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NO PIDAS DESEOS EN LA OSCURIDAD // RAINBOW.XANDER

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Mensaje por Eac 7/29/2019, 1:17 am

Uyyy al final cuando entiendes el fics se vuelve mas que interesante pasa ser una historia de suspenso excelente

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Mensaje por Fati20 7/29/2019, 3:06 am

Se está poniendo bastante interesante con lo q se va descubriendo y creo q aún quedarán cosas por saber. Lo de q nastya esta enamorada de lena y ese es su deseo ya lo sospechaba
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Mensaje por mary 7/29/2019, 3:47 am

Órale que Mello

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 7/30/2019, 3:14 am

Jajaja!! Mary, como es eso de que Mello??? Bueno chic@s, acá les dejo otro capítulo... El del día lunes, así que disfrútenlo

A leer!!


Capítulo 9: ¿Era tan difícil?

–Atiende el teléfono, atiende el teléfono – suplicaba Yulia escondida atrás del armario.

–¡Oh princesa! ¿Dónde estás? – se escuchaba decir a Fyodor a lo cerca y como algo se rompía en sus proximidades.

–¿Hola? – Lena atendió.

–¡Lena! ¡Lena! – exclamó Yulia al momento que algo golpeaba el armario y lo hacía pedazos. Yulia cayó hacia un costado gritando y Fyodor sonrió con triunfo.

–Te encontré, princesita – dijo el chico, acercándose mientras esta, como podía, se ponía de pie.

–¡Lena!

–¿Yu… Yulia?– le preguntó la voz de la pecosa del otro lado.

–¡Lena! Tienes que matar a Fyodor ¡Por Dios!

Fyodor empujó a Yulia con su pie, haciendo que caiga por las escaleras mientras pedía ayuda, el teléfono rodó lejos de su mano.

–¡Mata a Fyodor! ¡Dios! ¡Lena!– le gritó al teléfono, al tiempo que veía como el de lentes lo hacía añicos debajo de su pie.

~~*~~

El móvil de Lena comenzó a vibrar en su bolsillo.

–¿Quién es?– preguntó Nastya antes de salir de la guarida.

–Espera es… Ekaterina… son mensajes.

–¿Mensajes?– preguntó con curiosidad la castaña acercándose.

–Sí, quizás me pueda decir donde está, quizás está atrapada en una de las habitaciones, podremos buscarla y...

–¿Qué? ¿Qué pasa?

–Son… son muchos mensajes…

–¿Qué dicen?

–Mira…

Lena comenzó acercar la pantalla para que Nastya mirara también los mensajes, desde el primero a los que iban llegando.

"Lena, puedes pasar a buscarme. Algún idiota mintió sobre la fiesta… estoy en la misma dirección, contesta"

"Lena, vamos, apúrate, pide un taxi a alguno de tus amigos para que venga"

"Lena ¿Por qué no atiendes el teléfono? Vamos. Aún tengo tiempo de hacer planes para la noche. Apúrate"

"Lena, si llegas, búscame dentro de la casa, la puerta estaba totalmente abierta. Buscaré algo de comer"

"Lena, por favor atiende el teléfono, por favor, no es una broma, estoy encerrada en una habitación, atiéndeme"

"Lena tengo miedo, llama a papá y a la policía, algo me persigue, me lastimó el brazo, por favor, Lena."

"Lena, ya no siento nada, pero por favor, llama a la policía, estoy encerrada en una pequeña habitación a la derecha en la planta baja, no hay ventanas, por favor Lena, rápido"

"Lena por favor, algo me está buscando, no es una broma, por favor tengo miedo"

Y luego los mensajes dejaron de aparecer.

–Que… que extraño…

–¿Lena?– la llamó Nastya– en esta casa, el tiempo no funciona como debería funcionar… esos mensajes quizás si sean de Ekaterina, pero no son de ahora, pueden ser de horas antes… o quizás de horas después…

–¿Qué?

–Yo tampoco lo entiendo… fue lo que el señor me explicó.

Un grito muy fuerte cerca de donde se encontraban, alertaron a las dos.

–¡Yulia!– gritó Lena, saliendo de la guarida sin miramientos y acercándose lo antes posible al pasillo.

Nastya siguió a la pecosa, y pudo ver lo mismo que ella veía ahora.

La sala principal estaba iluminada y cerca del descanso de las escaleras, estaba Fyodor, sosteniendo de los cabellos a Yulia.

–¡Corran!– les gritó la pelinegra a sus amigas.

–¡Fyodor! ¡Suéltala!– ordenó Lena, pero solo pudo avanzar dos pasos hasta que nuevamente su adolorido cuerpo le pasara factura.

–¡Salgan de aquí!– les volvió a ordenar Yulia, pero ninguna se movió.

Fyodor haló muy fuerte de Yulia haciendo su cabeza a un costado y empujándola nuevamente escalera abajo, haciendo que esta rodara.

Yulia pegó varios gritos de dolor mientras intentaba alejarse lo más posible de allí. Vio la puerta principal e intentó abrirla. Pero como antes, esta no lo hizo.

La pelinegra empezó a llorar, viendo llegar su final, lamentándose no poder despertar de esa pesadilla.

–No llores princesa, pronto te reunirás con tu príncipe – le dijo Fyodor, mientras bajaba por las escaleras.

Yulia, comenzó a arrastrarse hacia atrás, por el pasillo izquierdo, intentando prolongar el golpe final, mientras veía como Fyodor miraba el cuchillo que tenía en la mano con admiración.

–¡Nastya! Haz algo, lo que sea. Fyodor va a matar a Yulia– le suplicó la pecosa que no podía avanzar y que bajar las escaleras le estaba siendo imposible– ¡Nastya!

–Ese no es Fyodor– dijo finalmente la castaña, que se mantenía en el descanso, con una expresión de shock en su rostro.

–¿Qué?– preguntó Lena, volviendo su vista a su compañero, al tiempo que este pasaba cerca del ventanal de abajo y su reflejo se dejaba ver.

No era el reflejo de Fyodor, una criatura mucho más chica de estatura pasaba por allí, de un verde apagado y orejas deformes, con una enorme sonrisa con colmillos y mirada borgoña.

–¡Yulia!– gritó Lena con impotencia al ver como Fyodor la tomaba nuevamente de los cabellos y empuñaba el cuchillo.

–¿Últimas palabras?– preguntó el muchacho.

–Si– murmuró Yulia, aun llorando, tomando aire intentando concentrarse, solo para escupir la cara– púdrete.

El chico rió, sin limpiarse la mugre que su víctima había dejado y levantó el cuchillo.

Y fue entonces cuando un enorme mazo le golpeó el rostro y lo aplastó contra la pared.

Yulia miraba el rostro ahora preocupado de Fyodor, pegado en la pared con clavos y como el mazo salía del costado de su rostro solo para volver a golpearlo con más fuerza, haciendo que su cabeza explotara y manchara a la chica con sangre.

La chica se tiró hacia atrás, cayendo de cola, viendo como la criatura lila volvía a machucar con su mazo el cuerpo de Fyodor.

–¡Yulia!– volvió a gritar Lena desde las escaleras, también viendo como la bestia brutamente seguía golpeando el cuerpo ya muerto de su compañero– ¡Yulia! ¡Ven!

Se alejó nuevamente, poniéndose de pie, vio que la bestia lila la miró con sus ojos deformes haciendo el amague de golpearla, pero luego con torpeza volvió a golpear el cuerpo de Fyodor, una y otra vez, salpicando su sangre cada vez más.

La pelinegra aprovechó el entretenimiento de la criatura y subió las escaleras.

–¡Vamos, Vamos!– gritó Lena dejando que Yulia la ayudara y, llevando también a Nastya, se dirigieron a la segunda planta.

~~*~~

Yulia cerró la puerta de la segunda planta mientras aun lloraba nerviosa. Lena se apoyó en una de las paredes y Nastya permaneció parada en la sala, analizándola.

–Ayúdenme con esto– dijo la más chica, intentando mover una mesa larga ornamental para cubrir la puerta.

Yulia se reincorporó rápidamente y ayudando a Nastya, taparon la entrada.

Las chicas solo tuvieron unos minutos de contemplación cuando un extraño sonido a sus espaldas las hizo sobresaltar.

–¡Por favor, ya basta!– suplicó la de piel más pálida, agarrándose la cabeza aún muy nerviosa.

Lena y Nastya miraron de donde venía el ruido y pudieron ver que una de las puertas de la izquierda se movía de a momentos, estaba trabada con un fierro y este no dejaba de hacer ruido.

Yulia finalmente también volteó y reaccionando se acercó segura al lugar.

–¡Espera, Yulia! No. No sabes que hay…

Pero la pelinegra ya había retirado el fierro y abierto la puerta. Vlad dio dos pasos hacia afuera y abrazó a su novia.

–Estás bien…– dijo la chica abrazándolo con fuerza.

–Si…– contestó el chico, alejándose, tenía muy hinchado un costado de la frente y le sangraba.

La pareja miró hacia adentro de la habitación, la misma con las flores amarillas flotantes, todo estaba intacto.

–Dejaron de chillar cuando saliste de la habitación…– explicó el chico.

Yulia asintió y agarrándolo del costado lo adentro más a la sala principal cerrando esa puerta.

Vlad no tardó en reparar en Lena y Nastya, pero se quedó viendo a esta última con el ceño fruncido y verdadero enojo en su rostro.

–¿Vlad?– le preguntó su novia al ver que seguía viendo insistentemente a su amiga.

El chico se soltó de Yulia y se dirigió a pasos seguros a Nastya, empujándola con ambas manos y haciendo que la castaña caiga de espalda.

–¡Vlad!– lo reprendió Lena.

–Tu querías culpar a alguien de todo esto ¿Verdad, Yulia?– preguntó en voz alta el rubio– ¡Pues ahí la tienes!

–¡Vlad!– saltó Lena poniéndose en frente de Nastya que aún estaba en el suelo– no sabes de lo que hablas…

–¡¿Ah no?!– preguntó el chico enfrentándola– pues ya lo veremos.

Vlad se dirigió a una de las puertas de la izquierda, abriéndola rápidamente. Comprobando que era el cuarto que buscaba en un principio, el que tenía la gran mesa de madera brillante y que al final estaba situado el cofre dorado.

–¿Vlad?– volvió a llamarlo Yulia pero el chico simplemente ingresó a la habitación, encaminándose al final de esta.

Las tres chicas entraron con él, cerrando la puerta con cuidado.

Nastya y Lena compartieron una mirada de confusión, mientras Yulia intentaba alcanzar a su novio.

Vlad, aun con paso firme, llegó a la caja y con determinación la abrió… pero la desilusión vuelve a su rostro al encontrarla vacía.

Se trataba de una caja musical, pues al abrirla toda la habitación se llenó de una bonita melodía.

Con frustración, el rubio tiró la caja a un lado, pero esta no se dañó, seguía reproduciendo el mismo sonido.

–¡¿Dónde está?!– gritó con enojo, mirando a Nastya– ¡¿Dónde?!

–No… no se dé que hablas– contestó apenas la castaña.

–La llave maestra… ¡¿Dónde está?!

–No… no lo sé.

–¡Mientes!– gritó el chico acercándose peligrosamente a Nastya. Lena se interpuso rápidamente en su camino, pero este al empujó con fuerza hacia un costado– Tu la escondiste.

–No, no la escondí, no sé donde está– se defendió la pequeña.

–¡Mentira! ¡La escondiste de nosotros!

–¡No, no es cierto!

–¡Claro que sí! ¡Dime! ¿Qué pasaría si uno de nosotros encuentra la llave antes que tú? ¿Ah?– siguió Vlad, agarrando a Nastya por los hombros y sacudiéndola– ¡Dime!

–¡No lo sé!

–¡Si lo sabes, tu morirás! Y el juego se acaba para ti ¿Verdad?– siguió preguntando Vlad, pero al castaña no respondió– ¡¿Te estas divirtiendo mucho en este juego, Nastya?! ¡Dime!

–Yo no sabía que las cosas serían así– contestó la castaña entre lágrimas– lo juro, nunca quise esto… pero tienes que creerme, la llave no abre la puerta.

–¡Mientes! ¡¿Dónde está la llave?!

–¡No lo sé!

Vlad miró ya con odio a Nastya, recordando todo lo que sus visiones le habían mostrado, no dudó en levantar su mano y abofetearla, haciendo que la chica cayera tomándose el rostro.

–¡Ya basta!– volvió a saltar Lena empujando a Vlad– ¡Basta!

–¡¿Es que no te das cuenta?! ¡Todos están muertos! – siguió gritando Vlad– ¡Todo este juego en el que se metió Nastya, todo lo que pasó, todo es su culpa! Tu hermana está muerta, Andrey está muerto– siguió diciendo– Al parecer Fyodor también ¿verdad?

Lena miraba como Vlad parecía irse en rabia.

–¡Y nosotros seguimos!– siguió diciendo el chico– todos moriremos ¡¿Y sabes porque?! ... Porque la mocosa a la que estas defendiendo no pudo controlar sus estúpidos sentimientos y dejar de ser una cobarde.

Nos metió en todo esto en vez de tener un poco de dignidad y decir unas simples palabras… ¿pero sabes qué? Se acabó… le hará un favor.

El chico se acercó nuevamente a Nastya pero Lena lo tomó del brazo intentado alejarlo. Vlad la empujó y se zafó de ella sin ningún esfuerzo.

–¡Vlad!– dijo finalmente Yulia– ¡Detente!

–¡Vamos!– dijo el chico tomando de la nuca a Nastya y acercándosela a Lena, obligándola a que la viera– ¡Dilo!

–Vlad, suéltame– suplicaba la castaña, sintiendo como dolorosamente los dedos de su amigo se le clavaban atrás de su cuello.

–¡Dilo!

–No, suéltame– lloraba Nastya.

–¡Dilo! Maldita sea, si hubieras tenido una pizca de valor, nada de esto hubiera pasado, todo es tu culpa, tú asesinaste a todos, a Ekaterina, a Fyodor, a Andrey y terminarás matándonos a nosotros también.

–Yo no maté a nadie, nunca quise que esto pasara.

–¡Todos están muertos por tu culpa! ¡así que vamos! Ten un poco de valor, ¿Por qué no valoras el sacrificio que todos hicimos por tu estúpido deseo? Vamos, Nastya, no hagas que nuestras muertes hayan sido en vano.

–Basta Vlad.

–¡Dilo!

–¡No!

–¡Vlad! Detén esto, tú no eres así– le suplicaba su novia, pero el chico ahora agarraba de los cabellos a Nastya.

–¡Vamos Nastya, allí esta Lena! Hazlo como las personas normales hacen, enfrentando sus miedos… ¡No pactando un trato y entregando a sus amigos!

–Ya basta…– murmuró Lena, viendo toda la escena aun desde el suelo. Como Vlad sostenía con rudeza a Nastya, y Yulia lloraba a un costado, sosteniéndose la cabeza– ¡ya basta!

–¡Dilo!– volvió a exigir Vlad, sacudiendo al cabeza de Nastya y acercándola más a Lena. La castaña cerró los ojos y negó, cerrando fuertemente sus labios– Bien… entonces yo se lo diré… Lena…

–No… Vlad, detente…– suplicó Nastya.

–¿Sabes porque estamos todos aquí metidos?– preguntó Vlad.

–No, Vlad, por favor… para…

–Tú mejor amiga… Nastya… lloraba todas las noches…

–Vlad, no…

–Desesperada… porque se estaba muriendo de amor, por alguien a quien no le importaba…

Lena podía ver como Nastya cerraba los ojos y su cara demostraba el sufrimiento y humillación por la que estaba pasando.

–Así es– dijo Vlad, apoyando una mano en las mejillas de Nastya y presionándola– "Estoy perdidamente enamorada de ti, Lena"– dijo el muchacho imitando la voz de Nastya mientras apretaba sus mejillas como si esta gesticulara– ¿Era tan difícil?

El chico soltó la cabeza de Nastya, dejando que la chica se tapara la cara y llorara hecha un ovillo. Lena solo contemplaba toda la escena con la boca semi–abierta.

–¡Vlad! ¿A dónde vas?– preguntó Yulia, sin poder seguir mirando a Nastya y Lena y como estas parecían estar perdidas.

–Buscaré esa llave, la encontraré y saldremos de aquí… con o sin Nastya… ella se buscó esto– contestó seguro el muchacho.

–¡Vlad! Tú no eres así, te están manipulando, por favor ¡Escúchame!– le gritó su novia, tomando del brazo al chico, este se zafó violentamente viéndola con enojo– el líquido negro, Vlad… estás derramando mucho por tu cuello…

El joven giró su vista a un espejo a su costado, y comprobó que era cierto. De su garganta brotaba esa sustancia oscura y sus labios dejaban caer aun más.

–¡Maldición!– exclamó, golpeando la mesa. Solo estuvo unos segundos así cuando notó que la música de la caja seguía resonando en la habitación– ¡Tengo que encontrar esa llave!

–Vlad, no…

–¡Cállate, Yulia! Tu también sabias estas cosas… sabias todo lo que pasaba.

–¿De qué hablas?

–¡¿Qué soñaste?!

–¿Qué?

–¡Cuando dormías en la guarida! ¡¿Qué soñaste, Yulia?!

–Yo no…

–¡Vamos! ¿Qué no lo sabes? Todo aquí está conectado. Tu sabias de los sentimientos de Nastya, sabias que ella ocultaba algo… ¡Y no lo dijiste! ¡¿Qué soñaste?!

–Yo no… no lo sé– se trabó la chica– Soñé que… Lena llevaba a Nastya… a una habitación.

–¡¿Dónde?!

–Ammm…

–¡Yulia!

–Vlad, es una locura, cálmate.

–¡Allí es donde está la llave, Yulia! ¡¿Dónde?!

–No, Vlad, no había ninguna llave, estoy segura. Lena dejó descansar a Nastya en una cama… en una habitación… cerca de un tejado… con… estatuas... no había ninguna llave… ¡De verdad!

–La llave debe de estar en esa habitación– exclamó Vlad, intentando razonar. Dio un último vistazo a Nastya. La chica seguía llorando, escondiendo su rostro.

–El tejado no debe estar lejos– siguió y se dirigió a la puerta– ¿No vienes?– le preguntó a Yulia. La pelinegra miró a sus amigas– ¡Yulia!

–¡Vlad! este no eres tú, esa cosa negra… te está cegando… no podemos matar a Nastya… por favor, Vlad.

–Haz lo que quieras ¡Yo no voy a morir aquí!– gritó el chico señalándose con el dedo– ¡Y juro que haré que logremos salir de aquí! ¡Vamos a vivir!... no me importa si te gusta o no el plan, haré lo que sea necesario… ¡Vamos a salir de aquí!

Terminó el chico dándole la espalda y dirigiéndose a la puerta, la abrió velozmente, pero no pudo avanzar. Al frente de él se encontraba el soldado de cascanueces. Con la misma expresión simple en su rostro, inmóvil, como un juguete.

Se sintió un pequeño chasquido y luego la detonación de un arma de fuego.

Yulia y Lena vieron como Vlad seguía inmóvil frente al gran muñeco y luego como un círculo rojo oscuro se comenzaba a formar en su espalda.

Vlad miró hacia abajo y vio como la negra arma del juguete apuntaba a su vientre y como su camisa se comenzaba a manchar de sangre.

Dio dos pasos hacia atrás mientras escuchaba a los lejos los gritos de Yulia y cayó. Su mirada se hizo borrosa mientras veía desde abajo como Lena cerraba con desesperación la puerta. Luego vio el rostro de
Yulia muy cerca suyo, lloraba y repetía su nombre.

Siempre le habían gustado mucho los ojos de su novia, tan claros, como su piel… intentó tocar con sus dedos su mejilla, mientras ya no podía escuchar lo que le decían. Tosió pero eso no ayudó a aclarar su garganta.

La piel de Yulia se sentía suave y húmeda a su tacto… y de repente todo se volvió frio y oscuro.


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Mensaje por Fati20 7/30/2019, 4:23 am

Ya era hora q dijeran el secreto de nastya q ama a lena y por eso están en ese problemon, espero q julia y lena puedan salir de la casa
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Mensaje por Eac 7/30/2019, 4:44 am

Claro era obvio eso el amor de Nastya por Lena, Vlad se lo busco al parecer la casa manifiesta lo secretos de cada persona sus deseos

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Mensaje por VIVALENZ28 7/31/2019, 12:50 am

Oh My Gosh esto se está poniendo bueno ahora quedan Lena y Yulia y bueno también Nastya pero que ocurrirá con ella???? :O
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 7/31/2019, 2:26 am

A ver, chic@s.... les subo este capítulo y ya mañana es el final del drama!! Amo leerles!!

A leer!!


Capítulo 10: Hay tanto que quiero decirte.



Yulia abrazaba la cabeza de Vlad, mientras lloraba a más no poder. Lena se apoyaba en la pared también llorando.

Era impresionante como hace solo unos minutos escuchaba a su amigo tan decidido a salir de esta casa y ahora su novia se abrazaba a su cadáver, manchándose de sangre.

Lena sentía como algo se rompía en su interior solo de ver a su amiga así. Su vista se desvió luego a la sala, donde encontró a Nastya aun sentada en el suelo, también llorando mientras veía a Yulia. Su respiración se entrecortaba.

–Yulia…– mencionó Lena acercándose, sentándose a su lado. Su compañera acariciaba los cabellos de Vlad– Yulia…

No encontraba las palabras que pudieran consolar a su amiga. Sabía que aun debían salir de la casa, pero tampoco le parecía correcto alejar a Yulia aun.

No pasaron así mucho tiempo hasta que un sonido en la puerta llamó la atención de Lena. Era muy leve pero se sentía, como si algo arañara la puerta.

–¿Qué es eso?– preguntó Nastya acercándose de a poco a Lena y también viendo a la puerta. Los arañazos ahora se escuchaban mejor.

De repente el ruido paro y pudieron ver como la perilla de la puerta giraba y algo caía del otro lado. La puerta comenzó a abrirse pero solo vieron un delgado brazo en el suelo.

–¿Yulia?– la llamó Lena, posicionando su cuerpo hacia la puerta, algo le resultó familiar.

La ojiazul elevó la vista y vio el brazo de la puerta. De repente una mano se apoyó en el marco y una cabeza se asomó, sin ojos y paspada, los mechones oscuros cayendo a su par.

–No puede ser…

Mencionó esta al tiempo que la criatura se metía a la habitación, abalanzándose a las chicas.

–¡Yulia!– gritó Lena empujando a su amiga a un costado, al tiempo que la mujer se tiraba hacia donde ella estaba, fallando en su objetivo, pero agarrando el cuerpo de Vlad.

Lena pudo ver como el medio cuerpo atacaba con sus uñas la cara de Vlad, arrancándole la piel.

–¡No!– gritó Yulia, acercándose hacia donde estaba la criatura, pero Lena la tomó del brazo y, tirándola con fuerza, la obligó a salir de la habitación.

–¡Nastya! ¡Vamos!– le gritó a la castaña, haciendo que las tres salieran de la habitación y cerraran la puerta– esto no la detendrá, corran ¡Corran!

Las tres se dirigieron a la única puerta que quedaba sin bloquear, la del final de la sala. La abrieron y pasaron, cerrándola detrás de sí.

Yulia fue la primera en comprobar el nuevo lugar. Era una terraza al aire, con una fuente en el medio y varias estatuas blancas. Al final de ese patio había una pared, como una especie de refugio, con una puerta.

Pudo ver como Lena ya se dirigía hacia ese lugar, buscando escondite con Nastya, y fue cuando lo comprendió.

–¡No, Lena!– gritó la ojiazul, haciendo que sus amigas se detuvieran– no vayas hacia allí.

–¡¿Qué?!– preguntó sin comprender– ¡¿Entonces a dónde?!

La puerta por la que habían pasado estaba siendo golpeada con fuerza, no resistiría mucho tiempo.

Lena vio como Yulia se iba hacia un costado, posicionándose cerca de unas estatuas, al tiempo que la criatura abría la puerta.

La pelirroja se puso delante de Nastya, protegiéndola con su cuerpo, mientras ambas retrocedían. Sus espaldas golpearon con el borde de la fuente.

La criatura entonces zigzagueó veloz saltando al encuentro de sus víctimas, cuando una estatua le cayó encima. Yulia la había empujado y ahora las tres veían como el ser se retorcía, intentando zafarse de la pesada figura.

–¡Vamos, vamos!– dijo Yulia mientras pasaban por la puerta que la criatura había abierto. Sus amigas volvieron a meterse en la sala grande de la segunda planta, y cuando Yulia intentó cerrar la puerta, comprobó que la criatura la había roto, impidiendo que se trabara. Levantó la vista y vio como esta ya se estaba liberando.

Miró adentro de la habitación y vio que la puerta de salida estaba bloqueada con la mesa, solo quedaban las dos salas a su derecha.

–¡Lena, Nastya!– las llamó, dirigiéndose a una de las puertas y abriéndola, develando que se trataba de la sala con flores flotantes– ¡Entren!

Sus amigas obedecieron y Yulia cerró la puerta. Buscó entre el suelo y vio un fierro brillando debajo del agua. Lo tomó y comenzó a destruir las esculturas de vidrio.

–¡¿Qué haces?!– le preguntó Lena.

–¡Quédate con Nastya!– contestó Yulia mientras seguía destruyendo las esculturas y estas sangraban– ¡A la par de la puerta y no se muevan de allí!

–¡Yulia!

–¡Haz lo que te digo!– gritó metiéndose aun más adentro de la habitación.

Lena pudo comprobar cómo las flores comenzaban a brillar mientras se alimentaban de lo rojo del agua. Tomó a Nastya y la pegó a la pared, a la par de la puerta.

Ya podía escuchar como la criatura arañaba la madera.

–Vamos… ¡Vamos!– gritó Yulia terminando de romper más esculturas, los espejos arriba de ella se comenzaron a mover y no tardaron en enfocarla.

La criatura rompió la puerta y Lena abrazó a Nastya, escondiéndola lo más que pudo.

La mujer se arrastró por el agua haciendo un horrible chapoteo, se dirigía a Yulia.

–Vamos, ven aquí… ven con mami– murmuraba Yulia al tiempo que las flores comenzaban a zumbar.

Lena y Nastya vieron como la criatura solo estaba a unos pocos metros de Yulia cuando el sonido generado por las flores, subió tanto que debieron taparse los oídos.

El chillido alcanzaba lo más alto, penetrando en los tímpanos de todos allí. La criatura se retorcía agarrándose la cabeza y chillando también.

–¡Dios!– se quejó Nastya, no pudiendo soportar el sonido. Intentó levantar su vista y vio a Yulia también en el suelo, agarrándose la cabeza. Arriba de ella, los espejos temblaban cada vez, violentamente– ¡Lena!

Pero la pelirroja estaba de rodillas escondiendo la cara, volviéndose loca por los chirridos.

Nastya pudo distinguir el sonido de vidrios rompiéndose y ni siquiera necesitó mirar de nuevo para comprobarlo. Tomó a Lena del brazo y la empujó con ella afuera de la habitación, cayendo las dos en la sala.

La visión de Lena era borrosa y la cabeza le dolía horrores, pero ya no sentía el insoportable sonido. Les tomó unos minutos lograr ponerse de pie y enfocar su vista.

Nastya también se paró y vio hacia la sala, donde los vidrios de los espejos estaban clavados en los suelos, entre las plantas. Se acercó al marco de la puerta y vio a la criatura clavada en el suelo, con enormes pedazos de espejos mutilando su cuerpo, no se movía.

Lena se acercó también al marco, pasando a la par de Nastya, aun agarrando con una mano su cabeza. Su visión se posicionó en varios sectores de la sala. Finalmente sintió como sus ojos se abrían enormemente contemplando algo que la dejó sin aliento.

–¡Noooo!– gritó mientras se adentraba a la sala, corriendo, haciéndose lugar entre las plantas– ¡No! ¡No! ¡Yulia!

Nastya no sabía qué hacer. Temía acercarse para corroborar lo que ya suponía, pero no hacía falta, los llantos que comenzaron a llegar de Lena lo decían todo.

La castaña no levantó su vista mientras metía un pie en el agua y se comenzaba a acercar al medio de la sala.

Pudo ver a Lena, de rodillas en el agua, y las botas de Yulia. Fue levantando su vista hasta que vio como su amiga había sido atravesada por un enorme trozo de vidrio en el abdomen y varios fragmentos estaban clavados en sus piernas y brazos.

Lena sacaba lo vidrios que podía, del brazo de su compañera.

–Vas a estar bien… vas a estar bien– le repetía.

Nastya comprobó que Yulia aun estaba con vida y sonreía.

–Déjalo– le dijo a Lena tomando su mano y parando lo que intentaba hacer– está bien…

–No, no, no… no está bien, nada de esto está bien, no… descuida, te sacaré de aquí, nos iremos las tres, buscaremos ayuda, resiste, Yulia, por favor.

–Lena… tienes que sacar a Nastya de aquí– siguió hablando Yulia, mientras un hilo de sangre salía de sus labios. La castaña podía ver como los ojos azules de su amiga la miraban a ella, sin ningún tipo de rencor, solo con calma– Tienen que salir de aquí…

–No, no, ¡no! no te despidas, Yulia. No lo hagas, resiste– le seguía suplicando con lágrimas en los ojos, analizando su cuerpo, pensando en cómo sacarla.

–Lena…– la llamó y la pecosa finalmente la miró a los ojos. Yulia le sonreía comprensivamente– déjame…

–No, Yulia, por favor, no te vayas… no tu, por favor… hay… hay tanto que quiero decirte, por favor, quédate conmigo– siguió suplicando mientras sentía como sus manos temblaban mientras tocaba el rostro pálido que tenía en frente– Yulia…

Lena podía ver que los ojos de Yulia seguían clavados en ella, pero ya no brillaban y notó como su pecho tampoco se movía.

–¿Yulia?– preguntó en un murmullo pero nada pasó– ¿Yulia?... ¿Yulia?– analizaba su rostro pero nada se movía– ¿Yulia? Por favor… ¡¿Yulia?!... ¡¿Yulia puedes oírme?!... ¿Yulia?... ¡Yulia te amo! ¿Me escuchas? ¡Te amo! … ¡Te amo!

Nastya seguía en su lugar sintiendo como las lágrimas salían silenciosamente de sus ojos, escuchando como Lena repetía una y otra vez lo que siempre había querido decir, hasta que los alaridos de la pelirroja le impidieron poder seguir hablando.

~~*~~

Ambas llegaron a la sala principal de abajo y ya podían ver la puerta principal. Lena caminaba muy lentamente, apoyándose aun de las paredes. Nastya deseaba tomarla y ayudarla, pero su amiga no le había dirigido la palabra desde que abandonaron la sala inundada.

La pelirroja tropezó y Nastya rápidamente la agarró de un costado. No dijo nada, simplemente se quedó inmóvil. Luego de unos segundos pasó su brazo por los hombros de Nastya y esta tomó su mano, ayudándola así a caminar.

Llegaron al frente de la puerta. A su costado se podía ver lo que quedaba del cadáver de Fyodor. Su mano aun empuñaba el cuchillo y más adelante, entre medio de la sangre, sus anteojos brillaban.

–¿Dónde está la llave maestra?– preguntó Lena, haciendo que Nastya la mire, pero la mirada de la pelirroja estaba perdida en el suelo– ¿No la necesitas para abrir la puerta?

–No…– contestó la castaña, sacando el brazo de Lena y acercándose a la puerta. Tomó la perrilla y la giró. La cerradura hizo un pequeño "clic" y la puerta se abrió– Yo soy la única que puede abrir la puerta… yo fui quien la cerró.

La pecosa seguía con la mirada perdida en algún lugar del suelo y Nastya pudo ver que volvía a llorar. La siguió con la vista mientras se acercaba a los anteojos de Fyodor y arrodillándose los tocaba con la yema de los dedos.

–Lena… yo– dijo la castaña sintiéndose como su voz se quebraba– quise repararlo ¿sabes? Cuando te vi herida… supe que… que no era un juego y que todo estaba fuera de control…y…y luego… intenté deshacer el trato pero…

–¿Nastya?– llamó la pecosa, aclarando su garganta– ¿Cuál era tu deseo?... dime.

–Yo… yo…– pero al castaña se puso a llorar tapándose el rostro– se que piensas que pedí que me amaras o algo así, pero… eso me parecía injusto y… y… yo no lo quería de esa forma yo... yo solo te veía sufrir y llorar por Yulia y sabía que ella amaba a Vlad… sabía que te rechazaría y… y ya no quería– siguió diciendo la castaña, recordando como el espectro aparecía y le ofrecía la mano esa noche– yo deseé… que dejaras de amar a Yulia.

Lena levantó la vista y vio que Nastya ahora se limpiaba con el puño sus lágrimas, desviando la vista hacia un costado.

–Pensé que… pensé que… si dejabas de amar a Yulia, entonces ya no sufrirías por ella y quizás… entonces… Podrías seguir adelante y… fijarte en… fijarte en…– pero Nastya bajó la vista, sintiendo incapaz de completar la frase, avergonzada de sus pensamientos.

La castaña sintió como Lena se ponía de pie y se acercaba a ella. Cerró los ojos con fuerza, esperándose alguna especie de bofetada o reprimenda pero nada pasó.

Abrió los ojos, pudo ver a Lena frente de ella, con los ojos clavados en su mirada, y el rostro serio. Puso sus manos en sus hombros.

–¿Lena que…?

Pero entonces la pecosa acercó su rostro al de Nastya, juntando sus labios y quedándose así.

La más pequeña abrió enormemente sus ojos, no entiendo que pasaba, hasta que la suavidad que sentía en su boca y la cercanía de los parpados de Lena, hicieron que cerrara los suyos.

–Ahw! Yulia cortó a Nastya, abriendo de golpe los ojos y alejando su rostro de Lena. Esta la veía con la expresión más triste que en su vida vio.

Las manos de la castaña se dirigieron a su costado, donde sentía un dolor muy punzante, sintió como sus dedos se humedecieron. Pudo sentir el filo del cuchillo que se clavaba en su piel. Su mano siguió tocando y sintió la mano de Lena, también húmeda por el líquido que comenzaba a brotar de su costado.

Siguió subiendo por su brazo hasta finalmente tocar su mejilla. Pudo ver su mano manchada de color rojo intenso y como sus dedos ensuciaban del mismo color las mejillas de Lena, mientras lágrimas salían de sus ojos.

Sentía sus labios temblar y como sus fuerzas la abandonaban rápidamente. Le sonrió a Lena, observando detenidamente sus ojos y luego se abrazó a su cuello.

Lena soltó el cuchillo y este cayó al suelo, haciendo el único ruido que se podía escuchar en la habitación aparte de sus sollozos, y abrazó a Nastya por la cintura.

Poco a poco pudo sentir como el agarre de su amiga era cada vez más débil.

Su vista se levantó y pudo ver al mounstro lila observándola en un marco de la puerta de en fondo. Este la observó por unos momentos con sus ojos deformes... y luego se metió en la habitación... desapareciendo en la oscuridad.


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Mensaje por Eac 7/31/2019, 2:52 am

Uyyy que capitulo, esperemos el final

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Mensaje por VIVALENZ28 7/31/2019, 3:27 am

Shocked Shocked
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Mensaje por Fati20 7/31/2019, 4:34 am

Un capítulo impactante, me parece bien q lena mato a nastya y espero q ahora q lena hizo eso le toque a ella q su deseo se haga realidad y salga de esa casa con su amor
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Mensaje por mary 7/31/2019, 6:39 am

😲😲😲😲😲 porque murió Julia Sad pipipi
Esta historia me da cosita no soy muy amante al terror o suspenso pero está super cool esto

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/1/2019, 2:23 am

Listos???
Bien, les dejo el capítulo final de la historia más corta que he subido Shocked pero sé que les gustó y espero que este capítulo, también les complazca

Nos leemos este finde cuando traiga una nueva historia..... más romántica?

Que género les gusta más???

A leer!!


Capítulo final: Un trato es un trato


–¿Tienes problemas con eso?

La voz de Lena a su lado hizo que dejara de ver el pizarrón y se volteara. La pecosa la veía con media sonrisa, mientras intercalaba su vista con su rostro y el cuaderno de su amiga.

–Ammm… si…

–¿Qué es lo que no entiendes, Nastya?

–Estem… ¿todo?

–Nastya…– la volvió a llamar su amiga.

Era la hora de matemáticas y estas nunca se le habían dado bien. Pero ese no era el problema ahora. Por más que veía las complicadas ecuaciones en el pizarrón e intentara concentrarse, su mente se distraía casi al instante.

–… y si agarras este ángulo, podrás encontrar el que falta sabiendo cuanto es la suma de todos ¿Entiendes?

Nastya sacudió un poco su cabeza y volvió a ver a Lena al lado suyo. No la había estado escuchando pero simplemente asintió, volviendo a poner atención a su cuaderno.

–¿Nastya?

La aludida dejó de escribir y miró nuevamente a su amiga. Esta le analizaba el rostro.

–Estás así por lo de ese chico, Boris ¿Verdad?– preguntó Lena. Su amiga llevaba esa expresión triste y pensante todo el día, y al preguntarle a Yulia lo que pasaba le contó que a Nastya la habían dejado.

La castaña volvió a su cuaderno pero terminó asintiendo.

–Es un idiota, Nastya, Créeme. No estés mal por él– dijo Lena poniendo toda su atención en su compañera– No sabe lo que se pierde. Cualquiera desearía haber tenido la oportunidad que él tuvo, y el muy idiota la desperdicia.

La castaña ahora veía a su amiga con curiosidad.

–¿Qué… oportunidad?– preguntó sin entender, Lena le sonrió ampliamente.

–La oportunidad de salir con la chica más linda y divertida que en su vida conocerá– le aseguró Lena, haciendo que, de a poco, Nastya sonriera.

–Yo… creo que él si piensa que soy linda y divertida– terminó confesando Nastya– pero también cree… que soy tonta.

–¿Qué?

–Es lo que él dijo "Realmente la paso muy bien contigo, pero no creo que pueda seguir con alguien con quien no pueda tener una conversación seria e inteligente"

–Pero… él no dijo que fueras tonta, Nastya.

–Dijo que no era inteligente… son sinónimos ¿verdad?– siguió su amiga, haciendo que Lena se quedara pensando en lo último– y tiene razón ¿sabes? Soy tonta… es decir, llevo horas en estos ejercicios y
realmente no sé cómo resolverlos y… y cuando ustedes se ponen a hablar de cosas serias de "conocimiento" general y "sentido común" yo… yo no los entiendo… y, nunca lo pienso mucho pero si… creo que soy tonta. Y seguro hay chicas inteligentes. Quizás no tan lindas y divertidas como yo, pero más inteligentes seguro que sí y Boris... Boris podrá tener conversaciones con ellas…– terminó, bajando la mirada y resignándose, sintiendo nuevamente el dolor al recordar al chico diciendo esas palabras y comprender que no podía contradecirlo.

–¡Pues yo creo que tu eres brillante!

Nastya levantó rápidamente la vista a Lena y pudo ver como la miraba con determinación.

–Tú eres brillante– le repitió– muy inteligente, toda una genio si te fijas bien…

–Lena…

–No, no… lo digo en serio– la cortó su amiga– quizás no se te den bien las matemáticas y algunos temas, pero ¡Hey! Yo no entiendo absolutamente nada de química y de películas de terror… ¿eso me hace tonta?

–No… claro que no… tu si eres inteligente ¡mucho!

–Y tu también, Nastya. Todos en esta escuela lo saben– dijo Lena, haciendo que Nastya frunciera aun más el ceño en confusión– cuando redactas, nadie duda que lo haces genial, cuando cantas, todos guardan silencio para escucharte. Me he cansado de escuchar a chicas deseando ser la mitad de lo buena que eres tu… hasta yo, Nastya. Tu eres toda una genio en la escuela– dijo con seguridad– y fuera, fuera eres la persona más dulce, tierna y linda que conozco y… tampoco eres tonta… a veces sales con conclusiones que yo solo soñaría con pensar… no eres ninguna tonta, solo piensas diferente…de una forma brillante… eso te hace única.

Nastya pudo ver como su amiga, ya conforme por lo que había aclarado, volvía a poner atención en su cuaderno. Se quedó viéndola así, pensando en lo que le acababa de decir.

–Boris es un idiota por no darse cuenta, él es el tonto– terminó Lena sin apartar la vista de su cuaderno.

–¿Lena?– la llamó Nastya y la pecosa volvió su vista a ella, para ver como esta sonreía ampliamente con las mejillas algo sonrojadas– gracias.

–Seguro– le contestó devolviéndole la sonrisa.

–¿Lena?

–Dime…

–¿Me puedes explicar de nuevo… esto de los ángulos?

–Claro…

~~*~~

Lena no podía cargar con el cuerpo ya inerte de Nastya sobre sus brazos, así que la llevaba de costado, abrazándola lo más que podía, haciendo que sus piernas se arrastraran por la alfombra.

Ya no había nadie que la escuchara o viera, así que dejaba que su rostro mostrara todo el sufrimiento y pena por el que estaba pasando, mientras sus lágrimas caían y sollozaba alto.

El trayecto desde la primera planta hasta la última fue lo más duro que tuvo que pasar. No porque sus pies aún estaban muy dañados, o porque agarrar el cuerpo de Nastya con sus manos lastimadas le era difícil, sino porque sentía que su propio pecho le pesaba muchísimo, aun más que el cuerpo que intentaba llevar.

Abrió la puerta que daba a la azotea de la casa y un soplo de viento le golpeó en la cara. Las estatuas blancas brillaban bajo la luz de la luna y el sonido de la fuente terminaba de dar al lugar un dejo de tranquilidad.

Siguió avanzando hasta llegar a la puerta del otro lado, abriéndola sin dificultad. Se podía ver una habitación, muy bonita, ornamentada en colores morados y rojos. Una cama con sabanas bordo se encontraba en el medio de la sala, donde al frente de esta, a unos pasos se veía una mesa de madera oscura, donde descansaba un pequeño cofre dorado. Algunos espejos alrededor y varias ornamentaciones de flores rojas, un ventanal a un costado y lámparas de aceite que iluminaban la sala cálidamente.

Lena entró a la habitación y con todo su esfuerzo acostó a su amiga en la cama, subiendo sus pies y dejando sus brazos descansar allí. Al verla nuevamente parecía que dormía.

No tardó mucho en ver como sus pies se llevaban de humo al igual que sus costados. Ni siquiera se movió, solo seguía viendo a Nastya.

Escuchó como unos pasos se dirigían al pie de la cama y luego el sonido de un cofre abriéndose, solo para escuchar nuevamente los pasos regresando a su lado.

El espectro afroamericano estaba a la par suya, contemplando a la castaña. Tomó con delicadeza la pequeña mano de Nastya, y abriéndola, dejó en ella una llave larga, dorada, con gemas azules y rojas adornando su cabeza. Luego cerró la palma de Nastya y se irguió nuevamente, suspirando con felicidad.

–¿No te encanta esa sensación que te invade cuando un trato culmina exitosamente?– expresó el demonio, sonriéndole a Lena, pero esta seguía con la mirada en su amiga.

Se alejó de la escena, sentándose en un mullido sillón de la sala y haciendo aparecer un cigarrillo en la mesa, lo prendió con una de las lámparas y se lo llevó a la boca, aspirándolo y dejando salir luego el humo blanco.

–¿Por qué no me lo dijiste?

Escuchó que la chica decía con pena, y no tardó en comprender que la pregunta no iba dirigida a él, sino al cadáver que tenía en frente.

–No soy experto en el asunto pero…– contestó el sujeto, mirando hacia arriba, como si pensara en la respuesta– ¿No es algo hipócrita de tu parte preguntar eso?

Lena se mordía el labio mientras veía como sus lágrimas caían en las mejillas pálidas de Nastya. Con sus dedos tocó sus cabellos, que aun despeinados por todo lo vivido, conservaban su suavidad.

–Bueno, no es que no me encante como llenas a esta salida de ese exquisito aroma a desesperanza y desolación pero… estoy ansioso por cumplir… nuestro trato– terminó diciendo el demonio– tu ya cumpliste tu parte… por favor… déjame cumplir la mía.

La pelirroja tuvo que tomarse varios respiros que se entrecortaban, hasta que sintió que podía hablar con la claridad que necesitaba.

–Quiero a mis amigos de vuelta– dijo, volviendo su vista a su acompañante– los quiero a todos, sanos y salvos… quiero salir de esta casa con ellos… y volver todos vivos y sin daños… a nuestras vidas en la ciudad.

–Perrrrfecto– exclamó el espectro poniéndose de pie y dando dos contundentes palmadas.

El humo negro se volvió aun más espeso en la habitación, y al desvanecerse, Lena pudo ver a todos sus amigos cerca de la puerta. Todos parecían confundidos y se miraban entre ellos. Andrey se tocaba los ojos y su rostro, Vlad su estómago. Ekaterina también estaba allí, igual de desorientada que todos. Fyodor temblaba mientras agachándose, tomaba sus anteojos que se encontraban en el suelo.

Yulia se miraba también su cuerpo, analizando su vientre y luego su brazo, sin encontrar ningún tipo de herida, levantó su vista y vio a Lena y luego a Nastya acostada en la cama, su vista se llenó de temor mientras la pecosa bajaba la mirada y se giraba nuevamente hacia la castaña.

Lena tomó la mano de Nastya, estaba fría, y luego vio que en la otra mano aun sostenía la llave.

–Un trato es un trato– dijo el espectro poniéndose de pie– Todo lo que tú quieras menos lo que yo pido. Pediste a tus amigos de vuelta… y aquí están. Pedí que me trajeras a la chiquilla… y aquí esta… y aquí se queda– volvió a ver a los chicos y estos aun seguían en su asombro– les debo confesar que esta vez ha sido muy divertido, duraron más de lo que pensaba… la noche sí que se hizo muy larga.

El de traje se acercó a la ventana y aplaudió dos veces. Al instante comenzó a amanecer, y las primeras luces que llegaron a la cama hicieron que el cuerpo de Nastya se comenzara a desvanecer en humo blanco.

–No… no…– se lamentaba Lena intentando sostener la mano de Nastya, pero esta desapareció también.

–Oh… descuida, te prometo que no sufrirás por la pérdida de tu amiga– siguió el espectro poniendo una mano en el hombro de Lena– la olvidarás. Ella forma parte de esta casa ahora… todos olvidan esta casa.

–Yo… jamás… la voy a olvidar.

–Oh, mi niña… si supieras la cantidad de veces que escuché eso– le confesó el espectro con una sonrisa– padres diciendo que volverán por su hija. Enamorados multimillonarios que juraron no parar hasta encontrar la casa y destruirlas. Verdaderos héroes que juraron volver y matar a todas las criaturas… asegurándose que nadie más tenga que pasar por lo que ellos pasaron… todos olvidan… y ninguno de ustedes es la excepción– terminó acompañando a Lena a la par de sus amigos– y ahora… si me disculpan, tengo cosas importantes que hacer. Ya conocen la salida, bajen tranquilos, nadie los molestará. Salgan y caminen derecho, encontraran un letrero con una flecha que les dice "Hacia el pozo". Tomen el sentido contrario que les dice la flecha y caminen… llegarán entonces al pozo. Salten adentro y volverán a sus vidas… antes de ingresar aquí.

–¿Cómo se que no es otro engaño?

–Mi niña… nosotros hicimos un trato, mi palabra está en juego... Y quizás para ustedes los humanos "la palabra" y las promesas no son la gran cosa… pero para nosotros… a veces lo es todo.

~~*~~

Lena podía sentir como algunos de sus amigos sollozaban y murmuraban por lo bajo. No quería ver atrás, ella los dirigía a pasos firmes y no quería darle ningún indicio de inseguridad.

Ya habían salido de la casa y la mañana los acompañaba en su andar por el verde acampado. Llegaron a unos árboles donde el cartel del pozo apareció y, como el espectro les había recomendado, Lena tomó la dirección contraria a la que la fecha le indicaba. Unos metros más de arboledas y encontraron el pozo.

Era una escultura redonda muy grande, un pozo realmente amplio. Lena miró al fondo y no pudo ver su fin. Tiró una piedra que encontró a la par y vio como esta, varios metros de profundidad luego, hizo un chasquido y se hundió en el agua.

Finalmente se dio vuelta y vio a sus amigos. Todos, menos Vlad, lloraban y se lamentaban.

Lena comprendía el sentimiento enormemente, pero se negaba a mostrarlo. No hasta que todos estén a salvo como el espectro prometió.

–¿Estás segura de esto?– preguntó Vlad viendo adentro del pozo. La pelirroja asintió– bien… yo iré primero… si algo me pasa…

–Nada va a pasarte– lo cortó – estoy segura que es la salida.

–Bien.

Vlad se sentó al borde del pozo y mirando a sus amigos asintió. Se empujpo y cayó. Todos escucharon cuando su cuerpo dio con el agua.

Lena, Andrey y Yulia observaron atentos la superficie, pero Vlad no volvió a aparecer.

–Tengo miedo– dijo Ekaterina, sin querer acercarse.

–Lo sé– le confesó Lena acercándose a ella y abrazándola– confía en mi ¿sí?

Lena acercó a su hermana al pozo y miró a Andrey.

–¿Puedes ir con ella?– le preguntó

–Seguro… te veo del otro lado– contestó su amigo, tomando la mano de Ekaterina y ayudándola a subir al borde.

Ambos saltaron y nuevamente Lena y Yulia observaron, pero ninguno volvió a la superficie.

–¿Fyodor?– preguntó Lena y el chico lloraba pero se acercó.

–No…no…no…no puedo. No puedo.

–Claro que si puedes– le aseguró Lena.

–No…no… Nastya…– siguió el chico.

–Fyodor… Nastya ya no está, y no hay forma de recuperarla. No puedes hacer nada– sentenció Lena con cierta frialdad haciendo que el chico negara y siguiera llorando. Pero escuchaba como a su espalda Yulia también lo hacía.

–Nastya dio su vida para que nosotros salgamos de aquí… no la desperdicies– terminó Lena.

Fyodor asintió con pena, apretando fuertemente los labios y se dirigió al pozo, dio un vistazo hacia atrás, a la casa y se empujó hacia adentro.

Solo Lena vio hacia adentro esta vez, y como antes, nada volvió a aparecer en la superficie.

–Yulia…–la llamó, pero no obtuvo respuesta– ¿Yulia?

La pecosa giró y pudo ver a la pelinegra agarrándose la cara y llorando.

–Yulia, vamos– la llamó Lena pero la pelinegra negó.

–No, yo de verdad no puedo, no lo haré.

–Yulia…

–¡No voy a dejar a Nastya! ¡No puedo!

–Yulia, no hay nada que puedas hacer. ¿No escuchaste lo que le dije a Fyodor?– Lena hablaba en tono neutro, aun reprendiendo sus sentimientos– ya se fue… y nosotros también debemos irnos.

La pelinegra se acercó al pozo, mirando hacia adentro, pero volvió a negar, se dio la vuelta apoyando su cadera en el respaldo de roca y mirando a la casa nuevamente.

–No, no… debe ver algo que podamos hacer… Lena… es Nastya… ¡Nastya!

La pecosa suspiró y se acercó a su amiga, apoyando su cadera en el pozo, a la par de Yulia.

–Tenemos que volver, Lena… tenemos que volver por ella, entrar a la casa… ¡Rescatarla!

–Yulia…– la llamó con paciencia– si ponemos un solo pie en ese lugar de nuevo… vamos a morir también… ni siquiera lograríamos dar 3 pasos… es más fuerte que nosotros… por favor, acéptalo… la perdimos.

La pelinegra miraba con la boca abierta a Lena, sin poderlo creer, poniéndose a llorar de nuevo, mientras negaba.

–No, no… de ninguna forma… es Nastya… ¡Nastya! ¡Nuestra Nastya, Lena! No la voy a dejar sola, nunca, nunca podría…

–Yulia…– dijo Lena dando dos pasos y posicionándose frente a ella– tengo que decirte algo, pero necesito que te calmes y pienses en lo que voy a decir… es… es muy importante.

Yulia vio como las intenciones de Lena por hacerla desistir habían cesado y viendo la cara de seriedad con la que la miraba decidió intentar calmarse. Se limpió las lágrimas con su puño y asintió cuando se sintió lista.

–Bien– comenzó Lena– quiero que me digas algo, que te lo imagines y me digas honestamente que crees que hubiera pasado.

–Está bien.

–Si yo… te hubiera dicho que te amo, que siempre te he amado, desde hace muchísimo tiempo… y te lo hubiera demostrado… ¿Qué hubieras hecho, Yulia?

–Lena eso no es…

–Es importante, por favor– la cortó rápidamente– por favor, Yulia… que crees que hubiera pasado.

–Yo… no lo sé… yo nunca… nunca te vi así, Lena… yo, me sentiría conmovida, creo pero…

–¿Crees que me hubieras podido corresponder?

A Yulia le tomó unos cuantos segundos para mirar a Lena y finalmente terminar negando.

–No… lo siento pero… siempre te he visto como una amiga y… siempre me he imaginado mi futuro con Vlad… yo amo a Vlad, Lena… y aunque te quiero mucho… de verdad que si… yo no dejaría a Vlad… lo amo.

–Estás… ¿estás muy segura?– preguntó Lena luego de un momento.

–Sí, estoy segura.

Lena miró con detenimiento el rostro de Yulia y luego le sonrió.

–¿Sabes?– le preguntó luego– el espectro si cumplió el deseo de Nastya… el tenía razón… un trato es un trato y… y yo… ya no siento que te ame– dijo bajando su cabeza y sintiendo como en lo profundo de su ser ya no podía encontrar todos esos sentimientos que sentía por la chica que tenía en frente– Tu lo sabías ¿verdad?... lo de Nastya.

Yulia analizó a Lena y luego asintió.

–¿Desde cuándo?– volvió a preguntar la pelirroja.

–Desde hace… mucho tiempo– le confesó Yulia, viendo como las lagrimas de Lena volvían a salir en silencio, pero la pecosa seguía teniendo un rostro indiferente.

–Yo nunca… nunca vi a Nastya de ese modo, nunca pensé que ella… que ella me quisiera tampoco así. Nunca me gustó… no me gusta… solo estuve atenta a una sola persona en todo este tiempo y jamás me fijé en ella… pero… pero si me lo hubiera dicho entonces quizás… quizás… no lo sé, me hubiera fijado… lo hubiera intentando y entonces… y entonces Nastya me hubiera ayudado a superarte y hacer que dejara de doler… como siempre lo hacía. Quizás lograba que la corresponda, no lo sé… nunca lo sabré…

–Lena…

–Yulia, yo no amo a Nastya como te amaba, o como ella me ama… ni siquiera sé si hubiera podido… pero… me hubiera gustado intentarlo… me hubiera gustado averiguarlo– siguió diciendo Lena– y tienes razón, yo tampoco puedo dejarla. No puedo dejarla sola aquí.

Yulia vio con esperanza a Lena, quizás tenga un plan, quizás si hay una forma de salvar a Nastya. Y ella sabía que no importara que tan difícil sea o cuanto pudiera sufrir, quería a Nastya, era como su hermana. Haría lo que fuera.

Vio como Lena le puso las manos en su hombro y esperó a que hablara.

–Por eso Yulia… prométeme algo– siguió Lena, viendo a Yulia a los ojos, la pelinegra asintió– prométeme que serás muy feliz…

Yulia no alcanzó a entender lo último cuando sintió la presión en sus hombros y como Lena la empujaba con fuerza hacia atrás, haciendo que cayera al pozo.

–¡No!– gritó mientras sentía a su cuerpo caer. Tocó el agua pero luchó por salir a flote–¡ Lena!– dijo mientras daba manotazos y aun veía el rostro de la pelirroja en lo alto, sonriéndole y levantando una mano, despidiéndola. El agua comenzaba a hundirla y ya solo podía ver el círculo de salida del pozo, con una figura que cada vez se borraba más.

Lena vio como poco a poco la superficie se dejaba de mover y fue entonces cuando se dio la vuelta. Pudo ver la casa y como los rayos matutinos del sol la bañaban. No parecía tan terrorífica ahora de día. Comenzó a caminar hacia ella.

–Espérame… ya voy… Nastya…

________________________________________

Epilogo


–¿Pesadillas de nuevo?

Yulia miró a un costado y pudo ver a su novio sentándose con ella en los merenderos, a la par suya Andrey ponía su bandeja también.

–No, no he tenido pesadillas desde hace un par de semana– confesó la pelinegra.

–Que bien– contestó Vlad– entonces…. ¿Por qué pareces cansada?

–Tuve un sueño muy raro, estaba en una pradera y…

–¡No van a creer lo que esa loca de Ekaterina Volkova me hizo!– exclamó Fyodor, sentándose con molestia con sus amigos, tenía la remera manchada de azul.

–¿Algo relaciono con… batido de ananá azul?– preguntó con curiosidad Andrey, tocando y oliendo la remera de su amigo.

–Si ¡Sí!, es impresionante lo malcriado que puede llegar a ser algunos niños mimados– siguió muy enojado el muchacho.

–Es de lo que hablamos el otro día… acéptalo– comentó Andrey, volviendo su atención a su plato.

–Claro que no– comentó Vlad– no todos los hijos únicos son unos malcriados... yo soy hijo único también.

–Tú eres otro asunto– expresó Fyodor– tu no cuentas.

–En fin… ¿Yulia?

–¿Mmm?– la pelinegra se había vuelto a perder en sus pensamientos.

–Me contabas sobre lo que habías soñado.

–Oh si… bueno… estaba en una pradera, muy verde y tranquila, era de día y el sol era muy agradable… parecía estar en una especie de… picnic…

–¿Un picnic? ¿Yulia?– se burló Fyodor, pero recibió una mirada dura de la chica y se calló.

–Sí, bueno… no estaba sola… a la par mía había una chica… castaña, parecía una niña, se reía y compartía conmigo la comida, hablaba mucho pero… no entendía nada de lo que decía… su voz parecía lejana, aunque la tenía cerca.

–A veces soñamos con personas que vimos y con quien deseamos hacer algo– comentó Andrey sin dar mucha importancia– ¿Quién era la chiquilla?

–Yo... no lo sé– comentó Yulia intentando recordar– su rostro me es familiar pero… no, ni idea. Parecía ser muy amiga de la otra chica.

–¿La otra chica?–preguntó con curiosidad Vlad.

–Si… había otra chica, una más alta y pelirroja que se acercó a nosotras mientras estamos sentadas bajo el árbol. Parecía conocerme y me sonrió. También habló conmigo pero tampoco la entendía… todo era muy confuso para mi… pero, ambas parecían estar feliz de verme. La chica castaña le dio de comer una… frutilla o algo con su mano y la pelirroja le sonrió mientras la aceptaba... luego la castaña se alejó y la otra chica se quedó hablando conmigo… sabía mi nombre…

–¿Y luego que pasó?

–Luego la castaña la llamó, riendo y diciendo que se diera prisa. La chica se paró y comenzó a alejarse, se dio la vuelta y me despidió con la mano… antes que la otra chica la llamara nuevamente por su nombre… "Lena"

–¿"Lena"?– se extraó Vlad– ¿Quién es Lena?

–Yo…– comenzó a decir Yulia– no lo sé…



Fin.
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Mensaje por Eac 8/1/2019, 3:11 am

Un fics diferente pero con un final hermoso Lena y Nastya encontraron el amor verdadero y a pesar que las olvidaron todos fueron felices

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Mensaje por mary 8/2/2019, 3:52 am

Mmmmm confuso al final pero buena historia

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Mensaje por katina4ever 10/30/2020, 2:25 am

Wow! Este fic aunque un poco confuso me gustó, corto es verdad. Pero no había leído algo así, muy interesante!
katina4ever
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