GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
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Yulieth- Mensajes : 55
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Aixa- Mensajes : 30
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Siento no haber subido ningún capítulo ayer pero, fallas técnicas que ya se solventaron.
Gracias de antemano y un beso a todas!
A leer!!!
Capítulo 10 (Un día juntas)
[Yulia]
Escuché el sonido insistente de mi despertador. Me estiré recordando lo que pasó la noche anterior y una sonrisa apareció en mi rostro. Las imágenes de Ginger Apple estaban en mi cabeza ¿Cómo podía hacerme sentir tantas cosas? Podía recordar la sensación tan placentera al tocarla anoche, no podía creer que me estuviera excitando con tan sólo recordarlo. Sacudí la cabeza para sacar aquellas imágenes de mi mente antes de levantarme de la cama. Minutos después ya estaba lista, decidí ponerme algo casual, pero formal.
No tardé mucho en llegar a “The Coffee” una cafetería que frecuentaba desde hace años. Su temática era de París, el lugar tenía una arquitectura antigua, pero muy bien conservada. Afuera, había numerosas mesas para los clientes que querían estar al aire libre.
Entré al establecimiento y me acerqué al mostrador.
— Yulia — El señor de canas dijo acercándose a mí.
— Dominique, buen día — Le dije sonriendo.
— ¿A qué debo el honor de tu visita?
— Necesito un lugar tranquilo para trabajar y esta fue mi primera opción.
— Me alegra saber eso ¿sólo serás tú o esperas a alguien?
— Espero a mi secretaria.
— Creo que ella está aquí. Vi a una chica muy guapa caminando por el lugar un poco perdida.
— ¿Dónde está?
— En una mesa cerca del balcón, viendo la hermosa vista que tenemos — Dijo con su acento francés que lo distinguía.
— Luego, luego a encantar personas con la vista ¿no? — Dije con una sonrisa.
El hombre sonrió y me llevó a la mesa en donde Lena podría estar y estaba en lo correcto, ella estaba leyendo un libro. Tan pronto como me vio, se levantó con una sonrisa.
— Buenos días señorita Volkova.
Estaba vestida diferente a otros días. Llevaba unos jeans café claro, una blusa blanca, una chamarra azul cielo con unos tennis blancos. Su cabello estaba rizado, como de costumbre y llevaba un gorro de lana color azul marino, se veía hermosa.
— Buenos días, señorita Katina.
— Permítanme llevarlas a la mejor mesa — Dominique dijo mientras nos llevaba hasta el final de la cafetería donde había una mesa solitaria cerca de una enorme ventana — ¿Qué les sirvo? — Preguntó amablemente.
— A mí lo de siempre, Dominique — Dije sentándome en la mesa.
— Creo que necesitaré un menú — Lena dijo sonriendo.
— Por supuesto, aquí tienes — Le dijo mientras le entregaba un menú.
— Debe probar el croissant de aquí, son los mejores y ni hablar de su chocolate caliente, es el mejor — Comenté.
— ¿Se supone que debo creerle?
— Nunca le he mentido ¿o sí? — Pregunté dándole una sonrisa.
— Vale, tráigame lo mismo que a ella — Pidió mirando a Dominique.
— En un momento se los traigo — Dijo dejándonos solas.
— ¿Me tardé? — Pregunté dejando mi portafolio a un lado.
— No señorita — Dijo sonriendo.
— De verdad lo siento, llegué tarde porque tuve una noche algo… agitada — Dije recordando a Ginger Apple.
Lena sonreía, probablemente preguntándose cómo había sido mi noche.
— No se preocupe, estaba leyendo este libro sobre París, es muy hermoso.
Su mirada era de admiración hacia las fotos que había en el libro. Estaba hojeándolo tranquilamente.
— ¿Nunca has ido a París? — Pregunté con curiosidad.
— No, nunca he salido de Moscú.
— No sabes de lo que te pierdes, París es uno de los lugares más mágicos que he visto, de hecho por eso mismo me encanta este
lugar, desde pequeña venía con mi padre.
— ¿Desde pequeña venía a este lugar?
— Si, todas las mañanas mi papá y yo nos sentábamos en el mostrador y pedíamos croissant y chocolate caliente — Dije sonriendo al recordarlo — Y como este lugar tiene aires de París quise conocerlo.
— Me imagino que fue un gran viaje.
— Lo fue, pero París es un lugar romántico, así que te aconsejo que si llegas a ir, vayas con alguien a quien amas.
— Creo que por eso mismo nunca he ido, realmente me gustaría ir al lado de una persona especial.
— Muy buena decisión señorita Katina, mientras tanto, usted puede venir conmigo a este lugar — Le dije sonriendo.
— Es un lugar maravilloso, señorita.
— Puedes llamarme Yulia, hoy estamos fuera de la empresa, Lena — Dije quitándome la chaqueta.
Lena me miró durante unos segundos antes de volver al libro que estaba entre sus manos.
— No sé señorita, me siento rara llamándola por su nombre, pero si usted gusta puede decirme Lena — Sonrió.
— Imagino que tus amigos deben de odiarme ¿no? Ya que no te he dado ningún día de descanso.
— Entienden la situación. Nastya y Oksana son muy buenas amigas — Dijo tranquilamente.
— ¿Vives con ellas? Perdón por el atrevimiento, pero tenemos que hablar mientras está el croissant — Dije riendo.
Rió también.
— Si, vivo con ellas, compartimos un apartamento cerca de la empresa.
Una chica rubia se acercó a nuestra mesa entregándonos un gran croissant y las tazas de chocolate.
— ¿Qué tal? — Pregunté observando su reacción tras haber probado el chocolate.
— ¡Es maravilloso!
— Prueba el croissant, te gustará — Dije partiéndolo y poniendo un pedazo en su plato.
Lena me sonrió y pronto hizo la misma cara que cuando probó el chocolate, después de limpiar su boca con la servilleta habló.
— Sabe muy bien, es el mejor que he probado.
— Sabía que te gustaría, es el mejor de todo Moscú, aunque cuando yo los hice no quedaron tan mal — Dije comiendo de mi pedazo.
Lena se echó a reír como si hubiera dicho un chiste.
— ¿Qué pasa?
— No tenía idea de que pudiera cocinar.
— Soy muy buena cocinera, que crees ¿Qué vivo de restaurantes y enlatados? — Pregunté ofendida.
Me dio una sonrisa encantadora para luego tomar de su chocolate. Lena tenía una sonrisa familiar, como si ya la hubiera visto antes, pero no recordaba donde.
— Era exactamente lo que pensaba, no pareces alguien que cocine, lo siento.
— Le mostraré que soy muy buena cocinera, señorita Katina, le aseguro que cambiará esa opinión que tiene sobre mí — Dije con una sonrisa.
— Espero estar viva después de eso — Dijo sonriendo, al parecer ya estaba más cómoda.
Katya tenía razón, Lena era una chica interesante con quien podría llevarme muy bien.
— Bueno, creo que debemos empezar a trabajar — Dije avergonzada, no quería romper el momento.
— Claro, podemos comer y trabajar — Sugirió sacando su carpeta para sacar varios papeles.
Pasamos horas en la cafetería, pedimos varios vasos de agua para prestar atención, lo que era imposible con la mujer que estaba delante de mí. Lena era delicada y dulce que me hacía perder el enfoque, bueno sinceramente lo que más me hacía perder el enfoque era cuando se arreglaba un poco el cabello o caminaba con sus pantalones extremadamente pegados, joder ¿Qué mierda estaba pasando?
— ¿Esta bien para usted, señorita? — Lena preguntó sacándome de mis pensamientos.
— ¿Eh? — Pregunté confundida, me había perdido.
Sonrió con dulzura.
— Le pregunté que si estaba todo bien, para usted, señorita Volkova.
— Yulia, puedes decirme Yulia — Sonrió.
— ¿Todo está bien, Yulia?
— Si, todo está perfecto Lena, pero ¿podemos recalcar los gastos de materia? Admito que estoy un poco perdida.
— Claro, me sentaré aquí — Dijo sentándose a mi lado para mostrarme los papeles.
Continuamos por otro par de horas más, ya no me quedaba ninguna duda, ella era una mujer inteligente y entrenada en asuntos de la empresa, conocía de negocios y prácticamente todos los sectores.
— ¿Has pensado en dejar de ser secretaria? — Pregunté y ella me miró confundida.
— ¿Cómo?
— Eres una mujer muy inteligente, entiendes todo de administración de empresas y todos los demás sectores, tienes la capacidad de estar en un puesto como el mío.
Lena sonrió.
— Lo he pensado, pero no tengo oportunidades para eso, vengo de una familia humilde.
— Puedes conseguirlo Lena, yo sé que puedes hacerlo.
— Quien sabe, no es lo mismo.
— ¿Por qué no vamos al parque de al lado y me hablas un poco más de ti?
— Pero… ¿Y los balances?
— Tenemos todavía tiempo, almorzamos y volvemos aquí para continuar ¿te parece?
Asintió y se levantó. Le avisamos a Dominique que volveríamos en un rato, él asintió y prometió cuidar nuestros papeles.
Por algún motivo quería conocer más a Lena, ella era diferente a las demás personas que conocía.
— ¿Tú conoces bien Moscú? — Preguntó mientras caminaba a mi lado.
— Si, conozco este lugar como la palma de mi mano.
— Pero te mudaste ¿no?
— Si, viví en Paris unos años y volví para tomar la presidencia de la empresa.
Lena escuchaba todo con atención mientras caminábamos por el parque, era uno de los más grandes de Moscú, tenía hermosas áreas verdes en donde familias y amigos se divertían.
— Y me salvó de Aleksey — Dijo riendo.
— ¿Cómo lo aguantaste tanto tiempo?
— No tenía otra opción, no era tan difícil convivir con él, sólo cuando insistía en estar conmigo, de hecho a veces teníamos que estar muy cerca y me incomodaba.
— Es un idiota, no entiendo porque los hombres piensan que pueden tenernos en cualquier momento — Blanqueé los ojos — Por eso no me involucro con ninguno.
Lena arqueó una ceja en señal de confusión, pero no dije nada y mejor continuamos caminando.
— Por cierto, Katya me pidió que te hablara de ella, lo sé, está loca, pero por usted Katina.
Bajó la cabeza ¿Por qué lo hacía? ¿Dije algo malo?
— Yo ni siquiera sé si a ti te atraigan las chicas, sinceramente no tienes cara de que estuvieras de novia con una mujer — Solté una risita.
— ¿En serio? — Preguntó.
— Bueno, eso es lo que yo creo, no todo siempre es lo que parece.
— Exactamente, Yulia.
— ¿Entonces le digo a Katya que tiene oportunidad? — Pregunté sonriendo, alegre por mi amiga.
— Quien sabe, tal vez si tenga una oportunidad — Dijo sin vergüenza.
Lena continuó caminando mientras yo me quedé parada pensando en mi secretaria teniendo algo con mi mejor amiga, sería bueno ¿no? O bueno puede que no. Por algún motivo, el imaginar a Katya y a Lena juntas era algo incómodo.
Regresamos a la cafetería y continuamos trabajando el resto de la tarde, hasta que finalmente acabamos todos los balances.
Habíamos estudiado todo para no tener ninguna equivocación mañana.
— Por fin — Dije estirándome en mi asiento.
— Ya estaba harta de tantos números — Dijo relajándose en su asiento.
— Tenemos que irnos, Dominique debe de estar harto de nuestra presencia — Dije riendo.
Lena sonrió mientras guardaba todo en su carpeta, se había quitado el gorro y atado su cabello, aun así se veía muy linda.
— Tienes razón y creo que ya no tarda en cerrar.
— No, este lugar está abierto hasta tarde, espérame un momento, me iré a despedir de él — Dije antes de levantarme y caminar hasta el hombre que estaba sentado en una silla leyendo un libro.
— Dominique, gracias por todo, pero ya tenemos que irnos.
— No agradezcas nada, sabes que puedes venir y pasar el tiempo que gustes aquí y también tú amiga — Dijo con una mirada maliciosa.
— Ella es mi secretaria, Dominique — Sonreí tocando su hombro.
— Es una gran chica Yul, además de bonita y educada.
— ¿Acaso estás queriendo emparejarme con alguien?
Soltó una carcajada divertida.
— No hija, sólo digo que la señorita parece ser una gran persona, piensa en ello.
Lo miré desconfiada. Levantó las manos dando a entender que no era culpable de nada, le sonreí y lo abracé con cariño.
— Nos vemos después.
— Hasta luego hija, adiós señorita, fue un placer conocerla — Dominique le dijo a Lena quien se acercaba a nosotros.
— Fue un placer conocerlo también, señor.
— Vuelve con Yulia ¿vale? Las estaré esperando.
Lo miré y él me sonrió divertido. Salimos de la cafetería y caminamos hasta mi auto donde guardamos algunos papeles.
—Bueno señorita Volkova, nos vemos mañana — Dijo colocándose su bolso y comenzando a caminar.
— ¿A dónde crees que vas, Katina? Yo te llevaré a casa — Dije haciendo que se detuviera.
— No es necesario, puedo tomar un taxi — Dijo rápidamente.
— Nada de eso Lena, ya es tarde y no pienso aceptar un no como respuesta — Dije firmemente.
Ella abrió la boca para protestar, pero le abrí la puerta del copiloto indicándole que no tenía otra opción y sin decir nada, se subió.
[Lena]
Sí, yo sabía que ella no aceptaba un no como respuesta y no tuve otra opción que entrar al auto. El día fue difícil, no podía sacarme las imágenes de Yulia tocándome la noche anterior y se hacían más intensas las sensaciones cuando teníamos el más mínimo contacto físico, por eso mismo hacía todo lo posible para mantener mi cuerpo a una distancia segura de ella.
— Tiene que decirme donde es su casa, Katina — Oí su voz ronca.
— Vaya a industrias Volkov, de ahí yo la iré guiando — Dije mirándola, se veía mucho más atractiva manejando.
Ella permaneció concentrada en las calles por las que pasábamos, buscó a tientas el botón para encender el estéreo donde comenzó a sonar “Sex on fire de Kings Of Lion”. Permanecer en un espacio pequeño al lado de ella era peligroso, en ese momento sólo me gustaría ser Ginger Apple, quería que parara el coche y así sentir sus manos de nuevo en mi cuerpo y sinceramente la música y las luces de la calle que la hacían ver misteriosa y sensual, no ayudaban en nada.
— Sus vecinos pensaran que soy su novia — Dijo riendo.
Y como me encantaría que fuera así.
— Puede que tenga razón, pero le aseguro que les diré que es mi jefa.
— No te preocupes Lena, de hecho Dominique pensó que teníamos algo.
La miré confundida.
— ¿Hice algo que no debería? — Pregunté preocupada.
— No, tranquila, es sólo que él me conoce desde muy pequeña y como jamás llevé a nadie allí, pues creyó eso.
La miré con incredulidad, el lugar parecía ser unos de sus lugares favoritos y saber que era la primera persona en ir con ella después de su padre me hacía feliz.
— Espero que no te moleste, yo le dije que sólo trabajábamos juntas, pero es muy terco — Dijo riendo — Aunque no me importa que piense eso, usted es una mujer muy hermosa, así que está bien.
— Entonces si fuera fea ¿sería un problema? — Pregunté riendo.
Vi como Yulia quedaba desconcertada por mi pregunta.
— Tal vez, pero como no es ese el caso, todo está bien, no me juzgues, sólo estoy siendo honesta — Se encogió de hombros.
Nos miramos la una a la otra por unos segundos y pude ver como se veía hermosa con esa sonrisa donde dejaba ver su hoyuelo, muchas personas tenían la visión de una Yulia dura y grosera y aunque era verdad, nunca lo había sido conmigo.
— Tienes que guiarme Lena ¿estoy cerca de tu casa?
Desperté de mis pensamientos para indicarle a donde debía de ir hasta que finalmente y por desgracia llegamos. Yulia detuvo el auto y bajó los vidrios para analizar el edificio en donde vivía.
— Es un gran lugar Lena, parece acogedor.
— Seguro no es igual que su apartamento lujoso, pero le aseguro que si es muy acogedor.
Yulia sonrió.
— Bueno, servida señorita, siento haberla molestado en su fin de semana.
— No hay problema, le pediré a dios que mañana nos vaya muy bien y así conseguir el contrato.
— Lo conseguiremos, gracias por ayudarme y hacerme compañía.
— Gracias también a ti, fue agradable pasar el fin de semana contigo.
— Lo mismo digo.
Nuestros ojos se encontraron por algunos vergonzosos segundos.
— Eh… bueno… me voy — Dije tomando mi bolso — Buenas noches.
— Buenas noches, Katina — Dijo dándome una última sonrisa.
La miré por última vez antes de entrar a mi edificio. Subía hasta mi apartamento y vi que Oksana y Nastya ya estaban dormidas. Fui a mi habitación, tomé una ducha que duró casi una hora y me acosté a dormir ¿Dormir? ¿Cómo? Si las imágenes de Yulia me quitaban el sueño, cada día estábamos más cerca, en el trabajo y en Imperium. Mi cuerpo estaba frágil solamente de imaginar cómo podía ser tan audaz y cálida. Cerré los ojos y recreé nuestro tiempo juntas, como me ponía contra la pared, como tomaba mi boca en un beso feroz mientras que con sus manos me tocaba. Para Lena, deja de pensar en eso…
Me incorporé en la cama cerrando los ojos fuertemente y tratando de quitar esas imágenes de mi cabeza, segundos después, dejé que mi cuerpo se relajara en el colchón. Comenzaba a quedarme dormida hasta que escuché el sonido del intercomunicador ¿Quién podía ser a esta hora? ¿Por qué Oksana o Nastya no abrían? Me quejé mientras me levantaba de la cama. Caminé por la oscura casa hasta la entrada, al parecer mis amigas estaban noqueadas como para no escuchar el intercomunicador, por dios ¿qué fue lo que hicieron para quedar así?
Abrí la puerta y no podía creer a quien estaba viendo del otro lado.
— ¿Qué… que haces aquí? — Dije con los ojos completamente abiertos.
A ver chicas, si han leído todos los capítulos anteriores, podrán haber notado que solo hay dos personas pendientes de conquistar a Lena. Si descubren quien está detrás de esa puerta, subo el capitulo que develará la incógnita. Obvio, mientras más respuestas sean las correctas, más rápido posteo
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1808
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Volkatinale92- Mensajes : 81
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Yulieth- Mensajes : 55
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Fati20- Mensajes : 1280
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LENYNK- Mensajes : 20
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
A leer!!!
[Lena]
- ¿Qué… que haces aquí?
Esto era una locura, parpadeé varias veces para intentar ver a otra persona, pero no, era ella, Yulia, estaba parada frente a mí con un brazo apoyado en el marco de la puerta. Llevaba puesta la misma ropa de hoy, sólo que ahora su blusa estaba abierta dejando ver un poco de su sostén negro y su cabello estaba atado, se veía extremadamente sexy.
La miré fijamente durante varios minutos, no se veía normal, parecía haber tomado, eso podía explicar el porqué estaba aquí.
- Señorita Volkova ¿Qué hace aquí? - Volví a preguntar.
- ¿Qué hago aquí? Vengo por una explicación Katina ¿o debería decir Ginger Apple?
En el momento que dijo ese nombre, sentí como mi corazón se detuvo y después latió frenéticamente, podía escucharlo en mis oídos. Mi cuerpo comenzó a sudar y a temblar, me había descubierto, pero la pregunta era ¿Cómo lo había hecho?
- ¿Cómo es qué…?
- Eso no importa - Dijo firmemente - ¿Pensabas que ibas a engañarme toda la vida?
Yulia tenía un brillo diferente en sus ojos, estaban dilatados y feroces. Se acercó a mí, me jaló y me acorraló contra la pared. Sentí como mi espalda golpeó con fuerza contra el muro.
- No fue mi intención, Yulia - Intenté decir.
- ¿Te divertiste jugando conmigo de esa manera?
No sé lo que sentía en ese momento, Yulia estaba delante de mí con una sonrisa diabólica ¿Qué quería de mí?
- Yo no quise que eso sucediera - Dije mientras daba unos pasos hacia el apartamento.
- ¿Así que no querías? - Preguntó siguiéndome.
No dije nada, solo nos quedamos mirando.
- No debiste de haberlo hecho, Katina - Dijo.
Ella estaba parada justo en la puerta. Su mirada era una mezcla de ira, odio, deseo y lujuria ¿era posible que a plena tensión me sintiera atraída hacia ella?
- Lo siento - Susurré.
- No lo sientas, no seas una cobarde y afronta lo que hiciste - Dijo con voz aguda - Te voy a enseñar a no mentirme.
Yulia movió mi cabello hacia atrás, dejando mis hombros libres, para después acariciar mi piel levemente. Yo sólo la miraba fijamente, mis ojos gritaban ayuda y ella al notarlo me sonrió maliciosamente.
- Yulia, déjame ex… - Susurré.
- Shh… - Puso un dedo en mis labios - ¿Crees que puedes jugar conmigo y salirte con la tuya? No me conoces, Katina.
Hablo tan cerca de mí que podía sentir su aliento en mi cara, olía a whisky. Di un grito ahogado cuando sus manos tomaron mi cintura para apretarla con seguridad.
- Lo siento… - Volví a decir.
No había perdón por parte de Yulia, yo solo esperaba el momento en el que me golpeara como un gato enojado.
- Te voy a enseñar a no meterte conmigo, Lena.
Tomó mi cabello y tiró de él haciéndome levantar el rostro y así besarme. Yo no pensaba en nada, sólo sentía el miedo y la lujuria en mi cuerpo.
Sus manos apretaron de nuevo mi pelo con más rudeza haciéndome sentir un dolor placentero. Me guió y me puso contra el marco de la puerta, todo era tan salvaje y alucinado. Chupó mi lengua con rapidez, segundos después rompió el beso mordiendo mi labio inferior con fuerza, podría jurar que salió sangre. Me miró con sus ojos azules, completamente enfurecidos, dejándome sin aliento.
- Ginger Apple o Lena, tú sigues siendo mía - Yulia habló con firmeza.
- Si, sólo tuya - Me rendí.
Sonrió complacida antes de volver a tomar mis labios en un beso impresionante. Descendió hasta mi cuello para chupar mi punto débil, cerré los ojos con fuerza dejando que hiciera lo que quisiera conmigo, deshice su coleta y una vez libre apreté su cabello con fuerza al sentir como subía hasta mi oreja.
- No podemos hacer esto aquí - Le susurré sin fuerza - Alguien podría vernos.
Yulia ni siquiera me respondió, tomó mi cintura con fuerza para meterme al apartamento y cerrar la puerta tras ella. Una vez adentro, nos besamos como dos locas. Me apretó contra la puerta mientras sus manos iban desde mis muslos hasta mi trasero para apretarlo con fuerza, no pude evitar gemir levemente.
- Vamos a tu habitación - Dijo rápidamente para continuar besándome.
- No quiero despertar a Nastya y a Oksana.
- Entonces, sé una buena chica y no hagas ruido - Susurró en mi oído antes de morderlo.
Respiró profundamente antes de liberarme. Caminé delante de ella, para guiarla hasta mi habitación que sólo estaba iluminada por una lámpara de noche, Yulia cerró la puerta y me miró de pies a cabeza. Tragué saliva, sus ojos me quemaban, en ese momento estaba completamente mojada.
- Ay Katina, voy a follarte tan duro, que vas arrepentirte de haberme engañado.
Sentí como mi sexo se humedecía con esas palabras ¡Maldita sea!
Se acercó mientras se quitaba su chaqueta y la dejaba caer al suelo. Llevó sus manos a mi cintura para acariciarla suavemente, segundos después quitó mi playera dejándome sólo con mis bragas. Pasó sus manos por mi abdomen hasta llegar a mis pechos y apretarlos fuertemente. Su expresión de satisfacción no tenía precio, podía jurar que estaba ya empapada con tan solo palabras y caricias.
- Date la vuelta - Ordenó.
Obedecí rápidamente. Se agachó mientras acariciaba mi trasero, segundos después sentí una fuerte palmada en mi piel.
- ¡Ah! - Dejé escapar un grito de sorpresa.
- Shh… Imagino que no quieres que nadie te escuche.
Hija de…
Llevó sus manos hasta el otro lado, lo acarició levemente antes de darme otra palmada en el trasero. Me mordí los labios con fuerza, me estaba golpeando y lo peor de todo era que lo estaba disfrutando.
- ¿Te está gustando?
Preguntó poco después de sentir sus labios húmedos en el lugar donde me había golpeado, dio un beso suave en mi piel y después volvió a golpearme.
¡Mierda!
Sus besos subieron por toda mi columna hasta que hizo una parada en mi cuello que comenzó a besar y a morder, una de sus manos estaba en mi cintura y la otra estaba en mi pecho derecho masajeándolo y apretando con sus dedos mi pezón duro, la mano que tenía en mi cintura se movió a mi abdomen y de allí se dirigió a mi sexo.
- Yul… - Gemí levemente.
No pude evitar dar un fuerte gemido cuando sentí sus dedos en la parte húmeda de mi sexo.
- Estás tan mojada - Susurró mordiendo lentamente mi oído - Voy a follarte con fuerza.
- Te odio - Dije entre dientes.
Sabía que estaba sonriendo.
- Lo sé - Dijo comenzando a masajear mi clítoris lentamente. Me estaba provocando la muy perra.
Me retorcía ante su toque, la necesitaba, pero no podía decirle, eso sería muy humillante.
- Sólo tienes que pedirlo, Lena – Susurró sensualmente en mi oído.
- ¡No!
- Dilo - Susurró frotando sus dedos con más fuerza.
Cerré los ojos, recargándome en su cuerpo y buscando con mis manos su cabello.
- Dilo, Ginger Apple - Ordenó y movió sus dedos con más prisa.
Sostuve su cabello con fuerza mientras sus dedos se movían sobre mi clítoris con más rapidez, pero eso no era suficiente para mí, la necesitaba por completo.
- Maldita sea, cógeme por favor - Prácticamente le rogué.
- Dilo de nuevo, pídeme que te folle duro - Susurró con voz ronca y sexy.
- Yulia, por favor - Rogué antes de sentir como sus dedos entraban en mí.
…
- ¿Lena?
- Lenita ¿estás bien?
Escuché que me hablaban, pero no era Yulia, todo ya era distante ¿Qué estaba pasando?
- Lena, me estás preocupando.
Cerré los ojos con fuerza luchando por quedarme en aquel lugar con Yulia, pero fue imposible, en cada momento, la voz se hacía más fuerte.
- Lenita, por favor dime algo.
Abrí los ojos y los volví a cerrar cuando la luz me cegó. No podía creerlo ¿fue un sueño? Todo había sido un maldito sueño. Me senté en la cama mirando a mí alrededor, no había ninguna señal de Yulia.
Negué con la cabeza, estaba perdida, esa mujer me estaba volviendo loca.
- Estoy bien Nastya, iré al baño.
- ¿Segura? Parecía que estabas sintiendo dolor.
- Cólicos - Mentí.
- Vale, date prisa o llegaremos tarde y sabes que a tu jefa no le gusta eso - Dijo Nastya divertida antes de salir de mi habitación.
Sí, mi jefa, la mujer con la que juraba había pasado la noche, la mujer me estaba quitando la razón. Tomé una ducha con agua helada y en cuestión de minutos las tres ya estábamos en el edificio de Industrias Volkov.
- Dios, tuve un sueño pesado - Dije recostándome en la pared del elevador.
- Estás demasiado cansada, Yulia te chupó duro ¿no? - Nastya comentó riendo.
- Por dios Nastya ¿Por qué siempre piensas en sexo? - Oksana preguntó.
- Hubieras visto como se despertó, Oksana, estaba sudando y quejándose de quien sabe que...
¡Maldita sea con ese sueño!
- Sólo olvidé encender el aire acondicionado Nastya.
- Mejor dinos ¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo? Debes de tener telarañas ahí - Oksana miró a Nastya aterrorizada - ¿Qué? No me veas así, te apuesto que tú también lo necesitas, de todos modos ya tienes a alguien que te puede ayudar en eso - Nastya le dijo con picardía.
- ¿Quién? ¿Boris? - Le pregunté mientras salíamos del elevador.
Nastya asintió.
- Es lindo Oksana, deberías de darle chance.
- Sé que es lindo, pero no tengo tiempo para eso.
- Siempre hay tiempo para eso - Dije.
- ¿Ves? Escucha a Lena o bueno no tanto, ella se divierte entre el señor rechazado y la sexy jefa.
Me reí ante la comparación de Nastya.
- Yo no estoy dividida entre Viktor y Yu… - Di la vuelta en el pasillo chocando con nada más y nada menos que Yulia.
- Dios - Grité al estar cara a cara con la pelinegra.
Ella sonrió al verme.
- No, Yulia Volkova, un placer - Me dijo divertida por la situación - Buen día, chicas - Les dijo cortésmente a Nastya y a Oksana.
Vi una mirada traviesa en Nastya y Oksana mientras permanecían estáticas observando la escena.
- Lo siento señorita - Dije mirándola.
- No hay problema, te necesito en cinco minutos en la sala de juntas ¿vale? - Asentí y se fue, haciendo que mi respiración regresara a la normalidad.
- ¿Miedo, Lena? - Preguntó Nastya divertida.
- No, vámonos.
- Tu rostro fue tan divertido, Lenita - Oksana dijo riéndose.
- Bueno, ya se divirtieron un rato conmigo, ahora si me disculpan, me iré a la sala de juntas.
- Okey, no hagas esperar a la señorita Volkova - Nastya me guiñó un ojo a lo cual yo le mostré el dedo del medio - Guarda eso para ella - Dijo desapareciendo junto con Oksana.
- Idiota - Susurré antes de comenzar a caminar.
Caminé a pasos rápidos hasta la sala de juntas, era el momento de presentar los balances en los que trabajamos toda la semana. Al entrar la vi hablando tranquilamente con el mismo señor del otro día, su semblante era serio y preocupado. Repartí los documentos requeridos a cada miembro de la reunión y al terminar me senté en mi lugar, para que Yulia pudiera empezar.
- ¿Todo listo? - Preguntó con los ojos en mí.
- Si, señorita, todo listo.
Explicó cada página de los balances sin dudar. Analicé cada movimiento de su cuerpo y podría estar loca, pero con cada momento que pasaba me fascinaba más, era única, su voz era ronca y sexy, incluso sin querer, en ocasiones me miraba y yo sólo le daba una sonrisa tímida.
No sé cuantos minutos duró la reunión, pero para cuando me di cuenta, Yulia fue aplaudida por su presentación.
- Felicidades Yulia, sus balances son impecables.
- Gracias Egor, debo decir que tuve mucha ayuda de la señorita Katina, sin ella no hubiera sido posible todo esto.
La miré sorprendida, nunca en mi vida creería que ella me daría créditos por el balance, todos los pares de ojos se posaron en mí.
- Pues felicidades señorita Katina, hizo un excelente trabajo.
- Gracias, señor - Respondí tímidamente.
Vi a Yulia darme una sonrisa.
- ¿Vamos a cerrar el contrato? - Yulia preguntó.
- Por supuesto que si - El señor habló emocionado.
Después de la reunión, Yulia se despidió de todos, dejando a muchos felices y a otros no, como en todas partes, la envidia estaba presente, sobre todo en Aleksey, no debía ser fácil para él, en años había intentado cerrar un contrato así de importante y no pudo, pero Yulia con sólo una semana ya había tenido éxito.
[Yulia]
No sé qué pasó por mi cabeza, pero por un impulso me acerqué a Lena y la abracé fuertemente.
- Lo logramos - Dije separándome de ella.
Lena parecía sorprendida por mi actitud y a decir verdad, yo también lo estaba.
- Gracias, me ayudaste mucho - Dije mirándola directamente a los ojos.
Podría ser mi paranoia, pero podría jurar que esos ojos los había visto en otra parte.
- No hay nada que agradecer, la presentación fue suya - Dijo tímidamente.
- Pero el esfuerzo detrás de todo, no es sólo mío, sino también tuyo y te aseguro que sin ti, no podía haberlo logrado.
- No diga eso, yo sólo le di una mano.
Nos miramos durante unos segundos hasta que sentimos una presencia en la sala.
- Felicidades señorita Volkova.
- Gracias Orlov - Mi semblante cambió a uno serio - Pero no todo fue mío, la señorita Katina me ayudó - Dije mirándola con una leve sonrisa.
- Lena ya conoce el trabajo de la empresa, se cómo es de eficiente.
¿Lena? ¿Se tratan por su primer nombre? La miré y estaba entre nosotros con una mirada tímida y un tanto sangría ¿será que tenían algo? ¿Y por qué diablos me importaba eso?
- Me voy a mi oficina, la espero allí señorita Katina.
Asintió y comenzó a caminar a mi lado, cuando para mi desgracia Viktor la llamó.
- Espera Lena, quería hablar contigo.
No dije nada, ni siquiera los miré y continué caminado imaginando que ella se había quedado con él, por alguna razón yo no simpatizaba con Viktor, algo en el chico me molestaba, quizás era su personalidad o su forma de vestir o el simple hecho de que respiraba.
Entré a mi oficina y me serví un vaso de vodka. Hoy estaba feliz y nadie podía cambiar eso. El acuerdo con los socios se cerró y ahora nuestra inmobiliaria crecería más. Hoy quería celebrar, pero con la persona con quien quería hacerlo, no estaba disponible, sí, Ginger Apple, su nombre era tan dulce, ella era la dueña de mis deseos y mis pensamientos ¿Cómo podía permitir que una mujer rondara por mi cabeza? Cerré los ojos tomando de mi trago, recordando cada detalle de su cuerpo, joder, había sido tan increíble tenerla en mis brazos, me encantaba todo de ella, su cuerpo, sus ojos, sus labios, dios, sus labios, todavía podría sentir sus besos.
Negué con la cabeza ante las imágenes que estaban en mi mente, que me hacían sonreír como idiota. Abrí los ojos y me encontré con Lena frente a mí.
- ¿Está bien, señorita?
La miré durante unos segundos, era imposible que dos personas se parecieran tanto ¿no? ¿O era simplemente una tontería producto de mi cabeza? Imaginar a Ginger Apple en Lena era una locura.
- Estoy bien - Dije dejando el vaso en mi escritorio.
- Parecía distraída - Dijo con una leve sonrisa.
- Lo estaba, pensaba en alguien - Fui directa.
Me analizó por unos minutos, antes de salir de nuevo, no le presté atención y me concentré en mi celular, para hablar con Katya.
YV: Hoy cerré un contrato muy importante, hay que celebrarlo y conozco un buen lugar para hacerlo.
Minutos más tarde me contestó.
KZ: ¿Me estas invitando a irnos de fiesta? Cuenta conmigo, te llamo más tarde para ponernos de acuerdo, si quieres puedes invitar a la señorita Katina, tengo ganas de ver a ese bombón. Nos vemos.
Me reí al mirar el mensaje de Katya, pasaban los años y ella seguía siendo la misma de siempre, la chica loca y fiestera de todos los tiempos, pero así la quería.
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
[Lena]
Ya estaba estresada por tener que aguantar a Nastya y a Oksana riéndose en mi cara y para colmo nos encontramos con Olya en el restaurante de la esquina donde siempre almorzábamos, la morena se nos unió ese día.
– ¿Pueden parar? No tuve más remedio que aceptar.
– Como hacerlo, si nos acabas de decir que huiste de él como el diablo huye de la cruz – Oksana dijo riendo.
– Lo sé, pero pobre, me sentí mal, por eso acepté salir con él.
– Pero ¿Qué pasa con la empresaria del otro día? – Olya preguntó con una sonrisa.
Cerré los ojos para recordar a la mujer que me llevaba fuera de este planeta.
– No tengo nada con ella, Olya.
– Todavía no, porque seguramente ganas no te faltan ¿verdad?
Las tres me miraron con una expresión maliciosa.
– Pero si tú no te quedas atrás Oksana ¿qué hacías por el sector de finanzas?
Olya y Nastya abrieron los ojos por la sorpresa, bingo, pude cambiar el tema.
– No pasó nada ¿vale? Sólo conversé con Boris y bueno… – Tomó un poco de su bebida antes de seguir hablando – Me invitó a salir – Casi susurró.
– ¡Oh por dios! – Nastya prácticamente gritó.
Las tres nos acercamos más a Oksana como si nos fuera a contar un secreto.
– ¿Aceptaste? – Pregunté.
– ¿Tendrás relaciones con él? – Preguntó Nastya.
– ¿Quién es Boris? – Preguntó Olya.
– Por favor, basta, me llenan de preguntas – Dijo desesperada.
Las tres reímos al ver a Oksana desesperada por tantas preguntas.
– Oksana contesta – Nastya la presionó.
– Saldremos esta noche ¿contenta?
– Las fiesteras van a salir hoy ¿viste Olya?
– Podríamos salir todos juntos ¿Qué dicen? – Pregunté.
– Creo que sería genial, a Boris le va a encantar.
– ¿Esto es para evitar que tengan sexo? – Nastya le preguntó riendo a Oksana.
– Deja eso Nastya, sería genial que saliéramos todos juntos – Le dije tranquilamente.
– Lo siento, pero yo tengo trabajo, así que no podré ir – Olya dijo mientras tomaba de su bebida.
– Yo no pienso ir de chaperona – Nastya se quejó.
– Vamos Nastya, por favor, no quiero estar sola.
Nastya me miró pensativamente, sabía que no quería estar a solas con Viktor.
– Lena, estarás con él.
– Lo sé, pero es que… por favor, puedo encontrar a alguien para ti.
La chica sonrió.
– Vale, lo haré, sólo porque quiero distraerme un rato.
Sonreí ampliamente jalando a Nastya para abrazarla.
– Esas dos si no fueran hermanas, podría jurar que terminarían casadas – Olya dijo riendo.
– No, Lena es muy sexy, pero eso no es lo que me gusta de ella – Nastya dijo maliciosamente, haciéndonos reír.
Miré por la ventana, podía ver los movimientos de los coches en la calle, gente caminando de un lado a otro y en medio de todo el alboroto pude notarla. Se veía radiante con sus tacones negros y su chaqueta de marca, su imponente postura y su cuerpo esculpido con suavidad por el diablo, Yulia Volkova era simplemente perfecta. Caminó hasta su auto donde ya la esperaba Yuri, el conductor simpático. Le abrió la puerta, para luego entrar al auto y arrancar a un destino desconocido.
– Es hermosa ¿no? – Olya susurró a mi lado.
– Si, ella realmente es hermosa.
– ¿De qué hablan? – Nastya preguntó.
– De Yulia Volkova – Respondí regresando la vista a ellas.
– Digna de una portada de revista – Comentó Olya.
– Si, es una chica muy linda – Oksana habló.
– Su forma de vestir y de cómo actúa, dice mucho, no dudo que sea buena en la cama – Nastya dijo.
Sentí un ligero escalofrío por toda mi columna vertebral al imaginar cómo sería en la cama.
– Lena debe de saber – Olya dijo riendo.
– Ya van a empezar, no tuve sexo con ella.
– ¿Tampoco Ginger Apple?
Las tres me miraron en busca de una respuesta.
– No, tampoco ella, ahora dejemos el tema por la paz.
El camarero llevó nuestros postres a la mesa.
– ¿Ya resolviste la situación de la casa de tu madre? – Oksana preguntó con tranquilidad mientras comía de su pastel.
– No, mañana después del ensayo hablaré con Mila y le pediré un préstamo.
– ¿Crees que te lo vaya a dar?
– Yo creo que sí, le explicaré toda la situación y estoy segura de que me va ayudar.
[Yulia]
Era medio día y ya me sentía cansada, tenía varias cosas para hacer con Katya en la comodidad de mi hogar, pero una victoria así de grande, debía de ser celebrada de la mejor manera. Pensé en la idea de invitar a Lena, pero la idea de verlas juntas me era muy incómoda, no es que me molestara la compañía de Lena, al contrario, en tan poco tiempo me agradaba estar con ella. Recordé la forma educada en la que se refería a mí, en su hermosa sonrisa que hacía que sus ojos formaran dos medias lunas, tenía una preciosa sonrisa. Apoyé la cabeza en el asiento del auto que estaba detenido debido al tráfico.
– No puede ser, Yuri.
– Lo siento señorita, pero no puedo tomar atajos – Dijo en voz baja mientras me miraba por el espejo retrovisor.
– Está bien, no tengo nada de que quejarme, tu sabes lo que haces.
El hombre sonrió y volvió a prestar atención al tráfico. Miré mi celular para comprobar las notificaciones que tenía. Apagué la pantalla y volví mi atención a la ventana, miraba a las personas que caminaban de un lado a otro en la acera, otros que igual que yo estaban atrapados en el tráfico. Noté también varios locales, pero uno de ellos llamó mi atención, no la tienda sino lo que vendía, ropa interior y al instante una persona llegó a mi mente, Ginger Apple.
El maniquí tenía una ropa interior muy sexy de encaje color negro y con ello una máscara blanca, era imposible no imaginar a mi stripper en esa ropa tan sexy.
– Yuri – Lo llamé.
– ¿Si, señorita?
– Estaciona el auto, tengo que comprar algo.
Asintió antes de cumplir mis órdenes.
– Espérame aquí, no tardo – Le dije mientras abría la puerta.
Me puse mi abrigo y me dirigí a la tienda, no tenía duda de que esta era una de las tiendas más caras de Moscú. El lugar era lujoso y se notaba lo caro que era todo, pero para mí el dinero era lo de menos.
– Buenas tardes señorita ¿buscaba algo en especial? – Una chica pelirroja me preguntó.
– Si, necesito el mismo modelo que el del maniquí que está afuera.
– Una gran decisión, acompáñeme, se lo mostraré – La chica comenzó a caminar guiándome a un área de la tienda donde estaba la lencería.
– Aquí está, es una edición limitada.
Miré el material refinado pensando en lo sensual que se vería con esto puesto.
– Si usted quiere le puedo mostrar el corsé.
– No, así está bien – Dije caminando por donde estaban las máscaras – Vi que el maniquí tenía una máscara, necesito una de ellas.
La chica me miró, reprimiendo una sonrisa, probablemente pensaba que era para mí, pero no conocía mis verdaderas intenciones.
– Claro, venga conmigo.
Caminamos a un mostrador, en el que se encontraban diferentes máscaras. Había de diferentes diseños y colores, pero una en particular llamó mi atención.
– Me da esa, por favor – Dije señalando una de color dorado.
– Si, señorita – La chica dijo tomando la máscara.
¿Sería demasiado si enviara la ropa interior y la máscara?
– Aquí tiene señorita – La chica dijo entregándome una caja negra, dejando en claro lo caro que era.
Pagué y me fui al auto que estaba a la vuelta, mientras me acercaba, noté como Yuri estaba limpiando el vidrio con un pañuelo pequeño.
– Cuida mejor a ese auto que yo – El hombre se sorprendió al escucharme.
– Es un coche maravilloso y debe de ser muy bien cuidado – Dijo abriéndome la puerta.
Entré y me senté en el asiento, segundos después Yuri entró al auto.
– ¿Quiere alguna otra cosa, señorita?
– No, sólo quiero hacer una entrega – Dije sostenido la caja negra y la bolsa donde venía la lencería que le daría a Ginger Apple.
[Lena]
No demoré mucho en arreglarme, en menos de media hora Viktor vendría por nosotras, no pude escapar a su invitación, al salir de la sala me sorprendió al pedirme salir, me costó mucho aceptar, pero decidí intentar divertirme, él no era feo y mucho menos desagradable, pero no era la compañía que quería tener esta noche, aunque gracias a Oksana y Nastya me salvarían de una noche de incomodidad. Antes de salir de la empresa, le había comentado a Viktor sobre salir los cinco y para mi suerte no se molestó.
Decidí ponerme una falda con cuadros rojos y negros, una blusa negra que dejaba ver un poco mi abdomen, unos tacones negros y para acompañar una chaqueta de cuero negra, dejé mi pelo suelto y rizado.
– Woow… ¿Eso es para Viktor? – Nastya preguntó entrando a mi habitación.
– Todo esto es para ti – Dije divertida, vi cómo me miraba con una sonrisa – ¿Dónde está Oksana?
– Arreglándose también, ya casi termina, pero se está perfeccionando para Boris – Dijo sentándose en mi cama.
– Que bien, yo también ya casi termino.
– Veo que te estás arreglando mucho.
– No te preocupes, no me estoy arreglando para Viktor.
Me acerqué a ella y me senté a su lado.
– ¿Dónde está Maxim? No te he visto hablar con él.
– Está en un torneo de futbol en Ekaterimburgo.
– Realmente no sé qué haces con él, ni siquiera están saliendo.
– Sabes que tampoco lo sé, supongo que simplemente no he conocido a alguien mejor.
Nastya y Maxim pasaron mucho tiempo juntos, pero con el tiempo la relación se comenzó a enfriar, sólo hablaban para pelear y él nunca le mandaba mensajes excepto cuando terminaba algún torneo y eso sólo para tener sexo, es un idiota. Nastya era mi hermana y siempre había querido algo mejor para ella, pero como dicen, el amor es ciego.
– Entonces lo que vamos hacer esta noche, es conseguirte a un chico o quien sabe…alguna chica muy guapa – Dije levantando mis cejas seguidamente. Nastya golpeó mi hombro con una sonrisa en sus labios.
– No quiero arruinar tu noche, Lena.
– No arruinarás nada, venga, la noche es joven – Dije riendo.
Nastya sonrió y me abrazó.
– ¿Ya están listas, chicas? – Oksana dijo entrando a la habitación.
– Woow… Te ves increíble – Nastya habló.
– Claro, Boris no se escapa esta noche – Dijo saliendo de la habitación.
Nastya y yo nos miramos asustadas ¿Ella era Oksana o algún espíritu se había apoderado de su cuerpo?
– Eso es tu culpa – Le dije riendo.
– Te juro que no hice nada – Levantó las manos en forma de inocencia.
Salimos del apartamento y vimos a Viktor recargado en el coche. El chico sonrió al verme, me acerqué a él para darle un beso en la mejilla mientras que él amablemente abría las puertas del coche a cada una.
– Luces preciosa – Dijo mirándome de pies a cabeza, sólo le sonreí y subí al coche.
En el camino hablamos animadamente hasta llegar a un restaurante en el centro de Moscú, la cena fue tranquila, Viktor fue una buena compañía, pero él no me interesaba para algo más, eso sólo con Yulia. Cerré los ojos tomando un sorbo del vino que había en mi copa pensando en cómo sería estar con esa mujer ahora mismo. Después de unos minutos Viktor sugirió ir a un club para pasar un rato más entretenido a lo cual todos aceptamos.
Entré al club consiguiendo algunas miradas de varios hombres que estaban cerca de la entrada. Noté que a Viktor le molestó eso.
– Este club es increíble – Nastya dijo en mi oído.
– Si, es la competencia.
– Mila seguramente nos mataría si se entera que estamos aquí.
– ¿Te gusta el lugar? – Viktor me preguntó colocando una mano en mi cintura.
– Sí, este lugar es genial, me encanta.
Nos sentamos en una mesa, el club estaba lleno y con un gran ambiente.
– Vamos por las bebidas, Boris – Viktor le dijo al chico quien estaba hablando animadamente con Oksana.
Los chicos se pusieron de pie y fueron por nuestras bebidas, algunas cervezas para ellos y un jugo para Oksana.
– ¿Cómo te va con Boris? – Pregunté sonriendo.
– Excelente, es un amor, amable y muy caballeroso – Oksana dijo emocionada.
– Todos los chicos hacen eso la primera vez – Nastya se echó a reír.
– Es maravilloso, Boris parece ser perfecto – Dijo sonriendo.
– ¿Y qué tal tú y Viktor? – Preguntó Nastya.
– Todo va bien – Dije, sin dar más detalle como Oksana.
– Perdón Lena, pero a las dos nos parece aburrido.
– ¡Nastya! – Golpeé levemente su brazo antes de que las tres riéramos divertidas.
– Es en serio, yo estoy en el Team Yulia, porque Viktor es demasiado débil.
– Por dios, deja al pobre chico en paz – Oksana la regañó.
– Es la pura verdad, él es muy aburrido y lento.
No pude contener la carcajada.
– ¿De qué se ríen? – Viktor preguntó sonriendo mientras se acercaba a nosotros con las bebidas.
– Cosa de mujeres – Nastya dijo sentándose a mi lado.
– Siempre llenas de secretos ¿no? – Boris dijo abrazando a Oksana de lado.
Estuvimos un rato platicando de varios temas, la noche era mejor de lo que esperaba, de hecho mi mente se calmó por varias horas. Viktor fue muy atento, me decía muchos piropos, fue agradable sentirme deseada, aunque tampoco era nuevo para mí, como Ginger Apple eso era muy común, sobre todo por parte de Yulia.
Cerré mis ojos un breve momento, recordando la imagen de esa mujer ¿Cómo podría ser tan bella y sexy? ¿Por qué dios la hizo tan bella? Ay Yulia, me estas volviendo loca.
– ¿Estás bien? – Escuché una voz a mi lado.
Abrí mis ojos y me encontré con Viktor mirándome preocupado.
– Sí, estoy bien, no te preocupes.
Sonrió y depositó un beso en mi mejilla.
– ¿Por qué no bailamos? – Nastya preguntó emocionada.
– ¿Quieres bailar, Lena? – Viktor preguntó.
– Claro, vamos.
Bailamos todos juntos en un área del club, Viktor intentaba acercarse a mí, pero como si fuera automático lo alejaba. Pude ver como Nastya se reía de la situación, yo también me reiría si no fuera trágico.
– ¿No quieres estar conmigo, Lena? – Él pregunto en mi oído.
– No digas eso, Viktor – Dije alejándome.
– Pues parece que me estás evitando.
– Voy al baño, ya vuelvo.
Él asintió.
– Ven conmigo – Dije jalando a Nastya conmigo.
– ¿Acaso estás huyendo? – Ella me preguntó.
– Un poco – Dije empujándola en medio de la multitud.
– ¡Oh por dios! Tenemos que bailar esa canción.
– Nastya, no…
– Nada de eso, ven – Dijo empujándome de nuevo hacia el montón de personas.
No pude negarme, la canción me tentaba a bailar.
[Yulia]
Yo ya iba por mi séptima copa de whisky y confieso que estaba más animada de lo normal, Katya estaba igual de animada mientras bebía, comía y conversaba con Lenin un viejo amigo que acababa de llegar a Moscú hace algunas horas para trabajar en Industrias Volkov.
– Este lugar es maravilloso – Lenin dijo animadamente.
– Es uno de los mejores clubs de Moscú – Dijo Katya.
– Tú siempre sabes cuales son los mejores ¿no, Kat?
– Claro, Katya Zotova está siempre dentro de este medio social.
– Ella lleva a las personas por el mal camino, así que ten cuidado Lenin – Le dije riendo.
– No seas injusta Volkova, yo sólo hago la vida de las personas más animada.
Ambas reímos.
Tomé un trago de mi whisky mientras veía a las personas bailar. La música era lenta y animada, por lo que mi hizo recordar a Ginger Apple y la forma sensual en cómo se movía ¿Por qué tenía que ser tan sexy? Tal vez lo que yo quería era tenerla aquí conmigo, lo cual era muy difícil. Katya se paró a bailar con Lenin cerca de la mesa, mientras que yo seguí observando a las personas a mi alrededor. Había chicas muy lindas, podría arriesgarme e involucrarme con alguna, si Ginger Apple no estuviera las 24 horas del día en mi cabeza. Tomé otro poco de mi bebida que la parecer ya estaba haciendo efecto. Me sentía un poco mareada y me reía de más. Presté atención a una castaña de cuerpo esculpido que se movía sensualmente y que en todo momento me lanzaba miradas, desvié mi atención de ella y mis ojos se clavaron en otra chica.
No… Creo que ya estaba alucinando, refregué mis ojos para ver mejor, pero la mujer de cabello rojo, bailaba de forma sensual, podía jurar que la conocía. Por dios Yulia, te estás volviendo loca, esa chica no era extraña para mí, yo conocía ese cuerpo y aquella forma tan sexy de moverse, era Ginger Apple. Me levanté del sillón, caminé hasta quedar cerca de la mujer, mi sistema nervioso trabajaba más rápido, mis manos comenzaron a sudar y mi audición se agudizó, debía ser el alcohol que había en mi cuerpo. La chica se movió hacia abajo mientras agarraba su cabello haciéndome perder el juicio. Me acerqué a ella y la agarré de la cintura para que me mirara.
– ¿Pero qué…? – Ella habló, pero calló inmediatamente al verme.
Pestañeé varias veces, no era ella.
– ¿Lena? – Pregunté confundida.
Ella se quedó quieta mientras me miraba asustada ¿Qué carajos estaba pasando? Hace unos minutos juraba que era Ginger Apple y ahora resultaba ser Lena. Nos seguimos mirando y me di cuenta de lo hermosa que se veía esa noche.
– ¿Qué hace aquí? – Preguntó nerviosa.
– Yo… yo la confundí con otra persona – Quité rápidamente mis manos de su cintura – Lo siento.
– Está bien señorita, no hay problema.
Negué con la cabeza, intentando entender esta locura.
– No esperaba encontrarla aquí, Katina.
– Vine con mis amigos, a mí también me sorprende encontrarla aquí.
– Tenía que celebrar el logro de hoy ¿no?
Me dio una sonrisa tímida. Nos quedamos en un silencio incomodo hasta que oímos la voz de Katya.
– Lena, que genial encontrarte aquí – Dijo parándose a mi lado.
– Si, es genial verte de nuevo, Katya.
– Ves a la chica aquí ¿Y ni siquiera me avisas, Volkova?
– La acabo de encontrar, Kat.
– Ven, siéntate con nosotros, Lena – Katya hablaba mientras llevaba a Lena hasta nuestra mesa.
¿Pero qué estupidez acababa de hacer? Había confundido a Ginger Apple con Lena ¿En qué mundo estaba?
– Vine con unos amigos, Katya, de hecho creo que me deben de estar buscando.
– Oh, vamos, quédate un rato, Yulia me conto que tú y ella cerraron un contrato muy importante.
Lena me miró intensamente.
– ¿Qué dice? El mérito es de ella – Su voz salió avergonzada.
– Eso no fue lo que oí, Yulia te elogió mucho.
Tomé un trago de mi bebida mientras miraba a Lena ¿era posible que mi secretaria esté tan atrayente esta noche?
– Señorita Katina, le presento a un amigo, él es Lenin y va a trabajar con nosotros.
– Un placer, señorita – El chico dijo besando la mano de Lena.
– Un placer, soy Lena.
– Por fin te encuentro Lena – Escuché una voz familiar.
– Señorita Nobokova – Hablé y la chica se acercó.
– Buenas noches, señorita Volkova – Respondió al llegar con nosotros.
– Veo que vinieron todos esta noche – Dije mirando fijamente a Lena.
– Si, vinimos con unos amigos ¿verdad Lena?
– Si, eso fue lo que les dije – Dijo mientras se levantaba del lado de Katya.
– Señorita Nobokova, le presento a nuestro nuevo gerente, él es Lenin.
El chico rápidamente se levantó para saludar a Nastya como un perfecto caballero. Podrían llamarme loca, pero la primera mirada que se dieron fue muy intensa y creo que no fui la única en percibirla, Katya y Lena me miraron sonriendo.
– Un placer Lenin, soy Anastasia Nobokova.
– Nastya trabaja en el sector comercial de la empresa, es una excelente funcionaria – Hablé.
– Va ser un honor trabajar con usted, señorita Nobokova – Lenin dijo sonriendo.
– Bueno, creo que tenemos que irnos – Lena dijo acercándose a Nastya.
Como alguna especie de magneto, nuestras miradas se cruzaron y por alguna razón me gustaba eso.
– ¿Ya? Quédense un rato más – Lenin dijo mirando a Nastya.
Me acerqué a Lena más de lo que debía y le susurré al oído debido a la música alta.
– Creo que a Lenin le gusta tu amiga, no vas a desperdiciar eso ¿no?
Lena sonrió.
– No, pero realmente me tengo que ir.
– ¿Estás con alguien? – Fui directa.
– Con unos amigo y…
– Pensé que habías ido al baño – Otra voz familiar y desagradable se escuchó a nuestro lado.
Miré y me encontré con los ojos de Viktor quien parecía estar furioso.
– Buenas noches también a usted señor Orlov – Dije sarcásticamente.
[Lena]
Yo estaba literalmente pérdida, sentí que mi corazón se iba a salir en cualquier momento. Yulia me había confundido y yo sabía perfectamente con quien, era obvio que la bebida ya hacía un enorme efecto en ella, sus gestos y su actitud ya eran más osados de lo normal. Y ahora para acabarla de fregar estaba sobre la mirada de ella, Katya y Viktor.
– Buenas noches, Yulia – Dijo de forma grosera.
– Me encontré con la señorita Volkova, ya estaba yéndome.
– ¿Y tú quién eres? – Katya preguntó.
– Viktor.
– Vale Viktor, si quieres puedes sentarte con nosotros – Katya dijo educadamente.
– No, él no puede – Yulia interrumpió.
Yo no entendía la rivalidad entre ellos dos, pero asustaba, Viktor era un hombre fuerte, pero para Yulia eso no era nada, a pesar de ser mujer, poseía un aire superior a él, para quien los viera, Yulia era la que mandaba.
– No es como si yo quisiera, al final yo vine con Lena – Me agarró por la cintura, irritándome por su actitud de exhibirme como un trofeo.
– Lena ya estaba con nosotros Yulia, el chico puede sentarse con nosotras también ¿no?
Katya habló tocando los hombros de Yulia como para transmitirle calma.
– Como sea, no me importa – Yulia dijo apartándose de ella.
Se sentó en la mesa y se sirvió otro vaso de whisky.
Oksana y Boris ya se habían sentado y conversaban con Nastya y Lenin ¿en qué momento me metí en tremendo enrollo? Yo necesitaba de una cosa y eso era alcohol, bebí una, dos, tres tragos de tequila y eso no era suficiente para soportar a Viktor, Katya y Yulia en el mismo lugar.
– Ven, baila conmigo, Lena – Katya me tomó de la mano y me jaló hasta la pista.
Era obvio que quería despegarme de Viktor, se notaba a grandes leguas que la mujer quería estar conmigo a solas y en ese momento yo no podía contar con Nastya quien se encontraba bailando con el nuevo gerente, que parecía ser un gran chico.
– Qué loco esta todo ¿no? – Katya susurró en mi oído.
– Muy loco, yo no sé ni qué está pasando.
Katya soltó una carcajada mientras bailaba.
– No te preocupes, Yulia no se enojará.
– Eso espero.
– ¿El chico es tu novio? – Su pregunta fue directa.
– ¿Viktor? – Asintió – No, él sólo es un amigo.
Katya sonrió de forma maliciosa, al parecer le agradó la respuesta. Hoy estaba muy guapa. Llevaba un pantalón negro apretado con una playera blanca, una chaqueta negra y unos tacones.
Si no fuera por Yulia, estuviera interesada en ella, pero ¿qué podía hacer si Volkova me hipnotizaba de una manera indescriptible? Miré a Yulia quien me miraba fijamente, sin ninguna vergüenza. Fingí no notar su mirada sobre mi cuerpo y continúe bailando.
Bailé con Katya sin pudor, ya no pensaba en nada. Al parecer la música frenética y el alcohol ya estaban haciendo efecto, sentí como las manos de Katya tomaban mi cintura y eso hizo que Yulia mirara a Viktor quien estaba distraído en la plática con los demás. Agarré mi cabello y me moví para la mujer que estaba delante de mí que prácticamente me comía con los ojos, se sentía tan bien ser deseada y ahora por tres personas, si eso era un pecado, ya estaba condenada al infierno. Le lancé una última mirada a Yulia antes de mirar a Katya.
– Necesito ir al baño, ya vuelvo.
– ¿Quieres que te acompañe?
– No, no tardaré.
Asintió y caminó hasta la mesa. Rápidamente me perdí entre la multitud, necesitaba un tiempo para poner mis pensamientos en orden, todo eso era peligroso.
[Yulia]
Ya estaba enloqueciendo, desear a Ginger Apple era una cosa, pero ¿a Lena? Mi dios, era mi secretaria, pero es que estaba tan sexy y parecía que intentaba provocarme al bailar sensualmente con Katya, la forma en la que me estaba haciendo recordar a Ginger Apple me asustaba. No es que Lena no sea sexy, de hecho lo es y mucho, pero eran personalidades diferentes que llegaría a ser imposible compararlas, mi obsesión con Ginger Apple ya estaba pasando los límites.
¡Maldita sea!
Cerré los ojos intentado que Ginger Apple no dominara mi mente y cuando los abrí Lena ya no estaba con Katya ¿A dónde fue? Miré a Katya que estaba en la mesa conversando con los demás. Me levanté rápidamente y caminé en medio de toda la gente. La poca luz hacía difícil encontrarla, pero aun así lo conseguí, la vi entrar al baño, continúe caminado y abrí la puerta del baño, ella estaba concentrada en su reflejo mientras se pintaba los labios y me acerqué a ella quien aún no notaba mi presencia.
– Pensé que ya se había ido, señorita Katina.
La mujer se asustó y me miró con la mano en su pecho que subía y bajaba.
– Por dios, me asustaste.
Sonreí levemente mientras miraba su cuerpo, Lena acomodó su falda, probablemente dándose cuenta de la forma en como la miraba.
– Lo siento, no tenía la intención de asustarla, por segunda vez.
– No importa, está bien – Tragó en seco.
– Creo que te manchaste un poco con el labial – Hice una señal con mi dedo.
Lena se miró en el espejo viendo la mancha.
– Diablos, mira lo que acabé haciendo – Exclamó mirándose al espejo.
– Déjame ayudarte, Lena.
Tomé un trozo de papel, caminé hasta el lavamanos y mojé la punta, me puse enfrente de ella nuevamente.
– Con tu permiso – Dije antes de acercarme más a ella.
Levanté mi mano tocando su rostro para tomar su barbilla y levantar su cabeza, con la otra mano pasé el papel sobre la mancha de labial. Miré sus ojos verdigrises que me miraban intrigante. Miré su boca entreabierta que soltaba pequeños suspiros de aire que olían a menta y alcohol, continúe limpiando su boca… y que boca. Sus labios eran tan apetecibles que me costaba contener las ganas de sentirlos, si yo la besara fregaría todo ¿no?
El espacio era pequeño, acercarme a ella había sido una mala idea, el alcohol que corría por mi cuerpo me quería obligar a hacer todo lo que mi subconsciente quería hacer y eso era besar a Lena, pero yo no debía ¿cierto? Me alejé de ella cuando me di cuenta de que la mancha ya no estaba, Lena volvió a tragar en seco. Por dios ¿Qué ganas eran aquellas? Lena parecía la mujer más deseable en ese instante y con un poco más de alcohol y coraje, juro que ya la estaría haciendo mía en el lavamanos.
– Me tengo que ir – Habló rápidamente – Gracias por ayudarme.
Ni siquiera me dio tiempo de decir nada, cuando ella ya estaba saliendo de ese lugar. Me quedé unos minutos más en el baño hasta que Katya entró.
– Estaba buscándote por todos lados.
– Lo siento Kat, estaba ocupada.
– ¿Haciendo que, exactamente? Pareces agitada – Me miró con picardía.
Solté una risa que resonó por todo el baño.
– No digas tonterías, estaba conversando con Lena.
– Quita los ojos de ella Volkova, te recuerdo que es mía – Katya dijo mientras se miraba en el espejo.
– Relájate, yo solo la estaba ayudando.
Ella me miró desconfiada, analizando mis facciones.
– A mí no me engañas, si yo fuera su jefa, la estaría haciendo gemir encima del lavamanos – Dijo antes de salir del baño, dejándome completamente perpleja.
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Volkatinale92- Mensajes : 81
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
psichobitch2- Mensajes : 258
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Edirbr- Mensajes : 105
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
A leer!!!
[Lena]
La noche anterior había sido un poco extraña, sobre todo por el acercamiento que tuve con Yulia en el baño, cuando salí de ese lugar, tuve un remolino de emociones.
[Flashback]
- ¿Estas bien, Lena? - Viktor preguntó cuando llegué a la mesa.
- Si, sólo tengo dolor de cabeza ¿podrías llevarme a casa?
Recibí una mirada de decepción, sé que él esperaba más esa noche, pero con Yulia a pocos metros de mi era prácticamente imposible prestarle atención a Viktor.
- Vale, te llevo a casa - Dijo antes de caminar a mi lado.
Miré por última vez la mesa donde Yulia estaba antes, pero no había señal de ella ¿será que se fue con alguien más?
El camino hasta mi apartamento fue silencioso, se notaba a kilómetros que la noche había sido un fracaso, bueno para mí, porque para Nastya y Oksana había sido la mejor. Sabía que Viktor se había enojado en el momento exacto en el que me vio con Yulia ¿será que presentía algo? No, no creo.
- Llegamos - Dijo estacionando en frente de mi edificio.
- Gracias, la pasé muy bien - Mentí o bueno no del todo, el haberme encontrado con Yulia había sido maravilloso.
- ¿En serio? Creí que había sido un fracaso, pero entiéndeme, esa mujer no me gusta para nada.
- ¿Quién? ¿Yulia? - El asintió con disgusto - No entiendo porque, ella es una buena persona.
- Contigo, que es algo extraño puesto que ella es muy arrogante.
- No la conoces.
- Tal vez no, sólo sé que cuando ella apareció, arruinó todo.
- Para Viktor, de verdad me duele la cabeza - Hablé irritada.
- Lo siento, sé que fui un idiota y que la noche no fue la mejor, pero podemos arreglarla.
Lo miré a los ojos y debía de admitir que eran lindos, pero no eran esos ojos los que quería ver ahora. Bajé la cabeza pensando en una forma educada de decirle que era suficiente por hoy.
Se acercó a mí y tomó mi barbilla para que lo mirara.
- Eres una mujer hermosa, Lena.
- Gracias, pero me tengo que ir, nos vemos mañana - Dije alejándome y saliendo del auto.
[Fin del Flashback]
- A mi oficina, Katina - Escuché la voz ronca de Yulia, haciéndome estremecer.
Levanté la vista y la vi entrando a su oficina, le pedía dios que no recordara nada de lo que pasó la noche anterior. Agarré mi libreta y caminé hasta su oficina.
- Dígame, señorita Volkova.
Ella estaba sentada frente a mí, mirándome con esos ojos azules que me encantaban, me hacía sentir débil, me di cuenta que su mirada recorrió todo mi cuerpo haciéndome tragar en seco, Yulia cerró los ojos y negó con la cabeza.
- Dime los compromisos de hoy - Habló respirando profundo.
Miré la libreta más de lo que necesitaba antes de decirle todos sus compromisos. El día fue tranquilo, Yulia pasó todo el día encerrada en su oficina, creo que la resaca la tenía mal, podía notar su cansancio y dolor, puesto que cada cinco minutos sus dedos hacían leves masajes en sus sienes.
- ¿Quiere que le traiga algo para el dolor de cabeza? - Pregunté calmadamente.
Ella abrió los ojos para mirarme.
- Se lo agradecería mucho, señorita Katina.
Sonreí antes de sacar un sobre de mi cartera, le serví agua en un vaso y le vacié el polvo del sobre.
- Aquí tiene, tómelo - Le dije entregándole el vaso.
- ¿Qué es eso?
- Es para hacerla sentir mejor, señorita.
- Odio los remedios Katina, prefiero quedarme con el dolor, además eso se ve horrible.
Sonreí ante su forma infantil.
- Es un remedio muy bueno, es muy efectivo para este tipo de cosas.
- ¿Acostumbra beber mucho y después tomar esto? - Preguntó con una sonrisa encantadora.
- No, pero si no lo quiere, no hay problema - Dije tomando el vaso.
- Vale - Dijo haciéndome pararme a medio camino - Tomaré eso.
Sonreí y le entregué el vaso de nuevo. Ella tomó todo el contenido y segundos después hizo una cara de desagrado.
- ¡Oh por dios! Esto es horrible, necesito agua.
Solté una risa por su actitud haciendo que me mirara brava.
- Sabe que puedo despedirla por reírse de mi ¿no?
Le entregué otro vaso con agua que tomó rápidamente. Yulia me miró con una sonrisa.
- Gracias - Fue lo único que dijo.
- No agradezca nada, es mi deber cuidar de usted.
Yulia me miró un tanto sugestiva.
- ¿No se siente cansada? La noche fue larga.
- No señorita, yo no bebí mucho.
- Que suerte tiene, yo apenas consigo acordarme de algo.
¿Debería estar feliz o triste con eso? Yulia casi me besa.
- Creo que exagera - Dije tímidamente.
- Tal vez, pero al menos la pasé muy bien, por cierto ¿Dónde está la señorita Nobokova? Lenin quedó encantado con ella.
- Está en su oficina y le puedo garantizar que ella también quedó así.
- Parece ser que tenemos una nueva pareja.
- ¿Nueva? ¿Hay alguna otra? - Pregunté confundida.
- Pues creí que usted y el señor Orlov, eran algo, ya que se fue con él anoche ¿no?
Tragué en seco ¿se había dado cuenta de la hora a la que me había ido?
- Si, él me llevó a casa.
- Si, lo sé - Esas fueron sus últimas palabras.
[…]
Tenía que darme prisa, iba tarde para el ensayo y para empeorar el asunto había una lluvia torrencial. Agarré mi chaqueta para cubrirme mientras le hacía la señal a un taxi que rápidamente se paró.
- ¿Todo bien, señorita? - El hombre ya mayor me preguntó educadamente.
- Si, gracias - Respondí sacudiéndome las pocas gotas que estaban en mi ropa - A Imperium, por favor.
El hombre asintió y arrancó el auto.
Y cuando pensé que no podía ser peor, lo fue, el tráfico estaba hecho un caos, miraba la hora en mi celular una y otra vez, esperando algún milagro, pero no era así, sabía que Mila odiaba los retrasos y justamente hoy que quería pedirle un favor, estaba llegando tarde ¿De quién era la culpa? Si, de Yulia. En todo el día no tocó el tema del posible beso, lo que me dejó frustrada en todo el día ¿será que ella no se acordaba o sólo quería olvidarlo? ¿Y por qué me preocupaba por eso? Yulia Volkova era un huracán que si no controlaba iba a dejar mi vida patas arriba.
¿Era normal pensar en una persona todo el día y en la noche soñar con ella? Eso era algún tipo de hechizo que sus ojos azules lanzaron sobre mí. Cerré mis ojos recordado aquellos hermosos ojos que me dejaban hipnotizada hasta que el conductor me llamó.
- Llegamos señorita - El hombre habló.
Asentí sacando dinero de mi cartera para pagarle, abrí la puerta y salí rápidamente para no mojarme. Entré por la puerta trasera que daba directo a los camerinos.
- Al fin llegas - Escuché la irritante voz de Tasya.
Ni siquiera le presté atención y volteé a ver a Mila quien me miraba seria.
- Pedí que fueran puntuales Ginger Apple, sabes que la siguiente presentación es en conjunto - Su voz era fría.
- Lo sé y te pido disculpas Mila, pero la lluvia y el tráfico son un caos.
La mujer miró hacia la ventana viendo la fuerte lluvia, segundos después me volvió a mirar.
- Ve a cambiarte, las chicas ya están listas para el ensayo.
Una especie de alivio se apoderó de mí, le sonreí a la mujer y le susurré un leve “gracias”, pude oír los murmullos de indignación por parte de algunas bailarinas, pero todos sabían que yo no era de retrasos ni fallas, pero algunas se empeñaban en pensar cosas que no eran, pero no me importaba lo que pensaran.
Entré a mi camerino y comencé a cambiarme.
- Vaya, todo mundo está chismeando por los corredores - Olya dijo entrando a mi camerino.
- ¿Sobre qué? - Pregunté mientras me ponía mi playera.
- Sobre ti, Tasya está sacando todo su veneno.
- No le he hecho nada a esa chica como para que me odie tanto, lo sabes ¿no?
Asintió calmadamente.
- Son celos, tú sabes que ella era la favorita de Mila antes de que tú llegaras.
- Pero eso no es mi culpa.
- Si, ahora la favorita eres tú y sabes muy cómo aprovechar eso.
- Tengo que aprovecharlo ¿no? - Dije colocándome mi máscara - Pero en fin, vámonos.
- Vámonos, entonces.
Llegué con Olya al escenario trasero donde las demás nos esperaban, algunas me sonrieron y otras me miraron mal, pero decidí no tomarles importancia. Samir, nuestro coreógrafo nos acomodó en nuestras posiciones para el ensayo, aun siendo una presentación en grupo, yo iba a tener un solo lo que atrajo nuevamente irritación por parte de algunas.
La música empezó a sonar, Olya como siempre bailó perfectamente, ella siempre montaba nuestras coreografías y a veces me ayudaba con las mías. También debía de aceptar que Tasya era una buena bailarina y hacía a la perfección toda la coreografía, pero yo era mejor. Algo que aprendí en todos estos años en Imperium era que debías de ser mejor que las demás o alguien pasaría por encima de ti. La sensación de bailar para muchas personas que te deseaban, era poderosa y subía mi ego, me hacía una chica sin piedad, mala y sin miedo, haciendo que Ginger Apple fuera dominante, sensual e imponente.
Hice mi solo de forma sensual y única mientras que las otras hacían compañía de fondo.
- Felicidades chicas - Samir habló aplaudiendo - Estuvieron increíbles, Ginger Apple tu estuviste fantástica.
- Gracias Sam, aprendí del mejor.
- Lo sé, bueno, vamos a ensayar un par de veces más para no cometer errores ¿bien?
Todas asentimos y nos acomodamos en nuestras posiciones para volver a practicar, estuvimos varios minutos ahí hasta que oí mi nombre.
- Ginger Apple, tienes una entrega - Samir me dijo.
Lo miré y vi que sostenía una caja negra.
- Ven, acaban de dejarlo y es para ti - Él dijo sonriendo.
Agarré la caja y mi estómago dio unas vueltas ante la posibilidad de ser de quien yo pensaba. Tomé el sobre que venía con la caja y lo abrí.
Ginger Apple…
Cuando la vi no pude evitar pensar en ti y en lo linda que te verías con ella, espero te guste y que la uses para mí.
Yulia.
Sentí como una sonrisa de oreja a oreja se formaba en mi rostro al leer ese nombre, un coro de malicia sonó detrás de mí haciéndome reír.
- ¿Nos dirás quién es el afortunado? - Sam preguntó.
Negué sonriendo mientras miraba la hermosa máscara de color dorado que había dentro de la caja. Me acerque a Sam y le susurré.
- Necesito de tu ayuda, quiero aprender unos pasos nuevos.
- ¿Para qué, linda?
- Algo más personal - Dije tímidamente.
Me miró de manera maliciosa haciendo que mi rostro se pusiera rojo.
- Continúen chicas, ya vuelvo, Olya encárgate por favor.
Olya sonrió y se encargó de ayudar a las chicas.
- ¿Dime que tienes en mente? - Preguntó curioso.
Le expliqué la idea que tenía, él siempre nos ayudaba con nuestros planes de seducción, pero en esta ocasión se le haría difícil, Samir entendía como reaccionaban los hombres ya que a él le atraían, pero en este caso no era un hombre al que yo quería seducir, sino a una hermosa mujer.
- No sabía de ese lado tuyo, Ginger Apple.
Reí divertida por su cara.
- Pero acepto, te ayudaré, sólo que quiero verla.
Asentí y fuimos a otra sala donde me enseñaría los nuevos pasos.
Estuvimos un par de horas ensayando la coreografía.
- Creo que por hoy es suficiente, te aseguro que a tu mujer le va a encantar.
- ¡Sam! Ella sólo me gusta, no es mi mujer.
- Muero por ver si ella es como dices - Dijo riendo.
Me puse mi abrigo y me despedí de algunas bailarinas que estaban hablando animadamente en el pasillo, por la sorpresa de Yulia, había olvidado hablar con Mila, pero podría hacerlo luego.
Por suerte la lluvia había cesado, sólo unas cuantas gotas caían, así que decidí caminar un poco y tomar el metro. Mis pensamientos vagaron por el detalle que Yulia había tenido conmigo, el imaginarme que sus pensamientos estaban en mí, me hacía sentir importante.
Comencé a caminar más rápido cuando las gotas empezaron a ser más gruesas.
- ¿Por qué no cogiste un taxi, Lena? - Murmuré para mí misma.
Miré a la calle y no había ninguna señal de un taxi, pero vi un carro negro, polarizado y elegante que se movía al compás de mis pasos, tal vez ir caminando no fue la mejor idea, empecé a sentir un nerviosismo, era justo lo que yo temía, ser violada. Volví a mirar y el auto ya estaba a mi lado, inmediatamente mi corazón comenzó a latir como loco ¿Por qué tenía tanto miedo? Tal vez porque estaba oscuro, la calle completamente vacía y un coche parecía estar persiguiéndome, si, esa podía ser una razón para mi miedo.
Miré de nuevo y vi como el vidrio iba bajando lentamente, revelando a la persona dentro de auto y con eso mis nervios aumentaron.
- Entra al auto - Dijo con voz ronca.
- ¿Qué? - Pregunté confundida.
- Entra al auto, Lena - El auto se detuvo.
Respiré profundamente y me acerqué al auto donde pude ver a una Yulia confundida.
- Gracias, pero tomaré el metro - Dije rápidamente.
- No te estoy preguntando Katina, entra - Habló con autoridad.
Sus ojos estaban fijos en mí, me intimidaba, así que entré al pequeño espacio con ella. El calentador debía de estar encendido o mi cuerpo se calentó demasiado rápido ante su mirada penetrante.
- Qué no sabes que no debes de caminar sola por calles vacías? - Su tono era bajo y ronco.
La miré para notar cada detalle de su rostro y pensar en la idea de que había sido esculpida por dioses o demonios ¿Cómo podía tan hermosa?
- Decidí caminar, no pensé que volvería a llover.
- ¿Dónde estabas?
Era cómico, pero en tan sólo esa pregunta pude sentir su tono dominante y posesivo.
- En casa de un amigo - Mentí.
- ¿Un amigo?
- Si, prometí que… que iría a su casa - Tartamudeé haciendo notar mi nerviosismo.
Bajé la cabeza evitando el contacto visual con ella.
El camino hasta mi departamento fue silencioso y angustioso, pero a pesar de todo, fue tranquilo.
- ¿Tenía miedo? - Preguntó apangado el coche.
- ¿De qué?
Yulia sonrió diabólicamente.
- ¿Tenía miedo de quien podría estar en el coche?
Tragué saliva mientras asentía.
- Si, me estaba empezando a asustar - Sonreí levemente.
- Siento haberte asustado, pero quería asegurarme de que eras tú, no suelo darle paseos a mujeres que caminan solas por la calle - Sonrió haciéndome sonreír también.
- No hay necesidad de disculparse, señorita Volkova.
- Yulia, recuerda que estamos fuera de la empresa y me puede llamar Yulia ¿o quieres que te llame señorita Katina todo el tiempo?
Sonreí ¿Cómo podía ser así? Con Yulia experimentaba muchos sentimientos, ella se mostraba como alguien dura, fuerte y arrogante, pero en ocasiones era simple y encantadora.
- No, está bien que me llame Lena.
- Genial, me gusta tu nombre.
- Su nombre también es lindo, señori… perdón, Yulia - Corregí - La invitaría a entrar si mi apartamento estuviera organizado.
Dejé escapar una risa encantadora.
- ¿Vive en un lio, Katina?
- No, pero no puedo decir lo mismo de Nastya.
- No hay problema, no se vería bien que entrara a su departamento a esta hora.
- Tiene razón.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos.
- ¿Te sientes mejor?
Yulia me miró confundida.
- Por su malestar de hoy.
- Oh, sí, su poción funcionó muy bien.
- Es un remedio Yulia, no soy ninguna bruja.
Yulia se rió haciéndome reír también, al cesar las risas, intercambiamos miradas.
- Bueno, me tengo que ir, es demasiado…
- Espera, quédate un poco más - Sostuvo mi brazo provocando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo - Sobre lo de ayer, lo siento mucho, no quería arruinar tu noche con ese chico.
Mi corazón latió con fuerza al recordar la noche anterior, me controlé y le sonreí tranquilamente, ella no sabía que lo emocionante de esa noche había sido ella.
- No se preocupe, todo está bien.
- ¿Segura? Sé que a él no le agrado y francamente a mí no me importa - Dijo haciéndome reír.
- No importa realmente.
- ¿No te gusta? Porque creo que te mereces a alguien mejor - Dijo con firmeza mientras me miraba a los ojos.
Tragué en seco, no me imaginé que dijera algo así en este momento.
- Sé que no dedo meterme en su vida, pero es una opinión, yo…
- No tengo nada con él, Yulia, sólo salimos esa vez.
Asintió levemente.
- Muy bien - Habló seria de nuevo.
El silencio se hizo de nuevo.
- Ya se iba ¿no? - Pregunté insegura.
Asintió con su mirada al frente.
- Gracias por traerme, señorita Volkova.
Me miró.
- No agradezca nada, señorita Katina.
La miré por última vez antes de salir del auto.
- Lena… - Volteé a verla - Buenas noches.
- Buenas noches Yulia, hasta mañana.
Entré a mi apartamento rápidamente tratando de disminuir los latidos en mi pecho ¿Qué demonios me estaba haciendo esa mujer? Cerré los ojos dejando salir una bocanada de aire. Dejé caer mi bolsa en la silla que había en mi habitación y cuando levanté la mirada me encontré con Nastya y Oksana sentadas en mi cama.
- ¿Qué pasa? - Pregunté confundida.
- ¿El coche que estaba estacionado ahí afuera es de quien yo creo que es?
- No es lo que están pensado.
Caminé hasta mi armario pidiéndole a dios que no me hicieran más preguntas, ya estaba demasiado agobiada con el paseo de Yulia como para más.
Comencé a quitarme la ropa mojada dejándola caer en el suelo.
- ¿Salieron juntas? Creí que hoy tenías ensayo en Imperium.
- Y así fue.
- ¿Y cómo explicas que Yulia vino a dejarte a casa? No me digas que le dijiste que tu…
Tan sólo pensar en eso mi estómago se revolvió, Yulia nunca debía saber que era Ginger Apple, realmente quería a esa mujer, pero si se enterara de que era ambas chicas, me ganaría su odio.
- No, no le dije nada, nos encontramos por casualidad.
Las dos me miraron desconfiadas.
- ¿En serio? ¿No tienes una mejor excusa? - Nastya dijo riéndose.
- No estoy mintiendo, cuando salí de Imperium decidí caminar, pero al parecer dios decidió castigarme con más lluvia y bueno, Yulia me vio y me trajo a casa.
Nastya y Oksana intercambiaron miradas cómplices.
- Muy bien, digamos que creemos esa historia - Oksana dijo sonriendo - ¿Por qué pasaron tanto tiempo en el coche?
- Si ¿Qué estaban haciendo Katina? - Nastya preguntó acusadoramente.
- ¿Estaban espiando? - Pregunté caminando al baño para zafarme del interrogatorio.
- Si - Ambas dijeron al mismo tiempo.
- Sólo hablamos - Dije y ambas me miraron esperando a que continuara - ¿Qué más quieren saber? ¿Cuántas veces respiramos? - Pregunté molesta.
Oksana y Nastya soltaron una carcajada poniéndome más molesta.
- Ay Katina, no sabes disimular ni cuando estás nerviosa.
¿Incluso se burlaban de mi desesperación? Conté del 1 al 10 mentalmente para calmar las ganas de darles un golpe.
- Sólo déjenme en paz - Grité antes de entrar al baño azotando la puerta.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1808
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Edirbr- Mensajes : 105
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
1- Ventilador
2-Un litro de agua
3-Un extintor de fuego!!!!
A leer!!!!
[Yulia]
— Yul, debes venir, papá te extraña — Irina hablaba del otro lado de la línea.
— No puedo, no tienes idea de lo ocupada que estoy.
— Sabes su condición y ya tienes meses que no vienes a verlo.
— No es fácil para mí y lo sabes.
— Necesitas aprender que la familia es más importante, Yulia.
— Lo siento, pero no puedo.
— Puedes olvidarte del trabajo y venir este fin de semana, le haremos una fiesta de cumpleaños y estoy segura que le encantaría verte.
Respiré profundamente tratando de relajarme. Habían pasado varios meses desde que vi a mi familia, no es que no quisiera, pero las cosas se habían complicado y por otra parte tenía varios compromisos que eran una buena excusa para no ir, aunque desgraciadamente sabía perfectamente lo insistente que podía ser mi hermana.
— Lo pensaré ¿vale? Puede que haga un espacio y me presente — Dije rindiéndome ante su insistencia.
— Tienes que venir, haré tu pastel favorito.
Sonreí al recordar cuando Irina y yo pasábamos todo el tiempo juntas, ella a pesar de ser más joven siempre había sido una chica muy madura y centrada.
— ¿En serio lo vas a hacer? — Pregunté sonriendo.
— Por supuesto, te extraño Yul — Su tono era melancólico que me causaba una opresión en el pecho — Lo siento, tengo un poco de nostalgia — Dijo con una respiración tranquila.
— Yo también pequeña, me tengo que ir, pero puedes llamarme cuando quieras ¿vale?
— Okey, te estaré esperando este fin de semana.
— Que tengas un buen día, Irina.
— Nos vemos Yul — Sonreí antes de colgar.
Las llamadas o reuniones con mi familia siempre me dejaban melancólica, lo cual odiaba porque me dejaba con una sensación frágil y eso no me gustaba. Cerré los ojos recargándome en el cómodo sillón tratando de que mis músculos se relajaran, lo cual no pasó. Me puse de pie para servirme un vaso de whisky, caminé hasta el balcón donde tenía una hermosa vista de la ciudad perfectamente iluminada esa noche. A veces me sentía sola, pero en otros momentos la soledad me llenaba de calma lo cual me agradaba. Bebí un poco más de mi whisky y miré mi celular para comprobar la hora, aún tenía tiempo para arreglarme e ir a perderme un rato en el cuerpo de la mujer que más deseaba.
En menos de media hora ya estaba estacionando mi auto en el estacionamiento de Imperium, me coloqué mi abrigo y salí del auto para dirigirme a la entrada del lugar, por dios ¿siempre estaba tan lleno? Había una enorme fila afuera esperando por entrar, lo bueno era que yo tenía cierto prestigio y no tuve la necesidad de esperar como los demás. Dentro del lugar la temperatura era mucho más caliente que el frio de la noche. Caminé hasta la barra para pedir una bebida y así relajarme, hoy la morena cuyo nombre era Olya no estaba en la barra, en su lugar estaba un chica rubia la cual me entregó una bebida de color azul. Me senté en el taburete de la barra mirando a mi alrededor hasta que sentí que alguien se sentaba a mi lado.
— Me alegra verte por aquí — Tasya dijo a mi lado.
Al parecer la chica se había interesado en mí, me quedó claro la última vez que estuve aquí donde casi me arrastra con ella.
— Creo que me volví una cliente VIP — Dije dándole un sorbo a mi bebida.
— Apuesto que sí. Las clientes VIP tiene un tratamiento especial ¿sabías?
— ¿Ah, sí?
— Por supuesto, te lo puedo mostrar después del espectáculo — Me miró con picardía.
No es que ella no fuera una mujer hermosa, en realidad lo era, tenía rasgos delicados y sensuales, pero no se comparaba con mi stripper.
— ¿Vas a bailar?
— Si, hoy será una presentación en grupo.
— ¿En grupo? ¿Ginger Apple, bailará? — Pregunté rápidamente, a lo que la chica se puso seria.
— Ella también bailará.
Me pregunté porque razón hoy no bailaría sola.
— Pareces muy interesada en Ginger Apple, estás perdiendo la oportunidad de probar algo mejor — La chica susurró cerca de mí.
— Tasya, lo siento, pero no puedo estar contigo — Me estaba negando a una hermosa mujer que prácticamente se me insinuaba, era una locura, pero estaba completamente perdida ante una mujer que se robó todo de mí.
— Tasya es hora, vamos — Escuché que la llamaron.
— Me tengo que ir, pero préstame atención, tal vez cambies de opinión — Dijo para después besar mi mejilla.
Negué con la cabeza sonriendo mientras la chica se alejaba.
Pedí otra bebida, esta vez un whisky, para mantenerme tranquila durante el espectáculo ya que por alguna razón la bailarina me ponía extraña. Me senté en una mesa que estaba frente al escenario esperando a que comenzara el show, murmullos comenzaron a escucharse por todas partes, sabía perfectamente que no era la única que estaba allí por Ginger Apple, pero no iba a dejar que nadie más la tuviera, ella había entrado a un peligroso juego conmigo y estaba segura que lo iba a ganar. De repente todo quedó en silencio, segundos después comenzó a oírse la música y las luces se enfocaron en el cuerpo de siete mujeres que estaban sobre el escenario, no tardé mucho en saber que ella estaba en el medio. Las mujeres comenzaron a caminar hasta la parte delantera del escenario y como si presintiera mi deseo, Ginger Apple se acercó a mí de manera sexy y provocativa haciéndome que mi cuerpo se calentara, sonrió sabiendo lo loca que me ponía, me dio un rápido guiño mientras se desabrochaba la blusa provocando un alboroto y una llovizna de billetes. Debía de admitir que las mujeres que estaban en el escenario eran hermosas y muy sexys, pero en se momento Ginger Apple era la única dueña de mis deseos.
— Maldita sea, eres tan deliciosa — Un hombre gritó.
Sonrió y caminó hasta donde estaba el hombre, dejándome totalmente irritada, ahora bailaba para algunos hombres que babeaban por ella. Pasó sus manos por todo su cuerpo haciendo que la gente se volviera loca, descendió hasta el suelo y luego subió lentamente dejando ver su trasero, maldita sea ¿Por qué tenía que estar tan buena? Traté de cambiar mi enfoque y me di cuenta que la morena que siempre me atendía en la barra estaba allí, Olya tenía un cuerpo escultural, la chica estaba bailando sensualmente volviendo locos a todos los hombres que la tenían cerca. Miré a Tasya y contemplé su cuerpo semi desnudo, no me prendió como cuando mi stripper lo hacía, pero no podía negar que me excitó un poco, todas las bailarinas se desnudaron quedando en pequeñas piezas de ropa interior, me intentaba controlar, pero era inevitable, estaban muy bien. Miré a Ginger Apple que estaba con dos pequeñas piezas de lencería color gris, se movía sensualmente mientras sostenía su cabello. Todas se dirigieron hacia los tubos para hacer un baile tan sensual que estaba segura que las hormonas de todos los presentes estaban alborotadas, era increíble como todas se movían de manera sincronizada, al final de la presentación todas cayeron con una pose sensual, mis ojos rápidamente buscaron a mi stripper que desapareció rápidamente en medio de la oscuridad.
Bebí de mi whisky para intentar regresar a la normalidad, lo cual era difícil.
— ¿Señorita Volkova? — Un chico castaño se acercó — Me pidieron darle esto — El chico me dio una nota, la tomé un poco desconfiada.
— Gracias.
El chico asintió y se fue.
En cuanto estuvo lo suficientemente lejos, abrí y desdoblé el papel.
Te espero en la habitación número 13, no tardes, ya te extraño.
Mi corazón se aceleró ¿sería de Ginger Apple? O también podría ser de Tasya, ella estaba dispuesta a conquistarme. Miré a mí alrededor en busca de alguna de ellas, pero no había rastro de ninguna. Me pregunté si era la mujer que quería, pero sabía que sólo había una forma de averiguarlo.
Caminé a paso lento hasta el pasillo del club para buscar la habitación, era embarazoso como estaba a merced de una mujer a la que cuyo rostro jamás había visto. Continúe caminando hasta que encontré la habitación número 13, para algunos ese número era de la suerte, pero para otros era de mala suerte ¿Ginger Apple sería mi buena suerte o mi mala suerte? Eso estaba por averiguarlo. Respiré profundamente antes de girar la perilla, entré a la habitación levemente iluminada y pude verla apoyada contra la ventana con un vaso que contenía un líquido transparente y una sonrisa diabólica en el rostro.
— Pensé que no vendrías — Su voz me hizo estremecer.
— Me llamaste ¿no? Así que aquí estoy — Dije caminando hacia ella que ahora estaba de espaldas sirviendo otra copa — ¿Pensabas que escaparía?
Tomé su cintura y al instante la sentí estremecer.
— ¿Quieres sinceridad? — Preguntó girándose para quedar cara a cara conmigo y así exhibir mi regalo.
Simplemente asentí mientras me perdía en sus ojos color verdes.
— Pensé que nadie se atrevería a entrar a este juego, Volkova — Dijo tomando un sorbo de su bebida.
— Soy diferente, no me asusta ir tras lo que deseo — Dije con firmeza.
Podría jurar que con el intercambio de miradas aumentó mi calor corporal, la stripper tenía un hermosa sonrisa, diabólica y provocativa, pero hermosa.
— ¿Te gustó? — Susurré cerca de sus labios — Luce como pensé… perfecta — Dije tirando de ella para pegarla más a mi cuerpo.
— No acepto regalos de clientes, pero el tuyo es diferente y me gustaría agradecerte de la mejor manera — Susurró suavemente en mi oído haciéndome erizar por completo.
— ¿Y cómo piensas agradecerme?
Sonrió deshaciéndose de mis brazos y subió las escaleras que daban al pequeño escenario.
— Pensé que te merecías un show especial esta noche y te lo daré en forma de agradecimiento, así que ahora siéntate y observa.
Me mordí el labio inferior antes de tomar la copa que estaba en el mostrador. Caminé hasta una silla que estaba frente al escenario y me senté.
La música comenzó a sonar y ella caminó a pasos lentos alrededor del escenario poniendo sus ojos en mí haciendo que todo mi cuerpo ardiera ¿Cómo era eso posible? La mujer ya estaba sacudiendo su cuerpo de un lado a otro mientras desabrochaba el abrigo negro que traía puesto dejándome ver su cuerpo con una lencería negra, estaba hipnotizada mientras la veía bailar.
Levantó su cuerpo del suelo sosteniéndose en el tubo, se sostuvo con las piernas y echó su cuerpo hacia atrás mientras sus manos recorrían su cuerpo.
¡Dios mío!
Cerré los ojos por unos segundos tomando otro sorbo de mi bebida. Cayó al suelo lentamente causando una sensación placentera, en cada momento mantenía una sonrisa como si le encantara dejarme en ese estado tan deplorable, maldita. Tomó de nuevo el tubo con ambas manos sobre su cabeza mientras movía sus caderas de un lado a otro, descendió hasta el suelo tan sensualmente que comenzaba a sentirme mareada, abrió las piernas y me dio una hermosa vista de lo que me gustaría tocar en ese momento, sonreí maliciosamente al pensar cosas sucias que podía hacer con ella, se arrastró como un felino hacia mí, sus ojos eran de color verde intenso. Se puso de pie, la miré de abajo a arriba con el deseo de tomar todo su cuerpo. Lentamente caminó hasta las escaleras y descender para acercarse a mí, sonrió mordiéndose el labio inferior y luego se inclinó delante de mí, tan cerca que podía agarrarla en cualquier momento.
— Me encanta cuando me miras — Susurró sobre mis labios.
Caminó hasta ponerse detrás de mí y engancharse a mi cuello.
— Me encanta como me comes con los ojos — Dijo besando mi cuello.
¡Hija de puta!
Ya estaba totalmente mojada, maldita provocadora, ni siquiera me había tocado y ya estaba así por ella.
— Me encanta cómo reacciona tu cuerpo, daría cualquier cosa por sentirlo ¿sabes?
Mordió el lóbulo de mi oreja, haciéndome estremecer.
— Créeme, lo sé.
Podría jurar que estaba sonriendo detrás de mí, mi obvia desesperación por tocarla era muy bien percibida, puso sus manos en mis hombros, deslizándolos lentamente por mi cuello, mis pechos, mi abdomen hasta llegar a mis muslos. Estaba hecha una jodida hoguera. Agarró mi vestido y lo subió hasta mis muslos, mi respiración ya era pesada y lenta.
— Mmm… Estás tan buena como lo imaginé — Susurró en mi oído — Vamos a jugar ¿vale?
— ¿Qué clase de juego?
— Seguiré con mi programa, bailaré para ti, pero no podrás tocarme.
— Estás bromeando ¿no? — Pregunté incrédula.
— Puedes aceptar o simplemente irte, es tu elección.
Inteligente jugada, ella sabía que sería imposible para mí no tocarla, pero estaba dispuesta a ganar este juego.
— Okey, acepto.
Una sonrisa diabólica se dibujó en su rostro. Caminó para quedar delante de mí, me miró por unos segundos y se sentó en mis semi desnudos muslos. Levanté mis manos para tomarla de la cintura, pero al instante me regañó.
— Hey, nada de eso…
La maldije mentalmente y bajé mis manos. Comenzó a moverse nuevamente al ritmo de la música, me estaba volviendo loca, prácticamente se refregaba en mí.
— Maldita sea, tú sólo estas jodiéndome — Simplemente sonrió.
Se levantó y se puso de espaldas a mí para refregar ahora su trasero en mí.
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Ya sentía mis bragas mojadas y sabía que no iba a aguantar más tiempo, la necesitaba, necesitaba tocarla. Continuó refregándose con fuerza y tuve que apretar mis manos en la silla para no tocarla.
— Me las vas a pagar, Ginger Apple — Le susurré en el oído, ella simplemente sonrió.
— ¿Ah, sí? ¿Y cómo? — Me provocó.
Se levantó quedando frente a mí y bailar de pie, analicé cada detalle de su cuerpo que parecía ser esculpido por dioses, era perfecto.
— Quítate la ropa para mí.
Ginger Apple me miró por unos segundos, se veía hermosa con la máscara dorada, pero yo quería ver su rostro, mirar la cara de la mujer que me dejaba en un estado de tentación.
— Quítatela, déjame verte.
Ni siquiera prestó atención a mi petición y continuó bailando de forma sensual, podía sentir mi humedad correr por mis bragas, se sentó en mi regazo con cada pierna a un lado y se comenzó a mover, refregando su sexo contra el mío. Cerré las manos en puños, el ambiente estaba caliente que parecía un sauna, mi cuerpo sudaba y el de ella también, inclinó su cabeza hacia atrás dejando salir un gemido excitante y dejando que una gota de sudor bajara por su cuello hasta perderse entre sus pechos.
¡Dios mío, ya no podía con esto!
Ya no más…
Agarré con una de mis manos su cintura y con la otra la jalé para besarla, estábamos en una batalla para ver quien asumía el mando, el cual yo gané. Chupé su lengua con ganas provocando que gimiera, la levanté para caminar hacia la mesa que estaba a un lado sin dejar de besarla. Llevé mis manos al broche de su sujetador para quitarlo y dejar libre sus pechos, pude sentir el agua en mi boca al verlos.
— Espera… no podemos — Susurró débilmente.
— Si podemos, ya no puedo aguantar más, Ginger Apple.
[Lena]
¿Han oído el dicho: no juegues con fuego, te puedes quemar? Yo también, sólo que no sabía que esto pasaría, había comenzado un juego con Yulia ¿Y ahora? Ahora me encontraba sobre una mesa con sus ojos azules mirándome con deseo.
— Esto es una locura — Susurré.
— Si, lo es — Dijo con una sonrisa maliciosa.
Se inclinó para depositar pequeños besos sobre mi cuello, cerré los ojos con fuerza dejando que un bajo gemido escapara de mi boca cuando sentí su lengua alrededor de mis pechos. Lamió lentamente mi pezón mientras que sus manos subían y bajaban por mis costados, me incliné para mirarla y joder, chupaba mis pechos con ganas para luego morderlos.
— Yulia… — Susurré llevando mis manos a su cabello.
Ella no respondió, se movió a mi otro pecho para chuparlo mientras que su mano subía hacia mi otro pecho para masajearlo con fuerza, solté un gemido y apreté su cabello con fuerza, podía oír el sonido de succión que se mezclaba con la música y mis gemidos, estaba enloqueciendo. Soltó mis pechos para dejar besos en mi abdomen, deslizando su lengua mojada sobre mi piel, ya podía sentir a mi sexo palpitar con ganas de sentirla.
Ay Lena ¿a dónde te fuiste a meter? Me dije a mí misma.
Yulia empujó mi cuerpo sobre la mesa y conectó su mirada con la mía de forma intensa que no pude evitar volver a besarla. La tomé de la nuca y tomé sus labios en un beso feroz.
Chupé su lengua haciéndola gemir. Llevé mis manos a su vestido y lo saqué de su cuerpo, me sentí débil al verla semi desnuda, no había ninguna duda, Volkova era perfecta, vestía una lencería de color rojo, que destacaba su piel blanca, se podía decir que pasaba horas en el gimnasio, tenía su abdomen marcado y unos brazos y piernas bien torneados.
Vi una sonrisa maliciosa en su rostro al notar que la miraba, se acercó y besó mi cuello para después hacerme sentir su lengua en mi punto de pulso.
— ¿Te gusta lo que ves? — Su voz era ronca.
— Oh sí, me gusta.
Mis manos fueron a su cabello para dirigir su boca a la mía, ella gimió haciendo el beso más profundo y atacando mi lengua con movimientos lascivos.
— Te necesito Ginger Apple.
Una de sus manos se hizo camino hasta el medio de mis piernas que se abrieron sin mayor esfuerzo. Mi cuerpo estaba excitado, su otra mano comenzó a masajear mis pechos dejándolos sensibles al tacto.
— Estás tan húmeda — Susurró siguiendo con la mirada a sus dedos — Eres linda aquí también.
Gemí al oír sus palabras y al sentir sus dedos acariciándome, ella podía ser tan sinvergüenza. Agarré su cabello y se acercó para morder mi cuello, probablemente dejándome una marca que tendría que maquillar cuidadosamente.
— Por dios, Yulia — Gemí levemente.
Sus habilidosos dedos se refregaban en mi punto de placer, provocando una fuerte presión en mi vientre, yo simplemente no podía parar de gemir.
— Mmm… Si, hazlo así.
— ¿Te gusta? ¿Te gusta que lo haga de esta forma? — Dijo retirando una de las prendas que me quedaba.
Sus dedos bajaron hasta mi entrada totalmente mojada para masajear mi clítoris.
— Si, así…
Mordí su labio al punto de herirlo, coloqué mis manos en la mesa cuando sentí como sus dedos entraban en mí.
— Joder, Yulia…
Cerré los ojos con fuerza sintiendo como el placer consumía todas las células de mi cuerpo, sus dedos entraban y salían de manera lenta.
— Joder Ginger Apple, estás tan sabrosa.
Comenzó a dejar besos en mi cuello hasta descender a mis pechos. Tomó unos de mis pechos con su boca mientras que sus dedos seguían penetrándome ahora con más fuerza, agarré su cabello forzándola a continuar con su trabajo en mis pechos, el sonido de succión que hacía me volvía loca, no podría aguantar mucho tiempo.
— Mmm… — Gemí.
Aquel lugar que hace unos minutos estaba tan frio ahora estaba en llamas, podía sentir las gotas de sudor correr por mi cuerpo, que se movía al ritmo de sus dedos, podía sentir que el orgasmo se acercaba.
— Yulia… Yulia — Gemí su nombre — Por dios, voy a…
— Si, córrete para mí — Susurró en mi oído antes de morderlo.
Yo estaba a punto de explotar, sus dedos aumentaron el ritmo mientras masajeaba mi clítoris con fuerza.
— ¡Ah! — Gemí con fuerza.
Llegué al orgasmo con un fuerte grito, me agarré a los bordes de la mesa mientras movía mi cadera rápidamente olvidándome por completo de alguna vergüenza o timidez. Mis ojos estaban fijos en ella, hipnotizada por sus ojos completamente dilatados, en aquel momento tenía total poder sobre mí y haría lo que me pidiera. Acercó mi cuerpo a ella haciéndome sentir débil, era obvio que aún no terminaba, su boca comenzó a devorar la mía, me bajó de la mesa y me guió hasta el sofá negro que había en la habitación mientras me encargaba de retirar la ropa que aun llevaba. Lo único que yo llevaba era la máscara que Yulia me había dado, sabía que jamás me la quitaría sin mi permiso y eso me mantenía más tranquila. Me recostó sobre el sofá sin dejar de besarme, jugaba con mi lengua de forma rápida y salvaje haciendo que mi cuerpo volviera a entrar en calor, después de haber tenido un gran orgasmo aun la necesitaba.
— Jamás me voy a cansar de ti Ginger Apple.
Sonreí maliciosamente al mirar su cuerpo sobre el mío, era maravillosa, Yulia Volkova tenía un cuerpo que desearías poseer y en aquel momento era mío. Me senté en el sofá para tomar uno de sus pechos con mi boca haciéndola gemir levemente, deslicé mi lengua por su pezón, para después chuparlo con fuerza mientras que con mi otra mano masajeaba el otro.
— Joder Ginger Apple.
Sus manos fueron a mi cabello apretándolo con fuerza causándome un dolor placentero, en todo momento Yulia no dejó de mirarme, podía ver su cara de placer y les aseguro que era excitante.
— Mmm… Así, chupa con más fuerza.
Sentí mi centro quedar mojado al oírla pedirme aquello, bajé mi mano a su centro sintiéndola totalmente mojada.
— Estás tan mojada y aun no te he tocado — Dije mientras masajeaba su clítoris provocando que gimiera levemente, probablemente conteniendo el placer que sentía, pero la torturaría hasta oír que me pidiera estar dentro de ella.
— Hija de puta…
Arqueó su espalda dándome total visión de su cuerpo, podía ver las marcas causadas por mí alrededor de sus pezones, deslizaba mis dedos con cierta presión sobre su clítoris para hacerla rogar.
— Debería matarte — Dijo con esfuerzo.
— Dime lo que quieres Volkova y lo haré.
Me miró intensamente y apretó la mandíbula, continué con mi trabajo, movía su cuerpo sobre mí, sabía que necesitaba que fuera más rápido, pero tendría que pedir por ello.
— Joder Ginger Apple, quiero que me folles de una maldita vez.
Y así lo hice, invadí su sexo con dos de mis dedos haciéndola gemir alto y fuerte, Yulia clavó sus uñas con fuerza en mis costados mientras se movía sobre mí al ritmo de cada embestida.
— Por dios, así.
Podía ver las gotas de sudor caer por su cuerpo, Yulia era la mujer más hermosa que había visto.
— Hazlo más rápido — Ordenó.
Y obedecí, sabía que estaba a punto de terminar, mis dedos estaban siendo cada vez más apretados dentro de ella, se sentía tan bien, pero me hizo parar, me recostó de nuevo en el sofá, levantó una de mis piernas para encajar su cuerpo con el mío, al parecer quería que termináramos juntas. Su cuerpo comenzó a moverse frotando su sexo contra el mío mientras sus manos masajeaban mis pechos.
— Por dios… — Gemí ante la sensación.
Agarré su cintura en busca de más contacto, lo cual no fue necesario pues Yulia comenzó a moverse más rápido y con fuerza, la sensación era enloquecedora.
— ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder! — Me quejé.
Se movía tan rico sobre mí, con mis manos la impulsaba con más fuerza, no tardábamos en llegar al orgasmo.
— Mmm… — Gemí cerrando los ojos con fuerza.
El clímax me llegó y todo mi cuerpo comenzó a convulsionarse, segundos después Yulia también llegó, eran combinaciones de gemidos mientras nuestros cuerpos se movían descontroladamente.
— Eres increíble — Susurró antes de morder mi hombro.
Mi espalda se arqueó mientras suplicas roncas salían de mi boca, la tensión se expandió por mi cuerpo sintiendo los músculos de mi vientre contraerse en espasmos de éxtasis. Yulia fue parando sus movimientos hasta quedar sobre mí.
Se inclinó para besarme lentamente.
— ¿Podrías darme un premio y quitarte la máscara?
— Me la quitaría sino fuera un problema.
— ¿Acaso es un problema? — Preguntó calmadamente.
— Puede ser — Dije sonriéndole antes de levantarme del sofá.
— ¿A dónde vas?
— La diversión acabó Volkova, ve a casa, no quiero que estés paseando por aquí sin mi presencia — Dije mientras me vestía.
Yulia sonrió maliciosamente, adoraría quedarme con ella, pero tenía que mantener la distancia, Ginger Apple no se pondría cariñosa después del sexo. La miré y aun seguí sonriendo, se veía tan sexy con su cabello alborotado, su piel sudada y su rostro levemente sonrojado.
Me acerqué a ella quedando a centímetros de su rostro.
— Mandona, así me gusta — Susurró sobre mis labios.
— Se lo que te gusta, ven a verme mañana, te estaré esperando.
— Claro que vendré, cuenta conmigo.
— Perfecto.
La besé dejándola con ganas de más. Miré sus ojos y sonreí antes de darme la vuelta para dirigirme a la salida.
Alguien tiene la dirección exacta de IMPERIUM?????
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1808
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Fati20- Mensajes : 1280
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Esta historia destila amor, avidez, erotismo y lascivia, enajenando los sentidos por tanta voluptuosidad impúdica y atrevida.
La narración es tan audaz sin minimizar aquellos detalles que incentivan el libido, de una forma poética y elegante, esta lectura tiene tintes de romanticismo, exacerbado hacia la lujuria, desborda límites opuestos, por un lado, una desmedida vehemencia que nubla la razón y la voluntad, tan instintiva, y el otro te transpola a un amor cándido, que te embelesa por su belleza magnánima y fulgurante ternura, se definiría como borderline por la prodigiosa dualidad de sus personajes, porque no sólo Ginger Apple tiene distintas facetas, sino también la sensual jefa.
Es una lectura que te invita a envolverte con ella en la intimidad de la noche, en una penumbra llena de nostalgia, esta inquietante intriga y juego que te lleva a una adicción sublime.
Querida siempre me impresionas por tu excelente selección literaria, se denota tu genio y astucia, me conmocionas por todo este derroche sexual enardecido, tu versatilidad es digna de glorificarse, por tu facilidad de editar varias historias simultáneamente, perfeccionarte en el mundo de las letras es simplemente magnífico, el agradecimiento es infinito por tu excelente dedicación sobre todo tu espléndida empatía con las lectoras, por dar un fascinante hálito de vida a este foro, donde la mente no tiene horizontes.
P.D: No creas que me había olvidado de darte mis congratulaciones.
" La bellezza è la capacità di amare follemente ciò che fai, e dare un senso alla tua esistenza".
Bet bet- Mensajes : 23
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Edirbr- Mensajes : 105
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Ely- Mensajes : 26
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Yulieth- Mensajes : 55
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
LENYNK- Mensajes : 20
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
A leer!!!
[Lena]
Entré a mi camerino sin poder creer lo que acababa de pasar, pero también estaba muy emocionada, Yulia Volkova me había hecho suya y yo estaba bien con ello, aunque seguramente ahora todo sería más complicado. Negué con la cabeza mientras tomaba mi ropa, me miré en el espejo y me di cuenta que me había dejado marcas en el cuello y en mis pechos. Cuando terminé de vestirme, di una última mirada al club y no había rastro de ella, salí por la puesta trasera, la noche era fría y las ráfagas del viento hicieron que mi cuerpo temblara, caminé hasta la avenida más cercana y vi a Yulia subir a su auto, al parecer había obedecido mis órdenes de no quedarse en Imperium sin mí presencia, eso me agradó. Me hubiera gustado acercarme a ella y pasar el resto de la noche en sus brazos, pero por hoy había sido suficiente, no podía arriesgarme más.
En quince minutos ya estaba entrando en mi departamento pensando en que Nastya y Oksana ya estaban dormidas ya que el apartamento estaba en completo silencio. Entré a pasos lentos sin hacer ningún ruido y cuando abrí la puerta de mi habitación, me encontré con Nastya.
— ¿Por qué llegas a esta hora? — Preguntó con suspicacia mientras se acercaba a mí para analizarme.
— El show fue algo lento — Dije con el menor entusiasmo posible.
Mentirle a Nastya era una tarea prácticamente imposible, esta mujer me conocía mejor que nadie.
— No me mientras Lena, hoy la presentación fue en grupo, imagino que tu retraso tiene nombre y apellido ¿no? — La miré y trataba de ocultar una sonrisa, no se le escapaba nada.
— Vale, tienes razón, mi tardanza se llama Yulia Volkova.
— Lo sabía ¿Qué estuviste haciendo con tu jefa? — Preguntó asustada y entusiasmada al mismo tiempo.
Se sentó en la cama y la palmeó para que hiciera lo mismo, su mirada era curiosa y con un toque de ansiedad, tomó su vaso de agua y bebió un poco mientras esperaba a que dijera algo.
— Tuve sexo con ella.
Nastya al escucharme escupió todo el líquido que estaba en su boca, provocando una risa en mí.
— ¿Qué hiciste qué? — Preguntó con los ojos muy abiertos.
Cerré los ojos y me acerque más a Nastya.
— Como lo escuchaste, Yulia y yo tuvimos sexo y fue maravilloso, Nastya.
— ¡Oh por dios! ¿Te volviste loca? Estás borracha ¿verdad?
Solté una risa divertida mientras trataba de oler mi aliento, probablemente en busca de alcohol.
— Tomé, pero estoy sobria, sé que es peligroso, pero no pude rechazarla.
— Por supuesto que si podías, no abusó de ti ¿verdad?
— No, yo quería y ella también.
— ¿Te das cuenta del paso que acabas de dar? Solo contéstame algo ¿Qué pasará cuando quiera ver tu rostro? Porque te garantizo que no va querer vivir esta vida secreta toda su vida — Me miró con una expresión dura.
Estaba tan feliz esa noche y no quería pensar en las consecuencias, quería simplemente disfrutar de lo buena que había sido mi noche.
— Por ahora eso no sucederá y cuando llegue ese momento, ya veré que hago.
— Esta bien Lenita, pero ten cuidado, sabes que sólo me preocupo por ti — Dijo antes de acercarse y darme un fuerte abrazo.
— Sé que lo haces y te doy las gracias por eso.
— No hay nada que agradecer, descansa, Lenita.
— Tú también, hasta mañana.
Y esa noche me fui a dormir con la certeza de que Yulia Volkova, estaría en mis sueños.
[Yulia]
Abrí los ojos y pequeños rayos de luz entraron a mi habitación, genial, había dejado las cortinas abiertas. Me estiré en la cama recordando lo bien que había estado la noche, no tenía por qué ponerme de mal humor después de haber pasado la noche con Ginger Apple. Me encontré sonriendo al recordar todos los detalles de la noche anterior, ahora entendía porque decían que el sexo era bueno para la salud, porque nada más podía explicar mi exceso de buen humor. Salí de la cama y caminé hasta el baño para tomar una ducha y arreglarme. Hoy no usaría vestido o falda, opté mejor por un pantalón negro de vestir que me quedaba pegado, una blusa blanca y un suéter negro, aun así me veía formal, pero estaba mucho más cómoda.
Después de un desayuno rápido, Yuri ya estaba afuera esperándome en el Mercedes negro, el señor me saludó con un leve “buenos días”.
— ¡Buenos días, Yuri! — Le contesté con entusiasmo, sin duda era increíble mi semblante alegre.
Me miró por unos segundos al parecer extrañado por mi humor y yo simplemente le sonreí.
— ¿Todo bien, señorita Volkova?
— Si, pero no me llames así — Le dije sonriendo mientras entraba al coche.
— Lo siento, pero tengo que tratarla con respeto, soy su empleado, señorita Volkova.
Aunque Yuri era uno de los empleados más antiguos, no podría aflojar las riendas, una cosa importante que mi padre me había enseñado era separar el trabajo de lo personal.
En cuestión de minutos ya estaba en el ascensor de Industrias Volkov, cuando este se abrió todos los empleados me miraron y en cuestión de segundos ya estaban en sus puestos, de verdad que nunca me cansaría de esta situación. Pasé entre ellos con un semblante serio, caminé hasta mi oficina no sin antes ver a Lena muy concentrada en su computadora.
— Buenos días, señorita Katina — Dije sonriendo.
Lena dio un pequeño brinco con una expresión de susto.
— Por dios, buenos días señorita Volkova.
Su voz fallaba haciendo que riera ante su estado de nerviosismo.
— Disculpa por asustarte.
— No hay problema, señorita.
Hoy Lena se veía mucho más hermosa que otros días ¿o seré que estaba demasiado feliz? Me fui por la primera opción. Ella estaba usando una falda negra con una blusa de cuadros amarillos y blancos, su cabello estaba suelto y levemente ondulado, como dije se veía hermosa.
— ¿En serio? No quiero tener que indemnizar a su familia por haberla matado de un susto.
Me sonrió con aquella sonrisa que la caracterizaba antes de levantarse de su silla y seguirme hasta mi oficina.
— De verdad, no hay problema — Dijo mientras entraba a mi oficina y dejaba unos papeles en mi escritorio — ¿Desea algo más? ¿Café? ¿Agua?
— Si, dos cafés, por favor.
Me miró confundida.
— Uno es para mí y el otro para usted.
— La señorita está de muy buen humor ¿no?
¿Era demasiado obvia o todo el tiempo estaba tan malhumorada que esto era un cambio total?
— Si, extrañamente estoy de muy buen humor — Dije con una sonrisa.
Lena sonrió, probablemente imaginando el motivo del porque estaba tan radiante esa mañana.
— Muchas veces dicen que es por dinero o amor.
Paré por un momento para pensar el verdadero motivo, no era dinero y dudo mucho que sea amor, Ginger Apple era la mujer que más deseaba, pero sentir amor por ella, no creo, el amor era algo muy fuerte y no podía amar a una mujer a la que ni siquiera le había visto el rostro ¿o sí?
— ¿Señorita? — Desperté de mis pensamientos al escuchar a Lena.
— Lo siento, estaba pensando.
— No hay problema, hoy su tiempo está más libre, sólo tiene una reunión con unos ingenieros después de almorzar.
— Perfecto, muchas gracias.
Rápidamente Lena se retiró de mi oficina dejándome con ese enorme signo de interrogación en la cabeza ¿Qué sentía por Ginger Apple? Bueno, sólo teníamos encuentros casuales y futuras noches de placer y no es que me quejara, pero ¿Qué sentía por ella? Tal vez, atracción, deseo y dominio, si, sólo estaba en un juego intenso con ella.
Horas después de la reunión, Lena y yo caminábamos a mi oficina mientras discutíamos asuntos que los ingenieros revocaron.
— No puedo hacer eso, es algo sin fundamento — Hablé enojada mientras me sentaba en mi silla.
— Cálmese, debemos de buscar la mejor forma para favorecer a ambos lados.
— Vale, eso lo veremos después, estoy de buen humor como para estresarme.
Lena sonrió mirándome, desvié mi mirada a los papeles que estaban en mi escritorio hasta que escuché el tono de mi celular, desbloqueé la pantalla y era un mensaje de Irina.
IV: Te recuerdo que te estaré esperando, Yul y sabes que no aceptaré ninguna excusa. Te veo este fin de semana, besos.
Maldita sea, no quería ir, pero sabía que Irina me odiaría si no iba, pensaba en mil maneras para negarme a aquel pedido, pero no se me ocurría nada, tal vez si llevaba a alguien conmigo disminuiría mi aflicción, pero ¿Quién? Lena sería la perfecta candidata, aunque la pregunta sería ¿ella aceptaría? Lena parecía no tener nada importante que hacer los fines de semana, no estaría de más intentarlo.
— ¿Señorita Volkova?
— Dime
— Me gustaría preguntarle algo, si no le molesta, claro.
— Por supuesto que no, siéntate y dime que necesitas.
— Bueno, me preguntaba ¿si trabajaremos este fin de semana?
— Por ahora no tenemos nada programado.
— Es que quería pedirle el fin de semana libre, para ir a ver a mi familia.
¡Maldita sea! Sería muy desconsiderada de mi parte si le negaba aquella petición y hacer que la chica aguantara mi presencia y la de mi familia, hacerla ir conmigo no sería correcto. Se acababa de arruinar mi plan para huir de ese lugar.
— ¿Tiene que ser este fin de semana?
— Si, es algo importante ¿o usted me necesitaba para algo?
— No, usted puede ir sin problemas.
Me miró desconfiada, pero finalmente me sonrío.
— Gracias, me comprometo a seguir haciendo lo que quiera al final de la semana.
— No diga eso, terminaré explotando en cualquier momento.
Lena rió divertida alegrando el ambiente con el sonido de su risa, yo sólo me limité a sonreír, era notable su hermosa sonrisa. Me perdí unos minutos por admirarla hasta que me interrumpieron.
— Bonjour Mon, Amour.
Esto debía de ser una jodida broma.
— ¿Qué estas hacendó aquí, Tasha? — Pregunté con fastidio.
— ¿Esa es la manera en la que me recibes, mi amor? — La mujer dijo.
Se acercó a mí para abrazarme con fuerza. Me quedé en silencio sin poder créelo, Lena miraba la escena con curiosidad.
— De vedad Tasha ¿Qué haces aquí? — Dije alejándome de ella.
— Te echaba de menos, así que vine por ti.
— Era demasiado bueno para ser verdad — Me quejé por la mujer que tenía frente a mí.
— ¿Por qué siempre estás de mal humor? — Tasha murmuró caminando por la oficina.
— Estaba de un excelente humor hasta que decidiste levantarte de entre los muertos.
Natasha Odintsova era mi ex novia, de la cual me enteré que se estaba aprovechando de mis cuentas bancarias y en ese momento fui tan estúpida que no me di cuenta. Me había ido de París para deshacerme de todo lo que me ataba a ella, pero para mi gran desgracia ella está aquí “por mí”.
— Y tú siempre has sido demasiado viva — Dijo con un tono cargado de malicia.
Lena tosió mostrando que aún estaba en la oficina, la miré y parecía estar confundida ante la discusión.
— ¿Necesita algo más, señorita? — Lena me preguntó.
— Regresar el tiempo a hace unos minutos, pero no creo que se pueda, así que se puede retirar señorita Katina.
— Hermosa secretaria Yulia ¿a ella también te la tiras?
Mis ojos se abrieron por completo, en ese momento quería tomarla del cuello. Lena levantó las cejas probablemente creyéndole a Natasha o con suerte no.
— Con su permiso, me retiro.
Natasha sólo hizo un gesto con la mano para que saliera rápido.
— ¿No te cansas?
— ¿De qué? — Preguntó con una sonrisa irónica.
— De joderme la vida, que bueno que me alejé de ti a tiempo.
— Tú tienes que entender que aún me quieres, además todavía somos prometidas — Dijo mostrándome el anillo que tenía en su dedo.
— Te quiero lejos de mí.
— Vas a terminar queriéndome, vine por ti Yulia, y te volveré a conquistar.
— Tu… ya… no… me gustas — Dije cada palabra lentamente para que lo comprendiera.
— Eso no es problema para mí, te reconquistare fácilmente, a menos que haya otra — Natasha dijo colocando ambas manos sobre el escritorio y mirándome con curiosidad.
— Eso no te interesa.
— Claro que me interesa.
Me acerqué a la puerta y la abrí.
— ¡Sal de aquí ahora!
— Hoy has sido tan seca, siempre eras cariñosa conmigo.
— Estoy siendo amable contigo, así que cuando les diga a los de seguridad que te pongan en la calle, no te vayas a quejar.
— No me voy a ir.
Podía sentir mi cuerpo caliente y no en el buen sentido, sino por odio, Natasha después de meses desenterró nuestro compromiso el cual fue un fracaso puro, ya no sentía nada por ella, sólo asco.
— ¡Lena! — Le grité desde la puerta.
La mujer llego rápidamente con una mirada asustada, probablemente al llamarla por su nombre de esa manera.
— Dígame, señorita.
— Lleve a la señorita Odintsova a la salida.
— ¿Harás algo el fin de semana? ¿O debo seguirte para averiguarlo?
— Saldré fuera de la ciudad.
— Puedo ir contigo, si quieres.
Tasha se acercó poniendo sus brazos alrededor de mi cuello haciendo una escena perfecta para los espectadores, en este caso Lena.
— No, estaré acompañada, gracias — Hablé esta vez con un tono grosero.
— ¿Y puedo saber con quién?
— La señorita Katina irá conmigo.
Los ojos de Lena se agrandaron sin comprender la situación, la miré explicándole con la mirada que me siguiera la corriente.
— ¿Ustedes tienen algo?
— Por supuesto que no, señorita — Lena hablo rápidamente.
— No pongas esa cara de santa, yo sé muy bien como son las mujeres como tú.
¿En serio quería meterse con mi secretaria?
— Mire señorita Odintsova, soy educada con cualquier persona que entra aquí, pero cuando empiezan a hablar de mi sin siquiera conocerme, me puedo poner un poco grosera.
Miré a Lena con una sonrisa, ella estaba enfada y eso me parecía genial por alguna razón.
— Así que es mejor que se vaya, la señorita Volkova ha dado una orden.
Natasha se congeló, me miró probablemente esperando que yo dijera algo, pero simplemente me quedé callada.
— Que te quede claro, yo voy a volver a ser tu mujer, Yulia — Habló antes de salir, dejándonos a Lena y a mi solas.
[Lena]
Miré a Yulia que se sentó en el sofá, agotada.
— Gracias — Dijo tranquilamente — Y te pido una disculpa.
— No tiene por qué disculparse, señorita.
— Si tengo, usted no merece que le hablen de ese modo.
— Realmente no me importa lo que ella dijo.
Yulia me miró, sus ojos parecían cansados.
— De todos modos, lo siento.
— Tengo una pregunta.
— Dime.
— Sobre este fin de semana… usted dijo que yo…
Yulia se levantó rápidamente.
— Tranquila, eso fue sólo para que me dejara en paz, usted tiene el fin de semana libre, yo también tengo que ir a ver a mi familia.
— Gracias, cualquier cosa puede llamarme que yo le contestaré.
— Gracias, pero estás completamente libre este fin de semana.
Di media vuelta para salir de la oficina hasta que ella me llamó.
— Lena…
— ¿Si?
— Una vez más, gracias — Dijo con una leve sonrisa.
Le sonreí y salí de la oficina.
El día no estuvo tan mal, primero Yulia llegó con un buen humor, por razones que conocía perfectamente, Ginger Apple o más bien yo, le había dado una gran noche y el saber que yo era el motivo me hacía explotar de felicidad en el interior. Ella se la había pasado todo el día sonriendo hasta que se apareció su ex, juro que al verla allí, mi mundo cayó, sabía que Yulia no tenía nada con Ginger Apple, pero el tan solo pensar que podría volver con Natasha y dejar de ir al Imperium me mataría.
— ¿Entonces esa perra es su ex? — Nastya pregunto mientras comía cereal.
Las tres estábamos en mi habitación.
— Si, como dijo Yulia ha surgido de las cenizas ¿Qué haré si ella vuelve, chicas?
— Tú dijiste que Yulia la odia — Oksana dijo.
— Si, pero entre ellas hubo amor, puede que sólo este enojada.
— Puede ser una opción.
Me estaba enamorando de Yulia lo cual era una tontería, esa mujer tenía todo lo que yo quiera, pero que no podía tener, bueno, Ginger Apple podía, pero ¿Lena? Yulia ni siquiera se había fijado en mí.
— Te dije que no te metieras con esa mujer, Ginger Apple es una cosa, pero si algún día se entera de que tú eres ella, la empresa caerá sobre nosotras.
Aunque no quiera admitirlo, Nastya tenía razón, tal vez debería ponerle fin a este juego.
— No quiero pensar en eso ahora, primero iré a ver a mi madre y después veré esto, un problema a la vez o me voy a volver loca.
— Ese problema nunca va a desaparecer — Nastya murmuró refiriéndose a mi madre.
— Nastya Nobokova! Esa mujer es su madre — Oksana la regañó.
— ¿Y qué? Esa mujer no debería ser llamada de ese modo — La miré un poco cansada de la misma discusión — Vale, sólo llama si necesitas que vayamos por ti ¿okey?
Sonreí y me senté en medio de ambas para abrazarlas.
— Las quiero, chicas.
— Yo también te quiero y también a Nastya.
— Ustedes son pura azúcar — Nastya dijo riendo — Este debe ser el efecto del amor ¿no?
— Mira quien lo dice, la que tiene sus ojos en Lenin — Oksana dijo riendo.
— Y al parecer él también tiene los ojos en ti — Dije con picardía.
— Es lindo, pero todavía nos estamos conociendo, pero puede que tengamos futuro.
Era tan bueno estar con ellas, pero eso no duraría mucho tiempo, ya que tendría que tomar un autobús para irle a hacer frente a la bestia llamada Inessa Katina.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1808
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
psichobitch2- Mensajes : 258
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Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)
Un abrazo...
A leer!!!
[Lena]
En este momento me encontraba frente a la casa de Inessa mirando el entorno en el que viví por un largo tiempo, pero ahora todo lo veía muy extraño. No era una casa grande, pero tampoco pequeña, debía de admitir que era una casa muy bonita de clase media pintada en tonos de marfil, estaba un poco estropeada, pero nada que una buena renovación no pudiera arreglar. Cerré los ojos y respiré profundamente. Ver de nuevo a la mujer que vivía en aquella casa era mi mayor problema. Caminé a paso lento hasta la entrada de la casa, miré a través de la ventana que estaba a un lado en busca de Anya, pero no había ninguna señal de ella, lo más probable era que la pequeña estuviera durmiendo puesto que era aún un poco temprano.
Habían pasado dos años desde la última vez que las vi, después de las discusiones con mi madre decidí tomar distancia, lo que me hizo bien, no sé si hubiera aguantado más el ser juzgada día y noche por mi madre, pero aquí estoy, con manos sudorosas y un poco de nerviosismo acompañado de ansiedad, ya no era la antigua Lena, pero aún estaba asustada por escuchar todas sus hirientes palabras de nuevo, esas palabras que vivían en mi cabeza, debería odiarla por todo, pero sé lo que pasó por mantenernos y eso era lo que me detenía. Golpeé tres veces y a los pocos minutos la puerta se abrió, para mi alivio Anya fue quien me recibió, la pequeña se quedó estática como si hubiera visto a un fantasma, pero pronto una amplia sonrisa apareció en su rostro.
— ¡Lenita! — Anya prácticamente saltó a mis brazos para darme un fuerte abrazo.
Limpié las pocas lágrimas que cayeron por mi mejilla, ella estaba diferente, su cabello estaba más largo, estaba más alta y probablemente ya hablaba perfectamente bien.
— No puedo creer que hayas vuelto, te extrañé mucho — Su tono era feliz y emocionado.
Las lágrimas volvieron a salir de mis ojos, la había extrañado tanto.
— También te extrañe Any, no tienes idea de cuánto — Se separó de mí y se me quedó viendo muy sonriente — ¿Dónde está Inessa? — Pregunté rápidamente.
— No está aquí, ella me dejó sola desde hace un buen rato aquí, pero entra Lenita — Dijo jalándome dentro de la casa.
Sin ella en la casa me sentía más relajada. Entré notando que no había cambiado, todo estaba exactamente de la misma manera que cuando me fui.
— Pensaba que ya no te volvería a ver, Lenita.
— Te prometí que volvería ¿recuerdas? Y así lo hice — Le sonreí a mi hermana quien me sentó en el sofá.
— ¿Te mudarás de nuevo con nosotras? Mamá ha colocado muchas cosas en tu habitación, pero puedes quedarte en la mía.
— No Any, sólo vine de visita.
— Pensaba que ibas a volver, Lenita — Dijo con un tono triste.
— No puedo, pero te prometo que te visitare más seguido ¿vale? Y te llevaré a mi apartamento.
— ¿En serio? ¿Lo prometes?
— Claro, lo prometo. Amarás a Oksana y a Nastya, ella son como mis hermanas.
— Mamá dijo que Nastya no era una buena persona.
— Yo te puedo garantizar que eso no es cierto, Nastya es una persona maravillosa.
— Si tú lo dices entonces debe de ser cierto, pero ¿Cuándo iremos? — La pequeña preguntó de manera ansiosa haciéndome reír.
— Pronto, lo prometo, pequeña — Me sonrió antes de volver a abrazarme.
Me contó todo lo que había pasado en todo este tiempo. Anya ya tenía 7 años, pero aparentaba ser más grande. Me platicó que Inessa se estaba comportando raro últimamente y que Sergey estaba frecuentando la casa de nuevo, no siempre, pero ella los vio hablando muchas veces, no podía creer que después de todo lo que pasamos por su culpa, ese hombre al que alguna vez llamé padre, estaba de vuelta y lo peor era que mi madre estaba con él después de todo lo que nos hizo.
— ¿Estás segura de todo lo que me estás diciendo, Any?
— Si, papá viene a la casa y juega conmigo a veces, incluso me lleva a comprar helado.
— No deberías estar cerca de ese hombre.
— No es malo Lenita, ya no lo es.
— ¿Qué haces aquí? — Escuché la voz de Inessa lo cual hizo que un escalofrió recorriera todo mi cuerpo.
La última vez que escuché esa voz, las cosas no salieron bien.
Me levanté del sofá mientras miraba a la mujer que estaba frente a mí, se veía diferente que la última vez, su cabello estaba más corto y un poco oscuro.
— Necesito hablar contigo.
— No tengo nada que hablar contigo, Ginger Apple.
— Si lo tienes, necesito una explicación — Hablé seria, ya no era su pequeña hija, después de todas las discusiones había madurado mucho.
— Ve a tu cuarto Anya, voy a hablar con Lena.
Anya protestó por unos minutos, pero terminó por irse a su cuarto. Inessa caminó hasta el sofá y se sentó antes de lanzarme una mirada fría.
— Al parecer te ha ido muy bien, tu ropa se ve cara, cobras muy bien ¿no? ¿O tus clientes te dan regalos? — Tragué fuerte, sintiendo un fuerte dolor en el pecho por escuchar aquellas palabras.
— Compro todo con mi propio dinero y eso no es asunto tuyo — Sonrió sarcásticamente.
— ¿Qué es lo que quieres?
— Que me expliques que pasa con el dinero que te envío — Al parecer no se esperaba eso.
— El dinero se va en las facturas de la casa — Se levantó rápidamente.
— Por dios, no mientas, recibí una notificación de que no estas pagando la casa ¿en qué estás gastando el dinero? Porque es obvio que en la casa no.
— Eso no te importa.
— Por supuesto que me importa ¡Es mi dinero! — Sus ojos ardían en odio.
Sentí como mi cuerpo se estremecía, pero no la iba a dejar tener el poder sobre mí.
— Bueno, pues mantén tu sucio dinero, no lo quiero.
— ¿Y quieres vivir en la calle? Porque te garantizo que no puedes mantener la casa tu sola.
— Prefiero vivir en la calle que recibir el dinero de una puta — Me quedé en silencio — Eso, quédate callada.
— Yo no me preocupo por ti, sino por Anya, yo no quiero que ella sufra a causa de tu estúpido orgullo.
— A ella no la metas, ni siquiera deberías de estar aquí, no quiero que la mal influencies.
— ¿Mal influenciar? Me he esforzado para darles lo mejor durante estos años — Ambas ya estábamos gritando.
— ¿Te estás esforzando? ¿Cómo? ¿Teniendo sexo con extraños?
— ¡Que no soy una prostituta!
— Lo eres, lo he visto con mis propios ojos.
— Tú no has visto nada, es más eso no debería de importarte, es mi vida y yo sé lo que soy.
— ¿Y estás orgullosa de ello?
— Sí, estoy orgullosa de todo lo que tengo.
— No tienes nada.
— Tengo más que tú, he oído que estás hablando con Sergey ¿estás dejándote engañar de nuevo?
— ¿Y qué si lo estoy haciendo?
— ¿Estás loca? ¿Olvidaste que la razón de nuestra miseria fue por su culpa?
— ¡No, es tu culpa!
Esto ya había sido demasiado, estaba defendiendo a ese hombre que la maltrató por años, quien la dejó sola en la miseria con dos niñas.
— ¿Mía? ¿Acaso yo te golpeaba y te dejé en la miseria? — Miró el suelo mientras respiraba profundamente — A él le estas dando el dinero ¿verdad? ¿Te está forzando a hacerlo?
Intenté acercarme a la mujer que parecía estar llorando y cuando estuve más cerca confirmé mis sospechas, estaba llorando e incluso después de todos los insultos, me sentía culpable, no quería verla sufrir porque quisiera o no admitir, la quería.
— No me toques, él no me está forzando a nada, Sergey me está ayudando.
— ¿Es en serio? Es un adicto al juego y lo sabes — Grité furiosa.
— Y tú eres una puta.
Cerré mis ojos tratando de encontrar fuerzas, Inessa me derribaba por completo ¿Puedes imaginar cómo es escuchar esas cosas viniendo de tu propia madre? Es horrible.
— SUFICIENTE! — Grité — No te voy a permitir que me sigas tratando así, no permitiré que le des mi dinero a ese tipo, si quieres vivir en la calle, bien, hazlo, pero lo harás sola, Anya se quedará conmigo, incluso si tengo que recurrir a la justicia lo haré y te puedo asegurar que ganaré, ningún juez la dejará estar con una familia disfuncional como esta — Me miró sorprendida — Estoy harta de tus insultos, si quieres creer que soy una puta, créelo, pero presta mucha atención, Inessa… — Me acerqué a ella mirándola con furia y con todo el dolor que sentía — Quieras o no, yo soy la que más te ayuda con todo — No dijo nada, se mantenía en silencio mirándome como si estuviera asustada por mi reacción — Estaré viniendo para ver a mi hermana y pagar la renta de la casa, estoy cansada de ser insultada por ti cuando sólo quiero ayudarte, ya no soy esa chica tonta a la que le podías decir lo que quisieras.
— ¿Quién te crees que eres para hablarme así?
— Soy alguien mucho mejor que tú.
— ¿Inessa? ¿Dónde estás?
Esto debía ser el destino, el hombre que realmente no quería ver estaba entrando a la sala y cuando me vio, paró rápidamente. La atmosfera se hizo más pesada y la tensión podía sentirse a distancia. Cada momento de agonía, sus borracheras, sus palabras y su violencia aparecieron en mi memoria, al parecer no estaban olvidadas, sólo ocultas.
— Vaya, ahora el circo está completo ¿no? Que familia tan bonita — Me burlé — ¿No te da vergüenza venir aquí?
— ¿Pena? ¿Por qué? Tú eres la que debería de estar apenada, escuché que eres una prostituta — Miré a Inessa quien estaba en silencio.
— No sabes nada, tú eres una mierda adicta el juego, me aborrezco de ser tu hija y tuya también — Le grité a ambos.
— ¡Vete de aquí! — Inessa gritó.
— Vale, pero cuando te deje de nuevo sin nada, no vengas conmigo, te estoy advirtiendo que te alejes de él antes de que sea demasiado tarde.
— No sabes nada — Respondió.
— Estás ciega ¿quieres volver a ser golpeada? ¿Quieres pasar hambre? Vale, puedes hacer todo eso, pero sin mi hermana, no la voy a dejar estar con personas como ustedes — Cogí mi bolso antes de mirarlos por última vez.
Miré a Anya quien lloraba en lo alto de las escaleras.
— Te prometo que voy a volver, Any — Dije antes de salir de ese lugar.
Me sentía rara y triste, esas dos personas podían arruinar mi día ¿Cómo Inessa pudo volver con él después de todo lo que nos hizo?
Eso sólo incrementaba mi preocupación por Anya, ella no presenció las actitudes violentas de Sergey, pero yo sí y no quería que mi hermana pasara por eso. Caminé varias cuadras antes de tomar el autobús para volver a casa, no estaba de humor y no tenía paciencia para nada, en pocas horas mi amabilidad se había ido al carajo.
Después de un rato llegué al centro para aclarar mi mente y cuando por fin miré por donde estaba me encontré con el local “The coffee” el lugar al que Yulia me había traído días atrás.
Entré al local que no estaba lleno, había pocas personas en algunas mesas hablando animadamente, cuando llegué al mostrador el hombre que había conocido cuando vine con Yulia limpiaba varios retratos, al parecer no había notado mi presencia.
— Buenos días — Dije y el hombre me miró rápidamente.
— Buenos días ¿puedo ofrecerle algo, señorita?
— Un chocolate caliente, por favor.
El hombre sonrió y asintió.
— Richi, un chocolate caliente para esta linda jovencita — Le dijo al chico que limpiaba el mostrador — Me pareces familiar — Dijo mientras me analizaba — Ya sé, estuviste aquí con Yul ¿no?
Sonreí ante su emoción.
— Así es, como me encantó su chocolate, decidí volver.
— Eso es genial ¿quieres un croissant? Están recién hechos y te aseguro que te subirá ese ánimo.
¿En serio pudo notar mi tristeza sin siquiera haberle dicho algo?
— Okey, lo acepto.
— Te daré uno y te quitará esa triste mirada ¿acaso discutiste con Yulia? Porque si así fue, no te preocupes, todas las parejas tienen peleas — El hombre habló mientras caminaba hasta la vitrina en donde estaban los croissant.
¿Pareja? ¿En serio pensaba que Yulia y yo somos pareja?
— Aquí tienes — El chico con el nombre de Richi me entregó el chocolate y croissant — Que lo disfrutes, con permiso.
La comida en ese lugar era increíble, me hacía estar en el cielo y por supuesto que subió un poco mi ánimo. Dominique habló conmigo por un buen tiempo, me enseñó fotos de Yulia cuando era pequeña, la chica era simplemente preciosa desde la infancia.
— La considero mi hija — Dijo mientras guardaba las fotos.
— Lo imagino.
— ¿Señorita Katina? — Escuché una voz familiar ¿era coincidencia o destino?
Me giré para quedar cara a cara con la mujer que parecía sorprendida de verme allí. Estaba preciosa como siempre, llevaba ropa informal; unos jeans azul marino pegados, una playera blanca con una chamarra azul cielo y unos tenis blancos, como dije preciosa.
— Señorita Volkova.
— Bueno, las dejaré solas. Yul, arregla esto, lo que sea que pasó entre ustedes, afectó mucho a Lena.
Me ruboricé al instante, Dominique hablaba como si Yulia y yo nos hubiéramos peleado. Yulia rio y se sentó a mi lado antes de mirarme con preocupación.
— ¿Sucedió algo?
— No señorita, no tiene nada de qué preocuparse.
— Lena ¿podemos hacer un trato?
— Claro.
— Mientras estemos fuera de la oficina o mejor fuera de las horas de trabajo, quiero que me llames Yulia, a veces necesito salir de mi postura de jefa.
Sonreí y asentí.
— Lo voy a intentar.
— Bueno, es algo, pero ¿dime qué pasó? ¿No ibas a ver a tu familia hoy?
— Ya lo hice señorita, digo, Yulia.
— ¿Y por eso estás triste? ¿Hubo algún problema?
¿Ella estaba preocupada por mí?
— Digamos que no fue un encuentro muy bonito, actualmente rara vez hablo con mis padres, pero vi a mi hermana y eso me dejo feliz.
— Problemas familiares, se cómo son, de hecho hoy tengo que ir a casa de mis padres en St. Petersburgo, en realidad estoy siendo forzada a ir.
— ¿Tienes problemas con ellos?
— No exactamente — Susurró — Es un poco complicado.
— Lo imagino, la familia nunca es fácil.
— No lo es y sinceramente no quiero ir, no quiero estar a solas con ellos.
Era raro verla sensible como ahora, ella ni siquiera se parecía a la Yulia de la oficina, pero me gustaba verla así, a veces necesitaba salir de esa imagen fuerte que siempre solía tener.
— Si hay algo en lo que pueda ayudarte puedes decírmelo sin ningún problema.
Yulia no dijo nada, me miró por unos minutos hasta que puso una cara de tener una idea.
— Creo que si puedes ayudarme.
— ¿Ah, sí? — Pregunté confundida.
— Si, ven conmigo a San Petersburgo.
— ¿Qué? — Pregunté sorprendida.
— Sé que es algo loco, pero mira, será más fácil si vienes conmigo, diré que tengo una reunión el domingo y como tú vienes conmigo nos podemos quedar en un hotel, eso me ayudará a pasar menos tiempo con ellos.
¿Ir con su familia era tan terrible como para hacer eso?
— No lo sé, es tu familia y…
— Por favor Lena, sé que abuso de tu buena voluntad, pero puedes salvar mi fin de semana y yo salvaré el tuyo, creo que estar en tu casa comiendo donas sola no es la mejor solución.
Dejé escapar una risa avergonzada.
— ¿Cómo sabes que haré eso?
— Pareces ser alguien que hace eso — Dijo con una media sonrisa — ¿O me equivoco?
— Puede que sí o puede que no — Yulia rio haciéndome reír también.
— ¿Vendrás? Puedo pedirle permiso a Nastya si quieres.
Le sonreí por la graciosa sugerencia.
— Vale, iré contigo, pero necesito pasar a mi departamento por algo de ropa.
— Okey, yo te llevaré, tomas lo que necesites y nos vamos.
— Perfecto, pago y nos vamos ¿vale?
— Muy bien, te espero afuera.
Me levanté de la mesa en donde estábamos y fui hacia la caja, antes de que Yulia saliera del local, Dominique aprovechó para acercarse y hablarle.
— Lo hiciste bien, se ve mucho más feliz ahora — Escuché que Dominique le dijo a Yulia.
Sentí los ojos de Yulia en mí y pretendí no notarlo, aceptar ir con ella era algo loco, pero lo necesitaba, quería olvidar mis problemas y ella era la solución perfecta.
Salí de “The coffee” después de despedirme de Dominique y la vi apoyada contra su auto ¿Cómo podía ser tan corta respiraciones? Caminé hacia ella, analizando cada detalle de su cuerpo que ya conocía.
— ¿Lista para nuestro fin de semana, señorita Katina? — Preguntó mientras me abría la puerta del auto.
— Preparada — Dije con una sonrisa antes de entrar al auto.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1808
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