ELLA ME ARRUINO LA VIDA // BY: ELEESEVE

CAPITULO 19

Yulia era demasiado sensible y dramática. Pero así me gustaba, en verdad quería estar con ella, estaba decidida a estar con ella sin la intervención de Novel. Pero ella todavía no entendía eso.

Ahora definitivamente estaba perdida, no sabía a dónde ir, ya no podía quedarme en ningún lugar. Tenía que conseguir empleo y un lugar en donde vivir, pero eso se me hacía difícil porque no conocía a nadie más.

Me puse a caminar por un largo tiempo hasta que se me vino a la mente un bar en donde iban muchas chicas lesbianas, lo recordaba porqué Yulia me había mencionado algo al respecto con sus amigas. La única opción que tenía era pedir empleo ahí, por lo menos ahí me sentiría más apoyada y comprendida sobre mi situación.

Después de preguntarles a varias personas que me encontraba por la calle en donde quedaba ese lugar, logré llegar. El bar se veía bastante bien, tenía buena música y un ambiente decente. Al entrar había muchas chicas y uno que otro hombre, algunas chicas se me quedaban viendo mientras caminaba hacia la barra.

—¿Que vas a querer de to...— mierda, era la amiga de Yulia — Espera... a ti te conozco, ¿que no eras la chica que andaba con Yulia el otro día?

—Emm si...

—Claro, la chica "heterosexual"— hizo comillas con sus dedos— Sabía que no lo eras. ¿Viniste a conocer tu ambiente?

Que confianzuda había resultado esa tipa, sólo la vi una vez y creo que ni siquiera le hablé, sólo recordaba que se llamaba Elly. Aunque ella podría ayudarme a conseguir empleo y donde vivir...

—Quiero trabajar aquí—Le dije seria. Ella soltó una carcajada ¿De que se reía?

—¿Quieres trabajar aquí, en el bar de las lesbianas?— ella seguía riéndose.

—¿Qué es lo que te parece divertido? —Dije con algo de molestia.

—Para trabajar aquí necesitas ser lesbiana o bisexual, pero no una heterosexual confundida— Rió.

—No estoy confundida, dejé a mi novio y estoy segura de que me gusta una chica.

—Igual es broma, no necesitas ser lesbiana para trabajar aquí—Rió otra vez— Pero la mayoría de las que trabajan y vienen aquí, si lo son.

—¿Entonces puedo trabajar aquí?

—No lo sé, yo no soy dueña de este lugar.

—Pero trabajas aquí, ¿me podrías ayudar a conseguir empleo aquí? Por favor.

—Seguro que te dan el trabajo, eres una chica linda, a pesar de tu cara un poco moreteada, eso atraerá clientes.

—¡Gracias!

—¿Cómo te llamas?

—Elena—sonreí un poco.

—¿Elena? ¿Tus padres pensaron que tu vida sería una película de Disney o algo así?— Rió.

—¿Qué?— dije confundida.

—Olvídalo— sonrió— Ahora vuelvo.

Fue a la parte de atrás y regresó con otra chica más grande de edad.

—Es ella— dijo Elly.

La chica me visualizó de pies a cabeza. Me agarró la cara y se fijó en cada parte de ella.

—Me gusta—Le dijo a Elly—Estás contratada, inicias mañana—me dijo y enseguida se fue.

—¡Siii!–di pequeños aplausos de la emoción— Gracias Elly— Le di un beso en la mejilla.

—Wowow tranquila, sólo fue un pequeño favor, no es para tanto.

—Para mi si, muchas gracias—Sonreí.

—De nada— sonrió.

Se me borró la sonrisa en cuanto pensé que no tenía donde quedarme a dormir.

—Oye, necesito otro favor.

—Empiezo a creer que me estás utilizando.

—¿Con quien vives?— Me acerqué a ella.

—Vivo sola, ¿Por qué? Acaso quieres que...— me miró con cara pervertida.

—Nonono— Reí nerviosa— No mal pienses.

—Casi.

—Lo qué pasa es que mi mamá me corrió de la casa por gustarme una chica y no tengo donde quedarme.

—Déjame ver si entendí, entonces quieres vivir con una chica que apenas conoces— Se señaló refiriéndose a ella.

—Me caes bien y si me dejas vivir contigo por un tiempo, te pagaré renta y hasta puedo cocinar.

—No lo sé... es demasiado rápido, ni siquiera mis novias han vivido conmigo.

—Pero yo no quiero ser tu novia, sólo quiero ser tu roomie— sonreí.

—Lo tengo que pensar.

—No tengo donde dormir hoy— bajé la mirada.

—Espero que pases la prueba hoy.

—¡Si! No te decepcionaré— la abracé a pesar de que la barra estaba entre nosotras.

—Sólo porqué te acordaste de mi nombre— sonrió.

—Tu departamento es muy bonito—Le dije en cuanto llegamos.

—¡Claro! Cada cosa se parece a su dueño ¿no?— lo dijo orgullosa— Sígueme, te diré donde dormirás.

Prendió la luz de un cuarto vacío y puse mi cosas ahí. Antes habíamos pasado por mis cosas a casa de mis padres, tenía suerte de que no estuvieran porque no quería que se armara un escándalo.

—Sé que no hay cama, pero te traeré cobijas, a menos que quieras dormir en la sala.

—No gracias, estoy bien aquí. Te lo agradezco en verdad.

—Es una prueba recuerda— rió y estaba por irse.

—¡Espera!

—¿Qué pasa?

—¿Cual es la contraseña del internet?

Se fue y regresó con un papelito en donde venía la clave del internet y traía las cobijas.

—¿Algo más princesa Disney?

—Sigo sin entender porqué Disney.

—Buenas noches— rió y se fue.

En realidad si me caía bien Elly, se había portado muy amable conmigo y se arriesgó a confiar en mi.

No había dejado de pensar en Yulia, no sabía que hacer para que se quedara conmigo y que dejara de pensar en que sigo confundida y al final volveré con Novel.

Me puse a ver cosas en mi celular y de casualidad mis dedos apretaron la conversación que había tenido con Yulia y mis ojos casualmente se pusieron a leer todo.

Pero no pude más y me quedé dormida.

Al despertar fui a la cocina en donde se encontraba Elly con ropa deportiva.

—¡Buen día!

—Hola, ¿Y esa ropa?

—Salí a correr mientras dormías, ahí hay cereal por si quieres servirte.

—Gracias—Dije aún estando media dormida— ¿A qué horas entramos a trabajar?

— A las cinco de la tarde. ¿Ya no vas a la escuela?

—Oh cierto— La escuela se me había olvidado por todo lo que había sucedido— Sólo he faltado pocos días, mañana iré, ¿Y tú ya no vas?

— Si voy, pero hoy no tuve materias importantes y decidí faltar.

—Las ventajas de vivir sola ¿no?

—Pues al parecer ya no viviré sola.

—No te molestaré, en serio.

—Más te vale— Sonrió y se fue a su habitación.

Ya había llegado a mi primer día de trabajo y algunas chicas no me dejaban de mirar. Me pusieron en la barra mientras Elly hacía otras cosas y muchas chicas llegaban a pedir algo para tomar sin coquetearme, pero las que me coqueteaban o lo intentaban no eran tan buenas en eso, pero igual era entretenido verlas intentarlo.

Estaba agachada en la barra limpiando y acomodando las botellas de licor y los vasos, cuando el sonido de su voz hizo que mi corazón casi se saliera de mi pecho.

—Elena— Me levanté y la vi tan hermosa como siempre, aunque se notaba molesta.

—Yulia— sonreí, ¿que haces aquí?— reí nerviosa.

—Necesito hablar contigo.

—Háblame mientras acomodo los vasos, estoy en horario de trabajo.

—No estoy jugando, ¿Cómo se te ocurre trabajar en este lugar y vivir en casa de Elly?

—Oh ya, te lo dijo todo.

—Elena, te dije que te quedaras con tu mamá y te casaras.

—Pero yo no quiero casarme, ya te había dicho.

—Puede ser lo mejor.

—¡No! Yo no quiero eso. Y si viniste hasta aquí sólo para regañarme como si fueras mi mamá, mejor vete.

Ella sin pensarlo dos veces se iba a ir.

—¡Yulia, espera!—Salí de la barra para detenerla— Estoy trabajando aquí y viviendo con Elly por ti. No sé cuantas veces te lo tengo que decir, pero quiero estar contigo— Me acerqué a ella.

—Piénsalo bien, no tires toda tu vida por mi.

—Ya lo pensé bien y quiero estar contigo— me acerqué para besarla pero ella se alejó.

—No podemos estar juntas Elena, ya te lo había dicho. perdón— salió del bar y se subió a su moto.

—Eso hasta a mi me dolió—dijo Elly.

—¿Por qué le contaste todo?

—Es mi amiga, le tenía que preguntar sobre ti, ya que ella te conoce más.

Volví a la barra y ella me siguió.

—¿Entonces Yulia es la chica que decías?

—Si—Suspiré— No entiendo porque no quiere estar conmigo.

—Tal vez no te quiere hacer daño, o quiere lo mejor para ti.

—El único daño que me hace es a mi corazón porque no está enamorada de mi como yo de ella.

—Bueno, quién sabe, vino hasta acá sólo por ti.

—Pero aún así no la entiendo.

—Tengo una idea.

—¿Qué idea?

—Hay que darle celos.

— ¿Cómo?

—Seamos novias falsas.

—¡¿Qué?!

—¡Es una idea perfecta! Logramos que le den celos y querrá estar contigo.

—Pero eres su amiga...

—Seguro me matará pero ya es hora de que ocurra algo interesante en mi vida—rió.

—Entonces hagámoslo.




CAPITULO 20.

—¿Entonces cual es el plan?—Dijo Elly mientras estábamos a punto de entrar a la escuela.

—Cuando veamos a Yulia nos agarramos de las manos, nos abrazamos y nos...

—Besamos.

—¡No, eso no! A la única mujer que besaré es a Yulia.

—¿Ni siquiera en la mejilla? —Hizo pucheros.

—En la mejilla si, pero sólo en caso de emergencias. Sólo hay que tratarnos como novias cuando la veamos.

—Está bien, ya entendí— rodó los ojos—Pero estando en el trabajo también tendremos que fingir ser novias.

—Cuando vaya Yulia si fingiremos—Veía alrededor para ver si llegaba ella.

—No por Yulia, a mi me gusta alguien más y quiero darle celos.

—¿En serio? ¿Quién te gusta?

—La jefa.

—¡¿Qué?!— volteé a verla sorprendida—¡Pero ella tiene como 26 años!

—¿Y? Me metí a trabajar a ese lugar más que nada por ella—Se quedó mirando a la nada— Es perfecta.

—Seguro eres como una niña para ella.

—Gracias por los ánimos— dijo sarcásticamente.

—Perdón, pero es la verdad, aunque podrías intentar conquistarla.

—Ya lo he intentado, pero es difícil— bajó la mirada.

—Pues le intentaremos dar celos— tomé su mano como muestra de mi apoyo.

—Gracias— Sonrió.

Entramos a la escuela y nos esperamos en una barda, yo me senté y Elly estaba parada junto a mi, lista para cuando Yulia se acercara. Elly era más alta que yo, así que me alcanzaba perfectamente, ya que la barda estaba un poco alta.

—¡Ya viene, ya viene!— le agarré la cara y ella me tomó de la cintura— Finge estar enamorada.

—Tú tienes que verme y sonreír—ella empezó a reírse y yo sonreí.

—¿Crees que ya pueda voltear?

—Hazlo, pero disimula.

Volteé a ver si estaba Yulia, pero no la veía.

—No está, tal vez ya se metió— Me bajé de la barda.

—¿Qué haces?

—Ya me voy a clases, puede que ya esté allá— Me fui casi corriendo.

—¿Nos vemos en el receso?— Gritó.

—¡Si!— Le dije desde lejos.

Iba subiendo las escaleras para entrar a la escuela y una compañera iba de salida.

—Milagro que vienes Elena—Dijo pasando junto a mi.

Yo volteé atrás para responderle, pero vi de reojo a Elly con alguien más. Mi vista se centró en Elly quien estaba con...

—¿Yulia?—Dije en voz baja.

Yulia se notaba enojada y parecía que regañaba a Elly.

Eso podría significar que había funcionado y que Yulia estaba celosa.

—¡Si!— dije en voz alta emocionada y los de mi alrededor se me quedaron viendo extraño. Así que decidí irme a clases muy feliz.

Entré a clases y la maestra me llamó.

Sabía que me daría un regaño por faltar tanto y por no haber hecho nada en los últimos días.

—Sé que tú no eres así Elena, de incumplida y tú no faltas mucho. Has sido una de mis mejores alumnas, así que supongo qué pasó algo malo, tal vez tienes problemas familiares. Para lo que sea la escuela te puede apoyar, pero por favor no dejes tus estudios de lado— Me dijo la maestra mostrándome su apoyo.

—Muchas gracias, si he tenido problemas—llamados "Yulia"— Pero ya no faltaré y haré mis actividades no se preocupe—Le sonreí.

—Tienes que hacer un proyecto en equipo.

—Está bien, ¿y quien es mi equipo?

—Aún no lo he decidido, pensé qué tal vez ya no vendrías.

Sabía que este era el momento perfecto para escoger a mi equipo, que obviamente sería con Yulia.

—Maestra, la verdad no la he pasado bien últimamente, pero la que me ha apoyado ha sido Yulia— De hecho ella era mi problema, pero un problema lindo—y me gustaría trabajar con ella en todos los proyectos para sentirme mejor— Sonaba como acosadora si lo decía en voz alta.

—Está bien, estarás en el equipo de Yulia, no te preocupes.

—¡Muchas gracias!—Me fui a sentar y justo entró Yulia al salón, cosa que me puso muy nerviosa.

—Muy bien chicos, reúnanse en equipos—dijo la maestra.

Me esperé un poco para ver con qué equipo se sentaba Yulia. Y cuando lo hizo rápidamente fui con ellos.

—La maestra dijo que este sería mi equipo—Yulia ni siquiera me volteó a ver.

—Está bien, siéntate, ahora te explicamos que vamos a hacer—dijo un chico que ni siquiera sabía su nombre.

Que suerte que el único asiento desocupado era a lado de Yulia. Me senté y Yulia alejó su asiento un poco.

—No seas infantil— Le susurré y ella me ignoró.

—Entonces nos quedaremos de ver en mi casa saliendo de la escuela— Dijo el chico— No pueden faltar, quién falte ya no estará en el equipo. Mandaré mi dirección por el grupo de whatsapp, por si llegaran un poco más tarde o si no se van conmigo.

El chico me agregó al grupo. Yulia sólo veía su celular todo el tiempo y me enojaba cuando me ignoraba.

—Yo me tendré que ir antes porque trabajo.

—Pues te tendrás que quedar todo el día si no quieres que te saquemos del equipo—Me dijo Yulia enojada.

En mi mente sólo escuché "quédate conmigo porque te quiero y estoy celosa de que estés con Elly"

—No es para tanto, no es necesario que te quedes todo el día, sólo con que hagas tu parte—dijo otra chica del equipo.

—Gracias, pero si es necesario me quedaré todo el día—miré a Yulia quien me estaba viendo enojada.

Los demás empezaron a hablar de los materiales que llevaremos y lo que haremos exactamente. Mientras tanto, yo me acerqué a Yulia.

—¿Me podrías llevar en tu moto?

—No—dijo cortante.

—Yulia, por favor, hay que irnos juntas.

—Te puedes ir con ellos o con alguien más— sabía que se refería a Elly.

—Pero yo quiero irme contigo.

—¡Ya te dije que no!

—¿Qué pasa?—Dijo la chica del equipo.

—Le digo que no vamos a caber en el carro de él, que estaría bien irme con ella en su moto.

—Si quieres irte con nosotros te hacemos espacio, aunque no irías tan cómoda por el poco espacio.

—¿Lo ves?—miré a Yulia.

—Pues te tendrás que ir caminando, yo no te voy a llevar.

—Entonces me iré con Elly—Dije orgullosa.

—¡Haz lo que quieras!— Yulia se notaba más enojada.

—¡Pues haré lo que quiera!

—¡Bien!— cruzó los brazos.

—No entiendo nada—dijo la chica.

—Yo menos —Dijo otro chico.

–¿Cómo se llaman?—Les pregunté a los del equipo.

—Tanya—Sonrió la chica.

—Kristoff—Dijo el chico con el que íbamos a ir a su casa.

—Edgar—Rió el otro chico.

—Yo me llamo Elena—miré a Yulia coqueta—Mucho gusto.

—Ash—Yulia rodó los ojos.

Sonó el timbre del receso y Elly ya estaba afuera de mi salón esperándome. Salí y Elly me abrazó tiernamente.

—¿Yulia nos está viendo?—le pregunté.

—Si, y parece un tómate.

—¡Que emoción!—La abracé más y después la tomé de la mano.

Yulia pasó al lado de nosotras golpeando con su hombro el hombro de Elly, pero siguió su camino.

—Auch—dijo Elly.

—¿No se ve más hermosa cuando está celosa?— Sonreí.

—No, además yo tengo que sufrir las consecuencias.

—¿Qué te dijo cuando me fui en la mañana?

—Llegó justo después de que te fuiste, y me preguntó porqué estaba tan juntita contigo.

—¡¿Y que le dijiste?!

—Que estábamos quedando. Se enojó, me dijo que te dejara porque tú te tenías que casar con tu ex, y que no te debería de hacer sufrir, porque ibas a sufrir si seguías conmigo.

—Es una estupida—gruñí— ¿Qué mas te dijo?

—Ya no me dijo nada más, le dije que seguiría contigo, se indignó y se fue.

—Tenemos qué comportarnos más cariñosas. En cuanto nos la encontremos me tienes que abrazar y dar un beso en la mejilla. Se tiene que poner muy celosa.

—Que psicopata eres.

—¡Elly! Es que me encanta, sé que le gusto, ¿Pero porqué se hace la difícil? Sólo quiero estar con ella.

—Está bien, te entiendo.

—¡Oye! ¡Y no me has pasado tu número!

—Cierto, somos novias y aún no tengo tu número, algo anda mal—Rió.

Me pasó su número y empezamos a hablar de otras cosas mientras caminábamos por los pasillos.

—Ya casi sonará el timbre, regresemos a mi salón para que me beses.

—Eso sonó extraño—Rió.

Nos fuimos rumbo afuera del salón y al llegar justo vimos a Yulia acercarse al salón.

—¡Ya hazlo!— tomé a Elly del cuello, ella me tomó de la cintura y me dió un beso en la mejilla de algunos segundos. Miré a Yulia, quien parecía que iba a explotar de lo roja que estaba, y entró al salón—¡Funcionó!— le dije a Elly y entré al salón.

—¡De nada!— dijo Elly con sarcasmo.

Todos acomodaron sus bancas y sólo pude ver un asiento libre al fondo del salón. Así que fui a sentarme ahí.

Todavía no llegaba el maestro, así que de mientras estaba súper aburrida pensando en Yulia, pero no la podía voltear a ver, porque hubiera sido muy obvio.

Yo estaba sumergida en mis pensamientos cuando su voz hizo que mi corazón se empezara a acelerar.

—Te cambio de lugar—Le dijo Yulia a la chica que estaba al lado de mi.

—Mmm no, no quiero— dijo la chica, pero Yulia la miró muy feo, que mejor se cambió al lugar en el que estaba Yulia.

Yulia se sentó a mi lado y se acercó conmigo, mientras yo me le quedaba viendo.

—¿Todavía quieres irte en moto conmigo?




Me disculpo por la ausencia, de verdad 🥺 he estado de viaje y se me dificulta editar la historia, pero les quiero dejar estos dos capítulos para seguir con la historia 🥺🥺 lo siento en verdad y sigan disfrutando de estas lindas fiestas!!

CAPITULO 21

¡OOOH POOOOR DIOOOOS! ¡Estaba gritando por dentro, no podía creer que los celos funcionaran y se quisiera ir conmigo en su moto!

Pero tenía que mantenerme tranquila y actuar lo más normal posible.

—Si, ¿Por qué no?—Dije lo más sería que pude.

—Me encanta que estés súper roja—Rió.

Mierda, ¡¿Por qué no podía controlar mi cara?! Y... ¿Se rió? Hace tiempo que no la veía y escuchaba reírse, extrañaba eso de ella, más bien extrañaba todo de ella.

—A mi me encanta cuando te ríes—Dije sin pensarlo mucho.

Ella sonrió y se quedó callada por un momento.

—¿En verdad te gusta Elly?—Me susurró.

—Si—En realidad no estaba pensando tan bien lo que decía, yo sólo estaba hipnotizada por ella, detallando su cara y me moría por besarla.

—No te creo mucho.

—¿Por qué no?

—¡Muy bien, comencemos con la clase!—Dijo el maestro llegando de prisa.

—Te veo en mi moto —Sé paró y regresó al asiento en el que estaba, quitando otra vez a la chica.

—¡Funcionó!— Le grité a Elly mientras corría a darle un abrazo.

—¿Qué?— Rió.

—¡Los celos funcionaron!

—¡¿En serio?! ¿Qué te dijo?— Se mostraba sorprendida.

Estábamos en receso y nos sentamos en una mesa.

—Me iré con ella en su moto.

—¡¿Qué?! ¿Como pasó eso?

—Es que yo antes le había pedido irme con ella en su moto a casa de un compañero para hacer un proyecto, pero me dijo que no quería irse conmigo, y después de que me dieras un beso, ¡me dijo que si quería!

—Qué fácil eres con ella.

—¿A que te refieres?— Se borró la sonrisa de mi cara.

—¿Porqué le preguntaste si podías irte con ella?

—Porque quería y quiero irme con ella— lo dije como si fuera lo más obvio del mundo.

—Debes de ser más difícil.

—¡Lo he intentado pero es difícil! Además hoy me iré con ella, al final si funcionó— Dije orgullosa.

—Igual se me hace raro que haya funcionado.

—Yo sé que le gusto, por eso no sé me hace tan raro. De todos modos tendré que hacer algo hoy para que quiera estar conmigo.

—¿Porqué no le haces un amarre?

—¡¿Qué?!— No pude evitar reírme.

—¿Qué tiene? Están de moda— rió. Y yo solté una carcajada.

—Para mi que ella me hizo uno—Nos estábamos riendo hasta que alguien nos interrumpió.

—Yo también quiero escuchar el chiste—Dijo una chica sentándose junto a nosotras.

—Estábamos hablando de amarres—Dijo Elly riéndose.

—¿Qué?— la chica estaba confundida.

—Nada nada—Reí nerviosa.

—¿Qué no eras tú la religiosa que quería corregir a Yulia?—dijo la chica viéndome.

—¡Ya me acordé!— Elly soltó la carcajada y yo rodé los ojos— Pero al final se enteró de que le gustaba la papaya— Elly rodeó mis hombros con su brazo.

—¡Elly!— Sentí cómo me puse roja de la vergüenza y le quité su brazo de encima.

—Oye no te enojes, le estoy diciendo la verdad.

—O sea que ustedes dos son... ¿Novias? —La chica lo dijo un poco triste.

—Es complicado.

—No somos novias—Dije de inmediato.

—¡Shh cállate!— Elly me miró retadora.

—Elly ¿Podemos hablar?

—¿De que quieres hablar? Paola— Se mostraba molesta.

—De lo qué pasó la otra vez...

—Ya lo hemos hablado.

—Por favor Elly.

—Está bien—Dijo Elly rendida— Nos vemos en la salida.

—Gracias—Sonrió, le dió un beso en la mejilla y se fue sin despedirse de mi.

—¿Qué fue eso?—Dije confundida.

—Éramos amigas—Suspiró— Pero fuimos a una fiesta, me emborraché y la besé. No me acuerdo de nada y al parecer a ella le gustó porque ahora está ilusionada.

—¿Y no te gusta?

—¡No! Es mi amiga, ¡pero no sé qué pasó! Y ya le expliqué que no me acuerdo de nada, ¡pero ya está ilusionada!

—Tendrás que dejarle en claro que no quieres nada con ella.

—Si no la hubieras cagado diciéndole que no éramos novias tal vez no tendría este problema— Estaba enojada.

—¿Me estás echando la culpa?

—No te estoy echando la culpa, pero hubiera estado bien que me ayudaras.

—¡¿Y yo que iba a saber?!— Reclamé.

—Perdón—Suspiró— Es que me pone de malas.

—Está bien, te entiendo.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

—¿Nuestra primera pelea eeh? Nuestra relación se está volviendo muy tóxica—Rió y me hizo reír.

—Que babosa— Reí y le di un pequeño golpe en el hombro— Oye.

—¿Si?

—Hoy no iré a trabajar, ¿me cubres?—sonreí nerviosa.

—Aah está bien, pero me la deberás.

—Te debo muchas Elly, gracias—La abracé— Ya me voy a clases, estoy ansiosa.

—Recuerda hacerte la difícil.

—Trataré pero no te prometo nada—Sonreí.

Me fui a clases y tuve que esperar horas de clases aburridas para salir. De vez en cuando miraba a Yulia que trataba de no cerrar los ojos por el sueño. Cuando me le quedaba viendo por mucho tiempo, Yulia volteaba hacia mi pero rápidamente yo volteaba a otro lado.

Hasta que al fin se acabaron las clases y Yulia fue a mi lugar.

"Hazte la difícil Elena, hazte la difícil" era lo que repetía en mi cabeza para no caer tan rápido ante sus tentaciones.

—¿Ya nos vamos?— Sonrió.

—Si— Dije seca y salí del salón primero.

—¿Ya sabes dónde está mi moto o porqué vas primero que yo?

Me detuve y esperé a que ella me adelantara.

—Si te arrepentiste de venir conmigo sólo dilo—Seguía caminando.

—No me he arrepentido—Corrí un poco para ir a su paso.

Llegamos a su moto, me puso su casco y se subió.

—¡Sube!

Me subí atrás y me agarré de su cintura. Aceleró y poco a poco le empezó a dar más rápido así que fue la excusa perfecta para abrazarla.

Me podía quedar así todo el día, abrazada de ella aunque fuera en la moto, incluso me podía quedar dormida así. No me importaba nada si estaba con ella y más si la tenía abrazada.

—Elena, ya me puedes soltar, ya llegamos.

En realidad me estaba haciendo la dormida, no quería soltarme.

—¡Elena!— gritó.

—¡¿Qué?!

—¡Ya llegamos!

No tenía de otra más que dejarla de abrazar sin ánimos y bajarme de la moto.

—Me quedé dormida.

—Claro...

Se escuchó una bocina y eso nos hizo voltear.

—¡Que rápido llegaron!—Dijo Kristoff bajándose del carro, seguido de él se bajaron los demás con bolsas en las manos.

—Aquí tenemos los materiales—Dijo Tanya señalando las bolsas que tenía en las manos.

—¡Y las botanas!—Edgar se metió a la casa de inmediato después de que Kristoff abriera su casa.

—¿Botanas?—Estaba confundida.

—Si, al rato Kristoff va por el alcohol—Tanya entró a la casa.

—¡¿Qué?!

—¿Acaso eso te asusta?— Me dijo Yulia.

—No, pero creí que íbamos a trabajar.

—Lo haremos, tú tranquila.

De hecho esas eran buenas noticias para mi, podía aprovechar de hablar con Yulia.

Entramos a la casa y todos estaban en el comedor acomodando los materiales.

—Tenemos que acabar de hacer esto rápido— Dijo Edgar emocionado.

—¿Por qué tanta prisa?—Me senté en una de las sillas del comedor y Yulia hizo lo mismo.

Todos rieron, menos Yulia que se veía igual de confundida que yo.

—Es una sorpresa— Sonrió Kristoff.

Empezamos a hacer el proyecto, sacamos los materiales y cada quien estaba haciendo su parte. A veces miraba a Yulia pero parecía que estaba muy concentrada en lo que estaba haciendo.

Timbraron en la casa y Kristoff fue a asomarse a la ventana.

—Mierda— volteó hacía nosotros—Ya llegaron.

—¿Tan rápido?— dijo Tanya.

Kristoff abrió la puerta y entraron tres chicos y dos chicas con refrescos.

—¡¿Cómo estás Kris?!— los chicos lo saludaron y se sentaron en la sala.

—Creí que llegarían más tarde—Les dijo Kristoff.

—Entre más temprano mejor— Los chicos pusieron música.

—¿Una fiesta? ¿Es en serio?— Les dijo Yulia a Edgar y Tanya.

—Nos íbamos a aburrir después de acabar el proyecto—Tanya rió nerviosa.

—¡Pero no hemos acabado!

—Está bien Yulia, lo podemos hacer después, no importa— le dije tratando de tranquilizarla.

—¡¿Qué no importa?!—Yulia se acercó a mi— Has faltado mucho a clases, si no haces esto tal vez podrías reprobar.

No podía creer que Yulia se estaba preocupando por mi, era tan linda, sabía que me quería, ¡pero ahora se estaba preocupando por mi!

—Me quedaré hasta que acabemos—Le sonreí.

Seguimos haciendo el proyecto Tanya, Yulia y yo hasta que empezó a llegar más gente y tuvimos que guardar el avance.

—¡Ahora vamos a bailar!— Tanya nos llevó de la mano a Yulia y a mí a donde todos estaban bailando.

No sabía bailar así que sólo estaba intentado hacerlo, saltando y moviéndome de lado a lado, Yulia se estaba riendo de mi, pero la agarré de las manos para que bailara conmigo, bailamos por unos minutos hasta que Yulia me llevó de la mano a las escaleras, que era donde estaba más tranquilo.

—¿Qué pasó? ¿Te cansaste?—Reí.

—Claro que no—Se sentó en un escalón e hizo que hiciera lo mismo— Sólo quería escuchar menos ruido—me miró tiernamente e hizo que me pusiera roja—Perdón Elena... por decirte todo lo que te dije antes, yo sólo te quiero y me gustaría que vivieras bien.

—No te preocupes, estoy bien— No me había soltado la mano, así que la apreté más.

—¿Entonces tienen algo tú y Elly?—Miró nuestras manos y después volteó a verme esperando mi respuesta.

Mi corazón estaba latiendo mucho, tener nuestras manos agarradas se me hacía muy lindo y me hacía sentir algo bonito en el estómago.

Pero no sabía que decirle, tenía miedo de decirle la verdad y que se enojara conmigo, pero si le decía que si, arruinaría todo.

Así que me quedé callada mientras ella se veía un poco molesta porque no le daba una respuesta.

—¡Vengan, vamos a jugar!—Edgar llegó con nosotras y nos jaló para que fuéramos con él.

Llegamos al patio en dónde estaban una bolita de personas sentadas.

—Siéntense—Edgar hizo que nos sentáramos.

—¿Verdad o reto?— le preguntó una chica a otro chico.

—Reto— contestó.

—Te reto a que le des una cachetada a Edgar.

—Qué estúpido juego— le dije a Yulia en voz baja. Pero ella se notaba un poco enojada.

El chico le dió una cachetada fuerte a Edgar.

—Auch—dijeron todos al unísono.

—Si me dolió—Río Edgar. Ya estaba un poco ebrio.

—¿Verdad o Reto?—Le preguntó un chico a Yulia.

—Reto.

—Te reto a que le des un beso a Kristoff.

Mi corazón empezó a latir pero del miedo que en verdad lo hiciera.

—Bueno— Yulia se acercó a Kristoff y yo me quedé en shock, no podía creer que lo fuera a hacer. Kristoff se acercó a Yulia y antes de ver la tragedia me paré y me fui corriendo.

—Elena—Escuché a Yulia detrás de mi—¡Espera!

Yo subí a uno de los cuartos y me encerré de inmediato. Más que ponerme celosa, me había dolido, rompió mi corazón, ¿Cómo se atrevió a hacer eso en delante de mi?

—¡Elena abre la puerta!—dijo Yulia tocando fuerte— ¡Fue una broma, no lo besé!

No pude evitar llorar, ni siquiera sabía si lo que decía era cierto, estaba muy dolida.

—Elena, ábreme por favor.

No podía contestarle, ya no quería verla.

—¡Elena!

Yulia se dejó de escuchar, cosa que me dolió y me puse a llorar más en la cama que estaba ahí.

Escuché que la puerta se movía pero no le tomé mucha importancia, hasta que escuché que se abrió y volteé.

—Vete de aquí Yulia.

—No lo besé—Yulia se acostó junto a mi, viéndome a los ojos.

—¿Cómo puedo creerte?

—Ya no besaría a alguien más que no fueras tú.

—Si claro—Reí.

—Pero tú si has besado a Elly—Me tomó mi mejilla.

—¿Y cómo sabes?

—Te gusta ella.

—Ya te he dicho muchas veces que me gustas tú Yulia, ¿Que no entiendes?

—Siempre te besas con Elly.

—¡Que exagerada eres! Además tú eras la que quería estuviera con Novel.

—Mentí— Yulia me limpió las lágrimas—Dime que no te gusta Elly.

Me quedé callada.

—¿Cómo debería de tomarme tu silencio?

Quité la mano de Yulia y me senté en la cama.

—No me gusta Elly, sólo quería ponerte celosa y ella me ayudó— bajé la mirada.

Yulia se bajó de la cama y por un momento creí que se iba a ir pero sólo se paró en frente de mi sin decir nada y me miró.

—¿Te enojaste?—La miré.

—No.

—¿Entonces que estás haciendo?

—Esperándote.

—¿Esperándome?—Dije sin entender.

—Si—Sonrió.

—¿A qué?

—A que dejes de llorar.

—Ya no estoy llorando— Reí un poco.

—Aquí me podría quedar todo el día esperándote.

—Pero ya dejé de llorar.

—Te seguiré esperando—Me miró conqueta y me activó partes de mi cuerpo que no deberían de ser activadas.

No entendía muy bien lo que me estaba tratando de decir, pero creo que quería que me acercara. Lo cual me puso nerviosa.

Yulia me seguía mirando y yo me acerqué más a ella estando sentada.

—No es suficiente—Seguía sonriendo, cosa que me volvía loca.

Me hinqué en la cama y quedamos cara a cara a pocos centímetros de distancia.

—No es suficiente— Ahora yo lo dije, cosa que le gustó porque enseguida me tomó de la cara y me besó en los labios. Mi corazón estaba latiendo como loco, sentía muchas mariposas en el estómago y todo iba bien hasta que esas mariposas empezaron a bajar hacía otra parte...

La besé más intenso y ella me seguía el juego, la tomé de la cintura, mordí su labio inferior y mis labios bajaron hacia su cuello, ella parecía que lo disfrutaba, cosa que me ponía más intensa.

"Mierda, mierda, Elena contrólate ¿Qué pasó con que serías difícil?"

Aunque mi cerebro me estaba regañando, mi corazón y mi cuerpo querían hacer otra cosa.

Subí su blusa lentamente tocando su piel mientras lo hacía, hasta quitársela, seguía besando su cuello pero poco a poco empecé a bajar más besando su pecho pero sin quitar su brazier, Yulia hizo que volviera a subir para besar de nuevo sus labios, yo me senté en la cama, dejando sus piernas en medio de las mías pero sin dejarnos de besar. Ella me acostó en la cama, bajó a mi cuello para besarlo y lamerlo, se me erizó la piel de sólo sentir su lengua en mi cuello.

Realmente me estaba alterando y a pesar de los nervios por no saber cómo complacerla, quería hacerlo con ella.

Yulia tenía su mano abajo de mi blusa, y estaba acariciando mi piel de abajo hacia arriba. Me volvió a besar e hice que mi lengua chocara con la suya, ella subió su mano hasta llegar debajo de mi brazier y apretar unos de mis pechos.

—Yulia—Reí nerviosa y me puse muy roja.

—Perdón, perdón—Dijo un poco agitada y quitó su mano de mi pecho, me miró a los ojos—¿Quieres que paremos?

—No— la volví a besar. Pero llegaron corriendo a interrumpirnos.

—¡Mi mamá ya viene en camino, váyanse todos!— Dijo Kristoff asustado y enseguida se fue a otros cuartos a gritar lo mismo.

—No cerraste la puerta bien—Reí.

—Al parecer no— Rió y se acostó en mi.

CAPITULO 22.

Ya estábamos afuera de la casa de Kristoff, listas más subirnos a su moto e irnos.

—Te preguntaría si quieres ir a mi casa, pero no quiero que mi mamá te mate—rió—Además necesitas descansar—Yulia sonrió y nos subimos a su moto—Te llevaré a la casa de Elly.

—Gracias Yulia—La abracé y arrancó.

Así es, lo iba a hacer con Yulia de no ser por el estúpido de Kristoff que lo arruinó. Aunque por una parte se lo agradecía porque era principiante y no quería cagar la primera vez que lo hiciera con ella.

—¿Vas bien?—Gritó Yulia para que la pudiera escuchar.

—¡Si!—Y que mejor que estar abrazada a ella oliendo su aroma a... Yulia.

Al llegar a casa de Elly, me bajé de la moto y me iba a despedir de ella pero me interrumpió.

—¿Qué haces? Voy a entrar contigo—Se bajó de la moto y se dirigió a la entrada.

—¿Qué piensas hacer?— entrecerré los ojos.

—Reclamarle—Timbró muchas veces—Abre la puerta Elly.

—¿Reclamarle?—Dije confundida, pero Yulia no me contestó.

—Mierda, ¿Qué pasa?—Elly abrió la puerta, estaba con la pijama y media dormida—Necesito darte una llave Elena.

—¡Eres una estúpida Elly!—Yulia la empujó jugando—¿Cómo se te ocurre ayudarle a darme celos a mi? ¡Soy tu amiga!—Dijo indignada.

—Perdóname, pero me faltaba un poco de diversión—Elly desacomodó el cabello de Yulia—Yo no te quitaría a tu amorcito—Yulia se puso roja, aunque trató de esconder su cara para que no la viera así — Es la regla de los amigos.

—Espero que no la vuelvas a tocar— Yulia amenazó a Elly riéndose.

—Qué exagerada eres—Rió Elly— ¿Amigas, verdad?

—Amigas—Las dos se abrazaron.

—Qué bueno que se reconciliaron—Sonreí feliz.

—Tú cállate, que por ti inició todo—Elly rió divertida.

—No le digas nada—Le dió una pequeña cachetada a Elly—Espero que ya no se vuelva a repetir—Ahora se lo dijo un poco más seria.

—Uy—Elly hizo una mueca.

Yulia se dirigió a mi y me llevó afuera de la entrada.

—Sé que no fue el mejor día, pero me agradó estar contigo—Me sonrió y se acercó a mi, sabía que me iba a dar un beso, pero no esperaba que fuera en la... mejilla—Nos vemos mañana—Se subió a su moto y se fue.

Yo volví a entrar a la casa entre enojada e indignada.

—¡Se despidió con un beso en la mejilla! ¿Qué le pasa?—Azoté la puerta.

—¡Wow tranquila! ¿Qué pasó hoy exactamente?

—Lo qué pasó es que casi lo hacemos.

—¡¿Qué?!

—¡Si!

—O sea, ¿Papaya con papaya? ¿Tijerazos? ¡Acaso fueron dedos con...

—¡Elly!

—Perdóname—Se empezó a reír.

—Nos interrumpieron, pero...

—¿Fue su mamá?—Dijo sorprendida.

—¡No! Fue un compañero, porque fue en su casa.

—¿Lo iban hacer en casa de un compañero? ¡Sucias! No tienen vergüenza en serio, qué barbaridad...

—¡Elly! no me estás ayudando.

—Lo siento, lo siento—Rió.

—No sé cómo hacerlo, me da un poco de miedo.

—Al principio siempre da miedo, pero Yulia te ayudará, no te preocupes—Elly fue a sentarse a la sala y yo la seguí.

—¿Tú ya tuviste tu... primera vez?—Lo dije algo tímida.

—¿Qué? ¿Yo?—rió— ¿Cómo crees? Si soy más virgen que tú.

—¡Oye! No te creo para nada—reí divertida.

—Si... ya lo hice, hace tiempo.

—¿Y te arrepientes?

—Creo que si, no es la misma experiencia hacerlo con alguien que amas a con alguien que no amas. Me hubiera gustado hacerlo la primera vez por amor y no sólo sexo...

—Wow, es lo más cursi que he escuchado.

—Ya no te contaré nada—se indignó.

—¡Es broma, es broma!—reí—Es que no esperaba que fueras cursi, creí que eras más pervertida.

—Es mejor ser pervertida con amor—Sonrió orgullosa.

—Y... ¿Has tenido algo con Yulia?

—¡¿Qué?! ¡No! ¡Qué asco!

—¿En serio nunca se gustaron?—Pregunté curiosa.

—¡Para nada! Ella es cómo mi hermana.

—Bien, entonces no me preocuparé—Me acosté en uno de los sillones— ¿Cómo te fue hoy en tu cita?— Me miró sin entender— En la salida, con tu amiga.

—Aahh ya, y no fue mi cita, sólo le volví a recordar que somos amigas y que sólo fue un simple beso, que no confunda las cosas.

—¿Y crees que haya funcionado?

—La verdad no, sé qué me seguirá insistiendo. Pero en este momento sólo quiero a Samara.

—¿Quién?

—La jefa—Rió.

—Oh ya... ¿Cómo van las cosas con ella?

—No voy avanzando, es muy reservada. Necesito que me ayudes a sacarle información acerca de ella.

—¿Cómo haré eso?

—No lo sé, piensa en algo. Recuerda que me debes muchos favores.

—Está bien, te ayudaré—Me levanté del sillón— Me voy a dormir.

—Igual yo—Se levantó—Naa, mejor me duermo en el sillón— Se volvió a acostar.

Llegamos a la escuela un poco temprano y de inmediato me fui a clases a esperar a Yulia.

De mientras recordaba la noche anterior. Cómo la había tocado, cómo la había sentido, besado y cómo ella me había tomado una... Sentí como me puse roja al recordar. Entró Yulia al salón y de inmediato nuestras miradas chocaron. No sabía porqué pero Yulia al instante se ruborizó y se dirigió conmigo.

—¿No te molesta que me siente a tu lado?—Puso su mochila en el asiento a mi lado.

—Claro que no.

Yulia se sentó y no dijimos nada durante unos minutos.

—Te pido perdón, por lo de ayer... No quería ir muy rápido ¿Sabes? Tampoco quería tocarte de más...—Vi cómo se puso roja y eso hizo que sintiera el hormigueo en mi estómago.

—No te preocupes— extendí mi mano para que la tomara—Me gustó que lo hicieras—Sonreí y ella tomó mi mano.

Nos quedamos en silencio tomadas de la mano, mirando al frente, sabía que ella también estaba reviviendo en su mente lo que había pasado en la noche, estaba nerviosa.

—Me gusta ir despacio, no quiero que pienses que sólo quiero tener... sexo contigo.

—No pienso eso—Le apreté la mano y le sonreí.

—Iremos despacio Elena, esta vez quiero hacer las cosas bien contigo y no hacer todo enseguida...

¡Mierda Yulia! ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo cuando muero por hacerlo contigo decides ser una santa?

Yulia me hacía sentir cómo una maldita pervertida, quería tocarla y que me tocara de otras maneras, sólo la deseaba a ella de esa forma. Pero suponía que era parte del amor, desear tanto a alguien que inclusive te imaginaras a esa persona tal y como vino al mundo, que haga que tus hormonas hagan una revolución en tu cuerpo, que hasta te sientas enferma por lograr ver a una persona de esa manera. Pero estaba enamorada y mis hormonas pervertidas también lo estaban. No veía a ninguna persona de esa manera, sólo a ella. Eso significaba que sí estaba enferma, sólo era de amor. Y cómo el amor puede más que las hormonas, sería mejor ir al ritmo que le gustaba a Yulia.

—Iremos al ritmo que quieras—Le sonreí a Yulia y ella me devolvió la sonrisa.

—¡Hola chicas!—Tanya llegó de sorpresa, y de inmediato nos soltamos las manos —¿Les gustó la fiesta de ayer?

—Si, aunque no acabamos el trabajo—dijo Yulia un poco molesta.

—Tranquila, lo podemos acabar hoy, nos podemos ver otra vez en la casa de Kristoff.

—Ya no pienso ir, va acabar de nuevo en una fiesta—Yulia rodó los ojos.

—Ya no, castigaron a Kristoff. Por cierto—Tanya se acercó a Yulia—Gracias por no besarlo.

—¿Qué?—Dijo Yulia sin entender.

—Le gustas a Kristoff.

Sentí cómo sin querer me puse roja de los celos.

—Pero él me gusta a mi, así que te agradezco que no lo hayas besado. Espero que él no te guste—Tanya entrecerró los ojos.

—Soy lesbiana, Tanya—Yulia lo dijo cómo si fuera obvio.

—Aah que alivio—Suspiró—¿No te gusto yo, verdad? —Yulia la miró incrédula—¿O Elena es tu novia?—hizo como si se sorprendiera—Seguro que si lo es. ¡Kristoff!—Gritó—¡Yulia nunca te hará caso, es lesbiana y su novia es Elena!—Todos los que estaban en el salón claramente la escucharon y nos voltearon a ver.

—Me está empezando a caer mal—Yulia se tocó la sien y cerró los ojos de la vergüenza. Mientras yo la veía divertida— ¿No te molesta?

—No, me gusta que se enteren que estás apartada—Dije orgullosa.

—Que posesiva me saliste—rió.

Llegó una chica de la clase y se paró en frente de nosotras, para poner una pequeña biblia en la mesa.

—Te la regalo, para que la vuelvas a leer Elena—La vi bien y recordé que también era una compañera de la iglesia...

—Ya me la sé de memoria, no necesito leerla.

—Deberías volver a la iglesia, te extrañamos, te has corrompido pero sé que eso puede solucionarse. Puedes volver al camino del bien.

—Creo que voy a salir un rato—Dijo Yulia desanimada.

—No, espera, quédate aquí—La detuve —No estoy haciendo nada malo—Tomé a Yulia de la mano.

—Ese es el mal hablando por ti—La chica bajó la mirada—Sólo vuelve a la iglesia Elena, estaremos siempre con los brazos abiertos.

La chica regresó a su lugar.

—Ahh—Suspiré—La vida te puso en mi camino ¿y ahora me quiere separar de ti?—Miré a Yulia— Si es tan malo enamorarse de alguien de tu mismo sexo, ¿Por qué es posible hacerlo? Si Dios es tan homofobico, hubiera sido más fácil hacer que fuera imposible enamorarse de alguien de tu mismo sexo. Pero no lo hizo. En cambio pensó "¡Vamos, que sea posible para los humanos enamorarse de quien sea, para que después se sientan terribles sintiendo algo hermoso por otra persona, que no pueden evitar sentir! Así sentirán que están haciendo algo malo, que están pecando y que se irán al infierno sólo por amar, se sentirán culpables toda su vida"

—Vaya... Si lo dices así, suena como alguien malo.

—Tal vez sólo quería hacer la vida más complicada y emocionante. Si las películas no tuvieran problemas, seguro nadie las vería. Si la vida fuera fácil, Dios se aburriría—reí.

—Tienes demasiada imaginación—Sonrió—Me gustas, Elena.

—¿Hace falta decir que tú también me gustas después de todo?—reí.

—Sólo dímelo, estúpida—rió.

—Me gustas— sonreí.

—Entonces... ¿te sientes culpable porque te gusto?

—Un poco, pero sé que no es malo el amor. Y si lo es... prefiero pecar por amar qué por otra cosa. De todos modos, de alguna u otra manera a lo largo de nuestra vida todos pecamos. Te aseguro que no hay nadie tan santo.

—El maestro no llegará hoy—Entró otra maestra—Yo seré su suplente. Así que haré equipos de tres—Vió nuestras manos juntas—¡No quiero muestras de cariño en mi clase!—Nos miró y algunos nos voltearon a ver. Soltamos rápidamente nuestras manos—Oksana, Andrea y José, son un equipo—miró su lista—Tanya, Fedor y Elena, son otro equipo.

—Quería que me tocara contigo—Miré a Yulia triste.

—Kristoff, Néstor y Yulia, son otro equipo— dijo la maestra.

—Bien, con Kristoff—Lo dije un poco celosa.

—Ni te preocupes, Elena. No es necesario—Me sonrió tiernamente.

—Reúnanse en equipos— La maestra se sentó en su escritorio.

—¡Elena!— Tanya se dirigió rápido hacia a mi—¡Qué bueno que me tocó contigo!—Me abrazó—Aah perdón—Miró a Yulia—Fue un abrazo amistoso—Sonrió mostrando los dientes.

—Me voy con mi equipo—Me dijo Yulia, mientras ignoraba a Tanya.

—Me hubiera gustado quedar con Kristoff—Tanya lo volteó a ver— No sé que le ve a Yulia, yo soy mucho mejor—Se me salió una risa burlona—Entiendo que te burles, tú también la quieres, aunque no entiendo por qué—Lo dijo como si estuviera pensando la razón del por qué nos gustaba—¡Ya sé! Deberíamos de darles celos.

—¿Qué?—Dije confundida

—¡Kristoff! ¡Yulia!— Tanya me abrazó y me empezó a dar besos en la cara. Yo obviamente estaba asqueada. Hasta que a la muy estúpida se le ocurrió darme un beso en la boca.

Yulia de inmediato se paró de su asiento enojada e iba en camino hacia nosotras, pero la maestra comenzó a hablar.

—¡Señoritas! Tanya y Elena, cómo había dicho, no toleraré ninguna muestra de cariño en mi clase, ¡así que sálganse las dos!

—Pero yo no fui la que la bes...

—¡No me importa! ¡Sálganse las dos!—gritó la maestra.

Así que nos salimos, pero rápidamente Yulia salió enojada detrás de nosotras.




A ver, que les trajo Santa?

CAPITULO 23.

—¡¿Qué mierda te pasa Tanya?!—Yulia arrinconó a Tanya contra la pared una vez saliendo del salón.

—Sólo estábamos jugando Elena y yo—Tanya sonrío. Y Yulia me miró pero rápidamente negué con la cabeza.

—¡No quiero que sigas con tus juegos estúpidos!—Yulia le gritaba muy cerca de la cara.

—Entonces aléjate de Kristoff.

—¡La maestra nos puso así, nadie eligió con quien estar!

—¡Entonces exige un puto cambio, si no quieres que bese a tu enamorada todos los días!

—¿Lo que dices es en serio, Tanya?— Le dije incrédula.

—Estoy bromeando, ni que fuera lesbiana. Pero tendré que tomar otras medidas—Empujó a Yulia haciendo que se apartara—Luego nos vemos...tijeras—Rió y se fue.

—Idiota—Dijo Yulia enojada.

—Tranquila, sabes que yo no la besé.

—¡Pero aún así tocó tus labios!

—Pero fue un beso insignificante—La tomé de la cintura y la acerqué a mi—Me gusta besar a alguien más— me acerqué a sus labios pero ella me tapó la boca con su mano.

—No, no nos podemos besar.

—¡¿Qué?!—La solté de la cintura.

—No te has desinfectado los labios y no somos nada—Rió.

—¿Cómo que no somos nada?

—Para besarme, necesitas ser mi novia.

—¿Es en serio?

—Si Elena—Dijo orgullosa y empezó a caminar por el pasillo.

Si que se había propuesto a ir lento, eso me desesperaba pero igual la entendía.

Me apresuré para ir al lado de ella y la tomé de la mano.

—No—Rápidamente quitó su mano— Tampoco me puedes tomar de la mano.

En verdad era una tortura para mi, pero trataba de controlarme.

Es como si estuvieras muriendo de hambre y vieras a tu comida favorita justo en frente de ti pero no te la pudieras comer.

—¿Adónde vamos?—Dije un poco disgustada.

—Vamos a comer algo—Entramos a cafetería, compramos un poco de comida chatarra y nos sentamos en una de las mesas—Ya casi es el descanso, eso significa que todos entrarán para hacer ruido—dijo un poco molesta.

—Si quieres nos podemos ir a otro lugar—Sonreí coqueta.

—Pues nos quedaremos aquí—otra vez ese tono orgulloso.

Empezaron a llegar todos y si que hacían mucho ruido. Entró Elly y cuando nos vió de inmediato se dirigió a nosotras.

—¡Hola bombones!—Se sentó en medio de las dos y nos abrazó—¡Las quiero!

—¿Por qué tan cariñosa hoy?—Sonreí.

—No lo sé, estoy de buenas—rió.

—¿Estás tan de buenas como para hacernos un favor?—preguntó Yulia.

—No sé chicas—nos dejó de abrazar— no me gustan los tríos, es decir, lo he intentado pero...

—¡No hablo de eso!—Yulia la interrumpió. En realidad se veía un poco de malas—Quería que coquetees con esa chica—Señaló a Tanya.

—¿Qué?—Dije sin entender.

—¿Por qué quieres que coquetee con ella?— Elly también estaba confundida.

—Porque eres buena coqueteando y ella me está empezando a caer mal.

—¿Será un castigo que le empiece a coquetear?

—¡No! ¡Sólo hazlo!

—Está bien, lo haré—Elly se dirigió con Tanya, mientras iba balbuceando groserías para Yulia.

—¿Por qué estás tan de malas?—Le pregunté a Yulia. Pero no me contestó, se veía concentrada mirando a Tanya y a Elly—¿Estás celosa?—Sonreí— Yulia está celosa— me burlé y le di un beso en la mejilla. Ella se ruborizó un poco.

—Te dije que no me podías besar.

—Sólo fue un beso en la mejilla—Sonreí—Volteé a ver a Tanya y a Elly, e increíblemente Tanya se estaba riendo con ella—No entiendo cómo avanza rápido con ella y con la jefa ni un poco.

—¿Le gusta su jefa?

—Si—Reí.

—Cuando alguien de verdad le gusta a Elly se pone muy nerviosa. Y cuando no le gusta mucho alguien, coquetea sin problemas.

—¿Desde cuándo se conocen?—Pregunté curiosa.

—Desde hace unos años, nos conocimos en otra escuela.

—¿Y alguna vez te gustó?

—Claro que no—Rió—Siempre la vi cómo amiga.

—Te creo—Sonreí—¿Qué quieres lograr haciendo que Elly coquetee con ella?

—Qué le atraiga aunque sea un poco Elly.

—¿Para que quieres lograr eso?

—¡Estoy enojada con Tanya! quiero ver que le puedo hacer.

Sabía que estaba celosa y eso me hacía sentir muy bien, me daban más ganas de abrazarla y darle muchos besos, pero sabía que no me dejaría hacerlo.

Seguíamos observando a Tanya y a Elly y vimos cómo Elly sacó su celular y empezó a marcar un número.

—¡Tanya le dió su número!—Yulia se emocionó.

Estuvieron hablando y riéndose por un rato más, hasta que Elly se retiró de ella y se fue a la salida de la cafetería indicándonos desde lejos que la siguiéramos. Nosotras fuimos detrás de ella de inmediato.

—¡¿Qué pasó?!—Le preguntó Yulia a Elly.

—Primero le coqueteé, me dijo que era hetero y después de estar hablando un rato más, me dijo que estaría dispuesta a experimentar y me pasó su número.

—¡Si!—Gritó Yulia.

—Es más fácil de lo que pensé— dije.

—Pero yo no estoy interesada en ella, así que... de nada, me iré a mi clase—estaba por irse pero Yulia la jaló.

—¡No te vayas! Me tienes que ayudar.

—¡Pero ya le coqueteé!

—Necesito que te des un beso con ella para tomarles una foto y dársela a Kristoff—Yulia movía un poco el brazo de Elly.

—¿Es en serio Yulia?— le dije incrédula.

—¡Si! ¡Ella te besó sin permiso!

—¡Pero no me gusta!

—¿Puedes hacerlo Elly?—Yulia me ignoró por completo.

—Está bien, con esto estaremos a mano. Sólo dame un poco de más tiempo para lograr que no sea un beso forzado.

—¡Gracias!—Le dió un pequeño abrazo a Elly.

Elly se fue a su clase y nosotras caminábamos a nuestro salón.

—Tendré que pedir un cambio de equipo, para que Tanya ya no esté contigo.

—Qué celosa eres—reí.

—No son celos, simplemente no quiero que te vuelva a besar, eso es todo.

—Si claro—Dije con sarcasmo y le intenté tomar de nuevo la mano pero ella quitó la suya, miré al frente resignada y pude ver a Novel quien pasó al lado de nosotras como si nunca nos hubiéramos conocido, lo que me dolió un poco.

—¿Cómo te sigues sintiendo?—Me preguntó Yulia, porque también lo había visto.

—Cuando lo veo me sigue doliendo un poco, pero más que nada porque también era como un amigo y que haga como si ya no existiera igual duele.

Novel me trataba como una reina, me gustaba, en verdad lo quería mucho. Pero cuando empecé a conocer a Yulia me hizo sentir más cosas, mucho más cosas de las que Novel me había hecho sentir. Y es curioso cómo es el corazón de idiota, prefirió dejar a alguien que le daba todo, por otra persona que quería a alguien más y que ahora ni siquiera me quería dar la mano. Pero el corazón es así de estúpido, alguien te puede entregar todo lo bueno de sí mismo, y sin embargo, prefieres a alguien con probabilidades de que te rompa el corazón, que posiblemente te dañe a cada rato, que no te trate como reina, que no sea tan cursi y aún así ves a esa persona como si fuera la primera maravilla del mundo.

Miré a Yulia quien seguía caminando a lado de mí y mirando al frente. Y si era hermosa, cuando la miraba parecía que le salían rayos de luz alrededor. Así es, estaba realmente perdida por ella.

Llegamos a clases y Yulia se dirigió de inmediato con la maestra. Yo me senté un poco retirada del escritorio y sólo podía ver a Yulia y a la maestra moviendo sus bocas sin saber que era lo que decían.

—Espero que lo logre—Me dijo Tanya pero yo la ignoré.

Cuando Yulia terminó de hablar con la maestra, se dirigió hacia mi.

—No me dejó hacer ningún cambio—Dijo molesta.

—¡¿Qué?!—gritó Tanya en cuanto escuchó.

—No podemos cambiar los equipos, lo siento—Repitió Yulia.

—Pues será mejor que cuides a tu novia.

Yo no pude evitar ponerme roja y sentir bonito en mi estómago por decir que era su novia.

—No es mi novia— Yulia se ruborizó un poco.

—¡Pues mejor! Así no la tendrás que cuidar por cualquier cosa que pase—Sonrió victoriosa y se fue.

—Es raro que alguien me caiga mal, pero ella lo está logrando—Dijo Yulia.

Se acabó la clase de la maestra y en seguida llegó otro maestro, este no nos había dejado actividades en equipo así que podía sentarme al lado de Yulia sin problemas.

Estuvimos juntas durante el resto de las horas, me sentía un poco empalagosa estando al lado de ella, pero me encantaba estar así y no quería que Kristoff o alguien más se le acercara a coquetearle.

Cuando salimos de clases, me llevó en su moto a casa de Elly, para cambiarme e irme a trabajar. Elly no estaba, y mis hormonas pervertidas pensaban en otra cosa estando Yulia ahí, pero recordaba que debía ir lento.

—Estamos solas— Sonreí un poco coqueta, con la esperanza de que reaccionara.

—Si, seguro Elly no tarda en llegar.

A veces me desesperaba un poco, pero tenía que aguantar, "Ir lento, ir lento" repetía en mi cabeza para poder aguantar más.

—Me tengo que ir a bañar, tal vez tarde un poco, así que no te preocupes, te puedes ir a tu casa—Dije un poco triste.

—No importa, te esperaré si quieres—Sonrió.

Cómo podía negarme a esa sonrisa.

—Entonces espérame—Sonreí y me fui a bañar.

Me estaba bañando tranquilamente, no tardé mucho en hacerlo, pero cuando quise salir, no podía porque se me había olvidado la toalla, excusa perfecta para llamar a Yulia.

—¡Yulia! ¡Ven!—Grité y en seguida llegó.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien?—dijo estando afuera del baño.

—Si pero se me olvidó la toalla.

—Déjame buscar una—Se escuchó alejarse.

Se me había ocurrido una idea arriesgada, pero quería divertirme un poco.

—¡Aquí está!—Me dijo Yulia para que abriera la puerta y tomar la toalla.

Ya rápidamente tomé la toalla y me la puse alrededor de mi cuerpo.

—Yulia espera, necesito que te lleves algo que ya no necesito—abrí un poco la puerta, Yulia estiró la mano y enseguida la jalé para que entrara conmigo.




Todas son unas bellezas las adoro a todas y quisiera partirme en pedacitos y darle un beso a cada una

Estoy viendo una serie que se llama The Gap, me parece genial y las protagonistas son realmente unas bellezas. Les recomiendo si no la han visto

CAPITULO 24.

Tenía planeado besarla en los labios, pero Yulia estando parada en frente de mi un poco en shock y yo casi desnuda, me puso demasiado nerviosa y sólo logré darle un beso rápido en la mejilla. Miré hacia otro lado arrepintiéndome de haberla cagado metiéndola al baño, pero sentí sus manos en mis mejillas quienes me acercaron a su cara para darnos un beso, tenía los ojos abiertos porque me había tomado por sorpresa, pero no tardé en cerrar los ojos para seguir con el beso, ella me acercó poco a poco a la pared y su lengua pidió permiso para entrar a mi boca, yo le respondí chocando mi lengua rápidamente con la suya. Realmente la había prendido viéndome en una sola toalla, se notaba por la forma en la que me besaba aunque seguía tomando mis mejillas, aún así me encantaba besarla y también la besaba con un poco de desesperación porque ya no me había dejado hacerlo desde hace tiempo.
Con una mano tomé su cuello y la acerqué más hacia a mi para profundizar el beso.

Se escuchó la puerta de la entrada azotarse fuerte, haciendo que nos asustáramos, nos dejáramos de besar y a mi que se me cayera la toalla.

—¡Elena! ¿Estás aquí? ¡Ya nos tenemos que ir!— Gritó Elly.

Yo de mientras estaba súper roja, traté de taparme rápido con las manos pero Yulia ya me había visto de arriba a abajo ruborizándose. Nadie había visto mi cuerpo desnudo y qué Yulia lo viera realmente me ponía nerviosa. Ni ella ni yo podíamos tomar la toalla porque sabíamos que se podía mal interpretar, las dos estábamos rojas y yo quería que me tragara la tierra.

—Perdón—dijo nerviosa— creo que me voy—salió del baño de prisa.

—¡Yulia! ¿Qué haces aquí?—saludó Elly— ¿Estás bien? No me digas que pelearon— Se escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse, al parecer Yulia la había ignorado—¡No me digas pues!—Le gritó sarcásticamente—¡Elena! ¿Dónde estás?

—¡Aquí!—Salí del baño con la toalla puesta y fui con ella aún con nervios y estando roja.

—¡¿Qué carajos pasó?!

—Nada, sin querer me vió desnuda.

—¿Y eso fue todo?—me miró y me puse más roja porque recordaba ese momento— ¿Qué tiene que te vea desnuda? Tienen lo mismo.

—No es exactamente lo mismo, además yo no la he visto totalmente desnuda a ella. Me da mucha vergüenza que me haya visto así.

—Si ustedes dos lo hacen—Me miró con cara pervertida—Las dos se verán sin nada, así que ¿cual es el problema?

—Me da mucha vergüenza, tú no lo entiendes Elly—Me fui a cambiar indignada.

—¿Qué?—dijo confundida.

Yo me cambié y me arreglé para ir a trabajar, me fui con Elly y en el camino sólo me estaba alegando que no tenía porqué avergonzarme porque Yulia me haya visto sin nada.

Llegamos al trabajo y Elly fue detrás de la jefa para ayudarle con unas cajas.

Seguro si Elly está desnuda en frente de la jefa, se pondría igual de nerviosa que yo.

Entraron a la bodega las dos y yo enseguida las seguí para demostrarle a Elly que se pondría nerviosa, estaba acomodando las cajas y cuando terminó, fui con ella y le bajé los pantalones, mostrando nada más que sus calzones de dibujos de tigres.

Elly se puso muy roja y la jefa se rió un poco, se subió rápidamente el pantalón e hizo que la acompañera afuera.

—¡¿Qué te pasa?!—Me regañó.

—¿Qué tiene? Tienen lo mismo—Sonreí—Además tranquila que se rió un poco y sabes que ella es muy seria.

—Si tenía una pequeña probabilidad con ella, ¡ahora no tengo ninguna!

—¡Claro que si! Sólo coquetea cómo sabes hacerlo.

—¡Es difícil!

—¡Sólo inténtalo ahora!—La empujé un poco para que fuera con la jefa.

Ella se animó y se acercó a la jefa, mientras yo me acercaba un poco para escuchar lo que le decía.

—Perdón porqué hayas visto eso, normalmente no uso calzones con dibujos—dijo Elly apenada.

—No importa—Se iba a retirar la jefa pero Elly otra vez le habló.

—Oye, emm... no sé si te gustaría salir después del trabajo—Lo dijo nerviosa.

—Elly, no salgo con empleadas—Dijo seria.

—¿Y si renuncio saldrías conmigo?—Sonrió mostrando los dientes.

—Mmm... no—la jefa siguió trabajando.

—Auch—Dije acercándome a Elly, una vez que la jefa se fue.

—No sé si escuchaste eso, pero fue el sonido de mi corazón romperse por cuarta ocasión—Dijo Elly triste.

—¡Anímate! Seguro que le gustas—Tomé su hombro apoyándola.

—¿Entonces por qué no acepta mis invitaciones?

—Tal vez porque es más grande que tú y no quiere problemas.

—Le voy a llamar a Tanya, necesito distraerme con alguien—Se fue al baño desanimada.

Por lo menos ya sabía lo que había sentido cuando Yulia me vió desnuda. Ni siquiera sabía si quería ver a Yulia pronto, todavía seguía nerviosa y no sabía con qué cara la miraría.

Elly después de estar un rato en el baño, salió y se dirigió hacia mi.

—Me veré con Tanya más tarde—Dijo orgullosa.

—¿Sabes que ella no quiere nada serio contigo, verdad?

—Ni yo quiero nada serio con ella, pero me gustaría distraerme con alguien más—dijo un poco triste.

Estuvimos trabajando por el resto del día, Elly estuvo ignorando a la jefa, ya que estaba dolida, mientras yo tenía que hacer todo lo que la jefa me decía. Hasta que llegó la hora de salida.

—Necesito que no estés en la casa—Me dijo Elly.

—¡¿Qué?! ¿Por qué?

—No sé qué vaya a pasar con Tanya, pero seguro no querrás escuchar.

—¿En serio piensas hacer algo con ella?

—No lo sé, estoy algo triste, sólo quiero distraerme, así que no vayas ahora por favor.

—¡Pero puedo estar en mi habitación sin salir!

—No quiero que nos tomes fotos—Me lo dijo advirtiéndolo.

—No soy Yulia, tranquila.

—Bien, pero te recomiendo que te vayas ahora mismo y te encierres en la habitación para que no te vea.

Yo le hice caso y me salí de ahí, tomé un taxi y me fui a la casa, después de todo Elly ya me había dado una copia de la llave, y no quería ir a otro lado y mucho menos ver a Yulia. Al llegar me encerré en la habitación y me puse a hacer algunas tareas de la escuela, hace tiempo que no las hacía y se sentía extraño. Escuchaba música con mi audífonos, me gustaba más la música electrónica, house, como Kygo, Seeb, Kshmr, etc. Y ahora que lo pensaba no sabía qué música le gustaba a Yulia, ni cuál era su color y comida favorita. Tenía que preguntarle muchas cosas...

Alcancé a escuchar unas risas en la parte de abajo, y rápidamente supe que eran Elly y Tanya. No pude evitar no ser chismosa y me pegué a la puerta de la habitación para escuchar.

—¿Quién está?—Preguntó Tanya.

—Nadie—Dijo Elly.

—Perfecto—rió Juguetona—¿Sabes? Jamás he besado a una chica—Si claro, me había besado a mi.

—¿En serio?—dijo Elly sorprendida—Ni yo.

—¡Por dios! Eso seguro nadie te lo cree—Rió.

—Ni yo te creo a ti.

—¿Aah no?— Dijo coqueta.

Se dejaron de escuchar y supe que se estaban besando, por alguna razón quería ver el espectáculo.

—¿Ves que beso mal?—Dijo Elly.

—¿Lo has hecho alguna vez en la sala?—Tanya seguía teniendo ese tono coqueto.

—¿De qué hablas? Yo soy virgen—obviamente lo decía en tono burlón, nadie le iba a creer eso.

Decidí salir con cuidado de no hacer ruido y sin que me vieran, para ver qué estaban haciendo. Admitía que tenía algo de curiosidad ver que estaban haciendo, pero no por pervertida, sino para ver cómo lo hacían y aprender un poco.

—No seas payasa—Sonrió Tanya y besó a Elly.

Elly se sentó en el sillón y seguido de esto Tanya apoyó sus rodillas alrededor de las piernas de Elly. Tanya la tomó del cuello y la besó con más intensidad, en verdad se veía que quería hacerlo y suponía que Elly también estaba dispuesta.

Elly le agarró el trasero y lo acercó lo más que pudo a ella, haciendo que se le escapara un gemido a Tanya.

—¿Te molesta si me imagino que eres hombre?—Dijo Tanya agitada.

—Claro que no, sólo espero no lastimarte con mi pene enorme—Dijo Elly sarcástica. Ya me estaba dando vergüenza ajena ver el espectáculo.

—Que graciosa—rió y la volvió a besar—Es que jamás lo he hecho con una mujer—Le dijo entre besos.

—Entonces me alegra ser la primera—Elly le quitó la blusa rápidamente dejando al descubierto su brazier rojo. Tanya se movía en las piernas de Elly de atrás hacia delante sin dejarla de besar y en ese momento no pude evitar imaginar a Yulia arriba de mi haciendo eso. Estúpida mente pervertida.

Tanya le quitó la blusa a Elly y parecía que se le quedaba viendo a sus bubis.

—¡Wow! ¡Son grandes! ¿Qué copa eres? Qué envidia la verdad— Dijo Tanya sorprendida. Me estaba dando mucha vergüenza ajena, el peor sexo de la historia, aunque yo no fuera experta en eso.

Me regresé y me encerré en la habitación, prefería hacer la tarea que seguir viéndolas haciendo el ridículo. Yo no quería ser así con Yulia, quería dejar que todo fluyera y sin necesidad de estar hablando. Claro, si es que algo pasaba entre las dos, porque aún me daba vergüenza recordar que me había visto desnuda.

Decidí tratar de dormirme, aunque de vez en cuando escuchaba gemidos fuertes de Tanya.

—¡Dale más!—Decía Tanya mientras gemía.

Por suerte al día siguiente al despertar no había tenido sueños húmedos gracias a los ruidos que hacían.

Decidí salir para desayunar pero me percaté de que aún seguía Tanya ahí ya que estaba toda su ropa tirada en la sala, incluyendo la de Elly.

Ellas no estaban en la sala, seguro estaban en la habitación de Elly.

De todos modos decidí no arriesgarme, así que regresé a mi habitación, me arreglé y de inmediato me salí sin desayunar, así comería algo en la escuela. Decidí caminar hacia la escuela mientras escuchaba música, todas las canciones me recordaban a Yulia, ya que me salían muchas canciones románticas. Quería que apareciera Yulia de la nada en su moto y me llevara a la escuela, después recordaba cómo me había visto y se me pasaban las ganas.

Llegué a la escuela y habían pocas personas en el salón de clases, aún no llegaba Yulia ni el maestro, así que decidí concentrarme en escuchar música en el celular. Hasta que escuché que alguien me habló y me quité los audífonos.

—Hola—Saludó Paola, la amiga que está loca por Elly.

—¿Hola?—Le respondí confundida de que me haya hablado.

—Quería preguntarte qué si andas con Elly.

—Para nada—Reí al recordar la noche que tuvo con Tanya.

—¿Entonces sabes si anda con alguien?

—¿Porqué no se lo preguntas tú misma?—No me parecía correcto que estuviera exponiendo su vida.

—Creo que ya te diste cuenta que no me soporta—Dijo triste.

—Deberías de tratar de conquistarla.

—Eso trató, por eso quiero que me des información—hizo pucheros.

—¿Porqué no le regalas detalles o tratas de ser más coqueta con ella eeh?

—¿Crees que le guste?—Sonrió esperanzada.

—Puede que si, lo puedes intentar, además tú eras su amiga, debes de saber más cosas de ella que yo ¿no?

Yulia entró al salón y cruzamos miradas, yo de inmediato me puse roja, pero al verme hablar con Paola se sentó casi al frente, lejos de mi.

—Al parecer te habló sobre mi, ¿Qué te dijo?—Dijo intrigada.

—Sólo que eras su amiga— Mentí porque no quería romperle más su corazón, se veía muy tierna.

—Casi no me hablaba mucho sobre sus cosas—Dijo triste.

En eso llegó el maestro, así se Paola se despidió para salirse de la clase, ya que estaba en otra, pero no se salió sin antes saludar y despedirse de Yulia. Si Paola era amiga de Elly también lo era de Yulia.

Tanya llegó un poco tarde, sin embargo tenía una sonrisa en la cara, que hasta Yulia se notaba un poco sorprendida, ya que Tanya la mayoría del tiempo no sonreía. Se sentó a lado de Kristoff y lo saludó. Al parecer sólo tuvo sexo con Elly, los sentimientos no podían cambiar de un día para otro solo por haberse acostado con otra persona.

Por otro lado, esperaba que Yulia se cambiara a mi lado o me volteara a ver, sin embargo, no lo hizo y en el receso fue la primera en salirse. Seguramente le daba vergüenza mirarme o simplemente no le había gustado mi cuerpo, cosa que me entristeció pensar.




Buenas noches mis niñas... Me encantan que estén en la misma onda con los dramas coreanos. Si tienen alguna recomendación, háganmelo saber,

CAPITULO 25.

Al regresar del receso, yo no me había movido del salón, no quería ni salir, pero Kristoff regresó con un ramo de flores grande. Pude ver que a Tanya se le iluminaron los ojos al ver a Kristoff con las flores, enseguida se dirigió a su lugar y Tanya lo miraba esperando que le dijera algo.

—¿Qué?—Le preguntó Kristoff a Tanya confundido por la manera en que lo veía.

—¿Qué?— Sonrió Tanya, se veía emocionada.

Entró Yulia y mi corazón empezó a latir, era muy hermosa, quería hablarle pero seguía sintiéndome insegura.

Kristoff se levantó de su asiento y se dirigió hacia Yulia.

—Me gustas mucho—Le dió las flores—La verdad desde que te vi me gustaste mucho y sé que te gustan las chicas, pero estaría dispuesto a cambiarme de sexo sólo para estar contigo.

Se escucharon risas de algunas personas de la clase y uno que otro "oww"

Tanya se dirigió rápido conmigo enojada.

—Mierda, ¿Qué no piensas hacer nada? ¡Creí que te gustaba!

—Shh, no puedo hacer nada— Era verdad, estaba igual de celosa que Tanya, pero no podía hacer nada.

—¡Ve con ellos y dale un puto beso a ella! —Yo me fui pero no con Yulia ni con Kristoff, sólo pasé al lado de ellos para salirme del salón, no podía seguir viendo esa escena.

Salí al área libre de la escuela para despejarme un poco y vi a Elly sentada en una de las bancas, viendo su celular. No tenía ganas de ir con ella, estaba un poco triste y quería estar un rato sola. Vi a Tanya salir del salón llorando y al ver a Elly fue de inmediato con ella. Tanya la abrazó y lloró en sus brazos, Elly confundida le correspondió el abrazo y parecía que le hacía preguntas. Después de un rato abrazadas, se acercó Paola con ellas y les dijo algo que no escuché, pero al parecer le había molestado a Tanya porque enseguida le gritó, lo que provocó que se fuera Paola.

Cuando el profesor estaba distraído me metí a clases de nuevo, Yulia estaba sentada con su ramo de flores y yo traté de verme desinteresada. En toda la clase hice el esfuerzo de no voltearla a ver, a pesar de sentir una que otra vez su mirada.

No entendía como me miraba y no podía hablarme, aunque me daba vergüenza, aún así quería que ella me dijera algo para no sentirme tan mal, pero no se animó a decirme nada ni al final de la clase.

Me encontré a Elly en la salida, así que nos fuimos juntas a la casa.

—Creí que no tenías sexo sin amor—Le dije a Elly.

—No normalmente, pero en verdad me puse triste y me estresé, lo necesitaba.

—¿Con Tanya? ¿Es en serio?—Lo dije incrédula.

—¡Ella también quería! ¡No la obligué!

—¡Lo sé! Escuché todo ayer...

—Te dije que no estuvieras en la noche pero no me hiciste caso—Lo dijo burlándose.

—No tenía a otro lugar adónde ir.

—Por cierto, ¿Cómo vas con Yulia? ¿Ya se hablaron? Tanya me dijo que el chico que le gusta le regaló flores.

—Ni me lo recuerdes, Yulia no me ha hablado y eso me está asustando, ¿Qué tal si no le gustó mi cuerpo?—Dije decepcionada.

—Sé que no te he visto desnuda, pero recuerdo que la primera vez que te vi pensé "¡Wow que chica tan sexy!"—Lo dijo tan chistoso que no pude evitar reírme— Créeme que si tú y Yulia no se gustaran, seguro ya hubiéramos tenido una noche de pasión—rió.

—¡Elly!—No pude evitar ponerme roja.

—En verdad eres hermosa Elena, a Yulia le gustas mucho y se nota. Así que no tienes de qué preocuparte, tu cara es hermosa, eres agradable y tu cuerpo te da el toque final.

—Gracias Elly—Sonreí— Aunque no puedo creer que te hubiera gustado acostarte conmigo.

—¡No lo digas así! Se escucha mal, ¡Es una noche de pasión!

Elly decía cada tontería, que por lo menos me sacaba una sonrisa.

Llegamos a la casa y cada quien hizo sus cosas por su lado, yo hice algunas tareas y después me preparé algo de comer, mientras Elly veía la televisión y comía papas.

—¿No piensas comer algo más saludable?—Le pregunté.

—No—dijo sin pensarlo y siguió comiendo.

Después de un rato más, nos fuimos a trabajar. Elly seguía ignorando a la jefa, seguía triste e indignada, y a la jefa simplemente parecía que le daba igual.

Llegó una chica guapa con tacones, una mini falda y un buen escote. Rápidamente captó la vista de todas las mujeres del lugar, incluyendo a Elly. La chica se dirigió directo a ella para pedir algo.

—Me das una limonada—Dijo la chica. Su voz me era familiar.

—¿Limonda? ¿Aqu...—Elly miró atentamente a la chica— ¡¿Paola?!

Yo la miré rápidamente, y al observarla bien, me di cuenta de que si era Paola, pero vestida más llamativa.

—¡¿Qué haces vestida así?!—le preguntó Elly.

—¿Así te gustan, no?—Paola se acercó a Elly, dejándole a la vista el escote.

—Espera, espera—Elly se puso roja y miró a la jefa quien la miró por un segundo y desvió la mirada—No es necesario que te vistas así por mi.

—Si es necesario, porque a ti te gustan así—Dijo paola aún provocativa.

—¿Quieres tener sexo conmigo?—Dijo Elly y eso captó la atención de la jefa.

—No sólo quiero tener sexo contigo, sino todo—hizo un puchero.

—Ya te dije que no te puedo corresponder, a mi me gusta alguien más.

— ¿Y quién es?

—Alguien que tampoco me corresponde— bajó la mirada.

—Elly—Le tomó las mejillas y se acercó más a ella— Salgamos después de aquí, a dar la vuelta —Le sonrió— Te esperaré.

Yulia entró al bar y mi corazón otra vez empezó a latir como loco. Creí que me iba a hablar a mi o a Elly, sin embargo, fue directo con la jefa.

—Hola— sonrió—¿Tú eres la encargada de aquí verdad?—Yulia me miró y yo me sonrojé.

—Si, soy yo, ¿Por qué?—Dijo la jefa.

—Porque quiero trabajar aquí.

Tanto Elly como yo, volteamos hacia ella sorprendidas.

—¿Sabes? Eres muy bonita, seguro que la pasaremos bien aquí—La jefa le sonrió a Yulia.

Elly estaba roja al ver y escuchar esa escena, al parecer se había puesto celosa. Más porque la jefa no le sonreía a nadie y mucho menos decía "la pasaremos bien aquí"

—Puedes iniciar mañana—La jefa le seguía sonriendo.

—Gracias—Yulia sonrió y se fue. Pero Elly fue rápidamente detrás de ella.

No supe que le dijo, pero después de un rato Elly llegó muy enojada.

—Saldremos en la salida, ¿está bien?—Le dijo a Paola, ella asintió y se fue.

—¿Por qué Yulia trabajará aquí?—Le pregunté a Elly.

—Tal vez por ti, pero no quiero que trabaje aquí, ¿no viste cómo miró la jefa a Yulia?— Lo dijo enojada—De todos modos ya sé que hacer para que no trabaje aquí.

—Pero yo si quiero que trabaje aquí para que esté conmigo—hice una cara triste.

—¡No puede estar aquí! ¿Te imaginas que se enamore de la jefa? ¡Es fácil enamorarse de ella, es hermosa!

—¿Quién? ¿Yulia? Obvio que es hermosa.

—¡No voy a dejar que Yulia trabaje aquí!—Se fue enojada.

Quería que Yulia trabajara conmigo, pero por otra parte no quería que lo hiciera, gracias a mi inseguridad y que en verdad le gustara la jefa.

Al salir de trabajar, Elly se fue con Paola, esta vez sin advertirme de una posible acción en la casa y yo me tuve que ir sola.

Al llegar, como siempre, hice algunas tareas y me preparé de cenar. Elly no llegaba y supuse que se habían ido a otro lugar porque ya era tarde. Estaba concentrada preparando mis hot cakes cuando escuché una moto afuera de la casa. Rápidamente mi corazón empezó a latir y me asomé por la ventana para ver si era quien creía, y si, efectivamente era Yulia, bajándose de su moto y viéndose tan perfecta como siempre.

Timbró y esperé un ratito antes de abrirle para no verme tan desesperada.

—Hola—Le dije a Yulia, tratando de verme lo menos nerviosa posible.

—Hola—Sonrió un poco roja— ¿Está Elly?

—No, salió con alguien más.

—Ouh bueno, sólo necesitaba hablar con ella—sonrió mostrando los dientes.

Se me hacía extraño que no le haya hablado por celular, me gustaba pensar que sólo era una excusa para verme.

—Si quieres le puedo decir algo.

—No gracias, después le diré, no te preocupes—dió la vuelta y después me volteó a ver—Adiós.

¡¿Qué?! No podía dejar que se fuera tan fácil.

—Yulia—Le hablé y de inmediato me volteó a ver.

—¿Si?

—¿Quieres cenar conmigo?—Le sonreí amablemente y ella se puso nerviosa.

—Si claro—entró a la casa.

—Estoy haciendo hot cakes, ¿Te gustan?

—¡Si, claro!

—Qué bueno, porque eso cenaremos—me fui a la cocina mientras ella se sentó en el comedor—¿Así que piensas trabajar conmigo?

—Siempre quise trabajar ahí pero no lo hacía porque me daba flojera.

—¿Y porqué ahora decidiste que querías trabajar ahí?

—Porque están tú y Elly y así es mejor.

—También quiero que trabajes conmigo.

—¿En serio?—Sonrió.

—Si—Le llevé un plato con los hot cakes y le arrimé la mermelada y la lechera..

—Gracias.

—¿Te gustaron las flores de Kristoff?—Pregunté sin que se notaran mis celos.

—Estaban lindas, pero no por eso logrará gustarme y se lo dije.

—Quién sabe, posiblemente te gusten los hombres, por eso te asustaste al verme desnuda—Al fin tuve el valor de decir algo sobre eso.

—No me asusté, es obvio que me pusiste nerviosa.

—¿Y por eso ya no me hablaste?

—No quería que pensaras que soy una pervertida.

—Yulia—Le tomé las mejillas—¿Qué pasó con la Yulia que me coqueteaba sin permiso? qué me hacía bailar de la nada y me tomaba de la cintura.

—Quiero ser diferente contigo y tratarte con más respeto.

—Eres muy linda Yulia—me acerqué a sus labios—Pero me desespera tu respeto— Yulia se ruborizó.

—Huele a quemado.

—Mierda—Fui a la cocina—¡mis hot cakes!—Yulia se empezó a reír—Oye, no es gracioso, tendré que prepararlos de nuevo.

Los preparé y al estar listos, me fui a cenar junto a Yulia.

—¿Desde cuando dices "mierda"?

—Desde que me junto contigo—Reí.

—¿Te corrompí mucho?

—Yulia, mira al rededor, estoy viviendo en casa de tu amiga. Antes de conocerte vivía en casa de mis padres.

—Es un buen ejemplo—rió—Perdón.

—No me arrepiento de nada—sonreí.

Era verdad, a pesar de que mi vida había cambiando mucho gracias a ella, no me arrepentía porque en verdad valía la pena.

—Te quiero—Yulia me miró un poco nerviosa.

—¿Perdón?—reí—¿Escuché bien?

—Me costó decirlo, ¿y quieres que lo repita?—rió y me lanzó un pedazo de hot cakes.

—¿Esa es tu forma de quererme?—Reí.

—Así es—Dijo orgullosa.

—¿Cuál es tu color favorito?

—¿Ehh?—Respondió confundida ante mi cambio de tema.

—Dime tu color favorito.

—Qué raro que me preguntes eso.

—Quiero conocerte más.

—Está bien—Sonrió—Es el negro.

—Uy que miedito, que oscura.

—Que tonta—Rió—Es bonito el color.

—¿Que tiene de bonito el color negro?—reí—Es mejor el morado.

—Uy que femenina—Rió—Es un color feo.

—¡¿Qué?!—Dije indignada.

—Está feo el color—Yulia se había acabado todos los hot cakes.

—Ya no te serviré más hot cakes.

—Que bueno, porque ya no quería—se levantó, recogió su plato y fue a la cocina.

Yo igual me levanté y la seguí.

—Acompáñame arriba—Le sonreí.

—Conozco tus sucias intenciones—Entre cerró los ojos.

—No es lo que piensas—Le ofrecí mi mano.

—No te daré la mano porque ya no me serviste más hot cakes—Volteó la mirada.

—Pero ya no querías—hice un puchero y me tomó de la mano.

—Te perdonaré por esta vez.

Yo la llevé a mi cuarto de la mano y nos sentamos en la cama.

—¿Acaso quieres violarme como la otra vez en el baño?—rió.

—Sabes que se me cayó la toalla sin querer—Me ruboricé.

—Lo sé—También se puso roja y eso me hizo sentir bonito en mi estómago.

—¿Cual es tu comida favorita?—Pregunté.

—Me asusta tu interrogatorio—Rió.

—¡Ya te dije que quiero conocerte más!

—Está bien, está bien—sonrió—Mi comida favorita es...

—Es...

—La papaya.

No pude evitar soltar una carcajada.

—No seas estúpida—Seguía riendo—Dime algo que no sea obvio.

—Bien—también estaba riendo— Mi comida favorita es la sopa.

—¿Qué?—Solté otra carcajada.

—Oye no te rías, es en serio me gusta la sopa, ¿esperabas algo especial?—Rió.

—La verdad si—Sonreí y me le quedé viendo por unos segundos—Quédate a dormir conmigo.

—Tú a fuerzas quieres acción, ¿verdad?—Rió.

—Sólo quiero dormir junto a ti hoy, pero sólo si tú quieres.

—Si, si quiero—se acostó en la cama y yo me acosté a lado de ella.

Se escuchó abrirse la puerta de la entrada y supuse que era Elly.

—¿Es necesario decirle que estoy aquí?

—Claro que no—Me levanté y le puse seguro a la puerta.

—No sé si asustarme—Rió.

—Claro que no, te daré algo para que duermas a gusto.

—Contigo es suficiente—Tomó su celular.

—Uy, que romántica.

—No te estaba hablando a ti, estaba mandando un audio —Tomé la ropa que le iba a dar y se la lancé en la cara.

—¡Oye no seas grosera!—Rió.

—¿Yulia? ¡¿La metiste aquí Elena?!—Dijo Elly enojada—¡Abre la puerta!

—Mierda—Dijo Yulia riéndose.

—¿De que te ríes? ¡Abre la puerta!—Elly se escuchaba enojada.

No sabía si abrir la puerta o no. Pero antes de que se enojara más decidí abrirle. Elly al verme se acercó a mi rápidamente, me tomó de la cintura pegándome a su cuerpo y me besó.




Último día del año mis niñas tendremos dos capítulos hoy como regalo del 2023 que ya se va 🥳

CAPITULO 26.

Rápidamente me alejé de Elly y le grité.

—¡Mierda, ¿Qué te pasa?!

—Ya no disimules y dile la verdad a Yulia, dile que estamos juntas y que por eso vives conmigo—Elly me tomó de la mano pero yo la solté enseguida.

—Sabes que lo que dice es mentira Yulia— me acerqué a ella.

Yulia parecía sorprendida, seguramente no sabía que creer, así que no dijo nada y se fue. Yo intenté seguirla pero Elly cerró la puerta de la habitación impidiéndome pasar.

—¡¿Qué haces?!— Le grité.

—Perdón, pero era la única forma de impedir que entrara a trabajar...

—¡Eres una estúpida! ¡Realmente estaba avanzando con ella y la cagaste!

—¡No puedo arriesgarme a que Samara se enamore de ella!

—¡¿Y por eso tenías que arruinar mi relación?!— Estaba muy enojada con Elly, se había pasado.

—¡Ni siquiera son novias!

—¡Idiota!— la empujé y salí de la habitación corriendo, pero Yulia ya se había ido. Me metí y subí de nuevo con Elly— Le dirás la verdad a Yulia.

—Noup— dijo como si nada.

—Si no le dices la verdad, yo misma haré que la jefa no te haga caso.

—No te atreverías, vives conmigo.

—¿Y?— le dije retándola.

—Sabes que puede pasar—Levantó las cejas.

Yo me enojé más, pero no quería discutir con ella porque sabía que me podía correr en cualquier momento, así que sólo me encerré en la habitación. Estaba muy enojada y no sabía cómo expresar mi enojo, por eso mejor decidí dormirme.

Al día siguiente yo me fui sola al trabajo, era sábado así que no tendría clases.

Creí que con el sueño se me quitaría el enojo, pero seguía bastante enojada con Elly. Siempre avanzaba por lo menos un 70% con Yulia y algo pasaba que me devolvía al 10% era como si el universo no quisiera que estuviéramos juntas, pero el universo no iba a ganar.

Elly llegó y ni siquiera la miré, igual que en la casa, que cuando me hablaba la ignoraba. Esta vez Elly había logrado que Yulia no trabajara aquí, o al menos eso estaba pensando hasta que vi a la hermosura de Yulia entrar.

—¿Se podría saber qué haces aquí?— Le dijo Elly retándola.

—No vengo contigo— Yulia la hizo a un lado y pensaba que vendría conmigo pero fue con la jefa— Estoy lista para trabajar aquí.

—¡Si!—La jefa se emocionó e hizo que la siguiera.

—¡Mierda!—Dijo Elly echando humo.

—Al parecer tu estúpido plan no funcionó—Le dije a Elly y me fui a hacer otras cosas.

Después de un rato la jefa me llamó y me pidió que si podía capacitar a Yulia, ya que Elly se rehusaba, yo obviamente acepté y realmente Yulia no parecía molesta.

Elly se acercó a decirle algo a Yulia pero antes de que hablara, Yulia la interrumpió para hablarle a la jefa.

—Disculpe, ¿Cómo se llama? Samara ¿cierto?—Le preguntó a la jefa.

—Si, ¿Qué pasa?

—¿Sabía que Elena y Elly son novias?— miró a Elly y le sonrió.

Elly se veía furiosa y rápidamente le negó todo a la jefa.

—Pero tú me dijiste eso ayer, ¿Verdad Elena?— me miró para que dijera algo, pero yo no quería decir que era cierto, porque aparte de que no lo era no sabía que estaba planeando Yulia.

—A mi no me interesa su vida privada, pueden ser lo que sea— dijo Samara y se fue a hacer otras cosas. Mientras Elly fue atrás de ella.

Yo intenté capacitar a Yulia ignorando lo qué pasó pero después de un rato no soporté en hablar sobre el tema.

—¿Si sabes que yo no tengo nada con Elly verdad?— La miré con miedo.

—No sé si creerte...

—Pero es ense...

—¡Es broma! No te preocupes, te creo, aunque al principio dudé un poco, pero sé que te gusto yo.

—¡Aaahh!—grité de la emoción y le di un beso en la mejilla, a lo cual se ruborizó— ¡Me encantas!—La abracé por detrás.

—¡Te dije que iremos lento!

—Si si, lo sé— Sonreí apenada.

Narra Elly

Seguí a Samara porque quería explicarle que en realidad no tenía una relación con Elena, que sólo era mi amiga.

—Ya te dije que no me interesa tu vida personal— Samara hacía sus cosas y ni siquiera me miraba. Ya estaba acostumbrada a su frialdad, pero en serio me gustaba, quería tener algo serio y bonito con ella, por eso no me rendía.

—Quería que supieras que sigo soltera.

—¿Para qué?—dijo seria.

—Para que veas que sigo disponible—Sonreí.

—Ponte a trabajar Elly...

—Te puedo invitar a cenar, ¿te gustan los mariscos no?

—Elly, por favor...

—¿Porqué nunca aceptas mis invitaciones?

—Ya te he dicho mil veces el por qué.

—¿En serio soy tan fea?— hice la cara triste.

—Elly no eres fea y lo sabes, pero simplemente no quiero salir contigo.

—¡¿Por qué no?!

—Si sigues así te tendré que despedir.

—No puedes hacer eso, soy tu mejor empleada—La miré coqueta.

—Entonces ponte a trabajar, ayúdame a bajar esos vasos de arriba—Señaló los vasos.

Tomé los vasos y aprovechando la excusa me pegué a ella lo más posible.

—Te quería preguntar algo— Me dijo un poco apenada y yo me emocioné un poco.

—¿Si?

—¿Sabes si Yulia está soltera?—Dijo eso y se me cayeron todos los vasos.

—¡Pues no! ¡no lo está!— me alejé de ella furiosa y fui a buscar a Yulia—Renuncia, ¡ya no vuelvas!

—¿Qué?—dijo Yulia confundida.

—Le gustas a Samara, así que es mejor que te vayas, ya te había dicho que no trabajarás aquí.

—Me da igual, ahora me quedaré aquí porque te recuerdo que besaste a Elena.

—Si no te vas de aquí—Me acerqué a ella para susurrarle— Correré a Elena.

—No te atreves.

—Pruébame.

—Idiota—Me empujó y se fue con Elena.

Claro que no pensaba correr a Elena, la verdad es que le había tomado mucho cariño y no pensaba dejarla en la calle. Sólo que me ponía de malas que Samara quisiera a Yulia. Tanto tiempo rogándole como para que llegara Yulia y me la quitara.

Las dos estaban hablando y veía a Elena, que seguía igual de guapa que siempre, me parecía muy atractiva y no negaba que no sólo la besé para que Yulia no entrara a trabajar. No me gustaba pero admitía que si le tenía un poco de ganas. Aún así no iba a hacer nada. Sabía que Elena estaba loca por Yulia, pero Yulia no sabía si de la nada le empezaba a atraer Samara y eso me preocupaba.

Ellas me voltearon a ver enojadas y yo miré hacia otro lado.

Sabía que estaban enojadas conmigo, las entendía, pero quería que Yulia también me entendiera.

—Samara—Yulia le habló.

—¿Si? Dime— de inmediato Samara le contestó.

—No puedo continuar en este trabajo, gracias pero perdón—Yulia me volteó a ver—¿Es por culpa de Elly?

—Mmm no...

Samara vino hacia a mi y se acercó a mi oreja para susurrarme, cosa que me puso súper nerviosa.

—No sé que le dijiste, pero haz que se quede.

—No lo haré—Dije retándola.

—Te despediré...

—¿En serio serías capaz?

—Averígualo.

—No hace falta— Lo pensé un poco—yo misma renuncio, ya me harté—Le dije y enseguida fui por mis cosas. Yulia me siguió.

—No seas exagerada tampoco es para que renuncies.

—Me harté, si le gustas tanto como para correrme es mejor que me vaya, no puedo seguir aquí sabiendo eso—Ya que había tomado todas mis cosas me dirigí hacia Samara—Ya no te molestaré, fue un gusto trabajar contigo— No sabía que estaba haciendo exactamente, no podía rendirme tan fácil con ella, pero estaba tan enojada y dolida que lo único que quería era irme de ahí y no ver a ninguna por un buen rato. Estaba a punto de salir pero la voz de Samara hizo que parara.



Brindo para que este 2024 esté lleno de cosas hermosas para todas. Que sigan allí haciendo vibrar la página con todas sus energías y lindas caritas a todos, un feliz año 2024