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CLASES PARTICULARES

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RAINBOW.XANDER
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Mensaje por LeaAgronsky 5/4/2024, 11:38 am

Hey!!!! Yujuu nos olvidaste?¿ 😔
LeaAgronsky
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/5/2024, 11:32 am

Clases particulares - Una elección


Elena no tuvo el placer de despertarse entre las sábanas de Yulia. Después de su noche loca, la pelinegra le había ordenado dejar su habitación, no podía dejarla dormir con ella cuando Samir podría sorprenderlas. Lejos de querer pelear con la bella morena, Elena obedeció, sabiendo que un día acabaría por quedarse al lado de Yulia de la noche a la mañana.

Así que se despertó sola, pero feliz y en paz. Esa noche otra vez había sido testigo de la ingeniosidad y tenacidad de su profesora, tanto que aún tenía agujetas.

Fue el dulce aroma a pan tostado cosquilleándole en la nariz lo que finalmente la sacó de la cama. Vestida con un mini short gris y un top blanco, bajó y descubrió a Yulia, envuelta en un albornoz blanco de baño, preparando con presteza el desayuno.

«Buenos días, hermosa morena»

Yulia ni siquiera giró la cabeza y apenas respondió.

«Señorita Katina, buenos días»

«¿Todavía se empeña en llamarme por mi apellido, eh? ¿Siempre ese deseo de superioridad y control?»

«Señorita Katina, ciertamente he mostrado señales de debilidad en su presencia, pero eso no la dispensa de una cierta distancia y respeto hacia mí»

«Si no fuera usted tan excitante, le diría que se fuera a tomar...Gemir o llorar en mis brazos no es signo de debilidad...»

«...»

«Me encantaría que se relajara un poco...Es muy amable con Samir, pero conmigo, continua siendo esa bella cabrona»

«¡Esa boca, señorita Katina!»

«Lo siento. Pero, ¿puede reconocer que es dura conmigo? Por la noche nos acostamos, y a la mañana siguiente, juega a la indiferencia hasta el punto de ser desagradable. Es frustrante para mí»

«Se lo he dicho, nuestros vínculos...»

«Yulia, nuestros vínculos, como usted dice, no tienen nada de convencional: usted es mi profesora, me acuesto con usted, esos son los hechos. Deberíamos aprender a asumirlo en lugar de querer evitarnos»

«...»

«Francamente, me gusta mucho ese pequeño juego de profesora y alumna, pero usted y yo sabemos muy bien que podemos pasar de eso»

«No mientras sea alumna en la facultad»

«Entonces, ¿qué? ¿Paramos todo ahora hasta que me saque el título?»

«Señorita Katina...»

«En serio, ¿para qué sirve todo esto? Nos acostamos juntas, nos invita a su casa por Navidad, nos volvemos a acostar, pero aparte de eso, ¿no hay que mezclar nada? Comprendo que esta relación la sobrepase, que no esté acostumbrada...Comprendo que necesita tiempo, todo eso, pero...Si me rechaza sin cesar, ¿cómo cree que vamos a avanzar?»

«Creo que deberíamos dejar de...hacer esto. Por un tiempo al menos»

«Entonces será mejor que me vaya»

«Pero...»

«Yulia, sea realista: no podemos tenerlo todo: vacaciones juntas manteniendo la distancia. Mejor es que me vaya mientras aún esté a tiempo, y mantener «sanos vínculos» Samir se decepcionará, seguramente...Pero mejor eso que un ambiente enrarecido. A menos que tenga una solución...Creo que será preferible que me marche, desde hoy»

«...»

Elena dio media vuelta, pero entonces Yulia la llamó.

«¡Señorita Katina!»

«Sí» dijo ella dando la vuelta, con una ligera sonrisa en los labios.

«Tiene razón»

«¿Ah?»

«Deberían marcharse, es lo mejor»

Una losa de plomo cayó sobre los hombros de Elena. Al final, quizás era mejor así...Nastya la había prevenido, incluso la misma Yulia: estaba jugando con fuego y finalmente, incluso antes de poderse quemar, la llama le fue retirada.

«Yo...Voy a decírselo a Samir»

Sin esperar, subió las escaleras y se dirigió a la habitación donde dormía Samir. Se sentó en el borde de la cama y vaciló: ¿tenía aún tiempo y la pretensión de hacer cambiar de opinión a Yulia? ¿De cambiar las cosas? Su hijo detestaría a Yulia por eso, y tampoco sería más sencillo para Elena olvidar a la joven. Aunque el olvido era una ilusión: Yulia era su profesora, estaba obligada a verla todas las semanas hasta el final de curso...

«Samir...Samir, cariño, despierta»

El pequeño gruñó y se apretujó más entre las sábanas. Elena sonrió: si había algo que su hijo había sacado de ella era su vaguería.

«Samir, por favor...»

El pequeño abrió como pudo los ojos.

«Hm... ¿Quéee?»

«Samir, levanta, nos vamos»

Y como si acabara de recibir un balde de agua fría, abrió los ojos y se incorporó.

«Pero...¿Marcharnos? ¿Por qué?»

¿Debía mentirle o decirle la verdad? Al final...

«Yulia y yo...hemos peleado»

«Oh...¿Por mi culpa?»

«¿Qué? No, por supuesto que no, nunca en la vida. No tiene nada que ver contigo. Es solo que...¿ya sabes? Es complicado entre nosotras»

«¿Por qué es tu profesora?»

«Entre otras cosas, sí. Y además, cada una tenemos un pasado que nos sigue afectando en no poco en el presente, creo que ella tiene miedo»

«¿Miedo? ¿Miedo de qué? ¿De amar?»

«Quizás sí»

«¿Y marcharse es mejor?»

«Creo que es mejor no desestabilizarla y hacer lo que ella pide. Vamos a irnos»

«Pero, ¡mañana es la víspera de Navidad! ¡Es el día de los milagros!»

«Quizás en las películas, cariño, pero en la realidad, es mucho más complicado»

«...»

«Venga, vístete»

«Pero...Yo, yo quería...Tenía regalos. Y me dijiste que podía leer el libro con Yulia»

«No es el buen momento»

«Pero...»

«¡Samir!»

El pequeño se sobresaltó, incluso ella misma se sorprendió. Muy pocas veces le había gritado a su hijo antes...Y ahora una mezcla de cólera, de cansancio y de resignación se había apoderado de ella.

«Lo siento, yo...lo siento Samir»

Sin una palabra más, él se levantó y se vistió antes de hacer rápidamente su mochila bajo los ojos decepcionados de su madre. Una vez hecho, ella acarició sus cabellos.

«Está bien. Ahora vuelvo»

Elena fue a su habitación y se vistió rápidamente antes de salir de la habitación con el bolso bajo el brazo.

«Venga, vamos»

Sin una palabra, se dirigieron a la entrada, pasando por delante de la cocina donde Yulia oficiaba un desayuno que finalmente comería sola.

«Nos vamos» dijo solo Elena. Yulia se dignó a alejarse de la encimera y reunirse con ella en la entrada.

«Buen...viaje. Samir, he estado muy con...»

Pero antes de que acabara la frase, él salió de la casa, dando un portazo tras él. Las dos mujeres intercambiaron una mirada y Elena le comunicó con un movimiento de cabeza «¿qué pensaba?» antes de esbozar una educada sonrisa.

«Bueno, adiós. Feliz Navidad, señorita Volkova»

Y entonces, sin darle la oportunidad a la bella morena de replicar, Elena ya había desaparecido. Yulia cerró brevemente los ojos: sí, era mejor así. Sin complicaciones, sin quebraderos de cabeza...Las cosas volverían a su sitio. Y su corazón se saltó un latido cuando escuchó el motor del coche de Elena rugir. Vio a través de la mirilla de la puerta el pequeño escarabajo alejarse de su sendero.

Entonces suspiró...Si realmente era lo mejor, ¿por qué se sentía tan mal?

***

En el coche, reinó el silencio. Elena hubiera querido llorar, pero no quería dejar transparentar nada delante de su hijo. Así que, ya está...¿Se había terminado todo de esa manera? ¿Tan rápido? Sin realmente gritos ni choques...solo una conversación unilateral...

«¿Podemos parar a desayunar? Tengo hambre» dijo Samir, sacándola de sus pensamientos.

«¿Eh?»

«Granny's» dijo él señalando con la cabeza en dirección a la cafetería que estaba a punto de dejar atrás con su coche.

«Ok. Pero no mucho tiempo»

Estacionó delante, y salió en compañía de su hijo. Apenas hubo puesto un pie en la cafetería, un tornado castaño le saltó encima.

«¡Rojitaaaaaa!»

Nastya la besó y la estrechó tan fuerte que a Elena se le cortó la respiración.

«¡Hey, Nastya! ¿Qué haces aquí?»

«Te había dicho que pasaba las fiestas con mi abuela. Y tú, ¿entonces? ¿Cómo va con la señorita Volkova?»

«Euh...» lanzó una ojeada a su hijo «Podríamos hablar más tarde...»

«¿Desayuno?» propuso entonces Nastya presintió que algo no iba bien.

Y cuando estaban los tres sentados a la mesa, Elena bebiendo un chocolate caliente mientras Samir picoteaba los bordes de algunas tortitas, Nastya se lanzó.

«¿Entonces? ¿Os vais?»

«Sí. Al final...es mejor»

«Oh...Hey, Samir, ¿cómo están las tortitas?»

«Bien...Pero las de Yulia son mejores»

Las dos mujeres intercambiaron una mirada antes de que Elena le pidiera que se fuera a limpiar la boca al baño, lo que su hijo hizo sin rechistar. Una vez solas, Nastya avasalló a la bella pelirroja de preguntas.

«Entonces, ¿tan mal ha ido? ¿Os habéis peleado?»

«Sí...Digamos que ella no lo asume»

«¿Yulia Volkova? ¿No asumir? Extraño...»

«Es que no tiene sentido...estábamos bien los tres: decoramos la casa, nos dio una vuelta por el pueblo, incluso hicimos una pelea en la nieve...Fue verdaderamente genial»

«Entonces, ¿qué ha pasado?»

«Nos acostamos, pero no quiso que me quedara en su cama. A la mañana siguiente, le pedí explicaciones y dijo que no había que mezclar las cosas: que yo seguía siendo su alumna y ella mi profesora»

«Tendría que haberlo pensado antes de acostarse contigo...»

«Sí...De hecho, creo que no asume sus nuevos sentimientos. Pienso que se ha encerrado mucho tiempo en su soledad y sus mentiras»

«¿Y no has intentado convencerla?»

«Oh, sí, pero es como hablarle a un muro. Estoy harta y...ya que no hay que mezclar, encontraba que pasar las vacaciones con mi profesora era demasiado...personal»

«Sí, comprendo. Y ella, ¿qué ha dicho?»

«Parecía de acuerdo. De todas maneras, no le di elección»

«Estoy listo» Samir acababa de volver, limpio como una patena.

«Ok, bueno, Nastya...Nos vemos a la vuelta»

«¿Por qué no te quedas aquí? ¿Conmigo y mi abuela? Hay bastante sitio en el hostal para los dos»

«Yo...Es muy amable, pero...quedarme en este pueblo, con el riesgo de cruzármela sin parar, gracias, pero...no gracias. Venga, nos vamos Samir»

«Adiós Nastya»

«Bye Samir, cuídate Elena»

A medida que el pueblo se alejaba, Elena sentía su corazón encogerse más y más. Y al pasar el panel de «Está dejando Storybrooke», Samir posó su mano en su muslo.

«Mamá...»

«¿Qué?»

Cuando vio la mirada de su hijo fija en el horizonte, ella hizo lo mismo y vio a lo lejos un coche oscuro y alguien a su lado. Cuanto más se acercaba, más distinguía el coche y a la persona...Contuvo su respiración cuando su auto se detuvo a dos metros del Mercedes de Yulia, ella estaba media reclinada sobre el capó.

«Espérame aquí» ordenó la joven a su hijo antes de salir del coche «¿Yulia?»

«...»

Se colocó delante de ella.

«¿Qué hace aquí?»

«Yo...quería hablar»

«¿De qué?»

«De...de nosotras»

«Oh...¿Hace mucho tiempo que espera aquí? Ha tenido suerte, habría podido no encontrarnos y esperar por nada. Estábamos en...»

«...Granny's, sí, lo sé. Salía de hacer unas compras cuando vi su coche parado delante»

«Oh...»

«Yo...quería excusarme por mis palabras de esta mañana»

«...»

«Es bastante complicado para mí hacer malabares entre mi profesión y...lo que siento»

«¿Lo que siente?»

«Por usted. Comprendí que había cometido un error al minuto en que dejasteis el umbral de mi casa»

Elena entonces sonrió y dio un paso hacia delante, acercándose a la bella morena.

«¿De verdad?»

«Como justamente usted señaló, hacerla venir aquí y pedirle no mezclar las cosas era algo totalmente utópico»

«Y ahora, ¿qué quiere?»

«Yo...quiero...»

«¿Quiere?»

«A usted. A usted y a Samir. Os quiero a los dos en mi casa para Navidad, para las fiestas»

«¿Y en lo que concierne a...nosotras dos? ¿Qué quiere finalmente?»

«...»

«No es fácil decirlo en palabras sin arriesgarse a desvelarse un poco, ¿eh?»

«No estoy acostumbrada a estas cosas, es verdad. Desde que murió mi marido, no he tenido ninguna relación, ni de cerca ni de lejos, que pueda parecerse a nada serio. Y usted entró en mi facultad, en mi vida. No estaba lista para sentir de nuevo, y mucho menos con una mujer»

«Puedo comprender que eso desestabilice un poco. No tengo la pretensión de querer reemplazar a su marido. Entonces...al final, ¿qué hacemos?»

«Vengan a mi casa. Pasemos una buenas fiestas de fin de año»

«¿Tendré el derecho de dormir con usted?»

«...»

«¿Yulia?»

«Sí. Pero con dos condiciones»

«¿Cuáles?»

«Quiero que Samir lo sepa, quiero decir, que lo sepa de verdad. No deseo mentirle ni dejarle alejado»

«Ok, ¿y la segunda?»

«Sacará sus exámenes y conseguirá su título. Si es constante, si se lo toma en serio, entonces...al final de curso, ya no seré más su profesora. Y seremos libres de hacer lo que nos parezca»

«Pero mientras, tendré que tratarla como... mi novia en privado y como mi profesora en la facultad ¿Es eso?»

«Eso es»

«Ok, trato» Yulia frunció el ceño mirando la mano que Elena le tendía. Divertida, la estrechó antes de que Elena la atrajera hacia ella y la tomara en sus brazos, y darle un dulce beso.

«¡Sí!» las dos mujeres se separaron, divertidas, lanzando una ojeada al coche de Elena donde Samir no escondía su alegría. Sacó la cabeza por la ventana.

«¿Volemos a casa de Yulia?»

«Volvemos» confirmó Elena. Después ella se giró hacia la bella morena, acarició su rostro con el pulgar «Te sigo»

***

Elena estaba en los cielos: esa noche no dormiría sola. Yulia estaba aún algo vacilante, pero Elena sabía tranquilizarla, sobre todo cuando la conversación prometida sobre Samir llegó apenas hubieron entrado en la casa.

Sentados todos en el salón, Elena y Yulia frente a Samir.

«¿Qué ocurre?»

«A ver, cariño...queríamos hablar contigo de lo que ha pasado esta mañana...y de lo que pasa entre Yulia y yo»

«Ok»

«¿Te acuerdas de cuando te dije que yo quería mucho a Yulia, no?»

«Sí. Y que también os dabais besos»

«Sí, también. Pues...De hecho, Yulia y yo...Bueno, ¿te acuerdas de aquella conversación que tuvimos sobre los bebés? Tú te preguntabas cómo se hacían y te dije que hacía falta un papá y una mamá que se amaran muy fuerte y que...durmieran juntos. ¿Te acuerdas?»

«Sí...»

«Bien, Yulia y yo...también dormimos juntas...Además de darnos besos»

Un momento de silencio se instaló, las dos mujeres no se atrevían a hablar y Samir las escrutaba hasta que finalmente abrió la boca.

«Vosotras...¿dormís juntas?»

«Hm, hm»

«Pero, no podéis hacer bebés...» dijo él intentando comprender.

«Euh, no, no podemos. En todo caso, no bilógicamente»

«Entonces, ¿por qué dormís juntas si no es para hacer bebés?»

«Euh...» Elena lanzó una ojeada a Yulia como pidiéndole auxilio, pero la bella morena se retiró rápidamente.

«Es su hijo, no el mío»

«¿Mamá?»

«Bueno...La mayor parte del tiempo cuando la gente duerme junta, no es para...solo tener hijos»

«Entonces, ¿por qué?»

«Por...placer. Porque las personas se aman y se lo demuestran con besos y gestos...y durmiendo juntas»

Samir estaba dubitativo, frunciendo el ceño.

«Entonces...¿tú y Yulia os amáis tan fuerte que queréis demostráoslo?»

«Eso es»

«Y...¿por qué me lo contáis?»

«Porque...porque eres mi hijo, y como te he dicho, para mí cuentas más que nada. Quería saber lo que tú pensabas, si te daba algún problema o no...»

«Es raro dos mujeres juntas, ¿no?»

«No...es lo corriente, pero tú sabes que a mí me gustan las chicas, ¿no?»

«Sí, sí, lo sé»

«¿Y te suscita algún problema que veamos a menudo a Yulia? ¿Qué vayamos a su casa y que ella venga a la nuestra alguna vez?»

«¿Podéis casaros?»

Las dos mujeres, sorprendidas, desorbitaron los ojos, se miraron antes de que Elena tomara otra vez la palabra.

«Bueno...Sí, podríamos. En fin, aún no estamos en eso, eh...De momento, estamos...solo estamos bien juntas, ¿sabes?»

«Sí, ya veo. Y estoy de acuerdo, quiero decir, por vosotras dos»

Elena, aliviada, le tendió sus brazos que él aceptó sin vacilar, y Yulia se permitió un tierno gesto: acarició los cabellos del muchacho quien le ofreció una enorme sonrisa.

«Entonces, ¿vamos a pasar la Navidad aquí y juntos?»

«Sí, chico, aquí y juntos»

Cuando Samir ya estuvo acostado, Elena, con toda naturalidad, se encaminó a la habitación de Yulia. Habitación en la que había dejado su bolsa, a los pies de la cama.

«¿Puedo?»

«Entre» Yulia estaba sentada en el borde de la cama desvistiéndose mientras Elena abría su bolso y lanzaba de tanto en tanto miradas curiosas hacia la bella morena.

«Deje de mirarme de esa manera»

«¿Cómo lo sabe?» dijo divertida.

«Siento su mirada sobre mí. Por cierto, mi lado es el izquierdo»

«Ok, ok, ningún problema. Eh...mañana tengo que ir a hacer algunas compras»

«¿Compras?»

«Para Navidad...Aún no le he comprado nada a Samir, y no sé en absoluto lo que a usted le gustaría por Navidad»

«¿Por Navidad?»

«Claro, por Navidad. Samir ya tiene nuestros regalos...Estoy en la mierda»

«¿Nuestros regalos? ¿Samir tiene uno también para mí?»

«¡Evidentemente! Ya lo tenía cuando hace dos días le dije que veníamos»

«Ya veo...Yo también estoy atrasada»

«Sí, pero me gustaría que mi regalo fuera una sorpresa...no podemos ausentarnos las dos, y dejarlo solo. Habrá que alternarnos»

Yulia se metió entre las sábanas, seguida de Elena...Una al lado de la otra, las cosas tomaron un rumbo algo extraño: ninguna se atrevía a moverse, hablar o si quiera respirar.

Y cuando Yulia se giró dándole la espalda a Elena, esta última finalmente se atrevió a hacer un gesto y se pegó a su espalda.

«Es...es raro, ¿eh...?»

«Un poco, sí» Yulia se tensó al sentir la mano de Elena en su cintura, y aún más sintiendo su respiración en su nuca «Hace tanto tiempo que no compartía mi cama y mis noches...»

«No tenemos que hacer el amor todas las noches. A mí con quedarme pegada a usted ya me vale. Y además, me duele la espalda...»

Yulia se giró para mirar a Elena a la cara.

«¿Y eso?»

«Digamos que ayer no se anduvo con chiquitas» confirmó Elena.

«Lo siento»

Elena se aproximó hasta besarla en la punta de la nariz.

«La próxima vez concédame un poco de suavidad, ok...Tener el control es genial, pero si el precio son mis lumbares...»

«Prometido»

«Buenas noches, Yulia»

«Buenas noches, señorita Katina»

«Oh, sí, y esa cosa de señorita Katina, me gustaría que lo dejara. No es que no me excite, pero...Podría hacer un esfuerzo, ¿no? ¿Es tan feo mi nombre para que se niegue a pronunciarlo? Además, ahora que todo está claro entre nosotras y con Samir, ya no tiene ninguna excusa»

«...»

«¿Entonces?»

«¡De acuerdo, de acuerdo!» cedió, molesta, Yulia «¡Buenas noches, Elena!»

Después, se dio rápidamente la vuelta, mientras Elena no podía disimular su sonrisa de satisfacción. Cerró los ojos, serena.


🔜

No las he olvidado, nenas 😅
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Mensaje por Corderito_Agron 5/5/2024, 1:10 pm

Hahahahaha es tan feo mi nombre para que se niegue a pronunciarlo???? Hahahahahaha en serio que yulita se pasa de pedante
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Mensaje por Volkatin_420 5/5/2024, 4:24 pm

Fatal fatal Yulia no te puedes poner malcriada a estas alturas joder 😃 pobre samirsito 😞 que no sabe porque sus madres se portan así
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/5/2024, 7:36 pm

Clases particulares - Feliz Navidad

El día siguiente pasó a una velocidad tan loca que Yulia no supo dónde tenía la cabeza: entre los regalos, la preparación de la cena y de la velada, las compras de todo tipo...Cuando llegó la hora de la cena, se preguntó si alguien no le había adelantado la hora.

«¿Puedo entrar?» Elena tocó a la puerta de la habitación antes de que Yulia le diera permiso, y al entrar se encontró con la morena vestida con un hermoso vestido negro y corto «Wow»

«Si es un cumplido, entonces lo aceptó»

«Está espectacular»

«¿Piensa vestirse para esta noche?»

«Sí, no pensaba cenar en ropa interior»

«No, quería decir: ¿piensa ponerse algo más elegante que sus sempiternos vaqueros apretados y sus tops?»

«¿Es un reproche? Porque creía comprender que apreciaba la vista que le ofrecía mis vaqueros, eh...»

«Stop. Vístase»

«¡A la orden, jefe!»

«Yo voy a ver dónde está Samir»

Yulia salió de la habitación y tocó en la de Samir, al no obtener respuesta, entró y vio al pequeño de pie, delante del espejo»

«Estás muy guapo»

Él se dio la vuelta y le ofreció una tímida sonrisa.

«Usted también, está muy hermosa. No le diga que se lo he dicho, se pondría celosa»

Yulia sonrió.

«Prometido. ¿Necesitas ayuda?»

«No. Realmente no...» dijo él batallando con el cuello de su camisa.

Yulia se acercó y se puso de rodillas delante del pequeño y lo ayudó a abrocharse los últimos botones de su camisa.

«Perfecto»

Intercambiaron una mirada, después una sonrisa antes de bajar y acabar de poner la mesa para tres: hermosa vajilla, velas, cubiertos de plata...Todo era perfecto y digno de una revista de decoración navideña.

Cuando Elena bajó, vestida con un pantalón negro y una camisa blanca, ajustada, los cabellos recogidos en una cola de caballo, los dos ya la esperaban con impaciencia para comenzar a comer.

«Muy guapa» concedió Yulia.

«Gracias»

«A la mesa»

La cena transcurrió de la mejor manera posible: Yulia era, sin lugar a dudas, la mejor cocinera que Elena haya podido conocer: cada plato era más delicioso que el anterior. Después Yulia se empeñó en que los tres fueran a la Misa del Gallo en la pequeña iglesia del pueblo.

Evidentemente, Elena mantuvo su promesa y ningún gesto afectivo fue visible a las miradas de los otros para no despertar las sospechas. Sin embargo, Yulia consintió en deslizar su mano en la suya, con los abrigos cubriéndolas, durante la misa.

Después volvieron a casa, cerca de la medianoche. Pero era conocer mal a Samir si pensaban que se iba acostar pronto. Propuso entonces una de sus pequeñas tradiciones de Navidad: el visionado de una película navideña.

Como era de prever su elección fue «Cuento de Navidad», uno de los grandes clásicos cuyos espíritus de las Navidades pasadas, presentes y futuras fascinaban aún al pequeño.

«¿Espero que no la moleste?»

«Oh, no, al contrario»

El pequeño puso el DVD y se sentó entre las dos mujeres en el sofá. La película comenzó y a poco más de la mitad del film, él se quedó dormido con la cabeza sobre las rodillas de Yulia y los pies sobre los muslos de su madre.

Al final de la película, Elena tomó a su hijo en sus brazos y lo llevó a su cama donde la acostó, vestido, para no despertarlo. Después volvió a bajar al salón para unirse a Yulia.

«Ha sido una hermosa noche»

«Sí, mucho. ¿Una copa?»

«Oh, no, estoy tan cansada que una sola copa me daría vueltas la cabeza»

«Cierto» Yulia alzó la mirada hacia su reloj de péndulo y sonrió «Feliz Navidad, Elena»

La joven miró su reloj: en efecto, ya eran las 00:03. Se acercó a la bella morena y la enlazó tiernamente.

«Muy Feliz Navidad, Yulia...» antes de besarla apasionadamente «Sin embargo, tengo una cosa que lamentar...»

«¿Cuál?»

«Que esta noche no lleve puesto el traje de Mamá Noel...»

«¿Quién le dice que no lo tengo?»

«¿Eh? Ohhhh...»

Dadas de la mano, subieron a la planta de arriba, después de, como era costumbre, haber puesto todos los regalos a los pies del abeto.

Al llegar a la habitación, Elena y Yulia, rápidamente, dejaron caer sus ropas por aquí y por allá, tirándolas en el suelo, para pegarse la una a la otra bajo las sábanas.

«Entonces, ¿no hay tiempo para la ropa de Mamá Noel?» dijo divertida Yulia.

«Al diablo la ropa, de todas maneras, no hubiera estado mucho tiempo puesta»

«Encantador...»

Sin esperar, Elena saltó literalmente sobre Yulia, ofreciéndole su más bellas y ardiente Navidad desde hacía años.

Estaba segura de ello, es lo que deseaba vivir por el resto de sus días: despertarse en los brazos de esa mujer morena de fuerte carácter, pero con una sonrisa tan mágica que la podía llevar donde quisiera con tal de estar con ella.

Acurrucada en los brazos de Yulia, Elena abrió los ojos al notar bajo su nariz el dulce olor afrutado de los cabellos de Yulia. Se estiró lentamente y se pegó aún poco más al cuerpo desnudo de su compañera. Yulia se fue despertando poco a poco al notar los dedos de la bella pelirroja deslizándose por su antebrazo.

«Buenos días...» murmuró Elena.

«Buenos días...»

«¿Ha dormido bien?»

«Muy bien»

«Feliz Navidad...» dijo ella besando furtivamente sus labios.

« A ti también...»

Elena desorbitó los ojos y se incorporó, con una expresión divertida en su rostro. Yulia, entonces, frunció el ceño ante la corriente de aire frío que provocó la ausencia del cálido cuerpo de la bella pelirroja.

«¿Qué?»

«Usted...Tú...¿Tú acabas de tutearme?»

«Efectivamente. No te acostumbres» dijo divertida ante la reacción de sorpresa de la bella pelirroja.

«Lo sé, lo sé: no mezclar lo privado con lo público. Es muy gratificante, pasamos a una nueva etapa en nuestra relación»

«Si sigues pinchándome de esa manera, no tendrás nada más...Hasta el final de curso»

«¡Hey!» Elena se dejó caer sobre la cama, moviendo un poco a Yulia, después se pegó a ella de nuevo. Yulia la rodeó con sus brazos «Estoy bien aquí...»

«Yo también»

«¡MAMÁAAAAAAAAA!»

«Estábamos tan bien...» murmuró Elena hundiendo su rostro en el hueco del cuello de la bella morena, en ese momento la puerta de la habitación se abrió estrepitosamente y el pequeño saltó a la cama. Yulia, totalmente cogida por sorpresa, se quedó sin voz. Entonces dio las gracias de que Elena hubiese tenido la famosa conversación con su hijo el día anterior, porque parecía que encontraba normal ver a su madre en la cama de Yulia.

«Hey, hey...calma» gruñó Elena.

«¡Es Navidad! ¡Deberías ver, hay muchos regalos en el árbol! ¡Ven, ven, ven rápido!»

«¡Ya vamos, ya vamos! Déjanos ponernos algo encima»

«Agggg, ¿estáis completamente desnudas? ¡Es asqueroso!» dijo él con una mueca de asco en el rostro.

«¡Hey! ¡Yo estoy muy buena, y no te haces una idea sobre Yulia! ¡Así que lárgate ahora mismo o si no, te vas a ganar diez años de terapia!»

«¡Ok, ok, pero daos prisa!» dijo saliendo del cuarto, sin olvidar cerrar la puerta, despertando definitivamente a las dos mujeres.

«Bien...Creo que no tenemos elección...» dijo Elena saliendo sin ganas de la cama, seguida poco después de Yulia, que se dirigió al baño «Hey, tengo derecho a...»

«¡No!» dijo secamente Yulia cerrando la puerta del baño, dando por acabado el intento de Elena.

***

«¡Mamá, mira!»

Samir estaba arrodillado a los pies del árbol, sus ojos resplandecían ante la vista de tantos regalos. Elena también estaba sorprendida: Yulia tenía que haberse levantado por la noche para dejar aún más regalos.

«Eh, bueno...Papá Noel ha sido generoso este año...»

«Sí, si existiera habría sido generoso» dijo el pequeño.

«Sí...eso seguro...Espera un poco, Yulia no ha llegado»

Samir se removía en el sitio hasta que vio llegar a Yulia.

«¡Ya está ahí, ya está ahí! ¿Podemos abrirlos?»

Yulia se puso al lado de Elena.

«Habrías podido decirme que habías desvalijado las tiendas...»

«Hey, no es una competición. Sencillamente quería complaceros»

«Lo sé, lo sé. Pero yo solo tengo un regalo para ti...»

«No importa la cantidad, es la intención lo que cuenta, ¿no?»

«Sí...»

«Créeme, esta noche sabré agradecértelo»

De una expresión refunfuñona, Elena pasó a una larga sonrisa cuando Samir se puso ante ellas y les tendió a cada una un regalo que, por cómo estaba envuelto, se veía que era el de él.

«Es para vosotras. ¡Lo he hecho yo!» Y cuando cada una cogió el suyo, Samir agarró un tercer paquete «Y este es el mío»

«¿Qué?...¿Te has hecho tú mismo un regalo? ¿Tenías miedo de que me olvidara o qué?»

«Ahora lo entenderás, abre»

Las dos mujeres obedecieron y abrieron sus regalos para descubrir un calcetín de Navidad sobre el que estaba bordado el nombre de cada una.

«Samir...Es magnífico»

Tras eso, Samir abrió también su paquete para enseñarles el tercer calcetín con su nombre.

«Así, vamos a poder ponerlos en la chimenea»

«Pero este año ya no podrán rellenarse, demasiado tarde»

«No importa, será para el año que viene» dijo él con la mayor naturalidad del mundo mientras las dos mujeres intercambiaban una mirada llena de sobreentendidos: ¿el año que viene? Eso dejaba entrever que todo iría bien entre ellas...¿Sería acaso posible?

«Hey, ¿me los dais para colgarlos?»

Ellas salieron de sus pensamientos para darles los calcetines. Después, se dirigió de nuevo bajo el árbol para abrir sus regalos.

«¿Crees que debería preocuparme por Samir?»

«¿Por qué?»

«Le gustan los cuentos de hadas y le gusta coser...»

«No seas estúpida. El hecho de a que a ti te gusten las chicas no lo hace más afeminado. Simplemente es él mismo»

«Vale...Creo que mi regalo va hundir el dedo en la llaga»

Y apenas había acabado su frase, Samir desenvolvió un enorme conejo blanco de peluche.

«¡Wow! ¡Es...enorme!» se entusiasmó el pequeño «¡Me encanta, gracias mamá!»

«Voy a buscarnos un chocolate caliente»

«¿No quieres quedarte para verlo abrir sus regalos?»

«Tardo dos minutos»

Cuando regresó, se sorprendió al ver que Elena y Samir la habían esperado pacientemente, sentados en el sofá.

«Pero...»

«Queríamos esperarte para abrir el resto»

Yulia, conmovida, les sonrió antes de dejar la bandeja hacia la que Samir se abalanzó para coger su chocolate.

«¡Hm, qué bueno!» dijo con un bigote de chocolate en su labio superior «¿Abrimos el resto?»

Las dos mujeres, entonces, dejaron que siguiera abriendo decenas de regalos: un castillo fortificado, un dragón, caballeros con sus armaduras...Un verdadero reino que empezó a construir a los pies de la chimenea.

«Oh, corazón, aquí no...Vas a obstaculizar el paso. Lo construiremos en casa»

«Pero...mamá...» se quejó él.

«Samir...»

«¿Por qué no dejárselo hacer? Después subiremos el castillo»

«¿A mi habitación?» dijo feliz el muchacho que, una vez más no había contenido la evidente alusión a una futura cohabitación prolongada de los Katin en casa de Yulia.

Yulia se dio cuenta del malestar de Elena y dijo divertida.

«Por supuesto» Tras eso, ella se levantó y tomó un paquete dorado envuelto con una cinta rojo oscuro «Toma...»

«Yulia...»

«No es gran cosa. Realmente no he estado inspirada...En todo caso, no tanto como con Samir» constató ella al ver la montaña de regalos que rodeaba a Samir.

«Yo...Yo también tengo uno, espera»

Se levantó del sofá, y tomó un pequeño paquete que estaba disimulado ente las ramas del abeto, volvió a sentarse. Se lo dio a Yulia que lo aceptó.

«Ok, a la de tres abrimos. Uno...dos...tres...»

Entonces, Elena abrió el paquete y descubrió un brazalete de oro serpenteado de pequeñas esferas de oro rosa y blanco. Desorbitó los ojos y puso rápidamente sus manos sobre el paquete que la bella morena se disponía a abrir.

«¡NO!»

Yulia se sobresaltó y la miró, incrédula.

«¿Perdón?»

«No...no lo abras...Este brazalete...es magnífico»

«Gracias»

«¡No!»

«¿No?»

«En fin, sí, gracias...Es sublime...Pero...el mío...Es una porquería, de verdad» dijo con un velo de tristeza en su rostro.

Pero Yulia soltó sus manos, liberando el paquete.

«Elena...No importa lo que me hayas regalado. Esto no es una competición, nada más lejos»

Tras esas palabras, abrió el paquete, bajo la mirada inquieta de Elena, mientras Samir estaba hundido en una historia que incluía caballeros de noble corazón luchando valientemente contra feroces dragones.

Yulia, entonces, descubrió un colgante circular con un lobo plateado. Lo sacó con cuidado de su caja: estaba enlazado a una larga cadena.

«Elena...»

«Es...un lobo...ya ves, Volkov... Lobo...»

«Es maravilloso»

«De hecho es un llavero, pero...bueno, lo encontraba más bonito como collar...Es estúpido...» murmuró ella, encontrándose idiota con su llavero cuando Yulia acababa de regalarle un joya de oro.

Yulia no esperó un segundo y se lo colocó alrededor de su cuello. Entonces Elena sonrió.

«Le va muy bien, señorita Volkova»

«También lo creo» Después Yulia cogió el brazalete y lo colocó en la muñeca de la bella pelirroja «También te queda estupendo»

«No sé qué decir...»

«No digas nada...» se acercó a Elena para murmurarle al oído «...me lo mostrarás esta noche»

«¡Mamá...está nevando!»

El pequeño corrió hacia la ventana y miró los gruesos copos caer como pequeñas bolas de algodón.

«¿Quieres que nos abriguemos y que vayamos a dar vueltas en la nieve?»

«Ahora no...Yo...¿puedo seguir jugando?»

«Por supuesto»

Elena y Yulia no se preocuparon de los papales de regalo tirados por el suelo o del caos que reinaba en el salón, estaban ahí, acurrucadas en el sofá, con su taza caliente entre las manos.

«Es la mejor Navidad que he pasado desde hacía mucho tiempo» suspiró Elena. «Nunca hubiera creído poder ofrecerle a Samir un día tan perfecto. Gracias»

Yulia sonrió.

«Gracias a ti. Por primera vez en tres años, no paso las fiestas sola. Me había encerrado tanto en mi soledad que había olvidado hasta qué punto podía ser agradable compartir estas pequeñas alegrías cotidianas»

«Espero que compartamos muchas más. Sabes...Está bien este pequeño pueblo, me vería bien aquí criando a Samir» Yulia entonces enarcó una ceja «¿Qué?»

«No, nada...Yo...Este año debería ser mi último año como profesora»

«¿De verdad? ¿Por qué?»

«Me gustaría dar un cambio en mi carrera. Las elecciones a la alcaldía de Storybrooke tienen lugar el año que viene...»

«¿Ah? ¿Aspiras al puesto?»

«¿Por qué no? Conozco el pueblo, a sus habitantes. Tengo los conocimientos administrativos y jurídicos»

«Y pensar que si hubiera esperado un año, no nos habríamos conocido»

Se sonrieron y el día transcurrió maravillosamente.

🔜

Nos leemos mañana nuevamente I love you tengan linda noches mis bebés
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Mensaje por Fati20 5/6/2024, 1:33 am

Bien hecho qué Lena le puso carácter y que bueno que Julia reaccionó rápido. Es difícil para ambas pero hay q poner de su parte. Estoy muy feliz qué estén teniendo tan linda navidad y que lo de señorita katina solo sirva para ser excitante. Saludos cariño de mi corazón 😘😘I love youI love you
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Mensaje por LenaVolkova66 5/6/2024, 7:56 pm

No entiendo que quiere yulia, parece un yo-yo jugando con Lena 🙄🙄
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Mensaje por Veroska 5/6/2024, 9:06 pm

Jajaja me dió risa con ese "estábamos muy bien" de que Samir cortó su abrazo de despertar en Navidad juntas... Lo que hace una decisión, lo hace triste o alegre, lo bueno de todo esto es que Yulia se da cuenta rápido de sus desatinadas palabras por el miedo que tiene a intentar y luego retraerse... Me gusta la navidad que están pasando los 3... Pero es Mayo y muero de calor jajaja
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Mensaje por soy_yulia_volkova 5/6/2024, 11:33 pm

El niño sabe lo que quiere y ver que yulia le hace bien a su madre lo pone feliz 😀
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/7/2024, 8:11 pm

Clases particulares - Vuelta a la realidad


Ideal, esa era la palabra. Así como los dos días siguientes hasta que la realidad atrapó a Elena.

«¿Me ha hecho llamar a su despacho, señorita Volkova?» dijo Elena divertida moviendo su teléfono «Un SMS, ¿en serio?»

«Tenemos que hablar, siéntate»

Elena tomó asiento en el sillón que se encontraba frente a la mesa de madera maciza. Algunos segundos de silencio planearon antes de que Elena soltara una ligera risa captando la atención de Yulia, que alzó lentamente su rostro de los papeles.

«¿Qué?»

«Oh, nada, solo que...pareciera que estamos de vuelta en la facultad, es curioso»

«Curioso, en efecto, es que abordes el tema de la facultad, porque de eso se trata»

«¿Ah?»

«Elena...las clases comienzan dentro de una semana y no has abierto un libro desde que has llegado. Te recuerdo que hay exámenes a la vuelta y que estás muy lejos de llevarlo bien»

«¡Hey! Yo...tengo facilidades»

«¿Debo recordarte los términos de nuestro acuerdo?»

«¿Acuerdo?»

«Que Samir estuviera al corriente y que te licenciaras»

«Ah...Bueno, hay tiempo...»

«No, Elena, las cosas van a ir cada vez más rápido. Yo soy, quizás, tu...en fin...»

«¿Sí?» dijo ella mezquinamente.

«¡Vale! Soy también tu profesora y me tomo muy en serio que mis alumnos aprueben»

«¡Qué bondad, querida profesora! Espero que no sea tan dedicada con sus otros alumnos...»

«No seas estúpida y no cambies de tema. Hoy, vas a estudiar»

«Pero Samir...»

«Samir juega tranquilamente en su habitación, como lo lleva haciendo dos días. Si necesita algo, solo tiene que llamar. Así que, vas a buscar tus cosas y a repasar»

«¿Estás...hablando en serio?»

«Completamente. Vas a venir aquí y a estudiar. Nada de tele, nada de ordenador, nada de teléfono y nada de Samir»

Elena hizo una mueca refunfuñona, pero Yulia se mantuvo firme en sus posiciones, y después de vanas suplicas, Elena subió al piso de arriba para darle un beso a su hijo. Este jugaba tranquilamente con su castillo.

«Hey, sir Samir, vengo a demandaros un tierno beso de vuestra parte»

«¡Acercaos, damisela!»

Elena se arrodilló y Samir rodeó su cuello con sus pequeños brazos.

«¿Me daríais vos la fuerza para afrontar al dragón al que me dispongo conquistar?»

«¡Tomad, cogedla!» Samir le tendió una pequeña espada de plástico de uno de sus caballeros «Con esto, nada temeréis»

Elena le sonrió y lo besó efusivamente.

«Te quiero, mi pequeño príncipe»

Después bajó y vio sobre el sofá algunos manuales de derecho y de economía.

Cuando miró a Yulia, se quedó estática, con la boca dibujando una «o» perfecta. Al no ver a la joven moverse, Yulia alzó su rostro.

«¿Qué ocurre?»

«¡Tú...no me habías dicho lo de tus gafas!»

Yulia frunció el ceño antes de quitarse el par de gafas.

«Sí, ¿y?»

«¡Eso es juego sucio! ¿Cómo quieres que estudie si estás a mi lado con eso sobre la nariz? ¿Te das cuenta cuánto me inspiras de esa manera?»

«Elena, concéntrate un poco...por favor»

«Si me prometes ponértelas esta noche»

«Elena...»

La pelirroja rezongó antes de sentarse en el sofá.

«¿Por dónde comienzo?»

«Economía»

«¡Oh, noooooooo, no me gusta la eco! Lo sabes»

«Y por eso comenzarás por ella. Venga»

Yulia cerró la conversación hundiéndose otra vez en sus papeles, no dejando otra opción a Elena sino la de sentarse cómodamente en el sofá y abrir el libro de economía. Apenas había leído dos líneas y ya estaba bostezando...al cabo de 20 minutos de silencio y estudio, apenas podía mantener los ojos abiertos.

«Yulia...Va a hacer dos horas...»

«Falso, no hace sino 20 minutos»

«Pffff, me aburre...»

«Lo sé, pero es esencial para ti. Elena...»

«Lo sé...lo sé...Pero si tuviera una pequeña compensación...ya sabes...tipo...»

«No»

«Oh...Ni siquiera...»

«...No»

«Realmente no eres nada divertida»

«Exactamente»

«¿Sabes? Es realmente frustrante para mí: un instante eres la amante más pasional que existe, y al segundo, te conviertes en esa profesora fría, autoritaria y casi frígida»

«Lo sabías. No tengo intención de cambiar mi estilo por ti. Soy tu profesora»

Elena entonces suspiró y se volvió a meter en su libro.

Pasó una hora hasta de que Elena sintiera su teléfono vibrar en su bolsillo. Lentamente y con discreción, lo sacó y vio un mensaje de Nastya.

«Hey, ¿qué tal va todo? ¿Te apetece salir conmigo hoy?»

A lo que Elena respondió.

«Lo siento, Yulia me ha encerrado en su casa para estudiar»

«¿Estudiar, eh? ¿Es así como ahora lo llamáis?»

«No sueñes. Estoy estudiando de verdad...Economía»

«Oh, mierda o_x Bueno, entonces ánimo. Por cierto, ¿qué hacéis en Fin de Año?»

«No lo sé, ¿por qué?»

«¿Qué os parece venir a celebrarlo en Granny's? Habrá una pequeña fiesta»

Pero antes de que pudiera contestar.

«¿Elena? ¿Qué haces?»

La bella pelirroja se dio prisa en cerrar la conversación y meter su teléfono en el bolsillo, pero no tan deprisa como para que Yulia no viera lo que escondía.

«Dame eso»

«¿Qué?»

«Te había dicho nada de teléfono...»

«No es nada, era Nastya»

Yulia frunció el ceño y estiró la mano hacia Elena.

«Dámelo»

«¿Estás de broma?»

A modo de respuesta, Yulia arqueó una ceja que quería decir «¿De verdad lo crees?»

Elena sacó su teléfono del bolsillo y, suspirando, se lo dio. Yulia lo tomó y pasó su dedo por la pantalla táctil.

«¿El pin?»

«¿Perdón?»

«Dame el pin»

«¿Por qué? Ya te doy mi teléfono, ¿ya está bien, no?»

«Elena...»

«Espera, ¿estás de broma? ¡Ya no soy una niña y no eres mi madre! ¡Ya he dejado atrás la edad para que me sermoneen y me confisquen el móvil!»

«¡Lo hago por ti!»

«¡No, lo haces por ti! ¡Para mantener, aunque sea un poco, algo de control sobre mí! ¡Porque has perdido ese poder sobre mí, y buscas un modo de dominarme!»

«¿Es lo que piensas?»

«¡Sí! Y también algo más...Creo que estás...¡celosa!»

Yulia se sobresaltó sorprendida.

«¿Perdón? ¿Celosa?»

«Sí, si no, ¿por qué razón querrías leer los mensajes que le mando a Nastya, eh? Tienes mi móvil, eso debería bastarte, pero no, quieres el pin para poder hurgar y ver si la amistad que me une a Nastya es más estrecha, ¿es eso?»

«Estás completamente dando palos de ciego»

«Yo creo que no...Amas tanto el control y ya lo has perdido tanto conmigo que lo echas de menos, te hace falta. Esta historia de repasos es una tontería, todo lo que quieres es mantener el control sobre mí»

Tras eso, Elena se levantó del sofá, cogió su móvil de las manos de Yulia y salió del despacho.

«¿A dónde vas?»

«Voy a tomar el aire, hace dos horas que estoy encerrada aquí, que no entiendo nada de estos temas...Tenía ganas de ti, pero ahora tengo ganas de salir»

Se dirigió a la entrada, cogió su chaqueta, su bufanda y su gorro mientras Yulia corría hacia ella.

«¡Elena!»

«No volveré tarde»

«¿A dónde vas?»

Y después de haber salido y antes de cerrar la puerta, soltó:

«¡Voy a ver a Nastya a Granny's!» y dejó sola a Yulia en la entrada. Apenas tuvo tiempo para comprender lo que pasaba cuando escuchó la vocecita de Samir en lo alto de las escaleras.

«¿Os habéis peleado?»

Yulia se giró y subió rápidamente los escalones para llegar a la altura del muchacho.

«No, nosotras...» pero al ver al mirada esmeralda del pequeño clavarse en ella, no tuvo coraje para mentirle «Sí. Hemos discutido»

«No es grave, ¿no?»

«No, no es grave»

«¿Va a volver?»

«Claro que va a volver. Solo necesita...coger aire. Estará aquí para la cena» Samir no escondió su inquietud y Yulia intentó tranquilizarlo más mal que bien «Venga, ¿y si me enseñas tu castillo?»

Samir se dio cuenta de los esfuerzos de Yulia y aceptó compartir su reino por un rato.

***

«¡Hey, Em! Hola»

«Hola»

«Vaya, pareces enfadada...»

«Sí, he discutido con Yulia»

«Ouch...No debe ser cómodo tener a Yulia en contra»

« ¡Cómo te lo diría...!»

«¿Por qué os habéis peleado?»

«Por ti»

«Euh...¿Eh? ¿En serio?»

«Sí, bueno...realmente no. Fue a partir de nuestros mensajes y acabó en un pugilato. Te das cuenta de que estás en su casa, que pasas las Navidades con ella, que nos acostamos y...me trata como una niña: me obliga a estudiar, me echa la bronca como si tuviera cinco años, como si fuera...»

«¿Una de sus alumnas?» dijo divertida Nastya «El hecho es que lo eres. No debe ser fácil para ella separar las cosas»

«¡No la defiendas! ¿Crees que es fácil para mí? Salgo con mi profesora, pasamos momentos geniales juntas y de repente, la profesora vuelve a la superficie y me mete a estudiar. ¡Es frustrante!»

«Bueno, creo que está pensando en ti. Quiero decir...A mí me gustaría que alguien me motivara a meter la nariz en los libros...Mi abuela está muy ocupada con el restaurante y Vladimir se ha marchado a Moscú por las fiestas. Creo que estoy tan desmotivada que voy a suspender los exámenes. Al final, tienes suerte de que te meta por el buen camino y que se preocupe por separar las cosas»

«...»

«Venga, ven, vamos a tomarnos una copa y hablamos de Año Nuevo, ¿ok?»

«Ok»

Se contuvo de enviarle un mensaje, o de incluso llamarla...La cena se acercaba, Yulia habría deseado que Elena regresara, pero parecía que la bella pelirroja necesitaba de verdad reflexionar.

Y cuando ya era bastante tarde y el sueño ganó a Samir, fue Yulia quien, por primera vez, acompañó al pequeño a su cama. Con su ducha tomada y su pijama puesto, Samir se metió en la cama acompañado de Yulia.

«Mamá todavía no ha vuelto...» murmuró el pequeño.

«Lo sé. Fue una gran discusión. Supongo que necesitaba pensar en muchas cosas»

«...»

«Samir, tu mamá no tiene nada contra ti, sino contra mí»

«Pero, ¿no os vais a separar, no? ¿Nos vamos a marchar?»

«No, Samir, os quedareis, te lo prometo»

«Di...¿Tú...en fin, verías bien...?»

Sacó de debajo de la cama el libro que Yulia le había dado dos meses antes. Ella frunció el ceño mientras el pequeño se colocaba cómodamente y lo dejaba sobre sus rodillas. Él le ofreció su más hermosa y enternecedora mirada para estar seguro de no recibir un rechazo por su parte.

«¿Samir?»

«Mentí...De hecho, aún no lo he leído»

«¿No te gusta?»

«¡Oh, sí! Pero...sé que es especial para ti»

«¿De qué hablas?»

«Lo sé...lo del accidente, tu marido y tu bebé» la sangre de Yulia se heló «Así que me decía que quizás te gustaría leerlo conmigo esta noche...»

«Samir...»

«Si no quieres, entonces...prefiero devolvértelo, porque es especial para ti. A no ser que lo compartamos»

Yulia nunca se había sentido tan emocionada. Ella le sonrió, le acarició tiernamente los cabellos y se colocó mejor a su lado. Samir abrió el libro y Yulia comenzó la lectura.

«Érase una vez...»


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Mensaje por Corderito_Agron 5/7/2024, 11:51 pm

Pero ahora que le picó a Yulia y su verborrea de profesora universitaria??? Ni mi madre se atrevió a tanto hahaha
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Mensaje por Volkatin_420 5/8/2024, 9:03 am

Jajajajja a Lena le salió su mamacita
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Mensaje por Fati20 5/8/2024, 12:43 pm

Jajajajajaja a mi me da mucha risa Julia de profesora estricta al final qué tanto era repasar un par de horas Lena se pone demás de berrinchuda también. Saludos cariño 😘😘I love youI love you
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Mensaje por LeaAgronsky 5/8/2024, 1:43 pm

A lenita la mandan a un concurso de.malcriaditas y gana hjajajajaj
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Mensaje por Veroska 5/8/2024, 5:32 pm

Es linda la parte de Yulia de leerle el libro a Samir, tener ese momento con él, por otra parte es normal que Lena se moleste porque son vacaciones de navidad 🎄 no para estudiar 🎒 sino para pasarla genial 😁... Ya cuando regrese puede que sean las dos y les vaya mejor
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/9/2024, 8:40 pm

Clases particulares - ¡Feliz Año Nuevo!


Elena había dilatado la vuelta, pero cuando Nastya ya se caía de cansancio, decidió volver a casa de Yulia. Al llegar frente a la casa, ninguna luz. Echó un vistazo a su reloj: más de las 23:00. Samir debía estar acostado y Yulia, ciertamente, tampoco la había esperado.

Suspiró y abrió la puerta de la entrada dando las gracias al cielo de que Yulia, en un arranque de rabia, no hubiera cerrado la puerta con cerrojo.

Entró con precaución, sin hacer ningún ruido. Subió las escaleras y se dirigió hacia la habitación de Yulia, pero al abrir la puerta, vio con sorpresa una cama vacía, las sábanas impecablemente en su lugar, señal de que nadie había estado en ella. Frunció el ceño, antes de dar marcha atrás y dirigirse a la habitación de su hijo.

Empujó con cuidado la puerta y ante ella apareció una escena más que enternecedora: Samir acostado de medio lado, con el libro abierto en su regazo, mientras Yulia se había quedado dormida a su lado, sentada en el borde de la cama, con uno de sus brazos rodeándolo.

Entonces Elena sonrió, tomó la manta que estaba a los pies de la cama y cubrió con ella a la joven y a su propio hijo. Después caminó lentamente hacia la salida tras una última mirada hacia ellos.

Al final, se durmió sola en la cama que llevaba compartiendo con la bella morena, pero, al contrario de lo que podría sugerir pasar una noche sola, Elena se durmió con una sonrisa en sus labios al imaginar a su hijo y a la mujer que compartía su vida juntos en el cuarto de al lado.

Fue Yulia la que despertó en primer lugar. Llena de contracturas por haber dormido media sentada y de lado, notó la presencia de la manta. Rápidamente, unió los puntos y suavemente salió de los brazos del pequeño, de camino poniendo el libro en la mesilla de noche.

Después se encaminó con apurado paso a su habitación, abrió la puerta con un mayor ímpetu del deseado y cuando vio la cabellera roja sobresalir de entre las sábanas, suspiró aliviada.

Entró con cuidado, sin hacer ruido, cogió algo para cambiarse y cuando iba a entrar en el cuarto de baño, una voz visiblemente adormilada la hizo sobresaltarse.

«Yulia...»

Esta se volvió para ver a Elena, sentada en la cama, mirándola fijamente.

«Elena, tú...»

«Perdóname» soltó la joven, con sus ojos al borde de las lágrimas, la voz temblorosa. Yulia, entonces, se acercó y se sentó en el borde de la cama, en silencio «Fui una idiota. Yo...nunca he sido ducha para las excusas...»

«¿Te ayudaría si yo lo hiciera primero?»

«...»

«Tenías razón...Estaba celosa. Yo...sí, te quería a mi lado, pero no para impedir que vieras a otras personas, y mucho menos para controlarte, yo...solo quería poder ayudarte y seguir manteniendo mi sitio. Elena...tengo sentimientos por ti y me cuesta muchísimo demostrártelo convenientemente. Tú no eres ducha con las excusas, yo no lo soy para amar»

«Creo que en cierto sentido las dos nos hemos equivocado y las dos hemos tenido razón a la vez. Tú querías sobreprotegerme, y yo me lo tomaba como una dominación fuera de lugar. Yo simplemente quería estar contigo, y tú, tú has creído que era frivolidad»

«Aún tenemos mucho que aprender: yo debo aprender a amar correctamente y tú...»

«...Yo, yo debo aprender a separar las cosas y...a madurar. Siempre he actuado siguiendo mis caprichos, como una niña. Incluso con un hijo a mi cargo. Hoy, debo aprender a controlarme y...a vivir con otro adulto»

La pelinegra no pudo sino sonreír, lo que tranquilizó a Elena, que se atrevió a posar su mano sobre la de la bella morena, que a su vez, entrelazó sus dedos a los de ella.

«¿Dónde estabas?»

«En Granny's, con Nastya...Después fuimos a la playa. Ni siquiera logré emborracharme. Tendrás que darle las gracias a Nastya»

«¿Ah sí?»

«Ella es quien me ha abierto los ojos»

«...»

«Te eché de menos anoche...¡Me has engañado!»

«¿Perdón?»

«¡Te he visto, en la cama de ese muchacho!» dijo con una sonrisa.

«Le leí un cuento...Y debo confesar que no me apetecía meterme en esta cama sabiendo que no estabas en ella»

Elena le sonrió.

«¿Podríamos recuperar el tiempo perdido esta mañana?»

Y con gran sorpresa Yulia aceptó, se desvistió y se metió entre las sábanas, Elena la acogió en sus brazos donde Yulia se acurrucó. Se quedaron por un largo momento sin moverse, la una en los brazos de la otra, solo sintiendo la piel de la otra, los latidos acompasados de sus corazones.

«¿Yulia?»

«¿Hm?»

«¿Hace cuánto de lo nuestro?»

«Depende de dónde pongas el inicio: nuestro primer beso, nuestra primera cena o nuestra primera noche»

«Hm...Yo diría el primer beso, si dejamos de lado el episodio Vladimir»

«Entonces más de tres meses, ¿por qué?»

«Tres meses...¿Acaso sería...estar flipando si te dijera «Te amo» ahora, en este momento?» Yulia frunció el ceño, Elena pudo sentir cómo se tensaba «Ok, sabía que no ibas a saltar al techo de alegría, pero...¿quizás una reacción?»

«Elena...»

«No, déjalo, es aún muy pronto, ¿no?»

Entonces, Yulia se incorporó, atrayendo a Elena hacia un lado.

«Tengo sentimientos por ti, de verdad. Pero...pronunciar esas palabras, es...es aún muy pronto para mí»

«Lo comprendo»

«La última persona a quien se las dije fue a Daniel» Elena se pellizcó los labios y suspiró «¿Qué?»

«Yo...Mierda, no debería pensar eso, yo...»

«¿De qué hablas?» Elena salió precipitadamente de la cama y se dirigió a la ventana «¿Elena?»

«Yo...¡Estoy harta!» Yulia se sorprendió, pero se quedó callada. Elena se dio la vuelta, los brazos cruzados «Yo...tengo la impresión de estar siempre compitiendo con...un muerto. Mierda, ¡cómo me recrimino el estar celosa de él! Tengo la sensación de que todo lo que haces, lo haces por recuerdo a él: no celebrar la Navidad, no mantener una relación estable y seria, no decir «Te amo» a la persona que, visiblemente, te llega al corazón mucho más de lo que dejas ver»

«...»

«Escucha, no te recrimino nada, amaste a ese hombre, incluso te casaste con él, concebisteis un hijo...Son cosas que yo solo podré darte si aceptas dejarlo tras de ti, pero...al mismo tiempo, no me siento con derecho de prohibirte nada con respecto a él, yo que arrastro la mentira de la paternidad de mi hijo...»

«Elena...»

«No, escucha, antes de que haya otra discusión entre nosotras, antes de que cierres la puerta de un golpe gritando que yo no comprendo nada y que soy egoísta...Yo...quiero decir que...te amo, y no es una vana palabra dicha bajo la emoción o cualquier otra cosa, es solo...lo que siento: tengo sentimientos hacia ti y llegó tan rápido que yo misma no me lo creo. Además de ser una mujer increíblemente bella, inteligente, eres una mujer de tu casa. Y la cereza del pastel es que mi hijo ya te ha aceptado. Creo que nunca podría haber imaginado una mejor compañera; me siento crecer a tu lado, volverme mejor: una mujer realizada, una madre más segura. Y todo eso porque estás a mi lado. Las cosas no podrían ser más perfectas. Pero...en todo cuadro idílico, a veces hay un parte de sombra...Daniel planea sobre ti, sobre nosotras, como una fantasma invade tu vida. No puedo evitar pensar en esa mirada tan amorosa que vi el día que me enseñaste su tumba en el cementerio. No es que no me hayas dado ninguna parecida, pero...No puedo evitar decirme que si aún piensas en él, que si aún está tan presente en tu vida, en tu alma...¿Qué sitio en definitiva tengo yo? ¿Me amas? ¿Estás lista para planear tu vida conmigo y con Samir? ¿Al menos tienes en mente acabar tus días conmigo? Y sobre todo...¿lo dejarías marchar definitivamente?»

No, Yulia no estaba enfadada...Había escuchado con atención cada palabra de Elena, cada argumento, cada declaración. Su corazón parecía absorber cada palabra e hincharse hasta volver difícil su respiración. Sintió cómo el llanto comenzaba y las lágrimas empañaban su visión.

Elena se quedó un momento ahí, esperando febrilmente una respuesta, un gesto de Yulia que aún estaba sentada en la cama. Ni siquiera se atrevía a moverse.

«Tienes razón...» dijo tras un suspiro «Yo...es mi vez de pedir perdón. Sí, es verdad que Daniel es aún una parte importante de mi vida. Vivimos cosas que nunca más reviviré, pero, sin embargo, estoy dispuesta a vivir cosas nuevas contigo, contigo y con Samir. Ya he dejado de lado no pocas de mis prerrogativas por ti, haciéndote entrar en mi vida, en mi casa, compartir las fiestas contigo...Así que sí, creo que te quiero más que para una simple relación pasajera. Pero también tienes razón en otra cosa: aún pienso en Daniel, pero no en el sentido en que tú crees»

«¿Entonces, en cuál?»

«No me acuerdo de él para lamentarme de algo, al contrario, me acuerdo de él para ponerle luz, finalmente, a lo que estoy viviendo y...me gusta. No quiero olvidar a Daniel, es más nunca lo conseguiría, pero...Creo que nada llega por azar y lo que viví con él me muestra hoy hasta qué punto he hecho bien al aceptar darte una oportunidad, al dejarte entrar en mi vida y en mi corazón. Hoy sé que lo que quiero no es revivir lo mismo que tuve con Daniel, sino vivir algo diferente, apasionado. De hecho, lo comprendí anoche cuando te marchaste y me encontré pasando la noche con Samir: charlamos, vimos una película, comimos juntos, le leí un cuento, nos quedamos dormidos juntos. Y cuando hace un momento me deslicé en la habitación para ver si habías vuelto...mi corazón latía tan fuerte, tenía tanto miedo de que no volvieras. Me dije que era imposible sentir algo así por alguien de manera tan rápida...Y sin embargo es así»

«Yulia...»

«No, espera, déjame acabar. Sí, no voy a mentirte, tenía miedo, hace un tiempo, de traicionar a Daniel...Pero al minuto siguiente en que pusiste tus labios en mi piel, al minuto siguiente de haber pasado aquella noche contigo, lo comprendí...Comprendí que mi vida con Daniel había sido una cosa y que mi vida contigo sería otra, totalmente diferente, exultante y apasionada»

Entonces, ella se enderezó, adquiriendo una postura más oficial y clavó su mirada en la de ella.

«Elena...Te amo»

Elena contuvo su respiración, totalmente mareada ante ese discurso que acababa con esa apoteosis. No se podía creer que esa mujer, normalmente, distante, reservada y dominante se hubiera dejado ir de esa manera, hasta abrir su corazón, como si se lo hubiera sacado directamente de su pecho, para ofrecérselo en su mano abierta.

«Wow...Yo...ahora, no sé qué decir...» susurró Elena.

«A falta de decirme nada...muéstramelo»

Elena no se hizo de rogar y saltó a la cama para estrechar a Yulia en sus brazos y cubrirla de besos. En ese momento Samir hizo su aparición y gritó.

«¡Has vuelto!»

«Sí. ¡Ven aquí pequeño monstruo!» Igual que su madre, saltó a la cama y pasó sus brazos alrededor de las dos mujeres «¿Y si pasamos el día en la cama, eh?»

«¿En la cama, Elena?» soltó, un poco nerviosa, Yulia.

«Sí, bueno: pijama, haciendo el vago todo el día. ¡Solo hacer aquello de lo que tengamos ganas!»

«¡A mí me gusta!» dijo Samir, todo sonriente.

Y ante esos dos rostros iluminados con una sonrisa, Yulia capituló.

Y el día transcurrió de la mejor forma: como se había dicho, nadie se vistió, y cada uno hizo lo que quiso. Samir se pasó parte del día con sus juguetes, regalo de Navidad, antes de arrastrar a su madre y a Yulia a una pelea de bolas de nieve que ganó el muchacho con diferencia.

Por primera vez, Yulia se quedó en pijama, comió en el sofá, se arrastró por la nieve. Tenía la impresión de revivir una segunda juventud y al caer la noche, totalmente cansada, se quedó dormida apaciblemente en los brazos de Elena, sin que esta dejara de mirarla amorosamente.

«Te amo...» le murmuró.

«Yo también...» respondió ella con voz adormilada, camuflada en el hueco del cuello de la bella pelirroja, lo que hizo sonreír a Elena.

«¡Pero yo te amo más!» refunfuñó ella, sacando a Yulia de su modorra que la miró, incrédula, con una ceja levantada.

«¿Ah sí? ¿De verdad?»

«Sí. Ha sido un día fantástico, ¿eh?»

«Sí. Me ha encantado»

«Podría hacer esto el resto de mis días. Quiero decir: pasar tiempo contigo y con Samir, divertirnos, amarnos...»

«Con Samir y contigo» la corrigió Yulia.

«Sí, sí, Samir y tú. En fin, ya sabes lo que quiero decir, ¿no?»

«Sí, lo sé muy bien y yo también imagino lo mismo»

«¿Crees...que, al final, esta casa podría ser nuestro nido de amor? Si aspiras a un mandato en la alcaldía de este pueblo, yo estaría dispuesta a dejar los favores de la gran ciudad para trasladarme aquí contigo»

«Ya hablaremos de eso»

«¡Esconde tu alegría!»

«No escondo nada. Pero aspirar a la alcaldía es una idea como otra cualquiera...Pero toma, a fin de cuentas, un cariz más oficial si planeas venir a vivir aquí conmigo»

«¿Y eso no te gustaría?»

«Al contrario...Estoy, por primera vez desde hace mucho tiempo, serena con respecto a mi futuro, sobre todo de mi futuro contigo. Pero, ¿qué harías tú aquí? Tendrías que pegarte kilómetros todos los días para ir a trabajar»

«Bueno...Seguramente, pero me da igual si es el precio para vivir contigo y con mi hijo en esa suntuosa mansión»

Yulia se aovilló un poco más en los brazos de Elena y esta apretó su abrazo. Enlazadas se quedaron dormidas, con sueños poblando su mente.

***

«Toma, lo prometido»

Yulia alzó los ojos de los trabajos que se había puesto a corregir desde el comienzo del día, y vio a Elena dejar sobre su mesa libros de Derecho.

«¿Qué es esto?»

«Mis deberes. Tú haces esfuerzos, yo debo hacer lo mismo. Tengo suerte de tener un profe particular, así que, mejor aprovechar»

¡Qué esmero!»

«Sí, tengo un nuevo capricho: ¡ser la primera de mi promoción!»

«Vaya...» dijo divertida Yulia.

«¡Ríete! Pero, ¡sé que puedo hacerlo!»

«Oh, no dudo de tus capacidades, al contrario. Estaría muy orgullosa»

Elena sonrió ampliamente antes de sacar su móvil de su bolsillo, de dejarlo sobre la mesa y de sentarse en el sofá con los libros en las manos. Yulia se divertía ante eso, pero también estaba orgullosa. Y volvió a sus correcciones.

Al final del día, Elena se declaró vencida y cansada.

«Tengo hambre...¿te apetece que vayamos a Granny's esta noche?»

«¿Por qué no? Has pasado bastante tiempo estudiando, te permito al menos comida grasa esta noche»

«¡Yes! Voy a avisar a Samir. Oh, por cierto...Lo he pensado porque seguramente veremos a Nastya allí...»

«Sí, ¿y?»

«Ella quería invitarnos a la fiesta de mañana, Fin de Año»

«¿En Granny's?»

«Sí...Habrá gente, música y lo más importante...¡Comida!»

«...»

«¿Por qué tengo la impresión de que no estás muy entusiasmada?»

«Elena...seguramente habrá gente que conozco desde mi infancia»

«¿Hablas de Marco?»

«Entre otros, sí...Siempre me han conocido...hetero»

«Ah...»

«No estoy avergonzada de estar con una mujer, estoy feliz contigo»

«¿Pero?»

«Pero...Todos saben que soy profesora en Kazán»

«¿Y?»

«Si se enteran de que eres mi alumna...»

«Podría perjudicar tu candidatura...saber que la futura alcaldesa es una profesora que se tira a sus alumnos...no estaría bien visto...» concedió Elena.

«Elena...Te juro que mi intención no es esconderte...»

«Lo sé, lo sé y lo comprendo, no te preocupes. Pero, siempre podemos ir y solo mostrar una amistad. Pondré a Samir al corriente»

«¿Piensas que nadie se dará cuenta?»

«Nastya está al corriente, y si alguien sospecha, ella desviará la atención»

«...»

«¡Venga, por favor!»

«¡Muy bien, muy bien!» dijo incómoda la morena quien se daba cuenta de que se rendía cada vez más cuando se trataba de Elena. Ella avanzó lascivamente hacia Yulia y se sentó en el borde de la mesa «¿Qué haces?»

«¡Le tiro los tejos a mi profesora! Una de mis mayores fantasías»

Yulia soltó una risa ronca, divertida ante la desfachatez de la joven. Entonces entró en el juego y posó sus manos en cada muslo de la bella ojiverde.

«¿Voy a tener que...castigarla, señorita Katina?»

«Oh...Interesante» Ella se inclinó y capturó los labios de su compañera con un discreto gemido «Tengo ganas de ti...» le murmuro al oído.

«¿De verdad?»

«Aquí, sobre esta mesa»

«¿Te das cuenta de que estás sentada sobre el trabajo de...Sarah Denys?» dijo, divertida.

Elena frunció el ceño, miró el mencionado trabajo y sonrió.

«No tiene pinta de quejarse» dijo divertida.

Yulia reviró los ojos...

«Samir podría bajar de un momento a otro y, como has podido comprobar, siempre llega en el justo momento»

«¿Y si lo encierro en su habitación?»

«¡Elena!»

«Es broma, es broma. Pero...¡Me debes unos cuantos esta noche!» dijo pellizcándole a Yulia la punta de la nariz antes de bajar de la mesa. Con un sugestivo guiñó abandonó la habitación bajo la mirada traviesa de Yulia.

Se lo había prometido, no podía dar marcha tras. Además, Elena no tardó en correr a decirle a Nastya que irían. Incluso Samir estaba feliz de salir esa noche.

Delante de su espejo, miraba las pintas que tenía: sobre todo no quería parecer demasiado estirada, demasiado «profesora», quería aparentar más casual, más una mujer natural, en definitiva, lo que le gustaba a Elena.

«¿Estás lista? Samir ya no puede esperar más»

«Ya voy»

«Estás magnífica» declaró Elena devorando con la mirada a la bella morena. Y ya que esa noche estaba prohibido cualquier mínimo gesto tierno hacia su compañera, Elena se acercó, la abrazó y le dio un beso en el cuello.

«¿De verdad?»

«De verdad. Y si no estuvieran esperándonos, te quitaría ese vestido que te queda como un guante...Venga, vamos»

Le tomó la mano y la arrastró a la planta baja donde esperaba pacientemente Samir. Cuando todos estuvieron listos, se encaminaron a Granny's en el Mercedes de Yulia.

Tras aparcar delante, Yulia vaciló algunos segundos antes de que Elena abriera la puerta y le tendiera la mano.

«¿Madame?»

Yulia, entonces, salió, con una ligera sonrisa, divertida ante las maneras bastante caballerescas de la bella pelirroja. Samir se puso a su lado y los tres juntos entraron en la algarabía y la indiferencia de la sala.

«¿Ves? Ningún problema»

A partir de ese momento, las dos mujeres abandonaron cualquier tierno gesto de la una hacia la otra aunque cada cierto tiempo sus miradas se buscaban para saber con quién hablaban o qué bebían. Samir se encontró con un grupo de niños de su edad y se quedó divirtiéndose con ellos. Yulia se encontró con algunos amigos de sus padres mientras que Elena se sorprendió de ver a Nastya aparecer con Vladimir.

«¡Hey! ¡Has venido!»

«Sí, ya ves. Hola Vladimir, ¿de regreso de Moscú?»

«Sí, me ha convencido para venir, me decidí en el último minuto»

Nastya, entonces, se dio cuenta de la incomodidad de Elena y se giró hacia su amigo.

«Di, ¿puedes ir a buscarnos una copa, por favor?»

«Ningún problema» Vladimir se alejó y Nastya se llevó a Elena a un lado.

«¿Algo va mal?»

«No me dijiste que Vladimir vendría»

«No estaba previsto, ¿cuál es el problema?»

«¿Quizás que he traído a Yulia?»

Nastya desorbitó los ojos y se acordó de los últimos acontecimientos entre Yulia y Vladimir, este aún cree que había pasado una tórrida noche con la incendiaria morena.

«Oh...Mierda...»

«Tú lo has dicho»

«Bueno...De todas maneras, ¡tarde o temprano había que cortar por lo sano!»

«Habría preferido no hacerlo el día de fin de año. Se supone que debe ser una fiesta, no un estrés. Tengo miedo de que Yulia piense que yo estaba al corriente y que no le dije nada»

«No lo pensará»

«Oh, claro que no, porque en cuanto vea a Vladimir, me daré prisa en decirle que es tu idea...¡Te arrancará el corazón con las manos!»

«¡Qué idiota!» se echó a reír.

«Por cierto, ¿Vladimir sabe que Yulia está aquí?»

«Euh...Bueno, no...»

«Sorpresa, sorpresa» ironizó Elena «Tú la has cagado, tú se lo dices. Ah, bah, hablando del rey de Roma...»

Vladimir volvió con las copas en las manos y Elena se excusó para ir a buscar a Yulia.

«Hey, Vladimir...Tengo que hablar contigo. No te he dicho una cosa, ven»

Nastya arrastró a Vladimir a una esquina mientras Elena encontró a Yulia charlando con Marco.

«Pienso que tiene todas las posibilidades»

«¿Lo cree?»

«Dios mío Yulia: es usted una mujer inteligente, seria, nacida aquí. Tiene una gran carrera...»

«¿De qué habláis?» se inmiscuyó Elena.

«De la posibilidad de Yulia de ser la nueva alcaldesa de este pueblo»

«Oh, ok. ¿Puedo robarle a Yulia unos minutos?»

«Claro, faltaba más»

Yulia frunció el ceño, sorprendida, y se dejó arrastrar por Elena hacia el aseo.

«¿Los baños, Elena?»

«Escucha...Tengo que decirte algo, pero antes de nada, me gustaría que no entraras en pánico, ¿ok? Y que sepas que yo, en absoluto estaba al corriente»

«Pero, por Dios, ¿de qué hablas?»

«Vladimir está aquí»

«Vlad...Oh...ohhhh...»

«Sí...Nastya le está diciendo ahora mismo que tú estás aquí, así que...comprendería si quieres marcharte»

«¿Por qué? No tengo nada que reprocharme. No hicimos nada»

«Sí, eso lo sé...Pero no él»

«Entonces, ya es hora de poner las cosas en claro»

«¿De verdad quieres hacer eso esta noche? Es decir, estamos aquí para pasar un rato agradable, ¿no? Se acerca la medianoche y la velada hasta el momento ha sido perfecta»

«Como tú quieras»

Las dos mujeres salieron del baño y se dieron de frente con Vladimir.

«Señorita Volkova»

«Vladimir...» una tensión y una incomodidad palpable planeaba sobre los tres antes de que Samir apareciera.

«Mamá, ¿puedo pedir helado?» dijo él girándose hacia Yulia y Elena.

«¿Mamá?» dijo sorprendido Vladimir.

Y ante el rostro descompuesto de Elena, Yulia comprendió que Vladimir no estaba al corriente de lo de su hijo. Entonces, Yulia sonrió y tomó a Samir por los hombros.

«Ah, cariño, ¿un helado, eh? Ven, vamos a hablar más lejos» ella se alejó entonces con el pequeño que no tuvo tiempo de decir nada, mientras Elena apenas se dio cuenta del salvavidas que le había echado Yulia. Incluso Nastya no comprendió nada hasta que Vladimir rompió el silencio.

«Bueno, entonces menudas sorpresas esta noche: me entero de que Volkova está aquí y de que tiene un hijo...»

«¿Euh, qué? Ah, sí, bah...Nosotras nos enteramos aquí, ¿eh Nastya?»

«Sí, eso es» confirmó Nastya «Bueno...Ahora que está todo arreglado, ¿y si nos tomamos esa copa, eh?»

Los tres compañeros volvieron a la sala y Elena lanzó un vistazo hacia Yulia y Samir que estaban en la barra, este último saboreando un banana Split ante la mirada divertida de la bella morena. Yulia alzó el rostro, como si hubiera sentido la mirada de Elena sobre ella y cruzó su mirada, entonces le sonrió, y la pelirroja le respondió de la misma manera, agradeciéndole por haberle salvado el culo algunos segundos antes.

Solo quedaban algunos minutos para las doce y Elena no se había vuelto a cruzar con Yulia, esta prefirió quedarse con algunos conocidos y con Samir, mientras que la bella ojiverde permanecía con Nastya y Vladimir.

La fiesta estaba a todo vapor, pero había que reconocer que la bella pelirroja echaba terriblemente de menos la presencia de Yulia: de vez en cuando, lanzaba miradas cargadas de curiosidad para saber dónde estaba y con quién hablaba.

Después la cuenta atrás comenzó y Elena quería atravesar la muchedumbre para, al menos, sostener la mano de la joven. La buscó y la encontró justo en el momento en que un «¡Feliz año Nuevo!» resonó por el restaurante.

Entonces sonrió al ver a Yulia estrechar a Samir en sus brazos. Poco importaba las miradas indiscretas o las cosas no dichas, caminó hacia su hijo y lo estrechó en sus brazos.

«¡Feliz año, cariño!»

«¡Feliz año, mamá!»

Después ella se incorporó y miró a Yulia: quería tanto besarla en ese momento, tomarla en sus brazos y desearle un nuevo año, un año en su compañía, cargado de promesas y de amor.

Yulia tampoco pensaba en otra cosa, pero se contuvo de cualquier movimiento sospechoso. Prefirió un tono neutro «Feliz año, Elena» y un sonrisa que fundiría cualquier congelado corazón. Se permitió simplemente cogerle la mano y enlazar sus dedos a los de ella.

«¡Hey, Elena!» la joven se dio la vuelta y rápidamente fue acaparada por sus dos amigos. Yulia perdió su sonrisa y se arrodilló ante Samir.

«Yulia, estoy cansado»

«Vámonos a casa, ve a buscar tus cosas y di adiós a tus amigos» dijo ella acariciándole la mejilla. Después echó un vistazo hacia Elena que parecía volver a divertirse. Suspiró, cogió su bolso y su chaqueta y salió de Granny's después de haberse despedido de algunas personas.

Elena, entonces, vio a la mujer salir del recinto, y tras algunas excusas, corrió tras ella con precipitación.

«¡Yulia!» la joven se dio la vuelta y vio a Elena «Espera, ¿a dónde vas?»

«Yo...quería tomar el aire»

«¿Con el bolso y la chaqueta?»

«Estoy cansada...Esperaba a que fueran las doce y...» no tuvo tiempo de decir nada más, Elena ya había posado sus labios sobre los de ella para su gran sorpresa. La empujó delicadamente «Elena, la gente...»

«Me da igual la gente. Me he contenido toda la noche para no tomarte en mis brazos, ya no puedo más. Y me gustaría que este año comenzara tan bien como ha terminado el otro» Yulia sonrió y Elena no pudo resistirse a besarla tiernamente de nuevo. En ese momento, la campana de Granny's sonó y escucharon una voz masculina.

«Elena, he encontr...» Vladimir se detuvo en seco al ver a las dos mujeres con sus labios pegados.

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Mensaje por Veroska 5/9/2024, 11:35 pm

             
Shocked OMG! Es para que se quede callado el Vladimir y ante tal muestra de cariño no se puede ocultar una relación... Tarde o temprano se va enterar pero no como ellas hubieran querido bounce y el no compartir cosas de tu vida y de oyras vidas junto a ti como Samir, obvio que sorpresa jajajaj no quiero ser mala gente pero tiene que habérsele caifo la mandíbula a Vladimir....
Que dulce que Yulia atienda también al niño...
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Mensaje por Corderito_Agron 5/10/2024, 11:34 am

Para que sigas de rompepelotas Vladimir!!!! Tomaaaa
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Mensaje por LeaAgronsky 5/10/2024, 3:39 pm

Me entra una emoción al ver lo que pasó al final que no me preocuparé en comentar que estas dos juntas son más tóxicas que una cisterna de ácido muriatico
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/12/2024, 1:28 pm

Clases particulares - Promesas

«Elena, he encontr...» se detuvo en seco al ver a la dos mujeres con los labios pegados.

De repente, las dos rompieron el contacto y Yulia, aterrorizada por haber sido pillada en flagrante delito, y además por uno de sus alumnos, huyó corriendo dejando caer al suelo su bolso.

«¡Yulia, ESPERA!» gritó Elena, impotente. Se giró hacia Vladimir y vio entonces a Samir a su lado «Samir, al coche, por favor»

«¿Conoces a su hijo?»

«Es mi hijo»

«Espera, ¿es vuestro hijo?»

«No, Samir es mi hijo, solo mío»

«Pero...¿Por qué no lo has dicho?»

«No importa»

«¿Qué hay entre este chico y la Volkova?»

Ella ya no podía más, estaba harta de esconderse, harta de fingir. Amaba a Yulia, Yulia la amaba, no hacían nada malo, todo esto tenía que acabar.

«Escucha Vladimir...»

«¿Estabas besándola o me lo he imaginado?»

«...»

«¿Entonces qué...también a ti te ha pillado?» dijo riendo.

En ese momento Elena perdió toda su sangre fría.

«Te estás equivocando por completo. Yulia y yo salimos juntas»

«¿Qué? ¿Cómo que "salís juntas"? ¿Quieres decir con citas y todo eso?»

«Quiero decir que salimos juntas desde hace unos meses»

«Bah...No te lo puedo reprochar: vale el polvo» soltó él con visible rencor.

«¡No, tú no sabes nada! Nunca lo has sabido» le gritó ella.

«Te recuerdo que me acosté con ella...» dijo irónicamente.

«Vale, hablemos de eso. No te acostaste con nadie»

«Sé mejor que tú lo que hice esa noche»

«¿Ah, sí? ¿A dormirte como un tronco porque te pasaste con el alcohol lo llamas tú una noche de amor? Deja que me ría»

«¿Y tú qué sabes, eh? ¡No estabas allí!»

«Yulia me lo contó. Te quedaste dormido en calzoncillos y calcetines antes de hacer nada, estabas demasiado borracho para darte cuenta...»

«¿Y te crees todo lo que ella te dice, eh? Te recuerdo que se ha tirado a la mitad del campus»

Elena se acercó de forma amenazadora a él y lo agarró por el cuello.

«Tú no sabes nada de ella, no sabes nada, ¡cierra la boca! Es una mujer genial, inteligente, bella y dulce. ¡Tú no sabes cómo es ella!»

«Elena, yo...»

Ella lo empujó antes de que Nastya saliese al escuchar los gritos de la joven. Sin decir nada más, Elena se dirigió al coche, recogiendo el bolso que Yulia dejó caer en su huida, sacó las llaves y se marchó haciendo un ruido que hizo sobresaltarse a Nastya y a Vladimir. Este último se dio la vuelta, asombrado, hacia la castaña.

«No entiendo...Tú...¿Sabías lo de las dos?»

«Ven, te lo voy a explicar» dijo ella haciendo que entrara.

«Mamá, ¿todo bien?»

Elena lanzó varias miradas por el retrovisor para mirar a su hijo, que enarbolaba un rostro preocupado.

«Samir...siento haberme enfadado»

«Lo he comprendido, ¿sabes? Yulia me lo ha explicado»

«¿Ah sí?»

«Sí, me ha dicho que era un secreto entre las dos y que nadie debía saberlo antes de que tú hayas terminado la escuela. Le he prometido que no diría nada, sé mantener mis promesas»

«Sí, lo sé cariño, ya eres un hombre»

«¿Te has enfadado con Yulia?»

«Oh, no, corazón, la amo, ¿sabes?»

«Sí, lo sé. ¡Un día os vais a casar!»

Elena creyó ahogarse antes esas palabras, y después miró a su hijo por el retrovisor, todo sonriente.

«Sí, eso...Eso es otra historia»

Después vio a Yulia, a lo lejos, caminando por la acera, descalza, con los zapatos en la mano. Paró el coche a su lado y abrió la ventana.

«¡Yulia, sube! ¡Yulia!» la joven, con el rostro bañado por las lágrimas, se paró en seco y fusiló a Elena con la mirada «Hey, escucha, me echarás la bronca una vez estemos en tu casa, pero por piedad sube al coche»

Fatigada, Yulia se rindió y subió al coche. Ninguna palabra fue pronunciada hasta que llegaron a la casa y Elena hubo arropado a Samir que no tardó en quedarse dormido. A continuación, se unió a Yulia en la habitación, esta se estaba desvistiendo.

«Hey...¿Quieres que hablemos?»

«En verdad, no...Estoy cansada»

«Yulia. Dije que quería empezar este año como había acabado el anterior....no que lo comenzáramos peleando»

«No has podido evitarlo, eh...» acabó por soltar amargamente.

«¿Eh? ¿Cómo?»

«¡Besarme! ¡Y además en público! ¡Solo tenías que esperar a que estuviéramos aquí, o en el coche! Pero no, tenías que besarme en la puerta del Granny's, donde cualquiera podía sorprendernos, cosa que al final ha pasado. ¡Cuando te había pedido expresamente no levantar sospechas!»

«¡Ok, perdóname por haber querido mostrarte hasta qué punto te amo en este día especial!»

«...»

«Escucha...Ok, he metido la pata hasta el fondo...Pero...Era preciso que se dijera, ahora ya está hecho»

«¿Qué?»

«Lo he soltado todo. Se lo he contado todo a Vladimir: sobre ti, nosotras, Samir...Ok, he sido egoísta, pero...Yulia, te amo...Y me rompía no poder demostrártelo, o poder mostrarle a los otros que eres mi compañera, y que estoy feliz contigo»

«...»

«Por cierto, ¿me vas a dejar hablando hasta que me caiga de cansancio? Di algo, aunque me recrimines, al menos será algo»

«Elena...Yo...Sí, te lo recrimino, no puedes culparme por eso»

«Lo sé, pero...»

«Déjame acabar. Me ha llevado un tiempo infinito para finalmente abrirme a ti y a tu hijo, para aceptar sentir cosas que pensaba perdidas para siempre. Y en el momento en que confío en ti, en el momento en que me dejo ir, tú...Elena...Y lo peor en todo esto es que no consigo echártelo en cara lo suficiente para enfadarme o detestarte. Me gustaría que durmieras en el sofá, que lloraras, que te lamentaras y sin embargo...Me digo que...que sí, que era necesario que se hiciera y que se dijera»

Elena no creía lo que sus oídos estaban escuchando.

«¿En serio?»

«Espera. No digo que esté feliz de la manera en la que ha pasado. Solo digo que, aunque se haya hecho de una manera equivocada, ahora ya está hecho y...ya está»

«Yulia, si supieras cuánto lo siento, en fin quiero decir, la manera en la que ha pasado. Tengo el don de meter la pata hasta el fondo, sin medias tintas y a veces hago sufrir a los que tengo a mi alrededor, aunque no sea mi primera intención. Tienes el derecho de echarme la bronca, me lo merezco...Pero no te incito a hacerlo, eh...»

Yulia no pudo sino sonreír antes de deslizarse bajo las sábanas, seguida de Elena.

«¿Cómo se lo ha tomado Vladimir?»

«Como un perfecto y cretino machista: no se lo creyó y después, cuando lo confronté con la verdad, lo negó»

«¿La verdad?»

«Al decirle que no se había acostado contigo. No, pero te lo juro, ¡qué imbécil!»

«Me defiendes con uñas y dientes, es...encantador»

«¡Evidentemente! ¡Y que se cuide mucho de, una vez de vuelta en la facultad, de hacer correr rumores sobre él y tú o sobre nosotras, porque si no, lo capo!»

Yulia, sorprendida, arqueó una ceja antes de darse la vuelta, y darle la espalda a Elena que se pegó a ella.

«Di...¿todavía estás enfadada conmigo?»

«Un poco...Pasará...»

Y cuando solo reinaba el silencio y Elena pensaba que Yulia se había dormido, esta se hizo escuchar.

«Has conducido mi coche...»

«Euh, sí, no tenía elección, eh: habías huido y tenía a Samir conmigo. Menos mal que olvidaste tu bolso...»

«Nadie ha conducido nunca mi coche»

«¿No lo vas a superar o qué?»

«...»

«Por cierto...»

«¿Hm?»

«¡Feliz Año Nuevo, mi amor!» dijo besándola entre los omoplatos. Yulia, entonces, se dio la vuelta y la besó en la frente antes de que se durmieran una en los brazos de la otra.

***

Muchas preguntas pasaban por su cabeza: ¿qué pasaría a la vuelta si Vladimir decidía hablar? ¿Qué pasaría con Yulia? ¿Con su puesto? ¿Y con su deseo de aspirar al puesto de alcaldesa? Eran mayores de edad, pero también es verdad que Elena era su alumna, y en pocos días, tendrían que romper esa agradable burbuja que se habían construido ahí con Samir...En pocos días, la realidad las atraparía.

Las vacaciones llegaban a su fin y Elena podía sentir la tensión embargar a Yulia. La cercanía del regreso a la facultad ponía a la bella morena en un estado de nervios casi parecido al de una mujer embarazada cuyas hormonas le jugaban malas pasadas.

«Hey, di, el primer examen es el de Economía, ¿no?»

«Exacto. ¿Estás lista?»

«Sí, eso creo...un poco mal con las opciones, pero después de todo son solo opciones»

«Si piensas eso antes incluso de haber comenzado...»

«He estudiado bastante las materias esenciales. Supongo que no tendré ocasión de verte mucho durante los exámenes»

«Exactamente. Será mejor evitar...cualquier distracción»

«¡Ok jefa!»

«Elena...Las cosas podrían complicarse una vez en la facultad...»

«¿Por culpa de Vladimir?»

«Entre otras, sí. Las cosas...»

«La situación será difícil, pero no estás sola. Yo estaré allí. Poco importa lo que digan los demás...Después de todo, Vladimir no tiene la menor prueba. Si es necesario, pararé cualquier comunicación contigo hasta final de curso...y el día de la graduación, ¡le meteré hasta el fondo de su garganta mi diploma!»

Yulia no pudo evitar sonreír a pesar de la situación que, verdaderamente no la ayudaba, no podía evitar pensar en el final de ese año escolar en el que la universidad no sería sino un recuerdo y en el que ellas vivirían tranquilas con Samir, daba igual el sitio o lo que hicieran.

«Deberías acabar tus maletas» dijo Yulia que se había puesto de acuerdo con Lena para no volver juntas «Yo voy a ver dónde está Samir»

La bella morena subió al piso superior y se encontró al muchacho sentado en su cama, hojeando el libro que le había dado Yulia.

«Samir, ¿estás listo?»

«...»

«¿Samir?»

«No tengo ganas de marcharme»

«Lo sé, hombrecito, pero las vacaciones han acabado»

«¿No volveremos nunca?»

«Oh, por supuesto que sí, corazón, volveremos. Está es vuestra casa»

«Pero vivimos en Kazán»

«Bueno...De momento sí, pero...¿Te gustaría que eso cambiara?»

«¿Cómo?»

«¿Dejar Kazán para vivir aquí con tu madre y conmigo?»

«¡Estaría genial!»

«Pero no será inmediatamente...Antes de eso tu madre tiene que estudiar y yo trabajar»

«Pero, ¿podría hacerse, no? ¿Prometido?»

«¡Prometido!»

Vio una sonrisa iluminar el rostro del muchacho y, de repente, tomó consciencia de qué era lo que más deseaba en el mundo...Eso y el rostro de Elena cuando se despertaba.

La despedida fue dura, aunque fuera corta: en dos días Elena volvería a ver a Yulia en la facultad, y sin embargo, su corazón se encogía ante la perspectiva de despertarse lejos de ella y no poder estrecharla en sus brazos como quisiera hacerlo.

«Bueno...es la hora»

«Samir, espérame en el coche»

El pequeño se aferró a la cintura de la bella morena y la estrechó contra él.

«Hasta pronto»

«Hasta pronto, Samir»

A continuación él se marchó hacia el coche, dejando a las dos mujeres para que se despidieran.

«Bien...¡no es necesario que te diga que he pasado las mejores vacaciones de toda mi vida!»

«Yo también debo confesar que hacía mucho tiempo que la Navidad no había significado tanto para mí»

Elena se acercó y rodeó la cintura de su compañera antes de estrecharla tiernamente.

«Te voy a echar de menos...»

«Elena, nos vemos en dos días»

«Pero, ya sabes lo que quiero decir...»

«Sí...» murmuró ella antes de besarla suavemente. Elena respondió sin demora a su beso «Debes irte...»

«Déjame unos segundos más en tus brazos...» rezongó ella.

«Como si no hubieras aprovechado bastante anoche, eh...»

Elena se separó y frunció el ceño.

«¡Hey! No parecías quejarte...en fin, excepto por "por favor, sigue..."»

«¡Elena!»

La bella pelirroja se pegó a ella y la besó como si la vida dependiese de ese beso, aferrándole la nuca para hacer más profundo el intercambio al que Yulia respondía de buena gana. Al cabo de un interminable minuto, se separaron, a regañadientes, y Elena se metió en su coche, no sin una última mirada hacia Yulia que se quedó en su porche hasta que el escarabajo amarillo desapareció.

Una vez en el coche, Elena suspiró, se aferró al volante y se giró hacia su hijo.

«¿Listo?»

«Sí...¿Di, mamá?»

«¿Hm?»

«¿Has metido la lengua?»

«Pedazo de...» le golpeó suavemente el hombro, dando las gracias mentalmente a su hijo por hacerle sonreír aunque ya echaba de menos esas vacaciones.

***

Elena nunca se había sentido más tensa en una vuelta a clase como lo estaba en ese momento: por un lado los exámenes que empezaban ese día, el hecho de no ver a Yulia durante un tiempo y encontrarse a Vladimir del que se había despedido de muy mala manera.

Y los reencuentros no se hicieron esperar: apenas hubo bajado del coche se cruzó con Nastya y Vladimir saliendo del automóvil de este último. Después de un momento sin decir nada, Nastya rompió el silencio.

«Hey, hola...entonces...¿Cómo va todo?»

«Bien, bien ¿y vosotros?»

«Bien, bien...»

Las dos mujeres se miraron en silencio antes de que Nastya golpeara a Vladimir en el hombro.

«¡Hey! ¿Qué te pasa?»

«¡Cobarde! ¡Me habías dicho que le hablarías! ¡Así que sé un hombre y hazlo!» dijo ella empujándolo hacia Elena «Yo os espero delante de la BU»

Ella se alejó sin dejar otra opción a los dos sino la de hablar.

«Escucha...Yo...quería excusarme»

«¿Por?»

«Por lo que dije e hice el día de fin de año. Yo...creo que mi ego de macho habló por mí»

«¿Me crees cuando te digo que no pasó nada con Yulia?»

«Sí...y para ser sincero...yo...también mentí»

«¿Mentiste?»

«De hecho...»

«¡Vladimir, suéltalo de una vez, por Dios!» se enervó Elena.

«Nunca me acosté con Yulia...y lo sabía»

«¿De verdad?»

«De verdad. Estaba borracho...y completamente asombrado. Cuando ella me invitó a su casa y me condujo a su habitación, me daba vueltas la cabeza, me sentía mal y...literalmente caí redondo. Tuvo el tacto de dejarme dormir ahí, y a la mañana siguiente me marché»

«¿Y nos mentiste abiertamente?»

«Tienes que comprender...Estaba tan avergonzado de haber dejado escapar la oportunidad»

«Pero nadie sabía que te habías ido con ella...Nadie lo hubiera sabido»

«Sí, pero...»

«¿Y cómo te hiciste el chupetón en el cuello?»

«Ah, eso...Sally Smith»

«Sall...No, ¿la chica inglesa de los pechos falsos?»

«Sí, es de locos lo que una chica está dispuesta a hacer cuando se le dice que hay un rumor de que no sabe hacer chupetones...»

Elena reviró los ojos antes de sonreír.

«¿Sabes? Si nos lo hubieras dicho desde el principio, no habría habido problemas»

«Lo sé, pero ya conoces a los tíos...»

«Y que lo digas. ¡Y después se preguntan que por qué me he inclinado hacia las chicas!»

Intercambiaron una risa cómplice.

«Por cierto, felicidades a las dos, de verdad»

«Gracias. Escucha...Quería...hubiera querido decirte lo de mi hijo, pero...»

«No pasa nada, Nastya me habló de ello y me dijo lo difícil que había sido guardártelo para ti»

«Adoro a mi hijo, pero es verdad que...es duro estando sola. Saber que Nastya estaba al corriente, después Yulia...eso me ayudó. Y ahora, estás tú. Es más, si pudieras guardarte todo esto para ti. Mi relación con Yulia y la existencia de mi hijo»

«Ningún problema. Si mantienes en secreto mi gran noche y mi falso chupetón»

«¡Trato!»

Se estrecharon la mano antes de reunirse con Nastya, café en mano.

«Entonces, ¿problema resuelto?»

«Problema arreglado, sí. Ahora, ¡adelante con los exámenes!»

«Oye, ¡pareces motivada!»

«Le prometí a Yulia que sería la primera de mi promoción»

«Te da alas, la señorita Volkova» sonrió Nastya.

«¡Calla, Nastya!» sonrió ella...Sonrisa que perdió inmediatamente al ver a Yulia, al lado de sus colegas, venir en sentido contrario.

Se cruzaron y Yulia apenas miró a Elena, cosa que desestabilizó a la joven y ambos, sobre todo, Nastya, percibió.

«Hey, pelirroja...¿Estás bien?»

«Sí, solo...El regreso a la realidad es algo crudo» soltó amargamente.

«Hey, todo va a ir bien... Es un obstáculo. Ahora vamos a meternos tres horas de Economía, y después iremos a relajarnos al Rabbit Hole, ¿ok?»

Elena entonces sonrió: cierto, ella estaba prevenida, pero después de esas magnificas vacaciones, cruzarse por los pasillos con la indiferencia de Yulia nunca había sido tan doloroso.

Pero cuando pasó las puertas del aula para hacer el examen de Economía olvidó todo eso y se focalizó en su prueba.

Y cuando salieron, tres horas más tarde, se sintió aliviada: todo había ido bien y ahora solo quería despejar su mente...Pero eso sin contar con Yulia que, en cuanto hubo salido del aula, le envió un mensaje.

«Ven a mi despacho»

Elena no pudo sino sonreír y se precipitó, sin reflexionar, hacia el despacho de la morena. Su asistente avisó a la señorita Volkova que la estudiante a la que había convocado estaba ahí, y algunos segundos después, la bella pelirroja se encontró en el despacho de Yulia.

«¿Señorita Volkova?» dijo con una gran sonrisa.

«Cierre la puerta...» Elena obedeció «...con llave» Elena pasó discretamente el cerrojo y apenas se oyó el ruido Yulia ya estaba detrás de ella.

Sin demora, se besaron intensamente antes de que Yulia rompiera el contacto y la invitara a sentarse en el sillón frente a la mesa.

«Entonces, ¿tu primera prueba?»

«¿Cómo sabías cuándo saldría?»

«Lo sé todo» dijo ella con una sonrisa casi sádica.

«Si lo sabes todo, entonces...Sabes cómo ha ido mi prueba, ¿no?

«Por lo que se ve, bien, si no, no estarías tan contenta»

«Puede que esté contenta porque mi novia me ha enviado un mensaje diciéndome que viniera a verla, ¿no?»

«Cierto. ¿Entonces?»

«Ha ido muy bien»

«¿De verdad?»

«Sí»

«¿Lo suficientemente bien para aspirar a ser la primera o...?»

«Empezamos bien» dijo ella con un guiño antes de levantarse y caminar hacia Yulia «Y ahora, profesora Volkova, ¿me correspondería una pequeña recompensa?»

Sin esperar respuesta, Elena la besó tiernamente antes de deslizar una de sus manos bajo la camisa de seda de la bella morena. Y tras un gemido sordo, Yulia se separó lentamente.

«Siento lo de antes...»

«¿Lo de antes?»

«En el pasillo...No pude hacer otra cosa...»

«Lo sé, no te preocupes. Está claro que es una ducha fría, pero...conocíamos los riesgos, conocíamos las reglas del juego. Apesta, pero no tenemos elección. Y créeme, me cuesta muchísimo decirlo, pero...aún tenemos que soportarlo unos meses»

«Lo sé»

Elena le acarició el rosto antes de morderse el labio inferior.

«Di...¿Te apetecería venir a mi casa el viernes por la noche y pasar el fin de semana? ¡Samir lo adoraría!»

«¿Por qué no? Te lo confirmo a lo largo de la semana»

«¿Tienes prisa ahora?»

«No, ¿por qué?»

«Porque...» la besó en el cuello «...siempre he tenido...» desabotonó uno a uno los botones nacarados de la blusa «ganas de...» deslizó sus manos bajo las nalgas de Yulia «...hacer esto...» le quitó el cinto que sujetaba la falda demasiado ajustada para su gusto «...en un despacho»

Yulia entonces sonrió, pero detuvo cualquier movimiento rápidamente, sujetándola por los hombros.

«No, no. Ahora no»

«¿Estás de broma? ¿Estas media desnuda delante de mí y tendría que aguantarme?»

«Elena...La única razón por la que no quiero hacerlo aquí es que...» se acercó a su oído y le murmuró «tengo miedo de que no puedas mantenerte en silencio»

Elena soltó un gritito de sorpresa antes de desorbitar sus grandes ojos esmeraldas.

«¿Ah, sí? ¿De verdad? No soy yo la que es más ruidosa de las dos»

«No lo creo, no»

«¿Ah, no lo crees? Me acuerdo hace unos días en que me gané ese magnífico arañazo en el omoplato. Creo que tus gritos tenían mucho que ver en el vigor de nuestros retozos...»

«Está bien, está bien, he comprendido»

«Entonces...¿Vas a dejar que te haga el amor sobre esa mesa o no?»

«Ni hablar. Tengo trabajos que corregir...»

«Excusas, siempre excusas, eh, señorita Volkova...De hecho, solo tienes miedo de perder el control aquí» rió Elena.

«Sí, muy graciosa Elena»

«Demuéstrame entonces que me equivoco»

Yulia la pegó a ella y la besó fogosamente, cortando la respiración de la bella pelirroja que se dejó empujar delicadamente contra la mesa antes de sentir los labios de la bella morena viajar por las curvas de su cuello y su lengua acariciar dulcemente su yugular, provocando un dulce gemido en Elena.

«Hm...no te pares...» dijo Elena mientras Yulia ya deslizaba sus manos bajo el top para rozar su sujetador.

«¿Estás segura de que quieres esto?»

«No tienes ni idea...»

Yulia desabotonó sus vaqueros y los dejó caer hasta sus tobillos antes de que Elena se subiera de nuevo en la mesa, separando sus piernas para que Yulia se encajara entre ellas. Con un gesto seco y rápido, le quitó el top, mientras Elena acaba de desabotonar su blusa y deslizaba una mano para atrapar uno de los pechos de la bella morena.

Los labios de Yulia cayeron en cascada desde el cuello al pecho, deteniéndose un momento en uno de sus senos antes de seguir el dibujo de su esternón y acabar su carrera en su ombligo.

«Oh, mierda, Yul...continúa...» dijo ella hundiendo sus manos en la cabellera morena, incitándola a seguir su recorrido.

Yulia sonrió contra su piel y entonces se incorporó para tomar salvajemente los labios de Elena, mientras insinuaba su mano en sus bragas, provocando que Elena se crispara en el borde de la mesa, y se arqueara para liberar el camino. Yulia podía sentir perfectamente el resultado de la excitación de Elena y, con una sonrisa depredadora en los labios, mordió el hombro de su compañera.

«¡Auch!»

«Shhh...»

«¡Haces trampa!...Ahhhh...» Elena soltó su agarre para aferrarse a la mesa mientras Yulia continuaba con esmero su trabajo en la entrepierna de la bella pelirroja. Y al cabo de diez interminables y carnales minutos, contuvo un grito de gozo llevándose las manos a la boca.

Satisfecha, Yulia se levantó y lamió delicadamente sus dedos. Elena sonrió y empujó a Yulia sobre el sillón antes de caer de rodillas delante de ella, de subir su falda hasta su cintura y elevar sus piernas. Ver a Yulia media sentada en ese sillón, casi desnuda, las piernas separadas, excitaba a Elena hasta un punto inimaginable.

«Mierda, Yulia...eres magnífica» y sin demora, hundió su cabeza entre sus muslos y Yulia cerró despacio los ojos, disfrutando de cada segundo que Elena se tomaba para, concienzudamente, darle placer a su profesora preferida.

Yulia llevó una de sus manos a la cabellera dorada de la joven mientras que la otra se unió a la de Elena sobre su vientre, sus dedos entrelazados.

«Elena...Em, yo...voy a...» Algunos segundos más tarde, Elena tuvo la satisfacción de sentir los muslos de Yulia apretarse sobre ella; lo sabía, lo había logrado.

Entonces se incorporó y Yulia la atrajo hacia ella para compartir un apasionado beso mientras las largas piernas de la bella morena rodeaban la cintura de Elena.

«Hm...¡qué bueno!» soltó Elena entre beso y beso «Una clase particular, ¡cómo me gustan!»

Yulia sonrió y le acarició el rostro, tomándolo entre sus manos.

«Te amo...» le murmuró.

«Y yo...Te das cuenta: si tu secretaria supiera lo que acabamos de hacer, le daría un ataque al corazón. Por su cara, debe hacer un tiempo que no ha visto al lobo...»

«¡Elena!»

«¿Qué? No te vas a hacer la ofuscada después de lo que acabas de hacerme...¿Sabes que en esta posición puedo sentirte pegada a mí? Quiero decir, tu sexo pegado al mío...»

«Lo sé» dijo con una sádica sonrisa antes de besarla de nuevo.

De repente, el teléfono de Elena sonó, haciendo gruñir de frustración a Yulia, que empujó a Elena.

«Es Nastya» soltó Elena algo incómoda antes de que Yulia le dijera con un movimiento de cabeza que respondiera «¿Diga? Ah, sí...Euh, sí, ya voy...No, no, todo está bien. Ok, hasta ahora» Cuando colgó, Yulia la miraba con un expresión perpleja en el rostro «Era Nastya...»

«Ya lo había comprendido»

«Tenía que reunirme con ella después del examen en el Rabbit Hole»

«Ya veo...»

«Sí...Voy a marcharme» dijo ella levantándose y vistiéndose. Yulia la imitó algunos segundos más tarde.

Se encaminó a la puerta, pero Yulia la agarró por la cintura y le dio la vuelta.

«La próxima vez, la clase será sobre un nuevo aspecto de nuestras noches...mucho más...picante»

Elena no tuvo tiempo de responder porque Yulia abrió la puerta y la empujó hacia fuera, haciéndola casi caer. La asistente la miró con sorpresa y Elena le lanzó una sonrisa crispada y una señal amistosa con la mano antes de desaparecer sin demora.

Tras la puerta, Yulia sonrió, satisfecha de su pequeño efecto, mientras se abotonaba la blusa.

***

Las dos semanas que siguieron fueron un calvario para los nervios de Elena: entre los diferentes exámenes, el estrés que los acompañaban y la ausencia de Yulia...

A pesar de su falta de contacto «directo», Elena y Yulia amaban intercambiarse mensajes y esa noche que clausuraba la última prueba del semestre no fue la excepción a la regla, y, para no variar la costumbre, fue Yulia quien inició la pequeña tradición nocturna.

«Buenas noches»

«¡Hey, ahora mismo te iba a mandar un mensaje!»

«Entonces, ¿qué tal el día?»

«¡Genial, \o/!»

«¿Qué es \o/?»

«Bah, es un muñeco que levanta los brazos. Quiere decir que estoy contenta»

«¿No puedes simplemente decir que estas contenta antes que poner estas cosas incomprensibles?»

«Bah, es una moda entre los jóvenes hacer eso»

«¿Insinúas que soy vieja?»

«Oh, sí, un poco XD»

«No me atrevo a preguntar qué significa eso: XD...»

«Quiere decir que me rio...Que estoy de broma»

«Elena, eres un desastre. Espero que hayas escrito mejor en tus exámenes»

«Claro...Aunque he puesto muchos corazones en el examen de tu materia»

«Eres un niña...»

«Una niña a la que le gustaría saber que lo llevas puesto»

«Llevo la camiseta que olvidaste en mi casa»

«¿En serio? ¿Cuál?»

«La negra que pone "Sexy"»

«Ahhh, ¡ya me preguntaba dónde había ido a parar! Tengo que ir a buscarla»

«Mientras me la quedo...tiene tu olor»

«No te sabía tan cursi»

«Se hace tarde, te tengo que dejar»

«No lo olvides, vienes mañana por la noche»

«¿Es una orden?»

«De cierta manera. Entonces, ¿a qué hora?»

«¿A las siete?»

«Ah, no, ven un poco antes, así pasamos al menos un poco de tiempo juntas, ¿a las cinco?»

«Ok. Buenas noches, Lena»

«Buenas noches, Yul»

Y cuando iba a dejar el teléfono, envió un último mensaje.

«Te amo»

Se quedó dormida imaginándose lo agradable que sería el reencuentro al día siguiente con Yulia.

🔜

Hola chicas, disfruten el capítulo y este fin de semana!!
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A Fati20, Veroska y a soy_yulia_volkova les gusta esta publicaciòn

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Mensaje por LenaVolkova66 5/12/2024, 6:57 pm

Por un momento pensé que Vladimir se iba a poner intenso pero espero que no se le vaya la lengua y dejé en descubierto a las chicas
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/12/2024, 8:13 pm

Clases particulares - San Valentín                        

Pasaron los días, y después las semanas en las que una agradable rutina se instaló entre Katina y Volkova: durante la semana Elena interpretaba a la estudiante perfecta y Yulia a la profesora seria y responsable, pero en cuanto llegaba el fin de semana, las dos mujeres se encontraban en casa de la una o de la otra, con Samir, y pasaban agradables momentos juntos, como una familia.                            

Y aunque el ritmo que imponía su relación secreta era arduo, lo soportaban contando los días que las separaban del fin del año escolar.                            

«Hey...»                              

«¿Hm?»                            

«¿Sabes qué día es el próximo sábado?»                              

Elena estaba sentada en el sofá, dibujos animados en la tele para Samir, y Yulia echada con su cabeza sobre los muslos de su compañera. Elena acariciaba amorosamente los cabellos de la morena con expresión ensoñadora.                              

«Ni idea, ¿por qué?»                              

«Será 14...»                              

«¿Y?»                              

«Será 14 de febrero»                              

Y como si acabara de tomar consciencia de ese hecho, Yulia abrió de repente los ojos antes de fijar su mirada en Elena que la miraba desde arriba.                          

«Oh...»                              

«Será nuestro primer San Valentín juntas»                              

«Como pasa el tiempo...»                              

«Me gustaría que hiciéramos algo especial»                              

«Estoy de acuerdo»                              

«Podría pedirle a Nastya, como algo excepcional,  que se quedara con Samir, tendríamos la noche para nosotras»                              

«Elena, sabes que soy bastante renuente en incluir a Nastya en nuestras historias»                              

«Sí, pero ella está al corriente, y a mí me hace mucho bien poder compartir esto con alguien. Y además, confío en ella, ya ha cuidado de Samir sin darle drogas ni emborracharlo, y lo más importante: sin quemar la casa»                              

Yulia no pudo sino sonreír antes de incorporarse y acariciar la mejilla de la hermosa pelirroja.                              

«¿Y quién te dice que ella no vaya a tener planes para ese día?»                              

«Hablamos de Nastya...»                              

«Muy bien»                              

«¡Super! Entonces, déjame que yo organice todo: el programa de la noche, el restaurante y el resto»                              

«¿Por qué?»                              

«El año próximo será tu turno» dijo ella con un guiño cómplice.                            

«¿Qué es San Valentín?» preguntó Samir que desvió su mirada de la pantalla para girarse hacia la pareja.                              

«Vaya, parece que las orejas de un pequeño de 9 años no estaban lejos de aquí» dijo divertida Elena.
                             
«¿Entonces qué es?» insistió él.                              

«Es lo que se llama la fiesta de los enamorados. Es el día en la que gente que se ama se lo demuestran más que en otro período»                            

«Pero, ¿por qué San Valentín?»                              

«Porque Valentín» retomó Yulia «era el santo patrón de las parejas»                              

«Oh...Y entonces, ¿qué se hace? ¿Es necesario hacer algo?»                              

«Bueno, es la ocasión de hacerse regalos, pasar tiempo juntos, un momento romántico: un restaurante o sencillamente una velada en pareja»                              

«Chachi...¿y el regalo que debe ser?»                                  

«Bah...No lo sé: flores, una joya, un poema, una sorpresa. ¿Por qué lo preguntas?»

«Por nada...» dijo él centrando de nuevo su atención en la tele. Las dos mujeres se miraron y pensaron al momento lo mismo.

«Di...¿tienes algo que decirnos?»

«¿Yo? No»

«¿Ah, no? ¡Tu interés repentino por San Valentín parece querer decir que...tienes una noviecita!»

Samir se dio la vuelta y miró a su madre, sus mejillas ligeramente enrojecidas.

«¡No!»

«¿No? ¿No se llamará Grace por casualidad?»

«...»

«Jajajajajaj, qué mono! ¡Mi hijo está enamorado!»

«¡Para mamá!»

«¿Qué? ¡Es mono!»

«¡Mamá!» él se levantó para salir del salón, pero Elena lo detuvo en pleno movimiento y lo hizo caer sobre el sofá entre las dos mujeres. Atrapado, no pudo sino rendirse.

«Ok, ok...Sí, tengo una novia» dijo.

«Ohhhhhh»

«¡Para mamá!» dijo librándose de las manos de su madre que despeinaban sus cabellos tiernamente «¡Ya soy grande!»

«¡Oh, sí, eso seguro! Entonces...¿Qué piensas hacer para San Valentín, pequeño Don Juan?»

«No lo sé...Me gustaría hacerle un regalo, pero no lo voy a poder hacer con la paga que me das»

«¡Pequeño...monstruo!» dijo ella comenzando una sesión de cosquillas antes de que Yulia calmara el juego.

«Entonces, ¿en qué piensas?»

«No lo sé...Pronto serán las vacaciones y pensaba que podría invitarla a patinar al centro comercial. Y después, le compraría un helado o cualquier otra cosa»

«Oh, es romántico. Pero es una buena idea» dijo Elena.

«Si necesitas un poco de dinero, contribuiremos»

«¡Yulia!» protestó Elena.

«Quiero solo que pase su primer San Valentín de la mejor forma posible, como nosotras» dijo con un guiño. Ante ese argumento, Elena no pudo contestar y estuvo de acuerdo en contribuir a la felicidad de su hijo.

Cuando llegó la hora de irse a la cama, Samir se sintió de nuevo tranquilo cuando Elena le confirmó su intención de ayudarlo a conquistar a su amiguita.

«¿Duerme?»

«Duerme, con una sonrisa en los labios imaginándose el próximo fin de semana» dijo ella deslizándose bajo las sábanas, juntándose a Yulia, que se encontraba en plena lectura. Le cogió la novela y la dejó en la mesilla de noche antes de besarla en el cuello.

«Parece que alguien tiene prisa...» sonrió Yulia.

«En absoluto, no...No sé de qué hablas» dijo mientras continuaba su recorrido por el busto de la bella morena plagándolo de besos cada vez más profundos.

«Por cierto, ¿sabías tú que San Valentín, en la Edad Media, era sobre todo la celebración de un amor físico antes de ser la del amor romántico?»

«Me encanta cuando dejas salir tu sabiduría....» dijo apoderándose de sus labios «Y tengo unas ganas locas de renovar las antiguas tradiciones»

Y a continuación apagó la luz de la habitación.

***

Elena tenía en mente una idea bien precisa de ese San Valentín: no podían mostrarse en público las dos, por si se cruzaban con algún estudiante, así que Elena debía ser astuta para satisfacer su propio deseo de hacer feliz a Yulia.                      

Evidentemente, pensó en una noche bastante pícara y decidió comprarse ropa interior sexy, cosa que nunca había hecho. Y reservó una sorpresa para Yulia ante la que, eso esperaba, se quedaría estupefacta.

Los días pasaron hasta que llegó ese fin de semana. Elena también notó los nervios y la tensión que se apoderaba de su hijo. Este había invitado, con éxito, a Grace a patinar con él y Yulia le había dado bastante "paga" para que pudiera invitarla y pasar una buena tarde.

Elena le había prometido a su hijo que ella no estaría de carabina, pero que estaría cerca para supervisar el menor problema que pudiera surgir. Yulia le había hecho prometer que no avergonzaría al chico, y Elena lo respetaría...¡tanto como pudiese!

Y el día X la pelirroja condujo a Samir y a Grace a la pista de patinaje. En el coche, Elena intentó mantener una conversación, ya que Samir estaba tenso y no se atrevía a hablar con la pequeña que solo parecía querer un pequeño paso de Samir.

«Entonces Grace...¿Cómo va el cole?»

«Va bien, señorita Katina»

«Oh, por favor, llámame Elena»

La pequeña, entonces, sonrió, pero Samir seguía tenso y eso se agravó al llegar a la pista.

Elena pagó el alquiler de los patines y cuando iba a ayudar a la pequeña a ponérselos, se contuvo lanzando una mirada a Samir, sugiriéndole que lo hiciera él mismo, cosa que al final hizo, para gran satisfacción de Grace.

Después Elena los dejó solos, mirando de lejos lo que ocurría. No podía evitar sonreír al ver a su hijo ayudar a Grace, dados de la mano, a hacer sus primeros pasos sobre el hielo.

Pasaron los minutos y al final dos horas antes de que ellos patinaron hacia el borde la pista, se quitaran los patines y Samir invitara a la pequeña a beber un chocolate a la canela, su preferido, en un stand no lejos de allí. Ellos conversaban mientras Yulia pedía regularmente noticias de la cita mandándole mensajes a Elena.

«Entonces, ¿cómo se las apaña Samir?»

«Como su madre: ¡un verdadero profesional!»

«¿A qué hora dejarás a Samir en casa de Nastya?»

«A las 18:00, después paso a buscarte»

«Hasta la tarde entonces»

«Hasta la tarde»


Elena dejó transcurrir otra hora en la que acompañó a los chicos a jugar en la nieve del parque. Elena los esperó en el coche y, por curiosidad, lanzaba de vez en cuando algunas miradas a su hijo para ver cómo se las apañaba. Y lo que vio, le sacó una sonrisa: su hijo cogiendo torpemente la mano de la pequeña antes de darle, ciertamente, su primer beso en los labios. Beso furtivo y algo torpe, pero que pareció satisfacer tanto a Samir como a Grace.

«¡Yes!» gritó con orgullo en el coche antes de que los chicos se subieran y llevaran a la pequeña a su casa. Samir la acompañó hasta la puerta y esta vez no intentó sino un tímido beso en la mejilla. Pero la sonrisa deslumbrante de Grace habló por ella y él regresó al coche sintiéndose en una pequeña nube.

Elena hubiera querido bombardearlo a preguntas para saber lo que estaba sintiendo, pero se contuvo, sabiendo que, de un momento a otro, el pequeño le contaría los hechos y le pediría consejo para su próximo movimiento.

Elena condujo directamente a su hijo a casa de Nastya y le dio las gracias por quedárselo esa noche. Y después de algunas recomendaciones más o menos pícaras por parte de Nastya, Elena se despidió para ir a preparar su noche.                            

Una hora más tarde, fue a buscar a Yulia a su casa, esta se había puesto para la ocasión un hermoso vestido azul noche.

«¡Wow!»

«Tú también estás esplendida»

«Mi reina, querría seguirme» Elena le ofreció su brazo y juntas caminaron hacia el escarabajo amarillo, y Yulia, por una vez, no protestó por tener que subir en él.

Sin decir nada de lo que les esperaba, Elena condujo a la joven fuera de la ciudad, dirección sur, hacia un puerto.

«¿Me llevas a montar en un barco?» dijo asombrada Yulia.

«Exacto. Espero que no marees» se detuvo frente a una playa «Bienvenida a Pleasure Bay. Encontré el nombre apropiado para esta noche. Ven»

Yulia la siguió, y dadas de la mano, llegaron al embarcadero.

«Entonces, ¿cuál es nuestro barco?»

«Ese» dijo señalando a un inmenso yate.

«¿Estás...estás de broma?» dijo ella totalmente atónita ante la sorpresa.

«En absoluto. Y no preguntes cómo lo he hecho, ardería en el infierno por ello» dijo con humor.

Cuando Yulia llegó ante el barco, pudo leer el nombre en letras doradas «Once Upon a Time...» murmuró.

«Sí, pensé que sería bonito, ya que nuestra historia se parece a un cuento de hadas. Venga, sube»

Yulia la siguió y Elena le enseñó la propiedad deteniéndose sobre todo en la habitación y en el cuarto de baño en el que se veía una inmensa bañera que Yulia no creía posible en un sitio como ese.

Acabaron en la parte de atrás donde una mesa había sido dispuesta, decorada con velas y fina vajilla.

«Pones el listón muy alto para ser el primer San Valentín»

«Quería algo especial» dijo apartándole la silla.

«¿No vamos a navegar?»

«Para ser sincera...He conseguido el alquiler del barco más barato si nos quedamos en puerto» dijo casi avergonzada.

«Eso me tranquiliza»

«¿Ah? ¿Por qué?»

«Porque el año que viene podré alquilar un velero y salir contigo»

Se sonrieron y la noche transcurrió teniendo como principal tema de conversación la cita de Samir con Grace.

«Deberías haberlos visto, tan monos los dos dándose su primer beso»

«¿Te acuerdas del tuyo? Del primer beso, quiero decir»

«Oh, sí, se llamaba Kristoff...Estábamos en primaria. En el pasillo, estaban todos nuestros compañeros a nuestro alrededor, fue...raro. ¿Y tú?»

«Se llamaba Ivan. Yo estaba en el instituto»

«¿Qué? ¿En serio? ¿Antes no?»

«Antes estuve en una escuela privada solo de chicas. Sin posibilidad de libertad en el exterior. Cuando no estaba en clase, estaba en mi casa. Cuando dije que quería una escolaridad más normal fue cuando comencé a tratar con chicos»

«¡Y ahí llegó la caza!» dijo divertida ella.

«Se puede decir así» dijo con una sonrisa nostálgica «¿Y tu primer beso con una mujer?»

«Oh, no hace mucho de eso...Diría que hace cinco o seis años»

«Háblame de ella»

«¿De verdad quieres que hable de eso en nuestro primer San Valentín?»                              

«Tú quisiste que te hablara de Daniel justo después de nuestra primera vez»

«Ok, tocada y hundida. Se llamaba Veroska. Teníamos más o menos la misma edad. Es extraño si lo pienso ahora, nuestro encuentro fue debido al azar: yo iba una vez a la semana a la lavandería y ella estaba allí. Nos conocimos, y todas las semanas, el mismo día, a la misma hora, nos veíamos ahí, hablábamos, reíamos...Con toda la mierda que era mi vida en ese momento, ella era mi rayo de sol, y Samir por supuesto»

«¿Cómo...?»

«Siempre creí que me gustaban los hombres. Evidentemente, tuve mis cuestionamientos, curiosidad, pero nada más...Y después llegó Veroska. Era amable, dulce, sonriente y totalmente lesbiana. Lo supe cuando la invité a mi casa una noche a cenar...y antes de marcharse, me besó. Me quedé...asombrada. Al día siguiente, no fui a la lavandería, tenía mucho miedo de volver a verla tan pronto»

«¿Y después?»

«Después comprendí la razón por la que tenía miedo de verla, era porque me había gustado ese beso, mucho más de lo que podría pensar»

«Eso me recuerda a algo...» dijo Yulia sonriendo.

«Sí...al final, al sábado siguiente, me la encontré en la lavandería y...voilà. No vivimos La historia de amor, pero ella me hizo descubrir mi verdadero yo. Desde ese día y esa historia, me he sentido mejor conmigo misma y con mi vida. Le hablé a Samir con palabras que él pudiera entender, hasta hoy»

«Hermosa historia»

«Y se termina magistralmente contigo»

«¡Qué romanticismo!»

«En un barco con tal nombre, ¿es apropiado, no?»

«Cierto. En todo caso, hay una cosa sorprendente: la cena. ¿Cómo has hecho para cocinar todo esto?»

«Oh, euh...»

«¿Elena?»

«De hecho, no he cocinado yo. Llamé a un servicio de catering» dijo ella, incómoda. Yulia no pudo sino sonreír ante la cara de niña cogida en una falta que enarbolaba la bella pelirroja «Eso, ríete de mí, pero no podía envenenarte el día de nuestro primer San Valentín»

«Oh, te lo agradezco. Y lo encuentro adorable: no has escatimado esfuerzos para preparar esta noche. Ya me vale mantener el listón el año que viene»

«¡Oh, espera! ¡La noche no ha acabado!»

Entonces, Elena se levantó, dejó su servilleta en el borde de la mesa y ofreció su mano a Yulia. Esta aceptó y la siguió a la cabina presidida por una enorme cama redonda.

«Esta noche, tú eres mía» murmuró Elena desabotonando uno a uno los botones de la blusa de su compañera, mientras iba posando en la piel desnuda cálidos besos y tiernas caricias.

Yulia no tardó en dejar salir sus primeros suspiros de éxtasis ante las tiernas atenciones de la bella pelirroja.

«Yulia...» Elena la empujó suavemente para que esta se sentara en el borde de la cama, mientras ella se arrodillaba a sus pies, sus dos manos en sus rodillas «Creo que nunca he sido tan feliz en toda mi vida. Pienso, no, estoy segura de que eres la mujer de mi vida, desde el primer segundo en que te vi en aquel pasillo, pasando por el momento en que Samir cruzó tu mirada, hasta ahora que estamos las dos en ese barco...»

«Elena...»

«No, espera, yo...quizás voy a llevarme un chasco y sin duda me vas a decir que es demasiado pronto, pero...Yulia Volkova...¿quiere usted casarse conmigo?»                    

Yulia se quedó sin voz, completamente sin norte ante ese pedido más que improbable. Elena tenía razón: solo llevaban juntas cuatro meses y las cosas ciertamente estaban yendo demasiado rápido entre ellas como para casarse, pero sin embargo...

«Elena...¿Qué haces? ¿Qué estás diciendo?»

«Te digo que te amo, como nunca he amado a nadie...No te pido que te cases conmigo mañana, tenemos tiempo de pensarlo, meses, años incluso, si quieres. Yo...solo digo, en fin, quería que supieras que...que soy tuya. Esperaré el tiempo que haga falta, pero solo quería que supieras que estoy dispuesta a todo por ti»

Yulia tenía los ojos empañados por las lágrimas ante la franqueza y la tenacidad que podía leer en los ojos de Elena que la turbaban.

«Elena, Dios mío. ¿Te das cuenta de lo que haces? Tú...Aunque ese pedido no sea para ahora mismo...esa declaración es la cosa más...»

«¿La más qué? ¿Insensata? ¿Imposible?»

«La más maravillosa»

«Tú...¿De verdad?»

«Elena...Aunque cada día que pasa pueda haber dudas sobre la fiabilidad de nuestra relación, desde hace algún tiempo, he podido entrever algo más, algo más serio. He tenido miedo de montarme películas, de pensar que todo iba demasiado rápido. Y después, esta noche, me doy cuenta de que tú piensas igual, que no soy solo yo. Yo tampoco me planteo el matrimonio por el momento, porque aún es muy pronto, pero, tú también debes saber que estoy lista para ir más lejos, para hacer avanzar las cosas»

Elena no respondió sino con un beso en sus labios.

«Te amo...»

«Yo también»

«Y te voy a hacer pasar la más hermosa noche de San Valentín» dijo ella deslizando sus manos por el perfecto busto de su compañera.

«Espero ver eso»

Con una sonrisa traviesa, Yulia la atrapó por la cintura y la arrastró con ella hacia la cama.

Si había un momento que Yulia y Elena no olvidarían, seria, quizás, ese momento en que cada una se dio a la otra sin concesión, sin vuelta atrás, sin miedos ni lamentaciones, ese momento en que cada una susurró el nombre de la otra en un placer ininterrumpido, una satisfacción dulce y suave como sus besos; sería, quizás también el momento en que sus cuerpos, relucientes por el sudor y el esfuerzo, respondieron al unísono, temblando y estremeciéndose, o incluso ese instante en que, jadeantes por el esfuerzo, cayeron en los brazos de la otra, felices; o el instante en que sus "te amo" significaban mucho más que simples palabras pronunciadas durante sus retozos.

Pero lo que primero guardarían sería, sin duda, esa mirada intercambiada, ese ínfimo gesto, ese instante en que cada una decidió abandonarse a la otra en una confianza total y en un amor sincero y puro. Ese instante en que parecía que abandonaban sus cuerpos para envolverse en una voluptuosa y suave burbuja en la que querían quedarse por un tiempo indeterminado.

¿Es lo que los cuentos de hadas llamaban Amor Verdadero? ¿El amor verdadero, puro, mágico, el que ponía todo en su sitio, por el que se peleaba hasta el final, por el que incluso se moría?

Es lo que sinceramente creían Elena y Yulia en ese momento. Algo había cambiado, no sabrían decir qué o por qué, pero en el momento en que cerraron los ojos, sintieron un cambio en ellas, una nueva visión, una nueva esperanza.

Y la noche pasó, acurrucadas la una contra la otra, y en silencio, se hicieron una promesa de compromiso. Pero lentamente, la realidad las atrapó: Elena, cuyos dedos iban y venían sobre el vientre de su compañera, miró hacia el techo.                    

«Yul...no podemos quedarnos esta noche, solo he alquilado el barco hasta medianoche»

«Oh...¿Me llevas a casa?»

«No, deseo que vengas a mi casa...Estaría bien que cuando Nastya lo traiga, él te vea»

«Si quieres» dijo incorporándose y ofreciendo a la vista de Elena una espalda desnuda perfectamente dibujada.

«¿Sabes que te amo?»

«Dices eso después de que hayamos hecho el amor, es romántico» dijo sarcásticamente Yulia.

«No...» ella se incorporó y depositó algunos besos entre los omoplatos de la bella morena «Lo digo porque ahora he tomado conciencia de que ya no puedo pasar de ti. ¿También los has sentido?»

«¿El qué?»

«Bueno...No sé, ha sido...diferente esta noche, ¿no?»

Yulia le sonrió mientras se ponía su blusa, después se inclinó sobre ella y le dio un beso en la frente.

«Sí» le susurró «Venga, vamos»

En un silencio casi solemne, y sin soltarse casi de las manos, retomaron la ruta hasta el apartamento de Elena. Y también en silencio se dirigieron a la habitación para acabar su magnífica noche.

***

Por la mañana temprano, y no habiendo dormido tan bien en su vida, Elena fue despertada por unas vibraciones. Frunció el ceño, gruñó, antes de abrir los ojos y girar la cabeza hacia la mesilla de noche donde reposaba su móvil. Lo cogió y estrechó los ojos para ver quién era en la pantalla, nada aparecía.

«Es el mío...» escuchó tras ella una voz aún adormilada.

Yulia se incorporó y dio un vistazo a su teléfono táctil. Elena también se levantó, no sin estirarse ruidosamente, antes de girarse hacia la bella morena y dejarle un tierno beso en su hombro desnudo.

«Es mi padre»

«Oh...¿Y?»

«Quiere que comamos juntos»

«Super. ¿Lo invitamos?»

«Elena...Yo...No le he hablado de ti. Al menos, no en términos que sugieran que seas algo más que una de mis alumnas más aventajadas»

«Oh, ya veo...¿Piensas mencionar el tema...?»

«Ahora no. Él...Creo que a él ni se le pasa por la cabeza la idea de que pueda enamorarme de una mujer»

«Seguro, lo puede desconcertar» dijo Elena divertida mientras deposita aquí y allí pequeños besos «Hm...Hueles bien»

«Huelo a sudor»

«Eso quiere decir que no escatimamos esfuerzos esta noche, eh...Y no, no hueles a sudor. ¡No es nada romántico lo que dices! ¿Cuál es tu perfume?»

«Poison»

«Vaya, no me sorprende...»

«Lo siento, pero habrá que aplazar nuestra comida con Samir»

«No importa, tenemos tiempo»

«Voy a ducharme»

«¿Puedo...?»

«No. Mi padre me espera en una hora»

«¿Y?» dijo divertida Elena.

«Y: si te dejo entrar en ese baño, hay muchas posibilidades de que no salga en una hora» dijo mientras se levantaba y recogía las ropa desperdigada por el suelo.

«Oh, vamos...»

Lanzándole una mirada más que sugestiva, Yulia se encerró en el baño, y Elena se dejó caer de nuevo en la cama, con expresión soñadora en el rostro.

Al cabo de diez minutos, Yulia salió, dejando escapar el vapor de la estancia, y los cabellos aún húmedos.

«Me voy»

«¡Espera! ¿Café?»

«Con mucho gusto»

Se dirigieron a la cocina y Elena le sirvió una taza. Se sentaron cada una en una silla antes de que Elena tomara de nuevo la palabra.

«¿Sabes? Ayer...»

«¿Hm?»

«Era sincera y hablaba en serio...con respecto al pedido de matrimonio»

«Lo sé. ¿Por qué lo dices?»

«Bueno, primero porque no respondiste con claridad, y después...se me escapó lo de la alianza, ¡pero te prometo una!»

«Elena....Estamos juntas desde hace poco y solo hemos experimentado la vida de dos durante 15 días. No tenemos prisa, pero, si quieres tanto una respuesta, te dije que no estaba en contra...solo que ahora no»

«Yulia Katina suena bien» dijo con una sonrisa.

«¿Y por qué no Elena Volkova?»

«Elena y Samir Volkov...o Elena y Samir Katin-Volkov»

«Eso suena también muy bien»

«Te amo» dijo ella. Yulia sonrió antes de acabarse de un trago su café y besar a su compañera con un beso con sabor a cafeína.

«Yo también»

Elena acompañó a la bella morena hasta la puerta, y después de un largo e intenso beso, Yulia desapareció por las escaleras. Elena cerró la puerta y no pudo borrar esa sonrisa bobalicona de su cara.

***

Yulia aún no tenía en mente decirle a su padre que estaba en una nueva relación, y mucho menos con una mujer. Sin embargo, su padre era alguien dulce y comprensivo y sin duda sería bastante abierto de mente para aceptar ese hecho mientras su única hija fuera feliz.

Pero por otro lado, no hacía sino cuatro meses que estaba con Elena y le parecía que las cosas estaban todavía muy recientes para meter a su padre en ellas. Sí, aunque no ponía en duda la duración de su pareja con Elena, prefería esperar un poco antes de decirle a su padre que no solo mantenía una relación, sino que además era con una mujer, que, para coronar todo, era mamá de un pequeño de nueve años.

Quería a su padre y por supuesto no quería causarle un ataque.

Hundida en sus pensamientos, chocó violentamente contra un hombre que caminaba en sentido contrario.

«¡Auch!»

«Oh, perdón...¿Está bien?»

«S...sí, gracias, lo siento»

«No hay problema» Yulia recogió su bolso, caído en la colisión así como unos  papeles en los que había escrito algo. «Oh, eso es mío, gracias» El hombre cogió los papeles antes de sonreírle y continuar su marcha. Yulia se quedó unos segundos parada: le parecía que sobre el papel estaba escrita la dirección del apartamento de Elena. Frunció el ceño diciéndose que probablemente había leído mal, y continuó su marcha.

El hombre lanzó un último vistazo al papel y se detuvo delante del número 205. Inspiró profundamente, y elevó el dedo hasta el timbre...Vaciló un momento antes de finalmente tocar.

Elena estaba en una nube: acababa de pasar un San Valentín idílico, una noche maravillosa llena de promesas de continuidad. Después de acabarse su café, se dirigió al baño, decidió darse una ducha antes de ir a buscar a su hijo. Pero fue cortada en su avance por el sonido del timbre.

Entonces sonrió, pensando que Yulia habría olvidado algo o, mejor, había decido mandar de paseo a su padre y quedarse con ella, aunque esa idea era bastante improbable.

Caminó a saltitos hasta la puerta y la abrió con una gran sonrisa en el rostro.

«¿Has olvi...?» su sangre se heló, la respiración se le cortó.

Petrificada en el sitio, no pudo hacer ningún movimiento ante el hombre de pie en su felpudo.

«Hola» dijo él con una ligera sonrisa incómoda en su rostro «Hace mucho tiempo, eh...»

Elena apenas deglutió, su mano aún aferrada a la puerta. Solo le haría falta un minuto, incluso segundos, para cerrarle la puerta en las narices al visitante...Pero en lugar de eso, dejó escapar un suspiro de su garganta, convirtiendo el momento en más real.

«Sash...»

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Mensaje por Fati20 5/13/2024, 2:19 am

Que romántico San Valentín de verdad Lena puso la vara muy alta y es tan directa con esa propuesta de matrimonio yo pensaba que le haría un baile sexy o algo así. Y bueno como no todo puede ser perfecto tiene que aparecer el idiota de Sash 😑😑😑 espero no de muchas molestias. Saludos cariño de mi corazón 😘😘I love youI love you
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Mensaje por Veroska 5/13/2024, 9:37 am

Wao! Es entendible quedar sorprendida viendo a su ex aparecer por esa puerta pero era algo que posiblemente iba a pasar, ahora sí le va tocar decirle a su hijo que su padre está vivo pero supongo que era más doloroso decirle que no lo quería... Otra situación se le presenta a Lena... Que bueno que hayan pasado un San Valentín increíble, solo ellas...
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Mensaje por Volkatin_420 5/13/2024, 9:58 am

Rayos, espero que no sea un inteometido más en la relación de las chicas 😵💫
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