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EVERLONG // ADAPTACIÓN A YULENA (BY: Andrea P. Lancer)

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EVERLONG // ADAPTACIÓN A YULENA (BY: Andrea P. Lancer) - Página 4 Empty Re: EVERLONG // ADAPTACIÓN A YULENA (BY: Andrea P. Lancer)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/6/2022, 8:33 pm

A Drop in The Ocean
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Tomó con su puño la frazada azul y la llevó hasta los hombros intentando protegerse de la fresca mañana. El calor proveniente de estas la hizo sentir más a gusto y, acomodándose nuevamente en la almohada, intentó dormir otro tramo.

No pasó mucho tiempo hasta que la posición la incomodara y giró su cuerpo hacia el otro lado de la cama. Suspirando, abrió con lentitud sus ojos, solo para que luego, una sonrisa se le formara.

Yulia dormía cómodamente del otro lado de la cama, la pecosa no podía evitar que la cara de seriedad que tenía mientras dormía, le causara gracia. Casi parecía que discutía con alguien en sus sueños, como solo ella sabía hacerlo.

Se preguntó si no le haría frío, pues la pelinegra estaba destapada hasta la cintura y solo llevaba su ropa interior, un sostén en negro que resaltaba mucho con su piel pálida. Elena sonrió bobamente al recordar porque su novia vestía solo eso. Se miró a ella misma y recordó que no se podía admirar de llevar mucha más ropa que ella.

Ella solo llevaba su ropa interior de abajo y una remera holgada en bordo la cubría arriba. Sin mencionar la frazada azul con la que se había envuelto. Ya conocía esa frazada, y conocía en la cama que estaba metida, también la habitación y por supuesto, su dueña, quien parecía seguir durmiendo ajena a que su invitada ya se encontraba muy despierta.

La pecosa no hizo más que contemplar la figura que tenía en frente, divagando en su cabeza.

-¿Es que acaso siempre que amanezcamos juntas voy a tener esa sensación de que me observan atentamente? - Susurró Yulia, aún con los ojos cerrados y pasando una mano por su nariz.

Elena solo pudo negar con la cabeza, mientras que con una sonrisa se acercaba al rostro de su novia y la besaba en los labios.

-Eso está mejor - mencionó la dueña de casa cuando Lena se alejó.

La pelirroja se había acomodado de nuevo en la cama mirando hacia arriba. Se intentó desperezar estirando los brazos, pero entonces Yulia se acurrucó a su lado, apoyando la cabeza en su pecho y pasando un brazo por su cintura, acomodándose hasta quedar cómoda. Elena sonrió y cubrió a la otra chica con la frazada hasta taparla.

-¿Alguien amaneció mimosa? - Preguntó con gracia, mientras con el brazo más próximo a Yulia, la rodeaba y acariciaba sus cabellos.

-Solo te estoy usando de almohada ya que tú acaparas por completo la mía - Contestó la morena sin más.

Elena se quedó contemplando por un rato como su novia parecía dispuesta a retomar su sueño. Su perfume comenzó a mezclarse con el suyo, haciéndola sentir más apacible.

-¿Qué hora es? - Preguntó en un suspiro la morena.

-Todavía es muy temprano - Le aseguró la pecosa mientras le besaba la frente.

Recordó que ambas se habían quedado hasta tarde haciendo un proyecto que debían presentar en la escuela. Y muy entrada a la noche el padre de Yulia con Sveta anunciaron que debían tomar un vuelo y que no estarían durante el fin de semana.

El señor Volkov le propuso a Lena que cenara con ellos esa noche y se quedara. Se notaba que el mayor hacía un esfuerzo por simpatizar con la nueva situación que se le presentaba, y Yulia, aunque aún desconfiaba un poco, no podía evitar mostrarse sorprendida y también aliviada.

Luego de la cena, los mayores se retiraron dejando a las chicas solas. No se fueron a la cama muy tarde, pero no durmieron hasta tiempo después.

-Entonces vuelve a dormir - susurró Yulia.

-No tengo sueño - contestó con calma su invitada.

-No entiendo cómo es posible… - mencionó la pelinegra -… gastaste todas tus energías anoche.

Algo suave le golpeó la cabeza, Lena le había aventado una almohada.

La dueña de casa rió para sí misma, mientras se giraba, alejándose de su novia y dándole la espalda.

-Haz lo que quieras, pero a mi déjame dormir - Comentó la pelinegra, mientras se acomodaba en su lado de la cama.

-Pero no tengo sueño - se quejaba la pelirroja - y no hay nadie más en toda la casa, tu hermano no está, tus padres se fueron… y tu casa es grande, da algo de miedo cuando sabes que estás totalmente sola.

-Nos convenía que no haya nadie en casa - siguió Yulia con calma, aún entre dormida y despierta - íbamos a tener que contestar tantas incómodas preguntas por los gemidos que largabas anoche…

Otro almohadazo en su cabeza, rió de nuevo sin siquiera abrir los ojos.

Pasaron unos minutos en los que ninguna dijo nada y Yulia aprovechó para retomar su descanso.

-¿Yulia? - no le duró mucho - ¿Yulia? - volvió a escuchar - ¿Te dormiste, Yulia?

Elena miraba a su novia con curiosidad, la pelinegra se había puesto boca abajo y con su cara mirando hacia la ventana.

-¿Yulia? - La llamaba mientras empujaba con su mano el hombro de su novia - Yulia, despierta… ¿Yulia?

De un momento a otro, Elena subió su cuerpo a horcajadas a la espalda de su compañera.

-¡Yulia, Yulia, Yulia! - comenzó a llamar la pecosa, mientras con sus manos empujaba aún su espalda. Se inclinó y posó sus labios en la oreja de su compañera - ¡Muuuaa! - exclamó ruidosamente, simulando un beso, repitiendo la acción un par de veces más.

En un rápido movimiento, que Lena no pudo predecir, Yulia se giró bruscamente, haciendo que esta cayera al suelo y fuera de la cama.

La morena entonces se acomodó ahora en el lado de la cama que antes estaba Lena, alejándose lo más que podía de la accidentada, y cubriéndose con la frazada, también tapándose la cabeza con una almohada.

Desde el suelo, Elena, pudo ver todas las acciones de su novia y no pudo hacer más que reír. Se levantó, acariciando un poco su cola, debido al repentino dolor que tenía, por haber amortiguado la caída con esta, y se sentó en la cama a la par de Yulia, observando cómo esta trataba de dormir y pretender que estaba sola.

-¡Por Dios, deja de observarme! - se quejó la ojiazul luego de unos minutos. Sin siquiera ver a su novia, estaba segura que esta la observaba con atención, incomodándola un poco.

Lena rió ante el comportamiento y no tardó mucho en taparse también con la frazada y acercarse a Yulia, abrazándola por la espalda.

-¿Siempre va a ser así? - Le preguntó cuando ya había encontrado una posición cómoda a la par de su novia.

-¿Siempre va a ser así qué? - se escuchaba la voz de Yulia a través de la almohada.

-Ya sabes, esto - siguió Elena con calma - en el futuro, cuando ambas trabajemos, tengamos nuestra casa, y debamos levantarnos temprano… ¿Vas a tirarme de la cama todas las mañanas?

-Si intentas molestar mi sueño, no solo te tiraré de la cama, te correré de la habitación - dijo Yulia con obviedad.

-Y si son tus hijos los que vienen a levantarte mientras te saltan encima ¿también los tirarías de la… - Elena pudo sentir como al espalda de Yulia se tensaba un poco - … Cama?

No hubo respuesta. La ojiverde casi inmediatamente se arrepintió de haber formulado la pregunta. Nunca había hablado ese tema con Yulia, nunca hablaban del futuro o de alguna planificación próxima. Y ahora que lo recordaba, la madre de la morena había mencionado sus nietos, poniendo en aprieto su noviazgo.

-Yo no quiero tener hijos, Lena - contestó luego de unos momentos.

La cantante no sabía como interpretar el tono serio que de repente portaba su novia, pero aún así intentó suavizarlo.

-¿Por qué no?

-No lo sé, no me gustan los niños - dijo la dueña de casa - tampoco me gusta pensar mucho en el futuro y esas cosas.

-¿Por qué no? - volvió a preguntar.

-No lo sé, no me gusta y ya - contestó ya más despierta - tener que planificar y pensar esas cosas me parece estúpido… es decir, hasta hace unos meses era Vlad el que me pedía que "soñáramos" un futuro juntos … y ahora estás tú…

Las palabras de Yulia hicieron eco en la conciencia de Elena. Era cierto.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que Yulia terminó con Vladimir? Meses.

¿Cuánto tiempo Vladimir estuvo con Yulia? Años.

Y aún así, en todo este tiempo, la pelinegra ni siquiera le había dado la posibilidad al rubio de planificar juntos.

Algo en Elena la reconforto, al mismo tiempo que la inquietaba.

"Al menos no es nada personal"

La pelirroja acomodó su cabeza, rozando con su nariz la espalda desnuda de Yulia, intentando que su aroma acallara los pensamientos que amenazaban con profundizarse. Pudo sentir como la morena tomaba aire y largaba un suspiro.

-¿Y tú? - preguntó fingiendo desinterés - ya sabes ¿pensaste en esas tonterías del futuro, tener una casa, autos… un perro quizás?

Elena sonrió contra la piel de su novia. Sabía que esa era su particular forma de demostrar "interés" por algo e intentar mantener su postura "Sigo siendo una chica cool, fría y para nada cursi"

-¿De verdad quieres saber? - Le preguntó con gracia, la morena no contestó.

Lena esperó por unos momentos, pero ninguna otra exclamación salió de la boca de su compañera.

"Con que esas tenemos ¿Eh?" Pensó, mientras una sonrisa algo maliciosa se le formaba.

-Ok, veo que ya te dormiste, seguro no te interesaba tanto lo que imaginaba en nuestro futuro - Contestó de repente Lena, alejándose de Yulia y dándole la espalda, acomodándose del otro lado de la cama.

Ahora ambas chicas estaban de espaldas. Una sonriendo pícaramente, preguntándose cuanto tiempo la curiosidad de su novia la consumiría y otra batallando con esa curiosidad, mientras miraba la pared de su habitación.

Yulia renegaba de su situación. De verdad que tenía curiosidad por saber cómo Elena la veía en el futuro. Dándose cuenta que intentar dormir de nuevo era asunto perdido, se giró con lentitud y vio la espalda de su novia, con esa remera bordo que conocía bien, pues era suya.

Rodó los ojos sintiéndose incapaz de preguntarle a Lena por sus pensamientos sin dar a conocer su creciente interés.

-¿Lena? - la llamó en voz baja -¡Lena! - ahora un poco más fuerte - ¡Hey, Lena!

La anfitriona miraba con impaciencia mientras su novia seguía sin responderle ni moverse un centímetro.

-¡Ohhh vamos! - Exclamó finalmente dándose cuenta que la pecosa intentaba hacerse pasar por dormida.

Se acercó a Elena reincorporándose un poco y con su mano la sacudió del hombro. Lena no pudo contener su risa, pero aún así se esforzaba por cerrar los ojos y seguir en su papel.

-Ya te reíste, no estás dormida - contestó Yulia, molesta por el pésimo papel que interpretaba su novia - Ok, ya te burlaste y te vengaste… bien por ti.

La morena sintiéndose avergonzada, intentó pararse e irse, remarcando su enojo, pero Elena la tomó de una de sus muñecas y la arrojó a la cama de nuevo.

-Ohhhh, Yulia, "la chica mala no soporto que me ganen en una broma", Volkova - Mencionó Elena de corrido, mientras acorralaba con su cuerpo a su novia justo debajo suyo - ¿Se enojó con su novia y ahora hace pucheros?

Yulia solo la fulminó con la mirada. Elena reía.

-Eso es taaaaaaan adorable - terminó divertida la ojiverde.

Elena apreció como Yulia se ponía algo colorada, mientras le rodaba los ojos y negaba con la cabeza. No quería que su novia de verdad se enojara con ella, y decidió aflojar.

Se acomodó a su costado, entrelazando sus piernas. Apoyó su codo en la almohada y dejó descansar su cabeza en su palma. Se rió un poco más de la cara seria de su novia y de lo incómoda que parecía estar y con su mano libre le acarició la mejilla.

-Bueno, si de verdad quieres saber - comenzó a narrar Lena - Tendremos una enorme casa, pero no muy grande, una… casa de dos plantas - Yulia frunció el ceño, y puso atención a su novia, mirándola - y si, tendremos un enorme perro, que destroza la casa cada tanto.

-Los perros son estúpidos - comentó Yulia.

-Y este no es la excepción - le aseguró la pelirroja con una sonrisa que dejaba mostrar todos sus dientes, feliz de que su novia pareciera mas dispuesta a escuchar el relato - El perro es muy estúpido y torpe, pero nos entretiene mucho.

-¿Qué perro es? Espero que sea de esos que cuidan la casa, como los perros policías o algo así, digo, para que sirva de algo - siguió Yulia.

-Pues no, es un labrador.

-¡Esos perros son estupidisimos! Y no muerden a nadie, si alguien nos quiere asaltar, el perro le abrirá la puerta, invitándolos a pasar - Continuó Yulia viendo incrédula a Elena - de todos los perros ese es el que más cara de estúpido tiene.

-Sí, quizás - siguió Elena con leves risas - pero tu amas a ese perro.

-¿Yo amo a ese perro?

-Sep, lo amas - le aseguró la ojiverde - es tan estúpido que siempre te logra sacar una sonrisa.

Yulia pareció pensar en esto último, para luego asentir, con expresión de "puede ser"

-Ok - Continuó Lena retomando el relato - La casa, ya dije que de dos pisos y amplia, pero no extremadamente grande, tiene espacio suficiente para ambas. Y estaría decorado… no sé, con algo que nos guste a las dos…

-¿Cómo una sala de estar de color durazno con objetos puntiagudos y en negro cayendo de los techos y otras decoraciones lúgubres? - La interrumpió la morena con burla, Elena se quedó pensando en esa sala y negó con la cabeza - ¿De verdad crees que somos capaces de ponernos de acuerdo con una habitación, inclusive un baño, con los gustos de ambas?

-Ammmm - Exclamó la pecosa entrecerrando los ojos, esforzándose por imaginarse algo así - Algo se nos ocurrirá.

Yulia rió ante la vaga respuesta, pero dio un leve "ok" para que su novia siguiera con su relato.

-Bueno, me imagino que tendremos un estudio en la casa - continuó la cantante - será enorme y tendrá todo lo que necesitemos para nuestros trabajos, lo último en filmación y audio… toda la tecnología que necesitemos… Oh, y no olvidemos el piano…

-Espera, espera, espera - La interrumpió Yulia - ¿Piensas poner un piano en una habitación aislada? - Lena asintió sin entender - Si tenemos un piano, y lo tendremos y será el mejor piano, debe ir en una sala grande, en la sala principal - explicó con seguridad la morena, haciendo reír a Elena.

-Tienes toda la razón, el piano tiene que estar en la sala principal, y seguro como lo elegirás tu, será muy bello a la vista, adornaría bien cualquier sala. Aparte si la casa tiene buena distribución de sonido, tú podrías tocar, y se escucharía en todo el lugar - Ambas se quedaron pensando en esto último - ¿Lo ves? Ya nos pusimos de acuerdo en algo.

Yulia rodó los ojos ante el pequeño triunfo de su novia, pero no se atrevió a burlarse, quería saber que más había imaginado.

-¿Qué más? - intentó recordar la cantante - Oh, sí, tendremos un garaje grande, lo suficiente para que entren dos autos.

-¿Dos autos? - la volvió a interrumpir Yulia - ¿para qué quieres dos autos? Jamás conseguirías tu licencia de conducir… de hecho es lo mejor para todos los peatones, que nunca la consigas.

Elena rió ante el comentario y se quedó viendo a Yulia divertida.

-¿Qué? - preguntó la pelinegra, esperando que en realidad, su novia se ofendiera.

-¿Tanto te gusta llevarme en tu auto que la otra idea no llega a agradarte? - preguntó con gracia su novia.

-¡Dios, eres insufrible! - exclamó la morena, tapándose la cara con una de sus manos mientras escuchaba las pequeñas risas que largaba a su par, Lena.

-Bien, también quiero un jardín enorme - continuó más animada - donde el perro podrá jugar… y destrozar también. Ambas decoraremos el jardín y… Oh, tendrá una fuente.

-Claro, una fuente…

-Una fuente que se pueda usar de piscina.

Yulia enarcó una ceja mirando a su novia, esperando luego que se explicara.

-Ya sabes, en vez de tener una piscina, nuestra casa va a tener una fuente grande… en la que también nos meteremos y usaremos de piscina - explicó.

-Okeeeeey - dijo sin más la pelinegra, aún extrañada por la idea.

-Y nuestra habitación, la decoraremos ambas, pero quiero que la cama sea…

-Enorme - Dijo Yulia acoplándose con Lena - No sé, siempre quise una cama enorme, no taaaaan grande, pero si más grande, que de tan solo dos plazas - la pelirroja asintió esperando que Yulia continuara - Aparte, tú te mueves mucho, sería bueno que ambas tengamos espacio, así no me molestas en el medio de la noche con alguna patada o algo así - Elena le seguía sonriendo sin decirle nada - Bueno, es verdad que pareces disfrutar de abrazarme por las noches y no despegarte de mí - Lena mantenía la misma postura, sin decir nada, pero sonriendo - y bueno, es verdad que quizás, cuando tu no me abrazas yo busco que me abraces pero… ¿Vas a seguir sonriéndome como idiota? - Preguntó finalmente la pelinegra, sintiendo como su mejillas tomaban temperatura.

Lena intentó dejar en paz a Yulia, últimamente incomodarla de esa forma se le estaba haciendo su nuevo pasatiempo favorito.

-Sí, yo también quiero una cama grande - siguió ella - es que, a los niños, cuando tienen pesadillas o miedo por las noches, suelen ir a la habitación de sus padres a dormir con ellos. Así que si tenemos una cama grande, tú me podrás proteger más cómoda de noche, y también a los niños…

-Yo no quiero hijos, Lena - la cortó Yulia.

-¿Por qué no? - Preguntó con cariño, pero Yulia ni la miraba, menos aún parecía que le iba contestar - Oh vamos, no me digas que no te gustaría tener una pequeña Yulia con quien compartir tus gustos por lo terrorífico o tu amor a las tijeras. O una pequeña Lena a quien mimar… o divertirte asustándole - Mencionó la pelirroja, simpática.

Yulia ahora miraba a Elena, pero entrecerrando sus ojos, intentando trasmitirle que su plan no estaba funcionando con ella.

-¿No? - volvió a preguntar, ignorando esa mirada - Porque a mí me encantaría tener una pequeña Yulia, que seguramente me asustará con sus ocurrencias y se pondrá de acuerdo con su otra madre para hacerme maldades - Siguió intentando contagiar a su novia con entusiasmo - Y que quizás saque tu misma pasión por las tijeras y rompa todos mis vestidos - Yulia sonrió ante este último comentario - y que a la noche me entregue una flor hecha con los pedazos de tela que corto… - Terminó Lena con una sonrisa - Eso sería genial.

La pelirroja se quedó pensando en esto. Ya no mirando a Yulia sino a algún punto en la ventana, imaginándose como sería recibir algo así.

Yulia, por su parte, pudo ver como su novia profundizaba en la idea y se perdía en sus pensamientos, mientras mantenía una leve sonrisa dibujada en su rostro.

-Serías una gran madre, Lena - Mencionó la pelinegra, largando un suspiro y haciendo volver a Lena a esa habitación.

-Tú también lo serías.

-¿Bromeas? - le preguntó con algo de molestia - Mis hijos me odiarían, jamás sabría que hacer con ellos, ni como criarlos, ni que decirles.

-Serías genial, te amarían, serías una "madre patea traseros" y quedarían fascinados contigo.

-No lo creo - le aseguró Yulia - yo detesto a los niños, principalmente los más pequeños, cuando se ponen a llorar por nada y gritan, aturden tanto…. Yo… no sabría que hacer para que dejen de llorar… soy muy… torpes…

Elena recordó entonces a la adivina. Había pasado mucho tiempo, pero esa imagen de Yulia, con cara de angustia, mientras sostenía a un bebé, lejos de su cuerpo, sin tener idea que hacer, todavía quedaba fresca en su memoria. El mismo sentimiento de querer ayudar a Yulia, de calmarla, se hizo presente de nuevo, solo para recordar que luego, esa Yulia, más grande y madura que la que tenía ahora acostada a la par suya, había abrazado a ese bebé, y con una cara de felicidad y triunfo, había logrado que se calmara y se durmiera en sus brazos.

Elena regresó de sus recuerdos y se concentró en los ojos de Yulia, esta no la miraba, sino que parecía mirar al techo, con algo de angustia.

-Lo harás muy bien - Habló de repente la pecosa, muy segura, haciendo que su novia la mirara - Te amarán… ¿Cómo podrían no amarte?

Elena le sonrió a Yulia, esta aún portaba un rostro inseguro. Se acercó a ella y la besó cálidamente en los labios.


Se separó al poco tiempo, y dejó descansar su cabeza por debajo del cuello de Yulia, acurrucándose contra ella y abrazándola por la cintura. Se mantuvieron así por un tiempo, sin decir nada más.

-Si a alguno se le ocurre… - Comenzó a mencionar Yulia - Teñirse de rojo como los pastelillos o querer un títere, juro que los haré ver documentales de calvicie y la película de Chucky tantas veces que rogarán por clemencia.

….........................................................................

-¡Hola Lena!

Un grupo de chicas de los cursos inferiores se acercaron a ella. La pecosa se encontraba con Nastya y Yulia, cerca de los casilleros.

-Hey ¿qué hay? - saludó la aludida a una chica rubia, quien parecía ser la cabecilla de las demás y quien fue la que saludó.

-¿Te enteraste ya del baile de caridad del fin de semana? - preguntó la misma rubia.

-La escuela está juntando fondos para el hogar de mascotas de la ciudad - acotó una chica castaña del grupo.

-He oído de ese baile - Anunció Nastya con entusiasmo - Están usando la misma idea de Lena para que sea un baile de vestidos de gala.

-Sí, la idea de Lena fue la que nos inspiró - siguió la rubia entusiasmada - yo soy la organizadora esta vez, y sería genial que los de años mayores asistan. Ya contamos con el apoyo de casi todos los cursos.

-Eso es genial, suena divertido - exclamó Elena, siendo contagiada por el entusiasmo de las chicas y también porque recordaba como ella había organizado un baile allí, antes.

-Lo será, te lo puedo asegurar - siguió la rubia - Asistirás ¿cierto?

-Sí, claro, es decir - Elena asintió con una sonrisa y miró a Yulia - iremos ¿verdad?

La morena solo levantó una ceja y la miró mal, intentando trasmitirle que pensara en lo que acababa de decir. Inmediatamente Lena miró a las menores y se dio cuenta que estas se miraban entre ellas algo extrañadas.

-¿Desde cuándo tenemos que ir a un evento juntas? - Le preguntó con ironía Yulia - No es como que me desespere porque tus planes y los míos deban quedar de acuerdo.

-Claro… claro - Se intentó explicar la pelirroja, al darse cuenta que casi pone en evidencia su noviazgo - Lo decía porque… ya saben, Yulia hizo hasta lo imposible por arruinar el baile que yo organicé… solo… Creí que si ella también iba, intentaría arruinar este también…

Elena se enredaba un poco con las palabras tratando de buscar una excusa para lo que había dicho, Yulia se dedicaba a entrecerrar los ojos y mirarla, mientras negaba con la cabeza.

-Claro que todos iremos - Dijo de repente Nastya, desviando la atención de la pareja - Es por caridad, y estoy segura que Yulia no lo arruinaría, no es tan mala si sabe que es para las mascotas… ¿Verdad Yulia?

-Si, como sea - contestó esta, mientras se llevaba su café a la boca.

-Bien, entonces cuento con ustedes - se volvió a entusiasmar la rubia - Nos veremos pronto.

Y con esa despedida se retiró siendo acompañada por su grupo.

La cantante suspiró algo nerviosa y miró a Yulia, sonriéndole simpática, sabiendo en el embrollo que casi las mete. Esta solo rodó los ojos y se retiró a su clase, Elena y Nastya no tardaron mucho en hacer lo propio.

…..........................................................................

Ya casi terminaban la semana y Yulia se encontraba en la casa de Elena, intentando ver una película juntas. Ni siquiera era una película que les gustara, era para un trabajo en el que debían analizar a los personajes.

La atención de ambas chicas no tardó en desviarse a otros asuntos que llamaran más su atención. En el caso de Yulia, cortar con unas tijeras una revista que le había quedado a mano. En el caso de Lena, su tablet.

Una noticia en la página de Facebook llamó la atención de esta. El baile para la caridad se acercaba y todos comentaban la publicidad de este. Entró a su perfil y se dio cuenta que todavía estaba allí la solicitud para asistir al evento.

Miró a Yulia, quien se encontraba cómodamente, sentada en el suelo, descalza, y muy entretenida cortando la revista. Su novia no había mencionado nada del baile.

-¿Yulia? - la llamó.

-Dime - respondió esta sin apartar la vista de la revista.

-¿Ubicas a un chico llamado Illya?

-Ammm ¿no es ese que en realidad tiene un nombre gracioso y habla algo raro con su grupo de amigos, quienes también hablan algo raro? - intentó adivinar la pelinegra.

-Sí, el mismo.

-Si ¿Qué con él?

-Me invitó al baile…

Yulia finalmente miró a su novia con curiosidad y, una buena vez que procesó lo que había dicho, se puso de pie con las tijeras.

-Y lo rechazaste… ¿no es cierto? - preguntó con curiosidad.

-Ammmm

-¡¿NO LO RECHAZASTE?!

-No tenía como, es un chico muy dulce y encantador, y aparte…

-¡Tú no puedes hacer eso! - la amenazó Yulia apuntándole con las tijeras

-Yulia, baja esas tijeras - Dijo con calma y seguridad Elena, mientras se ponía de pie. La morena obedeció y dejó las tijeras en la mesa - Mejor, le dije que lo pensaría…

-¡No tienes que pensarlo, tienes que decirle que no!

-Es el primer chico que me invitó, se supone que uno debe aceptar si un chico viene y…

-¡Tu estás de novia! - la cortó molesta. Elena le levantó una ceja y se cruzó de brazos.

-Oh ¿ahora estoy de novia? - inquirió curiosa.

-¡Si, tienes novia! - le aseguró Yulia - y aparentemente, también tienes un perro, una casa de dos pisos, críos y dos autos, aunque uno solo sirva para acumular polvo.

-Pues MI novia, no me invitó al baile - puntualizó molesta la pecosa.

-¡Eso es injusto, tu sabes cómo son las cosas!

-Sí, lo sé, por eso iré al baile con Illya.

Ambas se quedaron en silencio por un momento, mirándose molestas.

-¡Bien! - gritó Yulia - Ve al estúpido baile con quien tú quieras.

-Eso haré, Yulia - siguió Lena con el mismo tono molesto - moría de ganas de ir al baile con un chico que recién me habló por primera vez esta semana.

-¡Ohhhhh, seguro que sí! - siguió la pelinegra - y no te olvides de sacar esas típicas fotos que se toman en los bailes, con tu pareja artificial.

-Descuida, no me olvidaré. Oh, y como seguro estarás aburrida en tu casa cortando mas revistas, te la enviaré por e-mail, ¡así la imprimes y la destrozas también!

-¡Es una excelente idea! - contestó con una sonrisa irónica - ya se me ocurren creativas ideas de qué hacer con esa foto. Intentaré tenerlas listas para antes de que te aparezcas arrastrando en mi puerta… ¡esa misma noche!

-No voy a "arrastrarme" hasta tu casa - le aseguró Elena mientras la señalaba con un dedo - Llevaré un hermoso vestido como para arruinarlo así.

-Oh, cierto. Es un baile de gala. Seguro ya pensaste en ese "hermoso vestido" y como vas a ir ¿no?

-Claro - le aseguró con burla - Iré con un hermoso y ajustado vestido corto, muy sensual, dejando ver mis piernas. Todo, TODO, solo para Illyyaaaa.

Ambas chicas se miraban realmente molestas. Yulia entrecerraba los ojos y negaba levemente y Lena parecía que en cualquier momento golpearía a su novia.

La pelinegra miró de pies a cabeza a la dueña de casa, imaginando lo que sería su vestido y solo pudo enojarse aún más. Pero sus miradas por alguna razón se turnaban entre los ojos de Lena y sus labios, los cuales se curvaban molestos.

La pecosa contempló la confusión y al mismo tiempo el enojo de su novia y de un solo un impulso se abalanzó sobre ella, besándola, consiguiendo que su novia le respondiera al acto, de manera torpe y desenfrenada.

El beso se cortó cuando Elena empujó a Yulia sobre el sofá, y esta cayera en él, de espalda, mirándola con confusión.

-Solo cállate - la mandó Elena, cuando vio en Yulia las intenciones de protestar, poniéndose rápidamente sobre su novia y volviéndola a besar con necesidad.

-Pobre Illya - Consigue decir Yulia entre besos, mientras con su mano levantaba un poco la blusa de Elena.

-Eres insoportablemente celosa - mencionó la pelirroja, mientras desprendía con torpeza algunos botones de la camisa de su novia.

-No lo soy.

-Si lo eres - Lena volvió a arremeter contra sus labios, ganando así la pequeña discusión.

-Mmmmp, entonces lo siento tanto por el vestido - siguió Yulia mientras desprendía los jeans de Lena - No podrá lucirse frente a su dueña.

-Yo soy la dueña del vestido - la corrigió la pecosa.

-Te equivocas - le contestó la pelinegra, mientras con sus dientes mordía un poco el cuello de la pelirroja, haciéndola largar un leve gemido - Yo soy la dueña de ese vestido, y de quien lo lleva… el vestido y su dueña me pertenecen… Mi vestido.

Las manos de ambas chicas se mostraban de lo más curiosas entre ellas, explorando el cuerpo de la otra con necesidad, mientras sentían que sus ropas realmente les incomodaban y que el ambiente había subido un par de grados.

No fue hasta que escucharon unos ruidos metálicos, que ambas se quedaron totalmente quietas.

Elena miró a Yulia, mientras jadeaba, con la cara confundida. Estaban solas en la casa, sus padres habían salido a una cena de trabajo y Katya estaba en lo de unos amigos. Los ruidos se volvieron a escuchar y ambas identificaron de donde venían. La puerta.

Elena levantó la vista, aún estando arriba de Yulia, y esta tiró su cabeza hacia atrás, visualizando justo, de cabeza, cuando la puerta de entrada se abría y dejaba paso al Señor Katin y a continuación, su mujer.

Ambos padres venían hablando de algo que las chicas no lograron entender, pero quedaron enmudecidos al verlas.

"Esto no está pasando"

De un rápido brinco, ambas se pusieron de pie. Miraron a sus mayores, con la sorpresa y el susto reflejado en sus facciones. Luego se vieron entre ellas y notaron lo desarreglada y expuestas que estaban. Acomodaron con incomodidad y velocidad sus ropas.

Yulia alternaba su mirada entre el padre de Lena, su madre y su novia, sin saber que decir o hacer. Las cara de los señores Katin era sencillamente entre la incredulidad, el asombro y un estado de shock no muy feliz, para nada feliz, definitivamente esta no era una noticia feliz.

-He…Hey, hola - dijo finalmente Lena con una sonrisa nerviosa - Creí que, que estaban en una cena… y bueno… ¿ya cenaron?

Yulia solo pudo desviar la vista a las ventanas o a cualquier salida por si esas eran las palabras que usaría su novia para defender la situación en la que las habían atrapado, sería mejor tener las vías de escape a la vista.

-Yulia, necesito que te retires, debo hablar a solas con mi hija - anunció el Señor Katin, serio y seguro.

Yulia miró a Lena, y esta le abrió grande los ojos, mientras negaba con su cabeza para que no se fuera.

-Ammm, yo creo que no es una buena idea, señor, verá…

-¡Ahora!

-Sí, señor - contestó rápido Yulia, mientras tomaba su bolso y pasaba lo más alejada posible de ambos padres rumbo a la puerta de salida, Atravesándola velozmente y cerrándola.

"Si, Mi novia" Pensó con ironía Elena, mientras intentaba recordar la última vez que la morena desapareció tan rápido.

Volvió su vista a sus padres y estos aún la miraban con atención, ambos con los brazos cruzados y esperando alguna palabra de su parte.

-Escuchen… - comenzó Lena - Se que lo que acaban de ver, quizás les parezca muy raro… y lo es… pero de verdad yo…

Elena tuvo que interrumpir su relato ya que la puerta de entrada se volvió a abrir, mientras una Yulia a pasos acelerados entraba.

-Olvidé mis botas - dijo, mientras tomaba sus botas negras, cerca del sofá, y sin mirar a nadie, volvía a desaparecer por la puerta de entrada.

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🤣🤣 Final inesperado!
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Mensaje por Fati20 4/7/2022, 12:35 am

Jajajajajajaja ambos padres se enteraron de una manera super mala 🤣🤣🤣 y la julia tan valiente y se escapó rápidamente, espero que los papás de lena no se pongan tan pesados. Las cosas entre ellas cada día están mejor me encantan la evolución de julia y cómo lena logra lo q quiera con ella es adorable. Saludos querida mía 😘😘
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Mensaje por katina4ever 4/8/2022, 1:07 am

Jajajajajajajajajajaja realmente no puedo con esto 😂 🤣 😂😂😂😂😂😂 en donde quedó esa yuli tan valiente y que estaría con Lena cuando le diera la noticia a sus padres, 😂 buenísimo todo, muchas gracias
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/9/2022, 12:17 pm

Stand By Me
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-¿En serio, Yulia? - le preguntaba molesta la pecosa mientras guardaba sus cosas en el casillero, apenas llegando a la escuela - ¿Tus botas?

La pelinegra se mostraba algo avergonzada apoyada en los casilleros de al lado, mientras observaba a su novia. No dijo nada desde que vio a Elena, y el saludo de esta había sido justamente el que estaba recibiendo ahora.

Había intentado llamarla a su celular entrada la noche del jueves, que fue cuando los padres de la pecosa las habían descubierto, pero no fue atendida en ninguna de las ocasiones que había intentado comunicarse… y habían sido varias.

La pelirroja terminó con su casillero y lo cerró viendo la cara de Yulia.

"Dios, parece preocupada" pensaba con algo de gracia e intentando contener su risa.

La verdad había estado viendo su celular todas las veces que esta llamaba y sabía que era Yulia, pero decidió mantener preocupada a su novia por cómo había huido dejándola sola.

-¿Me vas a contar lo que pasó? - preguntó finalmente la pelinegra.

-Ahora no, Yulia - dijo en tono molesto - Tengo que ir a clases.

Y dicho esto dejó plantada a su novia en los pasillos, no sin antes pensar que quizás estando tanto tiempo con su novia, le había contagiado un poco de su sentido del humor.

…..........................................................................

-Oh, Vamos Lena, habla conmigo - Le suplicaba la pelinegra por su celular.

Había intentado hablar con la pelirroja a la salida de la escuela, pero esta se le había adelantado y se fue antes con Dmitry.

-Claro Yulia - contestó con ironía la pecosa - ¿Por qué no vienes y hablamos en mi casa?

Del otro lado no se escuchó ninguna respuesta y Elena sonreía mordiéndose una uña. Le causaba mucha gracia el estado de su novia. ¿De verdad creía que sus padres la matarían si se aparecía?

-Ammm - se escuchó finalmente del otro lado, haciendo Elena regresara de sus pensamientos. Finalmente rió un poco.

-Descuida Yulia - dijo mas simpática - ¿te parece que vengas a buscarme y salimos a comer algo?

-¿…A buscar… a tu casa? - preguntó con algo de duda. Elena volvió a reír.

-Te esperaré en la calle ¿De acuerdo?

….........................................................................

Yulia solo tardó 15 minutos en pasar por Lena. Ella eligió un lugar no muy apartado, por lo que hizo el viaje corto.

Un bar no muy grande pero cómodo. Buscaron una mesa y terminaron eligiendo una a la par de un ventanal. Se sentaron, Elena pidió la carta, ordenó. Yulia hizo lo mismo y luego se dedicó a observar como su novia se entretenía mirando hacia afuera.

"¿Es que no me va a decir nada?" Pensaba impaciente la pelinegra, ya que no se le había pasado por alto que en todo el trascurso, Elena ni siquiera le había hablado de algo que no sea justamente necesario y ahora parecía ajena a ella mirando hacia otro lado.

-¿Y bien? - Preguntó finalmente, intentando llamar su atención.

-¿Y bien qué? - preguntó haciéndose la desentendida, Yulia no lo podía creer.

-¿Qué pasó con tus padres?

-¿Qué con ellos?

-¿Acaso Nastya te contagio algo? - preguntó Yulia, incrédula. La pelirroja rió un poco descongestionando el ambiente y finalmente la morena cayó en la broma.

-¿Te estás burlando de mi? - preguntó levantando una ceja.

-Un poco… si - admitió la pecosa.

-¡No lo puedo creer! - exclamó, mientras se desplomaba en su asiento, dejando escapar el aire que contenía - ¿tienes idea lo preocupada que estaba?

-Me daba una idea, si…

-¿Y porque no contestabas?

-Oh, no lo sé… ¿Por qué volviste por tus botas y no por tu novia, Yulia?

"Touché"

-Ok - dijo rodando los ojos la pelinegra - Estamos a mano.

Elena asintió con una sonrisa picara.

-Casi…

-¿Casi?

-Sí, casi a manos. Aún pienso hacerte pagar por abandonarme - le aseguró la cantante.

-Yo no te "abandoné"- aclaró, viendo como a la vez Elena le levantaba una ceja - Solo… Tu padre me pidió que me fuera y no quería quedar como una chica desobediente frente a él.

-¡Oh, eso era! - Exclamó la pelirroja con fingida sorpresa.

-Bueno, ya - Siguió impaciente - ¿Me vas a decir que sucedió?

Elena la miró entrecerrando los ojos, todavía quería seguir haciendo sufrir a su novia por lo que hizo, pero optó por dejarlo, realmente parecía que lamentaba lo que había hecho.

-Sí, está bien… pero luego haré que lo compenses - le dijo mirándola detenidamente.

-Ok… - Accedió la morena - ¿y qué dijeron tus padres? ¿Te… odian?

-¿Qué? ¡No! Claro que no, ellos me aman - contestó rápidamente la pecosa, haciendo que Yulia sonriera un poco - Te odian a ti.

-¿Qué? - preguntó cambiando de cara, Lena volvió a reír - ¡Ya deja de hacer eso! No sé cuando estás hablando en serio o bromeando.

-Lo siento, lo siento - se disculpó - Ya hablaré en serio.

-Bien.

-Ok, veamos - Elena miró hacia arriba intentando recordar, en lo que el mozo del lugar les traía sus pedidos. Arroz condimentado con hierbas especias para Elena y spaghetti para Yulia con sus respectivos refrescos. La noche era algo fresca y esos platos calientes seguro mejorarían la atmósfera - Apenas saliste huyendo con tus botas…

Yulia rodó los ojos por la insistencia de Elena en recalcar lo obvio.

-Ya dejaste muy en claro esa parte.

-Cierto - sonrió la pecosa - Después que saliste huyendo con tus botas y me dejaras sola frente a mis padres - Volvió a remarcar - No sabía que decir, creo que sonreí nerviosa hasta que ellos me preguntaron qué estaba haciendo contigo… y comprenderás que no había respuesta a esa pregunta… así que seguí sonriendo nerviosa por un tiempo más. Les dije que se sentaran y que tenía que hablar con ellos. Me obedecieron y se sentaron conmigo a la mesa.

Yulia comía mientras miraba con atención a Elena, intentando imaginárselo todo.

-Comencé diciéndoles que yo sabía que algo no estaba del todo bien conmigo, desde hacía tiempo. Me puse muy nerviosa, no sabía cómo seguir - Recordó la pelirroja - así que directamente les dije que me gustaba una chica, que me gustabas tú… desde hace mucho tiempo - Siguió explicando algo apenada, mientras jugaba con su plato, hundiendo los utensilios en él.

-¿Y ellos que dijeron? - preguntó con cariño la morena, viendo como algo de la incomodidad de Elena regresaba al relatarlo… temiendo que las cosas hayan salido mal.

-Eso es lo gracioso del asunto - Siguió la ojiverde - Parecían no entenderlo, de hecho eso dijeron "No lo entiendo" y tuve que explicarle que me gustabas tú, no como una amiga quiere a otra, sino que de manera diferente… y entonces me preguntaron si yo era lesbiana… - siguió diciendo mientras se llevaba un bocado.

-¿Esa es una buena pregunta? - Indicó Yulia.

-Lo es ¿verdad? - Mencionó Elena en tono pensante - La verdad nunca me la había hecho, es decir, si, pero nunca me molesté en contestarla, sabía que me gustabas, y que eras una chica… pero ¿eso me hace lesbiana? No lo sabía, así que cuando ellos me preguntaron yo aún estaba intentando entenderlo… les dije que no lo sabía…

-Ya veo… ¿Eres lesbiana, Lena? - preguntó de repente Yulia con una risa, la pelirroja la miró con reproche - Oh vamos, soy tu novia y ni siquiera yo lo sé.

-No es gracioso, me sentía estúpida de no saber qué contestar a eso - se aclaró - pero terminé diciéndoles que "creía que lo era"

-¿Entonces si? - insistió la pelinegra.

-Sí, creo que lo soy, Yulia - volvió a contestar - Es decir, he salido con chicos antes, pero ninguno me hicieron sentir las cosas que tu si… ni siquiera cerca estuvieron. Y, puede ser que con algunos haya llegado muy lejos pero…

-Ok, detente ahí - La cortó la pelinegra luego de tomar algo de su refresco - Vamos a aclarar ese punto ahora y para siempre.

Elena se detuvo y con curiosidad, miró a su novia, sentía algo de vergüenza por lo que podría llegar a decir, pero esperó expectante.

-Yo fui tu primera vez ¿cierto? - preguntó sin dar más vueltas - Y no me vengas con tus "Pfff" o tus "nada que no sea nuevo o importante" porque no, las cosas no son así - Siguió, viendo que la cantante tenía intenciones de negarlo de nuevo.

Elena miró a Yulia, y descartó intentar no darle importancia al asunto, ya que le habían quitado esa posibilidad. Quería contestar, pero solo atinó a bajar la mirada.

-Eso es un "Si"- se contestó sola la pelinegra, bajando también la mirada a su plato.

-Si…

-¿Por qué no me lo dijiste? Hubiera…

-Porque era patético ¿Ok? - la cortó Lena, sorprendiéndola - ¿Qué te iba a decir? ¿Qué a mi edad todavía esperaba al príncipe encantado para que románticamente haga todo bonito y lindo y resulta que él nunca llegó?

Yulia presintió que había abierto una herida que ni siquiera había sanado del todo y ahora se encontraba en una posición de desventaja frente a Elena, que parecía apenada. Deseó encontrarse en otro lugar, en uno más privado, donde ambas pudieran gritar, parecía que lo necesitara, parecía que Elena necesitaba gritarle… No, ella quería que Elena le gritara, que se descargara por lo que había hecho.

No pudiendo sostenerle la mirada, volvió a concentrarse en su plato.

-No hagas eso - le dijo la pelirroja.

-¿No hacer qué? - preguntó Yulia. De repente sentía su garganta seca y pesada.

-Tenerme lástima…

-¡No, yo nunca haría eso! - contestó segura viendo nuevamente el rostro de Lena y pudo ver una sonrisa triste adornándolo - Dios, es solo que si me lo hubieras dicho, yo nunca… yo no habría actuado así… no lo sé… no habría… ¡Soy tan estúpida, lo lamento tanto! ... Lo lamento tanto, Lena…

Ambas se miraron por un tiempo, Elena le sonreía, pero la pelinegra solo se podía sentir culpable.

-¿Tu lo sabías? - le preguntó de repente, Yulia no supo comprender la pregunta - ¿Sabías que yo jamás lo había hecho con nadie cuando pasó lo de la fiesta de Grigori?

-No, no lo sabía - contestó la morena con sinceridad - Me enteré mucho tiempo después.

-¿Dima? - le preguntó como sabiendo la respuesta, Yulia solo asintió - ¿Cuándo me pediste que fuera tu novia lo hiciste porque…?

-De ninguna manera - La cortó de nuevo Yulia, temiendo lo que Elena pudiera estar pensando - No, Lena, cuando te pedí que fueras mi novia fue porque de verdad lo sentía… todo lo que dije en ese momento fue de verdad… por favor créeme. Y después de pedírtelo, solo pude pensar que de verdad ¡de verdad! era lo único que quería… me hizo feliz ser tu novia, aún hoy creo que fue lo mejor que pude hacer, me aplaudo a mi misma por eso.

La pecosa sonrió con más sinceridad ante esto.

-Te creo - le dijo mientras con sus piernas entrelazaba las de Yulia por debajo de la mesa - ¿Fue por eso que después te mostrabas tan insegura con respecto a hacer "eso" cuando estábamos solas?

La ojiazul asintió algo apenada y volvió a bajar su mirada. Podía ver las botas de Elena, de un marrón oscuro, acariciando un poco sus piernas, dándole confort.

No lo entendía. Debería de estar furiosa con ella, gritarle por ser tan estúpida, estaba en todo su derecho, y sin embargo allí estaba, consolándola, cuando debía ser ella la que debía consolar a Lena.

-Ya veo… - Fue la vaga contestación de la ojiverde al comprender, ahora, porque Yulia era menos impulsiva o parecía reprimirse con ella al principio del noviazgo.

-Yo… - mencionó la morena, sintiendo la necesidad de decir algo por la mutes que portaba Lena - Sabía que había arruinado algo especial para ti… lo tuve en cuenta… aún lo tengo en cuenta… y no quise que se repitiera… fue por eso y… esa vez en tu casa, quería que fuera especial también, pero no sabía cómo… quería compensarlo pero - Yulia sonrió con amargura - No sabía cómo y…

-Lo hiciste, Yulia - dijo de repente Elena, interrumpiendo lo que la ojiazul trataba de decir.

La pelirroja esperó a que su novia la mirara para dedicarle una sonrisa. Pasó su mano por la mesa alcanzando la mano pálida que descansaba allí y la tomó con cariño, acariciándola luego con el pulgar.

-Lo compensaste todo… con creces - le aseguró - Todo lo que hiciste después también… todo lo que hiciste antes también… Eres una buena novia Yulia, me haces sentir única. Todo por lo que tuvimos que pasar antes, no se compara con todo lo que vivimos luego… juntas. Por eso… ya no te culpes.

"Hay un momento, en la vida de todas las personas, creo, en el que sabes qué hiciste algo bien. No solo bien, de hacer un ejercicio de matemática y que este te dé el resultado, o de lavar los platos y saber que ahora están limpios… Sino BIEN. Bien, de que sabes, que de todas las cosas que podían pasar, no te arrepientes de la decisión que tomaste. Por más que las cosas luego se vuelvan tormentosas o no sean las que esperabas o después todo sea difícil… sabes que en ese momento, cuando tuviste que decidir… decidiste… y que quizás no decidiste la opción correcta… pero fue la mejor decisión que tomaste. Este es uno de esos momentos… y solo puedo pensar…"

-Si… lo hice bien - Contestó con una sonrisa Yulia, mientras también acariciaba la mano de Elena.

-Es lo que te digo - siguió esta intentando traer de nuevo a su novia de sus pensamientos - así que ya no estés tan seria… ¿Quieres que siga con el relato que te perdiste por huir "gaymente"?

-Yo no soy Gay - contestó con gracia Yulia, sumándose al nuevo humor que llevaba su novia.

-¿Ah no? Porque creo que tienes novia…

-Puede ser…

-¿Bien? ¿En qué me había quedado?

-En que… - la morena intentó recordar mientras comían un poco - … ¡Oh si! Les dijiste a tus padres "Creo que soy lesbiana"

-Cierto… bueno esa parte no les sorprendió mucho de hecho - recordó la pecosa y rió.

-Tus propios padres ya saben de tus inclinaciones… pero tú no - se burló la ojiazul.

- o menos. Mi mamá me dijo que ya lo sospechaba, mi padre parecía estarlo digiriendo… el hecho de que seas tú fue lo que descolocó a ambos.

-¿Tan terrible es que sea yo? - preguntó Yulia con sinceridad, quería saber que tanto debería remar el asunto.

-Al parecer si - Asintió Elena - hiciste un brillante trabajo en el pasado como para que mis padres desconfiaran de tus intenciones… aún cuando les dije que eras mi novia.

-¿Cómo se los dijiste? ¿Qué cara pusieron? - se interesó la ojiazul, Elena rió.

-Sí, Yulia… como tú dijiste, su cara quedará grabada como una de las cosas más épicas que vi - recordó - me preguntaron como sucedió todo… obviamente te hice el favor de omitir varias cosas… y también me hice el favor de omitir otras mías… pero si, les dije básicamente todo lo que debían saber. Que tu eres mi novia y que fuiste tú la que me lo pidió, que ya llevamos varios meses juntas, que tus padres ya lo saben, que mis amigos ya lo saben, que tomamos el asunto discretamente para con la escuela y demás entorno que nos rodea… que me quieres, que estoy segura que me quieres… y que yo te amo - Terminó Lena.

-Okey… ¿y ellos que dijeron? - preguntó Yulia sin apartar la vista de su plato, sabía que se estaba poniendo colorada, siempre lo hacía cuando Elena le decía que la amaba.

-No lo creyeron - contestó mientras reía un poco -Tuve que repetírselo como 3 veces y contarle algunas de las cosas que hiciste por mí. Luego les intenté explicar todo lo que me haces sentir cuando estoy contigo y recién allí comenzaron a aflojar un poco… Aún así desconfían de ti.

-Supongo que lo merezco…

-Te quieren conocer - Acotó Elena, la morena la miró sorprendida y algo preocupada, intentó disimularlo.

-Ellos ya me conocen - contestó con fingida calma.

-Te conocen como Yulia, la "no sé si es amiga o enemiga de mi hija" que hace imposible su vida y estudian en la misma escuela - le aclaró Elena - No como Yulia, la novia de mi hija.

-¿Y qué? ¿Van a invitarme a una cena familiar? – Preguntó con sarcasmo - porque ya sabemos lo bien que salen esas cosas.

-No - la tranquilizó la pelirroja - Les dije que… te dieran tiempo… para ellos también. Es decir, supongo que es demasiado enterarse que tienes una hija lesbiana y aparte enterarse que está de novia con la chica que ellos creían que la hacía llorar y enojarse. Prefiero dejar pasar un poco el tiempo y luego que se conozcan… sin presiones… de ningún lado.

-Ya veo… - Yulia agradecía enormemente el detalle de su novia - ¿y eso es todo?

-Bueno… también se entristecieron un poco por el hecho de que no confié en ellos y que espere a que me descubrieran para tratarlo… de verdad me hubiera gustado contárselos de otra forma.

-No sabes cuaaaaanto entiendo ese sentimiento - acotó Yulia entrecerrando los ojos y haciendo que Elena riera, recordando que la forma en que sus padres se enteraron tampoco fue la mejor.

-En fin, las cosas salieron así… no perderé mi tiempo arrepintiéndome. Aparte no nos fue tan mal… solo… procura no meterte en problemas con la ley por un tiempo - mencionó Elena, haciendo que su novia la mire curiosa - Mi padre quiere que sepas que conoce muchos jueces que no dudarán en darle una mano, que tiene acceso a las computadoras de la policía del estado y pueden modificar tu perfil, que tiene licencia para disparar bajo cualquier cosa que él considere amenaza… y que conoce tu patente y sabe dónde vives.

Yulia asintió una sola vez, sonriendo con ironía.

-Es bueno saberlo.

…..........................................................................

El fin de semana había pasado veloz y también el comienzo de la semana. El baile de caridad era ese sábado y los preparativos para el mismo no hacían más que entusiasmar a los estudiantes.

Yulia lo veía. Detestaba ese tipo de fiestas, solo recordar la que intentó arruinar años atrás le hacían querer vomitar. Recordaba los estúpidos vestidos y la música que se escuchaba, todas tan variadas para que cada uno baile con su pareja. Se preguntó quién cantaría esta vez, en aquella ocasión había sido Nastya y Lena, pero en esta, sabía que sus amigos no participaban.

Sus pensamientos se detuvieron al ver a Elena por los pasillos. Hablaba animadamente con la rubia que la había invitado. Notó también, en un momento, donde la pequeña parecía desilusionada y Elena se disculpaba con media sonrisa, algo resignada. Yulia presintió de qué se trataba, pero no interrumpió el encuentro.

-¿Pensando en tu enamorada?

La voz de Vladimir a sus espaldas, la hizo girarse. Con la aparición del rubio, le siguió la de una idea. No era la mejor idea, y seguramente ella no lo soportaría, pero valía la pena intentar.

-¿Ya tienes con quien ir al baile?

…..........................................................................

-Hey Yulia - La llamó Elena al final de clases, esta se giró - ¿Adivina qué? ¿Recuerdas el trabajo que entregamos? ¿a qué no sabes que pareja sacó un sobresaliente? - Le decía emocionada mientras mostraba unas hojas y las hacía bailar en sus manos.

-No me digas - contestó mientras tomaba el trabajo y le daba una ojeada - esto es genial.

-¡Lo es! - se alegró su novia aún más - y si no me equivoco no tenemos más trabajo por un tiempo, lo que finalmente nos deja descansar un poco… ya era hora, creí que solo nos dedicaríamos a estudiar.

La pelinegra contempló la felicidad pasajera con la que se envolvía Lena, la cual miraba distraída al frente, mientras ambas caminaban.

-Hey… he estado pensando…

-Oh… eso siempre trae cosas interesantes - se burló la cantante - a ver… dime…

-Es sobre el baile.

Elena se paró de repente y encaró a Yulia curiosa.

-Oh… ¿qué con el baile?

-Yo… creo que sería una buena idea que vayas con ese tal Illya.

Las palabras de la pelinegra desencajaron a Lena, y su cara lo dejó notar.

-Es decir - se comenzó a explicar - Ya que no podremos ir juntas, porque sería raro y demás… pensé que quizás, bueno, tu si tienes muchas ganas de ir… y sería estúpido que no vayas solo porque no puedes ir conmigo…

-No es estúpido - explicó Lena - es decir, si, si tengo ganas de ir, pero no estarás allí y seguro estarías muy molesta en tu casa porque fui con alguien más… por eso prefiero no hacerlo y ya.

-Yo si iré al baile - Siguió Yulia con paciencia, Elena no entendía nada - Iré con Vlad.

-¿Ah?

-Mira, tú quieres ir al baile, porque te gustan esas cosas, no lo niegues. Ve con Illya y yo iré con Vlad y así ambas nos encontraremos allí. Y no tendrás que preocuparte de que esté deseando matar a cualquiera que se te acerque, en mi casa… ya que estaré en el baile deseando matar a cualquiera que se te acerque allí.

-Pero… tú odias esos bailes…

-Lo sé…

-Y sabes que yo desearía ir contigo… ¿Verdad?

-También lo sé… pero no se puede - contestó con cariño, viendo como su novia seguía dudando de su plan - parece que va a ser una gran baile, solo tendrás este en este año, que ya termina, y luego el de graduación al siguiente… sería una pena que te lo pierdas.

-Quizás, pero…

-Y sería una pena para tu vestido, que en realidad es mi vestido, que engordaras al año siguiente y nunca lo puedas lucir - comentó con burla la pelinegra, haciendo que Elena sonriera.

-¿Puedo besarte? - le preguntó la pelirroja.

-No.

-Lo haré de todas formas.

…............................................................................

Vladimir pasaría por ella en cualquier momento. Ya se había arreglado, así que se dedicó a contemplarse por última vez en el espejo antes de salir.

Sabía que el baile era semiformal, no tan elegante como para un baile de graduación pero algo cercano a eso.

Yulia había optado por un vestido suelto pero corto, de una tela muy fina trasparente en color azul marina, la misma tela se sobreponía 3 veces, haciendo que su trasparencia sea casi nula y el color sea lo que más resaltara. Era un vestido con un ligero escote en la espalda que se agarraba de sus hombros. Al ser suelto, llevaba un cinturón negro, fino, que remarcaba el comienzo de su cintura. Unas botas negras, largas y elegantes, terminaban con el look.

Se terminó de acomodar sus cabellos hacia un costado, y reforzar su imagen con unas pulseras doradas, a juego con unos delicados pendientes y un humilde collar.

Vladimir no tardó más en anunciarse a la puerta. Luego del pequeño recibimiento y halagos para Yulia, se dirigieron al baile.

…..........................................................................

Ya allí, Yulia debía admitir que la organización y la ornamentación les quedó sensacional. A diferencia del baile que organizó Lena, este se dio en el estadio de basket que la escuela tenía, su equipo era un asco, pero el salón se mantenía para materias que requerían actividad física o un ambiente grande para algunas tomas.

El lugar estaba ornamentado por colores fríos pero brillantes, donde predominaba el azúl, negro y blanco en los globos y guirnaldas, remarcado por un brilloso dorado en otras ornamentaciones. La mesa con manteles a juego y llena de refrigerios, que seguro, los alumnos agradecerían.

Ya había una buena cantidad de gente cuando llegaron, pero el salón tan amplio con el que contaban, hacían que el lugar este lleno pero con demasiado espacio para caminar y poder pararse a charlar sin ser empujado. La música ambientaba todo y los chicos se divertían.

-Les quedo muy bien - comentó Vladimir.

-Puede ser - asintió Yulia.

Ambos chicos no tardaron en encontrarse con sus amigos y disfrutar del baile. Solo faltaba Elena de su grupo, pero la pelinegra sabía que seguro la vería poco, ya que tenía pareja y suponía que este la abarque la mayor parte de la noche.

-Serías, por mucho, la envidia de cualquier reina de baile de graduación que haya conocido - Escuchó que le susurraron cerca del oído, al tiempo que una mano la tomaba de la cintura.

-Pero este no es un baile de graduación y no estoy vestida como para uno tampoco - Contestó con una sonrisa al tiempo que se daba la vuelta.

-¿Encima eso? - Le sonrió Lena, mostrando todos los dientes en una blanca sonrisa, la cual hacía juego con lo que llevaba puesto.

La pelirroja hacía resaltar su piel en un vestido blanco, el cual estaba formado por un corset, que tenía dibujado una flor de color marrón en la parte inferior izquierda, la parte de abajo del mismo tono de blanco una falda, corta, pero suelta, con zapatitos a juego. Llevaba el cabello en una media coleta alta, y unos bucles caían a su costado.

-Sí, encima eso - terminó de decir luego de admirar a su novia por unos segundos. Se sonrieron sin decir más.

-Les quedó muy bonito el salón - Comentó Nastya, atrayendo la atención de ambas y del grupo en general.

Entre ellos se pusieron a hablar y reír de diversas cosas, mientras disfrutaban de la música. No pasó mucho tiempo hasta que Illya apareciera y se llevara a Elena. Los demás del grupo hicieron lo propio y se dispusieron a disfrutar de lo que la fiesta le proponía.

La noche pasaba entre risas y bailes de todos los presentes. Cada tanto Yulia se juntaba en la pista con Nastya y sus amigos, otras veces le tocaba estar sola con Vladimir. No es que no lo prefiriera, ambos eran buenos amigos y pudieron ponerse al tanto de sus cosas. Lo único que lamentaba es que la chica más linda para sus ojos en esa fiesta, estaba mayormente ocupada con su actual cita. Pero eso no evitaba que, cada tanto, Elena la visitara y se divirtieran juntas.

-Y ahora, la banda de "Jaime y sus amigos" de los chicos de segundo, nos deleitaran con su música en este tramo de la noche - Anunció la misma chica rubia de antes, dándole lugar, en un improvisado escenario, a una banda de chicos con instrumentos.

-Hola chicos ¿Qué tal la están pasando? - preguntó el que parecía ser el cantante de la banda. Un enorme grito se escuchó haciendo notar lo emocionante del baile - Bien, ahora vamos a bajar un poco el ritmo de las cosas. Así que todos los chicos que tengan a esa chica especial, quiero que la tome de la mano y la invite a bailar. Porque aquí le traemos un lento clásico… espero que lo disfruten, esto es "Stand By Me"

Yulia reconoció el nombre de la canción, y la melodía que se comenzó a escuchar por ende, era la misma canción clásica que le gustaba, solo que el cover de la banda era más juvenil, aunque igual de lento.

Se había sentado en una de las tribunas, en la parte baja, y de allí veía como varias parejas se iban al medio de la pista de baile, tomando con cariño a las personas que querían, y comenzando a danzar lentamente al compás de la canción.

"Agghhhh como detesto estas cursilerías" Pensó de inmediato.

Las luces estaban bajas y los juegos de colores se volvían lentos para ambientar mejor el momento.

Yulia había dejado ir a Vlad a hablar con una chica, que el rubio le contó, le gustaba mucho. Se sintió bien por su amigo, verdaderamente bien, como nunca antes se abría podido sentir por él si hubiera buscado otra chica. Seguramente le aclararía que está aquí con ella por amistad y la invitaría a bailar esta canción. Fue entonces cuando Yulia recordó a Elena.

Casi instintivamente levantó la mirada buscándola. Estaba convencida que el tal Illya no desperdiciaría esa oportunidad para bailar muy cerca de su novia ¿y quién no lo haría?

Yulia solo tuvo que buscar un poco más, pero parecía que ya la habían encontrado antes a ella.

Los ojos verdigrises de Lena se clavaron en su mirada cuando la encontró. La pelirroja bailaba con Illya, su cabeza sobresalía por el hombro del chico con saco, mientras miraba solo a una dirección, y esa era en la que Yulia estaba.

La pelinegra desvió la mirada, solo por la sorpresa de ser descubierta buscando a Lena. Le bastaron unos cuantos segundos en volver a levantar la vista, discretamente hacia donde ella estaba. La pelirroja la seguía observando, solo que ahora, al asegurarse que Yulia la estaba viendo, le dedicó una débil sonrisa.

"Me gustaría que seas tú… pero no se puede"

Elena miraba desde la pista de baile a la morena.

Había intentado negarse a bailar con Illya esa pieza, temía que su novia la mirara y pensara mal. Más que eso, quería estar con ella si era posible. No bailando, esa era una opción que ya había descartado por completo, pero por lo menos sentada a la par de ella… escuchando lo mucho que odiaba las cosas cursis como esa. No pudo negarse a la tierna sonrisa esperanzada que le brindó el chico. Ya a muchas cosas se había negado y aún así Illya se mostraba amable y comprensivo… no era justo para él... tampoco lo era para ella… ni tampoco para Yulia. Pero la había pasado bien la mayor parte de la noche, y no quería ser malagradecida con quien la trajo.

Podía ver a los únicos ojos que llamaban su atención buscándola, porque sabía que la buscaban a ella, no tenía duda. Y cuando se chocó finalmente con esa mirada, que siempre creyó tan fría, no pudo hacer más que preocuparse. Solo cuando notó que Yulia levantaba de nuevo la mirada para encontrarse con la suya, decidió sonreírle, para que de algún modo pudiera trasmitirle que lo único que de verdad deseaba era estar con ella… pero como bien lo había predicho la pelinegra, no se podía.

Yulia comprendió la sonrisa.

"Sonrisa de resignación" Pensó.

Suspiró ampliamente sabiendo que volvía a sentir celos, pero no de esos celos que la hacían gritar y enojarse con su pareja. Celos que más bien eran envidia. Envidiaba el hecho que un don nadie pudiera bailar pegado y lento con su novia en un baile de su propia escuela… y ella no. Detestaba, en verdad, esas cosas cursis, pero más detestaba que otro la haga por ella. Sintió la imperiosa necesidad de levarse e irse, mostrar cuan enojada estaba… o cuan triste estaba. La impotencia la comenzaba a invadir y temía hacer algo que seguramente luego lamentaría.

Le bastó solamente con volver a ver a Lena para saber que las cosas estaban bien. Su novia le sonreía aún, como comprendiendo por lo que estaba pasando, y se sintió acompañada por ella. Supo entonces que no estaba sola en esa impotencia… estaba con Elena.

Dejó caer su espalda en la tribuna, dejando caer sus hombros, resignada también. Desde allí se dedicó a apreciar a su novia.

"Es realmente muy linda… aunque diga que yo sería la envidia de toda reina de graduación… que no lo dudo… ella sería la envidia… de no sé… Dios, no se me dan tan bien los cumplidos como a ella" Pensó divertida, mientras se reía levemente de su situación. "No… creo que la que seguiría siendo envidiada sería yo… por tenerla a mi lado"

Lena no apartaba la mirada de Yulia. Solo pensaba en ella cuando dejó caer su cabeza en el hombro de Illya, dejando descansar su cuello. Vio que su novia sonreía, seguramente por algo que pasaba por su cabeza y luego como esta se acomodaba y la miraba ya sin ningún tipo de disimulo. Sonreía, le sonreía a ella.

"-Es mi vestido -" recordó la pelirroja como la voz de Yulia le dictaminaba que le pertenecía.

Se quedaron así hasta que la canción finalizó. Yulia mirando con una sonrisa a medias a Lena… y la pelirroja balanceándose lentamente mientras se sostenía a Illya, al compás de la canción.

Al finalizar esta, el muchacho se separó de la pecosa y depositó un beso en el dorso de su mano, Lena le sonrió con simpatía. Se disculpó con él y dirigió su vista a las tribunas donde estaba Yulia, pero ya no la encontró.

Lo poco que quedó de la velada no se volvieron a encontrar. Al final cuando todos se marchaban solo pudo despedirse de Alexei, sin lograr encontrar a los demás chicos.

Illya la llevó hasta su casa, mientras hablaban de diversos temas. El muchacho se comportaba de manera encantadora, a Lena no le cabía la menor duda que haría muy feliz a cualquier chica… pero no a ella.

Llegaron a su casa y la pecosa se sintió un poco incómoda por la despedida. SI el chico quería algo con ella no lo iba a conseguir.

-¿Te acompaño hasta tu puerta? - Preguntó con algo de nerviosismo. Elena lo miró con simpatía.

-No, Gracias Illya - se negó con consideración - La he pasado realmente bien esta noche… espero que no malentiendas las cosas, pero yo… yo tengo a alguien especial, y solo soy de esa persona… Espero no haberte causado una… errada impresión.

-Oh, no… descuida, descuida - se excusó el chico velozmente, y aunque sonreía, dejaba ver una leve desilusión - Alguien tan bonita como tu… seguro tenía a alguien ya… debe ser… alguien muy afortunada.

-Eres muy dulce - le aseguró Lena - Muchas gracias por todo.

Elena se tomó su tiempo para despedirse y bajar del auto, se despidió del chico con una saludo de mano y este le devolvió una sonrisa. Arrancó el auto y se fue.

Pasado ese momento, Elena suspiró, intentando relajarse. Ya solo le quedaba ese tramo hasta llegar a la puerta de su casa y finalmente su cama. Pensó en su novia y sacó su celular del pequeño bolso de mano que llevaba.

Mientras le marcaba se encaminaba a su puerta. Se llevó el celular al oído y solo en unos segundos escuchó el tono de llamada… pero no fue lo único que escuchó.

Podía escuchar la melodía del celular que Yulia tenía justo al lado suyo. Se giró para ver de dónde provenía el sonido y unos ojos claros la asustaron.

-¡Ahh! - Gritó, pero fue callada por la palma de Yulia, que rápidamente le cubrió la boca.

-Shhhhh - le dijo mientras se llevaba el índice a los labios.

-Casi me matas del susto,Yulia - Susurró molesta.

-Sí, lo siento, no pensé que me llamarías - se disculpó la pelinegra tambien susurrando.

-¿Quería saber cómo estabas? Desapareciste del baile…

-Ya no tenía nada que hacer allí.

-¿Y qué tienes que hacer aquí? Ya es muy tarde - La cuestionó Lena, aún algo molesta por el susto.

-Quería hacer algo antes de irme a dormir… ammm - Yulia miró por detrás del hombro de Lena - ¿Tu padre no está?

-No, está de guardia.

-¿Significa que su cochera está vacía?

….........................................................................

-Sep, no están los autos - Mencionó Elena una vez ambas entraron - El de Katya se rompió y está en el taller… ¿y ahora me vas a decir que pasa?

-No - contestó segura la pelinegra.

-¿No?

- No, solo quédate quieta allí un momento.

Yulia apreció que el garaje de los Katin era amplio, para dos autos, y era perfecto para lo que quería hacer. Vio un par de lámparas viejas a los costados, las levantó poniendo cada una en esquinas opuestas y asegurándose de que andaran, las dejó prendidas.

-¿Qué haces? - preguntó curiosa Elena, mientras veía a Yulia, aún con el vestido, intentando no llenarse de polvo.

-Tú solo espera allí - insistió esta. Tomó unos trapos del lugar y tapó las lámparas, estos hicieron que su luz fuera más tenue - No tengo mis tijeras - se lamentó.

-Allí ahí unas - le indicó Elena, señalando unas bastante oxidadas que su madre usaba para la jardinería.

-Perfecto - Yulia tomó las tijeras y uno de los trapos, cortando levemente este en algunos sectores.

-¿Yulia?

-Tú solo espera.

Con el trapo que tenía en la mano fue a cubrir la otra lámpara, entonces Elena pudo notar que la tela tenía, ahora, pequeños agüeritos que dejaban pasar la luz.

-Perfecto… ¿quieres apagar la luz de arriba? - Le preguntó, Lena hizo un ademán con la mano de no comprender pero obedeció.

Al apagar la luz principal, solo quedaron la tenue de la primera lámpara y pequeños puntitos de luz provenientes de la segunda.

-¿Y esto fue para…? - intentaba adivinar la pecosa.

-Oh, espera.

Yulia tomó su celular, y acercando una pequeña mesa lo dejo sobre él. Le dio "Play" a una canción de su lista, con una introducción en piano que Elena conocía bien.

"A Drop in the Ocean…"

La lenta melodía comenzó a inundar el lugar y Yulia sonrió.

-¿Bailas?- Le preguntó a Lena mientras le extendía una mano. La pecosa apretaba los labios para no sonreír.

-Si eres tú la que me invita… - Contestó tomando la mano de su novia, para acercase a esta y poner la otra mano en su cintura.

-Debo admitir que no tengo idea de cómo se hace esto - Mencionó Yulia mientras aún sostenía la mano de Elena a la altura de su pecho y con la otra mano le agarraba el hombro, balanceándose con ella, intentando seguir el ritmo de la lenta melodía.

-No lo haces mal - contestó amablemente la pelirroja.

-Gracias - Aceptó, mientras hacía girar a Elena sobre su eje sin soltarla de la mano.

-Nada mal - le aseguró luego de que se volviera a aproximarse y esta vez sus brazos pasaron a través del cuello de Yulia.

-Lo sé- contestó con soberbia la morena mientras la abrazaba por la cintura y seguía el balanceo con la música - ¿y dime… que tal tu noche con Illya?

-Ammm, ha sido agradable, es un chico muy simpático y tierno.

-¿No me digas?

-Sí, cualquier chica estaría loca por él.

-¿De verdad?

-De verdad - le aseguró Lena mientras ahora, acercándose más a Yulia, dejaba descasar su cabeza como cuando estaba con ese chico y deseaba que fuera ella - Pero yo no soy cualquier chica.

-¿Ah no? - preguntó con curiosidad la ojiazul mientras se dejaba embriagar por ese aroma a vainilla que tanto le gustaba y se abrazaba más a la cintura y espalda de Lena, deslizando sus dedos por arriba del corset que esta llevaba, sintiendo la suave piel que se estremecía ante el roce.

-No - Siguió Lena que también jugaba con sus dedos, pero acariciando los cabellos de su compañera - Yo soy la chica de alguien más.

-Oh ¿La hermosa damita de blanco ya tiene dueño?

Yulia pudo sentir como Lena reía muy cerca de su cuello, para luego alejarse un poco y mirarla a los ojos.

-Algo así - susurró cerca de su rostro - Tengo dueña - mencionó mientras acariciaba con su pulgar los labios rojos de su compañera.

-Una chica muy afortunada entonces…

-¿Lo es? - preguntó con una sonrisa enorme.

-Lo es - le aseguró Yulia, mientras acortaba la distancia y la besaba, sintiendo como la abrazaban más firmemente del cuello.

El balanceo de sus pies se hizo más lento, pero aún seguían, mientras la música las ayudaba a mantener un ritmo que no era más importante que el que sus labios marcaban.

"…pero yo te sostengo más cerca que la mayoría… tu eres mi cielo"

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Hola mis princesas, espero estén excelente... Pasaba para dejar el capítulo y anunciar que está por terminar esta hermosa historia. Solo quedan tres capítulos 😁 espero hayan disfrutado mucho este fics que ha sido adaptado con mucho cariño.
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Mensaje por Fati20 4/9/2022, 2:45 pm

Que lindo capitulo, me encanta la capacidad que tiene lena de entender y amar tanto a julia y julia ahora si que le demuestra con muchas acciones lo enamorada qué esta y lo importante que es para ella 😍😍😍 cuanto amor "suspira". Muchos saludos a ti querida mía 😘😘 q triste que ya termine la historia ha sido una montaña rusa de emociones pero hermosa y muy buena
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/10/2022, 8:07 pm

WithOut You
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Seguía sentada en su sala, era como si el tiempo no pasara, como si ese día estuviera destinado en estar allí sentada, sola, en esa sala comedor de colores fríos.

Sus claros ojos aún clavados en el papel que sostenía en sus manos, pero con aire ausente. ¿Quién diria que su mañana sería interminable solo con abrir y cerrar la puerta para dar paso al señor que bien conocía, solo para que este le entregara una carta que cambiaría su semana?

¿Qué fue lo que Robert Daniels le había dicho? Intentaba recordarlo, pero con toda la información que había recibido los pensamientos se amontonaban de manera lenta pero segura en su cabeza, y ella se veía incapaz de razonar con alguno.

"Felicidades"

Recordó la voz del exitoso dueño. La había felicitado y ofrecido una disculpa por la tardanza del sobre, según él, porque se quería asegurar que todo estuviera a pedir de boca… y así estaba. El trámite era seguro, y todas las demás decisiones habían sido tomadas de manera favorable… Solo faltaba su decisión.

Yulia suspiró y se dispuso a leer de nuevo el sobre, solo el sobre verde, la carta que este traía había sido leída por ella tantas veces que se sentía capaz de narrarla de memoria.

"Para: Yuliya Olegovna Volkova
De: Royal Scottish Academy of Music and Drama"

"Esto es grande" Pensó finalmente "Esto de verdad está pasando…"

….........................................................................

-Oye Lena ¿ya sabes que se estrena la nueva película de los O´Brian este fin de semana? - Preguntó Nastya con entusiasmo.

-Oh sí, me dijeron que los efectos que usaron fueron geniales - contestó la pecosa mientras comía en el merendero con sus amigos.

-Deberíamos ir - siguió Vladimir.

-Seguro, será divertido. Le diré a Yulia - comentó - … ¿Por cierto, no la han visto?

-Estaba hablando con la directora - contestó Alexei.

-Ha estado todo el día allí, inclusive creo que vi a algunos empresarios de HollyStreet en la escuela - acotó Nastya.

-Es extraño ¿Tú no sabes nada, Lena? - quiso saber Dmitry.

-Mmmm no - Elena intentaba recordar algo mientras masticaba su comida - Estuve con ella el fin de semana y no dijo nada.

-Algo importante debe ser.

-¿Tú crees? - Se interesó la pelirroja - Quizás la quieran para dirigir otra obra.

-Es posible, la anterior fue un éxito - Recordó Dmitry y todos estuvieron de acuerdo.

-Bueno, parece que se perderá el almuerzo también - sentenció Alexei escuchando el timbre de cambio de hora.

-Si, eso parece - Elena comenzó a levantar sus cosas - Ahora tenemos clases con ella, quizás aparezca allí y nos ponga al tanto.

Pero al entrar a clases no se encontraron con Yulia. Sus amigos se sentaron junto con los demás alumnos que llegaban y la clase empezó.

Tiempo más tarde, Yulia ingresó, disculpándose con el profesor. Se sentó detrás de los chicos. Elena instintivamente se volteó a verla y saludarla con una sonrisa, pero su novia pasó de ella. Creyendo que quizás no la había visto decidió poner atención y esperar.

…........................................................................

-Estás muy rara - dijo finalmente Lena.

Su novia había estado distraída en todo el trascurso de lo que le quedaba de clases y ahora a la salida no parecía que iba a ser diferente. La pecosa solo podía suponer que se debía a la presencia de los diferentes ejecutivos en la escuela.

Yulia la miró con cierto aire ausente.

-¿Sucede algo malo? - Preguntó viendo que con lo anterior no iba a obtener respuesta.

-No, no - la pelinegra pareció reaccionar - No es eso… solo estoy algo, cansada.

-Te saltaste algunas clases… y con los chicos vimos a gente del teatro en la escuela - siguió - ¿Tú… tienes que ver con eso?

Yulia parecía ausente de nuevo y por consiguiente no contestó.

-¿Qué pasa Yulia? - la pelirroja se comenzaba a preocupar y tomó la mano de su novia para que esta la mirara.

-Lena… - Parecía dudar, miraba los ojos de la pecosa con algo confusión - No es nada.

Aún sosteniendo su mano, Yulia llevó a Lena hasta su auto. Le había prometido que sería ella la que la llevaría a casa. Aunque el viaje fue uno de los más silenciosos que la pareja tuvo.

…........................................................................

-Yulia se comporta algo raro, ¿no creen? - acotó Alexei mientras esperaban a Shapovalov en clase.

La pelinegra se había sentado alejada de sus amigos. Ya era jueves y ninguno había conseguido dar con lo que molestaba o hacía sentir diferente a su amiga.

-Lo sé, he intentado hablar con ella, pero es difícil - contestó Lena.

-Bueno, si tiene algo que decirnos, con el tiempo lo dirá - Intentó relajarlos Vladimir.

Shapovalov finalmente llegó a la clase, entrando con una sonrisa y saludando. Los estudiantes hicieron lo propio, esperando que la clase comenzara, pero el profesor se detuvo al ver a Yulia.

-¡Ah! ¡Yulia! - La llamó este aun entusiasta - Ya me han dado la buena noticia, muchas felicidades. Aunque debo admitir que extrañaré tu sarcasmo, ironía y sentido terrorífico de la vida por aquí.

"¿Qué?"

Fue la pregunta que se formuló en la cabeza de varios de los presentes.

-Yo todavía no he aceptado nada - Contestó cortante su alumna.

-¿Ah no? Pero si no hay mucho que pensar… ¿Qué retiene a la chica Demonio adicta a lo gótico? - Preguntó con curiosidad su profesor.

Yulia parecía que contestaría con su mordaz forma, pero Elena pudo notar el momento en que la duda la invadían, bajando la cabeza, siendo incapaz de responder.

-Lo siento, Shapovalov ¿a qué te refieres? - Preguntó Vlad, haciendo que todos los demás asintieran con la misma duda.

-Vaya ¿no le has dado a tu banda la noticia? - siguió el profesor, examinándolos a todos.

-No, ya díganos - pidió impaciente Nastya.

-A nuestra querida Yulia - Siguió Shapovalov, mientras se posicionaba detrás de la aludida y ponía sus manos en los hombros de esta - Se le ha concedido una beca en una de las mejores universidades de actuación, canto y drama. Su obra, la que fue estrenada en HollyStreet hizo eco en la cabeza de algunas personas muy importantes, y aunque falta para que se graduara, quieren tenerla como alumna… lo más pronto posible.

-¡Eso es genial Yulia! - Se emocionó Nastya, junto al resto de sus compañeros, que hasta aplaudieron.

-Cierto, cierto - dijo Shapovalov luego de que la clase se callara de nuevo - Es una de las mejores universidades y la están aceptando con más de año y medio de anticipación… Definitivamente una oportunidad única para tus sueños - Dijo conociendo las aspiraciones de su alumna.

-Es verdad - acotó Elena con alegría - es realmente genial ¿por eso andabas tan pensativa?

-Pero si no hay mucho que pensar, cualquiera de aquí moriría de la felicidad por esa oportunidad - siguió Dmitry, haciendo que varios de la clase murmuraran con afirmación sobre esto.

-¿Qué universidad es, Yulia? - Preguntó Alexei sacando su celular para buscar la información.

La pelinegra que hasta entonces no había dicho nada más, se dedicó a mirar a sus compañeros por unos momentos. Se notaba que su aire ausente se había desvanecido, pero aún en sus facciones se dejaba ver cierto aire de molestia.

-Royal Scottish Academy - contestó sin titubear.

Alexei tecleó el nombre y Nastya se acercó a él para ver la información que le brindaba el aparato. Sin embargo, la cara de ambos cambió de felicidad a confusión, y ya no portaban una sonrisa. Ambos miraron a Yulia y esta solo bajó la mirada.

-¿Qué… qué sucede? - quiso saber Elena, quien no se le pasó el repentino cambio de ánimo.

-Eso queda en Escocia…

….........................................................................

"¿Cómo se supone que me deba sentir?"

Elena miraba a Yulia. Ya habían pasado algunos días desde que se enteró lo de la beca en Escocia y el tema parecía intratable para ella.

Desde el momento que salieron de clases de Shapovalov, la pelinegra se encargó de aclarar que no creía que aceptaría la beca, y por eso no había ninguna noticia importante que dar, que las cosas seguirían iguales y punto.

Desde ese momento, su novia les puso un punto determinante a todos en claro gesto de "No quiero hablar del tema".

Pero la pecosa la conocía bien. Podía verlo en su rostro y en su forma de actuar. Pensaba mucho en el tema, se notaba que le molestaba.

"A ver, pongamos las cosas como son" Pensaba, mientras se intentaba aclarar "A Yulia le dieron una beca, en una de las universidades más impresionantes… de Europa del Norte. Si la acepta, Yulia se irá del país. Si la acepta, mi novia se irá muy lejos de mi…" Elena sacudió su cabeza "No, esto no es como si Yulia tuviera que escoger entre una beca y su novia… seguro es más difícil que eso. Yo… no debería tomármelo personal"

Pero Yulia no le hablaba, no la trataba, no se manifestaba con ella. Y con esto, los pensamientos de Elena, al sentirse parte del problema, comenzaban a tener peso en su cabeza.

"¿Pero que se supone que haga?" Se recriminaba de nuevo. "Ni siquiera sé que es lo que quiero… pero aun así, no se trata de lo que yo quiera… ¿Verdad?"

…..........................................................................

-Tenemos que hablar.

Casi lo presentía cuando recibió la llamada y su celular le decía que era de Yulia. Casi como que tenía rechazo a atender la llamada. Casi que sentía que no quería oír lo que le iban a decir.

-Ammm ¿ahora? - Preguntó la pecosa fingiendo simpatía.

-Sí, es decir, no por teléfono… me gustaría que nos veamos ¿te parece que te busque ahora? - La voz de Yulia parecía segura… como si hubiera ensayado antes.

-Ammmm - Elena dudaba, algo adentro suyo la hacía sentir ansiosa, pero de una manera dolorosa - Si…

-Bien, te busco en unos minutos, nos vemos pronto - Pero Yulia no cortó, como si esperara una confirmación.

Pasaron unos segundos de incomunicación.

-¿Lena?

-Si…. Es decir, claro, nos vemos pronto - y dicho esto la pecosa cortó.

Solo le llevó 20 minutos a Yulia estar en la casa de los Katin.

-¿Quieres ir… a algún lugar? - Preguntó Elena al ver a su novia y como esta miraba a su alrededor en la puerta de entrada.

-Ammm, no, de hecho esperaba que habláramos aquí.

-¿Aquí? ¿Cómo?... ¿en la puerta?

-No, aquí - Yulia señaló el banco que daba a la entrada de la casa, en uno de los costados.

-Oh, claro, si… - dijo la anfitriona mientras cerraba la puerta tras de sí y ambas se dirigían al banco.

Al sentarse, la ojiverde notó que Yulia estaba tensa y algo contrariada, ver esto no hizo más que ponerla aún más nerviosa y sentirse como en la nada.

Tenía sus sospechas de lo que su novia tenía para decir y verla allí, en la puerta de su casa, portando un rostro tan serio, no la estaba ayudando.

Fue entonces que Yulia la miró, abrió la boca para decir algo, pero se detuvo al contemplar el rostro que tenía en frente.

-No voy a terminar contigo - Dijo de repente la pelinegra, examinando a su novia, como si leyera sus pensamientos en su rostro.

Involuntariamente Elena respiró hondo y disimuló un suspiro, dándose cuenta que estaba reteniendo la respiración y su espalda estaba toda tensa.

-Yo no… bueno no pensé en eso - Intentó mentir con una sonrisa, ni ella se lo creyó - Es que… ese "Tenemos que hablar" sonó… tan terrible.

-Lo sé… lo siento - se disculpó la pelinegra, negando con su cabeza al recordarlo.

-No importa… ¿entonces?

-Sí, cierto - se concentró en lo que quería decir - Es sobre la beca en Europa.

Lena no dijo nada, se limitó a escucharla con atención.

-Yo… la quiero tomar - dijo con pesadez.

La pecosa asintió un par de veces intentando comprender la información, que aunque eran unas pocas palabras implicaba mucho.

-¿Quieres decir… que la vas a tomar… este año… ahora? - preguntó con duda, su novia asintió, mirándola con atención.

Las dos se quedaron en silencio por unos momentos. Había una pregunta en la cabeza de Lena, la única que le interesaba resolver, una pregunta estúpida, la cual la respuesta era lógica, pero no dejaba de confundirla… Pero sentía que no soportaría preguntarla y menos aún saber su respuesta.

-¿Eso quiere decir… que tú…? - Intentaba formular la pregunta - ¿tú… te vas?

Ambas se miraron por un rato y Elena esperó un comentario irónico y sarcástico por la pregunta. Pero el leve asentimiento que le brindó su novia fue peor que cualquiera de los cometarios hirientes que solía recibir de ella tiempo atrás.

-Amm... - intentó recuperar su voz, sentía como si el estómago se le encogiera - No lo entiendo, perdón. Dijiste que esa beca, es para una universidad… la carrera lleva mínimo 4 años. Es en Escocia. ¿Cierto? - Yulia asintió de nuevo. Eso quiere decir que si la tomas, te irás… muy muy muy lejos de aquí por…

"Mala elección de palabras, Lena" Pensó para ella misma cuando sentía que no podía terminar la oración sin quebrarse. Hasta ahora tenía una postura firme, solo algo confundida. No quería ponerse a llorar ni menos quebrarse frente a ella. Había decidido apoyarla en lo que decidiera.

Llorarle por su partida no entraba en los planes.

-Sí, me iré por 4 años, más o menos - finalizó la pelinegra.

Elena tragó saliva e intentó concentrarse en su novia y lo que ella quería primero.

-¿Estás segura? - preguntó un poco más calmada, dejando lo que la aquejaba de lado por unos momentos - Es decir, es genial esa universidad…

-Es una de las mejores…

-Cierto, pero significa que entrarás con un año menos que todos, y con menos experiencia… y también tenías planes aquí con otras academias.

-Lo sé, y lo he pensado mucho - explicó la ojiazul, bajando la cabeza, recordando todo lo que tuvo que considerar - también lo hablé con muchas personas y creo… que es una enorme oportunidad… es… muy importante. Mi sueño siempre fue ser una gran guionista, escritora… actriz, alguien realmente que pise fuerte en… todo esto… Tener éxito. Esta academia, la he estado investigando desde que recibí el sobre y es… es grande, es… enorme… es increíble… Es genial Lena.

Cuando Yulia finalmente levantó la vista hacia ella, Elena pudo notar como los ojos de su novia brillaban de la emoción con solo pensar que estaba persiguiendo sus sueños. Le sonrió con sinceridad.

-Si… es realmente genial - Le dio la razón, para luego bajar su vista a sus manos y finalmente dejar que el asunto que la molestaba ocupara totalmente su cabeza.

-Por eso quería hablar contigo - Siguió su novia, menos entusiasmada al ver el estado de la pecosa, era obvio que no se iba a poner a brincar de la alegría junto con ella.

-Yulia, de verdad… estoy feliz por todo esto que se te dio, de verdad lo estoy - Le dijo mientras le agarraba las manos, intentando trasmitirle su sinceridad.

-Lo sé.

-No hay "peros" para eso… es solo que… eso significa que… debemos terminar…

-No necesariamente - se adelantó rápidamente su novia.

-Ammm yo creo que sí, es decir…

-No - la cortó de nuevo - lo estuve pensando muchísimo… y dame una razón valida para que debamos cortar.

-¿Una? - se extrañó la pelirroja - te puedo dar varias…

-Pero ninguna que sea válida - dijo con seguridad mientras se ponía de pie para explicar, haciendo que Elena frunza el ceño sin lograrla entender - Como te dije lo estuve pensando y puedo darte soluciones para todo. La primera supongo que será ¿Qué pasa si me extrañas? No te daré oportunidad, te llamaré todos los días, te llamaré tanto que hasta te hartarás de mí. Segunda ¿pero y si extrañas verme? Si eso pasa todas las noches haremos video llamadas… nuevamente hasta que te hartes de mi… inclusive ahí quizás entonces quieras cortarme, porque te tendré harta - La pelinegra narraba todo con cierto toque de humor, intentando contagiar a su novia - La tercera y que es muy probable ¿Qué pasa si extrañas tener sexo conmigo? que se que te encanta… pues existe algo llamado sexo telefónico… deberíamos practicarlo antes porque no creo que se te de tan bien como a mi así que…

-Que idiota eres - Rió Lena llevándose una mano a la frente al imaginarse lo que Yulia decía.

-Lo solucionaremos todo - Siguió - Te escribiré cartas cursis y te las enviaré seguido, o notas, como hice al principio, para mantenerte enamorada. Por Dios, ni yo soportaré lo cursi, pero sé que te gustaría. Te… enviaré regalos, de todo tipo. Me sacaré fotos a diario y te las enviaré, tu harás lo mismo… Luego te pediré que me mandes fotos no tan decentes y te negarás, mandándome a volar - siguió Yulia con el mismo buen humor, mientras Elena negaba con gracia ante las ocurrencias - Pero estoy segura que me mandarás esas fotos… te rogaría tanto que las conseguiré. Aparte, no es que no estaré cerca por más de 4 años, vendré en las vacaciones… ni siquiera pasarán 8 meses que no me veas.

-Pero solo será una semana Yulia… 2 cuando mucho - Recordó Elena, aún sin entusiasmarse con lo que escuchaba.

-Haremos que valga la pena… cada día - Le aseguró su novia, sentándose a su lado de nuevo - Se que podemos hacerlo.

-¿Y qué pasa si extraño tus besos? - Preguntó con un suspiro la pecosa mirando cálidamente a su novia - ¿y tus abrazos? ¿Y tú aroma?

-Pues… te regalaré un osito cursi con mi perfume… justo igual al que tú me diste…

-¿Y lo besaré y abrazaré a él?

-¡Exacto!

-Yulia - reprendió la pelirroja, para que su novia la tomara en serio. Esta dejó de colgar la sonrisa con la que se estaba tomando el asunto, sabiendo que debía hablar en serio.

-Estoy hablando en serio… cuando digo que creo que puede funcionar. Yo sé… que hay cosas… difíciles… yo también extrañaré tus besos y tus abrazos… pero eso es… solo físico ¿sabes? Yo… aún sentiré que me amas.

-Yulia - reprendió de nuevo la dueña de casa, tirando su cabeza hacia atrás y cerrando fuertemente los ojos… reteniendo los impulsos por llorar.

No quería escuchar eso. Era molesto escucharlo. Era odioso escucharlo. Dolía. Dolía escucharlo. Dolía ver a Yulia haciendo un esfuerzo por ser amable y gentil para minimizar el golpe.

-Va a funcionar - Le aseguró la pelinegra - Yo esperaré por ti. Haré que funcione, me esforzaré porque así sea. Y no tienes que tener inseguridad porque aparezca alguien más y…

-No es eso, Yulia - La cortó rápido, sintiendo que el asunto de infidelidad estaba de más - yo no desconfiaría de ti.

-Bien, porque yo confío en ti, y sé que jamás me harías algo así… por más que me vaya en celos… todavía tengo a Nastya y Vladimir aquí y sé que te cuidarán bien… matando por mis órdenes a cualquiera que se te acerque - Volvía a bromear, logrando que una débil sonrisa se le formara a su novia.

-Yulia, es mucho más complicado que eso…

-Podemos lograrlo, Lena - contestó - será duro pero valdrá la pena. El "nosotras" vale la pena.

Yulia todavía podía ver las dudas en su novia, no la estaba convenciendo.

-Te amo.

Elena escuchó esas palabras, pero no fue capaz de comprenderlas. Creyó que fue su imaginación, y por eso no se movió ni un centímetro, haciendo un esfuerzo por distinguir si lo que había escuchado en realidad había escapado de los labios de Yulia.

Siendo incapaz de resolverlo, negó con su cabeza un par de veces para que se notara su confusión.

-Te amo - volvió a declarar Yulia, asegurando sus… temores.

"Eso… eso esta tan mal" no pudo evitar pensar eso. Porque para ella lo estaba. Las peores palabras que pudo haber escuchado en ese momento, en ese lugar y por esa persona.

"Es un error" volvió a pensar, intentado razonar el por que para ella era tan evidente que eso no era cierto, o no sonaba como si lo fuera "¿Por qué lo dijo?... odié que lo haya dicho… uno de sus "Te quiero" hubiera sido… mejor… inclusive que no dijera nada"

-Yulia - la llamó con confusión - Yo de verdad te amo, pero… esto no es… que te vayas no significa nada… no cambia que te ame, de verdad… pero si cambia otras cosas… es difícil…

-Todo lo que valga la pena es difícil, Elena - siguió la pelinegra - Tu me amas, yo te amo, podemos contra esto. Pasamos cosas peores juntas, y la superamos todas. Dime ¿Por qué? ¿Por qué esto es diferente?

Elena respiraba ahora acaloradamente. Sentía el enojo de su novia por la incomprensión que estaba sufriendo, ella se sentía igual.

No lo sabía, no sabía porque esto era diferente, y no, no podía dar una respuesta a todas las excusas que Yulia le estaba poniendo.

Su mutismo solo la hacía sentir si su cabeza gritaba más razones, pero ninguna que le pareciera fuerte contra el "te amo". Era como si esa palabra la hubiera despojado de armas para debatir.

Intentó pensar en algo más, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un cálido beso que recibió en sus labios.

Yulia la estaba besando.

Cerró sus ojos con fuerza, intentando sentirla, como siempre la había sentido… y era ella, era la Yulia Volkova de la que se había enamorado… pero era diferente. No sabía cómo interpretarlo, algo estaba mal, pero no lo entendía. Dejó consolar sus pensamientos con ese beso, hasta que finalmente se sintió querida de nuevo. No porque sintiera que en algún momento su novia la había dejado de querer. Pero había tenido un arrebato de sensibilidad desde ese "te amo", que no volvió hasta ese momento.

Yulia alejó su rostro y la miró con todo el cariño que tenía. Elena podía sentir en su mirada como le trasmitía ese calor, y lo creyó, mientras una sincera sonrisa se le formaba.

Quiso creer, se obligó a creer, y creyó.

-Yo no puedo hacer esto sin ti - le murmuró Yulia muy cerca aún de su rostro - quiero hacerlo sabiendo que estás en esto conmigo… se que podemos lograrlo… juntas.

Elena terminó de entender lo duro que estaba siendo todo para Yulia también. Y sintiéndose acompañada por ella, dejó de sentirse sola en el sufrimiento y la duda. Se abrazó a su novia, pasando su cabeza por su hombro.

-Si… hagámoslo.

….........................................................................

"Un mes"

Pensaba Lena en los merenderos aquella tarde, mientras veía a sus amigos felicitando a Yulia por la decisión tomada y dándole los mejores deseos. También había contemplado como sus profesores la apoyaban y le daban consejos.

"Menos de un mes en realidad" Volvía a pensar sin poder evitarlo. Era la cantidad de tiempo que tenía hasta que Yulia se vaya. La habían aceptado con el semestre comenzado. De hecho, según ella, querían llevársela esa misma semana, y antes. Pero los papeles y asegurarse de algunos asuntos estaban primero.

"Un mes no es nada" Seguía pensando aún en los merenderos.

"¿Por qué mejor no dos meses?…. ¿Seis meses?… Dios ¿todo un año?" Elena creyó que el tiempo en realidad no le alcanzaría nunca.

Veía como su novia recibía el abrazo de Nastya, sonriendo, por los cumplidos y algunos consejos ridículos que le daba la castaña. Vio a Lena por sobre el hombro de su amiga, y le sonrió.

"Ok… ¿qué me dices de un mes y una semana?" Comenzó a ceder, mientras le devolvía la sonrisa a su novia con algo de pesadez.

El timbre sonó dado por terminado el almuerzo. Sus compañeros se levantaron y llevando sus cosas se dirigieron a clases.

Elena desde su lugar, pudo ver como Yulia también tomaba sus cosas, y levantándose se alejaba.

"¿Un mes y un par de días más?"

Sin poder levantarse aún pese a sus pensamientos, vio como su novia se giraba para buscarla, cuando dio con ella se acercó nuevamente, y tomándola de la mano, con una sonrisa, la invitó a seguirla.

"¿Solo un día más?"

…...........................................................................

-¿Y ya sabes a donde vivirás en este tiempo? - Preguntó Lena una mañana mientras desayunaban en casa de la morena.

-Pues, más o menos... - decía esta mientras comía una tostada - En ese asunto me ayudó mucho el señor Daniels. Ya tuve oportunidad de hablar con algunos directivos de la academia y esta tiene habitaciones de interinos. Pero Daniels me ofreció una habitación en su casa, en la Glaslow. Estaba pensando en tomar su oferta, ya que no quiero tener que compartir habitación con algún perdedor de allí.

-Pues sí, estar en una casa con alguien que conoces suena más… cómodo.

-Si ¿Verdad?

Siguieron comiendo en silencio, solo el sonido de las tasas se escuchaba en la habitación.

-¿Tus padres? - Preguntó Lena de repente - ¿Cómo se están tomando lo del viaje?

-Bueno pues… mi madre está feliz de que vuele muy lejos de aquí a relacionarme con personas de "Clase" - mencionó la pelinegra haciendo gestos con la mano - Y mi padre está muy, muy, muy orgulloso de mi.

Elena esperó a que Yulia siguiera, pero esta no lo hizo.

-Solo… ¿dijo eso? - La pecosa recordaba como el Sr Volkov parecía débil ante la distancia que suponía el que la madre de Yulia se la llevara, por eso lo que estaba escuchando no le pareció suficiente.

-Sí, bueno, el habló con Daniels, ya se conocían algo antes de que sucediera lo de la obra. Sabe que me cuidará allí. Aunque bueno, con el teatro aquí no es como si él pasara mucho tiempo en Glaslow, pero se entiende que estaré bajo su tutela - Siguió Yulia.

-Ya veo.

Elena estaba convencida que su novia le decía la verdad. ¿Entonces era el Sr Volkov quien no mostraba como se sentía?

"O quizás esa es la idea" Pensó "Quizás no estoy tan sola tampoco en esto de extrañar a Yulia para no querer ponérselo mas difícil"

Le dedicó otra mirada de apreciación a la morena y como esta parecía ajena a sus pensamientos mientras tomaba café.

"No, tampoco estoy sola con el Sr Volkov" siguió pensando "Nastya… a ella la vi llorando con Alexei, estoy segura que es por Yulia. Ella son amigas desde pequeñas… ella también la va a extrañar mucho. A comparación de ella y del señor Volkov, yo solo he estado con Yulia un par de años… de los cuales los últimos fuimos algo así como amigas… de los cuales los últimos meses estuvimos "juntas"… como novias…"

-Me gustaría que me acompañaras a comprar algunas cosas - mencionó Yulia sacando levemente a Elena de sus pensamientos - Son cosas que creo que necesitaré… y detesto salir de compras… seguro, si me acompañas, no lo odiaré tanto.

Lena sonrió ante el comentario. No sabía si lo hacía a propósito o si ni siquiera lo notaba, pero Yulia actuaba como siempre. Como si la actuación habitual mantendría la relación como iba. Como si no estuviera por irse muy lejos, por mucho tiempo.

-Claro - contestó convencida la pecosa.

-Genial - y dicho esto, la pelinegra puso atención en su tostada.

"No, tampoco estoy sola con Nastya y el Señor Volkov en esto" retomó sus pensamientos "No sé que crea Yulia, pero no puedo cargar con muchas bolsas de compras… como seguramente lo hizo Vlad en el pasado"

La cantante había visto a su amigo de mal humor sin ninguna razón aparente, pero podía percibir, casi sentirse identificada con él. Ella también se ponía de mal humor solo porque su comida se enfriaba, y no sabía de dónde salía ese enojo… bueno, si lo sabía, pero no lo aceptaba.

"Él fue el novio de Yulia antes que yo entrara a sus vidas. Por más de dos años, no es ni siquiera el tercio de tiempo que yo estuve con ella. Él le dijo "te amo" a Yulia tantas veces… frente a todo el mundo… sin importar que… sin importar lo que pasara… él la amaba, estoy segura… tanto como yo la amo. No sé si más… no sé si menos… no sé si diferente de cómo yo la amo… pero la amaba. No debe ser fácil para él tampoco"

-Shapovalov me dijo que en esas universidades Europeas te obligan a bailar Ballet - Comentó de repente - detesto el ballet.

-Dios, tu usando una de esas mallas ajustadas, será de las primeras fotos que te pediré - Dijo con gracia Lena.

-Si es que decido mandártela.

"Es verdad, ni Shapovalov queda afuera, él mismo expresó sinceramente la nostalgia que le traerá no ver a una de sus alumnas favoritas el siguiente año. No, ni siquiera Alexei, ni siquiera Dmitry… Todos las extrañaremos… la extrañaremos y mucho"

-Oye Yulia - la llamó y notó que tenía un nudo en la garganta, se sorprendió de este, no había notado que se estaba angustiando. Tomó un poco de su café y sintió como la garganta se le abría - ¿Extrañarás a Shapovalov?

La aludida la miró con curiosidad, luego elevó su vista como pensando en el asunto un poco.

-Bueno, extrañaré sus locas ocurrencias, eso es seguro - Bromeó un poco, y luego se puso algo más seria - Si… creo que si - Miró a Lena con una sonrisa de lado - Extrañaré muchas cosas, creo.

-¿Y extrañarás a Iván?

La pregunta la confundió un poco y le causó gracia.

-Ammm, no lo sé… ese chico es odioso, pero es divertido… supongo.

-Sí, es verdad - Se sumó Lena recordando algunas escenas con el flacucho.

-Será mejor que te haga una lista de insultos para que te las estudies y puedas contra ese chico en mi ausencia - comentó la pelinegra.

-Pffff por favor, he aprendido de la mejor, estaré bien contra Iván.

-Eso dices ahora… piénsalo, en la lista irán cosas como, "¿Cómo hacer para astillar el trasero de un flaco?" o "¿Qué insultos riman con varas, madera, astilla?"- siguió Yulia.

-Mmmm tentador, Volkova. Pero creo que lucharé por mi cuenta.

-Como quieras, después me suplicarás.

-No lo haré.

-Si lo harás.

-Claro que no lo haré.

Yulia se apoyó con sus brazos acercando su rostro hasta Lena.

-Claro que si lo harás.

La pecosa le mantuvo la sonrisa divertida a su novia, tentada de besarla, pero no iba a caer tan fácil.

-No - contestó segura. Solo para que Yulia le soplara cálidamente en la cara, embriagándola de olor a café.

-Si - insistió viendo como su juego estaba funcionando con su novia.

-No - repitió Elena, menos convencida, pero aún manteniendo la distancia.

-No suenas tan convencida.

-No lo estoy - admitió dando una ligera risa. Yulia era insoportable en ese modo. No sabía cuánto podría resistir la tentación.

-¿Quieres besarme? - preguntó la pelinegra.

-Quizás.

-Suplícame.

-No.

-Entonces no te besaré.

-Pues entonces bien. No tenía "tantas" ganas de besarte después de todo - dijo la ojiverde poniéndose de pie y alejándose para dejar su tasa en el fregadero, sorprendiendo a su novia quien creía tener el juego ganado.

-¿Perdón? - preguntó Yulia.

-Es decir, si tenía ganas, pero no tantas como tú. Ahora que lo pienso eres tú la que debe suplicar.

-Ja Ja - Rió Yulia con burla y sarcasmo - Tu tenías más ganas.

-No es cierto, tú lo comenzaste, tú tenías ganas.

-Pero tú también…

-¡Aja! - Señaló con triunfo la pecosa - Lo admites.

Yulia rodó los ojos con molestia y se cruzó de brazos, para luego analizar la posición victoriosa que parecía portar su novia.

-Como quieras - terminó diciendo mientras se retiraba de la cocina.

Elena se quedó con una sonrisa mientras se mordía el labio inferior, aún divertida de la actitud infantil que portaba su novia al perder un debate o ser atrapada en su propio juego.

Se apresuró a seguirla y detenerla del brazo, haciendo que se girara, para besarla en los labios.

-Me moría de ganas - dijo al alejarse - pero no te iba a suplicar - terminó para besarla rápidamente de nuevo, al ver que Yulia iba a discutir.

"Si, todos las vamos a extrañar… pero porque sigo sintiendo que soy la única en esto. Como si fuera la especial, como si fuera la abanderada de la nostalgia. Yo, la única y sola… No puedo evitar pensar que aunque todos la extrañen, solo estoy yo. Es un sentimiento egoísta… pero no lo puedo evitar… me siento especial… única… y sola… en esto de extrañar a alguien a quien amas tanto."

Elena cerró los ojos con fuerzas mientras abrazaba a Yulia por la cintura y se pegaba más a esta, profundizando el beso.

"Una nostalgia solitaria… que aunque me esfuerce por explicar, creo que nadie entendería"

…..........................................................................

-¿Y qué me dices de esa maleta? - Preguntó Lena señalando una marrón oscuro y grande que colgaba de uno de los estantes de la tienda.

Se había pasado toda la mañana del sábado en el centro comercial y aún así no tenían ni la mitad de la lista de cosas que Yulia debía conseguir.

-No lo sé… Es linda, pero dudo que entre todo allí.

-No puedo creer que con lo mucho que viajan tus padres no tienes una maleta.

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EVERLONG // ADAPTACIÓN A YULENA (BY: Andrea P. Lancer) - Página 4 Empty Re: EVERLONG // ADAPTACIÓN A YULENA (BY: Andrea P. Lancer)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/10/2022, 8:09 pm

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-Si tengo - aclaró - pero quiero otra, una mía y que sea totalmente para este viaje.

-¿Por qué? - se preguntaba quejándose su novia, sintiendo como sus pies comenzaban a dolerles.

-No lo sé, no me gustan las que tengo.

-Oh, vaya, yo no sabía que mi novia era la típica niña malcriada de la ciudad - dijo Lena con burla.

-Me ofendes - dijo la pelinegra con marcada exageración, haciendo reír a su novia.

Entraron a otra tienda, donde Elena se sentó en uno de los bancos que esta ofrecía y desde allí se dedicó a mirar como Yulia hablaba con uno de los encargados.

Su vista se desvió luego a una de las tiendas de enfrente, que se podían ver por el ventanal. Era de inmobiliaria, donde distinguió una mesa comedor en negro.

Recordó entonces la charla que tuvo con su novia, en la que elegían como estarían decoradas las habitaciones de su casa.

El recuerdo la tomó con nostalgia.

Sacudió su cabeza, pensando que no tenía sentido sentirse mal por algo así, todavía podían tenerlo cuando Yulia regresara.

Elena sabía que esa era una actitud muy positiva de ver las cosas, pero pensar en ser realista era algo que no estaba dispuesta a permitirse mientras esté con Yulia el tiempo que le quedaban.

Lo que no pudo evitar pensar, era en sus sueños de tener su propio departamento de soltera, con una mesa parecida a la que acaba de ver. Departamento de soltera que hace tiempo había pasado a ser "departamento de novias" ya que se imaginaba que ambas pasarían allí la mayor parte del tiempo luego de dejar la escuela.

"Pero parece que ahora si vas a tener un departamento para ti sola" Pensó, viendo de nuevo a Yulia, mientras el encargado le pasaba unas valijas enormes.

La sola idea de que ese lugar quizás nunca pueda verla a ellas dos juntas, le hicieron ver que de repente sentía más apego por su casa.

-Lena - la llamó la morena, sacudiendo una mano enfrente de su rostro.

-¿Ammm? - Indagó viendo a su novia, sin comprender.

-Te estuve llamando, ya nos vamos.

-Sí, claro - No hizo más preguntas, simplemente se puso de pie y la siguió.

En la galería mientas ambas caminaban una a la par de la otra, Lena se concentró en un asunto que solía distraerla cuando caminaba con Yulia.

Su mano.

Todo este tiempo, y todavía no sabía en qué momento era oportuno para tomar a Yulia de la mano, ya sea en público o no. Aunque en privado habían aprendido a entenderse sin necesidad de decir nada.

Pero ahora, estando rodeadas de gente, no sabía cómo comportarse, y para empeorar las cosas, Yulia ponía mucha atención a su lista, estando muy entusiasmada aún con su viaje.

Suspiró con resignación, tirando su cabeza hacia atrás, se sentía cansada. Últimamente no podía conciliar el sueño, pero quería estar allí, con Yulia. Dormiría luego.

Se estaba concentrando en buscar alguna tienda que le vendiera café cuando sintió que era tomada de la mano. Con algo de ausencia por el sueño que estaba experimentando miró la mano primero y luego siguió el brazo de su dueña, hasta llegar al rostro de Yulia que la miraba con algo de pena y cariño.

-¿Quieres ir a dormir un rato? - le preguntó la pelinegra.

-No, estoy bien, terminemos esto y luego podemos…

-Ok, te haré de nuevo la pregunta - la cortó sonriendo - ¿Quieres ir a dormir un rato a mi casa… conmigo?

Elena se quedó viendo sin poder entender del todo. No sabía como interpretar la pregunta, sentía que el cansancio le estaba afectando las neuronas.

-¿Ah? - preguntó finalmente, haciendo reír a la morena.

-Vamos a dormir un rato a mi casa - ya no era una pregunta, era una afirmación - Descansaremos allí y podemos venir al centro más tarde o a la noche… o cuando nos despertemos.

-No hemos comido nada - comentó Elena mientras Yulia se giraba, aún sosteniéndola de la mano, dirigiéndose hacia el estacionamiento.

-¿Tienes hambre?

-No… creo que no - contestó, riendo un poco por su estado.

-Entonces comeremos luego de dormir ¿Qué te parece?

-Yehiiii - contestó de manera apagada, haciendo reír a su novia por el contraste de su voz y su exclamación.

Llegaron a casa de Yulia rápidamente.

La pecosa sin dar más vueltas y sintiendo la confianza que le daba su cansancio, subió las escaleras hacia la habitación de Yulia. Entró en ella y se desplomó sobre su cama.

-Okey - mencionó la dueña de casa al ver a Elena boca abajo, sobre su cama.

-No me juzgues – murmuró la ojiverde.

-Por Dios, si estabas cansada solo debías decirlo.

-¿Yulia?

-¿Si?

-Estoy taaaaan cansada.

La pelinegra rodó los ojos, pero no contestó nada. Se sacó sus botas, sintiendo como sus pies agradecían el gesto, y su abrigo. Vio que Elena ni se movía y con algo de resignación le sacó sus zapatillas.

-Gracias - murmuró la pelirroja cuando sintió sus pies libres.

-Como sea, yo también estoy cansada.

-¿No has dormido bien? - Elena luchaba por mantenerse despierta.

-No… no he dormido bien últimamente.

-Yo tampoco - contestó vagamente.

Pudo sentir el peso de Yulia aún en la misma posición, sentada, a la par suya, y el silencio la invadió a ambas.

Con mucho esfuerzo giró su rostro, levantándolo un poco, buscando la posición de su compañera.

La morena seguía sentada y miraba a la nada, como si pensara en algo y su cabeza estuviera muy lejos de esa habitación.

"Es bueno saber que no solo a mi me pasa" pensó la pecosa, viéndose a ella misma en Yulia, cuando se tildaba, últimamente le pasaba mucho.

El tiempo pasaba de una manera muy extraña esos días. Rápido, a su parecer. Ridículamente rápido.

El pensamiento de querer detenerlo la había asaltado tantas veces que ya ni se molestaba en luchar con él.

El tiempo pasaría. No la esperaría ni le pediría permiso. Ya había aceptado eso un par de noches atrás. Y aún así no podía dejar de tildarse y de alguna forma "desperdiciar" ese tiempo que tenían.

Elena se sentó en la cama, abrazando a Yulia por la espalda. Tirando de ella hacia atrás y logrando que se recostara a su costado, aún abrazándola.

Se dedicó a mirar esos ojos claros hasta que el cansancio la venció.

…........................................................................

-…Si, me llevó a un restaurant con mi hermano y con Sveta - Elena escuchaba a su novia por su celular. Era tarde, las 2am para ser precisos. Pero después de unos mensajes con ella se decidió a llamarla.

-¿Y de que hablaron? - preguntó la ojiverde con interés.

-De cosas…

-¿De cosas? - se burló la pelirroja.

-Él… muy a su modo dijo que me extrañaría - comentó Yulia - Es raro, ¿yo soy así de torpe cuando intento decirle algo a alguien que me importa?

-Eres peor aún - siguió burlándose.

-No puedo ser taaaan terrible…

-Ammm, a veces tienes momentos de iluminación… muy de vez en cuando - dijo con fingida seriedad.

-Eso fue cruel - contestó actuando con drama.

-Tú lo eres Volkova, tu lo eres - le aseguró la pelirroja, mientras se desplomaba en su cama, sosteniendo el celular.

-¿Ya te vas a dormir? - preguntó con calma la morena.

-Sí, bueno, es decir, estoy acostada… en mi cama… con las luces apagadas… creo que sí.

-Está bien… nos vemos mañana.

-Si…

-¿Lena?

-¿Si?

Pero la pelirroja solo escuchó la respiración del otro lado, y aunque no la veía, podía jurar que el rostro de su novia se mostraba algo confundido y angustiado. Rió para ella misma.

-Yo te amo, Yulia.

-Yo también - escuchó luego de unos momentos.

-Buenas noches.

-Buenas noches.

Y con esto cortó rápidamente, sintiendo que pasaría algo malo si seguían hablando. Elena dejó su celular a un lado, y se dispuso a dormir.

Sintió como el cansancio la invadía y su cuerpo se rendía ante él.

Se despertó ni siquiera pasada la hora, sentándose con dificultad en la cama, sus mejillas todas empapadas, respirando entrecortadamente y toda confundida.

"¿Qué me pasa?" se preguntó mientras sentía como la angustia la consumía por dentro.

"No de nuevo" pensó mientras dejaba caer sin tapujo sus lagrimas.

No era la primera vez que esto le pasaba. Ya lo había vivido hace un par de días y la semana anterior.

No sabía cómo explicarlo.

Era como si de la nada, porque salía de la nada, estuviera haciendo lo que estuviera haciendo, una enorme angustia aparecía en su pecho. Oprimiéndola, preocupándola. Era como recibir ataques de pánico. Sentía que el aire le faltaba y respiraba con dificultad mientras lloraba sin llanto.

Intentó serenarse lo más que pudo, hasta que finalmente lo logró.

Volvió en sí, respirando profundamente, reteniendo el aire y soltándolo.

Ya más tranquila, se concentró en preguntarse el por qué de esos sucesos. No tuvo que indagar mucho hasta darse con que era Yulia y todo el asunto. Pero no entendía aún porque le venían esos ataques, casi sin poderlos evitar. Casi sin pensar en nada.

Era como estarse resguardando de algo, esquivando asuntos en su cabeza todo el tiempo, y ¡Zas! Cuando te descuidas, tus temores y dudas, que creías haber esquivado y tirados muy lejos, te alcanzan… y te golpean, con tanta fuerza que solo puedes aturdirte y dejar que hagan contigo lo que quieran.

Lena se desplomó en su cama, mirando el techo y aún respirando pesadamente. Tomó su celular y quiso llamar a Yulia.

La necesitaba.

Apretó fuertemente los labios mientras veía su foto en el teléfono, a solo un botón de la llamada, y de repente su imagen se empañó, había comenzado a llorar de nuevo.

Se llevó su otra mano a sus ojos mientras dejaba salir un leve gemido por el esfuerzo que estaba haciendo en contenerse. Dejó su celular, alejándolo lo más que podía. Y girándose dándole la espalda, abrazó su almohada…

Y esperó que la noche terminara.

….........................................................................

-…Escuché que le gritó en el medio del pasillo… solo porque se equivocó de refresco - Terminó de comentar Nastya, bajo la atención de Lena, Yulia y Dmitry, mientras aún esperaban a que el profesor llegara.

-Es raro en él, suele ser muy paciente… más aún si la chica de verdad le gusta - Siguió Yulia extrañada.

Lena miró a Dmitry y este le devolvió la misma mirada, como si supiera en que estaba pensando.

La pecosa ya había notado a Vladimir muy extraño últimamente, pero no pensó que su enojo se manifestaría en contra de otra persona. En concreto, por lo que contaba nasty, con la actual chica con la que salía.

-Debería hablar con él - siguió pensando la pelinegra.

-No… - contestó vagamente su novia.

-¿Por qué no? - quiso saber con curiosidad.

-Porque… ammmm - Elena miró a su amigo en busca de ayuda.

-Es cosa de hombres - contestó el castaño, improvisando sobre la marcha.

-¿Qué? - dijeron al mismo tiempo Yulia y Nastya.

-Ya sabes… testosterona… argggg, eso - siguió el castaño.

-Eso es estúpido, nunca vi a Vlad molestarse o gritarle a alguien, menos aún por un refresco.

-Pues, te gritaba a ti cuando peleaban - recordó Elena.

-Pero es diferente, ambos gritábamos…

-Quizás sea eso, una discusión de pareja - dijo la pelirroja, armando la idea en su cabeza - y si es eso, y tú te metes, empeorarás todo.

-¿Y cómo porque yo empeoraría las cosas? - quiso saber Yulia, algo molesta por la acusación.

-Pffff ¿que no es obvio? - Elena sonaba muy convincente - Tu eres la Ex… lo que hagas o le digas podría ser muy mal visto por su actual… chica.

-¿Y a mí que me importa lo que ella pueda pensar?

-Pero te importa Vlad - contraatacó la pecosa - no querrías ocasionarle más problemas ¿verdad?

La ojiazul pensó en las últimas palabras de su novia, no parecía muy convencida de ello, pero terminó asintiendo.

-Bien - dijo con triunfo Lena - no te preocupes, es Vlad. Seguro es algo que tiene en la cabeza y se le pasará, lo resolverá.

Las clases dieron inicio con la entrada del profesor a clases. No se volvió a hablar del tema en los días que siguieron, pero eso cambió el viernes a la salida.

Ya sus amigos se habían marchado y Elena quedó con Yulia para salir a comer afuera. Esperaba que Katya la buscara en el estacionamiento e ir a preparase a su casa, cuando el bullicio proveniente de uno de los callejones cerca de la escuela llamaron su atención.

Se acercó hasta allí, viendo como varios de sus compañeros de escuela formaban una ronda mientras incentivaban lo que parecía ser un show callejero. Elena tuvo que correr a algunos chicos para ver, y entonces descubrió de qué se trataba.

Era Vladimir, estaba discutiendo con un chico rubio, más alto que él y que parecía de mayor edad. Elena no lo reconoció, por lo que podía adivinar que no era de la escuela.

No escuchó bien de que discutían, pero pudo ver el momento exacto en él que Vladimir se abalanzaba sobre el muchacho dándole un golpe con su puño en la cara, cayendo con él y forcejeando en el suelo.

-¡No! - Gritó con horror intentando hacerse lugar entre la gente, pero no lo consiguió.

Vladimir aún en el suelo, con el chico rubio, seguían golpeándose. Pero entonces el más grande lo empujó con la pierna haciendo que se separarán. Al estar de pie, el otro muchacho envió un par de golpes al estómago de Vladimir que este no esquivó. Se notaba la clara diferencia de fuerza entre ambos.

-¡Vlad, No! - Volvió a gritar Elena, mientras veía como el chico seguía recibiendo golpes.

El rubio alto lanzó un puñetazo al rostro del rubio de largo cabello y este cayo de espalda. Elena finalmente superó a la muchedumbre.

-Por favor, No - Se apresuró a ponerse delante de Vladimir en el camino de su agresor, extendiendo un poco sus manos y mostrando las palmas, para intentar calmar al chico más grande. Este miraba con enojo, pero no a ella, miraba a su amigo detrás de su espalda.

Elena intentó llamar su atención obstruyéndole la vista con su cuerpo del de Vladimir.

-Por favor, solo… no sigas… por favor - La suplica de la pelirroja era tan sincera que hizo que el rostro del muchacho se ablandase, relajando los hombros y dedicándole una última mirada de desprecio al otro rubio - Gracias.

El chico desconocido se dio la vuelta y se marchó, junto con él, uno por uno los demás presentes.

Elena se giró para ver a Vladimir, este estaba en el suelo, sentado, agarrándose la mandíbula y limpiándose la sangre que le salía del labio, con la manga de su suéter.

-Tú y yo tenemos que hablar - Anunció la pecosa, recibiendo una mirada molesta de su amigo.

Ambos fueron a la enfermería de la escuela, donde la encargada curó como pudo los golpes de la cara de Vlad. Elena había llamado a Katya, diciéndole que volvería luego a casa sola. Fue cuestión de tiempo para que la enfermera mandara a Vladimir a su casa y ambos amigos se dirigieran nuevamente al estacionamiento.

-Espera, Vlad - lo detuvo la ojiverde cuando comprobó que el rubio estaba dispuesto a subir a su auto y marcharse sin siquiera cambiar palabras con ella - tenemos que hablar.

-Yo no quiero hablar contigo.

-¿Qué te pasa?

-Nada me pasa, no quiero hablar, se acabó - finalizó y abrió la puerta de su auto, pero Elena se acercó velozmente cerrándola de un portazo frente a él, impidiendo que suba.

-¡No, no se acabó, ni siquiera comenzamos! - contestó molesta.

-Lena, hazte a un lado.

-No, Vlad, no me moveré.

-Lena, te lo advierto.

-¡No Vlad! ¿Qué te pasa?

-¡No me pasa nada!

-¿Por qué andas tan molesto? ¿Gritándole a la gente? … ¿agarrándote a golpes a la salida de la escuela?

-Eso no te incumbe.

-Si me incumbe.

-Claro que no ¡Hazte a un lado!

-¿Qué te pasa, Vlad?

-Basta Lena.

-¡¿Qué te pasa?!

-¡¿Qué te pasa a ti?!

El último grito de su amigo, terminó por enmudecerlos a ambos por un tiempo.

-¿A qué te refieres? - preguntó más calmada Lena.

-No es nada, solo… olvidemos esto ¿Si? - El rubio se mostró también más calmado, inclusive casi arrepentido de gritarle.

-No, quiero hablar contigo.

-Te dije que no voy a hablar así que…

-Bien - lo cortó la pecosa - No hables, escúchame.

El rubio miró a su amiga, y con resignación se dispuso a oír.

-Yo sé por qué haces esto - anunció mientras se cruzaba de brazos.

-¿Ah sí? - preguntó con una sonrisa de burla.

-Sí, y no te lo permito - siguió segura, desconcertando a su compañero.

-¿Disculpa?

-No te permito que hagas esto - Elena levantó una mano haciendo un ademán de estar englobando los sucesos - Porque yo soy la novia de Yulia.

-No sé de que hablas - El rubio oscilaba entre estar molesto y confundido. Abrió la puerta de su auto harto de esa situación, dispuesto a irse…

-Hablo de que yo soy la novia de Yulia, no tú - Le contestó tajante, Lena.

Vladimir no pudo subir a su auto, solo cerró de un portazo la puerta, sintiendo como su enojo volvía. Golpeando el techo de este, intimidando un poco a Lena, pero esta se quedó aún parada a la par de él

-Tú eres solo su amigo - Siguió, consiguiendo que la mirara - ¿Me escuchas? Si yo, que soy su novia, no ando por ahí… gritando como idiota, tratando mal a quienes me quieren, golpeando a gente que ni siquiera conozco… entonces tú tampoco puedes.

Vladimir respiró profundamente mirando hacia arriba. El rostro de Elena era duro, reprendiéndolo, pero su enojo comenzaba a bajar considerablemente, cambiando ese sentimiento por algo que no podía distinguir, pero lo hacía sentir débil.

-Si yo que soy su novia, no está complicando las cosas, haciendo berrinches y… pataleando… entonces Vlad, tu tampoco puedes hacer eso - Dijo la pelirroja y sentía que las fuerzas la dejaban - Si no estoy, complicándole las cosas a Yulia, para evitar que todo esto sea más difícil, entonces tu tampoco lo harás… nadie lo hará… porque yo me estoy manteniendo firme en esto, para ella… y si yo lo resisto… entonces… entonces…

Vladimir bajó su mirada hacia Elena, la pecosa seguía teniendo una mirada dura pero lágrimas empañaban sus ojos y el sonrojo de su mejilla solo la hacía ver más vulnerable.

-Entonces nadie más puede, Vlad - Terminó - Nadie que no sea yo puede estar tan enojada como yo, nadie puede estar tan confundida como yo, nadie tiene derecho a hacer… todas las estupideces que estás haciendo si yo no las hago… Tú no tienes derecho, no eres su novio… ¡Tu novia no se está por ir muy lejos de ti! ¡Es mi novia la que se va a ir! No la tuya Vlad, no la de Nastya, no la Shapovalov. ¡Mi novia! - Elena se secó las lágrimas con la manga de su camisa - Así que - Se acercó al auto de Vladimir - Si alguien va a azotar la puerta de un auto, porque su novia se está por ir a Europa del Norte, por Dios sabe cuanto tiempo y, aunque no sean su intenciones, me va a dejar aquí, sola, sin ella... soy yo.

Lena abrió la puerta del auto de Vladimir solo para cerrarla fuertemente. La volvió a abrir, para poderla cerrar aún más fuerte. Volvió a abrirla… y la volvió a cerrar con todas las fuerzas que podía.

Vladimir solo podía contemplar como su amiga abría y cerraba la puerta, dando portazos irregulares, mientras lloraba sin poder contener sus lágrimas. Dejó que la acción siguiera igual, por unos minutos, hasta que vio como la fuerza de Elena comenzaba a abandonarlas y los azotes a su vehículo ya no eran tan fuertes. Solo entonces se acercó a ella, para intentar detenerla.

-Lena…- la llamó mientras gentilmente le apoyaba una mano en el hombro.

-¡No! - le grito la pecosa, apartándole la mano y abriendo de nuevo la puerta, para cerrarla con brusquedad, Vlad pudo ver como casi se lastima con el acto.

-¡Ya basta! - le dijo tomándola más decididamente del brazo.

-¡No! - Volvió a exclamar Lena intentando zafarse del agarre.

-¡Lena ya basta! - le suplicaba su amigo mientras forcejeaba con la pelirroja - ¡Detente!

Finalmente de un tirón, algo brusco, Vladimir abrazó a la pecosa de los hombros y como pudo la retuvo, mientras esta aún forcejeaba.

La chica intentó en vano soltarse del abrazo, hasta que cansada dejó de pelear y se abrazó fuertemente a su amigo, llorando, largando finalmente unos alaridos que había tenido que retener todo este tiempo.

…..........................................................................

… Y esa sensación de sentir que hay algo roto en tu habitación te domina. Acomodar, cambiar de lugar las cosas, seguir acomodando y darte cuenta que está todo bien con tu habitación... salir, conversar, caminar, comer, estudiar, dar vueltas y aún así, casi en todo momento hay algo en ti que te dice que hay algo roto... volver a tu casa y ponerse a pensar que es lo que está mal con este cuarto... repetirse una y otra vez que tu pieza es hermosa, de un lindo color azul y todas las cosas que la componen están perfectamente y en el lugar donde tienen que estar... acostarse para dormir, y aún cuando estás exhausta, no poder conciliar el sueño y el único pensamiento que cruza por tu mente es…

"Hay algo roto en mi habitación"

-¿Lena? - la voz de Katya hizo que levantara la vista - ¿Qué estás haciendo?

La mayor de las Katin observó como el cuarto de su hermana estaba totalmente desordenado y ella en el medio de todo ese caos, buscando algo debajo de su cama.

-Estoy… ammm acomodando mi cuarto.

-¿A las 4 de la mañana? - Preguntó con incredulidad su hermana, quien se había despertado por los ruidos.

-Sí, bueno, no tenía sueño.

-¿Qué estás buscando? - le preguntó al ver como Lena sacaba algunas cosas debajo de su cama.

-Creo que vi algo roto… en alguna parte… pero no recuerdo donde - Dijo esto último con una sonrisa, pegándose leventemente en la frente, en clara intención de reprocharse lo despistada que andaba.

-¿Tu cuarto está así… porque buscas algo… roto? - intentó seguir su hermana.

-Más o menos - contestó esta.

-Sabes que es la tercera vez que te veo acomodando tu cuarto esta semana… ¿cierto?

-Si bueno - contestó Elena con desdén - las primeras veces no busqué tan bien...

Katya contempló como su hermana se empeñaba en volver a colocar las cosas que había sacado de vuelta en su lugar y ahora se dirigía al closet, donde repitiendo las acciones pasadas, comenzó a sacar todo de él.

-Como quieras… - contestó Katya resignándose.

Estaba por cerrar la puerta de la habitación de la menor y le dio una última mirada.

Su hermana se había quedado inmóvil mirando la ropa que quedaba en el closet. Dio un suspiro tan amplio que pudo notar como sus hombros bajaban y subían con él.

-Sabes que no hay nada roto en tu cuarto… ¿verdad? - Le preguntó a Lena. Pero esta ni siquiera se giró a verla.

Ekaterina asintió un par de veces, con algo de tristeza, y cerró la puerta de la habitación, dejando a Lena sola de nuevo.

…..........................................................................

Caminaban tomadas de la mano. Era de noche y recién se habían despedido de sus amigos luego de compartir una velada comiendo sushi.

"A solo una semana" fue lo que dijo Nastya para incentivar a todos a pasar la noche de sábado, juntos.

Y ahora Elena y Yulia platicaban, mientras se dirigían a casa de la segunda.

Todo el ambiente y el encuentro en sí, puso a Elena muy melancólica y nostálgica, quien no dudó esta vez de, no solo tomarle la mano a Yulia, sino también de abrazar su brazo y estar muy cerca de ella durante prácticamente toda la noche. De alguna forma su tacto hacía que todo lo demás fuera soportable.

Ya estaban llegando a la casa, cuando ambas chicas distinguieron un señor saliendo de ella.

Roberts Daniels se acercó, reconociendo a ambas.

-Pero si es Elena Katina - saludó este con una amable sonrisa… y por más amable y sincera que parecía el saludo, la pelirroja no pudo evitar, en alguna parte de su ser, detestar ese momento. Sin embargo le devolvió el gesto.

-Yulia - la tuteó el mayor con confianza - había perdido las esperanzas de verte, he dejado un sobre con algunos apuntes útiles, seguro te sirven. Me gustaría explicártelo mejor - El mayor hizo una leve apreciación a como Lena abrazaba el brazo de su novia - Pero será en otro momento, igual, hablé con tu padre y el podrá aclarártelo todo.

-Sí, está bien, muchas gracias - Contestó Yulia con educación.

-Bien, hermosas señoritas - Dijo el hombre haciendo una graciosa reverencia de despedida.

Elena apreció en el lugar junto a Yulia, como el hombre se retiraba. Levantó su vista para encontrarse con la cara de su novia y esta aun seguía la trayectoria de Daniels.

Sintió celos.

Bajó su mirada, algo avergonzada por los sentimientos negativos de los que no podía escapar. Y nuevamente un malestar la invadió. Temiendo que se pusiera peor, y arruinara la noche que le quedaba a ambas, intentó pensar en algo más. Pero no se esperaba que algo a continuación, podría hacerla sentir aún más débil.

Y es que Yulia, se soltó de su brazo, persiguiendo a Daniels, como si acabara de recordar algo importante que decirle. Ese simple descuido hizo que Elena sintiera la lejanía de Yulia al separarse de su cuerpo, como si una enorme cubeta de agua fría la hubiera golpeado desde el estómago.

Vio la espalda de su noia y como esta llamaba a Daniels, el hombre se giraba y le sonreía, atendiendo a la pregunta de su, ahora, pupila.

"Esto es… demasiado" pensó Elena sin poder evitar como el desprendimiento de Yulia, inclusive hasta le enfriaba el brazo. "No lo soporto" pensaba mientras a una distancia aún podía apreciar a la morena. Poco a poco esa vista se empañó y cerró fuertemente los ojos admitiendo por primera vez, con todo su pesar, algo que sabía, pero que no quería aceptar.

Yulia terminó de hablar con Daniels, velozmente, solo tenía una duda, y ya resuelta solo quería volver con Lena. Se dio vuelta caminando otra vez hacia su novia, quien aún estaba de pie en el mismo lugar que la había dejado, extrañada, porque creyó que se acercaría con ella.

Tuvo un mal presentimiento. Algo que a medida que se acercaba la hacía sentir peor. No fue hasta cuando distinguió que el rostro de la pelirroja estaba enrojecido y su mirada agachada, dejando caer lágrimas… muchas lágrimas, que corroboró sus sospechas.

-¿Lena? - La llamó con un hilo de preocupación.

-Yulia… Tenemos que terminar.

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Mensaje por Fati20 4/11/2022, 1:32 am

Hay no que horrible yo pensé en ese sobre cuando dijiste q solo quedaban 3 y como iba a pasar todo esto y resolverse en tan pocos capítulos 💔💔💔💔 q tristeza vale es muy fuerte 😭😭😭
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/12/2022, 8:57 pm

With Me
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Era inútil concentrarse en la clase que intentaba presenciar.

"¿Y para qué?" pensaba Yulia molesta "En menos de una semana estaré tan lejos de aquí que ni siquiera importaría que me pierda las clases de toda la semana"

La pelinegra miraba distraída su cuaderno, haciendo algunos garabatos sobre sus apuntes.

"No lo soporto, Yulia"

Una lastimera voz hizo eco en su conciencia, recordándole todo. Tensó su mano apretando firmemente la pluma y trazó furiosos trazos sobre su cuaderno tachando todo lo que podía.

Solo tener que recordar la charla que tuvo con, su ahora actual, ex -novia hacía que todo de repente mereciera ser arruinado. La ponía de mal humor, la hacía sentir incapaz de controlar los instintos que le decían que lo pateara todo, que lo destruyera todo.

Ni hablar de verla.

…............................................................................

-Yulia… detente - La llamó la pecosa en los pasillos.

La pelinegra solo dio un portazo a su casillero sin siquiera mirarla y se marchó a pasos molestos y veloces hacia la salida.

Ignorarla todo el fin de semana no era suficiente, ignorarla lo que quedaba de la semana en la escuela tampoco lo parecía. Nada era suficiente. Inclusive comenzaba a sentir que aunque la maltratara, gritándole cosas hirientes, empujándola para que reaccione, haciendo lo que sea contra ella… nada de eso tampoco sería suficiente.

-¡Maldita la manía que me contagió de querer caminar! - Exclamó con odio mientras ya sola, en las calles, se dirigía a su casa a pie.

"Es muy difícil, no puedo hacerlo"

Un tacho de basura fue la nueva víctima de sus recuerdos. Lo pateó sin poder evitarlo, desparramando todo su contenido en la acera.

Siguió su camino sin poder evitar que los recuerdos de esa noche regresaran…

-Yulia… tenemos que terminar.

-¿Qué? - dijo con una sonrisa incrédula -¿de qué hablas? - podía ver como Lena la miraba con los ojos enrojecidos.

-De nosotras, Yulia. Tenemos que terminar - siguió con el mayor tono de seguridad que la situación le podía conceder.

-No - dijo Yulia incrédula - No… yo… te dije que seguiríamos juntas, tú estabas de acuerdo.

-Lo sé… lo sé… pero no puedo hacer esto…

-¿Por qué? Te dije que funcionaria, le encontré soluciones a todo.

-Es más difícil que solo… encontrar soluciones, Yulia… y lo sabes… es más complicado que solo llamarme por teléfono… y mandarme imágenes.

-No, no es cierto, es simple Lena - El tono de la morena dejaba ver la molestia que su cabeza comenzaba a generar - Es simple… dijiste que me amabas.

-Te amo…

-¡¿Y entonces porque estás terminando conmigo?! - gritó desesperadamente, dejando ver su confusión y malestar.

Lena bajó su mirada sin poder seguir, las lágrimas se agolpaban en su rostro.

-Porque es muy duro, Yulia. No lo soporto - siguió la pelirroja - No puedo hacer esto, no puedo tener una relación a distancia contigo…

-¡¿Por qué no?!

-No soporto la idea de tenerte tan lejos… ¿Qué pasará cuando de verdad extrañe tus caricias y tus besos? Qué pasará cuando necesite, de verdad necesite abrazarte… no estarás aquí. Y no importa que tanto lo desee o que tanto también lo desees tú, no podremos hacer nada.

-Pero eso es solo físico, Lena…

-No es solo físico, Yulia. Lo extrañaré todo, tus miradas, almorzar juntas en la escuela, ir a tu casa a desayunar, que vengas a la mía y me regañes por que el café no está lo suficientemente caliente…

-Lena, te dije que…

-El que vayamos juntas de las manos, y como aunque no vayamos juntas de las manos a la par por el "que dirán" aún así sentirte a la par. Amanecer a la par tuya después de pasar la noche. Saber que puedo acudir a ti en las noches, buscarte, contarte mis problemas y que me abraces. Ese calor que siento cuando estoy a la par tuya… no lo tendré, Yulia… no puedo sin eso.

-Son excusas estúpidas Lena, cállate - La voz de Yulia se quebraba mientras intentaba mantenerse firme.

-No lo son, Yulia. Estuve toda la semana… viviendo la antesala de eso… y duele, duele muchísimo. Te extraño tanto ahora, teniéndote en frente, y todo parece ya muy difícil… No puedo imaginarme lo difícil que sería cuando estés lejos.

-¿Y?... - dijo Yulia aún con una sonrisa incrédula - ¿Cuál es tu solución?... ¿terminar? ¿Me podrías explicar cómo eso soluciona las cosas, Lena?

-No lo sé, Yulia… pero es lo que siento. Creo que… sería más fácil, para ambas, el que seamos amigas en esto… antes que los dolores y sufrimientos por la distancia estropeen las cosas entre nosotras.

-¡El tiempo y las distancia no estropearán las cosas, Lena! ¡Eres tú la que lo está arruinando todo! - la morena ya alzaba la voz molesta.

-No, Yulia… ¿acaso no lo ves? Esto ya nos afectó bastante… es admirable tu "máscara" y persistencia de que las cosas están bien… pero puedo verlo en tus ojos también, sabes que las cosas no están bien… yo se que las cosas no están bien… ¡Nada de esto está bien!

-No, no es cierto… podemos con esto, podemos seguir siendo novias, tú me amas… yo te amo…

-¡Ya deja de fingir!

El grito de la pelirroja paralizó todo entre las dos. Elena miraba hacia abajo tapándose los ojos con una de sus manos, Yulia solo la contemplaba.

-Ya basta, Yulia - repitió Lena un poco más calmada - Tú tampoco sabes cómo hacer esto… y está bien, es difícil.

-No puedo quedarme… no voy a quedarme - Dijo con seguridad la pelinegra.

-Eso está bien - le aseguró la pelirroja con una sonrisa triste - No quiero que te quedes… quiero que busques tus sueños, pelees por ello… como solo tú sabes hacerlo… yo haré lo mismo… aquí.

Yulia ya no podía mirar a Elena, solo movía la cabeza negativamente, tercamente.

-Lo mejor es que términos, Yulia… quedemos como amigas… quedemos bien. Nos seguiremos llamando y mandando mensajes… todo lo que dijiste… puedo con eso.

-¿Y por qué no puedes lo mismo siendo mi novia? ¿Manteniéndote como mi novia, Lena?

-Es diferente…

-¡¿Por qué?!

-…Me quedas muy lejos así…

Nuevamente el silencio entre ambas.

-Escucha…Yulia… tú debes irte… yo quedarme, ambas lucharemos por nuestros sueños, y eso está bien. Y entonces… cuando regreses… y entonces cuando nos encontremos de nuevo… quizás… quizás…

-Esto es tan estúpido - contestó con frialdad la morena - Tu dijiste que me amabas.

-Y te amo de verdad…

-¡Eso es mentira! Si me amaras no me estarías haciendo esto…

-No Yulia, es justamente porque te amo demasiado porque lo hago.

-¡Mientes!

-No Yulia, no lo entiendes…

-No quiero entenderlo ¡Ya basta! - la cortó con molestia - Tienes razón, se acabó. Ya terminamos ¿Por qué seguimos discutiendo entonces?

Yulia se dio vuelta y a pasos molestos comenzó a caminar hacia su casa.

-¡Yulia, espera!

-¡No! - se volteó para ver a Elena - no te esperaré y tu tampoco lo harás. Se acabó. No quiero saber nada más de ti en mi vida. Puedes hacer lo que quieras… pero a mi… ¡A mi déjame en paz!


Cerró los ojos con molestia antes de recordar la última cara que Lena le ofreció esa noche. No le importaba, estaba molesta, muy molesta… aún hervía, se sentía una completa tonta, una idiota.

"Porque eso es lo que soy, una idiota" Se reprendía mientras ya entraba a su casa. Su bolso se estrelló contra la primera pared que cruzó.

Se agarró la cabeza mientras un dolor comenzaba a surgir en esta. Su celular comenzó a sonar en dirección a donde estaba el bolso. Yulia solo lo miró con frustración y sin darle más importancia se sentó en los primeros escalones de la entrada.

-¿No vas a atender? - Su hermano se hizo presente luego de unos minutos en los que el aparato persistía y nadie atendía a su llamado.

-No - dijo con fingida tranquilidad mientras veía su bolso.

-¿Por qué no?

-A ti eso no te interesa.

Su hermano se encogió de hombros mientras se dirigía al bolso y sacaba de este su celular, al momento que volvía a sonar.

-Hola Lena - Saludó este mientras atendía. Yulia se puso de pie de un salto y miró amenazante a su hermano - Si, soy yo… ¿mi hermana?

El menor de los Volkov se movía caminando hacia atrás mientras su hermana lo seguía con sigilo.

-Bueno ella… ella no está… - siguió tragando saliva pesadamente - ¿Qué porque tengo su celular? Ammm… bueno es que ella si está… pero está bañándose…

Yulia comenzó a acorralar a su hermano contra una esquina.

-¿Qui…quieres que le diga algo? - Viktor tartamudeaba sin saber en el peligro que estaba - Si… ok… yo se lo digo… ¿Lena?... ¿te puedo preguntar algo?...

Pero Yulia no le dio tiempo, de un solo manotazo arrancó su celular y empujó con fuerza a Viktor.

-¿Viktor? ¿Qué pasa? - fue lo último que escuchó del aparato antes de colgar.

-Si vuelves a tocar una sola cosa mía de nuevo, juro que te arrancaré las manos y las llevaré de recuerdo conmigo - Le gritó amenazante.

-¿Te peleaste con Lena? - preguntó el menor, mientras se ponía de pie.

-No te interesa - contestó cortante mientras tomaba sus cosas y se dirigía escalera arriba.

…...........................................................................

Elena dejó salir un lamento de sus labios mientras se dejaba caer en su cama. Ya era martes, no quedaba prácticamente nada de tiempo antes de la partida de Yulia y esta parecía firme en no volverle a dirigir la palabra… nunca.

Lo había intentando todo. Buscarla en la puerta de su casa, llamarla incontables veces, dejarle incontables mensajes, dejar anuncios en su página de Facebook, hacer lo que sea en la escuela por retenerla… pero nada funcionaba. Su ex novia marcaba muy bien su molestia ante su presencia y se esfumaba de cualquier lugar que compartían. No quería que las cosas acabaran así… sabía como era Yulia, pero tenía una mínima esperanza, que se tomara bien el asunto… que la entendiera.

Agotada como estaba, y aún con la misma ropa que tenía se giró en su cama y sintió como el sueño la comenzaba a envolver, no se resistió a este y cerró sus ojos.

A lo mucho habría dormido una hora, cuando la música de su celular la hizo sentarse en su cama. Acomodándose sus cabellos hacia atrás intentó hacer memoria de donde estaba, hasta que su celular la volvió a llamar.

Todo en ella se despertó cuando vio que era una llamada de Yulia. Atendió rápidamente, sin saber que decir.

-¿Yulia? - preguntó con confusión.

-Lo siento, no…

Una voz que no era la de su compañera la dejó aún más perpleja. Le resultaba familiar y haciendo memoria intentó vincularla.

-¿Viktor? - preguntó con curiosidad mientras volvía a ver la pantalla de su celular. En éste se podía leer el nombre de Yulia y mostraba la hora, lo cual también le decía que era tarde.

-Sí, soy yo.

-¿Qué haces con el celular de tú hermana?

-Ammm ¿lo tomé prestado?

Elena sonrió ante la respuesta, era la misma que solía dar Yulia cuando robaba algo o lo tomaba sin permiso.

-Claro… y tu hermana no sabe que lo tomaste prestado ¿cierto?

-Cierto.

-¿Pasa algo?... ¿Le pasó algo a Yulia? - Se preocupó la pelirroja.

-No, no… ella está… dormida creo.

-Oh… okey… ¿Entonces…?

-Es que… quería preguntarte algo.

-Ammm claro, de que se trata.

-¿Estás peleada de Yulia?

La pelirroja suspiró resignada, presentía que la pregunta iría por ahí.

-¿Por qué preguntas? - No sabía mucho de cómo era la relación que Yulia tenía con su hermano, pero sabía que lo quería. Aún así no parecían el tipo de hermanos que se contaran las cosas.

-Es que ha estado muy… extraña últimamente.

-Quizás es por el viaje.

-Sí, es verdad. Ha estado ocupada por los asuntos del viaje… pero, ahora es peor.

-¿Peor porqué? - preguntó con curiosidad.

-Bueno, antes, cuando Yulia cortó con Vlad… estaba todo el tiempo molesta.

-Sí, lo recuerdo - contestó Elena, recordando como la primera vez del rompimiento de ambos, Yulia no solo andaba molesta, sino que también lloraba y hacia berrinches. La segunda vez no fue tan diferente, pero parecía mantenerse firme en su ruptura.

-Entonces… ¿si estás peleada de Yulia? - volvió a preguntar el menor.

-Algo así.

-¿Ya no eres su novia?

Elena apretó los labios reprimiéndose la respuesta. No había podido hablar con nadie sobre lo que había pasado. Sabía que sus amigos presentían que las cosas estaban mal por como actuaban ambas, pero no había dado oportunidad a hablar del tema. Quería resolverlo con Yulia, primero con Yulia… solo con Yulia.

-No, ya no somos novias - Dejó escapar.

-¿Es por el viaje? - quiso saber Viktor.

-Sí, es por eso… creo.

Se hizo un momento de silencio entre las dos líneas.

-¿Viktor?

-¿Si?

-¿Cómo está Yulia?

Sonaba estúpido, pues acababa de verla ese mismo día, pero no podía evitar pensar que quizás, de puertas para adentro, no sea solo enojo lo que sentía su amiga.

-Ella… - Viktor parecía dudar - Está todo el tiempo molesta… es decir, más de lo habitual. Patea sus cosas… es raro. Otras veces se tilda…

-Ya veo… bueno… a veces…es así como ella hace las cosas cuando algo no le sale como planeó.

-Estaba llorando - dijo de repente el menor. Elena dejó que pasara un tiempo para asimilar lo que escuchaba… lo temía.

-¿Cuándo? - preguntó con paciencia.

-Cuando entré a su habitación hace rato a escondidas para sacar su celular… ya estaba dormida… pero se notaba que había estado llorando… también la escuché llorar cuando se duchaba el fin de semana… no sabía por qué era…

-Fue cuando rompimos… terminamos el fin de semana… bueno… de hecho, yo terminé con ella… y ella me mandó al demonio - Dijo esto último riendo con algo de amargura.

-Entonces ¿Está todo mal entre ustedes?

-Ella está molesta, pero sé que me quiere… suele ser así… es solo que esta vez no tenemos mucho tiempo para resolverlo… y ya habrás notado que ella no quiere hablarme… eso empeora un poco las cosas.

-Pero lo solucionarás… ¿verdad?

-Espero que si…

Nuevamente el silencio entre ambos.

-¿La vas a extrañar mucho? - Preguntó el menor y Lena sintió que estaba hablando con alguien en estado vulnerable.

-Si… muchísimo.

-Yo también…

…..........................................................................

-¿Así que te peleaste de Lena? - Le preguntó el rubio apoyándose a la par de su casillero.

Yulia hizo de cuenta como si no lo escuchara.

-Que te enojes con ella no significa que debas enojarte con el resto de tus amigos ¿sabes?

"Verdad indiscutible" pensó la pelinegra, mientras con pesar dirigió su mirada a Vladimir.

-Mucho mejor - le sonrió simpático éste - ¿Y con Lena…?

-Terminamos - contestó sin querer dar más vueltas.

-Correcto… - dijo el rubio mientras asentía - con eso te refieres a que… ella terminó contigo… ¿Cierto?

Yulia solo lo miró con fastidio, el rubio supo que acertó.

-¿Y solo por eso ya no le vas a hablar? - quiso saber éste - Solo te quedan unos cuantos días aquí, Yulia ¿quieres pasarlos ignorando a Lena hasta que te vayas?

-No te metas en esto Vlad… porque si te metes - dijo esta amenazante - También te dejaré de hablar… no lo entenderías nunca, así que no trates de "hacerme entrar en razón" porque no funcionará.

-Solo te digo que lo pienses.

-Me tengo que ir - dijo la morena con frialdad al ver como Lena se acercaba.

Vladimir contempló como se alejaba hasta perderse por el pasillo. Solo un par de segundos y Elena ya se encontraba a la par suya.

-Yo creo que hiciste lo correcto - Mencionó el rubio aún mirando por donde Yulia se había ido.

-Eso espero… - le contestó la pelirroja.

…..........................................................................

Miró con frustración nuevamente la maleta. Desempacó sus cosas e intentó acomodarlas de nuevo adentro.

-¿Puedo pasar? - Su padre golpeó levemente la puerta anunciándose.

-Ya estás adentro - Le contestó de mala gana su hija.

Yulia ahora estrujaba con enojo su ropa mientras la volvía a poner en su cama.

-¿Problemas con la maleta? - inquirió su padre.

-¡Es una estúpida maleta!

-Yo creo que las cosas entrarían si la pones en dos maletas más… ya sabes, puedes llevar más equipaje en el vuelo.

-No, quiero que entre todo en esta maleta… en una sola.

-Pero no se puede, llevas mucha ropa.

-Entonces debería llevar menos ropa - Dijo aún molesta.

-Pues si… es una solución - mencionó con tranquilidad su padre.

-Eso es estúpido, mi ropa se arruinaría aquí - sentencio de mala gana.

-Quizás pueda… llevártela luego…

-No sabrías cual y seguro olvidarías otras prendas.

-Tienes razón… y entonces… ¿qué quieres hacer?

Yulia se agarró la cabeza mientras se sentaba en su cama, incapaz de encontrar una solución. Su padre la imitó.

-Tirar esta estúpida maleta y comprar una más grande, una que sirva para toda la ropa - Dijo nuevamente poniéndose de pie rápidamente, y sacando de nuevo la ropa de la valija.

Su padre ser rió por lo bajo, observando con atención a su hija.

-Esa es una solución excelente - felicitó el más grande - Seguro Lena te acompañaría a buscar una nueva, mañana.

Yulia dejó de moverse tan bruscamente y ahora tomaba sus prendas de forma más calmada, contemplándolas.

-Oh - exclamó su padre - Así que la culpa no es de la maleta después de todo. Sabes Yulia, no debes dejar nunca que los asuntos del corazón interfieran con la inteligencia de tu mente cuando…

-Cállate - lo cortó sin ánimo - Esto no tiene nada que ver con… nada que tú puedas entender. No quiero tener que escuchar un sermón de cómo siempre dan mejores resultados tomar la decisión más inteligente o la correcta… según tú.

Su padre quedó contemplando un rato la espalda de su hija y como esta seguía en la labor de armar su maleta.

-Si eso era lo único por lo que viniste, ya te puedes ir - le recomendó la menor.

-Yulia, si Lena te está complicando las cosas es obvio que se vuelve un problema y una carga…

-¡Nosotras terminamos! ¿Sí? - Lo volvió a cortar con molestia, encarándolo - Ella terminó conmigo… me dijo que me fuera ¡y eso estoy haciendo! Así que no vengas a mi habitación a decir que Lena es un problema para esta "estupenda" oportunidad, porque ella me lo ha puesto muy fácil. ¡Lo ha facilitado todo! ¿Sabes? Ya no tengo nada que me retenga aquí.

Yulia volvió a dar la espalda y siguió con sus maletas con la esperanza que su padre la dejara sola.

-¿Ella fue la que terminó contigo? - Preguntó con curiosidad su padre, la morena asintió - Vaya… la chica tenía agallas. Tomó la decisión correcta.

Yulia negaba con su cabeza con los ojos cerrados, no quería escuchar eso.

-Tú no sabes nada - Dijo de manera fría sin mirar a su padre.

-¿Yulia? - la llamó, su hija no respondió - ¿Yuliya?

La morena se obligo a verlo, estaba sentado en su cama con cara de cansancio y parecía compadecerla. detestó ver eso, odiaba sentir que le tenían lástima.

-Sé lo que estás pensando… y te equivocas. Estaba pensando en mí. Tu estás… en una situación muy parecida a la que tuve que pasar… no, lo correcto sería decir que me recuerdas a mí.

-No quiero escuchar esto. Yo no me parezco a ti - sentenció - Nunca, jamás de los jamases.

El padre rió ante el enojo de su hija.

-Está bien… entonces ¿Podrías permitirle a tu viejo padre, que no se parece en nada a ti, que te cuente una pequeña historia? - Yulia permanecía cruzada de brazos, no estaba dispuesta a ceder - Te gustaba que te cuente historias cuando eras pequeña.

-¿Te refieres a cuando era muy pequeña y la historias que me contabas iban de cuanto se ganaba en tu empresa y cómo hacer para que los demás magnantes caigan? Oh si… ciertamente a una niña de 3 años le fascinan esas cosas - contestó mordaz.

-¿Me lo permites?

-Claro - terminó diciendo sin moverse de su lugar.

-¿Te puedes sentar a la par mía? - pidió el Sr Volkov.

La ojiazul dudó pero terminó sentándose. El mayor aprovechó para tomar a su hija de los hombros y obligarla a acostarse con él en la cama.

-Okey… había una vez - dijo su padre mientras acurrucaba a su hija y la abrazaba de costado, dejando que la cabeza de Yulia descanse en su hombro.

-Sabes que voy a apuñalarte con unas tijeras por esto… ¿verdad? - Dijo mordaz la ojiazul, pero el calor que desprendía su padre junto a la colonia que este traía la hacían sentir relajada… como si estuviera a salvo… le recordaba a Elena, de una forma que no podía adivinar.

-Lo sé - rió su padre - pero creo que vale la pena el intento.

-Cuenta la historia… si tiene un conejo rosa o princesas no solo te apuñalaré… seré más creativa.

-Está bien… no soy tan bueno como tú en estas cosas de narrar… pero haré mi mejor esfuerzo.

-Muero por escucharlo.

-Había una vez… un hombre que se enamoró de una mujer, una hermosa mujer, la mujer más fascinante que él pudo conocer jamás. Tenía cabello oscuro y unos hermosos ojos azules. La primera vez que la vio pensó que había visto un ángel - Comenzó a relatar Oleg - Le costó mucho al hombre enamorarla, pero lo valía… y lo logró. Se casaron muy felices y tuvieron 2 hermosos hijos…

-A quienes pusieron Yuliya y Viktor… ajam - siguió la morena con obviedad.

-Sí - el padre rió - Eran tiempos muy felices… aunque siempre teníamos nuestras diferencias… y el trabajo de ambos era algo que nos apasionaba. Tan ambiciosos ambos - su padre hablaba como rememorando viejos tiempos - Un día, una propuesta de trabajo se hizo presente en nuestro hogar, la mejor propuesta que pude tomar. Una que exigía viajar mucho, conocer personas importantes, ganar un buen monto de dinero y crecer enormemente en poder y beneficios. Ambos estuvimos de acuerdo en que debía tomarla, así que con el orgullo que una oportunidad así se me dé… pues la tomé.

Yulia suspiró poniendo más atención al relato, las suposiciones del pasado de sus padres eran muchas, y nunca supo la verdad de todo el asunto.

-No fue hasta que fue tarde… muy tarde, que pude ver lo mal que esa decisión le hizo a mi matrimonio. Todos esos viajes, tanto tiempo lejos de mi familia, tanto tiempo lejos de ella. Descuidándola sin poder evitarlo. Pero era lo que yo siempre había querido, tanto poder y prestigio. Insistí que podía con ambas cosas, le prometí cosas que yo sabía que quizás no pueda cumplir. Aniversarios en los que no estuve con ella. Cumpleaños que perdí por el trabajo. Noches malas en las que se supone que debimos estar uno a la par del otro, y yo estaba en un avión. Cuando estaba en casa, las pocas veces que mi trabajo me lo permitía… había tanto enojo entre ambos, tantas palabras duras que no nos decíamos… porque ambos comprendíamos lo que estaba decidiendo, y ella sabía, que si hubiera estado en mis zapatos… hubiera elegido lo mismo. Ambos dejamos que un abismo se formara entre nosotros… abismo que se hacía más grande sin poder evitarlo… o quízas ambos sabíamos cómo evitarlo… pero el sacrificio que debíamos pagar… ninguno estaba dispuesto a pagarlo… y eso estaba bien… hicimos caso a lo que queríamos… a lo que deseábamos.

Yulia pudo sentir como su padre inhalaba con pesar, tomándose su tiempo.

-Ella me engañó, Yulia - Confesó su padre - con un colega. Por meses. Yo lo sospechaba, pero hacía dé cuenta que nada pasaba. Hasta que un día, me lo confirmó… entre lágrimas. Yo me enojé mucho, dije cosas muy feas… ella también, finalmente se liberó y dijo todo lo que debía decir. Nos detestamos desde ese momento. Intentamos llevarlo lo mejor posible pero la verdad es que nos detestábamos. Tiempo después ella pidió el divorcio, tomó una decisión. Yo estuve de acuerdo. Se mudó. Se fue con otro. Y yo me fui con mi trabajo. Quizás tú piensas que… elegí mal… pero la verdad Yulia, yo no me arrepiento de la decisión que tomé. Lo que yo más quería era seguir mis sueños de gloria, mi éxito, mi realización personal… y cuando uno decide, siempre hay algo que no decide, que no toma… que debe sacrificar.

Yulia podía entender eso, y aunque la información que estaba recibiendo era mucha, pudo sentir como en su ser detestaba a su madre por lo que hizo.

-No hagas eso, Yulia - interrumpió su padre en sus pensamientos - Se lo que piensas, porque yo pensé de la misma forma por muchos años. "La culpa la tuvo tu madre" yo detesté a Larissa por mucho tiempo, recriminándole lo débil que había sido ¿Cómo pudo engañarme con otro hombre? Nos amábamos, de verdad nos amábamos ¿Entonces por qué? Tantos años muy molesto, concentrándome en mí trabajo, pero molesto. Tan enojado que a veces pateaba cosas, rompía todo lo que se me cruzara. Odiaba la situación, era tan humillante. Lo sentía como un fracaso del que no tenía culpa. Me volví más frío con las personas, desconfiaba de todos. ¿Si la mujer que amé me engañó, qué le queda al resto?

La pelinegra intentaba imaginar el enojo por lo que pasaba su padre en ese entonces. Podía recordarlo, sentado en su oficina, cuando no daba distracción a sus ojos y ella siempre pensaba que estaba molesto porque los números no le daban.

-La verdadera y única verdad, Yulia - siguió el mayor - Es que yo sabía que la culpa había sido solo mía. En realidad yo no estaba enojado con Larissa, o con su colega… o con la vida… estaba enojado conmigo mismo. No aceptaba haber perdido en algo… cuando en realidad las cosas son así. No se puede tenerlo todo, siempre hay algo que sacrificar. Y yo no me arrepiento, Yulia. Yo decidí lo que quería… y a veces el amor no basta. Tu amiga, Lena, hizo algo realmente admirable… y fue el dejarse de engañar con que las cosas estaban bien. Eso es algo que yo no fui capaz de afrontar nunca… yo insistía en que era posible.

Yulia estaba confundida, no sabía hasta que punto lo de su padre se podía relacionar con lo de Lena. No quería entreverar las cosas.

-¿Yulia? Si hay algo de lo que me arrepiento… es de haber insistido con la mentira… quizás, si las cosas hubieran sido claras desde un principio… entonces quizás, ahora tu madre y yo seríamos amigos… sería más fácil para ustedes tener reuniones familiares donde no intentáramos tirarnos todo en cara… quizás hoy podríamos decir que nos queremos, que nos respetamos… y no es así. ¿Yulia? Piensa en Lena…

La pelinegra no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir de ella, aún estaba confundida y con muchas dudas agolpándose en ella, sentía que había comprendido algo… solo algo… solo lo suficiente como para entender que Lena la seguía amando.

….........................................................................

Elena bajó las escaleras, aún en piyamas, pero bien despierta. El mensaje que recibió la había despertado mejor que cualquier café que pudiera tomar a esa hora. Abrió la puerta de entrada y pudo ver a la persona que mandó dicho mensaje.

-¿Yulia? - susurró viendo a su compañera en la entrada - Es tarde ¿Qué sucede? - Dijo mientras salía afuera cerrando la puerta detrás de sí.

-Lo sé, solo te diré dos cosas - anunció la ojiazul, mientras se cruzaba de brazos e intentaba seguir según lo ensayado.

-Está bien… - dijo al pelirroja mientras veía como a esta le costaba concentrarse.

-"El sol de mañana no me verá enojada contigo"- dijo firmemente y Elena sonrió.

-Eso es… genial - contestó con honestidad - ¿y lo segundo?

-Y lo segundo es… - Yulia apretaba fuerte los labios y no pudo evitar que unas cuantas lágrimas corrieran por sus mejillas - es que tengo mucho miedo…

Terminó de decir para luego taparse los ojos con una de sus manos, se sentía estúpida, no quería venir a llorar a la casa de su ex, ese no era el plan. El plan era venir y decir que ya estaban bien. Eso nomás.

No tardó mucho en sentir como era abrazada y un suave aroma a vainilla la invadía. Devolvió el abrazo a Lena sin oponer resistencia. Se quedaron así todo el tiempo que hizo falta.

….........................................................................

Elena estaba sentada en el banco de entrada de su casa, mientras acariciaba los cabellos de Yulia, que dejaba descansar su cabeza en su regazo, acostada a lo largo del banco.

-Vas a estar bien - le aseguró mientras seguía enredando sus dedos en esos negros cabellos - Vamos a estar bien… te lo aseguro.

-Eso no lo sabes…

-Me gusta creer que así será…

-¿Cómo siguen las cosas?

-Pues… tú te irás el sábado… Nastya hará una fiesta el viernes… y luego intentaremos seguir con nuestras vidas - Dijo Elena riendo ante lo último.

-Y tú y yo seremos amigas ¿Verdad?

-Así es…

-Está bien… bueno no, no está para nada bien, detesto eso - dijo aún algo molesta pero se obligó a calmarse - Pero está bien… lo entiendo… te entiendo.

-Bien… - dijo Lena mientras bajaba su rostro y le ofrecía una sonrisa.

-Eres importante para mí, lo sabes ¿verdad? - quisó asegurarse Yulia.

-Yo sé - le aseguró Lena.

-Sabes que voy a luchar por ti… ¿verdad?

-Sí, lo sé - le volvió a asegurar la pecosa - Sabes que te amo ¿Verdad? Y mucho…

Por respuesta Yulia asintió, sonriendo al saber que no tenía dudas de eso.

-Eres tan débil ¿Sabes? - se burló la pelinegra luego de unos momentos

-Yo no vine llorando a la puerta de alguien - retrucó.

-Eso fue cruel - se quejó.

-Tú comenzaste - concluyó la pecosa aún con su sonrisa. Yulia suspiró ampliamente y se dedicó a mirar el cielo.

-Es una bonita noche - dijo sin pensar, viendo como las estrellas se dejaban ver por las elevadas horas de la noche.

-Sí… lo es - Lena había levantado la cabeza para también contemplar el cielo.

Se quedaron así por unos minutos. Sin decir nada más. Yulia ya no miraba las estrellas, miraba a Lena mirando las estrellas. Una imagen que con todas sus fuerzas deseó poder contemplar en el futuro.

___________________________________________

Todo va a estar bien 🤗🥰
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Mensaje por katina4ever 4/12/2022, 8:59 pm

😭😭😭😭😭😭😭 ay nooo esto es tan duro para ambas, no puedo creerlo
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Mensaje por Fati20 4/12/2022, 10:30 pm

Hay no ya casi se acaba y todo esta mal y no quiero un final 5 años después se miran y deciden salir e intentarlo y fin yo quiero más de ellas juntas y lo q vio la gitana 😔. Saludos querida mía hacías falta 😘😘😘
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Mensaje por katina4ever 4/13/2022, 4:46 am

Ay noooooo😭😭😭😭 qué pasó aquí??? En dónde está lo que la gitana vió??? 😭😭😭😭😭
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/14/2022, 12:26 pm

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Viernes a la tarde, recién llegada de la escuela y no pudo evitar la tentación de caer rendida a su cama apenas llegó a su habitación. Sabía que no tenía mucho tiempo, pero la sensación de dejar caer su cuerpo, tan pesado como lo sentía, sobre otra cosa que no sean sus piernas, pudo más que cualquier otra cosa.

Elena fue incapaz de quitar la vista de su techo por un buen tiempo. Por primera vez después de un buen rato, su cabeza parecía curiosamente vacía, en blanco. Disfrutó la sensación todo el tiempo que le duro. Cerró sus ojos y se concentró en su respiración, olvidándose así de todo lo que la aquejaba.

Por más de algunas horas no pudo dormirse pero la sensación de calma no la abandonó. Se resignó a seguir así cuando su celular sonó la tercera vez. Se resistía a contestarlo porque presentía que hacer algo la sacaría de ese estado en el que se encontraba, pero el persistente aparato, o la persona detrás de él, parecía insistir.

-¿Qué hay Nast? - Preguntó a modo de saludo cuando lo tenía en sus manos y pudo ver el nombre de su amiga en él - Si, voy para allá. ¿Necesitas que lleve algo?... Está bien. Okey, adiós.

Con pesar se levantó de su cama y prendió la ducha del baño dispuesta a comenzar esa noche. Era la despedida de Yulia con los chicos, con ella. Y su amiga, Nastya, había insistido, con la aprobación de varios, en realizar una pequeña fiesta en su honor. Varias personas en Neposedi irían, compañeros, amigos, profesores. Pero no dejaba de ser una fiesta algo tranquila por el propósito de la misma.

Ya saliendo de la ducha se dispuso a vestir el vestido casual que había escogido, uno corto, de tonalidades grises con estampados en negro, unas medias altas, negras también, terminaban con su atuendo junto con sus zapatitos.

Había quedado con Dmitry para ir juntos. Solo tuvo que esperar unos cuantos minutos para la llegada de su amigo.

-¿Estas lista? - le preguntó este con la mejor sonrisa que podía ofrecer.

-No… - contestó convencida Elena devolviendo la sonrisa. El castaño apoyó su mano cariñosamente en su hombro.

Luego de llegar y ser recibidos por la anfitriona se dieron cuenta que la cantidad de personas en el lugar era demasiado para lo que esperaban. Por suerte la casa de la castaña ojos verdes era lo suficientemente espaciosa y dejaba a los invitados disfrutar la velada entre conversaciones y una música de fondo que ambientaba el lugar.

-¿Y Yulia?- preguntó Lena, quien no veía a su compañera.

-Ella… bueno, estuvo hablando con varios de los chicos que le deseaban suerte… y con otros compañeros y profesores también… - comenzó a recordar Nastya.

-Oh ¿Vinieron algunos profesores?

-Pues si… algunos… Shapovalov habló con ella por un tiempo - Siguió Nastya.

-Ya veo… - Elena miró su vaso, recordaba que su profesor apreciaba mucho a Yulia, fue de los primero que dijo que la extrañaría y sabía que ella sentía lo mismo.

-¿Y no sabes dónde está ahora? - preguntó con curiosidad Dmitry - Es que… yo también, hay algunas cosas que me gustarían decirle.

-Bueno… si sé donde está… pero tendrás que esperar otro momento en la noche - siguió Nastya.

-¿Por qué?

-Está hablando con Vlad - adivinó Lena, su amiga simplemente asintió.

-Oh… bueno… supongo que puedo esperar - siguió el castaño.

-No tendrás que esperar mucho. El avión de Yulia sale al mediodía y ella me dijo que no se iba a quedar tanto tiempo en la fiesta. Seguro hará lugar rápidamente para despedirse de todos… ella odia esas cosas - le aseguró la castaña.

-Ya veo… ¿Alguien quiere algo de beber? - Preguntó animadamente el músico, Lena y Nastya asintieron - Está bien, vuelvo en seguida.

Solo cuando Dmitry se perdió de vista entre las personas, Elena miro a Nastya con atención. Quería preguntarle algo pero no sabía cómo abarcar la pregunta, aparte, su amiga no la miraba, solo veía el suelo.

-¿Cómo estás, Nast? - Terminó preguntando. El estado que mostraba su compañera, solo le confirmaba lo mucho que le afectaba el que Yulia se tenga que ir por tanto tiempo. Sabía que su amistad tenía sus años y por lo que Yulia le contaba, sabía también que la castaña ojos verdes era importante para ella.

-¡Oh! Bien… solo pensaba ¿sabes? - dijo mientras asentía un par de veces.

-¿Pensabas?

-Sí, es que a veces creo… que los panecillos de fresa saben mejor con café… aunque a mí no me gusta el café - decía la pequeña y parecía confundida - pero es porque es muy amargo, no sé como a las personas les puede gustar. Y nunca voy a poder entender eso.

La pelirroja miraba con paciencia a su compañera. Por más extraño que parezca lo que estaba escuchando, tenía sentido para Nastya y Lena no iba a discutirlo.

-¿Ya te despediste de ella? - le preguntó sin más.

-Todo el día.

Ambas se sonrieron, al tiempo que Dmitry llegaba con sus bebidas. Charlaron un rato entre ellos hasta que Alexei se les sumó. Al preguntar este también por Yulia, buscándola con la mirada la encontraron. Hablaba con otros de sus compañeros no muy lejos de donde ellos estaban. Dmitry se disculpó y pudieron ver como este volvía a desaparecer con la pelinegra.

-Voy por algo de comer ¿alguno quiere algo? - anunció Elena mientras se preguntaba a si misma si así sería toda la velada. Al negarse sus amigos, se dirigió sola a una de las mesas de la sala.

Cuando tuve en frente a los bocadillos no pudo evitar preguntarse porque dijo eso, ni siquiera tenía hambre, sentía un nudo en el estómago tan apretado que creyó que ni algo de beber podría pasar.

-¿Has probado los panecillos rojos? - una voz familiar le preguntó a su costado.

-Shapovalov - lo nombró con una sonrisa.

-El mismo - dijo su profesor devolviendo la sonrisa. Tomó tres panecillos rojos e intentó llevárselos todos a la boca.

-¡Vaya! Parece que tienes hambre - se sorprendió la pelirroja, Shapovalov solo negó con la cabeza y un ademán de mano mientras volvía su vista a la fiesta.

-Aburrida velada ¿no crees? - le preguntó luego de que pasó los panecillos con un poco de soda.

-Bueno, no es como si esperara un baile de graduación o algo por el estilo - contestó la pelt viendo también a los demás invitados a su alrededor.

-Parece un funeral o algo así - Elena no pudo evitar reírse del comentario - mucho mejor.

-¡Oh vamos! No me veía tan mal… ¿o sí?

-Ñe… he visto peores, es verdad.

-¿Ah, sí?

-Yep - contestó con gracia su profesor - Vlad por ejemplo… no lo pudo soportar más y se fue a su casa… pero hay que entender al guapetón… su primer amor se va por quien sabe cuántos años.

Lena miró de reojo a Shapovalov, su profesor parecía rememorar. Volvió su vista a una lata de soda que había tomado y se la llevó a la boca, esperando que este siguiera hablando.

-¿Sabes? Todavía recuerdo, cuando Vlad recién entraba en la escuela, que él no entendía el romance. Ensayábamos para una obra, y él aún siendo de primer año había conseguido un papel muy importante, se enamoraba de la protagonista… lo hacía terrible. Hablando con él en privado me dijo que todo el asunto del amor le parecía estúpido, que no existía… tonterías de un niño que pareciera que solo podía amarse a él mismo. Le pregunté si alguna vez lo había sentido y contundente me dijo que no. Yo lo envié a su casa… pero no dio ni tres pasos cuando girándose se quedó viéndome de nuevo. Él me dijo "Hay una chica…" y yo contesté "Siempre que una frase comienza con eso, significa que ya estás en problemas". Me habló un poco sobre el asunto y yo lo desafié a hacer algo al respecto. Pasaron los días y las semanas y seguimos ensayando… pero Vlad ya no era el mismo, algo en su mirada cambió, creció, se volvió realmente muy bueno, estaba impresionado. La obra se estrenó y él se llevó todos los aplausos… le pidió a Yulia que fuera su novia al día siguiente.

Elena y Shapovalov compartieron una sonrisa y luego ambos agacharon la mirada.

-Cuando me enteré, le pregunté a Vladimir si seguía creyendo que el amor no existía, podía ver tanta confusión en su cara… solo pudo repetir tres veces "No lo sé" le daba unos segundos para que pensara, y encogiéndose de hombros me repitió "Yo no lo sé" otros segundos más y de nuevo "Ya no lo sé" fue muy gracioso… para ambos.

"Esto me está matando" Pensó Elena que luchaba contra ella misma, para que la empatía que ahora sentía por su amigo no la quebrara. "No voy a llorar… no voy a llorar… definitivamente no voy a llorar"

-¿Crees que va a estar bien? - preguntó de repente, rompiendo la tensión por la que estaba pasando.

-¿Él o Yulia?

-Vlad.

-Si… él va a estar bien… quizás no hoy, quizás no esta semana… quizás no este mes… pero va a estar bien.

-Y Yulia? - quiso saber la pecosa luego de que su profesor la nombrara.

-Yulia… bueno… ella es aún más terca, cabezota, testaruda… lo que complica algo las cosas - dijo Shapovalov mientras parecía hacer un esfuerzo por pensar - Yep, va a estar bien… siempre y cuando tome una decisión.

-¿De qué hablas? Ya tomó una decisión.

-Oh no… ella cree que tomó una decisión - siguió Shapovalov con gracia, Elena le dio una mirada de confusión, pero parecía que su maestro no estaba dispuesto a profundizar - Como sea, es su problema. ¿Tu como estás, Lenoska?

-¿Yo? Bien, cansada… quiero que se termine el… "velorio"

-Aunque el "velorio" termine esta noche… deberías saber… que el luto por el corazón va a tardar mucho más… vas a sentirte cansada por mucho más tiempo.

Elena no pudo hacer más que mirar a Shapovalov con sorpresa, este solo le sonrió comprensivo.

-No podía hacer más que admirar lo mucho que te parecías a Vlad en varias cosas, en otras no tantas… pero definitivamente compartían el masoquismo - rió su profesor - ¿Quién se dio cuenta primero? Dime.

-Ah… bueno… yo… no se dé que hablas.

-Ya sabes. ¿Quien se dio cuenta primero que quería de manera "especial" a la otra? Bueno es obvio que, en una instancia, ambas lo supieron… ¡Finalmente! Pero me he estado preguntando quien dio el bendito paso.

Elena asintió con una sonrisa sabiendo que era estúpido seguir ocultando las cosas, por lo menos a este profesor.

-Ammm bueno, de alguna forma, fuimos las dos… aunque al principio… Yulia era una idiota - confesó riendo la pecosa, contagiando a su maestro - Por Dios, fue tan idiota y terca… casi lo arruina todo, lo juro.

-Sí, bueno… ella es especial, nunca ha tenido muy en claro la lógica de los acontecimientos.

-Ciertamente - concordó la pecosa riendo aún.

-Cuando la atrapé llenando de rosas tu casillero supe que se había mandado una grande - confesó el mayor.

-¿Tu viste eso? ¿Yulia lo sabe?

-Sí, lo vi. Llegó realmente muy temprano a la escuela solo para hacer eso, maldecía por lo bajo algo sobre "Estúpida Katina mira lo cursi que me vuelves" Cuando se dio vuelta y me miró parecía que había visto un fantasma. Yo solo sonreí mientras me llevaba mi sorbete de limón y la dejaba sola. Otra pregunta ¿Quién le pidió que sea novia a quien?

-Yulia - contestó Elena sin más, mientras aún se imaginaba la cara de su compañera al momento de ser descubierta.

-Oh, por favor, dime ¿Que tan romántica es mi querida alumna para las declaraciones?

-¡Oh pues! muy romántica - dijo Elena con marcado sarcasmo - Me lo pidió en el armario del conserje… me dijo que la enfermaba y que sea su novia.

-¡Waw!… Classic Style… como las películas, es toda una romántica - se burló su profesor.

-Lo es.

Ambos se quedaron riendo por un rato y Elena le contó algunas anécdotas más. Su profesor parecía muy interesado y de alguna forma esta la ayudaba a sentirse más amena con la situación.

-Gracias - terminó diciéndole, su profesor solo asintió sonriente.

-No es nada… sé lo que se siente. Dime Lena… tengo una última pregunta ¿La contestarías?

-Dispara - le dijo la pelirroja aún de humor.

-¿Crees en el destino, Lena?

La pelirroja se quedó viendo a su profesor aún con la sonrisa de un principio. Abrió su boca un par de veces pero no lograba decir nada. Ante el mutismo su profesor solo sonrió y terminó viendo por detrás de su hombro.

-Creo que ya te tienes que ir - le dijo mientras la invitaba a ver en la misma dirección que él. Yulia se despedía de su grupo de amigos con leves gestos.

-Me tengo que ir - concordó la pecosa, y dándole una última sonrisa de agradecimiento a su profesor salió de la casa.

Se quedó de pie en el cordón de la acera, esperando de espalda a la casa de Nastya. Ya era entrada en la noche y las calles dejaban ver el brillo de las luces de diversas casas. Temía que lloviers, si llovía lo arruinaba todo, y el cielo parecía querer eso, nublado y tonalidades en morado oscuro. Solo podía desear que resistiera solo un poco más.

-Hey - escuchó a sus espaldas, Yulia se acercaba a ella.

-Hey - respondió en el mismo tono - ¿Nos vamos ya?

-Yo… no traje el auto.

-Lo sé, descuida - decía mientras la invitaba a caminar.

-¿Lo sabes?

-Bueno, sí. En tus palabras "Me contagiaste la estúpida manía que tienes de caminar"- repitió Lena intentando imitar su acento enojado.

-Cierto…

-¿Entonces…?

-Claro, vámonos.

Y dicho esto ambas se pusieron en camino hasta la casa de Yulia.

Caminaban en silencio, cuando Elena recordó lo que siempre le sucedía en esas ocasiones. No pudo evitar ver la mano de Yulia y como esta colgaba de su dueña, despreocupadamente. La pelinegra atrapó a su compañera viendo esto.

-Ah no… yo solo, no es nada - dijo rápidamente la pecosa.

Siguieron caminando un poco más, pero ahora con algo de incomodidad. Elena le cortó toda posibilidad a Yulia de darle la mano al cruzar sus brazos. La pelinegra lo notó y sabía el porqué del gesto, más no dijo nada.

-¿Hablaste con Vlad? - preguntó la pelirroja de repente, intentando descomprimir el ambiente.

-Sí, y con Nastya… y con Dmitry… y con Alexei… y Shapovalov… y prácticamente con todos los que relativamente me conocen - dijo sin muchas vueltas la pelinegra.

-Ya veo… y ¿Cómo están ellos?

-Pues… no lo sé… me quieren, saben que me voy a ir lejos por mucho tiempo… no lo sé… van a estar bien. ¿Te puedo pedir algo?

-Claro.

-Ah Nastya le gusta… - Elena podía notar como Yulia se aclaraba la garganta y se tomaba su tiempo - ella no sabe tomar café…

-¿Cómo "no sabe" tomar café? - preguntó con curiosidad.

-Ella, bueno, lo intenta, pero termina escupiéndolo… por la nariz… o se ahoga. Y dijo que quiere aprender a tomar café… me lo dijo desde que nos conocimos, y todavía no he logrado mucho. Ella cree que es importante para convertirse en adulto o algo así.

-¿Oookey…? - siguió Elena tratando de comprender.

-Podrías… ¿seguir enseñándole… por mí? - Yulia miró a la ojiverde intentándole hacer comprender que el asunto iba en serio.

-Trataré.

-Gracias.

Siguieron caminando otras cuadras en silencio.

-¿No me vas a contar lo de Vladimir? - preguntó la pecosa sin más rodeos.

-No - contestó contundente.

-Eso pensé.

-¿Está bien así?

-Si…

Más cuadras en silencio.

-Mi padre me llevará mañana al aeropuerto, temprano para no correr ningún riesgo, aunque creo que también quiere pasar un tiempo conmigo - siguió Yulia, ya llegando a su casa.

-Suena bien.

Yulia abrió la puerta y simplemente dejó pasar a la pecosa, cerrándola una vez que ambas estuvieron adentro.

-¿Hablaste con tu hermano? - quiso saber Lena.

-Si… aunque él se fue de viaje con mi madre, no estará en el aeropuerto mañana.

-Pero… ¿se despidió de ti?

-No, no pudo… me escribió una carta… parece que no es inmune a la torpeza y frialdad Volkov.

-¿Te gustó la carta?

Elena pudo ver como Yulia asentía mientras ambas comenzaban a subir las escaleras.

-Entonces es todo un Volkov - comentó con gracia.

Llegaron a la habitación y la pecosa entró. Nuevamente notó algo gracioso en la cama de su amiga y este era el osito de peluche que tiempo atrás le había regalado. Se acercó a él y le acarició el chistoso bigote. Lo tomó entre sus manos mientras sonreía, levantó la vista para decir algo pero la mirada seria de Yulia la hizo dudar.

-Ya sé, ya sé, no te gusta que lo toque, toma - le dijo extendiéndole el peluche. Yulia lo tomó y lo dejó arriba de unas valijas que había en la habitación.

-¿Empacaste todo? - preguntó notando las cosas.

-Más o menos - terminó contestando con un suspiro que mostraba lo agotada que estaba.

-¿Ah? ¿No entró todo?

-Bueno, no, pero no son cosas que voy a extrañar - dijo la pelinegra mientras echaba un último vistazo a las maletas - Por lo menos no la mayorías de ellas.

Yulia se acercó a Elena y esta solo le ofreció una débil sonrisa. La pelinegra quería decirle tantas cosas pero sentía que las palabras no bastaban. Negaba débilmente con la cabeza mientras no perdía el contacto visual de esos ojos verdigrises que la miraban con paciencia.

Elena suspiró luego de unos largos minutos, parecía comprender el enmudecimiento y repentina falta de elocuencia de su compañera.

Extendió una de sus manos a la camisa gris oscura que Yulia llevaba, tocando con sus dedos la tela y acercando su cuerpo. Finalmente bajó su mirada y se concentró en los botones de la camisa. Comenzó a desprenderlos uno por unos bajo la atenta mirada de la pelinegra.

Cuando la camisa ya estaba totalmente desprendida Elena volvió a mirar a esos ojos claros, y sostuvo su mirada mientras deslizaba la tela por los hombros de Yulia, dejándola caer a sus pies.

Elena no hizo más que reír por lo bajo al notar el sostén negro que llevaba Yulia. Lo obvió y deslizó sus manos hasta llegar a su jeans. Desprendió el botón sin ningún problema y se agachó llevando con ella la prenda hasta los talones, donde la pelinegra, movió sus pies para librarse totalmente de esta.

Se reincorporó contemplando el cuerpo que tenía al frente, podía ver que Yulia se sonrojaba, pero aún así se mantenía inmóvil. Se llevó sus manos a la espalda alcanzando el cierre del vestido y bajándolo. Con sus manos se retiró las tiras de este de sus hombros y el vestido se deslizó por su cuerpo, cayendo también con velocidad. Dejándola sola con un conjunto de ropa interior color piel.

-E...Espera, Lena - tartamudeó la pelinegra al ver como la pecosa se llevaba las manos atrás y se desprendía el sostén, más esta siguió en lo que hacía sin hacer caso.

Elena pudo ver como Yulia desviaba la mirada con vergüenza cuando ya estaba sin nada en la parte de arriba. Sus pulgares se colaron en sus medias negras, agarrando también su ropa interior y la deslizó por sus piernas, arrogándola luego a un costado. Ahora estaba totalmente desnuda.

Se quedó así, sin hacer nada, esperando a que Yulia la mirara. Le causaba gracia, como después de todo, la pelinegra parecía tener cierta timidez aún estando ambas desnudas. Elena podía ver como Yulia le dedicaba cortas miradas antes de seguir esquivándola. Con una sonrisa acercó su cuerpo nuevamente al de la morena. Pasando sus manos hacia sus costados y encontrando en su espalda el broche de su sostén negro.

Yulia pudo sentir como la desprendían de su ropa interior y como sus mejillas comenzaban a arderle. Ayudó a Lena a terminar de sacar su ropa interior baja y ya ambas estaban en igualdad de condiciones. Podía ver a la pelirroja examinando su cuerpo con una sonrisa. No sabía qué hacer más que esperar el siguiente movimiento de su compañera.

Vio como Lena subía su mano y la apoyaba entre medio de sus pechos con suavidad. Su mano estaba helada y esto hizo que toda su piel se erizara, pero lo que más le preocupó fue su corazón. Yulia supo que este latía aceleradamente por la situación en la que estaba. Sentía vergüenza de que la pelirroja pudiera comprobar lo nerviosa y ansiosa que se encontraba. Una sonrisa en sus labios le indicó que en efecto lo había notado.

La anfitriona suspiró con incomodidad haciendo que Elena buscara su mirada, la contempló por unos instante, antes que el nerviosismo se apoderada de nuevo de ella. La pecosa se acercó y depositó un cálido beso en su mejilla, haciendo que Yulia cerrara los ojos.

-Tu corazón late muy rápido - mencionó Elena muy cerca de su rostro.

-Siempre se pone así cuando estás cerca - confesó la morena sin abrir los ojos aún.

Su mano fue tomada por la fría de la pelirroja y era conducida hacia arriba. Sintió bajo su palma la piel del pecho de Elena. Abrió sus ojos para encontrarse con la mirada de esta. No pasó mucho hasta que un descubrimiento la llenó de una cálida sensación.

Podía sentir el corazón de Elena golpeando contra su pecho, muy deprisa. La sensación no era nada que pudiera comparar con algo vivido previamente. No sabía cómo sentirse. Solo pudo sonreír al saber que era por ella.

La mano de Elena comenzó a empujarla hasta que sus piernas tocaron el borde de la cama y la obligó a sentarse. Se deslizó hasta dar con el cabezal de la cama, mientras Elena subía con ella. No rompieron el contacto visual. Tanto se podían decir con las miradas.

En un rápido movimiento Yulia tiró de Elena, cambiando la posición, quedando ella arriba, la pelirroja rió ante la repentina maniobra.

-Siempre te ha gustado llevar el control - mencionó, acomodando los cabellos de Yulia, quien tenía el rostro muy cerca suyo.

-A ti siempre te ha gustado estar justo… - Yulia se acomodó a horcajadas en el abdomen bajo de Lena - debajo de mi control.

Podía ver como las mejillas de su invitada comenzaban a tomar color.

Yulia inclinó su cuerpo y besó el cuello de elet, al momento que esta hacia su cabeza para atrás disfrutando la sensación. Se quedó allí, mimando esa parte, disfrutando de su textura, mientas con sus dedos trazaba círculos en el abdomen de la pelirroja. Podía sentir sus manos agarrando sus cabellos, despeinando, sus dedos masajeando su cuero cabelludo. Eliminando todas las tenciones que acarreaba.

-¿Yulia?

La aludida dejó el cuello de su amante y la miró a los ojos. Esta no dijo nada, simplemente reincorporándose un poco, acomodó sus piernas entre las suyas, lo más cerca que podía. Pasó su mano por su nuca y atrayéndola de nuevo, la hizo acostarse encima. Ambos pechos desnudos se tocaban con tranquilidad. La respiración de Yulia comenzaba a ser más profunda, pero se entrecortó al primer movimiento insinuante de la cadera de Elena.

La pecosa pudo ver como el cuerpo de Yulia se había tensado con esa insinuación, y podía ver su rostro con los ojos cerrados. Volvió a repetir el movimiento y consiguió la misma respuesta, otros escarmientos. Bajó sus manos por la espalda de Yulia, posándolas sobre sus nalgas, y presionándolas marcó nuevamente el vaivén, lenta pero constantemente, hasta que sintió como la cadera de Yulia también se comenzó a mover sobre la suya.

Elena no pudo evitar que sus jadeos comenzaran a invadir la habitación. Cada tanto en los movimientos el centro de ambas se encontraba y le mandaba descargas de placer que la pecosa no sabía cómo controlar. Solo intentaba mantener ese ritmo mientras acompañaba con sus manos los movimientos, aprisionando aún más el cuerpo de Yulia.

-¿Lena? - Llamó la pelinegra mientras mordía su labio evitando que saliera un gemido. Bajó la velocidad de los movimientos para ver a los ojos a la pelirroja.

-No… Yulia… - suplicó esta jadeando e intentando controlar su respiración. Podía ver tan bien los ojos de Yulia, tan de cerca, casi podía escuchar las preguntas en ello… pero creía que si accedía a eso entonces todo se caería… ella se quebraría… rompería a llorar. Se haría añicos, allí, justo en frente de esa mirada que tanto amaba.

Pero Yulia no le hizo caso a sus suplicas, acercó su rostro velozmente, sintiendo que si capaz dejaba ir otro segundo, también se arrepentiría. Sus labios colisionaron torpemente por los movimientos, que cada vez fueron cesando más, ya que todo su ser se concentraban en sus labios.

"No voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar" se repetía incesante la pelirroja, mientras cerraba fuertemente sus ojos y correspondía el beso de Yulia. Sus labios se movían dejando entrar solo el aire necesario para poder seguir besándose. No fue hasta que sintió sus mejillas húmedas que separó un poco su boca.

No quería abrir los ojos, sabía que ella no estaba llorando, sabía que no eran sus lágrimas, pero no lo quería ver. Arremetió nuevamente contra la boca de su compañera con más ferocidad, haciendo que su lengua llevara el ritmo de su baile. Retomó el movimiento insinuante, sin esperar que Yulia estuviera lista. La morena se sumó cuando sus gemidos no la dejaban seguir besando esos labios que tanto le gustaban.

Si perder el ritmo, Elena se reincorporó, adoptando una posición de sentada, sobre una de las piernas de Yulia, mientras que la otra pasaba por encima de su muslo. La abrazó fuertemente mientras su cabeza se apoyaba en su hombro. Podía sentir la respiración entrecortada de la anfitriona en su oreja.

-¿Lena? - Sintió que la llamaba con un hilo de voz. Solo se abrazó más firmemente a su espalda - Quiero que sepas… mmmm…

"No quiero escuchar esto" pensaba la pecosa mientras intentaba acallar todos sus sentidos con el placer que generaba el roce.

-Eres la única para mí... - terminó diciendo Yulia lo más claro que pudo - Nunca nadie… nadie mmm… ha llegado tan cerca… eres la única… Lena…

La pecosa se mordía el labio fuertemente, era inútil pelear, resistirse…

"Pero no voy a llorar, no esta noche, no con ella"

-Tú eres mi única Yulia… siempre lo fuiste - contestó esta - y algo me dice que siempre lo serás…

-Ahhh - Gritó la morena al sentir como la pecosa le clavaba los dientes sin ningún cuidado en su cuello - Lena… Lena…

La pecosa sentía como las uñas de Yulia le apretaban la cadera, atrayéndola más a ella, haciendo que los roces se volvieran más profundos.

"Esta noche no quiero llorar, no quiero saber la respuesta de nada en especial, no quiero adivinar, no quiero esperar… solo quiero sentirla… solo ella y yo… solo quiero sentirla a ella"

Elena sintió como el cuerpo de Yulia se comenzaba a tensar, acallando por fin sus pensamientos y sintiendo como también su cuerpo correspondía a sus suplicas.

….........................................................................

El padre de Yulia se acomodaba la manga de su saco mientras miraba por la un ventanal del frente, la escena.

Ya eran pasada las nueve, el avión salía al mediodía, todavía tenía tiempo. Checó por última vez la hora en su reloj y se dispuso a observar con paciencia como su hija, aún en frente de su casa, no podía despedirse de su antigua novia.

El mayor había saludado con cortesía a la pecosa cuando la vio bajar con Yulia de su habitación. No dijo nada al respecto y dejó que ambas salieran por la puerta. Pero de eso ya habían pasado unos veinte minutos.

Podía ver a ambas chicas mirándose, parecía que intercambiaban algunas palabras cortas, pero en su mayoría solo estaban allí, paradas.

Finalmente contempló como la pelirroja se acercaba a su hija y la abrazaba. Un gesto sentido, sin duda. Pero la misma cortó el abrazo y simplemente, sin mirar atrás se comenzó a alejar.

Sentía que algo le hacía presión en su pecho al ver como su hija no se movía del lugar y seguía con la vista a su invitada, aún cuando esta ya había desaparecido de escena.

Luego de unos minutos, Yulia se dio la vuelta y emprendió su camino de vuelta a casa. Su padre creyó que pronto escucharía la puerta abrirse pero no fue así. Se acercó nuevamente al ventanal, buscando a su hija, y la encontró sentada, agazapada en las escaleras de la entrada.

Suspiró con pesadez, mientras se dirigía hacia afuera. Se acercó a su hija poniéndole una mano en el hombro.

-¿Yulia?

-Sí, lo sé… solo un minuto ¿sí?

-Si… tómate todos los que quieras, todavía tenemos algo de tiempo.

…........................................................................

-Holis - la saludó Nastya con apenas abrir la puerta de su casa.

-¿Qué paso amiga? - la saludó Dmitry también, mientras se ponía de pie.

-Hola - Saludó Vladimir con una sonrisa y un ademán de mano desde el sofá.

-¿Qué hacen aquí? - preguntó desconcertada Lena, mientras entraba en la sala y veía a todos sus amigos.

-Pues, el avión de Yulia sale en algunas horas… y creímos que mejor esperábamos ese tiempo todos juntos - contestó Alexei.

-Si, así lloramos todos juntos también - mencionó Iván mientras se soplaba la nariz en la remera de su amigo el pelinegro.

-Tu tranquila, aquí tienes a tu equipo de apoyo - le dijo Dmitry mientras le ponía una mano en el hombro.

-Gracias amigos.

…...........................................................................

Se pasaron las primeras horas viendo televisión. Ninguno hablaba. Elena se mantenía entretenida en la cocina, pero sin hacer nada. Dmitry, Nastya y Alexei se concentraban en la pantalla, pero la pequeña castaña estaba pendiente del reloj de pared cada 2 minutos.

Vladimir, en cambio, parecía más atento a sus amigos. De reojo observaba a Elena y cada tanto a Nastya. También veía como Alexei y Dmitry miraban la pantalla, aunque con cierta mirada ausente.

Lo que más le preocupaba era la dueña de casa. Podía ver como cada tanto se tildaba, y otras veces se movía descuidadamente.

"Vlad… cuida mucho a Lena"

La voz de Yulia le resonaba en su mente, mientras nuevamente su atención se ponía en la pelirroja. Esta parecía muy ausente y batallando internamente con algo que solamente ella podría saber. En un momento Lena lo descubrió observándola. Pero ambos se mantuvieron la mirada, y como si el cerebro de esta hiciera clic, toda su atención volvió a tierra.

-Tienes que llevarme al aeropuerto - Le dijo sin más.

-¿Qué? - preguntó el rubio.

-Tienes que llevarme al aeropuerto ¡Ahora!

-¿De qué hablas Lena? - preguntó Nastya, ya todos tenían la atención puesta en ambos amigos.

-Tengo que decirle algo a Yulia, debes llevarme con ella - insistió.

-Háblala por teléfono - sugirió Dmitry.

Al instante Elena tomó su celular.

-Lo tiene apagado - la atajó Vlad, sabiendo como odiaba Yulia las despedidas.

-Es verdad, está apagado - aseguró Lena luego de que el buzón de voz entrara - Debes llevarme con ella ahora.

-¿Para qué?

-¡No lo sé! Tengo que decirle… algo, lo que sea, esto es tan estúpido - dijo con frustración.

-Lena, todos estamos mal porque ella debe irse…

-No, no, no es sobre eso, no le voy a pedir que se quede… pero quiero que sepa… ella tiene que saber… ella no lo sabe - la pelirroja se enredaba entre sus palabras, agarrándose la cabeza con frustración - Tengo que hablar con ella Vlad - terminó suplicando.

-El vuelo sale en 25 minutos, ya es muy tarde - les aseguró Alexei mientras se fijaba en su iPad.

-¡Vlad! - volvió a suplicar la pecosa.

El rubio miraba a su amiga con mucha atención, pero era incapaz de hacer algo.

-Lena ya es muy tarde…- intentó calmarla Dmitry mientras se acercaba pero esta se alejó.

-¡Vlad! - volvió a llamarlo - ¡Debemos ir por Yulia!

Todos en la habitación se quedaron en silencio, ahora era su turno de hablar, y no sabía cómo seguir.

-Espero que de verdad tengas algo para decir - Le dijo su amigo mientras se encaminaba hacia la puerta y era seguida muy de cerca por su amiga.

-¡Suerte Lena, Vlad! - La voz de Nastya fue lo último que escucharon antes de subir al auto e ir a toda marcha hacia el aeropuerto.

….........................................................................

-¿Cual es su vuelo? - preguntó el rubio mientras corrían por los pasillos del aeropuerto.

-¡No pueden correr aquí! ¡Hey! - uno de los guardias de seguridad les gritaba, pero los chicos ya estaban muy lejos.

-338 vuelo a Escocia - Mencionó Lena mientras buscaba lo que sea que les indicara.

-Señorita no puede pasar por aquí - una de las empleadas las detuvo en una de las puertas.

-No, escuche, busco a mi amiga, debe abordar el vuelo 338 a Escocia.

-De aquí en más solo pueden pasar personas con los boletos y el pasaporte - Insistió la empleada.

-No tengo un pasaporte ni los boletos, solo quiero hablar con mi amiga - repitió la pecosa.

-Lo lamento no los puedo dejar pasar.

-¡Oigan ustedes! - Ambos chicos giraron y pudieron ver al mismo guardia siguiéndoles el paso.

-No tenemos tiempo para esto - dijo Vlad mientras apartaba a la empleada y se abría paso con Lena - ¡Corre!

-No pueden hacer eso. ¡Seguridad!

Llegaron a una sala más pequeña en comparación al resto, pero aún así amplia, donde se podía ver unos asientos con personas con sus equipajes listos para abordar.

-¡Yulia! - gritó Lena mientras, esquivaba uno de los guardias.

-¡Yulia! - gritó Vladimir, mientras la buscaba entre las personas de una de las filas.

-¡Yulia! ¡No! - Uno de los guardias agarró a Elena de la muñeca y le impedía seguir buscando - No entiendes, solo busco a mi amiga ¡Por favor!

-Suéltela - Vladimir empujó al guardia que tenía a Lena, pero otros dos guardias lo sujetaron e intentaban sacarlos a la fuerza de esa sala.

-¿Pero qué demonios sucede aquí? - Otro oficial, notablemente mayor en edad, detuvo a los guardias mientras ambos chicos aún forcejeaban.

-Solo... - decía Lena intentando zafarse del agarre - ...Busco a mi amiga, tengo que decirle algo importante ¡Por favor!

-¿Tanto problema por esto? - dijo con enojo el mayor.

-Su nombre es Yulia Volkova, tiene que tomar el vuelo a Escocia, el 338 - repitió Lena, sin rendirse - ¡Por favor!

El mayor se acercó a una de las empleadas que seguía viendo el espectáculo de ambos chicos, aún forcejeando.

-¡Yulia! - gritó Vladimir, aún buscándola con la mirada.

-¡Fue suficiente! - ordenó el superior - Los dos se calman ahora mismo o juro que los encerraré en una celda durante todo el fin de semana. Suéltenlos.

Los guardias obedecieron y ambos chicos miraron al sujeto expectante, quien sostenía una libreta que le había pasado la empleada.

-Acércate jovencita - le ordenó a Lena.

Esta se acercó y el oficial le puso una mano en el hombro conduciéndola hacia un ventanal a la izquierda de la habitación.

-¿Ves ese avión con las líneas rojas? - le dijo mientras señalaba con su otra mano un enorme avión que se movía por la pista alejándose, dispuesto a tomar vuelo - Ese es el 338 rumbo a Escocia.

Elena giro rápido su cabeza para ver al oficial. Este le devolvió una mirada dura, dejando ver que no tenía ninguna duda de lo que decía. Volvió su vista al avión y pudo ver como este levantaba vuelo.

-Sea lo que sea que le debías decir a tu amiga… deberás esperar que aterrice en Escocia, y se lo anuncies por teléfono.

-No puede ser - susurró la pecosa.

-Lo es - volvió a sonar contundente el oficial - y ahora… si me permiten. Ya causaron muchos problemas. Por favor, les pido que se retiren.

Los guardias de seguridad los acompañaron hasta la puerta de salida de esa sala. Ambos chicos se quedaron en el aeropuerto, sin saber que hacer o decir. Habían llegado tarde. No muy tarde, solo lo suficiente. Y eso se sentía aún peor.

La gente en el aeropuerto miraba raro a ambos chicos, por ser ellos quienes ocasionaron un alboroto, pero ambos estaban tan inmersos en lo suyo que no les importó.

Vladimir tomó asiento en uno de los muchos que había, y suspirando echó su cabeza hacia atrás. Lena en cambio se dirigió al enorme ventanal que tenía el aeropuerto a base de pared, y desde allí podía ver el cielo. Tan nublado y amenazante de lluvia como anoche. Pero solo se podía concentrar en el pequeño punto blanco que distinguía como el avión que había perdido para siempre.

"¿Crees en el destino… Lena?"

___________________________________________

Y uds quieren el capítulo final, hoy??

😅

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Mensaje por Fati20 4/14/2022, 1:40 pm

Hola querida, si si ya sube el capitulo final ya terminemos con esta agonía 💔💔. Fue una despedida tan intensa y linda y también super triste, necesito ya saber q va a pasar 😔
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/14/2022, 6:45 pm

Everlong
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El cielo solo parecía más gris. La humedad en el ambiente era casi palpable. Podían ver a las personas en la entrada del aeropuerto sacando sus paraguas. Todavía no había comenzado a llover, pero definitivamente no tardaría mucho.

Elena se encontraba con Vladimir atun en la puerta del enorme edificio, ambos veían a las personas pasar sin hacer absolutamente nada más que estar allí.

-Yo… creo que será mejor que regresemos a tu casa - comentó su amigo, mientras no perdía de vista la calle.

Lena lo observó por unos segundos. El chico parecía ausente, portaba un aire de desilusión muy difícil de ignorar, serio, sin ánimo alguno de cambiar su condición. No pudo evitar preguntarse si se veía de la misma forma.

Giró su rostro al lado contrario, y pudo apreciar una vidriera, un local justo a la par de la enorme puerta del aeropuerto, cosméticos de diferentes colores se mostraban en él. Pero no era lo que llamó su atención.

Ella podía ver su reflejo en esa vidriera, y aún teniendo curiosidad por la imagen que había mostrado el rubio, se acercó a este. A medida que avanzaba la imagen gris de una chica se hacía más clara. Podía ver un rostro que no mostraba expresión alguna más que el cansancio. Despeinados cabellos, desarreglada forma de vestir, y con la ausencia de una sonrisa que se hacía notar en su rostro.

"Estoy tan cansada" pensó mientras extendía su brazo, y con sus dedos tocaba la fría vidriera. Si, tenía la misma expresión que su amigo… inclusive se podría jactar de estar peor. "Me pregunto cuánto tiempo pasará hasta que todo vuelva a… ¿ser como antes?

"…el luto por el corazón dura mucho más… vas a sentirte cansada por mucho más tiempo"

Recordar esas palabras solo hacían sentir más lo abatida que estaba, pero por alguna razón no podía llorar, o gritar, o encapricharse y tirarse a llorar… no, estaba muy cansada para esas cosas. Solo respirar parecía que le costara lo doble de lo normal.

"¿Las cosas realmente volverán a ser como antes en algún momento? Yo… Voy a estar bien ¿Verdad?" Se comenzó a cuestionar mientras le parecía imposible cambiar de estado en ese momento, inclusive imaginarse bien, en el futuro, parecía imposible… "Voy a estar bien sin Yulia… ¿verdad?"

Volvió a contemplar su reflejo. Derrota. Si había una palabra con la que se podría definir en esos momentos no sería otra que la derrota. Lo sentía en todo su cuerpo, la sensación de haber luchado muy duro, de haberlo dado todo, y por alguna razón que no entendía, sentía que había perdido. Lo sentía inclusive en su boca, su lengua y su garganta degustaban un sabor amargo, denso, difícil de pasar.

Suspiró pesadamente. Ya no había ningún motivo por seguir parada allí. Se giró volviendo a su amigo, este la veía con paciencia, con empatía.

-Sí, vámonos.

Ambos chicos comenzaron a caminar por las calles. El auto de Vladimir había quedado varias cuadras atrás, ya que el tráfico al aproximarse era denso y temiendo no llegar, decidieron correr. Ahora esas calles le pasaban factura. No es que sea realmente muy lejos, sino que la sensación de tener que mover sus abatidos cuerpos era agotadora.

Elena contempló como en la acera del frente de ella, una pequeña niña rubia, con su madre al lado, comenzaba a jugar con su paraguas cerrado, para lograr abrirlo. Al conseguirlo su sonrisa de satisfacción fue enorme, viendo a su madre para hacerla notar lo que había logrado. La mujer le sonrió y le dedicó unas palabras que no alcanzó a escuchar. La niña puso su paraguas rojo brillante sobre ella. Al instante notó como las demás personas a su alrededor comenzaban a abrir sus paraguas también, o se tapaban la cabeza, alzando maletines o diarios… nada tan brillante como el paraguas rojo… pero que cumplía la misma función en esos momentos… protegerse de la lluvia que comenzaba a caer.

-Esto es… genial - escuchó decir a Vladimir por lo bajo, mientras las gotas comenzaban a mojarlos a ambos.

Ninguno de los dos apresuró su marcha o hicieron algo al respecto. La lluvia que comenzaba a caer sobre ellos no era fuerte, pero era el tipo de llovizna que molestaba, combinado con el frío del ambiente de ese día, la hacía sentir aún más incómoda. Pero la idea de correr hacia el auto parecía requerir mucho esfuerzo.

Caminaron otra cuadra, ya se veía menos gente en las calles, el pavimento y la acera mojada, reflejaban la débil luz que las nubes dejaban ver.

"Si todos los días van a ser así… y los voy a sentir como los estoy sintiendo ahora, definitivamente tendré una vida muy larga" Pensó con gracia la pecosa, intentando levantar su ánimo con algo de humor, sin éxito.

Iban a mitad de cuadras cuando chocó con la alguien, haciendo que se detuviera. Había chocado con la espalda de Vladimir, que sin previo aviso se detuvo.

-¿Qué…? - comenzó a preguntar, cuando notó que su amigo miraba hacia su derecha. Elena lo imitó y pudo ver un callejón, pero no alcanzaba a ver que había en él.

Se adelantó a la altura de Vladimir y comprendió porque la repentina interrupción de sus pasos aún estando bajo una llovizna incesante… ella hubiera hecho lo mismo.

El callejón no era tan amplio, pero lo suficiente angosto para que un auto pasara por él sin dificultad. Al fondo parecía abrirse, haciendo más lugar. Justo en el medio donde se ensanchaba, podían ver una imagen que reconocían, como si de un sueño se tratara, un sueño de hace mucho tiempo. Un sueño que ya había olvidado y su memoria tenía solo curiosidad.

Una pequeña caravana de color verde, iluminada en el oscuro callejón por luces amarillas y un chistoso farol en lo que sería su entrada, estaba ubicada en el centro. Vidrios y utensilios colgaban, brillando con un resplandor amarillo, mientras el agua, que corría desde su techo hasta los objetos que pendían, hacía que cayeran gotas constantes.

Elena se embargó de un curioso calor familiar por la escena. Había estado contemplando las calles grises, con esas nubes que la prohibían del sol y sus luces, con gente en maletas y trajes oscuros por el aeropuerto… todo a excepción del paraguas rojo… y ahora esa escena.

No fue hasta que notó la presencia de alguien sentada en las escaleras de la entrada de la curiosa vivienda que su mente le informó que estaban siendo llamados.

Una mujer, aparentemente joven, con risos dorados, ahora con una bandolera verde en sus cabellos, y vestida con lo que parecía un vestido hecho de trapos, cubierta hasta los hombros con un poncho verde pálido, los saludaba con la mano, mientras una sonrisa adornaba su rostro. Se puso de pie y con su mano ahora les hacía indicaciones para que se acercaran.

-¡Vengan! ¿Qué hacen allí mojándose? - Solo cuando la voz de la mujer llegó a sus oídos, ambos chicos se acercaron, apresurando sus pasos, hasta la caravana.

Cuando la tuvieron en frente pudieron reconocer a la mujer, la misma adivina de hace tanto tiempo atrás. Ambos habían quedado sin palabras. No podían apartar la vista de ella, atónitos.

-Esta helando afuera - les aseguró la mujer - No creo que la lluvia dure demasiado ¿Por qué no entran? Les prepararé algo cálido de beber.

La mujer entró a su vivienda sin esperar respuesta de los chicos. Estos se miraron entre ellos, intentando adivinar en el rostro del otro si lo que estaban viendo era de verdad. Finalmente Elena entró a la caravana, seguida de Vladimir que cerró la puerta.

Para Lena, el estar adentro solo hizo que la sensación de estar "en un sueño" creciera. El lugar estaba igual de cómo lo recordaba, aunque solo había estado una vez allí, el sentimiento familiar la invadió. Las luces amarillas y cálidas le trasmitían cierta tranquilidad. Como si afuera y adentro se tratara de dos mundos totalmente diferentes.

-Vengan… pasen, pasen - Los invitó la dueña del lugar mientras se metía en la habitación de la izquierda. Habitación que ambos chicos reconocían y que cuando entraron, no hizo más que traer viejos recuerdos.

Misma mesa, con el mismo centro de mesa de cristal, mismas butacas y misma pantalla plana colgada en una de las paredes.

-Siéntense - invitó nuevamente, pasándole a Lena una toalla, lo mismo que a Vlad.

La pelirroja secó sus cabellos con la tela, no podía hablar, simplemente obedecer… cuando el misterio es muy grande es imposible desobedecer. No pasó mucho tiempo hasta que la mujer trajo consigo 3 tazas de té y se los ofreció a los chicos.

-Tomen… es un té mágico, desata los nudos de las lenguas de las personas - bromeó la adivina, sin que el asunto del persistente silencio se le pasara por alto.

Elena obedeció, no sin antes mirar a Vladimir para que ambos bebieran de sus tazas. Apenas la cálida bebida tocó sus labios y el vapor que este lanzaba entraba por su nariz, sintió el alivio. El sabor amargo que sentía en su boca junto con el aparente nudo que tenía en su garganta, desapareció por el dulce sabor del té. Lo agradeció planamente. Tomó otros sorbos hasta que se convenció que era capaz de poder modular palabras de nuevo.

-Muy bien, entonces… ¿Qué cuentan de nuevo? - preguntó con simpatía la mujer, después de también degustar su propio té - ¿Qué los trae por aquí?

Nuevamente los chicos se vieron entre ellos, sin poder comprender.

-Usted… - comenzó Vladimir, pensando las palabras que decir - nos hizo seña para que nos acercáramos. Nosotros, íbamos camino a mi auto.

-¿Caminaban bajo la lluvia… hacia tu auto? - preguntó la mujer - ¿Les gusta resfriarse?

-No... es que, veníamos del aeropuerto, y cuando nos dirigíamos hacia el auto… empezó a lloviznar - siguió el rubio.

-Oh - entendía finalmente la mujer - ¿Y por qué no corrían o… se cubrían con algo?

-Nosotros no… no teníamos ganas de correr… o de cubrirnos de la lluvia - Siguió con sinceridad Vlad, sorprendiéndose de lo fácil que la verdad salía de sus labios.

-¿Y eso es porque…?

-Estoy muy triste como para luchar contra la lluvia y sus intenciones de mojarme - continuó el rubio, bajando su vista.

-Oh, es que la lluvia no suele tener en cuenta los sentimientos de las personas - dijo al adivina asintiendo - ella simplemente cae.

El silencio se hizo de nuevo entre los tres, mientras la adivina volvía a beber su té.

-Sin embargo… siguen sin decirme… ¿Por qué están aquí? - repitió la mujer con su sonrisa.

-¿Es que hay que tener una razón para estar aquí? Ya se lo dijimos… estábamos en el aeropuerto, íbamos hacia el auto, comenzó a llover, vimos la caravana, usted nos llamó…

-Oh, mi querido - lo interrumpió de nuevo - Siempre hay una razón… ¿Por qué están aquí?

Ambos miraron a la mujer, no lo comprendían. La afirmación y la pregunta le parecían sin sentido. Elena agachó la cabeza, intentando razonar, pero nada se le ocurría.

-Okey… creo que mejor traeré más del "Té Mágico" parece que lo necesitaran hasta que…

-Yulia se fue - contestó de repente Lena, aún sin levantar la cabeza.

-Y eso… - apuntó la adivina - Es una razón… ¿Quién es Yulia?

-¿Cómo que… "quien es Yulia"? - preguntó incrédulo Vladimir - ella es la chica que vino conmigo, usted le mostró su futuro… o algo así, en la pantalla.

-Mi cielo, tengo muchísimos clientes, no puedes pretender que me acuerde de todos.

-Se acordó de nosotros - siguió el rubio.

-Bueno… si, quizás de algunos clientes recuerde… quizás recuerde todos en realidad.

-¿Y por qué está preguntando por Yulia? - El chico parecía confundirse aún más con cada respuesta.

-Oh eso… yo sé quien es Yulia, pero no lo estoy preguntando para mi… lo estoy preguntando para ella - siguió la adivina con aire de estar diciendo lo más obvio del mundo.

-¿Qué?

-¿Quién es Yulia? - volvió a preguntar la adivina a Lena, acomodándose en su butaca y apoyando su mentón en su palma, mientras apoyaba su codo. Parecía acomodarse para escuchar un largo relato. A Elena esta postura le pareció curiosa, no había mucho que decir.

-Yulia es… una compañera de nosotros, estudia en Neposedi… estudiaba… la conocemos de hace años… es muy cercana a nosotros y... muy talentosa, hace un mes le llegó una carta y…

-No has contestado a mi pregunta - La cortó la adivina. Elena la miró, ya no con confusión, ahora sabía perfectamente a que se refería - ¿Quién es Yulia?

-Yulia es… - la pelirroja respiró profundamente, mientras sentía que se entregaba a la misma sinceridad que minutos atrás parecía haber invadido a Vladimir - la persona que amo. Yulia es… ella fue mi novia, mi amiga… la chica más increíble que en mi vida conocí… lo más hermoso e importante que ha sido mío… Yulia es… no lo sé, ya no me alcanzan las palabras. La amo, de verdad, de verdad la amo - terminó diciendo mientras apoyaba sus codos en la mesa y cubría su rostro.

-Esa es una buena respuesta - la tranquilizó la mujer, satisfecha con sus palabras - Entonces… voy a adivinar… vienen del aeropuerto, porque Yulia se fue ¿Verdad?

-Ella recibió una beca en Europa del norte, como mínimo estar años allí - siguió Vladimir, viendo incapaz a Lena de responder.

-Ya veo - asintió la rubia - Entonces… ¿Cuál es la pregunta en realidad?

-¿Volveremos a ver a Yulia? - preguntó Vlad.

-Esa no es la pregunta - le dijo con una sonrisa comprensiva, entendiendo el sentimiento impaciente que adornaba la duda.

-¿Yulia volverá con nosotros? - preguntó nuevamente el rubio.

-Tampoco es la pregunta correcta.

-¿Yulia volverá a ser mi novia? - Preguntó Elena, interesándose en la "adivinanza" que parecía haber envuelto el cuarto.

-No, tampoco es la pregunta correcta.

-¿Volveremos a estar juntas? ¿La volveré a ver? ¿Nos casaremos? ¿Seremos exitosas y nos casaremos? - Preguntó varias veces, haciendo notar todas las dudas que acarreaba con el tiempo.

-Ninguna de esas es la pregunta.

-¿Pero puedes contestarlas? - preguntó con esperanza, dejando ver su desesperación por las respuestas - Tu ves el futuro ¿verdad? Tu sabes lo que el destino depara ¿Sabes si estaré con Yulia en el futuro? ¿Sabes si ese es de verdad mi destino? ¿Cuál es mi destino? ¿Y el de Yulia? ¿Es el mismo? ¿El destino nos quiere juntas? ¿Por qué entonces…?

-Ok, detente - la interrumpió la adivina, mientras levantaba una mano para que parara - ¿Qué sabes tú del destino? Lo estás nombrado mucho… y eso del futuro… y la verdad ni idea de que te estás refiriendo.

-Es un chiste ¿Verdad? - preguntó Vlad - Usted es una adivina, trabaja adivinando el futuro de los demás… ve el destino. Nos puso nuestros futuros en esa…pantalla.

-Pues… si - dijo la mujer, con tono pensante - dijiste algo cierto… yo soy una adivina… ahora dime ¿Cuándo tu intentas adivinar algo… siempre aciertas?

-No…

-¿Por qué no?

-Porque… es imposible saber… puedes suponer cosas, basándote quizás en lo que ya sabes, o teniendo pistas… pero siempre te puedes equivocar.

-No es muy diferente a lo que yo hago - contestó despreocupada la mujer.

-¿Es en serio?

-Sí, claro… tú lo dijiste… soy una adivina.

-¿Entonces lo que nos mostró en la pantalla…? - preguntó con curiosidad Elena, señalando el monitor.

-¿Eso? Fue uno de los tantos futuros que puedes llegar a tener… tómatelo como… si intentaras adivinar de qué color son los pendientes que lleva en estos momentos Yulia. Si fueran rojos como le quedarían, si fueran azules como les quedarían, si fueran verdes como les quedarían… lo que ustedes vieron… fue el futuro que ustedes imaginaron que sería… dependiendo del color que arriesgaban.

-No entiendo nada - contestó con terquedad el rubio.

-No hay mucho que entender… de hecho ni yo lo entiendo - le aseguró la mujer.

-¿Y por qué les muestras a las personas mentiras? - siguió el chico.

-Pues… por más sorprendente que te parezca… las personas no solo dejan que le muestre… me pagan para que lo haga - siguió la adivina sin ningún tipo de preocupación - aparte no son mentiras… son solo probabilidades… cosas que pueden pasar… o quizás no… todo depende.

-¿De qué depende? - preguntó Elena, recordando su futuro con la pelinegra y las gemelas. La mujer solo sonrió - ¿Del destino?

-Otra vez esa palabra… ¿de verdad? - La mujer miraba el techo mientras negaba - Los jóvenes de hoy en día suelen decir palabras que ni siquiera ellos comprenden. ¿Qué es el destino? Explícame por favor… ¡Muero por saber!

-Pues bueno… yo creo… creo que el destino es - comenzó Elena, razonando lo mejor que podía.

-Tomate tu tiempo cielo… es una pregunta complicada… se de filósofos que les llevó toda la vida y murieron sin saberlo… pero tu adelante, seguro que ahora lo entiendes - Dijo mientras riéndose, se llevaba su taza a los labios.

-El destino no es… ya sabes… esa cosa que no podemos evitar en el futuro…

-¿El destino es… una cosa? - preguntó curiosa la mujer.

-Bueno, no una cosa, sino algo… que nos depara a cada uno… como cuando morimos y alguien dice "Su último destino" "las cosas estaban destinadas a que pasaran así" "no había nada por hacer"

-Oh ¿y de verdad es así? ¿No se podía hacer nada para evitarlo? - Preguntó la adivina, mirando con intensidad a Lena.

-Yo no… no lo sé… ¿Quién podría saber?

-Oh… muy bien, que chica tan lista - asintió la mujer con gracia.

-Sigo sin entender.

-Yo tampoco entiendo.

Ambos muchachos parecían abatidos por la confusa información que se les brindaba. La mujer suspiró, aunque aún se veía positiva.

-Nadie puede saber. Eso es verdad. Durante siglos, la adivinación ha persistido… porque a las personas les gusta creer que ya todo está decidido... cuando bueno… no es tan así. Se han ganado batallas por las predicciones de viejos sabios que la adivinaron. Murieron reyes a mano de sus propios hijos, aunque estos, advertidos por un adivino, hicieron hasta lo imposible para evitarlo… y sin embargo… fue inevitable. También hay personas que advertidas de su futuro, lo cambiaron… eso nos cuenta la historia… nos cuenta el presente… por eso la adivinación sigue siendo muy… rentada - Terminó riendo la mujer – Pero la verdad es… bueno, ni siquiera la verdad, es lo que yo he aprendido, y créanme he aprendido mucho… por mucho tiempo… la verdad es… que existe lo inevitable… en la misma medida que poca cosas lo son. El "Destino" funciona con lo inevitable y evitable"

-Yo… cada vez entiendo menos… esto es basura - inquirió Vladimir, aún haciendo un esfuerzo por entender.

- ¡Vlad! - lo reprendió Elena, aunque en su interior estaba igual que su amigo. Lo único que quería saber era si volvería a estar junto a Yulia.

La adivina notó una pequeña hormiga subiendo por la mesa de madera, y puso mucha atención a esta, tanta que los chicos notaron también la presencia del nuevo invitado.

-Se los pondré de esta forma. Yo soy el destino - Dijo la mujer mientras sacaba una piedra de su bolsillo.

-Espere ¿qué hace? - preguntó la pelirroja, temiendo que matara a la hormiga.

-Descuida no le haré daño… entonces ¿en qué iba? Ah sí… yo soy el destino… la hormiga… la hormiga su amiga Yulia - Y dicho esto la mujer puso la piedra rápidamente delante de la hormiga - Lo inevitable del asunto… es que la piedra se le apareciera en frente a la hormiga - Siguió la mujer.

El insecto se paralizó por unos momentos, parecía analizar a su alrededor. No tardó mucho en rodear la piedra y seguir su camino.

-Muy bien, lo inevitable es que la piedra se opusiera en el camino… pero eso no evitó que siguiera - explicó la rubia, ahora sacando tierra de su bolsillo y tirándola encima del insecto.

Los tres observaron con atención donde había desaparecido el diminuto ser. No lo veían.

-La mataste - dijo Lena pero fue silenciada con un "Shhhh" por parte de la mayor.

Observaron como la tierra se comenzó a mover y segundo después la hormiga salía de ella, y sin reparar mas siguió su camino por la mesa.

-Lo inevitable fue que tierra cayera del cielo para la hormiga, deteniéndola, complicándola, haciendo que se esfuerce por salir… pero esto no evitó que siguiera… ahora… - La mujer volvió a meter su mano en el bolsillo, sacando un vaso de vidrio trasparente. Con rapidez tapó a la hormiga.

Los tres vieron como el insecto tocaba el vidrio con sus patas, incapaz de moverlo e incapaz de seguir adelante.

-Lo inevitable del asunto… es que un enorme vaso caiga del cielo y atrapara a su amiga Yulia.

Por más que esperaron unos momentos, el insecto no logró salir de la situación que se encontraba. Los chicos sentían pena por la hormiga.

-Parece que aquí terminan las cosas… lo inevitable supongo.

-Eso quiere decir… que por más que haya cosas "inevitables" que el destino nos ponga en frente… ¿a veces las podemos cambiar? - intentó razonar Vladimir.

-No… la verdad es que lo inevitable no se puede cambiar, porque es inevitable… las cosas que pasan, suceden, y ya… la única manera de evitar algo inevitable, es que este se prediga, se adivine, se sepa antes de tiempo… y nadie en este mundo puede hacer eso.

Ambos chicos se concentraron de nuevo en la hormiga, esta parecía cansada y ya casi no luchaba contra el vidrio.

-Pero eso no quiere decir que estemos destinados a un destino. Quizás no seamos dueños, ni podamos hacer nada contra lo inevitable… pero si somos dueños del siguiente paso a lo inevitable… somos impredecibles… nosotros nos forjamos nuestro propio destino, nosotros cambiamos las cosas… nosotros hacemos la diferencia… Si nosotros estamos verdaderamente decididos a algo ¿Quién es el mundo o el destino para ponerse en contra de nosotros?

La mujer dijo esta última frase haciendo una seña con la cabeza para mirar de nuevo a la hormiga. Está cansada de luchar contra el vidrio, inspeccionó mejor la madera, encontrando una pequeña arruga, imperceptible para los ojos de quienes la observaban pero lo suficiente como para que el insecto, con esfuerzo, pasara por allí, escapando del vaso, y perdiéndose finalmente por un costado de la mesa.

-"El destino baraja las cartas, pero nosotros quienes las jugamos" - mencionó la mujer - Su amiga Yulia, parece que decidió algo, por sobre todas las dificultades, decidió… y creo que se ha puesto en marcha… si el deseo de ambas es volver a estar juntas… entonces lo estarán.

-Pero que sucede si… - comenzó a decir Elena.

-Ese es el punto… pueden suceder muchas cosas, que hagan cambiar inclusive sus deseos de volver a estar juntas… cambiándolo para siempre - concluyó la mujer - Puede suceder de todo… desde que tu dejes de amarla, o que ella ya no quiera estar contigo. Que conozca a un lindo muchacho que robe su atención… que tu consigas a una hermosa deportista que robe la tuya… que Yulia se recibiera y decida quedarse a vivir fuera… es decir, si ya decidió estar allá 5 años porque le convenía, puede decidir estar allí 10 años más si cree que le sigue conviniendo. Puede que tu la sigas amando, pero ella no… y cuando vayas a buscarla te enteres que es feliz con su esposo, cuatro niños y dos perros… y si ella es feliz, si esa fue su decisión ¿Quién eres tú?

Elena se quedó pensando en lo último, mirando con la boca abierta a la mujer, a punto de decir algo, pero no tenía que contradecir. Sabía que todas esas posibilidades podían ser verdad, lo había pensado mucho, pero que se lo dijeran, confirmándolo, era desalentador.

-También puede pasar, que después de 5 años… se encuentren en un café - concluyó la rubia, levantándose y dirigiéndose hacia una ventana a un costado de la habitación - Si el destino quiere que estén juntas… lo intentará… si el destino las quiere separadas… lo intentará. Pero nada podrá hacer en contra de lo que ustedes hagan para evitarlo… por mas difícil que lo inevitable pueda ser… si ustedes no se rinden, si de verdad lo quieren… entonces seguirán adelante… tomarán al destino por las riendas… así debe ser.

-¿Y si el destino nos quiere muertos? ¿Y si morimos? ¿Cómo evitamos eso?

-No se puede. La muerte forma parte de lo inevitable… de cómo debieron ser las cosas - La mujer habló con seguridad en esta parte - Nadie sabe cómo o cuando o porqué, pero todos estamos destinados a morir… esa también es una de las probabilidades… engañar a alguien diciendo que no puede pasar, es una mentira que no estoy dispuesta a consentir.

La mujer miró a ambos, parecía que había tenido suficiente, les sonrió con cariño.

-Ya ha dejado de llover.

….........................................................................

Vladimir conducía su auto en total silencio, su acompañante parecía igual de sumergida en sus pensamientos que él. La lluvia había cesado, pero la humedad y el frío persistían. Elena aún llevaba sus ropas mojadas, al igual que sus cabellos, y aunque el calefactor del auto estaba encendido, no podía evitar tiritar cada tanto.

-Quiero preguntarte algo - dijo el rubio sin apartar la vista de la mojada carretera.

-Pregunta - dijo su compañera, igual de embelesada en el camino.

-Si alcanzabas a Yulia en el aeropuerto ¿Qué le ibas a decir?

El rubio esperó con paciencia, pero ninguna respuesta salió de los labios de su amiga. Ya estaba comenzando a creer que no contestaría y que la pregunta se había olvidado cuando Lena habló.

-No lo sé - dijo débilmente - Yo solo… quería pedirle perdón… darle las gracias… halagarla… reprenderla… gritarle… abrazarla… y quizás también empujarla… No lo sé. Besarla hasta que me quedara sin aire en los pulmones. Hacerla entender que la amo y que pase lo que pase la seguiré amando, que siempre será la única.

-Pero no sabes si siempre la seguirás amando o que siempre será la única - dijo con cierto tono apagado, como si aún razonara en su cabeza las palabras que había escuchado.

-Pero es lo que siento ahora… quería… quería que lo supiera.

-Ella lo sabe, Lena - El rubio miró de reojo a su amiga, ofreciéndole una leve sonrisa - Te aseguro que lo sabe. No te preocupes.

Elena devolvió la débil sonrisa, mientras con la mano, acarició el brazo de Vladimir con agradecimiento.

-Gracias.

….........................................................................

Lena se despidió de Vladimir en la entrada de su casa. Al regresar no se sorprendió de ya no encontrar a sus amigos en la sala.

La entrada aún se mostraba con bolsas de frituras y vasos sucios. Lamentándose puso cada cosa en su lugar y tiró la basura. Esta actividad la mantenía distraída de sus pensamientos.

"Quizás si me mantengo siempre entretenida con mis cosas, entonces se me hará mas fácil avanzar en esto" Pensaba mientras acomodaba la mesa "Aparte, debo concentrarme en mis sueños… Yulia lo está haciendo, entonces yo también"

Mientras pensaba en esto se sentó unos momentos en el sofá.

"Solo que ahora voy a descansar un poco" Pensó mientras sentía como toda su espalda se rendía ante el sofá. No se había sentido con tantas ganas de "hacer absolutamente nada" desde hace tiempo.

Si bien el reencuentro con la adivina en un momento la hizo sentir mejor, en otros solo la hacía sentir más desesperada ansiosa, en otros más tristes… pero el que más prevalecía, el que sentía ahora, es que todo parecía estar sobre una cuerda floja. ¿De verdad no tenía algo en que consolarse? Había conocido a la persona más increíble de todas, se había enamorado… ¿y eso es todo? ¿Se acabó y ahora solo resta ver como sigue?

Le dolía pensar en Yulia. Era la verdad. Le dolía pensar en lo injusto que le parecía todo.

"¡Es injusto! ¿Por qué justo ahora conozco a la persona que amo y esta se tiene que ir? ¿Por qué pasa esto?" Pensaba con amargura mientras sentía ganas de llorar de nuevo, se llevó su mano a los ojos y respirando profundamente se obligó a detenerse "Basta Lena… esto es estúpido, verlo de esta forma es tonto, no ayudará de nada… tenemos que ser fuertes, tengo que ser fuerte"

Se levanto de sofá y notó que aún tenía las ropas húmedas, un baño parecía ser la mejor opción. Subió las escaleras con rapidez, pensando aún en el horrible día que parecía haber acompañado a sus sentimientos. Abrió la puerta de su habitación y algo chocó contra su cara.

-¡Auch! - exclamó al tiempo que veía lo que la había golpeado cayendo en el suelo. Un peluche con forma de oso la había atacado y ahora estaba inmóvil en el piso. Tenía un sombrero gracioso…

-¿ Yu… Yulia? - Habló al tiempo que levantaba su vista con sorpresa. La pelinegra estaba en frente de ella, agarrando un cojín de la cama y aventándoselo con furia - Espera… ¡Auch! - dijo de nuevo, sintiendo como este había dado de lleno en su ojo.

La morena tomó otro cojín y se dispuso a aventarlo nuevamente.

-¡Yulia! ¡No, espera! - exclamó Elena mientras esquivaba el objeto - ¿Qué haces aquí? ¡Deja de lanzarme cosas!

Un zapato se estampó contra la puerta a sus espaldas.

-Eres una idiota - habló la inesperada invitada, agarrando el otro zapato y arrojándolo.

-¡Deja de hacer eso! ¡Auch! - se quejó la pecosa refregándose la pierna donde el zapato había llegado a golpear - ¡Ya basta!

El grito hizo que finalmente Yulia se detuviera.

-¿Qué haces aquí? Tu avión debió salir a las 12.

-Sí, es así… - dijo con molestia - a las 12 de la noche, no del mediodía.

-¿Qué? - preguntó confundida.

-Que sale más tarde.

-¿De verdad? Ok, ok, ok, ok - se apresuró a contestar mientras veía como la pelinegra levantaba unas zapatillas - ¿Qué haces aquí?

-¿Qué que hago aquí? Vine a decirte lo imbécil que eres - arrojó la zapatilla que tenía, con fuerza. Lena lo esquivó.

-Está bien, soy imbécil… no importa, me alegro que estés aquí… tirándome cosas, quería decirte algo.

-Ohhh, pero si tu ya lo dijiste todo - exclamó con sarcasmo - Que me amas ¿verdad? Pero que me dejas ir ¿Qué me necesitas? Pero no tanto como para tenerme cerca ¿Qué cumpla mis sueños? Lejos de aquí. No necesito que digas más nada.

-¿De qué hablas? ¡Auch! - misma pierna, diferente calzado golpeándola - ¡Basta Yulia!

-No, no voy a parar, voy a seguir tirándote cosas hasta que mueras - dijo molesta, mientras buscaba más cosas en el suelo.

-Está bien ¡Esta bien! - gritó consiguiendo la atención de su compañera - Hazlo solo quiero decirte unas cosas, y luego me tiras hasta con la lámpara… ¡No era en serio! - se escandalizo la pelirroja, viendo como al ojiazul intentaba levantar una lámpara a la par suya - ¡Solo escúchame!

-Tienes un minuto.

-Eso no me va a alcanzar…

-55 segundos…

-Bien, bien - accedió la pelirroja.

Elena se concentró en lo que quería decir, en lo que le dijo a Vladimir en el auto, en lo que habló con la adivina… pero su mente había quedado en blanco. Había deseado con todas sus fuerzas tener a Yulia una vez más, y allí estaba… ¿Por qué no se el ocurría nada?

-30 segundos…

-Ammmmm…

-25 segundos…

-Espera…

-20 segundos…

-Ni siquiera pasan 5 segundos cada vez que hablas..

-15 segundos…

-¡Se mi novia de nuevo!

-10 segu… ¿Qué?

-Quiero que seas mi novia de nuevo - contestó Elena segura.

-No.

-¿No?

-No.

-¿Por qué no?

-Tu terminaste conmigo - contestó con enojo la morena - Me convenciste que era lo mejor y te creo, mi idea fue tan estúpida.

-No, no lo fue… bueno es que es difícil… bueno, tienes razón, no quiero tenerte de novia…

-¿Perdón?

-Es decir, no quiero un noviazgo contigo así… bueno no lo sé, quizás funcione… quizás no funcione ¡¿Quién puede saberlo?! ¡Dios! - La pelirroja parecía frustrarse en sus propias ideas.

-¿Tienes algo que decir, Lena? Porque si no, deja de hacerme perder el tiempo…

-Si… tenía… ahora no lo sé - Hizo un esfuerzo por aclararse, y pensar con rapidez - Estuve pensando… pensando mucho, en todo esto… y yo, de verdad no quiero ser ningún impedimento para que cumplas tus sueños Yulia, y por eso está bien que te vayas. No quiero que dejes de lado eso por mí, y ya sé que no dejarías que nada ni nadie se interponga, y eso está bien.

-Oh por Dios ¿ya puedo tirarte la lámpara?

-No espera, no he terminado - Dijo la pecosa mientras subía las manos al pecho, mostrando las palmas - Yo te amo, de verdad te amo, como nunca he amado a nadie… como nunca creo que amaré a nadie, no es un amorío adolescente, estoy segura… y creo… creo que tu y yo debemos estar juntas… por eso… por eso…

-¿Por eso qué?

-Por eso, aunque ya no seas mi novia… y aunque te vayas por muchos años… y aunque conozcas a un millón de personas… y aunque me dejes de querer… inclusive, si pasara lo que pasara, sea lo que sea… quiero que sepas que yo jamás dejaré de amarte - Elena bajó su mirada "No voy a llorar" sentía como su garganta se apretaba, creyéndose incapaz de seguir hablando, pero tenía que decirlo - No me importa lo que pase, no me importa cuantos chicos intenten conquistarme, o lo mucho que sufra por no tenerte cerca… Yo sé… ¡yo sé! Que no podría dejar de amarte… así que quiero que sepas… Que aquí estaré… esperándote… y que si no regresas, iré a buscarte.

Se hizo un silencio por unos momentos, en el que Elena no se sentía capaz de levantar la mirada.

-¿Eso es todo? - preguntó Yulia con tono neutro, haciendo que la pecosa finalmente levantara la mirada.

-¿Te parece poco? - preguntó mientras dejaba caer sus brazos, en expresión incrédula - Si… creo que es todo.

-Bien, ahora tú escúchame a mí. ¿Tienes idea de lo imbécil que eres?

-Amm bueno yo…

-¡No hables! - le gritó la pelinegra - Nada ni nadie me dice a mí lo que debo hacer. Nunca. Y tú y mi padre y todos, parecen decidir por mí que lo mejor es esta universidad ¿Quién se creen que son?

-Eso no es verdad, tú querías…

-¡No hables!

-¡Está bien!

-¿Qué puedes saber tú de lo que yo quiero? - le preguntó indignada, Elena solo la miraba -¡Contesta!

-Pero acabas de decirme que no hable - dijo Lena y contempló como su compañera rodaba los ojos con molestia - No lo sé Yulia, me confundes. Toda tu vida quisiste ser guionista, triunfar en la televisión, siempre dijiste que ese era tu sueño. Es lo que querías, y esta oferta es sumamente valiosa para eso. ¡Claro que quieres ir! Es entendible. Nadie se opondría a eso.

-Sí, tienes razón, es una oferta maravillosa ¿pero es que acaso no me amas?

-¿Qué?

Elena comenzaba a pensar ciertamente en la posibilidad de haberse quedado dormida en el sofá de la sala. Todo lo que estaba escuchando no parecía tener sentido alguno.

-Claro que te amo, y quiero lo mejor para ti inclusive si es lejos mío. Yulia, esta es una gran oportunidad. Yo lo sé, tú lo sabes ¿Cuántas más como éstas habrán?

-¿Cuántas oportunidades tendré de llevarte a tu baile de graduación?

Lena miró a la morena, razonando lo que acababa de escuchar… no le daba crédito.

-¿Qué?

-Dije… ¿Cuántas oportunidades tendré de llevarte a tu baile de graduación?

-¿Tu… tu quieres llevarme al baile de graduación? - preguntó Lena, señalándola con el dedo, Yulia asintió segura mientras se cruzaba de brazos - Pero… si me llevas, sería muy obvio que estás conmigo, por eso no fuimos juntas al baile de caridad…

-Oh perdón, ¿ya habías pensando en alguien más para que te lleve? - preguntó con enojo.

-¿Qué? Claro que no, ni siquiera he pensando en eso.

-Pues yo si - le aseguró- ¿Cuántas posibilidades tendré de ver tu rostro cuando recibas tu estúpido diploma de graduación?

-Yo… no lo sé... ¿una?

-¿Cuántas posibilidades tendré de verte nerviosa cuando tu primer gran canción esté a punto de debutar en la radio?

-Yulia, esas cosas no son tan…

-¿Cuántas posibilidades tendré de sorprenderte en tu siguiente cumpleaños?

-Solo una Yulia, ya entendí ¿y qué? Tendré más cumpleaños, sacaré más canciones… verás las fotos y videos de la graduación… lo mismo pasará contigo.

-¿Lo ves? Eres imbécil hasta la médula.

-Yulia - la llamó con compresión - Ya sé que tienes miedo, yo también lo tengo, ya hablamos de esto, y está bien. No me perderás…

-¡Tú no sabes eso! - la interrumpió con malestar la morena - ¡Tú no sabes nada!

-Yulia, cálmate, puedes hacer esto, está bien que…

-¡Me bajé del avión! - confesó sin más.

-¿Qué?

-Era mentira, el avión si salía al mediodía… solo puse un pie en él y me di vuelta.

-¿Qué? ¿Por qué? - "Estoy soñando… esto es muy cruel, si es un sueño es muy cruel"

-Porque es mentira… yo no puedo hacer esto… es estúpido.

-No es estúpido Yulia, estás persiguiendo tus sueños, está bien, siempre hay que hacer sacrificios por perseguir lo que quieres…

-¡Cállate! Ya no lo soporto - La cortó mientras se tapaba la cara con frustración - ¿Tienes idea de cuáles son mis sueños Lena? No, no lo sabes… yo pensé que los sabía, que los tenía en claro… pero se me olvidó una cosa. Si es verdad, quiero ser famosa, muy exitosa, tener tanto poder y dinero, junto con el reconocimiento ¡ser de las grandes!... y entonces… algo vino como un tornado y lo arruinó todo. Todo ese hermoso plan, todo al drenaje. Y entonces me di cuenta que había cambiado.

Elena miraba a Yulia, y podía ver en ella como se debatía mientras se mordía el labio.

-No me equivoqué, sigo queriendo lo mismo, y lo conseguiré, por mi nombre que conseguiré todo eso, porque soy Yulia Volkova… pero si, algo cambió. Me di cuenta… que quiero todas esas cosas… pero no las quiero si tú no estás.

-¿Qué? - preguntó Elena débilmente.

-Tú… tú te metiste en mis metas… como un tornado, como un terremoto, como un rayo, como algo que de verdad no pude evitar - siguió la morena - quiero… yo quiero ser la mujer más exitosa de la empresa, la más poderosa… y que cuando llegue a casa, pueda sacarme ese enorme traje importante y acostarme contigo. Quiero que, cuando mis películas ganen los más importantes premios, quiero poder mirar a la tribuna y verte allí, sonriéndome como tú solo sabes hacer… y dedicártelos… quiero… Dios quiero tantas cosas. Quiero que cuando mis colegas importantes me hablen de lo caprichoso y lo lujos que tienen sus hijos, poderle decir que los míos son mejores, sacar mi billetera y mostrarle una foto de ellos contigo. ¡Dios! Me convertiste en una maldita romántica. Quiero que vengas conmigo a los estrenos de mis películas y que ambas seamos la envidia de todos. Quiero que vayamos a importantes obras de teatro y que a la salida caminemos de la mano y vayamos a comer crustáceos.

-Pero Yulia - Elena peleaba internamente por no llorar, la morena ya había dejado escapar unas lágrimas - podemos hacer todo eso… en el futuro.

-¡No lo sabes!

-Sí, es cierto, no lo sé… pero a veces tenemos que tomar riesgos que no queremos por nuestras metas y…

-¿Tu tomarías el riesgo Lena? - preguntó contundente, la pelirroja no contestó, a decir verdad no sabría que hacer en el lugar de Yulia - No lo tomarías. Yo… yo sé que soy talentosa, sé que soy la mejor, se que triunfaré. Es verdad, esta oferta es única… no tomarla sería un riesgo, tentar a la suerte de que me cierre las puertas del éxito… pero es un riesgo que estoy dispuesta a correr… tengo miedo, pero está bien. Terminar contigo, irme lejos de ti… dejarte por tanto tiempo… y dejarlo todo al "destino" también es un riesgo… pero no estoy dispuesta a correrlo. No, no lo arriesgaré. No quiero arriesgarlo. De verdad no quiero hacerlo, y no lo haré. Seré exitosa y tendré todo lo que quiero, y lo haré a tu lado. No quiero lo uno sin lo otro… no voy a dejarte.

Elena se mordió el labio con fuerza, pero no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a salir.

-Eres tan estúpida ¿sabes? - siguió Yulia - Dices que me amas, pero me dejas ir… hay que ser estúpido para dejar ir lo que se ama. Y yo… yo quizás me arrepienta en el futuro de no haber tomado ese avión - Dijo Yulia, mientras reía por lo bajo y agachaba su cabeza - pero hoy, ahora, estoy segura que me estaría arrepintiendo de no estar con la persona que amo… y yo te amo.

Elena se tapó la cara con una mano y dejó escapar el llanto. Estaba muy aturdida. Sentía como sus oídos se le tapaban y los ojos le ardían. Su respiración se entrecortaba y cada vez que abría la boca pequeños jadeos salían de ella. Sintió a Yulia acercándose y como esta le retiró la mano de la cara.

-Te amo - le repitió con una sonrisa, mirándola con tanto cariño que Lena creyó que era posible la plena felicidad en la tierra.

La morena se acercó un poco más a su rostro, haciendo una pausa, como pidiendo permiso a los ojos de Lena de continuar. La pecosa asintió un par de veces antes de que la pelinegra cerrara los ojos y la besara.

"Besos salados" Fue lo único que su cabeza llegó a pensar, aturdida aún de toda la información que sucumbía no solo su cabeza, sino también su cuerpo.

-Eres tan estúpida, Yulia - Dijo cuando se separó, aún llorando. La pelinegra rió - eres realmente idiota ¿Sabes?

-Y tú eres una llorona…

-Estoy llorando de felicidad.

-No veo la diferencia - dijo para acercarse y depositar otro beso.

-Haces que me duela la cabeza ¿Sabes?

-Sí, es uno de mis efectos… soy un gran dolor de cabeza.

-Lo eres.

-¿Lena?

-¿Qué? - La pelirroja aún se mantenía abrazada a su compañera, el calor que desprendía su cuerpo era agradable en comparación a lo fría que tenía la piel y lo húmeda de sus ropas.

-Si quiero.

-¿Qué?

-Quiero ser tu novia de nuevo.

-¡Oh por Dios! ¡Eres tan estúpida! - contestó la pecosa mientras sentía como se largaba a llorar de nuevo sin poderlo evitar. Se abrazó a Yulia escondiendo su rostro en su hombro y notó como esta reía.

-Lo soy… soy la estúpida que te ama - Le aseguró, haciendo que la pelirroja se retirara un poco y la mirara, su rostro mostraba cierto arrepentimiento - Lo lamento, te hice sufrir mucho ¿verdad?

-Eso ya no importa… no te preocupes… me lo recompensarás… siempre lo haces - le sonrió la pelirroja, aliviando el peso que cargaban sus hombros.

Ambas se quedaron observando por un tiempo. Yulia abrazaba a Elena de la cintura y esta de su cuello. La posición con la que más se familiarizaban sus cuerpos. Finalmente la morena aflojó el agarre respirando profundamente. La pecosa hizo lo propio, y con su mano tomó la de Yulia. Su cuerpo aún le pedía a gritos el tacto con ella, aunque solo sea ese por ahora.

-¿Escuchas como llueve afuera? - Le preguntó la pelinegra, mientras por el silencio que había entre ambas, ahora se podía escuchar las gotas de lluvia, de lo que parecía una tormenta afuera.

-Sí, ha comenzado a llover mas fuerte - siguió la pelirroja, apartando su vista de Yulia y contemplando por la ventana como llovía incesantemente.

La morena se fijó en Lena, con las ropas mojadas, el cabello húmedo, desarreglado, su rostro colorado por el llanto, unas ojeras marcadas, la piel de su cuello más pálido por el frio, y sus ojos enrojecidos. No pudo evitar reírse.

-¿Qué? - preguntó con curiosidad la pelirroja.

-Nada.

-Vamos, dime.

Yulia levantó su otra mano acomodando un mechón del cabello de su novia.

-Pues…es que hoy estás… - siguió mientras acariciaba una de sus mejillas. No pudo evitar recordar nuevamente las palabras de su padre cuando, al bajar del avión y hablar con él, este le dijo que la apoyaba, y que solo esperaba que no se arrepintiera de la decisión que tomó. Ella sabía que todo podía cambiar, inclusive podía arrepentirse luego, podían pasar muchas cosas… pero entre todas esas cosas había algo seguro, y eso era lo que estaba pasando "ahora"… en el presente… y justo ahora, justo hoy, justo en ese momento, justo en ese lugar… tenía lo que en verdad quería enfrente de ella - Muy bonita.

Fin.

____________________________________________

Gracias a Andrea P. Lancer por tan hermosa historia. Gracias a uds por siempre estar allí, disfrutando a diario de cada una de ellas, por todo lo bueno, gracias!!

Nos leemos pronto!!
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Mensaje por Fati20 4/14/2022, 10:18 pm

Hay yo sabía q julia no se iba a ir tenia esa esperanza y que no fuera el típico se vuelven a ver 5 años después. Me gusta que julia cambiara tanto y fuera tan tierna al final y estuviera segura q necesita a lena para ser feliz q quiere lograr todo pero con ella a su lado fue hermoso 😍😍😍. Fue una gran historia la principio nos hizo sufrir y tener rabia pero luego una belleza ese amor tan fuerte, pidiendo demasiado me hubiera gustado un epílogo pero igual feliz con el final. Gracias querida mía por otra historia increíble no sabes lo feliz q a mi me hace leer noche a noche leer las historias y como siempre espero q regreses super rápido con una nueva super historia, saludos 😘😘😘😘😘
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Mensaje por katina4ever 4/15/2022, 9:13 am

😭😭😭😭 mira que sufrí con está historia 😭😭😭😭 fue una muy bella historia, como siempre muchísimas gracias!!! Así que esperamos leerte muy muy pronto querida 😍😍😍😍😍😍 muchas gracias, cuídate mucho, saludos nena!!😘😘😘😘😘
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