ELLA ME ARRUINO LA VIDA // BY: ELEESEVE

ELLA ME ARRUINÓ LA VIDA

Elena tiene una vida ejemplar, es cristiana, va a la iglesia con frecuencia, tiene un buen novio y las mejores calificaciones. Todo iba perfecto en su vida, hasta que le asignan dar clases bíblicas a una chica para que cambie su mal comportamiento.

PRÓLOGO
         
Es increíble como una persona pueda llegar a cambiar tu vida.
                     
Que te haga sentir mil cosas a la vez.
                     
Que saque lo mejor y peor de ti.                    

Que te haga más vulnerable.                    

Que con que solo sonría, te haga sonreír.                      
Que con que solo llore, te haga llorar.
                     
Que con solo hablarte, te haga sentir algo bonito en el estómago.                      

Pero más increíble es descubrir que esa persona es la que te hace sentir todo eso.

La persona menos indicada.
                     
Creí que mi vida era perfecta, hasta que llegó ella.
                     
ELLA ME ARRUINÓ MI VIDA.                      

O al menos eso creía...

1 CAPITULO.

Como cada domingo, me encontraba sentada en una de la sillas de la iglesia cristiana a la que asistía. Mi mamá se encontraba sentada a mi derecha, mi papá a mi izquierda y mi hermano menor de 13 años al lado de mi mamá. Estaba con la cabeza agachada, jugando con mis dedos mientras escuchaba lo que decía el pastor.

Mi familia siempre ha sido muy religiosa, y yo voy de la mano con ellos. Yo si creo en Dios, sé que hay un ser viéndonos desde arriba o desde alguna parte. Y creo, no porque mi familia o los demás me digan que tengo que creer, si no porque lo he verificado gracias a experiencia propia.

El pastor nos estaba despidiendo, ya que se había acabado la misa. Mis padres salieron y después mi hermano y yo.

—Elena, ¿que no iba a venir tu novio por ti? —me preguntó mi mamá.

Revisé mi celular para ver si tenía mensajes de mi novio, y si, tenía uno que decía "llego en un minuto".

—Si, no ha de tardar —respondí.

En eso se escuchó el claxon de un carro, el cual era de mi novio.

—¡Ya llegó!—dije feliz — Adiós mamá— me despedí de mi mamá dándole un beso en la mejilla y después a mi papá —Y adiós tonto—me despedí de mi hermano dándole un pequeño golpe en el brazo.

—Cuidate, y no llegues tarde —dijo mi papá.

—No papá —respondí—adiós.

Me subí al carro de mi novio y lo saludé con un beso de pico, prendió el carro y nos fuimos.

Mi novio se llamaba Novel, lo sé un nombre peculiar. Lo conocí porque su mamá era amiga de mi mamá, nos presentaron y nos gustamos, empezamos a salir seguido hasta que se me declaró y desde entonces llevábamos 2 años de novios. Pero Novel no era cómo los demás chicos, su belleza era peculiar y me encantaba en todos los sentidos.

—¿Y a donde me vas a llevar?—pregunté curiosa.

—Al cine —sonrío.

—Wow que romántico—reí burlándome para molestarlo.

—Veremos una nueva película, por lo que vi en el trailer se ve que va a estar buena.

—¿Que género es?

—No sé, yo creo que acción, amor, aventura, algo de todo —dijo —Si quieres después podemos ir a cenar a un restaurante.

—Está bien, no te preocupes amor —me acerqué y besé su mejilla.

Después de 20 minutos de camino, llegamos. Entramos al cine, pedimos palomitas y bebidas, después entramos a la sala y nos sentamos en la parte de atrás.

En toda la película no pude poner atención, ya que la película solo me daba sueño y luchaba por no dormirme.

—¿Quieres ir a un restaurante? —Novel se paró de su asiento. La película se había acabado y estaban pasando los créditos.

—La verdad es que esta película sólo logró darme sueño, mejor quiero ir a mi casa a dormir —bostecé.

—Que exagerada eres, pero está bien amor como tu gustes —me sonrió y me dio un beso en la frente.

Novel me llevo a mi casa en menos de 15 minutos, me dejó en la entrada de mi casa, se despidió de mi y se fue.

Yo solo subí a mi habitación, estaba cansada y tenía mucho sueño, así que sólo me acosté en mi cama y me quedé dormida.

Empezó a sonar ese sonido molesto de todas las mañanas, la alarma. Tenía que ir a la escuela desgraciadamente, así que no hubo de otra más que levantarme de mi hermosa cama.

Hice la rutina que hago todos los días, lo necesario para no apestar y no morir de hambre estando en la escuela.

Novel como siempre lo hacía, pasó por mi para irnos juntos a la escuela. Si, éramos de esas parejas empalagosas que casi no se separaban. Íbamos en la misma escuela pero no en el mismo salón, antes íbamos en el mismo pero los profesores decidieron cambiarnos porque decían que éramos muy codependientes y eso no era bueno para ninguno de los dos. ¿Que les puedo decir? Éramos la pareja perfecta.

Aunque ser la pareja perfecta tenía sus contradicciones, una de ellas, es que casi no socializábamos con más personas, es decir, no teníamos amigos, y los pocos que teníamos antes, nos dejaron de hablar por no hacerles mucho caso.

Al llegar a la escuela, me dejó en mi salón y se despidió de mi con un largo beso en los labios.

—Tú y ese chico son muy empalagosos—se acercó una chica de cabello rubio una vez que me senté en mi butaca.

—A lo mejor porque es mi novio—sonreí.

—¿Viven juntos? —su rostro demostraba curiosidad. Y no sabía porqué.

—Ehh no— al parecer me había notado incómoda porque de inmediato extendió su mano para presentarse.

—Soy Marina— sonrió— Perdón por llegar de la nada contigo, pero estoy haciendo un proyecto de psicología de parejas, y ustedes se me hicieron perfectos.

—Gracias, pero no quiero ser un experimento.

—No serán un experimento, sólo es una encuesta. ¿Me dejas hacerte unas preguntas?

—Bueno —Ni modo que la rechazara.

—¿Piensas que eres codependiente de tu pareja? —Esa palabra ya me estaba hartando.

—Mira, no sé sí alguna vez te has enamorado, pero yo si y es de él. No somos codependientes pero si adictos del uno al otro, porque así es el amor. Cuando te enamoras no te quieres separar de esa persona porque la amas y quieres estar siempre con tu amor. Así que si no te has enamorado, no me vengas con tus preguntas —La dejé y me cambié de asiento. Realmente no sabía nada de eso, y comenzaba a ser irritante.

Todo el día estuvo como siempre, aburrido, las horas se pasaban muy lentas y yo sólo quería llegar a mi casa para ver series.

Pero al fin el día avanzó y los días también, de ser lunes, la semana se pasó aunque lentamente y de la nada ya era domingo. Tenía que ir a la iglesia como siempre y eso realmente me alegraba. Yo era una de las favoritas de la iglesia, siempre les ayudaba en lo que necesitaban, sabía muchas cosas bíblicas y siempre contaba anécdotas que a todos les gustaban.

—¡Elena! ¿Tienes alguna anécdota para contarnos hoy? —sonrió el pastor esperando mi respuesta.

—De hecho si —Me paré para dirigirme al frente y todos me aplaudieron —Bueno, es algo divertido por cierto, pero creo que es algo que Dios hac...— Fui rápidamente interrumpida por las puertas que se abrieron de golpe.

—¡Cállate! ¡No puedes hablar aquí!— Una madre estaba regañando a una chica que lucía de mi edad, con cabello corto y negro, mientras la agarraba del brazo. Se veía como si la estuviera obligando a entrar, pero estaban haciendo un escándalo.

—¿Pasa algo señora?—preguntó el pastor.

—Si, ¡pasa ella!—Sacudió a la chica del brazo.

—Está bien, podría calmarse un poco, mientras me lo explica acá fuera—Salieron y se sintió el silencio.

Eso fue raro, pero no dejaré que ese improvisto momento arruine mi anécdota— sonreí y continúe.




Así es mis niñas nueva historia y espero les fascine. Disculpen la tardanza en subir una nueva, pero parte fue en que no sabía que historia compartirles, pero acá vamos de nuevo, esperando que esta les guste.

3 CAPITULO.

—¡Mierda! ¿Podrías haber tocado, no? Se me olvidó poner seguro a la puerta—Yulia se notaba molesta por mi llegada. Y se encontraba acostada con el celular en la mano.

—Hoy empiezan tus clases— observaba alrededor, pero todo se veía como una habitación normal.

—Claro— rió— ¿Te podrías ir? Mi mamá ya no está en casa, pero no te preocupes que le diré que me diste las clases— ni siquiera me miró, estaba viendo al celular.

Estaba sorprendida, esta chica tenía carácter y ni siquiera intentó tocarme o mirarme con deseo como pensaba.

—Lo siento, pero necesito darte las clases a fuerzas.

—¿A fuerzas?

—Si.

—Bien, seguiré acostada, tú siéntate por ahí y dame tus clases mientras veo cosas más importantes en mi celular.

—Pero en estas clases no puedes usar el celular.

—Si puedo y lo estoy haciendo.

—¿Te crees muy mala? —me miró desafiante.

—¿Te crees muy buena? Es mejor que te vayas, no te pondré atención.

—¿Te gusta hacer sufrir a tu madre?

—¡¿Hacerla sufrir?! No es mi culpa que no me quiera por querer a alguien más—bajó la mirada, dejó el celular y se paró— Dame las putas clases.

Me indicó que me sentara en la silla de su escritorio, ella fue por otra y después se sentó. Empecé a hablarle de la biblia y lo malo que decía de la homosexualidad. Casi no me miraba, ni siquiera se puso a pelear conmigo, sólo la notaba triste y muy desanimada.

—¿Te puedo llamar Yulia, verdad?

—Si, como sea.

—Bueno Yulia, veo que no estás tan bien, pero por eso estoy aquí, para ayudarte— tomé su hombro como muestra de mi apoyo.

—No me toques— me miró seria.

—Bien—Quité mi mano de su hombro.

—¿Ya terminaste de dar tus clases?— Al mirarme, sus ojos estaban cristalizados.

—Creo que si...—Tuve que asentir por lo mal que se veía — Oye, entiendo que es difícil saber lo mal qué haces pero...

—Vete—Me interrumpió molesta.

—Pero sólo quería decirte que...

—¡Que te vayas!— me señaló la puerta. Y una vez que salí, la azotó.

—¡¿En serio eso pasó?!— me contestó Novel después de contarle lo que había pasado.

—Si, se veía mal.

—Tal vez la hiciste reflexionar y lloró porque se dio cuenta de su error.

—Tal vez.

—Me tengo que ir a clases, amor, te veo al rato— me besó y se fue.

Mientras iba caminando al salón en la escuela, a lo lejos vi a dos chicas abrazadas, y cuando terminaron de abrazarse vi que era Yulia quien estaba llorando y su novia la estaba consolando.

No podía evitar sentirme mal, sabía que era yo quien la había hecho sentir así, y de tan sólo pensarlo sentía mucha culpa.

Llegué a mi clase y me dispuse a anotar los apuntes del maestro. Tenía muy buenas calificaciones en la escuela y realmente me iba muy bien, siempre había sido una alumna ejemplar.

Me entraron unas ganas de ir al baño, pedí permiso y fui, quedaba muy lejos de mi salón.

Cuando llegué, hice lo que tenía que hacer y me dispuse a lavarme las manos, no había nadie realmente, y así era más cómodo.

—¡¿Quien mierda te crees?!—Llegó una chica rubia y me empujó.

—¿De que hablas?—Me encontraba confundida.

—¡Hiciste sentir muy mal a mi novia!— entonces recordé, era la novia de Yulia.

—¡Yo sólo quería ayudarla!

—¿Ayudarla en que?— me tomó de la blusa y me empujó al piso—¡Responde!

No sabía que decirle, si respondía algo sería peor, así que me quedé callada.

—¡No sabes lo que ella siente!— se sentó sobre mi y me dió un golpe fuerte en mi pómulo, después más y más.

—¡Para! ¡Me quedó claro!— Ella paró.

—¡No la vuelvas a hacer sentir mal!— ella se fue, y yo me quedé tirada, quejándome, sintiendo el dolor de mi cara.

Tomé mi celular para hablarle a mi novio pero sólo encontré un mensaje sin leer de él, "Amor, me llamaron de urgencia, al parecer un familiar se accidentó y tengo que estar ahí . Te hablo después".

Mientras tanto, yo seguía quejándome del dolor.

Cuando llegué a mi casa, nadie estaba, me puse hielo, porque era lo único que había.

No pensaba ir a la casa de Yulia después de eso. Tal vez ella la había mandado a golpearme.

Pensaba no ir hasta que me llamó la mamá de Yulia, diciéndome que por favor le ayudara con ella. Que fuera rápido porque se tenía que ir, iba a llegar tarde y no quería dejar sola a Yulia para que se metiera su novia.

Me compadecí de la señora y me dirigí a su casa.

Cuando llegué intenté que no se notara el golpe, cosa que funcionó porque con las prisas que tenía la señora ni siquiera lo notó.

—Que no entre nadie a la casa— me dijo la señora y salió.

Yo con miedo subí las escaleras y toqué la puerta de Yulia.

—¿Quien es?— no le contesté y abrió la puerta— Otra vez tú... mierda— Su cara se tornó asustada— me hizo que pasara y que me sentara.

—¿Que pasó? —contesté ante su extraño comportamiento.

—¿Que mierda hiciste para que te dejaran la cara de culo? —Empezó a buscar entre los cajones. Mientras tanto yo no sabía que decirle, creía que ella le había dicho a su novia, pero al parecer no sabía nada y no creía que sería bueno contarle.

—¿Se ve tan mal?— Sacó de sus cajones un parche, pomadas y algodón.

—Te ves como una mierda— agarró un algodón y le puso pomada.

—¿Gracias?—Ella me puso el algodón en mi golpe, provocando que me quejara del dolor.

—Creí que eras una niña buena que no se peleaba.

—Yo no peleé, me golpearon. Pero creo que me lo merecía— me puso otra vez el algodón y grité un poco.

—Si... eres una hija de puta— Me lo dijo calmada— ¿Pero que hiciste?

—Digamos que, hice enojar a alguien.

—Ya veo... —agarró mi mentón y lo subió para que ella pudiera ver mejor el golpe— Que estupida soy, se me olvidó ponerte algo— Fue y sacó un bote con líquido transparente de su cajón.

—¿Que es eso?— echó el líquido al algodón y de sólo olerlo supe que era alcohol — ¡No espera, me va a arder!—le quité el brazo.

—¿Es en serio? ¡Se te va a infectar!

—Prefiero que se me infecte— Me alejé más.

—¡No seas estupida y ven!— Ella hizo que me volviera a sentar en la cama y de inmediato me puso el alcohol.

—¡Dueeleeeee! — Grité, pero ella me puso otra vez pomada de inmediato— ¿Porqué me estás ayudando?

—No lo sé, supongo que porque me preocupo por los demás, y eso es una mierda.

—Eso no es una mierda, eso es realmente bueno— sonreí.

—Ojalá no sintiera nada, así las cosas serían más fáciles— me puso el parche— Ya está.

—Gracias— me puse de pie y me senté en la silla del escritorio— ¿Quieres seguir con las clases? —suspiró.

—Mi mamá no puede aceptar mis preferencias, realmente quiero a mi mamá y por eso tengo que complacerla— Se sentó en la silla al otro lado del escritorio— pero no puedo cambiar lo que siento. ¿Tú tienes novio, verdad?

—Si.

—Imagina que no te dejaran estar con él, sólo porque tus padres no quieren, ¿que putada no?

—Supongo. Pero esto es diferente.

—¿Porqué? ¿Porque no es normal? Ya no seas ridícula y ponte en mi lugar. Necesito que me ayudes.

—¿Ayudarte a que?

—Que si me ves con mi novia, no le digas a mi mamá. Dile que a veces me ves con un chico pero que no sabes nada.

—No puedo mentir.

—¡Mierda! ¿No me vas a ayudar?

—No creo— Ella se paró de su silla.

—¡Lárgate! ¡Si no me vas a apoyar no te quiero ver aquí!

—¡No me puedo ir!

—¡No eres mi puta niñera!

—¡Supongo que ahora lo seré!— se quedó callada y salió de la habitación —¡¿Oye a donde vas?!

—¡Eso no te importa!—Tomó su suéter, sus llaves y salió.

—¡No te puedes ir así!— La seguí y ella ya se había subido a su moto—¿Tienes una moto?

—No, es mi triciclo ¿que no ves?—encendió la moto, pero yo la tomé de su blusa para que no se fuera—Adiós— Empecé a sentir que estaba acelerando, así que por inercia me subí con ella y aceleró.

CAPITULO 4.

—¡¿Que mierda hiciste?!—me dijo Yulia una vez que tenía la moto en marcha.

—¡No me bajaré hasta que vuelvas a la casa!

—Si eso quieres— aceleró más y por reflejo me agarré de ella.

—¡Para la moto!

—¡No!— aceleró más. Mientras yo pensaba que iba a ser mi fin de lo rápido que iba.

Miré al frente y vi la luz del semáforo volverse roja, por lo que creí que iba a parar. Me equivoqué.

—¡Detente! ¡Estás loca! — Cuánto más aceleraba más la agarraba.

Ella bajó la velocidad un poco, pero aún así seguía avanzando y ni siquiera sabía a donde iba, después de un rato ni siquiera reconocía las calles por donde pasábamos.

—¡¿A donde vamos?!— No obtuve respuesta.

Seguimos así por mucho rato. Hasta que se detuvo en un pueblo desconocido.

—Mierda, ya no tengo gasolina— Bajó de la moto—Ni dinero— rió.

—¡¿Qué!?! ¿Estás bromeando verdad?

—¿Me ves cara de que esté bromeando? —Me miró seria.

—¿Que hiciste?—Estaba asustada, muy asustada. Me había metido en un problema muy grande —Llama a alguien, va anochecer.

—No tengo crédito ¿y tú?

—¡No traje mi celular, ni mi cartera!

—Le queda cinco por ciento de batería a mi celular.

—No uses tu celular, necesitaremos ese 5%, pero no puedo creer que hayas hecho esto, ¿Sabes los problemas que tendré?

—Es una venganza por no ayudarme—río.

—¿Te parece divertido esto? ¿Sabes que peligroso es?— me acerqué a ella retándola.

—Lo sé—Rió— La miré incrédula, no podía creer que estaba pasando algo así.

—Tú resolverás esto de alguna manera—La empujé.

—Uy, cálmate mujercita—Rió burlona. La miré y me alejé de ella para intentar irme a mi casa— ¿A dónde vas?

—A mi casa— Rió más fuerte, burlándose.

—¿Piensas irte caminando a tu casa?—seguía riendo— No puedo con esto— Reía mucho— Obviamente jamás llegarás así.

Yo ignoré todo lo que decía y seguí caminando.

—Haz lo que quieras—Siguió su camino por el otro lado— Yo me enojé porque había pensado que me seguiría. Así que la tuve que seguir— ¿No que te ibas tú sola?

—Está oscureciendo y será peligroso— dije resignada.

—Si quieres sobrevivir tendrás que usar tus trucos heterosexuales.

—¿A que te refieres?

—¿Ves a ese hombre de allá?— Señaló a un hombre que estaba atendiendo una tienda— Tendrás que coquetearle y pedirle dinero.

—¡No soy una prostituta!

—No hay necesidad de serlo, sólo pídele dinero con cariño.

—¡Tú hazlo!

—Yo no soy la experta en hombres aquí.

—Prefiero morirme aquí, que coquetearle.

—Bien— empezó a caminar derecho.

—¿A dónde vas?

—A sobrevivir, yo no prefiero morirme aquí.

—Tú resolverás esto.

—¡Hola!—Se acercó una señora con nosotras— parecen turistas ¿buscan un hotel?

—En realidad nosot...

—¡Si, buscamos uno!— fui mágicamente interrumpida por Yulia.

—Síganme.

La seguimos unos 5 minutos hasta llegar al hotel que decía. No se veía lujoso, pero tampoco en mal estado.

—¿Pagarán con tarjeta de crédito o efectivo? Será un pueblo pero ya estamos más actualizados—sonrió la señora con entusiasmo.

—Ya veo...—Yulia veía al rededor—Verá, tenemos un pequeño problema— tocaba las plantas que tenía al lado, suavemente—Nosotras venimos de la ciudad en moto para conocer y la moto se nos quedó sin gasolina. El otro problema es que tampoco trajimos dinero, ni celular, así que le ofrecemos ser sus empleadas hasta pagarle la noche de hotel y la gasolina que nos falta.

—¡¿Que?!—grité al escuchar eso— ¡No nos podemos quedar aquí mucho tiempo!

—¡Entre más abras la boca, más nos quedaremos!— Se veía más enfadada.

—Está bien, cálmense señoritas. Es un trato, de todos modos me harán falta empleadas estos días.

—Gracias señora, se lo agradezco mucho—le dijo Yulia y la señora le dio las llaves de una habitación— Puedes entrar a la habitación, yo iré por la moto—me dijo Yulia y se alejó.

Le hice caso y fui a la habitación. Habían dos camas individuales, un baño con bañera y una televisión.

Estaba muy preocupada por lo que mi novio, mis padres y la mamá de Yulia estuvieran pensando y lo preocupados que estarían. Jamás había hecho algo así, así que también me daba miedo el cómo pudieran reaccionar, aunque bueno, toda la culpa la tenía Yulia, así se me hacía más fácil culparla.

—¡Oye!—Yulia entró agitada y asustada a la habitación— Ya no está la moto.

—Todo es culpa tuya— Rodé los ojos—tal vez las cosas empeoren.

—Oh mierda—salió de la habitación. Mientras tanto yo prendí la televisión y me acosté para ver algo—Hey toma— Yulia llegó y me aventó un vestuario blanco— Es el uniforme para mañana, la señora amablemente nos dijo que nos podemos quedar aquí mientras trabajamos.

—Es bueno saber que sigue habiendo gente que se apiada de personas estupidas como tú—hizo la cara de sorprendida.

—¿Tú? Diciendo "estupidas", cuidado que te vas por el lado del mal— Rió.

—Esa no es una grosería.

—¿En serio? Para mi sonó como grosería— Se quitó la blusa, quedando en puro brazier, mostrando su abdomen bien cuidado.

—¡¿Que haces?!— Me sorprendí.

—Sólo me voy a meter a bañar, ¿que pasa? —Se notaba confundida— ¡Oh verdad! perdón, que falta de respeto de mi parte, ¡No te vaya a violar!— lo dijo sarcásticamente y se metió al baño, cerrando la puerta.

No me había sorprendido porque pensaba que me iba a violar, pero admito que si había pensando que se me insinuaría.

Dejé de pensar en lo sucedido y seguí viendo la televisión.

—No hay ningún programa nuevo, me hace falta mi celular y mi novio—dije para mis adentros.

Tenía que bañarme, pero también me daba flojera hacerlo, aparte de que no saber que ponerme para dormir.

—Hey mugrosa— Yulia salió del baño secándose el cabello con la toalla, un short corto y su brazier puesto. Se notaba que hacía ejercicio por las piernas tonificadas que tenía y el abdomen—Te toca bañarte. Dormiré así, hace mucho calor y no te pienso violar, así que tranquila.

—¿De dónde sacaste el short?

—Lo tenía abajo del pantalón— se acostó en la cama y se cobijó con la sábana—Deja de hablarme que ya me dormiré.

Yo me metí al baño y me bañé. Al terminar me cambié y me puse el uniforme. Aunque hacía calor no me pensaba dormir casi desnuda como Yulia.

5 CAPITULO

—¡Despierta!—Sentí un golpe en mi cara, cuando desperté Yulia me estaba lanzando almohadas.

—¿Que pasa?— dije somnolienta.

—Tenemos que trabajar— Cuando la vi bien, ya tenía el uniforme puesto.

—Te veo en recepción—Salió de la habitación.

Nunca pensé que fuera responsable, yo la veía con pinta de rebelde y que no le importaba nada, a parte de llegar hasta donde estábamos.

Me levanté y después de prepararme, salí a la recepción.

—¡Buenos días! —dijo la señora— Es hora de trabajar— señaló la escoba.

—¿En donde tengo que barrer?

—En todo el hotel, señorita.

—Bien, ¿y la otra chica?— Volteé alrededor.

—Está tendiendo las camas—Timbró el teléfono y contestó.

Yo subí las escaleras para empezar a barrer desde arriba.

Empecé a barrer por los pasillos de arriba, pasaba por las habitaciones pero todas estaban vacías, hasta que llegué a un piso más abajo, que era donde se encontraba Yulia en una habitación.

—Tengo que barrer la habitación—entré, sin decir más.

—Pero primero tengo que sacudir, sino te ensuciaré.

—Entre más pronto acabe mejor, así que con permiso—Empecé a barrer desde el fondo de la habitación— El viento está fuerte, de todos modos se ensuciara de nuevo.

—¡Chicas! ¡Las encontré!—Llegó la señora del hotel—Quería decirles que tengo que irme, pero al rato volveré, de todos modos dejé a una empleada en recepción. Así que sigan con lo suyo, sólo quería avisarles.

—Oh, está bien señora, no sé preocupe—Yulia le sonrió y la señora se fue a gusto —Ya puedes barrer el pasillo—me dijo.

—Primero tengo que iniciar con las habitaciones.

—Pero me estorbas, ¿No puedes iniciar en otra?

—En realidad no, tengo que ir por orden, sino no funciona.

—Eres muy complicada.

—Sólo sigue haciendo lo que estabas haciendo.

—No puedo si...—En eso se escuchó como se cerró la puerta—¡Mierda! El aire está muy fuerte—Vió la puerta— Cómo sea, mejor yo me voy a otra habitación—Se dirigió a la puerta, pero a la hora de abrirla, parecía que no podía—¿Que le hiciste a la puerta?

—¿De que hablas?—Me acerqué a donde estaba.

—No se puede abrir—Intentaba abrir pero no podía.

—Déjame intentarlo— me dejó intentarlo, pero no podía ni aunque no tuviera seguro.

—¡Se atascó!

—No me digas— dije con sarcasmo.

—Todo esto empezó por tu culpa.

—¿Disculpa?

—Tú eres la que aceptó ir a darme clases y se subió a la moto.

—Yo no tengo la culpa de que te hayas subido a la moto y que...— paré por lo que iba a decir.

—¿Y que qué?— Me retó con la mirada.

—Y que seas lesbiana— Ella se me quedó viendo por unos momentos seria y después sin decir nada se dirigió a la ventana, y se quedó ahí, mirando el paisaje del pueblo.

—Yo no tengo la culpa de no ser hetero—Me miró— Pero no entiendo porqué te molesta tanto que me gusten las chicas.

—Porque claramente está mal.

—¿Sólo por eso te molesta?

—Si...

—¿O tienes miedo de que me puedas gustar?—Se acercó a mi, dejando escasos centímetros entre las dos. Yo giré mi cabeza para un lado.

—Tranquila, que no eres mi tipo—Rió— preferiría estar con un chico que con una heterosexual religiosa.

—¿Auch?

—Oh lo siento, ¿te ofendiste? — dijo con sarcasmo.

—Tenemos que salir de aquí.

—Olvídalo, saldremos de aquí hasta que venga la señora.

—Necesito llamarle a mi novio y a mis padres.

—¿Que no estás descansando de tu novio? Siempre están juntos, no se dejan ni respirar.

—¿Y tú y tu novia qué?

—Es diferente, las dos si nos dejamos respirar.

—¿Sabes quién me golpeó?— Señalé mi golpe— Tú linda novia.

—¡¿Qué?! ¡¿Porqué lo hizo?!

—Por hacerte llorar—Bajó la mirada y se quedó callada—No entiendo qué pasa con esta puerta—Intentaba abrirla pero no podía.

Yulia se acostó en la cama y cerró los ojos.

—¿Te vas a dormir en vez de ayudarme?— Ella no me respondió— Vaya, que madura eres sin responderme.

Al estar acostada y con la luz de la ventana pegándole, se podía ver mejor. Yulia era muy bonita, tenía un cuerpo que toda mujer deseaba tener. Su cabello era negro oscuro y le llegaba hasta el cuello, su nariz era perfecta y sus labios eran carnosos pero no tanto, estaban justo a la medida.

—Puedes tomarme una foto si quieres—Me dijo Yulia y sentí mis mejillas arder un poco— Oye no te pongas roja— rodé los ojos.

—No necesito tomarte fotos.

—Parecía que si—sonrió y si, su sonrisa era también muy linda— Pero no me gusta ser el experimento de heterosexuales curiosas.

—¿Disculpa?—Estaba confundida por lo que había dicho.

—Sé que te estoy dando curiosidad, por ser lesbiana, pero no pasará.

—¿A que te refieres? ¿No pasará que?

—Tú y yo—Se levantó y se acercó a mi— No pasará.

—¿Estás loca? ¡Yo no soy lesbiana!— ¿Quién se creía para llamarme indirectamente así?

—No, pero puede que seas hetero curiosa.

—¡Oye, no estoy interesada en cualquier chica!

—No en cualquiera ¿pero en mi?— me sonrió.

—¿Quién te crees?—Me alejé un poco de ella.

—Una persona— Rió —¿Bailarías conmigo? –Se acercó y elevó su mano.

—¡¿Qué?! ¿Porqué piensas que lo haría y para qué?

—Si eres heterosexual, supongo que no tendrás miedo de bailar conmigo.

—Ni siquiera hay música.

—No importa, la imaginaremos—Sonrió y agarró mi mano para ponerla en su cintura— Tú serás el hombre aquí— Rió— Puso su mano derecha en mi hombro y con la izquierda tomó mi otra mano y las entrelazó—Empuja más mi cintura hacía a ti—Al hacerlo, sentí la sensación en mi entre pierna que a veces sentía con Novel, cosa que me asustó— ¿Estás bien?

—Si, perdón— No quería que sospechara nada.

—Tininini— Ella empezó a tararear una canción, simulando la canción del baile, cosa que me daba gracia— ¿De qué te ríes?

—La canción que estás tarareando es muy ridícula— reí.

—¿Ah si? ¿Puedes hacerlo mejor?

—No creo, mejor tú hazlo.

—Bien, pero me tienes que mirar a los ojos todo el tiempo—La miré y empezó a tararear. Yo solté una carcajada— Ahora será al revés—Me tomó la mano y después me tomó de la cintura y pegó todo mi cuerpo al suyo. Provocándome la misma sensación en mi entre pierna y sentir algo recorriendo mi estómago.

Alguien se escuchó por el pasillo y Yulia fue a golpear la puerta para que la escucharan.

—Nos quedamos encerradas— Una chica de inmediato nos abrió la puerta.

—Tengo que ir al baño— dije y salí de la habitación.




Buen día mis niñas!

CAPITULO 6

—¿Estás bien?—Me preguntó Yulia. Estábamos en la habitación, ya era de noche y habíamos acabado todo el trabajo.

—Si...

—Te noto como si estuvieras en otro mundo, por eso te preguntaba—Había salido de bañarse y se estaba secando el cabello con la toalla.

Pero la verdad si estaba pensando mucho, más bien preocupada porque lo que me había hecho sentir con ese baile. Era lo que sentía con Novel, y que me provocara lo mismo Yulia, realmente me asustaba. No, no soy lesbiana, tampoco hetero curiosa y no quiero nada con Yulia, ¡Está mal!

—¡Oye! Llamando a tierra... ¿Cómo te llamabas?—Yulia chasqueaba sus dedos en frente de mi para que respondiera.

—Me llamó Elena, mucho gusto— dije sarcásticamente.

—Mucho gusto Elena— rió— En serio perdón por la paliza que te dio mi novia, a veces puede ser muy agresiva, no era mi intención que te haya golpeado por mi culpa.

—Ya pasó, no es para tanto— Estaba acostada.

—Bueno, gracias— Ella se fue a su cama y se acostó.

Sin decir más, las dos nos quedamos dormidas.

—¡Elena! ¡Despierta!—Sentí que alguien me estaba moviendo.

—¡¿Qué pasa?!— desperté sin ganas.

—¡Encontraron mi moto! ¡Le puse gasolina y ya nos podemos ir!— Yulia estaba emocionada.

—¡¿En serio?!

—¡Si! La señora muy amablemente me dijo que ya no le debíamos nada, ¡y que nos podíamos ir!—Ponte tu ropa, ¡que nos vamos!— Salió emocionada.

Mientras tanto yo no estaba tan emocionada, ya que regresaría a la rutina y la escuela.

Me arreglé, acomodé todas las camas, los baños y salí.

—¡Adiós señorita!— dijo Yulia feliz— Regresaré, pero con dinero y con otra chica— Rió. Yo rodé los ojos.

—¡Adiós, a ver si luego vengo a trabajar aquí!— Yulia soltó la carcajada. A decir verdad ella podía ser muy risueña— ¿De que te ríes?

—De ti— sonrió. Y llegamos a la moto— Te vas a tener que agarrar de mi— Me miró pícara— Es broma, tengo novia, así que sostente de atrás—Se subió y yo sin decir más, me subí atrás de ella.

—Sólo no vayas tan rápido.

—Sabes que lo haré.

Al llegar a casa, mis papás me hicieron un escándalo. A pesar de que les expliqué todo, por primera vez me castigaron por preocuparlos tanto.

No tenía mi celular, pero le llamé a Novel con el teléfono de casa. Le expliqué la situación, estaba muy enojado pero aún así lo entendió y me dijo que me vería en la escuela.

Al siguiente día todo transcurrió normal, vi a mi novio, lo abracé y besé. Fuimos a la escuela y me pude poner al día con mis clases. Aunque todos estaban extrañados de mi inasistencia a clases, ya que yo nunca faltaba, aún así no les di explicaciones porque no quería que se crearan rumores.

—Sobre el accidente, resultó que sólo fue una lesión, ahora mi primo se está recuperando y va muy bien— Novel me estaba contando lo que había pasado sobre el accidente que me había dicho por mensaje. Mientras comíamos en la cafetería de la escuela.

Mientras tanto a mi me llamaba la atención que la novia de Yulia le estuviera besando el cuello, mientras Yulia sonreía y después la besaba apasionadamente. De seguro si había pasado algo sexual entre ellas. Yulia me atrapó viéndola y yo enseguida regresé la mirada a mi novio.

—¿Es en serio que te perjudicas viéndolas?— Dijo Novel comiendo su ensalada.

—Es que ya no sé que hacer para que deje de ser así— dije rendida.

—Habrá una fiesta el sábado, ¿Que te parece si la invitas? Estarán los jugadores de los equipos de la escuela y más de uno se la intentará ligar.

—Suena bien— aunque en realidad para mi ya no sonaba tan bien, ya que Yulia era buena chica y no quería que ningún jugador se aprovechara de ella.

Toqué varias veces a la puerta de la casa de Yulia y su mamá me abrió.

—Hola señora— Sonreí— Perdón por todos los inconvenientes pero ¿Yulia le explicó todo verdad?

—Si, si me explicó.

—Yo la quise detener pero ella simplemente arrancó.

—No te preocupes, estás haciendo lo que puedes— Se encontraba desanimada.

—Podría funcionar algo—fuimos a la cocina— Invitaré a su hija a una fiesta en donde habrá muchos chicos que intentarán ligar con ella. ¿Que le parece?

—¡Me parece perfecto!—Se alegró— ¡Invítala ya!

Yo fui a la habitación de Yulia y toqué muchas veces pero no me abría. Hasta que su mamá me dijo que le abriera.

Cuando abrí, me encontré a Yulia dormida.

—Yulia—La moví por un buen rato hasta que se despertó.

—¿Que mierda quieres?

—Te quería invitar a una fiesta.

—¿Qué!?— Se sentó en su cama.

—Quiero que vayas a la fiesta que organizará la escuela.

—A esas fiestas yo nunca voy, todo parece una orgía.

—¿Qué estás diciendo? Claro que no será así.

—Tal vez vaya, pero le tengo que avisar a mi novia—trató de tomar su celular pero yo sé lo quité.

—No puede ir tu novia.

—¿Disculpa? ¿Porqué no?

—Le dije a tu mamá que estarías con chicos.

—Así que todo eso de la fiesta es por eso... ¿O también quieres que vaya sin mi novia porque te dan celos?

—¡¿Qué?! No digas tonterías ¿Porqué estaría celosa? Yo tengo novio, lo amo y no soy lesbiana, ya te había dicho.

—Toma—Me entregó mi celular y posó en su cama —Tómame una foto para que la disfrutes.

—¿Que estás diciendo?—Estaba confundida.

—Veo que no dejas de mirarme en la escuela, si me tomas una foto, me puedes ver en el lugar que quieras—le lancé una almohada.

—No seas idiota, lo hago porque pienso en que no se que hacer contigo para lograr que te gusten los hombres—Ella se paró de su cama y se acercó a mi.

—Creo que yo te estoy ganando—Me agarró de la cintura y se tumbó a la cama, provocando que me cayera encima de ella. Estando en esa posición ella me abrazó pegando más mi cuerpo al suyo— Porque te está empezando a gustar una mujer—Tomó mi cara y me dió un beso en la mejilla, haciendo que mi cara ardiera. Ella sonrió porque sabía que me había hecho sentir algo.

Mientras tanto yo me quité de encima, le dije que fuera a la fiesta en la noche y salí rápido de ahí.

¿Quien se creía para abrazarme? ¡Dios! Ahora estaba más asustada, me había hecho sentir algo y no sólo en mi entrepierna, era la misma sensación que sentía con Novel. ¿Y si era lesbiana? ¿Y si me estaba empezando a gustar? No podía ser, esto no me tendría porque haberme pasado, si yo era alguien normal.

Llamé a Novel y le dije que fuera a mi casa.

Novel estuvo en mi casa en menos de 20 minutos y lo llevé a mi habitación.

Sentía que posiblemente me hacía falta hacer el amor con él, para que Yulia no me hiciera sentir cosas.

—¿Qué pasa?—preguntó Novel.

—No hay nadie en la casa.

—¿Y?—Me quité la blusa y lo besé como si no hubiera un mañana. Él al principio me siguió el juego, pero después de pensarlo...—¿Qué te pasa?

—¿De qué?

—¿Olvidaste el trato que hicimos?

—Ya no importa.

—¿Ya no importa? ¿Qué te pasa? Te amo mi amor, pero recuerda que tenemos que esperar. No lo digo por mi, recuerda por quien lo hacemos—Me dió mi blusa y me abrazó.

—Tienes razón— dije después de reaccionar por lo que iba hacer.

CAPITULO 7.

El sonido de las bocinas retumbaban en toda la casa gigante en la que nos encontrábamos Novel y yo, si, era la gran fiesta.

Buscaba con la mirada a Yulia , pero no la veía.

—¿Crees que venga?—gritó Novel para que lo pudiera escuchar por el ruido.

—No lo sé— me paré—La buscaré.

—Está bien, yo iré con unos amigos—Me dió un beso y desapareció por la multitud.

Después de estar buscando por mucho tiempo a Yulia , la encontré bebiendo cerveza en un sillón.

—Al fin te encontré, creí que no vendrías— Me senté al lado de ella.

—No iba a venir pero mi mamá me trajo casi a la fuerza, pensaba irme pero mejor llamé a mi novia para que viniera y divertirnos un rato.

—¡Yulia ! Quedamos que no debía de venir tú novia.

—¿Vino tu novio?

—Si.

—¿Y porqué yo no puedo invitar a mi novia?

—¡Porque quedamos en que ibas a estar con chicos!

—¿Quieres que engañe a mi novia?

—Sería mejor que la dejaras.

—¿Para quedarte conmigo?—Me miró coqueta.

—Sabes a lo que me refiero— dije seria.

—Será mejor que me vaya a otro lugar—Se paró del sillón.

—¿A dónde vas?

—Lejos de ti— Se fue.

Yo desesperada por esa situación, hablé con un chico de la multitud y le pregunté que si estaba soltero e interesado en una chica bonita, obviamente aceptó y me lo llevé a buscar a Yulia.

—¡Hey Yulia !— le grité una vez viéndola.

—¡¿Qué mierda quieres?!

—Te presento a Boris— tomé al chico y lo puse en frente de ella— Él está interesado en conocerte— Yulia me miró con cara de pocos amigos y yo me fui a buscar a Novel.

Una vez que lo encontré, lo vi tan a gusto jugando billar con sus viejos amigos, que no quería interrumpirlo. Así que me dirigí a la barra de postres, agarré muchos bombones, y al ver la fuente de chocolate, metí los bombones ahí. Mientras observaba a mi alrededor vi a Yulia con el chico que le había presentado. Yulia se veía bastante incómoda mientras el chico le estaba besando el cuello y toqueteándola. Me enojó la situación y fui de inmediato con ellos.

—¡¿Que haces Boris?!— lo empujé.

—Quitándole lo lesbiana, me dijo que tenía novia y que no estaba interesada en mi. Obviamente no ha probado lo bueno—Se acercó otra vez a Yulia, pero antes de que la tocara, tomé a Yulia de la mano y me eché a correr hacia la entrada. Una vez ahí Yulia me soltó de la mano bruscamente y salió a la calle.

—¡Yulia!

—¡¿Y ahora que quieres?!— Me volteó a ver— ¿Presentarme a otro hombre? ¡Vamos hazlo! De todos modos no lograrás cambiar mis gustos— me gritó y sus ojos se cristalizaron.

—Yulia — traté de tomarle el brazo.

—¡No me toques! Ya estoy harta— Siguió su camino pero yo la seguí— ¡No me sigas! ¿Porqué mierda lo haces? ¡Deja de molestarme!—Seguía caminando pero estaba llorando y en realidad me dolía ver a Yulia llorar y más si era por mi culpa. Porque como había dicho, Yulia era buena chica y no merecía que la hicieran llorar, aunque yo ya lo había logrado y no era la primera vez.

—Yulia — Aún la estaba siguiendo.

—Tranquila, no le diré a mi novia nada. Pero sólo te pido que ya no vayas a mi casa, ni me hables— Yo logré ponerme en frente de ella y la abracé.

—Perdóname— Ella me empujó.

—No Elena— Ella siguió su camino y ya no la seguí.

No sabía que hacer, no había manera de que le gustaran los hombres, pero veía a su mamá tan desanimada que me daba motivos para cambiar la sexualidad de Yulia. Aunque ver triste a Yulia también me daban motivos para dejar de intentarlo.

Una vez en la escuela, todo transcurrió normal, Yulia no le dijo nada a su novia al parecer, porque no me había buscado para darme una paliza.

De todos modos no llegué a verlas juntas, lo cual se me hizo muy raro.

—¿Lograste cambiar sus gustos? —Me preguntó Novel.

—No, sólo la hice llorar.

—Debe de haber una forma.

—Pues no se me ocurre nada. ¿Cómo te fue con tus amigos?— le dije para cambiar la conversación.

—Muy bien, recuperé a mis viejos amigos, saldremos el viernes, ¿no te molesta?

—Para nada, diviértete— sonreí.

—Gracias amor— me dio un beso de pico— ¿Entonces lo seguirás intentando?

—¿Qué cosa?

—Lo de la chica lesbi.

—Aahh— Volteé a ver a Yulia, quién estaba con unas amigas— No sé.

Pero al salir de la escuela decidí que iba a ir a su casa. No podía seguir sintiéndome culpable, necesitaba arreglar las cosas con ella para sentirme mejor.

Después de descansar un poco en mi casa, me dirigí a la casa de Yulia . Toqué y timbré varias veces pero nadie me abría. Sabía que aunque estuviera Yulia sola no me abriría, así que hice lo que jamás creí hacer. Escalar hasta llegar a la ventana de su habitación y entrar.

—¡Mierda! ¡¿Quieres sacarme un maldito infarto?!— gritó Yulia .

—No me abrías la puerta.

—¡Y no pensaba hacerlo! Te dije que no vinieras más.

—Pero tenía que pedirte perdón.

—Es mejor que te vayas.

—¿Me perdonas?

—¡No!— Se sentó en su cama— Aunque fue lindo que te colaras por mi ventana—Se sonrojó un poco —Ni mi novia ha hecho eso— Bajó la mirada.

—¿Todo está bien?—me senté al lado de ella.

—Mi novia se enojó porque cuando llegó a la fiesta ya no estaba.

—Ouh— Sabía que también era mi culpa— ¿Pero se solucionará, no?

—Eso espero, si no, me deberás una nueva novia.

—Mejor un novio.

—¿Y para eso venías a pedirme perdón? Lárgate de aquí mejor.

—Lo siento, se me salió.

—Te perdono, pero ahora vete.

—¿En serio me perdonas?

—Si— dijo seria— Pero ahora vete.

—No quiero irme—quité la mirada— Me aburro en mi casa— Dije de inmediato para que no sospechara que quería estar con ella.

—¿Y yo te entretengo?— Sonrió— ¿Quieres escaparte otra vez conmigo?— Miró mis labios y me puse como tomate— ¡Lo sabía!

—¿Qué?— Pregunté nerviosa.

—Estoy siendo tu puto experimento.

—¿De que hablas?

—¡Búscate a alguien más! ¡No estoy interesada en ti!

—¿A que te refieres? Sabes que tengo novio.

—Que tengas novio, no significa que no te guste.

—Tú jamás me gustarías—reí.

—Entonces vete—Pensé un poco en irme pero después me arrepentí.

—No me iré.

—Está bien— Tomó su celular y marcó un número.

—¿Qué haces?— Me fijé en su celular.

—Llamándole a mi mamá para decirle qué hay una intrusa bisexual de closet en mi habitación.



Bien, les dejo dos capítulos seguidos para que disfruten!!

CAPITULO 8.

—Eres de lo peor— Sonreí.

—¿Porqué sonríes? Se supone que te voy arruinar la vida con esta llamada.

—Es obvio que no te va a creer, sabrá que te quieres deshacer de mi de alguna manera—Traté de quitarle el celular.

—¿Entonces porqué tratas de quitarme el celular?— Lo escondió atrás de ella.

—Por seguridad.

—La llamaré.

—Dame el celular— Extendí la mano para que me lo diera.

—Quítamelo— se paró en la cama y elevó su mano, mientras yo la trataba de tumbar.

—¡Dámelo!—agarré su pierna y la tumbé en la cama.

—¡Es mi celular!—Empezó a reírse y siguió escondiendo su celular atrás de ella. De mientras yo le empecé a hacer cosquillas para que me lo diera—¡Para mierda!—reía más fuerte.

—¡Dame el celular!

—¡Te lo daré, pero para!— le costaba trabajo hablar por la risa.

—Bien— paré de hacerle cosquillas y de inmediato huyó a la cocina—¡Dame el celular!

—¡No!—Ella estaba descalza pero sin importarle salió a la calle y tomó su moto— Si quieres el celular tienes que venir conmigo—Sonrió. Yo sin pensar mucho en lo que haría y pasaría, me subí a la moto y arrancó.

No sabía que estaba haciendo y porque me dejaba llevar, pero de alguna manera Yulia me hacía sentir algo nuevo, como adrenalina e intriga y ese sentimiento me gustaba.

—Te llevaré a tu casa— Yulia volteó por el retrovisor. Y justo ahí ese sentimiento de adrenalina se esfumó.

—No te diré donde vivo.

—Entonces—Paró la moto en un parque— Te dejaré justo aquí.

—¿Me abandonarás entonces?—Me bajé de la moto indignada.

—Así es—Volteó atrás de mi y se sorprendió.

—¿Que pasa?— quise voltear, pero me llevó atrás de un árbol.

—Ahí está la novia de un amigo—Me miró— Pero con otro chico.

—Entiendo— Volteé a verlos y estaban riéndose y agarrados de la mano.

—¡Que perra! Esto no se merece Fyodor— Sacó su celular y empezó a tomar fotos.

—¿Qué haces?

—Sacando evidencia—Le miré incrédula— Mira se que podría estar mal sacar evidencia, pero es mi amigo ¿está bien? Lo quiero y por eso no se merece a una perra como ella.

—No tienes porqué insultarla.

—¡Está con alguien más que no es su novio! ¿Eso te parece correcto?

—Tú estás en este momento con alguien más que no es tu novia— La reté.

—Es diferente, porque yo te pensaba llevar a tu casa y te dije que te fueras pero sigues aquí conmigo— Me miró con mirada retadora— Tú eres la perra aquí, porque también tienes novio y te gusto.

—¡Cállate!— La empujé—¡La única lesbiana aquí eres tú! Yo sólo quiero ayudarte.

—¡No necesito tu caridad!— Se acercó a mi enojada, pero dió un grito de dolor instantáneo y se tomó el pie.

—¿Qué pasa?—Me tomó el hombro y vió su pie descalzo.

—Algo se encajó en mi pie—Se quejó—¡Mierda me duele!—Se apoyó en mi—No puedo sacármelo, se ve muy enterrado.

—Debe ser una espina, tranquila.

—Me tendrás que llevar a mi casa en la moto, no puedo conducir así.

—Pero yo no sé manejar.

—Es fácil, sólo vamos—La tomé de la cintura y rodeó mis hombros para apoyarse en mi.

—¡Oigan!—Dijo la chica a la que Yulia le estaba tomando fotos.

—Las vi tomarme fotos con el chico— Se acercó a Yulia— No le puedes decir a Fyodor.

—Le diré la verdad, que eres una perra— Le dijo Yulia a la chica, sin importarle que no era momento de pelear porque tenía algo encajado en su pie.

Y cómo era de esperarse la chica la empujó, pero yo la tenía agarrada, así que no se cayó.

—Nosotras ya nos vamos— Me dirigí a la moto con Yulia.

—¡Borra esas malditas fotos!—La chica se veía dispuesta a pelear y yo me estaba asustando.

—No borraré nada—Dijo Yulia tranquila.

—Sólo borra las fotos Yulia—Le susurré.

—No las borraré— La chica tomó a Yulia y la jaló para atrás, subiéndose arriba de ella y amenazando con golpearla.

—Oye déjala, borrará las fotos— la quise quitar pero me empujó.

—No borraré nada, así que golpéame, perra— La chica no lo pensó dos veces y le golpeó alrededor del ojo.

—¡Hey déjala!—Me enojó que la haya golpeado y la empujé, tomé a Yulia ayudándola a pararse, la subí a la moto y empecé a conducirla como podía, lo que quería era alejarme de la chica.

—Ve a mi casa con cuidado—Me decía atrás de mi.

—¿Estoy manejando bien?—Jamás había manejado una moto pero ver a Yulia manejando me había servido un poco para conducir.

—Lo estás haciendo bien— Se empezó a reír.

—¿De que te ríes?

—Lo qué pasó fue gracioso.

—¡Te golpeó!

—¿Y? Igual fue divertido, y lo mejor es que aún tengo la evidencia—Logré ver su sonrisa por el retrovisor.

—¡Hey cuidado!—Gritó Yulia y de inmediato frené. Era un perro que se había cruzado—No sabes manejar— Lo que había pasado es que Yulia me había distraído—Ya casi llegamos, así que será mejor que andes con cuidado y aceleres, que me duele todo.

—Acelerar y con cuidado, realmente no sé si se pueda eso.

—¡Acelera!— Aceleré bruscamente provocando que casi cayéramos, pero agarré el control y me excedí porque me gustaba la adrenalina que sentía al ir a tanta velocidad.

Llegamos a su casa, pero al parecer no había llegado nadie, así que sostuve a Yulia y la ayudé a subir las escaleras para llevarla a su habitación.

—¿Me podrías pasar unas pinzas que están en mi cajón?—Yulia se acostó en la cama.

—¿En cuál cajón?

—El que está a lado de ti— le pasé las pinzas y lo intentó sacar por si misma, pero parecía que estaba sufriendo cada vez que lo hacía, lo que me daba gracia pero también sentía desesperación.

—Dámelas— le quité las pinzas y agarré su pierna a la fuerza.

—¡No lo hagas! ¡Me va a doler mierda!—trataba de quitar su pie.

—Ese es el chiste—Reí malvadamente, la tomé con fuerza del pie y logré con mucho esfuerzo quitarle la espina. Ella se quejó del dolor.

—Eres muy llorona—Reí y me paré.

—¡¿Quieres que te pique el pie con una espina?!

—Seguro que lloraría menos.

—Perra—Tomó una almohada y me la lanzó en la cara.

—¡Oye!—Se empezó a reír mucho —No es gracioso—Reí un poco y después de que ella parara se me quedó viendo sentada en su cama—¿Tengo algo en la cara?

—Sip, mi mirada—Se acercó a mi y me miró coqueta.

—No seas payasa— Reí y la empujé poquito.

—Tú sólo buscas diversión conmigo—Me seguía viendo sin desviar la mirada.

—No te entiendo.

—Ya te dije que no quiero ser tu experimento.

—No lo eres.

En eso tocaron la puerta y el timbre. Yulia se asomó para ver quién era y abrió los ojos como platos.

—Es mi novia.




Feliz domingo mis niñas en un rato subo otros más besos