LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

CHAPTER 1. UN ENCANTO GÓTICO

Sinceramente no lograba entender de qué manera me había metido en problemas con esa chica, nunca antes en mi vida me topé con alguien tan duro a tan corta edad. Su par de ojos – lindos para rematar – me miraron rabiosos durante toda la clase. Así que cuando mi madre me preguntó cómo había estado el día, el primero en una escuela nueva llena de raros estudiantes, sólo me limité a decir: "Bien, ha habido mejores". Y corrí a mi habitación.

Aún cuando tuve la fortuna – me atrevo a llamarla así – de estrellarme con un futuro galán de cine y derramarle el café en su ropa, lo que más recuerdo es a la chica gótica. Me asustaba. Cómo rayos iba a saber que ese joven apuesto y amable tenía novia, y peor, que era ella. Cuando me confrontó no supe realmente qué hacer, sólo estando en mi habitación más tarde asimilé las palabras que le dije.

Estaba segura de una cosa: iba a continuar en esa escuela pasara lo que pasara, aún estando ella ahí. Regresaría y la enfrentaría, no buscando más problemas claro, pero por nada del mundo dejaría que su actitud volviera a ponerme tan tensa.

Katya no me ayudó mucho cuando disimuladamente le pedí información de Yulia Volkova.

-Uuyy cuidado con ella – me dijo, haciendo una cara como si hubiese masticado algo picante.

-¿Qué quieres decir?

-Mira Lena, si quieres llevar una vida lo más normal posible en la escuela, tendrás que limar asperezas con ella. Yulia Volkova no es el tipo fácil que te saluda con un "hola" todos los días y te sonríe sólo por cortesía.

-¿Pero y qué? Ella no es la directora de la escuela, no creo que debería preocuparme por agradarle… ¿o sí? ¿Ella no es nada de eso verdad? Nada parecido.

-No…es mucho más que eso. Digamos que Yulia en la escuela es algo así como el titular del noticiero más importante de Rusia. Lo que ella diga, es la verdad de todos.

-¿Qué?

-Lena, sólo trata de llevarte bien con ella ¿sí? Y por nada del mundo te metas con su novio Pasha.

-Ese es el problema – dije más para mí que para mi hermana.

-Yulia Volkova puede destruir tu vida socialmente en un parpadeo – decía mientras se pintaba las uñas del pie – Ella mueve todo en la escuela, nadie se atreve a contradecirla, ni en sus cinco sentidos, ni fuera de ellos.

Estupendo, ahora tenía por rival a la mandamaz de la escuela, no podía ser mejor. Al otro día intento llegar lo más cautelosa posible, sino fuera por Katya que me obligó a cargarle sus cosas. Yulia no estaba en la mejor actitud, seguía mirándome recelosa. Sólo esperaba que en cualquier momento otro vaso de café fuera derramado sobre mi cabeza.

Pero no lo volvió a hacer y parecía que ya hasta se estaba olvidando que yo existía. Conforme pasaban los días me la encontraba muy seguido, siempre de hecho, por los pasillos, acompañada todo el tiempo de Pasha, ese joven guapo y amable que tenía vueltas locas a más de la mitad de las chicas de esa escuela. No dudo que al tenerlo con ella, Yulia se sienta como la reina del agujero.

Bueno, lo cierto es que tampoco Yulia está como para rechazarse, más bien, es un encanto de 16 años con un estilo diferente. Cabellera larga y negra oscura, con unos mechones azules que hacían juego con sus lindos ojos. Una piel tan blanca, o pálida como la leche y unos labios seductores, de estatura baja y delgada y por si fuera poco con una presencia imponente que dejaba sin aliento.

-Es hermosa – me dijo Katya aquella noche que se pintaba las uñas de los pies – Yulia Volkova es una belleza de chica…no dudo que Pasha esté tan perdido en ella, si yo fuera él, haría lo mismo.

-¡Katyaaa! – Expresé sorprendida.

-Es la verdad, muchas chicas se volverían locas sólo si Yulia les extendiera la mano para saludarlas…pero eso es un privilegio que sólo Nastya Isaeva puede disfrutar.

-¿Nastya? ¿Nastya Isaeva? ¿Hablas de…?

-Sí, la chica castaña que se junta en su grupo, ella es la única que puede disfrutar de la compañía de Yulia, es más, hasta estoy segura, porque lo he visto, que Nastya es la única que puede hacerle algo a Yulia sin que ella se moleste. ¿Cómo lo hace esa chica? – Dice de repente dejando su maniobra para pensar – No cabe duda que es muy lista – agrega para volver a lo que hacía – ¿Sabes Lena? – Dice después de un rato de silencio – Aunque Nastya es algo ingenua, creo que deberíamos aprender algo de ella. Como eso de dominar a Yulia Volkova.

Así que mi villana personal no solamente era alguien con una posición bastante alta en la jerarquía social del instituto, sino que también me enfrentaba a una joven cuya seguridad se medía también por sus significativos rasgos de belleza.

Así estaba, observándola de frente mientras ella comía un pepinillo del plato de Pasha al tiempo que prestaba mucha atención a lo que Nastya le estaba diciendo. Las observé a las dos, parecían llevarse muy bien. Yulia no perdía su fría expresión pero estaba muy atenta a Nastya, es más, pude ver cómo ella le decía algo al oído que Yulia se inclinó para escuchar mejor, algo que según Katya nadie más tenía permitido, de no ser así, la pobre chica habría salido corriendo de rodillas.

Pasha rodeaba el cuerpo de Yulia con el suyo, parecía que disfrutaba su aroma porque no dejaba de acercarse a su cabello y aspirar profundo. ¿A qué olía esa chica? ¿Podría algún día llegar yo a saberlo? ¿Podría algún día yo sentarme al lado de Yulia y susurrar a su oído como hacía Nastya ahora?

En lo que Pasha se levanta por otro café y Nastya y Aleksei pelean por algo mientras que Andrey y Rex intentan mediar la situación, mi cauteloso análisis de Yulia es interrumpido abruptamente cuando me percato de su mirada sobre mí. Obviamente se dio cuenta que no dejaba de mirarle despistada y decidió confrontarme, mis ojos se cruzaron con los azules de ella y no pude evitar ponerme nerviosa. Todos estos días aunque ella no me provocaba, sí se comportaba muy cruel cuando tenía la oportunidad. Parecía que disfrutaba haciéndome sufrir, y yo no entendía por qué no podía hacerle lo mismo. Sabía que podía hacerlo si me lo proponía, estaba confirmado porque aunque Katya es mayor y más robusta que yo suelo dominarla con facilidad, mamá recurre a mí para obligarla a tragarse las pastillas que debe tomar cuando se enferma. Katya no puede conmigo. Ella es desquiciante pero yo sé muy bien cómo confrontarla, y salir ganando, bueno, pues con Yulia no podía hacer lo mismo, era como si ella me hipnotizara.

Me miró con su característica mirada que te pone a temblar, arqueando una ceja en la que lleva puesto un percing de plata, se le ve genial y ese gesto la hace lucir más atractiva de lo que ya de por sí es.

Aprovechando la ausencia de Pasha, Vitya, un muchacho del instituto extremadamente delgado y exageradamente con toda la pinta de nerd, de rizos, bracketts y anteojos se sienta a su lado, obligándola a quitarme la vista de encima.

-¡No! – Exclama ella.

Vitya se levanta de inmediato y se pone a su espalda, se inclina, huele su cabello y echa a correr. Yulia se levanta de prisa pero en eso llega Pasha y la calma. Pone el vaso de café en su mano y un beso coqueto en sus labios. No dudaba que ese chico estaba loco por ella. Yulia sólo echó una última mirada hacia mí y continuó escuchando atenta la conversación de Nastya.

Nastya es una chica linda, meditaba esa noche en mi cama, es muy hermosa, no como Yulia, porque Yulia parecía perfecta, el parámetro por el que se mide la belleza, y Nastya se le acerca mucho. Pero ingenua, Katya la llama así por no decirle tonta, aunque quizá, como ella había dicho, en realidad Nastya de tonta no era nada, de ahí que supo muy bien cómo atrapar a Yulia.

Antes de despedirnos ese día en la mesa de descanso Yulia jugueteó un poco con los cabellos de Nastya, la castaña estaba sonriendo, probó un poco de su helado y luego dio a probar a Yulia, me sorprendí completamente cuando esta última abrió la boca y dejó que Nastya introduciera su cuchara dentro. Luego le dijo algo que por más intentos que hice para escuchar, la discusión entre Rex y Aleksei no me lo permitió. Nastya embarró un poco de helado en la punta de la nariz de Yulia y pude ver cómo ella sonrió. Entonces Pasha se levantó para despedirse y ella hizo lo mismo.

Suspiré dándome vuelta en la cama, me sentía tonta por pasar otra noche meditando en la actitud de Yulia Volkova hacia los demás.

Con Nastya parecía ser…algo así como "linda". Con Andrey se lleva muy bien, con Pasha, bueno, él es el único que puede probar sus labios, él se porta muy bien con ella y sin embargo ella no deja de ser fría, aunque estoy segura que lo ama, me quedó claro desde el primer día. Con Aleksei y el resto es realmente una chica mala pero conmigo…Yulia es cruel, muy cruel.

A pesar de que no volví siquiera a tener un roce más comprometedor con Pasha sino sólo en actuación Yulia parecía no olvidar mi osadía de la primera vez. Se ensañaba conmigo, algo que de repente me hacía llorar por la noche, como hoy, sólo que hoy no lloré porque Yulia fuera mala conmigo sino más bien porque me ignoró durante todo el día.

Maldición, cómo odiaba preocuparme tanto por eso. ¿Por qué me pasaba esto con ella? ¿Por qué de repente su rostro se aparecía en mis sueños y no me dejaba dormir?

No obstante seguí mi vida tranquila, era mejor que me acostumbrara a sus cambios de humor conmigo, un día era fría, otro día peor. Sin embargo, había ocasiones en que parecía que todo mejoraba entre nosotras, como la vez que ella terminó su relación con Pasha porque estaba celosa que él fuera amigo de una chica guapa y millonaria.

Cuando entró llorando a mi casa me sentí muy confundida, sentí un agudo dolor, como de un pinchazo dentro de mí al verla cómo se encontraba, no podía mentir fingiendo que no me había dado gusto saber que ellos dos ya no andaban, aunque no sabía por qué me daba tanto gusto, pero lo que no me gustaba era verla llorar, ella siempre se mostraba tan fuerte, no podía creer que la ruptura con Pasha la dejara en ese estado. ¿Cómo es posible que lo amara tanto? ¿Por qué?

Sólo la ayudé a volver con él para que ya no estuviera así, para que ya no sufriera más, aunque dentro de mí sentía como si algo se hubiera roto.

Y aquella vez, cuando cantó junto a Nastya en ese concurso de canto, no era más la Yulia destruida sin Pasha en su vida. Se veía tan sexy cantando. Cómo la disfruté esa noche.

En realidad, aunque se mostraba tan mala conmigo, Katya insistía en que yo le agradaba a Yulia más de lo que esperaba. Pero, ¿podía eso ser realmente cierto?

Espero no haber tardado mucho en actualizar otra historia así que espero que sigan dándole amor y muchas visualizaciones a esta nueva adaptación a las YULENAS que no es más que otra historia muy entretenida, fresca, juvenil y encantadoramente romántica... Aunque Yulia no lo parezca. 

Disfruten de este agradable fics escrito por LINDSAY WEST, quien es a mi parecer, una gran escritora.

Nos leemos luego...

CHAPTER 2: LOS SENTIMIENTOS DE MI HERMANA

-Entiéndelo Lena, Yulia no es la chica que acostumbra pedir consejos de nadie, mucho menos de alguien que asegura odiar.

-Sólo lo hizo porque estaba desesperada.

-De cualquier modo Pasha no se atrevería a romper con ella.

-Ah ¿no? ¿Y por qué? – pregunto interesada.

-Porque lo tiene atrapado, piénsalo hermanita, ¿quién se atrevería a terminar una relación con Yulia Volkova?

-¿Alguien que se valora?

-Pasha la ama ¿y quién no?

-Katya, me asustas, hablas como si…

-¿Si Yulia me gustara? – Asiento.

-Síii.

-Pues te equivocas, Yulia Volkova no me gusta nada…ella más bien ¡me encanta! – dice arrugando la nariz como en un gesto coqueto.

-¡Katyaaaa!…

-Es la verdad. Sólo me molesta que la ingenua castaña llame tanto su atención – habla como en un susurro mirando al frente y con el puño cerrado.

-¿Ah sí? – esbozo soltando una risilla al ver su actitud.

-Nastya Isaeva tendrá que alejarse un poquito de Yulia si quiere seguir con vidaaaa.

Suelto una gran carcajada.

-¿Qué es tan chistoso?

-Nada, nada.

-¿Qué es tan chistoso para ti Lena Katina? – me sujeta de los hombros.

-Nada, sólo que deberías saber cómo te pones; no creo que valga la pena ponerse así por una chica, y menos si es ella – me suelto de sus brazos y comienzo a caminar a mi habitación – después de todo, tú bien lo dijiste, Pasha nunca se separaría de ella, así que debemos suponer que ellos siempre estarán juntos. Lo siento mucho hermana. Suerte para la próxima.

-¡Ni Pasha, ni mucho menos Nastya podrán conmigo!

Pensé en lo que pasó esa mañana. Llegué temprano a la clase de artísticas y escuché risas antes de abrir la puerta del aula. Me parecieron conocidas, abrí la puerta y me encontré con una cariñosa Yulia abrazando a Nastya por la espalda, las dos se quedaron en silencio. Yulia la soltó y me miró con su clásica mirada fulminante, esa que me pone nerviosa. Nastya le entregó una hoja de papel en la mano y Yulia se volvió a ella.

-No vuelvas a hacer eso niña – le dijo amenazante, a lo que la chica castaña sonrió ampliamente – te la leeré más tarde ¿de acuerdo?

-Claro Yulia – la morena sale del aula y yo me dirijo a Nastya.

-Es la primera vez que la escucho reír.

-Es que no la conoces lo suficiente Lena, Yulia puede ser tan divertida como tu hermana Katya.

-¿Piensas que Katya es divertida?

-Por supuesto, siempre está con esa actitud de chica popular, es muy cómica.

No podía decirle que a Katya no le caía nada bien, la consideraba una fuerte competencia en sus intentos de conquistar a Yulia. Siendo sincera, hasta creí por un momento sentirme celosa sólo de saber que Nastya era la única que podía hacer reír a Yulia. ¿Pero qué estoy diciendo? ¿Celosa yo? ¿Por Yulia?

-¿Y qué estaba sucediendo? ¿De qué me perdí?

-Aah, Pasha le escribió una canción a Yulia, le pasó las notas por escrito para que ella la interprete a solas en su casa. ¿No es lindo?

-Sí…muy lindo… ¿a ti no te molesta?

-¿Qué?

-¿La relación entre ellos dos?

-¿A qué te refieres Lena?

-Pues…a que…túu…yy Yulia…pues…

En eso entra la clase entera, Yulia y Pasha se quedan un momento abrazados en la puerta y después se separan para ocupar sus respectivos lugares.

Yulia pasa junto a mí, la única silla disponible estaba a mi lado, hace un gesto agrio y se sienta. Me mira con esos ojos profundos y ondula su cabello al voltearse hacia el otro lado. Al hacerlo deja rastro de su aroma, aspiro profundamente…huele a…no lo sé…sólo sé que ese aroma me resultaba embriagante, creo que pasar toda la clase a su lado sería terriblemente insoportable.

Shapovalov logra sacarme del estado atarantado en el que me encuentro envuelta.

-Yulia, Lena, vengan al frente, vamos a continuar la historia de ayer pero ahora ustedes serán las protagonistas. Yulia, harás el papel de un efusivo esposo y Lena será la esposa reprimida.

-No lo entiendo – digo confundida.

-Es de esperarse – dice una ácida Yulia cruzada de brazos.

-¿Qué se supone que debemos hacer?

-Lo obvio Lena, Yulia intentará reconciliarse contigo mientras que tú la rechazas.

-Sólo por la causa – admite Yulia mirándome.

-¿Qué?

-Comiencen – Yulia arquea una ceja, eso sólo significaba su diversión, para mí era lo peor que me podía suceder.

-¡Acción! – grita Shapovalov.

-¿Entonces? – Comienza una seductora Yulia dando firmes pasos hacia mí - ¿qué más puedo hacer para tenerte contenta?

Siento que mis piernas empiezan a tambalearse y yo misma estoy temblando.

-He hecho prácticamente de todo por agradarte pero nada ha funcionado para que me ames – ella seguía avanzando hacia mí y noté que retrocedí unos pasos ligeramente – Yulia – menciona ella misma su nombre - ¿qué es lo que debo hacer ahora? Quizá sería bueno…besarte… 

Nos leemos mañana 

CHAPTER 3. UNA OPORTUNIDAD EN MI VIDA

Estira su fría mano hacia mi rostro acariciando mi mejilla, noto mi estremecimiento y el calor que comienza a emanar de mi cuerpo, seguramente mis mejillas están totalmente rojas. Respiro agitadamente, la tenía tan cerca de mí, con sus hermosos ojos azules penetrando mi alma terriblemente. No puedo hacer más que salir corriendo de ese lugar, no quise detenerme a meditar sobre lo que pensarían todos de mí pero definitivamente no podía continuar.

Estoy sollozando en medio de la oscuridad dentro del armario de limpieza, furiosa de lo que había hecho, así que ahora todos me preguntarán sobre lo que pasó. Debía salir huyendo de ahí sin que nadie me viera. ¿Por qué ella me hacía esto? ¿Porqué ensañarse así conmigo?

El picaporte se gira y pronto escucho pasos dentro.

-Andrey, discúlpame pero no quiero hablar con nadie ahora por favor – no hay respuesta – Andrey en serio, te buscaré más tarde ¿está bien?

-¿Porqué te buscaría Andrey aquí dentro? – oír su voz hace que me sobresalte.

-¿Yulia? –

-¿Acaso lo has metido acá? – me levanto del suelo y dirijo mi mirada hacia donde creo que proviene su voz.

-Dime, ¿has traído a Andrey Ruvlev al armario Katina?

-Por supuesto que no. ¿Qué haces tú aquí?

-Vamos, no me vengas con esas Katina, yo te pregunté primero.

-Ya te respondí, ¿a qué has venido? ¿A seguir molestándome? ¿A seguir arruinando mi vida?

-Oye, estás mal, ¿qué piensas? ¿Qué conozco todo lo que no te gusta? Yo qué iba a saber que no soportas que te toquen. Pues mira, se supone que eres artista, y una artista debe ser profesional y tú no te mostraste muy profesional que digamos, ¿cómo se supone que actuarás si no te gusta que te toquen?

-Ibas a besarme…

-¡Rayos! No iba a besarte, ¿cómo puedes pensar eso?

-Es lo que parece que pretendías.

-¡Se supone que tenías qué rechazarme! Tú debiste alejarme de ti y no permitir en ningún momento que te besara o que te tocara Lena, ¡de eso se trataba la escena! Yo me acercaba, tú me rechazabas, ¡todo giraba en torno a eso el tiempo que Shapovalov marcara, ¿entiendes? Hasta que él ordenara otro cambio de situación. Pero al parecer no lo entendiste y me dejaste ahí parada ¡como estúpida!

-¡Ah bueno, entonces no es que tú de repente te hayas sentido mal y hayas venido hasta aquí preocupada por lo que pasara conmigo, sino que viniste a reclamarme que te dejara parada como estúpida!

-No dije eso.

-¡Yo escuché! Y si no es así ¿a qué viniste entonces Yulia?

Ninguna de las dos podía verse entre la oscuridad, sólo nos escuchábamos.

-Bueno, como siempre, todos creyeron que había sido muy dura contigo y que te había ofendido en algo. Pasha insistió en que me disculpara y por eso vine aquí ¿te parece justo? ¡Me culpan cuando sólo estábamos actuando! – Ella tenía razón. No cavilé en eso.

-Lo siento, no fue mi intención que te obligaran a venir a buscarme… - argumenté bajando la voz a un tono melancólico - ¿Y cómo sabías que estaba aquí?

-Porque últimamente te da por entrometerte en todo lo que tiene que ver conmigo, incluido este sitio, sabes que entro frecuentemente aquí y tú has hecho lo mismo varias veces.

-Sí – digo perdiendo la mirada hacia otro punto – parece como si fuera nuestro sitio.

-No vaciles Katina, yo lo vi primero.

Aun recuerdo la primera vez que compartí con Yulia este lugar. Fue cuando terminó con Pasha. Me llevó ahí para hablarme en oculto, me encantó tener esa intimidad con ella en un espacio tan reducido. El armario encerró su aroma y yo lo aspiré como el hambriento que huele la comida.

Fue la primera vez que me tomó de la mano arrastrándome dentro, unas horas antes se había pegado a mí cuando estuvo de acuerdo en mi opinión, sobre que me molestaría que si Pasha fuera mi novio, él fuera amigo de una chica guapísima. Yulia estaba celosa de una joven que acosaba a Pasha, aunque yo no le doy la razón, Yulia es mucho más bonita que Olga y por supuesto mucho más sexy. Es lo que Katya dice.

-¡Quítate eso de ahí! – le dije cierto día en el baño, cuando compartíamos el lavabo.

Ella se había sobre puesto un arete de plástico en la ceja.

-¿Crees que a Yulia le guste? ¡Ayy ella se ve tan sexy con esos aretes en la cara!

Y cuánta razón tiene, la verdad, ni se le notaban mucho, porque eran de plata, y Yulia tiene una piel demasiado blanca, pálida sería lo correcto. Pero cuando la mirabas de cerca, esos percings en la nariz y en la ceja la hacían verse fenomenal. Cómo me gustaba mirarla. Trataba de no perder la oportunidad de sentarme en la misma mesa que ella, siempre de frente, para contemplarla mejor.

-Katina, Katina ¿sigues ahí?

-¿Qué? – Salgo de mis pensamientos – Sí, sí aquí estoy.

-¿Y entonces?

-Entonces ¿qué?

-¿Vas a seguir encerrada aquí dentro? O saldrás y les dirás a todo que eres bipolar.

-¡Yo no soy bipolar!

-¡Pues entonces arréglatelas para que dejen de culparme por tu salida improvisada en plena actuación!

-No te preocupes Yulia, saldré y les diré a todos que tú no tuviste nada que ver en mi actitud, que se debe a mí y a mis cambios de humor, y volverás a estar bien con Pasha, vas a mirarlo exigiendo una disculpa y luego él te besará para disculparse. Es eso lo que quieres ¿no?

-Bien dicho Katina.

-¡Maldición, no sé qué hago aquí contigo Yulia!

Intento caminar hasta la puerta para salir huyendo lo más rápido posible pero sin darme cuenta que Yulia estaba parada ahí, justo en la única salida, así que me estrello con ella en mis intentos de huída. Puedo sentir que su rostro está casi frente al mío, de no ser por la altura de ella diría que estamos diamétricamente en la misma posición y que nos miramos mutuamente a los ojos. Puedo sentir su aliento sobre mi rostro y mi cuerpo ligeramente recargado sobre el suyo.

-Demonios – pensé - ¿por qué no se mueve?

Levanté los brazos para buscar el picaporte y toco los suyos presionando sobre la puerta, al parecer yo iba tan rápido que de no haber estado la puerta detrás de ella la habría derribado y ambas habríamos caído al suelo.

Sentí cómo me apartó suavemente de su cuerpo y es muy probable que no se diera cuenta que aun estábamos separadas por muy poco cuando habló de nuevo.

-Estás demente Lena Katina – abre la puerta y no la veo más. Me quedé con el aliento frío de su boca atrapada en esa misma posición por varios minutos más.

Al salir fui directamente a la mesa donde estaban todos, incluida ella.

-Yulia no tuvo la culpa – solté rápido – fui yo que no me sentía bien…tenía…ganas de vomitar así que salí corriendo – ella sonríe con su peculiar altanería.

-¿Yulia te obligó a decir eso Lena? – me pregunta Pasha sospechando.

-No…es verdad lo que dije…creo que Katya puso algo ayer en mi cena, pero ya estoy bien.

-Qué bueno – volvió a hablar Pasha – porque así nos puedes acompañar este fin de semana de campamento.

Pude ver cómo Yulia lo atravesó con la mirada.

-A mi novia le pareció buena idea invitarte para compensar el que te haya tratado mal – ella le intensifica la mirada.

-Gracias, pero ya les dije que no fue culpa de Yulia – Yo sabía que Pasha estaba diciendo eso sólo para una vez más, arreglar una situación problemática causada por su novia.

-Sí pero de todos modos iremos de campamento y estás formalmente invitada – insiste Pasha – La pasaremos muy bien ¿verdad Yulia? ¿Yulia?

-Sí, muy bien – responde con sarcasmo.

-Lleva ropa holgada, hace calor allá durante el día, pero por la noche debes cubrirte porque el frío atraviesa tus huesos.

-¡Y cada quien lleva su casa de campaña! – Mencionó Nastya.

-Gracias, pero no creo que pueda ir.

-¿Por qué no?- pregunta Aleksei – Tu hermana Katya ya se apuntó.

-¿Katya irá?

-Mj, aseguró que te llevaría con ella.

No puede ser, lo menos que quiero es pasar tiempo teniendo a Yulia cerca de mí y ahora no sólo la veré durante el día sino que dormiremos no con muchos metros de distancia.

Volteo hacia ella y me doy cuenta que me miraba también, sonriendo con ese gesto de victoria, seguramente imaginando todas las formas en las que podría divertirse conmigo en el bosque.

Aparta sus hermosos ojos de mí para mirar a su novio y comenzar a besarlo apasionadamente, yo sólo puedo bajar la mirada. Sin duda que verla cómo es feliz en los brazos de Pasha es lo que me pone todo más difícil.

Nastya también me estaba observando.

CHAPTER 4. EL CAMPAMENTO

-¡¿Se puede saber porqué aceptaste ir de campamento con Pasha y los demás?

-Lena, deberías imaginarte, Yulia va a estar ahí.

-Sí pero ¿yo porqué tengo que ir contigo?

-¿No lo recuerdas? ¡Nuestra madre me castigó a no dejarme salir a menos que tú fueras conmigo! Y no me quiero perder ese paseo, con suerte y consigo dormir en la misma tienda que Yulia.

-¡Aah! Estás obsesionada.

Mamá castigó a Katya cuando la vio llegar con percings en la cara, no es porque a ella no le gusten los percings, sino porque Katya le dijo que una chica guapa de la escuela los llevaba puestos y ella se veía muy sexy. Mamá le dijo que ella no tenía porqué imitar a las demás personas, Katya le dijo que no quería imitar a nadie, más bien quería llamar su atención. Mi madre la castigó por el hecho de que intente llamar la atención de las personas cambiando su identidad. Por extraño que parezca, mamá no dijo nada en contra de que a mi hermana le interese llamar la atención de una chica.

Así que ahora las dos estamos castigadas.

-Katya yo no quiero ir.

-Ay pero ¿por qué no? Nos la pasaremos bien Lena. Es más, he pensado que tú y yo podríamos salir ganando en todo esto.

-¿A qué te refieres?

-A que tú podrías intentar conquistar a Pasha, así mi camino hacia Yulia sería más fácil.

-Katya dime la verdad, ¿a ti realmente te gusta Yulia Volkova?

-Ya te lo dije Lena, ella me encanta.

-Sí pero ¿ya te diste cuenta? – Hace una cara de ignorancia – Yulia es una chica – continúa con su cara ignorante – ¡Tú también lo eres! – me mira y suelta una carcajada.

-Ay Lena Katina, no pareces de esta familia. A mí no me importa que Yulia sea una chica y yo también lo sea, cuando alguien te gusta, pues adelante, conquístalo, o conquístalaaaa – me quedo estupefacta pensando – Estar con Yulia tiene muchos beneficios, ella es la más popular de la escuela, todos le tienen miedo, es segura y no le teme a nada ni a nadie. Es increíblemente hermosa y sexy y por si fuera poco, su padre es ¡millonariooooo!

-No sabía que el padre de Yulia fuera un hombre rico.

-¡Millonarioooo!

-Pero, ella estaba molesta con Pasha por hacerse amigo de una guapa millonaria.

-Así es Yulia.

Eso era algo que no me esperaba.

-¡Yulia, Lena! Tienen los papeles principales de mi próxima obra.

-¿Qué? ¿Cuál obra?

-La que presentaremos en 8 días.

-¿De qué hablas Shapovalov?

-Su actuación del otro día me dejó congelado. Me di cuenta que ustedes dos juntas son una bomba.

-¿Qué fue lo que cenaste? – pregunta Yulia, y yo suelto una risita que ella me hace callar.

-En mi obra serán dos grandes amigas, que se quieren mucho y se respetan.

-Olvídalo – dice ella bebiendo su café y comenzando a marcharse.

-Yulia.

-¡¿Qué?

-Si no participas en esta obra tendrás descanso por un mes.

-¡¿Qué? No puedes hacerme esto Shapovalov.

-Sí puedo.

-¡No!

-Acepta la obra.

-¡No!

-Acéptala Yulia.

-¡Ay está bien! Lo haré – antes de salir furiosa me mira como siempre lo hace, con odio.

-Shapovalov no creo que sea buena idea juntarnos a Yulia y a mí.

-Lena, cuando tú estés en mi lugar preguntaré tu opinión ¿está bien?

-Claro.

-Ahora consígueme un banano.

¡Qué manía por los bananos!

Amigas, amigas ella y yo, sólo esto faltaba, actuar como si fuéramos grandes amigas, las mejores amigas. Ni en mis sueños. Me he hecho a la idea de que Yulia Volkova jamás me considerará su amiga.

-Aquí está, el libreto para la obra. Espero que estén ansiosas chicas. Yulia, serás Michelle, una chica noble pero con un oscuro pasadooooo…y Lena será Oksana, una joven de clase bajísima que te ayudará a salir adelante. Las dos se convertirán en ¡grandes amigas! Espero que así se muestren en mi obra. Faltan 7 días para el estreno. Ahora iré por un banano.

Volteo a ver a Yulia, ya se estaba marchando tomada de la mano de Pasha, antes de salir me echa una mirada lastimosa, pero que yo amaba, se veía tan hermosa con su estilo gótico, cada día que pasaba se ponía más atractiva. Pasha no dejaba de mirarla. Qué envidia.

Era viernes pasado del mediodía, todos estaban ahí, en la orilla de la carretera.

-Tengan mucho cuidado…

-Adiós padres – Katya baja del auto a toda prisa.

-¡Katya debes cuidar de Lenai!… - grita mamá siguiéndola con la vista - Bueno, Lena tú cuida de Katya por favor.

-Claro. Nos vemos entonces. Vamos Andrey.

-Hasta luego y muchas gracias señor y señora Katin.

-Diviértanse.

Pasha está acomodando todo en su camioneta, Aleksei le ayudaba y Andrey fue a hacer lo mismo llevando nuestro equipo. Nastya venía hacia mí. Pude ver a Yulia recargada sobre el vehículo bebiendo de una botella. Estaba hermosa, llevaba unos pantalones cortos con botas de montaña y extrañamente camisa blanca ajustada, haciendo resaltar aún más su pálida piel, el cabello largo y negro suelto y sus brillantes ojos azules mirando a Katya con fastidio cuando esta la jaló para abrazarla.

-Hola Lena, qué bueno que estás aquí, la verdad todos queríamos que vinieras.

-¿Todos? – pregunto, por un momento deseando que entre "todos" también estuviera incluida Yulia.

-Sí, bueno, todos menos Yulia, ya sabes.

-Claro – suspiro decepcionada, Nastya me mira curiosa.

-¿Es todo chicos? – pregunta Pasha acercándose.

-Parece que sí, está todo en su lugar – responde Andrey.

-¿Podemos irnos entonces?

-Larguémonos ya – dice Yulia rodeando el vehículo. Ni siquiera me miró.

-¿Puedo ir adentro con ustedes? – Se apunta Katya con cara casi suplicante.

-Seguro – responde Pasha mirándola extrañado, Yulia la mira aterrada.

-¡Fabuloso!

-¿Qué le pasa a tu hermana? – Me pregunta Andrey – se comporta muy extraño.

-Es Katya, tú ya la conoces.

-Sí pero, de eso a querer estar al lado de Yulia todo el tiempo, no me parece de Katya.

-Bueno, quizá le guste estar con Yulia.

-Mmm – atina a pronunciar Andrey para subir a la caja de la camioneta dándome la mano para ayudarme a hacer lo mismo mientras que Aleksei ayuda a Nastya.

-Creo que ella no es la única que quisiera estar con Yulia – me dice ella cerca de mi oído.

El camino se estaba tornando difícil mientras más avanzábamos dentro del bosque, yo iba sentada al lado de Nastya, muy pegaditas la una de la otra, nos cubríamos con una manta de lona y las chaquetas. Miré a Nastya y ella hizo lo mismo, me sonrió. Luego de un rato le hago la pregunta.

-¿Qué quisiste decir cuando mencionaste que Katya no era la única que quería estar con Yulia?

Nastya me mira sonriendo más ampliamente.

-Nada Lena, sólo lo digo porque a mí también me hubiera gustado ir allá adentro con Yulia.

-Mj – murmuro, seguramente que a ella le habría encantado – te creo.

Ella no deja de mirarme y sonreír. La cuestiono con mi mirada.

-La vas a pasar muy bien. Estarás agradecida por haber venido – me dice y a continuación se pone a escuchar atenta la conversación entre Aleksei y Andrey. Pasha detiene el auto a la entrada de dos caminos que se separan en V.

-Chicos – dice bajando del auto – Yulia dice que debemos tomar uno de estos caminos, uno nos lleva hasta el lago y el otro a la orilla del río que desemboca en el lago.

-¿Qué tal el del lago? – Sugiere Andrey – hasta podríamos meternos a nadar.

-Sí, ¡vayamos al del lago! – dice Nastya con sus manos levantadas.

-Bueno, entonces separémonos para encontrar el que lleva al lago.

-Quiero ir a hacer pis – dice de pronto Nastya - ¿puedo?

-Sí, pero… podrías perderte.

-No lo haré.

-Yo voy con ella – se propone Yulia.

-Yo también voy – dice Katya.

-Está bien, si nadie más tiene que ir a hacer sus necesidades el resto encontraremos el lago, ¿Lena irás con las chicas?

-No, voy con ustedes a buscar el lago.

-Bien entonces Andrey y Aleksei van por la derecha y Lena y yo por la izquierda.

-De acuerdo – Las tres chicas se alejan, Yulia me mira hasta que le doy la espalda.

-Un momento – dice Nastya – olvidé lo esencial, ya saben, papel de baño, ahora regreso, espérenme aquí.

-Corre – le anima Katya. Yulia hace cara de pocos amigos.

Ellas ya están ahí cuando nosotros regresamos.

-Llegamos al río – dice Pasha.

-¡Sí, porque nosotros encontramos el lago! – Responde un Aleksei victorioso.

-Siendo así iremos hacia la derecha.

-¿Qué es eso que tienes ahí? – le pregunta Katya curiosa a Nastya, al verle una botella en la mano.

-¿Esta? Sólo es… - piensa – es crema para el rostro, un exfoliador que te deja el cutis tan suave como la seda.

-¡Dame! – se lo arrebata de las manos.

-Claro – le dice Nastya confundida – no debes ponerte tanto.

-¡Sé lo que hago!

Reanudamos la marcha, sólo un par de kilómetros más adelante para detenernos.

-¿Está bien aquí Yulia? – le pregunta Pasha.

-Sí, mientras más cerca del camino mejor, además quedamos cerca del río por lo que tenemos agua corriente para beber y lavar los platos y vasos que usemos sin acercarnos al lago, es peligroso hacerlo de noche.

-Bien.

-Yulia solía venir aquí hace tiempo con sus padres – me dice Nastya al oído.

-¿Y porqué ya no? – Nastya hace un gesto gracioso pensando lo que dijo.

-Yulia solía venir aquí hace tiempo con sus padres – repite alzando los hombros y alejándose de mí.

-Bien, armemos las tiendas antes de que se haga de noche.

-Aún son las 4.

-Las tinieblas caen sobre el bosque desde muy temprano, se acomoda perfecto para que salga la luna y los animales carnívoros comiencen a buscar a sus presas – dice Yulia pasando junto a mí y mirándome. Trago saliva.

-Armemos las tiendas señores – dice Andrey.

Yulia y Andrey bajan sus tiendas, Aleksei saca la suya pero no logro encontrar la mía. Katya comienza a estornudar muy fuerte.

-¿Dónde está mi tienda?

-¿Cómo?

-Mi tienda, no la encuentro, estaba aquí justo encima de la tuya Pasha – Pasha se acerca y busca.

-Tampoco está la mía – Yulia también se acerca.

-Vi cuando la subiste.

-Sí pero ya no está.

-Seguramente alguien las tomó cuando dejamos la camioneta a la entrada de los caminos – dice Nastya preocupada.

-Eso debió pasar.

-¿Y ahora? – pregunto angustiada.

- Bueno, aún tenemos 5 tiendas más ¿no es así? La de Yulia, la de Andrey, la de Aleksei, la de Katya y la de Nastya – Katya vuelve a estornudar.

-Ay, estos ambientes definitivamente no son lo mío – dice ella.

-Yo no traje mi tienda – dijo Nastya.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque Yulia me dijo que podía dormir en la suya.

-No, tú insististe en que querías dormir en mi tienda.

-Sí, pues al final quedamos en que dormiríamos juntas.

Tenía que ser así, me digo para mí misma.

-Pues aún quedan cuatro, podemos dormir por parejas.

-Mmmmmm… - dice Katya y estornuda de nuevo – creo queeee… tenemos sólo tres. ¡Achúuu!

-¿De qué hablas?

-Yo no traje la mía.

-¡¿Cómooo? – Decimos todos al mismo tiempo.

-Oigan, ¿qué esperaban? Ya traía cuatro valijas conmigo, ¿una más? No lo soportaría. ¡Achúu!

-¡Ay Katya! – le digo.

-¿Qué vamos a hacer con sólo tres tiendas?

-Veamos, las mujeres pueden dormir en una sola tienda, en la de Yulia.

-Olvídalo.

-Yulia, tu tienda es la más grande, caben ustedes cuatro muy bien, yo dormiría con Andrey, y Aleksei… y Rex en la otra porque la tienda de Aleksei es pequeña.

Katya estornuda fuerte de nuevo.

-Oigan, como sea, pero comencemos ya porque este viento me está matando.

-Creo que Katya no puede dormir entre nosotras – dice Nastya – está enferma y podría contagiarnos a todas - ¡Achúuu! – ella también estornuda.

-Ajá, tú estás igual que yo, entonces ninguna puede dormir en la tienda con las otras.

-No puede ser – digo desesperada.

-Tranquila Lena, lo arreglaremos – dice Pasha – Yulia, lo siento, pero deberás prestarnos tu tienda a los chicos y a mí.

-¡¿Qué? Jamás.

-Lena y tú no pueden dormir con Nastya y con Katya, ustedes necesitan dormir separadas así que tú y Lena dormirán en la tienda de Aleksei, porque es más pequeña y ustedes caben bien ahí. Katya y Nastya dormirán en la de Andrey y los chicos y yo dormiremos en la tuya.

-No quiero a esa cosa en mi tienda – dice ella señalando a Rex.

-No sabes lo que tengo – contesta él.

-Yulia – le dice Pasha con un tono muy dulce en su voz – nos prestarás la tienda a los chicos y a mí – Yulia se cruza de brazos – Yulia.

-¡Está bien! Pero sean buenos chicos y no hagan cosas de chicos en mi tienda ¿está bien?

-Te lo prometo amor – y la besa dulcemente en los labios. Esto me hace sentir muy mal – Te amo – le dice y comenzamos a armar las tiendas.

En efecto, la casa de campaña de Aleksei era muy pequeña, apenas cabríamos ella y yo. Entre el trabajo nos miramos frecuentemente, ella como cada vez, su gesto agrio hacia mí. Por accidente Aleksei prendió fuego a una de sus mantas.

-¡Oigan chicos, ayuda! – Katya coge el cubo de agua y la arroja sobre la manta que Aleksei sostenía en el aire, pero al hacerlo Aleksei no se da cuenta y se aparta, por lo que el agua va a parar a hacia Yulia, dejándola toda empapada.

-¡¿Qué haces? – Espeta ella.

-Lo siento Yulia, nunca te habría hecho esto, ¡es culpa de Aleksei! – pero enseguida se le queda mirando, la camisa de Yulia se torna transparente por el agua.

-Ven – le dice tiernamente Pasha tomándola de la mano – tienes qué cambiarte o podría hacerte daño – Nastya le extiende su toalla.

Ella se saca la camisa y comienza a secarse, quedando sólo en su sostén. Katya no deja de mirarla y yo le doy un codazo.

-¿Qué? – murmura ella.

Pero quién podría ignorarla, yo también la miro embelesada, su vientre tan plano y blanco. Pasha deja la tarea a Nastya quien trata de cubrirla un poco, al instante Nastya voltea y me mira, yo desvío mi mirada y noto que enseguida Aleksei y Andrey hacen lo mismo, arrugo una ceja pero al mismo tiempo sonrío, era un muy buen espectáculo.

-¿Listo? – pregunta Pasha luego de un rato.

-Parece que ya quedó todo.

-Entonces preparémonos para la cena.

Como había dicho Yulia, la oscuridad cayó pronto sobre el bosque y sólo la fogata que armamos iluminaba el centro de donde nos encontramos cenando comida enlatada. Comenzaba a sentirse el frío.

Luego de cenar nos disponemos a lavar nuestros utensilios y preparar nuestro ritual para ir a dormir. Recordé lo que había dicho Yulia más temprano sobre lo peligroso que es acercarse al lago de noche, así que intento llegar hasta la orilla del río para llenar mi botella de agua y lavarme los dientes. Escuchaba el agua correr así que supuse que estaría cerca pero no logro llegar a él, así que comencé a tener miedo.

Miro a todos lados y ya no escucho a nadie, ni puedo ver la luz de la fogata, estoy muy asustada. De pronto escucho pisadas a unos metros y percibo, aún en medio de la oscuridad que algunos arbustos se mueven. Quiero gritar pero sólo atino a murmurar algunas palabras.

-¿Hay alguien ahí? – No escucho nada – Responda, ¿hay alguien ahí? … por favor… estoy asustada… si no responde voy a gritar – silencio.

Luego vuelvo a escuchar las pisadas, esta vez más cerca de mí y noto que alguien está por salir de entre los arbustos, me preparo para correr y así hago cuando me estrello con alguien que me aprisiona, intento gritar pero me cubre la boca con su fría mano.

Nos leemos mañana!

CHAPTER 5. UN LINDO GESTO POR NASTYA

–Cálmate, soy yo – me habla delicadamente, es ella.

Enseguida me suelta y recobro la compostura.

–Me asustaste.

–No, tú me asustaste a mí. ¿Qué hacías Lena Katina? Echarte a correr te pondría en un gran riesgo, podrías haberte perdido aún más en el bosque y hay animales y criaturas que no te gustaría encontrar por ahí.

–Me perdí, creí encontrar el río.

–Sí pues no vuelvas a hacer eso ¿entendido? La próxima vez, si quieres dar un paseo por el bosque pídeme que vaya contigo.

¿Había escuchado bien? ¿Ella dijo que le pidiera que fuera conmigo? ¿Realmente lo hara?

–¿Cómo supiste que era yo?

–Porque te escuché. Lena… – cómo me gustaba oírla pronunciar mi nombre, no mi apellido – no vuelvas a hacer eso, no intentes llegar a ningún lado tú sola, no te alejes demasiado y trata de omitir el hecho de que estás sola y asustada. Sólo quédate callada y espera, pero ponte atenta a lo que está a tu alrededor – ella realmente se nota preocupada, ¿lo estaba?

–Está bien, no volverá a suceder.

–Vamos – me dice estirando su mano hacia mí, la tomo fuertemente del brazo, ella se pone incómoda pero quizá supone que aún estoy asustada por lo que no hace intento de apartarme.

Llegamos al campamento y todos se nos quedan viendo confusos. Nastya sonríe.

–Bueno es hora de irnos a la cama si queremos levantarnos temprano para aprovechar el día –sugiere Pasha. Así que cada quien va a meterse a su tienda.

–¿Estarán bien? – le pregunta ella a su novio cuando él se le acerca y le peina el cabello con su mano.

–No te preocupes, la pasaremos bien – y le da un beso tan apasionado que casi puedo sentir el calor que ambos desprendían. Pasha simplemente no podía soltarla, la tenía hecha su prisionera. No podía dejar de mirarlos.

–Lena – me llama Nastya – ¿no vas a entrar a tu tienda? Hace frío aquí.

–Sí – reacciono – claro – y me dirijo a la tienda no sin antes echar una última mirada a la pareja de novios que ahora se hablan muy cerca y abrazados.

–Buenas noches Lena.

–Buenas noches Nastya.

Estoy acomodando mi almohada cuando ella entra a la tienda.

–El lado izquierdo es mío – me dice quitándose sus botas de montaña y su chaqueta de cuero.

– Yulia – le digo con delicadeza – deberías dejarte una chaqueta puesta, hace frío y más temprano te mojaste con agua helada.

–¿Eres mi mamá?

–No.

–Entonces déjate de tus cuidados.

–Sólo digo que…

–Buenas noches Katina.

¡Ay! Qué testaruda. Nastya me había contado hace días que a Yulia no le gusta tomar precauciones y que por nada del mundo le agrada tomar medicamentos, así que no debía insistir más. No pasaron más de veinte minutos cuando ella comenzó a tiritar de frío, sabía que el agua que le echó encima Katya le haría daño. Me volví hacia ella.

–Yulia déjame cubrirte con mis mantas.

–No.

–Por favor, tienes frío.

–¡Dije que no Lena!

–Vamos, déjate de tonterías y acércate más.

–Ya estamos muy cerca.

–¡Si no te acercas me verás obligada a que me duerma encima de ti ¿escuchaste? – no responde, pero enseguida siento que se pega más a mí. Me pongo muy nerviosa. Alzo las mantas y la cubro, luego ella hace algo que jamás imaginé, se acurruca junto a mí, poniendo su cabeza en mi pecho. Por un instante me quedo paralizada, sin saber qué hacer, luego reacciono y lo único que logro hacer es poner mi brazo sobre ella y atraerla más a mí.

Tener a Yulia tan pegada a mi cuerpo me hace sentir muy feliz, ella no se daba cuenta de todo lo que provocaba dentro de mi ser, solo se quedó dormida, yo permanecí despierta por un buen rato aspirando el delicado aroma de su cabello, lo más seguro es que eso era a todo lo que podía llegar con Yulia Volkova.

Por la mañana me despierto con la luz del sol en la cara, enseguida la miro, ella es ahora quien me abraza, si tan sólo estuviera despierta y se diera cuenta de lo que hace, seguramente que correría a tirarse de algún acantilado. La miro, estaba tan hermosa con el rostro iluminado por los rayos solares, el cabello suelto sobre su espalda y su piel pálida tan brillante que parecían un montón de pequeños diamantes. No quería apartarme de ella pero al fin lo hago, si se despierta y se mira en esa situación seré mujer muerta.

Pasha es el primero en salir de la tienda de los chicos.

–Buenos días Lena.

–Buenos días Pasha.

–¿Cómo se portó mi bebé anoche?

–¿Yulia?

–¿Tengo otro bebé? Dime, ¿te dejó dormir tranquila?

–Se portó muy bien, durmió toda la noche, pero espero que no amanezca afiebrada porque tuvo algo de frío.

–Sí, seguramente fue por el agua de ayer.

–¿Qué haremos hoy?

–Los chicos quieren meterse al lago.

–¿Al lago? Está helado – Nastya y Katya se despiertan también.

–Oigan, tengo hambre.

–Sí, preparemos el desayuno.

Enseguida Andrey y Aleksei se unen al grupo, yo volteo de vez en cuando a la tienda, pero Yulia parece seguir durmiendo. Comenzamos a desayunar y entonces ella se asoma, Pasha va a ayudarla a salir y la cubre con una gruesa manta, pone una taza de café humeante en su mano y la besa en la frente.

–¿Entonces qué? ¿Terminando de desayunar vamos a nadar en el lago? ¿O tienes frío, Aleksei?

–Por supuesto que no, Rex y yo nos meteremos.

–Como si pudiera aguantar sin mí – dice Rex.

–¡Cállate Rex!

–Oigan en serio, el agua está muy helada.

–Al que se raje le tocará hacer la comida para todos.

–Yo le ayudo – se apunta Nastya.

Más tarde nos encontramos en la orilla del lago, los chicos se habían puesto sus trajes de baño y estaban listos para saltar al agua. Después que ellos lo hacen Nastya se anima a entrar, se quita la bata y se arroja en un clavado. Al instante Yulia se pone de pie y hace un ademán de quitarse también su toalla de baño.

–Mm, Yulia, creo que no deberías – le dice Katya.

–¿No debo qué?

–Meterte al agua, Pasha dijo que podría hacerte daño y está muy fría.

–¿Y?

–Sólo digo que… – pero se queda callada cuando Yulia se queda solo con su traje de baño negro.

–Está bien como quieras – dice suspirando.

Al igual que Nastya se echa un clavado. La miro, parecía una sirena dentro, con su largo cabello húmedo. Ella y Nastya comienzan a juguetear. Se dicen cosas muy cerca la una de la otra, Yulia le sonríe. Entonces me quito la ropa y me meto al agua también, Katya se levanta asustada pero enseguida hace lo mismo.

–¡Ah, está helada! – exclamo. Pero no me importa, voy directo a apartar a Nastya de Yulia. Ella me mira de reojo y se sambute más profundo.

Luego de un rato Katya comienza a gritar desesperada, parecía que estaba atorada entre unas ramas y no podía salir, la persona más cercana a ella es Yulia, los chicos están muy alejados de nosotras. Así que ella va a sacarla y la lleva hasta la orilla.

–¡Yulia haz algo! – le pide Nastya asustada.

–Tranquila, estará bien.

Se agacha para darle respiración una, dos, tres veces, a la cuarta noto cómo Katya abre sus labios cuando Yulia pone los suyos en ella, los aprisiona por un instante muy corto, al parecer Yulia se da cuenta y se incorpora, Katya se levanta y comienza a toser, pero sin echar el agua que de estarse ahogando habría salido por su boca.

Yulia la mira confusa y se levanta para irse, claramente molesta.

–Ya está bien – me dice Nastya – Yulia sabe de primeros auxilios, y sigue a Yulia.

–Katya ¿por qué hiciste eso?

–¿No soy brillante Lena? Conseguí lo que muchas sueñan, besar a Yulia Volkova.

–Katya contrólate por favor.

Los chicos llegan hasta nosotras.

–Bien hecho amor – le dice Pasha a su novia. Yulia mira hacia otro lado.

Más tarde decidimos dar una caminata por el bosque. Yulia y Pasha caminan tomados de la mano, Nastya junto a ellos y yo cuidando a Katya que se ponía histérica con cada cosa que se encontraba. Luego los chicos se distraen con algo curioso que encuentra Aleksei por un camino alejado.

–Ay, miren eso – señala Nastya hacia unas bellas plantas azules más al frente – son tan lindas – se dirige a ellas.

–Nastya, ten cuidado por dónde caminas – le dice Yulia mirando a su novio y a los chicos alejarse y soltándose de la mano de Pasha para seguir a Nastya.

–¡Dénse prisa! – invita la chica castaña.

–Nastya no vayas por ahí con tanta seguridad – advierte Yulia ahora preocupada. Los chicos definitivamente se alejan de nosotras.

–Miren eso…es tan… ¡Aaaaahhh! – Nastya se resbala por un barranco, deteniéndose sobre unas ramas varios metros al fondo.

–¡Nastya! – Gritamos las tres al mismo tiempo.

–¡Oigan! Me caí, pero está bien no me hice daño, fue como en la resbaladilla. Pero tengo miedo por estas ramas, aún queda camino por delante.

Efectivamente, si las ramas que sujetan a Nastya dan todo de sí, ella continuaría resbalando hasta caer por un despeñadero.

–¡Chicas, ¿qué hago? – grita asustada.

–¡Sólo sostente con fuerza y aguarda. Voy a bajar por ti! – Indica Yulia.

–Yulia, no puedes hacer eso, el camino está empinado y resbaloso, en un error caerás más allá que Nastya y…podrías… – Katya no termina la oración por miedo a lo que sabe que puede suceder, pero Yulia parece no tomar conciencia sobre el peligro, ella simplemente ajusta sus botas de montaña y comienza a alejarse cuesta abajo.

–Yulia por favor – murmura mi hermana. Yo no podía hablar, estaba terriblemente asustada, de ninguna manera deseaba que algo les pasara a Yulia y a Nastya.

–¿Chicas están bien?

–Las oímos gritar y ven… – los tres se quedan callados al mirar cómo Yulia descendía para ayudar a Nastya.

–Pasha, haz algo – le suplico aferrándome a su brazo.

–Lena no podemos arriesgarnos más, si uno de nosotros baja esas ramas no aguantarán el peso y los tres caeríamos al vacío.

–Pero Yulia…–

–Debes confiar en ella, sabe lo que hace y por ningún motivo permitirá que algo malo le suceda a Nastya.

–Así es Lena, Yulia no se quedará tranquila hasta ponerla a salvo.

–Pero pone en riesgo su vida.

–Así es…Nastya está en peligro y la necesita – Pasha parecía resignado. Finalmente ella logra llegar hasta Nastya.

–¿Segura que no te hiciste daño?

–No Yulia, estoy bien. ¿Qué hago ahora?

–Pasa sobre mí por este lado y comienza a subir por donde yo bajé ¿de acuerdo? Estuve tratando de hacer una especie de escalones pero aún no son seguros y debes pisar con mucho cuidado.

–Está bien Yulia.

–Anda.

Las dos comienzan a escalar hacia arriba. Yulia parecía ejercer mucho esfuerzo al empujar a Nastya, la chica castaña no tenía la experiencia de ella en estos casos.

Nastya llega hasta nosotros y la ayudamos a subir pero resbala un poco y en su afán de detenerla Yulia resbala y apenas logra sostenerse de unas espinosas ramas salientes.

–¡Yulia! – Ella tarda en responder, no se mueve.

–¡Yulia, amor, bajaré por ti! – grita Pasha asustado.

–¡No hace falta, estoy bien, vuelvo arriba!

Comienza a escalar de nuevo hasta que finalmente está a salvo. Todos la abrazamos, luego Pasha la besa profundamente en los labios, sin deseos de separarse de ella.

–Por un momento creí que podría…

–Nunca vas a perderme Pasha, al menos no de este modo – le sonríe. Mi corazón late con fuerza.

Realmente estaba segura de dos cosas: Nastya era una persona muy importante en la vida de Yulia y… aunque me doliera…ella nunca dejará de amar a su novio. La miro, al parecer se había hecho daño con las ramas espinosas y estaba sangrando de su brazo izquierdo.

Ya era de noche, habíamos cenado y cada quien estaba haciendo lo que bien le parecía. Ella con su novio, recargada sobre él quien le leía algo escrito en una hoja de papel arrugado. Katya, Nastya y Aleksei charlando animadamente y yo dibujando cómo se veía ella a la luz de una fogata, ya Pasha había atendido cariñosamente sus heridas en el brazo y la cara. De vez en vez Nastya y ella se miraban y regalaban sonrisas una a la otra.

–¿Qué haces? – se me acerca Andrey.

–¡Nada! – digo cerrando la libreta.

–Estás algo asustada ¿no?

–No, estoy exasperada por Katya, ella…no se porta bien.

–¿Lo dices por lo de la mañana? Que fingió estarse ahogando sólo para que Yulia le diera respiración.

–¿Cómo lo sabes?

–Conozco a Katya, es buena nadadora, y vi la cara de Yulia cuando llegamos. Algo no le gustó.

–La besó.

–¿Qué?

–Besó a Yulia… fue muy corto pero lo hizo.

–Oye, no te lo puedo creer, Yulia la habría matado.

–Créeme, eso pasó.

–Caramba, no creí que llegara tan lejos.

–Ya sabes cómo es mi hermana, así que tengo que estarla cuidando. Andrey – continúo luego de un rato de observar la leña consumiéndose – ¿Desde cuándo se conocen Nastya y Yulia?

–Al parecer iban a la escuela normal juntas pero no eran amigas, ellas se hicieron íntimas cuando Nastya llegó a esta escuela. Nastya es una persona muy importante para ella, ten por seguro que Anastasya Isaeva estará a salvo siempre que Yulia esté cerca de ella, se encuentre donde se encuentre y pase lo que pase. Daría la vida por ella.

–¿Y porqué puede amar tanto a una persona y ser tan hostil con otras?

–¿Lo dices por ti? – Miro de nuevo la fogata con una sonrisa oculta – Yo más bien creo que le interesas más de lo que te puedes llegar a imaginar Lena. Ella haría lo mismo por ti si te encontraras en la misma situación que Nastya hoy.

Sí cómo no, por supuesto que debía creer eso.

Momentos después me preparo para dormir cuando ella entra a la tienda. Se quita su chaqueta de cuero y las botas y se recuesta con los brazos cruzados detrás de la cabeza. Yo estoy volteando hacia ella.

–Yulia – le digo muy despacio, ella no responde así que sigo hablando – lamento lo de Katya en la mañana…ella no debió hacer es o.

–¿A qué te refieres Katina?

–No debió besarte, eso estuvo mal.

–¿Qué está bien en tu hermana?

–Mira – me levanto del tendido para sentarme y mirarla a la cara, noto los rasguños en su hermoso rostro, pero que no le quitan nada de belleza – sé que Katya suele ser algo… – trago saliva al mirarla tan bella – arrebatada.

–Está loca Lena.

–Pero… – pienso un instante – al menos se atreve a hacer lo que yo no… – digo en un tono muy bajo, más como pensando. Ella se incorpora y me mira.

–¿Qué?

–¿Mm? – respondo.

–¿Qué fue lo que dijiste Katina?

–Nada.

–Dijiste algo que no te entendí.

–Oh, dije que debo poner más cuidado de ella.

–Eso estaría bien – vuelve a recostarse – no me quejo del beso pero no quiero que vuelva a suceder.

–Te lo prometo – anuncio y también vuelvo a lo mío. Ella cierra los ojos y no los abre hasta la mañana siguiente. Yo pasé una noche más contemplando su espectacular belleza a la sombra de la luna.

Temprano al otro día, fui al río para lavar mis utensilios, alisar mi cabello, cepillarme los dientes y poner linda mi cara, los demás hacían lo suyo, listos para marcharnos.

El suelo se veía peligroso pero me acerqué con cuidado, obviamente no con tanto cuidado porque resbalé por el lodo, y habría caído al agua helada de no ser por una persona que me sostuvo.

CHAPTER 6. UN DESEO CUMPLIDO

-¿Otra vez en problemas eh Katina? – Me dijo con su tono de voz molesto - ¿qué fue lo que te dije?

-Creí que podía venir sola porque es de día y no de noche.

-Creíste, creíste. Pues ya ves que creer nunca te funciona – ella me estaba sosteniendo por la cintura porque el peligro aún no había pasado, yo tenía un pie suelto sobre el agua corriente y ella sostenía a ambas ayudándose con su otra mano que aferraba a la rama de un arbusto saliente. Nunca había estado tan cerca de ella, nunca había sentido que se aferrara a mí de ese modo. Todo era para no dejarme caer al agua claro, pero de alguna manera, ahí estábamos las dos.

Su boca tan próxima a la mía, agarrándome con fuerza, tirando hacia tierra firme.

-Vamos, ayúdame – me dice.

-¿Qué hago?

-Balancéate hacia la orilla – lo hago, y las dos al mismo tiempo. Uso algo de la poca fuerza que guardo y es suficiente para que ambas nos derribemos sobre el lodo.

Caí encima de ella, nos quedamos mirando la una a la otra directamente a los ojos, a sus bellos ojos y veo cómo una ligera sonrisa asoma de su boca.

-Lena – escucho que me llama y entonces reacciono – apártate.

Lo hago y ella se levanta, estaba sucia por el lodo; mira hacia el río y me indica.

-Si hubieras caído esas aguas te habrían arrastrado ferozmente, casi casi te hubieran ahogado entre su caudal, llegarías al lago muerta.

-Pero me salvaste.

-Sí, bueno, no todos los días tienes la suerte de tener a una chica como yo a tu lado.

Oh, si tan solo fuera verdad. Caminamos de vuelta al campamento pero enseguida un animal salvaje nos sale al encuentro.

-¡Ah! – Grito asustada y me echo a correr. Ella va tras de mí, no me di cuenta pero al parecer corrí rápido y lejos antes de que Yulia lograra alcanzarme. Me sujeta fuerte por la cintura.

-¿Qué haces Katina? Detente.

-Ese animal, nos comerá.

-Claro que no.

-¿No es peligroso?

-Sí, pero es más peligroso cuando no sabes mantener el control sobre la situación.

-¿Dónde está?

-Seguramente acechándonos. Lena no debiste correr, ese es un gran error.

-Lo siento, fue el instinto de supervivencia.

De pronto algunos arbustos se mueven y el animal vuelve a aparecer ante nosotras. Yulia se para delante de mí, cubriéndome.

-No tengas miedo – me dice bajito.

-Es imposible.

-Entiende, si te asustas esa cosa huele tus feromonas y sólo te le antojarás más.

-Correcto, ahora ya no tengo miedo… ¿Qué animal es?

-Un gato montés. No te apures, nos libraremos.

El animal no era grande, parecía un gato más…grande de lo normal pero no estábamos tratando con un león o un tigre, ni siquiera un puma. Era más pequeño que eso, pero de todas formas aterrador.

-Nos está retando, nos quiere comer… ¡Yulia! – ella observa al animal.

-¡Abajo! – grita cubriéndome con su cuerpo una fracción de segundo antes de que la criatura se arroje sobre nosotras.

-¡Yulia! – está haciendo frente al animal.

-¡Vete! ¡Largo de aquí bestia! – Toma un grueso tronco del camino y lo arroja con todas sus fuerzas sobre el gatito, que sale huyendo - ¡Vamos! – Toma mi mano y echamos a correr de vuelta al campamento.

Como voy detrás noto que su espalda está sangrando.

-¡Yulia! Estás herida.

-¡Lo sé! Sigue corriendo.

No nos detenemos hasta estar cerca del grupo.

-Bueno… - respira agitada soltando mi mano – Antes que todo debemos calmarnos para no asustar a nadie ¿está bien? – Asiento – No digas nada de lo que pasó, déjamelo a mí, si Pasha se entera que otra vez me puse en peligro se enfadará y querrá llevarme al hospital de inmediato.

-Claro…y a ti no te gusta esa idea ¿verdad?

-Anda, vamos – Nos acercamos al grupo.

-¿Qué pasó? – pregunta Pasha al ver a su novia muy sucia.

-Resbalé en el lodo y me ensucié.

-Toma – le dice Katya extendiéndole su toalla, ella la mira fastidiada pero la acepta, se saca la camisa y se pone la de Pasha. Se veía tan sexy.

-¿Qué tienes en la espalda?

-Seguro me raspé al caer, no me duele, estoy bien. Vámonos – Pasha la mira receloso pero accede.

-Por cierto, Nastya encontró las tiendas faltantes Lena, incluida la tuya.

-Fabuloso – pero ¿porqué no dijo la verdad? ¿Porqué ocultar lo que pasó? Que ella me salvó la vida dos veces en menos de 15 minutos. No podía creer lo que ella había hecho por mí. No sólo arriesgó su vida para salvar a Nastya, ella también hizo lo mismo por mí, y ¡dos veces! Ante este gesto, yo me sentía triunfadora sobre Nastya Isaeva. Sí, por un momento ella fue mi heroína. Miro a Nastya que sube a la camioneta con un aire de orgullo en mí.

El camino de regreso resultó igualmente repartido, Pasha, Yulia y Katya adelante y el resto en la caja. Nastya a mi lado y Andrey y Aleksei hablando de cosas extrañas de chicos.

-¿Y cómo fue que aparecieron? – le pregunto a Nastya – las tiendas.

-Oh, pues…las encontré en el camino – dice con un gesto relajado, pero yo ya estaba teniendo mis dudas al respecto.

-Nastya.

-¿Sí Lena?

-¿Qué le diste a Katya?

-¿A qué te refieres con eso?

-Le diste algo que la hizo parecer afiebrada, fue esa crema – ella ríe.

-No era crema Lena, bueno, al menos no para la piel, mucho menos para el cutis.

-¿Cómo?

-Era crema de elote con pimienta mezclada, para sazonar los alimentos.

-¡¿Y por qué le diste eso a Katya? – pregunto alarmada.

-Pues porque tú querías dormir con Yulia.

-¡¿Qué?

¿Qué? ¿Qué había dicho?

-Vamos, lo sé todo Lena.

-Todo ¿de qué? ¿De qué hablas?

-De que estás enamorada de Yulia – me quedo muda por un buen rato.

-¡¿Qué?

-No tienes por qué ocultarlo, no de mí…yo…me he dado cuenta que a ti te gusta Yulia, te he estado observando, cómo la miras y cómo casi babeas cuando la tienes enfrente.

-No, no es verdad.

-Sí, Lena, lo es, ya te lo dije, no tienes qué ocultarlo de mí, te puedo guardar el secreto como lo he hecho hasta ahora.

-¿Qué pasó con las tiendas?

-Las escondí. Cuando fuimos a hacer pis yo me regresé al auto por papel, pero en realidad fui a ocultar las tiendas en el camino, era una treta para que tú pudieras dormir con Yulia, por eso le di esa crema a Katya, tú hermana se estaba adelantando y tú no hacías nada.

-¿Qué querías que hiciera?

-No sé, algo, pero solo mirabas así que yo tuve qué actuar.

-Pero…si así fuera…que Yulia me gustara… ¿tú porqué me ayudarías?

-Porque somos amigas.

-Sí pero…tú y Yulia…

-Lena, sólo quiero que Yulia se dé cuenta de lo que vales, no pretendo que ustedes dos de repente se conviertan en amantes pero Yulia debe comenzar a verte de otra manera, independientemente que esté enamorada de Pasha, mientras más cerca esté de ti más sabrá que tiene una amiga delante, y tú podrás saber si en realidad ella te interesa como…ya sabes…mujer…o solo anhelas que sea tu amiga.

-Nastya… - digo muy bajito – eso es increíble.

-Lo sé.

-No, de verdad, lo que haces es tan…increíble…eres una chica sensacional – la miro y ella me sonríe.

-Bueno, solo espero que esto resulte y Yulia cambie su actitud contigo, no quiero perjudicar a Pasha solo quiero que…ya te dije…te vea de otra manera.

-Gracias…de verdad…muchas gracias.

-Shhh, es nuestro secreto.

-Claro, sshhh.

De alguna manera me siento feliz de hablarlo con alguien, durante tanto tiempo me estuve engañando a mí misma. Haciéndome creer que lo que Yulia provocaba en mí no era más que un anhelo de estar bien con ella, sólo por evitarme que la chica mala del instituto me tomara como su animal de pruebas, pero no, en realidad, lo que tan profundamente sentía por Yulia Volkova era amor, sólo amor. Me había enamorado de ella, de la chica que me torturaba en la escuela y que se portaba tan cruel conmigo, de la chica que me hacía la vida pesada. Me había enamorado de Yulia Volkova, y estaba feliz de haberlo descubierto, o admitido. Al menos por ese momento.

Por otro lado qué terrible me sentía por lo que había pensado sobre Nastya más temprano, de cómo me ufané sólo de recordar que había estado en una situación de peligro y Yulia se había arriesgado por mí. Algún día le pediré perdón sobre este hecho.

-¿Qué tal su paseo chicas? – nos pregunta mamá cuando llegamos a casa.

-Pregúntale a Katya, cumplió su sueño dorado.

-Aun no – responde ella.

-¿Qué pasó?

Mamá la castigó por otra semana, esta vez, ni aún estando yo con ella la dejaría salir. Besar a una chica de la manera como lo hizo no lo permitían nuestros padres.

Los siguientes días estuvimos ensayando la obra de Shapovalov y el día de la presentación todo quedó espectacular. El teatro estaba lleno y el público se fue más que conforme. Las cosas entre Yulia y yo no habían cambiado desde el campamento, ella seguía siendo tan hostil conmigo como antes lo era.

-Lo sabía, ¡lo sabía! Sabía que tú y Yulia hacen una excelente mancuerna, todo quedó estupendo ¡Fabuloso! – Decía emocionado el profesor –Ahora, a lo siguiente.

-¿Qué es lo siguiente? – preguntó Pasha, y todos esperamos con una gran incógnita.

-La segunda parte de la obra. Esta fue solo la primera, pero falta la segunda.

-Aguarda – se adelanta Yulia hasta tenerlo de frente – tú nos pediste que actuáramos en tu obra y lo hicimos, jamás nos dijiste que habría una segunda parte.

-Pues la hay…en la segunda parte las amigas de la primera se vuelven amantes, porque se enamoran.

Todos nos quedamos helados.

Fati20: Feliz lunes, nena!

CHAPTER 7. UNA OBRA QUE TRANSFORMA VIDAS

-No aprecias tu vida ¿verdad Shapovalov?

-Vamos Yulia, les salió todo muy bien, el público las amó, es lo mejor que la escuela ha producido en años, no quieres estar fuera de una de las más grandes producciones del instituto ¿o sí Yulia?

-Por supuesto que no.

-¿Entonces cuál es el problema?

-¡Lena! – La verdad, estábamos acostumbrados a que Yulia fuera tan sincera.

-No pasará de un besito nada más.

-Grrrrrr.

-Sólo uno Yulia…solo uno – decía él con la voz temblorosa.

-¡No quiero!

-¿Por qué no?

-¡Porque Lena tiene mal aliento!

-Aaahh – obviamente no era verdad, solo lo decía porque no quería salir en la obra y para molestarme, como era su costumbre.

-Parece que alguien no está siendo profesional – Digo saliendo de mi enojo con ella – Hace días "alguien" me dijo que no podía salir huyendo del escenario porque estábamos en plena actuación, que si uno está aquí es porque quiere ser artista, y los artistas deben ser profesionales, pero evidentemente ¡"alguien"! se está saltando esa regla – digo mirándola directamente a los ojos.

-"Alguien" te quiere romper la cara.

-¿Sin argumentos en tu defensa Volkova?

-No necesito que me recuerdes el decálogo del oficio Katina, sé muy bien lo que tengo qué hacer.

-Sí pues no se nota, parece como si quisieras salir huyendo, ¿qué pasa Volkova? ¿Le tienes miedo a una producción? ¿O es que tienes complejos? – todos dan un paso atrás. Sí, la estaba retando.

-¡Mide tus palabras Katina! – ella se enoja y me enfrenta pero Andrey la detiene.

-Aguarda, aguarda, aguarda. Esto no tiene qué terminar así.

-Estoy de acuerdo con Lena – habla de repente Nastya. Yulia la mira furiosa.

-¡¿Qué estás diciendo?

-Que estoy de acuerdo con Lena, creo que si eres una artista profesional Yulia, debes verte como tal, y no rechazar una obra solo por discrepancias con tu co-protagonista, no es profesional.

-¡Cierra la boca Anastasya!

-La verdad no duele… - continúa ella.

-¡Está bien…! Está bien… ¿quieren que acepte el papel? Lo haré, de acuerdo, voy a continuar en la obra. Pero tendrán qué cuidarse de mí – alegó mirándome - ¿cuánto tiempo dura ese beso Shapovalov?

-Amm, no es nada. Sóloo… emm… 18 minutos.

-¡¿Qué? – exclamamos todos al mismo tiempo.

-Bueno, es que en realidad, son varios, y si los juntas por todos deben durar alrededor de 18 minutos – el profesor quisiera desaparecer ante la presión de su alumna.

-¿Qué pasa Yulia Volkova? ¿Miedo? – le digo encarándola.

-Hagámoslo lo más pronto posible.

-Yo no tengo prisa – ella me mira fulminante y al fin toma su mochila con bastante disgusto y se marcha a zancadas tras mi comentario.

De inmediato todos comienzan a desplazarse, era muy notorio el peso de estimación que tenía Yulia Volkova para todos.

-Bien hecho – me dijo Nastya guiñándome un ojo.

-Gracias – le respondo.

El primer ensayo de la obra llegó en dos días. Al parecer todo iba bien hasta que llegó la parte del primer beso. Yo, bueno, mi personaje, tenía qué seducir a su amiga. Así que Yulia está sentada en el suelo y yo llego y la abrazo por la espalda. No puedo ocultar que estoy muy nerviosa pero debo hacer un gran esfuerzo si quiero, por tan solo una vez, ser yo quien la domine.

-Mich – habla mi personaje, acariciando su cabello y su espalda – hay algo que debo confesarte.

-Dime – responde ella volteando hasta quedar frente a mí, pero a su lado – te escucho, antes de que tenga que marcharme, mi tren ya está por salir.

-Te amo – acaricio su mejilla y estoy a punto de besarla cuando ella se aparta.

-¿Todo bien Yulia? – pregunta Shapovalov bebiendo el agua de una botella.

-Lo siento…perdí el…la…continuación…pero está bien…ya…vamos de nuevo – sonrío socarronamente.

Y repetimos.

-Te amo – me acerco hasta sus rostro y le doy un beso a pocos milímetros de su boca, ella me mira con su hermoso par de ojos y enseguida la beso, esta vez más cerca de su boca, lo hago de nuevo, en la comisura de sus labios y uno rápido sobre ellos, cuando me preparo para besarla frenéticamente Katya interrumpe llamando al profesor.

-El director lo espera en su oficina, Helen está de vuelta.

Shapovalov se levanta para salir.

-Bueno, continuaremos otro día, por el momento…muy bien chicas, estuvieron geniales. Hasta parece que se gustan de verdad – y sale corriendo del salón.

Yulia aprovecha para tomar a Pasha de la mano y huir rápidamente. Nastya se ve frustrada.

-Por poco – me dice ella cuando las dos nos quedamos en el salón.

Salimos al pasillo y enseguida escuchamos una discusión.

-¡¿Qué haces aquí?

-¿Es tu casa?

-¿Porqué no te marchas? – continúa Pasha.

-Porque no vengo a buscarte a ti, cómprate tu instituto y entonces me echas.

-Sé a lo que vienes, pero no conseguirás lo que te propones.

-No seas tan inseguro Pasha Yasinov.

-Sólo te lo repito una vez más… ¡vete!

-¡Pasha! – Nastya corre hacia el joven que me daba la espalda – está bien ¿sí? Él vino a buscarme. Vamos – le dice al muchacho jalándolo por el brazo.

-No te vuelvas a aparecer por acá –dice retándolo. A los pocos instantes llega Yulia.

-Vámonos – le dice y ambos caminan juntos hasta la salida. Nunca antes había visto a Pasha Yasinov así.

Al otro día me levanto apurada, se me había hecho tarde para llegar a la escuela, Katya está en la sala jugando a arrojar pelotas con una pistola de plástico.

-¿Qué es eso?

-No lo vas a creer, la compré por internet y es fabulosa, mira.

Dispara y una gruesa pelota de goma sale del juguete y va a estrellarse en la pared, rebotando.

-Katya…ya no eres una niña.

-Lo sé – responde – por eso me divierto.

-¡Préstamela! – intento quitarle el juguete.

-No Lena, es mía.

-Sólo préstamela un momento, déjame calarla.

-¡No! Es mía, cómprate la tuya.

-¡Katyaaaaaa!

En la escuela.

-No volveré a insistir, tienes que quedarte en casa de tu prima.

-No vuelvo a repetirlo, no lo haré.

-Yulia.

-¡Ay! Mi prima Beth es insoportable.

-¿Qué sucede? – Se acerca Andrey.

-Que el padre de Yulia estará fuera por esta semana y le ordenó quedarse con su prima Beth que vive cerca de aquí, pero ella no quiere.

-¿Y qué hay de malo que se quede sola en casa?

-Andrey, Yulia no puede quedarse sola en esa casa, podría ser muy peligroso.

-Es mi casa, ¿qué puede tener de peligrosa mi casa?

-No es que tu casa sea peligrosa, es que te expones a que… - suspira – a que alguien pueda meterse a…robar, y te pueda hacer daño.

-Sé defenderme.

-Sí pero…

-Además a nadie le dará por entrar a mi casa.

-¿Por qué no? – pregunta Andrey curioso.

-Pues porque es mi casa…la casa de los Volkov.

-Eso sí.

-¡Dame, dame eso! – Katya y yo seguíamos forcejeando por el juguete de plástico.

-¡Suelta eso Lena Katina!

-Sólo préstamela un momento ¿sí?

-¡Que no!

Entonces tiro del juguete y este se dispara, la pelota de goma va a dar directo a la cabeza de Yulia. Ella cae al suelo por el golpe. Katya y yo nos quedamos inmóviles.

-¡Adiós! – me dice ella dejándome el arma en la mano. Yo me acerco hasta Yulia y al instante Katya regresa y me empuja.

-¡Lena qué hiciste! Yulia ¿estás bien? – No se había desmayado, pero claramente estaba furiosa – Lena disparó esa cosa y…

-¡Katya!

-Vamos a llevarla a la enfermería – dice Pasha ayudándola a levantarse, es cuando un pequeño hilillo de sangre comienza a emerger más arriba de su ceja izquierda. Me preocupo. Ella me mira con más odio de lo que ha hecho antes.

-¿Qué cuidados debemos tener? – le pregunta Pasha a la enfermera.

-Bueno, el golpe es serio, la pelota es de goma sólida, firme, es posible que tenga molestias en la cabeza. Además, ya te has golpeado antes eh, ¿qué es lo que haces por ahí Yulia Volkova?

-Tuvo un accidente hace unos días.

-Se nota. Deberá tomar una de estas – dice mostrando las enormes cápsulas – cada 8 horas exactamente, no antes, no menos. Si fuera ustedes, usaría esa pistola de juguete para obligarla a tragarse las pastillas.

-¡Te estoy escuchando!

-Bueno Yulia, te conozco y sé que de otra forma no tomarías el medicamento, ¿cuántas veces no has venido a parar acá eh muñeca?

-Haz tu trabajo y ya McKensie – la enfermera mira a Pasha y le susurra– considéralo, en serio –Por otro lado – alza la voz – alguien debe cerciorarse de que te tomes esas pastillas y de que no te desmayes en la bañera.

-¿Qué quieres decir?

-Que probablemente además de dolor de cabeza tengas algunos mareos que te puedan provocar desmayos. Imagínate si estás en la bañera…es muy peligroso, por eso debes contratar a una persona que te cuide ¿qué tal yo? – le dice con un sonrisa.

-Gracias pero no, sé cuidarme sola.

-Entonces dile a mami que te bañe.

Mientras Yulia termina de vestirse los chicos y yo esperamos dentro del consultorio.

-Me preocupa Yulia – dijo Pasha serio.

-¿Es muy grave Pasha?

-No, pero sus padres, ambos, estarán fuera esta semana y ella debe estar bajo cuidado. Lo peor es que estoy seguro que no irá a quedarse en casa de su prima.

-¿Qué tal si se queda en casa de Nastya? – Nastya asiente con la cabeza pero enseguida Pasha se niega.

-No, en casa de Nastya no.

-¡Ya sé! – Dijo ella - ¿Qué tal en casa de Lena?

-Cierto.

-¿En mi casa?

-Sí – dijo Andrey – Lena fue quien la golpeó, que Lena la cuide.

-¡Los estoy escuchando! – ella sale detrás del vestidor – ¡los escuché y me niego rotundamente!

-Yulia, es lo más sensato.

¡No! Los padres de Lena me odian.

-¿Es verdad?

-¡Por supuesto que no!

-Pues lo harían.

-Yulia… - dice Pasha como buscando una solución - está bien, haremos esto…tú te quedarás en mi camper y yo en casa de mis padres ¿de acuerdo? Así estarás cerca de mí y podré cuidarte.

-No, está bien como dijimos…

-¿Cómo?

-Yulia puede quedarse en mi casa, conmigo, yo cuidaré de ella. Andrey tiene razón, yo fui quien la golpeó, así que yo debo cuidarla.

-Lena, no tienes que…

-Pasha, no vas a levantarte a las cuatro de la mañana para obligar a Yulia a tomarse las pastillas.

-Eso es cierto – dijo Andrey.

-Qué lindoooosss, todos, arreglando mis asuntos – responde ella – pero ya les dije que me quedaré en casa y cuidaré de mí misma.

-Vamos, sé que no lo harás, y si te quedas en casa de Lena me sentiré más tranquilo.

-No.

-Sí lo hará – digo retándola de nuevo – Yulia irá a dormir conmigo los tres días de cuidado que indica la receta.

Ella me clava su mirada pero por extraño que suene, no se negó más. No puedo creerlo, Yulia irá a quedarse a dormir en mi casa… no puedo creerlo ¡Yulia irá a quedarse a dormir en mi casa! ¡Aaaaaahhh!

-¡Hola Yulia! – saluda mi mamá con emoción.

-Hola señora Katina.

-Yo, quiero decirte que esta es tu casa, así que espero que te sientas cómoda. Ah, y una disculpa por el accidente que te provocó nuestra hija, estoy segura que ella no lo hizo a propósito.

-Lo sé, gracias – mamá le sonríe y ella le devuelve la sonrisa en un gesto muy cortés. Caramba, no conocía esto en ella.

-Aah, te quedarás en mi habitación, te ayudaremos a subir esto – digo señalando la maleta.

-Puedo sola – toma el equipaje y suelta un gruñido cuando Pasha intenta ayudarla.

-Está bien, tú puedes – comienza a subir las escaleras.

-Subo en un momento.

Tomo a Pasha por el brazo casi obligándolo a sentarse en el sofá.

-Pasha, ¿puedo hacerte una pregunta muy personal y algo íntima?

-¿Deberías?

-¡Sí!

-Adelante.

-¿Porqué no quisiste que Yulia se quedara en casa de Nastya?

-¿A qué viene eso?

-Es porque…tú…sabes que…entre ellas dos hay…no sé…una amistad algo…cercana…es decir…más íntima de lo normal.

-¿A qué te refieres?

-¿Estás celoso de Nastya? – le suelto. Él me mira serio y luego asoma una atractiva sonrisa.

-¿Yo? ¿Celoso de Nastya? ¿Por qué lo estaría?

-Pues porque parece que ellas dos tienen algo más que una linda amistad de amigas – ríe.

-Ya sé a lo que quieres llegar. Lena, no es así, sé que todos piensan que entre Yulia y Nastya hay…algo más porque ellas son muy cercanas y porque Nastya es la única chica que puede estar más cerca de Yulia de lo permitido pero… - ríe de nuevo – yo no me preocuparía de Nastya en realidad, a Yulia se le han propuesto muchas chicas, pero ella me ama, a Yulia le gustan…ya sabes…los chicos… - ahora su rostro se torna sombrío – Yo más bien me preocuparía por el hermano de Nastya…él sí es una competencia.

-Oye Lena tu habitación tiene demasiada luz y se ve muy simple, creo que tendremos que darle un toque de sombra.

-Seguro, lo que tú quieras Yulia - Ella baja las escaleras y se planta frente a Pasha.

-Supongo que ya te vas.

-Sí, debo llegar a casa a terminar de arreglar el cobertizo. Te veo mañana.

-Bien – ella se le acerca y lo besa apasionadamente, era un beso de ensueño. Me imagino en el lugar de Pasha, cierro mis ojos para disfrutar pero luego vuelvo a la vida real, ella estaba besando a su novio, el chico que ama, probablemente nunca me besaría a mí. A lo mejor, con algo de suerte y si todo salía bien, la única oportunidad que tendría de probar los labios de esa mujer sería en la obra de Shapovalov, esa era mi esperanza, así que lo haría lo mejor posible. Con un poco de suerte, ella querría hacerlo de nuevo.

-Cuídate mucho amor.

-Tú cuídate…bebé – bajo la cabeza, ella lo miraba con tanta ternura y amor. No puede ser, ¿por qué me había enamorado de ella? Tantos chicos que querrían salir conmigo y yo caigo ante los encantos de esa muchacha. No es lo que esperaría. Pasha sale por la puerta y yo veo mi reloj de mano.

-Mira, es hora de tu medicina.

-Y de tomar una ducha.

-No, es hora de tu medicina.

-Yo digo que no te lo tomes en serio.

-Yo digo que te sientes y abras la boca para tragarte las pastillas.

-No lo haré – me dice poniéndose justo frente a mí, muy cerca. Percibo su seductor aroma. Pero esta vez no estaba dispuesta a dejarme seducir por ella. La tomo con fuerza y la empujo contra el sofá cayendo sobre ella.

-Vas a tomarte las pastillas.

-¡Aléjate de mí!

-No me provoques Yulia Volkova.

Ella hace intentos por zafarse de mis brazos pero si logré dominar a Katya tengo la seguridad de dominarla también a ella. Y lo consigo.

-Ahora abre la boca – lo hace, como si fuera una niña regañada. Introduzco las pastillas y después el agua de su botella. Ella traga ambas cosas con un gesto de asco y luego se queda quieta. Me le quedo mirando embelesada, tiene los ojos cerrados pero en un momento los abre y también me mira.

-¿Qué estás viéndome?

-Am, yo…no…no nada…nada…solo…amm…vamos. Seguro querrás descansar un poco – Ninguna se dio cuenta que Katya nos estaba mirando desde la cocina, y no le agradó la escena.

Me sigue hasta la habitación. Esa noche en el cuarto de baño puedo asimilar cuán bella era. El cabello largo y negro con mechas azules y blancas que combinaban con sus bellísimos ojos. Pequeña y delgada y con una piel tan blanca como la luna que brillaba esa noche. Compartimos el lavabo cuando realizamos nuestra limpieza bucal, y la observo de vez en vez por el espejo. Me encantaba, cómo me encantaba. Ella también me echa ciertas miradas y en una de esas le sonrío y me corresponde de la misma manera.

-Lena – me habla en un tono de voz muy bajo, más como susurrando y sin dejar de mirarme desde que salimos del baño y fuimos a la cama – gracias – y se queda dormida. Es el primer gesto lindo que ella tiene hacia mí. Las otras veces prácticamente había sido obligada a abrazarme.

Observo su rostro captando cada detalle de él. La boca, las cejas, las pestañas, la naríz, los percings, los rasguños que se hizo en el campamento. Cuidarla ahora era poco comparado con lo que ella hizo por mí aquél día, me salvó la vida dos veces, vaya paseo que tuvo Yulia, a punto de morir por culpa de otra persona en tres ocasiones. No siendo menos lo que pasó ahora la golpeo con una pelota de goma. Es fuerte sin duda, cuántas cosas no le han pasado desde entonces. Comenzando con revivir a Katya de un accidente falso y luego esto. Oh por favor, cuántas ganas de besarla.

Algunos minutos después escucho que la puerta de mi cuarto se abre, me quedo quieta y entre mis sábanas distingo una figura de pie al lado izquierdo de mi cama, al lado de Yulia. Me levanto de improvisto.

-¡Katya! – exclamo con una voz aguda para no despertar a mi invitada - ¿qué haces aquí?

-Sólo quiero ver cómo se mira dormida. Ay mira, parece un angelito, ¿quién lo dijera no?

-Katya tienes qué dejar esa obsesión por Yulia.

-No puedo, menos ahora que sé que eso te convendría.

-¿De qué hablas?

-Las vi, hace rato, vi cómo estaban jugueteando en el sillón.

-Le estaba dando sus pastillas.

-¿Y tenías que acercarte tanto a su boca?

-No estaba cerca de su boca.

-Esperaba que en cualquier momento la besaras.

-¿Cómo puedes pensar eso?

-Mucho cuidado con ese asunto Lena, mucho cuidado con meterte con lo que es mío.

-Yulia no te pertenece.

-¿Y a ti sí?

-¡Ella le pertenece a Pasha! – Por desgracia.

-Muy pronto no será así. Ya lo verás. Ella…querrá que yo la consuele por su pronta ruptura con Pasha.

-No te atrevas a hacer nada…

-¡Impídemelo! – y se va, con un tono amenazante en su voz.

Esa semana pasó realmente rápido, todo lo que pude haber logrado se quedó solo en intentos. Nastya también estaba decepcionada.

Sólo una esperanza resultaba entre todos los fatídicos días que viví tratando de entablar buenas relaciones con la chica gótica, y es que ese día ensayaríamos de nuevo, después de clase. Me encontraba más nerviosa que nunca, porque al parecer, este sería el día en que finalmente lograra concertar un beso con Yulia, la primera vez que tocaría sus labios y los enredaría entre los míos. La miré casi en toda la clase, muy distinguida, llevaba una mini falda negra y lisa sobre unos mallones del mismo color y sus botas góticas. Una blusa azul oscuro de manga larga algo pegada a su cuerpo que la hacía lucir deliciosa, sus característicos collares extraños y su maquillaje al mismo estilo, su cabello largo sobre su espalda y los ojos tan azules como el cielo de esa mañana.

-Tranquila Lena, con esas miradas te la vas a gastar – me dijo Nastya dándome un codazo.

Todos los de la clase estaban ahí, pues cada uno llevaba un papel en la obra, eso me hacía sentir un tanto incómoda porque entonces todos ellos nos estarían mirando. Sé que suena tonto porque la obra la presentaríamos delante de un buen número de espectadores pero en este espacio, sentía que entre los personajes había más intimidad.

-Te amo.

Repito la frase del personaje acariciando su fría mejilla y mirándola directo a sus preciosos ojos. Me acerco y beso esa mejilla helada, me acerco de nuevo y beso más cerca de su boca, luego en la comisura de sus labios, ante este gesto noto cómo ella tiembla ligeramente y respira constante. Entonces me aproximo más y beso rápidamente sus labios, me aparto y preparo mi mente ante lo que tenía que pasar. Las dos nos miramos a los ojos y sin pensarlo mucho me lanzo sobre ella aprisionando sus labios entre los míos.

Buen día. Esta historia es corta, por esa razón estoy subiendo dos capítulos diarios para que de chance de subir otra, y otra, y otra.

CHAPTER 8. HE CONSEGUIDO UN EMPLEO

Ella se asusta al principio porque realmente la sorprendí en el acto pero luego poco a poco comienza a ceder y dejarse seducir lentamente. Corresponde al apasionado beso que estoy disfrutando, que me transporta a otra dimensión, donde no está Shapovalov ni los demás sino solo Yulia y yo. Su boca, contrario a las demás partes de su cuerpo y al aliento frío que se percibe de ella, es cálida, dulce, seductora, adictiva. Profundizo más dentro de tal modo que ella tiene que sostenerse con sus manos sobre el suelo, me sitúo sobre sus piernas que están tendidas en el piso y continúo besándola tan frenéticamente que termina casi recostada.

Extiende su mano y me sujeta de la cara, pego mi cuerpo al suyo y me muevo al ritmo de nuestros labios, Yulia está temblando, puedo sentirla y siento también que su corazón palpita con fuerza pero no me aparto si no sólo media fracción de segundo para respirar y continuar hundida en ella. No consiento el tiempo. Alguien tiene qué hacer algo para detenerme.

-¡¿Qué? – exclamo luego de sentir una mano fuerte presionando sobre mi hombro.

-Creo que…con esto es…suficiente por hoy… - Shapovalov estaba aparentemente y a juzgar por su cara, muy asombrado – Eso estuvo muy bueno chicas…yo…diría que no deberíamos ensayar más por algunos días.

Me percato que estoy sudando, miro a Yulia y veo cómo alguna parte de su cabeza está casi empapada, es muy seguro que sea por mí, porque ella no suda.

-Bien chicos…nos vemos mañana…hasta luego a todos – dice el profesor saliendo apurado del aula – tras de él los demás empiezan a salir.

-¿Qué pasó? – Pregunta Yulia - ¿nos perdimos de algo? – Pasha nos está mirando a las dos, después se centra en ella pero al fin reacciona.

-Nada, vámonos – le dice tomándola del brazo y saliendo con ella llevando su mochila en la otra mano.

-¿Qué sucedió? – pregunto confundida.

-Lena – me dice Nastya – Shapovalov cuatro veces les dijo que estaba bien como lo estaban haciendo, que se detuvieran, pero ustedes lo ignoraron.

-Pero no lo oímos – argumento en mi defensa.

-Eso está comprobado – dijo Aleksei.

-Oigan…

-Caramba Lena – me interrumpe Andrey – si así es como Yulia y tú se odian no quiero imaginarme lo que pasaría de ser lo contrario.

-¿Qué? – Andrey y Aleksei abandonan el aula – Nastya, ¿qué pasó?

-Pasó que tú y Yulia casi encienden la escuela con ese beso.

-Estábamos actuando.

-Creo que fue más que eso Lena, ustedes no se detenían aún cuando Shapovalov casi gritó que parasen.

-No…yo…

-Está bien. Lena…está muy bien…creo que estás avanzando mucho – me dice con su linda sonrisa. Suspiro. La verdad, no me di cuenta de nada. Pero soñé con ese beso toda la noche.

Temprano al otro día encuentro a los chicos sentados a la mesa de la cafetería, parecían divertidos excepto por Yulia y el rostro serio de Pasha. La miro pero ella me ignora, al parecer, nada había cambiado.

-¿Sucede algo? – comienzo sentándome junto a Nastya.

-Pasha está reclamándole a Yulia su actuación de ayer en la clase – me contesta Andrey.

-¿Como porqué?

-Está celoso – responde Nastya canturreando la frase.

-No estoy celoso.

-Sí lo estás hermano. Le reclamas a tu novia que haya besado a una chica.

-No le reclamo que haya besado a una chica sólo le estoy diciendo que para la próxima tome más en cuenta las indicaciones del profesor para que no suceda lo mismo y pierda el control sobre el acto que es solamente la escena de una ¡obra! – termina casi levantando la voz.

-Eso es estar celoso.

-Sólo besé a Lena.

-¿Y ese no es ningún problema? – pregunta Aleksei.

-No, porque yo la odio – se levanta de la mesa y lleva a Pasha consigo – creo que tengo algo qué reconciliar.

-Uuuyyyy – expresan Andrey y Aleksei.

-¿A dónde van?

-Seguramente al armario del conserje a darse unos besitos - ¡Ayyyy maldito armario! Nastya me abraza disimuladamente.

-Chicos, chicos, chicos…les tengo dos noticias – dice Shapovalov entrando al salón - ¿cuál quieren primero?

-La mala – respondemos todos.

-Me imaginé, así que les diré primero la buena…la buena es…que aceptaron que lleváramos la puesta en escena de la segunda parte de la obra que hemos venido ensayando…la mala…es que necesitamos patrocinio…dinero.

-¿Cuánto?

-Ah, no es mucho, €15.

-¿€15 euros por cada uno?

-Quince grandes por todos, mínimo nos toca como de a €1 500 por cada uno. Pero lo único que tenemos qué hacer es conseguir el patrocinio de algunas empresas, cada uno consigue una y ya está.

-Pero, creímos que la escuela patrocinaría la obra.

-Así sería, pero esta vez nos presentaremos en otro teatro, con el éxito de la primera puesta deducimos que el público que vendrá a ver la segunda parte será el doble. Así que nos toca ayudar un poco. Bueno, en realidad era mi trabajo pero yo sé que ustedes podrán ayudarme a consultar con algunas empresas. Háganlo pronto.

Pasada una semana nadie había conseguido a un patrocinador, era algo realmente difícil.

-¿Porqué los ricos no promueven el arte?

-Por estúpidos – argumenta Andrey.

-Más bien yo creo que no estamos planteando bien la idea.

-Entonces, ¿no hay nada? Es decir, ¿ni siquiera Shapovalov ha conseguido algo?

-Bueno él… los vendedores de bananos no creen que pudieran hacer negocio durante el evento, pero hay mil de fondo de una fábrica de cocadas.

-¿Es todo? ¿Solo mil? – me asombro.

-Más 3 de Yulia…

-¿Tres euros?

-Tres mil…euros.

-Prrrrr – arrojo el café por la boca - ¿cómo los ha conseguido? Es el doble de lo propuesto.

-Es inteligente.

-También hay €1500 de Nastya y €1500 de Pasha.

-¡¿Cómo me perdí de eso?

-Bueno, Yulia nos ayudó a conseguir algunos patrocinadores.

-¡¿Cómo lo hace? – Pasha arroja una risilla.

-Hay muchas cosas que Yulia puede hacer si se lo propone.

-Conseguiré dinero hoy mismo. No vendré mañana a la escuela sin traer un cheque.

-Sólo que no esté en blanco – me levanto para irme.

Llegando a casa me propongo comunicarme con algunas empresas, muchas de las cuales no estaban interesas en patrocinar, la mayoría ni siquiera sabían qué, sólo de escuchar la frase: "Quisiera saber si su empresa otorga patrocinios…", cortaban la línea. Hasta que me quedan pocas opciones, hago contacto con una empresa de automóviles muy importante.

-Buenos días, llamo para preguntar…

-¿Llamas por el empleo de asistente?

-Emmm…no, en realidad…

-Puedes venir en este momento, el jefe aún está aquí y le urge demasiado encontrar a una asistente, está ofreciendo el doble de lo propuesto.

-No…yo… ¿de cuánto estamos hablando?

-Tres mil, podrían ser cuatro si le agradas o hasta cinco si lo haces bien.

-Salgo para allá.

El edificio estaba en la zona centro de la ciudad, muy lujoso. Subo por el elevador hasta el piso número 57. Estaba temerosa. Veo a dos secretarias acomodadas en dos lindos escritorios, una frente a la otra y una más joven que la otra.

-Buenas tardes…soy…

-¿Eres la chica que viene por el empleo?

-Sí… - respondo luego de pensarlo.

-Mira, es muy sencillo; el jefe sólo quiere que seas como una dama de compañía, realmente no requiere de mucho trabajo.

-¿Cuántos años tiene el jefe?

-Ah, no, mira, en realidad, él quiere disfrazarte como su asistente, pero en realidad serías la dama de compañía de su hija.

-¿Cómo para qué?

-Porque él no quiere que ella siga metida en sus ideas peligrosas de hacer lo que hace, y quiere que tú la aconsejes de dejar esas ideas estrafalarias, pero él mismo te lo explicará. Anda, es esa puerta de cristal, tomas el teléfono verde y le pasaré la línea porque ahora se encuentra terminando una reunión con sus socios, pero no lo interrumpes, esto le importa más.

Abro la puerta de cristal y me introduzco siguiendo las indicaciones de la secretaria. La otra, la más joven, me mira recelosa.

-¿Hola? – Se escucha una gruesa voz del otro lado del teléfono - ¿hay alguien ahí?

-Bu…enas tardes.

-¿Qué tal? ¿Así que eres la interesada del empleo? - pero no me permite responder - Bueno, te explicaré de qué se trata; yo te llamaré asistente, pero la verdad es que tu trabajo será más bien con mi hija. Ella está metida en asuntos que no me gustan, que atentan contra la seguridad de la familia, ella dice que es lo suyo, que ama lo que hace pero a mí no me parece seguro para ella, es algo que la puede perjudicar en gran manera, así que tu trabajo será sencillamente persuadirla de que deje de hacer lo que hace…mi hija es buena…pero necesita dedicarse a algo que le provea un bienestar y no la meta en problemas como he visto que sucede en el mundo donde ella se mueve…¿podrás hacer eso? No tendrás que preocuparte por nada, cualquier cosa que necesites yo te la proveeré y no tendrás que estar todo el tiempo trabajando, basta con que tengas buena palabra de convencimiento, y te daría tu cheque hoy mismo.

-Ammm, suena muy bien señor pero…en realidad yo…soy menor de edad, no puedo engañarlo.

-Es fantástico, ¿cuántos tienes?

-17.

-Mi hija sólo es un año menor, es mucho mejor, verás que será más fácil llegar a ella y hacerte su amiga. ¿Qué dices? ¿Aceptas? Terminarás con todo luego que la convenzas, podría ser en un solo día.

Me suena tentador, buen pago y casi no es nada. Me imagino que la chica es una especie de deportista extrema, o quizá juega al fútbol o practica paracaidismo.

-Acepto.

-Excelente. Pásate mañana por la oficina de nuevo para que nos conozcamos y dile a Mariya que te entregue tu cheque y te tome tus datos.

-Estupendo.

Ah, tengo empleo ¡no lo puedo creer!

-¡¿Tres mil? – Exclama Andrey al ver el cheque en la mesa.

-Y podría ser más si lo hago bien.

-Pero, ¿cómo estás convencida que lo lograrás?

-Bueno, una vez convencí a Katya de que la yema del huevo es buena para desaparecer las arrugas que aparecen a los 15 años. Por un tiempo las moscas la siguieron.

-Pues felicidades.

-¿No me digas? ¿Finalmente te cambias de escuela? – argumenta Yulia al llegar y sentarse a la mesa.

-Lena consiguió tres mil euros y tiene empleo.

-¿Lavando platos?

-No, seré la asistente personal de un importante hombre de negocios – digo con orgullo.

-Oh, guau Lena, has escalado muy alto, seguramente que ser asistente de un hombre rico te hará brillar en el mundo de las artes – la miro enojada, pero solo por aparentar ante lo mucho que me gusta que se digne a sentarse a mi lado y llamarme por mi nombre y no por mi apellido.

-Esta tarde pasaré de nuevo a su oficina.

-No te olvides que por la noche iremos a casa de Nastya a terminar de organizar la administración. Creo que Shapovalov a veces es un des…

-¿Porqué a casa de Nastya? – pregunta Pasha molesto.

-Porque es el único lugar donde podemos trabajar tranquilos y la madre de Nastya preparará un pastel de chocolate y nos ayudará con la administración, hermano.

-Me niego.

-Pasha – le dice Yulia mirándolo desde su lugar frente a él.

-No quiero.

-Pasha, iremos un rato ¿sí? Todo va a estar bien, no veo ningún riesgo. Y acuérdate que llegaré más tarde – Pasha se levanta de la mesa y se va.

-¿Porqué le molesta tanto?

-Porque me quiere, Katina – agrega la guapa morena levantándose para seguir a su novio.

No puedo creer dónde estoy parada. Me mareo cada vez que miro abajo y reconozco que estoy a 57 pisos del mundo.

-¿Se te ofrece algo? – me pregunta en un tono disgustado la flaca y larguirucha secretaria joven.

-Sí, emm…yo…vine ayer y…me contrataron como asistente…

-Lena, qué bueno que llegaste – se asoma la secretaria mayor de una oficina – el jefe llegará en un momento. Entra y ponte cómoda.

-¿Puedo hacer eso?

-Claro, ya eres parte del equipo.

-Escuche ¿puedo hacerle una pregunta?

-Seguro, adelante.

-¿No será un problema que yo sea menor de edad? Es decir, apenas tengo 17.

-Al contrario, es buena edad para lo que has sido contratada. Dime, ¿qué has hecho con tu primer sueldo?

-¿Mi primer sueldo?

-Sí, el cheque que te di ayer por tres mil euros.

-Ah, yo… ¿sueldo? ¿Dijo sueldo?

-Sí.

-¿Quiere decir que…?

-En algún par de días se te dará otro por la misma cantidad.

-Ah, yo pensé que… pensé… ah pues ya lo ocupé. Estamos llevando a cabo un proyecto escolar y lo metí como fondos para los gastos.

-Es increíble. Felicidades – la secretaria joven nos mira interesada y con cara de enfado – Anda, ve adentro y espera.

Me introduzco en la elegante oficina de color azul muy bajito. Adornada por cuadros de montañas nevadas, un grande escritorio de roble y un sillón forrado en delicada piel grisácea. Percibo un aroma conocido y admiro los diferentes ceniceros que forman una colección. Con cuidado paso las manos por los libros del estante y jugueteo con algunos bolígrafos del escritorio antes de percatarme del portarretrato sobre este. Me siento en la cómoda silla giratoria frente a la principal y doy vuelta al portarretrato.

-Veamos cómo es el jefe y su familia.

Al darle la vuelta al cuadro me quedo pasmada al contemplar esos ojos con su seductora mirada inquietante y azul, la afilada nariz y los labios coquetos que permanecen sin sonreír, una ceja arqueada, el cabello negro y largo y esa maravillosa piel blanca, pálida y suave que atraía con su aroma.

-Yulia – murmuro.

CHAPTER 9. EL ENAMORADO SECRETO

Escucho pasos muy cerca y el picaporte girando. Vuelvo el objeto a su lugar y me quedo quieta, pero evidentemente asustada.

-Hola, buenos días, discúlpame por la tardanza pero justamente pasé a recoger a mi hija a la escuela y de ahí la llevé a comer. Me cuesta algo de tiempo llevarla a una conversación que le agrade. Así que, ¿tú eres Elena Katina?

Me quedo muda.

-¿No? Llamaré a Mariya… - dice tomando el teléfono.

-¡Sí! Sí, sí, disculpe…soy Elena Katina, lo siento es que…estaba admirando el lugar…

-Ah, bueno, no hay problema. Oleg Volkov para servirte – dice extendiendo su mano hacia mí.

Me quedé helada cuando lo tuve en frente, el mismo hombre que en una ocasión puso a sufrir a su hija cuando ella quería llevar a cabo una producción musical solo para demostrarle a su padre que ella puede hacer un excelente trabajo en lo que ama, aunque él no esté de acuerdo.

¡Ay por DIOS! Si ese era el padre de Yulia y Yulia era la hija de ese hombre, porque Yulia no tenía más hermanas, bueno, uno pequeñito pero no más hermanas, significa que… ¡Yulia era la chica a la que tenía que persuadir de sus sueños! ¡Ay por DIOS!

-¿Te encuentras bien?

-Sí yo… - obviamente no me recuerda, no recuerda que yo estaba con Yulia el día que fue a ver su espectáculo, cuando se puso feliz de ver el excelente trabajo de su hija, aunque no lo pareciera – Un placer.

Lo saludo y comienza a hablar con tanta elocuencia y destreza que es imposible no poner atención, creo que Yulia ha heredado buenos genes.

-Mi hija está allá afuera, ella viene todas las tardes porque tenemos un trato. No se queda mucho tiempo, salvo dos o tres horas. Nuestro trato es que yo le permitiría estudiar en una escuela de artes siempre y cuando ella viniera aquí a aprender el negocio.

-¿Y eso porqué?

-Es mi única hija mujer, la mayor, inteligente, decidida, orgullosa, competente, sabe salirse con la suya muy fácil. La prefiero sobre mi hijo varón. Cuando algo me pase ella se quedará al frente de todo y deberá desempeñar un buen papel si quiere mantener su status social. He trabajado mucho por esto y por nada del mundo permitiré que se vaya al caño.

-¿A usted no le gusta que ella sea artista?

-Amo a mi hija, y amo todo lo que hace porque sé que es talentosa. No quiero simplemente que tanta inteligencia se vaya al carajo en ese mundo de inconsistencias y chismes. Si Yulia está destinada a triunfar, que lo haga en un mundo donde realmente va a ser considerada, y no uno donde pueda pasar de moda y hagan pública su vida privada. Ella no merece eso. Cuando nació, soñé con estar a su lado siempre para protegerla, pero nada es para siempre y los hijos crecen, sólo quiero asegurarle una buena vida.

-Pero ¿si no es la que le gusta?

-Para eso estás aquí, para hacerle creer que lo que dice amar ahora no es lo que le conviene. Tú vas a hacer que mi hija abandone esa escuela de artes para que venga aquí a dedicarse a lo que le pertenece. ¿Vas a lograr hacer eso verdad Elena? Vas a hacer entrar en razón a mi hija.

-Yoo… - se escucha sonar el teléfono.

-Dime Mariya…de acuerdo…dile que me espere, voy enseguida.

-Vas a venir por las tardes, a la misma hora que Yulia viene, tendrás tu propio escritorio, fuera de la oficina de ella y te harás su íntima amiga, serás como una hermana para ella. Confío en que harás un excelente trabajo. No te la presentaré hoy, pero la conocerás mañana en la noche. Vamos a brindar por un nuevo socio que se añade a nuestras filas y tú estás invitada a la reunión, eres la aprendiz de asistente así que si sales en cuanto Yulia se meta a su oficina ve directo con Mariya para que te de una tarjeta y vayas a comprarte algo lindo para una gala ¿está bien? Mañana a las 7:30 enviaremos un auto a recogerte a tu casa – dice abriendo la puerta de la oficina – te veo en la velada Elena. Hasta entonces – cierra la puerta luego que sale.

Me dejo caer sobre la silla, no hay manera de devolver el dinero de mi primer sueldo porque ya lo gastamos en utilería para la obra. No me puedo volver atrás, estoy endeudada y la única manera de saldarla es convenciendo a Yulia de que deje la escuela y su sueño de ser artista. ¡Diablos! Cómo es que no me dio por enterarme antes de quienes estábamos hablando.

Me asomo por los cristales de la puerta de la oficina, puedo ver a Yulia sentada en el escritorio de la secretaria joven, charlando muy entretenida y al parecer asomando una fría sonrisa, la secretaria la miraba encantada. Estaba hermosa con ese lindo atuendo de oficinista, muy a su estilo pero elegante. No puedo creer en lo que estoy metida.

De repente se pone de pie y la secretaria hace lo mismo, como embobada. Ella mira hacia la oficina de su padre y me alejo de la puerta. Me asomo un minuto después y me percato que ya no está, tampoco la secretaria flaca. Salgo apurada de la oficina y me dirijo con Mariya.

-Lena, aquí tienes la tarjeta, puedes usarla en cualquier tienda de ropa y cómprate todo lo que necesites, pero escúchame, hazme caso y no escatimes en costo alguno - me guiña un ojo sonriendo.

De camino a casa de Nastya voy pensando en lo que acaba de suceder. Katya me había dicho que el padre de Yulia era un hombre rico, bueno, millonarioooo, pero no imaginé que tanto, es posible que él le haya dado el dinero para la obra, ¿pero qué estoy diciendo? El tipo odia todo lo que tiene que ver con el arte, al menos eso es lo que me dijo Mariya hace un momento. Yulia debe haber conseguido el dinero de otro lado.

¿Qué voy a hacer? No puedo decirle a Yulia que abandone sus sueños. Tengo todo en contra, no le puedo decir a Yulia que lo que hace atenta su vida porque yo hago lo mismo que ella. ¿Cómo voy a ganarme su confianza si ella y yo ya nos conocemos? ¿Cómo voy a lograr algo que he intentado desde el principio? Todo el tiempo que llevo en la escuela de artes he hecho hasta lo imposible por ganarme la confianza y la amistad de Yulia Volkova (de acuerdo, también algo más) pero parece que nada ha sido suficiente para esa chica. Ahora comprendo por qué su padre paga tan buen dinero por persuadir a su hija, seguramente que la conoce y sabe que no es una presa fácil de dominar.

Seguramente paga por adelantado porque así tiene una manera de presionar sobre su víctima. Él dice que todo lo hace porque la ama, pero si en verdad lo hiciera la dejara hacer lo que ella anhela, sólo quiere ser artista. ¿De qué manera me convertiré en la hermana de Yulia Volkova si ni siquiera he llegado a ser su amiga?

-Lena, no estás escuchando, necesitamos el resultado para este momento ¡ya! – grita Nastya.

-Tranquila niña – le dice Andrey – parece que Lena no pasó una buena tarde. ¿No fue bien el trabajo Lena?

-¿Sabían que me darán otro cheque por la misma cantidad en algunos días? Y que ahora mismo tengo una tarjeta con la que puedo comprarme la ropa que quiera en las mejores tiendas de la ciudad.

-¿Es en serio?

-Oye, quiero trabajar ahí. ¿Qué hay que hacer?

-Arruinarle la vida a una chica – me quedo en silencio cuando miro a la puerta y la veo entrando tomada de la mano de su novio, quien no traía buena cara, lo que es muy raro en Pasha.

Comenzamos a trabajar de nuevo en lo que estábamos pero por más intentos que hago no puedo concentrarme. Ella ya no tiene puesto su traje de oficina, era de nuevo su ropa que usa para ir al instituto. Apenas hace como 2 horas la vi tan linda y elegante charlando con una secretaria que parecía estar embobada con ella, apenas hace como dos horas que supe que yo era la encargada de desbaratar todos sus sueños. Maldita la hora en que acepté ese empleo. No podía arruinarle la vida a Yulia, aunque ella arruinara la mía tantas veces, aunque ella me humillara todos los días simplemente yo no podía hacerle lo mismo…porque la amaba, la amaba desde el primer día que la conocí.

-Nastya, ¿puedo ir a tu cocina por un poco de agua?

-Claro Lena, bebe toda la que quieras menos la de los peces – dice la chica riendo. Todos la miramos.

-Nastya – le dice Yulia – limpia la goma de los lápices – pone los lápices en su mano.

-¡Síiii!

Llego a la cocina y estoy bebiendo agua cuando casi me ahogo al asustarme con la figura de una persona detrás de la puerta del patio.

-Tranquila, ¿estás bien?

-¿Quién eres tú? – pero la verdad poco me importaba quién fuera, más bien me encantó, era un joven alto y apuesto, muy apuesto, de lindos ojos verdes y esbelto, con una mirada fuerte y de rostro muy rudo, como los vaqueros del oeste.

-Mejor dime quién eres tú.

-Yo…esta es la casa de mi amiga Nastya y tú te has entrometido en ella…

-¿Eres amiga de Nastya?

-Sí.

-¿Sólo estás tú? Ó ¿viene alguien más contigo?

-¿Para qué quieres saber? – Tenía la pinta de ser un chico malo.

-¿Hay más amigas de Nastya?

-Sí, y también amigos, grandes y fuertes que te pueden golpear…

El joven va a asomarse desde la puerta y expresa una encantadora sonrisa.

-Ella está ahí – dice.

-Oigan como que ya se tardó Lena ¿no?

-Cierto.

-¡Lena! – gritan al mismo tiempo.

-Ah, ahí están, me buscan, será mejor que te vayas por donde viniste.

-¿Qué? – Ríe – No, creo que no, me quedaré.

-¿Ah, sí? Entonces te mostraré a mis amigos y les diré que hay un intruso en la casa – lo empujo hasta la sala.

-¡Espera!

-¡Robert!

-Hola.

-¡¿Qué hace él aquí?

-¿Discúlpame? Yo aquí vivo.

-¿Nastya?

-Lo siento Pasha, mi hermano se está quedando por algunos días.

-¿Porqué no nos dijiste que estaba en tu casa? No hubiéramos venido.

-Pasha, cálmate – le dice Yulia parándose junto a él.

-¡¿Cómo quieres que me calme si está tu admirador número 1 enfrente?

-¡Pasha! Ya por favor.

-¡Supongo que por eso querías venir ¿no Yulia? ¡Ese era tu interés!

-Por supuesto que no.

-¿Sabes qué? Me largo. Quédate si quieres para que ambos puedan platicar cómodamente.

-Pasha.

-¿Qué te pasa amigo? ¿No le tienes confianza a tu novia?

-¡No soy tu amigo! Y le tengo confianza a mi novia, pero no a ti – le dice cerca de su cara y luego se va.

-¡Pasha! – Yulia sale detrás de él.

-Ah Lena, él es mi hermano Robert, estará aquí por algunos días pero debe volverse a ir, y nadie debe saber que se encuentra en casa.

-Oh – No cabe duda que Yulia Volkova tiene suerte, bueno, no es de dudarse con una muchacha tan atractiva. No sólo es la novia de Pasha, el chico más apuesto y deseado de la escuela, sino que ahora también tiene un admirador tan galán como malote, y bueno, una estúpida que se muere por ella, pues esa estúpida soy yo.

Andrey y yo caminamos por la acera después de haber dejado a Aleksei en su casa.

-No imaginé que Pasha se pusiera así por el hermano de Nastya.

-Ja, ¿y quién no? Ese tipo es…como el doble de Brad Pitt. Es un chico malo que hace cualquier cosa por Yulia Volkova .

-¿Ah sí?

-Comprendo que Pasha esté celoso. Siempre que tiene la oportunidad Robert se roba la atención de Yulia.

-Pero Yulia ama a Pasha.

-Sí, pero eso no impide que el chico malo quiera quedarse con ella.

-¿Yulia lo sabe?

-Es probable que sí. Ellos suelen convivir cuando es posible y conociéndolo creo que él ya hasta le haya robado un beso.

-¿Crees que las cosas se arreglen, entre Yulia y Pasha?

-Siempre se arreglan. Yulia siempre consigue que Pasha olvide su enojo.

No indago más, no quería imaginar cómo es que lo consigue.

La siguiente mañana llego a la escuela justo detrás de ella, la sigo hasta la entrada cuando de repente su celular comienza a sonar. Ella lo contesta.

-Dime… ¿para qué quieres verme?... ¿tiene que ser hoy?...no, Pasha ya está muy enojado…claro que me gusta estar contigo…no… porque no quiero que nadie se entere… ¿a qué hora te encuentro?...eso es saliendo de clases…necesito hablar con Pasha, ayer no quiso ni oírme…está bien, ¿dónde te veo?... ¿plaza comercial dijiste? De acuerdo… ¡¿Qué?...también te quiero…adiós – cuelga su teléfono.

Así que Yulia Volkova mantenía una historia de amor oculta, no dudaba que esa persona que la llamó fuera precisamente el hermano de Nastya. Una sensación horrorosa invade mi cuerpo de los pies a la cabeza. Es como si me sintiera traicionada. Yulia estaba teniendo amoríos ocultos con otro joven que no era su novio. Ya bastante sufría cada vez que ella le expresaba su amor a Pasha, cómo se dejaba abrazar y besar por él y cómo desprendía esa pasión cada vez que tenía la oportunidad de tenerlo cerca. Era demasiado soportar su relación con Pasha como para que ahora me entere que también consiente a otro chico. No podía más con esto. Sin poder evitarlo las lágrimas comienzan a salir de mis ojos y me apresuro a entrar a la escuela pasando por su lado sin mirarla. Ella se percata de mi estado aunque hice grandes esfuerzos por ocultarlo y me sigue hasta el pasillo.

-¡Katina! – Me llama, pero yo la ignoro - ¡Lena!

Sigo caminando rápidamente por el pasillo hasta que ella me detiene con brusquedad acorralándome contra los casilleros.

-¿Qué te pasa?

-Nada, déjame en paz Yulia, ahora no tengo tiempo de recibir tus humillaciones.

-Estás llorando.

-¡No! Déjame tranquila – intento huir pero ella me jala por el brazo y esta vez se pega a mí para evitar que me escapara - ¡Déjame Yulia!

-Dime qué es lo que te pasa, ¿alguien te hizo daño? – No respondo – ¡Dime quién! – Exige con un claro tono de molestia.

-No es algo que te interesa.

-Sí me interesa.

-Aléjate de mí – hago enormes esfuerzos por zafarme de ella pero me aprisiona muy fuerte. Vuelvo mi rostro pero ella insiste en mirarme de frente.

-No seas cobarde Lena Katina. No te dejaré hasta que hables.

Entonces me quedo quieta y la miro a los ojos, mi actitud comienza a cambiar y adquiero un gesto rudo en mi rostro. La tomo de la mano y la llevo dentro del armario del conserje. Una vez en el interior la empujo con fuerza, ella se nota realmente sorprendida. Aunque la luz está apagada, podíamos vernos a medias por una leve lucecilla que se cuela por la escotilla superior. Respiro agitada y ella se queda quieta, mirándome confundida.

-Hay una persona que me pone muy mal…una persona que hace mi vida miserable…una persona que me acaba de romper el corazón en mil pedazos.