh, vamos a conseguir el desayuno. De una forma u otra- Se inclinó hacia delante y mordisqueó el labio inferior de Lena -Incluso si tengo que comer fuera de tu cuerpo desnudo- Lena rio disimuladamente.
-Ahora tengo una idea-
-Estoy llena de ellas- Lena esbozó una sonrisa menos que modesta.
-Estás llena de algo- El afecto genuino en los ojos de Lena envió una oleada de calor a través del vientre de Julia.
-Y sobre ese tema– Le acarició el abdomen con cautela -Tengo que hacer pis- En una respuesta pavloviana a la mera sugerencia, Julia sintió un dolor responder en su bajo vientre.
-Uh, oh-
-¿Tú también?-
-Por supuesto- Julia rizó el cuerpo en una bola incómoda -¿Por qué tuviste que recordármelo?-
-La miseria ama la compañía- Lena se volvió de lado una vez más, lo que reflejaba la posición de Julia -Estoy deshidratada. También debes sentirlo- La boca de Julia se transformó en un árido desierto con la observación de Lena. Chasqueó los labios, tratando de tragar. Dios mío, ¿cuánto tiempo pasó desde que había tenido algo de beber? Y después de todo ese líquido que había perdido antes con Lena su garganta se sintió sumamente áspera.
-Stop- Rogó -Déjame que flote en la euforia post-coito felizmente ignorante un poco más-
-Lo siento- Lena reprimió su alegría, haciendo una mueca y cruzando ambos brazos sobre su estómago -Oh, Dios, no me hagas reír. Por favor-
-Es descabellado- Comentó, admirando el cuerpo delgado que se convulsionaba de risa -¿Es así como te pones cuando estas cansada?- Lena se secó los ojos llorosos con el dorso de la mano.
-Una combinación de agotamiento y satisfacción sexual profunda-
-Es lo deseado- Dijo Julia.
-Payasa- Julia por casualidad escuchó un clic y la luz brillante la hizo entrecerrar los ojos y parpadear en la sorpresa. Lena se sentó, contemplando el techo con ojos enrojecidos -Oh, Dios mío, ¿es la electricidad de nuevo?- Julia miró a la pantalla por encima de la puerta del ascensor, y las filas de botones en el lateral.
-No sé- Lena lanzó otro gemido ahogado de la risa -Lo siento- Jadeó -Tu rostro- Con los hombros temblando, finalmente se incorporó y se apoyó contra el cuerpo de Julia para mantenerse -Oh, ayúdame. Me voy a hacer pis en los pantalones- Estaba adorable cansada y satisfecha sexualmente. Julia le dio un codazo al aire.
-No te acerques más. No necesito estar cerca de ti para…- Se quedaron en silencio cuando el elevador se sacudió un poco y comenzó a moverse. El pánico se apoderó del estómago de Julia -Oh, Dios mío- Se puso de pie, ofreciendo su mano a Lena -Tenemos que limpiar este lugar. Por lo menos un poco-
-Nunca voy a conseguir meter de nuevo la manta en esa estúpida bolsita antes de llegar a la entrada- Se quejó Lena.
-Sólo tienes que meterla en tu mochila- Julia agarró una esquina de la manta, y la juntaron en un bulto relativamente ordenado. Dejó a Lena meter la manta y se inclinó para examinar el resto del suelo -¿Qué más tenemos aquí? Aquel libro de literatura erótica lésbica no estará por ahí, ¿verdad?-
-No, y recogí mi tanga pegada a la pared, también- Las mejillas de Julia se inundaron de calor cuando inhaló el aroma que se aferraba a ella -Huelo a coño- Susurró -Lena, apesto a tu coño-
-Al tuyo, también- Lena subió la cremallera de su mochila y se la echó por encima del hombro -Que lo disfruten- Levantó la mano derecha a la nariz y aspiró profundamente, rompiendo en una amplia sonrisa -Yo lo hago- Julia no pudo evitar sonreír.
-No sé cómo voy a afrontar a Rocky. Debo parecer una mierda- Levantó la vista hacia la pantalla en la puerta del ascensor, tomando nota de que ya estaban en el piso doce.
-Te ves hermosa- Lena vaciló sólo un instante, y luego agregó: -No puedo esperar a tenerte otra vez- El corazón de Julia comenzó a golpear con tanta fuerza que estaba segura de que Rocky lo oiría en el instante en que se deslizaran las puertas del ascensor y se abrieran. Si el olor de su sexo no le tumbaba en primer lugar.
-Lena- Dijo –Compórtate- Lena tenía una sonrisa serena mientras se inclinaba para recoger a su iPod.
-Despreocúpate, bebé. Sé indiferente- Sí, claro. Julia enganchó el dedo en el cuello de su camisa, tirando el material lejos de su cuello.
-Despreocupada- Repitió -Por supuesto. No hay problema-
-¿Puedo tomar tu mano?- Preguntó con una voz dulce.
-No cuando te huele a coño- Segundo piso -Ahora vamos a actuar con naturalidad- Un momento más tarde, y las puertas del ascensor se deslizaron abriéndose para revelar a un joven de veintitantos con cicatrices de acné y pinta de jugador de fútbol y usando un uniforme de poli de alquiler azul oscuro. Él parpadeó ante la vista de ellas. Su nariz se movió nerviosamente un momento después. Él miró de Julia a Lena. De hecho, sus ojos se detuvieron en el pecho de esta última. Echó un vistazo a toda prisa de vuelta en Julia.
-¿Está bien, Srta. Volkova?-
-Sí, estamos bien, gracias, Rocky-
-¿Cuánto tiempo han estado atrapadas ahí dentro?- La mente de Julia se quedó totalmente en blanco. Está escrito en la cara, ¿no? Ella trató de sonreír abiertamente a Rocky y encontró que sonreía ya.
-Aproximadamente desde las siete ayer por la tarde- Miró su reloj de pulsera. Casi trece horas. Los ojos de Rocky se alzaron por encima del hombro de Julia, en busca de la cabina del ascensor detrás de ellos.
-Estoy contento de haberlas encontrado. La cámara parece no estar funcionando correctamente. Pensé que debía venir a comprobar...- Julia se aclaró la garganta, la cara se le inundó de calor. ¿Cómo diablos podía explicar la lente de la cámara cubierta de nata montada? Bajó la mirada a sus pies, deseando que el ascensor la tragara.
-Lo siento, Rocky- Lena le dio al joven una sonrisa encantadora -Tuve un pequeño accidente con la cámara. Creo que no causó ningún daño permanente- Rocky le dio una sonrisa amistosa.
-No hay problema, señorita. Me alegro de que esté bien- Volvió a mirar a Julia, el labio superior le tembló por un instante –Y bien- Agregó.
-Um... tengo que volver a subir a mi oficina para poder tomar mi bolso- Dijo Julia.
-Ah- Lena miró de Rocky a Julia -Bueno, supongo que iré con ella- Sucumbió a una tímida sonrisa -Para hacerte compañía- Julia se desanimó al ver que luchaba para reprimir una carcajada.
-Suena bien-
-Muy bien, señoritas- Rocky se apartó de la puerta del ascensor con una sonrisa satisfecha pegada en su rostro -Ustedes dos tienen un viaje seguro hacia arriba. Y un viaje sin incidentes hacia abajo- Por un momento, Julia creyó ver una genuina empatía en sus ojos. El calor, la amabilidad y camaradería, a cargo de los intercambios diarios de "buenos días" y el intercambio informal de cabezadas cuando salía de trabajar cada noche. Por un momento, estuvo segura de que iba a tener piedad de ella -¿Qué vas a darme por la cinta?- Preguntó sin un parpadeo. Julia suspiró, apoyándose en el marco de la puerta del ascensor y dando a Rocky una mirada cansada.
-Bastardo oportunista-
-¿Cincuenta dólares y una carta de felicitación para el administrador del edificio? Además de uno de esos panecillos que lleva todas las mañanas durante la próxima semana, y tiene un acuerdo- Julia dio una palmada en el botón de su piso.
-Tenla preparada para cuando llegue a la planta baja-
-Por supuesto- Dijo Rocky, cuando la puerta comenzó a deslizarse cerrándose -Y no la voy a ver. Se lo juro- Indiferente, Julia recordó:
-No hay nada en ella, de todos modos- Dijo en voz alta, pero la puerta ya estaba cerrada. Sola ante su propio reflejo en la puerta del ascensor, dejó caer su rostro entre las manos y gimió. Lena le dio un rápido abrazo.
-Pensé que iba bien- Julia movió la cabeza, respirando profundamente. Cristo, que tenía que lavarse las manos, cómo distrae.
-Creo que no fuimos muy indiferentes- Murmuró.
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Mensaje por xlaudik Vie Ago 29, 2014 8:43 pm

Espero con ansias la conti, Está gnial!!! :-D
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Mensaje por Kotenvolk Vie Ago 29, 2014 11:04 pm

Me fascina este FAN FIC! conti! Cool Smile
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Mensaje por DerujKum Dom Ago 31, 2014 5:57 pm

xlaudik. Me tardé un poco, pero ya está aquí. Que la disfrutes.

KotenVolk. Y a mí me fascina que lo leas. Disfrútalo Very Happy

Capítulo XI. El lunes siguiente


Por primera vez en su vida, Julia no pudo mantener su mente en el trabajo. La importante propuesta que se suponía iba a llenar la noche del viernes se mantuvo medio escrita en la pantalla de su ordenador, y durante los últimos veinte minutos había borrado y vuelto a escribir la misma frase. El recuerdo de su fin de semana con Lena flotaba con insistencia a través de su cerebro, dejando fuera toda la actividad habitual. Tan solo no podía hacer este proyecto de desarrollo de software.

El viernes por la noche en el ascensor había sido una epifanía, y el resto del fin de semana había realizado más que la promesa de aquella primera noche. El sábado volando en una nube de hacer el amor, la risa, y la conversación íntima que sangraba encima la mañana del domingo, que luego amenazó con estirarse hasta altas horas de la tarde. Cuando ella y Lena finalmente se despidieron, fue sólo porque estaban tan débiles y agotadas de tener sexo casi sin parar que habían estado de acuerdo que el tiempo aparte era necesario para el bien de su salud.

El domingo por la noche su corazón se desgarraba. Cuando Lena salió del apartamento de Julia, la magia pereció irse también. El extraño encantamiento que tejió, que hizo que el resto del mundo fuera irrelevante, se había ido. Desde ese momento, Julia se había vuelto cada vez más incierta de todo. Su conexión increíble, la pasión que habían compartido, e incluso su confianza instintiva con Lena. Tal vez la química del cerebro y las feromonas habían nublado su mente. En una neblina inducida por la lujuria, ¿alguien podría engañarse a imaginar el amor a primera vista, o al menos la posibilidad de una relación que se extendía más allá de un intenso fin de semana?

La mano de Julia se movió nerviosamente en el ratón de su ordenador y otra vez leyó la oración que expresaba con otras palabras de una forma obsesiva. Todo le decía levanta el teléfono y llama a Lena, pero el miedo la contuvo. El fin de semana había sido increíble, si tratara de convertirlo en algo más lo echaría todo a perder. No podía decir si ese último beso a su puerta era uno de una serie de besos que conducían a ella y a Lena hacia un futuro compartido, o si se trataba simplemente de un dulce adiós.

Julia estaba segura que nadie quería que un lanzamiento perfecto se terminara. Parte del encanto de un encuentro apasionado como el de ella con Lena era, probablemente, el hecho de que fue sólo de corta duración. La realidad nunca tendría un impacto. Tocó el teléfono, luego retiró su mano, poco dispuesta a hacer la llamada que confirmaría sus peores miedos. La opción elegante era esperar a que Lena la llamara. Si ella no llamara, entonces Julia sabría el veredicto y graciosamente se retiraría. Era lo suficientemente grande para aceptar el regalo que le había sido concedido y no exigir más de lo que Lena podría dar.  El teléfono de su escritorio sonó y  se sobresaltó al oír el sonido, envió el cursor volando a través de su monitor con un movimiento de su mano.

-¿Hola?- Su voz temblaba tanto, sabía que sonaba como alguien diferente. Tragando, trató de producir el saludo con la tranquilidad eficiente que normalmente daba recogiendo su línea de trabajo -Al habla Julia Volkova-
-Oye, niña del cumpleaños- La voz masculina en el otro extremo envió un destello de decepción a través de ella, pero tuvo que sonreír a pesar de sí -¿Todavía me hablas?- Por lo tanto, Scott sólo necesitó dos días y medio para trabajar el valor suficiente para llamar y ver cómo de cabreada estaba sobre su strip-o-gram. Parecía nervioso, y decidió dejarlo sudar un poco.
-¿Por qué no iba a estar hablando contigo?- Oyó que él vacilaba, sin duda preguntándose si su regalo de cumpleaños se había revelado durante la noche correcta. Ella respondió fría, dejándole trabajar el coraje para preguntar. Era lo menos que se merecía por la captura de la guardia del viernes.
-¿Recibiste mi regalo?- Su voz era una mezcla de preocupación y esperanza -¿O es que ya te habías ido a casa?-
-¿Tienes dudas acerca del strip-o-gram, verdad?- Julia echó un vistazo a la puerta de su oficina, verificando dos veces que estuviera firmemente cerrada. La última cosa que quería era que cualquiera pudiera oír por casualidad su conversación de strippers.
-Realmente lo has entendido-
-Lo hice- Una sonrisa vino a su cara sin invitación. Se había prometido dar gracias a Scott por traer a Lena en su vida, por lo que lo hizo –Gracias-
-¿En serio?- Ella podría oír que él comenzaba a relajarse -Así que, uh, ¿disfrutaste de ella?-
-Durante toda la noche- Scott, vaciló. Ella prácticamente podía oír los engranajes que giraban en su cabeza.
-¿Cómo dices?-
-Has oído bien-
-¿Ella te dijo que sólo pagamos por media hora, verdad?- Él pareció desconcertado.
-Se fue la luz y nos quedamos atrapadas en el ascensor porque yo la estaba escoltando a salir del edificio- Dijo -Yo estaba muy enojada contigo durante la primera hora o dos, lo admito. Pero lo superé-
-¿En serio?- Pudo escuchar la precaución en la voz de Scott. Él obviamente no sabía dónde esto iba, y estaba precavido. Se sorprendió de que ella le estuviera diciendo mucho de lo que pasó, pero no lo pudo evitar. Se sentía bien confiando en un amigo.
-Ella es una chica muy agradable-
-¿Ella es...?-
-Su nombre es Lena. Está a punto de graduarse de la Facultad de Veterinaria- Scott, se rio, sonando incierto.
-¿En realidad te quedaste atrapada en el ascensor con la stripper?-
-Confía en mí, ninguna de nosotras estaba feliz por eso al principio- Julia ardía por decirle todo, aunque fuese sólo porque casi no podía creerlo. Sin embargo, dudó en darle detalles, por miedo de empañar lo que había sido la noche más increíble de su vida -Resultó ser un cumpleaños muy bueno, aunque no lo creas-
-¿En serio?- Preguntó, acercándose a un tono burlón. Al parecer, se sentía más cómodo ahora que sabía que no sangraría -Lo sabía, finalmente cediste a tus tendencias sáficas- Julia luchaba por no reaccionar al comentario burlón. No podía creer que le estaba preguntando a toda máquina si ella era lesbiana, pero al mismo tiempo, sabía que él no creyó que algo realmente hubiera pasado esa noche•
-En realidad, ella me tiró al suelo un palo o dos, lo que probablemente fue necesario-
-No puedo creerlo- Dijo -¿Son como amigas ahora?- ¿Eran amigas? Después de sólo un fin de semana, Lena se sentía como la mejor amiga que había tenido nunca. También se sintió como una obsesión. Julia ansió tocarla otra vez, tenía que probar su piel sólo una vez más. Pero, ¿qué quería Lena? No importa que lo sincero en sus promesas de "la próxima vez" hubiese sido cada vez que hicieran el amor, no había ningún modo de saber lo que ella sentía, ahora que habían pasado algún tiempo separadas. Por todo lo que Julia sabía, Lena podría incluso ahora darse cuenta de lo aburrida que era realmente. Julia no estaba segura que la culparía.
-Sí- Decidió finalmente -Somos amigas-
-Bueno, ¡mierda!- Dijo Scott -Feliz cumpleaños-
-En efecto- Julia miró a su pantalla de la computadora, frotándose la sien con gesto cansado. No quería hablar más de Lena. Quería hacer esta propuesta, para volver a una cierta apariencia de normalidad -Oye, tengo una propuesta aquí que debería haber hecho ayer. Te llamaré más tarde- Dijeron sus adioses y Julia colgó el teléfono con un suspiro de alivio. Su mano se quedó en el teléfono por un momento, y miró con recelo el teclado numérico.

Hubiera dado cualquier cosa para que fuese sábado por la noche otra vez. Ser enterrada en el interior Lena, empujando duro, sintiendo sus muslos firmes envueltos alrededor de sus caderas. Ahora, en la fría luz de la tarde del lunes, parecía poco probable que alguna vez experimentara esa sensación de nuevo. Eran personas tan diferentes. Seguir a Lena sería irresponsable y tonto. No importa lo que había dicho en el ascensor y luego durante las horas que siguieron a su liberación, la verdad era que había compartido un fin de semana loco y nada más. Julia retomó el teléfono en su mano.

-Un fin de semana loco, y nada más- Susurró, tratando de consolidar el control de la realidad.

Lo que había ocurrido entre ellas fue una de las mejores cosas que había conocido. Pero ya era hora de volver a la vida real, y tal vez eso sería bueno. No sabía cómo estar en una relación. Si eso es lo que quería Lena, estaría decepcionada. ¿Y si nada que ellas hicieran pudiera cumplir alguna vez con su primer fin de semana hermoso?, convirtiéndose en un recuerdo al final amargo.

Julia no creía que pudiera soportarlo si eso ocurriera. Su teléfono de escritorio sonó otra vez, asustándola tan mal que lanzó un grito y trajo su mano a su pecho. Su corazón martilló como un loco bajo su palma. Sin duda era sólo un cliente, pero aunque acabara de hablar de la espera de tener noticias algunas de Lena otra vez, se encontró esperanzada. Agarrando el borde de su escritorio, en un intento desesperado por mantenerse conectadas con la realidad, contestó el teléfono con un aliento:

-¿Hola?-
-Hola- Era Lena, y su voz sonaba tan sexy como el infierno -¿Estás ocupada mañana?- Julia se desplomó en su silla, exhausta por el alivio.
-Tengo una oferta que escribir, pero esto puede esperar. ¿Qué propones tú?-
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Mensaje por xlaudik Lun Sep 01, 2014 12:46 am

No tardaste nada, y así lo hicieras, vale la pena esperar la contis xD
Buenísimo!!!!! :-D
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Mensaje por DerujKum Mar Sep 02, 2014 6:48 pm

xlaudik. Me alegra que te haya parecido corta la espera. Enjoy it!


Capítulo XII. La cita

Lena revoloteaba alrededor de su apartamento con nerviosismo, sintiéndose más como una adolescente tratando de prepararse para algún baile que como la mujer serena y confiada de que se enorgullecía de ser. Todavía estaba en sujetador y bragas, al haber probado y descartado por lo menos una docena de trajes en la mitad de los últimos treinta minutos. Isis se sentó en la cama, llena de gravitas felinos, viéndola caer en pánico total. La idea de ver a Julia tuvo nuevamente su estado de ánimo oscilando locamente de anticipación con fuertes retortijones de miedo de que su tiempo juntas fuera una casualidad.

Su fin de semana había sido perfecto. Si pudiera, Lena habría elegido no dejar el apartamento de Julia, para quedarse para siempre en el mundo de fantasía que habían creado. Durante un fin de semana entero, sólo ellas dos existieron. El sexo era una revelación, la compañía aún más. Pero ahora estaban de regreso al mundo real, y Lena no tenía idea de si podían continuar desde el lugar donde lo habían dejado. Se detuvo frente al espejo de su armario y miró la ansiedad escrita por toda la cara. Nada tan maravilloso podría durar.

Después de dos relaciones, una de ellas habría sido suficiente como para haber dejado su corazón roto cuando terminó. Lena conocía un hecho inalienable: la vida era más grande que una noche en una cabina de ascensor, y nunca duda en tirar de la alfombra de debajo de ti. Suspirando, se probó otro par de pantalones vaqueros.

-¿Qué hay de malo en mí?- Le preguntó a Isis -Y yo que estaba preocupada de que Julia alucinara- La gata negra levantó la cabeza y bostezó -Sólo es para demostrarle lo mucho que sé- Lena volvió a mirar al espejo -¿Crees que le gustará mi culo en estos pantalones vaqueros?-

Por supuesto que a Julia le gustaría su culo. Eso no era realmente la cuestión. Lo que Lena en realidad quería saber era si a Julia le gustaría ella lo suficiente como para superar sus reticencias sobre una relación a largo plazo. Y si la respuesta era sí, ¿estaba lista para otra relación? No se puede reanudar la búsqueda de la media naranja antes de que tuviera un bien sincero. Lena se apartó del espejo y se dejó caer sobre el colchón junto a su amado felino.

-Cuando estábamos en el ascensor, yo estaba segura de que todo saldría bien- Dijo dando a Isis unos cuantos golpecitos cariñosos -Pude ver que tenía miedo, pero pensé y, por supuesto, que estaba asustada, era prácticamente una virgen- Cerró los ojos, sonriendo mientras revivía imágenes de la noche del sábado, su primera vez en una cama de verdad. De alguna manera, ilógicamente, Julia era la mejor amante que jamás había tenido -Te lo juro- Murmuró -Si yo no hubiera sabido que era prácticamente la primera vez, sus actuaciones nunca me hubiera dejado fuera de onda- Isis maulló, y Lena lo tomó como una señal de protesta -Lo sé, lo sé. Más información de la que necesitabas-

Rascó la cabeza de Isis y se levantó para volver a su armario. Mirando a su surtido de ropa, seleccionó otra para probar. Esta era una de sus favoritas, abrazaba sus pechos de una manera que la hacía sentir como si pudiera conquistar el mundo. Cuando Julia la viera, tendrían probablemente suerte de llegar al restaurante. La idea hizo que le temblasen las piernas. La sensación de inestabilidad, la hizo regresar de inmediato a su lugar en la cama. ¿Qué demonios estaba haciendo?

Lena dejó caer su rostro entre las manos y exhaló. Estaba en medio de su rotación clínica por última vez, a unos meses de la graduación. Su sueño de ayudar a los animales finalmente llegaba a buen término. Y ahora, después de tantos años de lucha, de baile para pagar sus facturas, estudiando cada vez que podía apoderarse de un momento a solas, se las había arreglado para lanzarse de cabeza en algo que amenazaba con barrer del todo. ¿Qué pasa si no funciona? ¿Era lo suficientemente fuerte como para hacer frente a otra angustia, con todo lo demás que había pasado? ¿Quiso invitar complicaciones por enamorarse de Julia?

-Se supone que no era yo quién estaría asustada- Susurró, como recordándose a sí misma- Yo le dije que quería pedir más que el recuerdo de un encuentro sexual espontáneo, y lo dije en serio. ¿Por qué estoy haciendo esto ahora?-

Fue una pregunta tonta. Ella tenía miedo porque estaba absolutamente segura de que podría caer enamorada de Julia, dada la mitad de la posibilidad. Y cuando ya sentía lo que hizo, después de sólo un fin de semana, no estaba segura de querer correr el riesgo de la angustia inevitable por si esto no saliera bien. Había una razón por la que no había salido en busca de una relación en ese momento, y era porque no quería ser estúpida justo cuando su vida realmente comenzaba. Otra gente la había defraudado bastante a menudo y tuvo que ser capaz de confiar en sí misma.

-Pero le dije a Julia que fuera valiente, así que tengo que hacer lo mismo- Buscó los amplios ojos de oro de Isis, buscando la respuesta -Yo soy la que llamó. No puedo escaparme ahora- Trató de imaginar lo que pensaría si Julia se diera marcha atrás ahora, y se encogió -No, me gusta demasiado, maldita sea, voy a hacer esto- Isis parpadeó, ofreciendo poco en la forma del consejo –De acuerdo- Dijo, y exhaló en un estallido de aire -Aquí está el plan. No vamos a tener el sexo esta noche- Isis se arrojó en su lado y se estiró lánguidamente. Lena se rio entre dientes y frotó su vientre -Yo puedo resistir, te lo juro- Si el sexo fuera toda esta cosa con Julia entonces tenía que saberlo ahora.

Una conexión que era puramente física no valía probablemente el nivel de distracción ahora mismo. Pero si era más, si hay la posibilidad de que esto pudiera convertirse en algo tan serio como ella pensó que podría, no haría otra cosa más que cerrar los ojos, tomar una respiración profunda, y sumergirse en ella. La verdad era que anhelaba una relación real con todos los adornos. Quería el romance, el deseo urgente, así como la comodidad de la amistad incondicional que imaginó que la mujer adecuada tiene que ofrecer. Si había alguna posibilidad de que Julia fuese la mujer de sus sueños, no podía permitirse el lujo de dejarla ir.

-Esta noche es una prueba- Dijo -Vamos a salir a cenar, hablar, y ver lo que se siente en el mundo real, sin dejar al sexo confundir el tema Si, después de esta cita, todavía me siento como si me estuviera ahogando cada vez que pienso en ella, así- Exhaló -Entonces creo que voy a tener que aguantarme y me dejaré enamorar- Con esto, se levantó y regresó a su armario.

Era un buen plan. Ajustarse a él sería la parte difícil. Las imágenes de todos los modos que habían hecho la una a otra correrse siguieron destellando por su cerebro, y se preocupó que la mera vista de Julia la hiciera perder el control.

En el fondo de su cajón de ropa interior, encontró al peor par de bragas que tenía. Holgada y con una reducción poco halagüeña, esas estaban reservadas para los días cuando se sentía hinchada o cuando dejó de ir a la lavandería durante demasiado tiempo. Se quitó sus vaqueros, tiró de las bragas azules sedosas que estuvo segura que Julia amaría, y los sustituyó por las bragas de abuelita. Se miró en el espejo, y sonrió abiertamente con satisfacción por el agujero en la tela sobre su cadera izquierda.

-Improbable- Le dijo a Isis –De ningún modo dejaría alguna vez a Julia verme en éstos-




Cuando estuvieron a mitad de la cena, Lena estaba casi segura que la operación “bragas abuela” no iba a funcionar desde el momento en que había abierto la puerta de su apartamento para encontrar a Julia sosteniendo un ramo de rosas rojas. Y en este momento, mirando su persecución alrededor de una seta perdida en su pote de fondue de coq au vin, su fuerza de voluntad había sido constantemente socavada. Con cada palabra, cada mirada, y todos los momentos divertidos y dulces, pudo ver por qué estaba tan malditamente atraída por Julia desde un principio.

No era sólo su corta cabellera negra, su piel morena, ni las curvas flexibles que hacían agua su boca, sino que eran un millar de cosas intangibles. Desde su sentido del humor hasta la forma en que se precipitó por delante para abrir las puertas para ella. Lena se volvía imbécil por los lunares salpicados en su cuerpo, la aguda inteligencia en sus ojos, y el modo que Julia colgó en cada palabra que dijo. Lena sintió el mismo deseo, no queriendo nada más que seguir hablando con ella para siempre. Masticando un bocado de ravioles, Julia levantó la mirada y le dio una sonrisa tímida. Llevaba una blusa de color verde oscuro que mostraba la más mínima insinuación del escote, una propuesta de moda que Lena sabía había tomado mucho coraje.

Aunque lo intentara, no podía apartar los ojos del pecho de Julia, imaginando lo que había debajo de la tela lisa. Destelló en Julia un sujetador negro de encaje y sintió su aumento del ritmo de su corazón. Tal vez podría soportar la humillación de dejar a Julia ver sus bragas feas, de gran tamaño, después de todo.

-¿Lena?- Lena arrancó los ojos lejos de los pechos de Julia, arrastrando su mirada hasta los labios carnosos que repetían su nombre.
-¿Sí? Lo siento-
-¿Qué es lo que miras?- Lena sonrió. Tomando el tenedor de fondue pinchó un pedazo de pollo.
-Me dije que iba a ser buena, pero... te ves magnífica esta noche-
-Gracias- Susurró y miró a la mesa con timidez -Puede ser que sea un poco tarde para tratar de preservar mi virtud, sin embargo-
-Eso es un eufemismo- Murmuró Lena. Sus ojos se encontraron y supo instintivamente que estaban ambas recordando la pasión que habían compartido la última vez que estuvieron juntas. Trató de tirar de las riendas de sus hormonas -Quiero esta noche para preguntar acerca de algo que no sea el sexo- Declaró -Así que me prometí que iba a ser buena- Julia la miró ligeramente perpleja, acomodándose en su asiento, como si se preparara para una conversación seria.
-¿Alguna razón en particular? Quiero decir, más allá de no querer escandalizar a cada persona en el restaurante- Lena vaciló, sin saber cómo explicar su lógica en voz alta. Sabía que esa conversación tendría que suceder, pero ahora que había llegado el momento, no estaba segura de que era lo suficientemente fuerte para resistir la tentación. ¿Tiene su decisión sobre el sexo algún sentido aún? Ellas habían tenido ya sexo, durante horas y horas el fin de semana, ¿qué daño haría una noche más? Inmediatamente se quitó el pensamiento, al recordar que tenía que ser fuerte, no importa lo difícil que puede ser. Ella era más experimentada que Julia. Fue hacia la morena para mostrar algo de sentido común o ambas podrían tener remordimientos.
-Me gustas tanto que apenas te puedo mirar directamente- Susurró -Es como si yo no pudiera pensar en otra cosa, y eso no es... bueno-
-¿No lo es?- Le preguntó, con una expresión en algún lugar entre halagada y abatida -¿Qué no es bueno sobre desearme?- Lena abrió la boca para responder, pero descubrió que no sabía cómo decir algo sin poner en riesgo los sentimientos de Julia. Buscó las palabras adecuadas, luego finalmente admitió:
-Me haces querer lanzar la precaución al viento-
-Yo pensaba que era ese tu lema- Julia tomó un trago. En vez de parecer disgustada por la demostración de honestidad de Lena, casi parecía relajada -Tirar la precaución al viento, vivir con valentía-
-Sí. Bueno- Hizo una pausa para ordenar sus pensamientos. Nunca había sido tan tentativa con una mujer. ¿Pero había sentido alguna vez eso con tanta fuerza? Julia era su opuesto en muchos sentidos, y sin embargo, había algo en su exterior reservado y controlado que hizo a Lena salvaje.
-He estado un poco nerviosa, también- Dijo Julia casualmente, mordiendo un pedazo de pasta de su tenedor -Casi había descrito el fin de semana como una cosa de una sola vez cuando me llamaste- Lena rápidamente parpadeó. Una cosa era tratar de poner freno a sus propios sentimientos, pero al oír que Julia había hecho lo mismo la puso un poco incómoda.
-¿Me habrías llamado tú si yo no lo hubiera hecho?-
-Uh...- Julia miró a la mesa, evitando su mirada -No sé. Tal vez. Probablemente…. después de un rato-
-Creo que es bueno que estemos hablando de esto. Parece que ambas tenemos muchas cosas en nuestras mentes- Julia la miró a los ojos.
-Estoy muy feliz de verte de nuevo-
-Yo también- Lena se inclinó sobre la mesa y tomó la mano de Julia. La idea que esta nunca podría haber llamado hizo su pecho doler con una tristeza casi insoportable. Se sentía como una vista previa de la angustia que esta relación podría provocar si no funcionara. Luchando con la forma de explicar lo que estaba sintiendo con resguardo –Yo realmente, realmente me gustas- Algo en el tono de voz de Lena debe haber sonado de mal agüero, porque los ojos de Julia se le llenaron, y su rostro adquirió una expresión de tristeza pura.
-Espera. ¿Está... Tu eres...?- Pensó que estaba siendo rechazada. Y la última cosa que Lena quiso era eso para terminar esta noche. El temor agarró la garganta y sacudió la cabeza violentamente, dando a la mano de Julia un apretón.
-No sólo estoy tratando de explicar lo que está pasando conmigo-
-No me asustes así- Dijo y deslizó su mano hasta la muñeca de Lena -Dios, me asustaste-
-¿En serio?- Lena encontró la reacción de Julia casi reconfortante. ¿Era posible que sintiera tan fuertemente como ella lo hacía?
-En serio- Dijo -La semana pasada fue mágica. La idea de no experimentarlo otra vez es demasiado para soportar-
-Lo sé- Coincidió Lena -Me siento de la misma manera-
-Voy a admitir que no estaba segura de si realmente tuvieras la intención de tratar de mantener esto- Julia acarició con los dedos la nívea muñeca, enviando un escalofrío de placer directamente entre sus piernas -Hemos hablado sobre la necesidad de ambas de que esta experiencia fuera algo más que una locura de una sola vez, pero era fácil decirlo en una burbuja-
-Tienes razón- Coincidió nuevamente –Sin embargo, lo dije en serio-Julia le dio a la muñeca un suave apretón.
-Yo también sólo espero que no estés decepcionada una vez que llegues a conocerme mejor-
-Esa es una razón por la que dije que no iba a dormir contigo esta noche- Quiso que Julia entendiera que había una razón fundamental detrás de su autodisciplina -Yo creía que estaría bien para nosotras el asegurarse que esto es más que sólo una cosa sexual-
-Es más que sólo una cosa sexual- Las palabras de Julia eran sinceras, y sus ojos ardían con una intensidad que Lena nunca había visto antes -Para mí, por lo menos-
-Para mí, también- Murmuró. No necesitaba terminar su cita para saber eso. Todo acerca de Julia la hizo sentirse sin aliento, y viva. Ser capaz de admitir sus miedos, y enfrentarlos directamente con Julia, era exactamente lo que necesitaba -Preparándome esta noche, me di cuenta de que vas a tener el poder de romper realmente mi corazón. Cuando me comprometo a algo, pongo todo lo que tengo en ello. Lo que incluye a las relaciones- Julia tragó visiblemente.
-Nunca he estado en una relación anterior-
-Lo sé, y siento volcar todo esto en ti. Pero como he dicho, me gustas mucho. Muy presuntuosa para una primera cita, ¿verdad?-
-Creo que, técnicamente, el ascensor era nuestra primera cita. Tal vez incluso nuestras tres primeras- Los ojos de Julia se arrugaron un poco en las esquinas cuando sonrió. La calidad burlona que eso prestó a su cara era completamente encantadora -Y no creo que sea presuntuoso asumir que esto podría convertirse en una relación-
-¿Sí?-
-No me malinterpretes, el sexo es increíble- Su mirada estaba llena de deseo, y Lena se sintió arrastrada -Pero eso no es todo lo que quiero. Tengo que admitir, que me hace sentir mucho mejor, ver este lado de ti- Lena sintió una oleada de liberación emocional, un levantamiento de la carga de cuestionar a posteriori donde ambas estuvieron.
-¿Sí?-
-Siento que esto nos pone sobre la tierra- Continúa -Estamos ambas a un susto de muerte, y emocionadas como el infierno. Te sientes tan vulnerable como yo- Tomó la mano de Lena de nuevo y se la llevó a los labios para besar los nudillos -No soy la única arriesgando mis sentimientos en esto-
-No, no lo eres-
-Gracias por decirme lo que has estado pensando. Estoy dispuesta a hacer todo lo posible para que te sientas cómoda-
-¿Incluso si eso significa no dormir juntas esta noche?-
-Por supuesto- El encogimiento de Julia no era completamente convincente -Tú eres la ninfómana, ¿te acuerdas?- Riendo, Lena recordó los tiempos en que se había casi dormido en la cama de Julia durante el fin de semana, sólo para ser despertada por una mano desesperada en su muslo, o una lengua que se deslizaba a través de su piel alisada por el sudor.
-De hecho, eso no es lo que recuerdo- Levantó una ceja y miró fija e intencionadamente a Julia, tratando de comunicar en qué pensaba. Julia se sonrojó, plegando su servilleta y poniéndolo en la mesa.
-Por supuesto, espero que esto no sea una moratoria larga en el sexo-
-No lo será- Tomó la mano de Julia de nuevo, disfrutando de la cálida suavidad de su piel -Confía en mí, tendré suerte de hacerlo por esta noche-

Más tarde en la cama, Lena estaba segura de que era la persona más estúpida vida. Julia pudo estar junto a ella en ese momento, sobre ella, dentro de ella. Pero después de un beso acalorado, buscando a tientas en la puerta de su apartamento, Lena la había visto alejarse, contra todos los instintos que poseía, debido a todo lo que necesitaba demostrarse a sí misma que podía. ¿Y qué revelación le trajo esta zambullida en la abstinencia? Que quería a Julia y sería condenada si lograba verlo. Incluso si existía la posibilidad de dolores de cabeza, nunca se perdonaría si ni siquiera lo intentaba.

Cada momento que había pasado con Julia era mucho mejor que los que hicieron todos los días. Sí, daba miedo imaginar cómo participar, pero ella ya estaba implicada. Alejarse ahora no prevendría la angustia, simplemente se la garantizaría. Se tumbó de espaldas, cerrando los ojos en el momento que las sabanas acariciaron su piel sensibilizada. Estaba desnuda, como siempre estaba cuando iba a la cama, pero estaba empezando a ponerse una camisa, aunque sólo fuese para darle un descanso a sus hormonas.

Mirando a través de la mesa a Julia toda la noche, luego tener sólo una muestra de ella durante su sesión de besos en la puerta, la dejó húmeda, lista y totalmente incapaz de conciliar el sueño.

-Joder- Susurró, y se volvió a su lado. Deslizó una mano entre sus muslos y exhaló lentamente. Tal vez podría calmar su propio sufrimiento y encontrar algo de alivio -Soy una idiota a veces-

Desde algún lugar de la habitación oscura, Isis dio un maullido tranquilo. Se echó a reír, consciente de lo patética que era en ese momento. Rodó en su estómago, levantando sus caderas ligeramente, y cerró sus ojos, imaginando a Julia de arrodillas detrás de ella, deslizó una mano bajo su estómago, luego entre sus piernas. Se acarició suavemente, exhalando en la humedad que cubrió sus labios hinchados.

-Julia- Susurró, manteniendo viva la fantasía de que su amante estaba mirando a su propio tacto. La idea de dejar a Julia verla hacer eso, la hizo soltar una inundación fresca de su humedad caliente, y se arremolinó alrededor de su apertura durante un momento antes de empujar dentro.

Ding.

Lena saltó al oír el ruido de su ordenador portátil, que reposaba en su mesa de noche. Era su ruido de alarma de correo electrónico, y había dejado el volumen expresamente porque le había dado a la morena su dirección de correo electrónico durante la cena. Echó un vistazo a los números rojos que brillaban intensamente en su reloj de alarma y se tumbó de lado otra vez. Era casi una por la mañana. ¿Realmente todavía estaría Julia despierta? Sabía que ella no sería capaz de dormir a menos que lo comprobara.
Cogió su ordenador portátil, apareciendo la pantalla con un golpe de su dedo por la superficie táctil. Su corazón empezó a golpear cuando vio el nombre del remitente en su único correo electrónico no leído. Julia Volkova. El tema de la lectura de e-mail “¿Es esto tan duro para ti también?” Tomando aliento para estabilizarse, hizo clic en el mensaje.

Lena, por favor, dime que es tan difícil para ti conciliar el sueño después del beso como lo es para mí. Cada vez que cierro mis ojos, me acuerdo de cómo se veía la última vez que estuve dentro de ti. Necesito verte mañana, y esta vez, no voy a dejarte ir a dormir sola. Julia
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Mensaje por xlaudik Miér Sep 03, 2014 1:40 am

Buenísimo!!!! :-D
Me encantó el correo de Yul, está peor q Lena jajajajaja xD
Espero la conti ansiosa
Cada vez se pone mejor, contiiii1!!
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Mensaje por DerujKum Vie Sep 05, 2014 10:01 pm

xlaudik. Jajaja sí, Jul aprende rápido y bastante bien, ya lo verás Wink. Aquí está la conti, disfrútala.


Capítulo XIII. Al día siguiente


-Creo que debemos esperar- Dijo Lena. Sus ojos brillaban mientras que se movieron desde la boca de Julia a su pecho. Pero su voz sonaba muy seria.
-Yo no lo creo- Respondió. La cena había terminado, fueron finalmente de vuelta al apartamento de la pelirroja, y Julia no estaba segura de que podía esperar más para tocarla de nuevo -¿Se te olvidó? No voy a dejarte de ir a dormir sola-
-¿En serio?- Arrastró su mirada a lo largo de la longitud del cuerpo de Julia, deteniéndose en sus muslos.
-Nunca he hablado tan en serio…- Dijo, distraída por la lujuria desnuda en la cara de Lena -…Alguna vez-
-Confía en mí, no es que yo no aprecie... tu posición- Miró fijamente con fuerza al regazo de Julia, entonces por casualidad dibujó su lengua a través de su labio inferior. Si tratara de volver a la morena loca, haría un magnífico trabajo.
-Tengo muchas posiciones que tú podrías apreciar- Abrumada por la excitación intensa que sentía, no podía menos que echar mano al humor -¿Recuerdas?- Lena cambió imperceptiblemente más en el sofá, mirándola con ojos de pesados párpados.
-No estoy segura que sea una buena idea- Dijo arrastrando las palabras, luego bajó la mirada a sus dedos, al parecer distraída -Dormir juntas tan pronto-

Julia exhaló lentamente, tratando de calmar su corazón desbocado. Nunca había sido tan físicamente atraída por alguien en su vida, y Lena rezumaba sexo esa noche. Su cabello rojizo fuerte caía en ondas justo después de sus hombros, y su piel de oliva le rogó que le acariciara. Llevaba una camiseta de forma ajustada que se aferraba a sus pechos como un amante y mostraba la definición firme de los brazos. Olía delicioso, de una manera que era únicamente Lena. Fue doloroso estar tan cerca de ella y no tocar.

-¿Por qué dormir juntas no es una buena idea?- Le preguntó. Después de un momento de vacilación, extendió la mano y tomó la de Lena. Ella trató de guardar el contacto tan casto como fuese posible, justo cuando sus dedos se quemaban por agarrar el hombro de Laurel y arrastrarla para un beso largo y duro -Pensé que iba bien la última vez- La pelirroja se echó a reír, mostrando su sonrisa blanca y hermosa. Julia tragó con dificultad por la garganta, recordando el delicioso roce de los dientes en sus pechos. Sus pezones se apretaron hasta el punto de un dolor leve, y tuvo que apartar la mirada de la boca de la chica.
-Tienes razón- Murmuró, enviando un escalofrío por el cuerpo moreno -Todo salió muy bien- Las palabras goteaban con la seducción, pero Lena no hizo ningún movimiento para cerrar la distancia entre ellas. Julia buscó sus ojos, tratando de decidirse si Lena realmente decía no. Sus palabras no correspondieron a sus acciones, y Julia se encontró incierta de cómo reaccionar. No quería nada más que apretar a Lena en el sofá, tirar su camiseta sobre sus pechos, y tomar un pezón en su boca deslizando su mano en los vaqueros de reducción baja que portaba a la perfección. Volcó su atención en las siguientes palabras de Lena -No estoy segura de que sea el mejor movimiento. Sabes, el dejarnos ser barridas por nuestras hormonas tan temprano en nuestra relación- Cuando habló, remontó una uña a lo largo de la muñeca de Julia, levantando la carne de gallina en su estela. Temblando por el deseo al rojo vivo que reventaba a través de ella, Julia se ahogó.
-¿En serio?- Con un gesto sincero, Lena cosquilleó un camino en el interior del brazo de Julia.
-Yo sólo no quiero cometer un error- Los ojos de Lena brillaron con necesidad inconfundible. Su pecho subía y bajaba rápidamente, aun cuando su voz se mantenía estable. Las protestas que levantó no estuvieron de acuerdo con lo que su cuerpo decía. Y eso era todo lo que Julia necesitaba saber. Envalentonada, decidió probar las aguas.
-Puede que tengas razón- Se inclinó ligeramente lejos -No quiero movernos demasiado rápido- La cara de Lena no engañó nada, pero se alisó una mano temblorosa por el pelo y miró hacia otro lado.
-Gracias-
-Lo último que quiero hacer es hacerte sentir incómoda- Lena exhaló, acción de darse una cabezada apretada. Sonrió, pero esto no alcanzó sus ojos. Sintiendo una oleada de confianza, Julia puso una mano sobre la rodilla de Lena -Pero no estás realmente incómoda, ¿verdad?- La garganta de Lena trabajada, y brillaban sus ojos.
-No sé- Dijo en un susurró -¿Qué piensas?- Inclinándose más cerca, Julia inhaló el olor fresco del pelo exuberante de la pecosa.
-Creo que eres una bromista- Lena tembló y no dijo nada -¿Me estás tomando el pelo, Lena?- Le preguntó. Cerró la distancia escasa entre ellas y dejó que sus labios tocaran el cuello de Lena, dándole un beso de plumas suaves -¿Te pone caliente tratarme de esta manera?-
-Trato sólo de ser... responsable- La voz de Lena era más débil ahora, como si pudiera sacar apenas las palabras.
-¿Qué harías si yo me levantara ahora mismo y saliera por la puerta? ¿Es eso lo que realmente quieres?- Escuchó el tirón de respiración de Lena, y gimió en un susurró por la inundación de humedad en respuesta entre sus propias piernas -No creo que lo esa-
-Yo nunca dije que quería que te fueras- Julia podía oír el deseo en la voz de Lena ahora, y acercó su boca para rozar lóbulo de su oreja.
-No, no quieres que me vaya. Porque tu coño esta mojado, ¿no? Al igual que el mío. Estás tan mojada que difícilmente puedes soportarlo, ¿verdad? Me deseas, me necesitas- A pesar de que le susurró al oído, se preguntó por su nueva confianza. Sintió la naturaleza del juego de Lena, y sacó un lado de ella que nunca había conocido. La lujuria corría por sus venas, e hizo un puño con la mano libre para tratar de controlarse a sí misma. Todo en su cuerpo gritaba tomar a Lena, para reclamar el control de este encuentro.
-No se trata de no quererte - Dijo Lena. Parecía tener problemas para hablar ahora, tropezando un poco con sus palabras.
-¿De qué se trata, entonces?- Lena no ofreció ninguna respuesta, no cuando el olor de su excitación colgó en el aire. Julia inhaló profundamente, sintiendo su boca estirarse en una sonrisa predadora -Vine aquí esta noche con cada intención de follarte- Respiró en la garganta de Lena y besó un punto del pulso que la hizo saltar, luego hundió sus dientes en la carne caliente -Y no me marcho hasta que sienta tu abrigo alrededor de mis dedos otra vez- Algo en Lena pareció romperse, y se llevó una mano al agarrarse a los hombros de Julia, cavando con sus dedos.
-Entonces fóllame- Concedido el permiso, Julia se dejó perder el control. Cogió la parte posterior de la cabeza pelirroja en la mano, aplastando sus labios en la boca de Lena, quien le devolvió el beso, frenéticamente, y la trajo de la mano hacia arriba para agarrar su camisa. Arrancando desde el beso, Julia gruñó:
-Espero que quieras que sea rápido y duro-

Empujó a Lena atrás en el sofá, sujetándola a los cojines. Todas las restricciones desaparecieron, tiró de la camiseta de Lena y del sujetador hasta su cuello, exponiendo sus pechos. Encontró un pezón duro como una roca y chupo con fuerza. Lena echó su cabeza hacia atrás y gruñó.

Sus caderas chocaron contra Julia, como si estuviera conectada directamente a las terminaciones nerviosas de su pecho. Julia enterró su pelvis en Lena, luego deslizó una mano entre sus cuerpos para desabrochar el botón de los pantalones vaqueros. A grandes rasgos, los empuja hacia abajo por los muslos pecosos, llevando las bragas con ellos.

-Te puedo oler- Dijo -Dime que quieres que te folle- Al principio Lena no dijo nada. Julia pasó sus dedos hacia abajo sobre su abdomen, a través de los rizos empapados. Abrió camino entre los muslos de Lena con un gemido de pura necesidad. La humedad recubría los dedos, avivando su deseo. Agarrando el clítoris de Lena con firmeza, dijo: -Pídeme que te tome. Pídeme que te haga correrte sobre mi mano- Con el pecho agitado, Lena separó sus piernas.
-Tómame, fóllame, Julia. Por favor- Julia colocó sus dedos en aquella apertura.
Con un grito salvaje, condujo sus dedos en su interior. Era tan apretado y caliente como recordaba. Tal vez incluso mejor de lo que recordaba. No estaba de humor para dibujar esto: Ellas tenían toda la noche. Usó el brazo entero para ejercer palanca, golpeando en Lena con tanta fuerza que su cuerpo se sacudía con cada golpe.
-Sí- Jadeó Lena, usando sus caderas para joder atrás contra su mano -Folla mi coño. Tómalo. Toma mi jodido coño- Julia apretó los dientes cuando Lena se apretó y se hinchó alrededor de ella. Mantuvo sus empujes rudos y deslizó su boca al otro pecho. Lena soltó un ruido gutural, se puso rígida, y lanzó un chorro de líquido caliente en la mano de Julia -Oh, joder- Gritó, agitando en círculos sus caderas en Julia mientras se corría. Salían lágrimas de sus ojos, pero Julia no se preocupó. Podía leer la satisfacción en el rostro pecoso, y por primera vez en casi una semana, se sentía como si pudiera respirar.
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Mensaje por xlaudik Vie Sep 05, 2014 10:16 pm

Woooow estuve muy hot el cap xD
Espero mas ansiosa la conti :-P
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Mensaje por xlaudik Vie Sep 05, 2014 10:18 pm

Yulia si que aprende rapido jajaja :-P
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Mensaje por rocket1 Sáb Sep 06, 2014 3:48 pm

Hay dios! Jajajaja

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Mensaje por DerujKum Sáb Sep 20, 2014 6:45 pm

Bueno sí, me tardé xD. No fue a propósito.

xlaudik. Bastante rápido, es una gran alumna Very Happy. Este también estará hot. Saludos.

rocket1. Jajaja bueno, otro pedacito Wink.

Capítulo XIV. Una semana más tarde



Con un vientre lleno de tortitas y su pelo todavía húmedo de su segunda ducha del día, Julia yacía sobre una cama de matrimonio en el pequeño apartamento de Lena en Royal Oak, viendo a Lena entre sus muslos lamerle el coño como si fuera su única misión en la vida. Los ojos verde-grises brillantes la miraban a menudo, por lo general junto con un gemido tranquilo del placer de su amante al devorarla. La última hora del sol matutino entró en la habitación a través de huecos en las persianas, pintando rayas calientes en sus cuerpos y dibujando hilos de luz en el cabello color cobrizo de Lena. Julia arqueó su espalda y se agarró a las sábanas.

-Joder- Jadeó -Vas a hacer que me corra, si no tienes cuidado- Lena se echó hacia atrás y mostró una sonrisa brillante por los jugos de Julia.
-Todavía no- Murmuró -En primer lugar quiero lamerte hasta que grites-
-¿Por qué eres tan mala?- Preguntó, gimiendo. Lena bajó su cara y arrastró su lengua por la longitud del sexo de Julia, se apartó con su lengua todavía extendida, mostrándole la cadena brillante de la humedad que todavía las unía.
-Te gusta cuando soy mala- Murmuró, y continuó lamiendo en serio. Al lado de una cinta VHS etiquetada Vigilancia del Ascensor Dos que reposaba en la mesa de noche junto a la cama de Lena, el teléfono celular de Julia cobró vida. En una combinación de llamada y vibración, la señal sonora y el zumbido era una distracción que resultó imposible de ignorar.
-Maldita sea- Gruñó Julia. El teléfono estaba vibrando en su camino hacia el borde de la mesita de noche. Lena levantó la cabeza.
-Sólo tienes que ignorarlo- Julia le dio a Lena una sonrisa juguetona y empujó su cara atrás entre sus piernas.
-¿Dije que podías pararte?- El teléfono celular siguió sonando. Incesante... desagradable... molesto... Julia lo agarró rápidamente y jadeó -¿Hola?- Sin mirar a la pantalla. Lena eligió ese preciso momento para deslizar un dedo dentro de su coño, a partir de un empuje lento al tiempo con la succión de la boca.
-¿Julia?- Una pausa -¿Estás bien?-
-Scott- Julia tragó otro grito cuando Lena comenzó a frotar un punto particularmente sensible en algún lugar dentro -Sí, estoy bien. Soy yo- Tiró del cabello rojizo y trató de retroceder un poco, pero la cabecera permanencia en su lugar, y rogó por la misericordia de Lena.
-Estás hablando como Yoda- Dijo Scott con diversión cautelosa, que sin duda a la espera de que intentara morderle por la broma. Pero la Julia post Lena era mucho más suave que la antigua Julia. Y muy preocupada.
-Estoy bien- Logró decir. Deslizó la mano por la curva de la mandíbula de Lena, sintiendo que trabajaba abajo con sus dedos, e intentó hacer palanca sobre la boca de su amante fuera de su clítoris. No podía mantener una conversación como esta. Ni siquiera podía sostener un pensamiento en su cabeza. Lena rio en aquella humedad, haciendo sus dedos del pie rizarse por la extraña sensación. Scott dijo algo más, ella no tuvo ni idea qué y se esforzó por pensar -Escucha, eh... ¿Podemos hacer esto en otro momento?- Scott no habló durante unos minutos, dejándola libre para concentrarse en el tratamiento sensual que estaba recibiendo. Se sacudió en la sorpresa cuando él finalmente dijo:
-Pero los lanzamientos del sitio Web son mañana, ¿cuándo quieres hablar de esto?- Julia mordía su labio, sofocando un grito de placer ya que Lena chasqueó su lengua rápido sobre su clítoris hinchado.
-Tengo que colgar, Scott. Hablaremos más tarde-
-¿Demasiado ocupada para hablar de negocios? ¿Debo llamar a un médico?- Los dedos de los pies de Julia se rizaron cuando trató desesperadamente de sofocar lo que prometió ser un orgasmo paralizante.
-Eso puede no ser una mala idea- Gimió en decepción cuando Lena se apartó de su coño e hizo gestos hacia el teléfono celular con la mano libre. Mientras un dedo permaneció enterrado profundamente dentro de Julia.
-¿En serio?- Preguntó Scott -Sólo estaba bromeando, pero…-El teléfono celular se deslizó de su mano, extraído por Lena. Disparando Julia una sonrisa pícara, le preguntó:
-¿Scott?- Su voz era baja y ronca, y envió un escalofrió por la columna vertebral de Julia. Estaba muy feliz con su vida para plantearse el hecho de que su amante estaba hablando con Scott, un segundo pensamiento nubló su mente. Su amante. Julia sonrió y echó el brazo sobre los ojos, contenta de disfrutar de un momento de respiro. Tal vez podría enfriarse y sacar esto a la superficie un poco más tarde. Lena rio de algo que dijo Scott -Oye, soy Lena- Después de un momento se corrigió –Venus-
-¿Eres Venus, la chica que contraté para bailar para Julia?- Julia se movió, sintiendo cada centímetro de los dedos que aún descansaban en su interior. Venus. Eso era algo sexy.
-Sí, ¿cómo estás?- Le preguntó. Se rio y luego dijo: -Al principio sí, no ahora- Julia ladeó la cabeza, deseando poder escuchar la llamada de teléfono. ¿Qué podría Scott, posiblemente estar pensando? Casi de inmediato, aceptó lo obvio. Él sabía que a ella le gustaban las mujeres, sin que pudiese haber confiado en él lo suficiente como para decirle. Él sabía muy bien lo que estaba pasando -Oye, este realmente no es un momento muy bueno para que hables con Julia... Estamos un poco ocupadas- Impaciente por que terminase la conversación telefónica, Julia alcanzó entre sus muslos y agarró la muñeca de Lena. Comenzó a mover aquella mano, empujando dentro de su propio coño con golpes profundos, largos. Julia echó una ojeada debajo de su brazo y miró a Lena sonreír abiertamente -¿Ah, y Scott?- Lena encontró la mirada fija y tierna de Julia -Tenemos que establecer un tiempo para encontrarnos así puedo devolver el dinero que me pagaste- El pecho de Julia se volvió pesado con el placer. Ella continuó trabajando la mano de Lena entre sus piernas, sintiendo la necesidad de la liberación sexual. La conexión que sintió con Lena existió a tantos niveles y superó todo lo que hubiera imaginado alguna vez. Lena le lanzó una mirada maliciosa, levantando la ceja. Sospechando lo que iba a suceder, Julia asintió con la cabeza. ¿Por qué no? Lena soltó un bufido, un ruido tonto que envió un lavado de afecto a través del cuerpo de Julia -Sí, estoy segura. No quiero sentir que me pagan por lo que estoy haciendo a Julia en estos momentos-
-Ah, lo que daría por ver la cara de Scott- Julia se sorprendió a si misma al encontrarse complacida por la revelación, e increíblemente encendida. Había estado esperando para gritar a todos los vientos. Decírselo a Scott era un gran comienzo.
-Él dice que felicitaciones- Dijo Lena.
-Dile que le llamaré más tarde. Y gracias-
-¿Oyes eso?- Le preguntó a Scott -Gracias. A ti también. Adiós- Hizo clic en el teléfono y se lo entregó a Julia -Hay que seguir. Distracción eliminada-
-Eres una pequeña traviesa- Julia tomó el teléfono, lo impulsó abajo, y lo sacudió sobre la mesilla de noche -Yo debería zurrarte por eso- Lena sonrió y bajó la cabeza hasta que los rizos húmedos entre los muslos de Julia rozaron su barbilla.
-No hasta que te haga gritar-
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Mensaje por xlaudik Sáb Sep 20, 2014 9:54 pm

Jajajaja pobre Scott xD
Aunque estuvo un poco corto :-P
Pero excelente como siempre :-D
Espero no tardes mucho B-)
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