ELLA ME ARRUINO LA VIDA // BY: ELEESEVE

CAPITULO 27

Me emocioné y la volteé a ver.

—Se te olvidó tu suéter, toma—dijo y mi desilusión se hizo notar.

—Gracias, supongo— fue lo ultimo que dije antes de darme la vuelta y seguir mi camino.

Cuando llegué a mi casa me encerré en mi habitación y comencé a llorar. No me gustaba llorar, pero no podía evitarlo, Samara me rompía el corazón. Empecé a ver series depresivas mientras lloraba, de vez en cuando iba a la cocina a tomar algo para comer mientras seguía llorando en mi habitación. Hasta puse canciones de desamor para llorar más. Así estuve toda la tarde hasta que llegaron Yulia y Elena.

—¡Elly!—Gritó Yulia y se escuchó que venía a mi habitación. Yo no iba a responder —¡Elly, abre la puerta! ¡Solamente quiero hablar contigo!

—Déjame a mi—dijo Elena—Samara te está esperando abajo...

Yo enseguida abrí emocionada pero Yulia y Elena entraron a mi habitación y le cerraron. Elena al verme con los ojos hinchados se preocupó y me tomó de las mejillas.

—Elly ¿Qué pasó?— dijo Elena acariciándome la mejilla y pude notar a Yulia un poco celosa.

—¿Qué creen? Obviamente es por la idiota de Samara que me rompe el corazón—dije y comencé a llorar de nuevo, Elena me abrazó y lloré en sus brazos—Estaré bien...

—No te puedo dejar así, te acompañaré hasta que te sientas mejor—Dijo Elena.

—Bien, yo me voy—Dijo Yulia celosa.

—¡Eres una idiota!—Elena me dejó de abrazar y fue con Yulia—Tenemos que apoyar a Elly, también te quedarás aquí.

—¿A dormir?

—¡Si!

—No hace falta, en verdad, no es la primera vez que Samara me desilusiona—Dije agachando la cabeza.

—¡Hoy haremos pijamada!

No pude evitar mal pensarlo y solté una risilla.

—¿De que te ríes?—dijo Elena.

—De nada...

—Por lo menos te alegraste un poco—Sonrió.

Elena y Yulia me estuvieron acompañando en mi habitación, estuvimos viendo algunos programas de comedia y comiendo palomitas.

—Oigan, ¿Y si jugamos verdad o reto?—Pregunté.

—Elly, no empieces—Dijo Yulia molesta.

—Está bien, sólo decía...

Todas estábamos en la misma cama y mi mente pervertida no dejaba de imaginarse cosas.

—Ya tengo sueño—dijo Elena y se acostó en la orilla de la cama.

—Si será mejor que durmamos—Dijo Yulia y se acostó en la otra orilla.

Yo apagué la tele, la luz y me acosté en medio de las dos.

"Elly son tus amigas, piensa en cosas bonitas" me repetía a mi misma.

Quería mucho a Samara, mi corazón era de ella, pero eso no me quitaba lo caliente con otras chicas. Simplemente no lo podía evitar.

—Oigan—Dije.

—¿Qué pasó?—Dijo Elena medio dormida.

—Sé que les dije que no me gustaban los tríos, pero ahora... con ustedes a mi lado, me la estoy pensando.

—Ay por dios, Elly— por un momento Yulia se subió encima de mi y creí que me iba a besar...—Quítate, yo dormiré en medio.

—¡¿Qué?!—Dijo Elena y se empezó a poner nerviosa cuando Yulia se cambió al lado de ella.

—¡No pasará nada! Cálmense las dos y dejen dormir.

Comencé a pensar en Samara y en todo lo que había pasado.

—Yulia, perdón por haberte dicho todo lo que te dije, creo que fui grosera, pero es que no entiendo cómo se fijó de la nada en ti, después de tanto tiempo de insistirle—No pude evitar comenzar a llorar y Yulia me abrazó.

—Sabes que yo no le haré caso a Samara, yo sólo quiero a Elena.

—Yo también te quiero a ti—Elena abrazó a Yulia por detrás.

—Oigan, esto se ve mal...—Dijo Yulia y comenzamos a reír— ¿Además porqué le insistes si ni siquiera te aprecia?

—¡Porque es perfecta! ¡Sólo la quiero a ella para algo serio!

—Sigue sufriendo pues...

—Que mala—Le dije a Yulia y después de eso nos quedamos dormidas.

En la mañana siguiente no sé qué pasó pero amanecí en el suelo, me levanté un poco adolorida y vi a Yulia abrazando a Elena.

—Que envidia—Suspiré.

Después se levantaron, desayunamos y se fueron, yo seguía sin ánimos pero actuaba como si ya se me estuviera pasando, quería que estuvieran tranquilas, después de todo no era su culpa que Samara no me quisiera.

A los días siguientes no tenía ganas de ir a la escuela, así que simplemente me quedé en mi casa llorando y durmiendo, esperando que no lo notara nadie.

Estaba acostada en mi cama cuando sonó mi celular.

—¿Hola?— contesté.

—Elly ¿Porqué no has venido a la escuela?—Dijo Tanya del otro lado del teléfono.

—No me siento bien.

—¿Porqué no? ¿Que tienes? ¿Estás enferma?

—No estoy enferma, sólo no me siento bien.

—Ohh... Bueno, iré para allá.

—No tien...— Tanya colgó el teléfono.

Ni siquiera quería que llegara Tanya, no tenía ganas de hacerlo.

Después de un rato llegó y en cuánto abrí la puerta me abrazó.

—¿Qué tienes? Dime cómo te puedo alegrar—Dijo Tanya coqueta.

—De ninguna manera me puedes alegrar.

—Tal vez haya algo que pueda...—Me tomó de la mano y me llevó a mi habitación, hasta sentarnos en la cama—Tengo que decirte algo.

—¿Si?

—Sé que te dije que era hetero, pero últimamente he notado que te pienso mucho, o sea también en Kristoff, pero...—Me miró a los ojos y suspiró—Con ninguna chica me había pasado antes, creo que me estás empezando a gustar...

—Tanya, yo no te puedo corresponder, yo quiero a alguien más—En realidad no me sorprendió mucho su confesión, sabía lo que a veces podía lograr.

—Ya sé que no quieres nada, yo tampoco, sólo con Kristoff. Pero eso no quita el hecho de que me gustes y quería decírtelo para ver si eso te podía alegrar.

—Gracias, eres muy linda—La tomé de sus mejillas.

—Igual podemos ser amigas con derecho.

—Creí que ya lo éramos—Reí y Tanya me besó.

—Debes de regresar a la escuela, podrías reprobar.

—Pues me da igual.

—¿Quién te dejó tan mal?

—Alguien que siempre me rompe el corazón.

—Bueno... te entiendo perfectamente, Kristoff siempre me rompe el corazón y sin embargo sigo atrás de él.

—Deberíamos de distraernos—Le dije y Tanya me miró coqueta—Pero no de esa manera.

—¿Por qué no?

—¡Porque no me siento con ánimos!

—Está bien— Tanya me abrazó y después me besó bien.

—Tus labios saben a fresa.

—¿No te gusta? Es mi labial favorito.

—Si me gusta de hecho—sonreí.

Estuvimos acostadas platicando y de vez en cuando viendo la tele. Tanya me abrazaba y me daba besos en las mejillas y en el cuello algunas veces.

—¡No me beses en el cuello!—Le dije riendo.

—¿Por qué no?

—Es mi punto débil ¡aahh!—Tanya lo siguió haciendo y yo enseguida la besé.

Así estuvimos jugando por un buen rato hasta que el timbre de la casa nos interrumpió.

—Ash, ¿Quién es?—Tanya me dejó de besar y se acostó.

—Iré a ver—fui a la puerta y al abrir era nada más y nada menos que Paola.

—Hola...

—Hola, ¿Qué haces aquí?—Pregunté.

—Hace días que no vas a la escuela, me preocupé—Agachó la mirada.

—Gracias, sólo he tenido algunos bajones, pronto volveré a la escuela, no te preocupes.

—Espero que te sientas mejor... ¿Puedo pasar?

—Mmm... No lo sé.

—Ya no me llamaste desde la última vez que salimos—Entró a la casa.

—Lo sé, es que no estoy de ánimos.

—¿Estás sola?—Paola se acercó a mi.

—En realidad no.

—¿Quién está?

—Mi novia...—Fue algo que se me ocurrió rápido para alejar a Paola, pero sólo logré que me diera una cachetada—¡¿Qué te pasa?!

—¡¿Tienes novia y aún así saliste conmigo?!

—Pues si, es lo que hago... Soy mala novia ¿Lo ves? No sé cómo te gusto.

—Me estás mintiendo, no tienes novia.

Tanya salió del cuarto y vino hacia nosotras.

—¿Qué pasa aquí?

—Le estaba diciendo que eres mi novia—La tomé de la mano y Tanya se confundió— ¿Verdad que lo eres?—La miré esperando que me siguiera el juego.

—Eehh si, soy su novia, ¿Qué necesitas?—Le dijo a Paola.

—¿Sabías que tu novia te engaña conmigo?—Paola me tomó de la mano y me besó.

—¡¿Qué haces?!—Tanya la empujó.

—Es mejor que te vayas Paola—Le dije un poco indignada por el beso robado que me dió en frente de mi no novia.

—No finjas Elly, ¡no finjas!—Dijo Paola y salió.

—¿Sales con ella?—Me preguntó Tanya.

—Sólo salí con ella una vez.

—¿Y te gusta?

—Claro que no, ¿Por qué? ¿celosa?

—Un poco si, ¿Quién se cree? Ash...

—Es por otra chica por quien ando mal.

—Ella no merece tus lagrimas—me abrazó y después me besó, primero de pico y después me empezó a besar más profundo, hasta que paró un poco—¿Ya quieres hacerlo? Los celos me encendieron más—Yo sólo le contesté con un beso profundo y quitándome la blusa...

Al día siguiente Elena me despertó aventándome mi brazier en la cara.

—¡¿Qué hacía esto en la cocina?!

—¿Qué?—Dije adormilada.

—Tu ropa está regada por toda la casa.

—Oh, lo siento, Tanya vino ayer...—miré pero ya no estaba a mi lado, vi mi celular y me había escrito que se tenía que ir a hacer su tarea y que me quería.

—¡Sucias! ¿Lo hicieron por toda la casa?—dijo Elena.

—Pues si, Tanya es medio salvaje...

—No me sorprende ¿Por lo menos ya te sientes mejor?

—Si... Tanya me alegró la verdad y me confesó que le gusto.

—No me digas que también te gusta.

—Si me atrae, pero no quiero nada con ella, ya lo sabes. ¿Y tú cómo vas con Yulia?

—Se sigue haciendo la difícil—Suspiró.

—A este paso nunca serán novias.

—¿Crees?

—¡Pues si! ¡Necesitas provocarla!

—¿De que hablas?

—Cuando salgas con ella provócala—La miré coqueta.

—¡No sé deja!

—Sólo acercártele más y juguetea con ella.

—No, iré a su paso, no quiero que piense que la quiero sólo por sexo.

—Bien... Pero si quieres hacerlo con alguien, aquí estoy yo, bebé.

—¡Elly!—Gritó indignada y se fue.

Ese día tampoco fui a la escuela y estuve viendo películas todo el día. Ya me sentía un poco mejor, pero aún así me sentía extraña de no ver a Samara todos los días.

Al día siguiente decidí volver a la escuela y al llegar me encontré con Paola.

—Yo sé que no tienes novia, quiero que salgas conmigo, así que te propongo un trato.

—¿Qué trato?

—Si sales conmigo toda esta semana aparte tendremos sexo cuando quieras.

—¡¿Es en serio Paola?!—Le dije sorprendida, no podía creer que estuviera tan desesperada de estar conmigo.

—Si...—Dijo un poco tímida y volteó a otro lado.

—No hace falta que hagas eso por mi—Me acerqué a ella y se puso roja— Saldré contigo pero no habrá nada de acción.

Ya era demasiado, quería salir con ella para que viera que no le convengo para nada, tenía que haber una forma para que le dejara de gustar...



Buen día chicas! Feliz añor 2024 y que todo lo bueno que deseen se les cumpla por mil!!

CAPITULO 28.

Primer día que salí con Paola y no paró de mirarme en todo el día.

—¿Podrías dejar de mirarme?—Le dije mientras caminábamos por un parque.

—Lo siento, es que no puedo evitarlo, en realidad eres muy linda—Sonrió.

—Gracias—Dije seca.

—¿Tú crees que yo soy linda?

—No—Quería ser lo más detestable posible.

—Oh... ¿Entonces no te gusto porque soy fea?

—Así es.

—Creo que ya sé lo que tratas de hacer, pero no me dejarás de gustar sólo porque me trates mal.

—Como sea—Sabía que en algún momento se iba a hartar.

—Te quiero, Elly. ¿Sabes? Yo si te quiero para algo serio, me gustas muchísimo, mejor dicho ¡me encantas! Me gusta que tengas sentido del humor, me gusta tu carita y en realidad eres buena persona aunque lo ocultes conmigo, pero me gusta que...

—Está bien, ya entendí.

—Si me dieras una oportunidad no te arrepentirás, conmigo lo tendrás todo—extendió las manos con alegría.

—Ya te dije que no, a mi me gusta alguien más.

—¿Y porqué ese "alguien más" no está contigo?

—Que te importa—Dije fría.

—No aprecias el arte que eres tú cómo yo lo aprecio.

—Qué babosa—Reí un poco.

—¿Te reíste?—Se sorprendió— ¡Si! Por lo menos logré algo— Sonrió y me abrazó.

—¡No me abraces!

—¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Te quiero!—Me seguía abrazando.

—Deja de decir eso.

—Es qué es la verdad, ¡Te quiero Elly!—Gritó y me avergoncé un poco.

—Deja de gritar Paola, estás loca.

—Loca pero de amor por ti.

—No puede ser— me agarré la cara con la mano.

Narra Elena

Estaba en el trabajo y Yulia no paraba de reír con la jefa, lo cual me ponía celosa. Desde que se había ido Elly, la jefa y Yulia se empezaron a llevar mejor y eso no me gustaba para nada. Sin embargo no le podía reclamar, ni demostrar mis celos a Yulia. Era una estúpida, ni siquiera me tomaba de la mano y ahora se ponía a divertirse con la jefa.

—¿Estás bien?—Yulia se me acercó riéndose.

—Si, ¿por?

—Te veo muy seria.

—Estoy trabajando nada más—Dije como si nada, estaba ardiendo de celos por dentro.

—¿Saldremos en la noche?

—Si quieres...

—¿Tú no quieres?

—Claro que si.

—Bien...

Cuando salimos de trabajar, nos fuimos en su moto a cenar a un restaurante. Y yo estuve seria todo el tiempo.

—¿Qué tienes?

—¿De qué?

—¿Porqué casi no hablas?

—Estoy cansada nada más.

—¿Pasó algo?—dijo preocupada.

—No.

—Me puedes contar lo que sea Elena, ya sabes.

—Gracias, pero estoy bien.

—Sé que algo pasa pero no te insistiré.

Nada más ella estuvo hablando durante toda la cena, mientras yo asentía y permanecía callada.

Después me llevó a mi casa y se fue.

Al día siguiente me fui con Elly a la escuela.

—¿Cómo estás?—Me preguntó Elly.

—¿Bien y tú?—No le quería decir que estaba celosa por la jefa y Yulia, no quería que se pusiera mal de nuevo cuando ya la veía mejor.

—Mejor, creo... ayer salí con Paola y saldré con ella toda la semana, estoy tratando de dejarle de gustar, pero estoy empezando a creer que es imposible.

—¿Ah si? ¿Porqué?

—¡No funciona nada! En verdad está enamorada.

—¿Porqué no le das una oportunidad?

—No me gusta.

—Pero es muy bonita—Le di un pequeño empujón en el hombro.

—Lo sé pero aún no puedo superar a Samara.

—Samara es una idiota que no te valora.

—Oye, no le hables así.

–¿Es en serio Elly? Por dios...

—¿Estoy tratando de olvidar a Samara ¿si? Dame tiempo...

—Tú sabrás, me iré a clases, adiós—Me fui al salón y al llegar estaba Yulia sentada en mi lugar—¿Qué haces en mi lugar?—Dije con algo de frialdad en mi tono de voz.

—Te quería regalar algo— tomó su mochila y sacó un peluche que en medio decía "te quiero"—Es para ti—me lo dió y no pude evitar ponerme roja.

Automáticamente se me había ido el mal humor y le di un beso en la mejilla. Pero ella me dió un pico en la boca, lo cual me sorprendió y al parecer a todos los demás que vieron el beso porque dijeron "uuuhh pobre Kristoff"

—¿Porqué me besaste aquí?

—Para que veas que te quiero.

—¿O sea que ya te puedo besar?—Dije emocionada.

–No lo sé...

—Mmm—me indigné y me senté.

En eso llegó una maestra y todos nos comportamos. Estuvimos haciendo algunos trabajos y entregando tareas, hasta que salí un poco al baño. Casi al llegar pude ver a Tanya y a Elly comiéndose, hasta parecía que lo harían ahí.

—¡Búsquense un motel!—Les grité, pero no me hicieron caso y siguieron en lo suyo.

Cuando llegué al baño escuché que alguien lloraba y pude ver que era Paola.

—¿Qué tienes?—Le Pregunté, pero sabía que había visto a Elly y a Tanya besándose.

—Tú que eres amiga de Elly, ¿Sabes porqué le gustan todas menos yo?

—Si lo dices porque la viste con Tanya, y si te hace sentir mejor, creo que su relación con ella sólo es sexual.

—Me gustaría que por lo menos me viera de esa forma pero ¡Ni así!—Empezó a llorar más— ¿En serio soy fea?

—No eres fea, al contrario y Elly también piensa que eres bonita.

—Pero no le gusto— lloraba con mucho sentimiento y la tuve que abrazar tratando de consolarla, en verdad se veía muy mal.

—Permíteme un momento—La dejé de abrazar y fui con Elly quien seguía besándose con Tanya—¿Podrías dejar de acostarte con Tanya mientras sales con Paola?—Las interrumpí.

—¿Qué?—Dijo Tanya confundida.

—Quedé de salir con Paola esta semana—dijo Elly y Tanya se puso súper roja.

—Creí que no te gustaba Paola—Dijo Tanya.

—No me gusta, pero...

—No me expliques—Tanya se fue enojada.

—¡Aahh no! ¿Que hiciste?—Me dijo Elly— Hoy íbamos a...

—Paola las vió y está muy triste llorando en el baño, será mejor que vayas con ella.

—¿Para que?

Me le quedé viendo feo.

—Bien...—Elly fue al baño.

En la salida me fui con Yulia en su moto, creí que íbamos al trabajo pero me llevó a su casa un rato.

—¿No está tu mamá verdad?—Le pregunté al llegar a su casa mirando alrededor y dejando mi mochila en la entrada.

—No, por eso te traje ¿Porqué?

—Curiosidad—Nos quedamos mirando un rato, sintiendo la tensión entre las dos— Gracias por el peluche Yulia—Le dije rompiendo el silencio.

—A la mierda, ya no aguanto más— Me tomó de la cintura y me besó, al principio fue normal, hasta que fue intensificando el beso, después me fue recorriendo hacia la pared.

Yo estaba sorprendida y emocionada ¡Yulia me estaba besando bien!

—¿Quieres ir a mi habitación?—Me preguntó entre besos.

—Sisisi—Nos fuimos rápido a su habitación, le cerró y en seguida se quitó la blusa. Yo me acosté sobre la cama y ella se me subió para besarme el cuello.

Yo sentía tan bien que no quería que lo dejara de hacer. Estiraba más el cuello para que siguiera. Ella lo empezó a lamer, lo que provocó un pequeño gemido de mi parte. Supe que le gustó porque empezó a morder un poco, volvió a mi boca y chocamos nuestras lenguas para hacer el beso más profundo. Con un poco de nervios llevé mis manos a su espalda para desabrocharle el brazier, al quitárselo me senté en la cama y ella se hincó. Tomé uno de sus pechos hermosos con mis manos y lamí su pezón.

—¡Ahh!—Gimió lo cual me alteró demasiado. Así que hice el mismo procedimiento con su otro pecho y después me miró a la cara para volverme a besar con lengua—Deberíamos de parar...

—Yo no quiero parar—Tomé sus grandiosos atributos de atrás y los apreté.

—Elena, perdón, es que ando un poco prendida como podrás haber notado. Creo que la cagué, en serio quería ir lento contigo.

—No la cagaste, yo quiero hacerlo contigo.

—Yo también, me muero de ganas pero ahora no es el momento, llegaremos tarde al trabajo.

—Que se joda el trabajo—dije y me quité la blusa—Tú quítame el brazier—Le dije coqueta y Yulia se puso roja.

Me quitó el brazier, hizo que me acostara y empezó a masajear mis pechos. Mientras tanto mi corazón parecía que se saldría de mi pecho. Después empezó a masajear mis piernas de arriba hacia abajo, así que no soporté más y me quité el pantalón.

Yulia empezó a jugar con su mano llegando casi a mi centro y regresándose hacia abajo.

—Yulia, ¡ya hazlo!

Hasta que su mano llegó a mi centro y empezó a mover sus dedos poco a poco, después metió sus dedos por abajo de mis bragas lo cual hizo que soltara un gemido fuerte. Se sentía tan bien que hiciera eso. Después de un rato bajó a mi centro y quitó mis bragas por completo, quedándome totalmente desnuda. Lamió y disfrutó todo lo que pudo de mi centro, mientras yo gemía sin parar.

—¡Yulia sigue!— Lo hacía cada vez más rápido hasta que logré venirme. —Lo haces increíble— ahora yo me puse arriba de ella y le quité sus pantalones y sus bragas—me puse roja al ver su centro, en realidad no sabía lo que estaba por hacer— Tengo miedo de hacerlo mal...

—Si no quieres no lo hagas—dijo comprensiva.

—Lo intentaré.

Puse mis dedos en su centro y los empecé a mover lentamente.

—¿Voy bien?

—Si... tú sigue pero un poco más rápido.

Me empecé a mover más rápido y después decidí seguir su procedimiento y bajarme hasta su centro. No sabía que hacer exactamente pero simplemente lamí y succioné su clitoris lo cual hizo que gritara. Seguí lamiendo y metiendo mano hasta que gritó mas fuerte.

—Ya, para—gimió y volví a su boca para besarla.

—Me encantas...

—¡Elena! ¡Elena!—Yulia me movía y yo me confundí—¡Elena! Se nos hará tarde, ¿Te vendrás conmigo, no?

—¿Qué?—me desperté en el salón de clases pero sólo estaba Yulia—¿Qué pasó?—al parecer me había acostado en el peluche que me regaló Yulia, por lo menos eso no había sido un sueño—Mierda.

—Te quedaste dormida, ¡vámonos!

—Vamos pues—Dije un poco molesta porque todo había sido un simple sueño.

—Oye, ¿que soñaste Elena?—Me preguntó curiosa.

—Emm, nada...

Narra Elly

Cuando entré al baño Paola estaba llorando justo en la entrada.

—Te dije que no te conviene estar conmigo, sufrirás.

—No me importa— me abrazó.

De ahí la calmé y la llevé a clases.

—Saldremos al rato ¿si?

—Está bien—me sonrió un poco.

Yo iba a regresar a mis clases y me llegó un mensaje de Tanya.

"Kristoff aceptó salir conmigo"




Si que le tienen bronca a Tanya, no? Bueno, siempre habrá alguien que no sepa decidir que hace con su vida y esta vez la pobre Elly está tan despechada que pilló a la más loca ‍

CAPITULO 29.

No podía negar que estaba un poco celosa, pero supongo que era normal ya que parecíamos novias.

"Me alegra que al fin lo hayas logrado"

Le mandé el mensaje y en realidad si me alegraba que saliera con su crush, por lo menos ella lo había logrado.

Al salir de clases me encontré con Paola lista para irnos.

—¿A dónde quieres ir?—Le pregunté.

—Tú dime a dónde quieres ir, a donde tú decidas me gustará—me sonrió.

—Iremos al cine—no tenía ganas de discutir, sabía que tenía que decidir yo sino nunca llegaríamos a un acuerdo.

—Perfecto—Me tomó de la mano y de inmediato la solté.

—¡No me tomes de la mano!

—Lo siento—Agachó la mirada.

Me sentía un poco mal de rechazarla, pero era demasiado insistente.

Una vez estando en el cine, compramos los boletos, las palomitas, y nos metimos a ver la película. Era una película de terror y mientras la estaba viendo estaba pasando a ser top 1 de las peores películas que haya visto en mi vida.

—¿Me puedo acostar en ti?— Me preguntó Paola y no me quedó de otra más que aceptar.

Yo estaba tratando de no quedarme dormida, cabeceaba de vez en cuando y cuando miré a Paola, ya estaba dormida en mis piernas.

—Paola—la moví un poco.

—¿Si?—bostezó.

—Vámonos de aquí.

—Bueno...

Nos levantamos y salimos de la sala.

—La peor cita de la historia—Se me salió decir mientras caminábamos y Paola se paró—¿Qué pasa?—A Paola se le empezaron a cristalizar los ojos—No espera, no llores, quise decir que ¡me estoy divirtiendo! es una buena cita— Paola empezó a llorar más y la gente de alrededor se nos quedaba viendo— Nos están mirando ¿no te da vergüenza?— Paola lloraba cada vez más, así que decidí tomarla de la mano—Iremos a mi casa, pero deja de llorar ¿si?

—Trataré—Seguía sollozando un poco mientras caminábamos de la mano.

—En serio hay más personas en el mundo y menos groseras como yo, ya verás que conocerás a alguien más—Paola empezó a llorar de nuevo—Está bien, ya no digo nada.

Llegamos a mi casa y le ofrecí tomar asiento.

—No quiero sentarme, quiero conocer tu habitación.

—Oye no haremos nada.

—Y yo tampoco quiero hacer nada—Frunció el ceño.

—¿Disculpa?—Dije indignada.

—Ya no quiero acostarme contigo— me miró seria.

Me sorprendió su comentario, pero pensaba que sería un truco de ella.

—Como sea, me da igual. Mi habitación está arriba, ve tú si quieres.

Se le empezaron a cristalizar los ojos de nuevo y suspiré rendida.

—Está bien, te lo mostraré— La tomé de la mano y subimos a mi habitación— Es esta, es una habitación normal ¿Lo ves?

—Me gusta.

—¿Qué música te gusta? Pondré algunas canciones—me dirigí a la bocina que tenía.

—La que sea está bien.

—Vamos, dime una canción que te agrade o un grupo musical.

—One direction—Se sentó en mi cama y yo no pude evitar soltar una carcajada.

—Estuvo buena—Reí— ahora ya en serio, dime que grupo te gusta.

—Me gusta one direction.

—Aahh bien... pondré una canción de ellos—Estaba poniendo la música y sentí que Paola me abrazaba por atrás.

—Te quiero.

Yo me volteé y la quité.

—No me digas eso, te hago llorar.

—Pero aún así te quiero. ¿Te puedo dar un beso?

—Noo.

—¿Y en la mejilla?

—¡Que no!

Se dirigió a la puerta y le cerró con seguro.

—¡No pienso salir de aquí hasta que me des un beso!

—Entonces no saldremos—Me senté en mi cama y prendí la televisión.

Narra Yulia

Estaba acomodando algunas cosas en el almacén y de mientras estaba hablando con Samara en lo que Elena estaba afuera.

—¿Sabes? La sigo extrañando, es raro ya no verla todos los días—Me dijo Samara.

—Debiste decirle que también te gustaba.

—Lo sé pero me daba miedo, ya que yo era su jefa y bueno... soy más grande.

—¡Pero Elly sigue loca por ti! Yo opino que le pidas que regrese, seguro volvería sin pensarlo.

—No lo sé, al parecer si creyó que me gustabas.

—Y se enojó mucho conmigo, pero bueno, ya pasó, en serio deberías de hacer algo.

—No lo sé, tal vez debería de dejar todo así y que siga con su vida.

—¿Qué no te había dicho que lloró por ti?

—¿En serio?

—¡Si! Tienes que hacer que regrese a trabajar.

—Lo pensaré...

—Yulia—Me habló Elena—Te necesito acá afuera ¿si?

—Si, ahora voy.

—Creo que deberías de ir antes de que se ponga más celosa—Dijo Samara—y ya no seas marica y da más pasos con ella.

—Quiero hacer las cosas bien ¿si?—Salí con Elena y se veía un poco molesta.

—¿Estás enojada?

—No.

—Pero te pasa algo.

—Me pasa que si te gusta la jefa porque sigues detrás de mi.

—Ya veo qué pasa...— me encantaba que se pusiera celosa, me daban ganas de abrazarla y besarla, pero en realidad me controlaba mucho— Puedo andar con las dos ¿no?—La miré coqueta.

Elena abrió los ojos como platos y me dió una cachetada.

—¡Auch! ¡Era broma!

—¡Eres una idiota! ¡No me iré contigo hoy!—Dijo molesta. Faltaba poco para irnos, así que decidió tomar sus cosas he irse—¡No importa que me descuenten!—dijo enojada y se fue casi corriendo.

—¿Qué hiciste Yulia?—Me dijo Samara.

—Creo que la cagué.

—Anda ve, ya casi cerramos, te dejo que vayas con ella—Dijo Samara y yo de inmediato le hice caso.

Me subí a mi moto y la alcancé.

—Anda súbete.

—No me subiré.

—Nunca llegarás si te vas caminando.

—Pues tomaré un taxi.

—Sólo súbete Elena.

—¡Que no!

Para mi desgracia pasó un taxi y Elena se fue en el, yo me fui detrás del taxi hasta llegar a la casa de Elly.

Elena entró a la casa y rápidamente fue a su habitación para encerrarse. En el cuarto de Elly se escuchaban risas.

—¡Elena ábreme! ¡Sabes que estaba bromeando!

—¿Qué pasa?—Salió Elly de su habitación.

—Elena se enojó por una tontería y ahora no me quiere abrir.

—Enójense en otra parte, ¡trato de ver una película!—Dijo Elly molesta.

—Si claro, como si estuvieras viendo una película con una chica en tu habitación—Miré y estaba Paola con unas papas en su cama—Aahh bien, me puedes abrir su habitación, por favor.

—Elena, ¿Puedes abrir?—Elly tocó su habitación.

—¡No!—Dijo llorando.

—Mierda, ¿La hiciste llorar? Babosa—Me reclamó Elly.

—¡Fue una broma!

—¿Quieres un abrazo de Elly? Elena—le preguntó Elly.

—¡No!—Salió Paola y la llevó a su habitación de nuevo, para cerrarle.

—Elena, perdóname, no lo hice con esa intención, sabes que sólo me gustas tú, sólo te quiero a ti. Lo que dije fue una broma, olvidémoslo ¿si?— Le dije— Siento que estoy hablando con la puerta.

Elena abrió y estaba roja de haber llorado.

—No debiste de haber llorado, soy una estúpida—la abracé, le quité las lágrimas y le di un beso en los labios.

En eso sonó el timbre y Elly salió de la habitación.

—¡Yo abro!—Gritó Elly.

—¿Quien será a estas horas?—preguntó Elena.

—¡Elena te buscan!—Gritó Elly y las dos fuimos a la puerta en donde estaba Samara y Elly casi inmóvil.

—Se te olvidó tu mochila en el trabajo–le dijo Samara a Elena y le entregó la mochila.

—Gracias por traerla—Dije—¿No gustas pasar?

—Espera, discúlpenme un momento—dijo Elly y me llevó a la cocina—Tengo a Paola arriba, no quiero que piense que soy una puta si la ve.

—Pero lo eres—Reí un poco.

—¡Que no la vea!

—Bien... distraeré a Paola, pero haz que pase—Elly fue a la puerta con mucha vergüenza e invitó a pasar a Samara.

Le hice la señal a Elena de que me acompañara arriba y me siguió.

Llegamos a la habitación de Elly y por suerte Paola estaba dormida.

—No hay que hacer ruido—Le susurré y Elena asintió. Nos sentamos en la cama y la abracé.

Narra Elly

Estaba demasiado nerviosa, después de tanto tiempo sin verla, Samara estaba al lado de mi, ni siquiera sabía que decirle.

—¿Cómo te ha ido?—Me preguntó y yo casi grito de la emoción.

—Bien ¿Y a ti?—Dije seria, tratando de disimular.

—Un poco aburrida, pero bien.

—Si quieres podemos salir—Se me salió pero rápidamente me arrepentí de haberlo dicho, no quería que supiera que todavía la quería—Es decir con Elena y Yulia.

—Oh gracias— jugueteaba con sus dedos y eso me hacía pensar que también estaba nerviosa, pero no me quería ilusionar— Creo que prefiero salir solo contigo.

¡Aaaaahhhhhh! Grité por dentro, ¡estaba tan emocionada! Por primera vez mi crush me había aceptado.

—Samara pellízcame porque creo que esto es un sueño.

—No es un sueño, saldré contigo, ¿Mañana en la tarde te parece bien?—Sonrió un poco.

—¡Sisi Perfectísimo!—Le dije emocionada.

—¡Elly!—se escuchó gritarme Paola.

—¿Quién es?—Preguntó Samara.

—Seguro es Yulia o Elena—Reí nerviosa.

Paola salió de mi habitación y se dirigió a mi para abrazarme.

—Ya me tengo que ir, me la pasé bien hoy—me dió un beso en la mejilla—Te quiero, adiós— Se fue.

Yo estaba roja de la vergüenza, ¡me había abrazado y besado en frente de Samara!

—¿Es tu novia?—Samara me miró curiosa.

—¡No! Yo no tengo novia, ella es mi acosadora.

—Oh ya veo... Bueno, nos vemos mañana Elly.

—Está bien— la acompañé a la puerta—Chao Samara—Le sonreí.

—Adiós— admiré su manera de caminar mientras desaparecía por las calles y después me dirigí molesta con Yulia y Elena, quienes tenían la puerta cerrada.

Decidí guardarme mi enojo y entrar a mi habitación.

Narra Yulia

—Me gustan tus ojos, tu cabello, tus labios...— Estaba acostada junto a Elena mientras le decía lo que me gustaba de ella para contentarla.

—¿Qué más?— Nos miramos a los ojos, tomé su mejilla y choqué mis labios junto a los de ella.

—Me encantas—Le dije entre besos y después me separé— Elena, no sé si sea el mejor momento pero ya no puedo esperar más— Me puse encima de sus piernas he hice que se sentara para que nos viéramos frente a frente— ¿Quieres ser mi novia?

—No.

—¡¿Qué?!

—Es broma—Se empezó a reír—¿Ves que a veces las bromas no son tan divertidas? Y obvio que si quiero ser tu novia.

—No, ya me arrepentí—Miré a otro lado pero Elena me volvió a besar.

Mientras nos estábamos besando Elena intentaba meter mano por abajo de mi brazier.

—No Elena, aún no—La detuve.

—Debo de pensar en algo para que quieras.

—Si quiero, pero aún no es el momento ¿si?— En verdad quería hacerlo con ella, me moría de ganas pero sentía que debíamos de esperar un poco más.

—Está bien... amor—Se puso roja y me dió mucha ternura.



Nos leemos mañana nuevamente

CAPITULO 30.

Narra Elly

Seguía sin creer que Samara había aceptado salir conmigo, me sentía como en el mejor sueño del mundo.

Estaba esperándola afuera de su trabajo lista para salir. Hasta que después de un rato de espera salió como nunca la había visto. Llevaba una falda no tan corta con una blusa de florecitas y un maquillaje sencillo pero agradable, realmente se veía hermosa.

—Hola—Sonreí—¿Estás lista?—Dije nerviosa.

—Si—Sonrió—Conozco un restaurante que me gusta mucho, ¿Te gustaría ir ahí?

—Si claro, a dónde quieras seguramente me encantará.

Me indicó dónde estaba el restaurante, en realidad era un restaurante muy famoso en la ciudad, todo el mundo lo mencionaba pero nunca me había tomado la molestia de visitarlo.

Llegamos y pedimos una mesa. Nos pasaron de inmediato.

—Nunca he venido aquí—Le confesé.

—La comida de aquí es muy buena, créeme que te encantará.

—¿Y si no me gusta que me darás?—Dije jugando.

—Devolverte tu trabajo—Sonrió esperando una respuesta positiva de mi parte.

—¿En verdad quieres que vuelva?—Dije incrédula.

—¡Claro que si! Siempre fuiste la trabajadora estrella.

—Gracias—Me ruboricé—Pero no sé si deba regresar.

—Quería pedirte disculpa por la última vez, debí pedirte que te quedaras—bajó la mirada.

En verdad no podía creer que Samara se estaba disculpando y ¡me estaba pidiendo que regresara! No quería que nadie me despertara de este hermoso sueño.

—Regresaré a trabajar contigo, Samara— Dije con firmeza—quiero decir... jefa—reí.

—Llámame Samara—Puso su mano sobre la mía y mi corazón parecía que se iba a salir del pecho.

—Hola, muy buen día señoritas—nos interrumpió un mesero—¿Me permiten dejarles las cartas?—Puso los menúes sobre la mesa y se retiró.

—Hay algo que te recomiendo mucho. Por lo menos a mi me sabe delicioso, es una hamburguesa, pero no es tan simple como suena—Samara veía el menú—De tomar te recomiendo todo, aunque hacen una buena limonada aquí.

—Creo que pediré lo mismo que tú, eres la experta aquí—Sonreí y ella llamó al mesero para ordenar.

Al estar observando el restaurante, mi mirada se centró en la entrada, en la cual me pareció ver dos caras conocidas. Los sentaron en una mesa cerca de nosotras y pude ver que se trataba de Tanya y de Kristoff. Al parecer también tenían una cita. Tanya se veía realmente bien, llevaba un vestido rojo y uno tacones elegantes. No pude evitar tener un flashback de Tanya y yo en mi casa...

—¿Eso sería todo?—dijo el mesero interrumpiendo mis pensamientos.

—¿Quieres algo más?—Samara me preguntó.

—No gracias, con eso está bien— No podía tener esos pensamientos en frente de Samara, decidí no voltear hacía ellos y concentrarme en Samara.

—Así que dime, ¿Buscaste o pensaste en buscar otro trabajo?—Samara me miró atenta.

—No podía pensar en eso, además ya te había dicho que no tengo la necesidad de trabajar, si lo hacía era para estar junto a ti.

—Lo sé, eres muy linda Elly, perdón por haber sido mala contigo.

—No te disculpes, todo está bien, en serio—Dije amablemente.

Sentí una mirada y volteé, era Tanya quien me estaba observando mientras Kristoff veía el menú.

Mi corazón se aceleró un poco, estaba nerviosa de que llegara a interrumpirnos o algo parecido.

—No sé si pensaste que Yulia me había gustado, pero no es así—Soltó Samara de repente.

—La verdad si lo pensé—admití.

—Sé que Yulia y Elena están juntas, ¿sabes desde cuando?—preguntó.

—Ya llevan un buen rato saliendo, aunque no oficialmente, tienen toda una historia juntas.

—Ya veo...—miró a su lado derecho—Elena es muy bonita, ¿nunca te gustó?

—No, ¿Por qué lo preguntas? ¿Te gusta Elena?— Dije extrañada.

—No, para nada, sólo es curiosidad, me gustaría saber quiénes están trabajando conmigo.

—Sólo las veo como amigas, además ellas se quieren mucho.

Sentí de nuevo la mirada de Tanya quién me sonrió en cuanto la vi. Yo sin querer me ruboricé.

—¿Tú y Yulia son amigas cercanas no?

—Si, desde hace mucho nos conocemos.

—¿Sabes si Yulia ha tenido otras relaciones?—Preguntó intrigada.

Sus preguntas se me estaban haciendo extrañas, me hacía dudar que no le gustara Yulia.

—Aquí están sus platillos—dijo el mesero y nos entregó nuestra comida.

Miré a Tanya y ella también me volteó a ver.

—Iré a lavarme las manos—Le dije a Samara y me dirigí al baño, sabía que Tanya me seguiría, cosa que así fue.

—¿Qué haces aquí?—Me preguntó Tanya estando una vez en el baño.

—Tengo una cita, es la mujer que te había contado...

—¿La que te hizo llorar?

—Si...

—Oh, que bueno que hayas logrado salir con ella—me dijo Tanya con media sonrisa.

—A mi también me alegra que al fin hayas logrado salir con Kristoff. ¿Todo está yendo bien?

—Si, todo va bien...

—Que bueno—Dije seria.

Hubo un silencio incómodo entre las dos.

—Sólo espero que no te haga llorar de nuevo, sino se las verá conmigo—dijo Tanya un poco divertida.

—Lo mismo digo con Kristoff eehh—reí.

—No pasará...—Se quedó en silencio un momento— tengo que regresar, si necesitas ayuda o algo me mandas mensaje ¿si?

—Si, lo mismo digo—sonreí.

Tanya se me acercó y me dió un beso tierno en la mejilla, cosa que me gustó.

—Adiós—me sonrió y salió del baño.

Yo después de un rato salí y me dirigí con Samara.

—Se está enfriando tu hamburguesa—Dijo Samara y me senté.

—Está bien, no me gusta la comida tan caliente—empecé a comer.

—No me respondiste la pregunta—Dijo Samara disimuladamente.

—¿Sobre las relaciones de Yulia?

Asintió.

—Antes de Elena tuvo otra relación. La chica realmente le rompió el corazón, seguramente por eso va lento con Elena.

—Pobrecita—bajó la mirada con tristeza.

Yo me estaba incomodando.

—¿Podemos hablar de otra cosa que no sea de Yulia o Elena?—Logré decir mientras le daba otro mordisco a mi rica hamburguesa.

—Si, lo siento—suspiró— ¿Volverás a trabajar conmigo entonces?

—Si, te lo confirmo de nuevo.

—¡Perfecto!

Me estaba sintiendo un poco rara, estaba saliendo por primera vez con Samara lo cual me alegraba, pero lo único que hacía era hablarme del trabajo y de Yulia.

Escuché una risa de fondo y pude ver que era Tanya quien se estaba riendo con Kristoff. No pude evitar sentir un poco de celos.

—La comida está deliciosa, ya veo porqué te encanta esta hamburguesa—di mi último bocado a mi comida.

—¿Verdad que si? Aquí siempre me gusta venir con Soledad.

—¿Soledad?—Pregunté pensando que tenía a alguien más.

—Si, sola con mi soledad—dijo y no pude evitar soltar una carcajada.

Tanya me volteó a ver.

—¡Damas y caballeros! ¡Los invitamos a que pasen a bailar a la pista de baile!—dijo un hombre a través de las bocinas.

Pusieron una canción lenta. Tanya y Kristoff se pararon para bailar.

—A mi no me gusta bailar—Dijo Samara—¿Y a ti?

—Un poco.

No podía dejar de mirar a Tanya bailando con Kristoff. Estaban muy pegados y su baile era lento. No tenía sentido que estuviera tan celosa.

—Al parecer quieres bailar ¿verdad?—Me preguntó Samara—No dejas de mirar la pista de baile.

—¿Quieres intentarlo?—Pregunté.

—Lo podemos intentar, pero sólo un rato.

—Está bien—La tomé de la mano y fuimos a la pista de baile.

Sin importar la mirada de los demás, la tomé de la cintura y nos empezamos a mover de un lado para otro.

—Tú guíame, que yo no sé bailar—me abrazó Samara y bailamos por un rato abrazadas.

Tanya nos volteó a ver y parecía que a propósito pegaba más su cuerpo al de Kristoff.

Yo empecé a bailar junto con Samara de manera más sensual y Tanya al verme empezó a hacer lo mismo con Kristoff.

Maldita sea.

—¿Te gustaría salir a otro lugar?—Le Pregunté a Samara. No podía estar confundiéndome de esta manera.

—Si, ¿adónde quieres ir?

—No lo sé, tal vez al bosque—me dirigí a la mesa y dejé dinero. Tal vez había dejado más de lo que era, pero no me importaba, simplemente me quería ir de ahí.

Fuimos de camino al bosque y en todo el camino me siguió preguntando por Yulia y una que otra cosa de Elena. Me estaba hartando, cada vez que le cambiaba de tema, no sé cómo le hacía para de alguna manera todo relacionarlo con Yulia. Así estuvo incluso en el bosque. La llevé para que todo fuera más romántico y especial pero simplemente lo arruinó.

Una parte de mi sabía la verdad, que Samara nunca se enamoraría de mi, y que posiblemente estaba enamorada de Yulia.

Mientras yo me sentía confundida por mis celos hacía Tanya y Kristoff.

Creo que jamás volvería a salir con Samara.

En la noche regresé a mi casa y Elena se encontraba sola en la sala viendo televisión.

—¡Hola! ¿Cómo te fue?—Me preguntó Elena con una sonrisa enorme.

—No tengo idea. Tal vez mal... Me resigné, al fin— suspiré—Nunca le gustaré a Samara. Puede que ella esté enamorada de tu chica.

—¡¿De mi novia?!—Gritó enojada.

—¿Tu novia?—pregunté sorprendida.

—Si, ya somos novias oficiales—dijo orgullosa.

—¡Te felicito Elena!—me acerqué para abrazarla.

—¿Cómo sabes que está enamorada de Yulia?

—No paró de preguntarme por ella—bajé la mirada.

—¡A esa perra le debe de quedar claro que es mi chica!

—¡Wow! ¡Esa boca Elena!—Reí.

—Es una zorra—dijo enojada y yo me quedé callada—¿Ya no te molesta que la insulte?

—Creo que no... ahora me siento confundida—Me senté a lado de Elena—Me encontré a Tanya con Kristoff y no me gustó verlos juntos, me sentí rara ¿sabes? No debería de sentirme así, ella sólo era mi amiga con derecho o algo así.

—Te gusta Tanya—aclaró Elena.

—Si me gusta pero creí que sólo para sexo, ahora no lo sé. No quiero que me guste para algo serio. Ella quiere a Kristoff y ahora que se supone que están juntos no me quiero meter.

—Dijiste que también le gustabas.

—Si, pero—suspiré—Es complicado, mejor me iré a dormir, estoy cansada—me dirigí a mi habitación—Buenas noches.

Narra Yulia

Estaba feliz porque mi novia oficialmente fuera Elena. No podía dejar de pensar en ella y me alegraba verla todos los días.

Estando en la escuela, cuando todos se iban al receso, me quedaba con Elena para besarnos. Estábamos actuando muy cursis, pero no nos importaba. Los compañeros de la clase ya sabían que estábamos juntas y aunque había uno que otro comentario homofobico, no nos importaba.

Cuando llegamos al trabajo yo me puse a acomodar cosas en el almacén, que era lo que siempre me ponía Samara a hacer.

—¿Cómo te fue con Elly?—Le pregunté a Samara.

—Muy bien, me la pase excelente con ella—Samara también estaba acomodando cosas.

—Me alegra mucho saber eso, seguramente está feliz ahora mismo.

—Cuando estaba con ella quería besarla pero no me atrevía, no sabía cómo.

—Simplemente lo hubieras hecho—Dije como si fuera lo más fácil.

—Es que no sé cómo sería la manera correcta de hacerlo—Samara se me acercó y me tomó la cara con sus manos—¿Crees que en esta posición esté bien?—acercó su cara más hacía a mi.

—¡Maldita perra!— gritó Elena en cuanto entró al almacén y empujó a Samara contra los vasos, haciendo que se cayeran todos hacía ella.

—¡¿Qué haces?!—Reaccioné asustada.

—¡Estaba a punto de besarte! ¿La ibas a dejar?

—Me estaba dando un ejemplo, no lo iba a hacer—le dije con obviedad.

—¡Si claro!

—¿No confías en mi?

—¡Si pero en esa perra no!

—¡No quiero que vuelvas a este lugar!—Le dijo enojada Samara a Elena.

—A la mierda, mejor para no ver tu estúpida cara— Elena tomó sus cosas.

—Oigan, tranquilas, resolveremos esto de buena manera ¿si?—traté de calmar el ambiente.

—¡Que se joda!—dijo Elena— ¡Y que te quede claro que Yulia ahora es mi novia!—Elena se me acercó y me dió un buen beso apasionado, logrando que se me pusiera la piel chinita y que quedara con cara de babosa—Te quiero, y confío en que no te volverá a tocar ¿está bien?

Asentí. Y se fue echando humo.

—No entiendo porqué tu novia es tan celosa, si no te tiene confianza ¿Para que estás con ella? Tal vez no vale la pena—dijo quejándose del dolor—¿Me ayudas a pararme?—Le ofrecí mi mano y en cuanto se paró me dió un beso en la boca de sorpresa.

—¿Qué hacen?—escuché la voz de Elly y de inmediato me separé de ella—Yulia— entrecerró los ojos—Le diré de esto a Elena...

—¡Mierda no!

Elly salió corriendo y fui detrás de ella.

CAPITULO 31

Por suerte pude alcanzar a Elly. En cuanto lo hice la estampé contra la pared.

—¡No le dirás nada a Elena!—La amenacé.

—Si te gusta Samara, ¡¿Porqué mierda estás con Elena?!—Me quitó los brazos de encima.

—¡No me gusta Samara, ella me besó!

Elly se calmó y me tomó de los hombros.

—Por tu bien, será mejor que te alejes de ella, Yulia. Está loca por ti.

—No creo, tal vez el beso fue un accidente. Ella me confesó que siempre le gustaste tú—Dije honestamente.

—Salí con ella, y no paró de hablar de ti. No sé qué planea Samara ¡pero está loca!—Se quedó en silencio por un momento— Si no quieres problemas con Elena, será mejor que te alejes de ella.

—Eso me lo estás diciendo porque sigues celosa de que pase tiempo trabajando con Samara—Fruncí el ceño.

—Ya no quiero estar con alguien que no me quiera—volteó la mirada—Pensaba volver a trabajar con ella, me quedaba sólo un poco de esperanza. Pero ya no me queda ninguna, no la quiero volver a ver—dijo un poco triste—No le diré nada a Elena... Pero por el bien de su relación será mejor que te alejes—Me tomó de la mejilla—Te lo digo como amiga—me dió un pequeño golpecito ahí—Te quiero—Me abrazó y después se fue.

Me quedé pensando en lo que había dicho. Tal vez tenía razón, no me convenía seguir trabajando con Samara, me traería muchos problemas y no sólo en mi relación con Elena, tal vez también en mi relación con Elly.

Así que decidí renunciar ese mismo día. Se me hacía mal renunciar y dejarla sola, pero ya no quería más problemas.

Cuando llegué a la casa de Elly, fui a la habitación de Elena y ella estaba haciendo tarea.

—Perdón por interrumpir— Le di un beso en la mejilla y la abracé.

—¿Qué haces aquí?—volteó y me dió un beso en los labios.

—Renuncié—Sonreí—Nunca me ha importado Samara, sólo tú Elena—La besé.

—Me alegra saber que ya no estarás ahí—Se mordió los labios.

—Tampoco tenía sentido seguir ahí si ya no estabas—Miré a otro lado con vergüenza— Elena... Yo... Te amo—reí nerviosa.

Elena me tomó del cuello y me besó profundamente. Yo no la quité, simplemente le seguí el juego. Me tomó de las caderas y me atrajo hacia ella, subió su mano hasta mi estómago y empezó a masajear de arriba a abajo, tratando de calmarse, hasta que no pudo más y subió su mano hasta uno de mis pechos, apretándolo con delicadeza, logrando que me excitara. Yo me quité y me dirigí a la puerta.

—Lo siento—dijo apenada—No quise excederme— En serio perdón.

Yo cerré la puerta y le puse seguro.

—Tranquila—me dirigí de nuevo con ella para besarla con más intensidad. Le quité la blusa y yo también me quité la mía. La tumbé en su cama y comencé a besarle y lamerle el cuello, bajé y me me quedé viendo a su brazier—¿Me dejas quitarlo?

—No me preguntes—ella misma se quitó el brazier, volví a subir para besar sus labios, tomé uno de sus pechos para masajearlos y después bajé mi boca hasta su pezón para saborearlo con mi lengua cosa que le gustó a Elena porque gimió.

Sabía que había dicho que iría más lento. Pero realmente me excitaba Elena.

Bajé mi mano hasta su centro por arriba de su pantalón y empecé a masajear. Volví a subir para besarla y empezamos una guerra con nuestras lenguas, desabroché su pantalón para quitárselo de inmediato y seguir masajeando su centro por encima de su braga. Ella sacó la lengua de su boca y yo hice lo mismo para empezar a frotar nuestras lenguas. Abrió sus piernas y yo seguí masajeando su centro pero con más velocidad.

Admitía que me daba vergüenza meter más abajo la mano, pero esa vergüenza se me quitó cuando Elena paró un poco para quitarse sus bragas. Tomó mi mano y la puso dentro de su centro, haciendo que me alterara más. Ante mis ojos Elena estaba completamente desnuda, se veía realmente hermosa.

Yo empecé a masajear con más delicadeza, pero al verla así me dieron ganas de bajar hacia su centro, cosa que con algo de vergüenza hice. Pensaba que me diría algo, sin embargo tenía los ojos cerrados y se mordía los labios, así que decidí lamer con delicadeza su centro. Gimió y abrió más las piernas, yo extendí más mi lengua para que sintiera más y cada vez lo hacía más rápido. Ella tomó mi cabeza y empezó a acariciar mi cabello empujando un poco más mi cabeza hasta su centro, yo tomé sus nalgas y las apreté provocando otro gemido fuerte en ella. Elena me quitó de encima para tomar el control sobre mi, de inmediato se subió encima de mi y me quitó el brazier y los pantalones. Tomó mis dos pechos y los empezó a masajear, después empezó a mover su centro con el mío, de arriba hacia abajo. Se dirigió a mi cuello y pude sentir como me hizo un chupete, bajo hacia mis pechos y también dejó otro chupete, fue dejando rastro hasta llegar a mi centro y quitarme las bragas, después se detuvo.

—No sé cómo hacerlo—dijo agitada pero apenada.

—Tú sólo inténtalo— tomé su mano y la puse en mi centro para ayudarle a masajear. Lo empezó a hacer y para ser la primera vez lo hacía bien.

Se escuchó el timbre de la casa sonar pero lo ignoramos.

Narra Elly

Abrí la puerta de la entrada y me encontré a Tanya frente a mi.

—Hola—Pude ver cómo se le iluminaron los ojos al verme.

—Hola—Respondí.

—¿Puedo pasar?

—Si, claro— extendí el brazo.

—¿Estabas ocupada?— preguntó.

—¡Yulia!—se escuchó gritar a Elena desde su habitación y después gimió fuerte.

—¿Acaso estabas...?—me miró confundida.

—¡¿Qué?! No, son Yulia y Elena... Es mejor que no las interrumpamos, es un gran logro—reí—Yo estaba haciendo algunos trabajos de la escuela.

—Bien...—miró alrededor nerviosa.

—¿Pasa algo? ¿Cómo vas con Kristoff?—me senté en la sala y ella se sentó a mi lado.

—De hecho eso es de lo que te quería hablar.

—¿Estás embarazada?

—¡No! No es eso... ¿Tú cómo vas con tu chica?

—No le gustaba yo, sólo quería a Yulia—Suspiré— Pero no importa, ya no quiero nada con ella.

Pude ver cómo se le salió una sonrisa.

—¿Porqué sonríes? ¿Te gustan mis desgracias?—la miré.

—No, lo siento—rió un poco—Puta Yulia, sin hacer nada nos arruinó nuestras posibles futuras relaciones—río—Pero creo que fue lo mejor.

—¿Porqué lo mejor? ¿qué pasó con Kristoff?

—Creo que ya no siento lo mismo por él. Salí con él y todo, pero no sé... creo que la que cambié fui yo—Me miró—Se podría decir que terminé con él lo que todavía no había empezado del todo.

—¡¿Qué?!—me sorprendí—No entiendo porqué te dejó de gustar.

—Es que creo que me enamoré de alguien más—se ruborizó y volteó la mirada.

—¿En serio?— otra vez me sentí celosa. ¿De quien mierda se había enamorado esta vez?

—Si... tengo miedo de que no me corresponda, pero ¿sabes que? Olvídalo, mejor me voy—Se paró y se dirigió a la puerta.

—No, ¡No te vayas! ¡Dime de quién!

—No, mejor otro día—Intentó abrir la puerta pero la tomé de la muñeca.

—Seguro que te corresponde, estás muy bonita— volteó y se me quedó viendo.

—Nos vemos luego—me dió un beso en la mejilla y se fue.

Yo me acosté un rato en la sala y salieron Yulia y Elena de su habitación abrazadas y dándose besos.

—Si, fue verdad lo que te dije, te amo—Le dijo Yulia a Elena.

—Yo te amo más—Elena la besó.

—¡Váyanse con sus cursilerías a otra parte!—Les grité pero ellas estaban en su mundo.

—Te veo mañana en la escuela— le dijo Yulia—Adiós Elly—Me dijo Yulia y se fue.

—¿No es hermosa?—Me dijo Elena en cuanto se fue.

—No.

—No puedo creer que sea mi novia—suspiró y sonrió.

—Me da gusto que al fin hubo acción entre ustedes.

—¿Cómo sabes?

—Porque gritabas mucho ¡Si Yulia siii, así hazlo aaahh!—Me burlé y ella se puso roja.

—Hoy dormiré como un bebé—Sonrió.

—Yo no sé si pueda dormir...

—¿Por qué?

—Tanya me confesó que estaba enamorada de alguien más que no es Kristoff, ¿de quien mierda se pudo haber enamorado?

—¿Eres idiota o te haces? ¡Obviamente se enamoró de ti!—me dió un pequeño golpe en el hombro.

—¿Cómo sabes? No creo que se haya enamorado de mi, seguramente fue de otro chico.

—Cree lo que quieras entonces, me iré a dormir—bostezó y se fue a su habitación.

Tanya enamorada de mi...

Me quedé pensando en Tanya hasta que sentí que llegaron mucho mensajes a mi celular. Todos eran de Paola.

Mierda, me olvidé de Paola.

Decía que quería salir conmigo, y no sé porqué pero acepté, tal vez necesitaba distraerme...

Hola chicas. Qué tal su finde? Espero que bien y que los reyes magos les traigan muchos regalos hermosos y si pidieron novias (OS) también este será el penúltimo capítulo de la historia ya que en un rato subiré el final, pero quiero hacer una pequeña encuesta a ver si están de acuerdo en que el siguiente fics sea exclusivamente FREENBECKY o una mezcla entre YULENA Y FREENBECKY?

Disfruten el capítulo...

CAPITULO 32.

Estaba con Paola en un bar desconocido para mi, yo estaba bebiendo y ella no dejaba de tocarme las manos. Me resigné y dejé que lo hiciera, salía para divertirme de todas maneras.

Pusieron una canción movida y me invitó a bailar. Tomé sus manos y las movía de un lado a otro junto con las mías jugando un poco.

—En serio, que divertida eres—reía y me hacía reír también, en realidad ya estaba empezando a sentir el efecto del alcohol.

Todos alrededor nos estaban viendo extraño, ya que nuestros movimientos de baile no eran normales, aparte nos reíamos como locas. Aunque ella casi no había tomado alcohol.

Sentí que llegaron mensajes a mi celular y me alejé un poco mareada para revisarlos.

Era un mensaje de mamá, diciendo que me llamaría pronto para decirme algo importante. Era raro que me hablara mi madre, ya que era una mujer de negocios que trabaja por todo el mundo y a veces se le olvidaba que tenía unos cuantos hijos regados en algunos países, yo era de las menores y gracias a eso me mandaba una buena cantidad de dinero.

No podía llamarle en estado de ebriedad, así que decidí contestarle después.

—¡Elly ven!—Paola me llevó a bailar otra vez, yo sólo trataba de mantener el equilibrio. Me abrazó y se quedó así por un buen rato, sólo abrazándome. No la podía quitar de mi, así que no hice nada al respecto e incluso casi me quedo dormida en su hombro. Paola me dejó de abrazar para verme a la cara—Me encantas—Se me quedó viendo por un rato y se acercó a mi, dejando a escasos centímetros nuestros labios. No sé en qué estaba pensando pero fui yo la que se acercó más para besarla.

En realidad no estaba pensando con claridad, abrí los ojos y todo se veía gracioso alrededor. Reí en sus labios y ella también lo hizo, al parecer estaba muy feliz. Miré a un lado aún estando en sus labios y pude observar su celular tomándonos una foto.

Y eso fue lo último que recordé.

Me desperté en mi cama al día siguiente con dolor de cabeza, llevaba puesto mi pantalón, pero no tenía mi blusa ni mi brazier. Miré a todos lados y no había nadie, suponía que Paola me había llevado a mi casa de alguna manera, pero no parecía del todo que hubiera abusado de mi o algo por el estilo...


Miré el reloj y ya era muy tarde para ir a la escuela, de todos modos tenía que llegar para asegurarme de no reprobar ninguna materia. Me bañé, me vestí y salí casi corriendo de mi casa.

Al llegar, el profesor no me dejó entrar a su clase, así que decidí ir a la cafetería por agua y por una pastilla.

Recordé que tenía que llamar a mi madre, pero cuando estaba por llamarla, vi a Tanya afuera de la cafetería llorando. Me acerqué rápido a ella.

—¡Tanya! ¿Qué pasó? ¿Acaso te hizo algo Kristoff? Porque si lo hizo, te juro que lo...

—No te preocupes Elly, él no me hizo nada—Intentó sonreírme pero volvió a llorar.

—¿Entonces me puedes explicar qué pasa?—La abracé y ella también lo hizo—¿Es acerca de quien te gusta?

—Si...—Contestó sollozando.

—¡¿Qué te hizo ese imbecil?!—Dije enojada y ella soltó una pequeña risa—¿Qué te da gracia?—Dije seria.

—Nada...

—Mmm ¿te gustaría salir conmigo después de la escuela? Para que te distraigas un poco—sonreí de lado.

—Me parece bien—Sonrió.

Me despedí de ella y entré a la siguiente clase, al parecer estaba a punto de reprobar una materia, por suerte pude convencer al profesor de que me pasara. Algunos de mi clase se me quedaban viendo mucho, lo cual me parecía raro pero no le tomé mucha importancia.

Al salir de mis clases, me encontré con Tanya esperándome. Decidí llevarla al boliche, suponía que era un lugar divertido para distraerla. Me la estaba pasando bien con ella, nos estábamos divirtiendo mucho y sin necesidad de tomar alcohol o tener sexo. Definitivamente me gustaba...

—¡Gané!—grité victoriosamente y reí.

—Pido la revancha—Sonrió y se acercó para juntar sus labios con los míos. Al principio yo la seguí besando pero me separé al pensar que sólo me estaba besando para olvidar a alguien más...

—Oye, la verdad no quiero que me uses sólo para poder olvidar a un idiota—Dije directamente y ella rió —¿De que te ríes? Tu risa es muy sospechosa—entre cerré los ojos.

—Vayamos a otro lugar para explicarte.

Nos fuimos del boliche y decidimos ir a un parque que quedaba cerca. Era muy bonito, había muchos árboles, áreas verdes, una fuente enorme, chicos patinando en su skate y gente corriendo con sus mascotas. Era un buen ambiente.

—¿Qué me tienes que decir?— La miré atenta después de sentarnos en una banca.

—Que... ese imbécil o idiota como lo llamaste, es una chica...

—No me digas que es Yulia—Dije asustada.

—No—rió.

—Que alivio— suspiré.

—Es Elena.

—¡¿Qué?!—empecé a toser y ella se burló.

—¡Obviamente eres tú Elly! ¡Eres lenta!

—¿En serio soy yo?—me sorprendí.

—¡Si Elly! me di cuenta que me enamoraste... al principio no lo quería aceptar pero todo el tiempo pienso en ti, creo que me quedé con la idea de que me gustaba Kristoff y ahí me quedé, hasta que empecé a salir con él y me di cuenta que ya no siento nada, además de que él tampoco siente nada por mi. Todos mis sentimientos ahora te pertenecen a ti, no sólo te quiero por el sexo aunque también me encanta, sino porque me gusta mucho cómo eres y cómo me haces sentir, me gustaría que estuviéramos juntas y formar una relación bonita. Te quiero mucho Elly— Yo la abracé y la besé para empezar un lindo jugueteo con nuestras lenguas y seguir saboreando nuestros labios.

—Yo también siento lo mismo por ti Tanya—Le dije entre besos y ella me besó con más intensidad, la paré un poco—Espera, estamos en un parque...—Reí.

Entonces yo era esa idiota que la había hecho llorar, pero no entendía porqué.

—¿Por qué estabas llorando? ¿Que te hice?—Le pregunté directo al grano.

—Nada, no te preocupes, olvidémoslo ¿si?

—Me tienes que decir para ya no volverlo a hacer.

—No es nada, ya pasó, quiero olvidarlo ¿Me dejas?

Ya no le dije nada, no quería insistir demasiado, pero aún así tenía la duda de que le había hecho.

Al final la llevé a su casa y después me fui a la mía, en donde al llegar, Elena se me acercó rápido para hablarme.

—Creí que te gustaba Tanya—Elena estaba en pijama.

—Si, si me gusta, hoy salí con ella—Sonreí felizmente.

—¡No puedes salir con las dos!

—¿De que hablas?—Le dije sin entender.

Elena me mostró su celular en donde aparecían dos fotos. En una salía yo besándome con Paola y en la otra foto salía yo media desnuda de la parte de arriba junto a Paola con sólo una cobija blanca cubriéndonos.

—Alguien le envió estas fotos a toda la escuela.

—Aahh estúpida Paola... —Por esa razón había amanecido así...

—Cuéntame qué pasó—dijo Elena curiosa.

—Primero dime a qué horas mandaron esa fotos.

—En la mañana, ¿Por qué?—Se sentó en el sillón.

Significaba que Tanya estaba llorando por eso y ni siquiera me había reclamado. A pesar de que se sintió traicionada, quería seguir conmigo o más bien quería seguir teniendo algo bien conmigo... Fue ahí que me quedé un poco en shock, al darme cuenta como a veces éramos en el amor... entendí cómo es que algunas personas estaban con sus parejas por más daño que les hicieran. Porque preferían perdonar, que sentir el dolor de una perdida de un ser amado. Preferían vivir en la toxicidad antes que quitarse el miedo a probar el duelo...

Sentí mi celular vibrar y respondí al ver que era mi mamá.

—¿Hola?—Contesté.

—¿Por qué no respondes mis mensajes?—dijo tranquila al otro lado del teléfono.

—Lo siento, he tenido mucha tarea—Tarea que no había hecho...

—Que bueno que le estás echando ganas a la escuela, ¡Porque te tengo buenas noticias!

—¿Qué noticias?—Dije sin muchos ánimos y me fui a mi habitación.

—¿Ya ves la escuela de Alemania a la que querías entrar?

—Mamá, eso fue hace cinco años...

—¡Te mudarás a Alemania!—gritó emocionada.

Yo me quedé un poco en shock, eso era demasiada información para mi y mi madre nunca se andaba con bromas.

—Te llamo más tarde...—colgué.

Sabía que lo tendría todo en Alemania también, pero mierda, no quería dejar a mis amigas, no quería dejar a Tanya...

Aunque suponía que iba a estar mejor sin mi, tal vez conseguiría un buen novio, se casaría, tendría hijos...

Quería mucho a Tanya y me quedó claro que ella también a mi, pero no sé si eso era bueno... ya que nos hacía falta madurar a las dos para tener algo estable y serio.

Todavía no estaba segura si tenía opción o no, pero tenía que tomar una decisión...

CAPITULO 33. FINAL.

Después estarlo pensando mucho, tomé una decisión. Así que decidí hablarlo con Tanya después de la escuela. Quería hablarlo primero con ella antes que con mis amigas, porque sabía que me iban a interrogar mucho y a tratar de convencer a mi madre, pero era lo mejor para mi y todos...

Una vez que salimos de la escuela la llevé a comer a un lugar cerca de ahí.

—Tanya... yo...

—Espera—me interrumpió—antes de que digas algo. Te traje un peluchito—sacó un peluche de tigre con un corazón en medio de su mochila. Sabía que me gustaban los tigres...

—Muchas gracias Tanya— Sonreí un poco apenada por lo que estaba a punto de decirle—Tengo que decirte algo...

—Dime—respondió un poco asustada por mi mirada.

—Es que... ¿No crees que deberías de conocer a otras personas?—fue lo primero que se me ocurrió para evadir lo que realmente le tenía que decir.

—¿Por qué dices eso?

—Hay muchas personas mejores que yo... ¿No crees que deberías de darles una oportunidad?

—¿Qué mierda estás diciendo Elly? sabes bien que ahora sólo te quiero a ti—Me miró a los ojos aún asustada.

—Si, sólo que creo qué hay más personas...

—Seguramente lo dices por Paola, ¿sientes algo por ella verdad?—su mirada entristeció.

—¡No! Que te quede claro que no me gusta Paola, las fotos que viste fueron todo un malentendido, nunca lo hice con ella—le tomé la mejilla—Créeme.

—¿Entonces por qué me dices todo eso? ¿No quieres estar conmigo?—Se empezaron a cristalizar sus ojos.

—Tanya... No podemos estar juntas—La seguía tomando de la mejilla y ella me la quitó de inmediato.

Se levantó y se fue al baño del lugar, yo la seguí, al meterse en uno de los baños empezó a llorar.

—Tanya, hay que hablar, no llores—No me respondió y siguió llorando—Déjame explicarte el porqué.

—¡Ya sé que es porque no me quieres!

—¡Si te quiero Tanya!—intenté abrir—Abre la puerta.

Ella de inmediato abrió la puerta y me metió.

—Entonces dime que quieres estar conmigo—Aún llorando me dió un beso corto.

—Si quiero estar contigo—volteé la mirada—Pero no podemos.

—Si podemos—me volvió a besar, pero ahora con un beso más largo.

—Yo...Me iré a vivir a otro país...—Logré decir y ella se me quedó viendo en shock.

—¿Qué estás diciendo?

—Iré a estudiar en Alemania... mi mamá llamó para decírmelo. No te podré ver más...—bajé la mirada.

Tanya salió del baño y al salir también pude ver que se había ido del lugar.

Narra Elena

Todo estaba marchando bien, las cosas iban perfectas con Yulia y tenía a mi buena amiga Elly. Aunque todavía tenía que conseguir otro trabajo, pero me estaba gustando mi vida al lado de Yulia.

Me encontraba con mi novia en la casa de Elly, estábamos viendo una serie mientras estaba acostada sobre sus piernas.

Elly llegó a la casa y al vernos de inmediato corrió a abrazarnos. Yo me senté.

—¿Qué mierda?—Le dijo Yulia confundida por su muestra de cariño.

—Me van a odiar...—dijo Elly y se sentó en medio de las dos.

—¿Qué pasó?—Pregunté.

—Las amo, en serio las amo, pero...

—¿Me vas a correr?—Pregunté asustada.

—¡No! No es eso, al contrario, te pienso prestar mi casa hasta cuando vuelva.

—¿Qué?—dijimos Yulia y yo al unísono sin entender muy bien a lo que se refería.

—Chicas... Mi mamá llamó y bueno... estudiaré en otro país, Alemania—Elly apretó los ojos para tratar de no ver nuestra reacción.

—Que buena broma Elly—rió Yulia.

—No es una broma...—Elly la miró.

Yo no sabía que decir, me había dejado sin palabras.

—No creo que te vayas—Yulia se paró.

—Es verdad... me iré.

—No, no lo harás, no te creo.

—Me tengo que ir Yulia...

Después de una larga discusión entre ellas. Yulia terminó llorando y Elly abrazándola.

Elly se iría a otro país, no sabía por cuánto tiempo pero nos iba a dejar solas.

—¿Y qué hay con Tanya?—Logré decir.

—Ella estará bien, encontrará a alguien más...—dijo mientras seguía abrazando a Yulia.

—¿Qué no la amas?—le reclamé usando de excusa para tratar de que no se fuera. Le había tomado mucho cariño, me dolía que se marchara lejos.

—Tal vez... pero también estoy viendo por mi futuro, siempre he querido estudiar allá. No lo puedo desperdiciar y espero que me entiendan... Además pueden vivir aquí las dos, serán una pareja feliz.

—Eres una idiota Elly—Yulia la miró con lágrimas en los ojos—Prométeme que volverás.

—Volveré, te lo prometo—Elly me volteó a ver—Se los prometo.

No pude contenerme más y también me dirigí a ellas para abrazarlas y llorar.

Estaba comenzando a odiarla, ¿Cómo podía hacer que me encariñara con ella y después irse como si nada? La quería mucho, pero no podía hacernos esto...

Narra Elly

Después de unos días de aclarar las cosas con Yulia y Elena, lo aceptaron al final. Pero todavía no aclaraba las cosas con Tanya, no había asistido a la escuela y tampoco contestaba mis llamadas. Hasta que llegó un día a mi casa inesperadamente.

—Elly— Tanya me abrazó— Por favor no te vayas, haré lo que quieras— me lo dijo llorando.

—Perdón, pero en serio tengo que irme...

—Por favor—Se acercó a mi cara para besarme y puso mis manos en sus pechos.

—No Tanya—La alejé un poco.

—Si no quieres compromisos, lo entenderé, seamos amigas pero quédate—Se llevó sus manos a los ojos y empezó a llorar más.

Admitía que me dolía verla así. No es que no tuviera sentimientos, pero también el irme era lo mejor para las dos.

—Tanya... Tendré que irme, pero podemos pasar mis últimos días juntas si quieres.

—¡Yo sólo quiero que te quedes Elly!

—Tanya—La abracé—No te aferres a mi, no te aferres a nadie.

—Tú no lo entiendes Elly, sólo lograste enamorarme ¡y ahora te vas!

Después de un rato logré que se calmara un poco, aunque seguía llorando hasta que se quedó dormida junto a mi en mi habitación.

Pasó una semana y después de empacar mis cosas Yulia y Elena me acompañaron a la puerta para despedirse. Mi madre no había ido por mi, sólo llamó a alguien para que me llevara al aeropuerto.

—Les llamaré seguido no se preocupen—Les dije mientras me veían tristes—También les dejo mis cosas—traté de animarlas pero todo era inútil, yo también estaba triste, pero en verdad era lo mejor.

Tanya no se pudo despedir, dijo que no me dejaría ir o se iría conmigo. Así que sólo se despidió un día antes.

A Paola tenía planeado decirle por mensaje ya que me fuera, sino sería peor. Tal vez me metería más en problemas.

Abracé a Elena primero, dándole un beso en la mejilla, después a Yulia y me subí al carro.

Una vez que las vi alejarse, me di cuenta de lo que acababa de hacer y no pode evitar sentirme muy triste, por lo cual lloré. Pero sabía que aunque me doliera no podía hacer nada más que seguir con mi viaje. Y obviamente las visitaría.

Narra Elena

Habían pasado cuatro meses desde que se había ido Elly.

Mi relación con Yulia iba excelente, tal vez era precipitado pero se había mudado conmigo. Yo estaba encantada por tenerla cerca todos los días, me hacía sentir tan bien... estaba demasiado enamorada de ella.

Pero también seguía extrañando a Elly, me hacía falta, extrañaba sus chistes y las pláticas con ella, Yulia también la extrañaba aunque no lo admitía porque estaba un poco resentida con ella.

Paola se había vuelto un poco loca al enterarse, al principio no paraba de llorar pero poco a poco se fue calmando, después se rumoreaba que acosaba a otras chicas de la escuela, creo que se había vuelto loca.

Tanya... se veía muy mal, realmente le había afectado perder a Elly. Ya no tenía el mismo brillo de siempre, se le hicieron ojeras y se vestía desarreglada.

Hasta que tiempo después Novel y ella empezaron a hablar.

Quien lo diría...

Mi ex y Tanya juntos. Aunque no podía confirmar que estaban juntos porque no tenían muestras de cariño en público, aún así se me hacía raro que se juntaran mucho. Ya no les dirigí la palabra a ninguno de los dos.

De vez en cuando Yulia y yo hablábamos con Elly por videollamada. Decía que le estaba yendo bien en su escuela, al principio le había batallado un poco por el idioma, pero se fue acoplando cada vez más. Se veía bien, aunque también un poco triste cada vez que nos llamaba porque nos extrañaba y también nosotras a ella...

No tenía pareja, y decía que no quería tener una por el momento, porque si extrañaba a Tanya y se le hacía una falta de respeto tener otra pareja cuando ni siquiera tuvo una relación estable con ella. Aún así no pensaba regresar pronto, tenía que acabar su escuela.

Increíblemente pude arreglarme con mi familia, no me apoyaban todavía, pero me extrañaban y yo a ellos. Aunque ya no iba a volver a su casa, por lo menos ya los podía visitar de vez en cuando, aunque lamentablemente sin Yulia.

La mamá de Yulia aún no aceptaba su sexualidad, pero siendo su madre la quería mucho y le había dolido que se mudara. Que claro no le dijo que se había mudado con una chica y menos conmigo, la chica que le iba a quitar su homosexualidad desde el principio y ella terminó ganando quitándome lo hetero a mi.

Pero la verdad me alegraba haberme encontrado con Yulia, ya que era una chica linda y aparte muy dulce conmigo, en serio la amaba mucho.

Después de unos meses, las cosas seguían bastante estables, yo había conseguido un empleo y Yulia también.

Pero una vez en la noche estando lloviendo con rayos, mientras estábamos en la casa Yulia y yo, timbró alguien a la casa. Cuando abrimos vimos a una chica de cabello oscuro empapada por la lluvia, casi parecía una escena de terror.

—Hola, vengo de parte de Elly, me dijo que me podía quedar aquí... Un tiempo.

La chica era muy guapa pero daba un poco de miedo, sin hacerle muchas preguntas la invitamos a pasar...



Bien, este es el capítulo final que nos dejó la escritora, espero les haya gustado la historia y nos leemos prontito!