LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
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RAINBOW.XANDER
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Yo no creo que julia sea amante de nadie . Y lena esta en tremendo problema de trabajo 🫠🫠🫠. Pero quedo demasiado emocionante en ese armario qué va a pasar yo pensé la va a besar!!!!! . Saludos cariño feliz día
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Lena deberá pensar bien las cosas si ese trabajo en particular perjudicara a Yulia, ojalá y no se deje envolver por el dinero
Volkatin_420- Mensajes : 235
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 10. MI VENGANZA
–Dime quién es.
–Estoy comenzando a odiarla, porque me lastima, me lastima mucho y hiere mis sentimientos cada vez que tiene oportunidad.
–Es un desgraciado. ¿Quién puede hacerte eso? ¿Por qué te pone tan mal? ¿Qué es lo que te hace? Dímelo y te ayudaré a encont…
Sus palabras fueron interrumpidas por mis labios que se plantaron súbitamente contra los suyos. La besé como por treinta segundos y luego me apartó. Ella no hace nada pero puedo sentir su respiración agitada, casi puedo adivinar que está temerosa. Vuelvo a besarla violentamente empujándola contra la pared. Ella intenta levantar sus brazos pero la detengo y la sujeto por la cabeza. La besé largo y tendido, no podía seguir guardándome tantos sentimientos por ella. Ese fue el momento en que estallaron tantos días de vivir pensando en ella, de desearla, de amarla. No corresponde pero tampoco hace nada por apartarse. Luego como de tres minutos me separo y respiro profundo. La miro y salgo corriendo del lugar.
–¡Espera…! – grita pero yo desaparezco.
Me oculté en el último baño de las chicas a llorar y llorar, creo que eso fue lo peor que pude haber hecho en mi vida. Ahora Yulia tendría una carta más qué jugarse conmigo, ahora tendría mayores motivos para humillarme, para burlarse de mí, lo disfrutaría más que nunca.
Tomé mi teléfono y marqué a Nastya, ella me dijo que Yulia no se había aparecido durante la clase de guionismo y que aún no llegaba a la de Shapovalov así que imaginé que se había ido. Salí del baño y me dirigí al aula. Efectivamente, ella no está ahí, Pasha está sólo y notablemente preocupado. Tomo mi lugar y actúo como si nada hubiera pasado, solamente Nastya, la niña que todos creíamos tonta e ingenua, entendía muy bien lo que pasaba.
No más de 20 minutos de empezar la clase ella entra por la puerta.
–Yulia, llegas tarde – dijo el profesor.
–¿Y?
–Nada, siéntate. Vamos a continuar ensayando para la obra…
–No hace falta, hemos practicado bastante fuera de clase – dice con un tono sarcástico en su voz que me hace cerrar los ojos de vergüenza – Este viernes te daremos un excelente ensayo muy completo de todo.
–Bueno…si tú lo dices – argumenta para volver al pizarrón. La miro pero ella actúa como siempre, ignorándome.
Pasha pasa su brazo sobre su espalda y la atrae hacia él. Ella se pega a su cuerpo y lo besa regalándole una bella sonrisa que a él le encantó. Él le devuelve el beso, de una manera que me hace suponer que están hechos el uno para el otro y vuelve a besarla antes de fijar su atención al maestro. Ella me mira con una cínica ceja arqueada. Nastya me pasa un pañuelo para que seque la lágrima que va corriendo por mi mejilla.
Haberla besado hace un momento no significaba nada para Yulia Volkova, yo seguía siendo para ella la misma chica tonta que podía pisotear. Ella amaba a su novio y solamente él podía considerarla suya, yo seguía siendo Lena Katina, la estúpida que la amaba en secreto.
No espero a nadie, en cuanto Shapovalov da por finalizada la clase salgo corriendo del salón. Llego a casa y me encierro en mi habitación sin hacer otra cosa más que llorar y llorar. Llorar y llorar por ella. Sentía dolor, tristeza, odio, celos y muchas emociones dentro de mí. Golpeé la almohada con mis puños varias veces repitiéndome lo tonta que era por enamorarme de esa muchacha, una chica que jamás pondría sus ojos en mí.
–Ella siempre va a amar a Pasha, siempre lo amará a él y tú Lena Katina… tú no puedes hacer nada para impedirlo. Ahora levántate y olvídala, olvídate de ella Lena Katina, sácate del corazón a Yulia Volkova, nunca serás para ella más que su diversión. Olvídate de ella, ¡Olvídate de ella! – Lloro con todas mis fuerzas – No puedo…no puedo arrancarte de mí… ¿porqué de ti Yulia Volkova? ¿Por qué precisamente tú?
De repente me quedo quieta al recordar un asunto que tenía pendiente: hoy es la reunión por el nuevo socio de la Corporación de los Volkov, y yo estaba invitada porque tenía un trabajo qué hacer. Me pongo de pie y camino por toda mi habitación pensando, creo que ya era hora de devolverle a Yulia una de las tantas que me ha hecho. Sí, quizá era tiempo de hacerle pagar su indiferencia y crueldad hacia mí.
Voy hasta mi bolsa y tomo entre mis manos la tarjeta que me había dado Mariya por órdenes de Oleg un día antes. Sonrío maliciosa. Este no es mi estilo, pero hoy en la noche me presentaré en esa reunión con un vestido lindo y elegante y haré que Yulia Volkova se arrepienta de todas las cosas que me ha hecho, juro que esta noche ella me mirará diferente y se golpeará la cabeza por desperdiciar una relación más cercana con una chica como yo. Hoy me vengaré de ti Yulia Volkova, probablemente después de esta noche no te volvamos a ver en la escuela y yo habré cumplido con tu padre. Quédate con tu secretaria flaca.
Marqué a Andrey y le pedí que fuera conmigo, él estaba encantado por la idea, pero su semblante cambió cuando le conté de qué se trataba precisamente mi trabajo.
–¡Lena no puedes hacer eso!
–¿Por qué no?
–¿Lo preguntas? Vas a tratar de arruinar la vida de Yulia.
–No es algo que ella no haya hecho conmigo antes.
–Lena, voy a ser muy sincero contigo: es verdad que hasta yo le tengo…un poco de miedo a Yulia, porque ella es impredecible, y sé muy bien que es más hostil contigo que con nadie en la escuela, pero como te dije al principio, eso no es más que una simple muestra de interés de ella hacia ti.
–¿No me digas? ¿Pues qué crees? Ya me cansé de que Yulia se "interese" de una forma psicópata por mí. No estoy dispuesta a seguir siendo su trampolín para divertirse. Si ella realmente estuviera interesada en que fuéramos amigas me trataría diferente.
–Tú sabes que Yulia no es como los demás.
–¿Pero por qué con Nastya no es así? ¿Por qué con Nastya si puede ser linda y…amorosa?
–Porque ambas se necesitan.
–Yo también la neces…yo también necesito algo de paz. Así que ya no me importa lo que ella piense. Voy a cumplir con ese trabajo porque además me pagaron por adelantado y ya me gasté el dinero. No puedo hacer devoluciones.
–Lena…
–¡¿Qué?
–Creo que Yulia tiene derecho a saberlo.
Si Yulia se enterara, entonces definitivamente que la perdería. Por supuesto que no le conté a Andrey mis verdaderos sentimientos por ella y la razón por la que busco venganza, eso seguía siendo un secreto entre Nastya y yo, aunque pensándolo bien, creo que quizá Nastya sólo se esté burlando de mí, porque ella sabe que su queridísima Yulia sólo tiene ojos para ella y para su novio.
Miro por vigésima segunda vez mis manos. Los nervios comenzaban a invadirme. Escucho que mi madre llama a la puerta y doy un saltito, eran justo las 7:30.
–Toc, toc. Lena, ya llegaron por ti – trago saliva.
El auto que me llevaría a la reunión era más largo de lo normal y muy lujoso.
–Vayaaaaaa, no esperaba tanta discreción.
–Adelante señorita.
La voz me resulta familiar y cómo no serlo, ahí estaba, en persona, ese muchacho con cara de ladrón de películas de los cincuenta.
–¿Tú?
–Hola.
–¿Qué haces aquí?
–Me pidieron que viniera a recogerla señorita Katina.
–¿Cómo? ¿Tú trabajas para los Volkov?
–Soy el chofer personal de la hija de mi jefe. Un trabajo muy pesado y aburrido – dice con sarcasmo.
–Sí, me imagino cuánto sufres por conducir a la hija de tu jefe a donde quiera que se te pida.
–A donde quiera no, sólo cuando el jefe considera que no le es seguro andar sola por ahí – me río a carcajadas.
–Cierto, y por eso contrataron a una persona de confianza para el trabajito ¿no? Seguro necesitaban a alguien limpio de cargos judiciales. Alguien que no fuera perseguido por la justicia.
–¿Quién mejor que yo para cuidar de Yulia?
–Cierto, la cuidas muy bien, hasta de su novio.
–¿Tienes algo conmigo Lena? Porque Nastya me ha contado que eres una persona muy simpática y amable, pero creo que no te caigo muy bien.
¿Cómo va a caerme bien el tipo que consiente a mi interés amoroso a escondidas?
–Sí cómo no.
–Bueno, es mejor que nos vayamos porque tienes una hora fija de llegada. Anda, sube a la limosina.
Tardamos alrededor de 20 minutos en llegar al lugar, porque el chico malote conducía respetando las leyes viales de tránsito.
–Está donde debe estar señorita, y a la hora fijada.
–No te lo agradezco – y me dirijo hasta la entrada del casino.
–¡Sólo una cosa Elena! – Dice alzando la voz para que yo lo escuche mientras continúo caminando – ¡Yo no intento quitarle la novia a Pasha! – Luego murmura para sí – Eso sería imposible.
Entro al lugar señalado en la invitación. Es realmente elegante, se nota a simple vista que todas las personas presentes pertenecen a las clases sociales más altas de la ciudad. Veo las mesas con sus manteles blancos, los meseros, el buffette de comida, los vinos, todo tan elegante. Luego volteo hacia una lujosa fuente en el centro, a un lado, está Yulia, con un lindo vestido azul oscuro y plateado, su cabello negro con mechas blancas y peinado, suelto sobre sus hombros pero recogido hacia su espalda, resplandecientemente hermosa.
–Elena, es un gusto que estés aquí – Las palabras adecuadas pero la expresión familiar: fría.
–Buenas noches señor Volkov.
–Llegaste justo a tiempo, ese chofer, Robert, sabe hacer muy bien su trabajo. – Ajá, sonrío – Mira, ella es mi esposa Georgina. Georgina, esta es la chica de la que te hablé, Elena.
–Un placer conocerte Elena.
–El placer es mío señora – la mujer sonríe de una forma más hipócrita que cortés, no se parecía en nada a su hija, que tenía una sonrisa altanera pero encantadora.
–Acompáñame Elena, voy a presentarte a mi hija.
El sólo hecho de estar frente a ella hace que se me pongan los pelos de gallina. Las manos comienzan a sudarme y me pongo a temblar.
Yulia está allí, en el mismo sitio de hace rato, pero esta vez acompañada por tres muchachas que me miran de pies a cabeza cuando Oleg me aproxima.
–Hola chicas. Quiero presentarles a esta joven que a partir de esta noche se incorpora a nuestra compañía. Ella es Elena Katina, Yulia, tu asistente personal.
Pude notar que el rostro de Yulia se contrajo desde el momento que me planté frente a ella, y probablemente, de no ser por su color de piel tan blanco, podría asegurar que palideció al escuchar a su padre presentarme como su asistente.
–Buenas noches, un gusto saludarlas señoritas –me dirijo a las tres muchachas – y…un placer conocerla señorita Volkova.
Como vi que ella no se movió estiré mi mano y tomé la suya entre la mía. Estaba fría a pesar de su largo guante negro, muy fría y tenía su vista mirando hacia un punto fijo que no era nada en particular. Sonreí maliciosa, estoy comenzando mi venganza contra ti.
–Espero que se lleven muy bien. Yulia, atiende a Elena como se debe tratar a nuestros invitados.
¿Qué pasa? ¿Te veo nerviosa Yulia? Ya era tiempo de que estuvieras en mi lugar.
–Pásalo bien Lena – me dice Oleg, y se va.
–¿Así que te llamas Elena? – pregunta una de las jóvenes.
–Sí, Elena Katina.
–Mm…y ¿a qué te dedicas Elena? ¿No estás muy joven para trabajar?
–¿Crees que puedes lograr ser la asistente de Yulia siendo tan joven y seguramente sin experiencia?
–Sí tengo experiencia, he trabajado antes.
–¿En serio?
–¿Qué pasa? ¿Tus papis no pueden pagarte la escuela?
–Me gusta trabajar. Odio ser una de esas chicas que sólo esperan recibir la mesada de sus padres cada tanto y que son dependientes de ellos, y deben obedecer sus órdenes o de lo contrario perderían privilegios. En mi caso, yo trabajo por mi cuenta, yo pongo mis reglas.
Ajá, gancho al hígado.
–¿Tienes algo contra las hijas de papis millonarios?
–No, no, nada en particular, sólo que de repente llegan a una edad en la que batallan para desenvolverse en un mundo donde no están acostumbrados, como el laboral. ¿Cómo van a poder trabajar si nunca antes lo han hecho? Las hijas de papis millonarios tienden a vivir siempre con el cordón umbilical amarrado a su cuello y sólo aspiran a casarse con un sujeto millonario que les mantenga sus caprichos, pero que las mantiene viviendo encerradas en una jaula de oro – suelto el discurso mirándola a ella con énfasis.
Yulia se peina un mechón suelto de su cabello y se mira las manos acomodándose los guantes, pero sin decir una sola palabra.
–Vaya, tenemos a una rebelde liberalista en nuestras filas. ¿Tú qué opinas de eso Yulia? ¿Podrás trabajar con una chica con estas ideas?
Yulia mira hacia otro lado suspirando, pero luego regresa al grupo y echa la mirada sobre mí.
–Caramba El– Lena – dice haciendo énfasis en mi nombre – no es nuestra culpa que no tengas papis millonarios.
Todo mi argumento se vino abajo. Por un momento creí estar llamando su atención, dado que es así como sé que ella piensa, pero no fue así. Una vez más Yulia retorció mi corazón entre sus manos, poniéndose del lado de las bobas amigas ricas que tiene fuera del instituto. Me pregunto dónde queda Nastya ahora, ¿y por qué no está Pasha con ella? Al parecer hay cosas que Yulia prefiere reservarse para los dos mundos totalmente diferentes en los que se mueve. Doble cara, sin duda. No dudaría enterarme de repente que está comprometida con el hijo de un tipo riquillo desde su nacimiento.
–Tienes toda la razón – le digo apuntando con mi dedo. Tomo una copa de no sé qué cosa de una charola ambulante y me retiro del grupo de las niñas nice. Pero solo es un parapeto para huir ante el profundo dolor que me embarga.
Llego hasta un rincón de la velada, donde se que nadie mira y dejo la copa de vino finísimo sobre la barra. Me agacho cubriendo mi rostro entre mis manos jurándome a mí misma volver a la fiesta y encarar a Yulia Volkova de una vez y por todas. La próxima vez que la tenga delante voy a escupirle en la cara toda su altanería. En eso estoy cuando una fría mano me toca suavemente de mi brazo derecho.
–Lena – volteo y la miro de frente, pero no pude escupirle en la cara toda su altanería que me había propuesto porque entonces la miré y estaba realmente hermosa. Mi enojo se disipó y las palabras se esfumaron ante la pérdida del aliento – ¿Puedes explicarme qué haces aquí?
–¿No te das cuenta? Quiero estar sola, tanta hipocresía allá fuera hace que se me revuelva el estómago.
–¿Es la hipocresía o soy yo?
–Las dos cosas – espeto – o solo una, tú y tu hipocresía.
–Vayaaa, la niña acaba de afilar sus uñas.
–¿Te duele que te lo diga Yulia? Respóndeme algo, ¿dónde dejaste a tu novio? ¿Por qué no trajiste a tu tontita amiga acá?
–Quieres llegar muy lejos ¿no?
–¿Qué pasa Yulia? ¿No encajan en tu mundo rosa?
–Ojalá fueras un poco como Nastya.
–¡Pues no lo soy! Soy Lena Katina por si no te has dado cuenta.
–Tranquila El–Lena. Sólo me estaba refiriendo a ¿qué es lo que haces trabajando en nuestra empresa? ¿Porqué de un día para otro te conviertes en mi asistente? ¿Qué es lo que pretendes con todo esto?
–Necesitaba un patrocinio ¿sí? Llamé a la empresa de tu padre y cuando menos me di cuenta ya estaba contratada.
–Renuncia.
–¿Qué?
–Que renuncies a la empresa. Mi padre no tardará en darse cuenta que nos conocemos, no puedes trabajar ahí.
–Mira Yulia, como lo dijiste hace un momento, yo no tengo la suerte de tener unos papás millonarios que me lo dan todo como a ti.
–No sabes lo que dices.
–¡Por supuesto que lo sé! Tú conseguiste tres mil euros más otros tres mil por Nastya y por Pasha muy fácil. Para nosotros no es tan fácil Yulia, para Aleksei, Andrey y para mí no es fácil.
Ella parece comprender porque enseguida vuelve a peinarse el mechón de cabellos y baja la mirada hasta el suelo.
–Está bien…puedo dejar avanzar este engaño…sólo con una condición – me mira y yo no puedo evitar hacer lo contrario cuando siento la forma tan dulce en la que me habla – ¿Porqué me besaste?
Un trueno que acompaña la lluvia incesante dramatiza mi estado: aterrada.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Pobre lena es cierto que julia puede ser muy cruel pero en en fondo se ve q tiene miedo de lo q realmente siente pero bueno vamos a ver que pasara. Quedo demasiado emocionante gracias por los capítulos cariño ojalá puedas subir uno temprano, feliz noche
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 11. LA DECISIÓN
–Yo…no…quiero responder eso ahora – y salgo corriendo del casino.
Avancé algunas calles de forma muy rápida hasta que me detengo en un callejón poco iluminado. Respiro agitada, la lluvia seguía cayendo. Volteo hacia la avenida y veo a Yulia que se detiene, al parecer, salió a buscarme. Mira hacia el callejón donde me encuentro y me oculto tras unas escaleras viejas de metal. La oscuridad no le permite descubrirme y al fin se marcha. Continúo mi camino hasta mi casa.
¿Cómo es que no se dio cuenta? Le grité en la cara que ella era la causante de mis lágrimas aquella vez que la besé en el armario. Casi casi le escupí en el rostro que la amaba, que desde hace tiempo vivo enamorada de ella pero al parecer, no lo creyó, porque sigue dudando sobre porqué fue que la besé. Bueno, ¿pues porqué otra cosa se besan las personas si no porque se aman? Ay Yulia, en ocasiones eres tan cabeza dura que no te das cuenta de las cosas aunque las tengas en frente.
–Anoche llegaste temprano Lena.
–Sí, por la lluvia…no quise quedarme hasta que pasara.
–Llovía a cántaros.
–Pudiste haberte ahogado – expresa Katya, más como sugerencia a posibilidad.
Las cosas en el instituto no fueron fáciles. Ella decidió ignorarme por completo, pasó toda la mañana pegada a Pasha, abrazándolo y besándolo. No sé cómo iba a mirarla esta tarde, no sé cómo iba a trabajar con ella. DIOS, ¿porqué la vida es tan cruel?
Llegué puntual a la oficina, Mariya ya me estaba esperando.
–Lena, ven. Mira, aquí tienes, tu escritorio – me señala un cómodo escritorio de madera tallada – Yulia no tarda en llegar así que mejor ubícate en tu puesto. Por cierto, ¿qué tal eh? Por fin la conociste en la reunión de ayer, ¿no es un encanto?
–Lo es – respondo socarronamente.
–Oh, sí, ella es encantadora, desde que era pequeña sabes, yo la cargué en mis brazos y le di el biberón, aunque a ella le gustaba más el café, extrañamente – dice como en un ademán de rareza – Siempre ha sido inteligente y liberal, pero esos ojitos azules la hacen parecer un angelito tierno – ¿De qué Yulia me estaba hablando? – No comprendo de qué manera se ha vuelto así, tan fría, pero bah, eso no le quita lo encantadora que es ¿cierto?
–Mmj.
–Anda.
Acomodo algunas cosas en el escritorio, enciendo el computador y entonces ella llega, con un sexy traje negro de piel, como de motociclista que hizo babear a la secretaria flaca. Muy hermosa con su nuevo look de rockstar, tengo qué fingir que verla tan guapa no me importa mucho.
–¿Ya te instalaste? – Pregunta mirándome con altanería.
–Sí – respondo nerviosa.
–Bueno, tráeme un café a la oficina, negro y con dos de azúcar – es todo lo que dice para meterse a su oficina. Miro a Mariya.
–Ve – me señala la cafetera. Obedezco.
–Elena, no – me dice la secretaria flaca – azúcar de dieta, cuatro sobres – asiento.
–Gracias – le digo pasando por su lado.
–Aquí tienes, negro y con dos de azúcar – lo pongo sobre su escritorio y lo toma mirando unos papeles, apenas da el primer sorbo cuando lo arroja.
–¡¿Qué es esto?
–Es tu café, como me lo pediste.
–Esto tiene azúcar de dieta y yo ¡odio! La azúcar de dieta. Y además ¡está muy dulce!
–Lo siento yo…te traeré otro.
–Olvídalo – se levanta y llama a la secretaria que tuvo la culpa de todo.
–Betty, ¿puedes traerme un café decente por favor?
–Ahora mismo Yulia – la secretaria no tarda en cumplir la orden – Aquí tienes, negro y con solo dos de azúcar normal.
–Gracias – Expresa haciendo sonar la palabra y mirándome.
–Estoy para servirte – la mujer sale echándome una mirada victoriosa.
–Yulia, no fue mi intención…
–No seas altanera, en este lugar El – Lena, soy tu jefa.
–Claro… ¿necesitas algo más?
–Sí, quiero que elabores una lista con todas las marcas de autos que se venden en Rusia y detalles cada modelo de las marcas, hagas un balance económico entre los autos del año 1990 hasta el presente y subas a la página un bosquejo del auto que debe estar en el mercado el próximo año.
–¿Qué?
–Para hoy mismo. Mañana tenemos una reunión muy importante donde presentaremos esta información, de ti depende dejar a nuestra empresa presentable con los socios extranjeros.
–Mañana ¿a qué horas?
–Temprano, a las 7 a.m.
Me la está poniendo difícil. Qué se yo de autos.
–Elena, ¿sigues trabajando? – me pregunta Oleg al salir de su oficina.
–Sí, debo terminar esto para la reunión de mañana temprano.
–¿Reunión mañana? No lo creo, no tenemos una reunión programada hasta dentro de 15 días.
–Yulia me dijo que habrá una reunión mañana a las 7 a.m.
–Nunca hacemos reuniones a las 7 de la mañana, a esa hora estoy aún contando ovejitas. Yulia está furiosa desde ayer, parece que alguien la puso mal. Pero espera, voy a compensar tu tiempo ahora mismo. ¡Yulia! – grita hacia su oficina, ella sale al pasillo.
–¿Qué?
–Lleva a Elena a su casa.
–¡¿Qué?
–No lo repetiré Yulia, sabes que la hiciste trabajar de balde así que ahora la llevarás hasta su casa.
–No puedo, debo…
–¿Qué me pediste esta mañana? ¿Escuché prensa para tu próximo evento?
–¡De cuerdo, la llevaré!
–Eres buena hija. Te veo en casa más tarde – concluyó el hombre rubio poniéndose su fino abrigo.
Yulia y yo nos quedamos paradas un momento mirándonos.
–Bueno…sígueme.
Llegamos al estacionamiento y veo cada uno de los coches que están aparcados, tratando de adivinar cuál sería el de ella, pero me sorprende.
–Ponte esto– me dice pasándome un casco de motociclista.
–¿Conduces una motocicleta?
–Sigo aquí ¿no? Quiero mirar mis canas y arrugas así que confía en que vas a sobrevivir.
Ella sube al deportivo vehículo de dos ruedas y yo la miro como la secretaria hiciera más temprano al llegar, tan linda, tan sexy con su atuendo de chica mala.
–¿Qué esperas? No quiero volverme a mojar por tu culpa.
Subo a la moto y me coloco detrás de ella.
–Pégate más – me ordena – y abrázame fuerte si no quieres salir volando por la carretera – lo hago – Más fuerte – eso intento – ¡No tan fuerte! – Dice tosiendo.
–Lo siento.
–El casco.
–Listo.
–¿Has viajado antes en motocicleta, Katina?
–Nunca.
–Pues disfruta tu primera vez.
Ciertamente conducía como si estuviera en una carrera y fuera en el último lugar. Estado: ¡Aterrorizada! Esquivaba los autos de tal manera que creí que en cualquier momento patinaríamos en el asfalto. Por si fuera poco una brisa constante comenzó a caer. No la solté ni un instante, ni siquiera en los semáforos, hasta que estuvimos frente a mi casa.
–Servida – me dijo.
–¿Sabes una cosa? – Le digo peinándome el cabello – Si sigues conduciendo de esa manera nunca conocerás tus canas ni tus arrugas.
–Buenas noches Katina.
–¿A dónde vas ahora?
–A mi casa, quiero descansar. ¿Por?
–Creí que irías con Pasha.
–Pasha vuelve hasta mañana de viaje. ¿Esa es tu hermana? – Pregunta mirando hacia arriba de mi casa.
–Sí – Katya nos estaba observando desde la ventana, con una pose provocativa y ropa al mismo estilo.
–Me voy – da vuelta a su moto.
–Yulia, no tarda en comenzar a llover fuerte, por favor, prométeme que irás despacio y directo a tu casa.
–Lo haré Lena ¡El día que me digas por qué me besaste en el armario del conserje! – grita alejándose.
Apenas entro a mi casa la lluvia se suelta, sus últimas palabras hacen un momento me empujaron a volver a la calle. Esta vez, con una firme decisión.
–¿Lena? – Pregunta asombrada cuando aparezco frente a su puerta – ¿Qué haces aquí? Acabo de dejarte en tu casa.
–Quise venir…quise venir porque tengo algo muy importante qué decirte.
–Entra, estás empapada – me introduzco a su casa, es muy bella y elegante, con acabados antiguos estilo europeos pero algo fría – te traeré una toalla.
–Espera – la detengo – ¿está tu padre en casa?
–Sólo estoy yo Lena, mi padre fue a cenar con su…esposa.
–Tu mamá.
–¡Ella no es mi mamá! – Se apresura a responder.
–No importa…entonces… ¿podemos hablar con libertad?
–Suelta lo que te está quemando por dentro Lena Katina.
–Bien. ¿Querías saber porqué te besé ese día en el armario? – ella asiente con la cabeza.
–Sí, aún quiero.
–Pues te besé porque te amo – suelto lo que me estaba quemando por dentro y enseguida me arrojo sobre ella atrapando sus labios entre los míos de nuevo. Un beso largo, apasionado, anhelado, pero sobre todo y sorprendentemente correspondido. Por supuesto que no se lo esperaba, y pude sentir cómo ella dejó que yo moviera sus labios hasta que comenzó a ceder. Me retiro un pequeñísimo instante y la miro fijo a los ojos, está absorta, casi ida. Su mirada azul me cuestiona pero antes de que diga algo vuelvo a besarla, esta vez tiernamente, dejándome empalagar con sus labios, sintiendo toda sensación posible dentro de su boca.
Una vez más me separo solo para tomar aire y mirar su expresión y sus ojos, pero antes de que vuelva a besarla ella es quien lo hace. Me sujeta de las manos y yo la empujo contra el enorme librero a su espalda, luego baja sus manos hasta mi cintura y me atrae más hacia su cuerpo, yo la aprisiono por la cabeza en un afán por no soltarla jamás. Sabía exquisita, dulce y deliciosa. Embriagante.
–Katina – susurra entre los besos.
–Shhh – le digo – no hables. No ahora, sólo permite que esto suceda por favor. Te lo suplico. Y si quieres te lo pido de rodillas.
–No.
–¿No? – Hablamos sin dejar de besarnos.
–Mejor vamos a que conozcas mi habitación.
Caminamos por toda la escalera y atravesamos el pasillo sin apartarnos en ningún momento. Seguíamos aferradas la una de la otra. Llegamos a una puerta de gruesa madera de roble y nos metemos dentro. Una vez ahí, en ese lugar tan extraño y apenas iluminado por unas velas me separo varios centímetros de ella, quien se queda recargada contra la puerta y respirando agitada.
–¿Quieres hacer esto Yulia? – Ella me mira un instante antes de volver a tomarme entre sus brazos y besarme, doy la vuelta y caemos sobre la cama, encima de ella. La beso, la beso y la acaricio.
–He soñado tantas noches con este momento.
–Pues es tuyo – me dice.
Me separo de ella y comienzo a desabotonar mi blusa ante su mirada. Suspira fuerte y me deshago también de mi pantalón y los zapatos. Le quito sus botas y me recuesto otra vez sobre ella.
–Soy consciente de un detalle.
–¿Cuál?
–Que pronto cumpliré 18 años y tú aun serás menor.
–¿Quieres hacerme el amor Lena Katina?
–¿Te gustaría?
–Es tu noche.
Me acerco otra vez a sus labios y vuelvo a besarla frenéticamente acariciando el resto de ella y ayudándola a despojarse de su ropa. Sin duda, como la había imaginado, es toda blanca y linda. Me embriago con su imagen desnuda y comienzo a disfrutar una noche que soñé creo ahora, desde el primer día que la conocí.
Lo demás fueron solo palabras cortas, en susurros, monosílabos, quejidos, gemidos y no volvemos a entablar conversación sino hasta un par de horas después.
Ella mira hacia la pared que tiene ante sus ojos, yo la observo a sus espaldas.
–Quiero saber desde cuándo – habla de pronto.
–Desde cuándo ¿qué? – Se vuelve hacia mí.
–Desde cuándo comenzaste a sentir…esto por mí.
–Vas a pensar que estoy loca…y ciertamente lo estoy pero…creo que fue desde el primer día…que te conocí – me mira confusa.
–¿Cuándo te tiré el café encima? – Pregunta levantándose ligeramente y apoyándose sobre sus codos.
–Sí, digo, no fue lo más grato que alguien me haya hecho pero…no sé…tu actitud…tu belleza…me impresionó…Sólo que no quería admitirlo. Pensaba que sólo quería ganarme tu amistad y que ya no fueras mala conmigo.
–No te he dicho que seré buena contigo ahora – Sonrío.
–Pero… me tratarás mejor ¿no?
–No.
–¡Yulia!
–Lena, ¿qué crees que pensarán los demás si de repente nosotras somos cariñosas la una con la otra? Además está Pasha, yo no quiero que él se entere – Ahora se acomoda en la cama, sentándose recta. Me levanto un poco sólo para mirarla, quedando aún más abajo de sus ojos.
–Pensé que se lo dirías – Eso me pone incómoda.
–No lo haré. Lena…esto es nuevo para mí…
–¡Para mí también! – Ahora me acomodo mejor, cubriendo mi pecho con la sábana para poder mirarla casi de frente – ¿Crees que yo ando por ahí conquistando chicas? ¡Claro que no! Nunca antes me había interesado por una mujer hasta ahora, no me gustan las mujeres…sólo me gustas tú.
Ella se queda callada.
–Pues también me gustas…mucho…pero sigo amando a Pasha – el corazón me da un brinco – ¿Prefieres que te mienta sobre eso?
–No, tampoco esperaba que me dijeras que me amas de un día para otro pero…quiero que me permitas conquistarte.
–Lena…
–Sí ya sé, es complicado, por todo es complicado… sólo dame la oportunidad, si no te gusto pues entonces… me alejaré de ti.
–¿Podrás hacer eso?
–Aunque me duela, aunque me desgarre el alma por dentro, pero prométeme que al menos me permitirás avanzar…que dejarás que te seduzca – Ríe, lo estoy viendo, ella ríe, oh mi DIOS se ve tan linda riendo.
–Está bien Elena Katina, vamos a esconder que tú y yo tenemos algo…pero no quiero escenas de celos cuando me veas con Pasha.
–Prometido.
–Lena… ¿tú de verdad estás enamorada de mí?
–Yulia, vivo pensando en ti cada maldito segundo de mi vida, no me dejas comer, no me dejas dormir, no me permites estar en paz conmigo misma – Suelto la sábana al hablar sin importarme descubrir mi pecho, de cualquier forma, no era algo con lo que ella no hubiera estado jugando hace pocos minutos – Te convertiste como en una droga para mi vida; no puedo estar sin ti, necesito verte todos los días, necesito que me hables, que me insultes, necesito que fijes tu mirada en mí aunque no sea la que yo anhelo…la de amor.
Ella gira su cabeza hacia otro lado, volviendo a su fría expresión.
–¿Porqué no me lo dijiste antes?
–¿Y cómo hacerlo Yulia? Si te conozco, siempre tuve miedo de que no sólo me rechazaras sino de que te burlaras de mí y me hicieras sufrir más de la cuenta… Creí que si te lo decía, sería un recurso más que tendrías para hacerme la vida pesada.
–Así que… ¿te enamoraste de la "chica mala", Katina? ¿La que te arruina la vida? – No distingo el tono de voz con el que habla, bien que puede ser en forma divertida, o en son de burla como ella acostumbra a hacer conmigo – Vaya que eres masoquista.
–¿Te lo hubieras imaginado?
–Nunca, ni por un instante. Yo pensé que tú también me odiabas a mí.
–Nunca te odié… bueno… algunas veces lo creía porque me sacabas de quicio, me volvías loca con tus tratos mal intencionados pero… la verdad es que… me encantaba que te acordaras de mí… que te preocuparas al menos de hacerme una broma, una mala broma… pero eso de alguna manera me hacía sentir que te dabas cuenta que yo existía… no aguanté tanto de balde. Sólo con ver tus ojitos me hacías olvidarme de todas tus maldades y volvía a pensar en ti como la chica que se roba mi sueño – Ella sonríe de medio lado, tan coqueta y linda.
–Cállate Katina – me dice aún sonriendo – No utilices esos métodos de conquista conmigo, me los sé todos.
–¿Ah, sí? Pues no sé cómo entonces podré competir contra Pasha.
–No vas a competir con él.
–Tú lo dijiste, es el amor de tu vida – Sé que trata de decir algo pero no encuentra las palabras.
–No me gusta engañarlo, él no se merece esto, él me ama.
–Ya lo sé, él es mi amigo, pero Yulia… – Ahora me pongo frente a ella, dejando que la sábana se corra de sobre mi cuerpo, dejándome completamente desnuda delante de sus ojos – créeme que ahora siento que eso no me importa, aunque suena mal decirlo, he soñado tanto con estar contigo que ahora pensar en mi amigo Pasha sólo es un pensamiento que me estorba.
–Oye Lena, aún no sé qué voy a hacer con todo esto, pero sea como sea… siento que tampoco quiero a Pasha lejos de mi vida… y tampoco quiero que tú te alejes de mí.
Esas palabras bastaban para hacerme sentir bien, más que bien, feliz.
–Sólo… déjame seguir así y pensar en algo después – Continúa.
–Lo intentaré – y le sonrío – Ahora quiero que me respondas algo…
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Uy!! Me encantó este capitulazo y esas niñas dándose todo el amor que se tienen
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Hay dios!!!!!! No me imagine nunca que esa noche de pasión pasara tan rápido estuvo muy emocionante bueno lena pase lo pase te comiste ese bombón q tanto ansiabas ahora a enamorarla . Saludos cariño espero puedas subir uno más
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Me encanta cuando Lena toma.las riendas del asunto porque siempre es la.mas sumisa. Bravo Lenita
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 12. ¿CELOS?
–¿Hay otra cosa que te quema por dentro?
–Algunas, de hecho.
–Escupe.
–Bien… – me aclaro la garganta para hablar – solo te pido que me respondas con la verdad.
–No soy una mentirosa.
–Pero te gusta ser actriz y sabes fingir muy bien, no olvido que una vez me culpaste y fui culpable ante la vista de todos por haberte golpeado y lastimado tu cara.
–Eso fue en el siglo I. Dale con el punto – dice volteando de nuevo hacia la pared cubriéndose con la sábana hasta su pecho.
–Quiero saber… ¿por qué si dices que amas tanto a Pasha…lo engañas con otro chico?
Ella se queda un momento en silencio y luego se vuelve de nuevo a mí.
–¿Quién te dijo eso?
–Lo sé.
–¿Cómo lo sabes?
–Te escuché hablando por teléfono con él.
Se queda muy seria mirando hacia el frente por un largo rato y luego estalla en una burlona carcajada.
–Ay Elena Katina, justifico haber escrito la palabra "estúpida" en tu casillero aquella vez.
–¿Te estás burlando de mí?
–¿De dónde sacas que yo engaño a Pasha con otro chico?
–Ya te lo dije, te escuché el otro día hablando con él antes de entrar al instituto.
–Pues sólo que hablara con un gnomo – continúa riendo – mira, no sé de lo que me hablas pero el único chico en mi vida es y seguirá siendo Pasha.
–¿Y eso en dónde me deja?
–Lena, prometiste...
–Sí, ya sé. ¿Entonces?
–¿Entonces qué?
–¿Quién era ese tipo?
–¡¿De cuándo estamos hablando? – Pregunta exasperada.
–Se quedaron de ver en un lugar, tú le dijiste también te quiero y que querías hablar con Pasha porque él estaba enojado por lo del hermano de Nastya…
Ella hace un gesto hermoso de estar recordando y entonces sonríe.
–Ya sé – dijo – el día que entraste llorando a la escuela, cuando te pregunté qué tenías y tú me llevaste al armario del conserje y me besaste.
–Exacto, ese día – vuelve a reír a carcajadas.
–Estaba hablando con mi madre, al menos que ella tenga barbas y bigotes y un…
–Basta… ¿era tu madre?
–La persona con la que hablaba por mi celular. Mi madre acababa de regresar porque estaba fuera y quería verme, un día antes había hablado con ella sobre lo que pasó con Pasha en casa de Nastya – sigue riendo – Ay Lena, no cabe duda que hay gente como tú.
–Bueno, ya no te burles y mejor contéstame otra cosa.
–¿Qué es esto? ¿Un interrogatorio? ¿Te metiste en mi cama sólo para ahondar en mi "vida privada"?
–¿Qué hay entre Nastya y tú?
–¿Entre Nastya y yo? – Asiento seriamente – ¿Qué debería haber? O mejor dicho ¿qué te estás imaginando que hay?
–Tú dímelo.
–Tú explícate.
–¿Tienesss…algo qué ver con Nastya…es decir…ustedes dos son…más que amigas…son amantes?
Ella me mira de nuevo seria y baja la cabeza.
–Nastya…Nastya es…tan bella – Ay no, ¿para qué pregunté algo que no me va a gustar escuchar? – Ella…ella es tan buena…Nastya es la chica más increíble que he conocido y…mejor que tú…
Busca el dolor en mis ojos cuando se me queda mirando con su penetrante mirada azulada y yo bajo la cabeza un momento para luego seguir mirándola, es cuando una sonrisa comienza a dibujarse de nuevo en su rostro para estallar en más carcajadas, sin duda que ese día ella se estaba divirtiendo mucho conmigo.
–Te hago reír ¿no? Después de todo sigo siendo tu diversión.
–Ay Lena es que… es que… eres tan…no sé quién es más inocente entre Nastya y tú.
–O tontas nos querrás llamar.
–No, tú eres tonta, Nastya no lo és.
–Yulia, en serio, esta actitud que sigues teniendo hacia mí no está ayudando en nada a…
–Lena, Lena escúchame… nunca ha habido nada más entre Nastya y yo que una linda amistad ¿entiendes eso? No sé de qué forma te armaste de esos pensamientos pero te equivocaste una vez más. Nastya es mi amiga, no, espera, ella es como mi hermana, como mi hermanita menor. Yo la quiero, y a veces me atrevo a pensar que la quiero más que a mi propia vida porque ella es la persona más inocente e increíble que he conocido… – Esa era la primera vez que la escuchaba hablar de una persona con tanta admiración y cariño – Verás Lena, equilibra en la balanza a un mundo retorcido, cruel, con una persona como Nastya que nunca piensa hacerle mal a nadie. Ella no es una chica tonta como muchos lo piensan, simplemente su mundo, el de ella, es un mundo feliz, está ajena a la humanidad sanguinaria que nos rodea y eso es algo que yo le admiro. Cuando estoy con Nastya…estoy en su mundo…un mundo feliz, donde no existe el odio ni el rencor…sólo hay amor y tranquilidad…esa es mi amiga Nastya. ¿Puedes entenderlo?
–Lo comprendo Yulia…lo comprendo ahora. Siento haber pensado mal de ustedes es que…
–Vas a tener que dejar esos celos eh Lena si no quieres que me enfade – dice levantándose de su cama y dejando al descubierto toda su fina hermosura que me deja con la boca abierta en lo que ella se dirige a tomar agua. Trago saliva y me aclaro la garganta.
–Sí pues lo dice la directora general del control de celos.
–Celo lo que es mío.
–Pues yo soy tuya, ¿vas a celarme?
–No lo creo Lena, no veo que a nadie en la escuela le gustes – dice peinando su cabellera.
–Yulia.
–Sólo es una broma. Al principio te creí una fuerte competencia por Pasha, pero ahora sé que no es así. Qué ironía ¿no? Yo pensando que te gustaba Pasha y resulta que no fue nada de eso. Quién se iba a imaginar que la linda y perfecta Lena Katina iba a caer enamorada de la chica que le complica la existencia.
–Yulia… ¿tú sientes algo por mí? – Le pregunto de pronto interrumpiéndola y sin dejar de mirarla.
–¿Además de odio?
–¡Yulia por favor!
–De acuerdo…veamos Lena, no lo sé, sólo sé que me gustas, que me gustas mucho porque me haces transpirar ¡y tú sabes que yo no sudo! Mm…tal vez sienta algo por ti, no lo sé exactamente.
–¿Y porqué eres tan mala conmigo?
–¿Sabes? Siempre me he preguntado lo mismo, ¿qué tienes tú para que yo pierda mi tiempo contigo? – la miro enojada pero ella me da un beso rápido que me contenta de inmediato, sus palabras y sus besos, aún sus bromas, no deja de expresarlas con su habitual personalidad, fría, lo que me vuelve aún más loca – Quizá es porque en realidad, eso sea una forma de llamar tu atención, o de desquitar mi fastidio porque en realidad me gustas más de lo que odiaría admitir – suspiro dejando ver una amplia sonrisa.
–Qué ironía ¿no? La chica que asegura que me odia en realidad se esconde tras una máscara para no admitir que en realidad ¡AMA! A su pesadilla – Ella vuelve a asomar esa sonrisa tan linda de hace un momento, ocupando otra vez su lugar en el lado izquierdo de la cama. Yo la miro con todo el amor que siento por ella y me corresponde acariciando amorosamente mi mejilla, en un gesto tan hermoso que sólo ella puede tener.
Pero en un segundo se desvanece y su mirada se torna otra vez sombría, veo cómo su rostro se contrae y se desatiende de mí mirando las sábanas.
–¿Qué te sucede? – No responde, pero suspira agitadamente, como si acabara de correr una maratón – ¿Yulia? – Me asusto – Poco a poco logra volver a controlar su respiración y me mira de nuevo.
–Estoy bien.
–Me asustaste.
–Lena…lo siento… perdóname… – se tiende en mi regazo, yo me siento confundida, estoy segura que a ella le pasa algo que no me quiere decir pero tampoco la quiero forzar a que me lo cuente, así que maldiciéndome a mí misma simplemente la abrazo.
–Está bien Yulia, todo está bien…no te preocupes, yo estoy aquí y…
–Perdóname si de momento no soy la persona que tú esperas ver… hay tantas cosas… hay tantas cosas Lena que me gustaría contarte.
–Yo sé que lo harás…en algún momento, y voy a escucharte y te voy a abrazar – Ahora está llorando.
–Soy mala Lena, soy una chica mala.
–No, no tú no eres mala.
–Soy muy mala Lena, no merezco que las personas me amen.
–No, no Yulia, escúchame – la levanto para que me mire de cerca – Tú no eres mala, tú no eres mala, sólo…eres diferente…y te amamos Yulia, no importa lo que haya pasado sabes que yo te amo, Pasha te ama, Nastya, tu mejor amiga te ama Yulia, tus padres…ellos te aman mucho también…
Yo esperaba que al mencionar a sus padres ella diría algo, se quejaría o simplemente haría un gesto de disgusto porque siempre he creído que ella piensa que su padre la odia, pero no fue así, ella no desmintió mi argumento sobre el amor de sus padres hacia ella, ¿entonces qué diablos era? ¿A qué se refería ella cuando dice que es mala y no merece ser amada? Esto es muy preocupante.
Comienza a secarse las lágrimas y se limpia la cara con una toalla para el rostro que yacía sobre su buró. Le permito que tome su tiempo. Vuelve a peinarse con los dedos y respira profundo para recobrar la compostura.
–Tú no viste nada – me dice sin voltear a mirarme. Luego lo hace y su mirada es tan seria que me hace temblar, luego suelta una risilla que la lleva a más carcajadas.
–¿Y bien? – Pregunto confundida – ¿Te desahogaste?
–Lena, es mi personaje de la obra, Mich, ¿lo recuerdas? Mañana vamos a interpretar la obra de Shapovalov, sólo quería cerciorarme de que mi papel resultara creíble, y creo que sí.
Ahora lo comprendo todo, la muy… ¡Ay Yulia, cómo me sacas de quicio!
–Es verdad, tu personaje tiene un oscuro pasadooo – imito la voz de Shapovalov – Me asustaste tonta.
–Mm, cuidado por cómo me llamas eh Katina.
–No me llames así, ¿no puedes simplemente decirme Lena? No te cuesta mucho trabajo ¿o sí?
–Yo hablo como quiero.
–¡¿Porqué eres tan testaruda? En serio, una chica tan linda como tú no debería tener ese carácter.
–Bueno, así fue como te enamoraste de mí ¿no? ¿Quieres que cambie?
–No, pero…
–De cualquier forma no lo haría Katina.
–Ay Yulia, te gusta ponerme enojada.
–Sí, me gusta, y mucho, me encanta verte enojada – Argumenta con una voz seductora.
–¿En serio? – Respondo de la misma manera.
–Muéstrame que no me estás mintiendo Katina, demuéstrame que de verdad me amas – habla al momento de acercar su rostro al mío lentamente, provocándome al poner tan próximos sus labios sin besarme, lo que me hace gemir del deseo – Anda, convénceme de que estar contigo es mejor que estar con Pasha, conquístame – me besa rápido, sin darme tiempo a responder – atrápame – vuelve a besarme – hazme tuya de nuevo.
–Me…estás provocando Yulia Volkova.
–Mj, eso intento, despierta tu animal interno… muérdeme… mastícame.
No puedo más ante sus provocaciones, me doy vuelta y la recuesto sobre la cama invirtiendo los papeles, me poso sobre ella y la miro salvajemente a los ojos.
–Tú lo pediste, después no te quejes.
–¿Quieres volver a tocar las estrellas?
–¿Te animas?
–Si quieres.
–Sí quiero.
Y nos fundimos nuevamente en una sola carne, nuestros colores de piel, las dos, dejamos la ternura de la primera vez para tomar el papel de dos leonas peleando en la sabana, aunque en esta habitación tan lúgubre, en realidad nos enredábamos entre las sábanas.
Luego de eso ella me lleva a mi casa en su moto, eran como las 3 de la mañana. Entro a mi habitación escalando por el grueso árbol que llega directamente a mi ventana. Trato de entrar sigilosamente pero entonces la voz de Katya me hace saltar.
–¿Qué hacías con Yulia a esta hora de la madrugada?
–¡Katyaaaa! – Exclamo sobresaltada – ¿Qué haces aquí?
–Te pregunté primero Lena… ¿de dónde vienes y porqué estabas con ella? ¿Qué estaban haciendo?
–No te importa.
–Ooh, sabes que sí me importa, es Yulia ¿lo olvidas? La chica en la que estoy interesada desde hace tiempo y la que te empeñas en quitarme.
–Ella no es tuya, ya te lo dije.
–Tuya tampoco, ¿o sí?
–Katya, ¿sabes qué? No me gusta esta situación contigo. No voy a pelear por algo que te estás armando en la imaginación.
–Esa era su moto, y esa era ella.
–Sí pero…podemos estar haciendo muchas otras cosas y no necesariamente lo que estás pensando.
–Bueno, entonces no veo problema porque me digas de dónde vienes.
–Del trabajo ¿sí? La empresa donde estoy trabajando es del papá de Yulia, soy la asistente de ella.
–Ah mira, qué conveniente, precisamente ahí y precisamente con ella, qué luujo.
–Katya.
–¿Y trabajan hasta las 3 de la mañana?
–Mañana tenemos una reunión y…
–Bien, le pediré a mamá que llame mañana, no le gustará que su hija esté fuera a tan altas horas de la madrugada.
–Katya no…Katya… ¡Katyaaaa!
Una mentira me llevó a otra, sin embargo no estaba arrepentida, pasara lo que pasara, estuve con el amor de mi vida y eso nada ni nadie lo cambiará, ni siquiera mi hermana.
Escuché a mis padres hablando con Katya esa mañana en la mesa, era la hora del desayuno. Quise salir sin que nadie me viera pero fui descubierta.
–Lena, ¿no vas a venir a desayunar? – Pregunta mi madre con su típica sonrisa matutina.
–No…no…tengo hambre y se me está haciendo tarde para llegar a la escuela.
–Pero aún hay tiempo.
–Sí es que…debo llegar…un poco antes porque estamos ensayando la obra que presentaremos este viernes.
–Lena, trabajas demasiado.
–Y qué lo digas papá, anoche llegó un poco tardecito por estar trabajando en su nuevo empleo. Por cierto, ¿saben para quién trabaja?
–No, no nos has contado nada Lena.
–Pues yo se los diré.
–Katya, deja que Lena…
–Trabaja en la empresa automovilística del papá de Yulia Volkova.
–¿En las corporaciones Volkov? Vaya hija, no sabíamos que fuera tan importante.
–Y demandante – continúa Katya – tanto así que tiene que traerla la hija de su jefe hasta su casa a altas horas de la madrugada, pero ustedes no se preocupen, mi hermanita está encantada con su empleo ¿verdad Lena? Porque lo comparte con su amiguita de la escuela.
–Bueno, pues si tú estás contenta.
–Lena, toma, llévate una tostada de mermelada porque no te irás con el estómago vacío – me dice mamá extendiendo el pan hacia mí. Me acerco para tomarlo y Katya me susurra al oído.
–Debes estar muy contentan por la obra ¿verdad hermana? Siempre es bueno compartir ese tipo de escenas con alguien que te gusta – me quedo fría, Katya ignoraba lo que pasaba entre Yulia y yo pero también estaba lo suficientemente celosa como para suponer cosas con las cuales mantenerme controlada. Si Katya llegara a enterarse que sus suposiciones son ciertas, ese sería un gran peligro para mí.
Me alejo lo más rápido que puedo dando un beso a cada uno de mis padres. Katya me persigue con la mirada hasta que desaparezco.
Llego a la escuela con mucha prisa y no reparo en la persona con la que me estrello al dirigirme hacia mi casillero derramándole el café encima, eso se me estaba haciendo costumbre.
–Ay lo siento, no quise golp… – me detengo cuando me topo directamente con su radiante mirada azul y esa fría expresión que me enloquece.
–¡Vaya Katina, no puedes ser más estúpida que hoy!
–Lo siento Yulia, no me fijé porque estaba distraída…
–Avísame cuando tengas la suficiente inteligencia para estar atenta a lo que se mueve a tu alrededor – su comentario provoca en mí lo que exactamente ella quiere, que me sienta mal, aún diciéndolo tan cerca de mi cara – tienes una mirada tan perdida como tu actitud…
–Yulia – Pasha llega hasta nosotras – tranquila – y le da un beso.
–Sólo estoy hablando amablemente con Lena, le daba los buenos días ¿no es así?
–Ya basta Yulia, ¿cuándo vas a dejar de ser esa chica mala eh? – le dice él arrinconándola contra los casilleros y besándola al mismo tiempo que le habla seductoramente.
–Pensé que te gustaba que fuera una chica mala – responde ella en el mismo tono.
–Que seas una chica mala sabes que me vuelve loco, pero no cuando lo eres con los amigos, y Lena es nuestra amiga.
–No, es ¡tú! Amiga, no la mía – verlos así hace que me acalore y una sensación de celos invade todo dentro de mí, ¿porqué ella se atreve a hacerme esto? ¿Por qué delante de mí?
–Vamos, pídele una disculpa.
–Que se disculpe mi abuela.
–Yulia – dice él suavemente y besándola con tanta ternura en los labios – pídele una disculpa a Lena y si no…
–¿Y si no qué?
–Sino esta noche no cumpliré lo que te prometí hoy en la madrugada.
–¿Hoy en la madrugada? – Pregunto recordando lo que Yulia estaba haciendo temprano en la madrugada.
–Sí, hablé con mi novia muy temprano y le prometí pasar una velada romántica hoy en la noche, la sentí con unas enormes ganas de verme con tan sólo escuchar su voz por el teléfono.
Definitivamente los celos estaban tomando control sobre mí, pero tendría qué calmarme.
–¿Ah, sí? Pues ojalá Yulia no se desvele otra noche porque mañana es la presentación de la obra – hablo con un tono de voz apenas controlado y echando una severa mirada hacia ella, que me la devuelve – Yulia y yo nos desvelamos anoche porque…
–¡Oh, es verdad! – Expresa ella – lo había olvidado. Pasha, quizá no pueda esta noche.
–Sí puedes, no te voy a desvelar, sólo quiero pasar un momento contigo.
–Sí pero…
–Yulia, ¿me vas a decir que no con la sorpresa que te tengo? – Le pregunta él en un gesto demasiado coqueto para mi gusto – Dime, ¿me dirás que no? – Y vuelve a besarla apasionadamente delante de mis narices, lo peor es que ella parecía corresponder muy feliz. Me alejo sin decir una palabra.
–Espera Lena – me habla ella – quiero…
–Olvídalo – le contesto caminando hacia el salón – como si no pasó nada – Y continúan besándose.
Entro al aula sin fijarme en la joven del pelo castaño.
–Hola Lena – me saluda con su clásica sonrisa.
–Buenos días Nastya.
–¿Todo bien?
–Sí… ¿por qué me preguntas?
–Porque parece que las cosas no andan bien hoy, y según yo sé, anoche pasaste un tiempo increíble con… – baja la voz – ya sabes quién.
–¿Cómo lo sabes?
–Yulia y yo somos amigas ¿no lo recuerdas?
–Sí pero… ¿Cuándo te contó eso…? Aguarda… ¿Yulia sabe que tú lo sabes? – Ella ríe.
–No Lena, pero ella me llamó hoy en la madrugada para contarme que estaba confundida con algo, no mencionó nada acerca de ti pero yo pude entender de qué se trataba – Caramba, así que con cuántas personas habló Yulia en la madrugada después de que estuvo conmigo y me llevara a mi casa. Ah, claro, ella habló con sus dos intereses amorosos.
–¿Cómo es que lo puedes entender?
–Ay Lena, pues porque yo sé que tú trabajas en la empresa del papá de Yulia.
–Nastya… ¿cómo sabes todo eso?
–Bueno, sabes que mi hermano trabaja también ahí, él te llevó a esa reunión y…por cierto, me dijo que no te cae bien.
–Claro, ¿puedes imaginarte porqué?
–Sí Lena, pero no te preocupes, aunque a mi hermano le guste Yulia ella sólo lo ve como un amigo.
–¿Y ya no debo preocuparme por eso?
–No.
–Seguro, nada más queda Pasha, el chico que no suelta sus labios y el novio que todos le conocen.
–¿Estás celosa?
–¡¿Por qué voy a estar celosa? – Grito. Nastya se voltea a otro lado – Tengo una cosa qué preguntarte y te exijo que me respondas con la verdad.
–Claro Lena.
–¿Qué tienes tú que ver con Yulia? – Ella se queda pensando por un buen rato.
–No sé a qué te refieres Lena.
–Nastya, no me engañes, sólo…dime si entre tú y Yulia hay algo más que…amistad.
–¿Tú piensas que Yulia y yo tenemos… – asiento con la cabeza – una relación… – la animo a continuar – amorosa a escondidas?
–Como la que tiene conmigo.
–Pues no voy a ocultar que en un principio Yulia fue para mí como…un amor platónico. Pero sólo fue en un principio, porque ahora somos amigas, casi hermanas.
–¿Te estás burlando de mí?
–¿Porqué lo haría?
–Porque pienso que…
–Tú tienes celos de mí porque estoy tan cerca de Yulia como nadie más puede estarlo ¿no es así? – no respondo – Pues no Lena. Cuando Yulia y yo nos conocimos hace algunos años en la escuela nunca fuimos amigas, hasta ahora. Yo llegué tan solo unas semanas después que ella y…como tú ya sabes, nunca he sido la persona más lista, era muy insegura, así que todos se burlaban de mí y me trataban mal. La única que no lo hacía era Yulia. Ella no era buena conmigo pero tampoco era mala, sólo me ignoraba, hasta que un día todo cambió.
Me siento para escuchar una historia fascinante, de las más hermosas que haya escuchado, la manera como Nastya y Yulia se volvieron amigas. Me dio tanta ternura descubrir el amor que ambas se tienen. Aunque Yulia se muestre ruda hacia Nastya algunas veces, la chica sabe que su amiga la quiere sobremanera, y que siempre la va a proteger.
–Yulia no quería que yo dejara mi inocencia, sólo quería que fuera segura con lo que hacía. Si quería saltar en la clase, que lo hiciera, si quería contar chistes malos, que lo hiciera, pero que nunca cambiara mi actitud ante el mundo, sólo que fuera firme en todo lo que hiciera. Y eso me ha ayudado mucho. Sé que Yulia está ahí siempre que la necesite. Le dije que la amaba pero ella me dijo que sólo era porque estaba siendo buena conmigo, pero que no me confundiera. Me pidió que la quisiera mucho pero sólo como lo que era, una amiga. Y así ha sido desde entonces Lena, te lo prometo.
–Vaya…yo…estoy avergonzada…
–Debes estarlo.
La miro, en verdad que Yulia tenía razón, Nastya es una chica bellísima. Ahora comprendo por qué la quiere tanto.
–Lena, ¿qué pasará con Pasha? – La verdad, no quería pensar en eso. Pasha es un chico muy lindo y amable, pero sobre todo…Pasha era mi amigo.
–No lo sé Nastya, Yulia no ha tomado una decisión.
–Pero, ella no puede estar con los dos, y tampoco creo que sea bueno para ti ver que ellos siguen juntos…
–Lo sé, pero no puedo exigirle más…Nastya, yo fui quien se enamoró de ella, yo fui quién la besó y provocó estas confusiones en su cabeza, quizá…ella estaba mejor sin mí, así que no le pediré que deje a Pasha por mí ni tampoco que tome una decisión de ya, aunque es lo que más deseo…
–Sí pero…Lena, lo están engañando. Y yo no creo que a Yulia le guste hacer eso y dudo mucho que a ti te agrade hacerlo.
–No, no me gusta, me siento mal de que tengamos que…Nastya, no me siento mal por Pasha, es la verdad, él ya la tuvo por mucho tiempo y yo…acabo de entrar a su vida íntima y no quiero salir de ahí. Sé que está mal pero… no quiero perder a Yulia, no ahora que por fin tengo un poco de ella.
–Lena, si me dejas decirte algo creo que tu interés por ella no es… del todo sano, creció más de lo que pensé. Yo creí que sólo tenías un enamoramiento ligero por ella, algo que pasaría luego de un tiempo pero veo que no es así. Si me dejas darte un consejo yo te pediría que no te obsesiones, porque Yulia es una muchacha impredecible. La han lastimado muy feo y eso podría lastimarte a ti también si continúas…
–¿La han lastimado muy feo? ¿Quién la ha lastimado Nastya? ¿Qué le han hecho? – Nastya se pone tensa y su rostro adquiere un color tan rojizo como un tomate.
–Nada…n–nada, no…
–Nastya, dímelo, tú podrías ayudar si me cuentas qué es lo que le ha pasado.
–No Lena, no te lo contaré, eso es algo que ella debe decirte.
–Nastya ¡por favor! Te lo suplico… eso, eso tiene qué ver por la manera como ella se porta ¿verdad? Tiene qué ver con la manera cómo actúa, como se viste, lo que le llama la atención. Dímelo – le insisto con la voz quebrada de la desesperación.
–No Lena, no puedo, no debí decirlo, en verdad lo siento mucho. Sólo te pido que no trates de hacer que ella te cuente, déjala que lo haga sola, si lo hace, es porque has pasado a formar parte importante de su vida. ¿Y te digo algo? A mí no me gusta que esté pasando esto entre ustedes a espaldas de Pasha, pporque él es mi amigo y sé que él la ama, pero también sé que tú la estás ayudando mucho a vencer sus traumas y eso es lo que me pone tan contenta. Tal vez Pasha no pueda hacer eso, pero tú sí y eso me alegra mucho, me alegra mucho por ella porque entonces puede vencer…oh – Nastya baja la cabeza poniéndose ambas manos sobre sus labios, como si de repente quisiera decir algo que debe quedarse dentro, y veo cómo una lágrima corre por su mejilla, que la seca de inmediato con la manga de su blusa.
–Eso que le ha pasado a Yulia, ¿es muy triste?
–Más que triste, ¡a mí me pone furiosa! Yo más bien quisiera poder hacer algo pero es tan difícil – Es la primera vez que veo a Nastya tan enojada por algo, por lo general, ella es una chica dulce e inocente, pero verla así, caminar claramente furiosa por todo el salón, con los puños de sus manos apretados y hablando fuerte, hace que me preocupe más todavía – Yulia no lo permite, ella no deja que yo la ayude, tiene miedo de que salga lastimada por su culpa pero Lena – me dice acercándose a mí para hablarme muy cerca de mi cara y poner una mano sobre mi hombro – Te juro que hay veces en que la Nastya tonta e ingenua tiene ganas de estrangular.
La clase entera interrumpe ese momento, todos entran ocupando sus lugares. Nastya se limpia de nuevo las lágrimas de sus ojos con la manga de su blusa y va a sentarse haciendo que quita la envoltura a una paleta, Andrey se sienta a mi lado, Aleksei le regala una sonrisa coqueta a Nastya y Yulia se pega al cuerpo de su novio cuando este la atrae más hacia él.
–Chicos, es viernes – Shapovalov marca el comienzo de la clase – Por la noche tendremos una presentación especial en el teatro del centro de la ciudad. En este momento, ensayaremos. Lena, Yulia ¡al escenario!
Ella toma su posición con un andar seguro, a simple vista, es una chica segura y fuerte, confiada, sobreestimada por medio mundo, pero por dentro, por dentro podría ser como una fruta que se pone al sol y se seca, como un campo de batalla luego de la guerra, como una habitación oscura y sin puerta.
Yulia, oh Yulia, mi amada Yulia, ¿cuál será esa pena que te embarga? ¿Cuál es ese trauma que no te permite expresar tus sentimientos abiertamente? ¿Qué fue lo que te hizo daño? Pero sobretodo mi amor, quiero saber, ¿quién fue o ha sido la persona que te ha lastimado? Porque si comprendí las palabras de Nastya, ella nunca dijo que todo haya pasado, tu preciosa amiga, nuestra preciosa amiga dijo que a veces tiene ganas de estrangular, eso significa que aún te está pasando, eso quiere decir que alguien te sigue lastimando, y te juro que no voy a descansar hasta saber quién te causa tanto daño, y cuando lo sepa, no voy a quedarme sólo con las ganas de estrangular, te lo prometo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Lena no va aguantar mucho eso de ser amante y aguantarse los celos espero que las cosas cambien para mejor y sería bueno q lena sea quien sane eso qq le paso a julia. Gracias por el capitulo
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Tengo sentimientos encontrados con Julia y pobre Lenita siento que derramará más lágrimas por Julia ojalá haya una persona para Lena aparte de sus hermanos en la que pueda apoyarse pero bueno está historia me tiene atrapada. Quiero decir que e leído los fis de este foro desde hace mucho tiempo pero apenas pude acceder jejeje estaré al pendiente de mis rusas hermosas excelente ficc no desepcionas con tus historias en lo personal me hace olvidar de mis problemas existenciales saluditos desde México. Bueno exactamente puebla
Jess katin- Mensajes : 2
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 13. TE DIGO ADIÓS
Me mira con esos ojos que tanto amo, que bien pudieran ser apenas un destello de luz de la oscuridad en la que se encuentra por dentro, o un llamado de auxilio para quien la mire y la mire a través de ellos.
–Me voy, es nuestro último momento juntas, siento mucho que debamos separarnos, pero en el mundo, nunca debimos comenzar esto que ahora nos cuesta tanto trabajo terminar.
Fue un ensayo muy conmovedor, yo parecía una magdalena que no paraba de llorar, hasta Shapovalov tuvo qué aparentar que se había bañado con el batido de un banano para que nadie se diera cuenta que en realidad estaba llorando. La única que no lloró fue Yulia, por supuesto.
–¿Con que te gusta hacerme enojar? – Le digo deteniéndola discretamente de la mano cuando nos topamos de frente en el pasillo luego de un rato del ensayo – No juegues conmigo de esa manera Volkova, que esta tonta enamorada un día podría cansarse de tus desplantes.
Ella me mira sin hacer un gesto en particular y sin detenerse un momento para hablarme, dio medio vuelta para mirarme de frente por causa de que no solté su mano hasta que ella volvió a darme la espalda. La voy a tener difícil con esa chica.
Apenas llego a casa para embutir rápidamente un bocadillo que mi madre dejó preparados sobre la mesa. Subo a mi habitación y antes de girar la perilla para abrir la puerta de mi cuarto Katya se afirma bajo el umbral.
–¿Ya te vas?
–Sí, debo ir a trabajar.
–¿Yulia sabe que estás enamorada de ella?
–¡Yo no estoy enamorada de Yulia! – Qué mentirosa eres Lena. Bajo mi mirada hacia mi nariz para cerciorarme de que no se haya alargado ni un centímetro.
–Eso díselo a nuestros padres.
–Katya, ¿qué ganas con hacerte creer que yo busco tener una relación con Yulia? ¿Eso en qué te beneficia?
–Fácil, puedo saber contra quiénes me estoy enfrentando – Ruedo mis ojos.
–Mira, si me dejas decirte algo, sinceramente dudo mucho que Yulia vaya algún día a fijarse en ti.
–¿Por qué estás tan segura?
–Porque ella está enamorada de su novio y no le gustan las chicas.
–¿Ya lo comprobaste?
–¡Ay Katya!
–Sólo pregunto para tener la seguridad de que es así. ¿Ya comprobaste que no le gustan las chicas? ¿Cómo lo hiciste? ¿Intentaste seducirla y vomitó en ti?
–Katya…
–Sólo una cosa Lena, Yulia te odia a TI, no a MI. Es cierto que se puede irritar conmigo a veces pero no es que yo le caiga tan mal como tú y te lo voy a comprobar, te lo voy a comprobar hoy mismo. Tú eres la que no tiene oportunidad con ella y es tu culpa por meterte con su novio desde el principio, pero ¿yo? Yo nunca le he hecho nada con lo cual pueda rechazarme. Lo confirmarás hoy mismo.
Katya se va con un aspecto amenazador en su voz. No quería que mi hermana sufriera cuando Yulia la rechace pero por otro lado, no estaba dispuesta a sentirme mal por eso, ella se lo buscó y no es mi culpa que esa chica gótica tan mala y encantadora se haya fijado en mí. Mi trabajo me ha costado ganarme su aprecio y un lugar en su cama.
Llego corriendo a la oficina y apenas saludo a Mariya. La secretaria flaca me mira y sacude la cabeza negativamente. Ay mi amor, lo siento, pero me voy a reír en tu cara porque tu bromita mal intencionada de ayer no te sirvió absolutamente para nada y al final yo, Lena Katina, terminé durmiendo entre los brazos de tu amada, algo que tú sólo puedes concebir en tus sueños.
Me dirijo a la cafetera para preparar un café para Yulia antes de que ella llegue y le sonrío a la esquelética secretaria cuando paso delante de ella.
–¿Cómo te va hoy Olga?
–Probablemente mejor que a ti.
–Olga – le dice Mariya.
La secretaria me sonríe hipócritamente y vuelve a lo que estaba.
–Creo que no le caigo bien – le susurro a la amable Mariya.
–No le caes bien. Te tengo qué advertir que te cuides mucho de ella, es amiga de Yulia y nunca estuvo de acuerdo en que alguien llevara a cabo el trabajo que tú estás haciendo.
–¿Ella…?
–Si te haces más odiosa a Olga pudiera convertirse en una piedra en tu zapato.
–Yaa.
Por supuesto, yo no quiero ser descubierta, si esa secretaria le llega a contar a Yulia que su padre me contrató para convencerla de dejar la escuela de artes…Oh, no, eso sería lo peor que pudiera ocurrir, Yulia me odiaría más de lo que hizo en un principio. Ni modo, tengo qué tratar de limar asperezas con Olga.
–Toma – me alarga unos papeles – ponlos por favor en el escritorio de Oleg.
–Sí – entro a la oficina y pongo los papeles como se me ordenó, ejem, pero mi curiosidad me hace volver y tomar una fotografía que estaba tirada en el piso, justo debajo del único cajón con llave del escritorio, al parecer, Oleg trató de meterla y no se dio cuenta que falló.
La fotografía es de una mujer joven, no más de 40, de cabello largo, medio ondulado y castaño, con unos brillantes ojos azules en un rostro finísimo que me recuerda a alguien: claro, Yulia. ¿Quién es esta mujer? Doy vuelta a la imagen y leo una descripción escrita con marcador negro y una letra esgada y linda: "Para mi niña cuando me haya ido. Recuerda que mami te quiere y te cuida donde está. Cumple todos tus sueños y yo voy a estar sonriendo cuando el público se ponga de pie y te aplauda. Naciste con estrellas. Te amo Yulia".
Oh, es tan bello. ¿Dónde está la mamá de Yulia? No quiero imaginarme que…quizá, oh no puede ser, la mamá de Yulia no puede estar muerta. ¿No fue ella quien la llamó el día que la besé en el armario del conserje? Yulia me dijo que la que la llamó fue su madre pero entonces… ¿a dónde se fue la mamá de Yulia? Dos cosas, o su mamá realmente se fue a otro lugar del mundo…o Yulia me mintió y su mamá está muerta y por tanto no fue quien la llamó. ¿Cuál es la verdad?
Escucho la voz de Yulia afuera.
–¿Y esas flores?
–Olga las compró para Elena, tu padre le pidió que adornara su escritorio.
–Las pondré ahora mismo – se levanta Olga para tomar las flores.
–Oh no Olga, no hagas eso, son margaritas, Lena es alérgica a las margaritas. ¿Qué son esas? – Señala un hermoso ramo de alcatraces sobre un archivero.
–Te llegaron hace un rato. Deben ser de Pasha.
–No lo creo, Pasha sabe que odio las flores – mira entre estas – no hay ninguna tarjeta.
–¿Las llevo a tu oficina? – Pregunta Olga tratando de quedar bien.
–No, las pondré en el escritorio de Len… de Elena. Y regreso enseguida Mariya, voy a la recepción a dejar un recado de mi padre.
–Claro.
Salgo de la oficina y me dirijo a mi escritorio haciendo como que no sé nada de las flores.
–Mariya, ¿y estas flores? – Pregunto fingiendo extrañeza.
–Yulia las puso ahí para ti.
–Oh – miro a Olga, está realmente enfadada. Arroja la pluma sobre su mesa y se sienta lanzándome una mirada fulminante.
Yulia regresa y pasa de largo delante de mí sin mirarme ni saludar, aún cuando me quedé parada esperando su saludo.
–Buenas tard…
–Mariya, ¿pones esta caja en la oficina de mi padre por favor? Llegó esta mañana y él la estaba esperando.
–Claro Yulia.
Ella le regala una sonrisa a la secretaria, quien me mira sonriendo a la vez.
–¿Todo bien Olga?
–Sí.
–Lindo chaleco.
–Gracias.
Ella vuelve a pasar de largo ignorándome.
–Ven a mi oficina – me dice con un café en la mano que le dio Olga y con un tono en su voz que por supuesto no es el que más me gusta. Olga sonríe pensando que ha ganado un trofeo.
Entro a la oficina un tanto enojada y decepcionada de la actitud de Yulia, no esperaba que fuera amable conmigo de un día para otro pero tampoco esperaba esa actitud más fría de lo normal. Apenas entro ella está detrás de mí y cierra la puerta atrapándome entre esta y sus brazos. Pega su frente a la mía y me habla muy cerquita de mi boca, provocándome con sus labios.
–¿Estás lista para la obra? – Apenas puedo soltar un gemido de placer al sentirla tan cerca.
–No lo sé, ¿tú lo estás?
–Bien lista.
–¿Porqué me haces esto? - Se separa de mí y me mira atravesándome con sus lindos ojos esperando una explicación a mi pregunta – ¿Porqué te portas así conmigo? Me tratas de una manera que sabes que me hace sufrir.
–¿Cómo?
–Me ignoras más de la cuenta, eres fría conmigo más de lo normal ¿porqué? Si sabes que me hace sentir mal.
–Te dije…
–Sí ya sé… – casi levanto la voz – ya sé que me dijiste que no podías ser linda conmigo de la noche a la mañana pero sí podrías ser un poco más amable ¿no?
–No.
–Yulia.
–Sabes que no es lo mío.
–Me rindo – camino unos pasos alejándome de ella – ¿Quién te mandó las flores?
–No sé…y no me importa – me toma del brazo y me jala hacia ella poniendo sus labios sobre los míos en un beso que yo anhelaba. La sostengo por la cara y me pego más a su cuerpo besándola aún más profundo, se separa luego de unos segundos tomando aire.
–Déjame respirar – me dice jadeando.
–No decías lo mismo anoche – le sonrío.
–Ven aquí – me dice y me jala otra vez hacia ella.
–¿Yulia? – le pregunto entre los besos.
–¿Sí?
–¿Fue tu madre quien te llamó el día que te besé en el armario verdad?
–¿Qué? Ya hablamos de eso – no para de besarme.
–Sí pero…
–Ya olvídalo, no me gusta que sigas dudando de mí – y me atrae más a ella llevándome al mismo tiempo al escritorio. Hago espacio para sentarme sobre este y ella me recuesta y se pone encima de mí.
–Esa secretaria está enamorada de ti.
–¿Mariya?
–Noo, Olga.
–Ya lo sé.
–¿Lo sabes?
–No lo oculta mucho ¿verdad?
–¿Y qué hay con ella?
–Lenaaa – se separa de mí deteniendo sus maniobras – dijiste que intentarías no…
–Ay sí, ya sé…está bien…evitaré los celos. Pero ahora sabes lo que siente Pasha – La tomo por el cuello de su blusa y la jalo hacia mí para que continúe en lo que estaba. Ella sonríe.
Por el momento dejaré que todo siga igual, lo único que me seguía preocupando es esa cita con Pasha que tenía más al rato, me pongo loca tratando de imaginar cuál podría ser la sorpresa que le tiene. Él se lo dijo con seguridad de que a ella le gustaría, qué podría ser ¡Qué podría ser!
Ella me llamó entrada la noche desde su casa, Andrey la acababa de llevar luego que estuviera con Pasha, ambos habían trabajado juntos en una canción hasta muy tarde. Ella estaba enojada porque descubrió que Vitya se había sentado sobre sus tijeras y las había roto.
–¿Y qué pasó con Pasha? – Le pregunto tratando de no sonar muy ansiosa.
–Estuvimos juntos un rato y después me llevó con Andrey, en lo que él fue al baño yo fui a buscar unas tijeras a mi casillero y las encontré rotas.
–Lamento lo de tus tijeras. Pero… ¿todo estuvo bien con Pasha?
–Muy bien – Pero no dice más.
Mis recuerdos de esa tarde con Yulia en la oficina fueron interrumpidos cuando mi móvil sonó a las 3 de la mañana. Era Andrey. Toda la felicidad que había vivido últimamente se vino abajo cuando mi mejor amigo me contó de los sentimientos que tenía por mi gótica. Traté y traté de hacerle ver a Andrey que todo lo que sentía no era más que una confusión por el trabajo que estaba llevando. Él se la creyó, hasta ese momento.
A continuación voy a citar cronológicamente lo que ocurrió el día de la presentación de la obra de Shapovalov.
7:50 a.m.– Andrey se puso muy nervioso al ver a Yulia esa mañana, estoy segura que no sabía muy bien las palabras que decía. Por un lado lo comprendo, por el otro detesto darme cuenta que al parecer sí está enamorado de mi chica.
8:00 a.m.– Estamos atentos a la clase de expresión corporal. Aleksei tiene la mirada perdida en Nastya que interpreta una canción romántica, él no se puede mover a pesar que debe hacerlo siguiendo los movimientos de la niña, sale de su trastorno sólo con un golpe que Rex le da en la cabeza.
9:45 a.m.– Nos encontramos tomando el desayuno. Pasha le da de comer a Yulia en la boca de su plato, ella me mira un par de veces y sonríe coqueta, antes de besar a su novio. Prrrrrr. Andrey no despega la vista de su burrito y en un instante se levanta y desaparece sin decir nada.
10: 05 a.m.– Camino embobada por el pasillo leyendo mi guión para la obra cuando siento unas manos frías que me jalan. Es Yulia. Me llevó dentro del armario sólo para besarme. Al tocar su mano siento un objeto liso en ella, es una pulserita plateada con unas pequeñísimas letras inscritas. Antes de que pueda preguntarle algo ella lleva una de sus manos hasta mi pecho.
–¿Estás loca? Aquí nos pueden descubrir.
–¿No te gustan los riesgos Katina?
–¡Que no me llames así!
–¿Sabes qué habrá hoy?
–¿Qué?
–Fiesta, después de la obra, aquí mismo.
–¿Y qué con eso?
–Voy a estar con Pasha, te recomiendo que traigas a alguien.
–¿A quién puedo traer?
–No lo sé…A Vitya – me separo de ella y la miro – ¿Qué?
–No vuelvas a molestarme con eso – y ríe jovialmente.
–¿Qué tiene Vitya de malo?
–No lo sé, tú dime – sigue riendo entre los besos.
12:30. Repaso mis diálogos en casa. Katya me observa desde la cocina comiéndose una manzana. Me retiro a mi cuarto, Andrey no tarda en llegar, lo cité hoy. Quiero ayudarlo a quitarse de la cabeza a Yulia.
3:30 p.m.– No tuve suerte, terminé apuntándome para cantar junto con Andrey una canción que le escribió a Yulia, lo haremos en la fiesta, luego de la obra. Es una buena canción, y en parte siento que yo misma le estoy cantando. No está mal, pero definitivamente Andrey tiene que olvidarse de ella.
4:30 p.m.– Katya entra a mi habitación.
–¿Lista?
–¿Qué haces aquí?
–Vine a desearte uerte.
–Ojalá te creyera.
–Vamos Lena, no soy tan mala, y de verdad me alegro que te hayan dado ese papel tan importante.
–Sí cómo no.
Katya camina hacia la puerta.
–Por cierto, ¿sabes quién era tu suplente?
–No – Katya me muestra las llaves de la casa.
–Yo – Sonríe maliciosa y sale cerrando con llave la puerta de mi habitación – Lena, te juro que lo haré muy bien. Les diré a todos que mañana te sentirás mejor.
–¡Katya vuelve aquí y abre la puerta!
–Gracias por ganar ese papel para mí hermana. Voy a tratar de que la escena del beso quede de lo más espectacular.
–¡Katya ábreme la puerta!
–Adiós hermanita. Nos vemos al ratito.
Busqué la manera de salir por la ventana pero esta estaba atascada por fuera y mi celular estaba sonando, pero muy lejos de mí, Katya lo había tomado de mi cuarto. Suspiro.
–Esto no puede estar pasando.
6:00 p.m.– Faltaban escasos 10 minutos para que la obra diera inicio, mi teléfono no dejaba de sonar insistentemente. Me derribé al suelo y me quedé ahí no supe por cuánto tiempo. Hasta que escucho que la puerta se abre.
–¡Lena! Date prisa, la obra no tarda en comenzar – Eran Nastya y Aleksei.
–¿Qué hacen aquí?
–Te lo diremos en el camino, date prisa.
Me arreglo lo más rápido que puedo y salimos rumbo al teatro.
–¿Qué pasó?
–Tu hermana Katya dijo que estabas enferma.
–¡No es verdad!
–Lo sospeché, ella no fue muy convincente.
–Me dejó encerrada.
–Y eso no es todo. Katya le dijo algo a Yulia, algo de ti, y ella parece decepcionada, quiere hacer la obra pero no contigo.
–¿Qué?
–Lena no sé qué fue lo que le dijo pero si sé que no fue nada bueno – Nastya me ayuda a vestirme.
–Ay no – De repente miro a Aleksei.
–Nastya – le señalo.
–Él lo sabe Lena, tuve qué decírselo.
–No te preocupes, no diré nada – dice él.
–Pero yo no digo lo mismo – responde Rex. Pero no volvió a hablar porque Nastya le puso cinta en la boca.
6:10 p.m.– Llegamos al teatro, ya todos estaban en sus posiciones.
–¡Estoy aquí! – Grito.
–Lena Katina, ¿qué haces aquí? – Se me acerca Shapovalov.
–Tengo un papel qué interpretar.
–Creímos que estabas enferma.
–Pues no es así – digo mirando recelosa a Katya.
–Katya ya tomó tu lugar.
–Estoy aquí y justo a tiempo, estoy lista para hacer mi papel.
–No, Katya hará tu papel – dice Yulia saliendo de entre los demás. Me le acerco y la tomo de una mano para llevarla un poco alejada del grupo.
–Sea lo que sea que te haya dicho Katya, te mintió…créeme.
–¿Porqué debería creerte? – Era la primera vez que una mirada de dolor se dibujaba en sus ojos.
–Porque te amo, porque me entregué a ti como una idiota…porque te abrí todo mi corazón y te dejé entrar a él.
–Tal vez hiciste mal.
–Tal vez…no lo sé…no me arrepiento de haberlo hecho, porque todavía tengo una esperanza. Sólo espero que tu orgullo no te ciegue y te permitas ver la verdad.
–No dudo que lo que me dijo Katya sea cierto.
–Bueno, es ella o yo – Ella aparta su mirada de mí y se dirige a Shapovalov.
–Estamos listas – sonrío, pero no con la seguridad de tenerla conmigo.
–¿Y yo? – pregunta Katya.
–¿Tú qué? – Responde Shapovalov.
–Yo iba a hacer la obra.
–Lo siento Katya, no acostumbro a cederle a las suplentes de mis obras tomar un papel cuando jugaron sucio para conseguirlo ¿cierto Yulia?
–No me importa.
–Bien, a escena.
Pasha se acerca a Yulia y le da un beso apasionado, más apasionado que otras veces. Luego él me mira y se aleja.
Mis padres estaban en primera fila, al lado de la abuelita de Andrey quien los miraba asustada.
–Bien – me dice Katya en voz baja – que mis padres se enteren la clase de hija que tienen, veamos qué dicen al rato cuando les diga que su hijita está perdidamente enamorada de otra chica.
–Haz lo que quieras.
6:15 p.m. en adelante.– El público está atento a nuestra interpretación, y notoriamente conmovido. Hay un gran silencio en la sala, nuestras voces sonaban fuertes y claras. Contrario a lo que imaginé, el beso estuvo de lo mejor, besé a Yulia como si fuera la última vez que lo haría, y ella correspondió del mismo modo. Noté una chispa de alegría en sus ojitos cuando nos mirábamos y ella acariciaba mi rostro.
Pero el amor que nuestros personajes vivían, era prohibido. Prohibido por los padres de ella, prohibido por los traumas que la envolvían, así que, después de vivir un amor tan hermoso, ellas tenían qué separarse.
Era el tercer acto de la obra, el más difícil ya que nuestros personajes se despedían, y despedían también el amor que habían vivido juntas por algún tiempo, corto, pero bello.
–Me voy, es nuestro último momento juntas, siento mucho que debamos separarnos, pero en el mundo, nunca debimos comenzar esto que ahora nos cuesta tanto trabajo terminar.
–Es absurdo – Continúo la escena – Porque estemos donde estemos, nunca dejaré de amarte, y siempre me preguntaré si no cometí un error al dejarte ir ahora.
–Sabes que mi amor te acompañará siempre, allá donde esté, cada noche, a la caída de la tarde y cuando el día se levante, voy a pensar en ti, y en este último beso.
Yulia se acerca a mí y me toma del rostro acariciándolo, mirándome tan profundamente que por un momento creí que mis piernas flaquearían. Tiemblo cuando baja sus manos hasta mi cintura y me acerca más a ella, luego me sujeta de las manos y vuelve a acariciar mi rostro con su mano derecha, con la izquierda sujeta mi cintura. Yo pongo las mías sobre sus hombros y cuando ella se acerca para besarme hago el mismo movimiento acariciando su mejilla.
El beso es largo, muy largo, comenzando de manera suave a la más intensa que podemos mostrar. Luego ella se separa bruscamente.
–Eso es todo – dice alejándose hacia atrás con pasos lentos – Te estaré extrañando, pero te digo adiós para siempre.
–Adiós mi amor…te amo – y sale de escena.
Yo me dejo caer sobre mis rodillas y cubriendo mi rostro con ambas manos, al tiempo que recito algunas estrofas de un poema de José Ángel Buesa:
"Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado las dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco, me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré…
La obra concluye con ese último párrafo. El público se pone de pie aplaudiendo con euforia, puedo ver a mis padres expresar satisfacción y mi madre se seca una lagrimita que va corriendo por su mejilla derecha.
El telón se cierra. El grupo dentro aplaude y nos abrazan, luego se dirigen a los camerinos, Yulia y yo nos quedamos un momento ahí, paradas, sin decir nada, luego ella se me acerca y me mira pero aún sin decir nada. Alza una mano para retirar un mechón de mi cabello de mi cara y luego de hacerlo me acaricia la mejilla por un brevísimo instante. Luego se va caminando por el pasillo.
–Yo no renunciaré a ti mi amor – Expreso.
Feliz finde, mis hermosas. Disfruten de los capítulos de hoy
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Feliz sabado cariño y que mejor que con capítulos de la historia qué esta espectacular!!! Pobre lena hay demasiada gente enamorada de julia y Katya ya esta pasando todos los límites con su obsesión. Ojalá puedan estar mejor. Saludos
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Katya es una loca, creo que Lena debe tomar medidas respeto a su hermana e internarla en un manicomio hasta siempre. Esperamos más capítulos mi bello
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Es raro que Pasha no haya sospechado nada de las dos osea. La novia se da los mejores besos con su enemiga y no dice nada jajajajaja por eso te botaron en la vida real pashita
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 14. EL CISNE NEGRO.
Sin pensarlo mucho me pongo en marcha yendo para el instituto, sé que todos van a estar allá en un momento, por lo pronto, yo no quería hablar con nadie, sólo quería pensar de qué manera lograré que Yulia vuelva a estar conmigo, que crea en mí. Apenas estoy a la mitad de mi camino cuando un vehículo comienza a seguirme a mi paso. Tengo miedo, si continúo avanzando me encontraré en medio de calles oscuras y peligrosas, así que decido detenerme y encarar a la persona, sea quien sea. Me cubro la cara por el fuerte resplandor de las luces del auto cuando me doy vuelta, el automóvil se detiene y veo una figura alta que baja de él. Intento dar pasos hacia atrás pero me detengo cuando reconozco esa cara.
–¿Robert?
–Hola Elena, ¿porqué estás caminando a estas horas y tan solita?
–No creo que te interese.
–¿No deberías estar en la fiesta del instituto? Por cierto, felicidades, esa obra les quedó espectacular.
Observo a detalle al chico parado frente a mí, era guapo en gran manera, alto y de hermosos ojos verdes, tan claros como esos ojos que tanto me gusta mirar, los ojitos azules con los que sueño cada noche, los de Yulia.
–¿Quieres que te acompañe?
–Mm – Protesto – ¿Ir contigo a cualquier parte? No, gracias.
–¿Qué tiene de malo? – Pregunta sin sonar ofendido – Ah, ya sé, pues no confías en mí porque soy raro ¿no? Y porque tengo aspecto de malo – Pensé, no todo lo que tiene aspecto de malo es malo, mi niña gótica es realmente mala pero aún así es tan…
–Mira Elena, yo conozco esa actitud tuya, la que tienes conmigo…yo sé lo que es tener sentimientos por una persona que te es prohibida, y sé también que estás celosa de mí.
–¡¿De–de–de qué hablas? – Exclamo sorprendida.
–Yulia Volkova, tú estás enamorada de ella – quise decir algo pero él no me lo permitió – y tienes celos de mí porque piensas que yo soy uno más de tus rivales, y una competencia fuerte.
–¡No!
–Pues tienes razón porque no lo soy. No quiero decir que no me guste – dice sentándose en la banqueta, inesperadamente hago lo mismo – Ambos sabemos muy bien que esa chica es bastante atractiva, un encanto de mujer. Tan perfecta ¿no? ¿Quién no sueña con una chica como ella? Si la describes físicamente es el modelo ideal. Voz grave, cabello de comercial de shampoo, con un color de piel bellísimo y suave, unos labios seductores, unos ojitos hermosos y un andar sexy que te deja sin aliento. Sus cualidades emocionales solo complementan su casi perfección, es increíblemente inteligente y astuta, dice las cosas como las piensa, sabe ser una buena amiga y le es muy fiel a su pareja. Quizá le notemos defectos emocionales del mismo modo, sólo espero que de verdad no sean daños psicológicos, pero ella es…tan…linda persona. Por supuesto que caí enamorado de la mejor amiga de mi hermana, siempre estaba yo ahí, cuando ella iba a mi casa sólo para verla. Pero tuve que olvidarme de esa niña, porque los dos sabemos que tiene un novio al que ella ama y no pretende dejar.
–¿Me estás diciendo que ya pasó tu enamoramiento por ella?
–No del todo, es decir, la miras y te gusta, pero en efecto, se me pasó el deseo de tener algo más con ella. Nastya me advirtió que no es cualquier chica y me di cuenta que ella realmente ama a Pasha Yasinov. Idiota.
–¿Cómo lo sabes?
–Porque yo hice muchos intentos por conquistarla y nunca llegué a nada bueno, Yulia es bastante difícil, honestamente, admiro que Pasha haya tenido la fortuna de conquistarla porque créeme, ella es exageradamente difícil.
–Entonces ahora… ¿ya no te interesa tener una relación con ella?
–Si eso pudiera ser posible, yo no diría que no, pero de ninguna manera lo procuraría. Ya no lo haré – Me mira – Pero contigo es distinto, parece que contigo es distinto.
–¿Porqué?
–Porque se le nota; el otro día que estuve platicando con ella Yulia habló mucho de ti, claro que no hablaba muy bien, aparentemente, pero yo la conozco, y pude notar un indicio de interés por ti.
–¿Debería creerte?
–Yulia Volkova no es una chica que le da tanta importancia a las cosas, si una persona le cae mal, pues le cae mal y ya, seguro que la va a molestar cuando tenga la oportunidad delante, pero sólo cuando la tenga delante, nunca va a ir a buscarla, ella no sabe perder el tiempo en tonterías, es Yulia Volkova ¿lo tenemos claro? Esa chica sabe que es perfecta y por tanto no se toma la molestia de seguir jueguitos tontos con cualquier muchacha que se meta con su novio. Y contigo, habla de ti ¿entiendes eso? Se preocupa por hablar de ti: Katina esto, Katina lo otro, Katina es estúpida, Katina es una idiota – lo miro y él hace lo mismo sonriendo – pero el tono de voz que usa para referirse a ti no da entender que te odie, sino más bien que le molesta estar hablando de ti cuando podría decir algo más inteligente, ella pierde contigo – Y se queda callado.
–No lo entiendo – Expreso de repente, él me mira – ¿Por qué me dices todo esto? ¿Es como tu venganza contra Pasha?
–No.
–¿Entonces?
–Te lo digo Elena Katina, para que tú que has tenido la fortuna de ganarte un lugar en su vida, no dejes pasar la oportunidad, ya hubiésemos querido muchos que ella se preocupara por molestarnos, pero ni eso, en cambio tú tienes esa suerte, no la desaproveches, que no es nada fácil conseguirla – Se pone de pie.
–¿A dónde vas ahora?
–No lo sé, por ahí.
–¿Sabes? Debía llevar una pareja al baile…y no la tengo… ¿tú querrías ir conmigo?
–¿Me estás pidiendo que sea tu pareja de baile? – Asiento con la cabeza.
–Pues vamos.
No quiero decir que el hermano de Nastya es un tipo malo, él sabe ser caballero, me pareció encantador durante el tiempo que estuvimos en su auto rumbo al instituto.
–¿Y porqué eres así? –Suelto la pregunta con bastante confianza.
–¿Así de raro y criminal? – Río, él también – Existe un punto de la vida en que te hartas de ser, o mejor dicho, de "pretender" ser normal y terminas asqueado de tanta insensatez humana basada en el razonamiento más bien "social" que humano. Veo a Nastya que es tan feliz como es y por ningún motivo se avergüenza o se reprime de sus actos, no le tiene miedo al qué dirán de ella ni a las burlas, ni a las críticas, quizá tal vez, sólo sea un poco sensible y…bipolar – Ríe – Pero no deja de ser feliz, cualquier ofensa la olvida en cuestión de minutos…o si le das un dulce. Así que me dije para mí mismo, ¿por qué no ser diferente? ¿Porqué no ser simplemente como quieres ser? Y eso es todo.
–Pero… ¿y tus líos con la justicia?
–Bueno, me gusta tomar ciertos riesgos, ¿a ti no? – Qué curioso, Yulia me hizo la misma pregunta no hace mucho.
–No tanto – Respondo, y me limito a observar la carretera.
La escuela estaba más alegre que otras veces, música, juegos y diversión. A mí solo me importaba encontrar a una persona, pero no la veía por ningún lado.
–Hola Lena, qué bueno que llegaste – la chica castaña me saluda tomada de la mano de Aleksei, la miro con interrogación pero ella enseguida suelta la mano del joven.
–Perdedor – dice Rex, no sin antes haberse reído.
–Oigan, ¿han visto a Yulia?
–Está viniendo justo hacia acá – Respondió Aleksei.
Ella venía tomada de la mano de Pasha y sosteniendo una bebida. Cuando Pasha nos miró, abrazó a su novia y puso un delicado beso en sus labios.
–¿Qué tal? – dijo saludando, al tiempo que echaba una mirada recelosa a Robert.
–Robert, ¿qué haces aquí? – Pregunta Yulia con una sonrisa en el rostro.
–Estoy acompañando a Lena, soy su pareja de baile – Solté una sonrisa discreta cuando vi la cara que ella puso, sin duda, no le agradó en lo absoluto enterarse de eso. ¿Celosa? Ahora sabes lo que yo siento cuando te veo con Pasha.
–Nena, vamos a bailar – le dice Pasha jalándola a la pista de baile.
–Esa es buena idea. Lena, ¿quieres ir?
–Claro – Robert y yo nos unimos a la pista al mismo tiempo que Nastya y Aleksei.
Yulia me lanzó una mirada de acusación cuando nos pusimos justo a su lado. La canción era movida, pero como era de esperarse, en un momento un sonido romántico obligó a las parejas a juntarse más y mecerse lentamente para seguir. Robert me sonrió y me tomó de las manos antes de pegarme más a él. Sentí el aroma del joven como el de una persona que inspira confianza, si en ese momento no estuviera pensando en Yulia, seguramente que lo habría besado.
Pasha tomó por la cintura a mi chica y la repegó fuerte contra de él cerrando los ojos para sentirla suya. Cada vez que podíamos mirarnos ambas nos reclamábamos con la mirada la situación en la que estábamos. Recosté mi cabeza sobro el hombro fuerte de Robert a propósito y sonreí maliciosa cuando ella me miró, así que optó por besar a su novio la muy cínica. Busqué a Nastya, estaba tiernamente encantada abrazada de Aleksei. Volví mi mirada a la linda chica a la que pretendía poner celosa y la furiosa fui yo al ver cómo seguía besando a su novio tan plácidamente, ella también buscó mi mirada, entonces aproveché y planté mis labios en Robert, él respondió con caballerosidad. Entonces ella tomó a su novio de la mano y salió de la pista, claramente molesta, cómo me alegraba eso.
Quise seguirla pero en eso Andrey llegó hasta a mí.
–Lena, es hora, debemos ir arriba ¿te acuerdas? Me ayudarás con la canción.
–Oh, sí. Robert, debo subir a la tarima, ¿te importa si te dejo solo un momento?
–Por supuesto que no. Voy a estar por ahí, mirando y socializando.
–Perfecto.
Andrey estaba realmente nervioso por el acto.
–¿Crees que a Yulia le guste mi canción?
–Andrey, quedamos en que ella jamás sabrá que se la escribiste.
–Sí pero Lena… quisiera saber si por lo menos, en algún momento de mi vida, logro llamar su atención – Suspiro.
–Yo creo que sí. Anda.
Bueno bebé, esa canción va de mí, para ti, aunque ni enterada estés de nada. Al final logré que Andrey no gritara su amor por Yulia y me sentí muy agradecida de que esa chica se haya aparecido para llevarse a mi amigo con ella, creo que esa joven apareció en el momento más adecuado, ella tiene qué hacer que Andrey se olvide de mi princesa oscura, el cisne negro.
Todos estaban distraídos con los tacos de spaguetti, así que decidí buscar a Robert, entré a la escuela pero quise salir de inmediato porque adentro no estaba la fiesta, cuando de pronto me topé con Yulia de frente, ella me tomó de la mano y me llevó dentro del armario del conserje, como es típico.
–¿Así que con Robert eh? – Comienza a hablar con un claro tono de molestia – ¿Así que pretendes darme celos con Robert?
–No es lo que pretendo, y siento mucho por ti que los tengas, no es mi culpa.
–¡Trajiste a Robert aquí para desquitarte, acéptalo! – no respondo, en ese momento lo único que podría aceptar son las enormes ganas que tengo de besarla. Miro sus labios y veo que tiene una pequeña cortadura muy cerca de la comisura izquierda del labio inferior, a la que no había tomado importancia antes. La hacía lucir más sexy de lo normal.
–No te importa lo que haga, tú me dijiste que trajera a alguien ¿no? Pues te tomé la palabra y eso hice.
–Sí pero ¿porqué a él?
–¿Te molesta que haya traído acá a tu admirador para ser mi pareja? ¿Qué, tienes celos por él?
–Tengo celos por ti – su respuesta me deja helada – ¿Qué no lo ves? – Se me acerca lentamente – Estoy que me muero por verte con él. Es un chico guapo al que le gustan las chicas guapas y como lo conozco sé que esta noche al menos te robará dos besos, porque tú ya le diste uno.
Mis piernitas quieren ceder, yo no quiero eso, yo quiero darle una lección, que aprenda a valorarme, pero puede más su mirada que mi voluntad.
–¿Porqué lo besaste? – Pregunta con una vocecita débil que me enternece hasta la locura.
–Porque tú besaste a Pasha, y sé muy bien que lo hiciste con toda la intención de hacerme sufrir.
–Siempre hago eso y nunca te había importado.
–¡Claro que me importa! Pero no te lo voy a gritar delante de todo el mundo ¿verdad? Robert se ha portado muy bien conmigo y yo te dije que cuidaras tu actitud hacia mí porque un día podría cansarme de tus desplantes de chica mala.
–Así te gusto, y en todo caso Katina yo no estoy aquí para hacer lo que tú me digas.
–Ni yo para obedecerte. Así que si me permites iré a buscar a Robert para que me lleve a otro lugar que yo ya no quiero seguir aquí – camino hasta la puerta pero ella me detiene jalándome y empujándome contra la pared de una forma violenta, típica de Yulia. Estábamos enojadas la una con la otra.
–No irás a ningún lado, tú no vas a buscar a nadie, te quedarás un momento aquí conmigo y me pedirás que te bese hasta que me canse – acerca su boca a la mía. ¡Maldición! Sabe bien que no me resisto a eso – Anda, sé que te mueres por besarme.
–Aléjate de mí.
–¿Qué pasa Elena Katina? ¿Ya no te parezco tan deseable como antes? – Comienza a besarme de una forma delicada por toda mi cara y por el cuello. Claro que me parece deseable, claro que quiero besarla y claro que quiero hacerle el amor ahí mismo, pero no, esta vez no me dejaré manipular por ella, esta vez yo seré quien decida qué hacer.
–Quítateme de encima – le digo empujándola lejos de mí, ella parece confundida. Me dirijo una vez más hacia la puerta y la abro pero ella vuelve a jalarme violentamente.
–Te dije que no te irás. A mí nadie me deja de esta manera. Sé que me deseas, siento el calor de tu cuerpo y veo en tus ojos que quieres estar conmigo.
–¡Suéltame!
–Anda, sacia tus deseos con la chica prohibida, muerde la manzana de la discordia, hazte sentir que vales metiéndote a la cama con Yulia Volkova.
Suelto una bofetada a su rostro, en mis cinco sentidos quizá nunca lo hubiera hecho, pero ahora estaba bastante enojada como para dejar pasar esa humillación, no, mdefinitivamente no estaba dispuesta a aceptar sus desplantes de niña consentida y caprichosa que solo busca salirse con la suya. Quizá Yulia Volkova, tú seas la debilidad más grande que me atormenta, pero esta vez llegaste muy lejos y has herido profundamente mi corazón.
Antes de abrir la puerta la miro, ella se llevó una mano a su mejilla izquierda que estaba completamente roja, la cortadura de su labio estaba sangrando, el golpe fue duro, te lo merecías.
–Pídele esta noche a tu novio, ¿o qué? ¿él tampoco llena tus expectativas? – Y desaparezco de su vista.
–¡Es una buena idea! – La escucho gritar. ¿Es que nunca se da por vencida?
Encontré a Robert en la mesa del ponche y lo tomé de la mano sin detenerme a despedirme de Nastya y de Aleksei. Él no dijo ni una palabra y no habló hasta pasado un rato de dar vueltas en su coche.
–¿Y bien? ¿Te llevo a tu casa o quieres ir a otro lugar? – Reflexioné sobre estas palabras unos instantes, no hace mucho le grité a Yulia que pasara la noche con su novio y ella respondió que era buena idea, y conociéndola, no dudo que lo haga. Miré a Robert, tenía un gesto paciente en la cara.
–¿Conoces algún lugar en el que podamos estar solos? – Giró el volante y dio vuelta en U.
No imaginé lo que era compartir tu intimidad con un muchacho antes de esa noche, no era mi primera vez, ese privilegio lo tuvo ella. Pero, a pesar de vivir en el nuevo siglo, mis ideas siempre fueron un tanto tradicionales sobre el sexo y esas cosas. Yo esperaba al hombre de mi vida, aquel que se convertiría en mi esposo. Yulia vino a cambiar todo eso en mí. La noche que ambas experimentamos la sensación de tocar un cuerpo tan semejante al propio, fue novedoso para mí, yo sé que ella ha vivido muchas cosas con Pasha, no es que me lo haya contado, nadie me lo dijo, pero hay detalles en una relación que dicen más que otras cosas.
Robert fue tierno, encantador, educado, tanto así que me llevó rato convencerlo de que esa noche yo haría lo que él deseara.
–No puedo hacer eso, eres amiga de mi hermana y no me sentiría bien.
–¿Acaso no te soy atractiva?
–Me pareces más que eso, sé que cualquier otro hombre ya estaría besándote ahora Elena, pero yo no soy cualquier hombre, y quiero que lo sepas. Me gustas, y me gustas mucho, pero no es mi intención faltarte al respeto, tengo una hermana y por nada del mundo me gustaría que un patán la tocara así como así, y por eso yo no lo haría.
–Eso es lo más lindo que he escuchado, pero no me vas a faltar al respeto, estoy consciente de lo que hago.
–Quizá no, lo más seguro es que no lo estés. Solo estás herida y quieres curar de la manera equivocada ese daño que te causaron, pero podría ser contraproducente y lejos de sentirte mejor, le estarás echando más sal a la herida.
–Tienes razón, pero ahora te suplico que si eres mi amigo…me consueles, consuélame por favor, consuélame en tus brazos.
–No estoy seguro de hacerte olvidar a Yulia, hay amores que nunca se olvidan.
–Inténtalo, inténtalo ¿sí? Por favor, ayúdame, necesito arrancarla de mi corazón.
Él apenas asomó una sonrisa consoladora, pero accedió, y por esa noche, mi cuerpo fue de Robert, pero mi mente seguía siendo de ella. No podía dejar de recordarla a cada beso que él me daba, a cada caricia, deseaba que fuera ella, desesperaba porque Yulia fuera la que me tocara, la que me abrazaba, la que susurraba cosas a mi oído. No se comparaba el cuerpo rudo de ese muchacho con la fragilidad de la chica gótica. Estas manos que me recorrían carecían de la suavidad y ternura de las de ella. Los labios por supuesto, también eran diferentes y las sensaciones menos tenían comparación. Me odiaba a mí misma por no poderla olvidar, me odiaba a mí misma porque a pesar de que esa noche quería ser libre de su recuerdo, no lo logré. Sus ojos los tenía grabados en todo lo que mirara, y sus besos, los tenía tatuados por todo mi cuerpo, así como la canción.
–Imaginaste a Yulia en mi lugar – le dije por la madrugada mientras nos vestíamos. Él detiene sus maniobras, sosteniendo su bota en una mano y sin mirarme, ya que nos dábamos la espalda.
–Lo hice, pero sólo al principio, después fue Lena todo el tiempo. No puedo decir lo mismo de ti – respondió volviendo a lo que estaba – Me llamaste por su nombre 6 veces. Me pregunto qué podemos tener de semejante – Sonrío, obviamente... nada.
Me llevó a mi casa y quedó de pasar por mí para acompañarme a la escuela. Lo acepté, él ya no me desagradaba y habíamos compartido, en tan poco tiempo, más de lo que podíamos imaginar.
Traté de lucir contenta esa mañana durante el almuerzo en la cafetería, todo iba bien, muy bien de hecho, Aleksei y Rex discutían por algún asunto que provocaba la risa de Andrey, Nastya contaba cosas que su raro hermano hacía, bajé mi mirada cuando ella lo mencionó, y Pasha tomaba de la mano a su novia y acariciaba sus dedos. Ella desempeñaba muy bien su papel al ignorarme, nadie hubiera podido darse cuenta que hace no tantas horas había estado intentando seducir a una chica en el armario.
–Caramba Yulia, ¿qué te pasó en el labio? – Habla Rex – Parece que recibiste semejante catorrazo, ¿quién fue la valiente para darle un premio? – El muñeco volvió su rostro a Aleksei y se acurrucó en su pecho temblando cuando Yulia le lanzó una mirada asesina.
–Se hirió con el gancho de su vestuario – Argumentó Nastya y su amiga le dirigió una mirada seria, la niña le sonrió, seguramente estaba cubriendo la verdad sobre esa herida.
La miré a los ojos cuando ella levantó la vista de su charola de comida e hice un gesto de: "te advertí que debías cuidarme" cuando por fin llamé su atención. Poco le importó, y todo se vino más abajo cuando Aleksei abrió su boca.
–Vaya Yulia, qué pulsera tan curiosa, nunca te la había visto.
–Yo se la di – dijo Pasha con orgullo y sonriendo.
–¿Cuándo? – Preguntó Nastya analizándola.
–La noche antes de la obra, es un simbolismo de nuestro compromiso.
–Para los compromisos de matrimonio se dan anillos – dijo Nastya con voz inocente.
–Lo sabemos, no nos vamos a casar aún, pero estas pulseras – señaló la que él mismo llevaba en su mano – significa que nos pertenecemos el uno al otro, y que nada ni nadie nos va a separar jamás. En algún momento no muy alejado le daré a Yulia el anillo de compromiso, para que se convierta en mi esposa, si ella quiere. Pero esto, es como un bebé que une a una pareja para siempre – él me miró en ese instante.
Sin prevenirlo me levanté de la mesa ruidosamente, todos me miraron como era de esperarse, pero no di tiempo a preguntas y salí huyendo de la escuela. Unas cuadras más adelante me detuve porque ya no pude contener más las lágrimas, me senté en una banqueta a llorar. Si sabía que nunca me iba a pertenecer ¿por qué no me lo dijo desde el principio? Ella me dio una oportunidad, me permitió hacer mis intentos para conquistarla y ahora me entero que prácticamente está comprometida con Pasha. Era una chica que disfrutaba haciendo sufrir a las personas, su crueldad no tiene límites, me di cuenta que la noche de nuestra "primera vez" era una manera más de burlarse de mí, porque en realidad ella no me deseaba, sólo era un plan premeditado para jugar conmigo, para golpearme en la cara, para apuñalar mi corazón. Y ayer en el armario, sólo quería continuar con su jueguito, como si yo fuese una consola de videojuegos que está ahí para cuando ella la quiera encender y divertirse un rato. Qué mala eres Yulia Volkova, tú no tienes corazón.
Llamé a Robert y le pedí que fuera por mí, con él me desahogué de todo lo que guardaba dentro, él me abrazó y me consoló como haría un buen amigo, pero nunca mencionó nada que estuviera de acuerdo conmigo sobre la maldad de Yulia. No la defendió, pero tampoco me dijo que yo tenía razón, simplemente escuchó.
Cuando decidí no ir a la oficina esa tarde Mariya me llamó pidiéndome que fuera, que no faltara por ningún motivo y que llegara temprano, así que eso hice. Me vestí y me dirigí a la empresa.
–Lena – me llamó Mariya con voz baja cuando llegué, pidiéndome con la mano que me acercara – Felicidades por el trabajo de ayer, eres una excelente actriz y la obra les quedó maravillosa.
Sentí que mi corazón se detuvo un instante. ¿Qué había dicho?
–¿Cómo?
–No lo tienes qué ocultar conmigo, yo sé muy bien quién eres, conozco prácticamente todo de ti.
–He–Mariya – tartamudeo.
–¿Quién te contrató? Yo. El jefe no contrata a nadie nada más así porque sí, él me pidió que te investigara y eso hice, sé que eres Elena Katina, Lena, así es como te conocen en la escuela, la escuela donde estudias artes junto con Yulia, vives con tus padres y tu hermana, tu papá es…
–No lo entiendo – la interrumpo – ¿Porqué si me conoce me dio el trabajo y hasta el momento no me ha delatado? ¿No se supone que debía convencer a Yulia de dejar el instituto? ¿Por qué me contrató si sabe a lo que me dedico?
–Pues por eso… por eso mismo… porque haces lo mismo que Yulia y entiendes sus anhelos en la vida. ¿Crees que yo me iba a arriesgar a contratar a alguien para que le destruyera la vida a mi niña cuando yo disfruto de su trabajo? Ah, ah, nunca. Tú llegaste como enviada del cielo.
–¿Y si Oleg la descubre?
–¿Sabes que Yulia es muy importante para mí? Es una niña que he visto crecer delante de mis ojos, si Oleg me descubre eso sería malo, pero todo lo hago por el amor que le tengo a la chica esa. Es como una hija más para mí.
–Mariya… yo me siento mal, estoy engañando a Oleg y la estoy engañando a ella también.
–¿No se lo has dicho? – Niego con la cabeza – Pensé que ella ya lo sabía – susurra – Lena, tienes qué decírselo, si hay algo que Yulia odia es que la engañen o le oculten cosas – Como si ella no lo hiciera.
–Es que… Mariya, Yulia y yo no llevamos la mejor relación en la escuela, no somos amigas y a decir verdad… nos… odiamos la una a la otra.
–Patrañas, Yulia te tiene cariño.
–¿Porqué todos me dicen lo mismo? Eso es algo que yo no veo, ¿acaso soy la única que no se da cuenta?
–Te voy a decir algo que no debería, pero si amas a mi niña Yulia, lo vas a considerar – ella se pone muy seria y suspira – Yulia, hasta antes de conocer a Nastya, no soportaba que la tocaran las mujeres, Nastya aún trabaja para ayudarle a borrar ese trauma en su vida, y tú podrías apoyar bastante, si te mantienes cerca de ella. ¿No te has fijado que Yulia suele ser más hostil con las mujeres que con los hombres? – Absorbo todo lo que dice – Eso no es porque ella lo quiera, la han maltratado emocionalmente pero Lena… si tú no significaras nada para ella, nunca, escúchame bien, nunca habría permitido que la tocaras como hiciste el otro día en su oficina.
Me quedo helada.
–Me di cuenta, y agradece los enormes esfuerzos que hice porque Olga no las descubriera, en este momento no estuvieras aquí viva.
–¿Porqué no me dices de qué manera la han maltratado y quién lo ha hecho?
–Es mejor que ella te lo diga. Por eso te pido Lena, que no te alejes de ella, por favor, ayúdala.
Esas palabras me dolieron dentro de mi ser, claro que yo amo a Yulia, lo que ha pasado entre nosotras no es tan grande como para que yo decida no acercarme más a ella. Así que volveré al principio, no descansaré hasta haber logrado que ella supere esos traumas y que de una vez por todas, sepa qué es lo que ha sido y quien ha sido el desgraciado.
Ella pasa detrás de mí, llevaba una caja en sus manos, su tono de voz es el más frío que le he escuchado.
–Mariya por favor, dile a esta joven que lleve esta caja a la sala de reunión y ponga sobre la mesa la carpeta de papeles que están en el primer casillero ahí dentro.
–Claro Yulia – la sigo con la vista hasta que se mete a su oficina. Mariya me mira apenada.
Tomo la caja del escritorio de la secretaria y lo llevo dentro. Lo pongo sobre la mesa como se me ordenó y voy a abrir el casillero, mi corazón comienza a latir con fuerza cuando al abrirlo, un montón de rosas rojas caen al suelo.
Escucho un ruido a mis espaldas, el proyector emplea unas imágenes en la pantalla del frente:
"Perdóname, por favor, siento mucho lo que pasó. ¿Me perdonas? Dime que sí".
Me cubro la boca con mis manos en un gesto de emoción. Yulia aparece en la puerta que da al otro lado de la sala.
–Si me dices que no, voy a tener qué hacer uso de mis tijeras especiales, y son las más filosas que tengo.
Me tomo un momento para recobrar la compostura, pero solo un momento, me acerco a pasos lentos a ella tratando de contener mi emoción. Habla de nuevo.
–Hice las cosas muy mal, no debí creerle a Katya, la conozco y me siento estúpida por tomarle la palabra.
–¿Qué fue lo que te dijo?
–Que tú estabas planeando vengarte de mí, que te había escuchado hablar con Andrey sobre un plan para hacerme pagar todas las que te debo. Tu hermana no tiene idea de lo nuestro, por eso creí que tal vez…tú estabas tratando de conquistarme sólo como venganza.
–¿Cómo pudiste creerlo? – No quería ceder tan rápido.
–Ya te lo dije, por estúpida.
–¿Y qué te hace creer que ahora no?
–Hablé con Nastya, le conté todo y ella me hizo entrar en razón, odio que Nastya haga eso conmigo – dice volviendo a uno de esos gestos que emplea cuando se refiere a una cosa que odia. Quiero reír, pero me abstengo de hacerlo porque estoy disfrutando su actitud de arrepentimiento, esto no es cosa que se ve todos los días en ella, lograr que Yulia acepte que se equivocó y pida disculpas merece un trofeo para Nastya Isaeva. Continúa Yulia, quiero hacerte sufrir un poquito más mi amor.
–Mi hermana está enamorada de ti ¿sabías eso?
–¡¿Qué si lo sabía? – Se mueve de lugar caminando enojada – ¡Ella casi me…! Ayer en la obra ¿me entiendes? Tu hermana está loca, me besó y me mordió el labio – señala la herida que le noté cuando estábamos en el armario del conserje.
–¿Ella te hizo eso? – Me preocupo.
–Por poco me come viva. Lena… – ablanda su voz – realmente siento mucho no haberte creído y yo…quiero explicarte lo de la pulsera – Eso sería muy bueno.
–¿No vas a preguntarme primero porqué llegué tarde a la obra?
– Dímelo.
–Katya me encerró en mi habitación para realizar mi papel, como ella era mi suplente intentaba tomar mi lugar para aprovecharse en la escena del beso.
–Pues sin actuar logró eso y más – dijo poniendo su dedo sobre la cortadura.
–Ayy, ¿te duele mucho? – Me acerco tocándola.
–Es perfecta – responde, a ella le gusta sentir el dolor físico. Nos miramos a los ojos, ya estábamos muy cerca – Sobre la pulsera… Pasha insistió en que las lleváramos y yo no quise negarme porque entonces él sospecharía que ya no le estoy tomando el interés de antes. No es que Pasha ya no me guste pero… no sé, tú me confundes… y siento que…
La interrumpí al momento de besarla, lo siento, no me aguanté más, no puedes tener a Yulia a escasos centímetros sin que desees explorar en su boca.
–¿Me perdonas entonces?
–Te perdono todo lo que quieras. Hasta setenta veces siete – Y vuelvo a besarla con más énfasis hasta que ella se queja.
–Lo siento, ¿te lastimé? – Toqué su labio lastimado y ella se echó para atrás – ¿Te duele mucho verdad?
–No tanto – Seca la poca sangre que estaba por brotar con sus dedos y me mira tiernamente, no puedo creer que la chica ruda de la escuela me esté mirando de esa manera, a mí, su ex enemiga, lo que darían muchos por estar en mi lugar – Tengo algo para ti – Se dirige a la caja de cartón que puse sobre la mesa – Ábrela.
Obedezco de inmediato. Meto mis manos y extraigo un oso de peluche del interior, tenía un corazón entre sus dos brazos con dos palabras visibles escritas: Te Amo. Más abajo estaba escrito con tinta corriente: Lena Katina. Sonreí y la abracé.
–Disfrútalo mientras puedas, porque esas ridículas estupideces es muy probable que no las vuelvas a ver – Río – Te propongo algo: escapémonos por esta tarde.
–¿Es posible?
–Soy la hija del dueño – Abre la puerta de emergencia y salimos del edificio.
–¿A dónde quieres ir? – Me pregunta una vez en su coche.
–¿Y tu moto?
–Esto da más intimidad.
–No lo sé, a donde quieras, siempre y cuando estemos alejadas de todos los conocidos y podamos estar juntas libremente.
–Bueno – echa a andar el auto, un clásico 1970.
Sin duda que esas calles son nuevas para mí.
–¿A dónde me trajiste? – Caminamos tomadas de la mano.
–No preguntes. Sólo… nunca he sabido que alguno de nuestros conocidos mencione que ha andado por acá – Pongo el algodón de azúcar frente a su rostro.
–¿Segura que no quieres?
–Odio esos dulces.
–¿Sabes? – Hablo con la boca llena del dulce – Creo que sería más fácil elaborar una lista de las cosas que no odias, sería mucho más corta.
–Te pareces a Katya con los cachetes inflados.
–No embromes. Yo soy mucho más guapa ¿no es cierto?
–Son diferentes, tú tienes un sexy lunar por el lado de tu costilla derecha, justo debajo de tu pecho. Katya no, no tiene lunares por ahí.
–Sí, yo sé que mi lunar… ¡un momento! – Digo de repente, Yulia se sobresalta – ¡¿Cómo es que sabes que Katya no tiene lunares en su cuerpo? – Ella golpea su rostro con su mano y luego mira hacia arriba.
–Porque la vi…desnuda.
–¡¿QUÉ?
–El día de la obra, ella entró en mi camerino y se quitó la ropa delante de mí.
–No es verdad – alza sus hombros en señal de indiferencia.
–Eso hizo.
–¡Ayyy! La voy a matar.
–No la mates, tendrías qué explicarle porqué.
Sonrío seductoramente deteniéndole el paso y me pongo frente a ella, alzo mis ojos para mirarla directamente a los suyos.
–¿Así que… te gusta mi lunar?
–Es sexy.
–¿Qué más te gusta de mí?
–No lo sé…tus… zapatos – la golpeo suavemente en el brazo mientras que ella suelta una carcajada – Estoy bromeando… me gusta… todo de ti…creo… tu color de ojos me vuelve loca.
–Mmm…te gusta lo sensual.
–Tus ojos verdigrises. Tu cabello largo…y suave…y que seas delgada porque así me es más fácil abrazarte.
–Mmm… ¿algo más?
–Tu boca, porque la puedo besar sin necesidad de desabrochar nada.
–Mmm… no es suficiente, tienes qué ser más detallada.
–Eso es estúpido.
–¿En serio? No dirías lo mismo si decido no besarte más.
–No harás eso.
–¿Quieres ver? – Me separo de ella pero me atrapa.
–No lo harás, porque no te puedes resistir a mis labios – y me besa.
Cuando se separa limpia cariñosamente con sus dedos residuos del dulce de algodón que tenía en la comisura de mi boca. Era el lugar menos indicado y el peor momento en el que él podía aparecer, es como de película, pensar en eso era imposible, pero sin embargo así pasó.
–Creí haber entendido que estarías con Nastya terminando las tareas. Al parecer me has estado mintiendo.
La mirada de Pasha tenía dos mensajes muy claros: Estaba furioso con Yulia… y decepcionado de mí. Era el momento de enfrentarlo, ¿estarías dispuesta a confesarle tus sentimientos por mí, Yulia?
🫣🫣
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 y a Jess katin les gusta esta publicaciòn
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Por todos los cielos como te atreves a dejarlo así??? Quiero otro capítulo oooo oooo
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
por dios me va a dar un infarto no puedo con tanto
Jess katin- Mensajes : 2
Fecha de inscripción : 14/04/2022
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Este capitulo fue una montaña rusa de emociones y ese final de muerte ahora q julia va cediendo viene esto Pasha así directamente es demasiado . Feliz noche espero puedas subir el próximo en la mañana
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Sentí la sangre subir a mi cabeza del susto!!! Cómo te atreves a dejarlo así en la.mejor parte? No es justo.... Te.matare
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 15. DOS MISTERIOS MÁS EN LA VIDA DE YULIA
–Pasha – atinó a pronunciar ella en un gesto entre sorpresa y confusión – ¿qué estás haciendo por acá?... ¿Hace mucho que nos viste?
–¿Te preocupa eso? Me gustaría que me respondieras primero la pregunta que te hice.
Yulia se separa de mí y frota sus manos tratando de limpiarlas del dulce de algodón, y con pasos lentos se acerca a su novio, que podría convertirse ahora en su ex –novio, lo que me encantaría.
–Amh… yoo… emh… Lena y yo… – ella me echa una rápida mirada antes de volver a su novio – Lena y yo venimos aquí a… – la veo muy nerviosa, vamos, dile, díselo de una vez por todas Yulia, dile que ya no quieres nada con él porque tienes fuertes sentimientos hacia mí – Venimos… venimos aquí a comprar algunos materiales para un trabajo de arte que estamos haciendo…junto con Nastya, ya sabes.
–Sí, ¿y por qué no está Nastya con ustedes?
–Bueno… su hermano llegó con… su raro hermano llegó con… una… infección… estomacal…por comer no sé qué porquerías en la calle…y Nastya se quedó a atenderlo, así que Lena y yo venimos aquí por los materiales en lo que Nastya espera en su casa – Argumenta en un tono de alivio, como si con eso hubiera resuelto todo.
–Qué raro – dice él – acabo de telefonear a Nastya y ella me dijo que no habías aparecido por allá.
–Aún no – responde con arrebato – también la telefoneé más temprano que tú y me dijo lo de su hermano, así que pasé por Lena porque de ninguna manera que andaría por aquí cargada con cosas, eso lo puede hacer Lena – Eres la más grande de las mentirosas Yulia Volkova – ¿Y para qué telefoneaste a Nastya? ¿Acaso estás espiándome?
–No – él se acerca a ella como si de repente olvidara toda la confusión que había mostrado su novia al relatarle el embrollo en el que estaba metida – Quería que te dijera que pasaras más tarde por mi casa a recoger tu chaqueta que olvidaste anoche – y a continuación la abraza por la cintura y le habla coquetamente, eso estaba demás, se la pudo haber llevado hoy en la mañana – Estabas ardiendo anoche eh cariño. Apenas alcancé a saciar tu deseo por que hiciéramos…ya sabes… lo que tanto amas. Estuviste más ardiente que otras veces – pega su frente a la de ella, y ella apenas logra controlar sus nervios por la situación en la que la ha metido su noviecito.
Muy bien señorita Volkova, esta tarde te luciste con todo ese show de arrepentimiento que me mostraste, las rosas, las diapositivas con tu mensajito estúpido y esa canción que pusiste en tu auto diciéndome que me querías de vuelta contigo. Todo tan bello, todo tan lindo y perfectamente planeado sólo para ocultar que algunas horas antes estuviste en casa de tu novio siendo acariciada por él, siendo besada por él, siendo…sólo de él. Mis ánimos se van por los suelos. Lanzo el algodón de azúcar al bote de basura que se encuentra cerca y comienzo a retirarme despistadamente.
–Lena – llama él – No te vayas, lamento haber creado esta situación incómoda para ti.
–No, no te preocupes, yo entiendo que tu novia y tú se amen tanto.
Ella se queda callada con la vista ni en Pasha ni en mí.
–La verdad.
–Sí bueno, pues supongo que querrán estar juntos así que…los dejo.
–¡No! – Salta ella – Noo…tenemos qué hacer esas compras…debemos terminar el trabajo e ir a casa de Nastya.
–No es necesario, Nastya y yo trabajaremos con lo que haya a la mano.
–De ninguna manera – dice separándose de su novio – Es demasiado trabajo y no dejaré que lo hagan solas, además…Nastya suele…hacernos perder el tiempo con frecuencia durante las tareas así que…sé cómo controlarla. ¿Hay algún problema Pasha?
–Supongo que no. Estoy aquí con mi padre, vinimos a comprar algunas…cosas para terminar el cobertizo que estamos reparando.
–Genial…entonces te regresas con él.
–Sí…eso haré – responde el joven con su habitual expresión sencilla.
–Bueno…entonces te veo al rato, amor.
–Cuídate bebé – y le da uno de esos besos que parecen eternos.
Pasha se aleja y ella lo mira irse, comienzo a alejarme a grandes pasos también.
–Lena, Lena espera por favor. ¡Lena! – me sigue hasta que logra alcanzarme.
–¡¿Qué quieres YULIA? ¡Te dije que te fueras con tu novio! – Le grito furiosa.
–Baja tu tono de voz que la gente nos está mirando.
–¿Y qué? ¡¿Y qué que la gente nos mire? ¿Qué con eso? A mí no me da nada con eso ¿a ti sí? Ah, a ti sí porque tu novio ronda cerca ¿no?
–Debes calmarte para que podamos hablar.
–Qué conveniente Yulia Volkova, tu novio y tu amante en el mismo lugar y en una situación comprometedora, vaya, vaya ¿qué sentiste al verlo eh? ¿Sabes qué? Eres una cobarde.
–Vayamos al auto – propone ella preocupada de las personas que nos miran.
–No iré a ningún lado contigo.
–No me retes a que te empuje hasta allá.
–¡No me digas! Inténtalo ahora que soy capaz de cualquier cosa, hasta de golpearte si es posible, en este momento, tengo la fuerza suficiente para arrancarte la cabeza si quiero.
Ella hace un gesto exasperado y comienza a empujarme hasta llevarme al auto.
–¡Te dije que no, te dije que no quiero!
–Ahora arráncame la cabeza – me dice, ocultando un rostro divertido por el hecho de que logró dominarme con facilidad – Anda, ¿no dijiste que me arrancarías la cabeza? Hazlo ahora te lo estoy pidiendo – dice con los brazos cruzados.
–Yoo…no me siento bien ahora – es lo único que se me ocurre, yo no quiero arrancarle la cabeza en realidad.
–Lo sabía – agrega con ese gesto triunfante y altanero que me seducía, el mismo gesto que hiciera la primera vez que la conocí, después de vertir el café frío sobre mi cabeza.
–¿Cuál es tu problema?...Perro.
Y siguió ese gesto hermoso que al principio me perturbaba, pero sólo me perturbaba por lo mucho que me encantaba. Sonreí al recordarlo y ella no dudó en burlarse de eso.
–¿Pensando en mí, Katina? ¿Pensando en los buenos ratos que hemos pasado juntas?
–No entiendo porqué me seguiste, anoche la pasaste muy bien con tu novio, ¿qué quieres ahora de mí?
–Te quiero a ti – Río escandalosamente.
–Ay Yulia, tú y tus jueguitos sucios…Nunca vas a cambiar ¿cierto? Siempre serás la misma chica mala que has sido toda tu repugnante vida.
–No conoces nada de mi vida, Lena – Se defiende ella aún con los brazos cruzados.
–Tampoco es que me interese. No se me antoja saber cuáles fueron tus traumas de niña, esos que te convirtieron en la basura que ahora eres – mencioné arrepintiéndome inmediatamente de lo que dije, por lo poco que sé, Yulia no ha tenido una vida rosa que se pueda decir, Mariya y Nastya me aconsejaron que la apoyara, porque ya había recibido mucho daño.
–Te sientes herida por lo que dijo Pasha, pero tampoco puedes reclamarme nada – dijo ella sin parecer ofendida – Tú pasaste la noche con Robert… – Oh, oh, gancho al hígado – ¿Crees que no me dí cuenta? Soy una experta en estudiar a las personas Lena, ya debiste haberte dado cuenta de eso… ¿Cómo estuvo? – Preguntó de repente acercándose a mí – ¿Estuvo mejor que yo?... Dime una cosa Lena… anoche, cuando hacías el amor con Robert… de casualidad… ¿no estabas pensando en mí? Cuando Robert te besaba, ¿no anhelabas que fueran mis labios? Cuando él te acariciaba ¿no imaginabas mis manos?... Cuando Robert te abrazaba para fundirse más en ti… ¿no anhelabas mi cuerpo? – Eso es lo que fue. Exactamente así fue. Fue ella todo el tiempo. Fuiste tú todo el tiempo Yulia.
–Pues te pregunto lo mismo… ¿pensabas en mí mientras estabas con Pasha?
Ella me observa detenidamente recargada sobre su auto, pareciendo no querer responder esa pregunta, pero al fin lo hace.
–Sí – se incorpora – Sí pensaba en ti mientras Pasha me hacía el amor anoche. Sí lo hacía – Me enfrenta.
–Pues yo no… yo no estaba pensando en ti… yo veía a Robert y sentía a Robert, él es todo un hombre.
–Mm, si te creciera la nariz por mentirosa, ya habrías atravesado mi auto y llegado a China – ¿Es que nada la detiene?
–Mira Yulia, ya no creo en ti ¿sabes eso? Ya no confío en ti, me has mentido lo suficiente como para volver a darte mi confianza. ¿De dónde salió hoy tu arrepentimiento? Estuviste con Pasha anoche, ¿cómo es que casualmente hoy te sentiste arrepentida y decidiste confesar que sí tienes sentimientos por mí?
–Pues por eso, precisamente por eso. Porque al estar con Pasha, en realidad deseaba estar contigo, porque me di cuenta que me sentía mal por actuar tan ruin en el armario…y porque me dolió la cachetada.
–¿Y por qué no se lo dijiste hace un momento? ¿Por qué no le dijiste a Pasha eso que sientes? – No responde – Yo sí sé: es porque todavía lo quieres.
–No… bueno… tú sabes que esto no sería fácil, Pasha y yo hemos estado juntos de hace tiempo y… no sé cómo decirle las cosas… no quiero lastimarlo, ya sabes, él me ama. Pero no te estoy mintiendo.
–Si pudiera creerte.
–¡Vamos! No seas tan delicada – argumenta dándome la espalda – No todos los días le digo a una chica que la… me gusta – Sonrío con discreción.
–Sólo quieres divertirte conmigo.
–¿Qué te hace pensar eso? Me estoy sincerando en estas estupideces y me sales con estas cosas.
–Dices que te gusto y me regalas un peluche con las palabras "Te amo". ¿Qué significa eso?
–Que te amo y me gustas.
–Ay Yulia.
–¿Cómo te lo demuestro? ¿Qué hace falta para que me creas? ¿Un café en tu cabeza? ¿Un café de la basura? ¿Qué te arroje del precipicio? ¿Te llevo al club del gorila? ¿Le grito al mundo que eres estúpida?
Suelto una bofetada una vez más sobre su rostro, otra costumbre mía, pero esta vez, contrario a la noche en la que sabía que se la merecía, me asusto, de nuevo hice sangrar su labio lastimado. Pero no le importó.
–¿Es todo lo que tienes?
Tomo fuerzas para asestarle otra bofetada por engreída, pero esta vez ella alcanza a detener mi brazo, me tomó con fuerza y me besó con arrebato, aprisionándome contra su coche.
–No me conoces todavía Lena Katina, no ha nacido quien me domine – Díselo a Nastya.
Se separa y me mira, retándome con esa mirada de fiera. ¡Ay por DIOS! ¿Por qué no puedo mantenerme firme en mis palabras? Una vez más, ella añadirá un punto a su favor.
–¿Me vas a llevar a tu casa? Te curaré tu labio herido – Dije dándome por vencida.
–¿Quieres?
–Ahora.
Un rubio hermoso de 11 años abre la puerta luego de reconocer el auto que se estaciona frente a la puerta de su casa. Reconozco esos ojos azul–verde, vienen de familia.
–Es Aleksandr – me dice Yulia – mirando al niño con ternura – mi hermanito.
–Hola Aleksandr, qué hermoso estás – lo saludo con un beso en la mejilla.
–Es Lena Katina, una… amiga.
–Tú eres bella – responde el niño mirándome con admiración – Un placer – me da la mano. Guay.
–¿Está papá en casa?
–No, sólo estamos Georgina y yo – el rostro de Yulia se torna sombrío, noto que hace intentos por disimular su incomodidad y luego de recuperarse le habla al niño, pero mirándome a mí.
–No le digas que llegué, y si ve mi auto le dices que estoy practicando en el piano.
–Mmj – responde el pequeño, tan encantador como su hermana – Yo te protejo.
Yulia lo besa en la mejilla y revuelve sus cabellos.
–No hace falta, sé cuidarme sola, enano – y me lleva de la mano hasta su habitación.
Una vez dentro ella me besa contra la puerta, no puedo evitar sentir el placer recorrer por todo mi cuerpo al momento de sentirme sola atrapada con Yulia en esa habitación. Jugueteó con mi lengua unos instantes antes de llevarme a su cama.
–Déjame curarte el labio.
–Después – Lamo la poca sangre que aún queda, deteniéndome dentro de su boca.
–¿Cómo hiciste para armar todo ese espectáculo de la oficina? – Le pregunto con curiosidad.
–Le pedí ayuda a Mariya, después de todo ella nos cachó en mi oficina aquella vez. Estuvimos buen rato discutiendo algunas formas de impresionarte, ella proponía ridiculeces que yo rechazaba apenas las mencionaba.
–Comprendo.
–Al final mencionó las rosas y un peluche, le grité algo por el teléfono pero ella me dijo que si quería que me ayudara tenía que aceptar lo que dijera.
–¿Entonces el detalle no fue tuyo?
–Las rosas cayendo del casillero sí, me imaginé que eran muchas Lena cayendo a un caldero con agua hirviendo – la golpeo suavemente en el brazo.
–Oyee – ella ríe.
–Y la canción, recordé esa canción que cantamos una vez en una karaoke, no sonaba tan estúpida así que me pareció perfecta.
–Yo tengo una canción para ti – le digo vagamente.
–¿Cuál? – Voy a su mochila y extraigo su móvil, le pongo las bocinas para que escuche – Es la que canté allá mismo, cuando estábamos en ese local.
–Cuando arruinaste los tragos que llevaba alquel mesero.
–Esa misma. Es nuestra canción, ¿te gusta?
–Suena idiota…pero me gusta – La beso.
Le quito el móvil de la mano y vuelvo a besarla con esmero. Bajo mis manos y comienzo a bajar el cierre de su vestido gótico, para apartarlo y poder tener a mi vista su belleza. Cómo amaba esa piel blanca de su cuerpo, ese aroma tan embriagante que desprendía, esos labios tan exquisitos. A su vez ella quita mi blusa y me desabrocha los pantalones. Estamos listas para recuperar esa noche que perdimos en los brazos de otra persona, que sólo ha valido para darnos cuenta lo mucho que nos deseamos la una a la otra.
El cuerpo de YuliaA es suave comparado a la rudeza en la piel de Robert, puedo recorrer con mi lengua cada parte de ella sin perder el sabor suculento que la envuelve, parecía marinada en jugo de frutas, olía a menta mezclada con especias aromáticas de las flores más bellas de los jardines de Italia.
Ella se dejó querer, permitió que yo hiciera con su cuerpo lo que quisiera, esa tarde ella era mía, sólo mía.
–¿Porqué no te dije que te amaba desde antes? Estaríamos juntas ya de tiempo – menciono acariciando su fino pecho, haciendo círculos alrededor de él con mi dedo índice, mirando cómo se estremecía su piel al contacto.
–Todo tiene su tiempo Lena Katina – Ella tiene razón – Me preocupa Olga – Soltó después - ¿Viste que estaba entre el público que fue a ver la obra?
–No la vi – me incorporo para verla de frente.
–Pues ella sí te vio. Así que ahora sabe que no somos desconocidas.
–¿Eso es peligroso?
–No lo sé todavía, pero por un tiempo deberé portarme más amable de lo habitual con ella si quiero que no nos delate con mi padre.
–Yulia, ¿tu padre nunca aprobaría nuestra relación verdad?
–Jamás – Voy a sacar ciertas dudas que me hago hace ya tiempo de una vez, aprovechando.
–Algunas preguntitas más si no es mucha molestia – Me mira esperando a que hable – ¿Porqué no estaban ni Pasha, ni Nastya contigo en aquella reunión en el casino?
–Mi padre odia a Pasha, él tiene un partidazo para mí.
–¿Cómo?
–Así dice él. Es el hijo de un socio de la compañía, un ñoño que haría buena pareja contigo.
–Yulia.
–Y Nastya…bueno… nunca llevaría a Nastya a una de esas reuniones.
–¿Te avergüenza nuestra amiga?
–No digas eso. En esas "reuniones" sólo hay gente idiota que no la tratarían bien. Esas personas no son dignas de nuestra Nastya, ella es mucho mejor que eso.
–Mmm…me voy a poner celosa – hago un puchero, ella me mira.
–Sólo funcionan en Nastya –Lo quito.
–Otra cosa…
–Vayaaa, soy un manual de respuestas ¿no?
–Tengo la curiosidad que me ahoga, quiero saber, ¿cuándo te diste cuenta…que sentías algo por mí?
Esa es la clase de preguntas que no deberías hacerle a Yulia Volkova, su reacción no fue la tosca que yo imaginaba, creí que me lanzaría una de sus bromas tratando de hacerme sentir mal, pero no fue así.
–Mm…no lo sé exactamente…creo que… probablemente haya sido aquél día… ¿recuerdas? La primera vez que ensayamos la obra y tú me besaste y casi me haces el amor en pleno ensayo.
–Estaba motivada y en mi papel – intento justificarme con pena.
–Bueno, en aquél momento me sentí confundida. No me esperaba ese beso tan…apasionado. Realmente, si quieres que te sea sincera, ese día comencé a sospechar que yo no te caía tan mal como pensaba.
–¿Quieres decir que ya sospechabas que yo sentía algo por ti?
–No con exactitud, pero te comportabas muy extraña. Me daba cuenta de tus miraditas sobre mí en las clases, ¿qué no sabes despistar? Pero me hice a la idea, me convencí de que no era más que parte de tu burda manera de desenvolverte.
–Yuulia.
–No te estoy mintiendo, me obligué a pensar que eran cosas que no sabías medir y de que eras, no te ofendas, tan tonta que ni siquiera te dabas cuenta de lo que hacías. Hasta que me besaste en el armario.
–¿Hasta que…? – Ella ríe.
–Confirmé las sospechas que había tenido antes. Yo te gustaba – ríe – Lena Katina estaba enamorada de la chica mala que arruinaba su vida todos y cada uno de los días que pasaban.
–¿Y entonces porqué seguías portándote tan mal conmigo y por qué hiciste que no lo sabías? – Pregunto enojada.
–Porque quería divertirme contigo – eso me hace enojar más – Es la verdad Elena… yo quería provocarte, ¿y sabes qué? Te recomiendo que no seas tan tonta porque lo conseguía muy fácil… creo que fue el error más grande que haya cometido porque por causa de eso me… – la miro esperando sus palabras – me…
–Dilo – la animo emocionada – Dilo de una vez por todas Yulia – Ella suspira profundo.
–Me…enamoré de ti – ¡Eso es! Finalmente conseguí tu amor y que lo reconocieras – Nunca debí provocarte. Y como no quería ser la primera en admitirlo, intentaba que tú lo dijeras primero, para después echarte la culpa de que fuíste tú la que comenzó todo, aunque en realidad es así, tú comenzaste todo… Aquella noche que te abrí la puerta de mi casa y tú estabas empapada por la lluvia, sabía que solo bastaban algunas palabras de tu parte o una sola acción tuya para… dejar de ser Yulia. Es tu culpa, si no me hubieras besado en el armario.
–Mejor siéntete agradecida, de no ser así ahora no estaríamos juntas – Asoma una linda sonrisa de medio lado.
–Ahora quiero saber… – Prrrrf, suelta ella con un gesto muy gracioso, sonrío – ¿dónde está tu mamá? ¿Por qué nunca hablas de ella?
–No creo que quisieras conocerla.
–¿Vive?
–Síiii, por supuesto, ¿me quieres dejar huérfana de madre?
–No.
–Si quieres podemos ir a visitarla, yo también quiero verla.
–¿Podríamos ahora?
–Si nos apuramos, sí.
Salimos al pasillo, Yulia me llevaba tomada de la mano y caminaba sigilosa por su casa cuando una voz hace que se detenga.
–Hola Yulia, qué bueno que estés en casa. ¿No estás contenta de verme? – Era esa mujer, la italiana.
Aleksandr venía subiendo las escaleras.
–Volviste pronto – responde mi amada.
–Sí, anhelaba estar con mi familia. – La mujer me mira a mí, era alta, delgada, de cabello pelirrojo y ojos verdes, y con una cara de hipócrita que dan ganas de abofetearla – ¿Quién es tu amiga?
–Elena Katina, ¿la recuerdas? Mi papá la contrató.
–Ah, sí. Aleksandr, no me dijiste que Yulia estaba acompañada.
–Te dije que estaba practicando en el piano, pero nunca mencioné que estaba sola.
–Oh, listo. ¿Y te quedarás a cenar con nosotros Elena?
–No, en realidad…
–Vamos, quédate.
–No – dijo Yulia rotundamente – debemos ir a terminar un trabajo de la oficina. Es urgente.
–Bueno, pero la puedes invitar a cenar otro día.
–Claro – dijo ella – hasta luego.
La mano de Yulia tiembla y suda, y su gesto en la cara no es el mismo que tenía antes de toparse con esa mujer, ¿qué pasa con esa tipa? ¿Quién es y porqué causa ese efecto en mi chica? Voy a tenerte en la mira, cuídate de mí italiana mal encarada.
Sí, para ser sincera no imaginé que la madre de Yulia trabajara en un centro psiquiátrico.
–Vamos, tenemos sólo algunos minutos – me dice y recorremos un largo pasillo antes de llegar a una pequeña oficina hacia el fondo. Yulia llama a la puerta tres veces y una voz responde del otro lado.
–Pase – Lo hacemos.
–¿Trabajando duro? – Pregunta la ojiazul a la bella mujer frente al escritorio.
–¡Yuliaa! Mi amor. Mi cielo, ¿qué haces aquí? Ya es tarde.
–Lo sé, Bernie nos dio algunos minutos para verte.
–Viniste hace tres días.
–Sí pero…bueno… pronto te irás otra vez y… ya sabes… sólo…
–Está bien. ¿Quién es la joven? – pregunta echándome una mirada curiosa.
–Lena Katina, compañera de la escuela. Chica.
–Se nota. Un placer.
–Es mío señora. Yulia no me había contado que su madre trabajara aquí.
–No trabajo aquí – responde ella con naturalidad – no literalmente.
–Mi madre es una interna – De acuerdo, esto no me lo esperaba.
–¿U–una interna?
–¿Te asusta?
–No pero… es que… usted parece tan… normal.
–Mamá padece de los nervios, es una enfermedad que la desespera, siente que el mundo es más felíz sin ella así que por voluntad propia viene a quedarse aquí.
–¿Está permitido?
–Es la dueña.
–La evaluación médica me acredita para ser paciente interna, no veo alucinaciones ni juego con una muñeca como si fuese mi hija pero sí me pongo muy, muy, muy histérica de vez en cuando, así que me mantengo bajo control.
–¿Y esta oficina…?
–Trabajo desde aquí. Soy escritora y traductora. ¿Es malo?
–No – respondo observando la oficina – Amh, yo… encontré una fotografía suya en la oficina del padre de Yulia, que tiene un mensaje escrito…suyo…y…leí como… una despedida.
–Se la dí a Oleg para que a su vez la entregara a mi hija, cuando decidí internarme en este lugar por un tiempo sin oportunidad de ver a nadie por algunos meses. ¿Cómo es que la…?
–Lena trabaja en la compañía, es mi asistente.
–Oh – las tres nos quedamos calladas pero luego Yulia rompe el silencio.
–Amh, mamá…hay algo que quisiera decirte.
–Te escucho.
–Tú sabes que yo salgo con Pasha.
–Sí, desde hace más de dos años ya.
–¿Qué pasaría si de repente yo te dijera que ya no salgo con Pasha…porque mis gustos han cambiado?
–Pensaría que estás en la etapa post adolescencia donde comienzas a tomar decisiones que "supuestamente" están basadas más en el razonamiento, aunque no sea verdad.
–Mamá…yo quisiera saber…si tú tendrías problemas…en que yo saliera…con una chica.
La señora se queda callada observando a la joven de cabello negro detenidamente.
–¿Qué tratas de decirme Yulia?
–Estoy saliendo con esta chica – me mira – Lena Katina.
La señora se recuesta sobre el respaldo de su cómoda silla giratoria y nos observa a ambas.
–¿Pasha ya lo sabe?
–No, pero se lo diré en cualquier momento.
–¿Porqué no se lo has dicho hasta ahora? – La respuesta de Yulia es vaga.
–Pues francamente no lo sé. Supongo que me da temor lastimarlo porque él es un muchacho muy bueno, a ti te agrada…y pienso que tal vez no lo tome muy bien…yo no quiero perjudicarlo.
–¿Estás segura que es por eso? – Continúa no sonando muy convencida, agudizo mis sentidos.
–Sí – dice ella sin vacilar.
–¿Y quieres mi opinión respecto a tu relación?
–Me gustaría.
–No te importa lo que yo pienso – ¿What? – Yulia, cuando se ama de verdad no importa lo que los demás piensen, si estás segura que es la persona correcta para ti ¿qué más da la opinión del resto? Eres tú la que va a decidir sobre TU vida, eso es lo que ha hecho Pasha al momento ¿no? A pesar de que su padre quisiera que terminara contigo él no lo hace, le importas. Ahora, si quieres mi opinión respecto a tu relación con una chica ¿qué te puedo decir? Lo mismo, en primer lugar yo no puedo decidir sobre ti si no aconsejarte, eres mi hija y eres menor de edad, yo cuidaré de ti hasta donde tú me lo permitas; si quieren mi opinión, siento que las dos están aun muy chicas para relacionarse y aunque quieran arrancarme la cabeza siento que están muy jóvenes autn para saber lo que es el amor y lo que implica, ¿me van a hacer caso? No ¿verdad Yulia? Entonces bueno, ¿qué hago? Yo te apoyaría, sin embargo, no deseo que te metas en problemas con tu padre pues después de todo él tiene la custodia legal sobre ti.
–¿Pero no me juzgas por lo que hago?
–Yulia, estoy en una institución psiquiátrica por voluntad propia, dime ¿qué es lo que esperas?
–Mamá tu opinión me importa.
–Hija…yo solo quiero verte feliz, no me importa de qué manera lo seas.
Volteamos las tres hacia la puerta al escuchar una risa muy conocida.
–¿Nastya ha venido a verte?
–Sí, pero salió hace media hora por un panquecito, y ya ves que siempre se pierde.
–Típico. Iré por ella.
Yulia se levanta de la silla y me quedo a solas con esa enigmática mujer, será el sereno pero el que esté bajo supervisión psiquiátrica no me hace suponer que esté pillada del cerebro, sino todo lo contrario, sabe lo que quiere decir.
–¿Así que te apellidas Katina? – Asiento con la cabeza – ¿De casualidad tu padre es policía? – Vuelvo a asentir con la cabeza – El comandante Katin. ¿Lo conoce?
–Fuimos a la misma escuela, él era compañero del padre de Yulia, sinceramente nadie hubiera creído que se convertiría en policía.
–¿Porqué?
–No me preguntes.
–¿Fueron novios de casualidad?
–Sí, algún tiempo, pero terminamos – Es una gran coincidencia.
–¿Puedo saber porqué?
–Mi padre no confiaba en un chico cuya aspiración en la vida era ser policía.
–Entiendo.
–Y bien Lena, tus intenciones con Yulia…
–Son puras, yo la amo, aunque usted piense que no sabemos nada del amor, yo la amo, y la quiero para mí.
–¿Tus padres lo saben?
–Sólo espero a que Yulia se vea más decidida y se los diré, estoy casi segura que no se opondrán a nuestra relación, ellos son de mente abierta.
–Correcto. No quiero que pienses que no me agradas, pero cuando una es madre, se imagina el día en que la niñita que concibió un día hace varios años, llegue al altar tomada de la mano de un chico, no de una chica. Y yo he deseado que Yulia viva lo más normal que le sea posible, ya bastante ha tenido que soportar una madre enferma de los nervios.
Un hormigueo comienza a invadirme por dentro, y siento que es algo que tengo qué comenzar.
–Señora…
–Levadev, es mi apellido de soltera, soy una mujer divorciada.
–Señora Levadev… emm… yo… he sabido que… a Yulia le han pasado cosas que han perjudicado su… vida – La mujer vuelve a echarse sobre su respaldo y me mira.
–¿Qué has sabido de eso?
–Prácticamente nada, sólo que han pasado cosas que la perturban.
–Es una de las razones por las que estoy aquí – dice ella – No te voy a decir lo que es exactamente, deja que ella te lo diga, pero sí, en efecto… yo hubiera querido estar ahí para protegerla pero… mi enfermedad lo impidió y cuando quise ayudar no hice más que cometer más errores… después su padre me peleó la custodia y yo prácticamente se la cedí pues sabía que mi evaluación médica no me ayudaría. Lena, he tratado de que Yulia sea una chica normal y de que sea feliz, por eso me he alejado de ella. Sé que hubo alguien que le causó mucho daño pero… ella nunca ha querido decirme quién, así que si lo vemos por ese lado, tú y yo estamos en las mismas.
–Nastya Isaeva sabe algo – ella asiente con la cabeza.
–Nastya Isaeva juró no decir nada, y ella es leal. Lena, cuídala, y te pido que lo averigües, yo intento hacerlo pero… no he conseguido nada al momento.
–No se preocupe, yo lo haré.
La plática se interrumpe cuando las dos muchachas entran a la habitación.
–Mira quien me acompaña.
–¡Leenaa! – Exclama la dulce castaña.
Más tarde, a pocos segundos que Yulia y Nastya se marcharan de mi casa recibo la visita de una persona que no esperaba ver, y que tan incómoda me ponía: Pasha.
–Hola Lena, ¿podemos hablar? – Me dice en un tono de voz muy serio. Siento que mi piel palidece y tengo un mal presentimiento. Esto no me gusta nada.
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Pasha desde el beso del ensayo sabe q julia no es la misma y ahora solo esta tratando inutilmente de reterla por amor pero ya julia dejo de amarlo. Ahora lo más intrigante es eso del pasado de julia me parece q una mujer quizás esa tan italiana abuso de ella y aun la acosa por eso lo de la explicación q es hostil con las mujeres por traumas, espero que pronto se sepa que fue lo q paso
Cariño mio espero estés teniendo un feliz domingo y puedas subir un capitulo más hoy
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
CHAPTER 16. UNA DIFÍCIL DECISIÓN
Me senté en la jardinera de la entrada y le indiqué a Pasha que hiciera lo mismo, él no tarda en obedecer. Se acomoda el cabello y vacila antes de mirarme nuevamente, su expresión seria no ha cambiado, no sé porqué pero esa situación me estaba poniendo muy incómoda.
–Te escucho – el joven guarda silencio unos momentos antes de hablar, seguramente para escoger mejor sus palabras.
–Mm…verás Lena…yoo…no sé muy bien cómo decirte esto…mm, es difícil.
–Como lo sientas Pasha – Él suspira haciendo breves pausas.
–Bien… Verás Lena… Yulia y yo hemos sido novios por un poco más de 2 años…y…nuestra relación nunca ha sido la…más normal que se pueda tomar como referencia pero…aún así, ella y yo nos amamos Lena, yo la amo. Si tú supieras lo que me costó que Yulia fuera mi novia – argumenta poniéndose de pie y dándome la espalda – Fue…algo realmente difícil…Yulia…Yulia nunca ha sido una chica fácil, a ella yo no le agradaba cuando recién nos conocimos. Yo me enamoré de ella casi desde la primera vez que la vi. Claro que desde el primer día me pareció una muchacha increíblemente hermosa pero no estaba en mi intención conquistarla hasta que un día… sentí la necesidad de ella. La veía todos los días cuando coincidíamos en los casilleros y aunque yo trataba de ser amable, ella simplemente me ignoraba… – él regresa su vista a mí – Lena, no sabes todo lo que me llevó para ganarme su confianza y su corazón.
–¿A qué viene todo esto Pasha? ¿Nos está llevando a algún lado?
–Sí, pero déjame terminar por favor – me cruzo de brazos y me acomodo en una posición dispuesta a escucharle – Yulia siempre ha sido una chica dura, ella no le entrega su corazón a cualquier persona, ganarte su confianza es un trabajo arduo tú sabes de lo que te hablo. Ella no se abre fácilmente, debes encontrar la manera para llegar a Yulia y que…no sienta que la quieres lastimar. Fueron muchos días insistiendo e insistiendo hasta que un día… me aceptó. No sabes todo lo que sentí cuando me dijo que sí – veo su rostro alegre al relatarlo – No lo creía, casi…pego de brincos – luego vuelve a su gesto triste – Comencé a visitarla en su casa…por las noches porque a su padre nunca le he agradado ¡no pienses mal! – Dice preocupado – no pasaba nada más íntimo entre nosotros, sólo iba y me recostaba en su cama…abrazándola hasta que se quedaba dormida…y después me iba.
Agacho la cabeza, imaginando lo que fue esto para Pasha, yo insistí mucho antes de que Yulia llegara a aceptarme y aún no sé todavía si debo sentirme confiada. Sé lo que él sentía en aquellos momentos, no era diferente a lo que yo misma he sentido ahora.
–Una de esas noches yo también me quedé dormido, y descubrí…algo que me hizo sentir escalofríos. La había escuchado hablar entre sus sueños…o sus pesadillas, a veces gritaba exigiendo que se le dejara en paz pero no revelaba nada que pudiera plantear un inconveniente o a un culpable, así que decidí descubrirlo yo mismo. Esa noche tuve ganas de matar…cuando me di cuenta cuáles eran esos temores e inseguridades que ella guardaba dentro…Lena, Yulia no es así porque le agrade, no del todo. Esa seguridad que ella ha construído alrededor suyo no es otra cosa más que una muralla para sentirse protegida de todo lo que la atormenta, y no es fácil. Esa noche hubiera deseado hacer algo y ciertamente que lo habría logrado si no es porque ella misma me lo impidió, me suplicó que no hiciera nada, por mi seguridad… y me duele que hasta el momento las cosas no hayan mejorado. Aquella vez solo pude abrazarla… y llorar con ella.
–Quizá sería más fácil si me contaras de lo que se trata Pasha, ¿qué fue lo que descubriste?
–No te lo puedo decir Lena.
–Pero podríamos pensar en algo y ayudarla – él mueve la cabeza negativamente.
–No, no es tan fácil.
–¡Pasha por favor! Tú novia está sufriendo por eso ¿acaso no te importa?
–No quiero que tú lo sepas –arroja sin aviso – No es lo que me conviene.
–Pasha…no sé…
–¡Sí sabes de lo que hablo! Claro que sabes de lo que hablo. Me costó mucho Lena Katina lograr que Yulia se enamorara de mí – ahora está enojado, muy enojado – Me costó mucho para que ahora llegues tú… y me la quites.
No pude abrir más los labios de sorpresa, yo sentía que esta visita de Pasha no sería la más agradable que me haya hecho pero tanto a que me diga que… me quedo inmóvil, sin saber qué decir.
–Las descubrí Lena…descubrí lo que Yulia y tú hacen en secreto. Descubrí lo que tú y mi novia hacen a escondidas de todos. ¿Pensaron que nunca lo sabría? ¿Creyeron que iba a estar engañado por siempre? Pues no fue así. Pero ¿sabes? Aún no entiendo… aún no entiendo por qué quieres quedarte con mi novia, ella te trata mal, es mala contigo, ¿cuál es la razón por la que ahora quieras quitármela?
–Yo no quiero quitártela Pasha… – hablo débilmente.
–¿Ah no? Por favor Lena, Yulia y tú se entienden a mis espaldas, ella me miente por causa tuya, a ti no te da remordimiento de conciencia que lo haga ¿y dices que no quieres quitármela? ¿Cuál es el punto entonces?
–Me enamoré de ella…
–¿Qué?
–Me enamoré de ella, así como tú.
–No sabes lo que estás diciendo.
–Si lo sé. Si lo sé y es algo que yo no pude evitar, ojalá lo hubiese podido hacer Pasha, yo no quería perjudicarte… eres mi amigo – él sonríe con sarcasmo ante mis palabras – Pero no pude… me enamoré de ella.
–Está bien, hasta ahí todo va bien, pero muchos han estado enamorados de ella y sin embargo… respetaron el hecho de que tuviera una relación, personas que nunca han sido amigos míos pero ¡¿tú?...eso sí me sorprende Lena… ¿tú?...no te importó.
–Sí me importó…al principio – Él suelta una carcajada.
–Juegas bien eh, me lo hubiera imaginado de todos, incluso de Aleksei…pero nunca de ti.
–¿Alguien te lo dijo?
–No, yo solito las descubrí.
–¿Cuándo? ¿Esta mañana que nos encontraste?
–No, esta mañana cuando las vi sólo confirmé mis sospechas. En realidad comencé a sospechar ¿sabes desde cuándo? Desde aquél beso, aquél beso que se dieron durante el ensayo de la obra de Shapovalov. No eras Lena Katina eh, parecía que estabas cumpliendo una fantasía, Yulia no podía reaccionar. Te emocionaste Lena. Y luego, el resto de la historia que tú ya conoces porque la has estado viviendo.
–¿Y por qué no habías hecho nada?
–Iba a hacerlo, en el baile post presentación de la obra. Sus miraditas, sus actitudes, los celos de ambas estaban matándome, luego la escena del armario, esa bofetada sí que le dolió, se la diste con ganas y estuvo quejándose toda la noche de dolor, ni siquiera pude besarla como se debe. Después tú saliste hecha una furia y yo quise entrar a confrontar a Yulia en el armario, pero decidí que no era lo mejor, hice como que estaba buscándola y me inventó toda una historia justificando su labio herido, uff, qué tremendo estuvo. Así que decidí mejor hacerte caso, cumplí con la sugerencia que le gritaste al salir de ese cuarto, me la llevé a mi casa, y la hice mía, una vez más de todas las noches que hemos pasado juntos, Yulia fue mía, sólo mía.
–Pero estaba pensando en mí – Más que como venganza mis palabras salieron con un eco de deseo.
–Uff, golpe bajo. Quiero que comprendas una cosa Lena: tú nunca vas a satisfacer a Yulia como merece, tan solo eres una chica.
–¿Eso es lo que viniste a decirme? ¿Qué pasó con toda tu historia de amor Pasha?
–Esa es… la parte que quiero que comprendas. Antes de que yo llegara a su vida ninguna persona estaba facultada para acercarse a ella, no lo permitía, estaba muy lastimada para dejar que alguien la ayudara y como ya te dije, tuve qué hacer enormes esfuerzos por sacarla de ese abismo en el que estaba sumergida. ¿Entiendes lo que te quiero decir Lena? Yo fui quien la ayudó, yo fui quien le ha abierto puertas para que vea que no todo el mundo es malo ¡Yo mismo le decía que se portara bien contigo! De haber sabido en lo que esto vendría a parar jamás lo hubiera hecho. En cambio, por tu parte, ¿qué has hecho tú Lena? ¿Qué has hecho para ayudarla? Llegaste a su vida en un momento en el que ya no tienes qué hacer nada, ya todo está resuelto, viniste a jugar en un campo que no ayudaste a limpiar. Si te parece justo sigue adelante. Pero ¿sabes qué? Esto me afecta mucho… – el joven me mira con un rostro muy dolido – Vine a pedirte que te hicieras a un lado, a suplicarte que te apartes de ella, a rogarte de rodillas si así quieres porque la dejes en paz….porque yo no podría vivir sin ella.
En ese momento sentí un terrible dolor en mi pecho que me asfixiaba, sentí que no podía contener más el llanto.
–Yo también la amo Pasha.
–Si… pero yo la conocí primero. Ella sólo puede ser mía Lena. Ella es mía. Por favor apártate de ella, si quieres verla felíz, sin esos traumas y esas pesadillas que la atormentan. De lo contrario no podría ayudarla. Por favor Lena – él comienza a llorar poniéndose de rodillas frente a mí, como yo nunca lo había visto hacer y menos esperaba que hiciera, era Pasha Yasinov, el muchacho despreocupado, el joven que vivía confiado de la vida, sin temores, pues el que tenía ahora delante no era más que un joven con temor de perder lo que más ama en la vida – Por favor Lena.
Se pone de pie, me echa una última mirada acongojada y se retira, dejándome con el corazón hecho pedazos. Lo peor es que las cosas no mejoraron cuando entré a la casa.
–Qué bueno que al fin llegas Lena, te esperamos desde hace rato para hablar contigo muy seriamente – Mis padres aguardaban en la sala. Algo había llegado a sus oídos.
–Pues ya estoy aquí, ¿de qué quieren hablarme?
–Seguramente tú no tienes nada qué decirnos ¿verdad? – Mi padre tenía un aspecto que yo no recordaba haberle visto desde aquella vez que me riñó por la broma de huevos que le hice a Katya.
–Pues…sinceramente…no sé.
–Bien, entonces seremos nosotros los que te pongamos al corriente.
–Por favor.
–¿Es cierto que entre tú y Yulia Volkova hay algo más que una amistad?
–¿Qué?
–La verdad Lena. ¿Acaso estás metida en una relación de pareja con esa muchacha?
No dos el mismo día, por favor, ¿qué fue lo que hice?
–¿Quién les dijo eso?
–No importa quién nos lo haya dicho, importa si es verdad.
–Y si fuera verdad… ¿eso tendría algo de malo?
–No nos has respondido.
Camino unos pasos acercándome más al centro de la sala, paso frente a ellos dirigiéndome a la cocina pensando en la respuesta que les voy a dar.
–No es una relación como tal, a decir verdad… apenas estábamos comenzando con eso. Pero sin duda ustedes quieren saber qué pasa conmigo ¿cierto? Pues sí, no lo duden, estoy enamorada de Yulia Volkova, desde hace tiempo.
Mis padres vacilan antes de decir algo, se miran el uno al otro esperando que uno u otro reaccione y tome el mando de la conversación, pero tal parece que ambos se habían preparado a esperar una respuesta más sencilla de mi parte, como que soy una chica común y corriente a la que le gustan los muchachos, no esperaban el: Sí, estoy enamorada de una mujer.
–Am…Lena… – Mi padre trataba de mascullar algo – Em...esto…no es tan…
–No es lo que esperábamos oír de ti hija.
–Me imaginé, pero prefiero no mentirles porque de cualquier modo tarde o temprano ustedes se iban a enterar.
–Ella y tú…
–Yo la amo, y ella me ha dicho que siente lo mismo por mí pero al momento no hemos formalizado nada…porque ella sigue estando con Pasha – Muy a mi pesar.
–¿Y eso te hace feliz?
–Yulia me hace feliz.
–Lena – Mi madre siempre ha sido la más sabia de la familia, cualquier cosa que ella puede decir, sé que vale la pena oírla – Nosotros te amamos desde antes que nacieras, eres nuestra hija y parte de nuestro ser, te amaremos siempre y eso implica que te amaremos con todo y…las decisiones que tomes. Probablemente estés equivocada pero eso solamente tú lo vas a descubrir. Si eres feliz con esa chica, yo no te lo voy a impedir – Y echa la vista a mi padre.
–Yo tampoco cariño. Sinceramente uno espera que los hijos sean como los padres, pero no siempre es así, y sabemos que eres una chica prudente, aunque aún eres muy joven. Sólo te pido, que analices y reflexiones muy bien sobre cada cosa por la que vayas a tomar una decisión y nunca te confíes demasiado de las cosas. No siempre resultan como esperamos.
–De todos modos, es muy probable que lo mío con Yulia nunca llegue a realizarse de la forma que a mí me gustaría. Aun así, agradezco mucho su apoyo y que se preocupen tanto por mí, gracias por entenderme, tengo los mejores padres del mundo – les sonrío, ellos me abrazan – prometo informarles de cualquier cosa que ocurra.
–Eso sería muy bueno.
–Claro. Ahora iré a dormir… buenas noches.
–Duerme bien cariño.
Ya sola en mi habitación reflexioné muy bien las cosas que pasaron ese día. Cómo me reconcilié con Yulia, la manera como ella me pidió perdón, luego lo de Pasha en el parque, las cosas que le grité a ella reclamándole lo de su novio y la forma que tuvo ella de no dejarse impresionar por mis estupideces. La tarde en su casa, en su cama, su hermano, la mujer hipócrita, su mamá… Pasha… Pasha… Pasha.
¿Por qué tenía qué ser ahora? ¿Porqué él esperó hasta este momento para tratar de arreglar las cosas? Ella y yo estábamos en el mejor momento, fue valiente y le confesó a su madre su interés por mí, en otras condiciones ella jamás lo habría hecho, me sentía con suerte de que Yulia aceptara sus sentimientos por mí, que finalmente dijera que me amaba ¡y ahora todo se viene al carajo! Todo por culpa de Pasha, nunca debí ayudarla a regresar con él aquella ocasión en que terminaron por culpa de esa tonta chica millonaria, nunca debí de hacer nada, debí dejar las cosas y que se las vieran ellos mismos, volvieron de todas formas, pero quizá pudo ser lo contrario.
Me pregunto ahora si debí confesárselo todo a Yulia desde antes, ¿hubiera servido para que Pasha no fuera ahora un problema? Eso nunca lo sabré. ¡Maldición!, ¡maldición! ¡maldición! ¡maldición! ¿Qué voy a hacer ahora? No quiero terminar con Yulia, yo no quiero dejarla, ella me importa demasiado, se ha convertido en una parte muy esencial de mi vida. La amo, ¡la amo, la amo, la amo, la amo! Maldición Pasha, ¿porqué viniste? ¿Por qué te escuché? Debí haber entrado a casa y cerrado la puerta en tus narices. Pero no fue así. Te escuché. Te escuché y ahora estoy en esta situación, pensando en lo que haré. No lo decidiré hasta mañana, no sabré a ciencia cierta lo que haré hasta que la vea a ella de frente, hasta que me cruce con ella y mire sus ojos. Entonces sabré lo que decidiré.
A la mañana me levanto sintiéndome como un hombre que ha dormido durante tres días seguidos y amanece con la barba judía. Me arreglé como no lo hago comúnmente para ir a la escuela, no tenía un motivo en especial, sólo se me ocurrió hacerlo, y ya estaba por salir cuando Katya me lo impide.
–¿Cómo te fue anoche con nuestros padres? ¿Qué te dijeron? ¿Vas a dejar de andar de buscona con Yulia de una vez y para siem–pre?
–Sabía que tenías que ver en esto, no sé qué ganabas con decírselo a mis padres Katya.
–Quizá te advertirían a quitarte de la cabeza la idea de tener una relación con una chica.
–Les dijiste algo de lo que no estabas segura.
–Ajá, pero fue una amenaza para que lo tuvieras presente.
–Pues acertaste, porque tenías razón, Yulia y yo nos entendemos, no, espera, NOS AMAMOS, ella y yo hemos estado tratándonos a escondidas. Fuiste muy lista hermana, confirmo tus sospechas.
Comienzo a caminar hacia la puerta, dejando a Katya con la boca más abierta que la de un volcán, entonces me regreso y le hablo muy cerca de su rostro.
–Ah, y para que lo sepas, nuestros padres me dieron permiso para andar con ella. Siento mucho haberte ganado a la muchacha que pretendías – digo ya saliendo de la habitación.
Al momento de llegar a la escuela estaba tan enojada por lo que hizo Katya que no me importó tirar el vaso de café de Vitya, ignorar a Nastya y empujar a Aleksei cuando me saludó. Me sentí avergonzada así que me encerré en el armario.
–Lena tú no eres agresiva, esa no es tu personalidad – me dije a mí misma – Sal y deja de comportarte como una tonta ridícula – Abrí la puerta dispuesta a salir cuando Yulia me empuja de nuevo adentro.
–Hola, odio decirlo pero te extrañé, no hay mucho tiempo así que te veo más tarde en la oficina ¿de acuerdo? Tengo una sorpresa para ti – Me dice emocionada y antes de salir apurada me besa y me regala una sonrisa que hace que mi mundo se detenga por un instante.
–Ay Yulia, si tú supieras.
Salgo al pasillo y me cruzo con Pasha, él me mira como si fuéramos desconocidos y sigue caminando. Shapovalov no mejoró las cosas, los puso a actuar juntos, Pasha se sintió como campeón cuando se separó de Yulia luego de besarla en un ejercicio de la clase.
Y por si no fuera suficiente todo lo que había ocurrido las últimas 24 horas, en la oficina me aguardaba otra dosis de malas noticias.
–Hola Elena, ¿cómo han ido las cosas últimamente? – Olga, la flaca secretaria tiene ánimos de molestarme – ¿Será que ya tienes una propuesta para cantar en los grandes escenarios de la ciudad? ¿O es que prefieres continuar en las menores sólo para tener la oportunidad de cantar en bares y hacer escenas tan…sensuales con…Yulia?
–No te importa.
–A mi jefe sí le va a importar enterarse que ha sido engañado, que la asistente que contrató para manipular a su hija no es más que una farsante que conoce muy bien a su hijita, es más, que la conoce más de lo que debería.
–¿Celosa? – La secretaria no se permite intimidar por mi pregunta.
–¿Y qué pasaría si Yulia se enterara que su amiga…también la ha estado engañando a ella? Sin duda que es algo que no se espera ¿cierto? Elena.
Decido retirarme, esa era otra parte en la que no me había puesto a pensar, me dejé seducir por el sueño que estaba viviendo con Yulia sin pensar en las consecuencias que traería consigo el haberle ocultado mi razón de estar ahí. Debí habérselo dicho desde el principio. Tantas cosas que debí de haber hecho desde el principio. Idiota Lena.
Estaba en eso cuando la puerta de la oficina de Yulia se abre y ella entra con una radiante sonrisa en sus labios.
–No te lo dije esta mañana, pero te ves hermosa hoy.
–Gracias, no tienes qué mentir conmigo.
–No estoy mintiendo. Pero comprendo, eso me gano por ser como soy.
–Tú eres como eres y… – ella espera a que termine la frase, pero como no lo hago lo hace ella.
–Te tengo una noticia que te va a encantar.
–¿Ah, sí? – Digo con todo el desánimo del mundo.
–Anoche hablé con Pasha – tiene una sonrisa enorme – Y terminamos.
¿Por qué la vida se empeñaba en hacerme sufrir?
–¿Lo hiciste? – Me sorprendo.
–Finalmente. Es lo correcto, no quería seguirle ocultando cosas…
–¿Y por qué te costó tanto trabajo hacerlo?
–Porque… lo amaba, en verdad lo amaba y…Pasha siempre ha sido bueno conmigo él…me ha apoyado bastante, me ha ayudado mucho. Lena…quisiera que supieras algo.
–Tal vez no debiste hacerlo – la interrumpo.
–¿No debí hacer qué?
–Quizá no debiste terminar con Pasha, él te ama y… va a sufrir mucho.
–Sí pero… él lo va a superar, no le faltan oportunidades.
–Yulia, te estoy diciendo que eso no fue bueno.
–¿Qué no fue bueno? Lena es lo que querías, me lo estuviste sugiriendo todo este tiempo.
–Sí pero…ahora – le doy la espalda.
–¿Qué pasa? ¿Qué sucede por la cabeza de Lena Katina? Pensé que estabas contenta conmigo.
–Estar contigo es lo mejor que me ha pasado en la vida Yulia, eres mi amor.
–¿Entonces?
–No quiero que rompas con Pasha.
–Ya lo hice.
–Pues pídele que vuelva contigo.
–No haré eso. ¿Crees que me gusta estar jugando con los sentimientos de las personas?
–Sí.
–No embromes conmigo Elena. A ver, veamos – dice sentándose en el diván de su oficina – ¿qué fue lo que pasó que te ha cambiado de actitud?
–Nada.
–Caramba Lena, no pensé que creyeras que soy estúpida.
–Nunca he creído eso.
–Habla entonces.
–Tu padre nunca aceptaría nuestra relación.
–Mj, entonces el problema es…
–¿No me estás escuchando? Tu padre es capaz de asesinarme si se enterara de lo nuestro.
–No exageres. ¿Así que llamas asesino a mi padre ahora? Cuidado con eso, él no te asesinaría…mandaría a alguien que lo hiciera.
–Yulia…le tengo miedo a tu padre – Ella se queda pensando un momento.
–Sí… nunca se le debe tener demasiada confianza – responde ella más para sí, como si de repente hubiese recordado algo importante – Eso siempre lo ha dicho mi madre. Pero… no deberías, vamos, espero una mejor respuesta de tu parte.
–Te odio.
–Mj, ¿qué más?
–Te estoy diciendo que te odio.
–Seguro, yo te estoy preguntando qué más. Pero mira, si no quieres decirlo ahora puedes hacerlo después, pero no pienses que voy a estar esperando toda la vida eh Lena, me canso rápido y tampoco me voy a quedar como idiota al terminar con mi novio por una chica que ahora dice que me odia. Sea lo que sea que haya ocurrido no–me–importa, yo quiero seguir con esto. Si tú quieres, adelante, si no lárgate de aquí y déjame en paz, no me quites más el tiempo.
Le tomo la palabra y salgo de la oficina. Si me quedo ahí terminaré quitándome la ropa y suplicando porque me ame. No volvimos a cruzar palabra sino hasta más tarde, la mayoría de los empleados se había ido, yo tenía mucho trabajo, garabateando palabras en la computadora, escribiendo una carta para Yulia en la que le pedía perdón por el tiempo que la hice perder conmigo, que lo mejor era que regresara con Pasha.
Cuando me di cuenta sólo quedábamos ella, Oleg, Olga y yo. Así que tomo mis cosas y me marcho sin decir una palabra, solo despidiéndome de mi jefe claro, tampoco era una grosera. Estaba atravesando el estacionamiento cuando ella me detiene.
–¿Estás segura que quieres terminar esto conmigo?
–Yulia, ¿por qué me sigues? – Ella lanza una de sus típicas risas burlonas.
–¿Quién eres? ¿Madonna? Sólo te lo preguntaré una vez más, ¿vas a dejar que regrese con Pasha?
–Es lo mejor.
–¿Es tu última palabra?
La miro ¡demonios! Estaba tan hermosa. Tardo en responder, temblando ante su sola presencia, no quiero que regrese con Pasha pero por otro lado, él tiene razón, yo no he hecho nada por Yulia, él es quien ha estado siempre con ella, él es quien la ha ayudado a salir adelante, él la conoció primero, yo no puedo llegar simplemente y arrebatársela, eso no estaba conmigo, pudo más que yo Andrey, él fue leal a su amigo.
–¿Lena?
–No – Y me arrojo a sus brazos – No puedo y no quiero alejarme de ti, no quiero que regreses con Pasha, te quiero para mí Yulia, toda para mí – me abraza fuerte.
–No lo creí cuando me lo dijeron, ¿podrías explicarme esto Yulia? – Oleg estaba ahí, su mirada no era amable, Oleg Volkov nos había descubierto, ¿cuánto tiempo me quedaba de vida? ¿Yulia haría algo? ¿Podría ella enfrentar a su padre por mí?
Sigan disfrutando de tan agradable domingo un beso se les quiere
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Sigue la montaña rusa cada vez a parecen tener un aire de alivio alguien nuevo las descubre 🫠🫠 lena a esperado mucho para contarle a julia lo de porque la contrato su papá y Pasha bueno q acepte su derrota julia al serle infiel ya no lo ama es duro pero no hay de otra y lena tiene q aferrarse con todo julia esta respondiendo mejor de lo que esperaba me encanta . Feliz noche cariño
Fati20- Mensajes : 1370
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Localización : Venezuela
Re: LA OTRA CARA DE YULIA VOLKOVA// LINDSAY WEST (ADAPTACION YULENA)
Me temo que pasha v a vengarse de Yulia y eso no me gusta. Gracias por los capítulos de hoy, esperando con ansias mañana para volver a leer
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
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