Girls love(GL)_FICS❤️
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

+15
LENYNK
Ekaryl
MARos
Alejo
LENYU
Bet bet
Edirbr
psichobitch2
Aixa
Fati20
VIVALENZ28
Yulieth
Volkatinale92
Ely
RAINBOW.XANDER
19 participantes

Página 5 de 7. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente

Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/16/2020, 5:24 pm

Hola nenas, siento mucho no haber podido subir el capi de ayer pero me ha caído por accidente un trozo de un techo (cemento, no sé como decirlo) y estuve en cama con un terrible dolor de cuello y cabeza. Pero acá estoy de nuevo, esperando que les encante el capitulo de hoy.

A leer!!!


Capítulo 32 (Dilema)


[Yulia]

Lena clavó sus uñas en mis hombros dejando salir un gemido que me volvió loca. La mujer movía sus caderas rápidamente mientras la penetraba con dos dedos. Ella era magnifica, estaba completamente desnuda y sudada, su cabello estaba alborotado dejando en claro lo que estábamos haciendo en la oficina, su piel brillaba gracias a las gotas de sudor, su boca estaba ligeramente abierta dejando salir palabras sucias que incrementaban mi excitación.

- Me encanta cuando gimes como una pequeña perra, me excita demasiado - Dije en un gruñido.

Si, el sexo con Lena todavía no había acabado, digamos que en este momento estábamos dejando salir nuestro enojo con placer.

Me incliné para tomar con mi boca su pecho, deslizando lentamente mi lengua sobre su rosada y deliciosa aureola, lo cual hizo que soltara un gemido impulsándome a continuar succionando su pezón el cual ya estaba sensible.

- ¿Quieres matarme? - Preguntó agonizante.

Sonreí perversamente, pensando que la única manera en la que la mataría sería con placer.

Su boca permanecía ligeramente abierta sin poder contener los gemidos. Sentí mis dedos apretarse en su interior, la sensación era increíble. Empujé mis dedos dentro de ella rápidamente como si me rogara con sus gemidos. Mi boca succionaba su pezón como un felino hambriento, mientras que ella movía sus caderas involuntariamente contra mis dedos. Continúe con esos intensos movimientos hasta que sentí como se corrió para mí, su pecho se movía rápidamente por su respiración agitada, literalmente estábamos exhaustas, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que tuve un maratón de orgasmos consecutivos.

Dejé mi cuerpo colapsar sobre ella, sintiendo todo mi cuerpo quedar sin fuerza.

- No puedo más - Susurró cansada, causando una ligera risa en mí.

- ¿Te cansé?

- Demasiado, creo que no podré caminar mañana.

Estaba con mi cabeza en su pecho, escuchando su acelerado ritmo cardíaco. Estábamos recostadas sobre el escritorio, completamente desnudas. Por suerte las ventanas de mi oficina tenían las persianas cerradas, aunque a esta hora los empleados ya estaban en sus casas, pero rogaba a dios que nadie no haya escuchado, lo que sería poco probable, porque nuestra discusión intensa fue seguida por gemidos y nalgadas escandalosas.

Cerré los ojos sintiendo la mano de Lena pasar delicadamente por mi cabello. Nuestras respiraciones gradualmente se fueron calmando hasta dejar solamente el sonido de la lluvia. Abrí los ojos observando nuestras prendas tiradas en el suelo.

- Me he vuelto loca - Dije mientras me levantaba de Lena, quien me miró confundida.

- ¿Qué pasa?

Sus ojos verdes claros reflejaban que no entendía nada.

- A qué te refieres con “¿Qué pasa?”. No debimos hacer esto - Dije recogiendo mis cosas - Esto es tu culpa.

- ¿Mi culpa?

Recogía mi ropa tan rápido como podía para no arrepentirme.

- Si ¿Qué me has hecho? ¿Me embrujaste?

Lena sonrió mientras bajaba del escritorio.

- ¿Qué te causa gracia? - Pregunté enojada.

Nunca me cansaría de ver el hermoso cuerpo de Lena. Ella sonrió cuando notó como la estaba admirando.

- Tu agonía, Yulia - Dijo tranquilamente, mirándome mientras me vestía.

- No agonizo.

- ¿Lo lamentas?

- Claro que no.

La mujer se acercó, deteniéndose a unos cuantos centímetros de mi cara.
- Entonces relájate, todo está bien.

- No, no, aléjate - Dije retrocediendo.

- Hablas como si fuera algún demonio que quisiera poseer tu cuerpo.

- No eres un demonio, pero la finalidad es la misma.

- No exageres, Volkova.

- Debería matarte - Murmuré mientras terminaba de vestirme.

Ahora ella estaba sentada sobre el escritorio solamente usando su falda y sus tacones. Dios mío, se veía increíblemente sexy.

- Casi me matas con tantos orgasmos - Dijo sensualmente.

- Ahora que sé la verdad, te portas audaz conmigo ¿no?

- Claro, esta soy yo, Yulia.

La miré a los ojos unos cuantos segundos.

- ¿Te divertiste engañándome?

- Ya te dije que nunca quise engañarte, eso pasó sin previo aviso.

- Esa es la peor excusa que he escuchado, Lena.

- No empezaré esta discusión contigo de nuevo.

- Porque sabes que tengo razón.

- No, porque eres una terca y no creerás nada de lo que te diga.

- Por supuesto, es muy difícil creer en ti después de lo que pasó - Dije fríamente.

- Aparte de eso, fui honesta en todo.

- ¿Ah!! Aparte de eso? Eso era lo más importante ¿no te parece? - Pregunté enojada.

Nos miramos por unos minutos, sosteniendo nuestras miradas que quemaban.

- Y entonces ¿Cómo será de ahora en adelante?

Esa era una buena pregunta ¿Cómo serían las cosas desde ahora? ¿Debería dejarla ir? ¿O aceptar esta situación?

Suspiré esperando una respuesta dentro de mí. Quiero a esta mujer con todas mis fuerzas, pero no podía, no después de esto, no después de haber sido decepcionada.

- No será, Lena.

Suspiró.

- ¿Me estás despidiendo?

Caminé lejos de ella, viendo la lluvia que aun caía afuera.

- No, no te despediré, eres muy competente, sería una estupidez de mi parte hacerlo.

- ¿Entonces qué?

Su mirada era de confusión.

- Nuestra relación será estrictamente profesional.

Dejó salir una carcajada.

- ¿En serio crees que eso va a funcionar? - Preguntó incrédula.

- Sí, claro que sí, lo haré funcionar.

Resopló, poniendo sus manos en la cintura.

- No podrás, yo me encargaré de probártelo, Yulia.

- Más te vale tener ética profesional, a menos que de verdad quieras ser despedida.

- No te preocupes, no intentaré nada, pero estoy segura que tú te retractarás de tu decisión - Habló con seguridad, como si tuviera la certeza de que mi meta era en vano.

- Le diré a Yuri que la lleve a casa, señorita Katina, póngase esto - Dije entregándole mi abrigo, ya que había roto su blusa hace unas horas.

Ella no dijo nada, sólo lo tomó para cubrir su cuerpo semidesnudo antes de salir de mi oficina y dejándome sola con un montón de dudas en mi cabeza.

[Lena]

Salí del elevador caminando apresuradamente al coche, donde Yuri ya estaba esperándome, cuando me vio, rápidamente abrió la puerta para mí.

- Buenas noches, señorita.

- Buenas noches, Yuri - Dije entrando al coche.

El hombre rápidamente subió a su asiento para salir fuera del lugar, estaba un poco perdida esa noche, en unas horas mi mundo enteró se volcó, Yulia me odiaba, pero también me deseaba, de eso no había ninguna duda.

Cerré unos botones más del abrigo, el cual tenía su hermoso y sensual perfume, inhalé profundamente el suave aroma, recordando cada detalle de ella. Ella era la mujer de mis sueños, era arrogante, determinada, cuidadosa y con una hermosa sonrisa, me sentía terrible por todo, nunca quise engañarla.

- Lo siento, pero ¿tiene algún problema, señorita? - Yuri preguntó.

Miré al hombre que me miraba por el espejo retrovisor.

- Muchos Yuri, muchos.

- Me lo imagino, pero no se preocupe, al final todo se resolverá.

- No estoy muy segura de eso.

- Debe de estarlo, usted la conquistó como nadie lo había hecho.

Entre cerré los ojos a modo de confusión ¿Yulia le habrá comentado algo? No creo, ella era muy reservada con sus cosas personales.

- ¿Cómo sabe que la conquisté?

- La conozco desde que tenía siete años, la señorita Yulia nunca había estado así por nadie y sea lo que sea que pasó entre ustedes, ella la perdonará.

- ¿Y qué pasa si no la hace?

El hombre sonrió tranquilamente.

- Confíe en usted señorita, ella lo hará.

No dije nada, el hombre regresó su atención al tráfico mientras yo procesaba todo. Ella me amaba, había escuchado esas palabras salir de su boca, pero ¿su orgullo era más grande que eso? El pensar que todo se había ido al drenaje me desalentaba.

Minutos después Yuri estacionó frente a mi edificio y rápidamente abrió la puerta para mí, deseándome una buena noche a la cual respondí de la misma forma. Caminé dentro del edificio, recibiendo algunas miradas curiosas por parte del portero y algunos vecinos que estaban en el vestíbulo ¿Acaso me veía tan mal? Entré al elevador esperando ansiosamente el llegar a mi piso, con toda la locura de hoy había dejado todas mis pertenencias en la oficina, al llegar a mi piso, di tres pequeños golpes en la puerta, escuchando risas escandalosas dentro del departamento, Nastya no tardó mucho en abrirme, tan pronto como puso sus ojos en mí, estos se abrieron enormemente.

- ¿Acaso fuiste secuestrada?

- Por dios ¿Quién fue secuestrada? - Escuché la voz de Oksana viniendo dentro del apartamento.

Oksana no tardó en aparecer al lado de Nastya, mirándome confundida.

- ¿Me dejarán pasar?

Ambas se quitaron de la puerta sin dejar de mirarme con curiosidad.

- ¿Nos vas a explicar quién abusó de ti?

Sonreí débilmente antes de girarme para verlas notando que Olya también estaba allí.

- ¿Dónde está tu blusa? ¿Y que son todos esos moretones? - Olya habló mientras apuntaba las marcas de mi cuerpo.

- Yulia descubrió todo.

- Dios, estamos jodidas - Nastya dijo intercambiando miradas con Oksana y Olya que estaban al lado de ella.

- Quien está jodida es Lena, mírala, parece que la violaron - Olya dijo apuntándome.

- Nosotras también estamos jodidas ¿ella sabe que nosotras sabemos?

- No se preocupen, no me despidió, no hay razones para hacerlo.

- ¿Efectos Volkova? - Dijo Nastya mientras miraba mis moretones.

Asentí con una sonrisa, sentándome en el sofá, las demás caminaron hacia mi sentándose cerca para que les contara todo lo que había pasado y así lo hice. Después de que Oksana preparaba chocolate caliente.

- ¿Le diste una cachetada a esa víbora? - Oksana preguntó asombrada.

- Si, ella se lo merecía, aunque la manera en como Yulia me defendió fue más que suficiente, debieron haber visto su cara.

- ¿Te defendió? - Preguntó Nastya.

- Si, dijo que no iba a permitir que hablaran así de su mujer.

- Quiero que te cases con ella, Lena - Olya dijo emocionada.

- Yulia me odia, ella sólo lo hizo por su ego.

- ¿Estás segura?

- Lo estoy ¿realmente creías que iba a dejar que su ex hablara así de su pareja actual?

- Tienes razón, eso suena lógico - Olya concluyó.

- Así es, lo que ella siente en este momento es odio - Dije desanimada.

- Claro, te odia tanto que casi te mata con sexo - Nastya dijo soltando una carcajada.

- No puedo creer que lo hayan hecho en la oficina - Oksana habló.

- Lo hicimos e hicimos bastante y encima de su escritorio.

- No quiero estar cerca de ese lugar, me imaginaré eso cada que esté ahí - Oksana dijo haciéndonos reír.

- ¿Yulia tendrá alguna hermana gemela? - Olya preguntó.

- A ti ni te gustan las mujeres - Nastya habló rápidamente.

- Por favor, Lena está jodida y aun así está con una sonrisa de idiota después de tener sexo con Yulia, debe de ser muy bien en lo que hace.

- ¿Al final arreglaron las cosas?

Negué con la cabeza.

- Después de todo ella quiere que tengamos una relación estrictamente profesional.

- Eso es una tontería, eso jamás funcionará - Oksana dijo sentándose a mi lado.

- Claro que no funcionará, ustedes están demasiado involucradas como para pretender que no pasó nada - Olya comentó.

Nastya me miró como si supiera exactamente como me sentía, todas ellas lo hacían, a decir verdad, pero ella lo sabía mejor que nadie, ella y yo compartíamos una conexión inexplicable.

- Estoy segura de que te seguirás acostando mucho sobre ese escritorio - Nastya dijo mientras se levantaba.

Las chicas comenzaron a reír.

- ¿Por qué siempre piensas en sexo?

- Porque es asombroso Oksana - Olya dijo abrazándola.

- Como si ella no supiera ya eso ¿verdad Oksana?

Oksana abrió sus ojos, levantándose de nuestro lado. Dejé salir una carcajada por la desesperación que se veía en su cara, Nastya sonrió y me miró.

- La tendrás de regreso, eres Ginger Apple.

Nastya tenía razón, no dejaría que Yulia saliera de esta, si ella luchaba contra su deseo, le enseñaría que no podría, porque nadie se resistía a Ginger Apple.

[Tasha]

Caminé hacia el club escupiendo fuego y me dirigí a la oficina de Mila, atrayendo miradas curiosas de las bailarinas que ensayaban en el escenario, sin tocar ni nada, entré a su oficina.

- Tocar la puerta es de buena educación ¿sabías? ¿Qué tu madre no te enseño eso? - La mujer habló irónicamente.

- ¡No me vengas con eso! - Refunfuñé con ira tirando mi bolso en el sofá de su oficina.

- ¿Qué pasó? Pensé que estarías en los brazos de tu amada - Dijo cínicamente.

- Todo salió mal, Mila… ¡TODO! - Me quejé.

Me miró sin entender de lo que estaba hablando. Sacudí mi cabeza mientras caminaba de un lado a otro. El odio me consumía al recordar la escena donde Yulia defendía a la estúpida secretaria, el descaro con el que me habló, me llenó de furia, esto no se iba a quedar así.

- ¿Puedes calmarte y explicarme que pasó? - Mila preguntó.

- ¡Tu pequeña zorra está bajo la protección de Yulia!

- Eso hasta que descubra su doble vida ¿no?

Rodé los ojos con impaciencia.

- Yulia sabe todo, siempre lo supo.

Mila dejó salir una risa sin ninguna pizca de humor, como si no creyera lo que le acababa de decir.

- Debes de estar bromeando.

- ¿Te parece que estoy bromeando? - Pregunté con ira - Esas dos están más unidas que nunca.

- ¿Cómo sabes eso?

- Fui a decirle todo a Yulia y tuvo el descaro de decirme que ya lo sabía y que no me entrometiera en su vida.

- No, no, no, esto no puede quedarse así.

Se levantó de su silla, caminando de un lado a otro con inquietud.

- Alejará a Ginger Apple de este lugar - Murmuró.

- Así es y no tomará mucho tiempo.

- No puedo permitir que eso pase, si se va perderé a la mayoría de mis clientes.

- Prepárate para tu ruina - La provoqué.

Tener a Mila como aliada era una buena jugada, ambas estábamos interesadas en que esa relación terminara.

- De ninguna manera, Yulia no se quedará con Ginger Apple, ella me pertenece.

- ¿No lo entiendes? Yulia ha aceptado el hecho de que ella es una stripper y la perra tuvo el descaro de abofetearme.

- ¿Te abofeteó?

- Si, se atrevió a ofenderme como si el mundo fuera suyo, pero esto no se quedara así, me vengaré.

- No te atrevas a ponerle un dedo encima a mi bailarina - Dijo furiosa.

- ¡Deja de defenderla! Cuando se vaya no mirará atrás y ahí quiero ver como defiendes a esa zorra.

- No se irá, no puede, necesita mi dinero.

Reí con ironía.

- Mila, por dios, no seas ingenua, tendrá a Yulia Volkova de su lado, lo último que ella va a necesitar es tu dinero.

- Necesitamos otro plan.

- Si, pero no tengo la menor idea de que hacer.

- ¡Piensa en algo! - Exclamó casi desesperada.

- ¡No la conozco! Hay que pensar en algo que golpee muy fuerte a Lena.

- Bueno, en ese caso, sé muy bien quien puede ayudarnos.

- Genial, habla con esa persona.

- Si, buscaré información, no te preocupes, Yulia no alejará a Ginger Apple de mí.

Sólo asentí.

Tendría a Yulia de vuelta, incluso si tenía que rebajarme más de lo que ya lo había hecho.

[Yulia]

Desperté sintiendo mi cabeza retumbar y mis músculos doler. La claridad que entraba por la ventana me estaba volviendo loca. Me culpé a mi misma por haber bebido demasiado y por haber dormido en el sofá. Mi cabeza gritaba, había recibido demasiada información en tan poco tiempo, eso me había jodido la cabeza, me sentía exhausta, esa mujer había consumido todo de mí. Me había hecho daño de una manera en que nadie lo había hecho, confiaba en esa mujer, me abrí con ella y le di todo de mí, la amaba ¿Y qué hizo? Engañarme, me hizo quedar como una idiota sin darme cuenta, me mintió y me hizo creer que sentía algo por mí.

¿Sintió algo? ¿En verdad me amó?

Estaba en medio de un huracán de preguntas y no sabía cómo responder a ellas, estaba atrapada en un torbellino de emociones y solo quería huir, sólo necesitaba una respuesta, pero al mismo tiempo me sentía aliviada, tenía a ambos lados de la moneda ¿podría tener más suerte? Ginger Apple era mi infierno y Lena mi paraíso, la unión de las dos mujeres sin duda me quitaría la cordura, además ella podría ser la mujer perfecta para mí, pero aun así, no podía olvidar su traición, mi ego estaba muy dolido para aceptarlo fácilmente, no podía vivir sin ella, la necesitaba, pero yo estaba primero que nada.

[…]

Después de largos minutos en la ducha, me sentí relajada y podía pensar con claridad, necesitaba ir a trabajar y enfrentar a Lena, nuestra relación iba a ser únicamente de jefa y secretaria y lo dejaría muy claro en el momento exacto en que mis ojos se posaran en ella. Esta mañana decidí ponerme mi armadura, nadie se atrevería a quitármela, Yulia Volkova volvería al mando como siempre lo había hecho. Me puse mis tacones negros, una falda, una blusa formal blanca y mi abrigo negro, dejé mi cabello suelto, me apliqué un leve maquillaje y me puse unas gafas oscuras, estaba lista para la batalla en la que tendría que ser indiferente.

Llegué a la empresa recibiendo miradas curiosas y otras llenas de deseo, sabía que estaba impecable, pero necesitaba que alguien especial lo viera, que viera que no podía romperme. Entré al elevador recordando unos no tan inocentes momentos que viví aquí, ese día jamás lo olvidaría. Pasé mi mano por la pared del elevador sintiendo mi cuerpo calentarse con los recuerdos, salí de mis pensamientos al escuchar el sonido del elevador abriéndose, rápidamente regresé a mi postura seria. Tan pronto como salí del elevador, noté que Lena no estaba en su escritorio, así que fui directamente a mi oficina y me encontré con Lena de espaldas a mí, concentrada organizando algunos documentos en mi escritorio, ese escritorio donde la follé salvajemente hace unas horas, no pude evitar sentir una deliciosa corriente por mi cuerpo dejándome excitada, pero no podía hacerlo de nuevo.

Cerré la puerta detrás de mí con cuidado para no llamar su atención y disfrutar un poco de la vista delante de mí, nunca me cansaría de decir lo buena que estaba esta mujer.

- ¿Le gusta lo que ve, señorita Volkova? - Preguntó sin siquiera darse la vuelta, se notaba el cinismo en sus palabras.

- Sólo me aseguro de que haga bien su trabajo, señorita Katina - Hablé en el mismo tono.

Se giró para mirarme.

- Nunca se ha quejado, señorita, es una señal de que lo hago muy bien - Su tono indicaba misterio.

- Por supuesto, señorita Katina, nada en mi empresa sale mal, siempre doy las órdenes correctas.

- Claro, es siempre un placer obedecerla, señorita.

Caminé lejos de ella para llegar a mi silla, sentí como Lena me seguía con su mirada, parecía como un felino listo para atacar en cualquier momento. Me encargué de alejar los malos pensamientos y concentrarme en el trabajo, no podía dejar que me quitara la cordura, eso no iba a pasar, ya no más.

- ¿Cuáles son mis compromisos para hoy? - Pregunté concentrada en los documentos que estaban en mi oficina.

- No tiene ningún compromiso esta semana, me tomé la libertad de cancelar todos sus compromisos, ya que estaba de viaje y no pensé que regresaría pronto.

- Pues pensó mal, Katina - Dije desviando mi atención de los documentos a ella - Usted no tiene la libertad de cancelar mis compromisos sin avisarme primero, no se atreva a hacerlo de nuevo ¿está claro? - Pregunté de manera seca y fría.

Asintió de manera atemorizada.

- Si, señorita - Dijo con un tono más bajo.

- Bien, puede retirarse - Hablé seria.

Volví a enfocarme en los documentos que tenía en el escritorio sin darme cuenta de que Lena se había ido hasta que escuché el sonido de la puerta cerrarse.

[…]

Me pasé toda la tarde inmersa en los documentos y no tenía planeado salir pronto, había mucho trabajo que hacer y ni siquiera lo estaba disfrutando, pero al menos me mantuve ocupada hasta que escuché el tono de mi celular.

KZ: ¿Sigues enojada conmigo, perra?

YV: Si y mucho, Zotova.

KZ: ¿Corro el riesgo de morir si te invito a tomar un café?

YV: Eso depende de donde sea.

KZ: ¿Voy a morir?

YV: Deja de ser una idiota, Zotova, si no te maté cuando me robaste a mi novia en segundo año ¿Por qué te mataría ahora? Además, te necesito.

KZ: Por supuesto que me necesitas, siempre lo haces, nos vemos en The Coffee en media hora, Volkova.


Necesitaba hablar con Katya, ella era la única que podía ayudarme, como siempre. Deambulé en mis pensamientos hasta que escuché unos golpes en mi puerta.

- Adelante.

- Señorita Volkova, necesito resolver unas cosas en el centro ¿necesita algo antes de que me vaya?

- En realidad… Si.

La necesito en mi escritorio, pensé.

No Yulia, ni siquiera lo pienses.

- Necesito que le diga a Yuri que lo necesito en 10 minutos, dígale que me espere en la entrada.

- Si, señorita.

- Y no creo regresar, así que desvíe las llamadas a mi celular.

- Si, señorita ¿algo más?

- No, eso es todo - Podía notar la curiosidad en los ojos de Lena.

- Le he dicho cuanto me gusta este escritorio, señorita Katina - Pregunté deslizando dos de mis dedos por el escritorio mientras caminaba alrededor para después quedar a centímetros de ella.

Su mirada era penetrante, podría ponerla en el escritorio y poseerla como anoche, pero mi ego no me permitiría cometer un error así.

- No, señorita - Dijo mirándome de forma seductora.

- Digamos que me trae buenos recuerdos, pero sólo eso - Dije eso pasando a su lado, dejando un recorrido de mi perfume.

- Pude retirarse, sólo dígale a Yuri que bajo ahora.

No esperé ninguna respuesta y me dirigí al elevador.

Minutos después estaba en mi lugar favorito, Yuri me abrió la puerta y le pedí que se retirara, no lo iba a necesitar el resto de la noche. Tan pronto como entré al lugar, vi a Katya sentada en una mesa con una radiante sonrisa.

- Volkova - Sonrió cuando estuve cerca.

- Zotova.

- No escondes algún cuchillo por ahí ¿verdad? - Preguntó de manera infantil, con una sonrisa sincera.

- Por supuesto que no, idiota ¿de verdad piensas que te mataría? Aunque debería de hacerlo.

- ¿Por lo que pasó?

- Por supuesto que por lo que pasó, creo que me debes una explicación o más bien varias.

- ¡Oh, no! No me vengas con eso, te juro que lo hice por tu bien - Exclamó.

- Ayudar a Lena a engañarme ¿fue por mi bien? Hacerme ver como una idiota ¿también lo fue?

Katya rodó los ojos de manera tediosa.

- No sé porque te quejas tanto, eres una perra suertuda ¿dos mujeres en una? Enséñame lo que hiciste porque yo también quiero una.

No pude evitar reírme, Katya sabía exactamente como suavizarme, ella y yo casi nunca peleábamos y si lo hacíamos no durábamos mucho tiempo.

- Deja de decir tonterías, esto no es nada bueno.

- Para mí lo es.

- Katya…

- En serio Yulia, parecías una loca intentando descifrar con quien quedarte y mira, dios fue amable y escogió por ti.

- Lo se… ¡Mierda! Lo sé, pero no entiendes…

Dudé un poco con lo que iba a decirle, era muy complicado el entender lo que sentía, pero sabía que Katya era capaz de entenderme.

- No lo sé, me siento como una idiota ¿Cómo no lo noté? Dormí con las dos y no me di cuenta.

- En realidad sólo dormiste con una - Katya dijo riendo.

- ¿Si te mato ahora me libraría de la cárcel?

Sonrió ampliamente.

- No es tan malo Yul, pero para ser honesta, eres toda una imbécil, el mismo cuerpo, los mismos besos y el mismo sabor, por dios, pon a tu lengua a pensar.

- No puedo creer que esté escuchando esto de ti, necesito hablar con alguien maduro - Exclamé tomando un sorbo de mi bebida.

- Hey, sin ofenderme, puedo ser lo suficiente madura, sólo que intento que comprendas que la situación no están mala como parece.

- Por supuesto que es mala, amo a Lena y a Ginger Apple y es una maravilla que tenga a ambas, pero me engañó, jugó conmigo, yo confié en ella y le mostré cada parte de mi ¿Y no tuvo la decencia de decirme que estaba pasando?

- ¿Y tú qué? ¿No la engañaste? - Dijo amablemente y calmada, aunque sentí algo de decepción en su voz.

- Es diferente…

- ¿De qué manera Yul? Jugaste con ambas de alguna manera, estuviste con las dos al mismo tiempo, Lena siempre te amó, pero no eras completamente de ella porque le pertenecías a Ginger Apple.

- Pero ella es Ginger Apple - La interrumpí.

- Déjame terminar Volkova, ella es Ginger Apple, pero ella te amó antes de que tú te enamoraras de ella, lo hizo únicamente con miedo a perderte, no quería arriesgarse.

- Si hubiera confiado en mí lo hubiera hecho.

- ¿Y decirte que? “Yulia soy la stripper a la que le tienes tantas ganas, pero no se lo digas a nadie, después de todo soy tu secretaria, mi doble vida debe mantenerse en secreto porque necesito el dinero”, por dios Yulia, seamos realistas, Lena te ama y sé cuánto la quieres, así que mejor date prisa antes de que alguien más te la quite, porque si la dejas ir, te maldeciré para siempre.

- ¿Te quedarías con ella?

- ¡Claro que lo haría! Te la robaría, pero te quiero y no te haría algo así, pero date prisa antes de que Imperium te la robe - Habló golpeándome de todas las maneras posibles.

Cerré mis ojos y sacudí mi cabeza.

- Bebe esto, te ayudara - Dijo entregándome una copa de tequila.

- ¿Lo hará?

- Si, bebe un poco y después haz lo que te dé la gana.

[…]

Nunca acepten un concejo de Katya Zotova, son los peores. Poco después de varias copas de tequila, dejé The Coffee para ir al lugar en donde menos quería estar. Mi subconsciente gritaba que me fuera de ahí, pero era inevitable, en este exacto momento me encontraba frente a Imperium, Katya se había quedado, ya que se encontró con una ex y decidió que sería maravilloso recordar viejos tiempo, me preguntaba que tenía Katya que atraía a tantas mujeres.

Golpeé mis dedos en el volante de manera impaciente, peleando internamente si entrar o no, la respuesta era obvia, no debía, pero quería, necesitaba a esa mujer.

- Por dios ¿qué hago?



Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/16/2020, 5:50 pm

Holaa!! Como sigues? Que mal que hayas recibido semejante golpe, espero que te sientas mejor
Posdata: Odio a Tasha y a mila 😡

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por LENYNK 8/16/2020, 6:55 pm

Lamento mucho tu accidente y espero te recuperes pronto 😉.

Julia, Julia en serio que no la entiendo! Si me encontrara una chica como Lena no la soltaría 🤭pero esas Mila y Tasha siento que les traerán problemas aún más grandes y Katya ohh esa mujer es un amor 🙂

LENYNK

Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 08/10/2019

A psichobitch2 y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por psichobitch2 8/16/2020, 8:57 pm

Oh bebé! Recuperate pronto... En serio, Yulia que vaya a tomar por culo y se quede con Lena... El orgullo que lo patee lejos!
psichobitch2
psichobitch2

Mensajes : 258
Fecha de inscripción : 25/05/2015
Edad : 31
Localización : New York - EEUU

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/17/2020, 2:58 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 33 (Cayendo en la tentación)


[Yulia]

Abrí los ojos mirando el gran movimiento en la entrada del club, era lógico, hoy era su día. Respiré hondo tomando el valor de ir en contra de mi orgullo que gritaba que saliera de allí, los sorbos de tequila que Katya me obligó a tomar, me hicieron tomar Esta decisión. Salí del coche caminando hacia la entrada de Imperium, la seguridad que ya me conocía, simplemente me dejó entrar. El ritmo sensual rápidamente llegó a mis oídos. Dos chicas medio desnudas me miraron con una sonrisa maliciosa, haciéndome mirar hacia otro lado y dirigirme a la barra donde me encontré con la morena que siempre Estaba allí, Olya. Sabía que ella era una gran amiga de Lena dentro de Imperium, podía apostar a que sabía todo el teatro de Lena. Traté de deshacerme de esos pensamientos para llamarla, ella se giró, poniendo sus ojos como platos al darse cuenta de que era yo, parpadeó varias veces con nerviosismo antes de acercarse.

— ¿Puedo ayudarle en algo?

— Dame lo de siempre, por favor.

Asintió, para después poner un vaso de whisky sobre el mostrador.

— ¿Dónde está Lena? — Le susurré.

Ella me miró confundida.

— Ginger Apple ¿Dónde está?

— Está en su camerino preparándose para la presentación.

— ¿Puedo hablar con ella?

— Señorita Volkova, no se permite el ingreso de ningún cliente a esa zona a menos que la bailarina haya dado la orden.

— ¿Esto es necesario? Ella querrá verme de todos modos.

Olya miró a ambos lados y luego se acercó más a mí.

— Será mejor que hable con ella después de la presentación, ella no tarda en salir.

Asentí y me alejé de la barra para dirigirme hacia el escenario. En el camino me encontré con Mila que me miraba con curiosidad, la mujer se dirigió rápidamente hacia mí y yo sólo resoplé, no estaba de humor para hacerme la simpática.

— Bueno, bueno, pero a quien tenemos aquí — Habló animada levantando los brazos hacia mí.

No dije nada, sólo le sonreí levemente a la mujer que estaba frente a mí, impidiéndome continuar con mi camino.

— ¿Has venido a admirar a mi piedra preciosa, Volkova? — Soltó con altivez.

Sonreí cínicamente.

— Mía, querrá decir.

Mila se encogió de hombros, arqueando una ceja.

— Tuya y de todos los clientes que vienen.

Podría sentir la pizca de malicia en esa frase, pero no dejaría que algo tan insignificante me debilitara.

— No señorita Vodianova, sólo mía, algo es nuestro cuando lo tenemos por completo.

— ¿Y tú la tienes? — Preguntó desafiante.

— Si le digo que es mía, es porque lo es — La corté con humor negro.

Ella sonrió sin humor.

— Muy suertuda entonces, has conseguido lo que nadie puede tener, pero no se sabe hasta cuándo ¿verdad?

— Hasta cuando yo lo considere, así que no se preocupe.

— Muy bien, siéntase como en casa, señorita Volkova.

Asentí, levantando mi copa de whisky hacia ella, Mila no se fue con una buena cara, pero ya debería de saber que no era de conversar, continúe mi camino hacia la primera fila, donde me sentaba para verla bailar, al llegar un grupo de hombres reía y conversaba entre sí, a un lado de mí.

— No te arrepentirás de haber venido, ella es la más sensual de las bailarinas, tienes que ver ese cuerpo, cualquiera se prende con sólo verlo — Dijo un rubio animadamente.

Rodé los ojos con impaciencia, era una agonía escuchar a la gente hablar sobre tu mujer, porque Ginger Apple era MI MUJER.

Respiré profundo tratando de mantener mi auto-control.

Hace algunas semanas, cuando no sabía que Ginger Apple era Lena, mis celos se mantenían bajos, pero después de enterarme de que eran la misma persona, el saber que todas estas personas hablaban y deseaban a Lena, me irritaba.

— ¿Ella hace privados? — Un hombre pelinegro preguntó.

— Dicen que no, ella nunca ha dormido con un cliente, algunos la llaman “la intocable” — El rubio le respondió.

— No creo en eso, sólo hay que ofrecer una gran cantidad para que acepte, es más ¿Dónde está aquella señora, la dueña del club? Hoy dormiré con esa perra — El bastardo pelinegro habló con un acento italiano barato, riendo junto con los otros dos chicos.

Tranquilamente tomé un sorbo de mi whisky, saboreando cada gota en mis labios, para luego ponerme de pie caminando hacia los tres hombres y pretendiendo resbalarme, vertiendo todo el líquido sobre la camisa del disque italiano.

— Mierda, mira lo que has hecho — Gritó enojado.

No retrocedí, me quedé mirando al hombre con frialdad mientras él me fulminaba con la mirada.

— Lo siento, no te vi — Dije con ironía para aumentar su ira.

— ¡Para la próxima mira por dónde vas!

Los otros dos hombres que lo acompañaban se rieron y siguieron al furioso italiano que se fue en dirección al baño.

Idiotas…

Me senté de nuevo en mi lugar, pidiendo un nuevo vaso de whisky, minutos después los focos se apagaron, el imaginarme que Lena o mejor dicho Ginger Apple saliera en cualquier momento, hizo que mi corazón se acelerara y un cierto nerviosismo de tenerla así de nuevo, ahora sabiendo todo, era demasiado grande. Tomé un trago de mi bebida que seguramente ya estaba alterando mis sentidos, sino porque otra razón estaría en este lugar ¿no?

La música comenzó a sonar y el reflector se posó en el cuerpo de la stripper, mostrando exactamente lo que llevaba esa noche.

¡Maldita!

Maldije mentalmente cuando vi su ropa, Ginger Apple estaba disfrazada de Lena, llevaba una falda formal corta con una enorme hendidura en el muslo, dejando a la vista un poco de su lencería negra, en la parte superior llevaba una blusa blanca desabrochada hasta la cima de sus pechos, su pelo estaba recogido, en sus pies llevaba unos tacones negros y obviamente no podía faltar su máscara.

Estaba absolutamente sexy.

Ginger Apple se volteó dándonos la espalda, balanceado su cuerpo de un lado a otro lentamente en perfecta sincronía con la música sensual que estaba sonando. Se giró y caminó con gracia hacia la parte delantera del escenario, lanzando su mirada seductora junto con una sonrisa traviesa hacia mi dirección. Sabía que iba a venir, sabía el poder que tenía sobre mí. La mujer me guiño un ojo y luego se mordió el labio en desafío. Rodeó el tubo con una postura totalmente superior y entonces colocó sus dos manos para bajar lentamente.

— ¡Maldición, pero que buen trasero!

— ¿Cuánto quieres para follar conmigo esta noche?

Exclamaron varios hombres a mi lado, haciendo crecer mi ira.

El ver que todo mundo deseaba a la mujer que yo tenía era bueno, llenaba mi ego de una manera increíble, pero como todo, tenía su lado malo, no me gustaba pensar que todas esas personas imaginaban tenerla. Miré al hombre que estaba babeando por Ginger Apple, pero luego regresé mi atención a la stripper que se movió de manera sensual y no tenía ninguna duda de que ella bailaba para mí. Mantuvimos una línea fija de miradas cargadas de lujuria e ira, deslizó su lengua sobre sus labios mientras poco a poco se desabrochaba el resto de los botones de su blusa, su cuerpo se movía de un lado a otro hasta que se quitó totalmente la blusa que lanzó a la audiencia o más bien a mí. Lo agarré y la llevé a mi nariz donde aspiré profundamente su perfume ya conocido para mí, sonrió diabólicamente y se volteó para quitar el listón que agarraba su cabello, dejándolo caer como una hermosa cascada sobre su espalda.

Incluso de perfil pude ver su dulce sonrisa, esa era una perfecta transformación que destruía mi vida, Lena quería mostrarme como las dos eran una sola y como podía ser jodidamente maravillosa, de lo cual no tenía ninguna duda, las dos era la unión perfecta del placer. Estaba hipnotizada por su cuerpo que se movía sensualmente, dios, este era mi fin, me sentía caliente y húmeda con tan sólo verla bailar de esa manera puramente sexual. Retiró la pequeña falda, dejando su cuerpo cubierto sólo por su diminuta lencería, la gente alrededor estaba emocionada y comenzaron a lanzar billetes y más billetes, Ginger Apple sonrió cínicamente como si no quisiera toda esa euforia, pero sabía, sabía que la maldita adoraba aquello, adoraba ser deseada y cortejada por el público.

La mujer se movió con tanta facilidad en el tubo, haciendo fuerza de forma sutil. Era dueña de un cuerpo tan bien hecho que me costaba imaginar que no pasaba horas en el gimnasio para dejarlo así, era simplemente maravilloso, sus movimientos nos hacían imaginar un millón de cosas que podía asegurar, no eran nada inocentes. Tomé un sorbo de mi whisky en un fallido intento de hacer que mi cuerpo se relajara, pero sólo había una cosa que me haría relajarme esta noche y estaba frente a mí. Lena o más bien Ginger Apple deslizó sus manos por todo su cuerpo, por lugares donde todos los presentes querían tocar.

Una mujer pelirroja se puso de pie y le gritó a la stripper, quien se acercó con una sonrisa mientras que ella audazmente puso en su sujetador unos billetes, cerré los puños tratando de mantener mi rabia bajo control, que no me provocara o la quitaría de ese escenario cuando menos lo esperara. Cuando puso sus ojos sobre mi nuevamente, percibió mi furia y la muy hija de puta, sonrió. La mujer se estaba acercando a mi haciendo que el hombre a mi lado se volviera loco, Ginger Apple estaba tan cerca que pude sentirme débil, pero no era el momento, me levanté y con los ojos fijos en ella coloqué unos billetes en la fina tela de sus bragas.

— Soy toda tuya — Susurró sólo para mí.

Agarró los billetes que había puesto en sus bragas, para después romperlos delante de mí y tirándome un pequeño beso en el aire.

Provocadora y audaz.

Se dio la vuelta para irse al fondo del escenario y así terminar su presentación.

— ¿Qué hiciste? — Escuché al hombre que estaba a mi lado, sacándome de mi burbuja.

— ¿Qué? — Pregunté confundida.

— ¿Qué hiciste para que baile así para ti?

Me quedé mirando al hombre y sonreí.

— La hice mía — Dije levantando y dirigiéndome hacia los vestidores.

A lo lejos pude ver a Olya quien sonrió levemente al verme.

— ¿Puedo hablar con ella ahora? — Le pregunté, ella me miró dudosa.

— Déjame preguntarle antes.

La tomé rápidamente del brazo, impidiendo que se fuera.

— No es necesario, déjamelo a mí.

Ella asintió antes de hacerse a un lado y dejarme pasar, sonreí y comencé a caminar.

El pasillo estaba vacío, probablemente todos estaban ocupados afuera. Pasé por algunas puertas buscando la de Lena, cuando llegué al fondo pude ver su nombre en una placa.

“Ginger Apple”

Respiré profundo antes de entrar. Yo no debería estar allí, lo sabía, pero no podía alejarme de esta mujer, esto era más fuerte que yo.

Giré la perilla, para después verla delante del espejo.

— ¿Sabes que está prohibido la entrada a los clientes aquí?

Ginger Apple dijo pausadamente, no dije nada, cerré la puerta con llave, colocándola en el bolsillo de mi abrigo.

— Yulia, sal de aquí — Ordenó girándose hacia mí.

Sonreí y me acerqué lentamente.

— No voy a salir.

— Tienes que hacerlo.

— Para que te niegas, tú sabías que vendría.

Su mirada se cruzó con la mía, mis manos fueron a su cintura, juntando su cuerpo con el mío. Sentí su respiración caliente contra mi rostro, tenía un leve aroma a menta con un toque de cereza, me mordí los labios, deslizando mis manos por su espalda lentamente, ella llevó sus manos a la máscara con el fin de quitársela, pero se lo impedí.

— No, no te la quites, esta noche quiero a Ginger Apple.

Sonrió y me dio la espalda, uní mi cuerpo de nuevo al suyo, sintiendo un calor familiar apoderarse de mi cuerpo, ahora podía ver nuestros reflejos a través del espejo frente a nosotras, era la imagen perfecta de un infierno placentero.

— Estás loca, Yulia — Dijo mirándome a los ojos a través de nuestros reflejos.

— ¿Por qué? — Pregunté haciendo su cabello a un lado, para después distribuir besos en su cuello.

— También soy Lena, deja de querer dividirme si ya lo sabes.

Miré a la mujer por el espejo, dejando pequeños besos y mordiscos en su hombro.

— Mientras tengas la máscara, eres Ginger Apple.

— ¿Y a quién quieres? — Preguntó girándose, para quedar frente a mí.

Llevé mis manos a su cara, deslizando el pulgar sobre sus labios y luego por el lado de su cuerpo hasta llegar a sus muslos, que suspendí rápidamente, lo que obligó a la mujer a sentarse en el tocador.

— Quiero a las dos o mejor dicho, quiero sólo a una.

Puso sus manos en mi cuello para tirar de mi de manera agresiva para un beso feroz, sentí que mi cuerpo vibraba al sentir su lengua deslizarse sobre la mía con agilidad. Me chupó con apuro e ira, uniendo su cuerpo rudamente con el mío. Nos devorábamos como dos locas en ese momento, mis manos recorrían su espalda, apretándola aún más contra mí, me chupó el labio inferior terminando con el beso.

— No, aléjate — Dijo bajando del tocador.

La miré fijamente sin entender. Mi respiración ya estaba en malas condiciones y mi cuerpo estaba caliente y húmedo.

— ¿Por qué?

— No puedo hacer esto Yulia, las cosas no se van a resolver así.

— Pueden ser resueltas.

— No, no podrán, por dios, estás borracha.

— Por supuesto que pueden, vamos, sé Ginger Apple por mí, se ella esta noche, Lena.

Se volvió hacia mí, con una mirada provocativa y desafiante.

— ¿Quieres que yo sea Ginger Apple esta noche? — Preguntó con malicia.

— Si, lo quiero — Dije decidida.

Sonrió diabólicamente.

— Como desees, Volkova… Siéntate — Señaló la silla que estaba a mi lado.

— ¿Por qué?

— Que te sientes — Ordenó.

Me quité el abrigo, arrojándolo al sofá, para después sentarme en la silla. No entendía porque me estaba ordenando tal cosa, pero confieso que tener devuelta a Ginger Apple dándome órdenes, me encantaba.

— ¿Qué vas a hacer?

— Un poco de show privado para ti, sólo mantente en silencio o de lo contrario terminará.

No dije nada, pero asentí, Ginger Apple se sentó lentamente en mi regazo, haciéndome sentir cada parte de su cuerpo descubierto.

— ¿Recuerdas las reglas? — Susurró.

— Podíamos dejarlas a un lado — Dije con una sonrisa atrevida, mientras acariciaba sus muslos.

— No, en cada juego hay reglas.

— ¿Este es un juego?

— Si, mi juego.

— ¿Puedo ganar en tu juego?

— Nadie más que yo puede ganar.

— Puedo cambiar eso — Dije agarrando su cintura.

— No te apresures — Dijo dando una palmada en mis brazos.

— Lena, no puedo.

Ella sonrió y se puso de pie.

— Creo que voy a tener que empezar a castigarla por sus errores, Volkova.

Se alejó y segundos después volvió ¿con un látigo? Dios, era un jodido látigo.

— ¿Qué piensas hacer con eso? — Pregunté mirando el objeto que tenía en las manos.

— Calladita, Volkova — Ordenó.

— Lena…

Comencé hasta que el látigo me golpeó en el muslo haciéndome gemir de dolor.

— ¡Hija de puta!

— Cierra la boca — Ordenó — Querías que fuera Ginger Apple ¿no? Entonces seré ella, pero debes saber que ella tomará venganza por Lena.

— ¿De qué estás hablando? — Pregunté confundida y enojada.

— ¿Crees que va a olvidar los azotes que recibió?

— Se los merecía — Bromeé.

Se encogió de hombros con una hermosa sonrisa.

— No estoy en desacuerdo, pero es hora de que usted obtenga lo que se merece.

— ¿Me azotarás toda la noche? — Pregunté burlonamente.

Sentí el cuero ir contra mi piel de nuevo, haciéndome jadear.

— Puede que sí, quien sabe — Su tono era arrogante que me excitaba. Caminó alrededor de la silla — Sabes dónde estás ¿no? Y sabes que aquí, yo soy quien manda — Susurró sensualmente en mi oído — Aquí, no eres más que mi sumisa.

— Ten cuidado Ginger Apple, mucho cuidado.

— ¿Me estás amenazando? — Preguntó dejando caer dos latigazos directo a mi piel.

— Te voy acabar.

Se rió, quedando frente a mí. Me acerqué para agarrarla, pero ella lo impidió.

— No, siéntate y cállate.

Me senté de nuevo y dejó caer un latigazo a mi lado.

— Muy bien, te has ganado un pequeño show privado, pero recuerda, nada de tocar.

La música llegaba hasta allí. Respiré profundo mirando las marcas donde me había golpeado y luego me quedé mirando su cuerpo que comenzó a moverse lentamente frente a mí de un lado a otro, se acercó sentándose sobre mis piernas y frotando su cuerpo poco a poco en el mío, podía sentir su sexo rozar mi muslo lentamente, mordí mis labios y cerré los puños en evidente necesidad de tocarla. Se puso de pie, quedando a espaldas de mí para después sentarse en mis piernas de nuevo, moviéndose en perfecta sincronía con la música mientras que su trasero se frotaba sobre mí, joder, me iba a volver loca, el impulso de agarrar su voluptuoso trasero y apretarlo era demasiado, pero me controlé. Se puso de pie y se inclinó hacia delante moviendo sus caderas delante de mí, para luego girarse y mirarme con una sonrisa diabólica. Llevó ambas manos al broche de su sujetador para después quitarlo y arrojarlo al suelo, dejando a sus pechos totalmente expuestos, sentí como mi centro latía de deseo y como se me hacía agua la boca con el impulso de chuparlos, dios tenga piedad de mí.

Se acercó de nuevo sentándose en mi regazo, ahora frente a mí. Llevó sus manos a mis hombros y frotó su cuerpo sobre el mío al ritmo de la música.

— Joder, me vuelves loca — Susurré.

Cerró los ojos y gimió.

Ella estaba sintiendo placer con sólo frotarse sobre mí, no podía aguantar más, tomé su cintura forzándola a tener más contacto, sin embargo, se puso de pie, dándome la espalda.

— Quítalo — Ordenó.

Llevé mis manos a la delgada tela de sus bragas que llevaba. Las bajé y me deleité con la hermosa vista. Ginger Apple estaba completamente desnuda, solamente con sus medias y tacones.

— Maldita sea, Ginger Apple — Dejé escapar las palabras casi en un gemido.

Sonrió mordiéndose el labio a modo de burla y se sentó de nuevo en mis piernas.

— ¿Te gusta lo que ves? — Preguntó frotando su cuerpo sobre el mío de una manera sensual.

— Me encanta.

Deslizó su lengua por sus labios y tiró de mi vestido, dejando libre mis muslos, para después volver a mecerse en mí. Cerré los ojos cuando sentí su centro húmedo sobre mi muslo.

— Mmm… Baila para mí, Ginger Apple — Susurré deslizando mis manos sobre su cuerpo.

Y así lo hizo, podía escuchar los gemidos que salían de su boca, mientras se frotaba más rápido y más duro. Tomé su cintura marcando el ritmo que debía seguir, su respiración era pesada como la mía, podía tener un orgasmo sólo con la situación en la que nos encontrábamos, así que decidí cambiar el juego, me levanté de la silla con ella en mi regazo y con fuerza la coloqué de nuevo en el tocador, mirándola a sus ojos claros y perversos.

— Gané — Dije antes de tomar sus labios en un beso voraz mientras que con mis dedos comencé a hacerla sentir placer.

Llevó sus manos a mi vestido levantándolo hasta la cintura y rápidamente presionó con sus dedos mi mojado centro haciéndome gemir de sorpresa.

— No lo creo, soy la única que gano — Susurró sobre mis labios, mientras que sus dedos hicieron a un lado el fino tejido de mi ropa interior para hundirlos en mí.

— Oh, dios… — Gemí clavando las uñas en su muslo mientras que con la otra mano continuaba masturbándola.

Empujó varias veces para después sacar sus dedos y llevarlos a su boca, chupándolos de una manera puramente sexual que me hizo gemir.

— Usted es tan deliciosa — Dijo casi gimiendo.

Volvió a llevar sus dedos a mi centro, esta vez acariciando mi clítoris que añoraba sus toques.

— Mmm… Lena… — Gemí débilmente, aumentando el ritmo de mis dedos en su clítoris también.

— Así, Yulia, más rápido — Gimió — No sabes lo maravilloso que es verte gimiendo así, como una perra — Susurró, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Hija de perra, me manipuló como quería y simplemente no pude hacer nada porque mi impulso fue simplemente gemir ante sus toques tan placenteros.

— Si, gime Yulia, gime para mí.

Apoyé mi cuerpo en el tocador y Lena se mantuvo masturbándome. Sostuve su cabello con una mano para tirar de su rostro y tomar su boca en un beso agresivo. Chupé su lengua con dificultad debido a los espasmos que su toque causaba en mí, hasta que oímos unos golpes en la puerta.

— ¿Ginger Apple? ¿Estás ahí?

Cerré los ojos con fuerza, no podía creer lo que estaba escuchando.

— Continua, no te detengas — Susurró sobre mis labios.

Los golpes en la puerta continuaron, mezclándose con el sonido de la música y el sonido de la fricción de nuestros dedos que se movían rápidamente, me estaba volviendo loca.

La penetré con dos dedos de una vez, haciendo movimientos fuertes y rápidos.

— ¡Mierda! — Gimió sensualmente.

— ¿Ginger Apple? Hay un cliente que quiere conocerte.

Era la voz de Mila.

La miré a los ojos esperando alguna respuesta, pero sólo sonrió provocativamente.

— Si te detienes antes de que me corra, terminaré con tu vida — Dijo.

— Lo mismo va para ti.

Sus dedos se movían lentamente sobre mi centro.

— Mmm… Más rápido — Pedí forzando sus dedos a que se movieran más rápido y más duro.

Los objetos en el mostrador comenzaron a caer al suelo con los movimientos que hacíamos, los empujes en si, eran violentos y salvajes, la mujer se mecía contra mis dedos de una manera desesperada y urgente. Cerré los ojos dejando que el clímax me llevara junto con la mujer que gemía fuertemente en mi oído.
Los golpes en la puerta volvieron, obligándome a dejar ir a Ginger Apple. Nos miramos con las respiraciones pesadas, tenía su boca entre abierta y pequeñas gotas de sudor corrían por su sien. Se bajó del tocador completamente mojado, agarrando su abrigo del perchero.

— Tengo que abrir.

Me arreglé el vestido, me puse mi abrigo y le entregué la llave a Lena quien caminó hacia la puerta. Me miró por última vez antes de abrir la puerta.

— Por fin — Escuché la voz impaciente de Mila.

— Estaba ocupada — Lena dijo cínicamente.

— No hay problema, me gustaría presentarte a este chico.

Negué con la cabeza mientras acomodaba mi ropa frente al espejo, ninguno había notado mi presencia.

— Así que tengo la oportunidad de conocer a la mejor stripper de la ciudad, un placer Ginger Apple, mi nombre es Alexander.

— Un placer.

— El placer es todo mío.

— Ginger Apple, Alexander vino desde Italia y un amigo suyo lo trajo para conocerte.

— Oh, Woow...

— Bueno, los dejo solos, estoy segura de que es lo que quieren — Mila dijo.

— Por supuesto, una mujer tan hermosa como Ginger Apple necesita una buena compañía — El hombre habló, sabía quién era.

Caminé inmediatamente, quedando a un lado de Ginger Apple.

— De la cual estoy segura, no es la tuya — Dije arrogantemente, tomando a Lena de la cintura.
Alexander era el mismo hombre al que le derramé mí bebida antes, así que cuando sus ojos se posaron en mí, pude notar como su cuerpo tembló de rabia.

— Oh, Yulia, no sabía que estabas aquí — Mila dijo sorprendida y avergonzada, probablemente odiándome por arruinar sus planes.

— No veo razones para que tenga que saberlo ¿o sí?

Lena abrió los ojos en mi dirección.

— Por supuesto.

— Vámonos, Ginger Apple — Dije mirándola.

— Ginger Apple está ocupada ahora, traje a Alexander para que la conozca, Yulia — Mila dijo con cierta molestia.

— Ella no lo necesita, mucho menos a alguien como él.

— ¿Qué quieres decir eso? — El hombre preguntó cabreado.

Me paré delante de Ginger Apple quien me sujetó del abrigo.

— Que no quiero que le coquetees a lo que es mío, así que ve a buscar a alguien más.

— Alexander, venga conmigo, tengo otras bailarinas maravillosas.

— Yo vine para conocer a Ginger Apple — El hombre dijo con enojo.

Reí sarcásticamente.

— ¿En cuántos idiomas quieres que te explique que Ginger Apple no va a quedarse contigo? Lo siento si viniste desde Italia o de donde mierda seas, pero no vas a hablas con ella ahora, ni nunca.

El hombre y Mila me fulminaban con la mirada y rápidamente cogí la mano de Lena para salir de allí.

— ¡Dios! ¿Qué estás haciendo? ¡Mila me matará!

— Ven conmigo — Ordené sin darle alguna otra opción.

Salimos por la puerta trasera del club, prácticamente arrastraba a Lena del brazo.

— ¡Me estás lastimando!

Sabía que mis acciones eran una mezcla de celos y alcohol, no era una persona confiable en esos momentos, mi arrogancia me convirtió en alguien demasiado tosca.

Jalé a Lena hasta llegar a mi auto, donde la hice entrar.

— ¿Puedes explicarme qué diablos estás haciendo?

— Te llevaré a casa.

— ¿Y quién te dijo que quiero ir?

Apreté ambas manos en el volante hasta que las articulaciones de mis dedos se quedaron blancas, cerré los ojos y respiré hondo.

— No tienes que querer, no vas a quedarte aquí para que ese imbécil te esté rondando y que cualquier otro idiota se imagine que eres una prostituta.

— ¿Qué dijiste?

— ¡Lo que escuchaste! ¿O crees que su camiseta se ensució por si sola?

— ¿Tu hiciste eso?

— Y haría mucho más.

— Por dios, demasiados celos.

— ¡Joder! Eso no importa.

— ¡Si importa! ¿Por qué tantos celos?

— ¡Por qué te amo y no soporto ver que alguien mas te quiera! — Le grité a la mujer quien me miraba con la boca abierta hasta que vimos a Mila golpear la ventana de mi auto.

Lena rápidamente se bajó.

— ¿Qué está pasando, Ginger Apple? ¿Cómo voy a explicar eso? — Pregunto molesta.

Respiré profundo, sintiendo que el alcohol hacía efecto en mi cabeza. Rápidamente me bajé del auto y caminé hacia la mujer quien retrocedió.

— Explícale a esa mierda que ella no es ninguna puta, si usted quiere vender a sus bailarinas pues busque a otra — Dije prácticamente gritando.

Mila entrecerró los ojos y Lena me detuvo o estaba segura que en cualquier momento saltaría sobre aquella mujer.

— Hablaremos después de esto, Ginger Apple — Mila dijo antes de retirarse.

Estaba furiosa, Lena me miró asustada, yo simplemente caminé de nuevo al lado del piloto.

— Sal de allí, déjame manejar, estás demasiado borracha y no quiero morir.

Cambiamos de lugares, porque a pesar de todo, estaba consciente de que no era una buena decisión el que yo manejara.

— Voy a llevarte a mi casa y allí llamare a Yuri para que pase por ti.

No dije nada, sólo la miré pensando en lo espectacular que se veía y pensar que bajo ese abrigo estaba totalmente desnuda, era muy tentador.

— Puedes dejar de mirarme así, Volkova, no habrá nada más para ti está noche después del tremendo lio en que me has metido.

No me quedó de otra más que desviar la mirada.

Condujo hasta su edificio, donde estacionó el auto.

— Ven conmigo.

Caminé junto a ella hasta el elevador. Cuando las puertas se cerraron, rápidamente la tomé de la cintura.

— Yulia, aquí no.

— ¿Tienes miedo de que te vean conmigo?

— Lo que no quiero es que me boten de aquí.

Besé su cuello, no estaba bien, amaba a esta mujer, pero a la vez la odiaba, era una mezcla entre amor y odio que unidos causaban un terremoto en mi interior. Segundos después las puertas se abrieron haciéndola caminar rápidamente y no me quedó de otra más que seguirla.

— No hagas ruido ¿vale? Sé que no querrás que Oksana y Nastya sepan que estás aquí, así que estate quieta.

— Si hago ruido ¿me azotarás de nuevo?

Lena sonrió y abrió la puerta.

El apartamento de Lena era pequeño, pero muy cómodo, tenía una hermosa decoración, la mujer me llevó a su habitación y cerrando la puerta en seguida. Me senté en su cama admirando su habitación, su gran cama estaba en el centro, las paredes tenían colores claros, que combinaba con el piso de madera, todo estaba perfectamente organizado.

La miré y ella parecía estar buscando algo.

— ¿Qué haces?

— Busco mi celular, tengo que llamar a Yuri.

— ¿Puedo dormir aquí?

Me miró sin entender.

— Voy a estar tranquila Lena, sólo no quiero quedarme sola.

Nos quedamos en un incómodo silencio hasta que ella dejó caer su bolso a un lado y se dirigió a mi dirección.

— ¿Estás segura? Estás muy borracha y no quiero que mañana me digas cosas malas, pero la decisión es tuya.

— Sí, quiero dormir contigo o creo que volveré allá y golpearé a esa mujer.

— Yulia… Mila me ha ayudado mucho.

— No quiero hablar de eso ¿vale? No quiero pensar en eso ahora.

— Tendremos que hablar sobre esto, lo sabes ¿no?

— Después Elena… después… — Dije agarrándola de la cintura y recostando mi cabeza en su abdomen.

— Está bien Yul, toma un baño, yo iré por algunas toallas y algo de ropa.

— Báñate conmigo — Dije levantando la cara para mirarla.

Sonrió dulcemente y acarició mi cara lentamente.

— No, no te quiero así, quiero que estés sobria.

— ¿Qué quieres decir con que no me quieres así? Hace un rato nosotras estábamos juntas.

— Ahora estoy sin la máscara ¿lo ves? Quien está hablando es Lena, se lo confundida que estás y no quiero resolver esta situación mientras estás en estas situaciones.

— Entonces sólo déjame quedarme y dormir contigo…

— Bien, quédate.

Vivir entre Ginger Apple y Lena no estaba siendo una tarea fácil, las dos eran una y tendría que aprender a lidiar con ello si quería tener a aquella mujer a mi lado.


Arrow Arrow Arrow


Yulia no sabe que hacer con su vida... bueno... si sabe, solo que jode!
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/17/2020, 11:52 pm

Hay Yulia Yulia jajaja no te aguantas!!

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/18/2020, 4:22 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 34 (Nueva rivalidad)

[Lena]

¿Por qué a la vida le gusta cambiar constantemente? Cuando te empiezas a acostumbrar a la situación, cambia por completo, dejando nuestro mundo irremediablemente destrozado, en un día Yulia destila odio y rencor y ahora ella está acostada en mi cama en un sueño profundo. Negué mentalmente y sonreí mientras miraba su expresión serena mientras dormía. Le acaricié el cabello con cariño, sintiendo a la mujer suspirar cómodamente.

— ¿En qué estaba pensando cuando me involucré contigo? — Le susurré.

Deslicé mi pulgar sobre la suave piel de su cara, observando lo hermosa que se veía dormida, con certeza, Yulia Volkova era una de las obras más bellas.

“Estas siendo muy estúpida, Lena”.

Me reprendí a mí misma, pero fue en vano, no podía disimular lo que sentía por esta mujer, cada día robaba un pedazo de mi ¿eso podía ser posible? Sentía la necesidad de estar cerca de ella, de oír su voz, de recibir su mirada y sus cariñosos besos. Querer a Yulia era como un laberinto sin fin, nunca se sabía cómo salir… ¿porque el destino trató de unir a dos personas las que probablemente no encajaban o incluso no podrían estar juntas?

Sonreí y continué con mis caricias hasta que ella se movió lentamente, acurrucándose en mis brazos en busca de más calor, en el instante en que su cuerpo se unió al mío, detuve mis caricias, recibiendo una queja casi inconsciente.

— No pares… — Susurró somnolienta haciéndome reír.

— Pensé que estabas dormida.

Sonrió débilmente.

— Me quedé despierta por ti.

Me mordí los labios y sonreí, su embriaguez la dejaba cariñosa y mansa, mostrando a una Yulia totalmente rendida, muy diferente a la Yulia que estaba acostumbrada.

— Me detendré.

— Ya voy a dormir, Elena, solo continua — Susurró juntando más su cuerpo y colocando su cara en el hueco de mi cuello.

No demoré mucho para sentir sus labios en la piel de mi cuello. Cerré los ojos sintiendo su mano deslizarse lentamente sobre mi abdomen con una pizca de picardía.

— Yulia…

— Estate quieta Elena, solo son caricias — Susurró subiendo su mano hasta mi pecho, por encima de mi ropa.

Dejó la mano inmóvil por un momento hasta que poco a poco comenzó a masajear.

— Estás borracha, para.

Sonrió y se mordió el labio.

— Sólo un poquito, pero déjame continuar, tu amas mis caricias.

Entrecerré los ojos y sonreí.

Yulia adentró su mano a la sudadera que llevaba, deslizando sus dedos a través de mi abdomen mientras que sus labios se deslizaron tranquilamente por mi cuello, forzando a mi cuerpo a pedir por más.

— ¿Por qué no puedes estarte quieta?

— No se puede estar quieta con una mujer como tú a mi lado.

Su tono de voz ya era diferente, era mucho más ronco.

— Por supuesto que si…

Me mordí los labios cuando sentí sus dedos presionar mis pechos de forma excitante. Dios mío, Yulia era una mezcla dulce de la agresividad y delicadeza. Con la palma de la mano comenzó a apretar más mientras que ahora su lengua se movía frenéticamente en mi cuello, enviando descargas a mi centro que ya estaba completamente mojado.

— Los amo ¿sabes? Me gusta apretarlos y más chuparlos.

Joder, tener a aquella mujer con el cuerpo casi encima del mío y susurrando tales cosas en mi oído era enloquecedor, con la poca cordura que me quedaba, puse mi mano sobre la suya, parando sus acciones al instante.

— Creo que mejor me iré a dormir con Nastya — Dije levantándome.

— ¡Ni soñando! — Dijo tirando de mí nuevamente hacia la cama.

— Cállate ¿quieres que nos escuchen?

— No, lo siento Elena, ya me quedaré quieta, lo prometo.

— No vas a estar quieta, tienes algún imán para el sexo conmigo.

Yulia ahogó una risa que terminó por dejar sus labios.

— Tengo un imán contigo, Elena.

— Yulia, ya te dije que primero quiero hablar contigo.

— ¿Podemos hacer el amor y después hablar?

— No, vamos a dormir y mañana hablaremos.

— Vale, pero ¿me dejas quedarme aquí contigo? No voy a hacer nada.

Maldita sea ¿Por qué tuvo que pedir eso? ¿Por qué tenía que ser tan convincente? Negué con la cabeza y Yulia se dio cuenta de que había ganado porque rápidamente me envolvió en sus brazos.

— Sin trucos Volkova.

— Muy bien, señorita Katina, sin trucos…

Sonreí acurrucándome en ella, no perdería la oportunidad de tenerla de esta forma esta noche, no sabía lo que pasaría mañana, pero con Yulia todo era un futuro incierto.

[…]

Me desperté sintiendo un frío en todo el cuerpo, muy diferente del calor que Yulia me ofreció toda la noche, cuando fuimos a la cama hicimos el acuerdo de que no habría nada más entre nosotras, pero fue en vano, habíamos pasado las últimas horas unidas en una sola. Me estiré lentamente, sintiendo cada músculo de mi cuerpo relajarse. Deslicé mis brazos en la cama sintiendo un vacío a mi lado, maldita sea, abrí los ojos y los entrecerré mirando el vacío, Yulia no estaba, negué con la cabeza maldiciéndome por dejar que esa mujer pasara aquí la noche. Me levanté de la cama, para dirigirme al baño donde sólo pude ver el abrigo que había usado la noche anterior… ¡Maldita! No podía explicar la rabia que me consumía al notar su ausencia, si Yulia pensaba que podía jugar conmigo de esta manera estaba muy equivocada. Un dolor y resentimiento tomó mi interior, en el fondo sabía que había una buena probabilidad de que eso ocurriera, pero tenía la esperanza de que fuera diferente. Bufé cogiendo el abrigo que ella traía ayer, su olor tan bueno permaneció en mí, haciéndome sentir un viaje de sensaciones, que rápidamente me encargué de detener, Yulia tenía que aprender a valorarme.

Tomé una larga ducha, dejando que el agua caliente se resbalara por mis músculos tensos intentando relajarme, en ese momento era un volcán a punto de explotar de ira. Me vestí rápidamente, opté por un pantalón guinda, una blusa blanca, acompañados de un abrigo gris y unos tacones blancos, dejé mi cabello suelto y un poco ondulado, entraría a esa compañía imparable, mostrándole a esa mujer que estaba más que perfecta.

— Buenos días a ti también, Elena — Nastya dijo sentándose a mi lado en la mesa.

— Buenos días — Dije de mal humor.

— ¿Qué pasa? — Oksana preguntó acariciando mi cabello mientras se acercaba.

— Nada Oksana, solo estoy de mal humor — Dije para no dar más explicaciones.

— ¿Ese mal humor tiene nombre y apellido? — Oksana preguntó, Nastya me miraba mientras tomaba un poco de café.

— ¿Qué? — Le pregunté con tono rudo.

— Que tu mal humor, se llama Yulia Volkova.

— ¿Cómo sabes?

Entrecerró los ojos.

— Las vi a las dos entrar a mitad de la noche, señorita ruidosa.

— ¿Yulia durmió aquí? — Oksana preguntó con los ojos abiertos.

— Si y veo que no ha hecho un buen trabajo por la cara que Lena trae.

— No es gracioso, Nastya — Dije levantándome.

Terminamos de desayunar en silencio o más bien yo estaba en silencio, Oksana y Nastya conversaban del trabajo. En camino a Industrias Volkov continué en silencio, siendo observada por Nastya que criticaba mi mal humor, pero ni siquiera le presté atención, realmente estaba insoportable esa mañana, cuando entramos al ascensor, Nastya decidió hablar.

— ¿Me puedes decir que pasó? Me estás contagiando tu mal humor.

Cerré los ojos y respiré profundamente.

— No quiero hablar de eso, Nastya — Dije seria.

— Somos tus amigas, Lena y desde que salimos de casa estás furiosa y no sabemos ni siquiera el motivo.

Nastya tenía razón, no tenía derecho a desquitar mi ira con las únicas personas que hacían mis días mejores.

— Ella simplemente se fue Nastya, después de pedirme que si se podía quedar, se fue sin ninguna explicación — Dije con tristeza.

— ¿No la viste salir? — Preguntó calmada.

— No, sólo desperté y ella ya no estaba.

— Realmente es una zorra.

— ¿Ahora pueden entender mi mal humor?

— Si por supuesto que te entendemos.

— Yo digo que ella debió haber tenido un motivo — Oksana dijo abrazándome.

— Vale, pero no le costaba nada decírselo, no puedo entender porque lo hizo — Nastya dijo.

— Porque ella es una necia, cobarde y arrogante — Comencé a decir todos los adjetivos negativos en los cuales Yulia encajaría.

— Lena… — Nastya habló.

— Sólo piensa en ella, es una idiota, estúpida… — Continué.

— Elena… — Esta vez habló Oksana.

— Yo no sé qué tiene en la cabeza, sinceramente no lo sé.

— ¡Ginger Apple! — Nastya gritó.

Me quedé mirando a la mujer sin entender. Sus ojos estaban viendo a mi dirección, pero no estaba mirándome a mí, volteé notado la presencia de Yulia de pie en la puerta del elevador, la mujer me miraba con los ojos entrecerrados.

— ¿Puedo saber de quién está hablando con tanta furia, señorita Katina? — Preguntó entrando al elevador.

Apreté la mandíbula y cerré las manos en forma de puños alejando las enormes ganas de matarla allí mismo.

Oksana y Nastya se pegaron a la pared del elevador.

— ¿De verdad quieres saber? — Solté las palabras con cinismo.

— Si quiero — Respondió, cuando las puertas se cerraron atrás de ella — Entonces… ¿Me dirá? — Volvió a preguntar.

— Hablo de ti, idiota — Escupí furiosa mirando los labios de la mujer que se curvaron en una sonrisa.

¡Maldita!

— Elena, cálmate — Escuché la voz de Oksana detrás de mí y después sentí sus manos en mis brazos.

Yulia me miraba seria con aquel par de ojos tan jodidamente penetrantes y atractivos.

— No me voy a calmar, Oksana — Dije soltándome de su agarre — Yulia se cree la dueña del mundo y cree que puede hacer lo que quiera.

— Señorita Katina, usted no debería de hablar así sin… — Yulia comenzó.

— Cierra la boca que estoy hablando — Grité furiosa.

— Lena… — Escuché la voz de Nastya aproximarse.

[Yulia]

Lena estaba simplemente furiosa, prácticamente escupía fuego por la boca, confieso que me estaba aguantando las ganas de reírme de su furia animal, pero sostuve la risa y me mantuve en silencio escuchando cada palabra que tenía que decir. Aprendí en un documental que lo mejor que puedes hacer en estos momentos es dejar que la mujer deje salir toda su ira para después explicarle o la posibilidad de morir era grandísima.

— Elena…

— No me vengas con Elena, nada de eso, te fuiste y ahora vienes como si no hubiera pasado nada.

— Elena, por favor intenta calmarte — Oksana dijo tratando de sostener su brazo nuevamente.

Me quedé mirando a las dos mujeres que temían por los actos de Lena.

— Eres una idiota, arrogante, pero yo soy mucho peor al caer por ti, por dejar que te quedes.

Lena no paraba de hablar, no sabía de donde sacaba tanta respiración.

— La verdad eres una hija…

En un acto desesperado para que dejara los insultos, llevé mis manos a su cuello para tirar de ella hacia mí y tomar sus labios en un furioso beso. Cerré los ojos sintiendo sus labios chocar contra los míos, sus manos lucharon con mis hombros para alejarme, pero sólo me empujó a continuar. Entrelacé mis dedos en su cabello impidiendo que se alejara. Mordió mi labio lentamente y se dejó llevar, apoyando sus manos en mis hombros, dejándome acceder por completo a su boca.

Nos besamos por no sé cuánto tiempo, cuando la solté me di cuenta de que el elevador se había cerrado de nuevo, pero estaba vez estábamos solas, Lena retrocedió unos pasos con su respiración jadeante y yo sólo la miré con la respiración pesada. Se apoyó contra la pared del elevador y me miró un poco inerte.

— No quiero hablar contigo Yulia, vete.

Negué con la cabeza y me acerqué a ella, sosteniendo su cara con ternura.

— Siento haberme ido sin decirte que te amo, pero Irina me llamó temprano y me pidió que pasara por ella al aeropuerto y como estabas tan hermosamente dormida, simplemente no quise despertarte — Dije con calma mientras hacia una caricia suave en su rostro.

— Estás mintiendo, basta, quiero estar sola.

Sonreí en silencio.

— No, te juro que no lo hago, ven — Halé de ella nuevamente.

Lena sacudió la cabeza negativamente, pero la tomé de nuevo para besarla, no sé cuánto tiempo estuvimos en el elevador, pero finalmente salí con una Lena mucho más tranquila.

— Para demostrarte que no miento, ven a mi oficina.

— Tú no me tienes que demostrar nada.

— Pero quiero hacerlo, además sé que aún tenemos que hablar.

— Sí que tenemos.

— Y lo haremos, pero antes, ven conmigo.

Asintió y se acercó a mi oficina. Cuando entramos Lena se encontró cara a cara con Irina que no podía haber estado más feliz de verla.

— Lenita…

— Hola Irina, te extrañé.

Sonreí al verlas juntas.

Lena tenía una enorme facilidad para encantar a la gente e Irina se llevaba demasiado bien con ella, tanto que podría parecer que la hermana era Lena y no yo.

— También te extrañé, tienes que convencer a mi hermana de ir más a menudo a casa, pero si ella no quiere ir, ve tú de todos modos.

— Déjamelo a mí, voy a convencerla para que vaya.

Sonreí y sacudí la cabeza.

— Llegué muy pronto, mi vuelo fue más rápido de lo que pensaba y llamé a la señorita de allí, que no sé dónde estaba, pero se despertó con una voz de borracha.

Lena sonrió al ver a Irina caminar de un lado a otro sin parar hablando de mi estado de ebriedad.

— Vengo desde St. Petersburgo y ella me responde de mal humor por haberla despertado temprano ¿puedes creerlo?

— Me lo imagino, la señorita Volkova parece ser de ese tipo de personas que se levanta de mal humor.

— Depende de quién me despierte, señorita Katina — Dije mirándola a lo cual ella desvió la mirada.

— Si se trata de una de tus pequeñas novias, sé que despertarías feliz.

— ¿Una de sus novias? — Lena preguntó con una ceja arqueada.

— ¡Si!

— ¡No!

Irina y yo hablamos al mismo tiempo.

— Bueno, quiero decir, antes Yulia era bastante salvaje ¿sabes? Ella se enredó con un montón de chicas, pero ahora ella está más sola.

— ¿Quién garantiza? — Lena preguntó.

— Nadie, pero al saber eso sólo autorizó a una persona para ese puesto en su vida ¿verdad señorita Katina?

— Irina… — La reprendí.

Lena y yo nos miramos la una a la otra de forma rápido haciendo que Irina sonriera.

— De todos modos tengo que comprar algunas cocas y Yulia quería que liberaras a Lena.

— ¿Quieres a mi secretaria?

— Así es.

— Eso es absurdo.

— Vives atascándola todo el tiempo, no te cuesta nada compartir, no te preocupes que no tengo las misma intenciones con ella.

Lena quien bebía un vaso de agua se atragantó al oír aquellas palabras.

— Vale, simplemente no llegues tarde Lena, tenemos una reunión a las cuatro.

— No se preocupe señorita Volkova, estaré aquí…

— Entonces no se diga más y vámonos Lenita…

Lena salió antes e Irina me miró.

— Me debes una Volkova.

Simplemente sonreí.

Irina sabía disimular muy bien la situación, no había dejado la casa de Lena tan temprano para recogerla, sinceramente había salido por miedo de lo que seguía, el maldito resentimiento a veces hablaba más alto, pero como si el destino no quisiera que cometiera una estupidez, Irina apareció.

[Flashback]

— Estoy enfrente de tu edificio, puedes darme permiso de entrar, acabo de llegar desde el aeropuerto — Escuché la voy de Irina en el intercomunicador.

— ¿Qué haces aquí a estas horas? — Pregunté mirando el reloj, viendo que eran las seis.

— Por dios Volkova, sólo déjame entrar y te explico.

No necesité mucho para ver a Irina entrar a mi apartamento con una pequeña maleta, entrecerré los ojos hacia ella quien sonrió animadamente.

— Dios mío ¿Qué tipo de resaca es esta, Yul? Luces terrible.

— Buenos días a ti también hermana — Dije sarcásticamente haciéndola reír.

— Buenos días, pero ahora dime porque te ves como un sin hogar y con una cara de que pasaste la noche emborrachándote.

Cerré los ojos sintiendo el dolor de cabeza severo apoderarse de mí. Me masajeé las sienes con el ceño fruncido.

— No quiero hablar de eso…

—Yulia Volkova ¿Qué rayos has hecho?

Levanté la cabeza y la miré.

— Acabo de dejar la casa de Lena.

Ella sonrió como si hubiera dicho la mejor noticia del día.

— No te emociones, me fui de allí y eso no es bueno, ella me va a odiar.

— ¿Te va a odiar? ¿Pero porqué? Explícame.

Miré a Irina durante unos segundos, pensando en que ella sería una de las mejores personas que me podía aconsejar, aunque era más joven, era muy madura y responsable, después de mucho meditarlo, le conté todo lo que había sucedido de principio a fin.

— Woow… — Esa fue su palabra cuando terminé de decirle todo.

— ¿Qué puedo hacer?

Se puso de pie, caminó de un lado a otro, seguramente procesando la información, al igual que yo parecía que Irina había quedado un poco perdida.

— Lo que no deberías de haber hecho era irte de allí, ella va a querer matarte y con justa razón ¿Por qué eres tan complicada, Yulia?

— Después de todo ¿me llamas complicada? ¿Y qué pasa con la parte en la que fui engañada? ¿Eso no cuenta?
Irina rodó los ojos con impaciencia.

— No, ella sólo es una… — Tomó una larga pausa para luego hablar de la manera más natural del mundo — Stripper.

— ¿Solo? — Se me escapó irónicamente.

— Deja de ser una idiota, por lo que he entendido tú te enamoraste de las dos versiones de Lena ¿no?
Asentí.

— ¿Entonces cuál es el problema? Por dios Yulia, eres afortunada, te enamoraste de la misma mujer y con eso evitas un problema muy grande de infidelidad — Dijo riendo mientras caminaba hacia la cocina.

— ¿Qué parte de que me mintió no entendiste?

Abrió la nevera y se sirvió un vaso de jugo, bebió con calma mientras me miraba.

— ¿Qué parte de que ella no te dijo porque no quería perderte no entendiste?

No dije nada, sólo me apoyé en el mostrador.

— Yulia, está bastante claro que la amas, nunca en mi vida te vi de esta manera por alguien.

— ¿De qué manera? — Pregunté confundida.

— Así de idiota.

Bufé y salí de la cocina, Irina rápidamente corrió siguiéndome.

— Mira, en mi poca experiencia con las relaciones, creo que debes dejar tu estúpido orgullo a un lado y solucionar las cosas, Lena es una mujer que vale la pena y con lo que me dices ella no se involucra con cualquiera en ese club, así que serías una tremenda idiota si la dejas ir.

— ¿Te agrada tanto? — Sonreí al preguntar.

— Por supuesto, ella es hermosa, inteligente, cariñosa y ama a nuestra familia, a diferencia de tus ex novias.

— Hey, he tenido novias muy hermosas.

— Sí, pero eran tontas o caza fortunas.

Sonreí al recordar todas las veces en las que Irina se enfrentó con mis ex novias.

— Escúchame, tengo razón.

— Irina…

— Cállate, ve a tomar una ducha, vístete y ve por esa mujer, ella seguramente querrá saltar sobre tu cuello.

Solté una risa, sintiendo el dolor aparecer nuevamente a mi cabeza.

— Me va a matar — Me quejé.

— ¿Y cómo no? Le preguntas que si puedes dormir con ella y por la mañana te vas sin dar ninguna explicación, no, no, Lena está siendo muy paciente contigo.

— Encuentro increíble tu capacidad de permanecer siempre a su lado — Refunfuñé caminando hacia mi habitación.

— Mi cuñada necesita ser apoyada — Dijo arrojándose sobre la cama mientras yo iba hacia el baño.

— ¿Y yo qué? Se supone que soy tu hermana.

— Eso no importa, ahora apúrate que yo quiero ser la dama de honor en su boda.


[Fin del Flashback]

Abrí los ojos tan pronto como escuché golpes en mi puerta.

— Adelante.

No pasó mucho tiempo para que la puerta se abriera dejándome ver a Nastya.

— Disculpe señorita Volkova, puedo hablar con usted.

— Por supuesto, tome asiento.

La mujer caminó tranquilamente, sentándose frente a mí con una mirada seria.

— ¿Puedo saber de qué quiere hablar?

Nastya respiró profundamente y asintió.

— En primer lugar me gustaría decir que aquí quien está hablando es Nastya, la amiga de Lena y no Nastya la empleada.

— Okey, soy toda oídos.

— Bueno, sé que no debería estar entrometiéndome en su relación con Lena, pero ella es como mi hermana menor y ciento que es mi deber el protegerla y quería pedirle que tenga cuidado, Elena es una mujer muy fuerte, pero sé lo mucho que ha sufrido.

— Nastya… — Traté de hablar.

— Déjame terminar, por favor.

Asentí, dejándola continuar.

— Sé lo difícil que debe ser esta situación para ti, de verdad lo entiendo, pero Lena es una mujer maravillosa que nunca actuó de mala fe cuando se involucró contigo, lo sé porque fui testigo de cada momento, tal vez no lo pueda creer ya que soy su mejor amiga, pero te garantizo que sus intenciones nunca fueron negativas, ella no es el tipo de mujer que busca dinero como puede estar pensando.

— Yo nunca pensé eso, ni siquiera en los momentos de rabia, es muy bonito de tu parte el venir aquí para proteger a Lena, pero quiero decirte que puedes relajarte, no tengo la más mínima intención de vengarme o algo así, a pesar de todo lo que ocurrió, nunca dudé de ella, si hubiera pensado diferente seguramente no estaría aquí.

— Yo sólo no quiero verla sufrir de nuevo, Yulia.

— Yo tampoco, la amo, amo a esa mujer como nunca me hubiera imaginado, sólo estoy un poco confundida, espero entiendas que la situación en la que me encuentro no es nada fácil.

— Lo sé, me lo imagino — Su voz era tranquila.

— No te preocupes, tomé la decisión de que no quiero estar sin ella y se lo demostraré.

— Eso me hace sentir más relajada, porque sinceramente, si haces sufrir a Lena voy a acabar con tu vida, con todo respeto — Terminó la frase con cortesía.

Se me escapó una sonrisa.

— La puedo despedir por amenazarme ¿lo sabe verdad? — Bromeé.

— Eso no me importa, señorita, defiendo a esa chica con uñas y dientes.

— Pues continúe así, señorita Nobokova.

Asintió con una sonrisa.

— Bueno, eso era todo, gracias por escucharme, señorita.

— No tienes nada que agradecer, al contrario, gracias por entender.

Fue agradable ver como Lena podría estar protegida por tantas personas, con esa manera dulce y tierna había conquistado a mucha gente.

[Lena]

Di tres golpes en la puerta para que alguien abriera, estaba frente a mi antigua casa o mejor dicho la casa de Inessa. Después de varias horas de compras para la fiesta de Irina que sería este fin de semana, la chica decidió conocer a mi hermana y como Yulia, no aceptaba un no como respuesta, todo el tiempo que pasamos juntas, Irina me hizo preguntas sobre mi familia, amigos y cosas del pasado, en un intento por llegar a conocerme más, la verdad es que fue muy amable y me transmitió mucha confianza como para contarle todo.

Golpeé nuevamente la puerta hasta que me encontré con mi pequeña hermana delante de mí.

— ¡Gingi! — Dijo abrazándome.

Envolví a la pequeña en un fuerte abrazo cargado de nostalgia. Siempre era bueno visitar a Anya, ella siempre me recibía con los brazos abiertos.

— Te extrañé mucho, pequeña — Le susurré a mi hermana quien sonreía.

— Yo también Gingi.

— Traje a una amiga que quiere conocerte — Dije señalando el auto donde Irina estaba.

— ¿Es Yulia la que está ahí? — Preguntó emocionada.

— No Any, Yulia está trabajando.

Anya cambió su expresión a una triste, era increíble ver como las dos en pocos días habían formado un fuerte lazo de amistad.

— No pongas esa cara, quien esta allí es su hermana y ella quiere conocerte.

— Extraño a Yul, Gingi.

— ¿Any? ¿Quién está allí?

Escuché la voz de Inessa y rápidamente me puse de pie, la mujer apareció a los pocos segundos en la puerta mientras limpiaba sus manos con un paño de cocina.

— Entra ahora, Anya — Ordenó.

— Pero mamá — Anya gruñó.

— ¡Que entres ahora mismo! — Dijo jalando a la pequeña del brazo para meterla a la casa.

— ¿Qué crees que haces? — Pregunté enojada en un intento de detenerla.

Inessa quien me miraba seria, cerró la puerta, dejando a Anya en el interior.

— Pero miren quien está aquí ¿tu alcahuete te dio tiempo para visitar a tu familia?

Rodé los ojos.

— Sólo vine a visitar a mi hermana quien por cierto es la única familia que tengo.

— Por supuesto, me lo imagino, por eso estás tratando de alejarla de mi ¿no?

La miré confundida.

— ¿De qué hablas?

— No seas cínica Elena, la notificación me llegó esta semana ¿Cómo te atreves a tratar de quitarme a tu hermana?

— Sólo quiero lo mejor para ella y estoy segura que no es contigo.

— Tú no tienes escrúpulos, yo soy tu madre, no lo olvides.

Respiré profundamente, pidiéndole a dios que me diera paciencia para soportarla.

— Tu eres todo, menos una madre.

— ¿A qué te refieres Lena? — Preguntó enojada.

— A que eres una mala persona y una mujer como tú no se puede llamar madre.

Se podía sentir la atmósfera tensa entre nosotras, ella simplemente me miraba enojada, me sentía mal porque nunca estaba preparada cada que me encontraba con ella.

— ¿Quién eres tú para hablarme así? ¿Eh? No eras más que una puta que está estafando a una mujer de negocios — Su tono era puro sarcasmo mientras miraba el auto de Yulia que estaba enfrente.

Me sentí completamente enojada.

— No digas estupideces.

— Muy inteligente Lena, agarraste una buena oportunidad, ahora vives en medio de dinero y poder ¿Cuánto te paga por noche? ¿Acaso tienes más clientes?

Cerré los ojos fuertemente, tratando de quitar esas palabras de mi cabeza, pero lo dicho entraba rápidamente y muy fuerte, me estaba volviendo loca.

Me retiré unos pasos, pero la mujer se acercó y continuó hablando.

— No espero nada diferente de ti, eres una puta barata y todavía crees tener el derecho moral para pedir la custodia de tu hermana, por dios, vamos a ver lo que el juez dice cuando le diga que eres una puta en un club de nudistas.

— Soy mucho mejor que tú — Le grité.

Sonrió sarcásticamente.

— No te van a creer, voy a decirles que te fuiste de la casa para trabajar como prostituta y que te acuestas con una mujer millonaria sólo por dinero — Casi gritó.

Ya no podía soportarlo más, por impulso lancé una fuerte bofetada a la cara de la mujer.

— ¿Cómo te atreves a pegarme? — Dijo girando su cara hacia mí con su mano en ella.

Negué con la cabeza, reprimiendo las ganas de llorar, nunca había llegado a esto antes.

— Vete de mi casa ahora mismo y no vuelvas a venir, no quiero ver tu asquerosa cara nuevamente.

Retrocedí respirando fuertemente.

— Te voy a quitar a Anya, yo le daré un mejor futuro — Dije antes de irme de allí.

La mujer dejó escapar algunas palabras fuertes a mis espaldas, pero simplemente caminé hacia el auto. Al entrar, Irina me miró asustada al verme llorar, pero no dije nada, sólo la dejé consolarme.

Cuando llegamos a Industrias Volkov ya estaba normal, Yuri rápidamente salió del auto para abrirnos la puerta.

— Irina — Dije tomándola del brazo.

— ¿Si?

— No le digas nada a Yulia.

— ¿Por qué?

— No quiero que se preocupe, tenemos demasiadas cosas en nuestras vidas como para eso.

Irina me miró durante unos segundos antes de asentir.

[Yulia]

Irina y Lena llegaron casi sobre la hora de la reunión, los dueños de una gran multinacional, que por cierto era la competencia, estaban esperándome para una propuesta, tomé un poco de whisky para relajarme, las reuniones era demasiado pesadas.

Entré a la sala, siendo recibida por los accionistas con sonrisas falsas.

— Buenas tardes, señores.

— Buenas tardes, señorita Volkova, es un placer verla de nuevo — Luhan dijo galantemente.

Sonreí cordialmente y miré a Lena quien distribuía los papeles en la mesa. La mujer sonrió dándome tranquilidad de que ya no estaba enojada, minutos después la puerta se abrió.

— Buenas tardes a todos.

Yo sinceramente no podía creerlo, Miroslava entró a la sala con una larga y arrogante sonrisa.

— Disculpen la demora, el tráfico estaba horrible.

Miroslava Dostoievski era una de las mejores empresarias en Moscú, aunque se quedaba atrás de mí, claro. Nuestras empresas eran reconocidas por la enorme concurrencia en el campo comercial y económico de todo Rusia, ni podría explicarles cuanto me estresaba aquella mujer, su aire arrogante y prepotente me hacía tener ganas de saltar a su cuello. Siempre nos encontrábamos en las premiaciones y congresos, dejando claro a todos que no nos soportábamos, pero ella simplemente sonreía cínicamente ¿sentía la misma repulsión por mí? Por su mirada podría asegurar que sí.

— Me lo imagino, sea bienvenida, señorita Dostoievski — Dije extendiendo mi mano hacia ella.

— Muchas gracias, Volkova — Sonrió tomando mi mano.

— Señorita Volkova, los reportes ya están listos — Escuché la voz de Lena aproximarse.

— ¿Lena Katina? — Miroslava preguntó con curiosidad.

Lena giró hacia su dirección y sonrió ampliamente.

— Oh por dios ¿Miroslava? — Dijo animadamente.

¿Pero de que carajos me perdí?

— Pensé que no volvería a verte, ven, dame un abrazo.

Lena rápidamente fue apretada en un abrazo.

— Te ves increíble — Miroslava habló ella con segundas intenciones.

Ella miró a Lena de forma admirada, provocándome un sentimiento que me incomodó bastante.

— Tu también lo estás — Lena retrocedió tímidamente, cruzando una rápida mirada conmigo.

— No sabía que estabas trabajando aquí, pero ahora que lo sé, estoy pensando en un modo de llevarte para que seas mi asistente personal.

Sonreí cínicamente.

— La señorita Katina, ya tiene un buen empleo, no creo que necesite otro — Dije de manera seria.

— Mi propuesta puede ser mejor que la de Yulia, todo puede acontecer en el mundo de los negocios, aun mas porque la conozco de hace tiempo.

— Tiempo que ya pasó, ahora ella trabaja sólo para mí.

Entrecerré los ojos en dirección a Lena que tragó en seco. Por algún motivo aquello no me gustaba para nada.

— ¿Vamos a empezar la reunión? — Lena dijo rápidamente cambiando el tema.

Miroslava sonrió y asintió.

Caminó hasta su silla que quedaba al otro lado de la mesa, frente a mí, me senté en mi lugar y ambas intercambiamos miradas mortales, si ella me miraba de forma prepotente, yo haría lo mismo.

— Entonces señorita Dostoievski ¿Cuál es su propuesta? — Fui directa.

La mujer respiró hondo antes de sonreír cínicamente.

— Quiero comprar Industrias Volkov…


Suspect Suspect Suspect

Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/18/2020, 8:46 pm

Ay ay fuego a la vista fuego a la vista jajaja, gracias por el capítulo 🤗

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por LENYNK 8/18/2020, 9:09 pm

Miroslava será una amiga? Alguna ex? 🤔

LENYNK

Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 08/10/2019

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/19/2020, 6:12 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 35 (Cosas del pasado)



[Yulia]

Por un instante imaginé haber oído mal o haber imaginado esas palabras, pero no, Miroslava Dostoievski realmente me hizo esa propuesta. Suspiré profundamente, todavía contemplando a la mujer y pensando sobre la situación, miré a Lena quien sabía lo que esta propuesta me causaría, así que con delicadeza, sus delgados dedos se posaron en mi mano propiciándome una caricia como pidiéndome que mantuviera la calma.

- ¿Y entonces? ¿Qué dice, señorita Volkova? - Max, unos de los accionistas de Miroslava preguntó bastante emocionado.

- Déjala pensar Max, no necesitamos una respuesta inmediata - Miroslava dijo tranquilamente con una sonrisa triunfante que fue directamente a Lena.

- ¿Puedo hacerle una pregunta, señorita Dostoievski? - Dije casi bruscamente.

- Por supuesto.

Sonreí con sarcasmo, bajo los ojos de miedo de Lena.

- Cuando llegó a mi empresa ¿vio algún tipo de letrero o documento en el cual decía que estaba a la venta?

- No, no lo he visto, pero…

- Exacto - Interrumpí - Entonces no entiendo de dónde saca esa idea tan absurda ¿de verdad piensa que le vendería la mejor empresa del país?

Los accionistas presentes nos miraban con temor, Miroslava arqueó la ceja y sonrió cínicamente.

- Perdone, pero no veo que la idea sea absurda, Industrias MD está creciendo y prácticamente igualando a Industrias Volkov, tengo suficiente dinero para comprar su empresa, señorita Volkova y así hacer mi imperio mucho más grande.

Arrogante y prepotente como siempre.

Reí ante su respuesta sin ninguna pizca de humor, causando una cierta sorpresa para todos los presentes.

- Por dios señorita Dostoievski, son en estas ocasiones en las que veo su inmadurez en el negocio, Industrias MD todavía no ha alcanzado el nivel de mi empresa que actualmente es una de las más exitosas, el dinero no compra nombres o experiencia, pero no se preocupe, yo también tengo suficiente dinero para comprar la suya y la de cualquiera que venga.

- Orgullosa de sí misma ¿no, Volkova? ¿No tiene miedo que algo malo pase? - Ella provocó descaradamente.

- Tengo a la gente correcta a mí alrededor, así que nada irá mal - Dije sujetando la mano de Lena.

Miroslava vio nuestro contacto y sonrió.

- Veamos hasta cuando la gente correcta estará a su lado.

Estaba contando del uno al cien para controlar todos los impulsos animales que me gritaban que me lanzara hacia esa mujer, pero no haría eso, aprendí muy bien cómo salir ganando, el único problema es que en este caso Miroslava también tenía experiencia en ello.

- Las buenas parejas nunca fallan.

- Por supuesto, pero ¿segura que no quiere tiempo para pensarlo? Nosotros tenemos una propuesta maravillosa ¿verdad Max?

- Si, señorita, revisamos todo y…

Ya estaba impacientándome, no soportaba a ninguno de ellos, excepto a Lena, ella era la única que me transmitía calma.

- ¡Suficiente! - Solté fuertemente, haciendo que todos en la sala quedaran en silencio.

Todas las miradas de miedo fueron hacia mí.

- Industrias Volkov, no está a la venta ni hoy ni mañana ni nunca ¿entendido?

- Yul… - Escuché la suave voz de Lena cerca de mí.

- No necesita ponerse así, sólo son negocios Volkova - Miroslava dijo.

- Negocios que no me interesan, no voy a dejar que el nivel de mi empresa caiga por vendérselo a usted, todo esto es mucho más que dinero, señorita Dostoievski, ahora si me disculpan, la reunión ha terminado.

- Yulia… - Aleksey habló.

- ¡Dije que la reunión ha terminado! - Dije mirándolo directamente.

Todos los presentes empezaron a levantarse rápidamente, Aleksey despidió a todos los empresarios de MD con su falsa sonrisa.

- ¿Lena?

Cerré los ojos al escuchar la voz de Miroslava.

- Vendré a verte después, tenemos mucho de qué hablar.

Miré a la mujer quien le sonría enormemente a la mujer a mi lado. Lena asintió con una leve sonrisa. Miroslava le guiñó el ojo antes de salir de la sala dejándonos solas.

- Organizaré los informes para entregárselos a los financieros - Lena dijo.

- Bien, pero no te vayas sin hablar conmigo, tenemos algo de qué hablar, señorita Katina.

Ella suspiró profundamente y asentí.

[Lena]

Después de la reunión con Miroslava, Yulia se quedó todo el día en su oficina. La ira y el mal humor eran notables a kilómetros de distancia, pero simplemente no sabía la verdadera razón ¿la propuesta para comprar su empresa la había irritado tanto? Puede que si… Industrias Volkov tenía un valor mucho más que comercial para ella.

- ¿Lena en que planeta estás? ¿El beso de Yulia en el elevador todavía está teniendo efecto en ti? - Nastya preguntó mientras tronaba los dedos frente a mí.

- No seas idiota, sólo estaba pensando.

- Sinceramente no esperaba esa reacción - Nastya dijo sentándose en la silla que estaba al lado mío.

Estábamos en la oficina de Oksana revisando algunos documentos que Yulia había solicitado.

- Yo tampoco, nunca imaginé que Yulia te besara en frente de nosotras - Oksana dijo mientras escribía en su libreta.

- Ella sí que silenció a Lena, tenías que haber visto la cara atónita de Oksana cuando Yulia te besó.

Me reí.

- ¿En serio?

- Si, estaba aterrorizada - Nastya dijo riendo.

- ¡Nastya! Yo solamente no me lo esperaba, la señorita Volkova no es de las que hace ese tipo de cosas, casi se tragan la una a la otra en frente de nosotras.

No pude evitar reír por el pánico con el que Oksana había hablado.

- Ya basta, de verdad estaba bastante enojada.

- Pero te calmaste realmente rápido ¿Qué es lo que tiene esa mujer?

- ¿Ella al menos te explicó porque te dejó sola? - Oksana preguntó ignorando la pregunta de Nastya.

Asentí mientras tecleaba los reportes en la computadora de Oksana.

- Irina la llamó temprano pidiéndole que la recogiera en el aeropuerto y dijo que no quiso despertarme.

- Aww… Mira Nastya, son tan tiernas.

- Oksana… - Nastya se quejó.

- En serio, eso fue muy lindo de su parte - Oksana continúo.

- Al menos ya están bien, veo algo de sexo salvaje ocurriendo esta noche - Nastya comentó.

- ¡Por dios, Nastya! Haré como si no hubiera escuchado eso - Oksana exclamó.

- ¿Qué? No juegues a la virgen Oksana, tú también tienes sexo.

- ¡Nastya! - Oksana y yo dijimos al mismo tiempo.

- ¿O estoy mintiendo?

- No voy a hablar de mis intimidades - Dijo seria.

- Necesitas soltarte un poco más, Boris va a querer diversidad ¿has probado algunos accesorios?

- Por dios ¿acaso estás loca? Has estado leyendo muchos libros eróticos ¿no? - Oksana dijo.

- Cincuenta sombras de Grey, no es un libro erótico, espera ¿Cómo sabes acerca de eso, Oksana?

Ella pestañeó varias veces en signo de nerviosismo.

- ¡Estuviste leyéndolo!

- ¿Qué? Claro que no.

Esto era demasiado divertido, Oksana y Nastya eran mi diversión diaria.

- No te hagas, el libro lo encontré en tu cuarto, estás leyendo libros eróticos - Nastya la seguía molestando.

Oksana caminó de un lado a otro de manera agonizante.

- No estaba leyéndolo, estaba abierto y por pura curiosidad vi una parte intensa.

- ¡Mentira! Es más fácil que asumas que estuviste leyendo el libro, dime… ¿te gusto? Cristian Grey es maravilloso ¿verdad?

- Por dios, él golpea a la chica.

- ¿Ves? Te dije que ella lo había leído.

- No, no, ya no discutiré esto contigo - Oksana dijo dándose la vuelta, causando en nosotras una risa.

- Creo que se lo enviaré a Lenin.

- A él le gustaría - Dije riendo.

- Por supuesto que le gustará ¿no quieres enviarle uno a Yulia?

- Ella no lo necesita.

- Me lo imagino, después de como llegaste la última vez a casa, me queda claro.

- ¿Lena?

Miré hacia la puerta y me encontré con Irina.

- Hola Irina, mira ellas son mis mejores amigas, Nastya y Oksana - Dije señalando a cada una.

- Gusto en conocerlas, chicas - Irina dijo amablemente.

- ¿Necesitabas algo, Irina?

- Sólo vine a preguntarte si sabes que paso con Yulia, está bufando y tiene un contagioso mal humor.

- Digamos que la reunión no salió muy bien.

- ¿Qué pasó?

- Vinieron a proponerle el comprar Industrias Volkov.

- Oh por dios, Yulia tiene el temperamento de mi padre, él también se molestó demasiado cuando le propusieron lo mismo.

- Me lo imagino, a Yulia no le gustó para nada.

- ¿Quién vino con esa propuesta, Elena? - Nastya pregunóo sentándose al lado de Oksana para darle el asiento a Irina.

- Industrias MD.

- Ahora lo entiendo, es competencia, fue muy valiente de su parte haber venido con esa propuesta - Nastya refunfuñó.

- Ellos siempre han querido esta compañía - Irina comentó - Pero como sea, dado que ustedes son amigas de Lena, me gustaría invitarlas a mi fiesta de cumpleaños en St. Petersburgo este fin de semana y no acepto un “no” como respuesta.

- No sé, señorita Volkova… - Empezó Oksana.

- Quítale el señorita, por favor, las amigas de Lenita son mis amigas también.

- Las fiestas son siempre bienvenidas - Nastya dijo emocionada.

- No dejes que se la pierdan ¿de acuerdo, Lenita? - Irina dijo levantándose de la silla.

- Déjamelo a mí, no las dejaré hacerlo.

- Bueno chicas, me voy, tengo que ir a invitar a Lenin, ese tonto me matará si no lo invito.

- Mira que maravilloso, Nastya - Dije mirándola, ella instantáneamente se sonrojó.

Irina sonrió maliciosamente.

- ¿Me perdí de algo?

- Nastya y Lenin tienen algo - Dije rápidamente.

- Increíble, los quiero a ambos en mi fiesta, toma otra invitación Oksana para que invites a alguien más, imagino que Lena no necesita una invitación extra - Dijo mirándome directamente.

- ¿Tú crees? - Bromeé.

- Por supuesto, tu extra ya estará ahí y hablando de ella, te está esperando en su oficina.

Irina me guiñó un ojo antes de dejar la oficina.

- Ven a casa con ropa en tu cuerpo.

Me reí cuando escuché el comentario de Nastya y segundos después me dirigí hacia la oficina de Yulia.

[Yulia]

- ¿Me llamó señorita Volkova? - Escuché la dulce voz de Lena desde la puerta.

Tomé otro sorbo de mi whiskey y asentí.

- Si, venga y cierra la puerta con seguro, señorita Katina.

Lena me miró durante unos segundos procesando mi orden, pero después obedeció. Entró a la oficina y cerró la puerta.

- Tome asiento, tenemos que hablar.

Se sentó rápidamente en la silla delante de mí, mirándome con curiosidad, no me lo tomé rápido, me terminé mi vaso de whiskey y después comencé.

- Creo que sabe de lo que vamos a hablar ¿no?

Tomó un suspiro y cruzando las piernas que estaban tapadas por esos pantalones formales.

- No exactamente.

Sonreí, sintiendo mi cuerpo vibrar de enfado.

- Seré directa con usted, señorita Katina ¿Qué tiene con Dostoievski?

Ella frunció el ceño en confusión.

- No tengo nada con ella.

- ¿Desde cuándo la conoce?

- ¿Por qué tantas preguntas?

- Sólo responda.

Lena se puso de pie.

- No veo la necesidad de hacerlo - Dijo desafiantemente.

Me levanté y caminé hacia ella, dejando nuestros cuerpos a centímetros, pude sentir su cuerpo tensarse sin siquiera haberla tocado.

- Respóndeme - Dije mirando fijamente sus ojos.

- La conozco desde hace tiempo, sé que estás enfadada con la propuesta que te hizo, pero…

- No es exactamente con la propuesta por lo que estoy enfadada - La interrumpí.

Ella solo se quedó en silencio.

- Quiero saber que pasó entre ustedes dos, esa maldita te estaba comiendo con la mirada sin ninguna vergüenza - Solté enfadada.

- ¿Estás celosa, Yulia? - Preguntó con una sonrisa, intentando retroceder.

Tomé su brazo y la acerqué de nuevo a mí.

- No me provoques Katina, sólo respóndeme.

La mirada de Lena bajó desde mis ojos hasta mi mano que la sujetaba.

- ¿De verdad quieres saber?

Me quedé en silencio, dejándola encontrar la respuesta en mi furiosa mirada.

- Miroslava fue mi primera novia, Yulia ¿feliz?

Entrecerré mis ojos procesando la información que me había dejado completamente sorprendida. Confieso que sentí una sensación de incomodidad al imaginarlas juntas. Controlé mi enfado en ese instante, ya que no tenía que enfadarme con ella, todo lo que la mujer hizo antes de mí no era mi problema, pero desde ahora lo sería.

- Me estás jodiendo ¿no?

- No, salimos durante el instituto, pero nada serio.

- ¿Perdón? - Dije la forma más sorprendida que pude.

- Exactamente lo que has escuchado, Miroslava fue mi primera novia, aunque la verdad no sé si se puede llamar así, sólo éramos curiosas - Dijo cínicamente.

- ¿Por qué nunca me dijiste que saliste con Miroslava?

- No vi una razón para eso, son cosas del pasado que no tiene importancia.

Negué con la cabeza en señal de frustración.

- Cosas del pasado que ahora salen a la luz, a ella pareció gustarle mucho el volver a verte ¿sabe de tu doble vida? - Solté con sarcasmo.

- Algo así, hace tiempo nos vimos y acabamos recordando viejos tiempos, le conté como iba todo, pero eso fue hace un par de años.

- ¡No te quiero cerca de esa mujer!

- Me pones con esos celos ¿sabes? - La mujer bromeó.

Resoplé.

- No estoy celosa.

Lena sonrió, mordiéndose el labio.

- ¿No? ¿Ni siquiera un poco?

- No, sólo no me gusta esa mujer, es una arrogante, prepotente y cínica.

- Venga, han pasado años desde que no veo a esa niña, que ha dejado de ser una niña desde hace ya bastante tiempo - Dijo con la misma admiración que observé durante el día

- Veo que te has fijado en la “niña” muy bien - Si quería cinismo lo tendría.

- Si, me fijé mucho ¿Miroslava luce muy bien, no crees? Se pone más guapa cada vez - Dijo muy cerca de mis labios.

- Si ella es tan guapa como dices ¿Por qué no te vas con ella? - Dije seria.

- ¿Quieres que me vaya? - Preguntó fingiendo inocencia.

Miré profundamente a través de sus ardientes ojos verdes, sintiendo un ligero temblor por todo mi cuerpo. Lena tenía un indescriptible poder sobre mí, que con unas palabras y acciones activaba todos mis sentidos e instintos, al punto de hacerme perder el control.

- No, te quiero desnuda encima de mi escritorio, ahora.

La cogí de la cintura con mi mano libre y junté nuestros cuerpos, quité mi mano de su brazo para tomar su cabello rojo y sedoso.

- ¿Por qué tengo la sensación de que estar cerca de este escritorio te hace más traviesa?

Sus palabras salieron descaradas desde sus tiernos y mojados labios, nuestras respiraciones se mezclaban y me sentía atraída a esa mujer de una manera inimaginable.

- Porque en este escritorio puedo hacer lo que me de la gana contigo - Le hice la cabeza hacia atrás para dejar su cuello completamente expuesto.

Empecé a distribuir besos mojados y pequeños mordisco en el área hasta subir a su oreja.

- Dentro de aquí, soy señorita Volkova, su jefa, así que tráteme como tal y haga lo que le ordene ¿entendido, señorita Katina? - Terminé con un pequeño mordisco en el lóbulo de su oreja, haciéndola jadear - Quítate la blusa.

- Si, señorita Volkova… - Dijo en medio de una respiración, poniendo sus manos en el borde de su blusa para sacársela.

Guié a Lena hasta sentir como sus piernas chocaban contra el escritorio, moví mis manos desde su cintura hasta sus muslos para sentarla en el escritorio. Mi lengua se movió audazmente en su punto de pulso, haciéndola soltar gemidos bajos.

- No tienes idea de lo maravillosa que te vez gimiendo para mí.

Paré los besos sólo para ver a Lena de esa forma tan sexy.

- Mi deseo es hacerla gemir toda la noche justo aquí en este escritorio…

Podía sentir a Lena rendirse lentamente, mientras que sus manos desabrochaban mis botones, dejando a la vista mi sujetador negro.

- Deseo hacerte mía tantas veces como sea posible para que entiendas de una vez quien es la jefa aquí.

Al instante, Lena puso sus manos en mis hombros parándome inmediatamente.

- Oh, qué pena, tendremos que dejarlo para otro día - Dijo saliendo de mis brazos y bajándose del escritorio.

- ¿Qué? ¿Qué estás haciendo, Lena? - Pregunté confundida y excitada.

- Señorita Katina para usted, así que tráteme como tal - Dijo arrogantemente, sabía que quien estaba hablando en ese momento era Ginger Apple.

- Muy bien, señorita Katina ¿Puedo saber a dónde va?

- Si, señorita Volkova, creo que no hemos terminado nada de lo que iniciamos y no será aquí donde lo terminemos.

Se acercaba a mi mientras decía esas palabras, se paró frente a mí y pasó sus manos por encima de mi blusa completamente abierta y arrugada, cerró los botones mientras me miraba cínicamente.

- ¿Y ahí lo terminaremos? - Susurré.

- Así es, en el mismo lugar donde lo empezamos - Cinismo, puro cinismo era lo que demostraba.

- Que… - Iba a terminar, pero ella me interrumpió.

- Hoy es el día de Ginger Apple.

La maldita lo dijo y me guiñó el ojo, estaba siendo demasiado atrevida.

Se estaba yendo, cuando la tomé del brazo nuevamente.

- ¿Y piensas que te permito que vuelvas a ese lugar?

- Oh, Yulia… no tengo que tener tu permiso - Sacó su brazo con fuerza.

- Si tienes que tenerlo, sabes que sin mí, ese lugar no es lo mismo, así que me niego a dejarte ir.

Vi fuego en sus ojos y no era uno bueno.

- Presta atención Yulia, no necesito ni de ti ni de nadie, si no quieres ir, está bien, tengo mucha gente que mataría por estar en tu lugar, puedo encontrar fácilmente a alguien que aprecie lo que tu estás rechazando - Sabía que se estaba refiriendo a Miroslava, ella dijo cada palabra de manera firme y enfadada - Así que voy a ir y se acabó, tú no eres mi dueña, en Imperium, yo soy la jefa, si aquí tu mandas, allá no eres nadie.

- Lena…

Ni siquiera me prestó atención, simplemente salió sin mirar atrás, dejándome completamente sola.

- Pero qué carajo… - Dije pensando en todo lo que acababa de ocurrir.

Me apoyé en el escritorio, soltando un suspiro profundo, pidiendo a mi cuerpo volver a la normalidad, no sabía exactamente lo que estaba sintiendo, era una mezcla de enfado, celos, amor y excitación, todo me estaba volviendo loca. Las imágenes de Miroslava abrazando a Lena se formaron en mi cabeza cada vez más fuerte, pensar que en cualquier momento podría perder a esa mujer me mataba, pero no perdería, si hay algo a lo que estaba acostumbrada era a ganar.


[Lena]

Dejé el edificio queriendo matar a Yulia ¿Por qué demonios ella tenía que ser tan complicada? Por supuesto que Ginger Apple no bailaría hoy, pero necesitaba hablar con Mila y no pude evitar provocarla.

Me detuve en l acera para tomar un taxi que se acercaba.

- A Imperium - Eso fue todo lo que dije y fue suficiente para que el hombre entendiera a donde quería ir.
Intenté no pensar en Yulia y en su ausencia esta noche, esa maldita mujer me las pagaría si no aparecía esta noche ¿se resistiría a Ginger Apple?

No tomó mucho, cuando el taxista ya estaba estacionado frente a Imperium.

- Gracias - Dije entregándole el dinero.

Salí del auto y un fuerte viento llego a mí, parecía que iba a llover, maldita sea…

Me dirigí a la puerta trasera y toqué, segundo después el guardia abrió.

- Señorita Ginger Apple ¿Baila hoy? - El hombre musculoso preguntó amablemente.

- No, Mark, vine para hablar con Mila - Asintió y me dejó entrar.

Caminé por los vestidores, dirigiéndome a las escaleras que daban a la oficina de Mila, me detuve frente a la puerta, pero ¿Por qué no podía entrar? Decidí ignorar mis presentimientos y toqué la puerta.

- Adelante - La voz de aquella mujer hizo eco en mis oídos.

Abrí la puerta y entré.

- Bueno, bueno, la hija prodigio regresa a casa ¿te cansaste de ser la pequeña mascota de la mujer de negocios? ¿Qué estás haciendo aquí? Hoy no es tu día - Su tono de voz era puro sarcasmo.

- Vamos Mila, para con la implicación.

- ¿Implicación? No entiendo - Se hizo la tonta.

- Está claro que Yulia no te agrada, pero no necesitas seguir hablando así de ella.

- Ginger Apple ¿hay alguna posibilidad de que ella lanzara algún hechizo en ti? ¿O es muy buena en lo que hace? - Podía sentir cierto desagrado en su voz.

- No vine acá para hablar de mi vida personal.

- Desde…

- No he terminado todavía - Dije interrumpiéndola, ella me miró con cierto enojo.

- Continúa…

- Vine para disculparme por lo que pasó, no volverá a suceder.

- Claro que vendrías a disculparte por tu amada, ella me hizo quedar como una idiota frente a Alexander.

- Escucha, vine a disculparme por haberme ido de esa manera, pero no por su actitud, sé bastante bien que exageró, pero tú la provocaste.

- ¿Perdona? ¿Yo la provoqué? Tienes que estar bromeando - Dijo levantándose de su silla y dirigiéndose al pequeño bar.

- Si Mila, sabes muy bien de que estoy hablando ¿Qué querías lograr con tu amigo italiano?

Ella me miró como si hubiera hablado sin sentido, su mirada acusadora casi me hizo retractarme, pero no lo hice.

- Por dios, era sólo un amigo, sólo quería que ustedes dos se conocieran - Tomó un sorbo de su bebida y volvió su atención a su gran ventana.

- Eso no fue lo que pareció - Dije dirigiéndome hasta ella, quedando a un lado.

Nos quedamos unos minutos sólo mirando a las personas que deambulaban alrededor del lugar.

Ella se movió hacia mí y sostuvo mi mano.

- Mira Lena… - Ella era de las pocas personas que sabía mi nombre real de allí - Sabes que esa no fue mi intención, nunca te compararía con una prostituta, no quiero que pienses que estaba vendiéndote, sabes que eres mi gema en este lugar y jamás te haría daño.

Sus ojos me transmitían sinceridad, la misma que la primera vez que nos conocimos.

- Lo se Mila, solo no lo hagas de nuevo, no me siento cómoda con esas situaciones, intenta recordar que ahora estoy comenzando algo con Yulia y ya es muy difícil para ella aceptar que trabajo aquí, no me presentes a nadie, hazlo fácil para mi ¿vale? - Le guiñé un ojo y pronto una sonrisa amplia apareció en sus labios.

- ¿Qué no haría por ti, Ginger Apple? Sólo asegúrate de que ella no te envíe lejos de tu imperio, estaría realmente herida por tu salida, sabes que eres como una hija para mí.

- Ella no haría eso, te lo puedo asegurar, Ginger Apple no dejará su imperio pronto, así que no te preocupes, no puedo ser desagradecida contigo después de todo lo que hiciste por mi - Solté su mano, para tomar el vaso de su mano y beber un poco del contenido.

- Seguro que ella no lo haría - Dijo para sí misma, volviendo su vista hacia la ventana - Muy bien Ginger Apple, podrías darme una buena disculpa bailando esta noche ¿Qué dices?

- Hoy no puedo, Mila.

- ¿Ella vendrá hoy?

- No lo sé.

- Buena suerte - Levantó su vaso en mi dirección.

Dejé su oficina, dirigiéndome hacia mi vestidor, quería tomar la ropa que había olvidado la noche anterior. Entré y cerré la puerta detrás de mí, me miré a mí misma en el espejo y vi a Ginger Apple, si, este era mi imperio, este era mi lugar y Yulia no podía negar esa parte de mí. Hablando de ella ¿vendría? Mi mente rechazaba el dejar de pensar en eso, necesitaba que ella viniera, necesitaba sus toques esta noche.

Decidí esperar en mi camerino, si mis sentidos estaban bien, ella aparecería en el momento en que se diera cuenta que Ginger Apple no bailaría.

[…]

Pasaron 40 minutos y no podía creerlo, ella no había venido ¿Qué pasaba por mi cabeza cuando pensé que vendría? Mis pensamientos fueron interrumpidos por un relámpago.

- Oh vamos, no puedo creer que esté lloviendo, ni siquiera traje algo para protegerme de la maldita lluvia.

Ciertamente estaba en un problema, pero no podía quedarme para siempre aquí, tendría que afrontar la lluvia. Decidí que me iría, cogí mi bolso, dejé la máscara en el tocador y fui hasta la puerta. Mark ya no estaba en la salida, abrí la puerta viendo únicamente la fuerte lluvia, tomé coraje y cerré la puerta detrás de mí, ya no había vuelta atrás, tenía que irme rápido.

Comencé a correr, pero mi cuerpo chocó con una persona que venía desde la dirección opuesta, por suerte no me caí gracias a los brazos que me sostuvieron. Cuando levanté la vista, la vi, ella estaba allí, esperando por mí.

- ¿Qué estás haciendo aquí? - Tragué grueso al verla tan cerca de mí.

- No te dejaría aquí sola, Lena - Dijo protectoramente.

- Gracias por venir.

- ¿No quieres salir de la lluvia? - Preguntó.

Simplemente asentí y me dejé guiar por ella.

Fuimos hasta su auto, me abrió la puerta para que entrara, me acomodé en el asiento del copiloto y esperé a que ella entrara, tan pronto como lo hizo estaba a punto de hablar, pero ella lo hizo primero.

- Quiero saber qué es lo que pretendes lograr con este juego tuyo, Lena… - Dijo quitándose el abrigo.

- Yulia, yo… - No me dejó terminar.

- Imagina mi frustración cuando supe que no bailarías ¿o que simplemente tenía que aparecer por aquí hoy?

- Su parte arrogante y prepotente me causaba escalofríos y ella lo sabía, maldita, me miraba con aquella mirada que indicaba peligro.

Se veía tan sexy, su blusa blanca estaba completamente mojada y transparente, dándome una vista perfecta de sus pechos ajustados por su sostén que moría por quitar, sus pantalones negros estaban ajustados a su cuerpo y su empapado abrigo ya estaba en el asiento trasero.

Quería tener la fuerza suficiente para rechazarla, quería ser capaz de mantenerme alejada de ella, pero no me dejaba otra opción, así que decidí provocarla de la misma manera en la que ella lo hacía.

- Sabía que no te resistirías a venir hoy - Dije quitándome el abrigo y arrojándolo al asiento trasero.

- ¿Lo sabías? - Dijo volviendo su cuerpo hacia mí.

- Si, lo sabía.

- ¿Entonces por qué decidiste provocarme de todas maneras?

- Porque me gusta poner a prueba tus limites - Terminé la frase casi en un susurro, mordiendo mi labio inferior.

La mirada de Yulia aterrizó en mis labios y sabía que ya la tenía atrapada, volví mi cuerpo hacia ella y me acerqué para recorrer su brazo con mi mano, sentí como se estremeció ante mi toque.

- Yul, te necesito… - Lo dije cerca de sus labios y casi tocándolos - No quiero que las cosas terminen mal.

Y casi al instante, sentí sus manos en mi cintura atrayéndome hacia ella, me llevó hasta su regazo para después juntar nuestras frentes.

- Yo no quería enamorarme, no quería necesitar a nadie, de hecho no quería nada, pero entonces apareciste tú y maldita sea, lo quise todo - Susurró contra mis labios, para luego besarme apasionadamente.
Yulia estaba ahí, incluso después de todo, ella fue detrás de Ginger Apple… fue detrás de mí.

- Te amo, Volkova.

- Te amo, Katina.

La lluvia caía afuera y todas las incertidumbres estaban cayendo junto con ella.


Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Fati20 8/19/2020, 9:01 pm

Que placer leerlas juntas 😏
Fati20
Fati20

Mensajes : 1284
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 31
Localización : Venezuela

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/19/2020, 9:46 pm

Este juego que se trad Lena MMM espero no termine quemándose. Aunque Yulia es demasiado prepotente 😡 y arrogante y presumida y y y jajaja. Gracias por el capítulo

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/21/2020, 1:14 pm

Hola chicas, lamento no haber podido subir el capítulo correspondiente al de ayer, por eso, hoy subiré dos... Así que luego estaré posteando el siguiente.

Besos!!

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥

Capítulo 36 (Cumpleaños de Irina)


[Lena]

Me desperté muy tranquila, estar bien con Yulia era de lo mejor, mi estado de ánimo, mi paciencia y mi estado mental estaban tranquilos, no es como si todo estuviera perfecto, pues aun había muchas cosas por resolver, pero por algo se empieza. Me levanté de la cama mientras me estiraba lentamente, intentando apartar la pereza que me atacaba por la mañana. Caminé hacia el baño para tomar una ducha, vestirme y luego encontrarme con Nastya y Oksana caminando como locas por todo el apartamento.

— La mañana comenzó con entusiasmo ¿no? — Dije mientras me servía el desayuno que Oksana había preparado.

— Obviamente, hoy tenemos la fiesta de la hermana de la todopoderoso ¿O lo has olvidado? — Nastya respondió mientras caminaba de un lado a otro con muchas ropas en sus manos.

— ¡Oh por dios! ¡El cumpleaños de Irina! — Abrí mis ojos casi ahogándome con el jugo.

— Veo que se te olvidó — Oksana dijo riendo.

— Por supuesto que se le olvidó, estaba en las nubes pensando en Yulia — Nastya comentó.

— Eso no es cierto, Nobokova — Me quejé.

Nastya rió.

— Elena te conozco como la palma de mi mano y se cuándo estas siendo una idiota por alguien y por Volkova eres una idiota nivel maestro — Nastya dijo con una mirada picara.

— Eres tan amorosa — Dije sarcásticamente.

Ambas rieron.

— Estoy muy feliz, siento que las cosas con Yulia están empezando a prosperar — Comenté felizmente.

— Que dios te oiga, Elena.

— Amén — Bromeó Nastya.

— ¿Y no harás maletas? — Nastya me miró confundida — Irina dijo que tendríamos que llevar más ropa, nos quedaremos todo el fin de semana, sinceramente tu entrada en la familia Volkov nos está viniendo de maravilla.

Entrecerré mis ojos en burla, lo que la hizo reír más.

— Empezaré a empacar, no quiero llegar tarde, después de todo vamos en helicóptero.

Oksana intercambió una mirada rápida con Nastya y en ellas apareció una sonrisa traviesa.

— Lo siento si nuestros novios no tienen un helicóptero privado, pero gracias a tu novia, vamos a disfrutar de esos caprichos.

— Ella no es mi novia.

— Pero lo será pronto.

Rodé los ojos.

Las bromas no tenían fin, a mis mejores amigas les encantaba molestarme y eso no era justo.

— Dejen de ser tan idiotas, me gustaría ir en coche, pero Yulia prácticamente me obligó a ir de la forma que ella quería y eso las incluye a ustedes dos.

— Por supuesto, somos un paquete completo — Dijo Oksana colocando algo de ropa en su maleta.

— Ella quiere que Lena llegue lo más rápido posible para estar con ella — Nastya dijo riendo.

— Yulia es muy reservada, así que realmente me siento bien de estar con ella todo el tiempo.

— Lo imagino, ella realmente parece no dejar entrar a muchas personas a su vida — Oksana comentó.

— Si, no lo hace.

— Pero a pesar de eso parece ser una buena persona — Nastya gritó desde la parte de atrás mientras caminaba hacia nosotras con dos vestidos en la mano.

— Ella es maravillosa chicas, me está ayudando con la custodia de Any, incluso la notificación ya le llegó a mi madre.

— ¿De verdad?

Asentí con una sonrisa.

— Eso es increíble, siempre quisiste que Anya viviera contigo — Oksana dijo abrazándome.

— Yulia es buena para ti, me agrada — Nastya dijo con un tono de protección.

Nastya siempre se aseguró de darme consejos y al ver que ella había aceptado a Yulia fue de gran alivio.

— Espero que obtengas la custodia de Any.

— Yo también Oksana, no va ser fácil, Inessa fue muy clara en que no va a dejarme el camino fácil.

— Ella no puede hacer nada si la justicia decide darte la custodia.

— Pero ella va a jugar sucio con tal de que no obtenga la custodia.

— No lo dudo, después de todo, estamos hablando de Inessa.

— No quiero pensar en eso ahora, me iré a empacar.

— Ve antes de que tu amada llame a alguien más — Nastya bromeó.

— Yulia sólo me quiere a mi Nastya, de eso ya no hay ninguna duda.

[Yulia]

8:45 — St. Petersburgo

Ya estaba casi lista para la fiesta, Irina me había pedido que fuera con el mejor traje, ella estaba en pura euforia por su cumpleaños que seguramente sería una de las fiestas más grades que hayamos tenido, había invitado a un billón de personas para presenciar su fiesta que tenía como tema “baile de máscaras”.

Sonreí mientras terminaba de maquillarme, desde mi habitación podía escuchar la música que venía desde el jardín, mi hermana decidió hacer la fiesta en la casa, todo había quedado hermoso y elegante, mientras que Irina pasó toda la tarde trabando duro, yo simplemente disfruté el día junto a mi padre, él también estaba muy emocionado por la fiesta, pero aún más emocionado por verme ahí. Fue difícil para ambos el estar lejos el uno del otro, pero para mi salud mental lo necesitaba, necesitaba esa distancia, porque su situación empeoraba con el tiempo y no era esa imagen la que quería tener de mi papá, sus fallos de memoria eran cada vez más intensos con cada que pasaba el tiempo y yo todavía no había aprendido a vivir con ello.

Sacudí la cabeza abriendo los ojos, ya estaba lista y retrasada, los invitados estaban llegando y sólo podía pensar en una invitada… Lena. Habíamos pasado la mañana sin intercambiar una sola palabra, después de lo de anoche, nos quedamos un par de horas dentro del coche intercambiando besos y caricias, en contra de mi deseo, por supuesto, yo quería mucho más de la sexy mujer, pero ella me regañó diciendo que no era el lugar adecuado, como si no hubiéramos tenido sexo dentro del coche antes, pero a fin de cuentas estaba feliz, feliz porque las cosas con Lena estaban toman su curso correcto, fue muy difícil para mí, pero decidí que iba a aceptar todo de ella, era eso o tendría que dejarla ir y estar sin ella no estaba en mis planes.
Agarré la máscara negra para ponerla en mi cara, ahora sí, estaba completamente lista.

Sonreí ante mi imagen frente al espejo y modestamente me veía muy atractiva, salí de la habitación caminando hacia el jardín, cuando llegué inmediatamente un camarero se acercó a mi ofreciéndome una copa de los cocteles que Irina había elegido.

— Dios no regresó, pero envió un hermoso regalo para los mortales ¿verdad, Volkova? —Escuché la voz de Katya detrás de mí y me giré para mirarla — ¿A quién estás tratando de matar? — Preguntó con una sonrisa pícara.

Le sonreí a la mujer que también se veía hermosa, Katya llevaba un vestido azul marino amoldado a su cuerpo, junto con una máscara del mismo color.

— A nadie Zotova, pero tú pareces que quieres conquistar a alguien.

— Dah, la fiesta es enorme y ya me di cuenta que están lloviendo mujeres hermosas ¿no has visto?

— No, acabo de bajar, Katya… ¿has visto a mis padres?

— Si, estaba hablando con el tío Oleg, está muy elegante con su traje y corbata, pero creo que alguien se olvidó de decirle que usara una máscara.

— No quería usar una, dijo que le molestaba.

Katya rió, mientras que agarraba el vaso de mi mano, para tomar de él.

— Irina está muy entusiasmada con la fiesta — Comenté alegremente.

— Si, de hecho está bailando muy animadamente con sus amigos, mira.

Sonreí al ver a mi hermana en medio de la pista de baile, bailando con todos sus amigos, la decoración de Irina era simplemente maravillosa, poseía varios ambientes para el deleite de todos.

— Ustedes realmente saben cómo organizar fiestas.

— Siempre lo hemos sabido, Kat.

— Extraño tus fiestas, Yul.

— Ya pasé esa fase y lo sabes.

— ¡Hija! — Escuché la voz de mi papá acercándose.

Miré al hombre que estaba muy elegante con su traje y corbata.

— Woow… Papá ¿estás tratando de conquistar a alguien?

Él sonrió alegremente.

— No digas eso, si tu madre te escucha me rompe el cuello.

— Mujeres, siempre somos tan celosas — Comentó Katya.

— Si, ustedes me entienden ¿no?

— Por supuesto — Katya y yo dijimos al mismo tiempo, riendo de como entendíamos a las mujeres perfectamente.

— ¿Y dónde está Iván?

— Dijo que estaba por llegar, fue a recoger a su novia.

— Espero que no se inicie ningún problema aquí…

— Últimamente es mucho más prudente, Yul — Mi papá dijo con calma — Por cierto, vi a tu prometida aquí.

— ¿A mí qué? — Pregunté confundida.

— A tu prometida, a Tasha.

— Papá, ella ya no es mi prometida y por cierto ¿quién la invitó? — Pregunté irritada.

— Yo, me la encontré el otro día y ella me dijo que todavía era tu prometida.

Negué con la cabeza, respirando profundamente para no responder mal, sabía que la situación de mi padre no era una de las mejores y pelear con él por eso no estaba en mis planes.

— Está bien papá, pero ella y yo ya no somos nada.

— Ah, ya recuerdo, tu mujer es Lena, que por cierto ¿Dónde está?

— Debe estar por llegar, Irina la invitó a ella y a sus amigas, llegarán en cualquier momento.

— ¿Le agrada la nueva novia de su hija? — Katya preguntó.

— Katya… — La regañé.

— Claro, me encanta, Lena es realmente una mujer maravillosa, ahora si me disculpan, me retiro — Dijo caminando hacia el grupo de hombres que lo llamaban.

— ¿De qué están hablando? — Tasha preguntó uniéndose a nosotras.

— Estábamos hablando de mi mujer, Lena.

La mujer que tenía una hermosa sonrisa, se deshizo de ella rápidamente.

— Me entristece ver el nivel en el que te encuentras, Volkova.

— He llegado al nivel de maestría, encontré a una mujer con cualidades increíbles y no es fácil de encontrar a alguien así — Dije orgullosamente.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Katya preguntó con rabia.

— No es de tu asunto, Zotova.

— Por supuesto que es mi asunto, no eres bienvenida aquí ¿Qué pasó? ¿No hay comida en casa y viniste a llenar el estómago aquí?

Aguanté la risa ante su comentario, Katya siempre tan cariñosa con mis ex novias.

— ¿Cómo puedes ser tan vulgar? — Preguntó Tasha enojada.

— ¿Y tú como puedes ser tan falsa?

— Déjala, Kat — Dije sosteniendo su brazo.

— Fui invitada por Oleg ¿vale?

— Te aprovechaste de él, pero no me sorprende.

Conté hasta cien para calmarme, no quería peleas en la fiesta de Irina, ella se había tomado demasiado tiempo planeando esta fiesta como para arruinarla con una pelea innecesaria.

— ¿Tu noviecita no vendrá? Ella tiene que perder mucho tiempo tratando de verse bien, el aroma a puta debe tomar mucho tiempo para salir de su cuerpo o probablemente esté con algún cliente ¿no?

Cerré los puños tratando de controlar la necesidad de saltar sobre aquella mujer y darle lo que se merecía, pero mis ojos se posaron rápidamente en alguien que acababa de entrar. En esa fracción de segundos todas las maldiciones y malas palabras que salieron de la boca de la mujer frente a mí se volvieron insignificantes, sólo podía pensar en cómo Lena se veía increíblemente maravillosa, había llegado con una sonrisa hermosa al lado de sus amigas y acompañantes.

En su rostro llevaba una máscara negra, se veía jodidamente atractiva, estaba completamente fascinada, hechizada o lo que sea que me estaba pasando, pero no podía apartar los ojos de la hermosa mujer que acababa de llegar.

— Lena vino a poner fin a tu vida, Volkova — Katya hablo dándome tres golpecitos en el hombro, ignorando por completo la presencia de Tasha.

— Ya la terminó hace mucho tiempo, Kat — Dije aun embobada.

— ¿Qué te hizo esa mujer, Yulia? — Tasha preguntó con rabia.

— Me hizo feliz, algo que ninguna otra mujer hizo.

— Y apuesto a que ella es muy buena en la cama, también.

Solté una risa ante lo que Katya había dicho, antes de dejarlas atrás.

Caminé hacia Lena que aún no se había dado cuenta de mi presencia, ella estaba hablando con mis padres e Irina. Me quedé a una distancia prudente hasta que ella aterrizó su mirada en mí, sonrió ampliamente antes de susurrarle algo a Irina que sólo asintió para después dirigirse a mí.

No sé si el cóctel que había tomado ya estaba haciendo efecto en mí, pero pude ver claramente, aun desde lejos, cada maravilloso detalle de Lena, dios mío, se veía increíble. Di unos pasos hacia ella quien se detuvo a pocos centímetros de mí con esa sonrisa que me encantaba.

— Te ves… — Las palabras murieron en mis labios.

— ¿Me veo?

— Increíblemente hermosa.

— También se ve increíble, señorita Volkova, la máscara le queda muy bien.

— ¿Eso crees?

Ella asintió.

Podía ver a través de la máscara sus ojos verdes tornarse misteriosos, todo lo que daba vueltas alrededor de mis pensamientos era la parte más audaz de esta mujer.

— Si, incluso pareces otra persona.

Sonreí.

— Y lo soy, mi nombre es Olegovna ¿Y el suyo, señorita?

— Soy Ginger Apple, un placer.

— Podría jurar que la conozco de algún lado.

— ¿Quién sabe, tal vez ya me ha visto?

Dejamos escapar una risa.

— Te ves increíblemente sexy — Dije tomándola de la cintura.

— Yulia…

— Shh… Es Olegovna.

Lena sonrió y sacudió la cabeza negativamente.

— Tus padres están cerca, Olegovna.

— Lo sé, pero tengo un gran deseo de besarte.

— ¿Sólo besarme? — Preguntó mordiéndose el labio en forma de burla.

— No hagas eso, no te burles de mí de esa manera.

— No estoy haciendo nada, ven conmigo, unámonos a los demás.

— Sí, creo que será lo mejor.

Lena se dio la vuelta caminado por delante de mí dándome una vista maravillosa, su vestido dejaba al descubierto su espalda y también resaltaba su delicioso trasero.

— Si supieras como te estoy imaginando en este momento, habrías elegido otro vestido.

— Lo elegí sólo para que pensaras esas cosas, Volkova — Dijo guiñándome el ojo.

¡Maldita!

Me encantaban las burlas de esta mujer, ella me dejaba rendida sin siquiera darse cuenta, al parecer la noche sería muy larga.

[…]

La fiesta de Irina estaba siendo un éxito, todo iba según lo planeado, el jardín estaba prácticamente lleno de gente de todo tipo, la música hacía que los invitados bailaran con entusiasmo e Irina en cada instante sacaba a Lena a bailar junto con sus amigos, lo que no me importaba, ver bailar a Lena era un placer para mí, mientras ella se divertía con mi hermana, yo preferí quedarme conversando con Katya, Lenin y las amigas de Lena.

— Estos cócteles son increíbles — Katya dijo para terminar de beber lo que quedaba del trago.

— Tómatelo con calma que ya vas por la quinta — Le comenté.

— Los cócteles contienen una gran cantidad de alcohol, señorita Zotova — Oksana dijo con calma.

— Debes probarlos y ver lo buenos que son.

— No, yo no bebo — La chica dijo con una breve sonrisa.

— Deberías, vamos, prueba uno.

— Kat, Oksana no bebe — Intenté ayudar a la chica, pero fue inútil.

— Beberá esta noche… ¡Ayúdame, Nastya!

Nastya se acercó al darse cuenta de lo que estaba pasando y en lugar de ayudar a su amiga, se puso a lado de Katya.

— Bebe un poco Oksana, venga.

— ¡No, chicas!

— ¡Venga! Sólo un poco.

Sonreí viendo la situación, Oksana prácticamente estaba siendo acorralada por las dos mujeres.

— ¿Divirtiéndose?

Todos los vellos de mi cuerpo se erizaron cuando sentí el cálido aliento de Lena en mi cuello. Me giré, encontrándome con la mujer que tenía una sonrisa atrevida.

— Si y veo que tú también ¿no?

Asintió, tomando un sorbo de su bebida, para después deslizar su lengua muy despacio sobre sus carnosos labios, todavía se veía maravillosa a pesar de la noche movida.

— Mucho, estaba bailando con Irina y sus amigos.

— La estaba viendo, señorita Katina y creo que es hora de calmarse con esto — Dije seriamente, agarrando el vaso de su mano.

— ¿Vas a estar controlándome, Volkova?

El alcohol debe estar corriendo fuerte en el torrente sanguíneo de la mujer, sus instintos más audaces comenzaban a salir.

— Si tengo que hacerlo, lo haré, así que deja de bailar con las chicas.

— ¿Estás celosa?

Miré a ambos lados, dándome cuenta que estábamos más lejos de las demás personas.

— ¿Crees que realmente estoy celosa de esas niñas? — Susurré cada palabra en su oído.

— Ciertamente no.

— Bien, entonces, quiero que deje de beber, que ya está un poco alterada.

— Deja de controlarme, mira, incluso Oksana está bebiendo.

Miré hacia la mesa viendo como Oksana bebía un cóctel mientras Katya y Nastya celebraban a su alrededor.

— Están llevando a tu amiga por el mal camino, señorita Katina.

Ella sonrió viendo la situación, pero pronto me miró.

— ¿Qué pasa?

— Llévame también.

— ¿Qué? — Pregunté acercándome más a ella, para escucharla mejor.

Lena se acercó lentamente y susurró en mi oído.

— Llévame también por el mal camino, Volkova.

Juro que sus palabras salieron con una connotación sexual tan grande que podría excitarme sólo con escucharlas, Lena estaba visiblemente alterada por la bebida y eso sólo estaba liberando su lado más salvaje.

— Lena, no me provoques delante de todos.

Nos miramos por un largo tiempo sin apartar la mirada, estábamos en una intensa batalla sobre quien tomaría el control de la situación.

— Elena, vamos a bailar — Nastya le gritó.

— Ya voy — Le dijo a Nastya quien corrió a la pista de baile con los demás — Si quieres, ven a bailar conmigo — Dijo antes de alejarse.

La canción era “Secrets” de The weeknd ft. Jt. Hi, pero no tenía tiempo para eso. Me senté en una de las cómodas sillas, tomando un poco de whisky, lo necesitaba para no perder la razón ante la visión de la mujer que estaba bailando delante de mí. Era increíble como Lena tenía la facilidad de dejarse llevar por la sensual música que estaba sonando, en ese momento, nítidas imágenes de Ginger Apple se hicieron presentes, la máscara en su cara hacia todo más real, mucho más intenso, había entrado a su juego de seducción sin siquiera darme cuenta. Movía su cuerpo de forma sensual para mí, ella obviamente sabía los límites a los que podía llegar, pero lo poco que me daba era suficiente para dejarme fuera de órbita… ¡Maldita! Se giró hacia mí, encantándome con una sonrisa, sin detener su baile, la forma tan descarada en que estaba provocándome solo me hacía desearla más, mi deseo en ese instante era de llevarla a otro lado y hacerla mía, pero la razón ganó, era la fiesta de Irina y no lo haría.

Sus manos recorrieron su cuerpo, mientras se movía de forma sexy, haciendo que mi cuerpo se calentara, no sabía si el clima estaba caliente o eran simplemente los efectos de Lena, tomé el último sorbo de whisky y me levanté, caminando hacia ella. Lena, al contrario de todos, estaba en la zona más oscura y alejada, prueba concreta de que estaba concentrada en provocarme.

Me acerqué a la mujer que estaba bailando de espaldas a mí y pegué mi cuerpo al suyo, el cual enderezo al instante que me sintió detrás de ella.

— Eres una provocadora, Ginger Apple — Susurré en su oído.

Ella no dijo nada, sólo comenzó a rozar su cuerpo con el mío de manera sensual, cerré los ojos sintiéndola moverse contra mí.

— Espero que sepas lo que me estás haciendo.

— Lo sé muy bien, Volkova.

Se dio la vuelta para encararme, me miró a los ojos sin piedad ni misericordia, estaba perdida, jodidamente perdida. Lena bailaba tan pegada a mí, prácticamente forzándome a bailar con ella, mis manos se posaron en su cintura de manera posesiva, estaba en algún tipo de aura de lujuria, como si estuviera hipnotizada por la mujer que se movía contra mí, ya nada ni nadie me importaba, sólo ella. Se giró quedando de espaldas a mí nuevamente, llevé su mano a mi nuca para besar su cuello y así lo hice, lo besé lentamente, deslizando mis labios en su cuello hasta el lóbulo de su oreja donde di un pequeño mordisco.

— Me estás volviendo loca, Katina.

Sonrió sin detener su baile, su trasero se frotaba contra mi sin la menor vergüenza, por suerte o intencionalmente estábamos lo bastante lejos de todos en la fiesta.

— Estoy caliente — Susurró con los ojos cerrados.

— Yo igual.

Se liberó de mis brazos y sonrió abiertamente.

— Ven conmigo…

No dije nada sólo seguí a la mujer que caminaba lejos de mí, probablemente eran las tres de la mañana y ya algunos invitados se habían ido, sólo los más jóvenes seguían en la fiesta.

Lena caminaba cuidadosamente sobre el pasto y yo sólo la seguía.

— ¿A dónde vas, Ginger Apple?

Me miró y me guiñó el ojo.

— Ven, Yulia…

Caminó hacia el área más cercana de la casa que por cierto estaba vacía, entramos en la zona donde se encontraba la piscina, simplemente miré a la mujer que caminaba hacia allí.

— ¿Qué crees que estás haciendo?

Continuó caminando hacia el otro lado de la piscina, nos quedamos una a cada lado y no creí lo que estaba a punto de hacer, sus manos fueron a su cabello para deshacer su coleta dejando caer su sedoso cabello en una hermosa cascada, después las llevó a su máscara para quitársela, dándome una vista completa de su hermoso rostro, a continuación llevó sus manos al cierre de su vestido.

No… no… no…

Bajó lentamente el cierre, dejando que el vestido cayera al piso, dándome una vista completa de su jodidamente caliente cuerpo cubierto sólo por una pequeña lencería y tacones.

— ¡Carajo, no hagas eso! ¡Ponte la ropa! — Dije rápidamente.

Sonrió e hizo una señal de negación con el dedo.

— Lena…

— Ven conmigo, Yulia…

Estaba ebria, no había otra explicación.

Lentamente se quitó el sostén y después bajó sus pequeñas bragas, dios bendito, estaba completamente desnuda delante de mí, juro que sentí todo mi cuerpo temblar sólo por verla así, me maldije al darme cuenta que me estaba perdiendo en sus deliciosas curvas.

— No hagas eso, alguien puede verte, ven aquí…

Lena se mordía el labio de manera traviesa, se quitó los tacones y se acercó a la orilla de la piscina, para después lanzarse completamente desnuda, podría verla nadando de un lado a otro hasta que salió a la superficie, descansando sus brazos en la orilla delante de mí.

— El agua está maravillosa, ven, no me dejes aquí sola.

Su tono de voz era ronco y descarado.

Ella nadó de espaldas dejándome ver sus pechos, mostrándomelos… ¡Hija de perra!

Sacudí la cabeza por mi futura acción, pero era imposible resistirse. Respiré profundamente quitándome los tacones y empezando a quitarme el vestido, ella analizaba cada uno de mis movimientos con una mirada cargada de lujuria y deseo que sólo servía para excitarme más. Una vez desnuda, me acerqué a la orilla, metiendo un dedo del pie al agua, lo que me hizo temblar.

— Te odio — Le dije, a lo cual sólo sonrió.

Y entonces me sumergí, nadando hacia ella, la brisa fría me hizo temblar tan pronto salí a la superficie, pero me encargaría de calentarme. Uní mi cuerpo al de Lena que estaba de espaldas a mí, moví su cabello hacia un lado para depositar un beso en su hombro.

— Debería matarte, Katina — Le susurré.

— Mátame, pero mátame de placer, Yulia.

Sonreí, llevando mis manos a la cintura de Lena para apretarla fuertemente, jadeó y sonrió traviesamente, mis manos acariciaban ligeramente su estómago subiendo hasta sus pechos en los cuales comencé un lento y delicioso masaje, mordió su labio y echando su cabeza hacia atrás cuando tomé uno de sus pezones entre mis dedos.

— Adoro pellizcarlos así, son tan deliciosos — Susurré en su oído, provocando que gimiera suavemente.

La adrenalina de estar completamente desnuda con Lena en la piscina de la casa de mis padres era increíble, el miedo de ser atrapadas me encendía más, bajé una de mis manos hasta su entrepierna y con dos de mis dedos comencé a masajear su clítoris lentamente. Lena arqueó la espalda nuevamente, pero ahora buscando mis labios, no tardé mucho en tomar su boca en un beso intenso, mi lengua se movía con la suya de la manera más traviesa en que deseaba hacerlo entre sus piernas y a ella parecía gustarle lo que estaba haciendo, su cuerpo comenzó a moverse lentamente, forzando un mayor contacto.

— ¿Te gusta esto, Lena? ¿Te gusta cómo me masturbo?

Cerré fuertemente los ojos cuando aumenté la velocidad a la que mis dedos se movían, en ambos lugares, sus pechos y en su centro.

— ¡Oh, sí! Sigue, Yulia…

Las palabras salieron casi gemidas, incrementando mi deseo de cogerla toda la noche, Lena me había provocado toda la noche y ahora tendría su castigo, con delicadeza separé sus húmedos pliegues, sintiendo el abundante liquido entre mis dedos, para después penetrarla.

— Dios, eres maravillosa, tan estrecha.

Ella gimió y entonces comencé a bombear mis dedos dentro y fuera de ella lentamente, mientras que con mi otra mano apretaba fuertemente su pecho, mi cuerpo por mero impulso se frotaba con el de ella cada que la embestía.

— Más rápido, más… — Gimió poniendo las manos en la orilla de la piscina inclinándose hacia delante y en consecuencia presionando su trasero contra mí.

Incrementé el ritmo de las embestidas, haciendo que gimiera cada vez más fuerte, mi cuerpo acompañaba al suyo que se movía cada vez más rápido, estaba volviéndome loca, su trasero se frotaba con mi centro, la brisa fresca ahora era bienvenida porque todo mi cuerpo estaba hirviendo, ni siquiera el agua que estaba fresca, bajaba mi temperatura.

Cerré los ojos mientras la follaba de la forma que tanto pedía entre gemidos.

— ¡Oh dios, Yulia!

Los gemidos de Lena eran los más calientes que alguien podía escuchar, eran roncos y profundos.

Continúe con mis atenciones hasta que sentí mis dedos ser presionados fuertemente, así que continúe bombeando frenéticamente escuchando sus gemidos desesperados, segundos después sentí como su cuerpo comenzaba a calmarse e instantáneamente sentí gotear su esencia. Bajó la cabeza con la respiración entre cortada, con cuidado volteé su cuerpo para encararla, ella envolvió sus piernas alrededor de mi cintura antes de besarnos.

— ¿Ve las locuras que me hace hacer, señorita Katina? — Pregunté mirando sus ojos.

Lentamente sujetó mi cara deslizando su pulgar amorosamente, para después tomar mis labios en un beso lento.

— Quiero más… te quiero toda la noche, Volkova.

[Lena]

Entramos a la habitación de Yulia entre besos desesperados, nuestros cuerpos no se desconectaban ni por un segundo, Yulia cerró la puerta con dificultad para después inmovilizar mi cuerpo contra esta, liberó mis labios y me miró de manera tan intensa que podía sentirme débil, sus ojos eran melancólicos y oscuros de tanto deseo. Lentamente deshizo el nudo de la bata que había tomado cerca de la piscina, dejándome completamente desnuda ante ella, podría sentir su mirada lujuriosa devorándome. Llevé mis manos a su bata para quitarla también, así dejándola de la misma forma, ella llevó una de sus manos a mi cuello mientras que la otra permanecía en mi cintura, jadeé contra sus labios tan pronto sentí como nuestros cuerpos hacían contacto y sin darme tiempo tomó mi boca en un beso salvaje.

— ¿Por qué tenías que hacerme esto, Lena? — Preguntó mirándome con la respiración errática.

— ¿Hacer qué?

— Enamorarme, te odio tanto — Dijo bajando sus manos a mis muslos los cuales levantó, forzándome a encajar mi cuerpo con el de ella.

— Bueno, yo te amo, te amo como no tienes idea, Yulia.

Sonrió y me besó.

Deslizó su lengua sobre la mía con tanta habilidad que podía encenderme con sólo eso, me llevó de su regazo a la enorme cama, recostándome antes de sentir su cuerpo amoldarse al mío.

— También te amo, tal vez siempre lo hice, desde la primera vez.

Sonreí y cerré los ojos sintiendo sus labios húmedos por mi piel, su lengua se movía lentamente por mi cuello haciéndome jadear con deseo.

— Oh, Yulia…

Sus besos subieron al lóbulo de mi oído, en el cual decidió respirar pesadamente, dejándome completamente húmeda.

— Eres mi fin — Susurró en mi oído, para después besarme.

Poco a poco comenzó a descender a mis pechos, me apoyé en mis codos para ver como Yulia movía su lengua habilidosa hasta capturar uno de mis pechos con su boca.

— ¡Oh, sí! — Gemí, cerrando los ojos con fuerzas mientras sentía su lengua envolver mi duro pezón.

Su secuencia de lamidas eran deliciosas, su lengua se movía en perfecta sincronía rodeándome el pezón lentamente ¿sería demasiado pedirle hacer eso más abajo? Apreté con fuerza los ojos cuando su mano comenzó un delicioso masaje en mi otro pecho. El sonido de succión estaba volviéndome loca, llevé mis manos a su cabello mojado, forzándola a hacerlo con más fuerza y así lo hizo, me chupó ávidamente, deslizando su lengua sobre mi sensible y duro pezón.

— Ahora chupa lentamente — Le susurré.

Sonrió maliciosamente haciendo el mismo trabajo con el otro pecho, dios mío, podría correrme con tan solo eso, mi cuerpo entero era como un volcán a punto de estallar en un orgasmo alucinante.

Como un felino sediento descendió con besos por mi abdomen, mordiendo lentamente algunas áreas hasta quedar frente a mi centro.

— Abra las piernas para mí, señorita Katina y no las cierre hasta que le diga — Dijo arrogantemente.

Sólo asentí, desesperada por sentir su lengua llevarme al cielo o al infierno.

Gemí cuando la sentí besarme en la parte interna de los muslos, la muy maldita me estaba torturando, por puro impulso empujé la cadera hacia delante buscando un mayor contacto, pero Yulia me empujó hacia abajo nuevamente.

— Por favor, no me tortures más y hazlo de una vez…

— ¿Quieres sentir aquí? — Susurró llevando sus dedos a mi centro donde comenzó un leve masaje en mi clítoris.

— Oh, sí, ahí… — Gemí, enterrando las uñas en las sabanas en el momento exacto en el que su lengua colisionó con mi centro.

Por dios, la sensación era indescriptible, apreté las sabanas cuando comenzó a mover su lengua.

— Ah…

Empujé la cadera hacia adelante prácticamente ofreciendo todo lo que tenía, su lengua se movía lentamente en mi clítoris, rodeando el puñado de nervios, llevé una de mis manos a su cabello y mantuve su cabeza en ese lugar.

— No te detengas, chúpame así…

Yulia me succionaba con ganas que en cualquier momento me podría correr, sus labios se movían en mi centro mientras que su lengua se encargaba de hacerme perder la razón con tanto placer. Cerré los ojos escuchando los fuertes ruidos de succión, mi cuerpo entero comenzó a moverse como si tuviera vida propia, llevó una de sus manos a mi pecho el cual masajeó bruscamente acompañando el ritmo de sus violentas succiones, estaba entrando en el proceso de un extasiado orgasmo.

— Aprieta tus pechos — Ordenó y yo obedecí.

Apreté mis pechos fuertemente y con ganas, mientras que su lengua se movía frenéticamente y para mi sorpresa sentí sus dedos invadirme.

— ¡Joder, Yulia!

Arqueé la espalda recibiendo sus embestidas y lamidas en perfecta sincronía.

— ¡Más fuerte! — Prácticamente grité.

Y no me decepcionó, me penetró más fuerte y me succionaba hasta la última gota de mi orgasmo, mi cuerpo se movía con fuerza en la cama hasta que se calmó lentamente.

Yulia se movió hacia mí, sentándose en mi centro mientras sus manos llevaban las mías arriba de mi cabeza. Podía ver las gotas de sudor corriendo por su jodido cuerpo.

— Me corrí con sólo darle placer, pero la quiero chupándome, señorita Katina.

Mordí mis labios y sonreí traviesa haciéndola negar con la cabeza.

— Ven, déjame probarte.

Cuidadosamente se movió hacia mi cara, quedando mi cabeza entre sus piernas, tenía una esencia tan exquisita y femenina.

— Hueles delicioso, Volkova.

Doblé las rodillas donde Yulia se apoyó con una de sus manos y con la otra abrió sus húmedos pliegues, ofreciéndose a mí.

— Chupa — Ordenó sensualmente.

Miré sus ojos profundamente e incliné la cabeza hacia delante, saboreando su delicioso sabor.

— ¡Oh dios, Lena!

Movía mi lengua habilidosamente en su nudo de nervios, ella con dos dedos dejó su sexo más expuesto para que la probara y así lo hice, chupé su hinchado clítoris haciendo que se mecía cuidadosamente sobre mi boca, era increíblemente deliciosa, nunca podría cansarme de ella.

— ¡Joder! Así… — Gimió cuando lamí y mordí justo como ella quería.

Continué chupando su centro vorazmente haciendo que se arqueara de placer, sus manos se movieron a mis pechos, masajeándolos fuertemente y con urgencia, lo cual me puso completamente húmeda, iba a correrme sólo por verla tan satisfecha. Yulia gimió con deseo, con placer y eso estaba dejándome completamente inerte, tal vez el alcohol en mi cuerpo junto con el placer y la situación, sería mi final, estaba determinada a chuparla más y más hasta que sentí su cuerpo moverse más fuerte, estaba teniendo un orgasmo.

— ¡Oh, Oh! — Se apoyó en la cabecera de la cama, dejándome sentir su cuerpo temblar completamente mientras se contraía en mi boca.

Continuó apoyada en la cama con la respiración cortada, se soltó dejando su cuerpo unirse al mío, deslicé mis manos en su espalda sudorosa, después hice a un lado los pequeños mechones que caían sobre su rostro para después jalarla delicadamente y tomar sus labios en un beso lento haciendo que probara su propio sabor.

— Eres tan buena en lo que haces — Dijo cerca de mis labios haciéndome sonreír.

— En verdad, ni siquiera sé cómo explicarte lo que siento cuando estoy contigo.

— Si sirve de consuelo, ni yo sé cómo explicar lo buena que eres para mí.

Nos quedamos en silencio por algunos minutos, sólo mirándonos, era maravilloso como nos conectábamos con la mirada y nos decíamos todo lo que necesitábamos a través de ella.

Lentamente acaricié su rostro, ella descansó su cabeza en mis pechos, respirando profundo, era tan bueno tener su cuerpo pegado al mío después de todo lo que acabábamos de hacer. Sentí su corazón latir frenéticamente hasta calmarse con mis caricias, su respiración poco a poco volvía a la normalidad, tal vez Yulia a diferencia de los demás, despertaba la mejor parte de mí que estuvo dormida por años, con ella un tipo de alivio y paz tomaba posesión de mí, me sentía amada, querida y protegida.

— Ya no sé cómo estar sin ti, Elena — Susurró calmadamente, causándome una sonrisa involuntaria.

— ¿Ah, no? — Pregunté buscando escuchar más de ella.

— No — Dijo levantando su cabeza para mirarme — No sé qué me hiciste, pero simplemente ya no tengo fuerzas para estar sin ti, algo me retiene contigo, como un imán, si tú te mueves, yo me muevo, sé que todo es difícil, pero no quiero estar sin ti, nunca.

Escuchar esas palabras de sus labios y de esa manera, hacían a mi corazón sentirse cálido, en una manera reconfortante, transmitía todo lo bueno que estaba por venir, había esperado que llegara este momento, que admitiera que estaríamos juntas a pesar de todo, Yulia Volkova era mía.

— ¿Te quedas conmigo, Yul?

Ella entrecerró los ojos en mi dirección de forma confundida.

— Estoy contigo, Elena — Dijo sonriendo, levantando su cuerpo para robarme un rápido beso.

— No, no entiendes ¿te quedarías conmigo, salir conmigo?

Permaneció en silencio y después sonrió abiertamente.

— Estás diciéndome que…

— Si Yul ¿Quieres ser mi novia?



Embarassed Embarassed Embarassed
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, katina4ever, RAINBOW.XANDER, Volkatinale92, LENYNK y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/21/2020, 3:14 pm

Puro fuegoooo 😅😅😅

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/21/2020, 5:16 pm

Se viene lo bueno....!!

A leer!!

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014



Capítulo 37 (Novias oficiales)


[Yulia]

— No, no entiendes ¿te quedarías conmigo, salir conmigo?

Lena preguntó con una mirada esperanzada, yo todavía estaba procesando las palabras que habían salido de su boca. Confieso que todo me estaba dando vueltas lentamente, no sé si eran los efectos del alcohol o mi mente me estaba jugando un truco.

— Estás diciéndome que… — Susurré las palabras mirándola de reojo.

Ella formó una pequeña sonrisa tímida, pero preciosa. La penumbra de la noche dejaba su cara parcialmente iluminada, resaltando sus muy bien dibujadas líneas faciales.

— Si Yul ¿Quieres ser mi novia?

Sonreí ampliamente, recibiendo la pregunta por parte de Lena que me había dejado completamente sorprendida.

— ¿En serio?

Lena se sentó, por lo tanto dejándome a mi sentada también, nos miramos la una a la otra por largos segundos.

— Nunca he estado tan seria, sé que tú también lo estás y bastante — Dijo con la mayor calma posible, con sus ojos fijos en los míos mientras que sus dedos me hacían ligeras caricias en mi mano — Estoy segura de lo que siento por ti, te amo Yulia y quiero que estés conmigo, sé de todos tus problemas y dificultades, pero creo que podemos solucionarlos, no sé si tú quieres lo mismo, de hecho estoy nerviosa por estar hablando de esto, pero simplemente necesito esto, necesito ser tuya.

Sonrió tímidamente, haciendo que mi corazón se derritiera, la miré y la vi tan frágil y delicada. Debo confesar que no tenía suficientes palabras para expresar lo que estaba sintiendo en ese momento, amaba a Lena de una manera que nunca me imaginé, en medio de todas las incertidumbres de mi vida, sabía que ese sentimiento era real y sobre todo mutuo.

Lentamente moví mi mano a su mejilla, haciendo que me mirara, sus ojos miraban algo temerosos a mi dirección, pero le sonreí y lentamente acerqué mi rostro al suyo para sellar nuestros labios. En perfecta sincronía sus labios se movían sobre los míos, causando ese sentimiento en mi interior, las famosas mariposas en mi estómago se sentían realmente, estar con Lena siempre era tan intenso y confuso. Lentamente dejé ir los labios de Lena quien en seguida me mostró esa hermosa sonrisa que me volvía loca, estábamos tan cerca que teníamos nuestras frentes pegadas.

— Realmente pensaba que sería yo quien hiciera esta propuesta, señorita Katina, pero usted no cesa de sorprenderme ¿verdad?

Ella sonrió bajando la cabeza tímidamente.

— Pero… Acepto.

Sacudió la cabeza y me miró confusa, probablemente no creyendo mi respuesta, su expresión sería muy cómica si no fuera tan preciosa con cara de confusión.

— Estás diciendo… — Comenzó a decir con una gran sonrisa.

Rápidamente me ocupé de empujarla cuidadosamente contra la cama, quedándome encima de la mujer que rió, aprisioné sus manos por encima de su cabeza justo como ya lo había hecho antes.

— Si, estoy diciendo que quiero ser su novia, señorita Katina, te necesito y quiero en mi vida, cualquier duda que tenías de mí, ya no la tengas, simplemente no puedo estar sin ti.

Por breves segundos nos mantuvimos en silencio, sólo mirándonos, ella se veía hermosa, sus labios estaban entreabiertos dejándome ver su calmada respiración, su cabello desordenado estaba extendido por la cama dándole un aire sexy.

—Te amo.

Las palabras salieron de su boca casi por accidente, como si hubiera estado pensando en voz alta. Sonreí, haciendo ligeras caricias en su mejilla con mi pulgar, lo que la hizo cerrar los ojos.

— También te amo, Elena.

Abrió los ojos y lentamente descendí mi cuerpo, apoyando mi cabeza en la suya, tomando sus delicados labios en un beso intenso, un beso que duró bastante tiempo. Sus manos lentamente fueron a mi espalda, acariciándola de arriba hacia abajo. Desconecté nuestro labios para repartir besos por su cuello terminando con una leve mordida, lo que la hizo clavar sus uñas en mi espalda. Sonreí sobre su piel, sabiendo que todavía quedaban muchas cosas por hacer.

[…]

Moví mi cuerpo un poco en la cama, sintiéndome relajada ¿Cómo no iba a estarlo después de anoche? Sonreí aun con los ojos cerrados, moví mi mano por la sábana hasta topar con el cuerpo de Lena. Abrí mis ojos notando que ella todavía estaba durmiendo, aproveché para hacerle calmadas caricias en su espalda, ella tenía una expresión feliz y serena en su rostro, con las yemas de mis dedos dibujé círculos en su espalda haciendo que se moviera un poco más cerca de mí, era simplemente preciosa, incluso cuando dormía. Recorrí con mis ojos desde su cuello hasta su gran trasero cubierto por la sábana, puede que nunca me canse de admirar la belleza de esta mujer, podría pasarme minutos o incluso horas analizando cada parte de su cuerpo.

Estaba feliz esa mañana, feliz como no lo había estado en años, poco a poco Lena me conquistó, habiendo pasajes de mi misma que no sabía que existían, con su apasionada y atractiva manera de ser, desactivó las bombas del campo de batalla que me atormentaban.

La amaba, si, la amo…

Sonreí recordando la noche anterior, su inesperada propuesta y la fluidez con la que las palabras salieron de su boca, fue todo muy sorpresivo, quería tener suficientes palabras para poder describir como era estar con Lena, pero no existían, nada en este mundo podía explicar el sentimiento.

Salí de mis pensamientos y vi a Lena despierta y ahí me di cuenta de que ya no había vuelta atrás, yo era suya y ella era mía. Utilizó sus codos para elevar su cuerpo de la cama, su cabello todavía cubría su cara desde mi línea de visión, pero la imagen era hermosa.

— ¿Has estado despierta por mucho tiempo? — Susurró mirándome con una sonrisa.

Bajó su cuerpo de nuevo, pero esta vez moviéndose para ponerse de cara a mí.

— No Elena, desperté hace unos minutos.

— ¿Por qué no me despertaste?

— Porque imaginé que estabas cansada.

Sonrió y mordió su labio inferior.

— Realmente lo estoy… ¿sabes qué hora es?

Negué con la cabeza.

— Debe de ser realmente tarde, tenemos que levantarnos — Dijo sentándose rápidamente a la vez qué pasaba sus manos por su cara.

Me incliné hacia delante, sentándome detrás de ella, todavía estábamos desnudas, así que deslicé mis manos por sus hombros.

— No tenemos que levantarnos, nos podemos quedar aquí todo el día.

Agachó la cabeza, pero sabía que estaba sonriendo.

— ¿Acaso has olvidado que estamos en casa de tus padres?

Realmente si lo había olvidado, pero ¿Qué podía hacer? Lena tenía el poder de hacerme desconectar del resto del mundo.

Cerré los ojos y me acerqué aún más a ella colocando un beso en su espalda.

— ¿Y? Habrá un montón de invitados y ni siquiera notarán nuestra ausencia — Dije todavía distribuyendo besos por su espalda.

— No empieces, es difícil parar cuando te pones así.

Se giró para verme y yo sólo sonreí.

— No hace falta que vayamos escaleras abajo, Elena.

— Tenemos, no quiero que tus padres piensen mal de mí, imagínate si me ven llevando la misma ropa de ayer

— Dijo antes de levantarse de la cama con la sábana alrededor de su cuerpo.

— No somos niñas, además ahora eres oficialmente mi novia ¿no?

Ella sonrió mientras agarraba la sábana para evitar que cayera.

— Pero ellos no lo saben.

Asentí, pasando la mirada por todo su cuerpo.

— Quítate la sábana, Lena.

— De ninguna manera, si lo hago no me dejarás salir de aquí.

— Es lo más probable.

Ella negó con la cabeza mientras caminaba hacia el baño, una vez que entró me tiré de nuevo en la cama sonriendo como una idiota.

[Lena]

En contra de los deseos de Yulia, estaba dispuesta a salir de esa habitación sin que nadie me viera. Caminé con pasos apresurados hasta la habitación en donde me estaba quedando, la cual estaba vacía, Oksana y Nastya seguramente ya habían bajado.

Tomé una larga y cálida ducha, dándome así tiempo para recordar los eventos que pasaron la noche anterior, todo iba perfectamente bien ¿acaso esto era real? Cerré los ojos recreando la perfecta imagen de Yulia diciendo “si” a mi propuesta, no sé de donde había sacado tanto coraje para pedirle a Yulia Volkova que fuera mi novia, dio míos, su expresión sorprendida fue inconfundible, pero para mi sorpresa y alegría, ella aceptó, ella era oficialmente mía.

Salí de la ducha y me sequé rápidamente mientras buscaba algunas prendas, no me llevó mucho el terminar de vestirme y descender hasta la primera planta, pude oír las risas proviniendo de la mesa de afuera, así que caminé lentamente viendo la gran mesa con el tan apetecible desayuno.

— ¡Por fin, Lenita! — Irina dijo sonriendo.

— Únase a nosotros, señorita Katina — Oleg dijo animadamente señalando la silla al lado de Irina y enfrente de Yulia.

Me acerqué lentamente un poco avergonzada.

— No quiero interrumpir señor, pero ¿Dónde están las demás? — Pregunté tímidamente.

— Ellas fueron a dar un paseo al lago, Katya despertó a todo mundo muy temprano.

— Típico de Zotova.

— Pero siéntate de todos modos, desayuna con nosotros.

Asentí y me senté.

Miré a Yulia a los ojos los cuales me miraban fijamente desde el otro lado de la mesa con una leve sonrisa.

— No te vi irte de la fiesta ayer, Yul — Oleg habló bebiendo de su jugo.

Bajé la cabeza, tratando de no mirar a nadie, Irina dejó salir una risa como si supiera lo que había pasado.

— Me fui con la señorita Katina.

Miré a la mujer con mis ojos completamente abiertos ¿Cómo podría tener tal coraje?

— Pues se perdieron el final de la fiesta, muchas cosas pasaron de las que no tienen idea — Irina dijo riendo.

— Puedo decir lo mismo — Yulia dijo sonriendo.

Nos quedamos todos en silencio hasta que Oleg rió.

— La fiesta fue sensacional, chicas… ¡Bailé un montón!

— Lo vi, papá — Irina se quejó y Yulia rió.

— Irina estaba avergonzada cuando empecé a bailar — Oleg dijo mientras se limpiaba la boca con una servilleta.

— ¡Por supuesto! ¡Te pusiste a bailar en medio de todo mundo!

— ¿Y en dónde se supone que iba a bailar?

— Ni modo hermanita, tu turno llegó — Yulia se mofó.

— ¡Él no hizo eso en tus fiestas!

— Claro que no, él lo hizo mucho peor.

Oleg y Larissa rieron fuertemente.

— ¡Aún peor! Tu padre incluso quería cantar en las fiestas de Yulia — Larissa dijo riendo.

— Suficiente chicas, en un corto periodo de tiempo me prohibirán ir a sus fiestas ¿puede creerlo señorita Katina? ¿No cree que soy genial en las fiestas?

Le sonreí.

— Creo en ello, señor.

— ¿Ven? Lena está de mi lado.

— Es porque tú nunca has bailado en ninguna de sus fiestas — Irina murmuró.

Continuamos hablando mientras desayunábamos, Oleg tuvo una gran cualidad como siempre para su estado de buen humor, una que otra vez notamos algunos lapsos de memoria de su parte, pero nada fuera de lo normal, Yulia estaba comenzando a acostumbrarse a ello, lo cual me hacía feliz, ver que ella estaba venciendo la enfermedad de su padre o mejor dicho, aprendiendo a vivir con ello, era muy bueno. Él estuvo todo el tiempo contándonos historias de cuando Yulia era una niña, lo que nos produjo muchas risas al ver las avergonzadas expresiones de Yulia.

— Papá, suficiente, estás arruinando mi reputación con la señorita Katina.

— ¿Qué? A Lena no le importa ¿verdad? ¿A quién le importa si sólo podías dormir con tu muñeco de Jack?

— Papá…

— Necesitamos hacerle saber a Lena más de nosotros, especialmente de ti — Él hombre dijo como si supiera lo que estaba pasando entre ella y yo — Y eso obviamente incluye tu miedo a dormir sin Jack.

— No me importa Yulia, de verdad, incluso quiero conocer a tu amigo de la infancia.
Yulia me hizo una cara de burla, lo que me causó una carcajada.

— Jack está en mi departamento hasta este día, almacenado claro, porque a diferencia de lo que piensan ya no duermo con él.

— No lo sé, si yo fuera tu Lena, lo iría a comprobar.

— Déjemelo a mí, señor Volkov, lo comprobaré.

— ¡No se te ocurra, Lena!

Dejamos salir una carcajada a lo que dijo Yulia.

— Bueno chicas, el desayuno fue genial, pero me tengo que ir, voy a pescar un rato al club con los chicos, he sido retado a pescar más peces que ellos.

— Papá, pero tú apestas pescando — Irina dijo mientras lo miraba.

— ¿Quién dijo eso?

— Siempre he ido contigo al club.

Yulia y yo reprimimos una risa.

— Habrás ido con otro padre, yo soy genial pescado, Irina.

— ¿Y la última vez que te caíste en el riachuelo?

— ¡Tú me empujaste!

— Eso es mentira, papá.

Los dos se fueron discutiendo si Oleg era bueno o no en la pesca y si Irina lo había empujado o no, los vi caminando lejos antes de que Yulia se acercara a mí y se sentara a mi lado con una sonrisa preciosa.

— ¿Por qué me estás mirando así?

Ella no dijo nada, se acercó más a mí para después poner un mechón de cabello detrás de mi oreja, sus ojos tenían un color claro junto con una mirada feliz.

— Me gusta ver como es de preciosa mi novia.

Sonreí tímidamente, era nuevo tener tanta cantidad de afectos por parte de Yulia, nuestra relación, la mayor parte del tiempo se veía envuelta en deseos carnales, pero ahora, estábamos a otro nivel.

— Estás haciendo que me avergüence.

— Lo siento, pero no puedo evitarlo.

— Vámonos, tenemos que encontrar a las demás — Dije levantándome, pero Yulia me sentó de nuevo.

— Realmente no quiero estar con los demás hoy, tengo algo mejor para nosotras.

Traté de adivinar en sus ojos cuales iban a ser eso planes, pero fue en vano.

— Los planes no incluyen estar todo el día en la cama ¿verdad?

Rió.

— No amor, incluye pasar el día en una casa maravillosa que tengo cerca de la costa, esta algo desierta.

— ¿Desierta? Yulia estás… — Empecé a hablar, pero me calló con sus labios.

— Estoy haciendo nuestro día mucho mejor — Susurró sobre mis labios — Empaca tus cosas, nos vamos en media hora.

Me guiñó un ojo antes de levantarse he irse.

Yo me quedé ahí mientras la veía marcharse ¿podría ser esto mucho mejor?

[…]

En exactamente media hora, Yulia y yo ya estábamos entrando al auto, a diferencia de su auto este era más deportivo. Colocó las maletas en los asientos traseros mientras que yo iba de copiloto, buscando una buena estación de radio.

— ¿Le dijiste a tus amigas que nos íbamos? — Preguntó entrando al auto.

— Le llamé a Nastya, pero me mandó al buzón, así que le dejé una nota en su cama para que lo vea.

— No te preocupes, le dije a Irina que le avisara de todos modos.

Sonreí robándole un pequeño beso.


[Tasha]

Caminaba de un lado a otro en esa pequeña oficina, si había una cosa que odiaba era tener que esperar, estuve una hora entera viendo a las bailarinas de Imperium ensayar abajo y ya estaba impaciente hasta que por fin Mila apareció. Ella rió en el celular mientras hablaba con alguien, tan pronto como me vio, puso una sonrisa sarcástica y terminó la llamada.

— ¿La fiesta no fue buena? — Preguntó sentándose en el sillón mientras encendió un cigarro.

— ¿Cómo crees que fue? — Pregunté de mal humor.

— Por tu cara, al parecer fue horrible.

Me senté frente a ella.

— Obviamente no fue buena, pero tengo buena información que podría ayudarnos.

Mila entrecerró los ojos, inhalando el humo para luego expulsarlo.

— ¿Viste a Lena allí?

— Si, ambas estuvieron pegadas toda la noche, Yulia ha debido de perder la cabeza o está bajo algún hechizo por parte de esa mujer.

Mila rió con un tono sarcástico.

— Es el poder de Ginger Apple, ella seduce a todos los que quiere.

— ¡Ella no es todos! — Dije furiosa.

— Ella es como todos, gracias a mí, Lena se convirtió en una máquina de seducción.

— Tu máquina estará perdida, lo sabes ¿no?

— ¿Y que si no?

— ¡Por dios! Para de ser ingenua, conozco a Yulia como la palma de mi mano, ella nunca permitirá que Lena siga exponiéndose de esa manera.

— No lo sé, Tasha…

— Por dios Mila, despierta, estás al borde de perder a tu gema.

Ella cambió su expresión, ahora parecía estar enfadada.

— No puedo, Imperium está sustanciado por los días de Ginger Apple.

— Entonces deja de soñar con que Ginger Apple no dejará este lugar.

— ¿Qué sugieres entonces?

— ¿Conoces a Miroslava Dostoievski?

— Por supuesto, Miroslava a veces visita Imperium, sé que es una importante mujer de negocios y una jugadora nata.

— Así es, escuché a Katya y a la hermana de Yulia hablando de como Miroslava tomo interés por Lena y al parecer Yulia odia a Dostoievski con todas sus fuerzas, tienen como una rivalidad por ser grandes empresarias.

— Me imagino, ambas son poderosas y trabajan en la misma área, pero ¿Cómo puede eso ayudarnos?

— Lo mejor fue que Miroslava cogió interés por Lena delante de Yulia y eso hizo que incrementara su odio y para nuestra fortuna Yulia es celosa y posesiva, en la charla que escuché Katya dijo: “Yulia la mataría si se intenta involucrar con Lena”.

Por un instante, Mila se quedó mirándome, tal vez analizando y tratando de entender lo que pasaba por mi cabeza.

— Sabes que Lena ni siquiera le daría la hora a Miroslava ¿verdad? Es demasiado fiel como para engañar a Yulia.

Bufé, eso era obvio, Lena tenía un comportamiento ridículamente correcto como para engañar a Yulia.

— Lena no lo haría, pero Ginger Apple podría, si tú estás de acuerdo.

— Solo dime todo de una vez — Habló furiosamente.

— Hagamos que Miroslava caiga en la seducción de tu máquina o mejor dicho en Ginger Apple.

— ¿Cuántas veces he de decirte que ella no le dará ninguna oportunidad a nadie más?

— Eso lo sé, pero no estoy diciendo que vayan a estar juntas, sólo digo que Lena siendo tu bailarina tendrá que bailar para quien tú digas — Dije cogiendo un cigarro — ¿Y qué si por casualidad eliges a Miroslava?

Mila sonrió, entendiendo lo que quería decir. Inhalé el humo del cigarro, sintiéndome más relajada.

— Estás tratando de que Miroslava tome el puesto de Yulia ¿no?

— Exacto, así que te dejo a ti que Miroslava tome interés por Ginger Apple.

— Lo que no es difícil, un baile y Miroslava estará a sus pies.

— Así es, Mila — Dije con una sonrisa en mis labios.

[Lena]

Me senté en la arena escribiendo con un palo mientras Yulia se encargaba de bañar a Volky, era bueno verla teniendo un poco de diversión, dejando que la Yulia de los negocios desapareciera por unas horas. Volky era un labrador que vivía en la casa del lago, aparentemente reconocía a Yulia, porque cuando ambas bajamos del auto él fue directamente a Yulia, quien lo abrazó. Después de unos minutos de cariño ella me lo presentó como si estuviera conociendo a alguien de su familia, el perro simplemente me olió.

Miré a la mujer que se acercaba con un short de mezclilla y un top de bikini negro junto con una enorme sonrisa, se veía hermosa, su cabello estaba ligeramente despeinado gracias a la brisa.

— ¿Cansada, Elena? — Preguntó sentándose a mi lado.

La miré con una sonrisa.

— Tu perro me tiró — Dije haciendo un puchero.

— Lo siento amor, ya te acostumbraras a él.

— No soy fan de los perros grandes.

— Pero yo los amo y tendremos uno en nuestra casa.

Me quedé un momento mirando al perro que se acercaba con una pelota en su boca, Yulia sonrió, tomando la pelota y lanzándola lejos.

— ¿En nuestra casa? — Pregunté sugestivamente.

Me miró y se acercó más a mí.

— Claro, cuando nos casemos quiero un labrador corriendo por la casa.

Sonreí, no por la idea de tener un perro sino por ver a Yulia teniendo grandes planes conmigo, quería que nos casáramos, woow…

— No sé si quiero un perro destruyendo nuestra casa, Volkova.

— Él se sabrá comportar Elena, lo prometo.

— ¿Quién te garantiza eso? — Le pregunté mientras ella le lanzaba de nuevo la pelota a Volky.

— ¡Yo! Digamos que sé cómo domar bestias — Dijo dándome una mirada traviesa.

Dejé salir un travieso sonido, montándome a horcadas sobre la mujer que rápidamente me tomó por la cintura posesivamente.

— ¿Eso es cierto? — Dije poniendo mis brazos alrededor de su cuello, mientras que sus manos hacían caricias un poco traviesas por mi espalda.

— Sí, domé a la más grande.

— ¿En serio? Dime más — Susurré mirándola a los ojos.

— Ginger Apple ¿has oído de ella?

Mordí mi labio haciendo una sonrisa traviesa.

— Claro, veo que realmente tienes poder, pero que pasa con Lena ¿también la puedes domar?

— Lo podemos intentar.

No me dio tiempo ni de contestar, rápidamente su mano fue a mi cuello para acercar mi cara y besarme, sus manos bajaron a mí cintura apretándome más contra ella, esto estaba empezando a ponerse bueno. Ella enredó su lengua con la mía de una manera deliciosa que podía empezar a sentirme excitada, pero por la bocanada de aire que provenía de Volky que se encontraba a nuestro lado, no pudimos seguir.

Yulia desconectó nuestros labios soltando una risita.

— Volky, ahora no ¿no ves que estoy un poco ocupada? — Habló como si la pudiera entender.

— Debería matarlos — Dije mientras me paraba de su regazo.

— Ves la hiciste enojar ¿Qué haré ahora para arreglarlo? — Le susurró al perro que la miraba feliz.

Comencé a caminar hasta que sentí su mano en mi cintura.

— No te enojes Elena, Volky es un buen chico.

— No me importa Volky, él no ha hecho nada bien desde que llegamos.

Yulia rió mientras caminamos dentro de la casa, me dirigí rápidamente al baño mientras ella cerraba la puerta evitando que el perro entrara todo sucio. Me miré en el espejo viendo la pequeña marca del bikini que estaba usando esa mañana, mi piel estaba bronceada, pero no en una manera exagerada. Lentamente baje mi short de mezclilla notando una pequeña cantidad de arena cayendo al suelo, tan pronto como bajé mis shorts sentí el cuerpo caliente de Yulia unirse al mío desde atrás.

— ¿Es necesario que diga lo sexy que te ves con este bikini? — Susurró en mi oído, provocando que se me erizara la piel.

Mordí mi labio, cerrando mis ojos cuando sentí sus labios deslizándose por mi piel caliente, mientras que sus manos lentamente acariciaban mi estómago.

— ¿Por qué no podemos estar lejos la una de la otra?

— ¿Por qué estar lejos? Si podemos disfrutar.

Abrí mis ojos viendo nuestros reflejos en el espejo, era la vista perfecta de lujuria y deseo, pero también amor. De un momento a otro ella me giró, pegándome en el lavamanos, sus ojos eran diferentes a los de hace unos minutos, ahora estaban oscuros. Cerré mis ojos tan pronto su boca tomó la mía en un beso feroz, sus labios maltrataban a los míos con movimientos agresivos, pero placenteros. Se movió para poder pegarme a la fría pared del baño y así pegarse más a mí, jadeé en el momento exacto en que sus labios comenzaron una danza sincronizada en mi cuello, que terminó en una mordida, seguramente dejaría una marca. Sus manos apretaron mi trasero, ganando un involuntario gemido de mi parte, para después bajar a mis muslos y levantarme del suelo.

— Oh dios... — Murmuré perdida por el deseo.

Yulia había succionado toda mi cordura y mi vergüenza. Sus manos se deslizaron con deseo de mis muslos a mi trasero, mientras que las mías se perdían en su cabello jalándola para un beso, después de varios minutos la hice que me bajara lentamente para después empujarla contra el lavamanos.

Ahora yo estaría a cargo.

Dejé ir sus labios dando una mordida al final, haciéndola sonreír maliciosamente, mis manos subieron al top de su bikini, el cual rápidamente cayó al piso. Nos miramos por unos cuantos segundos hasta que mis manos apretaron sus pechos, ella se mordió el labio aguantando un fuerte gemido, lentamente me agaché para agarrar uno de sus pechos con mi boca.

— Por dios, Lena... — Susurró mientras le lamía lentamente el pezón.

Ella era tan deliciosa que podría hacer esto todo el día. Succioné su pecho como un felino sediento de lo que ella me podría dar, placer.

— Me correré si sigues así, necesito más...

Y le daría más, mucho más. Dejé su pecho para bajar por su suave estómago, abrí mis ojos y vi a Yulia quien prestaba atención a cada movimiento que hacía, di unas cuantas mordidas en su estómago mientras que me encargaba de quitarle su short mojado, me arrodillé frente a ella, sabiendo cuanto la enloquecía eso, para después acercarme y besar su muslo, seguido de un par de lamidas, ella abrió su boca y gimió cuando me acerqué a su centro.

— Shh… Quédate quieta — Le susurré con una sonrisa traviesa.

Lentamente lamí y mordí cada parte de sus muslos haciéndola suspirar.

— Más le vale que me chupe de una vez, señorita Katina.

— Como desee señorita Volkova — Dije con malicia.

Acerqué mi boca a su centro que aún estaba cubierta por el bikini aspirando su delicioso aroma, con mis dedos hice a un lado el bikini y empecé a lamer.

— Oh, sí… — Dio un fuerte gemido, apretando sus dedos en el lavamanos.

Succioné y deslicé mi lengua por su mojado centro, mientras se retorció por las caricias que mi lengua le hacía.

— Mmm... Sigue…

Yulia era simplemente deliciosa y adictiva. Cerré mis ojos y me concentré en darle placer, deslicé mi lengua de arriba hacia abajo, provocando que bajara un poco más, prácticamente rogándome por más contacto. Lentamente deslicé mi lengua y presioné su centro, su respiración ahora era alterada.

— Más, quiero más…

Sentí su mano desesperada empujarme hasta que mi lengua hizo contacto donde ella más lo deseaba, en su clítoris.

— Sí, chupa justo ahí y hazlo duro — Ordenó con una voz ronca y sexy.

Y así lo hice, bajé el bikini mirando su rosado y mojado centro enfrente de mí, deslicé mi lengua por su húmedo centro, para después saborearla otra vez, moví mi lengua en forma circular sobre su centro, haciendo que dejara salir un fuerte gemido. Se inclinó hacia delante ofreciéndome más, abrí mis ojos y la vi que estaba con su espalda arqueada, mientras que sus gemidos llenaban mis oídos.

— ¡Maldición! — Gimió cerrando fuertemente sus ojos mientras forzaba sus caderas contra mi boca.

Seguí succionándola con ganas, su cuerpo ya carecía de control y se movía rápido y con necesidad.

— Oh dios, me voy a correr Lena — Dijo entre gemidos.

Con eso dicho, la succioné más rápido y fuerte, sintiendo sus dedos apretarme más fuerte en mi cabello, provocando un pequeño dolor, pero a la vez placentero. El cuerpo de Yulia empezó a temblar en mi hambrienta lengua, para segundos después correrse, ella estaba sin aliento y con una respiración pesada, fui subiendo con un camino de besos hasta sus labios, los cuales besé afectivamente.

Cuando sus manos se atrevieron a tomarme de la cintura, retrocedí con una sonrisa maliciosa.

— Ni siquiera lo pienses Volkova, báñate, yo iré al otro baño.

— De ninguna manera, tú te bañarás conmigo — Dijo mientras me sujetaba fuertemente contra su cuerpo.

— Yul...

— Es una orden, señorita Katina.

Amaba profundamente cuando hablaba de una manera autoritaria. Le sonreí a la mujer que me jalaba hacia la ducha junto con ella y como lo esperaba seguimos con lo que estábamos haciendo allí dentro, después de todo Yulia me dio un baño al que me podría acostumbrar, un baño acompañado de besos y caricias.

Después de nuestra larga ducha nos acostamos en la cama y pusimos una película a la cual no le prestamos mucha atención, estaba tan cansada que recibiendo las caricias de Yulia en el ambiente frío de la habitación, provocaron que me quedara profundamente dormida.

[…]

Me desperté unas horas después, sintiendo mucho frío, abrí mis ojos y me encontré con la oscuridad de la habitación que estaba parcialmente iluminada por la televisión, me estiré lentamente notando que Yulia no estaba. Me senté en la cama girando para prender la lámpara que estaba al lado de la cama y vi una nota:

"Te espero en la cubierta a las 8:00, no tardes Elena, te amo”.

Yulia Volkova…


Sonreí sosteniendo el pequeño pedazo de papel, imaginando que se traía entre manos, miré mi celular y me espanté, ya eran las 7:10 y aún no me arreglaba.

[Yulia]

Todo estaba listo, miré por décima vez, el reloj y todavía faltaban quince para las ocho. Decidí tratar de esperar tranquilamente mientras bebía un poco de vino, por suerte o destino la noche estaba increíble, el cielo estaba totalmente despejado siendo dibujado solamente por las estrellas y el agua no estaba rompiendo olas con fuerza, todo era pacifico. Había puesto música de fondo todo muy cómodo para la cena que había preparado a luz de las velas para Lena, sonreí al pensar lo tonta que podría estar siendo, pero no me interesaba, a toda mujer le gustan estas cosas ¿no? Tal vez con esto ella se daría cuenta de que en verdad la amaba y de que iba completamente en serio.

Cerré mis ojos sintiendo la fría brisa de la noche pegar en mi cara trayendo consigo una paz y alivio que no había sentido en mucho tiempo, abrí los ojos viendo el reloj por una vez más, eran las ocho, giré para ver la entrada de la casa y la vi saliendo, ella estaba hermosa. Usaba un vestido rosa que llegaba a la mitad de sus muslos, dándole un aire totalmente delicado, en sus pies tenía unos tacones color crema y su cabello estaba ondulado. No sé por cuantos minutos admiré a la mujer, pero pronto sentí sus manos tocando las mías.

— Te ves hermosa — Dije mirando sus ojos verdes que brillaban.

Ella sonrió tímidamente.

Lentamente me acerqué robándole un beso, Lena se quedó por unos instantes con su frente pegada a la mía disfrutando el momento hasta que nos separamos. Miró alrededor de la cubierta, observando la mesa cerca de nosotras la cual se encontraba acomodada apropiadamente con cubiertos de plata y velas.

— ¿Tenías esto planeado desde hace tiempo? — Preguntó alzando una ceja.

— No mi amor, se me ocurrió hoy y pensé en sorprenderte.

Caminé hasta una de las sillas la cual jalé indicándole educadamente que se sentara y así lo hizo, me senté frente a ella sirviendo un poco de vino, exactamente el que siempre bebíamos juntas. Ella parecía realmente asombrada con todo, su expresión era de asombro y emoción.

— ¿Te gusta?

— Es perfecto.

Sonreí ampliamente.

— ¿Recuerdas que una vez te dije que tenía excelentes habilidades culinarias? Pues ha llegado el tiempo de que las pruebes.

— Veamos si eres buena en la cocina, Yulia.

Lentamente puse una pieza de carne en su plato, ella lo cortó delicadamente y lo puso en su boca, esperé a ver su reacción, que gracias a dios fue una muy buena.

— ¡Esto es maravilloso!

— ¡Ves! Te dije que era buena en la cocina.

— Cocinarás para mí el resto de mi vida.

— Cocinaré para ti cada vez que tenga tiempo, pero cuando nos casemos lo haré mucho más seguido.

Me miró por unos segundos.

— ¿En serio te quieres casar conmigo?

— Si Elena, quiero que un día tú seas Lena Katina de Volkova — Dije tomando un sorbo de vino.

— ¿Quieres que me olvide de Ginger Apple? — Preguntó deslizando sus dedos sobre el borde de la copa.

— Quiero que exista solo para mí y pronto.

Me miró por un momento sin entender lo que decía.

— ¿A qué te refieres?

Tomé un profundo respiro colocando mi mano sobre la de ella.

— Quiero que dejes Imperium.



Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/21/2020, 10:15 pm

Hay hay hay la bomba, a ver que sigue 🤯🤯

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/23/2020, 3:09 pm

Hey nenas! Bueno... Les dejo por acá otro capítulo para que lo disfruten!

A leer!!!

Capítulo 38 (Conociéndose por completo)


[Lena]

Por unos segundos me quedé paralizada, tratando de comprender si eso lo había escuchado de ella o si mi imaginación había ido muy lejos.

— Lena... — Susurró, sacándome de mis pensamientos.

— ¿Hablas en serio?

— Sí, lo pensé bien y ahora que estamos juntas no necesitas ir a más ahí — Habló con calma mientras bebía de su copa de vino.

— Que yo vaya a Imperium o no, no interferirá en lo que tenemos, amor — Hablé también con calma.

— Claro que lo hará, no te quiero ahí exponiéndote de esa manera — Dijo con seriedad.

— Hace una semana te gustaba y no te importaba — Dije con indiferencia.

La mujer rodó los ojos y resopló.

— Hace una semana no eras mi novia.

El lugar se puso automáticamente pesado, propagando la tensión entre nosotras.

— ¿En que cambia? Solo estamos saliendo de manera oficial, nada cambiará.

— ¡Obviamente lo hará, Lena!

— ¿En qué?

— ¡En todo! Ahora eres mía.

— ¡Y siempre lo seré, Yulia!

— No estando ahí, bailando para esa gente, quiero que seas solo mía.

— Eres mi novia Yulia, no mi dueña.

Nos miramos la una a la otra casi escupiendo fuego.

— Woow… no puedo creer lo que acabas de decirme — Dijo levantándose de la mesa y al mismo instante me arrepentí de ser demasiado grosera.

Me quedé en mi asiento mirando como se servía un poco más de vino, para luego mirar al lago. Me puse de pie lentamente y caminé hacia ella.

— Lo siento, solo quiero que entiendas que no me puedo ir — Dije tocando su brazo cariñosamente.

— ¿Que te detiene?

— No puedo simplemente dejar a Mila a un lado, no puedo abandonar el proyecto con ella.

— Proyecto donde solo ella gana.

— Yulia, también cobro muy bien por eso.

— ¡No lo necesitas!

— Si estoy ahí es porque lo necesito.

— Yo puedo darte todo lo que quieras.

— No quiero tu dinero.

— No quiero que estés ahí, conmigo no te hará falta nada.

— ¿En serio crees que soy esa clase de persona que deja que la mantengan?

Me miró incrédula, era clara la molestia que sentía por haberla enfrentado.

— No me vengas con tu orgullo, no tenemos espacio para eso.

— Entiende que no quiero depender de ti.

— ¿Entonces prefieres quedarte semidesnuda sobre un escenario? — Casi gritó.

— ¿Desde cuándo te molesta tanto? ¿Vas a hacer del buen samaritano ahora? — Dije con enojo.

— No sabes lo que la gente dice de ti, la forma en cómo te ven… ¡Me vuelve loca!

— No importa ¿vale? No tienes idea lo que he tenido que escuchar, nada de lo que digan me afecta, ya no más.

— Pero me afecta a mí ¿cómo crees que me hace sentir? Saber cómo todos piensan cosas sucias de mi mujer.

Sabía lo difícil que era para ella, no quería quitarle la razón, pero no podía simplemente tirar todo por la borda, Mila era una parte importante de lo que era hoy y dejarla no era lo más justo.

— Solo ignóralos, Yul — Intenté calmarme.

— ¿Crees que es posible? Mírame cuidadosamente, Lena ¿crees realmente que podré? — Habló firmemente, sosteniendo mi brazo.

Sus ojos trasmitían furia, celos y poder.

— Me conociste así...

— ¿No podrías cambiar por mí?

— ¿Y tú? ¿Cambiarías por mí?

En ese momento nuestras miradas se mantuvieron conectadas con una tensión pesada.

— No des vuelta a las cosas, Katina — Se quejó soltando mi brazo.

— No le estoy dando la vuelta a nada, solo quiero que pienses un poco ¿Te has detenido a imaginar porque lo hice? ¿La razón por la que no me puedo ir?

Yulia estaba de espaldas a mí y se giró para verme.

— No sé qué te llevó a ahí, pero me imagino las razones por las cuales quieres seguir ahí.

El tono de su voz fue casi ácido, no estaba preparada para escuchar malas cosas de ella, no, no lo estaba.

Se giró nuevamente y bebió todo el vino de su copa.

— ¿Qué imaginas, Volkova?

— ¿No tienes ni la menor idea? — Se giró para verme nuevamente.

Tenía una mirada superior y arrogante, junto con una voz llena de sarcasmo.

— Te gusta ser cortejada, te gusta ser querida y deseada.

— ¿Crees que estoy ahí simplemente por eso?

— ¿Por qué otra razón sería? Debes amar ver a toda esa gente volverse loca por ti ¿no? Todos ahí pagarían lo que sea para poder dormir contigo.

Me mantuve mirando a la mujer enfrente de mí, con su tono burlón.

Solo sacudí mi cabeza y sonreí sin humor.

— Eres una idiota, Yulia — Hablé para después irme y dejarla sola.

[Yulia]

Vi a Lena caminar a pasos rápidos y fuertes hacia la casa, maldita sea, lo arruiné todo. Cerré mis ojos pensando en la mierda que había dicho… ¡Maldición!

Tiré la copa de vino en el suelo, viendo como el fino cristal se rompía en pedazos.

¿Qué hago? Sacudí mi cabeza y caminé de un lado a otro pensando en que debía hacer ¿Ir tras ella era lo correcto? No, Lena no tenía que negarse a mi petición, era obvio que tenía la obligación de dejar ese club, nunca dejaría que mi mujer siguiese bailando semidesnuda para toda esa gente.

No Yulia, fuiste demasiado dura...

En un par de segundos mis pensamientos fueron bombardeados por ambos lados, lo que me evitó pensar correctamente ¿Tenía razón o no? Miré hacía la casa cuando vi la luz de la habitación principal encendida y fue ahí a donde me dirigí. Caminé con pasos apurados a través del pasillo de la habitación principal y con fuerza abrí la puerta topándome con la mujer que estaba poniendo su ropa dentro de una pequeña mochila, lo hacía todo tan rápido, que no se dio cuenta de mi presencia o simplemente decidió ignorarme.

— ¿Qué crees que estás haciendo?

— ¿No es obvio? ¡Me voy! — Dijo furiosamente y entonces volvió a empacar sus cosas.

— ¡Tú no vas a ningún lado! — Ordené tomando la mochila de sus manos.

— ¡Dame la mochila, ahora!

— ¡No te vas! — Le grité.

— ¿Y quién garantiza eso? — Preguntó provocándome.

— ¡Yo!

— ¡Tú no eres mi dueña, Volkova!

Lena se puso furiosa y caminó hacia la puerta, pero rápidamente tomé su brazo, atrayendo su cuerpo a mí duramente, no le di tiempo ni de pensar, solo la besé con deseo, pero ella puso sus manos en mis hombros y me empujó, haciéndome dejarla.

— ¡No quiero estar aquí contigo!

— Siempre quieres — Dije cínicamente.

— Pero no hoy — Gritó con ira, respirando pesadamente.

Tomó su mochila del suelo, para luego salir de la habitación, pero otra vez la detuve.

— ¡No te vas! Y no es una petición… ¡Es una orden! — Dejé salir las palabras de una manera seria y firme, atrayendo su cuerpo a mí.

— ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no eres mi dueña?! — Dijo mirándome con ese par de ojos verdes, furiosos.

Sonreí sarcásticamente.

— Cuantas veces tengo que decirte que soy tu jefa, quieras o no…

Sonrió sarcásticamente.

— Estás equivocada, con Ginger Apple no puedes mangonear y nunca podrás... ¿sabes por qué?

¡Maldita sea! Era ella, era Ginger Apple.

— Porque es tu debilidad y cuando ella reina, tú te rindes — Dijo cada palabra de una manera sexy.

Retrocedí un par de pasos hasta que sentí la cama detrás de mí.

— Necesitas acostumbrarte al hecho de que conmigo tu poder no es nada, quien tiene el mando aquí soy yo — Dijo tirándome a la cama bruscamente — Y voy a recordarte quien es Ginger Apple.

Mi cuerpo chocó contra el suave colchón y rápidamente intenté levantarme pensando en que se iría, pero al contrario si hubiese sido Lena, se habría ido, pero no estaba allí, enfrente de mi estaba Ginger Apple.

La mujer estaba de pie, quitándose lentamente el vestido de su maravilloso cuerpo, dios mío, a cada segundo podía ver el cuerpo de Ginger Apple mostrando más y más. Tan pronto como la prenda estaba completamente fuera de su cuerpo, suspiré al verla únicamente con una pequeña lencería negra. Ella me miraba con ira, mientras subía a la cama, para después subirse a horcajadas sobre mí sin piedad.

— Te mostraré quien está a cargo aquí.

No dije nada, la manera en que tomó poder sobre mí me dejó totalmente entregada, ella estaba ahora semidesnuda sentada sobre mi regazo, con su cabello largo cayendo sobre sus hombros y con una mirada llameante sobre mí, sus manos rápidamente fueron a mi cuello, atrayendo mi boca para un beso ardiente.

Estaba jodida.

Su boca tomó la mía con deseo, su lengua se deslizó sobre la mía con deseo y sin vergüenza, incitándome a querer más, dios, quería más. Sus manos se movieron debajo de mi ropa, sacándola de mi cuerpo, para después volver a capturar mis labios mientras sus manos apretaban mis pechos con fuerza sobre el sostén. Sus besos hambrientos fueron hasta mi cuello, donde se encargó de morder fuertemente.

— ¡Hija de perra! — Maldije.

No paró, después de la mordida su húmeda lengua se deslizó sobre mi pulso de una manera provocadora que podía sentirme excitada, sus manos fueron a las correas de mi sujetador, para bajarlas con brusquedad, dejando mis pechos completamente expuestos para que ella los mirase con tanto deseo. Tomó cada uno con una mano y los apretó lentamente, pero con fuerza, cerré los ojos y arqueé mi espalda sintiendo sus manos masajear mis pechos, gemí suavemente cuando apretó mis pezones entre sus dedos. Mi respiración era pesada y descoordinada, podía sentir mi centro ya empapado. Pronto sentí su respiración caliente contra mis pechos y sabía lo que estaba por venir, mordí mi labio cuando su lengua se deslizó sobre uno de mis pechos.

— Oh sí...

Miré como chupaba llena deseo y podía sentirme débil con esa visión. Lena o más bien Ginger Apple, rodeaba la aureola de mis pechos con su lengua de una manera excitante que me tuve que ver forzada a clavar mis uñas en la suave manta que cubría la cama.

— Chupa duro — Le grité, pero al mismo instante que lo dije, paró.

Sus brillantes ojos verdigrises me miraron, mostrando un fuego de ira y deseo.

— Por favor... — Le rogué, provocando una sonrisa malvada en ella.

Se acercó otra vez capturando mi otro pecho donde hizo el mismo trabajo, paró únicamente cuando lo dejó completamente rojo y sensible, dándome una pequeña mordida al final.

Se bajó de mí.

— Quítate la ropa — Me ordenó, pero sólo me quedé mirándola — ¡Ahora!

— ¿Quieres estar arriba ahora?

— Quítate la puta ropa.

Entrecerré los ojos mirándola y obedecí, lentamente bajé el cierre de mis pantalones, sacándolo de mi cuerpo con cierta dificultad.

— Te ves realmente sexy con esas pequeñas bragas.

Las palabras salieron de sus carnosos labios llenos de maldad.

— Gírate y acuéstate en la cama.

— Lena... — Intenté hablar.

— Cállate, ahora mando yo.

Tragué con dificultad y lentamente me acosté boca abajo en la suave cama, dios mío… ¿qué mierda estaba haciendo? Estaba recibiendo órdenes de esa maldita mujer que me hacía perder la cabeza. Sentí como se movía por la cama, gateando hacia mí hasta que sentí como sus labios tocaban mi espalda, siguió con besos húmedos y largos hasta mi cuello, donde decidió lamer lentamente.

— ¿Lo ves? ¿Ves quién está al mando? No puedes terminar mi lado más fuerte, Yulia — Escuché la ronca y sensual voz de Ginger Apple en mi oído, poniendo todos mis pelos de punta.

Mordió mi lóbulo con fuerza, para empezar a dejar besos por mi espalda, hasta la parte superior de mi trasero, donde deslizó su mano lentamente para después azotarme con fuerza.

— ¡Joder! — Exclamé sorprendida.

Cerré mis ojos con fuerza y la observé a través del enorme espejo que estaba a un lado de la cama en la habitación, ella estaba de rodillas sobre la cama, analizando mi cuerpo a fondo.

— Si vuelves hacer eso, voy a...

Me azotó otra vez, haciéndome gemir de dolor.

— ¿Vas hacer que, Yulia? ¡Dilo! — Me azotó otra vez.

Cerré mis ojos y mordí mi labio con fuerza, la miré y la muy maldita estaba sonriendo en mi dirección, bien, la iba a dejar mandar esa noche, me iba a rendir ante ella.

— Eso es lo que pensé, quédate callada.

Se agachó, dejando algunos besos en las marcas rojas de mi trasero, para después quitar las bragas que llevaba esa noche.

— Estás empapada, veo que mis azotes te excitaron — Me provocó apretando mi trasero con fuerza.

— Si te tardas tanto, cambiaré los papeles y me haré cargo de todo — Susurré — Y si lo hago, la follaré toda la noche.

Se inclinó hacia delante, tomando mi pelo en su mano y tirándolo con cierta fuerza, mientras su boca mordía mi cuello.

— Eso sería tentador, pero hoy quien manda soy yo y quien va a ser follada toda la noche, eres tú — Susurró de una manera puramente sensual — Ponte en cuatro… ¡rápido!

No me tomó mucho tiempo, me levanté de la cama, poniéndome en cuatro para Ginger Apple que estaba detrás de mí, como un depredador hambriento.

— Así me gusta, obediente — Se burló para después pasar su lengua por todo mi centro mojado.

— ¡Oh sí! — Gemí agarrando las sabanas de la cama con fuerza.

Deslizó su lengua de arriba abajo por mi resbaladizo centro, haciendo que todo mi cuerpo se retorciese, colocó una mano a cada lado de mi trasero, mientras que su lengua se hacía cargo de probar cada pequeña parte de mi centro. Bajé mi cabeza, apoyando mi frente en el colchón, el sentimiento de estar completamente expuesta ante ella me volvía loca.

Sentí como su suave y caliente lengua se deslizaba hábilmente por mí necesitado clítoris que pedía más.

— Joder Ginger Apple... Mmm...

La mujer apretó con fuerza la carne de mi trasero, mientras su boca se encargaba de darme placer. Miré hacia el espejo viendo la escena en la que nos encontrábamos y dios mío, me podía correr solo con mirar eso, estaba completamente abierta en la cama, mientras Lena me chupaba fuertemente.

— Mierda… ¿por qué tienes que ser tan deliciosa? — Dijo alejándose y azotando mi trasero con fuerza.

— ¡Cállate y chúpame! — Ordené.

Y lo hizo, deslizó su lengua sin cesar en mi manojo de nervios de manera rápida y fuerte, era imposible evitar que mi cuerpo reaccionase, me movía con fuertes movimientos contra su lengua que chupaba toda mi alma.

Los gemidos ahogados salieron de mi boca, llenando la habitación.

— ¡Oh joder! ¡Así!

Me chupó con tanto deseo que sentía que en cualquier momento me iba a correr, pero paró.

— Levántate — Me ordenó atrayéndome hacia ella.

Envolvió un brazo alrededor de mi cintura mientras plantaba besos en mis hombros y en mi cuello, estábamos ahora de rodillas sobre la cama, sus manos audaces apretaron mis pechos con fuerza, pero necesitaba más y no le tomó mucho tiempo dármelo. Una de sus manos bajó desde mi pecho hasta mi empapado centro, mientras que su boca estaba cerca de mi oreja, respirando pesadamente.

Cerré mis ojos tan pronto como sentí sus dedos empezando a masajear mi clítoris.

— ¡Ah! — Gemí, arqueando mi espalda.

El lugar estaba caliente, casi insoportablemente, que el sudor empezó a gotear de nuestros cuerpos. Cerré los ojos, mientras dejaba salir gemidos involuntarios de mi boca hasta que Lena me penetró, haciendo que mi boca se abriera, dejando salir más gemidos involuntarios.

— Joder…

Mordió con fuerza mi hombro, empujando con más fuerza sus dedos en mí. Juro que empecé a sentir una especie de frenesí, sus dedos se movían de adentro hacia fuera con fuerza y rapidez, que tuve que sujetar fuertemente a la cabecera de la cama para evitar que mi cuerpo cayese en el colchón.

— ¡Dios! Te voy a follar completamente, amo lo apretada que estás aquí dentro.

Lena tenía su cuerpo completamente unido al mío, así que con cada movimiento que hacía la acompañaba.

— Más rápido... ¡Rápido! — Hablé jadeando.

Y así lo hizo, cerré mis ojos sintiendo todo mi cuerpo temblar, los empujes profundos de Lena, acompañados de los besos que me daba me estaban enloqueciendo.

Gemí, grité y hasta la maldije.

— Maldita sea, Ginger Apple! Fóllame más fuerte.

Me moví en sus dedos sin el más mínimo control o vergüenza, estaba completamente fuera de sí, estaba siendo guiada únicamente por el placer que consumía cada célula de mi cuerpo. Segundos después no aguante más y me corrí de una manera intensa, Lena retiró sus dedos y lentamente dejó su cabeza descansar en mi espalda, ambas estábamos sudorosas y jadeando.

— Eres mi fin — Dijo aun con la respiración acelerada.

— Y tú el mío.

[…]

Me removí en la cama, sintiendo todo mi cuerpo suave, la claridad que provenía de la ventana se centró en mis ojos, haciéndome quejarme un poco. Me estiré lentamente y me levanté, froté mis ojos para después abrirlos y toparme con la habitación vacía.

¡Maldita sea!

Eso no era una buena señal, como resultado de la noche anterior, no me esperaba el desayuno en la cama, pero tampoco esto, Lena no se levantaría de la cama para ir sola a algún lugar, a menos que fuera para irse.

No, no...

Me levanté de la cama, envolviéndome la sabana y mirando fuera de la ventana, la cubierta estaba vacía, bajé las escaleras de la casa mirando a todos lados, sin ninguna señal de ella, regresé a la habitación y vi una pequeña nota en el tocador:

"Necesitas tiempo para pensar las cosas"

Lena…


Arrugué el pequeño papel, ignorando la ira que sentía, se había ido. Tiré el papel al suelo y me dirigí al baño, si estaba pensando que iba a ir tras de ella, estaba muy equivocada.

[Lena]

— No puedo creer que la dejaras sola — Nastya se quejó mientras desempaquetaba sus cosas.

— ¡Me fui! Y no me arrepiento.

— Déjame ver si entendí bien, tuvieron una cena romántica ¿no? — Oksana preguntó mientras caminaba de un lado al otro.

— Sí.

— Luego se pelearon, tuvisteis sexo ¿Y te marchaste?

— Exacto.

— Pensaba que después del sexo, ustedes quedarían bien — Nastya dijo rápidamente.

— Ella también pensó eso, pero Yulia tiene que aprender que el sexo no resuelve todo — Exclamé mientras acababa de desempaquetar.

— ¿Cuál fue la razón de la pelea?

— Me pidió que dejara "Imperium".

Oksana y Nastya se miraron como si lo hubiesen imaginado.

— ¿Y crees que está equivocada?

— Sí, Oksana.

— Intenta entender su lugar, Elena, no puedes estar a gusto cuando tu mujer está bailando para mucha gente.

— No le quito la razón en eso — Hablé sentándome en la cama — Sólo quiero que me intente entender, no puedo dejarlo todo así, es mi vida.

— Y como es tu vida, también es la suya, creo que las dos tienen que hablar, eso siempre es bueno — Oksana sugirió.

— Tendrán que tener más sexo — Nastya comentó.

— Pero si ellas ya tienen sexo todo el tiempo, la verdad no entiendo de dónde sacan tanto deseo estas dos.

— Del mismo lugar que tú lo cogiste en la fiesta de Irina — Nastya dijo riendo.

— ¿Qué? — Pregunté sin entender.

— Oksana se volvió loca en la fiesta de tu cuñada.

—¡Nastya, cállate!

Entrecerré los ojos mirando a Oksana que se sonrojó.

— ¿Qué hiciste?

— Nada, Elena — Dijo rápidamente.

— Si bailar encima de la mesa al ritmo de Queen B es nada, mátame de una vez por todas.

Abrí mi boca levemente ante la noticia.

— ¿Bailaste encima de una mesa?

Oksana ensanchó los ojos.

— ¡Y casi se quería quitar la ropa! — Nastya se rió.

— ¡Estás bromeando! — Oksana se quejó.

— ¡No! Katya llenó a la señorita de alcohol y esos fueron los resultados.

— Woow… Oksana, ni siquiera sé qué decir...

— No digas nada, ya le pedí perdón a Dios.

— Tienes que pedir perdón por los pecados con Boris también.

— ¿Qué pecados?

— No sé muy bien lo que pasó, pero escuché unos ruidos que venían del baño la noche de la fiesta ¿Y quién estaba allí? Oksana y Boris.

— Cállate, ni siquiera sabes lo que pasó.

— ¡Ni tu tampoco!

— Nastya, déjala, estás haciendo que Oksana se avergüence.

— ¿Qué? Todo el mundo tiene sexo.

— ¡Nastya! — Oksana exclamó avergonzada.

— Está bien, volvamos a la cuestión de Lena.

— Como decía, tienen que hablar y mucho.

— No lo sé, puede que Nastya tenga razón y Yulia y yo nunca funcionaremos.

— Tendrías que haber pensado eso antes de empezar una relación con ella, sabes, nunca pensé que su relación llegaría tan lejos, es obvio que Yulia te ama.

Me quedé en silencio escuchando a Oksana.

— Estoy de acuerdo con Oksana y creo que Yulia ha sido la mejor persona que has podido conocer — Nastya dijo sentándose a mi lado.

— No dudo de eso chicas, pero Yulia necesita ser más menos volátil, no soy como los demás que ella va mandando y además, tiene que estar enfadada conmigo por haberla dejado sola.

— No te querrá ver durante un tiempo.

— Exacto.

— ¿Creen que estará hoy en la compañía?

— Lo dudo, por lo que sé de ella, Yulia no se presentará hoy.

[…]

Y realmente no se presentó. El movimiento en Industrias Volkov estaba muy tranquilo, durante el día hubo algunas llamadas, informes para actualizar, reuniones para programar, pero aparte de eso, fue un aburrimiento total que continuamente me hacía mirar a la pantalla de mi celular cada cinco minutos esperando una señal de vida de Yulia, que obviamente nunca llegó. Tal vez he sido inconsecuente, tal vez no debería haberme marchado antes de hablar, con Yulia las cosas eran muy impulsivas y emocionales, desde ambos lados. No quería arruinar nada con ella y tampoco chocar ni pelear con ella, pero con el tiempo, construí a mí alrededor un campo de fuerza que me protegía de cualquier situación que me ofendiera, puede que eso era lo que estaba pasando con ella.

Desbloqueé mi celular tan pronto como vibró con una notificación, abrí el texto, pero sólo era Nastya diciendo que se marcharía antes por dolor de cabeza, le respondí rápidamente y bloqueé el celular.

Trabajé durante el resto del día, era muy raro estar ahí sin ella, sin escuchar el ruido de sus tacones en el suelo de madera o el sonido de su voz rasposa dándome órdenes o los simples murmullos de los empleados diciendo lo grosera que era, puede que lo fuera, de hecho lo era, pero no conmigo. Pensé en llamarla o enviarle un mensaje, pero mi subconsciente me gritaba que no lo hiciera, le daría tiempo para que pensara las cosas y ella determinaría el tiempo que necesitaba.

[…]

Esperé a que mis horas de trabajo terminaran para empezar a guardar mis cosas y marcharme. Cogí mi bolso y me levanté, mirando mi celular por última vez y ninguna señal de ella, resoplé irritada pensando como de insignificante era para ella, ni siquiera un sólo mensaje.

Caminé a pasos lentos hacia el ascensor, que parecía que tardaría una vida en bajar. Moscú estaba completamente bajo el agua esa noche, la lluvia torrencial sólo me hizo maldecir a dios y al mundo por no tener un taxi a la vista o alguien que me recogiera. Cerré mi abrigo y cogí mi pequeño paraguas, caminé a pasos apresurados hacia el otro lado de Industrias Volkov, mierda, la fuerte lluvia mojó mis tacones y fue entonces que decidí quitármelos.

Crucé otra calle cuando un coche se paró a mi lado, haciendo que un poco de agua mojara mi ropa, me preparé para insultar a la persona dentro del vehículo cuando me di cuenta de quién estaba dentro del coche.

— Entra — Yulia habló rápidamente.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

Sonrió.

— Es mejor que te lo explique dentro del coche ¿No crees?

Acepté y entré en el coche rápidamente mojando el asiento del auto favorito de Yulia, pero al parecer no le importó, simplemente me miraba con cara de preocupación.

— Quítate el abrigo.

La miré sin entender… ¿Quería tener sexo precisamente ahora?

— Quítatelo y ponte el mío, estás empapada.

Con algo de dificultad me quité el abrigo mojado, tirándolo en el suelo del coche, una vez que me puse su abrigo, encendió el coche para irnos.

El viaje se hizo en silencio y estaba empezando a ser un poco incómodo, pero yo no sería la primera en hablar, de un momento a otro Yulia me lanzó una mirada tranquila, pero pronto volvió su atención a las calles oscuras hasta que paramos en frente de mi edificio. La mujer apagó el coche y entonces todo fue silencio, sólo el sonido de la lluvia golpeando contra el coche era lo único que se escuchaba. Suspiré y abrí la puerta para salir, pero pronto la sentí agarrarme del brazo y cuando me giré para mirar, tomó mis labios en un lento y dulce beso.

Cerré mis ojos sintiendo sus suaves labios moviéndose contra los míos con toda la calma del mundo, su lengua me pidió permiso para entrar y acepté, ese beso fue diferente, no era carnal ni cargado de deseo, podía sentir en él un alivio por tenerla allí conmigo.

Prolongó el beso lo máximo que pudo y luego poco a poco fue parando con pequeños picos.

— Lo siento — Susurró casi inaudible.

Suspiré y toqué su cara con las puntas de mis dedos.

— No quise decirte esas cosas, te lo juro, Elena.

— Te creo.

Ella abrió sus ojos, dejándome sumergida en sus ojos azules, estaban tan bonitos esa noche, que podría estar horas y horas mirándolos.

— Te amo ¿Vale? Me pasé la mañana entera pensando en todo, en nosotras, en mí, en ti y en Ginger Apple.

Sonreí, podría ser gracioso como separaba a Ginger Apple de mí, como si fuéramos dos personas diferentes.

— Pensé que estarías enfadada y odiándome toda la mañana — Dije apoyándome en el asiento del pasajero, haciéndola sonreír.

— No, no te odiaría, puede que sólo en el momento que vi tú nota, pero no después, sólo estuve pensando.

— Podrías al menos haberme llamado ¿No crees? Estuve esperando por una señal tuya durante toda la mañana.

— Lo siento, necesitaba algo de tiempo para pensar.

— ¿Y a que conclusión llegaste?

— Bueno, llegué a la conclusión que me precipité cuando te lo pedí, no es que no me arrepienta, de verdad quiero que dejes ése lugar, pero me imagino que tienes razones para seguir allí, razones que me gustaría saber, en realidad quiero saber cada momento de tu vida, pero antes quiero que me perdones por todo.

— Te perdono y yo también lo siento — Susurré — Por todo, por el malentendido y por la manera en que hablé y actué.

Sonrió y cogió mi mano, dando un pequeño beso.

— ¿Dormirías conmigo esta noche? — Me preguntó muy dulce, dejándome sin ninguna otra opción que aceptar.

[Yulia]

No pude ni pegar ojo durante aquella noche, millones de pensamientos invadían mi cabeza a cada segundo, sin darme una oportunidad para dormir, ni siquiera por un minuto. Miré a mi lado, viendo a Lena dormir tranquilamente, se veía simplemente maravillosa, llevaba puesto mi camisón blanco que alcanzaba la mitad de su trasero cubierto por una pequeña ropa interior blanca, que se puso después de hacer el amor. Habíamos hecho el amor después de la larga y tensa conversación que tuvimos, estaba decidida a saber más sobre ella, descubrir todos sus caminos y ahora sabía que no habían sido fáciles. Descubrí que no siempre tuvo una mala condición financiera, pero todo empezó a desmoronarse cuando su padre empezó con el juego, perdiendo todo el dinero y posesiones que la familia Katin tenía, le pregunté si había alguna forma de hacerlo parar, pero me explicó que cuando su madre lo descubrió ya habían pedido todo y que cuando ya no le quedaba nada empezó a forzar a su mujer a trabajar más horas y al final le quitaba el dinero y lo perdía otra vez, dejándolas sin absolutamente nada, juro que me sentí mal por eso, pero era mucho peor ver a la mujer llorar mientras lo recordaba. La adicción con el juego llevó a su padre a la bebida y las drogas, ella habló con dolor de lo difícil que fue ver a su madre siendo golpeada todas las noches cuando él llegaba a casa, la desesperación de ver una escena como ésa nunca desapareció de su cabeza, ésa escena dejó marcas incurables.

Cerré mis ojos y la miré de nuevo, le di una ligera caricia a su cabello rojizo, haciéndola suspirar.

[Flashback]

[i]— Ginger Apple surgió por necesidad — Lena habló quitándose algunas lágrimas.

— ¿Cómo empezó?

— Después de que mi madre echara a mi padre de casa, tuvimos que encontrar un modo de apoyarnos ya que el sueldo de mi madre no era suficiente, Anya tenía problemas de salud cuando era muy pequeña y el poco dinero que mi madre ganaba no era suficiente para todo.

Miré a la mujer que me contaba todo con tristeza, tiré de ella más cerca de mí.

— Decidí buscar un trabajo, pero como te puedes imaginar, nadie me quería contratar, después de todo no tenía ningún tipo de experiencia, pero conocí a Mila en una vieja cafetería cerca de mi casa, por alguna razón dios la envió a ése lugar. Al principio estaba asustada, ella me enseñó todo, el club y lo que las chicas hacían allí y al instante pensé que ella me quería como una prostituta y me negué, pero me explicó que ésos no eran los planes que tenía para mí, así que acepté, en mitad de la humillación que vivía, esa era la única forma de salir adelante, Yul — Habló dejando las lágrimas caer y delicadamente las limpié.

— ¿Y después?

— Después me convertí en Ginger Apple, Mila me dio todas las coordenadas para convertirme en una máquina de seducción, con el tiempo el club que estaba flojo empezó a crecer y nos dimos cuenta de que mis espectáculos conseguían mucha audiencia y entre las dos elevamos "Imperium" al nivel que tiene hoy, así que por ello empecé a cobrar bastante bien, lo cual hizo que mi madre sospechara de mi trabajo hasta que un día lo descubrió.
Bajó su cabeza y suspiró profundamente, pasé mi mano ligeramente por su espalda, haciendo una caricia
tranquilizadora.

— Ella me odia, nunca en mi vida esperé que mi madre me dijera todas las cosas que me dijo, me sentí la peor persona del mundo, la más sucia e impura. Lloré durante meses mientras recordaba cada palabra que me dijo, ella me echó de la casa y me fui para no regresar nunca más, dejé todo en un perfecto estado y prometí que cada mes enviaría una cantidad de dinero para ayudarla con Anya, al principio se negó, pero la necesidad fue más fuerte — Lena tomó un sorbo de vino y continuó hablando — En ese momento conocía a Nastya, ella trabajaba en Industrias Volkov con Oksana y ellas encontraron un trabajo para mí ahí, entonces me convertí en esto, Lena Katina la secretaria por las mañanas y Ginger Apple la stripper por las noches.

— ¿Me he metido en una trampa? — Hablé en un tono juguetón que la hizo sonreír sinceramente.

— Puede que sí.

Sonreí y me acerqué más a ella, tomando su cara para un beso lento.

— Te admiro mucho ¿sabes? Después de todo eso, sólo puedo decir que ahora estoy más enamorada de ti, Elena.

Miré a través de sus ojos verdes y vi que estaban llorosos, deposité un beso a cada lado de su cara para acabar con uno en sus labios.

— Quiero ser la diferencia en tu vida, quiero hacerte feliz.

— Sé que me harás muy feliz, Yul.

— Te lo prometo, nunca te decepcionaré, mi amor.

[Fin del Flashback]

Y fue con esas palabras que definí nuestro futuro, estaba determinada hacer a Lena Katina feliz.


Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/23/2020, 6:03 pm

Muy intenso!! Gracias por subirlo

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/24/2020, 6:52 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 39 (Domando a la bestia)


[Lena]

Desperté con el cuerpo de Yulia pegado al mío, debo confesar que era maravilloso ser capaz de acurrucarse en los brazos calientes de alguien de esa manera, la mujer estaba detrás de mí envolviéndome en un encantador abrazo, podía sentir el ritmo y profundo respirar que emanaba. Me moví lentamente, tomando mí celular de la mesita de noche para mirar la hora, aún era muy temprano, giré hacia ella, mirando su serena expresión mientras dormía, estaba hermosa como siempre.

La noche anterior Yulia insistió en que durmiese en su casa, al principio me opuse, pero como era de esperarse, en contra de ella no había argumentos. Llegamos a su casa y ella se hizo cargo de preparar una cena simple, me dijo más de ella, con el fin de saber más de mí y yo simplemente hablé, abrí el libro de mi vida a la mujer que quería junto a mí para siempre. Era cierto que tenía un gran miedo de que ella me dejase al saber todos los problemas que me rodeaban, pero para mi sorpresa, me escuchó detenidamente y me apoyó en cada momento que flaqueaba y lloraba, lo que me hizo quererla aún más. Sus relajantes caricias me ayudaron a sacar todo lo que estaba dentro de mí, eso que me hacía daño, Yulia de una manera amorosa prometió que me haría feliz, que sería la diferencia en mi vida y no dudé, tenía la gran confianza de que mi futuro a su lado sería mejor.

Dejé un beso en su frente lentamente e intenté desenredarme a mí misma de sus brazos sin despertarla, se removió un poco en la cama quejándose del frío, pero rápidamente puse la manta sobre ella, sonreí tan pronto como se acomodó ella misma. De puntillas pisé el frío suelo, sintiendo todo mi cuerpo temblar. Decidí caminar hacia la cocina, esa mañana iba a recibir mimos, esperaba que no le importase que tocara sus cosas, el departamento de Yulia era digno de un Volkov, enorme y sofisticado. Até mi cabello y abrí la nevera que estaba llena, escogí todos los ingredientes y los puse en la barra: frutas, leche, huevos y jugo, le haría un gran desayuno. Me llevó más trabajo de lo que imaginaba, pero estaba haciendo un buen trabajo, el desayuno consistía en ensalada de fruta, jugo, café con leche y huevos revueltos.

— Podría acostumbrarme a esto.

Me giré rápidamente poniendo mi mano sobre mi pecho.

— Por dios… ¡Yulia! Me asustaste.

La mujer dejó salir una hermosa sonrisa, estaba sentada en una de las sillas de la barra, vestida con una camisa negra apretada, en la parte baja un par de shorts blancos, su cabello estaba atado en una coleta un poco desordenada, pero se veía hermosa.

— Lo siento, Elena — Habló acercándose.

— Espero que no te importe que haya tocado tus cosas, solo quería...

Ni siquiera me dejó terminar, sólo me robó un beso.

— Puede tocar todo lo que quiera, señorita Katina — Susurró sobre mis labios, haciéndome sonreír — Siéntete como en casa.

— Está bien.

Sonrió, tomando una fresa del pequeño tazón que estaba sobre la barra, dándole una pequeña mordida ¿Pueden creer que incluso comiendo se veía sexy? Sus labios estaban rojos, pero pronto se hizo cargo y los lamió.

— Te ves muy hermosa con mi ropa — Dijo apoyándose contra la barra.

— ¿Te gusta?

— Me encanta.

Su tono de voz estaba lleno de misterio, me acerqué un poco, rodeando mis brazos en su cuello y acercando su rostro cerca del mío.

— También me encanta vestir tu ropa, creo que lo haré más seguido.

— Estoy totalmente de acuerdo e incluso estoy más de acuerdo si te quedas caminando alrededor de mi departamento con bragas solamente.

Sonreí y besé sus labios lentamente, sintiendo como sus suaves labios sabían a fresas.

— Deja de ser pervertida, Volkova — Dije golpeando su hombro.

— ¡Bien! Me quedaré callada — Caminó al otro lado de la barra otra vez, sentándose donde estaba antes.

— Tenemos que comer pronto o llegaremos tarde.

— Pensaba en hacer algo diferente hoy.

La miré y ella sonrió.

— Tengo que trabajar, Yul.

— Trabajas para mí, si no estoy ahí no hay razón para que trabajes.

Dejé salir una risa y me senté enfrente de ella.

— Tengo que trabajar, mi vida no gira a su alrededor, señorita.

— ¡Ouch! Eso dolió — Fingió estar dolida.

— Hablo enserio, mi amor, tengo muchos reportes que hacer y tengo que terminar la ficha de balances de este mes.

— ¿Puedes hacerlo mañana? Lo has dicho tu misma, trabajamos mucho, te estoy dando la idea de no ir a trabajar hoy y te estas negando — Habló comiendo un poco de sus huevos — Esto está muy bueno — Dijo comiendo más.

Sonreí mirándola comer.

— ¡Tengo grandes habilidades culinarias! Y volviendo al tema, podemos hacerlo en otro momento, ¿Bien?

Yulia hizo una cara de aburrimiento y se encogió de hombros.

— No hagas esa cara — Hablé poniéndome de pie, robándole un beso que se hizo cargo de prolongar lo más que pudo.

— Solo quiero pasar más tiempo contigo.

— Y lo haremos ¿vale? Pero tengo muchas cosas que hacer hoy y todavía necesito ir a "Imperium" — Mi voz bajó de tono con cada palabra que decía.

Ella no hizo una cara muy bonita.

— No pongas esa cara.

Ni siquiera respondió, solo se levantó y asintió.

— Yulia...

—¿Qué?

— Pensé que ya habíamos hablado sobre ello.

— Hablamos sobre muchas cosas, pero no definimos tu futuro ahí, futuro que ni siquiera debería existir — Gruñó.

— Vas a venir conmigo ¿verdad?

— No lo sé — Dijo caminando hacía la habitación.

No le podía exigir que me acompañase todo el tiempo, pero me sentía mejor con ella ahí, después de que Yulia conoció a Ginger Apple, empecé a bailar única y exclusivamente para ella.

Suspiré mordiéndome el labio, quizás los días de Ginger Apple estaban contados.

Decidí tomar una ducha y prepararme, afortunadamente ayer Yulia me dio tiempo de ir a casa y tomar algo de ropa para la empresa, ahora estaba aplicando mi maquillaje mientras ella se vestía. Al parecer seguía enfada conmigo hasta que escuché sonar el timbre, caminé rápidamente a la puerta, abriéndola ligeramente y cruzándome con una rubia con un exagerado escote, vistiendo ropa de gimnasio que estaba extremadamente apretado, analicé a la mujer, notando dos cosas: desesperada y zorra.

— ¿Está Yulia? — Preguntó la mujer con un tono molesto, haciéndome preguntar qué demonios quería con Yulia, mi Yulia.

— Sí, pero está ocupada ¿Quieres algo? — Pregunté bruscamente.

Me analizó de pies a cabeza y sonrió, mordiendo su labio como una perra.

— ¿Que eres de ella?

— Su novia.

— Mmm… No sabía que Yulia tenía una novia.

— Pero la tiene.

— ¿Cuál es tu nombre? — Demasiado curiosa para mí gusto.

— Lena Katina.

— Mi nombre es Keyla.

Deje salir una sonrisa sin el más minino humor, esperando que Yulia no saliese o la lanzaría desde la ventana.

— Vine a devolverle unas películas que me prestó la semana pasada, son buenas y vine por más — La rubia dijo entregándome las películas.

— ¿Yulia te dio esto?

La mujer asintió.

— Compré algunos para dárselos como un regalo ¿puedes llamarla?

Entrecerré los ojos hacia la rubia falsa enfrente de mí, contando del uno a diez para no matarla en ese momento hasta que Yulia apareció, abotonándose su blusa.

— ¡Oh! — Exclamó con los ojos abiertos.

—¡Hola, Yulia! ¡Vine a regresarte tus películas! ¡Son geniales! — Dijo la mujer emocionada.

Yulia sonrió incómodamente y solo asintió.

— Me alegra que te hayan gustado.

— ¡Sí! Me gustaron tanto que te traje algunas, espero que te gusten.

Tomó las películas y me miró, pidiendo con su mirada que me calmase.

— Bueno, me voy, acabo de volver del gimnasio y necesito una ducha — La rubia habló abanicándose a sí misma mientras mostraba su escote el cual Yulia se hizo cargo de no mirar o hubiese muerto ahí mismo — No te he visto por ahí.

— Ya no tengo tiempo de ir — Dijo Yulia rascándose el cuello.

— Siempre tan ocupada ¿verdad? — La rubia habló mirándola de pies a cabeza, rizando un mechón de su pelo.

— Ella hace mucho mejores ejercicios conmigo, cariño, ahora si nos disculpas, llegamos tarde — Hablé tomando a la mujer de su brazo para llevarla fuera.

— Bien, hablaré con ella sobre las películas más tarde — Sonrió.

— Mejor busca videos en internet, salas de chat, encontrarás a gente de tu tipo — Terminé la oración y cerré la puerta sin dejar que respondiese.

El departamento se quedó en puro silencio después del sonido de la puerta al cerrarse. Yulia me miraba como si tuviese miedo de lo que vendría después.

— Así que...

— ¡¿Usualmente conviertes tu casa en una video tienda para esas zorras?!

— ¡No, Elena! — Habló reprimiendo una risa.

— ¿De qué te ríes, Volkova?

— No me estoy riendo — La maldita lo dijo casi riéndose en mi cara.

— Oh ¿En serio?

— Es solo que es gracioso verte celosa, amor — Se acercó, tomándome por la cintura.

— No estoy celosa, es solo que no me gusta esa golfa, no la quiero frecuentando tu casa.

— Solo vino a preguntar por un poco de azúcar la semana pasada y vio las películas en el estante y pues empezó a hablar.

La miré con los ojos entrecerrados.

— No eres idiota ¡sabes que le gustas! — Me salí de sus brazos.

— Si, por supuesto que lo he notado, pero no me importa, tengo a una mujer mucho mejor conmigo.

— A mí me importa, no la quiero aquí.

Yulia sonrió.

— Solo son películas — Dijo poniéndolas en la barra.

Caminé a la barra, tomando las películas.

— Una loca aventura, La mejor vecina ¡Esa perra te está tirando buenas indirectas! — Hablé irritada, caminando con las películas hacia la ventana.

— ¿Elena? ¿Qué vas a hacer? — Preguntó caminando detrás de mí.

No respondí, tiré las películas lejos, sin importarme sin caían en la cabeza de alguien. Yulia dejó salir una carcajada, divirtiéndose de mi ataque, podría estar muriéndome de ira y aun así su risa era el sonido más encantador que podía escuchar.

— ¿Te sientes mejor ahora? — Me preguntó tomándome de la cintura.

— Sí — Rápidamente me salí de sus brazos.

— Bien, ahora deja lloriquear — Dijo sonriendo — Y vamos a trabajar, señorita Katina.

[Yulia]

Después de que dejamos el departamento, Elena seguía de mal humor, la rubia realmente la había molestado, además el lado de Lena estaba más presente ese día porque a través de sus celos mostraba la visible inseguridad, lo cual no debería pasar por que después de todo yo solo pensaba en ella.

El viaje fue lleno de silencio, como el resto de la mañana, se comportó como toda una profesional, para mi agonía por supuesto, trabajar con tu novia y no ser capaz de sacar partido de eso era molesto.

— ¿Qué cara es esa de quién come y no le gusta? Pensé que con Lena eso no pasaba — Katya habló acercándose a mi mesa, sentándose frente a mí.

Después de que Lena se negó a mi invitación a comer, alegando que iría al bar con sus amigas, llamé a Zotova quién rápidamente aceptó mi invitación.

— Cierto — Dije encogiéndome de hombros.

— Me lo imagino, ahora deja de ponerme celosa — La mujer dijo mirándome de manera sospechosa.

Katya ni siquiera necesitaba que le dijera nada, siempre sabía si mi humor era diferente.

— Dime ¿qué pasó? ¿Has peleado con Lena?

— No, o bueno, sí... ¡No lo sé!

— Por dios ¿has bebido? — Preguntó oliendo mi vaso, que solo tenía té frío.

— No ¿por qué?

— Pareces confundida.

— Efectos Katina.

— Pensé que los efectos Katina eran mejores.

— Y lo son, pero a veces esto pasa.

— ¿Pelearon? — Preguntó mientras leía el menú.

— Ha estado ignorándome la mañana entera, no me mira, no me besa, nada.

— ¿Y por qué?

— ¡Celos!

Katya dejó salir una risa contralada, no quería llamar la atención dentro del restaurante.

— ¿Tú de ella o ella de ti?

— Ella de mí, estábamos en casa y mi vecina vino a regresarme unas películas que me pidió la semana pasada y a Lena no le gustó eso.

— ¿La vecina está buena?

Me negaba contestar, la mujer era hermosa, pero no era mi tipo, mi tipo eran rusas, específicamente con el nombre de Lena o Ginger Apple… Maldición, estaba jodida.

— Por tu silencio ¿pienso que no? — Habló mordiendo su labio confundida.

— No, en realidad es muy guapa, pero no es mi tipo.

— Mmm... Ya veo.

Sonreí.

— Pero dime ¿está realmente enfadada?

— Eso creo, tiró las películas por la ventana y ha estado ignorándome toda la mañana, aparte del hecho de que arrastró a la mujer fuera de mi apartamento y le dijo que buscara a gente de su tipo.

Esta vez Katya rió a carcajadas, tomando un sorbo de su agua con el fin de ser capaz de parar de reír.

— Hablo en serio, quería reírme en ese momento, pero ella me miró con enojo, incluso me encogí, deberías haberla visto, ella le dijo: "Ella hace mucho mejores ejercicios conmigo, cariño, ahora si nos disculpas".

— Lena marca su territorio, bien hecho.

El camarero se acercó a tomar nuestra orden.

— Me gusta cuando se comporta así, pero ignorarme no es bueno, odio que me ignoren.

— Sí, lo sé... Siempre te pone de mal humor.

— Ni siquiera quiso venir a comer conmigo, me dijo que fuese a buscar a mi vecina.

— Elena te deja en cuatro — Dijo en forma de burla.

— No tienes idea... — Susurré sin querer.

Katya abrió los ojos con la boca abierta.

— ¡¿Fuiste sumisa?! — Casi gritó.

Bajé mi cabeza intentado que el suelo me tragase ahí mismo, una mujer de la mesa de al lado nos miró con los ojos abiertos.

— ¡Cállate! ¡Por supuesto que no!

— Mentirosa, conozco esa cara, Volkova ¿fuiste la sumisa? Oh Dios mío, necesito besar los pies de Lena.

Me estaba sonrojando, la gente a nuestro alrededor nos miraban con curiosidad y atentamente.

— ¡¿Se lo vas a gritar a todo el mundo?!

— Oh Dios mío, ¡OH DIOS MÍO! ¡Tú siendo la pasiva! ¡Woow! Estoy sin palabras.

— No puedo creer esto, Zotova… ¡Cállate! — Le tiré una servilleta.

— ¿Fue bueno? ¿Lo hizo bien? ¿Te azotó?

Si le dijese a Zotova lo que Lena me hizo, se burlaría de mí el resto de mi vida, imaginarla gritando en medio del lujoso restaurante como Lena me azotó y me dominó mientras teníamos sexo.

— ¿Puedes bajar la voz? ¿Crees que no sé lo que Katyuska te hizo? ¿Todas esas cosas con las esposas y el látigo?

—¡Hey, hey! Cállate, fue solo una vez… ¡Nunca más! — Katya habló con sus manos levantadas.

— Pero pasó.

— Todos tenemos nuestros momentos de pasividad.

— Serías pasiva si Katyuska decidiese volver.

— Por Katyuska Sokolova, sí, pero eso es un secreto.

Katya y yo hablamos por un buen tiempo hasta que la mujer dijo que tenía que irse porque necesitaba estar antes en la corte para defender a uno de sus más importantes clientes, le deseé buena suerte a la mujer que me guiñó y me dio una nalgada, haciendo que me sonrojase mientras veía a parejas mayores presenciar esa situación.

Sacudí mi cabeza y caminé hacia la salida, Yuri de manera amable abrió la puerta del auto para que entrase. Todo el camino fue tranquilo, no llevó mucho y estábamos cerca de los alrededores de las Industrias Volkov, tan pronto como Yuri aparcó el auto en la entrada principal, un auto elegante paró en frente de nosotros, me mantuve en silencio durante un momento cuando vi a Nastya y Oksana salir del auto, entrecerré mis ojos y aún dentro del auto continué mirando hasta que vi a Lena salir del asiento del pasajero, tenía una sonrisa amistosa mientras hablaba algo con la persona que estaba dentro, me mantuve atenta para ver quien conducía y debería estar bromeando.

Miroslava Dostoievski.

Lena caminó junto a Nastya y Oksana, todas agitaron su mano a Miroslava que solo tocó la bocina y se fue. Lena no había notado la presencia de mi auto hasta que Yuri salió y abrió la puerta para mí, yo estaba visiblemente irritada, pensando miles de posibilidades de porque ella salió de ese coche y ninguna de ellas era lo suficientemente buenas para calmarme. Respiré profundo, tomando una posición dura y brusca, me puse mis gafas y salí del auto, notando rápidamente la mirada de Lena en mí, sonrió nerviosamente y yo no hice nada, solo caminé hacia la entrada. Entré en el elevador rápidamente, incluso sabiendo que las tres necesitarían usar el elevador, pero me hice cargo de cerrar las puertas rápidamente, necesitaba estar sola para no decir algo estúpido, mis celos no eran algo saludable y en este momento estaba a punto de explotar. Tan pronto como las puertas se abrieron caminé con pasos apresurados a mi oficina, entré y cerré todas las persianas, no quería ser molestada, me serví un vaso de whiskey sin hielo y me senté en mi silla hasta que Lena entró sin siquiera llamar a la puerta.

— Es de buena educación tocar antes de entrar — Hablé bruscamente, sentándome con la espalda hacia ella.

— ¿Quieres que salga y toque a la puerta? — Su tono irónico fue fuerte.

— Si fueses una persona educada...

— ¿Qué pasó?

— Nada.

— Te conozco, Yulia.

No dije nada y escuché el sonido de sus tacones en el suelo, indicando que se estaba acercando, así que giré mi silla quedándome cara a cara con ella.

— ¿Qué estabas haciendo en el auto de Dostoievski?

— ¿Qué? — Preguntó con una mirada confusa y sorprendida.

— ¿Qué estabas haciendo con esa mujer?

— ¿Es esto por lo que estás siendo tan grosera?

— Responde mi pregunta.

— Estaba en el bar y nos encontramos con ella cuando nos íbamos.

Asentí, tomando un sorbo de mi bebida, sintiendo el líquido bajar por mi garganta desgarrando todo, estaba claro que estaba furiosa, odiaba a Miroslava y la odiaba aún más sabiendo que Lena había salido con ella.

— ¿Lo tenías planificado? ¿Es por eso que no aceptaste comer conmigo? — Hablé sospechosamente.

— ¡Por supuesto que no! ¡Fue una casualidad! Estábamos saliendo y ella también.

— Mmm… una casualidad... — Susurré levantándome de mi silla, caminando lentamente a la enorme ventana de mi oficina.

Me gustaba esa vista, mirar el caótico mundo desde abajo me permitía pensar en que mi vida no era la única que era un desastre.

— Yulia, fue solo un aventón.

— Estaba muy sonriente, hablando con entusiasmo ¿Recordando viejos tiempos, Señorita Katina?

— Para, amor, el auto de Nastya tenía un problema.

— ¿Por qué no llamaste a Yuri para que las recogiera? ¡¿Tenía que ser precisamente ella?!

— No sabía que me la iba a encontrar, fue una casualidad… ¡Por dios! — Estableció.

— No importa, no deberías haber entrado en su auto.

— ¿Qué piensas que estaba haciendo? ¿Engañándote? — Habló cara a cara y su expresión era furiosa.

Sacudí mi cabeza y tomé otro sorbo de mi bebida, quedándome en silencio.

No pensaba que me estuviera engañando, pero tampoco me gustaba la idea de Miroslava cerca de ella.

— Respóndeme.

— No pensé que me estabas engañando ¿bien? ¡Pero no te quiero con esa mujer!

— ¿Cuál es el problema?

— No lo sé, tal vez ¿El hecho de que es tu ex? ¿Y de que te haya casi comido con sus ojos en ese encuentro? Lena no te hagas la cínica, las dos conocemos muy bien la fama de Miroslava.

Se quedó callada, genial, estaba de acuerdo.

— Y las dos sabemos muy bien que me odia y estar contigo sería su felicidad — Hablé con ira, caminando a mi escritorio.

— La rivalidad entre ustedes dos no es mi culpa, Yulia.

— No te estoy culpando, solo que no quiero que aceptes aventones de ella o de nadie.

— No siempre acepto aventones… ¡El problema es que el auto de Nastya se averió! Para con tus estúpidos celos.

— No quiero y punto — Bebí el último sorbo de mi vaso y salí de la oficina.

— ¿A dónde vas? — Preguntó temerosa.

— A solucionar este problema.

[…]


[Lena]

Me quedé de alguna manera con miedo después de la salida de Yulia, no es qué pensara que iría por Miroslava a empezar un problema, no era su estilo, ella sabía cómo resolver las cosas de una manera lista, todo con pura clase y sofisticación.

Las horas pasaron y no habían señales de ella en todo el día, organicé su agenda y todos sus compromisos para el resto de la semana, hice la ficha del balance del mes, industrias Volkov estaba cada vez llegando a la cima, Yulia Volkova era el monstruo del sector de bienes raíces, nadie en todo el país tendría una posición como ella y por eso había recibido una invitación del gran premio anual, el Premio Empresarial de Rusia, el cual reunía a los mejores empresarios en el mundo. Yulia a su vez estaba nominada y tenía la oportunidad de ser la favorita por quinto año consecutivo, pero con ella, Miroslava Dostoievski estaba también nominada y de acuerdo con las noticias tenía una gran posibilidad de tomar el premio que estaba en las manos de Yulia desde hace cuantos años, dios, eso sería un caos. Puse la invitación en su escritorio, con los demás reportes, sabía que iba a ganar y estaba muy orgullosa de ello, pero en este momento mi cabeza estaba atormentada en donde podría estar, en un rato me marcharía, después de todo tendría que prepararme apropiadamente para el otro lado de mi vida, Ginger Apple actuaría esa noche y no podía llegar tarde.

Tomé mi celular y lo desbloqueé para enviarle un mensaje a Yulia, cuando Yuri se acercó a mí con calma.

El hombre tenía una amplia sonrisa y de una manera educada me habló:

— ¿Señorita Katina?

— ¿Si, Yuri?

— La Señorita Volkova me pidió que le dijese que la está esperando en su departamento.

Entrecerré mis ojos en dirección al hombre que estaba de pie enfrente de mí. Si Yulia pensaba que haría todo lo que quisiese estaba equivocada, sabía que hoy Ginger Apple iba a actuar en "Imperium". Dejé salir una risa sin el más mínimo humor y Yuri me miró confundido.

— ¡Su jefa es muy molesta!

El hombre sonrió en mi dirección, era obvio que Yuri sabía lo que estaba pasando entre ella y yo, él ha presenciado muchos de nuestros besos a "escondidas".

— Algo caprichosa, señorita Katina, pero es una buena persona.

— ¿Algo? Se refiere a mucho ¿verdad? — Dije caminando lejos de mi escritorio, el hombre calmadamente caminó junto a mí.

— Quizás.

— Dígale que no iré, tengo algo importante que hacer y ella lo sabe.

— Vale, pero también me pidió que le diera algo, pero no pude traerlo aquí.

— ¿Qué cosa?

— ¿Me puede acompañar?

Eso era muy extraño, Yuri estaba actuando todo misterioso, probablemente a petición de Yulia. Asentí y caminé junto a él, entramos en el elevador y el hombre presionó el botón que llevaba al estacionamiento, las puertas se abrieron y sin entender nada lo seguí, cruzamos el enorme estacionamiento que tenía algunos autos, la mayoría se habían ido a casa, entonces Yuri se detuvo, mirándome con una expresión calmada ¿Qué demonios estaba pasando? Estábamos parados en medio del estacionamiento, junto a un auto negro.

— Y... ¿Qué te pidió que me entregaras?

— Está aquí, señorita — Dijo apuntando el auto.

Lo miré confundida.

— ¡Oh! Déjeme entregarle esto.

El hombre puso su mano en el interior del bolsillo de su traje, sacó una caja negra y me la dio a mí, la tomé lentamente aún sin entender absolutamente nada. Abrí la caja aterciopelada, cuando me topé con una llave de un coche y una nota:

"Ahora ya no necesitaras aventones de nadie".

¡Hija de perra!

[Mila]

Caminé por medio de las bailarinas que caminaban alrededor del club, el sonido fuerte y sensual de la música llenaba mis oídos, el club empezaba a llenarse, siempre era así en los días de Ginger Apple, el movimiento aumentaba cinco veces más de lo normal, hombres y mujeres estaban sedientos por verla a ella, tenían clientes regulares conquistados gracias a ella y si todo seguía en marcha era porque la había encontrado. Nunca hubiese imaginado que la mujer tendría tanto éxito, preparé a Lena de la mejor manera posible, pero dentro de ella Ginger Apple ya existía, en su más ardiente subconsciente, pero en cuestión de meses la dulce niña se transformó en una mujer fatal.

Puse mi mano dentro del bolsillo de mi abrigo, tomando mi paquete de cigarrillos, puse uno en mi boca y lo encendí, soplando el humo lejos.

[Flashback]

— Tienes tres meses para darme el dinero o enviaré a alguien para que queme todo esto — Dijo Nikolay con ira, golpeando ambas manos en el escritorio de mi oficina.

Tragué fuerte, sintiendo mis manos frías y sudorosas, la mirada del hombre estaba llena de furia.

— Tres meses es muy poco, no es suficiente — Susurré en agonía.

El hombre dejó salir una risa malvada muy fuerte, el sarcasmo desgarrando con cada timbre que emitía.

— No me importa, Mila ¡compraste este sitio de mierda con mi dinero! ¡Y me dijiste que me pagarías!

— Dije eso, pero cuando todo empezase a funcionar — Me puse de pie en agonía.

— ¿Y quieres que espere hasta que este tugurio empiece hacer dinero? ¡Estás putas ni siquiera saben hacer su trabajo bien! — Exclamó con ira.

Nikolay Vladiv era el antiguo dueño del club, que se llamaba "Fantasy", no tenía una gran visibilidad en Moscú, ni siquiera se acercaba a los mejores clubs hasta que decidí crear mejores planes para que este lugar funcionase, solo necesitaba a alguien que entendiese realmente de negocios, así que hice un convenio con el hombre que al principio aceptó alegremente, pero con la condición de ser socios, y que todos los beneficios del club serían divididos en dos partes después de un año a mi cargo, antes todos los beneficios serían utilizados para reconstruir el edificio que se encontraba muy deteriorado y pagaría mi parte del buen trabajo. Él por lo tanto poseía la mayor parte de acciones del lugar, siendo el mayor accionista, dándome únicamente el 30% de todo, pero no todo salió como esperaba, entramos en una asociación en términos legales, pero no pude transformar el lugar en un año y descubrí que Nikolay no era tan amigable como parecía al principio.

— Dame un año más Nikolay, lo arreglaré todo, contrataré nueva gente.

El hombre rodó los ojos impacientemente, dejando salir una bocanada de aire, olía a tabaco y cerveza barata. Él no era una persona calmada y menos paciente, escuché muchos casos donde él era un buen usurero, pero también que había eliminado a mucha gente que no había cumplido con sus plazos.

— Mila, te di un año y no me diste nada.

— ¿Cómo que nada? ¿Has visto cuanto ha cambiado este lugar? De hecho parece un club ahora.

— Qué sentido tiene que luzca como un club si nadie lo frecuenta, ni siquiera esas mujeres quitándose toda su ropa atraen a una buena cantidad de gente.

No estaba equivocado, el club no tenía mucho movimiento, a veces el movimiento aumentaba un poco cuando "Cosmopolitan" que era nuestra competencia estaba cerrado, todo había salido a lo contrario de lo que había planeado, había sido capaz de cambiar el aspecto del lugar, pero el movimiento era débil y el dinero no estaba dando fruto.

— Estamos preparando a Tasya para que sea la bailarina principal — Dije con esperanza.

— ¿Quién es esa?

— ¿Cómo que quien es esa? ¡Te la presenté abajo!

— ¡Joder! Esa perra no es lo suficientemente buena, no tiene el poder que la gente quiere ¿lo entiendes? ¡Necesitas a una mujer que deje a todos en cuatro patas cuando lo mande! Necesitas a alguien que los domine a todos — Habló con rabia, pero su idea no era mala.

— Puedo hacer eso, pero necesito que me des más tiempo, por favor.

El hombre me miró seriamente y caminó a la larga ventana de mi oficina, mirando a las mujeres que bailaban abajo.

— Te daré cuatro meses, Mila, si en cuatro meses no tienes a esa mujer, estas fuera de aquí.

[Fin del Flashback]

Y lo hice, esa noche en una cafetería cuando puse mis ojos en Lena, sabía que era ella lo que estaba buscando, aunque se encontrara indefensa y frágil en ese momento, sentí que ella sería la que dominaría a toda la gente en "Imperium" y eso fue lo que pasó, después de la entrada de Lena, la preparé y enseñé yo misma, dándole vida a su otro lado, dándole vida a Ginger Apple y en menos de cuatro meses saqué de la bancarrota a "Fantasy" y lo convertí en "Imperium", siendo dominado por Ginger Apple, mi fiel y mejor stripper.

Nikolay empezó a recibir el dinero que quería del club y no ha regresado desde ese día, pero cada mes es depositado el dinero en su inmensa cuenta bancaria, escuché que se mudó a España y que estaba viviendo muy bien, pero sabía que algún día regresaría, después de todo el seguía siendo uno de los dueños de este lugar.

Recordé la primera vez que él vio a Ginger Apple actuar, sus palabras fueron firmes…

[Flashback]

Nikolay se levantó tranquilamente de su asiento con una mirada seria, para después acercarse a mí.

— Es la elegida, Ginger Apple es tu gema preciada, Mila, no la dejes ir o todo esto se hundirá.

[Fin del Flashback]

Y eran por esas palabras que estaba peleando ahora, no dejaría que Yulia Volkova se llevase el recurso más valioso de mi imperio.

— ¡¿Mila?!

Desperté de mi burbuja mirando como Tasya se acercaba emocionada.

— Creo que Ginger Apple no vendrá, hasta ahora no he visto ni un pelo de ella, además hablé con Olya y cree que no va a venir.

Entrecerré mis ojos, furiosamente, Ginger Apple nunca se había perdido un espectáculo, pero después de la influencia de Volkova en su vida ya no estaba tan segura. Tomé mi celular de mi bolsillo, marcando el número de la mujer rápidamente.

Buzón de voz…

Esto no podía estar pasando, respiré profundo, mirando a mí alrededor, todos estaban ahí por ella y ella simplemente no estaba.

— Si quieres puedo tomar su lugar — Dijo Tasya sonriendo.

— No, dile a Olya, yo seguiré intentado hablar con Ginger Apple.

Tasya hizo una mala cara, pero asintió, ella era una mujer hermosa y fiel a mí, pero no tenía la habilidad de entretener a toda esa gente. Llamé a Lena otra vez, pero de nuevo fue al buzón ¿Dónde estaba esa idiota? Sacudí mi cabeza y caminé entre toda la gente que bebía y hablaba alborotadamente hasta que posé mis ojos en la mujer que sería mi salvación.
Miroslava Dostoievski.


[Lena]

Ya estaba a dos cuadras del edificio de Yulia, estaba enojada, Mila me mataría si no me presentaba en "Imperium", pero simplemente no podía aceptar esto. No estaba hablando de un simple regalo, no era un ramo de rosas o una caja de chocolates, ni siquiera joyería, estábamos hablando de un auto, un grande y lujoso auto. No podía negar que tener un auto como este sería magnífico, pero no podría aceptar con los celos de Yulia, el auto era nuevo como si apenas hubiera salido de la fábrica, las vestiduras beige hacían juego con el iluminado y sofisticado panel, gracias a Nastya aprendí a manejar muy bien, porque Yuri no me podía traer, de acuerdo con las órdenes de Yulia tendría que ir a su departamento en "mi" auto.

Estacioné el auto a lado del de Yulia y me fui hacia el elevador, presioné el botón hasta arriba, que era donde está el departamento de Yulia, en unos segundos ya estaba enfrente de su puerta, toqué dos veces viendo que la puerta se movía lento, la puerta ya estaba abierta, la maldita mujer estaba segura de que vendría. Negué con mi cabeza caminando dentro del departamento completamente iluminado, escuchaba como Yulia hablaba con un hombre y este le respondía. Me acerqué lentamente escuchando unos fuertes golpes, guiándome por el sonido que provenía del largo pasillo, tan pronto como me acerqué a la puerta vi a Yulia parada con la mano en su cabeza, como si estuviera estresada, el hombre estaba de rodillas enfrente de la puerta con un destornillador en la manija y junto a él había una caja de herramientas.

Tan pronto Yulia posó sus ojos en mí una leve sonrisa nació de sus labios, al contrario de mi ceño fruncido, ya que estaba muy enojada.

— Alek ¿podrías esperar un momento por favor? ¿Sé que es muy tarde, pero no te importa o sí?

El hombre se paró lentamente mirándome tranquilo.

— Claro que no señorita, aprovecharé para buscar la herramienta correcta para la puerta, regresaré luego.

— Es mejor si regresa mañana — Yulia habló educadamente.

El hombre solo asintió mientras agarraba sus herramientas, él me sonrió ligera y tímidamente mientras pasaba a mi lado, como un huracán caminé hacia la oficina, en el mismo instante la mujer notó mi enojo y caminó lentamente hacia el bar para servirse un vaso de whiskey.

— ¿Quieres un poco? — Su voz sonaba tranquila.

— No vine a beber ¿vine para saber qué es esto? — Hablé sacando la llave del carro.

Yulia tomó un sorbo de su bebida, dejando sus labios mojados en los que pasó lentamente su lengua, suspiré viendo que ella me miraba con su ceño fruncido.

— Es una llave — Dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

Rodé mis ojos y resoplé enojada.

— No finjas cinismo ¿Qué significa esto? ¡El auto!

Caminó lentamente hacia su silla en la cual se sentó y giró hasta verme, sus labios se curvaron en una maldita sonrisa provocativa.

— La solución a mi problema.

Dejé salir una risa sarcástica.

— Si piensas que lo voy a aceptar… ¡estás muy equivocada! — Dije mientras ponía la llave sobre su escritorio.

— No tienes que aceptar nada, no estoy pidiendo tu aprobación, tú usarás el auto y es el fin de la historia.

— ¿Quién te garantiza eso?

— ¿Y desde cuando necesito que alguien me garantice algo? Por dios Lena, no seas ingenua yo no pido nada, yo ordeno.

Esa hija de puta aún estaba de arrogante y lo peor de todo es que amaba cuando estaba así, su voz rasposa y sensual me hacía ponerme en cuatro solo por ella.

— No conmigo, Volkova — Dije poniendo mis manos sobre su escritorio sosteniéndole la mirada.

Se paró e hizo lo mismo que yo dejando su cara a unos cuantos centímetros de la mía, sus labios estaban separados dejando que unas cuantas bocanadas de aire salieran por ellos dejándome sentir el aire caliente con aroma al alcohol, me miró a los ojos bajando a mis labios y de ahí a mi escote.

— Especialmente con usted, señorita Katina — Susurró provocándome.

Me hice hacia atrás rápidamente no era bueno para mí cordura estar tan cerca de ella.

— Estás muy equivocada, no puedo aceptar un auto ¿qué crees que la gente dirá?

— No me importa lo que la gente diga.

— ¡Pero a mí sí! Todo esto para que no acepte un aventón de Miroslava?

Yulia rodeó el escritorio acercándose a mí.

— Si, ni de ella ni de nadie más.

— Dios Yulia, fue pura coincidencia ni siquiera sabía que la iba a ver.

— Okey, no estoy diciendo que tú lo hayas programado, pero el auto ayudará a prevenir estas situaciones.

Negué con mi cabeza poniendo mis manos en mi cintura, ella se veía muy calmada, simplemente parecía que no le importaba que yo estuviera enojada.

— ¡No lo quiero! ¡No dejaré que me financies cosas!

— No te estoy financiando nada ¡Solo te di un auto! — Ella exclamó.

— ¿Solo? ¡Tal vez para ti que tienes mucho dinero es solo un auto!

— No quiero más quejas, usarás el maldito auto, tú decides, lo conduces tú o podemos fingir que es mío y un chofer privado té llevará a todos lados.

Dios, esto se estaba poniendo peor.

— No quiero nada de eso, necesitas dejar de dar órdenes absurdas.

Se acercó casi uniendo su cuerpo con el mío, di unos cuantos pasos hacia atrás, pero ella continuó.

— Y tú necesitas dejar de desobedecerlas — Habló cerca de mis labios — Te quedarás el maldito auto porque te estoy dando una maldita orden.

Suspiré.

La proximidad con ella me dejaba débil, ahora cuando lo que más necesitaba era resistir.

— ¿Me obligarás? — Pregunté alzando una ceja.

— Si es necesario, lo haré.

Me estremecí y ella pegó su cuerpo al mío, recargándome en la puerta que se cerró. Cerré mis ojos sintiendo sus labios mojados en la piel de mi cuello, sus manos fueron rápidamente a mi cintura pegándome a ella. Suspiré cuando una de sus manos bajó de mi cintura hasta mi trasero y después a mi muslo, el cual alzó haciendo que su cuerpo encajara con el mío, su lengua se movía rápidamente sobre mi cuello llevándose lo último de cordura que me quedaba, me estaba comenzado a excitar con sus audaces toques.

— No... No... Detente... — Susurré de mala gana.

Pero ella ni siquiera me escuchó, fue dejando besos hasta el lóbulo de mi oreja el cual succionó deliciosamente, causando una presión en mí centro. Mis manos fueron a su cabello del cual tiré con fuerza, sus labios fueron de mi mejilla a mis labios lo cuales besó hambrienta, con deseo, ahora mis manos estaban en su cuello rasguñándolo ligeramente, mientras sus labios maltrataban a los míos en la forma más placentera posible, su lengua jugaba con la mía, succionándola lo cual me hacía suspirar. Mi razonamiento dependía de un hilo.

"No caigas Lena.... No caigas Lena…"

Mi subconsciente prácticamente lo gritaba, pero me era muy difícil concentrarme, simplemente no podía. Oh dios, gemí cuando Yulia apretó mi trasero con fuerza.

— ¡Detente! ¡No me convencerás de que acate tus órdenes de ésta manera! — Grité, empujándola.

Pensé que estaría enojada, pero al contrario ella sonrió, curvó sus labios en una maliciosa y tentadora sonrisa, como si quisiera decir "No puedes negarte a mí" y de verdad no podía, ella era mi debilidad a paso lento ella se acercó a mí.

— No… ¡aléjate! — Me alejé de ella provocando una risa hermosa por parte de Yulia.

— ¿Qué? No es como si te fuera a comer.

— Bueno, eso es lo que quieres ¿cierto?

Se encogió de hombros y sonrío tentadoramente.

— Te dije que te alejaras, no caeré esta vez, Volkova — Hablé mientras rodeaba el escritorio para mantenerme alejada de ella, quien me seguía riéndose.

— ¿Por qué no? Te encanta Elena — Habló arrastrando su dedo índice y medio sobre el escritorio.

— Porque ya te dije que las cosas no siempre pueden ser a tu manera, no aceptaré esto y ahora me voy, tengo que ir a "Imperium".

Yulia cambió su expresión rápidamente.

Caminé hacia la puerta girando la manija la cual no se movió.

— Dame las llaves.

— ¿Qué? — Preguntó confundida.

— ¡Las llaves de la puerta, Yulia!

— ¡Mierda! — Dijo llevando su mano a su frente.

— ¿Qué?

— La puerta está atascada, el hombre que estaba aquí la estaba arreglando, pero dejó claro que no podía cerrar la puerta o ya no se abriría.

Dejé salir una risa sarcástica escuchando su tonta excusa.

— Deja de jugar, sé que no quieres que vaya a Imperium, pero es un evento importante.

— Lena, estoy diciendo la verdad.

— ¡Dame las llaves!

Ella rodó sus ojos impaciente.

— No las tengo.

— Yulia, dame las malditas llaves.

— ¡NO TENGO LAS LLAVES! — Gritó.

— ¡Deja de jugar conmigo! — Caminé hacia Yulia la cual retrocedió hasta chocar con su escritorio.

[Yulia]

Lena caminó hacia mí como si fuera a matarme, demandado las llaves de la puerta. Maldición, estaba tan concentrada en ella que se me olvidó lo de la puerta y ahora yo estaba asumiendo la culpa.

— Vamos Yulia dame las malditas llaves — Habló hecha una furia cada vez más cerca.

— Ya te dije que no tengo las llaves, la puerta de verdad está jodida — Dije alzando mis manos en forma de rendición.

— No tengo tiempo para esta mierda, tengo que estar en "Imperium" en 15 minutos y lo sabes.

— Si estás tan desesperada por ir, solo rompe la maldita puerta y ve — Hable dándole la espalda a la mujer y viendo por la enorme ventana.

Lena paró en ese instante y sentí sus ojos en mí, por el sonido de sus tacones que resonaban en el piso de madera deduje que se había parado frente al sillón.

Me pasé como 15 minutos sumergida en mis pensamientos, pensando en lo importante que era ella para mí, en cuanto quería a esa mujer a mi lado y en cuanto quería a Ginger Apple solo para mí. Lena me podía volver loca en dos diferentes maneras en solo unos minutos… ¡Qué diablos! Me giré y me dirigí al bar que había ahí, sirviéndome otro vaso de whiskey, pude ver a Lena sentada en el sillón peleando con su celular, el que, por lo que pude observar, se había quedado sin batería. "Oh qué pena" pensé, sintiéndome aliviada de que Mila no la iba a poder contactar esa noche ¿Podría estar siendo egoísta? Tal vez… ¡al carajo! Soy muy egoísta cuando se trata de Lena y la idea de tener a varias personas viendo lo que es mío, así que, si, soy egoísta.

— ¡Maldición! — Lena parecía muy enojada.

Me giré hacia ella recargándome en la mesa y la miré fijamente como pidiéndole que continuara.

— ¿Qué pasa? Estás feliz ¿no? — Sentí que nacía una sonrisa en mis labios y sabía que eso la iba a enojar más
— Eres una cínica ¿lo sabías? Mila va a matarme, Ginger Apple ya debería de estar bailando… ¡Maldita sea!

— Deberías calmarte Katina, ni siquiera con el papa aquí vas a llegar a tiempo, así que relájate y duerme al parecer vamos a pasar la noche aquí — Me encogí de hombros.

— Las ganas que tengo de golpearte, son demasiadas — Su enojo era evidente.

Bebí de mi whiskey viendo la escena de enojo de mi mujer, era cómica.

— Aún pienso que lo hiciste a propósito, tú sabías que tenía que ir hoy... Pero tú prepotencia fue mayor, como siempre.

Esto estaba empezando a molestarme y esta vez no lo dejaría pasar, Lena aprendería quien estaba a cargo.

— ¿Ha cruzado por tu mente que yo tampoco quería estar encerrada aquí contigo quejándote por ese estúpido club? — Hablé con algo de rudeza.

— Estúpido club... — Repitió con desprecio — Ahora te quejas, pero amabas ir por ahí ¿verdad?

— Iba ahí por Ginger Apple.

— ¿Y cuál es la diferencia ahora?

— Que ahora la tengo cuando yo quiera, no necesito ir al club, eres mía ¿Cuándo lo entenderás?

Nuestras miradas ardían, sabía que yo también la estaba molestando.

— En el momento que tú también aprendas que no puedes comprarme, en el momento que aprendas que no puedes domar a la bestia — Habló levantando su voz, haciendo aparecer a Ginger Apple.

— Ya veremos.

Esta noche Ginger Apple no se presentaría, esta noche Yulia Volkova domaría a la bestia.

Dejé de recargarme de la mesa, agarrando mi vaso y lanzándolo a una esquina, escuchando el ruido de vidrio quebrarse en el piso, caminé hacia Lena que me miraba asustada. Me acerqué a ella y la pegué a mi cuerpo, acercando mi boca a su oído.

— Puedes correr las veces que quieras, pero solo yo te puedo domar, es la ley de la vida — Le susurré.

Sentí a Lena temblar en mis brazos y supe que ahí había ganado la batalla, bajé mis manos a su cintura donde la apreté, mientras jugaba con su oreja.

— Tienes que aprender, que nunca te dejaré que estés a cargo, crees que estás a cargo, pero al final solo yo puedo cogerte muy bien — Llevé mi mano a su trasero y apreté fuerte.

Lena tembló, sabía que estaba excitada.

— Oh... ¡Eres una maldita! — Habló con una voz rasposa.

— Dilo Lena... Dime… ¿quién te deja así de excitada sin siquiera tocarte?

— ¡Tú!

— ¿Quién te hace gemir de esta forma?

— Tú, Yul...

— ¿Y quién es la que te puede domar?

Llevé mis manos a los botones de su blusa y esperé por su respuesta.

Ella gimió deliciosamente.

— Tú, Yulia — Dijo lentamente.

— Sí, yo — Tiré de sus botones fuertemente rompiendo su blusa de seda.

Tomé sus labios con fuerza y la empujé hasta el sofá, me senté encima de ella, haciendo que mi falda se levantara hasta mi cintura. Lena gemía en mi boca mientras yo masajeaba sus pechos por encima del sostén, sus manos estaban en mi trasero bajo la falda, aparentando cada vez más fuerte. De un momento a otro la habitación se volvió el mismo infierno, la quería a ella ahí y en ese momento, ya le estaba quitando la blusa, cuando un ruido en la puerta me sacó de mi trance.

Dejé de besar a Lena y bajé de su regazo acomodándome la blusa señalando la puerta, Lena se paró, se arregló la falda y corrió a ponerse el abrigo que traía. Cuando terminé de acomodarme la blusa, la puerta se abrió dejando ver a una mujer y un hombre que nos miraban espantados.

— Señorita Volkova, lo siento, pero escuché el sonido del vidrio rompiéndose y después otros ruidos extraños y me espanté entonces llamé al cerrajero para ver qué es lo que estaba pasando.

— Oh claro no hay problema... De hecho necesitábamos ayuda, la puerta se atascó y nos íbamos a quedar aquí toda la noche, así que gracias — Hablé lo más calmada posible.

Lena me miró espantada sosteniendo el frente del abrigo como si estuviera sosteniendo algo valioso.

— Bueno, ya que veo que está bien, regresaré a dormir, lamentó haberla molestado, que tenga una linda noche.

— Claro, muchas gracias, me salvó de una noche con dolor de espalda — Dije de manera irónica, pero solo Lena entendió.

— Buenas noches — Dijo antes dejarnos solas de nuevo.

— Bueno, ya me voy, veo que nuestra discusión no llegará a ningún lado.

Suspiré enojada, no quería que se fuera, no quería pasar la noche sin ella ¿Era muy difícil entender que no quería compartir a mi mujer con nadie más?

— Quédate... Por favor — Susurré haciendo que se detuviera a mitad del camino.

La mujer me miró por unos segundos suspirando derrotada.

— Ya es tarde, tú y yo sabemos que el horario de tu show ya acabó — Dije calmada.

Bajó su cabeza y negó levemente, subió su cabeza y me miró.

— Te odio.

Sonreí acercándome a ella y agarrándola por la cintura, ganaría este juego, Lena sería mía, solo mía.

Arrow Arrow Arrow
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, LENYNK, Ely y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por LENYNK 8/24/2020, 8:53 pm

Esa Mila comienza a darme mala espina 😱 excelente capitulo como siempre 😉

LENYNK

Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 08/10/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/25/2020, 2:29 pm

Julia me saca de mis casillas, todo lo quiere a la fuerza y todo es ordenando 🤨

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/25/2020, 5:18 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 40 (Castigada)


[Mila]

Me quedé por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día agotador, gracias a dios o mejor dicho, gracias a Ginger Apple. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Ginger Apple siempre había sido impecablemente profesional en "Imperium" hasta que conoció a Yulia, por supuesto, ni siquiera quería pensar en eso, su tiempo de presentarse ya había pasado y no había ninguna señal de ella, ni siquiera una maldita llamada. Olya tomó su lugar esta noche, la morena era mi segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural y la facilidad que tenía para seducir, cubría la ausencia de Ginger Apple, pero no mucho, la "intocable" tenía clientes que solo asistían por ella.

— Escuché que Ginger Apple no vino.

Respiré profundamente y permanecí en el mismo lugar en el que estaba, llevé el cigarro a mis labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Tasha. La mujer se veía hermosa y sonreía como si dijera "te lo dije".

— No tiene caso que pongas esa cara de funeral Mila, sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano — La mujer hablaba pacientemente mientras caminaba hacia el bar para servirse un Martini.

— No debería de hacerme esto, yo fui la persona que más la ayudó.

— Ya se olvidó de eso, ahora tiene a Yulia.

Yulia... solo el nombre me hacía sentir una gran repulsión, maldito el día en que entró al club.

Apreté fuerte el vaso, sintiendo que en cualquier momento se rompería entre mis dedos hasta que sentí los dedos de Tasha deslizarse por mis brazos en una caricia.

— Te lo dije, Mila, pero aun así te apiadaste de ella — Susurraba sus palabras fríamente en mi cuello, causando que todo mi cuerpo temblara — Ginger Apple no merece tu compasión.

— No es su culpa, es culpa de Yulia — Dije con enojo.

Sentía a Tasha sonreír a mis espaldas, su mano subió a mi hombro donde apretó lentamente, en un lento y relajante masaje.

— No importa de quien es la culpa, no podemos dejar que nuestro plan se venga abajo, no podemos dejar que Yulia se lleve a Ginger Apple de Imperium ¿no? — Dijo suavemente, mientras dejaba que sus labios húmedos se deslizaran por toda la extensión de mi cuello.

Solo asentí.

Nunca nos habíamos envuelto de forma carnal, pero esta noche pareciera que quería algo más.

— Cierto.

— Perfecto, sabemos que la señorita Dostoievski está abajo, así que ve y convéncela de conocer a nuestra pobre bailarina — Dijo cerca de mi oído, dando una pequeña mordida en el lóbulo cuando terminó de hablar, cerré los ojos y suspiré, mirando a través de la gran ventana de vidrio.

Miroslava Dostoievski estaba divirtiéndose a expensas de una de las bailarinas, si ella sería la solución a mis problemas.

— Déjamelo a mí, lo haré.

Tasha sonrió pícaramente y me guiñó el ojo.

— Te espero aquí para celebrar — Dijo sentándose en mi silla.

La miré por última vez antes de dejar la oficina, bajé las escaleras escuchando la sensual música volverse más fuerte cada segundo, pasé entre algunas personas hasta llegar al centro donde estaba mi objetivo. Miroslava sonreía traviesa, sus ojos estaban cargados de lujuria por la bailarina semi desnuda que se movía sensualmente delante de ella, al parecer estaba disfrutando el pequeño show, en algunos momentos ponía algunos billetes en el elástico de las bragas de la bailarina.

Me acerqué lentamente y me senté junto a ella en el sofá de cuero, Miroslava dejo salir un soplo de aire, dejando que el humo de su cigarro se esparciera por el ambiente.

— ¿Disfrutando el show?

Me miró con una sonrisa sorprendida, dejando el cigarro en el cenicero junto a la mesa.

— Estoy fascinada.

— ¿En serio?

— Sí, es mejor cada vez, mira — Apuntó a la rubia que se movía sensualmente delante de ella.

— Me honra que le guste Señorita Dostoievski, usted es uno de los clientes más importantes de "Imperium".

Sonrió con un aire arrogante, tomando un sorbo de su bebida.

— ¿Lo soy?

— Por supuesto, sé que viaja mucho y no tiene mucho tiempo para frecuentar mi club, pero tengo cosas mucho mejores que mostrarle.

Me miró curiosa, arqueando una ceja con una sonrisa en su cara.

— ¿Mejor? Si ya estoy fascinada con ella, imagínate con lo mejor.

— Mucho mejor, señorita Miroslava.

— Estoy abierta a nuevas propuestas — Dijo en tono de broma.

Miroslava ya estaba muy emocionada, seguramente ya había bebido más de lo que debía, pero nunca perdió su postura arrogante y la sonrisa traviesa. La mujer tenía una reputación de ser juguetona y depredadora, su nombre siempre estaba estampado en las revistas de chismes, siempre muy bien acompañada de mujeres hermosas, modelos e incluso prostitutas, pero a ella no le importaba, después de todo ¿a quién le podría importar la opinión de otras personas con la cantidad de dinero que tenía?

— Muy bien, sabe reconocer buenas bailarinas, le presentaré a la mejor bailarina de todo el club.

— ¿Mejor que todas ellas?

— Mejor que ellas, la mejor de todo Moscú para ser exacta — Dije confiadamente.

— Estás poniéndome muy curiosa de conocer a esa mujer.

— Maravilloso, en tres días actuará aquí, si quiere puede venir para que aprecie a mi gema preciosa, si es de su interés, podemos hacer buenos negocios.

— ¿Cuál es su nombre?

— Ginger Apple, debo advertirle que ella nunca sale con ningún cliente, no es una prostituta, solo una bailarina, pero le garantizo, que es mejor que todas ellas juntas.

Miroslava soltó una pequeña risa, tomando un sorbo de su bebida.

— ¿Nunca salió con ningún cliente?

— No, como le dije es solo una bailarina, no acepta ningún tipo de acercamiento.

— Para todo en la vida hay una excepción, Mila.

Retar a Miroslava para conquistar a Ginger Apple era la mejor forma, era el tipo de mujer que ama los retos, pero más allá de eso, amaba ganarlos.

— No sé si puedas hacerlo, ella solo le dio la oportunidad a una mujer en todos estos años.

Podía verla fruncir el ceño, dándome una mirada curiosa.

— ¿Quién fue la afortunada?

Sonreí cínicamente.

— ¿No se lo puede imaginar?

— Odio adivinar, dime ¿Tiene que ser poderosa, no es así?

— Lo es.

— ¡Dime!

—Yulia Volkova.

En el instante que escuchó el nombre de Yulia, una sonrisa apareció en sus labios… ¡La tengo!

— ¿La única?

Asentí pacientemente.

— Yulia fue la única que logró acercarse a Ginger Apple, siempre viene a ver sus actuaciones.

— ¿Cliente regular entonces?

— Sí, digamos que Yulia no se pierde ninguno.

— Yulia y yo siempre nos hemos encontrado a lo largo de la vida — Dijo mirando a la bailarina frente a ella, parecía estar pensando en todo lo que habíamos hablado, su expresión la traicionaba — Creo que ahora la tal Ginger Apple me gusta incluso más, le demostraré que si Yulia pudo hacerlo, yo también.

— ¿Entonces vendrás?

— Por supuesto, necesito ver a tu gema preciosa, Mila.

— Genial, no te arrepentirás te lo garantizo, bueno, disfrute de la noche si necesita algo, solo llámeme, señorita Dostoievski.

Levantó su vaso en mi dirección con una sonrisa y me fui.

Caminé a pasos lentos a mi oficina y por la ventana pude ver a Tasha mirándome, hice una señal de éxito y ella sonrió, Yulia no me quitaría a Ginger Apple, no lo haría.

[Yulia]

No sé si había sido suerte o destino el quedarnos atrapadas en esa oficina hasta que la hora de su presentación terminó. Debo confesar que eso me dejó muy feliz, después de todo no me agradaba tener a mi mujer bailando para un montón de gente que la imaginaba de una manera en la que solo yo podía tenerla, al principio Lena no creía que la puerta en realidad estaba atorada, pero después lo aceptó y con una petición cargada de dulzura decidió pasar la noche conmigo.

Le pedí bañarse conmigo, pero se negó, diciendo que yo no merecía nada esa noche y no había plegaria que la hiciera cambiar de opinión, así que solamente me ocupé de tomar un largo baño, para después irme y darle uno de mis camisones para que durmiera, después de todo no había empacado ropa para pasar la noche. Mientras Elena estaba bañándose, me encargué de preparar algo de comer, pasé toda la tarde atrapada en una agencia eligiendo el mejor auto para ella, obviamente yo quería darle un gran auto, pero la conocía muy bien, si iba a ser difícil que aceptara este, imagínense si le comprara un auto tan caro como el mío… Enloquecería.

Negué mientras cortaba algunas frutas, era muy tarde y no haría algo muy tardado o pesado para comer, una ensalada de fruta sería suficiente para mantenernos satisfechas hasta el siguiente día, un esfuerzo que no haríamos, desafortunadamente. Corté todo en piezas pequeñas, desde fresas, plátanos, kiwis, uvas, manzanas, etc. Mezclando todo con yogurt natural. Caminé a la habitación dejando la bandeja en la mesa de noche, no podía esperar a que Lena comenzara a comer, se tomó cinco minutos más hasta que la puerta se abrió, salió del baño usando solamente mi camisón gris que le llegaba apenas un poco más arriba de medio muslo, removió el exceso de agua de su cabello distraídamente mientras yo suspiraba como una idiota. ¡Oh, dios, Yulia!

La miré por sabe cuántos minutos, notando cuan caliente se veía usando mi ropa, claro que prefería a Lena usando lo que me gustaba más, nada, pero el camisón se veía genial.

Terminó de secar su cabello y puso sus ojos en mí.

— ¿Qué? — Dijo con una sonrisa.

— Me gusta verte usando mi ropa.

Lena le dio una mirada rápida a su cuerpo y después me miró.

— Me gusta usar tu ropa, aunque este camisón es un poco largo — Comentó mientras caminaba hacia el baño.

Era un poco grande, dejaba al descubierto sus piernas y parte de su trasero. Una vista hermosa debo decir, estaba usando unas pequeñas bragas de encaje blanco, seguramente sería una maravilla quitarlas con mi boca. Sacudí la cabeza por los pensamientos pervertidos que estaba teniendo hasta que regresó del baño con un frasco de humectante en la mano, puso una pierna en la orilla de la cama y lentamente esparció un poco de crema corporal en su piel y deslizó sus manos lentamente, era algo tentador todo esto. Imaginen, tu acostada en tu cama viendo a Lena usando únicamente un camisón, con su cabello húmedo echado a un lado, mientras sus manos se deslizan por sus largas y bien formadas piernas, sabía lo que me provocaba y lo hacía a propósito.

— ¿¡Yulia?! — Escuché su voz y la miré.

Me veía con una sonrisa cínica, negué y tomé el plato que tenía la ensalada de fruta.

— Hice esto para que comiéramos.

Lena hizo una cara de emoción y después gateó por la cama para acercarse, quedando muy cerca, al punto de sentarse en mis piernas.

— Se ve delicioso — Dijo como si lo que hizo fuera lo más normal del mundo.

El peligro vivía dentro de esta mujer, Lena y sus pequeñas acciones me provocaban poseerla, pero sabía que no me lo permitiría, no esta noche, como parte de mi castigo.

— Y lo es, hice algo muy ligero.

Puse las manos en los muslos de Lena e hice una lenta caricia, ella me miraba con una sonrisilla y lentamente tomó una cuchara para capturar un poco de la ensalada de fruta, yo no hice nada, solo moví mis manos de abajo hacia arriba, desde sus tobillos a su trasero, donde apretaba ligeramente.

— No, ni siquiera lo piense, señorita Volkova — Lena hizo un signo de negación con su dedo y limpió sus labios con la lengua quitando el yogurt que había quedado ahí.

— No hay manera en que no te toque cuando estás sentada así en mis piernas.

— Entonces me voy.

Cuando tomó impulso para levantarse de mis piernas, la tomé firmemente de la cintura, haciendo que sus ojos encontraran los míos automáticamente.

— ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no quieres tener sexo conmigo?

Lena siguió comiendo y después puso un poco en mi boca, estaba muy bueno.

— Estás castigada, Yulia.

— ¿Puedo preguntar por qué?

Entrecerró los ojos en mi dirección y me miraba como si dijera "Deja de ser tan cínica".

— ¿Todo esto es por el auto?

— ¡Obviamente! Esto no puede pasar ¿Si me vieras salir del jet privado de esa mujer, me comprarías uno también?

Solté una risa divertida, hablar de esa manera parecía una exageración, pero solo le había comprado un auto ¿Qué hay de malo en eso?

— No te rías, estoy hablando en serio Volkova, no puedes actuar como si fueras mi dueña.

Suspiré y Lena me dio más ensalada de fruta.

— Lo siento Elena, fue un impulso ¿vale? Sé que actué mal y me disculpo.

— Actuaste muy mal.

— Lo sé, pero en serio quiero que te quedes con el auto.

Lena me miró con algo de severidad.

— Piensa que eso podría ayudarte tanto a ti como a las chicas, el auto de Nastya se averió y ahora tienen uno nuevo.

— Yulia, cuando un auto se avería se manda al mecánico, no compramos otro, al menos es lo que la gente normal hace.

Sonreí, tomé su cara y la acerqué para darle un beso lento y por suerte me respondió a pesar de que estaba enojada.

— Esto no hará que termine la huelga.

Esta vez fui yo quien entrecerró los ojos en su dirección.

— ¿Huelga?

— Sí, tengo que encontrar una buena forma de castigarte y una huelga de sexo resuelve el problema — Dijo calmadamente, tomando la última pieza de fresa y mordiéndola lentamente, en una maldita provocación.

— No es gracioso — Dije poniendo el plato en la mesa.

— No estoy jugando, no hay sexo para ti.

— ¡Lena! — Grité, empujando su cuerpo contra el colchón.

Chilló cuando me senté sobre su cadera atrapando sus muñecas contra la suave cama.

— ¿Estás segura que no quieres tener sexo? — Susurré en su oído con voz ronca.

Pude verla tragar fuerte y después continué, deslicé mis labios por su lóbulo, dejando pequeñas bocanadas de aire escapar por mis labios.

— Estoy se...segura — Susurró.

— ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? — Pregunté dejando besos por su cuello.

En un rápido movimiento revirtió nuestras posiciones, posicionándose de la misma forma que yo estaba antes, sonreí ¿Se había rendido?

— Ruégame — Dijo lamiendo sus dedos índice y pulgar lentamente — Y acepta ser la pasiva.

Me reí, pero me reí fuerte, no rogaría para ser la pasiva… ¡De ninguna manera! Ya habían sido suficientes ocasiones en las que me había rendido, eso estaba destruyendo mi ego.

— Nena, vamos, detente — Dije subiendo las manos por la camiseta de Lena.

— ¡No! Tómalo o déjalo.

Me quedé mirando por unos minutos a la mujer quien sonreía provocativamente, lo estaba haciendo a propósito. Confieso que la maldita mujer sabía muy bien como castigarme.

— Elena...

— ¿Vas a aceptar?

— ¡No!

— Muy bien, entonces no hay sexo para ti — Dijo levantándose, haciéndome sentir culpable en el fondo por no aceptar.

Después de todo ella también estaba perdiendo con este juego y vería que tan lejos iba a llegar.

[Lena]

Le di un beso casto en los labios a Yulia, aún estaba durmiendo serenamente, había aceptado apropiadamente su castigo y solo había dormido acurrucada a mí, era muy temprano y ya estaba vestida para regresar a casa, necesitaba ropa para el trabajo, así que le escribí una nota:

"Me fui temprano para recoger mi ropa, te veías hermosa durmiendo y no quise despertarte, te veo en Industrias Volkov, te amo".

Lena…

Le dio un pequeño beso al papel y lo dejé en el buró, le di una última mirada y después me fui.

Reluctantemente entre a "mi" auto, Yulia no había aceptado de ninguna manera a que me negara, necesitaba uno y estaba muriendo por comprar uno, pero ganarme a uno de mi novia, no estaba en consideración, el auto era hermoso, lujoso y costoso, todo lo que no podía tener, pero ahora lo tenía ¿cierto?

El viaje por las calles de Moscú fue relativamente tranquilo, no tomó mucho para que llegara a mi edificio.

— ¡Vamos chicas, tenemos que tomar un taxi! Estar sin mi lata vieja está dejándome un dolor en el corazón — Dijo Nastya tomando las llaves de la casa.

— ¿Ya enviaste a alguien que lo recoja? — Pregunto Oksana tomando su bolso.

— No, necesito llamar a alguien que lo remolque, esa lata vieja no dejará este lugar ni con una oración.

Me reí suavemente y solo las acompañé, bajamos en el elevador entre bromas y nos dirigimos al estacionamiento, Nastya y Oksana me miraron confundidas cuando me detuve a lado de mi auto.

— Elena, sé que no tenemos un auto, pero robar uno no es lo mejor que puedes hacer.

— Dios claramente dijo que no debemos robar.

— No puedo robar lo que es mío, Oksana — Dije presionando el pequeño control que abría el auto.

Ambas me miraron con los ojos abiertos.

— ¿A quién le robaste esto? — Pregunto Oksana asustada.

— Si es lo que me estoy imaginando, casaremos a Lena con Yulia lo más pronto posible.

— Nastya... — Regañé a la mujer.

— ¿Podrían ponerme al tanto?

Nastya soltó una risa fuerte, subiendo al asiento del copiloto y Oksana la siguió al asiento trasero.

— Si estoy en lo correcto, esto fue un regalo de Yulia ¿estoy en lo cierto?

Oksana jadeó mirándome.

— ¿Es verdad?

Las miré a ambas que estaban esperando una respuesta rápida.

— Fue más un capricho que un regalo.

— ¿Cómo?

— Me dio el auto porque nos vio bajándonos del auto de Miroslava ayer.

— ¡Por dios! — Oksana dijo.

— ¿Crees que si vamos al departamento de Miroslava, Yulia te regale uno?

— Nastya, detén esta insensatez ¿de acuerdo? Ella actuó muy mal.

— Son muchos celos para una sola persona — Dijo Oksana estando de acuerdo conmigo.

— Solo tengo que decir que amo este auto, miren chicas, todo digital y sofisticado — Dijo Nastya tocando el tablero del auto.

— Aun así lo voy a regresar.

— ¡No lo harás! Ahora cállate y conduce.

— Lo haré, no quiero que siga financiándome — Dije poniendo en movimiento el auto y alejándome.

— Elena, necesitas entender una cosa, aun si Yulia no te financia, un día cuando las dos tomen el siguiente paso en su relación, tendrás que aprender a vivir con los beneficios que ella puede darte.

— Nastya tiene razón, tendrás que dejar tu orgullo a un lado, podemos ver que Yulia solo quiere lo mejor para ti.

— Lo sé, pero no quiero ser la persona que la succiona.

— ¡Pensé que te gustaba! — Dijo Nastya con doble intención.

— ¡Nastya!

Oksana y yo hablamos al mismo tiempo.

— Contrólate, quiero saber si algún día iré al cielo.

— Oksana, todos tenemos sexo ¿está bien? Yo, Lena y tú, el sexo es bueno, nos rejuvenece, si me voy al infierno por eso, tendré más sexo para que valga la pena.

— Tengo que estar de acuerdo con ella.

— Dios las perdonará por todos esos pecados.

Nos reímos y seguimos el camino a la empresa.

[Yulia]

Caminé a pasos apresurados a Industrias Volkov, recibiendo un tímido saludo del portero y algunas miradas curiosas y atentas de otros empleados, estaba completamente segura que mi fama con ellos, es que era una completa perra con los empleados y particularmente no me importaba. Seguí mi camino al elevador sin siquiera mirar a los lados, presioné el botón e indiqué el piso de mi oficina, pero antes de que las puertas se cerraran pude ver a mi mujer entrando junto con sus amigas y maldición, se veía increíblemente sexy.

Los ojos verdes de Lena inmediatamente se conectaron con los míos y rápidamente una sonrisa apareció en sus labios, la cual fue correspondida.

— Buen día, señoritas — Dije con los ojos en Lena.

— Buen día, señorita Volkova — Oksana y Nastya dijeron al mismo tiempo.

— ¿Usted no va a desearme un buen día, señorita Katina? — Dije con una sonrisa cínica.

Lena estaba usando esa mañana un vestido rojo, algo ajustado, que llegaba un poco debajo de medio muslo y eso destacaba sus jodidamente maravillosas curvas, sus piernas estaban cubiertas por medias negras y en sus pies zapatos de tacón negros. Se giró hacia mí, dejándome notar su llamativo y delicioso escote, su cabello estaba sujeto en un moño bien hecho.

— Buen día, señorita Volkova.

La maldita mujer dejó salir cada palabra de manera arrastrada, haciendo que todo mi cuerpo temblara y mis ganas de repetir nuestro episodio en el elevador me comía por dentro.

— ¿Tuvieron un buen viaje de su casa a acá, señoritas?

Lena arqueó una ceja.

— Genial, el auto es muy bueno, señorita — Oksana habló amablemente.

— Quisiste decir divino ¿cierto? Incluso estoy pensando en dejar mi auto ser remolcado de una vez, no quiero volver a entrar en esa lata vieja otra vez, después de haber estado en el lujoso auto de Elena — Dijo Nastya riendo.

— Nastya... — Lena la empujó, lo cual me hizo reír.

Deslicé la mano ligeramente por la columna de Lena, lo que la hizo pararse derecha.

— ¿Nos vamos? — Dije tan pronto como se escuchó el ding, haciendo que las puertas se abrieran.

No caería en los juegos de Lena, ella quería con todas sus fuerzas hacerme rogar, pero mi orgullo era más fuerte que eso.

[…]

No era fácil lo admito, resistirse a Ginger Apple era una prueba de fuego, la cual no estaba preparada para afrontar, la maldita mujer decidió probar mis limites durante dos días desde el anuncio de la huelga, sin la más ligera vergüenza, pero no podía rendirme.

Estábamos ahora en mi oficina, yo junto al sector financiero de la empresa estábamos en una importante reunión en la cual no me podía concentrar… ¿Por qué? Porque Lena estaba en la parte de atrás, sentada en el sofá tomando notas de forma distraída. Hoy estaba usando una falda negra, en la parte de arriba llevaba una blusa blanca sin mangas y unos tacones negros, estaba con una postura recta, con las piernas cruzadas, dándome una vista completa de que esa mañana estaba usando un liguero negro.

Maldición ¿Por qué demonios tenía que estar usando eso? Golpeé los dedos en la taza de té en mi escritorio, dejando hablar a los dos hombres, de vez en cuando asentía, pretendiendo que estaba escuchando todo, cuando de hecho estaba perdida en la mujer delante de mí. Ahora entendía porque mi padre siempre decía "No mezcles trabajo con relaciones personales" Este era el resultado.

Lena acomodó un mechón que insistía en caer detrás de su oreja, escribía los temas más importantes que estábamos discutiendo, así que no me importaba si no estaba escuchando lo que estos hombres aburridos estaban diciendo hasta que escuché a uno de ellos aclararse la garganta, sacándome de mis pensamientos.

— ¿Señorita Volkova? — Dijo el más joven.

Lo mire y él estaba mirándome.

— Entonces… ¿le gusta este nuevo método? — Preguntó.

Parpadeé algunas veces, viendo a Lena quien me miraba con una sonrisa.

— Lo voy a pensar ¿vale? Analizaré todo y después los llamaré.

Los hombres se miraran entre ellos y asintieron, para después levantarse y salir de mi oficina.

Moví la cabeza tomando un sorbo de mi té helado, Lena se levantó de donde estaba con una amplia sonrisa, sabía que ella era la razón por la cual estaba así.

— Estaba muy distraída, señorita Volkova — Dijo cerrando su cuaderno y caminando hacia mí.

Rodeó mi silla y se sentó en el escritorio, justa al lado mío, mis ojos inmediatamente cayeron en sus pies, los cuales estaban apoyados en el mueble detrás de mí, dejando sus piernas y el liguero expuestos.

— ¿Cómo no estarlo? ¿Por qué demonios está usando eso, señorita Katina? — Exclamé dejando mi mano descansar en su muslo.

— ¿No te gusta? Lo compré para ti — Dijo fingiendo inocencia, mientras cruzaba las piernas otra vez, mirándome.

— Lena... Lena...

— Necesitas ver el resto de la lencería, es hermosa — Susurró juguetona y después se levantó.

En un segundo me levanté tras ella y pegué mi cuerpo al suyo, haciendo que apoyara su cuerpo en el gabinete delante de ella.

Soltó un suspiro y sonrió cínicamente.

— Puedo verla ahora si quieres — Le susurré en el oído, mordiéndole el lóbulo.

Podía ver el vello de Lena levantarse, mis manos corrieron rápidamente al dobladillo de su falda, donde rápidamente la levanté, haciendo que suspirara.

— Estás loca...

— Usted está volviéndome loca, señorita Katina — Deslicé mis labios por su cuello, mientras con las manos presionaba su cuerpo contra el mío — Completamente loca.

— Por dios, Yulia... ¡Alguien puede vernos! — Su nervioso tono de voz, solo aumentaba mi deseo de poseerla.

La huelga que Lena me había impuesto estaba volviéndome loca, no sería capaz de manejarlo por más tiempo. Me alejé un poco de su cuerpo, dando una mirada rápida y maldita sea, la lencería era pequeña, no cubría absolutamente nada, ella estaba destinada a torturarme.

— ¿Estás nerviosa? Nadie te dijo que me provocaras tanto, Ginger Apple — Susurré bajo, dejando que mis manos que estaban en sus muslos subieran a su cadera, hasta bajar de nuevo, pero ahora hacia su centro.

Ella estaba nerviosa, el temor de ser descubiertas estaba excitándola, deslicé mis dedos por la delgada tela que cubría su centro, haciéndola suspirar profundamente.

— ¿Miedo? No tengo miedo, Yulia — Dijo sensualmente, girándose para encararme — Pero no obtendrás nada hasta que aceptes mis condiciones — Dijo tratando de salir de mis brazos.

La sujeté fuerte, atrapando su cuerpo con el mío firmemente.

— Cuando esta huelga termine, prepárate, porque compensaré todo este tiempo.

Tomé mi celular, el cual estaba vibrando incansablemente en el escritorio y lo contesté.

— Diga… — Hablé.

— ¿¡Yul?!

— ¿Any? — Pregunte confundida, haciendo que Lena se detuviera a medio camino.

— Hola, Yul ¿Ahí esta Gingi?

Sonreí en el celular.

— Sí, pequeña ¿Pasó algo?

Lena frunció el ceño y se acercó rápidamente.

— ¿Qué pasa? — Preguntó nerviosamente.

Le hice una seña para que guardara silencio.

— No pasa nada, solo que estoy en casa de la Tía Mina y no quiero estar aquí sola, es muy aburrido.

— ¿Dónde está tu mamá?

— Fue por mi papá a alguna ciudad, pero no recuerdo cual ¿podrías pasar por mí?

Lo pensé por algunos minutos.

— Por supuesto, no te preocupes, hablamos después pequeña — Dije terminando la llamada.

— ¡Yulia dime que está pasando! — Exclamó Lena en agonía.

— ¿Puedes relajarte? Any está bien.

— ¿Cómo es que te llamó? ¿Cómo tiene tu número?

Acerqué a Lena de la mano lentamente, hasta que estuvo cerca de mí, cuando se trataba de Anya, ella era muy cuidadosa.

— Amor, mírame.

Me miró angustiada.

— Anya está bien, me llamó para pedirme que la recogiera, dijo que era muy aburrido donde estaba.

Lena entrecerró los ojos y sonreí.

— ¡¿Qué?! No puedo creer que esa niña te llame por una tontería como esa...

— Elena, le dije que podía llamarme cuando quisiera y lo está haciendo.

— Hablaré con ella, no puede hacer eso.

Jalé su cuerpo más cerca del mío y le rodeé la cintura con los brazos.

— Déjala en paz, la recogeremos por la tarde.

—¿Qué? — Preguntó sorprendida.

— Exactamente lo que escuchaste, reprograma nuestros compromisos, según Anya, la Tía Mina no es divertida.

— ¿Dónde está Inessa?

— Dijo que se fue por tu padre.

Lena bufó exasperada, moviendo la cabeza.

— Relájate ¿De acuerdo? Todo va a estar bien.

— No lo está, mi madre no puede dejar a Anya en la casa de alguien más solo para ir a buscar a ese pedazo de basura.

— ¿No está en la casa de una tía?

— Sí, pero Mina ni siquiera es cercana a la familia.

— La recogeremos hoy, relájate.

— Si quieres y me lo permites por supuesto, iré sola y la dejaré con Olya para regresar al trabajo.

Sonreí y deposité un pequeño beso en sus labios.

— Mira, Any me llamó a mí, entonces señorita Katina, usted es solo una invitada en nuestro día.

Abrió la boca, pretendiendo estar ofendida.

— ¿De eso se trata? ¿Un complot?

— Sí… ¿así que aceptas pasar el rato con nosotras?

Lena sonrió y me besó.

— Por supuesto que acepto.

La jalé incluso más cerca si eso era posible en un lento y duradero beso, no sé por cuanto tiempo nos quedamos en ese afecto, pero solo nos alejamos cuando escuchamos que abrían la puerta.

— Woow… ¿enredándose en la empresa? — Preguntó Katya riendo.

Solté a Lena lentamente, riéndome de Katya que nos veía con una expresión traviesa. Lena a mi lado, se sonrojó violentamente mientras se arreglaba la blusa.

— Katya...

— ¿Estoy mintiendo? Vine aquí para resolver asuntos importantes y me encuentro a la jefa besando a una secretaria.

— ¿Eso es envidia? — Preguntó Lena juguetonamente.

— Obviamente, estoy en una sequía interminable — Bufó Katya enojada.

— Yulia también, disfrútalo — Dijo Lena saliendo de la oficina.

— ¿Estás en una sequía interminable?

— Huelga de sexo ¿puedes creer eso?

— Lo peor en la vida ¿quieres olvidar tu dolor bebiendo?

— Si — Dije riendo.

— Genial, el whisky bastará, mientras tanto ve esta carpeta, encontré todo lo que pediste, podemos empezar el proceso y pronto tendrás lo que quieres.

— ¿Pronto? — Pregunté sacando los papeles de la carpeta.

— Pronto, con mucho dinero por supuesto, pero tendrás lo que quieres.

— El dinero no es problema, Zotova.

— Eso lo sé muy bien, Volkova — Dijo Katya levantando su vaso.

[Lena]

Me entró la curiosidad después de dejar la oficina de Yulia, ella y Katya se estaban encargando de asuntos que ni yo conocía, pregunté si necesitaban algo, pero ella se negó e incluso me dijo que necesitaba estar sola con su mejor amiga. Está bien, eso me molestó más de lo que debería, no es que estuviera celosa, pero siempre estaba al tanto de cada asunto que se trataba en esa oficina, menos de este.

Me quedé en mi escritorio, haciéndome cargo de todas mis actividades, cuando ella salió de la oficina.

— ¿Nos vamos, Elena?

— ¿A dónde?

— ¿Qué quieres decir con "a donde"? A recoger a Anya.

En un segundo recordé que Yulia había prometido recoger a Anya, no sabía que mi hermana llamaba a mi novia y yo no estaba de acuerdo, después de todo Yulia era una mujer muy ocupada y cerrada a otros, pero su actitud de dejar todo e ir juntas me dejaba sorprendida.

— Yul ¿estás segura?

Miró la pantalla de su celular y después me miró a mí.

— Por supuesto, ya programé lo que haremos.

La miré sorprendida.

— ¿En serio?

— Sí, así que vamos, iremos en tu auto.

— Tuyo ¿cierto? — Dije tomando mi bolso.

— Bueno, vamos a pretender que es mío.

[…]

Hablé con Mina quien me dijo que Inessa se había ido a buscar a Sergey, ya que no había aparecido en dos semanas, no es que me importara claro, ya hace tiempo que los que se decían ser mis padres no me causaban ningún sentimiento, la única persona que en verdad me importaba estaba dentro del auto con Yulia.

— La traeré mañana por la mañana, ya que Inessa no regresará pronto.

— Está bien, Inessa dijo que regresaría mañana por la noche, es mejor si la niña se queda contigo, no está acostumbrada a mí, siempre se siente fuera de lugar.

— Me lo imagino, debería estar con su madre.

— Sabemos que antes que todo, Inessa valora su matrimonio — Habló calmada la mujer.

— Lo que claramente está haciendo mal, pero como sea, no me importa ella y mucho menos él.

Mina tocó mis hombros en una lenta caricia.

— No deberías odiar a tu madre, Elena.

— No la odio, solo no me importa lo que haga con su vida.

— Aun así, continua siendo tu madre.

— Dejó de ser mi madre cuando dejó de estar a mi lado cuando más la necesitaba.

La mujer no dijo nada tan pronto como terminé el comentario, lo sabía todo, pero nunca dijo nada de lo que había pasado.

— ¿Tienes algo con la señorita de ahí? — Preguntó apuntando a Yulia que estaba jugando con Anya dentro del auto.

— Nada que te interese, tía, regresaré mañana por la mañana, buenas tardes.

Caminé con pasos lentos de vuelta al auto, escuchando el fuerte sonido de la música. Entrecerré los ojos viendo a Anya bailar en el asiento trasero y a Yulia riendo divertida, era hermoso ver a las personas más importantes de mi vida divirtiéndose y llevándose bien. Yulia se veía mucho más relajada, antes de ir a recoger a Any nos habíamos cambiado de ropa, ahora estaba usando unos jeans y una playera blanca, su cabello estaba suelto y ondulado, se veía linda, pero no le quitaba lo atractiva.

— ¿Puedo saber que desastre es este? — Dije entrando al auto.

— Oh, hay que bajar la música, Elena luchará por poner orden en su auto.

— Gingi ¿este auto es tuyo? — La pequeña casi gritó.

Le lancé una mirada furiosa a Yulia quien sonrió.

— Sí Any, es mío.

— Woow… Me dijiste que tendrías un buen auto, pero no me dijiste que sería tan hermoso.

— Mmm… ¿entonces finalmente aceptaste el auto? — Preguntó Yulia arqueando una ceja.

— Cállate, Any ni siquiera lo sabía.

— Pero lo sabes ahora ¿no? Entonces vamos, se dé un lugar asombroso donde podemos tener un buen picnic.

— ¿De verdad? Amo los picnics, ni siquiera recuerdo la última vez que tuvimos uno — Any dijo tranquilamente.

— Debe ser porque nunca tuviste uno, Any.

Nos reímos divertidas.

— Mi mamá nunca quiso tener uno con nosotras ¿verdad Gingi?

Suspiré y asentí.

— Bueno, cambiaremos eso hoy e iremos a hacer un picnic — Yulia dijo emocionada.

Y lo hicimos, teníamos toda la tarde por delante. Yulia nos llevó a uno de los parques más hermosos de Moscú, nuestro picnic fue maravilloso, con todo y la sábana blanca y roja y todos los bocadillos que nos gustaban. Era obvio que había enviado a alguien a comprar todo eso, pero me hacía feliz saber que le importaba lo suficiente para darnos el mejor tiempo posible. Ya habíamos caminado por todo el parque, deteniéndonos a comprar algodón de azúcar y globos para Any, incluso habíamos alimentado a los patos que nadaban en el lago. Ahora estaba sentada en una banca, mientras las miraba hacer burbujas, había tantas burbujas que un labrador color caramelo, comenzó a saltar para "comer" la mayoría de las burbujas. Solté una risa cuando Yulia hizo muchas burbujas y Anya cayó al piso riendo cuando el perro saltó tratando de atraparlas, el avergonzado dueño lo jaló con la correa, pero Yulia hizo una señal de que estaba bien, le dio el pequeño objeto que hacia las burbujas a Anya y se acercó a mí.

— Any, deja en paz al perro — Dije viendo a mi hermana acariciar al enorme perro delante de ella.

El perro movía la cola animadamente mientras su dueño lo sujetaba por la correa.

— Déjala Elena, está divirtiéndose — Yulia dijo sentándose a mi lado.

Estábamos sentadas cerca del lago, Yulia lentamente se recostó contra el árbol que nos daba buena sombra.

— Tengo miedo de que la muerda.

Sonrió e hizo que me acercara, haciendo que mi cuerpo se uniera al de ella.

— Relájate, estamos aquí para olvidar todos los problemas y ese perro parece estar bien entrenado.

Suspiré derrotada, viendo a Anya hablarle al pobre animal que no entendía absolutamente nada.

Yulia y yo nos reímos.

— Parece que le gusta — La escuché susurrar.

— Le gustas mucho.

Sonrió abiertamente, depositando un beso en mi mejilla.

— También me gusta y me gusta verte así de feliz.

La miré y sus iris eran claro, con un brillo diferente.

— Serías una buena madre — Dije sonriendo.

Entrecerró los ojos y alejó la mirada.

— ¿Eso crees?

— Por supuesto, te llevas bien con Any, pareciera que se conocen desde hace años.

— Las Katin tienen algo que hace que me enamore de ellas muy rápido — Dijo apretándome lentamente en sus brazos.

— ¿Eso es cierto?

Asintió.

— ¿Sabías que una cierta Volkov tiene los mismos efectos?

Sonrió y selló sus labios con los míos.

— ¡Pero creo que la malcrías mucho! — Hablé desconectando mis labios de los suyos, mientras tocaba su nariz con le punta de mi dedo.

— Tal vez, pero no hay daño.

— ¡No claro que no, imagínatelo! Vas a malcriar mucho a tu hijo — Dije saliendo de entre sus brazos, encarándola.

— Cuando tengamos un hijo, puedo imaginármelo ¿sabes?

Sonreí, sentándome

— ¿Puedes?

— Por supuesto, tú serás la mamá gruñona y mandona y yo seré la mamá cool.

Abrí la boca, pretendiendo estar ofendida.

— ¡Por supuesto que no! ¡Le vas a gustar más así!

— Nos amará por igual, amor.

— No lo hará, si tú haces todo lo que quiere, le vas a gustar más.

Crucé los brazos e hice un puchero.

— No lo hará, deja de hacer puchero, nos amará de igual forma, aun si hago todo lo que él quiera.

— Te dejaré en huelga de sexo si mal crías a nuestro hijo — La amenacé.

Ahora era el turno de ella de estar sorprendida.

— No lo harías...

— Lo haría, sabes muy bien eso — Me levanté — Así que no juegues a la listilla.

— ¿Yo? Vamos amor ¡No interferiré en ninguna de tus órdenes! ¡Lo que tú digas se hace! — Yulia se levantó y me jaló por la cintura.

Solté una risa fuerte y enredé los brazos en su cuello.

— ¡Genial! Me gusta que obedezcan, Volkova.

— Sí, señorita Katina — Fingió complacencia.

— Te amo tanto ¿sabes? — Dije intensamente.

— También te amo Elena, te amo mucho.

Sonrió y se acercó lentamente para unir sus labios con los míos en un beso cargado de amor.

Juro que podía debilitarme, tenía tanto poder sobre mí y cada día me encontraba más enamorada de esta mujer. Poco a poco Yulia mostraba una pequeña pieza de su interior y como podía ser maravillosa, en poco tiempo me sentía amada, cuidada y deseada, aun con todos los problemas y el mundo contra nosotros, al final ella me hacía sentir que todo funcionaria y tiene razón, si te esfuerzas y luchas por tus objetivos, no hay nada que pueda derrumbarte, nada te impedirá ir a dónde quieres ir. Créanme, estar con alguien a quien amas, en momentos como estos es un sentimiento inexplicable, no importa quién es, novio, novia, amigos o incluso tus padres, siente cada maravilloso momento como si fuera el último de tu vida. Márcalos con un punto de tu felicidad e incluso con todo el tormento que la vida te impone, recuerda: Al final todo estará bien.

— ¡Gingi! — Any gritó acercándose.

Me separé de Yulia y miré a la pequeña que venía guiando al perro.

— Any ¿Qué estás haciendo con ese perro?

Yulia rió.

— Illya dijo que podía caminar con él ¿no es hermoso, Gingi? ¡Quiero uno! — Dijo hincándose a lado del perro, acariciándolo en la cabeza y el lamiendo su nariz.

— No, no, no ni siquiera lo pienses.

— ¡¿Yul puedes comprarme un perro?!

— ¡Anya Katina!

— Por supuesto Any, podemos agendarlo un día e iremos a comprar un cachorro.

— ¡No, Yulia!

Ambas me miraron como diciendo "Por favor, por favor".

— No puedes ir a casa con un perro, Any — Le dije calmada.

La pequeña hizo una cara triste y miró a Yulia quien se rascaba el cuello cuidadosamente.

— Podemos comprarlo y dejarlo en mi departamento.

En el mismo instante en el que Yulia habló, los ojos de Anya se abrieron de emoción.

— Yulia...

— ¡Amo a los perros! Puedes hacer eso totalmente.

— Juro que si Gingi te deja algún día, voy a pelear por ti — Dijo Anya seriamente haciéndonos reír.

— ¿Lo harías? ¿Olvidas que soy tu hermana mayor, jovencita?

— No importa, yo creo que Yulia y tu hacen una maravillosa pareja.

— Sabes, yo también creo eso, es una lástima que tu hermana sea tan gruñona, va a quejarse por tu perro.

— Oh lo haré, ese perro destruirá todo.

— Será bueno, justo como el gigante que está aquí ¿cierto amigo?

El perro solo resopló y nos miró.

— Creo que el dueño lo quiere de regreso, será mejor que lo devuelvas.

Anya miró al hombre que las observaba desde lejos.

— Diles adiós, gigante — Any dijo tomando la pata del perro y moviéndola como una despedida.

— Adiós, gigante — Hablé después de que se fuera con el perro para entregárselo a Illya.

— ¿Elena?

— ¿Si? — Pregunté girándome hacia Yulia.

Se acercó y me tomó de la cintura otra vez.

— ¿Qué piensas de la idea de que vivamos juntas después de que tengas la custodia de Anya?

Entrecerré los ojos.

— ¿Lo dices en serio?

Sonrió y asintió.

— Me gusta estar contigo, me siento bien, me siento feliz ¿sabes?

Por dios ¿Podía ser más perfecta?

— ¡Eso se escucha increíble, Yul!

— ¡Podemos empezar a pensar en eso!

— Si podemos, claro que podemos.

Hizo una enorme sonrisa y me abrazó muy fuerte.

— Todo funcionará para nosotras, Elena.

— Sé que lo hará — Dije besando sus labios otra vez.

Yulia era todo lo que necesitaba para ser feliz de nuevo y la tenía.



Arrow Arrow Arrow




Jajajaja!!! Crean que Yulia acepte ser la pasiva?
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A VIVALENZ28, Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK y a Yulieth les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/25/2020, 5:18 pm

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Img_2014

Capítulo 40 (Castigada)


[Mila]

Me quedé por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día agotador, gracias a dios o mejor dicho, gracias a Ginger Apple. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Ginger Apple siempre había sido impecablemente profesional en "Imperium" hasta que conoció a Yulia, por supuesto, ni siquiera quería pensar en eso, su tiempo de presentarse ya había pasado y no había ninguna señal de ella, ni siquiera una maldita llamada. Olya tomó su lugar esta noche, la morena era mi segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural y la facilidad que tenía para seducir, cubría la ausencia de Ginger Apple, pero no mucho, la "intocable" tenía clientes que solo asistían por ella.

— Escuché que Ginger Apple no vino.

Respiré profundamente y permanecí en el mismo lugar en el que estaba, llevé el cigarro a mis labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Tasha. La mujer se veía hermosa y sonreía como si dijera "te lo dije".

— No tiene caso que pongas esa cara de funeral Mila, sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano — La mujer hablaba pacientemente mientras caminaba hacia el bar para servirse un Martini.

— No debería de hacerme esto, yo fui la persona que más la ayudó.

— Ya se olvidó de eso, ahora tiene a Yulia.

Yulia... solo el nombre me hacía sentir una gran repulsión, maldito el día en que entró al club.

Apreté fuerte el vaso, sintiendo que en cualquier momento se rompería entre mis dedos hasta que sentí los dedos de Tasha deslizarse por mis brazos en una caricia.

— Te lo dije, Mila, pero aun así te apiadaste de ella — Susurraba sus palabras fríamente en mi cuello, causando que todo mi cuerpo temblara — Ginger Apple no merece tu compasión.

— No es su culpa, es culpa de Yulia — Dije con enojo.

Sentía a Tasha sonreír a mis espaldas, su mano subió a mi hombro donde apretó lentamente, en un lento y relajante masaje.

— No importa de quien es la culpa, no podemos dejar que nuestro plan se venga abajo, no podemos dejar que Yulia se lleve a Ginger Apple de Imperium ¿no? — Dijo suavemente, mientras dejaba que sus labios húmedos se deslizaran por toda la extensión de mi cuello.

Solo asentí.

Nunca nos habíamos envuelto de forma carnal, pero esta noche pareciera que quería algo más.

— Cierto.

— Perfecto, sabemos que la señorita Dostoievski está abajo, así que ve y convéncela de conocer a nuestra pobre bailarina — Dijo cerca de mi oído, dando una pequeña mordida en el lóbulo cuando terminó de hablar, cerré los ojos y suspiré, mirando a través de la gran ventana de vidrio.

Miroslava Dostoievski estaba divirtiéndose a expensas de una de las bailarinas, si ella sería la solución a mis problemas.

— Déjamelo a mí, lo haré.

Tasha sonrió pícaramente y me guiñó el ojo.

— Te espero aquí para celebrar — Dijo sentándose en mi silla.

La miré por última vez antes de dejar la oficina, bajé las escaleras escuchando la sensual música volverse más fuerte cada segundo, pasé entre algunas personas hasta llegar al centro donde estaba mi objetivo. Miroslava sonreía traviesa, sus ojos estaban cargados de lujuria por la bailarina semi desnuda que se movía sensualmente delante de ella, al parecer estaba disfrutando el pequeño show, en algunos momentos ponía algunos billetes en el elástico de las bragas de la bailarina.

Me acerqué lentamente y me senté junto a ella en el sofá de cuero, Miroslava dejo salir un soplo de aire, dejando que el humo de su cigarro se esparciera por el ambiente.

— ¿Disfrutando el show?

Me miró con una sonrisa sorprendida, dejando el cigarro en el cenicero junto a la mesa.

— Estoy fascinada.

— ¿En serio?

— Sí, es mejor cada vez, mira — Apuntó a la rubia que se movía sensualmente delante de ella.

— Me honra que le guste Señorita Dostoievski, usted es uno de los clientes más importantes de "Imperium".

Sonrió con un aire arrogante, tomando un sorbo de su bebida.

— ¿Lo soy?

— Por supuesto, sé que viaja mucho y no tiene mucho tiempo para frecuentar mi club, pero tengo cosas mucho mejores que mostrarle.

Me miró curiosa, arqueando una ceja con una sonrisa en su cara.

— ¿Mejor? Si ya estoy fascinada con ella, imagínate con lo mejor.

— Mucho mejor, señorita Miroslava.

— Estoy abierta a nuevas propuestas — Dijo en tono de broma.

Miroslava ya estaba muy emocionada, seguramente ya había bebido más de lo que debía, pero nunca perdió su postura arrogante y la sonrisa traviesa. La mujer tenía una reputación de ser juguetona y depredadora, su nombre siempre estaba estampado en las revistas de chismes, siempre muy bien acompañada de mujeres hermosas, modelos e incluso prostitutas, pero a ella no le importaba, después de todo ¿a quién le podría importar la opinión de otras personas con la cantidad de dinero que tenía?

— Muy bien, sabe reconocer buenas bailarinas, le presentaré a la mejor bailarina de todo el club.

— ¿Mejor que todas ellas?

— Mejor que ellas, la mejor de todo Moscú para ser exacta — Dije confiadamente.

— Estás poniéndome muy curiosa de conocer a esa mujer.

— Maravilloso, en tres días actuará aquí, si quiere puede venir para que aprecie a mi gema preciosa, si es de su interés, podemos hacer buenos negocios.

— ¿Cuál es su nombre?

— Ginger Apple, debo advertirle que ella nunca sale con ningún cliente, no es una prostituta, solo una bailarina, pero le garantizo, que es mejor que todas ellas juntas.

Miroslava soltó una pequeña risa, tomando un sorbo de su bebida.

— ¿Nunca salió con ningún cliente?

— No, como le dije es solo una bailarina, no acepta ningún tipo de acercamiento.

— Para todo en la vida hay una excepción, Mila.

Retar a Miroslava para conquistar a Ginger Apple era la mejor forma, era el tipo de mujer que ama los retos, pero más allá de eso, amaba ganarlos.

— No sé si puedas hacerlo, ella solo le dio la oportunidad a una mujer en todos estos años.

Podía verla fruncir el ceño, dándome una mirada curiosa.

— ¿Quién fue la afortunada?

Sonreí cínicamente.

— ¿No se lo puede imaginar?

— Odio adivinar, dime ¿Tiene que ser poderosa, no es así?

— Lo es.

— ¡Dime!

—Yulia Volkova.

En el instante que escuchó el nombre de Yulia, una sonrisa apareció en sus labios… ¡La tengo!

— ¿La única?

Asentí pacientemente.

— Yulia fue la única que logró acercarse a Ginger Apple, siempre viene a ver sus actuaciones.

— ¿Cliente regular entonces?

— Sí, digamos que Yulia no se pierde ninguno.

— Yulia y yo siempre nos hemos encontrado a lo largo de la vida — Dijo mirando a la bailarina frente a ella, parecía estar pensando en todo lo que habíamos hablado, su expresión la traicionaba — Creo que ahora la tal Ginger Apple me gusta incluso más, le demostraré que si Yulia pudo hacerlo, yo también.

— ¿Entonces vendrás?

— Por supuesto, necesito ver a tu gema preciosa, Mila.

— Genial, no te arrepentirás te lo garantizo, bueno, disfrute de la noche si necesita algo, solo llámeme, señorita Dostoievski.

Levantó su vaso en mi dirección con una sonrisa y me fui.

Caminé a pasos lentos a mi oficina y por la ventana pude ver a Tasha mirándome, hice una señal de éxito y ella sonrió, Yulia no me quitaría a Ginger Apple, no lo haría.

[Yulia]

No sé si había sido suerte o destino el quedarnos atrapadas en esa oficina hasta que la hora de su presentación terminó. Debo confesar que eso me dejó muy feliz, después de todo no me agradaba tener a mi mujer bailando para un montón de gente que la imaginaba de una manera en la que solo yo podía tenerla, al principio Lena no creía que la puerta en realidad estaba atorada, pero después lo aceptó y con una petición cargada de dulzura decidió pasar la noche conmigo.

Le pedí bañarse conmigo, pero se negó, diciendo que yo no merecía nada esa noche y no había plegaria que la hiciera cambiar de opinión, así que solamente me ocupé de tomar un largo baño, para después irme y darle uno de mis camisones para que durmiera, después de todo no había empacado ropa para pasar la noche. Mientras Elena estaba bañándose, me encargué de preparar algo de comer, pasé toda la tarde atrapada en una agencia eligiendo el mejor auto para ella, obviamente yo quería darle un gran auto, pero la conocía muy bien, si iba a ser difícil que aceptara este, imagínense si le comprara un auto tan caro como el mío… Enloquecería.

Negué mientras cortaba algunas frutas, era muy tarde y no haría algo muy tardado o pesado para comer, una ensalada de fruta sería suficiente para mantenernos satisfechas hasta el siguiente día, un esfuerzo que no haríamos, desafortunadamente. Corté todo en piezas pequeñas, desde fresas, plátanos, kiwis, uvas, manzanas, etc. Mezclando todo con yogurt natural. Caminé a la habitación dejando la bandeja en la mesa de noche, no podía esperar a que Lena comenzara a comer, se tomó cinco minutos más hasta que la puerta se abrió, salió del baño usando solamente mi camisón gris que le llegaba apenas un poco más arriba de medio muslo, removió el exceso de agua de su cabello distraídamente mientras yo suspiraba como una idiota. ¡Oh, dios, Yulia!

La miré por sabe cuántos minutos, notando cuan caliente se veía usando mi ropa, claro que prefería a Lena usando lo que me gustaba más, nada, pero el camisón se veía genial.

Terminó de secar su cabello y puso sus ojos en mí.

— ¿Qué? — Dijo con una sonrisa.

— Me gusta verte usando mi ropa.

Lena le dio una mirada rápida a su cuerpo y después me miró.

— Me gusta usar tu ropa, aunque este camisón es un poco largo — Comentó mientras caminaba hacia el baño.

Era un poco grande, dejaba al descubierto sus piernas y parte de su trasero. Una vista hermosa debo decir, estaba usando unas pequeñas bragas de encaje blanco, seguramente sería una maravilla quitarlas con mi boca. Sacudí la cabeza por los pensamientos pervertidos que estaba teniendo hasta que regresó del baño con un frasco de humectante en la mano, puso una pierna en la orilla de la cama y lentamente esparció un poco de crema corporal en su piel y deslizó sus manos lentamente, era algo tentador todo esto. Imaginen, tu acostada en tu cama viendo a Lena usando únicamente un camisón, con su cabello húmedo echado a un lado, mientras sus manos se deslizan por sus largas y bien formadas piernas, sabía lo que me provocaba y lo hacía a propósito.

— ¿¡Yulia?! — Escuché su voz y la miré.

Me veía con una sonrisa cínica, negué y tomé el plato que tenía la ensalada de fruta.

— Hice esto para que comiéramos.

Lena hizo una cara de emoción y después gateó por la cama para acercarse, quedando muy cerca, al punto de sentarse en mis piernas.

— Se ve delicioso — Dijo como si lo que hizo fuera lo más normal del mundo.

El peligro vivía dentro de esta mujer, Lena y sus pequeñas acciones me provocaban poseerla, pero sabía que no me lo permitiría, no esta noche, como parte de mi castigo.

— Y lo es, hice algo muy ligero.

Puse las manos en los muslos de Lena e hice una lenta caricia, ella me miraba con una sonrisilla y lentamente tomó una cuchara para capturar un poco de la ensalada de fruta, yo no hice nada, solo moví mis manos de abajo hacia arriba, desde sus tobillos a su trasero, donde apretaba ligeramente.

— No, ni siquiera lo piense, señorita Volkova — Lena hizo un signo de negación con su dedo y limpió sus labios con la lengua quitando el yogurt que había quedado ahí.

— No hay manera en que no te toque cuando estás sentada así en mis piernas.

— Entonces me voy.

Cuando tomó impulso para levantarse de mis piernas, la tomé firmemente de la cintura, haciendo que sus ojos encontraran los míos automáticamente.

— ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no quieres tener sexo conmigo?

Lena siguió comiendo y después puso un poco en mi boca, estaba muy bueno.

— Estás castigada, Yulia.

— ¿Puedo preguntar por qué?

Entrecerró los ojos en mi dirección y me miraba como si dijera "Deja de ser tan cínica".

— ¿Todo esto es por el auto?

— ¡Obviamente! Esto no puede pasar ¿Si me vieras salir del jet privado de esa mujer, me comprarías uno también?

Solté una risa divertida, hablar de esa manera parecía una exageración, pero solo le había comprado un auto ¿Qué hay de malo en eso?

— No te rías, estoy hablando en serio Volkova, no puedes actuar como si fueras mi dueña.

Suspiré y Lena me dio más ensalada de fruta.

— Lo siento Elena, fue un impulso ¿vale? Sé que actué mal y me disculpo.

— Actuaste muy mal.

— Lo sé, pero en serio quiero que te quedes con el auto.

Lena me miró con algo de severidad.

— Piensa que eso podría ayudarte tanto a ti como a las chicas, el auto de Nastya se averió y ahora tienen uno nuevo.

— Yulia, cuando un auto se avería se manda al mecánico, no compramos otro, al menos es lo que la gente normal hace.

Sonreí, tomé su cara y la acerqué para darle un beso lento y por suerte me respondió a pesar de que estaba enojada.

— Esto no hará que termine la huelga.

Esta vez fui yo quien entrecerró los ojos en su dirección.

— ¿Huelga?

— Sí, tengo que encontrar una buena forma de castigarte y una huelga de sexo resuelve el problema — Dijo calmadamente, tomando la última pieza de fresa y mordiéndola lentamente, en una maldita provocación.

— No es gracioso — Dije poniendo el plato en la mesa.

— No estoy jugando, no hay sexo para ti.

— ¡Lena! — Grité, empujando su cuerpo contra el colchón.

Chilló cuando me senté sobre su cadera atrapando sus muñecas contra la suave cama.

— ¿Estás segura que no quieres tener sexo? — Susurré en su oído con voz ronca.

Pude verla tragar fuerte y después continué, deslicé mis labios por su lóbulo, dejando pequeñas bocanadas de aire escapar por mis labios.

— Estoy se...segura — Susurró.

— ¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? — Pregunté dejando besos por su cuello.

En un rápido movimiento revirtió nuestras posiciones, posicionándose de la misma forma que yo estaba antes, sonreí ¿Se había rendido?

— Ruégame — Dijo lamiendo sus dedos índice y pulgar lentamente — Y acepta ser la pasiva.

Me reí, pero me reí fuerte, no rogaría para ser la pasiva… ¡De ninguna manera! Ya habían sido suficientes ocasiones en las que me había rendido, eso estaba destruyendo mi ego.

— Nena, vamos, detente — Dije subiendo las manos por la camiseta de Lena.

— ¡No! Tómalo o déjalo.

Me quedé mirando por unos minutos a la mujer quien sonreía provocativamente, lo estaba haciendo a propósito. Confieso que la maldita mujer sabía muy bien como castigarme.

— Elena...

— ¿Vas a aceptar?

— ¡No!

— Muy bien, entonces no hay sexo para ti — Dijo levantándose, haciéndome sentir culpable en el fondo por no aceptar.

Después de todo ella también estaba perdiendo con este juego y vería que tan lejos iba a llegar.

[Lena]

Le di un beso casto en los labios a Yulia, aún estaba durmiendo serenamente, había aceptado apropiadamente su castigo y solo había dormido acurrucada a mí, era muy temprano y ya estaba vestida para regresar a casa, necesitaba ropa para el trabajo, así que le escribí una nota:

"Me fui temprano para recoger mi ropa, te veías hermosa durmiendo y no quise despertarte, te veo en Industrias Volkov, te amo".

Lena…

Le dio un pequeño beso al papel y lo dejé en el buró, le di una última mirada y después me fui.

Reluctantemente entre a "mi" auto, Yulia no había aceptado de ninguna manera a que me negara, necesitaba uno y estaba muriendo por comprar uno, pero ganarme a uno de mi novia, no estaba en consideración, el auto era hermoso, lujoso y costoso, todo lo que no podía tener, pero ahora lo tenía ¿cierto?

El viaje por las calles de Moscú fue relativamente tranquilo, no tomó mucho para que llegara a mi edificio.

— ¡Vamos chicas, tenemos que tomar un taxi! Estar sin mi lata vieja está dejándome un dolor en el corazón — Dijo Nastya tomando las llaves de la casa.

— ¿Ya enviaste a alguien que lo recoja? — Pregunto Oksana tomando su bolso.

— No, necesito llamar a alguien que lo remolque, esa lata vieja no dejará este lugar ni con una oración.

Me reí suavemente y solo las acompañé, bajamos en el elevador entre bromas y nos dirigimos al estacionamiento, Nastya y Oksana me miraron confundidas cuando me detuve a lado de mi auto.

— Elena, sé que no tenemos un auto, pero robar uno no es lo mejor que puedes hacer.

— Dios claramente dijo que no debemos robar.

— No puedo robar lo que es mío, Oksana — Dije presionando el pequeño control que abría el auto.

Ambas me miraron con los ojos abiertos.

— ¿A quién le robaste esto? — Pregunto Oksana asustada.

— Si es lo que me estoy imaginando, casaremos a Lena con Yulia lo más pronto posible.

— Nastya... — Regañé a la mujer.

— ¿Podrían ponerme al tanto?

Nastya soltó una risa fuerte, subiendo al asiento del copiloto y Oksana la siguió al asiento trasero.

— Si estoy en lo correcto, esto fue un regalo de Yulia ¿estoy en lo cierto?

Oksana jadeó mirándome.

— ¿Es verdad?

Las miré a ambas que estaban esperando una respuesta rápida.

— Fue más un capricho que un regalo.

— ¿Cómo?

— Me dio el auto porque nos vio bajándonos del auto de Miroslava ayer.

— ¡Por dios! — Oksana dijo.

— ¿Crees que si vamos al departamento de Miroslava, Yulia te regale uno?

— Nastya, detén esta insensatez ¿de acuerdo? Ella actuó muy mal.

— Son muchos celos para una sola persona — Dijo Oksana estando de acuerdo conmigo.

— Solo tengo que decir que amo este auto, miren chicas, todo digital y sofisticado — Dijo Nastya tocando el tablero del auto.

— Aun así lo voy a regresar.

— ¡No lo harás! Ahora cállate y conduce.

— Lo haré, no quiero que siga financiándome — Dije poniendo en movimiento el auto y alejándome.

— Elena, necesitas entender una cosa, aun si Yulia no te financia, un día cuando las dos tomen el siguiente paso en su relación, tendrás que aprender a vivir con los beneficios que ella puede darte.

— Nastya tiene razón, tendrás que dejar tu orgullo a un lado, podemos ver que Yulia solo quiere lo mejor para ti.

— Lo sé, pero no quiero ser la persona que la succiona.

— ¡Pensé que te gustaba! — Dijo Nastya con doble intención.

— ¡Nastya!

Oksana y yo hablamos al mismo tiempo.

— Contrólate, quiero saber si algún día iré al cielo.

— Oksana, todos tenemos sexo ¿está bien? Yo, Lena y tú, el sexo es bueno, nos rejuvenece, si me voy al infierno por eso, tendré más sexo para que valga la pena.

— Tengo que estar de acuerdo con ella.

— Dios las perdonará por todos esos pecados.

Nos reímos y seguimos el camino a la empresa.

[Yulia]

Caminé a pasos apresurados a Industrias Volkov, recibiendo un tímido saludo del portero y algunas miradas curiosas y atentas de otros empleados, estaba completamente segura que mi fama con ellos, es que era una completa perra con los empleados y particularmente no me importaba. Seguí mi camino al elevador sin siquiera mirar a los lados, presioné el botón e indiqué el piso de mi oficina, pero antes de que las puertas se cerraran pude ver a mi mujer entrando junto con sus amigas y maldición, se veía increíblemente sexy.

Los ojos verdes de Lena inmediatamente se conectaron con los míos y rápidamente una sonrisa apareció en sus labios, la cual fue correspondida.

— Buen día, señoritas — Dije con los ojos en Lena.

— Buen día, señorita Volkova — Oksana y Nastya dijeron al mismo tiempo.

— ¿Usted no va a desearme un buen día, señorita Katina? — Dije con una sonrisa cínica.

Lena estaba usando esa mañana un vestido rojo, algo ajustado, que llegaba un poco debajo de medio muslo y eso destacaba sus jodidamente maravillosas curvas, sus piernas estaban cubiertas por medias negras y en sus pies zapatos de tacón negros. Se giró hacia mí, dejándome notar su llamativo y delicioso escote, su cabello estaba sujeto en un moño bien hecho.

— Buen día, señorita Volkova.

La maldita mujer dejó salir cada palabra de manera arrastrada, haciendo que todo mi cuerpo temblara y mis ganas de repetir nuestro episodio en el elevador me comía por dentro.

— ¿Tuvieron un buen viaje de su casa a acá, señoritas?

Lena arqueó una ceja.

— Genial, el auto es muy bueno, señorita — Oksana habló amablemente.

— Quisiste decir divino ¿cierto? Incluso estoy pensando en dejar mi auto ser remolcado de una vez, no quiero volver a entrar en esa lata vieja otra vez, después de haber estado en el lujoso auto de Elena — Dijo Nastya riendo.

— Nastya... — Lena la empujó, lo cual me hizo reír.

Deslicé la mano ligeramente por la columna de Lena, lo que la hizo pararse derecha.

— ¿Nos vamos? — Dije tan pronto como se escuchó el ding, haciendo que las puertas se abrieran.

No caería en los juegos de Lena, ella quería con todas sus fuerzas hacerme rogar, pero mi orgullo era más fuerte que eso.

[…]

No era fácil lo admito, resistirse a Ginger Apple era una prueba de fuego, la cual no estaba preparada para afrontar, la maldita mujer decidió probar mis limites durante dos días desde el anuncio de la huelga, sin la más ligera vergüenza, pero no podía rendirme.

Estábamos ahora en mi oficina, yo junto al sector financiero de la empresa estábamos en una importante reunión en la cual no me podía concentrar… ¿Por qué? Porque Lena estaba en la parte de atrás, sentada en el sofá tomando notas de forma distraída. Hoy estaba usando una falda negra, en la parte de arriba llevaba una blusa blanca sin mangas y unos tacones negros, estaba con una postura recta, con las piernas cruzadas, dándome una vista completa de que esa mañana estaba usando un liguero negro.

Maldición ¿Por qué demonios tenía que estar usando eso? Golpeé los dedos en la taza de té en mi escritorio, dejando hablar a los dos hombres, de vez en cuando asentía, pretendiendo que estaba escuchando todo, cuando de hecho estaba perdida en la mujer delante de mí. Ahora entendía porque mi padre siempre decía "No mezcles trabajo con relaciones personales" Este era el resultado.

Lena acomodó un mechón que insistía en caer detrás de su oreja, escribía los temas más importantes que estábamos discutiendo, así que no me importaba si no estaba escuchando lo que estos hombres aburridos estaban diciendo hasta que escuché a uno de ellos aclararse la garganta, sacándome de mis pensamientos.

— ¿Señorita Volkova? — Dijo el más joven.

Lo mire y él estaba mirándome.

— Entonces… ¿le gusta este nuevo método? — Preguntó.

Parpadeé algunas veces, viendo a Lena quien me miraba con una sonrisa.

— Lo voy a pensar ¿vale? Analizaré todo y después los llamaré.

Los hombres se miraran entre ellos y asintieron, para después levantarse y salir de mi oficina.

Moví la cabeza tomando un sorbo de mi té helado, Lena se levantó de donde estaba con una amplia sonrisa, sabía que ella era la razón por la cual estaba así.

— Estaba muy distraída, señorita Volkova — Dijo cerrando su cuaderno y caminando hacia mí.

Rodeó mi silla y se sentó en el escritorio, justa al lado mío, mis ojos inmediatamente cayeron en sus pies, los cuales estaban apoyados en el mueble detrás de mí, dejando sus piernas y el liguero expuestos.

— ¿Cómo no estarlo? ¿Por qué demonios está usando eso, señorita Katina? — Exclamé dejando mi mano descansar en su muslo.

— ¿No te gusta? Lo compré para ti — Dijo fingiendo inocencia, mientras cruzaba las piernas otra vez, mirándome.

— Lena... Lena...

— Necesitas ver el resto de la lencería, es hermosa — Susurró juguetona y después se levantó.

En un segundo me levanté tras ella y pegué mi cuerpo al suyo, haciendo que apoyara su cuerpo en el gabinete delante de ella.

Soltó un suspiro y sonrió cínicamente.

— Puedo verla ahora si quieres — Le susurré en el oído, mordiéndole el lóbulo.

Podía ver el vello de Lena levantarse, mis manos corrieron rápidamente al dobladillo de su falda, donde rápidamente la levanté, haciendo que suspirara.

— Estás loca...

— Usted está volviéndome loca, señorita Katina — Deslicé mis labios por su cuello, mientras con las manos presionaba su cuerpo contra el mío — Completamente loca.

— Por dios, Yulia... ¡Alguien puede vernos! — Su nervioso tono de voz, solo aumentaba mi deseo de poseerla.

La huelga que Lena me había impuesto estaba volviéndome loca, no sería capaz de manejarlo por más tiempo. Me alejé un poco de su cuerpo, dando una mirada rápida y maldita sea, la lencería era pequeña, no cubría absolutamente nada, ella estaba destinada a torturarme.

— ¿Estás nerviosa? Nadie te dijo que me provocaras tanto, Ginger Apple — Susurré bajo, dejando que mis manos que estaban en sus muslos subieran a su cadera, hasta bajar de nuevo, pero ahora hacia su centro.

Ella estaba nerviosa, el temor de ser descubiertas estaba excitándola, deslicé mis dedos por la delgada tela que cubría su centro, haciéndola suspirar profundamente.

— ¿Miedo? No tengo miedo, Yulia — Dijo sensualmente, girándose para encararme — Pero no obtendrás nada hasta que aceptes mis condiciones — Dijo tratando de salir de mis brazos.

La sujeté fuerte, atrapando su cuerpo con el mío firmemente.

— Cuando esta huelga termine, prepárate, porque compensaré todo este tiempo.

Tomé mi celular, el cual estaba vibrando incansablemente en el escritorio y lo contesté.

— Diga… — Hablé.

— ¿¡Yul?!

— ¿Any? — Pregunte confundida, haciendo que Lena se detuviera a medio camino.

— Hola, Yul ¿Ahí esta Gingi?

Sonreí en el celular.

— Sí, pequeña ¿Pasó algo?

Lena frunció el ceño y se acercó rápidamente.

— ¿Qué pasa? — Preguntó nerviosamente.

Le hice una seña para que guardara silencio.

— No pasa nada, solo que estoy en casa de la Tía Mina y no quiero estar aquí sola, es muy aburrido.

— ¿Dónde está tu mamá?

— Fue por mi papá a alguna ciudad, pero no recuerdo cual ¿podrías pasar por mí?

Lo pensé por algunos minutos.

— Por supuesto, no te preocupes, hablamos después pequeña — Dije terminando la llamada.

— ¡Yulia dime que está pasando! — Exclamó Lena en agonía.

— ¿Puedes relajarte? Any está bien.

— ¿Cómo es que te llamó? ¿Cómo tiene tu número?

Acerqué a Lena de la mano lentamente, hasta que estuvo cerca de mí, cuando se trataba de Anya, ella era muy cuidadosa.

— Amor, mírame.

Me miró angustiada.

— Anya está bien, me llamó para pedirme que la recogiera, dijo que era muy aburrido donde estaba.

Lena entrecerró los ojos y sonreí.

— ¡¿Qué?! No puedo creer que esa niña te llame por una tontería como esa...

— Elena, le dije que podía llamarme cuando quisiera y lo está haciendo.

— Hablaré con ella, no puede hacer eso.

Jalé su cuerpo más cerca del mío y le rodeé la cintura con los brazos.

— Déjala en paz, la recogeremos por la tarde.

—¿Qué? — Preguntó sorprendida.

— Exactamente lo que escuchaste, reprograma nuestros compromisos, según Anya, la Tía Mina no es divertida.

— ¿Dónde está Inessa?

— Dijo que se fue por tu padre.

Lena bufó exasperada, moviendo la cabeza.

— Relájate ¿De acuerdo? Todo va a estar bien.

— No lo está, mi madre no puede dejar a Anya en la casa de alguien más solo para ir a buscar a ese pedazo de basura.

— ¿No está en la casa de una tía?

— Sí, pero Mina ni siquiera es cercana a la familia.

— La recogeremos hoy, relájate.

— Si quieres y me lo permites por supuesto, iré sola y la dejaré con Olya para regresar al trabajo.

Sonreí y deposité un pequeño beso en sus labios.

— Mira, Any me llamó a mí, entonces señorita Katina, usted es solo una invitada en nuestro día.

Abrió la boca, pretendiendo estar ofendida.

— ¿De eso se trata? ¿Un complot?

— Sí… ¿así que aceptas pasar el rato con nosotras?

Lena sonrió y me besó.

— Por supuesto que acepto.

La jalé incluso más cerca si eso era posible en un lento y duradero beso, no sé por cuanto tiempo nos quedamos en ese afecto, pero solo nos alejamos cuando escuchamos que abrían la puerta.

— Woow… ¿enredándose en la empresa? — Preguntó Katya riendo.

Solté a Lena lentamente, riéndome de Katya que nos veía con una expresión traviesa. Lena a mi lado, se sonrojó violentamente mientras se arreglaba la blusa.

— Katya...

— ¿Estoy mintiendo? Vine aquí para resolver asuntos importantes y me encuentro a la jefa besando a una secretaria.

— ¿Eso es envidia? — Preguntó Lena juguetonamente.

— Obviamente, estoy en una sequía interminable — Bufó Katya enojada.

— Yulia también, disfrútalo — Dijo Lena saliendo de la oficina.

— ¿Estás en una sequía interminable?

— Huelga de sexo ¿puedes creer eso?

— Lo peor en la vida ¿quieres olvidar tu dolor bebiendo?

— Si — Dije riendo.

— Genial, el whisky bastará, mientras tanto ve esta carpeta, encontré todo lo que pediste, podemos empezar el proceso y pronto tendrás lo que quieres.

— ¿Pronto? — Pregunté sacando los papeles de la carpeta.

— Pronto, con mucho dinero por supuesto, pero tendrás lo que quieres.

— El dinero no es problema, Zotova.

— Eso lo sé muy bien, Volkova — Dijo Katya levantando su vaso.

[Lena]

Me entró la curiosidad después de dejar la oficina de Yulia, ella y Katya se estaban encargando de asuntos que ni yo conocía, pregunté si necesitaban algo, pero ella se negó e incluso me dijo que necesitaba estar sola con su mejor amiga. Está bien, eso me molestó más de lo que debería, no es que estuviera celosa, pero siempre estaba al tanto de cada asunto que se trataba en esa oficina, menos de este.

Me quedé en mi escritorio, haciéndome cargo de todas mis actividades, cuando ella salió de la oficina.

— ¿Nos vamos, Elena?

— ¿A dónde?

— ¿Qué quieres decir con "a donde"? A recoger a Anya.

En un segundo recordé que Yulia había prometido recoger a Anya, no sabía que mi hermana llamaba a mi novia y yo no estaba de acuerdo, después de todo Yulia era una mujer muy ocupada y cerrada a otros, pero su actitud de dejar todo e ir juntas me dejaba sorprendida.

— Yul ¿estás segura?

Miró la pantalla de su celular y después me miró a mí.

— Por supuesto, ya programé lo que haremos.

La miré sorprendida.

— ¿En serio?

— Sí, así que vamos, iremos en tu auto.

— Tuyo ¿cierto? — Dije tomando mi bolso.

— Bueno, vamos a pretender que es mío.

[…]

Hablé con Mina quien me dijo que Inessa se había ido a buscar a Sergey, ya que no había aparecido en dos semanas, no es que me importara claro, ya hace tiempo que los que se decían ser mis padres no me causaban ningún sentimiento, la única persona que en verdad me importaba estaba dentro del auto con Yulia.

— La traeré mañana por la mañana, ya que Inessa no regresará pronto.

— Está bien, Inessa dijo que regresaría mañana por la noche, es mejor si la niña se queda contigo, no está acostumbrada a mí, siempre se siente fuera de lugar.

— Me lo imagino, debería estar con su madre.

— Sabemos que antes que todo, Inessa valora su matrimonio — Habló calmada la mujer.

— Lo que claramente está haciendo mal, pero como sea, no me importa ella y mucho menos él.

Mina tocó mis hombros en una lenta caricia.

— No deberías odiar a tu madre, Elena.

— No la odio, solo no me importa lo que haga con su vida.

— Aun así, continua siendo tu madre.

— Dejó de ser mi madre cuando dejó de estar a mi lado cuando más la necesitaba.

La mujer no dijo nada tan pronto como terminé el comentario, lo sabía todo, pero nunca dijo nada de lo que había pasado.

— ¿Tienes algo con la señorita de ahí? — Preguntó apuntando a Yulia que estaba jugando con Anya dentro del auto.

— Nada que te interese, tía, regresaré mañana por la mañana, buenas tardes.

Caminé con pasos lentos de vuelta al auto, escuchando el fuerte sonido de la música. Entrecerré los ojos viendo a Anya bailar en el asiento trasero y a Yulia riendo divertida, era hermoso ver a las personas más importantes de mi vida divirtiéndose y llevándose bien. Yulia se veía mucho más relajada, antes de ir a recoger a Any nos habíamos cambiado de ropa, ahora estaba usando unos jeans y una playera blanca, su cabello estaba suelto y ondulado, se veía linda, pero no le quitaba lo atractiva.

— ¿Puedo saber que desastre es este? — Dije entrando al auto.

— Oh, hay que bajar la música, Elena luchará por poner orden en su auto.

— Gingi ¿este auto es tuyo? — La pequeña casi gritó.

Le lancé una mirada furiosa a Yulia quien sonrió.

— Sí Any, es mío.

— Woow… Me dijiste que tendrías un buen auto, pero no me dijiste que sería tan hermoso.

— Mmm… ¿entonces finalmente aceptaste el auto? — Preguntó Yulia arqueando una ceja.

— Cállate, Any ni siquiera lo sabía.

— Pero lo sabes ahora ¿no? Entonces vamos, se dé un lugar asombroso donde podemos tener un buen picnic.

— ¿De verdad? Amo los picnics, ni siquiera recuerdo la última vez que tuvimos uno — Any dijo tranquilamente.

— Debe ser porque nunca tuviste uno, Any.

Nos reímos divertidas.

— Mi mamá nunca quiso tener uno con nosotras ¿verdad Gingi?

Suspiré y asentí.

— Bueno, cambiaremos eso hoy e iremos a hacer un picnic — Yulia dijo emocionada.

Y lo hicimos, teníamos toda la tarde por delante. Yulia nos llevó a uno de los parques más hermosos de Moscú, nuestro picnic fue maravilloso, con todo y la sábana blanca y roja y todos los bocadillos que nos gustaban. Era obvio que había enviado a alguien a comprar todo eso, pero me hacía feliz saber que le importaba lo suficiente para darnos el mejor tiempo posible. Ya habíamos caminado por todo el parque, deteniéndonos a comprar algodón de azúcar y globos para Any, incluso habíamos alimentado a los patos que nadaban en el lago. Ahora estaba sentada en una banca, mientras las miraba hacer burbujas, había tantas burbujas que un labrador color caramelo, comenzó a saltar para "comer" la mayoría de las burbujas. Solté una risa cuando Yulia hizo muchas burbujas y Anya cayó al piso riendo cuando el perro saltó tratando de atraparlas, el avergonzado dueño lo jaló con la correa, pero Yulia hizo una señal de que estaba bien, le dio el pequeño objeto que hacia las burbujas a Anya y se acercó a mí.

— Any, deja en paz al perro — Dije viendo a mi hermana acariciar al enorme perro delante de ella.

El perro movía la cola animadamente mientras su dueño lo sujetaba por la correa.

— Déjala Elena, está divirtiéndose — Yulia dijo sentándose a mi lado.

Estábamos sentadas cerca del lago, Yulia lentamente se recostó contra el árbol que nos daba buena sombra.

— Tengo miedo de que la muerda.

Sonrió e hizo que me acercara, haciendo que mi cuerpo se uniera al de ella.

— Relájate, estamos aquí para olvidar todos los problemas y ese perro parece estar bien entrenado.

Suspiré derrotada, viendo a Anya hablarle al pobre animal que no entendía absolutamente nada.

Yulia y yo nos reímos.

— Parece que le gusta — La escuché susurrar.

— Le gustas mucho.

Sonrió abiertamente, depositando un beso en mi mejilla.

— También me gusta y me gusta verte así de feliz.

La miré y sus iris eran claro, con un brillo diferente.

— Serías una buena madre — Dije sonriendo.

Entrecerró los ojos y alejó la mirada.

— ¿Eso crees?

— Por supuesto, te llevas bien con Any, pareciera que se conocen desde hace años.

— Las Katin tienen algo que hace que me enamore de ellas muy rápido — Dijo apretándome lentamente en sus brazos.

— ¿Eso es cierto?

Asintió.

— ¿Sabías que una cierta Volkov tiene los mismos efectos?

Sonrió y selló sus labios con los míos.

— ¡Pero creo que la malcrías mucho! — Hablé desconectando mis labios de los suyos, mientras tocaba su nariz con le punta de mi dedo.

— Tal vez, pero no hay daño.

— ¡No claro que no, imagínatelo! Vas a malcriar mucho a tu hijo — Dije saliendo de entre sus brazos, encarándola.

— Cuando tengamos un hijo, puedo imaginármelo ¿sabes?

Sonreí, sentándome

— ¿Puedes?

— Por supuesto, tú serás la mamá gruñona y mandona y yo seré la mamá cool.

Abrí la boca, pretendiendo estar ofendida.

— ¡Por supuesto que no! ¡Le vas a gustar más así!

— Nos amará por igual, amor.

— No lo hará, si tú haces todo lo que quiere, le vas a gustar más.

Crucé los brazos e hice un puchero.

— No lo hará, deja de hacer puchero, nos amará de igual forma, aun si hago todo lo que él quiera.

— Te dejaré en huelga de sexo si mal crías a nuestro hijo — La amenacé.

Ahora era el turno de ella de estar sorprendida.

— No lo harías...

— Lo haría, sabes muy bien eso — Me levanté — Así que no juegues a la listilla.

— ¿Yo? Vamos amor ¡No interferiré en ninguna de tus órdenes! ¡Lo que tú digas se hace! — Yulia se levantó y me jaló por la cintura.

Solté una risa fuerte y enredé los brazos en su cuello.

— ¡Genial! Me gusta que obedezcan, Volkova.

— Sí, señorita Katina — Fingió complacencia.

— Te amo tanto ¿sabes? — Dije intensamente.

— También te amo Elena, te amo mucho.

Sonrió y se acercó lentamente para unir sus labios con los míos en un beso cargado de amor.

Juro que podía debilitarme, tenía tanto poder sobre mí y cada día me encontraba más enamorada de esta mujer. Poco a poco Yulia mostraba una pequeña pieza de su interior y como podía ser maravillosa, en poco tiempo me sentía amada, cuidada y deseada, aun con todos los problemas y el mundo contra nosotros, al final ella me hacía sentir que todo funcionaria y tiene razón, si te esfuerzas y luchas por tus objetivos, no hay nada que pueda derrumbarte, nada te impedirá ir a dónde quieres ir. Créanme, estar con alguien a quien amas, en momentos como estos es un sentimiento inexplicable, no importa quién es, novio, novia, amigos o incluso tus padres, siente cada maravilloso momento como si fuera el último de tu vida. Márcalos con un punto de tu felicidad e incluso con todo el tormento que la vida te impone, recuerda: Al final todo estará bien.

— ¡Gingi! — Any gritó acercándose.

Me separé de Yulia y miré a la pequeña que venía guiando al perro.

— Any ¿Qué estás haciendo con ese perro?

Yulia rió.

— Illya dijo que podía caminar con él ¿no es hermoso, Gingi? ¡Quiero uno! — Dijo hincándose a lado del perro, acariciándolo en la cabeza y el lamiendo su nariz.

— No, no, no ni siquiera lo pienses.

— ¡¿Yul puedes comprarme un perro?!

— ¡Anya Katina!

— Por supuesto Any, podemos agendarlo un día e iremos a comprar un cachorro.

— ¡No, Yulia!

Ambas me miraron como diciendo "Por favor, por favor".

— No puedes ir a casa con un perro, Any — Le dije calmada.

La pequeña hizo una cara triste y miró a Yulia quien se rascaba el cuello cuidadosamente.

— Podemos comprarlo y dejarlo en mi departamento.

En el mismo instante en el que Yulia habló, los ojos de Anya se abrieron de emoción.

— Yulia...

— ¡Amo a los perros! Puedes hacer eso totalmente.

— Juro que si Gingi te deja algún día, voy a pelear por ti — Dijo Anya seriamente haciéndonos reír.

— ¿Lo harías? ¿Olvidas que soy tu hermana mayor, jovencita?

— No importa, yo creo que Yulia y tu hacen una maravillosa pareja.

— Sabes, yo también creo eso, es una lástima que tu hermana sea tan gruñona, va a quejarse por tu perro.

— Oh lo haré, ese perro destruirá todo.

— Será bueno, justo como el gigante que está aquí ¿cierto amigo?

El perro solo resopló y nos miró.

— Creo que el dueño lo quiere de regreso, será mejor que lo devuelvas.

Anya miró al hombre que las observaba desde lejos.

— Diles adiós, gigante — Any dijo tomando la pata del perro y moviéndola como una despedida.

— Adiós, gigante — Hablé después de que se fuera con el perro para entregárselo a Illya.

— ¿Elena?

— ¿Si? — Pregunté girándome hacia Yulia.

Se acercó y me tomó de la cintura otra vez.

— ¿Qué piensas de la idea de que vivamos juntas después de que tengas la custodia de Anya?

Entrecerré los ojos.

— ¿Lo dices en serio?

Sonrió y asintió.

— Me gusta estar contigo, me siento bien, me siento feliz ¿sabes?

Por dios ¿Podía ser más perfecta?

— ¡Eso se escucha increíble, Yul!

— ¡Podemos empezar a pensar en eso!

— Si podemos, claro que podemos.

Hizo una enorme sonrisa y me abrazó muy fuerte.

— Todo funcionará para nosotras, Elena.

— Sé que lo hará — Dije besando sus labios otra vez.

Yulia era todo lo que necesitaba para ser feliz de nuevo y la tenía.



Arrow Arrow Arrow




Jajajaja!!! Crean que Yulia acepte ser la pasiva?
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1813
Fecha de inscripción : 18/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK y a Ely les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Volkatinale92 8/25/2020, 6:15 pm

Jaja jaja a la final terminara siendo un cachorro obediente

Volkatinale92

Mensajes : 81
Fecha de inscripción : 06/07/2019

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por MARos 8/26/2020, 10:00 pm

Hola! Estoy profundamente enamorada de esta historia.
Adios y gracias por subir casi los dias.

MARos

Mensajes : 41
Fecha de inscripción : 28/05/2015
Edad : 38
Localización : Buenos Aires - Argentina

Volver arriba Ir abajo

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 5 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 5 de 7. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7  Siguiente

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.