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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

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Mensaje por VIVALENZ28 1/11/2015, 6:58 pm

CRONICA DE UN ROMANCE (I)



Yulia entró al boliche con sus amigas Vika y Mona, recorriendo con una mirada aburrida el lugar, que estaba un poco más lleno que de costumbre. Vika y Mona habían insistido bastante para esa salida, en realidad desde hacía meses venían insistiendo en lo bueno que sería para ella salir, divertirse, olvidar todo lo malo. Los malos momentos tenían nombre de mujer, mas exactamente el nombre de Irina, con quién Yulia estuvo durante año y medio pensando que era una mujer con la que estaba formando una pareja sólida y estable. Hasta que el destino hizo que Irina se encontrara nuevamente con esa ex a la que no podía decirle nunca que no y se acostó con esa mujer, con tan poco manejo de la discreción que fue muy pero muy fácil para Yulia darse cuenta que Irina le era infiel, y aún mas fácil descubrir con quién, dado que apenas conocerse Irina le había confesado que la gran debilidad de su vida era Masha, y que nunca podía evitar tener sexo con ella si la otra la llamaba o la buscaba.
Yulia había iniciado la relación con Irina pensando que esas palabras eran una exageración, pero cuando intuyó que Irina le estaba siendo infiel, bastó con hacer un par de preguntas para que Irina se confesara..."sí Yulia, te quiero mucho pero con Masha pierdo de vista todas las razones para no serte infiel...llámalo como quieras pero es un hecho". Esas fueron las palabras de Irina. Y si bien Irina era una persona importante en la vida de Yulia, mas precisamente importantísima, cuando Irina no supo responderle si amaba a Masha o la amaba a ella, decidió cortar con la relación, porque se respetaba mucho a sí misma para aceptar una pareja que estuviera no sabía si estaba con ella por comodidad, por cariño o por amor.
Las separaciones duelen, son muy duras, lleva tiempo recuperarse...por eso durante todo un año Yulia se recluyó en casa, vivió su duelo, evitó salir a un boliche o conocer a otras chicas por temor a terminar enredada con alguna solo para calmar la pena. Pero ese sábado en la noche aceptó la invitación de sus amigas porque se sentía diferente...se sentía fuerte nuevamente. No era que estuviera al 100% ni mucho menos, pero la pena no era tan honda, había vuelto a sonreír más de una vez y a fijarse en las chicas con ganas, lo que era una buena señal.




- ¿Qué tomamos? - preguntó Vika.
- Escalera al cielo - dijo Mona.
- Será mejor que tomemos cerveza sino ustedes se caerán al bailar - respondió Yulia, porque sus amigas ya estaban un poquito entonadas dado que antes de irse al boliche se habían reunido en casa de ellas y habían estado tomando algunos vodkas
- OK, cerveza - acordaron las otras dos. Yulia fue a buscar la cerveza y tres vasos. La música estaba muy buena, Kylie Minogue cantaba "Is in your eyes", increíblemente era uno de esos días en los que el número de lesbianas superaba al de varones gays en la disco, Mona y Vika decían miles de tonterías y Yulia se estaba divirtiendo mucho, como hacía mucho tiempo no se divertía. De pronto Mona le dice:
- Cambia de lugar conmigo.
Yulia le hizo caso, cambiaron el lugar, desde donde estaba ahora se veían las escaleras de acceso a una de las barras, Mona le dice al oído.
- Mira que bien esta la pelirroja, la de remera blanca, la estoy viendo hace rato y está sola.
Yulia miró a la chica pelirroja, que a su vez la miró y sonrió abiertamente. Se puso nerviosa, hacía mucho que no jugaba el juego de la seducción...miró para otro lado mientras Mona, que estaba un poco mas alegre de lo debido, le machacaba al oído.
- Pero no seas timida, si miras para otro lado te la van a pelar, hoy esta lleno de lobas, anda y ve a decírle algo.
- No seas así, por favor.
- Pero es que tu hoy estás redormida, o estas fuera de práctica.
Yulia volvió a mirar, la chica pelirroja la miraba a su vez, esta vez la chica levantó su vaso hacia ella en un mas que evidente saludo, esta vez no podía dudar de las intenciones de la chica pelirroja. Yulia comenzó a caminar entre la gente para llegar a las escaleras, pero de pronto no la vio...se apenó pensando que quizás se había equivocado y ese brindis no era para ella, hasta que sintió una mano sobre su hombro y una voz suave preguntando casi en su oído.
- ¿Me buscas a mí?.
Volvió la cabeza y sus ojos se encontraron con los ojos verdes grisáceos de la chica pelirroja, que sonreía pícaramente, se puso nerviosa y sonrió para disimularlo...vaya que era de armas tomar esta chica.
- Pues...si estas sola sí.
- ¿Me ves con alguien mas? - preguntó la chica. Yulia negó con la cabeza, la pelirroja le tomó la mano y dijo - Vamos a bailar entonces, me encanta Kylie.
Se pusieron a bailar una frente a la otra mirándose a los ojos...la pelirroja miraba a Yulia sin ningún tipo de recato, la recorría con la mirada...Yulia ciertamente no era una modelo sin embargo tenía varios puntos a su favor, la mirada vivaz, unos labios finos que a la pelirroja se le antojaba besar, una figura cuidada, el cabello negro muy suave como pudo comprobarlo la pelirroja cuando se lo acaricio como al descuido, fingiendo que acomodaba un mechón rebelde que caía sobre los ojos de Yulia.
- Soy Lena ¿y tu?.
- Yulia.
- Lindo nombre...no te había visto antes por aquí.
- Si, no vengo mucho - respondió Yulia. ¿Para qué decir que con Irina no venían porque a la otra le daban celos, y que después de su ruptura por motus propio había restringido sus salidas durante más de un año para no meter la pata y relacionarse por soledad o para matar el dolor?. Ese tipo de historias espantaban y la verdad que esta chica le gustaba y quería, al menos esa noche, tenerla cerca.
- Pero bailas muy bien - respondió Lena, acercándose mas a Yulia, tanto que Yulia pudo sentir su perfume, y un par de rizos de Lena rozaron su mejilla...en ese momento cambiaron la música a música latina, cumbia, y Yulia se dijo que era su oportunidad. Pasó un brazo por la cintura de Lena y le dijo:
- ¿Me sigues?.
- Solo baila y veamos si te sigo - le respondió Lena. Yulia había aprendido a bailar ese ritmo con su primo hacía años, y aunque el género musical no le gustaba para nada, si reconocía que ese tipo de música era una excusa excelente para el aprete consentido como le decía su primo. Pego su cuerpo al de Lena, guiándola con la mano que tenía en su cintura y comenzaron a moverse cadenciosamente, Lena seguía cada paso de Yulia pero también pegaba su cuerpo, estaban tan cerca que los pezones se rozaban y ese baile las estaba erotizando demasiado, pese a casi no conocerse. Yulia pensó "si así se mueve en la vertical, lo que será en la horizontal" , sonrió pícaramente no solo con los labios sino con los ojos y por primera vez en meses sintió el llamado poderoso del deseo. El brillo en los ojos de Lena indicaba que le estaba sucediendo lo mismo...porque entreabrió los labios y se pasó la lengua sobre ellos provocativamente. Yulia solo la miraba, vio como la cara de Lena se acercaba y de pronto sin saber muy bien quién comenzó se estaban besando apasionadamente, Lena se le antojaba tan sensual a Yulia que no quería negarse, solo quería disfrutar de esa mujer. Lena tenía una lengua muy hábil, y Yulia recorría con sus manos la espalda de la chica, apretándola, estrujándola.


- Uta - dijo Yulia cuando sus labios se separaron.
- Hay algo que no me quedó muy claro - murmuró Lena sobre los labios mismos de Yulia, antes de comenzar a besarla nuevamente, de un modo diferente esta vez...porque el anterior beso fue por pura calentura, pero mientras la besaba por segunda vez algo diferente le sucedía por dentro, algo mas que la atracción puramente sexual. Yulia la estrecho sintiendo en este beso más de dulzura que pasión. Separaron los labios mirándose a los ojos, sorprendidas.
- ¿Te gustó? - preguntó Lena.
- Mucho.
- Creo que nos llevaremos muy bien tú y yo - dijo Lena, acariciando la mejilla de Yulia con el dorso de su mano derecha. El resto de la noche lo pasaron bailando entre besos, abrazos apretados y más besos, casi sin hablar...las dos se sentían muy excitadas como para pensar, hablar o hacer otra cosa. Eran poco más de las 5.30 de la mañana cuando Lena miró la hora y dijo:
- Si no me voy ahora ya no tendré en que irme.
- Pero te llevo en taxi, no te preocupes.
- Yulia, no puedes...vivo lejos de la ciudad, sería carísimo ir hasta allá en un taxi, si no me voy ahora tendré que esperar dos horas al próximo bus.
- Bueno...te acompaño a la terminal.
Sacaron los abrigos de la ropería. Yulia ofreció tomar un taxi hasta la terminal, pero Lena le dijo que tenían tiempo de ir caminando, porque quería conversar un poco más, y porque pensaba que quizás en la caminata Yulia la invitaría a su casa. Dentro del local entre la música y que solo habían apretado, la conversación entre ellas había sido casi nula.
- ¿Y cuantos años tienes? - preguntó Lena.
- 30 ¿y tu?.
- 34.
- ¿Donde vives? .
- En Kazan...por eso vengo una vez por mes al boliche, a veces dos, porque mi casa queda lejos de la ciudad.
- Ajá.
- ¿Tu eres de acá, de la ciudad?.
- Sí.
- ¿Y con quién vives?.
- Con mis padres ¿y tu?.
Lena esperaba y temía la pregunta al mismo tiempo. Porque sabía que la respuesta a esa pregunta podía significar que no volviera a ver a Yulia, había ocurrido muchas veces antes. Pero también sabía de la inutilidad de mentir, mejor era perder ahora que perder mas adelante.
- Vivo con mi esposo.
A Yulia el espíritu festivo se le cayó de golpe al suelo. No, no otra casada en busca de trío, pensó para si misma...se le notó en la cara el disgusto, porque frunció el entrecejo. La pregunta no era una pregunta sino como la repetición de lo que Lena le terminaba de decir.
- ¿Con tu esposo?.
- Sí.
- Ajá...¿y que haces en un boliche gay, buscando a una mujer si estás casada?...disculpa mi ignorancia pero no entiendo - continuo Yulia, visiblemente molesta.
- Dejame explicarte...me casé muy joven, con 17 años.
- ¿Y eso que tiene que ver? - preguntó Yulia, cada vez mas fastidiada con la idea de escuchar alguna otra historia inventada para comenzar la tela de araña y lograr el trío que muchas buscaban.
- Esperá...me casé joven, como te dije...con el novio que tenía desde los 14 años, que además es el único hombre que he tenido, con lo cual toda mi experiencia sexual se reducía a él, y solo salía con él...éramos muy jovencitos los dos, él tenía 20 cuando nos casamos.
- Ah, ya sé y como ahora después de tantos años de casados la vida sexual se ha tornado monótona quieren introducir innovaciones.
- ¿Por qué no me dejas hablar a mi? - preguntó Lena, tomando la mano de Yulia con suavidad. Con la misma suavidad Yulia se deshizo de esa mano y alzó las cejas, interrogante.
- Sash es un buen tipo....esencialmente bueno, nos fuimos a vivir a Kazan, es un lugar tranquilo y más barato que en la ciudad...nos llevamos bien, pero él me conoce muy bien. Nuestra vida sexual como dices tú, no es mala por lo cual no necesitamos innovaciones. Sin embargo cada tanto él trae algunas películas para ambientarnos, para evitar caer en la rutina y un día hace unos años trajo una película de lesbianas. Para mi vergüenza fue esa noche la que mas excitada estuve en toda mi vida. Sash lo notó y cada tanto traía una. Luego empecé a alquilarlas a escondidas de mi esposo, hasta que él las descubrió...hablamos mucho, y fue él quien me dijo que probablemente yo tenía una faceta bisexual.
- Y ahí fue donde te dijo que encantando compartiría una mujer contigo, esa historia ya me la han hecho antes, no pierdas tu tiempo porque mi respuesta es no. Ha sido un gusto compartir esta noche contigo, pero no, gracias.
Yulia tenía un carácter poco paciente con ciertos temas y si algo le enfermaba eran las mujeres que buscaban tener sexo con una mujer y su esposo o novio, le enfermaba que no pudieran tener ovarios para acostarse con una tipa si eso querían, pero sin escudarse en cumplirle el sueño al tipo que tuvieran a su lado. Lena meneo la cabeza...nunca era fácil explicar lo que le sucedía a ella por dentro, en su cabeza, en el cuerpo, ni era fácil explicar que tipo de trato mantenía con su esposo respecto a este tema.
- Te equivocas, no me dijo eso. Me dijo que era algo que tenía que explorar, si sentía que me haría feliz. Me dijo que él no soportaría que yo tuviera un amante hombre, pero que si podía aceptar a una mujer en mi vida....y dije en mi vida, no en nuestra vida, a él no le importa participar para nada...quiere que yo sea feliz porque me ama.
- No te puedo creer ni una palabra Lena....mira, tú me gustas, me encantas....despiertas mi deseo de un modo que hacía mucho no se despertaba, no te lo negaré porque lo has sentido...pero no puedo creer lo que me estás contando. Y si no me equivoco aquel es tu bus, dice Kazan.
Lena miró y si, era su bus...no podía quedarse porque Sash la esperaba para ir a casa de sus padres a almorzar, y obvio que debía dormir algo para no tener cara de cansancio. Suspiró...sentía un dolorcillo raro en el pecho, si bien con Yulia no había compartido mas que una noche de aprete en un boliche gay, quería hablar con ella, explicarle, estaba sintiendo esto como una pérdida...tomo un papel y escribió su número de celular, y su dirección de e-mail.
- Llamame o escribime...no me puedo quedar ahora, pero me encantaría que me escucharas, que supieras un poquito como es mi vida antes de juzgarme y desecharme...me gustas, horrores Yulia...
Yulia detuvo el bus para que no siguiera de largo...se miraron a los ojos, profundamente...no sabiendo si era una mirada de despedida o de comienzo. A veces la diferencia entre una cosa u otra es tan sutil que no alcanzamos a verla. Lena abordó el bus y Yulia se lo quedó viendo hasta que desapareció calle abajo. No podía creerlo...un año sin salir, conocía a alguien que despertaba su instinto sexual de modo poderoso y resultaba ser una tipa casada. Evidentemente su sensor gay se había dormido totalmente en ese tiempo de abstinencia...¿o era la abstinencia la que le había hecho ponerse tan caliente con solo tener en brazos a Lena?. Si era eso entonces su precaución había sido totalmente contraproducente, porque de no haber dicho Lena que era casada y de haber tenido ella lugar, o un poco de dinero para ir a un hotel, esa noche le hubiera hecho el amor furiosamente. Guardó el papel con el teléfono en su billetera...quizás un día la llamaría, solo para saludarla. Después de todo tenía a su favor el haberle dicho la verdad, cuando bien podía haber acomodado a su antojo las cosas.

* * *
¿Cómo que casada?.
- Casada, con un hombre, registro civil, iglesia, flores ¿te suena? - dijo Yulia, burlándose un poco del asombro en la voz de Mona, que la había llamado para saber cómo había terminado la noche con la pelirroja.
- Chica, no te puedo creer....no parecía para nada una infiltrada...digo...bueno, si lo piensas bien capaz que sí, era bastante raro que estuviera sola…nosotras tenemos la manía de ir en grupo de amigas.
- Me parece que a nosotras dos la bebida nos embotó totalmente el sensor.
- ¡A ti te embotó el sensor la bebida y la calentura nena, mira que fajaste lindo en el boliche!.
Soltaron una carcajada las dos.
- ¿Y no te dio teléfono o algo para encontrarla?.
- ¿Y para qué quiero encontrarla?....no me interesa una relación con una mujer que tiene alguien en su vida, mucho menos con una que tenga a un hombre en su vida...aunque la verdad que despierta mi deseo de un modo que no te puedo describir.
- Hmmmm....¿y si la llamás para tener una compañera de cama?....digo, para no perder entrenamiento...
Yulia rio...Mona no cambiaría jamás, bien sabía que ahora mismo le estaba tomando el pelo, porque ambas pensaban lo mismo sobre ciertos temas.
- No mujer...porque si caigo en esa, en un par de meses querrá meter al esposo en nuestra cama...además...yo que sé...me da cosita acostarme con una que se acuesta con un tipo, viste...
- En eso si, también me daría cosita. Ni que decir que si te llegas a enamorar…pensar que después ella se va con su marido, uhhhh, no creo que de ningún modo podría.
- Causa perdida entonces.
- Y bueno…ya va a caer alguna otra pajarita, estamos en contacto….te dejo porque alguien esta colgado del timbre, que ansiedad por Dios.
- Vale, nos hablamos, cuídate.
Cortó la comunicación con Mona. Se tiró en la cama, mirando el techo...era domingo a la tardecita, estaba aburrida, su padre escuchaba fútbol como era la costumbre todos los domingos a la tarde, y no tenía ganas de ir a la cocina porque seguramente su madre empezaría a hacer un detallado reporte de todos los chimentos del barrio, y no tenía ni un poquito de ganas ni de paciencia para escucharle. Cerró los ojos y la imagen de ese beso apasionado, de los labios de Lena en los suyos, le golpeo con fuerza.
¿Sería verdad toda esa historia del trato con el esposo?....no, no, no podía ser verdad…ningún hombre soportaría ser cornudo consciente..¿o sí?. Por ahí el esposo de Lena pensaba que una amante mujer no era competencia para él…en un típico pensamiento machista, él pensaría que esas relaciones de su esposa eran “para pasar el rato”.
- “Ahh, si que me la hizo bien esta mujer…me tiene pensando en ella, como una boba”.
Fue a buscar la billetera y cuando la abrió el papelito en donde Lena había anotado sus datos cayó a sus pies…lo levantó, lo miró y meneo la cabeza. ¡No podía estar considerando el llamarla!.
- “Quizás fui grosera con ella, debería disculparme...podía haberme mentido”….
*****
El celular sonó un par de veces antes que Lena pudiera cortarle el chorro de conversación a su suegra y apartarse un tanto, ya que no identificaba el número que aparecía en el visor. Pensando que podía ser Yulia, salió al patio…mas bien esperando que fuera Yulia, aceptó la llamada.
- Hola
- Hola
Reconoció la voz de inmediato y una media sonrisa apareció en sus labios.
- Hola Yulia.
Yulia se sorprendió, realmente no esperaba que Lena recordara su voz con tanta claridad.
- Pensé que no llamarías.
- Bueno, creo que te debo una disculpa, me porté como una total maleducada contigo anoche-
- No, no te preocupes…es que te plantee algo que no es común.
- Mas que eso, me planteaste algo totalmente incomprensible para mi, pero te agradezco la sinceridad, pensé mas tarde que bien pudiste haber mentido si lo que querías era cama…obviar la verdad técnicamente no es mentir, si no hubiese mencionado a tu esposo y yo hubiera tenido donde irnos, ambas sabemos como habría terminado esa noche.
- Estamos a tiempo de tomar el rumbo de esa noche….
- Por favor Lena…
- OK, no comienzo…pero dame una oportunidad, para explicarte bien como es mi vida, no te pido que compartas lo que yo siento…pero si que me escuches.
- Hmmm…no lo creo.
- Vamos…un café…en donde tú elijas. Piénsalo y me llamas…
- Esta bien.
- Lena ¿con quién hablas? – gritó su suegra desde la casa.
- Debo cortar…llámame.
Cortó la comunicación justo antes de que Sveta llegara a su lado. Sonriendo nerviosamente respondió.
- Era uno de los distribuidores de cigarrillos, no puede conseguirme lo que pedí.
- Ah muchacha, ese kiosco da demasiado trabajo…
- No crea Sveta, no crea.
******
- “Pero tú si que eres bien tonta Yulia…no debiste llamar, ni la primera vez ni esa segunda, debiste pensar que iba a lograr que la invitaras al famoso café” – mascullaba para sus adentros Yulia, mientras esperaba en el coquetísimo café “Bistrot” la llegada de Lena. Había elegido ese lugar porque las mesas tenían una distancia razonable, y además había buscado una de las mas apartadas para poder hablar sin temor a ser escuchadas. Un par de días después de esa tarde de domingo había vuelto a llamarla, justificándose en que debía ser mas abierta y escuchar al menos a esa mujer…pero en su interior sabía que esa era una mentira. Quería volver a verla y saber si ahora, a la luz del día, en un lugar que no fuera el boliche, toda esa ebullición que se había dado allá se repetía.
La vio entrar y mirar un poco perdida, hasta que la vio y le sonrió de esa manera…de la misma manera que cuando tocándole el hombro preguntó “¿Me buscas a mí?” y el corazón le dio un salto en el pecho, desbocado…Lena la vio a su vez y sonrió gatunamente…que Yulia hubiera accedido a ese café significaba para ella mucho mas de lo que se imaginaba en ese momento. Caminó resueltamente y se sentó frente a Yulia.
- Gracias por venir…realmente gracias.
- Si…claro…¿cómo estás?.
- Feliz de estar aquí.
- Vamos, no empieces.
- ¿Qué no empiece con qué?...solo digo la verdad.
- OK, OK. ¿Qué tomas?.
- Lo mismo que tú.
Pidió otro capuchino con cacao. El servicio era rápido así que en pocos minutos estaban solas, en ese rincón del café donde nadie podía oír lo que hablaban. Lena observaba a Yulia…seguía gustándole horrores esa mujer, y sabía, era consciente, que esta era su oportunidad de quebrar su resistencia, de lograr que diera una mirada a su vida por fuera de los preconceptos y de los prejuicios.
- Y bien…cuéntame, intentaré escucharte sin prejuzgar.
- No tienes idea de cuanto agradezco esto, Yulia…retomo donde dejamos…me casé joven, a los 17, con el novio que tenía desde los 14 años. Mi único referente de vida sexual era Sash…ha sido y es el único hombre que he tenido.
- ¿Por qué te casaste tan joven?.
- El se iba a Eslovenia…a trabajar, quisimos casarnos antes de que se fuera. Estuvo allá unos años, para ahorrar dinero…regresó, compramos la casa de Kazan, pero creo que esa parte de la historia no importa mucho. Sash es un buen hombre, esencialmente bueno, muy interesado en hacerme feliz, nos llevamos bien….me conoce bien, he crecido, hemos crecido juntos…mi interés por las mujeres no surgió por una mala vida sexual con mi esposo. Te conté lo de las películas…para no caer en la rutina, a él se le ocurrió alquilar alguna porno cada tanto…hace unos años, trajo una película de lesbianas….la trajo para excitarse él, pero la excitada fui yo y de que manera, hasta me avergoncé…Sash lo notó, y cada tanto traía una como distraído…después comencé yo a alquilarlas a escondidas, y a buscar información sobre lesbianismo, todo el tema se me antojaba sensual…excitante…empecé a mirar a las mujeres, pero a mirarlas con otros ojos. Sash descubrió un día las películas, yo me quería morir de la vergüenza…hablamos mucho esa noche, mucho, hasta me dijo que había notado mis miradas cuando pasaba alguna chica, eso me dio aún mas vergüenza. Fue él quién me dijo que yo tenía una faceta bisexual. Me dijo que yo debía explorar en esa faceta, y que estaría bien si era algo que me hacía feliz a mí…que él no podía tolerar la idea de que yo me acostara con otro hombre, pero que con una mujer las cosas eran diferentes.
- ¿Por qué diferentes?.
- Porque una mujer me daría algo que él no podía, y eso no le molestaba…que él quería verme feliz…que si en cambio yo me acostaba con otro hombre, eso significaría que él no había sido suficiente para mi y eso lo lastimaría muchísimo…que podía aceptar a una mujer en mi vida.
- Lena, yo no puedo creer que el tipo, tu marido digo, quiera ser cornudo….no me digas que nunca quiso meterse en una cama contigo y otra porque que quieres, se me hace imposible de creer.
- ¿Por qué?...él me ama…¿no harías tú lo posible por ver feliz a quien amas?.
- ¡Si, pero no sería cornuda!.
- No lo entiendes.
- Claro que no, no entiendo nada…
- Yulia, a él no le importa participar….es mas, no le ha interesado ni conocer a las relaciones que he tenido…él quiere que yo sea feliz. Por motivos de trabajo viaja bastante seguido, no quiere que esté sola…y sabe que lo que yo busco en una mujer es algo que él no puede ni podrá darme nunca. Es totalmente diferente lo que siento con una mujer.
- ¿Y qué te gusta mas?.
- Me preguntas algo que no puedo responderte porque no se trata de que algo te guste mas que otra cosa….por ejemplo…a mi me encanta este capuchino, pero también me gusta la pizza de anchoas, y no tienen nada que ver una cosa con la otra…la sensación al paladar, al gusto es totalmente diferente…bueno lo mismo es en esto…lo que es mi relación con Sash no tiene nada que ver en lo que es mi relación con otra mujer.
- ¿Cuántos años hace que tuviste esta conversación con Sash?.
- Cinco.
- ¿Y exploraste la faceta bisexual o no?.
- Sí, sí la exploré – respondió Lena cortada…ahora se sentía bajo un doble examen, la mirada de Yulia era inquisidora. Sabía que de las respuestas a las preguntas que Yulia haría de aquí en adelante dependería un mucho tener una remota posibilidad de relacionarse con ella en ese plano sexual que había sido el detonante la noche en el boliche.
- ¿Cuántas veces?.
- ¿Cómo cuantas veces?.
- Lena, eres inteligente…pregunto cuantas amantes has tenido.
Lena calló unos minutos…decir la verdad o mentir…podía decir un diplomático número uno y quedar como una reina ante los ojos de Yulia. O no quebrar esa línea de sinceridad que desde la primera noche había seguido y confesar la verdad.
Yulia la miraba…ahora va a mentirme, se dijo.
- Seis veces…solo con una tuve una relación de relativa duración…vengo a San Petersburgo, las conozco en el boliche, a alguna por Internet, si pinta algo bien…así son las cosas, no empezaré a mentirte…la mayoría huye al saber que soy casada. Y la que no, quiere sexo…
- ¿Y qué quieres tú?.
- Yo…que quiero yo. Abruma la pregunta.
- Me interesa la respuesta.
- Ya sé lo que es el sexo con una mujer…quiero saber cómo es el amor de una mujer.
La respuesta hizo vibrar algo en Yulia. Lena estaba sorprendida de sus propias palabras, era como si alguien ajeno a ella las hubiera pronunciado…continuo dejando fluir las palabras, sin editar, sin pensar.
- Deseo que una mujer me ame…y amarla, enamorarme…no solo cama, no solo pasión…¿pido mucho, Yulia? – preguntó, tomando la mano de Yulia entre las suyas, olvidando que estaban en un café heterosexual, concurrido por señoras de su casa. Se miraban a los ojos, profundamente…aquello no era una reflexión al azar, era la expresión de un deseo profundo. Yulia tenía ganas de comérsela a besos allí mismo, de olvidarse de ese marido que esperaba a Lena en Moscu, de decirle que podían amarse como nunca antes se hubieran amado antes dos mujeres.
- ¿Las señoras quieren algo más? – preguntó la moza, sacándolas del ensueño…la jovencita había visto a Lena tomar la mano de Yulia y no quería escandalizar a las otras clientas, era el único modo que encontró de llamarles la atención. Lena soltó la mano de Yulia, que se puso roja hasta la raíz de los cabellos.
- No…disculpa, no…trae la cuenta por favor.
- Enseguida.
La moza se alejó. Lena se arregló el cabello, estaba sorprendida por las cosas que sentía…esta vez no era como las otras…no era simple deseo, no era buscar unas noches de sexo…era algo que se removía en el terreno de los sentimientos.
- Tenemos que seguir hablando.
- Yo sé…pero no podemos quedarnos aquí, hay demasiadas señoras que estarán escandalizadas de habernos visto tomadas de la mano…no es un lugar para nosotras.
- Entiendo.
Pagaron y salieron. A poca distancia del café había una plaza, pequeña, coqueta. Escogieron un banco algo alejado de los demás. Yulia pensó que de ser una pareja hombre – mujer podrían comenzar a besarse allí mismo sin que nadie se asombrara, porque se moría de ganas de besar a esa mujer nuevamente. Lena la miró y pasó la lengua por sus labios…estaba pensando lo mismo que Yulia…la atracción era fuerte, intensa.
- ¿No te enamoraste de ninguna de esas seis?.


(continuará)


VIVALENZ28
VIVALENZ28

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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA  Empty Re: CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

Mensaje por VIVALENZ28 1/11/2015, 6:59 pm

CRONICA DE UN ROMANCE 2



- No.
La repuesta de Lena fue simple y directa. Yulia la miró sorprendida…esperaba un poco mas de romanticismo o que disfrazara la realidad, la brutal sinceridad de Lena en este tema la sorprendía y al mismo tiempo le gustaba, porque era poco común y muy meritorio que no intentara hacer caer las cosas a su favor, como lo harían muchas otras. Yulia miro directamente a los ojos de Lena…no, no mentía, no podía mentir y mantener la mirada de esa forma.
- ¿O sea que siempre fue sexo?.
- Con la mayoría…en realidad, con todas el trato era sexo sin ataduras, ni compromiso, ni exigencia, ni promesas…solo con una en un momento sentí que podía ser posible algo mas. La estuve viendo casi seis meses. Teníamos un compañerismo intenso fuera de la cama, una complicidad…nos entendíamos muy bien.
- ¿Y qué pasó con ella?.
- También era casada, su esposo comenzó a sospechar que había alguien más, así que dejamos de vernos. No quiero arruinar la vida de nadie.
- Claro, muy comprensivo de tu parte.
- ¿Te burlas?.
- No, no lo hago…disculpa si sonó de esa manera, pero de verdad que no me burlaba. ¿Y qué cosa te hace ahora desear el amor de una mujer y no solo el sexo?.
- Tú. Conocerte a ti es lo que me ha hecho desear conocer el amor de una mujer mas allá de la cama.
- No me enredes Lena.
- No lo hago…estoy siendo mas sincera en estas horas contigo que en toda mi vida.
Seguía manteniendo la mirada directa de Yulia en sus ojos…decía la verdad, quizás una verdad que nunca antes había querido ver, quizás en este momento era su corazón el que hablaba, sintiendo que había encontrado a la persona con la cual llevar a la realidad ese deseo oculto.
Yulia desvió la mirada esta vez, nerviosa, alterada…su razón se negaba a dejarse envolver por esas palabras de Lena, que bien podían ser un medio para llevarla a la cama…o una verdad que Yulia no podía manejar, ella jamás podría estar con una mujer casada, aunque esta mujer le ofreciera el corazón en la mano.
- Dime que no te pasa nada conmigo, y te juro que no te molesto más, ni te llamo más. Pero mírame a los ojos y dime que no sientes nada y no te pasa nada.
- No puedo decirte que no me pasa nada sin tener que mentir, y has sido sincera conmigo, no lo mereces – respondió Yulia, viendo de nuevo a los ojos de Lena – te debo cuando menos ser sincera, tú lo has sido conmigo aún sabiendo que no estaría afín a tu visión de las cosas. Me pasan cosas contigo…pero no puedo con esto que me pasa, Lena.
- ¿Por qué?. ¿Tienes compromiso…novia, pareja?.
- No, nada de eso. Estoy libre.
- ¿Entonces?.
- Nunca podría estar con alguien sabiendo que debo dejarla ir a los brazos de otra persona…no tengo alma de cornuda consciente, no es fino lo que digo pero es lo que siento. Mucho menos puedo tolerar compartir a una mujer con un hombre, yo no sé compartir.
- Indirectamente me dices que Sash es un cornudo.
- Pues para mi visión de las cosas, lo es.
- El es un hombre que me ama, más allá del sentido de pertenencia y desea verme feliz.
- Pues esta mujer que tienes delante tiene muy fuerte el sentido de pertenencia, y no soy tan generosa como tu esposo. Probablemente él sea mejor persona que yo, no lo sé.
- ¿Entonces?. ¿Qué hacemos?.
Se miraron a los ojos. Yulia meneo la cabeza…había sido un error ir a esa cafetería, era un error estar en esta plaza. ¿De qué servía sentir el alma revolucionada por una mujer con la que no podía estar?. ¿De que valía volver a sentirse viva, sentirse deseada y desear a una mujer, si de ninguna manera podía siquiera considerar el tener una relación?. Las palabras de Mona vinieron a su mente “Hmmmm....¿y si la llamás para tener una compañera de cama?....digo, para no perder entrenamiento...”…miró a los ojos de Lena, y el llamado del deseo era poderoso, tentador…la pelirroja se acercó a medio centímetro de su cara, la mirada clavada en sus ojos y susurró casi sobre su boca…
- Dime…qué hacemos con esto que sentimos.
Yulia flaqueo, todas las razones para no ver a Lena se desmoronaban al sentir sus labios tan cerca, casi rozándola, recordó los besos en el boliche, la mezcla de pasión, calentura y ternura que se agitó en su pecho esa noche. Volteó la cara, queriendo escapar de ese influjo.
- No me hagas esto.
- ¿Qué cosa? – preguntó Lena, aferrando las manos de Yulia en las suyas, olvidando totalmente que estaban en una plaza pública, o mas bien no queriendo recordarlo, sabía que se estaba jugando en ese minuto mientras la mirada de Yulia se perdía quién sabe donde, la sentía queriendo recuperar su cordura, pero eso significaba que le diría que no la quería ver mas…tenía un minuto para presionar, ese minuto en que aún puedes volcar una decisión a tu favor si eres suficientemente convincente. Le tomó la barbilla y la obligó a que la mirase nuevamente.
- No me dejas pensar.
- Esto no tienes que pensarlo, solo tienes que sentirlo Yulia ¿es que no lo entiendes?...se trata de sentir, no de razonar, en temas de sentimientos no hay que razonar.
- No puedes hablarme de sentimientos Lena…es la segunda vez que nos vemos, esto solo puede ser una calentura.
- ¿Y sí lo es, qué?. Si lo es mas a mi favor…¿qué te importaría de lo demás, si es solo cama?. ¿Por qué negarnos al placer?...estoy segura que sería lo mejor que he vivido aunque solo fuera una vez…vamos Yulia, solo una vez…nos merecemos esa oportunidad.
Yulia retiró sus manos de las de Lena. Nunca se había acostado con una mujer solo por calentura. No quería empezar en ese momento, no con esa mujer que le despertaba cosas mas allá de la calentura…acostarse una vez no, sería imposible, querría seguir viéndola, y sabía bien que no podría tolerar el compartirla. Se puso de pie, se acomodó el cabello mientras Lena la miraba, sabiendo que había perdido ese minuto en que puedes influir en la decisión de una persona. Los ojos azules de Yulia se posaron en los suyos, en una mirada triste, profundamente triste.
- No puedo Lena. No soy capaz de eso…no soy como tú, perdóname…no soy mejor, ni peor, pero no puedo con la idea de un revolcón y luego hasta mas ver.
- Una vez…una sola vez…
- No. Lo mejor es que no nos hablemos, que no nos veamos mas, olvidemos que nos cruzamos en ese boliche.
- Fácil decirlo, difícil hacerlo y lo sabes, eres consciente.
- Claro que sí. Adiós Lena…fue lindo conocerte.
- No acepto un adiós – dijo Lena, mientras Yulia se alejaba…la vio irse y por primera vez en su vida lamentó el estar casada. Sonó su celular, interrumpiendo ese sentimiento de rabia e impotencia…era la voz de Sash, preguntando donde estaba.
* * *
- ¿La dejaste plantada en la plaza?...ah, pero la sutileza no es lo tuyo ciertamente – dijo Mona, dándole el cafe recién hecho a Yulia, mientras Vika ponía bizcochos en un plato para traer a la mesa ratona. Yulia no había podido irse a casa después de dejar a Lena en aquella plaza, se sentía demasiado conmovida y confundida, así que llamó a sus padres para avisar que llegaría mas tarde y pasó por casa de las chicas a ver si ellas le calmaban en algo esa fuerte sensación de haber tomado la decisión errada.
- No la molestes Mona, no ves que esta triste.
- ¿Por una chica a la que solo vio dos veces?...¡debe ser fuerte la calentura entonces!.
La visión de la vida de Mona era muy práctica, por eso mismo a veces sus comentarios podían ser chocantes, la única ventaja es que sabías que siempre te diría exactamente lo que pensaba, fuera bueno o malo. La simpleza con la que Mona veía las cosas, hacía que Yulia sonriera y al mismo tiempo se preguntará el porque justamente, ver a una mujer solo dos veces la hacía sentirse de esa manera, como si hubiera perdido al gran amor de su vida. Como si en esa plaza hubiera dejado esa única oportunidad de ser feliz.
- No seas bestia.
- No, no…deja que hable…me hace pensar mejor.
- Si la escuchas mucho terminarás siendo tan bestia como esta mujer.
- Muy bestia pero te morías por mí – respondió Mona, besando a Vika en la mejilla. Yulia las miraba con añoranza de esa vida en pareja, una vida que le encantaría tener.
- Pero cuenta bien las cosas…¿esta mujer quería algo contigo?.
- Me dijo que conmigo quería conocer el amor de una mujer mas allá de la cama.
- A la flauta…que frase, se las conoce todas la pelirroja.
- No Mona…sabes, yo creo que era sincera.
- Tu quieres creer eso porque es muyyyy halagador que te digan algo así, por eso digo que las conoce todas esa mujer, sabe bien como tocar el corazón de una mujer para llevarla a la cama. Terrible payadora resultó la pelirrojita.
- Fue muy sincera en todo, habiendo podido mentir para manejar las cosas a su favor Mona…por eso creo que también era sincera al decirme eso.
- ¿Y por qué no lo tomaste como sexo y punto?.
- Porque no puedo…nunca pude aún con una que no me importara, no podría con ella.
- Para, para….¿me vas a decir que estas metida con esta mujer?.
- No sé.
- Tus “no sé” históricamente han sido un “sí”. Esto es grave Yulia.
- No, no lo es, porque no la voy a ver más. La historia se terminó antes de empezar. ¿Qué tengo en común con una casada?. Todo el mundo sabe muy bien que las mujeres casadas no dejan al marido por la amante mujer, aún así fuera cierto que el tipo no se mete en las relaciones y toda esa historia que me contó…yo no lo soportaría.
- Ya no molestes a Yulia, Mona…ella sabe que es lo mejor, que es lo que quiere hacer…y de última, nosotras no podemos decidir las cosas, ni siquiera Yulia puede…el destino dirá lo que deba ser.
* * *
- Estás callada.
Lena levantó la mirada del plato donde llevaba unos minutos revolviendo la comida de un punto al otro, pensando en esa mirada tan triste de Yulia, y en esa primera vez en que lamentó estar casada…miro a su esposo, que con una ceja alzada la miraba interrogante.
- No es nada.
- ¿Segura?.
- Claro, por supuesto.
Sash miraba suspicaz a Lena. Conocía demasiado bien a esa mujer con la que llevaba tantos años compartiéndolo todo como para no notar que estaba triste y preocupada por algo. Ella había salido esa tarde, él ya estaba acostumbrado a que por temporadas ella saliera mas de casa, parte del acuerdo al que habían llegado hace cinco años…pero nunca la había visto así. Le tomo las manos por encima de la mesa, cariñoso.
- ¿Sabes que soy tu mejor amigo, verdad?.
- Claro.
- ¿Y que puedes contarme lo que sea?.
- Sí, sí – murmuró Lena…puedo contarte lo que sea, pero no que me arrepentí de estar contigo por primera vez en la vida…pensaba eso mientras miraba a los ojos a su esposo. Sash sonrió, y se concentró en disfrutar de la comida, mientras Lena pensaba que no supo aprovechar su oportunidad, no jugó bien sus cartas para tener a Yulia. ¿En qué punto había fallado?.
- Este fin de semana no estaré en casa.
- Ajá.
- Digo…por si necesitas la casa, puedes contar con ella los dos días completos, salgo el sábado en la mañana y no regreso hasta el domingo a eso de las 10 de la noche.
- No, no, no te preocupes, quiero estar sola este fin de semana.
- ¿No conociste a nadie el fin de semana pasado?.
- No.
- Ah, es que como llegaste tan tarde pensé…
- Piensas mucho tú últimamente.
Definitivamente Lena estaba rara…él sabía cuando ella conocía a una mujer que le atraía, aunque no se lo contara, lo sabía por el brillo en sus ojos al volver del boliche, por la alegría que no provenía del alcohol, por el olor ajeno en la ropa, por muchas pequeñas cosas…él sabía que ese fin de semana Lena había conocido a alguien, pero esta vez ella no se lo comentaba como otras veces. Aquello era extraño, nunca había sido así antes. Solían comentar de las mujeres de Lena, como se comentan los hombres entre sí de sus conquistas. A él no le molestaba para nada que Lena se diera sus gustitos con mujeres, tampoco que le comentara cómo era tal o cual…total, no pasaba nada, eran boberías de mujeres, no sexo real, lo que no podría soportar es que ella se acostara con otro hombre. De esta manera, Lena siempre regresaba a él, no existía ningún peligro para su matrimonio. Ninguna mujer podría darle nunca lo que él le daba, ni tampoco podían ellas ofrecerle esa tranquila y segura vida matrimonial que tenían desde hace tantos años.
- Podías venir conmigo entonces, voy para el Este, es lindo en esta época del año. Le pido el apartamento a Sven, y paramos ahí.
- No Sash, no tengo ganas, lo siento.
- Como tú quieras…pero entonces no te quedes sola, llama a alguna de tus amigas, sabes que no me gusta que te quedes sola en la casa.
- Lo haré.
Lo miraba…cornudo consciente, eso le había dicho Yulia, él mismo le pedía que llamara a una amante para pasar el fin de semana. Lo veía tan seguro de ella que le dio rabia, así que levantó la mesa para que él no le buscara conversación, no tenía ganas de que le siguiera preguntando por la salida del fin de semana, ni que le dijera que llamara a una de sus amigas, solo faltaba que le diera “llama a tal o a cual”.
Llevó los trastos a la cocina, mientras Sash jugaba con Milky en la sala, sentía los ladridos felices de Milky y el golpeteo de la pelota, uno mas de los ruidos de rutina de cada noche, que le hacían saber que estaba en casa con su esposo…tomo el celular, se moría por llamar a Yulia…o mandarle un sms.
- “Ella no quiere nada de ti, Lena..tú no puedes ofrecerle lo que ella espera. ¿Para qué quieres llamarla?. ¿Para hacer un patético y lastimoso papel de quien pide un poquito de afecto de favor?”.
No podía hablar con Sash de esa tormenta que tenía dentro, de que estaba triste por el rechazo de Yulia, de que le hubiera gustado ser libre porque se moría de ganas de saber cómo era el amor de una mujer…los ojos azules de Yulia eran la puerta a un mundo donde todo era muy diferente a lo que Lena conocía. Y la asustaba ese mundo tanto como la atraía.
- “No seas tan estúpida Lena…tienes una libreta con varios nombres de mujeres que no dudarían ni un minuto en venir este fin de semana si las llamas, con las que tendrías muy buen sexo…deja ya de joder con esa fanática que te miraba como si tuvieras peste” – se recriminó a sí misma, mientras lavaba los platos casi con mas rabia que aplicación.
* * *
- Estás en otra.
Lena miró a Olga, que asomaba la cabeza entre sus piernas, después de haber estado unos minutos haciéndole sexo oral mientras su mente estaba muy lejos de la excitación sexual. Tan lejos que miró a Olga como quién mira a un extraterrestre que de pronto se hubiera plantado en su cama. Olga no supo si reírse o enojarse tremendamente, siempre se había jactado de lo buena amante que era…era la primera vez que una mujer se quedaba indiferente mientras se la comía. Así que subió hasta quedar recostada al lado de Lena, encendió un cigarrillo y dijo fingiendo un falso enojo:
- Chiquita, me parece que hoy tu no estás para coger sino para conversar. Y jodete si te molesta el humo a mi me molesta que no se concentren cuando tengo sexo con alguien.
Lena se rió. De las amantes que habían pasado en su vida, Olga era la más particular. Estaba en una edad indefinida entre 40 y 50, indefinida porque llevaba cuatro años de conocerla y cada año Nastya cumplía 40. Estaba casada también, con un piloto de avión, que pasaba más tiempo fuera del país que en casa, con lo cual para Olga era muy fácil tener numerosas aventuras tanto con hombres como con mujeres. Pero por sobre todas las cosas, sabía ser amiga, buena escucha y era la única persona con la que Lena podía hablar con libertad, sabiendo que no haría un drama o se ofendería.
- Conocí a alguien.
- ¿Hombre o mujer?.
- Mujer, no seas tonta…sabes que el único hombre para mí es Sash.
- ¿Y que pasó?. ¿Te rechazó y eso te tiene tan mal?.
- No, no es eso…es que yo quería amar a esa mujer.
- Puedes coger con la que quieras….
- Shhh, no me entiendes…quería amar a esa mujer.
Olga miró a Lena sin comprenderla del todo. Nunca en la vida se había enamorado de nadie, todas sus relaciones eran por sexo, por poder, por conveniencia, a veces por algo parecido al cariño, otras por simple costumbre, se amaba demasiado a sí misma para sentir amor por otra persona. Sin embargo estaba capacitada para entender las palabras de Lena.
- ¡Te enamoraste? – exclamó en una mezcla de afirmación y pregunta, asombrada de ese simple hecho tan común en la vida de tantos seres humanos.
- No sé.
- Cómo no sé…eso lo sabes o no, no es una duda.
- Nunca ninguna me hizo sentir como me sentí con ella.
- ¿Cuántas veces hiciste el amor con ella?. ¡Debe ser muy buena en la cama si te dejó así!.
- Nunca me acosté con ella.
- Entonces sí te enamoraste. Malo, muy malo…las mujeres como tú y yo no podemos enamorarnos, nos debemos a nuestro marido.
- Yo no abandonaría a Sash. Pero con ella sentí que quería saber cómo era amar a una mujer, mas allá de la cama, del sexo…quise sentirla mía.
- No se puede, Lena. ¿Qué harías si te enamoras?. ¡Serías infeliz!.
- No, si ella aceptara compartir…todo sería tan fácil, Olga, pero ni siquiera me dejó explicarle mi idea.
- No funciona Lena. Eso es una locura. De pronto encuentras a una que acepte esto que me dices…y lo aceptaría esperando a que tú dejes a tu esposo. Y un día tu esposo se da cuenta que no tienes solo sexo con una mujer, sino que amas a una mujer y es bien sabido que no se puede amar a dos personas. En algún punto, uno de los dos te presionaría a elegir y si hay algo que tú no tienes derecho a jugar con los sentimientos de nadie. Una cosa es el sexo, pasarla bien, teniendo claro como en nuestro caso que yo me voy a mi casa con mi marido y tú te quedas aquí esperando al tuyo y no ha pasa mas nada. ¿Me entiendes lo que digo?.
- Yo creo que sí puede ser…si yo mantuviera el equilibrio, para que ninguno de los dos se sintiera en segundo plano…podría funcionar Olga.
- Te estás mintiendo….sabes que te estás mintiendo…es mas, te mientes ahora, como te mientes cuando te declaras bisexual.
- ¿Por qué me dices eso?.
- ¿Revisaste tu historial sexual?. El único hombre ahí es Sash…después, todas mujeres…ni miras a los tipos en la calle, te digo yo si uno esta bien…y casi - casi estoy segura que si no existiese Sash, no hubieras vuelto a tener sexo heterosexual después de tu primera experiencia gay.
Lena hizo un repaso mental de sus relaciones…algo de razón había en las palabras de Olga, no miraba a los hombres desde hacía mucho tiempo atrás…bueno, nunca le había gustado otro fuera de Sash, pero no los había mirado mas desde su primera vez con una mujer. Olga casi se rió ante la cándida sorpresa en la cara de Lena mientras hacía ese repaso en su mente y continuó hablando.
- Tu lo que eres ahora es una lesbiana que, accidentalmente, está casada con un tipo. Por eso sería un gran desastre que te enamorases de una mujer.
- Pero a mi me gusta tener sexo con Sash y lo quiero…
- Pero si un día Sash desaparece, no volverías a tener a otro hombre. Y dijiste lo quiero, no lo amo. Ahora quieres tener a esa mujer que conociste y te ha movido el piso pensando que podrías mantener un equilibrio…y supongo que ella no estuvo de acuerdo con la idea.
- No llegue a plantearle nada, no quiso saber de mí por ser casada.
- Bien…es una mujer inteligente.
- ¿Por qué?...yo sé que ella sintió cosas, que le pasaron las mismas cosas que a mí, que se le movía el mundo con tocarme las manos…que el mundo se desvanecía con un beso suyo.
- Es inteligente porque se evitó y te evitó mucha pena Lena. Si ella aceptara, tú te enamorarías…si te enamoras, conociéndote eras capaz de tirar por la borda tu matrimonio. Y creeme cuando te digo que el mundo es mucho mas difícil sin un hombre al lado y hay que tener muchas agallas para vivir sin ser la señora de…estás grande para empezar otra vida. Y para colmo, eres una guacha de mierda que me hizo venir para alabarme los besos de otra en mi propia cara y yo soy tan tonta que me pongo a darte consejos de vida. Mejor me voy a bailar, por ahí encuentro alguien más afín a tener un rato de placer que tu.
Olga salió de la cama y comenzó a vestirse, con esa ropa sugerente y cara que siempre usaba. Lena pensó que quizás fuera al Marbella, donde había conocido a Yulia, aunque con Olga no era seguro que fuera a un lugar gay…también podía ir a un lugar de moda a ver si conseguía un chico lindo con ganas de sexo. Tímidamente preguntó.
- ¿Adónde vas a ir?.
- A Marbella.
- Voy contigo entonces – dijo con indisimulable alegría, saltando de la cama para vestirse con rapidez porque sabía que Olga no era de las que le gustaba esperar.
- Tú no tienes vergüenza ninguna. Seguro que ahí conociste a la que te tiene así, y por eso quieres ir.
Lena se puso roja, como una colegiala pillada en falta. Olga rió divertida…ah, el amor, el amor…que bueno que ella siempre había podido escapar de su maléfico influjo. Le hizo un gesto con la cabeza.
- Apúrate…a lo mejor si te ve conmigo, esa mujer lo piensa dos veces y te da un sí. Yo tomaré un café mientras terminas de prepararte…usa algo sensual, por favor. Si me vas a plantar por lo menos quiero que me envidien cuando nos vean llegar juntas.

(continuará)
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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA  Empty Re: CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

Mensaje por VIVALENZ28 1/11/2015, 7:01 pm

CRONICA DE UN ROMANCE 3



Mona podía ser francamente insoportable cuando se lo proponía y después de tres días completos de asedio, había logrado que Yulia aceptara ir al boliche. Su temor era encontrarse con Lena, no lo había dicho, pero Mona le espetó con su brutal franqueza.
- Hace un mes que no sales, dejate de jorobar, si la ves a esa chica, no le das bolilla…no tiene sentido que te quedes encerrada en tu casa por evitar encontrarte con esa mujer. Mira si por estar en casa, te estas privando de conocer a la que sí puede ser para ti. ¿Cómo vas a conocer a alguien siempre encerrada en casa?.
Tenía razón. ¿Acaso volvería a tomarse un año encerrada en casa, por evitar encontrarse con Lena?. ¿Cómo podía ser que en un mes no hubiera podido evitar pensar en ella casi a diario?. Aquella tarde en la plaza había tomado una decisión, no dejarla entrar en su vida, no podía ser tan cobarde para temer flaquear si la viera.
Se arreglo con sencillez, jeans, camisa blanca, unos mocasines cómodos…nada sensual porque realmente no tenía intenciones de conquistar, sino de pasar un rato fuera de casa, es mas pensaba regresar temprano y pasó por casa de las chicas. Llegaron las tres juntas al boliche.
Era una noche tranquila en el Marbella, no estaba super lleno como de costumbre, por lo que apenas llevaba unos minutos dentro cuando la vio, acompañada de esa mujer que destacaba en ese ambiente por su aire de mujer de mundo, su ropa cara y la soltura con que se desenvolvía. Lena traía una blusa roja pegada al cuerpo, los senos en un primer plano, un jean azul oscuro que le quedaba pintado…era un monumento a la sensualidad, la recorrió con la mirada avida…Mona la codeó:
- Ahí está la tuya.
- No seas tonta – dijo Vika, notando la mirada de Yulia que vislumbraba tristeza y bronca. ¿Dónde estaba toda esa palabrería de querer conocer el amor con ella?. ¿Dónde…si apenas un mes después estaba con esa mujer en aquel boliche vestida de ese modo tan sensual?. Evidentemente, lo único que le interesaba a Lena era el placer, nada mas…no le importaba nada de las personas, todos esos pensamientos cruzaban y se mezclaban en la mente de Yulia, mientras la veía bailar a Lena con Olga.
- Vamos al pub, dale, me han dicho que pasan buenos videos en la pantalla gigante – invitó Vika, tomándola del brazo, queriéndole evitar el espectáculo. Yulia la miró.
- Sabes que no…sabes que tengo que decirle unas cosas a esa chica.
- No vale la pena.
- Dejala Vika…que la mande al carajo, así se la puede sacar de la cabeza.
- Mona, no eches leña al fuego.
- No, si tiene razón. ¿Cómo pude ser tan boluda?...casi le creo esa tarde en la plaza, que boba soy. Pero ahora le voy a decir lo que se merece.
Cruzó el salón entre la gente, hasta quedar junto a Lena. La tomó del brazo con violencia, tanto que Lena perdió pie y Yulia tuvo que sostenerla, quedando con los rostros casi pegados.
- ¿Qué haces? – murmuró Lena, entre sorprendida y divertida…a que no fuera verdad lo que dijera Olga al invitarla y por celos Yulia le daba un sí. Los ojos de Yulia se veían más azules que nunca, con chispas de rabia en ellos…con la mano libre, Lena le tomó la nuca y la atrajo hacia su boca, atrapándola con sus labios en un beso violento, pasional…Yulia la besó con rabia, las lenguas enzarzadas en lucha, enredándose. No supieron cuando o cómo Olga se alejo…cuando separaron sus labios no había nadie junto a ellas.
- ¿Celosa? – murmuró Lena sobre los labios de Yulia que apenas se habían despegado de los suyos.
- Eres una mentirosa y una falsa…todo lo que dijiste…
- No lo soy. Sabes que no lo soy.
- Dijiste que querías amarme…y estás aquí con otra.
- ¿Y no me dejaste tú en libertad?. Yo sigo queriendo amarte.
Lena sabía que tenía de nuevo en sus manos ese minuto para presionar buscando una reacción de Yulia. Volvió a besarla, mientras le pasaba los dos brazos por la espalda, liberada de la mano de Yulia en su brazo, la apretó contra su cuerpo…queriendo que ese beso durara mucho tiempo, para así sentir el calor de Yulia contra sí, buscando excitar a Yulia con esos besos cargados de sensualidad. Yulia la apretó también en tanto en su interior la rabia se transformaba en lujuria, en deseo…esa mujer la encendía.
- Te dije que no aceptaba un adiós…vamos…
- ¿Adónde?.
- No preguntes, solo vamos.
La tomó de la mano, sabiendo que no iba a negarse, no en ese momento…salieron del boliche, a menos de media cuadra, después de doblar la esquina había un motel que trabajaba mayoritariamente con los concurrentes a ese boliche, así que no había problema en que la pareja fuera del mismo sexo. Yulia se dejaba llevar, sin querer pensar, solo queriendo sentir…Lena decidida pidió una habitación y minutos después estaban a solas, una frente a la otra, en ese cuarto modesto con una gran cama en el medio…no necesitaban de nada más.
Se miraron, tocándose el rostro, buscando reconocerse, Lena maravillada de haber logrado vencer la tenaz resistencia de Yulia, Yulia sin pensar…solo sintiendo, dejándose invadir por ese deseo potente que le despertaba esa mujer que tenía enfrente…quería hacerle el amor.
La boca de Lena era un imán y Yulia se dejó atraer, besándola de manera furiosa, pasional, salvaje, mientras le masajeaba los glúteos con las manos; Lena le revolvía el cabello, volviendo a atrapar sus labios si Yulia quería separarse…la situación las estaba poniendo realmente calientes. Lena comenzó a dar besitos en el cuello de Yulia, deslizándose hasta donde la camisa lo permitía…tardo poco en cansarse del juego, y comenzar a desabotonar la camisa blanca de Yulia, dejando al descubierto unos senos pequeños, atrapados en un sosten rosa, que estaban en su máximo tamaño causado por la excitación, Lena olisqueo entre ellos, aspirando el olor de Yulia, conociendo por primera vez cómo olía la mujer en la que no había podido dejar de pensar en los últimos 30 días. Apartó delicadamente la tela que cubría el seno derecho para con la puntita de la lengua rozar el pezón oscuro…Yulia suspiró echando la cabeza hacia atrás, señal que Lena entendió y abriendo la boca, atrapó totalmente el pezón, succionando con calculada fuerza…Yulia sentía su sexo cada vez mas húmedo y caliente.
- Me estás calentando….
- Justamente es lo que busco…déjame llevarte hacia el placer, yo ya estoy caliente y lista para ti – respondió Lena, con los ojos brillantes, sabiendo que Yulia estaba tan excitada como ella, desprendió el sosten rosa y lo tiró en el piso de la habitación, junto a la camisa blanca para poder tener un acceso directo a ambos senos, alternando su boca entre uno y otro con chupones, mordisquitos y lametazos que pusieron a suspirar ruidosamente a Yulia, que era muy sensible a las caricias en sus senos…directamente ligados a su sexo, se estaba poniendo insoportablemente caliente y quería, necesitaba ser calmada. Sus manos se enredaban en el sedoso cabello rojo de Lena, dejándola hacer, Lena hundida entre sus senos, bajaba ahora con su lengua hasta el borde los jeans, lamiéndola, haciendo que el deseo subiera…se detuvo, abrió el jean y lo bajó, se quedó de rodillas con la cara frente a la bombacha de Lena, totalmente humedecida…aspiró el aroma de su sexo y se humedeció aún mas de lo que ya estaba…ese olor despertaba sus mas bajos instintos, quería tirarla sobre la cama y tomarla ya mismo, pero no…no lo quería de ese modo, quería que ese momento fuera caliente pero también algo mas, quería que fuera tierno. Restregó su cara sobre el sexo de Lena, cubierto por la ropa interior, aspirando ese aroma embriagador y difícil de describir…era particular, penetrante, dulzón…
- Quítamelo – ordenó Yulia, y Lena quitó el jean primero, la ropa interior después, quedando Yulia totalmente desnuda ante ella…despertando aún más el deseo de poseerla. Yulia le quitó la blusa y el sosten…quería verla, no tocarla sino verla…admirar el cuerpo, los senos con un buen tamaño para la estructura del cuerpo, las pecas distribuidas aquí y allá…acarició los senos con ambas manos, mirando a Lena a los ojos, que habían adquirido un tono mucho mas brillante del que recordaba. Lena la tomó de la mano, fueron hasta la cama y con un suave empujón la hizo quedar de espaldas sobre la cama…a su merced…como una leona fue arrastrándose sobre la cama, quedando sobre ella…
- Estás para comerte…y es justamente lo que haré – murmuró en un tono de voz que destilaba calentura, le cerro la boca con un beso a Yulia sin dejarla responder nada, mientras por primera vez los cuerpos desnudos se encontraban…los senos se masajearon pero no por casualidad, sino porque deliberadamente Lena había calculado que eso pasara antes de besar a Yulia y el contacto de piel con piel la puso casi al borde de un orgasmo. Lena dejó la boca de Yulia y comenzó a recorrer con su lengua el cuerpo, alternando lenguetazos con besos, succionando a la altura de los senos que atrapaba con su boca, fingiendo penetrar con su lengua el ombligo, haciendo que Yulia quisiera que ya llegara adonde se dirigía inexorablemente…cuando la lengua de Lena tocó su clítoris Yulia dejó escapar un profundo suspiro. Lena dejó que su lengua jugueteara por unos segundos con el botón de placer de Yulia con rápidos movimientos, antes de atrapar con su boca la casi totalidad de la vagina, saboreando por primera vez los jugos que en abundancia salían de esa vagina caliente y palpitante. Teniendo cubierta con su boca la vagina, la lengua de Lena se puso en acción, presionando arriba - abajo sin penetrar, pasando por el clítoris en un masaje persistente y con suficiente presión como para que el primer orgasmo sacudiera el cuerpo de Yulia a los pocos minutos haciendo que gimiera con fuerza mientras apretaba la cabeza de Lena hacia su vagina, sintiendo que sus entrañas eran conmovidas por la fuerza de las contracciones…Lena se detuvo, sintiendo en sus labios, en su lengua, la fuerza de ese orgasmo…mirando a Yulia a los ojos, intensamente azules. Cuando los movimientos cesaron liberó a la vagina de la prisión de sus labios, para besar los muslos…Yulia le hizo un gesto para que subiera…Lena subió besando su vientre, los senos, hasta que sus labios se juntaron con los de Yulia, se mordisquearon mutuamente, mientras Yulia desabrochaba el jean de Lena para poder quitarlo…como se le dificultaba la tarea mientras la besaba, dejó de hacerlo, la empujó hasta dejarla boca arriba en la cama, quitó el jean con rapidez, luego la ropa interior que estaba totalmente empapada, dejándola ante ella desnuda…le separó las piernas, y se acomodó entre ellas, de tal manera que sus labios vaginales rozaran los de Lena, y sus senos se masajearan…comenzó a moverse sobre Lena, sometiendo a la vagina caliente de Lena a una masturbación húmeda y caliente que provenía de su propio sexo totalmente empapado por el orgasmo que había tenido hacía pocos minutos…Lena gemía, sintiendo que el orgasmo se acercaba cerró los ojos y se dejó llevar…fue violento, explosivo, salieron tal cantidad de fluidos de su interior mientras daba pequeños grititos que Yulia la miró sorprendida…era la primera vez que le pasaba eso mientras hacía el amor con una mujer. Lena la miró, le pasó las manos por detrás de la nuca y la atrajo hacia sí, besándola de una manera como si se la quisiera comer, con pasión, con lujuria, totalmente caliente.
- Me encantas…me encantas…quiero comerte de nuevo…
- Yo quiero comerte, probarte, tú ya has probado…
- Hagámoslo al mismo tiempo – respondió Yulia, dándose vuelta y colocándose en cuatro sobre Lena, dejando su sexo a la vista y sobre la cara de ella…un segundo después la lengua caliente de Lena estaba de nuevo recorriéndola, mientras ella veía ahora sí totalmente el sexo de esa mujer…hinchado, mojado, invitante…el olor a hembra excitada provocó en Yulia un aumento de temperatura de su propia vagina, que Lena captó, y aprovechó para intentar con su lengua penetrar el interior de Yulia.
Yulia pasó la lengua sobre el clítoris hinchado de Lena, que no podía gemir por tener la boca ocupada y la lengua hurgando dentro del sexo de Yulia…esta a su vez comenzó a chupar ese clítoris, encerrándolo haciendo una O con su boca y succionando, sintiendo que Lena quería retorcerse debajo suyo y al mismo tiempo, aplicarse en su trabajo de penetración con la lengua…ambas cerraron los ojos, queriendo dividirse entre el brindar placer mientras sentían que la marejada del propio placer las arrastraría en cualquier momento. Lena terminó primero llenando la boca de Yulia con abundante líquido, en tanto Yulia la siguió unos segundos después, atrapando casi la lengua de Lena en su interior con los violentos espasmos de su sexo. El cuerpo de Yulia se relajó sobre el de Lena, quedando ambas exhaustas, jadeantes, con las caras a centímetros del sexo de la otra, la habitación plena de olor a sexo…Lena comenzó a acariciar con suavidad los glúteos de Yulia, y sus piernas…Yulia permanecía con los ojos cerrados, disfrutando de la laxitud de su cuerpo satisfecho.
- Me encantó
- También a mí – dijo Yulia mientras se ponía en pie, pretendiendo recobrar el control de sí misma…sintiéndose plenamente satisfecha en el plano sexual, pero avergonzada de haberse dejado llevar por…¿la calentura?. ¿Sólo por calentura había llegado a esa habitación de hotel?. Miraba a Lena, desnuda sobre esa cama…deseando ir de nuevo a amarla, pero no…no era solo calentura sino un deseo que iba mas allá de lo meramente sexual.
- Ven – dijo Lena con una sonrisa que prometía aún mas placer.
- No puedo…es tarde…
Lena gateo sobre la cama, la tomó de la mano y tiró de ella hacia la cama…Yulia se dejó caer sobre el cuerpo desnudo de Lena mientras ella susurraba.
- Claro que puedes.
Yulia se dejó llevar por la invitación de Lena a comenzar el segundo round de una pelea que duraría toda esa noche.
* * *
- No puede ser que desaparezcas sin avisarnos, nos preocupas, sabes que al menos puedes decir que te vas, te estuvimos buscando por todos lados...además pedazo de guacha, podrías atender el celular, yo que sé que puede haberte pasado.
- Sí mamá – respondió Yulia a los rezongos telefónicos de Mona, dejando que dijera todo lo que quería, acostumbrada a esos síndromes de mamá gallina de su amiga…síndromes que agradecía porque sabía que no venían mas que del cariño.
- No me tomes el pelo. ¿Se puede saber donde estabas?...tu mamá estaba preocupada esta mañana, llamó para preguntar si estabas aquí, le dije que como era muy tarde cuando salimos del boliche te quedaste con nosotras para no molestarles y que ibas en camino, que llegarías para almorzar con ella. Pero me preocupé mucho.
- Sí, escuche tu mensaje al salir del motel que esta a la vuelta del boliche, muchas gracias por la coartada, tomé un taxi y llegué justo para el almuerzo.
Un notable silencio del otro lado de la línea. Yulia se imaginaba el cómico gesto de sorpresa en la cara de Mona, para luego escuchar de nuevo su voz.
- ¡No me digas qué….?
- Si te digo.
- ¿Te fuiste con la pelirroja al motel?.
- Sí.
- ¿Y ahora?.
- Y ahora nada…fue una noche. Solo una noche.
Eso era lo que le dijo con Lena al separarse en la puerta del motel esa mañana. Lena insistió para que quedaran otro día en verse, Yulia se puso firme en su posición…solo una noche, fue lo que me pediste en aquella plaza…no mas...e hizo uso de todo su autocontrol para no ceder ante la mirada desolada de esos ojos verdes-grises. La acompañó hasta tomar el bus que la dejaría en Kazan, en casa de su esposo, donde pertenecía y regresó a casa cabizbaja, nuevamente con esa sensación de haber empujado fuera de su vida a la única mujer con la que querría compartirla.
- ¿Y cómo fue?.
- Morbosa y encima chusma.
- Si te fuiste con ella, fue por una buena razón.
- Fue fantástico. No te voy a dar detalles.
- ¿Y por qué no vas a verla de nuevo entonces, si fue tan bueno?.
- Porque si la veo otra vez no seré capaz de no tener una relación con ella, y definitivamente yo no soy capaz de dejarla ir con su esposo…la quiero para mí, o no la quiero a mi lado.
- Tu también…habiendo tanta mujer soltera, te vas a fijar en una casada.
- Yo no me fije Mona…el destino la puso en mi camino.
- ¿Por qué no te vienes a tomar un cafe?.
- No, no…me gustaría estar sola. Mañana nos hablamos.
Cortó y se tiró sobre la cama, boca arriba, mirando el techo…recordando cada beso, cada caricia, cada momento de esa noche apasionada que apenas terminaba de vivir. El celular sonó pero no lo atendió. Unos minutos después el zumbido le indicó que tenía un mensaje de texto…tomó el aparato y leyó.
“Gracias por la mas maravillosa noche de mi vida. No acepto un adiós”.
Sonrió y al mismo tiempo una lágrima se deslizó por su mejilla.
* * *
Lena llegó a casa en las primeras horas de la tarde ese domingo. Sash estaba en el comedor tomando cafe y lo quedó mirando como ida…recordando en ese momento que él le había dicho que llegaría para almorzar. Vio también que él ya se había ocupado del tema comprando sushi y la estaba esperando para comer y hasta había comprado vino, indicador que esperaba también algo mas esa tarde de domingo, esperaba a su mujercita amorosa y dispuesta. Quizás por eso sonaba tan molesta su voz al decirle.
- Caramba…debiste estar muy entretenida para llegar a esta hora.
- Por favor Sash, no empieces con boberías. – le dijo mientras lo besaba en la mejilla. El intentó besarla en los labios, pero ella lo esquivó. Los ojos de él expresaron una genuina sorpresa.
- ¿Qué pasa, Lena?.
- No pasa nada…solo que no estoy de humor.
- ¿No estás de humor para besarme después de tres días sin verme?. ¿De dónde vienes?.
- ¿Desde cuando te pones en el papel de esposo guarda bosques?.
No solía responderle así a él, pero estaba dolida…dolida por esa única noche tan maravillosa que no volvería a repetirse, dolida porque sabía que no podría hacer flaquear a Yulia nuevamente, porque tal vez esa noche de sexo tan maravillosa había sido un error, y no podía saber el por qué pero eso sentía.
No tenía ganas de estar teniendo esta conversación con Sash, le hubiera gustado que él no estuviera en casa para poder calmar la tristeza y recomponerse antes que él llegara a casa. Estaba enfadada de verlo allí, en la casa que era de los dos, lo sentía como un intruso en su vida y no le gustaba sentirse así.
Sash la miraba mientras ella pensaba todo eso con la mirada perdida en cualquier punto y sintió que algo había cambiado entre ellos. El nunca había sentido lo que estaba sintiendo ahora…sentía que de alguna modo que no alcanzaba a entender, estaba perdiendo a Lena. Precisamente desde aquella noche en que ella le mintió diciéndole que no había conocido a nadie. Después de ese día ella había estado mas melancólica que otra cosa, incluso hasta la notaba reticente a tener sexo con él, no era que lo rechazara totalmente pero se las ingeniaba para no propiciar los encuentros…no comprendía la situación, esto era nuevo y no sabía manejarlo…solo una cosa podía estar pasando, algo que lo hacía sentir furioso.
- ¿Estás saliendo con otro tipo?. – espetó enojado.
- ¿Qué?.
- Es eso…tiene que serlo, estas saliendo con otro tipo, por eso estás tan rara. Sabes que eso no lo aguanto, Lena. Me banco tus asuntos con chicas, pero ni se te ocurra tener a otro hombre.
- No seas tan estupido, por favor.
Era lo único que le faltaba para completar ese día, que Sash se mandara una escenita y le acusara de tener otro hombre, cuando hacía años que ni siquiera se fijaba en ellos. Tenía ganas de gritarle que por culpa de él estaba perdiendo la oportunidad de tener a la mujer más maravillosa que se hubiera cruzado en su vida, estaba furiosa. Se miraron como dos perros dispuestos a pelear. Era la primera vez que Sash le hacía una escena de celos en muchos años…no era un hombre celoso, pero antes de que Lena comenzara a salir con mujeres, cada tanto se ponía celoso de algún cliente del kiosco o de un proveedor que le mostrara mas atención que la normal. Después de que Lena comenzara con sus asuntitos, él se sentía seguro y para nada celoso. La palabra estupido fue una señal de alarma para Sash, porque Lena no usaba ese tipo de lenguaje y nunca antes le había hablado con esa rabia en sus palabras.
- ¿Qué…acaso ya no te gustan los hombres?.
- No.
La respuesta fue directa y sincera, como todas las que Lena daba. Sash quedó totalmente descolocado. Buscó en los ojos de su esposa una señal de que esa respuesta era una broma, una manera de hacerlo sentir tonto para que dejara de reclamarle, pero ella le sostuvo la mirada sin esbozar nada que le diera pie a su teoría de que buscaba molestarlo.
- No te entiendo Lena.
- ¿Es tan difícil de entender, Sash?. Ya no me gustan los hombres, no me interesan.
- ¿Te intereso yo?.
- Tú eres mi esposo.
- Carajo, no me estás contestando. Soy tu esposo y soy hombre ¿te intereso?.
La miraba como un perrito apaleado esperando una caricia…Lena se dijo que ya había estropeado gran parte de su vida en ese día, que no había necesidad de estropearla del todo. Se acercó a él, lo abrazó y mirándolo a los ojos le dijo:
- Tú me interesas…si ya no me interesaras, no estaría ahora aquí. Y no me preguntes más, no voy a hablar de ello porque no puedo con lo que me pasa, y no puedo compartirlo contigo. Debo resolverlo sola. Pero aquí me tienes…como siempre, quédate tranquilo.
Salió del comedor y se metió en el baño. Sash la dejó ir, sintiéndose extraño…no podía reconocer su esposa en esa mujer que estaba ahora duchándose en la casa que era de los dos. Milky ladró a su lado reclamando su atención, pero él no podía ser compañero de juegos de su perra en ese momento. Las reglas del juego habían cambiado sin que él lo notara. ¿Qué estaba pasando?. No había otro tipo OK…¿qué pasaba entonces?. ¿Cómo era esa historia de que a su mujer ya no le gustaban los hombres?. Eso no podía ser posible, una mujer como Lena no podía creer realmente que podía prescindir de los hombres, siempre había sido muy apasionada con él, él sabía que ella disfrutaba realmente del sexo que tenían los dos.
- “Debe estarse tomando demasiado en serio uno de sus asuntitos…eso debe ser…o se ha cruzado con alguna rayada extremista, que le mete ideas raras. Tranquilo Sash, si no hay otro tipo, tú ganas…solo tenle un poco de paciencia. Ella lo ha dicho, si ya no le importaras, no estaría aquí…no te portes como un bobo, eso no te lo perdonaría Lena jamás”.
Milky volvió a ladrar, esta vez de manera mas exigente, y Sash salió al patio a jugar con la pelota de goma…sí, le haría caso a Lena, dejándole espacio esa tarde para que resolviera su mente, no quería molestarla. Todo retornaría la normalidad, estaba seguro, como siempre había sido.
* * *
La mayoría de la gente no vive como quiere, sino como puede. El tiempo transcurre rápido, los días se convierten en semanas y estas en meses que también se suman. Hay momentos que viven para siempre dentro de las personas, que tratan de que esos momentos no les lastimen y sin embargo no logran olvidarlos.
Yulia había intentado retomar su vida después de aquella noche en el hotel, a la vuelta del Marbella, lográndolo en apariencia, pero no había pasado un solo día sin que recordara los ojos de Lena, la manera gatuna en que llegó hasta sus labios en aquella cama, su sabor, su olor…le bastaba cerrar los ojos para que las imágenes de esa noche vinieran a su memoria, soñaba con esa noche y despertaba excitada, deseando tenerla consigo. Había ido algunas veces mas al Marbella en esos meses, nunca la había visto a ella, sí había visto algunas veces a la mujer madura que la acompañaba en aquella noche…una vez hasta se sintió tentada de preguntarle por Lena. No lo hizo por vergüenza…hasta podía pensar esa mujer que le estaba coqueteando. Se puso como meta borrar de su mente a esa mujer, pero le estaba resultando tan pero tan difícil. ¿Cómo se podía pensar tanto en alguien que ni siquiera tuvo tiempo de dejar huella?.
Lena había respetado las palabras de Yulia. Esta noche…solo esta noche, no me vuelvas a llamar, no me busques, eso le había dicho al salir del hotel y exceptuando por ese pequeño mensaje que mandó a su celular aquella tarde de domingo, nunca mas la contactó. Dejó de ir al Marbella porque ya no tenía sentido…si no podía estar con Yulia, no quería estar con otra. Ya no tenía sentido buscar con quién tener sexo, porque con ninguna otra podría sentir lo que había sentido esa noche…esa noche la había cambiado, no podía pensar como antes en una noche de placer sin compromiso ni futuro….quería estar con Yulia, no con cualquiera.
Como eso no era posible, intentaba recuperar el equilibrio en su matrimonio. Sash parecía haber olvidado la pequeña discusión de aquella tarde, nunca había mencionado mas nada, ni siquiera le preguntaba porque ya no salía, mantenía lo que él consideraba un saludable silencio. Si bien era cierto que estaban alejados en el plano sexual, era algo que él parecía no resentir, por lo que Lena tampoco le buscaba…ya no le agradaba mantener relaciones con él y tampoco le gustaba fingir ante el hombre con el que llevaba tantos años compartiendo su vida. Por eso mismo se hacía la desentendida ante las cada vez mas largas ausencias de Sash…ya no eran solo los fines de semana, sino también días entre semana que faltaba a la casa, aumento de trabajo decía él…ella no sabía si creerle o no, era mas saludable dejar las cosas como estaban. Lo notaba a él nervioso, ausente, alejando...pero ¿qué derecho tenía ella a reclamarle algo?. La confianza que en un tiempo existía entre ellos ya no estaba, por eso no le preguntaba nada.
Supo las razones de esa rara actitud de Sash por una llamada recibida en su casa…preguntaron por Sash Kuzmanovic, ella les dijo que no estaba…la mujer al otro lado de la línea parecía nerviosa y angustiada.
- Dígale que el bebé esta enfermo, Galina está con el niño en el hospital pero lo necesita.
- ¿Cómo dice señora?.
- El niño de Sash está enfermo…Galina no sabe qué hacer y no pudimos ubicarlo de otra manera.
- Le daré el mensaje, no se preocupe – respondió Lena, colgando sorprendida, sin entender…mandó un mensaje de texto a Sah para que viniera hasta la casa de inmediato si le era posible, que lo necesitaba. Sash estaba en casa de unos familiares, muy cerca de Kazan y vino enseguida, alarmado…Lena no lo llamaba de ese modo a no ser que algo urgente estuviera sucediendo.
- ¿Qué pasa?.
- Llamó una señora muy nerviosa para ti, diciendo algo sobre un bebé internado y que Galina te necesita.
Sash se puso pálido, luego enrojeció, se le cayeron las llaves de la camioneta de la mano. Abrió la boca, Lena no lo dejó hablar…le puso dos dedos sobre los labios, conocía bien a ese hombre y estaba angustiado.
- Ve. Cuando estés libre, vuelves y me cuentas.
- Pero…
- Nada. Ve.
Sash obedeció. Regresó a la casa a la madrugada, ojeroso, pálido, cansado…era hora de la verdad. Lena estaba esperándolo levantada, preocupada por él, no para recriminarle sino auténticamente preocupada. Se sentaron uno frente al otro en la mesa del comedor, Lena le tomó la mano.
- ¿Cómo está el niño?.
- Bien…se recuperará…la madre se asustó.
- ¿Galina?.
- Sí…Galina.
- Sash…¿no crees que es hora de que echemos cartas sobre la mesa?. El último año nos hemos escondido uno del otro, pero la verdad nos ha alcanzado.
Sash miraba a Lena a los ojos…esperaba recriminaciones, gritos, enojos…pero se había olvidado que era su esposa, no cualquier otra mujer, y que su esposa apreciaba la sinceridad sobre todas las cosas, por dolorosa que fuera. Tomo aire y soltó su verdad.
- Galina tiene 20 años. El niño es mío…nació hace tres meses. Viven en Moscu.
- ¿Sabe que eres casado?. ¿Cuánto hace que la conoces?.
- Como un año…no, no lo sabe…no se lo pude contar. Lena, ella me ve de un modo…como hace años tú no me ves…fue un juego, porque no creí que se enamoraría de mí, la conocí llevando a las orquestas a los clubs allá…trabaja en uno.
- Entonces tus ausencias…no eran solo por trabajo.
- No. Iba allá a estar con ella, durante su embarazo, y ahora a estar con los dos.
- ¿La amas?.
- No sé.
- Sash, eso es sí o no…yo tengo algo que decirte también.
- Ya sé que me vas a decir. Tú ya no me amas. Hace tiempo que lo siento, Lena, tú no puedes esconderte de mí.
- ¿Y qué estamos haciendo entonces, jugando al matrimonio feliz?. Esta relación perdió hace tiempo su sentido Sash.
Sash le tomó las manos…le asustaba terriblemente la idea de que se terminara ese matrimonio, donde se sentía tan protegido…tenía miedo de enfrentar otra vida, de comenzar de nuevo en medio de incertidumbres, no quería afrontar la responsabilidad de ser padre de tiempo completo.
- Lena piénsalo…no tiene porque cambiar nada entre nosotros. Yo dejo a Galina si es lo que quieres, me sigo ocupando del niño pero termino mi relación con ella. Nosotros dos podemos componerlo todo.
- Sash no podemos ser tan cobardes. Tú tienes un hijo ahora. Yo tengo que aceptar que esta ya no es mi vida, por mucho miedo que me de el futuro...perdí algo muy importante por miedo…no te permitiré cometer el mismo error. No te lo voy a permitir porque te conozco, sé que eres esencialmente bueno y que mereces estar con una mujer que te ame, y esa mujer esta allá en Moscu con tu hijo.
- No me hagas esto, Lena…no me dejes.
- Yo no puedo más Sash. No puedo más con esta vida, no es la que yo quiero. Por el amor que nos tuvimos…déjame ir. Démonos el permiso para una nueva vida.
* * *
En esa separación Lena perdió muchas cosas. Perdió la casa en Kazan que vendieron, el kiosco que también vendieron, perdió a Milky que se fue a Moscu con Sash, tuvo que soportar las preguntas de familiares y amigos que no entendían como el matrimonio perfecto se había terminado.
Ni Sash ni ella dieron explicaciones, civilizadamente repartieron los bienes comunes. Lena pasó a vivir en San Petersburgo, en una pensión los primeros meses porque no lograba que le alquilaran un apartamento a una mujer sin empleo, hasta que Olga supo que vivía así y puso el grito en el cielo, por lo que fue a vivir a un apartamento pequeño propiedad del esposo de Olga, quién se lo alquiló a un precio irrisorio y sin exigirle garantías por ser amiga de su esposa. Por intermedio de Olga también consiguió empleo en un kiosco en el Centro, no era gran sueldo, era un comienzo, Lena era consciente de que no podía vivir toda la vida de ese empleo así que comenzó a estudiar nuevamente después de años de no tocar un libro, se inclinó hacia una carrera en Hotelería y Gastronomía que parecía ser de futuro, y que no le llevaba años.
De a poco armaba una nueva vida…una vida donde no dependía de sostener el status de ser la señora de, sino que podía ser lo que ella quisiera…y le gustaba. Le gustaba ser dueña de su tiempo aunque viviera en un apartamento de 25 m2. Le gustaba poder ir donde quisiera, volver a la hora que fuera, sentir que conocía a otra Lena que había obligado a estar recluida durante años.
Una noche de sábado, en que el esposo de Olga estaba de viaje, ésta vino a buscarla para que salieran a algún lugar. Lena no había vuelto a pisar ningún boliche después de aquel sábado que pasara con Yulia en el hotel…tampoco había vuelto a tener ninguna otra aventura. Desde la separación de Sash había decidido tener su tiempo sola, sin nadie, hasta aclarar bien que quería para su vida…y cuanto mas tiempo pasaba, las cosas eran muy claras. Olga la había definido perfectamente “eres una lesbiana que, accidentalmente esta casada con un hombre”. Ahora era una lesbiana libre…sin marido, ni compromiso, ni saltando de una cama a otra…libre y lista para una relación como la que Yulia le había pedido, y no había podido darle. Pero el miedo la ganaba…y no quería conoce a alguien y perder esos recuerdo que la habían sostenido todos esos meses, el recuerdo de esa noche con Yulia.
- Ve tú Olga.
- Ah, no…usted se viene conmigo.
- No tengo ganas, realmente.
- Tuviste el valor de cambiar de vida y dejar tu matrimonio…¿no tendrás el valor de vivir lo que eres, Lena?. No puedo creer eso. Hace casi dos años que llevas una vida de monja, trabajo y estudio, nada mas…es hora de volver al ruedo.
Lena lo pensó…Olga tenía razón. ¿Qué podía perder?. Se vistió…en su interior sabía que quería para esa noche…lo sabía muy bien.
* * *
La vida de Yulia también había cambiado en ese tiempo también. Cambio de trabajo, un intento de reconciliación con Irina que abortó en un par de semanas, reconciliación buscada más que nada para olvidar a Lena, más tarde una relación de un par de semanas con Nadya, una chica muy pero muy joven que solía ir al Marbella y que había buscado hasta el hartazgo a Yulia, logrando tenerla un par de veces en su cama…veces de las que Yulia se arrepentía nada mas terminado el momento de pasión. No tenía nada en común con Nadya, nada de nada, lo dejó bien en claro con la chiquilla, una de las cosas que Lena le había enseñado en esos breves encuentros que habían disfrutado era que lo mejor era ser totalmente sincera. Nadya era joven, pero no tonta, supo que no tendría nada de Yulia, así que se convirtió en una buena amiga y cada tanto salían juntas, en el boliche pensaban que eran pareja, Nadya no negaba el rumor y como Yulia no tenía interés en conocer a nadie, simplemente dejaba que la voz se corriera, para poder estar en paz las pocas veces que iba allí, en compañía de Nadya o con Mona y Vika.
Ese sábado como otros Nadya la había invitado al cine, fueron al trasnoche y al salir, insistió para que fueran un rato al Marbella ya que la noche estaba tan linda y hacía tanto que no iba.
- Vamos, no seas así…mira, son apenas las 2 de la mañana, la noche recién comienza, hace mucho que no vamos, esta lindísimo últimamente, vas a pasarlo bien.
- OK.
Fueron. Nadya estaba con ánimo fiestero y apenas entraron pidió un trago. Invitó a Yulia, que se dejó llevar un poco, mientras bailaban divirtiéndose en medio de la pista…formaban una pareja llamativa, mas que nada por Nadya que atraía donde quiera que fuera. Tan llamativa, que Lena las vio apenas entró al lugar. Yulia tomaba de un trago y Nadya reía, tomándola del hombro.
Yulia sintió la mirada…levantó la cabeza y sus ojos se cruzaron con los de Lena…una Lena cambiada, con el cabello lacio, diferente y al mismo tiempo igual a cómo la recordaba. Acompañada de esa veterana elegante que era habitué del lugar, y que apenas entrando se fue a conversar con un grupo de mujeres, en tanto Lena permanecía allí de pie…mirándola a los ojos.
- ¿Vas a bailar o vas a cargarte a esa pelirroja?.
Yulia miró a Nadya, volviendo a la realidad. Nadya le tocó la punta de la nariz con el dedo índice, risueña…conocía a Yulia como para saber que estaba impactada.
- ¿Quieres ir atrás de la pelirroja?.
Yulia asintió. Naadya se encogió de hombros…si era lo que Yulia quería, no había más que hablar. Se fue a la barra, y en unos pocos minutos una chica más o menos de su edad se acercó a hacerle una pregunta tonta, en la táctica mas conocida del ambiente para iniciar una conversación.
Yulia miró a su alrededor…no veía a Lena. ¿Había sido un producto de su imaginación?...no, la había visto…esos ojos, ese rostro estaban grabados a fuego en su mente…comenzó a caminar entre la gente, buscándola…no podía haberla perdido, no quería hablar con ella solo quería poder verla de lejos, porque seguramente Lena seguía casada…caminaba entre la gente, sin encontrarla…y sintió esa mano en su hombro, y la voz suave que tan bien recordaba murmurando en su oído:
- ¿Me buscas a mí?.
Cerró los ojos, un ligero temblor recorrió su cuerpo con el solo contacto de esa mano en su hombro…la respiración de Lena en su cuello le traía hermosos recuerdos.
- ¿No quieres verme que cierras los ojos?.
Abrió los ojos y se encontró con el rostro de Lena muy cerca del suyo. Era un rostro igual y diferente…había nuevas líneas de expresión, el cabello lacio le daba un aire mas maduro, los ojos habían perdido la expresión totalmente despreocupada tenían otro aire mas seguro, mas aplomado.
- A ti te buscaba…y sí quiero verte.
- Bailemos – invitó Lena…era la manera de saber si Yulia estaba o no con esa chica…si aceptaba tenía su oportunidad, y esta vez podía ofrecerle a Yulia lo que buscaba. Por respuesta Yulia la tomó de la mano y fueron al medio de la pista a bailar mirándose a los ojos, tocándose como al descuido. Le gustaba el juego a Lena pero quería algo mas…se acercó propositivamente a Yulia, hasta quedar casi pegada a ella y le dio un rápido beso en los labios.
- Estás tal como te recordaba.
- Tú estás diferente.
- ¿Se nota?.
- Sí.
- En algo sigo igual – murmuró Lena sobre los labios de Yulia antes de volver a besarla profundamente, apasionadamente, reviviendo todo aquello que las había hecho apasionarse años atrás, Yulia pasó los brazos sobre los hombros de Lena y continuaron besándose por un largo rato. Era como si el tiempo no hubiera pasado, les seguía provocando las mismas sensaciones el besarse, el tocarse. Se miraron a los ojos al separase, Lena sonrió…esta vez no habría adiós.
- ¿Estás con esa chica?.
- No. ¿Y tú?. ¿Estás con la señora elegante?.
- No. Estoy sola.
Yulia no entendió las palabras de Lena…pensó que esas palabras de Lena eran una insinuación para otra noche de pasión. Lo pensaba mientras Lena la miraba directo a los ojos, esperando esa chispa de compresión que no llegaba. La tomó de la barbilla y repitió las palabras muy despacio.
- Estoy sola, libre, sin esposo y aún quiero saber cómo se siente amar a una mujer y quiero aprenderlo contigo.
El resto de la gente, la música, todo desapareció en ese momento para Yulia…la vida le ponía la asignatura pendiente frente a ella…sola y libre, y por lo visto asumida como lesbiana…no podía perderla esta vez, de ninguna manera.
- Yo tengo que aprenderlo también…enséñame – fue la respuesta que Yulia le dio a Lena y volvieron a besarse, comenzando a caminar en terrenos nuevos y extraños para ambas, dejando atrás a partir de ese beso una vida para comenzar a construir su vida…juntas.



FIN

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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA  Empty Re: CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

Mensaje por LENYU 3/14/2016, 1:05 am

Uffffff me encantó!!!!! Como me.lo había perdido!!! XD gracias!!!!!

LENYU

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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA  Empty Re: CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

Mensaje por ccdkatina 4/18/2016, 3:32 pm

Me gusto mucho gracias por compartirlo
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CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA  Empty Re: CRONICAS DE UN ROMANCE //POR: MARIELA

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