Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
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Kamila
andyvolkatin
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Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
que buen capitulo
ya era sospechoso como actuaba kris
y si fue una sorpresa
Yulia lo que piensa sobre Lena
espero la sigas pronto
que buen capitulo
ya era sospechoso como actuaba kris
y si fue una sorpresa
Yulia lo que piensa sobre Lena
espero la sigas pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Saludos a todas. Espero estén pasando un fin de semana excelente (o lo que resta de él) y pues, a leer un ratito no más!!
Capítulo 12: En la fiesta de Cumpleaños
Sorprendida, no pude ocultarlo. Era tan inesperado que ni siquiera supe lo que pasaba hasta que mi hermana se volvió hacia mí con cara expectante diciendo - Sé que no querías una fiesta, pero te veías tan triste ayer, ¿cómo no iba a hacerlo?
- ¿Me hicieron una fiesta sorpresa? - le pregunté, todavía sin creérmelo bastante.
- Tuve que hacerlo. Son tus dulces dieciséis. No podía dejar que fuera sólo la cena y el paseo con nuestros padres. ¿Qué clase de hermana mayor sería?
A medida que la conmoción se desvanecía, me di la vuelta. Aleksey, Vladimir y Anatoli habían llegado a la puerta detrás de mí y me observaban con expresiones bastante divertidas - ¿Sabían sobre esto? - pregunté.
- No nos dijiste que era tu cumpleaños - dijo Aleksey, sonriendo. Vlad y Anatoli parecían tan orgullosos de haber mantenido en el secreto - Kris me encontró en la pista anoche.
Volví a mirar a Kristina, incrédula - Pero no sólo invité a todos mis amigos - dijo, a la defensiva - ¿Ves? Tengo a Aleksey ayudándome a invitar a tus amigos también aquí.
Finalmente, miré alrededor de la habitación y de seguro todos los chicos del parque se encontraban allí. Incluso Daniel. Y se veían muy emocionados de que me hubiesen sorprendido por mi cumpleaños. Era un poco abrumador. Quiero decir, sabía que éramos amigos y todo, ¿pero una fiesta sorpresa? ¿Y Aleksey, Vladimir y Anatoli pasando por todos los problemas para tenerme aquí? No me di cuenta que era tan querida.
- ¿Y? - preguntó mi hermana nerviosamente. Creo que tenía miedo de que estuviera enojada con ella - ¿Qué te parece?
Seguía mirando al mar de gente sonriéndome y sentí este bulto extraño en mi garganta - Creo que ha sido bastante genial por tu parte, Krisi - admití. Y luego, porque sentía como si estuviéramos acercándonos peligrosamente a una especie de momento-unión de hermanas, añadí - A excepción de la parte donde me engañaste para meterme en un maldito vestido.
Todo el mundo se echó a reír - Y es por esto que amamos a Yulia - dijo Aleksey, cepillando la mano sobre mi cabeza y erizándome el pelo. Esa debió haber sido la señal para que la fiesta comenzara, porque todo el mundo dejó de prestarme atención y comenzó a mezclarse. Golpeé la mano de Alyósha y se rió de nuevo - Feliz cumpleaños, Yulia - dijo, y luego desapareció entre la multitud.
Tan pronto como se fue, comencé mentalmente a contar. Cinco...Cuatro... Tres...
- ¡Oh, Dios mío, Yulia, Lena tenía razón sobre ti y Alyósha! Son tal para cual.
Le di demasiado crédito. La próxima vez tendría que empezar por el tres.
- Uh, Lena no dijo que fuésemos el uno para el otro, sino que éramos muy amistosos. Y, sí, tenía razón, somos amigos.
- Pero podrían ser algo más. Estoy segura de ello. No creo siquiera que tomase mucho.
- Creí que era todo sobre Lena - argumenté sólo por motivar la charla.
- Pero, Yulia, ni siquiera te gusta Lena, y tienes razón, es un poco escalofriante.
Eso me sorprendió - ¿Por qué lo dices?
- Fui a invitarla esta mañana a la fiesta y la encontré enterrada en una pila de libros acerca de trastornos de personalidad. Le pregunté si quería ayudarme a planear la fiesta y dijo que estaba demasiado ocupada. Cuando le pregunté qué hacía, dijo "Averiguando cómo hacer que Yulia caiga por mí'."
- ¿Qué?
- Lo sé, ¿cierto? Pienso que habría sido súper-romántico si no estuviese leyendo un libro sobre psicópatas cuando lo dijo. No sé qué me pareció más inquietante, que Lena tratara de averiguar cómo hacer que cayeses por ella, o que buscara consejos de Hannibal Lecter.
- Pero Aleksey - continuó Kristina, regresando mi atención de nuevo - Es perfecto. Es cierto que no es tan sexy como lo es Lena, pero sigue siendo bastante lindo y súper-popular. Además ya se gustan el uno al otro. Sólo necesitan un empujón en la dirección romántica.
Suspiré y mi hermana comenzó a hacer pucheros - ¿Por favor?
- Puedes tratar todo lo que quieras, pero no funcionará. Aleksey y yo sólo somos amigos.
Kristina lo tomó como luz verde para jugar a la casamentera. Chilló y salió corriendo vertiginosamente. Cuando desapareció, suspiré de nuevo.
- Vaya, parece determinada.
La declaración fue hecha con tanta naturalidad que respondí de forma automática - Cuando Kris entra en modo casamentera, simplemente no se le puede detener.
- ¿Así que cómo hago para colarme en su lista de candidatos viables? ¿Y amablemente podrías señalar mi competencia?
Eso me hizo girar - ¿Ruslán? - pregunté, sorprendida de ver al mujeriego de la fiesta de la semana pasada. Su rostro se iluminó considerablemente cuando lo llamé por su nombre.
- Te acuerdas - dijo - Me alegro.
Me sonrió tan cursimente que no le pude encontrar en lo más mínimo impresionante. Una vez que señaló Lena cuán jugador era este tipo, era fácil de ver.
Sonreí ante la idea de Lena casi peleándose con Ruslán la semana pasada. Me sentía tan enojada, pero retrocediendo, lo que hizo fue realmente muy dulce.
¿Lena? ¿Dulce? ¿De verdad pensé eso?
- Me alegro de haberte encontrado - dijo él, colocándose a sí mismo en mi línea de visión de forma que tuviese que mirarle - Realmente no tuvimos la oportunidad de hablar la última vez.
- ¿Cómo me has encontrado, de todos modos? Kristina no sabe quién eres.
- ¿Así que preguntaste por mí?
Ruslán lucía tan contento con esto que era casi divertido estallar su burbuja - No. Kristina me preguntó sobre ti después de que nos viera hablando.
- ¿Y qué le dijiste?
Me encogí de hombros - Lo que sabía. Que eras algún chico llamado Ruslán.
Hablando de Krisitna. ¿Dónde diablos había ido? Con seguridad pensé que ya habría vuelto arrastrando a un temeroso Aleksey tras ella entre la multitud. En lo más profundo de mi cerebro registré que Ruslán me pedía algo, pero no pude responderle porque divisé a Lena en la habitación. Hablaba con una chica que reconocí de la escuela, pero parecía estar presentándole la misma atención a ella que yo a Ruslán.
No sé por qué di por sentado que Lena no estaría aquí. Kris dijo que la había invitado. Mi corazón aleteó ansiosamente. O tal vez fue mi estómago retorcido sobre sí mismo a la vista de ella. Tan difícil de saber con Lena. Ambas reacciones eran igual de probables.
- Veo que tu otra hermana está aquí de nuevo - gruñó Ruslán, asustándome. Me había seguido y ahora miraba a Lena tan duramente que tuve que sonreír.
La pelirroja nos sintió observándola y levantó la vista. La falta de vida que vi en sus ojos me confundió. Oh, me miró fijamente, igual que siempre, pero no había chispa, ni rastro de deseo, burla, o incluso el peligro que por lo general solía haber. Bueno, no hasta que vio a Ruslán. Entonces hubo mucho peligro. Ella y Ruslán parecían un par de pitbulls enjaulados listos para desgarrarse las gargantas entre sí.
No es que sea naturalmente vengativa ni nada, pero no pude resistirme a la idea tan simple que me llegó - Ella no es mi hermana y bueno, me preguntaste quién era tu competencia - le dije a Ruslán, luego le sonreí a Lena tan dulcemente como pude.
Pensé que a Lena no le importaría que estuviera usándola, desde que era un intento por deshacerme de Ruslán. Era una chica muy fuerte y no hacía falta ser un genio para ver lo que hacía. Pero cuando le saludé amistosamente y gesticulé las palabras "Hola Lena." Se sorprendió. Me devolvió la sonrisa y comenzó a venir.
¡Oh, genial! No quise realmente animarla. Ahora lo mejor que podía hacer era esperar a que se mataran, lo que terminaría con la fiesta y me permitiría regresar a casa para ver la pelea de la UFC.
Sin embargo, antes de tener que lidiar con ese problema, Kris regresó arrastrando a Aleksey - ¡Yul, aquí estás! He estado buscándote por todas partes - Me dio una mirada que sugería que no estaba contenta de verme allí parada con otro tipo.
Aleksey miró a Ruslán curiosamente también, pero no fue tan sutil con sus pensamientos como Kris - ¿Otra persona con la que no estás saliendo, Yulia?
- ¿Persiguiendo a mi hermana por ahí como un perrito faldero, Petrov? - respondí de vuelta.
- Oh, chicos - dijo Kris sonriendo. Nadie podría haberse perdido cómo se interpuso entre Ruslán y yo, y por consiguiente cómo que me empujó hacia Alyósha - ¿Quién es tu amigo, Yulia?
Tras presentarlos a regañadientes, Kris dijo - Así que, Ruslán, ¿cómo es que nunca te he visto por la escuela?
- Soy un senior, si no lo sabías.
- Oh. ¿Así que, a quién conoces de la escuela?
- Bueno, me gustaría conocer a Yulia mejor - dijo - Prácticamente me robó el corazón cuando le rompió la cara a ese tipo en el lago la semana pasada.
Con eso, Aleksey se echó a reír - Sí, tiende a hacer eso.
- ¿El qué? ¿Robar corazones o golpear personas? - preguntó Ruslán. Le eché un vistazo a Alek, sorprendentemente curiosa de su respuesta, pero sólo le sonrió con complicidad a Ruslán y dijo -
Buena suerte con esta - Dejando caer su brazo por encima de mi hombro. Mi hermana tenía que estar amando esto.
- Hablando de golpear gente - murmuré. Aleksey se alejó de mí, levantando las manos en señal de rendición.
- Está bien. Tranquila, Yul. Sólo estoy jugando.
- Tu último pasatiempo favorito. Pero hablaba de la pelea. ¿Podemos proseguir con el plan o qué? Estoy segura de que hay una gran pantalla por aquí en alguna parte.
Más como una pequeña sala de cine. Los padres de Sveta eran propietarios de una de las casas más grandes en el barrio. Lo que hizo que la casa del lago con el barco y las motos de agua luciera poco impresionante.
- ¿Qué pelea? - preguntó Ruslán.
Aleksey respondió antes que yo - Las preliminares de la UFC.
- ¿Son esta noche?
- Sí - dije - Y nos las estamos perdiendo, ¿así que por qué no van los dos a ver si podemos encenderla?
Ruslán empezó a decir algo, pero Alek me dio un saludo burlón y dijo - La chica del cumpleaños ha hablado.
Le di mi propio saludo especial mientras Ruslán era arrastrado en busca de Sveta. Antes incluso de que estuviesen fuera de mi vista, Kristina se aferró a mi brazo, saltando arriba y abajo - ¿Viste eso ¡Coqueteaba contigo totalmente!
- Eso no fue coqueteo. Eso fue Aleksey haciendo lo que mejor hace, darme mierda.
- No creo, Yul. Es obvio, inconscientemente Alyósha, como le llamas; está loco por ti. Pero escúchame, si vamos hacer que esto suceda, realmente tienes que deshacerte del hombre musculoso. ¿Qué hace aquí, de todas formas?
- ¿Cómo voy a saberlo? No es como si lo haya invitado. Ni siquiera sabía acerca de esta estúpida fiesta.
La cara de Kristina cayó y al instante me sentí como una idiota. Lo que era sorprendente, porque normalmente no me sentía mal por ser grosera con ella. Pero lo que fue aún más sorprendente es que pedí disculpas - Lo siento - dije, sorprendiéndonos a ambas - No quise decir que la fiesta fuese estúpida. Estoy molesta por Ruslán. Oh, bueno, ya sé. ¿Por qué no vas a encontrarle a alguna chica para mantenerlo ocupado?
- Oh. Buena idea. Ahora, no más coqueteo con nadie más.
- No estaba... - Fue inútil. Ella ya se había ido.
Por el lado positivo, ya no estaba. Y Alyósha tampoco. Y lo mejor de todo, Ruslán igual. Me dejé caer en una butaca vacía con un suspiro agotado, y cerré los ojos, disfrutando del tiempo a solas.
Pero sólo tuve un momento de paz.
- Te dejaste el pelo suelto.
Sólo una voz podía hacer que mi corazón aumentara la velocidad y levantara los pelos de mi cuello al mismo tiempo. Abrí los ojos y Lena me miraba con esa familiar gris-verde profunda y penetrante mirada.
- Kristina me arregló - murmuré, maldiciéndome por sonar tan nerviosa como de repente me sentía.
Lena se sentó en el brazo del sillón, observándome de tal forma que me hizo sonrojar - Me gusta - dijo - Mucho.
Extendió la mano para tocar mi cabello y retrocedí con tanta violencia que la sobresaltó. En un instante su cara se volvió agria - ¿Cuál es tu problema? - espetó.
- ¿Mi problema? - Oye, si alguien se cabreaba conmigo, yo lo hacía con ella también, pregúntenle a Daniel. No lo puedo evitar. Supongo que ni los posibles asesinos psicópatas eran una excepción a mi manejo de la ira.
- Tú eras la que me sonreía amistosamente hace un minuto.
- Eso no significa que quiera que me toques. ¡Caray, Lena! Sólo hice eso para molestar a Ruslán y que me dejara en paz.
Lena reprodujo la escena en su mente y pude ver el momento exacto en el que se dio cuenta de que era cierto. Su ira había desaparecido, y, al igual que hace un minuto con Kris, de repente me sentí como una especie de idiota mundial. Excepto que no sólo dañé un poco sus sentimientos, los rechacé.
Me dio esa despreciante, amarga mirada que me hizo sentir tan atormentadamente culpable que no pude dejarla marchar. Cuando empezó a alejarse, salté y agarré su muñeca - Lena, espera. Lo siento ¿de acuerdo?
Lena me miró, pero se calmó al instante en que la toqué. Pude sentir la forma en que sus músculos se relajaron bajo mis dedos. Cuando bajó la vista hasta mi mano la solté, pero intenté sonreír sinceramente. Probablemente parecía más una mueca.
Me miró por un largo instante como si fuese doloroso y luego perdió cualquier debate interno que había estado teniendo - Aquí - dijo toscamente. Sacó un pequeño regalo envuelto desordenadamente de su bolsillo - Feliz cumpleaños.
- ¿Un regalo? - Me había conseguido un regalo. Me sentía conmocionada y sorprendentemente halagada - Lena, no deberías haberte...
- Simplemente acéptalo - dijo, regresando al modo ira - No creo que mi ego pueda manejar otro rechazo de tu parte.
Ahogué un grito. Me sorprendió que me hubiese entendido mal. Por lo general, me leía como a un libro abierto.
- No, no quise decir eso así. Estoy sorprendida. No tenías por qué darme algo.
- ¿Sorprendida? ¡Eres la persona más testaruda que he conocido jamás! - Su rostro comenzaba a ponerse rojo, estaba tan frustrada - Volkova, no debería ser sorprendente que quiera hacer algo bueno por ti en tu cumpleaños. No entiendo por qué me odias tanto.
Para ser tan misteriosa, no podía ocultar sus emociones. Está vulnerable, consciente de sí... la misma chica que conocí en su dormitorio regresó, y trataba de luchar contra mis rechazos constantes. Psicosis o no, algo en su cara, y no sólo porque fuese hermosa, me dio ganas de hacerla sentir mejor.
- Me ha sorprendido un poco - dije lo más suavemente que pude. Elevé la mano y Lena dejó caer vacilantemente el paquete en ella. Mientras arrancaba el papel, me obligué a ser extra educada. No que fuese muy buena en ello, como mi madre siempre andaba señalando - Fue muy amable de tu parte, Lena. Gracias.
Me sorprendió lo que encontré en mi mano. Lena me había dado una pequeña navaja suiza del ejército, rosa, para llavero - ¡No te defenderá de un asesino en serie! - dijo - Pero puede venirte bien, y todo el mundo necesita un buen llavero para su primer juego de llaves.
No pude evitar la sonrisa que se deslizó por mi cara. El rosa era el contraste perfecto para mi Jeep negro brillante, y, en realidad, el regalo era sorprendentemente reflexivo.
- Vi el Jeep estacionado frente a tu casa esta noche. Es tuyo, ¿no?
Mi sonrisa se hizo aún más grande.
- Es una belleza - dijo ella - Pero no creo que tus amigos estén muy contentos cuando vean el espacio para las piernas en el asiento trasero.
Mis ojos destellaron en Lena y tras un instante, sonreí - Entonces que caminen.
Lena y yo nos reímos, pero en cuanto me di cuenta de que actuábamos como personas normales, me negué a hablar de nuevo. No podía evitarlo. Cuando ya no pude mirar a Lena, regresé la atención a la navaja. Empecé a sacar todos los aparatos y pinzas, un palillo de dientes,lima de uñas, unas pequeñas tijeras y por último un cuchillo. Pensé en los diferentes cuchillos del garaje de
Lena y la vez que lanzó las tijeras al maniquí. Ésto no parecía peligroso como los que tenía. Éste era lindo.
- Sé que no es un jersey autografiado ni nada - dijo, sonando asombrosamente consciente de sí misma - Iba a conseguir pases de temporada para los Red Wings, pero mi tía me sugirió comenzar desde más abajo.
Sonreí, pensando que Lena bromeaba sobre los pases de temporada, pero cuando levanté la vista no pude realmente asegurarlo. Empecé a decir - Es perfecto - pero luego me di cuenta de lo que había dicho - ¿Cómo hiciste para saber sobre el jersey?
Lena se encogió de hombros - Te miraba desde mi cuarto. Me imaginé que la sudadera estaba autografiada cuando casi perdiste el conocimiento.
- ¿Me espiabas? - pregunté, olvidando que Lena era sorprendentemente sensible. También ignorando el hecho de que la había estado espiando prácticamente todos los días. En un intento de suavizar el golpe, le dije - Me sorprende que no vinieras a saludar.
Lena pateó la alfombra debajo de su zapato - Quería, pero dejaste bastante claro la última vez que hablábamos que no disfrutas de mi compañía - Su voz era repentinamente amarga de nuevo.
- Eso no es justo, Lena. Me secuestraste. Me arrastraste a la fuerza en tu casa y me encerraste en la habitación. ¡Me sentía aterrorizada! Era como dijiste, pudiste hacerme cualquier cosa que quisieras. Obviamente no podría haberte detenido.
El rostro de Lena palideció - ¡No pienses así! - Se quedó sin aliento. No llegué a entender su reacción. Era como si ni siquiera hubiese considerado la posibilidad de que tuviese miedo de ella. - No te habría herido, Volkova.
Se veía tan absolutamente horrorizada por ese pensamiento que me costó admitir la verdad - No se sintió de esa manera.
Lena empezó a ponerse verde, y la única cosa que pudo decir fue - Lo siento.
Lo decía en serio. Sin duda lo sentía. No lo comprendía, pero me hizo sentir mejor. Tenerle menos miedo de alguna manera. Tal vez fui un poco ruda con toda la acusación del Acuchillador de los
Sábados por la Noche. Nadie tan triste como Lena por el hecho de darme miedo podría ser la asesina.
Bueno, no podía dejarla viéndose y sintiéndose de esa forma, así que me alejé de la multitud y me senté en las escaleras. Le hice señas a Lena para que me acompañase. Era renuente a hacerlo, pero cuando cedió finalmente, se sentó tan cerca que no dejó espacio entre nosotras. Lo dejé pasar - Lena - suspiré - No es que te odie, porque no, no es eso.
- ¿Entonces?
- No sólo me pones nerviosa, me asustas hasta la mierda. No bromeaba cuando dije que hay algo mal contigo. Estás muy avanzada, no pareces tener ningún concepto del espacio personal, y haces cosas como entrar en mi habitación y secuestrarme. Le gente, la gente normal, no hace las cosas de esa manera.
Lena frunció el ceño, así que me apresuré a decir - Pero no te odio. Lo digo en serio. Si pudieras simplemente bajar el nivel, probablemente podríamos ser amigas. ¿Como ahora? Esto no es tan malo.
Lena se animó con la tenue esperanza que le acababa de dar - Puedo hacerlo - prometió.
La determinación en su voz me pilló con la guardia baja. Cuando hicimos contacto visual, algo pasó. No creo que ninguna se diera cuenta de lo cerca que estábamos entre sí, pero de pronto se vio atrapada en un momento que no pudo resistir, y yo en uno del que no podía escapar.
Esto es todo, pensé mientras la respiración de Lena comenzó a acelerarse. Mi primer beso.
No había forma de detenerlo. Creo que ella lo intentó porque susurró mi nombre, como si no pudiera evitarlo, cuando empezó a inclinarse, casi como si me rogara que rompiese la conexión. Pero no podía.
Al final fue mi hermana la que nos regresó - Yulia - gritó desde el otro lado de la habitación. Su voz hizo añicos el momento entre nosotras.
- Yul, ¿dónde estás? Tu estúpida pelea está comenzando. ¿Alguien ha visto a la chica del cumpleaños?
Casi salté de mi piel y le llevó a Lena un segundo sacudirse de su aturdimiento. No estaba segura de si estar decepcionada o aliviada. Es decir, ¿realmente quería que mi primer beso fuese con alguien que me daba miedo? ¿Alguien que muy bien podría estar matando a chicas inocentes en su tiempo libre?
¿Alguien a la que realmente le gustaba, y que seguía y seguía intentándolo duramente a pesar de mis desprecios?
No tenía ni idea
- ¿Dijo lucha? - preguntó Lena, rompiendo mis pensamientos.
Me alegré por el tema seguro y asentí - Sí.
- ¿Las preliminares de la UFC? - preguntó entusiasmadamente de esta manera realmente adorable - ¿Te gustan las peleas?
- Debí suponer que eras una gran fan de la UFC - dije - Por tal y como golpeas el saco de tu garaje.
- Tuve la oportunidad de entrenar con Georges St. Pierre el año pasado. Me metió bastante en ellas.
Lena se encogió de hombros como si no fuera gran cosa, pero déjame decirte, entrenar con Georges St. Pierre no es no gran cosa - ¡De ninguna maldita manera! ¡Eso es increíble! - Me levanté y comencé a arrastrarla a través de la casa en busca de la pelea. Ahora entiendo por qué me encanta tanto verte entrenar.
Lena se detuvo bruscamente y arqueó su ceja perforada. Me tomó un segundo para averiguar cuál era su problema, pero entonces mi mandíbula cayó - No lo hice - ¡No acababa de decir eso en alto!
- Sabes, Volkova - dijo, sin molestarse en ocultar lo mucho que disfrutaba de este momento - No tienes por qué observarme desde tu dormitorio. Eres bienvenida a unirte en cualquier momento. Estaría encantada de mostrarte algunas cosas.
No podía pensar en nada que decir. Me quedé allí, luchando contra el impulso de enfermar hasta que Lena ya no pudo contener más la risa - Vamos - dijo, tirando de mi mano - Te comentaré el detrás-de- las-escenas.
Cuando llegamos a la sala de grabación, en la cual Aleksey ya estaba acomodado, seguía sintiéndome más allá de mortificada. Luego, para empeorar las cosas, tanto Kris como Aleksey inmediatamente se centraron en la mano. O, con más precisión, en cómo seguía aferrada a Lena.
- He encontrado a otra fan de la UFC - expliqué, soltando la mano de Lena como si me quemara.
No pude leer la expresión de Alek, pero la mirada en el rostro de mi hermana fue de sorpresa y molestia. Después de echarme un rápido vistazo, sonrió enormemente - ¡Lena! ¡Estoy tan contenta de que vinieras!
Kris le saludó con un abrazo y de alguna forma se las arregló para colocarse entre las dos cuando la soltó - ¿Así que sabes sobre lucha? - le preguntó. Cuando se encogió de hombros, tejió su brazo con el de ella - ¡Bien! Porque estoy tan perdida. Necesito a alguien que me lo explique.
Lena me lanzó una mirada inquisitiva, pero simplemente rodé los ojos con simpatía. Sabía por qué mi hermana actuaba toda coqueta con ella, pero no quería explicarle su plan de casamentera. Especialmente no con Alyósha sentado justo aquí.
Por supuesto, resultó que no tuve que explicarle nada a Lena, porque cuando Kris la arrastró al sofá con ella, "accidentalmente" me chocó, empujándome directamente a Aleksey. La habría matado si no estuviera completamente preocupada por el hecho de que ahora estaba en el regazo de Alek. Ummm, sí, eso no fue un poco torpe ni nada.
- ¿Alguien coló un barril y no me enteré? - Se rió Aleksey mientras me deslizaba en el asiento vacío junto a él - Porque estoy bastante seguro de que por lo general tienes más coordinación que eso, Yulia.
- No me caí, imbécil - Me apoyé en él para mirar a mi hermana- Me empujaron.
- Caray, Yul. Fue un accidente. Lo siento. ¿Importa tanto?
Bien, así que no fue un accidente. Kris no era exactamente la reina de lo sutil y era obvio para Lena lo que acababa de hacer. Lo sabía, porque la miraba más duramente de lo que jamás había visto.
Y eso ya es mucho decir, teniendo en cuenta todas las veces en las que la había llamado psicópata a la cara.
Pero al menos, Aleksey parecía completamente ajeno a todo - Sí, ¿qué te pasa esta noche, Yulia? Estás de tan mal humor. Siéntate y relájate ya.
Sintiéndome algo derrotada - Simplemente no me siento del todo bien - me hundí en el sofá con un largo suspiro. El problema de esto fue que Aleksey había apoyado el brazo en el respaldo y cuando me recosté, mi cabeza se posó en él. Ahora bien, para alguien que no lo supiera mejor, podría interpretarse como que estaba abrazada a él, pero volverme loca y moverme me haría quedar como un idiota, así que me quedé donde estaba y dejé que él lo moviese. Extrañamente, no lo hizo.
Capítulo 12: En la fiesta de Cumpleaños
Sorprendida, no pude ocultarlo. Era tan inesperado que ni siquiera supe lo que pasaba hasta que mi hermana se volvió hacia mí con cara expectante diciendo - Sé que no querías una fiesta, pero te veías tan triste ayer, ¿cómo no iba a hacerlo?
- ¿Me hicieron una fiesta sorpresa? - le pregunté, todavía sin creérmelo bastante.
- Tuve que hacerlo. Son tus dulces dieciséis. No podía dejar que fuera sólo la cena y el paseo con nuestros padres. ¿Qué clase de hermana mayor sería?
A medida que la conmoción se desvanecía, me di la vuelta. Aleksey, Vladimir y Anatoli habían llegado a la puerta detrás de mí y me observaban con expresiones bastante divertidas - ¿Sabían sobre esto? - pregunté.
- No nos dijiste que era tu cumpleaños - dijo Aleksey, sonriendo. Vlad y Anatoli parecían tan orgullosos de haber mantenido en el secreto - Kris me encontró en la pista anoche.
Volví a mirar a Kristina, incrédula - Pero no sólo invité a todos mis amigos - dijo, a la defensiva - ¿Ves? Tengo a Aleksey ayudándome a invitar a tus amigos también aquí.
Finalmente, miré alrededor de la habitación y de seguro todos los chicos del parque se encontraban allí. Incluso Daniel. Y se veían muy emocionados de que me hubiesen sorprendido por mi cumpleaños. Era un poco abrumador. Quiero decir, sabía que éramos amigos y todo, ¿pero una fiesta sorpresa? ¿Y Aleksey, Vladimir y Anatoli pasando por todos los problemas para tenerme aquí? No me di cuenta que era tan querida.
- ¿Y? - preguntó mi hermana nerviosamente. Creo que tenía miedo de que estuviera enojada con ella - ¿Qué te parece?
Seguía mirando al mar de gente sonriéndome y sentí este bulto extraño en mi garganta - Creo que ha sido bastante genial por tu parte, Krisi - admití. Y luego, porque sentía como si estuviéramos acercándonos peligrosamente a una especie de momento-unión de hermanas, añadí - A excepción de la parte donde me engañaste para meterme en un maldito vestido.
Todo el mundo se echó a reír - Y es por esto que amamos a Yulia - dijo Aleksey, cepillando la mano sobre mi cabeza y erizándome el pelo. Esa debió haber sido la señal para que la fiesta comenzara, porque todo el mundo dejó de prestarme atención y comenzó a mezclarse. Golpeé la mano de Alyósha y se rió de nuevo - Feliz cumpleaños, Yulia - dijo, y luego desapareció entre la multitud.
Tan pronto como se fue, comencé mentalmente a contar. Cinco...Cuatro... Tres...
- ¡Oh, Dios mío, Yulia, Lena tenía razón sobre ti y Alyósha! Son tal para cual.
Le di demasiado crédito. La próxima vez tendría que empezar por el tres.
- Uh, Lena no dijo que fuésemos el uno para el otro, sino que éramos muy amistosos. Y, sí, tenía razón, somos amigos.
- Pero podrían ser algo más. Estoy segura de ello. No creo siquiera que tomase mucho.
- Creí que era todo sobre Lena - argumenté sólo por motivar la charla.
- Pero, Yulia, ni siquiera te gusta Lena, y tienes razón, es un poco escalofriante.
Eso me sorprendió - ¿Por qué lo dices?
- Fui a invitarla esta mañana a la fiesta y la encontré enterrada en una pila de libros acerca de trastornos de personalidad. Le pregunté si quería ayudarme a planear la fiesta y dijo que estaba demasiado ocupada. Cuando le pregunté qué hacía, dijo "Averiguando cómo hacer que Yulia caiga por mí'."
- ¿Qué?
- Lo sé, ¿cierto? Pienso que habría sido súper-romántico si no estuviese leyendo un libro sobre psicópatas cuando lo dijo. No sé qué me pareció más inquietante, que Lena tratara de averiguar cómo hacer que cayeses por ella, o que buscara consejos de Hannibal Lecter.
- Pero Aleksey - continuó Kristina, regresando mi atención de nuevo - Es perfecto. Es cierto que no es tan sexy como lo es Lena, pero sigue siendo bastante lindo y súper-popular. Además ya se gustan el uno al otro. Sólo necesitan un empujón en la dirección romántica.
Suspiré y mi hermana comenzó a hacer pucheros - ¿Por favor?
- Puedes tratar todo lo que quieras, pero no funcionará. Aleksey y yo sólo somos amigos.
Kristina lo tomó como luz verde para jugar a la casamentera. Chilló y salió corriendo vertiginosamente. Cuando desapareció, suspiré de nuevo.
- Vaya, parece determinada.
La declaración fue hecha con tanta naturalidad que respondí de forma automática - Cuando Kris entra en modo casamentera, simplemente no se le puede detener.
- ¿Así que cómo hago para colarme en su lista de candidatos viables? ¿Y amablemente podrías señalar mi competencia?
Eso me hizo girar - ¿Ruslán? - pregunté, sorprendida de ver al mujeriego de la fiesta de la semana pasada. Su rostro se iluminó considerablemente cuando lo llamé por su nombre.
- Te acuerdas - dijo - Me alegro.
Me sonrió tan cursimente que no le pude encontrar en lo más mínimo impresionante. Una vez que señaló Lena cuán jugador era este tipo, era fácil de ver.
Sonreí ante la idea de Lena casi peleándose con Ruslán la semana pasada. Me sentía tan enojada, pero retrocediendo, lo que hizo fue realmente muy dulce.
¿Lena? ¿Dulce? ¿De verdad pensé eso?
- Me alegro de haberte encontrado - dijo él, colocándose a sí mismo en mi línea de visión de forma que tuviese que mirarle - Realmente no tuvimos la oportunidad de hablar la última vez.
- ¿Cómo me has encontrado, de todos modos? Kristina no sabe quién eres.
- ¿Así que preguntaste por mí?
Ruslán lucía tan contento con esto que era casi divertido estallar su burbuja - No. Kristina me preguntó sobre ti después de que nos viera hablando.
- ¿Y qué le dijiste?
Me encogí de hombros - Lo que sabía. Que eras algún chico llamado Ruslán.
Hablando de Krisitna. ¿Dónde diablos había ido? Con seguridad pensé que ya habría vuelto arrastrando a un temeroso Aleksey tras ella entre la multitud. En lo más profundo de mi cerebro registré que Ruslán me pedía algo, pero no pude responderle porque divisé a Lena en la habitación. Hablaba con una chica que reconocí de la escuela, pero parecía estar presentándole la misma atención a ella que yo a Ruslán.
No sé por qué di por sentado que Lena no estaría aquí. Kris dijo que la había invitado. Mi corazón aleteó ansiosamente. O tal vez fue mi estómago retorcido sobre sí mismo a la vista de ella. Tan difícil de saber con Lena. Ambas reacciones eran igual de probables.
- Veo que tu otra hermana está aquí de nuevo - gruñó Ruslán, asustándome. Me había seguido y ahora miraba a Lena tan duramente que tuve que sonreír.
La pelirroja nos sintió observándola y levantó la vista. La falta de vida que vi en sus ojos me confundió. Oh, me miró fijamente, igual que siempre, pero no había chispa, ni rastro de deseo, burla, o incluso el peligro que por lo general solía haber. Bueno, no hasta que vio a Ruslán. Entonces hubo mucho peligro. Ella y Ruslán parecían un par de pitbulls enjaulados listos para desgarrarse las gargantas entre sí.
No es que sea naturalmente vengativa ni nada, pero no pude resistirme a la idea tan simple que me llegó - Ella no es mi hermana y bueno, me preguntaste quién era tu competencia - le dije a Ruslán, luego le sonreí a Lena tan dulcemente como pude.
Pensé que a Lena no le importaría que estuviera usándola, desde que era un intento por deshacerme de Ruslán. Era una chica muy fuerte y no hacía falta ser un genio para ver lo que hacía. Pero cuando le saludé amistosamente y gesticulé las palabras "Hola Lena." Se sorprendió. Me devolvió la sonrisa y comenzó a venir.
¡Oh, genial! No quise realmente animarla. Ahora lo mejor que podía hacer era esperar a que se mataran, lo que terminaría con la fiesta y me permitiría regresar a casa para ver la pelea de la UFC.
Sin embargo, antes de tener que lidiar con ese problema, Kris regresó arrastrando a Aleksey - ¡Yul, aquí estás! He estado buscándote por todas partes - Me dio una mirada que sugería que no estaba contenta de verme allí parada con otro tipo.
Aleksey miró a Ruslán curiosamente también, pero no fue tan sutil con sus pensamientos como Kris - ¿Otra persona con la que no estás saliendo, Yulia?
- ¿Persiguiendo a mi hermana por ahí como un perrito faldero, Petrov? - respondí de vuelta.
- Oh, chicos - dijo Kris sonriendo. Nadie podría haberse perdido cómo se interpuso entre Ruslán y yo, y por consiguiente cómo que me empujó hacia Alyósha - ¿Quién es tu amigo, Yulia?
Tras presentarlos a regañadientes, Kris dijo - Así que, Ruslán, ¿cómo es que nunca te he visto por la escuela?
- Soy un senior, si no lo sabías.
- Oh. ¿Así que, a quién conoces de la escuela?
- Bueno, me gustaría conocer a Yulia mejor - dijo - Prácticamente me robó el corazón cuando le rompió la cara a ese tipo en el lago la semana pasada.
Con eso, Aleksey se echó a reír - Sí, tiende a hacer eso.
- ¿El qué? ¿Robar corazones o golpear personas? - preguntó Ruslán. Le eché un vistazo a Alek, sorprendentemente curiosa de su respuesta, pero sólo le sonrió con complicidad a Ruslán y dijo -
Buena suerte con esta - Dejando caer su brazo por encima de mi hombro. Mi hermana tenía que estar amando esto.
- Hablando de golpear gente - murmuré. Aleksey se alejó de mí, levantando las manos en señal de rendición.
- Está bien. Tranquila, Yul. Sólo estoy jugando.
- Tu último pasatiempo favorito. Pero hablaba de la pelea. ¿Podemos proseguir con el plan o qué? Estoy segura de que hay una gran pantalla por aquí en alguna parte.
Más como una pequeña sala de cine. Los padres de Sveta eran propietarios de una de las casas más grandes en el barrio. Lo que hizo que la casa del lago con el barco y las motos de agua luciera poco impresionante.
- ¿Qué pelea? - preguntó Ruslán.
Aleksey respondió antes que yo - Las preliminares de la UFC.
- ¿Son esta noche?
- Sí - dije - Y nos las estamos perdiendo, ¿así que por qué no van los dos a ver si podemos encenderla?
Ruslán empezó a decir algo, pero Alek me dio un saludo burlón y dijo - La chica del cumpleaños ha hablado.
Le di mi propio saludo especial mientras Ruslán era arrastrado en busca de Sveta. Antes incluso de que estuviesen fuera de mi vista, Kristina se aferró a mi brazo, saltando arriba y abajo - ¿Viste eso ¡Coqueteaba contigo totalmente!
- Eso no fue coqueteo. Eso fue Aleksey haciendo lo que mejor hace, darme mierda.
- No creo, Yul. Es obvio, inconscientemente Alyósha, como le llamas; está loco por ti. Pero escúchame, si vamos hacer que esto suceda, realmente tienes que deshacerte del hombre musculoso. ¿Qué hace aquí, de todas formas?
- ¿Cómo voy a saberlo? No es como si lo haya invitado. Ni siquiera sabía acerca de esta estúpida fiesta.
La cara de Kristina cayó y al instante me sentí como una idiota. Lo que era sorprendente, porque normalmente no me sentía mal por ser grosera con ella. Pero lo que fue aún más sorprendente es que pedí disculpas - Lo siento - dije, sorprendiéndonos a ambas - No quise decir que la fiesta fuese estúpida. Estoy molesta por Ruslán. Oh, bueno, ya sé. ¿Por qué no vas a encontrarle a alguna chica para mantenerlo ocupado?
- Oh. Buena idea. Ahora, no más coqueteo con nadie más.
- No estaba... - Fue inútil. Ella ya se había ido.
Por el lado positivo, ya no estaba. Y Alyósha tampoco. Y lo mejor de todo, Ruslán igual. Me dejé caer en una butaca vacía con un suspiro agotado, y cerré los ojos, disfrutando del tiempo a solas.
Pero sólo tuve un momento de paz.
- Te dejaste el pelo suelto.
Sólo una voz podía hacer que mi corazón aumentara la velocidad y levantara los pelos de mi cuello al mismo tiempo. Abrí los ojos y Lena me miraba con esa familiar gris-verde profunda y penetrante mirada.
- Kristina me arregló - murmuré, maldiciéndome por sonar tan nerviosa como de repente me sentía.
Lena se sentó en el brazo del sillón, observándome de tal forma que me hizo sonrojar - Me gusta - dijo - Mucho.
Extendió la mano para tocar mi cabello y retrocedí con tanta violencia que la sobresaltó. En un instante su cara se volvió agria - ¿Cuál es tu problema? - espetó.
- ¿Mi problema? - Oye, si alguien se cabreaba conmigo, yo lo hacía con ella también, pregúntenle a Daniel. No lo puedo evitar. Supongo que ni los posibles asesinos psicópatas eran una excepción a mi manejo de la ira.
- Tú eras la que me sonreía amistosamente hace un minuto.
- Eso no significa que quiera que me toques. ¡Caray, Lena! Sólo hice eso para molestar a Ruslán y que me dejara en paz.
Lena reprodujo la escena en su mente y pude ver el momento exacto en el que se dio cuenta de que era cierto. Su ira había desaparecido, y, al igual que hace un minuto con Kris, de repente me sentí como una especie de idiota mundial. Excepto que no sólo dañé un poco sus sentimientos, los rechacé.
Me dio esa despreciante, amarga mirada que me hizo sentir tan atormentadamente culpable que no pude dejarla marchar. Cuando empezó a alejarse, salté y agarré su muñeca - Lena, espera. Lo siento ¿de acuerdo?
Lena me miró, pero se calmó al instante en que la toqué. Pude sentir la forma en que sus músculos se relajaron bajo mis dedos. Cuando bajó la vista hasta mi mano la solté, pero intenté sonreír sinceramente. Probablemente parecía más una mueca.
Me miró por un largo instante como si fuese doloroso y luego perdió cualquier debate interno que había estado teniendo - Aquí - dijo toscamente. Sacó un pequeño regalo envuelto desordenadamente de su bolsillo - Feliz cumpleaños.
- ¿Un regalo? - Me había conseguido un regalo. Me sentía conmocionada y sorprendentemente halagada - Lena, no deberías haberte...
- Simplemente acéptalo - dijo, regresando al modo ira - No creo que mi ego pueda manejar otro rechazo de tu parte.
Ahogué un grito. Me sorprendió que me hubiese entendido mal. Por lo general, me leía como a un libro abierto.
- No, no quise decir eso así. Estoy sorprendida. No tenías por qué darme algo.
- ¿Sorprendida? ¡Eres la persona más testaruda que he conocido jamás! - Su rostro comenzaba a ponerse rojo, estaba tan frustrada - Volkova, no debería ser sorprendente que quiera hacer algo bueno por ti en tu cumpleaños. No entiendo por qué me odias tanto.
Para ser tan misteriosa, no podía ocultar sus emociones. Está vulnerable, consciente de sí... la misma chica que conocí en su dormitorio regresó, y trataba de luchar contra mis rechazos constantes. Psicosis o no, algo en su cara, y no sólo porque fuese hermosa, me dio ganas de hacerla sentir mejor.
- Me ha sorprendido un poco - dije lo más suavemente que pude. Elevé la mano y Lena dejó caer vacilantemente el paquete en ella. Mientras arrancaba el papel, me obligué a ser extra educada. No que fuese muy buena en ello, como mi madre siempre andaba señalando - Fue muy amable de tu parte, Lena. Gracias.
Me sorprendió lo que encontré en mi mano. Lena me había dado una pequeña navaja suiza del ejército, rosa, para llavero - ¡No te defenderá de un asesino en serie! - dijo - Pero puede venirte bien, y todo el mundo necesita un buen llavero para su primer juego de llaves.
No pude evitar la sonrisa que se deslizó por mi cara. El rosa era el contraste perfecto para mi Jeep negro brillante, y, en realidad, el regalo era sorprendentemente reflexivo.
- Vi el Jeep estacionado frente a tu casa esta noche. Es tuyo, ¿no?
Mi sonrisa se hizo aún más grande.
- Es una belleza - dijo ella - Pero no creo que tus amigos estén muy contentos cuando vean el espacio para las piernas en el asiento trasero.
Mis ojos destellaron en Lena y tras un instante, sonreí - Entonces que caminen.
Lena y yo nos reímos, pero en cuanto me di cuenta de que actuábamos como personas normales, me negué a hablar de nuevo. No podía evitarlo. Cuando ya no pude mirar a Lena, regresé la atención a la navaja. Empecé a sacar todos los aparatos y pinzas, un palillo de dientes,lima de uñas, unas pequeñas tijeras y por último un cuchillo. Pensé en los diferentes cuchillos del garaje de
Lena y la vez que lanzó las tijeras al maniquí. Ésto no parecía peligroso como los que tenía. Éste era lindo.
- Sé que no es un jersey autografiado ni nada - dijo, sonando asombrosamente consciente de sí misma - Iba a conseguir pases de temporada para los Red Wings, pero mi tía me sugirió comenzar desde más abajo.
Sonreí, pensando que Lena bromeaba sobre los pases de temporada, pero cuando levanté la vista no pude realmente asegurarlo. Empecé a decir - Es perfecto - pero luego me di cuenta de lo que había dicho - ¿Cómo hiciste para saber sobre el jersey?
Lena se encogió de hombros - Te miraba desde mi cuarto. Me imaginé que la sudadera estaba autografiada cuando casi perdiste el conocimiento.
- ¿Me espiabas? - pregunté, olvidando que Lena era sorprendentemente sensible. También ignorando el hecho de que la había estado espiando prácticamente todos los días. En un intento de suavizar el golpe, le dije - Me sorprende que no vinieras a saludar.
Lena pateó la alfombra debajo de su zapato - Quería, pero dejaste bastante claro la última vez que hablábamos que no disfrutas de mi compañía - Su voz era repentinamente amarga de nuevo.
- Eso no es justo, Lena. Me secuestraste. Me arrastraste a la fuerza en tu casa y me encerraste en la habitación. ¡Me sentía aterrorizada! Era como dijiste, pudiste hacerme cualquier cosa que quisieras. Obviamente no podría haberte detenido.
El rostro de Lena palideció - ¡No pienses así! - Se quedó sin aliento. No llegué a entender su reacción. Era como si ni siquiera hubiese considerado la posibilidad de que tuviese miedo de ella. - No te habría herido, Volkova.
Se veía tan absolutamente horrorizada por ese pensamiento que me costó admitir la verdad - No se sintió de esa manera.
Lena empezó a ponerse verde, y la única cosa que pudo decir fue - Lo siento.
Lo decía en serio. Sin duda lo sentía. No lo comprendía, pero me hizo sentir mejor. Tenerle menos miedo de alguna manera. Tal vez fui un poco ruda con toda la acusación del Acuchillador de los
Sábados por la Noche. Nadie tan triste como Lena por el hecho de darme miedo podría ser la asesina.
Bueno, no podía dejarla viéndose y sintiéndose de esa forma, así que me alejé de la multitud y me senté en las escaleras. Le hice señas a Lena para que me acompañase. Era renuente a hacerlo, pero cuando cedió finalmente, se sentó tan cerca que no dejó espacio entre nosotras. Lo dejé pasar - Lena - suspiré - No es que te odie, porque no, no es eso.
- ¿Entonces?
- No sólo me pones nerviosa, me asustas hasta la mierda. No bromeaba cuando dije que hay algo mal contigo. Estás muy avanzada, no pareces tener ningún concepto del espacio personal, y haces cosas como entrar en mi habitación y secuestrarme. Le gente, la gente normal, no hace las cosas de esa manera.
Lena frunció el ceño, así que me apresuré a decir - Pero no te odio. Lo digo en serio. Si pudieras simplemente bajar el nivel, probablemente podríamos ser amigas. ¿Como ahora? Esto no es tan malo.
Lena se animó con la tenue esperanza que le acababa de dar - Puedo hacerlo - prometió.
La determinación en su voz me pilló con la guardia baja. Cuando hicimos contacto visual, algo pasó. No creo que ninguna se diera cuenta de lo cerca que estábamos entre sí, pero de pronto se vio atrapada en un momento que no pudo resistir, y yo en uno del que no podía escapar.
Esto es todo, pensé mientras la respiración de Lena comenzó a acelerarse. Mi primer beso.
No había forma de detenerlo. Creo que ella lo intentó porque susurró mi nombre, como si no pudiera evitarlo, cuando empezó a inclinarse, casi como si me rogara que rompiese la conexión. Pero no podía.
Al final fue mi hermana la que nos regresó - Yulia - gritó desde el otro lado de la habitación. Su voz hizo añicos el momento entre nosotras.
- Yul, ¿dónde estás? Tu estúpida pelea está comenzando. ¿Alguien ha visto a la chica del cumpleaños?
Casi salté de mi piel y le llevó a Lena un segundo sacudirse de su aturdimiento. No estaba segura de si estar decepcionada o aliviada. Es decir, ¿realmente quería que mi primer beso fuese con alguien que me daba miedo? ¿Alguien que muy bien podría estar matando a chicas inocentes en su tiempo libre?
¿Alguien a la que realmente le gustaba, y que seguía y seguía intentándolo duramente a pesar de mis desprecios?
No tenía ni idea
- ¿Dijo lucha? - preguntó Lena, rompiendo mis pensamientos.
Me alegré por el tema seguro y asentí - Sí.
- ¿Las preliminares de la UFC? - preguntó entusiasmadamente de esta manera realmente adorable - ¿Te gustan las peleas?
- Debí suponer que eras una gran fan de la UFC - dije - Por tal y como golpeas el saco de tu garaje.
- Tuve la oportunidad de entrenar con Georges St. Pierre el año pasado. Me metió bastante en ellas.
Lena se encogió de hombros como si no fuera gran cosa, pero déjame decirte, entrenar con Georges St. Pierre no es no gran cosa - ¡De ninguna maldita manera! ¡Eso es increíble! - Me levanté y comencé a arrastrarla a través de la casa en busca de la pelea. Ahora entiendo por qué me encanta tanto verte entrenar.
Lena se detuvo bruscamente y arqueó su ceja perforada. Me tomó un segundo para averiguar cuál era su problema, pero entonces mi mandíbula cayó - No lo hice - ¡No acababa de decir eso en alto!
- Sabes, Volkova - dijo, sin molestarse en ocultar lo mucho que disfrutaba de este momento - No tienes por qué observarme desde tu dormitorio. Eres bienvenida a unirte en cualquier momento. Estaría encantada de mostrarte algunas cosas.
No podía pensar en nada que decir. Me quedé allí, luchando contra el impulso de enfermar hasta que Lena ya no pudo contener más la risa - Vamos - dijo, tirando de mi mano - Te comentaré el detrás-de- las-escenas.
Cuando llegamos a la sala de grabación, en la cual Aleksey ya estaba acomodado, seguía sintiéndome más allá de mortificada. Luego, para empeorar las cosas, tanto Kris como Aleksey inmediatamente se centraron en la mano. O, con más precisión, en cómo seguía aferrada a Lena.
- He encontrado a otra fan de la UFC - expliqué, soltando la mano de Lena como si me quemara.
No pude leer la expresión de Alek, pero la mirada en el rostro de mi hermana fue de sorpresa y molestia. Después de echarme un rápido vistazo, sonrió enormemente - ¡Lena! ¡Estoy tan contenta de que vinieras!
Kris le saludó con un abrazo y de alguna forma se las arregló para colocarse entre las dos cuando la soltó - ¿Así que sabes sobre lucha? - le preguntó. Cuando se encogió de hombros, tejió su brazo con el de ella - ¡Bien! Porque estoy tan perdida. Necesito a alguien que me lo explique.
Lena me lanzó una mirada inquisitiva, pero simplemente rodé los ojos con simpatía. Sabía por qué mi hermana actuaba toda coqueta con ella, pero no quería explicarle su plan de casamentera. Especialmente no con Alyósha sentado justo aquí.
Por supuesto, resultó que no tuve que explicarle nada a Lena, porque cuando Kris la arrastró al sofá con ella, "accidentalmente" me chocó, empujándome directamente a Aleksey. La habría matado si no estuviera completamente preocupada por el hecho de que ahora estaba en el regazo de Alek. Ummm, sí, eso no fue un poco torpe ni nada.
- ¿Alguien coló un barril y no me enteré? - Se rió Aleksey mientras me deslizaba en el asiento vacío junto a él - Porque estoy bastante seguro de que por lo general tienes más coordinación que eso, Yulia.
- No me caí, imbécil - Me apoyé en él para mirar a mi hermana- Me empujaron.
- Caray, Yul. Fue un accidente. Lo siento. ¿Importa tanto?
Bien, así que no fue un accidente. Kris no era exactamente la reina de lo sutil y era obvio para Lena lo que acababa de hacer. Lo sabía, porque la miraba más duramente de lo que jamás había visto.
Y eso ya es mucho decir, teniendo en cuenta todas las veces en las que la había llamado psicópata a la cara.
Pero al menos, Aleksey parecía completamente ajeno a todo - Sí, ¿qué te pasa esta noche, Yulia? Estás de tan mal humor. Siéntate y relájate ya.
Sintiéndome algo derrotada - Simplemente no me siento del todo bien - me hundí en el sofá con un largo suspiro. El problema de esto fue que Aleksey había apoyado el brazo en el respaldo y cuando me recosté, mi cabeza se posó en él. Ahora bien, para alguien que no lo supiera mejor, podría interpretarse como que estaba abrazada a él, pero volverme loca y moverme me haría quedar como un idiota, así que me quedé donde estaba y dejé que él lo moviese. Extrañamente, no lo hizo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Muy bueno el capitulo por fin julia esta siendo más amable con lena ese primer beso esta cerca ????????espero subas más pronto pronto.
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
FELIZ SÁBADO Y NOS LEEMOS DE NUEVO EL LUNES!!!
Capítulo 13: En la fiesta: Primer Beso
No pasó mucho tiempo antes de que la sala de estar, se llenara con entusiastas observadores de lucha. Incluso mi hermana había chillado de miedo o repugnancia cada vez que había un golpe asombroso. La única persona incapaz de ser absorbida en la lucha verdaderamente. Así es, yo. La persona que pidió encenderla en el primer lugar.
Y, ¿sabes por qué no puedo relajarme y disfrutar? Aleksey, ese es el porqué. Él y su estúpido brazo que aún no se había molestado en mover. Quiero decir, dejándolo allí era básicamente como ponerlo a mí alrededor. Ya sabes, algo así. Sí, fue allí primero, pero... La estúpida cosa tenía que estar dormida por ahora, así que ¿por qué no lo había movido? ¿Significaba eso que Aleksey quería su brazo a mí alrededor? ¿Yo quería el brazo de Aleksey alrededor mío? ¿Qué pensaría Lena sobre esto? Y, ¿por qué en la Tierra me importaba lo que Lena pensara de esto?
Si Kristina tenía razón y Aleksey me gustaba, entonces debería estar feliz por eso. ¿No debería? Quiero decir, ella es la mejor -más segura- opción. Excepto que Lena no es una opción, es una psicópata. ¿No es así?
Y, de nuevo, ¿cómo en el mundo Lena consiguió entrar en este debate? Esto se suponía que era sobre Aleksey y su estúpido brazo. Salvo que Lena y yo habíamos hablado y era casi normal, así que ahora me sentía completamente curiosa de hablar con ella de nuevo.
Ya sabes, sólo ver si podía ser semi-normal dos veces seguidas. No porque me gustara o algo así.
Está bien, voy a admitir que estaba obsesionándome con esto, pero al menos no fue por mucho tiempo. Solamente habíamos visto la pelea por tal vez diez minutos, cuando Sveta entró en la sala de estar y apagó la televisión, alegando que la pelea arruinaba la fiesta. Ignoró todas las airadas protestas y giró en algún estúpido remix de baile de alguna, incluso más estúpida, canción pop. Luego, tomó al tipo aceptable más cercano y comenzó a bailar con él. Varias de las otras chicas hicieron lo mismo y pronto lo que antes se asemejaba a una noche de pelea ahora parecía más una fiesta de baile. En serio, todo lo que necesitaba era una máquina de humo y una luz estroboscópica.
Kristina se levantó para unirse a la fiesta y Lena se levantó con ella. Creo que iba a invitarme a mí a bailar porque me miraba directamente a los ojos cuando empezó a tender su mano, pero antes de que pudiera decir algo, mi hermana deslizó su brazo por el suyo y dijo - Vamos, Lena. ¿Por qué no me muestras cómo bailan en San Petersburgo?
Ese destello familiar de odio, barrió el rostro de Lena tan rápido que Kris se lo perdió. Yo no, sin embargo, así que asentí con la cabeza (alentadoramente, esperaba) y modulé: Sólo ve.
Lena no parecía feliz, pero dejó que mi hermana la llevara.
- ¿Qué fue todo eso? - preguntó Aleksey cuando ya se habían ido.
- Nada - dije - Kris sólo metía su nariz donde no le incumbe y esta vez va a estallar en su rostro si no tiene cuidado.
- ¿Kristina entrometida? - Alek se rió - ¿En cuáles asuntos, exactamente?
- Míos, por supuesto, como siempre. Y en los de Lena. Y ahora en los tuyos también.
- ¿Míos? - preguntó Alek - ¿Cómo está Kris entrometiéndose en mis...?
La voz del chico se fue apagando mientras se daba cuenta de que éramos las únicas dos personas que aún se encontraban sentadas en el sofá y que no estábamos sentados exactamente en extremos opuestos. Me reí cuando me miró, un poco pálido.
- ¿Lo captaste todo ahora, Einstein? - bromeé - Estoy bastante segura de que les dijo a todos su plan, también. ¿Observaste como todos están convenientemente ignorándonos?
Alek miró, sorprendido. Estábamos sentados solos en el único sofá en una habitación repleta de gente y sorprendentemente nadie nos molestaba. Demasiado sorprendente. Algunos nos observaban mientras trataban de fingir que no. Y luego, estaba Vladimir, quien no fingía. Hizo gestos sugestivos cuando pasó a captar nuestra atención.
- ¿Ves? - le dije a Aleksey, dándole a Vladimir una sugerencia con un gesto de mi mano - Todos tratan de averiguar lo que pasa con nosotros y, lamento decir que, tú estás aún empezando a que me empiece a preguntar con todo el coqueteo y los mimos. En serio, ¿estás en mí o algo así?
La mandíbula de Alek cayó floja casi al mismo tiempo que se daba cuenta que su brazo aún se encontraba envuelto en el respaldo del sofá detrás de mí. Cuando sus ojos se abrieron enormes y lentamente sacó su brazo de vuelta a la seguridad, me eché a reír - Relájate Petrov, sólo estoy bromeando - Me reía tan duro que lágrimas comenzaron a formarse en mis ojos - Quiero decir, no en la parte de Kris tratando de engancharnos, ella está haciendo eso totalmente. Pero no tengo miedo de que estés tratando de tirarme los galgos o algo así. Oh, no, ¡deberías ver tu cara ahora!
Le di a la pierna de Alek una palmadita mientras daba un salto y entonces, me eché a reír todo el camino hacia el patio trasero de Sveta donde podía conseguir un poco de aire.
Tenía la esperanza de un poco de paz y tranquilidad, pero había tanta gente afuera como dentro. A diferencia del lago la semana pasada, donde había todo ese viento que viene de la aguas, todavía seguía realmente caliente afuera esta noche, así que la piscina parecía ser un lugar bastante frecuentado. Al menos, la mayoría de los niños que nadaban pertenecían a la multitud de Kristina... mis amigos eran más del tipo de futbolito y cheespuffs así que aparte de los ocasionales deseos de cumpleaños, me dejaron en paz.
Me senté en el columpio del patio y vi un montón de suspensorios tratando de impresionar a las chicas en bikini, haciendo volteretas hacia atrás desde el trampolín.
- ¡Ahí estás!
Había tenido tal vez dos minutos de libertad - Es por eso que no hago fiestas - gemí mientras Ruslán se sentaba en el columpio a mi lado y me daba un vaso rojo de plástico. Coca cola dietética. Asqueroso - ¿No te abandoné una vez ya?
Ruslán se echo a reír como si estuviera bromeando excepto que, sí, no lo hacía y entonces comenzó disertando sobre estupideces sin sentido. Así que fue un pequeño milagro cuando el teléfono celular de mi hermana sonó.
- No me llamaste cuando llegaste allí - me saludó mi papá cuando contesté el teléfono.
- Lo siento, papá. Me distraje un poco. Sabes lo que Kris me hizo, ¿no?
- Sí. Lo siento por eso, nena. Quería darte un mano, pero tú hermana y tú madre me habrían matado - Suspiré.
- Si te hace sentir mejor, hubiera preferido estar en casa viendo la pelea contigo.
- Lo sé - Rió entre dientes mi papá - Pero no te preocupes. Estoy grabándolo por ti.
- Dulce.
- Bueno, debería dejarte volver a tu fiesta ahora. Sólo quería asegurarme de que estás bien.
- Estoy bien. Sin asesinos en serie presentes. Y, sí, antes de que preguntes, los padres de Sveta están en casa. Tampoco hay droga, sin alcohol, y un montón de chicas bonitas aquí que distraen a todos los chicos, y el hecho de que estoy usando un estúpido vestido.
- Muy graciosa. Sólo recuerda: casa antes de la medianoche - Sentí el impulso de suspirar de nuevo - Desearía que hubieras dicho diez - me quejé, haciendo que mi papá riera otra vez.
- Sobrevivirás. Lo prometo.
- Sí, sí. Adiós papá.
Me reí para mis adentros mientras colgaba el teléfono, sorprendida de que mi papá me hiciera sentir un poco mejor. La sensación no duró mucho, sin embargo, porque Ruslán aún se encontraba allí haciendo preguntas tontas como - Oye, ¿ese es el nuevo Iphone? ¿Puedo verlo?
- Solo si te vas a callar - dije y le entregué el celular. No lo hizo.
- Eso fue bastante suave con tu papá - dijo, con los ojos pegados al teléfono de Kris. Estaba tan mal como ella. En serio, no entiendo la obsesión con los teléfonos celulares.
- ¿Qué fue suave?
- Lo que dijiste acerca de no chicos prestándote atención cuando realmente ha habido tantos que no creí que tendría la oportunidad de hablar contigo en absoluto.
- No soy tan afortunada - me quejé.
Ruslán se rió de nuevo y me regresó el teléfono de mi hermana - Aquí, programé mi número allí para ti, así que si te pierdo otra vez, puedes llamarme.
- Sí, está bien, seguro.
Una vez más, Ruslán se perdió mi sarcasmo y siguió diciéndome cuan caliente me veía en mi bonito vestido nuevo.
Estaba tan desesperada por ignorarlo que decidí afrontar la bebida sin azúcar que tenía en la mano, pero mientras llevaba el vaso a mis labios, sentí una mano frotar mi hombro. El toque me puso la piel de gallina, lo que significaba solamente una cosa.
Miré por encima de mi hombro y Lena se encontraba allí. Estaba de espaldas a mí, hablando a un par de chicas, pero estaba segura de que su toque había sido intencional. No era raro, sin embargo, fue como si no quisiera interrumpirme, sólo quería que supiera que estaba allí. Lo extraño era cuan confortante me era su presencia.
No estoy segura de cuándo sucedió, pero realmente no me sentía asustada de Lena nunca más. Ahora sólo sentía curiosidad. Necesitaba deshacerme de Ruslán para que pudiera hablar con ella de nuevo - Hombre, se está haciendo tarde - dije con un falso bostezo que se volvió real, esta fiesta me agotaba - Creo que me voy a buscar a mi hermana.
Empecé a ponerme de pie, pero Ruslán pasó su brazo alrededor de mis hombros - ¿Estás lista para irte? Podría llevarte a casa si lo deseas.
Sí. Como si eso fuera a suceder.
Me senté de nuevo con un suspiro. Ruslán era como una sanguijuela. Cada vez que me alejaba, se aferraba con más fuerza - Ahora que lo pienso - dije, tratando una táctica diferente - Dudo que pueda ir a cualquier parte, soy la chica del cumpleaños y todo eso. Probablemente hay un montón de velas que se supone que debo soplar en alguna parte. Será mejor ir a averiguar.
El brazo de Ruslán sobre mi hombro me sujetaba lo suficientemente fuerte para hacer a mi temperamento arder - Tengo una mejor idea - dijo. Entonces, era demasiado estúpido para tomar mis insultos, pero no demasiado estúpido para reconocer que estaba a punto de ser abandonado de nuevo - Si necesitas un descanso, estoy seguro que podemos encontrar un lugar agradable y tranquilo para que te relajes hasta que lo necesites. Doy un buen masaje de espalda.
Um, ew.
Solamente tengo tanta paciencia para empezar, y Ruslán la había utilizado oficialmente toda con esa belleza de comentario. Mi mano se cerró alrededor de mi vaso plástico. Tan pronto como me deshiciera de esta soda, él seriamente iba a conseguirlo.
Llevé el vaso a mis labios para resoplar, pero antes de que pudiera, fue eliminado limpiamente de mi mano y aterrizó por todas partes en Ruslán. Por supuesto, sabía quién lo había hecho, pero no creí que fuera prudente para Ruslán averiguar la verdad, así que fingí ser la culpable - ¡Oh, Ruslán! ¡Lo siento mucho! - jadeé. Mi actuación pudo haber sido un poco sobre actuada - ¿Estás enojado?
Ruslán se veía molesto mientras se limpiaba la ropa, pero aún trataba de sonreír - Nah, está bien - dijo. Se rió mientras se ponía de pie - Te diré qué. Voy a ver si puedo limpiar un poco, entonces te traeré una nueva bebida. Tal vez un RedBull, algo con que te anime un poco.
- Buena idea.
- Regresaré. No vayas a ninguna parte.
- No lo haré - prometí. Y yo tampoco. No tenía que hacerlo. Tan pronto como se fue, Lena tomó su lugar.
- ¿No hay nada en tu vestido nuevo, no? - preguntó, obviamente muy satisfecha consigo misma.
- No, tu objetivo fue perfecto. Pero no debiste haber hecho eso. Si Ruslán te hubiera visto, se hubiera ido sobre tí.
Lena rodó los ojos, claramente no se preocupaba por la idea de tener una pelea con Ruslán, a pesar de que el chico era más grande que ella - Regla de fiesta número uno, Volkova. Nunca bebas algo que alguien te entregó a menos que lo abras por ti misma.
Lena mágicamente me entregó una lata sin abrir de Dr. Pepper, la que acepté con entusiasmo. Me había acabado la mitad de ésta antes de darme cuenta de su significado - ¿Crees que Ruslán puso algo en esa bebida? - pregunté, un poco conmocionada por la sugerencia.
- Nunca se sabe - Lena se encogió de hombros - Además, no me gusta ese tipo.
Me resistí a la tentación de sonreír y traté de sonar fuerte cuando dije - Eso no fue muy amable de tu parte.
- En realidad, pensé que fue extremadamente generoso.
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Estuviste o no, a punto de darle un puñetazo? - Lena echó una mirada a mi rostro y sonrió Le hice al tipo un favor. Salvarlo de la vergüenza de ser golpeado por una chica.
- Todavía. Realmente iba a disfrutar golpeando a ese mujeriego.
La pelirroja y yo nos reímos mucho y cuando nos calmamos me devané los sesos por algo que decir. Temía que si las cosas se tranquilizaban, esto se volvería incómodo. La pasábamos tan bien este momento. No quería arruinar eso - Buenas noticias - le dije - Mi papá está grabando las preliminares para mí, así que no nos las perdimos después de todo.
- ¿Nos? - Hizo eco, con recelo. Su duda me hizo sonrojar.
- Sí, bueno, ya sabes... sólo quería decir...
Lena siguió mirándome, fingiendo que no sabía de lo que hablaba - ¿Sólo querías decir...? pidió.
Me iba a hacer decirlo. La idiota. Tanto por no dejar que las cosas se vuelvan incómodas. Yo invitándola a venir y ver la pelea era básicamente como una cita, y ella lo sabía totalmente.
Nunca en mi vida he llegado cerca siquiera a pedirle a una persona salir y estaría dispuesta a apostar que Lena sabía eso también. Quería cambiar de tema sólo para fastidiarla, excepto que sería realmente divertido ver las peleas con alguien que está actualmente entrenando con los luchadores. Además, podía ser agradable pasar algún tiempo con Lena que era, en realidad, por elección.
Miré a la chica de nuevo. Sip, aún está mirándome. Esperando con mucha paciencia para que, oficialmente la invite a pasar rato conmigo. Excepto que, a juzgar por la expresión de su rostro, en realidad, no creo que quisiera oírlo con el fin de verme retorcerme. Creo que necesitaba escucharlo para ver si realmente lo quería decir.
Lo pensé muy rápidamente y decidí que lo quería decir. Sólo, no estaba segura de poder sacarlo. No seas una cobarde, Yulia. Respiré hondo y solté el aire en un bufido - Realmente me gustaría que vinieras y veas la pelea conmigo mañana, ¿de acuerdo?
Me encogí, esperando que Lena se riera a cuan irritada sonaba. Cosa que hizo inmediatamente - Hablas en serio, ¿De verdad? Quieres salir conmigo.
Sentí el calor subir a mi rostro, así que la fulminé con la mirada - Todavía me reservo el derecho a cambiar de opinión si te pones psicópata conmigo otra vez.
Se echó a reír - Bueno, entonces. Es una cita.
¿Es una cita? Lo había dicho en broma, pero dudaba seriamente que se refiriera de esa manera. Apenas, podía contenerse de tocarme cuando pensaba que la odiaba. No podía ni siquiera imaginar lo que sería si pensaba que estaba bien - Ahora que pienso en ello - dije, mi estómago derrumbándose inmediatamente - No creo que sea una buena idea. No importa.
- Volkova, te prometí que no me pondría psicópata contigo.
- No eres tú quien me preocupa. Bueno, no solamente tú. Si vienes actuando toda obsesionada-enferma de amor-acosadora como lo haces...- Lena frunció el ceño ante mi elección de palabras, pero oye, a veces la verdad duele - Lo siento, pero lo haces - dije - y en serio, dudo que mi papá pueda manejarlo. Sobre todo en estos momentos. Él exactamente no tomó el estúpido cambio de imagen de Kris con gracia. Casi no me deja salir de la casa a mi propia fiesta de cumpleaños.
Ella se olvidó de mi insulto y se rió - Bueno, no puedo realmente culparle por eso. No te hubiera querido dejar ir tampoco.
Extendió la mano y distraídamente tiró un mechón de mi cabello entre sus dedos. Me sorprendí cuando no me inmuté en alejarme de ella - Te ves hermosa esta noche - dijo - Realmente me gusta como tu cabello cae alrededor de tu rostro, así.
Enrolló mi cabello alrededor de su dedo y luego lo dejó caer contra mi mejilla. Entonces, tomó un momento para mirarme de la cabeza a los pies y frunció el ceño mientras pensaba - Curiosamente, puedo prescindir del vestido. Luce genial, pero me gustas más cuando estás completamente en tu zona de comodidad, incluso si eso es sólo una camiseta y vaqueros. No hay nada más sexy que tu confianza.
No podría haber ocultado mi conmoción si mi vida hubiera dependido de ello. Nunca nadie dijo la palabra sexy en frente de mí, mucho menos usarla como una forma de describirme.
- En realidad - dijo Lena, sonriendo ante la expresión en mi cara - Tu inocencia es bastante sexy, también.
Deseaba que hubiera dejado de usar esa palabra. Esto me ponía increíblemente nerviosa, y mis nervios sólo parecían alentar a la pelirroja. Lo cual era lo que pasaba ahora mismo. Se había girado hacia mí, poniendo un brazo en el respaldo del columpio detrás de mí, y estaba oficialmente inclinándose - Peligrosamente sexy - Y ahí esa palabra de nuevo - Me hace querer hacer... cosas...
- Um, ¿cosas? - ¿Cosas tipo Acuchillador de los Sábados por la Noche? ¿O cosas tipo de chicas adolescentes hormonales?
- Cosas divertidas - me aseguró. Como si eso respondiera mi pregunta. La mirada de Lena se mantuvo revoloteando de ida y vuelta entre mis ojos y mi boca. Está bien, esto es todo, me dije a mí misma. Ahora ella va a besarme. Si no quieres, es mejor que la detengas ahora.
Sí, ¿como si hubiera podido hacer algo para detenerla? Me encontraba congelada y rígida. No podía pensar. No podía moverme. No podía ni respirar. Todo lo que sabía era que, por cada parte de mí que gritaba que huyera de ella, habían ya muchas partes de mí que directamente la querían.
Esperé, conteniendo la respiración y temblando lo suficiente, tanto que Lena tuvo que haberlo sentido, pero no hizo ningún movimiento, no podía entender. ¿Por qué no sólo lo hace? Era evidente que quería, y yo no emitía ninguna vibra mantente-lejos-de-mí en este momento. Al menos, no lo creo.
De alguna manera, Lena sabía exactamente lo que pensaba - No ahora, Yulia. Aún no estás del todo lista.
Dejé escapar el aliento que había estado conteniendo. ¿Alivio? ¿Decepción?
Alivio.
Definitivamente alivio.
Bueno, más alivio que decepción.
- No te preocupes - continuó - Cuando estés lista, no voy a titubear.
Lena se echó hacia atrás, permitiendo que el estado de ánimo se aligerara de nuevo. Se rió y dijo - Pero probablemente voy a encerrar a tu hermana en un armario primero. ¿Has notado cómo ha estado en todas partes esta noche?
Esto me hizo reír, y me sentía más que feliz de tener la tensión lejos - Por supuesto que sí - dije - Está haciendo un gran esfuerzo por mantenerte lejos de mí.
- ¿Por qué? Pensé que ella estaba de mi lado.
- Antes - le aseguré.
- ¿Antes?
Asentí con la cabeza - Ella está sobre ti. No lo tomes como algo personal. Kris es muy voluble. Además, realmente se cansó de mí peleando con ella por ti y ha pasado de alguien que piensa que no voy a resistir tanto.
Muchacho era la cosa incorrecta que jamás debía decir. Los ojos de Lena se estrecharon fuertemente - ¡Está tratando de instalarte con Señor-somos-sólo-amigos-incluso-aunque-voy-a-dejarlo-ir-a-casa-y-abrazarnos- en-el-sofá-juntos! - acusó, indignada.
- Algunas personas lo llaman Aleksey - solté, molesta con su actitud -Y no nos abrazamos.
Los ojos de Lena rodaron hasta la cima - Por favor. Te sentaste en su regazo.
- ¡Me empujaron! Y eso fue tu culpa de todas formas. Fueron tus estúpidos celos en el restaurante lo que le dio a Kris la idea en primer lugar.
- Eso fue completamente justificado - argumentó - Compartías las papas del tipo cuando se suponía que fuera conmigo.
De acuerdo, eso era cierto. Y fue completamente grosero de mi parte, eso es algo por lo que lo había hecho - Lo que sea - dije, moviendo la mano con desdén - ¿Por qué discutimos por esto de todos modos?
La ira de Lena se desvaneció y fue sustituida por una extraña desesperación - Porque te vas a enamorar de él, Yulia. Los he visto a los dos juntos y Kristina tiene razón. Si está realmente intentando engancharte a chicos, él no va a necesitar mucho convencimiento y no te le resistirás.
Lena parecía tan preocupada de que Aleksey me fuera a robar de ella, que casi me echo a reír. Era una especie de adorable. Dejé caer mi actitud y bromeé - Te resisto bastante bien, ¿no?
- Por ahora. Pero no puedes mantenerlo por siempre.
Eso sonaba un poco como una amenaza, por lo que en un intento de mantener la luz del estado de ánimo, dije - A menos que, como dices, Kris convenza a Aleksey de que me gusta y me barra los pies antes de que lo manejes.
- ¡Él no puede tenerte! - explotó, su temperamento finalmente consiguiendo lo mejor de ella - ¡No lo permitiré!
Tomó ese rastro Psico-acosador de nuevo, así que me escabullí de ella tan lejos como pude - ¿Estás bien, Lena? Tal vez deberíamos mantener las conversaciones cortas por ahora. Trabajar nuestro camino, hasta ser amigas.
- Yulia, ¡espera! - Lena agarró mi muñeca antes de que pudiera irme - Lo siento - respiró profundamente, dispuesta a calmarse - Lo siento - dijo de nuevo. Se veía tan frustrada que le tomó un tiempo encontrar las palabras - Yo... es que Aleksey... tú no... si él necesita a Kristina para señalarle cuan especial eres, entonces no te merece.
No sabía que decir. Probablemente era la mejor cosa que nadie había dicho nunca de mí. Definitivamente la más romántica. Me sonrojé y ni siquiera me importaba.
Lena soltó mi muñeca y en su lugar puso una de mis manos entre las suyas - Yulia, no creo que entiendas lo mucho...
- ¡Yulia! - gritó mi hermana, apareciendo de la nada - ¿Estás tratando de ser el peor invitado-de-honor?
Aleksey se encontraba con mi hermana. La dejó que hablara y sólo se conformó con mirarme con curiosidad. Su mirada se deslizó a Lena y pasó de cuidado a sospecha.
Volví a mirar a la pelirroja justo a tiempo para verla hundirse de nuevo en la derrota. Miró sus manos vacías y me di cuenta de que había arrancado la mía al segundo que había escuchado la voz de mi hermana. La decepción de Lena me hizo desear que hubiera alguna forma en que pudiera ponerla de vuelta. Por no hablar, ahora no tenía ni idea de qué había estado a punto de decir. Y quería saberlo. Quería saber más. Muchas gracias, Kristina.
- ¿Por qué estás escondiéndote aquí? - preguntó.
- No me estoy escondiendo de nadie. ¿Me ves escondida? Aunque, probablemente debería estar escondida de Ruslán.
- Bueno, deja de hacerlo de todos modos. Es hora del pastel. Tienes que venir a soplar las velas.
Gemí - Ugh. ¿Pueden sólo hacerlo sin mí? A todo el mundo que le importa que esté en esta fiesta.
Kris levantó las manos en el aire - En serio. ¿Por qué me molesto? - Lanzó una mirada desesperada a Aleksey - ¿Un poco de ayuda aquí?
Alek se echó a reír y me extendió su mano - Absórbelo, Yulia. Quince minutos más. Soplas algunas velas, comes un trozo de pastel y luego, te llevaré a casa.
Dejé que Alek me pusiera de pie y Lena inmediatamente hizo lo mismo. Le di una mirada de '¿Qué puedes hacer?' y luego me dirigí hacia el interior. Conseguí más de un metro antes de que Alek me jalara para detenerme - Espera un minuto.
Lena se detuvo al sonido de la voz del chico, pero antes de que cualquiera de nosotras pudiera preguntar qué pasaba, Kris enlazó su brazo en el de la pelirroja - Vamos, puedes ayudarme a encender las velas - le dijo. Un poco demasiado entusiasta. Lena me miró mientras Kris la arrastraba adentro. Me retaba a que detuviera mi hermana, salvarla e incluso reclamarla, pero no podía.
También fui arrojada por el hecho de que Aleksey me detenía por alguna razón. Incluso más extraño, no me había agarrado por el hombro o la coleta o algo, había agarrado mi mano. Y aún la sostenía.
- ¿Cuál es el problema? - pregunté, quitando mi mano.
- No hay problema, exactamente - Aleksey estaba totalmente en algo. Miró hacia la casa donde todo el mundo se reunía justo al otro lado de la puerta corredera de cristal. Esperé con expectación, y cuando se giró hacia mí, dijo - Relájate como por dos minutos, Yulia.
- Amigo. Realmente no creo que pueda manejar más sorpresas esta noche, así que si están haciendo algo ahí, sólo llévame a casa ahora.
- Nah, no es nada de eso. Sólo quería hablar contigo - El chico se encogió de hombros torpemente .- Hablé con tú hermana.
- ¿Sí? - Solté una carcajada - ¿Te hizo más estúpido? Porque tiene ese efecto en la gente.
No entendí la sonrisa que Aleksey me dio por eso, pero sonrió, luego dijo - Creo que estamos a punto de averiguarlo.
Y entonces, de repente, Aleksey Petrov me besaba.
¡Aleksey Petrov!
¡Besándome!
¡A MI!
No estaba segura de cómo sucedió, o por qué, pero sus labios estaban más que definitivamente en los míos. Al principio, me confundió tanto que no podía moverme. Pero entonces, Aleksey empujó mi labio superior con el suyo, instando a mis labios a abrirse, y mi cuerpo se encontraba en tal estado de conmoción que no podía hacer nada sino seguir órdenes.
Puede que haya estado haciendo mal, pero le devolví el beso. ¡Aleksey!
Mi primer beso fue con Aleksey Petrov. Hacía que mi cabeza diera vueltas. Pero no en la forma en que los primeros besos se supone que hacen girar la cabeza, estoy bastante segura. De otra manera besar estaría muy sobrevalorado.
No tengo ni idea de cuánto tiempo estuvimos allí besándonos, pero después de que había terminado, sentí como una eternidad antes de que nadie dijera nada. Aleksey se apartó y me miró con una expresión cuidadosa, esperando por algún tipo de respuesta "cualquier tipo de respuesta."de mí. No la recibió. Sólo podía estar de pie, boquiabierta ante él.
Eventualmente, arrugó la nariz y dijo - Extraño, ¿cierto?
- ¿Eso crees? - jadeé - ¿Por qué hiciste eso?
- No lo sé. Parecía una buena idea en ese momento.
- Felicidades. Kristina te hizo más estúpido.
- Lo que sea. Eres la que lo sacó antes. Te culpo - Aleksey se rió - Ni siquiera había pensado en ello antes.
- Te dije que mi hermana trataba de engancharnos y, ¿pensaste que era una buena idea?
- Bueno, no. No al principio. Pero luego hablé con ella, y no lo sé. Ella le dio sentido. Algo así como la idea de una novia que pueda sostenerla como propia en un juego de uno-contra-uno y que le encantaría ver una pelea conmigo. Pensé que no podría doler darle una oportunidad.
Excepto que había dolido. Aleksey Petrov había robado mi primer beso. Robado y arruinado no es que pareció darse cuenta de ello.
Nunca pensé que hubiera sido el tipo de chica que se preocuparía por algo como eso, pero me sentía sorprendidamente molesta. No iba a permitir a él ver cómo me sentía, sin embargo, así que negué con la cabeza, casi con lástima, y murmuré - Vamos, idiota. Necesito algo de pastel.
Entré a la casa de Sveta con la esperanza de encontrar a Lena, pero no pude conseguir pasar el muro de gente boquiabierta ante Aleksey y yo. Le di a Alyósha una mirada de esto-es-tu-culpa-preocúpate, pero al idiota le encanta torturarme, así que todo lo que hizo fue tirar un brazo alrededor mío, sonreír a nuestra audiencia, y decir - ¿Alguien dijo que había pastel?
Rápidamente apagué mis velas, corté un pedazo de pastel, y luego hice que Aleksey me llevara a casa. Todavía quedaban veinte minutos antes del toque de queda, así que supuse que mi hermana mayor haría un escándalo, pero en realidad no lo hizo. De hecho, estaba tan dispuesta a acogerme que no podía dejar de ser sospechoso.
La encontré sentada en las mismas escaleras en que Lena casi me había besado más temprano. Cuando me vio, saltó sobre sus pies y dijo - ¿Lista para irnos? - Antes de que incluso tuviera que preguntar. Entonces, se dio por vencida como escopeta automática y no dijo una palabra de camino a casa excepto para agradecer a Aleksey por su ayuda. Se abalanzó sobre mí en cuanto llegué a la casa, sin embargo. Empezó a decir algo supongo que sobre Aleksey pero entonces mi mamá entró a la habitación emocionada de escuchar detalles sobre la fiesta.
- ¿Por qué no le dices, ya que mi vida es más tu negocio que el mío, de todos modos? - susurré a Kris. Sorprendí a todos nosotros con cuan venenosa soné, supongo que aún me sentía más que un poco molesta - Me voy a la cama.
No sé por qué, pero casi esperaba que fuera a encontrar a Lena en mi habitación cuando llegué allí y estuve defraudada cuando no la vi. Cerré mi puerta como una advertencia para que Kris se mantuviera alejada y, luego fui a mi ventana. El auto de Lena no había regresado todavía.
Suspiré. La pecosa había desaparecido de la fiesta antes de que tuviera la oportunidad de encontrarla y sabía que tenía que estar loca. Esperé por un rato, deseando que hubiera llegado a casa y pudiera explicar. Quería que supiera que no había nada entre Aleksey y yo. Más que eso, necesitaba que supiera la verdad.
No sé por qué, pero he herido constantemente sus sentimientos desde que la conocí, a veces intencionalmente pero esta vez no podía soportar la idea de que le había hecho daño. No había forma de que no hubiera visto lo que pasó. Y después de que había dicho que Aleksey no me merecía, ver ese beso tuvo que doler. Especialmente cuando ella pudo haberme besado primero y se contuvo.
Esperé por más de una hora, pero Lena nunca llegó a casa y caí en un sueño intranquilo.
Capítulo 13: En la fiesta: Primer Beso
No pasó mucho tiempo antes de que la sala de estar, se llenara con entusiastas observadores de lucha. Incluso mi hermana había chillado de miedo o repugnancia cada vez que había un golpe asombroso. La única persona incapaz de ser absorbida en la lucha verdaderamente. Así es, yo. La persona que pidió encenderla en el primer lugar.
Y, ¿sabes por qué no puedo relajarme y disfrutar? Aleksey, ese es el porqué. Él y su estúpido brazo que aún no se había molestado en mover. Quiero decir, dejándolo allí era básicamente como ponerlo a mí alrededor. Ya sabes, algo así. Sí, fue allí primero, pero... La estúpida cosa tenía que estar dormida por ahora, así que ¿por qué no lo había movido? ¿Significaba eso que Aleksey quería su brazo a mí alrededor? ¿Yo quería el brazo de Aleksey alrededor mío? ¿Qué pensaría Lena sobre esto? Y, ¿por qué en la Tierra me importaba lo que Lena pensara de esto?
Si Kristina tenía razón y Aleksey me gustaba, entonces debería estar feliz por eso. ¿No debería? Quiero decir, ella es la mejor -más segura- opción. Excepto que Lena no es una opción, es una psicópata. ¿No es así?
Y, de nuevo, ¿cómo en el mundo Lena consiguió entrar en este debate? Esto se suponía que era sobre Aleksey y su estúpido brazo. Salvo que Lena y yo habíamos hablado y era casi normal, así que ahora me sentía completamente curiosa de hablar con ella de nuevo.
Ya sabes, sólo ver si podía ser semi-normal dos veces seguidas. No porque me gustara o algo así.
Está bien, voy a admitir que estaba obsesionándome con esto, pero al menos no fue por mucho tiempo. Solamente habíamos visto la pelea por tal vez diez minutos, cuando Sveta entró en la sala de estar y apagó la televisión, alegando que la pelea arruinaba la fiesta. Ignoró todas las airadas protestas y giró en algún estúpido remix de baile de alguna, incluso más estúpida, canción pop. Luego, tomó al tipo aceptable más cercano y comenzó a bailar con él. Varias de las otras chicas hicieron lo mismo y pronto lo que antes se asemejaba a una noche de pelea ahora parecía más una fiesta de baile. En serio, todo lo que necesitaba era una máquina de humo y una luz estroboscópica.
Kristina se levantó para unirse a la fiesta y Lena se levantó con ella. Creo que iba a invitarme a mí a bailar porque me miraba directamente a los ojos cuando empezó a tender su mano, pero antes de que pudiera decir algo, mi hermana deslizó su brazo por el suyo y dijo - Vamos, Lena. ¿Por qué no me muestras cómo bailan en San Petersburgo?
Ese destello familiar de odio, barrió el rostro de Lena tan rápido que Kris se lo perdió. Yo no, sin embargo, así que asentí con la cabeza (alentadoramente, esperaba) y modulé: Sólo ve.
Lena no parecía feliz, pero dejó que mi hermana la llevara.
- ¿Qué fue todo eso? - preguntó Aleksey cuando ya se habían ido.
- Nada - dije - Kris sólo metía su nariz donde no le incumbe y esta vez va a estallar en su rostro si no tiene cuidado.
- ¿Kristina entrometida? - Alek se rió - ¿En cuáles asuntos, exactamente?
- Míos, por supuesto, como siempre. Y en los de Lena. Y ahora en los tuyos también.
- ¿Míos? - preguntó Alek - ¿Cómo está Kris entrometiéndose en mis...?
La voz del chico se fue apagando mientras se daba cuenta de que éramos las únicas dos personas que aún se encontraban sentadas en el sofá y que no estábamos sentados exactamente en extremos opuestos. Me reí cuando me miró, un poco pálido.
- ¿Lo captaste todo ahora, Einstein? - bromeé - Estoy bastante segura de que les dijo a todos su plan, también. ¿Observaste como todos están convenientemente ignorándonos?
Alek miró, sorprendido. Estábamos sentados solos en el único sofá en una habitación repleta de gente y sorprendentemente nadie nos molestaba. Demasiado sorprendente. Algunos nos observaban mientras trataban de fingir que no. Y luego, estaba Vladimir, quien no fingía. Hizo gestos sugestivos cuando pasó a captar nuestra atención.
- ¿Ves? - le dije a Aleksey, dándole a Vladimir una sugerencia con un gesto de mi mano - Todos tratan de averiguar lo que pasa con nosotros y, lamento decir que, tú estás aún empezando a que me empiece a preguntar con todo el coqueteo y los mimos. En serio, ¿estás en mí o algo así?
La mandíbula de Alek cayó floja casi al mismo tiempo que se daba cuenta que su brazo aún se encontraba envuelto en el respaldo del sofá detrás de mí. Cuando sus ojos se abrieron enormes y lentamente sacó su brazo de vuelta a la seguridad, me eché a reír - Relájate Petrov, sólo estoy bromeando - Me reía tan duro que lágrimas comenzaron a formarse en mis ojos - Quiero decir, no en la parte de Kris tratando de engancharnos, ella está haciendo eso totalmente. Pero no tengo miedo de que estés tratando de tirarme los galgos o algo así. Oh, no, ¡deberías ver tu cara ahora!
Le di a la pierna de Alek una palmadita mientras daba un salto y entonces, me eché a reír todo el camino hacia el patio trasero de Sveta donde podía conseguir un poco de aire.
Tenía la esperanza de un poco de paz y tranquilidad, pero había tanta gente afuera como dentro. A diferencia del lago la semana pasada, donde había todo ese viento que viene de la aguas, todavía seguía realmente caliente afuera esta noche, así que la piscina parecía ser un lugar bastante frecuentado. Al menos, la mayoría de los niños que nadaban pertenecían a la multitud de Kristina... mis amigos eran más del tipo de futbolito y cheespuffs así que aparte de los ocasionales deseos de cumpleaños, me dejaron en paz.
Me senté en el columpio del patio y vi un montón de suspensorios tratando de impresionar a las chicas en bikini, haciendo volteretas hacia atrás desde el trampolín.
- ¡Ahí estás!
Había tenido tal vez dos minutos de libertad - Es por eso que no hago fiestas - gemí mientras Ruslán se sentaba en el columpio a mi lado y me daba un vaso rojo de plástico. Coca cola dietética. Asqueroso - ¿No te abandoné una vez ya?
Ruslán se echo a reír como si estuviera bromeando excepto que, sí, no lo hacía y entonces comenzó disertando sobre estupideces sin sentido. Así que fue un pequeño milagro cuando el teléfono celular de mi hermana sonó.
- No me llamaste cuando llegaste allí - me saludó mi papá cuando contesté el teléfono.
- Lo siento, papá. Me distraje un poco. Sabes lo que Kris me hizo, ¿no?
- Sí. Lo siento por eso, nena. Quería darte un mano, pero tú hermana y tú madre me habrían matado - Suspiré.
- Si te hace sentir mejor, hubiera preferido estar en casa viendo la pelea contigo.
- Lo sé - Rió entre dientes mi papá - Pero no te preocupes. Estoy grabándolo por ti.
- Dulce.
- Bueno, debería dejarte volver a tu fiesta ahora. Sólo quería asegurarme de que estás bien.
- Estoy bien. Sin asesinos en serie presentes. Y, sí, antes de que preguntes, los padres de Sveta están en casa. Tampoco hay droga, sin alcohol, y un montón de chicas bonitas aquí que distraen a todos los chicos, y el hecho de que estoy usando un estúpido vestido.
- Muy graciosa. Sólo recuerda: casa antes de la medianoche - Sentí el impulso de suspirar de nuevo - Desearía que hubieras dicho diez - me quejé, haciendo que mi papá riera otra vez.
- Sobrevivirás. Lo prometo.
- Sí, sí. Adiós papá.
Me reí para mis adentros mientras colgaba el teléfono, sorprendida de que mi papá me hiciera sentir un poco mejor. La sensación no duró mucho, sin embargo, porque Ruslán aún se encontraba allí haciendo preguntas tontas como - Oye, ¿ese es el nuevo Iphone? ¿Puedo verlo?
- Solo si te vas a callar - dije y le entregué el celular. No lo hizo.
- Eso fue bastante suave con tu papá - dijo, con los ojos pegados al teléfono de Kris. Estaba tan mal como ella. En serio, no entiendo la obsesión con los teléfonos celulares.
- ¿Qué fue suave?
- Lo que dijiste acerca de no chicos prestándote atención cuando realmente ha habido tantos que no creí que tendría la oportunidad de hablar contigo en absoluto.
- No soy tan afortunada - me quejé.
Ruslán se rió de nuevo y me regresó el teléfono de mi hermana - Aquí, programé mi número allí para ti, así que si te pierdo otra vez, puedes llamarme.
- Sí, está bien, seguro.
Una vez más, Ruslán se perdió mi sarcasmo y siguió diciéndome cuan caliente me veía en mi bonito vestido nuevo.
Estaba tan desesperada por ignorarlo que decidí afrontar la bebida sin azúcar que tenía en la mano, pero mientras llevaba el vaso a mis labios, sentí una mano frotar mi hombro. El toque me puso la piel de gallina, lo que significaba solamente una cosa.
Miré por encima de mi hombro y Lena se encontraba allí. Estaba de espaldas a mí, hablando a un par de chicas, pero estaba segura de que su toque había sido intencional. No era raro, sin embargo, fue como si no quisiera interrumpirme, sólo quería que supiera que estaba allí. Lo extraño era cuan confortante me era su presencia.
No estoy segura de cuándo sucedió, pero realmente no me sentía asustada de Lena nunca más. Ahora sólo sentía curiosidad. Necesitaba deshacerme de Ruslán para que pudiera hablar con ella de nuevo - Hombre, se está haciendo tarde - dije con un falso bostezo que se volvió real, esta fiesta me agotaba - Creo que me voy a buscar a mi hermana.
Empecé a ponerme de pie, pero Ruslán pasó su brazo alrededor de mis hombros - ¿Estás lista para irte? Podría llevarte a casa si lo deseas.
Sí. Como si eso fuera a suceder.
Me senté de nuevo con un suspiro. Ruslán era como una sanguijuela. Cada vez que me alejaba, se aferraba con más fuerza - Ahora que lo pienso - dije, tratando una táctica diferente - Dudo que pueda ir a cualquier parte, soy la chica del cumpleaños y todo eso. Probablemente hay un montón de velas que se supone que debo soplar en alguna parte. Será mejor ir a averiguar.
El brazo de Ruslán sobre mi hombro me sujetaba lo suficientemente fuerte para hacer a mi temperamento arder - Tengo una mejor idea - dijo. Entonces, era demasiado estúpido para tomar mis insultos, pero no demasiado estúpido para reconocer que estaba a punto de ser abandonado de nuevo - Si necesitas un descanso, estoy seguro que podemos encontrar un lugar agradable y tranquilo para que te relajes hasta que lo necesites. Doy un buen masaje de espalda.
Um, ew.
Solamente tengo tanta paciencia para empezar, y Ruslán la había utilizado oficialmente toda con esa belleza de comentario. Mi mano se cerró alrededor de mi vaso plástico. Tan pronto como me deshiciera de esta soda, él seriamente iba a conseguirlo.
Llevé el vaso a mis labios para resoplar, pero antes de que pudiera, fue eliminado limpiamente de mi mano y aterrizó por todas partes en Ruslán. Por supuesto, sabía quién lo había hecho, pero no creí que fuera prudente para Ruslán averiguar la verdad, así que fingí ser la culpable - ¡Oh, Ruslán! ¡Lo siento mucho! - jadeé. Mi actuación pudo haber sido un poco sobre actuada - ¿Estás enojado?
Ruslán se veía molesto mientras se limpiaba la ropa, pero aún trataba de sonreír - Nah, está bien - dijo. Se rió mientras se ponía de pie - Te diré qué. Voy a ver si puedo limpiar un poco, entonces te traeré una nueva bebida. Tal vez un RedBull, algo con que te anime un poco.
- Buena idea.
- Regresaré. No vayas a ninguna parte.
- No lo haré - prometí. Y yo tampoco. No tenía que hacerlo. Tan pronto como se fue, Lena tomó su lugar.
- ¿No hay nada en tu vestido nuevo, no? - preguntó, obviamente muy satisfecha consigo misma.
- No, tu objetivo fue perfecto. Pero no debiste haber hecho eso. Si Ruslán te hubiera visto, se hubiera ido sobre tí.
Lena rodó los ojos, claramente no se preocupaba por la idea de tener una pelea con Ruslán, a pesar de que el chico era más grande que ella - Regla de fiesta número uno, Volkova. Nunca bebas algo que alguien te entregó a menos que lo abras por ti misma.
Lena mágicamente me entregó una lata sin abrir de Dr. Pepper, la que acepté con entusiasmo. Me había acabado la mitad de ésta antes de darme cuenta de su significado - ¿Crees que Ruslán puso algo en esa bebida? - pregunté, un poco conmocionada por la sugerencia.
- Nunca se sabe - Lena se encogió de hombros - Además, no me gusta ese tipo.
Me resistí a la tentación de sonreír y traté de sonar fuerte cuando dije - Eso no fue muy amable de tu parte.
- En realidad, pensé que fue extremadamente generoso.
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Estuviste o no, a punto de darle un puñetazo? - Lena echó una mirada a mi rostro y sonrió Le hice al tipo un favor. Salvarlo de la vergüenza de ser golpeado por una chica.
- Todavía. Realmente iba a disfrutar golpeando a ese mujeriego.
La pelirroja y yo nos reímos mucho y cuando nos calmamos me devané los sesos por algo que decir. Temía que si las cosas se tranquilizaban, esto se volvería incómodo. La pasábamos tan bien este momento. No quería arruinar eso - Buenas noticias - le dije - Mi papá está grabando las preliminares para mí, así que no nos las perdimos después de todo.
- ¿Nos? - Hizo eco, con recelo. Su duda me hizo sonrojar.
- Sí, bueno, ya sabes... sólo quería decir...
Lena siguió mirándome, fingiendo que no sabía de lo que hablaba - ¿Sólo querías decir...? pidió.
Me iba a hacer decirlo. La idiota. Tanto por no dejar que las cosas se vuelvan incómodas. Yo invitándola a venir y ver la pelea era básicamente como una cita, y ella lo sabía totalmente.
Nunca en mi vida he llegado cerca siquiera a pedirle a una persona salir y estaría dispuesta a apostar que Lena sabía eso también. Quería cambiar de tema sólo para fastidiarla, excepto que sería realmente divertido ver las peleas con alguien que está actualmente entrenando con los luchadores. Además, podía ser agradable pasar algún tiempo con Lena que era, en realidad, por elección.
Miré a la chica de nuevo. Sip, aún está mirándome. Esperando con mucha paciencia para que, oficialmente la invite a pasar rato conmigo. Excepto que, a juzgar por la expresión de su rostro, en realidad, no creo que quisiera oírlo con el fin de verme retorcerme. Creo que necesitaba escucharlo para ver si realmente lo quería decir.
Lo pensé muy rápidamente y decidí que lo quería decir. Sólo, no estaba segura de poder sacarlo. No seas una cobarde, Yulia. Respiré hondo y solté el aire en un bufido - Realmente me gustaría que vinieras y veas la pelea conmigo mañana, ¿de acuerdo?
Me encogí, esperando que Lena se riera a cuan irritada sonaba. Cosa que hizo inmediatamente - Hablas en serio, ¿De verdad? Quieres salir conmigo.
Sentí el calor subir a mi rostro, así que la fulminé con la mirada - Todavía me reservo el derecho a cambiar de opinión si te pones psicópata conmigo otra vez.
Se echó a reír - Bueno, entonces. Es una cita.
¿Es una cita? Lo había dicho en broma, pero dudaba seriamente que se refiriera de esa manera. Apenas, podía contenerse de tocarme cuando pensaba que la odiaba. No podía ni siquiera imaginar lo que sería si pensaba que estaba bien - Ahora que pienso en ello - dije, mi estómago derrumbándose inmediatamente - No creo que sea una buena idea. No importa.
- Volkova, te prometí que no me pondría psicópata contigo.
- No eres tú quien me preocupa. Bueno, no solamente tú. Si vienes actuando toda obsesionada-enferma de amor-acosadora como lo haces...- Lena frunció el ceño ante mi elección de palabras, pero oye, a veces la verdad duele - Lo siento, pero lo haces - dije - y en serio, dudo que mi papá pueda manejarlo. Sobre todo en estos momentos. Él exactamente no tomó el estúpido cambio de imagen de Kris con gracia. Casi no me deja salir de la casa a mi propia fiesta de cumpleaños.
Ella se olvidó de mi insulto y se rió - Bueno, no puedo realmente culparle por eso. No te hubiera querido dejar ir tampoco.
Extendió la mano y distraídamente tiró un mechón de mi cabello entre sus dedos. Me sorprendí cuando no me inmuté en alejarme de ella - Te ves hermosa esta noche - dijo - Realmente me gusta como tu cabello cae alrededor de tu rostro, así.
Enrolló mi cabello alrededor de su dedo y luego lo dejó caer contra mi mejilla. Entonces, tomó un momento para mirarme de la cabeza a los pies y frunció el ceño mientras pensaba - Curiosamente, puedo prescindir del vestido. Luce genial, pero me gustas más cuando estás completamente en tu zona de comodidad, incluso si eso es sólo una camiseta y vaqueros. No hay nada más sexy que tu confianza.
No podría haber ocultado mi conmoción si mi vida hubiera dependido de ello. Nunca nadie dijo la palabra sexy en frente de mí, mucho menos usarla como una forma de describirme.
- En realidad - dijo Lena, sonriendo ante la expresión en mi cara - Tu inocencia es bastante sexy, también.
Deseaba que hubiera dejado de usar esa palabra. Esto me ponía increíblemente nerviosa, y mis nervios sólo parecían alentar a la pelirroja. Lo cual era lo que pasaba ahora mismo. Se había girado hacia mí, poniendo un brazo en el respaldo del columpio detrás de mí, y estaba oficialmente inclinándose - Peligrosamente sexy - Y ahí esa palabra de nuevo - Me hace querer hacer... cosas...
- Um, ¿cosas? - ¿Cosas tipo Acuchillador de los Sábados por la Noche? ¿O cosas tipo de chicas adolescentes hormonales?
- Cosas divertidas - me aseguró. Como si eso respondiera mi pregunta. La mirada de Lena se mantuvo revoloteando de ida y vuelta entre mis ojos y mi boca. Está bien, esto es todo, me dije a mí misma. Ahora ella va a besarme. Si no quieres, es mejor que la detengas ahora.
Sí, ¿como si hubiera podido hacer algo para detenerla? Me encontraba congelada y rígida. No podía pensar. No podía moverme. No podía ni respirar. Todo lo que sabía era que, por cada parte de mí que gritaba que huyera de ella, habían ya muchas partes de mí que directamente la querían.
Esperé, conteniendo la respiración y temblando lo suficiente, tanto que Lena tuvo que haberlo sentido, pero no hizo ningún movimiento, no podía entender. ¿Por qué no sólo lo hace? Era evidente que quería, y yo no emitía ninguna vibra mantente-lejos-de-mí en este momento. Al menos, no lo creo.
De alguna manera, Lena sabía exactamente lo que pensaba - No ahora, Yulia. Aún no estás del todo lista.
Dejé escapar el aliento que había estado conteniendo. ¿Alivio? ¿Decepción?
Alivio.
Definitivamente alivio.
Bueno, más alivio que decepción.
- No te preocupes - continuó - Cuando estés lista, no voy a titubear.
Lena se echó hacia atrás, permitiendo que el estado de ánimo se aligerara de nuevo. Se rió y dijo - Pero probablemente voy a encerrar a tu hermana en un armario primero. ¿Has notado cómo ha estado en todas partes esta noche?
Esto me hizo reír, y me sentía más que feliz de tener la tensión lejos - Por supuesto que sí - dije - Está haciendo un gran esfuerzo por mantenerte lejos de mí.
- ¿Por qué? Pensé que ella estaba de mi lado.
- Antes - le aseguré.
- ¿Antes?
Asentí con la cabeza - Ella está sobre ti. No lo tomes como algo personal. Kris es muy voluble. Además, realmente se cansó de mí peleando con ella por ti y ha pasado de alguien que piensa que no voy a resistir tanto.
Muchacho era la cosa incorrecta que jamás debía decir. Los ojos de Lena se estrecharon fuertemente - ¡Está tratando de instalarte con Señor-somos-sólo-amigos-incluso-aunque-voy-a-dejarlo-ir-a-casa-y-abrazarnos- en-el-sofá-juntos! - acusó, indignada.
- Algunas personas lo llaman Aleksey - solté, molesta con su actitud -Y no nos abrazamos.
Los ojos de Lena rodaron hasta la cima - Por favor. Te sentaste en su regazo.
- ¡Me empujaron! Y eso fue tu culpa de todas formas. Fueron tus estúpidos celos en el restaurante lo que le dio a Kris la idea en primer lugar.
- Eso fue completamente justificado - argumentó - Compartías las papas del tipo cuando se suponía que fuera conmigo.
De acuerdo, eso era cierto. Y fue completamente grosero de mi parte, eso es algo por lo que lo había hecho - Lo que sea - dije, moviendo la mano con desdén - ¿Por qué discutimos por esto de todos modos?
La ira de Lena se desvaneció y fue sustituida por una extraña desesperación - Porque te vas a enamorar de él, Yulia. Los he visto a los dos juntos y Kristina tiene razón. Si está realmente intentando engancharte a chicos, él no va a necesitar mucho convencimiento y no te le resistirás.
Lena parecía tan preocupada de que Aleksey me fuera a robar de ella, que casi me echo a reír. Era una especie de adorable. Dejé caer mi actitud y bromeé - Te resisto bastante bien, ¿no?
- Por ahora. Pero no puedes mantenerlo por siempre.
Eso sonaba un poco como una amenaza, por lo que en un intento de mantener la luz del estado de ánimo, dije - A menos que, como dices, Kris convenza a Aleksey de que me gusta y me barra los pies antes de que lo manejes.
- ¡Él no puede tenerte! - explotó, su temperamento finalmente consiguiendo lo mejor de ella - ¡No lo permitiré!
Tomó ese rastro Psico-acosador de nuevo, así que me escabullí de ella tan lejos como pude - ¿Estás bien, Lena? Tal vez deberíamos mantener las conversaciones cortas por ahora. Trabajar nuestro camino, hasta ser amigas.
- Yulia, ¡espera! - Lena agarró mi muñeca antes de que pudiera irme - Lo siento - respiró profundamente, dispuesta a calmarse - Lo siento - dijo de nuevo. Se veía tan frustrada que le tomó un tiempo encontrar las palabras - Yo... es que Aleksey... tú no... si él necesita a Kristina para señalarle cuan especial eres, entonces no te merece.
No sabía que decir. Probablemente era la mejor cosa que nadie había dicho nunca de mí. Definitivamente la más romántica. Me sonrojé y ni siquiera me importaba.
Lena soltó mi muñeca y en su lugar puso una de mis manos entre las suyas - Yulia, no creo que entiendas lo mucho...
- ¡Yulia! - gritó mi hermana, apareciendo de la nada - ¿Estás tratando de ser el peor invitado-de-honor?
Aleksey se encontraba con mi hermana. La dejó que hablara y sólo se conformó con mirarme con curiosidad. Su mirada se deslizó a Lena y pasó de cuidado a sospecha.
Volví a mirar a la pelirroja justo a tiempo para verla hundirse de nuevo en la derrota. Miró sus manos vacías y me di cuenta de que había arrancado la mía al segundo que había escuchado la voz de mi hermana. La decepción de Lena me hizo desear que hubiera alguna forma en que pudiera ponerla de vuelta. Por no hablar, ahora no tenía ni idea de qué había estado a punto de decir. Y quería saberlo. Quería saber más. Muchas gracias, Kristina.
- ¿Por qué estás escondiéndote aquí? - preguntó.
- No me estoy escondiendo de nadie. ¿Me ves escondida? Aunque, probablemente debería estar escondida de Ruslán.
- Bueno, deja de hacerlo de todos modos. Es hora del pastel. Tienes que venir a soplar las velas.
Gemí - Ugh. ¿Pueden sólo hacerlo sin mí? A todo el mundo que le importa que esté en esta fiesta.
Kris levantó las manos en el aire - En serio. ¿Por qué me molesto? - Lanzó una mirada desesperada a Aleksey - ¿Un poco de ayuda aquí?
Alek se echó a reír y me extendió su mano - Absórbelo, Yulia. Quince minutos más. Soplas algunas velas, comes un trozo de pastel y luego, te llevaré a casa.
Dejé que Alek me pusiera de pie y Lena inmediatamente hizo lo mismo. Le di una mirada de '¿Qué puedes hacer?' y luego me dirigí hacia el interior. Conseguí más de un metro antes de que Alek me jalara para detenerme - Espera un minuto.
Lena se detuvo al sonido de la voz del chico, pero antes de que cualquiera de nosotras pudiera preguntar qué pasaba, Kris enlazó su brazo en el de la pelirroja - Vamos, puedes ayudarme a encender las velas - le dijo. Un poco demasiado entusiasta. Lena me miró mientras Kris la arrastraba adentro. Me retaba a que detuviera mi hermana, salvarla e incluso reclamarla, pero no podía.
También fui arrojada por el hecho de que Aleksey me detenía por alguna razón. Incluso más extraño, no me había agarrado por el hombro o la coleta o algo, había agarrado mi mano. Y aún la sostenía.
- ¿Cuál es el problema? - pregunté, quitando mi mano.
- No hay problema, exactamente - Aleksey estaba totalmente en algo. Miró hacia la casa donde todo el mundo se reunía justo al otro lado de la puerta corredera de cristal. Esperé con expectación, y cuando se giró hacia mí, dijo - Relájate como por dos minutos, Yulia.
- Amigo. Realmente no creo que pueda manejar más sorpresas esta noche, así que si están haciendo algo ahí, sólo llévame a casa ahora.
- Nah, no es nada de eso. Sólo quería hablar contigo - El chico se encogió de hombros torpemente .- Hablé con tú hermana.
- ¿Sí? - Solté una carcajada - ¿Te hizo más estúpido? Porque tiene ese efecto en la gente.
No entendí la sonrisa que Aleksey me dio por eso, pero sonrió, luego dijo - Creo que estamos a punto de averiguarlo.
Y entonces, de repente, Aleksey Petrov me besaba.
¡Aleksey Petrov!
¡Besándome!
¡A MI!
No estaba segura de cómo sucedió, o por qué, pero sus labios estaban más que definitivamente en los míos. Al principio, me confundió tanto que no podía moverme. Pero entonces, Aleksey empujó mi labio superior con el suyo, instando a mis labios a abrirse, y mi cuerpo se encontraba en tal estado de conmoción que no podía hacer nada sino seguir órdenes.
Puede que haya estado haciendo mal, pero le devolví el beso. ¡Aleksey!
Mi primer beso fue con Aleksey Petrov. Hacía que mi cabeza diera vueltas. Pero no en la forma en que los primeros besos se supone que hacen girar la cabeza, estoy bastante segura. De otra manera besar estaría muy sobrevalorado.
No tengo ni idea de cuánto tiempo estuvimos allí besándonos, pero después de que había terminado, sentí como una eternidad antes de que nadie dijera nada. Aleksey se apartó y me miró con una expresión cuidadosa, esperando por algún tipo de respuesta "cualquier tipo de respuesta."de mí. No la recibió. Sólo podía estar de pie, boquiabierta ante él.
Eventualmente, arrugó la nariz y dijo - Extraño, ¿cierto?
- ¿Eso crees? - jadeé - ¿Por qué hiciste eso?
- No lo sé. Parecía una buena idea en ese momento.
- Felicidades. Kristina te hizo más estúpido.
- Lo que sea. Eres la que lo sacó antes. Te culpo - Aleksey se rió - Ni siquiera había pensado en ello antes.
- Te dije que mi hermana trataba de engancharnos y, ¿pensaste que era una buena idea?
- Bueno, no. No al principio. Pero luego hablé con ella, y no lo sé. Ella le dio sentido. Algo así como la idea de una novia que pueda sostenerla como propia en un juego de uno-contra-uno y que le encantaría ver una pelea conmigo. Pensé que no podría doler darle una oportunidad.
Excepto que había dolido. Aleksey Petrov había robado mi primer beso. Robado y arruinado no es que pareció darse cuenta de ello.
Nunca pensé que hubiera sido el tipo de chica que se preocuparía por algo como eso, pero me sentía sorprendidamente molesta. No iba a permitir a él ver cómo me sentía, sin embargo, así que negué con la cabeza, casi con lástima, y murmuré - Vamos, idiota. Necesito algo de pastel.
Entré a la casa de Sveta con la esperanza de encontrar a Lena, pero no pude conseguir pasar el muro de gente boquiabierta ante Aleksey y yo. Le di a Alyósha una mirada de esto-es-tu-culpa-preocúpate, pero al idiota le encanta torturarme, así que todo lo que hizo fue tirar un brazo alrededor mío, sonreír a nuestra audiencia, y decir - ¿Alguien dijo que había pastel?
Rápidamente apagué mis velas, corté un pedazo de pastel, y luego hice que Aleksey me llevara a casa. Todavía quedaban veinte minutos antes del toque de queda, así que supuse que mi hermana mayor haría un escándalo, pero en realidad no lo hizo. De hecho, estaba tan dispuesta a acogerme que no podía dejar de ser sospechoso.
La encontré sentada en las mismas escaleras en que Lena casi me había besado más temprano. Cuando me vio, saltó sobre sus pies y dijo - ¿Lista para irnos? - Antes de que incluso tuviera que preguntar. Entonces, se dio por vencida como escopeta automática y no dijo una palabra de camino a casa excepto para agradecer a Aleksey por su ayuda. Se abalanzó sobre mí en cuanto llegué a la casa, sin embargo. Empezó a decir algo supongo que sobre Aleksey pero entonces mi mamá entró a la habitación emocionada de escuchar detalles sobre la fiesta.
- ¿Por qué no le dices, ya que mi vida es más tu negocio que el mío, de todos modos? - susurré a Kris. Sorprendí a todos nosotros con cuan venenosa soné, supongo que aún me sentía más que un poco molesta - Me voy a la cama.
No sé por qué, pero casi esperaba que fuera a encontrar a Lena en mi habitación cuando llegué allí y estuve defraudada cuando no la vi. Cerré mi puerta como una advertencia para que Kris se mantuviera alejada y, luego fui a mi ventana. El auto de Lena no había regresado todavía.
Suspiré. La pecosa había desaparecido de la fiesta antes de que tuviera la oportunidad de encontrarla y sabía que tenía que estar loca. Esperé por un rato, deseando que hubiera llegado a casa y pudiera explicar. Quería que supiera que no había nada entre Aleksey y yo. Más que eso, necesitaba que supiera la verdad.
No sé por qué, pero he herido constantemente sus sentimientos desde que la conocí, a veces intencionalmente pero esta vez no podía soportar la idea de que le había hecho daño. No había forma de que no hubiera visto lo que pasó. Y después de que había dicho que Aleksey no me merecía, ver ese beso tuvo que doler. Especialmente cuando ella pudo haberme besado primero y se contuvo.
Esperé por más de una hora, pero Lena nunca llegó a casa y caí en un sueño intranquilo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
que capitulo tan bueno
no me gusto que Lena
no halla sido el primer
beso de Yulia
espero la sigas pronto
que capitulo tan bueno
no me gusto que Lena
no halla sido el primer
beso de Yulia
espero la sigas pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Opps! Sé que me despedí y dije que nos veíamos el Lunes pasado, pero no he tenido tiempo para pasarme por acá. Espero estén bien y les dejo otro nuevo capítulo para que lo disfruten. Un abrazo!
A leer!!
Capítulo 14: La mañana después de la fiesta
Joe Louis Arena sede de los Red Wings, es el hielo que nunca he tenido el privilegio de bordear. Así es como supe que estaba soñando. De modo que cuando una figura oscura en un jersey rojo y blanco con una máscara de portero apareció, esperaba que fuera Chris Osgood o alguien viniendo a darme algunos consejos.
A medida que la figura se acercaba, me di cuenta de que no estaba teniendo un sueño. Esta era una pesadilla, y el hombre que venía a mí era el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Traté de escapar, pero de repente me encontraba atada al palo de mi red. El Acuchillador levantó su cuchillo a mi cara y lo deslizó hasta mi garganta. Rió con una risa profunda y amenazante cuando empecé a gritar, pero en lugar de cortar a través de mi piel dejó caer su cuchillo y empezó a besarme. Cuando se apartó la máscara de hockey se había ido y miraba a los ojos risueños de Aleksey.
- Guau, Yulia - dijo - Realmente apestas besando. Parece que vas a necesitar mucha práctica.
Detrás de Aleksey, se formaba una larga fila de Acuchilladores de los Sábados por la Noche, cada uno esperando su turno para torturarme con besos. Empecé a gritar y golpear, pero no podía escapar y el Acuchillador Aleksey me besó una y otra vez.
La tortura no terminó hasta que lo golpeé tan fuerte que me desperté en el suelo enredada en un montón de sábanas. Apenas tuve tiempo de averiguar dónde estaba antes de que mi padre irrumpiera en mi dormitorio en calzoncillos, agarrando un hierro número nueve. Kris y mi mamá vagaban detrás de él, pareciendo igualmente asustadas - Lo siento - dije, levantándome del suelo - Fue sólo un sueño.
- Un sueño bastante intenso - se quejó mi hermana.
Mi madre bostezó, pero sonrió con simpatía - ¿Quieres hablar de ello?
Um, no. Definitivamente no quería hablar de un sueño en el que la principal forma de tortura era besar. Sobre todo no con mi madre.
- Estoy bien - dije, rogando que no me ruborizara - Vuelvan a la cama. Lamento haber asustado a todo el mundo.
Mamá logró decir un "buenas noches" a través de un pesado bostezo, y mi papá comprobó doblemente la seguridad de la ventana de mi habitación sin decir una palabra. No sabía que la había estado bloqueando desde el día en que me di cuenta que Lena podría entrar a través de ella - ¿Todo a prueba de asesino en serie? - pregunté, pero mi broma cayó plana cuando mi padre no pudo reunir una sonrisa.
- Estoy bien - le aseguré cuando parecía a punto de acampar el resto de la noche a los pies de mi cama - Vuelve a dormir, papá.
- Te quiero, nena - susurró, besando mi frente.
Las declaraciones de amor definitivamente no son lo mío, pero de todos modos me atraganté con un - Yo también, papá.
Tan pronto como mis padres se habían ido, miré a Kris, preguntándome qué hacía todavía en mi habitación.
- ¿De qué trataba tu sueño? - preguntó.
- De nada - le dije rápidamente. De ninguna manera quería entrar en esto con ella.
- ¿Se trataba de Lena?
- Dame un descanso, Kristina. No voy a hablar contigo ahora mismo. Son las cuatro y media de la mañana. Vuelve a la cama.
- No puedo dormir - dijo, ignorando mi molestia - No eres la única que tiene pesadillas acerca de Lena esta noche.
- No soñé con Lena - Por una vez - Espera. ¿Por qué tenías pesadillas con Lena?
Kris miró por la ventana al otro lado de la calle y luego se hundió en mi cama - Lo siento, no te escuché antes, cuando trataste de decirme que Lena estaba loca.
- Ella no está loca, ¿y no te disculpaste ya conmigo realmente? ¿Qué demonios ha pasado?
- Esta noche, después de que te vio con Aleksey juntos, se enloqueció tanto.
Kris puede ser tan tonta - Por supuesto que sí.
- Golpeó su puño a través de la pared de la sala de estar de Sveta.
- Gran cosa - Me encogí de hombros - He golpeado con mi puño la pared de la cocina y la pared de la sala de estar. ¿Y recuerdas esa vez que pateé la puerta de mi dormitorio?
- No lo entiendes. Me sentí muy mal por ella porque le gustas, y Aleksey en cierto modo te ganó y...
- Oye, oye, él no ganó nada. Te dije que sólo...
- ... y parecía tan molesta, así que fui a hablar con ella y ella-ella-ella me agarró fuerte.
- ... somos amigas; espera. ¿Lena te lastimó?
Kris frunció el ceño - Bueno, no - admitió - Pero me agarró fuerte y me atrapó contra la pared. Se veía tan enojada. Y tenías razón acerca de ella. Es realmente la asesina y ahora tú eres la próxima en su lista y todo es mi culpa.
- Guau. Así que así es como soné como cuando acusé a Lena de ser una asesina en serie. Tienes razón. Estaba loca.
- Yulia, sus palabras exactas fueron: - tu egoísmo acaba de matar a tu hermana.
Quería decirle a Kris que estaba loca, pero me encontré a mí misma sonriendo en su lugar. ¿Cómo sabía Lena? ¿Cómo sabía que me enojé tanto esta noche? Porque ella me conoce, pensé. Kris me sacudió, literalmente me sacudió por los hombros, de mis pensamientos - Yulia, admitió justo delante de mí que te iba a matar.
- No creo que eso sea lo que...
- ¿No lo ves?" me interrumpió - Nunca quiso venir en pos de ti antes porque le gustabas. Pero ahora que estás con Aleksey, y no puede tenerte, así que va a venir tras de ti.
Era difícil no reírse de ella - Voy a volver a dormir. Habla conmigo mañana, cuando estés siendo menos estúpida - le dije, aunque había estado pensando ese tipo de cosas exactamente hace apenas unos días.
Me dormí, ya que no tenía ganas de ir al parque después de que todos los chicos fueran testigo de ver a mis hermana lavando el cerebro de Aleksey anoche. Por no hablar de que me cansé de haber estado acostada despierta durante horas preocupada por Lena después de que Kris me dijera lo enojada que había estado.
Mi hermana se encontraba sentada en mi cama con los prismáticos de mi papá, mirando la casa al otro lado de la calle, cuando me desperté. Miré el reloj y me sorprendí al ver que eran ya las nueve y media. Salté de la cama a mi ventana y empujé a Kris fuera del camino para echar un vistazo por mi cuenta. Perderme el partido de hockey era una cosa, ¿pero perderme el entrenamiento de Lena? Dime como puedes arruinar mi día.
- No te molestes - me dijo - Ya entró en la casa.
Eché un vistazo al reloj - Pero nunca trabaja por menos de una hora.
Kris se encaramó de vuelta a mi lado, mirando a través de los prismáticos - Eso es porque probablemente se rompió la mano.
- ¿Qué?
- Deberías haberla visto esta mañana. Es como dijiste... estaba totalmente desquiciada. Golpeó la bolsa hasta que sangraba. ¡Mira!
Ella empujó los prismáticos hacia mí y cuando di una hojeada, efectivamente, había brillantes manchas rojas en el saco de boxeo. Pero las manchas no me perturbaron de la manera que lo hicieron en Kris - Lena no sería la primera boxeadora en hacer sangrar sus nudillos - pero me hicieron sentir lástima por ella. Lena debió sentirse peor de lo que pensaba. Tenía que arreglar las cosas. Tenía que ir allá y explicarme.
- ¿Qué estás haciendo? - me preguntó Kris cuando me levanté y me puse algo de ropa.
- ¿Qué te parece? Voy a ir allí.
- ¿Qué? - exclamó sorprendida - ¿Por qué?
- Um, ¿tal vez para disculparme?
- ¿Disculparte? ¿Con Lena? ¿Por qué?
- ¿Tal vez por romper su corazón? ¡Sabes lo mucho que le gusto a Lena! Estaba tratando muy duro anoche y tú incitaste a Aleksey, un tipo al que odia con todas sus ganas, a que viniera por mi.
Pensándolo bien, no voy a pedirle disculpas. Tú lo harás.
Agarré a Kris por el cuello y comencé a arrastrarla hacia la puerta.
- ¡No! - gritó con tanta fuerza que la solté - Yulia, no puedes ir allí. Tenías razón. Está loca.
- Tiene un mal genio - concordé - Y es un poco torpe socialmente. Pero no está loca. En realidad, tenías razón esta vez, por mucho que me duela admitirlo.
- ¡No! ¡Lena, no! Nunca me escuchas acerca de algo en tu vida. Nunca. ¿Por qué empezar ahora?
- Debido a que no es una asesina.
Empecé a arrastrar a Kris de nuevo, pero se defendió y trató de empujarme a mi ventana - ¡La vi! - dijo.
- ¿Viste a Lena matar a alguien?
- La vi hacer la cosa del cuchillo y las tijeras. ¿Ves el gabinete de metal? Está lleno de cuchillos. Ella-ella-fue tan rápida. Lamento no haberte creído antes.
- Así que lanza cuchillos y tijeras - dije - Es un pasatiempo. Uno extraño, es cierto. Pero ya hemos establecido que es un poco extraña. Voy a ir allí. ¿Vienes o no?
Me hallaba casi en la puerta cuando de repente Kristina jadeó - ¡Espera un minuto! Alto ahí, señorita.
Me detuve ante la sospecha en la voz de mi hermana. Cuando volví a mirarla daba golpecitos con el pie, con los brazos cruzados con fuerza sobre el pecho.
- ¿Desde cuándo te importan los sentimientos de Lena?
- No lo hago - dije rápidamente, pero el enrojecimiento de repente en mis mejillas probablemente le dijo a mi hermana que estaba mintiendo.
- ¡Mentirosa!
¿Ven?
- ¿Qué pasó entre ustedes dos anoche? - exigió saber. Parecía a punto de luchar conmigo en el suelo en busca de respuestas.
- Nada.
- Tonterías. Cada vez que te veía, ustedes estaban juntas.
- No es mi culpa. Ya sabes como es Lena. No podía deshacerme de ella más de lo que podía deshacerme de ti o Ruslán.
Los ojos de Kris se estrecharon mientras trataba de decidir si creerme o no. Bueno, no iba a permanecer rondando hasta que decidiera hacerme sangrar todos mis secretos, es bastante mala, no me extrañaría que lo hiciera así que opté por usar el momento para distraerla de una vez por todas.
- ¿Podemos olvidarnos de Lena? Me voy a llevar mi jeep nuevo afuera para un largo y agradable viaje y encontrar esas tan llamadas galerías comerciales que dijiste. Iba a preguntarte si querías venir y ayudarme a comprar, pero si prefieres sentarte aquí y espiar a los vecinos, está bien.
- ¿Qué? - Se animó, exactamente como pensé que lo haría - ¿Realmente me dejarás ayudarte a elegir algo de ropa?
Me encogí de hombros. Iba a causarme dolor físico el admitir mi próxima oración - En cierto modo me gustó la forma en que me veía anoche - Bueno, eso lo hizo. La mandíbula de Kris cayó al suelo - No es que voy a dejarte comprarme un montón de vestidos - dije rápidamente - pero ambas sabemos que no puedo escoger un nuevo vestuario por mi cuenta, y realmente no creo que tenga más opciones. En cierto modo, le he mencionado tal vez comprar algo de ropa nueva a mamá y ella me hizo decidir esto.
Me acerqué a la cómoda y saqué un fajo de billetes enrollados de mi cajón de calcetines. Los ojos de mi hermana se abrieron con entusiasmo - Creo que tenía miedo de que me gastara todo mi dinero en un auto nuevo y luego continuar por ahí vistiendo con... bueno, la ropa que tengo ahora.
¿Lena quién? ¿El Acuchillador de los Sábados por la Noche qué? Kris es simplemente demasiado fácil de distraer.
- ¡No tienes ni idea de cuánto tiempo he querido hacer esto! - gritó ella. Prácticamente me arrastró por las escaleras - ¿Sabes lo bonita que eres en realidad? Te voy a mostrar, Yulia. Y te prometo que te va a gustar. No tenemos que exagerar ni nada. Tu aspecto es más de una sutil belleza. No va a ser malo, te lo prometo. Y cuando haya terminado, tendrás a todos esos chicos con los que te la pasas, con espuma en la boca y tal vez algunas chicas se fijen en ti.
- Uh, la mayoría de ellos lo hacen de todos modos. No es exactamente atractivo.
- Pero ahora van a estar babeando por ti.
Me eché a reír - Sí, claro.
Kristina siguió divagando sobre cómo durante años hasta ahora quería hacerme darme cuenta de mi potencial como chica y bla, bla, lo que sea, todo el camino hasta la galería comercial. Pero estaba feliz, y lo crean o no, yo estaba más o menos divirtiéndome.
- Lo veto - dije mientras mi hermana sacaba una camisa morada de un gancho. Por lo menos, creo que era una camisa... difícil de decir con todos esos volantes. Miré a mí alrededor en toda la ropa con volantes brillantes, y arrugué la nariz - De hecho, vamos a ahorrarnos un poco de tiempo y veto esta tienda entera.
- No puedes vetar una tienda entera, Yulia.
- Oh, sí puedo.
- Eso es totalmente abuso de tu poder.
- Y tratar de hacer que compre en esta tienda es un abuso del tuyo. Estuvimos de acuerdo en que no íbamos a exagerar.
- Pero esto se vería tan lindo en ti. Vas a probártelo.
- Voy a conseguir un batido - dije sobre mi hombro, ya saliendo de la tienda y de nuevo en el centro comercial - Alcánzame cuando hayas vuelto a la realidad.
Cuando Kris me encontró, estaba sentada en una mesa en la feria de comidas sorbiendo lo último de un batido de chocolate - Te tomó bastante tiempo.
- Para tu información, me detuve en el puesto de periódicos en el camino.
Levanté las cejas ante la bolsa que colgaba de su muñeca que no había estado allí antes. Estaba segura de que contenía una horrible cosa- vestido-camisa púrpura con volantes - Bueno, alguien tenía que probárselo - musitó - Era fabuloso y con cuarenta por ciento de descuento.
- ¿El quiosco de prensa? - Me reí - Lo dudo. Como si alguna vez iba a creer que te detendrías en un puesto de periódicos, incluso si no estuvieses en un centro comercial.
Kris frunció el ceño y luego arrojó el periódico sobre la mesa delante de mí. No me importaba que acabara de comerme mis palabras. Estaba ya sorbiendo la historia principal en la primera página.
- ¿El alcalde implementa toque de queda en toda la ciudad? - Empecé a leer la historia - El cuerpo de quince años de edad de Wren DeSantis fue descubierto en el parque principal de la ciudad esta mañana, aumentando el número de muertos en la cadena de asesinatos en serie a cuatro. Sin nuevas pistas, los funcionarios estatales, así como las fuerzas del orden están instando a los ciudadanos a tomar precauciones adicionales de seguridad.
- A ninguna persona menor de dieciocho años se les permite salir sin supervisión de un adulto después de las 10 pm los fines de semana - Se quejó mi hermana - El alcalde está instando a todas las ciudades de los alrededores para hacer lo mismo. Ya es en cierto modo patético. Apuesto a que vamos a estar bajo llave al final del día.
- Creo que es inteligente.
- Pero ninguno de los cuerpos fueron encontrados en la ciudad.
- Eso no significa que las chicas no fueron tomadas de allí.
- Lo sé - suspiró Kris - Es sólo que, ¿el toque de queda en toda la ciudad podría extenderse a la totalidad del área metropolitana? Eso significa que es grave. No tienen ninguna pista. Simplemente no pueden encontrar a este sujeto, y no saben cómo mantener a la gente segura.
Seguía leyendo el resto del artículo; por suerte había una foto del alcalde, y no de la más reciente víctima. No necesitaba otra cara para atormentarme. Levanté la mirada cuando mi hermana dijo - Tengo miedo por ti, Yulia.
- Voy a estar bien, Kris - dije en serio - No es como si fuera a ir a buscar problemas. Quiero decir, ¿cuáles son las probabilidades? Hay más de cinco millones de personas que viven en el área metropolitana. Siempre y cuando no esté pasando el rato en cualquiera de los callejones oscuros o estacionamientos 7/11, el Acuchillador de los Sábados por la Noche nunca siquiera sabrá que existo.
- A no ser que viva al otro lado de la calle.
- ¿Así que estamos de vuelta a esto? - dije, con un suspiro - Lamento alguna vez haber sacado el tema. Krisy, Lena no es el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Sólo lo dije porque me molestaba que me estuvieras tratando de hacer salir con ella.
- ¿Pero qué si tenías razón? La tipa es un poco escalofriante, ¿no? - Cuando no pude negarlo, ella prosiguió - Piensa en ello. Se mudó justo antes de que los asesinatos comenzaran a suceder. Tiene una cosa por los cuchillos y las tijeras. Está obsesionada contigo y te ves igual que todas las chicas muertas. Además, no volvió a casa hasta casi las seis de la mañana. Lo sé, porque después de que nos despertaras a todos anoche me di cuenta de que ella no se encontraba en casa, así que la esperé.
- Y me llamas una acosadora - me quejé. Creo que habíamos tenido esta conversación exacta antes, sólo que ahora nos habíamos cambiado los puntos de vista - Si no lo has notado, Lena nunca llega a casa antes del amanecer los fines de semana, y si tuvieras padres que te permitieran salirte con la tuya, sabes que harías lo mismo.
- ¿Cómo puedes pasar por alto las coincidencias? Sé lo mucho que Lena te asusta. Tienes pesadillas con ella tan horribles que te hacen caer de la cama.
Esta conversación ya me molestaba, pero cuando me acordé de mi sueño me enojé - Ese sueño de anoche no se trataba de Lena... ¡era sobre Aleksey!
- ¿Aleksey? - Kris, su cerebro cableado para el chisme, dejó el otro tema por completo - ¿Por qué tendrías pesadillas con él?
- Nada. No hay razón. ¿No se supone que estamos de compras? - Volé de mi asiento y salí de la feria de la comida.
- ¿Porque te besó? - exigió Kris, alcanzándome y aferrándose en mí de modo que no pudiera escapar - Oh, Dios mío, ¿fue tan malo? Fue malo, ¿no? ¿Qué tan malo fue?
- ¿Quieres que le dé a la brillante tienda otra oportunidad? - pregunté. Lamentaba tener que sacarlo a relucir.
- ¿Así de mal? - Hablando de espuma por la boca - ¡Deee-talles! - se quejó - Hablamos sobre Aleksey Petrov. Es, como, la fantasía de todas las chicas de tu año.
- Oh sí, estoy segura de que cada chica sueña con ser besada sólo para tener al tipo apartándose y diciéndote que fue extraño.
- ¿Él hizo qué? - Para su crédito, Kris se veía muy molesta en mi nombre.
- Bueno, fue extraño - dije - Te dije que éramos sólo amigos. Deberías haberte quedado fuera de esto.
Fue buen momento cunado pasamos a un tipo en traje de perrito caliente gigante en ese momento, y que el chico totalmente se riera de mí, porque estoy segura de que todo el relleno en su traje amortiguó el golpe cuando le di un puñetazo y me sentí realmente mucho mejor después de golpear a alguien.
Kris miró al perrito caliente gigante a nuestros pies. Estaba atrapado ahora en su espalda agitando los brazos en el aire - Caray Yulia, no hay necesidad de que saques todo el manejo de la ira en perdedores del centro comercial. Fue sólo un beso.
- ¡Oye! - protestó el hombre en el suelo.
- No fue sólo un beso. Fue mi primer beso.
Sabía que eso haría que Kris se sintiese mal. Si bien yo no era necesariamente el tipo de chica que fantaseara acerca de mi primer beso, Kris lo era totalmente. Se tapó la boca con la mano, jadeando en horror como si hubiera sin ayuda arruinado mi vida.
- Sí - le dije, más o menos echando sal en la herida a propósito. Suponía que estaba todavía muy molesta con ella - Así que, uh, gracias por arruinarlo.
El hombre atrapado en el suelo volvió a reír - Amigo - dije, y le di una patada. Lástima que no le doliera; maldito estúpido traje de espuma - Estás haciendo salario mínimo vestido como una salchicha gigante. Tengo serias dudas de que estés recibiendo ninguna acción tampoco.
El chico murmuró algo entre dientes. Estoy bastante segura de que no me decía que tenía una picazón, pero antes de que pudiera golpearlo hasta quedar sin sentido, se ahogaba en Coca-Cola Light -
Así se hace, Krisy - dije, más impresionada con mi hermana de lo que creo que nunca había estado en mi vida. No sabía que pudiera ser tan genial.
- Nadie le habla a mi hermanita así - le dijo al perdedor estúpido en el suelo.
- Um, en realidad, un montón de gente me habla de esa manera.
- Cállate, Yulia - dijo, enganchando su brazo con el mío - Estás arruinando nuestra salida dramática.
- Nos vemos, chico salchicha. Espero que el traje te dé una erupción - le dije mientras Kris me alejaba antes que la seguridad pudiera echarnos o algo así.
Una vez que volvimos a nuestras compras, Kris se disculpó por arruinar mi primer beso, y luego no descansó hasta que tuviera todos los detalles. Después de que obtuvo toda la historia empezó a hacer una lista de los posibles tipos que lo "remplazarían".
Sorprendentemente, tuve un montón de diversión comprando con mi hermana ese día. Seguí vetando la mayor parte de su ropa mientras parloteaba sobre cómo tenía que pasar mi mala experiencia y no dejar que me impidiera que me gustasen los chicos. De hecho, le presté atención a algunos de sus consejos de citas, porque tenía intención de "seguir adelante" como había sugerido.
Simplemente no tenía intención de hacerlo con cualquiera de los chicos o chicas en su lista de personas aceptables.
A leer!!
Capítulo 14: La mañana después de la fiesta
Joe Louis Arena sede de los Red Wings, es el hielo que nunca he tenido el privilegio de bordear. Así es como supe que estaba soñando. De modo que cuando una figura oscura en un jersey rojo y blanco con una máscara de portero apareció, esperaba que fuera Chris Osgood o alguien viniendo a darme algunos consejos.
A medida que la figura se acercaba, me di cuenta de que no estaba teniendo un sueño. Esta era una pesadilla, y el hombre que venía a mí era el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Traté de escapar, pero de repente me encontraba atada al palo de mi red. El Acuchillador levantó su cuchillo a mi cara y lo deslizó hasta mi garganta. Rió con una risa profunda y amenazante cuando empecé a gritar, pero en lugar de cortar a través de mi piel dejó caer su cuchillo y empezó a besarme. Cuando se apartó la máscara de hockey se había ido y miraba a los ojos risueños de Aleksey.
- Guau, Yulia - dijo - Realmente apestas besando. Parece que vas a necesitar mucha práctica.
Detrás de Aleksey, se formaba una larga fila de Acuchilladores de los Sábados por la Noche, cada uno esperando su turno para torturarme con besos. Empecé a gritar y golpear, pero no podía escapar y el Acuchillador Aleksey me besó una y otra vez.
La tortura no terminó hasta que lo golpeé tan fuerte que me desperté en el suelo enredada en un montón de sábanas. Apenas tuve tiempo de averiguar dónde estaba antes de que mi padre irrumpiera en mi dormitorio en calzoncillos, agarrando un hierro número nueve. Kris y mi mamá vagaban detrás de él, pareciendo igualmente asustadas - Lo siento - dije, levantándome del suelo - Fue sólo un sueño.
- Un sueño bastante intenso - se quejó mi hermana.
Mi madre bostezó, pero sonrió con simpatía - ¿Quieres hablar de ello?
Um, no. Definitivamente no quería hablar de un sueño en el que la principal forma de tortura era besar. Sobre todo no con mi madre.
- Estoy bien - dije, rogando que no me ruborizara - Vuelvan a la cama. Lamento haber asustado a todo el mundo.
Mamá logró decir un "buenas noches" a través de un pesado bostezo, y mi papá comprobó doblemente la seguridad de la ventana de mi habitación sin decir una palabra. No sabía que la había estado bloqueando desde el día en que me di cuenta que Lena podría entrar a través de ella - ¿Todo a prueba de asesino en serie? - pregunté, pero mi broma cayó plana cuando mi padre no pudo reunir una sonrisa.
- Estoy bien - le aseguré cuando parecía a punto de acampar el resto de la noche a los pies de mi cama - Vuelve a dormir, papá.
- Te quiero, nena - susurró, besando mi frente.
Las declaraciones de amor definitivamente no son lo mío, pero de todos modos me atraganté con un - Yo también, papá.
Tan pronto como mis padres se habían ido, miré a Kris, preguntándome qué hacía todavía en mi habitación.
- ¿De qué trataba tu sueño? - preguntó.
- De nada - le dije rápidamente. De ninguna manera quería entrar en esto con ella.
- ¿Se trataba de Lena?
- Dame un descanso, Kristina. No voy a hablar contigo ahora mismo. Son las cuatro y media de la mañana. Vuelve a la cama.
- No puedo dormir - dijo, ignorando mi molestia - No eres la única que tiene pesadillas acerca de Lena esta noche.
- No soñé con Lena - Por una vez - Espera. ¿Por qué tenías pesadillas con Lena?
Kris miró por la ventana al otro lado de la calle y luego se hundió en mi cama - Lo siento, no te escuché antes, cuando trataste de decirme que Lena estaba loca.
- Ella no está loca, ¿y no te disculpaste ya conmigo realmente? ¿Qué demonios ha pasado?
- Esta noche, después de que te vio con Aleksey juntos, se enloqueció tanto.
Kris puede ser tan tonta - Por supuesto que sí.
- Golpeó su puño a través de la pared de la sala de estar de Sveta.
- Gran cosa - Me encogí de hombros - He golpeado con mi puño la pared de la cocina y la pared de la sala de estar. ¿Y recuerdas esa vez que pateé la puerta de mi dormitorio?
- No lo entiendes. Me sentí muy mal por ella porque le gustas, y Aleksey en cierto modo te ganó y...
- Oye, oye, él no ganó nada. Te dije que sólo...
- ... y parecía tan molesta, así que fui a hablar con ella y ella-ella-ella me agarró fuerte.
- ... somos amigas; espera. ¿Lena te lastimó?
Kris frunció el ceño - Bueno, no - admitió - Pero me agarró fuerte y me atrapó contra la pared. Se veía tan enojada. Y tenías razón acerca de ella. Es realmente la asesina y ahora tú eres la próxima en su lista y todo es mi culpa.
- Guau. Así que así es como soné como cuando acusé a Lena de ser una asesina en serie. Tienes razón. Estaba loca.
- Yulia, sus palabras exactas fueron: - tu egoísmo acaba de matar a tu hermana.
Quería decirle a Kris que estaba loca, pero me encontré a mí misma sonriendo en su lugar. ¿Cómo sabía Lena? ¿Cómo sabía que me enojé tanto esta noche? Porque ella me conoce, pensé. Kris me sacudió, literalmente me sacudió por los hombros, de mis pensamientos - Yulia, admitió justo delante de mí que te iba a matar.
- No creo que eso sea lo que...
- ¿No lo ves?" me interrumpió - Nunca quiso venir en pos de ti antes porque le gustabas. Pero ahora que estás con Aleksey, y no puede tenerte, así que va a venir tras de ti.
Era difícil no reírse de ella - Voy a volver a dormir. Habla conmigo mañana, cuando estés siendo menos estúpida - le dije, aunque había estado pensando ese tipo de cosas exactamente hace apenas unos días.
Me dormí, ya que no tenía ganas de ir al parque después de que todos los chicos fueran testigo de ver a mis hermana lavando el cerebro de Aleksey anoche. Por no hablar de que me cansé de haber estado acostada despierta durante horas preocupada por Lena después de que Kris me dijera lo enojada que había estado.
Mi hermana se encontraba sentada en mi cama con los prismáticos de mi papá, mirando la casa al otro lado de la calle, cuando me desperté. Miré el reloj y me sorprendí al ver que eran ya las nueve y media. Salté de la cama a mi ventana y empujé a Kris fuera del camino para echar un vistazo por mi cuenta. Perderme el partido de hockey era una cosa, ¿pero perderme el entrenamiento de Lena? Dime como puedes arruinar mi día.
- No te molestes - me dijo - Ya entró en la casa.
Eché un vistazo al reloj - Pero nunca trabaja por menos de una hora.
Kris se encaramó de vuelta a mi lado, mirando a través de los prismáticos - Eso es porque probablemente se rompió la mano.
- ¿Qué?
- Deberías haberla visto esta mañana. Es como dijiste... estaba totalmente desquiciada. Golpeó la bolsa hasta que sangraba. ¡Mira!
Ella empujó los prismáticos hacia mí y cuando di una hojeada, efectivamente, había brillantes manchas rojas en el saco de boxeo. Pero las manchas no me perturbaron de la manera que lo hicieron en Kris - Lena no sería la primera boxeadora en hacer sangrar sus nudillos - pero me hicieron sentir lástima por ella. Lena debió sentirse peor de lo que pensaba. Tenía que arreglar las cosas. Tenía que ir allá y explicarme.
- ¿Qué estás haciendo? - me preguntó Kris cuando me levanté y me puse algo de ropa.
- ¿Qué te parece? Voy a ir allí.
- ¿Qué? - exclamó sorprendida - ¿Por qué?
- Um, ¿tal vez para disculparme?
- ¿Disculparte? ¿Con Lena? ¿Por qué?
- ¿Tal vez por romper su corazón? ¡Sabes lo mucho que le gusto a Lena! Estaba tratando muy duro anoche y tú incitaste a Aleksey, un tipo al que odia con todas sus ganas, a que viniera por mi.
Pensándolo bien, no voy a pedirle disculpas. Tú lo harás.
Agarré a Kris por el cuello y comencé a arrastrarla hacia la puerta.
- ¡No! - gritó con tanta fuerza que la solté - Yulia, no puedes ir allí. Tenías razón. Está loca.
- Tiene un mal genio - concordé - Y es un poco torpe socialmente. Pero no está loca. En realidad, tenías razón esta vez, por mucho que me duela admitirlo.
- ¡No! ¡Lena, no! Nunca me escuchas acerca de algo en tu vida. Nunca. ¿Por qué empezar ahora?
- Debido a que no es una asesina.
Empecé a arrastrar a Kris de nuevo, pero se defendió y trató de empujarme a mi ventana - ¡La vi! - dijo.
- ¿Viste a Lena matar a alguien?
- La vi hacer la cosa del cuchillo y las tijeras. ¿Ves el gabinete de metal? Está lleno de cuchillos. Ella-ella-fue tan rápida. Lamento no haberte creído antes.
- Así que lanza cuchillos y tijeras - dije - Es un pasatiempo. Uno extraño, es cierto. Pero ya hemos establecido que es un poco extraña. Voy a ir allí. ¿Vienes o no?
Me hallaba casi en la puerta cuando de repente Kristina jadeó - ¡Espera un minuto! Alto ahí, señorita.
Me detuve ante la sospecha en la voz de mi hermana. Cuando volví a mirarla daba golpecitos con el pie, con los brazos cruzados con fuerza sobre el pecho.
- ¿Desde cuándo te importan los sentimientos de Lena?
- No lo hago - dije rápidamente, pero el enrojecimiento de repente en mis mejillas probablemente le dijo a mi hermana que estaba mintiendo.
- ¡Mentirosa!
¿Ven?
- ¿Qué pasó entre ustedes dos anoche? - exigió saber. Parecía a punto de luchar conmigo en el suelo en busca de respuestas.
- Nada.
- Tonterías. Cada vez que te veía, ustedes estaban juntas.
- No es mi culpa. Ya sabes como es Lena. No podía deshacerme de ella más de lo que podía deshacerme de ti o Ruslán.
Los ojos de Kris se estrecharon mientras trataba de decidir si creerme o no. Bueno, no iba a permanecer rondando hasta que decidiera hacerme sangrar todos mis secretos, es bastante mala, no me extrañaría que lo hiciera así que opté por usar el momento para distraerla de una vez por todas.
- ¿Podemos olvidarnos de Lena? Me voy a llevar mi jeep nuevo afuera para un largo y agradable viaje y encontrar esas tan llamadas galerías comerciales que dijiste. Iba a preguntarte si querías venir y ayudarme a comprar, pero si prefieres sentarte aquí y espiar a los vecinos, está bien.
- ¿Qué? - Se animó, exactamente como pensé que lo haría - ¿Realmente me dejarás ayudarte a elegir algo de ropa?
Me encogí de hombros. Iba a causarme dolor físico el admitir mi próxima oración - En cierto modo me gustó la forma en que me veía anoche - Bueno, eso lo hizo. La mandíbula de Kris cayó al suelo - No es que voy a dejarte comprarme un montón de vestidos - dije rápidamente - pero ambas sabemos que no puedo escoger un nuevo vestuario por mi cuenta, y realmente no creo que tenga más opciones. En cierto modo, le he mencionado tal vez comprar algo de ropa nueva a mamá y ella me hizo decidir esto.
Me acerqué a la cómoda y saqué un fajo de billetes enrollados de mi cajón de calcetines. Los ojos de mi hermana se abrieron con entusiasmo - Creo que tenía miedo de que me gastara todo mi dinero en un auto nuevo y luego continuar por ahí vistiendo con... bueno, la ropa que tengo ahora.
¿Lena quién? ¿El Acuchillador de los Sábados por la Noche qué? Kris es simplemente demasiado fácil de distraer.
- ¡No tienes ni idea de cuánto tiempo he querido hacer esto! - gritó ella. Prácticamente me arrastró por las escaleras - ¿Sabes lo bonita que eres en realidad? Te voy a mostrar, Yulia. Y te prometo que te va a gustar. No tenemos que exagerar ni nada. Tu aspecto es más de una sutil belleza. No va a ser malo, te lo prometo. Y cuando haya terminado, tendrás a todos esos chicos con los que te la pasas, con espuma en la boca y tal vez algunas chicas se fijen en ti.
- Uh, la mayoría de ellos lo hacen de todos modos. No es exactamente atractivo.
- Pero ahora van a estar babeando por ti.
Me eché a reír - Sí, claro.
Kristina siguió divagando sobre cómo durante años hasta ahora quería hacerme darme cuenta de mi potencial como chica y bla, bla, lo que sea, todo el camino hasta la galería comercial. Pero estaba feliz, y lo crean o no, yo estaba más o menos divirtiéndome.
- Lo veto - dije mientras mi hermana sacaba una camisa morada de un gancho. Por lo menos, creo que era una camisa... difícil de decir con todos esos volantes. Miré a mí alrededor en toda la ropa con volantes brillantes, y arrugué la nariz - De hecho, vamos a ahorrarnos un poco de tiempo y veto esta tienda entera.
- No puedes vetar una tienda entera, Yulia.
- Oh, sí puedo.
- Eso es totalmente abuso de tu poder.
- Y tratar de hacer que compre en esta tienda es un abuso del tuyo. Estuvimos de acuerdo en que no íbamos a exagerar.
- Pero esto se vería tan lindo en ti. Vas a probártelo.
- Voy a conseguir un batido - dije sobre mi hombro, ya saliendo de la tienda y de nuevo en el centro comercial - Alcánzame cuando hayas vuelto a la realidad.
Cuando Kris me encontró, estaba sentada en una mesa en la feria de comidas sorbiendo lo último de un batido de chocolate - Te tomó bastante tiempo.
- Para tu información, me detuve en el puesto de periódicos en el camino.
Levanté las cejas ante la bolsa que colgaba de su muñeca que no había estado allí antes. Estaba segura de que contenía una horrible cosa- vestido-camisa púrpura con volantes - Bueno, alguien tenía que probárselo - musitó - Era fabuloso y con cuarenta por ciento de descuento.
- ¿El quiosco de prensa? - Me reí - Lo dudo. Como si alguna vez iba a creer que te detendrías en un puesto de periódicos, incluso si no estuvieses en un centro comercial.
Kris frunció el ceño y luego arrojó el periódico sobre la mesa delante de mí. No me importaba que acabara de comerme mis palabras. Estaba ya sorbiendo la historia principal en la primera página.
- ¿El alcalde implementa toque de queda en toda la ciudad? - Empecé a leer la historia - El cuerpo de quince años de edad de Wren DeSantis fue descubierto en el parque principal de la ciudad esta mañana, aumentando el número de muertos en la cadena de asesinatos en serie a cuatro. Sin nuevas pistas, los funcionarios estatales, así como las fuerzas del orden están instando a los ciudadanos a tomar precauciones adicionales de seguridad.
- A ninguna persona menor de dieciocho años se les permite salir sin supervisión de un adulto después de las 10 pm los fines de semana - Se quejó mi hermana - El alcalde está instando a todas las ciudades de los alrededores para hacer lo mismo. Ya es en cierto modo patético. Apuesto a que vamos a estar bajo llave al final del día.
- Creo que es inteligente.
- Pero ninguno de los cuerpos fueron encontrados en la ciudad.
- Eso no significa que las chicas no fueron tomadas de allí.
- Lo sé - suspiró Kris - Es sólo que, ¿el toque de queda en toda la ciudad podría extenderse a la totalidad del área metropolitana? Eso significa que es grave. No tienen ninguna pista. Simplemente no pueden encontrar a este sujeto, y no saben cómo mantener a la gente segura.
Seguía leyendo el resto del artículo; por suerte había una foto del alcalde, y no de la más reciente víctima. No necesitaba otra cara para atormentarme. Levanté la mirada cuando mi hermana dijo - Tengo miedo por ti, Yulia.
- Voy a estar bien, Kris - dije en serio - No es como si fuera a ir a buscar problemas. Quiero decir, ¿cuáles son las probabilidades? Hay más de cinco millones de personas que viven en el área metropolitana. Siempre y cuando no esté pasando el rato en cualquiera de los callejones oscuros o estacionamientos 7/11, el Acuchillador de los Sábados por la Noche nunca siquiera sabrá que existo.
- A no ser que viva al otro lado de la calle.
- ¿Así que estamos de vuelta a esto? - dije, con un suspiro - Lamento alguna vez haber sacado el tema. Krisy, Lena no es el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Sólo lo dije porque me molestaba que me estuvieras tratando de hacer salir con ella.
- ¿Pero qué si tenías razón? La tipa es un poco escalofriante, ¿no? - Cuando no pude negarlo, ella prosiguió - Piensa en ello. Se mudó justo antes de que los asesinatos comenzaran a suceder. Tiene una cosa por los cuchillos y las tijeras. Está obsesionada contigo y te ves igual que todas las chicas muertas. Además, no volvió a casa hasta casi las seis de la mañana. Lo sé, porque después de que nos despertaras a todos anoche me di cuenta de que ella no se encontraba en casa, así que la esperé.
- Y me llamas una acosadora - me quejé. Creo que habíamos tenido esta conversación exacta antes, sólo que ahora nos habíamos cambiado los puntos de vista - Si no lo has notado, Lena nunca llega a casa antes del amanecer los fines de semana, y si tuvieras padres que te permitieran salirte con la tuya, sabes que harías lo mismo.
- ¿Cómo puedes pasar por alto las coincidencias? Sé lo mucho que Lena te asusta. Tienes pesadillas con ella tan horribles que te hacen caer de la cama.
Esta conversación ya me molestaba, pero cuando me acordé de mi sueño me enojé - Ese sueño de anoche no se trataba de Lena... ¡era sobre Aleksey!
- ¿Aleksey? - Kris, su cerebro cableado para el chisme, dejó el otro tema por completo - ¿Por qué tendrías pesadillas con él?
- Nada. No hay razón. ¿No se supone que estamos de compras? - Volé de mi asiento y salí de la feria de la comida.
- ¿Porque te besó? - exigió Kris, alcanzándome y aferrándose en mí de modo que no pudiera escapar - Oh, Dios mío, ¿fue tan malo? Fue malo, ¿no? ¿Qué tan malo fue?
- ¿Quieres que le dé a la brillante tienda otra oportunidad? - pregunté. Lamentaba tener que sacarlo a relucir.
- ¿Así de mal? - Hablando de espuma por la boca - ¡Deee-talles! - se quejó - Hablamos sobre Aleksey Petrov. Es, como, la fantasía de todas las chicas de tu año.
- Oh sí, estoy segura de que cada chica sueña con ser besada sólo para tener al tipo apartándose y diciéndote que fue extraño.
- ¿Él hizo qué? - Para su crédito, Kris se veía muy molesta en mi nombre.
- Bueno, fue extraño - dije - Te dije que éramos sólo amigos. Deberías haberte quedado fuera de esto.
Fue buen momento cunado pasamos a un tipo en traje de perrito caliente gigante en ese momento, y que el chico totalmente se riera de mí, porque estoy segura de que todo el relleno en su traje amortiguó el golpe cuando le di un puñetazo y me sentí realmente mucho mejor después de golpear a alguien.
Kris miró al perrito caliente gigante a nuestros pies. Estaba atrapado ahora en su espalda agitando los brazos en el aire - Caray Yulia, no hay necesidad de que saques todo el manejo de la ira en perdedores del centro comercial. Fue sólo un beso.
- ¡Oye! - protestó el hombre en el suelo.
- No fue sólo un beso. Fue mi primer beso.
Sabía que eso haría que Kris se sintiese mal. Si bien yo no era necesariamente el tipo de chica que fantaseara acerca de mi primer beso, Kris lo era totalmente. Se tapó la boca con la mano, jadeando en horror como si hubiera sin ayuda arruinado mi vida.
- Sí - le dije, más o menos echando sal en la herida a propósito. Suponía que estaba todavía muy molesta con ella - Así que, uh, gracias por arruinarlo.
El hombre atrapado en el suelo volvió a reír - Amigo - dije, y le di una patada. Lástima que no le doliera; maldito estúpido traje de espuma - Estás haciendo salario mínimo vestido como una salchicha gigante. Tengo serias dudas de que estés recibiendo ninguna acción tampoco.
El chico murmuró algo entre dientes. Estoy bastante segura de que no me decía que tenía una picazón, pero antes de que pudiera golpearlo hasta quedar sin sentido, se ahogaba en Coca-Cola Light -
Así se hace, Krisy - dije, más impresionada con mi hermana de lo que creo que nunca había estado en mi vida. No sabía que pudiera ser tan genial.
- Nadie le habla a mi hermanita así - le dijo al perdedor estúpido en el suelo.
- Um, en realidad, un montón de gente me habla de esa manera.
- Cállate, Yulia - dijo, enganchando su brazo con el mío - Estás arruinando nuestra salida dramática.
- Nos vemos, chico salchicha. Espero que el traje te dé una erupción - le dije mientras Kris me alejaba antes que la seguridad pudiera echarnos o algo así.
Una vez que volvimos a nuestras compras, Kris se disculpó por arruinar mi primer beso, y luego no descansó hasta que tuviera todos los detalles. Después de que obtuvo toda la historia empezó a hacer una lista de los posibles tipos que lo "remplazarían".
Sorprendentemente, tuve un montón de diversión comprando con mi hermana ese día. Seguí vetando la mayor parte de su ropa mientras parloteaba sobre cómo tenía que pasar mi mala experiencia y no dejar que me impidiera que me gustasen los chicos. De hecho, le presté atención a algunos de sus consejos de citas, porque tenía intención de "seguir adelante" como había sugerido.
Simplemente no tenía intención de hacerlo con cualquiera de los chicos o chicas en su lista de personas aceptables.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Miércoles y acá les traigo otro capítulo más para que disfruten. Saludos!!
A leer!
Capítulo 15: Una razón más para sospechar
Dicen que un romance de verano puede hacer parecer todo mágico. Bueno, déjenme decirles que todo aquel que dice eso, tiene toda la razón. Este, el más aburrido de todos los veranos, se había convertido en uno casi mágico durante la noche porque estaba enamorada. En serio, ¿cómo había pasado dieciséis años sin tener mi propio auto?
¿He mencionado lo mucho que mi Jeep nuevo es lo máximo? Ni siquiera lo había tenido una semana completa todavía, pero ya había cambiado mi vida. Me dio libertad. La semana pasada, no había nada que necesitara más que libertad. Verás, no creo que Kris haya creído en mi promesa de no ir a ver a Lena. Era eso, o ella pensaba que era completamente suicida sobre lo que pasó con Aleksey y pensó que necesitaba distracciones.
Desde nuestra escapada de compras el domingo, Kris se había pegado a mí como una lapa. Me arrastraba con ella y sus amigos. Había invitado a sus amigos a pasar el rato con nosotras en nuestra casa. Incluso me arrastró a trabajar con ella y me consiguió mi primer trabajo no siendo niñera. No es que sea en absoluto fanática de las tiendas de ropa o descuentos, pero el trabajo tenía un cierto atractivo por la razón anteriormente mencionada que me encanta conducir mi automóvil. El trabajo mantendría más gasolina en él que siendo niñera.
De todos modos, después de pasar la semana no siendo arreglada, de acuerdo a mi hermana, con la mitad de las personas que ella conoce, necesitaba desesperadamente un poco de libertad, así que me fui a dar una vuelta. Fue increíble. Gracias al cálido sol de la ciudad, el techo extraíble en mi Jeep, y un pequeño grupo conocido como Sublime, mi viernes por la mañana había sido, bueno, muy sublime (nunca mejor dicho).
A la vuelta de la hora del almuerzo, el teléfono de Kris sonó. La estúpida cosa había estado tranquila durante todo el verano hasta esta semana, cuando por alguna razón empezó a sonar de forma constante.
Esto sólo era un poco molesto. Especialmente dado que Kristina tenía su tono de llamada ajustado en una maldita canción de Britney. Pero, ya que me encontraba en un estado de ánimo excepcionalmente bueno gracias a mi fantástico Jeep (del cual estoy enamorada, por cierto) decidí ver quién había estado llamando toda la semana.
Era un interlocutor misterioso en la otra línea, pero aún así es una buena cosa que lo respondiera, porque era mi hermana, y sonaba más bien histérica.
- ¡Yulia! Estoy tan contenta de que contestaras. Necesito que vengas a recogerme en este momento.
- ¿Qué? ¿Dónde estás?
- En un pequeño autoservicio al otro lado de la calle desde ese lugar de sushi elegante nuevo en la central.
- ¿Estás dónde?
- Sabes de qué restaurante te estoy hablando, ¿verdad?
- Sí, creo que sí. ¿Por qué estás en un pequeño autoservicio tan lejos?
- Sólo date prisa, ¿de acuerdo?
- Treinta minutos - dije, pero creo que ya había colgado.
De hecho, llegué allí cerca de veinte minutos. Al principio no vi a Kris, pero luego me di cuenta de esta loca, en una sudadera con capucha Old Navy, agitando una mano frenéticamente hacia mí a través de la ventana del autoservicio.
- ¿Qué demonios, Kris? - le pregunté cuando llegué dentro - Me asustaste muchísimo. ¿Me llamas desde un número desconocido diciendo que estás varada y luego simplemente me cuelgas? ¿Qué mierda está pasando?
- Perdón por colgar. Llamé desde un teléfono público.
- ¿Un teléfono público?
- Lo sé, ¿no? - se rió - No puedo creer que esas cosas de hecho funcionen.
- Um, ¿por qué estás atrapada en un pequeño autoservicio en la central? ¿Cómo es que incluso llegaste hasta aquí? Pensé que estabas en el trabajo.
- Estaba en el trabajo. ¡Yulia, no vas a creer lo que pasó!
- Estás atrapada en un pequeño autoservicio, vestida con una sudadera con capucha con un clima de treinta y cincos grados centígrados. Creo que voy a creer casi cualquier cosa en este momento.
- Lena vino a verme al trabajo hoy.
Bien. Eso no es lo que esperaba que ella dijera.
Sentí esta extraña punzada de decepción en mi estómago. No es que mi hermana habría dejado que Lena llegara a ninguna parte cerca de mí, pero ella ni siquiera había intentado venir esta semana.
No había hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. No desde que me vio besar a Aleksey. Me imaginé que se sentía un poco decepcionada, pero había sido prácticamente psicópata acerca de perseguirme hasta ahora. No pensé que un beso le haría renunciar a mí y enviarla a perseguir a Kris. Sin embargo, era sólo cuestión de tiempo, supongo. Debería haberlo sabido. Siempre van por mi hermana.
- ¿Qué pasó? - pregunté, tratando de no sonar tan decepcionada como me sentía.
- Bueno, todavía se veía enojada, así que, ya sabes, al principio pensé que venía a matarme. Pero nunca se acercó lo suficiente a mí para tocarme, así que no tuve que empezar a gritar.
Esperé con expectación que Kris diera más detalles.
- Vino a pedir disculpas - dijo, como si eso lo explicara todo - Me dijo que lamentaba haber perdido los estribos el sábado por la noche, y me dijo que está contenta de que seas feliz.
- Y ¿qué le dijiste?
- Bueno, duh. Le dije gracias. Fue muy amable de su parte decir que lo sentía. Quiero decir, realmente me asustó la otra noche.
- ¡Kris! Me refiero a mí. Le dijiste la verdad sobre Aleksey y yo, ¿no?
- Por supuesto que no. Le dije que eran más que felices. Le dije que ustedes están geniales juntos y que eso es lo que has estado haciendo toda la semana... saliendo con tu nuevo novio.
- ¿Qué?
- Tuve que hacerlo, Yulia. Es mucho menos probable que venga en pos de ti, si piensa que estás siempre saliendo con Aleksey.
Me di una palmada en mi cara - Bien - dije, dejando escapar un resoplido de aire... definitivamente tenía que hablar con ella ahora - Así que explícame cómo Lena disculpándose contigo se convirtió en ti varada en el autoservicio.
- Oh. Cierto. Así que después de que dije que tú y Aleksey estaban juntos, Lena empezó a hacerme un montón de preguntas.
- ¿Qué tipo de preguntas?
- Todo tipo de preguntas. Si pensaba que Aleksey era un buen tipo. Cuánto tiempo lo hemos conocido. Al principio pensé que era en cierto modo lindo, aunque esté básicamente acechándote. Pero luego me preguntó si yo pensaba que Aleksey era un buen boxeador, o si podía protegerte. Así que, por supuesto, pensé que tenía la intención de golpear a Aleksey para llegar a ti, y dije que Alyósha podía más que cuidar de ti, y le pregunté de quien necesitabas protección.
Mi humor se animó un poco ante esto, aunque creo que no debería haberlo hecho. No debería estar entusiasmada con la posibilidad de Lena queriendo luchar con Aleksey de modo que me gane de regreso. Pero nunca había tenido a personas peleándose por mí. Los "V" habían luchado en favor de mí antes, lo cual era bastante impresionante, pero nunca han luchado por mí. Hay una gran diferencia.
Era romántico, Lena preguntando sobre Aleksey y con ganas de darle una paliza. Además, parecía que todavía seguía en el Equipo Yulia y no siendo uno de los cientos de fieles de Kristina. No importa lo psicópata que Lena puede ser, todavía obtiene puntos importantes por eso - Así que ¿qué dijo cuando le preguntaste de quién necesitaba protección?
- No respondió exactamente. Sólo empezó a hacerme todo tipo de preguntas acerca de ese chico de tu fiesta, aquel musculoso.
- ¿Ruslán? Si ella piensa que estoy saliendo con Aleksey ahora, ¿por qué se preocuparía por Ruslán?
- Lo sé, ¿no? Pensé que era extraño también. Le dije que no te gusta ese tipo en absoluto. Cuando le dije que no lo conocías, y que Ruslán ni siquiera va a nuestra escuela, Lena enloqueció.
- ¿Qué quieres decir con que enloqueció?
- Se puso toda loca como en tu fiesta, me preguntó todo lo que sabía acerca de Ruslán, y luego sólo se fue. Ni siquiera se despidió ni nada.
- ¿Qué demonios?
- Exactamente lo que pensé - dijo - Actuaba tan extraño. Cuando se fue pensé que tramaba algo, así que la seguí.
- Tú... la... seguiste...
El rostro de Kris se iluminó con entusiasmo - No te preocupes, fuimos totalmente sigilosas al respecto.
- ¿Fuimos?
- Sí. Sveta fue para recogerme del trabajo, y Lena no conoce el auto de Sveta, así que cuando se marchó, la seguimos. Se detuvo en el banco y luego vino hasta aquí.
Eché un vistazo alrededor del autoservicio en el que nos encontrábamos. La única persona aquí era el hombre detrás del mostrador mirando a mi hermana como si ella claramente hubiera perdido sus tuercas - No está aquí - dijo Kris cuando me vio mirando alrededor - Está en el lugar de sushi al otro lado de la calle. ¿Ves?
Miré en el restaurante al otro lado de la calle y apenas pude distinguir a una persona sentada en una mesa detrás de la ventana de cristal que sería Lena. Me pareció como si sólo estuviera comiendo el almuerzo.
- Está bien - dije - ¿dónde está Sveta?
- Tenía que ir a bailar, así que te he llamado - Negué con la cabeza, desconcertada - Están dementes. Ya lo sabes, ¿verdad?
- No vas a estar pensando eso cuando capturemos a Lena y te salve la vida.
- Lo que sea. Me voy. Si no deseas ser atrapada, te sugiero que vengas conmigo.
- Vamos, Yulia, vive un poco. Acecha a tu acosadora conmigo.
- Krisy, la tipa sólo está comiendo su almuerzo. Lo único extraño es que está comiendo sushi, lo cual es totalmente desagradable.
Comencé a caminar hacia la puerta y Kris me detuvo.
- No estabas allí - dijo, habiéndose puesto cien por ciento seria repentinamente - Sentí como si me estuviera interrogando. Está tramando algo. Sé que lo hace. Sólo espera conmigo por un tiempo. ¿Por favor?
Me quedé mirando la mueca en la cara de Kris y luego cedí.
- Bien.
¿Cómo era que no podía decir que no a mi hermana en ese momento? ¿Cuándo ocurrió eso? Nunca me han importado sus sentimientos, y mucho menos he podido decir que no a cualquier demanda ridícula que estuviera haciendo. Olvídense de la ropa, había cosas mucho más extrañas sucediéndome este verano.
En el lado positivo, esta vez sólo me pedía espiar a Lena, lo que es algo que hacemos todo el tiempo de todos modos. Tal vez esa es la razón por la que no pude decir que no, y que en realidad no tenía nada que ver conmigo, empezando a agradarme mi hermana. Esperemos.
- Sólo por un rato - dije - Si ella no hace nada extraño, nos vamos a casa.
- Bien, trato hecho. El mejor lugar para verla es desde el teléfono público en la esquina que te llamé, pero no puedes ir por ahí de esa manera.
Kris compró un sombrero del camionero del autoservicio y me entregó su sudadera con capucha - Hu-uh - protesté - Hace treinta y cinco grados allí fuera y esta es tu estúpida idea? Llevas la sudadera con capucha. Me quedo el sombrero.
Mi loca hermana sonrió dulcemente, pero no me dio el sombrero - Sabes que lo haría, Yulia, pero...
- No, no lo harías.
- Por supuesto que sí - exigió fingiendo estar ofendida - Pero tienes que usar la sudadera con capucha. Lena está obsesionada contigo. Te reconocería el cabello a un kilómetro de distancia - ¡Mierda! Ella tenía razón. Me puse la sudadera y me quejé sobre ello.
- Si me muero de un golpe de calor, todo es tu culpa.
- Si te mueres de un golpe de calor, ¿me das tu Jeep?
- No.
Había un banco de cemento al lado del teléfono público, por lo que Kris y yo compramos un paquete de Twinkies y fingimos que esperábamos el autobús.
Kris tenía razón, podía ver a Lena mucho mejor desde mi nuevo puesto en la esquina. Parecía mucho más cómoda que yo en el interior del restaurante con aire acondicionado. Parecía pensativa. Se veía bien.
- Casi me besó la otra noche - dije al azar - Me asusté completamente en el momento, pero entonces estuve un poco decepcionada al ver que no lo hizo, ¿sabes?
Mi hermana se volvió muy despacio hacia mí con las cejas levantadas. No podía culparla por haber estado sorprendida. No es que mi confesión hubiera salido de la nada, era que se trataba de eso por completo. Nunca, jamás, en un grande y gordo embrollo había ofrecido información acerca de mi vida a ella por gusto.
Mi rostro se puso rojo remolacha. Me sentí más incómoda de lo que jamás había estado, pero todo con Lena y Aleksey me volvía loca, y necesitaba a alguien con quien hablar sobre el tema. Obviamente, no iba a llamar a los "V" y decirles "Así que está esta tipa.." Kris era todo lo que tenía.
- Es sólo que...
Mi hermana esperó pacientemente a que continuara. Estuve agradecida de que no interrumpiera... esta cosa de ser abierta era más difícil de lo que había previsto.
- Lena fue la primer persona que alguna vez...- Me detuve, incapaz de hacer que más palabras salieran.
- Sé que estás decepcionada por Lena - me dijo Kris - Pero es realmente lo mejor.
- Es más que eso, sin embargo.
Estudié mis pies, totalmente incapaz de mirar a mi hermana, hasta que dijo mi nombre en una voz más amable de lo que pensaba que era capaz de hacer. Cuando levanté la vista, sonrió alentadoramente, pareciendo entender exactamente lo difícil que era para mí. Me ayudó.
- No le gusto a las chicas - dije - Mucho menos a las chicos. Fíjate en Aleksey. La otra noche me dijo que le gustaba la idea de tener una novia que fuera como yo, pero luego me besó y sólo fue... nada. O los "V". Los conozco desde siempre y apuesto a que nunca les ha pasado pensar en tener algo conmigo. Siempre soy sólo una de los chicos. Creo que nunca me di cuenta de lo mucho que me molesta hasta ahora.
- No creo que alguna vez te ha molestado antes - dijo. Una vez más, sorprendiéndome con su sinceridad - El hecho de que lo hace ahora es lo que te hace cambiar. Yulia. Lena es sólo el comienzo. Confía en mí, ahora que ya no eres tan ignorante del asunto, va a haber un montón de otras personas. Aquellos que no estén locos. ¿Te acuerdas de mi amiga Quinn que vino el miércoles? Ella te recordaba de la fiesta en la playa y en realidad me preguntó si íbamos a estar allí cuando ella se acercara.
¿Alguien en la multitud de Kris preguntaba por mí? Esto fue suficiente para hacer que mi mandíbula cayera y Kris finalmente se echara a reír - ¿Por qué crees que te obligué a pasar el rato conmigo toda la semana? - Kris me empujó con el hombro - Puede que seas de un florecimiento tardío, pero sigues siendo una Volkova. Confía en mí, no necesitas a Lena.
Miré de nuevo al otro lado de la calle y recordé cómo me sentí en la noche del sábado. Un suspiro escapó antes de que pudiera detenerlo - Aún así. Apuesto a que es una besadora realmente buena.
Kris miró a Lena también, y asintió vigorosamente - ¡Oh, por supuesto! ¿Cómo crees que consigue que sus víctimas vayan con ella? Es tan caliente, la seguiría a un callejón oscuro si pensara que tengo una oportunidad de hacerlo con ella.
Me eché a reír, y luego tiré del cuello de la sudadera que llevaba puesta - Hablando de estar caliente, creo que vamos a tener que dejarlo todo en cuanto a las cosas de espionaje. No está haciendo nada, y realmente me voy a morir de un golpe de calor.
Kristina suspiró, sabiendo que tenía razón. Empezó a levantarse, pero se congeló entonces - A menos que...
Me volví para ver lo que miraba justo cuando un sedán negro tintado se detuvo frente al lugar de sushi. Un hombre con un traje oscuro salió con rigidez del auto. No era un policía estándar, pero era definitivamente algo.
- Se ve como un agente secreto - dijo Kristina.
- Estoy segura de que es una coincidencia. Probablemente sólo esté buscando algo para llevar.
- Sí - concordó Kris - Pero vamos a ver sólo por un minuto. Si Lena es una asesina, ¿no se pondría nerviosa en torno a los policías?
- Buen punto.
Me senté de nuevo y observé con asombro completo cuando el policía entró en el restaurante y se sentó en la mesa de Lena. Los dos hablaron durante un segundo, y luego el policía deslizó una carpeta llena de papeles sobre la mesa para la pelirroja.
-¿Qué dem...?
Kris y yo nos miramos entre sí - ¿Crees que eso fue ilegal? - preguntó mi hermana cuando el policía se marchó. Todo el momento había durado alrededor de tres minutos.
- Oh, sí. Los policías no sólo dan información a las personas - No lo podía creer.
- Apuesto a que son los expedientes de los casos de los asesinatos de los Sábados por la Noche. Apuesto a que están en esto juntos. ¿De qué otra forma podía irse sin dejar evidencia detrás? - No tenía ni idea de qué pensar. Sinceramente, no pensaba que Lena fuera una asesina, ¿pero qué demonios? No sabía qué había en ese archivo o por qué lo quería. O incluso cómo podría conocer policías corruptos. Pero sí sé una cosa. Donde quiera que iba a continuación, sin duda la seguiría.
A continuación pasó a ser el parque de la ciudad, donde se encontró el cuerpo de Wren DeSantis el sábado pasado - De ninguna maldita forma - susurré mientras veíamos a Lena dirigirse directamente hacia el rincón más alejado del parque. La chica fue encontrada en la mañana del domingo, y ahora era viernes, por lo que la cinta amarilla había desaparecido hacía tiempo, pero estoy segura de que se encontraba de pie en lo que tenía que ser la escena del crimen.
- Asco - dijo Kris cuando Lena se sentó debajo de un árbol. Ella hablaba en voz baja, también, a pesar de que estábamos claramente lejos al otro lado del parque y ella no podría habernos escuchado ni en un millón de años - ¿Crees que está sentada en el lugar exacto donde...?
- Tiene que haber sólo una explicación racional. - Quiero decir, sólo tenía que haberla.
- Sí, se llama que es una psicópata que mata a chicas y luego regresa más tarde para disfrutar de su karma de muerte.
- ¿Karma de muerte? - repetí secamente.
- Lo que sea - Kris se estremeció - Ya he terminado. Esto ya no es divertido. Salgamos de aquí antes de que nos vea y decida venir a por nosotras mientras dormimos.
Coincidía con mi hermana de que era hora de irse. De ninguna manera quería tener que explicarle a Lena qué hacíamos siguiéndola por toda la ciudad. Pero no porque tuviera miedo de que me fuera a cortar a la primera oportunidad que tuviera. Por lo menos no pensaba que lo haría.
Kris parloteó durante todo el camino a casa sobre cómo Lena era la asesina. Me hizo jurar una y otra vez que no iría a ninguna parte cerca de ella, pero los acontecimientos del día no me habían convencido de que fuera una asesina. Ya sabía que tenía una fijación al crimen: tiene todas esas novelas en su habitación, y la forma en que habló en la concesionaria de automóviles ese día, quería decir que obviamente hizo un gran trabajo investigando sobre el tema. Pero eso no significaba que alguna vez lastimaría a alguien.
Por lo que sabía, Lena tenía un sexto sentido y trabajaba con la policía para resolver crímenes como la chica en ese programa de televisión. O tal vez era un médium. Oye, cosas más extrañas han sucedido... sólo me limitaba a tener una charla sincera con mi hermana mayor.
- Tal vez deberíamos llamar a la policía - dijo a medida que nos deteníamos en nuestro camino de entrada.
- ¿Qué?
- O por lo menos a mamá y papá.
- ¿Decirles qué? ¿Que Lena es una asesina en serie? Papá sólo se reiría de ti y mamá probablemente te castigaría y no te dejaría ver películas de terror o algo así.
- Pero podríamos hablarles de lo loca que es.
- Claro, ¿sólo decirle a papá que la chica al otro lado de la calle está acechando a su hija? Si supiera la mitad de las cosas que Lena ha hecho, nos mudaría al otro lado del país para escapar de ella. ¿Quieres pasar tu último año en Ekaterimburgo o en alguna otra parte?
Tenía razón y Kris lo sabía, a pesar de que claramente no le gustaba - Bien, de acuerdo - cedió - Pero prométeme que permanecerás lejos de ella, Yulia. Promételo.
- Sí - dije - Claro, lo que sea.
No.
Voy a ir al infierno por las mentiras que digo.
Decidí quedarme afuera por un rato y salir por una buena patinada. Había estado tan ocupada con Kris esta semana que apenas había tenido tiempo para mí misma. Además, después de llevar esa capucha ya me encontraba bastante sudorosa. ¿Qué mejor momento para entrar en un entrenamiento?
Acababa de terminar de atar mi primer patín cuando una sombra cayó sobre mí - Llegas tarde, Yulia. El juego fue el lunes - Levanté la mirada y Aleksey me sonrió tan amable como siempre - Y miércoles - agregó .
Me encogí de hombros y seguí atándome el otro patín. No sé lo que quería decir. Él sabía exactamente por qué había evitado el parque esta semana.
Era evidente que vino aquí para tratar de suavizar las cosas entre nosotros. Sólo esperaba que hiciera la típica cosa de los hombres y no realmente, ya sabes, lo dijera. Entiendo que las chicas suponen que tratan de expresar sus sentimientos, pero estoy totalmente a favor de evitar el tema.
Cuando mis patines estuvieron en su lugar, dejé que Aleksey me ayudara a ponerme de pie y logré un muy genial - ¿Qué hay de nuevo?
- ¿Ibas hacia algún lugar en particular? Me debes un juego de uno contra uno.
Había dicho las palabras mágicas. Cualquier tensión que quedara entre nosotros dos había desaparecido. Sonreí - ¿Supongo que estás de humor para una buena paliza?
Arrastré mis redes a la calle y procedí a probar que hablaba en serio. Una hora más tarde había humillado a Aleksey lo suficientemente cuando Lena finalmente llegó a casa.
- ¡Gol! - grité mientras lanzaba la pelota a través de la red de Aleksey. Una vez más - ¡Y creo que así es como se juega, perdedor!
- Amiga, me distraje por ese auto.
- ¿Y cuál es tu excusa para los otros nueve goles? - pregunté mientras arrastrábamos nuestras redes a la acera para dejar pasar el auto. No me di cuenta que el auto era de Lena hasta que se deslizó y se detuvo frente a su casa.
Aleksey patinó a mi lado y dio un silbido por lo bajo - ¿Un BMW? - preguntó con curiosidad.
Suspiré, y con un movimiento triste de mi cabeza respondí - Lo sé. Es vergonzoso.
De repente me di cuenta que esta era la oportunidad perfecta para hablar con Lena. Había querido hacerlo toda la semana, y ahora esperaba poder ser capaz de conseguir algún tipo de explicación acerca de lo que ella había estado haciendo hoy.
Justo ahora era mi oportunidad. Era de día y nos encontrábamos en público, y Aleksey estaba allí para evitar que las cosas se salgan de las manos.
Porque, sí, creo que todavía había una pequeña posibilidad de que Lena sea una asesina psicópata... sólo que una muy dulce. Además, Kristina estaba dentro. No había manera de que pudiera salir aquí para detenerme a tiempo.
Con eso, tomé la determinación. Lena se había encontrado brevemente con mi mirada cuando había pasado, pero después de ver a Aleksey a mi lado, hacía todo lo posible para fingir que no estábamos allí. Ni siquiera miró en mi dirección cuando salió de su auto, así que tuve que gritar "¡Oye, Lena!" Para llamar su atención. Y vaya que lo hizo.
La pelirroja prácticamente tropezó con sus propios pies, se detuvo tan repentina. Entonces, cuando le sonreí y le di un gesto amistoso, ni siquiera pudo decir hola de vuelta. Sólo me miró como si me hubiera vuelto loca. Realmente no podía culparla. No es que había iniciado una conversación con ella antes. Por lo general, corría hacia las colinas con el rabo entre las piernas.
- ¡Hola! - le dije de nuevo a medida que patinaba hacia ella, remolcando a Aleksey conmigo.
Lena tuvo que arrastrar su mirada lejos de Aleksey para mirarme. Me miraba con ojos sospechosos, el costado de su boca curvada hacia arriba en una sonrisa dura. No entendía la broma.
No dejes que te intimide, Yulia. Ningún miedo. Me armé de valor y le sonreí aún más dulce - No te he visto en toda la semana.
- Sí. He notado que has estado muy ocupada esta semana - dijo, con una expresión completamente neutral. Sin embargo, no pudo evitar la forma en que sus ojos centellaron en Aleksey de nuevo.
Me imaginé que era un momento tan bueno como cualquier otro para hacer presentaciones - Sé que se vieron en la fiesta del sábado, pero creo que no han sido presentados técnicamente.
Aleksey le tendió la mano, y Lena me sorprendió sonriéndole a Alyósha cuando se la estrechó.
- Alek, ella es Lena. Ella acaba de mudarse de San Petersburgo. Lena, este es mi amigo Aleksey.
Ambos levantaron una ceja ante mi énfasis en la palabra amigo.
- Bueno, ¡alguien tiene que parar todos esos rumores de que comenzamos a salir la semana pasada! - espeté, mucho más molesta de lo que me hubiera gustado estar.
La expresión tranquila de Lena nunca vaciló y dijo - Desde donde yo estaba, parecía que ustedes empezaron ese rumor juntos.
Aleksey estalló con una gran carcajada, pero no podía decir si a Lena le importaba una mierda o si se sentía celosa de verdad. De cualquier manera, no lo necesitaba. Si se iba a comportar así, entonces no me esforzaría en ser amable con ella.
Con un gemido, me di la vuelta para ir a quitarme mis patines y Aleksey dijo - Relájate, Volkova - Pero fue Lena quien me agarró de la muñeca para que no me fuera. La reacción fue instantánea.
Mi brazo se tensó bajo su agarre para evitar que un estremecimiento estallara a través de todo mi cuerpo. Traté de ignorar el sentimiento.
- Lo que sea - le dije, y soplé algunos de los mechones de cabello fuera de mi rostro. En un intento de cambiar de tema miré a Lena - ¿Aún quieres aprender a jugar al hockey? Aleksey y yo estábamos jugando un poco de uno contra uno. Podemos enseñarte si lo deseas.
Eché un vistazo a mi amigo para una confirmación y me horroricé al ver que él miraba a la mano de Lena. Debido a que seguía aferrándose a mi muñeca.
- En realidad, me tengo que ir - dijo Aleksey de una manera que me hizo sonrojar. Sonrió de nuevo a Lena y agregó - No me necesitas para enseñarte, de todos modos. Yulia realmente es la mejor en el vecindario. Si te das cuenta de eso, acompáñala al parque por la mañana. El juego empieza a las siete y media - Se dirigió a mí de nuevo - No te molestes en desaparecer esta vez.
Puse los ojos en blanco, pero dije - Voy a estar allí.
En el momento en que Aleksey se volvió para irse; lo que, por supuesto, me dejaba sola con Lena, Kris convenientemente vagó fuera. Sí, no nos había estado mirando por la ventana ni nada así. Lena me miró, curiosa del suspiro decepcionada que se me escapó cuando mi hermana se acercó a nosotras.
- ¿Están teniendo una fiesta aquí fuera y nadie pensó en invitarme? - dijo alegremente.
Sólo Aleksey se rió ante la patética broma. Oh, chico - Cinco rublos a que Alyósha ya no tiene que irse - murmuré por lo bajo de modo que sólo Lena escuchara.
Lena se rió entre dientes y deslizó su agarre hasta mi mano, entrelazando mis dedos en los suyos. La acción no pasó exactamente desapercibido para nadie. Mi rostro palideció un poco, pero no aparté mi mano, y, uh, sí, eso no pasó desapercibido, tampoco.
- Podríamos hacer una fiesta - ofreció Lena de pronto al grupo - Podríamos tener un doble esta noche. Ir a cenar. Tal vez ver una película o algo después.
¿Un doble? ¿Al igual que en cita doble? ¿Estoy siendo invitada a salir en una cita real?
Obviamente, otra primera vez para mí. Pero, ¿podría hacerlo? ¿Puedo ir a una cita con Lena después de verla tomar los archivos de policías corruptos y desplazarse alrededor de escenas de asesinato?
Sentí a Lena apretar mi mano, y cuando levanté la vista, dijo - ¿Qué dices? - Con esa sonrisa suya. Y esos ojos...
- Um...- Mierda sus labios se veían muy besables - ¿Qué?
- Me parece bien - dijo Aleksey con una expresión esperanzada. El pobre tipo. Podría ser capaz de enganchar la mitad de las personas de último año en la escuela, pero estoy bastante segura de que Kristina Volkova no se hallaba en esa mitad.
- De acuerdo - dije finalmente.
Mi hermana me fulminó con la mirada cuando estuve de acuerdo con la cita. Le di la mirada de qué-se-supone-que-haga, pero no importaba. Me iba a rasgar al momento en que estuviéramos solas.
- Oh - dijo ella, volviendo su sonrisa falsa sobre Lena y Aleksey. Me apartó de la pecosa y enlazó su brazo con el mío - Eso suena muy divertido, pero Yulia y yo no podemos ir. Ya tenemos planes.
- ¿De qué estás hablando? Yo no tengo ningún plan - Ahora realmente iba a matarme, pero no lo podía evitar.
- ¿No te acuerdas, Yul? ¿La fiesta de pijamas en casa de Vladlena?
- Ooooooooh. Cierto. La fiesta de pijamas. ¿Cómo podría olvidarlo?
Kris me dio un codazo, pero no importaba cuán sarcástica era. Tanto Lena como Aleksey sabían que ella lo inventó de todos modos. Parecía que Lena iba a intervenir, salvo que Britney comenzó a cantar tick-tock y Kris se puso ansiosa - ¿Es ese mi teléfono?
Me reí de la nostalgia en su voz - La maldita cosa ha estado sonando durante una semana.
- Bueno, ¿has pensado alguna vez en contestarlo?
- ¿Por qué habría de hacerlo? Ninguno de mis amigos tiene el número. Ni siquiera me sé el número.
Me di cuenta de que el teléfono estaba a punto de ir al correo de voz porque Kris pareció estar lista para abordarme - Contesta tú - le dije, pasándole el teléfono.
Chilló a medida que me lo arrebataba y se iba por el césped por un poco de intimidad. Rápidamente me volví hacia las personas a mi espalda - Me disculpo por mi hermana. Estoy bastante segura de que cayó sobre su cabeza cuando niña.
Mucho.
- ¡Yulia! - gritó mi hermana detrás de mí.
- ¿Qué? - pregunté a la defensiva, pero ella no había oído mi insulto, me entregó el teléfono.
- Es para ti.
- No puede ser. Ya te dije que no...
- Él está preguntando por ti.
- ¿Él? - preguntó Lena mientras que Alek dijo
- ¿Cuántas parejas tienes, Yulia? - Lo fulminé con la mirada mientras contestaba el teléfono.
Kris, Lena y Aleksey me miraron como si fuera la cosa más interesante que jamás habían visto.
- ¿Hola?
- ¡Yulia, ahí estás! He estado tratando de localizarte toda la semana.
- ¿Quién es?
- Ruslán.
- ¿Ruslán?
- ¿Derramaste sobre mí Coca Cola en tu fiesta la semana pasada!
- Sé quién eres. ¿Cómo conseguiste este número?
- Me lo diste.
- No, no lo hice.
- Claro que lo hiciste. Escucha, nunca tuvimos la oportunidad de establecer una cita la semana pasada. ¿Quieres salir mañana por la noche?
- No puedo, amigo. Lo siento. No puedo salir en las noches de los sábados en estos momentos. Un asesino en serie anda suelto y todo eso.
- Eso es bueno - dijo Ruslán - No tenemos que salir. Podemos simplemente pasar el rato en mi casa. Mis padres no estarán en casa, así que seremos capaces de relajarnos.
Me eché a reír - Sí, estoy segura. Lo siento. En realidad estoy de niñera, por lo que incluso si quisiera, no puedo.
- Está bien. Bueno, tengo que trabajar esta noche, pero podemos pasar el rato en algún momento esta semana. ¿Cuándo estás libre?
Ugh. Algunas personas son demasiado densas para su propio bien.
- Uh, ¿Ruslán? Aprende a captar una pista. Eres un tonto, y no vamos a salir. Nunca. Ve a tomar una ducha fría o algo así.
Cuando colgué, Aleksey se rió tanto que lloró - ¿Ve a tomar una ducha fría? Amiga, eso fue duro.
Sólo me encogí de hombros - Traté de hacérselo fácil.
- ¿Realmente no le diste tu número de teléfono? - preguntó Lena. A diferencia de Aleksey, ella no se reía.
- Ya lo dije. No me sé ni el número de este teléfono. Tiene que haber preguntado por ahí o algo así.
- ¿Quería que salieran mañana en la noche? - preguntó Lena otra vez, cada vez más y más irritada por el segundo. Empecé a comprender lo que Kris quiso decir antes cuando dijo que ella la había
interrogado.
- Sí mañana, pero no la parte de salir. Quería que yo fuera a su casa, porque sus padres no iban a estar allí.
Asco - dijo Kris - ¿Realmente dijo eso? Podría haber al menos fingido que no trataba de meterse en tus pantalones.
- Concuerdo - dijo Aleksey - El tipo es un tonto. ¿Por qué andas con él?
- No lo hago. Me encontré con él por primera vez ese día en la casa de playa de Sveta. Ahora no me deja en paz.
- No me gusta - dijo Lena.
- Bueno, por supuesto que no - se quejó Kris.
Me sorprendí al ver la mirada desagradable que le dio a Lena. Creo que sorprendió a Aleksey y a Lena, también. La pecosa la miró de vuelta y luego se fue a su casa sin decir una palabra más, cerrando la puerta de golpe detrás de ella.
- ¿Qué? - me espetó Kris a mí, a pesar de que Aleksey era el que la miraba inquisitivamente - Es muy posesiva contigo. Ni siquiera están saliendo.
- Si estás tan preocupada por eso, ¿de verdad crees que es inteligente molestarla?
- No lo haría si dejaras de hacerlo todo peor. ¿Dejarla tomar tu mano y acordar salir con ella? ¿En qué pensabas?
- Um, me voy a ir ahora - dijo Aleksey, alejándose poco a poco de nuestra pelea - Nos vemos mañana por la mañana Yulia.
- Sí, nos vemos - dije, y luego llevé la pelea con mi hermana a la casa, donde Lena no nos oyera.
A leer!
Capítulo 15: Una razón más para sospechar
Dicen que un romance de verano puede hacer parecer todo mágico. Bueno, déjenme decirles que todo aquel que dice eso, tiene toda la razón. Este, el más aburrido de todos los veranos, se había convertido en uno casi mágico durante la noche porque estaba enamorada. En serio, ¿cómo había pasado dieciséis años sin tener mi propio auto?
¿He mencionado lo mucho que mi Jeep nuevo es lo máximo? Ni siquiera lo había tenido una semana completa todavía, pero ya había cambiado mi vida. Me dio libertad. La semana pasada, no había nada que necesitara más que libertad. Verás, no creo que Kris haya creído en mi promesa de no ir a ver a Lena. Era eso, o ella pensaba que era completamente suicida sobre lo que pasó con Aleksey y pensó que necesitaba distracciones.
Desde nuestra escapada de compras el domingo, Kris se había pegado a mí como una lapa. Me arrastraba con ella y sus amigos. Había invitado a sus amigos a pasar el rato con nosotras en nuestra casa. Incluso me arrastró a trabajar con ella y me consiguió mi primer trabajo no siendo niñera. No es que sea en absoluto fanática de las tiendas de ropa o descuentos, pero el trabajo tenía un cierto atractivo por la razón anteriormente mencionada que me encanta conducir mi automóvil. El trabajo mantendría más gasolina en él que siendo niñera.
De todos modos, después de pasar la semana no siendo arreglada, de acuerdo a mi hermana, con la mitad de las personas que ella conoce, necesitaba desesperadamente un poco de libertad, así que me fui a dar una vuelta. Fue increíble. Gracias al cálido sol de la ciudad, el techo extraíble en mi Jeep, y un pequeño grupo conocido como Sublime, mi viernes por la mañana había sido, bueno, muy sublime (nunca mejor dicho).
A la vuelta de la hora del almuerzo, el teléfono de Kris sonó. La estúpida cosa había estado tranquila durante todo el verano hasta esta semana, cuando por alguna razón empezó a sonar de forma constante.
Esto sólo era un poco molesto. Especialmente dado que Kristina tenía su tono de llamada ajustado en una maldita canción de Britney. Pero, ya que me encontraba en un estado de ánimo excepcionalmente bueno gracias a mi fantástico Jeep (del cual estoy enamorada, por cierto) decidí ver quién había estado llamando toda la semana.
Era un interlocutor misterioso en la otra línea, pero aún así es una buena cosa que lo respondiera, porque era mi hermana, y sonaba más bien histérica.
- ¡Yulia! Estoy tan contenta de que contestaras. Necesito que vengas a recogerme en este momento.
- ¿Qué? ¿Dónde estás?
- En un pequeño autoservicio al otro lado de la calle desde ese lugar de sushi elegante nuevo en la central.
- ¿Estás dónde?
- Sabes de qué restaurante te estoy hablando, ¿verdad?
- Sí, creo que sí. ¿Por qué estás en un pequeño autoservicio tan lejos?
- Sólo date prisa, ¿de acuerdo?
- Treinta minutos - dije, pero creo que ya había colgado.
De hecho, llegué allí cerca de veinte minutos. Al principio no vi a Kris, pero luego me di cuenta de esta loca, en una sudadera con capucha Old Navy, agitando una mano frenéticamente hacia mí a través de la ventana del autoservicio.
- ¿Qué demonios, Kris? - le pregunté cuando llegué dentro - Me asustaste muchísimo. ¿Me llamas desde un número desconocido diciendo que estás varada y luego simplemente me cuelgas? ¿Qué mierda está pasando?
- Perdón por colgar. Llamé desde un teléfono público.
- ¿Un teléfono público?
- Lo sé, ¿no? - se rió - No puedo creer que esas cosas de hecho funcionen.
- Um, ¿por qué estás atrapada en un pequeño autoservicio en la central? ¿Cómo es que incluso llegaste hasta aquí? Pensé que estabas en el trabajo.
- Estaba en el trabajo. ¡Yulia, no vas a creer lo que pasó!
- Estás atrapada en un pequeño autoservicio, vestida con una sudadera con capucha con un clima de treinta y cincos grados centígrados. Creo que voy a creer casi cualquier cosa en este momento.
- Lena vino a verme al trabajo hoy.
Bien. Eso no es lo que esperaba que ella dijera.
Sentí esta extraña punzada de decepción en mi estómago. No es que mi hermana habría dejado que Lena llegara a ninguna parte cerca de mí, pero ella ni siquiera había intentado venir esta semana.
No había hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. No desde que me vio besar a Aleksey. Me imaginé que se sentía un poco decepcionada, pero había sido prácticamente psicópata acerca de perseguirme hasta ahora. No pensé que un beso le haría renunciar a mí y enviarla a perseguir a Kris. Sin embargo, era sólo cuestión de tiempo, supongo. Debería haberlo sabido. Siempre van por mi hermana.
- ¿Qué pasó? - pregunté, tratando de no sonar tan decepcionada como me sentía.
- Bueno, todavía se veía enojada, así que, ya sabes, al principio pensé que venía a matarme. Pero nunca se acercó lo suficiente a mí para tocarme, así que no tuve que empezar a gritar.
Esperé con expectación que Kris diera más detalles.
- Vino a pedir disculpas - dijo, como si eso lo explicara todo - Me dijo que lamentaba haber perdido los estribos el sábado por la noche, y me dijo que está contenta de que seas feliz.
- Y ¿qué le dijiste?
- Bueno, duh. Le dije gracias. Fue muy amable de su parte decir que lo sentía. Quiero decir, realmente me asustó la otra noche.
- ¡Kris! Me refiero a mí. Le dijiste la verdad sobre Aleksey y yo, ¿no?
- Por supuesto que no. Le dije que eran más que felices. Le dije que ustedes están geniales juntos y que eso es lo que has estado haciendo toda la semana... saliendo con tu nuevo novio.
- ¿Qué?
- Tuve que hacerlo, Yulia. Es mucho menos probable que venga en pos de ti, si piensa que estás siempre saliendo con Aleksey.
Me di una palmada en mi cara - Bien - dije, dejando escapar un resoplido de aire... definitivamente tenía que hablar con ella ahora - Así que explícame cómo Lena disculpándose contigo se convirtió en ti varada en el autoservicio.
- Oh. Cierto. Así que después de que dije que tú y Aleksey estaban juntos, Lena empezó a hacerme un montón de preguntas.
- ¿Qué tipo de preguntas?
- Todo tipo de preguntas. Si pensaba que Aleksey era un buen tipo. Cuánto tiempo lo hemos conocido. Al principio pensé que era en cierto modo lindo, aunque esté básicamente acechándote. Pero luego me preguntó si yo pensaba que Aleksey era un buen boxeador, o si podía protegerte. Así que, por supuesto, pensé que tenía la intención de golpear a Aleksey para llegar a ti, y dije que Alyósha podía más que cuidar de ti, y le pregunté de quien necesitabas protección.
Mi humor se animó un poco ante esto, aunque creo que no debería haberlo hecho. No debería estar entusiasmada con la posibilidad de Lena queriendo luchar con Aleksey de modo que me gane de regreso. Pero nunca había tenido a personas peleándose por mí. Los "V" habían luchado en favor de mí antes, lo cual era bastante impresionante, pero nunca han luchado por mí. Hay una gran diferencia.
Era romántico, Lena preguntando sobre Aleksey y con ganas de darle una paliza. Además, parecía que todavía seguía en el Equipo Yulia y no siendo uno de los cientos de fieles de Kristina. No importa lo psicópata que Lena puede ser, todavía obtiene puntos importantes por eso - Así que ¿qué dijo cuando le preguntaste de quién necesitaba protección?
- No respondió exactamente. Sólo empezó a hacerme todo tipo de preguntas acerca de ese chico de tu fiesta, aquel musculoso.
- ¿Ruslán? Si ella piensa que estoy saliendo con Aleksey ahora, ¿por qué se preocuparía por Ruslán?
- Lo sé, ¿no? Pensé que era extraño también. Le dije que no te gusta ese tipo en absoluto. Cuando le dije que no lo conocías, y que Ruslán ni siquiera va a nuestra escuela, Lena enloqueció.
- ¿Qué quieres decir con que enloqueció?
- Se puso toda loca como en tu fiesta, me preguntó todo lo que sabía acerca de Ruslán, y luego sólo se fue. Ni siquiera se despidió ni nada.
- ¿Qué demonios?
- Exactamente lo que pensé - dijo - Actuaba tan extraño. Cuando se fue pensé que tramaba algo, así que la seguí.
- Tú... la... seguiste...
El rostro de Kris se iluminó con entusiasmo - No te preocupes, fuimos totalmente sigilosas al respecto.
- ¿Fuimos?
- Sí. Sveta fue para recogerme del trabajo, y Lena no conoce el auto de Sveta, así que cuando se marchó, la seguimos. Se detuvo en el banco y luego vino hasta aquí.
Eché un vistazo alrededor del autoservicio en el que nos encontrábamos. La única persona aquí era el hombre detrás del mostrador mirando a mi hermana como si ella claramente hubiera perdido sus tuercas - No está aquí - dijo Kris cuando me vio mirando alrededor - Está en el lugar de sushi al otro lado de la calle. ¿Ves?
Miré en el restaurante al otro lado de la calle y apenas pude distinguir a una persona sentada en una mesa detrás de la ventana de cristal que sería Lena. Me pareció como si sólo estuviera comiendo el almuerzo.
- Está bien - dije - ¿dónde está Sveta?
- Tenía que ir a bailar, así que te he llamado - Negué con la cabeza, desconcertada - Están dementes. Ya lo sabes, ¿verdad?
- No vas a estar pensando eso cuando capturemos a Lena y te salve la vida.
- Lo que sea. Me voy. Si no deseas ser atrapada, te sugiero que vengas conmigo.
- Vamos, Yulia, vive un poco. Acecha a tu acosadora conmigo.
- Krisy, la tipa sólo está comiendo su almuerzo. Lo único extraño es que está comiendo sushi, lo cual es totalmente desagradable.
Comencé a caminar hacia la puerta y Kris me detuvo.
- No estabas allí - dijo, habiéndose puesto cien por ciento seria repentinamente - Sentí como si me estuviera interrogando. Está tramando algo. Sé que lo hace. Sólo espera conmigo por un tiempo. ¿Por favor?
Me quedé mirando la mueca en la cara de Kris y luego cedí.
- Bien.
¿Cómo era que no podía decir que no a mi hermana en ese momento? ¿Cuándo ocurrió eso? Nunca me han importado sus sentimientos, y mucho menos he podido decir que no a cualquier demanda ridícula que estuviera haciendo. Olvídense de la ropa, había cosas mucho más extrañas sucediéndome este verano.
En el lado positivo, esta vez sólo me pedía espiar a Lena, lo que es algo que hacemos todo el tiempo de todos modos. Tal vez esa es la razón por la que no pude decir que no, y que en realidad no tenía nada que ver conmigo, empezando a agradarme mi hermana. Esperemos.
- Sólo por un rato - dije - Si ella no hace nada extraño, nos vamos a casa.
- Bien, trato hecho. El mejor lugar para verla es desde el teléfono público en la esquina que te llamé, pero no puedes ir por ahí de esa manera.
Kris compró un sombrero del camionero del autoservicio y me entregó su sudadera con capucha - Hu-uh - protesté - Hace treinta y cinco grados allí fuera y esta es tu estúpida idea? Llevas la sudadera con capucha. Me quedo el sombrero.
Mi loca hermana sonrió dulcemente, pero no me dio el sombrero - Sabes que lo haría, Yulia, pero...
- No, no lo harías.
- Por supuesto que sí - exigió fingiendo estar ofendida - Pero tienes que usar la sudadera con capucha. Lena está obsesionada contigo. Te reconocería el cabello a un kilómetro de distancia - ¡Mierda! Ella tenía razón. Me puse la sudadera y me quejé sobre ello.
- Si me muero de un golpe de calor, todo es tu culpa.
- Si te mueres de un golpe de calor, ¿me das tu Jeep?
- No.
Había un banco de cemento al lado del teléfono público, por lo que Kris y yo compramos un paquete de Twinkies y fingimos que esperábamos el autobús.
Kris tenía razón, podía ver a Lena mucho mejor desde mi nuevo puesto en la esquina. Parecía mucho más cómoda que yo en el interior del restaurante con aire acondicionado. Parecía pensativa. Se veía bien.
- Casi me besó la otra noche - dije al azar - Me asusté completamente en el momento, pero entonces estuve un poco decepcionada al ver que no lo hizo, ¿sabes?
Mi hermana se volvió muy despacio hacia mí con las cejas levantadas. No podía culparla por haber estado sorprendida. No es que mi confesión hubiera salido de la nada, era que se trataba de eso por completo. Nunca, jamás, en un grande y gordo embrollo había ofrecido información acerca de mi vida a ella por gusto.
Mi rostro se puso rojo remolacha. Me sentí más incómoda de lo que jamás había estado, pero todo con Lena y Aleksey me volvía loca, y necesitaba a alguien con quien hablar sobre el tema. Obviamente, no iba a llamar a los "V" y decirles "Así que está esta tipa.." Kris era todo lo que tenía.
- Es sólo que...
Mi hermana esperó pacientemente a que continuara. Estuve agradecida de que no interrumpiera... esta cosa de ser abierta era más difícil de lo que había previsto.
- Lena fue la primer persona que alguna vez...- Me detuve, incapaz de hacer que más palabras salieran.
- Sé que estás decepcionada por Lena - me dijo Kris - Pero es realmente lo mejor.
- Es más que eso, sin embargo.
Estudié mis pies, totalmente incapaz de mirar a mi hermana, hasta que dijo mi nombre en una voz más amable de lo que pensaba que era capaz de hacer. Cuando levanté la vista, sonrió alentadoramente, pareciendo entender exactamente lo difícil que era para mí. Me ayudó.
- No le gusto a las chicas - dije - Mucho menos a las chicos. Fíjate en Aleksey. La otra noche me dijo que le gustaba la idea de tener una novia que fuera como yo, pero luego me besó y sólo fue... nada. O los "V". Los conozco desde siempre y apuesto a que nunca les ha pasado pensar en tener algo conmigo. Siempre soy sólo una de los chicos. Creo que nunca me di cuenta de lo mucho que me molesta hasta ahora.
- No creo que alguna vez te ha molestado antes - dijo. Una vez más, sorprendiéndome con su sinceridad - El hecho de que lo hace ahora es lo que te hace cambiar. Yulia. Lena es sólo el comienzo. Confía en mí, ahora que ya no eres tan ignorante del asunto, va a haber un montón de otras personas. Aquellos que no estén locos. ¿Te acuerdas de mi amiga Quinn que vino el miércoles? Ella te recordaba de la fiesta en la playa y en realidad me preguntó si íbamos a estar allí cuando ella se acercara.
¿Alguien en la multitud de Kris preguntaba por mí? Esto fue suficiente para hacer que mi mandíbula cayera y Kris finalmente se echara a reír - ¿Por qué crees que te obligué a pasar el rato conmigo toda la semana? - Kris me empujó con el hombro - Puede que seas de un florecimiento tardío, pero sigues siendo una Volkova. Confía en mí, no necesitas a Lena.
Miré de nuevo al otro lado de la calle y recordé cómo me sentí en la noche del sábado. Un suspiro escapó antes de que pudiera detenerlo - Aún así. Apuesto a que es una besadora realmente buena.
Kris miró a Lena también, y asintió vigorosamente - ¡Oh, por supuesto! ¿Cómo crees que consigue que sus víctimas vayan con ella? Es tan caliente, la seguiría a un callejón oscuro si pensara que tengo una oportunidad de hacerlo con ella.
Me eché a reír, y luego tiré del cuello de la sudadera que llevaba puesta - Hablando de estar caliente, creo que vamos a tener que dejarlo todo en cuanto a las cosas de espionaje. No está haciendo nada, y realmente me voy a morir de un golpe de calor.
Kristina suspiró, sabiendo que tenía razón. Empezó a levantarse, pero se congeló entonces - A menos que...
Me volví para ver lo que miraba justo cuando un sedán negro tintado se detuvo frente al lugar de sushi. Un hombre con un traje oscuro salió con rigidez del auto. No era un policía estándar, pero era definitivamente algo.
- Se ve como un agente secreto - dijo Kristina.
- Estoy segura de que es una coincidencia. Probablemente sólo esté buscando algo para llevar.
- Sí - concordó Kris - Pero vamos a ver sólo por un minuto. Si Lena es una asesina, ¿no se pondría nerviosa en torno a los policías?
- Buen punto.
Me senté de nuevo y observé con asombro completo cuando el policía entró en el restaurante y se sentó en la mesa de Lena. Los dos hablaron durante un segundo, y luego el policía deslizó una carpeta llena de papeles sobre la mesa para la pelirroja.
-¿Qué dem...?
Kris y yo nos miramos entre sí - ¿Crees que eso fue ilegal? - preguntó mi hermana cuando el policía se marchó. Todo el momento había durado alrededor de tres minutos.
- Oh, sí. Los policías no sólo dan información a las personas - No lo podía creer.
- Apuesto a que son los expedientes de los casos de los asesinatos de los Sábados por la Noche. Apuesto a que están en esto juntos. ¿De qué otra forma podía irse sin dejar evidencia detrás? - No tenía ni idea de qué pensar. Sinceramente, no pensaba que Lena fuera una asesina, ¿pero qué demonios? No sabía qué había en ese archivo o por qué lo quería. O incluso cómo podría conocer policías corruptos. Pero sí sé una cosa. Donde quiera que iba a continuación, sin duda la seguiría.
A continuación pasó a ser el parque de la ciudad, donde se encontró el cuerpo de Wren DeSantis el sábado pasado - De ninguna maldita forma - susurré mientras veíamos a Lena dirigirse directamente hacia el rincón más alejado del parque. La chica fue encontrada en la mañana del domingo, y ahora era viernes, por lo que la cinta amarilla había desaparecido hacía tiempo, pero estoy segura de que se encontraba de pie en lo que tenía que ser la escena del crimen.
- Asco - dijo Kris cuando Lena se sentó debajo de un árbol. Ella hablaba en voz baja, también, a pesar de que estábamos claramente lejos al otro lado del parque y ella no podría habernos escuchado ni en un millón de años - ¿Crees que está sentada en el lugar exacto donde...?
- Tiene que haber sólo una explicación racional. - Quiero decir, sólo tenía que haberla.
- Sí, se llama que es una psicópata que mata a chicas y luego regresa más tarde para disfrutar de su karma de muerte.
- ¿Karma de muerte? - repetí secamente.
- Lo que sea - Kris se estremeció - Ya he terminado. Esto ya no es divertido. Salgamos de aquí antes de que nos vea y decida venir a por nosotras mientras dormimos.
Coincidía con mi hermana de que era hora de irse. De ninguna manera quería tener que explicarle a Lena qué hacíamos siguiéndola por toda la ciudad. Pero no porque tuviera miedo de que me fuera a cortar a la primera oportunidad que tuviera. Por lo menos no pensaba que lo haría.
Kris parloteó durante todo el camino a casa sobre cómo Lena era la asesina. Me hizo jurar una y otra vez que no iría a ninguna parte cerca de ella, pero los acontecimientos del día no me habían convencido de que fuera una asesina. Ya sabía que tenía una fijación al crimen: tiene todas esas novelas en su habitación, y la forma en que habló en la concesionaria de automóviles ese día, quería decir que obviamente hizo un gran trabajo investigando sobre el tema. Pero eso no significaba que alguna vez lastimaría a alguien.
Por lo que sabía, Lena tenía un sexto sentido y trabajaba con la policía para resolver crímenes como la chica en ese programa de televisión. O tal vez era un médium. Oye, cosas más extrañas han sucedido... sólo me limitaba a tener una charla sincera con mi hermana mayor.
- Tal vez deberíamos llamar a la policía - dijo a medida que nos deteníamos en nuestro camino de entrada.
- ¿Qué?
- O por lo menos a mamá y papá.
- ¿Decirles qué? ¿Que Lena es una asesina en serie? Papá sólo se reiría de ti y mamá probablemente te castigaría y no te dejaría ver películas de terror o algo así.
- Pero podríamos hablarles de lo loca que es.
- Claro, ¿sólo decirle a papá que la chica al otro lado de la calle está acechando a su hija? Si supiera la mitad de las cosas que Lena ha hecho, nos mudaría al otro lado del país para escapar de ella. ¿Quieres pasar tu último año en Ekaterimburgo o en alguna otra parte?
Tenía razón y Kris lo sabía, a pesar de que claramente no le gustaba - Bien, de acuerdo - cedió - Pero prométeme que permanecerás lejos de ella, Yulia. Promételo.
- Sí - dije - Claro, lo que sea.
No.
Voy a ir al infierno por las mentiras que digo.
Decidí quedarme afuera por un rato y salir por una buena patinada. Había estado tan ocupada con Kris esta semana que apenas había tenido tiempo para mí misma. Además, después de llevar esa capucha ya me encontraba bastante sudorosa. ¿Qué mejor momento para entrar en un entrenamiento?
Acababa de terminar de atar mi primer patín cuando una sombra cayó sobre mí - Llegas tarde, Yulia. El juego fue el lunes - Levanté la mirada y Aleksey me sonrió tan amable como siempre - Y miércoles - agregó .
Me encogí de hombros y seguí atándome el otro patín. No sé lo que quería decir. Él sabía exactamente por qué había evitado el parque esta semana.
Era evidente que vino aquí para tratar de suavizar las cosas entre nosotros. Sólo esperaba que hiciera la típica cosa de los hombres y no realmente, ya sabes, lo dijera. Entiendo que las chicas suponen que tratan de expresar sus sentimientos, pero estoy totalmente a favor de evitar el tema.
Cuando mis patines estuvieron en su lugar, dejé que Aleksey me ayudara a ponerme de pie y logré un muy genial - ¿Qué hay de nuevo?
- ¿Ibas hacia algún lugar en particular? Me debes un juego de uno contra uno.
Había dicho las palabras mágicas. Cualquier tensión que quedara entre nosotros dos había desaparecido. Sonreí - ¿Supongo que estás de humor para una buena paliza?
Arrastré mis redes a la calle y procedí a probar que hablaba en serio. Una hora más tarde había humillado a Aleksey lo suficientemente cuando Lena finalmente llegó a casa.
- ¡Gol! - grité mientras lanzaba la pelota a través de la red de Aleksey. Una vez más - ¡Y creo que así es como se juega, perdedor!
- Amiga, me distraje por ese auto.
- ¿Y cuál es tu excusa para los otros nueve goles? - pregunté mientras arrastrábamos nuestras redes a la acera para dejar pasar el auto. No me di cuenta que el auto era de Lena hasta que se deslizó y se detuvo frente a su casa.
Aleksey patinó a mi lado y dio un silbido por lo bajo - ¿Un BMW? - preguntó con curiosidad.
Suspiré, y con un movimiento triste de mi cabeza respondí - Lo sé. Es vergonzoso.
De repente me di cuenta que esta era la oportunidad perfecta para hablar con Lena. Había querido hacerlo toda la semana, y ahora esperaba poder ser capaz de conseguir algún tipo de explicación acerca de lo que ella había estado haciendo hoy.
Justo ahora era mi oportunidad. Era de día y nos encontrábamos en público, y Aleksey estaba allí para evitar que las cosas se salgan de las manos.
Porque, sí, creo que todavía había una pequeña posibilidad de que Lena sea una asesina psicópata... sólo que una muy dulce. Además, Kristina estaba dentro. No había manera de que pudiera salir aquí para detenerme a tiempo.
Con eso, tomé la determinación. Lena se había encontrado brevemente con mi mirada cuando había pasado, pero después de ver a Aleksey a mi lado, hacía todo lo posible para fingir que no estábamos allí. Ni siquiera miró en mi dirección cuando salió de su auto, así que tuve que gritar "¡Oye, Lena!" Para llamar su atención. Y vaya que lo hizo.
La pelirroja prácticamente tropezó con sus propios pies, se detuvo tan repentina. Entonces, cuando le sonreí y le di un gesto amistoso, ni siquiera pudo decir hola de vuelta. Sólo me miró como si me hubiera vuelto loca. Realmente no podía culparla. No es que había iniciado una conversación con ella antes. Por lo general, corría hacia las colinas con el rabo entre las piernas.
- ¡Hola! - le dije de nuevo a medida que patinaba hacia ella, remolcando a Aleksey conmigo.
Lena tuvo que arrastrar su mirada lejos de Aleksey para mirarme. Me miraba con ojos sospechosos, el costado de su boca curvada hacia arriba en una sonrisa dura. No entendía la broma.
No dejes que te intimide, Yulia. Ningún miedo. Me armé de valor y le sonreí aún más dulce - No te he visto en toda la semana.
- Sí. He notado que has estado muy ocupada esta semana - dijo, con una expresión completamente neutral. Sin embargo, no pudo evitar la forma en que sus ojos centellaron en Aleksey de nuevo.
Me imaginé que era un momento tan bueno como cualquier otro para hacer presentaciones - Sé que se vieron en la fiesta del sábado, pero creo que no han sido presentados técnicamente.
Aleksey le tendió la mano, y Lena me sorprendió sonriéndole a Alyósha cuando se la estrechó.
- Alek, ella es Lena. Ella acaba de mudarse de San Petersburgo. Lena, este es mi amigo Aleksey.
Ambos levantaron una ceja ante mi énfasis en la palabra amigo.
- Bueno, ¡alguien tiene que parar todos esos rumores de que comenzamos a salir la semana pasada! - espeté, mucho más molesta de lo que me hubiera gustado estar.
La expresión tranquila de Lena nunca vaciló y dijo - Desde donde yo estaba, parecía que ustedes empezaron ese rumor juntos.
Aleksey estalló con una gran carcajada, pero no podía decir si a Lena le importaba una mierda o si se sentía celosa de verdad. De cualquier manera, no lo necesitaba. Si se iba a comportar así, entonces no me esforzaría en ser amable con ella.
Con un gemido, me di la vuelta para ir a quitarme mis patines y Aleksey dijo - Relájate, Volkova - Pero fue Lena quien me agarró de la muñeca para que no me fuera. La reacción fue instantánea.
Mi brazo se tensó bajo su agarre para evitar que un estremecimiento estallara a través de todo mi cuerpo. Traté de ignorar el sentimiento.
- Lo que sea - le dije, y soplé algunos de los mechones de cabello fuera de mi rostro. En un intento de cambiar de tema miré a Lena - ¿Aún quieres aprender a jugar al hockey? Aleksey y yo estábamos jugando un poco de uno contra uno. Podemos enseñarte si lo deseas.
Eché un vistazo a mi amigo para una confirmación y me horroricé al ver que él miraba a la mano de Lena. Debido a que seguía aferrándose a mi muñeca.
- En realidad, me tengo que ir - dijo Aleksey de una manera que me hizo sonrojar. Sonrió de nuevo a Lena y agregó - No me necesitas para enseñarte, de todos modos. Yulia realmente es la mejor en el vecindario. Si te das cuenta de eso, acompáñala al parque por la mañana. El juego empieza a las siete y media - Se dirigió a mí de nuevo - No te molestes en desaparecer esta vez.
Puse los ojos en blanco, pero dije - Voy a estar allí.
En el momento en que Aleksey se volvió para irse; lo que, por supuesto, me dejaba sola con Lena, Kris convenientemente vagó fuera. Sí, no nos había estado mirando por la ventana ni nada así. Lena me miró, curiosa del suspiro decepcionada que se me escapó cuando mi hermana se acercó a nosotras.
- ¿Están teniendo una fiesta aquí fuera y nadie pensó en invitarme? - dijo alegremente.
Sólo Aleksey se rió ante la patética broma. Oh, chico - Cinco rublos a que Alyósha ya no tiene que irse - murmuré por lo bajo de modo que sólo Lena escuchara.
Lena se rió entre dientes y deslizó su agarre hasta mi mano, entrelazando mis dedos en los suyos. La acción no pasó exactamente desapercibido para nadie. Mi rostro palideció un poco, pero no aparté mi mano, y, uh, sí, eso no pasó desapercibido, tampoco.
- Podríamos hacer una fiesta - ofreció Lena de pronto al grupo - Podríamos tener un doble esta noche. Ir a cenar. Tal vez ver una película o algo después.
¿Un doble? ¿Al igual que en cita doble? ¿Estoy siendo invitada a salir en una cita real?
Obviamente, otra primera vez para mí. Pero, ¿podría hacerlo? ¿Puedo ir a una cita con Lena después de verla tomar los archivos de policías corruptos y desplazarse alrededor de escenas de asesinato?
Sentí a Lena apretar mi mano, y cuando levanté la vista, dijo - ¿Qué dices? - Con esa sonrisa suya. Y esos ojos...
- Um...- Mierda sus labios se veían muy besables - ¿Qué?
- Me parece bien - dijo Aleksey con una expresión esperanzada. El pobre tipo. Podría ser capaz de enganchar la mitad de las personas de último año en la escuela, pero estoy bastante segura de que Kristina Volkova no se hallaba en esa mitad.
- De acuerdo - dije finalmente.
Mi hermana me fulminó con la mirada cuando estuve de acuerdo con la cita. Le di la mirada de qué-se-supone-que-haga, pero no importaba. Me iba a rasgar al momento en que estuviéramos solas.
- Oh - dijo ella, volviendo su sonrisa falsa sobre Lena y Aleksey. Me apartó de la pecosa y enlazó su brazo con el mío - Eso suena muy divertido, pero Yulia y yo no podemos ir. Ya tenemos planes.
- ¿De qué estás hablando? Yo no tengo ningún plan - Ahora realmente iba a matarme, pero no lo podía evitar.
- ¿No te acuerdas, Yul? ¿La fiesta de pijamas en casa de Vladlena?
- Ooooooooh. Cierto. La fiesta de pijamas. ¿Cómo podría olvidarlo?
Kris me dio un codazo, pero no importaba cuán sarcástica era. Tanto Lena como Aleksey sabían que ella lo inventó de todos modos. Parecía que Lena iba a intervenir, salvo que Britney comenzó a cantar tick-tock y Kris se puso ansiosa - ¿Es ese mi teléfono?
Me reí de la nostalgia en su voz - La maldita cosa ha estado sonando durante una semana.
- Bueno, ¿has pensado alguna vez en contestarlo?
- ¿Por qué habría de hacerlo? Ninguno de mis amigos tiene el número. Ni siquiera me sé el número.
Me di cuenta de que el teléfono estaba a punto de ir al correo de voz porque Kris pareció estar lista para abordarme - Contesta tú - le dije, pasándole el teléfono.
Chilló a medida que me lo arrebataba y se iba por el césped por un poco de intimidad. Rápidamente me volví hacia las personas a mi espalda - Me disculpo por mi hermana. Estoy bastante segura de que cayó sobre su cabeza cuando niña.
Mucho.
- ¡Yulia! - gritó mi hermana detrás de mí.
- ¿Qué? - pregunté a la defensiva, pero ella no había oído mi insulto, me entregó el teléfono.
- Es para ti.
- No puede ser. Ya te dije que no...
- Él está preguntando por ti.
- ¿Él? - preguntó Lena mientras que Alek dijo
- ¿Cuántas parejas tienes, Yulia? - Lo fulminé con la mirada mientras contestaba el teléfono.
Kris, Lena y Aleksey me miraron como si fuera la cosa más interesante que jamás habían visto.
- ¿Hola?
- ¡Yulia, ahí estás! He estado tratando de localizarte toda la semana.
- ¿Quién es?
- Ruslán.
- ¿Ruslán?
- ¿Derramaste sobre mí Coca Cola en tu fiesta la semana pasada!
- Sé quién eres. ¿Cómo conseguiste este número?
- Me lo diste.
- No, no lo hice.
- Claro que lo hiciste. Escucha, nunca tuvimos la oportunidad de establecer una cita la semana pasada. ¿Quieres salir mañana por la noche?
- No puedo, amigo. Lo siento. No puedo salir en las noches de los sábados en estos momentos. Un asesino en serie anda suelto y todo eso.
- Eso es bueno - dijo Ruslán - No tenemos que salir. Podemos simplemente pasar el rato en mi casa. Mis padres no estarán en casa, así que seremos capaces de relajarnos.
Me eché a reír - Sí, estoy segura. Lo siento. En realidad estoy de niñera, por lo que incluso si quisiera, no puedo.
- Está bien. Bueno, tengo que trabajar esta noche, pero podemos pasar el rato en algún momento esta semana. ¿Cuándo estás libre?
Ugh. Algunas personas son demasiado densas para su propio bien.
- Uh, ¿Ruslán? Aprende a captar una pista. Eres un tonto, y no vamos a salir. Nunca. Ve a tomar una ducha fría o algo así.
Cuando colgué, Aleksey se rió tanto que lloró - ¿Ve a tomar una ducha fría? Amiga, eso fue duro.
Sólo me encogí de hombros - Traté de hacérselo fácil.
- ¿Realmente no le diste tu número de teléfono? - preguntó Lena. A diferencia de Aleksey, ella no se reía.
- Ya lo dije. No me sé ni el número de este teléfono. Tiene que haber preguntado por ahí o algo así.
- ¿Quería que salieran mañana en la noche? - preguntó Lena otra vez, cada vez más y más irritada por el segundo. Empecé a comprender lo que Kris quiso decir antes cuando dijo que ella la había
interrogado.
- Sí mañana, pero no la parte de salir. Quería que yo fuera a su casa, porque sus padres no iban a estar allí.
Asco - dijo Kris - ¿Realmente dijo eso? Podría haber al menos fingido que no trataba de meterse en tus pantalones.
- Concuerdo - dijo Aleksey - El tipo es un tonto. ¿Por qué andas con él?
- No lo hago. Me encontré con él por primera vez ese día en la casa de playa de Sveta. Ahora no me deja en paz.
- No me gusta - dijo Lena.
- Bueno, por supuesto que no - se quejó Kris.
Me sorprendí al ver la mirada desagradable que le dio a Lena. Creo que sorprendió a Aleksey y a Lena, también. La pecosa la miró de vuelta y luego se fue a su casa sin decir una palabra más, cerrando la puerta de golpe detrás de ella.
- ¿Qué? - me espetó Kris a mí, a pesar de que Aleksey era el que la miraba inquisitivamente - Es muy posesiva contigo. Ni siquiera están saliendo.
- Si estás tan preocupada por eso, ¿de verdad crees que es inteligente molestarla?
- No lo haría si dejaras de hacerlo todo peor. ¿Dejarla tomar tu mano y acordar salir con ella? ¿En qué pensabas?
- Um, me voy a ir ahora - dijo Aleksey, alejándose poco a poco de nuestra pelea - Nos vemos mañana por la mañana Yulia.
- Sí, nos vemos - dije, y luego llevé la pelea con mi hermana a la casa, donde Lena no nos oyera.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
que buen capitulo
quiero que Yulia aclare las cosa con Lena
Kris es su hermana pero no tiene que decidir por
Yulia y escoger por ella lo que cree mejor
Ruslan es sospechoso y acosador
siguela pronto
que buen capitulo
quiero que Yulia aclare las cosa con Lena
Kris es su hermana pero no tiene que decidir por
Yulia y escoger por ella lo que cree mejor
Ruslan es sospechoso y acosador
siguela pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Excelente capítulo no demores mucho en continuar..
Kamila- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 02/04/2018
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Holis, cómo están? Supongo que genial, así que... Aiinns!!! este capítulo en particular me encanta así que espero que a ustedes también.
A leer!!
Capítulo 16: Cuidando a Fyodor
- Chicos, sea lo que sea por lo que me están mirando así, yo no he sido - dije automáticamente cuando entré en casa el sábado por la tarde y mis padres levantaron la mirada de su silenciosa conversación con los rostros serios.
Mis padres me miraron con recelo.
- Conoces el toque de queda de la ciudad, ¿cierto? - preguntó mamá.
Miré el reloj y fruncí el ceño.
- A menos que se hubiera adelantado cinco horas, creo que llego bien.
- No necesitamos tu sarcasmo, Yulia Volkova.
Mamá sólo usaba mi nombre completo cuando realmente se enojaba. Intenté recordar las últimas horas. No había hecho nada que creyera digno de ser pillado.
- Bueno, ¿por qué están enojados conmigo? No es culpa mía que algún psicópata quiera agarrarme y apuñalarme en cada centímetro cuadrado de mi cuerpo.
El rostro de mamá palideció.
- ¡Yulia, por favor!
- No estamos enojados contigo - dijo papá, suspirando - Sólo estamos preocupados. Vamos a cancelar nuestro viaje.
Bueno, no me extraña que estés de mal humor.
- ¡No! ¡Ni de coña! No van a cancelar su vigésimo aniversario por mí.
- No es por ti - apuntó papá. La expresión de su cara no decía lo mismo - De acuerdo, no es sólo por ti. También es por tu hermana.
- Oh, sí, porque el Acuchillador de los Sábados por la Noche ha estado yendo detrás de tantas personas parecidas a ella.
- ¡Yulia!
- ¿Qué? ¡Estoy harta de que todos hagan un drama de esto! No va a encontrarme. Asalta a drogadictas y fugitivas. Acosa en clubes nocturnos y calles oscuras en el centro de la ciudad. Esta noche voy a estar sentada en casa de los Kuznetsov con las puertas cerradas, comiendo pizza congelada y viendo alguna película poco convincente de acción. ¡No va a pasar nada malo!
Fui a mi habitación dando pisotones fuertes, pero todavía pude oír el final de la conversación de mis padres a través del conducto de ventilación. A estas alturas habían decidido no cancelar nada, pero todavía seguían bastante preocupados. Esperaba que sólo lo superaran. Es decir, sí, es un poco perturbador saber que hay alguien ahí afuera, en mi ciudad, asesinando a chicas que se parecen a mí, pero cuanto más paranoica se ponía mi familia por eso, más creía yo que era estúpido darle tanta importancia.
Para cuando eran las siete, bajé la calle hacia la casa de los Kuznetsov. El sol comenzaba a ponerse, y yo ni siquiera me sentía intimidada. No mucho. Y tenía razón, hasta ahora no había pasado nada malo. La noche estuvo yendo exactamente tal y como dije que iría hasta la malísima película de acción. Por supuesto, este pedazo de tormenta veraniega golpeaba, así que el viento era fuerte y los truenos resonaban. Además, me había topado con Kiss the Girls antes de encontrar Delta Force, así que cuando el timbre de la puerta de la casa de los Kuznetsov sonó sobre unos quince minutos después de haber puesto a dormir a Fyodor, admití que sentí un matiz de miedo.
Sin encender ninguna luz en la habitación principal, caminé de puntillas a la puerta principal y miré por la mirilla. Parada allí, bañada por la fuerte luz del porche delantero, se encontraba mi extremadamente ardiente vecina, empapada de pies a cabeza. Mi corazón y mi cabeza gritaban a la vez.
Decididamente no debería contestar.
Abrí la puerta.
Increíblemente, fui recibida con una sonrisa tan seria como la que antes habían tenido mis padres.
- No deberías abrir la puerta a extraños un sábado por la noche - me reprendió en lugar de saludarme.
- No la he abierto para un extraño. La he abierto para ti.
El ceño fruncido de Lena se volvió sospechoso.
- ¿Sabías que era yo y aun así abriste la puerta?
Sin saber por qué mi rostro se acaloró, me encogí de hombros.
- Me sentía generosa.
- ¿Me atrevo a probar mi suerte y preguntar si puedo pasar?
Lo debatí. Era difícil olvidar esa imagen de ella sentada en el parque dónde esa chica fue asesinada.
Al menos lo fue hasta que me miró a través de sus pestañas húmedas.
- Prometo que me portaré bien - dijo. Pero no importó. Ya abría la puerta para ella.
Lena cerró inmediatamente la puerta y la aseguró detrás de ella. El cerrojo se deslizó en su lugar con un chasquido. Tragando saliva, retrocedí un paso. ¿Y ahora quién está siendo paranoica, Yulia?
- Así que, ¿qué estás haciendo aquí? - pregunté mientras la guiaba por la casa hasta el salón familiar, agradecida por el brillante resplandor del televisor.
- Escuché que acosar a algunas personas es lo que se lleva los sábados por la noche.
La voz de Lena vino por detrás de mí, demasiado cerca. Podía sentirla en mi cuello. Me di la vuelta sobresaltada.
Ella confundió mi inquietud como una reacción a sus palabras, y no al hecho de que casi estuviera tocándome, que estuviéramos completamente solas y que la última vez que realmente hablamos había estado a punto de besarme.
- Lo siento - dijo, alejando sus manos como si temiera que fuera a abalanzarme a la salida. - Tienes razón. No es divertido. Lo siento.
Me dirigí hacia el sofá y cuando ella me siguió como si fuera a sentarse justo a mi lado, seguí andando y me dejé caer en el sillón de la Señora Kuznetsova. Lena lo notó, pero no dijo nada.
- Sólo quería verte sin tu hermana alrededor - explicó, conformándose con el solitario y gran sofá. Mientras se hundía de mala gana en los cojines, murmuró - Realmente está comenzando a sacarme de quicio.
- ¿Y qué esperabas, Lena? La cagaste de miedo la semana pasada - dije con incredulidad. Pensé que ambas nos sorprendimos por la ferocidad con la que salté a defender a Kris - Piensa que eres algún bicho raro y demente que está obsesionada con su hermanita.
Lena me fulminó con la mirada, luego suspiró y después volvió su atención a la televisión sin sonido. Chuck Norris estaba ocupado golpeando a siete tipos con una patada voladora.
- ¿Es eso lo que crees? - preguntó.
- ¿Honestamente?
Lena deslizó su mirada de nuevo a mí, esperando mi respuesta.
- No tengo ni idea sobre qué de ti. Puedes ser muy dulce. Aunque parezca increíble, eres dulce.
Lena parecía tan sorprendida por mi cumplido que enterré mi mirada en mi regazo.
- Pero - continué, sonrojándome de nuevo - la mayor parte del tiempo también eres...- Mi voz se fue apagando. No quería decir exactamente lo que pensaba.
Demasiado tarde.
- ¿Soy qué? - demandó con recelo. Cuando me encogí, dijo - Tan sólo dímelo.
Tú lo has pedido.
- Bueno, eres un poco rarita. Al estilo de me gusta ahogar a los gatitos para divertirme - dije con un gesto de dolor. Rápidamente agregué - No creo que quieras serlo - Como si eso la fuera a hacer sentir mejor o algo - Pero tampoco creo que te des cuenta.
Me forcé en mirarla. Miraba la televisión de nuevo. No mirándola realmente, sino como dejando ahí la mirada. Dejó salir un largo suspiro de cansancio.
- Lo siento - dije, sintiéndome como una mierda - He sido muy dura.
- No pasa nada - Lena seguía sin mirarme a los ojos - Prefiero saber cómo te sientes, aunque me joda. Al menos así lo entiendo.
Genial. ¿Podía sentirme peor? Con un largo suspiro de cansancio, me puse en pie.
- Vamos.
Estiré mi mano hacia ella. Miró como si fuera a morderle, pero después de un momento me dejó que la levantara. La llevé a rastras hasta la cocina señalando a la hilera de taburetes que rodeaban el mostrador.
- Siéntate.
Lo hizo sin discutir.
Lena miró en silencio mientras sacaba un tarro de medio kilo de helado de vainilla del refrigerador y me sentaba a su lado.
- Te sentirás mejor. Lo prometo - dije, pasándole una de las dos cucharas.
No esperé a que la hundiera. Después de darle un bocado, ella levantó su cuchara y compartimos un tarro de helado en silencio.
Justo en el momento en que me preguntaba qué estaría pasando por su cabeza, escuché el extraño sonido de un chasquido. Lena había cambiado su cuchara por una navaja mariposa y la abría y cerraba mientras miraba fijamente el bote del helado.
Grité, por supuesto, y el sonido de eso sacó a Lena de cualquier ensoñación psicótica que estuviera teniendo. Miró el cuchillo como si lo estuviera viendo por primera vez. Jadeando horrorizada, me alcanzó cuando salté del taburete, pero fui demasiado rápida.
- ¡Qué demonios, Lena! - grité, corriendo hacia el otro lado del mueble y a salvo, fuera de su alcance.
- ¡Yulia, espera! ¡No es lo que piensas! ¡Lo siento!
- ¡También yo! ¡Siento haberte dejado pasar!
Lena intentó venir detrás de mí en la cocina y volví a gritar.
- ¡Atrás!
- Yulia...
- Lo digo en serio, Lena. ¡Ni te me acerques!
Se alejó con las manos levantadas. Pero no en una manera de me rindo. Más bien como un gran gato esperando un buen momento para abalanzarse.
- Yulia, por favor. Sólo dame la oportunidad de explicarme.
- Llamaré a la policía si no sales de aquí en cinco segundos.
- Mira. La estoy bajando - Lentamente, Lena bajó la navaja, con el filo guardado, en el mostrador y lo deslizó lejos.
Mis ojos siguieron a la navaja. Una parte de mí quería agarrarla, pero no era estúpida. Ahora podía estar fuera del alcance de sus brazos, pero era rápida y seguía estando más cerca de ella que de mí.
- Puedo explicártelo si me dejas.
Mis ojos volvieron a Lena al sonido de su voz. Ahora estaba conmigo en la cocina y se encontraba lo bastante cerca para tocarme si quisiera. De acuerdo, estoy segura de que lo quiso, pero no lo hizo. Que se contuviera a sí misma en ese momento es la única razón por la que no llamé a la policía ni saqué un cuchillo carnicero de la encimera de detrás de mí.
- No quiero hacerte daño - dijo cuando se dio cuenta de que le daba la oportunidad de explicarse - Todo esto de la navaja, es un hábito nervioso. Es eso. No quise asustarte. Yo nunca...
No escuché el final de la oración de Lena porque justo entonces el enorme estallido de un trueno explotó en el exterior y un brillante destello blanqueó toda la casa, causando que se fuera la luz. Di un grito ahogado en la repentina oscuridad, infeliz de ya no poder ver a Lena.
Debió haber anticipado mi angustia por el apagón, porque inmediatamente me atrajo hacia ella, presionándome contra su pecho.
- Lena - le advertí - Suéltame.
- Vi como apuñalaban a mi madre hasta morir cuando tenía nueve años.
¿Realmente acababa de decir eso?
Con esa confesión, todo el miedo y la lucha se detuvo. Ni siquiera tuve la necesidad de liberarme de su apretón. Me vencía la morbosa curiosidad.
- ¿Cómo?
Incluso en la oscuridad, cuando sólo podía ver sombras, Lena no buscaría mis ojos. Me soltó y se deslizó por la encimera hasta el suelo.
- Fue en el robo de un auto en Kazan - explicó - El tipo también me apuñaló, por error no me alcanzó en el corazón. Encontraron el auto en las afueras, pero nunca encontraron al que lo robó. Esa navidad, papá se suicidó y fui enviada a vivir con mi tía Lyudmila.
- Lena.
La pecosa sacudió la cabeza distraídamente.
- Fue hace tiempo.
No supe qué decir, pero me senté a su lado en el suelo y apreté su mano. Cuando su cuerpo se tensó a mi lado, me di cuenta de que ahora nos tomábamos de la mano y había sido a petición mía. No había querido hacerlo, pero soltarla ahora sería un cruel rechazo.
Creo que ese rechazo era exactamente lo que Lena esperaba. Lo consideré, pero no tuve el corazón de hacerlo. En vez de soltarla, entrelacé mis dedos con los suyos.
Después de uno o dos latidos, Lena finalmente aceptó el hecho de que sostenía su mano y cautelosamente llevó esa mano a su mejilla. La dejó ahí un momento y respiró hondo. Me sorprendió
sentir el pequeño estremecimiento que recorrió su cuerpo. Una cosa era que yo me estremeciera ante su roce, pero que ella temblara ante el mío, completamente era otra cosa.
- Así que, um, ¿Por qué esa obsesión con las navajas y las tijeras? - Se podría pensar que después de algo así ahora tendría que temerle.
Escuchando los nervios en mi voz, rápidamente Lena dejó caer nuestras manos de nuevo en su regazo. Estuvo callada durante un minuto, y justo cuando pensé que no iba a responder a mi pregunta, dijo - Cuando vine a Basmanny, los servicios infantiles recomendaron que hiciera terapia psicológica, pero mi tía Lyudmila nunca ha hecho las cosas de la manera convencional. Dijo que era mejor para mí que me enfrentara a mis miedos, en el sentido literal de la palabra, y me regaló mi primera navaja, al principio me negaba a agarrarla y ella decidió darme una tijeras de metal para acostumbrarme a las cuchillas, después me fui acostumbrando y pasé de nuevo a las navajas y me quedó un poco el gusto por las dos.
Mi mirada fue a la navaja que había sobre la encimera.
- ¿Esa? - me pregunté en voz alta.
Lena entendió lo que dije.
- Sí, una vez que me acostumbré a ella. Mi tía encontró a alguien que me enseñara a usarla y entonces me inscribió en clases de defensa personal.
- ¿Eso te ayudó?
Lena suspiró.
- Las pesadillas se detuvieron. Dejé de tener miedo a salir de casa. Sin embargo, obviamente, no funcionó por completo, ya que crecí un poco acelerada - Me soltó la mano y entonces dijo - O loca. O psicópata. O todo lo que me has llamado en el último pasado - Pude notar su gesto torcido en una imitación que no sonaba para nada mi voz cuando añadió - ¿Rarita al estilo de me gusta ahogar a los gatitos para divertirme? - Vaya. Esas palabras sonaban tan mal ahora.
- Yo no hablo así - me quejé - y olvidaste lo bastante guapa para ser gay - dije. Se rió entre dientes, pero mi risa fue forzada. La única cosa que pude pensar para decir fue - Lo siento.
Entonces Lena se giró y nos quedamos cara a cara. A duras penas, pude distinguir sus rasgos faciales ahora que mis ojos se habían ajustado a la oscuridad. Lo bastante para ver la intensidad en sus ojos.
- No - dijo con ferocidad - No lo sientas. Eres la primera persona a la que le he contado esto y no lo hice para que te lamentaras. Sólo quería que lo entendieras. No quiero que tengas miedo de mí.
- De acuerdo - dije, a pesar de que era imposible no lamentarse, lamentarme por ella y por todas las cosas horribles que le había dicho alguna vez.
Nos quedamos ahí sentadas, en silencio, unos minutos más hasta que, afortunadamente, la luz volvió. Nos encontramos mirándonos mutuamente pero el momento era delicado. Sin saber que más decir, me levanté y agarré el helado del mostrador. Ahora no era más que una sopa de helado. Con un suspiro, lo tiré y le devolví la navaja a Lena.
Después de agarrarla, me tomó de la mano y me indicó - No quiero que tengas miedo de mí. No tienes ni idea de cuánto lo siento.
Me encogí de hombros e intenté alejarme pero ella no soltaría mi mano.
- Yulia, jamás te lastimaría.
Lena esperó a que dijera algo, pero no pude encontrar mi voz. Asentí y tiré de mi mano. Esta vez me soltó. Se sentó de nuevo en la barra y miró mientras limpiaba el helado derretido que había caído por la encimera.
- Después de que murieran mis padres empecé a tener problemas con los niños de la escuela.
Ahora parecía que hablaba más para sí misma que para mí.
- Mi psicólogo dijo que había desarrollado un desorden de personalidad. Mi tía Lyudmila pensó que eso era ridículo y me sacó de la escuela - Se detuvo durante un minuto, entonces agregó - Y me llevó a hacer terapia. No he tenido más que tutores privados desde entonces.
Ella comenzó mecánicamente a abrir y cerrar de nuevo su navaja sin percatarse de que lo hacía. Realmente era un hábito nervioso.
- No hace mucho, estuve leyendo cosas sobre los desordenes de personalidad, luego de que me dijeras que no era normal - dijo, frunciendo el ceño - Tal vez ese hombre tenía razón.
- No sé mucho sobre eso - alegué, a pesar de que no estaba muy segura.
- Eso explicaría cómo te sientes hacia mí - expuso - Y cómo nunca acierto contigo. Lo estoy intentando, Yulia. De verdad que estoy haciendo un gran esfuerzo. Pero es difícil, porque todos estos intensos sentimientos que tengo por ti me están volviendo tan loca.
Había estado a punto de tomar asiento en el taburete al lado de Lena, pero me detuve ante la mención casual de sus intensos sentimientos por mí. La pelirroja torció el gesto por la manera en que retrocedí en la cocina, poniendo de nuevo la encimera entre nosotras.
- Todo lo que quiero es gustarte - dijo, con la frustración arrastrándose de nuevo en su voz. - Pero cada vez que comienzo a llegar a alguna parte contigo meto la pata de tal manera que pierdo más terreno que el que tenía al principio.
Lena parecía tan decepcionada que me las arreglé para dejar de pensar en mí misma y dejarme caer a su lado.
- No has perdido todo el equilibrio - dije - En realidad no te odio, lo sabes. Ni siquiera diría que no me gustas. Sólo cuesta un poco acostumbrarse a ti.
Lena bajó la mirada a la navaja de su mano. La cerró, pero continuó jugando con ella.
- Decir que ya no te disgusto no es lo mismo que decir que en realidad te gusto.
- No - concordé - Tienes razón. No lo es - Volvió a fruncir el ceño y esta vez hubo algo lindo en eso que sonreí y dije - Pero no comparto helado con cualquiera que no me guste.
Y le di un codazo juguetonamente
Pude sentir la sorpresa rebosando en ella mientras se giraba para quedarse completamente frente a mí, pero no pude alzar la mirada. Me puse tan roja como una cereza. No pude creer que acabara de decirle a Lena que me gustaba. Por descontado, ella no pensó que lo que hubiese querido decir fuera 'Olvidémonos de la cocina y vayamos a enrollarnos al sofá. Pero pienso que tal vez yo sí.'
- Por cierto, lo siento - dije, con mis ojos aún concentrados en la encimera de enfrente de mí.
- Te lo he dicho, no lo...
- No es por eso, es por la semana pasada. Todo eso con Aleksey en mi fiesta de cumpleaños - Mi rostro ahora se puso tan rojo que estaba segurísima de que el rubor bajaba por mis brazos - Kris dijo que te molestaste.
- Kris también dijo que Aleksey y tú habían pasado la semana pasada en La Tierra de la Pareja Feliz.
No sólo me sorprendió el hecho de levantar la mirada hacia ella, sino el que no pudiese ocultar mi decepción.
- ¿En...entonces no te enojaste porque él me besara? - tartamudeé.
Que alguien estampe PERDEDORA en mi frente ahora mismo.
Lena me contempló con una expresión fría, pero lentamente la luz se arrastró hacia sus ojos. Cuando sonreía satisfecha, se transformaba de nuevo en la encantadora y segura de sí misma pecosa que conocí cuando se mudó.
- Molesta - dijo - no es una palabra lo suficientemente fuerte para describir lo que sentí al ver como ese te robaba ese beso. Si no hubieras comenzado a devolverle el beso cuando lo hiciste, no hubiera sido la pared lo que machaqué con mi puño - De repente, el rostro de Lena se sonrojó con tanta rabia que incluso comentó con asco - Ni siquiera sabe, ¿no? - No tenía ni idea a lo que se refería Lena, pero la pregunta parecía retórica - No tiene ni la menor idea de que ese fue tu primer beso.
Consideré esa afirmación también como retórica.
La rabia de Lena se desvaneció tan rápido como había venido.
- No debería haber sido así - dijo. Creí haber vuelto a poner una señal de prohibido a la sexy voz en la habitación de Lena, pero regresó y trayendo una gran tensión con ella - Delante de toda esa gente - continuó Lena - Y con alguien a quién ni siquiera querías besar.
- Si recuerdo correctamente, tú pensaste que quería besarlo - dije, tragando fuerte. Era mi imaginación, ¿o Lena se acercaba?
- Pero no querías, ¿no? - Definitivamente se estaba reclinando - Vi la expresión de tu cara después de eso, Yulia. ¿Por qué crees que me molesté tanto con Kris?
Fruncí el ceño.
- Si sabías que ese beso no confirmaba nada entre Aleksey y yo, ¿por qué te fuiste?
- No creí que asesinar a uno de tus amigos me ayudaría a ganarte - No parecía que Lena estuviera exagerando.
- Quería matarlo, Yulia. Estuve cerca. Demasiado cerca. Así que me fui antes de que algo malo pasara.
Nop. No bromeaba. Para nada.
Dale un respiro. Vio como asesinaban a su madre. Eso trastoca a cualquiera.
Lena notó mi incomodidad e hizo una mueca de desagrado.
- ¿Rarita?
Estremeciéndome, levanté mi dedo pulgar e índice, separados por un centímetro.
- Un poco.
Lena soltó un suspiro de frustración y comenzó de nuevo a abrir y cerrar la navaja.
- No sé cómo arreglarlo - dijo - Odio verte con otra gente. Ya sea hablando por teléfono con tus mejores amigos, jugando hockey en el parque, hasta incluso discutiendo con tu hermana. Eres tan natural con todos, tan relajada. Nunca has sido de esa forma conmigo. Ni una vez. Si supiera cómo ser normal para ti, Yulia, lo haría, aún si significara ser más como ese idiota de Aleksey Petrov.
Sonreí ante el comentario idiota. Lena ni siquiera intentaba ocultar sus celos. Me sorprendió que no despedazara a Aleksey en pedazos con sus propias manos cuando los presenté ayer .
- Lena - dije - Si fueras normal, te habrías mudado e inmediatamente te hubieras enamorado de Kristina como todos los demás. Si fueras normal, te trataría exactamente de la misma manera en la que trato a todas las personas que conozco. Piensa en eso. No es lo que quieres. Confía en mí, si lo que buscas de mí es algo más que amistad, siendo más como Aleksey no sería la mejor idea.
Aunque no es un idiota.
- Sí y demasiado - murmuró.
- Lo que sea. A lo que voy es que no tienes que preocuparte tanto por ser normal.
Lena entrecerró los ojos hacia mí, insegura de hacia dónde iba con eso. Y hacia dónde iba, era probablemente el último lugar que hubiera esperado, y me llevó un minuto soltar las siguientes palabras.
- Así que mientras no me estés asustando sin que tenga sentido - dije, sonrojándome mientras me encogía de hombros -como que me gusta que seas diferente.
Una vez que Lena se recuperó de su sorpresa, algo peligroso brilló en sus ojos y por una vez no era rabia. Era... era... no lo sé. Pero me asustaba de una manera realmente apasionante.
- Yulia - dijo, bajándose del taburete. Es todo lo que le costó para observarme desde arriba. Sabía lo que ella quería. Y sabía que esta vez no se detendría. Podía verlo en sus ojos. Prácticamente podía sentirlo. Este ya era un mejor beso que el de Aleksey y eso que Lena ni siquiera me tocaba.
Ella tomó mi rostro en sus manos.
- Ahora voy a besarte - me advirtió, susurrando tan suavemente que se me puso la piel de gallina - Puede que no te guste, pero me temo que es algo que tengo que hacer.
- Uh, segurísimo que va a gustarme.
Lena sonreía de oreja a oreja mientras bajaba su rostro al mío.
- Estás pensando en voz alta de nuevo.
Comencé a jadear horrorizada, pero en el instante en que mis labios se separaron, Lena acercó su boca a la mía, literalmente, robándome el aliento. Eso me hizo querer jadear otra vez por el puro placer que sentía.
Sus labios eran delicados, pero se movían con tanta urgencia que parecía que necesitara este beso para seguir viva. Perdí el sentido de cualquier cosa salvo, la sensación y el sabor de sus labios, a excepción de que estaba bastante segura de que en este punto sus manos andaban por mi pelo destrozando mi coleta.
Toda la experiencia me dejó un poco mareada, y cuando al final acabó, desperté para descubrir que ya no me encontraba sentada en el taburete, sino en los brazos de Lena. Menos mal que me sostenía porque mis rodillas se habían rendido.
Las dos resoplábamos levemente mientras Lena inclinaba su frente contra la mía.
- Ese debería haber sido tu primer beso - dijo.
- ¿No lo ha sido? - pregunté aturdida. Lo que sea que Aleksey hizo la semana pasada, no se acercaba ni remotamente a lo que acababa de experimentar. Lena me había dejado completamente hecha polvo.
Había una sonrisa en la voz de Lena mientras preguntó - ¿Estás bien?
La confusión no despegaría de mi cerebro por completo, pero me las arreglé para enfocar los ojos.
- ¿Eh?
Lena me observaba, más entretenida de lo que alguna vez la había visto. Todo su semblante era diferente, como si de repente se hubiera quitado un peso de encima que yo nunca supe que estaba ahí.
- ¿Necesitas sentarte? - me preguntó.
Sonó como un excelente plan. Cuando asentí, ella me llevó a la sala familiar y me bajó al sofá con ella.
- Mis rodillas parecen gelatina - dije - ¿Es lo que se supone que pasa?
La única respuesta que obtuve de Lena fue una risa y ella diciendo - Oh, Yulia - Con un suspiro feliz.
Parecía como si estuviera satisfecha por sólo sentarse allí, conmigo apoyada en su costado durante el resto de su vida, pero el revoloteo en mi estómago rápidamente se transformó en nervios, así que interrumpí la paz con otra pregunta estúpida.
- Entonces, ummm, ¿qué pasa ahora?
- ¿A qué te refieres? - preguntó. Estaba ocupada enterrando sus dedos en mi cabello.
- No lo sé. Sólo que parece que deberíamos estar haciendo algo.
- Y lo estamos. Estamos cuidando a un niño - Cuando fruncí el ceño, Lena se rió - Sólo estás inquieta porque normalmente, en este momento, estarías huyendo de mí.
Esto era cierto.
- Si no tuviera que preocuparme por Fyodor, todavía podría.
- Bueno, entonces que suerte que tengamos a Fyodor - Lena se rió de una manera alegre y despreocupada que casi olvidé por qué se suponía que me daba miedo al principio. Me acercó lo bastante para besarme en un lado de la cabeza, y entonces me soltó. Se conformaba con sostener mi mano, lo que pienso que era otra restricción física por su parte en un intento de hacerme sentir más cómoda. Me sentí agradecida por eso.
- Bueno, ¿y qué estamos viendo? - preguntó, dirigiendo su atención a la televisión. Cuando vio lo que pasaban dijo - Yulia, dime que no estás viendo viejas películas de Chuck Norris.
A leer!!
Capítulo 16: Cuidando a Fyodor
- Chicos, sea lo que sea por lo que me están mirando así, yo no he sido - dije automáticamente cuando entré en casa el sábado por la tarde y mis padres levantaron la mirada de su silenciosa conversación con los rostros serios.
Mis padres me miraron con recelo.
- Conoces el toque de queda de la ciudad, ¿cierto? - preguntó mamá.
Miré el reloj y fruncí el ceño.
- A menos que se hubiera adelantado cinco horas, creo que llego bien.
- No necesitamos tu sarcasmo, Yulia Volkova.
Mamá sólo usaba mi nombre completo cuando realmente se enojaba. Intenté recordar las últimas horas. No había hecho nada que creyera digno de ser pillado.
- Bueno, ¿por qué están enojados conmigo? No es culpa mía que algún psicópata quiera agarrarme y apuñalarme en cada centímetro cuadrado de mi cuerpo.
El rostro de mamá palideció.
- ¡Yulia, por favor!
- No estamos enojados contigo - dijo papá, suspirando - Sólo estamos preocupados. Vamos a cancelar nuestro viaje.
Bueno, no me extraña que estés de mal humor.
- ¡No! ¡Ni de coña! No van a cancelar su vigésimo aniversario por mí.
- No es por ti - apuntó papá. La expresión de su cara no decía lo mismo - De acuerdo, no es sólo por ti. También es por tu hermana.
- Oh, sí, porque el Acuchillador de los Sábados por la Noche ha estado yendo detrás de tantas personas parecidas a ella.
- ¡Yulia!
- ¿Qué? ¡Estoy harta de que todos hagan un drama de esto! No va a encontrarme. Asalta a drogadictas y fugitivas. Acosa en clubes nocturnos y calles oscuras en el centro de la ciudad. Esta noche voy a estar sentada en casa de los Kuznetsov con las puertas cerradas, comiendo pizza congelada y viendo alguna película poco convincente de acción. ¡No va a pasar nada malo!
Fui a mi habitación dando pisotones fuertes, pero todavía pude oír el final de la conversación de mis padres a través del conducto de ventilación. A estas alturas habían decidido no cancelar nada, pero todavía seguían bastante preocupados. Esperaba que sólo lo superaran. Es decir, sí, es un poco perturbador saber que hay alguien ahí afuera, en mi ciudad, asesinando a chicas que se parecen a mí, pero cuanto más paranoica se ponía mi familia por eso, más creía yo que era estúpido darle tanta importancia.
Para cuando eran las siete, bajé la calle hacia la casa de los Kuznetsov. El sol comenzaba a ponerse, y yo ni siquiera me sentía intimidada. No mucho. Y tenía razón, hasta ahora no había pasado nada malo. La noche estuvo yendo exactamente tal y como dije que iría hasta la malísima película de acción. Por supuesto, este pedazo de tormenta veraniega golpeaba, así que el viento era fuerte y los truenos resonaban. Además, me había topado con Kiss the Girls antes de encontrar Delta Force, así que cuando el timbre de la puerta de la casa de los Kuznetsov sonó sobre unos quince minutos después de haber puesto a dormir a Fyodor, admití que sentí un matiz de miedo.
Sin encender ninguna luz en la habitación principal, caminé de puntillas a la puerta principal y miré por la mirilla. Parada allí, bañada por la fuerte luz del porche delantero, se encontraba mi extremadamente ardiente vecina, empapada de pies a cabeza. Mi corazón y mi cabeza gritaban a la vez.
Decididamente no debería contestar.
Abrí la puerta.
Increíblemente, fui recibida con una sonrisa tan seria como la que antes habían tenido mis padres.
- No deberías abrir la puerta a extraños un sábado por la noche - me reprendió en lugar de saludarme.
- No la he abierto para un extraño. La he abierto para ti.
El ceño fruncido de Lena se volvió sospechoso.
- ¿Sabías que era yo y aun así abriste la puerta?
Sin saber por qué mi rostro se acaloró, me encogí de hombros.
- Me sentía generosa.
- ¿Me atrevo a probar mi suerte y preguntar si puedo pasar?
Lo debatí. Era difícil olvidar esa imagen de ella sentada en el parque dónde esa chica fue asesinada.
Al menos lo fue hasta que me miró a través de sus pestañas húmedas.
- Prometo que me portaré bien - dijo. Pero no importó. Ya abría la puerta para ella.
Lena cerró inmediatamente la puerta y la aseguró detrás de ella. El cerrojo se deslizó en su lugar con un chasquido. Tragando saliva, retrocedí un paso. ¿Y ahora quién está siendo paranoica, Yulia?
- Así que, ¿qué estás haciendo aquí? - pregunté mientras la guiaba por la casa hasta el salón familiar, agradecida por el brillante resplandor del televisor.
- Escuché que acosar a algunas personas es lo que se lleva los sábados por la noche.
La voz de Lena vino por detrás de mí, demasiado cerca. Podía sentirla en mi cuello. Me di la vuelta sobresaltada.
Ella confundió mi inquietud como una reacción a sus palabras, y no al hecho de que casi estuviera tocándome, que estuviéramos completamente solas y que la última vez que realmente hablamos había estado a punto de besarme.
- Lo siento - dijo, alejando sus manos como si temiera que fuera a abalanzarme a la salida. - Tienes razón. No es divertido. Lo siento.
Me dirigí hacia el sofá y cuando ella me siguió como si fuera a sentarse justo a mi lado, seguí andando y me dejé caer en el sillón de la Señora Kuznetsova. Lena lo notó, pero no dijo nada.
- Sólo quería verte sin tu hermana alrededor - explicó, conformándose con el solitario y gran sofá. Mientras se hundía de mala gana en los cojines, murmuró - Realmente está comenzando a sacarme de quicio.
- ¿Y qué esperabas, Lena? La cagaste de miedo la semana pasada - dije con incredulidad. Pensé que ambas nos sorprendimos por la ferocidad con la que salté a defender a Kris - Piensa que eres algún bicho raro y demente que está obsesionada con su hermanita.
Lena me fulminó con la mirada, luego suspiró y después volvió su atención a la televisión sin sonido. Chuck Norris estaba ocupado golpeando a siete tipos con una patada voladora.
- ¿Es eso lo que crees? - preguntó.
- ¿Honestamente?
Lena deslizó su mirada de nuevo a mí, esperando mi respuesta.
- No tengo ni idea sobre qué de ti. Puedes ser muy dulce. Aunque parezca increíble, eres dulce.
Lena parecía tan sorprendida por mi cumplido que enterré mi mirada en mi regazo.
- Pero - continué, sonrojándome de nuevo - la mayor parte del tiempo también eres...- Mi voz se fue apagando. No quería decir exactamente lo que pensaba.
Demasiado tarde.
- ¿Soy qué? - demandó con recelo. Cuando me encogí, dijo - Tan sólo dímelo.
Tú lo has pedido.
- Bueno, eres un poco rarita. Al estilo de me gusta ahogar a los gatitos para divertirme - dije con un gesto de dolor. Rápidamente agregué - No creo que quieras serlo - Como si eso la fuera a hacer sentir mejor o algo - Pero tampoco creo que te des cuenta.
Me forcé en mirarla. Miraba la televisión de nuevo. No mirándola realmente, sino como dejando ahí la mirada. Dejó salir un largo suspiro de cansancio.
- Lo siento - dije, sintiéndome como una mierda - He sido muy dura.
- No pasa nada - Lena seguía sin mirarme a los ojos - Prefiero saber cómo te sientes, aunque me joda. Al menos así lo entiendo.
Genial. ¿Podía sentirme peor? Con un largo suspiro de cansancio, me puse en pie.
- Vamos.
Estiré mi mano hacia ella. Miró como si fuera a morderle, pero después de un momento me dejó que la levantara. La llevé a rastras hasta la cocina señalando a la hilera de taburetes que rodeaban el mostrador.
- Siéntate.
Lo hizo sin discutir.
Lena miró en silencio mientras sacaba un tarro de medio kilo de helado de vainilla del refrigerador y me sentaba a su lado.
- Te sentirás mejor. Lo prometo - dije, pasándole una de las dos cucharas.
No esperé a que la hundiera. Después de darle un bocado, ella levantó su cuchara y compartimos un tarro de helado en silencio.
Justo en el momento en que me preguntaba qué estaría pasando por su cabeza, escuché el extraño sonido de un chasquido. Lena había cambiado su cuchara por una navaja mariposa y la abría y cerraba mientras miraba fijamente el bote del helado.
Grité, por supuesto, y el sonido de eso sacó a Lena de cualquier ensoñación psicótica que estuviera teniendo. Miró el cuchillo como si lo estuviera viendo por primera vez. Jadeando horrorizada, me alcanzó cuando salté del taburete, pero fui demasiado rápida.
- ¡Qué demonios, Lena! - grité, corriendo hacia el otro lado del mueble y a salvo, fuera de su alcance.
- ¡Yulia, espera! ¡No es lo que piensas! ¡Lo siento!
- ¡También yo! ¡Siento haberte dejado pasar!
Lena intentó venir detrás de mí en la cocina y volví a gritar.
- ¡Atrás!
- Yulia...
- Lo digo en serio, Lena. ¡Ni te me acerques!
Se alejó con las manos levantadas. Pero no en una manera de me rindo. Más bien como un gran gato esperando un buen momento para abalanzarse.
- Yulia, por favor. Sólo dame la oportunidad de explicarme.
- Llamaré a la policía si no sales de aquí en cinco segundos.
- Mira. La estoy bajando - Lentamente, Lena bajó la navaja, con el filo guardado, en el mostrador y lo deslizó lejos.
Mis ojos siguieron a la navaja. Una parte de mí quería agarrarla, pero no era estúpida. Ahora podía estar fuera del alcance de sus brazos, pero era rápida y seguía estando más cerca de ella que de mí.
- Puedo explicártelo si me dejas.
Mis ojos volvieron a Lena al sonido de su voz. Ahora estaba conmigo en la cocina y se encontraba lo bastante cerca para tocarme si quisiera. De acuerdo, estoy segura de que lo quiso, pero no lo hizo. Que se contuviera a sí misma en ese momento es la única razón por la que no llamé a la policía ni saqué un cuchillo carnicero de la encimera de detrás de mí.
- No quiero hacerte daño - dijo cuando se dio cuenta de que le daba la oportunidad de explicarse - Todo esto de la navaja, es un hábito nervioso. Es eso. No quise asustarte. Yo nunca...
No escuché el final de la oración de Lena porque justo entonces el enorme estallido de un trueno explotó en el exterior y un brillante destello blanqueó toda la casa, causando que se fuera la luz. Di un grito ahogado en la repentina oscuridad, infeliz de ya no poder ver a Lena.
Debió haber anticipado mi angustia por el apagón, porque inmediatamente me atrajo hacia ella, presionándome contra su pecho.
- Lena - le advertí - Suéltame.
- Vi como apuñalaban a mi madre hasta morir cuando tenía nueve años.
¿Realmente acababa de decir eso?
Con esa confesión, todo el miedo y la lucha se detuvo. Ni siquiera tuve la necesidad de liberarme de su apretón. Me vencía la morbosa curiosidad.
- ¿Cómo?
Incluso en la oscuridad, cuando sólo podía ver sombras, Lena no buscaría mis ojos. Me soltó y se deslizó por la encimera hasta el suelo.
- Fue en el robo de un auto en Kazan - explicó - El tipo también me apuñaló, por error no me alcanzó en el corazón. Encontraron el auto en las afueras, pero nunca encontraron al que lo robó. Esa navidad, papá se suicidó y fui enviada a vivir con mi tía Lyudmila.
- Lena.
La pecosa sacudió la cabeza distraídamente.
- Fue hace tiempo.
No supe qué decir, pero me senté a su lado en el suelo y apreté su mano. Cuando su cuerpo se tensó a mi lado, me di cuenta de que ahora nos tomábamos de la mano y había sido a petición mía. No había querido hacerlo, pero soltarla ahora sería un cruel rechazo.
Creo que ese rechazo era exactamente lo que Lena esperaba. Lo consideré, pero no tuve el corazón de hacerlo. En vez de soltarla, entrelacé mis dedos con los suyos.
Después de uno o dos latidos, Lena finalmente aceptó el hecho de que sostenía su mano y cautelosamente llevó esa mano a su mejilla. La dejó ahí un momento y respiró hondo. Me sorprendió
sentir el pequeño estremecimiento que recorrió su cuerpo. Una cosa era que yo me estremeciera ante su roce, pero que ella temblara ante el mío, completamente era otra cosa.
- Así que, um, ¿Por qué esa obsesión con las navajas y las tijeras? - Se podría pensar que después de algo así ahora tendría que temerle.
Escuchando los nervios en mi voz, rápidamente Lena dejó caer nuestras manos de nuevo en su regazo. Estuvo callada durante un minuto, y justo cuando pensé que no iba a responder a mi pregunta, dijo - Cuando vine a Basmanny, los servicios infantiles recomendaron que hiciera terapia psicológica, pero mi tía Lyudmila nunca ha hecho las cosas de la manera convencional. Dijo que era mejor para mí que me enfrentara a mis miedos, en el sentido literal de la palabra, y me regaló mi primera navaja, al principio me negaba a agarrarla y ella decidió darme una tijeras de metal para acostumbrarme a las cuchillas, después me fui acostumbrando y pasé de nuevo a las navajas y me quedó un poco el gusto por las dos.
Mi mirada fue a la navaja que había sobre la encimera.
- ¿Esa? - me pregunté en voz alta.
Lena entendió lo que dije.
- Sí, una vez que me acostumbré a ella. Mi tía encontró a alguien que me enseñara a usarla y entonces me inscribió en clases de defensa personal.
- ¿Eso te ayudó?
Lena suspiró.
- Las pesadillas se detuvieron. Dejé de tener miedo a salir de casa. Sin embargo, obviamente, no funcionó por completo, ya que crecí un poco acelerada - Me soltó la mano y entonces dijo - O loca. O psicópata. O todo lo que me has llamado en el último pasado - Pude notar su gesto torcido en una imitación que no sonaba para nada mi voz cuando añadió - ¿Rarita al estilo de me gusta ahogar a los gatitos para divertirme? - Vaya. Esas palabras sonaban tan mal ahora.
- Yo no hablo así - me quejé - y olvidaste lo bastante guapa para ser gay - dije. Se rió entre dientes, pero mi risa fue forzada. La única cosa que pude pensar para decir fue - Lo siento.
Entonces Lena se giró y nos quedamos cara a cara. A duras penas, pude distinguir sus rasgos faciales ahora que mis ojos se habían ajustado a la oscuridad. Lo bastante para ver la intensidad en sus ojos.
- No - dijo con ferocidad - No lo sientas. Eres la primera persona a la que le he contado esto y no lo hice para que te lamentaras. Sólo quería que lo entendieras. No quiero que tengas miedo de mí.
- De acuerdo - dije, a pesar de que era imposible no lamentarse, lamentarme por ella y por todas las cosas horribles que le había dicho alguna vez.
Nos quedamos ahí sentadas, en silencio, unos minutos más hasta que, afortunadamente, la luz volvió. Nos encontramos mirándonos mutuamente pero el momento era delicado. Sin saber que más decir, me levanté y agarré el helado del mostrador. Ahora no era más que una sopa de helado. Con un suspiro, lo tiré y le devolví la navaja a Lena.
Después de agarrarla, me tomó de la mano y me indicó - No quiero que tengas miedo de mí. No tienes ni idea de cuánto lo siento.
Me encogí de hombros e intenté alejarme pero ella no soltaría mi mano.
- Yulia, jamás te lastimaría.
Lena esperó a que dijera algo, pero no pude encontrar mi voz. Asentí y tiré de mi mano. Esta vez me soltó. Se sentó de nuevo en la barra y miró mientras limpiaba el helado derretido que había caído por la encimera.
- Después de que murieran mis padres empecé a tener problemas con los niños de la escuela.
Ahora parecía que hablaba más para sí misma que para mí.
- Mi psicólogo dijo que había desarrollado un desorden de personalidad. Mi tía Lyudmila pensó que eso era ridículo y me sacó de la escuela - Se detuvo durante un minuto, entonces agregó - Y me llevó a hacer terapia. No he tenido más que tutores privados desde entonces.
Ella comenzó mecánicamente a abrir y cerrar de nuevo su navaja sin percatarse de que lo hacía. Realmente era un hábito nervioso.
- No hace mucho, estuve leyendo cosas sobre los desordenes de personalidad, luego de que me dijeras que no era normal - dijo, frunciendo el ceño - Tal vez ese hombre tenía razón.
- No sé mucho sobre eso - alegué, a pesar de que no estaba muy segura.
- Eso explicaría cómo te sientes hacia mí - expuso - Y cómo nunca acierto contigo. Lo estoy intentando, Yulia. De verdad que estoy haciendo un gran esfuerzo. Pero es difícil, porque todos estos intensos sentimientos que tengo por ti me están volviendo tan loca.
Había estado a punto de tomar asiento en el taburete al lado de Lena, pero me detuve ante la mención casual de sus intensos sentimientos por mí. La pelirroja torció el gesto por la manera en que retrocedí en la cocina, poniendo de nuevo la encimera entre nosotras.
- Todo lo que quiero es gustarte - dijo, con la frustración arrastrándose de nuevo en su voz. - Pero cada vez que comienzo a llegar a alguna parte contigo meto la pata de tal manera que pierdo más terreno que el que tenía al principio.
Lena parecía tan decepcionada que me las arreglé para dejar de pensar en mí misma y dejarme caer a su lado.
- No has perdido todo el equilibrio - dije - En realidad no te odio, lo sabes. Ni siquiera diría que no me gustas. Sólo cuesta un poco acostumbrarse a ti.
Lena bajó la mirada a la navaja de su mano. La cerró, pero continuó jugando con ella.
- Decir que ya no te disgusto no es lo mismo que decir que en realidad te gusto.
- No - concordé - Tienes razón. No lo es - Volvió a fruncir el ceño y esta vez hubo algo lindo en eso que sonreí y dije - Pero no comparto helado con cualquiera que no me guste.
Y le di un codazo juguetonamente
Pude sentir la sorpresa rebosando en ella mientras se giraba para quedarse completamente frente a mí, pero no pude alzar la mirada. Me puse tan roja como una cereza. No pude creer que acabara de decirle a Lena que me gustaba. Por descontado, ella no pensó que lo que hubiese querido decir fuera 'Olvidémonos de la cocina y vayamos a enrollarnos al sofá. Pero pienso que tal vez yo sí.'
- Por cierto, lo siento - dije, con mis ojos aún concentrados en la encimera de enfrente de mí.
- Te lo he dicho, no lo...
- No es por eso, es por la semana pasada. Todo eso con Aleksey en mi fiesta de cumpleaños - Mi rostro ahora se puso tan rojo que estaba segurísima de que el rubor bajaba por mis brazos - Kris dijo que te molestaste.
- Kris también dijo que Aleksey y tú habían pasado la semana pasada en La Tierra de la Pareja Feliz.
No sólo me sorprendió el hecho de levantar la mirada hacia ella, sino el que no pudiese ocultar mi decepción.
- ¿En...entonces no te enojaste porque él me besara? - tartamudeé.
Que alguien estampe PERDEDORA en mi frente ahora mismo.
Lena me contempló con una expresión fría, pero lentamente la luz se arrastró hacia sus ojos. Cuando sonreía satisfecha, se transformaba de nuevo en la encantadora y segura de sí misma pecosa que conocí cuando se mudó.
- Molesta - dijo - no es una palabra lo suficientemente fuerte para describir lo que sentí al ver como ese te robaba ese beso. Si no hubieras comenzado a devolverle el beso cuando lo hiciste, no hubiera sido la pared lo que machaqué con mi puño - De repente, el rostro de Lena se sonrojó con tanta rabia que incluso comentó con asco - Ni siquiera sabe, ¿no? - No tenía ni idea a lo que se refería Lena, pero la pregunta parecía retórica - No tiene ni la menor idea de que ese fue tu primer beso.
Consideré esa afirmación también como retórica.
La rabia de Lena se desvaneció tan rápido como había venido.
- No debería haber sido así - dijo. Creí haber vuelto a poner una señal de prohibido a la sexy voz en la habitación de Lena, pero regresó y trayendo una gran tensión con ella - Delante de toda esa gente - continuó Lena - Y con alguien a quién ni siquiera querías besar.
- Si recuerdo correctamente, tú pensaste que quería besarlo - dije, tragando fuerte. Era mi imaginación, ¿o Lena se acercaba?
- Pero no querías, ¿no? - Definitivamente se estaba reclinando - Vi la expresión de tu cara después de eso, Yulia. ¿Por qué crees que me molesté tanto con Kris?
Fruncí el ceño.
- Si sabías que ese beso no confirmaba nada entre Aleksey y yo, ¿por qué te fuiste?
- No creí que asesinar a uno de tus amigos me ayudaría a ganarte - No parecía que Lena estuviera exagerando.
- Quería matarlo, Yulia. Estuve cerca. Demasiado cerca. Así que me fui antes de que algo malo pasara.
Nop. No bromeaba. Para nada.
Dale un respiro. Vio como asesinaban a su madre. Eso trastoca a cualquiera.
Lena notó mi incomodidad e hizo una mueca de desagrado.
- ¿Rarita?
Estremeciéndome, levanté mi dedo pulgar e índice, separados por un centímetro.
- Un poco.
Lena soltó un suspiro de frustración y comenzó de nuevo a abrir y cerrar la navaja.
- No sé cómo arreglarlo - dijo - Odio verte con otra gente. Ya sea hablando por teléfono con tus mejores amigos, jugando hockey en el parque, hasta incluso discutiendo con tu hermana. Eres tan natural con todos, tan relajada. Nunca has sido de esa forma conmigo. Ni una vez. Si supiera cómo ser normal para ti, Yulia, lo haría, aún si significara ser más como ese idiota de Aleksey Petrov.
Sonreí ante el comentario idiota. Lena ni siquiera intentaba ocultar sus celos. Me sorprendió que no despedazara a Aleksey en pedazos con sus propias manos cuando los presenté ayer .
- Lena - dije - Si fueras normal, te habrías mudado e inmediatamente te hubieras enamorado de Kristina como todos los demás. Si fueras normal, te trataría exactamente de la misma manera en la que trato a todas las personas que conozco. Piensa en eso. No es lo que quieres. Confía en mí, si lo que buscas de mí es algo más que amistad, siendo más como Aleksey no sería la mejor idea.
Aunque no es un idiota.
- Sí y demasiado - murmuró.
- Lo que sea. A lo que voy es que no tienes que preocuparte tanto por ser normal.
Lena entrecerró los ojos hacia mí, insegura de hacia dónde iba con eso. Y hacia dónde iba, era probablemente el último lugar que hubiera esperado, y me llevó un minuto soltar las siguientes palabras.
- Así que mientras no me estés asustando sin que tenga sentido - dije, sonrojándome mientras me encogía de hombros -como que me gusta que seas diferente.
Una vez que Lena se recuperó de su sorpresa, algo peligroso brilló en sus ojos y por una vez no era rabia. Era... era... no lo sé. Pero me asustaba de una manera realmente apasionante.
- Yulia - dijo, bajándose del taburete. Es todo lo que le costó para observarme desde arriba. Sabía lo que ella quería. Y sabía que esta vez no se detendría. Podía verlo en sus ojos. Prácticamente podía sentirlo. Este ya era un mejor beso que el de Aleksey y eso que Lena ni siquiera me tocaba.
Ella tomó mi rostro en sus manos.
- Ahora voy a besarte - me advirtió, susurrando tan suavemente que se me puso la piel de gallina - Puede que no te guste, pero me temo que es algo que tengo que hacer.
- Uh, segurísimo que va a gustarme.
Lena sonreía de oreja a oreja mientras bajaba su rostro al mío.
- Estás pensando en voz alta de nuevo.
Comencé a jadear horrorizada, pero en el instante en que mis labios se separaron, Lena acercó su boca a la mía, literalmente, robándome el aliento. Eso me hizo querer jadear otra vez por el puro placer que sentía.
Sus labios eran delicados, pero se movían con tanta urgencia que parecía que necesitara este beso para seguir viva. Perdí el sentido de cualquier cosa salvo, la sensación y el sabor de sus labios, a excepción de que estaba bastante segura de que en este punto sus manos andaban por mi pelo destrozando mi coleta.
Toda la experiencia me dejó un poco mareada, y cuando al final acabó, desperté para descubrir que ya no me encontraba sentada en el taburete, sino en los brazos de Lena. Menos mal que me sostenía porque mis rodillas se habían rendido.
Las dos resoplábamos levemente mientras Lena inclinaba su frente contra la mía.
- Ese debería haber sido tu primer beso - dijo.
- ¿No lo ha sido? - pregunté aturdida. Lo que sea que Aleksey hizo la semana pasada, no se acercaba ni remotamente a lo que acababa de experimentar. Lena me había dejado completamente hecha polvo.
Había una sonrisa en la voz de Lena mientras preguntó - ¿Estás bien?
La confusión no despegaría de mi cerebro por completo, pero me las arreglé para enfocar los ojos.
- ¿Eh?
Lena me observaba, más entretenida de lo que alguna vez la había visto. Todo su semblante era diferente, como si de repente se hubiera quitado un peso de encima que yo nunca supe que estaba ahí.
- ¿Necesitas sentarte? - me preguntó.
Sonó como un excelente plan. Cuando asentí, ella me llevó a la sala familiar y me bajó al sofá con ella.
- Mis rodillas parecen gelatina - dije - ¿Es lo que se supone que pasa?
La única respuesta que obtuve de Lena fue una risa y ella diciendo - Oh, Yulia - Con un suspiro feliz.
Parecía como si estuviera satisfecha por sólo sentarse allí, conmigo apoyada en su costado durante el resto de su vida, pero el revoloteo en mi estómago rápidamente se transformó en nervios, así que interrumpí la paz con otra pregunta estúpida.
- Entonces, ummm, ¿qué pasa ahora?
- ¿A qué te refieres? - preguntó. Estaba ocupada enterrando sus dedos en mi cabello.
- No lo sé. Sólo que parece que deberíamos estar haciendo algo.
- Y lo estamos. Estamos cuidando a un niño - Cuando fruncí el ceño, Lena se rió - Sólo estás inquieta porque normalmente, en este momento, estarías huyendo de mí.
Esto era cierto.
- Si no tuviera que preocuparme por Fyodor, todavía podría.
- Bueno, entonces que suerte que tengamos a Fyodor - Lena se rió de una manera alegre y despreocupada que casi olvidé por qué se suponía que me daba miedo al principio. Me acercó lo bastante para besarme en un lado de la cabeza, y entonces me soltó. Se conformaba con sostener mi mano, lo que pienso que era otra restricción física por su parte en un intento de hacerme sentir más cómoda. Me sentí agradecida por eso.
- Bueno, ¿y qué estamos viendo? - preguntó, dirigiendo su atención a la televisión. Cuando vio lo que pasaban dijo - Yulia, dime que no estás viendo viejas películas de Chuck Norris.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Capítulo 17: Se quedo a Dormir
Lena se quedó conmigo hasta que los Kuznetsov llegaron a casa a las doce y media, y nunca se me ocurrió que tal vez no les gustaría hasta que oí la puerta del garaje. Por supuesto, ella tuvo todo controlado con una sola frase - Lo siento, Señores, pero no creí que era seguro para Yulia estar sola un sábado por la noche con un asesino en serie suelto.
Los Sres. Kuznetsov le agradecieron a Lena por ser tan atenta, y luego comentaron cómo todas las chicas muertas se parecen a mí - Esta es una conversación fascinante y todo - dije, interrumpiéndoles - Pero preferiría no tener pesadillas esta noche. Entonces, ¿les importaría si me voy a casa en lugar de hablar sobre el hecho de que hay un desquiciado por ahí quien me rebanará si llega a tener la oportunidad?
- Oh, por Dios. Lo siento, Yulia. Nunca lo pensé así. Voy a llevarte a casa ahora - dijo La señora Anya mientras tomaba las llaves nuevamente y se dirigía hacia el garaje.
- Sra. A., vivo ocho casas calle abajo. No es necesario que me lleve.
-Yulia, Lena tiene razón. Hay un asesino en serie por allí fuera.
- Puedo llevarla a casa a salvo, Señora Kuznetsova - ofreció Lena - No me molesta. Voy en esa dirección, de todos modos.
Lo siguiente que supe fue que caminaba por una calle desierta en medio de la noche con mi extremadamente ardiente vecina, quien resultó ser muy buena besando. La tormenta disminuyó a una ligera llovizna y caminamos por el medio de la calle para evitar las ramas de los árboles caídos.
A pesar de que pasamos las últimas horas juntas a solas, la televisión había estado encendida y la tormenta había sido ruidosa. Ahora estaba realmente silencioso. Demasiado silencioso. - ¿Sabías que nuestra calle originalmente se llamaba Avenida Chuck Norris? - le pregunté, sólo para romper el silencio.
Lena me miró. Había visto el final de la película conmigo, y se rió desde el comienzo hasta el final.
- Es cierto - continué - Pero tuvieron que cambiar el nombre porque nadie se cruza a Chuck Norris y sobrevive.
Lena trató de no reírse, pero fracasó - No puedo creer que nunca has tenido que luchar contra tus admiradores - dijo - No hay manera de que por lo menos la mitad de los chicos con los que pasas el rato no estén locamente enamorados de ti.
- Créelo - le dije tratando de evitar lo incómodo de su declaración - Hasta que llegaste tú, a ninguna persona le había llamado la atención de esa forma. Bueno, supongo que Ruslán y tú. Pero tú fuiste la primera, y él no cuenta porque cuando me conoció yo llevaba el estúpido bikini de mi hermana.
Lena frunció el ceño cuando mencioné el nombre de Ruslán. Llegamos a la calle en medio de nuestras casas y mientras me dirigía a la mía, me tomó mi mano - Ven a mi casa conmigo esta noche.
- ¿Perdón? - Me sorprendí y tuve que trabajar para controlar mi repentina ira.
- No quiero decir de esa manera - dijo. Para su suerte, parecía sincera. Había golpeado a otras personas por pedir mucho menos - Sólo esta noche, es sábado. Sólo para cuidarte.
- No le mentiste a la Sra. A. - dije, asombrada - Realmente viniste esta noche porque te preocupabas, ¿no es así?
- Yulia, no tienes idea de lo que los sábados por la noche se han convertido para mí. Tengo que buscar maneras de distraerme a mí misma cada fin de semana con el fin de no ir a romper tu puerta.
- Está bien, ¿se supone que debo señalar cada vez que haces o dices algo raro? Porque ahora sería uno de esos momentos.
Lena me ignoró - Quédate conmigo esta noche - dijo de nuevo.
- Lena, voy a estar bien. Ven por la mañana para ver cómo estoy, si es necesario, pero no puedo ir contigo. Fin de la historia.
Ella no parecía feliz, pero no discutió conmigo - Bien - dijo y me acompañó hasta mi casa. Bajó la voz a un susurro al acompañarme, pensando probablemente lo mismo que yo, que mi padre sobreprotector sin duda esperaba por mí y que no le gustaría que Lena me trajera a casa en lugar de la señora Kuznetsova.
- Buenas noches, Yulia - susurró y luego me sorprendió inclinándose para presionar sus labios rápidamente sobre los míos. Todo eso me hizo querer agarrarla y tratar de recrear el beso anterior. Me pregunté si podía leer mi mente porque me dedicó una amplia sonrisa - Nos vemos por la mañana.
Puse mis ojos en blanco - Y prometo que estaré viva.
- Papá, estoy en casa - dije, sacudiéndolo. Se había quedado dormido frente al televisor. Supongo que mamá fue capaz de calmarlo un poco después de que salí esta noche. Pensé que iba a encontrarlo caminando por la cocina hasta que llegara a casa. Tal vez eso significaba que tanto él como mi madre estarían de mejor humor de ahora en adelante.
Papá se limpió el sueño de los ojos y me sonrió - Bien - dijo. Luego besó mi frente, comprobó que la puerta estuviera bien cerrada con llave y luego desapareció hacia la cama.
Me sentía exhausta, también, pero la montaña rusa emocional en la que había estado esta noche, tenía mi cabeza dando vueltas. No habría sueño para Yulia Volkova esta noche.
Me puse mi pijama, encendí el televisor y me terminaba de acomodar en la cama cuando oí un pequeño ruido en la ventana de mi dormitorio. Al principio, pensé que lo había imaginado, pero luego lo escuché de nuevo. Silencié el televisor y me deslicé sigilosamente a lo largo de la pared hasta llegar al borde de la ventana, escuchando para comprobar que no estaba loca.
- ¡Volkova! - susurró alguien desde el otro lado - Soy yo.
Si la voz no hubiera sido tan familiar, hubiera gritado lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos.
- ¿Lena?
- Sí. Abre.
Kris habría estado decepcionada de mí en varios niveles si hubiera visto lo rápido que obedecí. Abrí la ventana, pero antes de que pudiera decir '¿Qué estás haciendo aquí?' Ya estaba adentro y cerrando la ventana - ¡Lena! - susurré - Si mis padres te encuentran aquí, mi papá me va a matar antes que El Acuchillador de los Sábado por la Noche tenga su oportunidad. ¡Y te matará a ti primero!
- Entonces deja de hacer tanto escándalo - susurró.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
Lena se puso cómoda en mi cama y sonrió - Es mañana - dijo como si eso explicara todo. Cuando claramente no lo hizo, explicó - Dijiste que podía venir en la mañana - Miró el reloj en la mesita de noche. Era casi la una - Técnicamente, es mañana.
- Linda.
- Mira. Dijiste que no podías venir a mi casa, así que me voy a quedar aquí. Contigo.
Algo sobre la forma en la que dijo "contigo" me hizo agradecerle a las estrellas por no haber escuchado a Kris en el tema de la ropa de dormir. Mi enorme pijama de franela de los Simpsons era realmente cómoda en estos momentos.
- No vas a pasar la noche conmigo, Lena.
- Oh, claro que sí. Incluso si tengo que atarte y amordazarte hasta la mañana para evitar que despiertes a todos en la casa.
Un pequeño matiz de miedo me apretó el pecho, pero lo arrojé lejos - No lo harías.
Lena arqueó su ceja perforada - ¿No lo crees?
Está bromeando. Probablemente. Quizás. Espero.
Decidí que realmente no quería averiguarlo. Cuando suspiré mi derrota, Lena tendió una mano hacia mí - Ven aquí, Yulia.
La miré dudosamente mientras yacía apoyada contra mis almohadas - No, gracias.
En lugar de acostarme con ella, fui hasta los pies de la cama y me senté con la espalda contra la pared. Cuando Lena se dio cuenta de que realmente no iba a ir con ella, se acercó a mí.
- ¿Cómo se supone que vamos a dormir estando sentadas de esta manera? - preguntó.
- Noticia de última hora, Lena. No hay manera de que pueda dormir contigo aquí, sin importar la posición en la que esté.
- ¿Ayudaría si duermo en el suelo?
- Definitivamente me haría sentir mejor, pero no me ayudaría a dormir.
- Bueno, si no vas a poder dormir sin importar qué haga, entonces no me sentaré en el suelo duro.
Todo se quedó incómodamente tranquilo, y cuando Lena tomó mi mano en la suya, sentí mi cuerpo tensarse. Me estremecí lo suficiente para que Lena frunciera el ceño. Puso su mano de nuevo en su regazo y cerró los ojos - Estoy confundida - admitió, tratando de controlar cualquier emoción que estuviera sintiendo en el momento - Pensé que pasamos un buen rato esta noche.
- Lo hicimos - concordé.
- Te di un beso de buenas noches en el porche hace menos de quince minutos.
- Lo hiciste - concordé de nuevo.
- Y no te asustaste de mí entonces.
- No.
- ¿Pero te estoy haciendo sentir incómoda ahora?
- Sí - Después de todo lo que había pasado esta noche, era mucho más fácil ser honesta con ella - Es difícil no tener miedo de ti.
Lena tomó mi mano de nuevo. Esta vez la sostuvo - Realmente no quiero que tengas miedo de mí. Yulia, te juro que nunca...
- No. No. Lo sé. Es bueno saber un poco más sobre ti, pero no es sólo eso. Son las cosas que dices y la forma en que me miras - Sentí el peso de su cuerpo junto al mío, y el calor de su mano y añadí
- Y cómo siempre estás buscando alguna manera de tocarme.
Miré a mi regazo, esperando que Lena se riera de mi ingenuidad, pero me sorprendió con su seriedad - Nunca he querido a alguien tanto en toda mi vida - admitió, tirando de mi barbilla de modo que me vi obligada a mirarla.
Oh, genial. Honestidad. Eso fue una brillante idea. Ahora que me estaba tocando y mirando, y diciéndome esas cosas al mismo tiempo. No podía respirar. O respiraba muy rápido. No lo sabía. Pero no podía pensar en ese momento.
- Lo siento si eso te asusta - dijo - Pero no puedo evitarlo. Cuando estoy contigo siento tanto, es algo tan abrumador.
Di un grito ahogado y traté de soltarme de su agarre, pero me abrazó - De ninguna manera - dijo a la ligera, su brazo a mí alrededor haciéndose de hierro - Nunca vas a acostumbrarte si sigues huyendo.
Santa hiperventilación - Lena, me estás asustando otra vez.
- Relájate, Yulia. Confía en mí - Sus labios de pronto estuvieron en mi oreja - Cierra los ojos - susurró tranquilamente. Un escalofrío corrió a través de mi cuerpo y mis ojos se cerraron como si estuvieran bajo un hechizo - Respira profundo - Sentí los pechos de Lena imitar la acción. Tomamos un par de respiraciones juntas y entonces mi cuerpo, básicamente, se derritió contra ella.
- Buena chica - dijo Lena, relajando su agarre. Me removió en sus brazos hasta que prácticamente me acunaba contra sus pechos, y comenzó a pasar sus dedos por mi cabello. Se rió cuando suspiré contentamente - ¿Ves? No es tan malo. Ahora vamos a quedarnos aquí sentadas hasta que de lo único que sientas miedo es de lo mucho que disfrutas lo que estás sintiendo.
- ¿Qué estoy sintiendo? - Además de cansancio y una comodidad extrema.
- Tú dime. Sé que sientes más por mí que sólo miedo. Me besaste como si realmente lo quisieras.
- ¿Lo hice? - pregunté.
Lena se rió de nuevo - Lo hiciste.
- Oh.
Caímos en un gran e incómodo silencio. Me refiero a, ¿Qué se supone que debo decir a eso? Probablemente no lo que dije después, que fue - ¿Has notado las similitudes entre El Acuchillador de los Sábados por la Noche y tú?
Fue lo que salió de mi boca cuando le eché un vistazo a la TV y vi las noticias reportando algo sobre los toques de queda implementados en toda el área metropolitana. Me sentí mal cuando Lena me soltó y se puso ligeramente aún más pálida - Lo siento - le dije con la mano sobre mi boca - Olvida que dije eso. Sólo dejo escapar cualquier cosa cuando estoy nerviosa.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué similitudes?
- Nada. No lo decía en serio. Pensé en algo que mi hermana y yo hablamos antes.
Lena realmente se veía consternada. Era peor que hacerla enojar.
- ¿ Kristina y tú han estado comparándome con un asesino en serie? - Me encogí de hombros.
- Eh, no - Te acusábamos de ser una asesina en serie, pensé.
- Mentirosa.
- ¡Lo siento! Es sólo que el Acuchillador y tú aparecieron en mi vida en el mismo momento, acechando todos mis movimientos. Fue un poco difícil no notarlo cuando ambos me asustan mucho.
Además, ambos tienen algo perturbador por los cuchillos aunque igual te gusten las tijeras. Tú eres una entusiasta del crimen, y él o ella... es realmente entusiasta en cometer crímenes.
- Eso no es exactamente lo mismo - argumentó.
Respondí con - Los dos o las dos, tienen una obsesión con las personas parecidas a mi.
Eso finalmente la hizo sonreír - Yo no - dijo - No tengo una obsesión con todas las personas parecidas a ti, sólo contigo.
Palidecí, lo que creo era la intención de Lena porque se echó a reír y luego extendió sus brazos para que me acurrucara en ellos. Negué con la cabeza vigorosamente, pero ella se estiró y me atrajo hacia si. Luché menos que Kris siendo arrastrada a una venta de zapatos, e incluso me acurruqué contra ella, suspiré; molesta conmigo misma.
Lena retiró el pelo fuera de mi cara - ¿Cuál es el problema? - preguntó. Parecía realmente tranquila ahora que me tenía devuelta en sus brazos.
- Kris y yo también nos preguntábamos como las chicas pueden ser tan estúpidas como para ir a casa con alguien tan espeluznante como el Acuchillador, quien sólo termina matándolas.
- ¿Y estar sentada aquí conmigo en este momento te recordó a eso? - Suspiré de nuevo - Me di cuenta de cómo sucede - Está bien, no estás haciendo las cosas mucho mejor, idiota.
Lena frunció el ceño - ¿Por qué soy espeluznante y te doy miedo? - preguntó con sequedad.
Le sonreí tímidamente - Y aún así, te abrí la puerta. Y dejé que me besaras. Y que entraras en mi habitación. Y luego tuve la osadía de estar sorprendida cuando me asustaste otra vez. Ahora aquí estoy de nuevo. De vuelta en tus brazos.
Debió haberle gustado la idea de que yo estuviera en sus brazos, porque me dio un apretón y besó mi frente.
Resistí la tentación de estremecerme - Soy una de esas chicas tontas. Me pregunto si el asesino me encuentra, ¿lo dejaré entrar, también?
- Por supuesto que no.
- ¿Cómo lo sabes? Cuando sacaste ese cuchillo realmente pensé que ibas a matarme. Luego, veinte minutos después estábamos besándonos.
Lena se rió de nuevo, pero yo no trataba de ser graciosa - ¿Qué? - espeté.
- Uno de estos días te voy a enseñar la diferencia entre un simple beso y lo que es besar.
Me alegré de que no pudiera verme sonrojar. Pero, nuevamente, tal vez no importaba, porque debió haber notado la forma en que mi corazón empezó a latir con fuerza.
- Dejaste que te besara esta noche porque en el fondo sabías que no te haría daño - continuó, finalmente respondiendo a mi pregunta - Me tomó mucho tiempo ganar esa confianza y tú todavía ni siquiera puedes estar acostada conmigo en la cama. Créeme, Yulia, tú no eres una de esas chicas. Si tu vida alguna vez realmente está en peligro, vas a luchar por ella de manera impresionante.
- No sería suficiente - murmuré - Odio ser tan impotente contra ti. Nunca me había sentido tan indefensa.
- No eres completamente indefensa. Tienes que tener en cuenta que he estado practicando autodefensa desde que tenía diez años. También soy una boxeadora entrenada, cinta negra, y he pasado por campamentos y la academia de policía.
- ¿En serio? - jadeé.
Lena se encogió de hombros - Larga historia, pero el punto es, que he sido entrenada para derrotar a un atacante y tú me diste pelea. La mayoría de los chicos probablemente no tendrían una oportunidad contra ti. Realmente no tienes que preocuparte, porque nadie va a tocarte. Te lo juro, Volkova.
Lena me abrazó con fuerza y con ese apretón finalmente me convenció de que estaba completamente segura. Incluso si en realidad era el asesino en serie y utilizaba sus habilidades con los cuchillos para matar un millón de personas, ella no me haría daño.
Me quedé allí, en los brazos de Lena. Pensando en todas las cosas que podía hacer. La vida extraña, emocionante y solitaria que ha tenido hasta ahora. El pasado trágico que de alguna manera era romántico. La parte más alucinante de todo era, que ella parecía pensar que yo era lo único que necesitaba para darle sentido a todo.
Entendí lo que quería decir sobre sentirse abrumada.
- No puedo creer que fuiste apuñalada - susurré, tratando de comprender las cosas que me dijo esta noche - ¿Tienes una cicatriz?
Sus pechos se sacudieron con su risa silenciosa y me recordó a Dina Popov en clase de biología. A diferencia de mi vieja compañera de clases, Lena no parecía incómoda por mi morbosidad.
Aparentemente, tampoco se sentía incómoda con la desnudez, ya que dijo - No es muy impresionante - Y se quitó la camiseta más rápido que decir "abdominales fuertes."
Claro que había visto a Lena sin camiseta una o dos veces, y en una sport muy reveladora, pero la primera vez sufría una conmoción cerebral, y las otras veces, habían sido a unos cuarenta metros de distancia a través de mi ventana. Esta vez, teniéndola en mi cuarto, en mi cama, en medio de la noche, era completamente diferente. Contuve el aliento y traté de no mirar.
- ¿Ves? - dijo, pasando sus dedos por una pequeña línea rosa entre sus pechos.
- Wow, ¿eso es todo? - le dije cuando por fin vi la cicatriz. Si no la hubiera señalado, tal vez ni la hubiera visto. Ahora tenía sentido por qué no la había notado antes - Esperaba algo más mortífero.
Ella se rió - Te dije que no era impresionante. El cuchillo no era muy grande, y se ha desvanecido con los años. Todavía se puede sentir, sin embargo.
Automáticamente extendí la mano, pero antes de tocar su piel me di cuenta de lo que hacía, y alejé mis dedos.
- Está bien - dijo.
No estaba a punto de, ya saben, tocarla, así que ella tomó mi mano y la puso sobre la cicatriz.
- Tan cerca de tu corazón - susurré con voz temblorosa. Podía sentir su corazón latiendo rápidamente bajo mis dedos. No podía imaginarme a alguien clavando una navaja en ella. Deteniéndola. Matándola - Me alegro de que no acertaran - admití.
Cuando sin pensar comencé a pasar mis dedos una y otra vez sobre la cicatriz en su piel, su respiración se aceleró y sostuvo mi mano - Yulia - dijo, enviando escalofríos por mi cuerpo - Sé mi novia.
- ¿Q... Qué?
Gateé hasta el otro lado de la cama tan pronto como pude. No trató de detenerme, pero cuando la miré sus ojos lucían más hambrientos de lo que jamás los había visto, y su pecho se agitó como si estuviera teniendo dificultades para respirar. Tragó saliva.
- Necesito que seas mía. No puedo soportar el perseguirte y todas esas tonterías. Estos momentos que tenemos, se sienten como que casi te tengo, pero siempre estoy preguntándome lo qué estás pensando y qué es lo que esperas para huir de mí. No puedo soportarlo. Es hora de que esto sea una relación verdadera.
- Yo...Eh...Yo no...
- Sí, sí lo haces.
- Déjame pensarlo.
Lena sacudió la cabeza y gateó hacía mí - No te estoy dando una opción - dijo, deteniéndose a sólo unos centímetros de mi cara.
- ¿No? - pregunté estúpidamente. Esa era toda la pelea que yo iba a dar.
Lena sacudió su cabeza de nuevo y cerró la distancia entre nosotras - Voy a ser buena para ti -dijo contra mis labios.
No podría haber discutido con ella incluso si quisiera. Lo que, seamos realistas, no hacía. Me besó suavemente al principio, pero en el momento en que le devolví el beso, me besó duro. Tuve que envolver mis brazos alrededor de su cuello para evitar el caer de espaldas a la cama, y eso fue todo. Estaba en mi espalda con el peso de Lena sobre mí. Sólo que esta vez no tenía miedo de que fuera a matarme. Me preocupaba que tratara de enseñarme algo mucho más que sólo besar.
- Lena - dije una vez que finalmente me dio la oportunidad de respirar.
Movió su boca a mi cuello, y no me malinterpreten, me gustó. Me gustó mucho. Pero ni siquiera había sido su novia por treinta segundos y sin embargo algo me dijo que Lena no necesitaba, en todo caso, más estímulo del que ya le había dado. La empujé un poco hacia atrás y traté de nuevo - Lena, espera. Detente.
- Lo siento - dijo, acercando sus labios a los míos para otro beso y luego dijo - Lo siento. Tienes razón. Aún no estás lista para eso.
- No, no. No lo estoy - concordé antes de que yo cambiara de opinión. Entonces, para mi propio beneficio añadí - No lo voy a estar por mucho tiempo.
- Está bien - dijo Lena con una sonrisa - No te preocupes, voy a detenerme.
Retiró su peso y me acercó a ella hasta que mi espalda se hallaba contra sus pechos, de alguna manera su cuerpo se moldeó alrededor del mío.
- ¿Qué tal esto? - preguntó, burlonamente - ¿Puedes soportar por lo menos esto?
¿Estás bromeando? Nunca me sentí más cómoda en mi vida.
- Sí, lo puedo hacer - dije, ya medio dormida. Eran casi las 2:00 a.m. después de todo, y soy una chica de dormir temprano y levantarse temprano.
- En realidad, podría acostumbrarme a esto - Ahora que no me sentía preocupada de nada más, el cansancio me consumía y estaba prácticamente en un estado de delirio - Esto es bueno. Debería haber un nombre para esto.
- Cucharear - Lena se rió entre dientes.
- ¿Eh?
- Se llama cucharear.
- Cucharear. Me gusta cucharear. Wow, tengo que cerrar la boca antes de que cambies tu opinión acerca de mí.
Lena rió de nuevo - Duerme un poco, Yulia - dijo. Así que lo hice.
Caí dormida como un ladrillo en cuestión de segundos. Fue la mejor noche de sueño que había tenido en todo el verano. De hecho, estaba tan dormida que no desperté hasta que el sol empezó a iluminar mi habitación y Lena entraba nuevamente a escondidas por mi ventana, lo que significaba que se había colado por ella en algún momento y no me di cuenta.
- Lo siento - susurró - No era mi intención despertarte - Se metió debajo de las sábanas e hizo eso de cucharear otra vez. Aún se sentía increíble, incluso cuando no estaba medio dormida.
- Buenos días.
- Es temprano. Vuelve a dormir - dijo mientras me besaba el cuello y luego se colocó en la misma posición en que había estado cuando me quedé dormida.
Era como si nunca se hubiera ido, pero ahora estaba duchada, con ropa fresca y oliendo increíblemente. Yo, por otro lado, probablemente tenía el pelo como un pajar y el aliento de la mañana, y estaba encantada de no estar frente a frente con ella.
- ¿Qué hora es? - le pregunté.
- Seis y media.
- ¿Cuándo te fuiste anoche? Nunca te escuché salir.
- Hace una hora.
- ¿Una hora? ¿Te quedaste toda la noche?
Lena se rió de la sorpresa en mi voz - Te dije que iba a hacerlo. No me hubiera ido en lo absoluto pero tenía que consolidar mi coartada.
- ¿Eh?
- Mi tía no presta mucha atención cuando llego a casa por la noche, pero creo que se daría cuenta si no regreso a casa durante toda la noche. Se levanta a hacer yoga a las seis y siempre comprueba que esté allí.
- Hablando de padres a quienes les gusta chequear a sus hijos, tienes hasta las nueve antes de que los míos despierten y entonces es mejor que no estés aquí.
- Ocho y media, entonces. Lo que significa que tenemos dos horas más para dormir y te prometo que estaré fuera cuando tus padres despierten.
Lena se quedó conmigo hasta que los Kuznetsov llegaron a casa a las doce y media, y nunca se me ocurrió que tal vez no les gustaría hasta que oí la puerta del garaje. Por supuesto, ella tuvo todo controlado con una sola frase - Lo siento, Señores, pero no creí que era seguro para Yulia estar sola un sábado por la noche con un asesino en serie suelto.
Los Sres. Kuznetsov le agradecieron a Lena por ser tan atenta, y luego comentaron cómo todas las chicas muertas se parecen a mí - Esta es una conversación fascinante y todo - dije, interrumpiéndoles - Pero preferiría no tener pesadillas esta noche. Entonces, ¿les importaría si me voy a casa en lugar de hablar sobre el hecho de que hay un desquiciado por ahí quien me rebanará si llega a tener la oportunidad?
- Oh, por Dios. Lo siento, Yulia. Nunca lo pensé así. Voy a llevarte a casa ahora - dijo La señora Anya mientras tomaba las llaves nuevamente y se dirigía hacia el garaje.
- Sra. A., vivo ocho casas calle abajo. No es necesario que me lleve.
-Yulia, Lena tiene razón. Hay un asesino en serie por allí fuera.
- Puedo llevarla a casa a salvo, Señora Kuznetsova - ofreció Lena - No me molesta. Voy en esa dirección, de todos modos.
Lo siguiente que supe fue que caminaba por una calle desierta en medio de la noche con mi extremadamente ardiente vecina, quien resultó ser muy buena besando. La tormenta disminuyó a una ligera llovizna y caminamos por el medio de la calle para evitar las ramas de los árboles caídos.
A pesar de que pasamos las últimas horas juntas a solas, la televisión había estado encendida y la tormenta había sido ruidosa. Ahora estaba realmente silencioso. Demasiado silencioso. - ¿Sabías que nuestra calle originalmente se llamaba Avenida Chuck Norris? - le pregunté, sólo para romper el silencio.
Lena me miró. Había visto el final de la película conmigo, y se rió desde el comienzo hasta el final.
- Es cierto - continué - Pero tuvieron que cambiar el nombre porque nadie se cruza a Chuck Norris y sobrevive.
Lena trató de no reírse, pero fracasó - No puedo creer que nunca has tenido que luchar contra tus admiradores - dijo - No hay manera de que por lo menos la mitad de los chicos con los que pasas el rato no estén locamente enamorados de ti.
- Créelo - le dije tratando de evitar lo incómodo de su declaración - Hasta que llegaste tú, a ninguna persona le había llamado la atención de esa forma. Bueno, supongo que Ruslán y tú. Pero tú fuiste la primera, y él no cuenta porque cuando me conoció yo llevaba el estúpido bikini de mi hermana.
Lena frunció el ceño cuando mencioné el nombre de Ruslán. Llegamos a la calle en medio de nuestras casas y mientras me dirigía a la mía, me tomó mi mano - Ven a mi casa conmigo esta noche.
- ¿Perdón? - Me sorprendí y tuve que trabajar para controlar mi repentina ira.
- No quiero decir de esa manera - dijo. Para su suerte, parecía sincera. Había golpeado a otras personas por pedir mucho menos - Sólo esta noche, es sábado. Sólo para cuidarte.
- No le mentiste a la Sra. A. - dije, asombrada - Realmente viniste esta noche porque te preocupabas, ¿no es así?
- Yulia, no tienes idea de lo que los sábados por la noche se han convertido para mí. Tengo que buscar maneras de distraerme a mí misma cada fin de semana con el fin de no ir a romper tu puerta.
- Está bien, ¿se supone que debo señalar cada vez que haces o dices algo raro? Porque ahora sería uno de esos momentos.
Lena me ignoró - Quédate conmigo esta noche - dijo de nuevo.
- Lena, voy a estar bien. Ven por la mañana para ver cómo estoy, si es necesario, pero no puedo ir contigo. Fin de la historia.
Ella no parecía feliz, pero no discutió conmigo - Bien - dijo y me acompañó hasta mi casa. Bajó la voz a un susurro al acompañarme, pensando probablemente lo mismo que yo, que mi padre sobreprotector sin duda esperaba por mí y que no le gustaría que Lena me trajera a casa en lugar de la señora Kuznetsova.
- Buenas noches, Yulia - susurró y luego me sorprendió inclinándose para presionar sus labios rápidamente sobre los míos. Todo eso me hizo querer agarrarla y tratar de recrear el beso anterior. Me pregunté si podía leer mi mente porque me dedicó una amplia sonrisa - Nos vemos por la mañana.
Puse mis ojos en blanco - Y prometo que estaré viva.
- Papá, estoy en casa - dije, sacudiéndolo. Se había quedado dormido frente al televisor. Supongo que mamá fue capaz de calmarlo un poco después de que salí esta noche. Pensé que iba a encontrarlo caminando por la cocina hasta que llegara a casa. Tal vez eso significaba que tanto él como mi madre estarían de mejor humor de ahora en adelante.
Papá se limpió el sueño de los ojos y me sonrió - Bien - dijo. Luego besó mi frente, comprobó que la puerta estuviera bien cerrada con llave y luego desapareció hacia la cama.
Me sentía exhausta, también, pero la montaña rusa emocional en la que había estado esta noche, tenía mi cabeza dando vueltas. No habría sueño para Yulia Volkova esta noche.
Me puse mi pijama, encendí el televisor y me terminaba de acomodar en la cama cuando oí un pequeño ruido en la ventana de mi dormitorio. Al principio, pensé que lo había imaginado, pero luego lo escuché de nuevo. Silencié el televisor y me deslicé sigilosamente a lo largo de la pared hasta llegar al borde de la ventana, escuchando para comprobar que no estaba loca.
- ¡Volkova! - susurró alguien desde el otro lado - Soy yo.
Si la voz no hubiera sido tan familiar, hubiera gritado lo suficientemente fuerte como para despertar a los muertos.
- ¿Lena?
- Sí. Abre.
Kris habría estado decepcionada de mí en varios niveles si hubiera visto lo rápido que obedecí. Abrí la ventana, pero antes de que pudiera decir '¿Qué estás haciendo aquí?' Ya estaba adentro y cerrando la ventana - ¡Lena! - susurré - Si mis padres te encuentran aquí, mi papá me va a matar antes que El Acuchillador de los Sábado por la Noche tenga su oportunidad. ¡Y te matará a ti primero!
- Entonces deja de hacer tanto escándalo - susurró.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
Lena se puso cómoda en mi cama y sonrió - Es mañana - dijo como si eso explicara todo. Cuando claramente no lo hizo, explicó - Dijiste que podía venir en la mañana - Miró el reloj en la mesita de noche. Era casi la una - Técnicamente, es mañana.
- Linda.
- Mira. Dijiste que no podías venir a mi casa, así que me voy a quedar aquí. Contigo.
Algo sobre la forma en la que dijo "contigo" me hizo agradecerle a las estrellas por no haber escuchado a Kris en el tema de la ropa de dormir. Mi enorme pijama de franela de los Simpsons era realmente cómoda en estos momentos.
- No vas a pasar la noche conmigo, Lena.
- Oh, claro que sí. Incluso si tengo que atarte y amordazarte hasta la mañana para evitar que despiertes a todos en la casa.
Un pequeño matiz de miedo me apretó el pecho, pero lo arrojé lejos - No lo harías.
Lena arqueó su ceja perforada - ¿No lo crees?
Está bromeando. Probablemente. Quizás. Espero.
Decidí que realmente no quería averiguarlo. Cuando suspiré mi derrota, Lena tendió una mano hacia mí - Ven aquí, Yulia.
La miré dudosamente mientras yacía apoyada contra mis almohadas - No, gracias.
En lugar de acostarme con ella, fui hasta los pies de la cama y me senté con la espalda contra la pared. Cuando Lena se dio cuenta de que realmente no iba a ir con ella, se acercó a mí.
- ¿Cómo se supone que vamos a dormir estando sentadas de esta manera? - preguntó.
- Noticia de última hora, Lena. No hay manera de que pueda dormir contigo aquí, sin importar la posición en la que esté.
- ¿Ayudaría si duermo en el suelo?
- Definitivamente me haría sentir mejor, pero no me ayudaría a dormir.
- Bueno, si no vas a poder dormir sin importar qué haga, entonces no me sentaré en el suelo duro.
Todo se quedó incómodamente tranquilo, y cuando Lena tomó mi mano en la suya, sentí mi cuerpo tensarse. Me estremecí lo suficiente para que Lena frunciera el ceño. Puso su mano de nuevo en su regazo y cerró los ojos - Estoy confundida - admitió, tratando de controlar cualquier emoción que estuviera sintiendo en el momento - Pensé que pasamos un buen rato esta noche.
- Lo hicimos - concordé.
- Te di un beso de buenas noches en el porche hace menos de quince minutos.
- Lo hiciste - concordé de nuevo.
- Y no te asustaste de mí entonces.
- No.
- ¿Pero te estoy haciendo sentir incómoda ahora?
- Sí - Después de todo lo que había pasado esta noche, era mucho más fácil ser honesta con ella - Es difícil no tener miedo de ti.
Lena tomó mi mano de nuevo. Esta vez la sostuvo - Realmente no quiero que tengas miedo de mí. Yulia, te juro que nunca...
- No. No. Lo sé. Es bueno saber un poco más sobre ti, pero no es sólo eso. Son las cosas que dices y la forma en que me miras - Sentí el peso de su cuerpo junto al mío, y el calor de su mano y añadí
- Y cómo siempre estás buscando alguna manera de tocarme.
Miré a mi regazo, esperando que Lena se riera de mi ingenuidad, pero me sorprendió con su seriedad - Nunca he querido a alguien tanto en toda mi vida - admitió, tirando de mi barbilla de modo que me vi obligada a mirarla.
Oh, genial. Honestidad. Eso fue una brillante idea. Ahora que me estaba tocando y mirando, y diciéndome esas cosas al mismo tiempo. No podía respirar. O respiraba muy rápido. No lo sabía. Pero no podía pensar en ese momento.
- Lo siento si eso te asusta - dijo - Pero no puedo evitarlo. Cuando estoy contigo siento tanto, es algo tan abrumador.
Di un grito ahogado y traté de soltarme de su agarre, pero me abrazó - De ninguna manera - dijo a la ligera, su brazo a mí alrededor haciéndose de hierro - Nunca vas a acostumbrarte si sigues huyendo.
Santa hiperventilación - Lena, me estás asustando otra vez.
- Relájate, Yulia. Confía en mí - Sus labios de pronto estuvieron en mi oreja - Cierra los ojos - susurró tranquilamente. Un escalofrío corrió a través de mi cuerpo y mis ojos se cerraron como si estuvieran bajo un hechizo - Respira profundo - Sentí los pechos de Lena imitar la acción. Tomamos un par de respiraciones juntas y entonces mi cuerpo, básicamente, se derritió contra ella.
- Buena chica - dijo Lena, relajando su agarre. Me removió en sus brazos hasta que prácticamente me acunaba contra sus pechos, y comenzó a pasar sus dedos por mi cabello. Se rió cuando suspiré contentamente - ¿Ves? No es tan malo. Ahora vamos a quedarnos aquí sentadas hasta que de lo único que sientas miedo es de lo mucho que disfrutas lo que estás sintiendo.
- ¿Qué estoy sintiendo? - Además de cansancio y una comodidad extrema.
- Tú dime. Sé que sientes más por mí que sólo miedo. Me besaste como si realmente lo quisieras.
- ¿Lo hice? - pregunté.
Lena se rió de nuevo - Lo hiciste.
- Oh.
Caímos en un gran e incómodo silencio. Me refiero a, ¿Qué se supone que debo decir a eso? Probablemente no lo que dije después, que fue - ¿Has notado las similitudes entre El Acuchillador de los Sábados por la Noche y tú?
Fue lo que salió de mi boca cuando le eché un vistazo a la TV y vi las noticias reportando algo sobre los toques de queda implementados en toda el área metropolitana. Me sentí mal cuando Lena me soltó y se puso ligeramente aún más pálida - Lo siento - le dije con la mano sobre mi boca - Olvida que dije eso. Sólo dejo escapar cualquier cosa cuando estoy nerviosa.
- ¿Qué quieres decir? ¿Qué similitudes?
- Nada. No lo decía en serio. Pensé en algo que mi hermana y yo hablamos antes.
Lena realmente se veía consternada. Era peor que hacerla enojar.
- ¿ Kristina y tú han estado comparándome con un asesino en serie? - Me encogí de hombros.
- Eh, no - Te acusábamos de ser una asesina en serie, pensé.
- Mentirosa.
- ¡Lo siento! Es sólo que el Acuchillador y tú aparecieron en mi vida en el mismo momento, acechando todos mis movimientos. Fue un poco difícil no notarlo cuando ambos me asustan mucho.
Además, ambos tienen algo perturbador por los cuchillos aunque igual te gusten las tijeras. Tú eres una entusiasta del crimen, y él o ella... es realmente entusiasta en cometer crímenes.
- Eso no es exactamente lo mismo - argumentó.
Respondí con - Los dos o las dos, tienen una obsesión con las personas parecidas a mi.
Eso finalmente la hizo sonreír - Yo no - dijo - No tengo una obsesión con todas las personas parecidas a ti, sólo contigo.
Palidecí, lo que creo era la intención de Lena porque se echó a reír y luego extendió sus brazos para que me acurrucara en ellos. Negué con la cabeza vigorosamente, pero ella se estiró y me atrajo hacia si. Luché menos que Kris siendo arrastrada a una venta de zapatos, e incluso me acurruqué contra ella, suspiré; molesta conmigo misma.
Lena retiró el pelo fuera de mi cara - ¿Cuál es el problema? - preguntó. Parecía realmente tranquila ahora que me tenía devuelta en sus brazos.
- Kris y yo también nos preguntábamos como las chicas pueden ser tan estúpidas como para ir a casa con alguien tan espeluznante como el Acuchillador, quien sólo termina matándolas.
- ¿Y estar sentada aquí conmigo en este momento te recordó a eso? - Suspiré de nuevo - Me di cuenta de cómo sucede - Está bien, no estás haciendo las cosas mucho mejor, idiota.
Lena frunció el ceño - ¿Por qué soy espeluznante y te doy miedo? - preguntó con sequedad.
Le sonreí tímidamente - Y aún así, te abrí la puerta. Y dejé que me besaras. Y que entraras en mi habitación. Y luego tuve la osadía de estar sorprendida cuando me asustaste otra vez. Ahora aquí estoy de nuevo. De vuelta en tus brazos.
Debió haberle gustado la idea de que yo estuviera en sus brazos, porque me dio un apretón y besó mi frente.
Resistí la tentación de estremecerme - Soy una de esas chicas tontas. Me pregunto si el asesino me encuentra, ¿lo dejaré entrar, también?
- Por supuesto que no.
- ¿Cómo lo sabes? Cuando sacaste ese cuchillo realmente pensé que ibas a matarme. Luego, veinte minutos después estábamos besándonos.
Lena se rió de nuevo, pero yo no trataba de ser graciosa - ¿Qué? - espeté.
- Uno de estos días te voy a enseñar la diferencia entre un simple beso y lo que es besar.
Me alegré de que no pudiera verme sonrojar. Pero, nuevamente, tal vez no importaba, porque debió haber notado la forma en que mi corazón empezó a latir con fuerza.
- Dejaste que te besara esta noche porque en el fondo sabías que no te haría daño - continuó, finalmente respondiendo a mi pregunta - Me tomó mucho tiempo ganar esa confianza y tú todavía ni siquiera puedes estar acostada conmigo en la cama. Créeme, Yulia, tú no eres una de esas chicas. Si tu vida alguna vez realmente está en peligro, vas a luchar por ella de manera impresionante.
- No sería suficiente - murmuré - Odio ser tan impotente contra ti. Nunca me había sentido tan indefensa.
- No eres completamente indefensa. Tienes que tener en cuenta que he estado practicando autodefensa desde que tenía diez años. También soy una boxeadora entrenada, cinta negra, y he pasado por campamentos y la academia de policía.
- ¿En serio? - jadeé.
Lena se encogió de hombros - Larga historia, pero el punto es, que he sido entrenada para derrotar a un atacante y tú me diste pelea. La mayoría de los chicos probablemente no tendrían una oportunidad contra ti. Realmente no tienes que preocuparte, porque nadie va a tocarte. Te lo juro, Volkova.
Lena me abrazó con fuerza y con ese apretón finalmente me convenció de que estaba completamente segura. Incluso si en realidad era el asesino en serie y utilizaba sus habilidades con los cuchillos para matar un millón de personas, ella no me haría daño.
Me quedé allí, en los brazos de Lena. Pensando en todas las cosas que podía hacer. La vida extraña, emocionante y solitaria que ha tenido hasta ahora. El pasado trágico que de alguna manera era romántico. La parte más alucinante de todo era, que ella parecía pensar que yo era lo único que necesitaba para darle sentido a todo.
Entendí lo que quería decir sobre sentirse abrumada.
- No puedo creer que fuiste apuñalada - susurré, tratando de comprender las cosas que me dijo esta noche - ¿Tienes una cicatriz?
Sus pechos se sacudieron con su risa silenciosa y me recordó a Dina Popov en clase de biología. A diferencia de mi vieja compañera de clases, Lena no parecía incómoda por mi morbosidad.
Aparentemente, tampoco se sentía incómoda con la desnudez, ya que dijo - No es muy impresionante - Y se quitó la camiseta más rápido que decir "abdominales fuertes."
Claro que había visto a Lena sin camiseta una o dos veces, y en una sport muy reveladora, pero la primera vez sufría una conmoción cerebral, y las otras veces, habían sido a unos cuarenta metros de distancia a través de mi ventana. Esta vez, teniéndola en mi cuarto, en mi cama, en medio de la noche, era completamente diferente. Contuve el aliento y traté de no mirar.
- ¿Ves? - dijo, pasando sus dedos por una pequeña línea rosa entre sus pechos.
- Wow, ¿eso es todo? - le dije cuando por fin vi la cicatriz. Si no la hubiera señalado, tal vez ni la hubiera visto. Ahora tenía sentido por qué no la había notado antes - Esperaba algo más mortífero.
Ella se rió - Te dije que no era impresionante. El cuchillo no era muy grande, y se ha desvanecido con los años. Todavía se puede sentir, sin embargo.
Automáticamente extendí la mano, pero antes de tocar su piel me di cuenta de lo que hacía, y alejé mis dedos.
- Está bien - dijo.
No estaba a punto de, ya saben, tocarla, así que ella tomó mi mano y la puso sobre la cicatriz.
- Tan cerca de tu corazón - susurré con voz temblorosa. Podía sentir su corazón latiendo rápidamente bajo mis dedos. No podía imaginarme a alguien clavando una navaja en ella. Deteniéndola. Matándola - Me alegro de que no acertaran - admití.
Cuando sin pensar comencé a pasar mis dedos una y otra vez sobre la cicatriz en su piel, su respiración se aceleró y sostuvo mi mano - Yulia - dijo, enviando escalofríos por mi cuerpo - Sé mi novia.
- ¿Q... Qué?
Gateé hasta el otro lado de la cama tan pronto como pude. No trató de detenerme, pero cuando la miré sus ojos lucían más hambrientos de lo que jamás los había visto, y su pecho se agitó como si estuviera teniendo dificultades para respirar. Tragó saliva.
- Necesito que seas mía. No puedo soportar el perseguirte y todas esas tonterías. Estos momentos que tenemos, se sienten como que casi te tengo, pero siempre estoy preguntándome lo qué estás pensando y qué es lo que esperas para huir de mí. No puedo soportarlo. Es hora de que esto sea una relación verdadera.
- Yo...Eh...Yo no...
- Sí, sí lo haces.
- Déjame pensarlo.
Lena sacudió la cabeza y gateó hacía mí - No te estoy dando una opción - dijo, deteniéndose a sólo unos centímetros de mi cara.
- ¿No? - pregunté estúpidamente. Esa era toda la pelea que yo iba a dar.
Lena sacudió su cabeza de nuevo y cerró la distancia entre nosotras - Voy a ser buena para ti -dijo contra mis labios.
No podría haber discutido con ella incluso si quisiera. Lo que, seamos realistas, no hacía. Me besó suavemente al principio, pero en el momento en que le devolví el beso, me besó duro. Tuve que envolver mis brazos alrededor de su cuello para evitar el caer de espaldas a la cama, y eso fue todo. Estaba en mi espalda con el peso de Lena sobre mí. Sólo que esta vez no tenía miedo de que fuera a matarme. Me preocupaba que tratara de enseñarme algo mucho más que sólo besar.
- Lena - dije una vez que finalmente me dio la oportunidad de respirar.
Movió su boca a mi cuello, y no me malinterpreten, me gustó. Me gustó mucho. Pero ni siquiera había sido su novia por treinta segundos y sin embargo algo me dijo que Lena no necesitaba, en todo caso, más estímulo del que ya le había dado. La empujé un poco hacia atrás y traté de nuevo - Lena, espera. Detente.
- Lo siento - dijo, acercando sus labios a los míos para otro beso y luego dijo - Lo siento. Tienes razón. Aún no estás lista para eso.
- No, no. No lo estoy - concordé antes de que yo cambiara de opinión. Entonces, para mi propio beneficio añadí - No lo voy a estar por mucho tiempo.
- Está bien - dijo Lena con una sonrisa - No te preocupes, voy a detenerme.
Retiró su peso y me acercó a ella hasta que mi espalda se hallaba contra sus pechos, de alguna manera su cuerpo se moldeó alrededor del mío.
- ¿Qué tal esto? - preguntó, burlonamente - ¿Puedes soportar por lo menos esto?
¿Estás bromeando? Nunca me sentí más cómoda en mi vida.
- Sí, lo puedo hacer - dije, ya medio dormida. Eran casi las 2:00 a.m. después de todo, y soy una chica de dormir temprano y levantarse temprano.
- En realidad, podría acostumbrarme a esto - Ahora que no me sentía preocupada de nada más, el cansancio me consumía y estaba prácticamente en un estado de delirio - Esto es bueno. Debería haber un nombre para esto.
- Cucharear - Lena se rió entre dientes.
- ¿Eh?
- Se llama cucharear.
- Cucharear. Me gusta cucharear. Wow, tengo que cerrar la boca antes de que cambies tu opinión acerca de mí.
Lena rió de nuevo - Duerme un poco, Yulia - dijo. Así que lo hice.
Caí dormida como un ladrillo en cuestión de segundos. Fue la mejor noche de sueño que había tenido en todo el verano. De hecho, estaba tan dormida que no desperté hasta que el sol empezó a iluminar mi habitación y Lena entraba nuevamente a escondidas por mi ventana, lo que significaba que se había colado por ella en algún momento y no me di cuenta.
- Lo siento - susurró - No era mi intención despertarte - Se metió debajo de las sábanas e hizo eso de cucharear otra vez. Aún se sentía increíble, incluso cuando no estaba medio dormida.
- Buenos días.
- Es temprano. Vuelve a dormir - dijo mientras me besaba el cuello y luego se colocó en la misma posición en que había estado cuando me quedé dormida.
Era como si nunca se hubiera ido, pero ahora estaba duchada, con ropa fresca y oliendo increíblemente. Yo, por otro lado, probablemente tenía el pelo como un pajar y el aliento de la mañana, y estaba encantada de no estar frente a frente con ella.
- ¿Qué hora es? - le pregunté.
- Seis y media.
- ¿Cuándo te fuiste anoche? Nunca te escuché salir.
- Hace una hora.
- ¿Una hora? ¿Te quedaste toda la noche?
Lena se rió de la sorpresa en mi voz - Te dije que iba a hacerlo. No me hubiera ido en lo absoluto pero tenía que consolidar mi coartada.
- ¿Eh?
- Mi tía no presta mucha atención cuando llego a casa por la noche, pero creo que se daría cuenta si no regreso a casa durante toda la noche. Se levanta a hacer yoga a las seis y siempre comprueba que esté allí.
- Hablando de padres a quienes les gusta chequear a sus hijos, tienes hasta las nueve antes de que los míos despierten y entonces es mejor que no estés aquí.
- Ocho y media, entonces. Lo que significa que tenemos dos horas más para dormir y te prometo que estaré fuera cuando tus padres despierten.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Excelente capítulo..
Kamila- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 02/04/2018
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
que buen capitulo
hubo besos van avanzando
espero la sigas pronto
que buen capitulo
hubo besos van avanzando
espero la sigas pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Buenísimo cada vez la historia esta mejor y mejor ya hay acción entre las protagonistas ???? espero sigan así lena es una ternura y Julia q se deje querer
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Gracias chicas por sus comentarios. Feliz día Domingo para todos los lectores de esta entretenida historia. He leído este fics dos veces y aún me cuesta imaginar a Yulia en este papel tan sumiso y a una Lena tan fuera de lo común como ya la hemos visto en otros fics. Pero me encanta haberlas adaptado a cada una de esa manera... Es algo diferente
Así que a leer!!!
Capítulo 18: No hubo asesinato
Lena mantuvo su promesa. Cuando llegaron las nueve de la mañana y Kris irrumpió en mi habitación como siempre, la pelirroja estaba justo donde se suponía que debía estar: entrenando en su garaje.
Kristina levantó la cortina hasta arriba de manera desagradable para anunciar su presencia.
- ¿Te dormiste tarde? - espetó cuando gruñí y eché las mantas sobre mi cabeza.
- Como puedes ver - refunfuñé.
Como no había posibilidad de que se fuera, me uní a ella en mi ventana para espiar a mi novia mientras entrena. Mi novia. Sonaba tan raro. Y todavía no se sentía real. Por un segundo me pregunté si era real ¿Contaba si simplemente me había dicho que ahora era su novia? ¿O tenía que concordar con ella, de hecho, para que fuera real? Después de pensarlo, sin embargo, estaba bastante segura de que había concordado con ella, incluso aunque no lo hubiera dicho con palabras.
Mi novia.
- Hola! - ¿Cuándo comenzó mi hermana a aplaudir sus manos frente a mi cara? - ¡Tierra llamando a Yulia!
- ¿Huh?
- Escúpelo. Ahora mismo.
- ¿Qué?
- Estás sonriendo como una adolescente cachonda en un concierto de One Direction.
- ¡No lo estoy!
- Y ahora te estás sonrojando. ¡Dime lo que está pasando!
Lena ahora es mi novia. Mi novia digna de babear. Y, ¿cómo estuvo tu noche?
- No pasa nada.
No podía decirle a Kris acerca de Lena. Me mataría. Aunque dudaba que Lena fuera a dejarme mantenerlo en secreto por mucho más. Probablemente iba a saltar a través de la puerta de entrada cantándoselo a mis padres en cuanto terminara de ejercitarse. Caray. Eso iba a ser incómodo.
Como sea. No iba a decir una palabra.
- Mentirosa, mentirosa. ¡Pantalones! ¡Prendidos! ¡Fuego! ¡La vi!
- ¡Qué fenómeno, Kristina, cállate! - dije entre dientes, corriendo a través de la habitación para cerrar la puerta de un portazo - ¡Si mamá y papá descubren que pasó la noche aquí, estoy muerta!
Los ojos de mi hermana se abrieron como platos.
- ¿PASÓ LA NOCHE AQUÍ?!! - gritó. Afortunadamente lo gritó en un susurro - Sólo la había visto acompañarte a casa cuando volvías de hacer de niñera. ¿A qué te refieres con que pasó la noche aquí?
¡Mierda!
- ¿Dije pasó la noche aquí? Me refería a que me acompañó a casa anoche.
- Dímelo todo ahora o le diré a papá.
- No delatarías a tu propia hermana.
- ¡Si no dejas de pasar la noche con Lena, no tendré una hermana!
- ¿Podrías tranquilizarte? No es como si hubiéramos hecho algo.
- Oh por Dios, ¡te estás sonrojando otra vez! ¿Qué hicieron?
- Nada.
Kris parecía como si le fuera a salir vapor por las orejas y yo me sentía como si todo se derrumbara en mi cara. La conversación entera había sido a través de susurros, pero nos gritábamos con tanta fuerza la una a la otra que íbamos a terminar luchando violentamente.
Fui la primera en rendirme. Me hundí en la cama y me tranquilicé lo suficiente para hablar en voz normal.
- Me besó. Ahora soy su novia. Pero no pasó nada más. Sólo dormimos.
Kristina no siguió mi ejemplo de calmarse. Pareció enojarse incluso más.
- La bicho raro recibe información de policías corruptos y acecha escenas del crimen y ¿tú decides ser su novia?
- No - dije indignada. Guau. Ahora sonaba como una niña de cinco años - Ella sólo me dijo que lo era. Dijo que no tenía opción.
- ¿Y tú no pensaste que eso fue un poco espeluznante?
En realidad era bastante ardiente.
- ¡YULIA! - gritó horrorizada. Gritó de verdad esta vez.
Mierda. Realmente tengo que arreglar el estúpido filtro de mi boca.
- Sí, realmente lo deberías de hacer.
¡MIERDA!
- Dame un respiro, Kris. No llevaba puesta la camiseta. ¿Cómo me podía resistir? Tú misma lo has dicho, que dejarías que te arrastrara a un callejón oscuro con tal de besuquearte con ella.
- ¿A qué te refieres con que no llevaba puesta la camiseta? Dijiste que sólo se besaron.
- No es lo que piensas. Tenia una pequeña sport y sólo me mostraba la cicatriz de donde la apuñalaron.
- De donde la...- Kris se puso un poco verde y se dejó caer en la cama - Comienza desde el principio - exigió - Y que no se te ocurra dejar nada afuera.
Suspiré
- Bien, veía Delta Force...
Le conté todo. Absolutamente todo. Y ella era bastante buena no interrumpiendo. Bueno, bien por ella. Lo que significaba que me dejó terminar la historia sin hacerse cargo y crear su propia versión basada en lo que quería que pasara. Pero eso fue todo.
- Entonces - dije una vez que llegué a la parte donde me desperté con ella abriendo la cortina - ¿Ahora ves que nos equivocamos completamente acerca de ella, y que es totalmente dulce y que está bien para mí ser su novia? No te voy a mentir, Krisy, estoy un poco emocionada acerca de esto. Después de anoche, ya no estoy tan nerviosa. Es justo como dijiste, creo que esto podría ser bueno para mí.
Volví a mirar afuera de la ventana. Lena ahora hacía levantamientos con sus piernas hacia afuera como una L en lugar de que colgaran debajo de ella. Rayos, es tan ardiente. Y es toda mía. El pensamiento era suficiente para marearme.
- Yulia, detente - dijo Kris - Basta de babearte.
- ¿Por qué? - No podía evitar ponerme a la defensiva. Mi hermana era una completa aguafiestas.
- Te diré por qué. Vamos a aclararlo - dijo, poniéndose seria - Me estás diciendo que tu novia huérfana vio a su madre ser brutalmente asesinada, fue apuñalada, perdió a su padre, fue enviada a vivir con su tía loca, sacada de la escuela por lo que jamás conoció gente de su edad, entrenada para ser una especie de arma letal, y ahora te obliga a ser su novia.
Eso casi lo resumía.
- Y estoy diciendo que todo eso explica por qué Lena puede ser un poco...
- ¿Una fenómeno? - ofreció la tonta de mi hermana. Mientras que yo intentaba encontrar una palabra mejor para eso, Kris se levantó y comenzó a caminar por mi habitación - De acuerdo, estoy totalmente de acuerdo con que todo eso tiene sentido: explica mucho acerca de Lena. El problema es que mientras que en tu retorcida mente ves eso como material para una excelente novia, yo veo a Jack el Destripador o al Unabomber.
- Kris.
- Antisocial. Excéntrica. Con más problemas que el Sports Illustrated. Probablemente con un trastorno de personalidad, también conocido como sociópata. ¿Sabes quién más era sociópata? Andréi Chikatilo, el asesino en serie más famoso en todo el país desde los noventa.
- Lena no es Andréi Chikatilo, Kris. Y no es el Acuchillador de los Sábados por la Noche.
Kris se quedo sin aliento al recordar algo.
- Yulia, ¡no hubo asesinato anoche!
- ¿Qué?
- Estuvo en todas las noticias esta mañana. No se encontró ningún cuerpo. No hubo asesinato.
- Bien.
- No bien - discrepó Kris.
- ¿No está bien que nadie haya sido asesinado anoche? - pregunté, confundida.
- ¿No lo ves? - preguntó Kris.
Obviamente no.
- ¿Ver qué?
- No hubo asesinato anoche porque Lena estuvo contigo toda la noche. ¡Es ella! ¡Realmente es ella! Tiene que serlo.
- ¡Dale un respiro, joder! - exploté finalmente - No estuviste allí anoche. No la viste, no es una psicópata. No la conoces como yo. No tienes idea de lo que estás hablando, ¡así que sólo cállate!
- ¡No me callaré! ¡Tu novia es una psicópata! ¡Es peligrosa!
- ¡Sólo estás celosa! ¡Estás enojada porque Lena me eligió a mí y no a ti!
Allí es cuando mi padre finalmente irrumpió en mi habitación medio dormido, frotándose la cabeza como si tuviera migraña. Su interrupción no podría haber sido más vital, tampoco, porque lo de los celos había empujado a Kristina por el borde.
- ¡Supérate a ti misma! - gritó y luego me llamó algo que estaba segura que le provocaría estar castigada. Papá se paró entre nosotras, y aunque Krisitina había empezado, me agarró a mí. Bien hecho, también, porque estaba a punto de arrancarle la cabeza a ella.
- ¡Chicas! - gritó papá. - ¿Qué está pasando aquí? El vecindario entero puede escucharlas gritar.
- ¡Kristina está siendo una idiota!
- Yulia - dijo mi papá, arrastrándome fuera de la habitación y empujándome por la puerta - Ve a caminar y tranquilízate.
- ¡Pero no hice nada! Ella es la que está...
- ¡Ve a caminar!
Uh, sí, en realidad esa no era la primera vez que mi padre me decía aquello. Probablemente no era ni la milésima vez que me lo había dicho. Lo decía en serio, además. Esperaba que me fuera a dar una linda caminata... tenía algo que ver con lo poco razonable e incapaz de escuchar a nadie más cuando estoy realmente enojada.
Eh, probablemente tenga razón.
- Como sea - escupí, y me aseguré de golpear la puerta de la casa tan fuerte que las paredes retumbaban cuando salí.
Bajo a la calle en mis pijamas y descalza, golpeando el buzón mientras me iba. Escuché a Lena llamarme, pero no volví la mirada. Lo último que quería era pelearme con ella porque me enojé con mi hermana -desplazar mi enojo es otra de mis encantadoras cualidades- o peor, accidentalmente contarle por qué peleábamos Kris y yo. Sí, eso iría realmente bien.
Debo haber caminado por dos buenas horas. Papá se había ido cuando llegué a casa, pero mamá me esperaba, pasando el rato con un libro, probablemente un psicoanálisis de cómo controlar a tu adolescente fuera de control.
Lo que dijo cuando entré por la puerta fue - ¿Te sientes mejor?
Lo que escuché fue 'Trae tu trasero aquí así podemos tener una charla.'
Me había calmado, pero no me sentía nada mejor. Dije - No, en realidad - Y me hundí en una silla, respondiendo tanto a la pregunta formulada como al mandato no dicho.
- ¿Quieres hablar sobre eso?
No sé por qué mi mamá siempre se siente obligada a hacer preguntas cuyas respuestas ya conoce. La fulminé con la mirada, lo cual no le gustaba. Otra vez, lo que dijo fue - Tu hermana está realmente disgustada.
Pero lo que yo escuché fue 'Cuida tu tono conmigo, jovencita. No quieres hacerme enfadar ahora mismo.'
- No sé por qué estás tan preocupada por ella - dije, sin vigilar mi tono como probablemente debería haberlo hecho - Ella es la que irrumpió en mi habitación y metió sus narices en mis asuntos, que no le incumben. Es la que me gritó. Es la que me llamó una...
- Piensa que la odias - dijo mamá rápidamente antes de que pudiera terminar la oración.
- La odio de verdad.
- Dijo que sólo trataba de ayudar.
- Bueno, debería tratar de meterse en sus propios asuntos.
Mamá me miró pensativa por un minuto y luego llegó a mí desde otro ángulo.
- Lena vino hace un rato a buscarte. Te vio marcharte echando chispas. Parecía realmente preocupada.
Rondaba en busca de grietas en mi armadura, pero lo único que obtuvo de mí fue otra mirada malhumorada. Se metió en un enfrentamiento silencioso, el cual gané. Se rindió luego de dos míseros minutos.
- Yulia, háblame. Dime lo que te está pasando.
- Kris está siendo ridícula. Como siempre.
- No, Yulia. Dime lo que está pasando contigo. Algo te ha estado molestando últimamente.
- Sí, Kristina.
- No, es tu hermana.
Crucé los brazos sobre mi pecho y volví a agachar la cabeza.
- ¿Dónde está papá? - pregunté, esperando distraerla.
- Se llevó a tu hermana a almorzar.
- ¿Qué? - Eso dolió - ¿Desde cuándo papá elige a Kris por sobre mí?
Mamá finalmente suspiró.
- Tu papá es genial cuando te suspenden por pelearte, o necesitas ayuda con el Hockey. Sabe lidiar con los golpes y moretones, o en tu caso, conmociones cerebrales y hemorragias nasales.
Cuando mamá consiguió esbozar una sonrisa sincera, mi estómago se revolvió.
- Estás en territorio desconocido para él ahora mismo - dice, confirmando mis sospechas de a dónde iba esta conversación - Tu papá se llevó a tú hermana porque pensó que tal vez necesitabas a tu mamá esta vez. Así que háblame, Yulia. No puedo ayudarte si no me dices lo que va mal.
- ¡Ugh! Nada está mal conmigo. Estoy bien .
- Está bien estar alterada, Yulia. Es un momento difícil de tu vida. Estás creciendo y cambiando...
- ¡Oh por Dios, mamá! ¡Detente! - Me llevo las manos a los oídos y trato de no vomitar - No voy a tener esta conversación. Me vino mi período hace como tres años. Ya sé acerca de los pájaros y las abejas.
No pude aguantar más y huí a mi habitación. Cuando llegué a las escaleras, mi madre me llamó con voz molesta - Si no quieres hablar conmigo sobre esto, entonces deberías ser más amable con tu hermana. Puede ayudarte, Yulia.
Quince minutos más tarde, mamá llamó a la puerta de mi dormitorio. Me preparé para la segunda ronda de la charla de padres, pero en lugar de eso, sólo me pasó el teléfono inalámbrico.
- Aquí está - dijo en el receptor antes de entregárselo - Me alegro de que hayan llamado. Necesita animarse un poco. Traten de hacerla entrar en razón, si pueden.
Puse el teléfono lejos de mamá y esperé a que ella se fuera antes de contestar - ¿Lena?
- ¡Vooolkoovaaa!
- ¿Qué pasa?
- ¿Quién es Lena?
- ¿Por qué necesitas que te levantemos el ánimo?
- ¡Somos nosotros!
Una llamada de los tres "V" juntos siempre era un caos - Sé quienes son, idiotas. ¿Qué está pasando? ¿Algo nuevo ha sucedido esta semana en el campamento sus-vidas-son-más-emocionantes-que-la-mía?
- Tomé un vertedero de seis libras - ofreció Vadik.
- Mientes - reí. Los "V" siempre podían hacerme sentir mejor.
- Es cierto - dijo Vitya - Todo nuestro equipo ayudó antes y después.
- Y gané cincuenta rublos!
- Felicitaciones, Vadik. Has llegado a un nuevo nivel de asco.
- Pero gané cincuenta rublos.
- Oh, Dios mío, chicos. Tienen que venir a casa. Me estoy volviendo loca.
- Eso es seguro - coincidió Vova - Si la mitad de los rumores que hemos escuchado son ciertos...
- ¿Qué rumores?
- Nada importante - dijo Vitya - Así que te convertiste en una chica este verano.
Después, que los chicos empezaran a soltar palabras tan rápido, no pude decir quién decía qué.
- Usas rosa.
- Coqueteas ahora.
- Vas a fiestas.
- Conseguiste un trabajo en Gap.
- Es Old Navy - me quejé. Como si eso fuera algo mejor.
- Tienes una linda delantera.
- ¡Cuidado, Vova! - le advertí.
- Le rompiste tanto la nariz a Daniel que va a necesitar una cirugía reconstructiva - dijo Vitya rápidamente - Estamos muy orgullosos de ti por eso, por cierto.
- Luego está el rumor que dice que usaste un vestido.
- Olvídate de eso. He oído que llevaba un bikini.
- Bluuugh. Ese es un pensamiento aterrador. No he oído ese.
- Cállate, Vova.
- No, chicos, tengo el ganador - saltó Vadik - He oído que fuiste hasta segunda base con Aleksey Petrov.
- ¡De ninguna maldita manera! - gritó Vova. Obviamente, no había escuchado eso, tampoco- ¿Aleksey Petrov? ¿En serio? ¿Qué demonios, Volkova?
- No fui hasta segunda base con nadie.
- Ahora, ¿quién es el mentiroso? - bromeó Vitya.
- ¿Quién te dijo eso, Vadik? ¡Dime ahora mismo! Voy a patear su...
- ¿Así que no te besuqueaste con Aleksey Petrov? Porque todo el mundo ha estado diciendo...
- ¿Todo el mundo? ¿Quién es todo el mundo? ¡Están en el campamento!
- Volkova, tú eres la única persona que queda en el universo conocido sin un teléfono celular. La mitad de la escuela nos envió un mensaje sobre ti esta semana.
Gemí y los chicos se echaron a reír. No podía culparlos, de verdad. No es como si nunca hubiera obtenido placer con su dolor.
- No te preocupes demasiado, Volkova - dijo Vitya, sonando bastante genuino - Estamos llegando a casa en una semana y media. Lo arreglaremos. Vamos a tener una fiesta de manta y volver de nuevo a lo normal o algo así.
- Sí - dijo Vadik - Porque no voy a salir contigo si estás actuando como una chica.
- A menos que realmente tengas una delantera agradable.
- ¡Vadik! ¡Habla una vez más acerca de mi delantera! ¡Te desafío!
- Sí, amigo - dijo Vova - Estamos hablando de Volkova. Eso es asqueroso.
- ¡Ugh! ¡Muérdanme, perdedores!
Se sentía bien colgarles, pero no lo suficiente como para no estar completamente cabreada. Le grité a nadie en particular, y tiré el teléfono, rompiéndolo en pedazos cuando chocó con mi tocador.
Luego manipulé mi equipo de música, subí al techo, cerré los ojos, y empecé a contar hasta infinito.
- ¿Cuánto tiempo has estado aquí? - preguntó Lena, tomando asiento a mi lado.
- No lo sé. Seis, siete, ocho canciones.
- ¿Qué está pasando?
- Nada. Estoy bien.
- Sí - dijo Lena con una sonrisa - Tienes Rage Against The Machine sonando a todo volumen porque estás de un humor fantástico.
¿Recuerdan ese desplazamiento de los problemas de ira? Miré a Lena tan groseramente que no podía reír en este momento. Sin decir nada, se puso de pie. Por un segundo pensé que iba a dejarme con mi mal humor, pero en lugar de eso me llevó a una heladería y me ordenó un banana split.
- Creo que le debes una disculpa a tu buzón - dijo una vez que había helado en frente de mí.
- Mejor ahí que en el rostro de Kris - murmuré.
Lena sonrió mientras tomaba mi mano y examinaba los nudillos.
- ¿Duelen?
Me encogí de hombros y llevó mi mano a sus labios, besando cada nudillo individualmente. No hizo precisamente que la hinchazón bajase, pero seguro que se sintió mucho mejor que el hielo.
- Voy a vendarte cuando lleguemos a casa - ofreció. Soltó mi mano y dijo - Entonces, ¿vas a decirme lo que está mal, o voy a tener que hacerte decirme?
- ¿Es que va a ser un hábito contigo? - le solté - ¿Forzarme a hacer cosas?
Lena se encogió de hombros ligeramente - Si es necesario.
- ¿Y obligarme a ser tu novia? ¿Eso era necesario?
Para mi disgusto eterno, Lena se rió - No sólo era necesario. Era una cuestión de vida o muerte.
- ¿De vida o muerte? ¿Ibas a matarme si decía que no?
Lena me dio una sonrisa de complicidad y dijo - No hubiera dejado que dijeras que no - Tomó un bocado de mi helado - De la misma manera que no voy a dejarte decir que no pasa nada malo.
- No pasa nada malo.
La actitud juguetona de ella había desaparecido en un instante - No me mientas, Yulia - Tuvo la audacia de hacer que sonase como una advertencia.
Dos podían jugar ese juego.
- No me controles - gruñí - No soy tuya. No te pertenezco. Sólo porque eres fuerte y posiblemente psicópata, no significa que puedes darme órdenes. No me gusta que me digan qué hacer.
Pregúntale a Kristina. Trató de decirme qué hacer esta mañana y casi la golpeo en la cabeza por ello.
- ¿Y qué exactamente fue todo ese griterío esta mañana?
- Mi hermana trataba de decirme que no podía salir contigo. Trata de mantenerme alejada de ti. Piensa que eres inestablemente... peligrosa - Lena me miró, pero no creí que fuera yo con quién ella se enojó.
- ¿Lo eres? - le pregunté.
- ¿Peligrosa? - repitió Lena con fuerza - Para algunas personas, sí. ¿Para ti? No.
- Entonces, deja de actuar como si lo fueras. ¿Quieres algo de mí? Pídelo. No utilices el miedo para tratar de manipularme. ¡Me molesta! - Estaba tan obstinada en este momento, que estuve a punto de llevar esa discusión a la playa del estacionamiento. Casi esperaba que Lena lo sugiriera en primer lugar, pero su estado de ánimo volcó en un instante. Me confundí por la repentina admiración en sus ojos.
- No voy a poder salirme con la mía nunca más, ¿verdad? - preguntó, casi atemorizada.
- Querías que no te tuviera miedo. Bueno, aquí estoy, sin miedo. No soportaré ninguna mierda estúpida, así que ya basta.
Lena me miró como si todavía no pudiera creer lo que sucedía. Una sonrisa se extendió por su cara inconscientemente y me dijo - Nunca nadie me ordenó antes.
- Se siente bien, ¿no?
Estaba siendo irónica, pero la sonrisa de ella se hizo aún más amplia.
- No tienes ni idea - dijo, y luego me atrajo hacia ella para darme un beso.
No me dio un rápido beso miren-a-la-linda-y-feliz-pareja. Fue un beso arrójennos-fuera-del-restaurante. Cuando por fin se quitó de encima y se quedó sin aliento, hizo esa cosa en la que me mira a través de sus pestañas con un toque de vulnerabilidad, y dijo - ¿Yulia? ¿Podrías darle a tu novia sobre-protectora un descanso y explicarme lo que está mal, así puedo hacer lo que sea para que se vaya y dejar de preocuparme por ti? ¿Por favor?
Me eché a reír muy a pesar mío, pero entonces suspiré y tomé mi cuchara. Esto iba a necesitar un montón de helado.
- No pasa nada malo, exactamente. Quiero decir, esta mañana Kris fue una idiota total, pero luego lo tuve con mi mamá, también. Además, les colgué a los "V" cuando llamaron. Esos idiotas estaban siendo ellos mismos, pero les he dado más que suficiente munición últimamente para merecer el fuego que tengo hoy.
- ¿Qué quieres decir con munición?
- Supongo que no lo entiendes porque no me has conocido desde siempre, pero esto - hice un gesto para mis adentros - La Yulia que has conocido este verano no es la Yulia a la que ellos están acostumbrados. Por alguna razón, todo es diferente. Estoy hablando de proporciones épicas. Como si hubiera sufrido una invasión en mi cuerpo. No sé qué está mal conmigo.
- No creo que haya algo mal contigo - Lena Sonrió - A mí me gusta cada cosa de ti - Su sonrisa cayó y sus ojos se pusieron más pequeños mientras añadía - Excepto tal vez tu afición por Aleksey Petrov.
- Bueno, a ti quizás te guste la nueva yo - le dije, haciendo caso omiso a la mención de Aleksey - Pero nadie parece saber cómo tratarme. Mi hermana. Mis amigos. Definitivamente no Aleksey...
todavía no puedo creer que el idiota me haya besado. Mis padres han prácticamente escrito por las paredes - Crecer y cambiar - es la frase que mi madre usó cuando trató de hablar conmigo esta mañana. Y ahora los "V" estarán en casa en una semana y media.
- Ah, sí. El retorno de los amigos pródigos - dijo Lena. Había mantenido su tono ligero, pero aunque lo supiera o no, la cuchara en su mano ahora se encontraba doblada en un ángulo de noventa grados.
- Sí. Vienen a casa, y no sé qué hacer.
- ¿Por qué tienes que hacer algo? ¿No son tus mejores amigos?
- Exactamente - le dije - Me conocen mejor que nadie. No van a ser capaces de hacerme frente. Ni siquiera yo puedo tratar conmigo. Son lo último normal en mi vida, y cuando regresen y me vean vestida de rosa y saliendo con mi...
Me atraganté con la palabra y Lena se rió de mí - Novia, Yulia. Tu novia. Puedes decirlo.
Excepto que no podía - Contigo. Van a enloquecer. Entonces me voy a enojar con ellos por ser idiotas. Tú te pondrás celosa y los odiarás como lo haces con Aleksey, y voy a tener que tomar una decisión. Si te elijo a ti, los "V" van a querer golpearte, y cuando traten los vas a matar. Entonces ellos estarán muertos, vas a ir a la cárcel, y me veré obligada a pasar el rato con Kris y Aleksey por el resto de mi vida - Lena arquea su ceja perforada hacia mí cuando terminé mi perorata.
- Pensaste todo esto una o dos veces, ¿verdad?
- ¡Lo digo en serio!
Lena me atrajo hacia sus pechos y envolví mis brazos alrededor de ella sin siquiera pensar en ello. Esta cosa de las novias tenía sus ventajas.
- Yulia, trata de relajarte un poco - dijo - ¿Ayudaría si prometo no matarlos? No puedo prometer que me van a gustar. De hecho, tienes razón, más o menos ya los odio. Pero puedo controlarme. No voy a hacerte elegir.
Así que a leer!!!
Capítulo 18: No hubo asesinato
Lena mantuvo su promesa. Cuando llegaron las nueve de la mañana y Kris irrumpió en mi habitación como siempre, la pelirroja estaba justo donde se suponía que debía estar: entrenando en su garaje.
Kristina levantó la cortina hasta arriba de manera desagradable para anunciar su presencia.
- ¿Te dormiste tarde? - espetó cuando gruñí y eché las mantas sobre mi cabeza.
- Como puedes ver - refunfuñé.
Como no había posibilidad de que se fuera, me uní a ella en mi ventana para espiar a mi novia mientras entrena. Mi novia. Sonaba tan raro. Y todavía no se sentía real. Por un segundo me pregunté si era real ¿Contaba si simplemente me había dicho que ahora era su novia? ¿O tenía que concordar con ella, de hecho, para que fuera real? Después de pensarlo, sin embargo, estaba bastante segura de que había concordado con ella, incluso aunque no lo hubiera dicho con palabras.
Mi novia.
- Hola! - ¿Cuándo comenzó mi hermana a aplaudir sus manos frente a mi cara? - ¡Tierra llamando a Yulia!
- ¿Huh?
- Escúpelo. Ahora mismo.
- ¿Qué?
- Estás sonriendo como una adolescente cachonda en un concierto de One Direction.
- ¡No lo estoy!
- Y ahora te estás sonrojando. ¡Dime lo que está pasando!
Lena ahora es mi novia. Mi novia digna de babear. Y, ¿cómo estuvo tu noche?
- No pasa nada.
No podía decirle a Kris acerca de Lena. Me mataría. Aunque dudaba que Lena fuera a dejarme mantenerlo en secreto por mucho más. Probablemente iba a saltar a través de la puerta de entrada cantándoselo a mis padres en cuanto terminara de ejercitarse. Caray. Eso iba a ser incómodo.
Como sea. No iba a decir una palabra.
- Mentirosa, mentirosa. ¡Pantalones! ¡Prendidos! ¡Fuego! ¡La vi!
- ¡Qué fenómeno, Kristina, cállate! - dije entre dientes, corriendo a través de la habitación para cerrar la puerta de un portazo - ¡Si mamá y papá descubren que pasó la noche aquí, estoy muerta!
Los ojos de mi hermana se abrieron como platos.
- ¿PASÓ LA NOCHE AQUÍ?!! - gritó. Afortunadamente lo gritó en un susurro - Sólo la había visto acompañarte a casa cuando volvías de hacer de niñera. ¿A qué te refieres con que pasó la noche aquí?
¡Mierda!
- ¿Dije pasó la noche aquí? Me refería a que me acompañó a casa anoche.
- Dímelo todo ahora o le diré a papá.
- No delatarías a tu propia hermana.
- ¡Si no dejas de pasar la noche con Lena, no tendré una hermana!
- ¿Podrías tranquilizarte? No es como si hubiéramos hecho algo.
- Oh por Dios, ¡te estás sonrojando otra vez! ¿Qué hicieron?
- Nada.
Kris parecía como si le fuera a salir vapor por las orejas y yo me sentía como si todo se derrumbara en mi cara. La conversación entera había sido a través de susurros, pero nos gritábamos con tanta fuerza la una a la otra que íbamos a terminar luchando violentamente.
Fui la primera en rendirme. Me hundí en la cama y me tranquilicé lo suficiente para hablar en voz normal.
- Me besó. Ahora soy su novia. Pero no pasó nada más. Sólo dormimos.
Kristina no siguió mi ejemplo de calmarse. Pareció enojarse incluso más.
- La bicho raro recibe información de policías corruptos y acecha escenas del crimen y ¿tú decides ser su novia?
- No - dije indignada. Guau. Ahora sonaba como una niña de cinco años - Ella sólo me dijo que lo era. Dijo que no tenía opción.
- ¿Y tú no pensaste que eso fue un poco espeluznante?
En realidad era bastante ardiente.
- ¡YULIA! - gritó horrorizada. Gritó de verdad esta vez.
Mierda. Realmente tengo que arreglar el estúpido filtro de mi boca.
- Sí, realmente lo deberías de hacer.
¡MIERDA!
- Dame un respiro, Kris. No llevaba puesta la camiseta. ¿Cómo me podía resistir? Tú misma lo has dicho, que dejarías que te arrastrara a un callejón oscuro con tal de besuquearte con ella.
- ¿A qué te refieres con que no llevaba puesta la camiseta? Dijiste que sólo se besaron.
- No es lo que piensas. Tenia una pequeña sport y sólo me mostraba la cicatriz de donde la apuñalaron.
- De donde la...- Kris se puso un poco verde y se dejó caer en la cama - Comienza desde el principio - exigió - Y que no se te ocurra dejar nada afuera.
Suspiré
- Bien, veía Delta Force...
Le conté todo. Absolutamente todo. Y ella era bastante buena no interrumpiendo. Bueno, bien por ella. Lo que significaba que me dejó terminar la historia sin hacerse cargo y crear su propia versión basada en lo que quería que pasara. Pero eso fue todo.
- Entonces - dije una vez que llegué a la parte donde me desperté con ella abriendo la cortina - ¿Ahora ves que nos equivocamos completamente acerca de ella, y que es totalmente dulce y que está bien para mí ser su novia? No te voy a mentir, Krisy, estoy un poco emocionada acerca de esto. Después de anoche, ya no estoy tan nerviosa. Es justo como dijiste, creo que esto podría ser bueno para mí.
Volví a mirar afuera de la ventana. Lena ahora hacía levantamientos con sus piernas hacia afuera como una L en lugar de que colgaran debajo de ella. Rayos, es tan ardiente. Y es toda mía. El pensamiento era suficiente para marearme.
- Yulia, detente - dijo Kris - Basta de babearte.
- ¿Por qué? - No podía evitar ponerme a la defensiva. Mi hermana era una completa aguafiestas.
- Te diré por qué. Vamos a aclararlo - dijo, poniéndose seria - Me estás diciendo que tu novia huérfana vio a su madre ser brutalmente asesinada, fue apuñalada, perdió a su padre, fue enviada a vivir con su tía loca, sacada de la escuela por lo que jamás conoció gente de su edad, entrenada para ser una especie de arma letal, y ahora te obliga a ser su novia.
Eso casi lo resumía.
- Y estoy diciendo que todo eso explica por qué Lena puede ser un poco...
- ¿Una fenómeno? - ofreció la tonta de mi hermana. Mientras que yo intentaba encontrar una palabra mejor para eso, Kris se levantó y comenzó a caminar por mi habitación - De acuerdo, estoy totalmente de acuerdo con que todo eso tiene sentido: explica mucho acerca de Lena. El problema es que mientras que en tu retorcida mente ves eso como material para una excelente novia, yo veo a Jack el Destripador o al Unabomber.
- Kris.
- Antisocial. Excéntrica. Con más problemas que el Sports Illustrated. Probablemente con un trastorno de personalidad, también conocido como sociópata. ¿Sabes quién más era sociópata? Andréi Chikatilo, el asesino en serie más famoso en todo el país desde los noventa.
- Lena no es Andréi Chikatilo, Kris. Y no es el Acuchillador de los Sábados por la Noche.
Kris se quedo sin aliento al recordar algo.
- Yulia, ¡no hubo asesinato anoche!
- ¿Qué?
- Estuvo en todas las noticias esta mañana. No se encontró ningún cuerpo. No hubo asesinato.
- Bien.
- No bien - discrepó Kris.
- ¿No está bien que nadie haya sido asesinado anoche? - pregunté, confundida.
- ¿No lo ves? - preguntó Kris.
Obviamente no.
- ¿Ver qué?
- No hubo asesinato anoche porque Lena estuvo contigo toda la noche. ¡Es ella! ¡Realmente es ella! Tiene que serlo.
- ¡Dale un respiro, joder! - exploté finalmente - No estuviste allí anoche. No la viste, no es una psicópata. No la conoces como yo. No tienes idea de lo que estás hablando, ¡así que sólo cállate!
- ¡No me callaré! ¡Tu novia es una psicópata! ¡Es peligrosa!
- ¡Sólo estás celosa! ¡Estás enojada porque Lena me eligió a mí y no a ti!
Allí es cuando mi padre finalmente irrumpió en mi habitación medio dormido, frotándose la cabeza como si tuviera migraña. Su interrupción no podría haber sido más vital, tampoco, porque lo de los celos había empujado a Kristina por el borde.
- ¡Supérate a ti misma! - gritó y luego me llamó algo que estaba segura que le provocaría estar castigada. Papá se paró entre nosotras, y aunque Krisitina había empezado, me agarró a mí. Bien hecho, también, porque estaba a punto de arrancarle la cabeza a ella.
- ¡Chicas! - gritó papá. - ¿Qué está pasando aquí? El vecindario entero puede escucharlas gritar.
- ¡Kristina está siendo una idiota!
- Yulia - dijo mi papá, arrastrándome fuera de la habitación y empujándome por la puerta - Ve a caminar y tranquilízate.
- ¡Pero no hice nada! Ella es la que está...
- ¡Ve a caminar!
Uh, sí, en realidad esa no era la primera vez que mi padre me decía aquello. Probablemente no era ni la milésima vez que me lo había dicho. Lo decía en serio, además. Esperaba que me fuera a dar una linda caminata... tenía algo que ver con lo poco razonable e incapaz de escuchar a nadie más cuando estoy realmente enojada.
Eh, probablemente tenga razón.
- Como sea - escupí, y me aseguré de golpear la puerta de la casa tan fuerte que las paredes retumbaban cuando salí.
Bajo a la calle en mis pijamas y descalza, golpeando el buzón mientras me iba. Escuché a Lena llamarme, pero no volví la mirada. Lo último que quería era pelearme con ella porque me enojé con mi hermana -desplazar mi enojo es otra de mis encantadoras cualidades- o peor, accidentalmente contarle por qué peleábamos Kris y yo. Sí, eso iría realmente bien.
Debo haber caminado por dos buenas horas. Papá se había ido cuando llegué a casa, pero mamá me esperaba, pasando el rato con un libro, probablemente un psicoanálisis de cómo controlar a tu adolescente fuera de control.
Lo que dijo cuando entré por la puerta fue - ¿Te sientes mejor?
Lo que escuché fue 'Trae tu trasero aquí así podemos tener una charla.'
Me había calmado, pero no me sentía nada mejor. Dije - No, en realidad - Y me hundí en una silla, respondiendo tanto a la pregunta formulada como al mandato no dicho.
- ¿Quieres hablar sobre eso?
No sé por qué mi mamá siempre se siente obligada a hacer preguntas cuyas respuestas ya conoce. La fulminé con la mirada, lo cual no le gustaba. Otra vez, lo que dijo fue - Tu hermana está realmente disgustada.
Pero lo que yo escuché fue 'Cuida tu tono conmigo, jovencita. No quieres hacerme enfadar ahora mismo.'
- No sé por qué estás tan preocupada por ella - dije, sin vigilar mi tono como probablemente debería haberlo hecho - Ella es la que irrumpió en mi habitación y metió sus narices en mis asuntos, que no le incumben. Es la que me gritó. Es la que me llamó una...
- Piensa que la odias - dijo mamá rápidamente antes de que pudiera terminar la oración.
- La odio de verdad.
- Dijo que sólo trataba de ayudar.
- Bueno, debería tratar de meterse en sus propios asuntos.
Mamá me miró pensativa por un minuto y luego llegó a mí desde otro ángulo.
- Lena vino hace un rato a buscarte. Te vio marcharte echando chispas. Parecía realmente preocupada.
Rondaba en busca de grietas en mi armadura, pero lo único que obtuvo de mí fue otra mirada malhumorada. Se metió en un enfrentamiento silencioso, el cual gané. Se rindió luego de dos míseros minutos.
- Yulia, háblame. Dime lo que te está pasando.
- Kris está siendo ridícula. Como siempre.
- No, Yulia. Dime lo que está pasando contigo. Algo te ha estado molestando últimamente.
- Sí, Kristina.
- No, es tu hermana.
Crucé los brazos sobre mi pecho y volví a agachar la cabeza.
- ¿Dónde está papá? - pregunté, esperando distraerla.
- Se llevó a tu hermana a almorzar.
- ¿Qué? - Eso dolió - ¿Desde cuándo papá elige a Kris por sobre mí?
Mamá finalmente suspiró.
- Tu papá es genial cuando te suspenden por pelearte, o necesitas ayuda con el Hockey. Sabe lidiar con los golpes y moretones, o en tu caso, conmociones cerebrales y hemorragias nasales.
Cuando mamá consiguió esbozar una sonrisa sincera, mi estómago se revolvió.
- Estás en territorio desconocido para él ahora mismo - dice, confirmando mis sospechas de a dónde iba esta conversación - Tu papá se llevó a tú hermana porque pensó que tal vez necesitabas a tu mamá esta vez. Así que háblame, Yulia. No puedo ayudarte si no me dices lo que va mal.
- ¡Ugh! Nada está mal conmigo. Estoy bien .
- Está bien estar alterada, Yulia. Es un momento difícil de tu vida. Estás creciendo y cambiando...
- ¡Oh por Dios, mamá! ¡Detente! - Me llevo las manos a los oídos y trato de no vomitar - No voy a tener esta conversación. Me vino mi período hace como tres años. Ya sé acerca de los pájaros y las abejas.
No pude aguantar más y huí a mi habitación. Cuando llegué a las escaleras, mi madre me llamó con voz molesta - Si no quieres hablar conmigo sobre esto, entonces deberías ser más amable con tu hermana. Puede ayudarte, Yulia.
Quince minutos más tarde, mamá llamó a la puerta de mi dormitorio. Me preparé para la segunda ronda de la charla de padres, pero en lugar de eso, sólo me pasó el teléfono inalámbrico.
- Aquí está - dijo en el receptor antes de entregárselo - Me alegro de que hayan llamado. Necesita animarse un poco. Traten de hacerla entrar en razón, si pueden.
Puse el teléfono lejos de mamá y esperé a que ella se fuera antes de contestar - ¿Lena?
- ¡Vooolkoovaaa!
- ¿Qué pasa?
- ¿Quién es Lena?
- ¿Por qué necesitas que te levantemos el ánimo?
- ¡Somos nosotros!
Una llamada de los tres "V" juntos siempre era un caos - Sé quienes son, idiotas. ¿Qué está pasando? ¿Algo nuevo ha sucedido esta semana en el campamento sus-vidas-son-más-emocionantes-que-la-mía?
- Tomé un vertedero de seis libras - ofreció Vadik.
- Mientes - reí. Los "V" siempre podían hacerme sentir mejor.
- Es cierto - dijo Vitya - Todo nuestro equipo ayudó antes y después.
- Y gané cincuenta rublos!
- Felicitaciones, Vadik. Has llegado a un nuevo nivel de asco.
- Pero gané cincuenta rublos.
- Oh, Dios mío, chicos. Tienen que venir a casa. Me estoy volviendo loca.
- Eso es seguro - coincidió Vova - Si la mitad de los rumores que hemos escuchado son ciertos...
- ¿Qué rumores?
- Nada importante - dijo Vitya - Así que te convertiste en una chica este verano.
Después, que los chicos empezaran a soltar palabras tan rápido, no pude decir quién decía qué.
- Usas rosa.
- Coqueteas ahora.
- Vas a fiestas.
- Conseguiste un trabajo en Gap.
- Es Old Navy - me quejé. Como si eso fuera algo mejor.
- Tienes una linda delantera.
- ¡Cuidado, Vova! - le advertí.
- Le rompiste tanto la nariz a Daniel que va a necesitar una cirugía reconstructiva - dijo Vitya rápidamente - Estamos muy orgullosos de ti por eso, por cierto.
- Luego está el rumor que dice que usaste un vestido.
- Olvídate de eso. He oído que llevaba un bikini.
- Bluuugh. Ese es un pensamiento aterrador. No he oído ese.
- Cállate, Vova.
- No, chicos, tengo el ganador - saltó Vadik - He oído que fuiste hasta segunda base con Aleksey Petrov.
- ¡De ninguna maldita manera! - gritó Vova. Obviamente, no había escuchado eso, tampoco- ¿Aleksey Petrov? ¿En serio? ¿Qué demonios, Volkova?
- No fui hasta segunda base con nadie.
- Ahora, ¿quién es el mentiroso? - bromeó Vitya.
- ¿Quién te dijo eso, Vadik? ¡Dime ahora mismo! Voy a patear su...
- ¿Así que no te besuqueaste con Aleksey Petrov? Porque todo el mundo ha estado diciendo...
- ¿Todo el mundo? ¿Quién es todo el mundo? ¡Están en el campamento!
- Volkova, tú eres la única persona que queda en el universo conocido sin un teléfono celular. La mitad de la escuela nos envió un mensaje sobre ti esta semana.
Gemí y los chicos se echaron a reír. No podía culparlos, de verdad. No es como si nunca hubiera obtenido placer con su dolor.
- No te preocupes demasiado, Volkova - dijo Vitya, sonando bastante genuino - Estamos llegando a casa en una semana y media. Lo arreglaremos. Vamos a tener una fiesta de manta y volver de nuevo a lo normal o algo así.
- Sí - dijo Vadik - Porque no voy a salir contigo si estás actuando como una chica.
- A menos que realmente tengas una delantera agradable.
- ¡Vadik! ¡Habla una vez más acerca de mi delantera! ¡Te desafío!
- Sí, amigo - dijo Vova - Estamos hablando de Volkova. Eso es asqueroso.
- ¡Ugh! ¡Muérdanme, perdedores!
Se sentía bien colgarles, pero no lo suficiente como para no estar completamente cabreada. Le grité a nadie en particular, y tiré el teléfono, rompiéndolo en pedazos cuando chocó con mi tocador.
Luego manipulé mi equipo de música, subí al techo, cerré los ojos, y empecé a contar hasta infinito.
- ¿Cuánto tiempo has estado aquí? - preguntó Lena, tomando asiento a mi lado.
- No lo sé. Seis, siete, ocho canciones.
- ¿Qué está pasando?
- Nada. Estoy bien.
- Sí - dijo Lena con una sonrisa - Tienes Rage Against The Machine sonando a todo volumen porque estás de un humor fantástico.
¿Recuerdan ese desplazamiento de los problemas de ira? Miré a Lena tan groseramente que no podía reír en este momento. Sin decir nada, se puso de pie. Por un segundo pensé que iba a dejarme con mi mal humor, pero en lugar de eso me llevó a una heladería y me ordenó un banana split.
- Creo que le debes una disculpa a tu buzón - dijo una vez que había helado en frente de mí.
- Mejor ahí que en el rostro de Kris - murmuré.
Lena sonrió mientras tomaba mi mano y examinaba los nudillos.
- ¿Duelen?
Me encogí de hombros y llevó mi mano a sus labios, besando cada nudillo individualmente. No hizo precisamente que la hinchazón bajase, pero seguro que se sintió mucho mejor que el hielo.
- Voy a vendarte cuando lleguemos a casa - ofreció. Soltó mi mano y dijo - Entonces, ¿vas a decirme lo que está mal, o voy a tener que hacerte decirme?
- ¿Es que va a ser un hábito contigo? - le solté - ¿Forzarme a hacer cosas?
Lena se encogió de hombros ligeramente - Si es necesario.
- ¿Y obligarme a ser tu novia? ¿Eso era necesario?
Para mi disgusto eterno, Lena se rió - No sólo era necesario. Era una cuestión de vida o muerte.
- ¿De vida o muerte? ¿Ibas a matarme si decía que no?
Lena me dio una sonrisa de complicidad y dijo - No hubiera dejado que dijeras que no - Tomó un bocado de mi helado - De la misma manera que no voy a dejarte decir que no pasa nada malo.
- No pasa nada malo.
La actitud juguetona de ella había desaparecido en un instante - No me mientas, Yulia - Tuvo la audacia de hacer que sonase como una advertencia.
Dos podían jugar ese juego.
- No me controles - gruñí - No soy tuya. No te pertenezco. Sólo porque eres fuerte y posiblemente psicópata, no significa que puedes darme órdenes. No me gusta que me digan qué hacer.
Pregúntale a Kristina. Trató de decirme qué hacer esta mañana y casi la golpeo en la cabeza por ello.
- ¿Y qué exactamente fue todo ese griterío esta mañana?
- Mi hermana trataba de decirme que no podía salir contigo. Trata de mantenerme alejada de ti. Piensa que eres inestablemente... peligrosa - Lena me miró, pero no creí que fuera yo con quién ella se enojó.
- ¿Lo eres? - le pregunté.
- ¿Peligrosa? - repitió Lena con fuerza - Para algunas personas, sí. ¿Para ti? No.
- Entonces, deja de actuar como si lo fueras. ¿Quieres algo de mí? Pídelo. No utilices el miedo para tratar de manipularme. ¡Me molesta! - Estaba tan obstinada en este momento, que estuve a punto de llevar esa discusión a la playa del estacionamiento. Casi esperaba que Lena lo sugiriera en primer lugar, pero su estado de ánimo volcó en un instante. Me confundí por la repentina admiración en sus ojos.
- No voy a poder salirme con la mía nunca más, ¿verdad? - preguntó, casi atemorizada.
- Querías que no te tuviera miedo. Bueno, aquí estoy, sin miedo. No soportaré ninguna mierda estúpida, así que ya basta.
Lena me miró como si todavía no pudiera creer lo que sucedía. Una sonrisa se extendió por su cara inconscientemente y me dijo - Nunca nadie me ordenó antes.
- Se siente bien, ¿no?
Estaba siendo irónica, pero la sonrisa de ella se hizo aún más amplia.
- No tienes ni idea - dijo, y luego me atrajo hacia ella para darme un beso.
No me dio un rápido beso miren-a-la-linda-y-feliz-pareja. Fue un beso arrójennos-fuera-del-restaurante. Cuando por fin se quitó de encima y se quedó sin aliento, hizo esa cosa en la que me mira a través de sus pestañas con un toque de vulnerabilidad, y dijo - ¿Yulia? ¿Podrías darle a tu novia sobre-protectora un descanso y explicarme lo que está mal, así puedo hacer lo que sea para que se vaya y dejar de preocuparme por ti? ¿Por favor?
Me eché a reír muy a pesar mío, pero entonces suspiré y tomé mi cuchara. Esto iba a necesitar un montón de helado.
- No pasa nada malo, exactamente. Quiero decir, esta mañana Kris fue una idiota total, pero luego lo tuve con mi mamá, también. Además, les colgué a los "V" cuando llamaron. Esos idiotas estaban siendo ellos mismos, pero les he dado más que suficiente munición últimamente para merecer el fuego que tengo hoy.
- ¿Qué quieres decir con munición?
- Supongo que no lo entiendes porque no me has conocido desde siempre, pero esto - hice un gesto para mis adentros - La Yulia que has conocido este verano no es la Yulia a la que ellos están acostumbrados. Por alguna razón, todo es diferente. Estoy hablando de proporciones épicas. Como si hubiera sufrido una invasión en mi cuerpo. No sé qué está mal conmigo.
- No creo que haya algo mal contigo - Lena Sonrió - A mí me gusta cada cosa de ti - Su sonrisa cayó y sus ojos se pusieron más pequeños mientras añadía - Excepto tal vez tu afición por Aleksey Petrov.
- Bueno, a ti quizás te guste la nueva yo - le dije, haciendo caso omiso a la mención de Aleksey - Pero nadie parece saber cómo tratarme. Mi hermana. Mis amigos. Definitivamente no Aleksey...
todavía no puedo creer que el idiota me haya besado. Mis padres han prácticamente escrito por las paredes - Crecer y cambiar - es la frase que mi madre usó cuando trató de hablar conmigo esta mañana. Y ahora los "V" estarán en casa en una semana y media.
- Ah, sí. El retorno de los amigos pródigos - dijo Lena. Había mantenido su tono ligero, pero aunque lo supiera o no, la cuchara en su mano ahora se encontraba doblada en un ángulo de noventa grados.
- Sí. Vienen a casa, y no sé qué hacer.
- ¿Por qué tienes que hacer algo? ¿No son tus mejores amigos?
- Exactamente - le dije - Me conocen mejor que nadie. No van a ser capaces de hacerme frente. Ni siquiera yo puedo tratar conmigo. Son lo último normal en mi vida, y cuando regresen y me vean vestida de rosa y saliendo con mi...
Me atraganté con la palabra y Lena se rió de mí - Novia, Yulia. Tu novia. Puedes decirlo.
Excepto que no podía - Contigo. Van a enloquecer. Entonces me voy a enojar con ellos por ser idiotas. Tú te pondrás celosa y los odiarás como lo haces con Aleksey, y voy a tener que tomar una decisión. Si te elijo a ti, los "V" van a querer golpearte, y cuando traten los vas a matar. Entonces ellos estarán muertos, vas a ir a la cárcel, y me veré obligada a pasar el rato con Kris y Aleksey por el resto de mi vida - Lena arquea su ceja perforada hacia mí cuando terminé mi perorata.
- Pensaste todo esto una o dos veces, ¿verdad?
- ¡Lo digo en serio!
Lena me atrajo hacia sus pechos y envolví mis brazos alrededor de ella sin siquiera pensar en ello. Esta cosa de las novias tenía sus ventajas.
- Yulia, trata de relajarte un poco - dijo - ¿Ayudaría si prometo no matarlos? No puedo prometer que me van a gustar. De hecho, tienes razón, más o menos ya los odio. Pero puedo controlarme. No voy a hacerte elegir.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Muy buen capitulo cada día es imposible no enamorarse más de lena. A mi de verdad me ha encantado como elegiste los personajes y sus personalidades es perfecto sube otro!!!!!
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
me gusto mucho el capitulo
síguela pronto
me gusto mucho el capitulo
síguela pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Bien chicas, el miércoles no pude subir capitulo pero acá les traigo de nuevo otro mas interesante... Un beso a todos los que leen y espero sigan asì. Próximamente, les traeré otra nueva historia, solo que me estoy debatiendo entre dos de ellas que son bastante buenas y no se cual subir primero... En fin... Un gran abrazo
A leer!!
Capìtulo 19: Arrestada
El lunes por la tarde, cuando fui la primera en responder a la puerta y encontrar al detective Iván Shapovalov del departamento de policía, casi caigo sentada en el piso. Dejando de lado el hecho de que el tipo tenía un aspecto tan raro y aterrador con un arma colgando de sus caderas, parecía estar aquí para hablar conmigo.
De alguna manera, había asumido que sería Lena la que había tocado a la puerta porque no nos habíamos visto desde nuestra salida a la heladería de ayer. Anoche dijo que habían cosas que tenía que hacer, y yo no la había invitado al partido de hockey de esta mañana. No creía que fuera una buena idea, teniendo en cuenta su desagrado hacia Aleksey, y sabiendo como habían empezado a atosigarme los chicos desde que habían descubierto mi "buena delantera".
Así que, sí, que el gran policía que parecía de los barrios pobres pareciera saber exactamente quien era cuando abrí la puerta me dejó algo sorprendida.
- ¿P...puedo ayudarlo? - tartamudeé.
Sonrió con tranquilidad.
- Tú debes ser Volkova.
- Uh, sí - Escuché mentalmente a mamá gritándome que cuidara mis modales - Es decir, sí, señor.
- Detective Shapovalov está bien,Volkova.
- Yulia.
- De acuerdo, Yulia. Estoy aquí para hacer un seguimiento de la denuncia que puso tu hermana ayer por la tarde.
- ¿Kris puso una denuncia?
- Sí, ya lo creo. Tengo que hacerle un par de preguntas más. ¿Por casualidad está en casa en este momento?
- Uh, sí - Giré mi cabeza hacia las escaleras y grité - ¡Krisitina! - Era la primera palabra que le dirigía desde nuestra pelea - ¡Es para ti! - Miré de nuevo al policía, preguntándome si se suponía que debía dejarle pasar. No lo hice. Solamente abrí la puerta un poco más y dije -Enseguida baja.
- ¿Disculpa, Yulia? - me preguntó el tipo cuando comencé a alejarme - También me gustaría hablar contigo, si no te importa. Me gustaría escuchar tu opinión sobre el asunto.
- ¿Qué asunto? - pregunté lentamente. Comencé a tener un mal presentimiento.
Antes de que el policía pudiera responder, Kris apareció en las escaleras. Ella se detuvo en seco cuando notó al uniformado en la puerta.
- Oh - dijo, sorprendida - Hola.
Me lanzó una mirada nerviosa, y ahí fue cuando comprendí todo.
- ¡Dime que no lo hiciste! ¿Llamaste a la policía por mi novia? ¿Estás loca?
- ¡Bueno, obviamente tú no ibas a hacerlo! - gritó en respuesta.
- ¡Por supuesto que no!
El oficial se aclaró la garganta. Hay algo en los oficiales de policía que te hacen sentir la necesidad de obedecer. Tanto Kris como yo nos detuvimos y esperamos sus instrucciones.
- ¿Señoritas? ¿Podría pasar para poder resolver este asunto?
Una vez estuvimos todos sentados en la sala, mi hermana dijo - Entonces, ¿por qué está usted aquí? Ya le dije al tipo de ayer todo lo que sé. Y para ser honesta, no creo que me creyera mucho. Creo que ni siquiera escuchó la mitad de lo que dije.
- Porque lo que dijiste era estúpido - refunfuñé - Lo siento oficial, mi hermana le está haciendo perder el tiempo. Lena no es más asesina de lo que yo lo soy.
El estúpido tipo me ofreció una sonrisa condescendiente, y se dirigió a Kris.
- Es nuestro trabajo seguir cada pista que aparece, sin importar lo pequeña que sea, señorita Volkova. Si está realmente preocupada, entonces hizo lo correcto en llamar a la policía. Ahora, ¿podría comenzar desde el principio?
- Pero, ¿por qué? Ya les dije ayer a los policías todo lo que sabía.
- Soy del Departamento de Policía de la ciudad. El investigador a cargo del caso del Mutilador. Tengo mucha más información que el departamento local. Puede que encuentre algo en tu historia que los de blanco y negro ignoraron.
- Oh, de acuerdo.
- Entonces, háblame de esta chica, Lena.
¡Esa estúpida traidora se lo contó todo! Le contó como los asesinatos habían comenzado justo cuando ella se mudó aquí, y cómo al principio había sido yo la primera en sospechar de ella. Le dijo como Lena me había estado acosando, y cuando dije que me había secuestrado. Incluso le habló de su colección de cuchillos y su obsesión con las tijeras y su buena puntería. Luego, habló detalladamente sobre la muerte de sus padres, y su posible trastorno de personalidad. Eso pareció interesarle muchísimo al tipo, así que comenzó a hacerme montones de preguntas.
Entonces, Krisitina continuó hablando y le explicó que la habíamos seguido y visto hablar con un tipo que parecía un agente secreto, y que después se había dirigido a la escena del crimen en el parque de la ciudad. Cuando ella le contó sobre todas las preguntas que le hizo sobre Ruslán, el policía también pareció muy interesado en eso.
- ¿Y quién es Ruslán?
- Sólo un estúpido al que mandé a tomar viento.
- Es un chico de último año de la secundaria. A él también le gusta Yulia, y cuando la invitó a salir, Lena se puso toda loca de celos.
- ¡No fue así! - protesté - Fue sólo que no le hizo gracia el hecho de que prácticamente Ruslán estuviera acosándome. ¡A Aleksey tampoco le gustaba Ruslán, pero no te vi acusándolo!
- Aleksey no irrumpió en tu habitación ni te obligó a ser su novia. Lena es una psicópata y una acosadora. ¿Por qué no puedes verlo?
- ¿Entonces Lena irrumpió en tu hogar? - preguntó el detective Shapovalov. Tomaba notas de nuevo. Seguramente a este punto se estuviera quedando sin hojas en su libreta - ¿Y te está obligando a ser su novia?
- No - contesté, y le repetí a Kris - ¡No! - El oficial esperó por una explicación.
- De acuerdo - bufé - Vino hasta la ventana de mi habitación, ¡la cual yo abrí para ella! Y sí, dijo que no tenía otra opción más que ser su novia, pero sólo porque sabía que quería serlo pero me sentía muy nerviosa para decir que sí. No es una psicópata. Quiero retirar las acusaciones que haya sobre ella.
El oficial se rió de mí como si fuera una niñita estúpida. Juro que estuve así de cerca de ir a la cárcel por agredir a un oficial de policía.
- Lo siento, Yulia. Es mi trabajo seguir todas las pistas. Y mientras la historia parezca puramente circunstancial, debes admitir que hay muchas similitudes entre esta chica y los asesinatos.
- Bien, pero no se atreva a poner mi nombre en esa queja acerca de ella. No quiero tener nada que ver con esto.
- No te preocupes, Yulia, estoy al tanto de tus sentimientos sobre el asunto - El tipo dejó de hablar y me lanzó una mirada distante - Es sorprendente - dijo, casi para sí mismo - Lo mucho que encajas con el perfil. Eres exactamente igual que una de las victimas.
- Lizaveta Klokova - susurré automáticamente.
La temperatura de la habitación descendió unos notables diez grados. Todos nos estremecimos.
- Puedo ver por qué tu hermana se está tomando esto tan seriamente - dijo el detective, hablando de Krisitina casi con admiración. Luego se giró para mirarme con un rostro lleno de preocupación -
Pensaría que deberías estar más preocupada por tu seguridad, dadas las circunstancias.
- Lo estoy - No pude evitar el tono de queja en mi voz, y quise patearme internamente - Sólo porque no crea que Lena sea una condenada asesina en serie no quiere decir que yo sea una idiota.
Nunca salgo sola. No voy a ninguna parte cerca del centro de la ciudad, y me mantengo encerrada aquí cada fin de semana. Prácticamente, mi padre hace guardia con una escopeta.
- Buena chica - El detective Shapovalov finalmente se levantó - Bueno, gracias por su tiempo, señoritas. Comprobaré esto y...
- ¡Pero ella no ha hecho nada!
- Prometo ser muy discreto, Yulia, y muy minucioso. No voy a andar acusando a nadie si no estoy seguro al cien por cien, y con evidencia sólida para apoyarme.
Entonces, se me ocurrió algo. Algo horrible.
- ¿Va a hablar con ella? - pregunté con un jadeo - ¿Va a decirle que mi hermana la acusó a la policía?
- Oh, no, claro que no - Hizo una pausa - Si preguntara, no diría quién lo hizo. Si hay algo de verdad en esta historia, no queremos espantarla. Revisaré el asunto con tranquilidad, y si necesito algo más de ustedes, se los haré saber. No te preocupes, Yulia, es probable que tengas razón y todo esto sea un malentendido. Sin embargo, por el momento, deberías ser un poco más precavida. No estés a solas con ella, siempre lleva un móvil y gas pimienta contigo, y sigue haciendo lo que has estado haciendo para estar a salvo. No queremos que te suceda nada.
Kris y yo miramos por la ventana hasta que la patrulla hubo desaparecido. Mi hermana se movió primero.
- Yulia, tuve que hacerlo - dijo. Sonaba alterada, casi tanto como para llorar. Sin embargo, si de mi vida dependiera entender la razón por la cual estaba tan alterada, no tendría mucha suerte.
Me enojé demasiado. No creo que haya estado tan enojada en toda mi vida. Me sentía tan enojada que ni siquiera quería golpearla. Ni siquiera podía mirarla. Simplemente me alejé de la ventana y caminé a mi habitación.
- Yulia, sé que estás enojada - dijo Kris, siguiéndome por las escaleras - Pero tenemos que estar seguras. Si no es ella, entonces la policía lo sabrá y no tendremos que preocuparnos de nuevo. Pero si es... Yulia, tenía que hacerlo.
Me siguió todo el camino hasta mi habitación, ahogándose en sus últimas palabras, a punto de llorar. No me importó. Entregó a Lena a la policía. La acusó de asesinar a cuatro chicas. Cerré la puerta justo en su cara y la ignoré durante los siguientes dos días.
- De acuerdo, mira, si vas a venir conmigo entonces debes comportarte.
Lena arrugó su frente mientras dejaba caer su patineta a sus pies. ¿He mencionado lo sexy que es que patine?
- ¿Qué se supone que significa eso?
- Significa - dije atándome los cordones de mis patines - que eres demasiado sobre-protectora, y el hockey es un juego de contacto. Los chicos no se contienen sólo porque sea una chica. Si me golpean, no tienes permitido causar problemas.
La frente de la pelirroja se arrugó todavía más profundamente y me lanzó un ademán indicando que era ridícula.
- También eres del tipo celosa - continué. Me reí gracias a la mirada feroz que recibí como respuesta a mi comentario - Soy la única chica que juega, y la mayor parte del tiempo, soy la única chica
presente. Me echan mierda por eso. Siempre. Lo más probable es que haya comentarios sugestivos y/o pervertidos hechos a mis expensas, y de nuevo, no tienes permitido causar problemas.
- Oye, si un tonto jugador de hockey se pone alegre con mi novia, no voy a sentarme allí y mirar.
- ¿Lena? - le advertí - ¿Puedes manejarlo o no?
- Sólo no coquetees con medio vecindario como haces con Petrov, y no habrá ningún problema.
- Estar a quince metros de alguien del sexo opuesto no cuenta como coquetear. Superalo o quédate en casa.
- Quiero verte jugar, así que voy contigo. Puedo entender que el partido es una práctica, pero me niego a que un montón de idiotas acosen sexualmente a mi novia, así que no prometo nada. ¡Olvídalo!
Durante un minuto nos miramos con ferocidad la una a la otra, pero ninguna de las dos dio un paso atrás, así que al final lo dejamos así y nos dirigimos al parque. Tuve que contener una risa cuando Aleksey nos saludó con una gran y amigable sonrisa cuando llegamos, diciendo que desde que tanto él como yo íbamos a ser los capitanes hoy, yo ya había perdido el partido antes de aparecer.
Le dije a Aleskey que ya veríamos y me giré hacia Lena.
- Eso sólo son provocaciones deportivas, no coqueteo - Lena estaba claramente muy poco convencida, así que le dediqué mi mejor movimiento de pestañas y agregué - Voy a jugar. Diviértete dándole vueltas a la cabeza.
Lena me sostuvo por la muñeca cuando comencé a alejarme, me giró hacia ella con tal fuerza que choqué contra sus pechos. Sus brazos serpentearon alrededor de mi cintura al instante.
- Lena, vamos - dije, combatiendo un estremecimiento. No había nada tierno o inocente en la forma que me sostenía contra su cuerpo - No delante de los chicos, ¿por favor?
Lena echó un vistazo sobre mi hombro, y cuando estiré mi cuello para ver si los chicos nos miraban, tomó mi mentón y lo movió hacia ella.
- Sólo quiero darte un beso de buena suerte - dijo, y entonces durante el siguiente minuto, convirtió el parque en un lugar inadecuado para niños menores de trece años.
Los silbidos de todo tipo y los comentarios rudos por parte de mis compañeros comenzaron inmediatamente, pero yo simplemente levanté cierto dedo en su dirección y dejé que Lena me besara.
- ¿Has terminado de marcar tu territorio? - refunfuñé, alcanzando mi cabello para volver a hacer la cola de caballo que Lena había estropeado.
- Depende - contestó, sus brazos todavía reposaban alrededor de mi cintura - ¿Entendieron todos el mensaje?
- Creo que todos en el vecindario entendieron el mensaje - dijo una voz a nuestras espaldas.
- ¡Kris! - exclamó Lena agradablemente. Demasiado agradable - Qué agradable sorpresa. ¿Qué te trae al parque esta mañana?
No le había hablado a mi hermana desde antes de ayer, cuando el policía apareció en nuestra casa, sin importar lo mucho que había intentado ser agradable. Lena, por otra parte, parecía estar dando suficiente conversación por ambas.
Ella había estado intentando con todas sus fuerzas redimirse por haber asustado a mi hermana. Especialmente desde que le dije que ella no quería que saliera con ella. Al menos, creo que esa es la
razón por la que ha actuado extra amigablemente con Kris durante el último par de días. Qué mal que mientras más intentaba ser agradable, más espeluznante parecía.
- Sólo vine a ver de qué se trataba tanto escándalo - dijo Kris.
Ella emanaba esa extraña combinación de miedo e ira cada vez que le había hablado a Lena esta semana. Se podría decir que quería molerla a golpes, pero tenía mucho miedo para hacerlo. Recuerdo esos días. Estoy contenta de que hayan terminado.
- Si Yulia pudo darle una oportunidad a salir de compras conmigo, supuse que era justo venir a ver uno de sus partidos.
¡Mentira! Vio que Lena venía conmigo y no quería dejarme a solas con ella.
- Bueno, me alegro de que estés aquí - le contestó Lena a mi hermana mientras pasaba un brazo por sus hombros - Voy a necesitar que alguien me explique el partido. También, para mantenerme alejada cada vez que alguien toque a Yulia, dice que no se me tiene permitido causar problemas.
Lena se rió de su propio chiste, pero Kris parecía un poco mareada mientras ella la conducía hacia el banco más cercano.
Era algo bueno que Lena y Kristina estuvieran allí, no para verme jugar, sino para mantener la vista en mí, ya que el partido terminó dos segundos después de haber comenzado.
Ruslán era la última persona que esperaba que jugara hockey en mi parque, mi cancha, y no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde. Teniendo en cuenta que una vez estaban todos los cascos puestos y las camisetas puestas, todos eran bastante iguales. Miré dentro de aquellos ojos cuando nos enfrentamos, pero no lo reconocí hasta más tarde cuando ilegalmente me tiró al suelo tan fuerte que comí pavimento. El hecho de que me hubiera dado un golpe en mi pecho no podía ser más obvio.
- Ups, lo siento.
Ignorando el dolor ardiente en mi pecho, salté a mis pies e intenté tomar a mi agresor un segundo antes de que Lena lo hiciera. Lena parecía una asesina, pero ni loca iba a robarme esa pelea. La empujé, y entonces me fui contra el tipo que me había golpeado.
- ¡¿Qué diablos?! - chillé.
- ¿Qué sucede, Yulia? Creía que te gustaba jugar duro.
En ese momento fue cuando lo reconocí.
- ¿Ruslán?
- Así que me rechazaste por una chica, ¿eh? - se burló - No te molestes - Apuntó con la mirada a mi pecho y sonrió - De todos modos, no las noté como creí que sería. Son más pequeñas de lo que
parecen.
Acarreé contra Ruslán lanzando un golpe con todas mis fuerzas, pero él lo esperaba. Atrapó mi golpe y torció mi brazo detrás de mi espalda con tanta fuerza que casi creí que me lo sacaría del hombro.
- Entonces, te gusta jugar duro - dijo riendo, y ahí fue cuando todo se volvió un infierno.
Lena voló contra Ruslán, liberándome de un golpe de su agarre, lanzándome también al suelo en el proceso. Aleksey se hallaba allí mismo para echarme una mano. Me preguntó si me encontraba bien, pero no era por mí por quién me preocupaba en ese momento.
- ¡Lena!
Lena se había movido tan rápido que no creí que nadie, además de Ruslán y yo, supiera lo que ocurría hasta que grité - Suelta eso, Lena. Estoy bien, ¿de acuerdo?
Lena mantuvo el filo de su cuchillo en la base del cuello de Ruslán.
- Si vuelvo a verte alguna vez - dijo, con su voz inquietantemente controlada - Será razón suficiente para mí.
El rostro de Ruslán se había vuelto pálido y el círculo de chicos que nos rodeaba se había congelado.
- ¡Lena, cálmate! ¡Estoy bien!
Lentamente, alejé la mano de Lena del cuello de Ruslán y agarré la navaja.
- ¿Ves? - pregunté, volviendo a guardar la cuchilla y después lo puse frente a la vista de Lena - A esto me refería con no causar problemas.
Se estiró para tomar el cuchillo, pero lo atraje lejos de ella y lo introduje en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Miré alrededor, a todas las caras sorprendidas de mis amigos. Suspiré.
- Vamos - dije a una Lena todavía enojada - Demos una vuelta en coche o algo por el estilo, pero no en tu pedazo de mierda de BMW.
La multitud se removió para darnos una salida. Solamente Aleksey fue lo suficientemente valiente para dar un paso al frente y ayudar a Ruslán.
- Entonces, uh - me dijo mientras colocaba al chico sobre sus pies - Te vemos el sábado, ¿no?
- Será lo mejor - dije, y lo despedí con un golpe de manos. Entonces, ya que estaba lo bastante cerca y Ruslán no lo esperaba, le di con mi rodilla en su miembro hasta ponerlo en el suelo - Ups. Lo siento. Nos vemos, chicos - saludé a la multitud estupefacta sin mirar atrás.
A Kris le costó un minuto juntar el valor necesario para ir tras nosotras.
- Espera! ¡Yulia! ¿A dónde crees que vas?
- A quitar algo de hierro al asunto - dije - Con Lena. Y sin ti.
Me sorprendí cuando mi hermana tuvo el descaro de cruzarse en mi camino.
- Creo que no. Acaba de amenazar con una navaja a una persona.
- Me defendió. Ruslán casi me rompe el brazo.
- No me importa, no irás a ninguna parte con ella.
El rostro de Lena volvió a enrojecer de rabia. Comenzó a decir algo pero no pudo encajar palabra antes de que gritara.
- ¡¿Entonces, por qué no llamas a la policía?!
Su cara se transformó de repente.
Casi como si mis palabras tuvieran algún súper poder, dos autos de policías aparecieron a la vuelta de la esquina. No podía creerlo. Me quedé allí, asombrada, cuando Kris sostuvo el teléfono que había dejado junto a mis pertenencias en la mesa de picnic, frente a mí.
- Ya lo hice - susurró.
Lena y yo nos miramos la una a la otra, y el dolor en su expresión fue suficiente para hacer que odiara a mi hermana para siempre. Ella también lo sabía. Lo podía ver en mis ojos.
- Yulia, tenía un cuchillo en la garganta de Ruslán. Sólo estaba siendo responsable - Miró a Lena, quien todavía lucía sorprendida y no sabía qué decir - Lo siento, Lena. Pero no me digas que no eres capaz de usarlo. ¿Qué se suponía que debía hacer?
Miramos detrás de nosotras. Los policías hablaban con los demás chicos. Algunos apuntaban en nuestra dirección. Entrelacé mis dedos con los de Lena y suspiré.
- Entonces vamos.
Al final, mi hermana logró que me arrestaran. La policía tomó declaración de todos en el parque, y luego nos transportaron a Ruslán, a Lena y a mí a la comisaría.
Después de escuchar la historia completa, la policía nos preguntó si queríamos presentar cargos de acoso, ya sea físico o sexual, contra Ruslán. El tipo es un imbécil, pero hacer eso va en contra de las reglas de los partidos en el parque. Sin mencionar que si yo presento cargos en su contra, él podría presentar los mismos cargos contra mí, por casi retraer uno de sus testículos. Eso habría abierto las puertas a otro millón de chicos de presentar cargos contra mí. Daniel podría, probablemente, encerrarme durante veinte años en la cárcel, culpable por todas las veces que lo había golpeado.
Cuando me negué a presentar cargos, Lena se enojó muchísimo conmigo y comenzamos a discutir. Entonces, Ruslán hizo un comentario para nada necesario, llamándome de "naturaleza fácil", y me lancé contra él. Los policías me tuvieron esposada casi tan rápido como Lena había puesto aquel cuchillo en la garganta de Ruslán un rato antes.
Ruslán y yo recibimos una severa advertencia, y nos dijeron que si nos encontraban peleando de nuevo, seríamos fichados por conducta indisciplinada y nos harían pasar la noche allí. Pero, gracias a todo eso de amenazar-con-un-arma-letal, la pobre de Lena fue acusada de un delito menor y dejada en libertad bajo fianza por su tía. Todos fuimos amenazados con asistir a clases de control de ira asignadas por el tribunal.
Después de todo eso, estaba segura que cualquier tipo de relación entre Lena y yo, iba a convertirse en una historia como la de Romeo y Julieta. Ya saben, prohibida. Entonces, vi la mirada en el rostro de mi padre cuando fue a recogernos, y mis sospechas fueron confirmadas. Él se encontraba furioso.
A leer!!
Capìtulo 19: Arrestada
El lunes por la tarde, cuando fui la primera en responder a la puerta y encontrar al detective Iván Shapovalov del departamento de policía, casi caigo sentada en el piso. Dejando de lado el hecho de que el tipo tenía un aspecto tan raro y aterrador con un arma colgando de sus caderas, parecía estar aquí para hablar conmigo.
De alguna manera, había asumido que sería Lena la que había tocado a la puerta porque no nos habíamos visto desde nuestra salida a la heladería de ayer. Anoche dijo que habían cosas que tenía que hacer, y yo no la había invitado al partido de hockey de esta mañana. No creía que fuera una buena idea, teniendo en cuenta su desagrado hacia Aleksey, y sabiendo como habían empezado a atosigarme los chicos desde que habían descubierto mi "buena delantera".
Así que, sí, que el gran policía que parecía de los barrios pobres pareciera saber exactamente quien era cuando abrí la puerta me dejó algo sorprendida.
- ¿P...puedo ayudarlo? - tartamudeé.
Sonrió con tranquilidad.
- Tú debes ser Volkova.
- Uh, sí - Escuché mentalmente a mamá gritándome que cuidara mis modales - Es decir, sí, señor.
- Detective Shapovalov está bien,Volkova.
- Yulia.
- De acuerdo, Yulia. Estoy aquí para hacer un seguimiento de la denuncia que puso tu hermana ayer por la tarde.
- ¿Kris puso una denuncia?
- Sí, ya lo creo. Tengo que hacerle un par de preguntas más. ¿Por casualidad está en casa en este momento?
- Uh, sí - Giré mi cabeza hacia las escaleras y grité - ¡Krisitina! - Era la primera palabra que le dirigía desde nuestra pelea - ¡Es para ti! - Miré de nuevo al policía, preguntándome si se suponía que debía dejarle pasar. No lo hice. Solamente abrí la puerta un poco más y dije -Enseguida baja.
- ¿Disculpa, Yulia? - me preguntó el tipo cuando comencé a alejarme - También me gustaría hablar contigo, si no te importa. Me gustaría escuchar tu opinión sobre el asunto.
- ¿Qué asunto? - pregunté lentamente. Comencé a tener un mal presentimiento.
Antes de que el policía pudiera responder, Kris apareció en las escaleras. Ella se detuvo en seco cuando notó al uniformado en la puerta.
- Oh - dijo, sorprendida - Hola.
Me lanzó una mirada nerviosa, y ahí fue cuando comprendí todo.
- ¡Dime que no lo hiciste! ¿Llamaste a la policía por mi novia? ¿Estás loca?
- ¡Bueno, obviamente tú no ibas a hacerlo! - gritó en respuesta.
- ¡Por supuesto que no!
El oficial se aclaró la garganta. Hay algo en los oficiales de policía que te hacen sentir la necesidad de obedecer. Tanto Kris como yo nos detuvimos y esperamos sus instrucciones.
- ¿Señoritas? ¿Podría pasar para poder resolver este asunto?
Una vez estuvimos todos sentados en la sala, mi hermana dijo - Entonces, ¿por qué está usted aquí? Ya le dije al tipo de ayer todo lo que sé. Y para ser honesta, no creo que me creyera mucho. Creo que ni siquiera escuchó la mitad de lo que dije.
- Porque lo que dijiste era estúpido - refunfuñé - Lo siento oficial, mi hermana le está haciendo perder el tiempo. Lena no es más asesina de lo que yo lo soy.
El estúpido tipo me ofreció una sonrisa condescendiente, y se dirigió a Kris.
- Es nuestro trabajo seguir cada pista que aparece, sin importar lo pequeña que sea, señorita Volkova. Si está realmente preocupada, entonces hizo lo correcto en llamar a la policía. Ahora, ¿podría comenzar desde el principio?
- Pero, ¿por qué? Ya les dije ayer a los policías todo lo que sabía.
- Soy del Departamento de Policía de la ciudad. El investigador a cargo del caso del Mutilador. Tengo mucha más información que el departamento local. Puede que encuentre algo en tu historia que los de blanco y negro ignoraron.
- Oh, de acuerdo.
- Entonces, háblame de esta chica, Lena.
¡Esa estúpida traidora se lo contó todo! Le contó como los asesinatos habían comenzado justo cuando ella se mudó aquí, y cómo al principio había sido yo la primera en sospechar de ella. Le dijo como Lena me había estado acosando, y cuando dije que me había secuestrado. Incluso le habló de su colección de cuchillos y su obsesión con las tijeras y su buena puntería. Luego, habló detalladamente sobre la muerte de sus padres, y su posible trastorno de personalidad. Eso pareció interesarle muchísimo al tipo, así que comenzó a hacerme montones de preguntas.
Entonces, Krisitina continuó hablando y le explicó que la habíamos seguido y visto hablar con un tipo que parecía un agente secreto, y que después se había dirigido a la escena del crimen en el parque de la ciudad. Cuando ella le contó sobre todas las preguntas que le hizo sobre Ruslán, el policía también pareció muy interesado en eso.
- ¿Y quién es Ruslán?
- Sólo un estúpido al que mandé a tomar viento.
- Es un chico de último año de la secundaria. A él también le gusta Yulia, y cuando la invitó a salir, Lena se puso toda loca de celos.
- ¡No fue así! - protesté - Fue sólo que no le hizo gracia el hecho de que prácticamente Ruslán estuviera acosándome. ¡A Aleksey tampoco le gustaba Ruslán, pero no te vi acusándolo!
- Aleksey no irrumpió en tu habitación ni te obligó a ser su novia. Lena es una psicópata y una acosadora. ¿Por qué no puedes verlo?
- ¿Entonces Lena irrumpió en tu hogar? - preguntó el detective Shapovalov. Tomaba notas de nuevo. Seguramente a este punto se estuviera quedando sin hojas en su libreta - ¿Y te está obligando a ser su novia?
- No - contesté, y le repetí a Kris - ¡No! - El oficial esperó por una explicación.
- De acuerdo - bufé - Vino hasta la ventana de mi habitación, ¡la cual yo abrí para ella! Y sí, dijo que no tenía otra opción más que ser su novia, pero sólo porque sabía que quería serlo pero me sentía muy nerviosa para decir que sí. No es una psicópata. Quiero retirar las acusaciones que haya sobre ella.
El oficial se rió de mí como si fuera una niñita estúpida. Juro que estuve así de cerca de ir a la cárcel por agredir a un oficial de policía.
- Lo siento, Yulia. Es mi trabajo seguir todas las pistas. Y mientras la historia parezca puramente circunstancial, debes admitir que hay muchas similitudes entre esta chica y los asesinatos.
- Bien, pero no se atreva a poner mi nombre en esa queja acerca de ella. No quiero tener nada que ver con esto.
- No te preocupes, Yulia, estoy al tanto de tus sentimientos sobre el asunto - El tipo dejó de hablar y me lanzó una mirada distante - Es sorprendente - dijo, casi para sí mismo - Lo mucho que encajas con el perfil. Eres exactamente igual que una de las victimas.
- Lizaveta Klokova - susurré automáticamente.
La temperatura de la habitación descendió unos notables diez grados. Todos nos estremecimos.
- Puedo ver por qué tu hermana se está tomando esto tan seriamente - dijo el detective, hablando de Krisitina casi con admiración. Luego se giró para mirarme con un rostro lleno de preocupación -
Pensaría que deberías estar más preocupada por tu seguridad, dadas las circunstancias.
- Lo estoy - No pude evitar el tono de queja en mi voz, y quise patearme internamente - Sólo porque no crea que Lena sea una condenada asesina en serie no quiere decir que yo sea una idiota.
Nunca salgo sola. No voy a ninguna parte cerca del centro de la ciudad, y me mantengo encerrada aquí cada fin de semana. Prácticamente, mi padre hace guardia con una escopeta.
- Buena chica - El detective Shapovalov finalmente se levantó - Bueno, gracias por su tiempo, señoritas. Comprobaré esto y...
- ¡Pero ella no ha hecho nada!
- Prometo ser muy discreto, Yulia, y muy minucioso. No voy a andar acusando a nadie si no estoy seguro al cien por cien, y con evidencia sólida para apoyarme.
Entonces, se me ocurrió algo. Algo horrible.
- ¿Va a hablar con ella? - pregunté con un jadeo - ¿Va a decirle que mi hermana la acusó a la policía?
- Oh, no, claro que no - Hizo una pausa - Si preguntara, no diría quién lo hizo. Si hay algo de verdad en esta historia, no queremos espantarla. Revisaré el asunto con tranquilidad, y si necesito algo más de ustedes, se los haré saber. No te preocupes, Yulia, es probable que tengas razón y todo esto sea un malentendido. Sin embargo, por el momento, deberías ser un poco más precavida. No estés a solas con ella, siempre lleva un móvil y gas pimienta contigo, y sigue haciendo lo que has estado haciendo para estar a salvo. No queremos que te suceda nada.
Kris y yo miramos por la ventana hasta que la patrulla hubo desaparecido. Mi hermana se movió primero.
- Yulia, tuve que hacerlo - dijo. Sonaba alterada, casi tanto como para llorar. Sin embargo, si de mi vida dependiera entender la razón por la cual estaba tan alterada, no tendría mucha suerte.
Me enojé demasiado. No creo que haya estado tan enojada en toda mi vida. Me sentía tan enojada que ni siquiera quería golpearla. Ni siquiera podía mirarla. Simplemente me alejé de la ventana y caminé a mi habitación.
- Yulia, sé que estás enojada - dijo Kris, siguiéndome por las escaleras - Pero tenemos que estar seguras. Si no es ella, entonces la policía lo sabrá y no tendremos que preocuparnos de nuevo. Pero si es... Yulia, tenía que hacerlo.
Me siguió todo el camino hasta mi habitación, ahogándose en sus últimas palabras, a punto de llorar. No me importó. Entregó a Lena a la policía. La acusó de asesinar a cuatro chicas. Cerré la puerta justo en su cara y la ignoré durante los siguientes dos días.
- De acuerdo, mira, si vas a venir conmigo entonces debes comportarte.
Lena arrugó su frente mientras dejaba caer su patineta a sus pies. ¿He mencionado lo sexy que es que patine?
- ¿Qué se supone que significa eso?
- Significa - dije atándome los cordones de mis patines - que eres demasiado sobre-protectora, y el hockey es un juego de contacto. Los chicos no se contienen sólo porque sea una chica. Si me golpean, no tienes permitido causar problemas.
La frente de la pelirroja se arrugó todavía más profundamente y me lanzó un ademán indicando que era ridícula.
- También eres del tipo celosa - continué. Me reí gracias a la mirada feroz que recibí como respuesta a mi comentario - Soy la única chica que juega, y la mayor parte del tiempo, soy la única chica
presente. Me echan mierda por eso. Siempre. Lo más probable es que haya comentarios sugestivos y/o pervertidos hechos a mis expensas, y de nuevo, no tienes permitido causar problemas.
- Oye, si un tonto jugador de hockey se pone alegre con mi novia, no voy a sentarme allí y mirar.
- ¿Lena? - le advertí - ¿Puedes manejarlo o no?
- Sólo no coquetees con medio vecindario como haces con Petrov, y no habrá ningún problema.
- Estar a quince metros de alguien del sexo opuesto no cuenta como coquetear. Superalo o quédate en casa.
- Quiero verte jugar, así que voy contigo. Puedo entender que el partido es una práctica, pero me niego a que un montón de idiotas acosen sexualmente a mi novia, así que no prometo nada. ¡Olvídalo!
Durante un minuto nos miramos con ferocidad la una a la otra, pero ninguna de las dos dio un paso atrás, así que al final lo dejamos así y nos dirigimos al parque. Tuve que contener una risa cuando Aleksey nos saludó con una gran y amigable sonrisa cuando llegamos, diciendo que desde que tanto él como yo íbamos a ser los capitanes hoy, yo ya había perdido el partido antes de aparecer.
Le dije a Aleskey que ya veríamos y me giré hacia Lena.
- Eso sólo son provocaciones deportivas, no coqueteo - Lena estaba claramente muy poco convencida, así que le dediqué mi mejor movimiento de pestañas y agregué - Voy a jugar. Diviértete dándole vueltas a la cabeza.
Lena me sostuvo por la muñeca cuando comencé a alejarme, me giró hacia ella con tal fuerza que choqué contra sus pechos. Sus brazos serpentearon alrededor de mi cintura al instante.
- Lena, vamos - dije, combatiendo un estremecimiento. No había nada tierno o inocente en la forma que me sostenía contra su cuerpo - No delante de los chicos, ¿por favor?
Lena echó un vistazo sobre mi hombro, y cuando estiré mi cuello para ver si los chicos nos miraban, tomó mi mentón y lo movió hacia ella.
- Sólo quiero darte un beso de buena suerte - dijo, y entonces durante el siguiente minuto, convirtió el parque en un lugar inadecuado para niños menores de trece años.
Los silbidos de todo tipo y los comentarios rudos por parte de mis compañeros comenzaron inmediatamente, pero yo simplemente levanté cierto dedo en su dirección y dejé que Lena me besara.
- ¿Has terminado de marcar tu territorio? - refunfuñé, alcanzando mi cabello para volver a hacer la cola de caballo que Lena había estropeado.
- Depende - contestó, sus brazos todavía reposaban alrededor de mi cintura - ¿Entendieron todos el mensaje?
- Creo que todos en el vecindario entendieron el mensaje - dijo una voz a nuestras espaldas.
- ¡Kris! - exclamó Lena agradablemente. Demasiado agradable - Qué agradable sorpresa. ¿Qué te trae al parque esta mañana?
No le había hablado a mi hermana desde antes de ayer, cuando el policía apareció en nuestra casa, sin importar lo mucho que había intentado ser agradable. Lena, por otra parte, parecía estar dando suficiente conversación por ambas.
Ella había estado intentando con todas sus fuerzas redimirse por haber asustado a mi hermana. Especialmente desde que le dije que ella no quería que saliera con ella. Al menos, creo que esa es la
razón por la que ha actuado extra amigablemente con Kris durante el último par de días. Qué mal que mientras más intentaba ser agradable, más espeluznante parecía.
- Sólo vine a ver de qué se trataba tanto escándalo - dijo Kris.
Ella emanaba esa extraña combinación de miedo e ira cada vez que le había hablado a Lena esta semana. Se podría decir que quería molerla a golpes, pero tenía mucho miedo para hacerlo. Recuerdo esos días. Estoy contenta de que hayan terminado.
- Si Yulia pudo darle una oportunidad a salir de compras conmigo, supuse que era justo venir a ver uno de sus partidos.
¡Mentira! Vio que Lena venía conmigo y no quería dejarme a solas con ella.
- Bueno, me alegro de que estés aquí - le contestó Lena a mi hermana mientras pasaba un brazo por sus hombros - Voy a necesitar que alguien me explique el partido. También, para mantenerme alejada cada vez que alguien toque a Yulia, dice que no se me tiene permitido causar problemas.
Lena se rió de su propio chiste, pero Kris parecía un poco mareada mientras ella la conducía hacia el banco más cercano.
Era algo bueno que Lena y Kristina estuvieran allí, no para verme jugar, sino para mantener la vista en mí, ya que el partido terminó dos segundos después de haber comenzado.
Ruslán era la última persona que esperaba que jugara hockey en mi parque, mi cancha, y no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde. Teniendo en cuenta que una vez estaban todos los cascos puestos y las camisetas puestas, todos eran bastante iguales. Miré dentro de aquellos ojos cuando nos enfrentamos, pero no lo reconocí hasta más tarde cuando ilegalmente me tiró al suelo tan fuerte que comí pavimento. El hecho de que me hubiera dado un golpe en mi pecho no podía ser más obvio.
- Ups, lo siento.
Ignorando el dolor ardiente en mi pecho, salté a mis pies e intenté tomar a mi agresor un segundo antes de que Lena lo hiciera. Lena parecía una asesina, pero ni loca iba a robarme esa pelea. La empujé, y entonces me fui contra el tipo que me había golpeado.
- ¡¿Qué diablos?! - chillé.
- ¿Qué sucede, Yulia? Creía que te gustaba jugar duro.
En ese momento fue cuando lo reconocí.
- ¿Ruslán?
- Así que me rechazaste por una chica, ¿eh? - se burló - No te molestes - Apuntó con la mirada a mi pecho y sonrió - De todos modos, no las noté como creí que sería. Son más pequeñas de lo que
parecen.
Acarreé contra Ruslán lanzando un golpe con todas mis fuerzas, pero él lo esperaba. Atrapó mi golpe y torció mi brazo detrás de mi espalda con tanta fuerza que casi creí que me lo sacaría del hombro.
- Entonces, te gusta jugar duro - dijo riendo, y ahí fue cuando todo se volvió un infierno.
Lena voló contra Ruslán, liberándome de un golpe de su agarre, lanzándome también al suelo en el proceso. Aleksey se hallaba allí mismo para echarme una mano. Me preguntó si me encontraba bien, pero no era por mí por quién me preocupaba en ese momento.
- ¡Lena!
Lena se había movido tan rápido que no creí que nadie, además de Ruslán y yo, supiera lo que ocurría hasta que grité - Suelta eso, Lena. Estoy bien, ¿de acuerdo?
Lena mantuvo el filo de su cuchillo en la base del cuello de Ruslán.
- Si vuelvo a verte alguna vez - dijo, con su voz inquietantemente controlada - Será razón suficiente para mí.
El rostro de Ruslán se había vuelto pálido y el círculo de chicos que nos rodeaba se había congelado.
- ¡Lena, cálmate! ¡Estoy bien!
Lentamente, alejé la mano de Lena del cuello de Ruslán y agarré la navaja.
- ¿Ves? - pregunté, volviendo a guardar la cuchilla y después lo puse frente a la vista de Lena - A esto me refería con no causar problemas.
Se estiró para tomar el cuchillo, pero lo atraje lejos de ella y lo introduje en los bolsillos delanteros de sus pantalones. Miré alrededor, a todas las caras sorprendidas de mis amigos. Suspiré.
- Vamos - dije a una Lena todavía enojada - Demos una vuelta en coche o algo por el estilo, pero no en tu pedazo de mierda de BMW.
La multitud se removió para darnos una salida. Solamente Aleksey fue lo suficientemente valiente para dar un paso al frente y ayudar a Ruslán.
- Entonces, uh - me dijo mientras colocaba al chico sobre sus pies - Te vemos el sábado, ¿no?
- Será lo mejor - dije, y lo despedí con un golpe de manos. Entonces, ya que estaba lo bastante cerca y Ruslán no lo esperaba, le di con mi rodilla en su miembro hasta ponerlo en el suelo - Ups. Lo siento. Nos vemos, chicos - saludé a la multitud estupefacta sin mirar atrás.
A Kris le costó un minuto juntar el valor necesario para ir tras nosotras.
- Espera! ¡Yulia! ¿A dónde crees que vas?
- A quitar algo de hierro al asunto - dije - Con Lena. Y sin ti.
Me sorprendí cuando mi hermana tuvo el descaro de cruzarse en mi camino.
- Creo que no. Acaba de amenazar con una navaja a una persona.
- Me defendió. Ruslán casi me rompe el brazo.
- No me importa, no irás a ninguna parte con ella.
El rostro de Lena volvió a enrojecer de rabia. Comenzó a decir algo pero no pudo encajar palabra antes de que gritara.
- ¡¿Entonces, por qué no llamas a la policía?!
Su cara se transformó de repente.
Casi como si mis palabras tuvieran algún súper poder, dos autos de policías aparecieron a la vuelta de la esquina. No podía creerlo. Me quedé allí, asombrada, cuando Kris sostuvo el teléfono que había dejado junto a mis pertenencias en la mesa de picnic, frente a mí.
- Ya lo hice - susurró.
Lena y yo nos miramos la una a la otra, y el dolor en su expresión fue suficiente para hacer que odiara a mi hermana para siempre. Ella también lo sabía. Lo podía ver en mis ojos.
- Yulia, tenía un cuchillo en la garganta de Ruslán. Sólo estaba siendo responsable - Miró a Lena, quien todavía lucía sorprendida y no sabía qué decir - Lo siento, Lena. Pero no me digas que no eres capaz de usarlo. ¿Qué se suponía que debía hacer?
Miramos detrás de nosotras. Los policías hablaban con los demás chicos. Algunos apuntaban en nuestra dirección. Entrelacé mis dedos con los de Lena y suspiré.
- Entonces vamos.
Al final, mi hermana logró que me arrestaran. La policía tomó declaración de todos en el parque, y luego nos transportaron a Ruslán, a Lena y a mí a la comisaría.
Después de escuchar la historia completa, la policía nos preguntó si queríamos presentar cargos de acoso, ya sea físico o sexual, contra Ruslán. El tipo es un imbécil, pero hacer eso va en contra de las reglas de los partidos en el parque. Sin mencionar que si yo presento cargos en su contra, él podría presentar los mismos cargos contra mí, por casi retraer uno de sus testículos. Eso habría abierto las puertas a otro millón de chicos de presentar cargos contra mí. Daniel podría, probablemente, encerrarme durante veinte años en la cárcel, culpable por todas las veces que lo había golpeado.
Cuando me negué a presentar cargos, Lena se enojó muchísimo conmigo y comenzamos a discutir. Entonces, Ruslán hizo un comentario para nada necesario, llamándome de "naturaleza fácil", y me lancé contra él. Los policías me tuvieron esposada casi tan rápido como Lena había puesto aquel cuchillo en la garganta de Ruslán un rato antes.
Ruslán y yo recibimos una severa advertencia, y nos dijeron que si nos encontraban peleando de nuevo, seríamos fichados por conducta indisciplinada y nos harían pasar la noche allí. Pero, gracias a todo eso de amenazar-con-un-arma-letal, la pobre de Lena fue acusada de un delito menor y dejada en libertad bajo fianza por su tía. Todos fuimos amenazados con asistir a clases de control de ira asignadas por el tribunal.
Después de todo eso, estaba segura que cualquier tipo de relación entre Lena y yo, iba a convertirse en una historia como la de Romeo y Julieta. Ya saben, prohibida. Entonces, vi la mirada en el rostro de mi padre cuando fue a recogernos, y mis sospechas fueron confirmadas. Él se encontraba furioso.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Kris ya se esta pasando ???????????? cuando por fin julia deja de ser tan mala y se entrega al amor con lenita ahora es ella q hecha todo a perder
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Excelente capítulo siguela pronto
Kamila- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 02/04/2018
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Wooow que genial
Enviado desde Topic'it
Enviado desde Topic'it
mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Hola
Me gusto mucho el capitulo
Esta hermana de Yulia se esta pasando de la raya
Que no le vayan a prohibir salir con Elena
Y si le van a decir algo los papas a Yulia
Que tambien se lo digan a la hermana no tiene
Derecho a meterse en la relacion de ella con Elena
Siguela pronto
Me gusto mucho el capitulo
Esta hermana de Yulia se esta pasando de la raya
Que no le vayan a prohibir salir con Elena
Y si le van a decir algo los papas a Yulia
Que tambien se lo digan a la hermana no tiene
Derecho a meterse en la relacion de ella con Elena
Siguela pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Bien chicas, que puedo decirles? A mí también me caía de la patada Kris cuando comencé a leer el fics pero ya ven; solo se está preocupando por su hermanita menor de que caiga en las garras de la sexy y exuberante asesina Lena Katina!!
A leer!!! Un beso a todas
Capítulo 20: ¿Que voy a hacer?
No puedo creer que mi papá me dejó venir esta noche. Incluso si es justo al otro lado de la calle, todavía es sábado.
Me encontraba recostada sobre mi estómago en el puff, sintiéndome cada vez más envidiosa de la silla de juegos de Lena. Ya que no se nos permitía salir en cualquier tipo de cita verdadera, Lena me exigió venir a jugar algunos videojuegos "reales". Ella se ahogaba en esos videojuegos "reales" y yo en sodas y regaliz.
- No puedo creer que te permitieran venir, para empezar. Estaba segura de que tus padres nunca iban a dejar que te viera de nuevo después de lo del otro día.
- Al principio no iban a hacerlo. Oh Dios, nunca he visto a mi padre tan enojado. Por supuesto, todo lo que Kris les dijo antes de que fuera a buscarme, fue que me metí en una pelea y que tú sacaste un cuchillo y amenazaste a alguien de muerte.
- Como dije. No puedo creer que te permitieran venir esta noche.
- Bueno, sí, pero luego le conté como Ruslán básicamente me acechaba. Puede que haya exagerado un poco. También quizás lo adorné un poco para él. Ah, y si mi papá pregunta, mi hombro todavía me duele ya que Ruslán estuvo a punto de romperlo.
Lena me dio una mirada de soslayo - Así que eres una pequeña mentirosa, ¿verdad?
- Por suerte para ti. Cuando terminé eras básicamente una heroína para mi papá. Hasta que me vi obligada a utilizar la palabra N, de todos modos.
- Novia, Yulia. La palabra es novia. En serio, te prometo que no te va a matar decirlo.
- Lo que sea. Después de la palabra N, ocurrió que eras la número uno en su lista de víctimas, no importa que seas una chica. Pero al instante, te convertiste en la heroína de mamá, por lo que todo se equilibró. Además, ayudó el hecho de que tu tía se acercara ayer para abogar por tu caso.
- ¿En serio?
Me extrañé ante la sorpresa de Lena - Fue una decisión muy inteligente. Ella fue quien realmente los hizo cambiar de opinión. Estaba segura de que la habías enviado allá.
Lena sacudió la cabeza - No tenía ni idea. Ayer me fui todo el día.
- Oh. Bueno, trabajó muy bien con mis padres. Les dijo sobre lo mucho que lo sentía, y lo mucho que tú lo sentías, y cuánto quieres a su pequeña Yulia, y cuan devastada estarías si tuviéramos que romper. Allí es donde la palabra N entró a jugar. Ugh. Eso fue peor que ser arrestada.
Lena se rió de mí otra vez, pero opté por ignorarla.
- Ella dijo que sólo reaccionaste ante Ruslán con tanta violencia, porque ésta es la primera vez que has estado enamorada, y que estás realmente abrumada por ello.
Las cejas de Lena volaron tan alto que prácticamente se mezclaron con el nacimiento de su cabello. Golpeé mi mano sobre mi boca - Lo siento - murmuré - No iba a decirte esa parte.
Tuvimos la peor de todas las pausas incómodas y no es broma, vi las mejillas de Lena volverse de color rosa. Tuve que volver a la conversación - Después, tu tía siguió y siguió hablando sobre lo difícil que este cambio ha sido para ti y sobre cómo yo realmente te ayudaba a hacer la transición. Entonces, ella preguntó si podía hablar con mis padres a solas, y Kris y yo nos encerramos en nuestras habitaciones. Traté de escuchar a través de los respiraderos, pero realmente no podía oír mucho. Creo que les contaba acerca de todo lo que has pasado con tus padres y eso, tratando de explicarles por qué siquiera tenías el cuchillo en primer lugar. Cuando se fue, mis padres no dijeron mucho durante el resto de la noche, sólo que estaba bien que te viera de nuevo, siempre y cuando dejaras de llevar armas ocultas.
Lena se quedó callada por un momento. Parecía haber perdido las palabras.
Cuando Lena frunció el ceño, me volví desesperada por cambiar de tema - Estoy pensando que tengo que invertir en una silla como la tuya. Te ves muy cómoda - Dejé mi dispositivo de juego y pasé mi puff a la cama de Lena. Después de un lindo y gran estiramiento, miré hacia la pantalla del televisor y le dije - No entiendo tu fascinación con este juego. Es tan lento. Soy una jugadora de hockey. Me gusta mucho más Halo, donde sólo puedo correr hacia allí y volar cosas.
- Impulsiva, irracional e impaciente - dijo - Me temo que serías una terrible asesina. Yo, por el contrario - en ese preciso momento, un tipo del juego caía al suelo, muerto - sería una gran asesina. No es que quiera matar a nadie, pero siempre he deseado poder probarlo. Sólo para ver si podría salirme con la mía.
Me atraganté con la soda que bebía.
- Sólo estoy diciendo - murmuró - Apuesto a que podría.
- Y te preguntas por qué mi hermana piensa que eres la asesina que acuchilla los sábados por la noche.
Lena me miró sorprendida, así que le dije - Sólo estoy diciendo.
Apagó el juego, y se unió a mí en la cama - ¿Kris piensa que soy como el asesino?
- No. Piensa que tú eres la asesina.
Cuando Lena frunció el ceño, me encogí de hombros - Puedo verlo.
- ¿Puedes verlo? - preguntó Lena, horrorizada.
- No lo creo - No ahora, de todos modos - Sólo estoy diciendo que puedo entender cómo llegó a esa conclusión. Ya acordamos que hay un montón de similitudes entre ustedes, y debes admitir que hay cosas sobre ti que no cuadran.
- ¿Cómo qué? - preguntó. Todavía seguía con el ceño fruncido, como si quisiera discutir conmigo, pero era demasiado curiosa para no preguntar.
- Bueno, por ejemplo, cómo es que sabes tanto sobre el crimen y esas cosas. Acabas de admitir que piensas que podrías salirte con la tuya, pero no sólo en la medida en que una persona puede aprender viendo CSI. Cuando fuimos al concesionario de coches, era como si realmente supieras de lo que hablabas. Así como también entiendes la mente de un asesino.
- Yulia, desde que tenía nueve años he vivido con una mujer que come, respira y duerme misteriosos asesinatos - Lena se levantó y tiró de una de las treinta y cinco novelas de bolsillo fuera de su estantería, y me las entregó - Mi tía es la autora de la novela negra más vendida. Cuando no está ocupada planeando el asesinato perfecto, está investigando la manera de hacerlo.
- Así que eso explica las cajas en tu garaje. ¿Son todas sus notas y esas cosas?
Lena asintió - Y adivina quien la ayuda a reunir todas esas notas. Básicamente he pasado los últimos ocho años de mi vida como asistente de investigación glorificada, una pasante con cama adentro.
- ¿No hay leyes de trabajo infantil en contra de eso?
Lena se rió - No ha sido tan malo. Tía Milla es una especie de investigadora metódica. Ya sabes, como si tú fueras a escribir un libro sobre un boxeador...
- Debería entrenar con Georges St. Pierre - terminé por ella.
- Armas de entrenamiento, formación médica, psicología clínica, la ley Penal... Hemos investigado todo. Pasamos días enteros en la cárcel, entrevistando asesinos convictos, ayudando a realizar una autopsia. Estuvimos en campamentos militares, en la academia de policía, en la KGB, eso fue lo mejor. Llegamos a sentarnos en la base de operaciones para un artículo cubierto. Pude conocer el Director de la KGB. Es un tipo increíble - Lena me lanzó una mirada de reojo y añadió - Más genial que Chuck Norris.
- Nadie es más genial que Chuck Norris - argumenté - Ese tipo es tan genial que puede patear un sable de luz y romperlo en dos.
Lena se echó a reír y no pudo resistirse, tirando de mí a sus brazos - Si tú lo dices - carcajeó - Pero, ¿puedes comprender ahora? Cómo es que puedo estar un poco fascinada con el asesinato. En realidad estoy pensando en unirme a la KGB. Tal vez ser una generadora de perfiles.
- Tiene sentido - concordé - Tú puedes no ser tan buena en la interacción con las personas, pero realmente sabes como leerlas.
Lena debió de haberse sentido agradecida por mi cumplido, o aburrida de la conversación, o simplemente tenía las hormonas de una muchacha de diecisiete años de edad, porque respondió a mi declaración besando mi cuello. Y no me refiero a que solamente lo besó. Quiero decir que realmente lo besaba. Mucho. Por todos lados. Tenía su boca en mi oreja, debajo de mi barbilla, en la base de mi garganta...
¿Puedo decir que aquella era una manera totalmente diferente a ser besada en la mejilla, o incluso en los labios? No esperaba sentir lo que fuera que estaba sintiendo tan pronto, pero, diablos, era intenso. Di un grito ahogado y luego por alguna razón escupí - Dime por qué te mudaste.
- Porque tú te encontrabas aquí - murmuró entre besos. Bajó la manga de mi camisa y me besó en el hombro desnudo. Esto fue tan malo como besar mi cuello, tal vez peor. Me estremecí con tanta violencia que entré en pánico.
- Muy graciosa - le dije, luchando por salir de la cama. Lena suspiró cuando me senté en la silla y empecé a beber la primera soda que pude encontrar - ¿Por qué realmente viniste a vivir aquí? - le pregunté después de que había terminado casi toda la lata en un sorbo - ¿No deberías estar en una casa de un millón de Euros en San Petersburgo o algo así?
- Investigación - dijo Lena, claramente haciendo pucheros mientras se quedaba tumbada en su cama. Sola - Ella hará algo parecido a "Amas de casa desesperadas" con este nuevo libro: Secretos Suburbanos. Pero nunca ha vivido en los suburbios. Yo no esperaba dejar mi ciudad por algún suburbio al azar, así que me dejó escoger a donde nos mudaríamos. Elegí Basmanny debido a su reputación, y esta casa, porque cuando la inmobiliaria nos la enseñó, tú hacías la tarea en el techo, mientras comías helado y escuchabas Social Distortion.
- No recuerdo haberte visto - Pero me había dado demasiados detalles como para que no fuera verdad.
- Me mudé aquí por ti, Yulia - confirmó, golpeándome con toda la fuerza de sus ojos, y parecía muy satisfecha de sí misma cuando me sonrojé.
Se levantó, me levantó de la silla de juegos, y me dejó caer de nuevo sobre su cama. Sus ojos brillaban con picardía mientras arqueaba su ceja perforada y decía - ¿Algo más que quieras añadir a este interrogatorio? Tal vez te gustaría saber lo que sueño cuando duermo...
- Um, nop - Tenía la sensación de que sabía lo que soñaba, y si le preguntaba, ella podría enseñarme - Estoy bien ahora. Me has convencido. No eres más que una normal adolescente, no asesina en serie.
Lena se inclinó como si fuera a ir por mi cuello de nuevo, pero antes de que sus labios tocaran mi piel, se sentó y frunció el ceño - ¿Tu hermana de verdad cree que soy el Acuchillador de los Sábados por la Noche? ¿En realidad cree que maté a todas esas chicas?
- Me temo que sí. ¿Por qué piensas que ha estado tan loca últimamente? Cree que la única razón por la que no me has matado todavía es porque te gusto, y que voy a estar muerta al momento en que te canses de mí.
- Eso es ridículo, lo sabes. Para empezar, nunca podría cansarme de ti, y en segundo lugar, no podría matarte, incluso si quisiera.
- ¿Por qué no?
- Porque soy tu novia. Si alguien te matara, yo sería la sospechosa número uno. Los asesinos en serie no pueden matar a la gente que conocen, sin importar qué. Sería demasiado fácil conectarlo con los asesinatos. Si yo fuera el asesino, entonces tú estarías completamente segura.
- Es bueno saberlo. Voy a tener que decírselo a Kris.
- Me gustaría tener la tentación - dijo, su estado de ánimo se tornaba repentinamente peligroso - Si yo fuera el Acuchillador de los Sábados por la Noche, estaría completamente torturada por ti.
Antes de que supiera lo que pasó, Lena me había clavado la espalda en la cama, con las manos ligeramente por encima de mi cabeza - ¿Lo harías? - le pregunté, todavía un poco sin aliento por el rápido cambio en su estado de ánimo.
- Yulia, eres exactamente el tipo del asesino, con una sola excepción: eres una luchadora. Tu fuerza y espíritu plantean un desafío increíblemente atractivo. Cada día me siento tentada a empujarte hasta el límite, sólo para ver de lo que eres capaz. Por no decir que estás fuera de los límites. O, lo estarías si yo fuera él. No hay nada más dulce que lo que está prohibido - Lena bajó su boca a mi oído y susurró - Eres bastante desesperante como para hacer que incluso la persona más controlada, pierda su enfoque - De alguna manera, hizo que un escalofrío corriera por mi espalda. Entonces, empezó a besarme de nuevo.
- E...Es una buena cosa que no seas la asesina, entonces - tartamudeé, tratando con las emociones conflictivas que el deseo creaba en mí, y con el miedo que pensé que había conquistado, pero fue la reacción natural de mi cuerpo ante su intensidad.
Lena se separó lo suficiente para mirarme a los ojos - ¿Y si lo fuera? - preguntó con curiosidad.
- Um - dije, tomando nota de mi comprometedora posición por debajo de ella, en la cama, con las manos clavadas encima de mi cabeza - ¿Entonces esto sería muy incómodo?
En otro flash se echó a reír alegremente, dándome uno de sus suspiros felices - Oh, Volkova - y luego me besó como si planeara nunca parar.
Mi primera lección de besos duró unos dos minutos antes de que el timbre de la puerta sonara - ¿Alguien pidió una pizza? - jadeé, tratando de incorporarme.
- No le hagas caso - contestó, decidida a no dejarme respirar.
Yo estaba sorprendentemente dispuesta a satisfacer su solicitud, hasta que el timbre sonó de nuevo varias veces seguidas. Quien fuera que estuviera allí, se encontraba asustado o enojado por algo - ¡Mierda!
- ¿Quién es? - preguntó cuando la empujé lejos de mí, presa del pánico, y traté desesperadamente de rehacer mi cabello.
- Podría ser mi padre.
- ¿Sería eso un problema?
- ¿Teniendo en cuenta que le dije que tu tía iba a estar en casa toda la noche y que estaríamos abajo viendo películas con ella todo el tiempo, y sin duda no solas en casa, en tu habitación, besándonos? Sí, podría ser un gran problema.
- Wow. Realmente eres una mentirosa - Lena se echó a reír, pero su risa se convirtió en un suspiro mientras se sentaba y arreglaba su blusa - Y ahora que finalmente te tenía justo donde he tratado de tenerte durante semanas...
- Oh, vamos.
Cuando llegamos abajo, pudimos oír a Kris gritando por la puerta - ¡Yulia! Abre. ¡Tengo que hablar contigo!
Pensé que Lena iba a sacar un arma de fuego. Kris había estado gastando su último nervio desde hacía ya algún tiempo, y cuando resultó que era la que nos había interrumpido - Tienes que estar bromeando - dijo, al mismo tiempo que abría la puerta - ¿QUÉ?
Kris lucía pálida. Miró a Lena como si pensara que iba a arrancarle la cabeza si ella se acercaba demasiado. No habló con ella, sólo a mí - Sólo necesito hablar contigo un momento. dijo desesperadamente - En privado. ¿Por favor?
Se veía legítimamente molesta, cosa que no era común en ella, así que decidí que me apiadaría - Cinco minutos.
- ¡No! - me gritó Lena.
- ¿Perdón? - le pregunté, incrédula. Me sentía tan enojada con mi hermana como Lena, pero ella estaba a punto de volverse loca.
Lena posó sus ojos en mí - No puedes darle lo que quiere. Sólo se pondrá peor si lo haces. No hables con ella.
Sonaba más como una sugerencia que como un pedido, pero aún así... - Dime qué hacer una vez más.
Lena me miró tan fuerte que su rostro se puso rojo brillante, pero contuvo todo el argumento que iba a soltar, y en su lugar dijo - Lo siento. No quería perder los estribos, pero Yulia, ella hizo que me detuvieran.
- Uh, sí, también me llevó a la comisaría, pero no me estoy volviendo loca por eso. Pidió hablar conmigo por un minuto. Llegó a decir por favor.
- Te está manipulando.
- ¡No lo estoy! - gritó Kris, por fin lo suficientemente valiente, o al menos lo suficientemente molesta, como para enfrentarse a Lena - Yulia, realmente necesito hablar contigo.
- ¿Sobre qué? Tú nunca tienes que hablar conmigo.
Los ojos de mi hermana parpadearon hacia Lena antes de que pudiera evitarlo.
- No lo puedo creer - murmuró Lena, volviendo toda su furia sobre Kristina - ¡Déjanos en paz! No he hecho nada malo. No he lastimado a Yulia, y no te he tocado. Ella es feliz. Yo estoy feliz. Tus padres son felices. Sea cual sea tu problema conmigo, supéralo, o las cosas entre nosotras se van a poner muy feas.
Oh. No. Ella no lo hizo - WOW. ¿Acabas de amenazar a mi hermana?
Lena fue sorprendida por mi enojo repentino. Se veía confundida y, definitivamente, no feliz - ¿De qué lado estás?
- No del tuyo si vas a decirme con quien puedo o no puedo hablar, y si amenazas a mi familia.
La cara de Lena se arrugó como si estuviera traicionándola - Volkova.
Trató de suplicarme, pero al verla vulnerable sólo me molesté aún más. No podía amenazar a mi familia y luego hacerme sentir pena por ella al respecto. No importaba cuan sexy fuera.
Instintivamente, enganché el brazo en el de mi hermana y empecé a guiarla a casa - Te llamaré cuando no esté tan cabreada como para querer golpearte - solté sobre mi hombro - ¡Y no te comas todos mis regaliz!
- Gracias, Yulia - dijo Kris, sorbiendo su nariz mientras nos dirigíamos a casa - No creí que fueras a escucharme. Creí que me odiabas.
Tan pronto como la puerta de entrada estuvo cerrada, tiré de mi brazo fuera de ella - No lo hice por ti - dije, y entonces levanté mi voz en un grito - ¡Y sí te odio! Primero trataste de que me gustara Lena cuando no quería que sucediera. Después arruinaste mi primer beso. Luego, trataste de que dejara de gustarme la persona que querías que me guste en primer lugar. Hiciste que me arrestaran.
Y ahora, estás logrando que me peleara con mi primera novia. ¡¿Por qué no te quedas fuera de mi vida?!
Grandes y gruesas lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Kris, pero no me importaba. Al menos, me dije que no me importaba, pero sabía que era una mentira porque me dolió cuando me encerré en mi habitación, y fue difícil ignorarla cuando me llamó.
Creo que Kris y yo habíamos tenido demasiadas peleas últimamente, porque mi padre vino a mi habitación y literalmente me arrastró escaleras abajo por el brazo. Podía escuchar a mi hermana en la oficina de mamá, llorando antes de que yo llegara - ¡No tiene importancia! Ella siempre me ha odiado. ¡Siempre! - decía.
- Ah, como si tú nunca me hubieras odiado, también - le dije cuando mi padre me llevó a la oficina - ¡Estás avergonzada de mí!
- ¡BASTA! - explotó mi papá - ¡Ustedes dos se van a quedar aquí hasta que aprendan a llevarse bien!
Mamá se deslizó rápidamente fuera de la oficina cuando papá dijo - Olegovna, si pones un dedo sobre tu hermana, voy a inscribirte en una escuela militar este otoño.
Con eso, nos encerró en la oficina. Sonaba como si hubiera acercado una silla de la mesa de la cocina, y la hubiera puesto delante de la puerta para que no pudiéramos escapar.
Meditar en silencio parecía un plan mucho mejor que darnos besos y arreglarnos, por lo que me dejé caer en la silla del escritorio y me dispuse a sentarme allí toda la noche. Era difícil mantenerme tan enojada como me sentía, sin embargo, cuando Kris lloró lo suficiente como para tener mocos corriendo por su rostro. Le ofrecí de mala gana la caja de Kleenex, pero todavía no le daba ninguna disculpa. Podía besar mi trasero primero.
Al final resultó que, escuchar a Kris llorar era una tortura, y me pregunté si eso era parte del plan de mi padre. Me sentí aliviada cuando finalmente rompió el silencio, porque yo no iba a durar mucho más tiempo.
- Eso no es verdad, ya sabes - dijo, comenzando a conseguir el control de sus estornudos - No estoy avergonzada de ti.
- Sí - me burlé - Así es. Me has invitado a pasar el rato contigo y tus amigos todos estos años porque te gusta tener una hermana pequeña monstruo.
- Supéralo, Yulia. No eres la víctima aquí. Me odias. Tú eres la que está avergonzada de mí. ¿Crees que no sé lo que dices de mí? ¿Cómo tú y todos tus estúpidos amigos se burlan de la popular chica cabeza hueca? He tratado de ser amable contigo un montón de veces. Dejé de invitarte a hacer cosas porque nunca vendrías.
- Entonces, ¿por qué siempre estás tratando de arreglarme de forma estúpida? Siempre quieres llevarme de compras, peinarme, maquillarme, y toda esa mierda, sólo porque no me parezco a ti y a tus amigos.
- Eso no es cierto. Lo hago porque esas son sólo cosas que me gusta hacer. Me gusta ir de compras. Me gusta peinarte. Pensé que sería divertido arreglarte. Eres linda, Yulia. Tú no lo crees, pero lo eres. Perdón por querer hacerle entender a mi hermanita que ser una chica no es una mala cosa. Hay más en la vida que jugar al hockey con los "V", y sabes que tengo razón. Sé que has tenido un poco de diversión este verano. Sé que te gusta pasar el tiempo conmigo, también.
- Si te gusto tanto, entonces ¿por qué estás tratando de arruinar mi vida? Eres perfecta, bonita, inteligente, popular. Los chicos caen a tus pies y se postran ante ti. Todos los chicos. Incluso Aleksey. Incluso los "V" babean por ti.
- ¿Le gusto a Aleksey?
¡Oh, caramba! - ¿Por qué tienes que quitarme a la única persona que le he gustado? La única en el mundo que no tira de mi cola de caballo, o que no se ríe si quiero ponerme un vestido. ¿De verdad te molesta tanto que Lena no te haya elegido? ¿Es por eso que la odias tanto?
- Oh, cállate. Sabes que eso no es cierto. Tan pronto como me di cuenta de que le gustabas, fui la única que trató de conectarlas, ¿recuerdas? Sabes exactamente por qué no la quiero cerca de ti.
Solté una carcajada semi-enloquecida - ¡Kris, realmente no puedes creer que Lena sea una asesina en serie! ¡Es una locura! Sabes que es una locura. Tú misma lo dijiste cuando te lo mencioné.
- Yulia, Ruslán está en el hospital.
Eso me detuvo en seco - ¿Qué?
- Eso es lo que fui a decirte. Aleksey llamó. Ruslán fue atacado anoche. Fue un robo de coche.
- Un ro...- Me encontraba en estado de shock, tanto que ni siquiera pude terminar la frase.
Kris asintió - Regresaba a casa de alguna fiesta anoche, y su coche fue robado. Yulia, fue apuñalado.
- Al igual que Lena.
- Exactamente como Lena. Y fue una paliza tan fuerte que aún está inconsciente. Aleksey dice que todo el mundo piensa que Lena lo hizo.
- ¿Qué? - jadeé.
- Yulia, tú estabas allí en el parque. Oíste lo que dijo.
- E...ella...ella - tartamudé - Ella no lo haría.
- Así que, ¿qué es esto? ¿Otra coincidencia? ¿Que lo mismo que sucedió con Lena le pasara a Ruslán a sólo un par de días de que lo amenazara de muerte? Sé que no quieres creerlo. Sé que no crees que te haga daño, pero...
- Ella no me haría daño - le dije con fiereza. Eso ya lo sabía.
Mi hermana suspiró - Tal vez tengas razón. Tal vez no te haría daño. Pero ¿lastimaría a otra persona si pensara que te está protegiendo?
Sí. Me lo había dicho varias veces.
Kris pudo leer la respuesta en mi rostro, pero no fue ruda por eso.
- ¿Es tan descabellado pensar que si Lena puede hacerle eso a Ruslán, podría habérselo hecho a otra persona? Yulia, esas chicas...
- ¡Ella no haría eso!
- ¿Cómo lo sabes?
- ¡Porque lo sé! Pudo haber atacado a Ruslán, pero si lo hizo, fue sólo porque él me hirió. Ella me estaba protegiendo.
- ¿Debería haber una diferencia? Ruslán está en el hospital.
Toda la lucha, toda mi ira, mi desafío, todo se me fue, y me dejé caer en la silla tanto como pude. ¿Por qué lo haría? ¿Por qué lastimaría a alguien así? Porque se preocupa por mí.
- Me preocupo por ti, Yulia.
Miré a mi hermana en estado de shock. No porque de alguna manera dijo mis pensamientos en voz alta, sino por lo que había dicho en respuesta.
Los ojos de Kris se llenaron de lágrimas una vez más y tomó otro pañuelo - Tienes razón -susurró - Quizás he estado un poco avergonzada de ti. Las dos hemos sido bastante desagradables una con la otra, a través de los años. Sé que piensas que soy horrible, y no puedo culparte por odiarme, pero no te odio. Me ha gustado conocerte un poco más este verano. Me ha gustado tener una hermana con quien poder hablar y pasar el rato. Lo siento mucho por hacer que te arresten, y más por lo de tu primer beso. Pero tienes que confiar en mí. No estoy tratando de hacer que rompas con Lena porque estoy celosa. Tengo miedo, Yulia.
Se encogió de hombros torpemente y se sonó la nariz - En cierto modo, te acabo de encontrar. No quiero perderte.
Los ojos me ardían y mi pecho se sentía como si estuviera derrumbándose sobre sí mismo. Me sentía tan sorprendida, y más abrumada de lo que creí que nunca había estado en mi vida - Yo también lo siento - Me las arreglé para decir - He pasado toda mi vida teniendo que oír a todo el mundo decir una y otra vez lo perfecta que eras. Incluso a nuestra propia madre. Siempre te he odiado por eso. Supongo que no eres la única que ha estado celosa.
- No deberías estar celosa de mí. Les gusto a los chicos porque soy bonita, pero tú les gustas porque eres buena - Cuando levanté la vista a Kris, negó con la cabeza - Nunca me había dado cuenta hasta esa noche en el lago, en la casa de Sveta. Siempre pensé que eras una rara que sólo salía con los "V", pero tenías tantos amigos en esa fiesta como yo, y las personas que no te conocían pasaron la noche preguntándome por ti.
- Creo que fue sólo por tu bikini.
Kris se rió de eso, pero negó con la cabeza - Eres divertida y confiada. Me tomó unos treinta segundos convencer a Aleksey de que serías una novia increíble. Así que ustedes no lo tenían. Pero ahora que la idea de que puedes salir con chicos y chicas se ha metido en la mente de la gente, probablemente se pelearán por llamarte y ver quién puede tener una oportunidad a continuación. Confía en mí, no todos pueden ser como Aleksey. Alguien está obligado a hacerte desmayar.
Kris se echó a reír, hasta que vio la expresión de mi cara. Alguien ya me había hecho desmayar. Simplemente resultó que era una celosa, psico sobreprotectora, emocionalmente perturbada - Kristy - susurré - ¿Qué voy a hacer?
- No lo sé - me susurró de regreso - Pero no te preocupes. Ya se nos ocurrirá algo.
Y fue entonces cuando ocurrió lo impensable. Algo que no creo que haya sucedido en la historia del hombre, sino a través de una fuerza excesiva. Kris y yo nos abrazamos - Lo siento, no te escuché - le dije con un apretón.
Me devolvió el abrazo tan apretado y dijo - No, yo lo siento. Debería haber confiado en ti cuando me dijiste que era rara en primer lugar. Es mi culpa que te enamoraras de ella.
Por supuesto que ese tenía que ser el momento en que mi padre decidió entrar - De acuerdo, chicas. ¿Cómo es que no escuchó...? - Su voz se apagó y miré justo a tiempo para ver la goma de mascar cayendo de su boca - Larissa - gritó, y se abrió paso hacia nosotras - ¡Larissa, rápido!
Mi mamá probablemente pensó que yo había matado a Kris por la forma en que vino corriendo. Cuando entró en la oficina, y nos vio a mi hermana y a mí con los brazos alrededor de la otra, y no porque nos estábamos ahorcando, sus rodillas casi dejaron de funcionar - ¿Quiénes son y qué han hecho con nuestras hijas?
- No lo sé, pero creo que el infierno debe de haberse congelado.
- ¿Estás seguro de que es real?
- ¿Has puesto algo en la cena de esta noche?
Tontos.
- Tontos.
Me sorprendí cuando mi pensamiento hizo eco. Toda esta cosa de decir mis pensamientos en voz alta se me empezaba a ir de las manos. Pero resultó que Kris y yo pensábamos igual. Fue ella quien los llamó tontos.
Mis padres finalmente empezaron a reírse de sí mismos, y a felicitarse mutuamente por sus excelentes habilidades de crianza, obteniendo miradas incrédulas y gemidos por parte de ambas.
- ¿Podemos salir ahora? - preguntó Kris.
- No sé - dijo mamá - Estoy pensando que deberíamos dejarlas aquí para siempre.
Con otro gemido, Kris tomó mi brazo y tiró de mí delante de ellos - Vamos a estar en la habitación de Yulia.
A leer!!! Un beso a todas
Capítulo 20: ¿Que voy a hacer?
No puedo creer que mi papá me dejó venir esta noche. Incluso si es justo al otro lado de la calle, todavía es sábado.
Me encontraba recostada sobre mi estómago en el puff, sintiéndome cada vez más envidiosa de la silla de juegos de Lena. Ya que no se nos permitía salir en cualquier tipo de cita verdadera, Lena me exigió venir a jugar algunos videojuegos "reales". Ella se ahogaba en esos videojuegos "reales" y yo en sodas y regaliz.
- No puedo creer que te permitieran venir, para empezar. Estaba segura de que tus padres nunca iban a dejar que te viera de nuevo después de lo del otro día.
- Al principio no iban a hacerlo. Oh Dios, nunca he visto a mi padre tan enojado. Por supuesto, todo lo que Kris les dijo antes de que fuera a buscarme, fue que me metí en una pelea y que tú sacaste un cuchillo y amenazaste a alguien de muerte.
- Como dije. No puedo creer que te permitieran venir esta noche.
- Bueno, sí, pero luego le conté como Ruslán básicamente me acechaba. Puede que haya exagerado un poco. También quizás lo adorné un poco para él. Ah, y si mi papá pregunta, mi hombro todavía me duele ya que Ruslán estuvo a punto de romperlo.
Lena me dio una mirada de soslayo - Así que eres una pequeña mentirosa, ¿verdad?
- Por suerte para ti. Cuando terminé eras básicamente una heroína para mi papá. Hasta que me vi obligada a utilizar la palabra N, de todos modos.
- Novia, Yulia. La palabra es novia. En serio, te prometo que no te va a matar decirlo.
- Lo que sea. Después de la palabra N, ocurrió que eras la número uno en su lista de víctimas, no importa que seas una chica. Pero al instante, te convertiste en la heroína de mamá, por lo que todo se equilibró. Además, ayudó el hecho de que tu tía se acercara ayer para abogar por tu caso.
- ¿En serio?
Me extrañé ante la sorpresa de Lena - Fue una decisión muy inteligente. Ella fue quien realmente los hizo cambiar de opinión. Estaba segura de que la habías enviado allá.
Lena sacudió la cabeza - No tenía ni idea. Ayer me fui todo el día.
- Oh. Bueno, trabajó muy bien con mis padres. Les dijo sobre lo mucho que lo sentía, y lo mucho que tú lo sentías, y cuánto quieres a su pequeña Yulia, y cuan devastada estarías si tuviéramos que romper. Allí es donde la palabra N entró a jugar. Ugh. Eso fue peor que ser arrestada.
Lena se rió de mí otra vez, pero opté por ignorarla.
- Ella dijo que sólo reaccionaste ante Ruslán con tanta violencia, porque ésta es la primera vez que has estado enamorada, y que estás realmente abrumada por ello.
Las cejas de Lena volaron tan alto que prácticamente se mezclaron con el nacimiento de su cabello. Golpeé mi mano sobre mi boca - Lo siento - murmuré - No iba a decirte esa parte.
Tuvimos la peor de todas las pausas incómodas y no es broma, vi las mejillas de Lena volverse de color rosa. Tuve que volver a la conversación - Después, tu tía siguió y siguió hablando sobre lo difícil que este cambio ha sido para ti y sobre cómo yo realmente te ayudaba a hacer la transición. Entonces, ella preguntó si podía hablar con mis padres a solas, y Kris y yo nos encerramos en nuestras habitaciones. Traté de escuchar a través de los respiraderos, pero realmente no podía oír mucho. Creo que les contaba acerca de todo lo que has pasado con tus padres y eso, tratando de explicarles por qué siquiera tenías el cuchillo en primer lugar. Cuando se fue, mis padres no dijeron mucho durante el resto de la noche, sólo que estaba bien que te viera de nuevo, siempre y cuando dejaras de llevar armas ocultas.
Lena se quedó callada por un momento. Parecía haber perdido las palabras.
Cuando Lena frunció el ceño, me volví desesperada por cambiar de tema - Estoy pensando que tengo que invertir en una silla como la tuya. Te ves muy cómoda - Dejé mi dispositivo de juego y pasé mi puff a la cama de Lena. Después de un lindo y gran estiramiento, miré hacia la pantalla del televisor y le dije - No entiendo tu fascinación con este juego. Es tan lento. Soy una jugadora de hockey. Me gusta mucho más Halo, donde sólo puedo correr hacia allí y volar cosas.
- Impulsiva, irracional e impaciente - dijo - Me temo que serías una terrible asesina. Yo, por el contrario - en ese preciso momento, un tipo del juego caía al suelo, muerto - sería una gran asesina. No es que quiera matar a nadie, pero siempre he deseado poder probarlo. Sólo para ver si podría salirme con la mía.
Me atraganté con la soda que bebía.
- Sólo estoy diciendo - murmuró - Apuesto a que podría.
- Y te preguntas por qué mi hermana piensa que eres la asesina que acuchilla los sábados por la noche.
Lena me miró sorprendida, así que le dije - Sólo estoy diciendo.
Apagó el juego, y se unió a mí en la cama - ¿Kris piensa que soy como el asesino?
- No. Piensa que tú eres la asesina.
Cuando Lena frunció el ceño, me encogí de hombros - Puedo verlo.
- ¿Puedes verlo? - preguntó Lena, horrorizada.
- No lo creo - No ahora, de todos modos - Sólo estoy diciendo que puedo entender cómo llegó a esa conclusión. Ya acordamos que hay un montón de similitudes entre ustedes, y debes admitir que hay cosas sobre ti que no cuadran.
- ¿Cómo qué? - preguntó. Todavía seguía con el ceño fruncido, como si quisiera discutir conmigo, pero era demasiado curiosa para no preguntar.
- Bueno, por ejemplo, cómo es que sabes tanto sobre el crimen y esas cosas. Acabas de admitir que piensas que podrías salirte con la tuya, pero no sólo en la medida en que una persona puede aprender viendo CSI. Cuando fuimos al concesionario de coches, era como si realmente supieras de lo que hablabas. Así como también entiendes la mente de un asesino.
- Yulia, desde que tenía nueve años he vivido con una mujer que come, respira y duerme misteriosos asesinatos - Lena se levantó y tiró de una de las treinta y cinco novelas de bolsillo fuera de su estantería, y me las entregó - Mi tía es la autora de la novela negra más vendida. Cuando no está ocupada planeando el asesinato perfecto, está investigando la manera de hacerlo.
- Así que eso explica las cajas en tu garaje. ¿Son todas sus notas y esas cosas?
Lena asintió - Y adivina quien la ayuda a reunir todas esas notas. Básicamente he pasado los últimos ocho años de mi vida como asistente de investigación glorificada, una pasante con cama adentro.
- ¿No hay leyes de trabajo infantil en contra de eso?
Lena se rió - No ha sido tan malo. Tía Milla es una especie de investigadora metódica. Ya sabes, como si tú fueras a escribir un libro sobre un boxeador...
- Debería entrenar con Georges St. Pierre - terminé por ella.
- Armas de entrenamiento, formación médica, psicología clínica, la ley Penal... Hemos investigado todo. Pasamos días enteros en la cárcel, entrevistando asesinos convictos, ayudando a realizar una autopsia. Estuvimos en campamentos militares, en la academia de policía, en la KGB, eso fue lo mejor. Llegamos a sentarnos en la base de operaciones para un artículo cubierto. Pude conocer el Director de la KGB. Es un tipo increíble - Lena me lanzó una mirada de reojo y añadió - Más genial que Chuck Norris.
- Nadie es más genial que Chuck Norris - argumenté - Ese tipo es tan genial que puede patear un sable de luz y romperlo en dos.
Lena se echó a reír y no pudo resistirse, tirando de mí a sus brazos - Si tú lo dices - carcajeó - Pero, ¿puedes comprender ahora? Cómo es que puedo estar un poco fascinada con el asesinato. En realidad estoy pensando en unirme a la KGB. Tal vez ser una generadora de perfiles.
- Tiene sentido - concordé - Tú puedes no ser tan buena en la interacción con las personas, pero realmente sabes como leerlas.
Lena debió de haberse sentido agradecida por mi cumplido, o aburrida de la conversación, o simplemente tenía las hormonas de una muchacha de diecisiete años de edad, porque respondió a mi declaración besando mi cuello. Y no me refiero a que solamente lo besó. Quiero decir que realmente lo besaba. Mucho. Por todos lados. Tenía su boca en mi oreja, debajo de mi barbilla, en la base de mi garganta...
¿Puedo decir que aquella era una manera totalmente diferente a ser besada en la mejilla, o incluso en los labios? No esperaba sentir lo que fuera que estaba sintiendo tan pronto, pero, diablos, era intenso. Di un grito ahogado y luego por alguna razón escupí - Dime por qué te mudaste.
- Porque tú te encontrabas aquí - murmuró entre besos. Bajó la manga de mi camisa y me besó en el hombro desnudo. Esto fue tan malo como besar mi cuello, tal vez peor. Me estremecí con tanta violencia que entré en pánico.
- Muy graciosa - le dije, luchando por salir de la cama. Lena suspiró cuando me senté en la silla y empecé a beber la primera soda que pude encontrar - ¿Por qué realmente viniste a vivir aquí? - le pregunté después de que había terminado casi toda la lata en un sorbo - ¿No deberías estar en una casa de un millón de Euros en San Petersburgo o algo así?
- Investigación - dijo Lena, claramente haciendo pucheros mientras se quedaba tumbada en su cama. Sola - Ella hará algo parecido a "Amas de casa desesperadas" con este nuevo libro: Secretos Suburbanos. Pero nunca ha vivido en los suburbios. Yo no esperaba dejar mi ciudad por algún suburbio al azar, así que me dejó escoger a donde nos mudaríamos. Elegí Basmanny debido a su reputación, y esta casa, porque cuando la inmobiliaria nos la enseñó, tú hacías la tarea en el techo, mientras comías helado y escuchabas Social Distortion.
- No recuerdo haberte visto - Pero me había dado demasiados detalles como para que no fuera verdad.
- Me mudé aquí por ti, Yulia - confirmó, golpeándome con toda la fuerza de sus ojos, y parecía muy satisfecha de sí misma cuando me sonrojé.
Se levantó, me levantó de la silla de juegos, y me dejó caer de nuevo sobre su cama. Sus ojos brillaban con picardía mientras arqueaba su ceja perforada y decía - ¿Algo más que quieras añadir a este interrogatorio? Tal vez te gustaría saber lo que sueño cuando duermo...
- Um, nop - Tenía la sensación de que sabía lo que soñaba, y si le preguntaba, ella podría enseñarme - Estoy bien ahora. Me has convencido. No eres más que una normal adolescente, no asesina en serie.
Lena se inclinó como si fuera a ir por mi cuello de nuevo, pero antes de que sus labios tocaran mi piel, se sentó y frunció el ceño - ¿Tu hermana de verdad cree que soy el Acuchillador de los Sábados por la Noche? ¿En realidad cree que maté a todas esas chicas?
- Me temo que sí. ¿Por qué piensas que ha estado tan loca últimamente? Cree que la única razón por la que no me has matado todavía es porque te gusto, y que voy a estar muerta al momento en que te canses de mí.
- Eso es ridículo, lo sabes. Para empezar, nunca podría cansarme de ti, y en segundo lugar, no podría matarte, incluso si quisiera.
- ¿Por qué no?
- Porque soy tu novia. Si alguien te matara, yo sería la sospechosa número uno. Los asesinos en serie no pueden matar a la gente que conocen, sin importar qué. Sería demasiado fácil conectarlo con los asesinatos. Si yo fuera el asesino, entonces tú estarías completamente segura.
- Es bueno saberlo. Voy a tener que decírselo a Kris.
- Me gustaría tener la tentación - dijo, su estado de ánimo se tornaba repentinamente peligroso - Si yo fuera el Acuchillador de los Sábados por la Noche, estaría completamente torturada por ti.
Antes de que supiera lo que pasó, Lena me había clavado la espalda en la cama, con las manos ligeramente por encima de mi cabeza - ¿Lo harías? - le pregunté, todavía un poco sin aliento por el rápido cambio en su estado de ánimo.
- Yulia, eres exactamente el tipo del asesino, con una sola excepción: eres una luchadora. Tu fuerza y espíritu plantean un desafío increíblemente atractivo. Cada día me siento tentada a empujarte hasta el límite, sólo para ver de lo que eres capaz. Por no decir que estás fuera de los límites. O, lo estarías si yo fuera él. No hay nada más dulce que lo que está prohibido - Lena bajó su boca a mi oído y susurró - Eres bastante desesperante como para hacer que incluso la persona más controlada, pierda su enfoque - De alguna manera, hizo que un escalofrío corriera por mi espalda. Entonces, empezó a besarme de nuevo.
- E...Es una buena cosa que no seas la asesina, entonces - tartamudeé, tratando con las emociones conflictivas que el deseo creaba en mí, y con el miedo que pensé que había conquistado, pero fue la reacción natural de mi cuerpo ante su intensidad.
Lena se separó lo suficiente para mirarme a los ojos - ¿Y si lo fuera? - preguntó con curiosidad.
- Um - dije, tomando nota de mi comprometedora posición por debajo de ella, en la cama, con las manos clavadas encima de mi cabeza - ¿Entonces esto sería muy incómodo?
En otro flash se echó a reír alegremente, dándome uno de sus suspiros felices - Oh, Volkova - y luego me besó como si planeara nunca parar.
Mi primera lección de besos duró unos dos minutos antes de que el timbre de la puerta sonara - ¿Alguien pidió una pizza? - jadeé, tratando de incorporarme.
- No le hagas caso - contestó, decidida a no dejarme respirar.
Yo estaba sorprendentemente dispuesta a satisfacer su solicitud, hasta que el timbre sonó de nuevo varias veces seguidas. Quien fuera que estuviera allí, se encontraba asustado o enojado por algo - ¡Mierda!
- ¿Quién es? - preguntó cuando la empujé lejos de mí, presa del pánico, y traté desesperadamente de rehacer mi cabello.
- Podría ser mi padre.
- ¿Sería eso un problema?
- ¿Teniendo en cuenta que le dije que tu tía iba a estar en casa toda la noche y que estaríamos abajo viendo películas con ella todo el tiempo, y sin duda no solas en casa, en tu habitación, besándonos? Sí, podría ser un gran problema.
- Wow. Realmente eres una mentirosa - Lena se echó a reír, pero su risa se convirtió en un suspiro mientras se sentaba y arreglaba su blusa - Y ahora que finalmente te tenía justo donde he tratado de tenerte durante semanas...
- Oh, vamos.
Cuando llegamos abajo, pudimos oír a Kris gritando por la puerta - ¡Yulia! Abre. ¡Tengo que hablar contigo!
Pensé que Lena iba a sacar un arma de fuego. Kris había estado gastando su último nervio desde hacía ya algún tiempo, y cuando resultó que era la que nos había interrumpido - Tienes que estar bromeando - dijo, al mismo tiempo que abría la puerta - ¿QUÉ?
Kris lucía pálida. Miró a Lena como si pensara que iba a arrancarle la cabeza si ella se acercaba demasiado. No habló con ella, sólo a mí - Sólo necesito hablar contigo un momento. dijo desesperadamente - En privado. ¿Por favor?
Se veía legítimamente molesta, cosa que no era común en ella, así que decidí que me apiadaría - Cinco minutos.
- ¡No! - me gritó Lena.
- ¿Perdón? - le pregunté, incrédula. Me sentía tan enojada con mi hermana como Lena, pero ella estaba a punto de volverse loca.
Lena posó sus ojos en mí - No puedes darle lo que quiere. Sólo se pondrá peor si lo haces. No hables con ella.
Sonaba más como una sugerencia que como un pedido, pero aún así... - Dime qué hacer una vez más.
Lena me miró tan fuerte que su rostro se puso rojo brillante, pero contuvo todo el argumento que iba a soltar, y en su lugar dijo - Lo siento. No quería perder los estribos, pero Yulia, ella hizo que me detuvieran.
- Uh, sí, también me llevó a la comisaría, pero no me estoy volviendo loca por eso. Pidió hablar conmigo por un minuto. Llegó a decir por favor.
- Te está manipulando.
- ¡No lo estoy! - gritó Kris, por fin lo suficientemente valiente, o al menos lo suficientemente molesta, como para enfrentarse a Lena - Yulia, realmente necesito hablar contigo.
- ¿Sobre qué? Tú nunca tienes que hablar conmigo.
Los ojos de mi hermana parpadearon hacia Lena antes de que pudiera evitarlo.
- No lo puedo creer - murmuró Lena, volviendo toda su furia sobre Kristina - ¡Déjanos en paz! No he hecho nada malo. No he lastimado a Yulia, y no te he tocado. Ella es feliz. Yo estoy feliz. Tus padres son felices. Sea cual sea tu problema conmigo, supéralo, o las cosas entre nosotras se van a poner muy feas.
Oh. No. Ella no lo hizo - WOW. ¿Acabas de amenazar a mi hermana?
Lena fue sorprendida por mi enojo repentino. Se veía confundida y, definitivamente, no feliz - ¿De qué lado estás?
- No del tuyo si vas a decirme con quien puedo o no puedo hablar, y si amenazas a mi familia.
La cara de Lena se arrugó como si estuviera traicionándola - Volkova.
Trató de suplicarme, pero al verla vulnerable sólo me molesté aún más. No podía amenazar a mi familia y luego hacerme sentir pena por ella al respecto. No importaba cuan sexy fuera.
Instintivamente, enganché el brazo en el de mi hermana y empecé a guiarla a casa - Te llamaré cuando no esté tan cabreada como para querer golpearte - solté sobre mi hombro - ¡Y no te comas todos mis regaliz!
- Gracias, Yulia - dijo Kris, sorbiendo su nariz mientras nos dirigíamos a casa - No creí que fueras a escucharme. Creí que me odiabas.
Tan pronto como la puerta de entrada estuvo cerrada, tiré de mi brazo fuera de ella - No lo hice por ti - dije, y entonces levanté mi voz en un grito - ¡Y sí te odio! Primero trataste de que me gustara Lena cuando no quería que sucediera. Después arruinaste mi primer beso. Luego, trataste de que dejara de gustarme la persona que querías que me guste en primer lugar. Hiciste que me arrestaran.
Y ahora, estás logrando que me peleara con mi primera novia. ¡¿Por qué no te quedas fuera de mi vida?!
Grandes y gruesas lágrimas comenzaron a caer por el rostro de Kris, pero no me importaba. Al menos, me dije que no me importaba, pero sabía que era una mentira porque me dolió cuando me encerré en mi habitación, y fue difícil ignorarla cuando me llamó.
Creo que Kris y yo habíamos tenido demasiadas peleas últimamente, porque mi padre vino a mi habitación y literalmente me arrastró escaleras abajo por el brazo. Podía escuchar a mi hermana en la oficina de mamá, llorando antes de que yo llegara - ¡No tiene importancia! Ella siempre me ha odiado. ¡Siempre! - decía.
- Ah, como si tú nunca me hubieras odiado, también - le dije cuando mi padre me llevó a la oficina - ¡Estás avergonzada de mí!
- ¡BASTA! - explotó mi papá - ¡Ustedes dos se van a quedar aquí hasta que aprendan a llevarse bien!
Mamá se deslizó rápidamente fuera de la oficina cuando papá dijo - Olegovna, si pones un dedo sobre tu hermana, voy a inscribirte en una escuela militar este otoño.
Con eso, nos encerró en la oficina. Sonaba como si hubiera acercado una silla de la mesa de la cocina, y la hubiera puesto delante de la puerta para que no pudiéramos escapar.
Meditar en silencio parecía un plan mucho mejor que darnos besos y arreglarnos, por lo que me dejé caer en la silla del escritorio y me dispuse a sentarme allí toda la noche. Era difícil mantenerme tan enojada como me sentía, sin embargo, cuando Kris lloró lo suficiente como para tener mocos corriendo por su rostro. Le ofrecí de mala gana la caja de Kleenex, pero todavía no le daba ninguna disculpa. Podía besar mi trasero primero.
Al final resultó que, escuchar a Kris llorar era una tortura, y me pregunté si eso era parte del plan de mi padre. Me sentí aliviada cuando finalmente rompió el silencio, porque yo no iba a durar mucho más tiempo.
- Eso no es verdad, ya sabes - dijo, comenzando a conseguir el control de sus estornudos - No estoy avergonzada de ti.
- Sí - me burlé - Así es. Me has invitado a pasar el rato contigo y tus amigos todos estos años porque te gusta tener una hermana pequeña monstruo.
- Supéralo, Yulia. No eres la víctima aquí. Me odias. Tú eres la que está avergonzada de mí. ¿Crees que no sé lo que dices de mí? ¿Cómo tú y todos tus estúpidos amigos se burlan de la popular chica cabeza hueca? He tratado de ser amable contigo un montón de veces. Dejé de invitarte a hacer cosas porque nunca vendrías.
- Entonces, ¿por qué siempre estás tratando de arreglarme de forma estúpida? Siempre quieres llevarme de compras, peinarme, maquillarme, y toda esa mierda, sólo porque no me parezco a ti y a tus amigos.
- Eso no es cierto. Lo hago porque esas son sólo cosas que me gusta hacer. Me gusta ir de compras. Me gusta peinarte. Pensé que sería divertido arreglarte. Eres linda, Yulia. Tú no lo crees, pero lo eres. Perdón por querer hacerle entender a mi hermanita que ser una chica no es una mala cosa. Hay más en la vida que jugar al hockey con los "V", y sabes que tengo razón. Sé que has tenido un poco de diversión este verano. Sé que te gusta pasar el tiempo conmigo, también.
- Si te gusto tanto, entonces ¿por qué estás tratando de arruinar mi vida? Eres perfecta, bonita, inteligente, popular. Los chicos caen a tus pies y se postran ante ti. Todos los chicos. Incluso Aleksey. Incluso los "V" babean por ti.
- ¿Le gusto a Aleksey?
¡Oh, caramba! - ¿Por qué tienes que quitarme a la única persona que le he gustado? La única en el mundo que no tira de mi cola de caballo, o que no se ríe si quiero ponerme un vestido. ¿De verdad te molesta tanto que Lena no te haya elegido? ¿Es por eso que la odias tanto?
- Oh, cállate. Sabes que eso no es cierto. Tan pronto como me di cuenta de que le gustabas, fui la única que trató de conectarlas, ¿recuerdas? Sabes exactamente por qué no la quiero cerca de ti.
Solté una carcajada semi-enloquecida - ¡Kris, realmente no puedes creer que Lena sea una asesina en serie! ¡Es una locura! Sabes que es una locura. Tú misma lo dijiste cuando te lo mencioné.
- Yulia, Ruslán está en el hospital.
Eso me detuvo en seco - ¿Qué?
- Eso es lo que fui a decirte. Aleksey llamó. Ruslán fue atacado anoche. Fue un robo de coche.
- Un ro...- Me encontraba en estado de shock, tanto que ni siquiera pude terminar la frase.
Kris asintió - Regresaba a casa de alguna fiesta anoche, y su coche fue robado. Yulia, fue apuñalado.
- Al igual que Lena.
- Exactamente como Lena. Y fue una paliza tan fuerte que aún está inconsciente. Aleksey dice que todo el mundo piensa que Lena lo hizo.
- ¿Qué? - jadeé.
- Yulia, tú estabas allí en el parque. Oíste lo que dijo.
- E...ella...ella - tartamudé - Ella no lo haría.
- Así que, ¿qué es esto? ¿Otra coincidencia? ¿Que lo mismo que sucedió con Lena le pasara a Ruslán a sólo un par de días de que lo amenazara de muerte? Sé que no quieres creerlo. Sé que no crees que te haga daño, pero...
- Ella no me haría daño - le dije con fiereza. Eso ya lo sabía.
Mi hermana suspiró - Tal vez tengas razón. Tal vez no te haría daño. Pero ¿lastimaría a otra persona si pensara que te está protegiendo?
Sí. Me lo había dicho varias veces.
Kris pudo leer la respuesta en mi rostro, pero no fue ruda por eso.
- ¿Es tan descabellado pensar que si Lena puede hacerle eso a Ruslán, podría habérselo hecho a otra persona? Yulia, esas chicas...
- ¡Ella no haría eso!
- ¿Cómo lo sabes?
- ¡Porque lo sé! Pudo haber atacado a Ruslán, pero si lo hizo, fue sólo porque él me hirió. Ella me estaba protegiendo.
- ¿Debería haber una diferencia? Ruslán está en el hospital.
Toda la lucha, toda mi ira, mi desafío, todo se me fue, y me dejé caer en la silla tanto como pude. ¿Por qué lo haría? ¿Por qué lastimaría a alguien así? Porque se preocupa por mí.
- Me preocupo por ti, Yulia.
Miré a mi hermana en estado de shock. No porque de alguna manera dijo mis pensamientos en voz alta, sino por lo que había dicho en respuesta.
Los ojos de Kris se llenaron de lágrimas una vez más y tomó otro pañuelo - Tienes razón -susurró - Quizás he estado un poco avergonzada de ti. Las dos hemos sido bastante desagradables una con la otra, a través de los años. Sé que piensas que soy horrible, y no puedo culparte por odiarme, pero no te odio. Me ha gustado conocerte un poco más este verano. Me ha gustado tener una hermana con quien poder hablar y pasar el rato. Lo siento mucho por hacer que te arresten, y más por lo de tu primer beso. Pero tienes que confiar en mí. No estoy tratando de hacer que rompas con Lena porque estoy celosa. Tengo miedo, Yulia.
Se encogió de hombros torpemente y se sonó la nariz - En cierto modo, te acabo de encontrar. No quiero perderte.
Los ojos me ardían y mi pecho se sentía como si estuviera derrumbándose sobre sí mismo. Me sentía tan sorprendida, y más abrumada de lo que creí que nunca había estado en mi vida - Yo también lo siento - Me las arreglé para decir - He pasado toda mi vida teniendo que oír a todo el mundo decir una y otra vez lo perfecta que eras. Incluso a nuestra propia madre. Siempre te he odiado por eso. Supongo que no eres la única que ha estado celosa.
- No deberías estar celosa de mí. Les gusto a los chicos porque soy bonita, pero tú les gustas porque eres buena - Cuando levanté la vista a Kris, negó con la cabeza - Nunca me había dado cuenta hasta esa noche en el lago, en la casa de Sveta. Siempre pensé que eras una rara que sólo salía con los "V", pero tenías tantos amigos en esa fiesta como yo, y las personas que no te conocían pasaron la noche preguntándome por ti.
- Creo que fue sólo por tu bikini.
Kris se rió de eso, pero negó con la cabeza - Eres divertida y confiada. Me tomó unos treinta segundos convencer a Aleksey de que serías una novia increíble. Así que ustedes no lo tenían. Pero ahora que la idea de que puedes salir con chicos y chicas se ha metido en la mente de la gente, probablemente se pelearán por llamarte y ver quién puede tener una oportunidad a continuación. Confía en mí, no todos pueden ser como Aleksey. Alguien está obligado a hacerte desmayar.
Kris se echó a reír, hasta que vio la expresión de mi cara. Alguien ya me había hecho desmayar. Simplemente resultó que era una celosa, psico sobreprotectora, emocionalmente perturbada - Kristy - susurré - ¿Qué voy a hacer?
- No lo sé - me susurró de regreso - Pero no te preocupes. Ya se nos ocurrirá algo.
Y fue entonces cuando ocurrió lo impensable. Algo que no creo que haya sucedido en la historia del hombre, sino a través de una fuerza excesiva. Kris y yo nos abrazamos - Lo siento, no te escuché - le dije con un apretón.
Me devolvió el abrazo tan apretado y dijo - No, yo lo siento. Debería haber confiado en ti cuando me dijiste que era rara en primer lugar. Es mi culpa que te enamoraras de ella.
Por supuesto que ese tenía que ser el momento en que mi padre decidió entrar - De acuerdo, chicas. ¿Cómo es que no escuchó...? - Su voz se apagó y miré justo a tiempo para ver la goma de mascar cayendo de su boca - Larissa - gritó, y se abrió paso hacia nosotras - ¡Larissa, rápido!
Mi mamá probablemente pensó que yo había matado a Kris por la forma en que vino corriendo. Cuando entró en la oficina, y nos vio a mi hermana y a mí con los brazos alrededor de la otra, y no porque nos estábamos ahorcando, sus rodillas casi dejaron de funcionar - ¿Quiénes son y qué han hecho con nuestras hijas?
- No lo sé, pero creo que el infierno debe de haberse congelado.
- ¿Estás seguro de que es real?
- ¿Has puesto algo en la cena de esta noche?
Tontos.
- Tontos.
Me sorprendí cuando mi pensamiento hizo eco. Toda esta cosa de decir mis pensamientos en voz alta se me empezaba a ir de las manos. Pero resultó que Kris y yo pensábamos igual. Fue ella quien los llamó tontos.
Mis padres finalmente empezaron a reírse de sí mismos, y a felicitarse mutuamente por sus excelentes habilidades de crianza, obteniendo miradas incrédulas y gemidos por parte de ambas.
- ¿Podemos salir ahora? - preguntó Kris.
- No sé - dijo mamá - Estoy pensando que deberíamos dejarlas aquí para siempre.
Con otro gemido, Kris tomó mi brazo y tiró de mí delante de ellos - Vamos a estar en la habitación de Yulia.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Edad : 22
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Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Pfff ya no se que pensar
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mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: Mi Sexy Asesina (ADAPTACION) // RAINBOW XANDER
Uy! No te quedes muda Mary, ahora es cuando el drama va a complicarse un poco. Lena está cubierta hasta el cuello porque todo la señala como la asesina, pero vamos.... Nunca Lena había matado a nadie en ningún fics que yo haya leído. Siempre hay una primera vez, solo no la odien
A leer!!
Capítulo 21: Actuar como si no supiera nada
Por segundo domingo seguido, los parques de la ciudad se encontraban libres de cualquier cuerpo, y la razón era que Lena pasó la noche en la cárcel. Al menos, eso fue lo que me dijo Kris cuando me despertó bien temprano esta mañana, a las ocho.
Anoche, después de habernos escapado de nuestros padres, nos encontrábamos en mi habitación intentando decidir si debíamos decirles sobre el ataque de Lena hacia Ruslán, cuando dos policías se aparecieron en la casa de la pelirroja.
Desde mi ventana, vimos cómo se llevaban a Lena esposada. Su tía la abrazó con fuerza antes de que la pusieran en el asiento trasero del auto. Cuando los policías se alejaron, la Srta. Novikova los siguió en su Beemer. El auto aún no había regresado.
- Pero ayer me dijo que los asesinos nunca irían por las personas que conocen. A Ruslán lo conoce. Y tiene razones para odiarlo. Si Lena fuese una asesina, no sería tan estúpida. Puede que haya atacado a Ruslán, pero no es el Acuchillador.
- ¿Quién más podría ser? - preguntó Kris - La semana pasada, Lena pasó todo el fin de semana aquí contigo y no hubo ningún homicidio. Anoche se la llevaron a la cárcel, y una vez más, no hubo homicidio.
Tenía que admitirlo, si se veía mal.
- Yulia, debemos decírselo a mamá y a papá. Tenemos que llamar a ese detective.
- ¡No! - Mi corazón latía como loco. Fue horrible haber visto cómo se llevaban a Lena anoche. Me quedé sentada junto a la ventana toda la noche, esperando a que su tía la trajera a casa. No podía soportar pensar que se encontraba en la cárcel. Sabía que podía cuidarse de otros criminales, pero aún así, existía una parte de ella que era demasiado vulnerable.
Simplemente la quería en casa, donde sabía que se encontraba segura. Necesitaba decirle que lamentaba haberme enojado ayer y hacerle saber cuánto apreciaba que haya querido defenderme, aunque lo haya llevado demasiado lejos.
- Sólo intentaba protegerme - dije, frustrada - Ésa fue la única razón por la que atacó a Ruslán. No la voy a culpar por los homicidios de los Sábados por la Noche hasta que tengamos pruebas. Pruebas en verdad físicas - Miré hasta la casa al otro lado de la calle, allí tan vacía y tentadora, suspiré - Tengo que saberlo con seguridad.
Kris vio como me ponía mis zapatos. Me siguió mientras cruzaba la calle y preguntó - ¿Qué estas haciendo?
- ¿Qué estamos haciendo? - le corregí - Es una cosita pequeña llamada allanamiento de morada.
- ¿Qué? ¡No podemos hacer eso!
- ¿Por qué? No es como si Lena nunca haya entrado sin permiso a mi habitación. Al menos tengo que intentar averiguarlo. Si tiene algún tipo de prueba allí adentro, entonces aceptaré que mi novia es una asesina psicópata y llamaremos a ese detective. Lo prometo.
- Pero no puedes simplemente meterte en casas ajenas, Yulia. También podrías terminar en la cárcel.
- Necesito ponerle un fin a esto - admití desesperada. - Aún me gusta, ¿está bien? Kris, me gusta mucho. Si ella mató a esas chicas, entonces necesito alguna prueba. Tengo que verlo con mis propios ojos. Necesito algo que haga que deje de gustarme.
Una intensa sensación llenó mi estómago justo en ese momento. Dejé de moverme y miré a Kris a los ojos - Y si en verdad encuentro la prueba de que mató a esas chicas - murmuré, luchando contra las nauseas - entonces voy a necesitar que mi hermana mayor esté allí conmigo para que me ayude a calmarme cuando me esté volviendo loca.
Kris me miró fijamente, tragándose todos esos pensamientos, y tomó mi mano.
- De acuerdo - dijo, convencida - Está bien, hagámonos.
- Gracias.
Resultó que mi primer acto criminal fue sorprendentemente fácil de llevar a cabo, ya que anoche la Srta. Novikova había salido con tanta prisa que había olvidado cerrar la puerta con seguro.
- Me pregunto si nos darían menos tiempo en la cárcel, ya que entramos normalmente, sin allanar - dijo Kris cuando cerramos con seguro la puerta detrás de nosotras.
- Sólo apurémonos para que no nos atrapen, y así no tener que ir a la cárcel en primer lugar.
- Entonces, ¿qué estamos buscando? ¿Dónde crees que debamos comenzar?
- Su habitación - dije automáticamente - Hay una caja de metal debajo de su cama que me muero por revisar. La vi una vez cuando me tenía en el piso debajo de ella.
Comencé a subir las escaleras, pero Kris simplemente se quedó allí, en medio de la habitación con la boca abierta, mirándome.
- Yulia - dijo lentamente, con sus mejillas sonrojándose un poco - Sé que todo el asunto de salir con una persona es muy emocionante, pero no estoy muy segura que deberías estar moviéndote tan rápido. Es decir, sólo obtuviste tu primer beso hace un par de semanas.
- ¿Qué crees que hacía? - jadeé cuando finalmente entendí a lo que se refería Kris - Ella me había secuestrado y atrapado en su habitación. Luego de que rompí su lámpara en mil pedazos y golpeé su cabeza con un despertador, tuvo que sujetarme al piso para evitar que le lanzara alguna otra cosa. No hacíamos nada.
- Oh. Bien, entonces - Kris me siguió hasta arriba - Porque sería muy incómodo si en verdad hayan hecho algo y ella termine encerrada en la cárcel para siempre. Tendrías que ir a un episodio de Oprah para poder ser normal otra vez.
- Necesito ir con Oprah por el simple hecho de vivir contigo - le contesté mientras caminábamos hasta la habitación de Lena. Había limpiado las latas de sodas y los dulces de nuestra noche de juegos, y tenía mi bolso puesto delicadamente en una esquina, en su silla de juegos.
- Es algo horripilante aquí adentro, ¿no te parece? - preguntó Kris.
Miré alrededor - Se ve como cualquier habitación, en mi opinión. Simplemente muy, muy limpia.
- ¿A qué crees que me refería con horripilante?
- Como sea. Simplemente comienza a buscar cualquier cosa extraña.
Busqué debajo de su cama y saqué la caja de metal. Era una pequeña caja roja de herramientas hecha en metal y, desafortunadamente, cerrada con seguro.
- Rápido, debe haber una llave por algún lado. Busca por allí una llave pequeña. Ve dentro de sus gavetas o algo así.
- No voy a rebuscar entre su ropa interior. Es tu novia. Tú busca en las gavetas.
Rodé los ojos y comencé a buscar entre sus gavetas. Dos segundos después, sentí como Krisitina se acercaba detrás de mí - Huh - dijo - Bóxers de mujer. Interesante. No me hubiera imaginado eso.
- Creí que no querías meterte con su ropa interior.
- No lo estoy haciendo. Tú sí.
- No hay nada aquí - dije, cerrando la última gaveta.
Kris tomó una botella de perfume mientras yo me dirigía hasta la mesita de noche - Esto se ve costoso - dijo, vertiendo un poco sobre su muñeca.
- ¿Podrías al menos ayudarme?
- Wow, huele bien. ¿Siempre huele así de bien?
Desafortunadamente - No hay nada en su mesita de noche aparte de su arma eléctrica - dije. No pude evitar agarrarla y apretar el botón. Chisporrotearon chispas azules - Me pregunto cuán fuerte puede lastimar esta cosa.
- Te desafío a usarlo.
Estiré el arma hasta Kris y pulsé el botón de nuevo - ¿Usarla en ti?
- Que graciosa. Baja esa cosa y déjame ver que tiene en su closet - Kris abrió la puerta del closet y comenzó a examinar la ropa guindada - Oh, es una lástima que no haga tanto frío afuera. Apuesto a que Lena se ve hermosa en esto - dijo, sacando una chaqueta negra de cuero de su gancho.
Cuando se la probó, pregunté - ¿Siquiera estás buscando las evidencias? ¿O solamente fisgoneas?
- Me pregunto cuánto dinero gastó en este guardarropa. Desearía tener... espera - jadeó Kris - ¿Qué es esto?
Había algo pegado con cinta adhesiva en el fondo del closet. Empujé toda la ropa a un lado y Kris soltó un quejido silencioso - ¿Qué es? ¿Algún tipo de altar?
- No seas estúpida, idiota. Los altares necesitan velas y cosas así.
- ¿Qué está haciendo con fotos de chicas muertas pegadas en su closet? - preguntó Kris.
- Me preocupan más las chicas de allí que no están muertas - susurré.
Hasta ese momento, en verdad no había creído que Lena tuviera algo que ver con el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Pero vimos un collage de fotos, reportes de la policía, y notas, todas en relación al caso del Acuchillador. Iryna Kozel, Lizaveta Klokova,Wren DeSantis y la primera victima, cuyo nombre resultaba ser Tatiana Martynova. Todas se encontraban allí, mirándome de frente junto a otras tres fotografías de chicas que encajaban en el mismo perfil.
- No es un altar - murmuré - Es una investigación. Está estudiando el caso. Ve como lo tiene todo organizado. Es como si intentara resolverlo.
- ¿Estas bromeando? - preguntó Kris, señalando la foto de una chica llamada Ekaterina Popkova. Esto no es resolverlo. Ésa es una fotografía de su próxima victima.
Intenté no creerle - ¿Y entonces qué me dices de toda esta información? ¿Todos los reportes de la policía? ¿Todos los perfiles de las personas trabajando en el caso? ¿Por qué tendría todo eso.
- Obviamente necesita saber cuán cerca están los policías de atraparla. Tú pediste una prueba. Aquí está tu prueba. Dame mi celular. Voy a llamar al Detective Shapovalov.
- ¡No! No es suficiente. No puede ser ella.
Sí, me hallaba en completa negación. ¿Y qué?
- Yulia, lo prometiste. ¿Qué más necesitas? ¿Qué venga detrás de ti con un cuchillo?
- ¡Fotografías! - jadeé.
Kris comenzaba a frustrarse - ¿Qué crees que son éstas? - gritó.
- No. Me refiero a las instantáneas. El asesino dejó fotos instantáneas de sus víctimas, ¿verdad? ¿Para que conectaran los asesinatos? Bueno, ¿no a todos los asesinos les gusta llevarse recuerdos? Él les ha tomado fotos. Si Lena es la asesina, entonces tendría esas fotos.
- Oye, bien pensado.
- Ya revisé las gavetas y la mesita de noche - Miré alrededor del perfectamente ordenado cuarto y regresé hasta la cama de Lena - Ayúdame a levantar el colchón.
- Ten cuidado, Yulia, ¿en verdad quieres saber lo que mantiene oculto debajo de su colchón?
- Oh, ya cállate y levántalo.
- Yulia, si es cierto que está matando gente, ¿crees que sería lo suficientemente tonta como para guardar evidencia debajo de su colchón? Tienes que ser más creativa que eso.
- ¿Y en donde sugieres que revise? - le solté y metí mi mano entre su colchón - El único lugar donde al parecer has estado buscando es por encima de mi hombro. ¿Podrías, por favor, ayudarme?
Kris suspiró, como si le hubiese pedido que presentara un examen por mí - Está bien, de acuerdo - Con una mirada que sugería que yo era una idiota, Kristina rebuscó debajo de la cama y sacó la caja de herramientas para colocarla sobre sus piernas. Luego de examinar el pequeño candado, dijo - No es mucho más que algo que puedes encontrar en una maleta. Estoy segura que podemos abrirlo con un palito. ¿No tendrás un invisible para el cabello - Ambas nos reímos al mismo tiempo - Lo lamento, olvidé con quién hablaba.
- ¿Esto funcionará? - pregunté, tendiéndole mis llaves con el llavero de navaja rosado.
- Aw, es tan lindo - Habló con ternura - ¿De donde lo sacaste?
- Lena me lo regaló de cumpleaños.
- Uh, en realidad eso es muy dulce. Es una lástima que usaremos su regalo para meterla a la cárcel.
Luego de un minuto de estar luchando con el candado, se abrió. Kris comenzó a levantar la tapa y mi corazón se saltó un latido - Espera - susurré.
Mi hermana me miró - ¿Quieres hacerlo tú?
- ¡No! Yo... Yo... No puedo ver. No quiero saber lo que hay allí dentro.
- Tenemos que verlo.
- ¿Pero qué pasa si es ella en verdad? No puedo soportarlo. Tú mira. Mira y luego no me digas. Si es ella, no quiero saberlo.
- Yulia - La voz de Kris se volvió lastimosa - Todo estará bien. Si es ella, entonces detendremos que una asesina acabe con la vida de chicas inocentes. Estarás a salvo otra vez - Sonrió juguetona -
Y no estaré más castigada los fines de semanas.
Eso me hizo sonreír - Ah, la verdadera razón por la que me estás ayudando.
Ambas logramos soltar una risita, y luego ella respiró profundamente - Aquí vamos.
Cerré los ojos con fuerza y sostuve el aliento.
- Oh - murmuró Kris con admiración - Wow!
- ¿Qué? - Mis ojos se abrieron mientras Kris me tendió la caja de herramientas.
Dentro de la caja se hallaba lo que había quedado de los padres de Lena. Un puñado de fotografías, un par de anillos de boda, un par de lentes de sol, un adorno para el cabello de su mamá.
- Era hermosa - dijo Kris, mirando una fotografía de la mamá de Lena.
Levanté una foto familiar y miré de cerca al padre de Lena - También él - dije. Ninguna de las dos podíamos levantar nuestras voces - Con razón Lena es tan...
- ¿Deliciosa? - ofreció la absurda de mi hermana.
Lena era una combinación de ambos. Tenía los ojos verdi grises de su mamá y la nariz y sonrisa de su papá. En la foto, se encontraban en una playa con una Lena de nueve años mostrando con mucho orgullo un castillo de arena, como si no le importara más nada en este mundo. Tenía una sonrisa que nunca le había visto. La foto daba una pista de lo mucho que la muerte de sus padres la había cambiado. Mi corazón casi se parte en dos al verlos juntos.
La puerta de enfrente se cerró con un golpetazo abajo, salté tan alto que el contenido de la caja de herramientas se esparció por el piso.
- ¡Ya llegaron! - siseó Kris.
Frenéticamente, lancé todo de vuelta a la caja, mientras mi hermana se quitaba la chaqueta de Lena y acomodaba la ropa en el closet para tapar la pared.
- No podemos salir por la ventana - le dije a Kris.
- Tendremos que esperar hasta que se vaya a su habitación o algo así, y luego salir a hurtadillas.
- ¿Qué hay de Lena?
- Probablemente aún esté en la cárcel.
Justo entonces escuchamos hablar a la tía de Lena - ¿Quieres que te prepare un sándwich o algo?
- No, gracias - respondió Lena, sonaba algo deprimida - Sólo estoy cansada.
- De acuerdo. Entonces voy a ir a mi oficina a hacer algunas llamadas por un rato. Ya resolveremos esto.
- Sí, seguro - Lena no se escuchaba tan optimista como su tía.
Escuchamos el sonido de la puerta de la oficina cerrándose y luego fuertes pisadas en las escaleras.
Kris y yo nos miramos con horror. La puerta de la habitación de Lena se encontraba abierta de par en par, y en unos dos segundos entraría y nos encontraría revisando sus cosas. Estábamos muertas.
- Rápido, Kris, escóndete detrás de la puerta. Yo la distraeré y tú podrás salirte.
- ¡Yulia, no! - Mi hermana tomó el arma eléctrica de la mesita de noche - Tengo una mejor idea.
- ¡No vamos a electrocutarla! No me lastimará, Kris - siseé al empujarla detrás de la puerta, cerciorándome de que no pudiera verse. Luego, corrí hasta su cama y abracé su almohada como si hubiese estado durmiendo por un rato. Ni siquiera estoy segura de cómo mis ojos se cerraron completamente cuando entró a la habitación.
- ¿Volkova? - jadeó.
Hice mi mejor imitación de alguien agitándose en un sueño profundo. Luego de un momento, le eché una mirada a su rostro destruido y no tuve que actuar cuando me apresuré hacia ella y le eché mis brazos a su alrededor.
- ¡Lena! Estoy tan contenta de que hayas vuelto. Me preocupé tanto - La manera en que sus brazos se envolvieron a mí alrededor fue más reactiva que nada.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó, sorprendida y completamente confundida.
Levanté el mentón para mirarla a los ojos, pero me negué a soltar mi agarre en su cintura.
- Sé lo de Ruslán - dije - Eso es lo que vino a decirme Kris.
- Volkova, espera, te juro que...
- No importa - le dije rápidamente. No quería escuchar sus excusas. Ni siquiera quería pensar en lo que ella había hecho. Si tan sólo pudiera ignorar eso y enfocarme en su rostro —su hermoso rostro adolorido— podría olvidar todo lo malo y sólo estar feliz de verla lo suficiente para mantener a Kris a salvo.
- Cuando vi a los policías en frente de tu casa anoche pensé que me iba a enfermar. Te sacaron con esposas y después de oír lo de Ruslán estaba segura de que te llevarían a la cárcel. Pensé que no te volvería a ver, y me fui tan enojada ayer. Pensé que ibas a pasar tu vida en la prisión creyendo que te odiaba.
Apreté aún más a Lena y mi nombre se escapó de su boca en forma de un suspiro. Me devolvió el abrazo como si mi sola presencia estuviera renovando su fuerza.
- ¿Cómo fue que te dejaron ir? - No pude evitar preguntar.
- Sólo me llevaron para interrogarme - El cuerpo de Lena se tensó debajo de mí - No sé por qué se molestaron. No creyeron ni una palabra de lo que les dije. La única razón por la cual no me arrestaron fue porque no tenían pruebas. El auto de Ruslán todavía está desaparecido, y él no logró ver bien a su atacante. El tipo tenía puesta una máscara y llegó por detrás cuando se metía en el auto.
Me estremecí, preguntándome cómo podía hablar Lena tan tranquilamente sobre un tipo al que casi había me sintió temblar y me apretó con tanta fuerza que casi dolió. Busqué algo para decir -
Espero que no te moleste que haya venido, pero me sentía tan horriblemente preocupada por ti.
- ¿Molestarme que hayas venido? - repitió incrédula. La confusión podía haberse ido de su voz, pero su incredulidad no lo había hecho - Tenía miedo de que me odiaras. No pensé que me dejarías explicarte.
Al oír el crujido de la puerta de Lena, eché un vistazo sobre su hombro. Mi hermana todavía esperaba la oportunidad para escapar. Sentí a Lena comenzar a girar y llevé mi mano a su cabello, lentamente pasando mis dedos sobre el mismo. Los ojos de Lena se cerraron ante la caricia.
- No necesito una explicación - le dije - Sólo necesito que mi novia me bese.
Lena lucía desconcertada, pero exitosamente distraída, podría haber sacado un tanque de guerra de su habitación y ella no se habría dado cuenta.
- Acabas de decir la palabra con N - dijo.
- Y todavía no me estás besando.
Lena no necesitó que se lo dijera otra vez. Me besó con tanta seriedad que aunque supiera que tenía un armario lleno de fotos de chicas muertas y probablemente próximas-a-morir, me derretí en sus brazos. Por el lado positivo, Kris fue capaz de escapar a salvo. Por el lado no tan positivo, ahora besaba a alguien que probablemente había apuñalado a un hombre y matado a cuatro chicas, y descubrí que realmente no quería detenerme.
Gracias al cielo por el celular de Kris. Si hay algo que puede acabar con mis ganas de besuquearme, es esa cosa.
- No respondas - gruñó, aparentemente eso no había acabado con su humor. Pero sabía que sería Kris tratando de rescatarme, así que contesté.
- ¿Hola?
- Yulia, hola, ¿todavía estás en lo de Lena?
Lena escuchó la voz de Kris a través del teléfono y eso sí acabó con su humor. Me dejó ir y cayó en su cama, frunciendo el ceño. Me acosté en la cama con ella, aunque eso me hacía querer besarla un poco más. Necesitaba estar lo suficientemente cerca para que pudiera escuchar cualquier excusa que Kris estuviera a punto de darme.
- No te preocupes, ya no estamos peleando - le expliqué a Lena, sonriendo cuando rodó a mi lado y pasó su brazo sobre mi estómago. Al teléfono dije - Sí, todavía estoy aquí. Lena llegó a casa hace como cinco minutos, así que pensé en quedarme un rato. ¿Por qué, qué pasa?
- Será mejor que vuelvas a casa. Acabo de escuchar a papá levantarse.
Me incorporé. Había muchas probabilidades de que esa excusa fuera real.
- Gracias. Estoy yendo ahora mismo.
Lena se aferró a mi mano y me dirigió una mirada inquisitiva.
- Lo siento - dije - Pero no quiero tener que explicarle a mi padre que estoy haciendo en tu casa a las ocho de la mañana en pijama.
Lena parecía infeliz acerca de tener que dejarme ir, pero al menos no parecía enojada.
- ¿Alguna vez tendremos la oportunidad de besarnos sin ser interrumpidas?
- No ahora mismo - dije - Te llamaré más tarde. Estoy feliz de que estés en casa - Lena me acompañó hasta la puerta de entrada y no me dejó ir hasta que la besé.
- Me debes una sesión de besos - me advirtió. Sólo respondí con una sonrisa.
Kris prácticamente me abordó en cuanto entré a la casa - ¡No puedo creer que hayamos salido de esa! - dijo una vez que hubo cerrado mi puerta. Ambas nos dirigimos directamente a mi ventana - Cuando esa puerta se abrió, pensé que ambas estábamos muertas. Linda distracción, por cierto. Qué manera de besarte con una asesina.
Mis instintos naturales querían escupir alguna estúpida respuesta, pero lo único que salió de mi boca fue un suspiro.
- Tienes que admitirlo, Yulia. Tenemos que llamar a la policía.
- Pero no encontramos nada que pruebe que lo hizo. Todavía no puede ser ella.
- ¿Pero qué hay de esas fotos en su armario? Habían tres chicas que no están muertas aún. ¿Tenemos que esperar hasta que lo estén?
Estaba derrotada y lo sabía.
- Supongo que no.
Tres horas atrás, no me convencía de que hablar con los policías fuera lo correcto, pero mi hermana y yo estábamos sentadas en el patio de comidas con el detective con el que habíamos hablado antes.
- Podría haber ido a su casa - dijo el Detective Shapovalov una vez que sacó un chocolate de su traje y se uniera a nosotras en nuestra mesa - En realidad debería estar hablando con ustedes con sus padres presentes.
- ¡No! - dijimos Kris y yo juntas. Creo que eso sobresaltó al Detective Shapovalov.
- Nuestros padres van a irse en un crucero el miércoles - explicó Kris - Si se enteraran de todo esto, cancelarían el viaje.
- Es su vigésimo aniversario - añadí - Y jamás se han ido de vacaciones sin nosotras. Rompería sus corazones no poder ir.
- ¿Me están queriendo decir, chicas, que estarán solas en casa este fin de semana?
- Casi tengo dieciocho - dijo Kris, ofendida - Somos lo suficientemente grandes como para quedarnos solas. Además, tenemos un contacto de emergencia a ocho kilómetros. Estaremos bien.
- Y en realidad no hay razón para preocuparse, ¿verdad? - pregunté - Quiero decir, la última vez dijo que todo este tema con Lena es probablemente sólo coincidencia, ¿verdad?
El detective tiró del cuello de su camisa, obviamente muy incómodo acerca de algo.
- ¿Qué? - exigí, mientras Kris preguntaba más cortésmente.
- ¿Encontraron algo?
El policía echó un vistazo alrededor del atestado centro comercial y se inclinó sobre la mesa para susurrarnos - Encontramos el auto robado de su amigo Ruslán. Había un cuchillo allí dentro.
- ¿Qué tiene eso que ver con Lena? - pregunté.
- ¿O el Acuchillador de los Sábado por la Noche? - añadió Kris.
- El cuchillo se encontraba cubierto de sangre, así que hicimos pruebas de ADN. Encontramos el ADN de Ruslán, y también el ADN de dos de las víctimas de los Sábados por la Noche. Quien quiera que haya atacado a Ruslán es definitivamente nuestro asesino serial.
- Bueno, eso no tiene sentido - me quejé - El Acuchillador de los Sábados por la Noche ha estado perfecto. No ha dejado una sola huella digital o hebra de cabello o nada en ninguno de los cuatro asesinatos. ¿Por qué de repente atacaría a un chico al azar, robaría un auto y luego sería tan descuidado de dejar el arma del asesinato allí? Es simplemente estúpido.
El Detective Shapovalov actuó con condescendencia cuando me sonrió.
- Los crímenes pasionales siempre son más descuidados. A tu novia realmente le molestó que Ruslán llegara a lo físico contigo.
- ¡Pero no pueden probar que fue Lena la que hizo eso!
La sonrisa del policía se volvió lamentable.
- Es verdad. No hay pruebas de que haya sido Lena la que atacó a Ruslán - dijo. No creo que estuviera tratando de consolarme - Todo, incluso lo que ustedes me han dicho sobre las fotos en su armario, es circunstancial. No podemos atrapar a esta chica hasta que tengamos pruebas fuertes.
Me estremecí por la manera en que dijo "atrapar a esta chica". El policía se encontraba convencido, y en busca de sangre. Y si él estaba convencido, y era el detective principal del caso del Acuchillador de los Sábados por la Noche... Mi mundo se desmoronó alrededor mío.
- Así que es verdad, entonces - murmuré - Lena realmente es la... - No pude terminar mi oración. Mi novia era una asesina serial. Besé a una asesina serial. Me gustaba una asesina serial. Todavía me gusta. Sentí el brazo de Kris envolverme los hombros, pero no me hizo sentir nada mejor.
- ¿Qué se supone que haga ahora? - susurré.
- Uh, ¿terminar con ella? - sugirió mi hermana.
- ¡No! - dijo el Detective Iván tan de repente que Kris y yo saltamos.
- ¿Qué? - jadeó Kris.
- No puedo simplemente permanecer en una relación con una asesina.
- Yulia - dijo gentilmente el policía - Tienes que actuar con normalidad. Nada de repentinas rupturas. Si Lena piensa que has descubierto su secreto, si sospecha que vas a volverte en su contra en absoluto, te matará para protegerse. Es lo que hacen estos tipos de personas. Tienes que seguirle la corriente hasta que yo pueda atraparla. Es la única manera de mantenerte a salvo.
- Pero Lena no va a venir a por mí. Sin importar lo mucho que quiera, no puede. Es demasiado riesgoso y ella lo sabe. Dijo eso cuando le dije que Kris pensaba que era el Acuchillador.
- ¿Le dijiste eso? - jadeó Kris.
- Tenía que decirle algo - espeté defendiéndome - Se ofendió bastante cuando llamaste a la policía por ella.
Eso hizo que el Señor Detective retrocediera.
- ¿Le dijiste que me habían llamado?- preguntó cuidadosamente.
- ¿Parezco estúpida? - dije - Por supuesto que no le dije a mi novia que mi loca hermana había llamado a la policía y la había acusado de matar a cuatro chicas. Quería mantenerla como novia en ese momento. Kris le dijo que había llamado a los policías por ella en el parque luego de que sacara un puñal ante Ruslán. No entendía por qué ella la había delatado con tanta facilidad cuando en realidad nadie había resultado herido y sólo trataba de defenderme.
- ¿Así que no sabe que están contactando con la policía acerca de esto? ¿Sólo piensa que es una teoría loca?
- Sí.
- ¿Y piensa que tu lo crees?
- Por supuesto que no.
El Detective Shapovalov agudizó su mirada en ambas y habló lentamente.
- ¿Alguna de las dos le ha dicho algo a alguien acerca de esto? ¿Sus padres? ¿Amigos?
Kris sacudió su cabeza y yo dije - Sólo cuando le conté a Lena sobre la loca teoría de Kris. Pero no le dije cuánto creía eso ella.
El Detective dejó escapar la respiración.
- Bien - dijo - Eso tiene que quedar entre nosotros. Si Lena sospecha cualquier cosa en absoluto, vendrá a por ustedes. Estoy haciendo lo mejor que puedo para atraparla detrás de las rejas, pero sólo necesito un poco más de tiempo.
Levanté la mano como si estuviera esperando a que el profesor me nombrara - Entonces, todavía estoy confundida. ¿Cómo exactamente se supone que actúe como una novia normal con una asesina?
El Detective rió. Bastante poco profesional, si me preguntas. Las estúpidas autoridades piensan que son superiores todo el tiempo. Por supuesto, yo tenía problemas con el manejo de la ira.
- Por lo que parece, ya eres todo menos una novia normal, así que sólo sé tú misma.
- ¿Qué se supone que significa eso? - espeté.
No tenía idea de por qué mi pregunta hizo que el detective sonriera, o que Kris bufara. A juzgar por las miradas que me dirigían, esperé a que ambos respiraran y me dijeran.
- Oh, Yulia - Tenían que escupirlo para mí antes de que lo entendiera.
- Pareciera que la mantienes en posición de una joven monja, en el departamento del romance - dijo el Detective.
- ¿Eh?
- Haces que se ponga increíblemente celosa por todos tus amigos, no soportas su mierda, y estoy suponiendo que probablemente no la mandas a pasear lo suficiente como a ella le gustaría, tampoco - tradujo Kris - Creo que el Detective Shapovalov está diciendo que eres impredecible en una relación.
El Detective asintió con la cabeza y dijo - Lo cual trabajará en tu ventaja. La atraparemos tan pronto como podamos, y mantendré un ojo puesto en ti, pero sólo recuerda que lo más importante para mantenerte a salvo ahora mismo es nunca dejar que sepa que sospechas de ella - Miró a Kristina a mi lado y agregó - Tú tampoco.
Miré a mi hermana con el ceño fruncido. Todo lo que ella había hecho era sospechar de ella.
- Estamos tan muertas.
A leer!!
Capítulo 21: Actuar como si no supiera nada
Por segundo domingo seguido, los parques de la ciudad se encontraban libres de cualquier cuerpo, y la razón era que Lena pasó la noche en la cárcel. Al menos, eso fue lo que me dijo Kris cuando me despertó bien temprano esta mañana, a las ocho.
Anoche, después de habernos escapado de nuestros padres, nos encontrábamos en mi habitación intentando decidir si debíamos decirles sobre el ataque de Lena hacia Ruslán, cuando dos policías se aparecieron en la casa de la pelirroja.
Desde mi ventana, vimos cómo se llevaban a Lena esposada. Su tía la abrazó con fuerza antes de que la pusieran en el asiento trasero del auto. Cuando los policías se alejaron, la Srta. Novikova los siguió en su Beemer. El auto aún no había regresado.
- Pero ayer me dijo que los asesinos nunca irían por las personas que conocen. A Ruslán lo conoce. Y tiene razones para odiarlo. Si Lena fuese una asesina, no sería tan estúpida. Puede que haya atacado a Ruslán, pero no es el Acuchillador.
- ¿Quién más podría ser? - preguntó Kris - La semana pasada, Lena pasó todo el fin de semana aquí contigo y no hubo ningún homicidio. Anoche se la llevaron a la cárcel, y una vez más, no hubo homicidio.
Tenía que admitirlo, si se veía mal.
- Yulia, debemos decírselo a mamá y a papá. Tenemos que llamar a ese detective.
- ¡No! - Mi corazón latía como loco. Fue horrible haber visto cómo se llevaban a Lena anoche. Me quedé sentada junto a la ventana toda la noche, esperando a que su tía la trajera a casa. No podía soportar pensar que se encontraba en la cárcel. Sabía que podía cuidarse de otros criminales, pero aún así, existía una parte de ella que era demasiado vulnerable.
Simplemente la quería en casa, donde sabía que se encontraba segura. Necesitaba decirle que lamentaba haberme enojado ayer y hacerle saber cuánto apreciaba que haya querido defenderme, aunque lo haya llevado demasiado lejos.
- Sólo intentaba protegerme - dije, frustrada - Ésa fue la única razón por la que atacó a Ruslán. No la voy a culpar por los homicidios de los Sábados por la Noche hasta que tengamos pruebas. Pruebas en verdad físicas - Miré hasta la casa al otro lado de la calle, allí tan vacía y tentadora, suspiré - Tengo que saberlo con seguridad.
Kris vio como me ponía mis zapatos. Me siguió mientras cruzaba la calle y preguntó - ¿Qué estas haciendo?
- ¿Qué estamos haciendo? - le corregí - Es una cosita pequeña llamada allanamiento de morada.
- ¿Qué? ¡No podemos hacer eso!
- ¿Por qué? No es como si Lena nunca haya entrado sin permiso a mi habitación. Al menos tengo que intentar averiguarlo. Si tiene algún tipo de prueba allí adentro, entonces aceptaré que mi novia es una asesina psicópata y llamaremos a ese detective. Lo prometo.
- Pero no puedes simplemente meterte en casas ajenas, Yulia. También podrías terminar en la cárcel.
- Necesito ponerle un fin a esto - admití desesperada. - Aún me gusta, ¿está bien? Kris, me gusta mucho. Si ella mató a esas chicas, entonces necesito alguna prueba. Tengo que verlo con mis propios ojos. Necesito algo que haga que deje de gustarme.
Una intensa sensación llenó mi estómago justo en ese momento. Dejé de moverme y miré a Kris a los ojos - Y si en verdad encuentro la prueba de que mató a esas chicas - murmuré, luchando contra las nauseas - entonces voy a necesitar que mi hermana mayor esté allí conmigo para que me ayude a calmarme cuando me esté volviendo loca.
Kris me miró fijamente, tragándose todos esos pensamientos, y tomó mi mano.
- De acuerdo - dijo, convencida - Está bien, hagámonos.
- Gracias.
Resultó que mi primer acto criminal fue sorprendentemente fácil de llevar a cabo, ya que anoche la Srta. Novikova había salido con tanta prisa que había olvidado cerrar la puerta con seguro.
- Me pregunto si nos darían menos tiempo en la cárcel, ya que entramos normalmente, sin allanar - dijo Kris cuando cerramos con seguro la puerta detrás de nosotras.
- Sólo apurémonos para que no nos atrapen, y así no tener que ir a la cárcel en primer lugar.
- Entonces, ¿qué estamos buscando? ¿Dónde crees que debamos comenzar?
- Su habitación - dije automáticamente - Hay una caja de metal debajo de su cama que me muero por revisar. La vi una vez cuando me tenía en el piso debajo de ella.
Comencé a subir las escaleras, pero Kris simplemente se quedó allí, en medio de la habitación con la boca abierta, mirándome.
- Yulia - dijo lentamente, con sus mejillas sonrojándose un poco - Sé que todo el asunto de salir con una persona es muy emocionante, pero no estoy muy segura que deberías estar moviéndote tan rápido. Es decir, sólo obtuviste tu primer beso hace un par de semanas.
- ¿Qué crees que hacía? - jadeé cuando finalmente entendí a lo que se refería Kris - Ella me había secuestrado y atrapado en su habitación. Luego de que rompí su lámpara en mil pedazos y golpeé su cabeza con un despertador, tuvo que sujetarme al piso para evitar que le lanzara alguna otra cosa. No hacíamos nada.
- Oh. Bien, entonces - Kris me siguió hasta arriba - Porque sería muy incómodo si en verdad hayan hecho algo y ella termine encerrada en la cárcel para siempre. Tendrías que ir a un episodio de Oprah para poder ser normal otra vez.
- Necesito ir con Oprah por el simple hecho de vivir contigo - le contesté mientras caminábamos hasta la habitación de Lena. Había limpiado las latas de sodas y los dulces de nuestra noche de juegos, y tenía mi bolso puesto delicadamente en una esquina, en su silla de juegos.
- Es algo horripilante aquí adentro, ¿no te parece? - preguntó Kris.
Miré alrededor - Se ve como cualquier habitación, en mi opinión. Simplemente muy, muy limpia.
- ¿A qué crees que me refería con horripilante?
- Como sea. Simplemente comienza a buscar cualquier cosa extraña.
Busqué debajo de su cama y saqué la caja de metal. Era una pequeña caja roja de herramientas hecha en metal y, desafortunadamente, cerrada con seguro.
- Rápido, debe haber una llave por algún lado. Busca por allí una llave pequeña. Ve dentro de sus gavetas o algo así.
- No voy a rebuscar entre su ropa interior. Es tu novia. Tú busca en las gavetas.
Rodé los ojos y comencé a buscar entre sus gavetas. Dos segundos después, sentí como Krisitina se acercaba detrás de mí - Huh - dijo - Bóxers de mujer. Interesante. No me hubiera imaginado eso.
- Creí que no querías meterte con su ropa interior.
- No lo estoy haciendo. Tú sí.
- No hay nada aquí - dije, cerrando la última gaveta.
Kris tomó una botella de perfume mientras yo me dirigía hasta la mesita de noche - Esto se ve costoso - dijo, vertiendo un poco sobre su muñeca.
- ¿Podrías al menos ayudarme?
- Wow, huele bien. ¿Siempre huele así de bien?
Desafortunadamente - No hay nada en su mesita de noche aparte de su arma eléctrica - dije. No pude evitar agarrarla y apretar el botón. Chisporrotearon chispas azules - Me pregunto cuán fuerte puede lastimar esta cosa.
- Te desafío a usarlo.
Estiré el arma hasta Kris y pulsé el botón de nuevo - ¿Usarla en ti?
- Que graciosa. Baja esa cosa y déjame ver que tiene en su closet - Kris abrió la puerta del closet y comenzó a examinar la ropa guindada - Oh, es una lástima que no haga tanto frío afuera. Apuesto a que Lena se ve hermosa en esto - dijo, sacando una chaqueta negra de cuero de su gancho.
Cuando se la probó, pregunté - ¿Siquiera estás buscando las evidencias? ¿O solamente fisgoneas?
- Me pregunto cuánto dinero gastó en este guardarropa. Desearía tener... espera - jadeó Kris - ¿Qué es esto?
Había algo pegado con cinta adhesiva en el fondo del closet. Empujé toda la ropa a un lado y Kris soltó un quejido silencioso - ¿Qué es? ¿Algún tipo de altar?
- No seas estúpida, idiota. Los altares necesitan velas y cosas así.
- ¿Qué está haciendo con fotos de chicas muertas pegadas en su closet? - preguntó Kris.
- Me preocupan más las chicas de allí que no están muertas - susurré.
Hasta ese momento, en verdad no había creído que Lena tuviera algo que ver con el Acuchillador de los Sábados por la Noche. Pero vimos un collage de fotos, reportes de la policía, y notas, todas en relación al caso del Acuchillador. Iryna Kozel, Lizaveta Klokova,Wren DeSantis y la primera victima, cuyo nombre resultaba ser Tatiana Martynova. Todas se encontraban allí, mirándome de frente junto a otras tres fotografías de chicas que encajaban en el mismo perfil.
- No es un altar - murmuré - Es una investigación. Está estudiando el caso. Ve como lo tiene todo organizado. Es como si intentara resolverlo.
- ¿Estas bromeando? - preguntó Kris, señalando la foto de una chica llamada Ekaterina Popkova. Esto no es resolverlo. Ésa es una fotografía de su próxima victima.
Intenté no creerle - ¿Y entonces qué me dices de toda esta información? ¿Todos los reportes de la policía? ¿Todos los perfiles de las personas trabajando en el caso? ¿Por qué tendría todo eso.
- Obviamente necesita saber cuán cerca están los policías de atraparla. Tú pediste una prueba. Aquí está tu prueba. Dame mi celular. Voy a llamar al Detective Shapovalov.
- ¡No! No es suficiente. No puede ser ella.
Sí, me hallaba en completa negación. ¿Y qué?
- Yulia, lo prometiste. ¿Qué más necesitas? ¿Qué venga detrás de ti con un cuchillo?
- ¡Fotografías! - jadeé.
Kris comenzaba a frustrarse - ¿Qué crees que son éstas? - gritó.
- No. Me refiero a las instantáneas. El asesino dejó fotos instantáneas de sus víctimas, ¿verdad? ¿Para que conectaran los asesinatos? Bueno, ¿no a todos los asesinos les gusta llevarse recuerdos? Él les ha tomado fotos. Si Lena es la asesina, entonces tendría esas fotos.
- Oye, bien pensado.
- Ya revisé las gavetas y la mesita de noche - Miré alrededor del perfectamente ordenado cuarto y regresé hasta la cama de Lena - Ayúdame a levantar el colchón.
- Ten cuidado, Yulia, ¿en verdad quieres saber lo que mantiene oculto debajo de su colchón?
- Oh, ya cállate y levántalo.
- Yulia, si es cierto que está matando gente, ¿crees que sería lo suficientemente tonta como para guardar evidencia debajo de su colchón? Tienes que ser más creativa que eso.
- ¿Y en donde sugieres que revise? - le solté y metí mi mano entre su colchón - El único lugar donde al parecer has estado buscando es por encima de mi hombro. ¿Podrías, por favor, ayudarme?
Kris suspiró, como si le hubiese pedido que presentara un examen por mí - Está bien, de acuerdo - Con una mirada que sugería que yo era una idiota, Kristina rebuscó debajo de la cama y sacó la caja de herramientas para colocarla sobre sus piernas. Luego de examinar el pequeño candado, dijo - No es mucho más que algo que puedes encontrar en una maleta. Estoy segura que podemos abrirlo con un palito. ¿No tendrás un invisible para el cabello - Ambas nos reímos al mismo tiempo - Lo lamento, olvidé con quién hablaba.
- ¿Esto funcionará? - pregunté, tendiéndole mis llaves con el llavero de navaja rosado.
- Aw, es tan lindo - Habló con ternura - ¿De donde lo sacaste?
- Lena me lo regaló de cumpleaños.
- Uh, en realidad eso es muy dulce. Es una lástima que usaremos su regalo para meterla a la cárcel.
Luego de un minuto de estar luchando con el candado, se abrió. Kris comenzó a levantar la tapa y mi corazón se saltó un latido - Espera - susurré.
Mi hermana me miró - ¿Quieres hacerlo tú?
- ¡No! Yo... Yo... No puedo ver. No quiero saber lo que hay allí dentro.
- Tenemos que verlo.
- ¿Pero qué pasa si es ella en verdad? No puedo soportarlo. Tú mira. Mira y luego no me digas. Si es ella, no quiero saberlo.
- Yulia - La voz de Kris se volvió lastimosa - Todo estará bien. Si es ella, entonces detendremos que una asesina acabe con la vida de chicas inocentes. Estarás a salvo otra vez - Sonrió juguetona -
Y no estaré más castigada los fines de semanas.
Eso me hizo sonreír - Ah, la verdadera razón por la que me estás ayudando.
Ambas logramos soltar una risita, y luego ella respiró profundamente - Aquí vamos.
Cerré los ojos con fuerza y sostuve el aliento.
- Oh - murmuró Kris con admiración - Wow!
- ¿Qué? - Mis ojos se abrieron mientras Kris me tendió la caja de herramientas.
Dentro de la caja se hallaba lo que había quedado de los padres de Lena. Un puñado de fotografías, un par de anillos de boda, un par de lentes de sol, un adorno para el cabello de su mamá.
- Era hermosa - dijo Kris, mirando una fotografía de la mamá de Lena.
Levanté una foto familiar y miré de cerca al padre de Lena - También él - dije. Ninguna de las dos podíamos levantar nuestras voces - Con razón Lena es tan...
- ¿Deliciosa? - ofreció la absurda de mi hermana.
Lena era una combinación de ambos. Tenía los ojos verdi grises de su mamá y la nariz y sonrisa de su papá. En la foto, se encontraban en una playa con una Lena de nueve años mostrando con mucho orgullo un castillo de arena, como si no le importara más nada en este mundo. Tenía una sonrisa que nunca le había visto. La foto daba una pista de lo mucho que la muerte de sus padres la había cambiado. Mi corazón casi se parte en dos al verlos juntos.
La puerta de enfrente se cerró con un golpetazo abajo, salté tan alto que el contenido de la caja de herramientas se esparció por el piso.
- ¡Ya llegaron! - siseó Kris.
Frenéticamente, lancé todo de vuelta a la caja, mientras mi hermana se quitaba la chaqueta de Lena y acomodaba la ropa en el closet para tapar la pared.
- No podemos salir por la ventana - le dije a Kris.
- Tendremos que esperar hasta que se vaya a su habitación o algo así, y luego salir a hurtadillas.
- ¿Qué hay de Lena?
- Probablemente aún esté en la cárcel.
Justo entonces escuchamos hablar a la tía de Lena - ¿Quieres que te prepare un sándwich o algo?
- No, gracias - respondió Lena, sonaba algo deprimida - Sólo estoy cansada.
- De acuerdo. Entonces voy a ir a mi oficina a hacer algunas llamadas por un rato. Ya resolveremos esto.
- Sí, seguro - Lena no se escuchaba tan optimista como su tía.
Escuchamos el sonido de la puerta de la oficina cerrándose y luego fuertes pisadas en las escaleras.
Kris y yo nos miramos con horror. La puerta de la habitación de Lena se encontraba abierta de par en par, y en unos dos segundos entraría y nos encontraría revisando sus cosas. Estábamos muertas.
- Rápido, Kris, escóndete detrás de la puerta. Yo la distraeré y tú podrás salirte.
- ¡Yulia, no! - Mi hermana tomó el arma eléctrica de la mesita de noche - Tengo una mejor idea.
- ¡No vamos a electrocutarla! No me lastimará, Kris - siseé al empujarla detrás de la puerta, cerciorándome de que no pudiera verse. Luego, corrí hasta su cama y abracé su almohada como si hubiese estado durmiendo por un rato. Ni siquiera estoy segura de cómo mis ojos se cerraron completamente cuando entró a la habitación.
- ¿Volkova? - jadeó.
Hice mi mejor imitación de alguien agitándose en un sueño profundo. Luego de un momento, le eché una mirada a su rostro destruido y no tuve que actuar cuando me apresuré hacia ella y le eché mis brazos a su alrededor.
- ¡Lena! Estoy tan contenta de que hayas vuelto. Me preocupé tanto - La manera en que sus brazos se envolvieron a mí alrededor fue más reactiva que nada.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó, sorprendida y completamente confundida.
Levanté el mentón para mirarla a los ojos, pero me negué a soltar mi agarre en su cintura.
- Sé lo de Ruslán - dije - Eso es lo que vino a decirme Kris.
- Volkova, espera, te juro que...
- No importa - le dije rápidamente. No quería escuchar sus excusas. Ni siquiera quería pensar en lo que ella había hecho. Si tan sólo pudiera ignorar eso y enfocarme en su rostro —su hermoso rostro adolorido— podría olvidar todo lo malo y sólo estar feliz de verla lo suficiente para mantener a Kris a salvo.
- Cuando vi a los policías en frente de tu casa anoche pensé que me iba a enfermar. Te sacaron con esposas y después de oír lo de Ruslán estaba segura de que te llevarían a la cárcel. Pensé que no te volvería a ver, y me fui tan enojada ayer. Pensé que ibas a pasar tu vida en la prisión creyendo que te odiaba.
Apreté aún más a Lena y mi nombre se escapó de su boca en forma de un suspiro. Me devolvió el abrazo como si mi sola presencia estuviera renovando su fuerza.
- ¿Cómo fue que te dejaron ir? - No pude evitar preguntar.
- Sólo me llevaron para interrogarme - El cuerpo de Lena se tensó debajo de mí - No sé por qué se molestaron. No creyeron ni una palabra de lo que les dije. La única razón por la cual no me arrestaron fue porque no tenían pruebas. El auto de Ruslán todavía está desaparecido, y él no logró ver bien a su atacante. El tipo tenía puesta una máscara y llegó por detrás cuando se metía en el auto.
Me estremecí, preguntándome cómo podía hablar Lena tan tranquilamente sobre un tipo al que casi había me sintió temblar y me apretó con tanta fuerza que casi dolió. Busqué algo para decir -
Espero que no te moleste que haya venido, pero me sentía tan horriblemente preocupada por ti.
- ¿Molestarme que hayas venido? - repitió incrédula. La confusión podía haberse ido de su voz, pero su incredulidad no lo había hecho - Tenía miedo de que me odiaras. No pensé que me dejarías explicarte.
Al oír el crujido de la puerta de Lena, eché un vistazo sobre su hombro. Mi hermana todavía esperaba la oportunidad para escapar. Sentí a Lena comenzar a girar y llevé mi mano a su cabello, lentamente pasando mis dedos sobre el mismo. Los ojos de Lena se cerraron ante la caricia.
- No necesito una explicación - le dije - Sólo necesito que mi novia me bese.
Lena lucía desconcertada, pero exitosamente distraída, podría haber sacado un tanque de guerra de su habitación y ella no se habría dado cuenta.
- Acabas de decir la palabra con N - dijo.
- Y todavía no me estás besando.
Lena no necesitó que se lo dijera otra vez. Me besó con tanta seriedad que aunque supiera que tenía un armario lleno de fotos de chicas muertas y probablemente próximas-a-morir, me derretí en sus brazos. Por el lado positivo, Kris fue capaz de escapar a salvo. Por el lado no tan positivo, ahora besaba a alguien que probablemente había apuñalado a un hombre y matado a cuatro chicas, y descubrí que realmente no quería detenerme.
Gracias al cielo por el celular de Kris. Si hay algo que puede acabar con mis ganas de besuquearme, es esa cosa.
- No respondas - gruñó, aparentemente eso no había acabado con su humor. Pero sabía que sería Kris tratando de rescatarme, así que contesté.
- ¿Hola?
- Yulia, hola, ¿todavía estás en lo de Lena?
Lena escuchó la voz de Kris a través del teléfono y eso sí acabó con su humor. Me dejó ir y cayó en su cama, frunciendo el ceño. Me acosté en la cama con ella, aunque eso me hacía querer besarla un poco más. Necesitaba estar lo suficientemente cerca para que pudiera escuchar cualquier excusa que Kris estuviera a punto de darme.
- No te preocupes, ya no estamos peleando - le expliqué a Lena, sonriendo cuando rodó a mi lado y pasó su brazo sobre mi estómago. Al teléfono dije - Sí, todavía estoy aquí. Lena llegó a casa hace como cinco minutos, así que pensé en quedarme un rato. ¿Por qué, qué pasa?
- Será mejor que vuelvas a casa. Acabo de escuchar a papá levantarse.
Me incorporé. Había muchas probabilidades de que esa excusa fuera real.
- Gracias. Estoy yendo ahora mismo.
Lena se aferró a mi mano y me dirigió una mirada inquisitiva.
- Lo siento - dije - Pero no quiero tener que explicarle a mi padre que estoy haciendo en tu casa a las ocho de la mañana en pijama.
Lena parecía infeliz acerca de tener que dejarme ir, pero al menos no parecía enojada.
- ¿Alguna vez tendremos la oportunidad de besarnos sin ser interrumpidas?
- No ahora mismo - dije - Te llamaré más tarde. Estoy feliz de que estés en casa - Lena me acompañó hasta la puerta de entrada y no me dejó ir hasta que la besé.
- Me debes una sesión de besos - me advirtió. Sólo respondí con una sonrisa.
Kris prácticamente me abordó en cuanto entré a la casa - ¡No puedo creer que hayamos salido de esa! - dijo una vez que hubo cerrado mi puerta. Ambas nos dirigimos directamente a mi ventana - Cuando esa puerta se abrió, pensé que ambas estábamos muertas. Linda distracción, por cierto. Qué manera de besarte con una asesina.
Mis instintos naturales querían escupir alguna estúpida respuesta, pero lo único que salió de mi boca fue un suspiro.
- Tienes que admitirlo, Yulia. Tenemos que llamar a la policía.
- Pero no encontramos nada que pruebe que lo hizo. Todavía no puede ser ella.
- ¿Pero qué hay de esas fotos en su armario? Habían tres chicas que no están muertas aún. ¿Tenemos que esperar hasta que lo estén?
Estaba derrotada y lo sabía.
- Supongo que no.
Tres horas atrás, no me convencía de que hablar con los policías fuera lo correcto, pero mi hermana y yo estábamos sentadas en el patio de comidas con el detective con el que habíamos hablado antes.
- Podría haber ido a su casa - dijo el Detective Shapovalov una vez que sacó un chocolate de su traje y se uniera a nosotras en nuestra mesa - En realidad debería estar hablando con ustedes con sus padres presentes.
- ¡No! - dijimos Kris y yo juntas. Creo que eso sobresaltó al Detective Shapovalov.
- Nuestros padres van a irse en un crucero el miércoles - explicó Kris - Si se enteraran de todo esto, cancelarían el viaje.
- Es su vigésimo aniversario - añadí - Y jamás se han ido de vacaciones sin nosotras. Rompería sus corazones no poder ir.
- ¿Me están queriendo decir, chicas, que estarán solas en casa este fin de semana?
- Casi tengo dieciocho - dijo Kris, ofendida - Somos lo suficientemente grandes como para quedarnos solas. Además, tenemos un contacto de emergencia a ocho kilómetros. Estaremos bien.
- Y en realidad no hay razón para preocuparse, ¿verdad? - pregunté - Quiero decir, la última vez dijo que todo este tema con Lena es probablemente sólo coincidencia, ¿verdad?
El detective tiró del cuello de su camisa, obviamente muy incómodo acerca de algo.
- ¿Qué? - exigí, mientras Kris preguntaba más cortésmente.
- ¿Encontraron algo?
El policía echó un vistazo alrededor del atestado centro comercial y se inclinó sobre la mesa para susurrarnos - Encontramos el auto robado de su amigo Ruslán. Había un cuchillo allí dentro.
- ¿Qué tiene eso que ver con Lena? - pregunté.
- ¿O el Acuchillador de los Sábado por la Noche? - añadió Kris.
- El cuchillo se encontraba cubierto de sangre, así que hicimos pruebas de ADN. Encontramos el ADN de Ruslán, y también el ADN de dos de las víctimas de los Sábados por la Noche. Quien quiera que haya atacado a Ruslán es definitivamente nuestro asesino serial.
- Bueno, eso no tiene sentido - me quejé - El Acuchillador de los Sábados por la Noche ha estado perfecto. No ha dejado una sola huella digital o hebra de cabello o nada en ninguno de los cuatro asesinatos. ¿Por qué de repente atacaría a un chico al azar, robaría un auto y luego sería tan descuidado de dejar el arma del asesinato allí? Es simplemente estúpido.
El Detective Shapovalov actuó con condescendencia cuando me sonrió.
- Los crímenes pasionales siempre son más descuidados. A tu novia realmente le molestó que Ruslán llegara a lo físico contigo.
- ¡Pero no pueden probar que fue Lena la que hizo eso!
La sonrisa del policía se volvió lamentable.
- Es verdad. No hay pruebas de que haya sido Lena la que atacó a Ruslán - dijo. No creo que estuviera tratando de consolarme - Todo, incluso lo que ustedes me han dicho sobre las fotos en su armario, es circunstancial. No podemos atrapar a esta chica hasta que tengamos pruebas fuertes.
Me estremecí por la manera en que dijo "atrapar a esta chica". El policía se encontraba convencido, y en busca de sangre. Y si él estaba convencido, y era el detective principal del caso del Acuchillador de los Sábados por la Noche... Mi mundo se desmoronó alrededor mío.
- Así que es verdad, entonces - murmuré - Lena realmente es la... - No pude terminar mi oración. Mi novia era una asesina serial. Besé a una asesina serial. Me gustaba una asesina serial. Todavía me gusta. Sentí el brazo de Kris envolverme los hombros, pero no me hizo sentir nada mejor.
- ¿Qué se supone que haga ahora? - susurré.
- Uh, ¿terminar con ella? - sugirió mi hermana.
- ¡No! - dijo el Detective Iván tan de repente que Kris y yo saltamos.
- ¿Qué? - jadeó Kris.
- No puedo simplemente permanecer en una relación con una asesina.
- Yulia - dijo gentilmente el policía - Tienes que actuar con normalidad. Nada de repentinas rupturas. Si Lena piensa que has descubierto su secreto, si sospecha que vas a volverte en su contra en absoluto, te matará para protegerse. Es lo que hacen estos tipos de personas. Tienes que seguirle la corriente hasta que yo pueda atraparla. Es la única manera de mantenerte a salvo.
- Pero Lena no va a venir a por mí. Sin importar lo mucho que quiera, no puede. Es demasiado riesgoso y ella lo sabe. Dijo eso cuando le dije que Kris pensaba que era el Acuchillador.
- ¿Le dijiste eso? - jadeó Kris.
- Tenía que decirle algo - espeté defendiéndome - Se ofendió bastante cuando llamaste a la policía por ella.
Eso hizo que el Señor Detective retrocediera.
- ¿Le dijiste que me habían llamado?- preguntó cuidadosamente.
- ¿Parezco estúpida? - dije - Por supuesto que no le dije a mi novia que mi loca hermana había llamado a la policía y la había acusado de matar a cuatro chicas. Quería mantenerla como novia en ese momento. Kris le dijo que había llamado a los policías por ella en el parque luego de que sacara un puñal ante Ruslán. No entendía por qué ella la había delatado con tanta facilidad cuando en realidad nadie había resultado herido y sólo trataba de defenderme.
- ¿Así que no sabe que están contactando con la policía acerca de esto? ¿Sólo piensa que es una teoría loca?
- Sí.
- ¿Y piensa que tu lo crees?
- Por supuesto que no.
El Detective Shapovalov agudizó su mirada en ambas y habló lentamente.
- ¿Alguna de las dos le ha dicho algo a alguien acerca de esto? ¿Sus padres? ¿Amigos?
Kris sacudió su cabeza y yo dije - Sólo cuando le conté a Lena sobre la loca teoría de Kris. Pero no le dije cuánto creía eso ella.
El Detective dejó escapar la respiración.
- Bien - dijo - Eso tiene que quedar entre nosotros. Si Lena sospecha cualquier cosa en absoluto, vendrá a por ustedes. Estoy haciendo lo mejor que puedo para atraparla detrás de las rejas, pero sólo necesito un poco más de tiempo.
Levanté la mano como si estuviera esperando a que el profesor me nombrara - Entonces, todavía estoy confundida. ¿Cómo exactamente se supone que actúe como una novia normal con una asesina?
El Detective rió. Bastante poco profesional, si me preguntas. Las estúpidas autoridades piensan que son superiores todo el tiempo. Por supuesto, yo tenía problemas con el manejo de la ira.
- Por lo que parece, ya eres todo menos una novia normal, así que sólo sé tú misma.
- ¿Qué se supone que significa eso? - espeté.
No tenía idea de por qué mi pregunta hizo que el detective sonriera, o que Kris bufara. A juzgar por las miradas que me dirigían, esperé a que ambos respiraran y me dijeran.
- Oh, Yulia - Tenían que escupirlo para mí antes de que lo entendiera.
- Pareciera que la mantienes en posición de una joven monja, en el departamento del romance - dijo el Detective.
- ¿Eh?
- Haces que se ponga increíblemente celosa por todos tus amigos, no soportas su mierda, y estoy suponiendo que probablemente no la mandas a pasear lo suficiente como a ella le gustaría, tampoco - tradujo Kris - Creo que el Detective Shapovalov está diciendo que eres impredecible en una relación.
El Detective asintió con la cabeza y dijo - Lo cual trabajará en tu ventaja. La atraparemos tan pronto como podamos, y mantendré un ojo puesto en ti, pero sólo recuerda que lo más importante para mantenerte a salvo ahora mismo es nunca dejar que sepa que sospechas de ella - Miró a Kristina a mi lado y agregó - Tú tampoco.
Miré a mi hermana con el ceño fruncido. Todo lo que ella había hecho era sospechar de ella.
- Estamos tan muertas.
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