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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

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Mensaje por katina4ever 5/12/2022, 4:20 am

OMG!!!! Pero que capitulo!! Y por Dios! Sveta tan inoportuna era la primera noche, primer amanecer y mira que arruinarlo así!! Lenita por favor, como vas a salir con que Yulia es Yulia!! Y mucho menos después de esa noche y los sentimientos que pudieron descubrir!! 🥺🥺🥺🥺 Esperemos con ansías los siguientes capítulos!! Saludos querida!! 😘😘😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/12/2022, 9:06 pm

CAPÍTULO VEINTIDOS

____________________________________________________________________________________________

—¡Qué sorpresa! — Dijo Elena con alegría forzada recibiendo el abrazo de Sveta, pero el mismo era algo torpe y sentía que se ponía rígida — Deberías haber llamado primero.

—Oh, fue de improvisto, de todos modos — dijo Sveta — Pensé que tal vez volverías a estas alturas, y podríamos tener una fiesta en Kalmukia, pero no habías mencionado ni una sola palabra — Abrió los brazos — Por lo tanto, pensé darte una sorpresa aquí.

Elena y Nastya se miraron.

—Bueno, querida, vamos hacer la fiesta aquí, entonces — dijo Nastya — Y honestamente, si no hubieras aparecido, me había olvidado completamente del cumpleaños de Elena. Ella ni me lo recordó.

—De hecho, no había pensado en ello — admitió la pelirroja. Observó con consternación como Sveta llevaba su bolsa a su dormitorio. Miró de nuevo a Nastya.

—Me gustaría poder ayudarte, querida — susurró la castaña.

Suspiró. Aquí estaban, no se habían visto en meses, y solo se habían dado un breve abrazo y apenas un beso en la mejilla. ¿Qué dice eso de su relación? ¿Era eso por lo que su escritura no avanzaba, no fluía? ¿Era simplemente un espejo de su propia vida? No hay pasión. No hay deseo. Pero eso no había sucedido la noche anterior. No, anoche, con Yulia, se había convertido en el tipo de mujer que siempre pensó que era. Apasionada. Deseable. No, con Yulia, había llegado a ser casi insaciable. El toque de la morena sobre su piel era como el fuego y cuando sus manos se habían movido a través del cuerpo de Yulia, sintió un poder que nunca había conocido antes. Ninguna mujer había temblado con su tacto. Ninguna mujer alguna vez le había rogado por sus besos.

Cerró los ojos y se dio la vuelta, deseando que las cosas fueran diferentes, deseando que fuera Yulia en lugar de Sveta.

—Por lo tanto, no has dicho, ¿Cómo va el libro? — La pecosa se dio la vuelta, forzando una sonrisa a su cara.

—En realidad, estoy a punto de terminarlo. No he podido decidirme por el final. Estoy jugando con cuatro posibilidades.

—Siempre has dicho que los finales eran la parte más fácil.

—Sí. Normalmente me sé el final antes de que no lleve ni la mitad — Volvió a mirar a Nastya — Éste es diferente.

—¿Por qué no dejas que lo lea, cariño?

—Oh, Nastya, sería la primera vez. Elena nunca deja a nadie leerlos antes de que sean publicados — Sveta les recordó — la escritora se echó a reír.

—Bueno, este ha sido difícil para mí. Y en realidad, Nastya lo ha leído.

—Pero fue una tortura — dijo la mayor con una sonrisa a Sveta — Tuve que fingir ser una ama de casa de clase media.

—Bueno, si Nastya ya lo leyó, creo que es justo que yo lo haga también — Cogió del brazo a su novia — Además, ¿en qué otra cosa voy a ocupar mi tiempo aquí?

Entonces, ¿por qué has venido? Pensó, pero Lena tragó su réplica. Se supone que debía estar halagada de que Sveta había hecho el esfuerzo de sorprenderla en su cumpleaños.

—¿Por qué no van las dos a la terraza? — Sugirió Nastya — Voy a traer una jarra de té de hierbas.

—Maravilloso — dijo Elena — Vamos a disfrutar del sol. Está calentando bien.

—¿Estaba frío aquí esta mañana? — preguntó la rubia — Era muy agradable en Kalmukia.

Elena sacó dos sillas fuera en el sol, ofreciendo una a Sveta.

—Ha llegado a estar entre los cinco grados en las mañanas la última semana más o menos, pero sube a veintitantos durante el día. No hay una gran cantidad de cambio de color aquí en la vegetación, pero más arriba, los robles se han vuelto rojos. En las zonas de esquí, por ejemplo, es donde está la mayor parte del color, es decir — Elena explicó — Donde están los árboles de Aspen — Sveta se echó a reír.

—Has cambiado, sin duda, Elena. Apenas te reconozco — Lena se erizó.

—¿Qué quieres decir?

—Hablar sobre el tiempo y los árboles — Sveta señaló — Y mira. Estás toda bronceada y relajada. En Kalmukia, siempre parecías tan estresada. Siempre ibas a toda prisa. Yo nunca habría pensado que podías soportar estar fuera de la ciudad tanto como lo has estado — la ojiverde asintió con la cabeza.

—Estaba estresada. Y todo el mundo va siempre a toda prisa. Tal vez las cosas son más lentas aquí porque no hay un lugar a donde ir — dijo con una sonrisa.

—Bueno, estamos en octubre y no has mencionado que regresarás. A veces pienso que es posible que no vuelvas nunca más.

Elena miró hacia los acantilados y el azul del cielo detrás de ellas.

—Nunca he pensado en no volver, Sveta. Pero honestamente, realmente no he pensado mucho en volver, tampoco.

—Aquí tienen, chicas — dijo Nastya, repartiendo a cada una un vaso de té — He puesto los burritos en el horno a temperatura moderada. Haremos un almuerzo temprano ya que todas nos perdimos el desayuno.

—¿Ah, sí? ¿Ustedes se saltaron el desayuno también? — Elena y Nastya se miraron.

—Elena dormía. Creo que es por las mañanas frías de ahora que se mantiene en la cama más tiempo.

Elena ocultó su sonrisa, pero Nastya dio un leve movimiento de cabeza.

Todas estaban en silencio por un rato, luego se dio cuenta Elena que Sveta estaba con impaciencia golpeando el brazo de su silla. Apenas había pasado una hora.

¿Estaba ya aburrida hasta la médula?

—Entonces, ¿qué haces con tu tiempo libre? — Preguntó la rubia — Es decir, ¿qué haces todo el día?

—Leer. Salir a caminar — dijo Nastya — Pinto. Elena escribe. Hablamos. Nos sentamos aquí a tomar el sol — Miró a Elena — Suena muy aburrido, ¿verdad querida? — dijo con una carcajada.

—Sí. Pero estoy segura de que ha hecho maravillas con mi presión arterial.

—¿Por qué no traes tu portátil, cariño, y dejas que Sveta lea? Luego, tú y yo podemos empezar a planear esta gran fiesta de cumpleaños que vamos a tener mañana.

—Oh, Nastya, no tiene que haber una fiesta. Es sólo otro cumpleaños.

—Tonterías. Es tu día. Y en vez de molestar a Sophia, he pensado que vamos a hacer algo que no hemos hecho durante todo el verano. Hamburguesas a la parrilla afuera. ¿Qué te parece? — Elena sonrió.

—En realidad, suena divertido. Gracias — Se volvió hacia Sveta — ¿Qué piensas tú?

—¿Hamburguesas en la terraza? Bueno, yo había pensado que podría conducir hacia Kalmukia, tal vez tener una buena cena en algún lugar, disfrutar de una película. Ya sabes, cosas normales — La pelirroja sacudió la cabeza.

—Sabes, no sé, pero no tengo ningún deseo de ir a Kalmukia. Nastya y yo fuimos un fin de semana y nos lo pasamos muy bien, fuimos a un par de galerías, cenamos — Se encogió de hombros — Pero no estoy de ánimo para salir.

—No puedo creer que te has convertido en una persona hogareña — Sveta dijo —Solías ir encantada a cenar.

—Sí, lo hacía — Ella miró hacia la inmensidad de la tierra que les rodeaba, sin comprender la atracción que sentía, la conexión. Y ciertamente no entender la paz que se asentaba sobre ella con sólo salir a caminar y respirar el aire fresco. Un verdadero festín con la vista hacia los acantilados. Sabía que no habían palabras para explicarle a Sveta, pero no quería dejarlo.

—Bueno, como he dicho antes, casi no te reconozco — Nastya se rió.

—Creo que tienes razón, Sveta. Yo no me había dado cuenta, supongo, ya que he estado a su alrededor, pero Lena se ha suavizado un poco, ¿no es así?

—¿Suavizado?

—¿Cómo lo dirías tú? — preguntó Elena. Sveta sonrió.

—No quise decir nada con eso, Elena. Estoy diciendo que has cambiado. No significa nada malo.

—Bueno, Sveta, a lo mejor si te sientas aquí, disfrutas de nuestro paisaje, lees un buen libro, vas a entender lo que queremos decir — Nastya sugirió — Voy a ir a ver el almuerzo.

La escritora miró a su novia.

—¿Y bien?

—Claro, Elena. Me sentaré aquí y leeré, y trataré de contener la emoción.

—Mira, si no te gusta tanto estar aquí, ¿por qué has venido?

—Porque es tu cumpleaños. Pensé que era lo que se supone que debía hacer.

—Bueno, tal vez si hubieras llamado primero, podríamos haber discutido y habrías aprendido que no era algo que tenías que hacer. Honestamente, no había pensado en mi cumpleaños. Y tan difícil como pueda parecer, uno pierde la noción del tiempo aquí.

—Oh, estoy segura que unos pocos días de esto no me va a matar. Mi vuelo de regreso es al mediodía del domingo — Extendió las manos — Ahora, ¿dónde está el libro que quieres que lea?

……………………………….............................................………………………………………………………………………………..

—Sabes, querida, sería mucho más sencillo si sólo le dices.

—Su vuelo no es hasta el mediodía del domingo. ¿Estás segura que quieres estar cerca de ella durante dos días después de eso?

—No es que hayamos tenido la oportunidad de hablar, querida, pero vas a tener que compartir la cama con ella.

—Lo sé.

—Seguro que no vas a dormir con ella — Elena suspiró.

—No nos hemos visto en cuatro meses. ¿No crees que ella va a esperar sexo?

—¿Y tú lo harías? ¿Incluso después de Yulia?

—¿Después de lo que Yulia? ¿Quién puede decir que no está rondando su próxima cita en estos momentos?

—Estás tan ciega. Ciega y obstinada. Nunca pensé que te diría esas cosas, querida.

—De eso se trata. No estoy ciega. Sé exactamente cómo es Yulia y ella no le daría un segundo pensamiento a dormir con alguien más.

—¿Así que eso significa que vas a dormir con Sveta? — Sacudió la cabeza.

—No. No puedo. Yo no soy...

—Debido a que tienes sentimientos por Yulia y porque estás enamorada de Yulia. ¿Por qué no lo admites? — La pelirroja se quedó sin aliento.

—¿Enamorada de Yulia? Tendría que estar loca.

—Llámalo como quieras, cariño — Señaló el platón con su almuerzo — ¿Seis son suficientes?

—Seis es un montón. Dudo que Sveta vaya a comer dos — Miró a la terraza donde la rubia estaba leyendo — Y no voy a dormir con ella por mi culpa, no por Yulia.

—¿Por qué?

—Porque tú sabes mis reglas. Sólo sería sexo y yo no hago sólo sexo. Lo que Sveta y yo teníamos se ha ido. Miro en sus ojos y no hay nada allí. Es casi como si fuéramos extrañas. No puedo volver a intimar con ella. Casi me disgusta pensar en ello y lo triste que es.

—Una vez más, punto a favor. ¿Por qué no se lo dices? Y acabas de una vez con eso — Luego se inclinó más cerca — Así que, si no fue sólo sexo con Yulia, ¿Qué fue?

—¡Te lo juro! ¿No puedo decir nada sin que siempre lo gires en torno a Yulia?

—Está bien, cariño. Pero me encanta burlarme de ti — Nastya tomó el plato con burritos — Trae el té y servilletas — Se detuvo — ¿Cómo vas a zafarte del sexo?

—Ella no puede controlar el alcohol. Se va a dormir enseguida — Elena levantó las cejas maliciosamente.

—Sangría — dijeron al unísono.

…………………………………………………………………………………….........................................……………………….

—Oh, Dios mío, ¿Elena? ¿Una mujer? ¿Daryna es lesbiana? — Sveta chilló. Elena paseó en la terraza.

—¿Crees que es demasiado?

—¡No! Me encanta. Es tan inesperado.

—¿Eso crees? Los últimos libros, ¿no dan la impresión de que Daryna podría ser gay? ¿Qué ella y Pavell no estaban realmente enamorados? — Sveta se sonrojó.

—Bueno, yo en realidad no leí los dos últimos, Elena — Se encogió de hombros — Quiero decir, yo los empecé…

—Pero no pudiste terminarlos — Elena terminó por ella — Está bien. No eres la única — La pelirroja miró a Sveta y a su vaso vacío — ¿Más vino?

—Por supuesto. Este material es genial. ¿Quién lo hace? — Elena se aclaró la garganta, vacilando ligeramente —Yulia. Sheriff Volkova. Probablemente la recuerdas.

—¿Quién podría olvidarla? Ella es un golpe de gracia.

—Sí. Un golpe de gracia — Lena murmuró mientras iba en busca de más vino. Nastya ya tenía otro vaso listo para llevar.

—Este es el número tres — susurró la castaña — ¿Podrá mantenerse en pie para los filetes?

—Estoy pensando que deberíamos empezar ahora. Vino y una pesada cena la pondrá fuera.

Nastya meneó la cabeza.

—Sería mucho más fácil simplemente decirle.

—Sí. Y si ella está muy, muy enojada, se regresa a Kalmukia, a mi departamento — dijo la escritora — Dónde están mis cosas. ¿Quién sabe lo que podría hacer?

—No parece ser el tipo de las que se enojan. O el tipo excitable. No hay pasión, cariño.

—Tal vez soy yo. Tal vez yo no soy capaz de provocarlo en ella. Al igual que ella no lo provoca en mí.

—Entonces, ¿por qué han pasado dos años juntas? — Elena tomó el vino.

—Nadie lo había provocado en mí antes — Miró a los ojos de Nastya — Hasta ahora.

Nastya sonrió suavemente.

—Lo sé, cariño.

…………………………………………………………………………………………………………….............................

—¿Qué pasa con esa? — Yulia siguió a quien señalaba, una rubia ojiverde linda, tal vez veintitrés años más o menos. Ella negó con la cabeza.

—Te lo dije, Qumy, no estoy de humor.

— ¿Así que sólo vamos a sentarnos aquí y beber? No lo hemos hecho en este año.

—Entonces vamos a pretender que estamos vigilando el lugar — Le dio un codazo, y luego hizo un gesto a la mesa de billar.

—Oh, mierda. Ese es el hijo de puta que entró aquí. Le dije a Opal que debería haber presentado cargos — Yulia se rió.

—Y tiene las bolas de venir aquí. ¿Por qué no vas a darle un merecido?, grandote.

—Casi se orinó en los pantalones cuando lo alcancé. No puedo creer que este aquí — Qumy se puso de pie — Voy a ir a saludar.

Yulia volvió a mirar su reloj. Eran más de las diez. ¿Estaban en la cama ya? ¿Estaban tocándose, besándose? Cerró la los ojos, tratando de no pensar en otra mujer tocando a Elena, haciendo el amor con Elena. Ella misma dijo que no debía preocuparse, que en realidad no era asunto suyo lo que hiciera Elena. Simplemente porque habían dormido juntas no significaba que tenían algún tipo de reglas ahora. No significaba nada. La novia de Elena estaba aquí. Por supuesto que iban a tener relaciones sexuales. Y si Yulia tenía un poco de sentido, tomaría el consejo de Qumy e iría a hablar con la rubia ojiverde.

Miró hacia abajo a la barra de nuevo. No, ella no tenía ningún interés en la chica. Ahuecó su mejilla en una mano, esperando y rezando para que ella pudiera salir de esta atracción tonta que sentía por Elena.

Sacudió la cabeza y cerró los ojos. Diablos, estás enamorada de ella. Ya ha pasado de una atracción tonta.

—¿Estás bien, Yulia?— La pelinegra miró, sonriendo a Qumy.

—Por supuesto. Estoy bien. ¿Tuviste que poner el temor de Dios en él?

—Bastardo engreído — murmuró Qumy — Le dije que Opal debería haber presentado cargos.

—¿Supongo que él no tenía miedo de ti?

—Oh, él y sus amigos solo se burlaron.

—Sólo están jodiendo.

—Sí, bueno, yo voy a ser la seguridad privada de Opal por un tiempo. Le dije que quiero todo en orden por aquí.

—Qumy, el niño no va a venir a este lugar de nuevo — El hombre levantó dos dedos para Opal, señalando a Yulia.

—Pero por si caso, quiero estar listo — Yulia se rió.

—Está bien, Qumylchyv, puedes hacer una operación de vigilancia.

Qumy chocó su hombro.

—Odio cuando me dices eso.

Luego chocó su hombro otra vez.

—Entonces, ¿qué pasa con la rubia? —Yulia negó con la cabeza.

—No estoy interesada.

—Mira, ¿estás enferma o algo? Es viernes por la noche.

—Gracias, Opal — Yulia dijo que cuando le puso dos botellas en el bar — Y no estoy enferma — le dijo a Qumy.

—¿Estás suspirando por alguien?

—¿Suspirando? No, no estoy suspirando. Caray.

—¿Así que hay alguien en la casa de campo para más tarde entonces?

—¡No! Jesús, Qumy, ¿no puedo estar sola? ¿Cuál es el problema?

—Mierda, y hasta irritada también — Yulia suspiró.

—Lo siento — Golpeó el bar con la punta de los dedos mientras miraba a su cerveza —Bueno, tal vez hay alguien — dijo en voz baja.

—¿Hablas en serio? ¿Quién?

—¿Crees que voy a decirte? Chismeas como una mujer. Mañana estaría por toda la ciudad.

—Bueno ¡por supuesto! Esta es una gran noticia. Yulia Volkova enamorada — se rió. Ella lo agarró del brazo.

—Yo no he dicho enamorada — dijo entre dientes — No difundas rumores.

—Está bien, lo siento — Se inclinó más cerca — Entonces, ¿quién es la chica afortunada?

—Tal vez no tuvo tanta suerte.

—Oh, Yulia, ¿sabes lo que es triste? Yo soy el único hijo del hombre más rico del condado, y tú tienes más citas de las que yo pueda tener. Así que, ¿quién es ella? — Yulia se aclaró la garganta.

—Elena Katina. Es la mujer que está quedándose con…

—La escritora. La que llevaste de senderismo — dijo Qumy.

—Sí. Esa.

—No la he conocido.

—No.

—¿Y cuál es el problema? —Yulia negó con la cabeza.

—Demasiado difícil — Luego lo señaló con la cerveza — Esperemos que las cosas puedan volver a la normalidad.

—¿Ella estuvo aquí para el verano?

—Sí. Creo que se está yendo este mes.

—¿Sabe cómo te sientes?

—Por supuesto que no. ¿Crees que estoy loca?


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Rolling Eyes Creo que tanto a Yulia como a Lena, tocará sentarlas a la orilla del acantilado con los coyotes detrás, a ver si dejan de ser tan pelotudas!
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A katina4ever, Fati20 y a Elena Sonda les gusta esta publicaciòn

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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA) - Página 3 Empty Re: EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

Mensaje por Fati20 5/13/2022, 12:16 am

Si vale luego de esa noche juntas donde se ambas sabían que era AMOR fue mucho más que sexo y ahora se vuelven hacer las tontas. Vamos a ver cuando van a ser valientes y ya estén juntas. Saludos querida espero subas más hoy 😘😘😘😘
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Mensaje por katina4ever 5/13/2022, 3:34 am

Estoy de acuerdo contigo rainbow.xander dejarlas ahí hasta que admitan que están realmente enamoradas!!! Gracias nena, espere leerte más tarde ☺☺
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/13/2022, 3:25 pm

CAPÍTULO VEINTITRÉS

____________________________________________________________________________________

—¡Oh, cielo, la escena de sexo fue absolutamente deliciosa! — Elena se quedó mirando fijamente a Sveta.

—¿Eso crees?

—En serio. Era tan... tan apasionada. No sabía que podías mostrar algo así — dijo Sveta con una sonrisa. La pelirroja se sonrojó.

—Bueno, ciertamente es algo nuevo para mí.

—Me encanta — Entonces Sveta le guiñó un ojo — Y si me puedo quedar esta noche despierta, tal vez podamos tratar de duplicarla — Lena soltó una risa nerviosa.

—Bueno, va a ser una larga noche. Nastya tiene esa pequeña fiesta con la cena que estaba prevista, ya sabes.

—Sí. Y a lo mejor comer hamburguesas en la terraza será más divertido que el asunto de brazos caídos que tuvimos la última vez.

—Puede ser. Aunque es probable que sea el mismo grupo.

—Eso está bien. Son un poco extrañas, pero disfruté charlando con la sheriff. Que tiene algún tipo de carisma, ¿no?

—Ella está recargada con eso — la pelirroja murmuró en voz baja mientras trataba de suprimir la punzada de culpa que se mostró en su cabeza.

—¿Qué? ¿No te gusta ella?

—Oh, si me gusta. Siempre es interesante ver lo que va a traer a estos pequeños encuentros. Sus límites de edad están en algún lugar entre dieciocho y veintidós años, yo creo.

La culpa mezclada con celos era una terrible combinación.

—Bueno, con lo guapa que es, me sorprende que alguien no la tenga ya en la mira.

Elena trató de sonreír, pero no estaba segura si sus labios se habían curvado hacia arriba.

—No creo que Yulia quiera ser atrapada — Se puso de pie de repente, señalando a la computadora portátil — Voy a dejar que termines de leer. Estoy segura de que Nastya necesita ayuda en la cocina — No esperó una respuesta, mientras caminaba rápidamente adentro.

—¿Qué pasa, cariño? — Sacudió la cabeza.

—No estoy segura de poder hacer esto.

—Te dije que simplemente le digas.

—No estoy hablando de Sveta.

—¿Yulia?

—Te lo juro, Nastya, si aparece aquí esta noche con una cita...

—¿Qué vas a hacer, cariño? Tú tienes una cita. ¿Por qué no le das a Yulia la misma consideración?

—Porque yo no puedo dejar de tener una cita — le espetó — Si Yulia trae a alguien, es un acto consciente de su parte.

—Estás siendo ridícula y lo sabes.

—¿Por qué siempre tienes que ponerte del lado de Yulia? — Preguntó enojada.

—Porque soy una romántica, querida. Y cuando entré en tu habitación y las encontré a las dos juntas en la cama, mi corazón casi se derritió allí mismo, en el suelo — Nastya hizo un gesto con la mano de forma espectacular — Vi el amor, cariño — dijo en voz baja —Siento que no lo veas — Lena sacudió la cabeza.

—Yo... me preocupo por ella. Pero ciertamente no estoy enamorada de ella. No estoy tan loca.

…………………………………………………………………………………………………………………...........................

Yulia estaba nerviosa al lado de su Jeep, preguntándose por qué se ponía a sí misma en esto. Tendría que haberle dicho a Nastya que no podía venir. La mujer habría entendido. Diablos, Elena habría entendido. Pero al final, no podía estar lejos. Tenía que ver a Elena. Tenía que ver a Elena con Sveta. Parecían días... Semanas, que habían estado juntas. Es difícil creer que fuera ayer por la mañana que había salido de la cama de la escritora pero Sveta tenía que aparecer.

Estaba a punto de consumirse de celos. En su mente, veía a Sveta tocar a Elena, veía a Sveta besando a Elena, haciéndole el amor a Elena y se estaba haciendo daño a sí misma con el pensamiento enfermo al respecto. Nunca pensó que iba a ser una de aquellas mujeres que se consumían con los celos, pero lo era en ese momento.

Otra mirada a la casa, respiró hondo y finalmente dio los primeros pasos hacia el patio. Oyó voces en la terraza y se detuvo, escuchando. Se sintió un poco confortada por el tranquilo sonido de la voz de Sunshine. Tal vez podría encontrar algo de tiempo a solas para hablar con Sunny. Sólo para ver lo que las Parcas habían planeado para ella esta noche. Tal vez darle un mano a mano.

Divertido, Yulia.

Sonrió, contenta de que todavía podía encontrar el humor en todo.

—No se pueden asar las hamburguesas vegetarianas, Nastya — Elena tomó la caja de la mano y leyó las instrucciones — Freír suavemente en aceite de oliva — leyó.

—¿Tenemos aceite de oliva?

—Te lo juro, los vegetarianos tienen un montón de problemas.

—Estoy segura de que las vacas no se crean ningún problema en absoluto, querida —Elena se echó a reír.

—Bueno, vamos a hacer esto último. Sólo pueden llevarse unos pocos minutos.

—No me voy a poner a la parrilla por el momento, querida. Esperaré a Yulia. Y será mejor que esté aquí pronto. No creo que tengamos vino suficiente para llegar hasta la noche.

—¿Le pediste que trajera un poco?

—No. Pero ella siempre lo hace — dijo Nastya mientras llevaba la bandeja de entremeses a la terraza — La pelirroja sacudió la cabeza.

—Tengo que saber acerca de este jefe Pueblo y su receta secreta — murmuró.

—¿A quién le hablas? — Se dio la vuelta, Yulia estaba mirándola. Sus ojos se encontraron — Hey.

—Hey — Elena se aferró al mostrador, pensando en el repentino impulso de arrojarse a los brazos de la morena — Yo... yo no oí cuando entraste.

—Utilice la puerta lateral — dijo Yulia. Dio un paso más cerca — ¿Está todo bien?

Lena consideró mentir. Pero en cambio, logró una triste sonrisa.

—Todo color de rosa — Yulia miró a través de la barra a los demás en la terraza, incluyendo a Sveta. Deslizó su mirada de nuevo a Elena.

—¿Podemos hablar? — La ojiverde vaciló. No debía, lo sabía. No debería estar sola con Yulia. Parecía perder todo su autocontrol alrededor de la Sheriff — Sólo por un segundo, Elena.

La ojiverde asintió con la cabeza. Poco a poco se acercó a tomar la mano de Yulia. Sus dedos se entrelazaron inmediatamente y sintió la aceleración de su pulso incluso con este simple toque. Condujo de regreso al camino por donde Yulia había llegado, a través de la puerta del patio lateral. Una vez fuera, Elena entró en las sombras, dejando a las voces silenciadas y las luces del patio detrás.

Inconscientemente, miró hacia el cielo. La luna tenía tres cuartas partes no siendo del todo un cielo de Ryn, colgando perezosamente sobre las paredes de los acantilados.

—Yo... te eché de menos. Ayer por la noche — dijo la morena en voz baja. Elena se volvió lentamente, encontrando los ojos de Yulia en las sombras. No importaba cuántas veces se dijo que la Sheriff era peligrosa, que Yulia acababa de salir en busca de su próxima compañera de cama, que Yulia no podía ser de confianza con su corazón, ella simplemente no podía luchar contra su atracción. Los ojos de Yulia la atrajeron más cerca.

—Qumy me llevó anoche a lo de Opal — dijo Yulia, con sus dedos apretando la mano de Lena sin soltarla — Él estaba tratando de emparejarme con... con una rubia — dijo en voz baja. Elena trató de ignorar el dolor en su corazón. No sabía porque eso le causaba dolor. Era lo que había sospechado que Yulia había hecho la noche anterior — Y sabes, yo sabía que estabas aquí con Sveta. Yo sabía que ella estaba en tu cama — Se aclaró la garganta — Yo sabía que ella te estaba tocando. Haciendo el amor contigo — susurró con los ojos cerrados — Y yo... yo no podía soportar la idea de verlas juntas — La morena tocó su pecho, frotando ligeramente el dolor de su corazón.

—¿Así que... así que supongo que la rubia hizo todo mejor? — Yulia negó con la cabeza.

—No. No estaba de humor para estar con cualquier persona como compañía — Sus ojos se enlazaron y Elena se sorprendió por el dolor que vio en Yulia. Dio un paso más cerca.

—¿Sabes qué? No estaba de humor anoche tampoco — No es que Sveta no hubiera intentado. Al parecer, no le habían dado suficiente sangría. Pero Elena se había quejado de un dolor de cabeza terrible y la rubia finalmente se durmió.

—¿Qué significa eso? — Susurró Yulia.

—Significa que no me tocó, no me hizo el amor.

Yulia cerró los ojos, dejando escapar el aliento lentamente.

—Oh, Elena — susurró — La pelirroja se movió sin pensar, y sus manos se deslizaron por los brazos de Yulia, acercándola más.

—Yo también te extrañé — susurró contra su boca.

Yulia la atrajo más cerca, casi aplastando a la pelirroja en ella. Esta necesidad que sentía por Elena era abrumadora. No podía al parecer acercarse lo suficiente. Sus bocas se peleaban por tener el control, sin un ganador. La morena se quejó en voz alta cuando Elena atrevidamente tomó sus pechos con ambas manos, cubriéndolos.

—Oh, Dios, Yulia — Elena murmuró, moviendo los labios en la boca de la Sheriff, deslizándolos por su garganta, buscando el pulso en su cuello. Yulia cerró los ojos, con el corazón palpitante por la gentil exploración de Elena, con las manos y la boca moviéndose suavemente a través de su cuerpo. Dios, quería llevarla a la tierra y hacer el amor con ella aquí. Quería tocarla tanto, que temblaba. Sabía que debía parar, sabía que los demás las echarían de menos. Pero con la boca de Elena moviéndose a través de su piel, con las manos de Elena moviéndose por sus caderas, deslizándose hacia abajo por sus muslos jugueteando con ella. Dios... no, no podía parar.

—Te deseo mucho.

—Oh, Yulia... no tienes ni idea — susurró Elena. Olvidándose del mundo, se olvidó de la fiesta. Sólo estaba Yulia. Sólo estaba Yulia y la luna.
Pero Yulia no se había olvidado del resto. Cuando Elena tiró de la camisa de la morena fuera de sus jeans, cuando sus manos cálidas se habrían deslizado hasta los pechos de Yulia, les hizo detenerse.

—Elena, no podemos — susurró — No aquí — Miró nerviosamente hacia la terraza, viendo a los demás, mezclándose. ¿Por cuánto tiempo habían estado fuera? ¿Diez minutos? ¿Veinte?

Elena gimió, apoyando su cabeza fuertemente contra el pecho de Yulia. No, no podría. Jesús, todo lo que quería era tocar a Yulia. Pero no, tenían un maldito grupo que atender. Y tenía que atender a Sveta.

—Lo siento — murmuró. Sacó los brazos de Yulia, respiró profundamente, intentando calmar su acelerado corazón — Jesús, lo siento mucho.

Yulia no sabía qué decir. Tenía miedo de tocar a Elena, miedo de que no pudiera parar.

—Hay que regresar — finalmente dijo — Lena asintió con la cabeza.

—Lo sé — Levantó la vista, mirando a los ojos de Yulia — Lo sé.

Yulia la vio alejarse, con su corazón rompiéndose con todos los pasos que Elena daba.

Ella iba a volver. Volvería a la fiesta, de nuevo a Sveta... de vuelta a su vida. Se dio la vuelta, con sus ojos moviéndose hacia el cielo, buscando la luna. Respiró profundo y cerró los ojos, consciente de que estaba deseando rezar para que Elena no volviera a Sveta. Pero estaba fuera de sus manos. No había nada que pudiera hacer. Todo dependía de Elena.

—¿Ariel? — Se volvió lentamente, no realmente sorprendida de ver a Sunshine de pie detrás de ella en el camino — Tu viaje ha terminado, Ariel.

—¿Sí? Bueno, es una mierda — Sunshine se acercó.

—¿Qué se siente estar enamorada? — Metió las manos en los bolsillos.
—Bueno, no es todo lo bueno que parece — dijo a la ligera — De hecho, no creo que se supone que duela mucho — Sunshine sonrió.

—Para citar una vieja canción... el amor duele, Ariel.

—Tengo un mal presentimiento, Sunny — Yulia miró hacia otro lado — No estoy segura de que Elena sienta lo mismo, sabes.

—¿Por qué dudas?

—Bueno, ya sabes. Uno, Sveta está aquí, por ejemplo. Y dos, ella tiene problemas conmigo — Yulia se encogió de hombros — Problemas con mis hábitos pasados y mis citas — Sunshine se rió.

—No la puedes culpar por eso, Ariel.

—No. Lo sé.

—Y en cuanto a Sveta, no, no hay energía allí, Ariel. Allí no hay nada entre ellas. No creo que alguna vez hubo nada entre ellas.

—Hay algo entre ellas. Han estado juntas durante un par de años, viven juntas. Así que, sí, hay todavía algo entre ellas.

—Ariel, debes confiar. Debes confiar en el fuego entre las dos. Elena sabe, como tú sabes — Yulia miró.

—¿Saber qué? —Sunshine sonrió.

—El fuego entre ustedes... es real, Ariel — Yulia negó lentamente con la cabeza. No sabía qué decir —¿No te digo que las Parcas siempre ganan?

_________________________________________________________________________________________________

Yulia, no seas tan cabezota y escucha a Sunshine. Las Parcas están en lo correcto, ellas saben y mucho.
Bien, no quedan muchos capítulos así que, vamos a ver que esperan estas dos tercas para darse cuenta de que están demasiado enamoradas.
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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA) - Página 3 Empty Re: EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

Mensaje por Fati20 5/13/2022, 3:55 pm

Claro las Parcas ya tienen ese destino marcado y ya deben amarse y punto. Y que risa con Elena toda racional y que Sveta y julia es julia bla bla y ya estaba desnudandola sin importarle nada ese fuego es fuerte y julia también debe darse cuenta de como afecta a lena. A triste quede poco 😔 pero me emociona q ya estén juntan bien. Estaré pendiente del próximo q subas 😘😘😘😘
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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA) - Página 3 Empty Re: EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/13/2022, 9:11 pm

CAPÍTULO VEINTICUATRO

_______________________________________________________________________________

—Creí que nunca se irían — dijo Sveta mientras ayudaba a Elena y a Nastya con los platos — Elena y Nastya se miraron.

—Son apenas pasadas las diez, querida — dijo la mayor.

—Y esas son dos horas más de lo que la gente normal pueda soportar hablando con Harmony — La rubia metió la mano en su bolsillo — Dios! Mira esta mierda — la pelirroja y Nastya sonrieron, y luego se echaron a reír cuando Sveta extendió la palma de su mano, llena de cristales — ¿Qué diablos voy a hacer con esto? Ella me dijo que necesitaba trabajar en mi energía negativa. ¿Puedes creer eso?

Elena y Nastya intercambiaron miradas de nuevo.

—Harmony y Sunshine están muy a tono con los niveles de energía — Nastya explicó.

—Bueno, son raras. Y lo siento. Sé que son sus amigas y todo, pero como que me asustan.

—Son absolutamente inocuas — dijo Nastya nuevamente.

Elena puso el último de los platos en el lavavajillas, con el impulso de defender a Harmony y Sunshine. Sí, ella pensaba que eran un poco extrañas también. Pero a medida que Nastya la incluyó en su círculo hace meses, más iba sintiendo un cierto cariño.

—No sé cómo ustedes las soportan. Incluso Yulia actuaba raro esta noche. Te lo juro, no dijo ni cinco palabras en toda la noche.
Elena le dio una mirada a Nastya, y luego miró hacia otro lado. No, Yulia no dijo mucho.

La morena se había sentado en una esquina de la terraza, meditando, mirando como Sveta adoraba a Elena durante toda la noche. De hecho, Elena no fue capaz de escapar de ella. La pelirroja y Yulia no tuvieron otro momento solas y sin advertirles sin siquiera el adiós de la morena que se había levantado y salido.

—Yulia está teniendo algunos problemas personales — dijo Nastya — No tiene nada que ver con el grupo — Luego sonrió — Y Elena y yo soportamos estar aquí, querida. Tal vez eres tú quien debería reconsiderar la próxima vez que tengas la tentación de visitarnos.

Nastya se fue sin decir una palabra, cerrando la puerta de su dormitorio con bastante fuerza.

—¿Qué le pasa a todo el mundo esta noche? No puedo creer que me habló de esa manera.

—Bueno, Sveta, es la verdad. Cada vez que has estado aquí, no has hecho nada más que quejarte — la rubia se paró frente a ella, con una mirada interrogante.

— ¿Por qué estás todavía aquí, Elena?

—¿Qué quieres decir?

—Tu libro ya está todo escrito. ¿Has estado aquí desde mayo. Cinco meses, Elena — La escritora se encogió de hombros — Supongo que quiero saber si vas a venir de nuevo a Kalmukia o no.

—Bueno, por supuesto que voy a volver. Tengo un apartamento ¿no? tengo mis cosas ahí.

—¿Y yo, Elena? ¿Qué pasa con nosotras? — Elena tragó saliva, luego se aclaró la garganta.

—¿Qué pasa con nosotras?

—Oh, vamos, Elena. Casi ni te conozco.

Elena asintió con la cabeza. Sacó un taburete y se sentó. Era tiempo. Pasado el tiempo, en realidad. Apoyó los codos en la barra, apoyando la barbilla en las manos.

—Sé que he cambiado, Sveta. Pero me gustaría pensar que es en un buen sentido — Se aclaró la garganta otra vez con nerviosismo — No estás de acuerdo, de hecho — Luego respiró profundamente —Tengo... He conocido a alguien, Sveta. Y me ha hecho darme cuenta de que lo que tú y yo tenemos no es... bueno, eso no es amor.

Se miraron la una a la otra. Elena esperaba la explosión de enojo que pensaba llegaría, pero no.

—¿Conociste a alguien? Bueno, eso es bueno, Elena. Es decir, no es como si estuviéramos comprometidas ni nada. No es como si hubiésemos declarado tener un amor eterno.

—¿Qué? — Susurró la pelirroja. Sveta dio un paso atrás.

—Nunca hablamos de eso, Lena. Todavía salgo ocasionalmente. Pensé que tú también.

—¿Qué? ¿Cuándo?

—Bueno, no sé, cada vez que tú y yo no estábamos haciendo algo — Elena cerró los ojos.

—Déjame ver si entiendo. ¿No hemos estado en una relación monógama?

—Bueno, no. ¿Qué te dio esa idea?

—Oh, no lo sé — dijo la escritora con sarcasmo — ¡Tal vez porque tú has estado viviendo en mi habitación!

—Tú me ofreciste un lugar para quedarme — Sveta le recordó.

—Sí. Y cuando te mudaste a mi habitación, supuse que eso significaba que no teníamos una relación por tenerla. Dios, no puedo creer esto.

—Lo siento. No era como que saliera todo el tiempo, ni nada — Elena la miró.

—¿Y mientras he estado fuera?

—Bueno, he estado saliendo, sí. De hecho, conocí a alguien también.

Lena se frotó los ojos. Tuvo un repentino impulso de reír histéricamente. La culpa que había llevado con ella la mayor parte del verano se desvaneció con las palabras de Sveta. Incluso, la ira que inicialmente había sentido, desapareció tan rápido como había llegado.

Ella y la relación con Sveta era una farsa, un engaño.

—¿Has conocido a alguien también? ¿La persona con la que fuiste a los masajes? —supuso Elena. Sveta se sonrojó.

—Sí. ¿Cómo lo sabes?

—Así que, hace apenas unas semanas, estabas compartiendo un romántico fin de semana con ella. Sin embargo, ¿ayer por la noche, querías tener sexo conmigo?

—Bueno, no estamos realmente en una relación ella y yo, tampoco. Quiero decir, ella ha estado alojándose en el apartamento conmigo, pero…

—¿Me estás tomando el pelo? — Elena se levantó, alzando la voz — ¿Que otra mujer se aloja en mi apartamento mientras yo no estoy?

—No creí que sería un problema, Elena.

La pelirroja la miró. No sabía qué decir. Decir que estaba anonadada por las palabras de Sveta sería una gran subestimación.

Meses atrás, cuando le había contado primero sobre Sveta a Yulia, la morena había cuestionado la exclusividad de su relación. Elena recordó haber estado sorprendida de que alguien asumiría que ella y Sveta no eran monógamas. Al parecer, el pensamiento nunca había cruzado por la mente de la rubia.

Lo más probable es que la palabra nunca había pasado por la mente de Yulia tampoco.

—¿Sabes qué? Hay un problema, Sveta. Nunca debimos tener una relación como la que tuvimos. Yo sabía que no estaba realmente enamorada de ti. No debería haber pedido que te mudaras conmigo, no debería haber aceptado que lo que teníamos era bueno y suficiente. Obviamente, no lo hiciste. Pero a pesar de todo eso, sigue estando mal lo que he hecho. En mi mente, éramos una pareja. Y este verano, conocí a alguien, alguien que me hizo sentir todas las cosas que tú no me hiciste sentir. Y nunca debí dejar que las cosas se desarrollaran con ella, porque tú y yo éramos todavía oficialmente pareja. Y me ha consumido la culpa, Sveta. Y sí, iba a terminar las cosas contigo — Caminó hacia la terraza, mirando a través de las puertas de cristal — No sé lo que vaya a suceder o lo que quiera hacer ahora — Volvió alrededor — Pero cuando nos digamos adiós mañana, no quiero volver a verte.

………………………………………………………………………………………………………........................……

Elena tiró de la manta a su alrededor, tratando de ahuyentar el frío. La luna había viajado a través del cielo, sin embargo, seguía estando alta lo suficiente para iluminar los acantilados. A lo lejos, oyó el llamado solitario de un coyote.

Había estado aquí durante horas, al parecer. Sveta estaba en la cama. Había reclamado el sofá, a pesar de que no podía dormir. No dudaba que Nastya les había oído, pero no había salido de su habitación. Tal vez sintió que Elena necesitaba estar sola.

—¡Qué tonta eres! — murmuró para sí. Dos y años y medio que había estado saliendo con Sveta. Contando todos los meses que había estado aquí, hasta habían compartido un apartamento cerca de un año. Y todo para nada. ¡Qué estúpida podría ser!

Y Yulia. Dios, ¿qué iba a hacer con Yulia? Ella ya no podría usar la excusa de que estaba involucrada con alguien. Puso los ojos en blanco. Como si esa excusa hubiera funcionado últimamente de todos modos. Oficialmente, ella estaba sola ahora. Si se quedaba aquí por un tiempo más largo, ¿Qué iban a hacer ella y Yulia?

¿Tener una cita? No quiero salir con ella.

No. Esta noche se dio cuenta que había pasado esa etapa. El breve tiempo que estuvieron juntas esa noche, los pocos besos que habían compartido, los momentos robados al no poder detenerse al tocarse, Elena aceptó lo que sentía, lo que significaba.

Estaba enamorada de Yulia. Era tan claro como el día y lo más probable es que sea un error enorme. Después de todo, Yulia es Yulia.

Esta noche, después de que la morena se había ido tan abruptamente, ¿Adónde fue? Dudaba que se haya ido a casa. Al menos, no sola. No, la morena había visto a Sveta, Sveta había estado tocándola, abrazándola. Sveta la había besado de forma inesperada. Cuando Elena buscó los ojos de la morena, Yulia estaba allí, mirando, mirándolas. Vio el dolor en sus ojos. Pero no había nada que pudiera hacer. Y poco después, Yulia simplemente se levantó y se fue.

No, dudaba que Yulia estuviera sola esta noche. El dolor en su corazón empeoraba y frotaba suavemente su pecho.

……………………………………………………………………………………………………...................……..

Yulia se quedó inmóvil, sin notar el frío, con los ojos mirando hacia los acantilados besados por la luz de la luna. La llamada de vez en cuando de los coyotes sólo hacía peor su humor sombrío. Habían sido horas, pero todavía no podía sacar de su mente la imagen de ellas besándose. Sabía que era Sveta quien había besado a Elena. Lo sabía. Pero aun así, la imagen estaba allí. Y era tan obvio que eran una pareja, la forma en que se tocaban, la forma en que se miraban. En realidad no era había sido Elena, recordó. Pero apenas importaba. Allí estaba ella, sola, de pie en su lugar, de pie en el lugar al que nunca había llevado a otro ser humano, salvo Elena. Y Elena estaba en la cama con otra mujer. No quería pensar más allá de eso. Lena había dicho que no habían dormido juntas. Pero sus acciones en la terraza indicaban lo contrario.

—Sunshine estaba equivocada — murmuró.

Confía en el fuego.

—Creo que a las Parcas realmente no les gusto, después de todo.

…………………………………………………………………………………………………................………………

Nastya las vio en el coche, curiosa en cuanto al estrecho abrazo que Elena le había dado. Podía ver la incertidumbre en los ojos de la pelirroja y tanto como Nastya la amaba, no había nada que pudiera hacer por ella ahora. La dejó ir, sabiendo que tenía que resolver esto por su cuenta.

Volvió a entrar, con la intención de tomar el último café en la terraza ya que el aire se había calentado. El teléfono la interrumpió y regresó la cafetera, pensando que Elena había olvidado algo.

—Soy yo. Por favor, tengo que hablar con ella, Nastya.

—Oh, cariño, lo siento. Acabas de perderla.

—¿Qué quieres decir?

—Ellas van camino hacia el aeropuerto, Yulia. Estoy segura — Nastya se quedó mirando el teléfono antes de ponerlo en el suelo, preguntándose por qué la morena le había colgado — Mujeres, lo juro — murmuró, tomando de nuevo la cafetera.

______________________________________________________________________________________

Juro que no soporto un minuto más a Sveta!!! Evil or Very Mad
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Mensaje por Fati20 5/14/2022, 12:54 am

Si Sveta es una cínica y lena por tonta estaba siendo su burla solo era la q daba una casa gratis y en vez de buscar anoche a julia o llamarla no hace nada y ahora supongo q va con Sveta asegurarse q su apartamento quede solo y seguro para regresar. Es mucho pedir pero quisiera leer más 😃. Saludos cariño 😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/14/2022, 2:11 am

CAPÍTULO VEINTICINCO
__________________________________________________________________________________________________

Yulia redujo la marcha mientras tomaba una curva demasiado rápido, deslizando peligrosamente el Jeep en las rocas para luego acelerar de nuevo.

Una vez que salió a la carretera del condado y al pavimento, cambió a quinta, acelerando a toda velocidad mientras intentaba atrapar a Elena.

No se había detenido a pensar en lo que estaba haciendo, sólo sabía que no podía dejar que Elena se fuera. Por último, más adelante, vio el coche de alquiler. Sin pensarlo, encendió las luces de la patrulla y la sirena, sin importarle en lo más mínimo que aquel no era el protocolo.

—¿Qué demonios? — Elena desaceleró, con los ojos fijos en el espejo retrovisor.

—¿Quién es? — Preguntó Sveta.

—Parece ser la Sheriff Volkova.

—¿Estabas corriendo? — Lena giró los ojos.

—No, Sveta, no iba a alta velocidad — Se hizo a un lado y se detuvo. Se bajó del coche antes que Yulia incluso abriera la puerta de su Jeep — ¿Qué demonios estás haciendo? — Preguntó. Yulia miró.

—Yo... yo, eh... ibas a exceso de velocidad — Elena se puso las manos en las caderas.

—Al diablo.

—Si ibas. En serio.

—Está bien. ¿Me va a dar una multa o qué? — La morena se movió nerviosamente.

—Elena, por favor... no te vayas.

—¿Qué?

—Por favor no te vayas.

—Yulia…

—Hey! Tenemos que coger un vuelo — gritó la rubia — Elena echó un vistazo a su reloj.

—Lo siento, Yulia.

—Por favor, no hagas esto, Elena. No te vayas.

La pelirroja frunció el ceño. A ella le hubiera gustado tener tiempo para hablar, pero ahora no era el lugar. No con Sveta allí.

—Me tengo que ir, Yulia.

Yulia estaba en el medio de la carretera, mirando con incredulidad como Elena la echaba fuera de su vida. Estaba segura de que su corazón se detuvo viendo que el coche desaparecía de su vista.

Te quiero, Elena.

—¿Qué quería? — La pelirroja se encogió de hombros.

—No estoy muy segura — La rubia se volvió en su asiento, mirando a la pecosa.

—Ayer por la noche dijiste que habías conocido a alguien, pero no dijiste quién. ¿Es Yulia?

La escritora hizo una pausa, y luego asintió.

—Sí. Es Yulia.

—No es de extrañar que estuviera actuando tan extraño anoche. Ella estaba celosa. Lo siento, Elena. No tenía ni idea.

—Lo sé. Es mi culpa. Debería habértelo dicho.

—Entonces, ¿qué va a pasar con ustedes dos?

—No lo sé — Luego sonrió — Siento un poco de vergüenza hablar contigo acerca de esto.

—Sí. Supongo.

—Y lo pensé un poco anoche. Realmente no hay razón para que tengas que mudarte ahora. Quiero decir, no sé cuándo vaya a volver.

—¿En serio? Eso sería genial. Porque me gusta mucho estar allí y está cerca del trabajo — Elena asintió con la cabeza.

—Pero no voy a seguir pagando todo el alquiler. Voy a pagar la mitad, ya que tengo todos mis muebles allí, pero eso es todo.

—Muy bien.

Dios, estaban siendo tan civilizadas una con la otra, que era casi nauseabundo.

Sin duda, Sveta estaba tan aliviada como Elena al terminar formalmente su relación. Dejó que sus pensamientos derivaran de nuevo a Yulia, desconcertada por su extraño comportamiento.

¿Luces y sirena? ¿Qué estaba pasando con eso?

…………………………………………………………………………………………………….

La Sheriff condujo como zombie, yendo al único lugar donde sabía que encontraría consuelo. La encontró en la terraza, en el sol. Se miraron la una a la otra, entonces Nastya señaló una silla.

—Siéntate, cariño — La morena se lanzó sobre la silla, con la cabeza agachada — ¿Qué pasa, Yulia? — La Sheriff negó con la cabeza.

—Simplemente no puedo creer que se haya ido. No puedo creer que ella se fue sin siquiera hablar conmigo.

—¿Elena?

—Por supuesto, Elena — Se puso de pie, paseando por la cubierta — Hay algo entre nosotras, Nastya, yo sé que lo hay. Ella también lo sabe — La morena se aferró a su pecho — Ella lo sabe, Nastya pero cree que no puede confiar en mí — Se encogió de hombros — Yo no la puedo culpar. Demonios, he estado con más mujeres de las que puedo contar. Pero ahora es diferente. Es diferente con ella. Quiero decir, no puedo ni siquiera pensar en estar con alguien que no sea ella —Yulia dejó de caminar, de pie delante de Nastya — ¿Cómo pudo sólo dejarme? ¿Sin decir una palabra? Quiero decir, ni una maldita palabra. ¿No significo nada para ella?

—Yulia, ¿de qué estás hablando? — La pelinegra abrió los brazos.

—¡Estoy hablando de Elena! ¡Estoy hablando sobre mí! — Estuvo a punto de gritar — ¿Cómo se fue de nuevo a Kazajo sin decirme una palabra?

—Cariño, ella no regresó a Kazajo. ¿Qué te dio esa idea? — Yulia se agachó, agarrando la silla de Nastya.

—¿No se fue a Kazajo?

—No, querida.

—Entonces, ¿a dónde diablos se fue?

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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA) - Página 3 Empty Re: EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/14/2022, 2:26 am

Y bien, no quería torturarlas más, así como estas dos se mantuvieron hasta el final, torturandose la una con la otra hasta admitir que por lo menos estaban enamoradas Cool (alerta de spoiler), pero muy agradable la lectura.

Disfruten el capítulo final y una vez más, agradecerles por todo siempre!

Las adoro, queridas!

I love you I love you I love you I love you I love you I love you I love you I love you



CAPÍTULO VEINTISEIS
___________________________________________________________________________________________________

Elena dejó las cortinas caer en su lugar, pensando que tal vez esto no era una buena idea después de todo. El atardecer se había convertido en su parte favorita del día y había perdido la vista de los acantilados. El estacionamiento fuera de su ventana, con el parabrisas de los autos que reflejaban el sol menguante, podría apenas compararse a los acantilados.

Pero, como le había dicho a Nastya, ella necesitaba un poco de tiempo para pensar, tiempo para ordenar sus sentimientos, era hora de conciliar lo que acababa de ocurrir en su vida.

Un tiempo sola.

Ahuecó las almohadas en la cama, y luego se echó hacia atrás, con el control remoto entre las manos, con aire ausente. El hotel era bonito, como Nastya había dicho que sería, pero se sentía confinada por las cuatro paredes. No se había dado cuenta de lo cómodo que se había convertido la apertura interior de su hogar. Sonrió. Sí, su casa. Inició como una casa de verano de alquiler, compartida con una vieja amiga un tanto excéntrica, en un lugar en el que nunca había estado antes. ¿Quién hubiera pensado que se enamoraría del lugar? ¿Y quién iba a pensar que se había enamorado de Yulia? Oh, Yulia. Negó con la cabeza. ¿Qué iba a hacer? No había duda de que la morena enloquecería totalmente si le dijera que estaba enamorada de ella. Yulia, con su estilo de ámalas y déjalas, probablemente correría por las colinas para escapar de ella. ¿O no?
Elena todavía estaba perpleja sobre el comportamiento anterior de la Sheriff. ¿Qué había hecho para que llegara a ellas con el pretexto de exceso de velocidad, haciendo uso nada menos que de las luces y la sirena?

No te vayas.[I]

Levantó las cejas juntas, recordando las palabras de Yulia.

[i]Por favor, no hagas esto, Elena. No te vayas.


La golpearon repentinamente. Yulia pensaba que iba a volver a Kazajo con Sveta. Pensaba que se iba y le estaba pidiendo que no se fuera. Cerró los ojos. Sí, Yulia tenía la mirada de pánico cuando le estaba pidiendo a Elena quedarse. La gran idiota. ¿Por qué asumió que me iba? Bueno, te vio besándola. ¿Y qué otra razón lo haría el conducir un auto de alquiler hacia el aeropuerto?

—Oh, Yulia — susurró.

Dio un respingo, sorprendida por la llamada a la puerta. Sin embargo, aun no había pedido su cena.

—¿Quién es?

—Servicio de habitaciones.

Se puso en pie, con el corazón palpitante, de pie en la puerta. Nastya prometió que no diría a Yulia dónde estaba.

Hizo una pausa, mirando hacia el techo, preguntándose por qué estaba sorprendida. Sorprendida, pero no enojada. Su afirmación a Nastya de que necesitaba un tiempo a solas para ordenar todo era cierto. Por lo menos en el momento en que se lo había dicho.

—¿Elena?

Se quedó allí, finalmente, dejando una sonrisa en su cara antes de abrirle la puerta a Yulia.

—Hay una sincronización impecable.

—Yo, eh, pensé que tal vez necesitabas hablar.

—¿Es eso lo que pensabas? — Yulia se encogió de hombros, encontrando su mirada — Pensé que me necesitabas — Lena asintió con la cabeza.

—Sí, tienes razón — Se mojó repentinamente sus labios secos — Te necesito, Yulia — Poco a poco, se acercó, tomando la mano de la pelinegra, dejando que sus dedos se movieran juntos. Le dio un ligero tirón, llevándola a la sala — Háblame de esta mañana — Yulia frunció el ceño — Las luces y la sirena. ¿Exceso de velocidad?

—Pensé... pensé que te ibas.

—¿Volviendo a Kazajo? — Yulia asintió —¿Con Sveta?— Yulia asintió de nuevo.

—Y... ¿qué?

La morena agachó la cabeza nerviosamente, frotándose las manos húmedas en los vaqueros. Levantó la vista de nuevo, mirando a los ojos de Elena.

—Yo... Bueno, yo... Cristo, Elena... yo... pensé que me dejabas — dijo terminando rápido — Y no sabía qué hacer — susurró.

Elena sacudió la cabeza, acercándose.

—No dejando, Yulia. Sólo necesitaba un poco de tiempo para pensar, para resolver lo que siento.

—¿Acerca de Sveta? — Yulia preguntó vacilante. Elena sonrió.

—No, no se trata de Sveta. Terminé las cosas con ella — Se encogió de hombros — No había nada con ella, a fin de cuentas.

—Así que, supongo que eso significa que necesitas tiempo para pensar de... de ¿mi? — Elena miró a los ojos.

—Sí. No sé muy bien qué hacer con estos sentimientos que tengo — La escritora se giró, dándole la espalda a Yulia — Una vez me dijiste lo aburrido que sería dormir con la misma mujer, noche tras noche, tras noche — dijo en voz baja — Así que me pregunto cómo en el mundo podría permitir que esto suceda — susurró.

Yulia cerró los ojos y escuchó las palabras que Nastya le había dicho horas antes.

Ella está enamorada de ti, Yulia. Pero querida, dudo que alguna vez lo diga. Tiene miedo de hacerse daño.

—Tú no dejas que suceda, Elena — dijo finalmente — Estuvo fuera de nuestro control todo el tiempo — Lena se dio la vuelta.

—¿Qué cosa?

La morena se movió, acortando los pocos pasos que las separaban. Extendió la mano, y sus dedos tocaron suavemente el rostro de la pelirroja. Ella se acercó más, sus labios se tocaban suavemente mientras se movían en los de Lena, saboreándola ligeramente.

—Oh, Yulia — murmuró la pelirroja. Sus brazos se deslizaron alrededor de los hombros de la Sheriff, acercándola más — No sé lo que se supone que debo hacer.

—No importa, Elena — La mano de la morena había encontrado el pecho de la ojiverde, tragándose el gemido de la mujer, mientras su lengua jugueteaba a lo largo de los labios de la pecosa — Voy a hacerte el amor esta noche — Movió los labios al oído de Elena, besándola suavemente — Voy a hacer el amor contigo por el resto de mi vida — Elena trató de apartarse, pero Yulia la abrazó — No. Es cierto. Lo juro, Elena — susurró en el oído de la pelirroja.

Elena se agarró con fuerza.

—¿Lo juras?

—Juro que seré fiel a ti. Juro que puedes confiar en mí con tu corazón — Elena cerró los ojos.

—Dime por qué.

—Porque estoy enamorada de ti, y quiero estar contigo. Te amo, Elena.

La pelirroja se relajó, alejándose de Yulia lo suficiente para ver a sus ojos. Y vio todo lo que necesitaba allí. Sonrió suavemente.
Yulia sonrió.

—Creo que es bastante obvio que me he enamorado de ti también — Yulia se rió.

—No es tan evidente, no.

Los ojos de Elena se pusieron serios.

—Creo que me enamoré de ti la noche que bailamos en los acantilados — admitió — Y después de eso, simplemente me mataba verte con otras.

La pelinegra negó con la cabeza.

—No hubo otras. No ha habido nadie, Elena. No eran más que... citas falsas — dijo — No quería estar sola a tu alrededor, por lo que era más seguro traer una cita — Elena miró a los ojos.

—¿Juras que no me harás daño?

—Lo juro con mi corazón.

Los dedos de Lena ya estaban desabrochando la camisa de Yulia mientras se la llevaba hacia la cama. Pero se detuvo.

—Tengo que... Quiero decir, no puedes saber esto, pero estaba teniendo dificultad para dar con el final para mi libro.

Las manos de Yulia descansaban ligeramente en la cintura de Elena, pasando su pulgar lentamente sobre su piel caliente. Luego inclinó la cabeza.

—¿Quieres decir, con Daryna? — Lena asintió con la cabeza.

—Daryna se enamoró de alguien muy parecida a ti — Elena puso los ojos lejos, cayendo su mirada a los labios de la morena — No sabía qué hacer con ella... con ellas.

Yulia asintió.

—Ya veo.

—Daryna tiene un poco de miedo, creo — Yulia negó con la cabeza.

—Ella no debe tener miedo — La mano de la morena viajó lentamente, ahuecando la mejilla de la pelirroja. Sonrió mientras Lena se apoyaba en su toque — Ya sabes el final, Elena. Ellas viven felices para siempre.

—¿Es eso realmente posible? — susurró — Los ojos de la pelinegra se pusieron serios.

—El corazón me dice que es posible. ¿Qué dice tu corazón?

Elena cerró los ojos por un momento.

—Te amo. Él dice te amo — Yulia la atrajo hacia sí.

—¿También dice que puedes permanecer en Ryn conmigo?

Elena tocó con sus labios los de la morena, murmurando contra su boca.

— Y vivieron felices para siempre.


FIN.
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EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA) - Página 3 Empty Re: EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)

Mensaje por katina4ever 5/14/2022, 2:39 am

OMG!! Lena solo fue a dejar a Sveta al aeropuerto! Solo espero que al regresar Lena puedan hablar y al fin poner las cosas en claro😍😍😍
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Mensaje por katina4ever 5/14/2022, 2:54 am

OMG!!!!! Que bellooooo!!! No puedo creer que ya terminó, fue tan lindo y ellas al fin pudieron aceptar que se aman😍😍😍 muchas gracias por la historia querida ☺☺☺ espero poder leer muy pronto una nueva historia
Saludos querida 😘😘😘😘😘 cuídate mucho 😘😘😘
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Mensaje por Fati20 5/14/2022, 4:17 am

Con esta cantidad de capítulos has desbloqueado un nuevo nivel de cariño por ti!!!! Fue hermoso al final las Parcas lograron su objetivo, estará Sunshine muy feliz 😃. Fue una historia hermosa me encanto como julia cambio y fue siempre tan tierna y como lena se permitió despertar esa pasión y sentirse viva con julia. Gracias una vez más a ti q no te imaginas lo importante que es este momento de venir a leer las historias que nos das, es el momento q todo deja de existir y solo existe esa historia y esos sentimientos q tienen. Espero que sigas dándonos más y más historias aquí tienes a tu más fiel lectora. Esperare con muchas ganas y ansias qué nueva maravillosa historia nos darás, feliz noche querida mía 😘😘😘
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Mensaje por Belen2696 5/27/2022, 4:28 am

Todos los fics que nos traes al foro son excelentes gracias por todo 😊😊😊😊🤭🤭
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