PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Nastya alejando futuros pretendientes, Katya separando a la futura novia jajaja. Espero q Vika si arreglará las cosas con su chico y Julia recalco lo que ya se sabía... Que ella manda en esa relación xD
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
El nuevo miembro de la familia llego que feliz Lena que ya tiene a oled en sus brazos y me gusta que las chicas tengan esa confianza con sus hijos, yulia aconsejando a su hija victoria y lena con ekatya e aunque la niña sigue muy enamorada de ivana, ya sabíamos quien lleva los pantalones en esa casa. MMe gusto el capitulo
Freenbecky is Real- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 24/06/2024
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Aiinnss Ekaterina es tan linda, celosa por su hermano, pero creo que es normal eso.
Me gustan las charlas entre Yulita y Vika, son las indicadas, no me quiero imaginar que cosas le habría dicho Lena porque me río sola.
Amo a Katya, es un poco tímida, no se sabe si de adolescente lo será o tal vez no, tipo Viktorya aunque lo dudo.
El pequeño Oleg, lo primero que me llama la atención son el color de ojos, y como será...
Elena era fría, y ahora me parece una romántica dominada, y si, lo mejor que hace es demostrar el amor que tiene a Yulia y su familia.
Me gustó este cap, tuvo de todo un poco.
Me gustan las charlas entre Yulita y Vika, son las indicadas, no me quiero imaginar que cosas le habría dicho Lena porque me río sola.
Amo a Katya, es un poco tímida, no se sabe si de adolescente lo será o tal vez no, tipo Viktorya aunque lo dudo.
El pequeño Oleg, lo primero que me llama la atención son el color de ojos, y como será...
Elena era fría, y ahora me parece una romántica dominada, y si, lo mejor que hace es demostrar el amor que tiene a Yulia y su familia.
Me gustó este cap, tuvo de todo un poco.
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XII: "Sueños"
A Elena no le pareció raro despertar más temprano de lo habitual, llevaba haciéndolo por los últimos cuatro días. Ni oír los ruidos en la cocina en plena madrugada por los movimientos de ollas, la heladera o sonidos que sus hijos no debían escuchar. Mucho menos se extrañó del desorden que cambiaba a su living y que ya le hacía imaginar los gritos de Yulia imponiendo orden.
Lo que llamó la atención de Elena fue ver a su mejor amiga sentada frente a ella, por más de media hora, sin articular palabra. Ella estaba desayunando tranquila, luego de cortar unas frutas y sostenía a Oleg, ayudándolo con su biberón y acomodado en sus piernas. Era cuestión de minutos para que el resto abandonara las camas y se sumaran a ellas, por lo que decidió beber algo de su licuado antes de preguntarle.
- Anastasya - murmuró pero la castaña continuaba con la cabeza entre sus manos, preocupada y con sus ojos abiertos en demostración a ello. Ella y Elizavetha, junto a su hija Hayley, llevaban desde el fin de semana en su casa, como un adelanto a las vacaciones que tomarían luego las dos familias juntas. Y era raro, más de lo habitual, ver a Anastasya en ese estado, alejada, distante y que no soltara palabras - Anastasya ¿estás bien?
La castaña parpadeó, removiéndose apenas y finalmente alejó sus brazos de la mesa para mirarla. Elena movió su cabeza, esperando una explicación pero su mejor amiga se hundió contra la silla, lanzando un suspiro de angustia.
- ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? - Nastya negó ligeramente, preocupada y mordiendo su labio con nervios - ¿dormiste mal?
- Tengo que contarte algo - Elena juntó las cejas. Su tono de voz era extraño, serio pero le generaba algo de diversión - y… es grave. Debes prometerme que no te molestarás.
- ¿Tuviste sexo con Elizavetha y alguno de mis hijos te vió?
- ¿Qué? ¡No! Nada de eso. Es decir, sí tuvimos sexo con Elizavetha pero nadie nos vió…creo. Como sea ¿vas a escucharme?
- No me has contado nada aún - Anastasya se irguió, regresando contra la mesa y arrastró la silla más hacia ella. Elena la siguió con la vista, las dos manos de su amiga atraparon la suya y la palmeó suavemente - ¿qué te pasa?
- ¿No te molestarás?
- Estás asustándome.
- ¿No te molestarás? - Elena negó apenas, una vez y Nastya juntó aire, inflando su pecho y arrojándolo antes de continuar - Yulia y yo nos besamos. Te engañamos - Permanecieron en silencio, unos segundos pero ningún tipo de tensión se generó. Sin embargo ella deslizó su mano y la alejó, acomodándola sobre el biberón de su hijo que estaba terminando su leche.
- Yulia y Elizavetha, quizá, podría ser porque se llevan muy bien, parecen mejores amigas ¿pero tú y ella? ¿de qué estás hablando?
- Anoche, bueno, en realidad a la madrugada - Elena movió sus ojos hacia todos lados, intentando recordar en qué momento Yulia dejó la cama y luego la habitación. Pero nunca lo hacía. La morena solo la abandonaba si alguno de sus hijos la necesitaba. Nada más.
- ¿En la madrugada? - Anastasya cerró los ojos y asintió.
- Yo estaba bajando las escaleras y ella estaba aquí, tomando algo de agua y simplemente sucedió. La abracé, Elena, la abracé tan fuerte que la golpeé contra la mesada – la pelirroja observó el mueble, donde tantas otras veces había atrapado a su esposa para arrebatarle caricias y recordó cuán alto jadeaba Yulia cuando la aprisionaba allí - y la toqué y no se opuso y…no sé como pasó pero pasó y todo continuó.
- ¿Continuó? ¿Continuó cómo? ¿Tuvieron sexo? - Anastasya alzó los hombros y gesticuló con sus manos, confundida y curvando sus labios hacia abajo.
- No lo recuerdo porque en ese momento desperté. Pero demonios, Elena fue el sueño más raro que tuve en mi jodida vida. Y luego tuve sexo con Eliza, como te lo dije porque necesitaba sacarme esa imagen de la cabeza - y ahora reía. Anastasya reía y ella la empujó por uno de sus hombros, imitándola y volviendo a pinchar el tenedor en un trozo de manzana. Lo llevó a su boca y, tras tragarlo, señaló a su amiga por más cuestionamiento.
- ¿Soñaste con mi esposa? - la castaña exageró un escalofrió y llevó un dedo a su boca, en señal de que vomitaría - eres una idiota.
- Es decir, es Yulia ¿por qué no la golpeé fuerte en el rostro antes de besarla?
- Si la hubieses golpeado, estaría golpeándote yo misma justo ahora.
- Eres una exagerada…. ¿de verdad crees que entre ella y Eliza hay una buena química? - Elena alzó los hombros.
- Se llevan bien y me gusta verla así, como ella me ve contigo.
- Sí, a Eliza le hace bien tener sus salidas y comprar cosas para los niños - agregó, señalando velozmente a Oleg, que observaba a su madre con una sonrisa y fascinación cual fan a su ídolo. Elena bajó la vista y arrugó su nariz, haciéndolo reír y voltear avergonzado - pero definitivamente no tienen la química como con nosotras. Eliza no tiene con nadie lo que tiene conmigo - la ojiverde resopló, divertida y asintiendo al mirarla.
- Ni Yul con alguien más. Somos como la pareja con más piel, puedo jurártelo.
- ¿Qué? ¿Con más piel? - Anastasya rió con ironía - por favor Lenita the pooh, Eliza y yo tenemos sexo cuatro veces al día - Elena carraspeó al instante y su semblante serio regresó.
- No te gustaría saber cuántas Yulia y yo. Nos vemos y es como si nos dijéramos, sí, vamos a nuestro cuarto, quiero sexo por unos minutos. Todo el tiempo.
- No es cierto - aseguró Anastasya - ¿desde cuándo te gusta tanto el sexo a ti?
- Desde que estoy casada con ella. O antes. Pero por ella, básicamente. Elizavetha y tú no podrían superarnos. Nunca - la desafió, de reojo y Anastasya emitió un sonido de sorpresa, incrédula frente a esas palabras.
- ¿Cuándo salimos de vacaciones? ¿El fin de semana?
- El viernes.
- Bien, tenemos un poco más de dos días aún en tu casa - comenzó la otra ojiverde con la voz competitiva y poniéndose de pie - ¿quieres probarlo? ¿probar que soy mejor en la cama que tú?
- ¿Qué? Por supuesto que no, te dejaría en ridículo.
- Ya, cierra la boca ¿O acaso tienes miedo?
- Nunca tengo miedo si de tener sexo con mi esposa se trata. Bueno, solo a incendiar la casa - Elena alzó el mentón, satisfecha cuando la oyó gruñir entre dientes - ¿qué propones?
- Anotaremos las veces que hemos oído la pareja de la otra gemir. A menos que Yulia se masturbe, eso sería trampa.
- ¿Estando casada conmigo? ¡Por favor! Solo debe llamarme y nuestra cama temblará por miedo a romperse.
- Bien, tenemos hasta el viernes, antes de partir a la playa ¿es un trato?- Elena estiró su brazo y sus manos se estrecharon, como en el Instituto, cuando Anastasya competía con su equipo de porristas y ella con el club de baile que en realidad nunca le prestaba atención. Solo se le obligaba a asistir pero sonrió, porque terminaría ganándole como en el último año, antes de la graduación.
- Es un trato.
- ¿Qué cosa es un trato? - con su voz adormilada, Yulia ingresó con su cabello despeinado, su corto pijama y Anastasya alzó el pulgar cuando pasó a su lado. Elena le enseñó el dedo medio y cargó a Oleg para abandonar la silla y caminar hacia la morena.
- Si, justo ahí fue anoche, Volkova - la señaló la castaña, donde Yulia descansaba para tomar un vaso de agua. La morena la miró confundida y Nastya le alzó ambas cejas, sugestiva antes de desaparecer escaleras arriba.
- ¿De qué habla?
- Nada, ya sabes que solo le gusta molestar - aseguró pegándose a ella y besándola rápidamente - Buen día.
- Hoy sí que es buen día - sonrió Yulia, antes de morderse el labio al recordar lo ocurrido la noche anterior en la ducha - creo que aún me duelen las piernas. Me duelen, en realidad.
- ¿Quieres un masaje?
- Pero como los que suelo darte. A cuerpo completo.
- Y todo lo que quieras - murmuró roncamente, intentando estirarse a su cuello cuando Oleg las separó y fue él quien abrazó su delgado y pálido cuello. Así como Katya no se despegaba de Yulia cuando era pequeña, Oleg lo hacía ahora con Elena, acaparando su tiempo y llamando su atención a su gusto.
- ¿Tú sabías que mamá es mía, hijo? - preguntó la morena y el pequeño pelirrojo se aferró más a Elena, negando bajo su mentón y cerrando sus verdes ojos en tranquilidad - pues lo es.
- No - insistió él y, a pesar de que sabía decir algunas otras palabras, optó por permanecer en silencio.
- Entre otras cosas, tengo un reclamo por hacerte - continuó la morena - o bueno, a tus amigas ¿Las has oído anoche? No paran de tener relaciones y no sé cuánto más Katya pueda dormir con algodón en sus oídos.
- No, no las he oído, Yul – mintió - porque tus gemidos son más fuertes que los de ellas - la morena se sonrojó pero sonrió, tomándola de su camiseta y jalándola para besarla - de verdad - susurró, tirando de su labio inferior - anoche, bajo la ducha caliente y tú contra la pared….tenemos que repetirlo….ahora.
- ¿Ahora? - Elena se separó y volteó, mostrándole a Oleg dormido abrazado a ella - déjalo en su cama. Te espero en nuestro cuarto.
Elena sonrió de medio lado, al verla subir casi a trote y deseó que Anastasya estuviese en su cuarto, pegado al de ellas para oírlo todo.
Y comenzar a perder su infantil trato.
11 a 10 iba el tablero y ella no iba a dejarlo como resultado final. En cinco horas saldrían de viaje, todos y para eso entonces debía dar vuelta los números si quería ganar. Debía admitirlo, Nastya era una contrincante difícil de vencer pero no iba a bajar los brazos.
Así que terminando de bañar a su hijo, puso manos a la obra. Yulia volvería de su caminata junto a Elizavetha y sabía, por mucho que no lo acostumbraran, que a su esposa le gustaba verla ejercitarse también. Por lo que se colocó un pantalón deportivo, un top color negro y sacudió su cabello aún con sus manos húmedas.
Desde el centro de la cama, Oleg la observaba prepararse frente al espejo y ella volteó a verlo, pretendiendo acercarse cuando la puerta se abrió.
- Necesito que la cuides - como un rayo, Anastasya ingresó con Hayley en brazos y la dejó lejos del pequeño, en otra punta de la cama.
- ¿Qué? No, no puedo ahora.
- Pues Eliza está por llegar y tendremos sexo mientras nos duchamos. Y tus hijos andan de calenturientos en la piscina. Por cierto, la novia de Samir, esa chiquita parece una modelo.
- Cállate, Anastasya, podría ser tu hija - pero la castaña no la oía, estaba dejándose tocar el rostro por su pequeña de dos años, que la miraba y le respondía con caricias a los gestos que le hacía- como sea, no puedo cuidarlos ahora. Llevaré a Oleg con Vika, abajo.
- Hasta luego, rojita - fue lo único que oyó luego de que Anastasya dejara la habitación y con Hayley intentando ponerse de pie y caminar hacia Oleg luego.
Elena los observó, uno frente al otro y oyéndolos reír sin siquiera decirse algo. Oleg tocaba el moño en la cinta que atrapaba el cabello de la pequeña y ella jugaba con los abrojos de las zapatillas del niño.
Se miraban, reían y continuaban jugando como si lo hicieran a diario.
Rascó su cabeza y oyó la puerta principal abrirse. Y recordó el por qué de estar esperando a la morena.
- Bajaré solo unos segundos - les dijo y ambos niños la miraron un momento - nada de más risitas ni jueguitos ¿de acuerdo? Voy por Yulia y regresamos, los estoy cuidando eh.
Dejó la puerta abierta y corrió escaleras abajo, deteniéndose bruscamente cuando solo vió a Elizavetha y aprisionada en el sillón por una desesperada Anastasya.
- ¿Y Yulia? - preguntó pero no recibió respuesta - ¿Dónde está Yulia?...Hayley está sola arriba, Eliza - escondió una risa, tras oír el cuerpo de Anastasya caer al piso y se encaminó a la puerta. Aún con el picaporte en mano, volteó y le sonrió con burla a la castaña, mientras la rubia desaparecía en el segundo piso.
- 15 a 10….Felicidades, Katina - Elena gesticuló orgullosa, recibiendo un trozo de papel que Anastasya le tendía con los números que ambas acordaron.
Tras salir en busca de Yulia horas atrás, la encontró hablando cómodamente con Erik, el joven vecino que odiaba ver cerca de su esposa porque siempre le coqueteaba sin vergüenza ni pudor. Y estaban de acuerdo con Yulia que, alguna de las dos celosas, era el momento justo para tener sexo, porque todo se expandía más. Mucho más placentero.
Llegó a ella y la besó frente a él, con violencia y hambre que sació minutos después, ambas en sus cuartos porque Elizavetha jugaba con los niños en el living. Desde allí que no habían salido hasta ahora, que dejaban la casa para comenzar las vacaciones familiares.
- ¿Qué es eso? - le preguntó Yulia parándose a su lado.
- Una prueba más de que no hay pareja más insuperable que nosotras - aseguró sacudiendo el papel.
- No entiendo…. ¡Vika debes desinflar ese salvavidas!
- ¿Notaste que estos días estuvimos más pasional que nunca? - la morena la miró dubitativa y negó ligeramente - exacto, porque no hay días límites para nosotras. Si queremos sexo, lo tenemos. Todo el tiempo.
- ¿Has estado bebiendo, mi amor?- Elena la abrazó, estrechándola contra ella y ambas vieron desde allí, bajo la puerta de su casa, a sus hijos esperarlas dentro del coche. Vika, desde el auto de Anastasya y Elizavetha, incluso las miraba expectantes.
- No. Solo son parte de mis sueños diarios.
- ¿Y estoy en ellos?
- Siempre. Siempre estás en ellos, Yul - inclinándose suavemente, la besó otra vez y abrió su boca cuando la mano de su esposa atrapó su nuca. Sus lenguas, juntas y exaltadas, hicieron gemir a la otra cuando una bocina se oyó a lo lejos.
- Por cierto - murmuró la morena contra su frente - estuve hablando con Elizavetha y…ella cree que con Anastasya son como la pareja más fogosa…. ¿te molestaría que le demostremos lo contrario? - rió, divertida y volvió a unir sus labios.
- Para nada.
Ocho años no pasan rápido, ni lento. Ocho años simplemente pasan y, si la cotidianeidad para nada hace valer su nombre, entonces pueden pasar otros ocho más. Y transformarse en dieciséis, veinte. En mucho tiempo, que no notas si se viven a la par de los ocho primeros, cuando comenzó el conteo.
Yulia pasó el plumero por la fotografía que llevaba mirando y sonrió, acostumbrada a hacerlo porque recordaba cómo se plasmó allí y de esa manera, con toda su familia en ella.
Estaba por tomar el portarretratos cuando el reloj del living sonó, tras llegar a la hora en punto y recordó que Katya llevaba encerrada en su cuarto por casi 45 minutos y debía estar rumbo a la clínica ya.
Era la segunda consulta en esa semana y a Yulia no debió sorprenderle. Katya estaba asistiendo con mayor insistencia a su doctora aún cuando no había necesidad. Con un último repaso al mueble, lo abandonó y caminó hasta las escaleras.
- ¡Katya! - la llamó desde el primer escalón - se te hace tarde, baja ya - sin embargo no recibió respuesta. Suspiró, cansada y se tomó del barandal. Avanzó apenas dos pasos cuando debió detenerse, bruscamente y abrir su boca sorprendida.
Su hija se acercaba, se había parado a unos metros frente a ella pero ya no lucía como dos horas atrás. Llevaba su jean, sí, su camisa enrollada a su delgada cintura y sus zapatillas sin acordonar. Pero su largo y lacio cabello, ya no era largo. Cortado como cuando conoció a Elena, Ekaterina enredó una mano en el y lo sacudió. Exactamente de la misma forma como su madre lo hacía.
Yulia retrocedió un paso y su hija le sonrió, bajando un poco más hasta tenerla cerca.
- ¿Qué tal me veo?
- Katya qué…tu cabello…. ¿por qué lo has cortado?
- Porque cuando cumpliera los 15, ustedes me habían dado permiso a hacerlo.
- Sí pero….pero, hija no….
- Me gusta como se ve. Debo irme mamá, debería estar en la clínica ya.
- Katya- la detuvo ella por el brazo. Conocía esa felicidad que siempre la invadía cuando de cumplir los turnos médicos se trataba. Después de todo, Ivanka era su doctora y nada había cambiado - estaré controlándote el tiempo. En menos de una hora te quiero aquí.
- Claro - le dejó un besó en la mejilla y luego oyó la puerta.
- Y si no regresa, iré por ella - Yulia terminó de subir las escaleras, tras oír a Elena y abrazó su cadera - no puedo creer que insista aún con Ivanka.
- Pues le gusta….no quiero pensar en eso ahora ¿has visto su cabello?
- Ajá. Pero me gusta como lo dejó. Es algo del gen Katin, parece.
- ¿Cortarlo?
- No. Ser irresistible e insistente - Yulia se separó, para mirarla a los ojos y alzó ambas cejas - por favor, superé los 40 y aún parezco menor ¿o lo niegas?
- Eres una engreída.
- Pero no miento…de hecho, estaba pensando. Ahora que Samir y Vika ya no viven aquí ¿por qué nuestros encuentros han disminuido?
- ¿Te refieres a tener sexo una vez al día? - ironizó y Elena sonrió, pegándola a ella y besándola sin espera.
Besar a la misma persona, a través de los años, se sentía como esa gravedad que te rodea cuando en tus sueños corres, estiras tus brazos y nunca llegas a destino. Como si en realidad, nada pasara, nada avanzara y necesitas despertar para que todo acabe.
Pero, si de eso se trataba, si de estar en sueños con Elena era su realidad, esta vez no abriría los ojos. No despertaría ni esfumaría todo con un parpadeo.
Cuatro hijos y casadas por años, no iban a desaparecer nunca porque no era un sueño. No de esa clase de sueños en la que debes despertar.
Holis!!!!
Quedan pocos capítulos para que finalice la historia!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Bien, ya katia está crecida ahora veremos cómo interactua con ivana y Lena siendo inmadura como siempre con nastya jajajaja
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Estás dos haciendo competencias de quién es mejor en la.cama jajajajajajaja pero es que consideren a sus mujeres, pobres jajajaja lastima que va a terminar pero muy linda historia
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Waoo, que emotivo y un poco profundo, debe ser increíble llevar tantos años y seguir amando con la misma entrega a la misma persona, te dije Xander que este va ser también uno de mis fics favoritos, pues también lo es, de esos que lees y quiere seguir leyendo porque te deja un sabor agradable, te hace el día, mejor dicho la noche.
Me interesa saber cómo va Katya con su amor mayor, ya leí la historia de una Elena adulta de 39 con una Yulia de 16 estudiando medicina también y enamorándose de ella... En el caso de Katya e Ivanka son 11 que le lleva jajaja... Y solo imaginar a una Katya preciosa de esos genes, sin duda hermosa... Ya empecé a delirar en el mundo t.A.T.u.
Me interesa saber cómo va Katya con su amor mayor, ya leí la historia de una Elena adulta de 39 con una Yulia de 16 estudiando medicina también y enamorándose de ella... En el caso de Katya e Ivanka son 11 que le lleva jajaja... Y solo imaginar a una Katya preciosa de esos genes, sin duda hermosa... Ya empecé a delirar en el mundo t.A.T.u.
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
soy_yulia_volkova escribió:Estás dos haciendo competencias de quién es mejor en la.cama jajajajajajaja pero es que consideren a sus mujeres, pobres jajajaja lastima que va a terminar pero muy linda historia
Ni tanto querida, no viste ese comentario de Yulia que le hizo al final sobre lo fogosa que era Nastya con Eliza jajaja me hicieron reír, tontearon como en la adolescencia, algo que te queda aún de tus verdaderos amigos con quién puedes seguir haciendo bromas...
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Que capítulos tan hermosos y que bello es su amor me gusta como se aman tanto y su pasión nunca disminuye. Tienen unos hijos maravillosos mi favorita Katya igual de tremenda qué su madre Elena. Muchos saludos cariño de mi corazón
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Muy bueno el capitulo y mas por haber demostrado que las chicas son una pareja muy fogosa, si habrá algo entre Katya e Ivanka, espero y si hay se nos haga que sean una pareja.
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Muero por saber si Ivanka le hace caso a Katya... Sería interesante
Patricia Armstrong- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 22/05/2024
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XIII: "Gen Volkov. Gen Katin"
- Dulce, dedicado y cordial es el gen Volkov. Tendrás que hacer mucho trabajo si quieres conquistar con el. Decidida, superficial y encantadora, si quieres ganarlo con el gen Katin - recordó Katya las palabras de su madre semanas atrás. Elena le había hablado una noche cuando bebieron a solas una lata de cerveza en el jardín, mientras el resto de la familia dormía.
Y ella tenía el color de cabello de Yulia, su carisma y su insistencia. Pero los ojos verdes, la mirada penetrante y las palabras roncas, duras como Elena. Era la combinación perfecta entre ambas y solía hablarlo con la pecosa a menudo, en las conversaciones sobre su crecimiento.
Y con Yulia hablaba lo que la personalidad de ambas le permitía: los sentimientos. A su madre no parecía molestarle su gusto aún empecinado por Ivanka, la mejor amiga de Viktoria y quién llevaba siendo su doctora desde su entrada a la adolescencia, más de dos años atrás.
Entre la insistencia de Yulia y la decisión de Elena, Katya alzó su mentón y golpeó reiteradas veces la puerta del consultorio. Oyó los pasos, desde el interior, y luego a la morena abriendo apenas para descubrir de quién se trataba.
La chica se sonrojó y le sonrió cálidamente. Ella humedeció sus labios y alzó sus cejas, esperando porque la dejara pasar.
- Wow, tú cabello….está….
- Corte nuevo.
- Te ves fabulosa - se sonrieron, Ivanka aún algo aturdida por su nueva imagen y ella satisfecha. La chica carraspeó, dando un paso atrás y rascó bajo su nariz nerviosa - Buenas tardes, Ekaterina.
- Hola, Ivanka - era divertido. Para ella era sumamente divertido ser testigo y protagonista de ese cambio radical. La intimidaba que ya no era porque ahora lo era Ivanka. Haberla visto crecer, tal vez, y mantener un trato profesional también, quizá eran sus razones de ese nuevo carácter - ¿puedo pasar?
- Ajá. Sí, claro….estaba esperándote - rozó sus hombros y caminó directo a la camilla. La ocupó, sentándose en ella y movió infantilmente sus piernas mientras la veía buscar su planilla - ¿cómo has estado?
- Bien, mamá me pidió que te dijera que las vitaminas ya me han estabilizado. Dice que puedo evitarlas.
- ¿Y estás de acuerdo? ¿Te sientes bien sin ellas? - alzó los hombros, mientras Ivanka se acercaba y sacudió su cabello. Como su pelirroja madre solía hacerlo y volvía loca a Yulia. Ella quería lograr los mismos efectos.
- Ya he aceptado mi condición, no creo que necesite más medicación.
- Tú sabes que nada malo hay en ti ¿verdad? Ni siquiera llega al rango de defecto genético. Es una combinación distinta, nada más y a cualquier persona podría pasarle. Tu cuerpo y tu mente son tan iguales como la de tu hermana o alguien que vive en, no sé….
- En China - rieron, con total diversión y ella se removió cuando la doctora tomó su estetoscopio.
- Como en China, sí….puedes… - tomó la base de su camiseta y la alzó por sobre su cabeza. Sabía que no debía quitarla, no había necesidad pero Ivanka nunca se lo reclamaba. Y estar en brassier frente a ella tampoco le incomodaba - incluso tus pulsaciones están mejor que otras veces.
- Estoy haciendo algunos ejercicios con mamá, en su gimnasio. Es divertido.
- Eso es genial, solo no debes exigirte. Lo sabes…. ¿has visto a Viktoria?
- Haremos una parrillada este fin de semana. Mis abuelos y ella vendrán ¿te gustaría ir? Será divertido - el frío metal se detuvo en medio de sus pechos y los dedos de su doctora le erizaron la piel. Estaban cálidos, fervorosos y rozando su sensibilidad. Siguió la línea de su cuerpo, apenas separado por centímetros de Ivanka.
Había tenido un gusto infantil, caprichoso por la mujer que ahora tenía frente a ella. Pero creció, y tras los años los caprichos desaparecen o aumentan en su totalidad. Y ahora le gustaba más, mucho más y que oliera siempre bien, a vainilla, sus labios estuviesen siempre pintados de rosa y fuese delicada al tratarla, solo la enamoraban sin cuidado.
Vagó la mirada por su rostro, esperando la respuesta y consciente de que sus ojos clavados tan contundentes en ella la ponían nerviosa. Como el movimiento tembloroso de su mano contra su pecho lo delataba ahora.
- Será algo familiar - se excusó y el aparato volvió a moverse sobre su piel.
- Tú eres de la familia. Eres la mejor amiga de mi hermana y conoces a mi familia desde siempre. Mis madres te adoran y prácticamente tienes tu lugar desde hace diez años. Además, Viktoria te invitará también. Y a dos Katin no puedes rechazarnos.
- Lo pensaré ¿de acuerdo?
- ¿Por qué pensarlo? Solo serán unas horas. A menos que ya tengas planes.
- No los tengo pero….
- Entonces mis pulsaciones están bien ¿quieres perturbarlas? - la chica rió, por su tono bromista y golpeó suavemente su hombro. La vió alejarse, aún entre sonrisas y llenar algo de su planilla antes de ocupar la silla - ¿ya está todo? – preguntó confundida e Ivanka asintió - y… ¿y lo demás?
- Estuviste aquí hace dos días y todo marchaba bien. Si todo sigue igual, dudo que vayan a presentarse problemas futuros en tu zona íntima. Tu salud y tu estabilidad emocional van a la par. Y muy bien.
- Tú madre me revisaba siempre sin importar la cantidad de consultas.
- Pero no soy mi madre. Puedes ponerte la remera y te daré otro turno, quizá lo reduciremos a uno al mes…. ¿por qué me miras así?
- Creo que está doliéndome justo ahora.
- Estás mintiéndome.
- Hablo en serio.
- No juegues con eso, Katya - sin embargo omitió esa sutil amenaza y cubrió con ambas manos su entrepierna, como si una pelota la hubiese golpeado y cayó sobre la camilla. Ivanka bufó y se puso de pie, llegando a ella y alejando sus manos - ¿qué te sucede?
- ¿Irás a la parrillada? - quiso alejarse, tras gruñir molesta pero Katya tomó su muñeca y la jaló, arrojando medio cuerpo sobre ella y sintiendo sus respiraciones mezclarse - será divertido.
- La próxima vez que hagas esto, comenzaré a atenderte con la puerta abierta ¿quieres que me despidan? - ella rió, sin importarle y negó ligeramente. El tono enojado de Ivanka era el mismo que el de Yulia cuando Elena la besaba frente a todos y por más tiempo del permitido.
- No puedes atender a tus pacientes de esa manera…olvidé decírtelo pero te ves muy bien hoy. Estás hermosa como siempre pero un escalón más arriba ¿cómo haces para verte siempre tan radiante?
Se soltó y se irguió, quitando algo inexistente de su bata y Katya se acomodó nuevamente frente a ella. Desde que tenía uso de razón, nunca le había ocultado su enamoramiento y, por el contrario, cuando Ivanka volvió a la soltería en su segundo año de universidad, se propuso recordar aquellas palabras de que sería su novia. Y le debería fidelidad.
- Ponte la remera. Hemos terminado y tengo otros pacientes que…
- ¿Vas a evitarme siempre? - Ivanka la miró seriamente y ella suspiró, tomando la prenda a su lado y colocándosela de mala manera - no entiendo cuál es el problema en que me gustes.
- ¿Quizás que tienes 15 y yo casi diez más? Eres una adolescente.
- Pero no te soy diferente….¿lo ves? - insistió ante el sonrojo de la morena.
- Creo que hay cosas que deben pasar, pasarte sobre todo a ti. Como que eres una adolescente y debes actuar como una adolescente porque eres una adolescente. Esa etapa de mi vida ya pasó.
- Eso es tan estúpido ¿crees que mi madre no hubiese insistido con mi mamá si se llevaran 10 años? ¿O tus padres? - Ivanka se cruzó de brazos y mordió su labio, intentando retroceder pero Katya estiró su pierna y la detuvo. Alzó la otra y rodeó su cadera, empujándola contra ella y reteniendo las manos en su espalda.
- Tus madres van a matarme si se enteran- ella curvó media sonrisa y se inclinó, esperanzada en generar un roce.
- Pero esta no es su historia. Es la mía - buscó su boca pero un dedo de Ivanka la detuvo. La alejó, apenas y nuevamente la oyó suspirar asustada.
- Esto de verdad está mal. Muy mal. Y no sé como voy a mirar a Viktoria o a tus madres porque… - sacudió su cabeza y estrelló sus labios en reclamo. La calló, deteniendo su verborragia y dominó el beso con total experiencia a pesar de ser su primero.
La había esperado, había esperado y dibujado ese momento durante meses y sus bocas golpeando no se iban a separar tan rápido. La resistencia aflojó y una mano de Ivanka retenía su nuca, deseosa de más cercanía.
Y se la concedió. Con una mano en su cadera y otra en su rostro, aumentó la intensidad al asomar su lengua y repasar su labio inferior, antes de introducirla sin permiso en busca de la suya. Se juntaron, como los brazos de Ivanka tras su cuello, los parpados de ambas y sus manos a la delgada cintura que aquella bata cubría.
Fueron minutos, oscuros en sus ojos cerrados y temblorosos cada vez que unos dedos acariciaban su nuca. Pero se sentían horas, eternas en un flotamiento inexistente y una emoción explotada al satisfacerla. Como todo primer beso que imaginas, no porque vaya a suceder, sino porque lo esperas por la persona que lo recibirá o se lo robarás. Como todo primer beso que da inicio a una nueva historia.
Calmaron la pasión, ahuyentando aquellos sonidos desesperados al principio y el beso se transformó en lo normal, cotidiano entre dos adolescentes en pleno enamoramiento.
- Esto está mal. Muy mal, de verdad - repitió Ivanka contra su frente, aún con los ojos cerrados.
- ¿Cuándo es el próximo turno? - la ignoró ella y pasaron otros segundos, antes que la doctora lanzara una corta risa y volvieran a verse.
- El viernes ¿te parece? - asintió, acariciando su mejilla y repasando el labio inferior con su pulgar.
- Me parece perfecto - recordando que ese día era miércoles, la jaló nuevamente y volvió a besarla, generando aquella batalla entre sus bocas como al principio.
No supo si agradecerle al gen Volkov o al gen Katin. Katya solo estaba segura de que eso no se lo contaría a Elena con detalle ni rapidez. No por ahora.
Aquello estaba viviéndose exactamente como eso, una parrillada familiar sino fuera porque Lizhin no dejaba de rondar, hablarle e insistirle a Ivanka y todo el tiempo tras ella.
Katya se apartó a un costado, bebiendo de su lata y tratando de ignorar lo que el mejor amigo de su madre hacía, que no era más que coquetearle a la chica que a ella le gustaba. Pero no podía reclamar ni hacer algún tipo de comentario porque desde su hermano más pequeño hasta sus abuelos lo notarían. Incluso Iván lo haría. Así como Samir se llevaba muy bien con Sergey, ella tenía esa relación con Iván, el ex jefe de Elena.
Removió su bebida y le dió un sorbo, aún con la mirada a lo lejos de Ivanka, que reía contra el oído de Puck. Se volteó, cuando él acarició el hombro de la chica y tragó con dificultad: no iba a quedarse viendo como cedían ante los encantos del otro y se susurraban con diversión. No ese día, en que Samir y Viktoria dejaron sus trabajos para una reunión y sus madres parecían disfrutar de sus presencias porque ya no los veían a diario.
- ¿Qué pasa por la cabecita de mi nieta preferida? - miró de reojo a Iván, detenerse a su lado y observar lo mismo que ella: la piscina a unos metros.
- Que orgullo serlo - bromeó y ambos rieron por lo bajo. A diferencia de sus madres, hablar con él no la limitaba ni cohibía, justo como le pasó a Elena cuando lo conoció tiempo atrás - no me pasa nada. Pero como ya bebí mi cantidad permitida, ahora todo se volverá aburrido.
- Me estás mintiendo. Mientras más viejos nos ponemos, mejor detectamos una mentira… ¿qué te pasa? - infló su pecho y suspiró, observando una vez más por sobre su hombro.
- Es Lizhin. Bueno, en realidad Ivanka.
- Ella te gusta.
- Más que eso. Me encanta y no soporto verla tan divertida con él. Apenas y me saludó cuando llegó. Está como paranoica a que alguien note que nos besamos el otro día.
- ¿Se besaron? - preguntó él sorprendido.
- Dos días y unas cuántas veces. Pero parece que tiene que ser secreto para ella o nada.
- Ella es tu doctora.
- Y 10 años mayor, la amiga de mi hermana y todas esas excusas ¿y? - Iván resopló, rodeando su hombro y abrazándola ligeramente.
- ¿Sabes cómo conquistó tu madre a Yulia?- Katya lo miró, con el ceño fruncido y negó - de la misma manera que conquisté a mi esposa. Fría y calurosa por igual. Pero primera fría. Elena era un témpano cerrado, como un cascarón que no abría por nadie. Conoció a Yulia y comenzó a derretirse. Se rompió y ella misma volvió a pegarse, a rearmar la cáscara pero dejando una parte abierta, por donde Yulia entró. Y allí las tienes ahora - murmuró él, señalando hacia atrás y ella giró: Elena abrazaba por la espalda a la morena y hablaban con sus hijos mayores y sus respectivas parejas. Sin embargo, eran las únicas que brillaban en destellos por el cariño que estaban transmitiéndose: la pelirroja con su nariz rozando el cuello de su esposa y Yulia entrelazando sus dedos en el hombro, sujetándola con prohibición a que se alejara.
Sonrió, admirada por el paso de los años que no pasaban en ellas y desvió su vista a Ivanka, que apartó su mirada al ser descubierta. Volvió sus ojos al frente y carraspeó.
- Ahora eres poeta - Iván palmeó su espalda, con cariño y volvió a dejarla sola. Sabiendo que solo un par de ojos se posarían en ella, se quitó la remera y avanzó hacia la piscina.
Se arrojó y emergió al instante. Y estaba pasando cómo su fría mente lo había pensado: Ivanka estaba mirándola, mordiéndose los labios e ignoraba a Vitya, que continuaba hablándole a su lado. Se hundió apenas, hasta que solo sus ojos se vieran a lo lejos y le guiñó, terminando de sumergirse y desaparecer de su vista.
Y tuvo que nadar otra hora más, hasta que Viktoria, Hanna e Ivanka se sumaron para romper su solitario momento. Se quedó en una esquina, con su mirada fija y penetrante en Ivanka, su objetivo y que demostraba su incomodidad al no articular palabras para su mejor amiga.
Hanna, la prometida de Samir, hablaba sin parar y se reía junto a Viktoria. Y ella decidida, quiso avanzar hasta Ivanka cuando alguien se arrojó de la nada y lanzó agua hacia el exterior por el golpe.
- Oleg ¿qué haces entre las niñas? - molestó Viktoria al niño de 10 años pero Samir y Vitya lo siguieron y la idea de Katya murió allí mismo.
- Es mi piscina, tú ya no vives aquí - se defendió el Katin más pequeño y comenzó un juego con la pelota, en compañía de su hermano.
Cuando Vitya nuevamente nadó hasta Ivanka, Katya acomodó su cabello y abandonó la piscina. Hubiera sido mejor que su doctora desistiera de esa invitación a la parrillada y todo sería mejor. O al menos ella no sentiría ese ardor en el estómago.
Con cada gota cayendo bajo sus pies, ingresó a la casa sin importarle los reclamos luego de su madre.
- Odio a tu amigo - le susurró a Yulia, ignorando que estuviese contra la pared y con el cuerpo de Elena aprisionándola - ¿van a tener sexo ahora? ¿en el pasillo?
- Claro que sí, vete - aseguró la pelirroja pero Yulia la empujó suavemente y se acercó a ella.
- ¿Hablas de Lizhin? ¿Qué sucede? ¿te molestó?
- No a mí, a Ivanka. Está como un idiota tras ella y ya hasta está haciendo el ridículo.
- Pero a ella parece gustarle - murmuró Elena - y en todo caso, ella debería alejarlo ¿qué te pasa? ¿Te molesta que tu tío no esté prestándote atención hoy? - rodó los ojos, frustrada ante la burla en la pregunta de su madre y movió sus manos, cortando el tema - Katya….¡Katya! - repitió cuando pretendía subir las escaleras - tu madre te preguntó qué sucede.
- Es solo eso - aseguró tomándose del barandal y perdiéndose escaleras arriba. Incluso al doblar el pasillo las oyó aún preocupada y el "hablaré con ella luego" de Yulia.
Cerró la puerta de su cuarto con fuerzas y se quitó su húmedo pantalón. Caminó en ropa interior hasta una toalla y comenzó a secar su cabello, jalándolo con molestia al recordar la imagen de Lizhin nadar hacia Ivanka.
Quizá la chica estaba en lo cierto y tenía que dejar de insistir, eliminar esa atracción y enfocarse en su edad, en sus 15 años que apenas comenzaba a vivir. Pero ni siquiera quería pensarlo. Le gustaba Ivanka, todo en ella era atractivo y ninguna otra muchacha se había colado en ella tan bruscamente.
Arrojó la toalla a un lado y se detuvo frente al gran espejo. Se sorprendió que el reflejo mostrara a la morena, a Ivanka asomada desde la puerta y mirándola. Parecía avergonzada, pidiéndole permiso con sus gestos para pasar.
- ¿Podemos hablar?
- ¿Vitya ya te aburrió? - igual de impulsiva que Elena, se mordió la lengua cuando sus celos salieron a flote.
- Todo abajo es algo aburrido sin ti - los vellos de sus brazos se erizaron, inquietos antes aquellas delicadas palabras - y no vas a creer que él me gusta o algo así…. ¿cierto? - alzó los hombros, era exactamente eso lo que demostraban con sus sonrisas coquetas - ¿él te molesta?
- ¿De eso querías que hablemos?
- No ¿puedo pasar?
- Como quieras - pero si se marchaba, iba a ir tras ella. Ivanka ingresó con lentitud y cerró, apoyándose contra la puerta mientras la observaba.
- Sabía que si cruzábamos la raya iba a pasar esto.
- ¿Esto qué? No soy yo la que se deja tocar por alguien más.
- ¿Estás celosa?
- Claro que no.
- Lo estás. Nunca me habías hablado así.
- ¿Y qué si lo estoy? - la cortó. Exasperada y abriendo sus brazos en demostración. Chistó, por lo bajo y se quitó la parte superior de su bikini. Ivanka volteó al instante, intentando no mirarla mientras buscaba algo que ponerse - creo que tienes razón. Esto no funcionaría.
- ¿Ya le has puesto título?
- No le puse nada.
- "Esto" suena como título.
Permanecieron calladas. Katya se colocó una bata y retiró su ropa interior mojada aún de la piscina. Ivanka volvió a mirarla, cuando el bóxer descansó en una esquina y miró la abertura en su pecho, mostrando algo de la desnudez debajo.
- ¿Te parece si lo hablamos mejor el lunes, en la consulta? - Katya se echó de espalda a la cama. Sabía qué tipo de acciones ponían nerviosa a la chica y, cuando la orillara a estarlo, hablarían con sinceridad.
- ¿Y por qué el lunes? ¿Por qué no ahora?
- Toda tu familia está abajo. Y Elena me vió subir, aparecerá en cualquier momento.
- Está bien, el lunes - masculló - pero no en la consulta. Quiero que tomemos un café o algo. O en tu departamento - la sintió acercarse, casi de manera fantasmal y una gota cayó sobre su muslo, seguramente desde su largo cabello negro.
- Si eso quieres… ¿has dejado las vitaminas?
- Ajá - se apoyó sobre sus codos y la vió, descubriéndola mirando sus piernas - entonces… ¿por qué le sonríes a Lizhin?
- Es divertido.
- Y un idiota. Él te lleva 10 años y tú me los llevas a mí ¿ves que no hay diferencia?
- ¿Además de que eres mi paciente y una menor de edad? No, claro que no hay diferencia - ironizó. Katya se irguió, sentándose frente a ella y rodeó su cintura. De un jalón la pegó a ella y sonrió, tras ver el pecho de Ivanka subir y abajar con exaltación.
- Si te aferras a esas diferencias, detenme ahora - murmuró acercándose a su rostro. Ivanka hizo el intento. Con una mano en su pecho pero sin poner resistencia. Con los ojos en la boca de la otra, como aquel primer beso, devoraron sus labios en un beso hambriento, ardiente como el sol que pretendieron calmar minutos atrás dentro del agua.
La abrazó, cómo solía ver a Elena abrazar a su madre e Ivanka respondió como Yulia, posesivamente al rodear sus hombros, su cuello y tocar cada parte de su espalda. Regresó contra el colchón y se llevó a la morena con ella, intentando controlarse a los roces que había en esa posición.
Acarició su cuerpo casi desnudo, por la libertad del traje de baño y cada centímetro de su torso, de sus costillas como nunca antes. E Ivanka continuó por primera vez también, bajando por su mentón y dibujando un camino de besos hasta su clavícula. Sentía que su propia habitación estaba reduciéndose, apretándolas en un espacio inútil que las conservaría de esa manera, entre besos y caricias.
Una de sus manos rozó accidentalmente sus glúteos y la fricción sorpresiva las hizo gemir. Quizá tan alto que advirtieron a alguien más.
- Katya, estamos esperándote abajo para….- la puerta se abrió y una oleada fría ingresó por ella. Los ojos de ambas se abrieron al instante y sus bocas se separaron con un violento sonido - ¿qué mierda es esto?
***
- ¿A qué no sabes quién es la mujer más hermosa de este mundo? - Yulia juntó las cejas y se estiró hasta oler el vaso que Elena sostenía.
- Ya bebiste demasiado y son apenas la cinco de la tarde. Ve por una limonada.
- No estoy ebria, mi amor - sin embargo su voz sonaba enredada, divertida como una adolescente en una madrugada de fiesta - Eres tan hermosa - las manos pálidas atraparon su mentón y lo sacudieron , asintiendo cada palabra de Elena - y mi mujer, la madre de mis hijos. Eres tan perfecta, Yulia Volkova.
Ella se echó atrás cuando intentó besarla y un leve puchero infantil se formó en la pelirroja. Yulia acercó su dedo y jugó con el, riendo y oyéndola gruñir fuerte.
- Yo no puedo creer que seas mi esposa ¡estoy tan feliz! - Elena abrió sus brazos y algunas miradas desde el jardín se colaron hasta ellas - benditos genes Volkov ¡gracias a ustedes! - continuó señalando a lo lejos a Sofía y Larissa.
- Elena, cállate. Ninguna de ellas estuvo embarazada, tonta. Cálmate.
- Mamá ¿estás borracha? - preguntó riendo Viktoria ingresando al living.
- No…estoy feliz ¡muy feliz! ¿Tú sabías que estoy casada con tu madre
- Am…sí, algo sabía - murmuró la chica, viendo a la ojiverde rodear sus hombros - como sea ¿podrías darle una ducha o algo? - agregó mirando a Yulia - tengo algo importante que decirles.
- Te escucho - aseguró la morena.
- No, no. Quiero que todos lo sepan… ¿Y Katya?
- ¿Es algo grave? - Viktoria negó rápidamente - Katya está arriba, en su cuarto - murmuró Yulia.
- ¡Iré por mi hija! - exclamó Elena pero abrazando a su esposa en el camino - Te amo, Yulia Volkova - le recordó en su oído antes de besarle la mejilla - ¡Katya! - la llamó desde el primer escalón - esta niña que nunca hace caso - se tomó del barandal y avanzó en un pequeño tambaleo. Pero se estabilizó y continuó sin problemas.
- Espero que llegue - susurró Viktoria y Yulia la miró, mordiéndose el labio con diversión.
- Lo mismo digo….entonces ¿vamos afuera? Quiero oír cuanto antes lo que quieres decirnos.
Hola nenas! Sorry por no haber podido subirles algunos capitulos estos días pero he estado con mucho laburo y los turnos en el café son agotadores 🥵
Disfruten
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XIV: "De noticias y sorpresas"
Estaba atravesando la puerta al jardín cuando oyó un fuerte golpe. Viktoria miró a Yulia, que rodaba los ojos y giraba para volver por las escaleras.
- Déjalo, yo voy - la detuvo y subió rápidamente hacia el segundo piso. Allí, contra la puerta de su propio cuarto, Elena había cerrado al equivocarse de habitación e intentaba caminar hacia el de su hija - no puedo creer verte en este estado.
- No estoy borracha - insistió la pelirroja y ella siguió sus pasos. La tomó del brazo y la jaló, deteniéndola bruscamente.
- Lo que digas pero ve por un vaso con agua y una aspirina. Yo iré por Katya - le dió un suave empujón por la espalda e infló su pecho al verla caminar sin problemas escaleras abajo.
Viktoria giró y avanzó hasta el cuarto al final del pasillo con rapidez. Abrió, con total prisa y buscó a su hermana menor de la misma manera.
- Katya, estamos esperándote abajo para… - su mandíbula cayó, confundida, sorprendida y totalmente sobresaltada por lo que estaba viendo. su hermana, su pequeña hermana de 15 años estaba besando a su amiga. Su mejor amiga de 25 - ¿qué mierda es esto?
Las oyó separarse con violencia, en un áspero sonido y se tomó la frente, asustada por la imagen que estaban rompiendo.
- Viktoria… mira, esto….
- No lo puedo creer - murmuró mirando con enfado a Ivanka. Se coló en el interior y cerró tras ella, con más fuerza y sintiendo vibrar las paredes - ¿tú estabas besando a mi hermana?
- No, yo estaba besándola a ella.
- Tú cállate, sé lo que ví - le ordenó a Ekaterina, que la miraba sonrojada a un lado de su amiga - ¿piensas explicarme algo? - agregó observando a Ivanka.
- Viktoria, yo….sí, tengo la culpa pero solo estábamos besándonos.
- Sí, porque llegué a tiempo - ironizó. Sus gestos exagerados, molestos mientras movía sus manos por más palabras que la convencieran. Y los de su mejor amiga nerviosos, intentando armar la explicación adecuada para ella - ¿tienes idea de qué significa todo esto? ¡Eres mi amiga!
- Lo sé ¡Lo sé! Y te juro que no era esta la manera en que quería que nos vieras pero…
- Mi madre estuvo a punto de abrir la puerta ¿sabes el escándalo que se hubiese armado? ¿pero qué demonios estaban pensando?... ¡Tú! - atacó a Katya, que parecía la más la calmada y esperaba su momento para hablar - ¿haces esto y cómo si nada con todas tus amigas? ¿o con alguna otra mía? ¡Esto está mal! ¡Es una locura!.
- Viktoria - la llamó su hermana - Viktoria, sé que no te esperabas esto y…
- ¡Por supuesto que no lo esperaba! ¿En esto se convirtió tu gusto por ella de cuándo eras pequeña?...eso quiere decir que viniste por Katya - aseguró mirando a Ivanka - no por mi invitación.
- No, no es así. Vine porque eres mi mejor amiga y llevábamos un tiempo sin vernos. No confundas las cosas.
- ¿Desde cuándo está pasando esto? ¿alguien más lo sabe?
- No - respondieron a la vez. Viktoria se pasó una mano por el rostro, arrastrándola hasta aplastar su cabello. Katya se mordió el labio, nerviosa y lentamente se acercó a ella - No tienes por qué enojarte con Ivanka.
- ¡Estoy enojada con las dos!... ¿cómo se supone que creían iba a tomarlo? ¿sólo por qué se trata de mi amiga debería dejarlo pasar y continuar como si nada?
- Viktoria, déjame que te cuente cómo…
- No, Ivanka. No quiero saber lo que han estado haciendo ni desde cuándo lo hacen a mis espaldas o la del resto de mi familia. No quiero detalles.
- No es así - insistió Katya - yo la besé el miércoles en la consulta, en la clínica. Y el viernes volvió a pasar pero porque yo lo quise.
- Ambas - agregó Ivanka.
- Y ya cálmate y deja ese drama. Nos viste besándonos, bien, Ivanka ya te dijo que no era la mejor manera de hacerlo pero tú abriste la puerta.
- ¿Ahora la culpa es mía? - preguntó sorprendida. Que su hermana menor solo mirara con dulzura a su mejor amiga y a ella como si quisiera alejarla cuánto antes, no ayudaba a calmarse.
- En parte. Deberías haber golpeado - emitió un sonido, frustrada ante la impotencia que esas palabras le generaban y mordió su puño. Se miraron unos segundos, las tres y decidieron permanecer en silencio, como esperando que ella asimilara todo - Tú sabes que Ivanka me gusta.
- Sí, cuando tenías cuatro y querías que cortara tus verduras. Pensé que la querías como a mí, no de esta forma...y tú eres su doctora, pensé que la cuidarías.
- Y lo hago - se defendió Ivanka - esto no tiene nada que ver con eso. Sé que esto te está incomodando pero pasó, Viktoria. Y a decir verdad, agradezco mucho que hayas sido tú la que abrió esa puerta. No por temor a Elena, solo que si alguien debía saberlo, esa eras tú - la miró un momento, de reojo y volteó su rostro, resoplando con ironía y regresando a la puerta.
- Hagan lo que quieran entonces, porque ya tienen su…lo que sea que tengan y no escucharán mis quejas. Así que las espero abajo. Tengo algo que contarles.
Tomó el picaporte y apenas pudo abrir cuando Katya la tomó del brazo y la giró. La abrazó, tan fuerte como cuando eran pequeñas y ella solía ayudarla a ponerse de pie tras sus caídas. No pudo evitar recordarlo. Re memorizar cada vez que Katya estaba en brazos de alguna de sus madres, la veía y estiraba los suyos en dirección a ella, pidiendo por ella y enredándose en su cuello bajo un manto protector.
La apretó un momento y sonrió con algo de esfuerzo. Aún era su pequeña hermana, la que acababa de sentir algo de inseguridad y otra vez se aferraba a ella. Acarició su espalda y le dejó un suave beso en su cabellera, antes de separarse nuevamente.
- Creo que nos merecemos otra charla. Algo más tranquila…las tres - murmuró, antes de que la puerta se abriera con más fuerza y golpeara parte de su hombro.
- ¿Qué hacen? Mamá me mandó a buscarlas.
- ¡Idiota! Me golpeaste ¿quién te enseñó a abrir así las puertas? - le reclamó a Samir que reía mientras ella acariciaba el pequeño ardor.
- Pues la misma persona que a ti. Por cierto, la pelirroja que dice ser nuestra madre está media… - él emitió un sonido y con su pulgar hacia atrás señaló su boca, cual botella y representando el estado de Elena.
- ¿Mamá está borracha? - preguntó Katya sorprendida.
- Y mucho - respondieron los otros dos al unísono, antes de dejar la habitación y caminar escaleras abajo.
- ¡No estoy borracha! - repitió Elena por tercera vez. Yulia la obligaba a caminar hacia atrás, empujándola por sus hombros mientras la conducía al baño - estoy bien, amor ¿cómo crees que tomaría de más con tus madres cerca?
- Eso díselo a tu aliento, apestas a alcohol - no era cierto realmente. Elena había bebido licor con frutilla y ese dulce sabor se desprendía de su boca. Pero quería orillarla, obligarla a que al menos aceptara a que había tomado de más. La puerta se cerró tras ellas y caminaron un poco más, hasta detenerse bajo la ducha. Yulia abrió el grifo y el agua comenzó a caer sobre su esposa.
- Aún llevo mi ropa - bufó, molesta al oírla caprichosa y estiró sus brazos para ayudarla.
- ¡Elena! - le reclamó cuando la jaló junto a ella - Dios ¡mira lo que has hecho! ¿Puedes comportarte?
- Debes ayudarme a bañar. Estoy muy borracha según tú.
- ¡Y lo estás! Estás actuando como una niña, peor que Oleg cuando no quiere…- Elena rodeó su muñeca y la pegó a ella, besándola con fuerzas para callar su aburrido discurso. No hubo más reclamos ni enojos, Yulia no puso resistencia y con las dos manos en su nuca le correspondió sin espera.
Enredó una mano en el cabello de la morena y la otra en su espalda baja, acercándola más y estrujándola contra ella. Siempre era igual; como un juego, sin fecha de caducidad, en los que Elena ordenaba y Yulia obedecía, jugando sin ningún tipo de trampas.
Las volteó. La morena sintió la pared helada y rompió el beso para jadear. Inútil, efímero, como si tuviese el reloj en contra, esa acción fue suficiente para que Elena atacara su cuello ahora. Sus labios se movían por todo su largo como si de magia se tratara y su mejor truco fuese.
Solo los delgados y finos labios de su esposa eran suficientes para que perdiera la cordura, para que la locura se expandiera en ella. Yulia jaló la base de la camiseta y Elena alzó sus brazos, quitándola y volviendo a explotar sus bocas.
Fue un beso extenso, ruidoso con ayuda del agua cayendo en ellas y el golpe de sus cuerpos juntándose y separándose por instantes. El agua caliente, el vapor que estaba generándose y el ardor de sus pieles reducían el insignificante espacio cuadrado en el que apenas se movían.
Desabotonó el pantalón de Elena y bajó su cremallera, acariciando su miembro con ansiedad y la oyó gemir contra su boca. Mordió su labio, la ojiverde lo tironeó cuando liberó su pene y de un jalón abrió su camisa.
- Es tuya - le recordó. La prenda celeste, ahora pesada y mojada a un lado, le pertenecía a Elena y ese día la llevaba ella, como cuando amanecían luego de hacer el amor.
- Todo lo que llevas puesto es mío - ella gimió. Cuando la pelirroja soltaba ese tipo de palabras, era cuando más necesitaba hundirse en su interior, poseerla cuánto antes para saciar sus más bajos instintos.
Volvieron a besarse, mientras le retiraba el brassier y Elena hizo lo mismo luego con el de ella. Sus caderas juntas, moviéndose sensualmente en una fricción para serenar la pasión de ambas, la hicieron preguntarse cómo es que aún tenían intimidad una vez al día, al menos. No importaba el lugar, la hora o si había alguien cerca. Dentro de la casa, encontraban el momento justo, cuando el fuego nacía en su interior y con una mirada se lo transmitían.
Un camino de besos bajó por su cuello, entre sus pechos desnudos y un aire caliente sintió entre sus muslos. Abrió los ojos y bajó la vista, encontrándose con la mirada azul, oscura y deseosa de su esposa sobre ella.
- ¡Mamá! - Viktoria golpeó la puerta y ninguna se movió, manteniendo el hilo por el que se observabann- apúrense, las esperamos abajo - la oyeron alejarse y Elena atrapó los botones de su short, abriendo uno por uno hasta comenzar a bajarlo.
- Elena, para…- su respiración aumentó, agitada y exaltada por sentir lo siguiente - Viktoria quiere decirnos algo. Tenemos que ir y….y tú….dios, Elena - la punta de sus dedos jugaban en sus muslos, acercándose tortuosamente hacia el interior - y tú no estabas en estado como para hacerlo ahora.
- ¿Estás desafiándome? - un sonido gutural salió de su garganta: la voz ronca de su esposa, como cada noche, había regresado y sonaba burlona - porque sabes que me encantan los desafíos. Sobre todo si te incluyen a ti y desnuda - y así, desnuda a la altura justa de su boca, Elena asomó la lengua y la pasó sobre su punto de placer, palpitante e intentando calmarlo.
Yulia se dió por vencida, así, tan fácil porque no tenía sentido decir lo contrario, sería perder el tiempo y ahogar el placer como las espumas de jabón bajo sus pies. Quería tomarse de algo, sostenerse porque su espalda se arqueaba y sus piernas flaqueaban. Pero no lo consiguió.
Con su pecho elevado, enredó los dedos en el cabello de Elena y la jaló contra su clítoris, gimiendo por lo alto al sentir el placer que estaba proporcionándole. La cabeza de su esposa se movía en un brillante movimiento, consciente de que la imagen la excitaba más. Mucho más y solo poco le faltarían para alcanzar el éxtasis.
- Hueles mejor que cualquier perfume…- dos dedos la embistieron y el sonido de sus flujos chocar contra la lengua de Elena, opacó la del agua - y sabes mejor que cualquier cosa - alzó su mirada y gimió, hundiendo con sus dos manos a la pelirroja contra ella.
Bastaron segundos para que el orgasmo la golpeara y luego la boca de su esposa repartiera besos en donde atendió hasta lograrlo. Su cuerpo temblaba y cuando se puso de pie, Elena la abrazó y la besó con prisas, en un fantasioso cambio de energías.
- Creo que ahora sí estoy borracha - rieron y ella golpeó su costado con diversión.
- Ahora sí tenemos que bajar porque a Viktoria…
- ¡Mamá! - allí estaba, nuevamente su hija arremetiendo contra la puerta y llamándolas - si tengo que volver, abriré y las sacaré en el estado en que estén… ¡bajen ya!
- Tenemos que hacerle caso o…
- Sí, bajaremos - susurró Elena acariciando el labio inferior de su esposa- ¿toda mis borracheras acabarán así? Tengo que ir a la tienda por muchas botellas, entonces.
- Que graciosa, vamos ya - la ojiverde asintió, siguiéndole los pasos y recibiendo la toalla que le arrojó.
No puso más quejas y bajaron. La sonrisa que adornaba su rostro no podía opacarse por nada ahora.
- Vaya, ya están aquí - ironizó Vika - siéntense, tengo algo que decirles - Yulia tomó la mano de Elena y ocuparon la silla a un costado, sentándose en la falda de la ojiverde para oír lo que su hija tanto insistía - bueno, están todos, así que…Louis y yo tenemos algo que decirles.
A pesar de que habían tenido unos cuantos tropiezos en la adolescencia, la pareja estaba firme y enamorada como las primeras veces. Elena observó cómo entrelazaron sus manos y él se detuvo al lado de su hija, asintiendo y apoyando sus palabras.
- ¿Van a casarse? - preguntó Oleg mientras abría un cereal de chocolate. La rubia abrió los ojos violentamente.
- No - aseguró Viktoria y ella lanzó un suspiro de alivio - estoy embarazada. Así que nos casaremos luego.
Sofía, Larissa e Iván se pusieron de pie al instante y entre gritos de alegría, saludaron a ambos futuros padres. Yulia se alejó de su falda y la vió un momento, con sus manos en el rostro y cubriéndolo de la sorpresa.
- ¿Embarazada? - murmuró ella casi para sí misma.
La morena la jaló, obligándola a llegar hasta su hija y hubo un abrazo entre las tres, a pesar de que continuaba sin parpadear y totalmente atónita. Viktoria dijo que apenas tenía más de un mes en su nuevo estado y que no querían conocer el sexo del bebé hasta el momento del parto.
Así que dejó que continuara hablando con Yulia y volvió a sentarse, sujetando su frente para comenzar a procesar la información.
- ¿Embarazada? - repitió.
- Bueno si mi hermana dijo lo que quería, yo también debo decirles algo - Samir tomó una copa y señaló a todos.
- ¿Y ahora tú qué? - susurró Elena.
- Sé que saben que Hanna y yo estamos comprometidos pero…lo cierto es que ya nos casamos - él sonreía orgulloso y su esposa abrazada a su cadera aún más - Solo por civil, en una pequeña ceremonia solos y la fiesta en la Iglesia por supuesto que no se cancela. Allí los queremos presentes a todos.
Más gritos. Más emociones y un poco más de conmoción que ella no lograba apaciguar. Sin embargo, Yulia volvió a jalarla y otro abrazo se generó con Samir en medio. Elena solo asintió a las felicitaciones de su esposa y miró a Katya, que acariciaba nerviosa sus propios hombros.
- ¿Tú tienes algo también para decirnos? – la chica tragó con dificultad - porque es un buen momento para que me den un ataque, o un paro cardíaco o lo que sea. Así que vamos, hija, súmate a la fiesta de tus hermanos y mata a tu madre - con la mirada de todos sobre ella, Katya negó ligeramente.
- Tranquila, mamá. No tengo nada para decirte - Elena lanzó aire y le sonrió con sinceridad.
- Lo sabía, cariño. Tú nunca crecerás.
- Yo si quiero decir algo - tomó la palabra Oleg, subiéndose a la mesa que todos rodeaban y llamando su atención - yo quiero que hables con tía Nastya para que deje casarme con Hayley - Elena sonrió, regresando la calma a su interior y se detuvo a su lado para abrazarlo.
- Solo si la haces feliz.
- ¿Feliz?
- Claro, feliz. Tienes que prometerle que dedicarás todo tu amor a ella como si fuera la última mujer en el mundo. Tienes que hacerla feliz sin importar cualquier tipo inconvenientes. Feliz como Viktoria lo es con Louis, Samir con Hanna y mamá conmigo. Solo así hablaré con Anastasya - el pequeño asintió entusiasmado y ella le dejó unas cosquillas bajo sus brazos, antes de que todo volviera a como el inicio: una parrillada familiar.
Elena alzó las sábanas y sonrió mientras su esposa caminaba hacia ella. Ya acostada, acomodada esperándola, abrió su parte y la abrazó, sintiéndola recostarse sobre su pecho.
- Fue un lindo día hoy. Los extrañaba mucho - dijo la morena y no tuvo que aclarar nada más porque ella entendió que se refería a sus hijos mayores.
- Sí, yo igual. No puedo creer que ya no sean mis niños de nueve y diez que conocimos.
- El tiempo pasa ¿no me digas que no lo habías notado? - bromeó Yulia y ella rió.
- No mucho. Sabes que si se trata de ustedes, no noto el paso del tiempo. Es más, creo que los relojes son inútiles.
- Ay, mi hermosa pelirroja poeta que no necesita relojes….¿ya superaste la noticias que nos dieron ambos? - asintió, apenas lo estaba haciendo pero no podía escandalizar un acto de amor como al que sus dos hijos se habían expuesto. Así que solo viviría con eso ahora. Además un nieto, eso iba a tener. O una nieta y era el comienzo de algo nuevo. Algo más de felicidad en su vida.
- Los he visto crecer junto a la persona que aún tienen a su lado. Así que sí, tengo que adaptarme a los cambios que ellos ahora impongan.
- Eso es muy lindo de tu parte - la miró, con una sonrisa y dejó un toque con su dedo en la nariz que Yulia arrugaba.
- Tú eres linda…tenemos que pensar en el regalo de Samir, para su casamiento.
- Ya tengo el mío.
- ¿El tuyo? ¿No hay nuestro? - reclamó fingiendo enojo.
- Todo lo mío es tuyo, mi amor. Le daré mi motocicleta - Elena la tomó por los hombros y la alejó un momento, hasta ver la expresión en su rostro.
- ¿Estás segura? - Yulia asintió - ¿no está un poco vieja?
- Cállate. Está guardada y la sacaré especialmente para ellos. Quizá tú podrías hacerle unos arreglos. Te queda bien cuando eres mecánica - Elena alzó su mentón, con orgullo y la regresó contra su pecho.
- Lo sé. Muchas vecinas se asoman por sus ventanas a verme.
- Seguro, así como Erik sale a hablarme cuando corto las flores del jardín - Elena bufó y permanecieron un momento en silencio. Sin incomodidad ni molestia, solo aceptando el juego que ella misma propuso.
Estaba por hablar, decir algo más cuando el sonido de su celular se oyó desde la mesa de luz. Ambas lo miraron y ella se estiró hasta tomarlo, sorprendida y deslizando la pantalla.
- ¿Quién es? - preguntó Yulia.
- Iván - murmuró al leer rápidamente - es un mensaje.
- ¿A esta hora? ¿Y qué dice? - ella frunció las cejas, aún con los ojos en el aparto y leyó.
-"Sé que ya llevan años retiradas, pero tengo un nuevo trabajo para ti. O para ambas. Acérquense mañana a mi oficina. Es importante"
Mañana les subo el capítulo final. Tengan un lindo finde o lo que queda de él
Besos!!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Al fin se le hace la vuelta a katya con Ivanka y a la otra le gusta su colágeno
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Que lindo, al final Katya se salió con la suya y logró conquistar a Ivanka, Elena es la que va tener que asimilar también eso, ya sus hijos el uno casado y va a tener un nieto de Vika... La vida sigue y hay que seguir con ella como está bella historia. Me encanta como sigue cada capítulo... Gracias
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
SI Katya les decía lo de Ivanka a la Lena esta de plano si le daba un paro cardíaco hahahahahaha recojanlaaa. ¿cuál será ese trabajo de Iván ahora? Que estrés
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Me encanto leer qué nuestra pequeña Katya conquistó a Invanka es que es una Volkov Katin quien se puede resistir y lena y Julia aun amandose así es tan hermoso . Cariño espero que tus días de vuelvan más llevaderos y descanses bien cuidate mucho
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XV: "El plan más simple"
Una pared nueva, de color aguada, más cuadros y con lámparas de colores ahora. No las blancas. Su mano izquierda rozándola, como en cámara lenta cada vez que avanzaba por ese pasillo. Y su otra mano entrelazada, asegurando soporte como los últimos años de su vida.
Cada mosaico que pisaba, encerado y con su imagen reflejada, era la contraposición al resumen de su nueva vida. Sin base resbalosa y nada ya reflejaba su imagen individual. Ya no sobraban espacios en las fotografías como en aquel portarretratos que quería botar a la basura pero Yulia no la dejaba.
Al final, la última puerta pulida, pintada más oscura que la última vez que la vió y el recuerdo de la primera vez que la tocó inundó su mente. Estaba como en esa situación, acercándose a Iván por petición de él. Sola, desesperada y con su carácter frío, altanero y superior. Se detuvo, golpeándola con sus nudillos y miró a su lado, la sonrisa avergonzada que se escondió contra su brazo.
Como si de una historia entre el malo y la buena se tratara, ahora estaba acompañada, relajada y con un carácter dominado, controlado por quién enrollaba sus manos en su brazo derecho. Como el final de esas historias, ahora todo estaba bien. En un eterno final feliz.
- Pasen - se oyó desde el interior y tomó el picaporte. Abrió y le cedió el paso a su esposa antes de perderse en el interior de esa oficina. Allí, en ese espacio cuadrado, no había cambio alguno como en el resto del edificio - que bueno que ya están aquí - Iván se puso de pie y las recibió con un caluroso abrazo.
- Bueno, eso nos pedías. Querías vernos - sabía que a la morena poco le agradaba recordar el trabajo, solo lo hacía por ser el puente que las encontró, las reencontró cuando pareció romperse y las había dejado pasar hasta donde están ahora. Así que iba a hablar rápido, directa al punto y salir de allí cuánto antes - eso del trabajo ¿qué tan serio es? - corrió la silla de la morena y ocupó la del lado mientras él se sentaba tras el escritorio.
- Muy serio, a decir verdad.
- Han pasado años desde el último trabajo - murmuró Yulia - ya no estamos en esto.
- Lo sé - Iván juntó sus manos y las señaló. Elena entrecerró los ojos, conocía ese gesto, fue con el que la convenció de firmar antes de partir a Anapa. Antes de aceptar cualquier otro empleo - pero esto no es para mí ni para la empresa. Esto es para alguien cercano a ustedes. Bueno, a nosotros.
- ¿Estafar a alguien cercano a nosotros? Eso es un poco…cruel. Incluso para mi yo antigua - aseguró y Yulia rió, por lo bajo antes de hablar.
- No estoy entendiendo. Explícanos mejor.
- Bueno, no sé con Romanov, Yulia pero Elena y el resto de mis empleados a punto de retirarse, o retirados en su defecto, regresaban a la empresa con un trabajo más ligero. Corto, mucho más corto que en unos 30 días debían realizar.
- Oh, no - murmuró la pelirroja - no, no. Eso no.
- Y no es obligación en cierta parte. Pero en otra sí - continuó él.
- ¿Puedes ser más claro? - insistió Yulia. El que su esposa estuviese moviendo la cabeza en negación porque sabía de qué se trataba, solo estaba haciendo crecer su impaciencia.
- ¿Qué es un empleado retirado para cualquier empresa? Un veterano, una persona con la experiencia necesaria para volver cuando quisiese o…enseñarle a alguien más.
Elena suspiró con pesadez, no iba a hacerlo por mucho que Iván insistiera. Sí, había visto a decenas de empleados regresar al cuarto "Simple" como se lo llamaba para aconsejarle a los novatos y a forjar su carácter. Pero eso implicaba tiempo. Unas cuatro horas diarias y ella ya no estaba sola como para hacer de sus días cualquier cosa.
Miró a Yulia, que con su cabeza ladeada pretendía entender cuál era el punto en toda esa conversación.
- ¿Y enseñarle a otro empleado qué tiene que ver con alguien cercano a nosotros? - Iván apuntó con su dedo índice a la morena, tras esa pregunta como si hubiese acertado algún tipo de respuesta en alguna incógnita.
- He ahí me preocupación. Bueno, y mi orgullo también. Tengo algo para mostrarles - él se arrastró con su silla, hasta un cajón y tomó una computadora portátil. La abrió, girándola frente a ellas y tecleó llamando su atención.
Una imagen, vió Elena pero se estiró aún más y comenzó a moverse. Un video. Iván, hablando mientras caminaba en un fila de lo que parecían empleados, pudo reconocer el cuarto y por la manera en que vestían. Parecía una representación de un sargento con sus reclutas.
El video continuó por apenas unos segundos y no entendió lo interesante. Hasta que alguien más se detuvo al lado del último empleado, al final, agitado por llegar corriendo hasta ellos. Lo reconoció y estaba segura que Yulia tendría la misma cara sorprendida que ella.
Él asentía a cada palabra que su ex jefe le decía y lo hacía entusiasmado, imitando sus gestos y su porte para comenzar esas lecciones cuánto antes.
Para Elena fue suficiente. Su pecho subía y abajaba con violencia, exaltado al oír la respuesta a la pregunta de Iván.
- "¿Quieres ser parte de mi empresa?"- retumbó tras el video y una segura afirmación la respondió. Estiró su brazo y cerró el aparato con brusquedad, con los dientes apretados y miró a quien aún consideraba su padre.
Él no estaba sonriendo ni arrepentido de lo que les mostró. Al contrario, una mirada de orgullo afloraba bajos sus cejas arqueadas, esperando su respuesta.
- ¿Qué demonios hace mi hijo en ese video, Iván? Maldita sea ¿Cuándo lo trajiste y con el permiso de quién? Quiero que borres eso y olvides su respuesta ¡No puedo creer que Oleg esté ahí! ¡Que haya estado aquí!
- Elena, cálmate.
- ¡No! - lo cortó al ponerse de pie y de un manotazo arrojar la computadora al piso.
- Elena - chilló Yulia, asustada al ver la reacción - Elena, cálmate.
- Aleja a mi hijo de esto - le señaló a Iván y él se puso de pie, haciendo su saco a un lado para acomodar las manos en su cadera. Elena agachó la cabeza y bufó; y ese era el gesto de que se callara porque él hablaría - no puedo creer que me hayas hecho esto.
- Si no te callas, no entenderás qué es lo que realmente pasa aquí.
- Y no voy a hacerlo. Nos vamos - giró y caminó hasta la puerta pero allí se detuvo. Al abrir y ver que su esposa aún seguía sentada – Yulia.
- Quiero escuchar lo que tiene para decirnos - golpeó la pared y regresó a ella pero no ocupó su silla. Acomodó sus manos tras la morena y allí esperó por las explicaciones de Iván.
- Él vino unas semanas atrás, una de las veces que lo retiré de su colegio - comenzó Iván - y tenía mucho trabajo, Así que luego del helado al que lo tengo acostumbrado, me quiso acompañar. Vino e inevitablemente no se quedó sentado las horas de espera. Recorrió las instalaciones y vió fotografías tuyas - agregó mirando a la pelirroja - y una en el salón especial. La que estás con el resto de tu familia. Preguntó y es todo un Katin, Así que notó cuando intenté mentirle. Leyó tu historial y…
- ¿Y por qué se lo permitiste? ¿Por qué se lo diste?
- Ya estás retirada, Elena y él es tu hijo ¿cuál es el problema? Habló con otros empleados, con los más jóvenes y se interesó en el trabajo.
- Me da igual. No volverá.
- Bueno, lamento decepcionarte pero si él me pide regresar, para lo que él quiera, es mi nieto y no voy a negárselo - aseguró. Elena sacudió la cabeza y rodeó el escritorio, llegando a él y sentándolo de un empujón.
- Dije que no y es no.
- Elena - se coló Yulia, con las manos en sus muslos y totalmente calmada - él no va a entrar en esto. Nuestro hijo no lo hará.
- Él quiere - aseguró Iván.
- Pero no tiene edad y ni siquiera sé por qué continuamos discutiendo esto. No lo hará - repitió la pelirroja.
- No por ahora. Como tu ex jefe y abuelo de él, de todos tus hijos, sabes que no los pondría en peligro. Pero por eso las llamé. Tú más que nadie sabes de que va esto y nunca tu vida pendió de un hilo, solo en el último golpe pero allí fui por ti y me arriesgué. Lo hice y volvería a hacerlo si de continuar teniéndote y terminar herido se trata.
- No me convencerás con eso.
- Hablaremos con Oleg - aseguró la morena y ella volteó a verla, con rapidez y confusión - ¿de esto va ese nuevo trabajo? ¿De enseñarle a nuestro propio hijo? - Iván alzó los hombros pero sí, por eso no les había ocultado el hecho y ahora las tenía en su oficina.
- Sus recursos económicos acabarán alguna vez.
- Cállate - Elena pateó su silla y regresó a la morena. Esta vez la tomó del brazo y la jaló, obligándola a salir de allí sin importar si lo quisiera o no.
Tras pasar la puerta, bajó su mano y entrelazó sus dedos, conduciendo el camino de regreso al estacionamiento y obviando las miradas de los demás.
Se recordó a si misma minutos atrás, cuando ingresó y las comparaciones absurdas que había hecho porque pensó que todo estaba acabado, que esos años fuera del negocio ya no volverían.
Con los murmullos de su esposa tras ella, bajó aquellas escaleras y le dio una última mirada al lugar.
Deseaba que realmente fuese la última.
***
- Quédate quieta….Elena ¿siempre vas a hacer lo mismo? Quédate quieta… ¡Elena!
- Lo siento, estoy nerviosa ¿puedes terminar ya? ¿Cuánto te queda? - le preguntó a Yulia, que terminaba de acomodar su camisa blanca, transparente de seda y veraniega. Ella se movía porque odiaba quedarse de pie por más de cinco minutos y que la morena acomodara su ropa como siempre, como si de su madre se tratara solo porque siempre la quería presentable.
- También lo estoy y no estoy sacudiéndome para todos lados… ¿por qué te has puesto este pantalón? Te había dejado planchado el azul, esto ni siquiera combina.
- Claro que sí - Yulia hizo un paso atrás y alzó una ceja.
- ¿Estás contrariándome? - sonrió, con esfuerzo y negó con lentitud - bien, ya estás lista. Vamos, no puedo creer que por tu culpa vayamos a llegar tarde a la graduación de Katya.
Rodó los ojos y atrapó su cintura, jalándola contra ella y la besó.
Se preguntó por qué nunca acababa eso, el abrir su boca y fusionar sus lenguas con la pasión que las caracterizaba. Sonrió en el beso, cuando Yulia se colgó de sus hombros y tras una guerra de te amo en susurros, entre besos entrecortados, encontró la respuesta. La misma y que no cambiaba desde la primera vez que la pensó.
Se pertenecían, lo iban a hacer siempre y era algo que no podía, no quería y nadie iba a cambiar.
Atrapó su mejilla y le dejó un último roce, algo íntimo y deseoso para oírla gruñir. Se separó, cuando lo consiguió y tomó su mano con suavidad.
- Cuando regresemos…allí tendremos nuestra celebración.
Dejaron la habitación y bajaron las escaleras. Afuera, mientras Yulia se acomodaba en su asiento habitual, Oleg bajaba la ventanilla para reclamarles la tardanza.
- Por fin, muero de calor ¿ya podemos irnos?
- Sí, ahora sí y ve preparándote porque esto pasará el día de tu graduación también - le dijo Yulia, mientras ella se sentaba y encendía el motor - Tu madre no podría hacer esto por si sola.
- Claro que no - aseguró con sinceridad - por algo te atravesaste en mi camino y estamos juntas. Para que cuides de mí como yo contigo - la morena sonrió y se estiró hasta ella, viajando de esa manera por los próximos 15 minutos.
En el Instituto de Katya, Samir y Vika ya estaban en una de las primeras filas, esperándolos y con una sonrisa totalmente orgullosa. Alzaron sus brazos, llamándolas y Oleg caminó a ellos emocionado.
- ¡Abuela! - Elena, la pequeña de 2 años, la llamaba con la única palabra que había aprendido a decir. Y para ella. La pelirroja que estaba en los brazos de Viktoria, los estiró en su dirección mientras se acercaba.
Iba a tomarla, sujetarla mientras esperaban por la presencia de su hija menor cuando alguien se adelantó y se arrojó a su cuello. Dennis se lanzó desde los brazos de Louis, el esposo de Vika y ella alcanzó a tiempo a sujetarlo. El hermano gemelo de Elena se recostaba bajo su mentón y Lena acarició su espalda.
La niña pidió por Yulia y, mientras reía por los gestos de su abuela mientras se sentaban, Elena alzó la vista y allí la vió, Katya caminaba hasta ocupar un lugar, sobre un pequeño y bien armado escenario con su toga color roja y esperando su diploma.
Los miró, a todos desde la lejanía y ella le alzó el pulgar, totalmente orgullosa de su logro.
La ceremonia duró casi una hora, entre despedidas y discursos emotivos y unas palabras especial de su hija, que logró los aplausos más calurosos y aclamados por sus compañeros. Se puso de pie y, luego de entregarle a Elena a Vika, caminó entre la multitud exaltada en busca de Katya.
No la encontró y frunció el ceño, algunos jóvenes saludaban a su familia pero su hija no estaba allí. Una de sus compañeras le señaló el interior. En uno de los salones, algunos grupos iban a despedirse en privado antes de festejar con sus familias.
No quiso invadirla, molestarla y aparecer entre ellos pero, cuando vió a Ivanka, la mejor amiga de Vika que nunca iba a su casa ahora, se extrañó. Caminó tras ella y se preguntó por qué había ingresado sin siquiera golpear y cerrado tras ella.
Elena tomó el picaporte de la puerta por la que desapareció y se asomó apenas. Y allí lo comprendió. Con sus ojos en ellas y un nudo pesado en la garganta, esquivó su mirada cuando iban a besarse. Katya, su pequeña de casi 18, se aferró con total cariño y seguridad al cuello de Ivanka y la mujer la abrazó por la cintura, con el mismo afecto y protección.
Tragó fuertemente y cerró otra vez., alejándose de allí en busca de Yulia y el resto de sus hijos, hasta que Katya se decidera a aparecer por gusto propio.
Cada paso que daba miraba el piso, asombrada que exactamente eso pasaba. La ironía de la vida era avanzar para dejar algo atrás.
Guardó las manos en sus bolsillos y alzó la vista, descubriendo a su esposa entre el tumulto mirándola. Avanzaba hacia ella y dejaba atrás a Katya, quizá porque ya era hora. No se trataba de abandonarla y soltarla, no era nada siquiera parecido a eso.
Solo se trataba de darle libertad y avanzar, que Katya siguiera su propio camino y al ritmo que siquiera. Mientras ella volvía a su hogar, a lo único que nunca dejaría. A quien siempre esperaba por ella y siempre estancada cuando la buscara. Su casa, su amor y su mujer.
A Yulia.
***
Elena estaba lavando su cabello, con la espuma en sus ojos y el jabón cayendo por su espalda, ladeó su cabeza al oír aquellas palabras que conocía de memoria. Cerró el grifo y esperó porque todo se silenciara, para volver a escuchar lo mismo.
- ¡Yul! - le gritó y un leve murmullo llegó desde su habitación.
- ¿Lo oyes tú también? - abrió la cortina y miró a la morena aún con el picaporte en la mano. Asintió, tomando una toalla y saliendo de allí con rapidez.
Afuera, tras seguir sus pasos, descubrió a Oleg en el pasillo, caminando de un lado a otro y memorizando cosas por lo bajo.
- Regla número 44: nunca detengas tu plan, ni siquiera cuando haya lágrimas. O en ese caso, solo piensa en quién las derrame. Regla 45: grita tan fuerte como la ocasión o tu compañera lo requiera. Regla número 46:…
- ¿Qué haces? - le preguntó Yulia.
- Aprendiendo mis lecciones. Iván dijo que no puedo ingresar al negocio sin saber ciertas reglas.
- ¿De dónde sacaste eso? - continuó ella, tomando la agenda y cerrándola luego de ciertos remarcados que su hijo había hecho.
- Del ático. Fui por unas cosas y la ví. Es tuya pero me servirá mucho.
- Tienes 13 Oleg, no te empecines con esto porque no va a…
- Lo sé. Y no voy a seguir molestándolas. Pero tienen que saber algo. Iván me ofreció un trabajo pequeño, de corto tiempo y solo será algo rápido, sin algún tipo de peligro.
- Voy a matar a Iván - susurró Elena, sujetando con más fuerza la toalla alrededor de su cuerpo.
- No, no lo harás ¿cuál es el problema con que tenga ambiciones? Las estoy atrapando para mi y mi futuro. No voy a casarme como Viktoria o Samir ni me graduaré como Katya. Olvídense, eso no pasará conmigo - Elena abrió los ojos con sorpresa. Su hijo tenía una personalidad muy distinta a ella, Yulia o sus hermanos.
- ¿De qué hablas?
- Lo que oyeron. Desde que acordamos con Hayley ser solo amigos, me decidí por olvidarme eso de tener novia o las parejas. Apesta, todo eso del amor apesta, es un asco y una pérdida de tiempo que no quiero en mi vida. No voy a casarme, no quiero a alguien conmigo, rondando mi espacio y menos una novia molesta que esté sobre mí todo el tiempo. Ni hijos en un futuro - Yulia soltó una pequeña risa.
- Eres joven aún para decir eso.
- No, no lo soy. Así que no esperen nietos por mi parte ni nueras, quiero dedicarme a esto y ser el sucesor de Iván.
Elena y Yulia se miraron, dejando la diversión de lado y luego a su hijo, que continuaba golpeando su frente para tratar de recordar las reglas que su propia madre había creado para ese trabajo.
La pelirroja se acercó a él y acomodó una mano en su hombro, humedeciendo apenas su camiseta.
- No voy a oponerme a lo que tú quieras en tu vida. Pero quiero que pienses bien esto porque no es un juego, Oleg.
- Lo sé y hasta le pedí a Iván cambiar ciertas cosas. Y accedió, entonces cuando pase a ser el jefe total de esa empresa, cambiaré el resto. Solo….por ahora quiero hacerlo por diversión - Elena infló su pecho y lanzó una bocanada de aire. Miró de reojo a su esposa, que parecía dejarle a ella la tarea de quitarle esa idea a su hijo de la cabeza o apoyarlo.
Optó por lo que había hecho con el resto de sus hijos también: darle la libertad que buscaban.
- Está bien - susurró, palmeándolo y luego a su mejilla - y cuéntanos….¿de que va ese corto trabajo?- él alzó los hombros, despreocupado y dejó a un lado la agenda.
- Será algo grupal. No debemos mudarnos ni compartir casa con alguien más, estaré aquí cada noche - la pelirroja asintió, al menos las amenazas hacia Iván sirvieron de algo - es un trabajo en conjunto con otros jóvenes. Me dieron el historial de una chica nueva también. Debemos fingir ser pareja.
Yulia se detuvo al instante junto a ella y buscó su mano, entrelazando sus dedos y ambas respiraron con dificultad.
- Una feliz y joven pareja frente a un barrio algo…prestigioso. Será divertido, solo espero que ella no sea irritable…. Voy a ducharme, las quiero.
Elena lo siguió con la mirada mientras caminaba por el pasillo, antes de ver a su esposa.
- Esa historia me suena conocida… ¿Tú no debes ducharte también? - le preguntó con una ceja levantada. Ella tenía que terminar de quitarse todo ese jabón y volver sola al agua caliente, no entraba en sus opciones. Yulia se cruzó de brazos y la miró con una sonrisa desconfiada - ¿qué?
- No hay nada que no hagas bien, Elena Katina - se alzó sobre sus talones y la besó. Ella la atrapó por la cintura y la obligó a dar un salto. Con las piernas de Yulia en su cadera, regresó a su habitación y la pegó a la pared, a un lado de la puerta.
- Lo sé pero ¿por qué lo dices? - la morena tomó su rostro y la detuvo frente a sus ojos, para que notara la sinceridad al hablarle.
- Porque es así, no has hecho nada difícil para mí. Desde que nuestras vidas se juntaron, has hecho que vivirla sea el plan más simple a seguir. El amor, la familia, la costumbre de verte. Todo se renueva a pesar de que siempre es igual. Y es porque hay algo más y cada día te exiges buscándolo…. Te amo, Elena Katina - la acercó a su boca y la morena tironeó su labio inferior, haciéndola jadear y recordar que ese algo más no era nada en realidad. Solo las ganas de tenerla cada mañana al despertar.
Yulia le quitó la toalla y ella las guió a la cama, acomodándola suavemente sobre el colchón. Allí, mientras la morena se desnudaba bajo ella, repasó su torso desnudo, cada rincón y se mordió el labio.
Definitivamente sí, si había algo más y solo era Yulia: el plan más simple que su trabajo le podría haber dado.
FIN
Gracias chic@s por estar siempre presente en cada historia. Espero haya sido de su agrado y disfruten siempre de cada lectura. Un abrazo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Sabes, es un bonito final, de hecho, todos los capítulos del Plan Simple es grandioso, dió una perspectiva de la vida después de ese trabajo y me alegra que Elena así como dejó entrar al amor con Yulia y sus hijos, los haya dejado crecer y decidir a cada uno de ellos, a pesar de no estar de acuerdo y saber que sigue teniendo el corazón de la mujer que ama, que allí sigue Yulia y es con ella con quién empezó este viaje y sigue en el con ella a su lado.
Gracias Xander, amé esta historia re linda y divertida. Saludos dónde estás y que te vaya súper en todo.
Gracias Xander, amé esta historia re linda y divertida. Saludos dónde estás y que te vaya súper en todo.
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Bueno al fin la terminé, no me cierra lo de Oleg pero bueno ya está.
Q linda familia armaron, me encantó.
Muchas gracias!
Besos
Q linda familia armaron, me encantó.
Muchas gracias!
Besos
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
[size=60]Súper bueno. El fin. La historia se repite. Y esperando. La próxima. Historia[/size]
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Fue una historia muy linda la disfrute mucho. Me gusta cuando el amor es tan fuerte y leal, formaron una familia tan linda. Gracias cariño por siempre darnos historias increíbles, saludos PD: no te nos vayas a ir por muchos días
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
Me encanto esta historia, con sus dos partes. Tal vez no me gustó mucho la actitud del pequeño Oleg y su afán de querer trabajar estafando las personas como lo hacían sus madres. Pero solo me recuerda una cosa, esos mismos pensamientos y actitud tenía Lena hasta que conoció a Yulia, así que, creo que la historia se repetirá, aquel joven deberá tragarse sus palabras en un futuro, porque lo más probable es que encuentre el amor de su vida en algún trabajo. Me alegro tanto que la relación de las chica haya sido tan duradero, tan consistente, tan firme. Me parecía encantador como Lena dejaba ver que estaba tan enamorada de su mujer que no le importaba nada, verse como una "sometida", porque era simplemente feliz.
Gracias por la historia, estaremos pendientes de la próxima
Gracias por la historia, estaremos pendientes de la próxima
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
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