LA APUESTA // (ADAPTACION A YULENA) BY: densgd14

Prólogo:

Elena Katina es la chica más popular de la Universidad Estatal, en Moscú y junto con su amiga, Nastya Isaeva, harán una apuesta, que, sin pensarlo, les cambiará la vida...

Elena, dispuesta a probarle a Nastya que puede cumplir esa apuesta sin ningún problema, hará hasta lo imposible por ganarla, pero lo que ella no se imagina, es que esa apuesta, podría darle la felicidad que tanto necesita... o por el contrario, la condenará a una cadena de largas tristezas y decepciones.

Sin embargo, que una cosa u otra sucedan, solo dependerá de ella, de nadie más, solo de ella...

"No me puedo enamorar. No de ella. Esto es solo una apuesta..."


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Hola! Como ya es costumbre, no puedo dejar mucho tiempo sin publicar otra historia.

Fati20 dijo algo totalmente cierto y si a ella le sucede, a muchas de nosotras también nos pasa. No hay nada más gratificante que llegar cansad@s del trabajo, del instituto, etc. y querer olvidarnos un rato, horas, minutos, de nuestra vida cotidiana, de los problemas, del estrés y abrir nuestra imaginación, como tantas veces lo he recalcado, abrir un poco nuestra mente y leer algo diferente, algo que nos llene, algo que nos aleje de la realidad al menos un largo rato.

Gracias infinitas y jamás dejaré de estar agradecida por el apoyo que no solo dan a mis publicaciones, sino a las otras historias que acá se han posteado y quiero extender siempre, que son bienvenidas todas aquellas historias que quieran compartir, ya sea de su propia autoría o adaptaciones; de YULENA o cualquier otra pareja que sea de su agrado, igual son bienvenidas y serán leídas.

Gracias, está vez a densgd14 por haber escrito esta joya que hoy comparto con ustedes. Felicidades a la escritora y siempre desearle muchos éxitos.

Espero que sea de su agrado la lectura!

Lunes 6:00 am.

Bueno, hay que empezar el día…

Despertó, apagó la alarma que no dejaba de sonar. Se levantó de la cama dispuesta a tener un buen primer día en su segundo año en la Estatal, y tratar de no morir de un ataque de histeria, que seguramente, Nastya, le provocaría...

—¡Despierta, Nastya! — tomó una almohada y se la lanzó a la cabeza a su compañera de habitación y mejor amiga, Nastya Isaeva.

—¡Maldita Sea, Katina! ¡Odio que me despiertes así! ¿No podrías ser más cariñosa? — tomó la el objeto en cuestión y se la puso en el rostro, cubriéndolo completamente.

—Claro, podría acostarme a tu lado y comenzar a besarte — utilizó el sarcasmo — Dime, ¿te gustaría?

—Agh!!!! No, que asco, prefiero la opción de la almohada — Se quitó el objeto del rostro e hizo un gesto de asco.

—Sí, eso creí, ahora deja de estar de perezosa y vamos a tomar una ducha ¿ok? — Tomó una toalla y su ropa.

—Eres un maldito fastidio ¿te lo han dicho? — Recogiendo de mala gana sus ropas, ambas salieron de la habitación.

—Sí, de hecho, tú te encargas de decírmelo todos los días.

—Bueno, es para que no se te olvide.

La pelirroja rodó los ojos. Llegaron a las duchas. Nastya se metió a un cubículo y Lena a otro, justo al lado de este, comenzando así a ducharse.

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40 minutos después, tanto Nastya como la pelirroja ya estaban listas, dirigiéndose a su primera clase, que no era la preferida de ninguna de las dos, pero tenían que ir.

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3 horas después, Nastya y Lena estaban caminando por el campus directo a la cafetería para ir a por su desayuno...

—Date prisa, Katina, existimos personas que queremos comer antes de que pase otro año — dijo mientras la pelirroja trataba de decidirse por una cosa u otra.

—Ya Isaeva, ya me decidí — Tomó un cóctel de frutas y caminaron a una mesa.

Luego de dar varias vueltas a la cafetería, lograron encontrar una mesa que no tenía muchas personas, solo un par de nerds.

Uff, pan comido.

A Nastya no le importó que ellos estuvieran ahí y se sentó.

—Largo perdedores — Dijo, colocando su bandeja sobre la mesa para luego comenzar a comer.

Ellos solo la miraban con el ceño fruncido, hasta que Lena se sentó al lado de la castaña de ojos azules.

—¿No la escucharon? Largo!!! — los chicos la miraron como queriendo clavar espadas en todo su cuerpo, tomando sus cosas y yéndose de la mesa.

—Mira Lena, la fastidiosa de Elizaveta no deja de observarte —señaló detrás de la pecosa. Lena giró hacia atrás, observando a la chica para luego regresar su mirada a Nastya.

—¿Y eso a mí qué? No me interesa, Nastya.

—Vamos, Katina, tienes que admitir que es linda, deberías salir con ella — soltó una carcajada.

—¿Yo? ¿Con Elizaveta? — rió también — Ni porque fuera la única chica en este mundo. Además, yo podría tener a cualquier chica con tan solo chasquear mis dedos — sonrió confiada.

—Te apuesto a que no es así — señaló hacia la puerta.

La pelirroja giró inmediatamente la cabeza y Anya Sharapova venía entrando con su hermanastra Yulia Volkova detrás de ella.

Debe estar bromeando...

—¿Anya?... También podría con ella...

—¡No! ¡Anya no! — hizo un gesto de enfado — Hablo de la enana Volkova.

Oh, Volkova ¿eh?

—¡Ja! Incluso a ella la tendría a mi disposición — rió ligeramente.

—No podrías. Además, por si no lo recuerdas, ella te odia Elena.

—Te apuesto lo que quieras, a que puedo hacer que salga conmigo y después de un tiempo, estará completamente enamorada de mí.

—Bien, te tomaré la palabra. Apostemos.

Oh no, yo no esperaba que no lo tomara en serio.

—No hablarás en serio, Nastya...

—Hablo muy enserio, así que, apostemos, tienes esta semana y la mitad de la otra para hacer que salga contigo, y después de eso, tienes 3 meses para hacer que se enamore de ti... Pero si no lo logras y pierdes, me darás 500 Euros y harás mi tarea durante un mes.

—Pero... Nastya... estás loca, eso arruinaría mi reputación. Yo no puedo salir con el gnomo de Volkova.

—Umm, parece que la señorita — hizo comillas con sus dedos — “yo puedo tener a cualquier chica”, se está acobardando — soltó una carcajada más fuerte.

Maldita seas, Nastya Isaeva.

—Bien, lo haré, pero con la condición de que tú también invites a Anya a salir, no me puedes dejar sola con esto — cuando dijo eso último, Nastya casi se ahoga con su desayuno.

—¿Qué... que has dicho qué?

—Que tú también invites a Anya.

—Y... yo... yo porqué — se sonrojó.

Eres tan predecible, amiga.

—Vamos, Isaeva, no te hagas la inocente, ambas sabemos que te gusta Anya desde que la viste, no pierdes nada con intentarlo... o acaso... ¿Tienes miedo?

—Yo no tengo miedo, lo haré — extendió su mano hacia la pelirroja.

—Bien, entonces... trato. Quien pierda, le dará a la otra 500 Euros y hará su tarea por un mes ¿de acuerdo? — estrecharon sus manos. Nastya arqueó una ceja y sonrió.

—Hecho.

Luego de aceptar esta apuesta, siguieron comiendo, pero mientras lo hacían, Lena miraba a Yulia fijamente, ya que se encontraba a unas cuantas mesas más allá, y ya la pelinegra se había percatado de que Lena no dejaba de observarla y solo le evitaba la mirada, hasta que su novio, el grandulón, llegó con ella junto con el novio de Anya, Fyodor, con el que Nastya tendría que lidiar y ella, estaba en la misma situación que su amiga.

Tengo que deshacerme del grandulón de Dima Bilan... ¿Pero cómo?

...…………………………………………………………………………………………………………….

Luego de terminar de comer, Nastya y Lena salieron de la cafetería dirigiéndose a su siguiente clase, que, casualmente era la misma de Yulia y Anya.

—Te ayudaré un poco, solo para que no digas que soy una maldita.

[i]Me ayude o no, seguiré diciendo que es una maldita.

—¿Ah si? — asintió — ¿Cómo se supone que me ayudarás?

—Te ayudaré, llevándome a Anya a sentarse conmigo y ahí es cuando tú entras y te sientas con la enana...

—¿Segura que me estás ayudando a mi o a ti? — arqueó ambas cejas.

—¿Quieres hacerlo o no, Katina?

—Bien, bien, haremos lo que dices.

Entraron al aula y unos minutos después, Yulia y Anya entraron también. Entonces la pelinegra se sentó en una mesa y cuando Anya se disponía a sentarse también, Nastya la tomó del brazo y la rubia alzó su mirada hacia ella.

—Hola Anya — sonrió con gracia la castaña de ojos azules.

—Amm, hola Nastya — contestó incrédula.

—Umm, bueno, me preguntaba si quisieras sentarte conmigo —señaló el lugar vació a un lado de ella — Sé que eres buena en esta clase y yo no lo soy para nada y... no sé... tal vez podrías ayudarme ¿te gustaría hacerlo? — preguntó nerviosa.

Ok, o Nastya es una muy buena actriz, o en verdad está nerviosa... Bueno, como sea, no importa.

—Umm — miró a Yulia y esta asintió — Claro, te ayudaré — se fue con Nastya y se sentó con ella.

Que el juego comience.

Enseguida de que Nastya se llevara a Anya, Lena fue hacia el lugar de Yulia, moviendo la silla vacía ligeramente.

—¿Me puedo sentar?

Justo después de que la pelinegra escuchó su voz, volteó a verla e hizo un gesto extraño.

—¿Me dices a mí? — se señaló a si misma con su dedo índice.

—Si, a ti te lo digo ¿me puedo sentar? — sonrió.

—Amm, sí, eso creo.

Luego de escucharla, le sonrió nuevamente, sentándose a su lado sin llegar a pronunciar ni una sola palabra.

Vaya, esto será más difícil de lo que imaginé... El gnomo no habla nada.

….........……………………………………………………………………………………………………………

El día cada vez se iba poniendo más extraño. Primero Elena se pasó todo el almuerzo observando a Yulia como si verla fuera lo más interesante en el mundo y después ahora, se sentaba a su lado, algo que Yulia no creía que fuera posible en esta vida... ni en ninguna otra.

—Y... ¿qué tal va tu día? — Lena preguntó. La pelinegra la miró, notando que la pelirroja estaba muy sonriente.

—¿En verdad me estás hablando a mí? — asintió — ¿Porqué? Yo no soy de tu agrado, Elena. ¿Qué estás tramando ahora?

—No estoy tramando nada hobb... — se interrumpió a si misma — Yulia, solo que... me gustaría disculparme contigo. Sé que no he sido una persona agradable y la verdad quiero cambiar eso ¿acaso es tan extraño?

¿Me estará diciendo la verdad? O será otra de sus tontas bromas.

—Discúlpame, Elena, pero no te creo nada.

Justo cuando Lena se disponía a contestarle, por fin apareció el profesor y comenzó a dar su clase.

Lena ya no había pronunciado ni una sola palabra más y la pelinegra solo tenía que soportar hasta que la clase finalizara, para así poder huir de la odiosa Elena Katina, pero para su mala suerte, al profesor se le ocurrió asignarles un trabajo en parejas, justo como estaban sentados, así que tendría que hacerlo con ella.

¡¿Porqué el universo me odia?! ¡¿Porqué?!

—Bueno, al parecer, somos compañeras para el trabajo — Habló cuando el profesor salió.

—Si, ya lo sé, no es necesario que me lo repitas — dijo molesta.

—¿Me perdonas Yulia?

—¿Perdonarte? — asintió — No lo sé, me has hecho la vida imposible desde que me conociste y eso que yo nunca te he hecho nada a ti. Además, me has dejado en claro que no soy una persona que te agrade y lo sabes.

—Lo sé, estoy consciente de ello, y en verdad quiero que me perdones y empezar desde cero, tú sabes, borrón y cuenta nueva ¿cierto? y también me gustaría conocerte mejor. Así que, ¿qué dices? ¿Me perdonas?...

Umm, decisión bastante difícil. Pero tengo que admitir que se escucha realmente arrepentida... ¿Qué hago? ¿La perdono?...

—Lo sé, estoy consciente de ello, y en verdad quiero que me perdones y empezar desde cero, tú sabes, borrón y cuenta nueva ¿cierto? y también me gustaría conocerte mejor. Así que, ¿qué dices? ¿Me perdonas?

Vaya, lo que tengo que decir para ganar esta estúpida apuesta...

—No, Elena, lo siento, pero yo no te perdono.

¡Maldita sea! Será más difícil de lo que creí.

—¿Sabes qué?... Te propongo algo.

—¿Que propones?

—Dame la oportunidad de conocerte y de paso te demuestro que en verdad lo siento. Y que te parece si como primer paso, nos vemos hoy a las 4:30 para comenzar con el trabajo.

Luego de que Yulia la escuchara, hizo un gesto como si las palabras de la pelirroja no le dieran muy buena espina, o algo así.

—Bien, te daré la oportunidad, pero si esto es otra de tus bromas, ahora no me quedaré sin hacer nada, Elena.

¿Cómo voy a soportarla tanto tiempo?

—Sí, está bien y ten por seguro que ahora no tramo nada.

Que bueno que no puede leer mis pensamientos.

—Y respecto al trabajo... no puedo a las 4:30 ¿te parece a las 5:00?

—Sí, está bien. ¿En dónde nos vemos?

—Mmm yo te aviso, dame tu teléfono.

Lena le dio su número de celular y enseguida la pelinegra hizo lo mismo. Para cuando la hora terminó, Anya se acercaba muy sonriente y feliz. Las dos hermanas se fueron y Nastya regresó con Elena.

—¿Y bien? ¿Algún progreso con la enana? — La castaña estaba inusualmente sonriente.

Nastya nunca sonríe, esto es nuevo.

—Ah, no obtuve gran cosa, el hobbit es orgullosa, solo quedamos de vernos hoy en la tarde para el trabajo.

—No creo que logres algo con ella, Katina.

—Verás que sí. Pero cambiando de tema. ¿Porqué estás tan sonriente?

—Bueno, Any y yo quedamos de vernos hoy justo después de clases, iremos a dar un paseo por la ciudad.

¡Maldita! Ella sí que es rápida.

—¿Any?.. ¿Ya no es Anya, la simple hermanastra del gnomo que según tú, no era tu tipo y que era demasiado inocente para ti? — Nastya giró los ojos.

—Sabes qué, olvida eso, solamente lo hago por esta apuesta, eso es todo.

Si, claro y yo nací ayer.

—Claro, Nastya, yo haré como que te creo.

—Ya mejor vámonos.

Enseguida ambas salieron del aula y fueron a la siguiente clase.

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Casi eran las 5 de la tarde y Lena ya estaba en su dormitorio, esperando la llamada de Yulia, mientras se aburría enormemente mirando hacia el techo, pues hace 2 horas que Nastya se había marchado con Anya.

Debo aceptar que ella está haciendo un mejor trabajo que yo.
Unos minutos después, el celular de la pelirroja comenzó a sonar. Era Yulia.

¡Vaya! ¡Ya era hora!

En la llamada…

—Hola Yulia.

—Hola, ¿ya estás lista?

—Sí, ya, ¿dónde nos vemos?

—¿Te parece si vienes a mi dormitorio?

—Claro, te veo ahí en 5 ¿va?

—Ok, está bien, aquí te veo.

—Bien, adiós.

—Adiós.

Fin de la llamada…

¡Genial! Ya no me preocuparé de que me vean con el gnomo.

Tomó sus cosas y su chaqueta y salió del dormitorio. Elena comenzó a caminar por el campus, llegando al edificio donde estaba el dormitorio de Yulia. Entró y después de unos minutos ya estaba frente a su puerta, luego la golpeó suavemente y esperó.

—Hola Elena, pasa — abrió la puerta completamente.

—Hola — entró — Este lugar es lindo — Lena observaba la habitación de arriba a abajo.

El dormitorio era de color crema. Tenía una repisa con varios premios, casi todos eran de canto y uno que otro de danza, pero supuso que esos eran de Anya. También en el lado de Yulia, había un mural repleto de fotografías, tanto de su familia, sus amigos, tal vez en sus años de preparatoria, de las cosas en las que ha participado en la Estatal, había fotos con Dima, pero la mayoría de las fotos eran con Anya, al parecer eran muy cercanas.

Me pregunto cómo es que ellas terminaron siendo tan cercanas...

—Amm gracias.

—Oye, ¿cómo es que tú y Anya terminaron siendo tan unidas?

Lo siento, pero la curiosidad es muy grande.

—Bueno, somos hermanas, como ya sabes. Hemos vivido juntas desde que ambas teníamos 7 años.

—¿Y cómo terminaron siendo hermanas? — Suspiró.

—¿Porqué tanto interés en eso, Elena?

—Ya te lo dije, quiero conocerte mejor.

—Bien, te lo contaré pero luego empezaremos a trabajar ¿ok? —asintió — Bueno, mi mama murió cuando yo tenía 3 años y desde ese entonces, solo fuimos mi papá y yo y cuando cumplí 6 años, ingresé al primer grado. Entonces ese día miré que unas niñas estaban molestando a Anya, y a mí no me gustó eso y me metí y la ayudé y fue ahí cuando la conocí.

Luego al día siguiente la mamá de Anya invitó a mi y a mi papá a su casa a comer para agradecerme de que había ayudado a su hija, así, nuestros papás se conocieron, empezaron a salir y 2 años después se casaron. Luego la mamá de Anya y ella se mudaron a nuestra casa. Desde entonces Any y yo somos inseparables.

Vaya, realmente se está abriendo conmigo, eso debe ser una buena señal.

—Oh, bueno, tu historia es interesante.

—Amm, si, tal vez un poco — se encogió de hombros y sonrió ligeramente — Pero, ya hay que trabajar, Elena.

Luego, ambas comenzaron a trabajar durante 2 horas, logrando hacer un gran avance, pero era todo lo que hacían, y Lena necesitaba comenzar a conquistarla si es que quería ganar esa apuesta...

—Yulia, ya son las 7:00, ¿crees que podríamos parar esto ya? Hoy he trabajado más que en toda mi vida — se recostó en la cama de la morena y descansó un poco.

—Mmm sí, creo que tienes razón, dejemos esto por hoy — La pelinegra se recostó a su lado.

Muy bien Lenita, a trabajar.

Se giró para mirarla, recargando su cabeza en la palma de su mano.

—Qué te parece si cenamos algo.

—Amm, si claro, vamos a la cafetería por algo — se puso de pie frente a la cama.

—¿Y si mejor salimos a algún lado? Yo invito — La ojiverde sonrió poniéndose de pie junto a Yulia.

—¿Salir? ¿Tú y yo? — asintió — No, yo creo que no.

—Vamos Yulia, te juro que no te haré ninguna broma o alguna cosa por el estilo.

—No lo sé, Elena, en verdad no estoy muy convencida — dio un par de vueltas por la habitación y después se detuvo en el lugar donde estaba — Creo que es mejor que te vayas, tengo... otras cosas que hacer — fue hasta la puerta y la abrió.

¡Increíble! ¡La estaba echando!

—Wow, de verdad no confías en mi — Lena fue hasta la puerta y se detuvo frente a esta — Supongo que tendré que irme... — dijo, saliendo de la habitación pero antes de irse, la miró por última vez — Pero... te aseguro que haré lo posible para que perdones todo lo que te hice y también trataré de que seamos amigas — le dio un beso en la mejilla y le sonrió al ver su rostro impresionado — Hasta luego, Yul.

Alejándose un poco escuchó cuando Yulia cerró la puerta lentamente.

No me daré por vencida, tendré a esa enana comiendo de mi mano lo más pronto posible...

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—¡Hey, Elena! Ya llegué — Nastya gritó al entrar a la habitación.

—Ya lo noté — La pelirroja se levantó de la silla y fue con ella aun con su plato de comida china en la mano — ¿Dónde estuviste toda la maldita tarde? — La castaña de ojos claros la miró contenta y sonriente.

—Ya sabes que fui a dar una vuelta con Anya — se recostó en su cama y abrazó su almohada. La pelirroja dejó la comida en una pequeña mesa y se sentó con ella en su cama.

—¿Estuviste con ella toda la tarde? — la miró, sonriendo de nuevo y asintiendo — ¿De verdad? ¿4 horas con ella?

—Si Katina, 4 horas con ella.

—Increíble. Es raro que alguien, además de mí, te soporte durante más de 5 minutos — rió fuertemente al decir esto y la castaña le lanzó una mirada asesina — Qué tanto estuvieron haciendo ¿eh? — la miró pícaramente y arqueando una ceja.

—Nada de lo que te imaginas, idiota — contestó un poco enojada y se sentó bien sobre la cama — Solo recorrimos la ciudad, eso es todo... y también… — hizo una pausa y volvió a sonreír como hace un rato.

—¿Y también qué? ¡Oye! ¡No me dejes así y termina de hablar!

—Nos besamos.

¡Maldita! Ella no pierde el tiempo.

—¡¡Que!! Es una broma ¿cierto?

—No, no es ninguna broma, la llevé a comer a un pequeño restaurante y una cosa llevó a la otra y... cuando me di cuenta, ella ya estaba besándome... aunque fue más corto de lo que me hubiera gustado.

—Tu si que eres rápida... pero ¿Y su novio? ¿Fyodor?

—Resulta que terminaron hoy en el almuerzo — contestó sonriente.

¡No! ¡Eso no es justo!

—¡Maldita sea, Isaeva! La estúpida suerte está de tu lado.

—Así lo quiso el destino — rió ligeramente — ¿Y tú? Qué tal vas con el hobbit, ¿ya tuviste algún progreso?

—Todo me sale mal, pero no me daré por vencida. Verás que Yulia tarde o temprano caerá rendida ante mí...

Así va ser, ella no es más fuerte que yo, no puede serlo. Y no dejaré que Nastya me gane... Primero me mato, antes que darle la razón a ella.

La alarma del reloj despertador comenzó a sonar, la apagó y se entretuvo mirando el techo durante un rato.

No había podido pegar un ojo en toda la maldita noche, solo estaba pensando en Volkova y en que debía hacer, primero para ganarse su confianza y segundo, cuando obtuviera eso, deshacerse del grandulón de su novio.

Tenía que admitir que lo primero le costaría más trabajo que lo segundo, pero aunque tuviera que aventarse de un edificio para ganar, lo haría.

—Hey Katina, si no te levantas ya, llegaremos tarde a clases — Nastya le aventó una almohada y rió un poco.

—Quiero quedarme aquí, y dormir todo el día — tomó la almohada y la puso sobre su rostro.

Nastya fue hasta ella, quitándole la almohada, tomando su mano y haciendo que se levantara.

—Te odio por esto — la pelirroja tomó sus cosas y juntas fueron a las duchas.

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Nastya y Lena iban caminando hacia sus clases, cuando a lo lejos, observaron a Anya y a Yulia sentadas en una banca.

—¿Que dices? ¿Vamos? — señaló a las chicas con la mirada.

—Sabes qué, tengo una mejor idea — Dijo levantando una ceja.

—Bueno, ¿qué tienes en mente?

—¿Qué me dirías si te propongo que en lugar de asistir a clases hoy, vamos con ellas, las "secuestramos" — hizo comillas con sus dedos — y las llevamos a Six Flags? — sonrió maliciosamente.

—Vaya, en verdad quieres ganar ¿cierto? — arqueó una ceja.

—Si, tengo que ganar... ¿Entonces qué me dices?

—Hay que hacerlo — Volvió a sonreír.

Enseguida ambas sonrieron y caminaron hacia ellas, y cuando se detuvieron sonrientes frente a ambas, Anya le sonrió a Nastya y Yulia miraba a todos lados evitando que su mirada se encontrara con la de la pelirroja.

No sé si eso es bueno o malo.

—Hola chicas.

—Hola Elena — la miró y después a Nastya — Hola Nast — dijo sonriente la rubia.

—¿Se les ofrece algo? — dijo en un tono hostil la pelinegra.

—Bueno, ahora que lo preguntas, si, en realidad queremos proponerles una escapada — la pelirroja sonrió aún más que antes.

—¿Una escapada? — Anya se levantó y se puso bien enfrente de Nastya — ¿De qué habla Lena, Nast?

—Queremos saber si aceptarían ir con nosotras a Six Flags, pero no se preocupen, todos los gastos corren por parte de Lena y mía ¿qué dicen? ¿Quieren ir?

—¡¡Si! ¡Nos encantaría! ¿Cierto Yul?

—¿Estás loca, Anya? — Se levantó y se puso enfrente de la rubia — No podemos saltarnos las clases así como así e irnos con ellas.

—¿Y porque no? Solo será un día, por favor Yulia, vamos — le hizo un puchero — Además, sabes que nunca he ido a Six Flags, y en verdad me gustaría ir. Por favor, por favor, vamos ¿sí? Anda, hazlo por mí.

—Agg, bueno, está bien, iremos con ustedes — dijo volteando los ojos.

—Genial, entonces vámonos — Dijo Lena sonriendo.

Comenzaron a caminar al estacionamiento en dirección al auto convertible de Katina. Anya y Nastya estaban muy entretenidas lanzándose miradas la una a la otra mientras que Yulia y la pelirroja caminaban en silencio sin ningún tipo de contacto.

—Wow, tu auto sí que es bonito — admiró el vehículo por todas partes.

—Si, lo sé, gracias — Lena le abrió la puerta del copiloto.

—¿Me voy a ir contigo en frente? — la chica asintió — ¿y porqué mejor no se va Nastya contigo? — señaló a la castaña y esta se volteó a ver a ambas.

—Lo siento, pero prefiero ir con Anya, ¿cierto, Any?

—Si, yo también quiero que Nast se siente conmigo.

¡Genial! Al fin me está saliendo algo bien.

—Ya las escuchaste Yulia, no tienes opción.

—Uff, bueno, está bien.

Volkova se iba a subir al auto, cuando en ese momento, llegó el grandulón de su novio, justamente hacia donde las 4 se encontraban.

Increíble, lo que me faltaba...

—Yulia, ¿a dónde vas?

—Dima, creí que estarías en tu práctica de fútbol.

—De hecho, para allá voy, pero te miré aquí, así que vine. Entonces ¿a dónde vas?

Yulia se disponía a hablar, pero antes de que lo hiciera, Lena habló...

—Nastya y yo llevaremos a Yulia y a Anya a dar un paseo por la cuidad porque tenemos el primer periodo libre, y no queríamos quedarnos aquí a aburrirnos.

Le contestó haciendo su más grande esfuerzo por poner una sonrisa que no pareciera ni forzada ni fingida.

—Ahh, ¿de verdad Yulia?

—Si, Dima — Yulia miró a Lena y después a su novio — es cierto, estaremos de vuelta como en 1 hora… más o menos — sonrió ligeramente.

Bien, al menos me siguió el cuento.

—Oh, bueno, entonces te veré más tarde — le dio un beso — Te amo — sonrió y se fue.

Ash, en verdad tengo que deshacerme de él cuanto antes.

—¿Nos vamos?

Yulia asintió y entró al auto, Lena cerrándole la puerta suavemente y después Nastya y Anya entraron a la parte de atrás y por último, entró ella y en cuestión de minutos ya estaban en la autopista.

Mientras avanzaban, Lena bajó el capote del auto, lo que causó que el cabello de Yulia comenzara a moverse por el aire.

No se ve nada mal... basta Elena, concéntrate.

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Había pasado media hora de camino, Nastya y Anya no habían dejado de hablar entre ellas como si Yulia y la pelirroja no estuvieran dentro del auto, y para colmo, la pelinegra estaba sin decir una sola palabra.

Esta situación es tan frustrante...

—¿Porqué no me desmentiste frente a Dima?

—¿Desmentirte? — Lena asintió — ¿A qué te refieres?

—Cuando le dije que íbamos a dar una vuelta por la ciudad, pudiste haberle dicho que nos saltaríamos las clases de hoy y te aseguro que eso te hubiera librado de este viaje, que, según veo, no es lo mejor que te ha pasado — explicaba mientras alternaba pequeñas miradas entre la morena y la carretera.

—Amm bueno, lo hice por Anya, ella en verdad quería venir, y según sé — volteó hacia el asiento trasero y después a Lena de nuevo — ella quería pasar más tiempo con Nastya.

—Umm ya veo... pero... ¿segura que solo es eso? — la miró brevemente arqueando una ceja.

Necesito algún tipo de señal de que no estoy perdiendo mi tiempo.

—Si... bueno... no, en realidad... hay algo más.

Ok, creo que esa es la señal que necesitaba.

—Con que algo más ¿eh? ¿Se puede saber qué es?

—Bueno, pues creo que en verdad te estás esforzando por hacer que te perdone ¿cierto? — La miró y Lena asintió — Entonces, creo que debería de poner un poco de mi parte, y darnos la oportunidad de que nos conozcamos mejor, tal vez y con el tiempo logremos ser amigas.

¡Perfecto! Mi plan empieza a tomar forma...

—Me alegra escuchar eso — Lena sonrió alcanzando a ver por el rabillo del ojo que ella igual había sonreído.

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Luego de 2 horas de camino, la pelirroja subió el capote del auto, ya que el sol estaba comenzando a causar quemaduras en su piel.

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Elena se encontraba completamente aburrida, ya que Nastya y Anya luego de platicar durante un largo rato se habían quedado dormidas, al igual que Yulia, solo que ella estaba recargada en su pecho y ella tenía sus brazos por arriba de sus hombros, parecería que la estaba abrazando.

No se había dado cuenta de cuando, exactamente, se había recargado sobre ella y se había quedado dormida, pero sin duda, y aunque no quería aceptarlo, era algo que, extrañamente estaba disfrutando.

Debe ser la sensación de que por fin estoy teniendo un avance... sí, eso debe ser.

Luego de otra media hora más, por fin habían llegado a Six Flags, y las 3 seguían en su quinto sueño.

Entonces, Lena se propuso despertarlas, primero a Yulia y después a las otras 2.

Primero quitó su brazo de los hombros de la morena, luego acercó su rostro al de ella y, sin saber porqué, estuvo a punto de besarla, cuando Yulia se movió.

—Yu...Yulia... ya... ya llegamos — tartamudeó porque casi la descubren tratando de besarla.

—¿Porque tartamudeas, Lena? — Frunció el ceño.

—Yo no tartamudeaba… — Suspiró ligeramente — solo que... me asustaste cuando te despertaste, eso es todo.

Uff, lo que hubiera pasado si...

—Oh, bueno, lo siento.

—Si, no importa, está bien.

Luego de ese momento tan incómodo, la pelirroja despertó a Nastya y Yulia a Anya, dirigiéndose al parque de diversiones.

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Luego de 6 horas, salieron de Six Flags, con un cansancio terrible, pero sinceramente, se habían divertido como unas niñas.

Se subieron a todas las atracciones, las más horribles y las más calmadas, Lena ganó un par de premios y se los dio a Yulia, y Nastya y Anya no se separaron ni un solo segundo.

Sin duda alguna, había sido un día muy agradable y divertido, y al menos, por esta tarde, la apuesta desapareció de la cabeza de la pelirroja, solo concentrándose en divertirse, algo que hace ya bastante tiempo no hacía.

No me divertía así desde antes de que ella...

Basta de pensamientos tristes y mejor a llevar a cabo la segunda parte de mi plan.

—Este día en verdad fue muy divertido — Yulia giró a ver a la pelirroja — Gracias por habernos invitado Elena — le sonrió.

Muy bien, una sonrisa, voy por buen camino.

—Si, fue en verdad genial... pero... tengo hambre ¿ustedes no? — Dijo su hermanastra.

—Bueno, ahora que lo pienso, si, yo también tengo hambre, deberíamos ir a comer algo ¿les parece? — Dijo encogiéndose de hombros.

—¿Y si compramos pizza? A todas nos gusta mucho ¿no es así? — Esta vez fue el turno de Nastya en opinar.

Inmediatamente se miraron entre todas y sonrieron al unísono.

—¡¡¡Pizza!!!

Luego de eso, subieron al auto de la pelirroja quien condujo hasta una pizzería muy buena que conocía, al cabo de 10 minutos, llegaron al lugar, pero antes de entrar, la mente de Lena comenzó a recordar...

No, aquí venía con ella...

—¿Oigan y si mejor vamos a otro lugar? — llamó la atención de todas.

—Es por lo de... — Nastya luego de verla durante unos segundos se dio cuenta del porqué quería irse. Lena asintió.

—¡Chicas! — La castaña miró a Yulia y a Anya — Que tal si ustedes apartan una mesa mientras yo arreglo un asunto con Elena.

—Claro, pero... ¿está todo bien? — Insistió Yulia.

—Si, si, todo bien, solo necesito... hablar con Nastya de algo, no es nada importante.

En realidad es lo más importante para mí.

—Amm bueno, las esperamos adentro.

Luego de eso, ella y Anya entraron dejando a la pelirroja sola con Nastya. Lena se sentó en la acera con sus brazos sobre las rodillas, solo mirando al suelo.

—¿Estás bien? — Nastya se sentó a su lado.

—No — La miró. Sintió un enorme nudo formarse en su garganta —Tu sabes lo mucho que me afecta estar en lugares donde venía con ella — una lágrima salió de cada uno de sus ojos — No puedo estar aquí, simplemente, no puedo.

—Ok, escúchame Elena. Ya pasaron 2 años, tienes que dejar eso en el pasado, ya no puedes dejar, que estar en lugares donde estuviste con ella te afecte, tienes que seguir adelante... sin ella... — limpió las lágrimas de su amiga — Yo sé que es algo muy difícil y doloroso, a mí también me duele, era mi amiga, pero te aseguro que a Alexa no le hubiera gustado verte así, triste y derrotada, esa no eres tú. A ella le gustaría que tú siguieras tu vida y dejaras las malas experiencias atrás.

Luego de escucharla, Nastya se puso de pie, le tendió su mano y la pelirroja la tomó, ayudándola a levantarse y enseguida la arropó en un fuerte abrazo.

—La extraño muchísimo.

—Lo sé, Elena, lo sé, pero, creo que comenzar a ir a lugares donde estuviste con ella te ayudarán a superarla, y hoy, tienes esa oportunidad.

—No quiero superarla... no quiero olvidarla — Dejó de abrazarla.

—No te dije que la olvidaras, solo que intentes seguir con tu vida, eso es todo.

No es tan fácil…

—Vamos adentro, Lena, nos están esperando.

Enseguida Nastya entró a la pizzería, dejándola ahí parada, afuera.

Muy bien, Elena, puedes hacerlo, ya no puedes seguir viviendo en el pasado.

Inmediatamente después de que la pelirroja entró, los recuerdos comenzaron a aparecer en su cabeza instantáneamente...

——Flashback——

—Yo sé que no es la idea perfecta para una cita pero aquí, ni tus padres ni los míos nos encontrarán y...

—Sabes que amo la pizza, así que para mí no hay lugar más perfecto que este — Besó mi mejilla. Tomó mi mano y me llevó a una mesa — Me gusta estar aquí contigo.

—A mí también — Sonreí — Me encanta pasar tiempo contigo, aunque no me gusta que sea a escondidas, Alex.

—Lo sé Lena... pero... te aseguro que ya pronto les contaré a mis papás todo ¿Ok? Ya no dejaré pasar más tiempo. Confía en mi ¿sí?

—Claro que confío en ti, y te creo.

—Te amo Elena, mucho.

—Yo te amo más, Alex — tomé su rostro entre mis manos y la atraje hacia mí para besarla — Eres mi vida.

—Y tú la mía, Elena…

——Fin flashback——

Esa fue la última cita que tuvieron... bueno, la última cita de verdad, ya que después de eso, su situación se complicó...

—¿Estás bien? — Yulia tomó su mano.

Enseguida que tomó su mano, sacó a Lena de sus pensamientos haciendo que la mirada se dirigiera hacia aquellos ojos azules.

—Si, estoy bien, solo estaba... recordando viejos tiempos, eso es todo.

—Ah, ok, pero... ¿ya vienes con nosotras? Es que en verdad nos morimos de hambre.

—Si, vamos.

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Luego de una hora, terminaron de comer, pagaron la cuenta y salieron de la pizzería.

Lena de vez en cuando se perdía en sus recuerdos y pensamientos, pero, de alguna forma, y aun no sabía cual, Yulia siempre lograba llamar su atención, y cuando lo hacía, le sacaba una sonrisa.

—Creo que ya deberíamos regresar — Dijo la pelinegra.

—Si, yo estoy de acuerdo con Yulia — Esta vez habló Anya.

—Saben, ya anocheció, y conducir a estas horas, la verdad no es algo que me guste — Luego de intercambiar miradas con Nastya, Lena continuó — además, conducir así, puede ser peligroso.

—Entonces ¿qué les parece si pasamos la noche aquí? Podríamos ir a un hotel o... incluso a la casa de los padres de Elena.

Luego de escuchar la sugerencia de Nastya, prácticamente la pelirroja la fulminó con la mirada.

—Al hotel si, pero con mis padres, nunca. Ya sabes la razón del porqué no quiero ir con ellos, Nastya.

La verdad es que desde que se mudó a la universidad, cortó toda comunicación con sus padres. No quería verlos, ni hablar con ellos.

Y aunque trataban de convencerla de que sin su estúpido dinero ella no sobreviviría, estaban equivocados, ya que desde que tenía 12 años, había ahorrado todo el dinero que ellos le daban, y que era bastante lo que recibía de ellos semanalmente, además de que había tenido un muy buen empleo y cuando tuvo la edad suficiente, abrió una cuenta de ahorros en el banco, que hasta hoy en día, seguía teniendo, y vivía muy bien, pues tenía suficiente dinero ahí.

—Ya deberías dejar eso atrás, ya pasó bastante tiempo, Elena. Creo que deberíamos ir.

Ni loca vuelvo a poner un pie en esa mansión…

—He dicho que no y esa es mi última palabra.

—Bien, bien, como quieras. Pero... ¿entonces vamos a un hotel?

—Yo no creo que sea buena idea, ya han gastado bastante dinero hoy, y un hotel ya es mucho. Y si no te gusta conducir de noche, yo podría hacerlo, por mí no sería ningún problema.

—No Yul, es peligroso conducir por las calles de la ciudad de noche. Nos quedaremos en un hotel, y mañana a primera hora, regresamos ¿ok? — Aclaró Katina de inmediato.

—Pero es que...

—He dicho que iremos a un hotel.

—Mejor no insistas Hobbit, cuando Lena dice algo, es así como será — Nastya puntualizó.

—Ya Yul, hay que aceptar, solo será por esta ocasión — Anya dijo un tanto entusiasmada.

—Agg, bueno, está bien.

Enseguida Lena le sonrió y se subieron al auto.

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Elena quería ir a uno de los mejores hoteles de la ciudad, pero Yulia insistió en que no era necesario, y para darle gusto, al menos por esa vez, decidió acceder ante sus deseos.

Total, solo será por esta noche.

Llegaron a un motel, de no muy buena categoría, pero tampoco era un asco total.

Salieron del auto, y enseguida entraron a este, se registraron y luego las llevaron a su habitación, que no era muy grande pero si tenía 2 camas y eso, según palabras de Yulia, era más que suficiente.

—Bueno... Anya y yo dormiremos aquí — Aclaró inmediatamente la pelinegra.

—¿Ah sí? Anya ¿quieres compartir cama con ella? ¿No te gustaría dormir conmigo mejor?

Comenzó a sugerirle Nastya a la rubia con una sonrisa pícara, una ceja enmarcada y un tono de voz muy sexy. Cuando ella hacía esos 3 ademanes no había nadie que se le resistiera.

Incluso yo he caído un par de veces...

—Amm... bueno… yo... no... no lo sé — sacudió su cabeza un par de veces — Pensándolo bien — le sonrió a Nastya — Me gustaría dormir contigo Nast.

—¡Anya!

—¿Qué? Solo estoy siendo sincera.

—Ya no te quejes Yulia, dormir conmigo no es tan malo. Te juro que no te haré nada — esto último lo dijo mientras levantaba sus brazos y le sonreía.

—Por favor Yul — Rogó la rubia.

—Si, ya, está bien.

Luego de eso, Nastya y Any se acomodaron en su cama, así, con la ropa que traían, y Yulia hizo lo mismo.

Pasados casi 10 minutos, las 3 ya estaban en sus camas, mientras que Lena solo estaba sentada en una silla mirando por la ventana, recordando, así como lo había estado haciendo hoy, todo el día...

——Flashback——

—Hola Alex — me senté silenciosamente al lado de su cama.

—Elena, hola —Abrió los ojos lentamente. Sonrió débilmente — Creí que no vendrías a verme, creí que tus papás te lo habían prohibido.

—No podía estar más tiempo sin verte, simplemente no podía. Y mis padres me habían encerrado en mi habitación para evitar que viniera, pero me escapé por la ventana — tomé su mano.

—¿Y cómo es que entraste aquí? ¿Mis papás te dejaron entrar?

—No, cuando me vieron aquí, me dijeron que no podía verte y me cerraron la puerta en la cara. Así que escalé el árbol y entré por la ventana — Dije encogiéndome de hombros.

—Ay Elena, no sabes cuánto lamento esta situación. Tú te mereces algo mejor que esto — se señaló a sí misma.

Entonces la miré tristemente y enseguida puse mi mano en su mejilla, la acaricié brevemente y después le di un corto beso.

—Nada, no hay nada mejor para mí, que tú.

Enseguida volví a besarla, pero en medio del beso, sus padres entraron a su habitación, y acto seguido de verme ahí, me tomaron del brazo y comenzaron a sacarme de la habitación a la fuerza.

—¡No! ¡Por favor! ¡Déjenme con ella! — les supliqué pero ninguno de los dos parecía que me estaban escuchando — ¡Te amo Alex! —grité mientras lloraba.

Luego de 5 minutos más tarde, ya me encontraba afuera de la mansión de Alexa, sentada en la acera y llorando desconsoladamente...

——Fin flashback——

Mientras Elena se encontraba recordando ese momento, las lágrimas en sus ojos se hicieron presentes, pero de un momento a otro, sintió la mano de alguien en su hombro.

Creyó que era Nastya, pero vaya sorpresa la que se llevó, cuando al girarse hacia esa persona, se topó con los ojos expresivos, llenos de compresión pero a la vez también de curiosidad de Yulia.

Y justo en ese momento, Lena se sintió extrañamente en paz con ella misma, como si su mirada tuviera algún efecto positivo en ella.

Lena, inmediatamente después de ver a Yulia frente a ella, limpió sus lágrimas lo más rápido que pudo, pero estas, se negaban a desaparecer de sus verdigrises ojos.

—¿Porque lloras Elena? — La pelirroja se limpió las lágrimas que seguían apareciendo.

No podía hablar, solo negaba con la cabeza rápidamente para después cubrir su rostro con sus manos, comenzando a llorar más fuertemente.

Pero en ese momento, Yulia tomó su mano derecha, hizo que se levantara de la silla y la llevó a la terraza de la habitación.

—Dime, porqué lloras, puedes confiar en mí.

Lena suspiró hondo, logrando controlar su llanto, pero las malditas lágrimas aún seguían saliendo.

—Yo.. yo... ¿puedes abrazarme?

Yulia se sorprendió tras aquella petición, pero aun así no se negó, se acercó todo lo que pudo a Lena y la abrazó.

La pecosa se aferró a sus brazos escondiendo su rostro en su cuello aun sollozando mientras que la morena solo recorría su espalda de arriba hacia abajo con delicadeza.

Pasaron como 5 minutos cuando el llanto de la pelirroja comenzó a detenerse, pero aun así, no quería alejarse de Yulia.

—¿Ya estás más tranquila?

Elena, sin decir palabra alguna, solo asintió, aun con su rostro perdido en el cuello de la morena.

—Ven, siéntate — Dijo esta separándose de ella y sentándose en una silla.

Lena inmediatamente agachó la cabeza, no tenía el valor de verla a los ojos.

—Mírame Lena — Le dijo, logrando que levantara lentamente su rostro — ¿Me vas a decir que tienes?

—¿Has escuchado lo que se dice de mí en la Estatal? — Dejó salir un gran suspiro, y con la voz temblorosa habló de nuevo — Bueno ¿y quieres saber porque dicen que solo me gusta jugar con las chicas?

—Si, eso me gustaría saberlo.

—Bien, pues, yo solo juego con las chicas, porque... me prometí que nunca más me volvería a enamorar, que nunca dejaría que nadie entrara en mi corazón de vuelta.

Justo en ese momento, Yulia puso una expresión de confusión totalmente. No sabía si lo que sintió luego de escucharla fue.. ¿Alivio o decepción?

—Y... ¿Puedo saber porqué prometiste eso?

—Si, te lo diré...


——Flashback——

—Por favor mamá, papá, déjenme ir a verla, por favor, se los suplico, por favor.

—Elena, no es bueno que la veas, no como está, te sentirás peor — Dijo Sergey, mi padre, tratando de calmarme.

—Así es, hija, tu padre tiene razón.

—¡No me importa como me sienta! ¡Necesito verla! — gritaba mientras lloraba — Tengo que verla una vez más. Por favor.

—No, Elena, entiende que lo hacemos por tu bien — Mamá no dejaba de acariciar mi cabello.

—¡No me importa mi bien!

Dicho, o más bien, gritado eso último, salí corriendo por toda la casa hasta que llegué a la puerta, salí de la mansión lo más rápido que pude, entré a mi auto y traté de llegar lo más rápido posible al hospital donde había estado Alexa esta última semana.

Cuando llegué al hospital, nuestros amigos, tanto de Alexa como míos, estaban ahí, también estaba Nastya y, no sé ni como ni cuando, ni porqué, también estaba mi hermano Iván. Pero que él estuviera ahí me tenía sin cuidado, lo que en verdad me preocupa es que los padres de Alex me dejen pasar a verla.

—Señor y señora Fillipov, me gust...

No me dejaron terminar, pues el señor Fillipov, el padre de Alexa hizo un gesto para que dejara de hablar.

—Pasa Elena, ella quiere verte — Dijo la madre de Alexa en ese momento.

Yo asentí impresionada, sin embargo, no me quedé a ver que cambiaran de opinión.

Su mamá me dijo en que habitación estaba y después, salí corriendo hacia ella.

Cuando llegué, abrí la puerta, y ella estaba recostada en esa cama, con un respirador artificial y con su cuerpo conectado a muchos aparatos médicos. Enseguida entré y silenciosamente cerré la puerta tras de mi, llegué a su lado, me senté en una silla, y tomé su mano, lo que hizo que ella abriera los ojos lentamente y apretara mi mano.

—Elena, yo... yo…

—Shhh, no hables, ok, no te esfuerces. Déjame hablar a mi ¿si? —asintió levemente — Sabes, yo sé que desde que te pedí que fueras mi novia, nuestra vida se complicó demasiado, primero, nuestros padres que se odian, segundo, tus padres que no sabían que somos novias, y tercero, mi estúpido hermano tratando de conquistarte.

Eso último la hizo reír un poco, lo que me hizo reír a mí.

—Aunque, a pesar de eso y muchas cosas más, yo no me arrepiento de haber estado contigo, fuiste, eres y serás, siempre lo mejor que me ha pasado, y te prometo, que nunca te voy a olvidar, siempre estarás en mi mente y en mi corazón, Alex, y.. yo sé..que.. te mejorarás y.. saldrás de aquí…y..

—Elena, tu y yo... sabemos… que no voy.... a mejorar... y por eso... me gustaría que... que me prometieras... algo.

—Lo que quieras, mi amor, lo que sea.

—Prométeme que... después de... esto, después de mi, vas a volver... a enamorarte, que no te... vas a refugiar... en la depresión, prométeme que… vas a seguir con... tu vida, como si yo... estuviera en ella, prométemelo Elena.

—Te lo prometo, Alex —Comencé a llorar. Me acerqué a ella lentamente y con mucho cuidado, le di un pequeño beso — Te amo Alex, te amo mucho.

Enseguida ella me regaló una sonrisa, y cuando se disponía a decirme lo mismo, cerró los ojos, dejó de apretar mi mano, y el sonido de la máquina que decía que estaba con vida, cambió de un segundo a otro, por un ensordecedor zumbido, un zumbido muy agudo, que me dijo que ella había muerto.

——Fin flashback——

—Cuando Alex murió, yo salí en busca de un médico, esperando que me dijera que ella seguía con vida, que solo estaba dormida, y mientras esperaba, todos llegaron a donde estábamos ella y yo. Y solo bastaron unos cuantos segundos para confirmarnos que ella había muerto. Fue así, como el cáncer me la quitó. Sus padres y todos los que la conocían comenzaron a llorar, yo igual que ellos, estaba destrozada, varios se acercaron a mí para consolarme, pero yo los aleje rápidamente, salí corriendo de aquel hospital, entré a mi auto y me fui sin decir nada a nadie.

Mientras Lena le contaba a Yulia el día más horrible de su vida, seguía llorando, de vez en cuando se detenía para recuperar la voz y seguir hablando y Yulia solo la escuchaba atentamente.

—¿Y.. y.. después que.. Que sucedió?

—Bueno, las 2 siguientes semanas, son un agujero negro en mi cabeza.

—¿Porque un agujero negro?

—Porque luego de que salí del hospital, 3 calles más adelante, me crucé un semáforo en rojo, un camión me golpeó, mi auto dio varias volteretas en el aire, y quedé inconsciente. Y gracias a ese accidente, no pude estar en el funeral de Alex, ya que mientras ella era sepultada, yo me estaba debatiendo entre la vida y la muerte en una cama de hospital.

—Yo.. no.. sé que decirte.. todo esto es.. es muy triste. Yo lo siento mucho Elena. Pero, hay algo que no me gusta.

—¿Que no te gusta?

—Que no cumpliste con la promesa que le hiciste a ella, le prometiste que te volverías a enamorar, que seguirías con tu vida, y tu no lo has hecho, te has negado a dejar que alguien entre a tu vida.

—Sabes, al principio lo intenté, intenté enamorarme de nuevo, pero simplemente no pude, su recuerdo no me lo permitió, y también, nunca encontré a alguien que tuviera lo que ella tenía, nunca encontré a la indicada.

—Creo que ya deberíamos ir a dormir, claro, si ya te sientes mejor —Se levantó de la silla, le tendió la mano ayudando a la pelirroja a levantarse.

Lena asintió y la siguió hasta la habitación, y una vez ahí, ella volvió a su lugar en la cama, en cambio la pelirroja, se dirigió al baño, lavó su rostro y quitó todo rastro de llanto que había en él. Luego volvió a la habitación, se metió a la cama justo a un lado de Yulia y cuando estaba a punto de dormirse, escuchó su voz cuando se giró hacia ella, mirándola a los ojos.

—Sabes, tal vez no te has enamorado de vuelta, porque aún no has encontrado a la chica correcta.

Dicho eso, Lena la miró a los ojos, y de repente se encontraba alternado su mirada a los labios de Yulia, rápidamente.

Poco a poco fue acercándose, recostándose encima de ella. Puso sus manos en su rostro y Yulia envolvió su cuello con sus brazos, al igual que Lena hace unos momentos, la morena solo miraba sus ojos y después sus labios.

—Creo que tienes razón, tal vez eso es lo que ha pasado, solo que hay algo de lo que no estoy muy segura — susurró cerca de su rostro.

—¿Ah si? ¿Qué?

—Creo que por fin encontré a la chica correcta.

Después de decir eso, fundieron sus labios en un apasionado beso, un beso que, de alguna manera hizo sentir viva de nuevo a Lena. No fue un beso como todos lo que había dado a lo largo de esos 2 años, este era un beso, que le hizo recordar lo que se siente besar a alguien por el cual si sientes muchas cosas. Fue un beso que la hizo sentir enamorada otra vez...

No me puedo enamorar. No de ella. Esto es solo una apuesta...

Luego de durar casi media hora entre besos y caricias, Yulia se quedó dormida sobre el pecho de Lena, mientras que esta no podía cerrar los ojos, así que cuando supo que la morena ya no se despertaría hasta que amaneciera, con mucho cuidado, Lena puso su cabeza en la almohada, quitando sus brazos de su cintura, levantándose de la cama.

Tratando de no hacer ni el más mínimo ruido, fue nuevamente a la terraza, se recargó en el barandal y solo estuvo viendo la cuidad mientras sus pensamientos la comían viva.

¿Porque sentí eso al besarla?

¿El calor del momento hizo que sintiera, algo por ella?

¿Por qué ella me correspondió el beso?

¿Me estaré enamorando de ella?

¿Y si mejor cancelo la apuesta?

Pensando, llegaron las 2 de la mañana, y por fin, tenía sueño, ya no podía seguir pensando cosas que probablemente no entendería o al menos no las iba a entender todavía.

Regresó a la habitación, pero no se acostó en la cama, no con Yulia ahí. Tomó una manta y una almohada y se recostó en el sofá, y luego de lo que fueron cerca de 5 segundos después se quedó profundamente dormida.

……………………………..............………………………………………………………………………………….

—Elena, despierta.

Escuchó la voz de Nastya y luego de tallarse los ojos, los abrió lentamente, aún estaba oscuro, así que asumió que todavía era de noche o estaba entrando la madrugada.

—¿Qué pasa Nastya? ¿Qué hora es?

—Son las 6:00 am, tenemos que irnos pronto... pero antes de eso... ¿por qué dormiste en el sofá? ¿Qué acaso es tan malo compartir cama con el hobbit?

—No, no es eso, sino que… pasó algo.

—¿Qué pasó? — La pelirroja se levantó del sofá y se llevó a su amiga a la terraza.

—La besé, por fin la besé.

—¿De verdad? — asintió la pelirroja — ¿Tan malo fue?

—No, todo lo contrario... fue... fue muy lindo, fue como si en ese momento nada existiera, como si solamente estuviéramos nosotras dos, como si nada más importara excepto ese beso... y si te soy sincera... me gustó.

—Wow Lena, tenía mucho que no te miraba así, y perdóname pero... te tengo que preguntar.

—¿Qué me quieres preguntar?

—¿Te estás enamorando de Yulia?

—No, claro que no, es decir, no lo sé, no lo creo. Pero aun así, he estado pensando en cancelar la apuesta.

—Mira, te entiendo y todo lo que quieras, pero la apuesta no se cancela, si decides no seguir con esto, tu pierdes, yo gano. Es tu decisión.

Maldita sea, Nastya no se detiene por nada.

—Sabes qué, olvídalo, seguiremos con esto — Dijo totalmente decidida.

—Justo lo que quería escuchar. Pero sigues teniendo problemas, aunque la hayas besado, ella tiene novio. ¿Qué harás con el grandulón?

—No te preocupes, ya tengo planes para el grandulón, y eso lo haré hoy mismo, ya no puedo dejar pasar más tiempo.

…………...............……………………………………………………………………………………………………………….

Después de su pequeña charla con Nastya, regresaron a la habitación, despertando a las chicas. Se prepararon asegurándose de ya tener todo listo para regresar.

—Ya tienen todo listo ¿verdad? — Preguntó Nastya.

Todas asintieron, pero antes de irse, Yulia se acercó a Lena. Estaba tímida y nerviosa, y eso la pelirroja pudo notarlo.

—¿Qué les parece si se adelantan? Necesito preguntarle algo a Elena.

Anya miró confundida a Yulia, y Nastya ya sabía de que hablarían, así que, antes de que la rubia preguntara algo, Nastya habló primero.

—Claro — le respondió a Yulia y después llevó su mirada a Anya, tomándole la mano — Any, que te parece si en lo que las esperamos, vamos a dar una vuelta al parque de aquí enfrente.

La rubia, distraída porque Nastya le había tomado la mano, le respondió que si solo con un ligero movimiento de cabeza, e inmediatamente después ambas se fueron, dejando solas a Yulia y a Lena.

—¿Y... de qué quieres hablar?

—De lo que pasó anoche, de eso.

—¿Qué con lo que pasó anoche? — le preguntó mientras llevaba sus manos a los bolsillos de sus jeans.

—¿Cómo que qué, Elena? Me besaste.

Luego de escucharla, la pelirroja agachó la mirada, pensando que ni siquiera sabía porque lo había hecho.

—Si, ya sé que te besé, pero, por lo que recuerdo, tú no te resististe a que te besara ¿o sí?

—No... no me resistí... pero... no sé porque lo hice... supongo que fue impulso, no debió pasar.

"No debió pasar" Justo lo que no quería oír.

—Con que no debió pasar ¿eh? — comenzó a caminar por la habitación — ¡Perfecto! ¡Finjamos que no pasó! ¡Finjamos que no me sinceré contigo! ¡Finjamos que no te conté la historia más horrible de mi vida! ¡Finjamos que ninguna de las 2 sentimos nada al estarnos besando!

—Elena, no... no te pongas así.

—¡Como quieres que me ponga Yulia, si me dices que no debió pasar!

Luego de decirle eso, Lena cerró los ojos, y suspiró tratando de tranquilizarse.

—Ok, respóndeme algo — Dijo acercándose todo lo que podía a ella, hasta que dejó solo unos centímetros entre las dos — Si pudieras regresar el tiempo y evitar ese beso ¿lo harías?

—Yo... yo... si — respondió insegura.

—No te creo. Y te voy a demostrar que no lo harías.

—¿Cómo... cómo piensas hacer eso?

—Así.

Por fin terminó acortando la poca distancia que había entre ambas, tomándola de la cintura y besándola de nuevo.

Poco a poco sus labios se sincronizaron. El beso fue tomando una forma más que perfecta, se fue intensificando. Pero de un momento a otro, ya no les bastó con el tacto de sus labios, querían, no, necesitaban más. Lena poco a poco, fue pidiendo acceso con su lengua para entrar a su boca, ella lo permitió, abrió ligeramente sus labios, lo suficiente para que la lengua de la pelirroja entrara y comenzara una perfecta armonía con su lengua, así estuvieron durante varios minutos, hasta que se separaron para recuperar aire.

Luego de terminar el beso, Lena juntó su frente con la de la pelinegra mientras que con sus manos atrapaba las suyas para evitar que se alejara.

—Dime ¿en verdad quieres pretender que eso no pasó? ¿qué no sentiste algo al besarme?

La ojiazul negó con la cabeza, y luego de mirarla a los ojos, liberó sus manos de su agarre y se separó rápidamente dándole la espalda.

—¿A qué estás jugando, Lena? — Se acercó a ella asegurándose de no dejar mucho espacio y le susurró en el oído.

—Yo no estoy jugando a nada.

Lena, al no ver respuesta alguna por parte de Yulia, la tomó de la cintura e hizo que la mirara.

—Yulia, tú me gustas, y, por la forma en la que me besaste, sé que también te gusto.

Trató de besarla nuevamente, pero esta vez, ella no se lo permitió, alejándose de la pelirroja, tomó sus cosas.

—Elena, yo... yo estoy con Dima, y lo sabes.

No por mucho tiempo...

—Si, ya lo sé.

—Debemos irnos.

Yulia salió a toda velocidad de la habitación, y Lena detrás de ella, solo que esta vez, decidieron mejor guardar silencio.

Llegaron al auto, y Anya y Nastya estaban ahí, pero por lo que se veía, estaban bastante entretenidas, pues casi parecía que Nastya se quería comer a la rubia.

Y no dudo que más adelante lo logre..

—¡Hey vámonos!

Lena gritó furiosa por lo que había pasado con Yulia, y ellas, al escucharla se separaron rápidamente.

La pelirroja se subió al auto, dejándolas a las 3 ahí afuera, y luego de que observó que Yulia le dijo algo a Anya, ambas se fueron en los asientos traseros y Nastya se fue enfrente con su amiga.

.........…………………………………………………………………………………………………………………

Después de 3 horas de carretera, las chicas llegaron al campus.

La mayor parte del camino fue muy silencioso, nadie hablaba excepto para preguntar cuanto tiempo faltaba para llegar.

Y cuando por fin estaban en la universidad, Yulia se fue sin siquiera despedirse, al igual que Nastya y Anya, solo con la pequeña diferencia de que ellas se habían ido juntas, dejando a Lena sola.

Aunque para la pelirroja había sido perfecto que la hayan dejado sola, ya que así, podría empezar su plan para deshacerse del grandulón de Dima y que le dejara el camino libre con Yulia.

Recuerda Elena, esto es solo una apuesta, los sentimientos quedan fuera.

Enseguida comenzó a buscar a Oksana para pedirle que la ayudara, y como a ella le iba a encantar lo que Lena le iba a proponer, estaba segura de que no se iba a negar a ayudarla.

Comienza la operación: "Librarme del grandulón".

Elena rápidamente comenzó a recorrer todo el campus en busca de Oksana, y para su buena suerte, la encontró pronto, estaba, como de costumbre, en el campo de fútbol coqueteando con todo el que se dejará.

Típico de ella…

Llegó junto a ella, tocándole el hombro para después tomarla del brazo una vez que había captado su atención para que la siguiera.

—Oye estaba ocupada — dijo mientras jugaba con su cabello en forma de coqueteo.

¡Ja! Que ni siquiera lo piense.

—Necesito que me hagas un favor — Miró a la pelirroja de arriba a abajo con una ceja arqueada.

—Claro Elena, lo que sea, ¿En qué puedo ayudarte?

Agg, esta chica es una pesadilla.


—No es lo que crees, así que no te hagas ilusiones. Lo que quiero es que vayas con Dima — señalé al grandulón que se encontraba entrenando — Le coquetees un poco y que al último lo beses, trata de que no se separe de ti por al menos 7 segundos ¿Ok?

—Mmm ¿y yo que ganó con eso?

—Te daré 100 Euros, eso ganarás.

—Ok, acepto, pero ¿Tú que ganas con esto?

—Eso no es algo que te importe.

Enseguida la chica se encogió de hombros alejándose en dirección al grandulón. Cuando por fin llegó con él, comenzó con lo acordado, y cuando Lena notó que ya se disponía a besarlo, se acercó de una manera en que ambos rostros se notaran bien y comenzó a grabar con su celular.

Por lo que pudo mirar a través de la pantalla de su celular, el beso duró lo suficiente para lo que se disponía a hacer con eso, y un poco antes de que se separaran detuvo la grabación.

Alcanzó a escuchar como Dima le reclamaba a Oksana y justo después se largó del lugar hecho una furia.

Oksana regresó junto a Lena con una sonrisa de satisfacción que resaltaba en su rostro.

—Perfecto. Tu pago — le entregó el billete de 100 — Gracias por tu ayuda.

—Gracias a ti — se fue a seguir con su trabajo de coqueteo con los jugadores.

Ahora a buscar a Yulia.

Comenzó a caminar por todo el campo de fútbol en busca de la pelinegra, y no estaba, buscó en las diferentes aulas donde sabía que tenía clases, y no estaba, la buscó en su dormitorio, y no estaba, buscó en la biblioteca, y no estaba, buscó en la cafetería, y no estaba. Parecía que se la había tragado la tierra.

¡Donde diablos se metió!

La pelirroja estaba comenzando a creer que estaba en algún refugio subterráneo escondiéndose de ella, pues no podía encontrarla luego de haberla buscado por todo el campus.

Piensa, Elena, piensa...

Estaba dando vueltas como loca por todo el campus, en busca de algo o alguien que la ayudara a saber donde estaba la chica escurridiza.

¡Lo tengo! ¡Anya!

Inmediatamente sacó su celular del bolsillo de su pantalón y comenzó a marcar el número de la castaña ojos claros.

Espero que Anya siga con ella.

En la llamada.

—¿Que pasa Q? — Respondió su amiga del otro lado.

—Necesito saber si Anya sigue contigo.

—Si, está conmigo ¿porqué?

—Ponla al teléfono necesito hablar con ella ahora.

—Ok, la pondré al teléfono.

—¿Elena?

—Anya, necesito preguntarte si sabes donde demonios se metió Yulia, ya la busqué por todas partes y no la encuentro.

—Amm, si no está en el dormitorio o en la biblioteca, debe estar en el auditorio, es el único lugar que se me ocurre.

—Oh, prefecto, gracias.

Fin de la llamada.

¡El auditorio! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?!

Elena inmediatamente corrió con toda la velocidad posible hacia el lugar. Llegó minutos después a este y entró, pero cuando comenzó a ver el escenario, efectivamente Yulia estaba ahí, solo que estaba cantando una canción que no reconoció, sin embargo, era muy linda.

La pelirroja se quedó hipnotizada escuchándola cantar, de pie aun en los escalones rumbo al escenario.

Canta muy hermoso...

La pelinegra ya se había percatado de la presencia de la pelirroja, sin embargo, en lugar de detenerse, cantó con más sentimiento.

Lena seguía perdida en su voz, hasta que algunas frases de la canción, comenzaron a dar vueltas en su cabeza.

"Me gustaría poder escapar de este barco, pasando por debajo" "¿Porque no puedo volver atrás y deshacer esto?" "Solo tengo que permanecer y enfrentar mis errores"

¿Se refiere a mi?

Cuando Yulia dejó de cantar, la miró con lágrimas en sus ojos y salió corriendo hacia la parte trasera del escenario, a lo que Lena reaccionó rápidamente, corriendo detrás de ella.

Comenzó a correr muy rápido y varios minutos después, Lena logró alcanzarla. Tomó su brazo e hizo que se detuviera, pero no le daba la cara, ella estaba de espaldas hacia la pelirroja y comenzó a llorar.

—¿Yul?.. ¿Yulia?..¿Por qué lloras?

Ella solamente seguía llorando, con sus manos en su rostro y aun dándole la espalda a Lena.

La pelirroja no estaba dispuesta a hablar con ella de espaldas, y por esa causa, la tomó de la cintura, la volteó hacia ella y tomó sus muñecas con sus manos para destapar su rostro, después, con su mano derecha, sujetó su barbilla e hizo que la mirara.

—De...déjame, Elena.. por favor.

—Dime porque lloras — negó con la cabeza ligeramente — ¿Es por mi? ¿Por lo del beso?

—No.. no.. es eso.

—¿Entonces qué es?

—Dima, le... le conté lo que pasó entre nosotras... le conté lo del beso.

Mmm eso es bueno…

—¿Y luego qué? ¿Terminaron?

—No, fue... fue una pelea muy fuerte... y me dijo muchas cosas.. pero no.. no terminamos.

Maldita sea, tendré que usar el vídeo.

—Ok, tuvieron una pelea y él se molestó mucho ¿verdad? — asintió ¿Pero no terminaron? — negó — Bueno, no quiero que te pongas peor, pero él no tiene el derecho de molestarse y mucho menos de reclamarte nada, Yul.

—¿Por qué dices eso, Elena?

¿En verdad le haré esto por una apuesta?

—Por esto — sacó su celular y le mostró el vídeo.

Bueno, eso responde a mi pregunta.

Cuando Yulia comenzó a ver el vídeo, comenzó a negar con la cabeza frenéticamente mientras más lágrimas aparecían en su rostro.

Cuando el vídeo terminó, guardó su celular y se mantuvo en silencio mientras miraba a la pelinegra llorar.

Después de varios minutos, Yulia limpió sus lágrimas y la miró.

—¿Por qué tienes ese vídeo?

¡Oh no! Piensa en una excusa...

—Amm.. porque.. porque... yo estaba caminado por el campo de fútbol y entonces lo miré y yo creí que tu merecías saber esto, pero que si te lo decía no me creerías, y decidí grabarlo para que vieras tu misma lo que pasó.

Te llevarás el premio a la mejor mentirosa del año...

Yulia solo permanecía callada y después de escuchar a Lena, volvió a romper en llanto. La pelirroja no sabía que hacer así que solo fue hasta ella y la abrazó. Yulia aceptó muy bien el abrazo mientras lloraba en su hombro.

La pelirroja cuando se dio cuenta de que ya estaba más calmada, se separó de ella, miró su rostro y limpió con su pulgar la última lágrima que recorría su mejilla. Después la miró directamente a los ojos, puso sus manos en sus mejillas y la besó.

El beso fue muy lento pero a pesar de eso, era increíble sentir como sus labios y los suyos encajaban a la perfección.

Todo iba muy bien, hasta que Yulia se separó de golpe y se alejó.

—Por favor, por favor, deja de besarme, por favor.

—No voy a dejar de hacerlo, eso nunca.

—¿Por qué Elena?

—Ya te lo dije, me gustas, y no voy a descansar hasta que aceptes que tú también sientes algo por mí.

—Ya basta, por favor, te lo suplico, además tu sabes mi situación.

—¿Te refieres al grandulón?

Yulia observó tristemente a la pelirroja y después asintió.

¡¿Piensa seguir todavía con él?!

—¡¿Piensas seguir todavía con él?! ¿Después de ver lo que mostré aun seguirás con él?

—No lo sé, tengo que hablar con él.

—Bien, has lo que quieras entonces, pero te aseguro que aunque sigas con él yo no voy a dejar de insistir.

Luego de eso, Lena dio media vuelta y comenzó a caminar a la salida, pero la voz de Yulia la detuvo al instante.

—Quieres que acepte que siento algo por ti ¿no? — Lena se giró en su dirección y a lo lejos asintió. Yulia caminó hasta quedar cerca de ella — Bueno, pues para ser honesta, no sé que siento por ti, cuando te conocí sentí algo por ti, pero con tu actitud, con tus malos tratos, con tus humillaciones, con tus bromas, te encargaste de convertir lo que sentía en odio, y ahora, con tu repentino cambio hacia mi, con tu interés extraño, con tus atenciones de un día para otro, con tu maldita insistencia de besarme siempre que quieres, te has encargado de confundirme bastante. Entonces, no puedo aceptar que me gustas o algo así, porque sinceramente no lo sé…

Dicho esto, Yulia la miró, besó su mejilla y después se fue, dejando a Lena ahí sola parada como idiota pensando en todo lo que le había hecho.

¿Y todavía pienso hacerle más daño?

Ese mismo día, 9:33 pm.

No, Elena, no puedes ceder, recuerda, nada de sentimientos...

Después de haber hablado con Yulia esa tarde, ya no la había visto más, por lo tanto, Lena decidió dejar las cosas como estaban, al menos por hoy, y ya mañana, cuando su mente se encontrara un poco más despejada, volvería a tomar cartas en el asunto de Yulia y el grandulón.

Estaba tan perdida en sus pensamientos, recostada en su cama lanzando una pequeña pelota hacia arriba y esperando a que bajara para volver a lanzarla, así había pasado casi toda la tarde...

Después escuchó la voz de Nastya y para su no sorpresa también la de Anya, al parecer su socia estaba por fin llegando, luego de haberla dejado sola inmediatamente después de haber desaparecido hoy en la mañana.

—Hey Lena, he llegado.

Cuando escuchó a Nastya, perdió la concentración con la pelota y esta la golpeó en la cabeza, lo que hizo que soltara un pequeño grito de dolor, y después de haber tocado su cabeza con su mano, se enderezó en la cama y la miró con mucha furia.

—¿Dónde mierda estabas, Nastya?

—Oye tranquila, sabes que estaba con Anya.

—¡No me interesa! ¡Ahora pasas todo tu tiempo con ella!

En verdad que Lena se encontraba muy enojada, pero no tanto porque Nastya estuviera con Anya, eso la tenía sin cuidado, era más bien su situación con Yulia la que la tenía como si estuviera en el mismísimo infierno y la pobre, bueno, no tan pobre Nastya, estaba sufriendo las consecuencias de eso.

—¿Qué pasó ahora, Lena? — La miró fijamente durante unos segundos.

—¿A qué te refieres Nastya?

—Tu solamente estás de este humor cuando algo te sale mal, así que sabes a que me refiero, ¿qué pasó con la enana? ¿terminó con el grandulón?

Mierda, me conoce perfectamente bien.

—Agg, creo que regresé al terreno peligroso, le mostré el vídeo donde Dima se está besando con Oksana a Yulia, pero no fue de gran ayuda, pues Yulia, primero piensa hablar con el grandulón y después va a ver si seguirá con él o no. ¡Es una completa pesadilla! ¡Ya no lo soporto!

—¿Entonces, por qué sigues con esto? — Se sentó al lado en la cama de la pelirroja.

—¿Cómo que por qué? ¿Acaso eres idiota? Sabes que estoy siguiendo por esta jodida apuesta.

—Mira Elena, te conozco de toda la vida, si en verdad ya no soportaras esto, habrías detenido la apuesta y de alguna forma u otra, te las hubieras arreglado para evitar cumplir con el castigo, pero, y me arriesgo a perder mi cabeza al decirte esto, tu sientes algo por Volkova, por eso, la apuesta sigue en pie.

—¡Yo no siento nada por ella! ¡No digas estupideces! — Se metió en la cama y le dio la espalda a Nastya.

La castaña al escuchar su negativa, se levantó y después apagó todo, dejando la habitación a oscuras, después escuchó como su amiga se acostó en su propia cama.

—Bueno, solo me queda una cosa más por decirte, he visto como la miras, y esa mirada, solo la tenías reservada para una persona, y esa persona, era Alexa — Lena prendió la luz bruscamente y le lanzó una mirada fulminante.

—Es la última vez que te lo voy a decir Nastya. Te pido, no, te exijo, que sea la última vez que comparas a Yulia con Alexa, cada una es un mundo diferente, y no voy a permitir que compares lo que sentía por Alexa con ella ni con nadie más.

Mientras terminaba de decir esas palabras, las lágrimas comenzaban a hacer acto de presencia, y Nastya lejos de mirarla arrepentida por lo que dijo, solo se mostraba con una mirada de comprensión. Sus lágrimas le habían dado la razón.

Tengo sentimientos por Yulia Volkova.

—Ven aquí — dio un par de palmadas en el lado izquierdo de su cama.

La pelirroja, sin decir ni una sola palabra más, fue a su lado, y sin más, Nastya la abrazó con firmeza.

Este era un abrazo que solamente 6 ocasiones en su vida había recibido a lo largo de 19 años de amistad.

El primero fue a los 14 años, cuando Nastya le confesó de su homosexualidad, el segundo fue cuando sus padres la echaron de su casa por 2 semanas al enterarse de que era lesbiana a los 16, el tercero fue a los 17, cuando le contó que Alex había sido diagnosticada con cáncer, el cuarto a los 18 cuando despertó del coma que había sido producido por aquel accidente, el 5, igual a los 18 años, el día en que el padre de Nastya murió en un asalto a mano armada y el sexto fue a hace unos días, cuando estaban a las afueras de la pizzería. Y hoy, el séptimo abrazo, al no saber que estaba pasando con sus sentimientos.

—Yulia sabe lo de Alex, se lo conté cuando estábamos en el motel —Le confesó sollozando ligeramente.

—¿En verdad se lo contaste?

—Si.

—Perdóname por haber mencionado a Alexa, pero mi intención nunca fue comparar a ninguna de las 2, solo, trato abrirte los ojos, me gustaría volver a verte feliz.

—Yo soy feliz.

—Quiero verte feliz realmente, quiero ver a la Elena que sonreía sin razón, que se la pasaba cantando en cada esquina, que estaba enamorada, esa es la Elena que quiero que regrese.

—Nunca volverás a ver a esa Elena, esa chica sonriente y enamorada murió el mismo día que Alex murió frente a mí, postrada en esa cama de hospital.

—Elena, solo...

—Por favor ya no digas nada.

Justo después, Lena dejó de llorar, solo estaba recostada a un lado de Nastya, mirando hacia la puerta fijamente, hasta que se quedó dormida...

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Yulia estaba llegando a su dormitorio, con los ojos rojos como si estuvieran inyectados de sangre, con la boca y la garganta seca y con muchas ganas de tumbarse en su cama y dormir.

Después de abrir la puerta del dormitorio, Anya inmediatamente miró el estado en el que se encontraba su hermana, fue hacia ella, y la abrazó con delicadeza.

—Yul ¿qué tienes? ¿qué te pasó?

—Terminé con Dima.

—¿Qué? ¿Por qué?

Se separó de Anya, tomándola de la mano y la llevó a su cama, la rubia se sentó y la pelinegra al lado de ella, dejándose caer.

—Hoy, después de que llegamos a la universidad, fui con Dima, le expliqué porque desaparecí todo el día de ayer y después le platiqué que Elena me besó... en dos ocasiones.

Anya solo la escuchaba con atención, al parecer, contarle que Elena la había besado, no le causó ningún tipo de sorpresa.

—Ya sabías que Elena me besó ¿cierto? — Se encogió de hombros.

—Nastya me lo contó esta tarde… pero eso no importa, mejor dime que pasó después.

—Bueno, después él se puso furioso, me dijo... no, más bien me gritó muchas cosas horribles y después se fue. Una media hora más tarde, Elena me encontró en el auditorio, me enseñó un vídeo de Dima besando a Oksana, después discutimos un poco, enseguida ella me besó y después me dijo que insistirá conmigo hasta que acepte que yo siento algo por ella.

—Y... ¿sientes algo por ella? — Yulia suspiró fuertemente.

—Me temo que si, siempre he sentido algo por ella, desde la primera vez que la vi, parada en la puerta de la cafetería con su típico aire de grandeza, desde esa ocasión algo en mí se estremeció y los besos de ayer, y el beso de esta tarde, solo me confirmaron lo que ya sabía, Elena me gusta pero me da miedo salir lastimada con todo esto, además, por esa razón y porque Dima besó a otra, decidí terminar mi relación con él.

—Ay Yul, la verdad no sé ni que hacer para que te sientas mejor.

—Puedes ayudarme diciéndome que debo hacer con lo que siento por Elena, en verdad me siento entre la espada y la pared. Por un lado, creo que Elena puede llegar a ser lo mejor para mí, pero por el otro, creo que ella, con un simple chasquido de sus dedos, me podría destrozar en millones de pedazos.

—Bueno, quedándote aquí sentada sin hacer nada, nunca lo descubrirás, tal vez, deberías darle una oportunidad, no sé, tengan una cita, salgan juntas, hagan algo solamente ustedes dos, y, con el tiempo, sabrás que decidir respecto a tus sentimientos.

—Any, en verdad que te adoro, mejor hermana no podría tener.

—Lo mismo digo Yul, te quiero muchísimo hermanita...

Salí del hospital a toda velocidad, me metí a mi auto, lo encendí y me fui de ahí lo más rápido que pude.

Mis lágrimas disminuían mi visibilidad notablemente, pero aun así, no fue una razón de peso para detenerme, ni siquiera un poco.

La noche era fría, triste, sombría y estaba lloviendo de una manera incontrolable, era como si la noche estuviera reflejando como me sentía yo por dentro, me sentía miserable. Por esta razón, cuando llegué a un semáforo en rojo, no logré detenerme a tiempo, mi auto derrapó, me crucé el semáforo en rojo y después sentí un gran impacto, mi auto comenzó a volar por el aire, y yo dentro de él, sentía como poco a poco fui perdiendo el conocimiento.

Después, cuando pude abrir mis ojos, noté que me encontraba en un cuarto completamente silencioso y blanco, no había absolutamente nadie. Así, comencé a caminar por un pasillo que de repente se iluminó con una luz incandescente, yo comencé a recorrer ese pasillo con desesperación pero me detuve de inmediato al ver una luz muy blanca.

Entonces, cuando decidí adentrarme a dicha luz, una mano en mi hombro me detuvo de golpe, yo me giré hacia esa persona, y Alexa se encontraba frente a mí, lucia hermosa. Ella portaba un hermoso y largo vestido blanco, su cabello ondulado terminaba hasta su cintura, y su rostro lucia níveo, perfecto, con ninguna marca en ella, era simplemente perfecta.

—¿Alex? ¿Dónde estamos?

—Eso no importa mi vida, lo importante es que tu no debes estar aquí, tienes que irte.

—¿Tengo que irme? No, tu vienes conmigo, no pienso dejarte aquí, sola.

—No Elena, yo tengo que quedarme, este es mi lugar ahora.

—No Alex, tu lugar es conmigo, y si tu no vienes conmigo, entonces yo me quedaré contigo.

—Te faltan muchas cosas por vivir, no puedes quedarte aquí, aun no es el momento, todavía no.

Dicho esto, Alex tomó mi mano, me dio un beso en la frente, después otro en la mejilla y por último dejó un corto beso en mis labios.

Enseguida, ella me abrazó y yo me aferré a ella, a sus brazos, a su cuerpo, a su olor, a su voz, me aferré a no dejarla ir.

—Te espera una hermosa vida, Elena.

Inmediatamente, Alexa se separó de mi lentamente y después ella comenzó a caminar hacia esa luz blanca.

—¡No Alex! ¡No te vayas! ¡No me dejes! — Se detuvo y se giró para mirarme.

—Nos veremos luego, pero no será pronto, lo prometo. Te amo Elena — ella me regaló una última sonrisa y después me mandó un beso en el aire.

Después de que Alex desapareció de mi vista, una fuerte ráfaga de aire hizo que perdiera el equilibrio, entonces caí hacia atrás y mis ojos se cerraron.

Cuando desperté, un dolor muy intenso recorría todo mi cuerpo, desde mi columna vertebral, hasta el final de mis piernas, no podía moverme, mis ojos se sentían pesados y un collarín evitaba que pudiera mover mi cuello hacia ningún lado.

Después, cuando de alguna manera logré obtener una mejor visibilidad de mí alrededor, me di cuenta de que estaba en un hospital, y que mi mamá se encontraba a mi lado, con la cabeza agachada.

—¿Mamá? — Me miró rápidamente y después sonrió.

—Hija, Elena, por fin despiertas.

—¿Por fin despierto? ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Alex?

Enseguida, la sonrisa que mi mamá tenía en su rostro, fue reemplazada por un gesto de tristeza.

—Elena, hija, tuviste un accidente, estuviste en coma por 2 semanas, estás en el hospital.

Justo después de escuchar a mi madre decir lo que pasó esa noche, comencé a recordar todo, recordé cuando salí destrozada de aquel hospital luego de la muerte de Alex, recordé haberme pasado ese semáforo, recordé cuando aquel camión golpeó mi coche, y recordé haber visto a Alex en aquel lugar completamente blanco, ahora sé que todo eso pasó, excepto lo último, lo último desgraciadamente si había sido un sueño.

De un momento a otro, comencé a llorar, últimamente, eso era lo único que podía hacer, y aunque la mayoría de las veces llorar solo me hacía sentir peor, mucho peor, era lo único que mi cuerpo hacía.

—Mamá... déjame sola, por favor, por favor, déjame sola.

Mi mamá me miró con lástima, después dejó un beso en mi frente y se fue.

……………………………………………………………………………………………………………

—¡No! ¡No! ¡No te vayas! ¡Regresa! ¡Por favor Alex! ¡Regresa, no me dejes!

—¡¡Elena!! ¡Elena! ¡Despierta!

Escuchó los gritos de Nastya, sintiendo como la movía con fuerza, lo que la obligó a despertar y a abrir los ojos.

Se dio cuenta, de que otra vez más, había soñado esa noche, volviendo a vivir el accidente y como miraba a Alex despedirse de ella desde ese sueño.

Cuando se despertó por completo, estaba respirando aceleradamente, sus ojos estaban húmedos, estaba llorando, también, estaba bañada en sudor y un dolor punzante atravesaba su cabeza intensamente.

—Otra vez ese sueño.

—¿Soñaste con Alexa nuevamente?

Nastya, además de su hermano Iván, era la única que sabía sobre estos sueños, sabía que cuando algo le afectaba realmente, ese sueño volvía a ella, sabía que siempre que soñaba ese sueño, comenzaba a gritar, a llorar y a moverse desesperadamente mientras seguía dormida.

Fue por esa razón, que, después de la recién muerte de Alexa, hizo hasta lo imposible, porque la asignaran a la castaña como su compañera de habitación, y vaya a saber dios, como es que al final logró su objetivo, sin embargo, es algo que le agradecía eternamente, pues si tuviera a alguien más como compañera, seguramente ya le habrían tachado de loca y en estos momentos, estaría en un manicomio con una camisa de fuerza.

Es por eso, que aun, no había puesto sus manos en el cuello de su amiga, a pesar de ser muy muy irritante.

—Si, otra vez soñé con ella, con esa noche.

—¿Ya te sientes mejor? ¿Quieres volver a dormir? ¿O quieres que me quede despierta contigo y te haga compañía? Así como cuando éramos niñas ¿recuerdas?

Al escuchar mencionar a Nastya "así como cuando éramos niñas" muchos recuerdos vinieron a su cabeza, pero, uno en especial, fue el que la hizo perderse.

Ella había estado en el peor momento de Nastya, en el que ella le dejó ver su verdadero ser, sin importarle lo que los demás dijeran. Ella estaba cuando recibió la llamada de su madre, muy alterada, mientras le decía que su papá recién acababa de morir.

[i]——Flashback——

Hace 2 años.

—Nast, si el guardia del dormitorio llega a escuchar tus horribles gritos, estaremos en problemas.

Nastya y yo estábamos bebiendo un poco en nuestro dormitorio mientras escuchábamos música y Nastya se encontraba cantando con toda la fuerza que podía.

—No me importa Lena, yo quiero cantar — se subió a su cama y comenzó a cantar aún más fuerte — Ven Elena, súbete aquí, salta y canta conmigo.

Yo la miré divertida, y con una leve negación de mi cabeza, me quité los zapatos y me subí a la cama con ella, después, me abrazó y comenzamos a cantar.

—¡I'm addicted to you, don't you know that you're toxic! —Simulando traer un micrófono en las manos.

Mientras Nast y yo cantábamos como locas, ambas caímos sobre la cama. Yo dejé de cantar porque no podía controlar mi risa, pero de pronto, el celular de Nastya comenzó a sonar.

—¡Nast! ¡Nast! ¡Nastya!

—¡With a taste of your lips I'm on a ride! — Le aventé una almohada.

—¡Idiota! ¡Tu celular está sonando!

—Ash Katina, como te gusta arruinar la diversión.

Enseguida Nastya se levantó de la cama, yo le puse pausa a la canción, y después ella contestó.

Al principio, Nastya puso una cara de no entender nada, después, ella solo decía si y no y al último, su rostro cambió de expresión, se puso pálida, comenzó a sudar y estaba temblando y de repente ella solo dejó caer el celular al suelo.

Enseguida Nastya se dejó caer al suelo llorando desconsoladamente, yo me asusté y corrí hacia ella, me arrodillé a su lado y la abracé. No sabía que estaba pasando, pero por lo que acababa de ver, era algo realmente malo.

—Nast… Nast ¿qué pasó?

—Mi padre murió Elena, acaba de morir.

Yo no podía creer lo que acababa de escuchar, me parecía algo increíble.

Yo misma comencé a llorar, pero traté de controlarme por Nastya, en estos momentos, ella necesitaba todo el apoyo necesario...

——Fin flashback——

—Creo que volveré a dormir, no tengo ganas de estar despierta, no ahora.

La castaña la miró con cariño, asintió y se acomodó en la cama, pero en cambio Lena se levantó de la cama de Nastya, para acostarse en la suya y así poder dormir.

Luego de media hora, Nastya ya estaba dormida, pero Elena aun seguía sin poder cerrar los ojos, si bien, estaba muy cansada, tenía sueño y sentía los parpados pesados, no podía dormir, ya que en su cabeza, había dos cosas que no lo estaban permitiendo.

La primera, esa noche, la noche de la muerte de Alex y por ende la noche en la que tuvo el accidente y que por poco hubiera muerto también. En esas circunstancias, morir hubiera sido lo mejor para ella, hubiera sido algo perfecto, ya que a pesar de que estaba respirando, se sentía muerta en vida. Sin embargo, actualmente se dio cuenta de que morir no hubiera sido lo mejor para nadie.

Y la segunda cosa que no le permitía seguir durmiendo, era nada más y nada menos que Yulia, ella estaba en sus pensamientos, su voz al momento de cantar estaba en sus pensamientos, sus lindos ojos azules estaban en sus pensamientos y hasta su poca normal pero muy pegajosa risa estaba en sus pensamientos.

Enseguida se levantó de la cama, salió al pasillo del dormitorio, que estaba completamente oscuro, deslizándose poco a poco en la pared hasta tocar el suelo, sacó su celular y comenzó a marcar el número de la pelinegra.

¿Que estoy haciendo?

En la llamada.

—[i]¿Elena? ¿Por qué llamas a esta hora?

—Necesitaba escuchar tu voz — dijo con la voz entrecortada, estaba a punto de llorar nuevamente.

—¿Estuviste llorando? ¿Estás bien?

—No me siento bien.

—¿Quieres... quieres qué nos veamos? — Se quedó callada por unos momentos.

—Si...