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EL LADO CIEGO DEL AMOR

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Mensaje por magiie_15 Lun Jun 15, 2015 12:12 pm

Hola hola, que tal? Os vengo a dejar una adaptación de un libro que me gusto mucho, espero lo disfruten tanto como yo lo hice  Very Happy

EL LADO CIEGO DEL AMOR
Capítulo 1
El joven miró atentamente el agua, desafiándole a cobrar vida. Desafiándole a explicar por qué su vida había tomado, de repente, tan violento giro. Su largo cabello rubio era encrespado y después alisado por el viento. Sus ojos azul-verdes brillaban con lágrimas sin derramar. Mantenía las manos embutidas en los bolsillos de sus raidos vaqueros, los puños tensándose con frustración y rabia. El lago, en contestación, brillaba mudo a la luz del atardecer. Si tenía respuestas, estaban bien ocultas en sus lóbregas aguas. Kiara estaba allí, vigilándole como era su deber. Sus alas extendidas detrás de ella con silenciosa resignación. Si había algo que pudiera hacer para ayudarle, ella lo desconocía. El muchacho echó una última mirada al agua y entonces se alejó, pasando junto a Kiara sin verla.
La ángel suspiró para sí, bajando sus ojos celestes con pesar y tristeza.
"A veces es un asco ser guardián," susurró.
"¡Y corten!" gritó la director. "Gran trabajo, Julia. Es el final, chicos."
El set de Guardian de repente cobró vida mientras un desfile de ansiosos miembros de plantilla empezaban la rutina diaria de desmantelar y reunir escenarios. La una vez pacífica escena del lago se convirtió en una vorágine de ruido y actividad. Julia Volkova salió de estampida del set, deshaciéndose de las alas de ángel de su espalda con un fluido movimiento. Se los tiró a la persona más cercana en su camino.
"Que arreglen las correas," ordenó. "Estaban clavándose en el hombro todo el tiempo."
"En seguida, Srta. Volkova" contestó la señora, apresurándose a llevar a cabo la orden.
Una vez dentro de su remolque, Julia suspiró ruidosamente. "Otro día sin final," le murmuró al vacío cuarto.
Un golpe en la puerta interrumpió sus dos segundos de paz.
"¡Entra!" gritó con impaciencia.
La ayudante de Julia, Karen Ivanova, estaba de pie nerviosamente en la puerta. En la mano llevaba una pila de sobres.
"Su correo, Srta. Volkova."
Julia ojeó fatigadamente el bulto de correspondencia.
"Envíales a todos una foto y una carta de agradecimiento," contestó despachándolo.
"¿No quiere leer ninguno?" preguntó Karen.
Con impaciencia, Julia miró con fiereza a su ayudante. "¿Cuándo lo he hecho?"
Karen asintió e hizo una anotación en su portapapeles. "No olvide que tiene esa entrevista en San Petersburgo este fin de semana. Y la MTV llamó de nuevo. Dos veces. Quieren que haga una aparición especial como co-presentadora de un episodio de—" revisó sus notas, "— TRL?" Miró a Julia. "¿Qué debiera decirles?"
"Estaré en San Petersburgo de todas formas," Julia lo consideró. "Puedo encajarlo. Diles que lo haré. Pero no voy a firmar autógrafos después."
"Muy bien," Karen dijo apuntando algo
"¿Es todo?" preguntó Julia, el tono desvelando su impaciencia. Si no lo era, ahora sí.
"Sí, es todo." Karen cerró la puerta detrás de ella cuando salió.
Julia agitó la cabeza y volvió su atención al espejo ante ella. Sus ojos reflejaban la lasitud que sentía. Su cabellera negra estaba desordenada.
"Toc, toc," dijo una voz masculina desde la, ahora, abierta puerta.
Julia se dio la vuelta, una sonrisa separando sus labios. "Boris," le saludó. "Me alegra que seas tú."
"¿De nuevo aterrorizando a la gente insignificante?" adivinó él cerrando la puerta. Apoyó su musculosa figura contra la mesa donde descansaba el espejo.
"Es una situación de toma y daca," contestó Julia fácilmente agitando la cabeza para liberar los restantes mechones de cabello de sus restricciones. Ahora que Boris estaba allí se sentía diez veces mejor.
"¿Ellos dan, tú tomas?"
Julia sonrió. "Algo así." Empezó a quitarse el maquillaje. "Ey, ¿qué harás este fin de semana?"
Boris lo consideró larga e intensamente. "¿Algo contigo?" preguntó.
"San Petersburgo nene," le anunció. "Tengo publicidad de la que ocuparme, pero después me pondré peluca y gafas de sol y nos podremos escapar al gran desconocido."
"Adoro cuando eres espontánea," dijo con una sonrisa. "Bueno, ¿sobre qué estaba mascullando Karen? Algo de correo de fans y que no firmas autógrafos"
La actriz miró al cielo. "Quiere que me siente y lea todo el correo que recibo. Probablemente también querrá que les conteste. Por favor. No tengo tiempo para eso."
Boris estudió a Julia silenciosamente durante un instante. Sus ojos azules buscaron en los celestes de Julia una razón detrás de las palabras.
"Tus fans te adoran," dijo finalmente.
"No me conocen," contestó Julia mirando fijamente su reflejo. "Adoran a Kiara. La adorarían independientemente de la actriz detrás del papel."
"¿De veras lo crees?"
Julia terminó quitando los últimos rastros de Kiara de su cara. Ahora sólo quedaba ella.
"Es la pura verdad, mi querido Boris" le explicó atando su ajorca de plata en su sitio.
Era la única posesión sin la que nunca estaba. Le echó una mirada a su mejor amigo.
"Uno de estos días la serie acabará. Mi momento bajo el sol pasará. Y caminaré con el resto de ustedes, meros mortales, preguntándome que rayos le pasó a Julia Volkova. Y seré la única a quién le importe"

Capítulo 2
Lena Katina tomó un sorbo de su capuchino grande, sus ojos verde grisáceos fijados en el monitor ante ella. Iba a terminar de escribir este ensayo esta noche, así la matara.
Starbucks estaba en pleno apogeo. Las masas cafeína-adictas continuaban fluyendo a través de las puertas necesitando un chute y Lena lo observaba todo desde su sitio en el sofá. Su portátil la miraba fijamente desde su lugar en su regazo, y Lena le echó una ojeada desalentadamente. El por qué le obligaban a tener la asignatura de lengua estaba más allá de ella. Todo lo que le importaba era el arte. ¿A quién le importaba Shakespeare? Él ya estaba muerto. Pero el arte… el arte viviría para siempre. No se demoró en el hecho de que la mayoría de la gente consideraba que Shakespeare era arte. Eso era aparte y no ayudaba a su remoloneo en lo más mínimo.
"¿Cómo está saliendo?" preguntó Nastya Sharapova, la mejor amiga y compañera de piso de Lena, vestía el uniforme de Starbucks, completo con el delantal verde y todo. Llevaba una bayeta en una mano y una botella de líquido limpiador azul en la otra.
Procedió a limpiar la mesa más cercana a Lena. Lena agitó la cabeza, no molestándose en recordar a la rubia que ya había limpiado esa mesa. Dos veces.
"Te leeré lo que tengo hasta ahora," dijo Lena. Se aclaró la garganta de una forma exagerada. "En la obra de Shakespeare, Sueño de una noche de verano…"
Nastya estaba esperando que continuase. "Sí," le insistió
"Es todo."
"Llevas cuatro horas ahí sentada," declaró Nastya. "¿Qué rayos has estado haciendo todo el tiempo?"
"Estaba pensando esquemas de color para mi última pintura," admitió Lena. "No puedo decidir si darle un sentido cálido al ocaso… o un sentido de frío desapego. Quizá haré ambos. Oh, además está esa fotografía realmente guay que revelé hace poco. Estoy pensando en hacer un tipo de collage con ella. Quizá incluso…" Hizo una pausa en su parloteo para notar la mirada en la cara de Nastya. "Sí, vale. El ensayo."
Resignada, regresó al monitor del ordenador. Dos horas más tarde encontraron a Lena en el mismo lugar exacto. El capuchino había sido reemplazado por un moka al caramelo y un caro pedazo de pastel. Estaba segura de que uno u otro, o quizás incluso ambos, sería la causa del insomnio de esa noche.
Nastya se desplomó al lado de Lena con un largo suspiro. "Creí que nunca saldría de aquí."
"Todavía estás aquí," le señaló Lena.
"Sí, tienes razón." Le echó una ojeada a su mejor amiga con curiosidad. "Bueno, ¿lograste escribir al menos una frase entera?" le embromó Nastya.
"Dos, de hecho," contestó orgullosamente Lena. "Hora de descansar," dijo.
"Vamos."
Dejando atrás Starbucks, se bajaron por la ajetreada calle de San Petersburgo donde una gran muchedumbre de gente enfebrecida se reunía bajo las ventanas de los estudios de la MTV. Gritaban y chillaban, alzando pancartas y letreros.
"Hora de alimentar a los gorrones," comentó secamente Lena, echando una mirada por la calle a la locura reunida. "Supongo los Backstreet Boys deben haber regresado a la ciudad." Nastya agitó la cabeza, distraída por los carteles colgando por fuera de Virgin Records.
"Es esa chica de esa serie que odias," dijo Nastya. "¿Quieres ir a una película, o tienes que volver al ensayo?"
"No, veré algo contigo," contestó Lena, contenta por tener una razón para demorarlo.
Era sólo viernes, después de todo. Todavía tenía hasta el lunes para entregarlo. El ensayo podía esperar. De nuevo ojeó la calle.
"¿Julia Volkova?"
"Esa misma," confirmó Nastya.
"Es toda una esnob," murmuró Lena volviéndose para encarar a su compañera de piso. "¿La viste en MuzTV la semana pasada? Al menos podría fingir no ser tan estirada."
"Es talentosa, famosa y hermosa," contestó Nastya con un encogimiento de hombros.
"Bueno, no tiene que restregárselo a todos en la cara," contestó Lena.
"Es actriz, al menos podría fingir ser un ser humano decente." Nastya le echó una mirada a su mejor amiga. "Espero que cuando esté yo en la gran pantalla no seas tan crítica."
Lena se rió. "Seré tu fan número uno."
Nastya sostuvo su portalibros delante de ella. "Me gustaría agradecer a la Academia este prestigioso premio. A el director, el reparto y la plantilla Tal-y-tal, y a mi mejor amiga… uh… espera, tenía su nombre escrito en alguna parte."
"Ay," dijo Lena formando un corazón roto. "Después de todo lo que he hecho por ti. He visto una obra horrible tras otra."
"¿Horrible?" se quejó Nastya su ofensa obvia. Pareció considerarlo. "De acuerdo, te concederé que la de la monja drogadicta no era tan maravillosa. Pero en la que interpreté a una rapera pseudo-intelectual con olfato para la decoración casera era bastante original."
"¿El musical de Martha Steward?"
"Martha Stewart no es rapera," defendió Nastya. "Me tomé mi papel muy en serio. Desearía que no te burlaras así de mí."
Lena tuvo que reírse. "Era horrible."
"Vale, sí, era bastante mala." Nastya se encogió de hombros. "Quizá si entro en Tisch."
"¿Lo solicitaste?"
"¿Cual es el sentido? No puedo permitirme el Conservatorio de San Petersburgo. Pero al menos está Starbucks."
"Amén," estuvo de acuerdo Lena.
Más tarde esa noche, Lena se sentó con su portátil abierto y lo pies apoyados en la mesa de café delante de ella. Nastya se sentó a su lado en el sofá, armada con el control remoto de la televisión y preparada para hacerse con el mundo. O, en cualquier caso, con el pequeño mundo dentro de la TV. La TV fluctuó con el cambio de canales. Nastya era zapeadora de canales profesional. Tenía trofeos para demostrarlo.
"No hay nada," masculló.
"Bueno, quizá si te detuvieras en algo lo bastante para darle una oportunidad," sugirió Lena sabiendo que era una causa perdida.
En tanto habían sido compañeras de piso —dos años para ser exacta— el ritual había sido el mismo.
Lena miró al monitor y se concentró en el email que estaba escribiendo. Nastya se agachó para ver lo que Lena estaba haciendo.
"¿Escribiendo a Igor?" preguntó.
"No," contestó Lena, moviendo el portátil para que Nastya no pudiera ver lo que había escrito. "Excúsame, entrometida."
Nastya volvió a su posición original. "Bien. Pero si estás engañando a tu novio, quiero saberlo."
"Si debes saberlo, estoy escribiéndole un correo a mi papá."
"Oh," dijo Nastya pareciendo defraudada. "Y aquí yo teniendo esperanzas."
"No entiendo por qué no te gusta Igor" dijo Lena. "Es un buen tipo."
"Me aburre hasta llorar," explicó Nastya de manera exasperada. "Todo de lo que habla es de su coche. Y si no está hablando de su coche, está hablando sobre cómo no puede esperar entrar a la facultad de Derecho y cómo va a ser, algún día, rico y poderoso. Blablabla. ¡Ten vida propia, digo yo!"
Lena sonrió. "Sólo está orgulloso porque entró a la Universidad de Novgorod."
"Y yo estoy orgullosa porque entré en Starbucks," respondió, "pero no voy presumiendo de ello. El café, querida mía, es un estilo de vida. La facultad de Derecho es…" Se encogió de hombros continuando la búsqueda del canal perfecto. "Y, de todas formas, ¿qué estás haciendo con un bachiller? Ahora eres universitaria."
"Es sólo un par de años más joven," argumentó Lena. "Hemos estado juntos desde siempre."
"Siendo siempre la palabra clave," contestó Nastya "Ahora que Igor se marcha para la facultad, ¿no crees que deberías darle un descanso? No es como si su relación sea toda fuegos artificiales y esas cosas."
Lena frunció el entrecejo. "Hay fuegos artificiales."
"Ya. Apenas le llamas. Apenas hablas de él. Cuando está aquí es como si fueran un par de colegas en lugar de novio-novia. Ni siquiera has dormido con él."
"No hasta que estamos casados," explicó Lena. "¿Sabes lo que pasaría si mi mamá averiguara que estaba teniendo sexo pre-matrimonial?"
"Lo que me lleva a mi siguiente punto," declaró Nastya. "Tienes veinte años. ¿No deberías dejar de preocuparte tanto por lo que digan tus padres?"
Lena se encogió de hombros. "No funciona de esa manera en mi familia. Y, de todas formas, no hago todo lo que dicen. Querían que viviera con ellos mientras estaba en la universidad y me negué."
"¡Porque me metí y discutí con ellos! Estabas lista para ceder."
Lena no tenía argumento. Era verdad. Pero no podía ir contra los deseos de sus padres. Eran sus padres después de todo. La criaron, vistieron, alimentaron y pagaron su educación con el poco dinero que tenían. Lo menos que podía hacer era obedecer sus deseos.
"Y, de todas formas, no le amas."
Lena miró fijamente a su mejor amiga en shock. "¿Qué?"
"Te conozco, Elena" dijo seriamente Nastya. "Estás con él sólo porque tus padres están enamorados de él. No porque lo estés tú."
Ahora se sentía ofendida. "Estoy completamente enamorada de Igor."
"Lo que tú digas," contestó Nastya.
Decidiendo dejar el asunto, Lena volvió a su e-mail. Su padre vivía ahora en Kazán, así que raramente le veía. Pero mantenían contacto a través del ordenador. De vez en cuando incluso le pillaba online. Tras enviar la carta, Lena alejó el portátil y se retrepó para mirar el desfile de canales. Para su sorpresa, Nastya se detuvo finalmente en algo.
"Mira, es tu mejor amiga," bromeó Nastya.
Lena miró al cielo. "Puedes cambiarlo cuando quieras."
Hizo un intento a por el control remoto.
Nastya lo sostuvo fuera de su alcance. "Espera, quiero ver lo que tiene que decir." Lena se sentó atrás con resignación.
"Bueno, Julia" estaba diciendo el presentador en la TV, "he oído que te has conseguido novio. Háblanos de él."
"Es mi mejor amigo," contestó Julia. "Y el hombre más maravilloso que jamás he conocido."
"¿Campanas de boda en un futuro cercano?" le preguntó el presentador.
Julia se rió. "Aún no contaría con eso."
El presentador siguió con otro tema y Lena notó que Julia pareció relajarse.
"Supongo que no le gusta hablar de su vida personal." dijo.
"Imagino," dijo Nastya con un encogimiento de hombros. "Cualquier cosa que diga estará en los titulares de mañana."
Lena tenía que admitir que era verdad. Devolvió su atención al plató de televisión.
"¿Alguna película en perspectiva?"
Julia asintió. "Hay una de próximo estreno. Está basada en la serie de TV, Guardian." Hubo un rugido de aplausos del público.
"¿Dónde interpretas a una ángel?"
"Exacto. Interpreto una ángel guardián llamada Kiara."
"¿Así que estarás interpretando el mismo papel en la película?"
"Sí," confirmó Julia.
"¿Cómo es interpretar a una ángel?"
Julia lo consideró. "Es interesante," dijo. "Kiara es la encarnación de todo lo que es bueno. Me hace sentirme un poco más cerca de Dios."
"Oh, por favor," murmuró Lena "Más cerca de Dios, narices. Es una serie de TV."
"Shhh, esto es lo mejor," dijo Nastya.
"Traje un clip," anunció Julia para placer de la muchedumbre.
Nastya se rió alegremente. "Me encanta."
Lena la miró con una ceja levantada. "Eres tan rara."
Nastya apagó la televisión y se puso en pie delante del sofá. "Es lo primero que te enseñan en clase de actuación," le informó. "Una vez que tienes un clip, la fama y la fortuna están a tu alcance."
"¿No tienes que ser ya famosa para tener un clip que exhibir?" preguntó Lena.
"Silencio," le dijo Nastya. "He estado practicando." Tosió para aclararse la garganta y asumió un aire dramático. En un tono muy grave dijo, "Traje un clip."
Lena observó esto con diversión.
"Oh," dijo Nastya sonriendo brillantemente hasta que no pudo exponer más dientes. Adoptó un horrible falso acento sureño. "Que tal, os traje un clip."
"Creí que eras de Siberia."
Nastya lo consideró. "Bueno , he estado pensando en mi persona pública, y creo que puedo ir a por lo de beldad sureña. ¿Qué crees?"
"Creo que estás demente."
"Noticias gloriosas," contestó Nastya dejándose caer sobre el sofá con orgullosa sonrisa. "La marca del verdadero artista."
"Eso me ofende," dijo Lena con una sonrisa.
Su conversación fue interrumpida de repente por el timbre del teléfono. Nastya extendió la mano sobre la mesa de café donde descansaba el teléfono inalámbrico.
"Tanatorio de San Petersburgo," dijo al teléfono. "Tú los matas, nosotros los congelamos. Oh, hola, Sra. Katina. Sí, está justo aquí."
Lena tomó al receptor. "Bendición, mami," saludó en español a su madre. "¿Cómo andas?"
"Bien, Elena," replicó Inessa Katina. "Santiago viene mañana. Quiere decirnos algo, así que pasa por acá."
Lena cubrió al receptor un momento. "Santi estará mañana donde mamá. ¿Quieres venir conmigo?"
"¿Para ver a tu hermanastro de ensueño?" preguntó Nastya. "Pero, por supuesto. ¿Qué pasa con los españoles?" preguntó de repente.
"Nastya viene también," informó a su mamá, ignorando el último comentario de su mejor amiga.
"Está bien," consintió Inessa. "¿Todo bien contigo? ¿Cómo anda la facultad?"
"Tengo un ensayo para el lunes," contesto.
"¿Y cómo va?"
"Oh, está saliendo maravillosamente," mintió Lena.
"Bueno, pues nos vemos pronto. Cuídate. Te quiero mucho, recuerda."
"También te quiero, mamá. Te veo pronto." Lena colgó el teléfono y contempló a su compañera de piso. "Santi no se ha pasado en un tiempo. Me pregunto qué pasa. Mamá dijo que quiere decirnos algo."
Nastya lo consideró. "Quizá encontró a la mujer de sus sueños. Probablemente se casa. Ahí se van mis oportunidades de amor verdadero." Suspiró hiper-dramáticamente.
Lena se rió. "Quizá. Pero, de algún modo, no lo creo."
Continuará...

Es todo por hoy, gracias!!!!
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Mensaje por flakita volkatina Mar Jun 16, 2015 11:11 am

Genial.. contiiii
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Mensaje por magiie_15 Miér Jun 17, 2015 10:50 am

Hola hola vine a dejarles otra pequeña dosis xD espero la disfruten, la continuación la subiré el lunes por cuestiones de vacaciones xd, gracias por sus comentarios, sin más aquí la continuación...
EL LADO CIEGO DEL AMOR
CAPITULO 3
"¿Te hace sentirte más cerca de Dios?" preguntó Boris sardónicamente, incapaz de quedarse callado. "¿De qué iba todo eso?"
Julia miraba por la ventanilla de la limousine, observando San Petersburgo pasar en un flash de preciosas y vibrantes luces.
"¿Realmente fue tan malo?"
"No," concedió Boris. "Estoy seguro que la Dr. Laura te agregó a su lista de famosos con los que contactar en caso de emergencia." Julia suspiró, sintiéndose deprimida de repente. "Pero me alegra ser el hombre más grande que jamás has conocido," comentó orgullosamente.
Julia le echó una ojeada. "Que no se te suba a la cabeza," le dijo. "La competencia no es muy impresionante."
"Aceptaré lo que pueda pillar," dijo Boris con una sonrisa. "Creo que tu imagen como heterosexual temerosa de Dios quedó bastante bien establecida. Deberías estar orgullosa."
"¿Orgullosa de qué?" le preguntó Julia. "¿De que mis habilidades escénicas prevalezcan incluso sin guión? Todo es actuación. Mi vida, mi imagen. A veces me veo tan envuelta en todas las mentiras que ya no sé qué es verdad."
Boris le tocó la pierna. "Al menos me tienes para recordártelo," le dijo.
Esto trajo una sonrisa a su cara. "Mi única y verdadera salvación."
"Creo que fingir ser tu novio será bueno para mi carrera," dijo embromadoramente. "¿Qué crees?"
"Creo que eres un maravilloso guionista y director," le contestó sinceramente. "Y, si me lo permitieras, produciría tus películas al instante."
Boris se encogió de hombros. "Eso es hacer trampas, querida mía," contestó él.
"Es Rusia, querido mío. Va de a quién conoces. El talento viene después." La limusina se detuvo delante del Plaza. "Hora de evadir a las masas," dijo Julia con un suspiro, notando la muchedumbre ya reunida. "¿Cómo saben siempre dónde voy a estar?"
"Magia," contestó Boris.
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Escondida en la seguridad del ático que compartía con Boris, Julia se encontraba en el balcón. Disfrutando la fresca brisa de primavera en su cabello y la vista de la Catedral de San Isaac abajo.
"Vas a morirte aquí fuera," dijo Boris, temblando al lado de ella. "Vuelve dentro."
"Después."
"¿Algo de lo que quieras hablar?"
"Boris, dime algo. Si el mundo es un escenario, ¿cómo siento que soy la única intérprete?" preguntó Julia.
Boris consideró la cuestión durante un momento, entonces se encogió de hombros. "Porque eres ególatra y egoísta."
Julia se rió, entonces se calmó. "¿Realmente lo crees?"
"No. Pero creo que has hecho un maravilloso trabajo convenciendo a todos de que lo eres. Tú incluida."
"Una heterosexual, temerosa de Dios, ególatra y egoísta bruja." Julia ponderó esto. "Es una buena imagen a tener."
"¿Incluso si es por completo opuesta a lo que eres"? preguntó Boris seriamente.
"Es más seguro de esta manera," contestó Julia.
"¿Más seguro para quien?"
"Para mí."
Boris besó su mejilla. "Me voy a acostar."
"Duerme bien," le dijo, su mirada fija en la vista más allá de la barandilla de balcón.
"Buenas noches," dijo Boris.
Julia permaneció fuera durante un rato, ponderando el significado de su vida. Se rió entre dientes amargamente. ¿Qué significado?, pensó tristemente. Por un instante, contempló el saltar. Se preguntó brevemente qué dirían los titulares. "El ángel despega, el aterrizar resulta letal." Jugarían con todo el concepto de ángel, sin duda.
Alejándose de la baranda, regresó al cuarto, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. Se tumbó en el sofá, cerrando sus ojos, sabiendo que, a pesar de su agotamiento, el sueño no vendría.
"Eh, ¿no eres la nena de esa serie de TV?"
Julia entrecerró los ojos, actualmente ocultos por las oscuras gafas de sol que lucía.
"Ni siquiera lo pienses, Boris," le advirtió. "Te mataré."
Boris sonrió abiertamente. "Error mío," se disculpó, apoyándose en sus brazos. "Por un instante creí que eras otra persona."
Echó una mirada al gentío que pasaba. El museo de Hermitage estaba a rebosar de energía mientras los artistas reclamaban sus justos sitios y empezaban sus rutinas. Había acróbatas, pintores, cantantes y bailarines. Parecía que toda San Petersburgo estaba fuera disfrutando el delicioso clima.
La identidad de Julia estaba bien disimulada tras enormes gafas de sol y una corta peluca rubia. Vestía informalmente con vaqueros y una camiseta de los Zenit de San Petersburgo.
"Se está bien aquí fuera," dijo desde su sitio junto a la fuente.
Era agradable estar fuera recreándose en el anonimato del enorme km en una gran ciudad. Hasta ahora nadie la había mirado dos veces.
"Quizá me mude a San Petersburgo cuando la serie acabe." La atención de Boris estaba en otra parte. "Y me monte un trio con elefantes del espacio exterior," continuó Julia despreocupadamente.
"¿Uh?" Boris miró. "Lo siento. Estaba sólo… um…"
"¿Comprobando la carne blanca local?" adivinó Julia.
"Es lo que hay de cena," contestó Boris con una sonrisa.
Julia miró al cielo aunque él no podía verlo. "Es asqueroso."
"No hay nada asqueroso en la unión de un hombre y una mujer," contestó Boris. "O incluso un hombre y dos mujeres. O tres..."
Julia se rió. "Apenas puedes arreglártelas solo, ¿qué vas a hacer con tres mujeres?"
Boris parecía ofendido. "Mi querida e inocente muchacha. Hay un gran plantel de cosas que no sabes de mí. Soy un semental, después de todo."
Julia sólo sonrió, incapaz de discutir. Boris era guapísimo y él lo sabía. Estaba segura que Moscú lo pescaría en nada de tiempo si tan sólo considera el actuar como opción. Pero estaba decidido a ser director y guionista, y Julia admiraba su persistencia. Pero más que nada, admiraba su determinación a tener éxito por su cuenta. No había tantos aspirantes ahí fuera que, siendo los mejores amigos de alguien con un pie en la puerta, rechazaran un poco de ayuda.
"Tengo ganas de comprar algo," declaró Julia ausentemente, sus ojos yendo por los diferentes artistas.
Consideró comprar un collar o algo simple, pero entonces un cuadro captó su atención. Era un boceto a carboncillo de una figura solitaria de pie entre una muchedumbre, la mirada fija en un objeto distante.
"Boris, ve y cómprame eso." Señaló con la cabeza a la imagen había estado mirando.
"Ve y cómpratelo tú misma," replicó Boris. "No soy tu esclavo."
Julia le miró. "Por favor."
"Bien," cedió Boris. Miró en la dirección general que le había indicado. "¿Ése con esa cosa?"
Julia se rió. "Sí, exactamente. Ése con esa cosa."
"Vale." Boris fue para allá, mascullando algo sobre estar domesticado.
Julia observó para asegurarse que seleccionaba el cuadro correcto. Entonces arqueó una ceja cuando la conversación entre Boris y la chica detrás de la mesa se alargaba unos momentos más de lo necesario. Cuando él volvió a su sitio, portaba una luminosa sonrisa en la cara.
"Aquí está su cuadro, vuestra alteza," dijo, entregándolo.
"Ligando con la artista, ¿no?" le preguntó Julia, ojeando la imagen con genuina admiración. Es como si la hubieran dibujado con ella en mente.
Boris negó con la cabeza y se sentó. "No es la artista," explicó. "Es amiga de la artista. La muy mona amiga de la artista que acaba de darme su número." Alzó una tarjeta comercial en énfasis.
Orgullosamente volvió la tarjeta para mostrar donde la chica había garrapateado sus cifras.
"Rauda operación," le dijo Julia. "Estoy impresionada."
"Algún día puede que seas así de hábil," le aseguró Boris. "Sólo sigue conmigo."
"Eh," Julia se quejó, ligeramente ofendida. "Podría agenciarme una cita en dos segundos."
Boris arqueó una oscura ceja mientras observaba a su mejor amiga con mirada dudosa.
"¿Y cuándo, si puedo preguntar, fue la última vez que te diste un revolcón?"
"Eso," Julia respondió, poniéndose en pie, "no es asunto tuyo."
Boris también se incorporó, disfrutando el hecho de que estaba ganando esta discusión. "Tanto hace, ¿eh?"
Julia empezó a alejarse, no queriendo participar más en esta conversación. Podía encontrar con quien dormir. Había montones de personas que dormirían con ella. Millones de ellas, en realidad.
"Hay cosas más importante que el sexo," le informó a Boris una vez que se hubo puesto a la par de ella.
"Eh, Julia, sabes que sólo estoy bromeando, ¿verdad?" preguntó, repentinamente serio. "Sé que es difícil para ti."
"Lo sé."
Pero todavía le molestaba. No iba de sexo… realmente eso no le importaba. Era todo lo demás. Era encontrar a alguien que la amase por ella. No por la atención de los medios, o el dinero, o el glamour, o quién ella fingía ser.
Boris suspiró. "No vas a encontrar a nadie a quién amar si no le permites acercarse a ti."
Julia no le dirigió la mirada. "Te permití acercarte a mí."
Él sonrió. "Sí pero, para mi desaliento, no parezco ser tu tipo."
"Y en eso yace el quid," le contestó Julia.
Continuará.....
Eso es todo por hoy gracias, nos leemos el lunes...
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Mensaje por flakita volkatina Sáb Jun 20, 2015 12:32 am

Genial ya quiero q sea luneeeeesss
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Mensaje por magiie_15 Lun Jun 29, 2015 6:24 pm

Hola hola, ya estoy de regreso, bueno aquí les dejo mas de esta hermosa historia... Gracias!

EL LADO CIEGO DEL AMOR

Capitulo 4

"Odio a Shakespeare," murmuró Lena, poniendo un mechón de cabello rojo detrás de su oreja.

El mechón que se había teñido de azul estaba decolorándose. Quizás era hora de cambiar de color. Blanco, quizá verde…

"Si estuviera vivo, le mataría."

"Estoy segura que es ilegal," le dijo Nastya, cuando el ascensor vino a detenerse en el piso 12. Empezaron a caminar hacia el apartamento.

"Y, de todas formas, no veo por qué estás de tan asqueroso humor. Vendí dos de tus pinturas hoy. Y, más importante, Santi está en casa."

Lena sonrió cuando alcanzaron su destino. "Tienes razón. Hoy es un buen día. No voy a permitir que un estúpido ensayo lo arruine." Llamó ruidosamente. Cuando la puerta se abrió, su sonrisa se ensanchó

Santiago Serrano arrebató a su hermanastra en sus brazos y la abrazó fuertemente. Besó su mejilla unas cuantas veces antes de permitirle irse.

"¡Llego la fea!" anunció.

Lena le palmeó el brazo. "No soy fea," le discutió.

Santiago miró a Nastya y le guiñó. "No, no. Nastya no es fea. Pero tú…" Recibió otra palmada de Kris.

La Sra. Katina vino un momento después, una sonrisa iluminando su cara. Sus ojos verdes se encendieron a la vista de su hija.

"Elena," le saludó, besando su mejilla.

"Hola, mami," dijo Lena.

"Nastya" bienvenida." Inessa Katina se volvió a su hijastro.

"Deja de hablar en español delante de la invitada. Es grosero." A las chicas les dijo, "Carlos y Dimitri fueron a la tienda a por hielo. Volverán pronto." Se volvió para llevarles hacia la sala. "Venga, sentaos. Os traeré algo de beber."

Lena se sentó como le dijeron y miró por el apartamento. Era pequeño según todos los cánones. En la sala apenas entraba el sofá en que estaba sentada. Pero era el hogar. Pinturas y fotos enmarcadas de España decoraban las paredes. Lena nunca había estado en España, pero Carlos y Santiago hablaban de ella todo el tiempo. Se habían mudado a San Petersburgo al poco de casarse Carlos y la madre de Lena.

Una vez su madre había desaparecido en la cocina, Lena se volvió a su hermano.

"Bueno, ¿cual es la gran noticia que tienes?" le susurró.

La alegre disposición de Santiago se tornó sombría. "Lo averiguarás en un ratito," dijo, su inquietud obvia.

Lena estaba segura que, fuera la que fuera, no sería buena. Dándose cuenta de la tensión en el aire, Nastya decidió hablar.

"Bueno, Santiago, ¿qué estás haciendo estos días?"

Él volvió sus amables ojos castaños hacia Nastya. "Estoy intentando entrar en programación de ordenadores," contestó. "Pero es difícil aterrizar por aquí en un trabajo bien pagado sin una buena educación. Y la facultad es cara."

La Sra. Katina volvió con una bandeja, dándoles a cada uno una taza de zumo de naranja. "Lo siento, es lo único frío en la casa hasta Carlos vuelva con hielo." Cada uno aceptó la bebida y la agradeció.

"¿Cómo va el negocio del arte?" Santiago le preguntó a Lena.

Lena se animó. "Hoy vendí un par de cosas," contestó. "Es un día precioso así que hay mucha gente fuera".

"No hay dinero en el arte," declaró su madre con una sacudida de la cabeza. No era la primera vez que lo decía, pero como todas las otras, el comentario cayó en oídos sordos.

"Bueno, Lena es muy talentosa," respondió Nastya. "Debería ver cómo la gente se detiene a mirar su trabajo." Le sonrió a su mejor amiga. "Tendrá su propia galería uno de estos días."

Lena le devolvió la sonrisa, adulada.

Inessa agitó la cabeza. "Bueno, me alegra que Lena tenga a Igor para cuidar de ella," dijo, sonriéndole a su hija.

Santiago se aclaró la garganta. "Bueno, estoy bastante seguro de que Lena es capaz de cuidarse sola," dijo.

"Bueno, por supuesto que lo es," concordó Inessa. "Pero toda mujer necesita un hombre que cuide de ella en este mundo. Y viceversa."

Santiago dejó caer la mirada. Lena apreciaba los esfuerzos de todos, pero ¿Se daban cuenta que estaba sentada allí mismo, por tanto era innecesario que hablasen de ella como si no estuviera? Antes que tuviera oportunidad de decir algo, la puerta se abrió y Carlos Serrano entró, llevando una bolsa de hielo sobre un hombro y unas bolsas llenas en su mano izquierda.

Como Santiago, era alto con cabello y ojos oscuros, y su piel naturalmente morena aun más bronceada por las largas horas al sol. Dimitri, el hermano de dieciséis años de Lena, entró tras su padrastro. Llevaba un par de botellas de Coca-cola, meticulosamente equilibradas en una mano, mientras otra bolsa de hielo descansaba en el hombro opuesto.

Dimitri se parecía mucho a Lena, aunque quizás un poco más a su padre que a su madre. La pubertad aún no había arreglado su forma larguirucha, así que su postura era bastante desgarbada, pero lo ocultaba bien dentro de los límites de su ropa hiperholgada. Una bandana negra escondía su pelo castaño.

Santiago se levantó en seguida para ayudar a su padre y hermano.

"Pon el hielo en el freezer," le instruyó Carlos a su hijo. Entonces notó a Lena y se acercó para saludarla. Dimitri y Santiago desaparecieron en la cocina para guardarlo todo.

"Bella," dijo, inclinándose para besar la mejilla de su hija.

Lena sonrió. Por lo menos alguien pensaba que era bonita. "Hola, papá," le dijo.

"Hola, Nastya," dijo él, besando también su mejilla. "¿Cómo es la vida de vender café?"

"Realmente de maravilla, Sr. S," le contestó. "Se precisa un tipo especial de persona para prepararlo adecuadamente".

"Estoy seguro que sí," le contestó el Sr. Serrano, yendo a saludar a su esposa.

"Lena, ¿cómo va la facultad?" "¿Terminaste ese ejercicio?" agregó la Sra. Katina.

Lena se rebuyó en su asiento. "Uh, casi," contestó, esperando ser mejor mentirosa que escritora "Tienes que adorar a Shakespeare." Muere, muere, muere…

Para su alivio, Santiago y Dimitri volvieron a la sala, llevando sillas de la cocina para tener donde sentarse.

Dimitri le cabeceó a su hermana. "'Pasa, 'manita."

Lena le miró con una ceja cuestionadora. "Eh, Don Zoquete. ¿De qué va la ropa de aspirante a pandillero?"

En respuesta él le lanzó una mirada aviesa. Lena le sacó la lengua, insegura de qué pasaba entre hermanos que hacía desplomarse el grado de madurez.

Carlos se volvió a su hijo. "Bueno, Santiago, ¿cual es la gran noticia, eh? Ya nos tienes a todos aquí."

Santiago deglutió cuando se sintió bajo los focos. "Uhh…"

"Probablemente dejó embarazada a una chica," comentó Dimitri.

"No…" dijo Santiago, mirando hacia su taza de zumo.

"¿Te mudas?" adivinó Lena.

Santiago negó con la cabeza. Nastya se metió. "¿Te alistaste al ejército?"

"¿Te casas?" preguntó Dimitri.

"Soy gay," dijo Santiago levantando la mirada.

El cuarto se quedó mortalmente silencioso mientras cada miembro de la familia absorbía la información. La taza cayó de la mano de Inessa Katina, derramando el resto de su zumo por la alfombra marfileña. Y, como una bandera cayendo a la salida de una carrera, hubo un estallido de griterío. Lena se hundió en el sofá, aún incapaz de discernir una respuesta. ¿Santiago … gay? ¿Cómo podía ser? Era tan… poco gay. Concedido, no podía recordar haberle visto nunca saliendo con una chica, pero sólo había vivido con él durante un año. Ahora que se había mudado, no tenía idea de qué hacía. Bueno, evidentemente.

Por su parte, Nastya parecía estar catatónica. Lena intentó espabilar a Nastya moviendo la mano delante de su cara pero sin éxito. Su mejor amiga continuaba mirando fijamente al espacio con una expresión distante.

Dimitri salió en desbandada del apartamento, murmurando algo sobre estar en el mismo cuarto con un "maricón". Carlos estaba furibundo y adquiriendo extraños tonos de rojo y púrpura, como Lena nunca había visto antes. Su madre estaba medio llorando, medio rezando. Y Santiago estaba sentado en el mismo lugar, no mirando a nada. No parecía estar escuchando a su padre despotricando sobre moralidad. Santiago tensó la mandíbula, entonces se incorporó, dirigiéndose sobre su padre. Sin una palabra, salió del apartamento y cerró de golpe la puerta detrás de él.

"¡Maldito sea!" maldijo Carlos.

Abandonó la sala en un arrebato y desapareció por el vestíbulo. El portazo de la puerta del dormitorio resonó por el pequeño apartamento. Inessa también se puso de pie, alisando el largo de su falda. Se excusó y también se retiró por el vestíbulo. Lena se preguntó qué rayos le acababa de suceder a su familia. Presente un instante. Desaparecida al siguiente. Consideró ir tras Santiago. Pero, ¿qué diría si le pillaba? Suspiró.

Vaya con que iba a ser un buen día.
Continuará...

Eso es todo por hoy, gracias nos vemos
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Mensaje por Aleinads Lun Jun 29, 2015 9:46 pm

Se me hizo eterna la espera... Contiiii me encanta este fic Wink Wink Laughing
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Mensaje por magiie_15 Lun Jul 27, 2015 9:35 pm

Hola! Se que no eh sido muy responsable con las continuación de esta y otras historias, por eso les pido una disculpa, pero bueno, les dejo la continuación, disfrútenla!

EL LADO CIEGO DEL AMOR
Capitulo 5

"Bueno, ¿vas a llamar?" preguntó Julia, desde su sitio en el sofá.

Tras un fructífero día de turismo, los dos habían regresado al ático agotados de caminar. Aunque Boris había insistido varias veces en que tomaran un taxi, Julia sentía que semejante acción desvirtuaría la experiencia. Además, no sucedía a menudo que pudiera pasear sin ser al instante reconocida.

Tras un largo y agradable baño y un cambio de ropa, Julia se había retirado al sofá, donde ahora se sentaba con su portátil abierto sobre sus piernas extendidas. Le echó una mirada a Boris, que estaba ocupado con su propio portátil, tecleando algo. Compartían el sofá, pero Julia ocupaba la mayoría, obligando a Boris a usar la mesa de café para apoyar las piernas.

"Hola," le llamó. "¿Vas a llamarla?"

"¿Llamar a quién?" preguntó, no deteniendo su tecleo. Los ojos azules se entrecerraban intensamente concentrándose en lo que fuera que estuviera escribiendo.

"La chica."

"¿Qué chica?"

Julia le chinchó con el pie, esperando que un poco de contacto físico le sacara de cualquier mundo en que ahora residiera.

"¿Uh?" preguntó Boris, mirando al fin.

"¿Vas a llamar a esa chica cuyo número conseguiste hoy?" preguntó, deletreándoselo para evitar más miradas vacías.

Boris desechó el comentario con un manotazo y volvió a escribir. "Creo que me mudaré aquí contigo," le informó. "San Petersburgo me inspira. Acabo de empezar un nuevo guión."

"¿Que pasa con el guión que empezaste la semana pasada?" preguntó Julia.

"Tendrá que esperar," contestó Boris. "Estoy a cien con éste."

Julia le observó durante un momento, escuchando el tranquilizante sonido de sus dedos sobre el pequeño teclado. Cuando tuvo la certeza de que su mejor amigo no iba a prestarle más atención, volvió al asunto a mano.

Actualmente mantenía tres conversaciones diferentes con tres personas distintas a quienes no conocía. Lo importante sin embargo, era que ellos no la conocían. La chica de Canadá creía que Julia era un cuarentón de Perú. El tipo de Maine, pensaba que era una artista de striptease y estaba ofreciendo pagarle para que volase a darle un espectáculo privado. Y la chica de America estaba bajo la impresión de que Julia era granjera en Alabama. Internet era tan divertido.

"Eh, ¿cuánto fue ese dibujo?" preguntó Julia.

"Unos diez rublos," contestó Boris.

Julia levantó la vista. "¿Sólo eso?"

"¿Qué quieres decir con 'sólo eso'? Eran mis últimos diez rublos," se quejó. "No todos somos millonarios, sabes."

Julianne buscó en su bolsillo y sacó un billete de diez rublos. "Creí que sería más caro," contestó. "Sabes que no llevo mucho efectivo encima."

Boris aceptó el dinero. "¿No me das algo más?"

Julia lo consideró. "De acuerdo. Aquí va un buen consejo. Mueve tu culo perezoso y llama a esa chica."

"¿Y por qué?"

"Oh, no sé," Julia contestó. "¿Quizá porque probablemente esté esperándolo? ¿Se te ha ocurrido que, si te dio su número de teléfono, es porque quiere que la llames?"

Boris se lo pensó. "¿Eso crees?"

"Hombres," rezongó Julia volviendo a su chat.

Boris sacó la tarjeta con el número de la chica y se la tiró a Julia, dándole en la frente. La tarjeta rebotó y aterrizó en el teclado.

"¿Por qué no la llamas tú?" sugirió Boris.

"Ja, ja," respondió secamente Julia, quitando la tarjeta de su situación de estorbo. Se la devolvió. "Eres el que estaba todo jactancioso por conseguir su número."

"Y lo conseguí." Julia negó con la cabeza. "Realmente no os entiendo. Tú consigues un número. Tú llamas."

"¿Por qué estás armando tal barullo por esto?" preguntó Boris. Se volvió para estudiar a su mejor amiga. "¿Podría quizá tener que ver con la misteriosa artista detrás del dibujo? ¿Hmmm?"

"Por favor," dijo Julia mirando al cielo. "Meramente estoy velando por los corazones de las jóvenes de dondequiera."

Boris asintió. "Ya," acordó. "Igual que cuando recibes correo de los fans. Lo lees. Lo contestas."

"Eso es completamente diferente," discutió Julia.

"¿Cómo?"

"Sólo lo es."

Boris se volvió para contemplar mejor a la actriz. "Te propongo un trato, Srta. Poderosa. Llamaré a este número ahora mismo," sugirió, sosteniendo la tarjeta, "si consientes en leer y contestar por lo menos a diez correos de fans a la semana."

Julia lo consideró. "Dos."

"Cinco."

"Tres."

"Trato," replicó Boris, ofreciendo su mano.

Se estrecharon de manos. Julia se estiró y le alargó el teléfono. "Empieza a marcar"
-----------------------------------------------
"¿Por qué es gay?" gimoteó Nastya golpeando la cabeza contra la mesa de la cocina. "Es demasiado sexy para ser gay."

Lena se encogió de hombros. "Los sexys normalmente son gays. Rupert Everett… Ricky Martin… Elton John…"

"Ricky Martin no es gay," discutió Nastya.

"Continua diciéndotelo," dijo Lena palmeando el brazo de su mejor amiga.

Nastya abrió la boca para responder. Entonces frunció el entrecejo. "Espera un segundo, Elton John no es sexy."

"Estoy segura que hay quien lo cree," replicó Lena. "Y, en cualquier caso, no podía pensar en otro."

Nastya suspiró, de repente recordando el tema original. "Bueno, ¿cómo llevas todo esto?"

"No hay mucho que llevar," contestó Lena con un encogimiento de hombros. "Realmente no lo pillo, pero no voy a volverle la espalda ni nada. Sólo me siento mal por el resto de la familia. No van a hacérselo pasar bien."

"Que rollo," comentó Nastya. "Realmente debieran darle un respiro. No es el fin del mundo."

"No van a verlo así. Carlos está mosqueado porque piensa que crió a su hijo para ser una nenaza. Y mamá cree que Santiago va a ir directo al infierno. Dimitri… no sé. Probablemente le asusta que sus amigos lo averigüen y empiecen a gastarle bromas."

"¿Y Santiago?" sugirió Nastya.

Lena frunció el ceño. "No lo sé…"

Su conversación fue interrumpida de repente por el teléfono sonando, que Lena procedió a coger.

"¿Sí?" dijo.

"Hola," respondió una voz masculina. "¿Me recuerdas? Hablamos antes."

Lena le lanzó una mirada cuestionadora a Nastya. "¿Hablamos?"

"Sí, me diste tu número."

"¿Te lo di?"

Una pausa. "Quizá tengo el número equivocado."

"Probablemente."

"Lamento esto"

"Sin problema."

"Adiós."

"Adiós." Lena colgó el teléfono.

"¿Y bien?" preguntó Nastya expectante.

"Número equivocado," explicó Lena. "Bueno, ¿qué crees que debería hacer con Santiago? ¿Debería ir a verle? ¿Llamarle? ¿Escribirle un anónimo?"

Nastya se rió. "'Querido Santiago, te escribo un anónimo para hacerte saber que me parece totalmente bien que seas gay… '"

"Vale, quizá le llame mañana," dijo Lena. "¿O crees que debiera dejarme caer por su apartamento? Aunque no estoy segura de qué decirle."

Nastya lo consideró. "Bueno, podrías decirle exactamente lo mismo que le dirías si no supieras que era gay. Estoy bastante segura de que tuvisteis conversaciones previas a este anuncio."

Lena soltó un suspiro exasperado. "Tienes razón. No sé por qué estoy armando semejante barullo."

"Bueno, sabes, es un gran barullo. Ahora, en vez de no saber con que chicas está durmiendo, no sabrás con qué chicos está durmiendo. Un enorme cambio en tu vida. Permíteme llamar a tu comecocos."

"Graciosa," replicó Lena. "Le llamaré mañana. Sólo para ver cómo le va."

Nastya asintió con aprobación. "Fabulosa idea"
-----------------------------------------------
Boris colgó el teléfono. "Bueno, aquí tienes," le dijo a Julia. "Llamé. Debe haberme dado un número falso."

Julia se le quedó mirando. "¿Se te ocurrió preguntar por ella?"

Boris lo consideró. "Bueno… no…" Se encogió de hombros. "Pero, de todas formas, el trato era que llamase. En ninguna parte del contrato se declara que tenía realmente que hablar con ella."

"Rollista," le informó Julia.

Boris le tiró la tarjeta. "Disfruta tu correo de fans. Voy a tomar una ducha."

Julia le observó alejarse, entonces giró la tarjeta comercial en su mano. Era blanca, simple. En la cara se leía: "Lena Katina. Obras de arte original: pinturas, bocetos a carboncillo, óleo & lápiz. E-mail: lkatina@starplace.com". También tenía su dirección y número de teléfono. Que confiada.

Se quedó mirando la dirección de correo electrónico durante un rato, decidiendo el curso de acción. Sólo una nota rápida, decidió, abriendo su buzón. Notó el mensaje urgente de su agente pero lo ignoró, pulsando el botón de 'correo nuevo' en cambio.

Asunto: tu arte

Mensaje:

Julia miró el parpadeante cursor, insegura de qué escribir.

Mensaje: Estimada Srta. Katina, Compré un boceto suyo antes. La figura en la imagen reflejaba tanto de cómo me siento a veces, que era como si hubiera sido dibujado conmigo en mente. Me pregunto si tiene una galería aquí, en San Petersburgo, dónde pueda quizá ver más de su obra. Atentamente,

Julia hizo una pausa. ¿Atentamente quién? Miró por el apartamento en busca de un nombre para terminar el correo. Finalmente, se decidió.

Atentamente, J. Olegnova. V.

De todas formas, nadie sabía su nombre completo. Leyó por encima el correo y, decidiendo que era lo bastante discreto, lo puso en camino.
Continuará...

Gracias. Very Happy
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Mensaje por Aleinads Lun Jul 27, 2015 10:09 pm

Por fiiiiin , aaaahhh quiero mas contiii bounce bounce cheers cheers cheers
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Mensaje por magiie_15 Mar Feb 09, 2016 10:02 am

Capítulo 7

Lena tenía seis años de edad el día que su padre se fue. Ella se había sentado en los escalones del frente de su pequeña casa en Kazajistán, mirando a sus dos hermanos desde el otro lado de la calle, tirar una pelota de fútbol ida y vuelta. Recordaba que, el más joven de los dos, empujó a su hermano en un charco de agua sobrante de una larga semana de lluvia. Se habían gritado y tirado golpes el uno al otro, hasta que su madre vino corriendo de la casa agitando un cinturón de cuero en una mano. Los niños entonces corrieron en direcciones opuestas, fue genial como lo recordaba.

Lena había visto a su madre enrollar el cinturón alrededor de su mano (de manera que Lena se imaginó que era un caracol) y volver a la casa. Aun sin tener nada que ver, Lena se vio obligada a escuchar. Detrás de ella, en el interior de la puerta de su propia casa, su hermano lloraba, y su madre y su padre gritaban. Entonces, sin previo aviso, todo se detuvo.

En el repentino silencio, el pantallazo de la puerta sonaba más fuerte que de costumbre. Los pasos de su padre fueron ahogados por el doloroso chillido de la puerta oscilando a cerrarse. Él iba caminando pero se dio vuelta con el último paso.

"Lo siento, Elena", dijo, antes de seguir caminando.

Desde entonces, su única comunicación con su padre había sido a través de cartas, ocasionales correos electrónicos, y en los controles que enviaba cada mes. Era fiel a su contribución financiera como él nunca podría estar en su matrimonio con su madre. Ella nunca podría odiar a su padre, Lena lo sabía, pero todavía no lo había perdonado.

Catorce años no es suficiente para reparar ese tipo de herida. Tal vez no quería aceptarlo durante esta vida.

Su último e-mail parpadeaba en la pantalla de su monitor, y Lena leyó sin responder. ¿Estaba ella bien? Seguro. ¿Había recibido su último cheque? Sí. ¿Qué había nuevo? Bueno, entre otras cosas que mi hermanastro es gay, no mucho.
"Te ves feliz esta noche." Nastya caminó en la habitación donde estaba metida Lena y se sentó con las piernas cruzadas sobre la cama. "¿Tarea"?

"Padre".

"Ah". Nastya asintió, y abrió la lata de refresco que tenía en la mano. Después de un largo sorbo, pregunto, "¿Hay alguna novedad de tu familia acerca de ya sabes- admitir que es, ya sabes qué?"

Lena suspiró, y coloco la computadora portátil junto a ella en la cama e inclinada hacia adelante. "Estoy bastante segura de que han pasado a la completa negación en este momento. Mamá llamo antes y ni siquiera lo menciono. Es como si nunca hubiera sucedido".

"¿Entonces, qué? ¿Sólo van a pretender que es normal?"

"Realmente no sé."

"¿No has hablado con Santiago aún?"

"No. Sinceramente, no tengo idea de qué decirle. "

"Estoy segura de que a él no le importa lo que digas, siempre y cuando sepa que lo apoyas.” Nastya sacudió su cabeza hacia un lado. "¿lo apoyas, no?"

Lena  miro seriamente a su mejor amiga. "¡Claro que sí! Es sólo... es Santiago, ¿sabes? Santiago. Tenía una imagen de él... sabes... "

"Teniendo en cuenta eso de-"

"¡Aaargh!” Lena cubrió sus orejas estaba segura de que no era eso lo que quería decir. "Eso no es realmente lo que quise decir. Yo simplemente no me imaginaba que él, sea gay.... Él es mi geek hermanastro solo Santiago,-"

"Muy sexy..."

"Hermanastro".

"¿Por qué siempre los sexys son gays? ¿Cómo va a sobrevivir la raza humana si sólo la gente es fea, sabes? "haciendo una pausa. "La presente compañía excluida, por supuesto."

"Gracias por eso".

"Estoy diciendo, va a llegar un momento en que nadie va a querer dormir con los demás porque todo el mundo es demasiado feo."

"Mmm, no estoy segura acerca de eso. A veces, las personas realmente feas tienen niños que se ven realmente bien".

Nastya la miró incrédula. "¿Cómo quién?"

"¡Yo no sé! Gente".

Nastya se encogió de hombros, tomando otro sorbo de su bebida. "Ah bueno, no es como si todas las personas homosexuales no tuviesen hijos en estos días de todos modos." Ella se iluminó. "¿Oye, crees que Santiago quisiera que dé a luz a sus hijos?"

"Bueno, esta conversación está empezando a sonar rara."

"Increíble me pregunto si tiene novio."

Lena pensó. "¿Tú crees? Hm. Me pregunto con qué clase de hombre saldría Santiago".

"Sólo hay una forma de averiguarlo."

"Lo llamo mañana", decidió Lena.

"O simplemente déjate caer sin previo aviso por lo que no tendrá tiempo para ocultar a su Amante. Oh! oooo Amantes ¿Crees Santiago está metido orgías? Él se ve del tipo pervertido. "

"Y de nuevo con el escalofriante lugar."

"Lo siento. Oh, hablando de escalofriante, ¿dónde va Igor esta noche? "

"Práctica de debate en equipo."

"Ugh, pobre". Nastya hizo una cara. "¿Así que cuando lo dejaras?"

Lena suspiró hundió su cabeza en la almohada detrás de ella. "¿Realmente tenemos que tener esta conversación de nuevo?"

"Sí, porque tengo chicos sexys en fila esperando la oportunidad de una cita, y no van a esperar para siempre. Despierta y huele la testosterona”.

Lena sonrió. "¿Qué te hace pensar que voy a saltar ante la oportunidad de una cita con ninguno de estos tipos?"

"¡Ah, holaaa?, mencione la parte de sexy? En primer lugar, esta John. Entrena en el equipo de natación olímpico. Nadador, Lena. "

"Estoy familiarizada con la palabra..."

"Entonces yo espero que estés también familiarizada con los cuerpos sexys de los nadadores. Luego está Chris. Él no es un nadador, pero todavía sexy en ese tipo de rock and roll. Además, cómo sería si te llamara un lindo tipo llamado Chris? "

"No iría con él en nada en lo absoluto".

"Bien. Por último, y he guardado lo mejor para el final, esta Anthony. Él tiene los más hermosos ojos verdes que veras en tu vida, y además es artista. "

A pesar de sí misma, Lena estaba intrigada. "¿Qué tipo de artista?"

"Es escultor", dijo Nastya, y era evidente que estaba satisfecha consigo misma. "Él incluso va a la Universidad Politécnica de San Petersburgo, que es donde tú vas."

"¿En serio?" Lena no recordaba notar a cualquier magnífico escultor de ojos verdes en la escuela. "No creo que lo haya visto."

"Bueno, él te ha visto sin duda."

"¿Y cómo sabes tú esto?"

"Yo sé muchas cosas, Lena. Soy como el Oráculo de la Aldea." Hizo una pausa. "¿Así que si no estás interesada en el nadador, lo puedo tener?"

Lena se rio. "Puedes tener a los tres."

"Mmm", consideró. "¿Crees que podrías convencer a Santi que se sume?"

"Creo que vomitare".

Nastya se rio y se levantó. "Voy a dejarte con tu Chat, o lo que sea que estabas haciendo antes de que te interrumpa. TV llamadas. ¿Quizás te unas a mí más tarde? Creo que hay una muy mala la película de vampiros. "

"Cuenta conmigo. Permíteme que termine con mi correo electrónico. Tengo que escribir al profesor Satanás y pedir una prórroga para ese maldito informe de Shakespeare. "

"¿Aún no has terminado?"

Lena suspiró. "¿Crees que tener un hermano saliendo armario cuenta como una emergencia de familia?"

"No en la ciudad de San Petersburgo." Nastya rio y camino hacia la puerta.

Una vez sola, Lena recogió el portátil y se concentró de nuevo en la pantalla. No tenía ni idea de lo que iba a escribir de nuevo a su padre. No tenía idea de qué excusa iba a dar a su profesor. Y no tenía idea de quién rayos era Julia Oelgnova.

Frunció el ceño, hizo clic sobre el misterioso correo electrónico titulado "Tu Arte".

Después de leerlo varias veces, la emoción comenzó a eclipsar su confusión inicial y su incredulidad.

Wow, fue todo lo que podía pensar, y le tomo algo de tiempo para hacer clic en Responder.

Estimada Srta. Olegnova,

Lena hizo una pausa después de eso, tratando de pensar en algo que pudiese escribir y que no sonase idiota.

Gracias, estoy tan contenta ¿Así qué? ¿Piensa que soy una buena artista? ¿Le gustaba la obra que compró?

No puedo decir eso. Suprimió su respuesta inicial y trató de nuevo.

Gracias por ser tan amable de escribirme. Puedo decir honestamente que nadie ha hecho esto antes.

Dios, sueno tan perdedora. ¿Por qué no acabo de poner 'squeeee' en la línea de asunto y veo que hacer con eso?

Respiro profundo y lo dejo lentamente.

Si a usted no le importa me puede decir, ¿cuál fue la pieza que compro? No puedo dejar de ser curiosa, ya que esta es la primera vez que alguien me ha escrito acerca de mi arte.
Actualmente no tengo mi trabajo en ninguna galería, aunque tal vez algún día, si tengo suerte. Mientras, puede encontrarme en el Museo de Hermitage en caso de que vuelva alguna vez a San Petersburgo.
Una vez más, muchas gracias por escribirme. No puedo expresar lo maravilloso que se sintió leer su correo electrónico.
Atentamente,
Lena Katina.
Después de ejecutar el corrector ortográfico en tres ocasiones, finalmente tecleo enviar.

Continuará…
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Mensaje por Aleinads Mar Feb 09, 2016 11:28 am

Finalmente, adoro esta historia... Que bueno has regresado Laughing
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Mensaje por magiie_15 Miér Feb 17, 2016 2:27 pm

Capítulo 8

Julia suspiró sin dejar de mirar el libro que estaba leyendo. "Eres mi sol".

"¿Es esa forma de saludar a tu mejor amigo? Han pasado al menos dos horas desde nuestra última conversación. ¿No me has extrañado? "

"No voy siquiera a preguntar cómo has entrado a mi casa."  

"Karen me dejo entrar. Ella tiene las llaves. "Boris tiro del sillón más cercano y se sentó. Miró a su alrededor la zona de la piscina por un minuto antes de continuar. "He intentado con el timbre, pero creo que no lo oíste."

"He oído que," dijo Julia mordazmente.

"¿Así acabas de ignorarme? Pensé que quizás te habías caído y no podías levantarte. He venido a rescatarte de una muerte segura”.

"¿O quizás yo estaba fuera?"

Boris dejo salir una larga risa. "Claro".

"¿Qué significa eso?"

"Eso quiere decir que yo estaba con Karen. Teniendo en cuenta el hecho de que constituimos todo tu círculo social, las probabilidades son que estabas en casa". Él señalo el libro. "Leyendo".

"Me molesta eso."

"Porque es verdad..."

"No lo es. Hay un millón de lugares donde podría estar en este momento, y un centenar de personas con quienes podría estar”.

"Y, sin embargo, estas aquí con tu libro."

"Es un buen libro."

"Qué me lleva a mi punto original".

"¿Cuál es?"

"Que si no estás o conmigo o con Karen, estás sola".

Julia suspiró. ¿Cuál era el punto de discutir sabiendo que tenía razón? "¿Hablando de estar sola, podría volver a eso?"

"Bien, bien... la próxima vez que no respondas a tu puerta voy a dejar que te encuentren allí, toda desnuda"

"¿Desnuda?"

"Me imaginé que estabas desnuda".

Julia sacudió la cabeza y puso un marcador en su libro. "¿Tu novia sabe que me imaginas desnuda?"

"En primer lugar, ella no es mi novia. Y en segundo lugar, no he dicho que te imagino desnuda, sólo que estabas desnuda. "

Julia lo miro con una ceja arqueada.

"Bueno, si te imagine desnuda, pero en mi defensa te imagino mucho menos ahora que con la frecuencia en que lo hacía cuando nos conocimos. Además, el bikini que estás usando ahora mismo no deja mucho a la imaginación de todos modos, por lo que…"

"Bueno, simplemente deja de hablar. ¿Qué paso que es tan importante para que vengas aquí a interrumpir mi descanso?"

"¿Cómo puedo hablar si me haces una pregunta? ¿Quieres que responda con el golpeteo de mis pestañas en código Morse? "

"¿Recuérdame nuevamente por qué somos amigos?"

"¿Es eso lo que somos?" Él sonrió, pero luego se puso serio. "La verdad es que necesito hablar contigo acerca de algo importante... y tienes que prometer no perder los estribos. No estas con el SPM por casualidad, ¿verdad? "

"Si lo estuviera, probablemente estarías muerto ahora mismo."

"Excelente." Boris rasco la parte de atrás de su cabeza nerviosamente. "¿Cuánto confías tú en Karen?"

"¿Qué clase de pregunta es esa?"

"Lo que acabo de decir," dijo Boris lentamente ", ¿la consideras tu amiga? Ya sabes, el tipo de amiga que podrías, no sé, ¿en quien confiar? "

"¿Por qué?"

Boris tosió. "Bueno..."

"¿Qué le dijiste?" exigió Julia.

"¡Nada!" Dijo Boris rápidamente. "Lo juro. No he le dicho nada. Es simplemente... "

"¿Sí...?"

"Sólo pienso... que tal vez deberías. Ya sabes, decirle a ella ".

"¿Decirle que, Boris?"

Lo miro fijamente. "Sabes qué".

Julia frunció el ceño y sacudió la cabeza. "¿Por qué? No es asunto suyo. "

"Yo lo sé, es sólo que... bueno, a ver..."

"¿Si?"

"Ella piensa que tal vez..."

"¡Sólo escupe de una vez, Boris!"

"Muy bien. Muy bien. “Boris respiro profundamente. "Mira, se le ha metido en la cabeza que tienes sentimientos hacia mí, y quiere romper conmigo porque piensa que en cualquier momento vas a admitir que estás enamorada de mí, y yo voy a venir corriendo junto a ti. Ella también enloqueció con que vas a despedirla por celos. "

Julia encontró ese pensamiento tan ridículo que comenzó a reír. "Eso es una locura", dijo.

"Desde tu perspectiva, tal vez, por lo que creo que deberíamos decirle la verdad. No es como si ella no va a entender. Y quiero decir, realmente, me preocupa. Y lo segundo es que si sabe que eres gay creo que me va a mandar al vertedero por ti.” Él frunció el ceño. "¿No estás interesada en ella, verdad?"

"No seas ridículo, Boris". Julia suspiró, frotando su sien.

"Tal vez te ayudará decirle a alguien que realmente entiende, de todos modos. ¿Soy el único a quien se lo has dicho y que diablos se yo sobre eso? "

Julia suspiró, no deseaba entrar en este tema de conversación. Todo lo que había querido era un día en el sol, tal vez un baño en la piscina, o un paseo por el océano. Se aseguró de mantener los pensamientos de su sexualidad lejos de su mente tan consciente como humanamente sea posible.

"Solo porque no quieras hablar de ello no significa que va a desaparecer", dijo Boris suavemente. "Por mucho que en el fondo esperases que así fuese". Él sonrió tristemente. "Tengo que decir que no vas a cambiar. Quiero decir, si pudiste resistir a mis encantos todos estos años... "

Julia lo miro.

"Algún día vas a conocer a alguien que realmente te guste y vas a tener que enfrentar las cosas".

"Quizá, pero yo prefiero que el tiempo no sea ahora." Se mordió el labio inferior, mirando más allá del borde de fuga de la piscina más allá del océano. "No es que no confío en Karen", dijo, volteando a mirar a su mejor amigo. "Sólo no estoy lista para que nadie más lo sepa. Primero, es Karen, y entonces es otra persona, y después alguien más, y... "Miró fuera de nuevo. "No puedo compartir mucho de mí misma, Boris. Mi vida no es mía. No puedo controlar la mitad de las cosas que dicen sobre mí en la prensa. No puedo controlar las imágenes que ponen de mí en la Internet, o los rumores que se propagan. Pero esto, siento, por ahora, que esto puedo controlarlo, porque nadie nunca va a adivinarlo. Y si ellos no pueden adivinarlo, luego no pueden hacerme daño con eso"

"No se puede mantener esto siempre, Julia."

"¿Es tu objetivo deprimirme hoy? Si es así, felicitaciones."

"Gracias, lo intento. Si bien estoy en un rollo con eso, la otra cosa que vine a decirte hoy, Julia, es que voy a tener que romper contigo. "

Julia sonrió. "Tremenda sorpresa".

"No es que no haya sido divertido ser tu novio", añadió Boris. "Pero, siento decírtelo, eres mala en la cama."

"Si se lo dices a la prensa, te mato," dijo Julia con una risa. "Tengo una reputación que mantener."

"Estoy seguro de que el tabloide número uno de chica sexy no tendrá problemas para sustituirme."

"Nadie puede sustituirlo nunca, Sr. Lavrov, y la razón es que nunca tendré una cita con otro hombre mientras viva".

"Bien. Sin embargo, acerca de Karen... "

Julia quedo mirando a su amigo durante un largo momento. Por último, sonrió. "Ella te tiene seriamente sometido."

"No, Julia, soy totalmente insometible. Soy impermeable a Oh! Hola, Karen. "

"¿Impermeable para qué?" Preguntó Karen. Deslizo la puerta cerrada de vidrio y luego entro a la casa caminando.

"Impermeable a la acidez del daño", Boris siguió sin problemas. "Y otro nivel, voy a tener un arma que puede congelar hasta diez chicos malos a la vez."

"Ah, no es ese estúpido juego de vídeo de nuevo." Karen hizo una cara. "Julia, recogí la ropa seca y la puse en el armario"

"Justo cuando las cosas le gustaban a Julia," dijo Boris.

Tanto Karen y Julia se dirigieron a él. Julia resplandeció mientras Karen sólo parecía confundida.

Boris se encogió de hombros. "¿Qué? Julia es muy organizada. A ella le gustan las cosas en su justo lugar”.

"Bueno, lo que sea," dijo Karen, volviéndose a Julia. "Tu agente envío por fax una copia de un nuevo guión que quería que vieras. También dijo que lo llames. "

"Gracias, Karen."

Karen y Boris intercambiaron una extraña mirada que Julia no entendía, pero que pronto Boris alcanzó a decir: "Eh, voy a estar dentro. Tengo que... eh...archivar mi correo. Nos vemos. "

Julia lo miro ir para luego volver a mirar a Karen, que estaba ahora sentada en el sillón que Boris había ocupado.

"Sé que sabes que Boris y yo..." Ella agitó sus manos como si demostrara el resto de la frase. "Y sé que ustedes han sido amigos por mucho tiempo, y si crees que Boris y yo... ya sabes... interferiría con que sea tu asistente, o incluso tu amiga..., entonces..."

"Karen", dijo Julia: "A mi realmente no me importa que estés durmiendo con Boris. Realmente no importa si ustedes comenzaron a salir juntos, o lo hagan partir de ahora si se casan, tienen hijos, y todo lo que el venga. Realmente. En la medida en que tu relación con él no afectara tu trabajo, entonces no tengo ningún problema con eso. "

"Bien, bien. Realmente no quiero hacer nada que pueda hacerte sentir incómoda. Sé que te preocupas por él… "

"Como un amigo," interrumpido Julia rápidamente.

"Sí," Karen sonrió, aunque Julia podía ver la incertidumbre en sus ojos.

"Karen", Julia comenzó vacilante. "La verdad es..."

"Mira, Julia, entiendo, de verdad. Sé que por alguna razón no deseas salir "oficialmente" con él, pero sé que es sólo cuestión de tiempo antes de -

"Soy gay", dijo Julia, interrumpiendo el resto del monólogo de Karen. Ella dejo las palabras colgadas en el aire.

"Tu...tu...tú eres..."

"¿Estás bien?"

"Bien," Karen tosió. "Bien. Yo... um... ¿Eres... quiero decir... de verdad? "

"En serio... de verdad".

"¿Y esto es... esto es nuevo?"

"Bueno, yo ya lo sabía cuando tenía quince, y ahora tengo veinticinco así que... supongo que depende de lo que entendamos por "nuevo"

Karen abrió enormemente los ojos. "¿Quince?"

A Julia le había hecho gracia la reacción de Karen si ella no hubiese estado tan petrificada al mismo tiempo. Lo había soltado sin haberlo planeado. Casi de la misma manera que se lo había dicho a Boris el día en que había tratado de besarla. Tal vez era la forma más sencilla de hacerlo, como arrancando una curita.

"Lo siento, Julia, creo que mi cerebro ha hecho cortocircuito o algo así. Sinceramente, no tenía idea. Uno pensaría que mi Gaydar sería un poco mayor, teniendo en cuenta... "Ella se mordió su labio inferior, pero optó por no continuar.

"Boris es la única persona que sabe", dijo Julia. "Y es que... no es algo que yo piense activamente o deseo discutir ni nada. Sólo quería que supieras que no creo que me encuentre atraída en algún modo de Boris. "

"Oh. ¿Es por eso que quería hablar contigo? Quería convencerte de que me digas... "

"Fue más que una sugerencia", dijo Julia. "Yo no te lo habría dicho si no confiaba en ti, Karen. Es evidente que no quiero salir".

Karen miró a Julia durante mucho tiempo. "Gracias por confiar en mí", dijo finalmente. "Realmente, Julia, yo... Yo siempre he querido ser algo más que tu amiga-" Sus ojos se ensancharon, y ella rápidamente dijo, "¡Asistente! Algo más que tu asistente. "

Julia sonrió.  "Siento, que no salga bien en absoluto."

Karen se sonrojo, y se puso claramente nerviosa por su resbalón en marcha. "Acabo de decir, que yo siempre he querido ser tu amiga, y yo realmente aprecio la confianza en esto." Ella frunció el ceño y sacudió la cabeza. "Estoy un poco sorprendida."

Julia no sabía qué decir, así que se mantuvo en silencio.

"¿Así que... así que, hay alguien que...?"

"No", dijo Julia. "Nadie en absoluto."

"Bueno..." Karen asintió y siguió mordiendo su labio inferior. "Porque yo sé de algunas niñas-"

"Karen..."

"Ellas son muy discretas".

"Por favor, no me hagas hacerte daño."

Karen sonrió. "Muy bien. Bueno, creo que voy a dejar que sigas con tu libro. "Ella se puso de pie. "Me estoy yendo con Boris a comprar su nuevo controlador de Xbox. Con su caída accidental en el baño. "Ella mantuvo sus manos. "No preguntes".

"No lo haré". Julia vio desaparecer a su asistente en la casa y suspiró para sí misma. Bueno, eso no fue tan duro...

~ * ~

Julia se detuvo en la puerta para observar la imagen enmarcada que estaba sobre su cama. Todo el día, ella se había preguntado acerca del correo electrónico que había enviado. ¿La artista lo habrá recibido? lo ¿había leído? ¿Había escrito de nuevo? Las preguntas de si habría leído se repitieron una y otra vez, mientras su mirada acababa en el océano, mientras hablaba al teléfono.

Tantas veces se dijo a sí misma que dejaría de correr hasta su habitación para comprobar si había una respuesta. Se había frenado simplemente por obstinación, con la convicción de que la bandeja de entrada se encontraba vacía, por temor a que se decepcionase si así fuera.

Cruzó la habitación, lanzando en su cama la copia del guión que le habían enviado por fax, pasando de el. Tenía previsto leerlo antes de ir a dormir. Pero, en primer lugar, había algunas persistentes preguntas antes que el resto.

El equipo zumbaba a la vida y Julia esperaba pacientemente para que arranque. Se echó hacia atrás sobre la silla, y con su mente en otra parte. Pensó en su anterior confesión a Karen, y se preguntó qué repercusiones tendría en sus relaciones de trabajo. Ella había tomado la decisión correcta, en decirle a su asistente, lo sabía, pero se preguntaba, ¿quién sería el próximo? ¿A cuánta gente iba a decírselo antes de convertirse en conocimiento público? Sabía que probablemente el mundo entero lo averiguaría en algún momento, pero por ahora, prefería con beneplácito la oportunidad de esconderse detrás de la percepción errónea de los demás. Para que los medios de comunicación se frustrasen con rumores y suposiciones. Podía vivir con mentiras sobre mentiras. Era la burla de la verdad que ella tenía que sufrir. Se encontraba rodeada de la verdad que no sabía si podía manejar.

La imagen de su escritorio apareció mirándola con impaciencia, y se inclinó hacia adelante para mover el ratón alrededor. Con un mínimo de vacilación, abrió la cuenta de correo electrónico que había creado con el único propósito de comunicarse con una completa extraña. Incluso ahora, una semana más tarde, se sentía incómoda. ¿Por qué escribirle a una artista de Nueva York, a quien nunca había visto? ¿Qué pasaba con la obra de arte en su pared que le dio ganas de profundizar, de llevar tan lejos su atención?

El navegador cargaba la página, y tomó a Julia un segundo más de lo necesario observar el "1" al lado de "correo nuevo". Me escribió de vuelta, Julia pensaba sorprendida, no desperdicio tiempo en abrir el mensaje. Cuando termino de leer, todavía sin moverse, pregunto si debía o no volver a escribir. Sería grosero no hacerlo, decidió.

Estimada Sra. Milano,
La obra que he comprado era un dibujo a carboncillo titulado "Sombras". Creo que se puede decir que fue amor a primera vista. Me encanta la manera en que la figura está fuera del círculo de personas, mientras que su sombra está dentro de ella. No estoy segura de lo que se entiende por ella, ya que, como he dicho antes, soy apenas una conocedora de arte, pero no pude evitar sentir a lo que podría referirse a esa imagen. Era esa sensación de ser observado, pero no visto.  Espero que no la haya ofendido si su intención con la pieza es algo completamente diferente: el parto, por ejemplo. Me siento muy tonta si ese fuera el caso. Me pareció increíble ser tocada por alguien que ni siquiera conoces. Me temo que hasta el día de hoy, solo me había visto afectada por las películas. De todos modos, yo quería que sepa, sólo en caso de que alguna vez se preguntó si lo que estaba haciendo valía la pena, para mí, una extraña en la costa occidental, ciertamente lo vale.
Todo lo mejor,
Julia
PS: Olegovna es mi apellido, pero si alguna me escribe de nuevo, no dude en llamarme Julia.
 

Continuará...
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Mensaje por Edirbr Lun Feb 29, 2016 2:35 pm

Continúa pronto porfa saludos!

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