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POCO A POCO, CORAZON // RAINBOW.XANDER

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Mensaje por Edirbr 11/28/2016, 11:46 pm

Me encanta tu historia continúa pronto.

Edirbr

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Mensaje por andyvolkatin 11/29/2016, 10:11 pm

Hola Very Happy
Que buen capitulo
espero la sigas pronto
por que esta muy interesante cheers
andyvolkatin
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Mensajes : 576
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/4/2016, 11:21 am

Capitulo trece: Esto no se ha terminado


Samir Volkov era cuatro años mayor que Yulia. Siempre fueron unidos y desde pequeño cuidó de su hermana. Sabía que ella era la niña de papá, la preferida, pero eso nunca le produjo celos, era consciente del parecido entre su hermana y su padre, además él siempre ha tenido la predilección de su madre. Desde que Yulia conoció a Elena, cuando ambas eran unas niñas, Samir se responsabilizó de las dos. Quería a la pelirroja como si fuera de su familia y no le fue indiferente la estrecha relación que tenía con la morena, que con el pasar de los años, se acentúo en la adolescencia. Nunca las juzgó ni tampoco preguntó para no presionarlas, pero al parecer había llegado el momento.

-¿Qué pasa con Lena?-. Preguntó directo como eran los Volkov-.

-Nos hemos distanciado-. Respondió la morena.

-De eso me di cuenta, pero ¿por qué?-. Insistió acercándose más-.

-Hay algunas cosas que no se si pueda decirte-.

-Tú me puedes decir cualquier cosa-. Argumentó tomando su mano-.

Yulia sabía que decía la verdad. Incluso intuía que su hermano lo sabía desde antes, sólo que esperó a que ella se lo dijera.

-Lena y yo no éramos sólo amigas-. Dijo de repente bajando la mirada-.

-Lo sé, era imposible no darse cuenta de eso, pero que ha pasado ahora, Lena siempre ha sido alegre, es una luz, y está triste, dime que ha pasado Yul…-. Expresó preocupado-.

-¿Me quieres decir que sabías todo?-. Preguntó sentándose en su cama, acción que su hermano repitió-.

-Yul, yo sé que tú y Lena eran más que amigas y nunca me importó porque te veía feliz, tú y ella son almas gemelas, ella es una chica y tú también, pero eso es insignificante para mí, lo único que me importa es que mi hermana pequeña sea feliz-. Explicó-.

Yulia nuevamente lo miró y no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran. Amaba tanto a su hermano.

-Es difícil de explicar, todo ha pasado tan rápido-. Dijo con la voz entre cortada-.

-Pues inténtalo-.

-Yo le confesé que la amaba, que quería estar sólo con ella, sin ningún chico de por medio y ella me dijo que me quería pero…se quedó con su novia y creo que en ese momento pude escuchar como mi corazón se partía-. Puso su mano en su rostro para secar las insipientes lágrimas al recordar ese hecho-.

-Siento no haber estado aquí para ti-. Expresó acariciándole el pelo-.

-No te preocupes-.

-Entonces, por eso estás así con ella..-.

-No es sólo eso, cuando pensé que no podía estar más acabada, apareció Ekaterina. Ella cuidó de mí, me escuchó, cada vez que estaba mal ella estuvo ahí, lo que me empezó a producir sentimientos por ella. La quiero y me siento segura a su lado, me hace tan feliz-. Exclamó con una sonrisa-.

-Es una hermosa chica-.

-No sólo es hermosa, realmente me ama-.

-¿Y porque te veo así entonces?-. Preguntó-.

-Porque aunque intente evitarlo, sigo queriendo a Lena. Mis sentimientos no han cambiado en nada. Cuando la veo y me mira con sus ojos verdigrises hermosos, me derrumbó, me hace querer correr hacía donde ella esté sin importar nada-.

-¿Y porque estás con Ekaterina entonces?-. Preguntó confundido-.

-Porque también la quiero, me encanta todo de ella, es lo mejor que me ha pasado en este tiempo. No podría imaginar perderla en este momento-. Expresó

-Veo que estás es un gran problema, tienes a dos chicas que te quieren y tú las quieres a las dos-. Reflexionó-.

-No sé qué hacer… no quiero herir ninguna-.

-No creo que eso sea posible, Yul, alguna va a tener que sufrir, es parte de enamorarse, uno corre riesgos y no siempre se puede ganar-. Explicó su hermano-.

-Lo sé, pero siento que ya tomé una decisión, estoy de novia con Ekaterina y no podría dejarla, aunque no pueda evitar sentir que la engaño cada vez que pienso en Lena, o necesito estar con ella…-.

-Mi pequeña, creo que debes darte tiempo… ¿Lena sabe que estás de novia?-. Preguntó-.

-No…yo no me he atrevido a decirle-. Respondió rápidamente-.

-Creo que ese es un paso, no sería grato para ella enterarse por alguien más, le haría más daño-.

-Lo sé, voy a hablar con ella-.

-Yul…nuestros padres lo saben?…Quiero decir es algo importante, no es justo que tengas que ocultar cómo te sientes o a quien quieres-. Preguntó el chico-.

-Papá lo sabe y me dio todo su apoyo…pero mamá no, tú sabes cómo es ella, tan tradicional, ella sueña con verme en un altar vestida de blanco casándome con un chico de buena familia-. Respondió mirándolo a los ojos-.

-Mamá te comprenderá, te ama por sobre todo y sería incapaz de decirte algo que pudiera herirte-.

-Tal vez a ti sería incapaz de herirte, siempre has sido su favorito-.

-Y tú la favorita de papá, pero créeme, somos una familia Yul, y las familias se apoyan y protegen-.

-Necesito tiempo Samir, para poder enfrentar a mamá-. Se justificó-.

-Lo entiendo y tienes mi apoyo, siempre en la decisión que tomes y a quien elijas, además debo decir que heredaste el gusto Volkov por las mujeres, porque Ekaterina es realmente una belleza-. Dijo el joven con una sonrisa-.

-Puedes no hacer esos comentarios de MI novia? Coqueteaste con ella toda la tarde, creo que eso ya es suficiente-. Expresó dándole una mirada fulminante-.

-Yo no sabía que era tu novia, y ahora que lo sé, no puedo evitar decir que es una preciosura y tiene un cuerpazo, sin contar que por lo que se ve viene de una familia con dinero-. Dijo sabiendo que
iba a enojar más a su hermana-.

-¡Ya basta!...te lo advierto Samir-. Expresó tomando una almohada-.

-Estoy sólo diciendo lo evidente, no te tienes que enojar hermanita, estoy seguro que no soy el único que piensa eso-.

-Ok ¡Te lo ganaste!-. Y lo golpeó con la almohada, iniciando una batalla que lógicamente era difícil ganar, ya que su hermano era más grande y fuerte-.

-Veo que ustedes dos no van a madurar nunca-. Expresó su madre quien los miraba desde su puerta-.

-¡Él tiene la culpa!-. Se defendió Yulia-.

-No es cierto, ella no soporta que le digan la verdad-.

-Ya es suficiente, déjense de peleas y bajen que su padre ya está en la mesa y la cena está servida-. Exclamó con una sonrisa. Le encantaba ver a sus hijos juntos otra vez-.


Era otro día en la escuela Alikosvky, y el señor Smirnov había llamado a una reunión de emergencia. Todos presumían que era por las competencias y el problema que les había ocasionado Shapovalov.
Ya estaban todos reunidos y sólo faltaba el maestro, incluso para la mala suerte de Nastya, hasta Yuri ya estaba ahí.

-¡Muchachos les traigo buenas noticias!-. Exclamó con buen ánimo lo que les dio confianza a los chicos-.

-Iván chocó en su carro y dejará de arruinarnos la vida?-. Expresó Yulia con desdén-.

-Creo que eso sería una buena noticia-. Apoyó Tasha.

-Chicos por favor, no es bueno desearle eso a alguien, aunque sea Iván-. Regañó Smirnov-.

-Entonces digamos que es…-. Pidió Oksana impaciente-.

-¡Tenemos los pasajes y un auspiciador que también cubrirá los gastos de hotel y estadía!...viajaremos en primera clase y podremos estar más días en St Petersburgo. Partimos pasado mañana…
¿Qué les parece?-. Dijo mostrándole los pasajes con una enorme sonrisa-.

-¡Eso es increíble!-. Exclamó emocionado Sasha, mientras todos celebraban-.

-¡Por fin alguien que cree en nosotros!-. Dijo Fyodor-.

-Pero señor Smirnov, quien nos está apoyando? O sea tenemos talento, pero nunca hemos ganado las nacionales como Korol i Shut, como para que alguien nos auspicie-. Preguntó Tasha-.

-Hoy llegaron a mi oficina los pasajes y recibí un llamado a nombre de Industrias Sharapov, no sé cómo se enteraron de nuestra situación, pero lo importante es que tenemos todo solucionado y
ahora sólo nos concentraremos en ganar la competencia-.

Todos estuvieron de acuerdo con el maestro. Nastya le dio una mirada a Yulia, pues no pasó inadvertido para ella, que quien los estuviera ayudando fuera la familia de Ekaterina.
Cuando salieron del salón del coro, era todo pura felicidad, estaban mejor que antes porque incluso ahora podrían disfrutar de la ciudad unos días antes de la competencia, era perfecto.
Yulia iba con Nastya y divisó que Ekaterina venía hablando por teléfono, caminando con ese aire casual, dejando que su cabello lo guiara el viento, con el uniforme de la escuela. No necesitaba mucha producción, su hermano tenía razón, tenía una novia que era una belleza. No esperó y fue a su encuentro, y antes que la chica pudiera darse cuenta, ya tenía a su morena colgando de su cuello, acompañada por Nastya y Oksana.

-¡Que bienvenida!... ¿Qué hice para ganarme este enorme abrazo?-. Expresó con esa sonrisa encantadora-.

-Creo que lo sabes-. Respondió Yulia depositando un pequeño beso en sus labios-.

-Tenemos mucho que agradecerte-. Dijo Nastya-.

-Creo que es por lo de St Petersburgo ¿o no?-. Preguntó ya entendiendo-.

-Por supuesto, cómo lo solucionaste tan rápido?-. Preguntó Oksana, quien después de todo ya le tenía simpatía-.

-Llamé a mi abuelo. Él tiene muchos contactos y recursos, no le iba a costar nada ayudarlos-. Explicó-.

Nastya y Oksana se despidieron para irse a clases, dejando a las chicas conversar mientras, caminaron hacía el casillero de Yulia para sacar algunas cosas.

-Muchas gracias por eso, no tenías porqué ayudarnos, tú ni siquiera estás en el coro-. Expresó Yulia-.

-Estamos juntas ahora Yul, y todo lo que te pase me afecta, yo haría lo que fuera por ti y verte feliz, ayer te veías realmente preocupada, y quise solucionar lo que te tenía así, incluso si para ello tenía que recurrir a mí abuelo-. Explicó-.

Yulia se sintió culpable. Su comportamiento del día anterior no se justificaba completamente por lo que había pasado con Neposedi, sino más bien por una pelirroja que no podía sacar de su mente.

-Te quiero-. Dijo Yulia tomando la mano de su novia-.

-Y yo a ti…y cuando estemos en St. Petersburgo, voy a llevarte a todos los lugares que quieras. Créeme voy a hacer que sea un viaje inolvidable-. Exclamó emocionada-.
Eres maravillosa, lo sabías?…-. Dijo Yulia sin soltarla-.

-Tú eres maravillosa y tenerte conmigo es lo mejor que me ha pasado-. Contestó con esa mirada de enamorada que sólo guardaba para su morena-.

-Y tú a mi…supongo que tengo que prepararme para un viaje entonces. Estoy tan emocionada de conocer la ciudad-. Exclamó, guardando las últimas cosas para caminar hacía su primera clase-.

-Mmm…tengo que comentarte algo, yo no pude evitarlo, pero si no quieres yo lo entenderé, no quiero que lo tomes como una obligación…-. Decía nerviosa-.

-Katia…habla-. Interrumpió-.

-Cuando hablé con mi abuelo, me preguntó porque yo estaba tan interesada en el coro de la escuela, y yo intenté darle alguna excusa, pero me conoce, entonces me sacó la verdad y me pidió a cambio una cena cuando esté allá…-.

-Creo que es bueno que compartas tiempo con él, se nota que hace cualquier cosa que le pidas-. Dijo tranquila-.

-Si eso es cierto, pero el punto es que quiere que vaya a esa cena contigo, quiere conocerte Yul-. Expresó haciendo que ojiazul se detuviera y la mirara con una cara de terror-.

-Katia…yo no sé, sólo le he visto en fotos, no creo estar lista para conocerlo, siempre dices que odiaba a Anya y si a mí también me odia-. Dijo rápido y perdiendo esa seguridad que tanto la caracterizaba-.

-Eres increíble, él no podría odiarte, además estaré yo que siempre te defenderé, piénsalo no es una obligación…y ahora será mejor que vayamos a clases, o si no llegaremos tarde-.
Ekaterina besó a su novia y se separaron para ir cada una a su respectiva clase.

Cuando Yulia llegó a su clase, el profesor ya estaba ahí, así que se apresuró y al hacer una vista panorámica el único asiento disponible estaba al lado de Lena. No es que no quisiera estar cerca de la pecosa, es sólo que se sentía culpable e incapaz de mirarla a los ojos.
Elena le regaló esa hermosa y tierna sonrisa cuando la vio acercarse. Podía ser una clase más pero para ella cada momento que pudiera pasar con su morena lo valoraba, sin contar que aún estaba confundida por el comportamiento de Yulia en el cine, sentir sus manos unidas le había producido demasiados sentimientos, era como volver el tiempo atrás cuando eran sólo ellas dos.
Durante la clase no pronunciaron palabras, sin embargo, sus miradas lo decían todo y se buscaban en forma insistente, en un roce, una sonrisa, una caricia pasajera, eso bastaba para saciar esa necesidad de querer sentirse.
Lena sabía que algo pasaba, conocía a Yulia desde que tenía uso de razón y aunque la morena se esforzara nunca había logrado mentirle, podía engañar a toda la escuela a sus padres, pero no a ella. Tenía una idea de donde podría ir, pero se negaba a aceptarlo, nada estaba dicho hasta que saliera de los labios de Yulia.
El timbre sonó y las sorprendió otra vez mirándose fijamente. Yulia tomó sus cosas al igual que Lena y fueron caminando hacía sus casilleros. Mientras caminaban, sus celulares sonaron al mismo tiempo avisándoles de un mensaje.

-Creo que Sergüei no pierde ocasión para celebrar una fiesta-. Comentó la morena-.

-Es una buena idea, tenemos que festejar que vamos a St. Petersburgo, además siempre es entretenido estar todos juntos-. Respondió Lena emocionada-.

-No sé qué tiene de entretenido que todos terminemos ebrios y con una resaca horrible al día siguiente-.

-No seas aguafiestas, reconoce que te gustan las fiestas de Neposedi-. Expresó dándole un golpecito en el hombro y con una sonrisa-.

-A ti como negarte algo-. Respondió-.

-¿Entonces irás?...puedes ir con Samir. Me encanta bailar con él, lo hace excelente-. Pidió la pecosa-.

-O sea que te interesa más que vaya mi hermano? -. Preguntó con algo de celos-.

-Tú sabes la respuesta, no seas celosa-. Contestó-.

-No podría estar celosa de Samir, él no tiene mi encanto-. Dijo haciendo un guiño-.

Elena rió y la miró con dulzura, sabía que desde que eran pequeños los hermanos Volkov habían peleado por ella, viéndola muchas veces como un trofeo por el cuál caer en tontas peleas.

-¿Entonces te veré está noche?-. Preguntó Lena-.

-Claro-. Contestó perdiéndose una vez más en esa sonrisa-. Y llevaré a mi hermanito para que baile contigo-.

-Tú sabes que preferiría bailar contigo-. Dijo acercándose y susurrándole al oído, lo que produjo que un escalofrio pasara por todo el cuerpo de la morena-.

Lena después de eso se alejó rumbo a su clase, dejando a la ojiazuñ de una pieza, sin reaccionar por varios segundos.

Oksana estaba tocando con dedicación las teclas del piano en el salón del coro, cada una de ellas las seguía con su voz intentando alcanzar tonos altos, no era muy difícil, gozaba de un registro verdaderamente envidiable. Estaba tan ida en la música y en sus propios pensamientos que sólo advirtió la presencia de alguien más cuando la cubrieron con sus brazos y la acompañaron siguiendo las teclas del piano.

-Yuri-. Dijo casi en un suspiro, al respirar todo el aroma natural del joven-.

-Lo siento…no quise asustarte-. Expresó sentándose a su lado en la banquilla, muy cerca-.

Oksana lo miró atentamente y no podía evitar tener sentimientos encontrados, por un lado le era difícil confiar en él, la había usado y mentido, pero por otro conocía a otro Yuri, ese chico atento y cariñoso que sólo dejaba su postura arrogante con ella. No quería sentir lo que estaba sintiendo, sobre todo porque Nastya era lo más hermoso que le había pasado y no quería arruinarlo.

-¿En qué piensas?-.

-En nada que pueda decirte-. Respondió esquiva e intentando levantarse-.

-Oksi…no te vayas...sé que piensas en mí y no lo estoy diciendo de arrogante, simplemente es lo que veo en tus ojos, tú aún sientes cosas por mí, aunque te niegues a reconocerlo-. Afirmó el joven seguro, lo que desestabilizó a la pequeña diva-.

-Yo estoy con Nastya y jamás haría algo para hacerle daño. La quiero demasiado, lo de nosotros fue una hermosa experiencia mientras duró, pero ahora nadie podría alejarme de ella, ni siquiera tú…-. Contestó intentando sonar segura-.

-No me voy a rendir, espero que lo sepas, porque te quiero Oksi, nunca he querido a otra mujer como a ti, nosotros tenemos los mismos sueños, nos expresamos de la misma manera. Tú y yo nacimos para estar juntos-. Aseveró con su mirada fija en los ojos cafés de Oksana quien lo miraba asombrada-.

-No quiero que salgas herido, lo único que te puedo ofrecer es mi amistad, nada más Yuri-. Expresó y tomó sus cosas para salir rápidamente de ahí-.

Cruzó la puerta del salón y las palabras de Yuri seguían en su mente, ¿Será verdad que aún la quiere y está ahí por ella?, Una parte de ella no quería saber la respuesta porque estaba segura que eso le produciría más confusiones. Una vez ella consideró a Yuri Popov el chico perfecto, su otra mitad, quien no solamente se acoplaba a la perfección en la música, sino que sus sueños eran los mismos que era fácil imaginarse una vida juntos, sin embargo, eso había pasado mucho antes de que Nastya apareciera en su vida, o por lo menos que estuviera de la forma en que están ahora. Pensaba en Nastya y era imposible que no se dibujara una sonrisa en su rostro, su hermosa rubia, quien era atenta y protectora, jamás se imaginó alguna vez, tener a la chica más hermosa y popular de la escuela a su lado, y ahora que la tenía se negaba a perderla.

-¿Pensando en las Nacionales?-. Preguntó Nastya quien la abrazó por sorpresa por la espalda-.

Oksana no respondió. Estar entre los brazos de su rubia le dio seguridad otra vez, así que se giró y sin decir palabras, le dio un apasionado beso, que tomó absolutamente por sorpresa a Nastya, pero aun así no dudo en responder.

-Voy a tener que preguntar más seguido por la competencia si me responderás así cada vez-. Dijo la rubia una vez que se separaron por falta de oxígeno-.

-Sabes que te quiero…-.

-Eso espero, porque lo que es yo, estoy loca por ti y no podría soportar que me dejaras-. Contestó la rubia muy cerca aún de su chica-.

-Ya quiero estar en St. Petersburgo, para recorrer de tu mano cada calle-.

-Y yo-. Dijo Nastya con una sonrisa. Sentía que no podía tener a una chica más perfecta a su lado-.

-Me tengo que ir… ¿Iras a la fiesta de Sergüei?-.

-Por supuesto, alguien tiene que cuidar de ti-.

-¿Pasas por mí?...así llegamos juntas-. Dijo coqueta la pequeña diva-.

-Claro… ¿Está bien a las 8?-.

-Perfecto-.

Antes de separarse se dieron un pequeño roce de labios. Oksana sacó a Yuri de su cabeza, tenía a Nastya y nadie más debía importarle.



El día paso rápido y Ekaterina esperaba a Yulia en el estacionamiento de la escuela como cada día para llevarla a su casa. No se habían visto desde la mañana, y ya extrañaba a su morena, era como algo superior a ella, no lograba controlar esas ganas de querer tenerla cerca cada segundo.

-Te extrañé-. Expresó Ekaterina abrazando a su novia y robándole un beso-.

-Te vi esta mañana Katia-. Respondió-.

-Lo sé, pero siento que te extraño-.

Yulia la miró por un par de segundos y sabía que era verdad lo que le decía, lo que le producía una sensación de ternura. Jamás pensó que esa chica que siempre se veía tan fuerte, pudiera con ella mostrarse tan vulnerable.

-Nunca pensé que pudieras ser tan tierna-. Expresó Yulia una vez ubicada en el asiento del copiloto-.

-Ni yo, la verdad me asusta volverme dependiente, siento que cuando no estoy contigo algo me falta-. Expresó-.

-Sabes que me gusta que me digas lo que sientes, cuando recién te conocí, eras impenetrable, nunca sabía que pensabas o que sentías, pero ahora aunque se lo que te cuesta, me lo dices y eso de verdad me encanta-. Respondió la morena-.

-Has hecho una chica cursi de mi Yulia Volkova y eso me asusta-. Exclamó riendo-.

El viaje se hizo realmente corto, el tiempo se iba rápido cuando estaban una en compañía de la otra.

-¿Irás a la fiesta de Sergüei esta noche?-. Preguntó Yulia-.

-¿Tú iras?, porque Sergüei me invitó pero no supe que responderle, como no habíamos hablado-. Contestó

-Al parecer ya todos te consideran parte de Neposedi-. Dijo Yulia con una sonrisa. Le gustaba que sus amigos aceptaran a Ekaterina-.

-Eso creo…¿entonces iremos?-.

-Sí, me gusta la idea de relajarme antes de las competencias-.

-¿Quieres que pase por ti?-. Preguntó amable como siempre-.

-Creo que es mejor vernos allá, porque probablemente vaya con Samir y él va a querer ser el conductor responsable-.

-No hay problema, nos vemos esta noche-. Se despidió-.

-Nos vemos…y Katia…te quiero-. Añadió dándole un beso de despedida-.

-Y yo a ti-.

Yulia, había llegado a su casa, ordenó en algo su habitación y comenzó desde ya a seleccionar la ropa que llevaría al viaje. Debía ocupar su cabeza en algo banal para no caer otra vez en todo ese remolino de sentimientos que era su corazón últimamente. También separó lo que usaría esa noche y antes había hablado con Samir para decirle lo de la fiesta. Su hermano al escuchar la palabra celebración, sea por lo sea, ya estaba adentro, además debía cuidar a su hermana, el mejor que nadie sabía cómo era Yulia con alcohol en su sangre.
Se dio una larga ducha, y comenzó a ponerse su vestido negro obscenamente ajustado que por lo corto dejaba bastante poco a la imaginación, si algo amaba hacer Yulia Volkova era provocar y tenía conciencia que con ese escultural cuerpo, acompañado de las prendas correctas lo lograba. Buscó una chaqueta de cuero y bajó al salón, donde la esperaba un guapo Samir, vestido con unos jeans y una camisa.

-Creo hermanita que con ese vestido tu novia va tener que cuidarte toda la noche-. Expresó su hermano-.

-¿Eso es un cumplido?-.

-Sabes que para mí siempre vas a ser la más hermosa-.

-Tú también estás guapo, sólo prométeme que te comportarás, y no intentarás conquistar a cada chica que se te cruce-. Advirtió la morena, antes de salir-.

-Lo prometo, seré el adulto responsable esta noche-. Respondió-.

Una vez camino a la fiesta, en el auto de Yulia, aprovecharon el tiempo para ponerse al día. Habían muchas cosas que Samir quería saber, incluso algunas que Yulia por ningún motivo le diría. Estaban tan entretenidos que la morena no se había dado cuenta que estaban tomando un desvió que no llevaba precisamente a la casa de Sergüei.

-Creo que te has equivocado de calle-. Dijo Yulia sin entender a donde iba su hermano-.

-No lo he hecho, tengo que hacer algo antes de ir a la fiesta-. Respondió-.

-Pero Samir, podrías haberlo hecho en la tarde, no ahora que vamos a la fiesta, siempre haces lo mismo…-. Iba continuar reclamándole cuando se dio cuenta que estaban muy cerca de la casa de cierta pelirroja-.

-Ya te cansaste de ser tan exagerada?-. Dijo el joven ya estacionándose al frente de la casa de Lena-.

-¿Podrías decirme que hacemos aquí?-. Preguntó sorprendida-.

-Recogiendo a Lena, siempre ha sido así, no veo porque tenga que cambiar ahora-. Respondió tranquilo enviándole un mensaje a Lena para avisarle que ya estaba afuera-.

-Por supuesto que han cambiado, como crees tú que lo va a tomar Ekaterina si me ve llegando con Lena a la fiesta, cuando le dije que ella no me fuera a recoger, es mi novia Samir-. Explicó Yulia algo exasperada-.

-Y Lena es tú mejor amiga. Si Ekaterina no respeta eso, siento decirlo hermanita pero su relación no tiene mucho futuro-. Expresó directo el joven-.

-Ella lo respeta, jamás me ha dicho que me aleje de Lena, aun cuando se toda la inseguridad que le produce…-.

Antes de que Samir pudiera responderle, una alegre Elena salía de su casa. Yulia se giró para verla y lucia hermosa, con unos jeans claros y un top que dejaba a la vista parte de su perfecto abdomen.

-¡Hola chicos!-. Exclamó alegre, subiéndose a la parte de atrás del escarabajo descapotable de Yulia-.

-Hola Lena-. Respondieron casi al unísono-.

-Me sorprendió tú mensaje Samir, pero me hizo muy feliz-. Expresó la pecosa-.

-Cuando Yul me dijo que solicitabas mis grandes dotes de bailarín para esta noche no lo dudé, además que clase de caballero soy si no vengo personalmente a buscar a mi pareja de baile-. Contestó alegre bajo la atenta mirada de su hermana quien no le creía del todo la explicación-.

El viaje fue corto, Yulia optó por no enojarse, puesto que Lena no tenía la culpa de los enredos que hacía Samir, y no quería hacerla sentir mal o incomoda, así que siguió la conversación con fluidez, en donde recordaron las travesuras que hacían de pequeños.

Cuando llegaron a la casa de Sergüei, estaban casi todos allí, para alivio de Yulia, Ekaterina aún no llegaba. No se sentía con ganas de dar explicaciones.
Samir conocía a la mayoría de los amigos de Yulia o eso creía. La primera que identificó con facilidad fue a Nastya. Era imposible olvidarse de ella, siempre lo había impresionado lo hermosa que era, aunque algo le llamó la atención, y fue verla de la mano de una pequeña castaña que no recordaba haber visto antes.

-Nastya Savalieva tan hermosa como siempre-. Exclamó Samir para captar la atención de la chica-.

-¡Samir!-. Respondió soltando a Oksana y corriendo a los brazos del muchacho lo que no fue tomado de la mejor manera por la pequeña diva-.

-Pensé que ya te habías olvidado de mí-. Dijo coqueto-.

-Sabes que no podría olvidarme nunca de ti… ¿Qué haces aquí?, no deberías estar en la Universidad-. Preguntó curiosa-.

-Vacaciones anticipadas…-. Respondió-.

-Me alegra tenerte aquí, el verano pasado no te apareciste por acá, yo pensé que te habías olvidado de mi-. Dijo la rubia

-Cómo olvidar a Anastasia Savalieva, no creo que haya chico que lo logre-.

La conversación era familiar, después de todo junto con Lena la otra amiga de infancia de su hermana era Nastya.
Oksana se limitaba a observarlos y la confianza entre ellos la empezaba a molestar, sobre todo porque Nastya ni siquiera se había dado la molestia de presentarla. Fingió una tos para llamar la atención de la rubia y recordara que no estaba sola.

-Lo siento, Samir, ella es Oksana una amiga. Oksi él es Samir Volkov, el hermano mayor de Yulia-. Presentó la rubia-.

-Un gusto Oksana-. Saludó caballerosamente-.

-Igualmente-. Respondió la pequeña diva, a quien le seguían dando vuelta la palabra "amiga" con que la presentó la rubia, porque para ella, su relación no se podía calificar precisamente de amistad.

Por otro lado de la fiesta, estaban Yulia quien ya se había servido su primer trago y Elena quien lo único que quería era bailar y como la morena, era quien estaba junto a ella, no dudo ni un segundo y la tomó de la mano para arrastrarla a la pista de baile.

-Lena … ¿Qué haces?-.

-Bailo contigo, que más parece que hago-. Dijo la pecosa tomando de la cadera a su morena y pegándola a su cuerpo-.

-Coquetear descaradamente conmigo-. Respondió con una sonrisa-.

-Tú también me estás coqueteando-. Se defendió la pelirroja-.

Entraron en un juego de movimientos provocadores, la distancia era mínima por lo que podían sentir sus respiraciones que parecían seguir el ritmo de la creciente melodía en las que sus cuerpos simplemente se estaban dejando llevar. Hacía demasiado tiempo que no estaban tan cerca, ya no existía ese espacio personal, los roces y las caricias fluían naturalmente, sus cuerpos claramente no habían olvidado como acoplarse a la perfección.

Yulia se había perdido en esos ojos verdigrises, una vez más perdiendo el sentido del tiempo y del espacio. No parecía importarle quien o quienes pudieran estar alrededor. Hasta que sintió como Nastya la tomaba del brazo.

-¿Qué sucede?-. Preguntó no muy feliz de que su amiga interrumpiera el momento-.

-Yul…Ekaterina llegó y no te está mirando con muy buena cara, creo que deberías ir a verla-. Dijo la rubia con preocupación-.

Yulia se dio vuelta, reacciono y recordó que ahora tenía una novia a quien al parecer no le había gustado nada su interacción con la pelirroja.

-Yul…-. Lena la sujetó. Tenía claro que su morena una vez más se iba a ir de su lado-.

-Lena por favor…-. Pidió la morena, a lo que la pelirroja de mala gana accedió a soltarla.

Ekaterina había entrado a la fiesta con el mejor de los ánimos, dispuesta a pasar una gran noche junto a su novia, pero antes de que pudiera si quiera ambientarse al lugar, vio a Yulia con Elena, muy cerca, en algo que más que un baile parecía una reconquista mutua. Le dolió era inevitable, no lograba controlar sus celos cuando se trataba de la pelirroja, así que tomó la primera copa que le ofrecieron y se quedó apoyada en una pared, observando fijamente hasta cuando su novia se dignara a romper con esa cercana interacción.

-Katia…yo…-. Yulia necesitaba explicarse pero verdaderamente no sabía como-.

-No quiero explicaciones Yulia-. Expresó fuertemente-.

-Yo sólo estaba bailando nada más-. Mintió la morena quien sabía que para ella y Lena había sido mucho más que eso-.

-Claro-. Respondió con una sonrisa irónica y bebiendo un sorbo de su copa-.

-Sé que me pediste que mantuviera los limites pero es…-.

-No te estoy pidiendo explicaciones, ni nada, podemos simplemente dejarlo así, no vine a la fiesta para terminar discutiendo contigo por Lena, Ok-. Aclaró-.

-Lo entiendo…entonces vamos a donde están los demás-. Preguntó ofreciendo su mano-.

-Ve tú, yo iré a la cocina, necesito otro trago-. Expresó y bebió de un sorbo todo lo que quedaba en su copa-.

Yulia le hizo un gesto a Nastya en busca de ayuda. Tenía claro que a la única persona que Ekaterina consideraba su amiga era a la rubia. Nastya entendió de inmediato y fue tras la morena de ojos verdes para intentar arreglar la situación.

-¿Estas bien?-. Preguntó la rubia quien vio como Ekaterina se servía otro trago-.

-¿Tú crees que de verdad quiere estar conmigo?-. Preguntó directa la muchacha-.

-Porque me preguntas eso…-.

-No es evidente acaso, yo no soy idiota Nastya, sé que no puedo romper la relación que hay entre ellas, tampoco es mi intención, pero si Yulia no está segura de querer estar conmigo prefiero saberlo ahora y no en un tiempo más cuando este más enamorada de ella-. Expresó dolida-.

-Katia…-. Dijo acercándose-. Si Yul te pidió que fueras su novia es por algo, quiere estar contigo, ella no te haría daño, la conozco-. Intentó tranquilizarla-.

-No lo sé Nastya, sé que a veces me trasformo en una niñita insegura, pero no lo puedo evitar, tengo miedo, cada vez que veo a Lena cerca de Yulia, me inundan unos celos casi irracionales, y creo que son justificados, Yul todavía está confundida yo estoy segura de eso-.

-No puedo decirte exactamente lo que siente Yulia, pero de lo que estoy segura es que ella no quiere herirte-. Expresó la rubia-. Y como consejo, no dejes que tus miedos te alejen de Yul, tienes que seguir luchando más ahora que tienes cierta ventaja-.

-Tienes razón…gracias Nastya-.

-Ven volvamos a la fiesta y suelta esa copa mira que no quiero tener que cuidar de ti-. Expresó con una sonrisa para alivianar el ambiente-.

Mientras eso ocurría, Lena aprovechó que Yulia estaba nuevamente sola para aclarar lo ocurrido.

-¿Por qué siempre me dejas por irte con ella?-. Preguntó la pelirroja algo impaciente-.

-Hay algo que yo no te he dicho Lena-. Contestó la morena-.

-Supongo que tiene que ver con Ekaterina-.

-Yo…le pedí que fuera mi novia y ella aceptó-. Dijo la morena rápidamente intentando que así fuera menos doloroso para la pelirroja.

Elena, tenía claro que algo así estaba pasando. Ahora compendia por qué Yulia había estado distante, porque la evitaba, ahora entendía muchas cosas. Dolía, eso era innegable, imaginar a su morena en brazos de otra, era profundamente doloroso, sin embargo, algo en su interior le decía que nada era definitivo, que ser "novias", era una simple etiqueta.

-¿Eso significa que te olvidaste de mí?-. Preguntó la pelirroja-.

-No me preguntes eso Lena, no ahora-. Respondió bajando la mirada-.

-Es simple Yul, sólo responde-. Insistió-.

-No Lena no me he olvidado de ti…-. Respondió mirándola fijamente a los ojos-.

-Entonces esto no ha terminado-. Sentenció la pecosa quien optó por dejar la conversación hasta ahí y retirarse a compartir con el resto del grupo-.


Nastya volvió a la sala donde se estaba haciendo la fiesta junto con Ekaterina, quien ya tenía mejor cara, y había decidido olvidar el incidente. La rubia comenzó a buscar con la mirada a su pequeña diva, con quien no había tenido la oportunidad de pasar mucho tiempo, pero cuando por fin la encontró, se dio cuenta que estaba animadamente conversando con Popov, quien no perdía oportunidad de acercársele cada vez más, aprovechando que Oksana estaba visiblemente con unas copas demás.

-¿Qué no te cansas de molestar?-. Exclamó Nastya molesta parándose frente a Yuri-.

-No creo que seas tú la indicada para decidir si molesto o no, creo que Oksana no tiene ningún problema con que este aquí-. Respondió arrogante-.

-Oksana ha bebido más de la cuenta y tú te estas aprovechando de eso-. Contraatacó la rubia-.

-Por si no se han dado cuenta estoy aquí, y creo que soy lo suficientemente grande para saber con quién relacionarme Nastya, además pensé que te estabas divirtiendo con tu amiguito al que me presentaste como tú "amiga"-. Le reclamó la castaña a quien algunas palabras se le trababan-.

-Oksi…no puedes estar celosa de Samir, somos amigos desde niños, por eso nos tratamos así-.

-Claro es tu amigo, por eso niegas lo que tenemos delante de él, no es verdad, pensé que querías estar conmigo sin importar lo que los demás dijeran-. Expresó herida-.

-Así que eso es lo que quieres, que todos sepan que estamos juntas-. Preguntó la rubia-.

-¡Si eso quiero!-. Exigió la castaña-.

-Ok…entonces eso haré-. Nastya se dirigió a donde estaba Sergüei poniendo la música y le pidió que por un momento la apagara puesto que necesitaba hacer un anuncio, el chico la miró extrañado, pero aceptó, sabía que no era buena idea negarse a una petición de Anastasia Savalieva-.

-¡Pueden todos prestarme atención!-. Exclamó subiendo el tono para que las miradas se focalizaran en ella-.

Oksana estaba incrédula, si deseaba que todos supieran lo suyo con Nastya que aún no tenía nombre, porque odiaba que hubiera chicos que le coquetearan, pero nunca pensó que la rubia se tomaría sus palabras tan literalmente-.

-Sé que ya muchos tienen varios tragos en el cuerpo por lo que puede que mañana no recuerden lo que voy a decir, pero voy a hablar sobre algo que ya muchos saben y es que estoy saliendo con Oksana, la quiero como no había querido nunca a nadie más y aunque es algo entre ella y yo, para Oksana, es importante que todos sepan, y yo haría todo lo que ella me pidiera con tal de no perderla, te quiero hermosa y espero que pronto podamos llevar esto en forma oficial-. Todos estaban sorprendidos, no era común que Nastya dijera lo que sentía, menos delante de todos, al parecer realmente quería a Oksana.

No fue un gran discurso, pero era suficiente para Oksana, quien no dudó ni un segundo en alejarse de Yuri para correr a los brazos de su rubia, y darle un apasionado beso.

-Supongo que ya no estás enojada-. Expresó la rubia-.

-Te quiero…eres increíble-. Contestó sonriente-.

-Eres tan extraña cuando bebes, primero me gritas y ahora me dices que me quieres… ¿Qué más puedo esperar para esta noche?-.

Oksana tomó su mano y la alejó del grupo que aún estaba sorprendido. Quería tener a Nastya más cerca, mucho más cerca.


Yulia observó a su amiga sin poder aguantar la risa, ¿Quién lo hubiera pensado, Oksana Tarasova sometiendo a Nastya Savalieva?, Era realmente increíble, hasta a ella le costaba asimilarlo.

-Lo siento…no quise actuar de esa manera-. Escuchó mientras la abrazaban por la espalda-.

-No creo que seas tú la que tenga que disculparse-. Respondió girándose para mirar a los ojos a su novia-.

-Tengo que hacerlo, yo debo confiar en ti y no caer en escenas cada vez que te veo con Lena, créeme, intentaré controlarme más, lo prometo-. Expresó la chica con sus ojos verdes fijos en su morena-.

-Y yo intentaré mantener los límites, sé y entiendo tu inseguridad, pero no quiero que estemos enojadas, no me gusta cómo se siente-.

-Ni a mi…olvidemos esto y disfrutemos de lo que queda de noche, ¿te parece?-. Dijo con su mejor sonrisa-.

-Está bien-. Respondió aunque una parte de ella le decía que no era tan simple solucionar las cosas-.

Por otro lado habían dos chicas que se habían olvidado completamente de la fiesta y optaron por hacer una más privada.
Nastya tenía a Oksana entre la pared del baño y su cuerpo, presionaba con cuidado ciertos puntos de la castaña que tenía claro, producían efectos que se podían escuchar en suspiros entre cortados y gemidos. Le besada los labios con avidez, quería beber de esa boca que le parecía exquisita, quería apropiarse de cada centímetro de ese cuerpo delicioso. Sus manos ya no le pertenecían y se perdían en esa pequeña falda que llevaba la diva, hasta que encontraron su lugar sujetando con propiedad los glúteos bien formados, acción que dejaba escapar pequeños gritos de placer.
Oksana ya estaba perdiendo el control de su cuerpo, nunca antes permitió que ningún chico llegara a tocarla de esa manera, pero con Nastya era diferente, todo se sentía natural, y creía necesitar esas caricias erráticas y profundas que la rubia le proporcionaba, por lo que dejarse llevar, esa era la única opción que podía realizar en ese momento.
Nastya cargaba todo su cuerpo sobre Oksana, sin poder evitar que sus centros se encontraran con pasión y a un ritmo coordinado que se daba con fluidez. Ninguna estaba con sus cinco sentidos al cien por ciento, pero al tenerse de esa manera, se sentía demasiado bien, danzaban al ritmo que sólo las dos conocían y cada respiración, sonido, movimiento, era sincronizado. La rubia a momentos parecía llevar el control, pero no era la experiencia, se dejaba llevar por lo que le suplicaba su cuerpo, aquel llamado que le decía que esa hermosa castaña era suya. Fue con una de sus manos subiendo por debajo de su falda, sin dejar de besarla de forma apasionada, tocando cada músculo. La pequeña diva no oponía resistencia, al contrario separaba más sus piernas para darle más espacio a su deseosa acompañante. Lo tomó como una aceptación, por lo que siguió descubriendo ese terreno virgen que tenía a su completa disposición. Con la palma de su mano fue acariciando el borde interno del muslo de Oksana, quien le respondía ahogando los gemidos en su boca. Siguió, hasta rozar su sexo delicadamente, tomó más confianza y lo masajeó completamente realizando movimientos circulares mezclados con toques más desenfrenados. No quería pensar, nunca había sentido tantas emociones juntas, estaba en extremo excitada, sólo con besos y algunas caricias. Pero algo la llamaba a detenerse, sabía que Oksana era virgen y aunque deseara con todas sus fuerza hacerla suya, no era el momento, ni el lugar, porque si eso ocurría entre ellas, debía ser de otra manera. Una, de que la pequeña diva pudiera recordar como especial. Así que uso toda su fuerza de voluntad para detenerse.

-Nastya…que haces, por favor no te detengas-. Suplicaba la castaña-.

-Créeme es lo menos que quiero hacer, pero es lo correcto, no quiero que te arrepientas después, y me odies por haberme aprovechado de ti. Te quiero Oksi, y esperaré a cuando estés lista-.
Oksana entendió la explicación de Nastya y lo encontró lo más caballeroso que alguien había hecho por ella. Estaba segura que si en el lugar de la rubia hubiera estado Fyodor o Yuri, no habrían actuado así, por lo que agradecía tenerla a ella.

-Con cada momento que pasa me haces quererte más Anastasia Savalieva-. Expresó con la voz aún algo agitada-.

-Y yo a ti Oksana Tarasova-. Respondió-.

-Ahora aunque entiendo tus motivos, eso no te salvará de quedarte esta noche conmigo en mi casa, prometo sólo abrazarte, pero quiero despertar contigo mañana-. Exigió la pequeña diva-.

-Como tú quieras-.

-Ahora mi brillante caballero, es hora de que me lleves a casa-. Expresó con una sonrisa-.

Salieron de la casa de Sergüei notando que ya varios estaban borrachos. Al otro día iban a tener una resaca horrorosa y probablemente recordaran la mitad de las cosas que habían hecho, como era normal en cada fiesta que hacia Neposedi.

Ya quedaba un solo día para partir a St. Petersburgo. Las nacionales estaban ahí, que era por todo lo que habían luchado durante un año. Pero St. Petersburgo no era lo único que estaba próximo, en esa fiesta se habían abierto heridas y declarado batallas, al parecer ese viaje iba a decidir mucho más que un lugar en un competencia de coros.
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/7/2016, 8:18 pm

Capitulo Catorce: St.Petersburgo Parte 1


Yulia ya tenía todo listo. Miraba detalladamente cada una de sus maletas, para que nada se le fuera a olvidar, había inspeccionado su closet, viendo que nada que pudiera necesitar se quedara en Moscú, porque claramente no todos los días iba de viaje y quería estar absolutamente preparada.

-¡Yul vas a llegar tarde al aeropuerto!-. Le gritaba su hermano desde la escalera-.

-¡Puedes esperar sólo un momento! ¡Si me olvido de algo será tú culpa!-. Le respondía la morena-.

-¡Llevas horas ahí! ¡Ya baja de una vez o te vas en taxi!-. Le reclama Samir ya perdiendo la paciencia-.

-Ok…pero sube a ayudarme, están pesadas-. Pidió bajando el tono-.

Samir entró y a regañadientes tomó las maletas de su hermana que verdaderamente estaban pesadas. No lograba entender para que necesitaba tantas cosas si era un viaje de cuatro días, pero su hermana ante sus reclamos sólo le contestó que una mujer siempre debía estar preparada, algo que él nunca podría entender.
Sus padres la esperaban en el umbral de la puerta para asegurarse que todo estuviera bien, después de todo era la primera que vez que viajaba sin ellos a alguna ciudad fuera de la natal.

-Ya es suficiente, papá sólo son cuatro días, no quiero ni pensar cuando tu princesa se vaya a la Universidad-. Expresaba Samir con fastidio-.

-Cuídate sí, y cualquier problema nos llamas, también extendí el disponible en tu tarjeta por si tienes alguna emergencia-. Dijo su padre abrazándola-.

-Gracias-. Contestó, eso le gustaba porque el concepto de emergencia de su padre podía ser muy diferente al de ella-.

-Entonces nos llamas-. Dijo Larissa-.

-Lo haré, se los prometo y ahora me voy porque sino perderé el avión-. Dijo ya aburrida de la excesiva preocupación de sus padres-.

Con su hermano subieron las maletas a su auto, y por fin pudieron partir rumbo al aeropuerto.
-Entonces ¿emocionada?...será tú primera vez en otra ciudad?-. Preguntó Samir, sin quitar la vista del camino-.

-Sí, estuvimos durante dos años trabajando duro para llegar a las Nacionales, así que estoy emocionada y algo nerviosa-. Respondió-.

-¿Segura que estás nerviosa sólo por la competencia?-. Inquirió. Conocía a su hermana y sabía que algo más la tenía inquieta-.

-Tú sabes todo, pero además de eso, Ekaterina es de St. Petersburgo, y quiere que conozca a su familia, a su abuelo en realidad, quien es algo así como el dueño de la mitad de la ciudad y es tradicional y nadie es suficiente para su nieta, entonces yo no quiero que me odie, pero tampoco quiero negarme a la invitación de Katia, porque no quiero que piense que no es importante para mí, porque si lo es….-. Yulia francamente estaba comenzando a desvariar, siempre hacía eso cuando estaba nerviosa-.

-Ya cálmate-. Interrumpió-. Donde está la Yulia Volkova, segura de sí misma que conozco? Tú eres maravillosa, divertida, inteligente, y si todo eso no es suficiente, tienes el encanto Volkov, eso nunca falla hermanita-. Dijo intentando sacarle una sonrisa-.

-Eso no me está ayudando Samir, tengo que darle una respuesta a Ekaterina, si la acompañaré o no-.

-Dile que sí, si ella quiere presentarte a alguien tan importante como su abuelo, es porque quiere que lo de ustedes vaya en serio, eres especial Yul, él no podría rechazarte y si eso llegara a ocurrir, tienes a Ekaterina quien creo no dudará en defenderte, porque está absolutamente enamorada de ti-. Aconsejó su hermano-.

-Tienes razón, ella me defendería sin pensarlo, tengo suerte sabes, al tener una novia que realmente está enamorada de mí, que se preocupa por lo que me pasa, me cuida, me consiente, creo que no podría haber encontrado a alguien mejor-. Reflexionó la morena-.

-¿Estás segura?...Porque a mí se viene a la mente alguien que estaría dispuesta hacer exactamente lo mismo por ti, y que también esta perdidamente enamorada-. Le recordó su hermano-.

-No tienes que recordármelo, pero a Lena yo le pedí una oportunidad y ella no quizo estar conmigo, mientras que Ekaterina, nunca me ha dejado sola ni me ha hecho sufrir, al contrario es capaz de hacer lo que sea por verme feliz, ¡Arregló todo para que ahora podamos ir a St. Petersburgo con el coro!-. Exclamó-.

-Lo sé y no tengo dudas de que ella es perfecta, pero lo es para ti Yul… ¿Es la chica perfecta para ti?-. Preguntó el joven-.

-Yo la quiero, y me hace feliz-. Respondió y su hermano entendió que no debía hacer más, ya habría tiempo cuando regresara, de tener esa conversación-.

Cuando llegaron al aeropuerto estaban ahí casi todos los integrantes de Neposedi, en todos sus rostros estaba dibujada una sonrisa al ir a la ciudad de sus sueños.

-Nastya-. Saludó la morena-.

-Yul, por fin llegaste-. Expresó la rubia-.

-Créeme tuve que amenazarla para que bajara-.

-Estás exagerando-. Le dijo la morena rodando los ojos-. ¿Y Ekaterina?-.

-No ha llegado tampoco-. Respondió la rubia-.

-Parece que mi hermanita no puede estar mucho tiempo sin su novia perfecta-. Se burló el joven-.

Cuando Yulia estaba a punto de responderle a su hermano con uno de sus insultos característicos, vio que venía Ekaterina, hablando por teléfono. Se notaba algo nerviosa, ya que al irse acercando, escuchó que respondía con casi puros monosílabos

-Si…por supuesto…no se preocupe…-. Contestaba Ekaterina-.

-¿Con quién hablas?-. Preguntó la morena curiosa-.

-Claro…la cuidaré-. Seguía hablando la morena de ojos verdes-.

-Katia…te estoy hablando-. Insistía Yulia a quien no le gustaba que la ignoraran-.

-Gracias, espero que sea un buen viaje-. Y por fin cortó-.

-¿Ahora si puedes responderme?-. Increpó la morena-.

-Lo siento es que…-.

-¿Con quién hablabas?-.

-Mmm…es que me pidió que no te dijera porque te ibas a molestar-. Se excusó desviando su mirada-.

-Katia…dímelo-. Presionó-.

-Tú papá me llamó, para asegurarse de que te cuidara correctamente, me dijo que depositaba su confianza en mí para que no te pasara nada-.

-¡Que, acaso tengo 5 años!-.

-Eres la princesa de papá eso no sólo tiene beneficios, Yul-. Intervino Samir-.

-Si es la niña de papi-. Se burló Nastya quien se ganó con eso una mirada fulminante de Yulia-.

Mientras estaban riendo a costa de Yulia, se escuchó el llamado para abordar el avión con destino a St. Petersburgo. Samir le dio un abrazo a su hermana y le deseó suerte, de la misma cariñosa forma se acercó a donde estaba Lena para despedirse.

-Cuídame a Yulia-. Le susurró al oído Samir-.

-No sé si eso me corresponda ahora-. Le respondió una dudosa Lena-.

-Lo que hay entre tú y mi hermana es único y nadie puede romperlo. Tú la conoces mejor que nadie Lena y su orgullo la ciega en muchas ocasiones-. Le respondió-.

-Te quiero y gracias-.

-No me des las gracias, reconquístala-. Dijo y se separó unos centímetros, cerrándole un ojo en señal de complicidad a lo que la pelirroja respondió con una sonrisa-.

Lena sintió ese apoyo que le estaba brindando Samir. El último tiempo se estaba sintiendo sola, había resentido la lejanía de Yulia quien siempre fue compañera, su amiga, su amante. No quería perder las esperanzas, se negaba a aceptar una derrota, ella no iba a rendirse hasta que su morena estuviera a su lado, como siempre había sido.


Una vez en el avión, todos estaban más relajados, conversando sobre lo espectacular que sería visitar todos los lugares emblemáticos que la gran ciudad les ofrecía, y también disfrutando de viajar en primera clase.

-¡Estoy tan emocionada!-. Exclamaba Oksana, quien estaba sentada junto a Nastya-.

-Lo sé, es la ciudad de tus sueños y donde tienes planeado tu futuro-. Expresó la rubia-.

-Así es, no puedo esperar y caminar por las calles... Deseando poder conocer el Palacio de Invierno-.

-Te ves tan adorable cuando hablas de tus sueños, me encanta ese mágico brillo en tus ojos, eres tan especial Oksana, tanto que sólo espero que todos tus sueños se hagan realidad-. Dijo Nastya, no despegando sus ojos color esmeralda de su pequeña castaña-.

-Me gusta saber qué crees en mi tanto como yo en ti, aunque no sepa bien cuales sean tus sueños-. Respondió reflexiva puesto que Nastya nunca había mencionado sus planes al salir de la escuela-.

-Me gustaría tener tu pasión por algo, pero la verdad aún no decido que hacer, ni dónde está mi futuro-.

Oksana sintió algo en el pecho. Desde que estaba con Nastya, sus pensamientos siempre estaban ligados a ella, la quería, era con quien experimentaba sentimientos que nunca imaginó, con quien quería todas sus primeras veces, pero su amor por su carrera siempre había sido más grande que cualquier otra cosa o persona. ¿Qué pasaba si en algún momento debía escoger entre Nastya o su sueño?, Su mente y ese gusto extremo por planearlo todo le estaba jugando una mala pasada, no era tiempo, se repitió, no es tiempo aún.

En otro asiento estaban Yulia y Ekaterina. La primera estaba al lado de la ventana, intentando imaginar cómo iban a ser esos inolvidables días, sin embargo, las palabras de su hermano seguían dando vueltas, odiaba a Samir, como si no tuviera suficientes dudas como para que él viniera y las agudizara más. Por un momento desvió su vista hacía Ekaterina, quien parecía ida escuchando música, pero algo en su mirada le decía a la morena que algo le pasaba.

-¿Estás bien?-. Preguntó tomando su mano y presionándola para llamar su atención-.

-Si-. Contestó no muy convencida-.

-Dime la verdad… ¿o acaso sigues nerviosa por la conversación con mi padre?, se que puede sonar duro, pero sólo busca protegerme-. Expresó la morena girándose para mirarla fijo-.

-No es eso, de hecho agradezco que tú padre me haya llamado, significa que de alguna manera acepta la nuestro, y me considera digna de su princesa-. Contestó regalándole una de esas sonrisas que Yulia tanto amaba-.

-¿Entonces qué es?, y no me digas que nada porque te conozco lo suficiente, así que no te atrevas a mentirme-. Dijo intentando que su novia le dijera lo que pasaba-.

-Desde lo que pasó con Anya que no vuelvo a San Petersburgo, aquí está mi pasado Yulia, y yo era una persona muy distinta cuando vivía aquí, una que no quiero volver a ser, cometí muchos errores y herí a muchas personas, creía que por tener el apellido que tengo me daba algún derecho de sentirme superior…volver a esta ciudad me va a enfrentar a todo lo que fui y de alguna manera tengo miedo…-. Confesó con sus ojos verdes algo vidriosos por los recuerdos-.

-Tranquila, yo mejor que nadie sé que todo lo que has hecho en el pasado tiene consecuencias, pero te voy a repetir lo que te he dicho antes, para mí está eres tú, la Ekaterina que yo conozco es amable, tierna, atenta y sincera, ella fue la que estuvo conmigo sin condiciones cuando más la necesitaba, quien me ofreció su amor, tienes que dejar de atormentarte por el pasado y así dejar espacio para el futuro, uno que espero compartas conmigo-. Dijo acercándose para acurrucarla en un abrazo en el que ella también esperaba dejar todo atrás-.

-Te amo-. Le susurró Ekaterina al oído-.

-Y yo a ti-. Respondió sincera y dándole un beso para sellar su promesa, una en la que quería poder entregarse entera, poder volver a amar, aunque eso aún no fuera del todo posible-.

-No podría enfrentar todo sin ti a mi lado, eres mi luz Yulia, eres la persona que pensé nunca encontraría, nadie más me hace sentir esto-.

Yulia sólo veía sinceridad en esos ojos que habían pasado de un verde esmeralda profundo a uno más claro, casi transparente. No podía evitar sentirse culpable una vez más, porque si bien la quería, se atrevía a decir que estaba enamorada, no sentía esa pertenencia, ese algo que le permitiera poder entregarse por completo, de lanzarse al vacío con los ojos cerrados sin tener duda alguna que no correría peligro, no porque no confiara en ella, sino porque una vez lo había hecho y salió lastimada, sin embargo, pese a ese dolor, no podía dejar de amar a esa pelirroja, ni dejar de pensar en cómo serían las cosas si ella la hubiera aceptado esa vez.

No se dio cuenta cuando Ekaterina se quedó dormida a su lado, mantuvo la mirada en esa imagen que le parecía tan hermosa, era una chica hermosa, era todo lo que alguien pudiera desear. Las palabras de su hermano volvieron una vez más, sin duda era perfecta, pero ¿Era la chica perfecta para ella?, eso era algo que aún lo lograba resolver. Decidió que necesitaba ir al baño para mojarse la cara y despejarse.

Una vez allí, se miró en el diminuto espejo que había y no encontraba las respuestas a sus preguntas. No lograba entenderse, no lograba olvidar y eso ya comenzaba a ser un obstáculo para poder volver a entregar su corazón.

Cuando intentó salir, chocó de frente con alguien. Como si con su mente la hubiera llamado... ahí estaba esa mirada verdigris, fija sobre ella, y sin decirle ninguna palabra, la empujó nuevamente hacía dentro. Era un espacio reducido, demasiado para Yulia, quien podía sentir la respiración de Lena, tan cerca que cada uno de sus sentidos se sentía invadido, intoxicado, necesitado.

-Lena…por favor, necesito salir-. Dijo la morena casi en tono de súplica-.

-Para que? Para poder correr a sus brazos…-. Amenazó la pelirroja-.

-No, pero no puedo estar aquí contigo tan cerca, no hoy, no ahora-. Expresó sin ser capaz de mirarla a los ojos-.

-Yul, mírame a los ojos, mírame y dime que quieres irte, que quieres estar lejos de mí, que no quieres que lo siga intentando. Dime que la amas como me amas a mí y yo te dejaré ser libre y feliz, porque por sobre todo quiero que seas feliz, aunque sea lejos de mí…-.

Yulia no tenía palabras para responder a eso. Por lo que hizo aquello que no debería, y rompió la diminuta distancia tomando delicadamente el cuello de la pelirroja para acercarla hasta chocar sus labios. Comenzó de a poco y lentamente, hace mucho que no degustaba ese sabor, hace mucho que no sentía ese complemento perfecto. De un momento a otro se separó de Lena, quien aún tenía los ojos cerrados por aquel inesperado beso. La morena por otro lado, no quería tener que responderle a Lena el por qué lo había hecho, así que salió rápido de ahí.

Cuando llegó a su asiento Ekaterina, seguía dormida. Era preferible, porque en ese instante no se sentía con el derecho de mirarla a los ojos, le había fallado, a quien menos se lo merecía, una vez más le había fallado.


El arribo a San Petersburgo, fue teóricamente sin complicaciones. Los chicos habían ido a reconocer su equipaje, y cuando salieron varios autos los esperaban, eso los sorprendió, pero cuando Ekaterina habló con su abuelo, este se ocupó de cada detalle para que su nieta estuviera satisfecha. El hotel en el que estaban hechas las reservaciones era más impresionante aún, elegante y sofisticado, cinco estrellas, donde se habían hospedado varias personalidades del espectáculo ruso, lo que a Oksana la emocionó, al igual que ha casi todos.

El señor Smirnov les asignó las habitaciones, cada una tenía cuatro camas, eran realmente grandes, algo que ellos jamás podrían haber costeado. Fueron divididos y las chicas quedaron juntas en una habitación Nastya, Lena, Oksana y Yulia, cosa que Ekaterina no vio con muy buenos ojos, ya que se dio cuenta de que algo le pasaba a su morena, y en distintas oportunidades había sorprendido a Katina mirándola fijo, por lo que presumía algo había pasado entre ellas, pero decidió dejarlo pasar, no quería otro problema con Yulia por el mismo tema de siempre.

-Toma esto-. Dijo Ekaterina extendiendo su mano con una tarjeta que era la llave de su habitación-.

-¿Para qué me das esto?-. Preguntó aún ida-.

-¿Como que para qué?...para que puedas entrar cada vez que quieras y si eso es cada noche que pasemos aquí... me harías muy feliz-. Respondió con una sonrisa-.

-Lo siento-. Dijo Yulia de repente, no aguantaba que Ekaterina fueran tan linda, ella no se lo merecía-.

-¿Por qué?... ¿qué pasa hermosa?-. Preguntó algo descolocada mientras la morena la abrazaba y se fundía en su pecho-.

-No te merezco-. Susurró conteniendo las lágrimas-.

-Yul…me estás preocupando ¿qué pasa?-. Decía acariciándole el cabello-.

Yulia quería decirle lo que había pasado, porque se habían dicho que siempre se dirían la verdad, por mucho que doliera, pero en ese momento no se sentía capaz, no quería arruinar ese viaje, ni menos su relación.

-No lo sé, sólo que siento que no te merezco-. Seguía sin poder mirarla a los ojos-.

-Yul-. Dijo tomando el rostro de su novia entre sus manos-. Estás nerviosa por la competencia, por eso estás pensando demasiado en todo. Yo te quiero y no soy perfecta, soy yo la que agradece que estés conmigo, tienes que relajarte…así que sube, ordena tus cosas, yo estaré en mi habitación, puedes ir cuando estés lista-.

-Te quiero y gracias, iré a desarmar la maleta y te veo luego-. Se despidió-.

Mientras ya en la habitación, estaban Nastya, Oksana y Lena, quien necesitaba ver a Yulia y aclarar todo lo que había pasado.

-¿Pasa algo Lena?-. Preguntó Nastya quien la conocía y se dio cuenta que algo no estaba bien-.

-Nada-.

-¿Segura?-. Insistió la chica de cabellos amarillos-.

-Si-. Dijo esquiva y se fue a seguir desarmando su maleta, segundos después entró Yulia-.

-Pensé que te ibas a quedar con Katia-. Dijo Nastya-.

-Tal vez lo haga, me dio una llave de su habitación-. Contestó la morena-. ¿Y Lena?-. Preguntó a lo que las chicas apuntaron a donde se había ido-.

Yulia, entró y cerró la puerta que dividía la habitación, para poder hablar en privado con la pecosa.

-Lena-. Llamó la morena para captar su atención-.

-Yul-. Respondió volviéndose de inmediato y acercándose-.

-Tenemos que hablar-. Dijo con su vista baja-.

-Lo sé-.

-Yo…no puedo hacer esto, no a Ekaterina, no debí besarte, me siento demasiado mal, porque no sólo engañé a mi novia, sino que te hago daño a ti…-. Expresó la morena-.

-Yul, yo sé que no es correcto, pero no me pidas que me arrepienta, porque sería como negar todo lo que siento por ti, y eso es imposible-.

-Lena, sé que es mi culpa, yo te besé, yo estoy confundida, yo he creado todo este lio, pero ahora necesito que mantengamos la distancia, tomé una decisión, le pedí que fuera mi novia, y no es justo que le haga esto-.

-¿Y si es justo que te niegues otra oportunidad conmigo?, eso si lo es Yul, porque a mí no me parece justo, sobretodo porque aún hay sentimientos, tú todavía me amas y por mucho que intentes engañarte, eso es más fuerte que cualquier relación que puedas tener-. Expresó intentado acercarse pero Yulia se alejaba-.

-Nunca te he negado lo que siento por ti, pero ahora necesito intentarlo y contigo aquí no puedo-. Contestó con la mano en su pecho, golpeando donde estaba su corazón-. Te tengo aquí Lena, con la diferencia que ahora no estás sólo tú, ella también está aquí, se lo ha ganado, se ganó una parte de mi corazón, por eso no puedo dejarla-. Confesó entre lágrimas-.

-¿Qué significa eso?, me vas a olvidar, eso estás intentando decirme-. Dijo también con lágrimas-.

-Créeme Lena, si eso fuera posible lo habría hecho el día que rompiste mi corazón, pero no puedo, tú eres parte de mí, de mi vida y yo soy parte de la tuya, pero ahora debo intentar ser feliz con alguien más, no quiero seguir haciéndote daño con mis actos impulsivos, así que por mucho que me cueste me mantendré alejada-. Expresó e hizo el intento de alejarse pero Lena no quería dar por terminada esa conversación, no así-.

-¡Es lo que tú decides!, ¡así de sencillo Yulia!, porque sé que es mi culpa que ella haya entrado en tú corazón pero ya lo he pagado, llevo meses intentado recuperarte, y tú estás tan cegada por el orgullo, que no te das cuenta que podríamos ser felices, nos pertenecemos Yul, y estoy segura que nadie te hace sentir lo que yo. Puedes decirme muchas cosas, pero cada vez que lo intentas, vuelves a mí, así que no me digas que te alejarás porque no puedes-. Señaló en una postura que la morena nunca había visto en ella, lo que le produjo una mezcla extraña de sentimientos-.

-¡No es orgullo Lena!… ¡Es miedo!-. Exclamó intentado hacerla entender-. Tú no sabes todo lo que lloré por ti, no sabes cómo me sentí con tú rechazo, fueron años Lena, años que me demoré en aceptarme a mí misma, en abrir mi corazón, ¡para que!, para que tú en un par de minutos lo destrozaras, eso no lo puedo olvidar, por mucho que quiera ¡No puedo!-. Le alzó la voz, necesitaba desahogarse-.

-¡Y todo el tiempo que te esperé yo!...todas ese veces que dormías conmigo, que te entregabas a mí, y después me negabas diciendo que no habían sentimientos de por medio, yo también he sufrido
Yulia.... maldita sea!!! Pero al contrario de ti, estoy dispuesta a entregarte nuevamente mi corazón, aunque puedas lastimarlo-. Respondió la pelirroja en el mismo tono-.

-Tal vez ha llegado el momento en que se lo entregues a alguien que estés segura, no te lastimará, porque yo eso haré, Lena-. Dijo la morena ahora sí, sin darle una posibilidad de responderle-.

A Elena le dolió escuchar eso, era como si Yulia le estuviera dando su aprobación para estar con alguien que no fuera ella, para que se entregara a alguien que no fuera ella. Pero eso era impensado, no ahora, era demasiado tarde, porque cada centímetro de su cuerpo, cada latido de su corazón tenía una sola dueña, y esa era Yulia Volkova, aunque se negara a verlo…por el momento.
Yulia salió y se encontró de frente con Nastya quien la miraba inquisidora, mientras Oksana, sin percatarse de la situación, seguía en otro lugar de la habitación.

-¿Estás bien?-. Preguntó la rubia-.

-Sí-.

-¿Necesitas algo?-. Preguntó-.

-Sí, necesito que me acompañes, voy a comprar un vestido-. Respondió como ida-.

-¿Ahora?-. Expresó una desconcertada rubia-.

-Si, subiré a hablar con Katia, y te esperó en el lobby en media hora-.

-Ok, le avisaré a Oksana-. La rubia no puso objeciones porque conocía a la perfección a Yulia y sabía que aunque no lo dijera, la necesitaba.

Ekaterina estaba terminando de ordenar sus cosas, cuando sintió la puerta abrirse, nadie más que su novia tenía otra llave así que supuso que era ella. Cuando iba a su encuentro, Yulia la sorprendió tomándola sin previo aviso en un apasionado beso, introdujo su lengua intentado saciar toda esa necesidad que tenía. A la chica de ojos verdes se le cortó la respiración, pero reaccionó y la atrajo hacía ella tomando con fuerza su cadera, y seguir profundizando el beso.

-Te elijo a ti-. Susurró la morena para sí misma cuando el aire ya les faltaba-.

-Me encanta cuando me sorprendes así-. Dijo Ekaterina con su voz agitada, sin percatarse de lo que antes había dicho su novia-.

-¿Hoy es la cena no es verdad?-. Preguntó distanciándose un poco-.

-¿Con mi abuelo?, si de hecho hable con él hace algunos minutos-.

-¿Aún quieres que te acompañe?-.

-Pensé que…yo no quise presionarte, pero por supuesto que me gustaría que fueras conmigo, tú eres mi novia ahora-. Respondió con una gran sonrisa-.

-Entonces cambia la reservación para tres, yo ahora iré de compras con Nastya para buscar el vestido perfecto, me veré tan espectacular que tu abuelo no tendrá otra opción más que aceptarme -. Dijo con una sonrisa-.

-No necesitas un vestido perfecto para eso, me haces feliz con eso es suficiente-.

-Pero igual iré de compras, para asegurarnos-. Expresó haciéndole un guiño-.

-Ok, déjame hacer una llamada para avisarle al chofer de que las espere abajo-.

-Nos vemos más tarde-. Se despidió la morena-.

-A las 7:30, te espero en el lobby-. Respondió-.


Oksana no se despegó de la terraza que tenían en la habitación. Su mirada se perdía en la maravillosa vista que daba a la ciudad de las luces, incluso se atrevía a decir que desde ahí podía sentir el aroma al triunfo.

-¿En que está pensando mi estrella?-. Dijo Nastya quien la abrazó por la espalda-.

-En que cada vez estoy más cerca de alcanzar mis sueños, no te imaginas lo que el sólo hecho de estar aquí, de pisar estas calles significa para mí-. Respondió ida-.

-Creo que puedo imaginarlo-.

-Nastya-. Dijo la castaña volteándose para verla de frente-. ¿Tú vas a ser parte de este futuro que sueño?-. Preguntó mirándola a los ojos-.

Nastya la miró y verdaderamente no sabía que responderle. La quería de eso no había duda, con ella ya no se sentía vacía, ni sola, al contrario cada espacio dentro de ella estaba lleno, lleno de Oksana Tarasova. Pero aun así su futuro no era algo que haya planeado, no todavía, quería salir de Moscú, pero su destino no estaba del todo claro.

-Te quiero y quiero estar contigo-. Respondió-.

-Eso es suficiente para mí por el momento-. Expresó la castaña-.

-Oksi…tengo que salir, Yulia me pidió que la acompañara, ¿No te molesta?-.

-Claro que no, yo terminaré de desarmar mi maleta y luego iré a buscar a Sasha para que visitemos algunos lugares-.

-Es un buen plan, te veo luego entonces-. Se despidió dándole un cariñoso beso-.

Yulia estaba ya en el lobby cuando Nastya bajó.

-¿Me quieres decir para que quieres ir de compras con todo eso que trajiste de Moscú?-. Preguntó la rubia de entrada-.

-Necesito algo especial, voy a cenar con al abuelo de Ekaterina, y quiero darle una buena impresión-. Respondió a medida que avanzaban a la salida-.

-Señorita Volkova-. Llamó un hombre que vestía un elegante traje, parecía ser el encargado del Hotel-.

-Sí, soy yo-. Respondió la morena-.

-La señorita Sharapova me pidió que me encargara de su transporte, así que permítame llevarlas a donde las espera el chofer-. Explicó el hombre-.

-Gracias-. Respondieron casi al unísono-.

Cuando salieron, las esperaba un brillante y elegante limosina, con un atento chofer que les tenía la puerta abierta para que subieran.

-Esto es impresionante, nunca esperé recorrer St Petersburgo en Limosina-. Expresó la rubia-.

-Ni yo, debí esperar que cuando Ekaterina me dijo que se ocuparía de tenernos un vehículo no iba a ser cualquiera-. Dijo aún algo triste-.

-¿Yul ocurre algo?-. Preguntó-.

-Sí, pero si te lo cuento te vas a molestar conmigo-.

-¿Qué pasó con Lena?-.

-¿Cómo sabes que algo pasó con Lena?-. Dijo curiosa-.

-Te vi salir de la habitación y habías llorado, además Lena tampoco quedo bien después que te fuiste-. Señaló la rubia-.

-Soy una idiota, yo…la besé en el avión-. Recordó-.

Nastya abrió sus ojos sorprendida ante la confesión.

-¿Por qué hiciste eso?-.

-¡No lo sé!...

-Vamos Yul, uno no anda besando a las personas sin saber por qué, tú aún quieres a Lena, eso lo sé, pero engañaste a Katia, ella no se lo merece-.

-Lo sé y me siento horrible por eso, sé que ella es lo mejor que me pudo haber pasado, por eso fui a la habitación con Lena, para decirle que ya no puedo seguir haciendo eso, porque también la daño a ella-. Explicó cabizbaja-.

-¿Estás renunciando a Lena?-.

-Sí, necesito comenzar de nuevo-.

-Ojalá mantengas tu palabra, porque ambas sabemos que estar lejos de Lena nunca te ha sido posible-.

-Lo sé-.

-Ya, pero no quiero verte desanimada, tenemos un vestido que comprar-. Dijo la rubia para subirle el ánimo-. ¿Has pensado que es lo que buscas?-.

-Por eso te traje Savalieva, necesito tu consejo-.

-Creo que esto lo tendré que grabar, Yulia Volkova pidiendo consejos sobre moda-. Expresó con una sonrisa-.

-Graciosa, será sólo por esta vez, necesito algo menos rockero y más no sé, ¿Tradicional?, como tú, que te vistes como una buena niña cristiana-. Respondió burlándose-.

-Voy a pasar por alto el insulto y te ayudaré-.

Yulia y Nastya comenzaron su búsqueda por las tiendas más exclusivas de la ciudad. La morena recordó lo que dijo su padre acerca de si tenía alguna emergencia y está definitivamente era una, así que no estimaría en gastos para lucir perfecta.

Oksana ordenó minuciosamente cada una de sus pertenencias en el closet de la habitación. Estaba por salir cuando escuchó sollozos, al seguirlos la guiaron a donde se encontraba una acongojada chica.

-Lena… ¿cariño, que sucede?-. Preguntó amorosamente la castaña, acercándose-.

-Nada, no quiero hablar-. Respondió con la voz entrecortada, mientras seguía recostada en su cama-.

-Las personas no lloran por nada, menos de esa forma-. Contestó sentándose a su lado-.

-Creo que ya no me quiere-. Dijo la pelirroja, levantándose para quedar sentada frente a frente-.

-Explícate Lena, hablemos, dime que te sucede-. Expresó acariciándole el cabello para intentar tranquilizarla-.

-Yulia me besó en el avión y después me dice que no puede hacerlo, que no va a dejar a su novia, ya no me quiere Oksi, ha decidido olvidarme-. Le contó la pecosa-.

-Cariño, creo que Yulia está confundida. Ella te quiere pero ahora esta con Ekaterina, no debió haberte besado…-.

-Pero se sintió tan bien, extrañaba tanto sus labios, tenerla para mí aunque sean segundos me devuelve la esperanza-. Recordó pasando uno de sus dedos por sus labios-

-Por eso no debió besarte, porque te hace daño. Lena debes seguir con tu vida, no puedes esperar por siempre a Yulia, ella tiene a alguien y está siguiendo adelante-.

-No puedo, nunca voy a encontrar a alguien como ella, la quiero desde que tengo uso de razón, como la saco? Como me olvido si en todos mis recuerdos esta ella-.

-Es difícil pero debes intentarlo-.

-Tú no lo entiendes, ¿Qué harías si Nastya decidiera olvidarte?, La dejarías así como así-. Preguntó la pelirroja-.

-Por supuesto que no, lucharía hasta el final-. Respondió casi en forma automática-.

-Entonces, no me pidas a mí que deje de luchar por Yulia-.

-Yo sólo quiero que te sientas mejor, no quiero verte así Lena, tú brillas naturalmente, no quiero que te apagues-. Expresó tiernamente la pequeña diva-.

-Si ella ya no me quiere, no tengo para quien brillar-. Repitió y sus lágrimas salieron con más fuerza-.

-Lena, mírame-. Pidió y con una de sus manos le acarició el rostro-. No te ha dejado de querer, ustedes son almas gemelas y por muy dura que se vea Yulia Volkova o por mucho que lo intente, jamás va a dejar de quererte ni podrá olvidarte, eso iría contra su naturaleza-.

-¿Eso crees?-. Preguntó la pelirroja fijando esos hermosos ojos verdes claros en los cafés de Oksana-.

-Estoy segura, este último tiempo me he acercado por Nastya a Yulia, y no sólo es maldad como yo creí alguna vez, también tiene su corazón y ese late por ti-. Expresó con una sonrisa para intentar
a alegrar a la chica-.

-¡Gracias Oksi! ¡Eres una persona increíble! Ahora entiendo porque sometiste a la gran Anastasia Savalieva-. Dijo reemplazando las lágrimas por una sonrisa-.

-Ahora, te vas a poner bonita porque vamos a salir, estamos en San Petersburgo, no podemos desaprovechar ni un minuto - Señaló emocionada-.

-Me gusta la idea… ¿Ira Sasha?-.

-Pasaremos por él a su habitación-. Respondió y Lena le dio un fuerte abrazo, había logrado que la pecosa dejara de llorar-.



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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/7/2016, 8:27 pm

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Ekaterina bajó de su habitación. Tenía la intención de salir a dar una vuelta, hace tiempo que no estaba en su ciudad. Cuando se abrieron las puertas de ascensor y se dirigía a la entrada, distinguió una silueta que se le hizo conocida, estaba de espalda, pero su postura elegante, con su hermoso pelo rubio acompañado de un vestido ceñido de alta costura, eran inconfundibles. Desde su última conversación en Moscú que no sabía nada de ella, por lo que decidió acercarse.

-Anya-. Expresó Ekaterina llamando la atención de la chica quien se volteó a mirarla-.

-Ekaterina…no esperaba verte-. Respondió descolocada, no se sentía preparada para verla-

-Ni yo… ¿Cómo estás?-. Preguntó manteniendo la distancia-.

-Bien-. Fue escueta aunque le costara. Debía ser fuerte y no lanzarse a los brazos de esa morena-.

-Puedo preguntar ¿qué haces aquí?-. Preguntó en forma amable-.

-Esperó a Sasha, él me ayudó cuando yo estaba en Moscú, así que ahora le dije que iríamos a recorrer mi ciudad-. Explicó la rubia-.

-Me alegra que se hayan hecho buenos amigos-.

-Sí, él fue lo único bueno que me pasó en mi estadía en Moscú-. Expresó con sus hermosos ojos verdes fijos en Ekaterina-.

-Anya…yo…-.

-No me digas nada Katia, no quiero volver a hablar de eso-. Interrumpió-. Sasha me contó lo que hiciste por ellos, fue increíble…-.

-Tú sabes que mi abuelo tiene recursos, no le costaba nada ayudar a Neposedi-.

-Lo sé, además él no se rehúsa a nada que le pidas, y tú por supuesto a nada que "ella" te pida-. Dijo la rubia con una falsa sonrisa y enfatizando la última palabra-.

-Si te refieres a Yulia, mi novia, ella no pidió nada, yo lo hice porque me gusta verla feliz, además los chicos de Neposedi se han transformado en mis amigos-. Respondió-.

-¿Tu novia?-. Preguntó sorprendida-.

-Sí, ella es mi novia ahora-. Reconoció-.

Anya cuando se fue de Moscú tenía claro que Ekaterina y Yulia iban a seguir juntas, sin embargo, no estaba preparada para escucharlo, aún dolía, porque aunque había intentado olvidar a Ekaterina, no lo conseguía, no existía nadie capaz de reemplazar en su corazón, a esa morena de ojos verdes que era su primer y gran amor-.

-Pues espero que te haga feliz-. Expresó esquivando su mirada y guardándose todo el dolor que le producía escuchar eso-.

-Gracias, yo también quiero que encuentres a alguien que te haga feliz-.

-¡Hola!-. Saludó un emocionado Sasha atrapando en un abrazo a Anya-.

-Hola, te estaba esperando-. Respondió la rubia-.

-Tenemos compañía espero que no te moleste-. Expresó el joven quien apuntó a dónde venían Oksana y Lena-.

-No hay problema-.

-Espero que pasen un agradable día, nos vemos-. Se despidió algo incomoda Ekaterina-.

- Adiós-. Se despidió Anya-.

-Hola…-. Saludaron casi al unísono Elena y Oksana, esta última mirando con recelo a Anya, no sabía que era ella la amiga de quien Sasha les había hablado-

- ¿Por dónde empezamos?...estoy impaciente-. Exclamó el chico chocando sus manos en señal de emoción-.

- Creo que haciéndole un fashion emergency a tu amiga no sería mala idea-. Respondió mirando de pies a cabeza a Oksana-.

-¿Disculpa? Pero yo me siento bastante cómoda con el atuendo que hoy llevo, además nunca he requerido que alguien me diga que es lo que debo usar-. Contestó Oksana con algo de exasperación-.

-Claramente no lo has hecho porque cualquiera que no esté ciego podría decirte que esa falda y tu abrigo de colores esta fuera de moda más o menos de los años sesenta-. Expresó la rubia en forma ácida -.

-Ok, creo que es mejor que salgamos de aquí, me gustaría conocer algunos teatros, ¿puede ser?-. Dijo Sasha intentado relajar el ambiente-.

-Apoyo a Sasha-. Dijo Lena quien se había mantenido en silencio-.

-Entonces allá vamos-. Les respondió Anya-.

Los chicos se subieron al auto que los esperaba afuera y comenzaron a recorrer la ciudad. Anya estaba resultando ser una gran guía y aunque a veces no podía evitar hacer comentarios sobre el vestuario de Oksana, en lo demás era bastante agradable.

A los chicos les estaba dando hambre así que buscaron un lugar donde parar a comer algo y poder comentar sobre que le han parecido todos los lugares que han podido conocer hasta ahora.

-Creo que San Petersburgo es hermosa-. Decía Oksana, tomando la carta del restaurant-.

-Te apoyo totalmente pequeña Diva, todo en esta ciudad te grita éxito-. Añadió Sasha-.

-Lo he pasado muy bien-. Expresó Lena con una sonrisa-. ¿Cómo es vivir aquí?-. Preguntó a Anya-.

-Increíble, aunque cuando termine la escuela pensaba en irme a otro lugar-. Contestó-.

-¿Qué lugar podría ser mejor que este?-. Preguntó Oksana-.

-Quiero recorrer Europa, América... el verano anterior  Ekaterina me llevó a Milán, Venecia, Toscana, París, Estados Unidos, Argentina... creo que desde ahí me enamoré de la magia de esas
ciudades-. Recordó-.

Sasha se dio cuenta que a su amiga aún le afectaba hablar de su ex novia, lo que dejaba entrever que aunque haya pasado tiempo no lograba olvidarla. Para Lena conocer algo más a la chica fue como sentirse representada en lo que sentía, porque ambas estaban pasando por una desilusión amorosa. Oksana estaba atenta cuando el sonido de su celular la sacó, al mirar la pantalla se dio cuenta que era Nastya, así que pidió permiso y se retiró de la mesa.

-Hola hermosa… Dijo Nastya-.

-¡Hola!-.

-¿Qué haces?-.

-Nos detuvimos a comer algo con las chicas y Sasha-.

-¿Las chicas? Tasha y Alina están con ustedes también?-.

-Mmm…no-.

-¿Entonces con quién?-.

-Estoy con Lena…y Anya-. Contestó dudosa-.

-¿Anya, la ex novia de Katia?...eso es extraño-.

-Lo sé pero es amiga de Sasha, así que salimos todos juntos, y tú ¿Qué haces?-.

-Recorro cada tienda de esta ciudad. Yulia me está enloqueciendo, nada le gusta-. Expresó la rubia-.

-¿Buscan algo especial?-.

-Si un vestido perfecto, tiene una cena con Ekaterina hoy quien la presentará con su abuelo-. Explicó la rubia-.

-Ya veo, nosotros hemos recorrido muchas partes, y creo que hoy no será suficiente para conocerlo todo-.

-Para mañana no te comprometas, mañana eres sólo para mi Oksana Tarasova-. Dijo Nastya muy sensualmente-.

-¿Ah si? Y si me niego?-. Contestó coqueta-.

-Entonces me veré en la obligación de secuestrarte, así que por tu bien es mejor que no te resistas-.

-En ese caso es mejor que acepte-. Decía mientras jugaba nerviosa con su pelo-.

-Muy bien, será la mejor cita que hayas tenido nunca, ahora debo irme porque Volkova está gritándome por no ponerle atención, te veo en el hotel-. Se despidió la rubia-.

-Te quiero-.

-Y yo a ti-.

-Todo bien, diva?-. Preguntó Sasha más por curiosidad que otra cosa-.

-Sí, era Nastya, quería saber dónde estaba-. Respondió aún con una sonrisa-.

-Veo que Nast, te tiene bastante controlada-. Expresó Lena-.

-Sí, y mañana tendremos una cita, creo que es la primera oficial-. Dijo con sus ojos brillantes-.

-Entonces no sería mala idea ir de compras después de comer, no puedes lucir un horrible vestido en tu cita, la ahuyentaras de inmediato-. Comentó Anya-

Antes de que la pequeña diva pudiera rebatir el comentario, Sasha habló primero.

-A nadie le hace mal un consejo-. Dijo para suavizar el ambiente una vez más a lo que Oksana se relajó y asintió-.

-¿Dónde está Nast?-. Preguntó Lena-.

-Con Yulia de compras-. Respondió-.

-¿De compras? Acabamos de llegar hoy, y por lo que me fijé, Yulia empacó su closet completo, que puede necesitar-. Decía Sasha-.

-Nastya me dijo algo de una cena con Ekaterina, y su abuelo-. Contestó nuevamente la castaña no pensando que esas palabras no iban a ser bien recibidas por las otras dos chicas en la mesa-.

-Si me disculpan-. Se excusó Anya-.

La rubia se levantó y salió por un momento del local. Al escuchar a Oksana el aire comenzó a faltarle, y muchos recuerdos se le vinieron a la mente, todavía no estaba preparada para enfrentar que Ekaterina estuviera con alguien, alguien a quien al parecer amaba más de lo que alguna vez la amó a ella.

-¿Estás bien?-. Preguntó Sasha quien salió casi detrás de su amiga-.

-No-. Contestó-.

-¿Qué sucede?-. Dijo el joven abrazándola-.

-Está haciendo cosas por ella que nunca hizo por mí, eso es lo que pasa, está realmente enamorada, pienso que en realidad nunca estuvo enamorada de mi-. Respondió con rabia y tristeza-.

-No creo que eso sea cierto, fuiste su primer amor-. Decía para hacerla sentir mejor-.

-No estoy segura, fuimos novias por más de un año y nunca me presentó con su familia en forma oficial, no iba conmigo a las cenas, nada, y ahora cuanto tiempo tiene con ella y la lleva con Mihail,
¡No lo entiendo!-. Exclamaba la rubia con rabia-.

-Cálmate cariño, ya no vale la pena que pienses en eso, te hace daño-.

-¿Qué ve en ella Sasha?, que tiene Yulia Volkova que yo no-. Dijo con una mano en su rostro-.

-A ver, eso no te lo voy a permitir, tú eres Anna Kutznetsova, un icono juvenil, la chica con más estilo de Rusia y la más hermosa también, así que esas inseguridades las borras de inmediato, no quiero volver a escucharlo-. Retó el joven para subirle el ánimo-.

-Lo siento, pero no puedo evitar que me afecte, cuando la vi de nuevo enfrenté de un golpe todo lo que no logro olvidar, todo lo que aún la amo-. Respondió la rubia más tranquila-.

-Y lo entiendo, pero que eso no signifique que estés menospreciándote, tu eres increíble, ok y si yo lo digo no hay posibilidad a debatir, y ahora digo que entremos porque estoy muriendo de hambre-. Exclamó ofreciendo su mano-.

-Lo que tú digas-. Aceptó su mano y entró, agradeciendo tener un amigo de verdad en ese momento-.


Nastya ya estaba a punto de comenzar a gritarle a la morena. Habían recorrido cada tienda y nada la convencía.

-¿Sabes que podría estar con Oksana en vez de aquí contigo eligiendo un vestido que te pondrás una vez y nada más?, porque te conozco, siempre haces lo mismo, lo usarás ahora y después ya no porque según tú estará pasado de moda o temporada-. Expresaba la rubia ya hastiada-.

-Tú no entiendes nada de moda, además hablaste recién con tú Hobbit que tanto reclamas-. Le contestó la morena-.

-Primero no le digas hobbit, porque tampoco es que tú seas una miss universo - Yulia le regaló una mirada casi homicida - Y segundo ella se lo estaba pasando mucho mejor que yo, porque estar de compras dejó de ser divertido cuando le dijiste que no al vestido número cien-.

-¿Dónde está Tarasova?-.

-Se había detenido a comer con Sasha, Lena y Anya-. Respondió la rubia sin darle importancia-.

-¡¿Con quién?-. Exclamo Yulia saliendo del probador-.

-Con Sasha, Lena y Anya-. Repitió-.

-¿Y por qué están Lena y Tarasova, pasando tiempo con Kuznetsova?, de que me perdí, es que acaso son amigas ahora, no me gusta que esa tipa ande rondando porque lo único que quiere es volver con Ekaterina, MI NOVIA, no la quiero cerca, porque no le dijiste eso a Tarasova cuando hablaron-. Expresaba enojada la morena, mientras Nastya simplemente la observaba-.

-Yul…creo que lo encontraste…te ves perfecta-. Murmuró la rubia mirándola fijamente sin hacer caso a todo lo que había dicho antes-.

Yulia se volteó hacia el primer espejo que vio y se dio cuenta que su amiga tenía razón, ese era el que había estado buscando-.
Cuando salieron de la tienda, Nastya estaba aliviada de ya no tener que seguir buscando, aunque ahora le tocaba a ella, ya que quería comprar un regalo para Oksana, estaba decidida a preparar una cita inolvidable.

Una vez que entraron al hotel, ya era bien entrada la tarde. Oksana y Lena aún no llegaban y Nastya se recostó encima de su cama, su tarde había estado agitada y se sentía agotada. Mientras Yulia se tomaba una ducha para relajarse y comenzar a cambiarse para su cena.

Después de casi dos horas, y cuando la rubia se estaba comenzando a quedar dormida, Yulia salió y la verdad que es que la palabra hermosa no alcanzaba para describirla.

-¿Y qué tal me veo?-. Preguntó la morena algo nerviosa-.

-Eres lo más parecido a una princesa que he visto de cerca-. Respondió Nastya con una sonrisa-.

-Bueno en parte así me siento, como si fuera a pedir permiso para entrar a la corte real o algo por el estilo-. Expresó sarcásticamente-.

-Cuando éramos niñas, siempre soñamos con encontrar un príncipe azul recuerdas, supongo que tú encontraste lo más parecido a eso en Ekaterina, sólo que en vez de llegar en su brillante corcel, apareció en su brillante limosina-. Señaló la rubia haciendo que Yulia riera-.

-Eso sonó en extremo cursi, creo que Tarasova te está haciendo ver demasiados musicales-. Le dijo burlándose-.

-Aun así te ves hermosa y elegante así que estás lista para enfrentar a quien sea-.

-Gracias Nast-. Expresó sinceramente y tomándola en un abrazo-.

-Ya es suficiente no quiero que te arrugues, además es casi la hora, Katia debe estar esperándote ya-.

-Tienes razón, nos vemos-.

-Cuando vuelvas tienes que contarme todos los detalles-.

-Ok, es un trato-. Y se dispuso a tomar su bolso para salir-.

Cuando iba a cruzar la puerta, se encontró con Oksana y Elena, quienes venían llegando de su paseo por la ciudad. La pelirroja clavó su mirada en Yulia, por mucho que le hayan dolido las palabras que le dijo antes, no podía pasar por alto lo impresionante que se veía, la buscó intensamente, pero la morena bajó la mirada, no fue capaz de mirarla a los ojos.

Para Yulia no pasó inadvertida la mirada de Lena, era tan fija que aunque no la viera podía sentirla. Recordó su conversación anterior con Nastya, y si era cierto que cuando las tres eran niñas, y leían los cuentos de hadas soñaban con encontrar a su príncipe azul, pero lo que la morena nunca dijo, fue que en la única hada con la que soñaba, era en esa pelirroja de ojos verdigrises llamada Elena.

Ekaterina estaba algo nerviosa, se encontraba en el bar del hotel, terminó de tomar su trago y miró su reloj, ya era hora, así que salió rumbo al Lobby. Lo que vio al abrirse las puertas del ascensor fue a su novia aún más hermosa que cada día, llevaba un vestido en tonos marfil que brillaba ante la luz, se ajustaba a sus curvas pero el escote no era tan pronunciado, llevaba su cabello recogido y el maquillaje era suave, intensificando su hermosa mirada.

-Creo que nunca me va a dejar de impresionar lo bella que eres-. Exclamó Ekaterina tomando su mano-.

-Siempre tan amable, tú también te ves bien-. Respondió complacida con una sonrisa-.

-En este momento si alguien se fijara en mi estaría loco, tu acaparas toda la atención-. Expresó avanzando sin soltar su mano, para que todos supieran que esa hermosa morena ya tenía una dueña-.
Ekaterina le abrió caballerosamente la puerta de la limosina, para dirigirse al restaurant.

-Tú me haces sentir como de la realeza, creo que nunca había andado tanto en limosina en un solo día-. Expresó Yulia rompiendo el silencio y así relajarse-.

-No creo que haya nobles en mí familia, pero si ex presidentes así que tú podrías ser algo así como Raísa Gorbachova -. Le respondió con una sonrisa-.

La conversación fue liviana durante todo el trayecto, lo que relajó a Yulia, sin embargo, una vez que estacionaron y debían bajarse, los nervios la inundaron otra vez.
Una vez que entraron, Yulia recorrió con la mirada el lugar. Era inmenso y todos los que entraban vestían casi de gala. Ekaterina preguntó por la mesa reservada y una joven muy amablemente las guió. Cuando llegaron, pudo percibir que el hombre ya estaba sentado, esperándolas.

-Buenas noches, abuelo-. Saludó Ekaterina, a lo que el hombre se levantó y le dio un caluroso abrazo-.

-Mi pequeña, te he extrañado, no has venido a visitarme desde que se mudaron-. Expresó sin soltarla-.

-Abuelo-. Ekaterina se distancio y volvió a tomar la mano de Yulia-. Ella es Yulia Olegovna Volkova, mi novia-. Expresó la chica de ojos verdes, muy segura-.

-Buenas noches, es un placer Señor Sharapov-. Dijo estirando su mano-.

-Igualmente-. Respondió escuetamente y sin quitar su vista de ella, como si la estuviera inspeccionando-.

-Nos sentamos-. Dijo Ekaterina para romper el silencio-.

Se ubicaron en la mesa y la camarera les ofreció inmediatamente la carta de platos y también la de vinos. Este último fue elegido por Ekaterina, por petición de su abuelo, mientras les traían sus pedidos, Mihail comenzó a hacer algunas preguntas.

-Así que Yulia, lindo nombre, ¿Tienes ascendencia búlgara?-. Preguntó-.

-No creo, señor-. Respondió algo nerviosa-.

-¿Siempre has vivido en Moscú?-.

-Sí-.

-¿Y qué planes tienes para cuando te gradúes?, Porque Ekaterina tiene que volver a San Petersburgo para entrar a Universidad Estatal de la ciudad. Ahí estudió mi padre, yo y Boris, el padre de
Ekaterina, es tradición en nuestra familia-. Explicó el hombre que poseía una postura rígida y unos ojos verdes como los de Katia, pero mucho más duros-.

-Abuelo, esto es una cena, no un interrogatorio, además yo aún no decido a que universidad iré, falta un año para graduarme-. Contestó Ekaterina con un tono firme-.

-Quiero conocer a tu novia un poco más, no veo que hay de malo con eso, o algo que he dicho te ha molestado, Yulia?-. Preguntó mirando a la morena de ojos azules-.

-No señor, no me ha molestado, pero la verdad aún no he decidido que voy a hacer al salir de la escuela, quiero entrar a la Universidad y salir de Moscú, eso es seguro-. Contestó recuperando su seguridad

-Suena a un plan y ahora estás aquí para la competencia de coros, no es así-.

-Sí, clasificamos a las Nacionales que son el sábado, estamos muy emocionados y tenemos confianza en hacer una buena presentación-. Respondió-.

Cuando llegaron los platos, y sirvieron las copas de vino, Mihail alzó su copa.

-Por este encuentro con mi nieta y su hermosa novia-. Expresó el hombre, eso era algo así como una aprobación, así que Yulia sonrió complacida-.

-Gracias abuelo, ¿Y cuándo visitaras Moscú?-. Preguntó la chica de ojos verdes-.

-No lo sé, tal vez para tú cumpleaños, ya vas a cumplir 18 y tú sabes lo que eso significa en nuestra familia-. Respondió el hombre-.

-Lo sé abuelo, me lo llevas diciendo durante los 17 años que tengo-.

La conversación se fue relajando con el pasar de la noche. Yulia se había relajado y hasta pudo bromear en alguna ocasión con Mihail, quien se mostraba más cercano, y amable. En un momento el celular de Ekaterina comenzó a sonar, vio que era Nastya por lo que prefirió contestar aunque Yulia le sostuvo la mano para que no la dejara sola.

-Entonces… ¿Quieres de verdad a Ekaterina?-. Preguntó Mihail una vez que estaban solos-.

-Por supuesto que la quiero, ella es increíble-. Respondió-.

-Lo es, mi nieta es especial, y no lo digo porque sea mi nieta, sino porque pese a todo lo que ha tenido que pasar, que creo tú lo sabes, sigue confiando en las personas, entregó su corazón otra vez, y espero sinceramente que esta vez no salga lastimada-. Señaló mirándola fijamente-.

-Yo…haré todo lo posible por hacerla feliz como ella me hace a mí y no lastimarla, eso se lo prometo-.

-Me complace escuchar eso Yulia, tú eres diferente a las chicas que Ekaterina ha conocido, nunca la había visto que mirara a alguien como te mira a ti, está enamorada de ti de una manera que ni siquiera con Anya lo estuvo-.

-Puedo preguntar ¿Por qué nunca aprobó a Anya?, la verdad me daba miedo enfrentarme a usted por temor a que me rechazara como a ella-. Preguntó curiosa-.

-Muchachas como Anya hay muchas en esta ciudad Yulia, yo nunca la odié ni nada parecido, sólo estaba seguro que no era la indicada para Ekaterina, contigo es diferente, ¿Por qué te daba temor no tener mi aprobación?-.

-Porque conozco a Ekaterina y no quería que tuviera algún conflicto con su familia por mi culpa, aunque ella no lo diga, quiere su aprobación, tiene muchas fotografías suyas en su habitación, lo quiere y lo respeta-. Explicó la morena-.

-Por eso eres diferente, a ti te importa Ekaterina, no lo que viene con ella, y eso es lo que yo espero de la persona que esté con mi nieta, porque como tú dices ella no siempre dice las cosas, puede verse fuerte, pero necesita a alguien a su lado, y ahora que te conozco, me alegra que esa persona seas tú, Yulia-. Expresó Mihail, dándole la primera sonrisa sincera en toda la noche-.

-¿De qué me perdí?-. Preguntó Ekaterina al reintegrarse a la mesa-.

-De nada que vayamos a repetir ¿o no Mihail?-. Dijo Yulia-.

-Por supuesto que no-. Corroboró el hombre-.

La siguiente hora hasta que la cena terminó fue familiar, relajada, y compartiendo anécdotas.

-Creo que ya es hora de volver a casa, a mis años no es bueno trasnochar demasiado-. Expresó el hombre mayor-.

-Tienes razón abuelo, nosotros también tenemos que regresar al hotel, Yulia tiene ensayo mañana desde muy temprano-. Añadió Ekaterina-.

Se levantaron y antes de separarse en la salida para ir cada uno a su vehículo.

-Espero verte pronto por Moscú, abuelo-. Se despidió Ekaterina abrazándolo-.

-Y yo espero que decidas pasar aunque sea parte de tus vacaciones con nosotros al Social  Club, tienes que venir con mi nieta; Yulia, no te arrepentirás-. Invitó el hombre-.

-Es una gran idea, lo conversaremos con Katia-.

Mihail estrechó en un abrazó a Yulia. Fue su última demostración de que contaba con todo su apoyo.

-Bienvenida a la familia, Yulia-. Le dijo al oído-.

-Gracias-. Respondió sinceramente y con alivio Yulia-.

Una vez dentro de la limosina ya estaban sólo las dos chicas-.

-¿Creo que no fue tan terrible o no?-. Preguntó Ekaterina pasando un brazo por los hombros de su novia-.

-La verdad al principio me sentí como siendo interrogada por la KGB, pero después ya fue todo más relajado, creo que no me odia-. Respondió-.

-De hecho no sólo no te odia, sino que me atrevería a decir que le agradas y eso es impresionante, nunca lo había visto así de relajado con alguien que no es de la familia-.

-Bueno, eso es porque me dio la bienvenida a la familia, no hay nadie que se pueda negar a los encantos Volkov, cariño, hay que sólo mirarte a ti-. Dijo sonriendo-.

-Después de esto, ya no tengo dudas acerca de tu encanto-.

-¿Qué las tuviste alguna vez?-. Preguntó fingiendo sentirse ofendida-.

-Claro que no…ven aquí-. Y la tomó en un apasionado beso, que no se detuvo hasta que llegaron al hotel-.

Ekaterina fue a dejar a su habitación a Yulia, quien prefirió dormir donde le fue asignado para evitar problemas con el señor Smirnov, ya que habían ensayos muy temprano en la mañana.
Había sido una noche que le aclaró muchas cosas, si bien estaba nerviosa, lo terminó disfrutando, Ekaterina, cada día le daba pruebas de lo mucho que deseaba que su relación fuera en serio y funcionara, y ella debía hacer lo mismo, todo para pudieran ser felices.


El viernes comenzó muy temprano para los integrantes de Neposedi. El señor Smirnov había comenzado cerca de las 6 de la mañana a despertarlos, para prepararlo todo. Tenían que escribir dos canciones, preparar una coreografía y coordinarse para que toda saliera perfecto.

A la hora del almuerzo, estaban todos estresados, y estar encerrados tantas horas los estaba agobiando absolutamente. El maestro los animaba diciéndoles que todos los esfuerzos valdrían la pena cuando se presentaran en las Nacionales y superaran a sus contrincantes.
Ya a las 5 de la tarde, estaban agotadísimos pero tenían las dos canciones para presentarse, un dúo y una canción grupal. La coreografía había caído en manos de Lena y Sergüei, quienes habían preparado una accesible para todos incluso para Fyodor. Así que el señor Smirnov accedió a que pudieran descansar, y le dio a Nastya el permiso que le pidió para salir con Oksana.

-Tienes una hora para prepararte diva-. Susurró Oksana al oído de Nastya y siguió su camino-.

Una hora después, Oksana estaba lista. Había; aunque a regañadientes seguido el consejo de Anya, así que se compró un vestido que la rubia y Sasha aprobaron. Al mirarse al espejo se dio cuenta que sus amigos tenían razón, se veía increíble, el rosa siempre había sido su color, pero este vestido no tenía nada de infantil como otros que había usado, dejaba a la vista sus dos armas más mortales, aquellas tonificadas y largas piernas que sabían eran la debilidad de su rubia, y se ajustaba perfectamente a sus curvas.
Recibió un mensaje de Nastya, que la esperaba abajo, así que se apresuró, tomó su bolso y salió con la ilusión de pasar una noche increíble con su hermosa chica.
Decir que Nastya estaba nerviosa era un eufemismo, puesto que la rubia nunca antes había organizado un cita para alguien, era nueva en todo eso, siempre había salido con chicos, con ellos todo siempre fue simple, fácil, pero ninguno nunca la hizo sentir como lo hacía Oksana, por eso quería que toda saliera a la perfección.
Cuando la vio acercarse todos sus nervios fueron olvidados, era tan hermosa que junto a ella nada podía salir mal.

-Hola hermosa-. Saludó la rubia con un roce de labios-.

-Hola… ¿Y a dónde vamos?-. Preguntó impaciente-.

-Ya lo verás-. Respondió la rubia misteriosa-.

-Me dejaré sorprender por ti entonces-. Expresó regalándole una sonrisa-.

Subieron al auto que las esperaba en la entrada del hotel, y cuando ya se detuvo los ojos de la pequeña diva se abrieron de par en par, estaban al frente del Teatro del Hermitage, en un espectáculo que se anunciaba sobre el ballet ruso... Giselle.

-¡Como conseguiste entradas!-. Exclamó Oksana emocionada-.

-Eso no importa, tú sólo disfruta-. Le tomó la mano y entraron al teatro-.

Mientras duró el espectáculo, Nastya se dedicó más a mirar a Oksana que hacia el escenario. Amaba como los ojos de su chica brillaban por la emoción de ver un espectáculo así. Tenía claro lo que significaba el mundo del espectáculo para Oksana y como eso siempre ha sido su sueño.
Oksana no despegaba su mirada del escenario y se imaginaba cuando ella en un par de años más fuera la protagonista, lo deseaba con tanta fuerza que ya podía casi tocarlo, siempre se prometió que eso sería su prioridad, que nada podría interferir jamás entre ella y su destino, nada, excepto tal vez, esa rubia que estaba a su lado sosteniendo su mano.
Una vez terminado el musical, Oksana hablaba más y más rápido de lo acostumbrado. Nastya se estaba esforzando por seguir todo lo que decía pero a momentos se le hacía imposible así que optó por algo para hacer que se detuviera. La tomó fuerte por la cintura y la atrajo hacía si con pasión, con su otra mano le sostuvo el rostro y rompió la distancia con un beso que no sólo callo a la pequeña diva, sino que le quitó la respiración.

-Te quiero-. Le susurró la rubia cuando se separaron y sin más tomó su mano y siguieron el camino hacia la salida-.

Una vez nuevamente en el auto, Oksana se había apegado mucho al cuerpo de Nastya, ese inesperado beso, la había dejado con ganas de más y aunque fueran sensaciones nuevas para ella, sentía un calor que invadía cada centímetro de su cuerpo.

-¿Y ahora volvemos al hotel?-. Preguntó la castaña-.

-La noche recién empieza-. Respondió

-Ya no sé qué más esperar de ti Anastasia Savalieva-.

-No esperes nada, sólo déjame sorprenderte-.

La siguiente parada fue un conocido restaurant Peteburgues, en donde había fotografías de muchas figuras de muchos teatros.
Entraron e inmediatamente las llevaron a donde Nastya ya había reservado una mesa anteriormente. Tomaron sus órdenes y la chica que las atendió procedió a retirarse.

-Me quieres decir como preparaste todo en menos de un día?-. Expresó la castaña-.

-Tengo mis contactos-. Respondió con una sonrisa que a Oksana le parecía la más sensual que haya visto nunca-.

-Ha sido la mejor cita que he tenido, nunca nadie se había preocupado de llevarme a lugares que me gustaran, eres tan especial conmigo que me haces olvidarme de todo, para simplemente querer estar a tu lado siempre-. Confesó sin despegar sus brillantes ojos cafés de esa mirada verde-.

-No hay nada que quiera más que estar contigo, todo el tiempo que sea posible-. Respondió la rubia-.

Una vez que llegaron los platos, los disfrutaron en un silencio cómodo, ambas tenían cosas en mente que en parte no se atrevían a decirle a la otra, por miedo a apresurar demasiado su relación.

-¿En qué piensas?-. Preguntó Nastya-.

-En ti, en mí, en nosotras-. Respondió-.

-¿Pasó algo que quieras decirme?-.

-Tengo miedo de quererte como lo hago, me estoy enamorando de ti Nastya, y esto no estaba en mis planes, no cuando ya vamos a entrar al último año de escuela-. Expuso la castaña-.

-Tampoco estaba en los míos cielo, yo tampoco tengo claro cómo enfrentar esto que me pasa, pero tengo claro que quiero seguir contigo, entiendo que tú siempre lo has planeado todo, pero hay momentos es que es mejor dejarse llevar y no analizar cada paso-. Respondió la rubia-.

-Tienes razón, en este momento sólo quiero disfrutar contigo-.

Una vez terminada la cena, tomaron sus cosas y salieron tomadas de la mano del restaurant, se sentían libres, lejos de Moscú a nadie le importaba o las miraban extraño.
Cuando llegaron al hotel, y entraron al ascensor a Oksana le llamó la atención que marcara un piso diferente al que se encontraba su habitación-.

-Nastya, creo que te equivocaste-. Evidenció-.

-No lo hice, queda la última sorpresa-. Respondió-.

Cuando por fin el ascensor llegó al último piso, Oksana se dio cuenta que era nada menos que el Pent House del hotel a donde la llevaba la rubia, lo que le sacó otra sonrisa más, definitivamente Nastya se había ocupado de cada detalle.
Cuando entraron la rubia la llevó directamente a la terraza, donde estaba dispuesta una pequeña mesa con una botella de champaña y dos copas, se podía apreciar una vista impresionante y esa noche el cielo las acompañaba con un hermoso manto de estrellas. Nastya sirvió en ambas copas y se puso frente a frente con Oksana.

-Creo que algún día tú brillarás más que cualquiera de esas estrellas que están en el cielo-. Expresó la rubia mirándola fijo-.

-Nastya…yo…-.

-Tú eres mi estrella Oksi-. Interrumpió-. Y desde que estamos juntas todo es más claro para mí, te quiero por eso, en esta ciudad que amas y después de una noche que intente fuera inolvidable quiero pedirte…¿Oksana Tarasova quieres ser mi novia?-. Preguntó nerviosa y por primera vez bajando la mirada-.

Oksana la miró con dulzura, nunca la había visto así, tan vulnerable, abriendo su corazón y diciéndole que la quería con ella. Antes de que pudiera esbozar una respuesta su cuerpo actuó por instinto y la abrazó con fuerza y después la besó, la besó recordando la primera vez que sus labios se juntaron, la besó como si su vida dependiera de ella, como si su oxigeno fuera permanecer al lado de esa rubia hermosa con quien podía verse por mucho tiempo.

-¿Supongo que aceptas?-. Preguntó la rubia cuando se distanció-.

-Alguien podría negarse a ti, eres la persona más impresionante que haya conocido y lo que más quiero en este momento, es ser tu novia, sólo tuya Nastya-. Respondió acercándose otra vez con mayor pasión que la vez anterior.

Nastya nunca había sentido a Oksana tan liberada y no podía culpar al alcohol porque sólo bebieron una copa cada una. Los movimientos desenfrenados de la castaña la estaban excitando demasiado, podía sentir como cada centímetro del cuerpo de Oksana estaba pegado al de ella y eso se sentía tan bien, que no era capaz de detenerla, no en ese momento. Por lo general siempre era la pequeña diva quien calmaba esos arranques de pasión pero esta vez no parecía querer detenerse, al contrario besaba el cuello de la rubia con lujuria mientras con sus manos, la recorría completamente.

-Oksi…si sigues así no creo poder detenerme-. Murmuró la rubia entre gemidos-.

-No quiero hacerlo…-. Respondió para tomar su mano y llevarla adentro.

La habitación contaba con una gigantesca y hermosa cama, Oksana hizo que Nastya se sentara en el borde, mientras desabrochaba sensualmente su vestido, hasta dejarlo caer en el piso, donde también quedaron sus tacones. Avanzó la pequeña distancia que la separada de Nastya, quien al observarla se mordía el labio inferior con deseo.

-¿Te gusta lo que ves?-. Susurró al oído de Nastya mientras se recostaba sobre ella-.

-Eres lo más bello que he visto-. Respondió dejándose hechizar por esa hermosa chica que sólo llevaba un diminuto conjunto blanco-.

-Quiero esta noche ser tuya, por primera vez-. Le dijo y le atrapó los labios en un beso-.

Nastya se estaba dejando llevar y todos sus temores de que Oksana no pudiera estar segura se borraron con sus palabras, así que se acomodó mejor en la cama y comenzó a hacer suyo ese cuerpo que tantas noches antes había soñado tener así, a su completa disposición.
Oksana se deshizo del vestido de Nastya con habilidad, quería poder tocar su piel tensa y suave. Nastya cambió de posicion y se ubicó sobre ella, para poder besar primero por encima de la tela esos pechos redondos y firmes de lo que era dueña su novia, los acariciaba y besaba hasta que desprendió el sujetador con desesperación. Al verlos en toda su magnitud, se mojó con los labios y les pasó su lengua con dedicación succionando los pezones que no tardaron en ponerse rígidos al mismo tiempo que Oksana gemía y alzaba sus caderas pidiendo más. Pero la rubia quería ir con calma, disfrutar cada momento.
Luego de repetir con ambos pechos la misma acción y sin dejar de acariciarlos, comenzó a hacer un camino de besos por todo el abdomen de Oksana, quien sólo se dejaba amar y disfrutaba de todo lo que le provocaban las caricias de la rubia.
Siguió hasta llegar al centro de su novia, estaba a algunos centímetros y podía sentir como emanaba el calor, definitivamente todo el juego previo había dado resultado.
Sin ya querer demorar más, sacó con cuidado la última prenda y abrió más las piernas de la diva, dejando espacio suficiente para acercarse y con su lengua satisfacer a su novia. Comenzó con movimientos lentos, succionaba con cuidado el clítoris inflamado por tanta excitación y saboreaba la esencia de Oksana, quien gemía cada vez más fuerte, y realizaba movimientos erráticos tratando de obtener un poco más de Nastya.
La rubia subió con cuidado hasta juntar nuevamente sus labios con los de su novia, haciendo que Oksana saboreara su propio sabor.

-¿Estás lista?-. Le dijo Nastya al oído-.

-Mmm…si-. Respondió con esfuerzo-.

Nastya bajó una de sus manos y primero acarició el muslo interno hasta llegar al centro de Oksana para luego introducir dos dedos y comenzar con pequeñas embestidas, quería ir lento, para evitar hacerle daño, tenía claro que era su primera vez.
Oksana primero sintió un pequeño dolor que rápidamente fue reemplazado por placer, era como si millones de golpes eléctricos la azotaran al mismo tiempo. No tenía control de su cuerpo y sentía como se alzaban sus caderas pidiendo tácitamente que la rubia profundizara más.
Nastya podía sentir también como su propia excitación crecía con el roce del muslo de la diva sobre su sexo, cada vez más vertiginoso, con ansiedad, con deseo. Pronto las embestida eran más rápidas, los jadeos inundaban la habitación y sus respiraciones se sincronizaban. La rubia podía sentir como el espacio donde estaban sus dedos se hacía cada más estrecho, indicio de que ya faltaba poco para llegar al orgasmo.
Oksana sintió sólo una última carga eléctrica y abrió sus ojos para que llegara a ella la sensación más placentera que jamás antes había experimentado. Con ello Nastya también pudo llegar a su clímax, esa chica definitivamente tenía la capacidad de hacerla sentir como nadie nunca antes.
La rubia dejo caer todo su peso sobre la castaña y retiró sus dedos con cuidado, para después llevarlos a su boca y degustar el sabor más delicioso que probó.

-Nunca me había sentido así…es único-. Expresó Oksana aún agitada-.

-Fue increíble-. Respondió la rubia acomodándose al lado-.

-Lo fue porque lo hice con la persona indicada, tú eras a quien estaba esperando-. Dijo y apoyó su cabeza en el pecho-.

-Te quiero-.

-Yo más-.

Después de esa agotadora jornada cayeron en un sueño placentero.

Con la mañana, Oksana fue la primera en abrir los ojos. Miró a su lado y ahí descansaba una hermosa rubia quien tenía una leve sonrisa. Si hasta dormida era bella, era todo lo que alguien quisiera, todo y más de lo que ella tal vez se merecía.
Se levantó cuidando de no despertarla, se dio una ducha muy rápido y salió de la habitación, había algo en su pecho, algo que sólo se calmaba con lo mejor que ella sabía hacer. Caminó las calles que eran no más de cinco para llegar al teatro donde serían las presentaciones esa tarde para las Nacionales. Al entrar y por lo temprano que era no había nadie, así que aprovechó y se subió al escenario, dando pasos pequeños, disfrutando de cada espacio, respirando profundamente he intentado pensar que era lo que le ocurría.
Tenía miedo, eso pasaba, se había entregado en cuerpo y alma a una persona como nunca antes, y no se arrepentía, pero le daba miedo que eso que sentía por Nastya, fuera más fuerte que su amor por el escenario, su amor por la música, su sueño de llegar a triunfar en los tabloides. Ella nunca había tenido nada más que sus aspiraciones, todo el tiempo que se sintió sola, su sueño la sostuvo, ¿Y qué pasaba ahora?. Nastya no tenía planes, pero si los formaba y esos estaban en otro lugar, ¿Sería capaz de seguirla?.
Sin darse cuenta comenzó a cantar, las notas venían a ella y se empezaba a escuchar la letra de una canción de amor. Lo que en un principio eran susurros ahora ya era una clara voz, sacando todo lo que tenía dentro de sí, todas sus dudas, todos sus temores.
Estaba con sus ojos cerrados, por lo que no advirtió la presencia de alguien más hasta cuando la tomaron por la cintura y la giraron.

-Sabía que aún sentías algo por mí-. Expresó Yuri que antes de la que diva pudiera reaccionar ya tenía sus labios colisionando con los de ella.

Nastya despertó al sentir el espacio frío a su lado. Llamó a Oksana un par de veces para ver si estaba en otra parte, pero ninguno de sus gritos fueron contestados. Recorrió completamente el lugar y le comenzó a entrar el pánico ¿se habrá arrepentido?, Por eso se fue así, mil preguntas pasaban por su cabeza en ese momento. Se metió a la ducha y se vistió casi en tiempo record y pensó por un momento, ¿Dónde podría estar?. La respuesta vino cuando ya presionaba con desesperación el botón del elevador. Corrió las cuadras que la separaban del teatro.
Entró con la respiración entrecortada por el esfuerzo y lo que vio le cortó más la respiración. Oksana estaba al centro del escenario, entre los brazos de Yuri Popov. Por eso había desaparecido, para encontrarse con él, ahí enfrente suyo, estaba su respuesta.
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Mensaje por andyvolkatin 12/8/2016, 1:54 am

Hola Very Happy
que buenos capitulos
cada vez mas emocionante
espero se puedan solucionar los problemas que se
estan presentando entre nuestras chicas
espero la sigas pronto lol!
andyvolkatin
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/11/2016, 1:40 pm

Hola Aleinads, gracias por tus comentarios y a las personas que están siguiendo este fics...

Estoy subiendo estos capítulos por partes ya que la pagina me indica que por ser muy largo el texto no cabe en una sola página.... La tercera parte de la estadía en St Petersburgo, será posteada de la misma manera, así que sin más, solo me queda decirles que gracias...



Capítulo Quince: St. Petersburgo Parte 2


Nastya no entendía lo que estaba viendo, no entendía como Oksana era capaz de engañarla de esa manera tan cruel, no después de lo que había pasado entre ellas la noche anterior. Salió rápido tal cual entró, no quería enfrentarla, no quería gritarle intentado herirla tanto como ella sentía en ese momento.
Corrió hasta que sus piernas ya se cansaron, estaba débil, nunca antes se había sentido tan frágil. Estaba en un parque, podía ser Pedro el Grande o tal vez otro, eso no lo tenía claro, las lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos, por primera vez después de haber visto a Oksana, en brazos de Yuri. Se sentó en una de las bancas, y llevó las manos a su rostro, estaba destrozada, algo dentro se había roto y sabía muy bien que era. Sí, por primera vez, alguien había conseguido romper el corazón de Nastya Savalieva, la reina de Alikosvky, la chica más popular, quien podía tener a quien quisiera, y quien curiosamente estaba siendo destrozada por Oksana Tarasova, era inverosímil, pero tan real que se podía sentir en cada sollozo que desprendía la rubia intentando calmar su dolor.

Oksana sintió como una de las puertas del teatro era cerrada con violencia y fue ese ruido lo que provocó que se diera cuenta de lo que estaba haciendo.

-¡Suéltame!-. Exclamó alejando de un empujón al chico-.

-Vamos Oksi, lo estabas disfrutando tanto como yo, no puedes seguir negándolo, ahora sé que tienes sentimientos por mí-. Admitió Yuri en forma arrogante e intentando volver a acercarse-.

-¡Eso no es cierto!...Tú me sorprendiste, cuantas veces te tengo que decir que ya no hay nada entre nosotros, estoy con Nastya, la quiero, me hace feliz y ahora somos novias-. Respondió la diva con algo de enojo en su voz-.

-Oksana, tienes que terminar con esa farsa que tienes con Nastya, tú no eres gay, simplemente estás confundida, y con esto que acaba de pasar entre nosotros me dejas claro que me sigues queriendo-.

-¡Esto no significa nada más que un error!, yo estaba pensando, cantando, me dejé llevar por un minuto, eso no significa que tenga sentimientos por ti. La quiero Yuri, la quiero más de lo que alguna vez te quise a ti o a Fyodor, por favor entiende eso y déjame en paz de una vez por todas-.

-No puedo hacer eso, te quiero, y puedes negarlo todas las veces que quieras, pero sé que sentiste algo cuando nos besábamos, no renunciare a ti Oksi, no lo haré otra vez-.

-¡Que acaso no me estás escuchando!...!No quiero nada contigo!, pensé que podíamos ser amigos, pero veo que me equivoqué. Aléjate de mí Yuri, porque ahora ya nada que venga de ti puede interesarme-. Expresó la castaña y se alejó con rapidez-.

-¡No lo haré! Y no voy a descansar hasta que vuelvas a mi lado-. Le gritó mientras veía como se salía del teatro-.

Oksana salió y tenía la necesidad de ver a Nastya. Se sentía tan culpable por lo que había pasado, no entendía cómo podía ser tan estúpida. Mientras cantaba sólo pensaba en su rubia y en todos los momentos hermosos que habían pasado juntas, y de un segundo a otro se estaba besando con Yuri. Tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo se dio cuenta de la gravedad de lo que había hecho, porque conocía a Yuri y tenía claro que iba a tomar todo lo que pudiera estar a su favor para separarla de su novia.
Cuando entró a la habitación que había compartido con Nastya la noche anterior, comenzó a buscarla en forma frenética, la llamó, pero no hubo respuesta, la rubia definitivamente no se encontraba ahí.

De inmediato bajó a su habitación, la que compartía con Lena, pero tampoco la encontró, y ahí ya su desesperación fue aumentando.

-Lena…-.Dijo la castaña acercándose a la cama en la que dormía la pelirroja-.

-Mmm…Oksi…-.Dijo aún media dormida-.

-Lena… ¿Has visto a Nastya?, sabes si ha estado aquí-. Le preguntó-.

-No lo sé Oksi, creo que no, no he sentido que nadie haya entrado a la habitación más que tú-. Respondió algo más despierta-.

-No la encuentro por ninguna parte-. Expresó la castaña preocupada-.

-¿Pero no pasaron la noche juntas?-.

-Sí, pero esta mañana cuando desperté, salí por una hora y cuando regresé ya no estaba, y tampoco está aquí, no sé dónde más pudo haber ido-. Explicó-.

-Mmm…tal vez esté con Yulia, tú sabes, quizás no aguantó a contarle lo maravillosa de su cita-. Dijo la pelirroja para intentar calmarla-.

-Suena lógico…llamaré a Yulia para ver si está con ella, porque el móvil lo dejó en la habitación-. Contestó levantándose de inmediato para buscar su teléfono-.


Yulia había decido pasar esa noche con Ekaterina. Nastya le había comentado de su cita con Oksana y no se quería arriesgar a compartir la pieza solo con Lena después de todo lo que había ocurrido entre ellas.

Había despertado no hace mucho, y disfrutaba ver como su novia dormía entre sus brazos, sentía una tranquilidad, estaba apreciando de verdad cada momento que podía pasar con ella. Quería dar ese paso que le permitiera comenzar de cero, y no volver nunca más a herir a su novia.

Su momento se reflexión fue interrumpido por el sonido de su celular. Lo buscó con la vista y se dio cuenta que lo había dejado en la mesita de noche justo a su lado, por lo que se movió con delicadeza para no despertar a Ekaterina y lo tomó.

-Hola-. Contestó no de muy buena gana, odiaba que la llamaran tan temprano-.

-Yulia, ¿está Nastya contigo?-. Preguntó rápidamente la diva-.

-Buenos días Oksana, si he dormido bien y tú-. Contestó sarcástica-.

-Siento haber olvidado mis modales Volkova, pero estoy preocupada porque no logro ubicar a Nastya y pensé que podía estar contigo-. Explicó-.

-No Tarasova, no está conmigo, ¿No debería estar contigo?-.

-Debería, pero esta mañana salí y cuando volví ya no estaba-.

-¿Y porque no la llamas?-. Preguntó lo obvio-.

-Dejó su celular en la habitación-.

-Pues, no te preocupes, debe haber salido a dar un par de vueltas, tú sabes cómo es, le gusta disfrutar de su soledad a veces, seguro vuelve pronto-.

-Eso espero…puedes avisarme si se comunica contigo?-. Pidió-.

-Claro, yo te llamó si se algo de Nastya-.

-Gracias Yulia, nos vemos luego-.

-Nos vemos-.


Yulia quedó algo extraña con la llamada de Oksana, tenía claro todo lo que se había esforzado Nastya por tener la cita perfecta con la pequeña diva, le había pedido ayuda a Ekaterina para conseguir algunas cosas, no sonaba lógico que desapareciera la mañana siguiente. Una sensación se alojó en su pecho, estaba preocupada por su amiga.

-¿Pasa algo?-. Preguntó Ekaterina quien se estaba despertando-.

-Mmm…Oksana llamó, preguntando si Nastya estaba aquí-. Contestó levantándose de la cama-.

-¿Nastya?... ¿No debería estar con Oksana?-. Preguntó aún con voz somnolienta-.

-Eso le dije yo, pero no está en ninguna de las dos habitaciones-. Respondió-.

-Ya, pero pudo haber salido a recorrer por aquí cerca, no tienes que preocuparte, pronto volverá-. Dijo la chica imitando la acción de su novia al salir de la cama-.

-Espero que tengas razón, Nastya no conoce mucho de St. Petersburgo, no puede haber ido muy lejos-.

-Yul, es el gran día recuerdas, tal vez Nastya decidió dar un paseo para relajarse, eso es todo-.

-Tienes razón eso puede ser… tengo hambre… ¿desayunamos?-.

-Esa es una buena idea… ¿Qué quiere esta mañana, mi hermosa novia?-. Preguntó acercándose para tomarla por la cadera-.

-Mmm…waffles…jugo de frutas...café…tostadas…y creo que eso por el momento-. Respondió con una sonrisa y un gesto infantil-.

-Veo que despertamos con hambre, dame un segundo, llamo de inmediato para que lo traigan a la habitación-. Contestó dándole un beso-.

-Por mientras me daré una ducha-.

-Ok.

Yulia se había bañado y luego lo hizo Ekaterina. Estaban casi listas cuando ya su abundante desayuno llegó a la puerta. Se sentaron en la mesa para disfrutarlo juntas.

-¿Nerviosa?-. Preguntó Ekaterina-.

-Un poco, nunca antes he estado en un escenario tan grande y frente a tanta gente…quiero poder dar todo de mí-. Respondió y le dio un sorbo a su café-.

-Lo darás de eso estoy segura…tú eres magnifica en el escenario-. Dijo con una sonrisa-

-Siempre sabes cómo hacerme sentir mejor y tranquila-. Dijo tomando su mano-.

-Disfruto haciéndote sentir mejor, te quiero Yul, y si puedo poner cada día en tú rostro una sonrisa, lo haré-. Respondió con seguridad-.

Yulia la miraba con amor... Acaso alguien se había comportado de esa forma tan dulce y protectora con ella antes? Nunca. Se levantó de su silla y se acomodó en las piernas de su novia.

-Te quiero…me haces feliz y no quiero que nada nos separe-. Expresó la morena-.

-Créeme no dejaré que eso pase, nunca antes me había sentido con esta fuerza para enfrentar lo que sea con tal de estar contigo, no habrá nada que logre separarnos Yulia-.

-Lo sé, aunque ahora será mejor que me vaya, el señor Smirnov quería que nos juntáramos temprano para ensayar todo por última vez-. Expresó-.

-Y si no quiero soltarte?-. Respondió aprisionando con sus brazos a la morena, atrayéndola más a su cuerpo-.

-Mmm…podemos hacer un trato-.

-¿Qué trato?-.

-Sí me dejas ir, voy a recompensártelo muy bien esta noche-. Susurró sensualmente en el oído de Ekaterina-.

-Mmm…creo que me convenciste, y nada podrá hacer que deje que incumplas tú parte del trato-. Respondió tomándola delicadamente para darle un apasionado beso-.

Yulia se levantó de mala gana de las piernas de su novia, pero debía ensayar, ella como todos sus compañeros, quería ganar las Nacionales.

-¿Te veo en el teatro?-. Preguntó Yulia desde la puerta-.

-Por supuesto ahí estaré-. Respondió-.

Una vez que Yulia llegó al lugar de encuentro, comenzó a buscar a Nastya, pero no la veía por ninguna parte, por lo que optó por acercarse a Oksana, quien se veía preocupada.

-Tarasova… ¿Nastya aún no aparece?-. Preguntó frunciendo el ceño-.

-No…y estoy empezando a preocuparme, han pasado varias horas Yulia, y no quiero imaginarme que le ocurrió algo-. Respondió acongojada-.

-Es extraño, segura que no sabes dónde puede estar ¿Tuvieron algún problema?-.

-No, yo sólo me desperté y salí a dar una vuelta, y cuando volví ya no estaba-.

-Un momento… ¿Y porque saliste en primer lugar?-. Preguntó la morena intentado obtener algo de información-.

-No sé, tenía una sensación extraña y decidí salir a tomar aire-. Respondió evasiva y algo nerviosa, lo que fue captado por la morena-.

-Porque creo que hay algo que no me estás diciendo Oksana…si le hiciste algo a Nastya, créeme que yo…-. No pudo terminar de formular su amenaza, el maestro la interrumpió-.

-Muy bien chicos, ya estamos aquí, en San Petersburgo, así que practiquemos para que todo salga perfecto, les parece…-.

Todos asintieron con la cabeza y comenzaron los ensayos de la presentación. Primero el dúo que lo realizaban Oksana y Fyodor, este último notó de inmediato que su compañera estaba absolutamente desconcentrada, puesto no expresaba nada al cantar, por lo que le pidió un minuto de descanso al señor Smirnov, quien aceptó y siguió practicando el numero grupal.

-Oksana ¿Qué sucede?-. Preguntó el chico-.

-Nada, estoy preocupada, que acaso no te has dado cuenta que Nastya no está-. Respondió a la defensiva-.

-Sí me di cuenta Oksi, pero tienes que olvidarla por un momento, ya aparecerá, entiendo que quizás yo no sea la persona a quien quieras cantarle, pero debemos hacerlo lo mejor posible, todo
Neposedi confía en nosotros-.

-Lo sé, tienes razón, lo siento, desde ahora sólo me voy a focalizar en cantar-.

-Esa es la Oksana Tarasova que yo conozco-. Expresó el chico dándole una sonrisa-.

Cuando ya quedaban tan sólo dos horas para tener que presentarse en el teatro, el maestro les dijo que regresaran a sus habitaciones para arreglarse y ponerse el vestuario. En la habitación de las chicas estaba todo muy intranquilo.

-Ok, ya estoy a punto de llamar a la policía-. Exclamó Yulia caminando de un lado a otro-.

-Cálmate Yul, quizás Nast, sólo tuvo un inconveniente y se retrasó-. Intentó calmarla la pelirroja-.

-Lena, tú conoces tanto como yo a Nastya, es una perfeccionista, ella no se desaparece así como así el día de las Nacionales, algo le debió haber pasado-.

-Yo también creo lo mismo, no entiendo como dejó su móvil aquí-. Expresó Oksana-.

-Si vuelve y no le ha ocurrido nada, yo misma le daré una paliza por hacer que me preocupe de esta forma-. Expresó la morena-.

-Es tarde, no podemos esperarla más, le llevaremos el vestuario al teatro, seguro llega allá-. Dijo la pelirroja intentado calmar toda esa tensión que había-.

-Es lo único que podemos hacer-.

Cuando entraron al teatro, los ojos de todos los integrantes de Neposedi se abrieron al máximo. Era realmente impresionante poder pisar un verdadero escenario de quella gran ciudad. Estaban ahí con los mejores del país para pelear codo a codo el trofeo.

Se mantuvieron unidos, y las chicas estaban esperando noticias de Nastya, a esas alturas temían que la rubia las dejara plantadas.
Ekaterina llegó unos minutos después que el coro de su escuela, y divisó de inmediato a Yulia, quien estaba con su grupo, por lo que prefirió no acercarse por el momento.

Observó a su alrededor y muchos recuerdos se le vinieron a la mente. No era primera vez que estaba ahí. Había estado años anteriores apoyando desde el público a Anya, nunca se perdió ninguna de sus competencias, ni del coro ni de las porristas, le gustaba que su novia sintiera que siempre iba a estar ahí. Siempre intentó ser la mejor novia para Anya, lo intentó pero sabía que había fallado en muchas cosas y se lamentaba por ello, quizás no luchó lo suficiente por esa relación. Pero ahora ya era parte del pasado, ahora estaba ahí para apoyar a Yulia, la hermosa morena de ojos azules que le había robado el corazón.

-¿Ekaterina?-. Llamó una voz que ella conocía muy bien, e hizo que se volteara-.

-¿Vika?-. Respondió Ekaterina incrédula por ver a su amiga ahí-.

La chica sin pensarlo dos veces corrió hacía Ekaterina atrapándola en un caluroso abrazo.

-No sé si estar molesta contigo y golpearte o simplemente no soltarte más y que hablemos de todo este tiempo que has estado desaparecida-. Expresó tomando algo de distancia-.

Viktoria Záitseva, había sido la mejor amiga de Ekaterina en la academia Yakovlev. Se conocían desde niñas y crecieron juntas. Era un año mayor, y muy diferente en personalidad, ya que mientras Ekaterina era más introvertida, Vika era extrovertida, desenfadada y rebelde. Era también muy hermosa, tenía un cabello que algún momento fue negro, pero que ahora tenía tonalidades rubias, una piel nivea y tersa, unos ojos azules tan claros como el cielo de verano de aquella ciudad y un cuerpo esbelto y trabajado.

-Si me haces escoger, prefiero hablar a que me golpees, porque si recuerdo bien, tienes una muy buena derecha-. Respondió Ekaterina intentado sacarle una sonrisa-.

-No puedo creer que estés aquí… ¿Cuándo regresaste?-. Preguntó la chica emocionada-.

-No he regresado, sólo estoy de paso por la ciudad, vine para acompañar a mi novia en la competencia de coros-. Explicó la morena de ojos verdes-.

-¿Y no pensabas ni siquiera llamarme?, pensé que era tu mejor amiga Katia-. Dijo algo herida-.

-Y lo eres, sólo que no estaba preparada para enfrentar todo mi pasado-.

-A mí no tienes que explicarme nada, yo sé lo que pasó, cuando desapareciste interrogué no muy amablemente a la Barbie caza fortunas, hasta que me dijo lo que había pasado, cuantas veces te lo dije Katia, esa chica iba a arruinar tú vida-. Expresó con seguridad-.

-Ya es parte del pasado Vika, no quiero hablar de Anya, ahora estoy con alguien y me hace muy feliz…-.

-Me alegra saberlo, te lo mereces aunque seas una horrible amiga y me hayas abandonado por todos estos meses-.

-Prometo retomar el contacto, de verdad lo siento-. Y se acercó para nuevamente abrazarla-.

Desde la distancia Yulia había observado toda la escena, y no le gustaba que esa chica que no sabía quién era, estuviera abrazando tanto a su novia, iba a ir a preguntarle, cuando su celular comenzó a vibrar.

-Hola-. Contestó, era un número desconocido-.

-Yul- escuchó algo entrecortado-.

-¿Nastya?-.

-Si soy yo. Yul necesito tu ayuda, la verdad no sé dónde estoy, y salí sin celular y tampoco llevo dinero, necesito que vengas por mí-. Pidió la rubia con la voz extraña-

-Voy de inmediato, le diré a Oksana que llamaste, estaba muy preocupada…sólo dame alguna pista, algo de donde estés cerca para ir por ti-.

-No Yul, no quiero que le digas nada a Oksana, yo acá te explicó-.

-¿Está todo bien?-.

-Nada está bien, Yul por favor sólo ven por mí-. Repitió la rubia sollozando-.

Yul no pidió más explicaciones, sólo que le diera algún indicio de donde estaba para ir por ella lo más rápido que podía. Se excusó ante todos sin decirles a donde realmente iba, y fue corriendo a buscar a Ekaterina, para que la acompañara a buscar a su amiga.

-Katia, necesito que vayamos a buscar a Nastya-. Expresó la morena sin prestar atención a Vika-.

-¿Dónde está?-. Preguntó Ekaterina preocupada al ver el rostro de su novia-.

-No lo sé bien, sólo me dio algunos nombres de lugares que pudo ver desde donde me llamó-.

-Ok, dame un segundo, debo llamar para que traigan un auto, como no pensé que lo necesitaríamos les dije que no me esperaran-.

-Está bien, sólo hazlo rápido, la conozco y algo le pasa, estaba llorando-. Dijo desesperada-.

-Tengo mi auto afuera, y conozco esta ciudad mejor que Katia, yo las puedo llevar y así no perdemos más tiempo-. Ofreció Vika-.

-Es una buena idea… ¿Qué crees tú Yulia?-. Preguntó Ekaterina-.

-Vámonos, yo sólo quiero llegar pronto a donde está Nastya-.

Las tres chicas salieron con velocidad del teatro, el vehículo estaba estacionado casi al frente, por lo que no demoraron en subir. Ekaterina y Vika estaban adelante revisando la lista que les dio Yulia de los lugares que estaban cerca de donde se encontraba Nastya. Comenzaron a recordar y pensar hasta que descifraron donde estaba la rubia.

Era un parque a unas veinte o quizás más cuadras de donde estaba el hotel. Yulia estaba atenta mientras buscaba con insistencia encontrarse con su amiga.

-Yul…creo que ahí está-. Apuntó Ekaterina hacía una de las bancas-.

-Tienes razón, es ella-.

-Creo que es mejor que sólo vayas tú, no se ve muy bien, necesita a su mejor amiga, sólo recuerda que falta menos de una hora para que sea su turno, así que apresúrate nosotras te esperaremos aquí-.

Yulia se bajó del vehículo y corrió hacía donde estaba Nastya, quien tenía un semblante triste y estaba clavada mirando el piso.

-¡Nastya!-. Exclamó la morena quien estaba casi al lado de la rubia-.

-Yul-. Respondió y se levantó para refugiarse en los brazos de su amiga-.

-Tranquila, ya estoy aquí…dime que ha pasado, estaba tan preocupada por ti-. Preguntó acariciando el cabello de la rubia con cariño-.

-Me engañó Yul, eso pasó, pasó la noche conmigo y en la mañana corrió a los brazos de Yuri Popov-. Respondió entre sollozos y lágrimas que volvían a sus ojos-.

-¿Qué?... ¿Tarasova te engañó?... ¿Estás segura?-. Dijo sorprendida-.

-Yo la vi, cuando desperté ya no estaba y pensé que podía haber ido al teatro y ahí estaba en medio del escenario besándose con ese idiota-. Respondió sin dejar de llorar-.

-No puedo creer que te haya hecho algo así, ella…estaba tan preocupada como yo por tu desaparición…es ilógico-. Murmuraba la morena intentado encontrar una explicación-.

-Es una gran actriz, me ha mentido todo este tiempo, nunca lo olvidó, sólo estuvo conmigo para burlarse de mí, para vengarse por todo lo que le hice, nunca me quizo Yul-.

-Calma, quizás es un mal entendido, es mejor que hables con ella, no es bueno que te apresures así-. Expresó tomando algo de distancia-.

-No Yul, no hay nada que puedas decirme que calme este dolor que tengo en mi pecho, pasamos la noche juntas, se entregó a mí diciendo que me amaba, que era especial, y cuando despierto no está, y no sólo eso sino que se escapó para verse con él, para besarse con él a escondidas, esto no se lo puedo perdonar-. Decía con algo de odio en su voz-.

-¿Qué vas a hacer Nastya?...Vas a volver conmigo, tenemos poco tiempo antes de que nos toque presentarnos-. Preguntó la morena de ojos claros-.

-No lo sé Yul, no quiero verla, no puedo estar cerca de ella otra vez-.

-Pero Nastya, no lo hagas por ella, hazlo por ti, por Neposedi, todos hemos trabajado duro para llegar aquí, no dejes que lo arruine, no es justo-. Pidió la morena sosteniendo ambas manos de su amiga y mirándola fijamente-.

-Sé que tienes razón, pero no sé cómo actuar cuando la vea, tengo tanta rabia, tanto dolor, que no sé si logre controlar todo eso-.

-Tranquila, yo estaré ahí, y no me separaré ni un segundo de ti-.

-Gracias Yul, eres una gran amiga-.

-Y tú lo has sido para mí, ahora nos iremos y te prometo que sea lo que sea que pase, estaré ahí contigo-.

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/11/2016, 1:50 pm

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Nastya y Yulia se fundieron en un cariñoso abrazo, era la promesa de mantenerse unidas, independiente de lo que pudiera pasar en el futuro. Caminaron los metros que las separaban de donde estaba estacionado el auto de Vika.

-Hola Katia…-. Saludó desganada la rubia-.

-Hola Nastya… ¿te sientes mejor?-. Preguntó con preocupación-.

-No, pero lo estaré en algún momento-. Respondió la rubia fijando su vista en la ventana-.

-Sé que tal vez no sea el mejor momento, pero no las he presentado, Yul, ella es Viktoria mi mejor amiga, Vika, ella es mi novia Yulia y su amiga Nastya-. Presentó cordialmente Ekaterina-.

-Hola Viktoria, lamento haberte ignorado antes, pero estaba preocupada, gracias por ofrecer tu ayuda-. Contestó amable la morena-.

-No hay problema, no lo tomé personal-. Respondió la chica-.

Cuando llegaron otra vez al teatro, Nastya no le soltaba la mano a Yulia, le daba seguridad, y tranquilidad para poder tener la valentía de enfrentar a Oksana. Se pasaron directamente a los baños en donde las esperaba Lena, a quien la ojiazul le había enviado un mensaje explicando a grandes rasgos la situación y así no le dijera nada a nadie. La rubia se cambió de ropa en silencio y ninguna de sus dos amigas la forzó haciéndole preguntas incomodas.

-¿Estás lista?-. Preguntó Volkova-.

-Lo más lista que puedo estar, Yul-. Respondió mirando hacia abajo-.

-Te dije que no estás sola, me tienes a mí-.

-Y a mí-. Añadió Lena, quien había estado distanciada de la rubia pero que al verla así le nacía un sentimiento de protección-.

-Gracias chicas-. Dijo con lágrimas en sus ojos-.

-Estamos aquí para ti, Nast-. Expresó la pelirroja y las tres se fundieron en un abrazo como hace mucho no lo hacían-.

Mientras caminaban hacia donde estaba el resto del grupo, no sabía aún cómo iba a reaccionar al ver a Oksana. Un escalofrío le pasó por todo el cuerpo cuando la divisó a la distancia, estaba haciendo sus ejercicios de vocalización, se notaba nerviosa, se veía hermosa con ese vestido, eso no lo negaría jamás, pero al verla sentía que su dolor era más agudo, sobre todo al observar como Yuri se le acercaba para darle unas indicaciones.

-Falsa, mentirosa-. Murmuró la rubia para sí misma-.

Oksana cuando vio que Nastya se acercaba, le regaló la más grande de las sonrisas. Estaba demasiado preocupada por ella, y sólo quería poder abrazarla, no necesitaba una explicación de donde había estado, simplemente tenerla ahí.

-¡Mi vida estaba preocupada!-. Exclamó Oksana intentando abrazarla, pero Yulia se le interpuso-.

-Es mejor que mantengas la distancia Tarasova-. Dijo la morena, quien conocía lo impulsiva que podía llegar a ser su amiga y quería evitar una escena.

-Que estás queriendo decir, Yulia-. Expresó extrañada la diva-.

-Lo que Yul, quiere decir que es no quiero tenerte cerca, es tan difícil de entender, Tarasova?-. Añadió Nastya, bajo la atenta mirada de todos los demás chicos-.

-Nastya… ¿Qué pasa?, si esta es tu idea de una broma no me hace gracia en lo absoluto, desapareciste todo el día, estaba preocupada por ti-. Intentaba decir la chica-.

Nastya le hizo un gesto a Yulia para que se retirara del medio, esta era su batalla, y por mucho que su amiga intentara protegerla, no podía lucharla por ella.

-Claro, preocupada, me lo puedo imaginar, ¿Ha sido una actuación digna de un Oscar, o no?, realmente nunca supe lo buena actriz que eras hasta ahora-. Expresó sarcásticamente, y con sus ojos tan fríos como el hielo-.

-Nastya, amor por favor, puedes explicarme que te sucede no estoy entendiendo nada-. Pedía la castaña con desesperación, porque ni en los días en donde eran enemigas había recibido esa mirada de
odio de la rubia-.

-¡Como puedes ser tan hipócrita!-. Exclamó la rubia subiendo el tono-. ¡Deja de fingir y de hacerte la inocente delante de todos!-.

-Nastya, no me trates así, por favor explícame que hice mal, lo que sea lo arreglaré, te lo juro, sólo dímelo, conversemos-. Le pedía con desesperación intentando tomar su mano-.

-¡No te acerques a mí! ¡Nunca más te atrevas a tocarme!...Y quieres claridad, te la daré, eres la persona más falsa que he conocido, me mentiste todo este tiempo, porque mientras yo hacia el papel de imbécil diciéndote que te quería, intentado hacerte sentir todo lo especial que eres para mí, tú te escapabas para andar besándote con Popov, ¿O me lo vas a negar acaso?-. Exclamó perdiendo todo tipo de compostura y con lágrimas en sus ojos-.

-Nastya, yo te lo puedo explicar, fue sólo una vez, yo no quería, me sorprendió, amor por favor, no es lo que tú crees, yo te quiero a ti, no hay nada entre Yuri y yo-. Se defendía la pequeña diva a estas alturas también llorando-.

Todos los integrantes de Neposedi estaban siendo testigos de la escena entre la pareja, muchos no le daban crédito a las palabras de la rubia, sabían que Oksana había tenido una debilidad con Yuri, pero engañar a Nastya, era realmente algo que no esperaban.

-No le sigas mintiendo Oksana, dile lo que pasa entre nosotros-. Intervino Yuri, a quien todos miraron con odio-.

-¡Cállate! ¡No hay nada entre nosotros cuantas veces te tengo que decir que la quiero a ella!-. Le respondió Oksana con odio, en ese momento quería hacerlo desaparecer, por su culpa tenía todo ese problema con Nastya-.

-Veo que por lo menos uno de ustedes es capaz de decírmelo en la cara-. Expresó la rubia con una mirada dura-.

-Nastya, no es verdad, te juro que sólo paso una vez, yo fui una idiota lo reconozco pero no acabemos con esto, él no me importa, tú sí, te amo, eres todo para mí-. Le rogaba la castaña otra vez intentado acercarse-.

-¡Te dije que no me tocaras!-. Se alejó con violencia-. No quiero sentirte cerca otra vez, y si estoy aquí no es por ti, estoy aquí por mis amigos, por mí, yo también luché para esto, y nadie, menos alguien ahora tan insignificante para mí lo va a arruinar, porque desde hoy en adelante tú no existes para mi Oksana Tarasova-. Sentenció la rubia con una mirada de odio y apuntándola con su dedo índice-.

-Nastya…no hagas esto, por favor dame la oportunidad, no te voy a dejar ir, te amo demasiado-. Le pedía-.

-Ahora te importa lo nuestro, ¡Ahora!, no me importan tus palabras, ni nada que venga de ti, así que deja de rogar y guárdate lo que quieras decir a alguien que le importe-. Iba a caminar hacia donde estaban los demás-.

Oksana sentía que caía en un pozo oscuro y que nada podría sacarla de ahí. No podía perderla, no concebía su vida sin esa rubia que la había hecho sentirse tan viva y tan amada, debía utilizar todo lo que estuviera a su alcance para recuperarla-.

-Nastya…-. Dijo para llamar su atención y la tomó con decisión para intentar besarla-.

La rubia sintió como la pequeña diva la tomaba con tal fuerza que casi la hace perder el equilibrio. Hizo colisionar sus labios de manera violenta y necesitada, pero Nastya era más fuerte y no iba a soportar que utilizara esa arma a su favor, no después de todo ese dolor que le estaba provocando.
Nastya la empujó y como acto reflejo le dio una cacheta que hizo eco, en todo el lugar, y mucho más en el fondo del corazón de la diva.

-¡Nunca más vuelvas a intentar hacer eso!-. Le gritó y corrió a donde estaba Yulia-.

Oksana seguía con su mano en la mejilla y con las lágrimas que fluían en abundancia. No podía creer que todo lo que había tardado meses en construir se derrumbara en un par de minutos, estaba absolutamente devastada.

La atención se desvió cuando por alta voz anunciaron que ellos eran los próximos en subir al escenario. La verdad, es que estaban todos totalmente desconcentrados después de presenciar lo ocurrido entre Oksana y Nastya. El maestro lo notó así que los hizo formar un círculo para darles la última arenga.

-Chicos, ustedes tienen el talento suficiente para vencer a todos los demás coros, hemos trabajado por dos años y más que un grupo musical, somos una familia, nos queremos y juntos enfrentaremos todos nuestros problemas, suban y demuestren todo lo que saben-. Exclamó el señor Smirnov, mientras más de una mirada se cruzaba entre ellos.

Comenzaron a sonar los primeros acordes de la canción que había escrito Fyodor. El chico estaba utilizando todo su potencial, su voz e intentaba buscar a Oksana con la mirada, pero ella se veía tan ida, aún corrían lágrimas por su rostro y eso se evidenciaba claramente en su voz.

La pequeña diva estaba haciendo un esfuerzo sobre humano por rendir de la mejor manera en el escenario, pero lo cierto era que sólo quería correr, quería desaparecer o que alguien la despertara de esa pesadilla. No fue tanto el golpe lo que le dolió, sino la actitud de la rubia, su mirada con odio, con rencor, casi con repulsión hacía ella, fue eso lo que le produjo que su corazón se rompiera, porque veía que era casi imposible recuperarla.

Sin darse cuenta la canción ya había finalizado, no lo había hecho bien de eso estaba segura, ahora no sólo le había fallado a Nastya sino que a todos sus amigos.

La canción grupal intento subir el ánimo y la primera en cantar era Yulia, quien con su hermosa y potente voz le dio un golpe para despertar a unos alicaídos Neposedi, siguió cantando, Masha, Lena, Fyodor, Tasha y así todo el coro desprendía energía para levantar al público de sus asientos. Nastya seguía cada paso casi en forma robótica, quería que eso terminara para alejarse lo más posible de Oksana.

Al finalizar la canción todo el público los ovacionó, habian podido dar vuelta todo y terminar de la mejor manera posible la presentación, esperaban que eso haya sido suficiente.

-¡Nastya!-. Llamó Yulia intentado alcanzar a su amiga-.

-Tengo que salir de aquí, Yul-. Respondió-.

-No vas a esperar los resultados?-.

-No, no quiero estar aquí-.

En ese momento apareció Ekaterina acompañada de su amiga.

-¡Yul estuviste increíble!-. Exclamó acercándose para abrazar a Yulia y darle un beso-.

-Gracias-. Contestó no tan emocionada-.

-¿Qué pasa?-. Preguntó descolocada por la respuesta de su novia-.

-Puedes sacar a Nastya de aquí, por favor?-. Le pidió a su novia-. Yo voy a esperar los resultados y te llamo para ver donde estás, necesito que cuides de ella, Katia-.

-Claro, no hay problema-. Respondió aún sin saber qué es lo que había pasado-.

-Gracias Katia-. Le dijo la rubia-.

-Creo que conozco un lugar en donde vas a olvidar todos tus problemas, eres demasiado hermosa como para estar triste-. Exclamó Viktoria con una coqueta sonrisa-.

-Vika, controla tus comentarios-. Regañó Ekaterina dándole una mirada-.

-No hay problema, no me molestó-. Dijo Nastya-.

-Nos vamos entonces, te veo luego y de verdad estuviste increíble-. Se despidió la morena de ojos verdes dándole un último beso a su novia-.

Yulia volvió a donde estaba el resto del grupo, con la vista baja, no le gustaba ver a Nastya así.

-¡Podrías mirar por donde caminas!-. Exclamó Anya que no había notado que era Yulia con quien chocó-.

-¡Que acaso tú tampoco me viste!-. Le respondió subiendo la cabeza para encontrarse con la rubia-.

-Volkova-. Dijo a modo de saludo para nada cordial-.

-Kuznetsova-. Respondió la morena de la misma forma-.

-Al parecer no te cansas de cruzarte en mi camino-. Expresó firme-.

-Lamento profundamente cruzarme contigo-. Contestó sarcásticamente y con una mano en su cadera-.

-No más que yo, ¿Qué haces?, ¿esperando a ver los resultados?-.

-Que más podría hacer?-.

-¿Y Ekaterina, no está contigo?, A mí siempre me acompañaba hasta el final-. Dijo con insidia-.

-Mi novia-. Expresó haciendo énfasis-. Acompañó a mi mejor amiga porque yo se lo pedí, o sino estaría aquí conmigo, como siempre durante todo nuestro viaje-.

-Es mejor que me vaya, al parecer ya están los resultados-. Se despidió-.

Yulia le dio un sonrisa con suficiencia, sabía que el sólo hecho de pronunciar la palabra novia para referirse a Ekaterina, ya era suficiente para dejarla sin palabras. Siguió avanzando y Lena la esperaba con un rostro de preocupación.

-Yul, ¿Y Nastya?-. Preguntó-.

-Quería irse así que le pedí a Ekaterina que se la llevara-. Le explicó-.

-Oksana está muy mal, se encerró en el baño y no hay quien la saque de ahí, Nastya fue muy dura con ella-.

-Tarasova se lo buscó, además Nastya también está mal, ella es la victima aquí-. Respondió-

-Oksana me dijo que no la engaña, fue culpa de Popov, la tomó por sorpresa y ella apenas se dio cuenta lo alejó, yo le creo, ella quiere a Nastya-. Explicó la pelirroja-.

-No sé Lena, creo que cuando Nastya esté preparada quizás la escuche, es una decisión que ella debe tomar, yo la apoyaré siempre-.

-Ustedes son tan parecidas, las dos prefieren sufrir antes de escuchar a otras personas-. Dijo Lena sorprendiendo a la morena-.

-Eso no es así, Nastya se siente vulnerable, entregó su corazón por primera vez y Tarasova lo rompió. Ese tipo de heridas no sanan de un día para otro, por mucho que uno quiera-. Le respondió-.

-Oksana nunca quizo romper su corazón, ella la ama, como nunca amó a nadie, y se merece una segunda oportunidad, Nastya debería ser más valiente y escucharla, porque es la única que la puede
hacer feliz-. Contraatacó-.

-Lo que Nastya necesita, es tiempo y espacio así puede tomar una decisión sin Tarasova, presionándola-.

-Cuando uno está enamorada, no necesita ni tiempo ni espacio, si eso pasa Oksana puede correr el riesgo de que alguien más se involucre en su relación-.

-Bueno quizás Nastya pueda conocer a alguien que la quiera y no la haga sufrir-. Yulia mantuvo su mirada fija sobre la pelirroja. Ambas sabían perfectamente que esa conversación no era precisamente sobre sus amigas-.

Elena odiaba tener que hablar de esa manera con Yulia, le agotaba la paciencia que la morena fuera tan terca y no reconociera que aún la amaba y que por eso no lograba que su relación actual fuera del todo sólida.

-Chicas, ya están los resultados-. Avisó Tasha quien fue testigo de esa guerra de miradas que experimentaban-.

-Vamos-. Pidió Yulia-.

Todos se dirigieron hacia donde estaban puestos los resultados de los diez coros que pasaban a la final del día siguiente, los top ten. Al ir caminando pudieron apreciar la celebración de los ya clasificados, entre ellos Korol i Shut y el coro de la Academia Yakovlev que lideraba Anya.
Cuando estaban al frente, el Señor Smirnov se ofreció a ir a ver. En su rostro estaba la decepción, no estaban en los top-ten.

-Señor Smirnov-. Dijo Fyodor-.

-¿En qué lugar estamos?-. Preguntó Sasha-.

-Lo siento muchachos, no estamos clasificados-. Expresó el maestro con pesar-.

Los chicos tenían en su rostro marcada la frustración y la decepción, esperaban haber estado ahí, peleando la final, entre los mejores del país. Pero eso no había sido posible.

Se dirigieron al Hotel casi en completo silencio. Yulia decidió que era momento de llamar a Ekaterina para saber si estaba ahí o en otro lugar.

-Hola-. Contestó Ekaterina-.

-¿Dónde están?-. Preguntó, aunque se dio cuenta que no en el hotel por el ruido que escuchaba-.

-Estamos tomándonos unas copas en el Mercury-. Respondió forzando la voz para que su novia la escuchara-.

-Ok, ¿Cómo llego ahí?-.

-Pondré a un chofer que te espere en la entrada del hotel, cuando estés afuera me llamas-.

-Está bien, nos vemos-.

La llamada no se extendió mucho por todo el ruido que tenía Ekaterina de fondo. Yulia iba a subir para arreglarse, cuando alguien la detuvo.

-Creo que escuché que alguien está planeando salir de fiesta-. Expresó Sergüei-.

-No es tú asunto Seriozha-. Respondió Yulia-.

-Creo que deberíamos ir todos, no es justo que sólo tú salgas, hemos perdido, lo mínimo es que salgamos a olvidar las penas-. Dijo Sergüei quien había captado la atención de todos-.

-Apoyo a Seriozha, prácticamente no hemos salido del Hotel y ya mañana nos vamos, así que me apunto para salir a disfrutar de la noche Peteburguesa-. Expresó Tasha quien con algunos tragos
podía ser el alma de la fiesta-.

-Está bien, nos vemos todos aquí en la entrada en media hora-.

Yulia subió y en su habitación ya estaban Lena con Oksana, quienes no habían escuchado nada de los planes, ya que al entrar subieron de inmediato a su habitación. La morena fue directamente a darse una ducha, había sido un día realmente agotador, y tenía la sensación de que faltaba mucho para que terminara. Cuando salió se vistió y fue a hablar con las chicas.

-Todo Neposedi va a salir esta noche, ¿Vienen con nosotros?-. Preguntó amable aunque no quería que Oksana fuera, para provocar otra escena como la del teatro-.

-¿A dónde van a ir?-. Preguntó Lena curiosa-.

-Mercury creo que se llama, Seriozha me escuchó hablando con Ekaterina y se invitó solo al igual que los otros-. Respondió-.

-¿Espera?...Ekaterina está con Nastya, no es verdad?-. Expresó la pequeña diva levantándose del sofá-.

-Sí Tarasova, así que si me lo preguntas, me gustaría que tú no fueras, Nastya dejó claro que no quiere verte-.

-Eso no lo decides tú, Yulia-.

La morena no quería entrar en conflicto, así que dio la media vuelva para terminar de arreglarse e ir al Club.


Ekaterina después de salir del teatro acompañó a Nastya hasta el hotel para que se cambiara de ropa. Le preguntó que quería hacer y antes de la que rubia respondiera, Vika le habló del Club Mercury donde ella y Ekaterina solían ir todo el tiempo.
No estaba en los planes de Nastya, salir a celebrar precisamente, pero necesitaba liberarse, sacar ese dolor que tenía, y la opción de adormecerlo con algo de alcohol no era mala idea, sin contar que la amiga de Ekaterina le coqueteaba y eso no le estaba molestando.
Cuando llegaron y para ser relativamente temprano aún, había ya una inmensa fila de personas para esperar entrar. Viktoria con esa actitud de Rockstars, siguió caminando hasta la entrada y sin siquiera decir una palabra el guardia las dejo entrar.

-Eso fue impresionante, siempre entras así a los clubes?-. Preguntó Nastya-.

-Digamos que soy conocida en el ambiente-. Respondió la chica con una sonrisa-.

-Hasta famosa, diría yo-. Añadió Ekaterina-.

-¿Ah, sí? ¿Estamos frente a una estrella?-. Preguntó la rubia-.

-Ni te imaginas toda la "fama" de la que es dueña mi amiga-. Contestó la morena de ojos verdes con burla-.

-Cuidado Sharapova, mira que no soy la única con un pasado aquí-. Dijo la chica del cabellos casi rubios-.

-Será mejor que me lo digas antes que llegue Yulia-. Expresó Nastya, quien intentaba olvidar con todas sus fuerzas a cierta castaña-.

-No estamos hablado de mí-. Se defendió Katia-.

Se ubicaron en el sector vip del exclusivo club, y Vika se ofreció para ir por unos tragos.

-¿Quieres contarme que ha pasado?-. Preguntó la morena con delicadeza-.

-Oksana me engañó con Yuri Popov, no quiero más comentarios, vine aquí para olvidarme de todo-. Dijo con la mayor fuerza que poseía-.

-Lo entiendo, sólo quiero que sepas que cuentas conmigo-.

-Lo sé-.

Viktoria no tardó en llegar, con un trago para cada una.

-Tequila Sunrise para Katia, un White Russian para la linda rubia, y una cerveza para mí-. Dijo alegre la chica-.

-¿Un White Russian? En serio Vika, no se te ocurrió algo más fuerte?-. Regañó nuevamente, sabía que Nastya estaba mal y el alcohol no era la solución-.
-Nada dice bienvenida a San Petersburgo como un White Russian, así que salud-. Y alzó su jarra ignorando a Ekaterina-.

Nastya sonrió, le hacía gracia la personalidad de la chica, tenía ese aire liberal y desenfadado que era en extremo atrayente.
Pasó el tiempo y también la cantidad de alcohol comenzó a aumentar, menos Ekaterina quien se había detenido, no quería estar pasada de copas cuando Yulia llegara, le había prometido cuidar de Nastya.

Yulia llegó con todos los chicos y llamó a Ekaterina cuando estaba en la entrada. Su novia salió a recibirla y no tuvo ningún problema para hacerla entrar junto con sus amigos, se sorprendió de verlos, pero le dio gusto, eran ya sus amigos también.
Una vez que entraron se dispersaron, menos Yulia que sostenía con firmeza la mano de Ekaterina. Y Lena, Oksana y Sasha que habían optado por una mesa cerca de las otras chicas.

-¡Por fin llegas!-. Dijo Nastya más "contenta" de lo que debería estar-.

-Te dije que la cuidaras, no que la emborracharas-. Le dijo la morena a su novia-.

-No fue mi culpa-. Se defendió-.

-De hecho fue mía, le traje un White Russian y ahora no quiere dejar de tomarlos-. Asumió Vika-.

-No estoy borracha Yul, sólo algo más…liberada-. Expresó la rubia-.

-Mientras te sientas mejor, está bien para mí-.

-¿Y tú que vas a beber?-. Preguntó Vika a la morena-.

-Mmm…no lo sé-.

-Sabes que aquí puedes tomar un trago con el nombre de Ekaterina?-. Dijo riendo-.

-¡Viktoria!-. Le gritó Ekaterina-.

-¿Cómo?-. Preguntó Yulia confundida y dándole una mirada inquisidora a Katia-.

-Nosotros con Ekaterina pasábamos mucho tiempo aquí y una bartender estaba obsesionada con mi amiga, tanto que creó un trago con su nombre, ¡esa tipa estaba loca!, decía algo que era como el color de sus ojos-. Explicó la chica casi con un ataque de risa-.

-No podías simplemente ir a la barra y guardarte tus historias?-. Le reclamo la morena de ojos verdes-.

-Interesante-. Dijo Yulia conteniendo la risa-. Creo que mejor solo tomaré un Vodka frambuesa-. La chica fue a buscar el trago de la morena-.

-Viktoria no puede mantener su boca cerrada-. Expresó-.

-A mí me parece agradable y sexy-. Comentó Nastya quien produjo que ambas chicas la miraran con la boca abierta-. ¿Qué? Es sexy-.

-Acaso escuché a alguien hablar de mí?-. Preguntó volviendo con el trago-.

-Te faltó decir egocéntrica-. Añadió Ekaterina desatando una risa grupal-.

En otro lado del club, estaba Oksana con Sasha y Lena.

-Diva, ya tienes algún plan para recuperar a tú rubia, mira que alguien te la puede quitar-. Dijo el joven mientras bebía de su copa-.

-Nadie me la va a quitar, ella es mía-. Respondió con varios tragos en el cuerpo-.

-Tienes que encontrar la forma de hablarle y explicarle lo que pasó, seguro que con calma ella entiende y te perdona-. Aconsejo Lena-.

-Eso haré. Oksana Tarasova no se rinde-. Expresó con su vista fija sobre la mesa donde estaba Nastya-. ¿Alguien sabe quién es esa idiota que tanto le sonríe a mi novia?-.

-Es una amiga de Ekaterina, supongo-. Respondió Sasha sin mayor convicción-.

-¡Pero que ánimo hay en esta mesa!-. Exclamó de repente una voz familiar-.

-¡Anya!-. Exclamó Sasha levantándose para abrazarla-. ¿Qué haces aquí?-.

-Celebro que hemos clasificado-. Respondió-. Y…de verdad lamento que ustedes no-. Dijo sincera-.

-Nosotros lo lamentamos más, pero aún tenemos el próximo año-. Contestó Lena siempre con esa sonrisa-.

-Tú debes saber quién es esa-. Expresó la pequeña diva dirigiéndose a Anya-.

-¿Quién?-. Preguntó descolocada y sentándose con ellos-.

-Esa que está en la mesa de Ekaterina, la que se cree Rockstars-. Repitió apuntando-.

-Ahh…ella es Viktoria, la mejor amiga de Ekaterina desde primaria, es una bitch que cada noche se lleva a una chica nueva a su cama-. Contestó la rubia-. Un momento esa con quien está
coqueteando no es tu chica ¿Por qué no estás con ella?-.

-Tuvimos una pelea-. Respondió la pequeña diva-.

-Creo que es mejor que hagas algo, nadie se le resiste mucho tiempo a Viktoria Záitseva -. Advirtió-.

-Veo que la conoces muy bien ¿acaso tú también caíste?, porque no es que tengas muy buena reputación tampoco, no te dejó Ekaterina porque la engañaste?-. Comentó la castaña quien seguía
bebiendo, ya no sabía que-.

-Oksana…-. Intentó detener Sasha-.

-No es tu asunto él porque mi relación terminó, además no creo que estés así por una simple pelea, ¿Ya se cansó de ti la rubia?, no me sorprendería, mírate eres un fracaso, ni siquiera pudiste llevar a Neposedi a la final-. Respondió de manera ofensiva-.

-¡No tengo porque escucharte!-. Exclamó Oksana subiendo el tono y levantándose de la mesa-.

-Oksana, ¿a dónde vas?-. Preguntó Lena-.

-Al baño-. Respondió medio tambaleándose-.

-¿Te acompaño?-. Ofreció la pelirroja-.

-No Lena, yo puedo ir sola-.

Volviendo a la otra mesa, el ánimo estaba mejorando considerablemente puesto que Nastya en ningún momento había nombrado a Oksana y se reía de todas las bromas que Vika hacía de Ekaterina y su pasado.

-Veo que no sabes mucho de todas las locuras que hacía tu novia cuando estaba viviendo acá-. Expresó la chica-.

-Viktoria-. Le advirtió otra vez-.

-Vamos Katia, deja que hable o acaso hay algo que me quieras ocultar?-. Preguntó Yulia-.

-No…supongo-. Contestó dubitativa-.

-No está segura porque no se acuerda de muchas cosas que hizo-. Dijo riendo-.

-Puede ser, pero lo que recuerdo claramente es que no estaba sola, tú siempre estabas conmigo o no?-. Contraatacó-.

-Creo que ambas tienen secretos, por eso se protegen-. Dijo la morena-.

-Igual que tú y yo Yul, recuerda que estábamos en el club de celibato, pero no éramos precisamente vírgenes-. Exclamó Nastya provocando una risa grupal-.

-Ok, antes de que mi amiga comience a develar nuestro pasado, iré al baño-. Dijo Yulia para luego levantarse de la mesa-.

La morena estaba pasando un buen momento, y aunque estaba segura que a Nastya en la mañana le iban a pesar todos esos White Russian, la gustaba verla por lo menos con una sonrisa.
Entró a uno de los cubículos, y al salir vio que Oksana estaba en uno de los lavamanos, mojándose la cara, bastaba verla para darse cuenta que no estaba con sus cinco sentidos, tener tolerancia al alcohol no era el fuerte de la diva, podía emborracharse con dos copas.

-Yulia-.

-Tarasova-. Contestó sin darle mucha atención-.

-Yulia, tienes que ayudarme-. Le pidió sosteniéndole-. Tienes que hacer que hable conmigo, a ti es la única a quien escuchará-.

-No Tarasova, no haré eso, tú la lastimaste ahora te atienes a las consecuencias-. Respondió con seguridad-.

-Nunca fue mi intensión herirla, la amo, ella es mi novia, yo no la engañé fue sólo un estúpido error-. Intentó justificarse sin soltarla-.

-Tarasova, a mí no tienes que darme explicaciones, yo siempre voy a estar del lado de Nastya, además pienso que ninguna de las dos está en condiciones de hablar, es mejor que esperes a que las cosas se calmen-. Dijo bajando el tono, para que la soltara-.

-¡No! ¡No quiero esperar! ¡No puedo estar tranquila mientras otra tipa le coquetea!-. Exclamó enojada-.

-No está coqueteando con nadie, es sólo una amiga, y no te pongas en ese plan de celos, porque la que la engañó fuiste tú, y si no te perdona tendrás que asumirlo, yo te lo advertí Tarasova, que no la lastimaras y lo hiciste así que no me pidas ayuda, porque no te la daré-. Le recordó la morena que con un movimiento se soltó de la diva e iba a salir-.

-No puedo creer que tengas cara de decirme eso, cuando tú hiciste lo mismo, aunque claro hay una diferencia, yo no quería tú sí-.

-¡Que me estás queriendo decir!-. Exclamó Yulia subiendo la voz-.

-¡Que tú engañaste a Ekaterina con Lena! ¡Sé que la besaste en el avión, Yulia!, Ella me lo dijo-. Respondió con mismo tono alto-.

-No voy a hablar contigo sobre eso, menos en tu estado-. Expresó y salió para tomar un poco de aire. Oksana le había recordado algo que había querido olvidar.

Anya cuando Oksama se levantó se arrepintió en algo de sus palabras, esa chica no le desagradaba del todo, dejando de lado su horrible gusto en la ropa, en todo lo demás era bastante agradable. Así que después de un rato, se disculpó con Sasha y Lena para levantarse de la mesa y poder seguirla y tuvieran una conversación más civilizada.
Cuando estaba en la puerta escuchó una discusión, iba a intervenir hasta que se dio cuenta que era con Yulia con quien estaba discutiendo Oksana, por lo que se detuvo a escuchar.
Abrió sus ojos al máximo cuando escuchó que Oksana le tiraba en cara a Yulia haber engañado a Ekaterina, no lo podía creer, se enfureció porque sabía todo lo que su ex novia quería a la morena y no era justo que le estuviera mintiendo. Ekaterina no se lo merecía y aunque se arriesgara a que no le creyera ella debía decírselo.
Ekaterina estaba apoyada en la barra bebiendo tranquilamente de su copa mientras observaba como Nastya bailaba con Vika. Ya le había advertido a Vika que no se aprovechara de la rubia, porque no estaba pasando por un buen momento y su amiga aceptó, aunque no pudiera evitar coquetearle la rubia y recibir esos gestos de vuelta, Nastya era realmente hermosa, así que podía atraer la atención no sólo de Vika sino de cualquier chica que se encontrara ahí.

-Katia…podemos hablar-. Pidió Anya posicionándose al frente de la chica-.

-¿Sobre qué?-. Preguntó-.

-No quiero hablarlo acá, podemos ir a la terraza, es importante-.

-No creo que sea buena idea Anya, Yulia debe estar por regresar y no quiero tener problemas con ella-. Respondió-.

-Es de tú novia de quien tengo que hablarte, sólo serán unos minutos-.

-No estoy segura… ¿De Yulia?-. Preguntó confundida-.

-Sí, no hagas más preguntas y acompáñame-.

-Ok, vamos-. Aceptó, no sabía lo que era pero por la expresión de Anya decidió averiguarlo-.

Nastya se sentía libre y aunque nunca había disfrutado tanto del baile en ese momento, se movía al son de la música y para su suerte tenía una acompañante que no lo hacía nada de mal. De a poco se fue acercando hasta alzar los brazos alrededor del cuello de Vika, y realizar provocativos movimientos, tanto que sus cuerpos parecían estar demasiado cercanos, casi pegados.

-Calma bonita, mira que le prometí a Ekaterina cuidarte y no aprovecharme de las circunstancias-. Susurró al oído de la rubia-.

-No te estás aprovechando de nada, tú eres sexy, yo soy sexy, y créeme si algo pasa es porque así lo quiero-. Respondió con voz sensual-.

-Sí que eres sexy, no sólo eso, eres realmente hermosa, pero estás herida y con tantos White Russian encima, que seguro te arrepientes después-.

-Pensé que eras el tipo de chica que no le importa eso, sólo llevarte a alguien a la cama-.

-Lo soy o lo era, pero no quiero eso contigo, prefiero conquistarte cuando estés sobria-. Respondió guiñándole un ojo-.

Nastya sonrió ante ese gesto y siguió bailando sin despegar su cuerpo del de Vika. Le gustaba esa cercanía, y disfrutaba al sentir las manos de la chica sobre sus caderas para seguirle el ritmo.
Oksana al salir buscó a Nastya con la mirada, ya no aguantaba más estar lejos de su rubia, y no tenía la certeza pero al parecer el alcohol le estaba dando valentía para volver a enfrentarla. Cuando por fin la encontró se detuvo en seco, no le gustaba para nada ver a su novia coqueteando descaradamente con esa chica, le estaba bailando de espaldas, con movimientos atrevidos y sexys. Siguió caminando y se puso justo al frente de la rubia.

-¡Anastasia Savalieva!-. Le gritó la pequeña diva haciendo que Nastya abriera sus ojos y se quedara paralizada-.

-¿Qué quieres?-. Preguntó reaccionando y tomando unos centímetros de distancia de Vika-.

-¿Qué se supone que estás haciendo?, ¡eres mi novia no puedes estar bailando así con ella!-. Le reclamó-.

-¡Realmente estás loca! ¡Te sorprendo besándote con un tipo y tienes la cara de venir a reclamarme y decirme que aún eres mi novia!-. Le respondió agresiva-.

-Me dijiste muchas cosas pero nunca que habíamos roto, lo recordaría-. Se justificó en ese juego de palabras-.

-¡Te dije que no quería verte nunca más! Pero por si eso no fue suficientemente claro, te lo digo, tú y yo no somos nada, ¡Nada!, ya no eres mi novia, así que por favor vete que estoy bailando-. Dijo mientras tomaba la mano de Vika-.

-Nastya, no me voy a ir hasta que hablemos, si tengo que quedarme aquí toda la noche lo haré-.

-Porque mejor no tomas en cuenta lo que dice y te vas, no quiere hablar contigo-. Intervino Vika-.

-¡Tú no tienes ningún tipo de opinión aquí!, Acaso no te das cuenta que sólo te está utilizando para darme celos-. Le respondió-.

-Oksana vete, no quiero armar otra escena-. Le pidió Nastya-.

-¡Que no lo haré!-.

-Te dijo que te fueras, déjanos bailar, aquí nadie te necesita-. Pidió Viktoria quien no tenía la paciencia como una de sus virtudes-.

-¡Te dije que no te metieras en esto!-. Exclamó y con un movimiento le dio un empujón a Vika-.

-¡Ya basta!-. Gritó Nastya, quien llamó la atención de Sasha quien estaba cerca y sostuvo a Oksana antes de que siguiera con eso-.

-Por favor sácame de aquí-. Le pidió la rubia a Vika quien le tomó la mano y la alejó de Oksana una vez más-.

Yulia había salido por un momento para ordenar su mente, había estado pendiente todo el día de Nastya, lo que produjo que se olvidara de su propia situación y lo complicada que estaba, porque una parte de ella quería decirle la verdad a Ekaterina, aunque se arriesgaba a perderla, no sentía justo ocultarle cosas, además tenía toda la intensión de que eso no se volviera a repetir.
Una vez que decidió entrar fue directamente a la barra por un trago, miró buscando a alguna de sus amigas o a Ekaterina pero no se veían por ninguna parte, así tomó su vodka y se dirigió a la mesa que antes compartían. Casi al llegar se le atravesó una pelirroja que no tenía la intensión de moverse.

-¿Qué casualidad?-. Expresó la pecosa-. Sin buscarte te sigo encontrando-.

-Yo no lo llamaría casualidad si conscientemente te me atraviesas-. Respondió la morena dándole un trago a su copa-.

-A veces hace falta darle una ayudita al destino, sobre todo cuando algunas personas se niegan a aceptarlo-. Dijo acercándose-.

-Lena, por favor…-. Pidió la morena-. Ya hablamos de esto-.

-Lo sé, sólo quiero pasar algo de tiempo con mi mejor amiga, ¿O ya tampoco eres eso?-. Preguntó con la voz algo trabada-.

-Lo soy, Lena… ¿Cuántas copas te has tomado?-. Preguntó-.

-Algunas-. Respondió evasiva-.

-¿Algunas como para empezar a preocuparme de cuidarte y no te comiences a quitar la ropa?-. Preguntó con una sonrisa, sabía cómo era Lena bajo la influencia del alcohol-.

-Mmm…tal vez-. Respondió con esa sonrisa angelical-.

- Eso no me dice nada Lena, no quiero que armes un espectáculo en donde bailes semidesnuda-.

-Lo sé, sólo a ti te gusta verme desnuda, nunca te ha gustado compartir-. Expresó acercándose más-.

-Yo…no…Lena, distancia-. Pidió la morena ante la visible cercanía de la pelirroja y lo sensual de su voz al decir lo anterior-.

-Sabes que me encanta ponerte nerviosa, eso me dice que todavía te pasan cosas conmigo, que todavía me deseas-. Susurró en el oído, lo que produjo que la temperatura de la morena subiera considerablemente-.

-Lena, aún eres mi mejor amiga, pero si cada vez que hablemos vas a intentar provocarme tendré que volver a pedirte que te alejes-. Respondió tomándose unos centímetros para recuperar la compostura-.

-Lo entiendo ¿Puedo pedirte algo?-.

-¿Qué quieres Lena?-. Preguntó sabiendo que lo que fuera era difícil negarse sobre todo que la pelirroja todo lo acompañaba con esa sonrisa-.

-¿Bailas conmigo?-. Le pidió-.

-Lena, la última vez que bailé contigo me metí en problemas con Katia, no creo que sea buena idea-. Respondió insegura-.

-Yo no veo a tú novia por ninguna parte además… ¿Un baile conmigo no merece la pena aunque tengas problemas después?-. Dijo tomándole la mano-.

Yulia la miró sabiendo que no iba a poder negarse a la petición, algo que amaba hacer con la pecosa era bailar, eran momentos en que sentía como fluía el cuerpo de la pelirroja cerca del suyo con tal naturalidad que podía jurar que en algún momento fueron uno solo. Elena no le quitaba de encima esa mirada intensa, y el veridigris se hacía algo más oscuro, ante la necesidad de la pelirroja de tener más cerca a su morena.

-Vamos…no me hagas pedírtelo otra vez-.

-Está bien-. Aceptó la morena dejando su copa en la mesa y tomando la mano que le ofrecía la pelirroja-.

Ekaterina miraba fijamente a Anya quien llevaba algunos minutos sin decir una palabra. Estaba perdiendo la paciencia, porque aún no estaba segura de querer estar ahí, no tenía claro por qué había aceptado la petición de la rubia-.

-Anya, vas a decirme algo o vas a estar en silencio, porque si es así mejor vuelvo a entrar-. Expresó la morena de ojos verdes con su copa aún en la mano-.

-Sé que no me vas a creer cuando te lo diga, pero te puedo asegurar que es verdad, no lo estoy inventando por celos ni nada de eso-. Comenzó a hablar la rubia-.

-La verdad Anya, no sé porque vine, probablemente no será nada bueno, tú odias a Yulia y eres capaz de decirme cualquier cosa sobre ella-.

-Sabes que jamás diría algo para lastimarte, algo que sé te va a dañar-. Le dijo la rubia acercándose-.

-Porque no me dices de una vez Anya, sabes que odio cuando no hablas en forma directa-. Contestó esquivando la mirada de la rubia que aún ejercía un poder sobre ella-.

-Te amo aún Ekaterina, eso no lo voy a negar y sé que al decirte eso, disminuye la probabilidad de que me creas, pero porque te amo es porque no voy a dejar que nadie te lastime, menos que te mienta o te engañe-.

-Anya, si no me dices ahora, me iré-. Advirtió la morena de ojos verdes-.

-Yulia…te engañó con Elena, lo escuché por casualidad, Oksana se lo decía y ella no lo negó, la besó en el avión cuando venían a St. Petersburgo-. Le contó Anya-. Lamento ser yo quien te lo diga-.

Ekaterina miró fijamente a los ojos a Anya, buscando algún aunque fuese mínimo indicio de que le estaba mintiendo. La conocía a la perfección y se podría dar cuenta de inmediato, pero no lo encontró, en los ojos verdes de la rubia, había pura sinceridad.
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Mensaje por andyvolkatin 12/12/2016, 1:47 am

Hola Very Happy
muy buen capitulo
esta historia tomo un giro
realmente interesante y emocionante
espero la sigas pronto cheers
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/14/2016, 6:41 pm

Capitulo diez y seis: St. Petersburgo Parte 3


Ekaterina no quería dar crédito a las palabras que salían de la boca de su ex novia. No quería enfrentarlo, no estaba dispuesta a creerlo, era de su Yulia de la que estaba hablando, de su novia, de la mujer de la que estaba perdidamente enamorada. Una angustia la envolvió, y no dejaba de mirar fijamente a Anya buscando en exceso aunque fuera un pequeño atisbo de que mentía, pero algo en su interior le decía que era cierto. Comenzó a juntar las piezas y todo encajaba, el comportamiento extraño de Yulia al arribar a la ciudad, las miradas que le daba Lena, las palabras de la morena, todos los hechos pasaban por su mente adquiriendo una lógica perfecta.
No pudo mantenerse de pie y se sentó en un sofá que estaba al costado, puso sus codos sobre sus rodillas y cubrió su rostro con sus manos, estaba absolutamente devastada.

-Dijiste que no ibas a estar la próxima vez que Yulia me hiciera daño-. Murmuró la morena de ojos verdes manteniendo su posición-.
-Sabes que no lo decía en serio, siempre voy a estar para ti, sólo lo dije porque estaba herida, no podía soportar la idea de perderte-. Contestó sentándose a su lado-.
-Y yo no puedo soportar la idea de perderla…yo no puedo dejarla-. Susurró para si misma pero la rubia estaba lo suficientemente cerca para escucharla-.
-¿Qué quieres decir con eso?-.
-Tiene que haber una explicación, ella no me haría daño, no así, ella me quiere, me pidió que fuera su novia-. Intentaba convencerse-.
-Si te quisiera no te engañaría, ni te mentiría, es tiempo de que te des cuenta quien es realmente Yulia Volkova y creo que ha estado jugando contigo. Tú eres demasiado inteligente y te das cuenta que ella todavía ama a Elena, por eso sigue cayendo en sus brazos una y otra vez-. Expresó la rubia en forma dura lo que produjo que la morena de ojos verdes se levantara de su lado alterada-.
-¡También me quiere a mi!-. Exclamó defendiéndose-.
-¡Si te quisiera no te engañaría! Katia abre los ojos, nunca vas a poder estar segura con ella, porque no vas a saber si apenas te des la vuelta ella va a correr hacía Lena para engañarte-.
-Pero no va a dejarme…yo la hago feliz -.
-¡Eso quiere decir que estás dispuesta a perdonarla??!-. Exclamó sin entender-.
-Es una posibilidad, además ni siquiera estoy segura que me estés diciendo la verdad-. Se defendió una vez más-.
-¡Sabes que es cierto! Que yo no inventaría algo así para hacerte daño, la única que te está haciendo daño y mintiendo es Yulia, ¡Entiéndelo!-. Exclamó exasperada-.
-¡Ya no quiero seguir escuchándote!-. Expresó fuertemente-.

Anya se dio cuenta que se había equivocado en la forma de enfrentar la situación, no debía gritarle ni forzarla a creerle. Ekaterina lo que necesitaba era soporte, alguien en quien apoyarse, necesitaba una amiga.

-Lo siento si, me descontrolé, pero es que no puedo ver como dejas que ella te haga daño, yo quiero lo mejor para ti-. Dijo acercándose para intentar abrazarla-.
-Déjame sola, no quiero seguir hablando-. Pidió-.
-No quiero, quiero estar contigo, apoyarte-.
-Ya has hecho suficiente, quiero estar sola, respeta eso y por favor vete-. Insistió pero ahora mirándola fijamente y con seguridad-.
-Sabes dónde encontrarme, siempre voy a estar para ti-. Expresó-.

Anya estaba enojada por toda la situación, pudo ver en los ojos de Ekaterina su decepción, su ira, su dolor, y de cierta manera se sentía responsable por todo eso, podría haberse mantenido al margen y guardar silencio, y dejar que Ekaterina lo descubriera sola. Pero no podía, nunca iba a dejar que alguien engañara a su chica, la amaba tanto todavía, que si renunciaba a ella por alguien más, debía ser alguien que de verdad la amara.
Iba directo a la barra para pedir otro trago, pero a mitad de camino vio algo que le produjo que la ira se apoderara de ella.
Yulia y Elena, bailaban todo tipo de ritmo que el Dj había querido poner, tenían una química y un conocimiento de la otra que iba más allá de lo corporal, porque sin siquiera tener que abrir sus ojos, ya sabían el movimiento que la otra iba a realizar y eso producía una sintonía constante, algo que otras parejas en la pista simplemente podían observar y envidiar.
Lena tenía la danza como su forma de expresión y Yulia siempre había admirado eso. Se regalaban miradas cómplices y susurros al oído.

-No hay nada que me guste más que tenerte tan cerca de mi-. Murmuró la pelirroja-.
-Lena…-.
-Yo sé que extrañas tenerme, sentirme, tocarme, que sea sólo tuya-.
-Lena-. Expresó y toó más distancia -  No sigas diciéndome eso por favor…-.
-Es la verdad, sólo quiero poder sacarte de aquí y llevarte a un lugar donde podamos estar tu y yo, y nadie nos interrumpa, sentir tus caricias, tus besos…-. La pelirroja tenía su vista fija en los labios carnosos de la morena y se acercaba en forma peligrosa-.
-¡Si que eres descarada!-. Exclamó Anya interrumpiendo la escena-.
-Que quieres Kuznetsova-. Respondió la morena-.
-Quiero que dejes de engañar a Ekaterina, que dejes de mentirle y hacerle daño-. Respondió-.
-¡Yo no la estoy engañando!-. Se defendió-.
-Claro, eres una hipócrita, ya ni siquiera te molestas en ocultarlo, ahora simplemente lo haces enfrente de todos-. Expresó sarcástica-.
-No voy a tolerar que me hables así y menos que inventes cosas que no son-. Amenazó la morena acercándose a ella-.
-Yo te hablo como quiero, ¡tú no te mereces a Ekaterina!-.
-¡No te metas en mi relación con ella!, Cuando vas a entender que quiere estar conmigo, ya no te quiere Kuznetsova, entiéndelo de una vez-.
-Créeme eso no va a durar mucho tiempo, ella va a volver conmigo-. Dijo la rubia-.
-¡No va a volver contigo!-. Exclamó estaba realmente perdiendo la paciencia y lo único que la detenía a golpearla era que sus palabras tenían bastante de cierto-.
-Tal vez, pero tampoco va a seguir contigo-.

Ambas estaban en una postura amenazante y perdiendo la paciencia, además el alcohol consumido no estaba ayudando para nada a calmar los ánimos.

-¿Por qué dices eso?, Que le dijiste-. Preguntó Yulia no con su mejor tono y quedando a escasos centímetros-.
-Yul…cálmate por favor-. Pidió Lena que no sabía como calmar la situación-.
-¡Hazle caso, Yul!-. Expresó burlándose de ella-.
-¡No me digas que hacer! - Le dijo y le dio un fuerte empujón a Anya-.
-¡No me toques!-. Respondió y le devolvió el empujón-.
-¡Esto se acabó!-. Expresó e iba con toda la intención de llevar esa discusión a más-.

Ekaterina había estado unos minutos más pensando y procesando toda la información que le había dicho Anya. No lograba tomar una decisión, no sabía que hacer, estaba tan perdida, no sentía que tuviera la fuerza para dejar a Yulia, la quería demasiado, la amaba, pero tampoco podía estar con alguien que no la quería de la misma manera. Lo único o lo correcto era hablar con su todavía novia, debía escucharlo de ella.
Cuando volvió a la pista notó que toda la atención se centraba en lugar especifico, sobre la música pudo distinguir algunos gritos y reconoció la voz de Yulia y Anya, estaban discutiendo, otra vez.

-¡Me quieren decir que esta pasando!-. Exclamó posicionándose entre ambas y deteniéndolas-.
-Pregúntale a tu noviecita, que no soporta que le digan la verdad-. Dijo la rubia con insidia-
-Ya no te aguanto, todo lo que dices es porque estás celosa, no soportas que me quiera a mi-. Respondió-.
-¡Ya es suficiente! ¡En este momento no puedo lidiar con ustedes dos!-. Exclamó y se dio la media vuelta para dirigirse a la salida-.

Yulia sin pensarlo la siguió, se dio cuenta que algo malo pasaba, no era solamente una reacción ante su discusión con Anya. La atemorizada que las palabras de la rubia pudieran resultar ciertas y su relación no tuviera mucho tiempo más.

-Espera-. Sujetó la morena para detenerla y la giró para mirarla de frente-.

Ekaterina se perdió aún más de lo que estaba en esos ojos color azul cielo que la miraban fijo y con preocupación. Tenía una mezcla de sentimientos tan agobiante que le costaba respirar. Toda la rabia desaparecía al tenerla ahí al frente suyo, y esa necesidad de tenerla a su lado se hacía cada vez más grande. Cortó la distancia y se aferró a su morena, fundiéndose en un abrazo que buscaba la hiciera olvidarlo todo.

-Lo siento, pero ella logra que me descontrole-. Decía mientras le acariciaba el cabello-.
-Yul… ¿Tú me quieres?-. Preguntó con un hilo de voz-.

Yulia sintió un escalofrío recorrerla por todo el cuerpo. Pudo percibir todo el temor en la voz de Ekaterina, lo que le produjo un sentimiento de profunda culpabilidad.

- Te quiero - Dijo la ojiazul con el rostro de Ekaterina entre sus manos.-
-¿Estás segura?-.
-Katia, te quiero, dime que pasa, por qué estás así-.
-¿Nos podemos ir?-. Preguntó no estaba preparada para enfrentarla-.
-Claro, dame un segundo, voy a llamar a Nastya la perdí de vista hace un rato-. Le marcó varias veces el celular pero no obtuvo ninguna respuesta-.
-¿No te contesta?-.
-No-.
-Tal vez se fue al Hotel-.
-Es probable-. La morena tomó la mano de su novia con fuerza para salir del local, quería darle confianza, transmitirle todo lo que quería mantenerla a su lado.


Oksana después del enfrentamiento con Nastya siguió bebiendo. La imagen de su ahora ex novia, dejándola en medio de la pista de baile de la mano de otra la estaba atormentando. Tenía miedo de perder a Oksana por un error, se reprochaba a si misma. Porque simplemente no se quedó en la cama junto a su rubia, era perfecto, no tendría nunca que haber salido, si se hubiera quedado todo estaría bien. Mientras que ahora no paraba de pensar en que Nastya pudiera estar entregándose a los brazos de esa chica, regándole sus besos, sus caricias, esas de las que ella disfrutaba tan sólo una noche antes.

-Diva ya has bebido suficiente, es mejor que nos devolvamos al hotel-. Expresó Sasha quien después del incidente se había dedicado a cuidarla-.
-No quiero, vete tú, yo me quedo aquí-. Dijo dándole otro sorbo a su copa-.
-No te voy a dejar acá, no en ese estado, vámonos por favor-. Insistió-.
-¡Que no!-.

Elena volvió a la mesa junto a Anya, ambas en completo silencio y sin hacer comentarios de lo sucedido, a las dos les afectaba casi de la misma manera. Anya se sentó al lado de Oksana quitándole le copa y bebiéndosela de un trago.

-¡Hey ese era mío!-. Reclamó enojada-. Tráeme otro en este instante-.
-Créeme lo necesitaba-. Respondió con calma-.
-Yo también lo necesitaba-. Expresó frunciendo el ceño-.
-Yo también quiero uno-. Pidió Lena-.
-Sasha, sé un caballero y tráenos algunas copas-. Pidió Anya-.
-No creo que sea buena idea, ya han bebido demasiado-.
-Pero…-. Reclamó la pequeña diva-.
-No te preocupes, yo me encargo-. Anya miró hacía la barra, alzó su mano y con un sencillo gesto, ya tenía a una camarera en la mesa con algunas copas-.
-Woow…te acabas de trasformar en mi ídola-. Exclamó feliz la castaña-.
-¡Salud por eso!-. Expresó la pelirroja-.

Las tres chicas brindaron y Sasha se llevó una mano a su frente mientras giraba la cabeza en negación. Le esperaba una larga noche, ya que sus amigas no tenían ninguna intensión de irse pronto y a él le tocaba el papel de cuidarlas.

-Oksi, pudiste hablar con Nastya…No la he visto-. Preguntó Lena-.
-Se fue-. Dijo con dolor-. Se fue con ella-.
-¿Con Viktoria?-. Preguntó Anya-.
-Si-.
-Sé lo que se siente, lamento que estés pasando esto con tú chica, sé lo mal que uno lo pasa cuando un estúpido error te aleja de la persona que amas…-. Explicó sincera Anya-.
-No la estoy dejando alejarse…no la voy a perder, voy a luchar porque vuelva conmigo, para que me perdone, no me voy a rendir-. Contestó la diva con convicción-.
-Nunca lo hagas…Y siento lo que dije antes sobre ti, no eres un fracaso, hasta puedo admitir que tienes talento-. Dijo sonriendo-.
-Yo también lo siento, este no ha sido mi mejor día y me descargué contigo-.
-Tampoco ha sido un buen día para mí-.
-¡Salud por los malos días y por las penas de amor!-. Alzó su copa la castaña y las otras dos chicas brindaron con ella, si tenían algo en común en ese momento era estar sufriendo por amor-.

Vika había sacado a Nastya como se lo pidió. La rubia no estaba en las mejores condiciones y todo el alcohol que consumió estaba produciendo efecto, tanto que hasta mantenerse en pie le costaba.

-Nastya…Ya estamos en el hotel, dime cuál es la habitación-. Decía intentado despertarla-.
-No quiero quedarme en el hotel, estará ella, llévame a otro lugar, por favor-. Pidió la rubia-.
-Ok…tranquila, lo haré-.

Vika puso en marcha su auto otra vez, y no habló más durante el camino, puesto que Nastya tenía los ojos cerrados, parecía que iba a seguir durmiendo.
A Nastya todo le daba vueltas, por eso optó por cerrar los ojos. Sin embargo, eso parecía hacerle peor porque miles de imágenes pasaban por su cabeza como una película que repetía los acontecimientos ocurridos en los últimos dos días. Podía ver a Oksana, radiante, hermosa durante su cita, su llegada al hotel, y como la pequeña diva había aceptado ser novia y luego se entregó a ella, podía rememorar cada caricia, cada beso, cada "te amo". Luego todo se hacía negro, y volvía a verla pero ahora en brazos de Yuri, el dolor, la ira, su discusión y como su mano golpeó ese rostro que antes había besado. Se arrepentía de eso, pero todo se le salió de control, estaba tan herida.

-Nastya…despierta…necesito que pongas de tu parte para bajarte del auto-. Esa voz que reconocía la sacó de su estado-.

La rubia se levantó y fue guiada hasta un departamento en lo que era un lujoso edificio. Al entrar se dio cuenta que era un sitio espacioso y amueblado con estilo, cosa que podría apreciar más si su estado fuera mejor. Vika la sentó en un sofá.

-Te prepararé un café, para que te sientas mejor-. Expresó la chica y se dirigió a la cocina-.
-Gracias-.

Vika no tardó en regresar y sentarse junto a ella.

-Ten te hará sentir mejor, creo que darte tantos White Russian no fue buena idea-. Reconoció-.
-No fue tú culpa, yo me los bebí-. Respondió con una media sonrisa y dándole un sorbo a su café-.
-Lo sé, pero también sé por experiencia que te podrías haber bebido el bar completo y no hubiera curado tu pena de amor-.
-Pero ayudó en algún momento a sacarme todo esto-. Expresó-. Sabes no lo entiendo, pensé que yo la hacía feliz, que me quería tanto como yo ella, no sé como me pude equivocarme tanto, me siento tan idiota-. Se lamentó-.
-No te apresures, porque si estás hablando de la pequeña que intentó golpearme, se ve que le importas, que te quiere, tal vez sólo cometió un error-. Aconsejó-.
-El error lo cometí yo al confiar en ella, al creerle que sentía lo mismo por mi, no sólo me mintió, me hizo quererla para luego romper mi corazón y así vengarse por todo lo que yo le hice en el pasado-.
-No creo que sea buen momento de analizar el porqué pasó todo, no estás en condiciones de hacerlo, tienes que descansar y ya verás como todo se ve mejor en los próximos días-. Dijo regalándole una hermosa sonrisa-.
-Tan mal me veo que me dices eso?-. Expresó sonriendo por primera vez-.
-La verdad ese look con el pelo alborotado, la cara deslavada y tu aroma a alcohol es bastante atrayente-. Bromeó Vika-.
-Gracias, me has ayudado mucho esta noche-.
-No tienes porque, acostumbro salvar chicas guapas en apuros-. Siguió bromeando-.
-Dudo que sea así por toda esa "fama" que tienes, por lo que gracias por hacerlo por mí, en este momento significa mucho-.
-Ok, tienes razón no soy un brillante caballero, lo admito, así que te agradecería que no le dijeras a nadie lo que he hecho esta noche por ti, arruinaría mi reputación-. Contestó riendo-.
-Será nuestro secreto-. Aceptó haciendo un guiño-.
-Es mejor que duermas, iré al baño a cambiarme y luego te daré algo para que uses-.

Vika comenzó su rutina nocturna, la misma que realizaba cada día antes de dormir. Demoró más o menos quince minutos. Y al salir vio a Nastya que estaba acostada en medio de su cama y durmiendo profundamente. La observó con detenimiento y sonrió, esa chica tenía algo especial.`

Yulia sabía que algo no estaba bien, no sólo por el sepultural silencio que las acompañó durante todo el trayecto de regreso al hotel, sino también porque Ekaterina no la había mirado en ningún momento, estaba distante y la trataba casi con indiferencia. Incluso al entrar a la habitación seguía en silencio.

-Me daré un baño-. Avisó la chica de ojos verdes y cerró la puerta tras de sí, sin quiera esperar una respuesta de la morena-.

Yulia se sentó en el borde de la cama, con su vista perdida y suspiró con pesadez. Quería que su novia le hablara, que le dijera que pasaba, porque se comportaba de esa manera, algo que odiaba era la incertidumbre. Pero tampoco tenía el valor de preguntarle en forma directa, las palabras de Anya seguían resonando en su mente, y lo aceptara o no, esas palabras le producían inseguridad.
El celular de Ekaterina comenzó a sonar y eso la volvió a la realidad, también le dio una excusa para ir a buscar a su novia, ya que podía ser importante, el nombre de Vika salía en la pantalla.
Cuando abrió focalizó su vista en la tina de baño, ahí estaba su chica, con sus ojos cerrados, su cabeza hacía atrás, tenía una postura relajada, pensativa y la morena no pudo obviar lo hermosa que se veía. Le habló despacio para no asustarla, y le rozó el brazo con cuidado.

-Katia…Viktoria te estaba llamando-. Susurró cerca de su oído-.

Ekaterina la miró, tomó el teléfono y marcó para devolver la llamada de forma inmediata.
-Vika ¿Qué sucede?-. Preguntó
-Quería decirte que Nastya está conmigo, para que tu novia no se preocupe-. Respondió-.
-¿En tu departamento?-.
-Sí, no quería ir al hotel para no encontrarse con su ex -.
-Ok, cuídala si y compórtate porque no creo que se encuentre muy bien-.
-No tienes de que preocuparte, ahora ya está dormida, me comporté correctamente-.
-Muy bien, yo mañana iré a buscarla, nos vemos-. Se despidió-.
-No hay problema…Katia ¿Está todo bien?-. Preguntó antes de colgar, algo en la voz de su amiga le decía que no estaba bien-.
-Mañana hablamos-.
-Te espero-.

Yulia seguía ahí esperando, porque era claro que Vika sabía algo de Nastya.

-Vika, llamó para avisarnos que Nastya está con ella en su departamento, está dormida, así que puedes estar tranquila-. Expresó sin mirarla-.
-Creo que en la mañana, se va a acordar de mala manera de todos esos White Russian que se bebió-. Dijo con burla-.
-Posiblemente-. Contestó cortante y volvió a cerrar los ojos-.

La paciencia nunca ha sido una de las virtudes de Yulia Volkova, y esa actitud de su novia ya se la estaba colmando. Una idea pasó por su cabeza. Comenzó a desvestirse hasta quedar completamente desnuda y se introdujo lentamente a la tina junto a Katia. El agua tibia y la sensación de rozar la piel de su chica le comenzó a producir ganas de besarla y tocarla, después de todo hace mucho que no estaban juntas.

-Yul…-. Abrió sus ojos al sentir el cuerpo de la morena prácticamente encima del suyo-. ¿Qué haces?-.
-Quiero estar contigo…-.
-Yul, no creo que…-.

Yulia calló las dudas con un apasionado beso, mientras recorría con ansiedad el cuerpo desnudo de su novia, produciendo que se tensara ante su contacto.

-Yul…-. Dijo intentando detenerla, pero su propio cuerpo se rendía con demasiada facilidad a las caricias de su morena-.
-De verdad quiero estar contigo-. Anunció repartiéndole besos por el cuello-.

Ekaterina estaba experimentando una lucha feroz entre su cuerpo del que la morena era dueña absoluta y su mente que no se lograba concentrar y que mantenía firme las palabras de Anya sobre el engaño de su novia.

-Yul, no puedo-. Expresó y como pudo se levantó, tomó su bata de baño para cubrirse y se dirigió al dormitorio-.

Yulia abrió y cerró la boca un par de veces, absolutamente sorprendida por el comportamiento de Ekaterina. La había dejado sola, rechazando sus caricias, sus besos, se había negado a ser suya, y sin
ninguna explicación. Se levantó, tomó la otra bata de baño y la siguió.

-¡Me quieres decir que pasa!-. Exclamó levemente alterada-.
-No me siento bien-. Respondió bajando la mirada-.
-Entonces, déjame intentar hacerte sentir mejor… Dijo acercándose con una voz sensual-.
-Yulia, de verdad no creo que sea buena idea-.
-Te necesito Katia, quiero estar contigo, me duele sentirte tan lejana, dijimos que nada nos separaría, tú dijiste que lucharías por lo nuestro, por mí o ¿Ya no quieres estar conmigo?-. Preguntó insegura y a centímetros de su chica-.
-Sabes que te amo…-.Y cerró la brecha que había entre ellas.

Correspondió con la misma pasión el beso de Yulia, necesitaba tanto poder olvidar todo, que se dejó guiar por aquellas caricias que de sutiles pasaron a ser desenfrenadas. Seguía sin estar completamente segura de lo que estaba haciendo, pero intentó bloquear esos pensamientos. Yulia estaba ahí con ella, le había elegido a ella, eso tenía que significar más que algunos besos robados.
La morena se comenzó a desatar la bata, para darle más espacio a Ekaterina y sus toques que cada vez eran más profundos-.

-Eres perfecta-. Expresó la morena de ojos verdes mirando el cuerpo desnudo de su chica con deseo-.

Le terminó de quitar tan estorbosa prenda, y la tomó fuerte por la cintura, para recorrerla completamente. Yulia repitió la acción quitándole con un movimiento la bata a su novia y poder apreciar el atlético y bien formado cuerpo que tenía la chica. Se mordió el labio inferior y decidió tomar el control, esa noche ella haría suya a quien había elegido como su novia.
La empujó con fuerza contra la cama, y se posó sobre ella, besando cada musculo de ese cuerpo, para luego volver a sus delgados pero bien delineados labios y succionarlos para probar ese sabor del que tanto disfrutaba. Introdujo su lengua y comenzó una degustación de cada espacio. Luego bajó sus manos para seguir tocando sus pechos y repartió besos entre el cuello y la clavícula. Ekaterina gemía con cada acción de su novia y todas las dudas fueron reemplazadas por deseo, por sentirla suya una vez más. La morena tenía el control absoluto y le encantaba eso, tener a su chica a su completa merced. Siguió su recorrido para detenerse a masajear sus pechos, con su pulgar fue estimulando los pezones hasta logra que se pusieran rígidos, y con su lengua profundizo la acción para lograr excitarla mucho más.

Continuó bajando, tenía una meta. Abrió los muslos y fue besándolos, hasta llegar al sexo de su chica que estaba extremadamente húmedo, fue pasando su lengua con avidez intentando capturar toda la esencia de su chica, que gemía más fuerte al sentir el contacto de la lengua de Yulia con su clítoris.
La morena había introducido dos de sus dedos para acelerar el proceso y comenzó a subir lentamente sin dejar de besarle cada espacio del cuerpo, con impaciencia con necesidad. Al alcanzar nuevamente sus labios comenzó a embestirla para profundizar la penetración con sus dedos y darle más placer. Ekaterina hábilmente posicionó su mano en la entre pierna de la morena para que lograran llegar juntas al orgasmo.
Los jadeos inundaban la habitación de hotel, los besos erran erráticos y las respiraciones en extremo agitadas, hasta que un último espasmo y dos gritos ahogados en los labios de la otra las hizo lograr el éxtasis.

Yulia cayó sobre Ekaterina y se acurrucó en sus brazos.

-Te quiero-. Le susurró la morena en el oído y cerró sus ojos-.

Ekaterina la miró mientras dormía, perdiéndose en cada detalle del hermoso rostro de su novia y en la calma que le trasmitía, amaba tenerla así, tan suya.


Nastya abría los ojos con mucha dificultad. La tenue luz que se filtraba de las cortinas producía que su cabeza diera más vueltas de las normales, tenía un dolor agudo y sentía un peso en todo su cuerpo. Se sentó en la cama y al observar a su alrededor pudo darse cuenta que no estaba en la habitación de su hotel, se comenzó a desesperar al no acordarse en qué lugar se encontraba. Llevaba una camiseta larga que no era suya y dormía en una amplia cama que tampoco reconocía. Llevó una mano para taparse el rostro, ya se temía lo peor. Sintió unos pasos y apareció una chica, era Viktoria, de eso si se acordaba.

-Por favor no me mires como si hubiera abusado sexualmente de ti, porque puedo jurar que me comporté-. Expresó antes de que Nastya pudiera decirle cualquier cosa-.
-¿Estás segura que nada pasó?-. Preguntó preocupada y mirándola fijamente-.
-La verdad es que…-. Contestó dudosa y seria-.

Nastya se asustó y se le desencajó la cara.

-¡Cálmate rubia! ¡Estoy jugando contigo!-. Dijo riendo-. Yo te acosté porque quedaste inconsciente en mi cama-.
-Gracias, bebí demasiado y no me acuerdo de todo-. Dijo ya más tranquila-.
-No te preocupes, llamé a Ekaterina para avisarles que estabas acá, así que va a venir por ti para ir al hotel a buscar tus cosas, hoy tienen vuelo de regreso a Moscú-.
-Tengo que regresar-. Murmuró no muy convencida-.

Vika se sentó a su lado en la cama.

-Es momento de enfrentarla, no puedes evitarla para siempre, ella es parte de tu vida quieras o no-. Expresó la chica-.
-Lo sé, pero no sé cómo hacerlo, la quiero tanto, pero no puedo perdonarle lo que me hizo, y tengo miedo de que si la veo voy a ser débil-. Dijo girándose para mirarla de frente-.
-¿Y qué quieres hacer entonces?-.
-No lo sé, estar lejos un tiempo tal vez…-.

Vika le iba a responder cuando sintió el timbre de su puerta.

-Debe se Katia-. Dijo la chica-.
-Yo me daré una ducha, aún siento el olor a alcohol sobre mí-. Expresó frunciendo el ceño-
-Puedes usar mi ropa, porque la tuya tiene peor olor que tú-. Molestó-.
-Gracias tomaré algo prestado-.

Nastya entró al baño esperando que sirviera para calmar en algo el dolor de cabeza que tenía, aunque había otro dolor más profundo que era imposible sacar con algo tan simple, iba a necesitar tiempo, para sanar esa herida que tenía alojada en su corazón.
Viktoria abrió la puerta con una sonrisa, para recibir a su amiga. Ekaterina entró en silencio, necesitaba desahogarse con alguien.

-¿Un café?-. Preguntó amable mientras Katia se sentaba en uno de los sofás-.
-Tal vez un Whisky-. Contestó cabizbaja-.
-Ok, algo te pasa ¿Quieres hablar?-. Preguntó preocupada-.
-¿Y Nastya?-.
-Está dándose una ducha, así que podemos hablar, ven vamos a la terraza-. Dijo y le ofreció su mano-.

Estaban una al lado de la otra. Ekaterina no rompía el silencio, sólo mantenía fija su mirada en la ciudad. Quería hablarle, explicarle como se sentía, pero parecía que las palabras la hubieran abandonado, no sabía cómo explicarse porque tampoco tenía claro cómo se sentía, todo con Yulia siempre era confuso, sobre todo después de la noche que habían pasado juntas.

-Me vas a decir que te pa…-. Habló Vika intentando hacer que su mejor amiga dijera algo-.
-Yulia me engañó con Elena-. Soltó antes de que Vika terminara de preguntar-.
-¡¿Cómo?-. Exclamó sorprendida, no se esperaba algo así-.
-La besó en el avión, cuando veníamos acá-. Añadió sin mirar a su amiga-.
-Pero…cómo…supiste-.
-Anya me lo dijo anoche-. Contestó-.
-¿Y tú le creíste?, Katia, no puedes confiar en ella, sabes que es capaz de inventar cualquier cosa con tal de romper tú relación con Yulia-. Expresó intentando encontrar una explicación-.
-No miente, todo calza Vika, estoy segura que es cierto-. Respondió y la miró a los ojos-.
-Le preguntaste a Yulia, la enfrentaste, porque ella es la única que te puede decir si es cierto o no-.
-No, anoche iba a hacerlo pero no pude, no me salieron las palabras…-.
-¿Y qué hiciste entonces?-.
-Anoche Yulia me dijo que me necesitaba, que quería estar conmigo y…terminamos haciendo el amor… - Bajó la mirada, no se arrepentía, le encantaba estar con Yulia pero tal vez debía haber hablado primero-.
-Te eligió a ti entonces Katia, puedes olvidar todo, todos cometemos errores pero lo importante es que está contigo-.
-Yo podría perdonarle cualquier cosa, la amo Vika, pero no quiero estar siempre dudando, pensado que en cualquier momento va a dejarme, me hace mal, siento que de alguna manera está jugando conmigo-. Dijo y una lágrima rodó por su rostro-.
-No quiero que estés así, no te lo mereces, eres la chica más increíble que conozco y mereces alguien que no te haga daño -. Y la abrazó con fuerza.

Ekaterina se relajó en los brazos de su mejor amiga. Necesitaba eso, alguien que supiera que la quería y apoyaba, Viktoria siempre había estado para ella, desde que eran niñas, y sus padres las dejaban solas por largos periodos de tiempo por viajes de negocios, se habían cuidado. No sabía cuanta falta le había hecho hasta ahora, era la única que sabía cómo hacerla sentir segura.

-Habla con Yulia, dile lo que te pasa, es tú novia y te debe la verdad-. Susurró en su oído-.
-Eso haré-.

Se mantenían abrazadas, cuando Nastya salió a la terraza a verlas.

-Lo siento, no quise interrumpir-. Se disculpó la rubia-.
-No te preocupes, ¿Cómo te sientes?-. Preguntó Ekaterina distanciándose de Vika-.
-Me duele la cabeza aún pero estoy bien, gracias a Viktoria, se portó muy bien conmigo-. Contestó-.
-Veo que mi ropa te queda estupendamente bien-. Agregó la chica quien le dio una mirada de pies a cabeza-.

Nastya lucía un jeans negro desgastado, apretado y una camiseta pegada al cuerpo también oscura, ese look estaba fuera de los vestidos claros que solía usar, pero se veía increíble. Ese aspecto de chica mala la hacía ver muy sexy.

-Te ves muy muy bien, te haría algo más en el pelo y serías todo una chica del mal-. Añadió la chica del cabellos casi amarillos-.
-Gracias, y tienes razón en lo del cabello, es una buena idea, necesito un cambio-. Concordó la rubia-.
-Podríamos ir luego, falta mucho para tomar el avión a Moscú-. Comentó Ekaterina-.
-Me gustaría… ¿Y Yulia?-. Preguntó Nastya-.
-Estaba durmiendo, no quise despertarla, tú sabes del carácter que se levanta cuando no duerme sus horas-. Contestó con una media sonrisa-.
-La tienes que amar mucho para tolerar ese carácter que tiene-. Dijo la rubia con una sonrisa-. Hasta a mí que soy su mejor amiga me desquicia a veces-.
-Lo hago-. Respondió-.
-¿Desayunamos?, Porque muero de hambre-. Preguntó Viktoria-.

Las chicas respondieron de forma afirmativa y entraron, hablaron de cosas superficiales y Vika le ofreció unas pastillas para el dolor de cabeza a Nastya, quien se sentía cómoda en ese lugar, la dueña de casa se había portado de una manera que no esperaba con ella. Aún tenía dudas, no sabía qué hacer y las horas seguían pasando en su contra. Se hacía inminente su encuentro con Oksana, y ahora ambas con sus cinco sentidos.


Oksana, despertó y miró a su alrededor, estaba en su habitación, su cama, pero había además de ella dos chicas más ahí, en distintas posiciones y con misma ropa de la noche anterior. Se levantó y se mareó de inmediato, no recordaba cómo había llegado ahí, ni en qué momento se acostó, menos porque estaban Lena y Anya compartiendo cama con ella. Abrió las cortinas y sus ojos sufrieron el cambio de luz, sentía la garganta seca y su estómago muy pesado, todo el alcohol le estaba pasando la cuenta.

-¡Cierra eso!-. Le gritó Anya escondiendo la cabeza en la almohada-.
-¿Ya es de día?-. Preguntó una adormilada Elena-.
-¡Ya es mediodía!-. Mencionó Oksana quien acostumbraba madrugar-.
-¡Cierra las malditas cortinas! ¡No me importa qué hora sea!-. Volvió a gritar Anya-.
-Dios me duele todo-. Se quejó la pelirroja-. Por favor no sigan gritando-.
-Me quieres decir en qué momento llegamos al hotel?-. Preguntó Oksana-.
-No lo recuerdo-. Contestó Anya quien ya se había rendido e intentó levantarse-.
-Veo que las tres bellas durmientes, por fin despertaron-. Exclamó Sasha quien entraba a la habitación-.
-¿Tú nos trajiste?-. Preguntó Oksana-.
-Sí, aunque necesité ayuda, debo decirles que fueron el alma de la fiesta, y el bar sufrió con ustedes-. Bromeo el chico-.
- Mi cuerpo es el que está sufriendo ahora, le he hecho un daño irreversible, ojalá mis cuerdas vocales no tengan alguna secuela, no me lo perdonaría jamás -. Expresó alarmada y corría a buscar un vaso de agua-.
-Deja de hablar estupideces, que haces que me duela más la cabeza-. Le gritó Anya-.
-Chicas, es mejor que se levanten, tenemos un vuelo que tomar en un par de horas, y tú querida amiga tienes una final que ir a ganar-. Les pidió Sasha-.
-Tienes razón, casi olvido la final, debo reponerme y rápido-. Contestó Anya levantándose-.

Las chicas se levantaron con las cicatrices de la desenfrenada noche que habían vivido, lo cierto es que no recordaban mucho, pero por lo que les comentaba Sasha, por poco se beben todo el bar del
lugar, habían bailado y cantado. Tuvieron su noche de descontrol.
Oksana comenzó a recorrer la amplia habitación, entrando a donde se supone debería estar durmiendo Nastya. Pero no había rastro de la rubia, estaban sus cosas, pero ella definitivamente no había dormido ahí, la cama estaba intacta. Se sentó en la cama y con decepción, tenía la esperanza de hablar con ella, de darle una explicación, de que por fin pudieran hablar, sin gritos ni recriminaciones, pero al parecer eso no iba a poder ser posible. Suspiró con fuerza, quería recuperarla, quería luchar por ella, se negaba a perder la esperanza hasta que no existiera ni la más mínima posibilidad de que Nastya la perdonara. Debía prepararse, tenía unas horas y la vería, la rubia debía volver por sus cosas, ahí ya comenzaría a jugar sus cartas.

Yulia estiró uno de sus brazos buscando a su novia, pero la cama ya estaba helada, y su chica no sé encontraba ahí. Sus sentidos se alertaron y los mismos miedos de la noche anterior volvieron a ella, buscó algún rastro y había una nota en el velador. Explicaba que no la había querido despertar y fue a buscar a Nastya al departamento de Viktoria. Finalizaba con un tierno "Te amo", que le sacó una sonrisa y la tranquilizó.
Se levantó, y llamó al servicio de habitación para desayunar algo, se puso una camiseta de Ekaterina para sentir su aroma, estaba feliz. Recordaba la noche anterior y se le formaba una sonrisa maliciosa, le encantaba su chica y cómo podía hacerla tan feliz, se sentía segura en sus brazos. Mientras esperaba que le subieran su pedido, se dio una reconfortante ducha, mientras se secaba, pudo observar en el espejo, algunas marcas en su cuello y otras partes de su cuerpo. Evidencia de la noche que había tenido con Katia, le gustaba sentir que su novia la deseara de esa manera.
Había una parte de ella que no podía evitar sentirse culpable. Se había dado cuenta de las dudas de Ekaterina, pero la presionó hasta que había cedido a sus encantos, entregándose a ella sin reparos. Su conciencia le dictaba que le dijera la verdad, que se arriesgara, ya que mantener ese secreto podía finalizar su relación y no de buena manera, era mejor que si Ekaterina lo sabía, fuera por ella.
Se vistió usando ropa de su novia, puesto que la suya estaba en su habitación y no tenía ganas de bajar, quería estar ahí, tranquila. Desayunó viendo la televisión, y esperando que pronto volviera su novia con su mejor amiga.
Habían pasado algunas horas y ya se estaba aburriendo, sin contar que aún debía preparar su maleta para viajar de vuelta a Moscú. Decidió que era mejor ir adelantando algunas cosas y después volver a subir para esperar a Ekaterina. Bajó a la habitación que compartía con Oksana, Elena y Nastya.
Iba entrando, a la habitación cuando se encontró frente a frente con Anya.

-¿Y tú que estás haciendo aquí?-. Preguntó la ojiazul cruzándose de brazos-.
-Y porque te tengo que dar explicaciones -. Respondió en la misma postura-.
-Está es mi habitación, así que tengo todo el derecho a preguntarte-. Contraatacó-.
-¿Tú vienes de la habitación de Ekaterina?-. Preguntó observando a Yulia quien lucía ropa de su ex novia y en su cuello tenía algunas marcas visibles-.
-Por supuesto, pasé la noche con mi novia-. Sonrió con suficiencia-. Todas las estupideces que dijiste anoche no significaron nada, seguimos juntas y muy felices-.
-Tienes suerte Volkova, pero se te va a acabar en algún momento-. Contestó y siguió caminando. Ekaterina había hecho caso omiso a lo que le dijo, y eso de cierta forma le dolía, tenía la esperanza de que si rompían podía tener otra oportunidad con Katia-.

Yulia entró y sacó sus maletas para comenzar a ordenar la gran cantidad de ropa que había llevado a St. Petersburgo. No tenía ganas de irse, le gustaba esa ciudad, además había vivido lindas experiencias con Ekaterina, su novia se había esmerado en que fuera una experiencia inolvidable.

-Yulia-. Llamó Oksana acercándose a ella-.
-¿Qué quieres Tarasova?-. Preguntó no muy cortés-.
-¿Nastya no está contigo?-. Preguntó mientras con la mirada recorría el lugar-.
-Yo no la veo aquí conmigo, así que la respuesta es obvia-. Respondió sarcástica-.
-¿No pasó la noche contigo?-. Insistió preocupada-.
-Nastya pasó la noche en el departamento con Viktoria-. Contestó sin dimensionar lo que esa información iba producir en Oksana-.
-Pasó…la…noche….con….ella-. Tartamudeó la castaña y sus ojos se cristalizaron al imaginarse a su rubia en brazos de otra-.
-Sí, Viktoria llamó a Ekaterina para avisarle que estaba con ella, de hecho ahora Katia fue a buscarla, deben estar por volver-. Añadió la morena-.
-¡Porque no la trajiste anoche contigo!, Tú permitiste que pasara la noche con una mujer que le coqueteaba y que lógicamente se iba a aprovechar al verla con unas copas demás, no hay que ser muy inteligente para imaginar lo que pasó-. Le gritó la pequeña diva-.
-¡Cálmate Tarasova! A mí no me gritas ni me haces tus ataques de histeria, la única culpable eres tú, si Nastya bebió de esa manera fue porque estaba mal por lo que ¡Tú le hiciste! Así que no intentes culparme de esto, además Viktoria no se aprovecharía de Nastya, si pasó algo fue porque las dos estaban de acuerdo-. Contestó la ojiazul enojada-.
-Lo sé, sé que todo es mi culpa, fui una idiota, pero nunca quise engañarla, yo la amo Yulia, jamás haría algo para hacerle daño-. Reconoció, y rompió en llanto-.
Yulia la vio y se arrepintió de haber sido tan dura con ella. Oksana se veía tan vulnerable y arrepentida. Ella sabía lo que era cometer un error y dañar a alguien sin querer hacerlo realmente, por lo que iba intentar ser más empática.
-Ya cálmate quieres?-. Intentó consolar y se le fue acercando-.
-No puedo, la amo demasiado y la estoy perdiendo, ni siquiera me da la oportunidad de hablarle, simplemente me quiere sacar de su vida-. Le contestó la pequeña diva sin dejar llorar-.
-Te entiendo sí, y créeme no creo que pierdas a Nastya, ella te ama, pero está herida, rompió todos sus muros y te demostró sus sentimientos, se siente traicionada y algo que Nastya Savalieva no soporta es la traición-.
-Yo no la traicioné, te juro que él me beso y apenas reaccioné le empujé, no tengo nada con Yuri, yo le dije que amaba a Nastya, que se alejara pero sigue insistiendo, sigue molestándome, ya no sé qué más hacer-. Exclamó desesperada-.
-Primero tienes que calmarte, y segundo te creo, puedes ser irritante y muchas veces me mareas cuando hablas, pero no eres mentirosa, le diré a Nastya que hable contigo, no sé si me haga caso, pero es lo único que yo puedo hacer, nadie la puede obligar si no quiere-. Expresó mirando a Oksana a los ojos-.
-¡Gracias Yulia!-. Exclamó y abrazó a la morena-.
-Ya es suficiente Tarasova, no es como si fuéramos amigas-. Dijo mientras se separaba de la pequeña diva-. Y ahora voy a terminar de arreglar mi maleta, tú deberías estar haciendo lo mismo-.

Oksana se fue alejando, pero recordó su discusión con Yulia la noche anterior. Y se giró para hablarle nuevamente.

-Yulia, siento haberte gritado anoche, yo no debí haber sido tan dura contigo, sólo que estaba con algunas copas demás y me descargué con todo el mundo, de verdad lo lamento-. Se disculpó la castaña-.
-Está olvidado Tarasova-. Contestó Yulia y le dio una sonrisa-.

Ya tenía casi todo terminado cuando alguien volvió a entrar, pensó que se trataba de Oksana, pero era Nastya quien había vuelto, y se veía bastante diferente de la última vez que la vio.

-¡Dios que te hizo Viktoria!-. Exclamó al ver a su amiga con ropa distinta y con un nuevo corte de pelo-.
-Nueva vida, nuevo look, necesitaba un cambio y me corté el pelo-. Contestó-.
-Te ves bien, me gusta esta Nastya más atrevida. Quieres parecerte a mí?-. Aprobó Yulia con una sonrisa llena de malicia. Nastya roó los ojos y le regaló una media sonrisa-. ¿Cómo te sientes?, pensé que aún estarías inconsciente-.
-Bien, aunque la cabeza aún me duele, pero mucho menos que cuando desperté-. Contestó-.
-Creo que con todo lo que bebiste era para que te doliera absolutamente todo así que debes agradecer que sea un dolor de cabeza-. Bromeó la morena-.
-Lo sé, creo que nunca en mi vida había bebido tanto, aunque pude descubrir que tengo bastante tolerancia al alcohol-. Dijo sarcástica-.
-Eso es cierto…Nastya, hablé con el hobby-. Expresó cambiando de tema y a la rubia se le desencajó el rostro, Oksana no era su tema predilecto en ese momento-.
-No quiero hablar de Oksana-. Respondió cortante-.
-Nast, no puedes terminar una relación así, sin hablarlo, sin una explicación, escúchala sin gritarle y con calma, tal vez todo pueda solucionarse-. Aconsejó la morena-.
-Sé qué debo hacerlo, pero tengo miedo, no quiero escuchar que me diga que jugó conmigo o que quiere a Yuri, no lo podría soportar, Yul-. Justificó la rubia-.
-¿De verdad piensas que podría decirte algo así?, Por favor Nastya, desde la primera vez que la enfrentaste te ha dicho que fue un error, que él se aprovechó de la situación y te ha pedido perdón, te gritó que te ama…-. Le recordó-.
-Si pero aún no hay una explicación al porque se levantó esa mañana, y se fue a encontrar con él, ella debió estar conmigo, no dejarme sola la mañana después de que habíamos estado por primera vez juntas-. Increpó la rubia-.
-Yo te lo puedo explicar-. Exclamó Oksana quien estaba en la puerta y había escuchado parte de la conversación-.
Nastya se giró y ahí estaban esos ojos cafés que la hacían perder la razón. Oksana se veía más segura y con determinación, aunque internamente los nervios se la comían, más al ver que su rubia lucia tan diferente.
-Yo las dejo, iré a ver a Ekaterina-. Dijo Yulia y las dejó a ambas ahí-.
-Te escucho, me vas a decir porque saliste de la habitación esa mañana en primer lugar-. Exigió la rubia en un tono duro para intentar no quebrarse ante esa pequeña pero intensa mujer-.
-Tenía miedo-. Contestó bajando la mirada pero caminando hasta estar más cerca de la rubia, le urgía sentirla más cerca-.
-¿Miedo de que?-. Preguntó impaciente-.
-De ti, de lo que tú provocas en mí…-.
-Vas a tener que ser más clara porque la verdad es que no estoy entendiendo ni creyendo nada de lo que me dices-. Presionó la rubia-.
-Yo siempre he estado sola Nastya, tengo pocos amigos porque para muchos soy insoportable, no tuve un novio hasta hace poco pero tampoco significó un gran cambio para mí, yo…-. Comenzó a hablar la pequeña diva-.
-No entiendo a dónde quieres llegar, además de hacerte la víctima-. Expresó intentado herirla, sacando a la Nastya "Bitch" Savalieva-.
-Si dejas de interrumpirme puedo explicarlo mejor-. Contestó Oksana-.
-Ok, no lo haré más-.
-Lo que quiero que entiendas es que yo lo único que tenía en mi vida, antes de conocerte o de quererte, era mi talento, mi sueño de llegar a ser cantante, era a lo único que me aferraba, lo único que me hacía feliz, yo jamás dude, ni nadie era más importante que lograr eso, pero el estar contigo me hace pensar que eso no es lo único que me hace feliz-. Explicaba Oksana-.
-No entiendo, no entiendo que tiene que ver tú sueño con que hayas terminado besándote con Yuri Popov-. Decía intentando guardar la calma-.
-Yo esa mañana cuando desperté entre tus brazos, me di cuenta que despertar así, contigo cada mañana podría hacerme feliz, tanto o más que cantar alguna vez en algún escenario que no fuera con Neposedi, y me dio miedo, me dio un pánico que no pude calmar, porque nunca antes había sentido esto, nunca me entregué a alguien como me entregue a ti Nastya, en cuerpo, alma y corazón, tú tienes todo de mi Nastya Savalieva-. Se acercó tanto que sus respiraciones se podían mezclar-.
-Yo jamás te haría elegir entre tú sueño y yo, eso lo sabes, te amo demasiado como para hacerte eso-. Expresó mirándola a los ojos-. Aún no me dices porque besabas con Yuri-.
-Salí para calmarme, fui al teatro porque necesitaba cantar, no había nadie, y cerré los ojos, canté pensando en ti, en tus besos, en tus caricias, y en lo mucho que te amo, estaba tan ida, que cuando reaccioné y me di cuenta que era Yuri lo empujé y le dije que no lo quería ver más, que entendiera que es contigo con quien quiero estar, pero no sé qué tiene en la cabeza que se niega a entenderlo, es un idiota-. Recordó-.

Nastya la observó por un par de minutos, que a la castaña se le hacían eternos. Esos ojos verdes la escrutaban, asegurándose de que no mintiera.

-Te creo Oksana, pero por alguna razón no me siento mejor, la idea de que pienses que yo pudiera interferir en tus sueños me duele-. Dijo Nastya por fin rompiendo el silencio-.
-No es eso, tú no has hecho nada para que yo piense algo así al contrario siempre me dices lo buena que soy, fue que si en algún minuto tuviera que elegir entre tú y venirme acá, probablemente te elegiría, y eso no lo haría por nadie más-. Expresó y con valentía arriesgándose a un rechazó tomó la mano de la rubia-.
-¿Pero porque tendrías que hacer eso?- Dijo interrumpiendo la caricia de la castaña-.
-Porque tú no sabes que harás, no tienes planes Nastya, nos queda un año de escuela y nunca me has dicho algo sobre alguna Universidad o Carrera-. Contestó-.
-No tienes que hacer de eso tú problema Oksana, no todas sabemos que queremos hacer de nuestra vida antes de entrar al jardín de niños-. Expresó alejándose una vez más-.
-Nastya, no te estoy criticando, yo simplemente quería…-.
-¡Querías restregarme lo perdida que estoy!-. Exclamó alterada-. Eso lo sé-.
-Tranquila sí, aún nos queda un año, yo puedo ayudarte, va a comenzar el verano, veremos opciones, te quiero Nastya, quiero estar contigo-. Pidió nuevamente acercándose-
-No Oksana, es algo que debo hacer yo sola, por eso es que yo voy a pasar mi verano aquí, necesito estar lejos, pensar en mi-. Expresó con convicción-.
-¿Aquí?... ¿En St. Petersburgo?, Pero Nastya, tu madre, con quien vas a quedarte aquí-. Respondió algo alterada, no le gustaba para nada la idea-.
-Llamé a mi madre por teléfono y la convencí, me mandaré algunas cosas que necesito, y me quedare con Viktoria, ella me ofreció alojarme en su departamento-. Contestó-.
Oksana había olvidado el hecho de donde y con había pasado la noche anterior la rubia. Pero ahora aparecía otra vez el nombre de Viktoria, otra vez esa chica interfiriendo.
-¿Dormiste con ella?-. Preguntó con un hilo de voz y sin estar segura de querer saber la respuesta-.
-No pasó nada de lo que te estás imaginando-. Se adelantó a explicar-. Somos amigas, nada más-.
-Seguro, pero va a tener todo el verano para conquistarte, porque a eso se dedican las chicas como ella-. Expresó dolida-.
-Somos amigas Oksana, yo no me quedo para buscar una relación ni nada parecido, me quedo para encontrarme a mí misma, necesito saber que quiero, siempre he intentado hacer el papel de chica perfecta para todos, pero nunca he pensado en lo que quiero yo hacer de mí-.

Oksana entendía, no le gustaba, ni menos confiaba en Viktoria, pero si en Nastya, y si su rubia le estaba diciendo que no había nada así era.

-¿Qué pasa con nosotras?-. Preguntó Oksana bajando la mirada-.
-Te quiero demasiado, y no te voy a olvidar en un verano si eso es lo que preocupa, pero no te puedo obligar a que me esperes, ni asegurar que estaremos juntas cuando vuelva-. Contestó ahora acercándose ella a Oksana-.
-Te voy a esperar Nastya, voy a estar ahí para recogerte en el aeropuerto cuando vuelvas y te voy a reconquistar… - Rompió la brecha que las separaba para darle un beso a Nastya. Extrañaría tanto esos labios y quería asegurarse de guardar el sabor de su rubia-.
-Me tengo que ir, me esperan abajo…-. Dijo la rubia rompiendo el beso-.
-Entiendo…tú iras a dejarnos al aeropuerto?-. Preguntó tímida-.
-Lo intentaré-. Respondió y fue saliendo de la habitación-.

Oksana vio salir de la habitación a Nastya, tenía sentimientos encontrados por un lado sabía que la extrañaría demasiado, pero confiaba en ella, era sólo una prueba que pasarían con éxito, porque ella la amaba tanto como para esperarla todo el tiempo que fuera necesario.


Yulia tomó el ascensor con dirección a la habitación de Ekaterina. Cuando abrió esperaba que la chica estuviera ya haciendo sus maletas, pero no fue la imagen con la que se encontró. Ekaterina estaba de pie cerca de uno de los ventanales, con su mirada perdida mirando hacía algún punto lejano.
La morena se fue acercando con cuidado y la abrazó por la espalda cariñosamente, apoyando su mentón en el hombro de su novia.

-¿En qué piensas?-. Susurró el oído la morena-.
-En ti-. Contestó manteniendo la postura-.

Yulia sonrió, le gustaban esas respuestas tan sinceras de su novia, pero antes de que pudiera decir algo la chica se giró.

-Tenemos que hablar, Yul-. Pidió-.
-¿Sobre qué?-. Preguntó preocupada al ver la expresión en el rostro de Katia-.

Ekaterina le tomó la mano y la dirigió a uno de los sofás de dos cuerpos que decoraban la habitación, se sentaron muy cerca una de la otra.

-Se lo que pasó con Elena en el avión-. Contestó Ekaterina con sus ojos verdes fijos en los azules de Yulia quien no se esperaba esa respuesta-.
-Yo te lo puedo explicar-. Se defendió-.
-¿Estás segura que lo puedes hacer?-. Preguntó casi en forma retorica-.
-Katia yo, no volverá a pasar, fue un impulso que no pude controlar, yo no quería engañarte, no quiero que nuestra relación termine, te quiero-. Intentaba explicarse pero no con mucho éxito-.
-No puedes estar segura que no volverá a pasar porque de hecho ya ha pasado otras veces, y aunque no lo hayas querido me engañaste y eso duele, sobretodo porque aunque nos hemos prometido decirnos la verdad, tú me lo ocultaste, me mentiste-. Recriminó la chica de ojos verdes-.
-No te lo dije porque no te quería perder, tenía miedo de que si lo sabias ibas a romper conmigo, y no quiero que eso pasé-. Contestó intentando tener algún tipo de contacto físico pero no lo consiguió-.
-¿No quieres romper? ¿Quieres estar conmigo? Yo no creo que estés segura de eso Yulia, yo creo que tú no sabes aún con quien quieres estar, si fuera sólo un beso yo te lo perdonaría, pero ambas sabemos que no es algo tan simple-. Exclamó levantándose estaba perdiendo la calma-.
-¡Yo te elegí a ti! Tú eres mi novia y te quiero a mi lado-. Copiando la acción de Ekaterina y tomando uno de sus brazos para que la mirara-.
-¿Y Lena? Dime mirándome a los ojos que no quieres estar con ella-. Exigió-.

Yulia se quedó en absoluto silencio, no podía negarlo pero tampoco afirmarlo, seguía ahí en medio, entre Elena y Katia. La quería a las dos, de la misma forma.

-Eso responde mi pregunta-. Dijo Ekaterina amargamente-. Yo te amo Yulia, y te dije que lucharía por ti, de hecho si no te amara tanto habría roto contigo sin siquiera escucharte, pero ya no se cuanto más pueda seguir así, necesito que tú estés segura de que es conmigo con quien quieres estar…-.
-Quiero estar contigo, sólo dame otra oportunidad sí? Me alejaré de Elena si es necesario para que lo nuestro funcione-. Expresó con dolor, alejarse de su pelirroja era algo que iba contra su naturaleza, siempre habían estado juntas-.
-No, la que se va a alejar soy yo-. Contestó firme-.
-¿Cómo? ¿Estás rompiendo conmigo?-. Preguntó y sus ojos se cargaron de lágrimas-.
-No, simplemente creo que nos hará bien estar un tiempo separadas, necesito saber si me extrañas o me necesitas como yo a ti, si soy alguien realmente importante en tu vida Yul, así que me quedare aquí, y cuando tú estés absolutamente segura de que es conmigo con quieres estar me lo dices, sino, trataré de entenderlo y aceptarlo-. Explicó Ekaterina-.
-Yo…no quiero…-.
-Sabes que es lo mejor, yo voy a esperarte eso te lo prometo, podemos seguir hablando, te llamaré, pero no puedo seguir contigo teniendo la duda constante de si piensas en otra persona, mientras estás conmigo-.
-Yo no quiero hacerte daño, no lo mereces y si tú crees que es lo que necesitamos, lo respetaré y tomaré una decisión, pero por favor nunca dudes de mis sentimientos por ti, porque de verdad te quiero, te quiero tanto que siento que la mitad de mi corazón se queda aquí contigo-. Confesó la morena y se fundió en el pecho de su novia-.
-Espero que algún día sea tú corazón completo quien me quiera-. Contestó y la tomó del mentón para darle un beso-. Ahora tienes que bajar, Vika y Nastya te esperan para llevarte al aeropuerto, los demás ya deben estar allá-.

Yulia hizo un gestó de afirmación y la volvió a besar, se la hacía tan difícil irse sin Ekaterina, nunca pensó en que eso pudiera pasar cuando llegó a esa ciudad. Pero algo dentro de sí le decía que era lo correcto, por mucho que quisiera que su relación funcionara aún quería a Elena, tanto que cada vez que la tenía cerca le producía querer besarla, más cuando la pecosa le decía que aún la amaba.

-¿No iras al aeropuerto?-. Preguntó la morena-.
-No, prefiero quedarme, pero te llamaré para saber que todo el viaje estuvo bien-. Respondió-.
-Estaré esperando-.

Ekaterina vio a Yulia atravesar la puerta y sus lágrimas salieron a montones, se había mantenido fuerte y firme, pero lo cierto era que sabía lo que estaba arriesgando, sabía que quedándose estaba dejándole el camino libre Elena Katina para que reconquistara a Yulia, pero tampoco podía seguir en esa situación. Ahora sólo quedaba esperar, el tiempo diría si su morena de verdad la había elegido a ella.
Yulia bajó al lobby del hotel y ahí estaban Viktoria y Nastya esperándola. La rubia durante él viaje, le contó acerca de sus planes de quedarse en la ciudad por parte de sus vacaciones, y aunque le iba a hacer falta su mejor amiga, entendió perfectamente las razones de la rubia, por lo que le deseó suerte y la abrazó con fuerza, también le pidió a Vika que cuidara de ella y de Ekaterina, por alguna razón aunque no conociera mucho a esa chica le inspiraba confianza.
Cuando llegaron al aeropuerto ya estaban todos los demás integrantes de Neposedi. Fijaron su vista en las chicas y más de algún comentario se generó al ver el nuevo look de Nastya, y al enterarse que la rubia no viajaba de vuelta con ellos. Yulia no respondió preguntas y abordó en absoluto silencio el avión. Se sentó donde correspondía y al mirar el asiento vacío a su lado, derramó unas lágrimas. Ekaterina definitivamente no volvía, esa era la evidencia de que todo era real. Estaba otra vez sola.
Perdió su vista por la pequeña ventanilla que mostraba una visión de la gran ciudad. Estaba tan inmersa en sus propios pensamientos que no advirtió que alguien se sentó a su lado hasta que pusieron una mano sobre la suya, desvió su mirada de inmediato para encontrarse con dos ojos verdigrises que no se podían igualar a la belleza que las cubría. No hubo palabras, no era necesario, el calor que le produjo esa sencilla y simple muestra de cariño la tranquilizó. No estaba sola.
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Mensaje por andyvolkatin 12/15/2016, 12:34 am

Hola Very Happy
que capitulo tan espectacular
paso de todo en ese viaje
vamos aver que va a pasar en el veranos
y despues de el porque de todo puede pasar como
se vio en el capitulo
escribes excelente y espero la continuacion pronto cheers cheers
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/18/2016, 7:15 pm

Capitulo Diecisiete: ... Entre nostalgias y reencuentros

Primera semana:

Cinco días después, Elena despertaba con una sonrisa. Había tenido un sueño hermoso. Se estiró con pereza y se levantó de su cama, abrió las cortinas y le dio la bienvenida al soleado día de verano.
Tenía una sensación de que ese día sería especial, algo dentro de ella le decía que las cosas de ahora en adelante sólo mejorarían.

Desde su regreso a Moscú, no había visto ha Yulia. Sin embargo, hablaban por teléfono todos los días. En las noches la morena se aseguraba de llamarla para hablarle de su día y saber de ella. Era como cuando eran las mejores amigas inseparables. Si bien, esas conversaciones le encantan y la hacían pensar que estaba recuperando terreno, no le era suficiente, necesitaba verla, tomarle la mano, sentirla cerca.

Pero respetaba lo que Yulia le había pedido, sabía que la morena necesitaba estar sola, aclarar su mente, procesar todo lo que había pasado en St. Petersburgo, y no quería presionarla.
Aunque le había dolido cada rechazo de Yulia, cada vez que la dejaba y corría detrás de Ekaterina, sabía que aún tenía esperanza. Lo sabía porque los ojos de su morena jamás habían podido mentirle, y cuando la miraban aún veía amor, amor por ella.


Flash back, cinco días antes en el avión de vuelta a Moscú.

Elena se había sentado al lado de Yulia esperando poder hablarle, se sentía culpable, sabía que la única causa probable del porqué Ekaterina no había regresado con ellos era que se hubiera enterado de lo que pasó entre ella y Yulia.

Se ubicó en silencio, no sabía que decir, porque aunque sonara egoísta su alegría de tener la posibilidad de estar con Yulia sin interrupciones, sin novia de por medio, era mucho mayor que su sentimiento de culpabilidad. Miraba a Yulia de forma intensa, esperando que la sintiera. Se dio cuenta de lo afectaba que estaba, y sólo atinó a poner su mano sobre la de su ojiazul.

-Lena…-. Dijo Yulia en casi un susurro-.
-Lo siento…-. Expresó la pelirroja, quien no soportaba ver triste a su morena-.
-No es tú culpa, la única culpable de todo soy yo-. Contestó sin mover su mano-.
-No sólo es tu culpa…yo…-.
- Lena-. Interrumpió- La única culpable soy yo, porque no he actuado de manera correcta, ni con Katia ni contigo, todo este tiempo he sido una cobarde, porque en el fondo no soy capaz de estar sin ninguna de las dos, lo que no ha sido justo, porque al estar de novia con Ekaterina debí serle sincera no besarte, no porque no lo deseara, sino porque te sigo haciendo daño, al no dejarte ir como prometí-. Confesó la morena quien había dejado caer algunas lágrimas-.
-Yul…no seas tan dura contigo, yo tampoco te he dejado ir, yo he seguido insistiendo en que estés conmigo, tampoco he actuado de la mejor manera-. Expresó la pelirroja sujetando con más fuerza su mano-.
-Es la verdad Lena, la responsable de esto soy yo y nadie más que yo, soy egoísta, y con mi egoísmo dañé a las personas que más quiero…-. Dijo bajando la mirada-.
-Yul…-.
-Ni siquiera deberías estar aquí consolándome, yo te besé y luego te alejé, y el que esté confundida no es justificación para el como he estado actuando...-.
-Lo sé, pero tienes que saber que yo no me alejaré de ti, aunque me lo siguieras pidiendo no lo iba a hacer, y eso también es egoísta, interferí en tu relación porque quería ser sólo yo quien te hiciera feliz…-. Confesó también la pelirroja-.
-Tú me haces feliz, con las cosas que las personas pueden considerar simples o cotidianas tú me hacías feliz…-. Expresó con una sonrisa nostálgica-.
-¿Te hacía?...Tú... ya no…ya no sientes algo por mi?-. Expresó dudosa y con miedo-.
-Los sentimientos ya no son los mismos, pero siguen aquí en mi corazón, te quiero, eres tantas cosas para mi Lena, que ni siquiera puedo explicarlo con palabras. Eres mi mejor amiga, mi primer amor, mi complemento, si existe eso de la almas gemelas, estoy segura que tú eres la mía, eres la niña con la sonrisa más dulce y los ojos más sinceros que he conocido…-. Expresó la morena manteniendo su sonrisa-.
-Pero…-. Porque conocía a Yulia, y sabía que había un pero-.
-Pero nunca pensé que me dolería tanto dejar a Katia, ella ha sido mí ángel guardián, quien me consoló cuando lloraba, quien me dio fuerza, me apoyó y me hizo sonreír de nuevo, con ella volví a confiar, a querer y darme cuenta que alguien si podía enamorarse de mi… -.
-Entonces… ¿La quieres más que a mí?-.
-Si la quisiera más que a ti ¿te habría besado?, ¿Pensaría en ti y en lo diferentes que pudieron haber sido las cosas si no me hubieras rechazado?, ¿Estaría aquí en vez de haberme quedado en St. Petersburgo y luchado por su perdón?, No lo creo Lena, pero tampoco me siento bien ahora, porque ahora aquí estando contigo, tampoco puedo sacármela de la cabeza-. Reflexionó-.
-No logro entenderte Yul… ¿Qué quieres que haga?-. Le preguntó confundida-.
-Tú ya no tienes que hacer nada Lena, tú seguiste tras de mi aunque te rechacé muchas veces, y eso me hizo darme cuenta que me quieres de verdad, ahora soy yo la que tengo que hacer algo, yo necesito estar sola, es la única manera de no seguir haciéndoles daño…-. Expresó convencida-.
-¿O sea que cuando bajemos del avión ya no sabré de ti?...-.
-No creo poder estar sin saber de ti, nunca lo he logrado y eso lo sabes…va a ser muy difícil, no me gusta estar sola, pero debo hacerlo, es momento de que aprenda a estarlo, igual si estás de acuerdo, puedo llamarte…-. Preguntó con timidez-.
-Estoy de acuerdo, sé que este tiempo lo necesitas-. Aceptó-.

Durante el vuelo fueron pocos los momentos en que sus manos estuvieron lejos una de la otra, sus miradas eran reiteradas, y Elena sintió como esa sonrisa que de un tiempo ha esta parte se había alejado de ella, volvía a alojarse en su rostro.

Fin Flashback.


Mientras el agua más helada que tibia, comenzaba a recorrer su cuerpo, intentaba pensar que podría pasar, durante este tiempo que Yulia le había pedido. Sabía que su morena tenía sentimientos por ella, eso nunca se lo había negado, pero también que quería a la otra chica, de hecho le aclaró que ellas no habían terminado, se estaban dando un tiempo.

El mismo tiempo que debía utilizar a su favor. Salió de la ducha envuelta en una toalla que tapaba lo justo de ese tonificado y atlético cuerpo. Mientras se secaba y pensaba en que se pondría ese día, detuvo su mirada en ese rincón de su habitación en donde tenía muchas fotografías junto a Yulia.

Desde aquella primera presentación teatral en primaria, cuando tenían apenas ocho años, pasando por sus primeros campeonatos en la escuela, cuando ganaron las regionales cuando estaban en Neposedi. Se mostraban en distintos escenarios, edades, ahí estaban sus recuerdos. Es toda una vida juntas, pensó. Y esa sonrisa nostálgica apareció en su rostro.

-Es toda una vida juntas, eso debe significar algo-. Pensó otra vez pero ahora lo dijo en voz alta-.

Se terminó de vestir para bajar a desayunar con sus padres, le gustaba compartir con ellos, y por sus trabajos por lo general era el desayuno y la cena lo que podían disfrutar en familia.

Cuando ya estaba sola otra vez en casa, se dio cuenta que no quería desperdiciar ese día tan hermoso ahí, por lo que buscó su bolso y salió. Caminar le haría bien para pensar.
Sus pasos eran alegres y fluían como si bailara, iba con sus audífonos puestos y con seguridad ya podía imaginar cada paso de baile para esa canción, era algo que no podía evitar, escuchaba música e inmediatamente comenzaba a moverse. Le gustaba bailar, hacerse entender a través de la música. Era su pasión y la amaba más que nada...

Sin pensar conscientemente donde quería ir, llegó al Gorky Park. Siguió avanzando, ese siempre había sido uno de sus lugares favoritos en la ciudad. Un señor de mediana edad estaba vendiendo unas bolsitas con comida para alimentar los patos del estanque. Le compró uno y caminó hacía una de las bancas cercanas, en realidad no a cualquier banca, se dirigía a una en específico a la que solían ir ella y Yulia.

Cuando ya le faltaban unos cuando metros para llegar, distinguió la silueta de una persona que estaba sentado en su banca, su primera reacción fue algo de molestia, pero al seguir acercándose eso cambió radicalmente. Quien estaba ahí era su Yulia, con la mirada perdida en alguna parte, con su gesto pensativo, con sus manos entrelazadas jugando entre ellas, ahí estaba, tan ida y sin si quiera ser consciente de que en esta sencilla posición irradiaba una belleza impresionante.

Elena tuvo el impulso de darse vuelta y volver por donde vino. Se sentía una intrusa entrometiéndose en ese momento en soledad que tenía Yulia. Pero al parecer su cuerpo, se negaba a hacerle caso, en realidad, a realizar cualquier movimiento. No avanzaba ni retrocedía, sólo se mantenía ahí, apreciando a esa morena que tanto extrañaba.

-Te vas a quedar ahí o vas a acercarte y sentarte junto a mí-. Expresó Yulia, quien al momento se giró para posar esos hermosos ojos color cielo sobre ella-.
-Yo…no quise interrumpir, parecías concentrada en algo-. Se excusó la pelirroja avanzando los pasos que faltaban para llegar hasta ella-.
-Tú nunca interrumpes Lena-. Contestó gentil y con esa sonrisa que a la pelirroja la derretía completamente-.
-¿Cómo supiste que era yo?, No me estabas mirando…-.
-No necesito mirar para saber que estas cerca de mí, simplemente lo siento…-. Contestó apoyando uno de sus codos en el respaldo para mirarla fijamente-.
-Te he extraño estos días…-.
-Hemos hablado por teléfono, anoche hablamos mucho…-. Le recordó-.
-Sí, pero por teléfono no puedo hacer esto-. Respondió y le tomó cariñosamente la mano, adoptando la misma posición de la morena-.

Yulia le acarició con dedicación la mano a Lena. Lo cierto era que ella también la había extrañado, y mucho.

-Yo también te extrañé…-. Expresó-.
-¿En serio?-. Preguntó con una sonrisa que podría iluminar el más nublado de los días-.
-Sí-. Ratificó-. Quería verte, pero no sabía como pedírtelo, no quería que pensaras que otra vez estaba jugando diciéndote una cosa primero, para después pedirte lo contrario-.
-Sabes que conmigo no es necesaria una explicación, con un simple "quiero verte" habría sido suficiente, sin preguntas de mi parte-. Dijo la pelirroja-.

Siguieron mirándose fijamente por un par de minutos más. Lena abrió la bolsita que traía consigo y comenzó a lanzar comida. Los patos salían uno por uno y eso produjo que soltara una sonora carcajada.

Yulia la miró y sonrió, eso era una de las muchas cosas que amaba de Elena, como de un segundo a otro podía transformase en una niña pequeña a la que hacían feliz cosas tan simples.

Pasaron un tiempo ahí, disfrutando de la compañía mutua, recordando cuando pasaban tardes enteras ahí.

El celular de Yulia sonó, tenía un nuevo mensaje.

-¿Tienes que irte?-. Preguntó Lena con un gesto de decepción-.
-Sí, es de Samir, hoy le dio por preparar el almuerzo y me decía que ya estaba todo casi listo-. Contestó-.
-Entiendo, nos vemos ¿Pronto?-. Contestó insegura, no quería separarse de ella-.
-Porque mejor no vienes conmigo, así no me intoxico sola-. Le pidió con una sonrisa-.
-Me encantaría-. Aceptó-.

Se levantaron y caminaron. Lena tuvo la intensión de tomarle la mano, pero se arrepintió no quería apurar las cosas, paso a paso, se decía a si misma, aunque su cuerpo en ocasiones se mandara solo y la rozara furtivamente en busca de contacto.

No tardaron mucho en llegar a la residencia Volkov. Era una de las ventajas de vivir cerca, las distancias siempre eran cortas.

Yulia abrió la puerta de su casa y se fueron directamente a la cocina. No había rastro de Samir, pero si una gran cantidad de ollas sucias, sartenes y otras cosas. Su hermano siempre que intentaba
cocinar ensuciaba una cantidad impresionante de cosas, aunque fuera lo más simple. "Hombres", pensó, Yulia.

-¡Lena!-. Exclamó Samir y la abrazó fuerte tomándola para darle unas vueltas en el aire-.
-¡Samir!-. Contestó alegre la pelirroja-.
-Porque a mi no me recibes así?-. Comentó Yulia cruzándose de brazos-.
-No te pongas celosa hermanita-. Le respondió el joven bajando a Lena-.
-Espero que no te moleste tener una invitada, pero me moría de ganas de probar como cocinas-. Dijo la pelirroja-.
-Morir es el riesgo que corres al comer-. Señaló la morena con burla-.
-Yul…-. Dijo en tono de regaño la pecosa-.
-No me afectan tus comentarios hermanita, después de que pruebes mi comida caerás rendida a mis pies-. Respondió Samir-.
-Eso lo veremos-. Retó la morena-.

Samir agregó otro puesto en la mesa, sus padres estaban en sus respectivos trabajos por lo que sólo serian ellos tres.

-¿Y que tal lo pasaste en St. Petersburgo?-. Le preguntó Samir a la pelirroja-.
-Bien, estuvo intenso, fueron cuatro días pero hicimos muchas cosas, incluida una noche de locura en la ciudad-. Contestó con una amplia sonrisa recordando la noche con Oksana y Anya-.
-¿Cómo que locura en la ciudad?-. Preguntó Yulia sorprendida-.
-Sí-. Confirmó la pelirroja-.
-¿Y que hiciste esa noche de locura?-. Interrogó la morena con una ceja levantada-.
-Si lo recordara te lo diría, sólo sé que Oksana, Anya y yo despertamos en la misma cama con una resaca horrorosa-. Contestó la pelirroja-.
-¡Como que despertaste en la misma cama que Tarasova y Kuznetsova!-. Exclamó la morena, y muchas imágenes pasaron por su mente demasiado rápido como para poder detenerlas-.
-Cálmate sí-. Pidió la pelirroja con calma-. Despertamos en la misma cama porque Sasha nos tuvo que llevar al hotel. Bebimos demasiado, no porque pasara algo de lo que te estás imaginando-. Aclaró-.
-No…me imaginé nada-. Contestó la ojiazul-.

Samir no había intervenido, se había limitado a reír al escuchar la historia de Lena y la reacción de Yulia. Le causaba gracia ver la cara de su hermana ante la declaración de Elena, esos eran claramente celos.

Después del almuerzo, "en familia", como lo llamó Samir, decidieron ver una película para pasar el resto de tarde que les quedaba.

-¡Te dije que no voy a ver ninguna de tus películas de terror!-. Exclamaba Yulia discutiendo con su hermano-.
-Tienes que crecer en algún momento, y dejar de pensar que los monstruos de las películas van a venir acosarte mientras duermes-. Contestó Samir burlándose de Yulia y el miedo que la asolaba cuando era niña-.
-¡No creo eso!... Simplemente no me gustan-. Se defendió la latina con algo de rubor en sus mejillas-.
-A mi tampoco-. Apoyo Britt-.
-Somos dos contra uno así que veras lo que nosotras queramos-. Dijo la morena de manera triunfante-.
-Entonces prefiero ir a mi habitación, la verdad tengo que revisar algunas cosas de la Universidad-. Expresó el joven-.

La verdad era que no tenía mucho que hacer, pero notaba como las chicas se habían regalado miradas durante todo el almuerzo por lo que optó por dejarlas a solas. Necesitaban recuperar el tiempo perdido.
Yulia puso el primer DVD que no fuera de terror, y no porque su hermano rememorara su temor de infancia, sino porque ese tipo de películas nunca habían sido de su gusto, además con Lena ahí prefería inclinarse por algo más ¿romántico?.

Ciertamente el argumento de la película dejó de captar su atención cuando Elena, quien se había mantenido a su lado en el sofá pero conservando una pequeña distancia, optó por ponerse más cómoda y apoyó su cabeza sobre sus piernas. Como acto inconsciente ella comenzó a acariciarle el cabello amorosamente.

Se perdió en aquellos delgados cabellos que si se veían con dedicación podían ser sólo igualados con un hermoso atardecer de esos que les regalaba el verano, esos que muchas veces las sorprendieron juntas en su habitación. Los recuerdos se apropiaron de su mente, sus primeras veces juntas, cuando se conocieron, cuando a tan corta edad Yulia se había dado cuenta que esa distraída y adorable pelirroja era irremplazable en su vida.

Elena presintiendo esa mirada intensa que estaba sobre ella, se volteó para mirarla directamente a los ojos. No podía descifrar con exactitud en que pensaba su morena, sin embargo, le provocaba una sensación fascinante, tanto que en su estomago se comenzaron a formar pequeños cosquilleos, esos que le gritaban en su interior que rompiera esa exigua distancia y la besara, la besara para que se diera cuenta que ellas eran almas gemelas.

Yulia, rompió el contacto visual y se acercó con cariño depositando un tierno beso en la frente de la pelirroja.

-Te quiero-. Dijo la morena-.
-Y yo a ti Yul-. Contestó de inmediato la otra chica-.

Después de eso volvieron a su posición anterior, Yulia intentó volver a poner atención en la película, pero le era imposible, cuando estaba con Lena todo a su alrededor desaparecía.
Pasaron varias horas entre conversaciones cotidianas en el sofá o viendo programas en la televisión, no importaba lo que estuvieran haciendo, mientras estuvieran las dos juntas.

-Creo que es tarde, debo ir a casa-. Expresó la pelirroja-.
-Vamos, yo te llevo-. Ofreció Yulia-.
-No es necesario, no vivimos muy lejos, puedo caminar-. Contestó-.
-Si es necesario, tú lo dijiste es tarde no quiero que andes por ahí sola-. Insistió la morena-.
-Ok, vamos entonces-. Aceptó la pecosa que sabía que Yulia no iba a aceptar un no por respuesta-.

Subieron al escarabajo descapotable de la morena y Lena de inmediato se apropió de la radio del vehículo, comenzando a seguir la música con su melodiosa voz. Yulia la observaba de reojo y sonreía.

Al llegar a la residencia Katin, Yulia bajó para acompañarla a la puerta, ¿era amabilidad o esa insistente necesidad de no separase de ella?.

-Creo que aquí nos separamos-. Pronunció la morena-.
-Así es-. Contestó jugando con sus llaves-.

Hubo un pequeño silencio, ambas querían decir algo pero no sabían como.

-Yo me…-. Dijeron al unísono, al darse cuenta que hablaron al mismo tiempo ambas soltaron una carcajada-.
-Tú primero-. Expresó Yulia-.
-Yo me preguntaba si nos podemos ver…en estos días, ir al parque o al cine, sé que tú me pediste…-. Decía algo nerviosa bajando la mirada, no quería otro rechazo-.
-Me encantaría-. Interrumpió Yulia-. Cuando llegue a casa te llamo y coordinamos algo, ¿te parece?-.
-Claro que sí-. Respondió no pudiendo ocultar su emoción y saltándole encima a la morena-.
-En eso quedamos, ahora me tengo que ir, mis padres ya deben haber llegado y hoy hay cena familiar-. Explicó-.
-No hay problema, espero tú llamado-.
Cuando se fueron a despedir de un beso en la mejilla, giraron torpemente hacía el mismo lado, produciendo un fugaz roce de labios. Las tomó desprevenidas, no era la intensión de ninguna de las dos.
-Yo…lo siento-. Se disculpó la morena-. Hablamos, buenas noches Lena-. Se despidió y se alejó rápidamente-.

Elena se quedó en la puerta observando como Yulia se subía a su auto, como muchas veces antes lo había hecho, pero ahora algo era diferente. En sus labios guardaba esperanza. Ese día no podía terminar mejor.

Segunda Semana:

Ekaterina manejaba por las calles de St. Petersburgo. Parte de ella ya había perdido la costumbre de transitar por esas calles congestionadas, llena de conductores gritando improperios porque otro demoraba unos segundos más en acelerar en un semáforo, es muy diferente en Moscú, pensó. Extrañaba Moscú, pero por sobre todo extrañaba a Yulia.

Estacionó su auto en el edifico donde vivía Vika, había quedado de pasar por ella y Nastya. Hoy su amiga se graduaba de la escuela y quería que la acompañara.

Entró al departamento, su mejor amiga le había dado una llave extra para que fuera cuando ella quisiera, después de haber rechazado la oferta de ir a vivir con ella y Nastya mientras estuviera en la ciudad. No la había rechazado porque no quisiera compartir con ellas, era simplemente que de un tiempo a esta parte, necesitaba estar sola.

No avisó de su presencia, simplemente se dirigió al dormitorio de Vika.

La chica de cabellos castaños y mechas amarillas, estaba frente al espejo colocándose el blazer correspondiente al uniforme de la Academia Yakovlev.

-Algo que agradezco de estudiar en una escuela pública ahora es que ya no tengo que usar ese horroroso uniforme-. Expresó Ekaterina para captar la atención de su amiga-.
-¿Estás insinuando que me veo horrorosa?-. Pregunto Viktoria fingiendo sentirse ofendida-.
-Sabes nada podría verse horroroso en ti-. Dijo acercándose hasta estar a su lado y abrazarla amorosamente-.

Las chicas rieron por un momento, mientras Vika terminaba de arreglarse.

-¿Cómo has estado?...No habías venido a vernos ni nada…-. Dijo con algo de preocupación en su voz-.
-Bien-. Contestó escuetamente-.
-¿Segura? Sabes que puedes ser honesta conmigo… ¿Has hablado con Yulia?-.
-Sí, hemos hablado por teléfono, me ha llamado algunas noches y yo otras-. Respondió-.
-¿Y como están las cosas?-.
-No lo sé, algunas noches me dice que me extraña, que le gustaría que estuviera allá y otras está distante y me habla lo justo, así que verdaderamente no sé como están las cosas-. Explicó con un dejo de pesar en su voz-.
-¡Vika el chofer nos está esperando!-. Avisó Nastya quien venía entrando a la habitación-.
-Hola Nastya-. Saludó Katia-.
-Hola, no sabía que ya habías llegado-. Contestó la rubia-.
-Sólo llevo un par de minutos-. Expresó-. Te ves bien ¿Cómo han sido tus primeras semanas en la ciudad?-. Preguntó-.
-Gracias-. Respondió al cumplido-. Han sido toda una locura, Vika me ha llevado a visitar cada día un lugar diferente, y por las noches en el Mercury, en dónde creo ya me transformé en clienta frecuente-. Contó la rubia con una sonrisa-.
-No esperaba otra cosa, con Vika es imposible no volverte adicta a las fiestas-. Comentó la morena de ojos verdes-.
-¡Hey estoy aquí y yo nunca he obligado a nadie a salir conmigo! Y ahora muevan sus lindos traseros que no quiero llegar tarde a mi graduación, entre antes de por finalizada mi etapa estudiantil mejor-. Dijo la chica tomando su toga y birrete para salir de la habitación-.

El viaje fue agradable, era conocido que con Vika no se pasaban penas.

-¿Y no has extrañado Moscú?-. Preguntó Katia-.
-¿Puedes extrañar Moscú estando en la segunda ciudad más concurrida del país?-. Contestó la rubia con otra pregunta-.
-Creo que no, pero puedes extrañar…personas que están allá-. Insistió la morena en clara referencia a la ex novia de Nastya-.
-A veces es mejor dejar de pensar en las personas que no tienes junto a ti-. Fue la inesperada respuesta de la rubia-.
-¿No has hablado con ella?-.
-No, la verdad si la llamó no sabría que decirle, es mejor que aclare mi mente y después hable con Oksana…-. Contestó la rubia intentando no seguir con el tema-.

Cuando llegaron a la academia Yakovlev donde sería dispuesta la ceremonia, a Nastya le impresionó la belleza del edificio, era de arquitectura antigua y ocupaba toda una manzana. Entre las personas que ahí estaban podía identificar Senadores, hombres de negocios, todos elegantes. De pronto un hombre de mediana edad pero con un aire jovial se acercó a ellas.

-¡Hola!-. Saludó y le dio un fuerte abrazo a Vika-. Por fin mi pequeña se gradúa-.
-¡Viniste!-. Contestó la joven con sorpresa-.
-Claro, no me podía perder tu graduación-.

Nastya había compartido casi dos semanas con Viktoria, y en ese poco tiempo se atrevía a decir que la consideraba su amiga. La chica le ofreció su departamento, su amistad y su compresión, sobretodo en las noches en que a Nastya se le pasaba la mano con las copas y terminaba deprimida diciendo lo mucho que extrañaba a Oksana. Nunca se había aprovechado de las circunstancias ni intentado algo con ella, no pasaba de decirle algún cumplido que sabía no eran reservados sólo para ella, sino parte de su extrovertida personalidad.

De este tiempo de convivencia había aprendido también cosas sobre ella. Lo primero que le llamó la atención era que viviera sola, y la respuesta la obtuvo un día que Vika en un arranque de sinceridad le dijo que sus padres nunca tenían tiempo para ella, su padre un famoso y exitoso productor musical llevaba meses en Los Angeles y su madre después del divorcio se había dedicado a viajar por el mundo sin poner atención a su hija. Ahí entendió muchas cosas sobre ella.

Ekaterina había saludado al padre de Viktoria y luego se disculpó diciendo que daría una vuelta por su antigua escuela, mientras comenzaba la ceremonia. Entró al edificio que guardaba gran parte de los recuerdos de su vida. Desde que era una niña había corrido por aquellos pasillos.

Subió por las escaleras buscando su lugar preferido, donde solía esconderse cuando necesitaba estar sola o pensar en algo. Estaba perdida recordando sus vivencias en aquella escuela cuando una voz conocida la sacó de sus pensamientos.

-Pensé que este lugar era mio ahora-. Exclamó Anya acercándose a ella-.
-¿Siempre tiendes a apropiarte de lo que no es tuyo?-. Contestó Ekaterina girándose para estar frente a frente-.
-A veces-. Dijo con una sonrisa-.

Ekaterina la miró fijamente y verla con ese uniforme le traía tantos recuerdos. Ese lugar, esa chica, ese perfume intoxicante que usaba Anya le estaban produciendo sentimientos que no se esperaba. Nostalgia, se dijo a si misma.

-¿Qué haces acá?-. Rompió el silencio la rubia-.
-Acompaño a Vika, no estaba segura si su familia vendría y no quería estar sola-. Contestó-. ¿Y tú?-.
-Yo tenía que venir porque soy la presidenta de la mi clase-. Respondió-.
-Lo había olvidado, me alegra que hayas conservado tú reinado después de que me fui-. Dijo con una sonrisa-.
-Nunca fue lo mismo sin ti-. Expresó y bajó la mirada-.

Ekaterina guardó silencio después de esa inesperada respuesta, no sabía que decirle.

-Será mejor que me vaya, si viniste aquí es porque quieres estar sola-. Dijo la rubia-.
-Anya…-. Y tomó su mano para detenerla-. Yo te debo una disculpa-.
-¿Por qué?-. Preguntó descolocada sin soltar la mano de su ex novia-.
-Cuando me dijiste lo de Yulia, reaccioné horrible contigo, no te lo merecías, tú sólo estabas pensando en mi, de verdad lo siento-. Se disculpó la morena con sus ojos verdes fijos en los de Anya-.
-Lamento haber sido yo quien te lo dijera, pero tú sabes que no voy a permitir que nadie te lastime, me arriesgué sabiendo que era posible que me odiaras, pero prefería eso a que siguieras engañada-. Señaló la rubia sin romper el contacto visual-.
-Y ahora te agradezco por eso… ¿Aceptas mis disculpas entonces?-. Preguntó nuevamente con una sonrisa encantadora-.
-No lo sé, lo voy a pensar-. Respondió caprichosa-.
-Ok, te conozco lo suficiente para saber que ese "lo voy a pensar" quiere decir que quieres algo a cambio de disculparme-. Aseveró con seguridad la de ojos verdes-.

Anya río, podían pasar meses, pero ellas se conocían a la perfección. En momentos como ese era cuando más extrañaba no estar con ella.

-Me vas a decir que quieres o lo tendré que adivinar?-. Preguntó Katia-.
-Quiero que esta noche me invites un trago y bailes conmigo, porque estoy segura que Vika va a querer ir a Mercury a celebrar, así que te haces un tiempo y que sea sólo para mí-. Pidió la rubia con un aire insinuante-.
-Sí con eso logro que me disculpes, entonces nos veremos esta noche en el Mercury-. Aceptó la morena de ojos verdes-.

La rubia sonrió con suficiencia, en su interior ya la había perdonado porque entendía su reacción, pero tener a Ekaterina sólo para ella aunque fueran unos minutos era algo que no podía desperdiciar.

-¿Te acuerdas que pasó aquí?-. Preguntó la rubia acariciando la mano de la chica que se negaba a soltar-.
-Sí, tú cara de terror es algo que jamás voy a olvidar-. Contestó sonriendo-.
-¿Y como querías que reaccionara?... Era mi amiga la que me estaba besando, y yo creía hasta ese momento que yo era absolutamente heterosexual-. Dijo recordando cuando Ekaterina la besó por primera vez en ese mismo lugar-.
-¡Tú me habías provocado! Además yo estaba segura que no podrías resistirte a mis besos-. Expresó con arrogancia-.
-¡No me culpes a mí! Y no seas tan arrogante, aunque en esta escuela no hay muchas que se resistieron a ti y yo caí como todas…-.
-Tú nunca fuiste como todas, y cuando nos hicimos novias nunca vi a nadie más, estaba demasiado enamorada de ti como para arriesgarme a perderte-. Contestó recordando el comienzo en su relación-.
-Yo aún estoy enamorada de ti-. Reconoció Anya-.

Ekaterina otra vez se quedaba sin palabras ante esa hermosa rubia. No quería decir algo que pudiera herirla, pero tampoco podía darle esperanzas, porque su relación con Yulia aún estaba ahí, y sus sentimientos por la ojiazul aunque no se vieran seguían siendo fuertes y profundos.

Para su suerte su celular sonó, era un mensaje de Nastya avisándole que ya comenzaría la ceremonia.

-Tenemos que bajar, ya va a empezar-. Avisó Katia-.
-Nos vemos más tarde entonces-. Se despidió la rubia-.
-Nos vemos más tarde-. Afirmó-.

Salieron del edificio para dirigirse al exterior donde estaba perfectamente decorado con un escenario sobrio e imponente donde las alumnas recibirán sus diplomas. Ekaterina se sentó junto a Nastya, quien la miró como inspeccionándola. Se había dado cuenta que la morena no estaba sola, y eso le causó curiosidad.

-¿Todo bien?-. Preguntó la rubia-.
-Sí-. Respondió-.

La ceremonia estuvo llena de recuerdos de las egresadas, discursos y aplausos. Cuando finalizó Vika corrió a los brazos de Ekaterina. Quería compartir ese momento especial con su mejor amiga, porque ella había sido su compañía durante esa etapa.

Después de unos momentos más ahí decidieron que era momento de ir al departamento para cambiarse de ropa e ir a celebrar.
Ekaterina se despidió de las chicas y se dirigió al hotel, llevaba un traje y ese atuendo no era el mejor para ir de fiesta, sobre todo si era con Viktoria, a quien probablemente tendría que llevar no en muy buenas condiciones después. Acordaron una hora de encuentro y se separaron.

Nastya se miraba al espejo y en ocasiones le costaba reconocerse. No quedaba mucho de esa niña que quería ser perfecta a los ojos de los demás. Que usaba la ropa adecuada, se comportaba correctamente y hacía todo lo que esperaban de ella.

En la imagen veía a una chica que era más mujer que adolescente. Que estaba tomando decisiones por si misma y que por sobretodo ya no necesitaba la aprobación de nadie para sentirse feliz. Por un momento lo único que deseó para complementar esa imagen era a una pequeña castaña con una voz impresionante junto a ella.

La había extrañado cada día, cada noche, cada segundo, cuando caminaba por las calles de la ciudad, era imposible que Oksana no viniera a su mente. La imaginaba ahí, cumpliendo sus sueños, cantando, la imaginaba en lo más alto porque ella era la mejor y más apasionada persona que había conocido jamás, y lo merecía.
Por eso debía mantenerse alejada, porque en su última conversación en aquel dormitorio, Oksana le dio a entender que ella era un distractor, algo que se podría interponer en sus sueños, y eso no se lo perdonaría.

-Rubia ¿Estás lista?-. Preguntó Vika entrando a la habitación que ocupaba Nastya-.
-Si lo estoy-. Contestó aún ida-.
-¿Pasa algo?-. Preguntó-.
-Nada sólo pensaba…-. Dijo con un aire de tristeza-.
-¿Pensando en la pequeña otra vez?-. Insistió, no era primera vez que eso pasaba-.
-Sí-. Contestó bajando ligeramente la cabeza-.
-¿Por qué no la llamas?, habla con ella…-.
-¿Y que le digo?-. Preguntó insegura-.
-Dile que la extrañas, que tome sus maletas y se venga a disfrutar de la ciudad contigo-. Aconsejó la chica dándole ánimo-.
-No creo que sea lo correcto, no quiero seguir interfiriendo en su vida-. Expresó-.
-Pero ella…-. Iba a decir-.
-Vamos, recuerda que quedamos con Ekaterina y tú sabes cuanto odia esperar-. Cambió de tema radicalmente no dando espacio a más comentarios-.
-Ok, vamos-. Aceptó-.

Salieron del edificio con rumbo al Mercury, iban en silencio, Vika no quería hacer ningún comentario que pudiera afectar a Nastya. Si algo había conocido en estas semanas era el carácter cambiante de la rubia.

Cuando entraron como siempre sin hacer fila ni nada, sólo con un gestó de Viktoria e inmediatamente el guardia les daba el paso hacía el sector VIP.

Buscaron a Ekaterina con la mirada pero al parecer aún no llegaba, por lo que por mientras se ubicaron en una mesa y pidieron sus tragos. Desde aquella noche en que se le pasaron los White Russian, que la rubia no tomaba uno, ahora optaba por cosas más suaves y que la mantuvieran sobria por más tiempo.

-No quise decirte que hacer, sólo quería que te sintieras mejor-. Rompió el silencio Vika-.
-Lo sé, es que hablar de oksana no es fácil para mí, no todavía-. Contestó la rubia bebiendo un sorbo de su copa-.
-Te entiendo, ella es como tú primer amor, y es difícil dejarla ir…-.
-Con Oksana me siento completa, nunca nadie me había hecho feliz, bueno nunca creí que sería una chica la que me haría sentir de esta manera, menos la que torturé por años-. Recordó-.
-La primera chica siempre te deja marcada, y no siempre se logra olvidar-. Expresó la chica del pelo con mechas con algo de nostalgia-.
-¿Acaso alguien le rompió le corazón a Viktoria Záitseva ?-. Preguntó Nastya notando por donde iba el comentario de su amiga-.
-Sí, fue hace algunos años ya, con ella descubrí que me gustaban las chicas, fue mi primer beso, mi primera vez también, en realidad la primera vez de ambas-. Confesó con un halo de tristeza-.
-Esas son muchas primeras veces, ¿Y cómo la olvidaste?, ¿Algún consejo?-. Preguntó-.
-Cuando se terminó todo que nunca fue una relación, sino algo así como amigas con beneficios, me sentía tan mal que comencé a acostarme con todas las chicas que pude, lo que no es un buen consejo, sobretodo porque hay veces que creo aún la quiero-. Contestó-.
-¿Aún?, eso no me lo esperaba y porque entonces no luchas por ella, eres algo así como la chica más codiciada de este lugar…-.
-No tengo oportunidad, además si lo intento puedo perder más de lo que puedo ganar, y esa, amiga mía es otra diferencia con tú situación, tú sólo puedes ganar-. Insistió-.
-Hola chicas, lamento el retraso-. Saludó Ekaterina-.
- ¡Hola! …No te preocupes, aproveché el tiempo intentando hacer entrar en razón a Nastya-. Contestó Vika-.
-Entonces me retracto, no lamento el retraso…-. Corrigió la morena de ojos verdes con una sonrisa contagiando de las otras dos chicas-.
-¿Y no vas a pedir algo para beber?-. Preguntó Nastya-.
-Sí, pero iré a la barra…-. Contestó-.
-¿Qué, quieres ligar con alguien esta noche que iras a la barra?-. Preguntó Viktoria alzando sus cejas-.
-Siempre pensando en eso, te recuerdo que no sería correcto de mi parte-. Contestó más seria de lo que la chica esperaba-.
-Lo siento era sólo un comentario-.
-No hay problema, no quise que sonara así, voy por un trago y vuelvo-. Respondió-.
-¡Dios anda con un carácter que ni ella se entiende!-. Exclamó la chica una vez que Katia se había ido-.
-Entiéndela, no debe ser fácil. Las cosas con Yulia al parecer no están bien, y Ekaterina está enamorada…-. Pidió la rubia-.
-Ekaterina siempre se enamora de chicas que lo único que le hacen es daño-. Comentó-.
Ekaterina volvió a la mesa con sus amigas y brindaron por la graduada. Conversaron de todo menos de dos ciertas chicas que estaban en Moscú.
-¡Quiero bailar!-. Exclamó Vika más "contenta" que hace unas horas atrás-.
-Yo voy contigo-. Expresó la rubia quien ahora se la estaba pasando bien-.
-¿Ekaterina, vienes?-. Pregunto la chica del cabello con mechas rubias-.
-No, más tarde-. Contestó-.

Vio como sus amigas se alejaron para situarse en el centro de la pista de baile. Las veía divertirse y jugar entre ellas. Luego giró su mirada hacía la barra y ahí estaba. Anya la veía en forma intensa, lucía realmente hermosa. Terminó de beber su copa y caminó hacía ella.

-¿Me vas a dar lo que me debes?-. Preguntó Anya de entrada-.

Ekaterina respondió con una sonrisa y con gestó hacía el bartender.

-No me gusta deberle cosas a las personas-. Contestó-.
-Me parece, recuerda que después de que beba esto tienes que bailar conmigo-. Recordó-
-Lo sé, aunque yo también tendré que beber algo, tú sabes que mi fuerte no es precisamente el baile-. Comentó-.
-Lo recuerdo, pero tampoco es que te muevas tan mal, además vas a tener una muy hábil pareja de baile-. Expresó haciéndole un guiño con su ojo-.
-¿Y con quien viniste esta noche?-. Preguntó la morena de ojos verdes-.
-Con algunas amigas…-.
-¿Alguien que pudiera ponerse celosa al verte bailar conmigo?-. Preguntó fingiendo desinterés-.
-¿Estás intentado saber sobre mi vida privada?-. Exclamó divertida-.
-Era sólo una pregunta, eres una chica linda, no creo que falte quien te pretenda-. Contestó-.
-Es cierto, y si, algunas chicas que han intentado, pero nadie que me interese realmente, la pregunta que yo tengo ahora es ¿Tú te pondrías celosa al verme bailar con alguien que no seas tú?-. Interrogó coqueta-.
-Anya-. Contestó como advertencia-.
-Era sólo una pregunta-. Se justificó de la misma manera que Ekaterina-.
-Tal vez…-. Murmuró pensando que no sería escuchada-.
Anya la escuchó pero no hizo ningún comentario. Sabía que si la presionaba no iba a lograr más que una negativa, por lo que sólo sonrió.
-¡Ya ahora vamos a bailar!-. Dijo la rubia y tomo de la mano a Katia-.
-¿Ahora? Creo que no he bebido lo suficiente para hacerlo-. Contestó bebiendo el último trago-.
-Sin reclamos-. Ordenó y la tiró hacía la pista de baile.

Una vez ahí la rubia aprovechó que habían muchas personas para acercar lo más posible el cuerpo de Ekaterina hacía ella. Extrañaba sentirla cerca, su aroma, sus manos sobre su cuerpo, sus besos, en ese momento daría lo que fuera para que Ekaterina la besara de nuevo.
Comenzó a hacer sensuales movimientos, invadiendo absolutamente el espacio personal de la morena de ojos verdes como los de ella, quien tampoco se alejaba, mantenía sus manos firmes en la cadera de la rubia. Seguían moviéndose al son de la música, era una sensación familiar la que embargaba a las dos chicas.

-En este momento sólo pienso en besarte-. Susurró Anya al oído-.

Ekaterina se separó de inmediato, no podía dejar que eso pasara.

-Creo que ya cumplí, ahora…-. No se terminó de justificar y soltó a la rubia para ir lo más lejos posible de ella-.

Anya reaccionó con rapidez y fue tras ella, esta vez no iba a dejar que escapara, no cuando vio en los ojos de Ekaterina que también deseaba hacerlo.

La siguió hasta la terraza del local, aquella donde habían conversado semanas atrás, y eso no había terminado muy bien.

-Porque me dejaste así?-. Increpó la rubia con sus manos en la cadera-.
-¡Porque tienes que decirme esas cosas!-. Exclamó de regreso-.
-Es lo que siento, siempre te he dicho lo que siento-. Contestó acercándose-.
-Sí, pero hay cosas que es mejor te guardes, porque aunque ahora no estemos juntas yo sigo con Yulia, tienes que respetar eso-. Pidió la chica posicionándose para estar frente a frente de nuevo-.
-Por favor, ni Yulia respeta su relación, como esperas que yo lo haga-. Expresó la rubia-.
-No voy a seguir esta conversación contigo-. E hizo el intento de irse pero Anya la tomó nuevamente-.
- Ok, Lo siento no debí decir eso, pero por favor no te vayas-. Pidió la rubia-.

Ekaerina fijó su mirada en Anya. Reconoció en su expresión que de verdad lo sentía, continuó recorriendo cada centímetro del cuerpo de la rubia, y algo captó su atención. En su cuello llevaba una cadena que ella podía reconocer muy bien.

-¿Por qué sigues llevando eso?-. Preguntó-.
-Nunca me lo he quitado, esa era la promesa ¿recuerdas?-. Contestó-. Supongo que tú te quitaste la tuya cuando…rompimos-.

Ekaterina nunca se la había quitado, esa cadena que le regaló a Anya para cuando cumplieron un año de noviazgo de la que ella tenía una idéntica sólo que al reverso grabado el nombre de la rubia, la había perdido en el accidente.

-No me la quité, la perdí en el accidente-. Contestó inconscientemente olvidando que la rubia no sabía nada acerca de ello-.
-¿Accidente?... ¿Qué accidente?-. Preguntó sorprendida-.
-Ninguno tan importante, no fue grave-. Mintió-. Ahora entremos, acá hace algo de frío-.
-Pero…-. Iba a reclamar la rubia-.
-¿Vienes conmigo o no?-. Preguntó ofreciendo su mano-.
-¿No vas a volver a dejarme sola?-.
-No lo haré si te comportas, y lo pasamos bien como dos buenas amigas-. Contestó-.

Anya aceptó, era eso o dejarla ir, y aunque haya pasado tiempo, aún no estaba dispuesta a dejarla ir.

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/18/2016, 7:34 pm

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Tercera Semana:

Oksana había tenido semanas que definitivamente quería dejar en el olvido. No había tenido ninguna noticia de Nastya en ya tres semanas y estaba a punto de enloquecer. No sabía si la rubia no quería saber nada de ella, si ya la había olvidado, o si simplemente no le interesaba saber si estaba viva.

Y claramente lo que estaba haciendo no sabía si se podía clasificar como vivir, respiraba, comía, pero esa sonrisa inmensa acompañada del brillo de esos grandes y expresivos ojos cafés se había ido de su rostro y no tenía fecha de regreso, como Nastya, pensó, que no sabía cuando iría a regresar

Los primeros días habían sido de esperanza, de una desesperante espera por alguna llamada, un mensaje o cualquier tipo de aviso que significara que Nastya pensaba en ella de alguna manera, la que fuera. Pero esa llamada nunca llegó, y si en la primera semana no se despegaba de su celular, la segunda ya no era así, la segunda fue de lágrimas, de reproches hacía si misma por haber perdido a su rubia, porque después de catorce días, ocho horas y unos cuantos minutos, de haberla visto por última vez, sus esperanzas se esfumaban. Y lo peor, no podía hacer nada al respecto.

Estaba comenzando la tercera semana y esta era definitivamente la de la resignación, si en estos días no sabía nada de la rubia, era porque definitivamente la había perdido.
Toda su rutina había variado. Ya no se levantaba a las seis de la mañana a ejercitarse, ni vocalizaba en las tardes, ahora se limitaba a despertarse cuando uno de sus padres la llamaba a desayunar y luego volvía a la cama, lugar que después de ordenar de manera decente pero no minuciosa como lo hacía, se trasformaba en su bunker, nadie la sacaba de ahí. No había tenido contacto con nadie de Neposedi, evitó todas y cada una de las visitas que le ofreció Sasha aduciendo diferentes problemas. No quería que nadie la viera así, tan derrotada, suficiente era con tener que soportarse a si misma.

Entre sus manos tenía una fotografía. La sostenía con una fuerza superior a la necesaria, la observaba con dedicación, con nostalgia. Con ganas de que si lo deseaba lo suficiente, esa rubia apareciera por arte de magia y le dijera que todo estaba bien. No podría desear nada más en ese momento. Cerró sus ojos una vez más y algunos recuerdos, los mismos que había estado reviviendo día tras día volvieron a ella.

Flashback

Oksana había llegado al aeropuerto junto con todos sus demás compañeros de Neposedi, exceptuando Yulia y por supuesto Nastya. Aún seguía dando vueltas por su cabeza su última conversación en aquella habitación, sentía que no había sido clara, que se había equivocado al decirle a la rubia que en un futuro cercano podría transformarse en un distractor para su elección de Universidad. Maldecía su estúpida verborrea y esa incapacidad de guardar silencio en algunos momentos.

Caminaba de un lado para otro, abarcando una superficie no superior a unos cinco metros de largo. Sasha había optado por dejar de mirarla, porque simplemente lo mareaba.
No sabía si tendría la posibilidad de volver a verla antes de tomar el avión. Quería hacerlo, quería besarla, abrazarla, convencerla de que desistiera de quedarse ahí, que no la dejara volver sola a Moscú, porque no soportaría ni siquiera un día sin verla.

En una de sus vueltas miró hacía al entrada y ahí venía caminando. Se veía tan diferente, con su cabello corto, con ese aire rebelde, con esa ropa que la hacía lucir mayor. Lo único que no cambiaba es lo hermosa y atrayente que se veía, Oksana notó como más de alguna mirada se dirigió a la rubia, miradas que le provocaron más temor de irse sin ella, porque estaba segura, que Nastya sin esforzarse mucho podría tener a quien quisiese.

Intentó no correr de inmediato hacía sus brazos, pero ese caminar que pensaba era lento, los demás lo veían como casi un trote. Los últimos pasos fueron con más calma de la que tenía.

-Viniste…-. Dijo la castaña con ilusión-.
-Sí, Ekaterina nos pidió que viniéramos a dejar a Yulia-. Contestó-.
-¿Ella tampoco vuelve a Moscú?-. Preguntó-.
-No, creo que las cosas no están bien entre ellas….-.
-Bueno, se veía venir-. Fue su respuesta y las palabras ya comenzaban a faltarle-.

Hubo un silencio, ninguna sabía que decir, Oksana jugaba con sus manos nerviosamente ocultando su mirada que mantenía fija en el suelo, sabía que en el momento en que enfrentara esos ojos verde esmeralda, no aguantaría y se lanzaría a sus brazos pidiéndole que se fuera con ella.

-Entonces…supongo que ya tienes que ir a abordar-. Dijo la rubia al oír el primer llamado para abordar el vuelvo con destino a Moscú-.
-Sí…-. Corroboró no de muy buena gana-.
-Aquí es donde nos despedimos entonces…que tengas buen viaje-. Y le dio un corto abrazo, para luego separarse e irse-.
-Nastya..-. Sostuvo la pequeña diva-. ¿Estás segura que no quieres venir conmigo?, Podemos solucionar todo, te quiero y me quieres, no quiero pasar todo el verano sin verte, no creo poder hacerlo-. Confesó y alguna lágrima corrió por su rostro-.
-Oksi…ya conversamos sobre esto, ya no estoy molesta contigo, pero necesito pensar algunas cosas, ver que quiero hacer de mí, estar lejos de Moscú y…-.
-Y de mí-. Terminó la frase la castaña, le dolía escuchar eso-.
Nastya le tomó la mano con cariño y con la otra le levantó el rostro para secar las lágrimas que ahora eran más visibles.
-Todo lo que ha pasado entre nosotras ha sido demasiado rápido, todo tan intenso que no nos hemos dado el tiempo suficiente para saber que esperamos la una de la otra, tú fuiste clara y también estás confundida por el futuro, por lo que este tiempo nos servirá Oksi, así nos daremos cuenta si de verdad tenemos un futuro juntas y no es sólo un enamoramiento-. Explicó la rubia con calma-.
-Lo entiendo, pero aun así no quiero estar lejos de ti…-. Murmuró la pequeña diva-.
-Te llamaré si…- Dijo para intentar consolarla-.

El último llamado para abordar se escuchaba por el altavoz. Era la señal de despedida.

-Esperare tú llamada-. Contestó y se fundió en los brazos de su Nastya intentado retener su aroma, esperando que fuera suficiente hasta cuando se volvieran a ver-.
-Se paciente si, porque conociéndote como te conozco no te despegas del teléfono-. Susurró en su oído-.
-Lo intentaré…-. Aceptó tomando algo de distancia-. Espero verte pronto…-. Dijo con esperanza-.
-Te quiero, no lo olvides-. Se despidió la rubia-.
-Y yo a ti Nastya, sólo a ti-. Contestó y se dio la vuelta para ir a reunirse con Sasha que la esperaba para abordar-.

Nastya se quedó mirándola hasta que desapareció. Se mantuvo fuerte en esa conversación pero lo cierto era que por dentro lo único que quería era besarla, y que nada más volviera a separarlas. No quería dejarla ir sola, pero lo necesitaba, ambas lo necesitaban.

Fin Flashback


Sintió como uno de sus padres le avisaba que estaba listo el desayuno, esa se había trasformado en la parte dura de su día, tener que disimular toda la angustia que tenía frente a sus padres.

Lógicamente los señores Tarasov habían notado los cambios en su hija, pero lo aducían a la derrota de Neposedi en St. Petersnurgo, ambos sabían lo serio que era para Oksana las competencias. Era la única causa probable que pensaban, porque después de la ruptura de su hija con Fyodor, no les había hablado de nadie más.

-Hola pequeña, ¿Cómo dormiste?-. Preguntó Román-.
-Bien-. Contestó escuetamente-.

Román Tarasov, siempre había sido más atento con Oksana que su esposo Pavel, quien se encargaba de ser el disciplinario y sobreprotector. Él por el contrario, intentaba entenderla, aconsejarla, que la pequeña diva confiara en él. Su preocupación se iba acentuando con los días, la veía encerrada, triste, levantándose con los ojos hinchados y grandes ojeras. Quería que su pequeña le dijera que pasaba, quería verla sonreír otra vez, que le hablara, porque aunque a veces Oksana hablaba en exceso y eso lo mareaba, ahora sólo quería que soltara más de dos frases.

-Hoy tengo el día libre, que te parece si vamos a alguna parte, creo que están dando un musical, podríamos ir a verlo-. Ofreció el hombre con una sonrisa-.
-No tengo ganas, anda tú si quieres-. Contestó desganada comiendo su cereal-.
-Pero pequeña, la idea es que pasemos tiempo juntos, llevas tres semanas sin siquiera salir al patio de la casa, ya no haces ejercicio, ya no estás cantando y eso me preocupa-. Expresó Román preocupado-.
-No tengo ánimo para nada, menos para cantar, quiero dormir y olvidarme de todo-. Respondió sin dejar de mirar el plato-.
-¿Me vas a decir de una vez por todas que te pasa?-. Preguntó-.
-Soy una idiota, y por eso…la perdí…-. Dijo lo último en un susurro-.
-Hablas de Nastya no es verdad, ella no era solamente tu amiga-. Eso más que una pregunta fue una afirmación-.
Oksana por primera vez subió la mirada, abrió sus ojos con sorpresa, no se esperaba que su padre supiera.
-Yo…es que…ahora…-.  Dijo sin poder hilar una frase coherente-.
-A ver, tranquilízate, sabes que puedes confiar en mi, yo no voy a juzgarte, yo sólo quiero que estés con alguien que te haga feliz-. Intentó tranquilizar el hombre-.
-Sí-. Aceptó-. Éramos más que amigas…-.
-Ok, y pelearon por eso estás de deprimida, ¿Eran novias?-. Preguntó para terminar con sus dudas-.
-Sí, fue todo mi culpa, Nastya planeó una cita perfecta en St. Petersburgo, de verdad perfecta. Fuimos a cenar a un restaurant típico de la ciudad, después tenía reservado el pent-house del hotel, y ahí me pido que fuera su novia, tuvimos una noche de…-. Se interrumpió lo que pasó después no era necesario que lo supiera su padre-.

Román alzó las cejas con sorpresa, algo se imaginaba de lo que no le alcanzó a decir su hija.

-¿Y porque no estás con ella? ¿Qué pasó?-. Preguntó obviando lo anterior-.
-La mañana siguiente tuve una crisis de pánico o algo así. La dejé sola en la habitación y salí a caminar, llegué al teatro, canté y mientras cantaba llegó Yuri, me tomó por sorpresa y me besó, Nastya nos vio, le rompí el corazón, papá-. Le contó la pequeña diva y soltó algunas lágrimas-.
-Cálmate pequeña, vas a encontrar la forma de solucionarlo, si ella hizo todo eso que me cuentas sólo para hacer feliz, es porque te quiere, sabrá perdonarte-. Consoló y la abrazó para que dejara de llorar-.
-Sí lo hizo, me perdonó, pero yo soy tan idiota que cuando hablamos le dije que estaba confundida porque si debía elegir entre ella e ir a St. Petersburgo al salir de la escuela, la seguiría, ella lo tomó como si le hubiera dicho que era un obstáculo, y se quedó en allá, no me ha llamado, ni nada, ya me olvidó papá-. Y sus sollozos se hicieron más sonoros, se estaba desahogando en los brazos de su padre-.
-Ya, dale tiempo, seguro que te llama en estos días, no llores que me parte el corazón verte así-. Apaciguaba el hombre-.
-No puedo, ya la perdí, debe haber encontrado a alguien allá, ella es la chica más hermosa que existe seguro hay chicas más lindas e interesantes que yo, y que la están pretendiendo-. Decía con dolor la pequeña diva-.
-A ver, eso si que no te lo permito-. Y le levantó el rostro-. Tú eres Oksana Tarasova, nosotros no te hemos criado para que te rindas al primer obstáculo, tú siempre has luchado por lo que quieres, esta no puede ser la excepción, lucha por ella-. Alentó su padre-.
-De verdad crees que debería hacerlo, que debería buscarla yo?-.
-Por supuesto que sí-.
-Y si me dice que ya no quiere nada más conmigo, que está con alguien allá y por eso no me ha llamado-. Dijo insegura-.
-Tienes que arriesgarte, y siéndote sincero no creo que esté con alguien, las veces que yo la vi juntas, me di cuenta como te miraba, y esas miradas no son de algo pasajero, ella siente algo profundo por ti-. Comentó-.
-Gracias papi, eso haré-. Contestó con la primera sonrisa que esbozaba desde hacía semanas-.
-Ahora sube y cámbiate de ropa, iremos de compra para que cuando vuelva tú rubia estés linda y luego iremos al cine a ver el musical-. Pidió a su hija-.

Oksana subió a su habitación sintiendo energía. Las palabras de su padre le habían dado ánimo y esperanza.

Hicieron todo lo que Román dijo que harían y cuando llegó ya entrada la noche de vuelta a su casa, estaba cansada. Se recostó y tomó su laptop para conectarse, y revisar algunos videos. Para su sorpresa Nastya salía como conectada. Una sonrisa se dibujó y no dudo en hablarle.

OksanaTarasova: Hola…

Pasaron unos minutos. Oksana estaba desesperándose actualizando su msn, a ver si era algún tipo de problema de conexión. Definitivamente la paciencia nunca fue su fuerte.


NastyaSavalieva: Hola..

OksanaTarasova: Pensé que no me contestarías…¿Ocupada?

NastyaSavalieva: Lo siento me daba un ducha, por eso me demoré…

OksanaTarasova: ¿Cómo has estado?

NastyaSavalieva: Bien y tú?

OksanaTarasova: Esperando tu llamada…

NastyaSavalieva: Lamento no haber llamado, la verdad es que no sabía que decirte

OksanaTarasova: Con decirme que estás bien habría bastado y no me habrías tenido tres semanas pensando en que ya no te importa saber de mi. Ni siquiera un mensaje Nastya, nada, simplemente te olvidaste de mi…

Nastya frente a su laptop notaba en claro tono de reclamo con que le escribía la pequeña diva, y también el dolor. Conocía a Oksana y notaba su desesperación. Sintió la voz de Vika que le avisaba que ya debían salir, tenían planes de ir a cenar a un nuevo restaurant y luego irse de copas.

NastyaSavalieva: Tengo planes, así que debo irme ahora, lo siento.

Oksana sintió un escalofrío. Nastya no le estaba dando ninguna explicación coherente del porque no se había comunicado con ella y ahora simplemente le decía que debía irse, porque seguramente tendría planes con la chica con la que estaba viviendo. Los celos se la estaban comiendo viva.

OksanaTarasova: Sólo dime una cosa antes de irte…

NastyaSavalieva: ¿Qué?...

OksanaTarasova: ¿Me has extrañado? Porque yo no hay día que no piense en ti, me haces falta Nastya, no puedo estar sin ti, tú me dijiste que necesitábamos este tiempo, pero yo lo que necesito es tenerte aquí conmigo, te amo…

NastyaSavalieva no está conectado.


Oksana no sabía si ese mensaje le había llegado a la rubia, pero si le había llegado y no se había dignado a responder era porque todos sus miedos eran reales y ya había superado lo que tuvieron.
Se lanzó a la cama de espalda con dolor, las lágrimas volvieron a inundar su cara, hasta que el sonido del celular alertó. No quería hablar con nadie, pero al ver la pantalla cambio de parecer.

-Cada día-. Dijo Nastya por la otra línea-.
-¿Cómo?-. Preguntó con su voz suave y limpiándose las lágrimas-.
-Me preguntaste que si te he extrañado y mi respuesta es cada día, pienso en ti a cada segundo-. Contestó la rubia quien se dio cuenta que Oksana estaba llorando-. ¿Estás llorando?-.
-Pensé que ya no querías hablarme… ¿Por qué no me llamaste antes?-. Preguntó con la voz ya más normal-.
-Porque soy idiota, no sabía que decirte, pensé que también querías tú espacio…-.
-Yo sólo quería escucharte, extrañaba tanto tú voz, bueno en realidad extraño todo de ti, extraño, abrazarte, tomar tu mano, besarte y… - Sus mejillas se tornaron de un color rojizo al imaginar lo que quería decir-.
-Y yo a ti Oksi, prometo que ahora te llamaré todos los días ¿sí?-. Contestó Nastya-.
-¿No volverás aún?-.
-No lo creo, me gusta estar aquí-. Dijo sincera-.

Oksana escuchó como la voz de una chica que lógicamente era Vika apuraba a Nastya, para que salieran. En ese momento verdaderamente la odió, no quería que nadie interrumpiera ese momento con su rubia-.

-Oksi…ahora debo irme, pero te llamo mañana-. Expresó la rubia-.
-Nastya…¿Estás con ella?-. Preguntó-.
-¿Con quien?-.
-Tú…tienes algo con Viktoria...-. Murmuró nerviosa la pequeña diva no estaba segura de querer escuchar la respuesta-.
-Sí, tenemos una amistad, nada más Oksi…-. Contestó segura-.

Oksana suspiró fuerte y con alivio, lo que produjo una pequeña carcajada en Nastya.

-Entonces ahora si llamarás?-. Preguntó la pequeña diva-.
-Lo haré, lo prometo, hablamos mañana…-.
-Hablamos mañana, cuídate mucho y…no andes coqueteando con otras chicas-.
-Lo intentaré-. Contestó-. Oksi…-.
-¿Sí?-.
-Te quiero, no lo olvides…-.
-Y yo a ti Nastya, sólo a ti-. Se despidió la pequeña diva-.

En Oksana ya no quedaban rastros de lágrimas, sólo una sonrisa soñadora. Nastya con tan sólo unas palabras había despejado todos sus miedos, sus dudas y ahora sabía que la extrañaba tanto como ella. Esa noche durmió sin borrar la sonrisa, y en sus sueños sólo había unos profundos ojos verdes, que ahora no dudaba, seguían siendo de ella.

Cuarta Semana:

Yulia estaba tomando el sol, en una de las sillas de playa que tenía al lado de su piscina, la que había sido un capricho suyo que su padre consintió como lo hacía con casi todo lo que la morena le pedía. Llevaba un diminuto bikini en color blanco. Se veía realmente sexy y lo sabía.

Las últimas semanas había visto a Elena en forma constante, se visitaban o simplemente salían a dar algunas vueltas por la ciudad. Disfrutaba de su compañía, de tenerla cerca, de poder tomar su mano o reflejarse en esos expresivos ojos verdi-grises. No importaba si era una hora o todo el día que pasaban juntas, esa sensación de encontrarse en un estado placentero la invadía a cada segundo.

Por otro lado con Ekaterina no habían cesado las llamadas por teléfono. Cada noche ella o su "todavía" novia hablaban. Yulia la sentía cada vez más distante, contándole menos cosas acerca de su día a día. Y eso le daba a sospechar, aunque conociendo a Katia, jamás sería capaz de engañarla o estar con alguien más, sin primero dar por finalizada su relación. Lo que en este momento no sabía si quería.

Claramente, lo que sentía por Elelna había sido igual de intenso que hace unos meses atrás, volvía a necesitarla cerca, a tener ganas de besarla, pero cuando hablaba con Katia, y después cortaba el celular un vacío siempre la embargaba, la extrañaba, y mucho.

Pensaba en su paciente y hermosa morena de ojos claros, quien la había perdonado a pesar de todo, quien cuidaba de ella con dedicación, y que le había demostrado que siempre iba a estar ahí, pasara lo que pasara, siempre a su lado.

Como si con su mente la hubiera llamado, su celular comenzó a sonar.

-Hola hermosa-. Saludó Ekaterina-.
-Estaba pensando en ti-. Expresó la morena con cariño-.
-¿Sí?-. Preguntó-.
-Sí, te extraño-. Confesó la ojiazul-. Ya va casi un mes que no te veo y te extraño-.
-Yo también te he extrañado…-.
-No estoy tan segura-. Expresó-.
-¿Por qué dices eso?-. Preguntó confundida-.
-Porque cada día hablas menos conmigo, me cuentas menos acerca de lo que haces y ya no me hablas de la misma manera, tal vez ya no quieres seguir conmigo…-. Dijo sacando fuera todo lo que pensaba-.
-Yo…no sabia que te sentías de esa manera - Katia mencionó con ilusión. Su morena si la extrañaba-. Lamento entonces haber estado algo distante, simplemente no quería presionarte diciéndote todo lo que siento cada día-. Explicó la morena de ojos verdes-.
-¿Y como te sientes?-. Preguntó Yulia-.
-Tú lo sabes-. Contestó-.
-No, no lo sé, quiero que me lo digas…-. Dijo jugueteando-.
-Te he extrañado más de lo que pensé iba a hacerlo y eso es mucho decir, mis sentimientos por ti son exactamente los mismos, eso significa que sigo absolutamente enamorada de ti Yulia Volkova-. Contestó la chica ahora tomando algo de aire-.
-¿Y si sientes todo eso porque no estás aquí conmigo?-. Preguntó-.
-Tú sabes porque-. Contestó-.
-Hay días en que en verdad te necesito...-.
-Sabes que te quiero-.
-Ahora que me lo dices, creo que sí, porque no me lo decías hace tiempo-. Contestó con una sonrisa-.
-¡Eres tan caprichosa!-. Exclamó con una risita-.
-Lo sé, pero igual me encanta - Dijo jugando-.
-¿Y tú?... ¿Tú me quieres?-. Preguntó dudosa-.
-Si te quiero, mis sentimientos por ti no han cambiado tampoco-. Lo que era cierto, lo que estaban más intensos eran sus sentimientos por cierta pelirroja-.
-Me gusta mucho escucharte decírmelo porque sinceramente no me lo esperaba-. Confesó-.
-Yo te lo dije, lo que siento por ti es real, ese nunca fue el problema-.
-Lo sé-. Reconoció-. Yul…debo irme ahora, tengo un almuerzo con parte de mi familia y falto sólo yo, te llamé porque quería escuchar tu voz-.
-¿Me llamas más tarde?-. Preguntó-.
-Te llamó en la noche, antes de dormir-.
-Ok, hablamos, te quiero-. Dijo-.
-Te quiero también-. Se despidió-.

Yulia quedó más tranquila después de esa llamada, aunque se sentía mal omitirle la parte de que había visto seguido a Lena, y que aún no se aclaraba respecto a cual de las dos quería más. Porque eso era una realidad, a las dos las quería, las necesitaba, pero debía encontrar el punto que le dijera con cual de las dos simplemente no podía dejar ir.

Esa tarde como si ya no estuviera suficientemente confundida, apareció Elena, con su sonrisa perfecta y sus ojos transparentes, sin considerar ese cuerpo espectacular que dejaba a la vista con ese pequeño bikini.

Pasaron toda la tarde en la piscina y luego entraron para prepararse algo de comer. Disfrutaron de una entretenida charla, y las risas abundaban.

-Ya es muy tarde, debo irme-. Dijo la pelirroja mirando la hora-.
-¿Por qué no te quedas? Vemos una película, comemos golosinas…pasamos el rato-. Invitó la morena-.
-¿Estás segura?-. Preguntó la pelirroja sorprendida-.
-Claro, somos amigas…-. Dijo alzando los hombros-.
-Está bien, me parece buena idea-. Aceptó-.

La pecosa tomó su celular para avisarle a su madre que no volvería a casa, a lo que su madre no se opuso.

Vieron la película, en la habitación de Yulia y ya ambas con pijama. Luego de acabado el filme, la morena procedió a apagar todo y acurrucarse para dormir. No eran necesarias las palabras Lena sabía perfectamente como le gustaba que la abrazaran. Se apoyó en el pecho de la pelirroja quien le acarició el cabello hasta que sus ojos se cerraron.

-Buenas noches Yul-. Murmuró la pelirroja-.
-Duerme bien-. Contestó más dormida que despierta Yulia-.

Elena fue la primera en abrir los ojos, sonrió ante la imagen de una dormida Yulia, quien no se había soltado de su lado. Le corrió un mechón de pelo que le cubría parte del rostro, cuidando de no despertarla. Quiso levantarse, pero la ojiazul mantenía firme una de sus manos en su cintura.

Se quedó unos minutos más y luego la corrió con cuidado, quería levantarse para prepararle el desayuno, sabía lo que a Yulia le gustaba abrir los ojos y sentir de inmediato el aroma a café. Cuidó cada paso que dio hasta el baño de la habitación para darse una ducha, iba a hacerlo rápido para tener todo listo antes que su morena se despertara.
Yulia sintió como le acariciaban lentamente con el borde de la mano su rostro. Sonrió al sentirlo, le era tan familiar.

-Lena…-. Dijo sin abrir los ojos-.

Quien la estaba acariciando frenó en seco.

-¿Lena?-.

Yulia abrió los ojos rápidamente, había reconocido la voz y esa claramente no era la voz de la pelirroja que había dormido a su lado durante la noche.

-¿Cómo que Lena?-. Repitió Ekaterina alzando la voz-.
-Yo…-.
-¿Qué pasa?-. Preguntó Elena saliendo de la ducha con nada más que una pequeña toalla-.

Ekaterina miró hacía la pelirroja y luego volvió su vista nuevamente hacía Yulia, con total desconcierto.

-Yo te lo puedo explicar…-. Fue lo único que salió de la garganta de la morena-.[/b][/b]
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Mensaje por andyvolkatin 12/21/2016, 12:11 am

Hola Very Happy
que capitulo tan bueno
pobre Yulia esto si esta bueno
como saldra de este enredo
siguela pronto cheers
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/21/2016, 7:56 pm

Hola, ya es Miércoles y toca otro capítulo nuevo espero que lo disfruten....

Capítulo dieciocho: Se termina el verano



Quinta Semana:

Yulia estaba sentada mirando a través de un ventanal que daba hacía el océano. Tenía su mentón apoyado sobre sus manos y su mirada perdida en el oleaje que arremetía con fuerza contra la orilla.

El color del mar era indescifrable, a veces se tornaba de un verde muy transparente y otras cambiaba radicalmente a verde profundo. Se sentía comprendida, no era la única que con facilidad se perdía por momentos en un verdigris expresivo, mientras en otras ocasiones lo único que quería era ser protegida por un verde esmeralda.
Recuerdos y más recuerdos venían a su mente. Palabras, miradas, reproches. No habían sido días fáciles para ella. Aún tenía grabada esas miradas de decepción hacía ella, guardaba con dolor, esas palabras que no estaba preparada para escuchar. Sin poder evitarlo, esa sensación de angustia se apropió otra vez de su cuerpo, produciendo que algunas lágrimas cayeran sin control, sin la más mínima posibilidad de detenerlas.

Flashback:

Yulia agitaba la cabeza en negación queriendo que fuera un sueño o una pesadilla, pero por más que cerraba los ojos, al volver a abrirlos, aún estaban ahí esas dos chicas, con su mirada fija en ella, dos pares de ojos, unos verdigrises y otros verdes más oscuros... no se desprendían ni por un momento, esperando algún tipo de sonido que emergiera de su garganta formando algunas palabras que tuviera algún sentido.

-Estoy esperando que me des una explicación si es que la hay-. Exigió Ekaterina quien mantenía una distancia de Yulia, la que aún yacía en su cama-.

Elena estaba en silencio, había entrado de vuelta al baño para ponerse su ropa, ya que, estar en toalla no era lo más adecuado para la situación. Cuando salió aún no había palabras, entre la todavía "pareja".

-Lena, es mejor que te vayas tengo que hablar con Ekaterina-. Pidió amablemente la morena que se había levantado y estaba de pie al frente de Katia-.
-Claro-. Aceptó la pelirroja bajando la mirada-.
-No-. Dijo la morena de ojos verdes de repente-.
-¿Cómo que no?-. Preguntó la ojiazul-.
-Esta conversación es tan importante para mí como para Elena, eso lo sabes, ya es momento de que todo este maldito juego se termine Yulia, no puedes tenernos a las dos, no es justo, por eso es mejor que se quede -. Exigió Ekaterina con autoridad-.
-Ekaterina, yo no estoy jugando-. Se defendió-.
-Por supuesto que sí, ayer me dijiste por teléfono que me querías, que extrañabas tenerme contigo, ¡que me necesitabas! Y yo la muy idiota te creí, tomé un avión y me encuentro con esto…-. Le decía exasperada-.
-Le dijiste eso…ayer…-. Repetía para si misma una decepcionada Lena, pero al estar tan cerca todas escucharon-.

Yulia intercambiaba su mirada entre Ekaterina y Elena, las dos esperaban algún tipo de explicación de su parte, pero no parecía tener las palabras adecuadas. Cualquier cosa que dijera podía empeorar la situación. Decidió partir aclarando lo que había pasado.

-Nada de lo que te estás imaginando pasó-. Aclaró a Ekaterina-. Con Lena nos hemos estado viendo y anoche le pedí que se quedara, como amiga…-.
-Eso es cierto-. Afirmó Lena que se sentía incomoda en mitad de esa situación pero sabía que lo dijo Ekaterina era cierto, ella también era parte de eso-.
-¿Y crees que es eso lo que tanto me duele?-. Preguntó casi retóricamente-.
-¿No?-. Exclamó Yulia confundida-.

Ekaterina se llevó ambas manos a su cabeza. Se sentía frustrada, enojada, tenía ganas de gritarle y preguntarle porque la estaba dañando de esa manera. Pero se ordenó a si misma controlarse. Debía darse a entender.

-Tal vez podría haberte perdonado que hayas dormido con Lena, como te perdoné que la hayas besado, si tú estuvieras segura que quieres estar conmigo, pero no es así, esto no fue un error Yulia, no lo es ahora ni lo fue antes, tú la quieres…-. Expresó no preguntando sino que afirmando-.Y eso es lo que me duele-.

Elena miró a Yulia deseando con todas fuerzas que reconociera lo que le estaba diciendo Ekaterina. Quería que de una vez por todas asumiera que ellas dos nunca iban a poder dejar de quererse, quería que Yulia se la jugara por ella.

-También te quiero y no quiero perderte-. Dijo la morena-.

Con esas palabras a la pelirroja le dieron ganas de salir corriendo de ahí. En ese lugar, dónde tenía miles de recuerdos hermosos de Yulia, ahora escucharla le estaba rompiendo el corazón.

-No te creo-. Respondió la morena de ojos verdes-.
-Es cierto…-. Se defendió Yulia intentando sonar segura-.
-¿Y a mí?-. Dijo Lena sacando la voz-.
-También te quiero-. Contestó la morena bajando la cabeza-.

Ante esa respuesta ambas la miraron con incredulidad. No es que les sorprendiera esa información, era el hecho de que no sabían que significaba. Que quería Yulia?

-¿Y que se supone que significa eso?-. Preguntó Ekaterina-.
-Que no quiere seguir contigo…-. Contestó Lena-.

Ahora fue Yulia quien fijó su mirada con sorpresa sobre la pecosa. Tenía claro que esas palabras producirían efectos, que estaban lejos de calmar el ambiente.

- Lo dije en voz alta, no es cierto?-.Preguntó la pelirroja al darse cuenta que las miradas estaban sobre ella-.
-Así que eso piensas, que Yulia no quiere seguir conmigo, porque por lo que yo he escuchado tampoco ha dicho que quiere estar contigo-. Se defendió Ekaterina fijando toda su atención en la pelirroja-.
-Tú sabes que lo que hay entre Yulia y yo no es algo que tenga un final, siempre hemos estado juntas, yo la amo-. Dijo Lena con sinceridad-.
-Si piensas así, no entiendo porque la rechazaste en primer lugar, tuviste que esperar hasta que estuviera bien y feliz con alguien para interferir, la verdad no sé que clase de amor es ese-. Enfatizó la morena de ojos verdes-.

Estaban frente a frente, ambas en posición defensiva, ignorando a Yulia que no tenía idea que hacer.

-Que haya cometido un error no significa que la ame menos, lo he lamentado cada día, porque si no fuera por eso, tú jamás habrías entrado en su vida, Yulia nunca se habría fijado en ti-. Dijo algo molesta porque la morena le echara en cara su error-.
-No puedes volver el tiempo atrás Elena, y quieras o no aceptarlo ella me eligió a mi como su novia, ¡Debiste respetar eso! No saltarle encima cada vez que me daba la vuelta, no jugaste limpio-. Reprochó-.
-¡Yulia me buscó a mi también! Y tú tienes que aceptar que eso es porque conmigo siente algo que contigo nunca fue capaz de sentir-. Respondió-.

A Ekaterina la hirieron esas palabras que dijo la pelirroja, porque estaba segura. Eso era cierto. Yulia sentía algo por Elena que ella jamás pudo igualar o sino la ojiazul no la habría engañado.

-Por favor cálmense-. Pidió Yulia alzando la voz-. No tienen que hacer esto-.
-¡Si quieres detener esto entonces decídete de una vez!-. Le gritó Ekaterina-.
-Tienes que tomar una decisión, Yul-. Le pidió la pelirroja-.

Yulia no sabía que decir. Las quería a las dos, tanto como para no ser capaz de herir a ninguna. Estaba equilibrando sus sentimientos, quería poder decir algo con seguridad, pero no lo sabía, su corazón estaba partido exactamente por la mitad, y no funcionaria sin alguna de las dos partes. Su silencio estaba enloqueciendo a las dos chicas que la miraban expectantes. Ese silencio tenía un significado que no les gustaba.

-Esto ya fue suficiente para mí-. Dijo Ekaterina girando su cabeza en negación y con una amarga sonrisa-. Se terminó, no vas a seguir jugando conmigo-.

Yulia se acercó rápidamente, rompiendo los metros de distancia que la separaban de su ahora ex novia.

-Yo nunca he jugado contigo, te quiero, tienes que creerme, las cosas son complicadas, pero es cierto todo lo que te dije ayer por teléfono-. Explicó tomando su mano-.
-Ya no sirven tus explicaciones Yulia, sabes que esta no será la última vez que algo así pase, y yo ya me cansé de tus confusiones, me cansé que me hagas daño, yo te di todo lo que pude darte, me mostré tal cuál soy contigo, siempre estuve ahí para ti y no me merezco esto…-. Dijo con sus ojos a punto de derramar unas lágrimas-.
-Lo siento, yo nunca quise hacerte daño, ni a ti tampoco Lena-. Dijo mirando a la pelirroja-.
-Pero lo hiciste, tú y yo ya no tenemos nada más que hacer juntas, sé que va a costar porque de verdad estoy enamorada de ti, solo de ti...pero te voy a olvidar, adiós Yulia-. Se despidió soltándose de la morena y dándose la vuelta para irse con algo de dignidad-.

Yulia derramó algunas lágrimas y se giró inmediatamente para ver a Elena, quien la observaba con una clara expresión, estaba herida y decepcionada.

-Tu también me odias no es verdad?-. Dijo la ojiazul mirándola a los ojos-.
-Nunca podría odiarte aunque lo intentara, pero duele-. Contestó-.
-Yo no sé que decirte…-.
-Yo si sé que decirte, y es que debes estar sola, no quiero estar contigo, no así…-.Habló con firmeza la pecosa-.
-¿Me estás dejando también?-. Preguntó-.
-Estoy haciendo lo que siento es correcto, me dolieron tus palabras Yulia, me dolió saber que todas estas semanas que pasamos juntas, tu seguías extrañándola tanto, pensé que yo era suficiente para ti…-. Confesó con sus ojos cristalinos-.
-Lena, yo intenté ser sincera contigo…-.
-Lo sé, y también es mi culpa, fue como vivir una fantasía todas estás semanas sólo tú y yo-. Añadió-.
-Estás semanas me sentí otra vez como hace meses atrás, te quiero eso no lo dudes-. Expresó la morena-.
-No lo dudo Yul, pero tampoco dudo que la quieres a ella, y aunque me duele debo alejarme de ti…-.
-Lo entiendo, me lo merezco-. Aceptó Yulia-.
-Aclara tus sentimientos, yo siempre estaré esperando por ti, siempre-. Dijo la pelirroja-.

Yulia se acercó con timidez y le dio un cariñoso abrazo. Fueron un par de minutos, pero los vivieron intensamente. La pecosa se separó lentamente para luego darse la vuelta y salir por la puerta de la habitación.

La morena se quedó viéndola con el corazón destrozado, había pasado lo que más se temía, había dañado a las dos personas que quería.

Fin flashback.


Yulia no perdía detalle del paisaje que la rodeaba, estaba muy lejos del hogar. Después de ese encuentro que no lograba sacar ni por un segundo de su mente, su madre les había dicho que irían de vacaciones a visitar a sus abuelos maternos en Ibiza. Llevaban un par de días ahí. La distancia se supone debía hacerlo más fácil, pero en la realidad no había sido así. Se había tenido que controlar para no llamar a Lena, y de Ekaterina no sabía nada, sólo que no estaba ni en Moscú ni en St. Petersburgo.

Su familia notaba lo deprimida que estaba, su hermano Samir estaba pendiente de ella en cada momento. Intentaba infructuosamente subirle el ánimo, sabía todo lo que había pasado.
Estaba absorta, con su mirada perdida, con sus sentimientos aún revueltos. Cuando unas manos fuertes la abrazaron por la espalda. No tenía que darse vuelta para saber quien era.

-¿Vamos a la playa? Es un día demasiado lindo como para que te quedes aquí encerrada-. Invitó Samir-.
-No tengo ganas de salir, ve tú…-.
-Yul, desde que llegamos no has dejado la casa-. Insistió-.
-No quiero Samir, ve tú, no tienes por qué quedarte aquí también-. Rechazó-.
-Sabes que no voy a dejarte sola, estoy preocupado por ti, no me gusta como te estás torturando, tienes que dejar de pensar en todo lo que pasó-.
-¡No puedo!-. Exclamó levantándose-. ¡Les hice daño! Tú no estabas ahí, no viste como me miraban, no fui capaz de tomar una decisión, yo no estaba jugando con las dos, ¡yo las quiero a las dos!-.
-Lo sé Yul, yo sé que tú no querías lastimar a ninguna pero eso en algún momento iba a pasar, lo que tienes que hacer ahora es aprovechar este tiempo, y darte cuenta con quien quieres estar y con quien elijas dar todo porque funcione-. Aconsejó su hermano-.
-Ojalá fuera así de fácil, pero entre más pienso, más busco dentro de mi, más complicado se vuelve todo-. Contestó caminando por su habitación-.
-¿Qué quieres decir con eso?-.
-¡Que las quiero a las dos y sé que eso no puede ser! Elena es todas mis primeras veces, la quiero desde que tengo memoria, toda mi vida siempre está asociada a ella de alguna manera, y extraño tanto tenerla entre mis brazos, verla a los ojos es verme a través de ella y sé que a ella le sucede lo mismo…y Ekaterina es mi segunda oportunidad, con quien me sentía amada, protegida, quien me hace sonreír con sólo mirarme, la quiero, cada una me entrega diferentes cosas por eso siento que a las dos las necesito-. Explicó la morena-.
-Yul…yo creo…-. Iba decir Samir pero otra voz lo interrumpió-.
-¿De que estás hablando Yulia?-. Preguntó seria su madre que estaba en el umbral de la puerta-.
-Mamá…-. Dijo la morena, con sólo ver la expresión en el rostro de su madre se dio cuenta que había escuchado más de lo debido-.
-Samir, sal de la habitación, tengo que hablar con tu hermana-. Pidió Larissa-.
-Mamá yo preferiría quedarme-. Contestó el joven-.
-Samir sal, es algo que yo debo hablar con mamá-. Repitió la morena-.

Larissa Volkova, era una mujer de carácter fuerte, decidida e impulsiva, de ahí Yulia había heredado su fortaleza, y también su belleza, puesto que la mujer ya con sus años, seguía conservando ese cuerpo con curvas cubierto en una hermosa piel nivea, su pelo negro azabache y esa mirada penetrante. Era una madura belleza nórdica.

-Me vas a explicar que sucede aquí?-. Dijo la mujer acercándose a Yulia-. Y no me mientas-.
-¿Qué escuchaste?-. Preguntó para asegurarse-.
-Tú lo sabes, ya dejémonos de mentiras Yulia, yo no te crie así, tienes que ser capaz de decirme las cosas directamente, no esperando a que yo las diga por ti, eso es de cobarde-. Expresó la mujer-.

Yulia sintió como en su garganta se formaba un nudo. La saliva que tragaba pasaba con dificultad. Algo a lo que había temido siempre era a la reacción de su madre acerca de su condición.

-Yo…yo soy…-. Balbuceó la morena sin poder decir lo que quería-.
-Sin susurros Yulia, fuerte y claro, como yo te enseñé desde pequeña que se decían las cosas-. Presionó Larissa-.
-Yo soy lesbiana-. Expresó con seguridad y mirando fijamente a los ojos a su madre-.

Larissa asintió con la cabeza. No era algo que le sorprendiera del todo, su instinto de madre siempre le había dicho que su hija era diferente, pero una parte de ella aún esperaba que eso fuera sólo una etapa. Era su niñita, para la que quería una vida diferente a la que Yulia estaba eligiendo.

-¿Estás segura? ¿Quién más lo sabe?-. Preguntó su madre-.
-De verdad es lo único que se te ocurre preguntarme?-. Respondió herida-.
-Quiero asegurarme, eres una adolescente Yulia, a tú edad no se está segura de los sentimientos, te falta mucho por madurar todavía por lo que algo así es mejor que no lo sepa mucha gente-. Expresó la mujer-.
-Soy lo suficientemente madura como para saber que es lo que siento. No es una etapa mamá, me gustan las mujeres, siempre lo he sabido y aunque lo niegues tú también, sólo que tus ilusiones de tener una hija perfecta que se casara de blanco eran más fuertes como para ver la realidad-. Le reprochó Yulia, con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas-.
-No sé trata de lo que yo quiera, se trata de que es algo que debes asumir con responsabilidad, hay un mundo allá afuera al que te vas a enfrentar y no todos estarán de acuerdo con la vida que estás eligiendo, porque tú decisión se aleja de lo que es normal -. Respondió manteniendo su fuerte postura-.
-¿Eligiendo? ¿Crees que esta fue mi decisión?, tú crees que si yo pudiera elegir no habría optado por ser "normal". Luché años contra lo que sentía ¡años! Por esto, porque sabía que el día que tú lo supieras no ibas a aceptarlo-. Exclamó alzando la voz-.
-No te estoy rechazando Yulia, yo simplemente quiero lo mejor para ti, y eso no es el camino que estás eligiendo-. Sentenció la mujer-.
-¡Tú no quieres lo mejor para mi! ¡Lo que tú quieres es que yo haga lo que tú digas! Que siga el camino que elijas para mí-. Exclamó profundamente herida por las palabras de su madre-.
-Eres una niña Yulia, no entiendes que sólo intento protegerte? Las personas son crueles y no quiero imaginar todos los comentarios que van a hacer sobre ti, te van a apuntar con el dedo y…-. Respondió manteniendo una expresión impávida-.
-¡Te importa más el que dirán, que lo que yo siento!-. Interrumpió-.
-Sólo te estoy advirtiendo lo que pasará, quiero cuidar de ti Yulia, pero tú no me lo estás permitiendo-. Siguió hablando la mujer intentando mantener la calma-.
-¡Deja de mentir! Lo único que a ti te importa es que la gente hable de nosotros, de que se pueda romper esa maldita imagen de familia perfecta que tanto te gusta, ¡Eres una hipócrita! ¡Una hipócrita egoísta!-. Encaró con ira-.

Los gritos se detuvieron con el sonido de un aún más fuerte golpe que recibió en su mejilla. Se llevó la mano a su rostro y de inmediato comenzó a arderle.

-¡A mi no me hablas así!-. Exclamó su madre-.
-¡Larissa!-. Gritó Oleg quien había presenciado el golpe dado por la mujer-.
Yulia se refugió en los brazos que su padre le ofreció para protegerla, y aunque quisiera evitarlo, las lágrimas seguían fluyendo con mayor intensidad que antes.
-Eso, dale la razón una vez más, dile que todo lo que hace esta bien, porque con todos tus excesos y darle todo lo que quiso, esto es lo que has logrado, que tú hija se haya desviado del camino correcto y ni siquiera tenga la consciencia de que lo que hace esta mal-. Expresó la mujer-.
-Que Yulia sienta de manera diferente no significa que se haya desviando de lo correcto, yo la quiero y siempre lo haré independiente de con quien elija pasar su vida y tú si no quieres perder a tú familia, harás lo mismo-. Le respondió el hombre-.

A Yulia le dolía ver más el rechazo en los ojos de su madre que el mismo golpe que recibió de parte de ella. La conocía a la perfección, y se esperaba una reacción así, sólo que dentro de su corazón guardaba la esperanza que el amor de madre fuera suficiente, como para abrazarla y darle su apoyo. Pero eso claramente no había sucedido. Para Larissa, ella era una vergüenza. Sus padres siguieron discutiendo y eso la hacía sentir peor. Se sentía responsable, por lo que salió de la habitación sin un destino claro, sólo la intensión de estar lo más lejos posible de ahí.

Corrió hacía la playa. Buscó el lugar más lejano y solitario que pudiera haber, porque algo que no soportaba es que la vieran llorar, y después de todo lo pasado, aunque lo intentaba no lograba detener las lágrimas que caían sin darle tregua alguna.

Cuando finalmente encontró un sitio aislado del resto. Se sentó en la arena con sus rodillas dobladas y escondió su cabeza entre ellas. Quería tranquilizarse, dejar de sentir ese dolor tan profundo en su pecho. Eran demasiadas cosas en muy poco tiempo. Pasaban por su mente Elena, Ekaterina, su madre, su padre, su hermano, todo y cada sensación vivida se repetía de forma tan avasalladora que incluso le costaba respirar.

De pronto su mente reprodujo, lo único capaz de calmarla. Una sonrisa, unos brazos cálidos siempre dispuestos a recibirla, unos ojos que para ella eran transparentes, unos labios que con sólo un roce le cortaban la respiración. Se levantó con lentitud y se fue adentrando hacía el mar. Lo sabía, la necesitaba, la amaba.
Primero fueron sus pies que calzaban unas sandalias, los que se estremecieron al sentir el agua fría del mar, luego hasta sus rodillas, hasta que la marea ya la cubría casi por completo. Buscaba limpiarse, sacar todo lo que la agobiaba y decirse de una vez por todas a ser feliz. Hundió su cabeza por unos segundos y al salir a la superficie se sentía más liviana, dejó en lo profundo de esas aguas, sus malas decisiones, su cobardía, su tristeza. Quería decidirse a luchar por su felicidad.

Cuando varias horas después volvió a casa de sus abuelos. Su padre y su hermano la esperaban en la entrada preocupados. Al verla llegar con toda la ropa pegada al cuerpo por la humedad y con su cabello aún mojado, se miraron con extrañeza.

-¿Estás bien?-. Preguntó Samir-.
-Lo estoy-. Respondió escueta-.
-¿Por qué estás mojada?-. Interrogó ahora Oleg-.
-Me di un baño en el mar-. Respondió sin detener su paso hacía la habitación en la que dormía-.

Los dos hombres se miraron nuevamente, sabían que los días siguientes, no serían fáciles. Porque si algo les sobraba a las mujeres Volkova era orgullo y terquedad.

Yulia se quitó la ropa mojada al tiempo que daba la llave del agua caliente para darse una ducha tibia. Volvía a poder respirar con normalidad, los latidos de su corazón iban a la par y un solo pensamiento se repetía una y otra vez.

-Nos merecemos otra oportunidad-. Pensó la morena-.

Sexta Semana:

Nastya abrió los ojos y los volvió a cerrar casi al segundo después. La luz del sol le daba justo en sus ojos, había olvidado juntar más las cortinas la noche anterior. Se levantó con algo de pereza, no había dormido muchas horas, pero su estómago ya le estaba reclamando por lo que el hambre le ganó al sueño y se fue directo a la cocina a preparar algo.

Como era costumbre, Viktoria aún estaba dormida. Ya eran semanas las que llevaba viviendo ahí y se podía decir que ya disfrutaban de una rutina. Una en la que a la rubia siempre le tocaba preparar el desayuno. No era algo que le molestara, al contrario la hacía sentir más en casa, menos invitada.

Estaban siendo unas vacaciones que difícilmente Nastya podría olvidar. Se había enamorado profundamente de esa ciudad, tanto que ahora podría decir que entendía a Oksana y su obsesión por estudiar ahí.

Su pequeña diva. Estaba ahí en cada segundo de su día, desde que se despertaba hasta que cerraba sus ojos en la noche para dormirse. La extrañaba demasiado, tanto que estaba pensando que ya era momento de concluir las vacaciones y tomar un vuelo de vuelta a Moscú. Necesitaba con urgencia uno de esos abrazos que le podían cortar la respiración.

Un estruendoso grito, y un posterior abrazo en extremo efusivo, la sacaron de golpe de sus pensamientos.

-Buenos días a ti también, Vika-. Saludó la rubia tomando un sorbo de su café-.
-¡Dios he recibido la mejor noticia de mi vida!-. Exclamó emocionada-.
-¿Sí?, ¿De que se trata?-. Preguntó sirviéndole un vaso de jugo-.
-¡Voy a grabar un demo!-. Respondió con una gran sonrisa-.
-Wooow ¡Eso es increíble!, Vika, no sé que decir, te felicito…-. Expresaba Nastya que le devolvió el abrazo-.
-Sí, me acaban de llamar de la productora, me dijeron que debo estar en Nizhni Nóvgorod mañana-.
-¿Mañana?, eso es rápido…-.
-Lo sé, pero es una oportunidad que no voy a desaprovechar, así que vamos preparar todo lo que necesitemos, mira que los boletos ya están reservados para mañana temprano-. Contestó entusiasta-.
-¿Necesitemos?, Vika, no sé yo estaba pensando que…-.
-¿Pensado que? ¡Es Nizhni Nóvgorod!-. Interrumpió-. ¿Sabes lo que hay ahí?-.
-¿Vientos huracanados?-. Respondió sarcástica-.
-¡Además de eso rubia!- Señaló-. Tienes millones de chicas lindas, con hermosos cuerpos y dispuestas a tener una amor de verano-. Comentó alzando las cejas en forma insinuante-.
-Yo no necesito un amor de verano…-.
-Lo olvidaba, tú sólo tienes ojos para la pequeña diva que no sabe controlar sus celos-. Dijo riendo-.
-¡Hey no te burles!-. Expresó dándole un pequeño golpe-.
-Está bien lo siento, yo sólo quiero que me acompañes, la verdad es que estoy nerviosa y necesito apoyo, se lo pediría a Ekaterina pero está lejos y tú te has convertido en mi amiga-. Reconoció con una expresión más seria-.

Nastya sabía que era cierto, en todas semanas que ya llevaba viviendo ahí, nunca hubo una visita de alguno de los padres de Viktoria, sólo unas muy contadas llamadas telefónicas. Por lo que sabía que la chica se sentía sola.

-Iré, creo que me vendría bien otro ambiente-. Respondió sonriendo-.
-¡Gracias!-. Dijo dándole el segundo abrazó de la mañana-. Ahora, ¡No se por dónde empezar! Debo arreglar mi maleta, llamar a Ekaterina porque tiene que saberlo, ir de compras…-.
-Lo primero es que termines de desayunar-. Interrumpió Nastya-. Yo me iré a duchar, luego tu haces lo mismo y salimos a ver lo que quieres comprar, ¿De acuerdo?-.
-Sí, terminaré de desayunar, luego llamó a Katia-. Aceptó-.
-Ok-. Nastya salió de la cocina en dirección a su habitación-.

Viktoria terminó con tranquilidad el desayuno que había preparado la rubia y luego fue en busca de su celular a su dormitorio, no podía contenerse las ganas de contarle todo a su mejor amiga. De pronto el timbre de su departamento sonó. Le extraño tomando en cuenta que aún era temprano y que no esperaba a nadie. Recorrió la distancia que faltaba para ir a abrir y la persona que estaba del otro lado, la desconcertó absolutamente.

-¿Y tú que haces aquí?-. Preguntó la chica de mirada azul celeste-.

Anya, no respondió y como si fuera invitada pasó por el lado de ella, ubicándose cerca de uno de los sofás pero manteniéndose de pie.

-Si claro, adelante, pasa te estaba esperando-. Dijo Viktoria en un claro tono de ironía-.
-Estoy aquí por algo especificó y me iré-. Contestó la rubia-.
-¿Qué quieres Kuznetsova?, porque la verdad una visita como tú a esta hora de la mañana no es lo que quiero para empezar mi día-. Preguntó no con mucha paciencia-.
-Ya te dije que vine por una sola cosa y me iré, no tengo intensiones de quedarme mucho tiempo-. Contestó-.
-Habla rápido…-. Pidió posicionándose al frente de Anya-.
-Quiero que me digas dónde está Ekaterina-. Fue directa-.
-No lo sé-. Contestó evasiva-.
-Si lo sabes, eres su mejor amiga-. Insistió-.
-Te recuerdo que cuando por tú culpa-. Enfatizó apuntándola-. Katia se fue de esta ciudad, yo no sabía dónde estaba-.
-Ahora lo sabes, estoy segura, así que dímelo-. Exigió la rubia-.
-Porque no la dejas en paz de una vez, cuando te vas a convencer de que ella ya no te ama, que no quiere estar contigo, ¡Entiéndelo de una vez!-. Exclamó-.
-Te hice una pregunta sencilla, lo demás no es tu problema-. Contestó ignorando lo agresiva de la chica-.
-Ya le arruinaste la vida una vez, no voy a permitir que eso pase de nuevo, así que de mi no conseguirás nada-. Respondió subiendo la voz-.
-Yo la amo, y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para recuperarla, sobretodo ahora que Volkova está fuera del camino-. Expresó con convicción-.
-Si la amaras la dejarías tranquila seguir adelante y ser feliz, pero tú constantemente buscas sabotear sus relaciones, Katia me dijo que fuiste tú quien le contó lo que pasó entre Yulia y Elena y dudo que haya sido con otra intensión que para tú propia conveniencia-. Dijo Vika en una postura defensiva-.
-Lo hice porque no iba a permitir que la engañara, además no todas nos conformamos con el papel de mejor amiga, yo por lo menos lucho por lo que quiero-. Lanzó con insidia-.
-¡Que me estás queriendo decir con eso!-. Dijo perdiendo la paciencia-.
-Ya deja la hipocresía Viktoria, yo no soy estúpida y siempre he sabido lo que tú sientes por Ekaterina, tus sentimientos no son de amistad, por eso me odias porque cuando Katia me conoció se olvidó de ti y dejó todo lo que pasaba entre ustedes-. Expresó Anya-.
-¡Estás loca! Con Katia siempre hemos sido amigas, ¡Sólo estoy intentado protegerla de ti!-. Respondió enfurecida-.
-¡Reconócelo! Te conformaste con ser su mejor amiga porque fue lo único que te ofreció y no pudiste dejarla ir, no quisiste perderla, pero te mueres de ganas de tenerla-. Enfrentó la rubia igualando el tono-.
-¡Vete de aquí! No tengo porque seguir escuchando tus estupideces-. Dijo y se acercó a la puerta para abrirla-.
-Me iré, pero te aseguro que igual la encontraré, aunque tenga que recorrer ciudad por ciudad, ya lo hice una vez-. Recordó la rubia desapareciendo por el pasillo-.
-Adiós y hasta nunca Kuznetsova-. Se despidió y con violencia cerró la puerta-.

Apoyó la espalda en la puerta y algunas lágrimas rebeldes cayeron por sus mejillas. Era duro que alguien le gritara todo lo que había luchado por ocultar durante años.


Nastya al dejar a Viktoria en la cocina de inmediato se fue al baño para darse una cálida y reconfortante ducha. Estuvo unos cuantos minutos bajo el agua, para luego secarse y envolverse en una suave bata. Entró a su dormitorio y comenzó a elegir que usaría ese día. Pero antes de ponerse la ropa, tomó su celular, necesitaba escuchar la voz de Oksana, no había nada más adorable para ella que cuando su castaña estaba recién despertando, la podía imaginar entre sus brazos.

No escuchó más de dos tonos, y luego la voz de una adormilada Oksana.

-Hola hermosa-. Saludó alegre la rubia-.
-Buenos días Nastya-. Respondió-.
-Al parecer la rutina de levantarse a las 6 de la mañana para tus ejercicios se rompió-.
-Sasha estuvo aquí anoche y nos quedamos conversando hasta muy tarde, así que sólo hace un par de horas que cerré los ojos-. Comentó-.
-Ya veo, entonces será mejor que te deje descansar, se lo agotador que puede ser Sasha y yo sólo quería escucharte -. Dijo con una risita-.
-No, no me cortes, quiero hablar contigo, te extraño mucho-. Expresó con la voz más tierna que Nastya había escuchado-.
-Yo también te extraño, tanto que pensé en volver antes a casa-.
-¿Y no lo harás?, llevamos más de una mes sin vernos, y de verdad a veces pienso que voy a enloquecer-.
-¿Más todavía?-. Preguntó fingiendo seriedad-.
-Anastasia, estoy hablando en serio, ya vuelve quieres, estoy cansándome de que todo nuestro contacto sea por teléfono o webcam ¡Te necesito en persona!-. Exclamó-.
-Y yo pequeña, pero le prometí a Vika que la acompañaría a Nizhni Nóvgorod, nos vamos mañana-. Explicó sabiendo que la reacción de Oksana no sería buena-.
-¿Nizhni Nóvgorod? Y que vas a ir a hacer allá con ella?-. Preguntó tratando de disimular su disgusto-.
-La llamaron de una productora para grabar un demo, lo promocionaran y si todo sale bien podría grabar un disco-. Contestó paciente-.
-O sea que vas a irte con ese intento de Rockstars a Nizhni Nóvgorod, en dónde probablemente te llevará a bares de mala muerte para que conozcas otras chicas, porque ahí lo que sobran son chicas que buscan conquistas, y alguien tan hermosa como tú no pasa desapercibida Nastya-. Hablaba Oksana tan rápido que a Nastya le costaba entenderle todo-.
-Oksi, cariño, yo no necesito a otra chica, te tengo a ti, y te prometo que sólo serán unos días más, de Nizhni Nóvgorod tomaré un vuelo a Moscú y estaremos juntas antes de lo que te imaginas-.
-No me gusta la idea-. Respondió-.
Nastya se podía imaginar exactamente la expresión que tenía Oksana, por lo que le costaba aún más negarse a tomar un vuelo en ese mismo instante para volver con ella.
-Confía en mí por favor-. Pidió la rubia con su voz suave-.
-En ti confió, en las otras que te puedan acosar no-.
-No dejaré que nadie me acose-. Respondió divertida-.
-Está bien, sólo vuelve pronto-. Aceptó resignándose-.
-Lo haré, y ahora voy a colgar porque aún no me visto-.
-¿Eso significa que estás desnuda?-. Preguntó con un tono insinuante-. Porque se me vienen muchas cosas a la cabeza al imaginarte desnuda-.
- Oksana Tarasova! Te has transformado en una pervertida-. Exclamó divertida-.
-Eso es porque me tienes abandonada-. Se defendió-.
-Entonces prepárate para cuando vuelva porque lo que estás imaginando no va a ser nada comparado con lo que pasará-. Dijo con voz sensual-.
-Esperaré entonces…te quiero y hablamos luego-.
-Te quiero Oksi-. Se despidió finalmente-.

Nastya se disponía a vestirse cuando unos gritos que provenían del comedor llamaron su atención. Una lógicamente era Viktoria, y después de poner atención descubrió que la otra voz, era nada menos que ¿Anya?. Sin quererlo escuchó gran parte de esa discusión, puesto que las chicas claramente habían perdido los estribos y se gritaban mutuamente.
Una parte de eso, le sorprendió totalmente. Anya le decía hipócrita a Vika por no reconocer sus sentimientos por Ekaterina. Nastya echó hacía atrás su memoria y recordó que Vika le habló de una chica, con quien tuvo todas sus primeras veces. Todo calzaba. Se vistió rápido, y salió hacía dónde estaba su amiga, que aunque intentó disimular, tenía sus ojos vidriosos.
-¿Creí escuchar que discutías con Anya?-. Preguntó la rubia haciéndose la desentendida-
-Sí, esa idiota se cree con el derecho a venir a exigirme que le diga donde esta Katia-. Respondió-.
-Tampoco se lo dijiste, porque yo ya no quise preguntar después de tu primer "no"-.
-Es una promesa que le hice a Ekaterina-.
-Lo entiendo-.
Nastya no preguntó por lo otro que había escuchado, no era el momento ni quería forzar las cosas, porque claramente Viktoria no estaba preparada para aceptarlo.
Ese día fue realmente agotador. Entre compras de última hora que Vika consideraba "Indispensables" y arreglar las maletas para el viaje se fue el día de ambas chicas. En la noche durmieron temprano, lo que las esperaba sería un largo vuelo.

Su llegada a Nizhni Nóvgorod fue digna de comparar con la de una estrella. En el aeropuerto las esperaba un Mercedes negro, enviado por el padre de Viktoria para recogerlas y llevarlas al hotel dónde se hospedarían. El día fue entre la productora y algunas negociaciones en las que la rubia se mantuvo al margen.

Ya bien entrada la tarde, volvieron ambas al hotel. Sus habitaciones estaban contiguas. Nastya antes no había tenido tiempo de desarmar la maleta y ordenar bien sus pertenencias por lo que ahora lo estaba haciendo. Había optado por llevar todo, ya que su idea era trasladarse desde Nizhni Nóvgorod directamente hacía Moscú, ya no hallaba la hora de volver a casa. De volver con su adorada Oksana. Sintió la puerta y se apresuró a abrir.

-Hola rubia-. Saludó Viktoria-.
-Hola-. Respondió-.
-Te vengo a buscar, tenemos una bienvenida para esta noche-. Avisó la chica-.
-¿Y eso significa?-. Preguntó no con tanto entusiasmo-.
-Que todo te lo tenga que explicar-. Dijo fingiendo molestia-. Significa…!Chicas lindas, alcohol y diversión!-. Exclamó-.
-Estoy cansada-. Se quejó-.
-Vamos Nast, van a estar muchas estrellas de la música, es una fiesta organizada por la productora, es algo así como mi presentación oficial, tenemos que ir-. Insistió-.
-Pero ve tú, yo me puedo acostar, leer alguna novela o ver televisión-. Se negó la rubia-.
-Nastya, es el último favor que te pido, acompáñame, si quieres volver temprano lo entenderé, pero por lo menos un rato, te lo pido-. Expresó-.
-Está bien, aunque si me ando quedando dormida por las esquinas será tu culpa, me escuchaste-. Aceptó la rubia-.

Vika rió ante el comentario, entendía que su amiga estaba cansada por todo el viaje, ella también lo estaba pero tan importante como grabar, en el ambiente de la música lo era saber relacionarse.
Nastya se dio una ducha para despejarse y luego escogió que usar. Nada muy provocativo, recordó las palabras de Oksana de que no dejaría que la acosaran. Una risa divertida salió de sus labios. Su pequeña diva podía llegar a ser tan celosa que a veces le costaba comprenderla del todo, si sólo pudiera ver dentro de ella se daría cuenta que no había porque desconfiar. Que no existía la más minina posibilidad de que ella pudiera fijar sus ojos en otra mujer que no fuese Oksana.

Unas horas después hacían su entrada a un cotizado local de la ciudad. Ambas lucían hermosas y realmente se podrían igualar a otras estrellas que se encontraban allí esa noche. Nastya no necesitaba arreglarse demasiado para sobresalir, su belleza natural, sus ojos verdes y esa presencia que poseía la hacía captar más miradas de las que deseaba.
Las chicas comenzaron bebiendo un trago para ir soltándose un poco. Lo cierto es que Nastya aunque preferiría haberse quedado en su hotel, no se la estaba pasando mal. El local tenía buena música, las personas parecían estar cada una es su mundo, por lo que nadie la molestaba.

En un momento perdió de vista a Viktoria. Supuso que estaba conversando con algún productor o podría haberse cruzado con alguna chica linda que posiblemente se estuviera ligando en ese instante.
Se acercó a la barra para pedir otro trago. El bartender no tardó en volver con lo pedido. Estaba tomando el primer sorbo cuando una desconocida voz, llamó su atención.

-¿Qué hace una chica tan linda bebiendo sola?-. Preguntó-.

Nastya se giró y vio a una chica de su estatura, con unos profundos ojos negros, llevaba una chaqueta de cuero oscura, y su pelo largo suelto y desordenado. La rubia la miró por unos minutos, ese rostro le era conocido, sabía que la había visto en alguna parte. Lo que no era del todo loco, tomando en cuenta que ahí había varios artistas conocidos o prometedoras futuras estrellas...

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/21/2016, 8:04 pm

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...-Supongo que esa repetida y estúpida frase te funciona seguido, por eso la sigues usando-. Se bufó la rubia volviendo la vista a su vaso-.
-La verdad es que últimamente ni si quiera necesito hablar para que las chicas quieran estar conmigo-. Respondió altanera ante la burla que recibió-.
-Pues adelante, seguro hay más de esas esta noche, porque yo no tengo ninguna intensión de hablar contigo-. Siguió indiferente-.
-Ni siquiera me dejas invitarte un trago?-. Preguntó siendo menos egocéntrica-.
-Por si no te has dado cuenta ya tengo uno… - Dijo sin siquiera mirarla-.
-Pues entonces me sentaré aquí hasta que termines tú trago para poder invitarte a otro-. Insistió la chica-. Por mientras puedo saber como te llamas-.
-No, no puedes-. Respondió antipática-.
-¡Dios realmente eres una chica difícil! Que ni siquiera puedes tener algo de modales?-. Le reclamó-.

Nastya rió ante la visible molestia de la chica a su lado.

-Ok, entiendo que no quieras hablar, me equivoqué, actué como una engreída pero en realidad no soy así, si pudiera comenzar de nuevo, te diría "Hola mi nombre es Daria Sháshina y me gustaría poder invitarte un trago y charlar"-. Expresó la chica-.

La rubia prestó atención cuando escuchó su nombre, ahora podía estar segura del porque le era una cara conocida. La chica era la vocalista de una incipiente banda que ya sonada en las radios de todo el país.

-¿De verdad no me vas a decir una palabra?-. Preguntó-.
-¿Vas a dejar de intentar ligar conmigo?-. Inquirió la rubia-.

Ahora fue el turno de Daria, de soltar una risita, realmente la chica delante de ella era hermosa, por eso se había acercado, pero no le estaba dando ni la más mínima posibilidad.

-Está bien, lo prometo-. Contestó-.

Luego de eso, Nastya en algo se relajó. La chica había desistido en su intensión de conquistarla, por lo que conversaron por parte de esa noche que estaba recién comenzando.
Después de varios tragos y de una conversación mucho más fluida. Nastya se dio cuenta que en realidad, Daria no era una estrella egocéntrica como le había parecido al principio. Eso la llevó a aceptar, la propuesta de la chica de ir a bailar.

La música electrónica que sonaba de fondo les daba libertad de movimientos. Ambas bailaban con desenfado, Nastya no pensaba en nada en especifico, simplemente se estaba dejando llevar. Sintió las manos de la chica sobre su cintura, y no le incomodaron. Lo que sí fue haciendo que intentara tomar distancia fue sentir sus respiraciones cada vez más cerca. Intentó zafarse pero antes de que lo consiguiera, la chica unió sus labios.
Nastya con un solo movimiento, la alejó. No le dijo ninguna palabra, sólo le dio una mirada entre severa y de decepción. Escuchó como Daria la llamaba, exclamando disculpas. Pero no tenía ánimo ya de escuchar. Le envió un texto a Vika para avisarle que se volvería al hotel. Después de tantas horas su cuerpo, le estaba exigiendo un descanso.

Séptima Semana:

Oksana había recuperado su rutina con más energía que antes. Ahora cada día era uno menos para que Nastya volviera y eso la hacía recibirlos con una sonrisa. Decidió que ese en particular saldría a trotar para disfrutar el aire tibio de la mañana.

Se puso los audífonos y comenzó con un trote lento, quería apreciar el paisaje a su alrededor. A medida que avanzaba por las calles de la ciudad, pensaba en como debería actuar una vez que Nastya ya estuviera en Moscú. No sabía si volverían a la etapa de amigas, amigas con derecho, o directamente tratarla como su novia. Aunque esa última opción no sabía si fuera la más adecuada, después de todo la rubia había roto con ella.

Una idea se le cruzó en ese instante. Nastya se había esmerado por prepararle la cita perfecta en St. Petersburgo para pedirle que fuera su novia. Por lo que ella no podía ser menos, debía hacer algo similar, aunque no contara con el encanto de la ciudad de los rascacielos. Lograría que la rubia se diera cuenta lo especial que era para ella y así aceptara ser su novia otra vez.

Seguía trotando, con esa gigantesca sonrisa de suficiencia estampada en su rostro, se le acababa de ocurrir una idea realmente genial. Cuando algo o alguien siendo precisos, la hizo comenzar a detenerse lentamente.

Se acercó con cuidado, y procedió a sacarse los audífonos antes de hablarle.

-¿Lena?-. Expresó la castaña-.

Elena se giró e intentó esconder sus brillantes ojos bajando la mirada inmediatamente. Estaba sentada en una banca apartada del parque, y aunque escondiera su mirada, era más que obvio que había estado llorando.

-Hola Oksana-. Saludó la pelirroja-.
-Lena, ¿Qué te sucede?-. Preguntó preocupada y sentándose a su lado-.
-Nada-. Mintió cuando era evidente que no pasaba por su mejor momento-.
-Tiene que ver con Yulia, no es verdad?-. Aseveró la castaña-.
-¿Cómo lo sabes?-. Expresó mirándola a los ojos-.
-Luces como yo cuando no sabía nada de Nastya-. Respondió dándole una sonrisa-. Dime… ¿Qué pasó?-.
-No he sabido nada de ella, y tengo una mala sensación-. Contestó escuetamente-.
-¿Mala sensación?-.
-Sí, la última vez que nos vimos, le dije que no quería estar con ella, no hasta que no tuviera claros sus sentimientos por mi y por…Ekaterina-. Pronunció bajando la mirada-.
-Hiciste lo correcto, Lena-. Dijo para tranquilizarla-.
-¿Y si fue lo correcto porque no se siente bien entonces?-. Preguntó con la voz quebrada-. No he sabido nada de ella desde entonces, ni un mensaje o una llamada…desapareció-.
-A ver, primero creo que te sientes así porque la extrañas y es normal, pero debes aprovechar este tiempo, es difícil estar sin la persona que amas, lo sé, pero…-. Contestó sinceramente-.
-Yo no se si sea capaz de soportar otro rechazo, no podría verla de la mano con otra de nuevo, saber que está con ella, que despierta entre otros brazos…ya no me siento con la fuerza para soportar todo eso… -. Decía entre sollozos-.

Oksana la miró con dulzura y se acercó para darle un reconfortante abrazo.

-Tranquila sí…-. Susurró en su oído la castaña-.
-No te imaginas como me dolió cada uno de sus rechazos, no lo demostraba porque debía ser fuerte para recuperarla, pero mi corazón se hacía pedazos, cuando me decía que no y corría a los brazos de Ekaterina…-.
-Ahora va a ser distinto estoy segura. Yulia te ama más de lo que puede amar a cualquier otra persona y esta vez tomará la decisión correcta-. Dijo la pequeña diva-.

Elena no respondió, simplemente escondió su rostro en el cuello de su amiga. No habían palabras que lograran consolarla, lo único que podía tranquilizarla y hacerla sonreír era ver a su morena, tenerla junto a ella, y esta vez sin nadie de por medio.

-¿Desayunaste ya?-. Preguntó Oksana-.
-No, me desperté y salí, me estaba ahogando encerrada en casa-. Contestó restableciendo su postura-.
-Entonces levántate porque tanto ejercicio me abrió el apetito y tú serás mí invitada a desayunar- Exclamó una entusiasta Oksana poniéndose de pie-.
-Oksi…yo prefiero ir a casa y…-. Iba a inventar una excusa pero no alcanzó-.
-¡No voy a aceptar una negativa!-. Interrumpió-. Lena, yo estuve dos semanas encerrada en mi casa y eso no hizo que dejara de extrañar a Nastya, al contrario, así que no voy a dejar que tú pases por esto sola-.
-Gracias-. Fue lo único que salió de los labios de la pecosa-.

Las chicas caminaron rumbo a la casa de Oksana. Tuvieron una mañana en la que conversaron de todo. La pequeña diva intentó por todos los medios que la pelirroja se distrajera y no estuviera triste. Y en parte lo logró, ya que para después de almuerzo, veían televisión relajadas. Elena no se arrepentía de haber ido a la casa de Oksana, quien había demostrado ser una amiga con la que podía contar.

-Entonces… ¿Cuándo vuelve Nastya?-. Preguntó la pelirroja-.
-Espero que en estos días, anoche cuando hablamos, me dijo que de esta semana no pasaba-. Contestó con una sonrisa-.
-Yo sabía que ustedes terminarían juntas-. Comentó la pelirroja con naturalidad-.
-¿Cómo?-. Preguntó con sorpresa y girándose para escuchar la explicación-.
-La verdad es que no eran muy disimuladas, O sea Nastya maltratándote para llamar tú atención como lo hace un niño pequeño ¡Por años!... Y tú aguantando y queriendo todo lo que ella tenía, y con eso me refiero a sus ex novios, sólo para estar cerca de ella de alguna manera-. Explicó Lena-.
Oksana río divertida, esa era una teoría que nunca había pasado por su cabeza, pero de alguna manera le hacía sentido.
-¡Dios toda esa explicación me hace sentir retorcida!-. Exclamó la castaña-.
-De alguna manera ustedes siempre estuvieron unidas por algo-. Dijo Lena con un gesto pensativo-. Como Yul y yo-.
-Así es, y es por eso que Volkova va a volver a ti, como siempre lo ha hecho-. Expresó con convicción a lo que Lena respondió con una sonrisa esperanzadora-.

El sonido del celular de Oksana interrumpió el momento. La castaña se levantó de inmediato, ya que por el sonido sabía de quien se trataba.

-Estábamos hablando de ti -Dijo Oksana coquetamente-.
-¿Ah sí? ¿Y puedo saber con quien estás hablando de mi?-. Preguntó-.
-Estoy con Lena y me ha explicado una interesante teoría acerca de nosotras-.
-Lena es muy buena analizando a las personas, así que lo que haya dicho probablemente tiene mucho de razón-. Expresó la rubia-.
-¿Sí?, Entonces eras una psicópata que me agredía sólo porque buscabas llamar mi atención-.
Nastya comenzó a reír por la otra línea.
-¡Es cierto!-.
-Puede tener parte de cierto-. Reconoció la rubia-. ¿Y que hay contigo? ¿Eres masoquista? Porque te insultaba y aun así intentabas acercarte a mi-.
-La verdad esa es la otra parte de la teoría, que yo soy una retorcida a quien le gustaba que la maltrataran siempre y cuando fueras tú-. Expresó intentado sonar seria-.
-Es bueno que ya lo hayas aceptado, cielo, yo siempre supe que había algo mal contigo-. Contestó con burla-.

Oksana no pudo contener la risa, contagiando a Nastya.

-Seguro, ahora yo soy la loca, como es tan normal hacer la vida de alguien un infierno sólo porque no se puede aceptar tener sentimientos por esa persona, eres súper normal - Dijo respondiendo a la burla anterior-.
-Ok, lo reconozco, las dos tenemos ciertos problemas relacionándonos, pero lo importante es que ya estamos juntas ¿o no?-. Preguntó-.
-¿Estamos juntas?... ¿Así como en St. Petersburgo?-. Inquirió insegura. Quería escucharlo de la boca de Nastya-.
-Mis sentimientos por ti, son los mismos Oksi, o tal vez un poco más fuertes, no quiero que nos volvamos a separar-. Contestó-.
-Cuando vuelvas le pondremos nombre, por mientras tienes que saber que sigo siendo tuya y sólo tuya-. Dijo sincera-.
-Y yo tuya pequeña-. Respondió-. ¿Y que planes tienes con Lena?-.
-Una noche de chicas, eso significa películas cursis, alimentos altos en grasa y conversaciones sobre en este caso, nuestras chicas-. Comentó la castaña-.
-Suena interesante, yo también quiero una noche de chicas contigo cuando vuelva, eso si no van a ser necesarios los alimentos, se me viene otra cosa a la mente que me muero por volver a probar-. Expresó sensual-.
-¡Anastasia, haces que me sonroje!-. Exclamó-.
-Lo sé, era la idea-. Respondió-.
-Igual esperaré con ansias esa noche de chicas-. Expresó la castaña-.
-Y yo, necesito con urgencia uno de tus abrazos-.
-¿Sólo un abrazo?...Ninguna otra cosa-. Preguntó coqueta-.
-Lo necesito todo de ti Oksana Tarasova-.
-Sólo tienes que volver y tendrás todo lo que quieras-. Respondió-.
-Ya queda muy poco amor-. Dijo sincera-.
-Te llamo más tarde-.
-Ok, estaré esperando, te quiero-.
-Y yo a ti-. Se despidió Oksana-.


Elena observaba divertida cada gesto que producían en Oksana las palabras de Nastya. Era tan evidente lo enamoradas que estaban. Y no podía más que alegrarse por ellas, sabía que todo el camino que habían recorrido no había estado exento de problemas, por lo que el haberse sobrepuesto a ello, era claramente una muestra de su amor.

-Veo que alguien definitivamente ha derretido el corazón de la reina del hielo-. Expresó Lena divertida-.

Oksana le dio una de esas sonrisas impresionantes, que reflejaba lo feliz que se encontraba en ese momento.
La tarde continuó entre risas, películas cursis y alimentos no nutritivos (si se le podía llamar así, al helado, chocolate y golosinas varias) tal y como había dicho la pequeña diva, a Nastya en su conversación por teléfono.

Ya estaba oscureciendo cuando el timbre de la residencia Tarasov, alertó a las chicas. Oksana se levantó del sofá para dirigirse a la entrada.

-Hola diva-. Saludó Sasha depositando un beso en su mejilla-.
-Hola-. Respondió sorprendida, no lo esperaba-.
-¡Te tengo una invitación que no aceptaré que rechaces!-. Exclamó entusiasta-.
-Sasha…yo ya tengo planes-. Murmuró-. Además no estoy sola-.

El chico le dio una mirada de curiosidad y se adentró al salón para ver quien le hacía compañía a la diva.

-Hola Sasha-. Saludó Lena-.
-Hola Lena-. Respondió-. ¿No habrás cambiado de pareja, no es verdad?-. Preguntó susurrando en el oído de la castaña-.
-¡No seas idiota!-. Exclamó dándole un pequeño golpe. Lena y yo, nos hemos estado haciendo mutua compañía el día de hoy-.
-Ya veo-. Dijo levantando una ceja-. Entonces, la invitación la extiendo para las dos-.
-¿Qué invitación?-. Preguntó la pelirroja incorporándose-.
-Con Kolia. Vamos a ir a un pub's de ambiente y me gustaría que fueran con nosotros-. Explicó el joven-.
-¿De ambiente?-. Preguntó la pecosa no entendiendo del todo-.
-Un lugar Gay-. Aclaró Sasha-.
-¿Y porque yo querría ir a un lugar gay? Yo no soy gay…-. Confirmó la castaña-.

Sasha y Elena se giraron para verla sorprendidos por sus palabras.

-Claro, supongo que el hecho de que estés enamorada de Nastya, no te hace gay-. Dijo irónico el chico-.
Oksana abrió su boca para responderle pero las palabras no salieron como ella lo había planeado.
-A mi me gustaría ir, supongo que me haría bien bailar y pasarla bien esta noche-. Aceptó la pelirroja alzando los hombros-.
-¿Y que dices tú diva?-.
-Supongo que no tengo muchas opciones-. Respondió no muy convencida-.
-Por supuesto que no-.

Elena se fue a su casa para cambiarse de ropa. Quedaron en que pasarían por ella en dos horas más.
Oksana había subido con Sasha a su habitación. El chico le iba a ayudar a elegir que usar esa noche.

-¿Y estás revistas?-. Preguntó curioso-.
-Son mis suscripciones mensuales que llegaron hoy en la mañana, no he tenido tiempo de verlas-. Respondió mientras abría su closet-.

El chico, comenzó a hojearlas una por una mientras de reojo observaba a la pequeña diva y las prendas que iba sacando como opciones para llevar esa noche.

-¿Por tu estado de ánimo supongo que las cosas con Nastya han mejorado?-. Preguntó Sasha-.
-Sí, no hemos vuelto oficialmente, pero es sólo una formalidad porque cada vez que hablamos me dice cuanto me quiere, y que es sólo mía, ya no hay nadie más entre nosotras-. Contestó con confianza-.
-Me alegra que así sea, no me gustaba verte tan deprimida, y estoy seguro que si Nastya te dice eso es porque es cier….-. Cuando volvió su mirada hacía una de las revistas dejó de hablar para concentrarse en una imagen que no podía creer fuera verdad.

Oksana al notar el silencio en el que estaba consumido su amigo, se giró en dirección a él para ver que es lo que había ocurrido.

-¡Sasha!-. Exclamó-. Aleksandr…¿Qué te pasa?-. Preguntó-.

El chico la miraba al mismo tiempo que volvía sus ojos a la imagen en la revista. No pronunciaba palabras, no sabía que hacer.

-¡Sasha, reacciona!-. Exclamaba preocupada la pequeña diva-.
-Yo…esto…-. Murmuraba sin decir nada coherente-.
-No te estoy entendiendo, déjame ver que es, supongo que la última colección de McQueen debe estar impresionante como para dejarte así-. Expresó la castaña quitándole la revista de las manos.

Cuando Oksana enfocó su mirada sobre la imagen impresa en ese papel, su sonrisa se borró inmediatamente, sus ojos releían una y otra vez el titular y sobretodo trataban de encontrar algo que le dijeran que esas palabras no eran verdaderas y que esa de la foto no era Nastya, besándose con otra chica.

La revista lo daba como una exclusiva, y una serie de imágenes desde la cercana conversación, el íntimo baile y el posterior beso, estaban en secuencia para no dejar lugar a dudas de que se trataba de la "nueva conquista" de la promisoria estrella, como llamaban a Nastya.

-Oksana… ¿Estás bien?-. Preguntó Sasha levantándose para ponerse al lado de ella-.
-Lo estoy-. Respondió con la garganta apretada-.
-Creo que será mejor que nos quedemos en casa hoy, seguro tú…-.
-No, lo que necesito ahora es que me des un momento, así que espérame en el salón por favor-. Pidió Oksana con una extraña tranquilidad-.
-Pero…-. Iba reclamar el chico-.
-Sasha, por favor-. Insistió la castaña-.

Al chico no le quedó otra opción más que hacerle caso a la castaña. Sabía que su amiga no se encontraba bien en ese momento, pero si le estaba pidiendo estar sola era porque eso es lo que necesitaba.
Cuando ya estaba sola, se sentó en su cama y volvió a observar con detenimiento aquellas imágenes. Estaba absolutamente decepcionada, se sentía engañada.

-Me mentiste…-. Dijo para sí misma y una tímida lágrima caía por su mejilla-.
-Yo esperándote mientras tú jugabas con otras chicas-. Seguía hablando como si la fotografía pudiera responderle-.
-Se acabó, se acabó la Oksana paciente que va a estar ahí siempre para ti ¡Se acabó!-. Exclamó con rabia y secándose las lágrimas-.
-Ninguna más por ti-. Dijo y lanzó lejos la revista-.

Oksana se metió a la ducha, quería sacarse toda esa rabia que la estaba invadiendo. Porque ella no era de las personas que odiaba, ni sentía resentimiento, pero lo que tenía dentro de sí en ese momento se parecía bastante a eso.

Salió y buscó un vestido. No se iba a quedar ahí, encerrada llorando por alguien que claramente había estado jugando con ella todo este tiempo.
Bajó los escalones y Sasha la esperaba. El chico había estado dando vueltas prácticamente en círculos, pensando en que podía estar pasando por la cabeza de Oksana, ya que esa reacción, pasiva y tranquila lo preocupaba más que otra explosiva.

Se quedó boquiabierto cuando vio a la pequeña diva, en tan sólo un pequeño y ajustado vestido negro, dejando muy poco a la imaginación. Se había maquillado y su pelo en ondas caía en forma muy sensual.

No dijo ninguna palabra, simplemente abrió la puerta y le hizo un gesto a Sasha para que la siguiera.

Pasaron por Kolia y Elena, quienes no entendían la actitud de la castaña, y algo los llamó a no preguntar tampoco.
Cuando llegaron al local fue una historia totalmente diferente. Oksana parecía mas desinhibida que nunca. Bailó con otras chicas coqueteando descaradamente y bebiendo como si el mundo se fuera a acabar. Sus amigos más que pasarla bien se dedicaron a cuidar de ella, sabían que Oksana con alcohol en sus venas era una persona totalmente diferente y que cualquier cosa que hiciera se arrepentiría al otro día. Por eso cuando vieron que la castaña ya no era capaz de discernir bien cada acción que realizaba, se la llevaron a casa.

Sasha, no quería que llegara en esas condiciones a su hogar por lo que la llevó con él.

-Si, te digo que estoy bien… Anunció la pequeña diva lanzando su chaqueta en alguna parte del salón-.
-Seguro, porque mejor no me dejas ayudarte a subir las escaleras?-. Le respondía el joven-.

La castaña cedió ante Sasha y se dejó guiar hasta su habitación, la verdad es que en las condiciones en las que estaba no podía negarse demasiado.

La luz daba comienzo a un nuevo día y para Oksana, sólo lograba aumentar más ese zumbido que tenía en la cabeza. No recordaba gran parte de la noche anterior, por lo que se asustó al sentir otro cuerpo muy cerca del suyo, al girarse respiró con alivio, era Sasha quien estaba a su lado.
Se levantó con cuidado para no despertarlo, y comenzó a reunir su ropa. Buscaba algo en específico, su celular, sabía que debía llamar a sus padres para avisarles dónde estaba, si no quería que entraran en una crisis.

Bajó al salón y se encontró con Fyodor tomando desayuno y viendo la televisión.

-Hola Oksi-. Saludó alegre el joven-.
-Hola…-. Respondió y cada letra de esa palabra hizo un doloroso eco en su mente-.
-¿Estás enferma? ¿No te ves bien?-. Preguntó preocupado-.
-Sólo tengo un leve dolor de cabeza-. Mintió-. ¿Has visto mi celular?-.
-No…¿Buscaste bien en la habitación de Sasha?-.
-Eso creo, de todas maneras volveré a buscar allá-. Y se dio la vuelta para volver a la habitación-.

Fyodor se dio cuenta que algo no andaba bien con Oksana, lo notaba en su mirada, en esa expresión triste que tenía en sus ojos, y la única culpable para él podía ser cierta rubia, que como había predicho, le hizo daño.

Como si con su mente la hubiera llamado, o tal vez el destino por una vez se ponía de su lado, comenzó a escuchar una música. Buscó entre los cojines del sillón y ahí estaba el celular de Oksana.

-Hola-. Contestó el chico-.
-Disculpa ¿Fyodor?-. Preguntó Nastya contrariada-.
-Si ¿Qué quieres?-. Interrogó desagradable con una sonrisa maliciosa-.
-Hablar con Oksana, estoy llamando a su celular no es lógico-. Respondió impaciente-.
-Ella esta dormida, por lo que te pediría no volvieras a llamar, nos dormimos tarde y no quiero que se despierte-. Mintió descaradamente-.
-Que…ella…¿Pasó la noche contigo?-. Preguntó absolutamente descolocada-.
-Porque otra razón podría yo contestar su celular?-. Expresó-.

Nastya no tenía una respuesta para eso, así que simplemente cortó el llamado. Y junto con eso cerró cualquier esperanza de que al volver tendría a su Oksana de vuelta.

Octava Semana:

Para Yulia, el vuelo de regreso a Rusia había sido mucho más largo que el de ida. Si, sabía que eso no era posible, pero así lo sentía en su corazón. Los días después de aquel episodio con su madre se habían hecho largos y desagradables. Ninguna le hablaba a la otra, y aunque su padre y su hermano habían intentado mediar, claramente no estaba dando resultado.

Si bien, eso le dolía profundamente, lo estaba aprendiendo a sobrellevar, guardaba una pequeña esperanza que su madre cediera, que la aceptara y que no la juzgara por algo que ella sentía era normal, porque enamorarse independiente del sexo que tenga esa persona, es normal, es de humano.

Cuando finalmente dieron el aviso de que en pocos segundos ya estarían en Moscú, el corazón de Yulia dio un vuelco impresionante. Podía sentir los nervios de esa primera vez, de sentirse como que su estómago iba a explotar de tantas mariposas que vuelan en él, si sonaba cursi, pero era lo que sentía.

Recogió su maleta, y se acercó a su hermano.

-Necesito pedirte un favor-. Dijo la morena-.
-Dime…-.
-Puedes llevarte mis cosas a casa, yo debo hacer algo antes-. Expresó-.
-¿Algo?-. Preguntó confuso-.
-Si y es demasiado importante como para esperar-.
-Ok-. Aceptó sin más preguntas-.

Yulia le dio un fuerte abrazo.

-Deséame suerte-. Le pidió-.
-Suerte-.

La morena salió a trote del aeropuerto y tomó el primer taxi que vio. Le dio la dirección y mientras el chofer iba a una velocidad promedio, ella jugaba nerviosa con sus manos entre sus rodillas.
El taxista se volteó.

-Llegamos señorita-. Avisó el hombre-.

Yulia le pagó y le dio una sonrisa. Ahí estaba frente a esa casa dónde muchas veces había estado antes, pero ahora era diferente venía con una sola idea y no se iría sin tener al menos una oportunidad.

Tocó la puerta casi pidiendo disculpas, era muy temprano y sabía probablemente aún estuviera dormida. Volvió a tocar, esta vez con más energía, y sintió unos pasos bajando por las escaleras.

Pareciera que la manilla se giró en cámara lenta y que esos ojos profundos la miraron muchas veces antes de creer que era ella quien estaba al frente.

-Hola-. Saludó tímidamente-.
-¿Qué haces aquí?-. Preguntó confundida-.
-Vino por ti, quiero recuperarte-. Contestó-.
-¿Estás segura?-.
-Sí, es a ti a quien quiero, y espero que no sea tarde para que me des una oportunidad-.
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Mensaje por andyvolkatin 12/22/2016, 3:00 pm

Hola Very Happy
esto capitulo fue buenisimo
esta historia esta interesante
quiero saber cua es a decision de Yulia
espero sea Lena 
pobre Diva se deja llevar por los celos
ahora este tipo se metio a decirle mentiras a Nastya
y esa foto donde salio espero se pueda solucionar todo
espero subas capitulo pronto lol!
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/25/2016, 6:32 pm

Feliz Navidad a todas!!!!

Capitulo Diecinueve: Te vuelvo a encontrar

Yulia miraba fijamente a quien tenía frente a ella. Era difícil lo sabía, no era algo que se pudiera arreglar con facilidad. No sabía si su amor era suficiente, no sabía si ella aunque lo diera todo sería suficiente, para poder volver a hacer brillar esos ojos que desde que los vio por primera vez, la habían capturado. Se había ido, por mucho tiempo se había ido y aunque buscó en otros lugares, no había sido capaz de sentir esa intensidad, ese amor, que sólo ella le podía proporcionar.

Las palabras se agolpaban sin dirección aparente, sin un destino, sin la contundencia que debe tener el poder pedir perdón por el daño causado. Ambas de una u otra manera se habían dañado, con rechazos, con orgullos absurdos, con tantas y tan básicas formas de herirse por una cobardía de no aceptar que tarde o temprano, iban a terminar volviendo a estar ahí, frente a frente.

-No me vas a decir nada…-. Pidió tímidamente la morena-.

Elena, no había logrado cortar esa sensación entre que se está soñando y se está despierta. Sintió los golpes en su puerta y por inercia se levantó para abrir, por lo que la imagen que observaba aún se confundía entre sus sueños, y esa realidad que no había hecho más que evadir desde la última vez que la había visto.

Giró levemente su cabeza hacía la derecha, y llevó uno de sus dedos que mordió suavemente. Las palabras de Yulia la habían tomado por sorpresa, y no estaba segura de haber entendido bien, no estaba segura de que todo lo que había pedido estuviera justo ahí, a un par de centímetros y con la convicción necesaria para luchar por ella.

-Sé que te he hecho daño, y no pido que te lances a mis brazos con los ojos cerrados, lo único que te pido es una oportunidad…-. Habló nuevamente la morena-.

La pelirroja seguía sin pronunciar palabra. No eran dudas las que la detenían, no era rencor, no era esa insana capacidad que había desarrollado con el tiempo de mantenerse lejos del amor de su vida.
Era temor, el simple pero perjudicial temor de ser herida otra vez, de luchar sola por una relación que nunca se había consumado.

-¿Qué…haces aquí?-. Preguntó-.

Fue como si no hubiera escuchado las palabras antes pronunciadas, las promesas que se dejaban entrever en tan simples frases, pero dichas con todo el corazón, con todo el amor que poseía esa morena.

-Estoy aquí…por ti-. Repitió con miedo-.

Yulia podía comprender la situación. Desde que eran niñas no había bastado más que una mirada para saber que sentía la otra y hoy no era una excepción, no lo era y no lo sería nunca. Quería tener la palabra justa, quería saber que hacer para volver a tener su confianza, deseaba con todas sus fuerzas el poder hacer las cosas bien.

-Yo…-.
-Entra-. Interrumpió Elena-. Prepararé chocolate caliente-.

Fue la primera sonrisa que la pelirroja le había dado en mucho tiempo, fue tímida, pequeña, casi imperceptible, pero ahí estaba.

Yulia hizo un gesto agradeciendo la invitación y dio los pasos necesarios para entrar a la casa en dónde tantos recuerdos tenía.

Se ubicó en una de las sillas que quedaba justo al frente de la cocina dónde Lena ponía a hervir agua. Frotó sus manos con el fin de ahuyentar los nervios y aquellos vestigios del frío que se lograron alojar en su cuerpo durante los largos minutos que permaneció afuera. Porque si bien aún quedaba la brisa tibia de los últimos días de verano, a esas horas de la mañana no se sentía.

La pelirroja esperó hasta oír el ruido que avisaba que el agua ya estaba en su punto. Acercó dos tasas en dónde preparó el chocolate, buscó algunos panecillos y los puso en la mesa. Todo en completo silencio, en un contemplativo y estorboso silencio.

Frente a frente una vez más, un poco más cerca, un poco más segura de que todo eso era real, esbozó las primeras palabras.

-Pensé que te habías ido con ella-. Dijo Elena mirándola-. No tuve noticias de ti después de ese día…-.
-Estaba en Ibiza. Mamá nos llevó a visitar a los abuelos, y preferí no llamar, tú me dijiste que estuviera segura…-. Dijo con un tono de voz bajo-.
-¿Y lo estás?-. Preguntó guardándose toda expresión aunque sus ojos nunca los pudo controlar-.

Yulia se acercó despacio, con toda la calma y ternura que podía tener en ese instante.

-Lena…sé que decirlo no es suficiente, porque las palabras no curaran el hecho de haberte herido… pero yo…-. Comenzando a hilar las ideas-.
-Yo también te herí, no has sido la única que cometió errores Yul, yo también lo hice-. Interrumpió para reconocer su parte-.
-¿Por qué ha sido todo difícil, Lena?-. Preguntó con un dejo de nostalgia-.
-No lo sé…-. Respondió sincera-.
-Si tan sólo hubiera sido más valiente, si hubiera luchado por ti desde el principio, si tú me hubieras elegido…-. Dijo con pesar-.
-No quiero pensar en los "hubiera", ni tú tampoco lo hagas, ya no vale la pena-. Expresó acariciando lentamente su mano-.
-¿Crees en lo que te digo? ¿Me crees Lena?, sinceramente piensas que estoy aquí por ti y sólo por ti-. Dijo con desesperación-.

Yulia se paró de donde estaba sentada para acercarse más a la pelirroja. Requería más contacto, directo, sin nada que pudiera evitar volver a sentirla.

-Te creo Yul, te creería aunque supiera que estás mintiendo porque no puedo ni quiero volver a estar lejos de ti-. Respondió abrazándola-.

Ese calor que la inundó en unos segundos fue la prueba fehaciente de que tomó la decisión correcta, de que mientras esos brazos la cubrieran al final del día, ella sería capaz de luchar contra quien fuera necesario.

Se distanció algunos centímetros sólo para poder volver a mirarla a los ojos, para intercambiar su mirada entre esos cristales color selva y sus apetecibles labios que no probaba hace demasiado tiempo.

-Hazlo-. Ordenó la pecosa adivinando sus sentimientos-.

Yulia se acercó con cuidado y sin apuros, con su mano derecha acarició su mejilla mientras que con la izquierda tomó control de su cintura. Sus labios se posaron con sensualidad mezclada con dulzura, un suave roce que se tornó pasional al momento que la pelirroja pasó su lengua por el labio inferior de la morena y esta accedió sin siquiera pensarlo, porque esa sensación de pertenencia la extrañaba se sobremanera.

Sus labios adquirieron vida, danzaban al son de lo que sus sentidos les pedían, las manos de ambas recorrían el cuerpo de la otra sin ningún pudor, como en aquellas tardes dónde tan sólo ese diminuto traje de colegio, las detenía de llegar más allá.

Elena se separó con dificultad y una sonrisa deslumbrante. Había esperado tanto para eso que no quería que aquel maravilloso momento se acabara.

-Ven, creo que será mejor que subamos, debes estar cansada-. Dijo la pecosa-.
-Un poco, los nervios no me dejaron dormir mucho en el avión-.
-Entonces vamos a dormir un poco más-. Expresó ofreciendo su mano-.

Subieron tomadas de las manos y regalándose miradas cómplices. Al entrar a la habitación, Lena buscó algo para que Yulia estuviera más cómoda. La morena se cambio y acudió de inmediato a recostarse al lugar que le hizo la pelirroja en su cama. Cuando ya estaban ambas ahí, Elena pasó uno de sus brazos para cobijarla mientras la morena se acurrucó en su pecho. Hace tiempo que sentía que iba a dormir tan plácidamente.

Elena fue la primera en despertar, no consultó el reloj pero por el brillo del sol que traspasaba las cortinas, asumió que habían pasado mínimo un par de horas. Notó inmediatamente como Yulia no se había movido ni un centímetro de aquella posición que adoptaron al acostarse. La miró con una devoción, aún no creía que eso estuviera pasando, acarició su sedoso cabello.

-Nunca perdí la esperanza de que volvieras a mí, confié en ti Yul, confié y no me fallaste-. Susurró la pelirroja-.
-Y yo confié en que aún estarías esperando por mi y no me fallaste Lena-. Contestó la morena con sus ojos aún cerrados-.
-¿Estabas despierta?-. Preguntó sorprendida-.
-Hace algunos minutos-. Contestó-. ¿Qué hora es?-.

Elena se movió sólo lo necesario para buscar su teléfono que estaba en la mesita de noche.

-Es casi mediodía-. Respondió estirándose con pereza-.
-Es tarde, creo que es mejor que me vaya-. Dijo la morena no muy convencida-.
-Pero…¿Por qué?-. Expresó haciendo un puchero-. Pensé que pasaríamos el día juntas-.
-Nada me gustaría más Lena, pero Samir se va mañana a la Universidad y papá quiere tener un almuerzo familiar, si no voy tendré más problemas con mamá de los que ya tengo-. Respondió con un dejo de tristeza-.

Elena se acomodó para que quedaran frente a frente, se dio cuenta de inmediato que algo le pasaba a su ojiazul, ese extraño halo de desolación cubría sus hermosos ojos color cielo.

-¿Qué pasa?-. Preguntó abrazándola por la cintura-.
-Mi mamá lo sabe, se lo dije mientras estábamos de vacaciones y no lo tomó bien, discutimos como nunca antes lo habíamos hecho y desde ese día que no me dirige la palabra, de hecho ni siquiera me mira-. Le contó y una rebelde lágrima amenazó con salir-.
-Lo siento Yul, siento no haber estado ahí para apoyarte, pero desde ahora estamos juntas en esto, no te voy a dejar sola, juntas le haremos ver a tu mamá que el amor es simplemente amor, sin importar que sexo tenga la otra persona-. Consoló Lena-.
-Lo sé, sólo no me dejes sola, no podría con todo-. Le pidió Yulia refugiándose en los brazos de la pelirroja-.
-No lo haré-. Contestó con convicción-.

Pasaron así unos minutos más entre caricias sutiles y algunos besos dados con todo el sentimiento que las inundaba el volver a estar juntas. Luego Yulia se vio en la obligación de levantarse. Lo hizo a regañadientes porque abandonar esos cálidos brazos para irse a una casa en dónde el ambiente se podía cortar con un cuchillo no era claramente una buena decisión, pero lo hacía por su hermano, quería pasar ese tiempo con él porque sabía que pasarían meses para poder volver a verlo.

Una vez que salieron de la habitación de Elena, se dirigieron de inmediato a la entrada. La pelirroja la acompañó hasta su auto sin soltarle la mano.

-Entonces…esto…es…-. Balbuceó Elena-.
-Esto es un nuevo comienzo Lena, y espero esta vez poder hacer las cosas bien, con calma y que las dos vayamos sanando las heridas, te quiero y quiero que estemos juntas-. Expresó la morena-.
-También te quiero Yul-. Respondió y se acercó para darle un cariñoso beso-.
-¿Paso por ti mañana para ir a nuestro primer último día de clases?-. Preguntó con una brillante sonrisa-.
-¡Me encantaría!-. Exclamó-. Estaré esperando-.
-Nos vemos, Lena-. Se despidió con dificultad y depositando el último beso antes de irse-.

Elena observó hasta cuando el auto de Yulia se perdió por la calle-. Aún no cabía en si misma de que eso estuviera pasando, y entró casi bailando a su casa.

-Veo que alguien a comenzado muy bien su día-. Dijo Inessa quien había observado todo desde una de las ventanas-.
-¡Sí! ¡Volvió! Y me quiere y quiere estar conmigo, no puedo estar más feliz-. Exclamó abalanzándose a sus brazos-.
-Me alegra mucho, no me gustaba verte deprimida-.
-Ella está de vuelta, con eso jamás volveré a estar deprimida-. Dijo con una grandiosa sonrisa-.

Yulia estacionó su auto, respiró profundo y se dio ánimo para enfrentar lo que allí le esperaba. Sabía que cuando su hermano se fuera todo sería peor, porque su padre por mucho que la defendiera no pasaba el tiempo suficiente en casa para poder interceder, y conocía a su madre, sabía que no cedería tan rápido.

Subió a su habitación, para darse una ducha, aún se sentía cansada dado que en los últimos días no había dormido lo suficiente, sus noches en vela se habían hecho costumbre y eso estaba haciendo eco en su cuerpo. Se estaba terminando de vestir cuando sintió algunos golpes en su puerta.

-¿Puedo pasar?-. Preguntó Samir-.
-Claro, pasa-. Respondió Yulia-.
-Papá me dijo que te avisara que ya está casi lista la comida para que bajes-. Avisó el joven-.
-Ya estoy lista, así que bajaba en un segundo-. Respondió acercándose a él-.
-Yul, ¿estás bien?-. Preguntó de repente con preocupación-.
-Sí lo estoy, y si me lo preguntas específicamente por el tema de mamá yo te dije que ella iba a reaccionar así-. Respondió intentado sonar indiferente-.
-Yo pensé…-. Iba a decir Samir-.
-¿Pensaste que? Que me abrazaría y me diría que me quiere independiente de que sea lesbiana, de que va a estar conmigo aunque todo Moscú sepa que a su hija le gustan las mujeres? Por favor, no seas ingenuo, pareciera que nos hubiera criado una madre distinta si eso es lo que pensaste que pasaría-. Lanzó con rabia-.
-Yul, cálmate por favor, yo sé que es difícil pero debes ser paciente, ella cederá, se va a dar cuenta de lo injusta que ha sido contigo, yo sé que lo hará-. Dijo intentado tranquilizarla pero no estaba funcionando-.
-No me pidas eso Samir, tú no sabes lo que se siente ser rechazada por tu propia madre-. Contestó y sus ojos se pusieron brillantes aguantando las lágrimas-.

A Samir se le formó un nudo en la garganta, no podía ver a su hermana pequeña así, no quería irse sabiendo que dejaba a Yulia tan vulnerable, tan sola con toda esa pena que veía en sus ojos. Se sentía tan impotente de no poder ayudarla, de no tener la palabra correcta para hacerla sentir mejor. Se acercó y la cobijó en sus brazos.

-Siempre podrás contar conmigo Yul, cualquier cosa que pase me tienes que llamar y yo tomaré el primer avión para estar aquí contigo, lo prometo-. Dijo con cariño-.
-Gracias-. Fue lo único que salió de sus labios-.

Se mantuvieron así unos minutos, y sirvió para que Yulia se calmara y supiera que aunque su madre no aceptara su condición, tenía a otras personas que la amaban sin juzgarla.

-Entonces no me vas a decir que es lo tan importante que tenías que hacer?-. Preguntó curioso Samir-.
-Tenía que ir a ver a alguien-. Respondió misteriosa-.
-Y ese alguien puede ser una linda pelirroja, de ojos impresionantes que le dará a mis futuros sobrinos unos muy buenos genes para el canto?-. Interrogó ilusionado-.
-Si, es ella-. Contestó y sonrió tímidamente-.
-¡Lo sabía!-. Exclamó haciendo un gesto de victoria-.
-Hablamos y me dio una oportunidad, creo que esta vez si podremos estar juntas-. Expresó-.
-Eso me hace irme más tranquilo, sé que Lena cuidará muy bien de ti-.
-Y yo cuidaré de ella-.

Los hermanos Volkov disfrutaron del último día que les quedaba juntos. Evitaron los temas complicados y Samir expresó más de una vez su intensión de que en su próxima visita, Yulia le presentara oficialmente a Elena como su novia.

La noche llegó más pronto de lo que hubieran querido y se despidieron entre algunas lágrimas, el vuelo de Samir salía muy temprano por lo que no se verían por la mañana. Yulia le hizo prometer que volviera a la primera oportunidad que tuviera y él le dijo que ella también podía ir a visitarlo. Era difícil despedirse, eran demasiado unidos y no se terminaban de acostumbrar a estar tanto tiempo sin verse, pero era parte de ir creciendo, de tomar decisiones y de velar por su futuro, pronto sería Yulia quien debería tomar la decisión de a dónde dirigir sus pasos luego de terminar la escuela.

Primer día del último año de escuela para muchos de los alumnos de Alikosvky. El último año que significa el tener que tomar decisiones respecto a su futuro, uno que se hacía más cercano a cada momento. El último año para disfrutar, para compartir con aquellos con los que crecieron, y se formaron mucho más que académicamente, los lazos que pronto se tendrían que romper dado que los caminos que se eligen en la vida, no siempre te mantiene al lado de las personas que quieres.

Yulia caminaba sola por los pasillos de la escuela. Había pasado por Elena como prometió. Conversaron de todo un poco durante el viaje y en la entrada de la escuela la pelirroja se entretuvo conversando con otros miembros de Neposedi a quienes no vio durante el verano. La morena se excusó diciendo que buscaría a Nastya. No había tenido noticias de su amiga desde algunas semanas y le preocupada, Lena le había contado lo ocurrido con Oksana por lo que se esperaba que la rubia no estuviera pasando por el mejor de sus momentos. Siguió caminando, por esos pasillos que guardaban tantas historias, tantos lindos y malos recuerdos, desde que entró siendo una bitch a quien sólo le importaba la popularidad hasta ahora que se sentía mucho más madura. Ahí había dado el paso hasta ahora más importante de su vida, se había aceptado a sí misma, había reconocido sus sentimientos y eso le había permitido ser un poquito más feliz. Agradecía por los amigos que tenía, quienes la apoyaron desde el primer momento y sobretodo agradecía el tener a Elena. Un nudo se formó en su garganta, también debía agradecer por alguien más, Ekaterina, la chica de sonrisa deslumbrante que estuvo a su lado en uno de sus peores momentos. Una parte de ella la extrañaba, llevaba semanas sin saber nada de su paradero, no sabía si quiera si seguiría en Alikosvky, tenía claro que si la morena de ojos verdes quería, podía no volver a verla, desaparecer como lo hizo cuando se fue de St. Petersburgo, herida por el engaño de Anya. No quería que eso pasara, quería poder hablar, darle una explicación, poder de alguna manera seguir siendo parte de su vida, porque después de todo aún guardaba un gran sentimiento por ella.
Cuando estaba por llegar a su casillero, fijó su mirada hacía el de Nastya que estaba muy cerca del suyo y vio algo que le llamó la atención. Una extraña joven estaba de espalda tratando de abrirlo. Caminó rápido para ver que pretendía esa chica con el casillero de su mejor amiga.

-¡Me quieres decir que haces! Ese casillero es de ¿Nastya?-. Exclamó la ojiazul siendo sorprendida-.

La ex rubia se dio vuelta y le dio una sonrisa a una morena que aún no caía de su sorpresa.

-Hola Yul, yo también te extrañé-. Saludó Nastya estando frente a Yulia-.

Yulia abría y cerraba la boca sin poder decir palabra, estaba tan sobresaltada por el extremo cambio de su amiga que la impresión no la dejaba hablar. Nastya llevaba unos jeans oscuros rasgados a la rodilla, una camiseta en tonos grises, todo le quedaba muy bien, lo que seguía sin poder convencerla era su cabello rosa, ¿rosa?, ¿en serio?, se decía en su mente la morena. ¿Qué rayos había pasado con la chica católica que llevaba vestidos a la rodilla y la cruz como señal de castidad?, realmente no lo sabía.

-No vas a saludarme o preguntarme como estuvieron mis vacaciones?-. Expresó Nastya sonriente por el gesto que tenia su amiga-.
-¿Qué…que te… hiciste?-. Pronunció finalmente Yulia-.
-Me teñí el pelo rosa ¿o no se nota?-. Dijo sarcástica la ex rubia-.
-¡Te volviste loca Savalieva! ¡Dios que te hicieron en St Petersburgo!, porque estoy pensando seriamente que a la Nastya Savalieva que yo conocí la secuestraron y tú eres un clon-. Dijo la morena-.

Nastya soltó una sonora carcajada y la miró divertida. Tenía claro que su cambio de look traería muchas de esas reacciones.
-¿Sólo eso me dirás? No me has visto en semanas, ni siquiera un abrazo-. Dijo abriendo sus brazos-.

Yulia se acercó lentamente, como intentado cerciorarse de que a la que iba a abrazar era realmente su mejor amiga.

-¡Ven aquí! Te extrañé-. Exclamó Nastya atrapándola en un cariñoso abrazo-.
-Y yo a ti-. Dijo por fin-. Aunque creo que aún no estoy segura de que seas tú-.
-Lo soy, no es más que una tintura que me quitaré cuando me aburra de verme al espejo así-. Contestó relajada-.

Yulia la miraba con atención, algo le parecía extraño. Nastya se veía más que superficialmente diferente, era algo en su modo de hablar, en esa sonrisa que llevaba como si estuviera pegada a su cara, en ese relajo que mostraba ante todo. Quizás era porque se esperaba que la ahora ex rubia estuviera cabizbaja o por lo menos pensativa, puesto que sabía todo lo que Nastya, quería a Oksana.

-¿Estás bien?-. Preguntó con recelo-.
-Sí, ¿Por qué no debería estarlo?-. Respondió sabiendo a que apuntaba la morena-.
-Nastya, somos amigas y conmigo no tienes que fingir, tal vez puedas cambiar tu ropa o tu pelo, pero sé que en fondo las cosas te afectan de la misma manera que a la chica rubia que se quedó en St. Petersburgo hace dos meses-. Dijo dándole confianza-.
-No espero que consideres que soy alguien distinta porque me cambié el color del pelo, no era esa la intensión, simplemente quería dejar de parecer la niñita perfecta que no soy, y por tú pregunta, se lo quieres saber y mi respuesta es que estoy bien-. Contestó fijando sus intensos ojos verdes en ella-.
-¿Qué pasó?-. Preguntó intentando comprender esa actitud-.
-La verdad no lo sé, un día me dice que me ama y que no puede esperar a que vuelva para estar juntas, al otro día llamo y me contesta Fyodor, diciendo que por favor no moleste porque ambos se durmieron tarde-. Le contó intentado sonar indiferente-.
-¡Durmió con Fyodor?!-. Exclamó más fuerte de lo necesario-.
-No lo sé, y sinceramente ahora ya no me importa-. Dijo desviando la mirada-.
-Nastya…-.
-Yul, ya no quiero hablar de eso, fue su decisión y la respeto, ahora yo quiero seguir con mi vida, es nuestro último año y quiero disfrutarlo con mis amigas, no amargarme por una relación que no funcionó, aunque…todavía me duela-.
-Entiendo, no diré nada más al respecto, de lo que si diré y mucho es de ese pelo tuyo que hace que desvíe mis ojos cada tres segundos corriendo el riesgo de que me dañe la vista en forma permanente-. Exclamó gesticulando la ojiazul-.
-¡Deja de ser tan exagerada!-. Le respondió golpeándole levemente el brazo-.

Siguieron bromeando por unos minutos más. Hasta que Yulia cambió el gestó hacía uno más serio. Había algo que quería preguntarle a Nastya, pero que no se había atrevido por miedo a la respuesta.

-Nast…necesito preguntarte algo-. Dijo seria la morena-.
-Dime…-.
-Tú…sé que estuviste con Viktoria todo el verano y pues ella es la mejor amiga de..., yo…-. Casi no sabía que decir la morena-.
-No sé dónde esta Katia, y tampoco sé si siga con nosotros este año. Hablé con ella un par de veces por teléfono pero la que sabía dónde estaba era Vika y no me dijo-. Se adelantó a contestar Nastya-.

Yulia agachó la cabeza. No quería pensar en que no volvería a verla nunca más.

-Ahora preguntó yo…¿Qué pasó Yul?-. Preguntó acariciando cariñosamente su brazo-.
-Lo que te dije por teléfono, ella llegó de sorpresa me vio con Lena, discutimos, rompió conmigo y la entiendo… luego desapareció-. Recordó apenada-.
-¿Estás con Lena ahora?-.
-Sí, pero no desde ese día. Me tomó tiempo, escuché mi corazón y la quiero, Lena produce algo en mi que nadie más produce, pero me habría gustado hablar con Katia, intentar ser su amiga, mantenerme cerca…-.
-Lo entiendo, pero no es sólo lo que tú quieres o necesitas Yul, también tienes que pensar en Katia, porque si vuelve tal vez ella ya no quiera tenerte en su vida, y de cierta manera es entendible, le rompiste el corazón-. Expresó Nastya-.
-Lo sé y si vuelve lo que ella quiera lo respetaré-. Aceptó la morena-.
-¡Yul te estaba buscando!-. Exclamó Lena-. Que haces con esta chica…-. Preguntó contrariada la pelirroja-.
-Lena, soy yo-. Dijo Nastya divertida-.
-¿Nastya? ¡Perdón, pero no te había reconocido!-. Expresó abrazándola-.
-Si me di cuenta-.
-Ya vamos o llegaremos tarde a nuestro primer último día de clases-. Dijo Yulia-.

Caminaron a ver su horario y que clases tenían juntas. De lo que no se percataron era de qué lo hacían bajo la atenta mirada de una castaña.

Oksana había llegado temprano como acostumbraba desde que pisó por primera vez Alikosvky. Caminó rápido esperando no encontrarse con Nastya, la verdad es que no se sentía preparada para verla, para enfrentar esos ojos indescifrables que la hacían perder todo raciocinio, quería poder ser fuerte. Quería por una vez no arrojarse a los brazos de Nastya.

Cuando vio que Yulia se acercaba, a esa extraña chica que estaba de espalda hacía ella no le dio mayor importancia, hasta que la morena la abrazó y pronunció su nombre. ¿Nastya?, abrió los ojos e intentó lo más disimuladamente posible asegurarse de que realmente era su rubia quien estaba ahí.

Cuando Nastya se giró para hablarle a Yulia, ella pudo confirmarlo. Definitivamente era ella. Se giró de inmediato para fijar la vista en el contenido de su casillero. No podía creerlo, esa chica con el pelo rosa, era tan diferente a la chica dulce y atenta de la se había despedido en el aeropuerto, de esa que le decía lo mucho que la quería y la extrañaba cada vez que hablaban por teléfono, Nastya evidentemente había cambiado y probablemente los sentimientos que había profesado hacía ella, también.

Ante ese pensamiento, sintió como en su pecho una sensación de congoja se formaba. ¿Podía ser que Nastya ya no la quisiera?, era probable, porque después de ese día no hubo más llamadas, ni mensajes, ni nada, lo único que hubo era silencio, uno que le confirmaba que la rubia, ya la había dejado de extrañar. Maldijo en silencio, ¿Por qué ella no podía hacer lo mismo?, porque su corazón seguía perteneciéndole, era injusto, totalmente injusto querer a alguien, que había roto su promesa de nunca hacerle daño.

-Diva, aquí estabas, te busqué por la mitad de la escuela -. Expresó Sasha con una sonrisa-.
-Sí, yo sólo…estaba buscando algunas cosas…-. Dijo intentado sonar normal-.
-La viste no es cierto-. Pronunció mirándola a los ojos-.

Oksana respondió con un simple gesto afirmativo.

-Yo la tuve que mirar dos veces para asegurarme de que en realidad era ella-. Dijo con una mano en su pecho-.

La pequeña diva no emitió palabra ante el comentario de su amigo, no quería hablar sobre Nastya.

-¿Hablaste con ella?-. Preguntó el joven-.
-No-.
-¿Lo harás?-. Preguntó nuevamente con cuidado-.
-No-. Respondió a secas-.
-Pero Oksi, no crees que…-.
-¡Pero nada Sasha!-. Exclamó subiendo la voz-. Siempre soy yo, siempre yo la que la buscó, la que cede, la que le da explicaciones aunque ya no haya que darlas, me cansé de ser siempre la idiota que le ruega, se acabó y si ella quiere teñirse el pelo rosa para revelarse contra el mundo o besar a la primera idiota que se le cruza es su problema-. Dijo esto último con rabia-.
-Sabes que te apoyo en la decisión que tomes, pero pienso que deberían hablar, la vas a ver todos los días quieras o no, por lo que aclarar las cosas es lo más sensato-. Aconsejó-.
-Quizás, pero no hoy Sasha, ahora simplemente no puedo…-. Respondió bajando la cabeza-.
-Lo entiendo y ahora vamos, supongo que no quieres llegar tarde a clases-.
-Por supuesto que no-.

El día pasó entre efusivos rencuentros, sobretodo entre los integrantes de Neposedi que sabían debían de hacer ese año especial, debían poner todo de su parte para ganar las Nacionales porque sería el último de todo el grupo junto. Las clases como primer día fueron relajadas y sirvieron más para ponerse al día entre los compañeros que para pasar alguna materia.

Todos se mostraban inquietos por la primera clase del coro, sabían que había habido quiebres en el interior y no sabían a ciencia cierta como iba a resultar todo eso. Lo otro era lograr que más alumnos se inscribieran, puesto que tenían la baja de dos miembros y con ella no lograban el número mínimo para poder competir.

El señor Smirnov había decidido hacer esa primera clase en el auditorio, para así poder hacer que audicionaran los futuros nuevos integrantes.

Los chicos fueron llegando con entusiasmo, primero Tasha, Sasha y Oksana, quienes ya venían con la idea de cantar alguna canción, después Fyodor, Masha, Sergüei quienes venían hablando de algo banal. Fyodor no desperdició la oportunidad de sentarse cerca de Oksana y hablarle de cualquier estupidez para atraer su atención. La pequeña diva simplemente hacía como que lo escuchaba pero su atención estaba en la puerta porque era cuestión de tiempo para que Nastya la cruzara.

La ex rubia llegó caminando junto a Lena y Yulia. Para quienes las observaban fue como tener un deja vú porque mientras la chica que fue la más popular, caminaba con la frente en alto y su mirada indiferente, las otras dos chicas venían unos pasos atrás tomadas de mano y regalándose miradas cómplices. Si se les agregaban unos meses atrás, podría decirse que acababa de entrar el Escuadrón Suicida.

Nastya no quería mirarla, se resistía con toda la fuerza de voluntad que aún sentía que le quedaba. Pero falló, había pasado tanto tiempo que lo único que quería era poder volver a posar su mirada sobre esa castaña que aún producía que su corazón se acelerara.

Fue como si sus miradas se hubieran sincronizado porque al momento en que Nastya puso sus ojos verdes sobre ella, Oksana le correspondió. Y fue mágico, no podían romper ese contacto visual, no podían desviar ni siquiera un segundo sus miradas, era como si estuvieran teniendo esa conversación que las dos se habían negado a realizar, fue para decirse que aún había algo ahí, que no sería tan fácil de olvidar. Y Nastya sin darse cuenta fue avanzando, hipnotizada fue acercándose, pero en un instante simplemente frenó.

Fyodor había puesto una de sus desproporcionadas manos sobre el muslo de la pequeña diva y le susurró algo al oído, lo que produjo que Oksana se girara. Tal vez no alcanzó a ser un segundo pero bastó para romper esa magia y para que Nastya recordara el porque se había alejado.

El maestro al ver que ya todos sus alumnos se encontraban ahí, comenzó a hablar.

-Muchachos, sé que este es el último año para muchos de ustedes, por lo que en mi mente sólo tengo una sola meta ¡Ganar las Nacionales!, no importa cuanto nos cueste, cuanto extra tengamos que ensayar, les aseguro que no dejaré que nada nos desconcentre para lograr esa meta… ¡Están de acuerdo!-. Exclamó entusiasta-.
-¡Sí!-. Respondieron al unísono-.
-Hoy puse muchos carteles invitando a que se unieran al grupo, así que tendremos que esperar para saber si alguien quiere audicionar hoy día-. Expresó con confianza-.
-Señor Smirnov, no es por ser pesimista pero si alguien quisiera entrar ya no debería estar aquí-. Dijo Tasha-.
-Eso es cierto-. Apoyo Sasha-.
-O habría que preguntarle a Tarasova, si no mandó de nuevo a alguien a un centro dónde vendan Marihuana-. Dijo Yulia para molestar a la castaña-.
-No lo hice, eso fue sólo una vez y prometí no volver a hacer algo parecido-. Se defendió dándole una mirada ofensiva-.
-Entonces, mientras que les parece si hablamos acerca de nuestros planes para este año-. Intercedió el maestro-.

Estuvieron así por largo rato, la verdad tenían claro que si querían que algún alumno se interesara por formar parte del club, deberían hacer mucho más que pegar carteles por la escuela, puesto que aunque hayan llegado a las Nacionales el año anterior, Neposedi seguía siendo sinónimo de pertenecer a los perdedores y nadie quería arriesgarse a ser un "nerd" de por vida.

Estaban ya por irse cada uno a su casa, por ese día ya estaba terminando la clase y nadie había aparecido.

-Bueno muchachos creo que vamos a tener que intentar algo de verdad atractivo para atraer nuevos integrantes, porque los necesitamos con urgencia, eso es todo por esta clase, nos vemos mañana-. Se despidió el maestro-.

Iban ya todos en dirección a la salida cuando una voz que provenía del escenario captó su atención.

-Señor Smirnov-. Llamó a través del micrófono-.

Todos giraron inmediatamente, esa voz era conocida.

-Me gustaría audicionar para entrar a Neposedi, o ya es muy tarde?-.
-Por supuesto que no, chicos regresen-. Expresó emocionado y todos volvieron a sus previas ubicaciones menos una-.

Yulia no quitaba su vista del escenario, tanto que no se había movido de dónde estaba antes de escucharla.

-Katia…-. Dijo para si misma-.

Ekaterina estaba frente al micrófono nerviosa, aún no estaba segura de que eso fuera una buena idea, últimamente no estaba pensando mucho, simplemente se estaba dejando llevar.

-Soy Ekaterina y voy a cantar una canción de Adele, espero que les guste-. Dijo para presentarse brevemente-.

Acomodó el micrófono frente a ella y le dio unas indicaciones al chico del piano que tenía clara la pista a seguir. Respiró profundo y fijó su mirada hacía ningún lugar en particular, de los minutos que llevaba ahí, en ningún momento fijó su mirada en Yulia.

Las primeras notas comenzaron a sonar, ya debía comenzar a cantar.

I let it fall, my heart (Dejé caer mi Corazón)
And as it fell, you rose to claim it (Y mientras caía apareciste para reclamarlo)
It was dark and I was over (Estaba oscuro y yo estaba acabada)
Until you kissed my lips and you saved me (Hasta que besaste mis labios y me salvaste)
My hands, they were strong, but my knees were far too weak (Mis manos eran Fuertes pero mis rodillas eran demasiado débiles)
To stand in your arms without falling to your feet (Como para sostenerme en tus brazos sin caer a tus pies)

La canción la había elegido porque sentía que cada verso de alguna manera decía lo que vivió desde cuando llegó a Moscú. Su corazón llegó herido y quien se había ofrecido a sanarlo, lo hirió de una manera mucho más profunda. Todos esos sentimientos los expresaba con su voz que se hacía potente en el coro.

But there's a side to you that I never knew, never knew (Pero hay una parte de ti que nunca nunca conocí)
All the things you'd say, they were never true, never true (Todas las cosas que dijiste nunca nunca fueron verdad)
And the games you'd play, you would always win, always win (Y los juegos que jugaste siempre ganabas siempre ganabas)
But I set fire to the rain (Así que prendí fuego a la lluvia)
Watched it pour as I touched your face (Y la vi caer mientras acariciaba tu rostro)
Well, it burned while I cried (Ardió mientras yo lloraba)
'Cause I heard it screaming out your name, your name (Porque la escuché gritando tu nombre, tú nombre)

Los recuerdos de cada momento que vivió con Yulia le estaban jugando malas pasadas tanto que cuando comenzó a cantar esta parte no pudo evitar mirarla a los ojos, y fue correspondida, esos ojos color cielo no dejaban de mirarla.

When laying with you I could stay there (Cuando me tumbaba contigo podría haberme quedado ahí)
Close my eyes, feel you here forever (Cerrar los ojos, sentirte aquí por siempre)
You and me together, nothing is better (Tú y yo juntos nada podría ser mejor)
'Cause there's a side to you that I never knew, never knew (Pero hay una parte de ti que nunca conocí nunca conocí)
All the things you'd say, they were never true, never true (Todas las cosas que dijiste nunca nunca fueron verdad)
And the games you's play, you would always win, always win (Y los juegos que jugaste siempre ganabas siempre ganabas)

Esto fue con rabia, con dolor, con todo el deseo de querer recibir una explicación, un porqué, sentía que no se merecía sufrir por amor.

But I set fire to the rain (Así que prendí fuego a la lluvia)
Watched it pour as I touched your face (Y la vi caer mientras acariciaba tu rostro)
Well, it burned while I cried (Ardió mientras yo lloraba)
'Cause I heard it screaming out your name, your name (Porque la escuché gritando tú nombre, tu nombre)
I set fire to the rain (Así que prendí fuego a la lluvia)
And I threw us into the flames ( Y nos lanzé a las llamas)
When we fell, something died(Entonces sentí algo morir)
'Cause I knew that that was the last time, the last time (Porque sabía que sería la última vez)

Cerró sus ojos para cantar la última estrofa, quería sacar todos sus sentimientos, que esto fuera una catarsis y así terminar de dar vuelta la página.

Sometimes I wake up by the door (A veces me despiertan golpes en la puerta)
That heart you caught must be waiting for you ( Y te oigo llamandome debo ser que yo sigo esperandote)
Even now when we're already over (Incluso cuando ya todo ha acabado)
I can't help myself from looking for you (No puedo evitar seguir buscándote)
I set fire to the rain (Prendí fuego a la lluvia)
Watched it pour as I touch your face (Y la vi caer mientras acariciaba tu rostro)
Well, it burned while I cried (Ardió mientras yo lloraba)
'Cause I heard it screaming out your name, your name (Porque la escuché gritando tu nombre, tú nombre)
I set fire to the rain ( Así que prendí fuego a la lluvia)
And I threw us into the flames (Y nos lancé a las llamas)
When we fell, something died (Entonces sentí algo morir)
'Cause I knew that that was the last time, the last time (Porque sabía que sería la última vez, la última vez)
Oh, no
Let it burn, oh (Dejala arder)
Let it burn (Dejala arder)
Let it burn (Dejala arder)

Los aplausos no tardaron en hacerse escuchar, la mayoría estaba de pie, había sido una hermosa y potente interpretación de una canción que necesitaba para ser cantada, mucho sentimiento.


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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/25/2016, 6:37 pm

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Ekaterina les regaló una sonrisa forzada, sus nervios habían desaparecido siendo remplazados por un estado de tranquilidad que le había sido difícil de conseguir en los últimos días.

-¡Impresionante! No puedo más que darte la bienvenida a Neposedi-. Recibió entusiasmado el maestro-.
-Gracias, estoy contenta de haber entrado-. Dijo-.

Nastya fue la primera en acercarse a Ekaterina. No la veía hace mucho y la extrañaba. La morena de ojos verdes se había transformado en una amiga que la apoyó siempre que la necesitó.

-¡Katia!-. Exclamó la ex rubia-.
-¿Nastya?-. Respondió-. Lucís…diferente-.
-Lo sé, es algo momentáneo-. Respondió haciéndole un guiño-.
-Igual te ves bien, diferente pero bien-. Le comentó-.
-Gracias, tú también te ves bien, por un momento pensé que no volverías, Viktoria nunca me dijo dónde estabas y cuando hoy no te vi en todo el día me preocupé-. Expresó Nastya con un gesto más serio-.
-No voy a volver a huir Nastya, quiero terminar mi último año aquí-. Respondió mirándola a los ojos-.
-Me alegra escucharte decir eso-. Dijo y le dio un cálido abrazo de bienvenida-.

A algunos metros de distancia Yulia observaba la interacción sin atreverse a acercarse, no sabía cual sería la reacción de Ekaterina, ni siquiera estaba segura que la escucharía.

-Ve a hablarle-. Dijo Lena interrumpiendo sus pensamientos-.
-No se si sea buena idea, Lena-. Respondió-.
-Tienes que hacerlo, Yul-. Dijo convencida la pecosa-.
-Lo sé-.
-Yo te espero en el pasillo, te quiero-. Expresó y le dio un pequeño beso en los labios-.

Yulia caminó hacía el escenario pero ya no estaba ahí, por lo que siguió buscando a través de los pasillo, hasta que vio como se alejaba rápidamente rumbo al estacionamiento. Aceleró su paso y se detuvo a observarla unos metros antes, estaba nerviosa, pero no podía dejar pasar más tiempo.

Ekaterina tenía el casco de su motocicleta en las manos, desde hace unos días que ya no usaba su auto, siempre le había gustado el sentimiento de libertad que le daba andar en moto. No se percató de que alguien la observaba, hasta que Yulia tímidamente la tomó el brazo, se giró y la vio por primera vez en semanas.

-Ekaterina…-. Dijo Yulia-.
-Yulia-. Expresó fríamente a modo de saludo-.
-¿Podemos hablar?-. Preguntó bajando la mirada-.
-¿Sobre que?-. Respondió manteniendo el tono anterior-.
-Yo quería decirte que lamento como pasaron las cosas, nunca fue mi intensión herirte, sabes que yo te… Dijo la morena-.
-No tienes que explicarme nada ni disculparte, todo esta claro-. Interrumpió-.
-Pero yo quería que supieras por mi, no quería que te hicieras una idea equivocada acerca de como pasaron las cosas después de que tú y yo rompimos-. Explicó-.
-¿Importa, Yulia? Importa de verdad el orden de como pasaron las cosas, si lo que me quieres decir es que ya estás con Elena, no te preocupes porque sabía que sería así-. Dijo por primera vez perdiendo en algo la compostura-.
-Katia…yo lo que menos quería hacer era hacerte daño, y cuando te fuiste me tomó tiempo…-.
-Seguro, cuanto tiempo, ¿Alcancé por lo menos a bajar las escaleras de tú casa?-. Dijo sarcásticamente-.
-Katia, sabes que no podría haber hecho algo así-. Se defendió-.
-No Yulia, no lo sé, porque cometí el error de creerte en algún momento y me mentiste, así que no tengo porque creerte ahora, además, sabes, con quien tú estés ya no es de mi interés, sé que voy a tener que verte todos los días y lo acepto pero como yo no voy a interferir en tu vida, te pido que tú no interfieras en la mía-. Asumió con seguridad-.
-Pensé que podíamos ser amigas-.
-No por el momento y ahora debo irme, que estés bien, adiós-. Se despidió-.

Ekaterina se subió a su moto y dejó a la morena ahí parada, sola y con una gran mezcla de sentimientos que eran muy difíciles de describir.

Caminó de vuelta a la escuela dónde dijo Lena que la esperaría, necesitaba con urgencia uno de esos abrazos que sólo su pelirroja pecosa podía darle.

Elena al verla inmediatamente supo que las cosas no habían ido bien así que la acurrucó en su pecho. Iba a darle un beso cuando alguien las interrumpió.

-Pueden dejar las patéticas muestras de amor sáficas para ir a mi oficina ahora-. Expresó Shapovalov-.
Ambas chicas se miraron y aunque no estaban muy convencidas de quería Iván, era mejor seguirla, aunque ya no fuera su profesor de gimnasia, le seguían teniendo algo de temor.
-Siéntense seré breve-. Ordenó el entrenador-.
-Lo escuchamos-. Dijo Yulia-.
-Como bien saben, el año pasado no gané las Nacionales, por culpa de ustedes que desertaron a último minuto… -.
-Porque usted quería lanzar a Lena por un cañón o lo olvida?-. Interrumpió Yulia rodando los ojos-.
-No me interrumpas, sacos de arena, no he terminado, lo que quiero decir es que este año he llegado más empático por lo que decidí darles otra oportunidad, quiero que vuelvan a ser porristas para que animen al equipo de futbol-. Dijo con esa sonrisa hipócrita que solía dar siempre-.

Yulia miró a Lena, no se esperaba una proposición así, aunque no podía negar que le parecía atractiva, no tanto por la popularidad que traía consigo ser una de las porristas, ya había pasado esa etapa, era más porque ser porrista y cantar en Neposedi era como parte de ella. La pelirroja por otro lado también se mostraba ilusionada, dejando de lado el episodio del cañón y los casi inhumanos entrenamientos que en ocasiones les hacía Shapovalov. Las porristas era dónde podía demostrar sus grandes dotes para el baile.

-¿Y que me dicen?-. Preguntó impaciente Shapovalov-.
-No habrá más cañones, ni malos tratos para ninguna de las dos?-. Negoció Yulia-.
-No te pases Volkova, lo que quizás ayude en su decisión en decirte que tú entrarías como la nueva capitana de las porristas-. Expresó sabiendo que no recibiría una negativa-.
-Esta bien, estamos dentro-. Aceptó una entusiasta pelirroja-.
-Sabía que no se negarían, aquí están sus uniformes y las espero mañana en el entrenamiento-. Dijo el entrenador con un gesto de satisfacción-.

Las chicas salieron muy contentas. Elena había aceptado porque sabía que una de las aspiraciones de Yulia siempre había sido ser la capitana.

-Ahora te graduaras siendo la capitana de las porristas y teniendo a tu lado a la chica más sexy de la escuela-. Exclamó Lena enlazando sus manos-.
-Soy una chica con suerte-.

Yulia sabía que eso era cierto, era una chica con suerte y estaba feliz con Lena, pero no podía sacarse de la cabeza esos color verdes oscuros que la habían mirado con tanta decepción.


Los primeros días habían pasado rápido en la segundaria. Las chicas ya se habían adaptado a su nuevo horario, sin embargo, habían cosas a las que aún no lograban acostumbrarse, cosas que no eran del ámbito académico precisamente. Nastya hacía lo posible por evitar a Oksana, en las clases que tenían juntas se sentaba lejos de la pequeña diva, en Neposedi desviaba la vista en intentaba siempre poner su atención en alguien más, mientras que en los pasillos simplemente la ignoraba. Lo que le resultaba doloroso era ver como cada día parecía más cercana a Fyodor. Ya no se molestan en ocultarlo, pensaba la ex rubia.

Oksana, se daba cuenta de como Nastya simplemente hacía como si no existiera. Le dolía más de lo que podía reconocer, porque no entendía que había hecho para merecerlo, finalmente era la rubia quien le había fallado por lo que esperaba que fuera quien se acercara. Pero eso no ocurrió, ni el primer día ni en los siguientes. Sus clases como los descansos los pasaba en compañía de Sasha, y a veces de Fyodor, este último se le acercaba mucho últimamente y ella educadamente lo escuchaba, a veces se daba cuenta de como le coqueteaba pero ella lo rechazaba sutilmente, no había vuelta atrás en eso. Ya no lo quería y no había posibilidad de que lo volviera hacer, porque lamentablemente todo su corazón pertenecía a otra persona.

Ekaterina por otra parte además de Neposedi, se había unido al reforzado equipo de Hockey, era su su deporte favorito en el que además era muy buena. Estaba tratando de ocupar su tiempo lo más posible para así no pensar en Yulia, pero muchas veces era imposible, le dolía verlas de la mano, intentaba ser indiferente, sin embargo, la punzada en su pecho se seguía provocando.

-Katia, justo a quien estaba esperando-. Dijo un sonriente Sasha-.
-Hola Sash ¿Qué pasa? Dijo yendo a su casillero-.
-Alguien te ha estado llamando y como no le contestas me llamó a mi-. Dijo misterioso-.

Ekaterina comenzó a buscar su teléfono, y se dio cuenta que tenía algunas llamadas perdidas de Anya.

-Olvidé mi celular en el casillero, recién me di cuenta y lo guardé en el bolso-. Se justificó-.
-No me lo digas a mi, llámala y dile, mira que conociéndola va a seguir insistiendo y si no le contestas, va a tomar un avión y venir aquí -. Dijo en tono de broma el castaño-.
-Lo sé, ella es algo persistente-.
-Y haría lo que fuera por ti, en el verano estaba muy preocupada, me llamaba cada día para saber si te había visto, ella de verdad te quiere y ni te imaginas lo que está dispuesta a hacer por ti-. Expresó convencido-.
-Porque tengo la sensación de que tu sabes algo que yo no?-. Preguntó con sospecha-.
-Puede ser, pero todo a su tiempo-. Respondió sin dar mayor información-.
-Ustedes dos juntos planeando algo me dan miedo, sobretodo si es alguna idea de Anya -.
-Tú tranquila y déjate sorprender, yo no puedo decir nada, así que ahora que ya te di el mensaje, me voy tengo un novio al que convencer de que se traslade a Alikosvky-. Expresó y siguió caminando.

Llegaba la hora de almuerzo y Nastya iba caminando con su bandeja buscando a sus dos amigas ahora cheersleaders de nuevo. Miró hacía distintos lados de la cafetería hasta que vio a Lena quien le agitaba la mano efusivamente. Iba a ir pero al observar con atención vio que no sólo estaban las dos, sino que gran parte de los chicos del coro, lo que incluía por supuesto a Oksana y a un Fyodor que aprovechaba cualquier instancia para estar cerca de la diva. Yulia le hizo un gesto de desagrado lo que le dejé claro que no había sido su idea y ella le respondió el gesto diciendo que iba a otro lado.

Siguió mirando hasta que vio que Ekaterina estaba sola en unas mesas más allá absorta en un libro mientras comía algunas frutas.

-Hola Katia, puedo interrumpir y sentarme?-.
-Claro, siéntate-. La recibió con una sonrisa-.

Nastya se sentó a su lado y comenzó a comer su almuerzo.

-Puedo preguntar porque no te sentaste con el grupo?-. Dijo la morena de ojos verdes-.
-Mmm….exceso de romance.- Respondió alzando los hombros-.

Ekaterina rió ante el comentario.

-¿Y tú porque no te sientas ahí? Eres parte de Neposedi ya-. Contra preguntó-.
-Exceso de Yuliena-. Contestó de la misma forma alzando los hombros-.

Ahora las dos se rieron, estaban pasando por situaciones parecidas y en ese momento se sentía mejor bajarle el perfil.

-La verdad no sé que hice mal-. Dijo de repente Nastya desahogándose-.
-¿Y porque tendrías que haber hecho algo mal tú?-. Dijo la morena fijando toda su atención en ella-.
-Porque se supone que si la persona con la estás, te deja de querer, es porque algo hiciste mal ¿o no?-. Contestó insegura-.
-No lo creo, a veces puedes hacer todo bien, dar lo mejor de ti misma, pero simplemente no funciona, quizás hay algunas personas que no están destinadas a tener un final feliz-. Expresó reflexiva-.
-Eso es injusto, cómo puedes dar todo de ti, tú alma, tú corazón, sin pedir nada a cambio, sólo que no te hagan daño, que te pertenezcan como tú perteneces, cómo puede ser todo un cuento de hadas y luego transformarse en una pesadilla-. Dijo la rubia claramente hablando de su situación-.
-Porque no todas podemos ser princesas en el cuento de hadas, Nastya-. Contestó-.
-¿Qué quieres decir con eso?-. Preguntó interesada-.
-No sé, supongo que uno siempre se queda con el final feliz que te contaban en los cuentos, donde la princesa vivía feliz para siempre, y si alguien perdía esa parte la omitían porque era el malo del cuento, pero en la vida no todo es blanco o negro, y mientras algunas tienen su final feliz a otras nos toca perder más seguido, no porque hagamos las cosas mal, sino porque así es el destino, alguien tiene que perder, no todas podemos ser princesas-. Explicó con calma-.
-Eso es triste...-.
-Lo es, cuando tus últimas dos ex novias te han engañado o engañado y dejado, comienzas a hacer teorías patéticas y deprimente-.
-Yo creo que tú te mereces un final feliz, estoy segura que lo tendrás sólo que esta vez deberías fijarte en la chica adecuada, seguro no has visto bien-. Le aconsejo la ex rubia-.
-¿Estás coqueteando conmigo, Nastya?-. Dijo bromeando con una sonrisa traviesa-.
-¡Claro que no! No seas egocéntrica, yo lo decía simplemente-. Defendió dándole un pequeño golpe-.

Nastya lo dijo porque al pasar las vacaciones con Viktoria, en su última noche habían tenido una conversación.

Flashback.

Nastya los últimos días después de la llamada no había querido seguir saliendo por las noches. Los días se los había pasado dentro de la habitación de hotel o en las tardes caminando por la playa. Realmente no sabía como lidiar con toda esa pena que se estaba acumulando en su pecho. Su primera reacción había sido querer tomar un avión e ir dónde Oksana para exigirle algún tipo de explicación, pero no tenía ningún derecho, porque mucha rabia que le diera, perdió todo derecho de exigirle explicaciones cuando rompió con ella y decidió quedarse en St. Petersburgo.
Esa tarde había caminado por la playa hasta que anocheció, al otro día tomaría el avión de vuelta a Moscú y que mejor forma de despedirs,. que viendo un atardecer. Luego regresó a la habitación y se dio una ducha. Cuando ya se había instalado en el cómodo sofá para leer un libro, el timbre comenzó a sonar de forma insistente. Al abrir no era otra más que Viktoria quien venía acompañada de varias botellas de alcohol.

-¡Si tú no vas a la fiesta la fiesta viene a ti ex rubia!-. Exclamó entrando la chica rockera-.
-Vika, pensé que tenías una fiesta en la productora hoy en la noche-. Dijo sorprendida-.
-Tú lo has dicho "tenía", les dije que no podía, hoy es tú última noche acá y no podía dejar que estuvieras sola…-. Dijo acomodándose en el sofá-.
-No tenías que hacerlo…-.
-Si tenía, si estás aquí fue por mi, para acompañarme, has sido una gran amiga Nastya y quería pasar esta noche aquí, porque no sé cuando nos volvamos a ver-.
-Ok, entonces que traes ahí?-. Exclamó contagiándose con el ánimo de la otra chica-.

Las chicas comenzaron a beber mientras tenían una amena conversación. Recordaban todo lo que habían hecho durante esos dos meses que estuvieron juntas y la verdad estaba lleno de recuerdos memorables. Nastya en un momento se levantó para ir por su cámara quería una fotografía de las dos en su última noche. Cuando ya la había tomado, la miró un par de segundos, esa chica la había acogido prácticamente sin conocerla, cuidó de ella y la consoló todas la veces que la vio llorar sin ninguna otra intensión más que hacerla sentir mejor, era realmente una persona impresionante.

-¡Gracias por todo Vika!-. Exclamó para luego girarse y abrazarla-.
-No tienes por qué darme las gracias Nast, para mí también ha sido bueno tenerte conmigo, porque como te darás cuenta no hay mucha gente en mi vida-. Le contestó correspondiendo al abrazo-.
-Eres realmente impresionante y espero que encuentres a alguien te haga feliz, porque lo mereces-. Expresó separándose-.

Viktoria le regaló una sonrisa nostálgica y Nastya recordó aquel episodio en St. Petersburgo cuando Anya apareció y discutieron. No se había atrevido a preguntar antes por miedo a incomodarla, pero ahora era el momento.

-Vika…¿Puedo preguntarte algo?-.
-Claro…-.
-Es Ekaterina, no es verdad, la chica de la que me hablaste esa vez-. Expresó con cuidado no quería una mala reacción-.

Viktoria no se esperaba eso, pero tenía las sospechas de que Nastya lo sabía, porque la vez que Anya fue a su departamento no habían hablado muy civilizadamente, probablemente todo el edificio las había escuchado. No era un tema del que hablara con facilidad, pero Nastya se había trasformado en su amiga y confiaba en ella.

-Sí, es Katia…¿Soy muy evidente?-. Respondió intentado darle una sonrisa-.
-No, yo escuché cuando discutías con Anya, fue casual lo prometo, y no le había dado importancia hasta que vi como quedaste después de que te lo dijera-. Reconoció-.
-Anya siempre ha sabido atacarme dónde me duele, lo primero fue quitarme a Katia, para después romperle el corazón y alejarla de mí-. Expresó bajando la mirada-.
-¿Ustedes estaban juntas antes de que apareciera Anya?-. Preguntó confundida-.
-No, o sea no oficialmente, éramos mejores amigas que perdieron la virginidad juntas, y que se besaban, yo siempre la quise pero sabía que para Ekaterina siempre iba a ser su mejor amiga, casi su hermana…-Dijo nostálgica-.
-Es una extraña forma de demostrar su amistad, ¿Le preguntaste alguna vez si sentía algo más por ti?-.
-No, porque yo sabía lo que podía o no tener de Katia, yo era su puerto, siempre llegaba a mi, cuando crecimos, ella dormía con otras chicas, yo también, pero en un momento siempre llegaba a mi, antes de que conociera a Anya claro, de ahí cambio, se empeñó en conquistarla aunque era una Barbie heterosexual caza fortunas, porque si Katia no fuera una Sharapova estoy segura jamás habría estado con ella, y ahí cuando se hicieron novias yo pasé al papel a tiempo completo de mejor amiga, fin de la historia-. Dijo intentado sonar irónica-.
-Sigo sin entender porque nunca se lo dijiste-.
-Porque es la típica y patética historia de cuando te enamoras de tu mejor amiga, y tiene novia, la iba a perder Nastya, Katia iba a elegir a Anya porque se enamoró de ella, y no me iba a arriesgar a perderla…-.
-¿Aún la quieres, cierto?-.
-Sí aún la quiero, supongo que si existe eso del amor de la vida, ella es el mío-. Confesó-.

Fin Flasback.


A Nastya se le pasó toda esa conversación por la cabeza al escuchar a Ekaterina tan resignada, no sabía como decirle que quizás su final feliz estaba más cerca de lo que pensaba.

-Tierra llamando a Nastya-. Dijo haciendo un gesto con la mano-. Claro, primero me coqueteas y después de quedas callada ¡quien te entiende!-.
-¡Que no te estaba coqueteando!-. Repitió-.
-Da igual, debo decir que cuando te conocí te encontré guapísima, pero te pareces tanto a Anya, que borré de inmediato la idea-. Recordó riendo-.
-¡No me compares con tu ex! ¡Ella esta algo loca y es obsesiva!-. Se defendió también riendo-.
-Claro, cómo tú eres la normalidad personificada-. Respondió irónica-.

Nastya simplemente rió ante el comentario.

-Ok, ha sido realmente agradable almorzar contigo, pero tengo práctica de Hockey así que me voy-. Se despidió Katia-.
-Nos vemos luego-. Respondió-.

Ekaterina había avanzado unos pasos, pero algo la hizo retroceder.

-Nastya…-.
-Dime…-.
-Cuando dije que no todas las personas tienen un final feliz, no quise decir que tú no vayas a tener el tuyo, de hecho creo que lo único que hace falta es que saques los escudos y vayas tras en este caso, tú pequeña princesa dorada-. Exclamó dándole una última sonrisa-.

Nastya la vio alejarse y no sabía si sonreír o no. Suspiró profundamente, no quería perder la esperanza. Se levantó para ir a sus clases, y cuando pasó cerca de la mesa, giró para mirarla, no importa que doliera, no importa que estuviera con él, lo necesitaba, era su forma de cargar energías, y no se arrepintió porque ahí estaban esos grandes ojos marrones, sin quitarle la vista de encima. Le costó pero finalmente rompió el contacto visual, agachó la cabeza y siguió su camino.

Sasha y Yulia se percataron de ese intenso intercambio de miradas, luego se miraron y en silencio se sonrieron, algo tenían que hacer para ayudar a sus amigas.
Después de terminada la hora de almuerzo, Yulia iba con Lena para dejarla en su salón de clases, le encantaba poder pasar cada segundo con su pelirroja. Cuando iba a su clase, Sasha la interceptó.

-¡Yulia!-. Exclamó para llamar su atención-.
-Dime…-.
-Supongo que sabes de que lo quiero hablarte, tenemos que hacer algo-. Dijo convencido-.
-Sí, lo sé, yo le dije a Nastya que hablara con Tarasova, pero es tan orgullosa-. Expresó apenada-.
-Las dos lo son, la diva tampoco quiero acercarse a Nastya-. Contestó-.

La morena pensó por un momento, y en su rostro se formó una traviesa sonrisa, esa de cuandoYulia Volkova tiene un plan que esta segura no fallará.

-Tengo una idea-. Exclamó-.
-¿Qué tengo que hacer?-. Preguntó emocionado-.
-Déjamelo a mí-. Expresó segura-.

Se separaron para cumplir cada uno con la jornada que aún les quedaba por terminar.

Oksana caminaba con sus cuadernos pegados al pecho y pensando en que canción podría interpretar en Neposedi ese día. Sentía una sensación agradable, cantar siempre había sido su forma de expresar las emociones. Algo llamó su atención, venían dos gimnastas directo hacía ella, con un gesto que le produjo algo de temor. Intentó hacerse a un lado, pero antes de que si quiera lograra dar otro paso, el frío golpeo su rostro.

Las porristas siguieron su camino comentando entre ellas, y le dieron ganas de seguirlas y pedirles una explicación, hace tiempo que no le lanzaban una soda, de hecho no reconocía el sabor, debe ser uno nuevo pensó. No le quedó más que ir a su casillero y sacar su ropa de emergencia, era en estos momentos cuando agradecía ser precavida. Luego de eso se fue al baño a limpiarse y cambiarse.
Sasha había observado todo a distancia, tuvo la intensión de ir a ayudarle pero al entrar a la sala del coro vio que Yulia también había visto la escena con una sonrisa. Se arrepintió de haber confiando en la morena.

-¡Lanzarle una soda, en serio!-. Exclamó el joven-.
-Cálmate si, ahora que ya esta en el baño, corre la segunda parte del plan-. Contestó segura-.

Tomó su celular y tecleó un par de frases. De ahí se acercó a la puerta seguida de Sasha para asegurarse que la segunda persona en cuestión entrara a dónde ya estaba Oksana.

-Listo, ahora aprenderás como se hacen las cosas-. Dijo Yulia guiñándole un ojo-.

Nastya iba camino a la sala del coro cuando recibió un mensaje.

-Nast, te necesito urgente, por favor ven al baño. Yul-.

La ex rubia casi corrió para encontrarse con su amiga, presintió que algo no estaba bien, porque Yulia nunca pedía las cosas por favor. Entró acelerada abriendo la puerta con fuerza y acelerada.

-¡Yul, estás bien!-. Exclamó con la voz agitada-.

Pero cuando entró, Yilia no estaba por ninguna parte, la única persona ahí era Oksana quien la miraba sin emitir palabra. Se mantuvieron así por algunos minutos. Nastya se dio cuenta que la diva había sido atacada por una soda, dado que aún su ropa se veía manchada.

-Lo siento, yo…¿Has visto a Yulia?-. Preguntó nerviosa había sido la primera interacción que tenía con Oksana-.
-No, ella no ha entrado aquí-. Respondió y continuó limpiándose-.
-Ok, yo me voy…-.

Cuando retrocedió y se giró para abrir la puerta, no abría. La empujó, giró la manilla frenéticamente, pero nada daba resultado. Su paciencia se estaba acabando, hasta unos golpes le había dado pero la maldita puerta no se abría. Tal vez en otras circunstancia no se habría puesto tan molesta, pero dado que no estaba sola ahí, sus nervios comenzaban a hacer crisis.

Oksana la miraba, no entendiendo del todo que estaba pasando, sólo veía a Nastya darle patadas a la puerta, por lo que asumió que algo no andaba bien.

-¿Qué pasa?-. Preguntó la castaña acercándose-.
-No abre-. Respondió resignada apoyándose de espalda a la puerta-.
-¡Como que no abre!-. Exclamó corriéndola no muy suavemente para intentarlo ella-.
-Eso ya lo intenté-. Dijo mirándola con los brazos cruzados-.
-¡Pero ahora lo estoy intentado yo!-. Exclamó enojada-.
-Claro, como eres tú Oksana Tarasova la puerta se va a abrir mágicamente-. Expresó sarcástica-.
-No me voy a quedar aquí encerrada, menos contigo-. Dijo sin haberlo pensado bien-.
-Estamos encerradas, te guste o no, o crees que yo estoy feliz con esto?-. Respondió herida-.

Oksana captó que lo que dijo había herido a la ex rubia que la miraba fijamente. Ahora quisieran o no tendrían que hablar.

Yulia apenas vio a Nastya entrar, le hizo una seña a Sasha para que la siguiera. El muchacho aún seguía escéptico ante el plan de la morena, pero sin tener mayores ideas la siguió. La ojiazul trancó la puerta usando todo su ingenio y cuando terminó, le dio una sonrisa al joven que la miraba anonadado.

-Así se hacen las cosas, Aleksandr, ahora tendrán que hablar quieran o no-.
-Sigo sin entender porque era necesaria la soda-.
-No se me ocurrió otra manera de hacerla entrar-. Dijo alzando sus hombros-.

Ambos volvieron a la sala del coro dónde ya estaban todos los demás integrantes de Neposedi, menos el profesor que para variar se hacía esperar.

Los chicos comenzaron a hablar entre ellos, mientras comenzaba el ensayo, a muchos les pareció extraño que Oksana no estuviera ahí, era siempre la primera en llegar y la última en irse. Sobre todo
a Fyodor que no pasó por alto que no era la única que faltaba.

-¿Y Oksana? Ella nunca llega atrasada-. Le preguntó Fyodor a su medio hermano Sasha-.
-Mmm…me dijo que tenía que hacer algo, por lo que puede que llegue más tarde-. Mintió el chico-.
-¿Y Nastya?-. Preguntó Tasha-.
-Tuvo una emergencia familiar-. Se apuró a responder Yulia-.

Las preguntas iban a seguir pero en ese instante llegó el maestro con una sonrisa gigante para interrumpir.

-¡Chicos traigo excelentes noticias!-. Exclamó Smirnov-.
-¿Qué pasa señor Smirnov?-. Preguntó Sasha-.
-Neposedi tiene una nueva integrante que seguro nos ayudará a llegar a las Nacionales, ya que con su coro anterior a logrado estar entre los tres primeros-. Contestó-.
-¿Quién?-. Preguntaron al unísono algunos integrantes de coro-.

Antes de que el profesor la presentara oficialmente, una sonriente rubia que ya todos conocían cruzó la puerta, causando más de una impresión.

-Hola a todos-. Saludó-.
-Creo que varios de ustedes la conocen, pero aun así la presento, con nosotros Anna-Kuznetsova.

Anya se paró al lado de Smirnov, esperando las reacciones de sus nuevos compañeros, aunque la única que le importaba era la de una morena de ojos verdes que no salía de su impresión.

-¿Qué hace aquí?-. Se preguntó para si misma Yulia-.

Sasha saltó de su silla para casi ahogarla en un fuerte abrazo.

-No esperaba verte tan pronto-. Dijo emocionado-.
-Mi traslado se hiso oficial hoy-. Respondió sin quitarle la vista a Ekaterina-.

Ekaterina se mantenía en su silla sin coordinar aún las ideas, ver a Anya ahí le parecía irreal.

-Y tú no me vas a saludar?-. Expresó la rubia hacía Katia-.
-Claro…sólo… -. No dijo más y se levantó-.

La abrazó con cariño, Anya siempre lograba dejarla sin palabras con sus actos, pero no por eso no se alegraba de verla.

-¿Qué haces aquí?-. Le susurró al oído-.
-De verdad no te lo imaginas-. Respondió-.
-Pero…tú, esto es…-.
-Ya habrá tiempo para explicarte ahora sólo tienes que alegrarte de tenerme aquí, porque yo estoy muy feliz de poder tenerte cerca, nuevamente-. Interrumpió-.

Anya mientras aún tenía abrazado a Sasha, miró hacía dónde estaba Yulia, con una expresión en su rostro que no era precisamente de bienvenida.
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Mensaje por My_love_4_u 12/25/2016, 10:52 pm

Biingo!! Carton lleno! Jajajaja
El final fue como.... #BUM! Take that bitch!... de Anya..
Y con yulia: "GUAT DA F*K???"
Ojala Yulia no pierda el eje. Q no aparezcan celos x culpa de Anya
Oksana y Nastya ojala puedan arreglar sus diferentrs versiones!!
Excelentes contis!! Me perdi una semana y paso de tooooodoo... TODO!!!
Continua pronto!
P/d: feliz navidad!!

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Mensaje por andyvolkatin 12/26/2016, 2:35 am

Hola Very Happy
que excelente capitulo
lo de Lena y Yulia perfecto
mucho amor me encanta
su idea para que Nastya y la Diva
se arreglen se paso un poquito
pero sirve para que aclaren su relacion
Anya yo pense que era Viktoria me parece mejor
para Katia espero no haya ningun mal entendido
siguela pronto y espero que hayas tenido una Feliz Navida
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/28/2016, 5:09 pm

Hola chicas. Bueno, ya saben como es Yulia y en este fics es algo indecisa... Le gustan las dos tanto Lena como Ekaterina y a quien no? Ekaterina está re guapa y Lena a los 17 años estaba bien buena....

Capitulo Veinte: Seguir adelante...


Las miradas de los integrantes de Neposedi, se entrecruzaban. Algunos gratamente sorprendidos, otros confundidos y otros simplemente no se sentían cómodos con el hecho de que un solista estrella de otro coro llegara a Neposedi, porque la última vez que eso había ocurrido las cosas no habían terminado muy bien.

-No se supone que tiene que audicionar primero, es la regla Señor Smirnov-. Expresó Yulia quien mantenía sus brazos cruzados-.
-Lo sé Yulia, pero Anya tiene logros que la preceden, pensé que no sería necesario-. Contestó el maestro-.
-No se me hace justo, creo que todos los que quieran entrar, deben hacerlo -.

Elena miraba a Yulia. La conocía lo suficiente como para saber que lo que le molestaba no era que entrara sin audicionar, lo que le molestaba ya era el simple hecho de que estuviera ahí, cerca de Ekaterina. Y eso la hizo dudar, le produjo una contracción en el pecho, tal vez Yulia aunque no lo aceptara, seguía teniendo dudas.

-Creo que tiene razón Señor Smirnov, eso si, le pido que me de hasta mañana para preparar una canción-. Dijo Anya condescendiente-.

Ekaterina la miró sorprendida, ya se había preparado para contenerla de que se pusiera a discutir con Yulia, esperaba una reacción más confrontacional, no una sonrisa y responderle de buena manera, ni siquiera con ironía, nada. Le tomó la mano para que fueran a sentarse, no estaba segura de si eso era una táctica o era que la rubia realmente venía en son de paz, pero le gustaba esa nueva actitud que estaba mostrando hasta ahora, su ex novia.

La clase prosiguió de manera relativamente tranquila, eso sí, se notaba la ausencia de cierta castaña que nunca paraba de dar sugerencias ni de cantar en las clases. A todos les parecía extraño, debía ser algo muy importante lo que estuviera reteniendo a la pequeña diva.

Oksana seguía luchando con la puerta. No se resignaba a quedarse ahí, no quería quedarse quieta ni por un segundo y enfrentar la mirada de Nastya. Quería olvidarse que la rubia estaba a menos de un metro suyo, se rehusaba a ser intoxicada por ese aroma tan característico que ya comenzaba a invadir sus fosas nasales. Nastya por otro lado se había sentado a un costado y tenía sus rodillas dobladas, cada cierto tiempo apoyaba su rostro en ellas, Oksana le estaba produciendo un dolor de cabeza con ese loco e incesante afán de no rendirse.

-Puedes quedarte quieta, tanto golpecito me está dando jaqueca-. Pidió la rubia no muy amablemente-.
-Pues si tanto te molesta cúbrete los oídos-. Respondió en el mismo tono y siguió en su labor-.
-¡Dios eres realmente necia! Ya has girado la manilla con fuerza, has golpeado la puerta, has gritado ¿y te has dado cuenta? ¡Seguimos aquí! Así que ya para un poco quieres-. Expresó la rubia levantándose de dónde estaba-.

Oksana sintió como sus mejillas se volvían rojas de la pura ira que se estaba apropiando de ella, ¿Quién se creía que era Nastya para hablarle así?. Ya no estaban en su segundo año en la escuela, dónde ella se dejaba amedrentar e insultar por la temible chica popular, las cosas habían cambiado y ella ahora se hacía respetar.

-¡Por lo menos hago algo! No me quedo sentada esperando a que todo llegue a mí por el simple hecho de ser ¡oh!-. Llevó su mano a su boca como gesto dramático-. La magnifica e intocable Nastya Savalieva-. Contestó sarcásticamente-.

Nastya disminuyó la distancia en forma amenazante. Sus ojos mostraban un verde oscuro que dejaba entre ver cada palabra que se había tragado desde que volvió a Moscú. Soltó una risa irónica, cargada de superioridad, eran esos momentos dónde no salía a la luz la mejor parte de la rubia.

-Sabes, ni siquiera voy a gastar mis palabras en alguien que está tan centrada en girar sobre si misma, que cree que todo "debe" salir como ella espera, así que vamos sigue con tu trabajo, y hazle entender que como eres Oksana Tarasova ¡La maldita puerta se tiene que abrir!-. Exclamó perdiendo la compostura-.

Nastya iba a volver al lugar que había ocupado con anterioridad, se giró, pero Oksana la detuvo bruscamente, sosteniendo con fuerza excesiva el brazo de la rubia que la miraba atónita.

-No me vengas ahora que soy yo la egocéntrica, porque la única que siempre ha pensado que es lo mejor para ella y sólo para ella, eres tú, y si espero cosas, es porque me esfuerzo y doy lo mejor de mi para que así sea, no dejo las cosas a medias, no dejo a las personas simplemente porque necesito "nuevas experiencias", ¡No me olvido de a quienes le hice una promesa!-.  Dijo la castaña manteniendo la mirada-.

El ímpetu inicial con que enfrentó a Nastya, estaba disminuyendo considerablemente, esos ojos verdes la miraban ya no con rabia, ni con sarcasmo menos con superioridad, la miraban con una pena y un desconcierto, que hacían que su corazón se acongojara, tanto que ahora sólo pensaba en abrazarla, en olvidar todo y así poder probar esos labios, que ahora tiritaban levemente, ante su cercanía.

La rubia estaba atrapada en esos expresivos ojos cafés. Ya aunque lo quisiera no conseguía sentir ira, aunque lo deseara con toda su alma no podía odiarla, se sentía tan indefensa ante ella, no lograba reconstruir esos muros que tenía antes de sentir eso tan grande por Oksana. Estaba vulnerable y a punto de cerrar esa brecha que le impedía tener eso que tanto deseaba. Pero recordó, las palabras de
Fyodor volvieron a su mente como si lo tuviera al lado repitiéndoselas, y la imagen de Oksana se hacía lejana, tanto como las frases antes dichas por la pequeña diva, que carecían de sentido. No había sido ella quien rompió su promesa, no había sido ella quien la olvidó, no había sido ella quien la había lastimado tanto que sintió romperse su maldito corazón en mil pedazos.

-¿Me estás jodiendo?…cómo puedes decir eso, ¡Fuiste tú!-. Exclamó volviendo a una posición defensiva-.
-¿Fui yo que?-. Preguntó contrariada la castaña-.
-No sigas jugando conmigo Oksana Tarasova, tú sabes perfectamente de lo que estoy hablando, no puedes culparme a mi, cuando fuiste tú quien se cansó de esperarme y se refugió en los brazos del primer idiota que se le cruzó, sin siquiera decírmelo ¡Me mentiste!-. Expresó la rubia conteniendo las lágrimas-.
-Eso no te lo voy a aguantar Anastasia, no voy asumir tus errores, ¡Tú eres quien se besaba con la primera zorra que le coqueteara!-. Exclamó haciendo un ademán y dirigiéndose a buscar algo a su bolso-.

Nastya quedó perpleja con un gesto que indicaba que aún no procesaba lo dicho por Oksana. Estaba impresionada por la acusación y también por el lenguaje utilizado por la castaña, quien no acostumbraba a pronunciar malas palabras, menos una tan ofensiva. Eso era tan impropio de la Oksana que ella conocía.

-Sigo sin entender de lo que hablas, yo iba a volver por ti para estar juntas y que pasa…- Decía Nastya sin quitar su vista de Oksana-.
-¡Deja de mentir!-. Exclamó arrojándole la revista a Nastya-. Ahí está, la tengo porque me ayuda a no volver a tus brazos, me recuerda que rompiste tu promesa de ser sólo mía-. Le reclamaba la castaña-. ¡Además de esa cuantas más Nastya?! ¡Cuantas!-.

La rubia nunca la había visto, no era de comprar revistar de espectáculo, prefería las del National Geographic o algunas de arte, no le gustaba la idea de comprar algo que lo único que hacía era ganar dinero a costa de exponer la vida privada de alguien famoso o relativamente conocido, eso no era moralmente correcto. Pero se estaba desviando del punto, ¿Qué quería Oksana que viera ahí? ¿Por qué se la había tirado por la cabeza en evidencia de su mentira?. Comenzó a buscar página por página, hasta que entendió. Ahí estaba ella, en una secuencia de fotografías sacadas de contexto para hacer parecerlo como un romance. "La rubia misteriosa que conquistó el corazón de Daria", decía el titular. Llevó una mano a su frente, cómo podía tener tan mala suerte, ¡Si ella se demoró un segundo en alejar a la chica! ¡Un maldito segundo y habían tomado una fotografía!

Suspiró profundo e intentó relajarse, debía dar una explicación. Aunque, ¿Oksana se la merecía? Porque ella nunca había querido besar a la chica, fue algo que escapó de su control, prácticamente fortuito, mientras que la castaña, se había arrojado a los brazos de Fyodor, sin siquiera darle la oportunidad de explicarlo, sin tomar en consideración todo lo que habían vivido juntas.

-Esto no fue nada, ella me besó y yo la alejé, fin de la historia, y si esta es tú forma para justificarte, estás cayendo muy bajo-. Explicó la ex rubia con calma-.
-¿Justificarme de que?-. Preguntó una desconcertada castaña-. ¡Fuiste tú quien me engañó!-.
-¡Y que tú pasaras la noche con Fyodor no cuenta como engaño!-. Soltó la rubia enojada por el descaro de la castaña-.
-¿De que noche estás hablando?-. Preguntó frunciendo el ceño-.
-De la noche que me dijiste pasarías con Lena, no me llamaste, esperé y no lo hiciste, tampoco contestaste las mías ¡No dormí nada pensando que algo podría haberte pasado! Y cuando por fin me contestas no eres tú sino Fyodor y me dice que "por favor no moleste porque se durmieron tarde"-. Citó la rubia y al recordarlo, un nudo se formó en su garganta-.
-¿Eso te dijo?-. Estaba perpleja sin poder creerlo-.
-Sí, me dio a entender que pasó la noche contigo, ¿Por qué me mentiste, Oksana?, Para que decirme que ibas a estar con Lena si no era cierto, si aún sientes algo por él, debiste decírmelo, no hacerme creer que cuando volviera íbamos a estar juntas-. Reprochó la rubia, con un tono que evidenciaba toda su pena-.
-No siento nada por él Nastya, lo que te dijo no es cierto, te lo juro, yo…-. Dijo aún sorprendida por las palabras de la ex rubia-.
-¡¿Tú que? ¡Tú perdiste tú celular por accidente! ¡Porque si no tenías nada que ocultar no contestaste mis malditas llamadas! ¡Por qué Oksana!-. Ya había perdido todo su control, le gritaba mientras las lágrimas salían a montones-.
-¡Porque esa noche vi la imagen tuya besando a otra chica! Me sentí como una imbécil, engañada, traicionada, confundida ¡Pensé que me habías mentido todo ese tiempo! Y no lo soporté más, salí con Lena, Kolia y Sasha. Me emborraché Nastya, bebí hasta perder la conciencia, no fui capaz de volver a casa, así que Aleksandr me llevó con él, recuerdo haber arrojado mi chaqueta en alguna parte y despertar al lado de él por la mañana-. Explicó la pequeña diva también con lágrimas-.

Nastya escuchó atenta la explicación, cada palabra producía un cierto alivio, y la vez una rabia en contra de Fyodor, difícil de controlar.

-Por la mañana no lograba encontrar mi celular, no recordaba dónde lo había dejado, Fyodor estaba ahí, desayunando-. La pequeña diva intentaba ordenar cada recuerdo de esa mañana-. Me habló, le respondí, no intercambiamos más de dos frases y luego subí a la habitación de Sash, más tarde mi teléfono apareció-.
-No tienes que seguir explicando, es suficiente…al parecer fue toda una trampa de Tapovalov a la que caí-. Se lamentó la rubia-.
-No puedo creer que confiaras en lo que él te dijo, como pudiste creer que yo había pasado la noche con él, así sin más, ¡Te dije que te amaba y tú le creíste!-. Le reprochó la castaña-.
-¡Tú no contestabas mis malditas llamadas! ¡Que querías que pensara!-.
-¡Porque tú te andabas besando con alguien más! No me hagas parecer la culpable de todo esto, porque no fue mi culpa Nastya-.
-¡Te dije que no significo nada! Ella se me acercó, la rechacé, después le dije que podía sentarse si dejaba de intentar ligar conmigo, lo hizo y hablamos… - Pudo explicar lo ocurrido-.
-Seguro hablaban con sus lenguas súper cerca… -Recalmó sarcástica-.
-Me prometió que no intentaría nada, yo le dije que no me interesaba, pero luego bailamos y me besó, te juro que la alejé de inmediato, pero claro era una fiesta llena de celebridades, algún idiota debió fotografiarnos…Oksi, fue sólo un segundo, nada más pasó, tienes que créeme-. Pidió la rubia-.

Oksana era un cúmulo de sentimientos, muchos no conciliables entre sí. Intentaba entenderse, analizar la situación lo más fríamente posible, porque ya una vez le había abierto su corazón a la rubia sin reparos, sin una malla de protección en caso de estar tirándose al vacío y el golpe fue duro. La miraba a los ojos, esos verdes que brillaban para ella y ahí lo entendió. No era necesario entenderse, no porque al mínimo intento de hacerlo se mareara entre tanta contradicción, sino porque había momentos en la vida en que eso no era necesario, no era necesario pensar tanto sino actuar, porque las acciones son las que finalmente definen quienes somos, y si actuamos tal y cómo sentimos, todo aquel sentimiento confuso se disipa para dar paso a los verdaderos.

Así que, Oksana rompió la exigua distancia que las separabas y atrapó sin previo aviso los labios de la rubia, con su mano la sujetó fuertemente por la cintura para que así nunca buscara otro sitio que no fuera el lugar que tenía reservado para ella entre sus brazos. Y no fue necesario porque Nastya no tenía intensión de separarse, al contrario posicionó sus manos sobre el rostro de la castaña para profundizar el beso y volver a probar ese sabor exótico que tenían los labios de Oksana, para sin palabras decirle que la necesitaba, que había pasado demasiado tiempo sin sentirla, sin tocarla y no permitiría que eso ocurriera otra vez.

El beso dio paso a caricias más atrevidas, sólo se separaban por segundos para coger el aire básico para sobrevivir y luego volvían a besarse. Estaban demasiado inmersas la una en la otra como para recordar el pequeño problemita que tenían con la puerta. Ahora ya no importaba, tenerse, estar juntas era lo único importante.

Pero unos golpes en la puerta las hicieron recordar dónde estaban, y esa voz al otro lado, que aún había cosas que aclarar, porque si querían empezar de nuevo, debían ser aclaradas todas las mentiras.

-¡Oksana estás ahí!-. Exclamó Fyodor-.

Todos los integrantes de Neposedi caminaban hacía la salida después de aquella clase llena de sorpresas. De camino se encontraba el baño dónde estaban encerradas las chicas. Fyodor de inmediato fijó su atención en un hombre que vestía uniforme de auxiliar de servicio, quien estaba intentando algo con la puerta. Se acercó, con sospecha, porque aunque muchos no lo supieran él no era tan idiota como creían.

-¿Qué pasa?-. Preguntó fingiendo amabilidad-.
-Escuché a dos chicas gritarse, e intenté abrir pero la puerta esta trabada-. Contestó el hombre-.

De inmediato Tapovalov fijó su mirada de reproche en su hermanastro Sasha. Le había mentido y el joven bajó la vista con culpabilidad. Yulia se acercó a ver que pasaba, en la mente de la morena había dos escenarios posibles, o al abrir la puerta Nastya se estaba aprovechando de Tarasova quien felizmente se dejaba o las cosas no habían ido bien y debía prepararse para recibir un golpe (en el mejor de las casos uno sólo) de parte de la ex rubia, que era lo suficientemente inteligente como para saber a esas alturas que ella estaba detrás del "incidente de la puerta". Cuál fuera el escenario iba a estar, sobretodo porque la cara que tenía Fyodor, era cómo para tener la certeza de que ahí más de algo iba a ocurrir.

Cuando por fin la puerta se abrió, Fyodor vio a una furiosa Oksana que no se movía del umbral de la puerta. El chico lo interpretó como que había discutido con Nastya y ahora por fin tendría una nueva oportunidad, tendría de vuelta a Oksana. Lo que no se esperaba era que antes de que pudiera esbozar esa estúpida sonrisa y hacerse el héroe, la pequeña diva le iba a dar una cachetada tan fuerte que le dio vuelta la cara del puro impulso. No decía el porte para la fuerza.

Todos los chicos quedaron con la boca abierta, menos Yulia quien se reía al ver la expresión de perplejidad de Tapovalov, quien había puesto su mano dónde recibió el golpe.

-Oksana…¿Qué es lo que te pasa?-. Preguntó intentado mantener la calma-.
-¡Y tienes el descaro de preguntar! Eres un farsante, un mentiroso, un mal perdedor, lo prometiste Fyodor, habías prometido delante de todos que nunca más interferirías entre Nastya y yo, ¿Y que hiciste? A la primera oportunidad que tuviste, cuando nos viste algo alejadas, le mentiste, le dijiste cosas que sabias no eran ciertas para alejarla de mi-. Le reclamó con ira la castaña-.
-¿Algo alejadas? Por favor Oksana, abre los ojos ¡ella te dejó!, te dejó como lo hizo conmigo, con Sergüei, porque ella es así, te dejó y se buscó otra, lo que hice fue para cuidar de ti, para que no te hiciera más daño, ¡no te das cuenta yo si te quiero!-. Exclamó intentado explicarse-.
-¿Yo te pedí que lo hicieras?-. Preguntó retóricamente-. Porque la verdad no recuerdo habértelo pedido, lo único que te dije fue que te mantuvieras lejos de nosotras que no interfirieras porque aunque te cueste tienes que aceptarlo de una vez, ¡no te quiero! Quiero a Nastya, no en realidad, ¡Amo a Nastya! Y cualquier sentimiento que tuve por ti en algún momento no se puede igualar, ni ahora ni nunca, ¡Entendiste!, así que aléjate, porque ahora fue una cachetada, si vuelves a meterte con nosotras no será un solo golpe, te lo advierto-. Expresó e iba a caminar pero Tapovalov había perdido la paciencia-.

Fyodor la miró con el orgullo totalmente herido, la tomó del brazo con fuerza como lo hizo para la fiesta de promoción, pero lo que no sabía era que ahora no se enfrentaba a la misma Oksana indefensa que le rogó que la soltara, ahora la diva no iba a soportar más abusos.

- Y piensas que es así de fácil vas a irte otra vez con ella, no lo creo Oksana, no puedes hablarme así, ni comportante como lo estás haciendo, ¡Yo me fijé en ti cuando eras invisible! Yo te di un poco de atención cuando andabas suplicándome que estuviera contigo, no eres más que una perdedora arrastrada que está dispuesta a hacer lo que sea para que alguien esté con ella-. Contestó con una sonrisa de satisfacción-.

-¡Quien te crees, tu no le hablas así!-. Exclamó Nastya defendiéndola-.
-Yo le hablo como quiero. ¿O te voy a pedir permiso a ti? Tú ya no eres nadie Savalieva, no eres nadie más que la cualquiera que se acostó con mi mejor amigo, mientras aún era mi novia-. Dijo despectivo-.

Yulia en ese instante le dio una mirada a Sergüei. Las cosas definitivamente se estaban saliendo de control, no iba a tolerar que el gigante deforme le hablara así a sus amigas (sí secretamente consideraba a Oksana su amiga) Por lo que la mirada que le dio al chico fue de "Tu lo sujetas y yo le doy dónde más le duele, así le hacemos un favor al mundo y lo dejamos sin descendencia", a lo que cómplice aceptó.

Pero no fue necesario, antes de que todos pudieran hacer algo, Oksana con una sola maniobra se soltó y le dio un rodillazo en la entrepierna que produjo que casi callera de rodillas del puro dolor.

-Te lo advertí-. Le susurró la pequeña diva-.

Tomó la mano de Nastya y caminó hacía la salida escoltadas por Elena, que sonría aún sin poder creer lo que había pasado y Yulia que ya había soltado algunas carcajadas.
Nastya aún no salía del todo de su asombro, estaba como decirlo ¿acalorada?,¡¿y alguien podía culparla? , ver a Oksana en esa faceta de "bad girl" con golpes incluidos le había hecho imaginarse toda una escena en su mente, porque para que negarlo, su chica ¡Era súper sexy gritándole a Tapovalov! Cuando pasó por el lado del aún adolorido chico le dio una sonrisa maliciosa y siguió de la mano de su chica.

-Wooow Tarasova, estoy impresionada, si hubiera conocido esta faceta tuya antes, me habría cuidado de insultarte durante todo este tiempo-. Expresó Yulia-.
-La verdad Yulia, es que siempre me han enseñado a abstenerme de utilizar la violencia física para solucionar los problemas, pero dado que Fyodor no me dejó otra opción al no comprenderme cuando le hablaba, tuve que hacerlo, aunque debo decir que no me siento orgullosa de mi actuar-. Respondió sin siquiera respirar-.
-Ahora recordé porque te he insultado todos estos años, Tarasova-. Dijo rodando los ojos-. Igual me alegra que se hayan arreglado-.
-¡Y a mi! No me gustaba ver como sufrían, además teníamos que elegir con quien estar y eso me ponía triste, pero ahora que está todo bien no puedo esperar a tener una cita doble-. Exclamó la pelirroja-.
-Es una gran idea Lena-. Respondió la ex rubia para luego focalizar su mirada en la morena-. Y tú, no creas que he pasado por alto el hecho de que tú me enviaras ahí y que cuando entré "accidentalmente" la puerta se trabó, "justo" cuando sólo estaba Oksi y yo-.
-Luego me lo puedes agradecer Savalieva-. Expresó con una fingida sonrisa-.
-¡O sea que tú mandaste a que me lanzaran ese refresco?!-. Exclamó uniendo los cabos Oksana-.
-Todo fue por una buena causa Hobbit, ahora tienes de vuelta a tú…a tú… ¿A tú chica del pelo rosa?-. Preguntó contrariada-.

Las chicas rieron ante el comentario. Era cierto Nastya estaba diferente pero para Oksana después de lo ocurrido en el baño, se dio cuenta que seguía siendo su misma chica dulce, de mirada enloquecedora que la hacía perder la razón con un beso. Nastya miraba al frente hasta que salieron a los estacionamientos y alguien captó toda su atención.

-¿Y ella que hace aquí?-. Preguntó a Yulia-.

Oksana giró para mirar hacía dónde apuntaba Nastya y vio a Anya y a Ekaterina conversando animadamente. La rubia le regalaba coquetas sonrisas mientras buscaba algún tipo de contacto físico que la morena no le negaba.

-Es Anya, seguramente vino a visitar a Ekaterina-. Respondió por lógica la castaña-.
-No vino de visita, vino para quedarse, su traslado a Alikosvky se hizo oficial hoy, es nuestra nueva compañera y la nueva integrante de Neposedi-. Les contó con fastidio.

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 12/28/2016, 5:18 pm

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Nastya abrió los ojos con sorpresa, a ella no le afectaba directamente que Anya decidiera hacer de Moscú su nuevo hogar, pero alguien se le vino a la cabeza de inmediato, Viktoria, suponía que su amiga no lo sabía aún y sinceramente no quería ser ella quien se lo dijera. Estaba segura que sería como recibir un balde de agua fría, porque seguramente la rubia no iba a dejar todo por sólo la amistad de Ekaterina, la venía a reconquistar. Pero eso no era seguro, para que adelantarse a los hechos, no iba a preocuparla con algo que no pasaba aún. Un segundo hecho captó la atención de la ex rubia y fue la posición en la que se encontraba Yulia. Tenía la vista fija en las chicas, con sus brazos cruzados y esa mueca que evidenciaba molestia absoluta.

Katia y Anya estaban ajenas a todo el revuelo que causaba la presencia de la rubia en la escuela y seguían su conversación.

-Entonces…¿Me vas a decir que estás haciendo aquí?-. Preguntó Ekaterina-.
-Esa es una larga conversación como para tenerla aquí, tendrás que mínimo invitarme un café-. Contestó la rubia con una de sus manos en la cadera-.

Ekaterina sonrió y giró su cabeza en negación, si había alguien que ha conocido en su vida que siempre consigue lo quiere, esa es Anya.

-Ok, vamos por un café y seguimos la conversación, sube-. Invitó-.

Anya miró de mala gana la motocicleta en la que andaba ese día Katia. No es que no hubiera andado en una de esas antes con la morena de ojos verdes, conocía su afición por ellas, pero eso no quitaba que le dieran algo de temor, sobre todo cuando se miró y observó que el vestido que llevaba no era la mejor indumentaria para andar en moto. La única idea que le sacaba una sonrisa era el poder tener a Ekaterina tan cerca suyo.

-No te vas a subir ¿Acaso no confías en mi?-. Preguntó la morena-.
-Sabes que si, no es como si nunca hubiera andado contigo, pero sabes que no me gusta, porque no trajiste tu Porsche es seguro y glamoroso o el Ferrari que usabas en St. Petersburgo, porque esta cosa-. Le reclamó haciendo un puchero-.
-O es esto o te vas en taxi-.

Anya le dio su mayor cara de indignación.

-Sabes que bromeo, dame un segundo para darte algo de seguridad-.

Ekaterina sacó otra chaqueta de cuero y un casco. Le puso el primer accesorio a la rubia para luego con cuidado poner el casco en su cabeza, cuidó de correr el pelo para que no le molestara en los ojos, acariciando levemente el rostro de la rubia, abrochó el seguro, y la miró dándole el visto bueno.

-Ahora si podemos irnos, mira que se me antoja un Moccachino Expreso-. Dijo Katia-.
-Ok, pero con cuidado si, no me gusta cuando andas muy rápido en esta cosa-.
-Lo haré si dejas de llamarla cosa-.
-Es una cosa, una cosa peligrosa, así que tú solo conduce con cuidado quieres-. Le pidió-.

Ekaterina aceptó y le hizo un gesto para que se aferrara a ella. Por un momento, por sólo un segundo volteó a ver y se encontró como una penetrante mirada color azul. Yulia no le quitaba ni por un segundo la vista de encima, se veía realmente ¿dolida?. Pero no le tomó atención, no tenía derecho a molestarse, ni a nada, cuando fue ella quien no la quizo lo suficiente como para elegirla, ahora debía olvidarla, sacarla de su cabeza y dar vuelta la pagina, debía encontrar la forma de seguir con su vida.

Cuando ya estaban en el Starbucks, sentadas cerca la una de la otra y con un café en su mano, la conversación debía seguir, por lo que fue Ekaterina quien decidió romper el silencio.

-Anya, antes de cualquier decisión definitiva yo quiero que sepas...-.
-Ya sé lo que me vas a decir Katia-. Interrumpió-. Me vas a decir que antes de que decida quedarme definitivamente tengo que saber que tú no vas a estar conmigo porque aún quieres a Volkova, y que no quieres hacerme ilusiones como la última vez dónde sólo me usaste para darle celos-. Recordó la rubia-.
-Yo nunca te utilicé para darle celos-. Se defendió-.
-Da igual, eso ya no me importa, forma parte del pasado y es ahí dónde se va a quedar, yo no estoy aquí para recordar lo que pasó, estoy aquí para vivir el presente…contigo, para que estemos cerca, y así podemos pensar en tal vez un futuro-. Dijo con convicción-.
-A eso me refiero, yo no estoy lista para estar con alguien, ni contigo ni con nadie, necesito sanarme, yo…yo la quiero aún, y no quiero retenerte aquí basada en ilusiones, en cosas que no se si pueda cumplir, mi parte egoísta no puede estar más feliz de tenerte aquí, conmigo, pero no te puedo hacer eso, estás dejando mucho..-.
-No te estoy pidiendo nada Katia, entiendo tu situación y esta vez no te voy a exigir nada…Yo he cometido muchos errores contigo, el primero fue haberte fallado, te hice daño y eso jamás me lo voy a perdonar…-. Dijo tomando su mano y bajando la mirada-.
-Anya, no es necesario recordar, eso ya lo hablamos….-.
-Déjame continuar, por favor ... Ese fue el primer error y el más grande, el segundo fue venir aquí y exigirte que volvieras conmigo, como si todo tu dolor nunca hubiera existido, como si tan sólo con pedirte perdón todo desaparecería, no fui capaz de darme cuenta que te había roto el corazón y eso no sanaba con el hecho de aparecerme, tal ves ese fue igual de grande que el primero sólo que no me di cuenta-. Se lamentó-.

Ekaterina no sabía ciertamente a dónde quería llegar la rubia con todo eso, pero le intrigaba.

-Lo que quiero que entiendas es que ahora estoy aquí no para exigirte algo, quiero estar aquí para volver a empezar, para ser tú amiga, tu apoyo, "amigas antes que amantes" ¿recuerdas?-. La miró nostálgica-. Tú te acercaste a mí de a poco, te hiciste mi amiga, mi confidente para luego conquistarme, nos volvimos novias, y siendo novias me enamoré de ti…-..
-No se si todo pueda ser tan simple, de verdad me encanta tenerte aquí y no me gustaría que te fueras, siempre has sido importante para mi, pero no quiero que después me culpes por haber dejado tu ciudad, tu escuela y a tu familia por nada… -. dijo siguiendo la leve caricia de dos manos que se rencontraban-.
-Esto ya es algo para mi, hemos pasado muchas cosas juntas Katia, y es mi decisión quedarme, pasar mi último año de escuela contigo, te prometo que no voy a forzar las cosas, que no te voy a robar un beso ni aunque me muera por hacerlo, porque claro está que aún te amo, eso no lo podría negar, pero no espero que sea reciproco lo único que te pido ahora es que aceptes mi amistad, que aceptes volver a conocerme…-. Dijo acercándose más sin perder ninguna de sus reacciones-.

Ekaterina sintió un escalofrió pasar por su cuerpo en reacción a la cercanía de la rubia. Aunque lo intentara Anya nunca le sería indiferente, ella misma lo había dicho, habían pasado demasiadas cosas juntas, demasiados recuerdos que se comenzaban a agolpar en su mente. Desde su primer beso, del que Anya prácticamente salió huyendo, las dudas de su primera vez juntas que sólo calmaron los susurros de la rubia quien le confesó que nunca había sido de nadie antes, sus peleas que siempre terminaban con una victoriosa Anya, porque Ekaterina cedía incapaz de negarle algo o verla triste, sus besos furtivos en salas vacías, su aniversario del primer año, sus promesas, su compromiso de nunca dejarse, su felicidad. Hasta ahí quería confiar pero luego pasaron otras imágenes, el video de su novia con Angus, su rompimiento, los gritos, el dolor de un corazón roto por primera vez, su accidente, todo negro. Luego la recuperación, nueva ciudad, nueva vida ¿otro amor?.

Sin duda esa hermosa rubia de ojos que a veces se veían azul verdoso, había sido su felicidad en algún momento. Retiró su mano suavemente de dónde Anya la tenía. La miró fijamente, sin un atisbo de duda.

-Soy Ekaterina Sharapova y es un placer conocerte-. Saludó con una sonrisa-.
-Anna Kuznetsova y el placer es todo mio-. Respondió-.

Esa era la señal que Anya esperaba, era un nuevo comienzo, una nueva oportunidad que esta vez no estaba dispuesta a desperdiciar, pasara lo que pasara. Y tuviera que luchar contra quien fuera.


Yulia y Lena estaban en la habitación de esta última, recostadas sobre su cama dándose caricias y besándose tiernamente. De la escuela se habían pasado directamente ahí. Últimamente la morena no tenía ganas de llegar a casa, era todos los días lo mismo, la increíble sutileza de su madre de ni siquiera dirigirle la palabra, y las incomodas cenas en dónde su padre intentaba sin éxito, arreglar las cosas. Por lo que prefería, pasar más tiempo con su pelirroja, era lo único que la hacía sentir mejor. Entre esos delgados y fibrosos brazos de piel pálida se sentía segura, comprendida y amada.
Ese día necesitaba más que nunca de los mimos de Elena. Sabía que debía hablar, que su actitud no había sido la adecuada, que se equivocó, pero no quería ser ella quien comenzara, de hecho si podía ahorrarse las explicaciones de su actitud mucho mejor.

-Yul…tengo que preguntarte algo-. Se distanció la pelirroja con cuidado-.
-¿Qué pasa Lena?-. Preguntó preocupada manteniendo sus manos en la cintura de la pelirroja-.
-¿Por qué te comportaste así hoy en la clase de música?-. La miró a los ojos-.

Ahí estaba, lo sabía. Elena no se iba a quedar con la duda y no era algo que agradeciera en este momento, porque la justificación era algo complicada incluso para ella misma, al ser una mezcla de sentimientos.

-No me comporté de ninguna manera extraña Lena, y si lo dices por lo de la audición, es porque lo encontré injusto, siempre es así, no veo porque el trato diferente, eso va a hacer que  Kuznetsova se crea aún más la maldita dueña del mundo-. Escupió con molestia-.
-¿Te molestó que entrara sin audicionar o que simplemente que este aquí? Cerca de Ekaterina…-.
-No estoy celosa si eso es a dónde quieres llegar-. Se defendió la morena distanciándose un poco más-.
-Yo no he dicho eso, aunque si lo creo, fue demasiado evidente tu molestia al verla cerca de Ekaterina…-. Dijo con firmeza-.
-Tú no entiendes Lena, esa chica le ha hecho demasiado daño a Katia, no se merece otra oportunidad, por eso me molesta, porque me preocupa que lo haga otra vez, se cree con el derecho a llegar aquí sin más y…-.
-¿Y que? ¿Y querer reconquistar a Ekaterina?, está en todo su derecho Yulia, y no tienes por qué molestarte ni nada, si no sientes nada por tú ex novia claro, a no ser que estés arrepentida de no haberla elegido-. Enfrentó la pelirroja levantándose de la cama-.
-Lena…-. Llamó la morena y se levantó para ponerse frente a ella-.
-Te conozco demasiado Yulia, tanto que a veces me gustaría que fuese menos para poder pasar por alto estás situaciones, pero es superior a mí, me siento insegura porque tú te pusiste celosa hoy día y eso sólo me dice que la sigues queriendo-. Expresó herida la pecosa-.
-Lena yo te amo, por favor ya no sigas dudando de eso, es simplemente que Kuznetsova logra sacarme de mis casillas con esa actitud que tiene-. Se justificó-.
-Ella no te hizo nada Yulia, al contrario incluso te contestó en forma amable, no es una mala persona y si sigue enamorada de Ekaterina ¿Cuál es el problema? Eso no tendría que molestarte-.
-Tienes razón-. Dijo y agachó la cabeza-. Lamento si mi actitud te ocasionó dudas respecto a mis sentimientos, te amo a ti, Lena, de verdad lo hago pero a veces me desespera que Katia ni siquiera me mire, me habría gustado seguir siendo parte de su vida, como amiga y hoy cuando vi a Kuznetsova, vi que esa posibilidad se alejaba más aún-. Reconoció la morena-.
-Lo entiendo y no podría negarte que fueras su amiga si así se dan las cosas porque ella nunca te pidió que te alejaras de mí, pero entiéndeme tú también, entiende mis dudas y mis inseguridades, no te quiero perder otra vez-. Expresó la pelirroja y bajó su mirada-.
-Mírame-. Le pidió tomando su mentón-. Te amo si, y sé que tienes porque estar insegura, pero me voy a esforzar para cambiar eso, para que te des cuenta que sólo quiero estar contigo-.

Elena cerró la brecha en un apasionado beso, aprisionó a la morena entre sus brazos sin intensión de dejarla ir, mientras la ojiazul pasaba sus manos por el cuello de la pelirroja, enredando sus dedos en esos salvajes rizos rojos.

-Extrañaba tus dulces besos de señorita-. Susurró la pelirroja a un centímetro de los labios de la morena-.
-Y yo entrañaba todo de ti-. Respondió volviendo a besarla-.
-No quiero tener más dudas, quiero disfrutar de nuestro último año de escuela, sin preocuparme a cada segundo si te vas a arrepentir y me vas a dejar-. Murmuró la chica de ojos verdes con grises-.
-No lo haré Lena, no podría hacerlo-. Contestó y le dio un pequeño roce de labios-. Tengo una idea, porque tú y yo no vamos a cenar a el Merendero…-.
-¿Cuándo?-. Preguntó con una sonrisa-.
-Ahora-. Respondió con esa sonrisa maravillosa-.
-¡¿En serio?-.
-Claro, ¿quieres ir a una cita conmigo ahora mismo?-. Preguntó coqueta tomando su mano-.
-¡Por supuesto que sí!-. Exclamó feliz-.

Las chicas salieron de la habitación de la pelirroja, muy juntas y tomadas de la mano. Elena quería olvidar del todo el episodio del porqué habían tenido esa pequeña discusión, ya no quería nada que no fuera disfrutar el tiempo que pasaba con Yulia, y que ese tiempo no acabara nunca.

Entraron y se ubicaron en una mesa. La camarera se acercó y pidió las ordenes de las chicas, para luego dejarlas con una porción de palitos de pan, mientras sus pedidos eran preparados.

-Yul…¿Qué se supone que somos ahora?-. Preguntó la pelirroja-.

La morena casi se ahoga con lo que tenía en la boca, le tomó por sorpresa la pregunta. Ciertamente no estaba segura de que contestar a ello, quería a Lena, la amaba de hecho, pero no quería apresurar las cosas, no había pasado tanto tiempo de que había terminado con Katia, y no quería herirla con sus decisiones. Pero por otro lado, no quería herir los sentimientos de su pecosa diciendo cosas como "somos amigas" porque eso sería recordarle a la antigua Yulia, que no era capaz de reconocer sus sentimientos y que no podía sostener un compromiso.

-Lena, la verdad no lo sé, creo que tenemos un lazo de amistad que espero nunca se rompa independiente de lo que pase, pero además de eso te quiero y te quiero de una manera que traspasa el amor de amigas, te quiero para mi y sólo para mi, pero creo que es muy pronto para pedirte que seas mi novia…-.
-Tienes razón, quiero que disfrutemos un poco del romance, de que vayamos a citas y me demuestres que sólo me quieres a mi, porque que hayas venido por mi, no significa que yo quiera ser tu novia de inmediato, no soy una chica fácil Yulia Volkova-. Afirmó Lena con esa inocencia que a la morena tanto le gustaba-.
-Lo sé... Y en el caso que quisiera que fueses mi novia…me darías algún consejo de lo que tendría que hacer…-.
-Mmm…eso sería hacerte las cosas muy fáciles, lo que te puedo decir es que tienes una ventaja que nadie más tiene-. Contestó misteriosa-.
-Y esa ventaja sería…-. Dijo tomando su mano-.
-Que estoy absolutamente enamorada de ti-. Respondió besando con ternura su mano-.
-Y yo de ti preciosa-.

Las chicas disfrutaron de su cena y salieron de la mano, sin temor a demostrar que estaban juntas, sin dejar que los susurros a su paso las hicieran dudar. Yulia se sentía fuerte con Elena a su lado. Luego partieron en al auto de la morena hacía la residencia Katin, ya se hacía tarde y al otro día había escuela.

-Sana y salva en su casa-. Dijo la ojiazul regalándole una sonrisa-.
-No me quiero separar de ti-. Contestó la pecosa haciendo un tierno gesto-.
-Ni yo, pero tengo que ir a casa, ya no quiero tener más problemas con mamá, además la noche pasara rápido y mañana pasaré por ti para ir juntas a la escuela ¿bueno?-. Expresó la morena entrelazando sus manos-.
-Bueno, que tengas buenas noches, Yul-. Aceptó acercándose para despedirse con un beso-.

Nastya y Yulia se habían encontrado cerca del casillero de la rubia y siguieron caminando hasta llegar ahí, mientras conversaban animadamente.

-Entonces…ya esta todo bien con Tarasova?-. Preguntó la morena apoyándose en el casillero contiguo-.
-Eso creo, o sea no hemos conversado, ayer después de todo lo que pasó, la fui a dejar a su casa, y no hemos vuelto a hablar-. Respondió la ex rubia-.
-Tengo la sensación de que algo te pasa, que algo no esta bien…-.
-No sé bien que hacer, no sé que espera Oksi que haga ahora. La quiero Yul, estoy completamente enamorada de ella, pero siento que seguimos teniendo los mismos problemas por los que me quedé en St. Petersburgo, dos meses atrás, la inseguridad…-.
-¿Inseguridad a que? - Preguntó la morena-.
-Al futuro puede ser, a perderla otra vez, a que nuestros caminos finalmente se separen para siempre, tengo miedo a ser un obstáculo en su futuro, preferiría ser alguien con quien alguna vez se cruzó, alguien por quien abandonó su sueño…¿me entiendes?-. Explicó Nastya-.
-La pregunta es ¿te entiendes tú?, Que yo te entienda o no es un detalle, pero estás siendo sumamente contradictoria Nastya, porque me dices que tienes miedo a perderla, pero también a mantenerla a tu lado, creo que lo estás pensando mucho…-.
-Yo también lo creo, pero no puedo evitarlo…-.
-Sí puedes, ¡Tienes que disfrutar! Es nuestro último año Nast, es el año donde las relaciones se consolidan o mueren, y ustedes tienen todo para ser mucho más que un amor de instituto-. Expresó con confianza la ojiazul-.
-Tienes razón Yul, ya pase suficiente tiempo lejos de mi Oksi, ahora voy a dedicarme a recuperar el tiempo perdido…creo que voy a pedirle que vayamos a una cita, hacer algo lindo para estar solas…¿Qué crees?...-. La ex rubia esperaba respuesta-. Yul…Yul… ¡Volkova!-.

La morena había dejado de prestarle atención, cuando vio aparecer por el pasillo a Ekaterina con Anya. La rubia la llevaba tomada del brazo territorialmente y se sonrían mutuamente en lo que parecía ser una tierna escena de reconciliación

-Dime que eso es una jodida pesadilla-. Expresó la morena-.

Nastya se giró para ver a que se refería su amiga y vio cuando Ekaterina dejaba a Anya al frente de su casillero, y al irse alejando la rubia le volvió a tomar la mano y atraerla hacía su cuerpo, para depositar un coqueto beso en la comisura de los labios de la morena de ojos verdes. Luego Ekaterina siguió caminando y las chicas intentaron disimular que la estaban viendo, la morena le regaló una sonrisa como saludo a Nastya, mientras que a Yulia simplemente la ignoró.

-Me odia-. Dijo la ojiazul-.
-No te odia, sólo esta herida aún, tienes que darle tiempo, estoy segura que vas a volver a recuperar su amistad en algún momento-. Consoló la rubia-.
-¿Y por mientras que? Me quedó de brazos cruzados viendo como Kuznetsova se queda con ella-. Exclamó molesta cruzando sus brazos-.
-Yul…¿Tú todavía la quieres? Porque estás actuando como si estuvieras celosa-. Preguntó la ex rubia-.
-¡No estoy celosa! Es simplemente que no me gusta verla con Kuznetsova, estoy segura que la hará sufrir otra vez-. Se defendió-.
-No contestaste mi pregunta, ¿Sientes algo por Katia?-. Insistió-.
-Estoy con Elena, la amó, yo no puedo estar sin ella, me hace feliz-. Expresó con convicción-.

Yulia al no saber que más decir, se dio la vuelta incomoda, necesitaba estar sola.

Nastya la siguió con la mirada y comprendió la actitud de su amiga, no iba a presionarla.

-No contestaste mi pregunta-. Murmuró la ex rubia para si misma-.


Todos los chicos de Neposedi, estaban sentados en una mesa a la hora del almuerzo, compartían entre todos, pero había pequeñas conversaciones un poco más privadas. Oksana y Nastya tenían sus manos entrelazadas, regalándose sonrisas y susurros. Yulia y Elena estaban en una posición parecida, nadie hacía sonreír tanto a la pelirroja como las ocurrencias de Yulia, la morena tenía ese poder casi sobrenatural de hacer que todo a su alrededor desapareciera, para perderse en ese verde pradera único, que eran los ojos de su pelirroja.

Anya conversaba con Sasha, parecían discutir sobre algún tema en particular. La rubia le mostraba lo que parecían papeles con muestras de pintura.
Ekaterina iba con su bandeja buscando a dónde estaban los demás. Sí, aún le costaba ver a Yulia con Lena pero la presencia de Anya y su afán de tener siempre toda su atención le ayudaba. Se sentó a su lado y puso encima de la bandeja de la rubia, un postre que sabía era su favorito.

-Gracias…-. Dijo la rubia sorprendida por el gesto-.
-¿Sigue siendo tú favorito?-.
-Hay cosas que no cambian con facilidad por mucho que uno quiera-. Respondió buscando una de sus manos-.
-Parece que ha alguien la quieren reconquistar-. Expresó Sasha con un gesto de insinuación y dándole un choque con su hombro a Anya-
-Es sólo un postre, sabía que ella no lo tomaría aunque quisiera por esa obsesión que tiene con las calorías, no entiende que es perfecta-. Soltó Ekaterina sin dimensionar sus palabras-.

Anya sonrió ante el comentario. Había pasado tiempo pero su morena seguía pensando que ella era perfecta. Le encantaba, sentir que aún significaba algo para Katia, que aún había una posibilidad de volver a tenerla a su lado. Porque cuando llegó a Moscú, tenía muchas dudas, no sabía como iba a reaccionar Katia, pero ahora que la tenía a su lado y como se había mostrado con ella el corto tiempo que llevaba en la ciudad, superaba ampliamente la más positiva de sus expectativas.

-Katia, necesito tu ayuda en algo, con Sasha no nos hemos podido decidir si este o este para pintar mi habitación-. Preguntó contrariada-.
-Son iguales-. Respondió intentado ver la diferencia-.
-¡No son iguales!-. Dijeron al unísono Sasha y Anya-.
-Los dos son rosa para mi, Anya, tú sabes que no soy buena con esas cosas - Dijo la morena-.
-Ufff…lo sé, fui yo la que re decoró tu habitación en St. Petersburgo -. Dijo la rubia con una sonrisa-.

Yulia intentaba no cambiar su foco de atención, pero al momento en que Ekaterina se ubicó al lado de Anya, la miraba de reojo. Se dio cuenta de toda esa interacción, y no le gustaba para nada, aunque lo negara le dolía ver las atenciones que tenía su ex novia con la rubia. Alguna parte de ella, extrañaba lo atenta y amorosa que era Ekaterina, todos los detalles que siempre tuvo, sus abrazos, su contención, su sonrisa perfecta, aún en el peor de los momentos. Dolía sobretodo por la actitud que Ekaterina había tomado con ella, simplemente hacía como si no existiera, no había una mirada, un gesto, una mísera palabra, era como si nada hubiera pasado entre ellas. Como si nunca se hubieran querido y eso le producía un profundo dolor en su corazón. Sin ser capaz de contener esas emociones, y sintiendo como sus ojos se cristalizaban, se paró bruscamente, sin dar una explicación.

Elena quedó perpleja ante la acción de su morena. No había captado el porqué de esa actitud, hasta que giró su mirada hacía al costado donde estaba Ekaterina, quien seguía con la mirada a Yulia. Las inseguridades volvían a salir a flote. Cuando estaban sólo ellas dos, era perfecto. Su morena se mostraba cariñosa, atenta, tal y cómo era antes de todo ese quiebre que tuvieron, pero bastaba que apareciera Ekaterina para que todo se volviera a complicar. Pensó en salir tras ella, pero algo dentro le decía que era mejor dejarla sola, que debía esperar el momento en el que la morena se sincerara con ella.

-Katia…¿Me estás poniendo atención?-. Preguntó la rubia-.
-Sí, lo siento ¿Qué me decías?-. Contestó volviendo su atención a Anya-.
-Que hoy llegan mis últimas cosas desde St. Petersburgo, me puedes ayudar con eso…-.
-Seguro, después de la escuela soy toda tuya-.

Los días fueron pasando y ya era el último día para terminar la semana. Anya se había ido adaptando de a poco a su nueva ciudad, había sido más fácil de lo que pensó en un primer momento y todo se lo debía a Ekaterina, quien le había ayudado en todo lo que le había pedido, incluso para colocar y mover los muebles de su nuevo departamento en el sector alto de Moscú.

Yulia seguía con esa lucha interna para reprimir cualquier muestra de celos cada vez que veía a su ex novia. Con Elena, las cosas iban bien, la amaba tanto que sabía que si reventaba, le haría daño y no perdonaría volver a herirla, la pelirroja no se lo merecía, no después de todo lo que había pasado, no después de todo lo que la esperó. Y no era que quisiera a Ekaterina de vuelta, era algo que simplemente no se podía explicar. Los sentimientos por mucho que quisiera no se podían borrar de un día para otro, y a la hermosa morena de ojos verdes, ella la quería.

El último ensayo de la semana en Neposedi. Todos con sus esfuerzos puestos en las seccionales, era el primer paso para llegar las Nacionales. La primera meta que les había puesto el señor Smirnov, era mejor con el baile, cosa que a algunos se les daba de manera natural, mientras a otros se les negaba de manera evidente.

Cuando ya estaba por finalizar la clase una alegre rubia pidió permiso al maestro para dar un aviso.

-Chicos, sé que como soy nueva, todos no me conocen mucho, por eso quiero invitarlos a todos a la inauguración de mi departamento, será algo sólo entre nosotros para conocerlos más ¿Qué les parece?-. Preguntó animada-.

Los chicos nunca se negaban a una fiesta por lo que hubo una aceptación generalizada a la invitación de Anya.

-Me agrada su entusiasmo, Sasha les enviará la dirección por mensaje de texto y los espero a todos mañana a las 10-. Finalizó antes de volver a su ubicación-.

Al salir iban Nastya, Oksana, Yulia y Lena.

-¿Vamos a ir a la fiesta?-. Preguntó Nastya-.
-Yo quiero ir, Anya me agrada y creo que quiere sentirse parte del coro, además es una buena instancia para unirnos más como equipo-. Contestó Oksana-.
-Apoyo a Oksi, yo también voy…-. Respondió Lena-.

Nastya no sabía que responder, Oksana tenía un buen punto pero sabía que Yulia, quien también se mantenía en silencio, no se sentiría muy cómoda en la casa de Anya.

-Yo no voy, ya me es suficiente tener que ver Kuznetsova en la escuela, como para verla también en mis fines de semana-. Contestó la morena-.
-Sigo sin entender cual es el gran problema que tienes con ella, desde que llegó no te ha hecho absolutamente nada para molestarte, estás actuando de una manera demasiado inmadura, -. Le indicó la pecosa-.

La ojiazul sabía que si seguía negando a ir a esa estúpida fiesta iba a terminar teniendo problemas con Lena, y no quería eso. Por lo que no tenía otra opción más que ceder.

-Si quieres ir, entonces vamos-. Contestó resignada la morena-.

Elena sonrió ante el cambio de actitud de su chica. Por lo que había compartido con Anya en St. Petersburgo, pudo darse cuenta que no era una mala persona, de hecho hasta le caía bien, por lo que quería que Yulia viera más allá de que la rubia era la ex novia de Ekaterina.

-¿Y tú Nastya?-. Preguntó la castaña-.

La ex rubia no lo tenía claro, de cierta manera lo veía como una traición a su amistad con Viktoria, quien seguía sin saber que Anya estaba en Moscú. Pero vio en la expresión de Yulia una petición silenciosa de apoyo, de que necesitaba a alguien para poder enfrentar esa noche que probablemente iba a ser muy larga.

-Seguro, si quieres paso a recogerte para que lleguemos juntas-. Le contestó Nastya a la castaña-.
-Me gustaría-. Expresó Oksana animada por la respuesta-.

Y así fue. Era ya sábado y Nastya iba manejando nuevamente a la casa de Oksana para ir luego a la fiesta. La pequeña diva le había mandado un mensaje diciéndole que se fuera un poco antes para pasar algo de tiempo a solas. Ya estaba por llegar, estacionó su auto al frente de la residencia Tarasov y se apresuró a tocar el timbre.
Oksana antes de que tocara el timbre ya había visto el auto de Nastya desde su ventana por lo que bajó de inmediato. Cuando abrió la puerta la ex rubia fijó toda su atención en ella y en el vestido obscenamente corto que llevaba. Entraron y se dirigieron a la habitación de la castaña.

-¿Y tú piensas ir con eso?-. Preguntó la ex rubia apuntándola-.
-Sí, o sea estaba probándome esta es una opción ¿No te gusta?-. Dijo acercándose peligrosamente-.
-Me gusta, de hecho me encanta pero sólo si lo usas cuando estemos tú y yo solas, porque eso que llevas no es un vestido Oksi, es un "vestidito" que no deja mucho a la imaginación -.
-Pero tú no tienes que usar la imaginación, tú sabes exactamente lo que hay debajo de este "vestidito"…¿O no lo recuerdas?-. Expresó a centímetros de la rubia sin quitar la vista de sus labios-.
-Siendo lo más hermoso que he visto nunca, no podría olvidarlo… -Dijo en un susurro-.

Oksana cerró la brecha en un beso necesitado. Le había dicho a Nastya que se pasara antes con la secreta esperanza de poder disfrutarla sólo para ella. Durante la semana no habían tenido todo el tiempo a solas que hubiera deseado y cuando lo tenían la ex rubia se mostraba algo distante con ella, todavía dudosa, por lo que se propuso provocarla, y lo estaba logrando exitosamente.
Sin darse cuenta habían caído a la cama de la castaña, sin dejar de besarse. Oksana tomaba el control posicionándose sobre Nastya quien se estaba dejando llevar por el momento y todas esas sensaciones que le estaba proporcionando Oksana, al besarla y tocarla de esa manera. La castaña aprovechaba la posición para recorrer con ansia el cuerpo de la rubia. La había extrañado tanto que tenerla de nuevo sólo para ella aún le parecía un sueño.

Nastya fue con sus manos acariciando los muslos de Oksana. Lo corto del vestido le daba una libertad que estaba disfrutando plenamente y con calma. Una calma que la pequeña diva claramente no estaba compartiendo, puesto que con desesperación ya estaba intentado quitar la camiseta del cuerpo de Nastya, mientras le besaba el cuello y una de sus manos tocaba la piel tersa de su abdomen, para ir directo hacía uno de los pechos de la rubia.

La chica del pelo rosa, sin duda estaba disfrutando de cada una de las caricias aunque fueran erráticas y algo desesperadas, cosa que no entendía porque la primera vez que habían estado juntas fue todo de otra manera, de una más sutil y suave, en una mezcla de amor y pasión, derramada en casi las mismas cantidades. Ahora se sentía sumamente distinto, era como si Oksana quisiera marcar algo sobre ella.

-Oksi…creo que debemos parar… - Dijo con la voz entrecortada-.
-No quiero, te necesito Nast, quiero tenerte otra vez, sólo para mi-. Le contestaba con un tono similar-.
- Oksi por favor…-. Le pidió nuevamente haciendo un esfuerzo por no ceder-.
-¿Por qué no quieres estar conmigo?-. Preguntó sin quitarse de encima pero deteniendo los besos y las caricias para mirarla a los ojos-.
-Sí quiero estar contigo, pero no siento que sea ni la forma ni el momento, yo…no sé, dónde estamos ahora Oksana-. Expresó suavemente para que no se lo tomara mal-.
-Tienes razón, necesitamos ver en que está lo nuestro, antes de volver a estar juntas, lo siento si te sentiste presionada, yo me dejé llevar, no volverá a pasar-. Dijo y se levantó bruscamente-.

Oksana se sintió herida por el rechazo de Nastya. Ella no era el tipo de chica que se lanzara así como así, le costaba, siempre avanzar íntimamente con alguien le había costado. Hasta que estuvo con Nastya y supuso que a la ex rubia le pasaba lo mismo, pero al parecer se había equivocado.

-Nastya, me puedes esperar abajo por favor, me voy a cambiar y bajo en unos segundos…-. Pidió dándole la espalda mientras buscaba algo en su closet-.
-Oksi, yo no quise que te sintieras mal-. Se disculpó Nastya levantándose-.
-No pasa nada Nast, ahora espérame abajo ¿Sí?-. Repitió-.
-Ok, te espero-. Contestó-.

El trayecto hacía el departamento de Anya fue en un incomodo silencio.

Yulia había pasado por Lena, para ir juntas. La pelirroja iba con un buen ánimo y con muchas de disfrutar esa noche con sus amigos, mientras ella no tenía ninguna expectativa más que tomarse algunos tragos y ojalá no tener ningún conflicto con Kuznetsova que pudiera generarle un problema con su pecosa pelirroja.

-¿Te vas a comportar, cierto?-. Preguntó Lena cuando ya estaban en el ascensor-.
-Ya te dije que sí-. Contestó rodando los ojos-.
-Recuerda que fue una promesa y nunca se rompe una promesa -. Le advirtió la pelirroja con un gesto serio-.
-Lo sé, y no lo haré-. Repitió por última vez-. No crees que al menos me merezca un beso por este esfuerzo que hago por ti?-.
-Por supuesto que sí-. Y la tomó de la cintura para darle un exquisito beso que interrumpió al escuchar el sonido de la puerta que se abría.

Anya abrió sin quitar la sonrisa de su rostro, ya estaban la mayoría de los chicos adentro.

-Hola Lena, Yulia-. Saludó la rubia alegre-.
-¡Hola!-. Respondió la pelirroja dándole un abrazo-.
-Hola Kuzn…-. Elena le dio una mirada-. Anya-. Dijo entre dientes-.
-Pasen, en el salón están casi todos-. Invitó-.

Yulia entró y la verdad era un lugar decorado con el mejor de los gustos, absolutamente todo combinaba, entre las paredes color marfil y los muebles en tonos cafés, un amplio salón que tenía un ventanal inmenso que daba seguramente una de las mejores vistas de la ciudad. La morena fijó su mirada en Nastya, quien estaba en un rincón, tomándose una copa. Lena se había quedado conversando con Oksana y Tasha.

-Hola Nast-. Saludó-.
-Hola Yul-. Respondió-. ¿Qué te pasa?-.
-Creo que volví a complicar todo con Oksi-.
-¿Qué pasó ahora?-. Preguntó-.
-Mmm…fui por ella para venir aquí, estaba esperándome con un vestido que la verdad no le tapaba mucho, nos comenzamos a besar, fuimos un poco más allá y la detuve, suavemente, no quería que se sintiera mal, simplemente quiero ir con calma esta vez, para que no nos vuelva a pasar lo mismo, pero ella se lo tomó mal y camino acá no me dijo ni una palabra-. Le contó-.
-Wooow….veo que Tarasova tiene su lado intenso también, eso si no me lo esperaba-. Bromeó la morena-.
-Esto es serio, no quiero volver a distanciarme de ella, menos por algo así, no fue mi intensión hacerla sentir mal-. Se lamentó-.
-Pues díselo, el único problema de ustedes la comunicación Nast, las dos son demasiado cerradas, orgullosas, si hubieran hablado nunca se habría ocasionado todo ese mal entendido del verano, así que aprende de eso y habla con ella, y si no te quiere escuchar oblígala, pero que no te pase lo mismo dos veces-. Aconsejó la morena-.
-Tienes razón-.
-Lo sé, siempre la tengo, ahora pásame tu vaso que iré por otro trago para ti y uno para mi, porque no hay forma de que soporte esta fiesta sin un poco de alcohol en mi sangre-. Expresó la morena-.

Nastya le dio una sonrisa y le pasó su vaso, mientras la morena se dirigía a la cocina. Cuando estaba a punto de entrar, se detuvo para escuchar más atentamente una conversación que se estaba llevando a cabo entre Sasha y Anya.

-No te parece extraño que Katia aún no llegue?-. Preguntó el joven-.
-Me dijo que debía ir a su casa a cambiarse y buscar algo, estuvo todo el día conmigo ayudándome con los preparativos y trasladando las últimas cosas-. Contestó la rubia-.
-Veo que todo marcha muy bien entre ustedes ¿Ha habido ya un acercamiento?-.
-No de ese tipo de acercamiento, pero de verdad las cosas han ido mejor de lo que esperaba, ella esta volviendo a ser mi Ekaterina, iba por mi al hotel para ir a la escuela, me ayudó con todo lo del traslado, pasamos casi todo el tiempo libre juntas, y eso me encanta, me hace feliz con sólo tenerla abrazándome, acostadas en el sofá viendo una película...-.
-Se nota que las cosas van bien, cualquiera que las ve, piensa que son una feliz pareja-. Comentó-.
-Eso espero, aunque no voy a apresurar las cosas, eso si tengo una agradable sensación sobre esta noche-. Dijo y el timbre sonó-.

Yulia se apuró en correrse para que no se dieran cuenta que los estaba escuchando. Anya pasó muy cerca en dirección a la puerta para recibir a Katia quien era la única que faltaba. La ojiazul se había quedado con una no muy agradable sensación al escuchar las palabras de la rubia, porque parecía que la "reconciliación" se hacía prácticamente inevitable.
Anya abrió emocionada por fin su morena llegaba.

-Hola-. Saludó Katia-.
-Hola, ya pensé que no venias, te has demorado más de lo que pensaba-. Le dijo-.
-Sí lo sé, pero tengo una excusa-. Contestó mostrando lo que traía-.

Era un regalo que por la envoltura se podía distinguir que era un cuadro de aproximadamente sesenta centímetros de largo. La rubia le dio una sonrisa, amaba los regalos.

-¿Puedo pasar?-. Preguntó Katia-.
-Claro, lo siento, sabes que los regalos siempre me distraen-.

Ambas se adentraron al salón dónde estaban todos los demás chicos. Ekaterina los saludó a todos con gesto mientras le entregaba su presente a una ansiosa Anya. Todos observaban para saber que había tras esa envoltura.

-Espero te guste y le puedas encontrar un lugar en este tú nuevo hogar-. Le dijo la morena-
-Todo lo que venga de ti, siempre va a tener un espacio, lo sabes-. Susurró mientras le daba un cariñoso abrazo-.

Al sacar el papel, descubrió una imagen que ella recordaba a la perfección. Era una fotografía en blanco y negro que la mostraba de perfil, apoyada en la baranda de un balcón, con su mirada fija en la ciudad que se presentaba ante ella. Su silueta se podía apreciar completa al igual que cada uno de los rasgos de su rostro dado que la distancia no era tanta. Anya al verla, miles de hermosos recuerdos se le vinieron a la mente.

-¿Te acuerdas dónde tomé esa fotografía?-. Le preguntó Katia, abrazándola por la espalda-.
-De verdad piensas que podría olvidarlo, fue en Paris, en el aniversario de nuestro primer año juntas-. Respondió con seguridad-.
-Exacto, me encanta esa foto, creo que te ves realmente hermosa, por eso quise regalártela-.
-Gracias, está impresionante aunque por la toma debo decir que mucho del crédito se lo lleva la fotógrafa-. Dijo haciéndole un cumplido-.

Habían olvidado que estaban siendo observadas por todos los demás. Y cuando la rubia notó que ya las miradas se habían disipado un poco, le habló al oído.

-Yo también tengo algo para ti, me acompañas-.
-Claro, vamos-. Aceptó sin problemas-.

Anya la llevó hacía su habitación, que estaba por un pasillo al fondo por lo que todo el ruido que se estaba produciendo en el salón se veía aminorado por la distancia.
Al entrar la rubia buscó algo en su cajón de la mesita de noche.

-Toma-. Dijo ofreciéndosela-. Es la llave del departamento-.
-Anya…no sé si sea buena idea-. Dijo sin tomarla-.
-Quiero que consideres que también es tuyo, porque sí estoy aquí, en esta ciudad que hace un año me importaba poco, es para compartir contigo este último año, con esto no te pido que vivas conmigo ni nada parecido, simplemente que sepas que puedes venir cada vez que quieras, que voy a estar aquí siempre para ti-.

Ekaterina tomó la llave y la guardó en su bolsillo para luego volver a tomar la mano de la rubia y acercarla más hacía ella, tanto que sus cuerpos se rozaban. Con su otra mano le acarició el rostro delicadamente.

-No me tientes si, mira que prometí que no te robaría ningún beso por mucho que quisiera-. Murmuró la rubia con sus labios muy cerca-.
-No me puedes robar algo que yo quiero darte-.

Ekaterina tomó suavemente el mentón para ir acercándose lentamente hasta unir sus labios con los de Anya. Primero fue un simple roce, sencillo, dónde sus labios se iban amoldando nuevamente a estar juntos, dónde reavivaban todos aquellos recuerdos. La rubia la tomó por cuello, mientras Ekaterina se aferraba a su cintura para intensificar las acciones. Sus lenguas ahora tomaban el control de la situación, danzando a la par y armoniosamente. Sin darse cuenta se fueron moviendo hasta que Ekaterina apoyó a Anya en una pared, para seguir besándola más intensamente, mientras con sus manos recorría los costados de la rubia que se dejaba acariciar. Algunos gemidos se escaparon, de alguna de las dos, que evidenciaba lo acalorada de la situación que estaban experimentando. La morena de ojos verdes estaba cargando todo su cuerpo sobre la rubia que no despegaba sus brazos del cuello de la chica para que se distanciara. Habían olvidado que no estaban solas y a sólo un par de metros había todo un grupo de chicos, que seguramente habían notado su prolongada ausencia.

-Aunque no quiero, creo que debemos detenernos, nos deben estar extrañando en la fiesta-. Susurró Ekaterina-.
-No quiero dejar de besarte-. Contestó depositando cortos besos en la boca de la morena-
-Ni yo-.
-¿En serio?-. Preguntó ilusionada-.
-En serio…-.
-¿Quédate conmigo esta noche? -. Propuso-.
-Está bien me quedo, ahora sal tú primero, yo voy en un momento-.
-Ok, no te demores-. Aceptó la rubia y dejó un último beso en los labios de Katia-.

Yulia se había controlado mientras observaba como Ekaterina amorosamente abrazaba a Anya, quien veía emocionada la fotografía que le había regalado. Pero cuando vio que desaparecieron juntas, ya no pudo seguir disimulando que todo estaba bien. Por lo que las siguió y esperó paciente cerca del baño que estaba en diagonal a la puerta de la habitación de la rubia. En la oscuridad vio con la puerta entre abierta como salía primero Anya, quien se detuvo en el espejo que tenía a uno de los costados de la puerta de la habitación, para ordenarse la ropa que llevaba y retocar su lápiz labial. Con esas señales a la morena le quedó más que claro que es lo que había pasado ahí dentro. Siguió esperando hasta que vio a salir a Ekaterina con el cabello algo desarreglado, era la confirmación de lo que pensaba.

Tomando la fuerza que no había tenido para enfrentarla, y al pasar la morena a unos centímetros de dónde se hallaba escondida, la tomó fuertemente por uno de los brazos para hacerla entrar, así una vez dentro tendría que escucharla.

A Ekaterina le tomó por absoluta sorpresa aquella acción, de hecho como las luces no estaban prendidas no se había percatado de quien se trataba. Aunque ese aroma inconfundible le gritaba de quien se trataba.

-¡Que carajo!-. Exclamó al ser absorbida dentro-.

Yulia cuando ya la tenía ahí, procedió a prender la luz y apoyarse en la puerta para que no tuviera opción de escapar.

-¿Qué se supone que estás haciendo?-. Preguntó levemente alterada Katia-.
-Woooow, me estás hablando, yo ya había pensado que cuando se trataba de mi, habías quedado muda-. Contestó casi en el mismo tono-.
-Déjame salir Yulia, no tengo tiempo para tus jueguitos-. Le exigió en una fuerte postura-.
-No, hasta que hablemos, ya me cansé de que me ignores, porque sabes una cosa ¡No soy un maldito fantasma! Existo, quieras o no, y no puedes seguir haciendo como si fuera invisible-. Exclamó dolida por esa actitud que había estado teniendo con ella-.
-Yo puedo hacer lo que quiera, así que no vengas en plan de exigencias porque ya no tienes ningún derecho a pedirme algo, no importa lo que digas, nada va a cambiar mi actitud hacía ti-. Le respondió con confianza y frialdad-.
-Me duele que actúes así conmigo, que me mires así, que intentes hacer como si nunca hubiera pasado nada entre nosotras…-. Le reclamó con su voz más contenida-. Preferiría que me gritaras, que me reclamaras por lo que hice, que me dijeras que me odias, pero no que me sigas ignorando de esta manera-.
-Ya ni siquiera me importas lo suficiente como para gritarte o para odiarte, por eso te ignoro, se terminó, lo acepté y seguí adelante, así que por favor deja de hacer estás estupideces como encerrarme contigo, porque no lograras absolutamente nada-. Expresó la morena de cabellos largos confiando que sus palabras sonaran lo suficientemente convincentes-.

Yulia no quería creer lo que estaba escuchando. Sí, se lo merecía pero no se sentía capaz de soportar esas palabras, era demasiado doloroso. Sobre todo porque los ojos de Ekaterina, esos verdes que no hace mucho brillaban, ahora no demostraban ninguna expresión.

-¿Estás siguiendo adelante con Kuznetsova, cierto?-. Afirmó más que preguntó -.
-Eso es parte de mi vida privada, que no voy a discutir contigo-. Contestó fría-.
-¡Si es tan privado entonces se más disimulada!-. Exclamó pasándole el dorso de su mano con brusquedad por los labios que tenían una pintura labial que no era suya-.
-Es la última vez que te lo voy a pedir de forma civilizada, quítate de la puerta o te saco-. Le advirtió Katia-.

Yulia sabía que hablaba en serio porque por más que se esforzó en buscar algún atisbo de esa chica que tanto la había querido, no la encontró por ninguna parte. Se corrió con la cabeza hacía abajo, reconociendo su derrota.

-Y no vuelvas a intentar acercarte a mí de esta forma otra vez, porque no seré tan amable como lo fui ahora-.

Yulia sintió como las lagrimas caían al momento que Ekaterina cerró la puerta. Sus palabras seguían repitiéndose en su mente, haciendo eco en su pecho. Dolía tanto que incluso le costaba respirar, nunca esperó esa reacción, ni menos sabía que había pasado con esa chica dulce y protectora, porque la Ekaterina que salió por esa puerta, era cualquier persona menos, su Ekaterina.
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Mensaje por andyvolkatin 12/29/2016, 12:11 am

Hola Very Happy
muy interesante el capitulo
pero no me parece a forma de actuar de Yulia
y Katia que con o sin intencion a provoca
estan lastimando a Lena bien feo
siguela pronto  study 
Felices Fiestas  santa rendeer
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/1/2017, 4:21 pm

Feliz año 2017 para todas!!!!

Capitulo Veintiuno: Decisiones


Probablemente a Ekaterina le dolieron mucho más aquellas palabras que a la misma Yulia. Aún sentía un ardor en su garganta, cómo si cada una de esas palabras hubiera quemado en su paso por hacerse sonoras. Pero era lo correcto se dijo a si misma, era lo que debía decir bajo esas circunstancias, no habían más opciones. Sabía que había herido a Yulia y era eso lo que realmente producía esa punzada en su pecho. Nunca lo había hecho y jamás pensó que sería capaz.

Unos metros antes de llegar al salón dónde todos los demás se encontraban, agachó la cabeza y respiró profundamente, intentado sacarse esa sensación de que el oxigeno no llegaba con éxito a sus pulmones, lo logró medianamente, y siguió avanzando.
Focalizó su vista en Nastya, quien estaba a un costado hablando con Sasha. Avanzó e interrumpió, se sentía culpable y no podía ser ella quien fuera a ver a Yulia, no después de lo que había dicho.

-Nastya…necesito hablar contigo sobre algo-. Expresó con un nudo en la garganta-.
-Seguro. Sasha, me disculpas un momento-. Dijo educadamente-.
-Claro, iré a ver si Anya necesita ayuda en algo-. Contestó el joven con una sonrisa-.
-¿Qué sucede?-. Preguntó Nastya quien vio en la expresión de Ekaterina que algo no andaba bien-.
-Puedes ir a ver si Yulia esta bien? Debe estar aún en el baño, sólo sigue por el pasillo, la primera puerta a la izquierda-. Indicó para luego intentar irse pero la ex rubia la detuvo-.
-Podrías decirme al menos porque tengo que ir a ver a Yulia… ¿Qué pasó?-. Interrogó preocupada-.
-Discutimos-. Respondió escuetamente-.
-¿Qué le dijiste?-.
-Lo necesario, tú sólo ve a verla, por favor y no le digas que yo te lo pedí… - Pidió la morena y se dio la vuelta para dirigirse a otro lugar de la fiesta-.

Nastya quedó algo descolocada por la respuesta de Ekaterina, por lo que se apresuró a ir a ver cómo estaba su amiga. Golpeó la puerta un par de veces pero no recibía respuesta.

-Yul, sé que estás ahí, abre soy yo, Nastya-.

Sintió como el seguro fue removido por lo que con sólo un leve impulso la puerta se abrió. La cerró tras de si antes de poner atención en la morena que se hallaba sentada en el borde la tina de baño. Mantuvo su distancia, cruzó sus brazos y se apoyó en la pared

-¿Qué pasó ahora?-. Preguntó Nastya-.
-Supongo que si estás aquí, es porque sabes que pasó ¿o no?-. Contestó la morena sin mirarla-.

Nastya no se acercó, no sabía bien que hacer porque para ella su amiga ya había tomado una decisión y no encontraba justo que siguiera buscando a Ekaterina, pero por otro lado tampoco consentía la actitud de la chica de ojos verdes hacía la ojiazul, era en realidad complicado. Porque cuando hay sentimientos involucrados, nada puede ser absoluto.

-¿Qué pasó?-. Preguntó nuevamente-.
-Enfrenté a Ekaterina, la obligué a hablarme, y realmente no salió bien-. Contestó ahora mirándola-.
-Te dije que le dieras su tiempo, es lógico que lo necesite, tú tomaste una decisión Yulia y es momento que asumas las consecuencias, no puedes tenerlas a las dos a tu disposición, eso es realmente egoísta-. Expresó la ex rubia-.
-¡No es eso lo que quiero!-. Exclamó levantándose-. ¡Tú no entiendes!
-¿Y tú sí?-. Preguntó levantando una ceja-. Porque te veo igual de perdida que hace unos meses atrás, sólo que ahora estás con Lena en vez de Ekaterina. No sabes lo que quieres y vas a terminar haciéndole daño a alguien más…otra ves-. Dijo sincera, no quería ser dura pero tampoco mentir-.
-¡Yo amo a Lena y no me arrepiento de estar con ella!…-. Se defendió-.
-Pero…-.
-Odio que Ekaterina me ignore de esta manera, y más que en menos de una semana ya esté con Kutnezsova, no soporto verla con ella, lo intento Nastya, pero no puedo… Sincerizó la ojiazul-.

Nastya bajó su postura, sintió empatía, sabía lo difícil que era tener que ver a alguien que se quiere con alguien más.

-Tú tomaste tu decisión Yul, tienes que aceptar la de ella por mucho que te duela, además, Katia no está con Anya-. Expresó acercándose para quedar frente a frente-.
-¡Por supuesto que si! Yo las vi, estaban en su habitación y cuando enfrenté a Ekaterina, tenía manchas de lápiz labial, es lógico lo que pasó ahí…-. Dijo claramente dolida-.
-Vaya eso no me lo esperaba, no tan rápido por lo menos-. Murmuró-.
-Sabes lo que creo, que en realidad Katia nunca la olvidó, que nunca me amó como me decía, porque cuando se ama no se olvida así como así y ella me dejó claro que ya no le importa nada de lo que pase-. Y algunas lágrimas volvieron a correr por sus mejillas-.
-Yul…no saques esas conclusiones, estás herida por una situación…-.
-Ella me lo dijo Nast, Ekaterina me dijo mirándome a los ojos que yo ya no le importaba, por eso no me habla, puedes creerlo, así como así, se olvidó de todo lo que pasamos juntas, de todo lo que me dijo…-. La ojiazul ya lloraba y se aferró a los brazos de su amiga-.

Nastya la sostuvo y le partía el alma verla así. Tenía claro que era consecuencia de sus propias acciones, pero también sabía que nunca la intensión de Yulia había sido dañar a Ekaterina, al contrario, se daba cuenta que aún la quería, por lo que la chica de ojos verdes podría haber sido menos dura.

-¿Aún sientes algo por ella, no es cierto?-. Preguntó Nastya-.
-Me siento como una maldita traidora, porque de verdad amo a Lena, la amo tanto que no podría volver a estar sin ella, pero algo me duele en el pecho cuando veo a Ekaterina, cuando la miré a los ojos y no vi nada en ellos, no sé que mierda estoy haciendo Nast, sinceramente no lo sé, no sé que quería lograr enfrentándola-. Confidenció la ojiazul manteniéndose abrazada a su amiga-.
-Tranquila sí-. Susurró la rubia acariciándole el cabello -El  tomarte las cosa con calma, no querer todas las respuestas ahora, es entendible que aún sientas algo por ella, fueron meses los que pasaron juntas y estuvo contigo cuando más lo necesitabas, pero debes olvidarla, es lo mejor, Yul-. Aconsejó la rubia-.
-Lo sé, créeme que lo sé-. Contestó y siguió en los brazos de su mejor amiga-.

Se mantuvieron así por unos momentos hasta que los sollozos de Yulia, ya eran imperceptibles. Se había tranquilizado, se había dejado consolar por al ex rubia a quien le costaba ver a esa loba de ojos azules, en esas condiciones. Era su mejor amiga, independiente de los errores que hubiera cometido o estuviera cometiendo, era una de las personas más importantes de su vida, la única que la defendió cuando los chicos de Neposedi supieron lo suyo con Oksana, era quien había ido por ella en St. Petersburgo sin preguntar nada, quien la había cuidado sin esperar nada más. Yulia había estado en sus peores momentos, sin jamás dejarla sola y ella ahora haría lo mismo, la apoyaría independiente de su decisión.

-Creo que debes volver a la fiesta-. Dijo la ojiazul rompiendo el contacto-.
-Pero…-. Protestó-.
-Yo iré enseguida, sólo arreglaré un poco esta cara que tengo y voy, lo prometo-. Se apresuró a decir Yulia-.
-Ok, pero si no estás de vuelta en diez minutos, volveré por ti-. Amenazó apuntándola con su dedo índice-.
-Ya ve, y aprovecha de hablar con tu Hobbit, a ver si así obtienes algo de acción esta noche-. Bromeó la morena-.

Nastya le devolvió la sonrisa porque conocía mucho a la ojiazul y sabía que no le gustaba mostrarse débil, por lo que estaba intentado desviar la atención de todo su drama. Salió dirigiéndose directamente a dónde estaban todos los demás. Se habían formado algunos grupos. Oksana estaba con Tasha y Elena, riendo sonoramente por lo que presumió ya llevaba algunas copas en el cuerpo. Pero fue otra situación la que capturó más su atención.

Ekaterina estaba sentada en uno de los sofás con Anya sobre sus piernas, susurrándole cosas al oído, mientras la morena de ojos verdes le respondía y dejaba uno que otro beso en su cuello. No intentaban disimular, al contrario se mostraban como una pareja, cómplice y feliz.

Sí, lo cierto que es necesitaba hablar con Oksana, para ya terminar con todas esas absurdas peleas, pero si Yulia volvía y con lo primero que se encontraba era eso, no ayudaría en nada a que se sintiera mejor. Así que caminó hasta dónde estaban y con una firme postura se propuso hablarle.

-Katia, necesito hablar contigo, ahora-. Pronunció la chica del pelo rosa-.
-¿No puede esperar?-. Preguntó intentando zafarse, tenía más o menos claro sobre que sería-.
-No, ahora-. Expuso sin dar chance a una negativa-.

Ekaterina no tuvo más opción que levantarse y seguir a Nastya, dándole una mirada de disculpa a una desconcertada Anya. La chica del pelo rosa, caminó hasta la cocina y le hizo un gesto a Ekaterina para que cerrara la puerta.

-Sí, me vas a hablar de Yulia te advierto que no me interesa-.

Nastya le dio una mueca que parecía una sonrisa irónica. Eso ni ella misma se lo cree, pensó la ex rubia.

-De verdad crees que comportándote como una maldita, la vas a olvidar más rápido?-. Dijo ante la perplejidad de Katia-.
-Ella me engaña, me miente, me crea ilusiones para luego dejarme ¿Y yo soy la maldita?-. Preguntó alzando levemente la voz-.
-No digo que ella no haya cometido errores, pero tú no estás actuando mejor, de verdad crees que lanzarte a los brazos de Anya va a solucionar todos tus problemas, ¿Con ella Katia, en serio?, La misma que te engañó, la misma por la tuviste que dejar tu vida en St. Petersburgo, hablamos de la misma manipuladora, que está dispuesta a hacer lo que sea para amarrarte a su lado -. Dijo gesticulando e intentado mantenerse calmada-.
-Anya se equivocó ¿Quién no lo ha hecho?, porque yo sí y creo que tú también, así que no tienes el derecho a juzgarla, te considero mi amiga Nastya, pero creo que no deberías interferir en esto, sobretodo porque cuando se trata de Yulia, no eres para nada objetiva-.
-Esto no es sólo sobre Yulia, es sobre ti Katia, sabes perfectamente que no estás enfrentando esto de la forma correcta, porque de otra manera no me explico tampoco que Viktoria por ejemplo, ni siquiera sepa que Anya está de vuelta, se lo has estado escondiendo?-.

Para Ekaterina eso fue la gota que rebalso el vaso.

-Mira Nastya, una cosa es que porque estás preocupada por Yulia, quieras hablar conmigo y lo puedo entender, pero que te des el derecho a opinar o afirmar algo, aunque sea mínimo de mi relación con Viktoria, eso no te lo permito ¡A ella no la involucras!-. Exclamó usando un tono casi amenazante-.
-No la estoy involucrando, simplemente creo que si no has sido capaz de decirle a "tu mejor amiga" que volviste con tu ex, es porque piensas que eso no está bien o me equivoco-. Mantuvo el tono la ex rubia sin intimidarse-.
-Tú no conoces a Viktoria, no creas que porque viviste con ella algo así como dos meses sabes exactamente como es y como va a reaccionar, yo siempre he buscado lo mejor para ella, y sí no le digo es por algo, así que te repito, no la metas en esto, Nastya-. Le repitió-.

A Nastya le sorprendió el tono empleado, sabía lo que Viktoria significaba para Ekaterina, pero no entendía del todo porque la morena de ojos verdes y cabellos castaños hablaba así, cómo si temiera de alguna manera por la reacción de su amiga. Y ahí se arrepintió de haber sido tan entrometida, porque claramente había muchas cosas que ella no sabía.

-Katia…yo no quise…-. Intentó disculparse la rubia-.
-Ya déjalo Nastya, simplemente no te metas en lo que no te corresponde-. Interrumpió violentamente y salió hacía el salón-.

Yulia entró cuando justamente Ekaterina venía saliendo de la cocina con no muy buena cara, seguida muy de cerca por Nastya. No había que ser un genio cómo para saber que su amiga, había enfrentado a Katia, obteniendo no mejores resultados de los que ella había tenido. Decidió que lo mejor era evitar más conflictos por lo que quedaba de noche.

-Hey chica guapa, ¿Dónde te habías metido?-. Preguntó Lena susurrándole sensualmente en el oído-.

Yulia sonrió de manera instantánea. Lena tenía esa capacidad. Todas las cosas perdían su real efecto cuando su pecosa pelirroja estaba a su lado. Por eso no podía volver a hacerle daño, la amaba, de eso si que no tenía duda.

-Estuve hablando con Nastya…-. Dijo omitiendo la otra parte-.
-Pues voy a tener que hablar con esa chica, para que ya no me siga robando tú tiempo-. Expresó tomándola por la cintura-.
-Ya no es rubia, así que no puede ser un peligro para ti-. Bromeó la ojiazul-.
-Tienes razón, pero a ella le siguen gustando las morenas-. Siguió el juego la pelirroja-.
-Sí, pero las melodramáticas, que tengan por costumbre hablar en párrafos con aires de diva y yo no cumplo con esos requisitos-. Contestó la morena-.
-Mmm…déjame pensarlo, yo creo que igual tienes esos aires de diva en ocasiones, así que…-. Dijo la pelirroja posicionando un dedo en su mentón como reflexionando sobre algo-.
-¡No te atrevas a compararme con Tarasova!-. Exclamó golpeando levemente su hombro-.
-Sabes que no te podría comparar con nadie, tú eres única, la única que a logrado entrar en mi corazón y nunca irse de ahí, la única con quien jamás tuve sexo, sino que siempre hice el amor, la única persona que necesito para poder sonreír, la única que hace que crea que la vida es realmente una bendición-. Murmuró la pelirroja muy cerca de sus labios-.
-Te amo Lena, de verdad lo hago, por favor no dudes jamás eso-. Susurró la morena antes de unir sus labios con los de su chica-.
Se besaron y conversaron, un tanto alejadas del resto de sus amigos. Necesitaban eso, necesitaban su tiempo a solas para ir afianzando su relación.

Nastya no le quitaba la vista a Oksana, ni por un segundo, cada movimiento de esa pequeña y escultural mujer, la tenía vuelta loca. La pequeña diva estaba casi en medio de aquel salón, en dónde algunas parejas bailaban, realizando sensuales movimientos. Estaba sola y con sus ojos cerrados, simplemente dejándose llevar por la música que inundaba el lugar.

Le costó decidirse por miedo a la reacción de Oksana, pero se fue acercando, hasta posicionar sus manos en las caderas de la castaña, apegando su cuerpo por detrás, imitando los movimientos, sencillos, complementarios, que producían que sus caderas fueran al mismo ritmo. Ese vaivén que la estaba enloqueciendo, encendiendo cada fibra de su cuerpo, aspiraba con necesidad el aroma del cabello de Oksana, deleitándose con cada partícula que desprendía. La aprisionaba cada vez más a su cuerpo, marcando su territorio, diciéndole implícitamente que no la dejaría ir.

-Sabes que me vuelves loca-. Susurró Nastya al oído depositando pequeños besos-.
-No, últimamente no se nada que tenga que ver contigo-. Respondió la pequeña diva-.

Nastya notó de inmediato que las palabras de Oksana iban cargadas de resentimiento. La situación de la tarde había calado hondo en el corazón de la diva. La volteó suavemente, necesitaba mirarla a los ojos, así la castaña sabría que sus palabras eran sinceras.

-Lo único de lo que siempre tienes que estar segura, es de lo mucho que te quiero y que no hago las cosas con la intensión de herirte, al contrario-. Pronunció-.
-¿Y porque me rechazaste? Ya no te pasan cosas conmigo, ya no quieres tenerme-. Dijo con sus orbes marrones fijos en sus ojos verdes-.
-Porque soy idiota, porque tengo miedo de perderte otra vez…yo…yo te necesito tanto que me da miedo, sobretodo por lo que hemos pasado últimamente, creo que si te tengo otra vez ya no voy a poder dejar que te vayas de mi lado y tú…tú tienes un sueño, yo no puedo ponerte en un cajita y guardarte, no puedo negarle al mundo el brillo de Oksana Tarasova, sólo porque no puedo estar sin ti…-. Dijo Nastya sin terminar con esa exigua distancia, estaban absolutamente conectadas-.
-Nastya…yo…te amo tanto que sólo puedo brillar si estamos juntas, no te olvides de eso, sólo tú eres capaz de sacar lo mejor de mí, sólo a ti he logrado entregarte todo lo que soy, no existe nada que vaya a separarnos otra vez, te lo prometo, nada-. Expresó buscando los labios de su chica-.

Ese beso nada tenía que ver con los de hace unas horas atrás. Tenía un sabor distinto, uno que rozaba la eternidad. Sus cuerpos se conocían a la perfección, se fundían abrazadas en lo que sería de ahora en adelante, la promesa de mantenerse juntas. Unidas, trazando con caricias, te quieros y sutiles besos, su camino, que probablemente no estuviera exento de obstáculos, pero que si el amor era real, sabrían sortearlos, sin separarse.

A medida que la noche iba avanzando fueron uniéndose todos, formando casi un círculo dónde debatían de distintos temas. Sin duda lo que más preocupaba a la mayoría era que prácticamente todos ya cursaban su último año. El tan temido futuro hacía su aparición, sorprendiendo a algunos mejor parados que otros. Porque mientras algunos integrantes de Neposedi, prácticamente desde que habían nacido supieron que es lo que querían hacer de su vida. A otros la incertidumbre les presionaba el pecho al escuchar esa palabra, porque no sabían que esperar al salir de la secundaria.

-Aleksandr me dijo que ambos quieren ir a St. Petersburgo-. Expresó Anya dirigiéndose a Oksana-.
-Sin duda, es la ciudad de los grandes teatros. Desde que nací me he estado preparando para dedicar mi vida al escenario-. Contestó la diva con seguridad-.
-¿Y alguna Universidad en especial?-. Siguió indagando la rubia-.
Sasha y Oksana se miraron con una enorme sonrisa.
-¡Academia Imperial De las Artes!-. Exclamaron al mismo tiempo-.
-Es una impresionante Universidad, el año pasado nos llevaron a hacer un recorrido-. Recordó Anya-.
-¿También quieres ir allí?-.
-Mmm…la verdad me gusta mucho cantar y el escenario, pero hay cosas que me apasionan más, he pensado en otras propuestas, quizás-. Contestó mirando a Katia-.

Yulia rodó los ojos ante la respuesta de Anya. Odiaba como podía ser tan egocéntrica de pensar que en un año más seguiría con Ekaterina, se irían juntas a alguna universidad, para después comprometerse y tener muchos hijos, para así la rubia asegurarse que Katia no la volvería a dejar. Porque estaba segura que Kutnezsova lo único que quería era amarrarla y así llevar el tan apreciado apellido Sharapova.

-¿Y tú Nastya?-. Preguntó Katia desviando la atención de ella-.
-Me gusta St. Petersburgo también, SPBGPU* puede ser una opción o Repin, pude averiguar que tiene un gran departamento de bellas artes y publicidad, ambas cosas me gustan-. Contestó-.

Oksana la miró sorprendida. Tenía claro que ha Nastya lo visual le encantaba, pero nunca le había hablado de alguna carrera en particular, y que lo hiciera ahora era un gran avance, sobretodo pensando que sus opciones estaban en St. Petersburgo, junto a ella.

-¿Y tú Yul?-. Preguntó la ex rubia-.
-La verdad no lo sé bien aún, que quiero salir de Moscú está claro pero ninguna carrera logra convencerme del todo, hay tiempo aún-. Contestó la morena alzando los hombros-.
-¿Y a mi nadie me va a preguntar?-. Dijo Lena haciendo un puchero-.

Los chicos rieron ante ese gesto tan típico de la pelirroja. Para muchos no era necesario, tenían claro que el futuro de Lena era la danza y el canto, asumían porque ella poseía más talento en el baile que todos ellos juntos. Podrían meter todos los dotes para el baile de Neposedi en una licuadora (tal vez menos los de Fyodor porque hasta el dedo meñique de Elena tenía más habilidades que el gigante) y aun así ella seguiría siendo superior.

-¿Y tú Lena?-. Preguntó Oksana-.
-¡Bolshoi!-. Exclamó sonriente-. Siempre ha sido mi sueño-.
-Seguro entras, tú talento es demasiado impresionante como para que se les pase si quiera la idea de rechazarte-. Dijo Yulia tomando su mano con cariño-.

Las miradas se fueron hacía Ekaterina, era la única que aún no respondía la preciada pregunta.

-Katia-. Expresó Nastya a modo de pregunta implícita-.
-La verdad es que cuando salga de la escuela tengo la idea de tomarme un semestre, no se si me lo permitan, pero no tengo ni las mínima idea de lo que quiero hacer, aunque eso probablemente al final no sea una decisión que yo tome-. Contestó con resignación bebiendo un trago de su copa-.
Todos sabían de lo que hablaba.
-Pensé que te gustaría entrar a Universidad Politécnica Estatal de San Petersburgo-. Comentó la pequeña diva-.
-Ahí han estudiado casi todos en mi familia, y mi abuelo quiere que siga con la tradición, aunque le dije mi idea de viajar y estuvo relativamente de acuerdo mientras aproveché para conocer todas las sucursales de la compañía que voy a tener que presidir en unos años más-. Contestó-.
-Disculpa que sea tan entrometido pero que tan grande es la compañía de tu familia, digamos que siempre he leído que no hay área que no tengan acciones y que es una de las compañías más grandes de Rusia, pero nada más-. Expresó curioso Sasha-.
-El fuerte de la compañía son los hoteles, así comenzó, de hecho el hotel dónde nos hospedamos en St.Petersburgo, es propiedad de la compañía, luego al entrar a la bolsa, se compraron acciones y bienes raíces, es una infinidad de áreas que no conozco totalmente-. Respondió-.
-Wooow, ¡Creo que si fuera heterosexual te perseguiría hasta casarme contigo!-. Exclamó bromeando Sasha-.

Esa espontanea reacción del castaño de ojos claros, sacó más de una risa y sirvió para distender más el ambiente. Se estaban transformando realmente en un grupo muy unido, que pese a algunos fracasos del pasado, estaban dispuestos a seguir luchando para lograr salir de la escuela, con la victoria de las Nacionales.

Sergüei ya había sacado su guitarra y todos comenzaron a tararear distintas canciones. Por momento Oksana y Tasha alzaban la voz más que los demás para ver quien resaltaba en los tonos altos. Era la eterna pelea de las dos divas.

Yulia tenía todo el cuerpo de Lena apoyado sobre ella de espaldas, con una mano la tenía por la cintura, mientras que con la otra le acariciaba el cabello. La pecosa disfrutaba de las tiernas caricias, al tiempo que tenía una divertida conversación con Nastya y Oksana. La ojiazul se mantenía más absorta, disfrutando el momento. Como acto inconsciente se giró y vio como Katia no le quitaba la mirada de encima, casi pudo ver algo en esos ojos que últimamente parecían de hielo, casi pudo ver el dolor que le producía verla así con Lena, casi pudo decir con seguridad que aún le importaba.

Se sostuvieron la mirada unos segundos, Ekaterina rompió el contacto bruscamente y como queriendo escapar se levantó rápidamente.

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