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MIS OJOS SOBRE TI (By:LINQUI) // RAINBOW.XANDER

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/20/2020, 9:18 pm

Hola chicas. Tanto tiempo, jajajaja, bueno, no quiero dejar pasar mucho tiempo porque al igual que uds, estoy encerrada en mi casa esperando que todo esto pase. Mientras tanto, les dejaré otra historia donde espero, no odien mucho a Elena porque al principio será un poco "intolerante, odiosa, malcriada, egocentrista" y paren uds de contar; pero se hará querer. Es un fics un poco largo ya que consta de 35 capítulos aprox y un tanto largo alguno, así que espero no se aburran.

Como siempre, serán bienvenidos los comentarios de cada uno de uds, para seguir adelante con las historias.

Ya que he hecho una "larga" introducción, los dejaré con el primer capítulo. Por cierto, les gustó la portada? Ufff! Lena parece un bombón con ese traje de porrista jajajaj

A leer!!!


MIS OJOS SOBRE TI (By:LINQUI) // RAINBOW.XANDER 2020-011



Uno



Moscú, 6pm.

Sábado.

El recorrido por las frías calles de Moscú siempre era dificultoso para Yulia Volkova. A pesar de transportarse en un vehículo de una sola pieza, (su moto Yamaha R6 de alto cilindraje), nunca era suficiente para hacerse espacio entre los autos ni esquivar el gran tráfico de la carretera. El semáforo de la autopista principal llevaba más de cinco minutos paralizado en el color rojo. Yulia no sabía si era por una falla en sus circuitos o porque simplemente era el tiempo que se tomaba para despejar las carreteras. El ruido de las bocinas de todos los autos y motos a su alrededor no se hicieron esperar. Era ensordecedor y muy estresante estar en ese lugar. Yulia se quitó su casco negro, dejando que su cabello del mismo color cayera por su espalda, y que el aire de la noche golpeara y refrescara su rostro. Lo necesitaba, sin duda. Estar atrapada en una  situación así le provocaba un profundo dolor de cabeza y le ponía de mal humor.  Se arrepentía cada segundo de haber abandonado la tranquilidad de St. Petersburgo, su ciudad de origen. Decidiendo no pensar más en ello, Yulia volvió a ponerse su casco y se apoyó en sus codos sobre la moto. La única opción que tenía era esperar.

Pronto se encontraba bebiendo un vaso de agua en la Barra del "Sugar Rock". El Bar donde se desempeñaba como cantante los fines de semana. Para Yulia no era un trabajo, ni tampoco recibía dinero por ello. De hecho, dinero era lo que menos necesitaba. Su familia tenía buen estatus social. Su padre se había convertido en absoluto dueño de las franquicias de ópticas de Moscú, razón por la cual abandonaron St. Petersburgo hace un mes. A Yulia le gustaba distraerse en el Sugar Rock. Desde su llegada a Moscú, era lo único que la hacía sentirse como en casa. En la nueva ciudad no encontraba nada para satisfacer sus necesidades. Allí no tenía a sus amigos para divertirse, no podía invitar a su novia a una cena o a ver una película mientras se abrazaban. Aún no podía retomar su carrera de arte en una Universidad de la ciudad por el papeleo interminable. Si, para ella no había nada interesante en Moscú más que solo el Sugar Rock.

Terminó de beber su vaso de agua y lo colocó sobre la Barra. Pensando que tal vez necesitaba otro.

— ¿Vas a seguir bebiendo agua? Ten, esto es mucho mejor para calentar la voz— Masha, la chica de la Barra le tendió un vaso que rebosaba de whisky.

Yulia lo tomó mientras le alzaba una ceja de modo juguetón —¿No crees que es mucho alcohol? Tú sabes muy bien que conduzco, soy yo quien te lleva a casa y si me tomo todo el contenido podría embriagarme y ambas morir en el camino.

—¡¿Qué?! No, no quiero eso — Masha chilló preocupada y rápidamente le arrebató el vaso de las manos, logrando que el whisky se regara en toda la barra, en el suelo y en su propia ropa.

Yulia no lo pudo soportar y soltó una carcajada al ver la gran mueca que hacía su amiga mientras miraba su blusa llena del licor  —Debes ser menos impulsiva y más cuidadosa— Le dio una palmadita en la frente y saltó dentro de la barra —Ve a cambiarte la blusa antes de que llegue tu papá y te despida por destruir su Bar. Yo limpiaré esto.

—Mi papá no puede despedirme, soy la heredera de este lugar— Masha le mostró la lengua de modo infantil y luego desapareció hacía las oficinas mientras ella tomaba unos trapos para limpiar el desastre.

Minutos más tarde, todas las mesas del Sugar Rock estaban repletas de personas. Yulia miraba desde la Barra como las meseras se movían ágilmente por todo el lugar llevando y trayendo tragos. Observaba como algunos clientes brindaban y cantaban con la pista que salía de los parlantes. Sus ojos recorrían todo el lugar, pero se detuvieron en una mesa que llamó su atención. En ella se encontraban dos chicas abrazadas, compartiendo un beso que ante sus ojos parecía bastante lento. Para ella fue imposible apartar la mirada de ambas mujeres. Esa escena le traía toda clase de recuerdos con su novia. En ese momento la extrañó con todas las fuerzas y anheló estar con ella de la misma forma.

Pronto las protagonistas del beso lo dieron por terminado, sonriéndose una a la otra, logrando que Yulia sintiera un profundo vacío en su corazón. Volvió a la realidad. La relación con Miroslava no iba bien, hace más de dos semana no hablaban por teléfono, no tenían video llamadas ni mensajes de texto antes de dormir. Ella sabía que no volvería a St. Petersburgo y que Miroslava no vendría a Moscú por sus estudios. Antes del viaje, ambas habían tocado el tema de la “relación a distancia” pero todo quedó en el aire. Ni siquiera estaba segura de que pasaría en el futuro.

—¿Quieres unirte a ese beso? Es excitante— De repente la voz de Masha la sacó de su ensoñación, haciendo que un rubor apareciera en sus mejillas por haber sido descubierta —Ellas estudian en mi Universidad— Le contó.

—Wow ¿En serio?— Preguntó Yulia. Masha asintió — ¿Son amigas tuyas? ¿Están en tu clase?

—No son mis amigas, y son de otras facultades pero las he visto en el campus de la Universidad. Son populares entre las chicas y los chicos de la escuela, más los chicos por supuesto. Ellos sueñan en conseguir un trio con ellas— Yulia rió ante el último comentario— La chica alta de cabello negro se llama Tasha y la castaña es Inna, y lo único que sé es que son novias hace mucho tiempo.

—Pues hacen linda pareja— Murmuró Yulia aún mirándolas.

—Eso creo— Dijo Masha insegura— Oye, cambiando de tema. ¿Entrarás a mi Universidad si o no?

—Mmm... No lo sé. Hice mi examen para poder ingresar al mismo semestre y no tener que repetirlo todo pero aún no ha llegado ningún aviso a mi casa. Supongo que tendré que esperar un poco más por una respuesta.

—Oh— Masha se sonrió— Ojalá pases el examen y acepten tu solicitud. Estoy ansiosa por presentarte a mis amigas y que salgamos todas juntas a divertirnos. También debemos darte un tour por Moscú para que veas que no todo es tan malo aquí.

—Claro— Respondió Yulia con sarcasmo. Masha volvió a mostrarle la lengua por segunda vez en la noche y se alejó para seguir atendiendo la Barra.

El momento de ir a cantar pronto llegó. Yulia se alejó de la barra y fue al escenario llena de seguridad. Hacía esto desde sus 4 años y ahora a sus 20 era pan comido. Tomó la guitarra de su peaña, arregló el micrófono a su altura y comenzó a interpretar sus canciones favoritas. El Bar quedó en silencio. Yulia siempre lograba maravillar con su voz, toda la atención en ella. Cada vez que daba por terminado una canción los aplausos y los gritos no se hacían esperar, los de su única y reciente amiga en la ciudad eran los más audibles. Yulia agradecía haber conocido a Masha en tan poco tiempo. Aunque no compartían mucho fuera del Bar ni sabía mucho de ella, la chica más joven siempre lograba sacarle sonrisas.


El resto de la noche siguió de maravilla. Yulia esperó a Masha para llevarla a su casa como todas las noches y luego se dirigió a la suya. Entró a su casa, una mucho más grande de la que su familia tenía en St. Petersburgo y a la cual no lograba acostumbrarse aún. Caminó por toda la oscuridad de la sala y subió a las escaleras alumbrando con su celular. Al llegar al pasillo de las habitaciones, notó que una débil luz se filtraba debajo de la puerta de su hermana menor de 7 años. Miró su teléfono, la hora marcaba las 3:08 am. Se preguntó que hacía su hermana viendo la TV a esta hora y decidió abrir la puerta. La pequeña Viktoria se sobresaltó y se escondió debajo de las cobijas haciendo que Yulia sonriera.

Yulia encendió la luz de toda la habitación, se sentó junto a su hermanita y bajó la cobija que cubría su rostro. La niña le sonreía —¿Por qué estás despierta? ¿Sabes que mamá y papá se enojarían contigo si te descubren saltando las horas de siesta?

—Tengo miedo— Le dijo la pequeña ahora sentándose.

Yulia lo entendió.

—¿Y si tenías miedo porqué no ibas a dormir con mamá y papá, o Lenin? Así te hubieras sentido segura.

La pequeña solo se encogió de hombros —No lo sé. No quise salir de aquí, no me gusta esta casa.

—¿No te acostumbras, eh? — Yulia le dijo divertida, acariciando su cabecita mientras la niña negaba — ¿Quieres que duerma contigo hoy y todos los días?

La pregunta de Yulia hizo que Viktoria sonriera de oreja a oreja y comenzara a saltar en el colchón mientras gritaba que “si” muchas veces. Yulia tomó a su hermanita por la cintura, le clavó un beso sonoro en las mejillas y salió con ella hacía el pasillo en busca de su habitación. Mientras caminaba, Yulia entendía porqué su hermana no quería salir de su habitación.

El pasillo de la casa era más largo y más oscuro que el de su antigua casa. Las habitaciones muy alejadas.  Después de pasar unas cuantas puertas, Yulia entró a su habitación y dejó a Viktoria en su cama mientras se cambiaba la ropa por una pijama. Cuando terminó, se acercó a su hermanita que la seguía con la mirada.

—Hermosa— Viktoria de inmediato sonrió al escuchar esa palabra. Le gustaba mucho que Yulia la llamara de esa forma — ¿Quieres dormir aquí o vamos a tú habitación?

—A mi habitación— Respondió la niña con alegría, para luego tirarse al pecho de su hermana mayor, rodear su cuello con sus pequeñas manos y envolver los pies en su cintura.  A Yulia no le quedó más que sonreír ante la ternura de su hermana. Una vez en la habitación de Viktoria, ambas se tiraron a la cama sin ningún cuidado, Yulia apagó la luz, seguido de la TV y se acomodó en la cama, dejando que su hermanita colocara su cabeza en su pecho, rodeara su estómago con su pequeño brazo y acurrucara los pies al lado de su cintura. Yulia acobijó a ambas, puso un brazo en la espalda de su hermana, dejó un beso en su cabeza y se dispuso a dormir.


Más tarde, al día siguiente, las hermanas Volkova aún dormían plácidamente aunque no en la misma posición. Viktoria se movió tanto durante la madrugada que terminó abrazando la cabeza de su hermana como si fuera un peluche o algo parecido, sus pies también estaban enroscados al pecho de ésta. Una escena bastante graciosa y digna de una foto. Pronto la madre de ambas chicas entró a la habitación y comenzó a reír por lo bajo cuando las vio en esa posición. Yulia se despertó por el pequeño ruido, trató de moverse un poco pero no pudo porque su hermanita sostenía su cabeza con fuerza. La risa de su mamá se hizo más fuerte.

—¡Mamá, no te rías y has que me suelte!— Yulia se quejó. Su voz sonaba ronca como todas las mañanas.

—Si, si, espera — Su madre, sin dejar de reírse, lentamente desató las manos de su hija de la cara de Yulia y comenzó a despertarla. Yulia se sentó en la cama y frunció el ceño mirando la cara divertida y burlona de su mamá —No hagas esa cara, bebé. No te luce — Le dijo, dejando un beso en su frente y susurrándole un “Te amo”. El mismo de cada mañana.

Yulia cerró los ojos y sonrió — Yo te amo el doble.

—Lo sé — Su madre le dio un guiño —El desayuno ya está servido, te espero— Le dijo por último antes de salir de la habitación con una adormilada Viktoria en brazos.

Yulia se tumbó a la cama nuevamente, tomó su celular de la mesita y debatió durante unos minutos si debía llamar a Miroslava para darle los buenos días y saber como estaba. Quiso presionar el botón de llamada pero no estuvo segura si Miroslava quería hablar. Pensó que era mejor llamarla más tarde, cuando tuviera algo importante que decir. Dejó el celular sobre la cama y abandonó la habitación.

A medida que bajaba las escaleras, notó que en el comedor de la gran sala ya se encontraban todos. Su papá, su mamá, su hermanita y su tonto hermano mayor. Sonrió cuando vio que ninguno había empezado a desayunar sin ella. Su familia siempre era unida para todo y aunque había sido difícil dejar todo atrás en St. Petersburgo para llegar a Moscú, sabía que era para bien de todos aunque ella había dejado gente importante atrás.

—¡Mi amor!— Su papá abrió los brazos cuando la vio. Rápidamente Yulia corrió a recibir el abrazo. Viktoria era la hija menor pero sus padres siempre trataban a todos los hijos Volkov por igual. Casi como bebés —¿Cómo amaneciste?

Yulia dejó el abrazo y se sentó en medio de Viktoria y su papá —Me duele un poco el cuello— Acarició su nuca, haciendo una mueca de dolor.

—Debe ser porque las manos de Vika amanecieron enroscadas en tu cabeza — dijo su mamá, logrando una risa de todos.

—Es que la cabeza de Yul es suave, pensé que era mi almohada— Respondió la niña con inocencia.

—Bien, si de ahora en adelante vas a dormir con Yul, entonces ten mucho cuidado con su cabeza ¿Está bien?— El padre pidió a Viktoria y ésta solo asintió.

Después del delicioso desayuno y de una gratificante ducha, Yulia decidió ir a la habitación de pintura que su papá había puesto a su disposición. Daba brochazos verticales a un lienzo que tenía la forma de un paisaje hasta que fue interrumpida por unos golpecitos en la puerta y la voz de su papá.

—¿Puedo pasar, hija?

—No tienes que preguntarlo, papá.

Oleg Volkov entró a la habitación, con un sobre en la mano y una sonrisa en el rostro. Yulia dedujo que eran buenas noticias —Ten — Él le tendió el sobre ya abierto.

Yulia de inmediato lo tomó y lo leyó. Sus ojos y su boca se abrieron como platos —¿No es broma, papá? ¿No es broma?— Preguntó incrédula.

El negó exagerando —¡No, no lo es!. Mañana empezarás la Universidad y no tendrás que empezar desde el primer semestre. Pasaste el examen y eres apta para entrar al cuarto semestre. Felicitaciones, mi amor — Yulia no pudo ocultar la felicidad y lo abrazó con fuerza.

—¡Oh diablos, gracias, papá!

—No es nada. Y te dejo para que sigas con tu paisaje que, por cierto, está bellísimo. Y prepara algunos útiles para la Universidad. Entraras a la 1 de la tarde —  Besó la cabeza de Yulia y abandonó la habitación.

Yulia de inmediato sacó su celular para escribirle a Masha la buena noticia, estuvo a punto de enviar el mensaje pero se detuvo pensando que mejor le daría la sorpresa al llegar a la Universidad.


Lunes 12: 00 pm

La Universidad de Moscú era muchísimo más grande de lo que Yulia pensaba. Mientras buscaba un lugar para parquear su Yamaha R6, observaba asombrada cada detalle de aquel lugar. Dedujo que el parqueadero del lugar era casi del tamaño de su anterior Universidad. Y tenía mucha razón. También se preguntaba, si este lugar era así de grande, ¿Cómo rayos sería la parte de las aulas? Y sobre todo ¿Cómo encontraría su salón de clases? Sin duda un gran desafío.

Parqueó su moto en un lugar no tan alejado del campus, se quitó el casco y tomó su teléfono. Llamaría a Masha. Ella no quería hacerlo pero al parecer esa era la única opción que le quedaba en el momento. Encontró el número y a punto de pasar el dedo por el botón de llamada, una mano en su hombro y una voz femenina la interrumpió.

—¡Hey!

Yulia se giró y quedó estática cuando vio a una de las chicas que se estaban besando en el Bar. Si su mente no le fallaba, aquella mujer era Tasha.

— ¿Eres Yulia? La chica que canta en Sugar Rock ¿cierto?— Le preguntó la chica con aire simpático.

Yulia se relajó un poco y asintió con una media sonrisa mientras guardaba su teléfono en su chaqueta negra.

—Soy Natasha Ivanova, pero todos me dicen Tasha. Un gusto — la chica le tendió una mano para saludar, la cual Yulia tomó sin dudarlo — ¿Cómo estás? ¿Estudias aquí? Nunca te había visto.

—Estoy bien. Y si, es mi primer día en este lugar de hecho.

—Oh — Tasha asintió — ¿Y en qué carrera irás?

—Dibujo y pintura— Contestó Yulia con orgullo. Amaba el arte.

—¡Wow! ¡Yo igual! — Tasha se sorprendió —pero hoy empezaré el cuarto semestre.

—Yo también— Yulia dijo, dejando a Tasha con una mueca de confusión.

—¿Eres novata pero entrarás al cuarto semestre? De verdad no entiendo ¿Quieres ir a sentarte al campus y contarme?

Yulia asintió con una sonrisa. La chica que tenía enfrente le daba buena aura y confianza. Con un ademán, Tasha la guió hacía los adentros de la Universidad.

Al llegar al campus, Yulia se asustó por la gran multitud de personas. Se sorprendió al ver que probablemente eran unas diez veces más la cantidad de estudiantes que había en su anterior Universidad.  Era una locura.

Siguió a Tasha hasta que encontraron un lugar despejado, y ambas se sentaron cómodamente en el pasto.

—¡Bienvenida, Yulia!— El tono amable de Tasha, le sacó una gran sonrisa —Y bien, ¿Cómo es eso de que entras al cuarto semestre pero es tu primer día aquí? Eres una especie de estudiante transferido o algo así?

Yulia estaba a punto de aclararle la situación, cuando una chica de cabello castaño y piel blanca llegó a la espalda de Tasha, le tomó la cabeza y le dio un beso en los labios que duró más de cinco segundos. Yulia pensó que el beso fue igual al de la película Spiderman. Sonrió en sus adentros.

—¡Inna! ¡Amor! ¡Te estaba esperando! — La sonrisa de Tasha apareció inevitablemente mientras veía a su novia sentándose a su lado. Yulia miraba con calma.

—Y yo te estaba buscando. Pensé que nos encontraríamos en el parqueadero — Inna hizo un puchero, el cual Tasha besó.

—Lo siento. Es solo que me encontré con ella— Tasha señaló a Yulia, y los ojos de Inna se abrieron como platos.

—¿Tú eres Yulia Volkova? — La chica castaña le preguntó asombrada. Yulia se sintió como si fuera un tipo de celebridad o algo por el estilo al ver la cara de Inna. Asintió ligeramente. —
¡Oh por Dios! ¡Amo tu voz! ¡Amo como cantas! ¡Soy tu fan! — Inna se sobresaltó emocionada y gateó hasta envolver sus brazos en el cuello de Yulia.

Yulia se asustó por la repentina reacción y lentamente alzó su mano y la frotó con suavidad en la espalda de Inna unas cuantas veces antes de que ella volviera al lado de Tasha.

—¡Oh Por Dios! Discúlpala, Yulia es que mi novia ama cantar y desde que te vio en el Sugar Rock ha querido hablar contigo — Tasha estaba sonriente, no parecía enojada por el abrazo que Inna le había dado así que Yulia no se preocupó.

—Muchas gracias, Inna — Yulia le dijo — Llevo solo un mes en el Bar y ya tengo una fan, se siente bien.

—Eres muy buena. Creo que te amo — Inna dijo divertida, pero esta vez Tasha frunció el ceño ligeramente.

—No te tomes tan en serio lo que te dice, eh — Tasha le advirtió mientras señalaba a Inna —¿No te gustan las chicas o si? — Esta vez preguntó con duda.

Yulia sonrió de medio lado — En realidad si, me gustan las chicas.

Tasha e Inna abrieron la boca al mismo tiempo para que después Inna comenzara a reír sin control. Yulia pensó que sin duda eran un par de chicas divertidas.

—¡Hey! ¡ No te atrevas a acercarte a mi novia, Yulia Volkova! ¡Es más, ni siquiera debí hablarte! — Tasha exclamó en un gemido, fingiendo disgusto.

Inna lo vio, tomó su barbilla y cubrió los labios de su novia con los suyos. Un beso que sirvió para calmar todo — Yo nunca te dejaría por nadie. Así cantara mejor que Yulia — Le dijo la castaña, esta vez, dejando un beso en su nariz. Las tres se miraron y sonrieron divertidas.

Retomando la pregunta del principio y yendo más allá, Tasha e Inna se enteraron sobre algunas cosas de la vida personal de Yulia. Dejando algunas inconclusas. Además, Tasha supo que la chica que tenía enfrente era su nueva compañera de clase y también una novata en esta Universidad. Así que entre ella e Inna, se encargaban de señalarle a Yulia donde quedaba cada lugar de la Universidad. Los bloques de las facultades, los laboratorios, los salones de arte, los lugares de deporte, los baños, la comida...etc.

Pronto su conversación fue interrumpida por murmullos y silbidos que salían por la puerta del parqueadero. Yulia pensó que era una de esas típicas huelgas que siempre se presentaban cuando entrabas el primer día a la Universidad. Pero sus ojos se entrecerraron cuando vio que no era de esa manera. Todo el ruido excesivo, el alboroto y los silbidos eran gracias a dos chicas que se hacían camino al campus como si fuera una pasarela de modas. Detrás de ellas, al menos unas 100 personas, el 80% de sexo masculino dedujo Yulia, iban rodeándolas, gritándole cosas y tomándoles fotos.

—¿Son alguna especie de celebridad o algo así? — Yulia le preguntó a la pareja sin dejar de mirar a las chicas que parecían rodeadas de paparazzis.

Tasha e Inna tampoco dejaban de mirarlas.

—No, son solo hijas de papi y mami que les gusta la atención — Tasha respondió —Son populares solo por ser consideradas las más bonitas de la Universidad. La mayoría en este lugar babosea por ellas, morir por conseguir algo de ellas y eso les sube el ego.

—Elena y Nastya— Inna  le dijo — Esos son sus nombres. Estoy en el mismo salón de clase que ellas. Estudiamos diseño de modas.

—Nunca me han caído bien ¿Sabes? — Tasha agregó — Hacen cualquier cosa para lastimar a la gente, siempre salen libres de los problemas, nunca pasa nada si reprueban alguna clase, se creen superiores y dueñas de este lugar solo por tener unos millones más que otros. Sobre todo esa chica, Elena Katina, es una ególatra de primera que cree que puede manejar el mundo a su antojo. Además... es una zorra. Apuesto que el 80% de los chicos en esta Universidad han pasado por su cama.

—Eso no lo sabes — Le dijo Inna.

—Todos los chicos de aquí se jactan de eso. Puede ser— Tasha se encogió de hombros.

—¿Cuál de ellas es esa joyita llamada, Elena? Suena interesante — Yulia preguntó, ganándose la risa sincronizada de la pareja.

En realidad sintió curiosidad.

—Elena Katina, alias “Lena” es la chica de cabello rojo— Dijo Inna —Y tiene mi misma edad, 19.

La mirada de Yulia se clavó instintivamente en aquella mujer llamada Elena. Examinó lentamente sus gestos y con mucha calma cada parte de su rostro. Pensó que sin duda, Elena era un deleite para los ojos de cualquier persona. Físicamente era perfecta. Cabello largo, labios carnosos, nariz y mejillas pronunciadas, ojos claros y una mirada penetrante. Lo más parecido a un ángel, para nada la pequeña diablilla que Tasha e Inna describían.

La mirada de Yulia bajó y descubrió cada parte anatómica de Katina. Desde los finos y femeninos hombros hasta sus largas y delicadas piernas tan blancas. Se mordió los labios inconscientemente, no pudo esconder el gusto físico que sintió por Katina. Nadie podría hacerlo. Ni la chica más heterosexual de la tierra, pensó.

—Como buena compañera y futura amiga te aconsejo que ni siquiera pases por el lado de Katina. Nunca se sabe cuando tiene planeado dejar en ridículo a alguien — Tasha habló, sacándola de sus pensamientos.

Yulia volvió su mirada hacia ella  —¿Te hizo algo o a Inna?—Tasha negó.

—Por alguna razón ni a mí ni a Inna nos ha hecho nada. La he visto observándonos muchas veces pero parece que no somos víctimas potenciales para ella. Esa chica es extraña.

—Ashhhh...Bien, ya. Dejemos el tema de Elena Katina atrás — Inna se quejó. Se acorrucó más a Tasha y entrelazó su mano con la de ella. Miró su reloj en la muñeca, su mirada cambió a
Yulia — ¿Tienes novia?

—Mmmm Creo que si...,— Yulia dejó escapar el aire de sus pulmones. En realidad no le hacía bien hablar de Miroslava.

—¿Crees?— Inna alzó una ceja.

—Ella está en St. Petersburgo, yo aquí, hace dos semanas que no hablamos— Yulia se encogió de hombros — No sé ni que somos ahora— Negó.

—Creo que las relaciones a distancia no funcionan. No hay futuro — Tasha opinó.

Para Yulia era más que obvio. Lo vivía en carne propia —Lo sé, y por eso no quería venir aquí. La extraño…—  Agachó la cabeza, sus dedos jugaron con el pasto.

Tasha e Inna permanecieron en silencio y eso logró que la mente de Yulia se nublara. Ahora todo lo que había en su cabeza era el mismo arrepentimiento que sentía desde hace un mes.
A medida que se ahogaba más y más en sus pensamientos, el ruido, los silbidos y los murmullos de todos los estudiantes de la Universidad aumentaban. Algo estaba a punto de pasar, había mucho movimiento alrededor pero la mente perdida de Yulia no le permitía captar nada de lo que la rodeaba.

—... La extraño muchísimo — Pensó en voz alta. Recobró el sentido y de nuevo intentó soltar todo el aire de sus pulmones en un suspiro, pero todo se cortó cuando sintió como alguien se sentaba ahorcajadas en su regazo, casi en su estómago. Trató de reaccionar levantando la cabeza rápidamente, pero antes de que pudiera hacerlo, su barbilla fue tomada con fuerza y sus labios se humedecieron.

Sus ojos se abrieron como platos, todo lo que podía ver eran unos cuanto mechones rojos cayendo sobre su nariz. No tenía idea de lo que estaba pasando, todo lo que sentía era como unos labios y una lengua caliente se movían a ritmo lento dentro de su boca. Sin poder evitarlo cerró los ojos ante la buena sensación de aquel beso. Era incapaz de alejarse.
El ruido de los estudiantes cada vez era más fuerte. Yulia sintió como su labio inferior fue jalado y succionado suavemente por última vez,  para después darle bienvenida al frio. Sus ojos se abrieron suavemente y casi sintió un ataque al corazón…  cuando vio los labios de Elena Katina en sus narices.


affraid


Última edición por RAINBOW.XANDER el 4/29/2020, 5:31 pm, editado 1 vez
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Mensaje por Fati20 4/21/2020, 3:33 am

Hola q maravilla tenerte tan pronto de vuelta no esperaba menos, debo decir q a mi me ENCANTAN!!!! Los fic largos así q estoy encantada además q la historia esta super buena, ya nos dejaste impactada con eso de lenita sobre julia besándola así 😱 ya quiero leer más. Saludos 😘 cuidate
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Mensaje por Solangela 4/21/2020, 5:10 am

Gracias por estar siempre acá precente y no abandonarnos. Ya me puse al día con todas tus historias que no había leido, debo confesar que ya leí varias veces las de Abbi, hiciste una adaptación maravillosa que no puedo dejar de leer una y otra vez. Como bien dice Fati a mi tmb me encantan las historias largas, es lo que más me atrapa y hasta ahora con este capítulo está historia ya tiene toda mi atención, más porque como nos dejaste es un increíble suspenso.
Espero que estés muy bien y bajo resguardo ante esta pandemia.

Solangela

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Mensaje por Bet bet 4/21/2020, 3:21 pm

Hola buen día, es prometedora la historia, es sorprendente cada nuevo fic ya que es distinto y no tiene tramas parecidas, es decir; innovadora, lo que me agrada es el recocimiento de cada autor, eso habla de honestidad, no cualquiera tiene esa habilidad de editar, se reconoce tu esfuerzo al leer, escribir, y volver a revisar para que sea impecable la redacción, me encantan los perfiles de los personajes, el amor tormentonso, y la espera de cómo será el clímax, me fascinan los personajes que están involucrados en el arte, tienen un carácter singular y son interesantes, un especial reconocimiento, y que bueno que existen espacios como este para generar la libre expresión y diversidad por medio del entretenimiento, ojalá se generen más líderes que inspiren acciones para mejorar la sociedad en general.
Las felicitaciones que pueda decir se quedan cortas.
Gracias por tu dedicación y afectuosos saludos.
Bet bet
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Mensaje por Kamila 4/22/2020, 6:19 pm

Maravilhaso comienzo, me alegra que estés de vuelta y con una historia más larga jejeje.. Siempre es gusto leer tus adaptaciones... Cuidate y un abrazo 🤩

Kamila

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Mensaje por Aleinads 4/23/2020, 5:04 am

Oh my God! Que gran comienzo... Veremos de que va todo esto!! Ya quiero leer más!!!
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/23/2020, 6:52 pm

Fati20: Disculpa la tardanza, pero se me complicó el poder subir otro capítulo seguido. Me alegra que el fics haya llamado tú atención. Espero que te guste este segundo capítulo. Un abrazo!
Solangela: Gracias por haberte puesto al día, me alegra tenerte por acá de nuevo y pues, en cuanto a las adaptaciones, trato de pulirlas lo más que pueda para no dejar escapar detalle alguno y que estén enfocadas a las descripciones de las chicas, donde viven, que hacen, personas a su alrededor… Que la historia se vea totalmente RUSA!! Un abrazo!
Bet bet: Gracias por los halagos, no podía esperar menos de ti. Me encanta que comentes y que en particular, la historia te llame la atención. En cuanto a la trama, es totalmente diferente a las que he subido (aunque creo que siempre ha sido así) Te dejo el segundo capítulo para que lo disfrutes. Un abrazo enorme!
Kamila: Mil gracias y un enorme abrazo. Mantente al tanto de la historia, está muy buena. Un abrazo!
Aleinads: Acá te dejo el otro capítulo para que no desesperes. Un abrazo!

A todos los demás que leen la historia, gracias por estar allí. Amo sus comentarios y que amen la historia.

A leer!!


MIS OJOS SOBRE TI (By:LINQUI) // RAINBOW.XANDER 2020-011


Dos



Yulia permanecía como una estatua mientras miraba el perfecto rostro de Elena a solo centímetros del suyo. El nerviosismo mezclado con miles de sensaciones que sentía en ese momento hacía que su corazón golpeara enloquecido. El agarre de Elena en su barbilla aflojó y sintió como los dedos de la pelirroja ladeaban de izquierda a derecha su rostro, estudiándolo. De pronto una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de Elena, Yulia quiso morir al ver los ojos de la chica en su regazo convertidos en dos medias lunas. Sonriéndole.

Si, en definitiva Elena era un ángel.

Elena soltó la barbilla de Yulia por completo, se levantó de su regazo y se alejó de inmediato sin decirle una sola palabra. Dejándola allí, confundida, sin saber que hacer y con la mirada de todos los estudiantes sobre ella. La pelirroja caminó hacía Nastya y su grupo, que la esperaban a unos metros de la escena. Al llegar, todos comenzaron de nuevo con el bullicio y las burlas sacándole unas cuantas risotadas. Uno de los chicos llegó frente a ella, tendiéndole un fajo grande de billetes en la mano, haciendo que la sonrisa de Elena se convirtiera en una triunfal.

—¿Suficiente por besar a una chica, Lena? Le preguntó él.

Elena miró el fajo de billetes en sus manos, intercambió una mirada rápida a Yulia quien seguía en el pasto y después volvió a mirarlo pero esta vez con una ceja enarcada.

—No, se sintió horrible. Si hubiese sabido que iba a ser tan malo les habría pedido el triple— Respondió, logrando que todo el grupo riera.

Nastya la tomó de la muñeca, alejándola un poco del grupo. De su bolso sacó un pequeño espejo junto con un paño y se lo tendió a Elena que de inmediato hizo una mueca de confusión.

—Tienes el labial regado por toda la boca— Nastya le explicó.

Elena tomó el espejo y soltó una carcajada en cuanto vio su imagen en él. No era la primera vez que su perfecto delineado quedaba destruido después de un beso.

***
El timbre de inicio a clases avisó y poco a poco los estudiantes comenzaban a despejar el campus. A unos metros de distancia, Tasha e Inna ayudaban a una todavía y muy confundida Yulia a ponerse de pie. La pareja de novias se mantenían en silencio, sin saber que decir. Con Elena nada estaba escrito, nunca se sabía su forma de actuar hacia alguien y ahora la chica que acaban de conocer había sido su víctima no tan “víctima”. Después de todo, recibir un beso de Elena no era algo tan malo para lo que le habían visto hacer antes.

—Yulia... creo que deberías ir a los baños a limpiarte la boca, tienes el labial de Elena regado en tu barbilla y en los alrededores— Tasha le señaló —Yo acompañaré a Inna a su bloque ¿Nos vemos ahí? Le preguntó insegura.

Yulia asintió lentamente, dio una sonrisa sin ganas a Inna como despedida y caminó en dirección a los baños con la cabeza gacha. Aún tenía la mirada de muchos estudiantes encima y no quería que notaran el rubor que quemaba toda su cara. Logró entrar rápidamente a los baños y de inmediato soltó un profundo suspiro  y se apoyó en la encimera de los lavamanos cuando vio su imagen en los espejos. Genial, pensó. Primer día en la Universidad de Moscú y ya quería largarse del lugar tan pronto como fuera posible. Negó con la cabeza, decidiendo dejar su desgracia a un lado y abrió un grifo para comenzar a lavar su boca.

De pronto, Masha apareció en el espejo, rompiendo el momento y tomando a Yulia por los hombros.

—¡¿Elena te besó?! ¡¿Te besaste con ella?!—  Le gritó, una gran sonrisa había en su cara.

Yulia se sacudió asustada —¿Masha?

Masha enarcó una ceja —Oye, ¿qué te pasa? Sí, soy yo.

—Lo siento, Masha es que...

—¿Conoces a mi amiga, Lena? ¿De dónde? ¡No puedo creerlo! ¡No lo creo!— Masha parecía llena de entusiasmo. El rostro de Yulia se volvió a llenar de confusión. ¿Amiga?

—¿Ella es tu amiga?

—Por supuesto, es una de mis mejores amigas. Elena es a quien quería presentarte y luego las vi besándote... Y me dije: Wow, Yul la conoce. ¡No es posible! ¡No es posible!— Masha pegó un gritillo y sacudió a Yulia fuertemente antes de que ésta le tomara las muñecas para detenerla.

—Masha, no la conozco, en mi vida la he visto. Y no tengo idea de porqué me besó—  La chica de inmediato frunció el ceño. Yulia arregló las arrugas que su amiga había dejado en su chaqueta, se miró al espejo por última vez y enarcó una ceja cuando vio la cara de su amiga —¿Por qué estás enojada?— Le preguntó.

—Iré a interrogar a Elena ahora mismo— Ésta le contestó y salió del baño a la velocidad de la luz. Yulia abrió los ojos como platos, tomó su maletín del lavamanos y salió a correr tras ella. Lo último que quería era iniciar problemas con Elena.

Alcanzó a Masha en uno de los pasillos y tomó su mano, deteniéndola —Por favor, no le digas nada a esa chica Elena, olvídalo, no pasa nada.

—Pero yo quiero saber por qué te besó— Masha trató de dar un paso pero Yulia la agarró más fuerte.

—¡Por favor! No lo hagas— La suplicante cara que tenía Yulia en ese momento hizo que Masha suspirara y finalmente desistiera de la idea.

—Está bien, pero de algún modo sabes que le preguntaré.

—Lo sé, pero hazlo cuando yo no esté aquí. Y no le digas que me conoces, lo último que quiero es involucrarme de cualquier forma con ella.

A Masha no le gustó lo último que salió de la boca de Yulia, después de todo Elena también era su amiga y la conocía desde muchísimo antes. Ambas se quedaron en silencio por un momento hasta que Yulia comenzó a mirar a sus alrededores. Había corrido detrás de Masha sin pensarlo y ahora no sabía en que lugar de la Universidad estaba, ni mucho menos como volver a los baños para encontrarse con Tasha.

—¿Podrías llevarme de nuevo a los baños? tengo que encontrarme con alguien — Pidió. Masha asintió y se devolvieron con calma por el pasillo. Al pasar por una lona grande y llena de hojas al final de camino, Masha cortó el paso.

—¡Oh Dios! Olvidé inscribirme en mi materia electiva— Chilló preocupada —¿Tú ya lo hiciste?— Le dijo a Yulia, y por la cara que ésta puso, se dio cuenta que no tenía idea de que le hablaba —Mira Yul, en esta Universidad se nos da la oportunidad de explorar nuevas cosas aparte de lo que nos enseñan en nuestras carreras. Hay unas electivas de deporte y otras de diferente temas. Ambas son obligatorias y si no te has inscrito como yo, debemos hacerlo en este instante ya que inician a partir de mañana.

—¿Deporte? ¡Odio el deporte!

—Yo igual, pero no podemos hacer nada. Ven a buscar lo que te guste— Masha le dijo y de un jalón la puso frente a la lona. Ambas empezaron a leer la información con calma, pero a medida que pasaban los minutos, Masha comenzaba a estresarse ya que la mayoría de los temas en los que quería inscribirse no habían cupos disponibles. Todo lo que quedaba era: Sección de Matemáticas, Sección de Química y Sección de física.

Masha se tomó la cabeza y comenzó a gruñir...

—¡Dios! ¡¿Acaso no puede haber algo peor que éstas secciones?! ¡No es justo!

Yulia rio —Hey, cálmate. Para que no te sientas tan mal te haré compañía en alguna de esas clases.  Yulia Volkova, código: 250325. No lo olvides... Yulia se inclinó para dejar un beso en la mejilla de Masha, y luego se alejó para ir a encontrarse con Tasha.

***

A pesar del mal rato que Elena le había hecho pasar en la tarde de hoy, Yulia llegó con una gran sonrisa al entrar por la puerta de su casa. Las 6 horas de clase fueron satisfactorias, y durante ese tiempo, logró olvidarse que estaba en Moscú y sentirse como en casa. Ahora pensaba que no solo estaba el Sugar Rock como escapatoria de su aburrimiento, también se sumaba la Universidad y sus nuevas y agradables amigas, Tasha e Inna.

Caminó a la sala y lo primero que recibió para mejorar su día fueron los brazos cálidos de su madre. Yulia se aferró fuerte al abrazo, sintiendo un beso en la cabeza para finalmente alejarse ambas sin dejar la sonrisa.

—Y bien... ¿Cómo estuvo la Universidad?— Fueron las primeras palabras de su madre.

Yulia soltó la mochila en un sofá, tomó la muñeca de su mamá y la arrastró hasta la silla principal. Ambas se sentaron.

—Estuvo bien— Dijo con calma —Aunque al principio pasó algo... de lo que por supuesto no quiero hablar... y entonces pensé que había sido una muy mala idea, pero después de entrar a clases todo se iluminó gracias al cielo... ¡Y además hice nuevas amigas!

—Me alegra que hayas superado el pequeño percance del cual me has dejado con ganas de saberlo— Le advirtió divertida —Y me alegra mucho más que estés a gusto y retomes tu carrera.

—Créeme, estoy muy a gusto ahora.

—Eso es excelente. Me gusta que te ocupes, no me gusta verte sin saber que hacer, de mal humor o a veces triste— Tomó las manos de Yulia y las acunó —Sé que estamos emprendiendo un nuevo rumbo y como familia lo superaremos. Todo se arreglará, mi cielo.

—Lo sé— Contestó sonriendo. Dejó un beso en la mejilla de su mamá y se levantó del sofá para coger la mochila —Voy a mi habitación, necesito ducharme— Avisó.

Su madre también se puso de pie —Está bien. En cuanto lo hagas, bajas para cenar. Tu papá y tus hermanos no tardan en llegar.

Yulia asintió, tomó el camino hacía a las escaleras y en cuanto iba a pisar el primer escalón la voz de su madre la detuvo.

—Se me olvidó avisarte que Miroslava llamó esta tarde.

—Diablos— Gruñó, tomándose la frente. En ese momento se sintió como la peor mierda. Se suponía que debía llamarla ayer en la tarde, pero con todo el rodeo de la Universidad se le había olvidado por completo.

—¿Las cosas no van bien?— Preguntó su madre, sospechando de la respuesta.

Yulia se giró para mirarla y en esos ojos llenos de tristeza, corroboró que tenía razón. De inmediato se acercó hasta las escaleras y acunó el rostro de su hija con ternura.

—Todas las relaciones pasan por momentos difíciles. Si Miroslava y tú están destinadas a estar juntas entonces lo superarán. Tómalo como una prueba y lucha por ello, recuerda que cuando hay amor es posible derrumbar cualquier barrera... Y sé que en ustedes hay muchísimo así que eso no será un problema, ¿De acuerdo?

Esas palabras provocaron una pequeña sonrisa en el rostro de Yulia. Finalmente asintió, su madre de nuevo dejó un beso en su cabeza y pudo seguir el camino a su habitación. Cuando entró, lo primero que hizo fue sacar su portátil de la mochila y lanzarse en la cama. Su mamá tenía razón, ella adoraba a Miroslava y no iba a perderla solo porque las separaban unas millas de distancia. En cuatro meses habría vacaciones de la Universidad y podrían verse de nuevo, esperar solo unos meses no tendría porque ser tan difícil.

Prendió el aparato y movió algunas cosas dejándolo listo en el video chat. Se quitó la chaqueta, de ahí sacó su teléfono y marcó el número de Miroslava. Tres timbrazos fueron suficientes para que Yulia escuchara un dudoso “Hola” al otro lado de la línea. Sin duda su chica se oía nerviosa, al igual que lo estaba ella.  Dejó escapar un gran suspiro.

—Mirka... debemos hablar— Dijo sin rodeos —¿Podrías conectarte a la video llamada en este instante?

Al otro lado de la línea hubo un silencio desértico, Yulia pensó que tal vez fue un poco rudo no haber respondido un hola devuelta pero en realidad no quería alargar las cosas.

Necesitaba ver el rostro de su novia lo más pronto así fuera por medio de una pantalla.  Esperó un poco más hasta que un —Está bien—  Sin mucha gana sonó del otro lado. Sabía que no iba a hacer fácil, pero aún así se puso frente a la pantalla. Segundos después, el rostro de Miroslava apareció frente al suyo. De inmediato su corazón comenzó a latir desesperado, la chica no llevaba mucho maquillaje pero aún así se veía estupenda, era naturalmente hermosa.

Yulia no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios —Te ves preciosa— Le dijo. Miroslava soltó una risita que para su mala suerte no duró mucho. Si, se supone que aún estaban peleadas —¿Cómo has estado? Hace rato que no hablamos — Dijo con un tanto de culpabilidad.

Miroslava asintió —He estado bien... ¿Qué tal tú?

—Podría decirse que también he estado bien— Respondió... y eso fue todo. El silencio incomodo se apoderó del ambiente. Miroslava no miraba a la cámara, sus ojos merodeaban alrededor de su habitación.

Yulia cerró los ojos fuertemente y decidió que lo mejor era ir al grano —Quiero que me disculpes, amor. Te extraño muchísimo. Estos días sin mensajes, sin verte o escucharte han sido un verdadero suplicio. Lo odio, no quiero que esto siga así. Solucionémoslo por favor.

Miroslava volvió toda su atención a la pantalla. Ella también lo odiaba, era quien más lo hacía y odiaba con todas sus fuerzas que Yulia estuviera lejos.

—No tienes que echarte toda la responsabilidad de lo sucedido, ¿Recuerdas que fue por mi y por mis celos estúpidos que nos peleamos hace dos semanas?— Yulia se encogió de hombros —Exacto, creo que es responsabilidad de ambas y ¿sabes algo? también te extraño mucho— Le dijo sonriendo y Yulia sintió desaparecer el peso de encima. El alma volvió a su cuerpo.

—¿Qué has estado haciendo estos días? Esta tarde llamé a tu teléfono pero lo tenías apagado, luego llamé a casa y tu mamá me dijo que no estabas?— Miroslava preguntó.

—¡Oh! No mucho la verdad. Solo he ido al Bar para ayudar a mi amiga Masha, te repito que es mi amiga, no te vayas a poner celosa de nuevo— Yulia le advirtió en un tono divertido.
Miroslava sonrió y rápidamente mostró su dedo meñique en la cámara —Lo prometo.

—Y no estuve en casa porque hoy empecé la Universidad, retomé mis estudios— Terminó por decir y vio en la pantalla como la sonrisa de Miroslava desaparecía al instante. Una punzada en el corazón le dijo que no había sido una buena idea.

Miroslava habló...

—Siento que con esta noticia mi idea de que volvieras pronto se acaba de romper en mil pedazos— El aire de tristeza en su voz fue innegable.

Yulia negó —No digas eso, bebé. Son solo cuatro meses y estoy más que segura de que podemos lograrlo. Iré a verte lo más pronto posible.

—Y si fuera así... ¿qué pasará con los demás días? Yo no te quiero tener a mi lado solo en vacaciones, te quiero a cada momento, tal cual como lo estábamos antes. Para mi no es suficiente escucharte por teléfono o verte solo en una pantalla. Necesito tu calor, tus besos, tus caricias... a ti — Dijo molesta.

—Mirka... lo solucionaremos.

—No Yulia, ni siquiera pude aguantar dos semanas después de que te fuiste, ¿ahora crees que cuatro meses serán fáciles? Y si lo logramos entonces solo te veré dos meses y luego te volverás a ir, y así será hasta quien sabe cuando... Esto es ridículo...— Su voz se quebró. Miroslava bajó la cabeza y sus pequeños sollozos retumbaron en los oídos de Yulia.

Yulia se quedó en silencio mirando la pantalla, no tenía idea de que decirle a su novia para calmarla. Por su mente pasaban muchas cosas. ¿Irse a St. Petersburgo para estar con Miroslava? Pero... ¿Y su familia? ¿Y su carrera profesional? ¿Qué haría ella con veinte años viviendo sola en St. Petersburgo y a cuestas del dinero de su padre? No, todo era absurdo. Pero... ¿Y si Miroslava venía a vivir con ella aquí? ¿Sus padres y los padres de ambas se lo permitirían? Tal vez sus padres si,... pero  ¿Dejarían los padres de Miroslava que su hija de tan solo 18 años los abandonara para irse a vivir con ella? Diablos... La mente de Yulia era un remolino, un total caos.

—Te amo, Miroslava, demasiado. Y créeme que esto también me afecta tanto como a ti— Suspiró— Hablaré con mis padres sobre esto, ellos solucionarán mi estadía allá y en una semana estaré de vuelta contigo. Te lo prometo.

—No Yul...— Miroslava protestó — No dejarás tus estudios ni a tu familia por mí. Eres muy joven como para vivir sola en una ciudad y además Viktoria se moriría si te vas de su lado. No digas tonterías.

—¡¿Y entonces que quieres que haga?!— Yulia dijo desesperada, dejando caer su cabeza en el teclado del computador —Yo no quiero perderte...

—Yo tampoco— Susurró Miroslava. Yulia volvió su mirada a la pantalla. Ambas se miraban fijamente. ¿Por qué todo se volvió tan difícil de un momento a otro? ¿Acaso el destino si las estaba probando? —Intentémoslo. Tienes razón, cuatro meses se pasarán rápido y si nos mantenemos en constante contacto y sin peleas será menos difícil de llevar. También te amo demasiado y siento comportarme de esta manera.

—Lo sé, amor. Y no lo sientas, te entiendo muy bien. ¿Quieres que nos pongamos un horario para el video chat?— Miroslava asintió.

En ese instante, la puerta de Yulia se abrió dejando ver a su madre.

—Ya llegaron todos, baja a cenar— Le avisó y volvió a retirarse de inmediato. Yulia regresó su atención a la pantalla, su novia tenía una pequeña sonrisa ahora.

—Ve a cenar tranquila y en unos minutos te llamo para que nos pongamos de acuerdo sobre los horarios, ¿ok?

Yulia asintió — Hablaremos ahora.  Y por favor... nunca dudes de lo mucho que te quiero, mi hermosa— Le dijo por último, haciendo que Miroslava se sonrojara.

Yulia se inclinó sobre el portátil, posando sus labios sobre la fría pantalla, incitando a que su novia hiciera lo mismo.

Miroslava no lo dudó y entre risas acercó sus labios, juntándose al beso.  No fue un beso físico y real como ambas hubieran querido pero había sido algo muy significativo.

Las chicas se alejaron de la pantalla, sin dejar de sonreír. Miroslava dio un coqueto guiño y formó un “Te amo” silencioso con sus labios para Yulia, para después desparecer de la pantalla. Yulia se acostó boca arriba en la cama, inhalando aire y soltándolo con calma. Sin duda su conversación con Miroslava le había quitado un peso de encima, le devolvió la mitad de su tranquilidad y el 100% de sus esperanzas en la relación. Ambas se amaban y nadie, absolutamente nadie podría cambiar ese hecho, pensó Yulia mientras se levantaba de la cama y salía a encontrarse con su familia.

***

El segundo día en la Universidad comenzaba bien para Yulia. Aunque muchas miradas le perseguían mientras caminaba hacía la entrada del parqueadero, trataba de no parecer fastidiada y lidiaba muy bien con ello, pareciendo fresca. Dedujo que la atención se debía gracias al espectáculo que la chica Elena le había montado en el campus y estaba en lo cierto aunque también muchas de las miradas se debían a su belleza física. Yulia era hermosa de pies a cabeza, era imposible que pasara desapercibida ante los ojos de tantos hombres y mujeres.

Llegando a la entrada, los ojos de Yulia captaron una sonrisa que se le hacía conocida. Masha estaba ahí, recargada sobre el marco de la gran puerta, esperándola con los brazos abiertos. La chica no dejó ni siquiera que Yulia la saludara y ya la tenía envuelta en un abrazo asfixiante.

—¡Yul, por fin llegas!— Dijo en un grito y comenzó a regarle besos en las mejillas.

Yulia forcejeó, soltándose del abrazo y rápidamente limpió sus mejillas con las mangas de la camisa —¡Diablos Masha! Te he dicho que dejes de ser tan impulsiva.

A Masha no le importó mucho el gesto de su amiga y entrelazó su mano con la de ella  para luego arrastrarla dentro del campus. Yulia se dejó llevar por Masha, aún sin saber a donde ésta se dirigía. Pasaron el campus, algunos bloques de facultades hasta que llegaron a un pasillo lleno de salones. Masha se detuvo frente a la puerta de uno.

—Hoy estaremos en la misma clase, toca electiva— Dijo llena de felicidad. Yulia rodó los ojos. En ocasiones, Masha le parecía muy infantil.

—Dime que elegiste una buena.

—Escogí la Sección de Física. Pienso que es menos horrible que las matemáticas y la química. Además... en la escuela me iba bien— Dijo encogiéndose de hombros. Yulia negó mientras sonreía, dio unos cuantos pasos y entró al salón de clases.

De inmediato un bullicio ensordecedor y lleno de burlas comenzó, Yulia quedó paralizada al ver que todas las personas en ese lugar se habían descontrolado gracias a su presencia. Y como no, si a unos metros de ella, sentada y cruzada de piernas sobre el escritorio del profesor se encontraba, Elena Katina... mirándola fijamente mientras saboreaba una pequeña paleta de dulce roja.

Yulia intentó seguir su camino, esquivando sillas que se encontraban con pertenencias hasta que llegó al final y se sentó en una que parecía vacía. ¿Acaso su mala suerte no podría ser peor? Masha entró, también envolviendo en un abrazo a Elena que con mucho gusto lo recibía. Yulia de inmediato pensó en como una niña tan dulce y linda como Masha, podría ser amiga de alguien como Elena. Era de no creer.

Masha dejó a Elena y se acercó a Yulia, sentándose un puesto más arriba que ella.

—¿Todavía puedo cambiarme de electiva, cierto?— Yulia le preguntó.

—No...— Masha negaba —ya no hay ningún cupo en otro lugar.

—¡No puede ser!— Yulia gimió y estrelló su cabeza contra su silla. Derrotada.

—¿Por qué te pones así?— Yulia levantó la cabeza para mirar a Masha y le frunció el ceño.

—Te dije que no quería tener nada que ver con esa tonta Elena Katina y resulta que ahora seremos compañeras de clase. ¡Seré la burla, Masha!— Yulia gimió, exclamando lo último.
Masha iba a responderle, no le gustaba que se refiera a Elena de esa manera, pero en ese momento fue interrumpida por el profesor que llegaba a la clase.

—Elena, mi escritorio no es el comedor de tu casa y lo sabes. Fuera de ahí— El profesor dijo divertido, haciendo que todos los estudiantes, incluida Elena rieran.

Cuando Elena se levantó, él tiró sus cosas al escritorio y esperó que todo el salón se organizara debidamente.

Elena tomó asiento a la derecha de Masha y pegó su asiento al de ella, quedando solo a unos centímetros de Yulia, para extenderle su mala racha.

Yulia se maldecía internamente.

—Bien chicos, ya algunos de ustedes me conocen, otros no y para esos soy: Yaroslav Petrov, su maestro de física. Hoy, quiero probar como están esos conocimientos y comenzaremos con algo simple, recordaremos la física que vimos en la escuela— Sacó unos papeles de su portafolio y comenzó a repartirlos a toda la clase —Resolverán estos ejercicios y al final de la clase, exactamente en dos horas, me los entregarán. Pueden hacerse en parejas para trabajar como apoyo pero cada hoja contendrá su nombre y la entrega será individual. ¡Manos a la obra!

Todo el salón de clases se puso en movimiento, cada uno buscando con quien trabajar.  Masha giró su silla, quedando frente a Elena y Yulia que solo estaban en silencio.

El profesor pasó por su lado —Pueden trabajar las tres— Dijo, respondiendo a la mirada que Masha le daba.

Elena también giró su silla, quedando frente a Yulia que en ese instante solo quería darse un balazo en la cabeza. Algunos estudiantes aún rumoraban sobre ella y de verla junto a Elena.

Las tres comenzaron a trabajar en silencio hasta que el teléfono de Masha vibró. Yulia solo vio de reojo como su amiga se levantaba y salía del salón, dejándola sola con Elena.

Comenzó a sentirse nerviosa, por la esquina de su ojo contemplaba los gestos de Elena al leer las hojas, se veía concentrada y tranquila. Su mirada vagó por las perfectas y depiladas cejas de la pelirroja, las largas y enroscadas pestañas largas, su linda nariz, sus rosadas mejillas, sus labios, sus pecas... Diablos. Yulia tragó saliva y con su hoja tapó a Elena de su vista.
Era demasiado para ella. De pronto recordó el beso y ahora se preguntaba ¿Por qué demonios esta tipa la había besado de esa manera? ¿Tenía que ser por algo? Yulia sacudió los pensamientos de su cabeza, colocó unos audífonos en sus oídos y dejó que la música la atrapara.

Exactamente dos horas después, el salón quedaba completamente vacío, Elena y Yulia ya habían acabado con su trabajo y solo esperaban a que el profesor les llamara.  Ellas eran las últimas. De Masha no se sabía nada, su hoja había quedado solo con su nombre escrito sobre la silla. Yulia estaba preocupada pero no se atrevía a cruzar una palabra con la pecosa.

—Elena y compañía, acérquense— Dijo Petrov. Yulia esperó a que Elena tomara la delantera y caminó lentamente a sus espaldas. De pronto sus traviesos ojos se desviaron al trasero de la pelirroja. Wow... Bien dotada, dijo mentalmente.

El profesor revisó primero el trabajo de Yulia, sorprendiéndose por lo bien que lo que había hecho, seguido de Elena que al contrario de ella, todo lo falló.

—Creo que necesitas una ayuda, Elena. Esto es desastroso— El profesor le señalaba el trabajo.

Yulia escuchaba con cuidado todo desde su silla mientras guardaba sus pertenencias en la mochila. Una vez que guardó todo, caminó hasta la salida pero la voz de Petrov la detuvo.

—Volkova, ven aquí.

Yulia se acercó con paso firme al escritorio, Elena no la miraba.

—Volkova, trabajarás con Elena en estos ejercicios. Y le ayudarás a comprenderlos— Tomó una carpeta y se la pasó —La nota es en equipo. Lo recojo la próxima semana— Dijo por último, guardó sus cosas y abandonó el salón.

Elena de inmediato volvió a su silla y comenzó a guardar sus cosas.

—¿Quieres sacar una copia del trabajo?— Yulia le preguntó un poco nerviosa. Elena no dio respuesta, puso su bolso sobre su hombro y caminó hacía la salida, estrellándose con el hombro de Yulia cuando pasó por el escritorio.

Yulia suspiró, conteniendo la rabia y luego se giró a la salida, tras ella.

Corrió por el pasillo, alcanzándola y tomándola por el brazo para detenerla. Elena de inmediato se giró, mirándola molesta.

—No voy a comenzar con una mala nota en esta Universidad por tus caprichos— Yulia le dijo molesta. Elena intentó soltarse de su agarre pero la mano de Yulia la sostenía fuerte —Dame un Email o algo donde pueda enviarte el trabajo.

Elena forcejeó una vez más y logró zafarse. Comenzó a sonreír con aires de suficiencia mientras miraba a Yulia que tenía un gesto serio en su rostro. Sacó un lapicero de su chaqueta, tomó la mano de Yulia y escribió un número a lo largo de todo el brazo. Cuando terminó de escribir, Elena acercó su cuerpo coquetamente al de Yulia, haciendo que ésta empezara a sudar como si estuviera en un sauna.

El aliento de Elena golpeaba en su oreja — Ese es mi número. Llámame y nos pondremos de acuerdo para trabajar en mi casa. Te estaré esperando— Dijo por último y dejó un húmedo beso en su cuello antes de seguir su camino.

Yulia volvió a quedar en shock, con la mirada perdida en su brazo mirando el teléfono y sintiendo un cosquilleo en el cuello, justo donde Elena había posado sus labios...



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Mensaje por Fati20 4/23/2020, 7:46 pm

Me encantó!!!!!! Me encanta la química entre las chicas julia se la da de fuerte pero no puede con los encantos de lena. Hay la duda de como es lena realmente porque si masha la quiere debe ser q conoce a la verdadera lena. Deberías regalarnos un capítulo más 😘
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Mensaje por Aleinads 4/23/2020, 9:46 pm

Tienes un gusto exquisito en lectura, me encanta, todo muy diverso.. Gran manera de entretenernos, muchas gracias por esta nueva adaptación, que por lo que veo me va a encantar como las otras que has publicado. Excelente, espero pronto un nuevo capítulo Wink
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Mensaje por Kamila 4/24/2020, 4:43 am

Me encanta esa Elena 😍😍. Amo leer tus adaptaciones 🤩🤩

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Mensaje por Bet bet 4/25/2020, 4:41 pm

Hola que tal, no puedo vislumbrar mi vida sin la literatura, es un amor infinito por la más fiel expresión del alma y del corazón, es la interpretación de sentimientos en su pureza, sin importar la cronología y el espacio, perdura, sigue vivo porque no sólo queda escrito y heredado, tiene ese hálito esencial porque es entrañable, es querido porque quien lo creó transmitió autenticidad, no con un propósito, sino con el de ser fiel antes que nada así mismo y disfrutarlo, eso es lo veo en cada relato que nos relagas, es gracias a ti que no muere mi amor por las historias, más bien cada día alimento ese sentir, la exquisitez al seleccionar la temática y la habilidad para atraer y la mas difícil tarea de mantener el interés y expectativa de los lectores, cada vez es más complicado el elogiar tu maravillosa labor, no hay mas palabras..
Gracias y saludos, espero te encuentres bie.
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Mensaje por Aixa 4/25/2020, 7:34 pm

Continúa pronto esta historia. Que me ha encantado. 🤗🤗

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/26/2020, 7:36 pm

Hola chicas, a todos en general. Los que comentan, los que no, les agradezco y gracias por recibir el fic de una manera particular  y tan emotiva. Me gusta que les guste…

Fati20: Lena se hace la difícil pero Yulia ya cayó rendida a sus encantos, aunque se haga la difícil también. Saludos!
Aleinads: Es correcto, en la variedad está el gusto como dicen por allí. Y sí, he leído cantidades de fics, hasta de vampiros, transformers jajaja, cosas raras, y las que más me impactan, trato de compartirlos. Gracias por comentar.
Kamila: Gracias por comentar y que te fascine una Lena muy bitch!! Abrazos!
Bet bet: Gracias infinitas por tan halagador comentario. Yo tampoco puedo imaginar la vida sin la literatura, porque es lo que en las noches me apacigua, logra que cierre los ojos y mi imaginación crezca. Busco siempre compartir con uds porque también quiero que sientan lo mismo que yo, al momento de leer cada historia. Besos!
Aixa: Voy, voy! No comas ansias que ya viene.

Venga chicas, las que están ocultas, regálenme comentarios a ver que les está pareciendo la historia. Por los momentos les dejo el capítulo que sigue…

A leer!!!

MIS OJOS SOBRE TI (By:LINQUI) // RAINBOW.XANDER 2020-011


Tres



Pronto el molesto cosquilleó que Yulia sentía en el cuello desapareció cuando un dedo se posó sobre su frente y empujó fuertemente su cabeza hacía atrás. Rápidamente reaccionó alzando la mirada, encontrando a Masha frente a ella, apoyada sobre un pie y cruzando los brazos mientras le miraba con una ceja enarcada.

—¿Qué demonios se traen tú y Elena? ¿Seguro que no la conoces? ¡No me mientas, Yulia! ¡Dime ya!

Yulia se sorprendió al escuchar el elevado tono con el que su amiga le interrogó. La chica más joven sonaba completamente furiosa —Nada, Masha ¡No la conozco! ¡Te lo he dicho!—Le respondió con calma.

Masha, sin creer en la respuesta, sacó el celular de su bolso y rápidamente capturó una imagen de su cuello.

— ¿Y entonces que significa esto?—  Le preguntó. Yulia tomó el teléfono y observó en la imagen capturada los labios rojos de Katina perfectamente marcados en su cuello.
Internamente se maldijo una y otra vez.  Los malditos pero sensuales labios de la pelirroja resaltaban tan bien junto a su piel. Recordó aquella cercanía de hace segundos, el aroma a fresas de su cuerpo y el pequeño beso... Si, le había gustado, al igual que el anterior.  ¡Rayos!

—Masha, no sé que se trae tu amiga. Lo juro—  Yulia trató de hacerle entender, pero Masha no parecía convencida. Aún molesta le arrebató el teléfono de las manos y lo guardó sin ningún cuidado en su bolso.

—No te creo. Besos por aquí y besos por allá, esto es muy raro. Dime la verdad, ¿Elena es lesbiana? ¿Fue tu novia, terminaron mal y ahora se odian pero siguen con los mismos derechos?

—¡¿Qué?! ¡No, no!— Exclamó Yulia rápidamente. ¿Elena su novia? No por favor. Qué clase de ideas tan desquiciadas y absurdas tenia ésta chica en la cabeza —Masha, te lo repito, no conozco a Katina, no sabía de su existencia hasta ayer, nunca la había visto en mis veinte años de vida, no sé porque me besó en el campus y no sé porque lo hizo ahora. Y no quiero tener que ver nada con ella, ni ahora, ni nunca. Es exactamente el tipo de persona y de chica que aborrezco ¿Entiendes? Es un gran y rotundo no!

Masha vio la seriedad en la respuesta y en el rostro de su amiga. Yulia no había vacilado ni una sola vez al contestar, no parecía estar mintiendo —¿Me lo juras?— Le preguntó.
Yulia asintió sin dudar.

Masha finalmente cambió su expresión a una más relajada, seguido de un pequeño suspiro que salió de su cuerpo.

— Lo siento, Yul es que... me contaste que tienes una novia y se me hace muy mal que te andes besuqueando con mi amiga así como así...

—¡¿Disculpa?!— Yulia se sobresaltó —Yo no me ando besuqueando con tu amiga, ella me tomó desprevenida el día de ayer y ahora le estaba hablando de algo serio y me hizo esto — Señaló el beso en su cuello —Ya te dije que no sé por qué lo hace pero no dejaré que vuelva a pasar.

—Hablaré con ella, Lena no es de andar besuqueando a chicas— Masha dijo lo último mirando al suelo, más como un pensamiento para ella misma —Y a propósito, ¿de qué hablabas con ella?

—Katina falló todos los ejercicios que hicimos en clase y que tú te perdiste— Los ojos de Yulia miraron con cierta preocupación a Masha  —Sobre eso... ¿te pasó algo grave?—  dijo, una de sus manos descansó en el hombro de su amiga.

Masha de inmediato sonrió lindamente, y después negó mientras cubría la mano de Yul con la suya. El gesto le había parecido encantador —No, es solo que cuando salí de mi casa no me fijé que había dejado a mi cachorro encerrado en mi habitación. Yo tengo la única llave que existe para la puerta y mi padre me llamó preocupado porque mi pequeño lloraba mucho. Tuve que ir y volver—  Yulia se tranquilizó y le devolvió la sonrisa —Hey, nos desviamos del tema fácilmente. Sigue contándome sobre lo que hablabas con Elena.

—Oh si,... — Yulia se aclaró la garganta —Katina falló todo, yo no y como estábamos en el mismo equipo, el profesor me encargó explicarle y realizar un nuevo trabajo junto a ella. Le pregunté si quería sacar una copia de esto— Yulia alzó la carpeta a la vista de Masha —Pero tuvo la gentileza de ignorarme y empujarme antes de abandonar el salón. La perseguí hasta aquí y le dije que me diera un e-mail o algo para enviarle el trabajo y su reacción fue rayarme el brazo y darme un beso. Es todo.

Masha tomó el brazo de Yulia con delicadeza y observó con una sonrisa lo que estaba escrito en él. A parte del número, Elena había dibujado un pequeño corazón como firma.

—¿Es su número real o solo está tomándome el pelo?— Yulia le preguntó en tono divertido.

Masha rió —Si, es su número real...  ¡pero esto es muy raro!— Dijo en un gemido.

Yulia la miró extrañada —¿Qué es lo raro? – Preguntó.

—Elena nunca le da su número real a nadie, creo... no, estoy segura que solo sus padres y tres personas en esta Universidad tenemos su contacto.

—Bueno... Tal vez me lo dio porque a pesar de su tonto ego si necesita ayuda con el trabajo. ¿No lo crees?— Yulia se encogió de hombros.

Masha se quedó callada, sin saber que contestar. Elena nunca necesitaba ayuda de nadie y menos de alguien que no conociera. Si hacía trabajos o no, a ella nunca le importaba, el dinero siempre movía montañas y ese era su principal aliado en esta Universidad.

—No lo sé— Finalmente susurró con la mirada perdida.

—Hey, ya no más cuerda con el tema de tu amiga Elena— Le dijo Yulia, sacando un pañuelo gris de su maletín y entregándoselo — Mejor ayúdame a quitarme su labial de mi cuello, en unos minutos entraré de nuevo a clases y ni por el demonio iré así.

Masha se acercó sonriendo, y gustosamente comenzó a pasar el pañuelo por la garganta de Yulia. Por su mente solo pasaba cruzarse con Elena e interrogarla para descubrir sus intenciones.


Minutos más tarde, Yulia merodeaba sola y sin rumbo por diferentes lugares de la Universidad. Masha ya había ido a su siguiente clase después de ayudarle en su cuello, y ella solo esperaba que llegara el tiempo para ir a la suya, aún faltaba un poco más de media hora para el acontecimiento. Al pasar frente a un sitio de comidas, se acercó y se sentó en una de las tantas mesas vacías, observando todo a su alrededor. Había grupos de personas por doquier, algunos sentados en el suelo, otros en las mesas, otros de pie, hablando, riendo, comiendo o haciendo todas las cosas a la vez. Recordó a sus amigos y pensó que en cuatro meses volvería a verlos si o si, para hacer de nuevo locuras. Le hacían falta, muchísima.

La atención de Yulia se desvió a un grupo de chicas que se levantaban del suelo, entre ellas pudo ver a Tasha, despidiéndose con abrazos del resto. Quiso acercarse para ir a saludarla, pero los ojos de Tasha la encontraron primero y fue ella quien comenzó a acercarse. Yulia notó como muchos chicos y chicas perseguían a Tasha con la mirada, y rápidamente recordó las palabras de Masha esa noche en el Bar. Ella y su novia también eran tema de conversación para las personas de éste lugar. Tasha era bastante popular por ser una mujer increíblemente bella y llevar una abierta relación con Inna, otra chica a quien ella consideró preciosa desde el primer momento en que la vio. Era normal que tuvieran tanta atención.

—¡Volkova, pensé que no volverías después de lo sucedido ayer!— Tasha llegó a la mesa, tomando asiento frente a ella quien le daba una sonrisa. El aura que Tasha emanaba era maravillosamente agradable, le ponía de buen humor.

—¿Por qué no lo haría?— Dijo con sarcasmo, sabiendo a lo que Tasha se refería —Las clases fueron increíbles.

—Toda la razón— Tasha respondió riendo — Esperé verte en clases de música hoy a primera hora, pero nunca llegaste. Mi novia estaba muy triste, esperaba compartir contigo algunos tips sobre canto ¿Acaso escogiste otra sección?

—¿Te refieres a la electiva?— Yulia preguntó confundida. Tasha asintió —Parece que me enteré tarde sobre las Secciones y no alcancé cupo para lo bueno. Tuve que ingresar a Sección de Física.

—¡Diablos! Una artista viendo sección de Física obligatoria, terrible situación— Dijo burlona, Yulia asintió, estando de acuerdo con su desgracia —¿Y cómo estuvo?— Preguntó curiosa.

Lo primero que vino a la mente de Yulia con esa pregunta, fue el momento que tuvo con Elena Katina. Se quedó en silencio, decidiendo si contarle o no a Tasha lo sucedido.

Después de unos segundos...

—Estuvo bien— Dijo con mucha simpleza.  Sostuvo una sonrisa y decidió cambiar de tema. Era más seguro. Tal vez si se lo contaba a Tasha, ésta se burlaría —¿Y dónde está tu novia? Pensé que siempre estabas con ella— Le preguntó.

Tasha negó —Inna... en su clase. Aquí todos tenemos horarios diferentes; mientras unos descansan los demás trabajan merecidamente. La mayoría de las veces solo nos encontramos en horarios de entrada, cuando se cruzan nuestros descansos o a la salida.

—¿Llevas mucho tiempo saliendo con ella?— Yulia tuvo curiosidad.

—Cinco años— Respondió Tasha orgullosa y con cierto brillo en su mirada.

Yulia abrió los ojos como platos. ¡Cinco años era demasiado!

—¿Cuántos años tienes?

—19, igual que Inna.

— ¡Están juntas desde que tenían catorce! ¡Eran unas bebés!—  dijo Yulia con sorpresa.

Tasha soltó una carcajada —No exageres Yulia, a esa edad entiendes todo perfectamente, tus hormonas ya están disparadas y listas para la acción— Las cejas de Tasha subieron y bajaron de forma pervertida, Yulia negó divertida —La verdad es que Inna y yo nos conocimos desde muy temprano, creo que ambas teníamos cinco o seis años, al ir creciendo éramos muy unidas y nos gustaban las mismas cosas.  Ambas confesamos que nos gustábamos, luego le dijimos a nuestros padres sobre ello y lo tomaron normal. Creo que hasta ya lo sabían.

—Eso es grandioso— Yulia dijo con sinceridad —Nunca he conocido a una pareja que haya durado tanto.

—¿Y qué hay de ti y tu chica? Sé que alcanzaste a decir que tu relación no iba bien con ella antes de que la lengua de Katina te atacara pero aún así... ¿Cuánto llevan?

—El doble que tú e Inna— Yul bromeó, pero se retractó rápidamente antes de que Tasha lo creyera  —No es cierto... En realidad, en dos meses y unos días cumpliremos dos años de relación. Poco, comparado contigo.

—Creo que está bien— Tasha dijo relajada —Y ahora dime... ¿cuáles eran sus edades al empezar como novias? Tengo derecho a saberlo — Le apuntó con su dedo juguetonamente.

—Ella 16 y yo 18— Yulia contestó, y de pronto, Tasha volvió a reír a carcajadas a la vez que golpeaba la mesa.

—¡¿Te metiste con una niña de 16 años siendo mayor de edad, y te sorprendes de mi relación temprana con Inna? Eres una rara pedófila, Volkova.

—¡Hey, no me digas así! No es un delito si la más joven está de acuerdo. Además... ella fue quien me buscó primero.

—¿De verdad?— Tasha se acomodó en la silla y la corrió más cerca de la mesa, entusiasmada por escucharla.

—Sí, ella y yo nos conocimos en la escuela. No éramos muy buenas amigas, de hecho... ni siquiera hablábamos ya que ella cursaba dos años menos que yo, pero si habíamos cruzado miradas en varias ocasiones.

—¡Y dices que no eres pedófila!—  Tasha la molestó de nuevo.

—Bueno... ella no se veía dos años menor. Hasta yo lucía más joven en ese tiempo y ella ya estaba perfectamente desarrollada para su edad.

—Tu novia se creció rápido, ¿eh?— Tasha le dijo en el mismo tono pervertido de hace unos segundos. Yulia se mordió el labio, recordando el aspecto de su novia en ese tiempo. Ahora estaba el doble de mejor.

—El caso es que nunca pasó nada entre nosotras hasta que en mi último año tuve que hacer de monitora en otras clases, la suya para ser más específica. Por medio de sus amigas comenzó a enviarme notas, mensajes, presentes. Empezamos a conocernos y después todo se dio... fue muy natural.

—Oww... ella logró ganarse tu corazón— Tasha dijo y pinchó tiernamente una de las sonrojadas mejillas de Yulia —Es muy lindo lo que hizo, ¿Ella ya sabía que te gustaban las mujeres? porque cualquiera no se arriesgaría de esa forma sabiendo que también eras una chica y mucho mayor?

—Supongo que si— Yulia se encogió de hombros ante la pregunta —Tuve unas cuantas novias en la escuela antes de ella, creo que mi homosexualidad era más que obvia.

—¿Y ella salió del closet contigo?

Tasha vio como Yul asentía.

—Aún recuerdo lo nerviosa que estaba el día que se lo íbamos a contar a sus padres. Horas antes nos metimos en mi cama y tuve que abrazarla todo el tiempo mientras ella repetía y repetía nerviosa el discurso que había escrito en unos papelitos una semana antes— Yulia rió con algo de nostalgia  —Lo más gracioso de todo es que sus padres ni siquiera la dejaron hablar, ellos ya lo sabían. Esa vez solo la abrazaron y le dijeron que todo estaba bien, que respetaban sus decisiones y me aceptaban como su novia, sin aún decirles que yo era su novia. Fue uno de los mejores y más locos momentos de mi vida.

—Te digo algo... — Tasha se levantó, rodeó la mesa y tomó la silla al lado de Yulia. Uno de sus brazos le rodeó cariñosamente el cuello y los hombros. Se sentía en confianza, en realidad era mutua.  Yulia le miró —Tienes que luchar por esa chica, por tu relación. Ayer te dije que las relaciones a distancias no tenían futuro pero puedo ver en tus ojos y en la forma en que hablas lo mucho que la quieres. Te hablo en serio.

Yulia le mostró su sonrisa —Lo hago. Ayer cuando llegué a casa, me contacté con ella y ambas nos sinceramos sobre la situación. Decidimos esperarnos y mantenernos en constante comunicación hasta estar frente a frente de nuevo. En este momento hasta sufro de sueño y hambre, estuvimos hablando casi toda la madrugada y ni siquiera me levanté para desayunar ni mucho menos tuve  tiempo para almorzar.

—Al menos obtuviste una recompensa— dijo Tasha, refiriéndose a la conversación —Voy a traer algo de comer, nos esperan cuatro horas de clase y necesitamos fuerzas.

—Te acompaño—  Dijo Yulia.  Ambas tomaron el camino a la cafetería mientras el brazo de Tasha aún rodeaba sus hombros.



***
Más tarde ese día, Masha se encontraba cruzada de piernas sobre la ancha cama de Elena, devorando una bandeja llena de patatas con salsa y Coca Cola. Elena por su parte, iba y venía por toda la habitación, semidesnuda, desfilando distintos trajes de baño. Ya llevaban más de dos horas en la misma situación, la pelirroja no se decidía por cual le quedaba mejor y Masha ya se había dado por vencida, solo miraba en silencio como su amiga entraba y salía del cuarto de ropa con uno nuevo cada  minuto.

— ¡Masha, este color no me queda! — Katina gimió como una niña mimada mientras miraba su cuerpo semidesnudo en un espejo que ocupaba casi toda su pared. El traje de baño que vestía era azul claro con pequeñas rayas oscuras que contrastaban perfectamente con el color de su piel. Jodida situación que a ella nada le parecía.

—Lena, ni siquiera malgastaré mi tiempo en decirte algo para que luego lo ignores. Estoy segura que ese es el traje de baño número mil que te has medido. Es solo una fiesta, no te bañarás frente a la Reina de Inglaterra. Y además aún falta mucho para la fecha.

—¡No es solo una fiesta, es mi fiesta! Y tengo que verme genial como siempre, por eso escojo desde ya— Elena caminó de nuevo hacia el cuarto de ropa y Masha rodó los ojos ante la acción. Su amiga era terca.

Se acostó boca abajo en la cama, llevándose una manotada de papas a la boca mientras que con la otra mano, tomaba su celular para revisarlo. De pronto, al tocar la pantalla erróneamente, la imagen del cuello de Yul marcado con los labios de Elena apareció.

—¿Y cómo me veo con éste?— Elena regresó de nuevo, ahora vistiendo un traje de baño blanco mezclado con detalles purpura. Volvió al espejo, analizando cada rincón de su cuerpo mientras hacía toda clase de poses. Finalmente se miró de frente con las manos en la cintura, mordió su labio y sonrió para ella misma —¡Perfecto!— Dijo en un pequeño gritillo y otra vez fue de vuelta al cuarto.

Elena no tardó mucho en aparecer, ahora usando una pijama de sudadera rosada y un moño en su cabeza. Se tiró en la cama al lado de Masha, mirando el techo. La otra chica mantenía su posición.

—Len, quiero preguntarte algo—  De repente  Masha le dijo. La pelirroja ladeó la cabeza para mirarla, e hizo un gesto para que continuara —¿Por qué besaste a  mi amiga Yulia en el campus?

Elena saboreó sus labios, regresando su mirada hacia el techo —Viktor me propuso besar a cualquier chica por una buena cantidad de dinero. Vi a tu amiga y fui con ella, es todo— dijo como si nada.

—Había cientos de chicas a tu alrededor, ¿por qué la escogiste a ella?— El tono molesto de Masha hizo que Elena la volviera a mirar, esta vez con una ceja enarcada.

—¿Acaso le pasó algo malo a tu amiguita por ese simple beso? ¿Estás celosa? ¿Te gusta?— Preguntó.

—¡Noo!— Masha respondió rápidamente —No estoy celosa y no me gusta Yul, no soy gay y lo sabes. Es solo que... la dejaste en ridículo frente a toda la Universidad ¿Viste cómo reaccionó el salón hoy cuando la vieron entrar? A Yulia le gusta el bajo perfil y ahora por tu culpa todos la miran sin dejar de murmurar.

—Pues ese no es mi problema, tendrá que aprender a lidiar con ello.

—Pues si es tu problema porque fuiste la responsable, y también de esto— Masha dijo y le mostró el celular con la imagen del beso. Elena de inmediato se lo arrebató y lo miró —¿Y por ese cuanto te pagaron, ah?— le dijo.

Elena soltó una carcajada —¿Tu amiga le tomó esta foto a mi beso?— Dijo, en vez de responder la pregunta.

Masha negó —Fui yo. Ella ni siquiera sabía que le habías dejado tus labios dibujados en el cuello.

—Pues no se ve nada mal— Dijo Elena con picardía, mirando fijamente la pantalla.

—¡Por Dios, Elena! ¡Ya déjate de tonterías y dime que quieres con ella! ¿Por qué le diste tu número de celular personal? ¡No lo haces con nadie! Y no me digas que es porque quieres realizar el trabajo, a ti ni te importa eso.

—Ya cálmate, Masha, solo lo hice por molestar. Ella me reclamó por el trabajo como si yo fuera cualquier persona a la que le puede dar órdenes así como así... entonces el beso en el cuello fue lo único que se me ocurrió. Y le di mi número por puro impulso, sé que no se atrevería a llamarme nunca —Masha suspiró —No te preocupes por tu amiguita. No le haré nada—
Dijo por último y sin que Masha se diera cuenta, envió la foto del cuello de Yul a su teléfono y le entregó el celular a Masha antes de borrar la evidencia.

—Ojalá sea cierto. No quiero que Yul se haga ideas erróneas contigo Elena. Deseo que las dos se lleven bien pero estamos empezando mal gracias a ti.

—Todo el mundo tiene ideas erróneas de mí, lo que tu amiga piense no me interesa— Dijo despreocupada.

—Pero no es solo lo que piense si no lo que pueda llegar a sentir— Elena la miró confundida —Si, Lena, a Yul le gustan las niñas y que una chica tan hermosa como tú la bese de la noche a la mañana y después le de su número…  ¡es demasiado para un mortal!

—No sería la primera vez que alguien se enamorara de mí, Masha… y menos una chica.

—Sí, pero ella no es cualquier chica, es mi amiga y no quiero que se lie con una chica no gay como tú.

Elena la miró con una expresión de burla, Masha estaba muy a la defensiva con el tema de Yulia. Se mordió el labio durante unos segundos mientras pensaba.

—Masha, y… ¿dónde conociste a esa chica Yulia?— Preguntó con curiosidad. Tomó la misma posición de su amiga, apoyándose sobre sus codos para prestarle atención.

—En el Sugar, hace como un mes.

—¿Y qué más?—  dijo con un poco de desespero.

Masha la miró extraño —LLegó a mí un jueves en la noche, con una sonrisa amable y una guitarra en su hombro pidiéndome que le permitiera interpretar unas canciones para la gente. Pensé que no era mala idea y la dejé, el público quedó encantado con ella y le propuse que lo hiciera los fines de semana. Después de eso nos hicimos amigas rápidamente, Yulia es una persona de mucha confianza, bastante agradable, noble y divertida— Dijo con una sonrisa.

—¿Trabaja en el Bar?—  Bufó Elena con una mueca.

Masha negó con la cabeza.

—Lo hace por gusto. Yulia es una chica adinerada pero por supuesto no necesita presumirlo.

—¿Y qué más sabes sobre ella?

Masha notó el interés de Elena en Yulia y pensó que tal vez no era mala idea contarle algunas cosas a su amiga, así Elena sabría un poco de ella y probablemente querría iniciar una amistad.

—Bueno... no es que me sepa su vida entera pero sé lo más relevante. Elena asintió con entusiasmo —Yul tiene 20 años, es de St. Petersburgo y hace un mes se mudó aquí con su familia, tiene una hermana menor, un hermano mayor, le gusta cantar, tocar instrumentos y lo hace perfecto, estudia dibujo, es artista, ama su moto como a nada y me lleva en ella todas las noches a mi casa después de cerrar el Bar los fines de semana.

Elena rodó los ojos —Esa Yulia no suena nada interesante— Susurró y dejó caer su cabeza a la cama. Sus ojos se cerraron.

Masha la imitó  —Si algún día la conoces aunque sea un poco, sé que cambiarías de idea— Le dijo. Esperó a que Elena expresara algo pero la chica ni siquiera se inmutó.


Domingo 1pm.


La semana transcurrió sin ningún inconveniente para Yulia. La convivencia con su familia iba de maravilla, las cosas con Miroslava ni que decir, no se había perdido de una sola video llamada con ella en las noches, el contacto con sus amigos de St. Petersburgo era más constante, de hecho su mejor amiga, Anya se comprometió a viajar pronto para hacerle compañía. La universidad también iba bien aunque a veces le molestaba que las miradas hacia ella no cesaran, las clases iban geniales, su amistad con Masha, Tasha e Inna se fortalecía, y con otras chicas de su carrera empezaba a tomar confianza. Lo único que no le daba tranquilidad total a Yulia, era el maldito trabajo que debía realizar en compañía de Katina, con quién no se había visto desde aquel día y con quien tenía que entregar en dos días exactos.

Yulia estaba sobre su cama, mirando el número de Katina en su teléfono, debatiéndose mentalmente entre llamarla o no.  En su cabeza paseaba la opción de hacer el trabajo y poner su nombre junto al de Katina y asunto arreglado, pero a la vez pensaba que la pelirroja no se merecía semejante regalo de su parte.

Decidida a no tener compasión por la chica, tocó el botón verde del teléfono y lo colocó en su oreja. Un —¿Hola?— en tono dulce junto con música pop de fondo se escuchó después del primer timbre. Yulia se aclaró la garganta.

Hola Katina, soy Yulia Volkova...

No hubo respuesta en la otra línea, hasta que Yulia oyó como el volumen de la música disminuía por completo.

La voz de Katina regresó —¿Qué quieres? — Dijo en un tono altanero y sin poder evitarlo Yulia sonrió.

Que nos reunamos ahora mismo para realizar el trabajo.

De nuevo hubo silencio por unos segundos, hasta que un bufido de derrota sonó en la línea. Yulia se imaginó a Elena frunciendo el ceño de la molestia.

Está bien, anota la dirección de mi casa. Es... — Elena estaba a punto de decirla pero Yulia la interrumpió de inmediato.

Hey Katina, pienso que es mejor reunirnos en una biblioteca o algo parecido, no quiero irrumpir en tu casa.

Y yo no pienso salir de ella así que anota la dirección de mi casa o pierdes la oportunidad

Ok, ok... — Yulia refunfuñando esperó a que Katina le diera el número y lo anotó en su teléfono —¿Es todo? — Preguntó. Esperó una respuesta del otro lado, pero Katina ya le había colgado. Yulia solo pudo negar con la cabeza.

Media hora más tarde se encontraba parqueada frente a una gran entrada que era sellada por una reja grande y negra de metal. La dirección en su teléfono le corroboraba que esa era la casa de Katina.

Miró unas cuantas veces sobre la reja, donde solo podía verse un largo camino que se supone la llevaría hasta la morada. Bajó de su moto y fue hacia la bocina cerca de la reja, apretando un pequeño botón. Un led de color verde se iluminó.

Buenas tardes, Casa de la familia, Katin ¿Con quién tengo el gusto? — Una voz femenina y muy agradable se escuchó a través del parlante.

Yulia se asustó un poco. —Ah... si, emm... buenas tardes... Soy Yulia Volkova y vengo en busca de... Elena Katina— Dijo nerviosa.

De inmediato la gran reja se abrió por completo y Yulia se apartó de la bocina, mirando al interior.

Puede seguir señorita, Volkova

Yulia regresó a su moto y condujo dentro de la casa. Al llegar al final del camino, apagó su moto. Bajó del vehículo, dejó su casco sobre la dirección y caminó hacia la puerta a paso lento mientras analizaba el decorado de las paredes. La casa de Katina era el doble de grande que la suya y estaba llena de lujos por todas partes, como si parte de la realeza viviera en el lugar.... cosa que no le gustaba mucho, ni a su familia aunque también fueran personas adineradas.

Llegó frente a la puerta y tocó el timbre, a los pocos segundos una mujer de cabello castaño largo y de aproximadamente cuarenta años apareció frente a ella con una sonrisa amable. Yulia no pudo deducir si la mujer era familiar de Katina o no, ya que su aspecto físico era un poco diferente.

—Soy Fedora, encargada de la casa. Siga por favor— Dijo la mujer. Yulia dio una sonrisa tímida y se adentró al hogar.

Si el decorado de afuera le había parecido exagerado, el que estaba en el interior era mucho peor. Yulia apartó la mirada de todo rápidamente, en definitivo prefería la sencillez en todos los aspectos. La mujer la guió hasta la sala, le ofreció sentarse en el juego de sofás y luego desapareció hacia unas lujosas escaleras que daban al segundo piso.

Yulia aprovechó para sacar el trabajo de su mochila junto con una hoja en blanco y comenzó a dibujar animalitos en él. De pronto, una pequeña mano se posó sobre el papel, deteniéndola de dibujar. Levantó su mirada, y se encontró con una niña casi de la misma altura de su hermanita, sonriéndole y mirándola de la misma forma en que Elena lo había hecho ayer. Debe ser su hermanita, pensó… viendo cada rasgo de la pequeña.

—¿Tú quién eres?— Le interrogó la niña.

Yulia la miró con dulzura y puso una mano sobre su mejilla. Amaba a los niños.

—Para ti soy Yul, ¿y tú?

La niña soltó una risita —Soy Katya Katina.

—¡Wow! ¡Lindo nombre, Katya!— Yulia exclamó divertida, logrando que la niña le diera una linda sonrisa. Después, la chiquilla desvió su mirada al papel de Yulia.

—¿Te gusta mucho dibujar?— Le preguntó.  Yulia asintió —Dibujas muy bonito— Dijo pasando sus dedos sobre el caballo plasmado en el papel. Después, volvió a mirarle a los ojos —¿Puedes dibujarme?— pidió.

Yulia sonrió genuina y sacó una hoja de papel limpia debajo de la usada —Siéntate aquí— le dijo palmeando el lado del sofá. La niña lo hizo y comenzó a trabajar en el dibujo.

En menos de ocho minutos, el rostro de Katya estaba terminado.  Yulia le mostró su trabajo y la niña miraba con asombro el dibujo e intercambiaba sonrisas a ella.

De pronto, unos gruñidos junto con ladridos provenientes del segundo piso, hicieron que la mirada de Yulia viajara a las escaleras. Un perro de color blanco, peludo y pequeño bajó rápido, moviendo la cola de lado a lado. Llegó al final de las escaleras y se sentó mirando hacia arriba, como si esperara a alguien. Yulia mantuvo sus ojos en el primer escalón del segundo piso y se sorprendió cuando vio el perfil de la chica de cabello rojizo y recogido en una cola alta, a punto de bajar las escaleras. La mirada de Yulia descendió a su cuerpo, en la parte superior vestía una blusa pequeña, blanca que cubría sus bien formados pechos y dejaba descubiertos sus hombros, su ombligo y sus caderas. Más abajo, un short de color azul oscuro arropaba sus muslos lejos de las rodillas. ¿Katina, sin maquillaje? Fue lo primero que pensó al ver el rostro de la chica.

—Katya, ve a jugar al jardín con Prince, y no vengas a molestar por aquí porque voy a trabajar en algo de la Universidad— La pequeña tomó a Prince en sus brazos, le dio una sonrisa a Yulia y ésta aprovechó para entregarle el dibujo.

—¡Gracias, Yul!— La niña gritó feliz y se acercó rodeando el cuello de Yulia con uno de sus bracitos y dejando un beso en su mejilla. Después se alejó corriendo hacía un pasillo donde Yulia dedujo era el camino al Jardín.

—¿Qué le diste a mi hermana?— Katina llamó la atención de Yulia, mirándola con una ceja alzada y cruzándose de brazos.

Yulia se encogió de hombros —Algo que dibujé— Dijo con tranquilidad. Elena rodó los ojos y se alejó unos metros hacia el gran comedor donde tomó el primer asiento. Yulia seguía en la sala.

—Ven aquí, Volkova— dijo fastidiada. Yulia se acercó, sentándose diagonal a Katina y colocando la carpeta sobre la mesa. Elena sacó una hoja de las fotocopias y sin decir nada comenzó a trabajar en ella.

—¿No necesitas que te explique?— Yulia le preguntó. Elena negó con la cabeza sin quitar la atención del papel. Yulia pensó en preguntarle si estaba segura, pero decidió que era mejor así. Entre menos palabrería menos tiempo se quedaba en ese lugar.

Dos horas después, Yulia había terminado su parte del trabajo. No quería irse hasta asegurarse de que Katina resolviera todo para poder revisarlo. Durante ese tiempo, le observaba de reojo mientras garabateaba cosas en un papel. El cabello atado le hacía ver mil veces más sexy que antes y con esa vestimenta tan descubierta que llevaba podía matar de un infarto a cualquier ser humano. No se sentía cómoda estando junto a una mujer tan bella, quería dejar de mirarla pero sus ojos hambrientos tenían otros planes y en ese instante fueron a dar fijos en los pechos de Katina. El tamaño es perfecto, se dijo mentalmente y sonrió sin darse cuenta cuando vio como se marcaban ligeramente los pezones bajo la tela.

Yulia estaba embobada analizando los pechos de Katina, hasta que un carraspeo de garganta la volvió a la realidad. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de la pelirroja, mirándola fríamente mientras apretaba con fuerza el lápiz que tenía en su mano.

—Terminé, recoge todo y lárgate de mi casa— Dijo de mala gana.

Yulia sintió una punzada en el estómago al escuchar la seria voz de Katina y pensó que era justo que le hablara así después de haber sido descubierta mirándole los pechos de forma tan descarada.

Tomó las hojas de la mesa, las guardó en la carpeta y se levantó de la mesa hacía la puerta sin despedirse. Cuando llegó a su moto, se golpeó la frente varias veces con la carpeta, castigándose por haber sido tan pervertida. Ahora Katina tenía una razón más para dejarla en ridículo cuando quisiera.

Yulia dejó los lamentos por un momento y apoyó la carpeta sobre su moto para revisar la parte del trabajo de Katina. A medida que analizaba cada ejercicio, su ceño se fruncía y se fruncía  hasta el punto de no poder más. Enfurecida, volvió hacía la puerta de la casa y pegó su dedo en el botón del timbre, haciendo que sonara sin parar.

—¡¿Quién diablos timbra así?!— Elena Katina apareció en la puerta totalmente furiosa, y lo estuvo más, cuando vio de nuevo a Yulia —¿Que rayos quieres?— Le gritó.

Yulia no respondió y en vez de eso, entró a la casa chocando con el hombro de Katina para después hacer camino hasta el comedor. Katina azotó la puerta y fue detrás de ella como un toro.

—¿Quién te crees para entrar a mi casa así?— Le gritó.

Yulia le hizo frente y le colocó sobre el rostro las hojas de trabajo —¿Haces esto por querer llamar la atención de la gente? ¿Por qué te reclamé de mala manera en el pasillo? ¿O cuál es tu maldito problema?— le dijo muy enojada —Todos los malditos procedimientos están completamente bien resueltos pero las malditas respuestas no concuerdan con nada, ¡lo haces a propósito!

—Pues eso a ti no te importa— Elena le gritó con la misma intensidad.

Yulia bajó las hojas y suspiró, tratando de calmarse —Me importa y mucho porque este también es mi trabajo, no solo tuyo, Elena.

—Pues ahora no será de nadie— Elena le arrebató todas las hojas de la mano y escapó hacia la cocina. Yulia de inmediato la siguió y vio como la pelirroja metía el trabajo dentro del gran vaso de una trituradora de frutas.

A punto de hundir los botones del motor, Elena miró a Yulia con una sonrisa —Esto es por comerte mis pechos con la mirada— Dijo y clavó su dedo en el botón de máxima velocidad, logrando despedazar las diez hojas del trabajo que Yulia había resuelto.


affraid  affraid  affraid

Que descarada la Lena!!!! TOTAL!!!
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Mensaje por Fati20 4/26/2020, 8:13 pm

Muy muy buen capitulo, quien entiende a lena con esi de q no tiene interés en julia y pregunta tanto y luego por solo verle los pechos se pone loca si se ve q le debe gustar q julia la desee quien la entiende 😄😄 Me encanta lena de verdad muy divertida. Ya quiero ver q hará julia
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Mensaje por Kamila 4/26/2020, 9:05 pm

Hahaha que loca esta tía 🤣🤣 me gusta esa lena 😋 será divertido verla pelear por tonterías.. Cuídense 😘

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Mensaje por Kamila 4/26/2020, 9:05 pm

Hahaha que loca esta tía 🤣🤣 me gusta esa lena 😋 será divertido verla pelear por tonterías.. Cuídense 😘

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Mensaje por Aixa 4/26/2020, 11:00 pm

😱😱 Pobre Yulia, Lena le dará muchos dolores de cabeza 😈😈😈 continúa pronto

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Mensaje por Vera Rivero 4/27/2020, 6:09 pm

Me quedé con ganas de leer más 😊👍

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Mensaje por Bet bet 4/29/2020, 7:31 am

Buen día.
Dedicado a ti querida escritora.
Se debe enaltecer a los genios del buen gusto, a los que proclaman las letras de quienes transforman al mundo, de los que trastocan el alma y matizan una visión amplia y diferente, a los que difunden la esencia del autor, a los que proyectan con habilidad y candor una educación artística exquisita, a los que interpretan de forma peculiar las palabras, a los que tienen la grata sabiduría de expresarse, de quien tiene una mente madura, una perspectiva de vida, una filosofía característica, un modo de ver desde distintos ángulos la realidad, quien comparte arte es el que posee virtudes e inteligencia, quien muestra admiración y respeto por los autores es humilde e integro.
"Es mejor expresar los pensamientos y emociones en el momento idóneo, el tiempo es efímero".
Gracias por siempre compartir, saludos y un enorme abrazo, cuídate.
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/29/2020, 5:52 pm

Kamila: Jaja, Lena puede hacer que hasta el más tímido del planeta, pueda perder la paciencia! Un abrazo.

Aixa: Hola! Bueno, dolores de cabeza, tronco, extremidades, de todo. Un abrazo!

Vera Rivero: Me encanta que siempre queden con ganas de más (lectura, por supuesto jaja) Saludos!

Fati20: Bueno, Lena tiene un problema que más adelante podrán darse cuenta, no es fácil y aunque su actitud no es merecedora de un aplauso, es entendible. Un saludote!

Bet bet: Me he quedado totalmente anonadada con todo lo que acabo de leer de tú parte. Agradecida 100% con cada palabra que no merezco, simplemente porque esto que hago, es para uds y lo comparto de corazón. Mil gracias por tan lindas palabras. Un beso.

Ahora, sí. Un saludo especial a todos los que leen pero no comentan. Sé que son muchos y me alegra ver, que la historia les llama la atención. Saber que la autora original, Linqui, hizo un excelente trabajo y ver que uds rebozan de felicidad, no tiene precio.

Gracias totales!

A leer!

MIS OJOS SOBRE TI (By:LINQUI) // RAINBOW.XANDER 2020-011


Cuatro





Elena apagó el motor de la trituradora, tomó el vaso y lo puso sobre la cabeza de Yulia, derramando cientos de pedacitos de papel sobre ella. El rostro de Yul se descolocó, al mismo tiempo que se volvió rojo de ira. No podía creer que Katina sin siquiera conocerle, pasara los límites de tal manera con ella. Era absurdo.

—¿Ves, Volkova? Ahora no hay trabajo para nadie ¡Y ya lárgate de mi casa, maldita pervertida!— le gritó a centímetros del rostro.

Los puños de Yulia se apretaron con fuerza, a tal punto de volver sus nudillos blancos. No se movió ni un paso, decidida a no darle gusto y eso solo logró que la chica se disgustara mucho más y le volviera a gritar.

—¡Te dije que te largaras de mi casa!— Elena la tomó del brazo y trató de arrastrarla fuera, pero Yulia fue más hábil y en un movimiento rápido, la tomó de las muñecas y la empujó contra la isla de la cocina. Ahora Katina estaba atrapada entre el filo del cemento y el cálido cuerpo de la pelinegra, sus manos sujetas por las de la chica a la altura de su columna, sin darle alguna oportunidad de soltarse.

—¿Por qué eres así, Elena? ¿Te recuerdo a alguien que te hizo daño? ¿A alguien que odias o qué? Dime…— Yulia le susurró con calma. Elena no dejó de mirarla con disgusto, comenzó a sacudirse de lado a lado, tratando de soltarse, pero el cuerpo y las manos de la pelinegra no le dejaban.

—¡Suéltame ya, Volkova! ¡Mi columna se está lastimando!— Se quejó aun moviéndose.

Yulia bajó sus manos, haciendo que el cuerpo de la chica descansara sobre ellas y su espalda ya no tocara el filo de la encimera —Ya no se lastima. Ahora dime, ¿cuál es tu problema conmigo?

—No me jodas, Volkova ¡Suéltame, me das asco!— Elena gimió nuevamente. La expresión de su cara realmente daba total credibilidad a lo que salía de su boca. Aún así, Yulia no cumplió su deseo.

—¡¿Oh, en serio?!  Entonces… ¿por qué violaste mi boca en el campus? No parecías asqueada— Yulia sonrió con suficiencia. El momento le estaba divirtiendo a montones. Y por supuesto, a Elena no. Ella no dejaba de mirarle con el ceño fruncido.

—Por una buena suma de dinero soy capaz de hacer lo que sea, y eso fue lo que pasó contigo. Tuve mi recompensa por besar a una mujer aunque haya sido lo más asqueroso que he hecho en mi vida— Dijo llena de veneno.

Yulia no dejó la sonrisa, aunque en su interior no sintiera agradable aquellas palabras. Tasha, Inna y las demás chicas tenían razón, la mujer que tenía acorralada no era más que una arrogante, narcisista, vaga y avariciosa. ¿Cuántas cosas no habría hecho por dinero? ¿A cuanta gente no habría utilizado para sus fines? ¿A cuántas personas no habría lastimado? En definitiva, está mujer era cruel, y Masha una loca por considerar amistad con una persona así.

—Ya Volkova, estuvo bueno. Suéltame— Elena intentó zafarse una vez más, entonces el agarre de la morena se intensificó y sus cuerpos quedaron totalmente pegados, sin algún espacio entre ellas.

Yulia tenía otros planes y uno de ellos era que Elena no se saliera con la suya.

Ambas se miraron fijamente y pronto los ojos de Yulia se agrandaron y la sangre le hirvió al máximo al darse cuenta de que los redondos pechos que miraba con gusto hace minutos, ahora chocaban contra los suyos. Una vez más corroboró que Katina no llevaba sostén.

Por más que la sensación fuera grandiosa, fingió no parecer afectada por ello y esbozó una sonrisa de medio lado a la que Katina reaccionó con la misma cara mal humorada que antes.

—Así te haya dado asco besarme, lo hiciste esa vez y sin mi permiso, ahora es mi turno— Yulia dijo, e inesperadamente cubrió los labios de Elena con los suyos.

Elena de inmediato se opuso, las sacudidas de su cuerpo y cabeza hicieron que la boca de Yulia no encontrara su objetivo y humedeciera cada parte de su rostro. Trataba de esquivar los pequeños labios que la atacaban, ladeando su cabeza de izquierda a derecha y de arriba abajo sin parar, pero era inevitable que la boca de Yulia no encontrara la suya de vez en cuando.

De pronto, paró de luchar, dejó que la boca de Yulia encontrara la suya por completo y la besara con suavidad durante unos segundos. Entre el beso, Elena sintió como el labio inferior de Yul se infiltraba dentro de su boca, y en ese instante, aprovechó para tomarlo entre sus dientes y morderlo con todas las fuerzas. Inmediatamente Yulia se alejó de ella, cubriéndose la boca, quejándose de dolor.

Antes de que pudiera reaccionar, Elena se lanzó llena de rabia, le agarró del cuello de la camisa y le clavó una cachetada en la mejilla izquierda, dejándole la mente en blanco. Yulia se agachó, tomándose la cabeza. El golpe de Elena había sido tan fuerte que sentía mareo y mucho dolor, su vista tampoco era la mejor, en el suelo veía manchas negras que no existían.

—Estúpida asquerosa, nunca jamás vuelvas a tocarme así ¡Lárgate ya!— Elena le gritó con furia a la altura de la oreja, sosteniendo su mano derecha que también había salido afectada por el golpe.

De repente, Katya apareció por la puerta de la cocina, dirigiéndose directamente a Yulia.

—Nena, no deberías estar aquí, sal por favor—  Elena le pidió con tranquilidad. La niña le miró durante unos segundos, pero no le obedeció, en vez, se agachó al lado de Yulia y con sus manitas en cada mejilla, le levantó la cabeza.

Los ojos de Yulia estaban rojos y brillantes, unas gotas caían por su nariz. Estaba sensible. Nunca antes en sus años de vida alguien le había golpeado de esa forma.

—¿Por qué lloras?— La niña le preguntó mientras le limpiaba las lágrimas con sus manitas.

Yulia vio sus ojos llenos preocupación y le dio una sonrisa tranquilizadora aunque no lo sintiera así —No es nada, solo me duele la cabeza— Le dijo despeinando su cabello.

Se puso de pie, arregló las arrugas de su ropa y luego intercambió una mirada con Elena.

—Agradece que no reaccioné de la misma manera cuando me hiciste lo mismo en el campus— Le dijo por último y desapareció de la cocina, dejando a Elena confundida y llena de culpabilidad... cosa que nunca en su vida le había pasado con alguien.


Al llegar a casa, Yulia lanzó su maleta en la alfombra junto con sus zapatos y se tiró boca arriba en el sofá principal. Miró al techo y no pudo evitar perderse en él, mientras imágenes de lo ocurrido hace minutos en la casa de Katina le inundaban segundo a segundo. El maldito trabajo destruido, el beso, el golpe... todo había sido una vil y completa mierda. ¿Ahora como haría para conseguir de nuevo el trabajo? ¿Qué excusa le diría al estúpido profesor? ¿Y cómo rayos haría para mirar de nuevo a Katina a la cara? Sin duda no podría. Se lamentó por no haberse inscrito en otra clase, y más lo hizo por dejar que Masha escogiera aquella por ella.

—¡Yuliaaaa, llegaste!— Pronto Viktoria apareció gritando y saltó sobre su estómago sacándole un fuerte gemido.  La pequeña comenzó a reír al ver la mueca de dolor en la cara de su hermana y después se acostó sobre su pecho para alcanzarle el rostro y llenarlo de besitos. Yulia la abrazó, disfrutando de sus diminutos labios, hasta que la pequeña se detuvo y le miró sonriendo.

—¿Dónde estabas?— Le preguntó. Sus mechones rubios caían abundantes sobre sus ojos y Yulia con gusto los apartó tras sus orejas.

—Por ahí... Nada importante la verdad.

—Estaba esperándote ¿Puedes llevarme a jugar al parque? Lenin dijo que lo haría pero está con su video juego y no me hace caso. ¡Llévame tú, por favor! ¡Llévame!— Viktoria rogó con sus manitos y Yulia sonriendo le tomó la cabeza mordiendo suavemente sus cachetes. Ella nunca se negaría a algo que hiciera feliz a su hermanita.

—¿Dónde está Mamá?— Yulia preguntó.

Viktoria señaló el jardín.

Ambas se levantaron, entrelazaron sus manos y fueron en busca de Larissa. Una vez que llegaron, Yulia vio a sus padres plantando algunas flores por todo el pasto y en materas colgantes. Sonrió cuando vio como el decorado era casi igual que su antigua casa.

—¡Mamá!— Yulia gritó mientras se acercaban, al llegar, su madre de inmediato le frunció el ceño y le tomó la barbilla.

—¡¿Qué es eso?! Dios mío! ¿Quién te mordió así?— Preguntó sorprendida al mismo tiempo que le examinaba los labios. Yulia se quedó perpleja, había olvidado por completo que tal vez su boca no tenía el mejor aspecto. El dolor se había ido en el camino, pero no cayó en cuenta en las marcas que los dientes de Katina dejarían —¿Con quién te fuiste a ver? ¿Qué cochinadas estabas haciendo? ¿Estás engañando a Miroslava?

—¡Ma!— Yulia le cubrió la boca con la mano y le hizo un ademan con los labios para que cayera en cuenta de que Viktoria escuchaba aquella conversación. Su madre asintió, entendiendo la situación.

Yulia la liberó.

—Te lo cuento luego, Ma. Solo vine a avisarte que llevaré a Viktoria al parque un rato. No tardaremos.

—Está bien, cuídame bien a mi niña y vuelve con tu trasero sano y salvo porque debemos hablar— dijo en tono de amenaza. Besó las mejillas de ambas y volvió a su trabajo.

Las hermanas Volkova salieron  de casa, montaron la moto, Viktoria adelante bien sujeta de la dirección y protegida por un casco miniatura que Yulia le había diseñado. Antes de arrancar, Yulia se miró los labios en uno de los espejos, logrando ver una pequeña marca de mordedura, no tan notable como esperaba, aunque si había un poco de hinchazón.

—Caníbal— Pensó en voz alta, llamando la atención de su hermana que no la dejaba de mirar por el espejo.

Pocos minutos después, las hermanas Volkova se encontraban sentadas sobre el pasto del parque, Viktoria sobre el regazo de Yulia, a punto de disfrutar un helado con sabor a chocolate. La niña le dio una cuantos lengüetazos a la bola de chocolate, luego lo pasó a la boca de Yulia para que hiciera lo mismo, entonces quedó embobada mirando los labios de su hermana mayor. A la niña se le habían quedado grabadas en la mente las palabras de su mamá.

—¿Miroslava ya no es tu novia?— Le soltó de repente.

Yulia le miró extrañada —Miroslava aún es mi novia, eh ¿Por qué lo preguntas?

—Mamá, dijo que la estabas engañando, por la marca que tienes en la boca— La niña se concentró en saborear su helado.

Yulia quedó confundida y aprovechó para pensar muy bien sus palabras. No quería que su hermanita se hiciera ideas locas.

—La marca la hice yo misma— La niña le miró de nuevo.

Yulia vio en su expresión que eso no había sido suficiente y continuó —Estaba saboreando mis labios mientras conducía la moto, y de pronto, pasé por un hueco y me golpeé con el casco. Mis dientes chocaron contra él y quedó esa marca— Señaló su labio.

—¿De verdad?— Viktoria le dijo no muy convencida. A pesar de su edad, era demasiado astuta y no se conformaba con cualquier cosa.

—Sí, bebé. Y yo no estoy engañando a nadie. Miroslava, mamá y tú son las únicas chicas en mi vida, nadie más— Viktoria sonrió ampliamente ante esas palabras, y después se inclinó, dejando un beso lleno de chocolate en la barbilla de Yulia. Justo en su hoyuelo, su lugar favorito.

—Yo siempre seré tu chica número uno, ¿verdad?— Preguntó igual de emocionada. Yulia asintió junto con un guiño e hizo un “siempre” con sus labios, dejando a su hermanita más feliz que antes.

Viktoria volvió a concentrarse en su helado, hasta terminarlo y pronto quedó mirando a un grupo de niños y niñas que corrían tras una pelota. Yulia notándolo, se imaginó que su hermanita quería unirse. A igual que ella, Viktoria también había dejado a sus amiguitos en otra ciudad y la única diversión que tenía en Moscú era Ginger, su bola de pelos negra.                                                                                                                                      

—Ven, vamos allá—  Yulia la llevó hasta el grupo y la infiltró en el juego después de pedir permiso a algunos padres de familia que miraban con atención. Se sentó de nuevo en el pasto, mirando como Viktoria se divertía. De pronto a su mente llegó la imagen de Katya Katina, la pequeña había sido tan tierna con ella, la forma en que le miró, y como limpió sus lágrimas. Sonrió y se dijo a si misma que le haría llegar algún regalo con Masha.

...

Después de haber pasado una agradable y linda tarde en el parque, las hermanas Volkova llegaban a casa cogidas de la mano. Al cerrar la puerta, Yulia se percató del gran silencio y la poca luz que había en todo el primer piso. Miró la hora en el reloj de la sala, 6 pm, muy temprano para ir a la cama. Subió las escaleras, dirigiéndose directamente a la habitación de sus padres la cual era la primera en el pasillo. No tuvo que llamar, la puerta estaba abierta y dejaba ver a su mamá y a su papá recostados sobre la cama, mirando tranquilamente la TV.

Viktoria le dio un jalón en la mano para que le mirara y colocó un dedo sobre sus labios en señal de silencio. Yulia asintió, entonces vio como su hermana menor iba en puntas hasta la cama y luego se lanzaba bruscamente sobre sus padres. Igual, como lo hizo con ella en el sofá.

Yulia entró al segundo, saludándolos de beso.

—Parece que se divirtieron mucho— Oleg habló al aire, mirando la ropa de Viktoria que relucía de manchas verdes y oscuras producto del pasto y del barro.

—Viktoria estuvo corriendo casi desde que llegamos al parque. Será mejor que tome una buena ducha antes de dormir y con agua bien fría para que quede reluciente— Yulia dijo divertida, haciendo reír a sus padres y ganándose la lengua juguetona de su hermanita.

—Yul tiene razón, Vika. Traes tierra hasta en el cuello. ¿Qué tanto estuviste haciendo?— Le preguntó su mamá.

Antes de que Viktoria se dispusiera a contar sus travesuras, Yulia se despidió de sus padres y salió hacia el pasillo. Al pasar por la habitación de Lenin, vio la puerta entre abierta y se asomó. El chico estaba sentado en la cama, mirando su computadora.

—¿Qué haces?— Yulia preguntó, entrando y sentándose a su lado.

—Buscando un lugar donde pueda empezar a practicar tenis. Ya estoy aburrido de estar aquí encerrado sin nada que hacer — Lenin dijo mirando a la pantalla.

—¿Y cómo vas?

Lenin cerró el portátil, lo tiró a la cama y miró a Yulia.  Una mueca se dibujó  en su rostro.

—¿Que te hicieron en el labio? Tanto fue el clímax— Dijo divertido, y de inmediato, Yulia le dio una palmada en el muslo.

—¡Respóndeme cómo vas!— Ella le dijo en un gemido.

—Respóndeme sobre tu labio— Él se la devolvió.

—Hazlo tú primero.

—Está bien— respondió Lenin sonriendo —Ya vi algunos lugares pero no me he decido por uno. Tendré que consultarlo con papá. Yulia asintió —Ahora respóndeme, ¿cuál fue la razón de que te mordieran así?

—¿Tan mal se ve?— Yulia preguntó, mirándose al espejo de la pared. En realidad la hinchazón había bajado por completo pero la ligera marca de la mordedura aún estaba intacta.

—No tan mal... pero dime... ¿Cómo es que tú llegas aquí y ya tienes donde pasar el rato, estudias en la mejor Universidad de la ciudad y encima, una perra que te muerda? ¿Te bañaste en ramas para la suerte o algo así?— Lenin dijo con burla, y Yulia nuevamente le golpeó, pero esta vez en un brazo —De verdad, Yul, tienes que contarme el secreto. Necesito conocer lindas chicas de la ciudad así sea para pasar el rato.

—¿Cómo vas a conocer chicas o a hacer amigos si te la pasas aquí encerrado?

—No conozco nada ni a nadie aquí ¿Cómo pretendes que lo haga? Yo no soy tan extrovertido como tú.

—¿Extrovertida yo?— Yulia dijo sorprendida y señalándose así misma —En mi vida he sido extrovertida, más bien creo que el aburrimiento que también me causó esta casa al llegar fue lo que me hizo tomar la decisión de buscar un lugar donde hacer lo que me gusta... Y me encontré al Sugar.

—Deberíamos de ir un rato, quiero despejarme por un momento – Lenin propuso y se acarició la frente con ambas manos — ¿Está abierto hoy?

—Mmm… Sí, pero solo hasta las 11 ¿De verdad quieres ir?

Lenin asintió —¿Vas?

—Claro— Respondió Yulia.

—Iremos después de la cena, ve a ponerte más bella de que lo eres, yo también lo haré — Dijo alcanzando con un beso la mejilla de su hermana.

Yulia caminó hacia la puerta mientras Lenin iba al baño, y antes de salir, él le llamó.

—Hey!

Yulia se giró y lo vio con una sonrisa de medio lado, algo picara.

—No me has contado lo del beso.

—Te lo contaré más tarde, tal vez en el camino al Sugar. Ahora necesito una ducha con agua fría y es lo que haré. Nos vemos— le lanzó un beso y se dirigió a su habitación.

Una hora más tarde, Lenin salió hacia la habitación de al lado en busca de Yulia. Fue necesario llamar solo dos veces a la puerta, para que se abriera y su hermana menor apareciera frente a él con el cabello suelto, maquillaje ligero y vistiendo completamente de negro shorts, botas y una chaqueta que le calzaba estupendo.

Yulia, sin duda, se veía hermosa como todos los días y Lenin no pudo sentirse más orgulloso de salir con ella esta noche. Sería la envidia del lugar, como siempre lo era entre su grupo de amigos.

—¿Cómo estoy?— Yulia preguntó mientras posaba.

—Casi tan bien como yo— Lenin respondió divertido y enganchó su mano en la de ella, para luego bajar las escaleras.

Cuando llegaron al primer piso, se acercaron al comedor, donde se encontraba su madre de espaldas, preparando los cubiertos para la cena.

—Mamá— Lenin llamó.

Ella se giró, y sus ojos brillaron sorprendidos y llenos de emoción —¡Por Dios! Tengo a la niña más hermosa y al niño más guapo de toda Rusia— Dijo con orgullo —¿A dónde van tan elegantes?

—Al Sugar, ma. Lenin quiere conocer y divertirse un rato— Yul le dijo.

—Sí,— Lenin continuó —no he salido de esta casa desde que llegamos y necesito aire en mis pulmones.

—Bien, entonces voy a despertar a su padre y a Viktoria para que cenemos juntos y ustedes se vayan. Siéntense— Larissa iba a sacar las sillas del comedor, pero Lenin la detuvo.

—No es necesario, ma. Tenía pensado invitar a Yul a comer una pizza antes de ir al Bar... o después— Miró a Yul —¿Quieres pizza?— Le preguntó.

—Quiero pizza— Yul estuvo de acuerdo.

—Bien, bien, ustedes decidirán lo que van a comer, pero eso sí, no se queden con el estómago vacío— Advirtió ella.

—No tardaremos, madre. Despídenos de papá y Vika— Lenin dijo y se acercó para dejar un beso en la frente, seguido de Yulia.

Saliendo de casa, Lenin, caballerosamente abrió la puerta del copiloto de su Audi gris para que Yulia entrara. Yulia se metió dentro del auto, negando con la cabeza y sonriendo por la actitud de Lenin. Él rara vez se portaba así con ella, entre ellos todo era golpes, empujones y gritos, típico de hermanos.

—Bien, hermanita, es hora de irnos. Y de que me cuentes todo— Dijo él entrando al auto. Ambos se colocaron el cinturón de seguridad. Lenin arrancó el motor y Yulia comenzó su relato.

Después de disfrutar de una larga charla y deliciosa pizza, Lenin y Yulia finalmente se encontraban frente a la puerta del Sugar Rock. Al pasar, los ojos de Yulia se clavaron directamente a la barra en busca de Masha, pero no solo la encontró a ella, al otro lado, sentada en las sillas altas, también se hallaba la chica que le había cacheteado fuertemente esta tarde junto a un tipo joven y alto que la tenía abrazada cariñosamente por las caderas.

La cabeza de Yulia explotó de ira, lo último que quería era verle la cara a esa mujer, ni hoy, ni nunca más en su vida. La evitaría para siempre.

—Lenin, debemos irnos ya— Yulia quiso soltarse de su mano, pero su hermano la agarró con fuerza.

—¿Qué? ¿Por qué? Me gusta este lugar— Dijo él sin sospechar nada y la arrastró a una mesa cercana a la Barra, justo en frente de Katina y el tipo que ahora le dejaba besos en el cuello. Yulia no pudo despegar su mirada de la pareja y Lenin lo notó.

—¿Los conoces?— Le preguntó.

Yulia asintió con la cabeza al mismo tiempo que suspiraba —La chica que se está dejando comer el cuello del tipo… es Katina, la mujer de mi historia.

Lenin analizó a Elena por unos segundos y después volvió su mirada a Yulia.

—¡Diablos… esa chica está rebuena!— Dijo mordiéndose los labios.

El ceño de Yulia se frunció hasta el límite —¿Es todo lo que dirás?— Preguntó.

—¿Y qué quieres que diga? Tú dijiste que de ahora en adelante la evitarías. Ya lo que pasó en la Universidad y lo de esta tarde queda atrás, en el pasado. No hay porque darle vueltas al tema.

Yulia miró a Katina una vez más, diablos, sí que estaba buena y hoy se veía más que buena con aquel vestido negro de mangas, resaltándole todo los atributos femeninos. ¡Maldita!

—¿Y ese chico es su novio o algo así? Parece que se la va a comer en esa silla— Lenin preguntó, mirando el espectáculo.

—No creo que alguien como ella pueda mantener una relación y tampoco creo que un tipo se rebaje a compartirla con todo el mundo.

—Hablas como si la conocieras— Lenin le miró.

Yulia se encogió de hombros –Es lo que me han dicho mis compañeras de la Universidad, y con lo poco que he vivido lo aseguro.

—Es una chica mala, eh?— Lenin rió –No te amargues la noche por ella, hermanita. Piensa en tu novia y en un tema de interés que podamos compartir. Yo iré por unos tragos a la Barra para evitarte la desgracia— Dijo, y se dirigió allá.

En cuanto Lenin llegó a la Barra, Masha interrumpió su conversación con Elena y fue hacía él.

—Bienvenido al Sugar Rock ¿Qué deseas tomar?— Preguntó.

Lenin, no pudo evitar girar a la izquierda y darle una mirada a Elena, que precisamente también le miraba.

Rápidamente volvió a Masha.

—Gracias… emmm… Quiero dos cervezas con sal, limón y mucho hielo, por favor.

Masha tomó el pedido, retirándose al otro lado de la barra para preparar los tragos. Mientras, Elena no dejaba de mirar con cierta curiosidad al chico que tenía al lado.

Masha regresó con los tragos para Lenin, y Elena lo siguió con la mirada cuando él se alejó y fue hasta su mesa. De inmediato, sus ojos abrieron como platos cuando vio que Yulia estaba con él.

Ambas se miraron y Elena se mordió el labio con enojo, lanzando una mirada retadora a la que Yulia reaccionó agachando la cabeza.

—Creo que he visto la cara de ese chico en otro lugar, pero no recuerdo donde— Masha pensó en voz alta, mirando alrededor de todo el Bar en busca de Lenin —¿A dónde se fue?—
Preguntó a Elena, pero Aleksey, él chico que estaba con ellas, se adelantó y le señaló atrás.

En la mesa, Yulia recibió la cerveza de las manos de Lenin y de inmediato la llevó a su boca, dejando el líquido hasta la mitad.

— Bebe con calma, hermanita. Mañana es lunes y estudias, recuérdalo— Lenin le molestó, haciéndola sonreír —¿Ya pensaste un tema de conversación?

Yulia negó — No sé de que hablar. Tú di algo.

—¿Ya tienes suficientes amigas en la Universidad como para presentarme?

—En realidad sí, pero son pocas y batean para el otro lado — Yulia rió —Aunque tengo una amiga que...

—¡Yul!— Masha irrumpió en la conversación, tomando asiento al lado Yulia —¿Hace rato estabas aquí? ¿Por qué no fuiste a saludarme?— Dijo reclamando en tono infantil.

Ambos hermanos rieron cuando vieron el puchero que tenía en su cara.

—Acabé de llegar, Masha— Yulia explicó, y continuó —A propósito, iba a hablarle sobre ti a mi hermano. Lenin ella es Masha, Masha, Lenin— les presentó.

Ambos se saludaron con una sonrisa.

—¿Vienes a cantar esta noche?— Masha volvió a Yul.

—No, solo vine a pasar un rato agradable con mi hermano— Ella contestó.

De pronto, Elena también llegó a la mesa y Yulia de nuevo bajó la mirada, aunque por la esquina de su ojo podía ver la mano de Katina entrelazada con la de Aleksey, algo que la hizo reír internamente.

—Ya nos vamos— Le dijo a Masha.

—Pero… ¿Y por qué? Apenas llevan veinte minutos aquí. Quédense un poco más, siéntense aquí— Masha les ofreció las sillas vacías y Yulia quiso ahorcarla en ese momento. Todo lo que quería era estar lejos de Katina pero ahora Masha la invitaba a su mesa, y sin siquiera pedirle permiso.

Yulia rogó mentalmente por un “NO” de respuesta por parte de Elena, pero para su mala suerte vio como ambos se sentaban, y lo peor, Elena frente a ella. Masha comenzó a presentar a todos mutuamente, mientras Yulia solo miraba su vaso de cerveza cruzada de brazos. Se suponía que esta noche era para pasarla bien, pero ahora todo estaba arruinado.

Todos terminaron de saludarse y la mesa quedó en total silencio. Yulia no podía sentirse más incómoda, percibía los ojos intensos de Elena sobre ella. Se aventuró a mirarle y claramente se encontró con su rostro. No pudo sostener el contacto visual y nuevamente se alejó, esta vez, cerca de su hermano.

—Será mejor que nos vayamos— Le susurró con disimulo.

—Demasiado para tus ojos, eh?— Él le respondió con burla y Yulia le dio un pellizco en el estómago por debajo de la mesa. Él le frunció el ceño, pero al segundo desapareció.

—Masha, mi hermano y yo tenemos cosas que hacer. Te veo mañana en la Universidad— Yulia le dio un beso en la mejilla como despedida y se levantó de la mesa, ignorando enteramente a Katina y a Aleksey.

Salió del Bar velozmente y al segundo Lenin, llegó tras de ella

—Siento arruinar tu noche Lenin, pero no podía quedarme un segundo más con esa chica— Le dijo.

—Está bien, aún es temprano y podemos divertirnos en otro lugar— Lenin le respondió y la arrastró hacía el parqueadero.




Dos días después…

Martes 1 pm


—Buenas tardes, Yulia, pasa por favor— El decano de la Universidad, amablemente le dejó entrar a su oficina. Yulia se acomodó en la silla frente al escritorio, esperando a que él también se sentara para exponer su caso —¿Qué te trae por aquí?— Preguntó con curiosidad.

Yulia se aclaró la garganta y comenzó.

—Eh… verá señor decano… cuando yo ingresé en esta Universidad no estaba enterada sobre las materias electivas obligatorias y no logré inscribirme en la Sección que yo deseaba –Él asintió —Tuve que ingresar a otra… la cual no me hace sentir satisfecha…— Continuó —Entonces, yo quería saber si es posible hacerme un cupo o cambiarme a la sección de música.
Estaría muy agradecida con usted si lo hace posible.

—Entiendo tu situación, Yulia. Tú traspaso aquí fue bastante ligero y no tuviste la oportunidad de conocer todo lo que abarca esta Universidad. Voy a concederte el permiso de cambio— Dijo él tomando su teléfono.

Yulia agradeció por lo bajo. Ya no tenía porque preocuparse del trabajo destruido por Katina, ni de tener que verle a ella nunca más —Escribe tu nombre completo, tu código y las secciones que quieres cambiar— El decano le entregó una hoja, la cual llenó rápidamente –Bien, Yulia… puedes ir a tu nueva clase. El trámite estará listo en unos minutos.

—Muchísimas gracias, señor decano— Yulia dijo emocionada y abandonó las oficinas rápidamente para ir en busca de Masha. No tuvo que entrar al salón ya que vio a su amiga de espaldas, conversando con otra chica en la puerta.

—Masha— Le llamó. Masha giró y como ya era costumbre, se le echó encima prendiéndose de su cuello y llenándola de besos.

—Ayer no te vi al salir, ¿Dónde estabas?— Ella le preguntó.

—Tuve que irme con mis compañeras a realizar un trabajo. Siento no haberte enviado un mensaje.

—Está bien. Vamos a sentarnos— Masha dijo lindamente y jaló a Yulia hacía el salón, pero ella no se dejó mover —¿Qué pasa?— Le preguntó confundida.

—Masha, vine a avisarte que ya no estaré en esta clase. Me cambié.

—¿Por Qué?— Dijo Masha con tristeza.

—Porque quiero ir a música, es lo que me gusta. Lo siento Masha… tenía que hacerlo— Dijo con culpabilidad.

De pronto, la alarma de inicio a clases, sonó.

—Nos vemos a la salida, ¿bien?— Yulia le dijo— Masha asintió, le dio un beso en la mejilla y se adentró al salón.

Yulia también tenía que atender su clase, entonces, se giró para tomar su camino pero chocó con alguien. Para su mala suerte, era Elena quien le miró con frialdad. Yulia no se disculpó, y siguió su camino.

Elena se adentró a clases, yendo con Masha que ya se encontraba sentada en la última fila. —¿A dónde fue Volkova?— Fue lo primero que preguntó. Masha le miró con una ceja enarcada.

—Hola, Elena. Muy bien y tú?— Se burló.

Elena rodó los ojos —¿A dónde fue?— Se quejó.

—¿Por qué tanto interés?

—Porque teníamos un trabajo juntas— Elena le dijo fastidiada.

—Pues olvídate del trabajo porque Yul ya no estará en esta clase. Se cambió a música…



Yulia se maravilló al entrar al auditorio. El lugar era grande, las sillas estaban en círculo alrededor y se respiraba música en todas partes…, en las paredes, el suelo, el techo. Todo tenía figuras de notas e instrumentos. Miró a su alrededor, pudo asegurar que había más de 200 estudiantes en el lugar. Comenzó a buscar entre todos a Tasha e Inna, hasta que las encontró en una esquina, sumergidas en una conversación.

Se acercó lentamente, atrapó la silla vacía al lado de Inna y las tomó por sorpresa.

—Hola, tórtolas— Saludó.

Tasha e Inna miraron al mismo tiempo y de inmediato se sonrieron al verla.

—Hey!— Tasha exclamó.

—Yul, ¿qué haces aquí?— Inna le preguntó, al mismo tiempo que le abrazaba. Tasha le siguió después.

—Vine a tomar esta clase. El decano me permitió el cambio.

—Es grandioso— Inna dijo maravillada –Creo que ahora si ha llegado la mejor voz de este lugar.

—¿Y quién era antes?— Yulia preguntó.

Tasha tomó el brazo derecho de Inna y lo subió al aire –¡Ella!— Dijo divertida, logrando que ambas rieran.

—¿Cómo están chicos?— La maestra  pronto entró saludando junto a su asistente.

Rápidamente todos los estudiantes que estaban merodeando en los alrededores, se acomodaron en sus lugares. La asistente caminó repartiendo unas hojas con figuras musicales.

—¿Entiendes algo de esto?— Inna le mostró el papel a Yulia.

Ella asintió –Un poco— dijo.

—Ok chicos — La maestra habló —las hojas que Yura les ha entregado contienen los tiempos de cada nota. Ese será nuestro tema de hoy...

—Disculpe— Una voz femenina, proveniente de afuera irrumpió el discurso de la maestra.

Gala miró hacía la puerta y de pronto hizo una mueca nada agradable, notada por todos los estudiantes.

—¿Quién puede estar ahí afuera para que la maestra haga semejante carita?— Tasha dijo en tono humorístico, haciendo que la clase riera.

—No me digas que vienes a tomar mi clase ¡por favor di que no!— La maestra dijo en tono sarcástico, aumentando los murmullos del auditorio.

—Para su molestia, si— La voz de afuera se hizo presente y los murmullos se callaron cuando Elena Katina apareció frente a todos.

Yulia quedó perpleja, que la pelirroja estuviera allí no podía ser cierto, ni mucho menos bueno.

—Toma asiento rápido, Katina. Debo seguir con mi clase— La maestra le dijo.

Elena analizó a cada estudiante del auditorio, hasta que dio con Yulia.

Tasha, Inna y los demás miraban extrañados y confundidos.

Elena caminó directamente hacía ella, con una sonrisa que emanaba pura sensualidad.

Yulia se rascó el cuello apenada y sin saber que hacer ¿Qué demonios hacía esa mujer aquí? ¿Y por qué se dirigía hacia ella?

Pronto Elena llegó, mirando con una ceja enarcada al chico que estaba sentado al lado de Yulia.

Él trago saliva, enteramente nervioso.

—Quítate, ese será mi puesto— Katina le dijo con altanería y él velozmente obedeció.

Katina tomó el asiento, pegándolo totalmente al de Yulia, haciendo que sus hombros, brazos y muslos se tocaran.

Yulia le miró nerviosa.

—¿Creíste que después de haberme faltado al respeto en mi propia casa, podías ignorarme o librarte de mí, Volkova?— Katina se acercó peligrosamente a su rostro, sus labios casi tocando el cuello de Yulia  –Pues déjame decirte que no, eso no pasará...


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Mensaje por Fati20 4/29/2020, 6:29 pm

Jajajajajajaja q locura de capitulo no me imagine q terminarían así en la cocina lena se pasa como lastimo tanto a la pobre julia. Pero eso de q de cambio a música solo para seguir acusándola fue de lo mejor!!!!!! Espero q publiques muy pronto la historia a cada capitulo está mejor y nos deja con más ansias de más
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Mensaje por Vera Rivero 4/30/2020, 1:42 am

Esta chica es una ladilla! 😩
La paciencia y la fidelidad de Julia se ponen a prueba a partir de ahora 😆
Quiro leer más! Pido maraton 😋

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Mensaje por Aleinads 4/30/2020, 1:54 am

Jajaja, me encanta la idea del maratón... Me encanta, esta muy bueno, sigue prontoo
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Mensaje por Kamila 4/30/2020, 2:33 am

Hahaha me encanta esta lena😍😍pobre de Julia, ansiosa por leer el siguiente capitulo 😁😁

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Mensaje por VIVALENZ28 4/30/2020, 8:55 am

Jajajajajaja que risa me he leído todos Los capítulos hasta ahorita pobre Yulia que castigo estará pagando por tener a Lena en esa situación,ya espero conti 😊
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