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JUGANDO A AMAR.

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Mensaje por DepecheMode 2/20/2015, 10:33 pm

Bueno acá os dejo los capítulos 29 al 35.

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Mensaje por xlaudik 2/21/2015, 12:15 am

Disculpa la molestia pero el ultimo cap esta para editar :-P
Dice Alice y Victoria
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Mensaje por Lena's wife 2/21/2015, 12:48 am

Es verdad! este último capitulo tiene todos los nombres incorrectos.

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Mensaje por DepecheMode 2/24/2015, 11:20 pm

Capítulos del 36 al 39

Capítulo 36 "Vuelo a España."

Salgo de la casa sin avisar de nuevo. Almuerzo con Katya en un restaurante, yo pido pechuga a la plancha y ella pide róbalo al ajillo. Qué mejor para acompañarlo que un par de micheladas.
Le recuerdo a Katya cuando la molestaba diciendo que sus papás se habían emborrachado tomando micheladas y entonces hicieron, por eso la llamaron Katya. Ambas reímos.
Después de la comida, nos encontramos con Julieta y Natasha en un centro comercial. Compramos ropa y comemos helados.
Es una tarde cargada de emociones. He llorado, reído, sonreído, pero principalmente, he aprendido cual es el significado y el valor de la amistad verdadera.
Un verdadero amigo es esa persona que siempre está para ti, en los momentos buenos y en los malos. Esa persona que te ofrece su hombro, esa persona que escucha tus problemas y te da consejos, pero sobre todo, esa persona que te acepta tal y como eres.

***

Se hacen las 4:30PM, vamos a mi casa. Dmitry me ayuda a cargar las maletas y las guarda en el baúl del carro.

—Quisiera poder ir a acompañarte en el aeropuerto pero debo ir a un evento de mi colegio (dice Dmitry).
—No te preocupes (dice Yulia).
—Adiós, cuídate mucho.
(Yulia y Dmitry se abrazan).
—Gracias, tú igual pequeño mocoso (Yulia despeina a Dmitry).

Me monto al carro.
Papá maneja mientras nosotras 4 vamos atrás. Esta vez todas estamos serias y calladas, no queremos despedirnos.
Al llegar al aeropuerto hago todo el papeleo y me siento a esperar.
Mis piernas tiemblan, tomo la mano de Katya. Nadie pronuncia ni una sola palabra hasta que por los parlantes se escucha "vuelo 25 a Madrid, 15 minutos para abordar".
Las despedidas empiezan, todas estamos emotivas y abrazándonos.

—Adiós Yulia, te extrañaré demasiado (dice Natasha con lágrimas).
—Gracias Nat, yo a ustedes mucho más (dice Yulia).
—Yo no te diré adiós, te diré hasta luego porque sé que nos volveremos a ver (dice Katya abrazando fuerte a Yulia).
—Tienes razón, Kat.
—Hasta pronto Al, que tengas un buen viaje y una buena estadía, sabes que nos harás mucha falta (dice Julieta).
—Yo a ustedes. Saben, quiero agradecerles por todo, sé que amigas como ustedes no encontraré nunca. Porque son únicas, las llevaré en mi corazón donde sea que esté (dice Yulia llorando).

Abrazo grupal.
Llega el momento de despedirme de mi papá, él se acerca a mí para darme un abrazo pero yo le doy la mano.

—Adiós hija, buena suerte en todo (dice el Sr. Volkov).
—Adiós (responde Yulia fríamente).

Me doy media vuelta y camino unos cuantos metros, me preparo para cruzar por la puerta cuando escucho a lo lejos a alguien gritando mi nombre, todos volteamos, es Lena.
Sonrío al verla, ella corre hasta mí, papá la observa detalladamente desde donde está, al igual que las chicas.

—Hola, lamento haber llegado tarde, casi te vas pero gracias al cielo que logré alcanzarte, no podías irte sin despedirte de mí (dice Elena agitada).
—Lo importante es que llegaste (Yulia la abraza fuertemente, sus ojos se llenan de lágrimas).
— (Elena seca las lágrimas de Yulia con sus dedos) no llores por favor.
—Sabes que sólo tienes que decir "quédate" y lo haré. Sólo dilo.
—No puedo hacerlo pero sí puedo hacer esto (Elena agarra a Yulia por el cuello, se pone de puntas y la besa).

Wow, eso fue... Delicioso, mágico, bonito, perfecto, maravilloso, único.
La tomo por la cintura y la pego a mi cuerpo, la abrazo y muerdo sus dulces labios. Cierro mis ojos y disfruto de su boca.
Me besó y vino a verme, eso significa que aún me ama, ¿cierto? Necesito escucharlo.
El beso termina, ambas sonreímos. Miro a nuestro alrededor, al menos hay 100 personas mirándonos, algunos disimuladamente otros directamente. Miro a papá, él nos mira inexpresivo, miro a las chicas, están sonriendo. Sonrío y vuelvo mi vista a Lena.

— ¿Aún me amas? (pregunta Yulia).
— (Elena sonríe) nunca dejé de hacerlo.
— ¿Entonces por qué esperaste hasta ahora para venir a mí? (Yulia toma las manos de Elena).
—Por idiota, ¿tú me amas?
—Por supuesto. No quiero irme, no ahora (dice Yulia).
—Debes hacerlo.
Silencio.
— ¿Podría al menos darte otro beso? (pregunta Yulia).
—Claro (dice Elena sonriendo, Yulia la besa). Cuídate mucho. Éxitos en España.
—Igualmente Lena, hasta pronto (dice Yulia).

Sigo mi camino. ¿Será ese nuestro último beso? Abordo el avión hacia Madrid, España.
No sé francamente que pensar. Me voy, pero me voy sabiendo que Lena aún me ama, habiendo probado sus labios de nuevo. Me voy feliz.
No sé qué pasará en España, no sé qué pasará con papá. Espero lo mejor pero estoy preparada para lo peor.
Después de guardar mi maleta, busco mi silla y me siento. Afortunadamente el asiento a mi lado está vacío.
El avión ha despegado, inició el vuelo. Miro a través de la ventana como la ciudad se va haciendo más pequeña y luego el país hasta que oscurece y ya no se ve nada. Hubiese preferido viajar de día.
La clase alta es cómoda, pero aun así no logro poder dormir. Cierro mis ojos y sólo consigo pensar en muchas cosas, pienso en mamá y en lo que dijo Alexa, de repente mis pensamientos se centran en Lena. Ella lo calma todo.
Pienso en la forma en que me mira, la forma en que dice mi nombre, la forma en que me besa y me toca, como camina, como gime. ¿Cómo llegué a amarla tanto?
Sólo ella logra hacerme sentir tantas cosas. Sacudo mi cabeza y evado aquellos pensamientos. Me pregunto si así es como será de ahora en adelante.
En el avión están pasando "¿Dónde están las rubias?" Me distraigo un rato viendo la película. Después enciendo mi iPod y escucho música toda la noche.
Todos a mí alrededor están durmiendo, que envidia. Yo paso está maldita noche fría despierta.

***

Veo salir el sol.
Me levanto para ir al baño, me miro al espejo. Ojeras, eso es lo que conseguí. Lavo mi boca y mi cara, vuelvo a mi asiento.
La azafata me ofrece algo para desayunar. Tomo un pan y jugo, no tengo mucha hambre, además dentro de algunos minutos llegaremos a Madrid.

***

Ahora estoy sentada en una de las sillas en el aeropuerto de Madrid con mis 3 maletas sobre mí. Hay un tumulto de gente por todas partes.
Miro a mí alrededor buscando a alguna chica sosteniendo un cartel con mi nombre. Genial, he visto al menos 4 carteles diciendo "Yulia". De repente una de esas 4 chicas se acerca hacia mí.

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Mensaje por DepecheMode 2/24/2015, 11:24 pm

Capítulo 37 "Primer día en Madrid."

—Disculpa, ¿eres Yulia Volkova? (pregunta la chica tímidamente).
—Sí, así es.
—Yo soy Susana Gailot, tu compañera de habitación en el convento Camino al paraíso.


*Susana Gailot, 19 años*
Compañera de Yulia en el convento.
Cabello negro largo, ojos negros y de buen cuerpo. Es más alta que Yulia.


—Oh, mucho gusto (ambas estrechan sus manos).
—Debes estar hambrienta, ¿qué te parece si vamos a un restaurante que queda cerca de aquí? (pregunta Susana).
—Genial (Yulia sonríe).

Susana me ayuda con mis maletas y salimos del aeropuerto.
Es muy guapa para querer ser monja. Está usando un jean, una camisa de flores y unas sandalias y tiene un acento realmente sexy.
Caminamos hacia el café, al llegar nos sentamos en una mesa apartada. Ambas pedimos un capuchino y un palito de queso. Ella me invita.

—Gracias por la comida (dice Yulia).
—No es nada (Susana sonríe).
—No te ofendas, pero eres muy linda para estar en un convento.
— (Risas) gracias pero fue decisión mía. Quiero dedicar mi vida a Dios.
—Eso es genial, quisiera poder decir lo mismo (Yulia susurra).
— ¿Disculpa?
—Te seré sincera, no estoy haciendo esto bajo mi propia voluntad, mi padre me obligó.
— ¿Por qué lo hizo?
—Porque soy lesbiana.
—Oh...
—Y apuesto que quieres cambiar de compañera ahora.
—Te equivocas, no quiero hacerlo (Susana sonríe).
— ¿En serio?
—Sí, es solo que nunca había conocido a una chica así, por eso me sorprendí (hace una pausa) ¿Tienes novia?
—Tenía. Ahora ella es 3 años menor que yo.
— ¿Cuántos años tienes?
—18, ¿y tú?
—19.
— ¿Y qué piensas de todo eso?
—No soy quién para juzgarte, pero a la madre superiora no le agradaría saber eso, que sea nuestro pequeño secreto.
— (Risas) está bien.
—Te hablaré sobre las reglas del convento, ¿vale?
—Vale.
—Está prohibido fumar, beber o drogarse. Igualmente introducir cualquier tipo de bebida alcohólica, cigarrillos o drogas.
—Ok, creo que es obvio.
—Está prohibido el ingreso de hombres al convento.
—Me parece bien.
—Está prohibido reproducir música a alto volumen, a menos que sean alabanzas.
—Puedo usar audífonos.
—Está prohibido el uso de teléfonos celulares y/o computadores en cualquier día de la semana exceptuando los martes, si es que tuviste un buen comportamiento y sólo será una hora.
—Espera, ¿qué?
—Es obligación ayudar en los deberes diarios, como lo son regar las plantas del jardín, lavar los platos, limpiar los baños. También es obligación participar en todas las actividades religiosas como las misas dominicales.
—Oh, cada vez me gusta menos lo que estoy oyendo.
—Animo, te acostumbrarás pronto.
— ¿Bromeas? Suena como una cárcel.
— (Risas) ya lo verás, será divertido.
— (Yulia suspira) ¿hay algo más?
—Oh sí, es obligación comer las 3 comidas diarias en el comedor principal y dormir siempre a las 10 en punto.
—Cárcel.
— (Risas) no lo es.
— ¿Puedo leer libros?
—Por supuesto, mientras no sean novelas eróticas.
—Ah que mal, entonces debo regresar 50 sombras (dice Yulia en broma, ambas ríen).
—Y por cierto, nada de seducir otras monjas, ¿eh?
—Prometo no intentar seducir a nadie (Yulia jura con su mano).
(Ambas ríen).
—Vamos, ya debemos ir al convento.
—No por favor.
—Vamos.
— ¿No puedes mostrarme lugares turísticos antes de llevarme a esa cárcel?
—Mmm no lo sé, me regañarían.
—Podemos decir que se retrasó mi vuelo. Por favor, es mi primera vez en Madrid, por favor.
—Está bien, ganaste.

***

Susana me llevó a muchos lugares. Me mostró varias estatuas, parques, monumentos, museos, sitios emblemáticos, etc. Tomé un montón de fotos. Varias con ella haciendo poses locas. Ella es cool, quizá seamos muy buenas amigas. Nos conocimos un poco más, tenemos gustos similares. Las horas pasaron rápido, pronto se hicieron las 2PM. Tomamos un taxi hacia el convento.
Wow, es realmente grande. En la entrada hay unas rejas altas y un guardia. Cada vez me siento más como en una cárcel, los dormitorios son igualmente grandes. Van por edificios, al parecer es un convento reconocido, porque calculo que hay aproximadamente 400 chicas más. Muy inteligente papá.
En el centro hay una iglesia pequeña pero bonita. También hay un comedor gigante, varios jardines y una piscina.
Nuestro edificio es el primero, piso 5, habitación 120.
Susana me ayuda a subir mis maletas, somos el último piso. Por fin entramos a la habitación, no es demasiado lujosa pero si espaciosa. El cuarto tiene dos camas, una mini-sala y un baño.

—Esta es mi cama, puedes usar aquella (dice Susana señalando).

Empiezo a sacar todas las cosas y organizarlas, Susana me ofrece su ayuda, desearía no haber traído ropa interior de encaje. De repente una señora de mayor edad abre la puerta.

—Buenas tardes.
—Hola madre superiora, ella es Yulia.
—Mucho gusto (Yulia estrecha la mano de la señora).
—Es un placer conocerte, espero que te sientas cómoda aquí.
—Gracias.
—Vinieron un poco retrasadas, que no se vuelva a repetir.
—Su avión se retrasó (contesta Susana).
—Así es señora (apoya Yulia).
—Está bien. Terminen rápido, el almuerzo estará listo pronto.

La dictadora se va.

—Ella era la madre superiora.
— ¿Madre superiora? Debería llamarse madre carcelaria.
— (Risas). ¿Sigues con eso, Yulia?
—No lo superaré. ¿Aquí entran siempre sin tocar?
—Sí, es algo normal.
—Eso es inapropiado.
—Si estás haciendo cosas que no son apropiadas...
—Touché. Oh, casi lo olvido... ¿Me podrías regalar una llamada de tu celular?
—Lo tiene la madre superiora, ya te dije sobre la regla de los celulares.
—Cierto, fuck. Debí haber comprado una simcard afuera. Mi celular es totalmente inútil ahora y necesito hacer una llamada.
—Ve el lado bueno, así te dolerá menos despojarte de él.

***

Ya es de noche. He conocido a muchas chicas hoy, todas son tan religiosas, educadas e inocentes. Tuve que entregarle mi iPod y mi celular a la madre superiora, ella a cambio me dio un rosario y una biblia.
No sé si pueda aguantar mucho tiempo. Afortunadamente hay una enorme biblioteca, tendré que leer libros por el resto de mi vida, eso es lo más cercano a diversión aquí.
Extraño a Lena, extraño a las chicas, extraño mi casa, mi cama. Incluso a Dmitry.

—Yulia, la madre superiora que vayas a su oficina (dice Susana entrando al cuarto).
—Vale.

Camino hacia la oficina, me siento como en colegio cuando alguien hace algo malo y lo mandan a la oficina de la rectora.

—Tienes una llamada (dice la madre superiora señalando el teléfono).

Agarro el teléfono ilusionada, la señora sale de la oficina dejándome sola.

— ¿Alo?
—Hola hija.
—Oh, papá.
— ¿Esperabas la llamada de alguien más?
—Algo así.
— ¿Qué tal va tu primer día en el convento?
—Pésimo, muchas gracias.
—Te acostumbrarás.
—Por cierto amigo, tengo noticias para ti. ¿Querías alejarme de una chica? Pues ahora tengo una diferente para cada día del año.
—No me hables así.
— ¿Qué harás? ¿Castigarme?
—Me debo ir, no te metas en problemas. Adiós.
—Adiós (cuelga).

Papá no mencionó nada sobre mi beso con Lena en el aeropuerto y ha ignorado mi comentario. Evadiendo la realidad como siempre.
Salgo de la oficina y me encuentro a la madre superiora.

— ¿Ya terminaste con el teléfono?
—Sí señora, gracias.

Vuelvo a mi cuarto.

— ¿Buenas noticias? (pregunta Susana).
—No, sólo era papá (Yulia se acuesta en su cama).
—Debes estar cansada y ya son las diez, apagaré las luces.
—Espera (Yulia le da la espalda a Susana, se quita la camisa, el jean y los zapatos y se pone la pijama, Susana la observa disimuladamente) listo.
—Buenas noches, Yulia (Susana apaga las luces).
—Buenas noches.

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Mensaje por DepecheMode 2/24/2015, 11:27 pm

Capítulo 38 "Acostumbrándome al convento."

Los sueños.
Según Freud son anhelos reprimidos. Según la Psicología son estímulos y manifestaciones. Según la mitología, viajes a mundos esquivos de la realidad. Para mí, son el único lugar donde puedo "estar" una vez más, con personas que he perdido o que están lejos de mí, también, el único lugar donde Lena y yo seguimos juntas.
He soñado toda la noche con Lena. En mi sueño, las dos estábamos montando caballos cerca de la orilla de la playa, reíamos. Nos besamos. Pronto empezó a llover y el mar creció. Una ola se vino sobre nosotras separándonos. Nadé desesperada buscándola, de repente todo se nubló y desperté en una habitación de un hospital. Sorpresa, mi enfermera era ella. Hicimos el amor hasta que alguien tocó a la puerta, entonces por una ventana, tomadas de la mano y corrimos lejos. Nos subimos a la azotea de un edificio, estaba llena de agua cristalina. El borde era grueso, caminamos sobre él. Lena iba de primera, tomaba mi mano para sentirse segura. Saltamos a otros edificios, empezamos a correr y reíamos de nuevo. No resbalábamos a pesar de que había agua estancada por doquier. Pronto llegamos al último edificio y decidimos saltar juntas. Entonces le pregunté: "¿Aún me amas?" Y ella contesto sonriendo: "Nunca dejé de hacerlo". Finalmente, a unos centímetros de tocar el suelo, alas salieron de nuestras espaldas y nos levantaron. Volamos alto, bien alto. Atravesamos varias nubes, siempre tomadas de la mano. Ella me apretó fuertemente y me dijo "recuerda que..." entonces Susana me despertó.
Sueño cosas extrañas, lo sé.
¿Besos? ¿Hacer el amor? ¿Un salto de fe? ¿Alas? Desearía saber cómo terminaba el sueño. He despertado de tope y me he quedado pasmada.

—Lamento haberte despertado así, pero en el convento es obligatorio levantarse a las 8 AM.
—Está bien.

Me dirijo hacia el baño. Me baño de pies a cabeza, el agua helada me despierta por completo. Vaya sueño.
Salgo de la ducha con dos toallas, una en mi cabello y otra en mi cuerpo. Al llegar a mi cama me siento y empiezo a buscar algo de ropa.

—Espera, no puedes seguir usando tu ropa aquí.
— ¿Por qué?
—Porque no sé si lo has notado, pero todas llevamos el hábito.
— ¿Hábito?
—Así le llamamos a nuestra vestimenta.
—Es decir, esa bata negra que les va hasta los tobillos.
—Sí, esta bata negra.
«Aún más inteligente de tu parte papá, hacerme empacar toda mi ropa sabiendo que debo usar uniforme aquí.»
— ¿Y va por tallas?
— (Risas) te prestaré una mía. La madre superiora te dará unas pronto.
—Está bien.

Susana busca entre sus cosas y saca la bata negra, perdón, el hábito, me lo pasa. Le doy la espalda, me quito la toalla del cuerpo y yo me lo pruebo.

—Hace mucho calor con esto puesto.
—Pronto te acostumbrarás.
«"Te acostumbrarás" esa parece ser la frase que más he escuchado desde que llegué a España.»
—Supongo (Yulia suspira).
—Termina de cambiarte, debes usar ropa interior para la misa (dice Susana en tono burlesco).

Me sonrojo al caer en cuenta de que no llevo ropa interior y que estoy usando la ropa de Susana.

—Lo siento (dice Yulia apenada).
—No te preocupes, iré a bañarme. Espérame e iremos a desayunar juntas.
—Vale.

Susana entra al baño.
Aprovecho para quitarme ¿su hábito? y me pongo mi ropa interior, me seco un poco y me lo vuelvo a poner. Me quito la toalla de la cabeza y me peino el cabello.
Que la palabra "hábito" sea usada para nombrar la ropa que usan las monjas, es algo raro. Me acuesto en la cama pensando en posibles sinónimos para "hábito", solo se me ocurre "sabana negra", "toga fúnebre" y "bata".
Pronto pienso en Lena, una vez más, Susana me interrumpe cuando sale del baño. Me levanto para irme y esperarla afuera.

—No te vayas, espérame.
—Te esperaré afuera.
— (Susana sonríe) no, espérame aquí, si te ven afuera te harán bajar enseguida.
—Ok (Yulia traga saliva y se acuesta de nuevo en la cama).

Susana casi que se pone en todo el centro de la punta de mi cama.
Se quita la toalla y empieza a secarse con ella, primero las piernas. Intento no verla. Busco un libro y empiezo a leerlo. Perfecto, eso tapa mi vista. Lo último que quiero ahora es un problema más. Ella termina y se pone su hábito. Se hace una trenza y salimos de la habitación a tiempo.
Son casi las 9, hora obligatoria del desayuno. Vamos hasta el comedor, llenamos las bandejas y buscamos una mesa libre. Nos sentamos y empezamos a comer.
Ensalada de frutas, pan, una salchicha y un vaso de leche para todos. Pronto otras dos chicas se sientan en nuestra mesa.

—Buenos días hermanas.
—Buenos días (responden Yulia y Susana amablemente).
— ¡Que descortés somos! Aún no nos hemos presentado.
—Yo me llamo Tatiana.
—Mucho gusto, yo soy Yulia.
—Y yo Paula, es un placer conocerte (Paula sonríe).
—Soy Yulia, igualmente (dice Yulia masticando un trozo de pan).

Desayunamos junto a las otras dos chicas. Paula es pelirroja, calculo que tiene 14 años, es de estatura baja y llena de pecas. Tatiana parece ser mayor, quizá 2 años más que Paula, es de contextura gruesa pero su cara tiene algo que la hace lucir tierna. Ambas fueron muy amables y prudentes cuando se trataba de hacer preguntas. Una campana suena y todas las chicas de las demás mesas salen del comedor. Miro a Susana desconcertada.

—Es la misa diaria, empieza a las 10 siempre (responde Susana tranquila).
—Todas quieren conseguir un buen puesto, así que algunas salen corriendo (dice Paula en tono gracioso).
—Ya veo (risas).
—Vamos, si salimos ahora quizá no quedemos de ultimas (dice Tatiana).
— ¿Es obligatorio asistir?

Paula y Tatiana me miran inmediatamente, sus bocas están abiertas y permanecen en silencio. Apuesto que una palabra cruza por sus mentes: "Atea".

—Por supuesto que sí, vamos (responde Susana aún más tranquila).

La pequeña iglesia es linda por dentro y se ve espaciosa. Caben más de 500 personas y sobra espacio. Estamos en la penúltima banca. La misa empieza, un señor de edad mayor, algo lleno de arrugas, pelo blanco y con gafas empieza a hablar. Aburrido.
Dos horas desperdiciadas de mi vida. No me considero católica, tampoco de alguna otra religión, pero tampoco atea. Creo en Dios, a mi manera. Simplemente no creo en el ser humano y por lo tanto en religiones.
Al terminar la misa tenemos clase de cosido por grupos de 50, se me hizo un poco interesante pero al cabo de un rato, estresante. Tengo poca paciencia.
Hora del almuerzo.
Pastas con carne molida, queso parmesano y jugo de maracuyá. Combinación extraña pero no me quejo de la comida.
Después del almuerzo tenemos un poco de tiempo libre. Susana, Tatiana, Paula y yo nos echamos en el césped del jardín. Miro las nubes, mi cuerpo está en este convento, mi mente junto a Lena. Quisiera tenerla aquí, tan sólo eso haría mi tortura menos difícil de soportar, la haría casi nula, porque el castigo no es ir a un convento, el castigo es estar lejos de ella. Lo comprendo.
Una de las chicas rompe el silencio y realiza una pregunta.

— ¿Por qué estás aquí, Yulia? (pregunta Paula, Susana mira inmediatamente a Yulia).
—Problemas con mi padre. ¿Ustedes?
—Problemas con mi madre (responde Tatiana).
—Yo, bueno, no fue decisión mía, fue de mi abuela al enterarse de que tenía novio a escondidas de ella (cuenta Paula).
—Vaya, que cruel (comenta Yulia).
— ¿Qué clase de problemas tienes tú con tu padre? (pregunta Tatiana dirigiéndose a Yulia).
—Algo como lo que le ocurrió a Paula, sólo que con una chica.
«Demonios lo he dicho.»
— ¿Tuviste novia? (pregunta Paula sorprendida).
—Al fin una lesbiana (comenta Tatiana).
— ¡Chicas! (exclama Susana).
—Está bien, Sus. Sí, tuve novia. Supongo que eso me hace lesbiana.
—No le diremos a la madre superiora, pero no deberías contarlo tan abiertamente (dice Paula).
— ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Qué me expulsaran de aquí? (las chicas bajan la mirada).
— ¿Qué clase de problemas tuviste tú con tu madre, Tatiana? (pregunta Susana).
—Me avergüenza decir esto, pero ya que estamos en confesiones, a mi madre le enviaron un vídeo donde le estaba haciendo sexo oral a un chaval.
«Vaya, la chica de aspecto inocente es de todo menos eso.»
— ¿Qué? (dice Paula asombrada aún más).
— ¿En serio? (pregunta Susana).
—Sí, más vale que ninguna de vosotras comente algo.
—No te preocupes (contestan Yulia y Paula).
—Eso nos lleva a ti, Susana, ¿por qué estás aquí? (dice Tatiana).
—No tengo nada que decir, ya saben que quiero volverme monja.
—Debe haber algo detrás de ello (dice Paula).
—No, no hay nada.
—Vamos, puedes decirlo, no hay nada que perder (dice Yulia sonriendo).
—Veréis, cuando pequeña mis padres murieron en un accidente y mi tía me crió por completo. Hace 4 años abrió un convento y decidí ayudarla como forma de agradecimiento, eso es todo.

Vaya, Susana sobrina de la señora carcelaria, esa no me la esperaba. Todas permanecen en silencio, yo decido abrazarla.
Eso explica muchas cosas, como el porqué ha sido Susana quien ha ido por mí al aeropuerto y no la misma madre superiora.
De alguna manera, ella siente que le debe algo a su tía y por eso trata de hacerla sentir orgullosa y tener la aprobación de la madre que nunca tuvo. Oh, Susana, quería decirle que no era la única que había sufrido pérdidas, que yo la entendía pero sólo me limité a un abrazo.
Después de hablar, tuvimos una clase de lectura de la biblia y más aburrimiento, pronto se hizo de noche.
Cenamos de nuevo en el comedor, té caliente y galletas. Después de la cena todas acudimos a nuestros respectivos dormitorios. Yo leo un libro mientras Susana teje un poco.

— ¿La extrañas? (pregunta Susana).
— ¿A quién?
—Tu ex-novia.
«"Ex-novia", menuda palabra dura.»
— (Yulia suspira) más que a nada.
Silencio incómodo.
—Son las 10, apagaré las luces.
—Hasta mañana.
—Hasta mañana.

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Mensaje por DepecheMode 2/24/2015, 11:29 pm

Capítulo 39 "Llamada a larga distancia."

¡Día de piscina!
Susana me despertó temprano de nuevo, aún no logro acostumbrarme. Por lo menos hoy no hay otra misa. Hoy a todas las chicas del primer piso nos toca un día en la piscina. Woah, al fin algo interesante.

— ¿Yulia, me queda bien este vestido de baño? (dice Susana modelando un bikini verde).
—Wow, sí, te sienta bien el estar sin ropa.
— (Risas) ¿eso crees?
—Eh, lo siento, no quise que sonara así, es que con el hábito no se ven tanto tus atributos.
—Pasamos de un piropo insinuante a un insulto (dice Susana en broma).
—No, (risas) sabes lo que quise decir. Me pondré mi vestido de baño.

Me traje dos vestidos de baño en la maleta, uno de color negro y otro de puntos blancos con fucsia, he decidido ponerme el negro. Susana se pone una camisa blanca y un short encima de su vestido de baño. Yo hago lo mismo.
Ella tiene un buen cuerpo, es una lástima que no pueda mostrarlo con el hábito encima.
Salimos del edificio y desayunamos. Arepas con huevo y chocolate caliente.

—Es una lástima que no podamos acompañarlas hoy (dice Paula).
—Estamos en el quinto edificio (añade Tatiana).
—Oh, qué mal (dice Yulia bebiendo su chocolate).
—Ahora tenemos misa y después clases de jardín, os veremos desde ahí (dice Paula).
«Sus acentos españoles y sus jergas me sacan de quicio, espero que no se me pegue.»
—Cuidado hacéis algo malo (dice Tatiana y se echa a reír).
—Vosotras podéis vigilar todo lo que queráis (dice Susana seriamente, Tatiana para de reír).

Momento incómodo, afortunadamente suena la campana y las chicas se retiraran para ir a su misa, Susana y yo nos juntamos con otras chicas de nuestro edificio.

— ¿Qué tal tus primeras noches aquí? (pregunta Carla a Yulia).

*Carla Costa*
Es una chica de 14 años.
Delgada y de estatura media, cabello rubio ondulado.

—Aún no me acostumbro, pero las camas son cómodas (Yulia sonríe).
(Risas).
—Vamos, ¿qué esperáis? Todas a la piscina, moveos (dice una monja instructora).

Todas corrimos hacia la piscina, nos cambiamos en los baños. Dejo mi ropa colgada en un gancho. Todas nos lanzamos a la piscina rápidamente.
Clases de natación por parejas, yo me pongo con Susana. Ella es una gran nadadora, yo no tanto pero sé defenderme en mar abierto.
En media hora todas estamos relajadas nadando libremente. La instructora está leyendo un libro en una silla.

—Juguemos algo, ¿que os parece? (propone Carla).
—Ya sé, juguemos a la que más aguante bajo el agua (comenta Susana).
— ¿Jugar eso un Martes 13?
—Vamos chicas, ¿sois supersticiosas?
« ¿13 escuché? Mierda, hoy es el cumpleaños de Lena.»

Agarro a Susana por el brazo, ella voltea.

—Necesito que hablemos en privado (susurra Yulia).
—Debemos ir al baño, ya volvemos (Susana dice a todas).

Salimos de la piscina, las chicas continúan hablando como si nada. Caminamos hacia los baños.

— ¿Sucede algo? (pregunta Susana).
—Hoy es 13 de Diciembre.
—Sí, ¿y?
— ¡Es el cumpleaños de Lena!
— ¿Quién es Lena?
—La chica de la que te he hablado.
—Tu ex-novia.
—Exacto.
—Lo lamento tanto, pero no hay nada que podamos hacer (Susana se da la vuelta, Yulia la toma del brazo).
— ¡Espera! Sí hay algo...
—Dime qué tienes en mente.
—Necesito usar el teléfono de la oficina de tu tía.
—Imposible, no te lo prestará.
—Eso lo sé, necesito que la distraigas para poder entrar a su oficina.
—No lo sé.
—Por favor, te juro que no demoraré nada, sólo la felicitaré.
—Es muy peligroso, podría meternos en serios problemas.
—Vamos, haré lo que quieras pero por favor (Yulia hace una carita de perrito).
— (Susana sonríe) lo pensaré.
—Tomaré eso como un sí (Yulia hace un guiño).
—Carrera a la piscina, la última que llegue recoge las ofrendas en la misa.

Corremos a la piscina. La mañana transcurre lenta para mí, una vez más estoy fantaseando con Lena.
La campana del almuerzo suena, todas vamos a los baños, nos secamos y nos ponemos nuestras ropas. Después vamos al comedor, la fila para coger la comida es enorme está vez, supongo que nos demoramos mucho en el baño.

— ¿Qué serías capaz de hacer por mí? (pregunta Susana mientras Yulia y ella se sientan en una mesa).
—Lo que sea. Podría arreglar tu cama durante un mes, buscar tu comida.
— (Susana la interrumpe) no te pondría a hacer esa clase de cosas.
— ¿Entonces?
Llega Tatiana.
— ¿Qué onda chicas?
—Yulia me pedía que me comiera sus galletas ya que no le gusta el chocolate (Susana le quita una galleta a Yulia).
— (Risas) are you fucking kidding me? Ven aquí.
—Regálame la mitad, ¿sí?
—Sólo la mitad, eh.
—Vale (Susana le devuelve la galleta. Yulia la lleva a la boca de Susana y Susana muerde la mitad).
—Listo (dice Yulia llevándose a la boca la otra mitad).
—Está deliciosa (dice Susana).
—Ustedes harían linda pareja (agrega Tatiana tranquila, Yulia se ahoga con los trozos de galleta y empieza a toser).
«Espera, ¿qué?»
—Menuda estupidez dices Tatiana (dice Susana nerviosa).
—Sólo digo lo que pienso (Tatiana se cruza de brazos, Yulia toma un sorbo de su jugo de naranja).
Silencio incómodo.
— ¿Qué tal estuvo la misa? (pregunta Yulia).
—Normal, ¿y vuestra mañana en la piscina?
—Normal (responden Yulia y Susana a la vez).

¿Pareja Susana y yo? Tatiana debe estar loca, Susana es muy guapa pero es heterosexual, o eso creo, además yo sigo amando a Lena.
Después del almuerzo tenemos una hora de descanso, todas las del edificio 1 estamos acostadas en el césped. Una chica llamada Beatriz saca su guitarra y empieza a tocar y cantar. La chica canta una alabanza. Pronto empezaron a pasarse la guitarra. Llega a Susana, para mi sorpresa ella sabe tocar guitarra y canta muy bien.

—Cantas realmente hermoso (dice Yulia mirando a Susana).
—Gracias (Susana sonríe) ¿Quieres intentarlo?
— ¿Por qué no?

Tomo la guitarra, todas las chicas voltean para verme. Pienso muy bien que canción cantar, escojo "Me duele" de Reik (*). Canto mirando a Susana o al cielo para no apenarme ni equivocarme. Las chicas me miran atentamente. Al llegar al segundo coro paro de cantar, las chicas aplauden.

—Eso estuvo maravilloso (dice Susana sonriendo).
—Gracias (Yulia sonríe).
— ¿Has estado en alguna academia musical? (pregunta Beatriz).
—No, mi madre me enseñó a tocar cuando era pequeña y en el colegio estuve en el grupo del coro.
—Eso explica todo (dice Carla).

Le paso la guitarra a una chica que está a mi lado.

—Yulia, vamos ahora (dice Susana).
—Vale.

Me pongo de pie y le ofrezco mi mano a Susana, se apoya en ella y se levanta. Pedimos permiso y nos vamos caminando lentamente a través de los jardines del convento. Miro mis pies mientras camino, Susana mira hacia delante. Las dos estamos calladas. Para nuestra suerte la madre superiora no está.
Susana distrae a su secretaria mientras yo me escabullo hacia la oficina. Una vez adentro tomo el teléfono rápidamente y marco el número fijo de la casa de Lena.

— ¿Alo? (contesta la madre de Elena).
—Buenos días, ¿se encuentra Elena?
—No, ella salió hace media hora. ¿Le dejo alguna razón?
—No, gracias. Adiós.

¿No está? Allá son las 10 de la mañana, marco su número de celular.
Sorpresa. Contesta un chico, por su voz diría que de aproximadamente 17 años. Su voz me resulta conocida.
El chico del otro lado de la línea pregunta de nuevo "¿Alo?", en el fondo se escucha una risa ligera y un "Dame mi celular", yo cuelgo sin decir nada. ¿Qué demonios? Arrg.
Salgo de la oficina cuidadosamente. Susana sigue distrayendo a la secretaria, logro salir de la sala de espera. Minutos después Susana sale.

—Dios, ¿por qué demoraste tanto? Estaba hecha un mar de nervios.
—Lo siento. Gracias por cubrirme.
— ¿Y qué tal te fue?
—No pude hablar con ella.
—Oh, lo siento.
—No fue tu culpa. Llegaremos tarde a la clase de pintura, vamos.
—Ok (Susana sonríe).

Tuvimos una divertida clase de pintura, Susana intento dibujarme y yo a ella. Después de la clase cenamos ensalada de frutas con yougurt y fuimos a nuestro dormitorio, nos ponemos nuestras pijamas y apagamos las luces.

—No puedo dormir (dice Susana).
—Yo tampoco.
— ¿Harías cualquier cosa?
— (Yulia suspira) Sus, ya te dije que sí. Sólo pide sin miedo.

Silencio. En la oscuridad oigo a Susana caminando hacia mi cama, se sienta en el borde. Después de unos segundos se acuesta sobre mí. Dios, está desnuda. Me toma la cara y me besa.

—Esto es lo que quiero.
— ¿A qué te refieres?
—Me estás haciendo dudar sobre mi sexualidad, Yulia. Aclárame las dudas.
«¡Woow!»

Susana me besa, debo admitirlo, besa muy rico. Mi lengua y la suya se encuentran, lo encuentro muy... agradable.
Entonces ella me quita la bata de dormir, dejándome en bragas solamente. Agarra mis manos y las pone sobre su espalda, yo la recorro con ellas hasta su trasero mientras ella me besa el cuello.
Sus manos se adueñan de mis senos y antes de que pueda reaccionar, mis pezones están en su boca.
Suelto un suspiro. Se siente bien pero no puedo seguir.

—Espera, espera (dice Yulia).
— ¿Qué sucede? (pregunta Susana con la respiración entrecortada).
—No creo que esto sea buena idea.
— ¿Por qué?
—Es que, mientras te toco y te beso no puedo sacar a Lena de mi cabeza. Quiero decir, podría tener sexo contigo pero no dejaría de pensar que eres ella, que se lo estoy haciendo a ella, ¿entiendes?
Silencio.

Susana me pega una cachetada, se pone la pijama y vuelve a su cama sin decir nada. Auch.
Dios, ¿por qué dije eso? Las palabras simplemente escaparon de mi boca traicionándome. Entiendo la reacción de Susana, hubiese hecho lo mismo.
Me lo merezco.
No digo nada, ninguna de las dos dice nada. ¿Cómo es que Lena sí puede ser feliz y olvidarme y yo no?

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Mensaje por DepecheMode 2/27/2015, 10:57 pm

Capítulo 40 "Despedidas y saludos."

Al día siguiente.
Susana actúa como si nada hubiese pasado. Es buena en eso, si no tuviese sus dedos marcados en mi mejilla hubiese pensado que todo fue un mal sueño.

***

14 meses después.
Las cosas parecen ir transcurriendo bien para todos.
Paula salió del convento hace 3 meses y ha echo las pases con su abuela, quien al parecer acepta su noviazgo. Nos visitó hace un mes, vino agarrada de la mano de su novio, conocimos al chico, tiene buenas intenciones con ella y es muy educado. Todas estamos muy felices por ella.
Tatiana, bueno ella nos ha confesado la verdadera razón del porqué participó en el vídeo sexual. Su autoestima era tan baja que se acosataba con cualquier chico para poder sentirse deseada. Se arrepintió de todas esas cosas que hizo y ahora tiene más confianza en sí misma y está practicando deportes.
Susana hizo un examen de admisión a una universidad cercana al convento. Empezará a estudiar medicina a comienzos de Marzo, pero ayudará a su tía dictando clases de primeros auxilios y música. Nos hicimos buenas amigas y desde aquella noche hace mucho tiempo, no ha pasado nada entre las dos.
El convento también ha tenido cambios, para semana santa, hicimos dulces y salimos a venderlos. Conseguimos los fondos suficientes para hacer una cancha de tenis y una de baloncesto. Yo he dictado las clases de tenis mientras una chica llamada Jamile dicta las clases de baloncesto. Todas nos hemos vuelto un poco más cercanas y unidas.
La madre superiora se ha vuelto un poco más abierta con nosotras, ha realizado salidas a otros colegios para hablarles a adolescentes sobre Dios. Aún tengo mis dudas sobre eso, pero creo que es maravilloso poder ayudar a jóvenes con sus problemas, darles a entender que no están solos, que tienen a mucha gente a su alrededor que se preocupa por ellos.
Sobre mi familia y mis amigos:
Mi padre y mi hermano me llaman una vez por mes, duramos hablando casi media hora. Una vez Kat, Jul y Nat se pusieron de acuerdo con ellos y me llamaron, recuerdo que ese día duramos hablando más de una hora.
Dmitry se graduó con honores y estudiará derecho en una de las mejores universidades.
Katya está estudiando Psicología en la Universidad Estatal de Moscú. Conoció a un chico maravilloso en su clase y llevan 2 meses saliendo.
Julieta está estudiando Administración de empresas en la misma universidad que Katya y está trabajando en un call center. Ella también ha encontrado el amor, está saliendo con su nuevo vecino. Tienen 5 meses.
Natasha está estudiando Psicología con Katya. Está saliendo con una chica llamada Gina, tiene 3 años más que ella, la conoció en un concierto de rock. Al parecer Natasha se declaró abiertamente bisexual y se lo contó a sus padres, quienes la aceptaron.
Y por último, papá. Bueno, nuestra relación sigue igual. Algo que si debo de destacar es que ya no tengo ningún mal sentimiento hacia él, y de su parte, él ha sido más abierto con ciertos temas.
No he sabido nada sobre Lena.
Hace una semana hablé con papá, me ha pagado un pasaje primera clase hacia casa. Al parecer pasaré unos días ahí y después iremos a alguna parte de vacaciones. Estoy emocionada por reencontrarme con todos.
En una hora debo estar en el aeropuerto de Madrid, mi vuelo sale a las 11 de la mañana, Susana me ayuda a hacer mis maletas.

—Me acompañarás hasta el aeropuerto, ¿verdad? (pregunta Yulia, metiendo las últimas cosas en su maleta).
—Por supuesto. Es curioso, cuando llegaste te recibí y ahora te despediré (contesta Susana).
—Supongo (risas). Me harás mucha falta.
—Y tú a mí, mucha.

Termino de hacer la maleta.
Susana y yo recorremos todos los dormitorios del edificio para despedirme de las chicas. Una vez abajo, están casi 50 chicas esperándome. Me despido de todas y cada una.

—Que el señor te guarde y te acompañe, muchas bendiciones y éxitos en tu vuelo (dice la madre superiora).
—(Yulia sonríe) gracias por todo, buena suerte con el convento.
—Debemos irnos ya (dice Susana).
—Vale... Adiós chicas (dice Yulia).
—Adiós Yulia (dicen todas a la vez).

Tomamos un taxi hacia el aeropuerto. Después de hacer todo el papeleo me siento a esperar junto a Susana. Al principio el ambiente se puso incómodo. Pronto llamaron a los pasajeros de mi vuelo. Susana y yo nos ponemos de pie para despedirnos. Estamos calladas la una frente a la otra.

—¿Por qué las despedidas son tan difíciles? (dice Susana).
—Porque es difícil dejar ir algo que quieres mucho.
—Sé que no volverás.
—¿Por qué lo dices?
—Te quedarás allá por ella.
—No he sabido nada sobre ella desde hace más de un año y nada será igual que antes.
(Susana baja la mirada).
—Hay algo que debo hacer antes de que te vayas (dice Susana tímidamente).

Ella me agarra por el cuello y me da un beso, al principio quedo atónita.

—(Susana continua) adiós, que tengas un gran viaje y unas maravillosas vacaciones.
—Gracias. Éxitos en la universidad, te quiero (Yulia la abraza fuerte, a ambas se les salen las lágrimas).

Susana me suelta y sonríe, me da un beso en la mejilla. Tomo mis maletas y me voy.

***

Mi viaje de regreso fue más sereno. Me puse a ver un par de películas que pasaban, Scream I, II y III.
En un abrir y cerrar de ojos el avión ya ha aterrizado. Tomo mis maletas y bajo del avión. ¡Al fin en mi país!
En la sala de espera me estaban esperando mi padre y mi hermano. Corro a abrazarlos con todas mis fuerzas.

—Vosotros estáis muy cambiados. Mírate, que alto eres ahora Dmitry.
—A alguien se le pegó el acento español (dice el Sr. Volkov imitando el acento de Yulia).
(Risas).
—Es inevitable, trataré de reprimirlo (dice Yulia sonriendo).
—Mírate, estás muy guapa (dice Dmitry extendiendo la mano de Yulia y dándole una vuelta).
—Tú no te quedas atrás (risas)
—¿No hay cumplidos para mí? (dice el Sr. Volkov en broma, todos ríen).
—Eres más gracioso ahora, ¿eso cuenta?
(Risas).
—Vamos a cenar juntos (ordena el Sr. Volkov).
—Permíteme ayudarte con tus maletas (dice Dmitry tomando las maletas de Yulia).

Vamos al parqueadero, en el carro nos está esperando nuestro chofer, Igor, como lo extrañaba.
Nos saludamos con un abrazo. Él toma las maletas que cargaba Dmitry y las guarda en el baúl. Nos abre la puerta.

—Señorita Yulia (dice Igor, el chofer, en broma).
—(Risas) realmente te extrañé Igor.
—Y yo a ti Yulia. ¿A dónde, Sr. Volkov?
—A Gourmet VIP.

Gourmet VIP es una cadena de restaurantes muy lujosos. El costo de sólo un plato ahí, es equivalente al costo de un mercado familiar para un par de días. Derrochadores.
Al llegar al parqueadero del restaurante, papá invita a Igor a acompañarnos en la cena. Entramos y nos dan nuestra mesa.
Papá pide pechuga de pollo a la maracuyá, Dmitry filete de róbalo especial, Igor al ver la cartilla se apena y quiere pedir lo más barato, papá se da cuenta de eso y pide para él uno de los platos más costosos, yo pido ternera en salsa BBQ y vino para acompañar.
La comida está deliciosa, la cena es divertida, hablamos y reímos. El centro de atención soy yo, me hacen muchas preguntas sobre Madrid, sobre el convento, sobre como me fui adaptando y sobre la gente que conocí. Ahora nos dirigimos a casa, realmente lo que más quiero en este instante es acostarme a dormir en mi cama.
Hogar dulce hogar.

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Mensaje por DepecheMode 2/27/2015, 10:59 pm

Capítulo 41 "Viejos amigos."

El ser humano es un animal de costumbres.
Al despertar, abrí mis ojos y miré extrañada a mi alrededor durante unos cortos segundos, es un sentimiento extraño. No puedo explicarlo, esperaba encontrar a Susana a mi lado, estar en el cuarto del convento.
Salgo del cuarto en pijamas. Voy a la cocina y me encuentro a una señora de mediana edad con un delantal.

—Usted debe ser la señorita Yulia (dice la señora).
—Sí, mucho gusto (estrechan las manos). ¿Cómo se llama usted?
—Mi nombre es Cristina y soy la encargada del aseo y de la cocina. Dígame que le apetece de desayunar y si gusta puede esperar en el comedor.
«I knew it.»
—Mmm vale (hace una pausa) un par de sandwiches con café estaría bien.
—¿Con pollo, carne, jamón o queso?
—Eh, jamón y queso por favor.
—En seguida.

Momento incómodo.
No sé cómo no me lo esperaba. ¿Papá y Dmitry haciendo su propia comida y limpiando la casa? Imposible.
La señora parece ser muy callada.
Enciendo el televisor, en Fox están dando Los Simpson.

—Buen provecho señorita Yulia (dice la señora poniendo el plato y la taza sobre la mesa).
—Muchas gracias (Yulia sonríe, ella le devuelve la sonrisa y vuelve a la cocina).

Los sandwiches están deliciosos. El café un poco amargo, pero después de agregar unas cuantas cucharadas de azúcar eso no es problema.
Al terminar la señora recoge mis platos. Le agradezco una vez más, apago el televisor y vuelvo a mi cuarto.
Llamo a Katya.

—¿Alo? (contesta Katya, Yulia sonríe al escuchar su voz).
«Extrañaba oírla.»
—Kat, soy yo, Yulia.
—¿Yulia? ¿En serio?
—Por supuesto, estoy en aquí, en la ciudad.
—(Pequeño grito de felicidad) eso es fantástico, ¿desde hace cuánto?
—Llegué ayer.
—Gran bitch, nos avisas ahora (dice Katya en broma).
—(Yulia ríe) oh, no sabes cuánto te extrañé.
—Le avisaré a las chicas para que vayamos a almorzar juntas. A la 1, ¿va?
—Listo (risa). Me parece perfecto, por cierto, ve con tu noviecito, debo darte mi aprobación.
—(Risas) vale, le diré lo mismo a las chicas. Por cierto, me encanta tu sexy acento español. Nos vemos en el club.
—Gracias. Está bien, hasta entonces.

***

—Yulia, ¿a dónde vas? (pregunta el Sr. Volkov).
—Voy a almorzar con mis amigas en el club.
—Está bien, ¿vendrás para la cena?
—No lo sé...
—Sé que ya eres mayor de edad, pero por favor, llama en cuanto llegues.
—Vale, adiós papá. Adiós señora Cristina.
—Adiós señorita Yulia.
—Cuídate (dice el Sr. Volkov).

Tomo un taxi hasta el club.
En 15 minutos llego. Me bajo del taxi después de pagarle al taxista y entro al restaurante del club, fácilmente encuentro a las chicas, ellas se paran de la mesa y corren hacia mí para abrazarme. Las abrazo fuertemente. Las extrañé muchísimo.

—¡Yulia! (grita Katya).
—Te extrañamos mucho (dice Natasha).
—No te vuelvas a ir así (dice Julieta).
—Yo las extrañé mucho más, pero miraos, estáis muy preciosas.
(Risas).
—Amo tu acento español (dice Natasha).
—Es tan sexy (dice Julieta).
—Estoy de acuerdo con eso (dice Katya).

Caminamos hasta la mesa, dónde están sentados dos chicos y una chica. Las parejas de mis amigas.

—Yulia, él es mi novio Juan Pablo (dice Katya).
—Mucho gusto (dice Yulia sonriendo y estrechando su mano con la de Juan Pablo).
«Juan Pablo es rubio, alto y atractivo. Bien hecho Katya.»
—Hola, Katya me ha hablado mucho de ti.
—Espero que bien (risas).
—Ella es Gina, mi novia (dice Natasha tranquilamente).
«Gina, mmm... Se ve mayor que Natasha, pero es muy guapa.»
—Es un placer conocerte (dice Yulia estrechando la mano de Gina y dándole un beso de cachete).
—Igualmente (dice Gina).
—Y él es Andrés (dice Julieta señalando al chico restante).
—Hola Andrés, gusto en conocerte (Yulia estrecha la mano con él).
«Andrés parece ser callado y del tipo de chicos que cede, ¡perfecto para Julieta!»
—Hola, igualmente (dice Andrés tímidamente).

Nos sentamos todos en la mesa, el mesero llega y nos da varias cartillas. Después de pedir, él se retira y nosotros seguimos hablando.

—Jul, Nat, Kat, me alegro de ver que todas son felices y ustedes, espero que las cuiden bien.
«Yei, estoy controlando mi acento español.»
—Tenlo por seguro (dice Juan Pablo).
—¿Y qué tal es España? (pregunta Katya).
—Sólo conocí Madrid, pero es hermoso y grande.
—¿Estabas estudiando allá? (pregunta Gina).
—No, estaba en un convento.
Silencio breve.
—¿Y qué tal? (pregunta Andrés).
—Fue difícil acostumbrarme, pero hice unas cuantas amigas, digamos que eso ayudó bastante.
—Ok, empiezo a sentirme celosa (dice Julieta, todos ríen).
—Ninguna como ustedes chicas, ¿y qué tal va la U?
—Natasha y yo estamos en las mismas clases, en el break vemos a Julieta.
—Genial, ¿qué tal el trabajo Julieta?
—Es estresante, pero no me quejo por la paga, es buena (dice Julieta haciendo una mofa).
—¿Y vosotros se conocieron en la U? (dice Yulia preguntándole a Katya y a Juan Pablo).
«Joder, el "vosotros" escapó de mi boca. Acento español 1, yo 1.»
—Sí, apenas la vi me dije debo hablarle a esa chica. Y cuando nos conocimos comprobé lo que sospechaba, que es maravillosa. (Katya besa a Juan Pablo).
—¿Y ustedes?
—Mi madre y yo fuimos a visitar a los nuevos vecinos con un pastel (dice Julieta).
—Estábamos comiendo todos en la mesa, entonces Jul dejó caer un vaso de vidrio, se cortó intentando recoger los pedazos, yo busqué alcohol y le puse una venda (dice Andrés).
—Entonces tuvimos una de esas miradas mágicas y bueno (ambos ríen).
—Nosotras estábamos en un concierto de varias bandas de rock principiantes (dice Gina).
—El concierto en realidad apestaba, todos estábamos aburridos, yo noté que una chica sexy me estaba mirando y me acerqué a preguntarle qué hora era (dice Natasha mirando a Gina).
—Y la invité a tomar un par de tragos (completa Gina).
—(Risas) por supuesto acepté.
—¿Qué hay de ti? ¿Tienes pareja? (pregunta Gina).
Silencio incómodo.
—No, estoy soltera (Yulia sonríe).

Llega el mesero con los platos en buen momento. Todos empezamos a comer, está exquisita la comida. A veces interrumpimos para hablar.
Andrés, Gina y Juan Pablo, los tres, me han caído bien. Parecen ser buenos chicos y se les nota que quieren mucho a mis amigas. Estoy feliz por ellas.
Después de la cena, decidimos ir a jugar bolos. Pagamos la cuenta y salimos del restaurante. En un taxi se acaban de ir Natasha, Gina, Juan Pablo y Katya. Quedamos Andrés, Julieta y yo. Esperamos a que pase otro taxi hasta que, después de varios minutos, para uno.
Me acerco rápidamente hacia el taxi, antes de llegar un chico se me adelanta y habla con el conductor.

—Me llevarías a está dirección (le dice el muchacho al taxista).
—(Yulia interrumpe) disculpa, el taxi es mio, yo lo vi primero (el chico voltea a ver a Yulia).
«¿Es... Parviz?»
—¿Yulia?
—¿Parviz?
—¡Yulia! (dice Parviz sonriendo, los dos se dan un fuerte abrazo).
«Eso sí que no me lo esperaba.»
—¿Qué pasó? Tu papá me contó que fuiste a Madrid, ¿Por qué no me avisaste? No me pude despedir de ti.
—Sí, lo sé y lo siento tanto. Es que me avisaron dos días antes y lo olvidé.
—Eso ya no importa, estás aquí, ¿no? Mírate, estás muy hermosa (Parviz sonríe).
—(Yulia se sonroja) gracias, tú no estás nada mal, eh. ¿Has estado alzando pesas? (Ambos ríen).
—Sí, después de que cierta jovencita rompiese mi corazón me dediqué a la universidad y al gimnasio.
—No quiero arruinar su reencuentro chicos, pero ¿quién va a tomar el taxi? (dice el taxista, Yulia y Parviz se miran).
—Ella (dice Parviz sonriendo).
—Oye, las chicas y yo vamos a jugar bolos, ¿quisieras acompañarnos?
—Por supuesto, sería un placer para mí.
—Genial. Jul, Andrés, vengan (dice Yulia en tono alto, llamando a los chicos, ellos se acercan de inmediato).
—Parviz, que sorpresa (dice Julieta mirando a Yulia).
—Hola Julieta (Parviz la saluda con un beso de cachete). ¿Cómo estás?
—Bien, gracias y ¿tú?
—Bien, por favor, entren (dice Parviz abriendo la puerta del taxi, Yulia entra de primera).
—Por cierto, él es Andrés, mi novio (dice Julieta mientras entra al carro).
—Mucho gusto, Parviz.
—Igualmente (Parviz y Andrés estrechan manos, Andrés entra al taxi y Parviz se da la vuelta y se monta en el puesto adelante).
—¿Vienes con nosotros? (pregunta Julieta).
—Sí (responde Yulia por él, Parviz se echa a reír. Julieta le da un suave codazo a Yulia y le guiña el ojo).
—Señor, vamos a Charlie's bolos (dice Yulia).

El conductor arranca en silencio. Todos estamos callados. Una canción de Alex Ubago suena en la radio. Parviz mira por el espejo de la ventana, Julieta me mira y sonríe.

—No es lo que estás pensando (Yulia susurra en el oído de Julieta).
—Ahora no, pero lo será (Julieta guiña el ojo).
«Querida Jul, estás loca.»

El taxi para.

—Aquí es chicos.

Todos sacamos dinero para pagar el taxi y se lo pasamos a Parviz.

—Oh, por favor, no (Parviz les devuelve el dinero, saca un billete de su billetera y se lo pasa al señor).
—No, Parviz, por lo menos déjanos dar nuestra parte (dice Yulia).
—No te preocupes por eso (dice Parviz).
Parviz se baja del taxi y me abre la puerta, le agradezco con una sonrisa. Katya y los demás se acercan a nosotros.

—¿Por qué demoraron tanto? (pregunta Katya).
—Los taxis demoraban en pasar (responde Yulia).
—Y mira a quien nos encontramos (dice Julieta bajándose del taxi, Andrés se baja del otro lado, Parviz cierra la puerta y se da la vuelta. Katya lo ve y queda boquiabierta).
—¡Parviz! (exclama Natasha).
—Que sorpresa (Katya reacciona).
—Lo mismo dije (agrega Julieta).
—Hola a todos. Nat, Kat, un gusto verlas (dice Parviz).
—Ella es mi novia (dice Natasha señalando a Gina).
—Me llamo Gina.
—Un gusto conocerte Gina, yo soy Parviz (dice Parviz tranquilamente).
—Y él es mi novio, Juan Pablo (dice Katya).
—Hola hermano, mucho gusto.
—Igualmente. ¿Así que todos vienen en parejas? (pregunta Parviz).
—Sí, y ahora que te encontramos Yulia tiene con quien hacer equipo. (Dice Julieta, Yulia sonríe forzadamente, Parviz ríe).
—Así que seré tu pareja, genial (dice Parviz).
—Sí... Entremos (dice Yulia).

Hacemos fila para ponernos los uniformes, ya todos los chicos terminaron, sólo faltamos Parviz y yo.

—Talla 38, ¿verdad? (pregunta Parviz sosteniendo unos zapatos).
—Sí, gracias.
—Permíteme (dice Parviz poniéndose de rodillas, le pone el zapato izquierdo a Yulia y se lo amarra, continua con el derecho).
—Muchas gracias.
—No es nada. Oye, ¿recuerdas a Matty?
—¿Tu mejor amigo?
—Sí, se estableció en la ciudad hace un par de días y me invitó a una cena mañana en su casa. Me preguntaba si te gustaría acompañarme.
«¿Qué más da?»
—¿A qué hora?
—7 pm.
—Está bien, acepto.
—Genial (Parviz sonríe). Pasaré por ti.
—Va.

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JUGANDO A AMAR. - Página 3 Empty Re: JUGANDO A AMAR.

Mensaje por DepecheMode 2/27/2015, 11:00 pm

Capítulo 42 "¿Casualidad o causalidad?"

Matty es el mejor amigo de Parviz desde la infancia, como Katya y yo. Nunca lo conocí personalmente sólo por fotos ya que él viajó a otra ciudad para estudiar ingeniería química a los 19 años, ahora debe tener aproximadamente 26 años.
Parviz parece muy entusiasmado y lo comprendo, durar tanto tiempo alejado de tu mejor amigo duele.

—Papá, iré a una cena con Parviz (dice Yulia).
—¿Con Parviz?
—Sí, pasará por mí en media hora.
—¿Y... dormirás aquí?
—¿Qué? ¡Por supuesto!
—(Risas) sólo preguntaba.

¿Qué demonios? ¿Por qué papá es tan abierto con ciertos temas pero con otros es más cerrado que un candado? Bueno, al menos los candados se abren con una llave, él no.
Me pongo un vestido de cóctel negro, unos tacones y una cadenita de plata. Me maquillo suave y me cepillo el cabello, he decidido llevarlo suelto. Dmitry entra a mi cuarto.

—Vaya, luces muy hermosa (Dmitry mira a Yulia de arriba hacia abajo).
—Gracias (Yulia sonríe).
—¿Planes para hoy?
—Iré a una cena con Parviz.

Dmitry hace una cara de asombro.

—(Yulia continua) sí, con Parviz, pero en plan de amigos.
—Oh bueno (risas). Salúdalo de mi parte, llevo bastante tiempo sin verlo.
—Vale, ¿y tú que harás hoy?
—Saldré por ahí.
—(Yulia imita a Dmitry) por ahí.
—Sí.
—Ayer también saliste, algo me dice que tienes novia.
—¿Qué? No...
—Aww, el bebé de la casa está saliendo con alguien (dice Yulia en tono de burla).
—¡Yulia!
—(Risas) vale ya. Pero se te nota que estás enamorado, no te presionaré, pero quiero conocerla.
—Algún día... quizá.
«¿Por qué tanto misterio?»
—Bien.

Dmitry se va.
Me aplico un poco de perfume. Parviz me llama al celular para avisarme que ya está afuera. Me despido de todos y salgo a la puerta.
Parviz está esperándome de pie apoyado en su carro, mira sus zapatos. Tiene una camisa negra con un saco gris y pantalones negros. Luce muy guapo y parece como si hubiésemos quedado de acuerdo en la ropa, siempre nos pasa eso.
Me acerco hacia él.

—Hola Parviz (dice Yulia, Parviz alza la cabeza y la mira).
—Wow, Yulia, estás preciosa.
—Gracias.
—Realmente luces hermosa, sube por favor (dice Parviz abriéndole la puerta del carro a Yulia).
—Gracias de nuevo (Yulia sonríe).

Parviz se da la vuelta y sube al carro.

—¿Qué tal todo? ¿Cómo está tu familia?
—Bien, papá trabaja y Dmitry saldrá esta noche también, por cierto te manda saludos. ¿Y qué hay de tu familia?
—Todos estamos bien (Parviz sonríe y arranca).

Esto de ser amigo de mi ex podría funcionar.
Parviz maneja, busco entre sus CDs y encuentro uno de los Beatles. Él, casi como leyendo mi mente, toma el CD y lo pone.
Sonrío. Creo que siento más confianza en él como amigo que como novio.

***

—Es aquí (dice Parviz).

Parviz parquea el carro y me queda mirando fijamente por varios segundos.

—¿Sucede algo? (pregunta Yulia).
—Nada. Es sólo que verte me trae muchos recuerdos, tú dejaste huella en mi corazón y los momentos que viví contigo difícilmente se me olvidarán (Parviz mira fijamente a Yulia).
«Awkwaaaard.»
—Creo que debemos bajarnos ya.
—Sí, tienes razón. Casi lo olvido, ¿podrías tenerme esto?

Parviz me pasa una botella de vino con un lazo rojo, se baja del carro y me abre la puerta. Ambos caminamos tomados del brazo hasta la entrada de la casa.
La casa luce pequeña pero lo suficientemente grande para alguien soltero. Está pintada de blanco y unas palmeras adornan la entrada. La puerta es de madera color oscuro.
Parviz toca la puerta, segundos después Matty la abre. Ambos se saludan con un fuerte abrazo, parecido al de las chicas y yo.
Matty es blanco, tiene los ojos color miel y el cabello castaño. Es unos centímetros más bajo que Parviz pero unos cuantos más alto que yo.

—¡Hermano! No sabes cuanto me alegra verte de nuevo (dice Matty).
—A mí igual, Matty. Ella es Yulia.
—Así que tú eres la famosa Yulia. Parviz me habló mucho de ti. Eres muy hermosa, tal cual como él te describió.
—(Yulia se sonroja) mucho gusto, Parviz también me ha hablado mucho de ti.
—¿En serio? (Risas) por favor, pasen.

Entramos a la casa.
Los muebles son de cuero negro, entre ellos hay una mesa de madera con un florero. Parviz y yo tomamos asiento.

—Disculpen el desorden, aún no he terminado de decorar y me falta desempacar un par de cajas (dice Matty).
«Eso lo explica todo.»
—No te preocupes bro. Yulia y yo trajimos esto (dice Parviz señalando la botella de vino, Yulia se la pasa a Matty).
—¡Woah! Sauvignon Blanc. Que delicia (dice Matty).
—Siempre lo mejor (dice Parviz).

Matty se va a la cocina para llevar la botella, se demora unos minutos vigilando la comida y vuelve de nuevo a la sala con nosotros.

—¿Y qué tal la universidad? (pregunta Parviz).
—Estuvo bien, acostumbrarme fue difícil pero lo conseguí. Tuve que aprender a lavar y a cocinar. Soy principiante en ambas, así que me disculpan si la cena queda mal.
(Risas).
—No te preocupes (dice Yulia).
—¿Qué tal tu carrera? (dice Matty dirigiéndose a Parviz).
—Ya estoy terminando.
—Genial y Yulia, ¿tú que estudias?
—Verás, cuando salí del colegio me tomé un año y viajé a España, volví hasta hace unos días así que por el momento no estoy estudiando nada.
—Oh ya veo, pero eso es fantástico. ¿En qué colegio estudiaste?
—En el Internacional de Moscú.
—¿Es en serio? Mi hermanita menor estudió ahí, se graduó el año pasado y sacó una de las mejores notas de los nacionales.
«No me digas que... Oh-no.»

Cuando estoy a punto de preguntarle cómo se llama su hermana, un olor a quemado inunda la sala.

—¡Mierda! Debe ser el pollo (dice Matty).

Parviz y Matty corren hacia la cocina. Yo los alcanzo.

—No es nada. Arreglaré este desastre (dice Parviz moviendo el pollo).
—Vale, mientras tanto enderezaré la ensalada (dice Matty).
—Buena suerte en eso chicos, yo estaré en la sala (dice Yulia yéndose de la cocina).

Joder.
¿Puede ser qué Matty...? No, no lo creo. Imposible. Bueno, hay muchas cosas que concuerdan, sus ojos color miel igual a los de ella, que haya estado fuera de la ciudad estudiando, además Matty dijo: "sacó una de las mejores notas nacionales", ¿quién más si no ella?
No, no, esto no me puede estar pasando. Menos ahora. La angustia me mata, no puedo quedarme de brazos esperando.
Agarro mi celular y llamó a Katya tres veces, no contesta, demonios. Le dejo un mensaje en Whatsapp diciendo: "Katya, esto es urgente. Dime quién de Internacional de Moscú sacó una de las mejores notas de los nacionales".
Katya está escribiendo... Soy un mar de nervios. Ella contesta:
"No estoy muy segura..."
"Pero"
"Creo que es Elena".
Mierda, esa palabra de 6 letras retumba en mi cabeza. Casi instantáneamente tocan a la puerta. Matty sale de la cocina y se dispone a abrirla. Esos segundos transcurren en cámara lenta para mí.
Escucho una voz femenina y una masculina, no alcanzo a distinguirlas. Ahora escucho pasos dirigiéndose hacia la sala.

—Está es mi hermanita (dice Matty señalando a Elena quien al ver a Yulia queda sorprendida).
—¿Y-Yulia? (pregunta Elena asombrada).
—¿Lena?
«Demonios, ella aún es tan sexy.»
—(Matty continua) y él es su novio.
«Holy shit, DMITRY.»
—¡Dmitry!
—Yulia, ¿qué haces aquí? (pregunta Dmitry nervioso)
—¿Qué haces tú aquí? No me digas que ella es tu... (dice Yulia, Elena baja la mirada mientras Matty mira desconcertado a todos y Parviz sale de la cocina).
—¿Dmitry?
—¿Parviz? (Dmitry camina hasta donde Parviz para saludarlo).
—Al parecer todos se conocen entre sí, pero yo no estoy entendiendo nada (dice Matty).
—Yulia y Dmitry son hermanos y Yulia y Elena fueron... amigas (Parviz explica).
—Vaya, el mundo es un pañuelo (dice Matty).
—Sí, pero eso no explica qué haces tú aquí, digo, ustedes (dice Elena).
«¿Eso sonó a tono celoso o estoy loca?»
—Matty y yo somos mejores amigos. Él me invitó a cenar y Yulia vino conmigo (dice Parviz en tono presumido, Elena hace alza una ceja y Dmitry la mira fijamente).
—La cena está lista. ¿Parviz, Dmitry me ayudan a poner la mesa? (propone Matty).

Mierda, de todas las personas del mundo por qué Lena resultó siendo hermana de Matty.
Debo admitirlo, al verla, después de tanto tiempo, algo dentro de mí se retorció, sentí un escalofrío recorrer mi espalda, pero fue una sensación agradable. Oh se ve tan hermosa y tan sexy. Tiene puesto un vestido rojo y tacones, usa el cabello suelto. Ahora se ve más mayor. Podría jurar que su comentario fue con celos y un toque de enojo. Pero quien debería estar enojada soy yo. Dmitry, cómo te pudiste meter con mi ex-novia.
Él sabía que aún la amaba, se aprovechó de mi ausencia e hizo de las suyas. Pequeño mocoso, me las va a pagar. Ahora mismo siento vergüenza, rabia, celos, mariposas en el estómago y muchas cosas más. Soy un desastre.

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JUGANDO A AMAR. - Página 3 Empty Re: JUGANDO A AMAR.

Mensaje por DepecheMode 2/27/2015, 11:00 pm

Capítulo 43 "Exceso de vino."

Dmitry, Parviz y Matty empiezan a poner la mesa. En la sala quedamos solas ella y yo. Awkward.
Después de varios segundos ella rompe el silencio.

—Ha pasado tanto tiempo.
—Lo sé (Yulia dice fríamente, esquivando la mirada de Elena).
Silencio incómodo de nuevo.
—Tenemos que hablar.
—¿Ah sí? ¿Sobre qué? (Yulia mira fijamente a Elena).
—¿Por qué viniste con él?
—¿No puedo? (Yulia replica).
—Aún están juntos, ¿verdad?
—¿Te importa?
—Respóndeme (dice Elena enojada).
—Respóndeme tú, ¿por qué te metiste con mi hermano?
—(Matty interrumpe) la mesa está lista.

Todos pasamos a la mesa. Los puestos quedaron así:
En una punta está Dmitry, a su lado derecho Lena, al lado de Lena voy yo, a mi lado está Parviz quedando en la otra punta, y a su otro lado está Matty.
Personalmente quería estar alejada lo más posible de ella y esos puestos fueron una gran falta de sincronía.
Matty preparó pollo con verduras, puré de papas con jamón y queso y ensalada. Todos empezamos a comer, la comida está rica. Parviz abre la primera botella de vino y nos sirve en las copas. Miro de reojo a Lena, quien acabó su copa en tiempo record.

—¿Cómo está mamá? (le pregunta Matty a Elena).
—Bien, ya sabes, cuidando a Rachel (Parviz le sirve la copa de nuevo a Elena, ella toma un sorbo).
«¿Sabrá Matty sobre la infidelidad de su padre? ¿Habrá vuelto a pasar de nuevo?»
—Oh, mañana iré a visitarlos (dice Matty sonriendo, Elena asiente).
—Tu hermano me contó que sacaste uno de los mejores exámenes nacionales, felicitaciones (dice Yulia sin mirar a Elena).
«Já, yo también puedo ser sarcástica con los "felicitaciones".»
—Gracias (Elena sonríe por obligación).
—¿Qué tal está la cena? (pregunta Matty).
—Bien (contestan todos).
—Deliciosa pero prefiero la de Yulia(responde Parviz).
—Sí, yo igual. Lo hace más rico (dice Elena bebiendo lo que quedaba en su copa, todos quedan en silencio).
«¿Soy la única que mal pensó eso? Mal momento para sonreír pícaramente.»
—Así que sabes cocinar (dice Matty).
—Sí, mamá me enseñó mientras estuvo viva (responde Yulia).
—Oh, lo siento mucho chicos (dice Matty).
—No te preocupes (responde Dmitry).
—Sí, ya eso pasó hace mucho (dice Yulia cortando un pedazo de pollo).
—¿Están saliendo? (pregunta Elena, dirigiéndose a Yulia y a Parviz).
—No (responde Yulia).
—Sí (responde Parviz inmediatamente, ambos se quedan mirando).
—Sí (agrega Yulia).
—No (dice Parviz al mismo tiempo que Yulia, Matty se echa a reír).
—¿Y ustedes? (pregunta Parviz).
—Sí (responde Dmitry).
—¿Desde hace cuánto? (pregunta Yulia).
—Desde hace 7 meses (responde Elena).
«What?»
—Felicidades espero que sigan así (dice Yulia sarcásticamente).
—Ustedes igual (replica Elena, Parviz le sirve otra copa).
—Basta, creo que es mucho para ella (dice Matty).
—No, puedo soportarlo Mat (reclama Elena, Matty hace una mueca).
—Está bien, dale todo el vino que quiera (dice Matty, Parviz le sirve de nuevo).

El tiempo transcurre más lento que una tortuga obesa en la luna. Por fin terminamos con la mesa, todos pasamos a la sala de nuevo. Matty recoge los platos y nos alcanza en unos minutos.
Está vez estábamos sentados Parviz y yo frente a Dmitry y Lena. Si antes pensé que era incómodo estar al lado de ella, tenerla al frente es mucho peor. Nuestras miradas se cruzan todo el tiempo. Ella me mira sin ningún problema de arriba a abajo, quizá Dmitry no se ha percatado de eso. Matty nos sirve vino dos veces más. Esta vez es de vinotinto.
La conversación se hace más fluida. Lena sigue bebiendo y soltando sus comentarios raros, no logro entenderla. Primero me mira fijamente y segundos después se besa con mi hermano en mi cara, tengo rabia pero no voy a demostrarlo.
Parviz me toma la mano, bien hecho Parviz. Ella alza una ceja desaprobando la acción de Parviz, los chicos están tan metidos en su conversación sobre fútbol que no se han dado cuenta de nada.

—¿Le dan al Barcelona o al Real Madrid? (pregunta Dmitry).
—Al Real (dicen Dmitry y Matty a la vez, chocan sus manos).
—Yo le voy al Barça (dice Dmitry).
—¿Bromeas? Tenemos a Cristiano Ronaldo y a Kaka (dice Parviz).
—¡Exacto, bro! (dice Matty).
—No, el Real tiene publicidad y Barça es puro juego (responde Dmitry, Elena se pone de pie, todos dejan de hablar).
—¿Puedo usar el baño? (pregunta Elena).
—Sí, es arriba a la derecha (contesta Matty, Elena camina unos cuantos pasos tambaleando).
«Dios, está borracha.»
—Yulia ¿por qué no la acompañas? (propone Matty dejando a Yulia contra la espada y la pared, Parviz y Dmitry la instantáneamente).
—Vale (responde Yulia).

La tomo por el brazo y la ayudo a caminar mejor. Al tocar su mano siento de todo. No puedo creerlo, ha pasado más de un año y aún estoy enamorada de ella.
Subimos las escaleras, en el segundo piso hay dos cuartos, el baño está dentro del cuarto de Matty. Elena se lanza sobre la cama.

—¿Te sientes bien? (pregunta Yulia preocupada).
—No, tengo mareos (dice Elena boca-abajo).
—(Yulia se sienta en una esquina de la cama) quizá sea por, no sé, ¡las 8 copas de vino que tomaste!
—(Risas) quizás.
—¿Por qué estás bebiendo tanto? Antes no eras así.
—¿Por qué viniste con él? (Elena se pone boca-arriba para ver a Yulia).
—Otra vez con eso.
—Es que no soporto verlo, no soporto verlos juntos.
«Woah, ¿qué?»
—Yo tampoco, a ti y a mi hermano.
(Elena alza el torso y se sienta junto a Yulia, quien siente el olor a vino).
—No sabes las ganas que tengo de besarte una vez más (Elena intenta besar a Yulia pero ella la detiene).
—Estás con mi hermano.
—Pero a él no lo amo.

Mis deseos pueden conmigo.
Me he lanzado a besar a Lena. Dios, sus besos son tan deliciosos, estoy en otro planeta.
Ella me acuesta y se pone sobre mí, empieza a besarme el cuello, cierro mis ojos y suelto un pequeño suspiro.

—Para (Yulia ordena).
—¿Qué?
—Por favor para.
—¿Por qué?
—Estás borracha. No quiero que mañana olvides todo o amanezcas arrepintiéndote.

Lena se aparta de mí, ambas nos componemos los vestidos y el cabello y nos sentamos de nuevo en la cama.

—(Yulia continua) además mi hermano es tu novio, no podría hacerle esto.
—Tú sigues con el chico ese y yo no digo nada.
—¡Él no es nada mio! Sólo me invitó a esta cena y quizá fue un error venir.
—No, error fue no haberte dicho "quédate" en el aeropuerto hace un año y unos cuantos meses.
—Hablamos cuando estés sobria (Yulia sale del cuarto). Haz lo que tengas que hacer, te esperaré aquí para ayudarte con las escaleras.
—Vale.

Hice lo correcto.
1- No puedo hacerle eso a mi propio hermano aunque él si me lo haya hecho. Eso no va conmigo, si voy a ganar, ganaré de forma limpia.
2- Lena está borracha. Actúa sin medir sus actos y las consecuencias que trae. La sola idea de besarme en la cama de su hermano, mientras todos nos esperaban abajo es algo descabellada, lo que me hace creer que no está en sus 5 sentidos y lo más probable es que mañana despierte con la memoria en blanco.

—Listo, lo siento por lo de hace un rato (dice Elena con la mirada baja, Yulia le eleva el mentón con dos dedos).
—No te preocupes por eso (dice Yulia y le da un pequeño beso en el cachete, Elena sonríe).

Tomo el brazo de Lena y la ayudo a bajar las escaleras lentamente, luego la siento en el sofá.

—Disculpen la demora (dice Yulia, Dmitry la mira enojado).
—¿Por qué demoraste tanto amor? (le pregunta a Dmitry a Elena).
—Es que tenía un poco de mareo (responde Elena).
—Te dije que era demasiado vino para ti (dice Matty en tono de reproche).
—Vale Matty, se hace tarde, creo que mejor me voy ya (dice Elena).
—Nosotros igual (dice Yulia).
—Está bien, pero debemos encontrarnos otra vez más (dice Matty).
«Sí, claro, ¿por qué no? Somos los 5 buenos y felices amigos.»
—Sin duda (responde Parviz).
—Pediré un taxi para Elena (dice Matty).
—No, tranquilo, yo la llevo (dice Parviz).
—Gracias hermano.
—No es nada.
(Todos se ponen de pie).
—Hasta luego Matty (dice Parviz dándole un abrazo a Matty).
—Adiós bro.
—Fue un gusto conocerte Matty, gracias por todo, adiós (dice Yulia dándole un abrazo).
—No, gracias a ti muñeca, por venir. A todos ustedes (dice Matty).
—Cuñado, fue un placer haberte conocido. Cuídate mucho, adiós (dice Dmitry).
—Igual tú y cuida muy bien a mi hermana.
(Elena abraza a Matty).
—(Matty continua) mañana tendrás resaca, pilluela.
—Lo sé, espero que mamá no lo note.
—Mamá nunca lo nota (Matty y Elena se ríen).
—Adiós hermano, te veré pronto (dice Elena).
—Adiós princesa (dice Matty).

Todos salimos de la casa, Parviz nos abre la puerta del carro.
Dmitry y Elena se sientan atrás y yo adelante. Antes de arrancar nos despedimos de Matty con la mano.
El camino a casa de Elena es largo, siento el tiempo pasar más lento aún. Nadie dice nada. Llegamos a su casa. Dmitry se baja con ella y la llevo hasta la puerta. Yo observo la casa y recuerdos me vienen a la mente.

—Aún te gusta, ¿cierto? (le dice Parviz a Yulia).
—Aunque diga que sí eso no cambiará nada, ella está con Dmitry ahora (responde Yulia mirando a Elena, quien espera que su madre le abra).
—No parece estar enamorada de él.
—¿Por qué lo dices?
—Porque no lo mira como te miraba el día de la fiesta de tu amiga. Y sabes, he pillado que aún te mira así. (Yulia sonríe involuntariamente al escuchar las palabras de Parviz).
—¿Crees que tenga esperanzas?
—Muchas. Vamos, ve por ella, inténtalo.
—Lo haré, gracias.

Dmitry vuelve al carro y mi conversación con Parviz termina.
Al llegar a nuestra casa, me despido de Parviz con un beso en el cachete y se va.
Dmitry y yo estamos en la puerta.

—Las llaves (dice Dmitry fríamente).
—Ten (Yulia se las pasa, él abre la puerta).
—No hagas nada, ella está bien sin ti (dice Dmitry).
—¿Qué? (pregunta Yulia desconcertada).
—Ya sabes, Elena.
—Que bueno que llegaste al tema. Eres un... ¿Cómo pudiste?
—Lo siento Yulia, pero sabías que ella me gustaba.
—Y tú sabías que yo la amaba.
—No te pido que me disculpes, sólo te pido que no te metas en mi relación, tú estuviste con ella y lo echaste a perder, ahora es mi turno.
—¿Y quién dice que mi turno ha terminado?
—Haces algo y...
—(Yulia lo interrumpe) y ¿qué? ¿Le dirás a papá que soy lesbiana? Pues te tengo una noticia hermano, él lo sabe, ¿por qué crees que me mandó a Madrid? ¿Por voluntad mía?
—No fue culpa mía.
—Eso lo sé. Te lo voy a decir hoy, aquí y en tu cara: aún amo a Lena y lucharé por ella.

Me voy para mi cuarto habiéndolo dicho todo, Dmitry se queda para cerrar la puerta principal.


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Mensaje por DepecheMode 2/27/2015, 11:03 pm

Del capítulo 40 al 43 Smile

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Mensaje por SweetMess 3/2/2015, 12:38 pm

Lo amo! espero que lo puedas continuar pronto! *-*
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Mensaje por Akasha78 3/6/2015, 2:50 pm

Conti... Very Happy

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Mensaje por DepecheMode 3/11/2015, 9:53 pm

Después de estudiar tanto para mi parcial de neuroanatomía dentro unas horas he decidido publicarles un cap.


Capítulo 44 "Consejos."

Estoy dispuesta a darle la guerra a mi hermano. Si bien quizá Lena sea como yo y nuestro grado de alcohol sea directamente proporcional a nuestro grado de verdad.
Para ser práctica, he pensado toda la noche en una segunda posibilidad, que no sea así, afortunadamente no encuentro ninguna razón lógica para que me haya mentido.
¿Venganza? Lena no es así, o al menos eso creo, pero pensaré muy bien antes de actuar o tomar una decisión
Son las dos de la tarde, acabo de almorzar y estoy llena. El menú fue chuletas de cerdo en salsa BBQ y papás fritas, que delicia. Me preparo para ir a casa de Katya, necesito sus consejos.

—¿A dónde vas? (pregunta Dmitry al ver a Yulia peinandose).
—¿Te importa? (contesta Yulia sin mirarlo).
—Sí, necesito saber si te demoras, yo también saldré.
—Iré a casa de Katya y después por ahí. ¿Te verás con Lena?
—Sí, tenemos planeado ir a cine.
—Pues que lástima, regreso hasta la noche.
—No te preocupes, le diré que venga. La casa sola, los dos solos, mejor así (dice Dmitry sonriendo).
—Siempre comiendo mis sobras... Que mala costumbre (dice Yulia con una sonrisa, Dmitry se sorprende al escuchar eso). ¿Me disculpas? Debo terminar esta trenza.
(Dmitry se va).

Continuo haciendo mi trenza, aguanto la risa hasta que se me sale. Pagaría por ver la cara que puso una vez más.
Me echo perfume, agarro mi cartera y me voy sin decirle nada a Dmitry. Papá está trabajando y la señora que nos cocina fue a hacer compras.
Le pido a Igor que me lleve a casa de Katya, él me sonríe y asiente. En el camino enciende la radio. Ponen una canción de amor tras otra tras otra y mi cabeza todas las relaciona con Lena. Incluso un reguetón, Cositas que hacíamos de Farruko (*)
"... Y cuando nos encerrábamos los dos en el baño de la escuela y es que
tu me besas en el cuello y haces que yo alucine, no olvido las fresquerias que hacíamos tu y yo en el cine. Mi mano debajo de tu falda, besándote el cuello y la espalda. Como olvidar chula cuando te buscaba de madrugada y esperar que tu mama se duerma, pa' que te escaparas..."
Parece caerme anillo al dedo.
Llegamos a la casa de Katya, me despido de Igor.

— ¿A qué hora paso por usted, señorita Yulia?
—Yo te llamo.
—Vale, que tengas un buen día, adiós.
—Gracias Igor, igualmente.

Igor se va.
Toco la puerta, me abre Katya.

—Hola Yulia (dice Katya dándole un beso en el cachete a Yulia).
—Hola Kat.
—Pasa...

Entro a la casa de Katya. Miro detalladamente la sala, todo está diferente. Cambiaron los muebles y la decoración.

—Vaya, me gusta lo que hicieron aquí. Quedó hermoso (dice Yulia).
—Gracias, Katya escogió el modelo y yo el color (dice la señora Marcela, la mamá de Katya).
—Señora Marcela.
—Yulia, tanto sin verte (la señora abraza a Yulia). ¿Qué tal te ha ido?
«Lo sé, la mamá de Katya me quiere tanto y yo a ella.»
—Muy bien señora, ¿y usted? ¿Qué tal todo?
—Bien, gracias. Todo está yendo bien (la señora sonríe).
— (Risas) me alegró de eso.
— (Katya tose) aún sigo aquí.(Risas).
—No te la robaré más (dice la mamá de Katya).

La señora Marcela se va a su cuarto. Katya me agarra del brazo y me lleva a su patio. Saca un colchón y lo coloca sobre el suelo. Me tiro sobre el y hundo mi cara en la almohada.
Ella se sienta en mi espalda y empieza a darme nalgadas.

—Sucede algo. ¡A mí no me mientes Yulia Volkova!
— (Risas) me conoces tanto.

Me pongo boca arriba, Kat se acuesta junto a mí y miramos las nubes.

— ¿Quieres hablar de ello? (pregunta Katya).
—Sí, necesito un consejo.
—Adelante (dice Katya con una sonrisa y mira atentamente a Yulia).
— (Yulia suspira) Mis problemas tienen nombre y tú ya lo conoces (Yulia mira a Katya).
—Oh, no me digas que...
—Sí. Creí haberlo conseguido, creí que todo había vuelto a la normalidad, pero la vi y mi mundo se puso de cabeza, de nuevo (Yulia se pone los brazos en la cabeza).
—Quiero detalles, ahora.
—Parviz me invitó a una cena con su mejor amigo. El mundo es un pañuelo de lágrimas, el chico resultó siendo el hermano mayor de Lena y ella también fue a la cena. Para colmo de males, fue con su novio, quien resulta siendo mi hermano.
— ¿QUÉ? (Katya grita sorprendida, entonces baja la voz y continua) Yulia, te juro que no lo sabía.
—Está bien, no te preocupes.
—Dmitry es un desgraciado.
—Lo sé... Ella en cambio es tan, wow. Si antes era hermosa, ahora es toda una diosa. Lena es mucha mujer para el baboso de mi hermano.
—Total. ¿Qué tal la cena? ¿Hablaron?
—Sí y fue muy incómodo. Ella empezó a beber mucho vino y a lanzar indirectas como flechas (Katya abre la boca sorprendida y mira atentamente a Yulia, quien continua hablando). Se emborrachó en un abrir y cerrar de ojos, y bueno, la acompañé al baño. Nos besamos pero detuve todo antes de que pasara a más.
—¡Ah! (exclama Katya con asombro).
—Sí. Ella estaba tan ebria que temía que no se acordara de nada o que peor aún, se arrepintiera. Además de que estábamos en el cuarto de su hermano.
—¿Arrepentirse? Si te besó es porque aún siente algo por ti.
—Eso creo, recuerdo que dijo que no soportaba verme con Parviz y que no amaba a Dmitry.
—Din din, ahí está. ¿Cuál es el problema?
—Que es la novia de mi hermano y que estaba borracha en ese momento.
—Pero primero fue tuya, además la gente cuando está ebria es cuando tiene valor para decir cosas que nunca diría estando sobria.
—No es tan sencillo, Kat. Lena es de esas que harían mil veces antes lo correcto y eso me hace pensar que actuó por impulso.
—¿Lo correcto? ¿Y por qué es incorrecto que te ame? (Yulia suspira y vuelve la vista a las nubes). ¿Quieres mi consejo?
—Por supuesto.
—Dices que aún sientes algo por ella, entonces búscala, habla con ella sin rodeos. Dile lo que sientes, pregúntale por sus sentimientos. Si ambas sienten lo mismo, entonces inténtenlo. Lucha por tu derecho a amar.
(Yulia sonríe y abraza a Katya).
—Hablar contigo me hace tanto bien. Nunca me dejes (dice Yulia mirando a Katya a los ojos).
—Nunca lo haré. Mejores amigas por siempre.
—Mejores amigas por siempre (repite Yulia).
—Y ahora, gracias a ti, mejor amiga, Julieta nos mostrará sus senos.
—(Risa) ¿qué?
—Apostamos. Ella dijo que volverías con Parviz, por supuesto yo aposté a que no.
—Ustedes están locas (ambas se ríen).
—¡Pero veremos sus pechos! (Katya hace un baile triunfador).
—Compraré tequila para entonces (dice Yulia riéndose).
—Oh eso estaría excelente.

La mamá de Katya entra al patio con una bandeja con empanaditas de pollo y carne y dos vasos de jugo de maracuyá.

—Aquí tienen chicas (dice la señora sonriendo).
—Oh muchas gracias señora Marce, no debió molestarse (dice Yulia).
—Cierto, pero gracias (dice Katya).
—No es nada (deja la bandeja en el suelo, sonríe y se va. Yulia y Katya se sientan para comer).
—Tienes una mamá maravillosa, ¿lo sabes? (dice Yulia).
—Sí (Katya sonríe) lo sé.

¡Oh! Las tradicionales empanaditas de la mamá de Kat. Son tan deliciosas, sin duda ni las de Gourmet VIP le llevan a los talones.
Nota mental: debo pedirle la receta algún día.
De un momento a otro el plato está vacío. Kat y yo reímos. Aumentaré los kilos que perdí en Madrid con el té y las galletas de la madre superiora.
Madre superiora... convento... Susana. Demonios, no le he hablado.
Katya pone música de Panic! at the disco con su celular. Ambas cantamos "New perspective" y antes de que la canción acabe, su celular suena. Una llamada de su novio. Ella contesta inmediatamente con una sonrisa en su rostro. Aprovecho que está distraída y le mando un Whatsapp a Susana.

----------
Yo:
Hola Sus, lamento no haberte hablado antes. Ya sabes, el cambio de simcard.

Susana:
Hey, hola
Mentirosa... Jumm. ¿Qué tal todo por allá?

Yo:
No miento.
Normal, ¿qué hay de ti? ¿Cómo estás?

Susana:
Bien, gracias por preguntar.
Estoy comprando parte de los libros para la U.
¿Tú que has echo?

Yo:
Comer, comer y comer.
Engordaré
Y bueno, salir por ahí.

Susana:
Hahahaha, me gustaría verte así.
Lucirías hermosa
¿Has tomado muchas fotos? Quiero conocer tu país.

Yo:
No muchas, pero te prometo que tomaré fotos de lugares típicos y te las enviaré.
O mejor aún, ven y te hago un tour

Susana:
Me encantaría eso.
¿Volverás? Ya te extraño.

Yo:
Idk, no he hablado de eso con papá.
Yo también te extraño

Susana:
Me debo ir. Mi tía quiere que de una charla. ¿Puedo llamarte a las 9 de aquí?

Yo:
Está bien, buena suerte.
Claro. Muero por escuchar tu voz española.

Susana:
Y yo la tuya♥
Adiós.
----------

Antes de poder escribir la palabra "Adiós", Kat me arrebata el celular.

—¿Con quién hablas? (dice Katya revisando la conversación).
—Con una amiga (Yulia le quita el celular).
—Debe ser muy graciosa.
—¿Por qué?
—Porque sonreías todo el tiempo.
«¿Lo hice?»
—No digas tonterías. Más bien, vamos al parque de las avenidas. Yo invito los helados.
—¡Woho! Vamos.

El parque de las avenidas es un parque muy conocido, pero no por sus atracciones, si no por los murales hechos por los mejores grafiteros de la ciudad. Queda a unas cuantas cuadras de la casa de Kat. Los graffitis fueron hechos hace 12 años.
La policía intentó removerlo pero una marcha adolescentes impidió todos sus intentos, desde entonces es patrimonio cultural y los retocan cada cierto periodo de tiempo. Los murales son absolutamente preciosos, reflejan la rebeldía, amor y paz.
Por supuesto, son lugares perfectos para tomarse fotos, precisamente los turistas son quienes han hecho el parque tan famoso. Tomaré varias fotos para Susana.

***

—Estos helados son deliciosos (dice Katya comiendo un helado de fresa y chocolate).
—Lo sé... Ven, tomémonos una foto (Yulia saca su celular, las dos sonríen y toma la foto).
—Has tomado muchas fotos.
—Sólo quiero tener recuerdos (dice Yulia llevándose su helado de Vainilla con chispas y brownie a la boca).
—¿O quizás te volverás a ir y nos has dicho nada?
—Kat, aún sé eso. Mi padre no ha tocado el tema.
—Quédate, ¿sí?

Mi celular suena interrumpiendo nuestra conversación.

—¿Alo?
—Yulia, ¿podrías venir para la cena? (dice el Sr. Volkov).
—Vale, está bien.
—¿Dónde estás? Igor irá por ti.
—En el parque de las avenidas.
—Ok, Adiós.
—Adiós.

Cuelgo.

—¿Pasó algo? (pregunta Katya).
—No, era papá diciéndome que fuera a cenar.
—Extraño.
—(Yulia eleva los hombros) lo sé.

Ya estoy terminando mi helado.
Suena mi celular, es Igor avisándome que ya ha llegado. Decido comprarle un helado de ron con pasas, su favorito.
Me despido de Katya y empiezo a buscar el carro hasta encontrarlo. Igor me abre la puerta. Yo le doy el helado, él me agradece con una enorme sonrisa.
En 15 minutos estoy en mi casa, sentada en el comedor junto con papá. Los dos estamos en silencio. La señora Cristina nos sirve los platos. Ahora estamos comiendo. Dmitry no está, según papá salió hace varias horas y yo tengo una idea de donde debe estar.

—¿Recuerdas que te comenté por teléfono sobre que viajaríamos como vacaciones? (dice el Sr. Volkov).
—Así es.
—Serán en Hawái. Viajaremos mañana a las 5 de la tarde.
«What the hell?»
—¿Es en serio? (Yulia pregunta sorprendida).
—Sí, empieza a hacer tus maletas al acabar la comida.
—Vale.

¿Hawái? Algo extraño sucede aquí.
¿Por qué papá nos llevará a Dmitry y a mí a Hawái? Hemos ido a México, Estados Unidos, a Canadá pero nunca tan lejos.
"A caballo regalado no se le mira la dentadura".
Haré mis maletas después de acabar con mis sandwiches y mi leche achocolatada.

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Mensaje por DepecheMode 3/22/2015, 6:38 pm

Capítulo 45 "Vuelo a Hawái."

Papá y Dmitry están metiendo las maletas en el baúl del carro. Yo me acerco a ellos cargando las mías, mi hermano me mira con asombro.

—¿Ella viene con nosotros? (Dmitry le pregunta al Sr. Volkov).
—Claro (responde el Sr. Volkov haciéndolo obvio, Dmitry frunce el ceño).

Papá se acerca y carga mis maletas, yo entro al carro. Minutos después Dmitry entra, papá le da unas instrucciones a Igor afuera.

—¿Por qué no quieres que vaya? (pregunta Yulia).
—Oh, ya lo veras (dice Dmitry sin mirar a Yulia).

Igor y papá entran al carro.
Igor maneja mientras mi padre enciende la radio, pone una emisora de música de su época. Yo saco mis audífonos y escucho mi música.
Noto que estamos yendo hacia el lado opuesto del aeropuerto, no le doy mucha importancia y cierro mis ojos.
El carro se detiene, abro mis ojos y veo a mi alrededor, estamos parqueados frente a la casa de Lena. Miro a Dmitry sorprendida, él esquiva mi mirada. Papá se baja del carro y toca la puerta, la mamá de Lena abre la puerta y lo abraza.
¿Qué demonios?
Entonces sale Lena sosteniendo un par de maletas y saluda a mi padre, Igor las toma y las guarda en el baúl.
¡No puede ser! ¡Viene con nosotros!
Lena abraza a su madre y camina lentamente hacia el carro, la detallo, está usando un lindo vestido con botas. Trago saliva.
Igor le abre la puerta a Lena y ella entra, se sienta junto a mí.

—Buenas tardes (dice Elena algo apenada).
—Hola amor (Dmitry besa a Elena).
«¿Tengo que ver esto?»
—Hola (dice Yulia fríamente).

Vuelvo mi vista hacia la casa de Lena, después de varios minutos, papá vuelve al carro.
Igor arranca, espero que no hayan más sorpresas.
Subo el volumen para no escuchar a la feliz pareja diciendo cursiladas. Suena una canción de Maroon 5, Dmitry me hace señas para que me quite los audífonos.

—¿Podrías bajarle? (pregunta Dmitry enojado).
—¿Y si no quiero? (Yulia replica).
—Entonces cambia esa porquería que llamas música.
—¿Porquería? Já, deberías saber que esta es la banda favorita de tu novia.
—(Dmitry mira a Elena) ¿en serio?
—Sí (responde Elena).
Momento incomodó.

Mi hermano vuelve su vista hacia su ventana, yo me pongo mis audífonos de nuevo y aguanto las ganas de reírme.

***

Estamos en el aeropuerto sentados, esperando a llamen a los pasajeros de nuestro vuelo.
Dmitry y Lena están besándose. Yo estoy enojada, no lo soporto. ¿Cómo puede besarse tranquilamente con él en el mismo lugar donde nos dimos nuestro último beso?
Me largo de aquí.

—Iré al baño (dice Yulia poniéndose de pie).
—Espera, iré contigo (dice Elena levantándose).

Me sorprendo pero asiento amablemente. Todos nos miran.
Ella me toma del brazo y me lleva al baño.

—¿Qué haces aquí? (pregunta Elena).
—Eso mismo pensé preguntarte, pero creo que es obvio (Yulia se lava las manos).
Silencio incómodo.
—¿Por qué Dmitry no me dijo que venías con nosotros?
—Porque él tampoco lo sabía hasta esta mañana.
—Oh...
—¿Cómo es que tu sobre-protectora madre permite que salgas del país con tu novio? (pregunta Yulia en tono sarcástico).
—Bueno... Desde el divorcio no ha vuelto a ser así. Ahora es más relajada (Elena encoge sus hombros, Yulia mira con asombro).
«¿Divorcio?»
—No lo sabía, lo siento.
—(Elena sonríe) no te preocupes, esa relación tarde o temprano iba a acabarse. ¿Recuerdas a la rubia que seguimos y tomamos fotos? Bueno, al parecer papá y ella se siguieron viendo, ella quedó embarazada y mis padres se divorciaron. Mi hermanita y yo nos estamos quedando con mamá por supuesto.
«Que hijo de perra.»

Lena se mira en el espejo y arregla su cabello. Yo sonrío brevemente al recordar cuando seguimos a su padre hasta un motel. Tantas travesuras que hicimos juntas.

—Lena... El día de la cena...
—(Elena interrumpe) lo siento, fue un gran error. No debí haber tomado tanto vino. Estoy avergonzada por eso.
—Oh... Bueno, no te preocupes (Yulia finge una sonrisa).
—Volveré con los chicos, te veo allá.
—Vale (dice Yulia, Elena se va).

"Error".
Tenía razón, fue asunto de copas de más. Mierda.
Antes de que pueda reaccionar estoy llorando, ¿cómo puede ser tan insensible? Pateo una puerta y seco mis lágrimas.

***

El viaje fue bueno. Lo insoportable fue ver a mi hermano y a Lena besándose y abrazándose todo el tiempo.
Hasta donde he visto, Hawái es hermoso.
Papá afortunadamente consiguió un hotel 5 estrellas donde hablan español e inglés. Nos registramos, pedimos 2 habitaciones en el penúltimo piso del hotel ya que el penthouse está ocupado. Me da las llaves de una de las habitaciones, cargo mis maletas y las pongo sobre la cama. Dmitry carga sus maletas y las pone en el otro cuarto, intenta hacer lo mismo con las de Lena pero nuestro padre lo detiene.

—Elena dormirá con Yulia (dice el Sr. Volkov).
—¿Qué? (preguntan Dmitry y Yulia al mismo tiempo).
—Pero ya sabes que... (dice Yulia sin terminar la oración).
—Sin peros (el Sr. Volkov alza la voz, Dmitry frunce el ceño una vez más y pone las maletas de Elena junto a las de Yulia).

Dmitry se va a su habitación con papá para organizar las cosas, al igual que nosotras.

—¿Puedo preguntarte algo? (dice Elena mientras saca cosas de su maleta).
—(Yulia suspira) sí.
—¿Te incómoda el hecho de que tengamos que dormir juntas?
Silencio.
—Escucha, tenemos que hacer esto lo menos raro posible (dice Yulia).
—Aún no has respondido mi pregunta.
—Ya sabes la respuesta y sabes que todavía me...
—(Dmitry interrumpe) amor, Yulia, vamos a la playa. A la noche terminamos de organizar.
—Vale (contestan Yulia y Elena al mismo tiempo).

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Mensaje por DepecheMode 3/22/2015, 6:39 pm

Capítulo 46 "Día en la playa."

¡Hawái es divino!
La arena, el mar, la brisa, todo es realmente hermoso.
Como buena turista tomo fotos de todo, del paisaje y de los nativos; quienes por cierto son muy amables. También me tomo un par de fotos, pienso mostrárselas a mis amigas y a Susana.
Dmitry y Lena llevan puesto el vestido de baño bajo la ropa, así que sólo se la quitan y entran al agua. Yo busco un baño y me cambio.
Me acerco a papá para dejarle mi celular, hay varias cervezas sobre la mesa. Tomo un par y me acerco a la orilla.
Coloco una toalla sobre la arena y me siento, no quiero interrumpir el romance de la parejita. Echo un poco de bloqueador sobre mi mano y empiezo a esparcirlo sobre mi pierna. Lena me mira disimuladamente, yo en cambio no disimulo en lo absoluto. No puedo dejar de mirarla y detallarla, tiene un cuerpo armonioso. Si antes dije que era una diosa, ahora es la diosa de las diosas. Sus senos han crecido más, conserva su cinturita y su abdomen plano y sus caderas también han cambiado, ahora están más anchas, espero que mi hermano no tenga nada que ver con eso.
Minutos después Lena sale del mar y se sienta junto a mí.

—Hola (dice Elena).
—(Yulia se quita las gafas de sol) hola, ¿qué tal está el agua?
—Deliciosa, ¿no vas a entrar? (Elena se peina el cabello con las manos).
—Más tarde (Yulia sonríe).
—Oh, ¿me das una cerveza? (Elena pregunta).
—¿Estás segura? Sabemos que el alcohol causa estragos en ti (dice Yulia en tono sarcástico).
—(Elena sonríe) sólo dámela.
—Cuando quieras (Yulia hace un guiño, Elena reprime una sonrisa).
—Me refería a la cerveza.
—Yo también (Yulia le pasa una cerveza a Elena).

Lena me observa durante varios segundos.

—14 meses... (dice Elena).
—Así es (Yulia toma un sorbo de su cerveza y sonríe).
—Sé que es ridículo preguntarlo ahora, pero ¿cuál fue el motivo de tu viaje? (pregunta Elena).
—Ya debes saberlo.
—Quiero escucharlo de ti.
—Bueno, el último día de clases le conté a papá sobre mi sexualidad, él no lo tomó nada bien y decidió enviarme a un convento en España. Creí que sería difícil pero me acostumbré (Yulia cuenta).
—Oh... ¿Y tuviste alguna novia allá?
—(Yulia sonríe) casi pasa algo con una chica, pero no lo permití. ¿Y qué hay de ti?
—¿Novia? No, creo que sólo cuando te veo a ti se me sale el lado lésbico (ambas ríen).
—¿Y novios?
—Antes de Dmitry tampoco, duramos varios meses saliendo y me intenté alejar de él varias veces pero acabe aceptando ser su novia (dice Elena).
Silencio incómodo.
—(Elena continua) estás realmente hermosa.
—¿Eso crees?
—Sí, tienes un cuerpo maravilloso y ese tatuaje (Elena se muerde el labio).
—(Yulia se ríe) creí que no te gustaban los tatuajes.
—Oh, vamos. Siempre he pensado que el tuyo es sexy.
—Y yo siempre he pensado eso de ti (dice Yulia en tono pícaro).
—Quizá ahora sí, ya que me terminé de desarrollar (Elena se ríe).
—No dije "ahora" dije "siempre". Eres muy hermosa Lena, lo sabes (Yulia guiña el ojo, Elena se sonroja).
—Gracias Yulia.
—De nada (Yulia toma un sorbo de cerveza).
—Así que finalmente te dejaste crecer el cabello (risas). Me gusta.
—(Risas) gracias. ¿Me ayudas con esto? (dice Yulia señalando la crema).
—Vale.

Me acuesto boca abajo sobre la toalla.
Lena empieza a esparcir la crema sobre mi espalda con suaves y lentos movimientos. Sus dedos se abren paso por toda mi espalda, Dios, esto se siente realmente bien.
Ella toma un poco más de crema y continua con la parte baja de mi espalda. Toca mi trasero, no sé si es intencionalmente o no, pero lo hace. Yo suspiro.
Una vez más, toma más crema y la aplica en mis piernas. Sube haciéndome un masaje, llega a mi entrepierna y roza levemente mi intimidad. Definitivamente es intencional.
De mi boca se escapa un gemido y de la suya una risa pícara.

—Suficiente crema, gracias.
—¿Estás segura? Creo que falto un poco...
—(Yulia interrumpe) así está bien. Me meteré al agua y le diré a tu novio que salga para que te acompañe, ¿va? (Yulia hace énfasis en la palabra "novio").
Necesito enfriar mi cabeza. Entro al agua, me doy un chapuzón. Está fría, lo necesitaba.
¿Qué le sucede? ¿Intentaba excitarme? Si fue así entonces lo estaba logrando. ¿Pero que gana con todo esto mí querida cuñada?
Papá nos llama desde el kiosco, la comida ha llegado. Todos nos dirigimos a la mesa y comemos.
Pescado. Está delicioso.
Después de la comida, Dmitry y Lena se siguen bañando en el mar. Yo me acuesto en una hamaca y tomo todas las piñas coladas que puedo.

***

Se hace de noche.
Cenamos algo ligero en el restaurante del hotel, nos quedamos un rato en el vestíbulo y leemos folletos turísticos.
Hay varias playas desérticas, playas que poca gente ha pisado, playas sin exceso de gente, justo lo que queremos. Al parecer la única forma de llegar ahí es caminando y son aproximadamente 4 horas. Hay que escalar montañas pequeñas, pasar cerca de acantilados, cruzar ríos, atravesar montes, pero es perfecto.
Decidimos hacerlo, saldremos en la mañana así que tenemos que dormir temprano.
En el pasillo, Dmitry y Lena se despiden con un beso, yo simplemente digo: "adiós", mi hermano me mira fijamente. Cierro la puerta.
Lena se desviste frente mio y se pone su pijama, yo voy al baño y me pongo la mía. Vuelvo y la encuentro sentada en la cama echándose un poco de crema sobre sus piernas, es crema hidratante para el daño del sol.
Me siento junto a ella, estamos en silencio.

—¿Quieres un poco? Yulia... Yulia... (dice Elena).
—¿Ah qué?
—Que si quieres crema.
—Ah, no, gracias.
—(Elena pone el envase sobre la mesa) ¿sucede algo?
—No, ¿por qué lo preguntas? (Yulia mira fijamente a Elena).
—Porque has estado algo silenciosa desde que entramos.
—(Yulia susurra) si supieras.
—¿Qué cosa?
—Nada.
—Vamos dime.
Silencio.
«¿Qué más da?»
—Te veo y recuerdo un montón de cosas, es como si viajara al pasado.
—Es algo normal, tú fuiste mi primer amor, jamás te voy a olvidar. Es decir, aunque no lo quiera, siempre algo me va a recordar a ti y a lo que vivimos juntas.
—(Yulia baja la mirada) no creo que sea normal lo que yo siento.
—¿Por qué lo dices?
—Porque tengo ganas de besarte ahora mismo, tocarte, hacerte el amor como antes (dice Yulia).
Silencio incómodo.
—(Yulia continua) creo que mejor duermo en el suelo.

Antes de poder ponerme de pie, Lena agarra mi brazo. Yo la miro sorprendida.

—Yo también. Desde la cena en casa de mi hermano no hay cosa que más desee (dice Elena sonriendo).
—¿En serio? (Yulia pregunta sonrojada).
—Sí (Elena intenta besar a Yulia, pero ella la detiene).
—No quiero que te arrepientas de esto después.
—Probablemente mañana despierte odiándome, pero al mismo tiempo sintiéndome tan bien como no lo he estado desde hace 14 meses (Elena alza el mentón de Yulia y sonríe).

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Mensaje por DepecheMode 3/22/2015, 6:50 pm

Capítulo 47 "Noche de pasión."

Sonrío igualmente. Ella me besa y yo siento un millar de mariposas en mi estómago, simplemente como antes.
Dios, sus labios, sus labios, sus labios. Esos labios me llevarán a la perdición. Ambas nos miramos fijamente durante segundos y sonreímos.
Ella se pone de pie y camina hacia la puerta, se asegura de que esté cerrada con seguro, me mira y se quita la pijama.
Observo sus senos, ya perdí.
Me pongo de pie y la llevo a la pared, tomo control. La beso y muerdo sus labios, ella suelta un gemido y me sonríe. Entonces me toma de la mano y me lleva a la cama, se acuesta encima mio.
Esto es como una lucha de autoridad. Detiene el beso, busca mi cuello y pasa su lengua sobre él, me estremezco.
No puedo creer que esto esté pasando.
Me doy la vuelta quedando encima de ella, nos miramos, Lena acaricia mi cara mientras sonríe.
La beso, ahora es un beso más atrevido. Siento su lengua tocar la mía, entramos en calor.
Mi pijama está compuesta por dos partes, un short y una camisa, ella me quita la camisa. Yo busco su cuello, lo beso hasta llegar a su oído.

—No sabes cómo te extrañé (Yulia susurra en el oído de Elena).
—Mmmm y yo a ti, Yulia (dice Elena después de un gemido).

Muerdo suavemente su oreja, ella suelta otro gemido. Ese sonido armónico, como lo extrañaba. Quiero escucharla muchas veces más.
Bajo hasta sus senos, los observo una vez más y me sonrojo. Tantos recuerdos me vienen a la mente. Tomo uno y lo acaricio con mi mano, sin duda han crecido sin embargo siguen siendo tan suaves pero a la vez tan firmes.
Me acerco al otro y paso mi lengua alrededor del pezón, Lena suelta otro gemido. Entonces me llevo uno de sus senos a la boca y lo succiono. Juego con él en mi boca. Siento como su pezón se va poniendo duro, paso mi lengua en círculos sobre él.
Lena me acaricia el cabello. Cambio de seno, me lo llevo a la boca y lo succiono mientras toco el otro con mi otra mano. Muerdo suavemente su pezón, ella gime un poco más fuerte y se aferra a mí, me abraza.
Me alzo un poco hasta su cara, paso mi mano suavemente por sus mejillas y sus labios y la beso.
Vuelvo a sus senos, juego con ellos un rato y bajo besando y lamiendo su abdomen. Lena abre sus piernas y yo me acomodo entre ellas. Bajo acariciando su cintura y sus caderas lentamente hasta llegar a sus pies. Subo lamiendo desde sus muslos hasta su intimidad, me llevo una gran sorpresa, Lena se está tocando. Tiene su mano entre sus bragas, eso me excita aun más pero esta noche quiero ser sólo yo quien la toque, quien le provoque cada orgasmo. Agarro su mano y la saco. Me llevo sus dedos a la boca y los lamo, ella gime.

—No sé si con mi hermano necesites de esto para venirte, pero conmigo no (dice Yulia en tono pícaro).
—Oh, eso lo sé perfectamente (Elena muerde sus labios).

La toco sobre sus bragas, ella con sus gemidos me ruega que las retire y eso hago. Con mis dientes le quito las bragas.
Entonces ella se abre de piernas aun más, yo toco su intimidad. Está muy mojada, eso me gusta. Con mis dedos acaricio sus labios y empiezo a lamerla.
Extrañaba ese delicioso sabor.
Muevo su clítoris con mi lengua, primero lentamente hasta ir incrementando mi velocidad. Los gemidos de Lena se hacen cada vez más fuertes y su respiración agitada, se va a venir, lo presiento por sus gestos y sus contracciones de abdomen. Rápidamente meto dos de mis dedos y ella se viene en ellos. Un fuerte gemido invade la habitación.

—Será mejor que no hagas ruido o nos descubrirán (dice Yulia y besa el abdomen de Elena).
—Lo siento, pero me acabas de dar el mejor orgasmo de todos (Elena).
—Y apenas estoy empezando (ambas sonríen).

Saco mis dedos, están llenos de ella. Los lamo.
Con mis dedos toco su intimidad, acaricio su clítoris para que lubrique más. Luego le meto dos de mis dedos, sobra espacio. Los saco y meto los cuatro. Encajan casi perfecto, empiezo con un vaivén lento.
Los saco y los meto, mientras con mi lengua muevo su clítoris. Aumento la velocidad, ella está tan mojada que cuando mis dedos entran en ella del todo se produce un sonido sexy, como un chasquido.
Entonces ocurre de nuevo, ella tiene otro orgasmo. Esta vez ahoga sus gemidos con la almohada.
Sonrío al verla así, entonces ella se alza y me besa. Me acuesta y se pone sobre mí, recupera el control.

—Oh, me las vas a pagar (dice Elena en tono pícaro, Yulia sonríe).

Lena me besa en el cuello. Quiero seguir tocándola pero no me deja, me tiene tomada de las manos.
Nos besamos, ella estira mi labio con sus dientes y luego lo succiona. Eso hace que me derrita.
Oh, ya quiero sentirla en mí.
Ella baja hasta mis senos y empieza a lamerlos, mmm eso se siente delicioso. Aguanto mis gemidos hasta que ella con sus dedos estira un poco mi pezón, es un dolor rico. Entonces se lo lleva a la boca y lo succiona.
Cambia de seno mientras su mano baja por mi abdomen, siento algo difícil de describir recorrer mi cuerpo cuando llega a mi short, simplemente me paralizo.
Ella me toca sobre la ropa mientras juega con mis senos, yo muerdo mis labios. Me estoy mojando mucho, no puedo resistirlo.
Lena baja lamiendo mi abdomen, se detiene en mi ombligo y hace un corazón con su lengua.
Entonces me quita el short ágilmente y se acomoda entre mis piernas. Me lame sobre las bragas, yo me mojo aún más.

—Lena, mmm... Hazlo ya. Quiero sentirte (Yulia suplica).
—(Elena ríe) estaba esperando que me lo pidieras, tus deseos son mis órdenes.

Lena me quita las bragas y empieza a lamerme. Juega con mi clítoris, mueve su lengua sobre el con tanta gracia y agilidad que yo enloquezco.
Entonces ella me mete sus dedos y empieza a penetrarme con ellos.
Empiezo a gemir, Lena a aumentar de velocidad, entonces tengo un delicioso orgasmo. No sé si ella se percata de esto o se hace la tonta, pero continua lamiendo y penetrándome. No para, al contrario, sigue subiendo la velocidad. No aguanto más, ahora no puedo parar de gemir, tengo otro orgasmo.
Fuck, ella es tan... Oh Dios.
Entonces Lena me abre de piernas y las acomoda quedando en forma de L acosada. Ella se acomoda de medio lado y empieza a moverse.
La posición de la tijerita, oh, había olvidado lo buena que era. Nuestros clítoris se rozan, esto es delicioso.
Nuestros fluidos se mezclan, Lena se mueve de una forma lenta un poco tierna. Ambas nos tomamos de mano y ella aumenta la velocidad, entonces nos venimos casi al mismo tiempo.
¿Cuántos orgasmos van? He perdido la cuenta, pero algo que sí sé es que no queremos parar.
Lena se acuesta boca abajo en la cama, yo me pongo sobre ella. Acaricio sus senos mientras beso su cuello y su espalda. Le susurro un par de cosas.
Mis manos se abren paso por su espalda y su trasero hasta llegar a su intimidad. Ella se abre un poco para mí y empiezo a tocarla y meterle mis dedos hasta que tiene otro orgasmo.
Ella se voltea y me besa, casi nos caemos de la cama, ambas reímos.

—Ponte arriba mio (Elena ordena).

Obedezco.
Ella está acostada boca arriba y yo estoy arrodillada sobre su cara. Una duda invade mi cabeza, suelto la pregunta sin pensarlo.

—¿Has aprendido esta posición con mi hermano?
Silencio.
—No, se me acaba de ocurrir ahora (Elena sonríe).

Ella empieza a lamerme mientras agarra mi trasero. Empiezo a disfrutarlo y toco mis senos involuntariamente. Lena hace de las suyas, en poco tiempo tengo otro orgasmo, lo aviso. Ella mete su lengua en mí y lo recibe todo.
Finalizamos con broche de oro, haciendo el 69.
Ahora ambas estamos desnudas, acostadas, abrazándonos. Tengo una sonrisa de oreja a oreja y no puedo evitarlo.
Esta ha sido una noche mágica.
¿Qué me pasa? Me he olvidado de todo. Es como si sólo existiéramos ella y yo, como si todo fuese como antes. Lucho conmigo misma para no decirle "te amo" en este instante.

—¿Qué hora es? (pregunta Elena mientras acaricia la cara de Yulia).
—(Yulia mira su celular) ¡Demonios! Son las 3:00AM.
—(Elena ríe) el tiempo se pasó volando. Debemos dormir, las ojeras nos delatarán.
—Si nuestros gemidos no lo hicieron (ambas ríen).
—Hasta mañana Yulia (Elena besa a Yulia en la frente).
—Hasta mañana.
(Yulia y Elena se besan).

Lena apaga la lámpara, yo me doy la vuelta para dormir.
Entonces ella me abraza por detrás, poniendo su cabeza entre mi hombro y mi cuello, llevaba tiempo sin estar tan feliz.

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Mensaje por DepecheMode 4/3/2015, 2:13 am

Capítulo 48 "A la intemperie."

Despierto.
Busco a Lena con la mirada, no está. En cambio mi ropa está doblada sobre una silla. Miro la hora, es tarde. Joder.
Me pongo de pie y corro desnuda al baño, tomo una ducha lo más rápido que puedo y me visto. Arreglo la cama y guardo mi ropa.
Tomo mi celular, tengo un mensaje, lo abro y es de Lena.
"Buenos días princesa, estamos desayunando junto a la piscina del hotel. Luces tan hermosa dormida que no quise despertarte".
Sonrío por varios segundos hasta que recupero la razón. Salgo corriendo de la habitación y tomo el ascensor, bajo a la recepción y me dirijo a la piscina.
Tal como dijo Lena, ahí están todos sentados en un kiosco. Me acerco a ellos actuando tranquila y los saludo.

—Buenos días. Lo siento, perdí la noción del tiempo (dice Yulia sentándose en la silla).
—Buenos días (contestan todos al mismo tiempo).
—No te preocupes, ¿qué quieres de desayuno? (pregunta el Sr. Volkov).
—Waffles con salsa de chocolate y fresas (dice Yulia, el Sr. Volkov busca al mesero que les atendió).
Silencio incómodo.
—¿Y ya han desayunado todos? (pregunta Yulia).
—Sí, hace rato. Parece que te enredaste en las sábanas (dice Dmitry sarcásticamente, a Elena se le escapa una sonrisa).
—(Vuelve el Sr. Volkov) en 5 minutos vendrán con tu plato.
—Gracias (Yulia sonríe).
—Aquí está el mapa que me pediste (dice Dmitry dirigiéndose al Sr. Volkov).
—Genial (dice el Sr. Volkov observándolo).
—¿Esa es la ruta que tomaremos? (pregunta Elena).
—Ajá, es la menos peligrosa de todas, sin embargo es de medio riesgo. Debemos ser cuidadosos (dice Dmitry).
—Así es. Chicas, ¿empacaron sus cosas? (pregunta el Sr. Volkov).
—Sí, los maletines están arriba (dice Elena).
—Dmitry, vamos por ellos (ordena el Sr. Volkov).

Dmitry me mira enojado y se va con papá. Quedamos Lena y yo.

—¿Empacamos las cosas? (pregunta Yulia, ambas ríen).
—Lo hice esta mañana. Sólo guarde lo necesario, ya sabes, dos pintas de ropa, objetos personales, vestidos de baño (Elena sonríe).
—Gracias (Yulia sonríe). ¿Cómo te despertaste tan temprano?
—Despertador (Elena ríe).

Mi desayuno llega. Empiezo a comer y le doy un poco a Lena.

—Mmm está delicioso, ¿no? (dice Yulia saboreándose).
—No tanto como tú ayer (Elena guiña el ojo).

Papá y Dmitry llega.
Una vez termino mi plato partimos rumbo a esas playas místicas.
Veo las fotos del folleto, las playas se ven hermosas. Espero que valgan la pena tantas horas de caminata.

***

Wow, esto es hermoso. Sin duda las fotos no retratan ni la mitad de la belleza y majestuosidad de estas playas. Restriego mis ojos con mis dedos, lo que estoy viendo es demasiado bueno para ser verdad.
¡Es una playa de ensueño!

—Así es chicos, hemos llegado (dice el Sr. Volkov).

¡Música para mis oídos!
Uso la poca fuerza que me queda para lanzar mi maletín a la arena. Me quito la ropa quedando en vestido de baño, mis pies me matan pero corro como puedo hacia la orilla.
Siento las olas entre mis pies, suspiro de satisfacción. Doy unos pasos más y hay un hueco profundo, me hundo hasta el fondo y vuelvo a la superficie flotando.
Tal como lo pensaba, son playas con suelo inestable, debido a que poca gente ha estado en ellas, entonces hay huecos sin rellenar. Afortunadamente todos sabemos nadar.
Dmitry y Lena entrar también al agua, está deliciosa, llamamos a papá para que entre con nosotros, él se acerca a la orilla con la cámara y nos toma varias fotos, luego la deja sobre la arena y da un chapuzón.

***

Pronto va a anochecer.
Dmitry y papá han salido a buscar leña para hacer una fogata. Lena está armando la carpa, yo le tomo fotos al atardecer.

—Es hermoso, ¿no? (dice Elena)
—Así es, ven, te tomaré una foto (dice Yulia).

Pongo a Lena junto a una palmera y le tomo una foto del pecho para arriba, el sol ilumina medio rostro y se puede apreciar parte del paisaje. Le tomo otra, pero esta de cuerpo entero.

—Quedaron preciosas (dice Yulia mirando la cámara).
—Yo quiero una contigo.

Nos tomamos varias fotos, unas cuantas locas y unas besándonos será mejor que no deje que Dmitry toque la cámara.

—¿Qué tal si ahora me ayudas a meter las cosas en la carpa? (pregunta Elena).
—Vale (Yulia sonríe).

Entramos los maletines a la carpa, Lena y yo organizamos nuestras cosas.

—¿Te parece cómodo? (dice Elena acostándose en el suelo).
—(Yulia se acuesta en el suelo) No, creo que es mejor así (Yulia se acuesta sobre Elena).
—(Elena ríe) Yulia, vendrán en cualquier momento.
—Es por eso que debemos aprovechar.

Nos besamos, acaricio sus piernas. Escucho ruidos de unos pasos y nos separamos inmediatamente, salimos de la carpa.
Papá y Dmitry han llegado.
Papá apila la leña en el piso, Dmitry besa a Lena y yo me siento junto a un árbol. Observo como papá enciende el fuego y recuerdo cuando Lena y yo subimos a las colinas en plena madrugada con una antorcha y encendimos una fogata. Sonrío.
Todos nos sentamos alrededor del fuego y comemos enlatados. Hablamos un rato, apagamos la fogata y entramos a la carpa.
Papá está acostado a mi derecha, Lena a mi izquierda y Dmitry al otro lado de Lena.
Lena me da la espalda, yo pongo mi mano en su trasero, ella ágilmente me la quita, entonces lo entiendo. Yo estaba a pocos centímetros de tocar la mano de mi hermano, metiéndonos así en problemas a ambas.

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Mensaje por DepecheMode 4/3/2015, 2:13 am

Capítulo 49 "Confrontación."

Al día siguiente.
Es temprano, todos duermen menos yo. Salgo cuidadosamente de la carpa y me estiro un poco. La luz lastima un poco mis ojos, me acostumbro y veo con claridad.
La luz del sol brilla como nunca y esto crea una especie de espejo en el agua.
Yo busco algo para comer en la nevera portátil, saco una lata de cerveza y un paquete de frituras. Me siento junto a una palmera y como mirando hacia la playa.
Me ahogo tanto en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando Lena se sienta al lado mio hasta que me habla.

—Buenos días, Yulia (dice Elena).
—Buenos días (Yulia responde fríamente).
—¿Cómo dormiste?
—No muy bien, ¿y tú?
—Igual, un poco incómoda
—¿Ah sí? Pero parecías estar muy cómoda abrazando a mi hermano (dice Yulia en tono celoso).
Silencio incómodo.
—(Yulia continua) ellos siguen durmiendo, ¿por qué no te quedaste ahí?
—Oh, vamos (dice Elena en tono de burla).
—¿Qué?
—(Elena ríe) acompáñame.
—¿A dónde?
—Donde no nos puedan ver (Elena se pone de pie y agarra a Yulia del brazo).

Tomo lo poco que quedaba de mi cerveza y me dejo guiar por Lena, quien busca con la mirada un lugar seguro, sonríe y camina rápidamente.
A pesar de estar enojada, una sonrisa aparece en mi boca. La misma sonrisa de Lena. Esa sonrisa que aparece involuntariamente cuando sabes que estás haciendo algo "malo" pero que contradictoriamente te hace sentir bien. La magia de prohibido.
Ella y yo le damos la vuelta a unas piedras enormes, piedras que nos pueden triplicar la estatura. Entonces nos miramos fijamente.
Ella se acerca hacia mí sonriendo y acaricia mi cabello y mi cara. Me agarra suavemente y me besa.
Lena me pega a la pared liza de la roca y continúa besándose. Estoy intentando decirle "no" pero mi cuerpo le dice "sigue". Mis manos involuntariamente la agarran por la cintura y bajan hasta su trasero. Ella busca mi cuello y me besa ahí, mi punto débil.
Entonces sus hábiles dedos desatan la parte de arriba de mi vestido de baño, dejando al descubierto mis senos. Ella sonríe atrevidamente y toca mis senos. Se lleva uno a la boca y lo succiona.
Yo retiro mis manos de su cuerpo, estoy luchando conmigo misma. Quiero hacerle el amor una vez más, pero el remordimiento no me deja.

—Para, por favor (suplica Yulia).
—¿Por qué?
—Esto está mal.
—Una vez lo hicimos al aire libre, en las colinas, ¿por qué no aquí? (Elena sonríe).
—No me refiero a eso (dice Yulia, Elena la entiende y retrocede un paso).
Silencio.
—(Yulia continua) sigues con mi hermano.
—Así es...
—(Yulia interrumpe) ¿qué piensas hacer?
—No lo sé (Elena baja la mirada).
—¿No lo sabes? ¿Esperabas que siguiera así contigo? ¿Siendo tu amante? (pregunta Yulia indignada).
—Tú sabías bien en que te metías desde que nos besamos en el cuarto de mi hermano hasta ahora (dice Elena).
Silencio incómodo.
—¿Sabes qué? Sí, tienes razón. Soy una estúpida por pensar que aún me amabas cuando todo lo que has querido este tiempo es sexo.
—Oye, para ahí, yo no quiero sólo "sexo" (dice Elena indignada).
—Entonces, ¿cómo explicas esto? (dice Yulia refiriéndose a la situación).
—Es algo que simplemente pasa. Yo no esperaba hacerlo contigo anteayer, pero pasó. ¿Crees que eres la única que se siente mal por eso? Te tengo noticias, no es así. Yo siento lo mismo que tú sientes (dice Elena enojada).
—¡Pareció no haberte importando, pareció que disfrutabas serle infiel! (Yulia replica alzando la voz).
—¡No disfrutaba por ser infiel, disfrutaba porque era contigo! (exclama Elena).
Silencio.
—(Elena continua más calmada) yo te amo, pero... Vamos, no puedo dejarlo así tan fácil. Le debo muchas cosas, él estuvo junto a mí cuando mis papas se separaron.
—Si me amaras no estaríamos así, escondiéndonos detrás de una puta roca y burlando a mi hermano y mi padre.
—Yulia... (Elena toma a Yulia del brazo pero ella se suelta).
—Avísame cuando sepas qué es lo que quieres (dice Yulia).

Me amarro la parte de arriba de mi bikini tan rápido como puedo y me voy enojada de ahí.
Camino sin parar, escucho a Lena llamándome por mi nombre, entonces volteo y la miro, ella me mira y se detiene. Vuelvo mi vista hacia adelante y veo a mi hermano sentado en la arena mirándonos, mientras papá desarma la carpa.
Me acerco a Dmitry y me siento a una distancia prudente, Lena llega a paso lento y lo besa. Él está enojado y sospecha algo, lo sé.

—Buenos días (dice el Sr. Volkov).
—Buenos días (contestan Yulia y Elena).
—¿Ya desayunaron? Saldremos en unos minutos (anuncia el Sr. Volkov).
—Yo ya comí (contesta Yulia).
—Yo puedo hacerlo en el camino (contesta Elena).

Dmitry permanece en silencio mirándome. Papá termina con la carpa y cada uno agarra su maletín.
Empezamos a caminar por donde vinimos. Papá va adelante, yo unos pasos atrás y Lena y Dmitry de últimos.
Están discutiendo, no creo que papá pueda escucharlos pero yo sí.
El ambiente está incómodo, evito voltear hacia atrás. No quiero encontrarme con la mirada de odio de mi hermano y la tentadora mirada de Lena.

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Mensaje por DepecheMode 4/3/2015, 2:14 am

Capítulo 50 "El juego."

Llegamos al hotel, cansados y sudando.
El primero que hacemos todos es darnos un baño y cambiarnos de ropa. Después vamos a un restaurante que queda a unas cuadras del hotel.
El restaurante es completamente estilo hawaiano y tiene una hermosa vista hacia el mar. La mesera nos pone collares de flores y nos trae de entrada cócteles de bienvenida junto al menú.
Observo el menú, todo tiene nombre extraño. No entendemos nada, pero nos encargamos de pedir platos diferentes para probar cosas nuevas.
En 10 minutos llega nuestro pedido, mi plato luce algo raro pero está delicioso. Sabe como a cerdo en salsa agridulce pero no tengo ni idea de que sea, ni quiero saberlo.
Al terminar pedimos cervezas.
Papá y Dmitry hablan sobre cosas triviales como "¿qué tal te ha parecido Hawái?", "¿qué tal estuvo tu plato?", "¿te han gustado las playas". Yo comento una que otra vez pero Lena está callada, me concentro mirándola.

—¿Has disfrutado, Yulia? (pregunta Dmitry).
—¿Qué cosa? (pregunta Yulia).
—Las vacaciones, ¿las has disfrutado? (dice Dmitry en tono sarcástico).
«Sabemos que no te refieres a eso.»
—Sí, demasiado (replica Yulia en el mismo tono de Dmitry).
«Sabemos que no me refiero a eso.»
—Es una lástima que tengas que regresar a España (dice Dmitry).
—(el Sr. Volkov interrumpe) ¡Dmitry! Eso aún no está decidido.
—¿Y cuándo lo decidirás? Digo, se hace tarde (dice Dmitry).
—Eso no me concierne a mí, quien debe tomar la decisión es Yulia (dice el Sr. Volkov).
—¿Y cuándo piensas hacerlo, Yulia? (Dmitry pregunta dirigiéndose a Yulia).
—Bueno, yo...
—(el Sr. Volkov interrumpe a Yulia) antes de que tomes la decisión debemos hablar.
—Bueno (dice Yulia).

Silencio incómodo.
Observo a Lena disimuladamente, apuesto que se siente tan incómoda como yo ahora mismo, o peor.
Entonces encuentro con la mirada una cancha de tenis.

—Una cancha (Yulia señala).
—¿Quieres jugar un poco? (Dmitry reta a Yulia).
—(Yulia sonríe) vamos.

***

Aquí estamos, en una cancha sintética de tenis. Yo me estiro un poco, Dmitry hace movimientos de muñeca. Ambos nos miramos fijamente.
Sabemos que esto no es un simple juego amistoso, esto es algo más de honor y orgullo.
Papá y Lena están sentados en las vacías gradas.

—Entonces, hermanita ¿un set de 6 juegos? (dice Dmitry).
—¿Estás seguro? ¿No quieres que sean 2 sets? (Yulia lo reta).
—No, hagamos de esto algo corto y conciso. Las damas primero (dice Dmitry en tono sarcástico).

[En el tenis, el jugador gana un set ganando 6 juegos y gana un juego haciendo 4 puntos. Normalmente se juegan 2 sets, máximo 3.]

Inhalo y exhalo. Aquí vamos.
Saco la pelota con un golpe fuerte, Dmitry la devuelve perfectamente, yo hago un remate [golpe fuerte y seguro] y gano un punto.
Debo sacar de nuevo, Dmitry se va al fondo de la cancha, entonces se me ocurre una gran idea, hacer una dejada [Golpe en el que se le resta potencia a la pelota con la intención de que caiga lo más cerca posible de la red, del lado contrario] para cuando el intenta responder, la pelota hace su segundo rebote y anoto otro punto.
Saco una vez más, Dmitry me responde con un globo [golpe sencillo que consiste en pasar la pelota por encima del jugador] y me anota un punto.
2 a 1. Saco de nuevo. Dmitry me lo devuelve y yo le pego a la pelota de costado, haciendo que tome una dirección lateral hacia los costados de la pista.
Gano mi cuarto punto con golpe de aire. El primer juego es mio y fue fácil. Sonrío.
Ahora le toca sacar a Dmitry, él saca mal y me regala un punto. Parece estar enojado. Su siguiente saque es fuerte, me hace correr hacia uno de los extremos de la cancha pero logro devolvérselo con un globo. Anoto otro punto.
Querido hermano, siempre fuiste mejor que yo en casi todo, en las calificaciones, en las relaciones con los amigos de papá, incluso en el golf, pero esta vez estamos en el tenis. Mi fuerte.
Gano el segundo juego.
El tercer juego es reñido, los golpes de Dmitry son fuertes y con constantes cambios drásticos, logra ganar por una diferencia de 2 puntos.
El cuarto juego también es reñido pero yo logro ganar.
Ahora es el quinto juego, estoy sudando pero no estoy cansada. Agradezco tanto haber decidido jugar con la parte de arriba de mi bikini y un short, aunque lo más probable es que sufra de insolación.
A medida que jugamos gente se va acumulando para vernos, incluso pasan a las gradas y se sientan. Alguien le ha preguntado a papá como va el juego y ha decidido manejar el marcador.
A Dmitry y a mí no nos molesta en nada la atención que nos dan, al contrario, nos motiva aún más. Ambos queremos ganar, no hay mejor premio que la satisfacción personal y estamos llevando nuestra rivalidad por Lena hacia el juego, lo que lo hace aún más íntimo.
Para el momento en el que yo gano 5 juegos y Dmitry 4, las gradas están llenas.
Este juego es el decisivo. Si yo gano, acumulo 6 juegos ganando el set completo, si Dmitry gana tenemos que seguir jugando hasta que haya una diferencia de 2 juegos entre nosotros.
A Dmitry le toca sacar, al parecer está agotado, la pelota no pasa de la red, me regala un punto.
Todos nos miran detalladamente, cada movimiento, cada golpe.
Hago 3 puntos, Dmitry lleva 1. Sólo un punto, sólo un punto más.
Dmitry saca, su golpe es débil y sencillo. Prácticamente lo lanza en dirección a mi raqueta.
Segundos antes de golpear la pelota reflexiono, ¿Realmente quiero ganar? ¿Y qué es lo que gano? ¿Hacer que nuestra estadía aquí sea aún más incómoda de lo que ya es?
Dejo caer mi raqueta al suelo, la pelota rebota junto a mí.
Lo que para muchos hubiera sido el golpe victorioso, el golpe ganador, se ha convertido en mi renuncia.
Todos quedan sorprendidos y en silencio, esperando a que hable.

—Ha sido un gran juego, hermano, pero quiero renunciar (dice Yulia sonriendo).

Dmitry y yo nos acercamos para darnos la mano, la multitud le aplaude. Yo me retiro para comprar agua. Papá acelera su paso y me alcanza.

—Estabas a punto de ganar, ¿por qué renunciaste? (pregunta el Sr. Volkov).
—A veces, renunciar es otra forma de ganar (Yulia sonríe).
—No lo entiendo (dice el Sr. Volkov).
—Jamás lo entenderías, por cierto, quiero quedarme en España.
—¿Qué? (el Sr. Volkov detiene a Yulia).
—(Yulia sonríe) sí, como lo oíste. Si gustas podemos hablar mejor en esa cafetería, muero de sed (Yulia señala).
—Vale (dice el Sr. Volkov).

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Mensaje por DepecheMode 4/3/2015, 2:14 am

Capítulo 51 "Decisión final."

Papá y yo estamos sentados en una mesa, la cafetería está casi vacía y además de nosotros sólo hay dos mesas ocupadas.
El agua que iba a tomar se convierte en un granizado de jugo de naranja, papá opta por un capuchino.

—Entonces... (dice el Sr. Volkov dándole un sorbo a su taza).
—Mi relación con Dmitry últimamente no es de las mejores y sé que él es muy competitivo, así que si golpeaba esa pelota, lo único que iba a ganar es hacernos pasar un mal rato, hubiese sido más incómodo de lo que ya es. Opté por renunciar.
—No renunciaste, lo dejaste ganar.
—Dilo como quieras (Yulia sonríe).
—Eso no es muy integro de tu parte como tenista (el Sr. Volkov mira a Yulia detalladamente).
—Pero sí como persona.
—¿Y por qué has decidido volver a España?
—Para empezar, yo no debería estar aquí, con ustedes.
—¿Por qué dices eso?
—(Yulia baja la mirada) porque estoy causándole daño a todos.
—¿Todos quiénes?
—Dmitry, Lena, a mí misma.
—Entiendo, pero huir no es la solución.
—Quedarse tampoco. Has progresado, creí que te harías el loco cuando mencionara ese nombre.
—¿Lena?
—Sí, desde el día en que me fui a España lo has hecho. No entiendo cómo puedes, sabes que yo la amo y aun así permitiste que fuera novia de mi hermano (Yulia reclama).
—Yulia, yo no podía hacer nada, esa fue una decisión de ellos dos, ellos decidieron estar juntos.
—Pero tú decidiste invitarnos a las dos a este viaje, tú decidiste hacer que yo compartiera cuarto con ella (Yulia responde enojada).
—(el Sr. Volkov suspira) pasó algo con ella de nuevo, ¿verdad?
—Pasó de todo (Yulia sonríe, pronto la sonrisa se borra de su rostro) pero ella sigue siendo la novia de Dmitry.
—Ahora entiendo todo. Ir a España es tu forma de renunciar al "juego" y dejar que Dmitry gane, quedándose con Elena.
—Lena no es una medallita, ni mucho menos. Yo sólo quiero que ella sea feliz, hago todo esto por ella. Además irme es lo mejor para todos, las cosas volverán a su normalidad.
—¿Has hablado con ella?
—Sí, está indecisa, confundida.
—¿Entonces por qué decides por ella?
Silencio.
—(Yulia se desespera) es mejor así, no quiero obligarla a elegir. Por favor, cómprame el boleto para viajar mañana mismo o tendré que hacerlo yo.
—Está bien, está bien (el Sr. Volkov se cruza de brazos).
—¿Lo harás?
—Sí, ¿lo compramos mañana?
—No, hoy (dice Yulia).
—Vale.

Amar es desear la felicidad de esa persona antes que la tuya.
No quiero que Lena esté triste por mí, no quiero obligarla a tomar una decisión, menos comprometerla. No quiero estar mal con Dmitry y con mi padre, no quiero hacer que nuestra familia se rompa más de lo que ya está.
Quiero lo mejor para todos. Sé que yo estaré bien, lo estaré a como dé lugar.

—Así que aquí están, los hemos buscado por todas partes (dice Dmitry entrando a la cafetería de la mano con Elena).
—Estaba algo sedienta (Yulia finge una sonrisa).
—¿Qué haremos ahora? (dice Elena).
—Acompañaré a Yulia a hacer algunas vueltas pero ustedes pueden quedarse aquí, disfrutando de la playa (dice el Sr. Volkov).
—Gran idea (dice Dmitry).
—¿Vueltas? (pregunta Elena).
—Sí, hay un par de cosas que debo comprar y lugares que quisiera conocer (Yulia miente).
—Pero podríamos ir contigo (dice Elena).
—No, no se preocupen, son museos y cosas así (Yulia vuelve a mentir).
—Sí amor, mejor quedémonos los dos solos (Dmitry besa a Elena).
—Vale (dice Elena resignada).
—Bueno, nosotros nos vamos ya, hasta la noche (dice el Sr. Volkov).
—Hasta la noche (dice Yulia).

Papá y yo salimos de ahí.
Él para un taxi y vamos al aeropuerto, después de casi 1 hora compramos al fin el pasaje. Saldré mañana a las 6 de la tarde, perfecto. Dmitry y Lena harán un paseo en lancha desde las 12 de la mañana hasta esa hora, para cuando vuelvan, mi avión ya habrá despegado.
Definitivamente ya no hay vueltas atrás, no puedo arrepentirme.
Lo admito, estoy triste, pero eso es lo que debo hacer.
Papá para un taxi y nos montamos.

—Buenas, ¿podría llevarnos a la plaza de mercados? (dice el Sr. Volkov).
—¿Qué? (pregunta Yulia).
—Sí, no pensarás llegar al hotel con las manos vacías después de que has dicho que estábamos comprando (el Sr. Volkov guiña el ojo).

Asiento. Tiene la razón.
El taxi nos lleva hacia la plaza principal de Honolulu.
Hay un montón de puestos con cosas exóticas y hermosas, papá y yo caminamos todo lo que podemos. Me detengo en una tienda grande y llamativa, entramos y veo un atrapa sueños gigante con plumas azules, blancas y moradas.
Debe ser mio. Lo compro.
Continuamos caminando y me detengo al ver a una niña de tal vez 10 años de edad vendiendo manillas y collares. La niña es delgada y está un poco mal vestida, debe ser pobre.
Papá y yo nos miramos, él me lee la mente y saca su billetera. Compro varias manillas y collares para mis amigas. Al momento de pagar, papá le da un billete grande a la niña.

—Esperen aquí, cambiaré el billete (dice la niña y camina buscando de puesto en puesto quien le cambie el billete).
—¿Estás pensando lo mismo que yo? (pregunta Yulia).
—Creo que sí, vámonos (el Sr. Volkov sonríe).

Papá saca otro billete igual y lo pone sobre el mostrador, yo sonrío. Entonces nos vamos.
Apuesto que su familia necesitaba más esos billetes que nosotros. Me sorprendí cuando papá dejó el segundo billete, mamá era la caritativa no él.
Continuamos caminando, compramos postales y camisas, una muñeca hawaiana con la cabeza movible y finalmente volvemos al hotel.

***

Es hora de dormir.
Lena se desviste frente mio de nuevo, se pone su pijama como si nada hubiese pasado. Yo me voy al baño y ahí me pongo la mía.
Enciendo mi portátil y ella apaga la luz, me da la espalda y duerme.
Encuentro a Susana conectada, tiempo sin hablar con ella. La saludo y charlamos por cámara web durante 40 minutos.
Omito contarle sobre lo que pasó con Lena, no quiero lastimarla. También omito sobre mi viaje, la sorprenderé. Sólo le cuento sobre mis vacaciones "familiares" y me le mando un par de fotos.
Allá es bien temprano, en unos minutos Susana debe salir a hacer unas vueltas con su tía, así que nos despedimos. Le lanzo un beso, apago el portátil y lo dejo sobre la mesa.
Camino a través de la oscuridad hacia el baño y cepillo mis dientes. Cuando vuelvo encuentro a Lena sentada sobre la cama.

—Lamento haberte despertado (dice Yulia).
—He estado despierta, todo este tiempo (dice Elena).
Silencio.
—(Elena continua) ¿quién es esa chica con la que hablabas?
—No te importa (dice Yulia groseramente).
—¿Te gusta?
—Ya te dije, eso no te importa. No tengo porqué darte explicaciones, deberías estar celando a mi hermano, no a mí.

Silencio incómodo.
Lena se acuesta y cierra sus ojos.
Yo apago la luz de la lámpara y me acuesto a dormir.

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Mensaje por DepecheMode 4/3/2015, 2:17 am

Heeey capítulos del 48 al 51. Y malas noticias quedan solo dos capítulos para el final. Aguuuur

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Mensaje por DepecheMode 5/4/2015, 7:29 pm

Capítulo 52 "Nuevo comienzo."

Lo primero que veo al despertar es a Lena desnuda de espaldas. Se está secando con una toalla.
Observo su cuerpo de arriba a abajo; su trasero, su cintura, su espalda, su cabello mojado. Enloquezco.
Muero por abrazarla por detrás, besar su cuello y su espalda mientras toco sus senos. Muero por hacerlo una última vez, muero por besarla.
No, no puedo. Me contengo.
Cierro mis ojos y finjo dormir.
Minutos después, ella se sienta junto a mí y acaricia mi cara.

—Yulia, lamento tanto haberte hecho daño, no fue mi intención. Creo que ya te he perdido por completo, pero debes saber que yo...

Tocan la puerta.
Ella me arropa, me da un beso en el cachete y se va.
Dios, Dios, Dios. ¿Por qué no me besaste en los labios, Lena? ¿Por qué?
Un último beso, eso hubiera sido maravilloso. ¿Y por qué no continuaste la frase? Joder...
Permanezco intacta en la cama durante media hora más. Miro la hora, 12 en punto, ya debió haberse ido. Me levanto, me dirijo al baño y me doy una ducha para bajar a comer y después hacer mis maletas.

***

Son las 5:00.
Terminé mis maletas.
Alguien llama a la puerta, es papá. Le abro.

— ¿Todo listo? (pregunta el Sr. Volkov).
—Sí (contesta Yulia con la mirada baja).
— ¿Guardaste el cargador de tu celular?
—Sí...
—Bueno, vamos (el Sr. Volkov carga las maletas de Yulia)

Caminamos hasta el ascensor, se abren las puertas y nosotros entramos.
Siento, más que nunca, eterno el transcurso de nuestro piso a la recepción.
Papá pide un taxi y esperamos fuera del hotel.

— ¿Te acompaño? (pregunta el Sr. Volkov).
—No, no te preocupes (Yulia sonríe).

El taxi llega.
Papá mete mis maletas, entonces nos miramos fijamente.

— (el Sr. Volkov abraza a Yulia, ella se sorprende) cuídate mucho.
—Hierba mala nunca muere (ambos ríen).
—Ten, si necesitas más sólo llámame (dice el Sr. Volkov dándole dinero a Yulia).
—Gracias. Diviértanse mucho ¿sí? Adiós (Yulia abraza al Sr. Volkov y le da un beso en el cachete).

Me monto al taxi.
No sé por qué, pero sentí la necesidad de abrazar a papá. Quizá estoy algo sentimental.

—Al aeropuerto, por favor (dice Yulia).

El señor arranca y las lágrimas brotan de mis ojos. Intento secarme, pero es inútil, salen más. Empapo mi pantalón.
No me voy a arrepentir, no lo haré.
Saco mis audífonos y escucho música para distraerme pero no sirve de nada, no dejo de pensar en todos y en todo lo que pasó.
El camino se me hace aún más eterno.

***

Estoy en el avión. Ya he guardado mis maletas y he buscado mi asiento. Ahora simplemente estoy esperando a que el avión despegue.
Miro la hora, Lena y Dmitry deben seguir en su paseo. Como quisiera haberme despedido de ella. Ahora no puedo dejar de pensarla.
Enciendo mi cámara y borro una por una las fotos de ambas, una vez término dirijo mi vista a la ventana.
Una chica se sienta al lado mío, miro de reojo, trae una chaqueta con capucha y gafas de sol. Además está leyendo el periódico, que personaje más raro. No le presto atención y continúo mirando hacia afuera.

— ¿Estás bien? (pregunta la chica).
—Sí, es sólo que, ya sabes, duele desprenderse de las personas que amas (dice Yulia sin despegar los ojos de la ventana).
—Las despedidas son difíciles, pero necesarias. ¿Te has despedido de todos?
—Sí (contesta Yulia).
—Mentirosa.
— ¿Por qué lo dices? (Yulia se voltea para ver a la chica).
—Porque no te despediste de mí (dice Elena quitándose la capucha).
— ¡Lena!
— ¿Esperabas a alguien más? (pregunta Elena en broma).
— ¿Qué haces aquí? ¡Estamos a punto de volar! (dice Yulia exaltada).
—Lo sé, viajaré contigo (Elena sonríe).
— ¿Qué? ¿Cómo supiste? ¿No deberías estar con Dmitry?
— (Elena interrumpe) en el paseo no pude dejar de pensar en ti ni un solo momento. Sentí una gran necesidad de estar contigo, Yulia. Le confesé todo lo que pasó a Dmitry, tomé la primera lancha de vuelta y corrí al hotel, pero cuando entré a nuestro cuarto no estabas y noté que tus cosas tampoco estaban. Hablé con tu papá, le dije que te amaba y quería estar contigo. Él me contó todo. Le pedí prestado un poco de dinero, metí dos camisas, dos pantalones, ropa interior y mi cepillo de dientes en un maletín y aquí estoy.
— ¿Estás segura de que esto es lo que quieres?
—Sí. Verás, Dmitry es todo un caballero, es el chico que cualquier chica quisiera tener como novio, pero no lo amo, sólo siento una enorme gratitud por él. Sin embargo estás tú, tú haces que mi mundo se ponga de cabeza, durante la cena y durante todo este viaje sólo he pensado en ti.
— ¿Y qué te hace pensar que yo quiero volver contigo? Lo que me hiciste y con mi propio hermano es algo imperdonable.
—Sé que no merezco perdón, pero por favor, si me dejaras explicarte tal vez podría cambiar el punto de vista que tienes de mí.
—De tantos chicos, ¿por qué Dmitry? ¿Por qué?
—Cuando tú te fuiste, todo pareció irse a pique para mí. Un día cualquiera mi papá se fue de la casa dejándonos a nuestra suerte. Además, le diagnosticaron una enfermedad a mi hermanita en los pulmones, no te imaginas cuánto cuestan sus pastillas. Mi madre tuvo que conseguir un trabajo de noche, que a duras penas cubría el gasto de la comida y los servicios. Ahí fue cuando Dmitry apareció. Fue como nuestro salvador, o al menos así lo ve mi madre.
— ¿Quieres decir qué estabas con él por interés?
—Creo que la palabra adecuada es gratitud. Él nos ayudó sin pedir nada a cambio, sin embargo mi madre me insistía que estuviera con él cada rato, al pasar los meses y no saber de ti, cedí.
— ¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Cada vez que intentaba hablar contigo tú no me dejabas decir nada.
—No sé qué decir Lena, lo siento. Pero tú no sabes todo lo que yo he sufrido por ti.
—Y yo por ti, pero por favor dejemos eso de lado. (Elena toma las manos de Yulia) Yo a ti te amo, eres la única persona que he llegado a amar. Por favor, vuelve conmigo.

Sin palabras.

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Mensaje por DepecheMode 5/4/2015, 7:30 pm

Capítulo 53 "Happy ending."

Sonrío de oreja a oreja.

—Mejor empecemos desde cero. No hay apuesta, no hay Dmitry, no hay Parviz, no hay más juegos con el amor.
— (Elena sonríe) me parece perfecto.

Una vez sus labios tocan los míos, no me queda duda alguna, tomé la decisión correcta. La abrazo, permanecemos así durante casi un minuto, si pudiera, congelaría este momento.

— (Yulia sonríe) esto es una locura.
—Lo sé.
—Estamos a punto de viajar, es sólo cuestión de segundos para que despeguemos.
—Lo sé.
— ¿Y qué haremos?
—Oh, se me ocurren un par de cosillas (dice Elena y vuelve a besar a Yulia).
—Sigo sin creerlo.
— (Elena sonríe) te amo, Yulia, no sabes cuánto.
—Y yo a ti. No me vuelvas a dejar.
—No lo haré si tú no lo haces (ambas ríen).
— ¿Juntas?
—Por siempre.
(Yulia y Elena se besan).

***

Este es nuestro sexto día en España. Lena y yo nos estamos quedando en un hotel. Durante el día salimos a sitios turísticos; parques, museos, galerías de arte, cinemas, centros comerciales, etc. y las noches, bueno, esas son personales.
Incluso, Susana y Lena se conocieron, al principio fue incómodo pero se han llevado bien.
This is the heaven.
Ahora estoy en la habitación del hotel esperando a mi novia, ella ha ido a comprar algo para desayunar.

(Elena entra a la habitación).
—Ya estoy aquí amor, te extrañé tanto (dice Elena).
— (Yulia ríe) no demoraste ni 15 minutos.
—Lo sé, pero no quiero apartarme de ti, ni para bañarme (Elena besa a Yulia).
—Mmm entonces me agrada la idea (dice Yulia, Elena se ríe).
—Lo sé (se besan).
— ¿Y qué trajiste?
—Ensalada de frutas, pero antes de que digas algo, mírala.

Lena saca de la bolsa que sostenía un recipiente plástico con ensalada de fruta. Banano, fresa, manzana, cereza, piña, uva y mango. Luce realmente delicioso. También saca 3 latas, una de chocolate, otra de leche condensada y la ultima de crema de leche.

—Vaya, se ve rico. Debería dejarte escoger el desayuno más seguido (dice Yulia).
— (Elena sonríe) y además es sano.

Tomo la lata de crema de leche y la abro, empiezo a revolverla con la ensalada. Una vez termino, Lena me pasa la lata de leche condensada y hago lo mismo. Vaciamos la lata de chocolate sobre otro plato y empezamos a comer.
Agarro con mi tenedor una fresa y la sumerjo en chocolate, se la doy a Lena.

—Mmm, delicioso (dice Elena masticando).

Lena me da de comer banano con piña bañado en chocolate. Realmente está delicioso.

—Cuando vivamos juntas, tú cocinarás (dice Elena).
— (Yulia ríe) no tengo problemas con eso.
—Lo ves, eres buena con los dedos.
—Así es, pero tú lo eres con la lengua (Yulia hace un guiño, Elena le pega en juego).
— ¡Pervertida!
—Auch (risas). No soy pervertida, yo me refería a que tienes un gran sentido del gusto.
—Ajá (Elena le vuelve a pegar).

Abrazo a Lena y la acuesto sobre la cama, entonces nos besamos.

—A-amor, el desayuno...
— (Yulia ríe) tienes razón.

Nos acomodamos y continuamos comiendo.

—Sabes, hay muchas cosas que no te dije antes...
— ¿Cómo qué?
—Odiaba las motos, pero cuando me monté en la tuya por primera vez, aunque tenía miedo, me encantó.
— (Yulia ríe). Bueno, cuando terminamos, yo iba a la biblioteca sólo para verte estudiar.
— (Elena sonríe) hablando de eso, pensé mil y un veces en perdonarte. De hecho, cuando me llamaste borracha, te iba a contestar, pero no volviste a llamar.
—Uhh... Una llamada más y quién sabe cómo hubiera resultado todo (ambas ríen).
—Sigo yo. Cuando te vi por primera vez después de tanto tiempo, me di cuenta de que nada había cambiado, mis sentimientos seguían iguales y eso me asustó. Pensé que habías vuelto con Parviz y quería darte celos.
— (Yulia sonríe) yo también lo intenté y Parviz se dio cuenta. Él me dio ánimos para conquistarte de nuevo.
—Mmm, aun así sigue sin caerme bien (ambas reímos).
—Amor, olvidé decírtelo, hace un par de días me llegó una carta de mi papá (cuenta Yulia).
— ¿Ah sí? ¿Y qué dice?
— (Yulia saca la carta de su cartera y se la pasa a Elena) léela.

"Querida Yulia.
Espero que tú y Elena se encuentren bien, Dmitry está mejor ahora y yo estoy bien.
Hay un par de cosas que no te he dicho, cosas que me he guardado, pero es ahora o nunca.
No hay momento en que no me arrepienta por haberte obligado a ir a España. Debí apoyarte en ese momento pero estaba cegado, cegado por la ignorancia.
Meses después, cuando Dmitry llevó a Elena a la casa y la presentó como su novia me sorprendí mucho, ya que era la misma chica del aeropuerto.
Al principio pensé en prohibirle a Dmitry andar con ella por eso mismo, pero me di cuenta de que es una maravillosa chica; inteligente, hermosa y educada.
Un día, en una cena, tú surgiste como tema de conversación y a ella se le iluminaron los ojos al saber cómo estabas. Incluso varias veces cuando te llamaba, ella escuchaba silenciosamente y sonreía, entonces lo supe, que aún estaba enamorada de ti.
Mi intención con las vacaciones no fueron en ningún momento hacerte sufrir, sólo quería que tú tuvieras otra oportunidad con Elena, quería equilibrar todo para hacerlo más justo pero creo que lo único que logré fue separarnos más.
Al menos ahora ya sabes que tienes mi apoyo al 100% en todo, espero que podamos tener una mejor comunicación y que entre los tres recojamos los pedazos y los unamos de nuevo.
Con amor.
Oleg Volkov."

—Wow, eso quiere decir que nos acepta (dice Elena sonriendo).
—Sí, aunque lo supuse cuando apareciste en el avión (ambas ríen). Ellos están en Japón, regresarán a casa en un par de días y creo que debemos estar allí para entonces.
— ¿Por qué?
—Porque tu mamá aún no sabe de nosotras, ella cree que estás en Hawái con Dmitry. Además eres menor de edad todavía y tienes que empezar tu carrera universitaria.
—Tenemos (Elena corrige).
—Tenemos (Yulia sonríe).
—Lo he pensado, le contaré todo a mi mamá.
— ¿Estás segura? No sabemos cómo pueda reaccionar.
—Sí. Faltan unas semanas para mi cumpleaños, si reacciona mal sólo esperaré hasta entonces y me iré de la casa.
— (Yulia toma las manos de Elena) Entonces te apoyaré, podríamos estudiar y trabajar de medio tiempo, sé que si se lo pedimos, papá nos dará un empleo en alguna de sus empresas. Y ayudaremos a mi suegra y a mi cuñadita.
— (Elena sonríe) sería hermoso vivir contigo. Cada vez tengo más ganas de ello.
—Lo sé, yo igual (Yulia y Elena se besan). Nos queda una semana en España, ¿qué quieres hacer?
—No lo sé, ¿podríamos simplemente quedarnos aquí, desnudas? (dice Elena en broma).
— (Yulia ríe) ¿qué te parece si vamos al concierto de Maroon 5 en Italia? (Yulia saca dos boletos VIP de su cartera).
— ¿Es en serio? (pregunta Elena sorprendida).
—Por supuesto, además podremos ir a Florencia y poner nuestro candado como se debe (Yulia sonríe).
— (Elena grita). ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!
— (Yulia se ríe) lo sé, lo sé, lo sé.

Ambas reímos. Ella me abraza y me besa.
Nos acostamos en la cama y continuamos besándonos, ella me mira fijamente mientras acaricia mi cara. Entonces sonríe y sutilmente besa mi cuello.

—Lena, el desayuno (dice Yulia entre gemidos).
—El desayuno puede esperar (dice Elena y besa a Yulia).



El fin.

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