GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Hola chicas, espero que no me hayan extrañado tanto, porque yo si a ustedes.

Bien, a partir de hoy, esta nueva historia será la que las acompañe a diario. Si!!! La misma será actualizada a diario debido a que los capítulos son cortos, pero el fics es bastante largo.

Como siempre y en todos los FICS que subo, quiero agradecerle a la escritora EVELIN SILVA, por escribir esta joya de historia que como siempre, me gusta compartir con uds y es que si no me agradara, no la verán por acá.

Así que a ella, mis felicitaciones y sin más preámbulos, les dejo el día de hoy el primer capítulo.

ADVERTENCIA
Esta historia contiene palabras no aptas para todo público y mucho contenido sexual, así que para  los que no les agrade esto, le recomiendo que no lo lean, para los que sí, pues adelante, sean bienvenidos y disfruten…
Y si no quieren ver la foto de LENA, semi desnuda, también pueden cerrar los ojos... Ya de tanto verla yo, casi me da un paro cardíaco!!

[Lena]

¿Te imaginas tener dos vidas? ¿Ser dos personas a la vez? Apuesto que sí, pero entre pensarlo y vivirlo hay una gran diferencia.

Durante años, me encuentro dividida entre Ginger Apple y Lena, dos mujeres que me chupan todo lo que tengo, pero era una mujer fuerte, decidida y sin miedo para enfrentar cualquier situación que la vida me pusiera enfrente, a pesar de haber perdido todo y tener situaciones dignas de lágrimas, hoy yo era una mejor persona. En cuestión de minutos, se puede ver como Lena se convierte en Ginger Apple, loco ¿no? Es como una moneda: es la misma, pero a la vez con dos caras completamente diferentes.

Lena es una chica trabajadora que lucha por sus sueños, busca la mejor manera de crecer y se esfuerza para ayudar a la familia que desde hace años estaba totalmente destruida por un padre canalla. Nunca olvidaría el momento en que no tenía nada. Ese desgraciado nos había dejado solas y en la miseria ¿Puedes imaginar lo triste que es ver a tu madre y a tu hermana llorar por días? ¿Vivir a costa de la compasión y pena de las personas? Era humillante, y decidí no dejar que mi familia continuara viviendo de esa manera.

[Flashback]

Entré a una cafetería tomando lo último que me quedaba para comprar una taza de café. El lugar era simple, las personas se encontraban distribuidas en las mesas conversando entretenidamente. En el mostrador pude notar la presencia de una castaña de pelo corto con aspecto juvenil y elegante. Ella me miraba fijamente, pero intenté no prestarle atención.

Aspiré el humo que salía de la taza, la llevé a mis labios sintiendo mi lengua quemar por el líquido caliente. Hoy no era mi día, había visitado muchos lugares y ninguno de ellos me aceptó. Recordé como antes de salir de casa, mi madre me tomó de los hombros y mirándome profundamente me dijo: Eres la única que puede cambiar esto. Esas palabras me motivaron a conseguir algo y me juré a mi misma que no iba a regresar sin un empleo.

Comencé a llorar por aquel recuerdo. Sus palabras y sus ojos suplicantes me calaban. Lloraba por tener que regresar sin ninguna esperanza, todo estaba perdido, no pude conseguir nada. Sentí que alguien se sentó delante de mí, cerré los ojos dejando caer las últimas lágrimas, las sequé rápidamente con el dorso de mi mano y miré a la mujer frente a mí, era ella…

— ¿Todo bien? — Preguntó con curiosidad.

Por dios, si estuviera bien no estaría llorando ¿o sí?

— Si, no se preocupe — Dije rápidamente.

— No parece que estés bien ¿quieres compartir lo que pasó? Creo que necesitas a alguien con quien desahogarte — Dijo mientras deslizaba sus dedos por el borde de la taza que tenía en su otra mano.

Para alguien que no conozco parece muy interesada en mi vida, tal vez fue curiosidad o algún interés en particular. Me quedé mirándola, tenía una mirada curiosa, pero por alguna razón me transmitía confianza.

— Me llamo Mila, un placer — Dijo extendiendo su mano.

Con un poco de miedo tomé su mano.

— Soy Lena — Hablé.

— Encantada Lena ¿Por qué estabas llorando? — Su pregunta era objetiva.

— No creo que le guste saberlo — Respondí con desdén.

— Oh, vamos, no hay nada mejor que un café acompañado de una buena historia — Dijo con una media sonrisa.

— ¿Y si mi historia no es buena? — Le pregunté.

— Créeme, he escuchado miles de historias no muy buenas — Dijo tomando un poco de su café.

Empecé a contarle todos mis días. Mila me miraba atenta escuchando cada detalle de la historia ¿en serio estaba tan interesada en mi vida? Parecía que sí, le respondía con mucho detalle todas las preguntas que hacía.

Hablamos durante horas y nuestras tazas se estaban quedando vacías.

— Y ahora tengo que regresar a casa y decirle a mi madre que soy un fracaso — Terminé de hablar con amargura.

Ella me miró tiernamente. Me preguntaba el porque estaba sentada aquí contándole mi vida a una extraña.

— Me tengo ir — Solté levantándome.

— ¡Espera! — Dijo levantándose igualmente — Yo puedo ayudarte, Lena — Su tono era firme.

Un repentino estallido de esperanza y temor surgió dentro de mí, no dejé de mirarla ¿Cómo podía ayudarme? Mila parecía tener dinero, era una mujer muy elegante de rasgos fuertes, pero mi subconsciente me decía que tenía que irme, pero en el mismo instante la imagen de mi madre y mi hermana llorando apareció en mi mente haciendo que me quedara.

— ¿Cómo podría ayudarme? — Cuestioné.

Mila sonrió de lado, dejó dinero en la mesa, al parecer pagando la cuenta y se acercó a mí.

— Ven conmigo y te mostraré.

Salimos del café y pude sentir la brisa fresca chocar contra mi rostro. Mila caminaba adelante de mí, hasta que llegamos al estacionamiento donde nos encontramos con un hermoso auto. Confirmado, ella tenía dinero. Ambas entramos al auto y me quedé en silencio todo el camino ¿A dónde me estaba llevando? Muchas veces pensé en decirle que parara el auto y que me dejara bajar, pero no podía renunciar a una oportunidad tan fácil.

— Tranquila Lena, no voy a secuestrarte o matarte — Habló como si leyera mi mente.

No dije nada, me quedé en silencio hasta que llegamos a un enorme edificio, era una estructura gigantesca, había un letrero de neón con el nombre de “Imperium”, al parecer era un club nocturno. Un hombre alto se acercó a abrir la puerta de Mila y después la abrió para mí, ella comenzó a caminar y la seguí. En la puerta había alguien de seguridad, miró a la mujer y se hizo a un lado sin decir nada. Si el club parecía magnifico por fuera, por dentro estaba mucho mejor. El lugar estaba lleno de hombres y mujeres por todas partes. El ritmo frenético y sensual de la música se extendía por todo el ambiente. Di una vista por el lugar, rojo y negro eran los colores predominantes, por todos lados se podían ver sofás donde hombres estaban sentados con bebidas en sus manos observando a las mujeres bailar en tubos. Las mujeres que bailaban usaban ropa sexy y muy corta. Mila continúo su camino y yo sólo la seguía. Pasó en medio de la multitud, subió unas escaleras para llegar a una enorme habitación, caminé con timidez por toda la habitación notando cada detalle, mientras que ella se dirigió a un pequeño bar para servirse un vaso de Whisky.

— ¿Quieres un trago?

Negué con la cabeza y me acerqué al enorme ventanal de cristal que estaba en la habitación. Se podía ver todo el club desde allí. Nunca había estado en un lugar tan llamativo y emocionante. En el centro del escenario había un grupo de mujeres bailando sensualmente con ropa que apenas y cubría sus cuerpos, alrededor del escenario estaban hombres y mujeres observando el espectáculo. Algunos gritaban y pedían más, las chicas comenzaron a desvestirse poco a poco y ahí fue donde caí en cuenta de que… Mila era dueña de un club de strippers.

— Creo que te has dado cuenta que soy dueña del lugar ¿no? — La oí hablar a mis espaldas y otra vez había leído mi mente.

— Si, pero ¿dónde encajo en todo esto? — Pregunté tímidamente.

Rió mientras tomaba un trago de su bebida. Se acercó a la ventana mirando a todos los que se encontraban abajo.

— Mira — Dijo después de unos segundos — Todas esas chicas han tenido una mala situación como la tuya antes de encontrarme, les pago muy bien a cada una de ellas y ahora tienen el lujo de tener casas y carros, pero esta vez es diferente, yo fui la que te encontró a ti — Se giró para mirarme — Y te quiero dar esta gran oportunidad Lena, tú decides si aceptas o no.

— ¿Tú quieres que sea una…? — Pregunté aterrada.

— ¿Una prostituta? ¡No, Lena! Yo no trabajo en la prostitución, puedes estar segura de ello — Dijo acercándose a su enorme escritorio.

— ¿Entonces? — Pregunté confundida.

— Quiero que seas una de mis bailarinas — Dijo tomando otro sorbo de su bebida — Lo sé, tengo muchas, pero quiero que todo el mundo pueda verte, necesito a esa chica que haga que todos pierdan la cabeza — Se sentó en su silla y se volvió hacia mí — Y creo que tú eres esa chica, Lena — Hablaba animadamente.

— Yo apenas y sé bailar, señora — Hablé torpemente, ella sonrió.

— Lena… Lena… Lena… — Cantó mi nombre — Tu aprenderás y estoy segura de que serás una de las mejores, pero bueno, como te dije antes, la decisión es tuya.

Mila me miraba esperando una respuesta, no podía imaginarme bailándole sensualmente a alguien y mucho menos con una ropa tan corta, tenía miedo, miedo de mi futuro y lo que podría suceder, pero no tenía otra opción, por lo menos no ahora.

— ¿Y bien? ¿Qué dices? — Preguntó despreocupada.

— Vale, acepto, seré su bailarina.

[Fin del Flashback]

— Ginger Apple ¿Dónde estás? — Escuché que alguien me llamó interrumpiendo mis pensamientos.

Abrí rápidamente los ojos y me encontré con Olya en mi camerino.

— ¿Qué pasa? — Pregunté ajustando mi ropa.

— Todos te esperan, es hora de tu show — Respondió con una amplia sonrisa — Esta noche es tuya Lena, hay mucha gente allá afuera — Dijo emocionada.

Podía escuchar la música a todo volumen, en este momento me olvidé de quien era, me quité la timidez y la modestia que podría existir en mí. En el espejo sólo vi el reflejo de Ginger Apple. Sonreí al ver mi lado sexy y provocativo. Llevaba puesta una pequeña falda negra, en la parte superior llevaba una camisa blanca atada debajo de mis pechos dejando mi abdomen al descubierto. Tomé el antifaz negro que estaba en la mesa y con los ojos mirando al espejo me la puse, ahora si estaba lista.

— Eres una diva, Lena — Olya dijo tocando mi hombro con cariño, le sonreí mientras la veía a través del espejo.

— Que empiece el show — Dije sonriendo.

— Vuelve a todo el mundo, loco — La escuché decir a mis espaldas mientras me acercaba al escenario.

Las cortinas estaban cerradas, mi presentación era sola. Sacudí mi cuerpo para relajarme, Olya me dio una última sonrisa, el show iba a comenzar.

— Con ustedes la hermosa y sensual, Ginger Apple... — Escuché decir.

Cerré los ojos y con el ritmo lento y sensual comencé a moverme mientras las cortinas se abrían, de inmediato pude ver a los clientes ansiosos, se podía escuchar como los gritos y los aplausos llenaban el lugar, eso era lo que me gustaba, así es como debía de ser…

Me encanto

Hola!! Nueva historia ya vimos a Lena y ahora a ver a yuli, gracias por esta nueva historia!!

Excelente comienzo, ansiosa por leer el siguiente capituló.

Gracias por tan lindo recibimiento de este nuevo fics. Y bien, acá les dejo el capítulo correspondiente al día de hoy, espero que lo disfruten y comentes, como siempre!

A leer!!!

Capítulo 2 (De regreso)

[Yulia]

Caminé entre la gente que iba de una lado a otro pegados a sus celulares. Pasé mi mano por mis cabellos antes de ponerme mis lentes de sol. Me dirigí a la salida del aeropuerto y pude ver un mercedes negro.  

- Buenos días, señorita Volkova - El conductor hablo cortésmente.

- Buenos días, Yuri - Contesté entrando al carro.

Adentro del auto, la temperatura estaba regular gracias al aire acondicionado.

-  Por dios ¿desde cuándo hace tanto calor en Moscú? - Murmuré dejando a un lado mis pertenencias.

- El tiempo últimamente está un poco loco - Respondió Yuri seguido de una leve sonrisa - Perdón por preguntar, pero ¿Cómo está su padre, señorita?

- Él está bien, está en San Petersburgo con mi familia - Respondí mirando por la ventana.

- Me alegra mucho, señorita ¿A dónde la debo llevar? - Preguntó mirándome por el espejo retrovisor.

- A mi nuevo apartamento Yuri, yo te iré guiando.

Asintió antes de arrancar el coche y salir del aeropuerto.

Mientras miraba por la ventana podía recordar mis tiempos cuando vivía aquí, esos habían sido muy buenos tiempos. Mis pensamientos vagaron por los recuerdos de mi adolescencia, pero ahora eso estaba en el pasado, esa Yulia inmadura e irresponsable ya no existía.

- Gira a la izquierda en la siguiente cuadra, Yuri - Dije y él obedeció.

Finalmente después de unos minutos, llegamos al edificio donde ahora estaría viviendo. Yuri rápidamente salió del carro para abrirme la puerta.

- Gracias - Dije con una sonrisa.

Yuri era mi conductor desde que era joven y vivía con mis padres, sólo que ahora él ya era un anciano, pero eso no era un impedimento para hacer un gran trabajo.

Entré al edificio donde varios empleados se colocaron rápidamente en su debido lugar. Era gracioso ver como se comportaban ante mi presencia, las personas solían sentirse nerviosas ante mi forma grosera y arrogante de ser, y sinceramente no me importaba dar esa imagen, para ser respetada, los demás tenían que temerle a mi presencia.

- Buenos días señorita Volkova, su departamento es el 308, uno de nuestro personal llevará sus maletas.

No dije nada, simplemente asentí con la cabeza y me dirigí al ascensor. Al llegar a mi apartamento, el chico que llevaba mis maletas entró y las dejó en la sala.

- ¿Algo más, señorita? - Preguntó.

- No gracias, ya se puede retirar - Dije.

El apartamento era grande y moderno, los muebles eran de color blanco y negro, las paredes tenían colores claros y oscuros, había varias pinturas que por suerte todas eran de mi agrado. Me acerqué a la sala para descansar en el mueble. Me quité los zapatos y dejé que mi cuerpo se hundiera en el cómodo sofá. El viaje había sido largo y estaba agotada. Minutos después me levanté para acercarme al balcón, tenía una hermosa vista de todo Moscú, esa era la ventaja de estar en lo más alto.

Escuché el tono de mi celular, así que entré de nuevo y lo agarré de la mesita que había en la sala, el número era desconocido, pero de Moscú.

- ¿Bueno?

- Hola, me gustaría hablar con Yulia Volkova, por favor - Esa voz era tan conocida para mí, no lo podía creer.

- ¿Quién habla? - Pregunté para corroborar.

- Una vieja y sexy amiga tuya - Sonreí, era imposible no saber de quien se trataba.

- Que tal, Zotova.

- No olvidaste mi voz ¿verdad, Volkova? - Podría jurar que estaba sonriendo.

- ¿Cómo podría hacerlo? - Dije con una sonrisa.

Ekaterina Zotova, mi mejor amiga desde la infancia. A su lado hice las cosas más locas. Las dos nos hicimos amigas inseparables, todo lo habíamos hecho juntas, Ekaterina siempre me apoyó y estuvo en los momentos difíciles de mi vida, algunas personas incluso pensaban que teníamos algo más que una simple amistad, sobre todo porque a ambas nos gustaban las mujeres, pero definitivamente ella y yo no pasábamos de una amistad, pero ambas tomamos caminos diferentes y por eso mismo teníamos años sin vernos.

- He oído que regresaste a Moscú - Dijo riendo - Oh, Yul, me estoy muriendo de nostalgia - Dijo un poco melancólica.

- Yo también Katya, pero ¿Cómo conseguiste mi número?

- Tengo mis contactos, Volkova - Habló convencida.

- Vale, pues ven a verme, estoy viviendo en Velikaya Park Center.

- ¿Acaso me estás restregando en la cara que ahora eres millonaria?

Yo no podía dejar de reír, Ekaterina siempre lograba sacarme una sonrisa, estar cerca de ella era sinónimo de diversión y muchas risas.

- Claro que no, pero sabes que siempre quise vivir aquí y ahora que puedo lo he hecho realidad - Hablé.

- Eres una maldita - Soltó riendo - Tengo que terminar unas cosas aquí, pero en un rato iré a verte - Avisó.

Mientras Ekaterina llegaba, tomé una refrescante ducha, estaba cansada del largo viaje, para mí no era divertido vivir en los aeropuertos.


Era ya de noche cuando oí el timbre, me levanté de la suave cama para abrirle a mi visita.

- ¡Oh por dios! ¡Te ves increíble, Volkova! - Ekaterina dijo abrazándome con fuerza, yo sólo reí.

- Tu tampoco estás mal - Respondía abrazándola con cariño - Pasa - Dije haciéndome a un lado.

Hablamos durante horas en la sala, Ekaterina me dijo todo lo que sucedió durante mi ausencia, se había graduado en derecho y ahora estaba trabajando en uno de los mejores bufets de Moscú. También me contó que por años estuvo enamorada de Katyuska Sokolova, nuestra tercera amiga inseparable de la infancia, no me sorprendió que Katyuska y Ekaterina se enamoraran, pero la manera tan patana de ser de Ekaterina, lo pudo arruinar todo.

- No puedo creer que dejaras ir a Katyuska - Me quejé tomando un sorbo de mi whisky.

- No podía hacer nada, ella fue la que me dejó, juro que esta vez no hice nada - Defendió.

- ¿En serio? - Pregunté con duda.

- Te lo juro, admito que Sveta estaba muy buena, pero nunca pasó nada - Comentó triste.

- ¿Y entonces porqué te dejó? - Ekaterina llenó nuevamente su vaso de Whisky.

- Digamos que vio una foto de mí, besando a Sveta - Habló rápidamente.

- Dijiste que no había pasado nada con ella - Dije lanzándole un cojín.

- Y así fue, no tuvimos sexo, sólo fue un beso que de hecho no fue tan bueno.

- Aun así Katyuska era una chica increíble.

- Lo sé, no dejo de recordar los buenos momentos que pasé con ella - Dijo triste.

- A me gustaba verlas juntas, hacían linda pareja.

- Si, ella es la mejor chica con quien he estado, pero dejemos el tema hasta aquí, no quiero ponerme melancólica - Dijo dando un trago a su bebida - ¿Y tú? ¿Cómo va tu vida? - Preguntó acomodándose mejor en el sillón.

Nunca suelo abrirme de esta manera con alguien, normalmente la gente sabe lo que necesita saber, la perspectiva que tienen las personas sobre mi es que soy una persona arrogante, cerrada e infeliz y todo esto se debe a mi vivencia como funcionaria de empresas, tal vez ser dueña de una multinacional a temprana edad me hizo alguien demasiado dura, ya no tenía tiempo para disfrutar, pero no tuve otra opción, era si o si y bueno a pesar de todo, la persona que realmente sabía quién era yo, era Ekaterina.

Le platiqué todo lo que experimenté después de irme de Moscú, todos los detalles que nadie más conocía.

- ¿Entonces, quieres decir que ahora eres la dueña de una multinacional, millonaria, soltera y que sólo vives para trabajar? ¡Dios mío! Nunca imaginé que fueras a ser tan poderosa, siempre pensé que serias la oveja negra de la familia - Dijo riendo.

- Yo también lo pensé – Dejé escapar un leve risa - Pero no tuve otra opción, alguien tenía que hacerse cargo de los negocios y esa persona era yo.

- ¿Y qué pasa con Irina e Iván?

- Todos sabíamos desde antes que Iván se encargaría de una sucursal en Korea y bueno, Irina es muy joven todavía.

- Woow… Entonces ahora eres la jefa.

- Si, papá decidió que así fuera y aquí estoy - Sonreí.

- No debes de tener ni tiempo para respirar ¿hace cuánto que no tienes sexo?

- ¡Oh por dios! - Me levanté de golpe, podía jurar que mi cara estaba roja.

Ekaterina se levantó y caminó hacia mí.

- Oh, vamos Yul, somos amigas ¿dime hace cuánto que no tienes acción? - Insistió.

- No sé Ekaterina, no recuerdo - Hablé desesperada.

- ¡Maldita sea Yulia! Pareces una vieja, vamos a dar una vuelta, hay que recordar los viejos tiempos - Dijo tomando el ultimo sorbo de whisky.

- ¿Qué? - Pregunté sorprendida.

- Como oíste, vamos a celebrar tu regreso - Dijo tomándome de la mano.

- No, nada de eso - Dije soltándome.

- ¿Qué? ¿Por qué no?

- Ya es demasiado tarde, Zotova.

- ¿Cuántos años tienes? ¿Doce? Vamos Yul, se nota que no tienes vida social - Exclamó poniéndose la chaqueta.

- No puedo salir de fiesta Ekaterina, mañana tengo que presentarme en la nueva empresa de la que me haré cargo.

- ¿Y eso qué? Necesitamos emborracharnos, salir, bailar, conocer gente nueva, lo necesitas.

- No Ekaterina, me quedaré, tal vez otro día - Dije sentándome de nuevo en el sofá.

- Te doy veinte, para que te arregles, Volkova - Dictaminó.

Para Ekaterina no había un no, ella era terca, cuando decía algo había que cumplirlo, porque no cambiaría de opinión. Después de mucha insistencia me fui a mi habitación para cambiarme, la oí decir desde la sala que me pusiera algo atrevido, reí ante la sugerencia, pero elegí lo acostumbrado, una blusa blanca de mangas largas transparente, una falda negra con estampados color oro y unos tacones igual color oro, dejé mi pelo suelto y algo despeinado, mi maquillaje era suave casi natural.

- Listo ¿nos vamos? - Le dije llegando a la sala.

- ¿A dónde vas con esa ropa? ¿A una reunión?

- ¡Déjame en paz, Zotova!

- Vale, tranquila, debo admitir que a pesar de la ropa pareces una empresaria deseosa y sexy - Reí ante su comentario - Bien, vámonos, te llevaré a un lugar increíble.

Ekaterina me llevó a cenar a unos de los restaurantes más caros que había en la ciudad, pensé que nos íbamos a quedar en ese lugar, pero después de un rato nos fuimos al auto.

- La cena estuvo genial, pero ahora se viene lo interesante - Dijo poniendo en marcha el auto.

- ¿A dónde vamos? - Pregunté temiendo por la respuesta.

- Al mundo de la diversión, hoy recordaremos viejos tiempos, Volkova - Respondió con una sonrisa enorme.

- Espera… espera… - Comencé, pero ella me interrumpió.

- Hablas mucho Yulia, sólo aclárame una duda ¿sigues siendo lesbiana? - Preguntó aguantando la risa.

- ¿Por qué quieres saber eso? - Pregunté avergonzada.

- Por tu cara, parece que te siguen gustando, menos mal, pensé que habías perdido la gracia de la vida - Dijo riendo.

No dije nada, pasamos por varias calles mientras recordábamos cuando paseábamos con Katyuska por todo Moscú, la conversación fue muy divertida, pero después de varios minutos nos paramos enfrente de un enorme edificio iluminado por un cartel de neón que decía “Imperium”.

- ¿Qué es este lugar, Katya? - Le pregunté mirando el lugar.

- La diversión Yul, es el mejor club nocturno de Moscú - Dijo emocionada.

- ¿Un club? Ekaterina, tengo una reunión mañana por la mañana, yo ya no soy alguien irresponsable.

- No vamos a demorar ¿vale? Además puedo asegurarte que te va a encantar - Dijo saliendo del auto.

La seguí y salí del auto, al frente había una fila enorme, al parecer el club era muy popular, no recordaba su existencia cuando yo vivía aquí.

Caminamos a paso lento hasta la fila, la miré y estaba buscando algo en su bolsillo, al parecer era su celular.

- Ya no tengo edad para esto, Ekaterina - Me quejé.

- Deja de actuar como una anciana, sólo tienes 24 años - Habló mientras le marcaba a alguien.

Duró aproximadamente unos dos minutos en el celular antes de volver conmigo.

- ¿A quién le llamaste? - Pregunté curiosa.

- A una amiga que nos ayudará a entrar.

No pasó mucho tiempo cuando ya teníamos ante nosotras a una mujer castaña de pelo corto y muy elegante, ella nos hizo una seña para acercarnos a la entrada, pasamos por varias personas que nos miraron con cara de pocos amigos.

- Mila - Ekaterina habló abrazando a la mujer.

Ella parecía tener unos 35, tenía rasgos finos y al parecer tenía dinero.

- Ekaterina, me alegra tenerte de nuevo por aquí - Contestó alegremente.

- ¿Cómo no venir? Este lugar me encanta.

- Que bueno que sea así, recuerda que tú eres una de mis clientas VIP - Ekaterina sonrió y se colocó a mi lado.

- Mira Mila, hoy traje a una amiga, ella es Yulia.

- ¿Yulia? ¿ Yulia Volkova? - Preguntó la mujer.

- Si ¿me conoce? - Pregunté sorprendida.

La mujer tomó mi mano para saludarme cordialmente.

- Todo Moscú sabe quién eres, es un honor tenerte en Imperium.

- El honor es todo mío, este es un lugar muy interesante - Observé a Mila quien me daba una sonrisa.

- Y esto no es nada - Dijo - Vamos, voy a escogerles unos buenos lugares, llegaron en un buen día, hoy nuestro principal atractivo está aquí, les garantizo que no se irán decepcionadas.

Miré a Ekaterina quien tenía una sonrisa enorme, nunca había entrado a un lugar así, quería irme, pero algo me gritaba que me quedara y así lo hice, ya después me lamentaría, pero sólo después.

Esto se está poniendo cada vez mejor.

Se viene lo bueno...

A leer!!!

Capítulo 3 (¿Flechazo?)

[Yulia]

Podía escuchar como la música ruidosa y frenética llenaba mis oídos cuando entramos al lugar. Sin duda fue una enorme sorpresa, el lugar era enorme y lleno de lujuria, estaba poco iluminado, las luces alternaban entre azules o rojas, pero el negro nunca se iba. Por todos lados había mujeres prácticamente desnudas bailando sexymente para los hombres y mujeres que había en el lugar.

- ¿Me trajiste a un club de strippers? - Le susurré en el oído a Ekaterina.

- Y el mejor de todo Moscú, Yul - Respondió emocionada.

Caminamos entre la gente hasta que nos acercamos al escenario principal, ahí había una zona VIP, Mila nos dio un brazalete verde y después entramos.

- Este es el mejor lugar – la castaña dijo sonriendo.

- Por eso me encanta este sitio - Ekaterina dijo abrazando a la mujer.

- Hoy tenemos a la mejor bailarina del club, espero que lo disfruten - Dijo separándose de mi amiga.

- Gracias, Mila - Ella solo asintió y se retiró.

- Te voy a matar - Le dije a Ekaterina, ella solo soltó la carcajada - ¿De qué te ríes? - Mis nervios se podían percibir a millas.

- ¿Por qué te comportas así? Como si nunca hubieras entrado a un club de strippers antes.

- Yo ya no soy esa Yulia irresponsable, Ekaterina - Solté - La gente me conoce ¿Qué dirán de mi cuando me vean en un lugar como este?

- ¿Qué la pasas bien? Deja de ser tan aburrida ¿Crees que los empresarios digan algo de ti? Claro que no, tu eres una gran empresaria, nadie te va a desafiar - Explicó.

Miré por todo el lugar, claramente había sólo gente importante.

- Dios, necesito un trago - Dije suspirando con fuerza.

- Esa es la actitud - Dijo Ekaterina emocionada - Preciosa - Llamó a una chica que pasaba por nuestro lado.

La chica era pelirroja y tenía un vestido que apenas cubría su cuerpo. Debo admitir que era hermosa y muy sexy.

- ¿Quieren algo de tomar? - Su voz sonaba muy sensual.

- Dos vodkas, por favor - Pidió Ekaterina.

La sexy pelirroja asintió y se retiró para traer las bebidas.

- Es bueno tenerte de vuelta, Volkova - Me sonrió y yo hice lo mismo.

Minutos más tarde la misma pelirroja regresó con las bebidas, inmediatamente tomé un gran trago del líquido para tratar de relajarme. Sinceramente tenía miedo de que alguien pudiera verme, no estaría bien despertar leyendo titulares como “La dueña de industrias Volkov, en un club de strippers”, eso sería mi ruina.

Una castaña estaba bailando sensualmente en el escenario, pero por alguna razón no atraía mi atención como la de Ekaterina ¿Será que ya no me gustaban las mujeres? Ni siquiera me respondí, eso era absurdo, nunca en mi vida desearía a un hombre. Puede que sea por tantos años de no tener acción, por la empresa tuve que renunciar a muchas cosas, no fue fácil, pero tuve que hacerlo.

- Tal vez no te gustan las castañas - Ekaterina dijo sonriendo al ver mi distracción.

- La castaña está hermosa, pero no me llama la atención para nada.

Nos quedamos unas dos horas allí, disfrutando del ambiente y de las chicas que bailaban sensualmente a nuestro alrededor, después de un rato, Ekaterina se estaba prácticamente comiendo a la pelirroja que nos estaba atendiendo.

- Al perecer no te estás divirtiendo ¿te quieres ir? – Mi amiga me preguntó separándose de la chica.

- Sólo me asusta que me vayan a ver en este lugar.

- Okey, iré al baño y nos vamos ¿vale?

Asentí antes de que se levantara y se fuera.

Miré el lugar nuevamente y vi a muchos hombres ricos, empresarios y al parecer con un muy buen puesto, pero no sólo hombres también había mujeres que estaban hipnotizadas por las bailarinas.

- ¿Nos vamos? - Preguntó Ekaterina acercándose a mí.

- Vamos, ya es suficiente por hoy - Dije levantándome, pero de repente la música se detuvo.

Ekaterina y yo nos miramos cuando percibimos una luz en el centro del escenario.

- Oh por dios, debe ser la bailarina de la que nos contó Mila ¿podemos quedarnos a verla?

- Ekaterina… - La reprendí.

- Vamos, diez minutos más y después nos vamos ¿sí?

Resoplé antes de tomar asiento nuevamente.

Tomé un trago de mi vodka, sintiendo el líquido caer en mi estómago. Cerré los ojos mientras escuchaba los murmullos ansiosos por ver a la bailarina ¿Qué era lo que tenía esa mujer como para provocar esa reacción? Era sólo una mujer bailando eróticamente durante unos minutos.

- Dicen que es la mejor bailarina del club - Ekaterina dijo emocionada.

Tomé otro sorbo de mi trago, pero sin querer se derramó un poco en mi falda. Dejé de limpiar cuando la música volvió a sonar, esta vez con una voz sexy y puramente erótica, seguido de una leve iluminación sobre el cuerpo de una chica que al momento volvió locos a todos en el lugar.

Mis ojos se encontraron con el cuerpo de una mujer que se movía en perfecta sincronía con la música. Ginger Apple, como todos la llamaban, comenzó su coreografía en el tubo que estaba en medio del escenario. No podía verla perfectamente bien, la oscuridad del lugar me lo impedía, pero algo en su baile me llamó la atención como si me hubieran lanzado algún hechizo. Su cuerpo se movía tan sexy al compás de la música que podía jurar que me había mandado a otra dimensión, era increíble lo que ella podía hacer, su cuerpo estaba prácticamente de cabeza con las piernas entrelazadas al tubo mientras que sus manos se deslizaban sobre su cuerpo en lugares que a cualquiera de aquí le gustaría tocar, posó sus dos manos de nuevo en el tubo para abrir sus piernas y dar un buena vista de sus pequeñas bragas, eso hizo que todo mi cuerpo temblara.

Tenía el cabello muy rojo y bastante lacio. Al frente, se podía ver el flequillo de su peinado, podría ser real o postizo. Su piel era blanca y delicada, sus curvas eran deseables, tenía piernas largas muy bien torneadas cubiertas por unas medias de encaje negro y correa que la hacían ver más sexy. Ginger Apple descendió lentamente hasta el suelo haciendo que todos pensáramos que dios había sido generoso con ella, era tan tentador querer tocar ese trasero. La chica sonrió diabólicamente cuando las personas se alborotaron, llevó sus manos a su cabello dejando que todos vieran su rostro cubierto por una máscara negra. Caminó hacia el otro lado del poste que estaba más cerca de la primera fila donde yo estaba, incluso con la máscara se podía notar su mirada provocativa ¿Qué carajos tenía esta mujer? Se mordió el labio inferior mientras se apoyaba en el tubo para restregarse lentamente contra él, cuando subió nuevamente se quitó el listón del corsé para que cayera y dejar así a la vista sus pechos apretados por un sujetador de encaje. No era una exageración, llovía dinero alrededor de la stripper, su cuerpo se movía en perfecta sincronía, la chica podía enloquecer a cualquier ser humano en este lugar, Ginger Apple se llevó una mano a su falda provocando un nuevo alboroto por parte de los hombres y mujeres que deseaban verla con la menor ropa posible.

- Me pones caliente, preciosa…

- Pago lo que sea por ti.

- Más cerca cariño, te voy a dar lo que te gusta - Un hombre dijo con dinero en las manos.

Escuchaba a muchas personas hablar de ella, la cual solo se limitó a sonreír, al parecer se divertía con el deseo de los pobres mortales que querían algo más con ella. Volvió a bailar y se volvió hacia mí, por una fracción de segundos sus ojos se encontraron con los míos, causando un calor repentino por todo mi cuerpo ¿era posible estar excitada por una mujer a la cual sólo has visto bailar? Me sentía en llamas y con un deseo abrumador por aquel cuerpo jodidamente bueno. Sus ojos todavía estaban posados en mí, parecía que ella había encontrado un desafío en mí. Sonrió diabólicamente sosteniendo su labio inferior entre sus dientes, lanzándome un giño mortalmente sexy… ¡Pero que hija de puta! Di un grito ahogado cuando puso su mano bajo su falda para tirar de ella sin apartar su vista de la mía ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Ir hasta ella y quitarle lo que le quedaba de ropa? Porque eso era lo que más deseaba en este momento.

Cerré los ojos y sacudí la cabeza por mis pensamientos, tomé todo lo que me quedaba de vodka. El líquido caliente bajó por mi garganta ¿Caliente? Yo ya estaba en llamas con esta mujer, ahora podía entender por qué todos clamaban por ella, esa mujer te llevaba a un mundo de placer, con tan solo una mirada te provocaba un montón de sensaciones placenteras. Ella continuaba con su coreografía ¿Acaso se me estaba insinuando? ¿O yo era la que fantaseaba con ello? No sabía, simplemente estaba pasando alguna de las dos, me encontraba rendida ante una mujer malditamente sabrosa que estaba en mi mente… Ginger Apple.

De repente las luces se apagaron, el show había terminado, pero para mí no sería el final, mis ojos la intentaron seguir, pero ella ya había desaparecido, segundos después la música frenética volvió a sonar.

- Pareces hipnotizada - Ekaterina dijo a mi lado.

No respondí, sólo esperaba que ella volviera a aparecer, pero sabía que eso no iba a suceder.

- Parece que a alguien le gustó - Miré a Ekaterina quien me miraba con una sonrisa llena de sarcasmo.

- Necesito hablar con ella, Katya.


[Lena]

¿Sabes cuándo te sientes atraída por alguien? ¿Con tan sólo una mirada? Esos ojos intensos color azul cielo me miraron esta noche, no podían salir de mi cabeza ¿Quién era esa mujer? Nunca me había sentido tan expuesta ante alguien en este lugar. Sus ojos me miraron como si estuviera hipnotizada, pude ver sus ojos rebosar de lujuria, por alguna razón me sorprendió lo hermosa que era. Aquella mujer no se veía como alguien normal, su ropa era elegante. No sé cómo sucedió, pero cuando noté su mirada en mí, una corriente eléctrica se disparó por todo mi cuerpo y en ese momento yo bailaba para ella, por su mirada que me cortejaba, todo en ella me intrigaba y no sabía porque.

- Que gran espectáculo diste hoy, Lena - Escuché la voz de Nastya que venía entrando a mi camerino.

Nastya era mi mejor amiga o mejor dicho, mi hermana. Desde que entré a “Imperium” nos acercamos de una manera imposible de explicar, ella me conocía como la palma de su mano y yo la conocía de la misma forma. Estuvo en mis peores momentos, protegiéndome como una leona a sus cachorros y por eso y más, la quería.

- Fue una locura - Dije.

- ¿Tu sabes quién es esa mujer? - Preguntó tomando un sorbo de su botella de agua.

La miré y negué con la cabeza.

- Parecía que la querías impresionar - Dijo con una sonrisa pícara.

- ¿Tú crees? - Le pregunté mientras me quitaba la máscara.

- Estoy segura Lena, nunca has bailado de manera tan sensual como lo hiciste hoy, todos se quedaron más emocionados que de costumbre.

Rió divertida haciéndome reír también.

- No sé porque bailé de esa manera, nunca vi a esa mujer antes ¿Tú la conoces? - Hablé mientras me cambiaba.

- La vi con Mila y otra chica entrando al club, parece que es alguien importante.

Exacto, la mujer parecía ser alguien importante, su aura de empresaria era obvia, tenía una postura seria y algo arrogante lo que la hacía ver atractiva.

- Ella es muy atractiva - Solté sin darme cuenta.

Nastya me miró curiosa, sus ojos me escanearon por completo.

- Te gusta ¿verdad?

- ¿Qué? ¿De dónde sacas eso? - Hablé más rápido de lo normal haciendo obvio mi nerviosismo.

- Por la forma en que le bailaste, por dios Lena, parecía que no había nadie más en el lugar, apuesto a que quedó con las bragas mojadas - Su risa resonó por todo el camerino.

Blanqueé los ojos y me terminé de vestir.

- No digas tonterías - Dije lanzándole una pequeña almohada.

- Bueno, pero que gran espectáculo - Escuché a Mila.

La miré con una sonrisa en los labios.

- ¿Te gustó?

- Eres maravillosa Ginger Apple, no podía haber sido mejor, hasta he recibido muy buenas ofertas.

- Les dijiste que no ¿verdad?

Muchas de las bailarinas hacían sus planes con hombres o mujeres que ofrecían cierta cantidad de dinero o bienes, pero yo no era una de ellas. Desde el principio acordé con Mila que mi trabajo no implicaba relaciones sexuales con clientes y ella siempre lo había respetado, no era sólo hoy que recibía muy buenas ofertas, admito que algunas eran tentadoras, pero yo no me permitiría hacer tal cosa.

- Si, las he rechazado todas - Aseguró - Como siempre, todos quedaron decepcionados, pero les dije que sólo eras una bailarina.

- Gracias, Mila - Le dije mientras la abrazaba.

En los últimos años Mila se había convertido en una madrina para mí, ella me ayudó mucho, pero eso me consiguió varios enemigos, ya que yo era su favorita, pero realmente no me importaba, admito que al principio si fue difícil tener a la mitad de las bailarinas contra mí, pero con la ayuda de Nastya, Olya y Mila todo se hizo más fácil.

- Sabes que no es necesario dar las gracias, Lena - Dijo separándose de mi - Eres maravillosa y una joya aquí en Imperium - Agregó sonriendo.

- Así, hasta me gustaría trabajar aquí - Dijo Nastya riendo.

- No sé por qué no hemos contratado a Nastya, a los clientes les encantaría verte bailar con semejante cuerpo que tienes - Dijo Mila.

- Yo siempre se lo digo - Dije mientras guardaba mis cosas.

- No puedo, Fyodor seguramente me mata - Dijo riendo - Prefiero quedarme en la oficina.

- Bueno chicas, me voy, tengo que prestar atención a los invitados especiales - Dijo Mila.

Antes de que saliera, la llamé.

- Mila...

- ¿Qué pasa? - Preguntó mirándome desde la puerta.

Estaba nerviosa, pero necesitaba saber quién era aquella mujer.

- ¿Quién era esa mujer que estaba en la zona VIP que se veía muy elegante?

- ¿Qué mujer?

- La empresaria que parecía una modelo de revista - Nastya dijo sonriendo - Que estaba en la primera fila ¿tú sabes? A la que Lena le bailó sensualmente.

- ¡Nastya! - Me quejé.

Mila se echó a reír haciendo que me avergonzara más.

- Ya sé de quien hablan, ella si es una empresaria muy importante, vino con una amiga, pero no recuerdo su nombre ahora, el alcohol me deja con amnesia - Habló con humor.

Asentí desanimada por no saber su nombre, tal vez después de hoy no la volvería a ver.

Me colgué mi morral en el hombro antes de hacerle una señal a Nastya para irnos.

- Pero a ella le gustas - Mila soltó haciéndome parar de golpe.

La miré con curiosidad.

- ¿Por qué dices eso? – Pregunté tratando de ocultar mi emoción al saber aquello.

- Digamos que ella era una de las personas que ofrecía dinero para verte.

¿Qué? La mujer de ojos azul cielo estaba realmente interesada en mí. Estaba nerviosa por la situación ¿será que debería hablar con ella? No, ni siquiera la conozco.

- ¿Te hubiera preguntado antes? - Mila preguntó al notar mi cara de duda.

- ¡No! Por supuesto que no, es la misma respuesta para todos - Dije tratando de convencerme a mí misma.

Nastya y yo nos despedimos de Mila, salimos por la parte trasera del club y nos fuimos a casa, no paraba de pensar en la mirada profunda de esa mujer y en como su forma autoritaria me atraía por completo.

Genial

Excelente

Buenas tarde, chicas... Otro capítulo, más cerca de la emoción!!!

Gracias a todos por los comentarios, me gusta y la aceptación!

A leer!!!

Capítulo 4 (Nueva jefa)

[Lena]

Estábamos detrás de una enorme fila de autos donde las personas estresadas pitaban sin parar, teníamos exactamente 15 minutos para llegar a la empresa. Se nos había pedido ser puntuales puesto que hoy nos presentarían a la nueva jefa, le di gracias a dios por eso, tener que aguantar a ese viejo como jefe era demasiado duro.

Nastya estaba concentrada en el camino mientras que Oksana leía algunos informes en el asiento trasero.

- Mierda ¿Por qué esto tiene que pasar precisamente hoy? – Nastya dijo molesta.

- Nastya, no hables así - Oksana la regañó.

Tuve que reprimir una sonrisa por aquello. Conocíamos a Oksana, que trabajaba con nosotras en Industrias Volkov. Ella tenía el puesto de asistente de publicidad. Nos llevamos muy bien desde el primer día, tanto así que decidimos vivir juntas, rentando un apartamento en el centro de Moscú.

Después de 10 minutos por fin pudimos salir del tráfico, agradecí la habilidad de Nastya al volante, gracias a eso llegamos lo más rápido posible a la empresa. Nos apresuramos a entrar al edificio y por suerte nadie se dio cuenta de nuestro pequeño retraso.

- ¿Soy yo o todo el mundo está muy inquieto? - Preguntó Oksana mientras ponía sus cosas en su escritorio.

- No están inquietos, más bien nerviosos - Respondió Nastya.

- No sé porque tanto alboroto, quien tendrá que soportarla seré yo - Dije molesta.

- He oído que la nueva jefa es algo arrogante - Comentó Nastya.

- Por favor no, suficiente tuve con el viejo acosador - Mencioné.

- Si, eso era realmente repugnante - Comentó Nastya haciendo mala cara.

Continuamos hablando por unos minutos hasta que Viktor nos interrumpió.

- Es hora de conocer a nuestra nueva ama - Dijo riendo.

- Recé mucho para que la nueva jefa sea una buena persona - Mencionó Oksana con una tímida sonrisa.

- Espero que dios te haya escuchado, Oksana - Dije mientras comenzábamos a caminar.

Minutos después llegamos a la sala de conferencias donde sería la reunión.

- No me gusta estar con el sector financiero - Mencioné con un gesto de desagrado.

- ¡Hey! Yo soy del sector financiero - Mencionó Viktor.

- Tú eres una excepción - Le sonreí.

Viktor era el supervisor del sector financiero. Desde el primer día que entré a trabajar a Industrias Volkov el comenzó a coquetearme, pero no lo traté mal porque nunca trató de cruzar la línea, a veces llegaba a ser molesto, pero no al límite de tratarlo mal, si algún día consideraba la oportunidad de estar con algún hombre, sería con él.

- Gracias Lena, por cierto hoy te ves hermosa - Dijo sonriéndome.

- Gracias - Le respondí de la misma manera.

Miré a Nastya quien fruncía las cejas como diciendo “voy a vomitar, con tanta cursilería”, sonreí y le di un leve golpe en su brazo. Escuchamos el sonido de la puerta para después ver a Aleksey.

- Buenos días, creo que todos saben el motivo de la reunión ¿no? Así que voy a ser breve, me retiro de Industrias Volkov. Agradezco a todos los que trabajaron conmigo e hicieron crecer a la empresa, pero mi tiempo ha terminado y es hora de darle paso a una nueva directora.

- Ya era hora, no quería trabajar para este viejo el resto de mi vida – Nastya susurró y tuve que reprimir una risa.

- ¡Nastya! - La reprendí, aun conteniendo la risa.

- La nueva directora es una mujer muy competente y capaz de mejorar esta empresa, sin más que decir conozcan a Yulia Volkova - Terminó de decir Aleksey.

Seguí la mirada de Nastya quien miraba al centro del lugar donde estaba mi ex jefe y no podía cree lo que estaba viendo. Sentí como mi corazón se aceleró. Mi respiración se alteró y podría jurar que en cualquier momento me daría un ataque, era ella, Yulia Volkova era la mujer a la que le había bailado la noche anterior.

Nastya me miró sorprendida por mi repentino cambio e inmediatamente sostuvo mi brazo para que no me cayera.

- ¿Qué pasa Lena? - Me susurró.

Estaba sin aliento, mis ojos no se despegaban de la hermosa mujer que estaba junto a Aleksey, su cabello estaba atado, llevaba un vestido negro que le quedaba arriba de las rodillas, unos tacones del mismo color y un saco que la hacía ver muy atractiva, ella tenía una postura seria, autoritaria y misteriosa.

Comencé a dar unos pasos para poder salir de aquel lugar. Caminé hasta tocar la pared e intenté que el aire llegara a mis pulmones, Nastya se acercó rápidamente a mí.

- ¿Puedes decirme qué te pasa? - Preguntó preocupada.

- Es ella, Nastya- Dije nerviosa.

Me miró como si me hubiera vuelto loca.

- ¿Quién, Lena?

- La mujer del club, a la que le bailé anoche. Es Yulia Volkova, mi nueva jefa - Solté.

- ¡Vaya! Estás jodida - Dijo asustada.

- Tantas personas en este mundo y justamente ella tiene que ser mi jefa - Dije - ¡Oh por dios! Se va a dar cuenta de que soy Ginger Apple, me va a despedir, Nastya- Solté con desesperación.

- ¡Cálmate Lena! - Dijo mientras me tomaba por los hombros - No seas negativa, Lena no tiene nada que ver con Ginger Apple, al menos en la forma de vestir.

- Pero lo va a averiguar y voy a perder mi trabajo, Nastya.

- No, eso no va a pasar, incluso si lo descubre, ella no tiene por qué meterse en tu vida fuera de aquí.

Negué con la cabeza mientras caminaba de un lado a otro.

- ¿Qué pasa chicas? ¿Por qué no están adentro? - Pregunto Oksana mientras llegaba hasta nosotras.

- Lena está teniendo un ataque de pánico – Nastya habló con agonía.

Oksana preocupada se acercó a mí para acariciar mi espalda y tranquilizarme.

- Estás muy pálida. Nastya, trae un poco de agua - Ordenó Oksana.

Nastya se fue para traer el agua.

- Dime que sucede, Lena - Preguntó con cara de preocupación.

- ¿Recuerdas la mujer de la que te hablé esta mañana? ¿A la que le bailé sensualmente? - Pregunté.

Oksana asintió mientras colocaba un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.

- Es Yulia Volkova, nuestra nueva jefa.

Los ojos de Oksana se abrieron por completo.

- ¿Y si se entera de quién soy? Voy a perder mi trabajo seguramente, es mi fin, Oksana.

Ella me dio un abrazo tratando de consolarme. Nastya llegó minutos después con el vaso de agua el cual tomé de un solo trago para intentar calmarme.

- No seamos negativas, sin duda alguna Yulia bebió la noche anterior, además, tu otro lado no tiene nada que ver con tu vida diaria - Dijo Oksana en voz baja - Ginger Apple y Lena son dos personas completamente diferentes, al menos eso es lo que yo pienso.

- Quien diría que esa mujer frecuentara clubs de strippers - Dijo Nastya riendo.

- Vale, tendré cuidado.

- Sería bueno que no tengas tus ataques de pánico cada vez que la veas - Sugirió Nastya con una sonrisa divertida.

- ¡Gran idea! - Sonreí débilmente.

Las tres nos quedamos conversando hasta que vimos como todos salían de la sala de conferencias, probablemente las presentaciones habían terminado.

- Bueno chicas, es hora de volver a nuestros puestos - Habló Nastya.

Oksana asintió y se alejó de mí.

- Deséenme suerte, chicas - Dije.

Ambas me miraron con cariño, sabía que podía contar con ambas, ellas nunca me dejarían sola. Intercambiamos abrazos y luego cada una se fue a su respectivo lugar de trabajo. Estaba muy nerviosa, estaba claro que no había manera de ocultarlo, después de todo yo era como el brazo derecho de la jefa. El pánico de ser descubierta me perturbaba, podía sentir como mis manos sudaban. Subí a la planta alta, caminé hasta mi escritorio que estaba a un lado de su oficina, al parecer ella estaba adentro hablando con Aleksey, minutos más tarde miré al señor de pelo blanco que salía de la oficina, él se dirigió a mí.

- Hola Lena, déjame presentarte a tu nueva jefa - Dijo sonriendo.

Cerré mis ojos por una fracción de segundos, me levanté de mi escritorio con una débil sonrisa. El hombre me miró de arriba hacia abajo como todas las mañanas. Hoy llevaba un vestido rojo cómodo, pero a la vez elegante, mi pelo estaba suelto y rizado como siempre.

Entré a la oficina y podía escuchar como mi corazón retumbaba en mis oídos, me estaba muriendo por dentro. Al entrar, vi que estaba apoyada en su escritorio, levanté la vista y me esforcé para aguantar el contacto visual. Por dios, ella era hermosa, Yulia era una mujer digna para una portada de revista.

- Yulia, ella es tu asistente aquí en la empresa, te ayudará en todo lo que necesites - Aleksey habló - Bueno, las dejaré solas, espero que se lleven bien.

Aleksey salió y ahora estaba a solas con ella. Me miró de manera evaluativa, se enderezó y caminó hacia donde yo estaba, haciendo que mi corazón se acelerara.

- ¿Cómo te llamas? - Preguntó cortésmente. Dios mío, tenía una voz muy sexy.

- Me llamo Elena Katina.

- Un placer señorita Katina, usted ya lo debe de saber, pero soy Yulia Volkova - Dijo estirando su mano para estrecharla conmigo en un saludo cortés.

Apreté su mano suave por unos segundos, sintiendo lástima porque mi mano estaba sudando por tantos nervios.

- Un… un placer - Tartamudeé.

Me miró de manera divertida y con el ceño levemente fruncido.

- ¿Te sientes bien? Estás un poco pálida - Dijo mientras tomaba una silla - Siéntate ¿quieres un vaso de agua?

- Estoy bien señorita, solo estoy un poco desconcertada, pero no hay de qué preocuparse.

Asintió, pero me dio el vaso con agua de todos modos.

- A veces las personas se sienten desconcertadas al hablar conmigo, pero ninguno de ellos se ha enfermado, señorita Katina - Dijo con seriedad.

- Lo siento, no estaba en mis planes - Desvié la mirada.

- ¿Te sientes bien como para trabajar hoy?

Asentí rápidamente, dejando el vaso en su escritorio.

- ¡Genial! Pues comencemos, tú serás mi socia, así que creo que nos tenemos que conocer mejor - Dijo sentándose en su silla.

Yulia me explicó perfectamente como trabajaba, por lo que pude notar, ella era una mujer demasiado centrada en su trabajo, no le gustaba mucho ser cercana con sus empleados y era muy reservada. En varias ocasiones me perdía por admirar su extraordinaria belleza, esta mujer parecía haber sido tallada por los dioses, su mirada era intensa, pero muy diferente a la de anoche, sus ojos estaban más claros, su pose autoritaria la hacía ver tan sexy y atractiva que me hizo preguntarme cuantas personas caían ante ella. Por la forma en que me vio bailar podía asegurar que era lesbiana, pero no podía confirmarlo, por lo menos no ahora.

- Me gustaría que estuvieras al tanto de mis negocios, quiero decir, estás al tanto de todos los detalles de la empresa ¿no? - Preguntó haciendo que saliera de mis pensamientos.

- Si señorita.

- Muy bien, eso es todo por ahora, puedes retirarte - Dijo acomodando unos papeles.

Una vez estando fuera de esa oficina mi corazón volvió a latir a su ritmo normal. Caminé a mi escritorio mientras terminaba de anotar todas las cosas importantes que me había dicho. Cuando me senté, me quedé mirando a la mujer que estaba del otro lado del cristal y di gracias a dios de que no notara nada, una especie de alivio se apoderó de mi cuerpo, por ahora mi trabajo estaba seguro.

Quería saber más sobre la misteriosa mujer que ahora era mi jefa, así que coloqué su nombre en google y encontré muchos artículos sobre ella. Yulia Volkova era una persona muy importante en la rama empresarial, había ganado muchos premios y era la hija sucesora de Oleg Volkov, propietario de Industrias Volkov. Vi que ella vivió mucho tiempo en París debido a su trabajo. Esa mujer era tan reservada que no había nada sobre su vida privada. Abrí una página donde salía Yulia con una mujer hermosa, el titulo decía: “Yulia Volkova y su compañera Natasha Odintsova, en la inauguración de Industrias Volkov en Londres”, parecía una foto íntima. La mujer alta y delgada estaba agarrada del brazo de Yulia con una gran sonrisa.

- ¿Qué estás haciendo? - Escuché la voz Nastya que me hizo saltar del susto.

- ¡Por dios! - Dije poniendo mi mano sobre mi pecho - Me asustaste, Nastya- Ella se echó a reír.

- ¿Estás haciendo algo malo o porqué tanto miedo? - Preguntó sin dejar de reírse.

- No estoy haciendo nada - Hablé minimizando la página que estaba viendo.

Nastya me miró con una ceja levantada, ella sabía perfectamente que estaba mintiendo.

- Vale, estaba investigando un poco sobre Yulia, pero no tuve éxito - Dije desanimada.

- Estás muy interesada en esa mujer ¿no crees? - Su tono malicioso era evidente.

- ¿Yo? - Me señalé - No, para nada, sólo quería saber para quien voy a trabajar.

- A mí no me engañas, Katina - Dijo cínicamente - ¿Hablaste ya con ella? - Mencionó cambiando de tema, lo cual le agradecí.

- Si, casi me desmayo en su oficina, pero a pesar de todo ella no sospecha nada - Suspiré aliviada.

- Que bueno, hubiera sido cómico llevarte al hospital después de salir de su oficina – Nastya volvió a reírse.

- ¿Por qué te encanta molestarme?

- Porque me gusta, Lena - Dijo sonriendo - Ahora si me disculpas, me tengo que ir.

Asentí antes de que Nastya se fuera. Volví a observar la foto de Yulia con esa tal Natasha Odintsova. Me preguntaba si eran algo más o sólo compañeras de trabajo, pero no debía entrometerme en su vida, era mejor dejarlo hasta ahí, si eso es lo que iba a hacer.

Me gusta!! Ya quiero saber que sigue

Hola chicas!!!! Feliz domingo, o bueno.... lo que queda de él

A leer!!!

Capítulo 5 (Sin dejar de pensarla)

[Yulia]

Aleksey me presentó a la mujer que me ayudaría en esta difícil tarea, Elena Katina. A pesar de su evidente nerviosismo pude notar que era muy competente y trabajadora, al parecer fue una buena recomendación. Lena estaba al tanto de todos los detalles de la empresa y era obvio, ella era como la mano derecha del director, además tenía que admitir que es muy atractiva, aunque cuando la conocí su mirada era temerosa y estaba muy asustada ¿Qué le causaba tanto temor? Después de ver que ya estaba más calmada le expliqué la forma en como trabajaba, ella pareció entender todo perfectamente, noté que anotaba cosas importantes en su pequeña libreta rosa y una vez aclarado todo, se retiró.

El resto del día me la pasé leyendo algunos informes, al parecer todo iba bien, pero necesitaba mejorar, incluso centrándome en los informes. Algo o más bien alguien me tenía desconcertada, desde la noche anterior no podía sacarme a la stripper de la cabeza, la imagen de su baile sexy estaba tatuado en mis pensamientos ¡Maldita sea! ¿Cómo puede estar en mi mente una mujer con la que no intercambié palabra alguna?

Negué con la cabeza tratando de desaparecer la imagen de la stripper bailando sensualmente para mí, pero era imposible, tenía que verla de nuevo. Admito que al final del show me sentí frustrada por que no me haya recibido, pero de alguna manera me alegraba que no recibiera a nadie, eso decía que era de buen carácter y por esa misma razón sentía la necesidad de volver a verla.

- ¿Señorita Volkova? - Escuché que me llamaban.

Lena tímidamente entró a la oficina.

- Le traje el café que me pidió - Dijo poniéndolo a un lado mío.

- Gracias señorita Katina ¿podrías decirme si Aleksey sigue en la empresa?

Caminó hasta quedar frente al escritorio.

- No, ya se ha ido, de hecho ya la mayoría se fue.

La miré un poco confundida ¿ya todos se habían ido? ¿Qué hora era? Tomé mi celular para revisar la hora y Woow… ya eran las ocho de la noche.

- Vaya, son las ocho ¿Qué haces aquí todavía, Katina?

- Estaba terminando los informes que me pidió.

- Déjalo para mañana, puedes irte a casa, a veces olvido la hora. Me gustaría que me ayudaras en eso o puede que termine trabajando hasta la madrugada.

Lena asintió, la analicé sigilosamente, algo sobre ella me era familiar, pero no sabía que, después de unos segundos noté que tenía una mirada incomoda sobre mí, así que me detuve.

- ¿Puedo irme?

- Claro, nos vemos mañana, Katina.

- Buenas noches, señorita Volkova.

- Buenas noches.

Me quedé una hora más en la oficina, lidiando con una batalla conmigo misma para decidir si iba o no al club. No podía dejar que nadie me viera allí, pero el deseo de verla de nuevo me estaba matando, pensé en decirle a Katya que nos viéramos en Imperium, pero quizás sería mejor si fuera sola.

Me levanté y agarré mi saco para salir al estacionamiento donde estaba mi auto. Una vez dentro del auto salí hacia las calles de Moscú, conduje unas cuantas cuadras alrededor del club mientras decidía si entrar o no. Estacioné el coche frente al club, desde afuera podía escuchar como la música resonaba dentro. En mi cabeza rondaba el pensamiento de que debería irme de allí, pero mi cuerpo decidió llevarle la contraria. Me coloqué una bufanda alrededor de mi cuello tapando un poco mi boca y salí del coche, pagué mi entrada y fui en busca de aquella mujer.

Hoy el club estaba menos concurrido, era obvio ¿Quién podría venir de fiesta en pleno lunes? Negué con la cabeza y me dirigí a la barra, compré un vaso de whisky y me senté ahí, algunas mujeres bailaban, pero ninguna se comparaba con ella.

- Disculpa ¿podrías decirme si Ginger Apple se presenta hoy? - Le pregunté a un morena de cuerpo escultural.

- ¿Ginger Apple? No, ella no se presenta hoy, sus días son los viernes y sábados.

- Pero ayer estuve aquí y se presentó - Dije educadamente.

- Bueno eso es porque a veces le cambian el día, pero sus días de presentación son los que te acabo de mencionar.

Me decepcioné un poco por venir y no poder verla.

- Una pregunta más ¿Cómo te llamas?

- Olya - Me contestó.

- Okey, muchas gracias Olya, me salvaste de esperar toda la noche - Hablé con media sonrisa. Bajé del banco donde estaba sentada.

- ¡Espera! - Oí a la morena llamarme, me giré para mirarla - Si quieres puedes venir mañana, Ginger Apple ensaya todos los martes.
Le sonreí a la mujer que me acababa de dar la mejor noticia.

- Gracias, me ayudaste mucho - Dije más animada de lo que debería.

Olya me dedicó una sonrisa y poco después me fui a mi casa.


[Lena]

Había investigado un poco más sobre esa mujer, Natasha Odintsova. Quise descubrir algo sobre la vida personal de Yulia, pero su vida era como un libro prohibido, no había nada. Me quejé frente a la pantalla por no encontrar nada.

- ¿Qué tanto haces en la computadora? - Oksana preguntó mientras se acercaba con sus pantuflas y una taza de café en las manos.

- Investigo algunas cosas - Dije con calma.

Se sentó a mi lado, pero sin mirar la pantalla, sólo tomó un sorbo de su café.

- Algo sobre ella me atrae - Oksana asintió sin mirarme - No estoy diciendo que sea deseo, pero me dan ganas de conocerla mejor ¿sabes? Ella es muy misteriosa.

- Solo la has visto dos días, Lena ¿Qué tipo de deseo es ese? - Soltó con calma - ¿Cómo puedes desear a una mujer con la que no has hablando abiertamente? Ni siquiera la conoces, no sabes nada de su vida, ni lo que le gusta hacer, es tan raro.

- No es deseo Oksana, es curiosidad - Dije levantándome del sofá.

- Nastya dijo que nunca habías bailado tan sexy - Me miró con ojos acusadores.

- Nastya no sabe de lo que está hablando, bailé como siempre - Dije rápidamente - Me voy a dormir, buenas noches, Oksana - Me dirigí a mi habitación.

No quería a esa mujer, por dios, sólo era curiosidad por saber algo sobre ella que no fuera su nombre.

[…]

¿Por qué siempre me despertaba en la mejor parte del sueño? Fue frustrante, me levanté de la cama y me dirigí al baño para tomar una ducha tomándome mi tiempo. Hoy decidí ponerme una falda negra con tacones del mismo color, en la parte superior me puse una playera blanca con letras negras y un saco. Decidí atar mi pelo en una trenza que caía sobre mi hombro derecho.

- ¿Este tipo de vestuario se debe a la señorita Volkova? - Nastya preguntó tan pronto como entré a la cocina. Le lancé una mirada mortal.

- No y deja de decir tonterías - Dije sirviéndome un poco de jugo.

- Vale, pero Lena, hoy estás más hermosa de lo normal.

- Nastya tiene razón, te vez increíble.

- ¿Acaso quieren algo? – Pregunté con desconfianza, ambas pretendieron estar ofendidas.

- Vez Nastya, Lena no cree nuestros elogios.

- Eso duele - Dijo Nastya tocándose el corazón.

Me reí de la dramatización de ambas, terminamos de desayunar rápidamente puesto que ya estábamos atrasadas. En pocos minutos pasamos el tráfico y llegamos a Industrias Volkov. Subí rápidamente a la planta alta y sentí un leve temor por haber llegado tarde ¡Maldita sea! Me acerqué a la puerta respirando profundamente, era sólo el segundo día que trabajaba con ella y no sabía sobre su estado de ánimo o sus mañas, pero estaba segura de que cuando esa mujer se enojaba se volvía una fiera.

- Llegas tarde, Katina - Su voz sonó fría y grosera.

- Lo siento señorita Volkova, el tráfico no fue nada fácil.

- Sería bueno que te levantaras más temprano para evitar ese problema - Dijo dando la vuelta enfrente de mí.

Yulia me miró de la cabeza a los pies con intensidad, sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo con la forma en como me miraba.

- Entendido - Dije y ella asintió.

- ¿Qué tenemos para hoy?

- Tiene una reunión con los accionistas de la empresa sobre contratos futuros, después tiene un almuerzo con Aleksey y más tarde revisaremos los balances.

- Cancela cualquier compromiso para la noche, ya tengo uno - Dijo rápidamente.
Inmediatamente me pregunté que iba a hacer por la noche o a quien iba a ver, pero tuve que suprimir tales preguntas, eso no era de mi incumbencia.

Pasamos la mañana en la reunión con los accionistas y en esos pocos minutos pude ver lo impresionante que era Yulia. Ella no era dulce y suave sino autoritaria y grosera. Era extraño, pero eso me atraía mucho, no tenía mucha experiencia con mujeres anteriormente, pero ninguna me atrajo de esta manera ¿Qué me estaba pasando? Una mujer como Yulia nunca me prestaría atención.

El resto del día fue tranquilo, estábamos a la mitad de la tarde ya y nos encontrábamos en su oficina revisando los balances. Su aroma inundó mis fosas nasales, un buen y fuerte aroma embriagador.

- Se puede - Escuché una voz detrás de mí, al mirar encontré a una mujer sonriendo.

Vi a Yulia sonreír.

- Claro Kat, pasa.

La chica entró cerrando la puerta tras de sí, debía de admitir que era muy guapa, tenía el pelo negro y largo, su piel era un poco bronceada y su cuerpo era delgado, pero tonificado, ella me dio una mirada evaluativa que me hizo sonrojar.

- Es todo por hoy, Katina.

Asentí y me retiré de la oficina un tanto molesta por dejarlas solas.


[Yulia]

- Tú, maldita, ni siquiera me has llamado ¿acaso tengo que venir a buscarte? - Katya habló fingiendo irritación.

- ¿Tienes una idea de cómo estoy saturada de trabajo? Mira todo esto - Señalé la enorme torre de papeles en mi escritorio.

- No me importa, una llamada no te toma mucho.

- No he tenido tiempo, Zotova - Dije tratando de tranquilizar la situación.

- Si como no, tu estás bien ocupada viendo al escultural cuerpo que tienes aquí en la empresa - Habló en tono malicioso y de pronto estalló en carcajada, que me hizo sonrojar.

- No digas tonterías, Katya.

- ¿Qué tiene? La acabo de ver y tiene un gran volumen - Dijo haciendo un gesto con las manos, sin duda se refería al trasero de Lena.

No podía para de reír, esta mujer sin duda me levantaba el ánimo.

- Estoy aquí para trabajar, no para liarme con mis empleados - Katya asintió, reprimiendo una sonrisa.

- ¿Le has dado un vistazo?

- ¿A qué? - Le pregunté confundida.

- Me refiero a que si no les has dado una ojeada a tu secretaria.

- No Zotova, basta.

- ¿Qué, acaso estás ciega? Estoy empezando a pensar que te gustan los hombres - Puso cara de asco.

- Creo que yo también estoy pensando lo mismo - Contraataqué.

Katya se levantó.

- ¿Acaso has perdido la cabeza? Que alguien ayude a Yulia Volkova - Dijo en voz alta.

- Cállate, Katya - Dije riendo.

Ella volvió a sentarse de nuevo frente a mí.

- Está claro que no me gustan los hombres, sólo bromeaba.

- Vale, pero hablando en serio ¿no le has echado un vistazo?

- Claro que si Kat, la vi desde que llegué aquí - Admití, vi cómo se formaba una gran sonrisa en sus labios.

- Eso es todo, ella es muy hermosa ¿Cómo se llama?

- Elena Katina, no la conozco bien, sólo llevamos trabajando dos días, ella parece ser muy trabajadora y un chica muy recta.

- ¿Sabes si es lesbiana? - Su pregunta me desconcertó.

- No, no sé la vida personal de mis empleados.

- Averígualo, quiero saber más sobre ella.

- Eres una cazadora, no se te escapa ninguna - Dije riendo.

Katya rió con un aire de satisfacción.

- Vivimos en una selva, Volkova.

- No, pero ya hablando en serio, no creo que Lena sea así, ella se ve que es una buena chica- Dije acomodando unos papeles.

- Acabas de decir que apenas la conoces ¿Cómo sabes que es una buena chica?

- Sólo es una opinión.

- Tu no quieres que yo me lie con tu secretaria porque la quieres para ti ¿verdad? - Preguntó acusativamente, yo sólo me eché a reír.

- No Kat, yo estoy interesada en alguien más - Le dije tranquilamente.

Los ojos de Katya se agrandaron y se acercó a mí como si me fuera a decir un secreto.

- ¿Quién? Hace dos días, no había nadie ¿Cómo es que ahora tienes a alguien?

- No tengo a nadie, sólo quiero conocer a una persona, cuando la conozca te lo diré, te lo prometo - Le dije levantándome de la silla.

- Dímelo ahora.

- No, luego - Dije en voz baja.

- ¡Yulia! - Gritó haciendo un berrinche.

- No te diré nada Zotova, deja de insistir - Le advertí - Ahora si me disculpas tengo una reunión.

- Vale, pero te advierto que esto no se va a quedar así - Dijo caminando hasta la puerta.

- Ya te dije que te lo diré, sólo no ahora - Le dije antes de que saliera de la oficina.

Lo que quedaba de día pasó rápidamente, Lena y yo terminamos de hacer los balances y después de mi conversación con Katya empecé a mirar más a mi secretaria, que por cierto era muy guapa. Ella mantenía la cabeza abajo mientras escribía en su libreta cada compromiso que tendría el siguiente día. Yo no creía que fuera el tipo de chica que caería en las redes de Katya tan fácilmente, Lena parecía ser alguien serio, no podía negar que a pesar de su timidez era muy atractiva y hermosa, de hecho pensé en la probabilidad de que pudiera ser lesbiana o bisexual.

Miré su expresión tranquila mientras escribía, estaba sentada con las piernas cruzadas dejando a la vista sus muslos más de lo que debería. Pasé mi vista por su piel blanca hasta llegar a su escote el cual se podía ver un poco por la forma en como estaba sentada, si no me equivoco llevaba un sostén negro. Negué con la cabeza por mis repentinos pensamientos. Por dios, Katya sólo vino a poner pensamientos obscenos en mi cabeza.

- Ya tengo todo anotado, señorita - Dijo poniéndose de pie.

- Muy bien, entonces mañana me pones al tanto ¿vale? Ya está libre por hoy, señorita Katina, que tenga una linda noche - Lena asintió.

- Si señorita, buenas noches - Dijo antes de salir.

Katya tenía razón, Lena tenía un buen trasero.

Estuve un par de horas más en la oficina tomando un poco de whisky y decidiendo si ir o no al club, con la información de Olya, Ginger Apple estaría ensayando, era una gran oportunidad para acercarme ¿será que necesitaba de una stripper para satisfacer mis deseos? Incluso sabiendo que Ginger Apple no era una prostituta, quería al menos una noche con ella, tenía que tocar ese cuerpo que me encendió aquella noche. Cerré los ojos viendo aquellas imágenes donde ella bailaba de manera sexy para mi ¿Qué rayos pasaba conmigo? Ella bailó para todos ¿no?

[…]

El club estaba más lleno que ayer, en algunos rincones los hombres estaban sentados junto con mujeres con poca ropa, interiormente pedí no encontrarme a Ginger Apple con alguno de ellos. Caminé cerca de unas mujeres que me miraron como presa apetecible, enderecé mi abrigo y seguí caminado, segundos después pude ver a la mujer que me dio la información sobre Ginger Apple.

- Olya ¿verdad?

La mujer se giró para mirarme y me sonrió.

- ¿Quieres algo? - Preguntó amablemente.

- Si, un whisky, por favor.

Olya fue a la barra para prepararme el whisky.

- ¿Me recuerdas? - Pregunté antes de tomar un poco de mi bebida.

Ella parecía estar analizándome y luego asintió.

- Si, viniste a ver a Ginger Apple ¿no?

- Exacto ¿ella está aquí?

- Si, está en el escenario de atrás, si gustas pasar - Dijo sonriendo.

- Gracias - Dije antes de retirarme.

Caminé por un pasillo que sólo estaba iluminado por una luz roja, me preguntaba ¿qué estaba haciendo allí y por qué no me iba? Mi cabeza me gritaba que saliera de ese lugar, pero mi cuerpo simplemente obedeció mis deseos y mi deseo era verla.

Continúe caminando hasta que comencé a escuchar música y la vi bailar. Se movía sensualmente con el sonido energético de la música. Ginger Apple no estaba vestida como aquella noche, esta vez llevaba un short negro dejando a la vista sus piernas largas y definidas, en la parte de arriba tenía una blusa corta color negro que dejaba ver un poco de su sexy abdomen, llevaba una playera de lana con cuadros amarrada a la cintura, su cabello estaba dentro de una gorra negra que finalizaba en una larga coleta… toda ella estaba jodidamente sexy.


Me senté en una de las mesas más cercanas para poder ver el espectáculo, por suerte ella no había notado mi presencia y di gracias por ello, yo quería que bailara libremente. El ritmo frenético de la música y los movimientos de su cuerpo me hipnotizaron, mis ojos no se movían de su cuerpo, ella sabía cómo aprovechar el poder que tenía: su cuerpo, aquello era un arma para poner a cualquiera a sus pies. Rodó varias veces y luego se levantó lentamente pasando sus manos en cada parte de su cuerpo que me gustaría tocar, caminó con calma hacia una silla donde se sentó con las piernas cruzadas de forma sensual y dolorosa para mí, el ritmo de la música cambió y con eso sus piernas se abrieron sensualmente. Pude sentir como mi cuerpo comenzaba a calentarse, tomé un sorbo de mi whisky sin apartar los ojos de ella. Se levantó y caminó lentamente hasta el frente.

- Santo dios - Dije al imaginarme escenas extremadamente prohibidas con esa mujer.

Me mordí el labio cuando sus manos se deslizaron de nuevo por todo su cuerpo, no podía explicar lo que sentía cuando ella pasó su mano por sus senos y cintura, parecía como si estuviera teniendo sexo salvaje. Esta mujer me estaba volviendo loca. Se arrodilló y miró hacia delante a través de su máscara ¿Cómo esa mujer podía hacerme sentir tantas cosas sin siquiera tocarme?

Confieso que me sentí caliente cuando la música finalmente acabó. Ginger Apple terminó sentándose en la silla de nuevo haciendo una inclinación con su cuerpo, creo que ya era hora de que se diera cuenta de mi presencia, así que junté mis manos y comencé a aplaudirle a la mujer que me acababa de hacer perder la razón.

Me gusta!! Gfacias por la historia

Muero por leer el siguiente capituló

Ay caramba esto se esta poniendo buenisiiiiiiiiiimo menos mal que este fic lo posteas todos los días

Holaaaaaa!!!!! Actualización!!!

A leer!!!

Capítulo 6 (Más tiempo juntas)

[Lena]

Cuando terminé de ensayar, se escucharon aplausos en el fondo. Me levanté de la silla para mirar, pero la fuerte luz me impidió ver quien aplaudía. Bajé las escaleras para encontrarme con Yulia Volkova. En ese momento me resumí en tres palabras: miedo, nervios y excitación. Yulia me miraba con intensidad, sentí mi cuerpo tensarse y tragué seco, el miedo gritaba dentro de mí, ella me iba a descubrir y eso me aterraba. Calma Lena, no tengas miedo, me dije una y otra vez.

— Hoy no es el día del show — Dije bajando lo que me faltaba de escaleras para intentar alejarme de ella.

Yulia caminó lentamente detrás de mí.

— Lo sé, pero no podía esperar para verte de nuevo.

Su voz sonó ronca y rasposa. Cerré los ojos tratando de que mis sentidos no me hicieran tambalear frente a ella. Tomé mi botella de agua que estaba en una mesa y tomé un poco del líquido. “Calma”, fue lo que me dije cuando ella se acercó.

— Estuviste increíble, Ginger Apple — Podía sentir sus ojos sobre mí.

Respiré profundamente y la miré a la cara sin mostrar mi desesperación interior.

— Sólo era un ensayo, pero gracias, señorita… — Dejé que ella me dijera su nombre.

— Yulia, Yulia Volkova — Dijo extendiendo su mano.

— Mejor no, estoy sudando — Dije dándole una sonrisa.

— Así estas bellísima — Habló analizando cada parte de mi cuerpo. Me sorprendió que no me haya sonrojado — Quería verte el otro día, pero tengo entendido que no hablas con clientes del club.

— Nunca pensé que volvería, muchos renuncian al primer intento.

Esbozó una sonrisa.

— No soy una mujer que se rinde tan fácilmente.

Miré sus ojos y estaban dilatados.

— Si, parece que eres una mujer decidida ¿Qué te hizo regresar? — Dije provocativamente.

— Tú — Dijo sonriendo de lado.

— Supongo que ahora quieres más ¿no?

— Te estoy deseando igual o incluso más que antes — Dijo mirando mi escote — Puedo hacer cosas que ni te imaginas.

Sonreí maliciosamente mientras me mordía el labio inferior.

— ¿Y cuáles son esas cosas? — Le susurré.

— Te puedo mostrar si quieres — Se acercó, estaba tan cerca que podía sentir su aliento en mi cara.

— Sí que eres directa, eso me gusta, pero no salgo con clientes — Dije alejándome de ella.

— Yo puedo hacerte cambiar de opinión, Ginger Apple — Dijo haciéndome parar.

Su tono de voz era firme y decidido.

— No recibo a nadie, Volkova — Dije sonriendo de lado — ¿Crees que será diferente contigo? Ni siquiera sabes si me gustan las mujeres — Dije antes de darme la vuelta para irme.

Antes de girarme noté como sonrió abiertamente. Caminó hacia mí y se detuvo a unos pocos centímetros.

— Estoy segura de eso Ginger Apple — Sentí su aliento en mi cuello — Sé que te gustan, pero si me equivoco, te gustarán.

Me volteé y quedamos cara a cara, nuestros ojos estaban en una batalla ¿Cómo puede ser tan arrogante y atractiva? Su abrigo estaba abierto, dando una visión perfecta de su camisa parcialmente desabrochada mostrando un poco de sus pechos, subí la mirada a su clavícula hasta llegar a su boca.

— ¿Cómo puedes estar segura de eso?

— Tu cuerpo me lo dice — Habló tan cerca que nuestros cuerpos estaban a nada de rozarse.

Suspiré ante el contacto cercano y me alejé.

— Ven a verme en mi siguiente show, te estaré esperando Volkova — Dije saliendo de ese lugar sin siquiera mirar atrás.

Sabía que ella estaba sonriendo mientras me miraba, pero no quise girar a verla, estaba decidida a jugar duro, tendría a esa mujer arrodillada a mis pies. Caminé hasta mi camerino, una vez adentro solté todo el aire que estaba en mis pulmones después de estar tan cerca de ella, pero ¿Qué diablos estaba haciendo? Profundizar esto haría todo más peligroso, en cualquier momento ella podría enterarse de que era Lena.

Me quité la máscara mientras me miraba al espejo, en el reflejo pude ver a dos mujeres en una sola.

— ¿Y esa sonrisa de idiota? — Olya entró a mi camerino.

— ¿Cuál sonrisa? — Me hice la tonta, pero era obvio que no me había creído.

Olya fue mi compañera de baile, siempre ensayaba con ella puesto que nadie en este lugar bailaba tan bien como ella.

— No te hagas la tonta, todo esto es por la pelinegra que estuvo aquí ¿no?

— ¿Tú como sabes eso? — Pregunté mientras se acercaba.

— Yo le dije que estarías hoy aquí, ayer vino a verte, pero no estabas — Habló mientras se sentaba en el sofá.

— ¿Ella vino ayer?

Olya asintió sonriendo.

— Llegó y bebió un poco, entonces me preguntó si te presentarías, le dije que no y como la vi un poco decepcionada le dije que los martes ensayabas aquí.

No sabía si matarla o agradecerle, aunque tenía miedo de que Yulia me descubriera, el saber que vino al club a verme me parecía maravilloso.

— Veo que has disfrutado de su visita — Dijo con una sonrisa pícara.

— ¿Qué? Por supuesto que no, ella es sólo un cliente.

— Lena, ninguno de los clientes te hace sonreír como idiota.

— No entiendes, es peligroso, Olya — Dije riendo mientras me sentaba a su lado.

Me miró confundida.

— ¿Por qué lo dices?

— Digamos que esa pelinegra es mi jefa en la empresa.

Sus ojos se agrandaron.

— ¿Estás loca? ¿Estás saliendo con tu jefa? Sabía que solo tenías la cara de santa.

No pude evitar reírme por su comentario.

— No Olya, Yulia no sabe que soy Lena y que Lena es Ginger Apple.

— Una doble identidad ¡Que locura! — Dijo tomando un poco de agua — ¿No temes que se entere? Puedes llegar a perder tu trabajo —
Su tono ahora era serio.

Asentí.

— Lo sé, tengo miedo, pero algo en mi me impide parar, ella me provoca cosas que no puedo explicar — Dije sincera.

— Estás jodida, amiga — Dijo riendo.

[Yulia]

Ven a verme en mi siguiente show, te estaré esperando Volkova.

Esas palabras se repetían en mi cabeza, mi stripper, si MI stripper, estuvo en mis sueños desde la primera vez que la vi y después de hoy empeoraría todo. Ginger Apple me había provocado descaradamente y me había gustado, habíamos empezado un juego y eso me animó a seguir.

Llegué a casa con un cosquilleo en el cuerpo debido a lo sucedido, me quedé por una hora en el jacuzzi pensando en la mujer que me hizo perder la cabeza, mis pensamientos vagaron por todas sus curvas hasta que llegué a su rostro y vi a ¿Lena? Cerré los ojos y una cara fina y delicada se transformó en una expresión dulce y relajada, algo en esa chica me atraía, aunque eran tan diferentes, tenían algo que las hacía similares. Negué con la cabeza ante esa idea fuera de lugar ¿Cómo podía unir a dos mujeres tan diferentes en una sola? Al parecer estar tanto tiempo en el agua me estaba afectando. Salí del jacuzzi envolviéndome en una toalla blanca que estaba a mi lado, miré mi rostro en el espejo antes de caminar hasta mi habitación.

Me puse mi pijama y me dormí, ya había tenido suficiente por hoy.

[…]

Eran las 7:45 y Yuri me estaba esperando fuera del edificio. Bajé y me metí al auto, tomé el periódico que estaba en el asiento a un lado mío para leer un poco, para mi sorpresa el tráfico estaba tranquilo, así que en diez minutos ya estábamos en Industrias Volkov. Después de bajar del auto y agradecerle a Yuri, entré a la empresa y me dirigí al ascensor para ir al último piso donde estaba mi oficina.

Las puertas se estaban cerrando cuando alguien las detuvo.

— Disculpe — Dijo una voz familiar.

Lena alzó la vista y cruzamos miradas, sus ojos bajaron rápidamente.

— Buenos días, señorita Volkova — Dijo educadamente.

— Buenos días, señorita Katina, llegó temprano.

— El tráfico estaba tranquilo. Por cierto, le traje su café — Dijo entregándome el vaso de Starbucks.

— No escupiste en él ¿verdad? — Dudé antes de tomar del vaso.

Vi una sonrisa aparecer en su rostro, hoy se veía hermosa, llevaba una falda azul marino más arriba de las rodillas, una blusa de mezclilla acompañada con un hermoso collar. Tenía el pelo un poco despeinado haciéndola lucir atractiva y unos tacones azul marino, de verdad que se veía increíble, quería alabarla, pero creo que sería un poco incómodo.

— No señorita, le garantizo que no lo hice — Dijo sonriendo, haciendo el ambiente más relajado.

— Entonces, gracias — Dije tomando un poco del café — Hoy tenemos una reunión ¿no? — Pregunté mientras salíamos del ascensor.

Lena asintió tomando su libreta y buscando la programación de hoy.

— De hecho será un almuerzo con los representantes de las otras empresas.

— Odio a esos hombres, son muy exigentes en todo — Hablé con enojo — Pero confirma la reunión y me gustaría que fueras conmigo.

Ella me miró confundida y sorprendida por el pedido.

— Sino te importa, claro.

— Si, no hay problema, señorita Volkova.

— Gracias — Dije entrando a la oficina.

[Lena]

— ¿Qué vas a qué? — Nastya preguntó sentándose a mi lado.

— Iré a un almuerzo de negocios — Susurré mientras escribía en mi computadora.

Nastya me miró suspicaz.

— Esa mujer es tan cerrada ¿Cómo te pudo llamar para almorzar?

— No vamos solo ella y yo, irán los representantes de las otras empresas, así que no me esperen para almorzar.

— Viktor dijo que quería almorzar contigo ¿recuerdas? El pobre pensará que saldrás con alguien más.

A veces me sentía mal por Viktor, era un buen chico, pero no estaba interesada en él de otra manera que no fuera como un amigo, tal vez en este momento no era bueno pasar tiempo juntos, más que nada para evitar problemas futuros con Yulia, si con ella. Mi cuerpo me impedía parar, ella me atraía como un imán.

— Dile que no tuve otra opción, yo no puedo andar disculpándome con él por cosas de trabajo.

— Lena, es tu tiempo libre.

— ¿Y eso que tiene de malo? Yo iba a almorzar con Aleksey y ustedes nunca me lo impidieron y eso que él me acosaba — Dije con tono alterado.

— Él no era un problema Lena, esa mujer si ¿acaso has olvidado que le gusta Ginger Apple?

Por supuesto que no me había olvidado de eso, pero era sólo un asunto de negocios y no le veía ninguna razón para desesperarme.

— Todo va a estar bien, Nastya.

— Creo que estás jugando con fuego, Lena.

— Confía en mí, no tengo nada con ella, sólo es mi jefa.

— Tú no, pero ¿Y Ginger Apple?

— Lo de Ginger Apple es otra cosa, ahora soy Lena — Dijé en voz baja.

Entendía la preocupación de Nastya, ella era como mi hermana mayor. Desde que la conozco me trataba como a su hermana menor, cuidándome de todo y de todos, sinceramente me gustaba que lo hiciera me hacía sentir segura, pero tenía razón, involucrarme con Yulia traería problemas, pero no había nada entre nosotras y haría lo posible para que eso no cambiara.

— Vale Lena, tu sabes lo que haces, sólo ten cuidado — Dijo depositando un beso en mi frente.

— Lo haré Nastya, gracias.

— Vamos a almorzar ¿verdad, chicas? — Escuché la voz de Viktor.

Miré a Nastya que me dio una mirada de “tú puedes” y se alejó.

Viktor me miró algo confundido.

— Viktor, no podré almorzar con ustedes, la señorita Volkova me pidió que la acompañara a un almuerzo de negocios.

— Pero estaba planeado desde la otra semana — Dijo desanimado.

— Lo sé, pero me lo pidió esta mañana y no pude rechazarla.

Su cara expresaba completa decepción.

— Si quieres podemos cenar juntos — Dije sin pensar.

Viktor sonrió al instante, con eso me sentí un poco aliviada.

— ¿En serio? — Preguntó dudoso.

Asentí con una sonrisa.

— Gracias Lena, paso por ti para irnos ¿vale?

— Okey, nos vemos.

Viktor asintió y se acercó para darme un beso en la mejilla, cuando se alejó, me giré y me encontré con los ojos intensos de Yulia. Al instante sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo. ¡Maldita sea! De seguro lo vio todo.


El camino hasta el restaurante fue silencioso, nos sentamos en el interior de su auto, ella leía algo en su celular mientras que yo anotaba algunas cosas en mi libreta tratando de distraerme por el silencio incómodo.

— ¿Ya tenía un compromiso, señorita Katina? — Dijo con voz fría.

— Nada importante, sólo un almuerzo con mis amigos.

— ¿Amigos? — Preguntó sin dejar de mirar su celular.

— Si señorita, almuerzo con ellos todos los días.

— Me imagino que no les agradó la idea de que yo cambiara sus planes ¿verdad?

— No lo creo, lo reprogramé para esta noche.

Yulia no dijo nada, al parecer la lectura en su celular era más interesante. Cuando llegamos al restaurante, el conductor nos abrió la puerta a ambas, entramos y nos sentamos en una mesa ya reservada donde los empresarios ya nos esperaban.

La reunión fue tranquila y aburrida, Yulia respondió todas las dudas de los hombres, ella parecía estar un poco tensa y era obvio, ellos eran unos representantes muy importantes que querían un contrato con Industrias Volkov, ella tendría que hacer un balance general para el lunes con el fin de firmar el contrato con ellos y eso era una tarea difícil, pero no imposible.

— Gracias Yulia, nos vemos el lunes entonces — Dijo el señor de pelo gris — Fue un placer conocerla, señorita Katina — Asentí con una sonrisa cordial.

— Espero que acepten nuestra oferta — Yulia habló dándole la mano al hombre.

— Después le daré mi respuesta, señorita Volkova.

Los dos hombres salieron del restaurante dejándonos a las dos solas.

— ¡Por fin! Pensé que esa reunión sería eterna — Yulia dijo sentándose nuevamente.

— Fue un poco agotador ¿cree entregar los balances el lunes?

— Voy a necesitar de su ayuda para eso, digamos que desde ahora vamos a pasar más tiempo juntas, señorita Katina.

Sentí como mi cuerpo se estremeció, he pasado un buen tiempo con ella y de seguro todo sería más arriesgado y peligroso que antes.

— ¿Eso está bien para usted? — Su tono era curioso.

— Si, no hay problema.

— Espero que no te importe trabajar este fin de semana, realmente necesito de tu ayuda, si quieres puedo darte una semana de descanso después de esto.

— No hay problema, yo le ayudaré, terminaremos todo a tiempo — Le dije dándole una sonrisa.

Jojojojo eso va a estar bueno

Hola chicas!!

A leer!!!

PD: Gracias por comentar y amar la historia

Capítulo 7 (Cruzando la línea)

[Lena]

Después del almuerzo regresamos a la empresa y nos la pasamos toda la tarde alrededor de documentos y hojas de cálculo. El estar con ella me hacía pensar en cosas que no debía, podría ser una locura de mi parte, pero a veces sentía sus ojos en mí, de una manera intensa como cuando ella mira a Ginger Apple, o tal vez sólo era mi subconsciente.

— Creo que podemos pasar los planos del años pasado — Habló colocando unos papeles en su escritorio. Ya pasaban de las ocho y aun seguíamos en su oficina.

— Si, sería una buena idea ¿no cree? — Dije acomodando unos papeles.

Escuché unos golpes en la puerta y vi a Viktor, él tenía una mirada seria.

— Lena ¿puedo hablar contigo?

Yulia lo miró por unos segundos y luego me miró a mí.

— Viktor… — Inicié.

— Vaya, señorita Katina — Dijo fríamente.

Cerré mis ojos por unos segundos y luego salí de la oficina.

— ¿Qué pasó con nuestra cena? — Preguntó algo molesto.

— Lo siento, pero no creo…

Negó con la cabeza mientras colocaba sus manos alrededor de su cintura en señal de irritación.

— Me estás tratando como un idiota. Me plantaste por segunda vez en el mismo día.

— ¿Qué quieres que haga? No tuve otra opción ¿crees que me gusta trabajar hasta tarde?

— Claro que tenías otra opción, esta mujer está mal, te está explotando.

— Shh… Baja la voz ¿quieres que nos escuche?

— ¿Hay algún problema? — Escuché la voz de Yulia detrás de mí.

— No señorita, yo…

— Señorita Volkova, el horario de trabajo es algo injusto ¿no cree? — Viktor preguntó desafiándola.

Pude ver como las venas del cuello de Yulia se marcaban y su mandíbula se endureció. Respiró profundo y luego habló.

— Señor Orlov, debo informarle que yo soy la presidenta de esta empresa y por lo tanto no tengo porque aclarar los horarios de mi personal, además, si es tan tarde ¿Qué hace aquí todavía?

No dudaba de que si Viktor matara con la mirada, Yulia ya estaría muchos metros bajo tierra. Debía de admitir que ni yo sabría qué contestar, las palabras de Yulia fueron precisas y arrogantes.

— Tiene razón señorita Volkova, discúlpeme.

— No hay problema, señorita Katina tan pronto como termine su conversación, me gustaría mostrarle algunos documentos — Asentí y la mujer regresó a su oficina, dejándonos a ambos solos.

— En estos días será imposible, tengo que terminar un balance general con ella hasta el lunes, lo siento Viktor.

El chico me miró durante unos segundos.

— Quédate con tu trabajo, buenas noches — Dijo antes de dar media vuelta e irse.

Si su intención era hacerme sentir mal, lo había logrado.

Respiré profundamente y regresé a la oficina de Yulia, encontrándome con una mujer mucho más atractiva, creo que olvidé lo de Viktor cuando la vi. Estaba sentada con su camisa desabrochada a la altura de sus pechos, llevaba unos anteojos que probablemente serían de descanso y su cabello estaba amarrado en una cola desordenada.

Sabía que pasar muchas horas con ella era atentar contra mi salud mental.

— Algo insubordinado tu amigo ¿no? — Dijo con un tono frio.

— Lo siento, le juro que no quise esta situación.

Yulia me miró.

— Lo sé, no te preocupes, ven Katina — Dijo ahora con un tono suave.

Acercamiento era lo que menos quería con ella en estos momentos.

— Aleksey era pésimo en los reportes, pero encontré esto ¿sabes quién lo hizo? Son increíbles — Me dio una carpeta.

— Son míos señorita — Dije sonriendo débilmente.

Yulia me miró a través de sus lentes, colocando la punta del lápiz entre sus labios, se veía tan sexy…

— Eres muy buena en lo que haces, Katina, no entiendo porque no buscas algo más.

— Digamos que no tuve muchas oportunidades, además, me gusta mi trabajo.

— También me gusta su trabajo, pensé que sería difícil encontrar una secretaria tan buena de nuevo, nunca he tenido mucha suerte con eso — Dijo  sonriendo.

— ¿Por qué? — Pregunté con curiosidad.

— Prefiero que no lo sepas — Dijo riendo.

— Ahora tengo más curiosidad.

Sonrió.

— Me he dado cuenta que no soy la persona más amable, mis secretarias no pueden con mi temperamento.

— Soy diferente señorita.

— Si puedes, créeme que te daré un premio.

— Tenga por seguro que se lo cobraré — Sonreí débilmente.

Trabajamos unas horas más, estaba muy cansada y Yulia parecía estarlo también, así que decidimos dejarlo hasta ahí, ella le pidió a Yuri que me dejara en casa y así lo hizo. Cuando llegué a mi casa, recibí miradas evaluativas por parte de Nastya y Oksana, se tranquilizaron cuando les dije que nada grave había pasado.

[…]

Al día siguiente fue lo mismo, pasamos todo el día en su oficina, saliendo sólo para comer. Viktor no me habló cuando nos encontrábamos por los pasillos, probablemente todavía molesto por lo de ayer, pero no podía hacer nada.
Oksana pasó unas horas con nosotras para ayudarnos un poco con el informe financiero.

— Le diré a Nastya que traiga los informes de los balances de los dos últimos clientes — Dijo Oksana.

— Eso sería genial señorita — Yulia se levantó de su silla — De hecho necesito todos los informes para el fin de semana que estaré aquí, así que mejor prepárenme todos los informes.

— ¿Entonces nos vamos? — Pregunté mirándola.

— Usted no señorita Katina — Dijo mirándome — Es a la única que necesito.

Oksana me miró maliciosamente, haciéndome negar con la cabeza, estaba segura que le diría a Nastya y las dos me molestarían esta noche.

Trabajamos unas horas más hasta que ya era de noche, estaba segura que todos se habían ido excepto los guardias y los conserjes. Ella estaba inclinada sobre su escritorio revisando varios archivos, me sentía exhausta, pero aún tenía que sacar fuerzas para hoy, ya que Ginger Apple bailaría. Me preguntaba si Yulia lo recordaba, pobre, con tanto trabajo creo que hasta lo había olvidado. Tenía que encontrar una manera para salir de allí, no podía fallarle a Mila, pero como si dios me hubiera escuchado, se escucharon unos golpes en la puerta, Yulia desvió la atención de los archivos a la persona que entraba.

— Hoy nos vamos de fiesta, Volkova — Escuché la voz de la mujer.

Yulia la miró fijamente.

— Estoy trabajando, Zotova — Susurró.

— Por dios, te convertirás en una máquina — La chica dijo, notando mi presencia — Hola, Lena ¿verdad?

— Si, señorita — Dije sonriendo.

— Yulia, te esclaviza aquí ¿cierto? — Preguntó divertida.

— Katya, no exageres — Yulia le dijo — Pronto me pondrás casos de esclavitud.

— Pero es cierto, hacer que la pobre trabaje hasta las diez y media, eso es esclavitud para mí.

— ¿Qué? ¿Las diez y media? — Sus ojos se ampliaron.

¡Bingo! Lo había recordado.

— Carajo, ni siquiera me había fijado en la hora, tenemos que irnos.

— ¿Por qué tanta prisa? Ahora me quiero quedar a hablar con Lena — Dijo acercándose, haciendo que me sonrojara.

Cerré los ojos y sonreí, el desfallecimiento de Yulia por perder el espectáculo de Ginger Apple era maravilloso, ella no tenía idea de que la bailarina estaba frente a ella.

— Señorita Katina, mañana continuamos, olvidé que tenía un cita muy importante — Dijo tomando su chaqueta.

— Si, pero ¿no lo va a revisar antes? — Dije provocándola un poco más.

— ¡Maldita sea! Ella ya debió de haber bailado — La pude escuchar susurrar con agonía — Eso será mañana. Katya, de pie, nos vamos.

— ¿Por qué estás tan mandona? ¿No quieres ir con nosotras, Lena?

Yulia se detuvo y nos miró ¿Se imaginan? Yulia, Katya, Ginger Apple y yo en el mismo lugar, sería imposible.

— No gracias, prefiero ir a casa a descansar — Mentí.

— ¿Estas segura? Yo soy una gran compañía — Katya dijo rápidamente.

— No lo dudo, pero realmente estoy cansada.

— Vale, te veo después, Lena.

¿Me estaba coqueteando? Yulia nos miraba desde lejos, mirando la hora en su celular, sabía que no estaba prestando atención.

— Hasta mañana, Katina — Dijo Yulia antes de salir.

Esperé unos minutos antes de correr hasta mi escritorio para tomar mis cosas, tuve exactamente media hora para llegar a Imperium y realmente esperaba no encontrarme con Yulia. El tráfico para mi suerte estaba tranquilo, no me costó mucho llegar al club.

Entré por la parte trasera del club y fui a mi camerino.

— ¿Dónde estabas? — Escuché a Nastya.

— Estaba en la oficina, por suerte salí — Dije dejando mis cosas en el armario.

— La jefa no quiere dejarte salir, por eso saldrás tarde todos los días ¿verdad? — Su tono era malicioso — Oksana me dijo que también vas a pasar el fin de semana con ella — Dijo con una sonrisa y una mirada pícara.

— Lo dices como si fuera a una casa de campo con ella, sólo estaremos en la oficina.

— Como sea, pasan demasiado tiempo juntas y eso es peligroso, pero si eso es lo que quieres, sólo puedo desearte suerte, porque está afuera en primera fila.

Sonreí enormemente, Yulia realmente estaba encantada con Ginger Apple.

— Pero tendrás que ponerte las pilas si no quieres perder a tu jefa, Tasya está en la cima ahora — Dijo Nastya seria.

— ¿Por qué lo dices?

— Ve a ver y sabrás de lo que te estoy hablando.

Salí de mi camerino y me acerqué al escenario. A través de la cortina busqué a Yulia, ella estaba en la primera fila viendo el espectáculo privado de Tasya.

¡Perra!

Respiré profundo, y sentí un repentino odio hacia esa chica.

Tasya era una de las bailarinas más antiguas del club, recuerdo que en cuanto entré a trabajar aquí, sus ojos expresaban completa desaprobación. Ella nunca había aceptado el que yo tuviera muchos más privilegios en tan poco tiempo, Tasya siempre quería un solo, pero Mila me designó esa tarea a mí y eso ocasionó problemas con ella, pero no me importaba, Lena podía ser dulce y amable, pero Ginger Apple no y yo quería a Yulia para mí.

— Esa chica es una zorra — Dije entrando al camerino.

— Eso no es nuevo Lena, pero sabemos que está justo encima de Yulia por comentarios que han pasado por aquí en la semana.

— ¿Qué comentarios?

— Que la poderosa directora Yulia Volkova viene aquí sólo para verla.

— ¿Así que todos hablan de eso? — Pregunté mientras me maquillaba.

— Si, pero sabemos que tú eres la poderosa en Imperium — Nastya dijo riendo mientras se acercaba para acomodar mi peluca.

Sonreí viendo mi reflejo, pronto cualquier rastro de la dulce Lena desaparecería, para asumir el rol de Ginger Apple. Minutos después estaba lista, sólo faltaba el último detalle, mi mascara negra.

— ¿Cómo me veo? — Le pregunté a Nastya.

— Sexy, ahora ve y quita a la perra de Tasya de tu futura esposa.

— ¡Nastya! — Dije riendo.

— Sólo digo la verdad, sabemos que ella está a tus pies, pero eso no significa que no sea un juego peligroso.

— Me gusta este peligro, Nastya — Dije caminando hacia el escenario.

Esta noche estaba un poco nerviosa puesto que bailaría especialmente para Yulia. Nunca en todos mis años bailando en Imperium, alguien me había llamado la atención, tener a esa mujer era un deseo que ardía en mi interior cada vez más. Ella estaba en la primera fila con Katya Zotova. Al principio creí que era su novia, pero por suerte me equivoqué. Pude ver como Tasya les entregó alguna bebida alcohólica. Hoy tenía que dar un paso más allá, con alguien como Yulia podía salir perdiendo ¿Y si ella se cansaba de este juego? ¿Y si elegía a Tasya? Sacudí mi cabeza para quitar esa idea de mi cabeza. Hoy decidí ponerme un short muy corto de mezclilla, una blusa blanca que dejaba al descubierto mis hombros, mi abdomen y un poco de mi espalda, junto con unos tacones blancos.

Cerré los ojos y suspiré hondo, era el turno de Ginger Apple.

[Yulia]

Las luces se apagaron y todo quedó en silencio, era obvio que ella comenzaría a bailar. Miré el centro del escenario donde en cualquier instante ella aparecería. Una chica muy guapa bailó para mí desde el momento en que llegué, parecía que le interesaba, pero nadie allí me importaba más que Ginger Apple.

Escuché la música y la vi. En ese momento mi corazón latía rápidamente, mientras mis ojos se encargaban de analizar cada detalle de su cuerpo, se veía hermosa como siempre. Ella era impresionante, sentí que mi cuerpo temblaba al imaginarme lo que llevaba en el interior. Sacudió su cuerpo de un lado a otro, dio una pose ante el público y luego desfiló con gracia en la parte delantera del escenario ¡Mierda! Era tan sexy. Sentí un calor en mi cuerpo cuando su mirada se encontró con la mía y vi una sonrisa maligna aparecer en su boca. Ella nos llevaba a un paraíso donde el placer y la lujuria eran las principales sensaciones ¿Cómo conseguía eso?  Estaba fascinada por su cuerpo y por la forma en cómo se movía. Caminó hasta el tubo bailando de forma sensual, provocando que varios hombres se la comieran con la mirada, quería verla de cerca, quería que me bailara solo a mí y como si me hubiera escuchado con pasos sensuales, llegó hasta donde yo estaba y me miró como si sólo estuviéramos las dos. La máscara que la cubría la hacía tan atractiva y tenía ganas de quitársela. Deslizó sus manos por todos los rincones de su cuerpo, moviéndose de una manera sexual. El ritmo frenético me estaba volviendo loca, quería a esa mujer para mí, la necesitaba.

Ginger Apple se mordió el labio inferior y me guiñó un ojo cuando comenzó a desabrocharse la blusa, seguido de sus pequeños shorts, dejando ver su ropa interior de encaje negro ¡Por dios! Este era mi fin, se imaginan tener a esa mujer en mi cama usando esos trajes, era tan tentador.

— Eres tan ardiente, te quiero toda la noche — Un hombre gritó mientras tiraba dinero al escenario.

Ella ni siquiera lo miró, sus ojos estaban puestos en mí, ella bailaba sólo para mí y yo no podía contener mi emoción, se movía de una manera que me hacía estremecer y sentirme mojada. Se arrodilló frente a mí, deslizando sus manos sobre su cuerpo y su cabello liso, me estaba volviendo loca ¿Cómo podía hacerme esto a mí? Se mordió el labio y se acercó a mí, me acerqué a ella y le puse unos billetes en el borde de sus bragas, ella sonrió y se puso de pie. Se acercó al centro de escenario y comenzó a bailar en el tubo. Lentamente descendió al suelo frotando su cuerpo sobre él, poco después se apartó, sostuvo el tubo con ambas manos y suspendió su cuerpo del suelo, cada movimiento era increíblemente sexy. Me sentía en un mundo paralelo, ella me seducía de una manera tan fácil, todo en ella me era atractivo, su piel, sus ojos, su cuerpo, la forma en que se movía, todo. Terminó su actuación con una sonrisa triunfal y sus ojos sobre mí, como si quisiera decirme algo.

— Estoy impresionada con esta mujer — Oí decir a Katya.

La miré sonriendo.

— Ella es increíble ¿verdad? — Le pregunté.

— Pudo ser mejor — Dijo una chica que estaba a mi lado.

— ¿Disculpa? ¿A ti quién te metió a la plática?

La chica me miró con cara de pocos amigos y se retiró. Miré a Katya quien tenía la mano en la boca para evitar soltar la carcajada.

— Estás loca, pobre chica — Su tono era divertido.

— Mejor hablemos de que quiero algo más con esa bailarina — Dije buscándola con la mirada.

— Creo que tienes una obsesión con ella ¿has oído que es intocable? Nadie puede involucrarse con ella, yo mejor prefiero probar al bombón que tienes en tu oficina.

— ¿A quién quieres probar?

— A Lena, esa mujer es una diosa y ni hablar de sus virtudes… — Dijo con cara de pervertida.

— Por dios, déjala tranquila.

Traumará a la pobre chica.

— Te garantizo que amará las noches conmigo, soy buena en lo que hago, Volkova.

— Si eso quieres, adelante, es toda tuya.

Katya negó con la cabeza tomando un poco de su bebida. Me levanté para buscar a esa mujer.

— ¿A dónde vas? — Me preguntó sonriendo.

— Te mostraré que yo también me sé divertir — Katya rió divertida.

— Eso es todo, me alegra tenerte de vuelta — Dijo dándome un abrazo.

Enderecé mi blusa y me dirigí a la barra donde estaba Olya para pedirle un whisky.

— Primera fila ¿no? — Olya preguntó entregándome mi bebida.

— Así es — Dije mientras tomaba del trago — ¿Sabes si viene por aquí?

— En general después de su presentación se va, pero creo que hoy se va a quedar.

No podía contener mi alegría al saber esa noticia.

— Te encontré — Escuché una voz femenina a mi lado.

Tenía una sonrisa en el rostro al pensar que era mi stripper, me giré y vi a la misma chica que me había bailado.

— Oh, eres tú — Dije un poco desanimada.

La chica era muy guapa, pero muy lanzada, son de esas chicas con las que te metes una noche y nada más, pero ahora yo sólo tenía un solo objetivo y era Ginger Apple. A lo lejos la pude ver bajando de las escaleras con Mila. La mujer llevó a Ginger Apple con un hombre que parecía un empresario, el tipo con una sonrisa enorme le besó la mano, lo que me hizo enfurecer. Cerré los ojos y tomé del vaso, la chica puso su mano en mi hombro y lo acarició, yo no tenía por qué ponerme así, Ginger Apple era sólo una bailarina que recién conocía, pero sentía un cierto dominio sobre ella, aunque no tuviera el privilegio. Volví a mirar hacia su dirección y vi como el hombre se le acercó para besar su mejilla e irse, Ginger Apple miró por todas partes hasta poner sus ojos en mí, segundos después se acercó.

— ¿Te gustó el show? — Dios mío, hasta su voz era sexy.

Miré a la mujer la cual estaba frente a mí con la misma ropa con la que había bailado y su inseparable mascara.

— Fue perfecto — Dije mirando sus ojos.

Estuvimos un buen rato intercambiando miradas hasta que sentí la mano de la otra chica en mi brazo, miré a la chica recordando su presencia, Ginger Apple miró su mano y luego me miró.

— Déjanos en paz Tasya. Volkova viene conmigo — Habló con autoridad.

— ¿Cómo estás tan segura de eso? — Preguntó.

— Debido a que vino a verme a mí, así que ya puedes retirarte.

Yo no miré a la chica, pero podía sentir la mirada asesina que le lanzó a Ginger Apple y a mí, ella simplemente se alejó sin decir nada más.

— Si lo deseas puedes ir tras ella.

— Mi única preocupación aquí eres tú.

Sonrió y se sentó en la silla, yo estaba parada y me acerqué más a ella.

— ¿Quieres algo de beber? — Pregunté mirándola.

— Vamos al punto Volkova — Dijo tomado el vaso de mi mano y tomando lo que quedaba de whisky — ¿Qué quieres de mí?

La miré sorprendida y sonreí con las imágenes sucias que llegaron a mi mente.

— Te quiero a ti — Dije colocando ambas manos alrededor de su cintura.

Estábamos demasiado cerca mientras nos mirábamos fijamente y en esos ojos color verdes podía ver lo mucho que deseaba lo mismo.

— No siempre podemos tener todo lo que queremos ¿sabes?

— Siempre tengo lo que quiero y eso no tiene por qué cambiar ahora — Dije con firmeza.

Vi que ella miraba mis labios y después subió a mis ojos, me deseaba tanto como yo a ella, me acerqué más, pero sus manos tomaron mis hombros impidiendo que me acercara.

— Vamos a hablar — Dijo escapando de mis brazos.

Sonreí y la seguí por un pasillo, mientras caminaba delante de mí me daba una gran vista de su trasero, por dios, tenía unas curvas que deseaba tocar.

— Espera — Dije tomándola del brazo haciendo que chocara contra mi cuerpo — Creo que podemos hacer algo mejor — Dije atrayéndola hacia un rincón oscuro y vacío.

La puse contra la pared, por lo que mi cuerpo se estrelló contra el de ella, no había mucha luz, pero podía ver sus ojos y en ellos vi lujuria y deseo. Ella se humedeció los labios y sonrió maliciosamente, esta mujer era mi perdición.

— ¿Por qué lo haces? — Le susurré.

— ¿Qué cosa? No estoy haciendo nada.

— Me descontrolas con tus acciones, pero no te emociones, yo soy la dueña de mi voluntad.

— ¿Ah, sí? Demuéstramelo…

Anhelaba besarla, pero la máscara que cubría casi la mitad de su rostro, obstaculizaba mi oportunidad, le puse una mano en la cara para tomar la máscara, pero rápidamente su mano estaba sobre la mía deteniendo mi acción.

— Ni siquiera lo intentes – Susurró mirándome a los ojos.

— No quiero que nada se interponga en mi camino.

— ¿No? — Su mirada era tan intensa que estábamos más cerca.

No dije nada, ella lentamente llevó sus manos a la bufanda que tenía en mi cuello sin dejar de mirarme a los ojos, sentía todo mi cuerpo arder por tenerla tan cerca, todo lo que yo quería era poseerla en ese mismo momento. Llevó la bufanda a mi rostro y vendó mis ojos con cuidado.

— Pero que… — Intenté decir, pero me interrumpió.

— Shh… Calla Volkova — Su tono era decisivo y eso hizo que mi deseo aumentara.

— Pero… — Intenté hablar de nuevo, pero no me dejó.

— Cállate y bésame… — Susurró.



Viktor y Tasya deberían desaparecer , casarse y tener bebés!!!

Existante ehhhh.

OMG !!!!!

Actualización!!!!

Capítulo 8 (El beso)

[Yulia]

Sin ver nada, deslicé mis manos sobre su rostro que estaba descubierto de aquella máscara negra que momentos antes traía. Sus rasgos eran delicados y sensuales, su cara era fina y muy bien diseñada. Arrastré mi pulgar por su rostro hasta llegar a sus carnosos labios, en todo momento ella permaneció inmóvil.

— Eres hermosa — Susurré.

Sonrió, estábamos tan cerca que podía sentir su aliento caliente en mi cara. Comenzó a acercarse hasta que sentí sus labios en contacto con los míos. No tenía manera de explicar las sensaciones que me dio con un gesto tan simple. Tomé su labio inferior pidiendo permiso para profundizar el beso, entreabrió su boca dándome total acceso, deslicé mi lengua y tuvimos una pequeña batalla, la cual obviamente gané. La acerqué más a mí de forma posesiva mientras usaba mi lengua experta con ella, sus manos fueron a la parte posterior de mi cabeza para evitar que me alejara, si claro, como si eso fuera a pasar. Todo el lugar emanaba deseo y lujuria. Pasé mi lengua por sus labios y ella la succionó, logrando que la pegara más a la pared, estaba perdida con tan sólo un beso. Tiró de mi labio con sus dientes haciéndome gemir levemente y segundos después volvió a tomar mi boca para un beso más intenso y salvaje.

La tomé de la cintura firmemente para juntarla más a mi cuerpo, si eso era posible, estaba en llamas, el instinto animal de hacerla mía era tan grande que ya no aguantaba. Comencé a descender mis besos hasta su cuello. Pasé mi lengua por su punto sensible y pude sentir como se estremeció ante mi toque.

— Yul… — Susurró en mi oído roncamente.

No paré, al contrario pasé mis manos por su columna vertebral hasta terminar en su trasero que apreté deliciosamente, todo eso acompañado por un camino de besos que iban desde su cuello hasta el lóbulo de su oreja que rápidamente mordí haciéndola gemir, ella apretaba mi cabello causándome un dolor placentero. Segundos después se alejó, provocando que me detuviera.
Acerqué mí mano a su cara dándome cuenta de que ya se había puesto la máscara, así que me quité la bufanda y la vi que tenía una sonrisa tonta en los labios, lo cual me hizo sonreír también.

— Tengo que irme — Dijo jadeando.

Nos observamos intensamente por unos segundos.

— Quédate conmigo Ginger Apple.

— No puedo.

— Un beso no es demasiado — Dije tomándola por la cintura para pegarla a mí — Podemos ir a otro lado si tú quieres.

Sonrió y tomó la bufanda de mi cuello para ponérsela.

— Ven mañana, te estaré esperando — Dijo saliendo de mis brazos, pero antes de que se alejara, la tomé de nuevo para atraerla y besarla por última vez.

El beso fue breve, pero magnifico como el primero. Me miró por última vez a los ojos antes de alejarse, sin duda estaba a su merced, la vi caminar lejos mientras me miraba con una sonrisa victoriosa combinada con una diabólica.

[Lena]

Miré por última vez hacia atrás, viendo cómo se recargaba contra la pared en donde nos habíamos besado con una sonrisa de idiota. Entré a mi camerino, me recosté en la puerta y cerré los ojos todavía sintiendo sus labios ¿Cómo podía besar tan bien? La adrenalina y la emoción por haber hecho eso, hicieron que sonriera como idiota.

— ¿Y esa cara de tarada, Katina? — Escuché a Nastya.

Abrí los ojos y la miré confundida, pero inmediatamente asimilé su pregunta.

— ¿Qué cara? — Dije mientras me acercaba al baño para cambiarme.

— Esa cara de idiota con la que llegaste, sé que me ocultas algo, así que mejor dilo de una vez.

— No oculto nada, Nastya — Dije mientras guardaba la ropa que me había quitado.

— No puedes engañarme, Katina ¿Qué travesura hiciste? Fue con Volkova, ¿no? ¿O porqué esa bufanda?

Creo que mi expresión lo dijo todo, porque Nastya me veía con cara maliciosa.

— ¡Lena!

— Shh… — Le cubrí la boca con la mano — Habla en voz baja ¿acaso quieres que sepan quién soy?

— No, pero quiero que me digas que hiciste con tu jefa.

Me alejé de ella quien me miraba esperando una respuesta.

— Me besé con ella — Dije rápidamente.

— ¿Qué? Ginger Apple, habla bien — Dijo confundida.

— Nos besamos, Yulia Volkova me besó y fue el mejor beso de mi vida — Dije abrazando la bufanda de Yulia.

Nastya abrió los ojos en estado de shock.

— ¿Estás loca?

— No pude evitarlo, me vuelve loca, no tienes idea de lo que es estar en brazos de esa mujer.

— Si sabes que estás jugando con fuego ¿verdad? — Sus ojos mostraban preocupación.

— Ya no puedo más Nastya, me gusta y me quiero quemar en el fuego que ella me proporciona.

— Yulia te va a volver loca, ella te querrá tener siempre.

— Y me tendrá.

— ¿En serio? — Preguntó dudosa.

— Si, no puedo evitarlo.

— Vale, sólo espero que todo salga bien, Lenita — Dijo resignada, dejándome sola.

Nastya tenía una vez más la razón, este era un juego peligroso, pero ya no había marcha atrás, Yulia desde la primera vez que la vi me transmitió deseo. Me apoyé en el tocador y cerré los ojos volviendo a recordar el beso y la forma en como me había hecho estremecer con su tacto, joder, estaba perdida.

Guardaba todas mis cosas en mi morral cuando alguien entró al camerino.

— Ya guardé todo, vámonos Nastya — Dije volteándome hacia la persona que había entrado, pero no era Nastya — ¿Qué haces aquí? — Pregunté con fastidio.

Tasya me estaba mirando con cara de pocos amigos, pero no me importó.

— ¿Te crees la dueña del club, Ginger Apple? — Su tono era áspero.

— Mira Tasya, honestamente no estoy de humor como para soportar tus crisis — Tomé mi morral y caminé hacia la puerta, pero ella me detuvo a medio camino.

— No te metas conmigo ¿entendiste?

— ¿Dime cuál es tu maldito problema conmigo? Porque hasta hoy no lo sé.

— Mi problema eres tú y que quieres todo lo que es mío.

Solté una risa sarcástica de todas las estupideces que salían de su boca.

— ¿Lo tuyo? Por favor, tengo mucho más de lo que tú tienes.

Me estaba matando con la mirada, pude ver las venas de su cuello marcarse de irritación, pero respiró profundo, para intentar calmarse.

— Te robaste mi lugar, siempre has querido ser yo, eres una maldita perra celosa.

— Creo que estás confundiendo las cosas, no puedo estar celosa de alguien que está más abajo que yo — Dije mirándola completamente seria — Nunca serás tan buena como yo y si le estabas dando un espectáculo privado a la empresaria, olvídate de ella, porque sólo viene para verme a mí — Hablé con una sonrisa victoriosa, viendo como sus ojos despedían fuego.

— ¿Quién dice eso? La empresaria estaba tan interesada en mí como en ti.

— ¿En serio? ¿Entonces porque no corrió detrás de ti?

— Eso no significa nada, te voy a demostrar que la próxima vez se irá conmigo.

— Si lo consigues después de saber cuantas veces gimió mi nombre, ¿perfecto?

La puerta se abrió dejando ver a Nastya quien nos vio con una mirada curiosa, entró rápidamente y se paró a mi lado.

— ¿Qué está pasando? — Preguntó mirando a Tasya.

— Tu amiga que no se cansa de querer todo lo que es mío.

— ¿Y qué sería eso? Porque según yo, tú no tienes nada.

Solté una risa al escuchar a Nastya, nadie en el mundo me defendía como ella.

— Idiotas — Dijo saliendo del camerino. Azotó la puerta provocando una risa divertida en nosotras.
Nastya tomó sus cosas y salimos del club.


[Yulia]

Probablemente no dormiría esta noche, todavía sentía la emoción de tener a esa mujer en mis brazos. Me serví un trago y salí a la terraza, la noche estaba maravillosa. Me senté en una silla, sintiendo la brisa fresca de la noche la cual me hizo temblar. Saqué de una cajetilla y tomé el último cigarro que me quedaba. Yo no solía fumar, de hecho ya había dejado ese hábito, pero esta noche lo necesitaba. Lo encendí y le di una calada sintiendo como la nicotina entraba en mis pulmones y relajaba mi cuerpo. Dejé escapar el humo mientras cerraba los ojos recordando lo que había pasado. Ginger Apple me estaba volviendo loca, por dios, en tan poco tiempo me encontré perdida ante los deseos de una mujer que apenas conocía ¿Qué estaba pasando? La imagen de su baile sexy de esta noche martillaba una y otra vez en mi cabeza y ni hablar de la suavidad de sus labios moviéndose entre los míos.

— Yul… — La forma rasposa y llena de lujuria al pronunciar mi nombre me estaba alucinando. Aspiré de nuevo el cigarro y solté el humo segundos después.

Estuve un tiempo perdida en mis pensamientos, cuando decidí entrar.


Ya eran las 7:00 del sábado. Me arreglé y me fui a la empresa, salí del elevador a paso lento, pero antes de llegar a mi oficina me encontré con Aleksey.

— Yulia, me alegra verte, quería hablar contigo — Le di una sonrisa irónica.

— Venga a mi oficina, ahí podemos hablar mejor — El asintió y caminó a un lado mío hasta mi despacho.

Lena ya estaba en su escritorio concentrada en varios papeles que creo eran los balances en los que trabajábamos, tan pronto como me vio, se levantó y me siguió.

— Buenos días señorita Volkova, buenos días señor Aleksey.

— Buenos días, Lena — Respondí caminando hasta mi escritorio.

— Hola Lena, veo que Yulia te hace trabajar hasta los sábados.

Miré a Lena quien le dio una sonrisa forzada, cosa que me causó un repentino impulso de reír, era obvio que ella no se sentía tan mal.

— ¿Desea algo señorita Volkova? — Preguntó mirándome.

Me senté en mi silla mirando a los dos que estaban de pie frente a mí.

— Si señorita Katina, me gustaría un café ¿usted gusta algo, Aleksey?

— Si, un café también.

Ella asintió y se acercó a la cafetera para servir el líquido caliente en dos tazas, minutos después nos las entregó y salió de la oficina.

— Siéntese Aleksey.

El hombre se sentó delante de mí con una sonrisa.

— Lena es una gran secretaria, su único defecto fue que nunca me dio una oportunidad y eso que yo lo intenté muchas veces — Rió.

Esa era una de las razones por las que no me involucraba con los hombres, ellos veían a las mujeres como un objeto sexual para satisfacer sus deseos carnales, era repugnante. En el fondo estaba feliz de saber que Lena no era el tipo de mujer que se entregaba por dinero, de hecho, nunca había pensado eso de ella.

— Eso demuestra que ella es una mujer de calidad — Le dije seria.

— Oh, vamos, tu sabes que varias secretarias se entregan por dinero.

— Tal vez, pero me imagino que no es el caso de la señorita Katina, ella es diferente a cualquier otra chica.

El parecía incómodo por mis palabras, así que mejor fue al grano.

— He oído que estás cerrando un contrato nuevo para nosotros o que al menos intentas — Podía sentir su tono burlón.

— Si, voy a cerrar el contrato la siguiente semana.

— Mira Yulia, si no puedes no te desanimes, administrar una empresa no es tan fácil como piensas.

Solté una risa sarcástica.

— Sabes Aleksey, creo que sabes muy poco de mi trabajo administrativo, en el curso de mi vida he demostrado ser capaz de cuidar todo, prueba de ello, es que mi padre me dio total libertad para hacer lo que quiera.

— Lo sé, no dudo de su capacidad, pero…

— No tiene que decir nada Aleksey, sé muy bien lo que estoy haciendo, así que ya se puede retirar, tengo mucho trabajo por hacer.

— No se ofenda con mis comentarios, sólo quiero ayudarle.

— ¿Ofenderme? Jamás, mantengo conmigo todos los comentarios que considero importantes, que tenga un buen día Aleksey.

Con cara de pocos amigos se levantó y salió de mi oficina, segundos después entró Lena.

— ¿Cómo lo aguantaste todo este tiempo?

Ella soltó una dulce sonrisa.

— No tenía otra opción.

— ¿No soy tan inadecuada como él?

— No, yo creo que hasta este momento está siendo una gran jefa.

— Me alegra, aunque creo que estoy abusando un poco de ti.

Me di cuenta de que Lena se sonrojó al igual que yo.

— Eso sonó mal — Dije riendo — Yo no estoy abusando en otros aspecto, me imagino que a su novio no le gustaría eso.

— No tengo novio — Habló con una sonrisa de lado.

Miré a la chica bonita delante de mi ¿en serio esta mujer no tenía novio? Aunque sólo había pasado poco tiempo con ella, me di cuenta de que era una mujer con grandes cualidades, trabajadora, competente, amable y sobre todo bella.

— Pensaba que… — Empecé a hablar, pero de pronto me detuve — Olvídalo, debes de odiarme por hacerte trabajar el fin de semana.

— No, no la odio, realmente no me importa ayudarla, señorita Volkova.

— Bueno, todavía nos queda mañana ¿le importaría pasar el domingo conmigo?

— ¿Estaremos aquí?

— No, si quiere podemos trabajar en otro lado ¿hay algún lugar a donde quieras ir?

— No sé si los lugares que frecuento sean los mismos que los suyos.

— Puede que no, pero conozco un lugar que tal vez le gustará, al rato le doy la dirección.

— Okey, me parece bien — Dijo regresando a los papeles frente a ella.


[Lena]

En medio de todo el papeleo sentí un dolor de cabeza, toda esta semana había sido muy pesada. Yulia y yo estábamos revisando el proceso financiero de la empresa, ella permanecía concentrada, pero ya se notaba cansada.

— Debe de estar muy cansada — Dije tímidamente.

— Estoy tan agotada, que te garantizo que en unos minutos más mi cabeza ya no dará abasto.

— La entiendo ¿tiene hambre? Si gusta puedo pedir algo para comer.

— Eso estaría muy bien, pida lo que usted quiera.

— Nada de eso, soy tan buena amiga y gran persona que he traído comida y mi dulce compañía.

No pude evitar reírme, Katya apareció de la nada como alguien quien sabía lo que estábamos haciendo. Hoy se veía muy guapa, llevaba unos jeans descoloridos, una playera blanca con un suéter azul marino y unos tenis blancos, al parecer ya había salido del trabajo hacía un buen rato.

— Me pregunto si haz instalado cámaras en mi oficina — Yulia dijo con ironía.

Katya rió divertida haciéndome reír también.

— Buenas noches a ti también Volkova — Dijo acercándose y dejando las bolsas en el escritorio de Yulia — Hola Lena, no sabes cuánto me alegro de verte.

— Buenas noches señorita Zotova.

— Puedes llamarme Katya o Kat, no tengo problema con ello.

— Muy bien, Katya — Le sonreí.

— Mucho mejor.

Yulia nos miraba y podría jurar que sostenía una risa, puesto que se comprimieron las líneas de sus labios y sus ojos mostraban diversión.

— Traje Sushi, a Yulia le gusta, pero ¿a ti te gusta Lenita?

— ¿Lenita? — Yulia repitió.

— Si, me imagino que ese es su apodo — Le dijo mientras comenzaba a sacar la comida.

— ¿No crees que estás muy íntima con la señorita Katina?

— ¿Te molesta, señorita Katina? — Katya preguntó con el mismo tono que Yulia usó, haciéndome reír.

— No, puedes llamarme Lenita, Kat.

Katya hizo una expresión de victoria hacia Yulia quien rodó los ojos.

— Vale, pero no nos distraigas, aún tenemos trabajo que hacer — Yulia se levantó de su silla.

— Si señora — Katya dijo en forma militar, lo cual volvió a hacerme reír.

Las tres cenamos juntas, confieso que la cena fue mi perdición, me sentía un poco incómoda al cenar con ellas, Katya me daba toda su atención y Yulia apenas hablaba.

— ¿Vives lejos de aquí, Lena? — Preguntó Katya.

— No, vivo a unas cuadras.

— Si quieres puedo llevarte — Dijo animada.

— Sería muy lindo.

Yulia aclaró su garganta, levantándose de la silla con algunos papeles.

— Podemos terminar si quiere, señorita — Dije tímidamente.

— No hay problema, señorita Katina, ya es muy tarde y creo que Katya no se irá hasta que llegue a casa — Yulia sonrió.

— Tú lo has dicho, Volkova — Katya dijo desde su lugar.

Estaba claro que Yulia solo mantenía interés en Ginger Apple, dándole el camino libre a su amiga para llegar a conocerme mejor.
Era tan frustrante o bueno, no mucho. Katya era linda e interesante como Yulia, pero por alguna razón la mujer que me interesaba era la pelinegra.

— ¿O estabas mintiendo, Zotova? — Katya se levantó.

— No, yo llevaré a la señorita Katina a su casa ¿está bien para ti?

— Claro, mientras la señorita Katina llegue sana y salva a su casa está bien, mañana tenemos un largo día — Respondió Yulia guardando unos papeles en su archivero.

Hablaban como si no estuviera allí, no era divertido, me sentía incómoda.

— Creo que es mejor dejar el paseo para otro día, Katya.

— No, Lenita ¿Por qué? — Pude ver a Yulia sonreír mientras tomaba su abrigo.

— Mejor otro día ¿vale?

— Bien, disfruté hablar contigo, Lenita, y puedes estar segura de que estarás en mi cabeza.

Me sonrojé violentamente ante su coqueteo.

— También disfruté hablar contigo Kat, buenas noches señorita Volkova.

— Buenas noches Katina, nos vemos mañana.

Salí de la oficina y comencé a arreglar mis cosas, pero algunas se cayeron al piso. Dejé salir una mala palabra en forma de queja hasta que oí la voz de Katya dentro de la oficina y me acerqué un poco más para escuchar.

— Eres una autoritaria Volkova, perdí la oportunidad de estar a solas con ella — Escuché la risa de Yulia por toda la oficina.

— Deja de ser tan dramática, ya tendrás otras oportunidades para verla, después de todo eres un tigre detrás de su presa.

— Graciosa, ahora sabe que estoy interesada en ella.

— Como si no lo supiera antes, te he dicho que no eres nada sutil.

— En serio, tienes que ayudarme, mañana vas a estar todo el día con ella ¿podrías hablarle de lo bella y sexy que es tu amiga? — Katya habló en tono divertido.

— Kat, entiende que no me meto en asuntos personales con mis empleados, ella es mi secretaria ¿vale?

— ¿Y qué? Ella es hermosa y al parecer muy inteligente, te aseguro que sería muy buena amiga, te tienes que llevar bien con mi chica.

— ¿Tu chica? Ni siquiera aceptó tu paseo — Yulia rió — Déjala en paz Kat, ella parece ser muy tranquila como para que la perviertas.

— Ella no aceptó por tu culpa y tú no sabes nada, puede que tenga su lado sensual — Podría jurar que Katya tenía una sonrisa pícara.

Se hizo un breve silencio, al parecer Yulia analizaba la probabilidad de esa idea.

— ¿Acaso has bebido, Zotova? Lena parece vivir para esta empresa, es muy callada y tranquila.

— Nadie sabe lo que uno esconde, Volkova.

Me alejé, me coloqué mi bolso en el hombro y me alejé rápidamente. Estaba nerviosa y me pregunté si Katya sospechaba algo, después de todo ella estaba con Yulia cuando yo era Ginger Apple. Debía de tener más cuidado para no ser descubierta o estaría en problemas.

Esa tasya se la discordia ya lo veo venir.

Capitulo 9 (Perdiendo el control)

[Lena]

Después del largo día, llegué a casa donde me esperaban Nastya y Oksana para cenar.

— Ya hablando en serio ¿a poco no es guapo Boris, Oksana? — Preguntó Nastya mientras caminábamos hacia la sala.

— Si, es guapo, pero no tengo tiempo para citas — Respondió sentándose en el sofá.

— ¿Escuchaste eso, Lena? Oksana no tiene tiempo para encontrar pareja ¿de dónde saca eso?

— Déjala Nastya, nuestra Oksana es así.

— No, ella está mal, el sexo es bueno para la salud ¿sabes?

— ¡Calla, Nastya! — Exclamó Oksana.

Me reí al ver a Oksana cubrir sus oídos cuando Nastya habló de eso.

— Deja de ser tan cerrada Oksana, Boris se fijó en ti, es obvio, así que mañana puedes ir más arreglada y maquillada de lo normal para impresionarlo.

— No quiero impresionar a nadie, si le gusto que sea tal y como soy ¿verdad Lenita?

— Exacto, a él le tienes que gustar tal y como eres.

— Estoy de acuerdo, pero puede perfeccionar un poco ¿no? Ve a Lena, después de la entrada de Volkova a la empresa, ella se viste más sexy y se hecha casi todo el perfume encima — Nastya dijo.

Abrí mis ojos y después le aventé un cojín.

— ¿Qué te pasa? Eso no es verdad, siempre he sido así — Dije levantándome y caminando a la cocina, para evitar el tema.

— Esta vez estoy con Nastya, últimamente te arreglas más de lo normal — Soltó Oksana.

— Están locas, eso no tiene nada que ver con Yulia — Grité desde la cocina.

— ¿Y que hay sobre Ginger Apple? — Preguntó Nastya.

— Pregúntame más tarde, ahora no sé nada de ella.

— Sinceramente me confunde tu doble identidad ¿acaso eso no es un pecado? — Preguntó Oksana.

Reí ante la pregunta de mi amiga. Tomé un vaso de agua mientras revisaba la correspondencia. Hojeé las facturas y los anuncios hasta que una carta llamó mi atención, estaba a mi nombre y rápidamente la abrí.





Esto no podía estar pasando ¡Qué demonios!

Volví a releer el papel que estaba entre mis manos para asegurarme de que no había leído mal.

— Debes aprender las técnicas de seducción. Lena puede enseñarte, ella es una experta — Nastya decía riendo mientras ambas se acercaban a mí — ¿Qué pasa, Lena? — Preguntó parando de reír.

— Es una carta de la inmobiliaria, es para mi madre, para que desalojen la casa.

— Pero ¿Por qué? Tú siempre le has enviado dinero a tu familia ¿Qué está pasando?

— No lo sé, aquí dice que las cuotas están atrasadas, no entiendo que está pasando — Dije dejando la carta en la mesa.

Desde que mi padre nos había dejado, yo era la responsable de ayudar a mi familia y gracias a Mila pude arreglar todo lo que había arruinado Mihail. Había estado pagando la casa en la que Inessa y mi hermana Anya estaban viviendo, pero por alguna razón que desconocía, no habían sido depositados los pagos. He trabajado durante años para mantener la vida que tienen, pero ahora el dinero desaparece sin ninguna explicación.

— Esto es muy raro Lenita, tienes que ir con tu madre para averiguar que está pasando — Oksana dijo acercándose a mí para frotar mis hombros.

— Ella no quiere verme, Oksana ¿olvidas que ella piensa que soy una puta?

— No lo he olvidado, pero de todos modos tienes que ir a verla y saber qué pasa con el dinero.

— Aun no sé cómo ayudas a esa mujer después de todo lo que te hizo — Nastya dijo con fastidio.

— Sigue siendo mi madre, Nastya.

El día que llegué a casa después de haber encontrado a Mila, mi madre fue inmensamente feliz por la oportunidad que tuve, un trabajo era todo lo que necesitábamos en aquel momento. Por varios meses pude ocultar el hecho de que era una stripper, mi madre creía que era la asistente personal de Mila, pero un día que terminé de bailar, entré a mi camerino y mi madre me esperaba sentada en el sofá.

[Flashback]

— ¿Eso es lo que haces para vivir? ¿Ser una puta? — Todo mi cuerpo tembló al ver su mirada de odio.

— Mamá, no es lo que piensas — Traté de explicarle.

— Eso es lo que vi, pareces una puta con esa ropa — Dijo con ira.

— No me puedes hablar de esa forma, con este trabajo las saqué de la miseria — Dije sin pensar.

— Bien, pues mantén tu sucio dinero contigo ¿ese es el ejemplo que le quieres dar a tu hermana? ¿Qué puede vender su cuerpo por dinero?

Esas palabras eran peores que un veneno, preferí quedarme callada.

— Eres asquerosa, pensé que tenías un trabajo decente, pero no, en cambio me llevo la sorpresa de que eres una prostituta.

— No soy ninguna prostituta, sólo bailo — Grité desesperada.

Dejó escapar una risa sarcástica causando un temblor en mi cuerpo.

— Bailas como una zorra, Lena ¿Cuánto te pagan por llevarte a la cama, eh…? Es una vergüenza tener una hija así.

Los gritos se escuchaban por todo el camerino y rápidamente entró Nastya asustada por el escándalo.

— ¿Qué está pasando? — Su mirada era de preocupación.

— Estoy hablando con mi hija. No, hija no, con esta puta — Sus palabras duras fueron acompañadas con una bofetada en mi cara.

Nastya se acercó a mí y me abrazó protectoramente.

— ¿Quién carajo se cree para tratarla de esta manera? Mejor lárguese antes de que haga algo de lo que me arrepienta.

— Mira estúpida, a mí me respetas — Mi madre le dijo a Nastya.

— Respeto a las personas que se lo merecen y usted no entra en esa categoría, ahora lárguese de aquí — Dijo encarando a mi madre.

— Aun no termino de hablar con ella.

— Sino se larga ahora, yo misma me encargaré de sacarla — Mi madre me dio una última mirada de odio antes de salir del camerino.

En ese momento sentí como mi mundo se derrumbaba, pero Nastya está conmigo para ayudarme.

[Fin del flashback]

Me levanté de la silla con la carta en mis manos pensando en cómo lo resolvería. Nastya me miró con una cara de desaprobación.

— No me mires así.

— ¿Qué no recuerdas todo lo que te dijo?

— Es su madre — Oksana la regañó.

Sé que Nastya tenía razón, ella sabía cómo sufrí después desde ese día, pero no podía dejar que las desalojaran.

Me acerqué a Nastya para darle un gran abrazo y segundos después sentí sus brazos alrededor de mí, vi la sonrisa de Oksana ante la escena.

— Si no fueran tan diferentes, podría jurar que son hermanas — Comentó Oksana.

— Lo somos Oksana, tal vez no de sangre, pero lo somos, ahora necesito resolver esto — Dije separándome de Nastya.

— Puedes pedirle un préstamo a Mila — Sugirió Nastya.

— Es una buena idea, pero yo no podría, me da pena pedirle tal cosa.

— ¿Qué? Eres la mejor bailarina de Imperium, Mila no te negaría nada.

— Estoy de acuerdo con Nastya, ella te ayudaría con mucho gusto, pero primero sería bueno averiguar que está pasando con el dinero que le envías a tu madre.

— Esa señora es una pesada que no me sorprendería que estuviera haciéndolo para joder a Lena — Nastya dijo.

— Por dios Nastya, basta — Oksana golpeó su hombro.

— Es la verdad Oksana, no te gustaría conocer a esa mujer. Cuando se enoja es como el diablo en persona.

— No digas ese nombre en nuestra casa, puede atraer cosas malas — Oksana la reprendió.

A pesar de la mala noticia, ellas lograban sacarme una sonrisa, pero no me hacía olvidar el problema que tenía.

Doblé el papel y lo metí de nuevo al sobre.

— Ve a despejar la mente Lena, ya es tarde.

— ¿De que estas hablando? — Pregunté confundida.

— Es sábado, recuerda que Volkova te espera — Nastya dijo con una sonrisa pícara.

Miré mi celular para ver la hora, notando que ya era tarde, con todo lo que había pasado olvidé que Yulia iría a verme hoy.

— Por dios, ya es tardísimo — Dije tomando mi bolso para después salir del apartamento.

[…]

Me puse el último accesorio para finalmente desaparecer por completo a la dulce Lena. En el espejo sólo veía el reflejo sensual de la mujer que pondría a Yulia a sus pies esta noche. Cuando me acerqué al escenario, la vi sentada en primera fila como siempre y no pude evitar sonreír. Estaba vestida de manera casual, unos shorts y una blusa negra con una chaqueta verde, se veía muy sexy.

La luz iluminó mi cuerpo y vi sus ojos ardiendo en mi piel. Estaba allí por mí y sin poder evitarlo, de nuevo bailaría para ella. Comencé a bailar sensualmente. Sus ojos azules en ningún momento se despegaron de mí, su mirada tan intensa me hacía estremecer, podía sentirme excitada con tan sólo su mirada. Caminé de la forma más sensual posible hacia ella. Juraría que sus manos apretaron sus muslos. Dejé escapar una sonrisa ante su acción y después me mordí el labio inferior, haciéndola sonreír y negar con la cabeza.

Me dirigí hacia el otro lado del escenario donde varios hombres estaban gritando como locos, ellos no me emocionaban tanto como ella, pero esta noche quería provocarla. Comencé a bailar sensualmente para los hombres de traje que bebían y aventaban decenas de billetes al escenario, uno de ellos se puso de pie para poner un fajo de billetes en las medias que llevaba. Miré a Yulia quien apretó la mandíbula y fulminaba al hombre, fue emocionante verla actuar así, que me hizo pensar en imágenes donde poseía mi cuerpo con furia, eso me hizo sentir caliente y mojada. Tomé la primera pieza de ropa para jugar con ella y provocar a los hombres delante de mí que al instante se volvieron locos. Volví a mirar a Yulia y su ira era tan evidente que me provocó una sonrisa, mantuve contacto visual con ella mientras me quitaba la falda quedando en ropa interior. Sus ojos escanearon todo mi cuerpo que… ¡Joder! Me calentó más de lo que ya estaba.

Continúe con mi baile dejándome llevar por la voz lenta y sensual que impregnaba la atmosfera. Yulia me observaba mientras tomaba de su bebida. Me imaginé deslizando mi lengua por esos labios carnosos que poseía, hoy quería más de ella, quería sentirla, estaba completamente perdida, pero ella era la única que me hacía olvidar mis problemas. Antes de terminar la coreografía me acerqué nuevamente a ella, me arrodillé en el piso quedando a centímetros, pasé mi mano por mi cabello mientras mi cuerpo se movía al compás de la música. Le lancé una mirada intensa indicándole que quería verla después, sonrió de lado entendiendo el mensaje. Me levanté y caminé al centro del escenario para terminar con la presentación de esa noche, cuando las luces se apagaron. Rápidamente me fui a mi camerino, me sequé el sudor, ajusté mi mascara y me miré una última vez en el espejo antes de salir por esa mujer. Bajé las escaleras e inmediatamente la vi en el bar, segundos después su mirada se cruzó con la mía y ambas sonreímos, pasando a un lado de ella, haciéndole saber que debía seguirme así que se puso de pie y me siguió.

Pasamos el mar de personas rumbo a la parte vacía y obscura del club. Esperé unos segundos y sentí sus manos alrededor de mi cintura.

— ¿Demoré? — Su voz sonó ronca y sexy.

— No, llegaste justo a tiempo.

Yulia hizo mi peluca a un lado para aspirar lentamente mi perfume, por lo que sus labios rozaron levemente con mi piel.

— Hueles delicioso — Dijo depositando un beso en mi hombro.

Hice mi cabeza a un lado dándole total acceso a mi cuello. Deslizó sus labios por mi cuello hasta llegar a mi oreja que mordió levemente.

— Estuviste increíble esta noche, como siempre — Dijo roncamente haciéndome sentir la humedad de mi centro.

— ¿Te gustó la manera en la que bailé para ti? — Comencé a frotar mi cuerpo contra el de ella. Sus manos apretaron con fuerza mi cintura.

— ¿Querías provocarme o porque les bailaste a eso tipos? — Preguntó girándome para mirarla a los ojos.

— Ellos vienen aquí para verme, así como tú — Me miró y asintió antes de acercarme más a su cuerpo.

— Sabes Ginger Apple, no comparto lo que es mío y como sabrás tu estás incluida en eso, pero me gusta que otros deseen lo que yo tengo.

Su confianza y arrogancia me dejaban completamente loca. Miré sus manos que ahora descendían por mi espalda. Instintivamente pasé mi lengua por mis labios. Se inclinó y juntó su boca con la mía, haciéndome sentir sus suaves labios. Suspiré y su lengua entró en mi boca. El beso que me dio fue seguro y hábil que me dejó muy excitada.

— Tu eres mía Ginger Apple — Susurró abriendo mi abrigo, dejando a la vista mi cuerpo cubierto sólo por la lencería.

Abrí la boca para protestar, pero Yulia me silenció con un beso húmedo y cargado de lujuria. Su lengua se movía lentamente mientras su rodilla de colocaba entre mis piernas, mis manos fueron directamente a su pelo agarrándolo con fuerza.

Comenzamos a retroceder hasta que choqué contra la pared. Metió sus manos dentro del sostén para apretar mis pechos.

— Yul…

— Shh… — Tomó mi labio inferior con sus dientes mientras sus dedos tomaban mis sensibles pezones — No sabes cómo me vuelves loca.

Me preocupaba de que alguien nos viera, pero mi cuerpo la pedía a gritos.

— Esto es peligroso — Susurré apenas con fuerzas.

— Lo sé, pero te necesito — Habló mientras apretaba mi trasero.

Solté un gemido.

— No podemos — Dije entrecortada.

— Podemos y debemos — Susurró en mi oído antes de morderlo y después bajar a mi cuello.

Comenzó a lamerlo mientras su rodilla presionaba mi centro, mi cuerpo se sentía frágil y mi centro estaba completamente húmedo, ella era como una droga para mí. Mordió mi cuello y mis manos presionaron su cuerpo contra el mío, necesitaba sentirla en ese mismo momento.

— Quítate la máscara.

— Sabes que no puedo.

— Pero quiero ver tu rostro.

— Es un secreto — Dije mientras salía de sus brazos.

— Estás llena de secretos — Dijo mientras caminaba detrás de mí.

Me senté en el sofá de cuero que estaba allí.

— No pensé que fuera tan difícil de conquistar, señorita, eres más difícil de lo que imaginé — Habló mientras se sentaba a mi lado con una radiante sonrisa.

Rápidamente me levanté y me senté en su regazo. Ella no tenía ni la más mínima idea de que la mujer que estaba en su regazo era la misma que estaba a su lado todos los días.

— Esto es una locura — Dijo mientras inclinaba su cabeza hacia atrás.

Le bajé la chaqueta para tener más acceso a su cuello que comencé a besar.

— ¿Por qué? — Pregunté mientras continuaba dejando besos por su cuello.

— Nunca estuve involucrada con…

— ¿Con una stripper?

Besé su clavícula. Después volví a su cuello donde comencé a lamer y a morder con avidez. Yulia apretó mis muslos haciéndome suspirar.

— No hay duda, eres mi perdición, Ginger Apple — Dijo enderezándose.

— Puedo decir los mismo, Volkova — Dije mirándola a los ojos.

Tomé la bufanda que tenía en el bolsillo del abrigo para taparle los ojos como la última vez. Sonrió y tocó mi rostro como si buscara conocerme más.

— No sabes las ganas que tengo de verte, tu rostro debe de ser hermoso — Susurró mientras tocaba mi cara.

— Quien sabe, puede que ya lo hayas visto.

— No lo creo.

Se acercó a mí y segundos después sentí sus labios en los míos, no perdió el tiempo y su lengua invadió mi boca con habilidad, sentí sus manos explorando mi cuerpo que se entregó por completo a sus caricias.

Después de varios minutos de caricias, llegó hasta la fina tela de mis bragas.

— Estás tan mojada — Dijo con voz ronca, mientras que sus dedos se deslizaban por la tela ya mojada.

— Tú culpa.

— Mi culpa y sólo mía — Susurró con una sonrisa en su rostro.

Sus dedos comenzaron a moverse sobre mi clítoris por encima de la tela, mi cadera comenzó a moverse al ritmo de sus dedos. No debía de hacer esto, pero ahí estaba, moviéndome contras sus dedos, como me encantaría ver esos ojos azules llenos de lujuria y excitación, pero la bufanda los cubría.

Cerré los ojos y recargué mi frente contra la de ella dejando nuestras caras a tan sólo centímetros.

— Te odio — Susurré, seguido de un gemido de placer.

— Y yo a ti — Dijo con una sonrisa, para después tomar mi rostro y besarme.

Una de sus manos se deslizó dentro de mis bragas. Pasó sus dedos por mi humedad para después acariciar mi clítoris, juro que mi voluntad en ese momento era sólo gemir, pero no lo haría frente a ella, por puro orgullo. Dos de sus dedos entraron en mí haciendo que agarrara con fuerza su cabello, cerrara mis ojos sintiendo el placer que me proporcionaba. Comenzó a mover sus dedos con prisa provocando una ola de calor por todo mi cuerpo.

— ¡Por dios! — Gemí.

Yo quería más, quería que continuara y terminara su trabajo, pero no era el momento, tenía que guardar la poca dignidad que me quedaba, más era una tarea difícil teniendo a esta mujer masturbándome con tanta rapidez y agilidad.

— Para, me tengo que ir — Dije sin aliento.

— ¿Qué? ¿Por qué? — Preguntó con su respiración pesada.

— No es el momento para esto ¿Por qué ir tan rápido?

— Tu lo deseas tanto como yo — Dijo con suplica.

— ¿Quién te lo garantiza? — Tenía que ser fuerte, pero no podía evitar que mi tono saliera cargado de deseo.

— Tu cuerpo y tus reacciones me lo confirman.

— Cuando yo te diga lo haremos, mientras tanto respeta mi decisión.

Me coloqué la máscara nuevamente y me levanté de su regazo. Inmediatamente se quitó la bufanda de su rostro dándome la visión de sus ojos llenos de lujuria y confusión.

— Estás bromeando ¿verdad? — Dijo tomándome de la cintura.

Estaba sentada en aquel sofá con la blusa de mangas cortas, el pelo alborotado y con la piel de su cuello y pecho marcada por mis mordidas. Necesitaba ser fuerte o volvería a sentarme en su regazo y no saldría de allí sin tener un orgasmo.

“Concéntrate, Lena” Me dije a mi misma, tratando de no mirar a Yulia quien ahora besaba mi abdomen. Me incliné para quedar cara a cara con ella, pero me di cuenta que no había sido buena idea el verla a los ojos, esos ojos me hacían rendirme ante ella, pero tomé toda la fuerza de voluntad que me quedaba para mantenerme firme.

— No bromeo, que te quede claro que aquí, mando yo, Volkova — Le di un último beso antes de irme dejándola sola en aquel lugar.

Oh Dios esto se está poniendo bueno