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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

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RAINBOW.XANDER
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Mensaje por Corderito_Agron 6/19/2023, 3:03 pm

Hay hombres que no saben aceptar un NO como respuesta y hacen lo imposible para que una relación que no funciona, vuelva a resurgir. Solo espero que Pasha no tome venganza con yulia y las dejé en paz aunque la talmolga tambien anda pisando los talones de la.pelinegra par quedarsela
Corderito_Agron
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/19/2023, 8:24 pm

CHAPTER 17. TODA VERDAD SALE A LA LUZ

–Papá – dice ella con una vocecita temerosa.

–No quiero esperar más tiempo por una explicación de tu parte Yulia – el hombre estaba muy furioso, las venas casi le saltaban de la cara y tenía los puños apretados – ¿Piensas dejarme así toda la noche?

Ella no se animaba a hablar, por lo que sentí, estaba temblando.

–No es… – balbuceaba la chica.

–¿No es qué? ¿No es lo que me estoy imaginando? ¿Eso es lo que tratas de decir?

–Ni siquiera viste nada, sólo nos estábamos abrazando.

–Escuché Yulia, y tampoco soy un idiota como quieres hacerme creer. ¿Qué es lo que tú y esta… zorrita han estado haciendo a mis espaldas? – Yulia pasa rápidamente su mirada sobre mí y se adelanta unos pasos protegiéndome de cualquier reacción que pudiera tener el sujeto.

–No permitiré que la llames así.

–¿Ah, no? Es porque tú también lo eres. Te has estado revolcando con esta tipa. Bonita manera de…

–No es asunto tuyo lo que yo haga o deje de hacer.

–No juegues conmigo de esa manera Yulia, eres menor de edad y sabes que tengo todo el derecho sobre ti. Vives en mi casa y vives con mis reglas, por tanto harás lo que yo te mande.

–Dime ¿cuándo lo he hecho?

–¡¿Estás poniéndote conmigo sólo para defender a esta zorra?

–¡Estoy enamorada de ella!

¡Plaf! El hombre asesta una fuerte bofetada sobre su bello rostro, véanlo de nuevo, su labio está sangrando una vez más.

–Tú vienes conmigo ahora mismo – La toma del brazo comenzando a jalarla pero ella se rehúsa.

–¡No! No iré contigo a ningún lado, vete y déjame en paz.

–Yulia, ya te advertí que no quieras verme la cara de estúpido, te vienes conmigo o vas a tener consecuencias graves, ¡estoy cansado de tu rebeldía!

–No me importa, no iré contigo. Puedes comenzar a caminar a tu auto.

El hombre no cede, su coraje no ha disminuido sino todo lo contrario.

–Déjame plantearte cómo están las cosas Yulia… tú vives en mi casa, comes, bebes y vistes de lo que yo te doy… pago tu escuela… suplo todas tus necesidades y caprichos de lo que no te puedes quejar. No hay nadie más que te ofrezca las comodidades que tienes en casa, ¿a dónde piensas ir eh? Si ya no quieres vivir conmigo ¿a dónde vas a ir? ¿Irás al manicomio a internarte con la loca de tu madre? – El hombre ríe con un descaro que me dan ganas de golpearlo – No lo creo, apenas sabe el día en el que vive.

–¡Mi madre no está loca!…y en todo caso, sus problemas te los debe en gran parte a ti.

–¡Ella no te quiso Yulia! Ni a ti ni a tu hermano, antes de pelear por ustedes ¿qué hizo? Anda, dime ¿qué fue lo que hizo? Me cedió la patria potestad sobre ustedes y se fue a internar por voluntad propia, nunca le importó su familia, jamás quiso hacerse cargo de ustedes dos… no tienes a nadie en el mundo más que a mí.

–A ti tampoco te he importado mucho que digamos.

–¿De qué hablas? He visto por ti y por tu hermano toda mi vida. He trabajado sin descanso para darles lo mejor…

–Nunca te lo hemos pedido.

–¡Tú no sabes lo que necesitas!

–¿Y tú sí?

–No puedes reclamarme nada, te he dejado vivir como te place.

–Me has dejado vivir… sola… enfrentarme a la vida… sola… nunca has estado atento conmigo, no sabes por lo que paso, ignoras todo lo que sucede a mi alrededor, en tu propia casa ¡en tu propia familia! Has metido a gente que no te imaginas el daño que me ha hecho.

–¿De qué estás hablando Yulia? – Ella comienza a llorar, pero no con un llanto fuerte, más bien, un llanto resignado.

–Nunca te das cuenta de nada, piensas que todo ha sido miel sobre hojuelas… cómo me gustaría que supieras el error tan grande que cometiste al volverte a casar… no nos diste una madrastra… metiste al diablo a nuestra casa y nos dejaste solos con ella cerrando la puerta con llave.

–No entiendo nada de lo que me dices.

–Otras personas han tenido qué ver por mí, otras personas son las que han salido a tenderme su mano… porque tú siempre estás ocupado.

–Yulia – parece que el hombre comienza a sentirse preocupado.

–Esta chica que ves aquí, es una de las personas que con su sola presencia, ha hecho que mi mundo no se torne siempre tan sombrío. Ocupa el lugar que quizá tú deberías tener. Así que no vas a lograr que me aparte de ella, me importa un comino lo que la gente hable de ti… o de mí.

–No, no vas a seguir con esto, te vienes conmigo ahora.

–Tengo un lugar a dónde ir, no eres el único que provee para nosotros, sabes que mi madre se ocupa de que no nos falten medios para sobrevivir cuando tú te pones en tu papel de padre. Así que no te necesito.

–Bien… si eso es lo que quieres. Pero sólo déjame decirte algo, sí es verdad, muy pronto vas a ser una mujer adulta… pero tu hermano no… a él le falta mucho para que pueda decidir qué hacer.

–Él viene conmigo.

–No, ni lo intentes. Si quieres quedarte con esta prostituta… – me acusa el hombre acercándose con odio en sus ojos hacia mí, deseando estrangularme en ese momento, sólo que su hija hace muro entre nosotros para protegerme.

–Ni lo pienses padre.

–Puedes quedarte con esta ramera, pero yo me voy y me llevo a Aleksandr conmigo.

–¡No te lo puedes llevar!

–¿Hay algo que yo no pueda hacer Yulia?

–No puedes separarnos, él solo me tiene a mí.

–Yo soy su padre. Pero decide, es tu hermano… o esta zorra.

Ella sabe muy bien dentro de sí lo que debe hacer, pero su corazón se rehúsa en algún sentido.

–Yulia… – le digo con voz temblorosa – Ve – ella me mira con ojos cristalinos – Debes ir con tu hermano.

–No Lena, no quiero dejarte.

–Debes hacerlo, es lo correcto.

–Lo correcto es que este hombre no existiera.

–No olvides que yo te di la vida hija.

–Anda… todo va a estar bien. Yo voy a estar bien.

–No vas a estar bien.

–De acuerdo, no, pero por ahora, piensa – le hablo entre susurros – ve con él y piensa en lo que puedes hacer, alguna idea se te va a ocurrir… yo confío en eso… eres muy inteligente y sé que vas a pensar en algo para que podamos estar juntas sin que tengas que separarte de tu hermano.

–Estoy esperando demasiado Yulia.

–Lena….

–Ve mi amor… yo te voy a estar esperando, pero que no sea mucho tiempo eh – le sonrío a medias limpiando con mis dedos la sangre que emana de su labio, ella me devuelve la sonrisa.

–De acuerdo, sabrás de mí antes de lo que te imaginas.

Se separa de mí y pasa frente a su padre sin mirarlo, pero él se ocupa, antes de irse, de hacerme una severa advertencia, o amenaza, sin que su hija lo escuche.

–No creas que he terminado contigo – Y comienza a caminar hasta su coche chirriando las llantas para marcharse. No era ese hombre un tanto amable que le pidiera a su hija compensar sus groserías conmigo. Aquél que me pagó muy bien por realizar un trabajo que tanto odié. Hoy Oleg Volkov se había convertido en mi enemigo mortal.

Definitivamente el amor entre nosotras no estaba permitido, por una cosa o por otra, cada vez, cuando creía que todo iba a estar bien… algo resultaba y entonces todo se venía a pique. Pero esto fue lo peor, parecía que estábamos viviendo una ridícula telenovela, siempre pensé que las cosas que muestra la televisión se quedan ahí y no son más que entretenimiento forzado… pero esto era mi vida, no una telenovela, era mi vida real, estas cosas realmente pasaban… y sí, duelen muy feo.

Si para mí ha sido difícil, no quiero imaginar lo que ha sido para Yulia el que su propio padre la haya puesto a elegir entre su hermano o yo, ¿qué clase de hombre es ese? ¿Dónde está el amor que dice tenerle a su hija?

Me dejo caer sobre la cama, con muchas cosas dándome vueltas en la cabeza. Me preocupaba ella, cómo estaría ahora, qué le estaría haciendo su padre. Oh Yulia, todos creemos que sólo eres una chica dura porque te gusta hacer sufrir a las personas, sin embargo somos ignorantes al no darnos cuenta del porqué de tus acciones; tú no tienes la culpa de ser así, las circunstancias son las que te han llevado a eso.

¿Qué quisiste decir cuando mencionaste que Oleg metió al diablo a tu casa? Estoy segura que te refieres a tu madrastra, porque él se casó con ella. ¿Será esta mujer la culpable de todo lo que te ocurre? No lo dudo ni por un segundo. Pero ¿cómo podría estar segura? Me levanto de la cama y comienzo a caminar por toda mi habitación pensando en la manera de descubrir la verdad. Pasha lo sabe, pero no se lo preguntaré a él por supuesto… ¿entonces?

Me siento al borde de mi cama y es cuando se me ocurre, la única persona en la que puedo confiar y que sabe muy bien por lo que Yulia ha pasado, ¿quién puede ser? Nastya, Nastya Isaeva.

Tomo mi móvil y marco el número de la castaña, son las 2 de la mañana, sin duda ella está dormida soñando con pastelitos rojos, pero no me importa despertarla, es algo que debo hacer ahora.

–¿Nastya? – Pregunto con arrebato luego de escuchar el acostumbrado "¿Hola?" detrás de la bocina.

–¿Lena? – La muchacha hace una breve pausa, seguramente para cerciorarse de la hora – Son las 2 de la mañana, ¿se te ofrece algo? – Dice bostezando largamente.

–Necesito hablar contigo.

–Claro, ¿de qué? – Responde ahora con su dulce tono de voz normal, estaba lista.

–No por teléfono, necesito verte.

–Bueno, nos veremos mañana en la escuela…

–¡No Nastya! Necesito verte ahora.

–Pero ahora no puedo, ya es muy tarde y…

–Voy a llegar a tu casa en 20 minutos, más te vale que me esperes en la puerta.

Cuelgo el teléfono sin darle tiempo a responder y salgo apresurada para allá.

–¿Está huyendo de casa? – Me preguntó el taxista.

–¿Parece como que estoy huyendo? ¿Dónde ve mis maletas?

–No las veo, pero sí parece, usualmente ninguna joven menor de edad llama a la estación de taxis nocturnos para contratar un servicio a las dos de la mañana si no es porque va a fugarse con el novio.

–En realidad voy a fugarme con el padre de mi novio, que es luchador – Mencioné a propósito, y el hombre condujo sin hacer más preguntas.

Llegué a casa de Nastya un par de minutos antes, pero ella ya me estaba esperando, abrió la puerta cubierta en una gruesa bata de dormir y con una candela en la mano. Cerró y me tomó de la mano para conducirme al patio trasero de su casa, nos metimos debajo de una especie de tejaban y la niña me ofreció un chocolate, negué con la cabeza.

–Bueno, espero que tu visita a esta hora valga la pena.

–Necesito que me digas ¿qué fue exactamente lo que le pasó a Yulia que tanto la atormenta?

La joven se me queda mirando con los ojos y la boca muy abierta pero sin la intención de revelar nada comprometedor.

–No lo sé Lena.

–¡Sí lo sabes! Y me lo vas a decir.

–No puedo, Yulia me hizo jurar que no se lo diría a nadie.

–Yo no soy nadie, soy Lena, tu amiga y… amiga de Yulia también.

–Sí, pero a ti te gusta ella – responde la chica riendo.

–Nastya, por favor – le hablo suavemente – Esta tarde el padre de Yulia nos descubrió casi a punto de besarnos… y se enojó mucho.

–¡Oh, ¿es en serio? – Asiento – Lena lo siento mucho, prometo no olvidar que fuíste mi amiga, y también te llevaré flores cada semana a tu tumba, y le diré a tu hermana que…

–¡Nastya! Escúchame. Necesito saber lo que le pasa a Yulia, porque si no hago algo su padre la apartará para siempre de nosotros.

–Noo – el rostro de la chica se torna triste y puedo ver algunas lágrimas queriendo brotar de sus ojos – Yo no quiero que el padre de Yulia la aparte de nosotros, ella es mi amiga, somos como hermanas Lena.

–Lo sé Nastya, por eso es importante que me digas lo que pasa. ¿Tú no quieres que ella se vaya verdad? – Mueve frenéticamente la cabeza dando una respuesta negativa – Dímelo entonces.

Yo sabía que era cuestión de tiempo antes de que Oleg intentara chantajear a su hija con dejar la escuela de artes si quería mantener a Aleksandr a su lado, ese hombre juega sucio, sabe cómo manipular los sentimientos de su hija, y aunque Yulia ama lo que hace, he comprendido que su hermano es lo que más ama en la vida. Y yo tampoco estaría dispuesta a separarla de él.

–Es muy triste Lena, y no nos gusta hablar de eso.

–¿Te refieres a ti y a Yulia?

–También a mi hermano. No nos gusta hablarlo entre nosotros, y Yulia no quiere ni que lo mencionemos.

–Sabes que estoy enamorada de ella ¿verdad Nastya? – Ella asiente sin mirarme – Pues solo quiero ayudarla, porque si no lo hago no la volveré a ver jamás.

La pequeña castaña suspira y comienza a detallarme los hechos que tan ocultos mantenía, según lo que Yulia le había contado luego de que se conocieron.

–Su madrastra es la culpable de todo… esa mujer… no la deja tranquila.

–¿De qué manera Nastya? – Mi amiga alza finalmente su mirada hacia mí y se resigna a simplemente decirme la verdad.

–La acosa, todas las veces que puede. Ella está ahí para no quitarle la vista de encima, para dejarle en claro que nunca la dejará ser feliz con nadie… Lena, esa mujer la toca desde que era niña.

Sentí que un cubetazo de agua fría fue vertido sobre mí. Esperaba cosas feas sobre esa mujer pero nunca que fuera una pervertida y sádica pedófila.

–Yulia dice que nunca ha llegado más allá que simples caricias y palabras que ella dice que yo no puedo decir, pero es algo que ella detesta mucho, le tiene asco, y por si fuera poco a veces esa mujer viene de Italia con su hija mayor que tiene permitido hacer lo mismo que ella.

No era lo que quería escuchar, no estaba preparada para oír eso, yo creí que todo se debía a un maltrato emocional por parte de Oleg, a sus descuidos como padre, pero esto iba mucho más allá, mucho más hondo, y cómo me dolía en el corazón.

–Ese es su… problema para relacionarse con… – apenas puedo pronunciar las frases por el nudo que tengo hecho en la garganta – las personas ¿verdad?

–Particularmente… las mujeres – Vuelve su vista al suelo – No sabes todo lo que costó poder llegar a ella y… darle un abrazo. Estaba muy lastimada… Esa mujer le ha dicho que las mujeres son malas, que nunca encontrará en el mundo a nadie mejor que ella. Carlotta tuvo la culpa de que Larissa fuera a parar a ese manicomio, estoy segura que ella provocaba esas situaciones para ponerla nerviosa y que Larissa no se pudiera controlar, de esa manera Oleg obtendría la patria potestad de sus hijos y ella tendría a Yulia a su lado para seguirla acosando todas las veces que se le antojara.

–Entonces… antes de que la madre de Yulia fuera a internarse al centro psiquiátrico…

–Esa mujer ya existía, era una socia de la empresa de Oleg, amiga de Larissa, que se le fue metiendo hasta por los ojos al papá de Yulia, hizo todo lo que pudo por quitar a Larissa del camino, y lo logró.

–¿Hace cuánto exactamente que Oleg se casó con ella?

–Yulia tenía 8, esa mujer lleva casi una década arruinándole la vida a mi chica – dice Nastya con un gesto entre triste y enojado– Siempre he tenido ganas de hacer algo, cuando voy a su casa y ella está ahí me porto de lo más grosera que puedo, y estoy con Yulia todo el tiempo, pegada de ella, lo que sé que le molesta mucho a Carlotta.

Miro a la joven castaña, ahora comprendo por qué Yulia, a pesar de que ambas son tan diferentes, aprecia tanto la amistad de Nastya. Nastya representa para Yulia la inocencia que a ella le han quitado, le gusta vivir en el mundo de Nastya porque quizá es uno que a ella le habría gustado. En el mundo de Nastya es feliz, porque ahí no existe el odio, ni el rencor. Para Yulia, el mundo es malo, oscuro, pero cuando está con Nastya, cuando tan solo la mira o la escucha, ella es capaz de olvidar toda la maldad que la rodea, se deja perder en la gracia de la niña ingenua, le gusta su inocencia.

–Pero Nastya, ¿porqué Yulia no hace nada? Ella puede, es fuerte, es Yulia Volkova.

–Sí Lena, ella lo haría, no creas que ganas no le faltan de estrangular a esa mujer pero… ella la tiene amenazada… con su hermano… sabe que es lo que Yulia más ama en la vida y le ha dicho que si habla o intenta hacer algo contra ella, Aleksandr va a parar en lo mismo, y que la salud mental de su madre está en sus manos. Que con tan solo chasquear los dedos Oleg se los puede llevar a ambos del país y entonces ella se olvidaría de toda su vida pasada. ¿Puedes imaginarte lo que es eso?

–Me da asco.

Las dos volteamos hacia el frente al escuchar pasos que se aproximan, estamos a punto de empezar a correr cuando una figura conocida se hace presente.

–¿Qué hacen ustedes aquí?

–Rob – era el hermano de Nastya.

–Es peligroso que estén fuera de la casa a esta hora y con frío, ¿cómo llegaste hasta aquí Lena?

–En taxi.

–Estamos hablando algo muy importante. No nos vamos a meter ahorita.

–Nastya, si mi madre se entera…

–Quédate con nosotras y haznos compañía – Miro a Nastya, advirtiéndole si era buena idea – No te preocupes Lena, Rob conoce la historia, él fue conmigo una vez a buscar a Yulia a su casa, luego que tuvo una fuerte pelea con Carlotta, en esa ocasión la mujer había acariciado el cabello de Aleksandr luego que Yulia rehusara a dejarse acariciar por ella, el demonio quiso vengarse con su hermano y nuestra amiga solo quiso defenderlo, forcejearon y mi chica salió lastimada de un brazo.

–¿Cómo supiste de esa pelea?

–Estábamos hablando por teléfono cuando Carlotta llegó y al parecer la abrazó por la espalda y Yulia la empujó contra el estante de su biblioteca. Se dio cuenta que hablaba conmigo y le arrebató el teléfono, me gritó cosas muy feas, entonces escuché que peleaban y le pedí a Robbert que me llevara allá de inmediato.

–Esa mujer… – dice el chico – las perras son mejores que ella.

–No es que Yulia permita que la dañe, pero ella lo hace por su hermano y por su mamá.

–¿Qué posibilidades hay de poder hacer algo contra eso?

–No lo sé, Carlotta es una mujer de mucho poder, viene de una familia poderosa de Italia.

–Pero aquí es Rusia, algo se puede hacer.

–Tal vez… – habló Robbert – Si Yulia presentara una prueba del acoso emocional al que está sometida, ella es menor de edad y un daño así contra un menor está muy penado aquí.

–Sí pero ¿cómo?

–Grabando, grabando uno de esos momentos – Se me ocurre.

–Yulia no dejará que…

–No tiene porqué saberlo… podemos inventar que es un trabajo de la escuela, entramos a su casa y dejamos cámaras grabando.

–Esa es buena idea.

–Claro que lo es, pero tendrías qué hacerlo tú Nastya, porque yo definitivamente no puedo pisar ese lugar.

–Yo puedo hacer eso.

–También… – Robbert vuelve a hablar – podríamos convencer a Larissa de que detalle su testimonio sobre el tiempo que vivió con Oleg, y la manera como Carlotta se fue metiendo en su familia, una evaluación médica del psiquiatra, Larissa no está loca, solo está enferma de los nervios.

–Ella piensa que es la culpable de los problemas emocionales de Yulia.

–Si menciona alguna situación en la que Carlotta haya dejado pistas y Oleg haya sido descuidado con sus hijos, Larissa podría recuperarlos y ellos no tendrían que seguir viviendo con su padre y la tipa esa.

–Eso suena muy bien. Debemos ir a visitar a Larissa.

–¿Qué tal mañana? Bueno, más al rato. Saliendo de clases. Después yo iría a casa de Yulia para dejar las cámaras, nunca se me niega la entrada y puedo entrar y salir cuando quiera.

–Yo no creo que Yulia vaya hoy a la escuela.

–Mejor, así ella no se entera de nada y no la comprometemos.

–Entonces, tenemos una agenda pendiente.

–Seguro que sí.

–Bueno, me voy, los veo más tarde.

–Oh, no. No andarás sola por ahí, yo te llevo – se ofrece Robbert.

–No es necesario, yo…

–Nastya entra a la casa, voy a llevar a Lena a la suya.

Nastya asiente, se despide de mí y Robbert y yo nos dirigimos a su auto.

–Entonces, ¿cómo van las cosas con Yulia?

–Muy mal, su padre me odia.

–Él odia a todo el mundo, no te preocupes.

–Robbert… yo… siento mucho lo que pasó el otro día… me ví muy mal, te obligué a que…

–No es algo que yo no haya querido.

–Sí pero…

–Mira, yo ya ni lo recuerdo.

–Oye, eso no es muy…

–Se supone que los caballeros no tienen memoria – Sonríe ampliamente, dejando ver su perfecta dentadura. Le devuelvo la sonrisa, subimos a su auto y nos marchamos.

La clase de Shapovalov no era la misma sin Yulia, a todos, quisiéramos o no reconocerlo, nos hacían falta sus comentarios hirientes para hacerla entretenida, siempre que ella hablaba, el resto del grupo se metía en una discusión, o Shapovalov planteaba un caso que luego tenía qué explicar, así que ahora que su silla estaba vacía, la clase era muy aburrida.

Nastya estaba triste, muy triste, Aleksei y Andrey estaban discutiendo como era su costumbre. Miré a Pasha, él hizo lo mismo conmigo y sin hacer un gesto en particular volvió su atención al maestro, sabía que estaba esperando a que Yulia arribara al salón, pero eso era algo que tal vez no ocurriría en mucho tiempo, que bueno que solo fueron mis suposiciones, porque entonces la puerta del aula se abre y una chica vestida de negro y con un andar tan seguro y coqueto se introduce tomando su lugar acostumbrado.

–Yulia, llegas tarde – anuncia el profesor sin dejar de anotar indicaciones en el pizarrón, dando la espalda a la puerta y sin molestarse por voltear y comprobar si había atinado de persona, él sabía que por los pasos, no podía tratarse de alguien más que no fuera Yulia Volkova.

–¿Algún problema con eso Shapovalov?

–No, ninguno, toma tu asiento y pásame un banano.

No era broma, casi inmediatamente una frita fue a caer a sus pies.

–¡Yulia! ¡Te he dicho que me avises cuando lo vas a arrojar para voltearme!

–Ops, no me acordé – dijo ella. Era la misma Yulia que ha sido siempre, tan hermosa, tan encantadora, ningún rastro de ella se había borrado, o es que era una muy buena actriz que sabía cómo actuar delante de todos.

Va a sentarse a la única silla disponible, al lado de Pasha, él la mira y le sonríe. Ella no le corresponde, su atención se centra al profesor. Jah, no sabes cómo me alegra.

Terminando las clases no me atreví a dirigirle la palabra, ella tampoco hizo ningún intento por acercarse a mí, así que supongo que su padre finalmente logró lo que se propuso, alejarla de mí. Bueno, eso es lo que yo creía hasta que ella me metió en el armario, nuestro armario, tantas cosas que se han vivido en ese armario.

–¿Me extrañaste?

–¿Qué haces? ¿Qué es esto? – Pregunto preocupada, pero contenta al mismo tiempo de sentir su fuerte abrazo – Pensé que…

–Llegué a un acuerdo con mi padre.

–Pero él estaba muy furioso, hasta me…

–Ya no te preocupes por eso. Si mi padre es malo, yo lo soy más.

–Tú no eres mala, sólo…

–Ssshh, sólo bésame ¿quieres?

–Yulia – intento hablar en medio de los delicados besos que pone sobre mi cuello – creo que… deberíamos hablar de algo muy delicado.

–Ya olvídate de mi padre, él no hará nada. Pero claro – dice deteniéndose al fin – debemos ser muy cautelosas, al menos aquí en la escuela, por un tiempo, muy breve, te lo prometo.

–Pero, no entiendo ¿cómo…?

–El socio mayoritario de la empresa de mi papá es mi mamá, a él no le conviene que un socio tan poderoso retire su asociación, perdería bastante.

–Así que tu madre…

–No, mi madre me heredó todos sus bienes en vida, considerando que no estaba facultada para administrarlos, así que… yo soy dueña casi de la mitad de tooodo y si a eso le añades que mi padre debe mantenerme pues, tenemos un gran poder para mover las piezas del tablero.

–No puedo creerlo Yulia Volkova, ¿qué clase de…? ¿Qué tipo de… qué es eso que haces?

–El dinero no es lo más importante en la vida, pero tenerlo ayuda bastante.

–Yo soy la que tengo una chica "bastante" lista… amm… por cierto… sobre eso… Yulia.

–¿Qué?

–¿No piensas preguntarme nada?

–¿Debería preguntarte algo?

–Creo que sí – le digo como lo más obvio – ¿No vas a hacerme la pregunta… sobre… ya sabes…? No podemos andar por ahí simplemente fingiendo ser algo que no somos y…

–Aah, ya entendí. Bueno… Elena Katina… ¿tú querrías…?

–¡Lena, al fin te encuentro! Date prisa, debemos irnos – Nastya llega a interrumpir el momento.

–Es verdad.

–Ah, estaban hablando, si quieres puedo esperar.

–No, podemos hablar más tarde ¿está bien Yulia? Nastya y yo tenemos algo importante qué hacer.

–¿De qué se trata?

–No te lo podemos decir, pero te veo luego amor – le doy un beso batallando por los jalones que Nastya daba de mi brazo.

–Apúrate. Yulia, pasaré a tu casa en dos horas porque tenemos un trabajo pendiente.

–De a–cuer–do – suelta ella con la ceja arqueada, entendíamos muy bien que no se lo podríamos ocultar por mucho tiempo, ella tarde o temprano lo averiguaría.

Por suerte la madre de Yulia no se cerró a hablar del tema con nosotras.

–Me preocupas tú Lena, Oleg no es un hombre del que se debe de fiar, es traicionero y peligroso. Llegué a conocerlo muy bien aunque… bueno, él no era así, comenzó a cambiar cuando Carlotta apareció en nuestras vidas.

–Ese es el punto, ¿no le gustaría recuperar a sus hijos?

–Yo no puedo, soy una mujer…

–Enferma de los nervios, ¿y quién no? Usted sabe muy bien que podría aportar bastante.

–Sé que Yulia ha pasado por cosas difíciles, a ella no le cayó bien que su padre se volviera a casar… Pobre – dice ella recordando – Cómo nos veía discutir… ella… cambió sus juguetes por un martillo, cada vez que nos escuchaba pelear tomaba ese objeto y golpeaba las paredes para que paráramos. Por eso decidí alejarme de ella.

–No se ofenda, pero usted cometió un error muy grave al dejarla sola.

Se lo contamos todo, la verdad, que era muy diferente a lo que su hija le había hecho creer, y pudimos darnos cuenta de lo mal que esto la puso, pero tuvo que calmarse para no perder el control, la necesitábamos cuerda para poder actuar.

Nastya se pasó por casa de Yulia más tarde, solo necesitaba pocos minutos para instalar algunas cámaras en lugares estratégicos. Yo la esperaba afuera, algunos metros alejada. Nastya sale finalmente y viene acompañada por Yulia.

–¿Qué tal si vamos a dar la vuelta por ahí? Las tres – Dice ella.

Así que vamos a pasar el rato a una plaza muy concurrida. Divirtiéndonos como niñas en los juegos, cantando en el karaoke, la gente nos miraba alarmada, nosotras sólo reíamos. Era muy curioso el tiempo que estábamos pasando las tres juntas, Yulia y yo íbamos tomadas de la mano mientras que Nastya se adelantaba a admirar cada cosa que le llamaba la atención, Yulia le compró un enorme elefante que al caminar, apenas se podía ver a Nastya sosteniéndolo, era muy chistoso.

–Escriba: De Yuliay Volkova, para su mejor amiga Nastya – le pidió ella al vendedor cuando le pasaba el peluche – Ahora fírmalo Yulia.

Yulia tomó el elefante y con un grueso plumón rosa fuerte escribió una leyenda sobre el pecho blanco del animal: Eres la persona más increíble que he conocido Nastya Isaeva, te amo de aquí hasta el cielo… y aún más allá.

La joven sonríe enormemente, toma el peluche y echa a correr con él y el dulce de algodón que estaba devorando. Agacho mi cabeza y me río, es como si Yulia y yo fuéramos una pareja que pasea en la plaza con su hija, Nastya hacía como nuestro bebé.

Subimos a la torre más alta de la plaza, bellamente iluminada por luces de distintos colores.

–Lena – Me habla ella, entre el suave viento que nos revuelve nuestras despeinadas cabelleras – Quiero decirte algo – Nastya y yo prestamos mucha atención – Te amo. Eres una chica extraordinaria… me enamoré de la mujer más bella y amable que he conocido… después de Nastya – agrega cuando la niña pone una carita acongojada, entonces sonríe, hago lo mismo – Y delante de ella, Nastya Isaeva, mi mejor amiga… a quien amo tanto como hermana… quiero pedirte… que seas mi novia. Elena Katina… ¿quisieras ser la novia de esta muchacha necia, mala, perversa… y con problemas psicológicos serios? – Nastya y yo reímos, pero no puedo ocultar la emoción que siento, había soñado tanto porque el momento así llegara que tartamudeo antes de darle una respuesta.

–Nada me haría más felíz en la vida que tenerte conmigo… te amo Yulia Volkova, eres mi gran amor y quiero ser tu novia, claro que quiero ser tu novia… pero… primero… hay algo que debo decirte.

–No me importa lo que tengas que decirme, lo que quería oír ya lo he escuchado, así que todo lo demás sale sobrando.

–Pero esto es importante.

–Patrañas, ¿quieres o no ser mi novia? Porque no eres la única que anda tras mis huesitos eh.

–Sí Yulia, sí quiero.

–Excelente – Dice ella. Nos miramos mutuamente a los ojos, sonriendo, entonces nos besamos. Nastya aplaude. Luego de separarnos la abrazo con fuerza, y junto con Nastya nos abrazamos más fuerte aún.

Lejos estábamos de imaginar lo que llegaría al dirigirnos al estacionamiento. Un par de horas después.

–Hola Yulia, te miras muy contenta – Era Olga, la secretaria. Mi corazón comienza a palpitar con violencia, no era buen augurio.

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Capítulo fuerte y algo controversial.
Saludos chicas, a todas las que escriben y las que han llegado recién al foro, un enorme abrazo y bienvenidas 😘
Feliz lunes!
RAINBOW.XANDER
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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA) - Página 3 Empty Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

Mensaje por Fati20 6/19/2023, 9:09 pm

Hay dios es que todos deben terminar en angustia. Yo creo q él qué Oleg la contratará para dejar su sueño lo cual lena no lo hizo en absoluto no debería causar ninguna molestia julia sabe q su papá es un problema. Espero que el plan funcione y ya se deshagan de esa pedofila pervertida 😠😠. Y así las chicas puedan disfrutar de su bonito amor. Feliz inicio de semana cariño mio qué tengas un muy bonito día 😘😘😘
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Mensaje por soy_yulia_volkova 6/20/2023, 12:41 am

Cerda pedofilia !!!!! Ojalá la lleven a la cárcel y más nunca salga de allí por cochina 🤬🤬🤬🤬
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/20/2023, 3:14 am

CHAPTER 18. UN CORAZÓN HECHO PEDAZOS

–Olga, ¿qué andas haciendo por acá?

–Vine a dar una vuelta… y me encontré contigo – responde la flaca y rubia secretaria de una manera provocativa.

–Oh, qué bueno, te veo mañana entonces, pásala bien – Yulia nos toma por la cintura a Nastya y a mí para empujarnos al auto, pero Olga vuelve a hablar.

–Me resulta curioso…

–¿Qué cosa? – Yulia vuelve la cabeza a ella.

–Que estés por acá caminando con… esta tipa – me señala despectivamente arqueando una ceja.

–Lena y yo somos amigas.

–Lena – repite ella – Ya la llamas Lena.

–¿Sucede algo Olga? ¿Está todo bien? Porque estábamos por marcharnos – mi corazón seguía dando fuertes tumbos.

–No pensé que cayeras en las artimañas de esta mosca muerta.

–Un momento, ignoro el juego que tienes con ella pero por ningún motivo voy a permitir que…

–No puedes decirme nada hasta que te enteres – la interrumpe.

–¿Hasta que me entere de qué?

–De las cosas que está mujer–zuela, ha estado haciendo contra ti.

Yulia gira la cabeza hacia mí, que estoy muy asustada, ese era el fin, era el fin de todo, voy a perder a Yulia, esa mujer se lo dirá todo y la voy a perder. Mi angustia va en aumento.

–Olga… pensándolo bien… creo que te debo algo ¿no?

–Creo que me debes mucho Yulia, pero tú nunca te has ocupado por verlo. Bastantes cosas he hecho por ti y tú simplemente… me ignoras.

–Sí, te debo el hecho de que le dijeras a mi padre que tengo una relación con Elena.

–¿Qué? Tú y esta tipa tienen…

–Ya lo sabías ¿no?

–¡No! claro que no lo sabía, sólo… lo supuse, quería ver si esta… cosa se destapaba, tenía la sospecha de que estaba enamorada de ti y yo solo quería descubrirla para hacértelo saber.

–¿Tú no sabías que Lena y yo…?

–Las ví en la presentación de la obra, pero no me imaginé que sostuvieras una relación con ella Yulia – la voz de la secretaria comienza a quebrarse – ¿Porqué no me lo dijiste?

–¿No lo sabías? – La mujer niega con la cabeza, totalmente dolida por lo que acababa de escuchar – Entonces… ¿no fuiste tú quien se lo dijo a mi padre? Ayer… al salir de la oficina… ¿tú no le dijiste nada de esto a mi padre?

–Pensaba hacerlo… pero no lo hice.

–No entiendo entonces cómo fue que se enteró.

–Pues él recibió una llamada antes de salir… cuando tú te estabas despidiendo de él Oleg estaba al teléfono, sólo un poco luego que te fuiste el salió apresurado a buscarte, alguien le informó algo sobre ti.

Yulia se ve confusa, y yo también lo estaba, igual creí que Olga había sido la chismosa.

–Tú, tú le pasaste esa llamada… debieron haberte dado un nombre.

–Bennett, sólo mencionaron ese apellido, Bennett.

Ella se queda un momento pensando, con las cejas fruncidas, para luego hacer un gesto de desesperación poniéndose una mano sobre la cara.

–Pasha – dijo al fin – Fue Pasha – Y luego me mira – Fue Pasha el que llamó.

–¿Cómo lo sabes?

–Bennett es el apellido de soltera de su madre, él y su hermano lo usan como una especie de broma cuando no quieren que su identidad sea descubierta. No puede ser, ¿así que Pasha quiso jugar sucio?

–No es el único – Vuelve a hablar Olga, mirándome – Él no es el único que te juega sucio. Creo que deberías saber quién más te ha estado engañando Yulia – mi novia la mira cruzada de brazos por un segundo, pero luego responde.

–No más por hoy Olga, estoy agotada. Te veo mañana en la oficina.

–¡No! es importante que lo sepas y te lo diré ahora.

–No quiero saber nada más por hoy, mañana hablamos.

–Te lo diré ahora, debes saber Yulia, que tu adorada Lena…

–¡Olga!… – la interrumpe – mañana ¿sí? Mañana hablamos.

–Pero Yulia.

– No quiero escuchar más por hoy – Responde caminando hacia el auto.

–Esto no es para que esperes. Me lo agradecerás si te lo digo hoy mismo, después te vas a arrepentir.

–Hasta mañana Olga – Yulia sube al auto y arranca, dejando a Olga con los puños apretados vociferando palabras no aptas para descripción contra mí.

–Deberían lavarle la boca con jabón – soltó la amable Nastya.

–Yulia – susurro – creo que sí debería decirte algo.

–No quiero oírte, no por ahora, después hablaremos con calma todo lo que quieras.

–Pero…

–Después Lena…

–Pero Yulia…

–¡Entiende!... no quiero bajarte del auto a media carretera Lena Katina.

–Es importante que lo sepas.

–Me lo dirás mañana.

–No quiero decírtelo en la escuela.

–Quizá en el trabajo.

–Yo no regresaré a trabajar.

–Oh, sí, lo harás.

–Yulia no puedo, tu padre me botará si me ve por ahí... o hasta podría vaciar café sobre mi cabeza.

–No. Yo tengo suficiente voz y voto ahí así que no hay nada qué temer.

–Pero Yulia.

–¡Mañanaaaaaaaaaaaaa!

Realmente quería decirle a Yulia lo que Olga ansiaba informarle, pero por más intentos que hice ella no me lo permitió, es tan necia, cuando no quiere hacer las cosas simplemente dice "¡NO!" y eso es todo, punto final. Pero yo estaba muy preocupada, sabía que esa información tarde o temprano me traería problemas con ella.

–Yulia, por favor, deberíamos hablar, quiero que me escuches, esto es muy importante.

–Si quieres, pero te advierto que traigo mis tijeras nuevas, así que tú dices – discutíamos en la puerta de mi casa.

–Deja las tijeras en el auto y vuelve para que hablemos.

–No me voy a separar de mis tijeras.

–Um, um – Escuchamos a alguien aclararse la garganta, mi padre había abierto la puerta al escucharme afuera – ¿Está todo bien?

–Sí papá, no te preocupes.

Mi padre posa su mirada en mi chica, quien a su vez también lo mira, con los brazos cruzados, como si el mundo le valiera un cacahuate.

–¿Debería regresar adentro y esperar pacientemente a que mi hija entre a la casa sin preocuparme por nada, Yulia?

–Se lo recomendaría, pero no hace falta, ya estaba por marcharme.

–Oh, pensé que tal vez querrías decirme algo – Ella echa su mirada sobre mí, sin quitar su gesto despreocupado…

–¿Buenas noches señor Katin?

–Mm… no es lo que esperaba pero… – Sonrío al ver cómo mi padre trataba de entablar una conversación con ella, y de cómo ella se esforzaba por evitar un ridículo momento como ese – supongo que viniendo de ti, es lo mejor que puedo obtener.

–Ya sabe que su hija y yo estamos saliendo.

–No, sabía que mi hija tenía sentimientos por ti pero si no mal recuerdo ella jamás mencionó que lo de ustedes ya era formal, de hecho, tenía dudas de que así fuera.

Yulia finalmente mejora su postura y con una actitud de lo más rara en ella le habla seriamente a mi padre.

–Se lo pedí hace un momento… ella me dijo que sí… pero ¿usted qué opina? ¿Entrando a casa le exigirá que deje de salir con la chica mala que le hacía difícil la vida?

–¿Por qué piensas que puedo decirle eso?

–Un buen padre busca lo mejor para sus hijos – Responde ella como si fuese obvio, pero sin sonar descortés.

–Mi hija te ama, y yo no me opondré a que sea feliz. No digo que no me pone incómodo que la muchacha que tanto daño psicológico… y físico le causaba, ahora se convierta en el amor de su vida pero… si ella es feliz contigo… adelante. Pero cuídamela mucho.

–Eso hago.

–Bien… entonces supongo que todo queda bien entre nosotros.

–Delo por hecho.

–Fantástico… entonces – mi padre trata con nervios de parecer de lo más normal posible – las… dejaré que se despidan… a solas.

–Gracias.

–Bien… entonces… Buenas noches Yulia.

–Buenas noches señor Katin.

Mi papá entra a la casa cerrando la puerta, pero podíamos muy bien escuchar que permanecía vigilando. Sonrío y ella hace lo mismo.

–Padres – Espeto.

–¿Te veré mañana en la oficina?

–No quisiera… tú sabes…

–Te veré mañana en la oficina – Afirma para comenzar a caminar al auto.

–Espera – la detengo, hablándole con suavidad – ¿no se te olvida algo? – Ella busca entre sus ropas y me mira confundida – Besarme, tonta – Enredo mis brazos sobre sus hombros y la beso, ella me sujeta de la cintura e inclina un poco su cabeza para facilitarme la acción.

Luego de algunos segundos suelto sus labios pero no alejo mi rostro del de ella, le hablo muy cerca de su boca.

–¿Sabes que hace tiempo, cuando fuimos a acampar… y casi caigo al río de no ser por ti que me sostuviste… sentir que tus labios estaban tan próximos a los míos… era algo que me consumía por dentro? – Ella me escucha con atención, mirándome fijamente a los ojos – En aquél entonces, pensar… en que un día lograría besarte… estaba muy lejos de mi realidad… ahora te siento a mi lado y no puedo evitar divagar mis pensamientos hacia aquél día… hacia aquél momento. Tu contacto me mataba… sentir tu piel me quemaba todo dentro y fuera de mí… y ahora… te tengo Yulia Volkova… por fin te he conseguido… y no te dejaré ir tan fácilmente – agrego para separarme de ella, mirando su reacción y esperando una respuesta que me llenaría de ternura.

–Eres una cursi Lena Katina – Dijo ella sin mayor preámbulo – Nunca lo comentes con nadie – OK, no era lo que esperaba.

–Pero… ¿acaso tú no sentiste nada en ese momento?

–No, yo sólo estaba preocupada porque no cayéramos al agua, eso mantenía mi mente ocupada, preservar nuestras vidas – agacho mi cabeza haciendo un puchero inconscientemente que ella no logró notar, pero agregó – Aunque ¿sabes? Cuando volvíamos del campamento… no dejaba de pensar en ti, y en ese momento… ¡Rayos! Qué mal la pasé queriendo olvidarme de ti, me sentía sucia y ridícula.

–No sabes cómo admiro tu falta de miedo por decir lo que sientes.

–Ya me lo has dicho. Ahora entra a tu casa que no quiero seguir desvelando a tu padre, asegúrale que no debe cuidarte de mí – Río, la sombra de mi papá parada detrás de la puerta podía verse claramente por la ventana.

–Hasta mañana Elena.

–Hasta mañana mi amor. Te amo – Ella sonríe y se va. Es un sueño para mí que un día ya no tenga que marcharse, era aún un sueño mío que un día yo despertara por la mañana y ella estuviera a mi lado, sin hacer malabares para que deba volver a su casa. Me pregunto si eso llegará a ser posible, bueno, todo depende de que la secretaria no le cuente nada antes de que yo hable con ella.

Otro día en el instituto, sentados a la mesa de la cafetería, yo miraba la forma en que Pasha abrazaba a una chica desconocida, luego él miraba a Yulia, quien a su vez lo ignoraba. Era claro que pretendía darle celos, y yo solo estaba atenta a cualquier indicio de esos celos de su parte, pero nada de eso pasó, excepto cuando un apuesto joven compañero de Katya se me acercó para preguntarme por mi hermana. Yulia me miró de la misma forma como hacía con Pasha cuando ellos eran novios, luego miró al joven, y después de una patadita de Nastya por debajo de la mesa, tuvo qué disimular. Yo no pude evitar sonreír por la emoción que me causaba hacerla sentir celosa.

–No lo disfrutes – masculló cuando bajé mi cabeza riendo discretamente.

–Por supuesto que lo haré – Me mira con enojo, evidenciando en su mirada las ganas de soltarme palabras hirientes pero fue interrumpida por Andrey.

–Yulia, hace mucho que quiero pedirte un favor.

–Yo no hago favores.

–Lo sé, pero este quizá te agrade.

–¿De qué se trata? – Dijo al fin mordiendo su trozo de zanahoria.

–Quisiera que me acompañaras a cantar… una de mis canciones que estoy preparando para un exámen – Respondió el joven nervioso.

–¿Yo?

–Sí, tú.

–¿Porqué no se lo pides a Lena? Ella es la que suele trabajar contigo.

–Porque esta vez me gustaría que lo hicieras tú, sin ofender Lena, sabes lo que opino de ti y de tu talento como cantante, es solo que… te debo una, ya que la vez pasada fue Lena la que terminó cantando conmigo.

–Lo voy a pensar – decía ella, mientras el muchacho la miraba circunspectivo.

–Por favor… de verdad que me encantaría cantar contigo – Yulia asiente con la cabeza y se levanta para retirarse, no sin antes echarme una miradita triunfadora mostrando a la vez esa sonrisa altanera y arrogante que todas amamos en ella, ¿a poco no chicas? ¿Quién no está de acuerdo conmigo en que esa sonrisa maliciosa nos ha seducido tanto? No sabes si quieres abofetearla o besarla en ese momento, aunque le tiro más a lo segundo.

–Andrey, no sabía que aún tenías sentimientos por Yulia – Le digo al músico alarmada, Andrey era una competencia fuerte ahora que Pasha ya no está en la vida de mi gótica. ¿Acaso Yulia sospechaba eso?

–¿Qué quieres que te diga? La chica es guapa y sexy. Y ahora… sin novio.

–Yo no te lo recomendaría.

–¿Por qué no? – Preguntó despreocupado.

–Pues porque… porque… pues porque… lo de Pasha está muy reciente y… sinceramente… no creo que ella quiera meterse en una relación tan pronto.

–Pasha dijo que le puso el cuerno.

–¿Qué?

–Él me contó que ella lo engañó con alguien más.

–Y… ¿te dijo con quién?

–No, y la verdad yo no creo que a Yulia le gusten las chicas – Dijo levantándose.

–¿Qué dijiste?

–Pasha piensa que lo engañó con una mujer, de aquí de la escuela, y sólo espera el momento oportuno para descubrirlas, a ambas, a menos de que Yulia regrese con él. Pero yo sé que solo está dolido, se le pasará. Nos vemos Lena, debo preparar una canción muy romántica.

¿Así que Pasha pretende delatarnos delante de todo el mundo? Yulia nunca me ha dicho que se oponga a que todos lo sepan pero ambas hemos coincidido en que no es el momento adecuado. De verdad que Pasha quiere jugar sucio, definitivamente él no está dispuesto a perderla. ¿Por qué no entiende de una buena vez que ella ya no lo ama?

–¿Te sentiste cómoda con Andrey, Katina?

–Suéltame – espeto zafando mi mano de entre las suyas – No quiero hablarte ahora… y la próxima vez que vayas a meterme al armario te pido que lo hagas con delicadeza. Auch – Me froto mi muñeca izquierda.

–Eres tan delicada.

–Pues sí, ya lo sabías ¿no? – No ceso mi enojo con ella – Así te enamoraste de mí.

–¿Quién lo asegura? – Arroja mirándome con esa perversidad que provoca todo un movimiento dentro de mí.

–Tú me lo dijiste.

–Pude haber mentido.

–No lo creo. Esto no es gracioso Yulia, tú te diviertes conmigo.

–Es porque eres tan vulnerable.

–¿Y qué? ¿Vas a cantar con Andrey?

–¿Celosa?

–¡No! – Por supuesto que sí pero no se lo diré, aunque estoy segura que ella lo sabe.

–A lo mejor, no lo sé, todavía no lo decido.

–¿Cómo van las cosas con tu padre?

–Está muy enojado, estoy segura que está planeando algo, ese silencio dice mucho, lo conozco muy bien. Pero no te preocupes, mientras yo pueda hacer algo, tú vas a estar bien – Me dice con voz suave replegándose a mí contra la pared, poniendo ambas manos a cada lado de mi cabeza.

–Lo sé, confío en ti – La beso – Sé que vas a protegerme – La beso de nuevo – Y te lo agradezco.

–¿Sabes que mi madre salió del psiquiátrico?

–¿De verdad?

–Se está quedando en un departamento a la orilla de la ciudad. Hablé con ella y la sentí tan… triste y a la vez… así como enojada, frustrada, no lo sé. Me dijo cosas que no entendí… y me dijo que me amaba… y me pidió perdón por dejarme sola.

–Confía en ella Yulia, estoy segura que buscará lo mejor para ti y para Aleksandr.

–Es lo que más deseo. Quiero que Aleksandr esté seguro lejos de… Debo irme – Se interrumpe, ella ignora que yo sé la verdad sobre su madrastra.

–¿No te puedes quedar un poco más? – Le susurro acomodando algunos mechones detrás de su oreja, contemplando al mismo tiempo su bello rostro, imaginando todas esas cosas qué tuvo que soportar cuando esa mujer enferma se acercaba para tocarla.

Mi Yulia, oh, mi Yulia, cuánto daño te hizo esa mujer. Todo lo que te causó. En algún sentido, te miro y no podría culpar a nadie que te admire, eres una mujer tan bella que provoca cosas aún en aquellos que podríamos llegar a odiarte. Mira lo que provocaste en mí, yo, Lena, una chica aparentemente normal, a la que le encantaban los chicos, presa de ti y de tus encantos. De esa maldad que me derrite, y que seguro derrite a muchos aparte de mí, como a Pasha, Andrey y Vitya, y hasta a esa tipa Olga y a mi hermana misma. Pero por ningún motivo voy a justificar todo lo que te hizo, o te hace aún. Juro que esa mujer va a pagar caro por cada vez que se acercó a ti, por cada caricia que se atrevió a hacerte, por cada mirada de lujuria que te lanzó, lo pagará caro, muy caro.

Antes de llegar a la oficina repasamos el material grabado en casa de Yulia, no había evidencias suficientes que culparan a esa tipa. Sólo miradas durante la cena y probablemente una caricia debajo de la mesa, por el hecho de que Yulia dio un respingo sin algún motivo en particular y después miró por debajo del mantel, terminando por fulminar con los ojos a la tal Carlotta. Luego se levantó llevándose a Aleksandr consigo, su padre la siguió con la mirada hasta que la perdió de vista. Carlotta mencionó hasta cuándo Oleg iba a permitirle su relación conmigo, él solo respondió que era cuestión de tiempo, pero que las cosas no quedarían así. Él lograría separarnos.

–¿Hablaste con ella? – Me preguntó Robert.

–No me lo ha permitido, he estado insistiendo pero no me deja hablar. Pero esta tarde se lo diré todo, no pasará de esta tarde sin que lo sepa, aunque no sé cómo vaya a reaccionar, sólo espero que lo comprenda.

–Lo hará Lena, nosotros te ayudaremos, para eso somos tus amigos.

Llegué a la oficina tratando de pasar desapercibida por Olga para colarme hasta la oficina de Yulia. Lo que al parecer logré.

–Yulia, ahora sí debemos hablar muy seriamente – Pero ella me recibe con un beso apasionado, arrebatado y loco, pero encantador.

–Dime que me amas – Me pidió en un murmuro – Dime que me amas Elena Katina.

–Te amo, ¿no lo sabes? Te he amado desde hace mucho Yulia Volkova. Desde el principio.

–Mientes – Continúa ella besándome – Mientes Elena – Había algo en su voz que no me gustaba.

–No puedo mentir, deberías sentirlo. Siénteme Yulia Volkova, siente que estoy prendida de ti.

–¿Me estás diciendo la verdad? – Los besos eran cada vez más intensos.

–Te lo juro.

–Entonces este contrato está mintiendo ¿no? – Se separa para mostrarme una hoja de contrato que tenía en la mano y yo ya había visto – Este contrato es el que está mintiendo.

–Es mi contrato de trabajo – Comienzo a ponerme nerviosa.

–¿Por tres mil euros? Nadie paga tres mil euros a una novata sin experiencia y menor de edad solo por ser asistente.

–Es lo que tu padre ofrecía cuando…

–¿Cuando te contrató para que arruinaras mi vida?

Sentí que todos mis sentidos se dilataron un momento, me contraje y por un instante no fui capaz de respirar ni de cavilar lo que estaba sucediendo. Ella ya estaba enterada. Ya lo sabía todo, Olga me ganó la jugada y había actuado antes que yo.

–Y–Yulia… yo…

–No tenías que esperar demasiado, desde la primera vez que estuvimos juntas pudiste haberte deshecho de mí. Aquél día me entregué por completo. Aquél día me sentí enamorada, feliz. Te abrí la puerta de mi casa, te conduje a mi habitación, te metí en mi cama, te ofrecí mi cuerpo y te entregué mi corazón. Sólo era cuestión de que te levantaras y te rieras de mí esbozando en mi cara lo mucho que te divertiste conmigo al lograr enredarme en... eso.

–Yulia…

–Fue tan fácil ganarte mi confianza ¿no Lena? Al final de cuentas, no resulté tan difícil.

Había dolor en sus palabras. Lo noté por el nudo que no le permitía expresarse totalmente con claridad, pero se reprimía las lágrimas, de ninguna forma iba a llorar, no frente a mí.

–Iba a decírtelo – Mis palabras no tenían ganas de salir.

–¿Cuándo? ¿Cuándo recibieras un cheque más grande? ¿Cuando mi padre palmeara tu espalda y te dijera: Bien hecho? Pues te lo digo yo… bien hecho Lena Katina, has realizado un excelente trabajo. Acabas de arruinar mi vida… acabas de hacer pedazos todos mis sueños.

–Yulia, yo te juro que…

–No me jures nada…

–¡Es lo que estaba tratando de decirte! Por eso insistía en hablar contigo, quería contártelo todo pero nunca me dejaste.

–¿Y qué ibas a decirme? Acaso: Yulia, discúlpame, tu padre me contrató para convencerte de dejar la escuela de artes y te dediques al negocio de la familia que es lo que te conviene, tú no eres artista, no tienes talento, dedícate a los autos. ¡Eres un asco de persona Yulia Volkova!

–No – Comienzo a llorar – no, no es así, yo no pensaba hacerlo… yo no sabía que eras tú la hija del…

–Sí, fue la mejor jugada – dijo ella con una sonrisa sarcástica – Enamorar a la chica para lograr el objetivo y así obtener una muy buena suma de dinero ¿no? y de paso, vengarte de mí por todas las cosas que te he hecho.

–No Yulia, yo no iba a hacerlo ¡escúchame por favor! Mariya te lo puede explicar.

–Ya Olga me lo dijo todo – Volteo a la puerta, la secretaria está ahí, parada, mirándome con recelo y triunfo, pero al mismo tiempo sufriendo junto con Yulia, en parte no la culpaba, quizá yo en su lugar hubiera hecho lo mismo, pero tal vez no de esa manera.

–Yo nunca estuve de acuerdo Yulia – dijo ella – Y Mariya lo sabe. Yo no quería que nadie entrara a este juego pero tu padre insistió así que le dejó el trabajo a Mariya. Ella fue quien contrató a esta tipa. Haber, que te diga, que te diga porqué no renunció desde el primer momento. Oleg habló con ella y le explicó muy bien de lo que se trataba y ella decidió seguir.

–¡No es verdad, yo no sabía que eras tú…!

–Todo el tiempo supo que eras tú, ella te conocía… pero decidió ocultártelo. ¿Porqué no te lo dijo después? Cuando se volvieron amantes ¿porqué no te lo contó entonces?... Pues porque no le convenía.

–No, no, no, no, no, ¡NO! Yo siempre quise decírtelo, pero tenía miedo, miedo de cómo lo fueras a tomar, sabía que eso podría provocar que te perdiera.

–Así que decidiste ocultármelo. ¿Cuándo pensabas comenzar a convencerme de dejar la escuela de artes? ¿Cuándo nuestra relación fuera más estrecha? ¿Cuándo mi padre lograra llevarme lejos de aquí? Qué buena actriz eres Elena, por cierto, fingiste muy bien ante mi padre, estabas aliada con él desde el principio. Yo me enfrenté a él por ti como idiota. Me ví tan estúpida dando la cara por ti, porque te amaba. Perdí a mi novio, dejé una relación con un chico que me ama ¡POR TI! Y tú sólo estabas jugando conmigo. Divirtiéndote conmigo, riendo a mis espaldas por todas las muestras de amor que tuve contigo. Soy una estúpida – dijo llevándose las manos a la cabeza – Soy tan estúpida por creer en ti. Me dejé llevar… me dejé llevar por tus encantos, por tu actitud tan tierna solo para… – sus mejillas estaban rojas, sus ojos también, pero lograba muy bien no echar ninguna lágrima, comenzó a sudar, y con eso noté que estaba en medio de una angustia terrible, sí, le había hecho daño, le había hecho un daño espantoso, de por sí Yulia no confiaba en cualquier persona y ahora esto.

Continúo llorando, no sé qué decir al tiempo que tenía tantas cosas que hacerle saber, pero el nudo en mi garganta no me permitía hacerlo. Ella me miró, pero no con odio, me miró como con resignación, como alguien que está en medio de una situación de muerte y decide no luchar más por sobrevivir. Las palabras que habló, fueron las más dolorosas que le pude haber escuchado, porque me mataban internamente.

–Mi madrastra tiene razón… todas las mujeres son iguales… son malas… no debo confiar en ninguna… la única persona segura que siempre está ahí para mí… es ella.

Luego de esto me miró como hiciera la primera vez que nos conocimos, ese gesto que tanto miedo me causó cuando me reclamó por limpiar la camisa de Pasha.

–Ya puedes irte… Has cumplido – Y con eso me di cuenta que perdí a la Yulia amorosa que segundos antes me había besado con tanta pasión, para volver a aquella chica con resentimientos contra el mundo, tan insegura como la primera vez que la conocí.

Di la vuelta y salí de ese lugar con el corazón hecho trizas. Lo más seguro es que nuestras vidas no volverían a juntarse. ¿Hasta dónde podría permitirlo?


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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA) - Página 3 Empty Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

Mensaje por Fati20 6/20/2023, 3:44 am

Cuanto dolor innecesario y las 2 son culpables 🤦🏻‍�🤦🏻‍� lena por no decirlo desde el principio y julia q no deja decir las cosas pero bueno hay muchos que saben como fue todo en realidad pero con lo impulsiva y desconfiada q es julia seguro no los va a querer escuchar y las cosas estarán muy mal 💔💔. Saludos cariño 😘😘😘
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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA) - Página 3 Empty Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

Mensaje por LenaVolkova66 6/20/2023, 12:18 pm

Pasha está herido y es común que una persona así busque venganza pero no considera a yulia porque lo único que quiere es quedarsela y con respeto a la morena, si ambas están enamoradas, sabrá perdonar a lenita
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/21/2023, 12:37 am

CHAPTER 19. ESO NO ES POSIBLE

Me prometí a mí misma luchar por ella. Lo que pasó no fue cosa de vida o muerte, si tan solo la necia me hubiese permitido hablar antes, cuando le insistía, esto no estaría pasando, yo le habría contado la verdad y ahora quizá… no, en realidad no sé qué hubiera pasado, la verdad, todo fue mi culpa. Debí habérselo dicho desde el principio, nunca debí ocultárselo, y cuando quise hacerlo, tenía que haber insistido, cómo me daba coraje ser tan débil ante Yulia en algunas cuestiones, si ella dijo "No" yo debí haberle respondido: Pues lo siento, pero vas a escucharme. Ahora tengo qué admitir que ante esas cosas ella me sigue dominando.

Pateo una piedra que encuentro en el camino, ni siquiera puedo culpar a Olga, pero la muy… ¡Ah! Es una… ¡Ah! Cada una póngale lo que quiera, yo no digo groserías y estúpida e idiota le quedan muy corto, es lo más grosero que puede salir de mí.

Me detengo sentándome en la banca de un concurrido parque de la ciudad, ya había pasado un buen rato de dar vueltas sin llegar a ningún lado, traté de imaginar lo que Yulia estaría haciendo ahora, ¿se habrá quedado en la oficina? ¿Habrá salido de ahí? Si salió, ¿a dónde iría? ¿Buscaría a alguien? ¿A quién? ¿Estaría pensando en mí? Si estuviera pensando en mí, ¿consideraría el perdonarme? ¿Vendría a buscarme? ¿Volveríamos a estar juntas?

–¡Ooyeee! – Le digo enojada al adolescente que estrelló su balón en mi cabeza.

–Lo siento – Responde el muchacho. Lo miro, es muy lindo, pecoso y de lindos ojos azules que me hacen recordar a una persona.

–¿Lena? – Me dice él – ¿No eres Lena Katina ? La amiga de Yulia, mi hermana.

–¡Aleksandr!

–Hola. Siento haber estrellado el balón en tu cabeza…

–No te preocupes, ni me dolió – claro que no, sólo ví estrellitas por un instante – ¿Qué haces por acá? ¿Estás solo?

–No, mamá viene conmigo – En efecto, la fina dama se acerca hasta a mí.

–Hola Elena, qué gusto verte. ¿Cómo van las cosas con mi hija? – Gulp.

–Creo queee… me odia.

–Hablemos de eso.

Yulia eligió a Nastya Isaeva para ser la primera persona en enterarse de lo sucedido, la joven castaña estaba muy enojada conmigo cuando finalmente contesté su llamada luego de hablar con la madre de Yulia.

–¿Porqué le hiciste eso Lena?

–Nastya, déjame explicarte…

–Sé lo que vas a decirme, ya hablé con Olga y Mariya sobre esto, Lena, no te quiero ofender, pero tú fuíste más tonta que yo en este asunto. Dejaste que avanzara demasiado.

–Nastya tú no eres tonta.

–La mayoría de la gente piensa que sí.

–Yo no.

–No me importa eso ahora, me importa Yulia, ella está muy decepcionada, de todo. Lena, tal vez no fue esta tu intención, pero créeme, si Yulia toma una mala decisión sobre su vida, y eso la perjudica, estaré tan enojada que lo más seguro es que te culpe a ti.

–Yoo… – Escuché el acostumbrado bep–bep–bep del teléfono, la castaña me había colgado.

Nastya llamó a Larissa unos minutos después de que Yulia llegara a buscarla a su casa, estaba afiebrada y necesitaba un abrazo y un consuelo, nadie mejor que la dulce castaña para hacer sentir a Yulia viva de nuevo.

–Va a quedarse con Nastya esta noche – me dijo Larissa cuando hablábamos del asunto en el parque – Es mejor así, Nastya siempre ha sabido cómo hacerla sentir mejor, aunque Yulia a veces no lo quiera reconocer.

–Siento tanto que…

–No debes sentirte culpable por nada Elena, en todo caso, es Oleg quien se niega a aceptar que su hija ha crecido y tiene intereses distintos. Y si nos vamos más a fondo, estoy yo, quien no ha tenido el valor suficiente para estar con ella.

–Yulia se veía… tan… dolida por lo que pasó… Cree que la engañé, que hice todo solo para vengarme de ella, eso me duele, porque nunca ha sido así, aún cuando ella se portó tan mal conmigo, jamás tuve en la cabeza vengarme, por el contrario, procuraba todos los días ganarme su amistad. Por eso me duele que crea eso ahora.

–¿La amas Elena?

–Con todo mi corazón – La madre se me queda mirando unos segundos y luego voltea hacia el ocultamiento del sol, callando hasta que el astro desapareció con toda su luminosidad para darle paso a la noche.

–¿Sabes? Te estaba componiendo una canción… en su piano. Aleksandr dice que es muy buena… y yo quisiera escucharla completa, así que si vas a luchar por recuperar la confianza y el amor de mi hija, no te quedes aquí sentada perdiendo el tiempo conmigo… has algo.

Pues salí casi corriendo de ahí, y como intuí, encontrarme con Yulia de nuevo no sería cosa fácil, la niña castaña me cerró la puerta en las narices.

–Aguarda hasta mañana – Me dijo Robert quien salió a pedirme disculpas por la actitud de Nastya – No es bueno que Nastya esté enojada, Olga tuvo que ir a que le reacomodaran la naríz, creo que el médico dijo que la llevará hacia un lado por un buen tiempo, no me gustaría verte con la naríz torcida Lena.

Le hago caso, sé muy bien, por mi propia experiencia, que la castaña sabe dar sendos golpes en el rostro, la nariz es su blanco favorito. Ahora tendré que esperar, la pequeña estaba insistiendo en que le contestara la llamada pero aún así me cerró la puerta de su casa, y dice que no es bipolar.

He estado marcando el número de Yulia una y otra, y otra y otra vez, pero nada. Lo tiene apagado. Ay Yulia, tan testaruda que eres, sin duda, una de tus tantas cualidades que me enamoraron de ti. Comienzo a recordarte con demasiado apremio, y con tan poco tiempo ya te estoy extrañando. Cómo ansío ver tu rostro, para sumergirme en tus labios y nadar en tus ojos, en tus bellos ojos, acariciar cada rincón de tu piel aterciopelada sintiendo cómo me pierdo cuando tus manos hacen contacto al mismo tiempo en la mía, pasando de tu toque frío a la calidez producida por el sudor que comienza a emanar de mis poros que te reclaman.

Me recuesto sobre mis sábanas, abrazándome a mí misma, haciéndome cosquillas cuando froto mis brazos con mis propias manos pensando en ella. Yo no iba a dejar que tus dedos recorrieran otro cuerpo que no fuera el mío, eso era algo que ya estaba firmemente decidido, lo malo es deducir de qué manera volvería a conquistarte, si tan solo fueras una chica común y corriente, estoy segura que con llevarte una linda serenata mexicana al balcón de tu morada sería suficiente para atraerte a mí de nuevo, pero bueno es que eres Yulia Volkova, una chica particular, única en el mundo. Con esa mirada que aprisiona en…

Me quedé dormida no supe en qué momento, sólo sé que al despertar continuaba pensando en ella, me senté de bruces y palmeé el lado izquierdo de mi cama buscando su espalda suave y blanca, pero no fue posible hallarla, entrecerré los ojos y por un instante creí percibir en el viento su aroma a lavanda, a flores frescas que se abren por la mañana.

No estaba ahí, seguramente se encontraba enredada en las sábanas de su amiga la castaña, que por mucho que me cueste creerlo, en ocasiones me pongo a pensar sobre quién cuida a quién, las dos parecen tenerse respeto. No estoy celosa de Nastya, solo algunas veces quisiera ser ella para tener esa libertad de hablarle sin que se moleste del todo conmigo. No eran celos, pura envidia nada más.

A quien le parezca curioso que la muchacha pálida y más linda de la escuela llegara ese día, con ese andar arrogante y enfadado que más de uno voltea a mirar, no sabe nada de esa chica. Ella no es la niñita debilucha que huye de los problemas, no, ante todo, Yulia era orgullosa, tan orgullosa que nunca escondería el rostro de nadie, mucho ññmenos de mí. Por eso es que al pasar a mi lado, fija toda su atención a su objetivo común: su casillero. Me ignora, era de esperarse, no puedo exigir otra cosa. Por mi parte, trato de armar en mi cabeza formas diversas de llegar a ella y pedirle perdón, intentos desesperados, pero no lo consigo, en ningún momento, así que regreso a casa con los ánimos caídos en mi ignominia.

–Aquí lo tienes, con dos de azúcar – Pasha pone el café entre sus manos, permitiéndose un momento para acariciarla con sus dedos. Noto que lleva su mano derecha alrededor de su espalda, esa espalda que recuerdo de nuestra primera noche, me pregunto si habrán desaparecido los arañazos que tracé en ella con mis uñas.

No me pudo doler más ver cómo luego que él la besó en la mejilla, ella le devolvió el gesto con un delicado y exquisito beso en los labios que duró no pocos segundos. Él se sintió feliz. Desgraciado.

Y el destino (tan ridículo que me es mencionarlo), parecía empeñarse en alejarnos, pues las cosas no me favorecían en nada. Pasaba los canales por el plasma sin buscar nada en particular, cuando el escandaloso sonido del timbre me hizo reaccionar, busqué tontamente a Katya, pues ya sabía que hacía dos horas había subido a su cuarto a arreglarse para una cita, por fin se le hizo con Mike Sidorov.

Me levanto con una pesadez sobre mis hombros, como si fuese ese ser mitológico que lleva el mundo a cuestas, había llorado, claro que sí, y aún me secaba las lágrimas cuando veo su rostro detrás de la puerta, como si fuera un sueño hecho realidad. Díganme una cosa, ¿alguna vez no han tenido uno de esos días en los que se sienten la peor basura del mundo ante lo cual ansían encontrarse con un príncipe o por lo menos alguna cosa que les venga a dictar que se puede vivir de los sueños? Pues esa cosa apareció frente a mí, tan clara como la misma realidad, pequeña, esbelta, blanca, de penetrante mirada azul claro  y brillantes cabellos oscuros como ahora se encontraba mi alma.

Realmente me sentí dentro del cuento de la cenicienta, envuelta en mis piltrafas ante una reina que reclama su territorio o, rodeada de sus finas ropas, me sentí vil y avergonzada.

–Yulia – Apenas puedo susurrar, mientras me limpio la cara con las palmas de mis manos con mayor rigor que hace rato – No puedo creer que estés aquí.

Ella me mira como si fuese la primera vez que el príncipe arrogante se topa con la mujer que ha de convertirse en su princesa, despreciada.

–Voy a pasar Katina  – No espera invitación, solo se introduce. Cierro la puerta y la sigo, pero solo con la vista, quedándome junto a la puerta.

–No esperaba que vinieras…

–No vine a verte a ti – Lanza con su habitual tono altanero en su voz y esa actitud malvada de antaño.

–¿Ah, no? – Pregunto confundida – entonces ¿a quién vie…?

–¡Yulia! Llegaste, hermosa, pensé que ibas a tardarte más pero me alegra que llegaras a tiempo, así tendremos mayor oportunidad de conocernos nena.

Katya bajaba por las escaleras, según pude deducir, con atuendo nuevo, exageradamente arreglada, exageradamente pretendiendo lucir sexy; habla echando miradas sobre mí. Al principio Yulia se ve confusa, pero luego vuelve a su actitud tan perversamente encantadora.

–Pues ya vámonos.

–Claro – dijo Katya, llegando hasta ella con mucho cuidado por los tacones – Lena, voy a dar una vuelta por ahí, por favor, si nuestros padres llaman, avísales que tuve una cita… y que a lo mejor no regreso esta noche – Puedo sentir su manera de hablar, eso era un golpe muy bajo a mis sentimientos.

–Katya no… – Quizo decir Yulia pero mi hermana la interrumpe.

–Ya está bien, no estés ansiosa, vámonos bebé.

Parecía como si la linda chica gótica en algún momento la golpearía, pero no lo hace, camina dirigiéndose a la salida, pero antes de llegar a la puerta mi hermana la detiene, le da vuelta sujetándola por el cuello y ante mis ojos, sí, ante mis ojos… la besa.

Si ella quiso apartarla yo no pude verlo, lo único que vi fue que se besaron por largos segundos y la que hace poco me declarara su amor y me pidiera ser su novia, ahora parecía disfrutar de los labios de mi propia hermana. ¿Debería seguir luchando por ella?

Cuando finalmente Katya la suelta, pareciendo tonta con ese gesto entusiasta y conmocionado, la muchacha de negro me mira como si quisiera preguntar: ¿Algún problema? Pudiera ser, como que en la mañana besaste a tu ex novio y te fuiste con él terminando las clases, y ahora besas a una chica delante de tu ex novia también, qué clase de persona eres. O pudiera ser que el mundo se estaba desmoronando ante mis ojos. Descarada, te besuqueas con uno y con otra. Sus mejillas estaban acaloradas, pero tomó a Katya por la cintura y la condujo a la salida, mi hermana parecía idiota ante sus muestras de atención. Pero no lo parece, Katya eres una idiota.

Me quedé toda la noche esperando el regreso de mi endemoniada hermana, a las seis de la mañana se convirtió en un hecho que Katya había pasado la noche feliz en algún lugar, en alguna cama, con alguna persona. ¿Se han preguntado por qué las protagonistas de las telenovelas lloran tanto? Aquí tienen la respuesta, sí se sufre de amor, y si quieren saber más, también de amor se muere. Escuché la puerta abrirse y cerrarse de golpe. Katya estaba de regreso, me levanté como resorte del sofá y asomé la cabeza como un avestruz que mira por encima de la manada, esperando la confirmación de mis sospechas, que no tardaron.

–Vaya Lena, ¿cómo no me dí cuenta antes de lo perfecta que es Yulia? Con razón babeas por ella, es toda–una–mujer–hecha–y–derecha. Tiene unas manos que no piden prestado, arrebatan. Unos labios que no llaman a la puerta, se introducen con violencia, y unos ojos que te ponen de rodillas ante ella sin expresar una sola palabra. Nos llevó toda la noche llegar a conocernos… físicamente. Por supuesto que quiere volver a verme, me lo dijo esta mañana cuando nos despedíamos, antes de que Pasha llegara por ella, así que esta noche… no volveré a dormir en casa. Amé el piano en su habitación y todos esos… adornos… raros que la acompañan. ¡Aayyyyy! – Dijo suspirando – Toda Yulia, es sensacional. La amo.

Las punzadas en mi corazón no tardaron en hacerse sentir. Por ese día, decidí no ir a la escuela, ya tendría tiempo para pensar de qué manera puedo motivarme para seguir viviendo.

Afortunadamente Nastya no me dejó sola en ese momento.

–Estoy segura que cuando escuches esto te vas a sentir mejor.

–No quiero saber nada Nastya, no por ahora, me siento muy mal y cansada.

La castaña no hace caso, como puede ser su estilo, tomó el vaso de agua de mi mesita de estudio y lo vació sobre mi cara.

–¡Nastya! – Grité alzando la cabeza, pero sin ánimos de levantarme aún.

–Ya no te hagas tonta Lena Katina,  no tienes qué sentirte así sabiendo que tú misma lo provocaste. Levántate y escúchame, que debemos actuar con tiempo.

–Entiende que ya no quiero saber nada, no me interesa lo que tenga que ver con Yulia ni nada, nada, nada.

–¿Ni siquiera que ya tenemos evidencia suficiente para librarla de su madrastra?

Me levanté otra vez como resorte.

–¿Ya la hay?

–Ayer en la noche – dijo Nastya sentándose a la orilla de mi cama – La tipa esa entró a su habitación y quiso pasarse de lista con ella.

–¿Ayer en la noche? – Asiente – ¿Cómo a qué hora?

–Las 11, las 12, no recuerdo, Yulia estaba componiendo en su piano. Carlotta la abrazó por la espalda e intentó besarla pero ella se zafó y la empujó fuerte contra el estante. Carlotta se enojó y con un martillo golpeó el instrumento hasta destruirlo. Eso enfureció mucho a Yulia quien volvió a empujarla y esta vez la golpeó feo, Carlotta se rompió un brazo.

–¿Cómo está Yulia?

–Amaba su piano, estaba terminando una canción que compuso para ti, de hecho discutieron por ti, todo quedó documentado en el video.

–¿Pero ella no se lastimó?

–Un poco, heridas menores, pero por lo demás está bien.

–¿Y ahora? ¿Qué va a pasar con su madrastra?

–Robert ya puso la denuncia y Yulia testificará sobre los hechos, presentaremos la evidencia y esperamos que no sea un juicio largo, por el bien de Yulia. Pasha también va a rendir una declaración y Robert y yo haremos lo mismo, con esto se espera que sea suficiente para hundir a la italiana.

–¿Y Oleg?

–No he podido localizarlo, está fuera de la ciudad, pero no creemos que sea un problema, tenemos todo en nuestras manos. Yulia y Aleksandr se están quedando en mi casa, ¿quieres ir?

–No sé si ella quiera verme.

–Vamos, Yulia no es la chica que se abruma tan fácilmente, no vas a encontrar a una Yulia hecha pedazos, quizá solo un poco furiosa pero nada más. Entonces, ¿vamos?

–Está bien, necesito verla y cerciorarme de que está bien.

Antes de que Nastya anuncie mi visita la detengo un momento en la sala.

–Espera, se supone que ayer Yulia estuvo toda la noche con Katya, ¿cómo fue que pasó todo esto?

–Yulia no pasó la noche con Katya, te lo puedo asegurar.

–Pero ellas… Yulia pasó por mi hermana a mi casa y…

–Shapovalov les dio un papel en la misma obra, y fueron a reunirse con él y con Vitya para ensayar el efecto de luces y sonido de su escena, no te enteraste porque estabas en la luna durante la clase, por cierto, aunque actúan en la misma obra y en la misma escena, sus personajes jamás hacen contacto entre ellos. ¿Qué fue lo que creíste?

–Según lo que ví, o… lo que Katya me hizo creer… tuvieron una cita.

–Sólo de trabajo, Katya se quedó a repasar con Shapovalov su papel, ya que no lograba una buena interpretación, después supe que se fueron a casa de Vitya, porque él es su galán en la historia y ya de ahí no sé, pero Yulia se fue temprano a su casa y estuvo allí al menos hasta las 12, pero durmió conmigo, en mi habitación, en mi cama… y te aseguro que no caminó dormida porque la abracé toda la noche. Aleksandr durmió con mi hermano.

Sonrío, esa Katya… ya me arreglaré con ella, ¿así que todo fue un mal entendido? Suspiro aliviada, no del todo, pues aún estaba Pasha.

Nastya regresa de su habitación y con un tono muy triste en la voz me dice que Yulia no quiere verme.

–Lo siento Lena, supongo que tendrás qué esperar un tiempo. Además, Pasha está allá dentro con ella – Bajo mi mirada al suelo.

–No te preocupes, entiendo… y… gracias por todo Nastya.

–No tienes nada qué agradecer. Te prometo que hablaré con ella y trataré de…

–No… por favor… no hagas nada… yo… ya sabré qué hacer para… intentar remediar este asunto… Quédate tranquila amiga – La chica me sonríe.

Doy la vuelta para salir, en el corredor de la casa pintada de rosa, justo cuando ya estaba marchándome aparece una linda mujer rubia cargando unas bolsas del súper.

–Hola, ¿puedes ayudarme con esto?

–Claro que sí, con mucho gusto – Tomo un par de bolsas de papel y cargo con una a cada lado.

–Gracias. Tú eres…

–Lena Katina.

–Lena, Nastya me ha hablado mucho de ti, supe que estuvieron el otro día en mi casa pero tuve que irme a resolver un asunto de trabajo y ya no los alcancé a saludar.

–Descuide.

–¿Ya entraste a ver a Yulia?

–Mm… no… ella no… amm…

–¿No quiere verte? – Creo que asentí con la cabeza – Niña testaruda que és. Anda, acompáñame al despacho para que hablemos – Me invita luego de dejar las bolsas en la cocina.

Sigo a la tierna mujer hasta una habitación pequeña al final del pasillo de la casa con semejanza de pastel, una y otra, madre e hija eran bastante parecidas, sin el color del cabello. La mujer me abre la puerta del cuarto y hace un ademán para que entre. Lo hago. Después me invita cortésmente a que tome asiento y obedezco también a su señal.

–Bueno, déjame presentarme primeramente: yo soy Lynda Isaeva, madre de Nastya y de Robert, y algunas veces… también de Yulia y de Aleksandr. Por lo que veo, tu relación con ella está en picada al fracaso ¿no es cierto?

Una tosecilla me invade de pronto, no esperaba que la mujer supiera de eso.

–Tranquila, Yulia me lo ha contado, ella confía en mí, yo además de amiga, suelo ser su psicóloga personal, así que conozco muy bien la relación que se ha planteado entre ustedes… desde el principio. Si quisieras saber algo sobre Yulia, soy la mejor persona que te puede responder a eso, la conozco mejor que nadie, incluso mejor de lo que Nastya piensa.

–Pero usted y yo…

–Lo sé, como que somos desconocidas, pues deja eso a un lado y vamos viendo de qué manera su relación puede o no llegar a tener éxito… o muerte en el intento.

Esa fue la conversación que marcó mi vida para siempre, a partir de ahí, aunque no tomé una decisión inmediata, sabía muy bien lo que debía hacer. Todas las palabras que crucé con Lynda esa tarde, me bastaron para reflexionar en esa extraña relación que Yulia y yo estábamos viviendo, si permanecíamos juntas o no, sería la decisión que daría en el próximo paso. De una cosa estaba segura, esta vez, aunque Yulia se negara, no descansaría hasta lograr hablar con ella, y entonces la besaría… o la dejaría ir para siempre, aunque mi corazón deseara lo contrario.

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Hola chicas. Ya está historia está por culminar, espero disfruten los últimos capítulos que quedan. Esto no se termina hasta que termina!
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Mensaje por Fati20 6/21/2023, 1:14 am

Me alegra mucho que ya descubrieran a la desgraciada esa y vaya presa. Y julia hay julia tan orgullosa e inmadura pero bueno vamos a ver esperemos lena logra reconquistarla, el Pasha ese si es arrastrado sabiendo que ella no lo quiere 😠😠. Saludos cariño estaremos muy al pendiente de estos últimos capítulos 😘😘😘
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Mensaje por Volkatin_420 6/21/2023, 2:17 am

Es una tristesa que vaya a culminar pero me encantó este fics aunque aun no termine pero está buenísimo
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/21/2023, 3:35 am

CHAPTER 20. LA ÚLTIMA NOCHE.

Yo sabía que muchas de las decisiones en nuestra vida, provienen de un impulso del corazón. Algo que nos dicta una forma de actuar, sin reflexionar antes de hacerlo, motivado solo por una leve descarga, probablemente de conciencia… o simplemente deseo.

Hubiese querido no tener ese impulso en aquél preciso momento, porque ahora, me encuentro atrapada entre la espada y la pared. Sé lo que quiero, pero también sé lo que conviene, y nuestros deseos no siempre están ligados con lo que es correcto, aunque muchas personas se avientan a cumplir sus anhelos, las consecuencias, pueden ser más graves de lo que se haya considerado al principio, si se hizo, y entonces, sólo después de eso, una llega a tocar fondo… y entonces viene el arrepentimiento.

–¿Eres homosexual? – Me preguntó la madre de Nastya en un momento en el que reinaba el silencio.

–No – Respondí segura, era verdad, no lo soy, no me interesan las personas de mi mismo sexo, sólo me interesa Yulia.

–Es fácil deducirlo – Dijo ella, con una sobriedad que comenzaba a ponerme nerviosa – Háblame de tu relación con Yulia.

–Nos amamos – La mujer sonrió dulcemente sin apartar su vista de mí, lo que me hizo volver mis ojos de ella hacia mis manos que cruzaba ligeramente sobre mi regazo.

–Esa actitud sólo me dice que de alguna manera te avergüenzas de creer eso.

–No me avergüenzo – Dije con firmeza volviendo mi vista a ella – Amo a Yulia, estoy segura y no me da pena admitirlo. Me enamoré de una chica, sí, eso no quiere decir que soy… que bateo para las menores… y tampoco soy bisexual… a mí solo me gusta ella.

–Lena… ¿qué sabes de amar a una persona? ¿Por qué estás tan segura de que ustedes dos se aman?

–Yo no puedo explicar eso en realidad – También era cierto, cómo explicar todo lo que Yulia provoca en mí – Todo lo que sé… es que quiero pasar el resto de mi vida con ella, cada segundo que me reste por delante quiero vivirlo con ella, cuando estamos juntas no quiero que se vaya y mueve un sinfín de cosas dentro de mí que no puedo explicar.

–Pero es una chica… y tú también lo eres.

–Discúlpeme, pero no le veo problema a eso, creo siempre tratan de…

–La mayoría de las personas que se encuentran en una situación como la tuya, o tan parecida a la tuya, creen que están en lo correcto, se justifican a ustedes mismas con sendas teorías y casos que muchas veces, no conocen el trasfondo de los mismos. Hablan de lo social, sí, vivimos en el siglo XXI por favor, estamos abiertos a una nueva era donde no existen los prejuicios ¿pero quién ha marcado esa tendencia? Si te pones a pensar con detenimiento, muchas de esas ideas llevan a severos conflictos entre la humanidad, en lugar de conseguir la paz, para mí no es nada diferente a lo que un dictador como Hitler utilizara para convencer a toda una nación de exterminar a otra, sólo por "pequeñas diferencias de raza". Y el resultado fue cruel.

–Yo no pretendo dañar a la nación – dije con sarcasmo – sólo estoy enamorada y quiero ser felíz con la persona que amo, no me importa si es una mujer igual que yo.

–No quiero que pienses que estoy en tu contra Lena, sólo quiero que analices si de verdad estás dispuesta a todo por defender ese sentimiento que tienes.

–A todo – La mujer volvió a sonreírme. No me gustaba lo que me estaba diciendo, pero de alguna manera, me hacía tenerle confianza y quería escuchar más.

–Lena voy a ser sincera, he vivido más que tú y he visto muchas cosas de las que tú has visto, he conocido personas como tú, y tristemente, toman decisiones impulsadas por sus sentimientos de las que luego se arrepienten, yo no estoy intentando desanimarte, solo quiero que veas hasta dónde esto te puede llevar, aunque ya me hayas dicho que eso no te importa, pero yo veo más allá de ti, yo veo tu corazón y porque te aprecio, como que eres amiga de mi hija a la que amo tanto, quiero contarte esto.

Yulia ha pasado por traumas severos, pero esa chica es fuerte como las rocas, ha sabido resistir, no es una persona cualquiera que se acongoja de las tribulaciones, eso ya lo sabes. Pero mira, por mucho tiempo estuvo sola, de alguna manera, Larissa, su madre y amiga mía tiene problemas que tú ya conoces, no es su culpa, de cierta forma fue casi obligada a separarse de su hija, para no perjudicarla, así que lo hizo por amor a ella, no obstante, tú sabes que el amor de madre es insustituible… y Yulia lo conoció muy poco. No siendo menos, su padre no ayudó mucho que digamos y menos aún esa mujer Carlotta.

Como sea, Yulia ha estado vulnerable; si algo he visto en casos de homosexualidad, sea del sexo que sea, es que muchas veces estas… inclinaciones se deben a la escasa atención de los padres sobre los hijos, por lo cual muchas veces los jóvenes tienden a buscar esa atención en otras personas, si de repente aparece alguien en sus vidas que las apapacha, la relación puede llegar a transformarse de una simple amistad… a algo más fuerte, más íntimo, sin que sea lo que se haya buscado al inicio de todo. Traumas, carencias, violencia, y más comúnmente, modas, muchas veces llevan a los jóvenes a eso, sin que necesariamente sea lo que les gustaba en un principio.

–Ya la estoy entendiendo… entonces… usted trata de decirme… que Yulia solo está conmigo porque yo le he dado esa atención que ella no tuvo en casa… que su amor por mí está condicionado por la falta de este por parte de sus padres…

–Eres lista.

–Pero ¿y qué me dice de mí? Yo he tenido el amor de mis padres siempre y sin embargo AMO a Yulia. No hay razón para que yo me sienta apegada a ella si no es por atracción.

–No te voy a explicar eso yo misma, como he visto que eres inteligente, entonces te voy a encargar que investigues sobre el Síndrome de Estocolmo, y luego de eso, tú y yo volvemos a sentarnos aquí a charlar. Tal vez pienses que no tenga nada qué ver, pero si analizas bien las causas del síndrome, entonces podrás ampliarte bien la idea de lo que trato de decirte sobre tu relación con Yulia, dos personas tan distintas.

–Nada me va a hacer cambiar de opinión, diga lo que diga.

–Está bien por ti Lena, pero ¿te has preguntado si está bien por ella?

–¿Cómo? – Me incorporo de la silla, esto no me estaba gustando.

–Tú hablas por ti, estás decidida a todo, porque tu situación es diferente, pero no es así con Yulia, ella ha estado vulnerable, ¿no crees que eso fue factor suficientemente para que se "enamorara" de ti?

–Ella me ama.

–¿Porqué te ama? ¿Por qué le ofreciste cariño cuando ella estaba pasando por una crisis de abuso psicológico con su madrastra? ¿Ya analizaste todo el contexto de ella? Te conviene a ti, ¿le conviene también a Yulia? ¿Y qué tal y luego que ella se recupere vuelva la normalidad a su vida y se da cuenta que en realidad todo este tiempo sólo estuvo susceptible? ¿Eso te va a ser bien a ti?

Por mucho que me doliera era cierto. Todo lo que veía era desde mi perspectiva, yo quería a Yulia para mí, y por eso ignoraba si era lo que ella también deseaba. Me lo había dicho, claro que sí, y con su actitud me demostró que me quería como nunca hubiera imaginado, pero ahora me pregunto si todo ese amor que dijo sentir por mí no estaba ligado al hecho de que nadie más se lo daba. Estaba Pasha por supuesto, pero el amor de madre es insustituible, ¿y Nastya? No, Nastya era como su hermanita pequeña, ella protegía a Nastya… entonces llegué yo insistiendo para que se fijara en mí, y de alguna manera… ¡Ah, no puede ser! Se lo dijo a su padre aquella vez que pelearon en el estacionamiento, lo recuerdo bien:

–Esta chica que ves aquí, es una de las personas que con su sola presencia, ha hecho que mi mundo no se torne siempre tan sombrío. Ocupa el lugar que quizá tú deberías tener. Así que no vas a lograr que me aparte de ella, me importa un comino lo que la gente hable de ti… o de mí.

–Ocupa el lugar que quizá tú deberías tener – Repito en mi mente las palabras de ella. Se lo dijo a su padre, cuando le reclamaba la poca atención que él le daba. Así que era por eso, Yulia no me amaba en realidad, ella sólo confundía el amor que yo le daba por el cariño de su padre o de su madre. Las lágrimas no se hacen esperar. Bajo mi mirada al suelo y comienzo a sollozar fuertemente.

–Podrías creer que solo hice esto para herirte, y que soy la mala dentro de esta historia pero no es así, yo solo quiero que veas la otra cara de la moneda, que no te dejes llevar sólo por las emociones, que muchas veces conllevan al fracaso de una relación. Si después de esto estás segura que amas a Yulia y que aún quieres luchar por ella, créeme que seré la primera persona en apoyarlas, pero antes quería que analizaras esto, sí, tal vez puse tu amor a prueba, pero un amor sin pruebas no rescata la fidelidad del mismo.

–Le… – hago una pausa para aclararme la garganta – le agradezco mucho su tiempo y sus palabras… créame que me han servido y que ahora… están golpeando fuertemente a mi pecho… me voy… necesito tiempo para reflexionar… qué bueno que no he logrado hablar con ella, tal vez hubiese actuado imprudentemente… señora Isaeva… muchas gracias.

Muevo ruidosamente la silla y salgo por la puerta echa un mar de lágrimas, con una sensación terriblemente dolorosa dentro de mí, parte de mi corazón me decía que olvidara esa charla, la otra mitad me decía que ahora es cuando debería mostrar mi verdadero amor por ella, si de verdad estaba segura de que la amaba, entonces la dejaría ir para que ella consiguiera ser feliz, sin que sintiera que debería estar agradecida conmigo, como en su tiempo lo estuvo con Pasha. DIOS, desearía ahora nunca haberla conocido, desearía nunca haber comenzado este juego con ella. Cómo me dolía en el alma tomar una decisión, si sabía lo que sería más correcto, que no era la que me gustaba.

Me topé con Pasha a la salida, nos miramos por breves instantes pero luego él me sonrió, no supe de qué forma, tal vez se habían reconciliado, tal vez ya estaban juntos de nuevo y él estaba feliz de eso.

Habían pasado cuatro días, cuatro lastimosos días en los que no había podido entablar conversación con ella, ¿no quería hacerlo? Sí… y no al mismo tiempo. Pero más que otra cosa era ella quien no me permitía que me acercara. Siempre que estábamos cerca ella se alejaba, si nos topábamos por el pasillo ella rodeaba para no tener que mirarme de frente, si yo optaba por fijar mi vista en ella, respondía apartando la suya hacia otro lado. Me estaba ignorando, y en esa actitud me estaba matando. Pensé que tal vez era lo mejor, que así es como debían terminar las cosas, pero pasaron otras que no ayudaron en nada.

–La policía iba a detener hoy a Carlotta…

–¡¿En serio? ¿Y qué pasó Nastya?

–Huyó – Respondió Aleksei decepcionado, golpeando su casillero con la espalda y deslizándose lentamente al piso – La muy desgraciada huyó, tal parece que algo salió mal y se dio cuenta de nuestras intenciones.

–¿Pero cómo pudo pasar eso? Se supone que fuimos muy discretos.

–Estoy sospechando que Pasha tuvo algo qué ver en todo esto… no digo que él le haya informado – corrigió rápido el joven, antes de que discutiéramos su sospecha – lo digo porque en todos los intentos desesperados que ha hecho por recuperar a Yulia, se ha equivocado y ha venido a arruinar cosas que ya estaban planeadas.

–Es posible – dijo Nastya – estoy de acuerdo con Aleksei.

El muchacho de las gafas levantó su vista para mirar a la castaña, quien le sonrió de una forma que lo dejó embobado unos instantes, hasta que Rex lo golpeó en la cabeza para sacarlo de su trance.

–Esa mujer… – habló el – tarde o temprano caerá, podrá huir, pero no esconderse… Ale, llévame al baño viejo, comí un burrito y me cayó mal.

Aleksei se levantó para dirigirse al baño, antes de seguirlo Nastya se acercó a mí para hablarme bajito luego de que viéramos a Yulia llegar hasta su casillero.

–Yulia va a ir hoy a su casa después de pasar a ver a Larissa a su nueva oficina… quiere recoger unas cosas que necesita, probablemente después se quede en el departamento de su mamá en el centro… – La muchacha me sonrió en complicidad y yo asentí con la cabeza.

Yulia estaba guardando sus libros en el casillero, caminé hasta ella y me detuve a sus espaldas, sin que se diera cuenta, iba a tocarla por el brazo pero me arrepentí en el último momento y decidí seguir caminando hasta la salida. Eché un vistazo de nuevo atrás y ahora Pasha había llegado hasta ella y le echaba una mano a su espalda, hablándole muy cerca de su oído. Creo que ese era el final felíz, ellos dos debían quedar juntos, tal y como todo empezó.

Eran las 4 de la tarde, miraba el reloj por enésima vez, tumbada en la cama, estaba sudando, calculaba que Yulia estaría llegando a su casa en un par de minutos, si había una oportunidad de hablar con ella, sería en ese lugar y en ese momento, en que solo estaríamos las dos, sin ser interrumpidas. Oleg llegaría de un viaje ese mismo día en la noche, así que tenía qué darme prisa para alcanzarla, pero una parte de mí no quería responder. Una parte de mí quería amarrarme a la cama, después de todo, no tenía pensado nada qué decirle.

¿De qué forma lo haría? ¿Qué es lo que le diría? Hace tan solo unas horas, mientras trataba de conciliar el sueño, en algún momento me quedé dormida y soñé con ella, o más bien, tuve una pesadilla, porque ese sueño no era el mismo que los sueños recurrentes sobre ella cuando no éramos nada. En este, ella y yo estábamos juntas, reía como la primera vez que la miré hacerlo, en nuestra primera noche juntas. Tenía puesto un lindo vestido de seda blanco y el cabello suelto sobre sus hombros, descalza. Y me tomaba de la mano y sonreía coqueta hacia mí, entonces la abracé y fue como descubrí tras su espalda una figura de negro que estaba esperando por ella, comenzó a jalarla a la fuerza hacia sí mismo y reía estruendosamente, Yulia no se daba cuenta, seguía mirándome coqueta, cuando la figura de negro logró capturarla, reaccioné rápido y se la arrebaté, entonces escuché un gruñido feroz, como de una bestia, y fue cuando distinguí el cabello largo y castaño más claro de la figura, y reconocí el gruñido de enfado, era Katya, desapareció al instante.

Puse a Yulia a salvo, quien no se daba cuenta de lo que había ocurrido, me acerqué para besarla pero entonces otra figura de negro apareció y la arrebató de mis brazos, esta vez, Yulia estaba consciente de lo que pasaba, y se asustó, me pidió que la ayudara y traté de hacerlo, con todo lo que podía dentro y fuera de mí, pero esta figura era más fuerte y astuta. Yulia estaba gritando y yo lloraba por no poder ayudarla, había alguien más que me lo impedía, otra figura de negro me sujetaba por la cintura para alejarme de ella, pude reconocer algo en esta también, unas botas largas de cuero por encima del pantalón, este era Pasha. Las dos hicimos intentos por alcanzarnos, cuando nuestros dedos casi se entrelazaron yo desperté sobresaltada.

–Yulia – susurré al viento.

Tomé una chaqueta y salí a buscarla. Salí de mi casa caminando, cuando me dí cuenta ya estaba corriendo por la avenida, y no podía detenerme, una oficial de tránsito me silbó cuando crucé la calle en verde, pero la ignoré y corrí más a prisa. Mis short´s y mis zapatos deportivos facilitaban en mucho mi carrera. Doblé la esquina y pronto me encontré frente al portón verde y de gruesos barrotes. Corrí el seguro de la aldaba y me introduje al jardín frontal, en otra ocasión me hubiese tomado tiempo para admirarlo, pero tenía un objetivo en mente que no me dejaba ver más allá. Nueve escalones me llevaron a la distinguida puerta de gruesa madera de roble, finamente tallada y teñida de verde oscuro también, como muchas cosas de esa casa. Suspiré un segundo y acontinuación giré el picaporte y me metí discretamente al recibidor.

Me quedé parada frente a las finas escaleras grises y miré hacia el segundo piso, la calma se enseñoreaba del recinto, el silencio perturbaba, tenía miedo, porque casi podía escuchar mi corazón palpitando, tum–tum–tum. Uno a uno comencé a subir los escalones del interior, como si temiera que de repente algo inesperado me tomara por sorpresa. La casa presentaba una estructura como de castillo medieval, me dí cuenta porque la primera vez que estuve ahí yo iba pegada de los labios de Yulia y no me molesté por echar un vistazo a mi alrededor, ahora tenía tiempo, porque a cada paso que avanzaba tocaba las paredes con mis manos, como si fuese una peligrosa entrometida, entrometida sí era, pero peligrosa no.

Era fácil reconocer la habitación de Yulia, había tijeras pegadas por fuera. Puse la mano en la perilla pero antes de girarla me tomo un minuto para agudizar mis sentidos, quería cerciorarme de que ella estuviera ahí, y comenzaba a dudar de eso puesto que no lograba escuchar nada. Con temor abrí la puerta lentamente, que sólo emitió un pequeño ruidillo al abrirse. Estaba completamente oscuro todo por dentro, ni siquiera la luz del pasillo lograba iluminar un poco el interior de la habitación, la oscuridad era tan espesa que podía palparse. Pronto escuché sollozos.

–¿Yulia?

Busqué el apagador con mis manos, que me llevó unos segundos por lo oscuro que estaba, pero comúnmente los apagadores se encuentran a la mano, justo a la entrada. Encendí la luz, que era opaca con intensión y busqué a la persona que lloraba.

–Yulia… Yul…

La encontré, estaba sentada en el piso recargada contra la pared, al lado de su piano, corrí a abrazarla, la muchacha comenzó a temblar cuando sintió que mis brazos la rodearon, nunca había visto a Yulia en esas condiciones, jamás me la hubiera imaginado y menos quería que continuara así.

–¿Qué pasó Yulia? ¿Te encuentras bien? ¿Pasó algo antes de que yo llegara?

No respondió, seguía sollozando, pero había dejado de temblar y parecía estarse calmando. Miré hacia el piano, estaba destruído totalmente, un martillo tirado al pie de este, hojas de papel regadas en el suelo, tijeras, agua, vidrios. Era un desorden.

–Tranquila… estoy aquí… estoy aquí contigo, no te voy a dejar sóla.

Fue cuando ella se incorporó, rompiendo mi abrazo, con la cabeza agachada se secó las lágrimas y se arregló el cabello. Luego se puso de pie alisándose la falda, una vez que todo en su atuendo estaba ordenado bajó su mirada hacia mí, que continuaba en el suelo, intranquila.

–¿Qué haces aquí Katina? ¿Cómo entraste? – Preguntó con su habitual tono frío.

–Vi… vine a verte – respondí tragando saliva.

–¿Para qué? Me ves todos los días en la escuela.

–Creo que debemos hablar… he intentado acercarme a ti para hacerlo pero no me lo has permit…

–Pensé que me querías lejos – Volvió a ser esa Yulia que hacía mi vida pesada, la mirada fría y su responder seguro.

–Yulia yo…

–Lo nuestro se acabó Lena… ya no es más… pudo ser lindo mientras duró, al menos para mí… porque tú sólo estabas jugando.

–¡No! No, yo no estaba jugando Yulia, mis sentimientos eran reales…

–Eran, has dicho, eran si es que de verdad fue así.

–¡Así fue! – Comencé a hablarle fuerte – No te mentí en ningún momento cuando te dije que te amaba.

–Mj, gracias por tus palabras, de verdad que te las agradezco, ahora ya puedes irte.

–No hasta que hable contigo.

–No quiero escucharte.

–¡Pues vas a hacerlo! Ya no voy a seguir esperando a que me prestes atención, ¡vas a oírme ahora! Si lo hubieras hecho desde el principio nada de esto estaría pasando.

–Si hubieras hablado con la verdad desde ese principio todo fuera mejor.

–Déjame continuar… no quiero que me estés interrumpiendo.

–¡Tú no vas a darme órdenes! – Gritó enojada queriendo darme la espalda pero la tomé fuerte de las manos y logré dominarla, ella se me quedó viendo sorprendida.

–Suéltame.

–No, ahora vas a escucharme, siempre eras tú la que me impedía salir huyendo, hacías lo que querías conmigo pero ahora seré yo quien lo haga así que si no quieres salir lastimada te sugiero que te quedes quieta y escuches.

–No voy a volver contigo si eso es lo que quieres decirme.

–Ya lo sé.

Mi respuesta la dejó en silencio, me cuestionó con la mirada, confundida. En eso escuchamos que la puerta se abre y una figura se vislumbra a través de la luz que se colaba del pasillo.

–Hola par de tórtolas.

Miramos a la mujer que asomaba una voz peligrosa, Yulia se puso algo tensa.

–Continúen, continúen, por mí no paren… señoritas. Siempre es lindo ver a una pareja de enamorados en pleno romance.

–¿Qué haces aquí? Creí que te había quedado muy claro que mi padre te quiere ¡lejos! de nuestras vidas.

–Me quedó muy claro, sólo que a tu papito se le olvidó que yo no sigo órdenes de nadie, en eso soy igual que tú Yulia, ¿te gusta?

La mujer estira una mano hacia el rostro de ella, quien se aparta.

–Ni siquiera pienses en tocarme.

Carlotta aleja su mano con un gesto de fastidio y luego me mira con interés.

–¿Y tú Lena…?

–Déjala en paz, con ella no te metas.

–Aayy, qué ternura me provocas Yulia Olegovna, tú, la chica mala, sin sentimientos, violenta y agresiva, cae redondita a los encantos de una chica… tan… diferente a ti misma. ¿Cómo pasó eso Yulia? ¿Realmente es muy bueno? ¿Cuándo fue que te convertiste en una lesb…?

La frase le fue interrumpida por la mano de Yulia que se estampó en su cara.

–No se te ocurra volver a ponerme una mano encima, niña.

–No se te ocurra meterte en mi vida de nuevo… zorra.

–Lo pagarás caro Yulia.

La mujer se arroja contra ella, quien tenía la furia contenida, de manera que no logró dominarla en ningún sentido, intenté ayudar jalando a Carlotta y empujándola contra la pared, pero sólo cometí un error.

–Bien, entonces te daré en lo que más te duele.

Tomó una pieza de madera del piano roto y se abalanzó sobre mí, es entonces que Yulia tuvo el gesto más hermoso que alguien me haya mostrado, aunque desgarrador, se interpuso como obstáculo entre nosotras para impedir que la mujer me hiciera daño.

–No… voy a… permitirlo – Forcejeaba con ella, quien sujetaba con fuerza la estaca sobre su pecho, ella estaba arriesgando su vida por mí, una vez más. A pesar de todo lo que decía, a pesar de su enojo conmigo, Yulia aún me consideraba digna para seguir viviendo, aunque su vida dependiera de ello.

–¡Yulia! – Grité con mi voz ahogada entre la angustia. No me había dado cuenta que Carlotta consiguió herirme en mi brazo izquierdo, de manera que cuando quise ayudar de nuevo a Yulia, un dolor fuerte me lo impidió, sacudí mi cabeza tratando de resistir, Carlotta llevaba ventaja, así que me empujé contra ella pero entonces sentí unas manos que me jalaron hacia atrás.

–¡Suelta a mi hija!

Oleg había aparecido de la nada y estaba ahí, salvando la vida de su hija. Aprisionó fuertemente a la mujer entre sus brazos y noté cómo el hombre estaba más furioso que aquella ocasión que nos descubrió en una situación de romance.

–¡Te advertí que no te volvieras a acercar a ella!

–¡Tú no sabes lo que hace tu hija! ¡Mírala Oleg, estaba aquí, en tu propia casa, con su amante! ¡Se burlaban de ti en tus narices!

–¡Aleksei haz venir a la policía! Diles que hemos atrapado a la mujer que estaban buscando.

Giro mi cabeza hacia la puerta, Aleksei salió de inmediato y Nastya corrió a abrazar a Yulia, la muchacha, más pálida de lo normal se abrazó a su dulce amiga y se dejó consolar por ella, fue la primera vez que la ví llorar con tanta emotividad, como una niña que ha sido asustada por un monstruo, aferrada al cuerpecito tierno, pero protector de su querida mejor amiga.

La policía no tardó en llegar y bastó un par de horas para que la casa volviera a quedarse tranquila.

–Siento mucho haber sido un estúpido y un mal padre contigo Yulia… yo… te pido perdón por…

–No te preocupes… ya no es más… Acabó, Carlotta está fuera de nuestras vidas.

–Si tan sólo…

–Acabó padre… yo ya ni me acuerdo – Dijo con un tono de voz muy apacible, como nunca le había escuchado hablar excepto cuando secreteaba con Nastya pensando que nadie la estaba viendo, nadie las veía, sólo yo.

No me despedí de ella esa noche, sólo nos miramos, Yulia volvió su rostro a Robert, que le hablaba, y yo comencé a caminar lejos de ella.

Fue Aleksei el que descubrió que Carlotta estaría en casa de Yulia, si quieren saber cómo se dio cuenta cuando lo sepan me lo explican, porque tanto Nastya como Aleksei son un enredo al tratar de dar explicación a algo, ahora imagínenlos juntos. Sólo me rasqué la cabeza y les sonreí. Ambos se habían comportado como héroes esa noche.

Era un sábado por la mañana. No era el sábado más normal en el que había amanecido, por alguna razón, las aves que cantaban cada mañana en el árbol plantado fuera de mi balcón, estaban en silencio. No se escuchaba el sonido gritón de los niños salir a pasear en sus bicicletas, y Katya también estaba muy callada en su habitación. Mis padres habían salido.

Bajé a la cocina y preparé un café, nunca fue mi bebida favorita, pero hace tiempo que lo estoy tomando, ¿ustedes podrían decirme por qué? Me quedé un rato ahí, sin hacer nada, y sin pensar en nada en particular. Hasta que de repente una extraña sensación invadió de tal forma mi cuerpo que me hizo saltar.

Corrí al teléfono y marqué su número. Después de cuatro beps escuché su preciosa voz al otro lado del móvil.

–¿Yulia? Soy Lena… ya sabes… ¿podemos vernos? – Ella se tomó su tiempo para responder, pero finalmente, con un tono de desgano, aceptó – Te daré la dirección.

Eran poco más de las 4 de la tarde. Me miré por enésima vez al espejo y acomodé mi peinado. Dí una repasada a mi lápiz labial y me alisé el vestido, verde oscuro, como sé que le gusta. Me sobresalté de emoción cuando escuché sonar el timbre. Corrí a abrir la puerta y la encontré detrás. Al momento sus ojos movieron todo un cúmulo de sensaciones dentro de mí, no se había arreglado como yo, pero estaba dulcemente envuelta en un sexy y lindo vestido negro que suele usar para ir a la escuela, de encaje y sencillos holanes en la falda corta, sus mallas y sus características botas de cuero negras al igual que su chaqueta. Una apariencia que me seguía robando el aliento tan solo con mirarla.

El cabello lo tenía suelto sobre sus hombros y brillante como el gloss que tenía puesto en sus labios, un verdadero encanto de mujer. La invité a pasar y ella obedeció mirándome con ese descaro y altanería que tanto me enamoró. Deja caer su bolsa al suelo y se sienta en el sofá con brazos y piernas cruzadas.

–Bien Lena, sin rodeos, dime ¿para qué me has citado aquí?

Eché un vistazo alrededor, ella no era tonta y el lugar no disfrazaba en nada que era la habitación de un elegante hotel.

–Estoy segura que te lo imaginas.

–Algo, pero quiero que tú me lo digas. ¿Cómo le hiciste para pagar este lugar?

–Tu padre no retiró sus pagos de mi cuenta, y me dijo que no pensaba hacerlo.

–Bueno, ¿y ahora? – Suspiro hondo y voy a sentarme a su lado.

–Yulia… yo sé que te hice daño al ocultarte la razón por la que…

–Al carajo con eso Lena, no vamos a repetir la historia que ya conocemos, estás arrepentida de no decírmelo desde el principio, ya lo sé, no te pienso perdonar por eso, ¿ahora dime qué quieres?

–Ayer… me defendiste de esa mujer… arriesgaste tu propia vida… y sé que lo hiciste porque me amas – Ella se voltea hacia otro lado, y sin un ápice de miedo responde.

–Sí… no me gusta ser hipócrita, yo digo lo que pienso y hago lo que siento… cuando te dije que te amaba… no te estaba mintiendo Elena Katina, te hablé con la verdad. Y de ayer a ahora no ha pasado mucho, por lo que sí… aún te amo, y probablemente te ame por algún tiempo más.

–Yo nunca voy a dejar de amarte – Me mira, pero luego hace un gesto de incredulidad y vuelve su vista al frente – Yulia… – le susurro – Te quiero pedir que hagas una locura por mí… si dices que me amas, no te negarás.

–No me voy a aventar por ese balcón ni mucho menos saldré a la calle gritando como loca que te amo.– Sonrío, lo último sería muy bonito, lo primero nunca lo hubiese deseado. Sin embargo la tristeza me apresaba.

–No es nada de eso… lo que quiero pedirte es que… si ya no vamos a estar juntas… me regales esta última noche… Quiero estar contigo hoy… para guardar ese recuerdo por siempre.

No se negó, ella se puso de pie caminando por lo largo de la habitación como pensando.

–De acuerdo – dijo al fin. Le sonreí coqueta y me puse de pie para acercarme a ella, le acaricié el rostro y luego de mirarla fijo la besé.

Sus besos son el sabor más exquisito que yo haya probado. Mucho mejor que el chocolate. Ella me devolvió la sonrisa y procedió a hacerme recordar esa noche, como una de las imágenes más imborrables de mi memoria. Todo cuanto hicimos, no estuvo más que llevado a cabo con amor. Ella fue linda, tierna, sensible, fue una mujer. Por mi parte hice lo mío, pero más me dejé llevar por su forma de seducir, era inteligente y humana.

–Quiero que estemos juntas toda la vida Lena – Dijo ella antes de quedarse dormida entre mis brazos.

Esa última frase perturbaba mi mente una y otra vez luego de que empezara a escribir esa carta, no quería dejarla así, pero menos quería hacerle daño forzándola a vivir una relación de la cual ella no estaba consciente, al menos no en sus cinco sentidos; no iba a obligarla, porque si después de un tiempo ella lograba superar sus traumas, posiblemente yo saliera de su vida, y sería algo que rompería mi corazón en mil pedazos. De esta otra manera ella sabría bien que no estábamos hechas la una para la otra, que sólo era un capricho suyo como un deseo mío. Así ella tendría la oportunidad de reconstruir su vida al lado de Pasha, y de esta manera ser felíz, sin estar yo en esa vida.

Dejé la carta bajo su mano derecha mientras estaba profundamente dormida, y me senté a esperar un buen rato en la sala, posiblemente, dándome tiempo para decidir entre huír… o quedarme. Aunque sabía bien que terminaría siendo lo primero.

Yulia, amor mío:


Te escribí esta carta porque en el fondo me ganó la cobardía por no poder decirte a la cara que te dejo, que te dejo para que seas felíz. No pienses mal, yo te amo, pero sé muy bien que no soy lo que te convengo, tú no me necesitas más a mí ahora que te has reconciliado con tus padres, eso me alegra, pero me sentiría muy triste si luego de eso tú decidieras botarme de tu vida, por lo cual prefiero apartarme antes de que lo hagas. Quizá no lo harías, pero créeme, prefiero pensar que tú recuperarás tu vida al lado de los tuyos, de Pasha probablemente, así que para no verlo, opto por quedarme con la duda.


Me hiciste muy feliz todo este tiempo que estuve contigo como no tienes idea, ten por seguro que la Yulia que la mayoría conoce, en el fondo es una persona llena de amor y cariño. Voy a extrañar eso de ti. Te extrañaré toda, porqué comencé a amarte en medio de la maldad que ejercías sobre mí, no podría nunca desprenderme de eso. Y no puedo continuar escribiendo más porque ahora las lágrimas me inundan… pero sabes bien que… oh Yulia, mi Yulia.


Te digo adiós y acaso te quiero todavía.


Quizás no he de olvidarte... Pero te digo adiós.


No sé si me quisiste... No sé si te quería.


O tal vez nos quisimos demasiado las dos.


...


Este cariño triste y apasionado y loco


Me lo sembré en el alma para quererte a ti.


No sé si te amé mucho... No sé si te amé poco,


Pero si sé que nunca volveré a amar así.


...


Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo


Y el corazón me dice que no te olvidaré.


Pero al quedarme sola... Sabiendo que te pierdo,


Tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.


...


Te digo adiós y acaso con esta despedida


Mi más hermoso sueño muere dentro de mí.


Pero te digo adiós para toda la vida,


Aunque toda la vida siga pensando en ti…


Yulia dobló la hoja y la dejó caer sobre la cama, volteó hacia el lado derecho de la misma palpando con su mano el lugar que antes había ocupado la mujer que la amará toda su vida.

–¿Lena?

⏩⏩⏩
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Mensaje por Fati20 6/21/2023, 5:49 am

Que triste esa despedida 😭😭 yo su creo q julia ama de verdad a lena pero bueno estamos cerca del final y creo q el amor de ellas va a superar esta prueba tan grande. Saludos cariño 😘😘😘
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Mensaje por Corderito_Agron 6/21/2023, 2:56 pm

Ojalá y yulia logré recapacitar y pueda perdonar a lena y así estar juntas hasta el final
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/21/2023, 5:33 pm

CHAPTER 21. EL CAPÍTULO RARO DE ESTE FIC, (TAN RARO COMO LA ESCRITORA)

Lo que menos quería era perjudicarla, entendí muy bien las palabras que la madre de Nastya había platicado conmigo. Yulia se sentía protegida en mis brazos, yo le daba el cariño que una persona mala le quitó, el amor que ella creía sentir por mí no era más que una confusión y yo no debía aprovecharme de eso. Me dolía en toda el alma tener que marcharme, pero ya estaba decidido, no quería seguir con esto, aunque Yulia haya tomado la decisión de quedarse conmigo lo nuestro no debía ser por razones de que no era correcto que yo aprovechara su situación de vulnerabilidad para mantenerla a mi lado, así que con todo el dolor de mi corazón… Yulia, esta noche te digo adiós.

Después de haber pasado esa increíble noche en sus brazos, por última vez, me limité a observarla durante un par de horas más en la madrugada, la luminosidad nocturna de la luna reflejaba su piel blanca haciéndola casi brillar como los diamantes, estaba de espaldas a mí, vuelta sobre la cama, delicadamente dormida, suena tonto decirlo, pero es verdad que parecía una de esas princesas de que hablan los cuentos ñoños infantiles. Lo medité por largo rato, sin dejar de mirarla, su espalda subía y bajaba por su respiración. Finalmente, como a las 6 de la mañana, me incorporé un poco sobre ella, hundiendo mi rostro en su cabello y aspirando por última vez su suave aroma. Comencé a escribir con tanto pesar en mi corazón la carta en la que explicaba por qué no estaría a su lado cuando ella abriera los ojos más tarde. No podía dejar de llorar mientras trazaba cada letra sobre el papel, nunca podría decírselo a la cara, es así como redacté el poema que recitara aquella vez en la obra que presentamos juntas, la verdad era que me iba… la verdad era que nunca la olvidaría. Deposité la hoja empapada de lágrimas bajo su mano derecha, ella podría leerla cuando despertara en la mañana y para ese entonces… yo ya estaría lejos. Te digo adiós amor mío. La beso en la frente… y acaricio su bello rostro por última vez.

–Has sido lo mejor que me ha pasado en la vida Yulia Volkova – Susurro frente a ella, sosteniéndome sobre mis rodillas recargada en la cama – Y realmente no podré sacarte de mi corazón jamás. Te amo.

Yulia abrió los ojos un par de horas más tarde, con la luz del sol calando sobre su figura, parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz del astro en sus ojos. Pronto se dio cuenta de la hoja bajo su mano, la tomó y comenzó a leer. No soltó una lágrima, dobló la hoja cuidadosamente como estaba y se incorporó buscando con su mano a la persona que había estado junto a ella no hace mucho.

–¿Lena? – No la encontró.

XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX

Supe que finalmente te casaste hace un mes con él, después de tanta insistencia de la prensa y de Pasha mismo, aún cuando ya habían sido padres de una hermosa niña tan parecida a ti. Miré la noticia por la televisión, no pude evitar las lágrimas. Todavía te llevo dentro como raíz que se niega a ser arrancada.

Andrey, mi mejor amigo entra a la habitación y me abraza para consolarme.

–Ya lo sabíamos Lena, tarde o temprano esto iba a pasar.

–Me duele Andrey, sabes que nunca he podido olvidarla.

–Sí pero, estás contenta ahora ¿no? – Dice el músico en un tono de voz alegre tratando de reanimarme – Tienes dos hijos, hermosos como su madre y su padre.

–Toc, toc – llaman a la puerta.

–Cariño, ven acá y regálame un beso.

–Los que me pidas – abrazo a mi marido, los ojos verdes de ese hombre centelleaban con alegría.

–Ya llegaron Nastya y Aleksei.

–¡Robert!

¿Quieren saber qué pasó con nuestras vidas? Bueno.

Andrey y yo formamos un dueto musical, él produce toda nuestra música y es un productor y músico muy reconocido, nuestro dúo se ha convertido en todo un éxito y hemos vendido montones de discos por toda Europa, de hecho, estamos a pocos días de presentar un concierto en América, en Londres, Inglaterra. Él no se ha casado aún, y la verdad, dudo mucho que lo haga, es un don Juan que solo sale con chicas, las chicas tienen una cualidad entre sí: se visten de negro y aparentemente son chicas malas, no lo sé, pero dudo mucho que haya podido superar a su amor imposible de sus años de estudiante. Ambos comprendemos nuestro desamor.

Obviamente quien canta las exitosas canciones de Andrey soy yo, Lena Katina, acabamos de recibir cuatro premios grammy por mejor canción, mejor dueto musical, mejor video y disco del año. Además he aparecido en algunas películas, con papeles menores, pero buenas películas, y también aparezco en algunas series de televisión como estrella invitada. Me casé, sí, hace 2 años, ahora tengo 27, con nada menos que con el hermano de Nastya, sí, ese joven galán con aspecto de ladrón que yo odiaba al principio de esta historia, pues se convirtió en mi marido y padre de mis dos hijos, la pequeña Viktoria de 3 años, sí, nos comimos la torta antes del recreo ¿y qué con eso? Y Samir de 1. Él se parece mucho a mí mientras que ella tiene los ojos de su padre. ¿Enamorada? Sigamos con la historia.

Katya, ¿se acuerdan de mi hermana Katya? Bueno pues ella hace comedias románticas, este año apareció en la secuela de 10 cosas que odio de ti, Cómo perder a un hombre en 10 días y La mujer de mis pesadillas. Le va muy bien, es una superestrella que hace reír con su romanticismo algo… loco. Aún sigue en busca del amor, dice que ya lo encontró en Matthew McConegy pero que él lo niega porque no quiere el acoso de la prensa sobre él, lo mismo dice de Leonardo Dicaprio, Brad Pitt y Orlando Bloom. Tampoco se olvida de Pasha. ¿Yulia? No compitió más por ella. Aunque tampoco deja de buscarla. Bueno, sigue siendo Katya.

Las películas en las que he aparecido las ha producido ni más ni menos que Pasha Yasinov, él es director y productor de cine, y actor también, tuvo mucho éxito con su reciente estreno de suspenso "Lo que esconde la niebla", esta fue protagonizada por su musa y más recientemente esposa legal Yulia Volkova, ambos ganaron un óscar, él como mejor director y ella como mejor actriz, se sienten realizados, aunque siguen creando juntos cosas estupendas, son una de las parejas del medio más exitosas, brillantes y creativas. ¿Hijos? Sí, una pequeña de dos años llamada Lindsay, ja, ja.

Después de que yo me fui ella estuvo sin una pareja formal por algún tiempo, pero todos sabían que Pasha Yasinov aún la rondaba, al cabo de un poco más de tiempo terminaron juntos otra vez, al parecer él le perdonó a ella todo lo que había pasado y ella…bueno, ahora creo realmente que nunca lo dejó de querer. Se sabe que ninguno de los dos ha cambiado su carácter, pero definitivamente sí se notan enamorados.

¿Quieren saber cuál es una de las nuevas maravillas del mundo? Se llama Yulia Volkova. Esta mujer, cuando tenía 17 años era toda una bomba de sensualidad, quiero que cierren sus ojos y la imaginen ahora, tiene 26, en cuatro años más será una treintañera, los años no han hecho más que mejorarla cada día, es todo un símbolo sexy. Se dice que muchos han venido a rendirse a sus pies, pero Pasha sigue siendo el único afortunado. No te odio todo el tiempo Pasha, sólo algunas veces.

Acercándonos al final están Nastya y Aleksei. Fueron los primeros que se casaron, ellos estaban tan enamorados que no quisieron esperar mucho tiempo, así que se convirtieron en un matrimonio joven a los 22 años. Nastya nunca ha dejado de ser encantadoramente dulce y tierna, así que decidió dedicarse a los niños, es la cantante infantil más reconocida del mundo, los pequeños hacen fila para sus conciertos, hace cine y video infantil, conduce programas para niños y niñas y es todo un ícono para ellos. Aleksei es un actor de comedia muy valorado, hace programas cómicos de televisión y es titular de un noticiero algo…fuera de lo normal y de algunos programas de revista, todo al lado de Rex, de hecho, él es el motivo principal por lo que después de 10 años de que termináramos la escuela, nos reunimos de nuevo.

Aleksei va a entrevistar a Yulia y Pasha Yasinov por su próximo estreno de cine, en esa emisión Andrey y yo cantaremos el cover de la película, Katya no tenía nada qué hacer ahí, pues sólo tendrá un papel secundario en la trama, pero como siempre, se fue de colada. Y Nastya estará ahí para satisfacer a los más pequeños y presentar su nuevo disco.

Así que, aquí estamos todos.

–Y bien, ¿qué clase de shampoo usas para tu cabello? – Pregunta Rex.

–¡Rex! Se supone que debemos entrevistarlos sobre su trabajo.

–Es un trabajo cuidarse el cabello.

–¡Rex!

–De acuerdo, de acuerdo… y bien… Lena Katina, ¿qué tal sabe la torta antes de calentarse?

–Muy bien – Respondí, la verdad sabe riquísima, si recordamos que Yulia fue mi primera torta. Sonrío y veo que ella hace lo mismo ruborizándose ligeramente.

–¡Yulia!

–¡Hey! Cuidado cómo me hablas títere.

–¡Ale! Viejo, dile que ya no me llame títere, es ofensivo.

–Yulia, sabes que a Rex le molesta que…

–¡Cierra la boca Aleksei!

–Y ella es Yulia Volkova.

–Nastya.

–Holis – la muchacha castaña suelta su característica risilla.

–Pasemos al músico – Le susurra Rex al oído a Aleksei.

–Malo – La joven castaña hace un puchero.

–Y bien Andrey…

–Ruvlev.

–Andrey Ruvlev.

–¿Cómo es que no recuerdas mi apellido? Trabajamos varios años en el mismo programa.

–¿Cómo va el amor?

–Aaaah pues…

–Siguiente – dijo el muñeco.

–¡Rex! Deja que los invitados terminen de hablar, es una grosería que…

–¡Siguiente!

–Ella es Katya Katina.

–¿Y esa quién és?

–Yo… te golpeé la cara una vez que te quisiste pasar de listo ¡conmigo muñeco del demonio! – Grita ella enojada.

–Jejeje, claro, y entonces yo corté el arnés…

–¡¿QUÉ?

–Ya, ya, Ale, llévate a estos y tráete a los de otro show, deberán ser más interesantes.

–¡Rex!

No recordaba con tanto apremio lo que era pasar el rato con mis amigos, fue muy gracioso estar ahí de nuevo, todos juntos, después de algunos años de terminar la escuela. Pero sobre todo, fue lindo estar sentada frente a ella, como tantas veces lo hiciera en la escuela, sólo para poder contemplarla en toda su belleza. Unas miradas juguetonas entre nosotras bastaron para recordar aquellos momentos en los que estábamos juntas. No fue mucho tiempo, pero fue un gran tiempo.

–Me adelanto a casa con los niños, supongo que te quedas a la celebración – Me dijo Robert al terminar de grabar el programa.

–Sí, hazme ese favor.

–Todos los que quieras – Se despidió con un pequeño beso en los labios. Miré cómo él desvió su mirada detrás de mí, cuando se dio la vuelta marchándose a la salida yo me giré sobre mis talones y la ví, a mis espaldas, tan radiante como siempre ha sido. Me sonrió, tomó una copa de vino y desapareció de mi vista.

Abrí la puerta con mucha precaución, sólo un rechinido salió del movimiento, me asomé al interior del cuarto y noté la oscuridad que encerraba. Me introduje en silencio y sin encender la luz, pero apenas lo hice me estremecí al sentir cómo unas delgadas y frías manos me aprisionaron.

–¿Porqué te tardaste tanto en venir?

¿Qué? ¿A poco pensaban que eso era todo? Si ahí no termina la historia aún. Vamos, continúen leyendo.

–Es que… había periodistas en el corredor.

–Ya sabes cómo conducirte dentro de esta casa sin ser vista Lena Katina.

–Lo siento… ¿estás enojada? – Imito el puchero de Nastya, sé que Yulia no se resiste a los pucheros.

–Sólo desesperada por tantos días sin verte – Me abraza con fuerza y besa mi cuello.

–Pues ya estamos aquí, las dos, haz conmigo lo que quieras.

–Yo que tú no pediría eso.

–¿Ah, no?

–No.

–¿No?

–Um, um – Gimo al sentir una leve mordida en mi clavícula.

–Yulia…

–Shhh, hueles muy bien, a yerbabuena, como el color tus ojos.

–Yulia…

–Disfruta este momento Lena Katina.

–Yulia…

–Vamos, guarda silencio.

–Yulia…

–¡¿QUÉ?

–Creo que debemos decírselos.

–¿Decirle qué a quién?

–Esto… a los lectores – Ella me suelta y se cruza de brazos.

–Pues díselos.

–No, diles tú.

–Fuíste tú la que lo propuso.

–Sí pero… yo ya conté mi historia, ahora te toca a ti.

–¿Y qué se supone que deba decir? – Preguntó con fastidio.

–Pues… cómo es que llegamos a esto, luego de que yo te dejé en aquél hotel con una carta bajo tu mano… despidiéndome.

–Correcto, tu bobería aquella – La miro enojada – Fue una bobería.

–Sí pero ellos no lo saben.

–Que se los diga Lindsay.

–Díselos tú.

–No quiero.

–Yulia…

–¡Dije que no Lena! Estoy en mi casa y puedo tomar unas tijeras.

–Yulia, sólo diles cómo es que ahora estamos juntas ¿sí?... ¿Yulia? ¿Quieres que pasemos a hacer conmigo lo que se te antoje esta noche? – Le pregunté, en el mismo tono que usé aquella vez que se negaba a preguntarme si ella podía ir con el grupo a la cabaña.

–Sí quiero.

–Entonces… diles.

–Está bien, pero luego de que me complazcas – Me dice y me tumba sobre la cama arrojándose sobre mí. Está igual de acogedora que la primera vez que la compartimos juntas, y no precisamente para dormir.

–¡Yulia Volkova! – Grito divertida.

–Queridos lectores, les prometo que para el siguiente capítulo les contaré cómo es que llegamos a esto ¿de acuerdo? Ahora ¡lárguense a dormir y déjenme a solas con esta mujer!

–Yulia!!!

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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA) - Página 3 Empty Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

Mensaje por Fati20 6/21/2023, 5:48 pm

Definitivamente un capitulo loco yo esperaba fuera solo un mal sueño que no sería real y tendríamos un desenlace como es debido pero con ese final de capitulo ni idea 🫠🫠🫠. Toca esperar el otro, saludos cariño 😘😘😘
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LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA) - Página 3 Empty Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/22/2023, 2:58 am

CHAPTER 22. NO ME GUSTA

–No me gusta – Le dije a Pasha antes de llevarme el vaso de café a los labios – No es la gran cosa.

–No puedes decir que es una mala cantante – Insistió él, tratando de convencerme de que esa chica había dado un buen show.

–He escuchado mejores.

–Vamos nena, en el fondo sabes que lo hizo muy bien.

–El café sabe bien – Yo era la única persona entre el público que no aprobó con sus aplausos y gritos el ingreso de la cantante a mi escuela.

–No lo vas a admitir ¿cierto? – Lo miré a los ojos poniendo una de esas caras de: Ya me conoces, dices bien – De acuerdo. Pero hazte a la idea que tenemos estudiante nueva, y de que es muy talentosa.

–Talentosas las chanclas.

¿De qué otro modo podía hacerle entender que la cantante de esta noche en realidad me pareció muy simple? Nada apantallante, aunque, pensándolo bien, sí hay algo qué rescatarle, por lo menos nos evitó el disgusto de escuchar los alaridos con miras a canto de –Katya Katina. La discusión entre ambos no paró sino hasta luego que nos despedimos esa noche a la puerta de mi casa, luego de volver del show. Pasha me besó y yo le sonreí, me gustan sus besos.

–Compañera nueva – Dijo él caminando a su auto, y a juzgar por su tono de voz, divertido.

–¡Y víctima! – Respondí desde la puerta, con medio cuerpo dentro de mi casa, sólo alcancé a escuchar a medias la risa de él. Le encanta ponerme molesta.

Las cosas hubieran ido bien entre ella y yo si desde el principio se hubiese comportado como a mí me agrada que se comporte la gente, pero comenzó muy mal su estancia en nuestra escuela. Primera cosa que odio y enumero en esta lista:

*Nunca ¡NUNCA! talles a mi novio, si le tiras el café encima, sólo aléjate… si aprecias tu vida.

Nunca creí conocer a una persona tan boba, pero ahí estaba, delante de mis narices, Lena Katina.

–¡Oyeee!

–Lena, esta es mi historia ¿de acuerdo? Tú ya escribiste la tuya, déjame contar mi versión.

–Podrías ser más amable Yulia.

–Podría, pero no quiero. Tú podrías cerrar la boca y dejarme continuar.

–Aish… está bien continúa.

–Voy a continuar porque quiero continuar, no porque tú me lo digas.

–Anda pues, sigue… sigue.

–No me estés ordenando que ya sabes que no me gusta…

–Yulia… sólo sigue ¿quieres?

–Voy a seguir porque quiero…

–…Seguir, no porque yo te lo pida – completó mi frase – sí ya sé.

–¿Podrías quedarte callada?

–Si me prometes ser más amable conmigo en tu versión.

–Yo nunca prometo nada, no lo olvides querida.

–Entonces me quedaré aquí.

–Me estás orillando a que…

–¿A qué, a qué?

–A que te cierre esa boca.

–¿Cómo?

–Así.

–Un beso relámpago no me va a mantener callada.

–Lena… ¿te gustaría ir a la cocina? Estabas preparando café ¿no?

–Me iré si me prometes ser amable conmigo en tu historia.

–¡NO!

–Entonces me quedo.

–¡Vete!

–Amable.

–¡Vete!

–Amable.

–¡Está bien! Voy a ser amable contigo en mi historia ¿satisfecha?

–Por el momento. Ahora sí.

–¿Ahora sí qué?

–Un beso.

–No quiero.

–Yulia… Más largo… más largo… más largo… más… así me gusta que me bese mi chica. Bueno te dejo trabajar. Continúa amor.

–Grrracias.

Bueno, ahora que Lena está en la cocina terminando de preparar mi café, veamos… ¿en qué íbamos? Ah sí. La muchacha era tosca, delgada como las agujas y sin chiste.

–¡Yulia Volkova! Te estoy escuchando.

–¡¿Estoy hablando de ti?

–¡Síii!

–Sólo estoy diciendo la verdad.

–Si sigues portándote mala conmigo en tu versión hoy no cenarás postre.

–No me gustan tus postres, ni tu atún picante.

–No hablo de ese postre.

–Ya entendí… Entonces… la chica no era mal parecida, es verdad que en ese momento no me parecía la gran cosa, pero algo había en ella que me llamaba la atención.

–Eso está mucho mejor.

–¡Ya cállate Lena!... ¡Y deja de reírte!

Elena Katina, la nueva estudiante de la escuela de artes… se metió con mi novio, se metió conmigo. No se libraría de mí tan fácilmente. Soy Yulia Volkova, la chica mala del instituto de artistas.

Sabía que lo de Pasha ya había pasado, la muchacha no mostraba interés en mi novio, pero verla así, tan vulnerable, sin saber defenderse de mis ataques continuos y sin razón aparente, sólo me invitaba a seguirla molestando más.

–Ah, cómo quisiera yo tener a una Yulia Volkova que me moleste, yo también suelo ser indefensa algunas veces y…

–Lindsay.

–¿Sí Yulia?

–¿Ahora tú?

–Ah, sí, es verdad, es tu historia, continúa, continúa.

–Gracias.

La muchacha era rara. Yo me portaba mal con ella, pero ella insistía en que fuéramos amigas. Me ayudó cuando rompí con Pasha. Me apoyó para llevar a cabo la obra que vería mi padre. Me llevó al río. Siempre estaba insistiendo en que la abrazara, cada vez que se presentaba la oportunidad ella pedía que la abrazara. ¿Por qué rayos se portaba bien conmigo si yo era mala con ella? Las cosas no son así.

Ese día, cuando Shapovalov nos otorgó el papel para esa obra, sentí la miradita boba de Katina sobre mí durante toda la clase. Ella me miraba raro a veces, la capté infraganti en varias ocasiones. Su mirada me perturbaba, era muy fuerte.

Esa tarde, cuando vi sus ojos verdes tan cerca de los míos, que luego bajaron hasta mis labios, sentí que todo temblaba alrededor. Odiaba admitirlo, pero creo que Katina me puso nerviosa. La chica era, desde algunos ángulos… linda.

–Yulia.

–¡Estoy diciendo que me parecías linda!

–No, estás diciendo que de ciertos ángulos nada más, ¿no puedes decir simplemente que era linda?

Katina era linda… de ciertos ángulos.

–Esa sonrisa no la vas a tener más al rato cuando vengas a la cama eh Volkova.

Era linda, muy linda, con esa figura esbelta que te invitaba a abrazarla, sentía como si se rompería tan solo con un apretón de manos. Se veía débil… pero malditamente hermosa, no sé cómo, pero me parecía hermosa.

–¡Deja de sonreír Katina! O me obligarás a que pare esta historia.

Titubeé cuando ella se acercó a mí y me plantó el primer beso en la boca. Fue muy rápido, apenas y lo cavilé. Nunca creí que esa muchacha tan frágil se abalanzara sobre mí y con ese cuerpecito de palillo de madera lograra derribarme al suelo. Jamás pensé que Elena Katina tendría esa pasión guardada dentro de sí, ¿dónde le cabía? Yo estaba tan nerviosa que no me daba cuenta de que no sólo nosotras estábamos en el salón, que ahí estaban, el maestro y los compañeros de clase. Me olvidé de todo, Elena Katina se estaba incendiando encima de mí.

Estuve confusa por algunos días. Recordé entonces lo que había pasado en aquél campamento. Katina estuvo a punto de caer al río. Apenas alcancé a rescatarla, se había aferrado a mí y sentí sus labios temerosos muy cerca de los míos. Yo estaba tratando de salvar la vida de ambas, y sólo después del incidente me puse a pensar en ese embarazoso momento. No podía quitarme a Katina de la cabeza, y eso me molestaba. Las Katin eran un dolor de cabeza para mí, esa Katya, aprovechada, pero algo bueno tiene en eso. La segunda cosa que odio y que enumero en esta lista es:

*Que me pregunten si pueden besarme, bien, si quieres besarme no me preguntes si puedes hacerlo, sólo ¡hazlo!

–Katya no preguntó, sólo tomó lo que quería, eso no estaba mal, lo que estaba mal es que era una Katin, y las Katin son un dolor de cabeza.

–Yo por eso no pregunto… tomo lo que quiero.

–No me dejas concentrarme.

–Lo siento, no me pude resistir.

Comencé a sospechar que Katina era más rarita de lo que yo pensaba, es decir, después del beso en el ensayo de la obra, recapitular y darme cuenta que Katina estaba muy entretenida conmigo me hizo dudar sobre ciertas cosas. ¿A Katina le habría gustado esa parte de la obra? Por supuesto que hasta ese momento yo no sentía nada por ella, si no más que curiosidad, yo amaba a Pasha, mi novio, y sólo pensaba en él. Pero como dudaba si yo le gustaba a Lena entonces me encargué de hacerla sufrir un poquito.

–Sí, por eso yo luego me vengué de ti con lo de tu papi.

–Oye, eso no se vale.

–¿Ah, no? pero tú sí puedes ser mala conmigo ¿verdad?

–Yo soy la mala de esta historia.

–Una mala… muy buena.

–Lenaaa, ahora no, déjame terminar.

–No vas a terminar ahora.

–Si me dejaras trabajar, habría terminado antes de empezar a escribir.

–Anda, ¿me vas a decir que no te gusta?

–Lena. Estabas preparando mi café y si no me equivoco, algo de comer también.

–No tengo hambre… no de comida.

–No me mires así.

–Vamos a descansar.

–Tú no quieres que descansemos.

–Anda… ¿sí? Cuéntame cómo estuvo tu día de hoy.

–Ya lo sabes.

–Por favor.

–No, quiero terminar esta historia, debo presentar un guión para esta semana.

–Lo harás después. Vamos a descansar un poco.

–Lena.

–Anda… vamos Yulia, ¿sí?

–Está bien, pero mañana me vas a dejar trabajar como se debe ¿entiendes?

–¡Entendido marinerita!

–No estés payaseando con eso.

–Apúrate.

Bueno, siento mucho dejar esto así pero… ya vieron, esta mujer no me deja trabajar. Así que… continúo mañana. Buenas noches y… qué rayos. Me voy a la cama.

Ahora sí, son las 2 de la mañana y dudo mucho que Katina se despierte y comience a molestar otra vez. Revisemos, me quedé en… ya está.

Nunca, ni en mis cinco sentidos hubiese imaginado que Lena Katina se sintiera atraída por mí, no es que yo no provoque ese tipo de cosas en las personas, digo, soy bonita y atractiva...

Bueno, el caso es que por más intentos que yo hacía por portarme mal con la pelirroja ella continuaba portándose bien conmigo. Trató de vengarse muchas veces claro, pero nada parecido a lo que yo le hacía en la escuela.

Le vacié café en el cabello, pero no se puede quejar, al menos estaba frío. Puse un camarón en su brasier, traté de arruinar su ridículo baile. Provoqué que le sacaran litro y medio de sangre jajaja. Wow, litro y medio. Brillante la sangre de Lena.

–Eres mala Volkova.

–¡Ya cállate Lindsay!

El caso es que… Elena Katina tenía algo… un no sé qué que me atraía, no de forma romántica, al principio, pero sabía que ella poseía algo que me hacía querer lastimarla.

Ay Katina, ¿porqué tenías qué aparecer en mi vida? Estaba bien con Pasha y de repente… llegaste... y lo cambiaste todo. Tanto que intenté lastimar tu corazón, quería de alguna manera, desvanecer toda esperanza que yo misma hubiera formado en ti como para que creyeras que pudiéramos tener algo tú y yo.

Lo sospechaba, y mis sospechas fueron confirmadas cuando se te ocurrió besarme en el armario aquél día. Yo sólo te pregunté quién te había lastimado, aunque en el fondo, sabía que era yo. Tenía muy claro que llorabas por mí, y mis intentos desesperados por alejarte solo hicieron que yo te quisiera más cerca de mí, por eso insistía en que me lo dijeras, anhelaba saber si tú eras capaz de confesarme tus sentimientos, pensé que no lo harías, y bueno, no lo hiciste, al menos de manera verbal, pero cometiste un error al optar por besarme, ese fue un gran error, nunca debiste hacerlo.

Ahora te miro dormir, en mi cama, confiada en que nos pertenecemos la una a la otra, pero no sabes cuánto batallé por librar tu pensamiento de mi mente. Sabía bien que las cosas con mi padre no andarían fabulosas si yo le salía con eso. Le llevaba la contra en todo. Si él decía blanco yo decía negro, no lo hacía con intención, sólo… así me salía jeje. Mírate, sonriendo entre tu descanso nocturno, seguramente soñando conmigo, como haces cada noche, lo sé porque a veces hablas dormida, el otro día te levantaste y fuiste directo a la cocina a prepararme un café como me gusta. Yo quería gritar para despertarte y comprobar de una vez por todas si es verdad eso de que los sonámbulos se mueren si los despiertas, pero me contuve… y sólo porque eras tú, quería probar si haces tan bien el café dormida como despierta. Pero si sigues así un día no me voy a contener y gritaré muy fuerte.

Katina… Lena Katina. Elena Katina. Me diste tremenda impresión al aparecer en la reunión de la empresa de mi padre. ¿Tú mi asistente? Yo no necesitaba asistente, tenía a Mariya… y a Olga. Olga suele ser un poco molesta, pero no la voy a culpar por enamorarse de mí, ¿ya me vieron?

Te veías linda Lena, muy linda esa noche. Cuando te vi… admito que me puse muy nerviosa… estaba comenzando a tener sentimientos muy fuertes por ti y eso me desesperaba. No quería, de ninguna manera deseaba enamorarme de ti. Y ahí estabas, con tu porte sencillo, sabio. Tenía qué hacer algo para romper tu corazón y de esa forma… te olvidaras de mí y me dejaras continuar siendo feliz al lado de Pasha, mi novio. Eso me dictaba la conciencia, pero más abajo de mi cabeza, hablaba mi corazón, y mi corazón me empujaba a ir a buscarte.

Te encontré en ese rincón de la velada, cubriendo tu rostro con ambas manos, decepcionada de mí, lo sabía, sabía que era por mí. Y te acosé con preguntas, y quise verme pesada contigo para que salieras huyendo de ahí y ya no regresaras… pero al ver tu carita tan tierna, tus labios que temblaban y tus ojitos entristecidos… sólo quería… sólo quería… ¡diablos! Sólo quería besarte. Me asusté ante el sólo pensamiento de hacerlo. No, yo no haría eso, y esos pensamientos no eran míos, yo era Yulia Volkova, una chica con novio a la que le gustaban los chicos, no las chicas. Y eras tan débil que facilitaste las cosas e hiciste lo que precisamente yo quería que hicieras desde el principio: que salieras huyendo. Comprendía muy bien que no tendrías el valor suficiente para decirme en ese momento que me amabas, que estabas enamorada de mí, por eso te lo pregunté, aunque me hubiera gustado mucho escucharte proferir esas palabras, me dí por bien servida cuando saliste huyendo.

Pero luego, allá voy a buscarte, no pasó más de medio minuto que desapareciste de mi vista cuando salí a buscarte, quería seguir presionándote para que me lo dijeras, tenías qué ser tú la que comenzara con eso, no yo, por si algo salía mal, te echaría a ti la culpa de todo. ¿Qué? Enamorada o no sigo siendo Yulia Volkova.

Después agradecí no encontrarte. Entonces juré dejar de jugar de esa manera contigo. De ahora en adelante procuraría no darte más alas, me odiarías y yo a ti y todo seguiría tan normal como antes, pasó lo del café en la oficina, no sé porqué, pero comienzo a pensar que el café es un punto clave en nuestra historia. Y mi padre, mi amoroso padre, él mismo ayudó a que las cosas no salieran como lo había planeado, si él no me hubiese ordenado a llevarte a tu casa, no le habría dado ese casi paro cardiaco después, al enterarse de lo nuestro jejeje. Lo complicó todo. Porque minutos más tarde de dejarte en tu casa, tú volviste a buscarme a la mía, y yo te metí en mi habitación… lo demás, fue improvisado, algo que no planeado, que nos llevó a esto, a ser una pareja hoy en día.

Fue mi primera vez, con una chica, y ha sido la única, no quiero más si no es contigo. No te oculté que yo ya había sido de Pasha antes; para ti todo fue nuevo, disfruté tus ojos tan brillantes aquella noche, porque estabas experimentando cosas que si no me hubieses conocido, te habrías guardado de las tales. Te vi muy enamorada, y yo me sentí igual, aunque te confesé que estaba confundida, pues tampoco podía olvidarme de Pasha, o mejor dicho, no quería, porque sabía muy bien que a partir de esa noche Pasha ya no estaba más en mi vida.

Me hablabas con tanto entusiasmo Lena, con tanto amor en cada una de tus palabras que me costaba trabajo creer de momentos que eras tú, hasta hace poco habíamos estado peleando como era nuestra costumbre, la misma rutina de siempre, yo te provocaba, y tú caías redondita ante mis maldades, por eso el tenerte esa noche ahí, acurrucada junto a mí, desnuda, en mi cama, sin querer soltarme, me hacía suponer que estaba dentro de un sueño, dentro de un mal sueño que quería jugarme una broma de mal gusto. Pero luego toqué tu piel y te estremeciste al solo contacto de mis dedos en tu espalda, froté tus brazos, tu hermosa y aterciopelada piel nivea, que me derretía. Quizá nunca he sido clara al decirte que me gustan tus rasgos, me encanta acariciar el color pálido en el cuerpo de otra persona. Eso me agradaba también de Pasha, supongo que me hartaba mirarme tan pálida a mí misma en el espejo.

Pasha, recuerdo muy bien la tarde en que terminamos definitivamente:

–Siento que me ocultas algo – Dijo él luego que me negara a acompañarlo a su casa – No eres la misma de antes, te gustaba estar conmigo y ahora… parece como si no me quisieras a tu lado. Te comportas extraña y…

–Sí te he estado ocultando algo – Él no esperaba que yo reaccionara de esa manera – Y te lo voy a decir ahora.

–Es tarde, mejor hablamos mañana.

–No, te lo diré ahora – Tomé la decisión en ese momento y no me iba a echar para atrás.

–No ocupas decirme nada… ya lo sé. Pero quiero que lo pienses bien Yulia… ¿estás segura que es lo que te conviene?

–Totalmente segura.

–Piensa en todo lo que va a pasar a tu alrededor, la gente hablará, tu padre querrá matarte… y a ella.

–¿De qué estás hablando?

–De Lena… me dejas por ella… – De acuerdo, eso no me lo esperaba – Sé muy bien que me dejas por Lena, que ustedes dos tienen algo. No lo tienes qué seguir ocultando de mí… yo las descubrí.

–¿Desde cuándo lo sabes?

–Lo sé y eso es todo, pero… Yulia, no te olvides que…

Sí, lo sabía, el hecho por el que no quería dejar a Pasha es porque yo le debía bastante, él estuvo conmigo en aquellos momentos en los que hubiese sido capaz de matar a… y saben, me consoló, me cuidó, me dio su amor y su tiempo, Pasha siempre fue un gran tipo conmigo, por eso es que me dolía dejarlo, me sentía malagradecida. ¿Cómo podía hacerle entender eso a Lena? Ella suponía que yo aún amaba a Pasha, que por eso no quería dejarlo, en realidad, no quería herir los sentimientos de Pasha, aunque poco me importan los sentimientos de muchas personas, hay quienes me importan de verdad… odio eso… odio que haya personas que me importen, por ejemplo Nastya… a veces odio a Nastya por importarme tanto.

–Pasha… yo sé que tú has hecho todo eso por mí y… te lo agradezco… pero ahora…

–Estás enamorada de Lena, o eso crees.

–Lo estoy.

–Ustedes son chicas Yulia, eso no te va a complacer, solo es un caprichito tuyo de los tantos que tienes, en algún momento te vas a cansar de ella y querrás volver conmigo, siempre vuelves conmigo, Lena no te podrá dar lo que has conseguido a mi lado. ¿Ella te podrá dar esto?

Dice al momento de besarme en la boca, en un gesto desesperado.

–No es necesario que quieras hacerme ver las cosas, ya tomé una decisión.

–Ella no te va abrazar de esta manera y te hará sentir protegida – Pasha intentaba por todos los medios convencerme de seguir juntos, pero no lo iba a lograr.

–No sigas… no conseguirás nada – Dije firmemente apartándome de su lado. Él se levantó furioso y me miró a directamente a los ojos apretándome fuerte de los brazos.

–Bueno, si quieres jugar al libre pensamiento y poner en práctica tu mente abierta, quédate con esa zorra. Pero estoy seguro que te cansarás pronto de ella… y vendrás a buscarme, ojalá, para ese tiempo, yo ya no esté disponible, y dalo por hecho que así será.

Me soltó bruscamente, lastimando mis brazos, pude haberlo alcanzado y hacerle pagar caro sus palabras, pero no es bueno provocar a un ex novio herido, sobre todo, por el bien de tu reciente pareja. Y yo temía por Lena, mi padre, Pasha y Katya no eran buenos como enemigos.

–Katya Katina, nombrada por mí, Katina la loca, la otra Katina era demente, esta estaba completamente loca. Recuerdo ese día de la presentación de la obra. Esperábamos a Lena, pero en su lugar llegó… esa cosa con forma de mujer.

–Lena está enferma y no podrá hacer la obra – Dijo con una sonrisa idiota en los labios mirándome rarito, para acabarla – Voy a suplirla.

Eso no era nada bueno. Tener que besar a Katya me provocaba ganas de salir corriendo y encerrarme en el baño, no importa si era para caballeros. A Lena me gustaba besarla, a Katya definitivamente no. Quise huir, así que me encerré en el camerino un momento. En eso llegó Katina la loca.

–Hola Yulia – Entró sin pedir permiso, no sé cómo, tenía el seguro puesto y así se metió, sonriendo y mirándome de una manera patética – Siento mucho que no pudieras hacer la obra con Lena, ¿sabes una cosa? No sé cómo puedes desear estar con ella… estando yo… Mírame, soy más guapa. Tengo estilo, y mi hermana es una simplona.

–Lárgate Katya.

–¿Quieres saber algo?

–No, vete.

–Lena está jugando contigo.

–No quiero escucharte, ¿no me oíste?

–No seas tonta, eres Yulia Volkova. Te estoy diciendo que Lena está jugando contigo, ella planea conquistarte, hacerte caer rendida a sus pies para luego burlarse de ti. De esa manera se cobrará todo lo mala que has sido con ella.

–No te creo, ¿te das cuenta de lo que dices? Es como si supusieras que a Lena le gustan las chicas.

–Eso no lo sé, sólo sé lo que planea hacer contigo, oí cuando se lo decía a alguien por teléfono.

–Bueno ya, ya me lo dijiste, ahora ¡largo!

–Espera… ¿no quieres ver lo que tengo para ti?

–Katya por favor… – Pero me quedé callada cuando se quitó la bata de encima, no tenía puesto nada por debajo.

–Aléjate… de mí – Le dije rotundamente, pero en lugar de eso se abalanzó sobre mí y me besó, sentí como me encendía toda por dentro porque por más intentos que hacía por librarme, no lo lograba, ella estaba prendida de mí y de mis labios. Cuando se sintió cansada de emplear tanta fuerza, se separó, no sin antes morder mi labio inferior haciéndolo sangrar, eso fue lo mejor del beso, por eso es que no la golpeé luego que se retiró de mí.

–Es un recuerdo mío – dijo caminando hacia la puerta – Para que veas de lo que te estás perdiendo – Cerró la puerta y se esfumó. Gracias al cielo.

Yo no pienso que Katya sea fea, pero es odiosa y eso la hace fea, muy contrario de su hermana, que es tan linda y bonita. Mugrosa Lena, en qué estado me pone. Y precisamente, esa noche, luego de la presentación de la obra, allá vamos, a pelear, como siempre. Y ella, molesta conmigo, se le ocurrió ir al baile con Robert, nada más que con Robert, y pasó gran parte de la velada queriendo ponerme celosa, lo cual logró la muy desgraciada… perdón Lena, pero te portaste mal esa noche. Así que la metí en el armario, el armario ha sido mi aliado desde el principio. Me gustaba provocarla, ahora me doy cuenta lo que sentía Pasha al ponerme celosa, es una sensación muy agradable. Pero las cosas no salieron bien y cada una terminó en la cama de otra persona. Lo bueno fue la bofetada, ¡claro que dolió! Me la dio con ganas, y no fue la única...

Supe entonces que debía hacer algo, no podía dejar ir a Lena así nada más, tenía que cobrarme de alguna manera, claro que yo la quería cerca, no deseaba que nos separáramos, pero también quería vengarme. Así que le hablé a Mariya y juntas propusimos una forma de pedirle perdón. Objetivo logrado, fuimos al parque y ya saben el resto de la historia, llegó Pasha y todo se complicó.

Pero continuamos juntas, a pesar de que Pasha intentó convencer a Lena para que me dejara libre, lo cual la tonta casi hace, al final no se resistió y se abrazó a mí. Pero en eso llegó mi amoroso padre, al que ustedes lectores, amaron en esa aparición. Pretendió separarnos pero se la volteé, al llegar a casa le dejé muy en claro que amaba a Lena y que él no conseguiría separarme de ella. Quiso golpearme pero se arrepintió al momento. Puse un rostro muy duro y le aclaré su posición en la empresa, yo era más dueña que él de todo, gracias a mi madre. No es que sea lo más importante para él, pero le gustaba tener dominio, así que tuvo qué conformarse con la propuesta de que lo dejaría todo en sus manos si me dejaba en paz con Lena, no tuvo más opción que aceptar, pero yo sabía muy bien que no se quedaría cruzado de brazos, y por primera vez en mi vida tuve miedo de que mi padre… o Carlotta, mi madrastra, le hicieran daño a una persona que yo amaba.

Carlotta, mujer atractiva pero de crudos sentimientos. Siempre intentando conseguir algo de mí, objetivo no logrado, a veces lo tomaba a la fuerza, pero nunca pasó nada que me avergonzara contar, se quedó con las ganas jejeje. Aún así, conseguía fácilmente hacerme perder el control, creo que eso le gustaba. Ahora saca de control a las celadoras y compañeras de cárcel, que no lo toman bien, he sabido que ha ido a parar al hospital varias veces. Pobre, lo siento… nah, no lo siento en realidad. Lo tiene bien merecido.

Ahora vayamos a ese evento que marcó mi vida para siempre. Yo amaba a Lena, sí, me enamoré de ella, ya lo acepté, la muy condenada logró conquistarme como se lo propuso. Pero entonces, vino eso que me recordó que fui creada como un ser humano, con sentimientos. Porque entonces Lena me rompió el corazón.

–¿Así que estás contenta por tu relación con Elena?

⏩⏩⏩
Si, algo loco el capítulo anterior... Pero me gustaría aclarar antes de postear mañana el capítulo final que la autora del fics, en este caso LindsayWest, se metió en la trama y por eso aparece en algunos fragmentos por eso la confusión de algunos al leer. 
El capítulo fue según el POV de Lena, ahora es Yulia, en este capítulo quien narra su POV donde pueden apreciar que después de todo, ellas quedaron juntas.
Espero haya aclarado un tanto el capítulo y sigan disfrutando ya que mañana subo el final.
RAINBOW.XANDER
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Mensaje por Corderito_Agron 6/22/2023, 3:26 am

Ya me parecía que había leído el nombre de la escritora y se me hacia cokocidoy. Pero así hay fics dónde la escritora se involucra y que bueno saber que ambas quedaron juntas, falta saber que pasará en el capi final
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Mensaje por Fati20 6/22/2023, 5:33 am

Si esta un poco raro pero interesante y divertido eso de ellas diciéndose q cuenten su versión. Lo raro realmente es eso de q se casaron con esos hombres y tuvieron hijos pero están juntas 😱😱😱 y mañana se aclarara. Saludos cariño 😘😘😘
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Mensaje por Volkatin_420 6/22/2023, 12:08 pm

Un poco confuso el capítulo 20 pero supongo que con el final podremos saber si están casadas con sus ex novios o simplemente fue una estrategia de la escritora para causar confusión. De todas maneras aprecio mucho el tiempo que tomas para adaptar cada personaje a la situación y que cada historia es diferente. Solo puedo decir que me encanta JORI y YULENA
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/23/2023, 12:54 am

CHAPTER 23. PUNTO FINAL

–Sí, mucho – Respondo a la alta y delgada secretaria, que estaba sentada en mi escritorio, justo frente a mí, con una pose provocativa.

–No quisiera decirte esto, pero lo tienes qué saber.

–No quiero chismes Olga, cualquier cosa que pudiera perjudicar mi relación con Lena no quiero oírla.

–Elena Katina firmó un contrato con tu padre para convencerte de dejar la escuela de artes.

Nunca me esperé eso. Podría esperar cualquier cosa viniendo de mi padre, pero saber que Lena se había prestado a eso sólo por dinero era algo que me dolía. Dejé de escribir manteniendo el lápiz entre mis dedos, al sentir una ligera punzada en mi pecho, quise tomar aire pero no pude.

–Eso… es lo que intentaba decirte ayer en la noche, pero no quisiste escucharme, hubiera sido bueno hacerlo delante de ella, para que me creyeras – Olga se había inclinado sobre mí para hablarme cerca del rostro – Desde el primer día, Elena supo quién eras y qué debía hacer contigo. Creo que no le importaste tanto, porque recibió el cheque con mucho gusto.

Así es, ella aportó una muy buena cantidad para los fondos de la obra de Shapovalov, y parecía muy contenta de haberlo hecho.

–Sólo te estaba engañando, ella no te ama en realidad, era un truco para hacerte caer en su juego y que tú te desilusionaras de todo, de esa manera tendrías razones para huir y tu padre te enviaría con gusto a otro país para que manejaras sus negocios. Qué buen plan ¿no? Caíste Yulia.

No lloré delante de ella, le pedí el contrato que Lena había firmado y lo miré, era cierto, Elena Katina se había burlado de mí. En aquél momento, supe lo que era verdaderamente sufrir por amor.

Pensé en muchas maneras de vengarme de ella, muchas en realidad, pero ninguna resultaba suficiente para hacerle pagar caro sus pretensiones, yo estaba muy dolida, nunca nadie se había atrevido a burlarse de mí de ese modo. Pero entonces ella llegó, con su carita inocente, intentando explicarme las cosas, yo sentía que algo en el estómago se revolvía. Pude haberla golpeado, pero me sentía débil para hacerlo, y tampoco lo deseaba tanto. Así que mejor la enfrenté. Parecía aturdida por el reclamo, parecía con ganas de querer arrojarse por la ventana, pero bueno, después de todo es actriz ¿no? una muy buena actriz que sabía fingir un papel muy bien.

Luego que salió de la oficina, yo salí corriendo a buscar a Nastya, quería llorar con ella, contarle todo lo que había pasado. La niña castaña me recibió con los brazos abiertos, siempre me recibía con el mismo júbilo. La abracé con fuerza y comencé a llorar como una niña, algo que sólo era capaz de hacer con ella. Mi dulce amiga me abrazó más fuerte a la vez que me acariciaba del cabello, la misma escena de cuando le conté mis sentimientos por Lena.

–¿Estás segura? – Me preguntó ella con una sonrisita inquieta en sus labios.

–Por supuesto que estoy segura Nastya. Yo AMO a MÍ NOVIO Pasha, que es un chico, no me gustan las mujeres.

–Pero te puede gustar sólo Lena.

–¡QUE NO!

–¿Porqué no quieres aceptarlo? Si te mueres por ella.

–¡¿De qué hablas Anastasya?

–Si no estuvieras sintiendo algo por Lena no vendrías acá a quejarte de ella con tantos detalles, nunca lo habías hecho de esa manera, y ya tienes mucho rato recordándola.

–Voy a dejarte algo muy en claro: Yo–no estoy–enamorada–de Lena.

–¡La llamaste Lena! – Saltó en la cama.

–¡Nastya!

–La amas, ¡La amas! ¡Por DIOS la amas! Estás enamorada de ella.

–¡NO Nastya!

–Sólo acéptalo.

–¡NUNCA!

–Si no lo haces te vas a arrepentir toda tu vida.

–No me importa, nunca lo voy a aceptar, que lo haga ella primero.

–¡AAAHH! – Quise taparme la boca, pero era demasiado tarde, ya había hablado y la niña castaña no era tonta como para no darse cuenta. Y sí, le solté todo.

–Creo que fue a partir de que ella me besó en el armario.

–¿Cuándo no la golpeaste por hacerlo?

Sonreí, detesto decirlo, pero AMO a esa niña. Nastya es… wow, es maravillosa, es maravillosa.

Luego vino lo de Katya, Katina la loca. Shapovalov nos escogió a ambas para un papel en la misma obra y quedé de pasar por ella a su casa para ir a ensayar con las luces y efectos predispuestos, no me esperaba el recibimiento que me dio. Por supuesto, aunque odiara a Katya, no la golpeé sólo porque vi la cara que puso Lena cuando no alejé a Katya de mi boca. Eso me gustó, no el beso, la cara de Lena.

A las 9 de la noche ya nadie aguantó a Katya.

–Yulia, muéstranos la imagen – Tomé la laptop y mostré la imagen de mi habitación.

–¿Es tu cuarto Yulia?

–Correcto, tu habitación nos inspira para crear ese cuarto donde asesinarán a las 6 muchachas Yulia, bien hecho – Dijo el maestro, y como ya estábamos todos hartos de Katya, pero más yo que no dejaba de mirarme y sonreírme, los dejé a todos y me fui a casa. No supe más de la loca tipo mujer.

Después de eso traté de evitar a Lena lo más que pude, pero ella era más necia que yo, cómo insistía. Luego vino lo de Carlotta, juicio corto que terminó en culpabilidad de cargos sobre ella, 40 años de cárcel, oigan, yo no fui su única víctima ni tampoco tenía un expediente limpio. La mujer había asesinado a una mujer e iba por su hija, ¿qué esperaban?

Pero mi mente estaba girando en torno a muchas cosas, pensé que lo mejor sería hacer caso de mi padre, dejar las artes y dedicarme al negocio de la familia, lo pensé dos segundos, luego me levanté y fui a la escuela como siempre. Sólo me hacían falta algunas cosas qué recoger en mi casa para mudarme por algunas semanas al departamento de mi mamá, en lo que restauraban los pocos daños de mi habitación.

Cuando pisé el cuarto, la madera rota del piano chilló, y al mismo tiempo mi llanto salió inconsolable, amaba ese piano, mi mamá me lo regaló cuando tenía 6 años, y además, le estaba componiendo una canción a Lena, que no podría terminar ahora. Me senté en el piso, con las luces apagadas, y comencé a llorar más todavía, en eso la puerta se abrió y una delgada figura emergió del pasillo. Reconocí su voz al instante.

–¿Yulia?

Cuando me abrazó, casi provoca que me desmaye, la extrañaba, la extrañaba mucho y quería que estuviera ahí conmigo, pero yo era Yulia Volkova, la orgullosa Yulia Volkova que no se doblegaría ante nada.

Me gustaba ver sufrir a Lena, por eso, aún cuando yo deseaba mantenerme cerca de ella, opté por dejarla ahí tirada en el suelo, de alguna manera, parecía que me estaba suplicando que volviéramos, y es lo que pretendía, pero en eso llegó la tía Carlotta a arruinar el momento. No soy una mentirosa, es cierto, tuve miedo de que ella estuviera ahí, porque no sólo yo corría peligro, eso no me importaba en realidad, me importaba Lena, conociendo a Carlotta y también sus intenciones, ella iba a matarla. Si ya una vez fui capaz de ayudar a Lena en una situación de muerte, esta vez no sería la excepción. No hizo falta, mi padre apareció y resultó un final feliz.

Aunque mis padres no se juntaron de nuevo, lograron hacer las paces. Nunca me he hecho cargo del negocio de la familia realmente, y de cierto que no lo haré, para eso está Aleksandr. Él puede, es inteligente. Tengo sólo 26 y cuatro películas por delante.

Ah, sí, volviendo a la historia…

Yo quería volver con Lena, la amaba de verdad, la muy des… glaceada, tiene que admitir que no lo dije como tal… me había enamorado, ahora tenía qué cargar conmigo. Esa tarde sonó mi teléfono, era ella, quería una cita. Si creía que era tonta se estaba equivocando, cuando me dijo el lugar de la cita supe de inmediato de qué se trataba. Conocía bien ese hotel, es de mi padre jejeje. Pero no se lo dije. Me arreglé como si fuera ir a cualquier lugar a ver a cualquier persona, quería volver con ella, pero más quería hacerla sufrir un poquito, yo no imaginaba lo que en realidad ella iba a hacer. Dejarme ahí, en la cama, dormida, con esa estúpida carta bajo mi mano.

Cuando entré al lugar actué como suelo hacerlo siempre. Sonreí al pasar de su lado sin detenerme a admirar su esmerado arreglo personal, estaba linda, lindísima, lo noté desde la puerta, pero jamás se lo diría, no en ese momento. Ella vaciló antes de cerrar la puerta, estaba nerviosa, yo también, pero ella más.

Habló torpemente al principio, lo cual me gustaba, no la estaba ayudando en nada. Pero ustedes deben saber mis muy queridos y apreciados lectores, no todos en realidad jejeje, sólo es una broma, que una vez que puse un pie dentro de esa elegante habitación, no saldría de ahí hasta haber logrado algo más con Lena Katina, no la dejaría ir tan fácil, claro que no, ya estaba pensando la manera en qué la detendría, sin que pareciera que yo la obligaba, así después no me reclamaría que fui yo quien la detuvo, ya saben, por si algo sale mal, la culpa no fue mía jejeje… tácticas que uno aprende por ahí.

Así que… cuando ella me pidió que le regalara esa noche, no dudé ni por un instante en aceptar, por supuesto que sí cariño, pero no sería la última como ella pensaba, al menos era lo que yo creía, pero me quedé dormida como idiota, ¿porqué tuve qué quedarme dormida como idiota? Fue un error que cometí, me había cansado claro está, pero jamás debí dormirme antes que ella. Al otro día, amanecí sola en esa cama, sin nada más que la maldita carta bajo mi mano. Sólo le faltó decir: hago esto porque te amo, y si lo dijo ya no me importa, no quiero recordarlo, estaba fastidiada, y todavía para rematar termina con un ridículo poema de amor. En ese momento pensé por un breve instante dejar todo así, que se fuera la tarada, no quería a una cursi a mi lado, pero sólo fue un segundo que lo pensé porque entonces mi teléfono sonó.

–Ahora sí apreciados lectores… no todo termina aquí, esta es la continuación de aquél casi fatídico día en el que Lena casi me deja.

Después que Lena dejara a Yulia ese día en el departamento, tomó un avión a Nueva York, yo no sé en qué estaba pensando en ese momento, ni exactamente a dónde y con quien se dirigía, pero una vez que estuvo en la sala de espera del aeropuerto tomó su celular y marcó el número de Yulia.

–¿Yulia?

–¿Dónde rayos estás y porqué me haces esto?

–Lo siento Yulia, yo en verdad fui sincera al dejarte esa carta, te dije lo que sentía decirte, pero apenas salí de la habitación me arrepentí de lo que hice. Yo te necesito conmigo.

–¿Y por eso te fuíste?

–Sí, porque no quiero perjudicarte, pero me bastará con que digas que estás dispuesta a perdonarme y entonces volveré a ti. Yulia, te amo, y no podré vivir sin ti.

–¿Dónde estás?

–En Nueva York.

–¿Cómo volaste allá tan rápido?

–Yo que sé, la escritora me mandó, cómo se ve que desconoce distancias y horarios en EU.

–¿Porqué te fuíste?

–Quiero darte tiempo a que lo pienses, si de verdad nos conviene seguir juntas.

–¿Cuándo piensas volver?

–Si me perdonas, no tardaré más que lo de regreso, y si confías en la escritora, estaré allá en este instante.

–De hecho Lena, yo tenía pensado que te quedaras a estudiar allá en New York por algunos meses, y que luego regresabas a la ciudad.

–¿Cuánto exactamente?

–Año y medio.

–Que sea exactamente un año, en un año, en el mismo día de este mes, y a esta hora en que estamos hablando, te voy a esperar en el mismo lugar donde me dejaste Elena Katina, que es donde estoy ahora. Si fallas por un minuto… tú y yo seremos historia.

–Te veo ahí… a la misma hora… mismo día… en un año.

Y cumplieron, ambas cumplieron. Un año más tarde Lena Katina y Yulia Volkova volvieron a ser una sóla, y a partir de ahí, nada ni nadie las ha separado.

Continúo, sí, me casé con Pasha, pero todo fue arreglado, ¿quieren saber porqué? Bien, pues Nastya ella fue la culpable de que nos metieran a actuar a todos en un programilla de segunda para adolescentes, luego de habernos graduado. Así que por haber firmado para un programa de adolescentes tontos y ñoños, Lena y yo tuvimos que ocultar nuestro romance por un tiempo, al menos las 8 temporadas que duró el programa. Que fue alrededor de 5 años, 5 tortuosos años en los que Lena y yo tuvimos que andar a escondidas. No miento, fue cool hacer el programa, pero desesperaba tanto no poder andar en la calle tomadas de la mano, y menos pensar en darnos un besito, aunque, debo admitir que todo eso lo hacía interesante, de vez en cuando nos divertíamos al tratar de burlar a los medios. Como la prensa especulaba, fuimos obligadas a no mostrar nuestro amor en público por un tiempo más luego que terminó el programa, y por si fuera poco, Lena firmó un contrato para una disquera que no quería escándalos publicitarios de esa índole y yo filmé una película infantil, fui la reina oscura de una historoa de princesas. Así que para hacer callar rumores, Lena se casó con Robert, y para vender más discos y obtener unos papeles en algunas series le pidieron a Lena que tuviera hijos, así que puso al máximo el calentador y en poco tiempo se aventó dos la muy…

Por mi parte arreglé mi matrimonio con Pasha, él no estaba muy de acuerdo, quería que me casara con él y me quedara con él, cosa que no acepté por ningún motivo. Pensó que al embarazarme me atraparía, pero se equivocó, yo amaba a Lena y él lo sabía, y que sólo bastaba un "espera un poquito más" para que pudiéramos estar juntas y que ahora sí, la prensa hablara todo lo que quisiera. Ya despertaste – Dije apenas ví a Lena mirándome atentamente.

–Bueno, uno no puede dormir muy cómoda que digamos con tanta habladera.

–Hablé con Pasha, él está conforme en que la niña pase la navidad acá con nosotras, se la llevará el verano.

–Me parece muy bien. Robert vendrá por sus hijos… un día de estos… cuando encuentre el camino de regreso a casa… en bicicleta… o en su caballo púrpura… y cuando la policía deje de buscarlo.

–Abrázame más fuerte. ¿Están todos dormidos?

–Sí, los acabo de revisar. ¿Realmente Lindsay duerme con esas filosas cosas bajo su almohada?

–Todo el tiempo.

–Pues… tendrás qué pensar en quitárselas.

–¿Porqué?

–Porque ayer hizo pedazos la jirafa del bebé de Nastya que dejó en la cuna.

–No es su culpa que Nastya lo haya olvidado.

–Yulia…

–Lena, en serio, es mi hija, tú te enamoraste de mí con todo y manías ¿no?

–Por supuesto.

–Entonces no veo problema con que Lindsay quiera conservar su colección de tijeras.

–Ok, puede quedarse con las tijeras, pero no permitiré que esté disecando mariposas ni coleccionando frascos con sangre… no te rías Yulia Volkova.

–No seas tontita… está bien, le diré a Lindsay que ya no meta frascos con sangre a la habitación, le pediré que los deje en el refri… estoy bromeando Lena.

–Es suficiente con eso pero… si tú también me amaste con todo y que me la paso cantando ¿o no es así?

–Claro.

–¿Entonces por qué te molesta que mi pequeña Viktoria haga lo mismo?

–Lena, tu canto no es tan horrible, pero tu hija heredó la voz de su tía Katya ¡¿Cuándo vas a entender porqué molesta tanto?

–¡No Yulia, espera, espera, no! ¡Vas a hacer que moje mi ropa interior si me haces cosquillas!

Y ahí las tienen, dos mujeres que lucharon hasta el final por mantener su amor, tan distintas la una de la otra, pero tan… enamoradas, como desde la primera vez que se conocieron, y quedaron prendidas, gracias a un café helado sobre una cabeza.

–¡¿A qué hora piensas venir a la cama Katina?

–¡Ahora mismo amor! Yulia y yo nos casamos apenas hace dos meses jajaja, la amo. Yulia es tan…

–¡Tengo qué venir por ti!

–Espera Yulia… ¡Yulia!

THE FIN...Estado: Satisfecha.


⏩⏩⏩⏩

Gracias por la atención prestada a la historia. Una vez más, agradecido con ustedes por tomarse un minuto y leer, dejarse llevar por la imaginación y apreciar lo que todas estas expertas escritoras comparten.
Un abrazo gigante y espero nos leamos más adelante.
Abrazos!!
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Mensaje por Fati20 6/23/2023, 1:54 am

Un poco loco eso de casarse y tener hijos con otros por contratos pero bueno capaz y eso es algo que pasa en realidad. Pero me gusto mucho la historia y la química entre ellas esa julia así con sus locuras de tijeras y lena medio masoquista domadora de leonas. Saludos cariño gracias por tan hermosa y fresca historia espero que regreses muy muy pronto con una nueva 😘😘😘
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Mensaje por Corderito_Agron 6/23/2023, 2:21 am

Jaja está historia fue una completa locura pero me encantó mucho. Gracias nuevamente por compartirla con todos. Un gran abrazo
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Mensaje por psichobitch2 6/23/2023, 3:48 pm

Lamentablemente el mundo de la farándula es así y deben hacer sacrificios para lograr la fama, pero al final estuvieron juntas y es lo que vale la pena.

Buena historia y bien editada, saludos
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Mensaje por soy_yulia_volkova 6/23/2023, 10:31 pm

Ya necesito que subar otra historia, es increíble como leer me mantiene alejada de tanto estrés, aunque los capítulos sean algo locos como estos últimos 🤣
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