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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/7/2020, 6:07 pm

Bueno chicas, comienza la cuenta regresiva… A partir de este capítulo, solo faltarán 10 para que acaba esta preciosa e interesante, pero sin dejar de ser atrevida, historia.

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Img_2014

Capítulo 49 (La jugada)


[Lena]

Es increíble como tu vida puede tomar un giro sin que lo esperes, las cosas suceden sin que nos demos cuenta, tal vez con tanta turbulencia terminamos dejando que los momentos pasen sin sentido. Respiré profundo, sintiendo el oxígeno llenar mis pulmones de una manera lenta y suave, hubo un silencio relajante por la mañana, sólo podía oír la respiración suave de Yulia a mi lado. Sonreí tan pronto como me quedé mirando a la mujer dormida, estaba tumbada boca abajo, con una de sus piernas colgando y las dos manos debajo de la almohada de mi cama, era increíble como Yulia podría ser hermosa incluso durmiendo. Me senté en la cama y me acerqué un poco más, haciendo una ligera caricia en su sedoso pelo, ella suspiró y continuó en su sueño sereno.

El día anterior había sido más caótico de lo que imaginaba, había momentos en los que agradecía el caos, pero en otros, hubiera preferido no estar allí. ¿Cómo es que todo eso realmente pasó? ¿No podía todo el mundo solamente dejarme vivir en paz? Negué con la cabeza y suspiré profundamente. Imaginar que Mila estaba trabajando con Tasha para hacerme daño de alguna manera hizo que mi cuerpo temblara, nunca podría esperar algo así de la mujer que me ayudó tanto, pero como se suele decir, todo es cuestión de interés, Nastya tuvo la razón todo este tiempo, Mila era impulsada por el dinero que le daba y no por los sentimientos que ella cree que siente por mí.

[Flashback]

Kazan — Un día después de la entrega de premios...

— No quiero problemas con Yul, así que, por favor, entiende — Dije un poco nerviosa.

— ¿Yulia es celosa? — Preguntó con una sonrisa.

— ¿Tú qué crees?

— Creo que hay mejores cosas en esta vida, Lena.

— Amo a Yulia y ella es lo mejor para mí.

— Todo puede cambiar, así que venga, vamos a hablar un poco — Resoplé irritada y caminé junto a la mujer al restaurante del hotel.

Mi corazón podía salirse de mi boca con tan sólo imaginar a Yulia viéndonos hablar, no es que ella me prohibió de algo, pero tuvimos una noche increíble ayer y sinceramente, no quería arruinar eso.

— ¿Qué es lo que quieres? — Pregunté inmediatamente después de estar sentada frente a ella.

— ¿Quieres tomar algo? — Preguntó haciendo caso omiso de mi pregunta.

— No, sólo quiero saber qué es lo que quieres.

Miroslava rodó los ojos en puro aburrimiento, haciendo un pequeño gesto al camarero que se acercaba, traté de no mirar a nadie, sólo quería irme lo más rápido posible. El hombre escribió su orden y se fue rápidamente, me enfrenté a Miroslava quien sonrió.

— ¿Desde cuándo eres tan aburrida, Lenita? Yulia no está siendo una buena influencia.

— Sólo estoy ocupada, así que, por favor.

— ¡Bien, bien! — Exclamó levantando las manos en señal de rendición — Te vi en el club, el otro día.

Creo que mi cerebro tomó más tiempo de lo habitual para asimilar esa información, parpadeé unas cuantas veces y la miré un poco perdida.

— Relájate, no voy a decirle a nadie, pero mira, tengo que felicitarle, cumples con la reputación que tienes en ese lugar — Dijo con una sonrisa alegre.

Esto no puede estar pasando, no a mí.

Hace años le confesé a Miroslava lo que empecé a hacer para ganar dinero. En aquel momento, la chica totalmente despreocupada encontró la idea maravillosa, siempre hemos tenido una buena relación, pero nada que implicó el amor y sí una maravillosa amistad e inclusive con esa considerable fuerte conexión, no dejé que la mujer me viera dentro del club siendo una stripper, eso sería un secreto que sólo yo podía mantener.

— Necesito irme — Dije levantándome.

— ¡Espera, Lena! — Sostuvo mi brazo.

— No, no tengo nada más que oír de ti.

— Mi dios, siéntate y cálmate, tengo algo importante que decirte.

— ¡No quiero oír nada! — Se me escapó un poco exaltada.

— Alguien quiere hacerte daño y tengo que decírtelo.

— Miroslava, por favor… ¡Déjame en paz! — Dejé escapar más nerviosa de lo habitual.

[Fin del Flashback]

Me acosté en la cama acercando mi cuerpo al de Yulia, permaneciendo acostada a su lado con el fin de estar frente a la mujer que dormía tan serenamente. Con mis dedos quité algunos mechones de pelo que caían sobre su cara, ella suspiró y se acurrucó más cerca de mí, haciéndome sonreír.

Yulia estaba terriblemente cansada, pero no era para menos, después de tanta ira y excitación descargamos todas nuestras energías dentro de su oficina en Industrias Volkov de una manera que nunca lo hicimos antes. Sonreí y negué con la cabeza recordando los acontecimientos, parecíamos dos locas sedientas de un orgasmo devastador, no habíamos hecho el amor, ni siquiera el sexo, follamos, nosotras follamos de una manera increíblemente deliciosa, tan deliciosa hasta el punto de hacerme olvidar por completo todo lo malo que había estado ocurriendo últimamente, esa fue una de las cosas que más me encantaba de Yulia, no sus increíbles habilidades en el sexo, sino la forma en cómo me podía sacar de órbita.

[Flashback]

Imperium — En el ensayo…

— Siempre eres increíble — Escuché una voz familiar, sacándome abruptamente de mis pensamientos.
Paré la coreografía y abrí mis ojos en dirección a la persona que me miraba fijamente.

Oh, mierda...

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Pregunté totalmente a la defensiva.

— Esa no es forma de tratar a un cliente, Ginger Apple, pero buenas tardes a ti también — Miroslava dijo con una amplia sonrisa.

Sacudí mi cabeza ajustando mi máscara y presionando el botón para quitar la música.

— La presencia de los clientes en los ensayos no está permitido.

Pude escuchar una risa mientras la mujer se acercaba lentamente, haciendo que el sonido de sus tacones hiciera eco en el vacío que dejó la música.

— Clientes normales, Ginger Apple, categoría en la cual yo no encajo.

Esto no podía estar pasando, como si el mundo no estuviera ya contra mí, esto todavía pasaba ¿Qué es lo que he hecho mal? Di un profundo respiro, tratando de controlar mi mente y alejar el nerviosismo que me consumía.

— Escucha bien, Miroslava, he sido muy educada contigo, pero ya he dejado claro que no quiero ningún tipo de contacto.

— ¿Conmigo? ¿O con todos?

— Con todos.

— Yulia no encaja en "todos" ¿cierto?

[…]

Nos quedamos de pie cerca la una de la otra y ella puso delicadamente un mechón de mi cabello detrás de mi oído, estaba sudando debido a los ejercicios y el baile, pero mi respiración era más jadeante debido al evidente nerviosismo.

No seas ingenua, mírame ¿crees que quiero lastimarte? — Su sonrisa desafiante me asustó — Yo solo quiero tu bien, Lena.

Sentí mi corazón desfallecer por largos segundos al oír de su boca ese nombre, oh dios, esto no podía empeorar. Negué con la cabeza y di un paso atrás, pero la mujer fue más rápida, dando un paso hacia adelante, lo que me dejó atrapada.

— Oh vamos — Bufó.

Me quedé en silencio.

— No quiero tener relaciones sexuales contigo o algo por el estilo, puedes respirar.

Fruncí el ceño en su dirección y ella sonrió.

— Lena, quiero que abras los ojos para que veas todo lo que está a tu alrededor, estás en un nido de víboras.

— Miroslava...

— ¡Déjame terminar! — Me interrumpió — Puedes relajarte, no estoy hablando de tu novia, ella es una serpiente, pero sólo en los negocios, estoy segura de que contigo es una completa idiota.

— Entonces...

— Ay Lenita, siempre tan ingenua ¿Alguna vez perderás esa característica?

— ¿Puedes ser clara de una vez por todas? — Exclamé con rabia.

Miroslava miró a ambos lados de forma rápida y sonrió, lo que me dejó aún más confusa, avanzó un poco más cerca y susurró en mi oído.

— Estás siendo observada en este preciso momento.

Juro que en ese instante mi corazón subió hasta mi garganta y bajó de nuevo, con sólo pensar en la posibilidad de que Yulia estuviera allí.

— Actúa natural, Lena, tu pequeña amiga está disfrutando de nuestro espectáculo.

— ¿De qué estás hablando? — Susurré.

— No sé su nombre, Tasya creo.

— ¿Por qué nos estaría observando?

Miroslava sonrió y se alejó, caminando a pasos cortos a la butaca que estaba allí, me removí un poco nerviosa cuando volvió a hablar.

— Te están tendiendo una trampa, de eso estoy segura — Su voz salió baja sin embargo firme.

— ¿Qué? ¡Detente con el misterio!

— Mila te quiere tender una trampa.

Me quedé en silencio mirándola, para luego dejar escapar una risa en voz alta.

— ¿Bebiste?

— ¿Qué? — Preguntó confundida.

— Pregunto si estás borracha ¿Cómo puedes pensar que Mila me está teniendo una trampa? Ella es la persona que más me ayuda aquí dentro.

Miroslava rodó los ojos y se levantó, caminando hacia mí muy despacio.

— Ella no te ayuda, ella se ayuda a sí misma, que es bastante diferente.

— ¿Qué es lo que sabes? — Pregunté mirándola a los ojos.

— No sé mucho...

— Entonces no puedes decir esas cosas — La interrumpí rápidamente, tratando de retroceder.

Miroslava en un instante tiró de mí, obligándome a mirarla.

— Últimamente Mila está prácticamente lanzándote a mis brazos, tratando de alguna manera hacer que te persiga, si ella es una buena amiga tuya, estoy segura de que sabe acerca de tu relación con Yulia, por lo tanto no debería estar tratando de venderte.

Me detuve con una respiración irregular.

— ¿Por qué debería creerte?

Miroslava suspiró como si estuviera sin paciencia hasta que oímos un ruido en el pasillo, en el mismo instante la mujer abrió mucho los ojos y se acercó a mí, tocándome el brazo con calma como si estuviera haciendo una íntima caricia.

— Porque no tengo ninguna razón para mentir y mucho menos para defender tú relación con Yulia, sabes que la odio y ella me odia también, pero tengo un gran respeto por todos los años que pasé contigo y yo no dejaría que nadie te hiciera daño.

Sus palabras salieron bajas y calmadas.

Conocía a Miroslava como a nadie y pude ver en sus ojos la sinceridad de esas palabras, pero al mismo tiempo entré en un conflicto interno que no tenía fin. Mila hasta hace unas horas era algo así como una segunda madre para mí y descubrir que todo lo que la movió en los últimos años sólo era lo que podía ofrecerle, fue doloroso.

— Lo sé, es que... — Traté de hablar.

— Cree en mí, puedo estar loca y mal, pero nunca te he mentido, Lena, siempre te dije absolutamente todo sobre mi vida y estoy tratando de ayudarte — Dijo con una sonrisa, tocando mi cara con calma.

Miroslava sabía que alguien nos podría estar viendo en este momento exacto y todo demostraba que ella tenía razón.

— Necesitas hacer algo si no quieres que tu relación con Yulia termine de una terrible forma.

— No entiendo por qué Mila te metió en esto, Miroslava.

— Estoy segura de que ella no está sola en esto, alguien tiene tanto interés como Mila de que rompas con Yulia y esa persona debe conocer muy bien la disputa que tengo con ella, debe de saber muy bien que soy la número uno en la lista de gente que odia tu pequeña novia.

— En realidad puedo pensar en una persona, pero no veo que tenga una conexión con Mila, todo esto es muy confuso.

— No estás viendo mucho, cariño — Soltó irónicamente — Tienes que volverte más inteligente ¿quién crees que es?

— Una ex de Yulia, la mujer no se rinde nunca, por no decir que ella es una víbora.

— ¿Natasha Odintsova?

— Si ¿cómo sabes?

— La vi varias veces con Yulia en fiestas y reuniones importantes, no dudo en absoluto que sea ella, con mucho podemos ver que de esa mujer no vale la pena ni el suelo que pisa.

— Esa zorra... — Susurré.

— Junto con Mila, tienes que hacer algo y rápido, no sé cómo es tu relación con Volkova, pero por los planes de Mila, creo que se va a asegurar de que Yulia te vea conmigo.

— ¿Ella te dijo algo?

— No exactamente, pero dejó claro que tiene el gran interés de que yo tomé el lugar que es de Yulia en tú vida.

— Nastya tenía razón... ¡Maldita sea! — Negué con la cabeza, sintiendo la ira hacerse cargo de mí.

Mi cabeza estaba en medio de un huracán de pensamientos, era increíble cómo la gente se enmascara con facilidad, Mila resultó ser como un lobo en la piel de un cordero dócil.

— Voy a matar a esa perra — Hablé alejándome.

— ¿Qué es lo que crees que estás haciendo? — Miroslava pregunto rápidamente, tomando mi brazo e impidiéndome seguir mi camino.

— Déjame ir — Respondí.

— ¡Por dios, Lena! No seas estúpida.

Fruncí el ceño en su dirección, por su atrevimiento, ella rodó sus ojos en una forma fastidiosa y me empujó en un rincón remoto y oscuro.

— ¿Puedes parar y pensar un poco?

— ¡Estoy pensando claramente! — Exclamé enojada.

— No, no lo haces ¿Crees que te haría daño?

Me detuve, mirándola a los ojos y a pesar de su evidente malicia, Miroslava no era una mala persona, la conocía muy bien y sabía todas sus peculiaridades.

Suspiré profundamente, dejando que mis hombros se relajaran.

— ¿Puedes entender que no quiero problemas?

— No tendrás problemas si haces lo que necesito, nadie sabrá absolutamente nada.

[…]

Me encogí de hombros y volví a entrar a Imperium, en dirección a la oficina de Mila, escuché que la mujer me llamó en el fondo, pero ni siquiera le di importancia, tenía que poner fin a esto. Toqué varias veces en la puerta de Mila, sintiendo mi corazón acelerarse, estaba decidida en lo que iba a hacer, sin embargo estaba lo suficientemente nerviosa para desmayarme en cualquier momento.

La mujer me recibió con una expresión de miedo y nervios, tal vez ella no me estaba esperando en ese momento. La mujer trató de calmarme serenamente, pero eso desapareció en el mismo instante en que anuncié mi salida de "Imperium", su expresión se dividió por la sorpresa y la confusión, si la ira no se hubiera hecho cargo de todas las células de mi cuerpo, me hubiera reído de eso, pero todo lo que sentía en ese momento era el asco y decepción.

Al principio, ella permaneció confusa, para luego sacar sus garras fuera.

— No me mientas ¿Yulia te está forzando a irte?

Rodé mis ojos y resoplé.

— ¡Olvida a Yulia! Creo que puedo tomar mis propias decisiones.

— ¡Te estás poniendo en mi contra! ¡Precisamente en mi contra!

— ¡Por dios! ¡Para! ¿Puedes aceptar mi decisión?

— ¡No! — Gritó.

Nos quedamos mirándonos la una a la otra durante unos minutos cuando escuchamos un fuerte ruido procedente del baño, entrecerré mis ojos, confundida mientras Mila seguía mirándome, pero ahora parecía nerviosa, un poco angustiada.

Miré alrededor de su oficina, enfocándome en un objeto en particular que estaba colocado en la parte superior de la barra de bebidas. Miroslava tenía toda la razón, Mila no estaba sola, por el contrario, ella estaba muy bien acompañada en su plan. Había un bolso en la parte superior de la encimera, objeto que conocía muy bien, en las últimas visitas a Industrias Volkov, Tasha se presentó con un bolso idéntico, podría estar equivocada después de todo no hay sólo una bolsa de ese modelo en todo el mundo, pero el pequeño llavero con las siglas "N.O" chapado en oro no me dejó ninguna duda, Tasha estaba allí y ella era cómplice de Mila.

Respiré profundamente tratando de controlar mis pensamientos más salvajes que gritaban en alerta roja para que golpeara sin piedad a la mujer frente a mí, pero no podía actuar de esa manera, si había una cosa que había aprendido de Yulia, era a ser fría y calculadora.

— ¿Podemos hablar en otro momento? Me hiciste enojar mucho — Habló rápidamente acercándose a mí.

Fruncí el ceño y agité mi cabeza, haciendo a Mila resoplar.

— Ginger Apple, abre tus ojos, sabes que quiero ayudarte — El tono de su voz ahora era sereno.

Primero la ira, después las peticiones… Típico.

— No lo dudo, Mila — Hablé entrando al juego.

Poco sabía aquella mujer que en este momento exacto estaba un paso más delante que ella. Respiró profundo y caminó hacia el sofá, dando tres palmaditas al acolchado para que me sentara a su lado.

— Dime, mi ángel ¿Por qué quieres dejarlo todo? ¿Necesitas dinero? Yo te lo puedo dar ¿Cuánto necesitas?

Caminé a la gran ventana de cristal de su oficina, mirando a las otras chicas que ensayaban en el salón principal, eran simples piezas en un juego de ajedrez, que se movían en la forma en que Mila pensaba que era mejor, los tiempos de ingenuidad terminaron, había tomado el control, ahora la dueña del juego iba a ser yo.

— No puedo continuar, estoy tratando de tener una relación seria con Yulia y ser una stripper no ayuda en nada — Dejé salir con un tono dulce, casi amable.

Recibí su mirada de comprensión totalmente falsa.

[…]

— ¡No puedes negarme eso! ¡Después de todo lo que hice por ti! ¿Me negarás esta petición? Nadie estará aquí, solo tú y ella.

Todas las piezas fueron cayendo en su lugar, mostrando el rompecabezas en el que se suponía estaría acabada.

— Mila, por favor — Dije tratando de cambiar sus planes.

— Escucha, no tienes que responderme ahora, ve a casa y piénsalo — Habló mientras caminaba hacia la puerta, la cual abrió.

Me quedé quieta, mirándola y después caminé hacia la salida.

— Piensa cuidadosamente tu respuesta, Ginger Apple y que tengas una buena noche.

En este momento exacto tenía el control de todo, era como si estuviera viendo la vida desde lo alto y con pequeños actos podía mover las piezas de este juego que sólo yo conocía y Miroslava por supuesto.

[…]

— ¿Te vas ya? Olya preguntó mirándome.

— Sí, todavía tengo que postergar un compromiso — Hablé recordando a Yulia.

Habíamos programado pasar la noche juntas, pero con tantas cosas sucediendo, no tenía ninguna fuerza para hacerle frente a la mujer.

— Bien, te acompaño a la puerta, Elena.

Me despedí de Olya rápidamente y caminé por el pasillo para salir de "Imperium", cuando vi a Miroslava de cerca.

— ¿Qué estás haciendo aquí todavía? — Pregunté sin paciencia.

— ¿Qué hiciste? — Preguntó sosteniendo mi brazo con firmeza.

— ¡No te incumbe! — Dije furiosa tratando de retroceder.

Miroslava me miró seria y yo negué con la cabeza, no tenía ninguna razón para tratarla mal, ella era la pieza principal, quien me ayudó a poner las cosas a mi favor, pero todo estaba sucediendo demasiado rápido.

— Lo siento, es que... no puedo con esto — Dije apoyándome contra la pared.

Se acercó lentamente y tocó mis hombros de una manera reconfortante.

— Todo saldrá bien, Lena, pero dime ¿qué hiciste?

Levanté la cara, mirando a la mujer que me miraba con atención.

— Pedí irme del club.

— ¡Dios! ¡No deberías haber hecho eso! — Exclamó con rabia.

— Pero lo hice ¿vale? Y relájate, ella no aceptó, al menos me sirvió para estar segura de dos cosas.

— ¿Qué cosas?

— Tasha es la otra persona detrás de esto y que tus teorías son correctas, ella quiere que baile para ti.

Miroslava mostró una sonrisa arrogante, encogiéndose de hombros como si estuviera diciendo "te lo dije".

— Te juro que nunca esperé esto, Miroslava, estoy tan decepcionada — Susurré, sintiendo mi pecho contraerse en un dolor profundo.

A pesar del odio que me dominaba en ese instante, me dolía ser traicionada por Mila de esa manera. Confiaba en ella, creía que siempre estaría conmigo si la necesitaba, pero todo era puro interés.

— Ya sabes lo que tienes que hacer ¿verdad?

Di una respiración profunda, conteniendo las lágrimas que querían caer, no iba a llorar, no iba a dar marcha atrás y mucho menos iba a debilitarme, en el peligroso juego en el que me encontraba sólo una persona hacía falta y pronto ella lo sabría.

[…]

Casa — Después del ensayo…

Llegué a casa a quitarme la ropa rápidamente para ir hacia la ducha. Nastya que me conocía perfectamente bien, sabía que mi humor no era el mejor, después de unos minutos de una ducha caliente, salí del baño secando mi cabello hasta ver a Nastya sentada en mi cama con una taza en sus manos.

— Hice chocolate caliente para ti, tu cara no es una de los mejores ¿quieres hablar?

Sonreí débilmente, me vestí rápidamente y corrí a la cama, sentándome junto a Nastya quien me entregó la taza lentamente y la tomé de su mano, viendo el desvanecimiento del humo en el aire, amaba cuando ella se encarga de mí en mis peores días.

— Tenías razón, Nastya, siempre la has tenido.

La mujer respiró profundo y me dio un abrazo como si supiera exactamente de lo que estaba hablando, nos quedamos allí durante unos minutos y le dije todo lo que había sucedido esa noche. Nastya gritó con rabia y juró que mataría a Mila y Tasha con una buena paliza, nos reímos en medio del estrés hasta que ella me acarició el pelo lentamente.

— Sabes que tienes que decirle a Yulia ¿verdad?

Suspiré y me levanté, sentándome en frente de ella con las piernas cruzadas.

— ¿Y qué si ella no me cree?

— Lena, Yulia te ama, ustedes dos se están moviendo hacia algo muy serio juntas, si eres honesta, estoy segura de que ella va a creer en ti.

— Simplemente tengo miedo de perderla, Nastya, la amo tanto y la quiero conmigo.

— Sé que lo haces, Elena, pero tienes que hacerlo — Sus ojos me transmitieron la seguridad que necesitaba en ese momento.

— No sé, Nastya, ella debe estar muy enojada conmigo, tengo que llamarla y decirle que no puedo ir.

— Has eso, llámala y luego trata de dormir, necesitas descansar para que no te vuelvas loca.

Tomé mi celular y llamé a Yulia y como era de esperar, se enojó conmigo. No la juzgo por eso, si estuviera en su lugar también me hubiera molestado, esto sería otra razón para mi insomnio esa noche, tenía muchas ganas de estar con ella, recibiendo sus caricias y su cuidado, pero esa noche necesitaba un poco de tiempo para pensar en lo que haría a partir de ahora. Hablé durante unos instantes más con Nastya quien todavía creía que la mejor cosa por hacer era acabar con las dos serpientes en la forma más agresiva que alguien pudiera imaginar, Nastya siempre tan delicada.

— Lo sé, Lenita, todo funcionará, estoy aquí para ayudarte ¿vale? — Dijo con calma acercándose a mí y dándome un abrazo reconfortante hasta que escuchamos el sonido del timbre.

— ¿Esperas a alguien? — Le susurré a Nastya quien sacudió la cabeza en negación.

Se encogió de hombros y caminé hacia la puerta, la cual abrí, encontrándome con ella.

— ¿Qué haces aquí? — Dije con los ojos completamente abiertos, cuando vi a Yulia en mi puerta, mirándome con una expresión seria.

— ¿Es esa la manera de recibir a tu novia? — Preguntó haciéndome retroceder.

— Lo siento, amor, adelante — Dije haciendo espacio para que entrara.

Yulia entró en la sala en completo silencio hasta que vio a Nastya que nos miraba.

— Buenas noches, señorita Nobokova.

— Buenas noches, Yulia, mmm… voy a ir a mi habitación, creo que necesitan hablar — Nastya dijo alejándose.

Abrí mis ojos como una pura petición para que se quedara, pero la mujer ni siquiera lo notó. Tan pronto como Nastya cerró la puerta de su habitación, Yulia puso sus ojos atentos en mí.

— ¿Puedes explicarme la verdadera razón para no querer verme esta noche?

Suspiré pesadamente, apoyando mi cuerpo contra la pared de la sala.

— Sólo estoy cansada — Mentí.

Yulia resopló con impaciencia y luego se acercó lentamente.

— ¿Por qué me mientes?

— No lo hago — Mentí de nuevo.

— Te conozco, Elena, se honesta conmigo y dime lo que está pasando.

— No está pasando nada — Hablé alejándome de ella.

La cercanía con Yulia me hizo perder toda la fuerza al retroceder, entré a pasos apresurados en mi habitación, sintiendo a la mujer que caminaba justo detrás de mí.

— ¡¿Por qué estás mintiendo?!

— ¡No lo hago!

— ¡Si lo haces! ¡Has estado actuando extrañamente durante días! — Me gritó, cerré los ojos y en un momento la sentí acercándose a mí, tocando mi cara con la punta de sus dedos.

— Yulia... — Susurré.

La mujer no dijo nada, sólo depositó unos besos en mi cara muy despacio para luego unir su cuerpo al mío con un abrazo amoroso ¿Debería incluso decir cómo me sentía segura en sus brazos? Yulia me transmitía una gran tranquilidad de una manera que ni siquiera podía explicar.

— Sea lo que sea, estaré contigo, así que dime — Susurró.

Respiré profundo, sintiendo el miedo apoderarse de mí, cerré los ojos con fuerza y dejé salir las palabras a la vez.

— Miroslava ha estado yendo a "Imperium" y Mila quiere que baile para ella.

De repente, todo estaba en silencio y poco a poco Yulia soltó para mirarme con los ojos entrecerrados.

— No lo hiciste ¿verdad? — Preguntó dando unos pasos hacia atrás.

— ¡No, claro que no, amor! — Me acerqué y ella dejó escapar un profundo suspiro de aire en alivio.

— ¡Sabía que esa mujer no te iba a dejar en paz! ¡Esa perra quiere todo lo que es mío! — Gritó en un tono enfadado.

— Ella me está ayudando.

— ¿Disculpa? ¡¿Ayudándote a qué?! — Gritó.

— Yul, cálmate ¿vale?

La mujer ya estaba empezando a impacientarse.

— Dime lo que está pasando, por favor.

Me acerqué más a ella lentamente y comencé a decirle todo lo que estaba sucediendo en estos últimos días, Yulia se me quedó mirando prácticamente estática, cambiando de un momento a otro sus expresiones que iban entre la ironía y la ira.

— Lo sabía, sabía que esa mujer era despreciable — Exclamó con rabia — ¡Pero siempre pensaste que ella era buena, cuando en realidad era una maldita proxeneta!

— Yulia, me estás ofendiendo...

— ¡No, no me refiero a ti! Te conozco, Lena, pero nada cambia la rabia que siento por esas dos.

— Lo sé, también estoy enfadada y decepcionada.

Yulia caminaba de un lado a otro de una manera impaciente, parecía estar tratando de calmarse y asimilar todo lo que acababa de contarle.

— Un buen juego el de esas perras, querían que bailaras para Miroslava y de esa manera acusarte de traición ante mis ojos.

— Sí, por suerte Miroslava me ayudó.

— Al menos para algo tiene que servir en esta vida ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué has esperado hasta ahora?

— ¡No quería ningún problema! Por no mencionar que no había tenido un evidente contacto con Miroslava además de hoy.

Yulia me miró y respiró profundo.

La mujer se apoyó en la puerta de mi habitación e inhaló profundamente, probablemente tratando de calmarse.

— Ellas no saben con quien se están metiendo, literalmente, no saben lo que soy capaz de hacer.

Juro que sentí un escalofrío por todo el cuerpo cuando la oí hablar así.

— Yulia ¿Qué vas a hacer?

— Mi voluntad es matarlas una por una, pero no lo haré, no me ensuciaré las manos con ellas.

— Cálmate por favor.

— No te preocupes, sé cómo hacerlo, incluso en una forma más limpia — Dijo dejando mi habitación.

— ¿A dónde vas?

— Necesito un poco de aire, necesito calmarme un poco para no salir de aquí e ir directamente a estrangular a esa falsa de Tasha.

Me puse un poco nerviosa, era visible que Yulia estaba terriblemente enojada con la situación.

— Quédate conmigo, no te vayas — Dije sosteniendo su brazo.

— Lo necesito, amor, tengo que pensar, no te preocupes ¿vale? Te veré mañana — Dijo depositando un beso rápido en mis labios.

Yulia ni siquiera me dio tiempo para responder, se fue de mi departamento como un huracán lleno de rabia.

[…]

Industrias Volkov — Reunión con Miroslava…

— Por fin, pensé que ibas a hacerme esperar toda la tarde — Yulia dijo girándose en su silla, que se encontraba en la cabeza del gran escritorio.

—Hice un pequeño esfuerzo para darme prisa, sabes que tengo muchos compromisos, Volkova.

Yulia sonrió burlonamente y luego se puso de pie, caminando con gracia hacia nosotras. Podría haber jurado que sus ojos eran de color azul oscuro, estaban tan dilatados y su mandíbula estaba apretada, destacando firmemente sus líneas de expresión.

— Si tú lo dices.

— Buenas tardes a ti también — Miroslava extendió su mano hacia ella.

Yulia frunció el ceño y respiró profundo, yo estaba prácticamente en el medio de ambas mujeres que se miraban la una a la otra, Miroslava mantuvo su mano extendida cuando Yulia la estrechó con firmeza.

— Buenas tardes, señorita Dostoievski.

[…]

Esa reunión fue simplemente catastrófica, en cinco minutos Yulia y Miroslava intercambiaron dardos de puro sarcasmo. Yulia ya estaba enfadada evidentemente, ya que Miroslava parecía estar divirtiéndose provocándola.

— ¡Suficiente! ¡Ustedes dos! — Grité — ¡No voy a bailar, yo no quiero!

Yulia se levantó de la silla con rabia y se dirigió hacia el mostrador de bebidas, llenando el vaso de whisky, sin hacer caso a la mirada de desaprobación que le daba.

— Si quieres salir ganadora, tienes que bailar para mí, vamos a ser astutas aquí ¿vale? — Miroslava comenzó a hablar.

Miré a Yulia que no estaba con una muy buena expresión.

— Dostoievski tiene razón, Lena, lo qué es un milagro, por supuesto — Yulia dijo de mala gana, haciendo a Miroslava sonreír arrogantemente.

— No entiendo lo que quieren hacer las dos — Hablé parándome en medio de la sala de conferencias, apoyada en la gran mesa.

— Simple, bailarás hermosamente para mí y probablemente, las dos serpientes querrán mostrárselo a Yulia, en caso de que suceda podemos darles el sabor de la victoria durante unas horas — Habló Miroslava acercándose y deteniéndose a mi lado.

— Y luego terminar el juego mostrando que todo era falso y que de hecho quienes han ido siempre un paso por delante éramos nosotras — Yulia completó la frase acercándose de la misma manera, parándose en el lado opuesto de Miroslava — El golpe será mucho más doloroso — Dijo levantando su vaso de whisky con una sonrisa de triunfo.

— Apuesto a que ambas no esperarán lo que tienes preparado para ellas, Volkova.

— Por supuesto que no lo harán, podría ser sucia y terminar con las dos en un instante — Yulia dijo arrogantemente, chasqueando los dedos en frente de nosotras — Nada que una buena cantidad de dinero no resuelva, pero eso sería demasiado fácil, me gusta más ver a la gente cayendo cuando están en mi contra — Habló mirando fijamente a Miroslava quien arqueó una ceja.

Oh dios mío, eso era una guerra ¿Y yo? Yo era la intermediaria entre todas ellas.

— Cuídate de no caer en primer lugar, Yulia — Miroslava provocó, lo que me hizo lanzarle una mirada de desaprobación.

Yulia dejó escapar una risa sarcástica.

— De eso no tienes que preocuparse, Dostoievski, yo soy la persona que da el jaque mate al final del juego.

— Chicas, por favor, estamos unidas ahora ¿vale? — Hablé entre las dos — Así que vamos a sellar un tratado de paz.

Yulia y Miroslava rodaron los ojos al mismo instante haciéndome reír, las dos eran muy parecidas y exactamente debido a eso era que no podían estar juntas por mucho tiempo, sino una explosión catastrófica podría suceder.

— Mi mujer tiene razón, no voy a perder mis energías contigo, Dostoievski — Dijo Yulia tirando de mí por la cintura de una manera posesiva.

Miroslava sonrió cínicamente.

— Yo también estoy de acuerdo, guarda tus energías también, Lenita, quiero que arraces en el baile erótico para mí.

Oh no... ¿Realmente tenía que provocarla?

— ¿Baile erótico? Te estás volviendo loca ¿verdad? ¡De ninguna manera dejaría que tal cosa suceda! — Yulia fue rápida para hablar.

— Tenemos que ser convincentes, Yulia — Miroslava se encogió de hombros, agarrando el vaso de la mano de Yulia para beber el whisky.

Yulia apretó la mandíbula y miró a la mujer.

— Escucha, Dostoievski — Dijo dando un paso delante de mí, quedando cara a cara con la mujer — Sé feliz con un distante baile, porque no voy a permitir que pongas un dedo encima de ella — Su tono autoritario y mandón era tan excitante.

— Entonces no quiero, no voy a ayudar — Miroslava dijo caminando a su silla para agarrar su bolso.

Me quedé estática mirándola fijamente ¿Estaba realmente siendo seria? Yulia cerró los puños y resopló.

— Miroslava... — Dije acercándome.

— Quiero un baile erótico también, Lenita ¿por qué sólo Yulia consigue eso? — Sus palabras salieron cargadas con un cinismo evidente.

— Porque ella es mi mujer ¡¿entendido?! — Yulia se puso delante de mí otra vez.

Miroslava levantó las manos en señal de rendición.

— ¿Puedo pensar si voy a ayudar o no?

Yulia resopló con furia y salió de la sala de conferencias de forma rápida, probablemente tratando de evitar dejar salir su enojo de una manera no muy agradable.

— Trato de ser paciente, pero esta mujer no coopera — Escupió furiosa mientras se dirigía a su oficina.

— ¡Yulia! Cálmate — Dije tocando sus hombros tensos.

— Estoy muy calmada, Katina.

Podía ver las venas de su cuello y el rubor en su piel, miré a Katya y Katyuska que nos miraban asustadas.

— ¡Tú eres la que se enoja fácilmente! — Dijo Miroslava rodando los ojos.

Toqué lentamente la cara de Yulia y miré fijamente sus ojos, pidiendo por dentro para que se calmara, ella parecía entender, porque dejó escapar un profundo suspiro de aire y asintió.

Caminando hacia Miroslava que la miraba un poco temerosa, pero sin romper su aire sarcástico.

— Escucha ¿quieres o no cerrar el trato conmigo?

Yulia era directa y sin rodeos, Miroslava se paró unos segundos en silencio hasta que habló.

— De acuerdo, Volkova, cerremos el trato — Miroslava dijo haciéndome suspirar de alivio en ese momento.

[…]

Unas horas antes del baile…

— Ya te dije lo que pensaba, tengo una manera muy fácil para acabar con esto — Habló Nastya de una manera relajada.

La mujer seguía insistiendo en querer resolver las cosas con algunos buenos golpes, que a mi particularmente no me importaría.

— Darle una paliza no hará nada bueno, lo sabes ¿no?

Nastya bufó mostrando impaciencia.

— Lo que tú digas — Se encogió de hombros y continuó haciendo garabatos en mi cuaderno.

Hablamos un poco más hasta que Yulia se acercó a mi escritorio, saludó a Nastya gentilmente y me llamó para una conversación privada, en pocos instantes estábamos dentro de su oficina completamente solas.

— ¿Estás bien? — Preguntó ella con serenidad mientras se apoyaba en su escritorio.

Me acerqué lentamente, quedando a pocos centímetros de ella.

— No lo sé, estoy nerviosa, Yulia.

Sonrió y con delicadeza tomó mis manos entre las suyas.

— Trata de calmarte, amor, todo saldrá bien.

Me miró fijamente a los ojos, dejando que me sumergiera en la inmensidad de ella.

— No puedo calmarme, Yul, no entiendo qué tiene la gente contra mí.

— Envidia, sólo eso — Habló depositando un casto beso en mi mano — Porque eres una mujer hermosa, inteligente y cariñosa — Susurró mirándome a los ojos — Eres tan dedicada y gentil, eres tan sexy y atractiva, eres asombrosa, Elena.

Sonreí con timidez y Yulia tiró de mí lentamente por la cintura, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuerpo.

— Quiero que sepas algo muy importante.

Asentí con la cabeza y permanecí en silencio.

— Nada nos separará, Lena, vamos a salir de todo esto, lo que demuestra que nuestro sentimiento es más grande que toda esta suciedad alrededor, te amo y te quiero para toda mi vida y no son ellas ni ninguna otra persona las que van a cambiar eso, si todo va según lo esperado, quiero que recuerdes que mis palabras durante nuestra pelea serán completamente falsas, no quiero que nada salga mal, así que vamos a dar nuestro mejor esfuerzo en ese momento, quiero que pelees conmigo, quiero que me maldigas con rabia, que finjas estar herida, quiero lo mejor de ti esta noche, pero quiero ser capaz de mirarte a los ojos y ver que eres mía ¿entendido?

— Voy a dar lo mejor de mí, lo prometo, sólo encuéntrate conmigo después de que todo haya terminado, voy a necesitarte — Dije apretando sus manos con las mías.

— Vamos a encontrarnos aquí ¿de acuerdo? Quiero celebrar nuestra victoria — Dijo con una amplia sonrisa.

— No me dejes ¿vale? — Le dije en voz baja.

Yulia me tomó la cara, depositando un pequeño beso en mis labios.

— Nunca, Elena, nunca, esto sólo será un obstáculo que vamos a pasar y más tarde estaré contigo.

— ¿Lo prometes? — Pregunté sosteniendo sus manos.

Yulia sonrió hermosamente.

— Lo prometo, mi amor — Dijo en un tono dulce y amable, sonreí cuando sentí sus labios en mi frente — Quiero que te mantengas firme y fuerte en ese momento, quiero que en ese instante sólo seas Ginger Apple y si en cualquier momento sientes que estás tambaleante, mira fijamente a mis ojos y verás que estoy de tu lado para lo que necesites.

— Te amo, Yulia.

— También te amo, mi amor — Esas fueron sus palabras antes de abrazarme con fuerza.

[Fin del Flashback]

— ¿Puedo saber qué es lo que tanto piensas? — Oí la voz de Yulia que me despertó de mis ensueños.

Sonreí abiertamente en cuanto me quedé mirando a la mujer con una dulce sonrisa en mi dirección, me mordí el labio y me acurruqué más en ella.

— Acerca de la vida, amor.

Respiró profundo y me atrajo, dejando que mi cuerpo se pegara en ella, mientras sus brazos rodeaban mi cintura con delicadeza.

— Deberías estar durmiendo, no descansaste nada anoche.

Amaba su manera de despertar, la manera cómo su voz se hacía ronca, sus ojos claros y el delicioso calor que su piel me ofrecía.

— Mi cabeza está demasiado llena, no hay manera de poder dormir — Dije apoyando mi cabeza cerca de su hombro, mientras que con la punta de los dedos jugaba con la tira de su sudadera.

— Relájate, Elena, todo está bien, estamos juntas y eso es lo que importa.

— Lo sé, Yul, pero no es tan fácil.

Yulia me miró durante unos segundos y suspiró.

— Sé que para ti esta situación no es cómoda en absoluto, Mila te ayudó, pero hoy la situación es diferente, amor, está cegada por el poder y no podemos permitir que eso arruine lo que tenemos.

— Lo sé, no estoy en contra de ti o algo por el estilo, pero ¿no crees que tú decisión era algo innecesaria?

— No, te dije que eso era la más pequeña de las cosas que podría haber hecho para darle una lección — Dijo de una manera paciente.

— Está bien, tienes razón.

— Elena, necesitas ver el mundo como realmente es, impulsado por el interés y poder, es raro ver a las personas unidas por el amor, así como nosotras — Dijo haciéndome sonreír.

Ella tenía razón, en ese momento por lo único que debería preocuparme era por mi bienestar, al lado de la persona que amaba y ella era esa persona.

Levanté la mitad superior de mi cuerpo para llegar a la cima de ella, mirándola a sus ojos.

— Eres lo mejor que me ha pasado — Dije de una manera sincera.

Arqueó una ceja y abrió una de esas amplias sonrisas que me hacían débil.

— ¿Lo soy?

Asentí con la cabeza y la besé lentamente, fue un beso rápido, lo que la hizo reír.

— Tú también eres la mejor cosa que me ha pasado, Elena, has sacado lo mejor de mí.

Pasamos toda la mañana juntas, Yulia me pidió dormir un poco más y la dejé con prontitud, la mujer estaba muy cansada y no la privaría de unas buenas horas de sueño, mientras ella dormía me quedé por un buen tiempo con Nastya en el teléfono, diciéndole todo lo que había sucedido la noche anterior, la mujer varió en gritos eufóricos de alegría y maldiciones por no haber sido testigo de esos momentos.

[…]

El viaje fue en silencio, Yulia en cada instante me acarició la mano con el fin de pasarme su calma, confieso que esa era una de las cosas que nunca hubiera esperado hacer, durante todos estos años como Ginger Apple nunca un acto de este tipo cruzó por mi mente.

— ¿Elena? — Yulia me llamó.

— ¿Sí? — Le pregunté al mirarla.

— ¿Estás bien? Si quieres podemos volver a casa, no quiero que te sientas mal — Su tono de voz preocupada hizo que mi corazón se pusiera cálido.

Ahora estábamos en frente de "Imperium" y juro que pude sentir como mi corazón latía con fuerza en mi pecho, me sudaban las manos y mi cuerpo estaba jodidamente tenso.

— Mi amor... — Susurró — Deberíamos irnos, podemos volver en otro momento — Dijo encendiendo el coche de nuevo.

— ¡No! — Hablé con rapidez, inhalando profundamente — No voy a dar marcha atrás, voy a mostrarle a esas dos que no se puede jugar con Ginger Apple.


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Mensaje por Aixa 9/8/2020, 3:24 pm

😱😱😱😱😱 No lo puedo creer, espero con ancias el siguiente capitulo

Aixa

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/8/2020, 5:37 pm

Capítulo 50 (Un nuevo comienzo)


[Mila]

¿Conocen ese sentimiento de sentirte completamente realizada? ¿Feliz? Bueno pues era exactamente como me estaba sintiendo esta tarde, a pesar de estar exhausta, me encontraba en un estado de radiante y pura realización. Los planes del día anterior no podían haber ido mejor, Yulia y Lena habían terminado lo que llamaban relación ¿Y yo? Yo podía continuar con Ginger Apple y la máquina de dinero dentro de "Imperium". Debo confesar que al principio, me sentí mal por engañarla, después de todo la chica había estado conmigo por años, ayudándome a levantar mi negocio, pero no era el momento adecuado para sentimientos o compasión y si para estrategias en un juego que podría perder fácilmente si no era astuta.

Después de lo que pasó anoche pensé que debía celebrar, pero para mí pesar Tasha no me pudo acompañar, después de todo tenía que jugar a la chica buena para Volkov, dios, esa mujer me daba nauseas, su actitud prepotente y arrogante me disgustaba solo por recordar su existencia, por lo que decidí buscar a una vieja amiga que me dio una maravillosa noche de placer, lo que hizo que me relajara y disfrutar el sabor de la victoria. Ya era tarde y estaba en camino al club para revisar la hoja de balance del mes, probablemente Tasha aparecería más tarde para celebrar juntas lo del día anterior, no había hablado con ella desde que se fue con Yulia, con tanta turbulencia terminé olvidando mi celular, dejándome totalmente incomunicada, lo cual no estaba totalmente mal, necesitaba tiempo para mí.

— ¿Mila? — Escuché Tasya gritar desde atrás.

Ni siquiera puse atención, no tenía la más mínima paciencia para hablar con la chica.

—¡Espera! ¡Necesito hablar contigo! — Gritó de una manera escandalosa justo como ella era — ¡No entres ahí!

Aceleré mis pasos y abrí rápidamente la puerta de mi oficina, cerrándola en el mismo instante en que entré para evitar la conversación innecesaria con la bailarina.

— ¡Que chica tan molesta! — Bufé irritada contra la puerta.

— No deberías tratar así a tus aliados, Mila — Escuché la voz de Ginger Apple llenar el ambiente.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

Frunció el ceño y me miró con una expresión que decía "¿Acaso no es obvio?"

— ¿Qué quieres decir con que estoy haciendo aquí? "Imperium" es mi segundo hogar ¿no? — Preguntó levantándose de la silla lentamente y caminando en pasos pequeños al mueble de las bebidas.

No sabía que estaba pasando, tenía un aura misteriosa, casi indefinida, pero no dijo nada, solo se sirvió una pequeña cantidad de whisky en uno de los vasos, agregando tres cubos de hielo, sacudió el líquido en la barra en sentido a las manecillas del reloj, para después mojarse los labios.

— Por supuesto que es tu casa, solo que me sorprendió verte aquí.

Sonrió, sacudiendo la cabeza y comenzó a caminar de regreso al escritorio donde se recargó.

— ¿Sorprendida? Genial, me encanta dar sorpresas — Dijo guiñándome.

— Te ves...

— ¿Bien? ¿Feliz? — Dijo sonriendo.

Me encogí de hombros mientras ponía mi bolso en el escritorio.

— Si, después de ayer creí que no vendrías por aquí muy pronto.

Sonrió y me miró con esos ojos verdes casi ardientes.

— ¡Ah! Ayer, fue una noche inquieta — Comenzó a hablar pacientemente — Pero muy buena ¿te gustó?

— ¿Buena? Claro que no, Ginger Apple, estaba preocupada por ti.

Arqueó una ceja y asintió.

— Me imagino cuan preocupada debiste haber estado por mí, eres siempre tan benevolente.

¿Qué demonios estaba pasando? No tenía un buen presentimiento, Ginger Apple estaba siendo arrogante y firme.

Escuchamos algunos golpes en la puerta hasta que se abrió y un muchacho entró.

— ¿Señorita Ginger Apple?

— ¿Si, en que puedo ayudarte? — Preguntó.

— Soy del equipo de renovación ¿Dónde quiere que empecemos?

Fruncí el entrecejo sin entender. Ginger Apple se levantó con una sonrisa y caminó hacia la cómoda que estaba en una esquina, deslizando dos dedos por la madera.

— Mmm… pueden comenzar... — Continuó calmadamente hasta que en un movimiento repentino lanzó al piso todas las cosas que estaban en la cómoda — Justo aquí.

— ¡¿Estás loca!? — Grité.

Se giró a verme con una sonrisa malvada.

— Déjanos solas, por favor, le llamaré pronto — Le dijo Ginger Apple al muchacho con los ojos fijos en mí.

Asustado el muchacho solo asintió y se fue.

— ¿Qué demonios crees que estás haciendo?

— ¿No es obvio? — Preguntó caminando hacia el escritorio de nuevo — Estoy renovando todo — Dijo sentándose.

Ginger Apple era puro cinismo, lo cual me hizo enojar más.

— ¿Con que derecho crees que puedes hacer eso? — Dije poniendo ambas manos en el escritorio mirando a la mujer que me veía con la cabeza en alto.

Ginger Apple descansó los brazos en el escritorio recargándose en los codos, uniendo sus manos en el centro para apoyar su barbilla y mirarme, con una sonrisa.

— Con el derecho que me da ser propietaria, jefa o socia mayoritaria, como prefieras llamarme, Mila.

[Lena]

Mila frunció el ceño, tenía la mirada casi perdida, parecía estar en otra dimensión con mis palabras, movió la cabeza y comenzó a reír, era una risa sin ninguna gota de humor.

— ¿Estás loca? ¿Acaso bebiste esta noche?

No dije nada, solo la miré.

— No tienes en que caerte muerta, Lena ¡¿Cómo puedes pensar que eres dueña de este lugar?! —Dijo enojada.

— Me subestimas demasiado, Mila, me da pena tu ingenuidad.

Estaba visiblemente nerviosa.

— ¿De que estás hablando? — Preguntó molesta.

— Estoy hablando de que te metiste con la persona equivocada, pudiste haber prevenido esto, pero quisiste hacerlo de la manera difícil — Hablé de forma paciente y cínica — ¿En verdad pensaste que iba a funcionar?

Retrocedió un paso, con los ojos fijos en mí.

— ¡Estás loca! — Dijo fuertemente — ¡Sal de mi oficina, sal de mi club, ahora!

Solté una fuerte risa, lo que la hizo detenerse en ese mismo instante y mirarme de nuevo.

— ¿Tu club? Ya no hay nada tuyo aquí, soy la nueva dueña de "Imperium", Mila.

— ¿Qué?

— Exactamente lo que acabas de escuchar, de bailarina a dueña, un gran paso ¿No crees? — Pregunté sonriendo.

— ¡No, no lo eres! — Dijo exasperada.

— Lo soy, de acuerdo a este documento — Dije deslizando el documento sobre el escritorio hacia la mujer quien lo recogió — Soy dueña del 70% de las acciones de este lugar y pronto seré dueña del resto, después de todo, aun no las has pagado ¿No es cierto? Vas a perderlas pronto.

— No, no, tu... ¿Cómo lo hiciste? ¡Hija de perra! ¡No puedes hacerlo!

Podía ver en sus ojos el miedo y la desesperación de perderlo todo, por un segundo sentí pena, pero fue borrado por un resentimiento que no se iría ahora ni en algún momento cercano.

— Tienes que estar bromeando ¡No tienes los medios para hacerlo! — Gritó

— De hecho, no los tenía, pero estamos en diferentes tiempos, Mila, ahora no solo puedo, sino que lo hice.

— ¿Cómo? — Dijo arrugando el documento en sus manos.

Escuchamos unos ligeros toques en la puerta, la cual se abrió un momento después y entró con una sonrisa victoriosa, la cual me quitó el aliento.

— ¿Hay algún problema, mi amor? — Preguntó en tono preocupado.

Yulia se acercó lentamente y con delicadeza envolvió sus brazos en mi cintura, depositando un beso en mis labios, para después mirar a Mila, quien nos veía con la boca abierta.

— No, amor, solo estaba comunicándole la noticia a Mila.

Yulia sonrió de manera triunfante y se encogió de hombros.

— Fuiste tú ¿verdad? ¡Tú compraste todo esto! — Exclamó Mila molesta.

— Deberías estar levantándote las manos y agradeciendo a dios que Lena aun sienta cariño por ti, de otra forma, en lugar de comprar "Imperium", habría terminado con tu vida.

— ¡¿Cómo pudiste hacerme esto, Ginger Apple?!

— ¡Fuiste la primera en traicionarme, Mila! ¿Cómo pudiste caer tan bajo?

A pesar del coraje que me consumía me sentía mal por quitarle lo único que tenía.

— Estaba haciendo lo mejor para ti ¿Hasta cuándo crees que durará este romance? Te dejará en cualquier momento.

— ¿Lo mejor para mí? ¡Solo pensaste en ti y en el dinero que te doy! — Grité.

— Es para lo único que vales.

Sentí las manos de Yulia apretar un poco mi cintura, demostrando que estaba ahí para apoyarme, intercambiamos una mirada de reconocimiento en pocos segundos y regresé la mirada a Mila.

Respiré profundo, sintiendo mis pulmones inflarse.

— ¿En verdad crees eso? ¿Después de perder todo? ¿Sigues pensando eso? — Salí de los brazos de Yulia y caminé hacia Mila.

Me detuve frente a ella y la miré a los ojos con el coraje que gritaba dentro de mí.

— Mírate y mírame, se han invertido los lugares ¿no crees?

— ¿Cómo hicieron esto? ¡¿Cómo lo supieron?!

Su tono exaltado revelaba lo sacudida que estaba con la situación, por supuesto no era para menos, para alguien que celebraba triunfante una victoria, descubrir que había sido engañada no era nada fácil.

— Tengo mucha gente que me...

No terminé la oración cuando la puerta se abrió.

— ¡Hola, chicas! — Dijo Miroslava sonriendo, quien traía consigo a Tasha, que era jalada por el brazo con una expresión no tan buena — Miren a quien me encontré en la entrada.

Me giré a verlas a las dos y sonreí triunfante.

— Ahora estamos todas juntas — Dije de manera sarcástica regresando a lado de Yulia, quien sonrió.

Tasha jaló su brazo bruscamente para liberarse de Miroslava.

— ¿¡Qué demonios es esto?! — Gritó Mila, intercambiando una mirada confundida con Tasha.

— Intenté hablar contigo... — Susurró Tasha.

Miroslava sonrió y se acercó, quedándose a mi otro lado, ahora estaba entre Yulia y Miroslava ante las dos víboras que nos miraban con la boca abierta.

— Jaque mate — Les guiñé a ambas.

— ¡Les dijiste todo! ¡Perra mentirosa! — Le gritó Mila a Miroslava.

— Le pediste ayuda a la persona equivocada, cariño, no participaré en esta canallada en la que se encuentran — Miroslava habló.

— Prefieres quedarte debajo de Yulia ¿No es así? Como siempre — Dijo Tasha esta vez.

— No estoy debajo de nadie, Tasha, mírame ¿en verdad crees que necesito algo? — Su tono presumido la dejó con un aire imponente.

— ¡Eres una perra! ¡Yulia, no les creas, todo es falso! — Tasha se acercó haciéndome girar los ojos.

— Mi dios… ¿vas a seguir insistiendo? ¡Lo sé todo Tasha! No me sorprende, siempre esperé algo así de ti — Yulia dijo encogiéndose de hombros.

— ¡Estás ciega! ¡Siempre he querido ayudarte! — Exclamó Tasha desesperada.

— ¿Cómo puedes ser tan cínica? — Me paré delante de Yulia — ¿No te cansas de perder? Ríndete de una vez, Tasha.

— Estás muy equivocada si crees que has ganado ¿Qué eres? Eres una stripper sin valor — Escupió sus palabras.

Sonreí.

— Soy todo lo que tú quieres ser, soy la dueña de "Imperium" y la mujer de Yulia.

Yulia se me acercó tocando mi cintura ligeramente, transmitiéndome confianza.

Tasha frunció el ceño y miró a Mila.

— ¿Dueña? ¿Cómo? — Su tono confundido era cómico.

Mila solo bajó y sacudió la cabeza.

— Cuando compras un lugar te conviertes en la dueña.

Tasha abrió mucho los ojos y retrocedió un paso.

— ¿No eres la dueña de este lugar? — Le gritó a Mila.

La mujer respiró profundo y miró a Tasha.

— Solo soy dueña del 30 por ciento.

— El cual pronto perderá ante mí — Dijo Yulia.

— Tú compraste este lugar para ella, Yulia... No puedo creerlo — Trató de acercarse a Yulia quien la miraba seria — Todo esto por sexo, las vi a las dos ayer y no puedo creer que estés con ella solo por eso.

¿Entonces Tasha era la persona que estuvo en la oficina de Yulia? Esto no podría ser mejor, otro escalón del cual bajarla, esto era mejor de lo que esperaba, tenía el control del juego.

Caminé acercándome a ellas y me detuve delante de Yulia quien me miro y sonrió.

— ¿Entonces fuiste tú? Woow… estoy más relajada ahora — Dije cínicamente — Dime ¿Te gustó el espectáculo? No sé en qué punto comenzaste a observar, pero creo que fuiste golpeada por un poco de envidia ¿no es así?
Tasha apretó la mandíbula, mostrando que estaba tratando de controlarse, sus ojos ardían con un odio colosal y estoy segura de que si la mujer pudiera matarme ahí mismo, lo habría hecho.

— ¿Qué le hiciste a estas mujeres? — Le preguntó Miroslava a Yulia quien solo sonrió.

Les lancé una mirada a ambas.

— Ven, Volkova, tomate un whisky conmigo, tienen muchos asuntos de los cuales encargarse — Dijo Miroslava sirviendo dos vasos.

Yulia se encogió de hombros y se acercó, tomando uno de los vasos de la mano de Miroslava, ambas mujeres levantaron sus vasos con una sonrisa triunfante en sus labios y brindaron por nuestra victoria y yo al mismo tiempo seguía mirando a Tasha.

— ¡Eres una perra! — Gritó.

— Tasha... — Susurró Mila — No tiene caso.

— ¿Yo? Tu eres quien está tras el dinero de Yulia ¿Y yo soy la perra? Por favor — Dije irónicamente.

— ¡Esta contigo por sexo! — Dijo tratando de presumir.

Yulia se acercó rápidamente.

— Escúchame... — Habló furiosa, pero rápidamente la interrumpí.

Toqué sus hombros calmadamente y sonreí, depositando un beso en sus labios, Tasha que estaba a pocos centímetros y podía ver la escena de cerca. Solté a Yulia y regresé mi atención a la mujer que me miraba furiosa, después mi mujer se acercó a Miroslava de nuevo.

— Te garantizo que no es solo por sexo, pero cuando tenemos sexo es muy ardiente, creo que te diste cuenta ¿verdad? Viste todo desde la primera fila.

Mis palabras estaban cargadas de mucha ironía.

— Estoy completamente segura que nunca pensó en tocarte de la manera en que me toca a mí — Me acerqué — Con tanto deseo.

— ¡No sabes nada!

Sonreí ante su odio.

— Lo sé, sé que ninguna mujer, mucho menos tú, tendrán a Yulia como yo la tengo y lo sabes, Tasha.

—¡Eres asquerosa!

Solté una carcajada.

— Y tu envidiosa — Dije.

— ¿Yo? ¿Envidia de ti? No me hagas reír, Ginger Apple — Reía sin humor.

— Sí, porque tengo a Yulia ¡Algo que tú nunca tendrás! — Me encogí de hombros irónicamente.

— Ya la tuve para mí.

Sonreí abiertamente y la miré, rodeando a la mujer lentamente.

— No, no como yo la tengo — Dije acercándome a Tasha por detrás, al punto de susurrarle en el oído — Nunca la tuviste de esa forma tan deliciosa como la tengo cada noche, me corrí tan fuerte y delicioso anoche, yo era todo lo que ella quería esa noche, el que me llames perra no me ofende, porque sí, soy la mejor de las perras para ella.

Ella bufó y se giró para verme.

— ¡Solo sirves para eso!

— Te equivocas, Lena será mi esposa, la madre de mis hijos, porque la amo y porque ella es con quien quiero vivir el resto de mi vida — Dijo Yulia uniéndoseme de nuevo — ¿Verdad, amor? Pronto serás una Volkov.

Sonreí, recibiendo un rápido beso de Yulia.

— ¡Vámonos Tasha! — Dijo Mila.

— ¡No!

— ¿Por qué tanta prisa, Mila? ¿No estás disfrutando la conversación? — Preguntó Yulia en tono de burla.

— No me provoques ¡No sabes con quien te estás metiendo! — Gritó.

Yulia tomó una postura seria.

— Tú eres quien no lo sabe, no tienes ni la menor idea de lo que puedo hacerle a quien se interpone en mi camino.

— ¿Estás amenazándome? — Mila se acercó a Yulia.

— Así es, lo estoy ¿Quieres que te lo dibuje? Puedo ser más clara — Yulia dio un paso al frente.

— Calmemos un poco — Miroslava se aproximó, poniéndose entre las dos.

— Mantente fuera de esto, traidora — Gritó Mila.

— No quieres tener una pelea también conmigo, Mila, tener a Yulia y a mí de enemigas no es algo saludable — Dijo Miroslava de forma paciente.

— En realidad no, ahora que estamos en el mismo lado — Continúo Yulia.

— Esto no se quedara así — Gritó Mila furiosa.

— Será mejor que no intenten nada más, no se los pondré fácil a nadie solo porque Lena siente pena por gente como ustedes, puedo ser muy cruel cuando quiero.

No dijeron nada.

— Haré de sus vidas un infierno, Volkova — Dijo Mila desafiante.

— Inténtalo y te mataré, Vodianova — Yulia dijo de una manera tan agresiva que sentí un escalofrío subir por mi columna, no dudaba de lo que era capaz de hacer por defender lo nuestro.

— ¡Salgan las dos de aquí, ahora mismo! — Gritó mi mujer, jalando a Mila y Tasha del brazo, siendo las dos prácticamente arrastradas a la puerta — ¡Váyanse! ¡No quiero tener que volver a ver sus desagradables caras de nuevo! — Gritó furiosa, cerrando la puerta de golpe.

Rápidamente me acerqué a ella y toqué su cara calmadamente, tratando de demostrarle que todo había funcionado.

— Yul...

Abrió los ojos y me miró, tenían un tono más oscuro y podía ver en ellos el brillo del enojo que comenzó a desvanecerse cuando se concentró en mí.

— Todo funcionó — Dije sonriendo.

Yulia cerró los ojos rápidamente y sonrió.

— ¡Sí! Estoy muy feliz, Elena — Su dulce y amorosa voz se hizo presente y suspiré aliviada tan pronto como sus manos me llevaron a un abrazo reconfortante.

Permanecimos así por unos minutos, sin decir absolutamente nada, podía sentir su respiración serena contra mí hasta que Yulia se alejó un poco para depositar un beso en mis labios, cerré los ojos tan pronto como sentí la suavidad de su boca contra la mía, al principio fue solo un roce de nuestros labios hasta que Yulia pidió espacio para deslizar su lengua contra la mía, nos besamos con cariño, hasta que escuchamos a Miroslava aclarándose la garganta.

— Honestamente, esto no fue parte del trato, tenerme que quedar a ver lo empalagosas que son.

Me reí y extrañamente Yulia también, nos soltamos lentamente para ver a la mujer que tenía una expresión de aburrimiento.

— En serio, no tengo que aguantar esto.

— Si quieres irte mantendré la puerta abierta para ti — Dijo Yulia.

— Siempre tan amable, Volkova — Dijo Miroslava levantándose de donde estaba — No sé cómo la soportas Lenita, fui tu mejor novia sin lugar a dudas.

Yulia frunció el ceño y bufó.

— Miroslava... — La reprendí.

— ¿Qué? ¿Estoy mintiendo? Vamos, mírame, soy muy ardiente — Dijo de forma presumida para molestar a Yulia.

— Mi mujer también lo es y mucho, ella tiene unos hermosos ojos — Dije siguiéndole la corriente.

Yulia sonrió abiertamente, para después levantar las cejas y encogerse de manera presumida.

— ¿Ves? Gané de nuevo — Dijo abrazándome por atrás.

Miroslava rodó los ojos y tomó un sorbo de su bebida.

— Ustedes son increíblemente cursis.

Yulia y yo nos reímos divertidas hasta que la puerta se abrió dejando entrar a Katya y a Katyuska en medio de una discusión.

— Estoy muy molesta contigo, Volkova — Dijo Katya lanzando su bolso en el sofá.

— ¿Qué hice? — Preguntó confundida.

— Me dejaste fuera de la fiesta ¿Por qué? ¿Ahora me reemplazaste por esta mujer? — Dijo apuntando a Miroslava.

Le hice una cara a Yulia como diciendo "Estas jodida".

— Dios no lo quiera — Dijo Miroslava.

— Por supuesto que no, Yul, el problema es que Dostoievski era parte del plan.

— Yo era la gran jugada, por supuesto — Miroslava se encogió de hombros y Yulia la miró moviendo la cabeza.

— Siempre tan llena de ti misma — Dijo Katya.

— ¿Cuál es el problema conmigo, Katya? ¿Es porque vivo pegada a tu amor? — Miroslava fue directa.

Haciendo que Katya y Katyuska se sonrojaran en el mismo instante, eso fue muy divertido, nada mejor después de una situación tensa.

— Por amor de dios, no digas tonterías, Dostoievski — Gruñó Katyuska.

— ¿Qué? Estoy siendo honesta, está celosa.

— Cállate — Intervino Yulia.

— ¡Dios mío! ¡Basta! — Grité haciendo que todas me miraran — ¡No quiero esta discusión en mi club, por favor! — Dije pretendiendo ser seria.

Yulia sonrió y se acercó.

— Ya escucharon a mi mujer, cálmense.

— Solo porque ahora es la segunda todopoderosa — Dijo Katya riendo.

— Es solo para aquellos que pueden, Zotova — Me encogí de hombros y reí.

— Vi la cara de esas dos cuando se estaban yendo, no era para nada buena — Fue el turno de hablar de Katyuska.

— Tuvieron su merecido, Katy, yo habría hecho algo peor, pero Lena es muy amable — Dijo Yulia recargándose en el armario detrás de ella.

— Ella tiene un corazón, a diferencia de ustedes tres — Katyuska dijo.

— ¿Ven? ¡Me agradas, Katyuska! — Dije sonriendo.

— Tengo el presentimiento de que seremos buenas amigas, Lena.

— Estamos jodidas — Dijo Katya haciéndonos reír.

— Cállate, Zotova — La regañó Katyuska.

— Regresamos a los viejos tiempos — Dijo Yulia riendo, dejándome confundida.

— ¿Por qué, amor?

— En preparatoria, Katya y Katyuska tenían la misma relación de amor—odio, entre bofetadas y besos.

— La diferencia es que ahora no hay besos — Dijo Katyuska y yo sonreí.

— Porque no quieres — Fue el turno de Katya en hablar.

— Vale, vale, chicas, me estoy sintiendo aislada en estas conversaciones de parejas.

— Aquí no hay otra pareja más que Yulia y Lena — Dijo rápidamente Katyuska.

— Yo estaba pensando que todas podríamos ir a celebrar que el plan había funcionado ¿Qué piensan? — Dijo Miroslava emocionada.

— Finalmente una buena idea — Bromeó Yulia.

— Siempre tengo ideas maravillosas.

— Sin pelear — Me metí — Y si, vamos, necesito relajarme un poco.

— Perfecto, podemos ir a "Cosmopolitan", será asombroso.

— ¡Vamos entonces!

[Katya]

Estábamos todas ahora reunidas conversando animadamente en una de las mesas de "Cosmopolitan", el club estaba francamente lleno esa noche, la música envolvía a la gente de una manera enloquecedora, ya habíamos bailado, bromeado, pero ahora solo estábamos discutiendo por quien saldría del lugar más borracha, después de todo estábamos en la cuarta ronda de tequila y yo seguía firme y fuerte. Incluso en medio del buen humor y el alcohol Miroslava y Yulia no paraban de intercambiar barbaridades, como de costumbre, eso podría ser incluso cómico para esos que eran desconocidos. Lena había llamado a Nastya y Oksana para que se unieran a nosotras y celebraran su gran victoria sobre Tasha y Mila. Todo estaba yendo perfectamente bien, excepto por la parte de que Katyuska me estaba ignorando completamente. Estaba aquí rezando para que el tequila hiciese algún efecto y que se soltase solo para poder acercarme sin recibir una patada y parecía que estaba funcionando, porque incluso ahora me lanzaba sonrisas.

— No debería abusar mucho del tequila, señorita Katina — Dijo Yulia sin perder el maldito hábito de llamar a la mujer por su apellido.

— Estoy perfectamente bien, Volkova — Habló Lena guiñándole un ojo a Yulia y entonces volvió su atención a la conversación con las chicas.

— Debe saber lo que está diciendo — Susurré a Yulia quien rió.

— ¡Lo dudo! Lena no bebe mucho.

— Deja que se divierta, Yul, puedes tener suerte al final de la noche — Hablé sugestivamente, haciendo que arquease su ceja y asintiese con una sonrisa traviesa.

— ¡Tienes toda la razón! Pero dime ¿no lo vas a intentar? — Me susurró, mientras las otras reían de algo que había dicho Nastya.

— No lo sé, Yul, no lo quiero arruinar — Lancé reflexivamente.

Realmente no quería, ya lo había arruinado con Katyuska una vez y ahora quería hacer las cosas de diferente manera, quería demostrarle que nunca dejé de amarla, a pesar del loco deseo de estar con ella, quería que ella estuviese dispuesta a acercarse a mí.

— Acércate a ella, Yul, sé que Katyuska querrá eso.

— ¿Y que si me rechaza?

Yulia rió suavemente y ser acercó más.

— Ella siempre hizo eso, Katya y te encantaba.

— Tienes razón, necesito tener al menos un beso esta noche.

Yulia rió.

— ¿Qué es lo que susurran tanto ustedes dos? — Lena se unió a nosotras, poniendo un brazo alrededor de los hombros de Yulia quien la miró sonriendo.

— La manera para que Katya recuperé a Katy.

Lena sonrió, miró a Katyuska disimuladamente y entonces me miró otra vez a mí.

— Va muy bien con los tequilas, dos rondas más y parará de ignorarte, Zotova, disfruta.

Yulia y yo miramos a Lena que se encogió de hombros.

— Claramente escogiste a la mujer correcta — Le dije a Yulia que acercó más Lena a su lado.

— Sí, no tengo ninguna duda de eso.

— ¿De qué están hablando ustedes dos? — Katyuska preguntó, atrayendo la atención de todas a nuestra conversación y consecutivamente poniéndome nerviosa.

— De que Yulia eligió a la mujer correcta — Dije rápidamente.

— Eso no se discute — Nastya completó.

— ¡Awww! Nastya, te quiero — Lena le dio una palmada a su mejor amiga.

— Se ven hermosas juntas — Fue el turno de hablar de Oksana.

Yulia sonrió y abrazó a Lena, quien depositó un beso en mi amiga.

— Creo que las podemos shippear — Dije riendo.

— ¡Por supuesto! Pensemos un nombre, Zotova — Dijo Katyuska sonriendo entrando en el juego.

— ¿... Yule? — Empezó a dar ideas.

Todas hicimos una cara y sacudimos nuestras cabezas.

— Podemos llamarlo... Yul... Yulena! Eso, ¡Yulena suena bien! — Dije

— ¡Me gusta! — Dijo Nastya animadamente.

Yulia y Lena dejaron salir una risa.

— ¿Esto es en serio? — Yulia preguntó confundida.

— ¡Obviamente! Yulena es real.

— Hagamos un brindis por Yulena! — Nastya casi gritó, extendiendo el vaso de tequila.

— ¡SALUD! — Gritó Katyuska.

Todas extendimos nuestros vasos de tequila en alto para brindar por la pareja.

— Podemos bridar por Ekyuska, que piensas, Yul? — Preguntó Lena divertida.

— ¿Ekyuska? — Preguntó Nastya.

— ¡Si, Ekaterina y Katyuska!

Todas, incluyendo Ekyuska para mi sorpresa rieron, en efecto, el tequila estaba haciendo efecto.

— Podemos brindar por Mirena — Fue el turno de Miroslava de hablar.

— ¿Qué? — Yulia la miró seriamente.

— Miroslava y Lena — Habló como si fuese obvio.

Nastya, Oksana, Katyuska y yo nos miramos entre sí esperando el momento correcto para separar la futura pelea.

— Tu momento ya pasó, Dostoievski, Lena es mi mujer ahora y no tengo intención de cambiarlo.

— ¡Uhh! — Dijo Nastya.

— No es mi culpa que Lena haga malas elecciones — Miroslava provocó.

— En el nombre de dios, mantengamos la calma — Oksana siempre tan religiosa.

— ¡Exacto, chicas! — Katyuska se puso de pie — ¡Vamos todas a bailar!

— ¡Gran idea, Katyuska! — Nastya la siguió y después Miroslava y Oksana las acompañaron.

[…]

Katyuska bailaba animadamente al sonido de un cautivador ritmo junto con Miroslava, Oksana y Nastya, mientras yo estaba sentada junto al Yulena hablando sobre cosas al azar mientras bebíamos. Las dos siempre estaban intercambiando caricias y besos haciéndome tener envidia de lo que podría estar haciendo con la mujer que bailaba en la pista de baile, tomé otro trago de mi bebida que debía estar mezclado con frutas cítricas y vodka, mientras miraba como se divertía.

— Deberías darte prisa, no quieres perderla por alguna mujer ¿verdad? — Preguntó Lena mientras estaba sentada en el regazo de Yulia.

La miré por unos segundos y después regresé mi mirada a Katyuska, Lena tenía toda la razón, no podía dejar las cosas así. Asentí y me puse de pie caminando hacia Katyuska que bailaba junto a una mujer que nunca había visto antes. Sin pensar dos veces tiré a la mujer de la cintura, haciendo que se alejase de la pelinegra que la rodeaba.

— ¿Qué crees que haces, Zotova?

— Alejándote de lo que apesta.

La pelinegra no hizo una muy bonita cara, pero solo se alejó sin decir nada, Katyuska se detuvo por unos segundos mirándome y dios, estaba hermosa, su cabello estaba suelto y algo alborotado, nada fuera de lo ordinario, su maquillaje era ligero, pero resaltando sus labios que tanto deseaba besar ¿Saben cuándo por unos segundos sales de tu orbita y no puedes ver nada alrededor de ti excepto a la persona que está enfrente de ti? Era exactamente así como me sentía, ni siquiera el fuerte sonido de la música, las distintas personas alrededor, ni el juego frenético de luces del club me hizo quitar los ojos de la mujer enfrente de mí.
Katyuska alternaba su mirada de mi boca a mis ojos y suspiró, intenté acercarme más, tocando su cintura otra vez, pero la mujer sacudió la cabeza y caminó lejos, por impulso la sostuve.

— No, por favor, prometo no hacer nada — Se giró hacia mí — Solo baila conmigo.

Katyuska parecía pensar sobre mi propuesta.

— ¿Lo prometes?

Sonreí.

— Lo prometo — Hablé firmemente, sin dejar que notase mis dedos cruzados, rompiendo mi promesa.

Esa noche empezaría a recuperar a Katyuska Sokolova.

[Yulia]

— ¿A dónde vas? — Pregunté tan pronto Lena se levantó de mi regazo.

— ¿Vamos a bailar? — Me preguntó con una sonrisa alegre.

Ya estaba "borracha" debido a la alta cantidad de alcohol en su cuerpo, pero eso no importaba esa noche, Lena estaba feliz y eso era todo lo que me importaba.

Le sonreí mientras seguía de pie enfrente de mí esperando a una respuesta. Se veía hermosa como siempre, esta noche vestía una blusa negra que dejaba al descubierto su liso estómago, junto con un saco que la hacía lucir muy bien, en la parte de abajo llevaba una falda dorada que moldeaba perfectamente bien sus curvas, dejándola totalmente sexy y para acabarme de joder más, su cabello estaba suelto y liso.

— Estoy cansada, Elena — Gruñí.

— Vamos, Yul ¡Quiero bailar contigo! Ven, amo esta canción — Dijo tirando de mí.

Me puse de pie reluctantemente y la seguí, Lena caminó en frente de mí, dándome la oportunidad de apreciar muy bien su cuerpo mientras la seguía, caminó al medio de la pista de baile donde todos parecían concentrados únicamente en bailar, sin darse cuenta de nadie alrededor y ahora entendía perfectamente bien. Lena se detuvo y se giró para mirarme, con una expresión traviesa hasta el punto de morder su labio y empezar a mover su cuerpo en perfecta sincronía con la música que estaba sonando, el ritmo era puramente sensual, que encajaba bien con la mujer enfrente de mí.

Sonrió sarcásticamente y continuó bailando, balanceándose lentamente de un lado a otro con la pura intención de provocarme y lo estaba logrando. Llevó sus manos a su cabello, cerrando sus ojos para balancear sus caderas más, Lena tenía un inmensurable poder de seducción, podías perderte simplemente en medio de sus miradas y la manera en que su cuerpo se movía, era una clase de hipnotización y no tenías opción, eras llevada a una dimensión donde el deseo y lujuria prevalecía.

Respiré profundo, tomando su cintura con mis manos de manera posesiva, mis ojos se conectaron con los de ella tan intensamente que podía jurar que la temperatura de ese lugar era más alta de lo normal. Lena mordió su labio y sonrió, como si supiese exactamente los pensamientos sucios que cruzaban por mi mente, me dio la espalda, pegando su cuerpo al mío para continuar balanceándose, al instante sentí su fricción acompañado del sonido de la música que prevalecía en el momento, deslicé mis manos en su cintura se balanceaba a cada instante, instigándome a más y más.

— ¿No te cansas de provocarme? — Susurré en su oído, haciéndola arquear su cabeza atrás, abriendo una sonrisa cínica.

— ¿Yo? No te estoy provocando, Volkova — Dijo poniendo sus manos sobre las mías presionando su cuerpo más contra el mío — Solo estoy bailando contigo.

— Si supieras que causas en mí bailando de esta manera, pensarías antes de preguntarme para que me una a ti — Hablé en su oído, tomando la oportunidad para morder su lóbulo lentamente.

Ella estaba amando ese pequeño juego, Ginger Apple se divertía tanto dejándome jodidamente caliente por ella y era capaz de hacerlo fácilmente.

— ¿Y que si lo sabía? ¿Y que si me gusta dejarte así, Yulia? — Su tono de voz salió ronco y sexy.

Deslicé mis labios por su cuello, besando esa área con lentitud.

— Maldita seas — Susurré contra su piel.

Mordió su labio y sonrió, girándose para mirarme, poniendo sus brazos alrededor de mi cuello a pocos centímetros de mí, mis manos rápidamente aterrizaron en su cintura, tirando de su cuerpo y uniéndola a mí y conectó nuestras miradas. No lo pude soportar, sostuve su cintura firmemente sin la más mínima intención, el deseo de poseer a esta mujer ahí mismo era indescriptible, Lena acercó sus labios más cerca de los míos en medio de la multitud que bailaba y sin dejarme perderla de vista, me hizo seguirla entre la gente, como una clase de juego donde buscaba lo que más quería.

Podía ver su cabello liso, destacando en su espalda en el medio de la gente, se escondió lo máximo que pudo en uno de los lugares más oscuros del lugar, el juego de luces, la música alta, la multitud de gente, todo la ayudaba en su juego. Giró su cara a un lado y sonrió, dándome el impulso para continuar la persecución hasta que fue a una oscura y solitaria esquina, se apoyó contra la pared mirándome y se balanceó al sonido de la música, dejando que su cuerpo se frotase en la pared muy lentamente, de arriba hacia abajo con sus ojos ardiendo en mí.

Provocadora.

Sonreí y ella sonrió también, mordió su labio y con su dedo índice me hizo señas para que me acercase, sacudí mi cabeza y ella levantó su pierna apoyándola en la pared que había detrás de ella, dejando su muslo casi completamente desnudo debido al grande corte de su falda, podía leerr en sus labios que pronunciaba un simple "ven", que me dejó completamente perdida.

Levantó su falda un poco y rápidamente me acerqué, haciendo chocar su cuerpo contra la pared otra vez.

— ¡Estás loca! — Susurré contra sus labios.

Dejó salir una sonrisa traviesa.

— Loca de deseo por ti — Dijo mordiendo mi labio inferior.

— No podemos, no aquí, Lena.

Sus manos traviesas se deslizaron por mi estómago lentamente, hasta llegar a los botones de mi blusa, desabotonando uno, dos, tres botones, dejando la parte superior de mis pechos al aire.

— Podemos... — Habló agachando su cabeza hacia abajo, depositando un largo beso en la parte superior de mi pecho izquierdo — Debemos... — Otro beso, pero ahora en mi pecho derecho — Y lo haremos — Esta vez lamió entre ellos — Ahora, Volkova.

Yo que ya estaba con mis ojos cerrados, suspiré, intentando aferrarme al último hilo de sanidad que todavía me quedaba.

— Señorita Katina, por favor — Casi rogué.

— Shh… Te necesito, Yulia — Dijo con su dedo índice en mis labios — Necesito correrme por ti — Susurró en mi oído con la voz más sensual que pudo usar.

— Alguien puede atraparnos, vamos al baño — Intenté tirar de ella, pero Lena era firme.

— ¡Lo quiero aquí! Estoy tan excitada, Yulia, siente.

Tomó una de mis manos y la llevó a su centro cubierto por la fina prenda de su ropa interior, haciéndome sentir cuan mojada estaba.

— Fóllame, fóllame muy bien.

No podía soportarlo más, quería y lo iba hacer, follaría a Lena donde sea que me lo pidiese. Besé sus labios intensamente, disfrutando su boca al máximo que podía, quería sentir y darle a esa mujer lo que ella quería tan malvadamente.

Un orgasmo.

Con una de mis manos levanté su muslo, para que mi cuerpo encajase perfectamente con el de ella, llevé mi otra mano entre su cabello, tirando de él lo que la hizo jadear, forzando a la mujer a arquear su cabeza atrás, dejando su cuello a merced de mi boca, inhalé profundamente la esencia de su piel y lamí el área de su cuello con deseo, haciéndola presionar mi cuerpo contra el suyo por puro instinto.

Lena mordió su labio con fuerza y me miró, podría jurar que estábamos ahí solas, sin nadie más, solo ella y yo. Mi mano que estaba en su muslo fue a su trasero, apretándolas fuertemente, la mujer inclinó su cabeza, deslizando sus labios por mi mandíbula con pura provocación, mis dedos se movieron a su ropa interior, empujando la fina prenda de su ropa a un lado y tocando su caliente y mojado centro.

— Oh, sí, tócame... — Susurró con su cabeza arqueada hacia atrás, apoyándose contra la pared.

No me atreví a desobedecer, incliné mi cabeza depositando besos, chupones y ligeras mordeduras en su cuello, mientras mi mano se deslizaba entre los pliegues.

— Yulia... — Gimió, apretando mi cabello con fuerza.

Solo dándome el impulso de mover más mi dedo índice y medio en su clítoris, estaba jodidamente excitada, su centro mojado podría fácilmente darme la oportunidad de follarla ahí.

— Más rápido... Hazlo más rápido, Yulia — Gimió.

¡Dios! Me estaba volviendo loca, la bebida, el lugar, sus gemidos, la manera en que estaba excitada y el miedo de ser atrapadas, todo contribuía para la alucinante situación. Mis dedos se movieron rápido, haciendo una deliciosa presión en su centro, provocando que gimiera más alto a cada instante.

— Gime suavemente, gime solo para mí.

Mordió su labio de una manera tan sexy para contener los gemidos que podía sentir mi centro contraerse.

— Si, gime suavemente, gime en mi oído, porque te follaré hasta que te corras.

— Mmm… Si, Yulia — Empezó a gemir ruidosamente otra vez.

La adrenalina que tomó mi cuerpo mezclado con el alcohol hacía todo diez veces más intenso, deslicé mis dedos rápido y más rápido en su clítoris lo que provocó que gimiera locamente, su respiración era jadeante únicamente contribuyendo mi perdición. Lena inclinó su cabeza y tomó mi boca en un beso desesperado, dejando su lengua invadir mi boca con deseo, chupando de una manera tan deliciosa.

— Necesito que me folles — Chilló agonizando — ¡Joder, me voy a correr en cualquier momento!

Estábamos sudando, el lugar se sentía como una sauna. Lena clavó sus uñas en mi trasero en el momento exacto que amenacé con penetrarla, dios, quería, necesitaba sentirla, correrse, pero mientras deslizaba mis dedos para follarla una pareja se acercaba haciendo que me retirase.

Abrió sus ojos que hasta hace unos minutos atrás estaban cerrados y me miró furiosamente.

— ¡Termina esto de una vez! — Habló sosteniéndome.

— Ven conmigo — Dije tirando de ella.

Pasamos entre varias personas que se aferraban entre ellos en el pasillo, hasta entrar en unos de los baños que aparentemente estaban en mantenimiento, no le di ni tiempo de decir algo, solo tiré de ella cerca de mí tomando su boca en un beso desesperado. Lena rápidamente abrió el resto de botones de mi blusa, clavando sus uñas en mi cintura, sin desconectar nuestros labios, guié el cuerpo de la mujer al enorme lavabo de ese baño, donde rápidamente la forcé a sentarse, abrió sus piernas para que encajara en medio de ellas y después cerrarlas alrededor de mi cintura, sosteniendo mi cuerpo.

— Chúpame, por favor... Yulia — Pidió ansiosamente.

Mis manos que ahora apretaban sus muslos con fuerza fueron a su ropa interior para bajarlas, tiré de las caderas de Lena, viendo su mojado centro, apoyó su espalda contra el espejo detrás de ella y dejó salir un ruidoso gemido en el momento exacto que mi lengua se deslizó ligeramente en su centro, tenía un sabor delicioso.

— ¡Oh, dios, Yulia!

Miré a la mujer que tenía su cabeza arqueada, viendo como su piel brillaba ligeramente debido al sudor, estaba ahora completamente abierta a mí, haciendo una jodida expresión de placer, con sus manos apoyadas en el lavabo, joder, podría correrme solo viéndola tan excitada.

— Si, chupa...

Cerré mis ojos y deslicé mi lengua entre sus pliegues resbaladizos, dejando que solo la punta de mi lengua tocase su hinchado clítoris. Lena que estaba sedienta por más abrió más sus piernas para mí y empujó sus caderas adelante, pero yo solo seguía provocándola.

— No me provoques, Volkova.

— Eres tan deliciosa, Katina — Hablé para entonces deslizar mi lengua en su hinchado clítoris con cierta presión, podía escuchar sus altos y ahogados gemidos.

Era tan sensible que podía continuar solo ahí, chupé de la manera que me ordenó, chupando todo lo que me ofrecía, una de sus manos aterrizó en mi pelo, apretando con fuerza, forzándome a continuar. Sus caderas se movían a cada instante, impulsándose hacia delante para que así mi lengua pudiese hacer mayor presión, estaba a punto de correrse, gimió y se movió rápidamente.

— ¡Oh joder! — Estaba sin aliento, su pecho se elevaba y caía rápidamente, las gotas de sudor caían por su cuello donde podía ver fácilmente la vena de su cuello salir — ¡Mierda!

— Me encanta chuparte, Lena — Susurré, bajando otra vez.

Ahora con dos dedos abrí los pliegues resbaladizos de su centro mojado, podía sentirlo palpitar y lentamente empecé a hacer círculos en su clítoris, provocando que de nuevo arquera su espalda.

— Mmm… Así, más… — Chilló.

Y lo hice, chupé con deseó, sintiendo su cuerpo sacudirse completamente, se estaba moviendo rápido involuntariamente, mientras su mano sostenía mi cabeza firmemente, no paré hasta sentir la última gota de su corrida en mi lengua.

— ¡Eres tan deliciosa!

Lena sonrió traviesamente y sin aliento, se inclinó hacia delante, para tirar de mi cabello, forzándome a estar cara a cara con ella, mordió su labio y tiró de mi cabello otra vez, pero ahora fue ella quien se acercó más y lamió como una felina todos los restos de su jugo de mi boca.

— Quiero follarte — Dijo con malicia.

— ¿Quieres?

— Si quiero y quiero follarte ahora.

¡Dios, esta mujer era demasiado perfecta! Sonreí y cuando estaba a punto de bajarla del lavabo la puerta del baño se abrió, dando paso a Katyuska y Katya que se besaban apasionadamente, pero pararon en el momento exacto que nos vieron.

Las cuatro nos miramos entre sí como si hubiésemos cometido un crimen.

— Mmm... Nosotras... bueno... — Katyuska empezó hablando.

— Lo sabemos — Dije riendo.

— Esto será un secreto — Katyuska habló pretendiendo estar seria.

— Tenemos que jurarlo — Lena comentó.

— No sé por qué, esto me está encantando, podemos hacerlo todas juntas, ustedes dos ya empezaron hace algún rato ¿no?

— Zotova — Dije riendo.

— ¿Qué? El estado de Lena es deplorable y Yulia, te vez tan caliente, maldita sea.

— ¡Katya! — Katyuska la empujó.

— Sabes que solo tengo ojos para ti, Sokolova — Dijo seriamente, mirando a la mujer a su lado.

Todas ya estábamos alteradas por el alcohol, eso era un hecho y Katyuska lo parecía más, tanto que ni siquiera le importo, solo tiró de Zotova y la llevó a uno de los cubículos del baño. Reí viéndolas como prácticamente se comían entre ellas desesperadamente en frente de nosotras, hasta que se cerró la puerta dejándonos únicamente escuchando algunas risas y bien conocidos ruidos.

— ¿Quieres continuar? — Escuché a Lena susurrar.

Observé a la mujer con incredulidad ¿Incluso con la pareja cerca de nosotras quería continuar?

— ¿Hablas en serio?

Lena sonrió y tiró del borde de mi blusa y me llevó dentro de otro cubículo, esa noche sería larga, definitivamente lo sería.


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Mensaje por Fati20 9/8/2020, 7:30 pm

Estas mujeres tienen la mejor vida sexual!!!!! Son increíbles 🔥🔥🔥🔥
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Mensaje por psichobitch2 9/8/2020, 7:50 pm

Cada que leo un capítulo, me da un calorón extremo! 😅😅😅
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/9/2020, 8:39 pm

Crying or Very sad Crying or Very sad Crying or Very sad Crying or Very sad

Capítulo 51 (Ajuste de cuentas)


[Yulia]

Abrí mis ojos lentamente, sintiendo el dolor en mi cabeza, me giré de un lado a otro en la cama, buscando el cuerpo de mi mujer, pero estaba vacía. Gruñí palabras incoherentes tan pronto como mis ojos vieron la claridad que venía desde la ventana ¿Dónde está Lena?

Me senté en la cama, frotando mis ojos ligeramente. La noche de ayer fue más emocionante de lo usual, no recordaba mucho, pero sabía que en medio de todas las borrachas yo era la que estaba mejor, solo tuve la ayuda de Oksana que por cierto era la única sobria, para ayudarme a sostener a todas esas mujeres.

¡Dios mío!

[Flashback]

- ¿Que estuvieron haciendo? - Preguntó Nastya en cuanto puso sus ojos en nosotras cuatro.

Se había quedado en la mesa con Oksana y Miroslava, que estaba acurrucada en los brazos de una hermosa castaña.

Katyuska dejó salir una graciosa y ruidosa risa, los efectos se hicieron presentes en la mujer.

- No quieres saberlo.

Nastya amplió sus ojos y abrió su boca.

- ¿Sexo grupal? ¿Y no me llamaron? - Dijo emocionada y algo borracha.

Lena ya me había dicho del apetito sexual de Nastya.

- Ni siquiera fueron para compartir - Fue el turno de Miroslava de hablar - Te extraño, Lenita - Completó guiñándole a mi novia.

Observé a la mujer de manera seria, la maldita mujer siempre se aseguraba de coquetear con mi mujer, todo para provocarme y como siempre, no pude controlarme.

- ¿Puedes callarte? - Exclamé con ira.

- Yul... Mantén la calma - Me susurró Lena.

- Ella me provoca - Resoplé con ira.

Lena dejó salir una sonrisa inocente y se giró para verme, haciéndome mirarla en sus intensos ojos verdes y grises.

- Soy tuya, te lo demostré hace un momento ¡¿o no?!

Dejé salir una sonrisa relajada y besé sus labios muy despacio, para después girarme hacia Miroslava, para mostrarle mi expresión victoriosa, la mujer rodó sus ojos y tomó a la castaña de su lado.

- Se ven destrozadas ¿Lo hicieron juntas? - Preguntó la amiga de Lena con mucha curiosidad.

- ¡Por el amor de Dios, Nastya! - Exclamó Oksana - Estaban bailando.

- Algo así - Dejó salir Katya.

- Voy a rezar mucho por ustedes esta noche, a dios no le va gustar esto, chicas.

- Zotova, cállate - Hablé empujándola.

- ¿Nos vamos? - Susurró Lena.

- Sí, vámonos, amor.

- ¡No, no, no, nada de eso! ¡Vamos a beber! - Dijo Katyuska alzando su vaso a lo alto.

Y bebimos, mucho hasta el punto de no poder estar de pie.

[Fin del Flashback]

Salí de la cama lentamente y fui al baño, con cada paso hacia el baño podía escuchar el sonido de la ducha. Dejé salir una risa suave y tan pronto como abrí la puerta pude ver el maravilloso cuerpo de mi novia, estaba concentrada en la ducha caliente, las gotas de agua hacían que el cristal de la ducha fuese algo borroso, pero podía ver fácilmente sus hermosas curvas.

- Linda vista - Dije.

Lena en un salto se giró hacia mí.

- ¡Dios! Me asustaste - Exclamó asustada.

Sonreí y me acerqué, abriendo la puerta de la ducha, para entonces mirarla claramente.

- No, amor, soy Yulia - Bromeé robando un beso de sus labios.

Lena frunció el ceño y fingió una risa.

Era simplemente maravillosa, completamente desnuda con su cabello atado en un desaliñado moño, dejando finos mechones de pelo mojarse ¿Sería siempre tan sexy de esta manera?

- ¿Puedo ducharme contigo? - Pregunté maliciosamente.

Lena mordió su labio y sonrió, girando su espalda hacia mí, mostrándome el hermoso volumen de su trasero.

- No, ya estoy terminando y tenemos obligaciones en las Industrias Volkov.

Le hice una cara, pero no insistí, tenía una jodida resaca por la noche anterior, así que no podía insistir.

Me quedé en la ducha mientras Lena salía del baño envuelta en una toalla, dejando que las pequeñas gotas de agua hiciesen un camino detrás de ella. Dejé recorrer el agua caliente por mi cuerpo buscando una manera de relajar mis músculos, no me tomé mucho tiempo, solo lo suficiente.

Después de estar vestida apropiadamente, me dirigí a la cocina escuchando el sonido de la música animada, era maravilloso tener a Lena en casa, traía una alegría fuera de lo común al lugar y podría acostumbrarme fácilmente. Inhalé profundamente tan pronto sentí el maravilloso aroma que venía de ahí, estaba concentrada preparando algo junto a la estufa mientras bailaba animadamente al ritmo de la música de fondo.

- ¿Muy talentosa en la cocina también? - Pregunté abrazándola por detrás, depositando un ligero beso en su cuello.

Sonrió y tembló cuando sintió mis labios en su piel.

- Me desperté feliz, amor - Susurró.

- ¡Ya lo veo! A pesar de mi dolor de cabeza, estoy muy feliz.

Lena se giró para verme, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.

- Exageraste con la bebida ayer, Volkova, asume el dolor.

- Usted también, Señorita Katina, me sorprende que esté de tan buen humor esta mañana.

- Sé cómo cuidar de mi misma, Yul - Habló presumidamente, besando mi boca.

Apreté mis brazos alrededor de su cintura, sosteniendo su cuerpo contra mí, sentí sus suspiros entre mis labios de manera relajada y despreocupada.

- Me encanta tenerte aquí ¿sabes? - Dije mirándola a sus ojos.

- ¿Si?

- Si, mucho, de hecho podrías quedarte conmigo aquí para siempre - Sugerí.

- No querrías dejar la casa, Yulia.

- ¡En efecto! No habría nada mejor afuera si estuvieses aquí.

Lena mordió su labio y sonrió.

- ¡De esta manera me harás arrogante!

- Solo estoy siendo realista - Dije sonriendo.

- Vamos, siéntate, desayunemos juntas.

- Sí, señorita Katina - Bromeé caminando hacia la mesa, sentándome en el sitio que me señaló.

- Me gustas así, obedeciéndome - Dejó salir siguiendo el juego, fingiendo seriedad.

Observé a la mujer con una mirada maliciosa, creo que no mencioné que estaba vestida con una de mis batas muy cortas, dándome una hermosa vista de su lencería.

Esta mujer siempre me volvería loca.

Lena se paró con su espalda hacia mí terminando de "organizar" nuestros platos y yo solo disfruté la maravillosa vista enfrente de mí, la mesa estaba bien servida, con platos y cubiertos, había un montón de fruta, jugo, pan y yo solo podía sentir el increíble olor a huevos revueltos que estaba preparando.

- Esta mañana te has pasado.

- Perdimos mucha energía ayer, creo que tú y yo necesitamos un desayuno reforzado - Habló con esa típica sonrisa, poniendo el termo y el plato de huevos la mesa.

- Aquí tienes, ahora podemos comer - Dijo emocionada.

Y lo hicimos, estaba realmente hambrienta esa mañana, Lena se lució cuando preparó nuestro desayuno, todo estaba divinamente delicioso. Me quedé mirándola por unos segundos, parecía concentrada en su plato lleno de frutas, en este momento estaba mordiendo un pedazo de fresa que estaba cubierta de crema

¿Debía decir que incluso comiendo se veía hermosa?

- ¿Por qué me miras así? - Preguntó riendo, terminando de masticar rápidamente, para después tomar una servilleta y limpiar sus labios.

- Me gusta mirarte, Elena.

- Me estás avergonzando, Volkova.

Podía jurar que Lena estaba sonrojada.

- No tienes porque, solo te estoy mirando, veo como tengo a una hermosa mujer.

Dios ¿por qué cuando estamos enamorados nos volvemos tan tontos? Parecía que cada y cualquier razón era suficiente para hacerte tonta, nunca me imaginé ponerme así por alguien, tiempo atrás tenía la ligera impresión de lo que era estar enamorada, pero hoy podía estar segura que nada se comparaba a mis sentimientos por Lena.

- Me vas a malcriar - Dijo levantándose de su silla para sentarse en mi regazo.

Me retiré hacia atrás un poco de la mesa para que así pusiese una pierna a cada lado de mi cuerpo, sonrió ampliamente en el momento exacto que envolví su cuerpo con mis brazos.

- No lo haré, es solo que quiero verte feliz - Le susurré.

Sus ojos verdes me observaron de una manera tan intensa que podía perderme ahí mismo, el sol que provenía de la ventana se reflejaba en sus ojos, dejándolos más brillantes. Lena era hermosa, su cabello estaba ahora suelto, con ondas ligeras que se moldeaban así mismas perfectamente alrededor de su cara.

- Estoy muy feliz - Susurró, tocando mi cara lentamente - Contigo - Completó para después depositar un beso en mis labios.

- Siempre será así ¿vale? Lo prometo.

- Confió en ti, Yul - Sus palabras salieron con la seguridad que necesitaba.

Incliné mi cabeza ligeramente hacia arriba, hasta sentir sus labios chocar contra los míos, nuestro beso era calmado, pero intenso, repleto de cariño y mucho amor. Lentamente chupé sus labios, para después deslizar mi lengua sobre la de ella en perfecta sincronía, llevé una de mis manos a su cabello, para ayudar a nuestro beso. Cuando terminó, paró lentamente, depositando pequeños besos en mis labios.

- Te amo - Susurró de manera dulce, calentando mi corazón con un buen sentimiento al escuchar esas palabras.

- Yo también te amo, Elena, más de lo que puedas imaginar.

Dejé salir esas palabras de la manera más sincera que pude.

En ese instante sabía que nada o nadie podían arruinar lo que teníamos, incluso con todas las turbulencias en nuestras vidas, estaba segura de que lo haríamos funcionar como ya lo estábamos haciendo y así haría a esa mujer la persona más feliz de este mundo. Lena o Ginger Apple vino a mi vida para revolverla de adentro hacia afuera, de una manera que no podía habérmela imaginado nunca, pero hoy, agradecía a quien fuese por eso, porque si me estaba sintiendo completa, era gracias a ella.

[…]

Después del maravilloso desayuno, Lena no me dio otra alternativa que ir a las Industrias Volkov, de acuerdo a ella no podíamos ausentarnos mucho, de lo contrario las cosas se saldrían de control. Yo especialmente estuve de acuerdo con ella, pero quedarme en casa con ella era más tentador.

En este momento exacto estábamos en la sala de reuniones, mirando la presentación de un proyecto muy interesante que expandiría las Industrias Volkov en España, una nueva sede estaba siendo ya construida y algunos contratos importantes estaban ya a la vista, todo estaba progresando perfectamente bien. Quité mis ojos del muchacho que explicaba todo perfectamente a los accionistas, para mirar a mi secretaria que casualmente era mi mujer, parecía muy concentrada, escribiendo algunos detalles importantes en su cuaderno, eso me recordó nuestros primeros días juntas, quien lo diría ¿verdad?

La reunión tomó demasiado en terminar, después estábamos todos estrechando nuestras manos amistosamente en acuerdo a todo lo que fue explicado. Lena y yo caminamos devuelta a mi oficina, acompañadas de Lenin que estaba muy emocionado con los nuevos proyectos.

- Las nuevas sucursales lo tienen todo para triunfar - Dijo sentándose en el sofá de mi oficina.

- Y lo harán, Lenin, estoy segura.

- ¿Necesita algo? - Preguntó Lena.

- Llamé a Zotova por mí, dígale que quiero reunirme con ella en una hora.

Lena frunció el ceño, probablemente muy curiosa.

- Sí, señorita Volkova ¿algo más?

- No, señorita Katina, puede retirarse.

Abrió una sonrisa y se fue.

- ¿Solo yo encuentro raro que ustedes dos se traten así? - Preguntó Lenin confundido, haciéndome reír.

- ¿Así como?

- Con tanta formalidad, sabemos claramente lo que ustedes dos hacen - Habló relajado.

- Se llama profesionalidad, estamos en nuestro lugar de trabajo, debemos respetar el lugar.

- Yulia, Yulia... No empieces con eso, te conozco desde hace años para saber que estás loca por Lena, es más ni si quiera quiero pensar sobre lo que pasa en esta oficina o en realidad si quiero, sería divertido.

Arrugué un papel y se lo tiré, quien dejó salir una risa.

- ¡Eso nunca lo sabrás!

- Muy bien, señorita Volkova, nadie tiene que saber que tu oficina se convierte en un escenario de películas eróticas.

- ¡Eres un idiota! - Exclamé riendo hasta que el teléfono sonó.

- ¿Señorita Volkova?

- Sí, señorita Katina.

- Katya dijo que estará aquí en una hora, se quejó por haberla despertado, pero estaba feliz con su invitación - Dijo Lena riendo.

- Gracias Elena, quiero decir... Señorita Katina.

Pude escuchar la suave risa que dejó salir Lena antes de colgar.

- ¿Te vas? - Preguntó Lenin.

- ¡Sí! Necesito comprar algo importante.

- ¿Puedo saber lo que es?

- Pronto lo sabrás, Lenin.


[Lena]

- ¡Nastya vamos! - Grité por cuarta vez.

Estábamos en el parking de Industrias Volkov, ya era hora del tiempo para comer e íbamos a ir a comer junto a Olya al restaurant de siempre, pero la mujer no dejaba ir a Lenin por nada en el mundo, aunque no podía juzgarla después de todo, yo hacía lo mismo con Yulia.

- Nastya está muy enamorada - Oksana dijo sonriendo.

- Si, Lenin está haciendo un mundo de buenas cosas para ella.

- ¡Gracias a dios Fyodor desapareció!

- ¡Esa fue la mejor cosa que pudo pasar! Él era maleducado, al lado de Lenin que es magnífico - Dije calmadamente - Nastya, tienes tiempo de hacer eso después - Grité haciendo reír a Oksana.

La mujer me miró seria, depositó un último beso en Lenin y caminó hacia el coche.

- Cariño, yo no molesto en tus momentos de amor con la jefa - Habló pretendiendo irritación.

Dejé salir una carcajada.

- Estoy hambrienta y Olya ya nos está esperando.

- ¡Ya le he enviado varios mensajes! - Oksana completó.

- De acuerdo, después iré con Lenin de todos modos.

- La noche será larga - Dije poniendo en marcha el coche - ¡Usa condones Nobokova! - Dije.

- Lenin compró una caja temprano.

- Dios bendito ¿Eres una máquina? - Oksana preguntó sorprendida haciéndonos estallar en risas.

- Estoy jugando contigo, Oksana, ni siquiera puedo hacer nada, estoy en uno de esos días, solo veremos una película y nos abrazaremos - Nastya dijo poniéndose el cinturón.

- ¡Eso es un plan genial! Boris me llamó para hacer lo mismo.

- La casa estará libre Elena, no sexo con Yulia en todas las habitaciones de nuestro apartamento.

Me giré hacia ella y fingí una cara triste.

- Quédense lejos de mi habitación - Oksana exclamó.

- No me quedaré en casa, Yulia me pidió ir a cenar con ella hoy.

- Las cenas de millonarios son algo diferentes ¿Verdad Oksana?

- ¡Claro que sí! Yo me pondré cómoda con sushi y Boris al lado.

- ¡No sean tontas! Yulia y yo solo queremos pasar más tiempo juntas, estamos en un día maravilloso - Hablé mientras aparcaba el coche.

No tomó mucho tiempo y ya estábamos sentadas en la mesa, haciendo nuestros pedidos al camarero que siempre nos servía.

- ¿Cena? ¿Alguna ocasión especial? - Olya preguntó en cuanto cerró el menú y lo colocó en la mesa.

- No, ella dijo que necesitábamos disfrutar de nuestro tiempo juntas, que estaba feliz de nuestra victoria - Dije calmadamente.

- Incluso estoy feliz con ello, honestamente Yulia se ha convertido en mi ídolo - Nastya comentó mientras bebía un poco de agua.

- Ella está muy enamorada de ti, Elena - Olya dijo sonriendo.

Sonreí pensando en ello, Yulia se veía muy enamorada, a cada instante que tenía me enseñaba como de especial podía ser para ella, confieso que nunca he estado tan enamorada como ahora.

- Yo también estoy muy enamorada de ella Olya, no tienes ni idea de cuan feliz soy cuando la tengo junto a mí, amo todo ¿Sabes? La manera en la que me mira, como me besa e incluso como me toma de la mano.

- Su amor es precioso - Oksana dijo en una manera sentimental.

- Y sexy - Nastya completo, haciéndonos reír.

- Tienes que arruinar todos los momentos bonitos ¿verdad, Nobokova? - Olya preguntó empujándola despacio.

- ¿Qué? Chicas por favor, ayer tuvieron sexo dentro de uno de los baños del club, al lado de Katya y Katyuska.

Oksana y Olya me miraron con la boca abierta.

- ¡Gracias Nobokova! - Dejé salir irónicamente.

Nastya se encogió de hombros y rió.

- ¿Hiciste eso? - Las dos preguntaron en unísono.

- Estaba borracha y caliente - Hablé como si fuera la cosa más natural del mundo.

- Dios mío… ¡Pensé que sólo estaban bailando!

- ¡Veo que Yulia tiene fuego!

- ¡Y ella es genial, Olya! - Hablé haciendo caras solo para probar a Oksana.

- ¿Algún día lo grabarás? - Nastya entró al juego - Estoy curiosa por ver.

- ¡Tasha vio todo!

- ¿Lo hizo? - Oksana preguntó sorprendida.

- Eso, creo, Yulia y yo estábamos en Industrias Volkova el día de la pelea y estoy segura de que nos vio juntas y si lo vio presenció un maravilloso espectáculo.

- ¡Ni me lo puedo imaginar!

- Confía en mí… ¡No puedes! Ese día fue el mejor sexo de mi vida.

- ¿Podemos comer? Sin hablar de sexo.

Las tres reímos y entonces continuamos nuestra conversación, en todo instante siendo consideradas por Oksana por supuesto, después de comer Olya y yo fuimos a "Imperium" juntas. Oksana y Nastya fueron de vuelta a Industrias Volkov como si tuvieran un montón de trabajo por hacer.

- Es alucinante como las cosas se ponen del revés en pocas horas - Olya exclamó cuando entramos a "Imperium".

- Confieso que sigo algo asustada, Olya, no planeé esto, pero no tenía opción - Dije tristemente.

- Te entiendo Elena, sé que nunca hiciste esto con maldad - Dijo caminando detrás de mí.

Estábamos camino a la antigua oficina de Mila, donde ahora sería mi oficina, el equipo a cargo de la renovación hizo un gran trabajo esa mañana, con el dinero e influencia de Yulia todos los servicios fueron hechos rápidos y en una buena calidad.

La oficina estaba ordenada y de forma sofisticada, prácticamente mi estilo.

- Está muy hermosa - Olya dijo sonriendo.

Sonreí y me senté en mi silla.

- Necesitamos hablar, Olya.

La mujer frunció el ceño y me miró asustada.

- ¿Hay algún problema? - Ella preguntó sentada enfrente de mí con una expresión nerviosa.

Sonreí tratando de transmitir tranquilidad.

- Relájate, es una cosa buena.

Pude ver su suspiro de alivio.

- Bueno entonces, cuéntame.

- Bueno, ahora como sabes soy la propietaria de todo esto ¿Correcto? - Olya asintió - También sabes que estoy cansada de este lugar y estoy con Yulia quien obviamente no puede soportar verme en este lugar como bailarina.

- Si, sé acerca de la historia de celos de tu mujer - Olya dijo riendo - ¿Pero qué tiene eso que ver conmigo?

- No voy a estar muy involucrada con "Imperium" y sé que te encanta este lugar, así que he estado hablando con Yulia y hemos tenido una idea genial - Dejé ir algo esperanzada.

Ella se quedó mirándome, esperando a que continuara.

- Confío en ti lo suficiente para tomar el control de todo, no te dejaré sola, claro, vendré para ver las hojas de balances y documentos, todas esas cosas burocráticas, pero el resto, las bailarinas, shows y todo eso, pensé en ti para tomar las riendas y estar en la primera línea, estoy literalmente dejando "Imperium" como bailarina principal y quiero que tú tomes el lugar de bailarina principal.

Puede que la haya echado mucha información, Olya me miró algo sorprendida, su expresión estática estaba siendo un poco cómica.

- Quieres que yo...

- ¡Sí! Quiero que seas una especie de mánager y bailarina principal, estoy segura de que ninguna otra mujer aquí baila tan bien como tú, Olya.

Ella parpadeó varias veces y trató de pronunciar algunas palabras, pero le fue difícil.

- Si esto es mucho para ti lo entenderé, pero realmente quería a alguien de confianza y con actitud para esto y tú eres mi mejor opción.

Ella suspiró y sonrió extensamente.

- ¡Pero claro! ¡Estoy realmente feliz de que hayas pensado en mí para esto!

- ¿En serio? - Pregunté alegremente.

- ¡Si! Adoro este lugar y estaré aquí para todo lo que me necesites.

- Woow… eres realmente maravillosa, estoy tan feliz, ya me estabas preocupando, me gusta esto, pero quiero mi vida lejos de "Imperium" ahora estoy con Yulia.

- Lo entiendo perfectamente, no te preocupes cuidaré de todo aquí por ti - Ella habló emocionada - ¡Woow esto es genial!

Sonreí y me levanté para abrazar a mi amiga.

- Sé que estoy dejando todo en las manos de la persona correcta.

- No te arrepentirás - Dijo sonriendo.

Olya me abrazó otra vez antes de que alguien golpeara la puerta.

- ¿Señorita Ginger Apple? - El guarda de seguridad llamó.

- ¿Si, Mike?

- La señora Inessa Katina está escaleras abajo, dice que necesita hablar con usted.

Olya me miró preocupada y solo suspiré ¿Qué demonios podría querer esa mujer de mí?

- Dila que venga.

El hombre rápidamente asintió y se fue.

- Me voy a ir, creo que necesitas estar a solas con ella.

- Está bien Olya, mañana pondremos todo en orden.

- No te preocupes, te llamaré después - La mujer habló antes de irse.

Caminé despacio al pequeño bar, sirviéndome una buena cantidad de café, inhalé el aroma que emanaba de la taza antes de probar el líquido caliente, algo bueno que no era Whiskey. Escribí un rápido mensaje a Yulia diciéndole que me quedaría todavía un rato más en "Imperium", había llegado un problema más que solucionar.

Me senté en mi silla cuando se abrió la puerta, dejando ver a la mujer a la que una vez llamé madre quien me miró suspicazmente, pero se acercó.

- ¿Qué quieres? - Pregunté directamente mirándola.

Inessa se sentó frente a mí, situando su bolso en la silla de al lado.

- ¿Es esta la manera de recibirme?

Rodé mis ojos y bufé.

- Oí hace unos minutos antes que ahora eres la propietaria de este lugar.

- Las noticias viajan rápido - Dejé salir fríamente.

- ¿Cómo compraste esto?

- No te debo las satisfacciones a ti.

- Estás absolutamente correcta, pero imagino que estás demasiado bien ¿Es de la mujer de negocio con la que estás saliendo?

Cerré mis ojos y suspiré.

- ¿Puedes decirme de una vez por todas que quieres? Tengo muchas cosas que hacer.

No le daría a Inessa ninguna oportunidad de meterse en mi vida otra vez, la conocía demasiado bien para saber lo que realmente quería, sus calmadas y serenas palabras lo hacían muy claro, pero la dejaría hablar.

- Sergey se fue.

Dejé salir una risa sin humor, pero no dije nada, la mujer me miraba ansiosa y también nerviosa.

- No tengo nada Lena, él se llevó todo mi dinero.

Nos quedamos en silencio por unos minutos y entonces me levanté, acercándome al pequeño bar que estaba allí y me serví ahora un poco de whiskey, en estos momentos entendía porque Yulia bebía eso, ella necesitaba calmar su temperamento.

- ¿Qué tengo yo que ver con eso? - Pregunté después de unos minutos en silencio.

- Necesito que me ayudes.

- ¿Yo? ¿Después de todo tienes el coraje para venir y solicitar mi ayuda? - Pregunté incrédula.

Inessa cerró sus ojos y suspiró.

- ¿Quieres que tu hermana viva con dificultades? ¿Viviendo en la calle? ¡Estás bien acomodada, estás con una millonaria que compró esto para ti! ¿Cómo esa proxeneta lo permitió? - Preguntó refiriéndose a Mila.

- ¡Eso no importa! Y no incluyas a Anya en esto, estoy siempre dispuesta para mi hermana y no es porque esté con Yulia que soy rica.

- ¡No seas ingenua, esa mujer puede darte todo! - Ella exclamó.

- ¡Lo que sea! ¡No tengo ninguna razón para ayudarte! - Grité.

Inessa se hacía la ofendida… ¡Dios! La furia que me consumía en ese instante no tenía talla.

- ¡Soy tu madre Lena!

- ¿Ahora recuerdas que eres mi madre? ¿Ya has olvidado todo lo que me dijiste? ¿Todas las sucias palabras que me hirieron? ¿Es eso ser una madre para ti? - Hablé maleducadamente, con el vivo retrato de las palabras en su cara.

- ¿Cómo quieres que actúe? ¡Yo siempre quise lo mejor para ti! - Ella exclamó exaltada.

Me reí sin una pizca de humor.

- Solo estás aquí porque él te abandonó como te dije que lo haría, estás viendo que tenía razón, que estoy feliz y tú vienes para joderme la vida una vez más, tendrías que haberme escuchado Inessa, te advertí de que él no tenía valor.

- ¡No hables de tu padre así!

- ¡Él no es mi padre! - Grité - ¡Él es un adicto quien te dejó en la miseria! ¡Vives una vida miserable a causa de él! ¡Él nunca se preocupó de nosotras y lo sabes!

- Él no es el culpable... - Ella susurró.

- Ustedes son los culpables por todo esto, podríamos haber sido una familia, todo podría haber ido bien, pero ustedes dos no sirven para hacer feliz a nadie, estoy muriendo por ser capaz de sacar a mi hermana de eso, porque ella es la única quien merece toda la felicidad del mundo y haré todo por ella.

- ¡Nunca me quitarás a Anya! ¡Ella es mi hija!

- ¿Desde cuándo te preocupas por tus hijas? Estás enferma por ese hombre, tu solo quieres mi dinero, cuando vea que te has recuperado vendrá y se llevará todo lo que es tuyo de nuevo, ya me sé esta historia, Inessa.

- ¿No me ayudarás?

- ¿No era mi dinero sucio? ¿No era mi dinero el que nunca quisiste? - Dejé salir con sarcasmo.

Ella cerró sus ojos y negó con su cabeza.

- Fui una terrible madre, lo sé, pero te necesito, ahora tienes dinero ¡Esa mujer puede dártelo!

- Yulia no tiene ninguna razón para ayudarme con esto e incluso si la tuviera, no sostendré tus caprichos… ¡Tú le diste mi dinero a él que continuo con su adicción que nos destruyó! ¡No seas estúpida! - Grité golpeando el escritorio.

Inessa amplió sus ojos mirándome de una manera sospechosa.

- ¿Desde cuándo te has vuelto tan cruel, Lena? - Ella preguntó ofendida.

- Desde que me hiciste de esta manera, siempre hice todo por ti, miré por un trabajo, hice lo mejor, pasé por todo tipo de cosas que ni siquiera imaginarias solo por ayudarte y todo lo que tuve de regreso fue tu desprecio, tus palabras horribles que hasta antes de hoy me han marcado ¿Tienes alguna idea de lo mucho que duele? ¿De cuánto he llorado por meses porque me dejaste sola? Ni siquiera te preocupaste de mí, ni siquiera tuviste el coraje de ver las razones por mis actos, tu solo me trataste como si fuera basura, cuando de hecho estaba luchando por nuestra familia… ¡Estaba luchando para que tú y mi hermana no murieran de hambre! - Dije dejando salir todo el dolor que había en mi corazón, todas las palabras salieron acompañadas con lágrimas de puro resentimiento, necesitaba liberarme a mí misma de eso.

- Elegiste el camino incorrecto… ¡Viniste a este lugar!

- ¡Cállate maldita sea! - Grité haciendo que me mirara - ¡No tienes el derecho de decir nada! ¡Nunca dormí con nadie por dinero! ¡Nunca! Incluso si lo hubiera hecho, seguiría siendo mejor que tú y él, no sabes lo que es tener una familia, no sabes lo que es ser querida o querer a alguien, pero gracias a Anya, a mis amigas y a Yulia sé lo que es, te daré el dinero, lo haré porque no soy alguien resentida y porque a pesar de todo soy una mejor persona y no es gracias a ti.

- Sabía que me ayudarías - Su tono de voz podría pasar por el sentimiento de resentimiento, pero la conocía perfectamente bien.

- Y no te acostumbres a esto.

Ella asintió.

- Ven mañana, te daré el dinero.

La mujer asintió otra vez y se levantó.

- Gracias Lena.

No dije nada, me levanté de mi silla y me bebí el último sorbo de mi vaso, para luego llenarlo de nuevo hasta que oí la puerta cerrarse. Tomé una profunda respiración sintiendo mi pecho doler, no era posible que esto parara, tenía muchas penas dentro de mí, pero la quería, después de todo, seguía siendo mi madre.

Sacudí mi cabeza lentamente cuando se abrió la puerta.

- ¡Te dije que vinieras mañana! - Exclamé furiosa.

En el instante en el que me giré hacia la puerta pude ver que no era Inessa quien estaba ahí, sino Mila.

- Este sitio es el infierno - Dije en un mal humor.

Mila me miró sin decir absolutamente nada.

- ¿Qué quieres de aquí? Ya te dije que no te quería en este lugar - Dije firmemente.

Mila ni siquiera respondió solo cerró la puerta con una sonrisa.

- ¿Realmente pensabas que me iría así? ¿Y dejarte con todo lo que es mío? - Preguntó con ironía.

- ¿Tuyo? No hay nada tuyo aquí - Respondí de vuelta.

Ella dejó salir una carcajada diabólica.

- ¡Todo lo que hay aquí es mío!

- ¿Todavía sigues insistiendo? Te demostré que soy la propietaria de todo esto ahora.

- No, no puedo permitir eso, peleé mucho para construir este lugar.

La voz de la mujer era calmada, pero amenazadora.

- ¿Peleaste? ¡Mila no hiciste nada! ¡Todas las mujeres que bailaban y vendían sus cuerpos fueron las que construyeron este lugar!

- Era su trabajo, yo me encargo de los negocios - Ella habló riéndose.

No sé lo que está pasando, pero se veía diferente, sus ojos eran fríos e inexpresivos, llevaba una sonrisa sarcástica y un aire pesado, podía sentirme enferma de estar en el mismo sitio que ella.

- Negocios sucios - Espeté las palabras.

- Si quieres llamarlo así... No me conoces, Ginger Apple, no sabes de lo que soy capaz de hacer a quien se mete conmigo - Susurró acercándose.

- ¡No intentes volver esto hacia atrás, no serás capaz de hacerlo!

- No, eso lo sé muy bien, pero no he venido aquí para tener el club de nuevo en mis manos, sino para contar contigo.

- ¿A qué te refieres?

Ella sonrió afectada.

- Has jugado mucho, es tiempo de acabar este pequeño juego - Habló mientras me miraba.

- ¡Ya terminó! ¡Vete de aquí! - Grité.

- Solo termina cuando yo lo digo y para tu felicidad terminará hoy.

Fruncí el ceño sin entender nada hasta que la mujer agarró un objeto de dentro de su bolso, apuntándolo en mi dirección. Juro que en ese instante mi cuerpo se quedó frío y mi corazón explotó en frenéticos latidos, Mila había sacado una pistola para apuntarme con ella.

- No puedes hacer esto - Susurré con voz baja.

Ella abrió una malévola sonrisa.

- Puedo, claro que puedo ¿Pensaste que te dejaría ir así de fácil? ¿Qué podrías dejarme en la miseria y no ser castigada? ¡No debiste haberme traicionado, Lena! - Gritó furiosamente.

Las manos de Mila temblaban, estaba visiblemente nerviosa de llegar a este punto.

- ¡Relájate!

- ¿Relajarme? ¿Realmente piensas que me calmaré? ¡Tú me destruiste!

- ¡Yo no hice nada, fuiste tú quien me traicionó a mí! - Susurré.

No sabía que sentir o pensar, la adrenalina corría por mis venas que me hicieron olvidar todo y pensar en solo una persona.

Yulia.

- Tú te juntaste para acabar conmigo, pero te voy a enseñar a ti y a Volkova que quien gana el juego soy yo ¿Cómo piensas que ella reaccionará cuando vea que su pobre stripper está muerta?

Cerré mis ojos y caminé hacia atrás unos cuantos pasos hasta que la puerta se abrió.

[Yulia]

Escuchaba música animada en el coche, cuando la pantalla de mi teléfono se iluminó varias veces, tomé el dispositivo viendo una notificación.

Era Lena.

EK: Sigo en "Imperium", ocurrió un imprevisto, llegaré tarde, pero no te preocupes te veré pronto, amor… ¡Te amo!

Sonreí en el instante que leí su mensaje.

- ¿Que sonrisa estúpida es esa? - Preguntó Katya.

- Lena, dijo que llegará un poco tarde y obviamente dijo que me amaba.

- Eres realmente una idiota enamorada - Dijo mi mejor amiga riendo.

- ¡Ni siquiera empieces! Eres igual cuando estás con Katyuska.

- Estas mujeres son nuestro fin, Volkova, Katyuska incluso me llamó hoy, diciendo que vamos a salir.

- Al menos las cosas se están estableciendo… ¡Todas nosotras tendremos una maravillosa noche hoy! - Dije emocionada.

- ¡Eso espero! ¡Quiero mucho sexo! - Dijo haciendo gestos obscenos.

- Eres imposible, deberías tratar a Katyuska con cariño, recuerda que ya la perdiste una vez.

- Relájate, Volkova… ¡Lo sé muy bien! Trataré a Katyuska muy bien, pero quiero una buena noche de sexo con ella, nos complementamos en la cama, tendrías que verlo.

- ¡No, gracias! - Dije riendo, haciéndola reír también.

- De alguna forma viste o escuchaste un poco ayer - Katya se encogió.

Cierto, escuché más de lo que quise anoche.

- Al contrario que tú, voy a tener una tarde muy romántica con mi mujer - Dije con suficiencia.

- ¡Todavía no puedo creer que le vayas a pedir que se case contigo! Dios… ¿te vas a casar? ¡Eso es alucinante!

- Zotova, soy una mujer romántica.

- Solo con Lena - Completó.

- Es la única que merece ese lado mío, la amo mucho ¿sabes? Lena saca lo mejor de mí y sinceramente quiero estar con ella por el resto de mi vida y creo que el primer paso es preguntarle que se case conmigo.

- ¡Absolutamente! Formarán una hermosa familia - Dijo con sinceridad.

- Es lo que más quiero.

[…]

A medio camino dejé a Katya en un lujoso restaurante, donde Katyuska la estaba esperando y decidí pasarme por "Imperium". Lena ya estaba allí así que no sería una mala idea ir a verla, estacioné el auto en frente del enorme edificio, saliendo lentamente, puse mis manos dentro de mi abrigo para confirmar que tenía la pequeña caja con el anillo de compromiso todavía ahí y realmente estaba, confieso que estaba increíblemente ansiosa e incluso nerviosa por el momento, pero todo se haría de la manera correcta, de la manera que Lena se merecía. En la entrada el guardia de seguridad asintió de manera amistosa y rápidamente pregunté por ella.

- Está en su oficina con la señorita Vodianova.

- ¿Qué? ¿Mila está aquí? - Pregunté con inminente ira.

- Sí, señorita, desde hace ya algunos minutos.

- ¿Por qué demonios la dejaron entrar? ¡¿No di órdenes estrictas de que estaba prohibida su entrada?! - Hablé furiosamente entrando en el club.

El hombre me observó con miedo, intentando explicar su metida de pata mientras caminaba apresuradamente a la oficina de Lena, se trabó con sus palabras cuando escuchamos un fuerte ruido que vino de arriba.

Eso había sido un disparo…

Corrí y subí por las escaleras casi de manera desesperada hasta llegar a la puerta, que abrí rápidamente, encontrándome la imagen de Lena tirada en el suelo con su ropa llena de sangre.


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Mensaje por Volkatinale92 9/9/2020, 11:27 pm

🤯🤯🤯🤯🤯 y ahora ¿?¿

Volkatinale92

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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/11/2020, 5:01 pm

Bien, acá les dejo este capítulo y decirles que mañana haré un maratón, que finalizará con la historia el domingo. Lamentablemente no tengo ya tiempo para seguir subiendo fics (adaptaciones) por lo menos un buen tiempo.

A leer!!!


Capítulo 52 (La pérdida)

[Yulia]

En esa fracción de segundo mi cuerpo se congeló. La visión de Lena tirada en el piso con sangre hizo que mi cuerpo entero se detuviera, como si hubiera entrado en otra dimensión, solo podía temer perderla, podía escuchar mi respiración, el lento latido de mi corazón, casi deteniéndose, pero no estaba sola, había alguien con ella en el piso, el cuerpo al lado de ella, haciendo la escena mucho más inquietante.

Mis ojos se alejaron de Lena y aterrizaron en la mujer que tenía el arma en sus manos. Mila puso sus ojos en mí y su expresión era casi indefinida, una mezcla de miedo, desesperación y enojo y como si una mecha se hubiera encendido, reaccioné.

- ¡La mataste! - Dije en una voz pequeña - ¡Hija de perra, la mataste! - Grité con desesperación.

Mi único pensamiento en ese instante era: "Si ella se había llevado mi mundo, yo me llevaría el de ella".

Entonces sin tener control sobre mí, caminé hacia Mila con alarmante velocidad, el enojo y el dolor explotaron en mi pecho de una manera loca e irracional que mi único deseo en ese momento era matarla. Empujé su cuerpo bruscamente, haciéndola caer sobre una mesa, haciendo que todas las cosas cayeran al piso, me miró asustada, dejando caer el arma debajo del gabinete, me moví hacia ella y levanté su cuerpo por la blusa, lanzándola duramente contra el piso.

- ¡Suéltame! - Gritó desesperadamente.

Rápidamente me coloqué sobre ella, sujetándola en el suelo, con una fuerza descomunal la golpeé en el rostro, una, dos, tres y cuatro veces hasta que vi sangre salir de su nariz y boca.

- ¡Terminaré con tu puta vida! - Dije llorando de forma desesperada, mientras golpeaba a la mujer con todas mis fuerzas.

- ¡Perra! - Gritó tratando de empujarme.

- ¡La mataste! ¡Mataste a Lena! - Grité entre lágrimas que rodaban por mi cara.

- ¡Quítate de encima! - Me empujó de nuevo, pero mi cuerpo simplemente estaba fuera de control.

Golpeé a la mujer con el coraje, dolor y odio que había crecido en los pocos segundos que vi a Lena en el piso. Mila fue capaz de posicionar sus manos en mi cuello y donde arañó, haciéndome gruñir de dolor, pero no me rendiría. La golpeé en la cara sin piedad o clemencia, la mataría a sangre fría, ni siquiera podía sentir el dolor en mis puños que se azotaban fuertemente en su cara o sus fallidos intentos de detenerme, era como si un golpe de adrenalina me hubiera llegado, llevando a la superficie los más terribles instintos.

- Vas... - Le di un fuerte golpe - A pagar por esto - Grité dándole otro puñetazo a la cara.

La mujer lloraba entre gritos desesperados, pero en un descuido me sujetó fuertemente, girando su cuerpo contra el mío haciéndome caer al piso.

Mila me dio una bofetada que seguramente dejaría una marca, sus manos fueron hacia mí desesperadamente tratando de defenderse. Traté de sujetar sus brazos, pero era casi imposible, la sujeté del cabello, jalándolo fuerte y haciéndola gritar, por una fracción de segundo se distrajo por el dolor dándome la oportunidad de darle vuelta a la situación, así que la empujé fuertemente haciéndola golpear contra el escritorio de la oficina.

- ¡Hija de perra! ¡Maldita perra! ¡No permanecerás con vida! - Grité moviéndome hacia ella de nuevo, sintiendo mis manos temblar.

La jalé de la tela de su blusa, levantando su cuerpo y un segundo después le lancé un fuerte puñetazo en la boca que hizo que su cuerpo cayera al piso, golpeándose la cabeza, repetí la acción muchas veces en una furiosa y enfermiza falta de control hasta que en un fallido intento estiró el brazo tratando de alcanzar algo. Al instante busqué aquello que ella quería con desesperación y noté el arma que había arrojado debajo del gabinete, golpeé su cara con más furia, causando que su cabeza se moviera de un lado al otro con cada golpe, en este punto las manos me empezaron a doler y rápidamente me levanté, tomando el arma del piso.

Ella le había disparado a Lena, le disparó y la mató.

Eran las únicas cosas que cruzaban por mi mente en ese momento, causando que amartillara el arma, Mila frunció el ceño y gruñó profundamente por el dolor y eso aún no era suficiente para mí, ella tenía que morir. En el instante en que mi dedo índice se posicionaba en el gatillo para presionarlo fuertemente sentí unos brazos enredarse a mi alrededor y el cuerpo de alguien unirse al mío rápidamente.

- ¡No lo hagas! ¡Por favor! - Pidió desesperadamente - ¡Yulia!

En un instante esa voz me trajo de regreso.

¡Era Lena, por dios! ¡Lena estaba viva!

Me giré para verla con los ojos bien abiertos y la respiración entrecortada, dejando el arma caer al piso lentamente, no podía creer lo que estaba viendo. Tenía una expresión nerviosa y asustada, las lágrimas brotaban sin detenerse de esos ojos verdes tan tristes. Toqué su rostro lentamente, tratando de hacer que mi cerebro asimilara la idea de que ella estaba viva y no me había vuelto loca.

- Elena… - Susurré despacio tocando su rostro, siendo capaz de sentir sus lágrimas mojar mis manos ligeramente - Tú... - Susurré entre lágrimas.

- Cálmate... - Dijo nerviosamente.

No podía pensar, la emoción que me invadió era simplemente indescriptible.

- Estoy aquí, estoy bien, amor - Susurró aun nerviosa.

- Dios mío - Dije mientras jalaba el cuerpo de la mujer a mis brazos y lloraba con el dolor que tenía en el pecho y al mismo tiempo con alivio.

En ese mismo instante el guardia de seguridad de hace unos minutos entró a la oficina con otros dos hombres, mirándonos con los ojos bien abiertos.

- ¡Llamen una ambulancia! ¡La mujer está herida! - Gritó el muchacho.

Los otros dos hombres corrieron rápidamente a buscar ayuda, Lena salió de mis brazos rápidamente para hincarse en el piso junto al guardia de seguridad que estaba tratando de ayudar a la persona que estaba en el piso.

- ¡Haga algo, por favor! - Dijo Lena desesperada.

Me acerqué lentamente viendo el cuerpo de Inessa Katina en el piso, la mujer tenía la ropa casi totalmente manchada de sangre, el charco en el piso hacia todo mucho peor. El muchacho que estaba a su lado puso dos dedos en su cuello sintiendo el pulso.

- ¡Aun está viva, trate de calmarse! ¡La ambulancia está en camino! - Dijo nervioso.

Lena apretó fuerte los ojos, dejando las lágrimas rodar sin piedad, lloraba desesperadamente, sujetando la tela de la ropa de su madre.

- No la deje morir - Dijo desesperada - ¡Por favor!

Me acerqué a ella, tocando sus hombros, la mujer me miró con sus ojos rojos y se levantó para aferrarse en un abrazo, todavía estaba algo desconcertada por todo lo que estaba pasando. Sin mucha reacción, solo la arropé en mis brazos, apretando fuerte su cuerpo contra el mío, podía sentir su pesada respiración y su llanto desesperado. Sentí mi pecho ardiendo, quería llorar, llorar por el torbellino de sentimientos que habían estallado en mí, una mezcla de enojo, dolor, desesperación y alivio, alivio por el simple hecho de ver que la mujer que amaba, estaba viva.

En ese instante algunos hombres entraron a la oficina con uniformes de primeros auxilios.

- ¿Todo está bien con ustedes? - Preguntó un hombre con tono preocupado, mientras los otros rápidamente atendían a la madre de Lena.

- Estamos bien.

Lena aún estaba llorando.

- ¡Por favor! Ayude a mi madre, no la deje morir - Lena dijo sujetando la camisa del hombre que la miraba con pena.

- Haré todo lo que pueda para salvarla - Dijo el hombre caminando hacia los otros.

Lena se giró hacia mí y juro que sentí mi corazón apretarse fuertemente mientras miraba sus ojos desesperados, estaba llorando con tanto dolor y desesperación que haría cualquier cosa para alejar ese sentimiento de ella.

- Es mejor si esperan afuera - Dijo uno de los médicos.

Asentí rápidamente, pero Lena seguía renuente y aun así insistí, hasta que fui capaz de sacarla de la oficina, no tardó mucho para que la policía también estuviera dentro del club. Abracé de nuevo a Lena, su cuerpo estaba tenso, estaba quieta en mis brazos, como si necesitara de eso para estar viva, en ese momento, no había espacio para palabras, solo la presencia de ambas haría que esa sensación se calmara.

Escuchamos una gran conmoción dentro de la oficina y después vimos a algunos oficiales llevar a Mila con ellos, la mujer estaba esposada y con la cabeza baja, su rostro completamente magullado, con manchas de sangre y algunas heridas, aun no podía creer lo agresiva que había sido, pero no me sentía culpable y mucho menos me arrepentía, lo haría de nuevo si fuera necesario.

La mujer posó sus ojos en mí y yo solo abracé más fuerte a Lena, mostrándole que la defendería las veces que fueran necesarias. El oficial la jaló hacía él, haciendo a la mujer gruñir de dolor, uno de los oficiales se nos acercó con expresión seria y nos miró.

- ¿Quién estaba ahí en el momento del disparo?

- Yo - Susurró Lena.

- Tenemos que tomar su declaración ¿Señorita...?

- Katina - Completó.

- ¿Puede hacerlo después?

El hombre asintió de forma seria. Lena suspiró y me abrazó de nuevo hasta que vimos movimiento saliendo de la oficina, el equipo de emergencia cargaba con ellos a la madre de Lena en una camilla, todo era demasiado apresurado, la sirena de la ambulancia y el regreso del nerviosismo de Lena quien bajó las escaleras acompañando a su madre que aún seguía inconsciente.

- ¡Tengo que ir con ella! - Le dijo desesperada a uno de los médicos.

- ¿Qué es usted de la víctima?

- Soy su hija.

- ¡De acuerdo! Suba rápido a la ambulancia, necesitamos llegar al hospital urgentemente - Dijo el hombre.

- ¿No quieres ir conmigo? Te llevaré en el auto - Dije sosteniendo su rostro.

- Me voy con ella, alcánzame en el hospital, por favor, te necesito ahí - Dijo llorando.

Asentí y deposité un beso rápido en su frente. Lena se soltó lentamente y caminó hacia la ambulancia donde su madre ya estaba propiamente situada, me miró por última vez, con su mirada llena de dolor y desesperación, antes de que el hombre del equipo médico cerrara las puertas, para después entrar en el vehículo.


[Lena]

Nada puede describir la forma en la que me encontraba, todo parecía demasiado irreal, era como una maldita pesadilla, pero para mí infelicidad y pura desesperación, todo era real. Respiré profundo, sintiendo mi pecho arder en una colosal falta de aire, abrí mis ojos que hasta hace unos segundos estaban cerrados y me miré las manos sucias con sangre al igual que mi ropa que también estaban manchada con ella. Moví la cabeza, sintiendo las lágrimas rodar por mi rostro, nunca podría imaginar que en algún momento de mi vida atravesaría por una situación como esta. Estar a unos segundos de decirle adiós a tu existencia no era una tarea fácil, Mila fue más allá de lo que imaginé, su odio y rencor fueron consecuencia de sus acciones egoístas, que pudieron haber sido evitadas fácilmente si me hubiera dejado ir, pero no podía cambiar nada ahora. Respiré profundo, viendo al paramédico mirarme temeroso y algo preocupado, la ambulancia parecía ir a gran velocidad, la sirena sonaba ruidosa a través de la ciudad, tratando de llegar a tiempo para salvar a Inessa.

Toqué su cara lentamente en una ligera caricia con mi pulgar, para después capturar una de sus manos.

- Quédate conmigo, por favor... - Le susurré, dejando caer algunas lágrimas - No debiste haber hecho esto, no debiste.

Bajé la cabeza, al punto de apoyarla contra el cuerpo de la mujer, tenía ganas de llorar, pero sabía que no era el momento para la desesperación, de una forma casi imperceptible sentí sus dedos presionar mi mano lentamente, haciéndome levantar la cabeza.

- Lena - Dijo con voz débil, gruñendo levemente por el dolor.

Sentí el cuerpo temblar, miré a mi madre con visible nerviosismo.

- No digas nada, guarda silencio, por favor - Susurré entre lágrimas.

Respiró profundo y trago fuerte con visible dificultad.

- Señora, por favor, no haga esfuerzos - Dijo el paramédico.

Inessa me miraba con los ojos perdidos, apagados, casi sin vida, sostuvo más fuerte mi mano, deslizando sus dedos ligeramente.

- Lo siento... - Comenzó a decir en tono de despedida - Por favor, Lena, perdóname por todo.

Sentí arder mis pulmones, la falta de aire y el nudo en mi garganta a causa de la impulsiva necesidad de llorar.

- No necesitas disculparte, por favor... ya no digas nada.

Cerró los ojos lentamente y los abrió de nuevo, mojando sus secos labios.

- Eres una hija maravillosa y estoy orgullosa de ti.

Apreté su mano, dejando salir todo el llanto que estaba atorado.

- Quiero... - Gruñó con dolor - Que cuides de tu hermana, no la dejes con Sergey, haz la vida de Anya lo que yo no pude hacer con la tuya.

No podía siquiera pronunciar una palabra, el llanto que salía era desesperanzado. Inessa se estaba despidiendo de mí y yo no podía hacer nada. Aspiré, secando las lágrimas que insistían en caer.

- ¡Por favor, hagan algo! - Le dije al hombre que estaba tratando de hacer que Inessa se detuviera.

- ¿Me lo prometes? ¿Cuidarás de ella?

Asentí.

- Lo prometo, lo prometo, mamá - Bajé la cabeza de nuevo, quitándome todas esas ganas de llorar.
Inessa acariciaba mi cabello lentamente, de una manera delicada justo como lo hacía cuando necesitaba un hombro en el cual llorar.

- Te amo, hija.

Aspiré, dejando caer mis lágrimas y las penas que esa mujer me había dado, a pesar de la vida difícil que teníamos, tuve una buena infancia. En una vaga retrospección, Inessa fue una buena y devota madre, una de esas que se quedan a tu lado cuando estás enferma incluso si es un simple resfriado, una de esas que te consentían, que te llevaban al parque y con mucho sacrificio te compraban algo que querías tanto, en mi niñez, era ella quien llenaba mi pecho con alegría tan pronto como la veía parada en la entrada de la escuela con una enorme sonrisa y los brazos abiertos, donde yo me hundía con alivio por tenerla conmigo ¿Por qué no pudo durar eso? ¿Por qué tenía que cambiar tanto? La adicción de Sergey la cambio de una manera que no hubo vuelta atrás, la vieja madre de familia, quedó atrás, dejando únicamente un ser motivado por el interés, desesperación y dolor. No puedo culparla, ya no, aun con todas las marcas que había dejado en mi adolescencia, ahora todo quedaba atrás, la amaba, porque sabía que en el fondo de esa alma enferma y triste, aun había amor, amor por mí, por Anya y por su familia.

El monitor de su corazón que había estado pitando, ahora emitía un único sonido constante, el alarmado paramédico trató de todas las formas posibles de revivirla, pero no tenía caso.

Se había ido…

[Yulia]

Caminaba de un lado al otro impaciente cuando pude oír el sonido de la sirena acercándose, la ambulancia donde Lena estaba, se había parado en frente de la puerta del hospital. Corrí hacia el vehículo, esperando ansiosa para verla salir con su madre, uno de los hombres del equipo de médicos salió del asiento delantero con una no muy buena expresión. Caminó hacia la parte trasera para abrir finalmente las puertas y pude ver a Lena que estaba sentada al lado de su madre, levantó la cabeza y me miró, su cara estaba bañada en lágrimas haciendo a mi corazón contraerse.

Se levantó lentamente y con la ayuda de unos de los hombres se bajó de la ambulancia y corrió hacia mí, lloró desesperadamente tan pronto como su cuerpo se juntó con el mío, sabía lo que eso significaba.

- Ha muerto, Yulia - Susurró entre sollozos.

Respiré profundo y estreché el cuerpo de mi mujer entre mis brazos, podía ver al doctor cubrir el cuerpo de Inessa con una sábana blanca, sólo mostrando que no se podía hacer nada más.

- Llora, mi amor, estoy aquí contigo - Susurré buscando fuerza en todo mi amor por esa mujer.

La forma desesperante en que ella se encontraba me rompió completamente, Lena era demasiado buena para guardarle rencor a su madre, que ahora se había ido.

- No quiero que las cosas sean así... - Inhaló, todavía llorando - Yul ayúdame.

- Estoy aquí, estaré a tu lado todo el tiempo, Elena - Le susurré - Te lo prometo - Dije mirándola a sus tristes ojos.

Ella cerró sus ojos y se acurrucó en mi abrazo, encajando su cabeza en el hueco de mi cuello, dejándome sentir sus lágrimas mojar mi piel y sólo la abracé de forma confortante, mi amor y mi apoyo eran las únicas cosas que la podía ofrecer en aquél momento.

Uno de los doctores me miró y se acercó a nosotras.

- Lo siento por la pérdida - Dijo el hombre.

Yo sólo asentí.

- Prepararemos toda la documentación.

- Llamaré a alguien para encargarse de eso - Le dije al hombre que asintió antes de marcharse.

[…]

Todos estábamos en la sala de estar del apartamento de Lena, quien estaba en su habitación preparándose con la ayuda de Nastya, todos estábamos en camino al lugar donde el cuerpo de Inessa sería enterrado. La noche anterior no fue fácil para ninguna de nosotras, tan pronto como dejamos el hospital llevé a Lena a casa quien me suplicó que me quedara, le di mi apoyo y mi amor a la mujer durante toda la noche junto a sus amigas, incluso estando triste nos dijo como pasó todo, así que descubrimos que durante la pelea con Mila, su madre fue de vuelta al despacho de Lena siendo sorprendida por la situación, Mila que estaba totalmente inestable mentalmente le disparó a Lena, pero su madre que estaba al lado de ella la abrazó fuerte recibiendo el disparo, haciendo que la hiriera a ella y fue en ese momento que la vi tirada manchada y con sangre.

- Esto es demasiado triste - Dijo Olya.

- Oksana está cuidando de ella, la niña está muy agitada, lloró mucho, pero por fin se quedó dormida, Lena dijo que era mejor no llevarla al funeral.

- Por supuesto, ella no se merece ver eso.

- Tampoco Lena - Olya completó - ¿Tienes noticias sobre Mila?

- Hemos oído que está en la cárcel, Lena dio unas pocas declaraciones a la policía ayer, pero tenemos que ir a la comisaría para formalizar todo.

- Nunca pensé esto de ella - Olya dijo decepcionada.

- Lo imagino, ella se perdió entre todo, pero tendrá lo que se merece durante todos estos años en prisión.

- He escuchado que está muy adolorida.

Me encogí de hombros recordando el momento de locura cuando la encontré.

- Le di lo que se merecía.

Escuchamos el ruido de la puerta abrirse y vi a Lena y Nastya en el pasillo, mi mujer llevaba un vestido completamente negro, suelto en su cuerpo, su cabello estaba en una elegante cola. Su expresión no era una de las mejores, estaba con una expresión cansada y triste, me levanté rápido del sofá y me acerqué a ella, que abrió una triste sonrisa en mi dirección.

- ¿Estás lista para irnos? - Susurré haciendo una pequeña caricia en su cara.

Ella no dijo nada, simplemente asintió.

Nastya tocó sus hombros y me dio una mirada complaciente, tomé la mano de Lena y la guíe fuera del apartamento.

[…]

De lo contrario a lo que me imaginé, Lena estaba luchando para mantenerse fuerte, estuvo al lado del ataúd de su madre durante unos instantes, tocando cada detalle sin decir absolutamente nada. Estaba sóla con Nastya, Olya y Oksana viendo la situación, también había algunos parientes y amigos de la familia que lamentaron la pérdida, otros que susurraban ideas desagradables acerca de cómo habían financiado un funeral tan lujoso como ese o el hecho de que Lena estaba saliendo con una mujer, pero no me importaba ninguno de ellos, la única persona que se merecía algo de mí, estaba llorando casi en silencio al lado de su madre.

Me acerqué a Lena y la abracé tiernamente, siendo correspondida de la misma manera. En cuestión de minutos el cuerpo de la mujer estaba enterrado, siendo cubierto con flores en el ataúd, los parientes y amigos no tardaron en marcharse, dejándonos a Lena y a mí en el ése lugar.

Suspiró derrotada y me miró, ahora ya no estaba llorando, pero su expresión todavía estaba cansada.

- ¿Vamos a casa? - Le susurré.

- ¿Dónde están los demás?

- Están en el coche más adelante.

- ¿Y Any?

- Irina propuso quedarse con ella mientras estamos aquí, está en mi departamento, así que intenta calmarte - Hablé cariñosamente.

- Gracias, Yulia - Dijo mirándome profundamente.

- No tienes que agradecerme nada, Elena.

Me abrazó fuerte y le correspondí, moviendo mis manos por su espalda en una caricia tranquila, podía sentir su aliento contra mi pecho.

- Vamos a casa, cuidaré de ti.

Asintió.

El camino de vuelta se hizo en puro silencio.

Sus amigas estaban en su departamento y yo me fui con Lena hacia el mío, sentía que necesitaba ser cuidada y yo haría eso por ella las veces que fuera necesario. Llegando al edificio, nos encontramos con Irina que dio sus condolencias a Lena y dijo que Anya después de una larga tarde por fin se había quedado dormida, nos despedimos de mi hermana que pronto se marchó. Lena fue hacia la habitación de invitados donde la pequeña estaba durmiendo, quedándose ahí por unos minutos solo haciendo una pequeña caricia en los cabellos dorados de Any.

Me apoyé en el marco de la puerta viéndolas juntas, era hermoso el amor de las dos hermanas, obvio que me entristecía ver la situación en que las dos se encontraban, pero sabía que con el tiempo se pasaría. Fui hacia la sala, viendo por la ventana la bonita noche, me serví un vaso de Whiskey con algunos cubitos de hielo, lo necesitaba después de dos días tan agotadores, agité el líquido, haciendo que los cubos de hielo hicieran ruido dentro del vaso, para después tomar un gran sorbo del alcohol que hacía relajarme. Me notaba cansada en todos los aspectos, física, mental y emocionalmente, pero sabía que no se acercaba a como Lena y Anya se estaban sintiendo, ahora tenía que ser suficientemente fuerte para cuidar de las dos mujeres que serían parte de mi vida, necesitaría enseñarlas que una nueva era estaba comenzando y que cosas increíbles las estaban esperando de ahora en adelante.

Suspiré profundo, tomando otro sorbo que hizo mi interior calentarse, dejé el pequeño vaso en el centro de la mesa y fui hacia mi habitación. Podía oír el sonido de la ducha, Lena ya no estaba con Anya, me quité la ropa lentamente mientras caminaba hacia el baño. Mientras entraba la vi bajo la ducha, con su cabeza apoyada en el mármol, ni siquiera notó mi presencia, parecía estar perdida en otra dimensión, me acerqué quitándome la última pieza de ropa de mi cuerpo y abriendo el cristal de la cabina de la ducha lentamente. En ese instante no había malicia, no había ningún deseo ni mucho menos excitación, no quería nada aquella noche, aparte de cuidar de la mujer de mi vida.

Me quejé en voz baja cuando sentí el agua tocar mi piel, pero me acerqué a ella y con delicadeza puse su cabello a un lado haciéndola suspirar, uní mi cuerpo con el de Lena en un abrazo confortante, dejando que el agua de su cuerpo me mojara, ella se derrumbó en un llanto compulsivo, y la agarré fuerte, mis manos haciendo pequeñas caricias arriba y debajo de su estómago.

- Estoy aquí para cuidarte, mi amor - Le susurré dejando un beso en su hombro - Todo saldrá bien, te lo prometo.

Después de unos minutos, la llevé a la bañera de hidromasaje que había en el baño, el agua estaba caliente, en una temperatura relajante, había algunas sales de baño que dejaron todo con un aroma increíble, ella estaba sentada en frente de mí, con su espalda apoyada en mi pecho mientras estaba acariciando sus brazos y distribuyendo unos cuantos besos en su cuello.

- Me gusta que me cuides - Susurró con voz relajada.

- ¿Te gusta? ¿Cuánto? - Intenté hablar.

Ella suspiró profundamente y arqueó su espalda hasta reposarse en mi hombro.

- Mucho, amor.

Sonreí y besé su cuello.

- Siempre cuidaré de ti, Elena.

- Gracias por el apoyo que me has dado hoy, eres increíble - Dijo mirándome.

- Sólo quiero hacerte sentir bien, incluso con todo esto que ha pasado.

- Y lo haces, si estoy bien en mi vida es gracias a ti.

Nos miramos durante unos instantes e incluso con la tristeza pude ver los brillantes ojos de Lena en mi dirección.

- Te amo - Susurré de la forma más sincera que pude.

- Yo también te amo, Yul, como no tienes idea - Inclinó la cabeza hacia un lado y besó mis labios lentamente.

Nada ni nadie podrían explicar como de completa me sentía cuando estaba con ella, incluso en medio del caos sus abrazos me confortaban, sus labios me dejaban fuera de órbita, era mi refugio seguro, era en esos ojos verdigrises intensos con los que me perdía, la amaba incondicionalmente, la amaba de una forma que no podía entender ni explicar, siempre la quería conmigo, quería ser para ella lo que ella era para mí.

Todo.

- Espera un momento - Dije tan pronto como me alejé de sus labios.

Ella me miró confundida, pero sólo asintió.

Me levanté de la bañera rápidamente y me envolví en una de las toallas, para ir hacia mi habitación, abrí el cajón de mi mesita de noche cogiendo un objeto importante y luego volví al baño mientras entraba vi a Lena con sus ojos cerrados y su cabeza apoyada en el borde de la bañera.

Se veía hermosa, como siempre, dejé caer la toalla al suelo, para volver rápidamente a la bañera, pero ahora de cara a la mujer que me miraba curiosamente, abriendo una pequeña sonrisa, ella todavía estaba triste, su expresión no era una de las mejores, pero sentí que ese fue el mejor momento para hacerlo.

- ¿Qué estabas haciendo, Volkova? - Preguntó con una leve sonrisa.

Estaba nerviosa, asustada, pero respiré hondo y tragué saliva para luego mirarla.

- ¿Te encuentras mal? - Me preguntó preocupada.

Agité mi cabeza y sonreí, dios… ¿Insegura? ¿Precisamente ahora?

- Tengo que decirte algo muy importante, mi amor - Susurré.

Ella siguió con sus ojos vidriosos mirándome y asintió, movió su cuerpo poco a poco hacia el mío, dejándonos muy cerca la una a la otra.

- Puedes contármelo, Yul.

Suspiré y la miré.

Vamos, Yulia, con valentía.

Sujeté una de sus manos, mientras me miraba sin entender nada.

- He estado pensando en estos últimos días sobre todo lo que nos ha pasado, desde que te vi en aquel escenario, luego en mi oficina e incluso el momento en que nos conocimos - Inhalé - Sé que empezamos todo por puro deseo y lujuria, pero también sé que eso ha cambiado, cambiado de una forma que no podría ser posible, entraste en mi vida como un huracán, desmontando todas las paredes que había construido a mí alrededor, con tu forma provocativa y sensual me hiciste desearte ardientemente, pero con tu amabilidad, dulzura y cariño me hiciste enamorarme perdidamente de ti.

Lena me miraba sin decir absolutamente nada, sus ojos estaban llorosos, dejándolos con un brillo magnífico.

- Ojalá pudiera explicarte todo lo que me ocurre, cada pequeño detalle de este gran sentimiento que tengo por ti, pero ninguna palabra será suficiente, te amo más de lo que me quiero a mí misma… ¡Puedes pensar que es una locura, pero es la verdad! No sé en qué momento tomaste tanto de mí, pero sólo te pido que no pares nunca, que nunca dejes este sentimiento, porque hoy es lo que me mueve, es lo que me hace feliz, te has vuelto mi mundo, Elena.

Las lágrimas comenzaron tanto en mí como en ella, por dios, no debería estar llorando, pero simplemente no podía aguantar.

- Ayer mi único miedo era perderte y hoy estoy segura de ello, cuando llegué a esa oficina y te vi en el suelo, ya nada me parecía tener sentido, porque no hay mundo para mí si tú no estás en él y mucho menos si tú no estás conmigo, eres la mujer de mi vida, Lena y quiero estar contigo para siempre.

- Yulia... - Susurró entre lágrimas.

Levanté la otra mano que estaba debajo del agua con la espuma, mostrando el hermoso y brillante anillo, ella suspiró tan pronto como vio al pequeño objeto y luego me vio profundamente a los ojos.

- Cásate conmigo, Elena, déjame hacerte feliz.


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RAINBOW.XANDER
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A Edirbr, Fati20, Volkatinale92, LENYNK y a Ely les gusta esta publicaciòn

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Mensaje por LENYNK 9/12/2020, 1:14 am

Que cap tan emotivo! Oww que mal que no te veremos por acá por no se cuánto tiempo ☹ pero gracias por postear 😁. Al de "just off the key of reason" también le darás final??

LENYNK

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/12/2020, 11:23 am

LENYNK: Hola, pues la otra historia la seguiré posteando los martes y jueves ya que da chance a poderla traducir y subir Laughing

Bueno, ahora ya comenzó el maratón!!!

A leer!!!

Capítulo 53 (La cena)


[Lena]

No sé exactamente por cuántos segundos me quedé inmóvil en ese instante, mi cuerpo se puso totalmente estático tan pronto como escuché a Yulia terminar la frase. La mujer me miró con ese par de ojos azules tan intensos y llenos de lágrimas, que pude ver en ellos la ansiedad y su inquietud, sin embargo, con la emoción del momento, se veía hermosa, con ese tono ligero y suave, casi mostrando la calma, lo que definitivamente no me representaba. La solicitud de Yulia me había tomado totalmente fuera de guardia, dejándome emocionada como una montaña rusa llena de subidas y bajadas en tan poco tiempo, fue increíblemente aterrador lo que me hizo sentir. Sus dulces palabras acompañadas por su mirada penetrante me habían dejado sin piso, sin embargo, me dio la bienvenida en un amor colosal, no era una exageración, pero juro que podía escuchar el latido de mi corazón acelerado, que sentía que en cualquier momento podría salirse de mi boca.

Yulia se removió frente a mí, dando un suave balanceo al agua de la bañera, tocó con su dedo pulgar mi mano, haciendo una ligera caricia, ella todavía estaba esperando una respuesta… ¡Despierta, Lena! ¡Di que sí! Mi subconsciente me gritó de manera alarmante.

— Entonces... — Susurró, dejando sus ojos bajar hasta mi mano, para después, volver a conectar con los míos — ¿Quieres casarte conmigo, Elena?

Mis labios se curvaron en una sonrisa haciéndome entrecerrar los ojos, dejando las pequeñas lágrimas rodar por mi cara, dejé escapar una profunda bocanada de aire, liberando la emoción que llenaba mi pecho con tanto fervor.

— Por supuesto que me casaré contigo, Yulia — Dije inclinándome hacia delante para abrazarla con todo el amor que podía ofrecer en ese momento — ¡Acepto! — Susurré en su oído.

Juraría que Yulia estaba sonriendo, su respiración desajustada lo reveló, la mujer envolvió mi cuerpo en un abrazo apretado, dejándome sentir de una manera evidente la rapidez con que su corazón latía. Sabiendo que Yulia, una mujer tan bien controlada y segura de sí misma estaba nerviosa de pedirme que me casara con ella, era maravilloso. Suspiró en un evidente alivio debido a mi respuesta y se separó de mi abrazo con una sonrisa enorme en su cara ¿Ya he dicho que su sonrisa me sacaba de esta órbita? Era otra de las cosas que más amaba de ella.

Me miró fijamente a los ojos, aun sonriendo y capturado lentamente mi mano para deslizar sin más el anillo hermoso y delicado en mi dedo, mi corazón martilleaba con fuerza, revelando lo importante que estaba siendo eso, cuando el anillo estaba posicionado perfectamente en mi dedo, inclinó la mano y se la llevó a sus labios, que aterrizaron con delicadeza en el lugar donde estaba el anillo.

— Te haré la mujer más feliz en este mundo, Lena — Susurró mirándome — Lo prometo.

Incliné mi cuerpo, poniéndome de rodillas en la bañera, las manos de Yulia aterrizaron en mi cintura, con el fin de tenerme más cerca de ella. Me acerqué, sentándome en su regazo, poniendo mis piernas alrededor de su cintura, apoyé mi frente contra la de ella, siendo capaz de sentir su respiración entrecortada contra mi cara. Nos quedamos con los ojos cerrados, simplemente disfrutando de toda la sensación que ese momento nos estaba ofreciendo, sus manos fueron de arriba a abajo en mi espalda en una ligera caricia, llena de amor.

— Sé que lo harás, confío en ti, mi amor — Le susurré.

Frotó la punta de la nariz en mi mejilla muy despacio, hasta que sus labios se encontraron con los míos, provocando suspiros involuntarios en mí, tal vez nunca podría explicar la sensación de besar a Yulia, ningún tipo de palabra sería suficiente para describirlo, pero sentí esa explosión de sentimientos dentro de mí cuando me entregué a ella con tanto fervor… ¿Pueden entender? ¿Cuándo estás en los brazos de la persona que más amas y todo lo que deseas es nunca salir de allí? Quieres que todo el mundo se detenga para que pueda prolongar ese momento por tanto tiempo como sea posible, tú solo quieres sentir eso, para vivir toda la eternidad que ese momento te puede ofrecer.

— Te amo, Lena... ¡Te amo! — Susurró con una hermosa sonrisa tan pronto como desconectamos nuestros labios.

Le sonreí, sintiendo la felicidad dominándome.

— Te amo, Yulia, te amo demasiado — Dije susurrando, tomando su rostro con mis manos.

Levantó su cabeza y abrió los ojos para mirarme a los míos con intensidad.

— ¿Qué me has hecho? — Preguntó ella, mientras que con la punta de sus dedos contorneaba la línea de la mandíbula.

Cerré los ojos y respiré profundo, para abrirlos rápidamente y mirarla. Con mis dedos puse un mechón de su cabello detrás de su oreja, mientras que todavía me observaba con atención.

— Yo simplemente te amo y te deseo con todas mis fuerzas, Volkova — Susurré.

Con el pulgar dibujé el contorno de sus labios, cerró los ojos dejándose llevar por la caricia, inclinó la cabeza hacia un lado, besando el dorso de la mano.

— Mi Elena — Susurró con una sonrisa.

Le sonreí con el hilo de esperanza que estaba dentro de mí, Yulia era el extremo de mi vida, me llevó al tope de mis emociones en un chasquido, podría estar en el medio de la guerra, en medio del caos, pero si ella estaba a mi lado, tomando mi mano y diciéndome que todo iba a estar bien, no podía dudar de sus palabras, porque realmente podría hacer que sucediera. En un día tan oscuro y triste, ella era la única que me provocaba una sonrisa de felicidad, no tenía ninguna duda, de que Yulia Volkova era lo mejor que le había ocurrido a mi vida y yo no iba a dejar que esa oportunidad se me escapara, ella sería mía, siempre mía.

Esa noche no pasaría absolutamente nada, todo lo que necesitaba era estar en sus brazos y sentirme segura y eso es exactamente lo que hizo. Después de algunos minutos más en la bañera, salimos juntas y de una manera cuidadosa, secó mi cuerpo con una suave toalla, me vistió con una de sus gruesas camisetas y bragas blancas, me arrastré a su cama, cubierta con un edredón blanco y cómodo, la habitación estaba fría debido al aire acondicionado, por lo que los vellos de mis brazos se erizaron, me acurruqué bajo las gruesas cubiertas, cuando sentí a la mujer unirse a mí. Yulia tiró de mi cuerpo para unirme al de ella y lo hice con prontitud, envolví uno de mis brazos sobre su abdomen, haciendo una caricia con la punta de los dedos, provocando que suspirara y me abrazara.

— Gracias — Susurré con timidez.

— ¿De qué?

Podía oír su respiración serena y el latido de su corazón.

— Por ser tan maravillosa conmigo.

Ella sonrió y me acarició el cabello.

— Gracias a ti por existir, mi amor — Habló depositando un beso en mi cabeza.

Me sentía cansada y somnolienta, me acurruqué más en su abrazo, quedando con mi cuerpo parcialmente sobre el de ella, dándome la oportunidad de poner mi cara en el hueco de su cuello, sintiendo el delicioso aroma de su piel, no sé por cuántos minutos me acarició el cabello, solamente sentí mi cuerpo siendo arrullado.

[…]

(Días después)

Salí del elevador y me dirigí con pasos apresurados a la puerta del departamento de Yulia, ahora que la mujer hizo la pregunta absoluta, Anya y yo siempre dormimos con ella. Al principio me sentí un poco incómoda al imaginar que estaríamos molestando, pero Yulia daba señales diariamente de que nosotras al vivir juntas estaba siendo maravilloso y como ella nos decía, estábamos empezando una nueva vida. Busqué en mi bolso en busca de las llaves de la puerta, mientras dejaba la maleta al lado de mí, había recogido una buena cantidad de ropa de Anya para llevar al departamento, la niña estaba entusiasmada con la idea de nosotras viviendo juntas, después de la muerte de Inessa, la pequeña estaba muy triste, pero ambas, Yulia y yo nos hizo presente en su día a día, tanto es así que hoy en día, mi mujer decidió dejar el trabajo antes para pasar el día con mi hermana ¿Podría ser mejor?

Encontré las llaves y abrí la puerta, entrando en el departamento, me quité los tacones, dando gracias a dios por el alivio de sentir el suelo, dejé la maleta cerca de la cómoda que se encontraba en la esquina de la sala, cuando escuché un ruido procedente del baño. Entrecerré los ojos y caminé hacia la dirección del ruido, notando que en el centro de la sala había una gran cantidad de rollos de papel higiénico por todo el suelo ¿Qué estaba pasando aquí?

La risa de Yulia sonaba fuerte desde el cuarto de baño y aceleré mi paso para atravesar ese desastre, el suelo del baño estaba totalmente cubierto por una enorme extensión de papel higiénico, Anya soltó una carcajada mientras hacía algo con el rollo en sus manos. Cuando entré en el cuarto de baño, el ser en las manos de Any ladró ruidosamente, sorprendiéndome.

— ¡Oh dios mío! ¿Qué está pasando aquí? — Exclamé sorprendida.

Yulia y Any me miraron con los ojos abiertos y el pequeño cachorro bajó de la silla donde estaba y se acercó a mis pies, oliéndome durante unos segundos, mientras que su cola se balanceaba de un lado a otro en una manera frenética y emocionada.

— ¡Ah…! — Yulia comenzó, sin saber qué decir — ¡Hola, amor! — Dijo con una sonrisa forzada.

Le fruncí el ceño, cruzando los brazos, mirando a la mujer con una expresión casi asesina.

— ¿Alguna de las dos me puede explicar? — Pregunté con impaciencia.

Yulia tragó saliva y se acercó desviándose de todo el rollo de papel higiénico en el suelo, la mujer parecía un poco asustada, pero la expresión divertida en su rostro era evidente… Maldita sea.

— Este de aquí es... — Comenzó a hablar mientras sus ojos buscaron el cachorro que arrancó con los dientes el papel higiénico del suelo — ¡Ginger! Lo compramos esta mañana en el centro comercial.

— ¿A ti te gusta, Lenita? Es hermoso ¡¿cierto?! — Anya dijo con entusiasmo, recogiendo el pequeño cachorro del suelo.

Ella inclinó el perro hacia mí que estaba parcialmente envuelto con papel higiénico.

— ¡Hermoso es el estado que dejó este lugar! ¿Puedo saber lo que estaban tratando de hacer con el pobre animal?

— Any dijo que sería divertido hacer de él una momia y no encontramos una gasa en el botiquín de primeros auxilios, así que... — Yulia cortó la frase mirando todo el baño, a continuación, conectó sus ojos con los míos y se encogió de hombros.

— ¡Debería de estar muy enojada con ambas! — Exclamé con rabia.

— ¡Elena! ¡Vamos! La limpieza viene a limpiar todo más tarde — Yulia dijo tirando de mí por la cintura.

— ¡No puedo dejarlas solas a ustedes dos por un día porque se convertirá en un desastre!

— ¡Lenita, pareces como una anciana quejándose! Yulia siempre acepta jugar conmigo.

Entrecerré mis ojos a la pequeña quien estaba corriendo con el perro en su regazo, el pobre estaba siendo aplastado y agitado entre sus brazos delgados. El silencio se instaló en la habitación, hasta que se volvió de nuevo hacia Yulia que estaba todavía con las dos manos juntas delante de su cuerpo y una cara que decía "Soy inocente".

— ¡Tú estás en muchos problemas!

Yulia sonrió ampliamente y se acercó, tomando posesión de mi cintura que chocó contra la de ella tan pronto como me jaló.

— ¡No seas mala! Estábamos en el centro comercial y ese cachorro nos miraba con una cara que casi rogaba que fuera comprado — La mujer habló de una manera que simulaba sufrimiento.

— ¿Estás tratando de conmoverme? — Pregunté con una ceja arqueada.

Yulia me miró a los ojos.

— ¿Estoy siendo exitosa? — Hizo una mueca y yo negué con la cabeza reprimiendo una sonrisa.

— ¡Vamos, Elena! No seas así — Ella me agarró, distribuyendo pequeños besos en mi cuello.

Eso fue un golpe bajo, maldita mujer.

Cerré los ojos sintiendo sus labios deslizándose delicadamente sobre mi punto de pulso, mientras sus manos se apoderaron de mi cintura con la fuerza correcta.

— Estás jugando sucio — Susurré un poco perdida, sintiendo su sonrisa contra mi piel.

Yulia profundizó las caricias y ahora con la punta de la lengua dejó huellas en mi cuello hasta mi lóbulo de la oreja, di un grito ahogado cuando chupó suavemente, haciendo que el aire que salía de su boca fuera contra mi oído, segundos después sus manos bajaron a mi trasero, apretando lentamente.

— Any puede aparecer, no recibirás nada en este momento, cálmate — Hablé saliendo de sus brazos.

Yulia sonrió, con la lengua entre los dientes y se acercó de nuevo, en los pasos lentos, como un felino.

— ¡Retrocede! — Se me escapó en medio de una risa nerviosa.

— ¿Por qué? ¿Tienes miedo de no ser capaz de parar? — Dijo en broma.

¡Qué hija de puta!

Me agarró de la cintura de nuevo y en una sacudida tiró de mi cuerpo al de ella.

— Todavía estoy enojada — Traté de sonar convincente.

Pero ella sólo sonrió.

— Sólo no te tengo ahora porque Irina viene para acá y Any puede aparecer, de lo contrario, señorita Katina, usted estaría en mi cama ahora mismo — Susurró con malicia contra mis labios.

Con una de mis manos sostuve su mandíbula, apretando un poco para acercar su cara a la mía.

— ¡Pervertida! — Exclamé mirando sus labios.

Yulia disfrutó de cómo la había llamado y apretó mi trasero de nuevo.

— Sexy — Dijo guiñándome un ojo.

Sonreí y ella tomó mis labios en un beso intenso que sólo fue interrumpido cuando sentimos que algo se movía cerca de nuestros pies. Solté a Yulia viendo que Ginger nos miraba y dejó escapar un ladrido hasta que Any apareció en la puerta.

— ¡Ah! ¡Ginger, te encontré! — Gritó la niña — Yul, tu hermana acaba de llegar — Dijo capturando al pequeño perro.

— ¡Está aquí por ti, Lena! — Yulia habló saliendo del baño con Anya.

El día estaría muy ocupado.

[Yulia]

Mi mañana había sido maravillosa, pero no podía decir lo mismo de la tarde, ya que ahora estaba en una reunión con empresarios importantes de Japón que estaban interesados en los procesos de Industrias Volkov, era una gran oportunidad, por supuesto, estaba inmensamente feliz con el futuro contrato, pero estar en compañía de mi prometida, mi hermana y Any era infinitamente mejor que estar en compañía de los tan serios japoneses, mientras Lenin presentaba nuestra forma de trabajar y objetivos, yo leí algunas de las cláusulas del contrato, todo estaba perfecto, hasta el final de la reunión tendríamos una nueva asociación.

Miré a ambos lados, extrañando a Lena en ese lugar, la mujer estaba ahora con mi hermana preparando todo para la cena de la familia, en la que les informaría a mis padres que me iba a casar… ¡Dios! ¿Cómo puede cambiar todo de esta manera? Puedo jurar que nunca imaginé esto, hace algún tiempo, me casaría con Tasha, pero nada era tan natural como lo estaba siendo con Lena, la propuesta había venido de ella y todo el interés en la boda también, pero con Lena no, fue la unión de nuestros deseos para el futuro.

No pasó mucho tiempo y pronto todos sentados alrededor de la mesa aplaudían la presentación de Lenin, que para ser honestos había sido magnífica, hablamos durante unos minutos y finalmente cerramos el trato, otro aliado de Industrias Volkov.

— ¡Estuviste increíble! — Hablé abrazando a mi amigo que sonrió con emoción.

— ¡Confieso que estaba un poco nervioso, pero estoy contento de que todo salió bien! — Dijo caminando a mi lado.

— ¡Me alegro también! Te queda muy bien el área comercial, tienes un futuro.

Se me quedó mirando con una sonrisa.

— ¿De verdad lo crees?

— ¡Por supuesto! Incluso estoy pensando en moverte — Dije mientras entraba en mi oficina.

El hombre, sin perder el ritmo acompañando mis pasos, entrando justo después de mí.

— ¡No lo diga ni de broma!

— No lo haría ¿Te gustaría ir a ese sector? Viajarías por el mundo por negocios.

— ¡Ese es el sueño de mi vida, Yul! Pero no quiero estar lejos de Nastya — Comentó pensativo.

Sonreí, quitándome el abrigo para ponerlo en la parte superior del sofá.

— La puedes hacer tu secretaria, asistente o hasta tu mano derecha, no sé.

El hombre me miró con los ojos entrecerrados.

— ¿Estás bromeando? ¿Estás borracha, Yulia?

Solté una risa mientras me servía un poco de café.

— ¡Por supuesto que no! Las cosas van a cambiar por aquí, Industrias Volkov está recibiendo nuevas asociaciones y tengo que tener personas de confianza para que todo funcione.

— ¿Quieres decir que puedo tener a Nastya ayudándome? Quiero decir, podría ser la supervisora, buscar contactos con empresas importantes y supervisar la zona comercial que está alta en el mercado, me ayudaría mucho.

— Eso es una gran idea, Lenin — Dije tomando un sorbo de café caliente y dulce.

— Dios mío, tengo que besar los pies de Lena.

— ¿Por qué?

— ¿Qué quieres decir con "por qué"? Esa mujer te convirtió de adentro hacia afuera, ahora eres una Yulia más ligera, de mente abierta y bien humorada.

Entrecerré mis ojos hacia el hombre que me miraba con una sonrisa irónica.

— Disfruta que estoy en una gran fase, de lo contrario, sabes cómo puedo ser.

El hombre rápidamente se levantó de la silla donde se había sentado.

— Lo sé exactamente... ¡Es por eso que las personas te temen!

— Y continuarán temiendo, sólo le doy la oportunidad a aquellos que lo merecen y tanto tú como Nastya merecen esto, sólo quiero dejar claro que necesito resultados, tener relaciones sexuales con tu asistente durante las horas de trabajo no es algo que me gustaría saber — Hablé firme, pero paciente.

Por dios fui tan cínica, poco sabía él que yo lo hice con Lena todo el tiempo, pero como dice el dicho: Haz lo que digo, pero no lo que hago.

— ¡De acuerdo! Señorita Volkova, no se va a arrepentir.

— Estoy segura de que no lo harás, Lenin.

[…]

Vi a Anya llevar a Ginger por todas partes como un muñeco, la pequeña había amado al cachorro desde el primer momento en que lo vio y yo simplemente no podía resistir la tentación de comprarlo, él era muy lindo. Ahora estábamos en la sala de estar con mi hermana hablando de todo el lío que había hecho en un solo día, mientras que Lena se estaba preparando en el dormitorio, la mujer pasó la tarde diciendo que ella debe estar presentable para la cena con mis padres en la que nos gustaría anunciar nuestro matrimonio. Personalmente, pensé que era una exageración de su parte, Lena no tenía que hacer ningún esfuerzo para ser bella, pero de todos modos, sólo acepté.

Yo ya estaba lista, llevaba una falda azul con una blusa blanca y una chaqueta de mezclilla para hacer juego con el conjunto.

— Te ves muy hermosa, Yul — Dijo Any mientras se sentaba a mi lado.

— Tú también te ves hermosa Any — Dije acariciando su cabello.

— ¿Yul? ¡Nuestros padres llegaron! — Exclamó Irina caminando hacia la puerta.

Tan pronto como mi hermana abrió la puerta podía oír la voz de mis padres que inundaron el medio ambiente. Mi madre abrazó a Irina con gran anhelo, ya que ahora la chica había decidido que iba a vivir a Moscú, lejos de la casa de nuestros padres.

— ¡Yul! — Mi padre habló con entusiasmo.

Sentí que mi boca se curvó en una amplia sonrisa al ver a mi padre que se acercaba con entusiasmo.

— Te echaba tanto de menos, cariño — Dijo abrazándome fraternalmente.

— También te extrañe, papá — Susurré al ser acogida en sus brazos.

Estar con mi padre siempre fue maravilloso, me sentía tan segura y amada cuando me envolvió en sus brazos con un abrazo protector.

— Te ves maravillosa, creciste mucho.

Solté una risa mientras salía de sus brazos.

— ¡Cariño! — Mi madre se acercó y me dio un fuerte abrazo — Te extrañé.

— Yo también, mamá.

— ¿Dónde está Lena? — Preguntó mi padre mientras miraba a su alrededor.

— Ella todavía se está preparando, dijo que quería estar presentable, es exagerada.

— Exagerada, Lena es maravillosa — Añadió mi madre con una sonrisa.

— Tomen asiento, siéntanse como en casa.

— Vaya ¿Quién es esta hermosa niña? — Preguntó mi mamá mirando a Any.

— Esta es la famosa Anya Katina, la hermana de Lena — Dije sonriendo.

— Hola, Anya ¿quién es este amigo tuyo? — Preguntó mi madre haciendo una caricia en la cabeza de Ginger.

— Este es Ginger… ¡Lo compramos hoy! — Habló con entusiasmo — ¿Cuál es su nombre?

— Soy Larissa, la madre de Yulia.

— Gusto en conocerla, señora Larissa — Dijo extendiendo su manita a mi madre en un saludo cortés.

— Eres muy amable, jovencita — Dijo mi madre estrechando la mano de la chica — Mira, Oleg, esta es la hermana de Lena.

Me quedé mirando de lejos la interacción de mis padres con Anya, parecían haber amado a la pequeña, se quedaron unos pocos minutos hablando con ella, que se encargó de contestar todo de la mejor manera posible. Irina corrió a la puerta tan pronto como el intercomunicador sonó, Oksana y Nastya acababan de llegar, en un principio las dos estaban un poco incómodas al estar cerca de mis padres porque mi padre era el dueño de la empresa donde ambas trabajaban, pero pronto se dieron cuenta de que no era lo que la gente decía.

— Estoy muy feliz de saber que te gusta trabajar en Industrias Volkov... ¡Confieso que me da uno de esos dolores de cabeza! ¿Puedes creer que la sucursal de Moscú aún no está lista? Es un caos, pero un día, quizá se convierta en la sede — Habló con entusiasmo.

Todos nos intercambiamos una mirada de complicidad, pero sin dejar que mi padre lo notara, aparte de Anya, todos sabíamos sobre la enfermedad que tenía y no podríamos comentar nada al respecto, la discreción de las dos amigas de Lena me dejó más tranquila.

— No se preocupe, Señor Volkov, estoy segura de que será un éxito — Habló Nastya con paciencia.

— Yulia ¿Quieres que llame a Lena? — Irina se acercó.

— ¡No, yo voy! Disculpen, chicos, voy a apresurar a Lena.

— ¡A Lena siempre le toma demasiado tiempo! — Exclamó Nastya sonriendo.

— Demasiado de hecho, señorita Nobokova — Hablé saliendo de la sala.

Me dirigí a mi habitación, dejando a mi familia y amigos atrás, abrí la puerta de la habitación lentamente, pero ni rastro de mi novia.

— ¿Lena?

— ¡Hola, amor! — Gritó desde el baño.

— No me digas que todavía está tomando una ducha — Refunfuñé sentándome en mi cama.

— No, gruñona, estoy terminando de arreglarme — Dijo en voz alta.

— En un momento terminara la cena y tú no te apareces, Elena, tus amigas y mis padres ya están en la sala, solamente Katya y Katyuska no han llegado, pero están en camino — Dije un poco impaciente.

— No seas exagerada, Volkova, ya he terminado — Dijo atrayendo mi atención.

Lena se apoyó en la puerta con una amplia sonrisa.

Dios, se veía hermosa, mis ojos la analizaron desde los pies cubiertos por los zapatos de tacón negro hasta el comienzo de los muslos donde había una ligera apertura del vestido que llevaba, llevaba el pelo suelto, dejando que las ondas se amoldaran alrededor de su delicado rostro, cubierto por una fina capa de maquillaje.

Ella se veía hermosa.

— Me estás haciendo sentir avergonzada — Susurró, dándome la oportunidad de notar que se sonrojó.

Me levanté de la cama lentamente, dando pequeños pasos hasta acercarme a ella.

Lena se volvió hacia mí, apoyando su espalda contra la puerta por completo, disminuí casi toda la distancia entre nuestros cuerpos, mientras miraba fijamente sus ojos verdigrises intensos de esa mujer.

— Te ves increíblemente hermosa — Susurré llevando una de mis manos hasta su cintura.

— Me alegra que te haya gustado, me preparaba para ti.

Lena envolvió mi cuello con sus brazos, acercando su boca a la mía, chupando mi labio inferior con necesidad, incliné mi cuerpo hacia adelante, presionándolo contra el suyo que ahora estaba de nuevo apoyado en la puerta, mis dos manos empujaron el cuerpo de la mujer contra mí, haciéndome sentir el calor de su piel, de una manera sutil entró su lengua en mi boca, dando seguidas succiones a mi lengua. Me estaba dejando seriamente perdida, mis manos fueron a su espalda, presionándola más contra mí, hasta el punto de que sus pechos estaban apretándose contra los míos, para luego bajar a su trasero, donde apreté con ganas.

Suspiró entre mis labios y cerrando los ojos.

— Yulia... — Susurró ella entre mis labios.

Descendí los besos hasta su mandíbula, luego a su lóbulo, donde chupé muy despacio, haciéndola agarrar mi pelo con fuerza, lo que me impulsó a seguir y con la punta de la lengua me deslicé en esa zona hasta bajar a su punto de pulso.

— Para... — Susurró más para sí que para mí.

Mi lengua se movía frenéticamente en esa zona, provocando suspiros involuntarios de ella a cada instante, descendí con una de mis manos a su muslo, levantándolo a la altura de mi cintura, lo que ayudó mucho para que mi cuerpo se ajustara al de ella. Con habilidad me deslicé dentro de su vestido, deslizando mis manos con entusiasmo en esa piel tan caliente.

— ¡Dios! ¡Tus padres están abajo! — Exclamó jadeante.

— Déjalos estar, que no les importará — Le susurré y volví a sus labios.

Nuestro beso fue intenso y caliente, casi muerto de hambre, mi lengua buscó probar de Lena todo lo que me podía ofrecer, en duras succiones y arañazos en el cuello, me estaba intoxicando. Llevé la punta de los dedos hacía el tejido de sus bragas que llevaba puesta, sintiendo la humedad presente.

Sonreí contra su piel, la cual mordí.

— ¡Detente, por favor! Ellos están esperando por nosotras — Me miró con su rojiza boca.

— ¿Estás segura de que quiere salir de aquí? — Pregunté deslizando la punta de los dedos sobre su clítoris.

— ¡Oh, perra! — Gimió — Tenemos que ir...

— Te amo de esta manera, sin control — Le susurré al oído, presionando esa zona tan sensible.

Hice un rastro de besos en su cuello, hasta morder su piel muy despacio.

— ¡Es tu culpa!

Hice círculos en su centro varias veces sin parar.

— ¡Suficiente! Tenemos que ir abajo — Salió de mis brazos con una respiración jadeante.

Solté una risa cínica y me apoyé en la puerta justo al lado de donde estaba, ella entrecerró los ojos, haciéndose pasar por enojada.

Tomé impulso con mi cuerpo para acercarme a ella de nuevo, pero ella retrocedió.

— ¡Mantente alejada! Ya estoy lista y con mi ropa interior en un estado deplorable, no me puedes hacer esto a mí.

Sonreí ampliamente y me acerqué de nuevo, tirando de su cuerpo.

— Voy a darle un descanso por un par horas, pero no creo que se me escape cuando termine esta cena, señorita Katina, vamos a continuar desde donde lo dejamos — Susurré robando un beso de sus labios.

Fuimos escaleras abajo, donde los ojos curiosos de Nastya, Irina, Oksana y Katya nos observaban, ya que mis padres estaban entretenidos en una conversación con Katyuska, mientras Anya jugaba con el pequeño Ginger.

— ¡Finalmente! — Exclamó Katya alarmante, por lo que todos los ojos se volvieron hacía Lena y hacía mí.

— ¡Es agradable que aparecieran, chicas!

Mientras Lena se encargó de saludar a mis padres, quienes la recibieron con una amplia sonrisa, Katya se me acercó con cuidado.

— Por sus labios hinchados puedo tener la luz de creer que ustedes dos estaban teniendo sexo — Susurró haciéndome reír.

— No lo estábamos haciendo — Afirmé.

— Tu cara traviesa no me dice eso.

— ¡Para, no pasó nada! Sólo unos besos.

— ¡Ustedes dos son muy pervertidas!

— No me juzgues.

— ¡Nunca! Katyuska y yo tuvimos sexo en medio del camino, por lo que sería hipócrita de mi parte juzgarte.

Me quedé mirando a la mujer con el ceño fruncido.

— ¿Ustedes dos están juntas de nuevo?

— ¡No! Ella dice que sólo son "reuniones", nada más.

Solté una risita, mirando hacia Lena que estaba recibiendo un abrazo de mi madre.

— ¡Voy a darles menos de un mes para que ustedes dos estén juntas de nuevo!

— Así lo espero, Yul.

— ¡Chicas vamos a cenar! — Llamó Irina.

La cena transcurrió animada, entre buena comida, risas y conversaciones. Lena estaba sentada junto a mí y ahora estaba hablando con Irina sobre la decoración de mi apartamento, de acuerdo con ambas todo estaba demasiado oscuro, no era mi culpa si me gustaba un tono más oscuro.

— Yulia siempre la emo gótica de la oscuridad — Habló Katya haciendo reír a todos en voz alta.

— Estate callada, Zotova — La regañé.

— Algunas paredes iluminadas se vería bien, señorita — Dijo Oksana sonriendo.

— Me puedes llamar Yulia, Oksana — Dije dándole una leve sonrisa.

— Dejen a mi niña en paz, a ella le gusta este estilo... ¡No veo ningún problema! Si quieres vamos a pintar tu habitación de la casa de negro, Yul — Dijo mi padre jugando también.

— ¡Son todos un dolor de cabeza!

Lena sonrió y me miró con una mirada feliz, me quedé unos segundos mirando a cada pequeño detalle de su delicado rostro, de sus labios carnosos y sus ojos verdigrises tan calientes.

— ¿Quieres un babero, Yulia? — Preguntó Katyuska delante de todos, haciendo que me sonrojara.

Lena sonrió ampliamente hacía mí.

— Mi hija nunca supo disimular muy bien — Dijo mi madre sonriendo.

No podía creer que incluso mi madre había decidido meterse conmigo.

— No, ella siempre lo supo, no era por nada que le encantaba jugar con su prima — Dijo mi padre riendo.

— Te encantaba ¿eh? — Preguntó Lena volviéndose hacia mí con una mirada asesina.

— ¡Era una niña, no hice nada! Lo juro.

— Hasta hace 5 años aún salían — Habló Irina con una ceja arqueada.

Abrí mis ojos hacia mi hermana quien me guiñó un ojo.

— ¡Woow… las cosas se pondrán feas! — Susurró Nastya.

— ¡Realmente se pondrán, Volkova! — Lena pretendía ser seria — Hablaremos de esto más tarde.

— Sabes que te amo, amor — Dije delante de todos por primera vez — Y yo creo que es tiempo de decirle a mis padres.

La expresión de Lena que hasta hace unos minutos estaba cerrada, se suavizó, sonrojándose violentamente, miré a todos los que estaban en la mesa y volví mi atención a Lena.

— La mayoría de ustedes ya lo saben, pero quería esta cena para decirles oficialmente a todos los que consideramos más importantes en nuestras vidas.

Mi padre me miraba con una sonrisa y mi madre también, los dos obviamente ya imaginaron qué sería.

— Lena y yo nos vamos a casar, me di cuenta de que ella es la persona adecuada para dar a mi vida un sentido y gracias a ella y ahora a Any, soy alguien mejor — Dije haciendo una suave caricia en la mano de mi prometida.

— Esto es tan hermoso — Oksana le susurró a Nastya, que sonreía.

— Estoy realmente feliz con esta noticia, cielo, con toda seguridad no podrías haber elegido a alguien mejor — Habló mi padre con prudencia.

— ¡Completamente de acuerdo con tu padre! Estoy muy feliz con la unión de las dos — Continuó mi madre.

— Me estoy poniendo emocional — Habló Oksana de una manera sensible.

— ¡Sin lágrimas! Vamos a hacer un brindis — Dijo Katyuska.

— ¡Sí! ¡Debido a que una bebida siempre es buena! — Añadió Katya.

— ¡Un brindis por Yulena! — Dijo Nastya riendo.

— ¿Yulena? — Preguntó mi padre con curiosidad.

— ¡Papá, es la suprema regla! — Dijo Irina haciéndonos reír.

— Cariño, creo que significa Lena y Yulia — Podía oír que mamá le susurro a él.

— ¡Ah! ¿Cómo es que no me había dado cuenta antes? ¡Un brindis por Yulena!

Todos levantamos sus copas de champán, excepto Anya, que levantó su vaso con jugo de naranja y brindamos por mi unión con Lena. Podría darme cuenta por las características de mi prometida de la alegría desbordante en sus ojos y no era para menos, toda la emoción se desbordó en mí también, sólo había un paso que faltaba para la nueva fase de nuestra vida…

La boda.


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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/12/2020, 1:21 pm

Capítulo 54 (La boda)


[Yulia]

Levantamos las copas en alto, brindando por décima vez en la noche, los efectos del alcohol en el ser humano eran increíblemente desastrosos, pensé mientras tomaba un buen sorbo de mi bebida azul, que ya debía ser la séptima copa en unas pocas horas.

— Esto es demasiado bueno — Katya dijo con entusiasmo mientras se servía otro trago verde.

Estábamos en un club nocturno en el centro de Moscú esa noche, recordando los viejos tiempos en los que salíamos todas juntas, Katya y Katyuska en una idea repentina, decidieron programar mi despedida de soltera, claro, olvidé mencionar que mañana me voy a casar con Lena y no podría estar más nerviosa.

— Si sigues bebiendo saldrás de aquí ebria, Yul — Katyuska dijo riendo.

— Necesito una gran cantidad de alcohol esta noche para acabar con mi ansiedad — Hablé con cierta dificultad debido al ruido en el interior del lugar.

Ansiedad, esa palabra me definiría hasta el momento de la boda, estaba con los nervios de punta, ese maldito frío dentro de mi estómago y el torbellino de pensamientos en mi cabeza me estaban maltratando poco a poco, no es que la idea de casarse con Lena fuera mala, sino todo lo contrario, era demasiado buena y precisamente por eso mi cuerpo estaba dando demasiada atención a mi sistema nervioso.
¡Maldita sea!

— ¡Dios mío, nunca antes te había visto tan ansiosa como ahorita, Yul! — Katya dijo dejando escapar una risa.

— ¡No es para menos, se va a casar! — Fue el turno de hablar de Katyuska.

Casarse, boda, Lena... ¡Oh Dios mío! ¡Iba a casarme con Lena!

— Respira, te estás poniendo pálida como un papel — Katya habló tocando mi brazo con calma.

— Si es aún posible.

Miré a Katyuska y rodé los ojos, lo que la hizo reír.

— ¿Ya no te quieres casar? — Katya me preguntó seria.

Respiré profundo y tomé otro sorbo de mi bebida.

— Es lo que más quiero, Yul, sólo estoy muy nerviosa, quiero que todo vaya bien mañana.

— Todo irá bien, Yul — Katyuska dijo sosteniendo una de mis manos que descansaban en la mesa.

— ¡Exactamente! ¡Relajarse! Mañana será un día maravilloso en el que te atarás para siempre a Lena.

Solté una carcajada, Katya siempre sabía la manera correcta de dar el humor a las cosas.

— Eso fue grosero — Katyuska habló mirándola.

— ¿Por qué? — Katya preguntó mirándola — ¡Es la verdad! El matrimonio es una especie de prisión, cariño.

— ¡Eso me recuerda claramente por qué no regreso contigo!

— Mejor permanece en silencio, Zotova — Le susurré.

— ¡Katy, cariño! Es una prisión, pero eso no quiere decir que no quiero ser arrestada ¿verdad? De hecho, me gustaría ser detenida por ti y compartir una celda contigo por el resto de mi vida — Ella le guiñó un ojo a Katyuska quien resopló.

— Cállate y tráeme una copa, antes que me enoje más contigo, Zotova.

Mi mejor amiga abrió mucho los ojos y se levantó.

— Por dios, que no hago por ti — Katya dijo antes de irse.

Vimos que la mujer se perdió en medio de la multitud de personas hacia el bar.

— Katy, no tomes en serio las cosas que Ekaterina dice, la conocemos muy bien.

— ¡Ella tiene que cambiar, Yul! Mira, estaría mintiendo si dijera que no la amo, debido a que la amo, y mucho, pero es difícil pensar en una relación si ella es siempre tan "abierta" para todo el mundo — La mujer hablaba en serio.

— Mira, a pesar de la manera loca y grosera de Katya, ella te ama y estoy segura de que no va a tener el coraje de echar a perder las cosas de nuevo contigo, trata de dejar atrás el pasado, Katy, todas éramos jóvenes e inmaduras, pero hoy en día las cosas han cambiado, basta con mirarme… ¡Me voy a casar! ¿Alguna vez lo imaginaste? — Pregunté con una sonrisa.

Katyuska sonrió y sacudió la cabeza.

— ¡Yo tampoco! Pero hay cosas que el destino ya tiene reservado para nosotras, no tengo ninguna duda de eso y si hay otra cosa que no tengo dudas, es que todos los vientos que soplan en este mundo llevaron a Katya hasta ti, al igual que ellos me llevaron a Lena.

La mujer a mi lado suspiró como si supiera que esas palabras eran las más pura verdad.

— Pensé en ello cuando me encontré con ella de nuevo después de todo ese tiempo fue un shock, pero después me puse tan feliz ¿sabes? A pesar de que nunca tuvimos una relación real, siempre me sentí conectada con Katya.

— Debido a que la amas — Completé con una sonrisa en los labios.

— Sí, la amo, pero esto va a ser un secreto ¿vale? Katya lo sabrá cuando realmente se lo merezca — Ella habló con una expresión seria.

— Entonces se lo dirás pronto, porque ella está totalmente dispuesta a lograr que regreses con ella, Sokolova.

— Ya veremos — Se encogió de hombros.

— ¿Se puede saber sobre que chismosean tanto? — Escuchamos la voz de Katya desde atrás.

La mujer puso en la mesa otras tres bebidas de colores brillantes, para entonces mirarnos a la espera de una respuesta.

— Estábamos hablando de lo que Lena pudiese estar haciendo en este momento.

Katya abrió una amplia sonrisa.

— ¡Ni siquiera lo quieren saber! Ella puede estar en un club de strippers ahora no siendo la bailarina, pero sí la clienta.

Aunque sé que eso era totalmente imposible o al menos esperaba que fuera, esa situación me dejó con un gran malestar dentro de mí, mi celo por Lena estaba totalmente controlado por mi mente, que honestamente hizo un gran esfuerzo para no volverse loca.

— ¡No hablen tonterías! Ella está con sus amigas — Resoplé irritada, haciéndola reír.

— ¡Siempre siendo tan celosa!

— Ella sólo está cuidando lo que es lo suyo, Zotova.

— Tú también eres muy celosa, Katy, tu opinión es muy sesgada — Dijo bebiendo su bebida — Pero tú sabes, la idea no es tan mala, podríamos ir a un club de strippers y obtener un bombón para que le baile a Yul como despedida.

— ¡Esa idea es horrible! Ella tiene lo mejor de Moscú como mujer, que va a bailar por ella tantas veces como se lo pida ¿De verdad crees que va a dejar que otra persona baile para ella? — Exclamó Katyuska divertidamente.

— ¡Tienes razón! Lena es claramente la mejor, por dios, como olvidar ese día...

— ¡Cállate! — Katyuska y yo hablamos al mismo tiempo.

— ¡Como sea! — Dijo mi mejor amiga levantando ambas manos en alto.

— Vamos a quedarnos aquí, quiero pasar esta noche en tu compañía.

— ¡Exactamente, Yul!

— Estoy feliz de tener a ambas de vuelta — Katya habló de una manera casi sentimental.

— ¡Vamos a brindar por nuestra amistad! — Dijo Katyuska levantando su copa.

— ¡Salud! — Las tres hablamos al mismo tiempo.

[Lena]

Ahora estábamos en uno de los restaurantes de la ciudad de Moscú, según Nastya tendríamos que tener una noche de reinas para celebrar mi despedida de soltera. Mañana sería el día tan esperado… ¡Oh dios! Estaba eufórica con todo eso, pero Nastya, Oksana y Olya se encargaron de distraerme, tendría que estar relajada para el día siguiente.

— Aún estoy muy triste porque te irás de la casa — Nastya habló con cierto malhumor.

Tengo que admitir que era lindo ver cómo mi mejor amiga estaba visiblemente molesta por mi partida, yo también lo estaba, pero seamos honestos, no me iba a mover al otro lado del mundo, solo a otra casa, específicamente mi casa con Yulia.

— Podrás visitarme siempre que lo desees, Nastya — Dije abrazándola por su cuello.

Ella permaneció inmóvil, con los brazos cruzados y un puchero.

— ¡Nastya ha estado con este mal humor todo el día, Elena! — Exclamó Oksana.

— Está celosa de Yulia — Olya dijo riendo.

— ¿Lo estás, Nastya? — Pregunté tocando su cara con el dedo índice.

— ¡No! ¡Por supuesto que no!

Solté una risa y la abracé, era obvio que mi mejor amiga estaba celosa.

— Eres muy bipolar, hace unas horas estabas emocionada por la despedida de soltera y ahora estás de mal humor.

Nastya suspiró y me miró.

— Lo siento, Elena, es sólo que me acostumbré a ti en la casa, con tus manías de organización con Oksana, de tener que despertarte con algunos golpes en ese enorme trasero tuyo en la mañana e incluso nuestras risas al final de la noche — Dijo haciéndome sonreír.

— ¿Realmente me harás llorar, Nastya? — Pregunté sintiendo los ojos llorosos.

— Ustedes dos son tan lindas — Murmuró Olya encantada.

— Deja de ser gay — Dijo Nastya secándose las lágrimas que corrían — ¡Ni siquiera estoy llorando! — Dijo haciéndonos dejar salir una risa divertida.

— ¡No lloren, chicas, tenemos que desear todas las cosas buenas del mundo para el matrimonio de Lena! Que tengan una gran cantidad de amor y confianza... — Comenzó Olya.

— Un montón de paz y las bendiciones — Oksana continuó

— ¡Un montón de sexo y travesuras locamente en la oficina! — Nastya completó haciéndonos reír.

— ¡Dios mío, Nastya! ¿Tu mente gira en torno al sexo? — Preguntó Oksana — ¡Voy a llevarte a la iglesia! — Dijo seriamente de una manera nerviosa, lo que aumentó aún más la risa en la mesa.

— ¿En la iglesia está prohibido tener relaciones sexuales? Porque si lo es, ni siquiera voy dar un paso a la puerta.

—¡Oksana, Nastya hace eso sólo para molestar! — Dijo Olya entre risas.

— ¡Lo sé! Pero rezo mucho para que el señor toque su corazón, Olya, la vida no es sólo sexo.

— El sexo es muy bueno, aún más cuando lo haces con la necesidad.

— Creo que será mejor preguntarle al pastor por agua bendita.

Solté una risa junto con Olya y Nastya.

— Oksana, realmente eres única.

— ¡Gracias, Elena! Pero, honestamente, si quieres ir y llevar a Yulia contigo, vamos a recibirlas con los brazos abiertos.

— ¡Dios no lo quiera! Si Yulia y Lena van a la iglesia, el pastor descenderá desde el púlpito para exorcizar el enemigo raro dentro de ellas.

— ¡Oh dios mío! ¡Me estoy imaginando la escena!

— Yo también, porque Yulia se ve como un demonio de lo hermosa que es ¿verdad?

No podía controlar mi risa, Oksana parecía demasiado seria, pero dejó escapar algunas risas.

— ¡En mi iglesia le damos la bienvenida a todos, independientemente de las diferencias! — Habló con paciencia.

— Sabemos eso, Oksana… ¡Estamos bromeando, uno de estos días todas iremos allí a rezar contigo! — Nastya dijo sonriendo.

— Te voy a sostener eso, espero que la iglesia no se caiga y Nastya... — Dijo tocándole el brazo — No hables de sexo salvaje ahí.

— ¡Por supuesto que lo haré! Voy a ir hasta el púlpito, agarraré el micrófono y diré "Estoy escuchando la voz de dios en este momento y él nos está diciendo que tengamos sexo".

— ¡Quiero estar allí en ese momento! — Hablé estallando en risas.

— ¡Todos estaremos allí, Elena! — Dijo Olya en una risa escandalosa.

— ¡Estoy impactada con ustedes tres!

— ¡Son las mejores! — Hablé respirando profundo — Las amo tanto, chicas.

— Nosotras también te amamos, Elena — Oksana habló afectivamente.

— Sí, te queremos mucho y estamos muy felices por ti.

— Estas dos tienen razón, Elena, quiero que Volkova te de todo el amor y el afecto que estoy segura te mereces, tengo que decir que a pesar de todas las cosas malas que pasaron, creo que tu vida con Yulia será maravillosa, porque siento que ella te quiere mucho y haría cualquier cosa por ti.

Me estaba claramente conmovida, los últimos días antes de la boda me estaban dejando demasiado sensible.

— Ustedes tres, junto con Anya y Yulia son mi familia y las quiero conmigo para siempre.

— Lo estaremos, Elena, siempre… — Nastya dijo abrazándome.

[…]

[Yulia]

Nerviosismo…

El exceso de emotividad….

Fuera lo que fuera, era exactamente mi estado en este momento.

— Cariño, abrirás un agujero en el suelo — Exclamó mi madre.

Y no estaba equivocada, caminaba de un lado a otro, totalmente inquieta, el nerviosismo hizo que mis manos sudaran y mi corazón saltara violentamente en mi pecho ¿Conocen ese frío terrible en el estómago que te provoca el deseo de morir? Lo sentía en ese momento, con una gran intensidad, como mi felicidad por estarme casando ese día.

— ¡Trata de calmarte, Yul! — Irina ya habló poniéndose nerviosa.

— ¡No Puedo! ¡Oh, Dios mío, me voy a casar! — Dije nerviosa.

Me temblaban las manos, no sólo mis manos, sino todo mi cuerpo.

Cerré los ojos y respiré hondo, sintiendo mis pulmones recibiendo una gran cantidad de aire que me alivió, abrí los ojos lentamente mirándome a mí misma frente al enorme espejo que estaba en esa habitación.

— Te ves muy hermosa, hija — Dijo mi padre acercándose a mí, tocándome los hombros en una caricia reconfortante.

Yo llevaba un vestido corto de manga corta, Irina había dicho que el vestido era de mi estilo y evidentemente había acertado, mi pelo estaba suelto y ondulado y para terminar en mis pies llevaba unos tacones color crema que quedaban muy bien con todo.

— Siempre soñé viéndote así, Yul — Mi padre dijo haciéndome sonreír — Tengo un regalo para ti — Dijo sonriendo.

Mi padre se fue y agarró una caja de terciopelo negro de tamaño mediano y se dirigió de nuevo hacia mí.

— Pensé en que se te vería hermoso con tu vestido — Dijo abriendo la caja, dejando al descubierto un maravilloso y delicado collar.

— Es perfecto, papá — Dije abrazándolo con fuerza.

No era una exageración, yo estaba demasiado conmovida ese día, todo era una razón para derramar lágrimas, por lo que conseguí algunos sermones de Irina a causa del maquillaje.

Le di la espalda a él, dejando al hombre poner calmadamente el collar de diamantes alrededor de mi cuello, pasé los dedos sobre las piedras y le sonreí a través del reflejo del espejo.

— Listo — Dije nerviosa.

— ¡Falta un detalle! — Dijo mi madre entregándome el ramo — Todo irá perfectamente — Dijo con confianza.

Dejamos la habitación y caminamos con pasos lentos a la entrada de la enorme casa, la boda se llevaría a cabo en una de nuestras mansiones, que era una casa de campo muy bien situada, con un gran jardín, que ahora estaba totalmente decorado al estilo de Irina Volkova.

— ¿Te gusta? — Preguntó mi hermana con una sonrisa.

Desde allí podía ver a todos los invitados, cerca de donde se llevaría a cabo la ceremonia, el lugar estaba decorado con telas y flores dejando todo muy elegante, contrastando perfectamente con el verde de la hierba y de algunos árboles, en el puente que cruzaba el charco habían algunas lumbreras muy delicadas que dieron un brillo romántico para el medio ambiente, todo era hermoso.

— Es increíble.

— Me alegra que te guste a Lena le gustó también ¿Sabes?

— Me imagino que lo hizo — Dije en medio de un suspiro tonto.

— ¡Guau! Te ves tan hermosa, Yul, incluso te ves como una niña pequeña — Katya se burló.

— ¡Idiota! — Maldije con nerviosismo, haciéndola reír — Yul...

— ¿Sí?

— ¿La has visto aquí? — Pregunté incapaz de contenerme.

Mi mejor amiga sonrió ampliamente y se quedó en silencio durante unos segundos, tratando de ser misteriosa.

— Sí, Yul y ella esta increíblemente hermosa.

El alivio de que ella estuviera aquí en alguna parte, solo a la espera de que todo comenzara, me dejó más tranquila, pero poco después el nerviosismo regresó.

— ¡Será mejor que te calmes! No quieres desmayarte en el altar ¿o sí?

— Tienes razón — Suspiré.

— ¡Vamos chicas! Es la hora — Irina gritó.

Es la hora...

Dios mío...

Todavía no tenía ninguna señal de Lena, yo ya estaba en la entrada, recibiendo miradas curiosas y amplias sonrisas en mi dirección, en la parte inferior de la extensa ruta estaba cubierta por una alfombra de color beige, ya podía ver la pequeña capilla de madera, decorada con flores y telas blancas, donde ya estaba colocado el maestro de ceremonia, junto a las dos mujeres también conocidas como Nastya y Katya, que me miraban sonrientes, el fotógrafo se aseguró de registrar mi nerviosismo que seguramente sería la razón de un montón de buenas risas en el futuro.

— ¿Vamos? — Mi papá preguntó a mi lado.

Estábamos de pie todavía bajo el arco de flores que indicaban la entrada, asentí con la cabeza con una risa nerviosa enganchado en la garganta. La música tocada en el piano comenzó lentamente y suavemente mi padre me llevaría primero al altar, para luego volver y recoger a Lena, porque según él, él sería el único hombre que tendría ese privilegio y en particular estaba de acuerdo con eso. Entramos con pasos lentos en medio de las miradas de todo el mundo que nos rodeaba, amigos, familiares y conocidos fueron colocados correctamente en sus sillas blancas, gracias a dios la tarde estaba maravillosa, el cielo estaba abierto y hermoso, el clima era agradable para la ocasión, todo iba según lo planeado.

Me sostuve con el brazo de mi padre con cierta fuerza, en caso de que me fuera a desmayar por el nerviosismo, él sonrió con complacencia, guiándome hacia el altar, besó mi mejilla y se dirigió a la entrada de nuevo.

— Te ves maravillosa — Nastya me dijo al oído tan pronto como le di mi ramo de flores.

— Gracias — Murmuré.

Sentí una ligera brisa soplando contra mi cara, el nerviosismo se hizo cargo de todas las células de mi cuerpo, cerré los ojos sintiendo más de ese viento casi frío y respiré profundo. La música comenzó de nuevo, haciéndome abrir los ojos y ver la única razón de mi felicidad sólo a unos pasos de mí, sentí una sonrisa rasgar mi cara tan pronto como la vi.

Lena era simplemente perfecta.

¡Dios!

Sentía que en cualquier instante mi corazón saltaría de mi boca de lo fuerte que latía, la sensación de verla así me había sacado de órbita, tan pronto como Lena levantó la vista, nuestros ojos se encontraron y ambas sonreímos.

Se acercó a pasos cortos con el ramo de flores en la mano y uno de sus brazos entrelazados con el de mi padre, nada me haría más feliz que esa vista. Lena estaba caminando hacia mí y haciéndome sonreír como una idiota, le entregó su ramo a Nastya como yo lo había hecho cuando llegué al altar y luego se dio la vuelta, deteniéndose frente a mí, conectando ese par de ojos verdes tan brillantes con los míos, capturé sus manos para traerlas a mis labios, donde besé lentamente.

Lena sonrió y repitió con prontitud mi acto.

— Todos por favor tomen asiento — El juez pronunció, lo que hizo que todos se sentaran en sus propios asientos.

— Estamos aquí reunidos para celebrar el matrimonio de Yulia Volkova con Elena Katina...

El hombre empezó la ceremonia, llamando la atención de todos los invitados, excepto la mía, que estaba increíblemente hipnotizada por los ojos y la sonrisa de la mujer frente a mí, nunca podría explicar toda la emoción que inundó mi pecho en ese instante, fue una sensación increíble y única, como si en todo el mundo, solo existiera ella y yo, como si nada ni nadie nos pudiesen hacer caer en ese instante. Por una fracción de segundo una explosión de flashes de recuerdos aparecieron en mi cabeza, trayendo consigo todos nuestros momentos juntas, visualizando como una película en mi memoria que iría desde el principio hasta donde estábamos…

[Flashback]

Tomé otro poco me mi trago, pero sin querer se derramó un poco en mi falda, dejé de limpiar cuando la música volvió a sonar esta vez con una voz sexy y puramente erótica, seguido de una leve iluminación sobre el cuerpo de una chica que al momento volvió locos a todos en el lugar.

Mis ojos se encontraron con el cuerpo de una mujer que se movía en perfecta sincronía con la música, Ginger Apple, como todos la llamaban comenzó su coreografía en el tubo que estaba en medio del escenario. No podía verla perfectamente bien, la obscuridad del lugar me lo impedía, pero algo en su baile me llamó la atención como si me hubieran lanzado algún hechizo, su cuerpo se movía tan sexy al compás de la música que podía jurar que me había mandado a otra dimensión, era increíble lo que ella podía hacer, su cuerpo estaba prácticamente de cabeza con las piernas entrelazadas al tubo mientras que sus manos se deslizaban sobre su cuerpo en lugares que a cualquiera de aquí le gustaría tocar. Posó sus dos manos de nuevo en el tubo para abrir sus piernas y dar una buena vista de sus pequeñas bragas, eso hizo que todo mi cuerpo temblara.

Tenía el pelo rojizo, podría ser natural o postizo, su piel era blanca y delicada, sus curvas eran deseables, tenía piernas largas muy bien torneadas cubiertas por unas medias de encaje negro y correa que la hacían ver más sexy. Ginger Apple descendió lentamente hasta el suelo haciendo que todos pensáramos que dios había sido generoso con ella, era tan tentador querer tocar ese trasero. La chica sonrió diabólicamente cuando las personas se alborotaron. Llevó sus manos a su cabello dejando que todos vieran su rostro cubierto por una máscara negra, caminó hacia el otro lado del poste que estaba más cerca de la primera fila donde yo estaba, incluso con la máscara se podía notar su mirada provocativa ¿Qué carajos tenia esta mujer? Se mordió el labio inferior mientras se apoyaba en el tubo para restregarse lentamente contra él, cuando subió nuevamente se quitó el listón del corsé para que cayera y dejar así a la vista sus pechos apretados por un sujetador de encaje. No era una exageración, llovía dinero alrededor de la stripper, su cuerpo se movía en perfecta sincronía, la chica podía enloquecer a cualquier ser humano en este lugar, Ginger Apple se llevó una mano a su falda provocando un nuevo alboroto por parte de los hombres y mujeres que deseaban verla con la menor ropa posible.

[Fin del Flashback]

Desde la primera vez, ya sabía que iba a ser mía, una fuerza mayor gritó en mi subconsciente que Ginger Apple volvería mi mundo al revés.

[Flashback]

Anhelaba besarla, pero la máscara que llevaba obstaculizaba mi oportunidad, le puse una mano en el rostro para tomar la máscara, pero rápidamente su mano estaba sobre la mía deteniendo mi acción.

— Ni siquiera lo intentes — Susurró mirándome a los ojos.

— No quiero que nada se interponga en mi camino.

— ¿No? — Su mirada era tan intensa que estábamos más cerca.

No dije nada, ella lentamente llevó sus manos a la bufanda que tenía en mi cuello sin dejar de mirarme a los ojos, sentía todo mi cuerpo arder por tenerla tan cerca, todo lo que yo quería era poseerla en ese mismo momento. Llevó la bufanda a mi rostro y vendó mis ojos con cuidado.

— Pero que… — Intenté decir, pero me interrumpió.

— Shh… Calla Volkova — Su tono era decisivo y eso hizo que mi deseo aumentara.

— Pero… — Intenté hablar de nuevo, pero no me dejó.

— Cállate y bésame… — Susurró.

Sin ver nada, deslicé mis manos sobre su rostro que estaba descubierto de aquella máscara negra que momentos antes traía, sus rasgos eran delicados y sensuales, su cara era fina y muy bien diseñada, arrastré mi pulgar por su rostro hasta llegar a sus carnosos labios, en todo momento ella permaneció inmóvil.

— Eres hermosa — Susurré.

Sonrió, estábamos tan cerca que podía sentir su aliento caliente en mi cara, comenzó a acercarse hasta que sentí sus labios en contacto con los míos.

[…]

— Me gusta cuando sonríes — Hablé sin pensar.

— ¿Por qué?

— Porque tienes una sonrisa preciosa y no sólo la sonrisa.

— Yulia, no…

— Si Lena, este fin de semana sólo he reforzado lo que pensaba de ti y eres asombrosa.

Sentí que mi pecho iba a romperse por los fuertes latidos de mi corazón, sentí mi garganta seca y mi corazón golpear como loco sólo de pensar en Lena ¡Mierda! Necesitaba hacer algo, si, sólo había una cosa que debía hacer, lo necesitaba en ese momento.

— Yulia… — Lena habló en cuando me acerque más.

— Shh… no digas nada — Dije mirando sus labios — Solo déjame hacer esto…

Esas fueron mis últimas palabras antes de sellar mis labios con los suyos.

[Fin del Flashback]

Me enamoré de ella de todas maneras, no había ningún lugar para correr y en realidad no me importaba.

[Flashback]

Tomé las dos cuerdas que unían el nudo de la bata y sin apartar los ojos de Lena, deshice el nudo para después dejar caer la bata. Ella me miraba tan intensamente que podía sentirme débil, no sabía si estaba bien, pero en este punto ya no me importaba.

— Si no quieres, me puedo detener — Dije inclinándome para aspirar el aroma de su cuello.

Tenía una linda esencia, un aroma dulce mezclado con la fragancia de que acababa de salir de la ducha.

Besé su cuello y llevé mis manos a su cintura para pegarla a mi cuerpo.

— ¿Quieres que continúe? — Susurré sobre su piel, ella cerró los ojos al sentir mis labios — Se mía esta noche, Lena ¿quieres?

— Si, si quiero — Lena susurró casi en un gemido.

[…]

Me quedé mirándola a los ojos, me sentía feliz, mi corazón latía con fuerza y mi respiración iba lenta, una mezcla de sentimientos desconocidos me tomaron haciendo que viera mi futuro a su lado a través de sus ojos verdigrises, sabía que estaba perdida.

— Lena…

— ¿Si? — Preguntó con ilusión, como si supiera lo que le quería decir.

Respiré profundo sintiendo mi corazón perder el ritmo ¿ahora sería el momento adecuado? Cerré los ojos y los abrí de nuevo antes de hablar.

— Te amo…

[Fin del Flashback]

Y era amor, siempre fue amor…

[Flashback]

— ¿Te quedas conmigo, Yul?

Ella entrecerró los ojos en mi dirección de forma confundida.

— Estoy contigo, Elena — Dijo sonriendo, levantando su cuerpo para robarme un rápido beso.

— No, no entiendes ¿te quedarías conmigo, salir conmigo?

Permaneció en silencio y después sonrió abiertamente.

— Estás diciéndome que…

— Si Yul ¿Quieres ser mi novia?

[…]

— He estado pensando en estos últimos días sobre todo lo que nos ha pasado, desde que te vi en aquel escenario, luego en mi oficina e incluso el momento en que nos conocimos — Inhalé — Sé que empezamos todo por puro deseo y lujuria, pero también sé que eso ha cambiado, cambiado de una forma que no podría ser posible, entraste en mi vida como un huracán, desmontando todas las paredes que había construido a mí alrededor, con tu forma provocativa y sensual me hiciste desearte ardientemente, pero con tu amabilidad, dulzura y cariño me hiciste enamorarme perdidamente de ti.

Lena me miraba sin decir absolutamente nada, sus ojos estaban llorosos, dejándolos con un brillo magnífico.

— Ojalá pudiera explicarte todo lo que me ocurre, cada pequeño detalle de este gran sentimiento que tengo por ti, pero ninguna palabra será suficiente, te amo más de lo que me quiero a mí misma… ¡Puedes pensar que es una locura, pero es la verdad! No sé en qué momento tomaste tanto de mí, pero sólo te pido que no pares nunca, que nunca dejes este sentimiento, porque hoy es lo que me mueve, es lo que me hace feliz, te has vuelto mi mundo, Elena.

Las lágrimas comenzaron tanto en mí como en ella, por dios, no debería estar llorando, pero simplemente no podía aguantar.

— Ayer mi único miedo era perderte y hoy estoy segura de ello, cuando llegué a esa oficina y te vi en el suelo, ya nada me parecía tener sentido, porque no hay mundo para mí si tú no estás en él y mucho menos si tú no estás conmigo, eres la mujer de mi vida, Lena y quiero estar contigo para siempre.

— Yulia... — Susurró entre lágrimas.

Levanté la otra mano que estaba debajo del agua con la espuma, mostrando el hermoso y brillante anillo, ella suspiró tan pronto como vio al pequeño objeto y luego me vio profundamente a los ojos.

— Cásate conmigo, Elena, déjame hacerte feliz.

[Fin del Flashback]

Abrí los ojos y ella todavía tenía una amplia sonrisa, escuchando con atención lo que el juez en frente de nosotras tenía que decir, ella hizo una ligera caricia en mis manos que estaban conectadas con las suyas. Lena dejó de ver al hombre y me miró de una manera tan intensa que podría jurar que mi corazón dio un vuelco, suspiró y susurró un simple "te amo", haciéndome sonreír.

— También te amo — Le susurré, haciendo con el pulgar una ligera caricia.

— Los anillos, por favor... — Habló el juez.

Anya fácilmente se acercó con los dos anillos de oro, el juez le indicó a Lena para empezar quien rápidamente agarró el anillo, mientras que con la otra mano sostenía mi mano izquierda. Sonrió como si ella no creía que eso estaba sucediendo realmente, sus ojos se encontraron con los míos, haciendo un escalofrío en todo mi cuerpo.

— Yo, Elena Katina, acepto a Yulia Volkova como mi legítima esposa. Y prometo amarte y respetarte, en la felicidad y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, estaré contigo, amándote toda la vida, porque tú Yulia, eres una parte de mí, parte de mi alma y dueña de mi corazón, prometo amarte en tus incertidumbres, en tus cambios de humor, te amaré de la manera más sencilla hasta la manera más intensa que alguien puede amar, te protegeré como tú me proteges, para hacerte feliz, como todos los días que me haces feliz — Dijo colocando el anillo — Acostarme cada noche y no tener miedo del mañana, porque sé que cuando me despierte, voy a despertar a tu lado y voy a llenarme de tu amor tan pronto como te mire a los ojos, al mirar a la mujer que provocó la más bella y noble sensación que podía sentir por alguien, esta vida no será suficiente para mí en ser capaz de amarte como te mereces, pero prometo que mi corazón nunca se cansará de latir por ti, cuando te vea, cuando escuche tu voz, cuando escuche tu nombre, prometo que mis sonrisas serán todas tuyas, Yulia, me encantan todos los detalles de ti y voy a aprender a amarte más hasta que llegue el momento en el que no haya ninguna parte de ti que no pertenezca a mi corazón, aquí en este momento, te prometo mi esencia, mi alma, mi amor y te prometo que no hay nada en este mundo que me hará dejar de amarte.

Sonreí y suspiré tratando de contener la lágrima que insistían en que caer, tomé su anillo, para mirarla a los ojos y luego hablar.

— Yo, Yulia Volkova, acepto a Elena Katina como mi legítima esposa, prometo amarte y respetarte, en la felicidad y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, prometo cuidar de ti, asegurar tu bienestar, a cuidar de tus caprichos, amarte incluso cuando no lo mereces, por más que sea imposible, te prometo, que en todos los días de nuestras vidas, te haré feliz y voy a poner la sonrisa que tanto amo en tus labios, porque es tu sonrisa la que me hace vivir — Besé su mano después de colocar el anillo — Estar contigo es como tener un pedazo de paraíso en mi vida, porque nadie en toda mi vida me hizo sentir todo lo que siento por ti, este amor que estalla en mi pecho cada vez que te miro, cada vez que te siento, hoy y siempre prometo amarte, confiar en ti y entregarme a ti por cada segundo de mi existencia, prometo cuidarte en las peores horas, prometo que nunca te dejaré, prometo que voy a tomar tu mano en cada instante y te voy a demostrar que ahora somos una sola, te amo, Elena.

— Con el poder que me otorga, las declaro casadas.

Esas palabras llegaron desgarrando de mí todo el peso del nerviosismo que me consumía en ese instante, ahora todo estaba en paz, ella era oficialmente mía, mi esposa.

— Pueden besarse.

Lena se mordió el labio y se acercó más, acaricié lentamente su cara, haciéndola cerrar sus ojos y haciéndola sonreír. Hice la cabeza hacia adelante, dejando que mis ojos se cierren antes de sentir los labios de mi mujer contra los míos, nunca, en toda mi vida, un simple beso me trajo tantas emociones, en los labios carnosos y delicados de mi esposa, sentí toda la tranquilidad del mundo, el amor de tu vida, la ardiente pasión entre dos personas, el deseo de su cuerpo y sobre todo la confianza entre nosotras, en ese instante, más que nunca, sentí que era de ella, al igual que ella era mía, esta unión sólo sería una marca de todos los sentimientos que nos envolvían. Desconecté nuestros labios con una sonrisa que literal desgarraba mi cara y suspiré al oír el aplauso de todos los invitados que estaban allí.

[Lena]

Ahora estábamos en la parte principal de donde se realizaba la fiesta y ¡!que fiesta!¡, Irina no ahorró en nada para hacer de Yulia y yo la fiesta de bodas del año, habíamos saludado casi todas las personas presentes, tomé un poco de descanso, porque confieso que ya estaba agotada, pero Yulia continuó como una buena anfitriona, el día no había sido fácil, toda la preparación, el nerviosismo y la felicidad consumió hasta la última gota de mi energía.

Agarré una pequeña copa de la bandeja que el camarero llevaba elegantemente entre las mesas, saboreando un buen sorbo de champán.

— No exagere demasiado con la bebida, señorita... — Yulia susurró en mi cuello, haciendo contraer mi cuello lentamente.

Me volví hacia ella con una amplia sonrisa, para después recibir sus brazos alrededor de mi cuerpo.

— No "señorita" — Hablé bebiendo todo el champán de mi vaso, hasta la última gota — Ahora soy la señora Volkova Katina — Dije fingiendo un aire arrogante.

Yulia dio una de esas grandes sonrisas que me derretían.

— ¡Sí! Usted está más que en lo cierto — Dijo tirando de mí por la cintura — Ahora eres Lena Volkova Katina.

— ¿Te gusta así? — Susurré contra los delicados labios de Yulia, envolviendo su cuello con mis brazos.

— Me encanta de esa manera — Susurró, para después besar mis labios.

— La luna de miel es después de la boda — Gritó Katya abrazándonos fuertemente.

Yulia dejó escapar una risa entre mis labios y salí de sus brazos rápidamente, mirando a nuestros amigos que se reían de la situación.

— Lo intenté — Katyuska dijo alzando las manos en alto.

— ¿Estoy mintiendo? — Preguntó Katya.

— ¡Ciertamente, no! — Nastya completó.

— Usted dos se ven tan hermosas — Oksana habló sosteniendo mi mano — Les deseo toda la felicidad del mundo, que dios las bendiga.

— Gracias, Oksana — Yulia dijo sonriendo.

— Estoy tan emocional con esta boda, no sabía que este día iba a pasar — Olya dijo sonriendo.

— Estoy tan feliz que todas ustedes estén aquí — Dije con sinceridad.

— ¡Esta es la boda del año! — Katya habló con entusiasmo — ¡Volkova casándose! ¡Esto no es algo que sucede todos los días!

— ¡Zotova! — Yulia la regañó, haciéndonos reír a todos.

— ¡Lo digo en serio! Cuando el juez preguntó si alguien tenía algo en contra del matrimonio, pensé en levantarme debido a perder a mi amiga de parranda es triste.

— ¡No eres tan loca! — Exclamé.

Yulia se rió y me abrazó por la espalda.

— No, pero Miroslava se quería levantar.

— ¡Realmente quería! Al ver a Lenita casándose es un desperdicio — Dijo la mujer acercándose con una de esas sonrisas arrogantes.

— Miroslava... — Yulia comenzó, pero apreté su mano rápidamente, indicando que se detuviera.

— ¡Deténganse! ¡Hoy no! Estoy muy feliz como para que lo arruinen con una absurda pelea — Dije en serio.

— Lenita… ¡Estoy bromeando! Tu esposa no sabe cómo tomar las cosas con humor — Miroslava habló aproximándose — A pesar de que eres mi rival — Miroslava dijo mirando a Yulia — Estoy feliz por su matrimonio, creo que el amor que ustedes tienen es muy bonito y merece lo mejor — Hablaba de una manera sincera — Y para Lena, es sólo mi amiga, así que puedes relajarte, Volkova, me pondré en contacto contigo a partir de ahora con cierta paciencia.

Le sonreí a las dos.

— Me voy a poner en contacto contigo también, Dostoievski, por mi esposa, por supuesto — Yulia se encogió de hombros.

— ¡Trato! — Miroslava extendió su mano a Yulia.

— Trato — Yulia habló estrechando la mano de la mujer con una sonrisa.

— ¡Por dios! En primer lugar se casa y ahora hace un acuerdo de paz con el enemigo! ¡Este es el fin! — Katya dijo casi gritando, haciéndonos reír.

— ¡Estos son tiempos nuevos! — Katyuska completó.

— Y mejores tiempos, por favor… — Exclamó Nastya.

— ¡Por supuesto lo serán!

— ¿Qué estás haciendo ahí? — Irina preguntó acercándose — Hay una mega fiesta sucediendo y ustedes se parecen a las mujeres de edad avanzada ¡Vamos a bailar! — Dijo tirando de Katyuska y Nastya por el brazo.

— Irina nunca me deja abajo — Katya habló con entusiasmo.

— ¡Ella es tan hermosa! — Miroslava habló mirando a Irina — ¿Sabes si ella está saliendo con alguien? — Preguntó mirándome.

— Quita tus ojos de mi hermana si no quieres romper el trato — Yulia habló con rabia, haciéndome reír.

— Volkova, tu hermana es ardiente y ella es mayor de edad, tu encárgate de cuidar de tu bella esposa — Miroslava habló alejándose, caminando hacia Irina.

— ¡Lena! — Yulia exclamó tratando de ir tras ella.

— ¡Amor! — Me detuve frente a ella, tomando su rostro con ambas manos — Irina es una chica grande, ella sabe cómo manejarse a sí misma, no seas una hermana celosa.

— Una cosa es a Miroslava pasando el rato con nosotras, pero otra muy distinta es querer ser parte de mi familia.

La expresión de enojo de Yulia la hizo aún más hermosa, ella estaba muy enojada con esa situación, sonreí ampliamente, lo que hizo fruncir su ceño mostrando su pura irritación.

— No pongas esa cara, amor, no quieres estar de mal humor, precisamente el día de nuestra boda, ¿verdad?

Ella suspiró, dejando sus hombros subir y bajar.

— De acuerdo — Murmuró.

— Entonces… ¡Déjalas! Miroslava no es una mala persona y ni siquiera sabemos si a Irina le gustan las mujeres, no vamos a interferir con ella ¿vale?

Yulia asintió, mordiéndose la comisura de los labios todavía no le gustaba en absoluto esa situación, sonreí y besé sus labios lentamente. Al principio no correspondió, pero no pasó mucho tiempo para sentir sus manos aterrizar en mi cintura.

— Esto es injusto — Susurró antes de darme un beso rápido.

— ¿Qué? — Le di otro.

— Me puedes convencer de cualquier cosa con tu manera de ser.

— Cada uno juega con las armas que tiene, Volkova — Me guiñó un ojo.

— Voy a jugar con mis armas más tarde, Katina — Susurró en mi oído.

— Voy a estar esperando por ello — Hablé antes de salirme de sus brazos y caminar entre la multitud hacia las chicas que estaban bailando.

La música estaba muy alta y animada, complaciendo a todas las personas que bailaban, los familiares y amigos ya habían hecho sus discursos de felicitaciones a Yulia y a mí, ahora estábamos en una animada conversación con la familia Volkov, que ahora era también mi familia.

— ¡Papá! ¡Venga! Tú no vas a cantar ni a bailar aquí — Yulia dijo riendo.

— ¿Qué? ¡Por supuesto que lo haré! Soy mucho mejor que el tipo de allí — Exclamó con confianza.

— ¡Él es el DJ! ¡Él no está compitiendo contigo! — Larissa habló haciendo una caricia sobre su marido.

— ¡No importa! Quiero cantarle una canción a Yulena — Exclamó el hombre con firmeza.

— ¿Estás pasando el tiempo con Katya, papá? — Yulia preguntó riendo.

— Ella me hace mucha compañía cuando viene a visitarnos ¡¿verdad, Larissa?!

— ¡Sí! Katya y Katyuska aparecen a veces.

— Bueno, ahora si me disculpan voy a ir aniquilar a ese joven.

— No dudo de eso, señor Volkov — Dije riendo.

— ¡Lena! — Exclamó Yulia.

— ¿Ves? Lena está de acuerdo conmigo y Elena, me puedes llamar Oleg.

— Está bien, Oleg.

— ¡Voy hacia allá! — Dijo alejándose.

— ¡Oh dios mío! Él realmente va a cantar — Irina se acercó tan rápido que ni nos dimos cuenta.

Yulia dejó escapar una risa divertida, tan pronto como su padre agarró el micrófono del DJ y cantó en sintonía una canción para las dos, vimos todo con ciertas risas alegres, yo estaba muy contenta con todo eso, pensar que Yulia un día fue tan cerrada a su familia por miedo de como la enfermedad de su padre la podría afectar, era triste, pero hoy estábamos viviendo nuevos tiempos, donde ningún problema en absoluto sería suficiente para traernos abajo, ahora sabía que nuestra unión no sólo representa algo carnal como al principio, no nos movemos únicamente por un deseo colosal, hoy nuestra unión era fuerte debido a nuestra base de amor, la confianza, el compañerismo y mucho deseo por supuesto.

Oleg terminó la canción que fue aplaudida por todos los invitados y por nosotras que nos abrazábamos e intercambiábamos un pequeño beso.

— Podemos ir a nuestra luna de miel ahora ¿qué te parece? — Mi esposa susurró lentamente en mi oído.

— Creo que eso es una gran idea, es todo lo que necesito en este momento — Casi lloraba de tanto cansancio.

— ¡Perfecto! Nuestras maletas ya están listas y el jet ya está esperando por nosotras.

— ¿Dónde está Anya?

— No te preocupes, mi madre se ocupa de ella, están en la mesa, ella irá con nosotras.

— ¿En serio? — Pregunté sonriendo.

— ¡Por supuesto! Somos una familia ¿no?

— Eso es correcto, amor.

— Vamos a despedirnos — Habló tirando de mí.

— ¡Yulia!

— ¿Sí? — Preguntó mirándome.

— Tenemos que lanzar el ramo de flores — Dije con entusiasmo.

— ¡Es verdad!

Estábamos en medio de risas, varias mujeres amontonadas frente al mini escenario en la que hasta hace unos minutos el señor Volkov estaba ocupando, todos ellos en busca de una sola cosa.

Los ramos de las novias…

Yulia y yo decidimos tirar el ramo juntas, ya estábamos de espaldas a todos ellos que se empujaban unas con las otras en busca de un espacio más grande para poder cogerlos.

— ¡1! — Empezamos.

— ¡2! — Yulia gritó.

— Joder, Volkova, ya lanza esa mierda — Gritó Katya haciendo salir esa hermosa risa de Yulia.

— ¡3! — Gritamos juntas, echando hacia atrás el par de ramos de flores.

Nos dimos la vuelta rápidamente para ver la pequeña disputa y la primera en ser notada fue Nastya que levantó las flores con una amplia sonrisa, aferrada en el cuello de Lenin, que la abrazó de manera apasionada.

— ¡Oh dios! ¡Lo agarré!

Esa voz era imposible no ser reconocida, el segundo ganador del ramo de Yulia no era otra que Katya Zotova, los invitados aplaudieron a los ganadores de una manera alegre, al igual que nosotros, Katya con su forma típica acercó a Katyuska por la cintura, para besar sus labios con afecto y luego entregarle el ramo.

— Ahora es nuestro momento de irnos — Escuché a Yulia susurrar y tirar de mí detrás del escenario rápidamente.

— ¡Todavía no me has dicho dónde será la luna de miel! — Exclamé parando en medio del camino.

Yulia se detuvo, mirándome con ese par de ojos intensos y brillantes.

— Es sorpresa.


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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/12/2020, 4:54 pm

Bien, finalizamos por hoy este maratón. Para mañana, el epílogo que es bastante largo y lo resumiré en cuatro capítulos así que, espero disfruten su lectura.

A leer!!!

Capítulo 55 (Final)


[Lena]

¿En algún momento de su vida se han sentido completos? Como si después de un largo y agotador viaje ¿la victoria fuera suya? Era así como me sentía ahora, era como si después de tantos años estuviera libre, pero no como un prisionero encarcelado o un pájaro enjaulado, libre de todos mis males, de todos mis fantasmas del pasado, libre de todo lo que estaba mal. Algunos dicen que siempre llegará alguien para salvarnos y sacarnos de la oscuridad en la que dice ser imposible salir, creía firmemente en que después de todo, Yulia era una prueba concreta de esto en mi vida.

— ¿En qué estás pensando? — Preguntó mi esposa mientras me envolvía con sus brazos.

Cerré los ojos sintiendo el ligero toque de sus labios en mi cuello y sintiendo un escalofrío en todo el cuerpo.

— Estaba pensando en cómo me salvaste — Le susurré.

Abrí los ojos y miré a mi mujer que me miraba con una expresión un tanto confusa, le sonreí, notando que tenía una copa de champán en la mano, agarré la copa, tomando un sorbo del alcohol que contenía.

— ¿Te salvé? — Preguntó parándose delante de mí.

— Por supuesto, me haces feliz, como nunca lo era antes.

Una amplia sonrisa apareció en su cara, para después apretarme más contra su cuerpo hasta el punto de hacer que me quede a unos centímetros de su boca.

— También me salvaste, Elena — Dijo con los ojos conectados a los míos.

Nunca podría describir lo que se sentía mirar los ojos de Yulia, podía sentir como mi alma era absorbida por ese iris azul claro, tenían un poder sobrenatural de dejarme totalmente perdida y fascinada por ella.

— Tú me hiciste una mejor persona — Completó.

Sentí su mano que estaba descansando en mi cintura, subir lentamente hasta la línea de mi columna, mientras que la otra se apoyaba en mi cuello, haciendo una ligera caricia con la punta de los dedos, cerré los ojos tan pronto como inclinó su cara hacia la mía, dejando que sintiera su aliento suave.

Recorrió con sus labios la línea de mi mandíbula hasta detenerse en la boca.

— Te amo, Yul — Susurré en voz baja.

Nuestros cuerpos estaban tan cerca que fácilmente podía sentir su latido acelerado. Yulia me chupó el labio inferior lentamente, bordeando la línea de mi boca con la punta de la lengua.

— Te amo demasiado, Elena — Susurró entre mis labios.

Cerré mis manos alrededor de su pelo para tirar de su cara contra la mía para saciar el deseo desesperado de sus labios contra mi boca. Besar a Yulia era como perderse en un mar de sensaciones placenteras, como viajar en una hipnosis sin fin, su lengua se movía en una sincronización perfecta con la mía, como si nuestras bocas tuvieran un ajuste único y perfecto. Sentí sus manos apretándome contra su cuerpo, en un intento abrumador para hacernos una sola, cuando faltaba el aire, aflojó lentamente sus brazos, haciendo que nuestros cuerpos se despegaran muy despacio.

— Podría pasar el resto de mi vida besándote — Susurró contra mi boca, en medio de una amplia sonrisa.

— ¿Sólo besándome? — Pregunté con malicia.

Dejé escapar una risa suave y me separé de ella, en dirección a la cubierta superior del yate de Yulia quien sacudió la cabeza con una sonrisa traviesa en los labios, mientras agarraba la botella de champán y otro vaso que fueron colocados en el panel de control, me senté en el sofá de cuero blanco, dejando que mi cuerpo se relajara.

Después de la boda, Yulia pensó que era mejor para nosotras viajar el día siguiente, ya que nos agotamos con todos los preparativos del día anterior y no me negué, por supuesto. Temprano por la mañana, Yuri nos dejó en la base donde el avión estaba esperando por nosotras, para viajar a la isla privada de los Volkov.

Ahora estábamos en el gran yate de Yulia de camino a la isla que no estaba tan lejos.

— Literalmente no sólo besarte — Oí su susurro en mi oído.

Se sentó a mi lado, poniendo la botella y los vasos en la mesa frente a nosotras, apoyó su cuerpo parcialmente sobre el mío y distribuyó besos en mi cuello, mientras sus manos acariciaban mi muslo desnudo.

— ¿No? — Pregunté mirándola.

Me moví rápidamente, haciendo que la mujer se sentara bien en el sofá, para posicionarme en su regazo, con una pierna a cada lado de sus muslos, Yulia rápidamente puso sus manos en mi cintura, tirando de mi cuerpo más cerca.

— ¿Qué otra cosa entonces? — Le pregunté, manteniendo la columna vertebral en posición vertical.

Yulia bajó sus manos a mi trasero, en donde apretó con fuerza, haciéndome jadear.

— ¿No tienes idea? — Su tono de voz ronca me causó cosas que ella ni siquiera sabía, o más bien, que conocía y le gustaba.

Cerré los ojos, arqueando la espalda mientras sus labios se deslizaban en mi cuello mientras sus manos apretaban mis muslos.

— No... — Susurré — Dime.

Me quedé con los ojos cerrados mientras su boca chupaba y mordía la piel de mi cuello, mis manos se deslizaron sobre su espalda, arañando de arriba hacia abajo, haciéndola apretarme más, me aparté un poco de sus brazos, empujándola hacia atrás haciendo que la mujer se recargara totalmente hacia atrás en el sofá.

— Dime, Volkova — Dije lamiendo la punta de sus labios, pasando por la línea de su mandíbula hasta llegar a su oído, en el que susurré — Dime lo que quieres hacerme.

Yulia estaba con los ojos cerrados sólo sintiendo mis caricias, pero los abrió rápidamente y me mostró la forma intensa y oscura en la que estaban sus ojos, era imposible no notar la excitación y el deseo que la mujer sentía en ese instante y con una sonrisa diabólica, subió una de sus manos en mi pelo para tomarlo y tirar de el con fuerza suficiente para casi hacerme gemir.

— Oh Ginger Apple... — Comenzó a pasar por las marcas que su boca había hecho en mi cuello, bajando entre el valle de mis pechos, todavía con mi pelo en la otra mano — Mi deseo es follarte hasta que no puedas más.

— ¿Y qué más? — Pregunté — ¿Cómo vas a follarme?

Cerré los ojos y me mordí el labio tan pronto como sentí su mano cerca de mi pecho izquierdo, el que apretó de una manera agradable que podía sentir el calor que inundaba mi cuerpo de una manera inexplicable.

— Voy a follarte en su totalidad — Dijo lamiendo mi piel sin vergüenza — Voy a chuparte de una manera tan deliciosa que te correrás fácilmente.

Sentí mi centro palpitar en cuanto esas palabras fueron pronunciadas por Yulia con un tono de voz muy ronca.

— Me encanta cuando hablas así — Susurré.

— Te encante ¿eh? ¿No te gusta mejor cuando lo hago?

Descendió una de sus manos, metiéndola debajo de mi vestido holgado que llevaba aquella tarde, serpenteando de una manera diabólica a la zona que más deseaba.

Ya que entre Yulia y yo las cosas siempre habían sido demasiado peligrosas, decidí bromear.

— Claro, pero todavía no es el tiempo — Dije de una manera imponente.

— ¿Qué quieres decir?

— Va con mucho deseo, Volkova, es que después de todo este tiempo ¿todavía no has aprendido? — Me levanté de su regazo con una sonrisa traviesa.

— Tienes que estar bromeando.

Me encantó el tono de su voz que uso cuando la excitación se hizo presente, se levantó y se dirigió hacia mí con una mirada tan penetrante que podía sentirme débil, su cuerpo se unió al mío lentamente, dejándome totalmente atrapada.

— Esto es enserio, espera a que lleguemos — Susurré.

— ¿Por qué? Si podemos hacerlo ahora — Sus manos acariciaban mis muslos, subiendo a mi trasero.

Los besos de Yulia siempre me dejan fuera de órbita, el mero hecho de sus labios deslizándose sobre mi piel durante mucho tiempo me dejaba totalmente caliente.

— Ya estamos llegando a la isla y tienes que estar allí para hacer que el yate pare.

Yulia dejó de mala gana sus besos, su idea era dejar el yate parado en el medio del mar para nosotros tener un poco de diversión, pero el hecho de que el sol ya se estaba ocultando me dio ganas de llegar lo más rápido posible a su isla privada para disfrutar de nuestra luna de miel sin ninguna interferencia.

Me senté en la cubierta, mirando a mi mujer que estaba en la parte superior controlando la dirección de la embarcación que ya estaba parando cerca del muelle, la brisa marina hizo que los vellos de mi cuerpo se erizaran, eché la cabeza hacia atrás dejando que el viento desordenara mi pelo ligeramente. Yulia parecía centrada en el panel de control con muchos botones frente a ella, se veía hermosa así, concentrada, esta noche les ordenó a todos los empleados que se fueran y volvieran hasta la mañana siguiente y sabía bien el porqué de todo eso y no podía estar más de acuerdo. Cuando el yate quedó bien alineado en el muelle, pude ver en la parte central de la isla la enorme casa, digno de la familia Volkov por supuesto.

Me levanté y me quedé mirando a mi esposa que iba a venir abajo desde la parte superior de la escalera, se veía hermosa, con un outfit totalmente casual y su pelo suelto que voló por un momento, a medida que se acercaba, di unos pasos hacia atrás.

Yulia frunció el ceño con una expresión confusa y con un toque de malicia.

— Estaba pensando en lo bueno que sería nadar un poco — Yulia sonrió, sacudiendo la cabeza.

— ¿Ahora?

Asentí con la cabeza mientras me quitaba la blusa blanca, dejando la parte superior de mi bikini rosa.

— Lena, está oscureciendo — Susurró, devorando mis pechos con sus ojos.

— ¿Tienes miedo de entrar al mar ahora, Volkova? Estamos cerca de la playa, ni siquiera estamos en una zona profunda — Continué, desabrochándome el short, dejando que se deslizara hasta el suelo.

Hacía un poco frío, pero en ese momento todo valía la pena para disfrutar al máximo este lugar.

— ¿Realmente vas a hacer eso? Hay un maravilloso jacuzzi con agua caliente y todo lo que desees, incluida yo.

Solté una risa sarcástica y se acercó a la escalera, el mar estaba en calma en ese momento, las olas rompían suavemente cerca de la arena y el agua cristalina me dio la vista de la parte inferior clara.

— ¿No vienes? — La miré por encima de mi hombro izquierdo.

— ¡Estás loca! No voy a entrar al mar con este frío — Murmuró.

— Pues lo estoy y entraré ahora.

— ¡Lena!

[Yulia]

Ni siquiera hubo tiempo suficiente para detenerla, cuando la vi desaparecer en el agua.

¡Esta mujer estaba loca!

Me acerqué a la orilla del barco, mirando a donde había saltado hasta que vi a mi esposa flotando en la superficie del agua con una sonrisa en los labios.

— ¿Segura de que no quieres unirte a mí?

Me quedé durante unos segundos mirándola y realmente parecía agradable para estar allí, por no hablar de que mis pensamientos iban mucho más allá de un simple baño en el mar. Ella me miró de una manera intensa, tratando de hipnotizarme y en ese instante me hizo recordar el momento en que tuvimos sexo en la piscina de la casa de mis padres y automáticamente cambié mi forma de pensar.

Lena dejó escapar una risa malvada, tan pronto como me vio desabrochar mis pantalones.

¡Maldita!

Negué con la cabeza, maldiciendo por hacerme entrar en el mar en ese instante, sentí que sus ojos me desnudan con tanto deseo y sería prácticamente imposible ir en contra de sus deseos.

— Vamos, Yul.

— Me las pagarás por esto — Me quejé al caminar hacia la escalera.

Ella dejó escapar una risa mientras pasaba la mano por su pelo mojado, me acerqué a la escalera del yate que me dio acceso a la superficie del agua, bajando muy despacio, al instante Lena arrojó agua sobre mí, haciéndome casi gritar.

— ¡Maldición, Lena! — Exclamé por el frío.

Sólo podía oír el eco de su risa en mis oídos, puse la punta de mis pies en el agua, sintiendo todo mi cuerpo reaccionando a lo que estaba por venir.

— ¡Deja de ser una nena! — Continuó tirándome agua y me sumergí de una vez por todas.

Nadé hacia mi mujer, tirando de ella con fuerza.

— ¡Te odio! — Me quejé por el frío.

— ¿Demasiado fría para ti? — Preguntó envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.

— Un poco, pero me puedes calentar — Dije poniendo mis manos en su cintura para tirar de su cuerpo más cerca.

Lena sonrió e inclinó su cabeza hacia mí, tomando mis labios en un beso lento, sentí su lengua acariciar la mía con cuidado, dejé que mis ojos se cerraran, dando sólo la oportunidad de sentir las caricias que su lengua hizo en mi propia lengua.

El agua estaba en una buena temperatura, pero el viento frío me causó la piel de gallina.

— Yul... — Susurró tan pronto como empecé a tocar su espalda — No empieces...

— ¿No quieres? — Susurré mientras descendía con los besos en su cuello, lamiendo muy despacio.

— No te apresures — Pidió con un hilo de voz.

— Tú quieres — Susurré.

— ¡Te invite solamente a nadar! — Se retiró dejando escapar una risa.

— Como si no te conociera, Lena.

Nadé para acercarme a ella, pero trató de nadar para huir, intento fallido debería decir, porque uní mi cuerpo al de ella por detrás, sintiendo el calor de su piel contra la mía.

— No huyas de mí, me hiciste venir al agua, ahora haz que valga la pena, Ginger Apple.

Levantó una de sus manos y la apoyó en mi pelo mojado, dejando que sus dedos se enredan en mi cabello, dejé escapar una profunda bocanada de aire tan pronto como tiró con fuerza, obligándome a distribuir besos por todo el cuello y mis hombros, mis manos se deslizaron sobre su abdomen de arriba y abajo en una suave caricia hasta que una de ellas se detuvo en su pecho, en el que apreté muy bien.

— Nunca pensé en follarte en el mar, parece una gran idea — Dije.

— Eres una pequeña perra que se la pasa tentándome — Replicó con los ojos cerrados.

No pude evitar la sonrisa diabólica que salió de mis labios, Lena estaba con los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia un lado, dejando a merced de su cuello, donde chupé y mordí.

— Estoy pagando con la misma moneda ¿realmente pensaste que podrías llegar lejos?

Apreté su pecho, ahora dentro de la tela húmeda del bikini, se mordió el labio para contener el suave gemido que insistía en salir, con dos de mis dedos apreté su pezón, que era fácil debido al frío de la noche y la excitación evidente mientras que mi otra mano bajó, deteniéndose sobre su sexo.

— Usted no tiene ese derecho — Exclamó entre suspiros.

Empujé el bikini a un lado, tocando en donde más ansiaba e incluso con el agua que nos rodea todavía podía sentir su calor.

— Tengo todos los derechos sobre ti ¿o has olvidado que eres mi esposa, que eres la señora Volkova Katina? — Terminé la frase presionando mis dedos con más fuerza entre los resbaladizos pliegues de su sexo.

— ¡Hija de perra! — Maldijo un poco perdida.

La ligera ondulación del agua hizo que mi cuerpo se mueva con el de ella, ya estaba oscureciendo, debido a que el sol se ponía en el fondo, fue un poco tentador tener a Lena en esas condiciones tan naturales, el instinto de querer hacer de esa mujer mi perdición del placer siempre estaba presente.

— No maldigas de esa manera que sólo aumenta mi deseo — Susurré todavía con las manos sobre su cuerpo.

— ¿Deseo de qué? Eh? Dime.

¡Oh Dios! Esa voz astuta y rasposa de la cual estaba sintiendo placer me volvió completamente loca, haciendo que aumentara el movimiento de mis dedos en el centro de Lena, haciendo pequeños movimientos circulares en su clítoris, ella apretó sus piernas, en el fallido intento de controlar la sensación, pero tenía la boca entreabierta, dejando que una respiración agitada inundara mis oídos.

— Deseo follarte, hasta que ya no puedas aguantar más.

— Joder, Yulia — Gimió — Sigue...

— ¿Estás disfrutando de tener mis dedos así en ti? ¿Te gusta que te den placer, Lena? — Mordisqueé su oreja y ella puso una de sus manos sobre la mía que descansaba sobre su pecho, para que apretara más.

— Me gusta, me gusta mucho — Se mordió el labio otra vez.

— ¿Los quieres dentro de ti?

— Sí, maldición, los quiero.

Aumenté los movimientos de mis dedos, pero no quería que se corriera sólo con eso.

— Vamos, te quiero dentro de mí, Yulia — Se liberó de los brazos, sosteniendo la escalera para subir al yate.

En el mismo instante sostuve su cuerpo, evitando que subiera, se giró hacia mí con una sonrisa traviesa en los labios, y se me quedó mirando.

— ¿Qué estás haciendo? — Preguntó la mujer sentándose en uno de los escalones.

— Quiero follarte aquí — Hablé antes de atrapar su cuerpo contra la escalera de la embarcación.

Ella estaba ligeramente en lo alto debido a estar sentada en una de las escaleras, pero nada me impedía ponerme entre sus piernas.

— ¡Estás loca! ¿Aquí? — Susurró perdida, cuando mis labios comenzaron a deslizarse sobre la parte superior de sus pechos.

Mis manos estaban sedientas, así que las deslicé sobre sus muslos, clavé mis uñas en su piel suave, haciendo que su cuerpo se presionara más contra el mío, mientras que mi lengua se deslizó sobre su clavícula.

— ¡Sí! Quiero follarte aquí, quiero hacer que te corras y eso será sólo lo primero de la noche.

— ¡Oh dios! — Gimió involuntariamente.

Su cuerpo estaba pegado a la escalera, incluso con las olas no dejé que mi cuerpo se despegara del de ella, con ambas manos tiré hacia abajo el tejido del bikini que cubría los pechos de mi mujer, lo que los dejó totalmente expuestos, yo nunca me cansaría de decir lo mucho que los amaba.

— Estás tan buena — Gruñí mientras le hacía un masaje un poco fuerte en sus pechos.

Abrió la boca un par de veces y la cerraba para tratar de controlar sus gemidos ¿Tienen alguna idea de lo que se siente ver las expresiones de placer de Lena? Era completamente excitante y exasperante, hizo cosas en mí que ni siquiera podía imaginar.

La apreté más fuerte, atrapando sus pezones entre mis dedos, estaban tan duros debido al frío que mi único deseo era chuparlos y eso fue exactamente lo que hice.

— Me vas a volver loca, Yulia — Dijo entre dientes — ¡Oh! — Ella gimió tan pronto como sintió mis labios calientes sobre su pezón derecho.

Deslicé mi lengua alrededor de la areola rosada de manera frenética, mientras que una de mis manos descendía lentamente a su centro, entrando adentro de su bikini, Ginger Apple tenía los gemidos más bellos de este planeta, eran tan dulces y mañosos, que me causaban tantas sensaciones.

— ¡Oh joder!

Exclamó en cuanto sintió mis dedos en su interior, ella estaba tan caliente y húmeda, la sensación de mis dedos dentro de ella fue simplemente indescriptible.

— ¿Te gusta así? ¿Te gusta que te folle así? — Provoqué, susurrándole al oído.

Lena sólo gemía y esos gemidos se perdieron en una pesada respiración, movió sus caderas contra mis dedos provocando que entraran más profundo, ni el hecho de estar en el agua de mar fue suficiente para enfriar el momento, estaba caliente, sedienta y ella completamente loca por venirse.

— Oh sí… Más rápido...

Nuestros cuerpos se chocaban por la fuerza de los movimientos, causando ondulaciones en el agua que nos rodea, el sonido del agua, nuestros gemidos y nuestras respiraciones descompasadas sólo influyeron más a toda esa tensión, me moví rápidamente, sintiendo el caliente centro de mi esposa contra mis dedos.

— Eres mi final, Lena, joder… te voy a follar como no tienes idea — Gruñí en medio de un gemido.

Mi cabeza descansaba sobre el hueco de su cuello, en ese momento mi lengua y mis dientes se hicieron cargo de esa área, Lena tenía su cabeza hacia atrás, apoyándola sobre uno de los escalones del yate, mantuvo los ojos cerrados y su boca entreabierta de donde escapaban gemidos tan deliciosos, el movimiento que ella hacía en busca de más placer me estaba volviendo loca, sus caderas se movían hacia adelante y hacia atrás con cierta velocidad.

— Oh, así... Joder, Yul...

Ella gimiendo mi nombre era una de las cosas más alucinantes, podía venirme sin siquiera haber sido
tocada, sólo con el hecho de que Lena estaba completamente perdida de placer por mí era suficiente.

— Me voy a venir, sigue… ¡Carajo, continua!

Ella no me estaba pidiendo más, me estaba ordenando que continuara y joder, lo haría, lo haría porque quería tener el placer de verla perderse en un orgasmo.

— Córrete, córrete para mí — Le dije en medio de una pesada respiración.

En medio de tantos movimientos, comencé a sentir mis dedos muy dentro de ella, los gemidos se convirtieron en más fuertes y constantes, estaba viniéndose tan deliciosamente para mí que no me pude contener.

— ¡Oh mi dios! — Exclamó fuertemente.

Podía ver las venas de su cuello marcándose y lo roja de su piel, no pude parar con las penetradas hasta sentir su cuerpo ablandarse lentamente junto con el mío. Una vez que nos controlamos, me sonrió, inclinó su cabeza hacia mí mirándome fijamente, apoyé nuestros cuerpos en la escalera y saqué mis dedos.

— Tú quieres acabar conmigo — Dijo deslizando su lengua sobre sus labios.

— Quiero y esto fue sólo el comienzo de nuestra noche, cariño.

[…]

[Lena]

Y realmente lo fue, mi luna de miel junto a Yulia no podía haber sido mejor, la isla privada era el mejor lugar que podría haber elegido, estábamos lejos de todo y de todos, obviamente hubo sólo unos pocos empleados que se hicieron cargo de todo el lío que hicimos alrededor de la casa.

— ¡Este lugar es maravilloso! — Hablé suspirando profundamente.

Yulia sonrió mientras colocaba su taza de café sobre la mesa, estábamos en la terraza de la casa frente al mar, desayunando después de una noche muy ocupada.

— Me gusta, pero siempre quise venir aquí con una buena compañía.

— ¿Yo soy buena compañía? — Le pregunté sonriendo.

— Obviamente lo eres, mi amor, siempre podemos venir aquí cuando tengamos tiempo, a Mich le va a encantar este lugar.

— Si lo hará, si le digo que sólo tendrá el trabajo de divertirse aquí, no querrá nada más.

— Vamos a traerla pronto, no entiendo la razón por la que no quiso venir con nosotras.

— Tu padre dijo que la llevaría a pescar y que pasarían el fin de semana en la casa de campo con Ginger.
Yulia dejó escapar una risa.

— Mi padre ama a tu hermana, Elena.

— Lo sé, estoy muy contenta con eso ¿Debo decirte que ya está pensando en futuros nietos? Lo escuché comentarlo el día de la boda — Hablé algo tensa.

Yulia ensanchó sus ojos y dejó escapar una risa.

— Él hablo de eso durante todo el proceso de nuestra boda, Lena, incluso ya estaba pensando a donde se llevaría a nuestro hijo.

Sonreí y me levanté de la silla para caminar hacia Yulia y sentarme en su regazo, con sus brazos envueltos alrededor de mi cintura.

— ¿Te gusta la idea? — Pregunté temerosa, mirando sus ojos que brillaban con la luz del sol.

Sonrió y besó mis labios lentamente.

— Yo amo la idea, realmente quiero tener hijos contigo, amor.

— ¡Los tendremos! ¿Quieres una niña o un niño? — Le pregunté mientras acariciaba su pelo.

Se quedó unos segundos mirándome.

— Creo que quiero a una niña.

— Yo también quiero una niñita, bien parecida a ti, quiero que tenga tus ojos y tu sonrisa — Hablé haciéndola sonreír.

— Es algo injusto que no pueda tener nuestros rasgos — Se quejó.

— Sí, también lo creo, pero tendrá un poco de nuestra personalidad en ella.

— Totalmente, sabes, me sigo preguntando cómo lograste todo esto.

— ¿Qué cosa? — Pregunté con una sonrisa.

— Todo esto, yo nunca quise casarme antes y mucho menos hablar de formar una familia.

— Al igual que tu sacaste lo mejor de mí, yo saqué lo mejor de ti, amor y gracias que saqué uno de tus mejores lados, estoy feliz de poder decir que soy una de las personas que te está llegando a conocer completamente.

— Me conoces y más cada día y por eso te amo tanto — Susurró haciendo calentar mi corazón.

— También te amo, mi amor — Dije de la manera más sincera.

Yulia fue mi refugio y con ella sería feliz, incluso con todas las dificultades, la muerte de mi madre, la desaparición eterna de Sergey y la decepción con Mila, no me permití caer, no con Yulia quien sostenía mi mano, ella era la mejor parte de toda mi vida.

[…]

Dos meses después…

A través de la ventana del helicóptero pude ver el movimiento fuerte ahí abajo, el frenético flujo de personas y coches en un tráfico caótico y estresante que era evidente en las mañanas de Moscú, después de una semana de descanso en París, regresé a mis tareas habituales. Confieso que ya extrañaba el clima frío y encantador que tenía Europa en esta época del año, pero no todo es un lecho de rosas ¿no? Tenía una gran empresa que atender y literalmente no era tarea fácil, los proyectos de Industrias Volkov fueron cada vez más grandes debido a la asociación con la Industrias MD, con eso ahora éramos la red inmobiliaria más grande del continente y seguiría creciendo.

Agarré mi celular, recibiendo todas las notificaciones de mi nueva secretaria con todos mis compromisos para el día, dejé escapar un suspiro cansado a la vista de una agenda tan cargada, todo lo que necesitaba era estar con mi esposa y la pequeña Mich.

— Señora Volkova mantenga los cinturones de seguridad abrochados, comenzaremos el proceso de aterrizaje y muy buenos días — Escuché al piloto informando a través de los altavoces que el helicóptero poseía en la cabina donde estaba.

Revisé si todo iba bien con el cinturón de seguridad y sólo esperaba que el helicóptero aterrizara en la azotea de Industrias Volkov, tan pronto como aterrizó, pude ver algunos empleados acercándose a ayudarme, uno de los guardias de seguridad abrió la puerta y me ayudo a bajar.

— Buenos días, señora Volkova.

— Buenos días, Viktor — Respondí formalmente.

El hombre extendió su mano gentilmente para bajar, el viento era fuerte y había desarreglado mi pelo un poco, caminé hacia el elevador central, me quité mis gafas y entré presionando el piso de mi oficina, me volví hacia la pared donde había un espejo y acomodé algunos mechones que estaban fuera de lugar hasta que se abrió la puerta. En el momento exacto en que puse mis pies fuera del elevador, todos tomaron el cuidado de acomodarse en sus respectivas áreas ¿todas las mañanas tenía que ser así? Mantuve mi pose seria, algunas personas mirándome por el rabillo del ojo analizándome con una mirada de admiración o de ira, lo que particularmente ya incluso no me molestaba, todo era una cuestión de costumbre.

— Buenos días, señora Volkova — Oksana se acercó con la tablet en la mano, deslizando de arriba hacia bajo todo tipo de compromisos que podría tener mientras que apresuraba sus pasos para acompañarme a mi oficina.

— Buenos días.

— Su agenda está muy cargada el día de hoy — Informó tranquilamente.

— Vi tu correo, estoy cansada sólo de pensarlo — Me queje sirviéndome un café.

Inhalé el humo que salió de la taza con el líquido oscuro y lo traje hasta mis labios para saborearlo, necesitaba café para mantenerme fuerte esta mañana, ayer por la noche había estado más ocupada que de costumbre con mi esposa, dejé escapar una sonrisa solo de recordar todo lo que hicimos la noche anterior.

— ¿Me está escuchando? — Oksana preguntó confundida.

Me despertó de mis ensoñaciones y miré fijamente a la mujer que me estaba mirando con una expresión sospechosa, caminé hacia la pared de vidrio de mi oficina, mirando el movimiento exterior, era una mañana hermosa y el día estaba soleado.

— Sí, solo que me distraje un poco ¿Puedes regresar en un rato?

Oksana abrió una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza, para luego salir de mi oficina.

Tan pronto como cerró la puerta volví a mi escritorio y me senté en la silla presidencial de Industrias Volkov, coloqué mi taza de café sobre la mesa y vi unos documentos que debía analizar a fondo, cuando escuché unos golpes en mi puerta y luego se abrió, dando lugar a la persona que más quería ver esa mañana.

— Buenos días, señora Volkova Katina — Yulia dijo con una sonrisa cuando entró a mi oficina.

Abrí una amplia sonrisa en lo que se acercaba, Yulia estaba divina esa mañana, como siempre por supuesto, llevaba un vestido azul marino con un abrigo azul claro, su cabello estaba suelto con ondulaciones ligeras y en sus pies, tacones azul claro.

— Buenos días, señora Volkova — Dije jugando con ella — ¿Necesita algo?

Yulia venía con una sonrisa cínica en sus labios, ya sabía cuál era su visita a mi oficina tan temprano, se acercó y se sentó frente a mí, en uno de los sillones.

— Tengo un asunto importante que tratar contigo.

Tenía una expresión divertida en su rostro y yo también, yo descansaba mis codos en el escritorio, con las manos entrelazadas para apoyar mi barbilla.

— ¿Puedo saber de qué se trata?

— Por supuesto, acabo de llegar aquí con Katya, cuando una mujer de cierta edad se me acerco entrando en mi despacho, alegando que es mi nueva secretaria ¿Sabes algo respecto a eso?

Dejé salir una sonrisa de mis labios, atrayendo una de ella como resultado.

— Sí, la contrate ayer, su nombre es Viktoria Grashnova — Dije tranquilamente.

Dejó escapar una risa suave y sacudió la cabeza.

— ¿Qué pasó con la chica de la semana pasada? ¡¿Alina?!

Me levanté lentamente de mi silla, caminando hacia el estante donde estaban los tragos, me serví un vaso de whisky con unos cubitos de hielo, Yulia tenía toda la razón cuando dijo que calmaba los nervios.

— La despedí — Me limité a decir.

— Ella ni siquiera duró un día ¿cómo podrías encontrar un motivo para despedirla?

Respiré profundo y traje el vaso hasta mis labios tomando un sorbo de alcohol que calentó todo mi interior, giré mi cuerpo y caminé hasta mi escritorio, ahora al frente, muy cerca de Yulia quien mantuvo sus ojos en mi cuerpo en todo momento.

— Mira, Volkova... — Comencé a hablar, apoyándome en mi escritorio, para entonces cruzar parcialmente una pierna sobre la otra — Tengo que decirte que no necesito razones para despedir a alguien de aquí, como tu esposa y presidenta de la sede tengo poder total y completo para hacerlo, por las razones y voluntades que me parezcan suficientes.

Yulia posó sus ojos deambulando desde mis pies cubiertos por tacón alto negro con detalles rojos, subiendo por mis piernas a mi muslo ligeramente desnudo debido a la hendidura que se encontraba en la esquina izquierda de mi falda de tubo color negro.

— Podrías haber pedido mi opinión, después de todo sigo siendo tu jefa, incluso si no tengo poderes plenos en esta sede, yo los tengo sobre todas las sucursales ahora — Dijo lanzando una sonrisa victoriosa y traviesa, presumiendo el poder que tenía ahora.

Hace ya dos meses Yulia me había hecho la nueva presidenta de Industrias Volkov en Moscú, según ella, era la persona más adecuada para sentarse en esa silla y controlar todo, con el crecimiento de la red en todo el mundo, Yulia ahora tenía poder total sobre todas las sucursales, obviamente en cada uno había un presidente, pero nadie allí era tan poderoso como ella, todo tenía que pasar por sus manos, todo tenía que pasar por la sede central, éramos como el centro del poder.

— No necesitaba de tu opinión para esto, cuando se trata de un interés que implica mi trabajo y mi matrimonio, yo tomo las decisiones aquí, Volkova.

— ¿Estás celosa de Alina, Señora Volkova? — Preguntó llevando sus manos a mis tobillos, donde comenzó una ligera caricia.

Alina había sido la tercera secretaria de Yulia poco después de mi ascensión a la presidencia, debo decir que las otras eran totalmente incompetentes y muy cachondas para mi gusto, después del tercer intento me había advertido que iba a ser la que haría una selección perfecta para elegir la que tomaría mi lugar como secretaria de mi esposa.

— ¿Celosa? — Se me escapó una risa sarcástica — Mírame, Yulia.

Conectó sus ojos a los míos, de una manera intensa y burlista, mientras sus manos acariciaban mis piernas, subiendo desde los tobillos a las pantorrillas.

— ¿Crees que debería estar celosa de cualquier mujer? Soy mucho mejor que cualquiera de estas mujeres y de eso estoy absolutamente segura.

La mujer apretó las manos alrededor de mis pantorrillas, pero me mantuve firme con un aire de superioridad.

— Entonces ¿Por qué despedirla? — Bromeó.

— Porque veo a la distancia que es incompetente, sé que necesitas algo mejor aquí y si necesitas de una secretaria caliente, simplemente entra en esta oficina y tómame a mí, puede que sea presidenta ahora, pero siempre voy a ser la señorita Katina.

Sus manos estaban en la parte trasera de mis rodillas, entrando debajo de mi falda con cierta picardía.

— Realmente extraño a la señorita Katina, era la mejor secretaria que podía tener — Su tono de voz era suave y ronco.

— ¿Lo era? ¿Qué más extrañas?

Sonrió maliciosamente.

— No se da una idea, señora Volkova Katina? — Preguntó levantándose del sillón para estar más cerca de mí.

Metió sus manos en mi falda, levantándola un poco, dándome la oportunidad de abrir más mis piernas para que ella encajara entre ellas.

— No, dígame, Señora Volkova — Susurré en su oído.

Sus manos se deslizaron más profundamente en mi falda, hasta el punto de tener la libertad de apretar mi trasero con fuerza.

— Extraño tenerla desnuda en mi escritorio — Susurró, para después tomar mis labios en un beso intenso — Hecho de menos poseer su cuerpo en esta oficina.

Crucé las piernas alrededor de su cintura, atrapando su cuerpo caliente con el mío, mientras que su lengua se encargó de chupar la mía con devoción, nos besamos con tanta intensidad como si nos hubiéramos separado por meses y no un par de horas.

— Puede conseguir eso cuando usted desee, simplemente camine hacia esta oficina y hágame suya — Susurré con la espalda arqueada, recibiendo los labios de mi esposa en la suave piel de mi cuello.

— ¿Puedo? ¿Lo puedo hacer como antes?

Llevé una de mis manos a la pequeña pinza en mi pelo, quitándola, dejando que mis cabellos cayeran sobre mi espalda, Yulia en el mismo instante subió una de sus manos enredándola entre ellos y tirándolos con fuerza.

— Usted puede hacer lo que quiera conmigo, Señora Volkova — Dije soltando un fuerte soplo de aire.

Apretó más su agarre y tiró de mi cara para tomar mis labios en un beso feroz, su lengua exploró cada rincón de mi boca con tal malicia que podía excitarme con un simple beso, su otra mano me apretó el muslo con extrema necesidad, de un momento a otro clavando las uñas en la piel de mi pierna.

— Usted es mi ruina, señorita Katina — Susurró entre mis labios.

— Y su placer, también señora Volkova — Dije desconectando mis labios de los de ella, mirando fijamente a sus ojos que desbordaban deseo.

Cuando Yulia inclinó la cabeza para besarme de nuevo, sentimos la puerta ser abierta con una rapidez poco común, lo que nos hizo alejarnos bruscamente.

— Oh dios mío, no pierden ese hábito nunca — Exclamó Katya en el marco de la puerta, con Oksana detrás de ella con una expresión un tanto asustada.

Yulia suspiró y sonrió y yo rápidamente arreglé mi ropa, me bajé del escritorio, poniendo ambas manos en mi falda negra para enderezarla en mi cuerpo.

— Y tú tampoco pierdes la costumbre de interrumpir ¿verdad, Zotova? — Yulia exclamó mientras se arreglaba el pelo.

— ¡Touché! Debería haberlo sabido cuando Oksana no quiso dejarme entrar.

— Lo siento, Elena, pero no pude detenerla — Oksana dijo con calma.

Le sonreí y me encogí de hombros.

— No te preocupes, Oksana, no pasa nada.

— Debo decir que una oficina es un lugar extremadamente excitante para coger.

— Dios mío — Escuché a Oksana susurrar.

Yulia negó con la cabeza mientras se bebía el whisky que había en mi vaso.

— Pero lo que quería decir es que tienen a toda la empresa y la prensa esperando abajo, mientras que ustedes dos están aquí, en medio de una cogida.

— No estábamos haciendo nada — Exclamé.

— Porque interrumpí ¿no? Yulia ya estaba con esas manos traviesas dentro de...

— Señorita Zotova, por favor — Exclamó Oksana.

— Lo siento, Oksana, pero tú también lo viste ¿no?

Oksana se encogió de hombros en acuerdo.

— ¡Oh dios mío! Mejor vamos abajo.

— Voy a decirle a Nastya que están en camino — Oksana se apresuró a salir de la oficina.

— ¿Cuándo vas a parar? — Yulia le susurró a su mejor amiga que dejó escapar una risa.

— Nunca, Yul, por cierto, vi a la nueva secretaria de Yulia, eres realmente buena en eso, Elena — Katya dijo riendo, mientras deslizaba el labial por mis labios.

— ¿Te gusta? Viktoria Grashnova tiene un curriculum perfecto, era la mejor de todas en mi selección.

— Se bien porque la escogiste, Ginger Apple — Yulia dijo con una sonrisa.

— Te dije que el matrimonio no era algo bueno Yul, ni siquiera me he casado con Katyuska y ella ya me esta dictado normas ¿puedes creerlo?

Yulia dejó escapar una risa mientras Katya nos contaba la forma en la que Katyuska puso orden en el bufete de abogados Zotova, las tres dejamos mi oficina rumbo hacia el auditorio de Industrias Volkov donde todos nos esperaban. Al llegar allí nos encontramos a casi todos los empleados de la sede central en el auditorio, en el escenario estaba Oleg Volkov junto a su esposa Larissa, que estaba al lado de Irina y Miroslava Dostoievski. Debo decir que incluso después de mi boda con Yulia ambas se reunían con cierta ¿frecuencia? He oído durante semanas a mi esposa quejándose sobre tal asunto que terminó simplemente en un contrato de colaboración entre las dos empresas y un futuro romance entre Irina y Miroslava.

— Todo está listo, Señora Volkova — Uno de los empleados se acercó a Yulia para informar.

Mi esposa que hace unos minutos estaba sonriendo, cambió su expresión a la de una mujer seria e imponente, si ella supiera lo mucho que amaba su pose arrogante, se quedaría así para siempre. Subimos al escenario recibiendo miradas curiosas y admiradas, la prensa estaba justo en la parte delantera del escenario con sus cámaras, el acuerdo entre las dos compañías se informará en ese instante y para el comercio mundial era algo de gran importancia.

Oleg ya había hecho su discurso ante los empleados, ya que además del gran contrato con Industrias MD, Industrias Volkov estaba completando 21 años de existencia, debido a eso se está celebrando el gran evento esta mañana. Yulia subió educadamente al escenario posicionándose frente a la multitud de personas con esa mirada penetrante y destructiva y aun siendo bañada por los destellos de las cámaras comenzó su discurso. No era ningún secreto lo mucho que ella afectaba a todas mis estructuras, en ese instante las primeras imágenes de Yulia me vinieron a la mente, el momento exacto en que la vi por primera vez dentro de esa compañía, siendo anunciada como la presidenta de Industrias Volkov, estaba segura de que los años podían pasar y ella nunca perdería ese aire tan fuerte y desafiante.

— Al lado de Industrias MD vamos a elevar el nivel de la actividad inmobiliaria como nunca se ha hecho antes, la asociación con Miroslava Dostoievski será de gran importancia para nuestro crecimiento global y no sólo con ella, sino con todos los que forman parte de las Industrias Volkov, desde la posición más alta a la más baja, continuaremos siguiendo nuestro plan de expansión y el equilibrio en el mercado nacional e internacional, todo eso bajo mi supervisión y por supuesto, bajo la supervisión de nuestra sede aquí en Moscú, que está siendo controlada por la nueva presidente, mi esposa Elena Katina.

Respiré profundo, sintiendo el aire que entraba en mis pulmones de una manera pesada.

"Confianza, Lena" — Las palabras de Yulia resonaban en mi cabeza.

Me acerqué a mi esposa, subiendo a su lado en el pulpito, por breves segundos la miré fijamente a los ojos que me transmitían confianza y felicidad, para entonces encarar a la multitud, siendo bañada por los flashes, era una nueva era, ahora era la presidente y también su esposa.

La sensación de poder era simplemente indescriptible, estar frente a todas esas personas como líder subía tu ego en una forma fuera de lo común, tuve a Yulia en todo momento a mi lado para darme apoyo hasta el final de mi discurso que fue amablemente aplaudido por todos los presentes. Después de todo, nos reunimos una cierta cantidad de personas en la sala de conferencias para brindar por los acontecimientos del día, estaba hablando animadamente con el Señor Volkov que estaba diciendo lo feliz y orgulloso que estaba de mi ascensión a la presidencia, cuando sentí que alguien toca mi hombro, al darme la vuelta me encontré con nada menos que con Aleksey.

— ¡Mucho tiempo sin verte! — Dijo mirándome — Hola, Señor Volkov.

— Hola — El hombre habló antes de irse.

Hace algún tiempo escuché que Yulia hizo todo lo posible para transferirlo a una sucursal en Europa, según ella no había ninguna razón para mantenerlo en la sede, recuerdo haber pensado que abusaba de su poder para deshacerse de cualquier piedra en su camino.

— Te ves increíble — Dijo mirándome de pies a cabeza.

— Gracias.

— Veo que has crecido mucho aquí dentro, creía haber visto todo, sin embargo, su esposa se aseguró de que me enviaran lejos de ti — Soltó con una sonrisa cínica — Siempre supe que Yulia estaba loca por ti, simplemente no me imaginaba que era mutuo.

— Siempre fue así, desde que puse mis ojos en ella.

— ¿De ahí su arrogancia en mi contra? Así que por eso me envió tan lejos de ti.

— Lo haría de nuevo si es necesario — Yulia dijo acercándose, tomando mi cintura con delicadeza, sin embargo, posesivamente.

Contuvo la cabeza en alto para mirar al hombre frente a mí con soberbia, manteniendo al mismo tiempo su posición junto a mí, que marcaba el territorio que sería suya para siempre.

— ¿Tienes algún problema con eso? — Preguntó.

Los celos y la posesión de Yulia me hicieron perder todos los sentidos, la forma en cómo se reflejaba un deseo colosal era muy clara entre nosotras. Aleksey apretó la mandíbula con irritación y lanzó su mirada a mí durante breves segundos y se volvió a mirarla.

— No, señora.

— Pues entonces eso quiere decir que hice lo correcto con transferiste lejos, no puedo mantener algo que no es útil para mí por aquí, es por eso que te envié a un lugar donde podías tener algún uso ¿Estás de acuerdo?
Yulia era una perra cuando quería.

— Por supuesto, señora Volkova.

Yulia sonrió cínicamente y me miró, dejándome ver la furia en sus ojos.

— Bueno, me voy, fue agradable verla, Señora Volkova Katina.

Le sonreí y él se alejó.

— Odio a ese tipo — Resopló.

Dejé escapar una risa suave y la miré.

— ¿Quién es la celosa ahora, señora Volkova?

Sacudió la cabeza, dándome una mirada furiosa.

— No lo estés, voy a ser buena contigo después, si permaneces calmada — Le guiñé un ojo y me fui caminando entre los accionistas, dejándola atrás.

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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/12/2020, 4:59 pm

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[Tasha]

— ¡Maldita! — Exclamé con furia, lanzando el pequeño vaso contra la televisión.

Estaba absolutamente por todas partes, en todos los periódicos, revistas, sitios de chismes, la noticia de que Lena Katina era la esposa de Yulia Volkova y la nueva presidente de Industrias Volkov en Moscú, nunca podría aceptar todo eso ¿cómo podría una mujer así llegar a ese nivel?

— Fuiste una idiota, Tasha — Grité.

Después de lo sucedido con Mila, la mujer no tenía otra opción, había sido trasladada a una prisión en Kazan y se quedaría un buen tiempo tras las rejas, en cuanto a mí, fui condenada por posesión ilegal del arma que Mila había usado para matar a la madre de Lena, tuve la opción de pagar una multa enorme al ser acusado principal, pero con la falta de recursos financieros que tengo, no tenía otra opción que pagar con servicios a la comunidad. Nunca me imaginé a mí misma en una situación tan deplorable, estaba viviendo en un pequeño apartamento, siempre en busca de cualquier trabajo, mientras esa maldita robaba el lugar que debería ser mío. La imagen de dos mujeres con un aire de superioridad apareció en la televisión, hablando de los futuros proyectos que Industrias Volkov tenía al lado de Dostoievski quien era otra parásito, que traicionó nuestra confianza para aliarse con esa maldita puta.

— Elegiste el camino equivocado, Yulia, ninguna otra se vería tan bien a tu lado como yo — Dije mientras recorría con la punta de mis dedos la imagen de Yulia estampada en la portada de una revista de empresarios importantes — Espero que ella te haga sufrir, perra arrogante.

Tiré la revista lejos y me levanté del sofá que estaba en la habitación, simplemente estaba agotada, el servicio a la comunidad en el hogar de ancianos me estaba volviendo completamente loca, sirviendo como una simple cocinera para aquellas personas era algo que nunca imaginé para mi vida.

¡Malditos ancianos!

[Yulia]

El agua relativamente fría cubrió buena parte de mi cuerpo, las sales de baño dejaron un agradable aroma junto con una gran cantidad de espuma que se encontraba en la bañera de hidromasaje, la luminosidad del entorno estaba en la intensidad adecuada, mientras que una música de fondo se reproducía a través de los altavoces distribuidos por todo el baño. Respiré profundo dejando que mi cuerpo se relajara en ese momento, habíamos tenido un día muy agotador con todos los compromisos de Industrias Volkov y ahora todo lo que necesitaba era relajarme. Alcé una pierna hacia arriba, viendo la espuma cubriendo buena parte de esta, para después meter la otra y apoyarme en el otro lado de la bañera de hidromasaje, tenía mi pelo recogido un poco mal hecho, todo estaba en absolutamente en calma que incluso podría imaginar que estaba fuera de órbita, hasta que sentí unos labios húmedos entrar en contacto con la piel de mi cuello.

— ¿Muy cansada? — La dulce voz de Lena inundó mi oído.

Abrí una sonrisa involuntaria, ella se acercó rápidamente y se sentó en el borde de la bañera de hidromasaje.

— Un poco, amor.

— ¿Quieres que cuide de ti?

Apoyé la cabeza hacia atrás, para mirar, finalmente, sus ojos verdigrises, ella tenía su cabello atado en una cola de caballo bien hecha, dejando su cara totalmente libre, me quedé unos segundos mirándola, para luego asentir.

— Si quiero, pero ¿dónde está Mich?

Lena se movió un poco y después colocó sus manos delicadas en mis hombros donde presionaba ligeramente, cerré los ojos cuando comenzó un delicioso masaje.

— La puse a dormir, terminamos su tarea y jugó un poco hasta que se durmió — Dijo con calma.

— ¿Entonces ahora te tengo toda para mí?

Conocía a Lena lo suficiente para saber que estaba sonriendo en este instante.

— Siempre me tienes toda para ti, Yul — Habló presionando sus dedos en el centro de mi nuca de arriba hacia bajo.

Mantuve los ojos cerrados para sólo sentir el buen trabajo que sus manos estaban haciendo en esa área, bajó las manos hasta los hombros donde apretó y luego bajó a mi pecho, al pasar por la parte superior de mis pechos totalmente desnudos, la sentí inclinarse hacia abajo y después sus labios se encontraron junto a mi oído.

— ¿Te gusta cuando te acaricio así?

— La mejor parte de mi día es cuando me acaricias así.

— Quiero cuidarte muy bien, al igual que tú cuidas de mí — Me susurró para después, depositar un beso húmedo en mi cuello y pasar sus labios en el lóbulo de mi oreja.

Las manos de Lena se posaron en mis pechos apretándolos con una deliciosa presión, mientras que su boca dejó escapar una bocanada de aire contra mi oído.

— Entra a la bañera conmigo.

— Creí que nunca lo pedirías.

Abrí los ojos y le sonreí.

Se puso de pie a mi lado y poco a poco se quitó la camisa y los pantalones cortos de mezclilla que llevaba, dejando su cuerpo cubierto por una ropa interior de color gris que combinaba perfectamente con su cuerpo, puso ambas manos sobre el broche de su sujetador quitándolo rápidamente, dejando al descubierto sus pechos. Poco después llevó sus manos a las bragas dejándolas caer al suelo, quedando completamente desnuda.

— Mucho mejor — Susurré al analizar cada detalle de su cuerpo.

Se mordió el labio y se liberó el pelo que le cayó como una cascada sobre los hombros, lentamente metió una de sus piernas dentro del agua y luego la otra, para luego caer lentamente encima de mí, respiré profundo, sintiendo el calor de su piel caliente entrar en contacto con mi cuerpo.

— Eres tan hermosa — Susurré mientras me quedé mirándola.

Tal vez los años pasarían y yo nunca me acostumbraría a la belleza de mi esposa ¿Se lo pueden imaginar? Tener a Lena en tu regazo, dentro de la bañera de hidromasaje completamente desnuda, con su cabello ondulado hacia un lado, mientras que aquellos calientes ojos verdes te miran.

— ¿Lo soy? — Su tono de voz salió arrastrado y provocador.

Dejó sus manos descansar sobre mis hombros, para luego inclinar su cabeza y lamer la piel de mi cuello sensualmente, rápidamente llevé mis manos a su cintura donde apreté, tirando de su cuerpo más cerca.

— Sí, eres jodidamente hermosa, Katina — Mantuvo su columna recta mientras su lengua exploraba con maestría la piel de mi cuello, mientras que una de sus manos que estaba descansando en mi hombro descendió suavemente hacia mi pecho el cual apretó otra vez, subió sus labios a mi oído y chupó el lóbulo de mi oreja, dejando que su aliento golpeara mi oreja.

— Me vuelves loca, Yulia.

Su tono de voz estaba cargado de excitación lo cual me hizo que me excitara más, fui hasta su espina dorsal con una de mis manos, hasta parar en las hebras de su cabello cerca de su nuca, donde apreté un poco duro, ella sonrió diabólicamente, deslizando su lengua sobre sus labios, mientras todavía la mantenía agarrada del cabello. Sentí mi cuerpo caliente, ardiendo en el deseo colosal por esa mujer, la jalé del cabello, haciendo chocar su boca con la mía, que en el mismo instante recibió la lengua hambrienta de mi mujer, nos besamos con deseo y hambre, apreté su cuerpo con el mío, sintiendo como su centro se frotaba en mi pierna. El agua que antes estaba fría, ahora estaba calentando mi cuerpo, pero no era nada de eso, era solo el efecto que podría tener Lena Katina, solté sus labios, mordiendo su labio inferior y soltándolo de poco a poco, mientras mis manos se encargaron de hacer fricción con mi cuerpo y el de ella.

— Mi dios, Lena...

Ella sabía exactamente lo que estaba causando, porque tomó el control al saber cómo mover sus caderas en busca de más. Frotó su sexo contra el mío con cierta dificultad y la falta de contacto me estaba volviendo loca, sus manos se dirigieron hacia mis pechos, apretando duro y atrapando mis pezones causándome más placer.

— Oh si, aprieta más.... — Gemí casi involuntariamente.

Volvió a mis labios y deslizó su lengua contra la mía, chupando con deseo, sentía mi centro palpitar ya que desencadenaba todos mis puntos más sensibles, clavé mis uñas en su cintura y su cabello. Lena de manera imprudente dejó mis labios y descendió hacia abajo pasando por mi cuello, hasta llegar hacia mi pecho, en donde paró, cerré mis ojos tan pronto como sentí su lengua sobre la aureola de mi pecho izquierdo, rodeó la zona con delicadeza y cerró sus labios alrededor de mi pezón, succionando con fuerza.

— ¡Mierda! — Gemí y la mano que estaba en su cintura, bajó hasta perderse en medio de sus muslos hasta encontrar su centro húmedo y caliente.

Mordió mi pezón en el instante exacto cuando apreté mis dedos en su clítoris en un delicioso masaje, podía oír el ruido que producía al chupar mi pezón y eso me hizo querer continuar.

— ¡Oh Yulia!

— ¡No pares! — Pedí

Arqueé mi espalda al oír su gemido mientras mis dedos la estimulaban, deslicé dos de mis dedos por sus resbaladizos pliegues hasta sumergirme en su núcleo caliente.

— ¡Mierda, Yulia! — Gimió sorprendida.

Soltó mis pechos, permaneciendo totalmente en vertical sobre mi regazo, su cabeza se arqueó hacia atrás y sus manos se agarraron en los bordes de la bañera de hidromasaje en la que se mantenía firmemente, podía ver las venas de su cuello marcarse, mostrando sus pechos totalmente frente a mí.

— ¿Te gusta? Dime, Lena... ¿Qué quieres? — Ordené metiendo mi dedo más profundo, ella gimió, haciendo una expresión de placer que me hizo perder mis sentidos.

— Oh dios, claro que me gusta, no me jodas y fóllame de una vez, Volkova.

Al escuchar esas palabras venir de esa mujer que se encontraba en frente de mí me hizo perder toda la razón y un instinto animal se hizo cargo de todas las células de mi cuerpo que explotó de excitación.

Mis dedos salían y entraban fuera de su centro con rapidez, la mujer gimió perdida en un placer alucinante, me incliné un poco hacia adelante para tomar uno de sus pechos entre mis labios, chupando con cierta dificultad debido a los movimientos que hacía.

— Eres tan deliciosa, Katina, tan caliente que nunca me canso de ti.

— ¡Perra! — Exclamó con la respiración jadeante — Mas rápido, fóllame más rápido, por dios...

El agua se iba derramando poco a poco fuera de la bañera mientras el cuerpo de mi mujer se movía con más fuerza contra mí, me estaba volviendo loca, se movía tan rápido que su cuerpo se frotaba sobre mi centro provocando una fricción jodidamente deliciosa, traté de abrirme un poco más para aumentar el contacto en mí, Lena puso sus dos manos en mis hombros y sacudió sus caderas, moviéndose sin cesar en contra de mis dedos, sentí su centro tragar mis dos dedos, que por puro instinto inserté otro, clavó sus uñas en mi piel, haciéndome gemir de dolor y placer.

— ¡Hija de puta!

— ¡Vamos! ¡Gime como una perra para mí, Katina!

Cerró sus ojos, abriendo y cerrando su boca para tratar de dejar salir los gemidos que eran la única manera de expresar lo que estaba sintiendo, sentí mis dedos ser apretados por el centro y ella solo se movía más rápido para lograr el placer que le estaba dando.

— ¡Oh! ¡Joder, me voy a correr, Yulia!

— ¡Vamos, córrete para mí al igual que yo me voy a correr para ti! — Gruñí.

No podía sostenerlo, todo ese sentimiento me consumía, sentí las vibraciones hacerse cargo de todas las células existentes en mí, mi cuerpo había perdido por completo el control, con convulsiones en un orgasmo devastador, me sentí temblar sin control, mientras que Lena explotó de placer en mi regazo, los gemidos y el placer eran las únicas cosas existentes, mi cuerpo se relajó poco a poco e incliné mi cabeza contra el borde de la bañera.

— Siempre supe que eres la mujer perfecta, Katina.

— ¿Siempre?

Le sonreí

— Siempre, mi amor, siempre.

Levantó su cabeza de mi hombro y me miró, para después, depositar un beso lento en mis labios.

[…]

— ¡Lena! — Mich gritó mientras soltaba una carcajada.

El perro que ahora tenía un tamaño más grande y corría en medio del césped del parque.

— Él va a coger la pelota del niño, Yulia — Lena habló con preocupación, haciéndome reír.

— Él no lo hará, amor, él va a coger la nuestra.

— Lenita nunca entenderá que Ginger es un perro muy inteligente — Mich dijo sentándose junto a nosotras.

— Un día ella entenderá, Mich, no te preocupes — Dije acariciando el cabello de la pequeña.

Lena rodó los ojos y sacudió la cabeza.

— ¿Cómo quieres que entienda que es un perro inteligente si dejó el departamento patas arriba?

¿Debería incluso decir lo loca que se puso Lena cuando Ginger hizo un desastre en nuestro departamento? La mujer estaba realmente enojada, quejándose el resto del día, según ella podríamos vivir en una casa donde el perro tenga su propio espacio y no esté vagando por todo el lugar.

— Eso va a terminar, Elena, vamos a comprar una casa para nosotras y ya no estaremos en el departamento.

— Me gusta el departamento, Yul — Mich dijo con tristeza.

— A mí también, pero aun así será nuestro, aunque vamos a elegir una casa muy bonita, con un gran jardín para que juegue Ginger.

— Me parece una idea maravillosa, de esa manera no va a seguir saltando en la cama cada mañana — Lena término de hablar cuando se me acercó, sentándose en medio de mis piernas, dejando que su espalda descansara contra mi pecho.

Le sonreí y besé sus labios rápidamente.

— ¿Podemos tener una piscina? — Pregunto Anya animada.

— ¡Por supuesto! La casa tendrá una piscina, un jardín y una habitación mucho más grande para ti.

— ¡Eso es genial! ¿Puedo llevar a mi amigo Mark a jugar?

— Puedes llevar a quien quieras, será tu casa también.

Ginger se acercó trayendo consigo la pequeña pelota azul en su boca.

Mich le ordenó que se quedara sentado y el obedeció, situado junto a nosotras con una respiración pesada debido a las carreras que dio en todo el parque, nos quedamos allí por un par de horas más simplemente disfrutando de la tarde libre que habíamos programado para pasar con Mich.

— ¿Puedo hacer una pregunta? — La chica rompió el silencio mientras caminábamos.

— Si puedes — Lena dijo con calma.

— ¿Ustedes van a tener bebes?

Lena y yo nos miramos la una a la otra durante unos segundos, hasta que Lena respondió.

— Sí, Yulia y yo queremos tener bebés en el futuro ¿por qué?

— Es solo que, bueno, somos una familia ¿verdad?— La pequeña preguntó mientras tenía cuidado de no ensuciarse con el helado que tenía en sus manos.

— Eso es correcto — Respondí.

— ¿Cuando tengan a su bebé, ustedes me dejarán a un lado?

— ¡Oh dios! Por supuesto que no, cariño — Lena se apartó de mí y se unió a su hermana.

— Nunca vamos a dejar de amarte y de darte nuestra atención ¿verdad, Yul?

Caminé al otro lado de Mich.

— ¡Exactamente! Nunca vamos a poner a alguien en tu lugar, solo tendremos que ampliar nuestra familia.

La chica parecía pensar en nuestras palabras mientras caminaba, tomé la mano de la niña, mientras que

Lena la tenía abrazada.

— Piensa en lo divertido que será tener a alguien para jugar contigo.

— ¡Tienes razón! ¿Voy a ser capaz de cuidar del bebé también? — Preguntó con entusiasmo.

— ¡Por supuesto! Pero aun tardara un tiempo en llegar — Lena habló con paciencia.

— ¿Lo hará? — Era mi turno de preguntar, Lena me miro y sonrió.

— Lo hará, vamos a esperar un poco más para expandir nuestra familia.

Caminamos a "The Coffee", Mich que antes parecía pensativa, pero ahora estaba muy entusiasmada con la idea de tener un sobrino, según ella los dos podrían jugar con Ginger en el jardín de nuestro nuevo hogar y la idea no era nada mala, ampliar nuestra familia era la mejor cosa que podría suceder.

— ¡La señorita Yulia! — Dominique exclamó tan pronto como entramos en la cafetería.

— ¡Dominique! ¡Mucho tiempo sin verte! — Dije abrazándolo.

— Creí que nunca más iba a venir por aquí — Dijo el hombre sonriendo — Hola Lena ¿Cómo estás?

— Hola, Dominique, estoy muy bien, pero extrañé su chocolate caliente — Mi mujer dijo sonriendo.

— Entonces vamos a prepararlo de inmediato, preparen los mejores chocolates calientes para estas tres hermosas chicas — El hombre le gritó a su ayudante.

— Y usted señorita ¿Cuál es su nombre?

— Anya Katina, mucho gusto en conocerlo — La pequeña extendió su mano cortésmente.

— Anya es la hermana menor de Lena, Dominique.

— Ya veo que la belleza viene de familia, son extremadamente iguales.

— Gracias, Dominique.

— ¡No tienes que agradecerme! Vamos, hay una gran mesa para ustedes en el balcón.

El hombre nos acompañó con calma y contándole sobre nuestro viaje a parís, Mich parecía estar encantada con el lugar y a cada instante señalaba los lugares que habíamos visitado en nuestro viaje a parís.

— Todo es muy bonito por allí — Lena dijo sonriendo.

— Estoy tan contento de que fueran allí, Yulia siempre decía que iba a llevar a alguien especial con ella — Dijo el hombre con paciencia.

— Y lo hice, escogí a la mejor persona para ir conmigo — Completé y Lena y yo intercambiamos una mirada cariñosa

— Estoy muy contento de que ustedes dos se casaran, chicas.

— Gracias, Dominique — Hablé mirándolo.

— ¡Lena! Hay un columpio aquí en el jardín… ¡Ayúdame! — Mich gritó mientras estaba sentada en él, esperando a que Lena la empujara.

— Un minuto y estoy aquí de regreso — Lena dijo besando mi rostro para luego acercarse a su hermana.

Me quedé unos minutos mirando a las dos que parecían divertirse juntas, cuando sentí la mano de Dominique hacer una ligera caricia en mi brazo.

— No sabes lo feliz que me hacer verte feliz al lado de ellas, Yulia.

Me quedé mirando al hombre que me miraba de una manera fraternal, desde muy joven Dominique era como mi segundo padre, él siempre se encargó de darme buenos consejos y una buena compañía, no hubo un solo momento en el cual no estuviera a su lado y no me sintiera en casa.

— Me siento tan feliz, Dominique, no tengo dudas de la elección que tomé al elegir a Lena, es la mejor decisión de toda mi vida — Dije con sinceridad.

— Sabes, desde el primer día que las vi juntas, sabía que todo iba a ser así.

— ¿De verdad? — Pregunté sonriendo.

— Sí, Yulia, no sé cómo explicarlo, pero ustedes dos desde el principio tenían una conexión especial.

— ¿De verdad lo crees?

— No tengo ninguna duda, puede ser una idea romántica de mi parte, pero creo que hay alguien destinado para nosotros en este mundo y literalmente, Lena es esa persona para ti.

Desvié mis ojos del hombre que me miraba y me quedé mirando a mi mujer que estaba jugando con Anya en el columpio y pude ver que Dominique siempre tenía razón, Lena era la persona destinada a cambiar mi vida, al igual que ya lo había hecho y yo estaría inmensamente agradecida por ello, agradecida a la vida o a la suerte, por haber puesto a esa mujer en mi vida.

— Me siento cada vez más fuerte ¿puedes entenderlo? Me pasa cuando estoy cerca de ella, Lena desde el principio fue capaz de desmantelarme tan fácilmente, precisamente a mí, que siempre había sido tan cerrada a todo el mundo.

El hombre sonrió.

— Exactamente eso dije, la señorita Lena es el amor de su vida.

— ¡Ella lo es! No tengo ninguna duda de eso, la amo con todas mis fuerzas.

— Estoy seguro de que ella te ama de la misma manera.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso, Dominique? — Pregunté cuidadosamente.

— Por dios cariño, soy un anciano con mucha experiencia en esta vida y una mirada tan intensa como la suya, es evidente, además de la forma en que te mira es como si fueras su mundo y lo mismo para ti también, en el momento en que sus ojos se encuentran se siente como si todo el mundo se detuviera ¿o me equivoco?

Negué con la cabeza, haciéndole sonreír.

— Es un amor sin igual, que es necesario tener una gran cantidad de sabiduría para crecer.

— Lo tendré en cuenta, Dominique, voy a cuidar de Lena con todo el amor del mundo, se lo prometí y lo voy a cumplir.

— ¡No lo dudo! — Dijo haciendo una ligera caricia en mi mano — Será mejor que las llames, el chocolate caliente y los croissants están en camino y no queremos que se enfríen — Dijo el hombre riendo.

— Si, lo haré — Dije antes de levantarme y unirme a mi esposa y a Mich.

[…]

Tres semanas después…

Papeles y más papeles que no terminan nunca, Industrias Volkov fue creciendo y con ella mi trabajo también, habían pasado tres semanas desde el último descanso que tuve con Lena y Anya, después de eso me hundí a mí misma en viajes de negocios y un sin fin de informes. Lena fue igualmente tomada por tantos compromisos en nuestra empresa, no nos deja mucho tiempo para estar juntas.

— Aquí está su whisky, Señora Volkova — Viktoria habló y me entregó el vaso.

Viktoria era una anciana que Lena había contratado para que me ayudara como secretaria, la mujer estaba haciendo todo perfectamente bien, mi esposa no estaba equivocada con respecto a la competencia de la mujer que hacia un trabajo maravilloso.

— Gracias por tanto, Viktoria ¿Recibió el número de la sucursal en España?

— Sí, señora, me llegó el correo esta mañana, todo están dentro del maletín que está a su izquierda.

Nunca necesité recordarle lo que necesitaba, la mujer parecía leer mis pensamientos y hacer todo con antelación. Lena le dio todas las coordenadas a la mujer de cómo me gustaba trabajar y parecía haber absorbido todo muy rápido.

— ¡Viktoria!

— ¿Dígame, Señora Volkova?

— No has visto a mi esposa hoy… ¿Sabes dónde está?

— Sí, ella dijo que no iba a venir hoy, que tenía que resolver algunas cosas realmente importantes, pero me pidió que le diera esto.

La mujer abrió la pequeña libreta y sacó un sobre negro, fruncí el ceño y tomé el pequeño papel de la mano de la mujer, antes de que saliera de mi oficina, tan pronto como se cerró la puerta, abrí el sobre y saque la pequeña nota.

“Nos vemos en Imperium esta noche, estoy ansiosa por verte de nuevo, Volkova”.

Ginger Apple….


Simplemente, no podía evitar la sonrisa en mi cara.

Esa fue la razón por la que estaba tan misteriosa ayer, puse la nota dentro del sobre y la coloqué en el bolsillo de mi chaqueta, sólo de pensar en lo que podría suceder ya me llenaba de ansiedad por querer que finalizara el día de modo que pudiera deshacerme de todos estos compromisos y correr a los brazos de mi stripper y por suerte no pasó mucho tiempo, las horas pasaron volando.

[…]

Escuché la música que salía de los altavoces de mi coche mientras conducía al club donde Ginger Apple estaría esperando, confieso que estaba demasiado ansiosa por ese momento, después de un día agotador encontrarme con ella era todo lo que necesitaba, desde la distancia ya podía ver el enorme edificio con la placa iluminada con el nombre de "Imperium". Aparqué el coche en el estacionamiento, comprobando que tuviera todo lo que necesitaba, para después salir y activar la alarma, en la entrada del club pude ver a Olya teniendo una conversación telefónica.

— ¡Yulia! Llegaste justo a tiempo, ella ya está esperando en el interior.

— ¿Sabes en qué parte está?

— Creo que esta noche vas a ser sólo un cliente, así que ve normalmente y disfruta del espectáculo — Dijo la mujer sonriendo, para luego seguir su camino.

No sé por qué, pero en ese instante todas las sensaciones que sentí la primera vez que visité este lugar se hicieron cargo de mi cuerpo, el club tenía una apariencia diferente. Lena tuvo el cuidado de unirse con Olya para cambiar el aspecto del lugar, ahora todo era más bonito y lujoso, incluso estando fuera del negocio "Imperium", tenía la información de que el club estaba en un gran estado financiero, se mantuvo cinco estrellas como el mejor club nocturno de Moscú y todo esto gracias a la supervisión de Olya.

Fui a través del oscuro pasillo que conducía a la planta principal, las mesas y sillas me recordaron a los viejos tiempos, los mini palos en el escenario seguían estando estratégicamente en los mismos lugares, la iluminación era baja, con un enfoque principal en una sola mesa frente al escenario principal de "Imperium", entré a pasos lentos dejando que mis ojos vagaran por el lugar en busca de una sola persona.

¿Qué pensaba hacer, Ginger Apple?

Me acerqué a la mesa colocada en el centro de la zona VIP y junto a ella estaba una sola silla, sobre la mesa había una botella de whisky de la marca que más me gusta y un pequeño sobre negro. Me senté en la silla y me serví una buena cantidad de whisky para entonces recoger el sobre pequeño y ver la nota.

"Estamos de vuelta al principio, esta noche estará sólo Yulia Volkova y la stripper, Ginger Apple, disfruta el espectáculo".

¡Maldita mujer!

En el momento exacto en que puse el pequeño papel dentro del sobre negro, iniciaron la música de mi hipnosis, las luces de hace unos minutos fueron apagadas, iluminando solo el centro del escenario revelando el cuerpo de la stripper. Era como si todo hubiera vuelto, ahora estábamos en el comienzo de nuestra historia…

Ginger Apple comenzó a balancear su cuerpo de un lado a otro de una manera lenta y sensual, atrapando mis ojos a su atractivo cuerpo, estaba con su cabello atado dejando ver su nuca, en la parte superior tenía un traje negro ajustado a su cuerpo, sus piernas estaban cubiertas por medias negras y en sus pies tacones rojos.

Se volvió hacia mí dejando al descubierto su cara cubierta por la inseparable máscara negra, ella sonrió diabólicamente tan pronto como nuestros ojos se encontraron, a pasos lentos y calculados se detuvo junto al poste, en el que se frotó de arriba abajo. Era increíble cómo su cuerpo conectaba con la música que estaba sonando, era como si en cada movimiento su cuerpo fuera tomado por los ritmos sensuales, sus caderas se movían de un lado a otro mientras su cuerpo iba de arriba abajo rozando el poste.

Sacudí mi bebida y la llevé a mis labios sintiendo el líquido mojar mi lengua, pero todo ello sin apartar mis hambrientos ojos de su cuerpo, se balanceó mientras sus manos se deslizaban sobre su cuerpo de manera sensual, que no tenía fuerzas para controlar los pensamientos sucios que se hicieron cargo de mí, puso una de sus manos en el poste y se dirigió lentamente a su alrededor mientras que con la otra mano se impulsó para levantar su cuerpo del suelo, iniciando una de mis partes favoritas de su actuación. Fue alucinante la facilidad en la que su cuerpo se movía para hacer tales cosas, dejó que su cuerpo se moviera tan fácilmente y en una perfecta sincronía con la música y después entrelazó sus piernas alrededor del poste y soltó sus manos, permaneciendo completamente al revés, dándome una vista privilegiada de su cuerpo que me dejó caliente y excitada, movió los brazos como exigía la música, de un momento a otro deslizándose por su cuerpo, me encantó el hecho de ser capaz de ver cada detalle de su cuerpo en ese momento, los músculos tonificados y su suave piel sudada por el esfuerzo.

Levantó su cuerpo otra vez ahora sosteniendo el poste con sus manos para mover sus piernas tonificadas, teniéndolas completamente abiertas para mí y con un rápido movimiento las cerró para repetir el proceso, ella me dio una sonrisa diabólica, sabiendo exactamente lo que me hacía con todo eso. Antes de esa mujer no era absolutamente nada, ella tenía el poder de hacerme rendir a un deseo animal que me deja totalmente sin razón, no había ni siquiera una actuación en la que no me cayera a sus pies en señal de rendición ¿Pueden entender?

La stripper bajó su cuerpo poco a poco hasta llegar al suelo y se volvió de espaldas a mí, haciendo la cara hacia un lado para ver la maldita desesperación que tenía de poseerla allí mismo, movió sus caderas sinuosamente para mí, dándome el privilegio de ver el gran volumen de su trasero, apreté los muslos con cierta fuerza en el intento de hacer que la sensación desapareciera, parecía haberlo notado, porque esa maldita sonrisa diabólica y tentadora volvió a sus labios.

— Pagarás por eso, Ginger Apple... — Le susurré.

Y eso fue sólo otra razón para hacerla continuar, hizo movimientos puramente sexuales, que me sacaron de órbita y me llevaron a un mundo en el que sólo podía sentir placer y excitación, era enloquecedor cómo su cuerpo se movía y sólo lograba tener poder sobre mí, me sentía en llamas y un calor monumental se hizo cargo de mi cuerpo en cada minuto de su presentación, siempre era así, desde la primera vez que la vi.
Ginger Apple se volvió hacia mí y me miró con una mirada de superioridad digna de su identidad como stripper.

— Vamos a calentar más este juego — Dijo con una sonrisa cínica.

¿Podría ser más caliente?

Se detuvo en el centro del escenario y me miró de una manera intensa, luego llevó una de sus manos al objeto pequeño que recogía su pelo que en pocos segundos estaba suelto, cayendo perfectamente sobre los hombros, ella bajó con las dos manos a su traje y lentamente lo abrió, estando solamente con una ropa interior que era hecha especialmente para esa ocasión, bajó la escalera lentamente y caminando hacia mí con una mirada profunda.

¡Maldita!

Mi corazón saltaba en latidos incontrolados, mientras mis ojos analizaron cada pulgada de su cuerpo que estaba cubierto por una pequeña y atractiva ropa interior, tenía casi la vista completa de todo lo que había. Ginger Apple sonrió diabólicamente, dejando caer la ropa a sus pies, yo estaba simplemente estática, con los ojos en su cuerpo tan sexy y sólo entonces pude notar lo dura que estaba mi mano agarrando el vaso de whisky. Negué con la cabeza y bebí todo el líquido, sintiendo todo el calentamiento, sentí escalofrío en todo el cuerpo en el instante exacto en que sus dedos se deslizaron sobre mis hombros, siguiendo hasta el cuello, se inclinó hasta el punto de acercar sus labios a mi oído.

— Extrañé tenerte aquí, Volkova — Susurró mordisqueando mi lóbulo de la oreja.

— ¡Hija de perra! — Gruñí.

Ella sonrió y rodeó mi silla de una sola vez, deteniéndose frente a mí de una manera imponente, balanceando su cuerpo con los fuertes y sensuales sonidos que inundaron mis oídos, deslizó sus manos sobre su piel, subiendo entre su pelo rebelde.

¡Oh dios mío!

No fue sólo el baile, el lugar, la música, sus expresiones, su cuerpo, todo me daba ganas de explotar en un placer deslumbrante.

Ginger Apple se acercó con una sonrisa en sus labios y puso sus dos manos sobre las rodillas para bajar de forma rápida y ponerse de pie lentamente, dejando a mis ojos escanear cada pequeño detalle de ese cuerpo esculpido por los dioses.

— No sabes lo caliente que me pones cuando me miras de esa manera — Susurró.

— Te odio — Murmuré con voz ronca debido a la excitación que me consumía.

Se mordió los labios y sonrió, antes de acercarse lo suficiente como para sentarse en mi regazo, dejando una pierna a cada lado de mis muslos.

— ¿Lo haces? ¿Odias cómo te vuelvo loca, Yulia?

Movía las caderas, frotando su cuerpo sobre mi regazo en sincronía con la música, yo estaba caliente y con un deseo explorando dentro de mí, llevé mis manos a su cintura, dejando que se moviera con su cuerpo que se balanceaba en mí, ella estaba totalmente vertical, arqueando su cabeza hacia atrás mientras sus manos se deslizaron de su estómago hasta sus pechos con un acto seguido de apretarlos, las expresiones de placer que provenían de la stripper me dejaron perdida.

— ¡Lo hago! ¡Dios mío, Ginger Apple!

Me miró, dejando que mis ojos se conectaran a los suyos.

— ¡Lo amas! Te encanta el estado deplorable en el que dejo tu centro — Susurró endiabladamente cerca de mis labios.

Puso una de sus manos en mi hombro y movió sus caderas con más intensidad, de ida y vuelta, haciéndome en ese instante clavar las uñas en su cintura. Cerré los ojos, sintiendo palpitar mi centro con intensidad en ese momento, ella pretendía terminar con toda la cordura que me quedaba.

— ¡Voy a terminar contigo! — Gruñí.

— Estate quieta, Volkova, estoy a cargo aquí ¿recuerdas? — Ordenó imponente.

Se levantó lentamente con una expresión traviesa y se puso de espaldas a mí, sentándose en mi regazo, ahora se balanceaba de manera deliciosa hasta el punto de dejarme completamente mojada.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

Sostuve firmemente sus caderas, moviendo con fuerza, el roce de su cuerpo en mis piernas causó una fuerte fricción en mi centro, estaba sudando y temblando de la maldita excitación que me consumía. Llevé una de mis manos a su pelo y tiré con fuerza, para depositar un beso húmedo en su cuello, podía jurar que dejó escapar un gemido ahogado y eso solo aumentó lo que estaba sintiendo.

— Usted es mi fin, Ginger Apple — Susurré mordiendo el lóbulo de su oreja.

— ¿Lo soy? Soy lo mejor que se puede tener, Yulia — Dijo balanceándose lentamente.

— Si lo es, desde el primer momento que te vi en ese escenario, te deseaba con locura.

Se levantó para acomodarse de nuevo frente a mí, colocando ambas manos en mis hombros dando impulso de mover las caderas en una maravillosa sincronía con la música.

— Y tú me tenías, como ninguna otra persona — Dijo inclinando su cabeza hacia adelante, dejando que sus labios rozaran justo encima de los míos poco a poco y después tirar de mi labio inferior entre los dientes.

En un impulso desesperado traje mis manos a la máscara con la intención de quitárselo, pero en ese mismo instante me detuvo.

— ¡No! ¡Ni siquiera pienses en ello! — Ordenó.

— Pero Lena... — Susurré.

— ¡Ginger Apple! — Me corrigió, poniendo uno de sus dedos en mis labios — Soy Ginger Apple.

Abrí una sonrisa cínica.

— Quiero ver tu cara — Susurré mientras mis manos acariciaban sus muslos.

— ¿No has aprendió todavía? Mi cara siempre será un secreto, Volkova.

Tenía un tono de voz baja y sensual.

— Pensé que me lo merecía.

— ¿Crees que te lo mereces? — Preguntó inclinando la cabeza hacia delante, para deslizar la punta de la lengua a lo largo la línea de mi mandíbula, hasta llegar cerca de mi oído — Este es mi secreto y ahora el suyo también, Yulia.

Retrocedió unos pocos centímetros y me miró de una manera tan imponente y firme que juro que podía arrodillarme y obedecer cualquier orden que salía de sus labios en ese momento.

La stripper sonrió, para después llevar las manos a la máscara.

Era increíble lo que me causaba. Ginger Apple me llevó al borde de un acantilado, donde me lanzó sin pensarlo dos veces, en esa fracción de segundo todo el mundo parecía haberse detenido, dejé mis ojos fijos en la cara de la mujer tan sensual que levantó suavemente la máscara, era como si nunca hubiera visto su cara antes, era como si fuera la primera y última vez, ella siempre tendría ese poder sobre mí y yo siempre me rendiré a causa del gran deseo por mi stripper.

Elena Katina es literalmente mi final…

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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/13/2020, 12:35 pm

Hola chicas, una vez más quiero darle las gracias por tomarse algunos minutos en su día a día, para pasar por acá, por el foro y leer cada una de las historias que se postean. Hoy, finaliza una más, una historia que me encantó de principio a fin, como todas las que he subido pero que ya por cuestiones personales, no podré pasarme por la página tan seguido.

Aún continuaré la segunda historia que había comenzado a postear paralela a esta cada martes y jueves, así que espero sigan disfrutando de la lectura como hasta ahora.

Un fuerte abrazo y agradecida siempre.

A leer!!

GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Img_2014

Capítulo 56 (La familia)


[Lena]

Dejé la última caja en la habitación. Al fin nos habíamos mudado a una casa de verdad, por años Yulia había logrado detenerme, evitando a toda costa dejar su hermoso departamento, pero en estos últimos meses le di un ultimátum y ahora con Valya debíamos tener un espacio más grande.

— Lena, Yulia dijo que dejara esa caja aquí — Anya dijo después de entrar a la habitación.

— Déjala en la silla, por favor.

Mi hermana asintió y dejó la caja de cartón donde le había indicado.

Anya Katina ya no era una niña, ya estaba en la adolescencia, había tratado de cuidar de ella a toda costa como siempre lo había hecho desde sus primeros pasos a la niñez y a la adolescencia. Con la muerte de Inessa, nuestro lazo se hizo más fuerte, a diferencia de muchos familiares, mi relación con ella era maravillosa, siempre manteníamos una conversación amistosa, llena de respeto y afecto. La ausencia de padres en la vida de la más joven no estaba siendo tan perjudicial como lo había sido para mí, tal vez la nueva estructura familiar que teníamos había beneficiado totalmente el crecimiento de Anya, ya que Yulia eran tan fraternal hacia ella como yo, era maravilloso ver como mi esposa amaba a Anya y cuidaba de ella como si fuera su hermana.

— ¡Iré a ver mi nueva habitación! Yulia dijo que había puesto una tina en mi baño ¿Puedes creerlo? — Dijo emocionada.

— Sabes que no es lo suficientemente grande como para meter a Ginger en la tina y darle un baño ¿cierto?

— Yulia dijo que si puedo.

Antes de que pudiera decir algo, la joven había salido de la habitación riéndose entretenida ¿Debería decir que incluso después de años, ese perro hacia un enorme desastre? ¡Dios! ¡Y no solo el! Ahora no solo tenía una niña en mi casa… ¡Tenía tres!

— ¡Atención damas y caballeros! En unos minutos aterrizará el mini aeroplano ¡Esta es la comandante Yulia Volkova junto a la piloto Valya Volkova Katina! — Escuché la voz de Yulia viniendo del pasillo y junto a ella la risa de Valya hacía eco por la habitación.

Como dije, aquí vienen las otras dos niñas, en segundos, vi a Yulia entrar a nuestra habitación con nuestra hija en la espalda, la pequeña tenía una sonrisa enorme en la cara y sus pequeños brazos alrededor del cuello de mi esposa.

— ¡Cancelen el aterrizaje! ¡Cancelen el aterrizaje! ¡Mami Lena está en medio de la pista de aterrizaje!

— ¡Aterricemos en la pista dos! — Dijo Valya entre risas.

— ¿Qué creen que están haciendo jovencitas? — Dije cuando me levanté del piso.

— ¡Jugando al avión! — Dijo emocionada mi hija.

— La última vez que jugaron así alguien salió lastimado — Me acerqué a ellas y me miraron con cara de aburrimiento.

— ¡Me resbalé, no vale! — Se defendió Yulia haciéndome reír — Valya, dile a tu mami que no sea aburrida.

— Mami... — Dijo Valya aun enganchada al cuello de Yulia.

Sonreí mientras las observaba así ¿Había alguna duda de quién era la madre irresponsable? Valya besó la cara de Yulia y después me disparó una sonrisa, tal vez nadie entienda lo maravilloso que era verlas así, al contrario a lo que muchos pensaban, Yulia era la madre más boba y juguetona de todas, su aire imponente y serio que tenía en Industrias Volkov, se desmontaba totalmente cuando estábamos en casa junto a nuestra hija y Anya. Era prácticamente irreconocible para aquellos que solo la conocían en horario de trabajo y admito que tener ese lado de Yulia era lo mejor del mundo.

— ¿No me vas a dar uno también? — Pregunté con las manos en la cintura.

Yulia se acercó para que nuestra hija me depositara un amoroso beso en la cara, sonreí cuando sentí los delicados labios de la pequeña, inmediatamente me encargué de depositar muchos besos en la cara de la pequeña, quien sonrió.

— ¿Qué hay de mí? — Preguntó Yulia mirándome.

— No sé si te lo mereces, Volkova — Pretendí estar seria — ¡Mira como está Valya! Toda llena de pintura.

— ¡Estábamos haciendo un trabajo de arte, para ti! ¿Verdad, Valya?

La pequeña asintió emocionada.

— ¡Es hermoso! Mamá escribió nuestros nombres en la pintura, cerca del dibujo que yo hice.

— ¿Y mamá también te dejó ensuciarte así?

— ¡Sí! ¡Y ella también se ensució!

— ¡Valya! ¡No estás ayudando mucho, mi amor! — Gruñó Yulia, haciéndonos reír.

— ¡Lo siento! Mami, dale un beso también a mamá — Pidió la pequeña con una cara que fue imposible para mi resistirme.

Permanecí mirándolas unos momentos, al parecer habían hecho un complot para extorsionarme.

— No lo sé... — Me hice la difícil.

— Solo un besito — Dijo Valya levantando su pequeño dedo.

— Sí, amor, solo un besito — Repitió Yulia haciendo puchero.

— Eres una extorsionista, Volkova — Dije con una sonrisa mientras me acercaba.

Yulia sonrió enormemente antes de que sellara mis labios con los de ella. Escuché el gritito emocionado de Valya en celebración, lo que me hizo reír y soltar los labios de Yulia, quien tenía una enorme sonrisa en la cara.

— ¡Lo hicimos! — Le dijo Yulia emocionada a nuestra hija.

— ¿Acaso planearon esto? — Pregunté con una ceja arqueada.

— Mamá me pidió que le ayudara a conseguir que le dieras un beso.

— Valya, necesitamos volver al club de los secretos — Murmuró Yulia.

— ¡Las dos necesitan un baño! ¡Ahora!

— ¡Tu mami tiene razón! Ve al baño, en un momento voy a bañarte, pequeña — Dijo mi esposa mientras ponía a Valya en el suelo.

— ¿Puedo quedarme en la tina? — Preguntó mientras sostenía los tirantes de su overol sucio por la pintura.

— Sí, mi amor — Dije acariciando su cabello levemente ondulado.
Valya abrazó mi pierna en agradecimiento y después corrió al baño.

— ¿No quieres venir con nosotras?

Fijé mi atención en Yulia quien se había acercado, colocando sus manos en mi cintura, de donde me jaló delicadamente hacia ella. Dejé descansar los brazos alrededor de su cuello.

— Me encantaría, pero ya tomé una ducha y tengo que hacer la cena, no tenemos ayuda hoy ¿lo recuerdas?
Yulia frunció el ceño, algo insatisfecha.

— No hagas esa cara.

Sonrió y acercó su cara a la mía, besando mis labios, después mi cara y luego el cuello.

— Estoy tratando de convencerte de que te me unas — Susurró contra mi piel.

Cerré los ojos, dejándola continuar, podían pasar meses, años o décadas y Yulia siempre sería capaz de provocarme las mejores sensaciones del mundo, estar en sus brazos era una buena razón para estar bien y feliz.

— Amor... — Susurré en contra de mi voluntad.

— ¿Hmm? — Dijo subiendo los besos a mis labios.

Cerré los ojos, sintiendo la suavidad de los labios de esa mujer contra los míos, Yulia los delineaba con la punta de la lengua, pidiendo camino para encontrar la mía e inmediatamente cedí, suspiré en el momento exacto en que sentí su lengua moviéndose lentamente con la mía, dios, Yulia tenía la forma de besar más increíble de todas, nunca me cansaría de ella.

— Mejor nos detenemos... — Susurré contra sus labios.

— Yo creo que mejor continuamos — Dijo mientras deslizaba las manos debajo de mi blusa.

— Nuestra hija está en el baño — Susurré entre un gemido cuando succionó mi lóbulo.

— Adora bañarse, estará ahí por un rato.

Caminó hacia adelante, haciéndome retroceder, solo nos detuvimos cuando sentí la espalda chocar contra la pared, me soltó los labios y me miró a los ojos, oh dios, tenían ese brillo que conocía muy bien.

— No me mires así, no es momento para esto — Le susurré.

— ¿Y desde cuando tenemos un momento para esto?

Yulia tenía su cuerpo contra el mío, deteniéndome, sin darme oportunidad de escapar.

— Desde que tenemos una hija.

Eso pareció haberla desmantelado, Yulia aflojó sus brazos a mí alrededor y descansó su cabeza en mi hombro, dejando su cara en mi cuello, su respiración indicaba que se estaba riendo.

— ¿Qué? — Pregunté mientras movía una mano para ponerla en su cabello.

— Si estuviéramos en otra época estarías gimiendo con mis dedos dentro de tu centro.

— ¿Extrañas eso?

— ¡Sí! No tienes idea de cuánto.

— Lo dices como si no tuviéramos una vida sexual — Dije tratando de contener la risa.

— No como antes, amor.

— Yulia, ahora tenemos responsabilidades, no podemos tener sexo dentro de un elevador, en tu escritorio o dentro del helicóptero como antes.

— Si por mi fuera lo haríamos todo otra vez.

— ¿Te olvidas que tenemos una niña de la cual cuidar? Y hablando de ella debe estar convirtiendo nuestro baño en un océano, ve ahí.

Le di una palmadita en el hombro, recibiendo una expresión de decepción, Yulia me robó un beso antes de alejarse y dirigirse al baño, no iría detrás de ella, no quería ver el desastre que harían esas dos, en su lugar, prepararía la cena. Con la mudanza nuestra empleada pidió el día libre e incluso contra los deseos de Yulia, se lo di, no hace daño ensuciarse las manos de vez en cuando, con la cantidad de dinero que teníamos no hacía falta realmente, pero por un día, no haría ningún daño.

— ¿Preparamos la cena? — Le pregunte a Anya tan pronto como la vi salir de su habitación.

— ¡Claro! ¿Qué vamos a hacer?

— Aún estoy pensando — Dije mientras colocaba el brazo en el hombro de mi hermana — ¿Alguna sugerencia?

— Podemos hacer pasta, fideos con salsa blanca y camarones ¿Qué piensas?

— ¡Excelente idea!

Bajamos las escaleras hacia la cocina, Yulia había accedido a comprar una casa, pero según ella tenía que ser una casa hermosa y para los Volkov ¿pueden imaginárselo, verdad?

— ¿Dónde están Yulia y Valya?

— En el baño, Valya estaba toda sucia, parecía que había pintado con el cuerpo, tenía pintura incluso en la nariz.

Anya rió divertida, mientras sacaba una caja de pasta de la alacena.

— Estaban preparando algo para ti, Lena, una obra de arte.

— Esperemos a ver.

— ¿Imaginabas así tu futuro? — Preguntó mientras se recargaba en el mostrador.

La miré con una expresión confundida.

— ¿A qué te refieres?

— ¿Imaginaste tu vida así? Casada y con una hija.

Mantuve la atención en la olla con agua que burbujeaba a gran temperatura.

— No, creo que había imaginado un futuro totalmente diferente para mí.

— ¿Mejor que esto? — Preguntó con los ojos fijos en mí.

— ¡No! Para mí no hay nada mejor que esto, sabes que no tuvimos un buen pasado y hoy, no puedo ver un mejor futuro para mí.

Anya dejó salir una sonrisa leve.

— Extraño a mamá.

Sentí mi corazón hundirse por un momento, sabía que incluso entre tantas dificultades, Inessa hizo lo mejor que pudo criando a Anya, tal vez, en un intento de no cometer los mismos errores que cometió conmigo.

— Me lo imagino, pero sabes que siempre está contigo ¿verdad?

— Solo tienes que imaginarlo — Completo mi hermana.

Me acerqué a ella, jalándola a un abrazo amoroso.

— Sé que no puedo llenar el vacío que dejo nuestra madre, pero sabes que haría todo para que estés bien.

Anya apretó los brazos en mi cintura, abrazándome fuerte.

— Me siento muy bien, Lenita, solo la Flashback y sigo pensando que podía haber sido diferente.

Dejé mi barbilla descansar en la cabeza de la pequeña, mientras acariciaba sus mechones dorados, mis pensamientos volaron al día en que Inessa murió.

[Flashback]

— Eres una hija maravillosa y estoy orgullosa de ti.

Apreté su mano, dejando salir todo el llanto que estaba atorado.

— Quiero... — Gruñó con dolor — Que cuides de tu hermana, no la dejes con Sergey, haz la vida de Anya lo que yo no pude hacer con la tuya.

No podía siquiera pronunciar una palabra, el llanto que salía era desesperanzado. Inessa se estaba despidiendo de mí y yo no podía hacer nada. Aspiré, secando las lágrimas que insistían en caer.

— ¡Por favor, hagan algo! — Le dije al hombre que estaba tratando de hacer que Inessa se detuviera.

— ¿Me lo prometes? ¿Cuidarás de ella?

Asentí.

— Lo prometo, lo prometo, mamá — Bajé la cabeza de nuevo, quitándome todas esas ganas de llorar.
Inessa acariciaba mi cabello lentamente, de una manera delicada justo como lo hacía cuando necesitaba un hombro en el cual llorar.

— Te amo, hija.

[Fin del Flashback]

Sonreí extrañamente.

— Tal vez.

— ¡Nada de tal vez, lo está! Sé que te pidió que me cuidaras, Lenita y lo haces de la mejor forma posible con Yulia y Valya.

— Te quiero, Anya.

— Yo también te quiero, Lenita.

Mi hermana me abrazo afectuosamente y yo controlé mis ganas de llorar, odiaba ser tan tonta en estas situaciones, seguramente en casa era la más llorona y tenía una niña pequeña, pero creo que era mucho más fuerte que yo.

— ¡Ahora, hay que concentrarnos en los fideos! — Anya se alejó.

— Sí, señora — Bromeé.

Permanecimos como 20 minutos preparando todo, el olor del camarón y la salsa blanca estaban haciendo que me gruñera el estómago. Anya tenía un enorme talento en la cocina, heredado de mí, por supuesto, vacié la salsa sobre la pasta bien hecha, mientras Anya revolvía todo con un pequeño tenedor.

— Esto huele increíble — Dijo mi hermana aspirando el aroma que venía de la comida.

— Ahora tenemos que ver si sabe increíble ¿no?

— ¿Estás dudando de la cocina Katina?

— ¿Yo? ¿Nunca? ¡Somos buenas en todo! — Dije arrogantemente mientras me quitaba los guantes de las manos.

— ¡De eso estoy hablando! — Anya levantó la mano para darme cinco.

— Ahora iré arriba para ver que están haciendo las niñas, así como es Yulia, aún deben estar en la tina, Valya debe tener los dedos arrugados por el agua.

Me quité todos los prendedores de la cabeza, soltándome el cabello, mientras subía las escaleras, desde el pasillo ya podía escuchar las risas viniendo de la recámara. Caminé despacio para no hacer ruido, quería ver que estaban haciendo esas dos.

— ¿Estás segura? Tu mami va a darme un sermón si te dejo usar este disfraz, Valya.

Escuché la voz de Yulia sonar suavemente. Me acerqué a la puerta sin que se dieran cuenta que estaba ahí. Valya, estaba parada con solo la ropa interior, mientras Yulia estaba arrodillada frente a ella con un disfraz de princesa en la mano.

— Mamá, por favor — Pidió la pequeña con su famosa cara de perrito.

¿Debería decir que Yulia accedía a todo lo que Valya le pidiera cuando hacia esa cara?

— ¡Bien! Pero tu mami nos va a regañar, dirá que debí haberte puesto la pijama.

Justo como lo dije ¿ven?

— ¡Puedes besarla y todo estará bien!

— ¿Y tú piensas que todo se resuelve con un beso? — Preguntó Yulia mientras le ponía el pequeño vestido.

— ¡Tú lo dijiste! ¿Recuerdas cuando rompimos el jarrón de la sala? — Dijo Valya.

— ¡Shh…! ¡Baja la voz! ¿Quieres que tu mami sepa que fuimos nosotras? Ginger fue quien terminó siendo el culpable, pobre.

Valya solo rió divertida.

¿Entonces fueron ellas? Yulia tendrá que darme una buena explicación más tarde, me apoyé en la pared junto a la puerta, acercándome, parecían estar muy concentradas la una en la otra.

Mi esposa se sentó en la orilla de la cama y acercó a Valya.

— Ven, déjame cepillar tu cabello.

La niña asintió y se acercó a Yulia.

Amaba ver la manera tan cariñosa en que Yulia cuidaba a nuestra hija ¿Debería explicar el cómo esas dos eran tan parecidas? Nadie podría decir que había sido yo quien había tenido a la pequeña Valya, cuando tomamos la decisión de tener un bebé, la decisión fue unánime, yo tendría a la bebé con el ovulo de mi esposa, por supuesto, con la ayuda de un donante anónimo, elegido a través de los archivos de la clínica, por suerte o destino, Valya había heredado todos los rasgos de mi esposa, de acuerdo a mis suegros, Valya era una versión miniatura de Yulia, con la personalidad de los Katin, ósea, una perfecta y explosiva mezcla.

— Mamá...

— Sí, pequeña — Murmuró Yulia mientras deslizaba el cepillo a través del rubio y ligeramente ondulado cabello de nuestra hija.

Tenía eso mío, su cabello era extremadamente similar al mío.

— ¿Tú quieres mucho a mami?

Yulia dejó de cepillarle el cabello, quien en ese mismo instante se volteó para ver a su madre, Valya miraba a Yulia con esos brillantes ojos azules, justo como los de mi esposa.

— ¡Claro, la amo muchísimo!

— ¿Qué tanto? — Curiosa, como siempre.

— Mucho, hasta el punto de no saber el tamaño exacto para explicártelo ¿Por qué me preguntas eso?

Valya se puso su dedito en la boca y después lo sacó, sus ojos parecían estar evaluando, un poco confundidos, no necesitaba verla para saberlo, conocía a mi hija perfectamente bien.

— Mi amiga Wendy dijo que su mama ya no quería a su papá y no quiero que eso le pase a mí, mamá.

Sentí que el corazón me fallaba por unos segundos, pensar en esa posibilidad me asustaba tanto como a Valya. Yulia y yo unificamos nuestro matrimonio en una roca, que parecía ser difícil de romper, pero sabía que la vida puede dar un giro de 360 grados fácilmente. Moví la cabeza lentamente, alejando esa idea de mis pensamientos, regresando mi atención a las dos mujeres de mi vida, delicadamente Yulia colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de la niña, para después acariciarle la mejilla.

— No tienes que preocuparte por eso Valya, no porque le sucediera a tu amiga Wendy tiene que pasarte a ti, ven, siéntate junto a mí — Dijo levantando a la pequeña para que sentara junto a ella en la cama, de espaldas a mí — Déjame decirte algo, pero será nuestro secreto ¿sí?

La niña asintió frenéticamente y emocionada de compartir un secreto.

— ¡Nunca me divorciaré de tu mami! ¿Sabes porqué?

Negó con la cabeza.

— Porque ella es el amor de mi vida, cuando seas grande, encontrarás a alguien que te haga sentir lo mejor de este mundo, quien te de maravillosos momentos, quien esté contigo en las buenas y en las malas — Yulia hizo una pequeña pausa, después habló de nuevo — Lo mejor que pudo haberme pasado en la vida fue haber encontrado a tu mami, verás, ella me dio una hija, o sea, a ti, cariño. ¡Y no podría estar más feliz! Tengo la mejor familia en todo el mundo, sin ustedes no sería nada.

Sentí los ojos llorosos, emociones mezcladas me recorrían en ese momento, escuchar esas palabras de una forma tan sentida y sincera viniendo de Yulia a nuestra hija me volvía incluso más emotiva.

Suspiré suavemente, secando las lágrimas que insistían en caer, no quería interrumpir ese momento.

— ¿Entonces estarán juntas para siempre? — Pregunto Valya pensativamente.

— ¡Sí! Para siempre, hasta que estemos viejas y arrugadas — Dijo haciendo reír a la pequeña — Te estés riendo, pero es verdad.

La mujer se arrodilló en el piso, mirando a nuestra hija.

— No quiero que sigas pensando esas cosas ¿está bien? Estoy apenada por tu amiga Wendy, pero piensa en nuestra familia, estás tú, tu mami, tu tía Anya y yo.

—¡Y Ginger!

Yulia sonrió abiertamente.

— Sí, amor y Ginger.

— Estaremos juntas para siempre y haré todo para que suceda, no quiero perder a ninguna de ustedes, de otra forma, tu mamá no estaría feliz.

— Quiero que seas feliz, mamá — Dijo Valya mientras ponía las manos en la cara de Yulia.

— Lo soy, cariño ¡Soy la mujer más feliz de todo el universo!

— ¿Todo?

— ¡Todo!

Yulia abrazó a la pequeña, hasta que cayeron en la cama, rompiendo a divertidas carcajadas. Me acerqué, literalmente recargándome en el marco de la puerta, simplemente observando la escena.

— ¡Ven, Ginger! — Gritó Anya entrando a la habitación y subiéndose a la cama.

El perro cruzó la puerta emocionado, saltando a mi cama.

— ¡Oh, Dios! — Dijo Yulia riendo.

Tal vez nadie pudiera comprender mis sentimientos al observar esa escena ¿Saben, esa sensación de sentirse completa? ¿Cómo si no faltara nada en tu vida? Era como ver justo ahí, delante de ti, las razones para respirar y seguir siendo fuerte, en medio de un mundo tan caótico, entre sonrisas y una risa sentida, entre un amor infinito e irreal. Yulia, Valya, Anya e incluso Ginger, eran los ingredientes perfectos de una poción llamada felicidad y solo yo los tenía.

— ¡Miren quien nos está espiando! — Dijo Yulia con los ojos en mí.

— ¡Estás equivocada!

Yulia frunció el ceño y se levantó, yo retrocedí unos pasos mientras ella se acercaba.

— ¿Lo estoy?

— Un poco.

— ¿Ahora es un poco?

Tenía una sonrisa traviesa en la cara y una expresión divertida. Yulia tenía el pelo en una cola de caballo bien atada y estaba usando unos shorts blancos y una blusa de lino gris, con mangas largas, se veía hermosa, como siempre.

— Tal vez no lo estés.

— ¿Qué escuchó, Señorita Katina?

Se mordió el labio y fijó sus ojos en mí.

— Escuché lo necesario, Señorita Volkova — Dije sonriéndole.

— Era un secreto.

Me acerqué a ella y rodeé su cintura con los brazos, atrapando el cuerpo de mi esposa contra el mío.

— El mejor de todos — Susurré.

— ¿Ganaré algo por ser una romántica y amorosa esposa?

— ¿Necesitas ganar algo? ¿Y qué voy a ganar yo por ser la esposa cuidadora y responsable?

— Mucho desorden que limpiar, mira eso — Dijo apuntando a la cama donde estaba saltando Valya con Anya y Ginger.

— Yulia...

— Déjalas, amor...

Suspiré viendo el desastre en que se estaba convirtiendo mi habitación.

— ¡Bien! ¡Pero vamos a cenar!

— Está bien, chicas, corran al comedor.

Vi a Anya jalar a Ginger de la correa. Valya corrió detrás de mi hermana, quien estaba dirigiendo al perro hacia las escaleras, Yulia colocó su brazo sobre mi hombro, mientras mi brazo se enredaba en su cintura desde un lado.

— ¿Te gusta nuestra nueva casa?

— Es maravillosa, me encanta — Dije depositándole un beso en su cara.

— Me da gusto, elegí la que tú querías.

— Estás siendo una muy buena esposa.

— ¡Siempre lo he sido!

Cenamos sentadas a la mesa todas juntas esa noche, Yulia nos sirvió mientras alababa las habilidades culinarias de las Katin, ahora Volkova también, terminamos de cenar entre una conversación agradable y placentera que seguimos en el cuarto de video. Ahora estaba recostada en el sofá cama, a lado de Valya y Anya que estaban atentas a la película animada, la pequeña aún estaba usando su disfraz rosa de princesa y como Yulia siempre decía…

"Mi princesa rosa".

No tomaría mucho para que se quedara dormida, me acerqué y pronto sentí la manita de Valya en el cabello, haciéndome pequeñas caricias ¿Debería decir lo relajante que era recibir afecto de mi hija? Me permití relajarme por unos minutos, hasta que las caricias de Valya se detuvieron, levanté la vista y comprobé que la pequeña se había quedado dormida, suspiraba despacio con una expresión serena.

— Voy a ver a Yulia, en un momento regreso para llevar a Valya a su cama — Le susurré a Anya, quien asintió brevemente antes de regresar su atención a la película.

Me levanté lentamente del sillón, poniéndome las pantuflas que permanecían al lado de la alfombra. Me acomodé el suéter negro que estaba usando esa noche, subiendo las mangas hasta el antebrazo, mientras caminaba a la cocina, mientras me acercaba comenzaba a escuchar la suave risa de Yulia y algunos murmullos que no puede descifrar. Fruncí el ceño tan pronto como vi a la mujer recargada contra el mostrador de la cocina, pegada a su teléfono en una entretenida conversación, parecía ser alguien con quien tenía cierta intimidad, para arrancarle a mi esposa risas tan fáciles como esas.

Yulia levantó la vista y dejó de sonreír tan pronto como notó mi presencia.

— ¡Esta bien, Lenin! No te hagas el gracioso, mi vuelo está programado para mañana.

Me quedé callada, solo mirándola.

La conocía y sabía exactamente que había un poco de nerviosismo y sorpresa por mi presencia, Yulia no tardó en decir adiós, cortando la llamada con quien yo pensaba era Lenin. Después del rompimiento con Nastya, él había pedido ser transferido a la filial de Industrias Volkov que estaba en Estados Unidos y Yulia como buena amiga, aceptó sin ningún problema. Lenin era uno de sus hombres de confianza y tenía la posición de presidente de la oficina filial.

— ¿Lenin? — Pregunté, cerrando la puerta del refrigerador.

Yulia alternó su temblorosa mirada de su teléfono a mí.

— Sí, quería saber si todo estaba listo para mi viaje mañana a Estados Unidos.

— ¿Te va a recoger en el aeropuerto?

— Sí, desentendió al chofer y dijo que él podía hacerlo por mí.

— Está bien — Fue todo lo que dije, sirviéndome un vaso con un poco de leche.

Mi esposa me miraba con ojos evaluativos y temerosos, después se volteó y deslizó el trapo sobre el fregadero delicadamente. Después de cenar, Yulia se había ofrecido a lavar los platos, ya que Anya y yo habíamos cocinado y como no teníamos empleada, no podía negarme.

— ¿Está todo bien? — Me preguntó cuando se giró hacia mí, mientras doblaba el trapo, el cual puso en el mostrador en el cual me estaba recargando.

— Sí, es solo que no quiero que te vayas.

En los últimos días, Yulia era una mujer de misterios, siempre moviéndose por las esquinas, recibiendo textos y llamadas que ni siquiera podía preguntar. Tenía el maldito hábito de colgar cada vez que me acercaba, al principio no le puse atención, pero de algún tiempo acá, la acción comenzaba a molestarme, no es que sospechara de Yulia, no me cruzaba por la cabeza que estuviera engañándome con alguien, pero sabía que estaba ocultando algo, de otra forma no conocía a la mujer con la que me había casado. Mañana, después de algunos compromisos en Industrias Volkov, ella tomaría un vuelo directo a Estados Unidos, Yulia se había convertido en la principal responsable de todas las oficinas filiales existentes alrededor del mundo, de cierta forma tenía la labor de aparecer en cada una de ellas por un corto periodo de tiempo para asegurarse que todo estaba fluyendo como debía.

— Elena... — Se acercó, pronto sentí su cuerpo unirse al mío por detrás, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura delicadamente — Solo serán dos días, regresaré el sábado por la noche.

— Bien, si no estás aquí el sábado, estarás en muchos problemas Volkova — Dije fingiendo un tono autoritario.

Sentí la respiración de Yulia cambiar en mi cuello, probablemente se estaba riendo.

— Lo haré, Señora Volkova Katina.

Me giré, quedando de frente a mi esposa, que mantenía los ojos fijos en mí.

— Yulia, lo digo en serio, dijiste que saldríamos todas juntas el domingo y sabes que nuestros días son ajetreados y rara vez tenemos tiempo.

— Lo sé, mi amor, saldremos las cuatro, sé que es tu cumpleaños y te prometí un domingo maravilloso, confía en mí.

Suspiré pesadamente y antes que pudiera protestar por algo, sentí los labios de Yulia en los míos, cerré los ojos, permitiéndome sentir la talentosa lengua de mi esposa entrar en contacto con la mía, moviéndose con una precisión que gradualmente hizo que me olvidara de todo. Yulia tenía una forma de besar jodidamente perfecta, adictiva y deliciosa, llevé las manos a su cuello, dejando que mis uñas arañaran la suave piel de la zona ligeramente, alternaba el movimiento de su cabeza y en un corto espacio de tiempo suspiré pesadamente, sintiendo sus manos colarse dentro de mi blusa, tocando la piel de la espalda.

— ¿Qué piensas de mandar a dormir a las niñas y continuar con esto? — Susurró mientras bajaba sus besos por mi cuello.

Sentí escalofríos bajando por la columna… ¡Maldita sensibilidad en el cuello!

— Pienso que es una idea maravillosa.

La mujer deslizó la lengua por mi pulso, lo que involuntariamente me hizo agarrarle el cabello fuertemente, Yulia clavó los dientes en mi piel, para después chuparla.

— Perra... — Suspiré con un poco de razón que se tambaleaba en mi subconsciente.

— Tengo hambre de usted, Señorita Katina.

La voz ronca de Yulia me causaba muchas cosas y ahora el famoso "Señorita Katina" era usado cuando la imponente empresaria quería algo de mí y sabemos exactamente qué era eso.

— Te quedarás así hasta que regreses de Estados Unidos — Dije con una sonrisa presumida, buscando fuerza de algún rincón de mi ser.

Resistirse a Yulia Volkova no era una tarea fácil.

— ¿Qué?

Me zafé de sus brazos, pero me sujetó fuerte del brazo izquierdo, recibiendo una mirada de desaprobación de la mujer frente a mí, a diferencia de hace unas horas, ahora tenía un brillo diferente, propagado en un tono azul oscuro, revelando fácilmente que estaba sintiendo en ese momento.

Deseo, coraje y lujuria.

Los juegos no habían cambiado, aun estando casadas seguíamos teniendo nuestras batallas de deseo, ni hablar de dejarle olvidar que aún tenía el toque, sin importar cuan débil estaba, era Ginger Apple.

— No me hagas eso, estaré lejos de ti por dos días, Lena.

— Exactamente por eso, Volkova, de esa forma regresaras más rápido y muy sedienta — Le guiñé un ojo a mi esposa, con una sonrisa cínica en los labios y antes de que se quejara o me hiciera cambiar de opinión, me fui de la cocina.

[…]

Estábamos a unas cuadras de Industrias Volkov, tendríamos una corta reunión con algunos de los accionistas y después mi esposa se iría a la pista de despegue, donde tomaría el avión a Estados Unidos. En el auto, Valya estaba sentada entre Yulia y yo, su atención estaba puesta en el IPad que mostraba alguna caricatura que a la pequeña le gustaba ver, mientras que Yulia estaba concentrada de la misma forma analizando unos reportes que le había entregado esta mañana. Una sonrisa escapó de mis labios cuando me di cuenta de cuan parecidas eran, Valya era la mezcla perfecta de una Volkova Katina, aun sin ser una combinación genética de nosotras, increíblemente la pequeña tenía muchas cosas en común conmigo y Yulia.

— ¿Ya lo sabes, Valya? — Pregunté tan pronto como el auto se detuvo en la entrada de Industrias Volkov.

— Sí, mami, no correr por el lugar y nada de hacer un desastre dentro de la compañía — Dijo con un tono aburrido.

Yulia la miraba con una sonrisa en la cara, para después depositar un beso en la mejilla de la niña.

— ¡Excelente! — Dije de forma autoritaria.

Aunque aún era pequeña, Valya era una niña inteligente y con buena percepción, desde un principio, Yulia y yo buscamos educarla y enseñarle todo de la mejor forma posible y al parecer estaba funcionando, a pesar de algunos lapsos que eran totalmente normales en un niño, era una hija maravillosa. Acomodé la ropa de la pequeña, quien tenía un semblante alegre, no era ninguna novedad que Valya amaba visitar Industrias Volkov, decía que cuando creciera, ella se haría cargo de todo, de la misma forma en que Yulia y yo lo hacíamos.

— ¿Nos vamos? — Pregunto Yulia.

Yuri descendió del asiento del conductor y caminó hacia la puerta del lado de Yulia, abriéndola delicadamente.

— Buen día, Señoras y Señorita — Dijo el hombre con buen humor.

— Buen día, Yuri.

Yuri ya era un hombre mayor, quien seguramente ya tenía derecho de jubilarse, Yulia le había dado la oportunidad de dejar de trabajar con buenos beneficios, pero él se había negado, dijo que era el trabajo lo que lo mantenía vivo y que conduciría para los Volkov hasta el final de sus días.

— ¡Yuri! — Dijo Valya emocionada, chocando la mano con el hombre quien le sonrió ampliamente a la pequeña.

— ¿Cómo esta, Señorita Valya?

— ¡Muy bien!

Yuri acarició el cabello de la niña con cariño, hasta que Yulia nos llamó.

— Compórtate, jovencita — Le dijo Yulia seriamente a nuestra hija, quien asintió.

Caminamos hacia la entrada principal, siempre recibiendo la misma reacción de los empleados, podrían pasar años y años y todos se comportarían de la misma manera, tan pronto como poníamos un pie en Industrias Volkov, los empleados adoptaban una postura seria y sin ningún tipo de distracción. Amaba la forma en que Yulia se transformaba, la madre cuidadosa y extremadamente boba se quedaba atrás, mostrando únicamente una postura seria e imponente con ese jodido aire arrogante que me volvía completamente loca.

Con el paso del tiempo los empleados comenzaron a verme de la misma manera, ahora como su esposa y presidenta de la oficina principal, tenía el respeto que todos ellos le daban a Yulia y como buena aprendiz, me comportaba a la altura del apellido y la posición que se me había confiado.

— Buen días, Señoras — Dijo una empleado que se acercó y nos acompañó al elevador — Los accionistas ya están esperando.

— Muy bien, dígales que la Señorita Katina y yo estamos en camino — Dijo Yulia con un tono serio.

La joven nos miró de forma cautelosa y asintió para después alejarse.

— Apuesto a que te tienen miedo — Dije con una sonrisa, depositando un beso en la cara de Yulia tan pronto como las puertas del elevador se cerraron.

— Nos tienen, quieres decir.

— ¿Por qué tienen miedo? — Pregunto Valya aferrada a su IPad.

— En realidad no es miedo, mejor dicho respeto, cuando tienes un trabajo importante como tu mami y yo, necesitamos ser muy serias, para tener el respeto de todos ¿sabes? — Le explicó Yulia cuidadosamente.

La pequeña asintió con una mirada curiosa.

— Pero parece que tienen miedo, se quedan muy callados cuando llegamos.

— Es parte de lo que te explicó mamá, algún día también pasará contigo, Valya — Dije acariciando el cabello de mi hija.

Las puertas del elevador se abrieron, haciendo espacio para que nos moviéramos a la sala de reuniones, la secretaria de Yulia se encargaría de cuidar de Valya mientras estábamos en la reunión con los accionistas. En ese momento Yulia y yo cortábamos cualquier lazo, dentro de Industrias Volkov, más específicamente delante de los empleados, solo éramos socias.

— Buen día, caballeros — Dije entrando a la habitación, atrayendo cada mirada.

Yulia caminó hacia el otro lado de la mesa, nos sentaríamos en lados opuestos, pero en las orillas de la mesa. Los accionistas presentes nos saludaron amablemente y después la reunión comenzó, el tema pasó con tranquilidad, analizando los costos de la hoja de balance hecha por el nuevo inversor, mientras uno de los hombres explicaba cuidadosamente los temas de los reportes en nuestras manos, dejé mis ojos detenerse en Yulia. Ella era la misma de siempre, su expresión seria, cargada con ese aire arrogante que me volvía completamente loca, aún estaba ahí, tenía el cabello suelto, en ondas suaves, echado a un lado, estaba usando una blusa azul marino de tela fina y una falda blanca con estampado, tenía un maquillaje suave, únicamente resaltando la intensidad de sus ojos, lo que seguramente no necesitaban, dado que tenían su propio brillo.

Suspiré por algunos segundos mientras notaba lo hermosa que era mi esposa, perecía que había regresado en el tiempo, específicamente a los primeros días en que llego aquí, derribando todas mis murallas con su fuerte personalidad. Yulia retiró la mirada del hombre y la puso en mí, se formó una pequeña sonrisa en sus labios, causando una en los míos, me encargué de quitar la mirada de mi mujer, para recuperar la atención que había perdido totalmente. Yulia levantó la vista, para comenzar a dar su opinión del reporte y así continuó la reunión, hasta que terminó.

[…]

— ¡Por fin! — Dijo Valya cuando entramos a la oficina.

Nastya quien estaba jugando con nuestra hija se levantó con una gran sonrisa.

— Valya ya quería entrar a la sala de reuniones — Dijo nuestra amiga riendo divertida — La pobre secretaria fue a comer algo y yo me quedé con ella.

— Nos tardamos un poco — Yulia sonrió y se acercó, levantando a la niña y poniéndola en sus piernas — ¿Impaciente, mini Volkova?

— Un poquito... — Susurró avergonzada.

— Te oyes como tu mami.

— ¡Escuché eso, Yulia!

Mi esposa rió y depositó un beso en la cara de la pequeña.

— Yulia, acabo de hablar con Sasha, el helicóptero te está esperando — Dijo Nastya, mientras le mostraba un pequeño papel con el mansaje.

— ¡Oh! Estoy retrasada.

— ¿Regresarás pronto, mamá?

— Sí, cariño, regreso el sábado por la noche, porque el domingo todas vamos a salir para festejar el cumpleaños de tu mami.

— ¡Siiiii! — Gritó Valya emocionada.

— Dame un beso y un abrazo.

Valya besó a Yulia, para después abrazarla fuerte del cuello, las dos se quedaron así por unos minutos, como si nunca se fueran a despegar.

— Quiero que cuides a tu mami ¿vale? Duerme con ella en la cama, para que no se sienta sola.

Sonreí cuando escuché lo que Yulia le susurró a Valya.

— ¡Déjamelo a mí, mamá! — Dijo mi hija tan pronto como la puso en el suelo.

— ¿Y usted Señora Volkova Katina, no me va a dar un beso?

Me alejé del escritorio donde estaba recargada junto a Nastya y caminé hacia Yulia quien me miraba intensamente.

— Claro que lo haré, mi amor.

Yulia me envolvió la cintura con los brazos, jalando mi cuerpo más cerca al de ella. Valya nos miraba con una sonrisa traviesa y corrió a lado de Nastya, quien llevó a la pequeña fuera de la oficina.

— Voy a extrañarte — Le dije triste.

Yulia sonrió.

— También voy a extrañarte, Elena, pero volveré pronto y te prometo que regresaré con un regalo de cumpleaños.

Fruncí el ceño, rodeando el cuello de mi mujer con los brazos, acercándome a ella.

— No necesito ninguna sorpresa ¿sabes eso no?

— Esta te gustará o eso espero.

Antes de que pudiera decir algo, Yulia me pidió que me callara.

— Shh… Sólo bésame, Lena.

— Yulia...

— No es una petición, es una orden, Señorita Katina.


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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/13/2020, 2:36 pm

Capítulo 57 (Dos lados)


[Lena]

Me puse junto a Nastya y Valya, viendo como el helicóptero de Yulia despegaba, a través del vidrio de la ventana vi como la mujer sacudía su mano con una hermosa sonrisa en su cara. Nuestra hija alzó su pequeña mano sacudiéndola rápidamente en respuesta, pronto el helicóptero empezó a moverse, volando lejos del edificio de Industrias Volkov.

Suspiré profundamente, con cierta insatisfacción, recibiendo una mirada atenta de Nastya, quién sonrió débilmente.

- ¡Vamos, Elena! No estés así - Comentó mi mejor amiga en un intento de animarme.

Odiaba cuando Yulia tenía que viajar, odiaba estar lejos de mi esposa, ambas éramos mujeres totalmente ocupadas, a pesar de trabajar en el mismo lugar, no nos cruzábamos mucho, ambas teníamos posiciones importantes, que demandaban demasiado nuestra atención. Últimamente prometimos pasar más tiempo juntas, pasar más tiempo con nuestra hija y Anya, como promesa. Yulia dejó claro que el fin de semana de mi cumpleaños, que era el domingo, nuestra familia iría a la cabaña junto con nuestros amigos más cercanos y familia, todo en una gran celebración por mi cumpleaños número 31, el tiempo vuela ¿no?

- Ay, Nastya, sabes que no me gusta cuando viaja sin mí.

- Lo sé, te quedas con esa cara cada vez que se va.

Nastya rió mientras caminaba al elevador, sostuve la mano de mi hija, llevándola con ella.

- A mami no le gusta estar sola - Valya le dijo a Nastya.

- ¡Y por eso tu dormirás con ella! ¿Escuchaste lo que dijo tu mamá Yulia?

- ¡Sí! ¡Voy a dormir en la cama grande! - Celebró emocionada, haciéndome sonreír.

- ¡Esa es mi chica!

Nastya extendió su mano para que Valya la chocara.

Las dos simplemente estaban pegadas, amaba la relación cariñosa que existía entre las dos, muchas veces mi mejor amiga cuidaba de mi hija cuando Yulia y yo teníamos que viajar por negocios y honestamente, no había mejor persona para cuidar de ella.

Después de la ruptura con Lenin, Nastya estuvo sola un tiempo, lo que me puso muy triste, amaba su relación y siempre esperé una hermosa boda, pero con el tiempo descubrimos que mi amiga tenía otros intereses y muy conocidos para mí. En la fiesta de la boda de Oksana y Boris, Nastya nos dijo junto a Olya que estaban juntas, esa realmente fue la sorpresa del año, para todos, al principio el ambiente fue pesado, lo que causó que Lenin se distanciara de nosotras, pero hoy en día todo es muy normal, ahora él sale con una hermosa chica estadounidense y siempre viene a visitarnos.

- ¿Dónde está Olya? - Pregunté cuando salimos del elevador.

- Está en Imperium, dijo que tenía que recibir a algunos proveedores.

- No sé qué haría sin Olya en ese lugar.

- Si, mi novia es increíble, lo sé - Habló engreídamente.

- Lo es, pero no te pongas arrogante, Nobokova que yo también tengo una mujer maravillosa.

- Lo llevas diciendo durante años, Elena, no puedo olvidarlo.

Nos quedamos unos minutos en mi oficina mientras resolvía algunos asuntos pendientes de Industrias Volkov. Nastya había tomado la posición de supervisora general de la sede central, con la ayuda de Oksana, quién controlaba el sector financiero. Honestamente, Yulia era como un huracán, no únicamente en mi vida, sino en la de todos. Comparada a nuestra situación años atrás, en la cual Oksana, Nastya y yo vivíamos en un pequeño piso compartiendo gastos, hoy estábamos mucho mejor de lo que hubiésemos imaginado, con mi ascenso a la presidencia, vi como mí deber ayudar a ambas mujeres quienes me habían ayudado a través de los años y Yulia no me cuestionó, sabía la confianza que tenía con mis amigas o mejor dicho, con mis hermanas y ahora todas nosotras vivíamos en una buena situación financiera.

- ¿Qué te parece si comemos en "The Coffee"? La semana pasada fui y Dominique dijo que te extraña - Mencionó Nastya.

Sonreí y asentí brevemente.

- ¡Tío Dominique! - Valya dijo emocionada - Vamos a ir ¿verdad, mami? - Preguntó alejando los papeles y crayones.

- Sí, cariño, toma mi bolso del sofá.

La pequeña asintió rápidamente, acercando mi bolso, lo tomé de sus brazos, organizando algunas cosas.

- Voy a llamar a Oksana, nos vemos en la entrada.

- Está bien, bajaré con Valya e iremos con Yuri.

- Vale - Eso fue todo lo que Nastya dijo mientras salía de mi oficina.

Caminamos rápidamente hacía el elevador, Valya extendió su brazo al panel, donde presionó el botón de la primera planta, la pequeña sonrió emocionadamente, amaba ir a "The Coffee", Dominique siempre se hacía cargo de complacer todos sus deseos, lo que conllevaba a pasar horas dentro del lugar.

- Ni pienses que vas a comer muchos dulces con el tío Dominique ¿entendido?

- Pero mami...

- Pero nada, señorita, ahora no tienes a tu madre para cubrir tu espalda - Dije haciéndole cosquillas.

- ¡Tengo a la tía Nastya!

Fruncí la cara y sacudí mi cabeza.

Valya puso sus pequeñas manos sobre su boca, intentando contener una risa malvada, dios, Yulia entrenó a la niña perfectamente bien, antes de que pudiese decir algo, las puertas del elevador se abrieron, liberando a mi hija de cualquier sermón. La pequeña corrió a través de la recepción de Industrias Volkov hasta llegar a Yuri quién estaba en la entrada, esperamos unos minutos hasta que vimos a Nastya y Oksana caminando hacia nosotras, por un instante recordé cuando íbamos al restaurant en la esquina de Industrias Volkov, para hablar de toda clase de temas que rodeaban a la compañía, incluida Yulia.

- Siento la tardanza, Elena - Dijo Oksana mientras se acercaba, dejando un pequeño beso en mi mejilla.

- No te disculpes, ni siquiera te tardaste mucho.

- No hubiese podido aunque quisiera, Nastya vino gritando a los siete vientos que necesitaba apresurarme porque íbamos a comer juntas.

- De lo contrario te hubieses tardado una eternidad, te conocemos, Oksana.

Fue el turno de Nastya de hablar en un tono fingiendo seriedad, sonreí y asentí.

- Estoy de acuerdo con Nastya.

Oksana rodó sus ojos y se quitó las gafas de leer de su cara, poniéndolas en una caja pequeña.

- ¿A dónde vamos?

- ¡Donde el tío Dominique! - Valya dijo emocionadamente.

- ¡Hey, pequeña! ¿Cómo estás?

Oksana se agachó para estar a la altura de Valya, quién besó la cara de la mayor con cariño.

Yuri se acercó para abrir la puerta del auto. Nastya se sentó enfrente junto a Yuri, Oksana y yo nos sentamos atrás junto a Valya, pronto llegamos a "The Coffee", Valya emocionadamente corrió dentro del establecimiento sin esperar por nosotras.

- Puede comer donde quiera, Yuri, me voy a quedar aquí un tiempo.

- Sí, señorita Katina - El hombre habló mientras cerraba la puerta del auto - ¡Qué tenga una buena tarde!

- Usted también.

Al entrar a "The Coffee", inmediatamente vi a mi hija sentada en una de las sillas cerca del mostrador, hablando de una manera entretenida con Dominique quién la escuchaba con atención.

- Buenos días, Dominique.

- Buenos días, Lena - El hombre habló con buen humor.

Han pasado años desde que lo conocí y el hombre de pelo canoso nunca perdió su simpatía, siempre hemos frecuentado este lugar, debido que era uno de los lugares favoritos de Yulia en todo Moscú y ahora, el mío y el de Valya.

- ¿Dónde está Yulia?

- Tuvo que viajar, ya sabes cómo es, puros negocios.

- ¿Y esa cara es por eso?

- Sí, tío, mi mami está triste - Valya dijo inclinándose en el mostrador con sus pequeños brazos.

Dominique le sonrió a la pequeña y después me miró.

- Ay Lena, a pesar de lo malo, me alegró de que estés así, demuestra que no te gusta estar lejos de Yulia.

- ¡Lo odio!

- ¡Me lo imagino! Pero apuesto a que ella también odia estar lejos de ti y de esta pequeña.

El hombre llevó su mano al cabello largo de mi hija, acariciándolo ligeramente, escuché la voz de Nastya y Oksana en el fondo, se estaban acercando a nosotros.

- ¡Las llevaré a la mejor mesa!

Nastya sonrió, recibiendo un abrazo del hombre, quién rápidamente hizo lo mismo con Oksana.

- ¡Ya extrañaba la comida de aquí!

Oksana murmuró siguiendo a Dominique quien nos llevó a la parte trasera, al área abierta. Estábamos en una clase de balcón del lugar, muy cerca del pequeño patio de juegos que había, Valya ni siquiera preguntó, solo me miró con ese par de suplicantes ojos azules y yo asentí con una sonrisa.

- Que Valya tenga los ojos de Yulia es tu debilidad ¿verdad? - Oksana dijo riendo mientras se acomodaba en la silla junto a mí.

- Pienso eso cada vez que la miro.

- Voy a pedir que una de las chicas les sirva - Dominique habló serenamente mientras ponía una de sus manos en mi hombro.

- ¡Está bien! Pero después te sientas con nosotras para hablar un rato.

- Por supuesto, será un placer, tomaremos chocolate juntas. ¡Y no te preocupes por Valya, pediré que hagan un plato especial para ella!

- ¡Muchas gracias, Dominique!

El hombre asintió y se alejó, dejándonos solas en la mesa.

A cada momento echaba una mirada a mi hija, quien parecía divertirse en el patio con otros niños, Valya era una niña muy sociable, tenía una gran facilidad para encajar y hacer amigos.

- Relájate un poco, solo está jugando - Nastya dijo tocando mi mano en la mesa.

- No quiero que se haga daño o se ensucie mucho.

- ¿Quién diría que Lena sería una madre tan protectora? - Oksana dijo riendo.

La miré frunciendo la cara y antes de poder decir algo, una de las empleadas se acercó, nos tomamos unos minutos en elegir nuestra comida, pero rápidamente la chica escribió nuestras órdenes y se fue.

- ¡Ni siquiera empieces! ¡Te preocupas mucho más por Mishka!

- ¡Mishka es un niño muy eufórico! Tengo que preocuparme, el otro día estaba sobre nuestro perro jugando a montar un caballo.

- ¡Apuesto a que fue idea de Boris! - Nastya habló con una risa asombrada.

- Háblame de ello, Valya quiere hacer lo mismo con Ginger.

- No sé qué más hacer, es muy avanzado para un niño de cinco años.

- ¡Me lo imagino! Valya con tres y medio ya es demasiado lista.

- ¡Ustedes dos hablando de niños me hace no querer tener hijos!

Fue el turno de Nastya de hablar, algo asustada, lo que nos hizo reír.

- Al menos serás capaz de prepararte antes de decidir tener uno, no es como Oksana quién puede quedarse embarazada de otro bebé en cualquier momento.

- ¡Eso es verdad! Algo me dice que Oksana tiene una vida sexual muy activa.

- ¡No hablemos de eso! - Oksana dijo intentando cambiar de tema.

- Oksana ¿recuerdas ese libro? ¿50 sombra de Grey? ¿Hiciste algo con Boris? ¿Látigo o esposas?

- No puedo creer que me estés preguntando eso… ¡Dios mío!

Dejé salir una risa por el evidente nerviosismo que Oksana transpiraba.

- Estás muy nerviosa, Oksana ¡Lo hiciste! - Hablé acusándola.

- ¡Lena! - Exclamó.

- Woow… Y yo aquí pensando que Oksana todavía era una persona de iglesia.

- ¡Lo soy! Por cierto, el Pastor siempre pregunta por ustedes.

- ¡Pensé que no quería volvernos a ver! Flashback como Nastya dijo que la mujer del coro estaba buena y era trágico.

- Claras señales de lesbianismo que poseía mi cuerpo.

- Quién lo diría, Nobokova - Oksana dijo burlándose.

- Ni siquiera empieces, nunca sabemos lo que nos depara el futuro ¿que si te divorcias de Boris y decides tener una maravillosa experiencia sexual con una mujer? Oksana, no tienes ni idea lo delicioso que es...

- Por el amor de dios, cállate - Oksana dijo poniendo sus manos en los oídos.

No pude controlar mis enormes ganas de reír, era como si los años no hubiesen pasado, todavía éramos las amigas más locas en Moscú, Nastya todavía vivía con su amor disfrazado de bromas sexuales hacia Oksana y ella con sus enseñanzas cristianas. Vivíamos en este pequeño juego, a pesar de toda la mierda que hablábamos, sabíamos que todos estos eran elementos de nuestra fuerte amistad.

- ¿Qué? Solo digo que chupar...

- ¡Por Dios! - Oksana exclamó.

Antes de que Nastya pudiese completar su oración, rápidamente puse mi mano sobre su boca, evitando posibles miradas a nuestro alrededor.

Abrí mis ojos ampliamente, controlando mis ganas de reír.

- Sé lo que ibas a decir, es genial, pero guarda silencio, Nobokova.

Nastya puso mala cara y quité mi mano de su boca, se acomodó mejor en su silla y me miró de manera pícara.

- ¿Así que es genial? Siempre tan lesbiana Lena, pero todo indica que es la culpa de Yulia, la alfa.

- Siempre lo he sido.

- Estoy de acuerdo con Nastya, Yulia aumentó tu nivel de lesbianismo de un 50% a un 100%!

- ¿Te defiendo y te pones en mi contra?

- Sólo digo la verdad - Dijo Oksana con una sonrisita.

Dejamos el tema cuando una de las empleadas se acercó, sirviendo nuestros platos delicadamente, intercambiamos una mirada cómplice y creo que teníamos el mismo pensamiento… "¿Escuchó nuestra conversación?" Sacudí mi cabeza y saludé con la mano a Valya que me miraba desde lejos.

Sonrió y corrió hacia nuestra mesa.

- Siéntate junto a mami, Dominique hizo tu comida con mucho amor.

- ¡Mami, Luka me dijo que tiene dos papás!

- ¿En serio? ¿Y quién es Luka?

Valya se acomodó en una de las sillas junto a mí, mientras ponía su plato cerca de ella, Dominique hizo una hermosa decoración en el plato de mi hija, todo muy colorido y ordenado con la forma de una cara feliz.

- Es mi amigo, lo conocí en el patio - Dijo tomando el tenedor - ¡Está ahí!

Miré al pequeño niño que era empujado en los columpios por un hombre alto y rubio, quién pienso era su padre.

- ¡Yo le dije que tenía dos mamás! Y me preguntó si era tan divertido como tener dos papás.

- ¿Y qué le dijiste?

- ¡Dije que era genial! Y que mis mamás juegan conmigo todos los días.

Sonreí y deposité un beso en su cara.

Desde el principio, Yulia y yo le enseñamos a Valya que en este mundo había toda clase de familias y que todas eran hermosas y felices como la nuestra. Y a pesar de su edad pareció haber entendido perfectamente bien y amó la idea, lo que nos relajó mucho, pero sabíamos que todavía había algo de ignorancia en la gente, pero íbamos a dar lo mejor para que nuestra hija fuese de mente abierta.

La comida pasó pacíficamente, entre una agradable y divertida conversación, Nastya jugó con mi hija, que parecía divertirse mucho mientras Oksana y yo hablábamos de algunos asuntos de Industrias Volkov. No pasó mucho tiempo y mis amigas se despidieron, de acuerdo con ambas, tenían una reunión importante en el sector financiero y no podían llegar tarde.

- Nos vemos después, Elena - Dijo Nastya mientras se alejaba con Oksana.

Me levanté de mi silla y caminé a un área más cerrada del pequeño patio, Valya estaba en el subibaja con el pequeño Luka y parecía que se llevaban bien. Me distraje por un segundo cuando sentí como alguien se acercaba.

- Me siento un poco más viejo cada vez que veo a esta pequeña - Dominique habló cuando se detuvo a mi lado.

Quité la mirada de mi hija para mirar al viejo hombre de pelo canoso, llevaba pantalones marrones, una camisa blanca de botones junto a un suéter azul. Dominique tenía la apariencia de un loco abuelo, quien hacía todo por sus nietos e hijos, era un hombre encantador.

- Y pensar que vi a Yulia de este tamaño y ahora ver a su hija es demasiado para mí.

- Lo imagino… ¿Yulia también era así?

El hombre asintió mientras analizaba a Valya.

- ¡Valya se parece mucho a Yulia, pero también se parece a ti! ¡Es algo increíble!

- ¡Es maravilloso escuchar eso! Sabíamos que no podíamos tener una combinación única de Yulia y yo, pero hicimos lo que pudimos.

- Ella es perfecta, Lena.

- Sí, es lo mejor de mi vida, junto con Yulia y Anya, por supuesto.

El hombre rió y caminó al banco que estaba ahí. "The Coffe" tenía un hermoso jardín por dentro, lo que daba un ambiente relajado y familiar, diferente a la realidad del exterior, seguí sus pasos, sentándome junto a él.

- ¿No has pensando en tener otro hijo? - Preguntó con curiosidad.

Mis ojos acompañaron el semblante del hombre, quién parecía esperar una respuesta positiva de mi parte.

- Lo hemos pensando, en realidad Yulia ha estado hablando de ello - Dejé escapar una sonrisa breve de mis labios.

- ¡Me lo imagino! ¡Cambiaste a Yulia de una manera increíble!

- También me cambio a mí.

- Estoy convencido de eso, pero creo que el cambio que hiciste en ella fue mucho más grande, sabía que Yulia era una mujer dulce, a pesar de su semblante duro ¿Pero una madre tan cariñosa como lo es ella? ¡Nunca lo hubiese imaginado!

Dominique tenía razón, nadie se esperó esa versión de Yulia, bueno, en realidad si lo esperaba, y no me sorprendió del todo, siempre sentí que Yulia era más de lo que todos miraban, siempre supe que detrás de esa cubierta de mujer fuerte e imponente, había una dulce y cariñosa mujer. Yulia era una mezcla perfecta, cada detalle que hacía su personalidad, su cuerpo, su manera de ser, era perfecta para mí, como una unión de cualidades e imperfecciones, que juntas eran transformadas en la más hermosa creación de Dios.

[Flashback]

- ¿Crees que pueda sentir algo? - Yulia preguntó curiosamente mientras ponía una mano en mi barriga.

Le enseñé una sonrisa amplia al ver lo ansiosa que estaba por sentir a nuestro bebé.

Estábamos recostadas en el sofá del departamento, después de un día agotador en Industrias Volkov, decidimos quedarnos en casa y mirar una película, mientras Anya estaba en la casa de los padres de Yulia, en unas improvisadas vacaciones, así que ambas teníamos el departamento para nosotras.

- Amor, solo llevo dos meses, no puedes sentir nada todavía.

Frunció el ceño, con una cara de malhumor.

Llevé mi mano a su cabello, acariciando suavemente, estaba sentada en el sofá y mi mujer estaba recostada con su cabeza en mis muslos, cerró sus ojos cuando sintió mis caricias y suspiró profundamente.

- ¿Cuándo crees que podamos sentir como el bebé se mueve?

- No lo sé, creo que con cuatro o cinco meses.

- ¡Maldición, eso es una eternidad! - Se quejó haciéndome reír.

- ¡Por qué tanto apuro!

- Solo quiero sentir a mi bebé.

Yulia abrió sus ojos y me miró, giró su cuerpo y con gentileza alzó parte de mi blusa y deslizó la palma de su mano en mi barriga.

- ¿Qué crees que será? – Preguntó pensativamente.

Se veía hermosa esa noche, llevaba unos shorts negros y una camiseta blanca, todo muy simple, pero Yulia no necesitaba absolutamente nada para verse hermosa, ella ya lo era.

- No lo sé.

- Vamos, Elena, no creo que no tengas ni idea.

- Bueno, pienso que será una niña.

- ¿De verdad?

Asentí rápidamente.

- También pienso que será una niña, Olya dijo que cree que será un niño.

- ¡Nastya también lo cree!

- Bueno, no importa si es un niño o una niña, lo amaré de todas maneras - Dijo mientras hacía suaves caricias con la punta de sus dedos en mi barriga.

- ¿En serio?

- Por supuesto, mi amor.

Yulia levantó su cuerpo y se sentó junto a mí en el sofá, doblando sus piernas para acomodarse cerca de mí.

- No tienes ni idea de lo feliz y emocionada que estoy de que estés embarazada, amor, tengo el presentimiento de que voy a explotar de tanta felicidad de solo pensar que vamos a tener un bebé juntas.

- Yo también, Yul.

- Seremos muy felices con este bebé aquí, estoy completamente segura.

- ¿Lo prometes? - Fijé mis ojos en los de ella, que me miraban con esperanza.

- Lo prometo, mi amor.

Fue lo último que dijo antes de acercarse más y besarme lentamente, como si estuviéramos sellando la promesa.

[Fin del Flashback]

Escuché la fuerte risa de mi hija quién corría hacia mí, estaba ya sudando por haber jugado con los otros niños, se acercó, poniendo sus manos en mis piernas, mientras hablaba sin parar sobre cuanto se había divertido. Hablamos por unos minutos más con Dominique, quien mostraba interés en las historias de Valya, después nos despedimos y volvimos a casa con Yuri.

[…]

- Vamos, jovencita, a la cama - Dije mientras llevaba a mi hija al dormitorio.

- Pero mami, no quiero.

- Ya se está haciendo tarde y Anya ya debe de estar acostada.

- ¿Vamos a dormir juntas?

- ¡Claro! Las quiero a ambas conmigo.

Entramos a la habitación, que estaba fría, hasta el punto de hacerme temblar. Valya corrió hacia la cama, donde Anya ya estaba sentada, envuelta con el grueso edredón blanco.

- ¡Tu cama es inmensa! - Anya exclamó al mismo tiempo que se echaba en la cama.

- A Yulia le gusta el espacio.

- No sé por qué, las he visto dormir juntas y ustedes dos siempre están abrazadas.

Miré a mi hermana, dejando una involuntaria sonrisa escapar de mis labios, estaba en lo cierto, Yulia tenía la costumbre de siempre querer dormir abrazada a mí, tal vez por eso extrañaba a mi esposa cuando alguna de las dos viajaba.

- Es cómodo dormir así, pero basta de tanta charla.

- ¿Podemos ver una película?

Las miré a las dos que tenían una cara de súplica dibujada en sus rostros, dejé escapar un suspiro pesado y asentí con la cabeza, pronto estábamos todas bajo las sábanas gruesas de la cama mientras veíamos una película animada que Anya había elegido. Valya estaba agotada, así que pronto caería dormida. Llevé mi mano a su cabello, iniciando una suave caricia, que la hacía suspirar. Valya se había acomodado pegada a mi cuerpo, probablemente en busca de calor, la habitación era oscura y fría, esa atmósfera ayudó a que pronto mi pequeña se calmara y se rindiera al sueño, no presté atención a la película, ya que la habíamos visto una docena de veces, pero a las dos les encantaba y no me oponía a repetirla, pero en ese momento mis pensamientos vagaban en mi esposa, cuando escuché mi celular sonar.

Lentamente me levanté de la cama para no despertar a mi hija que se había dormido, agarré el aparato de la mesita de noche y me fui a una zona más lejana de la habitación.

- ¿Hola?

- ¿Echas de menos a tu esposa? - Escuché la voz de Yulia al otro lado de la línea.

- No sé, déjame pensar.

- ¿Cómo que te deje pensarlo?

Dejé escapar una risita mientras caminaba al balcón de nuestro dormitorio.

- Por supuesto que te echo de menos, mi amor, pensé que no me llamarías.

- Lo siento, amor, apenas llegué al hotel, pasamos todo el día en la sucursal y luego Lenin me llevó a cenar junto con algunas otras personas.

- ¿Otras personas?

Ella suspiró al otro lado de la línea, ella probablemente estaba sonriendo.

- Sí, unas estadunidenses hermosas - Bromeó.

Mordí mi labio y caminé al otro lado del balcón, sabía que estaba bromeando y me estaba fastidiando con su bromita, pero no me podía enojar con la posibilidad de tener mujeres tratando de flirtear con mi esposa.

- Compórtate bien, Volkova.

- Yo me porto bien, no dejaba de pensar en la maravillosa mujer que resulta estar casada conmigo - Su tono de voz era seductor, mierda, me encantaba.

- No intentes suavizarme.

Yulia se echó a reír.

- Sabes que te amo, aunque seas una celosa, siento unas ganas locas de besarte, lástima que no puedo.

- Una lástima de verdad, besaré a otra, entonces - Dije con un tono sarcástico.

- Lena Volkova, ni siquiera pienses en esa posibilidad ¿entendido? - Ella lo dijo en un tono serio y autoritario.

Suspiré al escucharla.

Yulia ahora era menos celosa que antes, quizás porque ahora nuestra relación estaba basada en una confianza total, pero todavía tenía sus momentos de celos, que no podía negar que me encantaban… Celos sanos son siempre bienvenidos ¿no?

- Entonces no tardes en volver, ya te extraño.

- Estoy de vuelta mañana por la tarde, amor.

- Bien, te esperaré en Industrias Volkov.

- Está bien por mí ¿Dónde está mi princesa? La echo de menos también.

Sonreí de forma melancólica de la manera en que se refirió a nuestra hija, Yulia y Valya siempre estaban pegadas, siempre abrazándose o dándose mucho afecto.

- Se quedó dormida, llamaste demasiado tarde, pero puedo despertarla.

- No, no es necesario, deja que duerma, sabemos que si se despierta ahora ella no vuelve a dormirse tan pronto - Soltó una risa suave.

- Es verdad, pero puedes llamarla mañana.

- Sí, voy a llamarla, bueno, ahora me voy a dormir porque estoy muy cansada y me imagino que tú también.

- Lo estoy, Valya y Anya me gastaron todas mis energías - Hablé sintiendo mi cuerpo pesado.

- Mañana estaré allí ayudándote y también para otras cosas - Su voz salió baja, casi ronca.

- Esperaré por aquello sin duda - Respondí con picardía - Pero ve a dormir, descansa para que puedas hacer lo que tienes que hacer mañana y vuelvas pronto.

- Muy bien, Señorita Katina, como usted ordene - Ella fingió ser seria y entonces se rió - Buenas noches, mi amor, duerme bien y dale a Anya y a Valya un beso de buenas noches por mí, mañana estoy de regreso.

- Déjamelo a mí, descansa y no olvides que te amo.

- También te amo, mi Elena - Fueron sus palabras antes de colgar.

Volví a la habitación a pasos lentos, no quería despertar a las dos que ya estaban dormidas en mi cama. Caminé de puntillas acercándome a la cama, dejando mi celular en la mesita de noche, para luego volver a mi lugar. Extrañaba tanto a Yulia en esta cama, en este momento me estaría acomodando sobre su cuerpo, mientras me acaricia mi pelo ligeramente, era increíble cómo empiezas a ser dependiente de alguien cuando estás enamorada, tal vez es un proceso involuntario, la otra persona termina siendo tu pilar para soportar los momentos desde lo más tontos a lo más serios, cada detalle de tu vida cotidiana termina interconectada a la otra persona, en un claro mensaje de que siempre van a estar conectadas.

Agarré el control de la TV para apagarla, la habitación quedó completamente oscura y silenciosa, ahora sólo podía oír la respiración de ambas niñas a mi lado. Anya estaba durmiendo en la esquina, envuelta en el edredón, mientras que Valya abrazaba al pequeño Jack que Yulia le había dado, besé la carita de mi hija ligeramente antes de acurrucarme cerca de ella.

[Flashback]

Sentí las caricias de Yulia en mi vientre en un gesto amable y cariñoso, estaba sentada en la cama, apoyada en la pila de almohadas suaves echas por mi esposa, quien estaba sentada a mi lado con una sonrisa tonta en sus labios, ella tenía dos pequeños zapatitos de color rosa en los dedos, que utilizaba para hacer una especie de paseo sobre mi vientre.

- Vamos, princesa, quiero sentir como te mueves - Susurró cerca de mi vientre.

Si hay una cosa que a Yulia le gustaba, era hablar con nuestra hija, ya estaba en el octavo mes de embarazo y pronto tendríamos el placer de conocer a la nueva miembro de nuestra familia.

- Sabes que esto es un poco incómodo ¿no? - Le pregunté riendo.

- Lo siento, Elena, pero me encanta sentir como se mueve ¿Has notado que siempre lo hace cuando estoy hablando con ella?

Asentí sonriendo, para luego capturar la mano de Yulia rápidamente, poniéndola en una zona de mi vientre, los ojos de mi esposa brillaban cuando la sentía moverse.

- Oye, princesa, mamá se muere por verte ¿sabes? Hoy te hemos comprado la cuna y el cochecito, yo lo quería en azul, pero tu mami lo eligió en rosa… ¡Espero que te guste!

Mi esposa habló muy cerca de mi vientre, como si le estuviera diciendo un secreto a la bebé, Valya como nosotras habíamos elegido, se movió dentro de mi vientre lentamente, causando una patadita.

- Le debe haber gustado, ella se movió mucho - Le dije a Yulia que sonrió.

La mujer se acercó, ahora parcialmente acostada en la cama, Yulia acariciando una vez más mi vientre para luego depositar un beso en el área. Sentí que mi pecho se llenaba de una sensación maravillosa, una sensación inexplicable, la evidente felicidad de Yulia era contagiosa quien era tan feliz de que estuviera embarazada.

- Estamos tan ansiosas de tenerte, princesa, apuesto a que inundarás este apartamento con tanta felicidad, harás de mí una mamá tonta y de Lena una mamá amorosa y responsable, porque honestamente, responsable no voy a ser.

Tal vez las hormonas del embarazo me estaban afectando más de lo esperado, porque sentí las lágrimas de mis ojos en la escena, Yulia se movió entre mis piernas, mientras hablaba entretenida con nuestra hija que aún estaba en mi vientre.

- Pero no te preocupes, encontraremos la forma de escapar de sus regaños… ¡Lo prometo!

- ¿Ya le estás enseñando eso a nuestra hija, Volkova? - Pregunté fingiendo ser seria.

- Ella tiene que nacer lista para enfrentar las reglas de esta casa, pronto tendrás una más para aumentar el desorden que Anya, Ginger y yo hacemos.

- Al parecer estoy condenada.

Yulia no contuvo la risa y levantó su cuerpo, para ponerse frente a mí.

- Realmente lo estás - Se acercó más, hasta el punto de rozar su nariz lentamente con la mía - Pero te va a encantar, estoy segura.

- ¿Tú crees?

Ella tenía los ojos cerrados, mientras que cepillaba su cara con la mía.

Suspiró y sonrió.

- ¡Lo harás! ¡Vamos a tener la mejor familia de todo el mundo!

Abrí mis ojos y encontré ese par de ojos azules, justo frente a mí, estaban en un tono claro y luminoso.

- La tendremos.

- Sí, amor, prometí que te haría feliz y lo haré.

- Ya me haces feliz, Yul, me hiciste la mujer más feliz de todas.

Ella depositó un beso en mis labios y sonrió.

- Te amo, te amo más de lo que te puedas imaginar, Lena.

[…]

- ¡Oh mi dios! ¿Y ahora qué? - Yulia preguntó claramente nerviosa.

- Yulia, relájate ¿vale? Respira un poco - Nastya intentó calmarla.

Vi a mi esposa caminar de un lado a otro, con un semblante nervioso y preocupado, no podía calmarla, por mis contracciones que eran cada vez más frecuentes. Lenin me sostuvo en sus brazos, caminando hacia el estacionamiento mientras Yulia caminaba detrás junto con Nastya y Katya.

- Volkova, por el amor de dios, quien va tener al bebé ahora es Lena, así que mantén la calma.

- Yul, es mi esposa la que dará a luz a nuestra hija ¿Cómo voy a mantener la calma?

Si no estuviera sintiendo tanto dolor podía reírme de la situación, pero no era el mejor momento. Me senté en el asiento trasero y entonces Lenin tomó el volante, Nastya se sentó junto a él y Yulia junto a mí.

- Joder, esto es horrible - Dije fuerte cuando sentí otra contracción.

Yulia me miró asustada, pero sostuvo mi mano delicadamente, la apreté más de lo que debía, porque vi su mano de blanco a rojo en cuestión de segundos.

- Tranquila, amor.

Yulia de lo nerviosa que estaba, trataba de darme toda la calma del mundo.

- ¡Elena, respira! ¡Respira bien profundo! - Gritaba Nastya.

- ¡Dios! - Exclamé en voz alta, sosteniendo mi vientre.

- Creo que voy a vomitar - Yulia susurró.

- No, amor, tú no puedes vomitar, no ahora - Dije nerviosa.

Yulia estaba más pálida que de costumbre, si eso era posible. Ella me miró asustada y al mismo tiempo preocupada, sabía que esto era totalmente diferente a lo que ella esperaba, habíamos programado la cirugía para tener el bebé, pero Valya decidió venir temprano esa mañana.

- Lenin, por el amor de dios, dale velocidad al coche - Grité.

- Tenemos que llegar tan pronto como sea posible.

- Joder, mis nervios están de punta - Exclamó Nastya.

Cuando llegamos al hospital nos atendieron inmediatamente, antes de tiempo estaba dentro de la sala de partos, al principio, Yulia se negó a ver, dijo que se desmayaría y obstaculizaría todo, pero al final, allí estaba, sosteniendo mi mano, pidiendo cariñosamente que puje duro y que tome respiraciones profundas.

Sentí que mis ojos se desenfocaban en medio del colosal dolor que me hizo llorar y gritar.

- Respira profundamente, mi amor, ya casi.

- No, puedo más, Yul - Gemí de dolor, apretando su mano, sentí las lágrimas corriendo por la esquina de mis ojos.

- Sí, tú puedes, ya está casi aquí, nuestra hija va a nacer, Elena.

No tardó mucho y el llanto del bebé inundó toda la habitación, apoyé mi cuerpo en la camilla, sintiendo mi pecho subir y bajar rápidamente, abrí los ojos y miré la sonrisa de Yulia hacia mí dirección.

- Te amo - Susurró antes de soltar mi mano.

Valya lloró escandalosamente, haciéndome sonreír débilmente, Yulia se acercó al médico que puso al bebé en una pequeña manta azul, de la manera más cuidadosa posible, Yulia acomodó a nuestra hija en sus brazos por primera vez, no tienen idea de lo importante que fue para mí, ese momento, ver a la mujer de mi vida sosteniendo a nuestra hija, con esa gran sonrisa y ojos llorosos, fue el mejor momento de mi vida.

Suspiré pesadamente, cerrando y abriendo los ojos lentamente, después mi esposa se acercó a mí.

- Hey, mi amor, dale la bienvenida a nuestro bebé.

No pude evitarlo, dejé caer las lágrimas de pura emoción, Valya estaba gradualmente cesando su saludable llanto, mientras miraba su rostro rojizo.

- Bienvenida cariño - Susurré, recibiendo una sonrisa de Yulia.

[Fin del Flashback]

Me desperté con el sol golpeando mi cara, mientras sentía mi cuerpo siendo sacudido en el colchón, Valya saltó sobre la cama en pura emoción, Anya se echó a reír en la esquina, junto a Ginger que trató de sacar la sábana.

- ¡Dios mío, tienen que estar bromeando!

- ¡Mami! - Valya gritó lanzándose encima de mí - ¡Buenos días! - Susurró dulcemente, depositando un beso en mi mejilla.

- ¿Puedo saber por qué tanta emoción? - Le pregunté con sueño.

- ¡Tía Oksana dijo que Mishka quiere jugar!

- ¿Y…?

- Dijo que vendría a recogerla - Completó Anya.

Me senté en la cama lentamente, frotándome los ojos que se abrieron con dificultad.

- ¿Y soy la última en saberlo?

Anya se encogió de hombros con una sonrisa.

[…]

Tenía un montón de carpetas sobre el escritorio, todos ellos todavía necesitaban ser analizados apropiadamente para ver si los proyectos serían aceptados o no, pero confieso que ese día no tenía paciencia, ya eran más de las cinco y no había recibido ninguna señal de Yulia. Me había quedado prácticamente toda la mañana en Industria Volkov y luego me iba a ir a Imperium para firmar el contrato para el nuevo proveedor que Olya había contratado.

Jadeé irritada mientras bebía el Whisky en mi vaso… ¡No puedo creer esto, Yulia!

Me distraje por una fracción de segundo con la vista de la tarde, ya estaba oscureciendo y formando una noche maravillosa, cuando oí mi celular en el escritorio, me moví rápidamente con la esperanza de que sea Yulia, pero el nombre de Olya brilló en la pantalla.

- Hola, Olya.

- ¡Vaya, cuanta emoción! Me esperaba al menos ser recibida con un "Hola, preciosa".

Dejé escapar una risa involuntaria después de lo que dijo.

- Estoy de mal humor, no me hagas reír.

- ¿Qué pasó?

- Yulia, eso pasó.

- Hey, no blasfemes a tu esposa - Olya habló seriamente - Eso es aceptable en la cama.

- Idiota ¿Qué necesitas?

Me volví en la silla giratoria, deteniéndome con mi cuerpo ante el escritorio.

- Quiero saber si vienes acá, sólo espero que vengas a firmar este contrato, te dije que vendría mañana por la mañana.

- ¿Puedo firmarlo mañana por la mañana? Todavía tengo que ir a la casa de Oksana para recoger a Valya y a Anya - Me quejé de mal humor.

- ¡No! Te lo dije por adelantado, Lena.

- Lo sé, iría con Yulia después de salir de Industrias Volkov, pero esa idiota no apareció.

- ¿Crees que algo pasó?

- ¡No! Llamé a Lenin y me dijo que estaba observando el proyecto de algunos proveedores estadounidenses.

- ¿Así que no volverá hoy?

- No y si vuelve, dormirá en el sofá.

Olya soltó una carcajada al otro lado de la línea.

- Dudo eso, debes estar extrañándola a morir.

- Sí, pero ahora mi ira es más grande.

- ¡Alégrate! Es más, salgamos hoy, tú, Nastya y yo.

- No estoy de humor, Olya, sin mencionar que no quiero hacer mal tercio.

- Deja de ser gruñona, será divertido, te prometo que no vamos a lucir nuestro amor delante de tu malhumorada cara.

- Estás muy graciosa hoy.

- Siempre, querida, ahora lo digo en serio, te esperamos aquí en Imperium.

- Lo pensaré.

- Nada de eso, aquí nos vemos - Dijo antes de colgar.

Tiré el celular sobre el escritorio, cuando volvió a sonar.

Jadeé pensando en lo que Olya había olvidado contarme, siempre era así, tomé el celular una vez más, ahora viendo el nombre de Yulia.

- Hola, amor - Dijo en un tono bajo, casi culpable.

- ¿Qué, Yulia? - La corté enojada.

- Elena, sé que estás enojada conmigo, pero mira, tomaré el primer vuelo mañana.

- ¡Prometiste llegar hoy, Volkova!

- Lo sé, pero tuve algunos acontecimientos imprevistos aquí.

- Bien, muy bien - Dije enojada.

- Amor, no seas así...

- Estoy bien, Yulia, ahora mira si terminaste lo que tienes que hacer y toma el primer vuelo mañana.

- Eso haré... ¿Qué vas a hacer hoy?

- Saldré con las chicas, a algún club, no lo sé.

- ¿Cómo? - Preguntó algo seria.

- Exactamente lo que escuchaste, pero no te preocupes, Valya se quedará con Oksana, me voy con Nastya y Olya.

- Lena...

- Estoy ocupada, hablaremos mañana.

- ¿De verdad vas a estar enojada por algo que no es mi culpa?

- Adiós, Yulia.

Terminé la llamada y tiré el celular.

Yulia sabía cuánto odiaba que planeáramos y ella no podía ir, siempre trataba de hacerme olvidar con sus caricias, pero no siempre funcionaban, especialmente cuando estaba a kilómetros de distancia de mí.

Las horas pasaron rápidamente, en medio de tanto trabajo que ni siquiera noté que ya estaba oscuro, empaqué mis cosas, poniendo todo dentro de mi bolso, cogí mi teléfono que estaba tirado en el sofá de mi oficina, notando algunas llamadas perdidas, todas de Yulia. Me aseguré de no abrir las notificaciones, no quería tirar la toalla y responder a sus llamadas y decirle que mi ira era porque la extrañaba, en su lugar, dejé el aparato en silencio y seguí mi camino.

Eran las ocho y yo estaba en camino a Imperium, donde Olya y Nastya me estaban esperando, vi la pantalla de mi celular iluminarse, así que lo agarré viendo un texto de Yulia.

YV: Espero que tu irritación pase y que me llames, te extraño y te amo.

Puse los ojos en blanco y volví a dejarlo.

- Idiota, te odio - Me quejé, pero en mis pensamientos murmuré que la amaba y la extrañaba también.

Aparqué mi coche frente al edificio de "Imperium", esa noche estaba cerrado debido a algún tipo de mantenimiento que desconocía, pero no me importaba, Olya sabía muy bien qué hacer con ese lugar, tanto así, que ahora era el mejor club nocturno en todo el centro de Moscú, salí de mi coche, viendo el coche de Nastya aparcado justo al lado, ya estaban esperando por mí, así que caminé hasta la entrada, que estaba abierta.

El lugar parecía completamente vacío, silencio total, sólo escuché el sonido de mis tacones contra el suelo de madera del pasillo, los calentadores en esa zona debían estar apagados, porque el frío me hizo acomodar mejor el abrigo. Caminé lentamente hasta la entrada de la sala principal de "Imperium", hoy el club estaba mucho más sofisticado que hace años, todo en la mejor calidad posible, en el centro había un enorme bar ovalado y en su centro había un pequeño escenario con un poste, para que la gente pudiera ver el espectáculo mientras bebían, en la parte de atrás, el escenario principal seguía familiarizado, ahora con más glamour, por supuesto.

Fruncí el ceño cuando noté que los reflectores estaban encendidos, seguramente habían olvidado apagarlos, atravesé la habitación lentamente, cuando un ligero reflector se iluminó sobre una mesa, delante del escenario principal, en ella estaba un cubo de metal con una botella que pensé era champán, miré a mí alrededor, tratando de ver quién estaba allí.

- ¿Nastya? ¿Olya? - Llamé, pero no hubo respuesta.

Respiré profundo y me acerqué a la mesa iluminada por el ligero reflector, en él había un pequeño sobre, lo tomé y leí las letras que me eran familiares.

"Hoy lo haremos de manera diferente, esta vez, seré tu stripper”

Volk…

Antes de que pudiera pensar en lo que estaba sucediendo, el reflector se iluminó en el centro del escenario principal, sobre el cuerpo de la hermosa mujer, mi corazón palpitaba en ritmos violentos y frenéticos, conocía ese cuerpo mejor que nadie.

Ahora estaba apoyada contra el poste de baile, mientras tenía la cabeza arqueada hacia atrás, llevaba una falda corta negra con estampados, un top blanco, una chaqueta de cuero y unos tacones/bota, su cabello estaba agarrado en una cola alborotada dándole un aire mas sexy y sin olvidar una máscara.

Tragué fuerte y me quede estática.

- ¿Yulia?

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GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA) - Página 7 Empty Re: GINGER APPLE. THE STRIPPER (BY: EVELIN SILVA)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/13/2020, 7:47 pm

Capítulo 58 (Querida stripper)


[Lena]

— ¿Yulia?

Simplemente no podía creer en lo que estaba viendo, era ella.

La mujer sostuvo el poste de acero con las dos manos, mientras caminaba lentamente a su alrededor, bajo la luz blanca de los reflectores, pude ver la silueta de Yulia moverse con gracia en sintonía con el sonido que inundó ese lugar. Era una escena que nunca pensé que vería y confieso, que era una de las mejores de toda mi vida, me senté en la silla, justo en frente del escenario, al parecer hoy sería sólo una clienta, como un día lo fue ella para mí. El misterioso aire que inundaba el lugar era totalmente excitante y tentador, Yulia se detuvo al lado del poste de acero, moviendo su cuerpo lentamente de un lado a otro, mientras que con las dos manos se desabrochaba la chaqueta que cubría su cuerpo. Tragué saliva en el instante exacto en que volvió la cara hacia un lado, dejando una sonrisa cargada de deseo escapar de sus labios, se quitó parcialmente la chaqueta, mostrando primero los hombros, sin detener nunca el movimiento de su cuerpo. Se giró sobre sus talones, deteniéndose frente a mí, los ojos azules de Yulia, tenían un brillo intenso y profundo, respiré lentamente, sin parpadear, por fin la chaqueta de cuero cayó al suelo, lo que me hizo dejar de respirar durante una fracción de segundo.

Woow…

Poco a poco, las prendas fueron desapareciendo dejando ver que llevaba una ropa interior de encaje negro, el tejido en su cuerpo destacaba la piel blanca de mi más nueva y única stripper ¿Debo comentar las diminutas bragas que llevaba? Mis pensamientos burbujeaban con mis ojos ansiosos de cómo esa pieza podría estar en la parte de atrás y Yulia como una buena chica, no se tomó mucho tiempo para mostrármela… Y dios mío, esta mujer no dejó nada a la imaginación.

— Tú quieres matarme... — Susurré.

Ella sonrió, probablemente leyendo las palabras que salieron de mis labios, caminó de nuevo más cerca del tubo, dándome la espalda, movió las caderas, adelante y atrás varias veces, mostrando cómo dios había sido generoso con su cuerpo. Simplemente estaba hipnotizada de aquella vista y con cada pequeño movimiento que hacía, volvió la cara hacia un lado, mostrando una expresión atractiva, que aunque cubierta por la máscara negra, era notable el contenido sexual. Crucé las piernas, apretándolas un poco duro, la stripper se volvió hacia adelante, todavía sosteniendo el poste, ahora por encima de su cabeza y lentamente se sentó, frotando su cuerpo sobre el acero.

Mierda...

La visión de Yulia Volkova vestida sólo con ropa interior y una pequeña máscara mientras bailaba sensualmente en el poste era al menos surrealista, sentí como todo mi cuerpo se calentaba y un escalofrío corrió por mi espalda, sólo dios conoce los pensamientos sucios que pasaban por mi cabeza ahora mismo. Ella tenía esa sonrisa en sus labios, como si supiera exactamente el estado deplorable en el que ella me tenía, levantó su cuerpo dándome la espalda otra vez y para mi sorpresa total, la mujer con una habilidad desconocida para mí, suspendió su cuerpo del suelo, sosteniendo el poste, sus muslos se aferraron allí mientras poco a poco dejó caer las manos, movía su cuerpo en una sincronización perfecta con la música, como si los ritmos sensuales que inundaban ese ambiente, controlaran los movimientos realizados por ella.

Sostuvo el poste con las dos manos y dejó caer sus piernas, abriéndolas para mover su cuerpo, los movimientos alternaban entre lentos y a veces rápido, me sentía como si todo el mundo se hubiera detenido, como si no hubiera nada más que esa mujer ¿Fue exactamente así como ella se sintió cuando me vio bailar? Sin ni siquiera el más mínimo contacto, Yulia estaba causando una ebullición de sensaciones placenteras en mi cuerpo, al verla de manera sensual y sexual en ese momento me estaba volviendo completamente loca.

Rápidamente juntó las piernas alrededor de la parte superior del poste de acero y bajó su cuerpo, permaneciendo al revés, sus manos tocaron el suelo, para luego subir de nuevo, ella tenía un ritmo maravilloso, como si se hubiera entrenado duro para alcanzar la perfección y eso no lo dudaba. La determinación de Yulia era evidente en cualquier meta que quería alcanzar y seducirme, debía ser uno de los más fáciles para ella, después de todo no necesita mucho para tener a cualquiera, mucho menos si ese alguien era yo. La mujer se bajó del poste y puso sus pies en el suelo de nuevo, todo mientras bailaba perfectamente con la música, su piel era un poco más brillante, tal vez debido al sudor por el esfuerzo, pero eso no importaba sus movimientos transmitían claramente algo sexual, lleno de lujuria y sensualidad. Deslizó sus manos por su cabello, su cuello, sus pechos y su abdomen.

Cerré los puños cuando la vi deslizar sus manos sobre su centro hasta sus muslos, con ese acto sentí como mi sexo palpitaba.

¡Hija de puta!

Yulia se arrodilló en el suelo, echando su cabeza hacia atrás, dejando su cuello totalmente libre, sentí que se me hizo agua la boca con la maldita urgencia de besar cada pequeño detalle de su piel. Movió su cuerpo como si se estuviera frotando a sí misma con algo debajo, al igual que lo hacía cuando ella me estaba follando, sus manos sostenían su cabello mientras sus caderas se movían en una vuelta lenta y continúa.

Era obvio que ella me quería matar. Mi centro estaba completamente mojado debido a Yulia y todo lo que más deseaba en ese momento era poseerla allí mismo, sin la más mínima vergüenza o delicadeza.

Abrió los ojos y a través de la máscara, me miraba con esa mirada desafiante, esa puta mirada que era capaz de mojar tu ropa interior.

Yulia se puso de pie y se dirigió hacia la pequeña escalera, mi corazón aceleró el ritmo, rompiendo a golpes violentos y desesperados en cada paso que daba hacia mí, sentí mi respiración irregular y por una fracción de segundo cerré los ojos hasta que escuché el ruido del hielo en el interior del cubo de metal que estaba encima de la mesa. Abrí los ojos y ella servía un vaso con champán, me quedé mirándola a los ojos, sin decir absolutamente nada, Yulia no sonreía y no se atrevía a hablar, delicadamente me dio el vaso, el cual me encargué de llevar a mis labios.

— ¿Sorprendida, señorita Katina?

La voz de Yulia era rasposa, tal vez era la excitación que nos consumía.

El lugar que hace unos minutos estaba frío, ahora estaba caliente como el infierno, el sonido de los tacones de Yulia hizo eco en medio del final de la canción, ahora caminaba alrededor de la silla en que estaba sentada.

— Extremadamente sorprendida.

Mi garganta estaba seca, incluso habiendo degustado la deliciosa champaña que ella me había servido, enderecé mi cuerpo en el instante en que ella apoyó las manos en mis hombros, apretándolos lentamente.

Yulia bajó la cabeza, dejando sus labios cerca de mi oído.

— Dije que volvería con una sorpresa para ti, Lena.

Antes de que pudiera hablar o al menos intentarlo, se acercó y se sentó en mi regazo.

— Feliz cumpleaños, amor.

Mi centro se contrajo al final de la frase, Yulia se me quedó mirando y no me atrevía a apartar los ojos de ella.

Ella envolvió sus brazos sobre mis hombros, rodeando mi cuello, para entonces empezar a mover sus caderas de adelante hacia atrás, lentamente. Sentí mi cuerpo en llamas, nuestras respiraciones eran pesadas y jadeantes, sin apartar sus ojos de los míos, se balanceó de acuerdo con el ritmo de la música.

Al parecer los papeles se habían invertido, ahora me torturaría como yo siempre lo había hecho.

— Me estás matando, Yulia.

— Volk, mi nombre es Volk esta noche.

Se soltó el cabello, el cual cayó sobre su espalda, dejando su cuello totalmente libre para mí y no pasó mucho tiempo para tomar ventaja. Con la punta de mi lengua la deslicé desde su clavícula hasta la punta de la barbilla. El pecho de Yulia se levantó y cayó en una respiración desajustada, mis manos descansaban sobre sus muslos, donde apreté con un poco de fuerza, Yulia no se atrevía a quitarlas de allí, ella estaba pidiendo tanto como yo un mayor contacto entre nosotras, tanto es así, que se movía con más intensidad, su sexo se frotaba sobre mí con un poco de fuerza.

— Me vas a volver loca — Susurré.

— Voy a devolverte todo lo que me has hecho durante estos años — Dijo mientras me miraba, quitando el abrigo que cubría mi cuerpo.

Se levantó lentamente, haciéndome maldecir internamente, pero no pasó mucho tiempo para sentarse de nuevo. Ahora ella estaba de espaldas a mí mientras se balanceaba lentamente en mi regazo, la excitación consumía cada célula de mi cuerpo, haciéndose cargo de mis pensamientos, mis acciones y todo lo que me movía, en ese momento Yulia era mi propiedad, mis ojos viajaron de su espalda a su trasero que se frotó deliciosamente en mi centro.

— Te deseo.

La mujer dejó su columna vertebral en posición vertical, girando su cuerpo un poco hacia un lado para mirarme, todo mientras bailaba en mí.

— ¿Cuánto es lo que me deseas, Ginger Apple?

Sostuve su cintura, ayudándola a mover sus caderas de un lado a otro, estaba sudando y ella también, la temperatura era devastadora, tanto que quería deshacerme de todas las piezas de ropa que nos cubrían.

— Mucho, te deseo muchísimo, Volk, me estás poniendo tan jodidamente mojada.

Ella sonrió y se mordió el labio inferior.

— ¿Cree que es justo? ¿Has visto lo que me has hecho durante todo este tiempo?

Mis manos se levantaron de su cintura a sus pechos y cerré mis manos sobre ellos, apretando lentamente.

Yulia suspiró profundamente, pero no se detuvo.

— ¡Dios, lo sé! No me arrepiento, lo haría todo de nuevo.

— ¿Lo harías?

— ¿Para tenerte así como hoy? Sí…

Yulia sonrió cínicamente y se levantó, deteniéndose frente a mí.

— Estamos tan solo en el principio, ven conmigo — Ordenó.

Extendió su mano y la tomé sin pensarlo dos veces, nuestras miradas se fijaron, como una línea continua, tomé la copa de champán que había sobre la mesa y seguí a Yulia, durante el camino mis ojos se perdieron en su cuerpo cubierto sólo por su ropa interior.

— ¿Te gusta lo que ves? — Preguntó sin siquiera mirar atrás.

— Me encanta lo que veo.

Intercambiamos un breve vistazo antes de pararnos en frente de una de las salas del club, Yulia y yo entramos en una de las habitaciones privadas. La penumbra dejó todo con un aire misterioso y atractivo, llevé la copa de champán a mis labios, bebiendo hasta la última gota, coloqué el vaso de cristal fino en uno de los mostradores y me le acerqué.

La habitación privada era diferente a las demás, ahora tenía una cama, Yulia había pensado en todos los detalles de aquella noche, estábamos de pie, una en frente de la otra en el centro de la habitación.

— Te voy a dar tu regalo de cumpleaños — Dijo depositando un beso en mis labios, mientras con delicadeza se quitó la máscara.

— Tú ya me has dado uno.

Yulia sonrió, para luego doblarse hacia abajo y retirar la tela que cubría mi cuerpo, luego se levantó de nuevo frente a mí, tanto ella como yo sólo llevábamos ropa interior ahora.

— Le gustará más cuando la sorpresa este completa, señorita Katina.

Me encantaba cuando me llamaba así, cuando me exaltaba de esa manera, Yulia prácticamente se comía mi cuerpo con sus ojos, pero no se atrevía a tocarme.

— Estoy controlando mis impulsos en este momento, Lena — Dijo con los ojos fijos en mí.

— ¿Qué quieres hacer conmigo?

Di un paso hacia delante y apoyé las manos en su cintura con el fin de acercarla más, quería besarla, pero Yulia se volvió rápidamente de espaldas a mí y rápidamente me acerqué más, envolviendo mi cintura desde atrás, presionando mi cuerpo con el de ella.

— Quiero tirarte en esta cama y hacerte mía — Susurró en cuanto su cuerpo quedó atrapado al mío.

— ¿Y por qué no lo haces? — Le susurré al oído, dejando que mis labios se deslizaran por esa zona, hacia su cuello.

Respiré profundo, sintiendo el dulce aroma que emanaba de su cabello, el cual hizo a un lado dejando su cuello y su hombro derecho libre para que pudiera besarla, la mujer respiró profundo, tan pronto como sintió mis labios sobre su piel.

— Hoy quiero que sea diferente.

— ¿Diferente cómo?

Arrastré mis labios en su hombro, donde ligeramente clavé los dientes, mientras mis manos apretaron el cuerpo de mi mujer contra el mío.

— Quiero que me folles.

Nuestros ojos se encontraron al final de la frase, una ola de calor inundó hasta el último detalle de mi cuerpo, centrándose más precisamente en mi centro, dejé escapar un fuerte soplo de aire entre los labios.

— ¿Estás segura? Te encanta dominar.

Yulia se volvió hacia mí, todavía con los ojos fijos en los míos.

— Lo sé, pero hoy voy a ser tú sumisa.

[Yulia]

Los ojos de Lena brillaron con puro deseo, como si desease cada segundo de ese momento, cuando tomé el impulso de seguir hablando, tomó mi boca en un beso. Sentí como mis labios presionaban los suaves labios de mi mujer, quien apretó mi cintura con sus delicadas y posesivas manos, mientras me hacía retroceder varios pasos, nos detuvimos únicamente cuando mi espalda hizo contacto con la fría pared de esa habitación. Dejé que un sorpresivo gemido escapase de mis labios al sentir como su cuerpo me inmovilizaba deliciosamente ahí, su lengua se deslizó sobre la mía de manera voraz, casi desesperada, aumentando aún más la intensidad de la maldita excitación que se apoderó de mí.

— Te voy a devolver todo lo que me hiciste aquí un día, Yulia.

Lena subió mis manos sobre mi cabeza, inmovilizando mis manos contra la pared con solo una mano, mientras sus labios y lengua se deslizaban sobre mi cuello, mordí mi labio inferior cuando clavó sus dientes sobre mi piel, probablemente dejando una marca.

— ¿Lo harás? ¿De la misma manera? Lo dudo — La provoqué.

En un movimiento rápido, giró mi cuerpo contra la pared, dejándome de espaldas a ella, sostuvo mi cabello forzándome a girar mi cara a un lado para mirarla, mientras presionaba su cuerpo detrás del mío, mi respiración falló, causando que emitiese un sorpresivo gemido. Cerré mis ojos sintiendo el calor que emanaba de nuestros cuerpos, tenía los pechos de Lena presionados contra mi espalda, tal como ella tenía mi trasero presionado contra su centro, la respiración pesada de Lena chocó contra mi oreja, haciendo temblar todo mi cuerpo.

— ¿Lo dudas?

No dije nada, apretó sus dedos entre los mechones de mi cuerpo mientras deslizaba su lengua sobre mi cuello.

— ¡Respóndeme! — Me ordenó.

— ¡Si, lo dudo! — Me mantuve fuerte.

Sentí las manos de Lena, que hace segundos atrás estaban en mi cintura, subían hacia mis pechos, donde apretó lentamente.

Tragué con fuerza al sentir su lento y al mismo tiempo intenso toque.

— No deberías dudar de mí, creo que en todos estos años de matrimonio he sido una buena aprendiz y he aprendido muy bien a dominar.

Su mano bajó de nuevo, deslizándose por mí abdomen lentamente, deteniéndose en mi centro.

— ¿Estás de acuerdo? — Preguntó.

Jadeé cuando sentí sus ligeras caricias, sus dedos vagaron sobre mis bragas, un calor casi colosal se concentraba ahí mismo, donde me tocaba.

— Lo veremos esta noche — Hablé con algo de dificultad, posteriormente llevó su mano dentro de mis bragas.

Podía escuchar la risa sarcástica salir de su boca, respiró profundamente, mientras llevaba su dedo índice y medio a la entrada de mi centro.

— Estás tan mojada, tan caliente.

Tener a Lena dominándome esa noche era al menos diferente, no es que no lo hubiese hecho antes, pero esa noche, todo estaba siendo más intenso, literalmente habíamos cambiado lugares. Hoy era Volk, una stripper y ella, mi cliente.

Lena quitó su mano de mis bragas y la que tenía en mi cabello.

— Quédate quieta — Ordenó.

No me atreví a desobedecerla.

Lena depositó varios besos húmedos sobre mi piel mientras sus manos se movieron hasta mi sostén, sentí como el lazo se rompió lentamente y entonces la prenda fue removida de mi cuerpo, cayendo al suelo. Ahora solo llevaba bragas y tacones, dejé que mis ojos se cerraran cuando sentí su cuerpo contra el mío otra vez, Lena se había quitado su sostén también, porque sentí sus pechos totalmente desnudos contra mi espalda, empezó a besar mi cuello y nuca con un poco más de intensidad, mientras sus manos apretaban mis pechos con fuerza.

— Te ves tan caliente vestida así — Susurró.

— ¿Te gusta? — Pregunté en medio de un gemido.

— Me encanta, me excita con solo verte así.

Los dedos de Lena presionaron mis pezones, apretándolos de una manera tan deliciosa que me hizo gemir, giré mi cara hacia un lado y Lena tomó la oportunidad para tomar mis labios en un beso hambriento, a pesar de la desfavorable posición para un beso, lo hizo muy bien, nuestras lenguas se movieron en una deliciosa y excitante sincronía. El aire en el lugar era pesado, la temperatura era más intensa de lo normal, mi cuerpo estaba sudando y el de ella también.

Soltó uno de mis pechos y deslizó su mano dentro de mis bragas otra vez y con dos dedos empezó a masajear lentamente mi clítoris, bajó los mismos dedos hacia el centro de mi mojado coño, para entonces volver a subir.

— Está tan mojado aquí, tan listo para mí.

Cada palabra que salía de la boca de mi esposa causaba una jodida punzada en mi sexo.

— Me vas a volver loca.

Lena movió sus dedos más rápido, haciendo presión en mi clítoris, si continuaba así, no tardaría en correrme y ella lo sabía, sabía muy bien que me gustaba, sus dedos se detuvieron, haciéndome maldecir.

— Shh... No quiero que te corras, no tan fácilmente — Susurró.

Sus dedos fueron a un lado de mis bragas, donde lentamente bajó, se arrodilló detrás de mí, quitando mis bragas completamente. Giré mi cara a un lado, viendo como llevaba la prenda a su nariz.

— Hueles tan bien.

Estaba tan perdida en ese aura sexual, como si estuviese intoxicada con la situación, no era diferente de mí, por supuesto, deslizó una de sus manos sobre mi trasero con una suave caricia y entonces depositó un beso húmedo sobre esa área.

Cerré mis ojos con fuerza cuando me dio una nalgada muy fuerte.

— ¡Joder! — Exclamé sorprendida y excitada.

Lena se puso de pie y me giró para verla.

— Te aviso de una vez que no voy a ser amable contigo.

Tiró de mí con fuerza, llevando mi cuerpo a la cama, donde me tiró con fuerza.

Lena llevaba unas pequeñas bragas negras, tan delicada y sexy que sentí como mi boca salivaba y la maldita urgencia de poseer su cuerpo apareció de nuevo, pero hoy la noche era suya y parecía extremadamente encantada con ello. Se sentó en mis caderas, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza, mientras su boca besaba la totalidad de mi cuello y clavícula, movió lentamente sus caderas, provocando una maldita fricción entre nuestros sexos. Sus manos dejaron las mías y fueron directo a uno de mis pechos, donde apretó de una manera placentera, incliné mi cabeza ligeramente, teniendo la imagen de mi mujer, acomodando sus labios sobre mi pezón, gemí suavemente cuando su lengua caliente hizo contacto con esa área, vi cada lento movimiento que hizo, ese par de ojos verdes me miraban con intensidad, mientras chupaba mi pecho con tanta devoción. Apreté mis ojos ligeramente, arqueando mi espalda hacia tras, la habitación era silenciosa, dejándonos oír únicamente el sonido de la succión y mis jadeos, mordió ligeramente, mientras frotaba su centro contra el mío.

— Oh dios mío... — Susurré en medio de una respiración pesada.

Lena fue al otro pecho, repitiendo los mismos movimientos que hizo con el otro, su lengua se movió rápido alrededor del pezón, lo soltó y deslizó su lengua por todo mi pecho, bajando por el valle que los separaba, mi pecho se elevó y cayó rápidamente, estaba jadeando y jodidamente excitada.

— No puedo soportarlo más, Lena.

Me dio una sonrisa malvada y cínica, pero continuó besando, ahora bajando por mi abdomen, vi como su lengua bajaba al centro de mi estómago y acomodó su cuerpo más abajo, ahora quedándose entre mis piernas, que estaban abiertas para ella, en ese momento estaba inquieta y ella parecía amar eso, porque sopló ligeramente en esa área, haciendo temblar todo mi cuerpo.

— Chúpame, por favor...

Besó el interior de mis muslos, deslizando su caliente lengua muy cerca de mi ingle, se aseguró de jugar conmigo y yo simplemente estaba abierta para ella completamente desesperada.

Mi mujer deslizó su lengua entre mis pliegues, pero no donde más la necesitaba.

— Dímelo otra vez, vamos — Ordenó con sus ojos fijos en los míos.

— Chúpame… ¡Necesito que me chupes, ahora!

No se tomó mucho tiempo y dirigió su lengua en mi montón de nervios.

— ¡Oh sí! Joder.

La lengua de mi mujer se deslizó sobre mi clítoris de una manera tan deliciosa, causando que acercara mis caderas involuntariamente, cerré mis ojos por un par de segundos, en los que sentí como mi cuerpo entero vibraba.

— ¡Mírame, Yulia! — Ordenó.

Abrí mis ojos y observé a la mujer quien me chupaba con tanta devoción.

— Chupas tan bien, Lena, estoy tan excitada, joder.

Lena con dos dedos abrió mi centro y chupó esa área lentamente, presionando la punta de su lengua sobre mi clítoris, antes de bajar hasta mí centro mojado.

— Eres tan deliciosa — Susurró.

Mordí mi labio inferior, en un fallido intento de controlar mis gemidos, pero era imposible contenerlos mientras sentía como la lengua de Lena me penetraba lentamente. Intenté cerrar mis piernas, pero con su mano libre me sostuvo, quería hacerme sentir hasta el último segundo.

— Oh, sí...

Subió con su lengua otra vez a mi clítoris, cerrando sus labios, para chupar con más intensidad, en impulso, llevé una de mis manos a su cabello, donde apreté con fuerza, presionando la cara de Lena contra mí centro.

— Chúpame, joder... — Dejé salir casi en un susurro.

Incliné mis caderas hacia delante, aumentando la intensidad de los movimientos, Lena no se atrevió a reducir la intensidad, al contrario, movió su lengua con tanto dominio en mi centro que me hizo gemir ruidosamente. Mi cuerpo estaba completamente absorbido por el placer, no tenía control de mi misma, yo solo quería correrme por ella.

— Yo... — Cerré mis ojos — Me voy a correr, Lena, sigue, por favor, joder...

Sentí como su mano apretaba mi muslo con fuerza, abrió sus ojos observando mi reacción y mi cuerpo entero estaba convulsionando mientras tenía a esa mujer ahí, chupándome. Moví mis caderas con fuerza contra ella, sintiendo como el fuerte placer de mi centro tomaba cada esquina de mi cuerpo y me corrí de la manera más intensa que pude en ese momento.

Lena me lamió hasta la última gota, antes de arrastrarse sobre mi cuerpo.

— Eres la cosa más deliciosa que he puesto en mi boca.

Inclinó su cabeza, chocando sus labios sobre los míos, nuestro beso sabía a sexo y a ella parecía encantarle todo eso, porque movió su lengua con la mía con deseo y hambre, el beso no duró mucho, ya que estaba sin aire, mi pecho subía y bajada con una respiración profunda y pesada.

— No se ha acabado, gírate.

— ¿Qué? — Pregunté confundida.

— Te quiero en cuatro para mí.

Su tono de voz sonó claramente como una orden.

Respiré profundo, aun sintiendo mis piernas temblorosas, los ojos verdigrises de Lena me observaban de manera intensa, transmitiendo un brillo que indicaba cuanto me deseaba.

Deslicé la punta de mi lengua sobre mis labios y asentí.

— ¿Realmente quieres continuar dominándome?

— Si, yo tengo el control hoy ¿no?

Lena se arrodilló en la cama, ella estaba todavía estaba con sus bragas que rápidamente me hice cargo de quitárselas.

— Te quiero sin esto — Dije quitando la prenda de su cuerpo.

Poco después de quitarlas completamente, llevé el fino encaje a mi nariz, sintiendo el aroma que emana el sexo de Lena, vi como sacudió su cabeza, antes de acercarse lentamente. Obedeciendo las órdenes de mi esposa, me puse de espalda a ella, descansando mis manos en la cama, poniéndome en cuatro para ella.

— Yulia... — Escuché mi nombre salir de su boca de manera arrastrada.

Respiré profundo, sintiendo como mi pecho se inflaba, se acercó un poco, ahora descansando sus manos en mi cintura, el cuerpo de Lena se unió al mío, causando un mayor contacto, deslizó una de sus manos por la línea de mi columna hasta llegar a mi cabello, donde sin cuestionarse tiró con la fuerza suficiente para hacerme soltar un grito ahogado.

— Es tan excitante verte de esta manera ¿sabes? — Dijo con una voz ronca.

— ¿Te gusta lo que ves?

— Me encanta lo que veo, me encanta como puedes ser una hermosa sumisa, Volkova — Su mano libre se deslizó sobre mi muslo, yendo a mi trasero.

— Siempre te voy a dominar, Lena — Jugué con ella.

— No siempre la activa es la que domina, Yulia, ya has estado a mi merced muchas veces, pero si te refieres exclusivamente al acto...

Mi esposa llevó su mano a mi cintura y con la ayuda de la otra que estaba en mi cabello, tiró mi cuerpo hacia atrás, pegando mi cuerpo totalmente al de ella, ahora ambas estábamos de rodillas en la cama, Lena sostuvo mi cuerpo de una manera posesiva y firme.

— Hoy serás dominada.

— Joder — Gemí con fuerza por la manera en que me tomó.

La mano de Lena bajó desde mi cintura hasta mi sexo, esta vez no fue delicada, sus dedos frotaron mi hinchado clítoris con una presión que me hizo gemir más. Su aliento sopló en mi oreja, en medio de palabras sucias que me dejaron encendida, sus labios carnosos se deslizaron sobre mi cuello, que en ocasiones recibió ligeras mordidas. Acababa de correrme, todo mi cuerpo estaba todavía muy sensible, llevé mis manos a mis pechos, apretando un poco fuerte, era como si cada célula de mi cuerpo pidiese un segundo orgasmo.

— Necesito más... Maldita sea, Lena.

— ¿Más? Se más especifica... Dime lo que quieres.

Apreté mis pechos más fuerte y más rápido mientras ella movía sus dedos en mi centro, arqueé mi cabeza hacia atrás, mordiendo mi labio inferior.

— Dios... Te quiero dentro de mí.

— ¿Quieres? — Jugó un poco más.

Lena frotó otra vez y entonces con la punta de sus cuatro dedos, me dio relativamente una ligera palmada en mi centro, más específicamente en mi clítoris.

— ¡Joder! Si... — Exclamé ruidosamente.

Mi respiración era completamente pesada, Lena soltó mi cabello y me empujó en la cama, forzándome a ponerme en cuatro otra vez y sin retraso, sus dedos volvieron a mi sexo, ahora dirigiéndose al centro, apreté mis dedos con fuerza en la fina sábana blanca de la cama cuando sus dedos entraron en mi centro.

— Si, fóllame... Fóllame duro.

En ese momento tenía mi guardia baja, Lena tenía todo el control esa noche, estaba haciendo todo lo que un día le hice a ella y no iba a negar nada, al contrario, iba a ceder hasta el último segundo de mi orgasmo.

— Eres tan sexy, Yulia...

Los dedos de mi mujer bombearon de dentro a fuera lentamente, mientras mi sexo los recibía, cerré mis ojos, todavía agarrando la sabana mientras movía mis caderas de delante hacia atrás. Sostuvo mi cabello con su mano libre, mientras con la otra me penetraba, estaba jodidamente mojada, lo que ayudaba.

— Me follas tan bien... Puedo ser tuya toda la noche, Ginger Apple.

Escuché como gemía, incluso sin ser tocada, Lena ahora sabía exactamente cuan placentero y excitante era dominar a alguien completamente e iba hacer de esto una de sus mejores experiencias, como ella siempre hacia conmigo.

— Fóllame, más rápido — Gemí.

Aumentó los movimientos que sus dedos hacían, ahora me penetraban con una mayor intensidad y rapidez, me iba a correr pronto. Mi cuerpo entero estaba sin el más absoluto control, la maldita presión que propagaba y al mismo tiempo se concentraba en mi centro, los gemidos se mezclaban en medio de la respiración pesada y el silencio de la habitación.

Mordí mi labio inferior con fuerza cuando sentí la mano que hace algunos minutos estaba en mi pelo, golpeaba con fuerza una palmada en mi trasero.

— ¡Joder! — Exclamé, recibiendo otra.

— Quiero que te corras para mí, córrete...

Sentí mi vista vidriosa, las gotas de sudor bajaban por mi cuerpo y ese calor me tomó completamente, llevé mi mano a mi centro, específicamente a mi clítoris donde masajeé rápidamente, mis gemidos eran ahora constantes y arrastrados, mi cuerpo se movía con rapidez y sentí como mi centro se contraía, haciendo presión contra los dedos de Lena que se movían dentro de mí.

— Por dios...

Los movió hasta el final de mi devastador orgasmo que me poseyó, sentí mis brazos y piernas débiles, Lena quitó sus mojados dedos de mi centro y por una fracción de segundo vi como los llevaba a sus labios.

Definitivamente quería matarme…

Tumbé mi cuerpo en la cama, con mi espalda aún girada a ella, Lena depositó pequeños besos sobre toda la línea de mi columna, quedándose parcialmente sobre mí.

— Estuviste increíble — Susurró antes de besar mi cuello.

Mostré una sonrisa cansada.

— Creo que no tengo palabras para ti.

Sonrió y descansó su mano junto con la mía, que estaba en la sabana, hizo ligeras caricias y descansó su mandíbula en mi espalda, dejando que sus ojos me observaran.

— ¿A mi stripper le gustó?

— Creo que mis orgasmos responden tu pregunta.

Giré mi cuerpo para verla, recibiendo ahora el cuerpo desnudo de mi esposa sobre el mío, Lena se acomodó mejor y lentamente envolví su cuerpo con mis brazos.

— ¿Realmente creíste que no iba a volver hoy?

— Si y estaba devastada.

Fruncí el ceño, inclinando mi cabeza para besar sus labios rápidamente, todavía sabía a sexo.

— Parecías enfadada, fuiste muy grosera conmigo.

— En el momento te lo merecías, Volkova.

— ¿Y ahora que merezco?

Lena movió sus labios, mostrándome esa hermosa sonrisa que me dejaba completamente perdida.

— Ya te he dado una parte de lo que merecías, ahora mereces un montón las caricias y besos por ser una maravillosa esposa.

— Eso me encanta.

— ¿Lo haces?

Inclinó su cuerpo para buscar mi boca, cerré mis ojos cuando sentí el gentil toque de sus labios sobre los míos, Lena los movió lentamente como si quisiese disfrutar cada segundo de ese beso. Abrí mi boca, recibiendo su lengua que expertamente se deslizó sobre la mía, explorando el espacio de mi boca de la manera más deliciosa. Chupé su lengua lentamente mientras llevaba mi mano a su cuello, donde arrastré la punta de mis uñas, ella suspiró, pero no se atrevió a interrumpir nuestro beso, continuamos por un corto tiempo, antes de sentir mi labio inferior ser mordido y tirado entre sus dientes.

Nos miramos la una a la otra sin decir absolutamente nada, parecía feliz, tan feliz como yo lo estaba en este momento.

— Siento que te amo más cada día que pasa, Yulia.

— Estoy segura de que te amo más cada día, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, mi amor.

Sonrió, dejando salir un suspiro entre sus labios, para entonces descansar su cabeza sobre mis pechos.

Quizás nunca me iba a acostumbrar al torbellino de emociones que Lena me daba, durante todos nuestros años juntas, atravesamos por buenos y malos momentos, que únicamente sirvieron para consolidar el fuerte sentimiento que crecía sobre nosotras, con ella me sentía completamente feliz. Si alguien me hubiese dicho años atrás que esa hermosa mujer que vino a mi oficina el primer día que ingresé a Industrias Volkov, iba a ser mi esposa y la madre de mi hija, hubiese tenido un mal momento creyéndolo, no porque Lena no tiene los requisitos, pero nunca imaginé un futuro así. Ella me cambió, con su manera de ser, con la sensualidad y poder de Ginger Apple, la stripper fue el punto de comienzo de nuestra historia, que estaba redondeada perfectamente por la señorita Katina, una simple secretaría, que con su dulzura, determinación y esfuerzo probó ser diferente de todas las mujeres, ella era la unión de mi infierno y paraíso, la unión de mi guerra y paz, era la combinación más perfecta de mi vida.

— ¿Elena? — La llamé suavemente.

— Sí, mi amor — Susurró mientras me miraba con ese par de brillantes ojos verdigrises.

— Feliz cumpleaños — Dije sacándole de nuevo esa hermosa sonrisa que me volvía loca — Te amo como no tiene idea — Dije antes de volver a besarla.


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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/13/2020, 8:29 pm

Capítulo 59 (Felicidad pura)


Cuatro años después…

[Katyuska]

— ¿Katya? — Le grité a mi esposa desde la cocina.

Se suponía que ella iría a despertar a las niñas para arreglarlas e ir a comer a la casa de Yulia, ya estábamos retrasadas y por culpa de mi esposa nos habíamos levantado tarde, primero consintió a nuestras hijas, Nadeska y Verusha de ver películas hasta tarde y si eso no fuera suficiente a la señorita se le antojó hacer el amor hasta casi las 7 de la mañana.

— ¿Zotova? ¿Ya están listas las niñas? — Volví a gritar, mientras salía de la cocina.

Caminé por el pasillo hasta la habitación de las niñas, abrí la puerta y me encontré con mi esposa dormida en una de las camas mientras las niñas la abrazaban, la escena era linda, pero en ese momento no podía dejarlas dormir, teníamos que prepararnos para la comida.

— No sé cómo se me ocurrió confiar en esta mujer para despertar a las niñas — Rodé lo ojos y me acerqué a ellas.

Moví levemente a Verusha y después a Nadeska y poco a poco comenzaron a despertarse.

— Mis amores, arriba, tenemos que ir a casa de tía Yulia y tía Lena ¿o no quieren ir? — Pregunté con una leve sonrisa, sabiendo que ellas amaban ir con ellas.

— Nooo… Si queremos ir — Casi gritaron y al instante se pararon de la cama para ir directo a su closet.

Reí levemente y ahora me centré en mi esposa que increíblemente aun seguía durmiendo.

— ¡Katya Zotova! — Grité cerca de su oído, provocando que se despertara un poco exaltada.

— ¿Pero qué carajo? — Preguntó mirando a su alrededor.

— No maldigas mamá — Nadeska dijo poniéndose su pequeño vestido amarillo.

— Lo siento, cariño — Dijo rascándose el cuello y sonriéndole dulcemente.

Se veía tan hermosa, pero no era momento de embobarme con mi esposa, tenía que tener mano firme con ella.

— ¿Qué no se suponía que ibas a despertarlas en lugar de dormir con ellas? — Le pregunté con las manos cruzadas y con mi mirada fría.

— Lo siento, mi amor, juro que lo intenté, pero me convencieron para tomarnos cinco minutos más — Se levantó de la cama y se acercó a mí, al instante retrocedí, ya sabía que iba a intentar.

— Ni se te ocurra, esta vez no me convencerás fácilmente — Puse mi mano sobre su pecho para que no se acercara más.

Soltó un suspiro pesado y se apartó de mí.

— Vale, mejor me voy a cambiar — Dijo agachando la cabeza como si hubiera sido regañada.

Salió de la habitación y me centré en mis hijas quienes reían por la escena.

— Y ustedes jovencitas, acaben de vestirse para después peinarlas ¿vale?

Ambas asintieron y salí en dirección a nuestra habitación.

Esto era todos los días, quien iba a decir que Katya Zotova sería tan buena madre y sobre todo esposa, eso nunca lo vi venir y mucho menos que ella fuera quien diera el primer paso para todo, después de aceptar ser su novia a los pocos meses me propuso matrimonio y de qué forma, jamás olvidaré ese día.

[Flashback]

— ¿A dónde vamos, Kat? — Pregunté por enésima vez.

— Ya te dije que es una sorpresa, amor — Contestó concentrada en la carretera.

— ¿No se supone que íbamos a cenar? — Pregunté ya un poco disgustada, sinceramente ya tenía hambre y estaba a nada de ponerme de mal humor.

— Y eso haremos, pero para eso tenemos que llegar al lugar de la sorpresa.

Bufé y crucé mis brazos a modo de disgusto.

— Amor, sé que tienes hambre, pero espera un poco ya no tardamos en llegar, te aseguro que valdrá la espera — Dijo tocando mi muslo y sonriéndome de una manera tan linda que hasta mi expresión se suavizó.

— Vale, confió en ti, además debo de admitir que fue mi culpa el que saliéramos tarde.

— Eso es lo de menos, mi amor.

Nos miramos un par de segundos y esta vez pude notar un brillo diferente, no sé si eso era bueno o malo, pero preferí no pensar en ello y mejor dejarme llevar.

En menos de 15 minutos llegamos a la costa y ahí fue cuando todo volvió a mi memoria, años atrás cuando comenzamos a salir, fue aquí nuestra primera cita oficial, no podía creer que lo recordara y yo no, por un momento me sentí mal por olvidarlo, pero no me culpen, cuando me alejé de ella traté de olvidarla y eso incluía los recuerdos que teníamos juntas.

— Lo acabas de recordad ¿no? — Katya habló sacándome de mis pensamientos.

— Si — Eso fue todo lo que dije.

Escuché como la puerta del piloto se cerraba, para segundos después ver a Katya frente a mí abriéndome la puerta.

— Pues vamos entonces, mi amor — Dijo extendiéndome su mano, la cual me encargué de tomar rápidamente.

[…]

Habíamos pedido lo mismo que hace años y la verdad no podía creer que lo siguieran preparando, ahora la única diferencia era que el lugar estaba un poco más modernizado, pero seguía siendo cálido y tranquilo.

Después de cenar, Katya sugirió ir a caminar por el lago y eso hicimos, de todos modos el paisaje estaba precioso.

— ¿Te gustó la cena? — Preguntó haciendo una leve caricia con su dedo en mi mano que tenía entrelazada con la suya.

— Me encantó, si te soy sincera no creí que recordaras que aquí fue nuestra primera cita oficial.

— ¿Lo fue? — Preguntó confundida — Yo te traje porque escuché que la comida aquí era buena — Se encogió de hombros.

La miré sorprendida, debía de estar bromeando.

— ¿O sea que tú…?

— Es broma, amor — Rió levemente — Me alegra que tu también lo recordaras, ese era el punto — Dijo depositando un suave beso en mis labios.

Sonreí enormemente, para después enfocar mi mirada en un objeto que estaba en la arena.

— Mira ¿Qué es eso? — Dije soltando su mano y caminando hacia el objeto.

— Espera Katy, ten cuidado.

Poco a poco me acerqué al objeto y pude notar que era una botella ¿Qué rayos hacia esto aquí?

— ¿Qué es? — Escuché a Katya hablar detrás de mí.

— Parece ser una botella — Dije tomando el objeto — Y mira, al parecer tiene algo a dentro.

— Vamos a ver que es — Katya tomó la botella e intentó destaparla — Parece ser una carta — Dijo una vez que abrió la botella.

— Sácala y veamos que dice — Era un poco extraño, pero me sentía ansiosa de saber lo que decía.

— Espera, vamos a un lugar con más luz, aquí no podremos leer nada — Dijo tomando mi mano y caminando hacia una pequeña cafetería que estaba cerca de donde estábamos.

Entramos al lugar y había muy poca gente, pero era lógico ya era tarde como para que estuviera mucha gente por ahí, Katya sugirió subir a la segunda planta y yo simplemente la seguí, lo único que quería era leer lo que decía esa carta.

— Vamos Kat, sácala y lee que dice — Dije en cuanto nos sentamos en una mesa cerca del balcón.

— Tranquila Katy, en eso estoy — Sacó el papel y lo extendió sobre la mesa — Creo que tendrás que leerlo tu cariño, esto está en inglés y sabes que no soy buena en ese idioma — Dijo entregándome el papel.

“Cuando encuentres esta carta será el momento de dar el siguiente paso en nuestras vidas, te amo y sé que tú me amas también y puede que me esté precipitando, pero no me importa no pienso volver a dejar te ir, Katy”.

Apenas terminé de leer la carta comenzó a escucharse una voz muy familiar, giré hacia la dirección en la que provenía la voz y vi a Yulia en el pequeño escenario cantando la canción que años atrás Katya y ella había escrito para mí.

Miré a Katya y ella simplemente tenía una enorme sonrisa en el rostro.

— ¿Qué significa esto, Kat? — Susurré sin poder entender lo que estaba pasando.

— Ven conmigo — Me tomó de la mano y me acercó al balcón — Significa esto, mi amor — Dijo haciendo un gesto con la cara para que mirara hacia abajo.

“¿Quieres casarte conmigo, Katy?”

Eso era lo que decían varias velas, no podía creer lo que estaba viendo o más bien lo que acababa de leer, con los ojos algo vidriosos miré a Katya quien ahora estaba arrodillada mostrándome una cajita de terciopelo color negra que mostraba en hermoso anillo.

— ¿Entonces Katy? ¿Quieres casarte conmigo? — Preguntó con un poco de nerviosismo, por mi poca reacción.

Y no era para menos, todo eso fue en unos cuantos minutos y aun no podía procesar lo que estaba pasando, pero de algo estaba segura y era que amaba a esa mujer y quería pasar el resto de mi vida con ella.

— ¿Katy? — Dijo ahora poniéndose de pie — Creo que me he precipitado ¿no? Sé que apenas llevamos 4 meses de noviazgo, pero…

No la dejé terminar, simplemente me acerqué a ella y la besé con desesperación.

— Si, Kat, quiero casarme contigo — Dije al soltar sus labios.

Ella simplemente sonrió enormemente y coloco el anillo en mi dedo, para después levantarme y darme varias vueltas en el aire.

[Fin del Flashback]

Entré a la habitación encontrándome con mi esposa sin remera, a pesar de los años, aún seguía teniendo esa sexy figura que me encantaba y con la cual no me podía resistir a ella.

— Jamás me voy a cansar de verte — Dije abrazándola por detrás y pasando mis manos por su abdomen.

Podría jurar que estaba sonriendo.

— ¿Ah sí? — Preguntó girándose y tomándome de la cintura — Yo jamás me cansaré de hacerte mía — Dijo distribuyendo besos por mi cuello hasta llegar a mi oreja — Me encantas — Susurró y después mordió levemente el lóbulo de la oreja — Y lo peor es que no tienes que hacer nada para despertar este instinto de hacerte mía — Continuó hablando mientras me hacía retroceder.

— Basta, que no me tienes muy contenta — Dije apenas audible, la verdad es que unos cuantos besos bastaban para dejarme completamente expuesta.

— Shh… Yo sé que también quieres — Regresó a mi cuello el cual mordió deliciosamente.

— Kat, las niñas están en su cuarto y tenemos que apurarnos — Dije empujándola un poco.

— Tienes razón — Se levantó dejándome un poco aturdida y se dirigió a la puerta la cual cerró — Por eso mismo lo haremos rápido — Me miró de manera picara y volvió hacia a mí, para besarme vorazmente.

[…]

[Lena]

— No puedo creer que Anya vaya a presentarnos a su primer novio, no sé cómo acepté tal cosa — Yulia hablaba mientras caminada de una lado a otro.

— Mi amor, relájate, ambas sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano — Dije acercándome a ella para intentar calmarla.

— Pero todavía es muy pequeña para estar en una relación — Cruzó los brazos.

Hace una semana Anya nos había contado que estaba en una relación con un gran chico, en realidad yo ya lo sabía, Anya me lo había dicho hace como un mes, pero le sugerí que esperara un poco antes de contárselo a Yulia, justamente para evitar esta reacción, pero bueno, no podíamos guardarlo para siempre ¿o sí?

— Yul, Anya ya tiene veinte años ¿crees que sigue siendo pequeña? — Pregunté irónicamente.

— Para mí lo es, entiende, no quiero que ese tipo la vaya a lastimar — Habló sentándose en el sofá, ahora tenía una expresión preocupada.

— Eres muy dulce, mi amor, pero sabes perfectamente que Anya es muy lista y sabrá cómo cuidarse.
Yulia bufó, sabía que estaba en lo cierto.

Era graciosa verla como una mamá celosa, pero tenía que entender que mi hermana necesitaba su libertad y que como nosotras en algún momento tuvimos una relación y una hermosa familia.

— Vale, pero voy a averiguar que intenciones tiene con mi pequeña.

— Yul, por favor, no exageres, no va a pasar nada.

Antes de que Yulia pudiera hablar escuchamos el timbre.

— Yo voy, yo voy — Gritó Anya, mientras bajaba rápidamente para abrir la puerta.

Vi como Yulia apretó los puños, lo cual me hizo soltar una leve risa.

— Hola, te ves preciosa — Escuché una voz masculina y después puede ver a un chico alto de cabello castaño.

— Gracias, tú también te ves muy bien — Anya respondió tímidamente.

Era extraño ver a mi hermana de esa manera.

Ambos estaban a punto de darse un pequeño beso hasta que Yulia se acercó aclarando su garganta.

— Los quiero a un metro de distancia ¿entendido? — Yulia habló con esa voz de mando que podía intimidar a cualquiera.

— Si, señora — El chico rápidamente se alejó de Anya quien miró a Yulia con una sonrisa divertida.

— Yul, basta, estas asustando al chico — Dije tocando su brazo y acariciándolo suavemente.

— Okey, me comportaré — Susurró de mala gana.

— Yul, Lenita, él es Anatoly Skavoski, mi novio — Anya dijo tomando la mano del chico que aún seguía intimidado por mi esposa.

— Mu… mu… mucho gusto — El chico tartamudeó mientras extendía su mano hacia nosotras.

— Mucho gusto, yo soy Yulia — Tomó la mano del chico para estrecharla — Relájate ¿vale? No muerdo.

El chico le sonrió levemente y se empezó a relajar.

— Yo soy Lena, mucho gusto Anatoly — Dije estrechando su mano — ¿A dónde irán?

— Iremos a mi casa para que mis padres la conozcan y luego iremos al cine — Anatoly habló un poco nervioso ante la mirada penetrante y seria de Yulia.

— No quiero que la traigas tan tarde a casa ¿está bien? — Yulia le advirtió.

— No señora, la función acaba a las 8:20, prometo traerla inmediatamente de que salgamos.

Podría jurar que el chico estaba sudando, su nerviosismo lo delataba, Yulia aún tenía el don de intimidar a quien fuera.

— Esta bien, váyanse con cuidado — Hablé antes de que el chico sufriera un desmayo.

— Si, un placer conocerlas — Anatoly sonrió levemente hacia nosotras — Te espero en el auto, Anya — Fue lo último que dijo antes de prácticamente salir corriendo.

Anya se despidió de mí y luego miró a Yulia.

— Es muy dulce que me quieras cuidar Yul y no me molesta que lo hagas, pero por favor no lo espantes, te aseguro que es un buen chico — Yulia asintió resignada y Anya depositó un beso en su mejilla — Te quiero.

— También te quiero, pequeña, diviértete — Dicho eso, Anya fue hacia su novio quien la esperaba con la puerta del copiloto abierta para que entrara.

Anatoly se despidió con la mano, para después subir al auto y alejarse.

— ¿Relajada ya? — Pregunté acercándome a ella que aun miraba el auto que se alejaba.

— Creo que le daré una oportunidad a ese tal Anatoly, no parece tan mal chico — Sonrió y depositó un beso en mis labios.

— Mami, Leo se acaba de despertar — Valya nos habló desde las escaleras.

— Yo voy, tengo que ponerlo más guapo para la comida — Mi esposa habló. Subieron rumbo al cuarto de Leo.
Leonid, él era nuestro segundo hijo de apenas un año, Yulia siempre decía que amaba que tuviera mi sonrisa y si, esta vez me había tocado poner mi ovulo, pero para mi suerte Leonid tenía un hermoso hoyuelo casi en el mismo lugar que mi esposa, imagínense, mi sonrisa y su hoyuelo, era obvio que nuestro hijo iba a enamorar a cualquiera a quien le sonriera o al menos eso pensaba Yulia.

[…]

[Nastya]

— Apúrate Nikolai que aún tenemos que pasar por mamá a Imperium.

— ¿Y porque mamá fue a trabajar hoy? — Nikolai pregunto subiéndose al coche.

Nikolai era mi hijo, bueno, de Olya y mío, ya tenía dos años desde que lo habíamos adoptado y ahora era un hermoso niño de 8, un increíble hijo con el que la pasaba muy bien y con quien me di cuenta de que amaba ser madre.

— Pues un proveedor le llamó y tuvo que ir para recibir mercancía, por eso ahorita pasaremos por ella e iremos a casa de tía Lena y Yulia, para que juegues con Valya.

— Siiii... — Gritó emocionado.

— ¿Estás emocionado de ir a jugar con Valya o de ir a ver a tus tías? — Pregunté en broma.

— Pues ambas, quiero a mis tías, pero la paso mejor jugando con Valya.

Miré brevemente a Nikolai quien estaba ruborizado, desde hacía poco nos habíamos dado cuenta de que Nikolai y Valya pasaban mucho tiempo juntos y no es que fuera malo, pero nos daba la sospecha de que algo iba a pasar entre ellos en un futuro no muy lejano.

— ¿Por qué estas rojo, Nikolai? — Seguí bromeando.

No porque fuera mamá iba a dejar de molestar, era obvio que ni mi hijo se iba a salvar.

— Es porque hace mucho calor, mamá — Dijo bajando la ventana del coche.

— Ajá… ¿no será por otra cosa? ¿O más bien por alguien? — Continué.

— No — Susurró levemente.

— ¿Estás seguro? — Lo miré con picardía.

Estaba a nada de soltar la carcajada, era gracioso ver como mi hijo se ponía nervioso y más que nada como su cara se volvía completamente roja.

— Basta mamá, le diré a mami que me estás molestando otra vez — Habló cruzando sus manos y poniendo cara de enojado.

— Vale, vale, no te enojes, sólo estaba bromeando — Dije apretándole un cachete y riendo levemente.

[…]

[Lena]

Escuché el sonido del timbre y me dirigí a la puerta, para abrirla.

— Tía Elena — Escuché a Nikolai decir antes de abrazarme.

— Hola pequeño, cada día estas más guapo — Dije dándole una leve caricia en su cara.

— Más bien cada vez se parece a su mamá — Nastya dijo abrazando a su hijo — ¿Verdad, Nikolai?

— Si, pero creo que me parezco más a mamá Olya — Contestó riendo antes de entrar.

— ¿Cómo? — Nastya se quedó sorprendida — ¿Acaso eso fue una indirecta? — Preguntó mirando a Olya.

— Si, amor, eso fue una dolorosa indirecta, pero entra — Dijo empujando levemente a Nastya, para que entrara — Hola Elena — Olya se acercó y me dio un abrazo — ¿Y Yulia?

— Esta arriba con Leo — Contesté separándome de Olya.

— Hey ¿Y cómo tomó lo del novio de Anya? ¿No hubo interrogación tipo policial? — Nastya preguntó después de abrazarme también.

— Pues ganas no le faltaron, pero al final decidió darle una oportunidad al chico, hasta ahora no parece mal chico.

— Valya, con cuidado, recuerda que la última vez te caíste por bajar corriendo — Escuché como Yulia le gritaba a nuestra hija quien venía corriendo.

— Hola tía Nastya, hola tía Olya — Mi hija abrazó a cada una de ellas — ¿Y Nikolai? Quiero jugar con él.

— Está en la sala, él también tenía muchas ganas de venir a jugar contigo — Olya dijo acariciándole la cabeza.

— Podemos ir a jugar al jardín, mami — Valya me preguntó con esperanza.

— Okey, pero con cuidado ¿entendido? En un rato más también vamos para allá — Ella solo asintió y salió corriendo hacia la sala.

— Pero quién es ese hermoso niño que viene — Nastya habló de manera maternal en cuanto vio a Yulia bajando con Leo.

Leo balbuceó en cuanto escucho a Nastya.

— Ven con tía Nastya — Dijo acercándose a Yulia y cargando a Leonid.

Yulia le sonrió y luego caminó hacia mí.

— Bueno, pasen, Oksana ya está esperándonos — Dije cerrando la puerta.

[…]

[Yulia]

— ¿Y tus padres no iban a venir hoy, Yul? — Katyuska preguntó bebiendo de su margarita.

Ya todos habían llegado, bueno, todos excepto mi hermana y Miroslava, en este momento estábamos en el jardín platicando, mientras los niños jugaban en los juegos que habíamos colocado para Valya y Leo, aunque el pequeño Leo ahora estaba en su porta bebé tomando su biberón.

— No, mi papá tenia cita con el doctor y pues hasta pasado mañana llegan — Dije bebiendo de mi fiel bebida, el whisky.

— Bueno, al menos no faltarán a la boda — Oksana comentó arreglando la playera de Markov, su hijo de tres años.

Hoy Oksana solo había venido con su hijo Markov, por lo que nos platicó, Boris, Mishka su hijo de ahora 9 años y Joy su pequeña de 6 meses habían ido con sus suegros quienes tenían tiempo sin ver a sus nietos, ambos habían quedado en que Oksana cuidaría a Markov, para que así no se le hiciera tan pesado el cuidar de los tres, pero mañana se uniría a ellos y así sus suegros no se quedarían sin ver a Markov.

— No, mis padres jamás se perderían la boda de mi hermana — Comenté, abrazando a Lena, quien se acurrucó en mi pecho.

— No puedo creer que Irina se vaya a casar con Miroslava ¿lo imaginaste? — Katya comentó mientras comía papas.

Suspiré profundamente.

En realidad siempre pensé que su relación no iba a durar mucho, pero cuando me enteré que se iban a casar casi me da un ataque, eso sí que no lo vi venir, pero ¿Qué podía hacer? Era visible el amor que había entre ellas y lo único que me quedaba era desearles toda la felicidad del mundo.

— No, jamás lo imaginé y aun me cuesta creer que mi hermana se enamoró de esa mujer.

— Esa no es forma de expresarte de tu cuñada, Volkova, sobre todo porque ahora seremos familia permanentemente — Escuché la voz de Miroslava detrás de mí.

Giré mi cabeza y la vi ahí, parada con esa arrogante sonrisa mientras abrazaba a mi hermana quien solo reía por la escena.

— Ustedes nunca van a cambiar ¿cierto? — Nastya comentó riendo.

— No es mi culpa, yo pongo de mi parte, pero la gruñona de Volkova, no lo hace — Miroslava se encogió de hombros.

— Hija de… — Intenté ponerme de pie, pero las delicadas manos de mi esposa me detuvieron.

— Amor, por favor, no empieces.

La miré a sus ojos verdes que me transmitieron calma, después de tanto tiempo los sentimientos que sentía por Lena no habían cambiado, al contrario, cada día estaba segura de que estaríamos siempre juntas, además de que amaba a la hermosa familia que había construido con ella.

— Vale, amor — Dije depositando un beso en sus suaves labios.

— No olviden que hay niños presente y ustedes con solo un beso alborotan a sus hormonas — Katya comentó provocando que todos rieran.

Lena y yo nos separamos para mirar a mi hermana y a mi… cuñada.

— Bueno, siéntense, iré por la comida — Lena habló antes de ponerse de pie.

— Te acompaño, Lenita — Irina habló — Por favor amor, nada de discusiones ¿vale? — Mi hermana le pidió a Miroslava.

— Okey, preciosa, nada de discusiones, lo prometo — Dijo dándole un beso.

Giré mi cara, aun no soportaba ver como Miroslava besaba a MI hermana.

— Y lo mismo va para ti, Yulia — Irina me miró seriamente.

— Lo intentaré — Me encogí de hombros.

[Irina]

— Lenita... ¿Puedo contarte algo? — Pregunté mientras servíamos la ensalada de patatas.

— Claro, puedes decirme lo que sea, Irina — Habló dejando a un lado lo que estaba haciendo y tapando la ensalada para que no se aireara.

— ¿Crees que mi hermana tome bien la idea de tener un sobrinito?

Apenas terminé la pregunta, Lena me miró boca abierta.

— ¿Estás diciendo que tú y Miroslava quieren tener un bebé? — Preguntó completamente incrédula.

— ¿Eso sería algo malo? — Pregunté dudosa por su reacción.

— No, no, nada de eso, Irina — Dijo negando con las manos — Al contrario es una maravillosa idea, pero me tomó por sorpresa la pregunta — Sonrió levemente.

— Sé que apenas nos vamos a casar, pero creo que ya esperamos mucho tiempo y queremos hacer todo de una sola vez.

— Woow… Ustedes sí que no quieren perder el tiempo — Ambas reímos — ¿Y cuando quieren ir a ver eso de tener un bebé? Digo, para que se lo comentes a Yul y con suerte cuando ya estés embarazada esté relajada.

— En realidad… — Desvié mi mirada.

Vaya jamás había estado tan nerviosa y no sabía porque, esto era algo normal ¿no?

Lena abrió los ojos al notar de qué se trataba mi silencio.

— No me digas que ya estás…

— Si, Lenita, ya estoy embarazada — Hablé mirándola directamente a los ojos.

— Oh por dios ¿en serio?

Sólo asentí.

— Muchas felicidades, Irina, eso es increíble, estoy muy feliz por ti, ser madre es algo maravilloso — Dijo abrazándome y yo le correspondí.

— ¿Tú crees que Yul también lo tome bien? — Pregunté aun aferrada a ella.

— Pues… — Comenzó, pero se calló cuando escuchamos que alguien entraba a la cocina.

— Lo siento hermanita, pero no puedo con tu noviecita — Yulia habló entrando a la cocina y se detuvo cuando notó nuestro nerviosismo — ¿Qué? ¿Pasó algo?

— Yo… — Lena fue la primera en hablar — Llevaré la ensalada, creo que ustedes tienen algo de qué hablar — Tomando la cacerola en donde estaba la comida.

Me miró y sonrió levemente, antes de salir de la cocina.

— ¿De qué está hablando Lena, Irina? — Mi hermana me miró confundida.

— Yul, quiero decirte algo, pero no quiero que te enojes ¿vale? — Ella asintió algo dudosa — Lo que pasa es que… Miroslava y yo…

Vaya ¿Por qué era tan difícil el decirle a mi hermana que iba a tener un sobrino? Tampoco era como si necesitara su permiso...

— ¿Qué pasa? Me estás asustando — Hablo acercándose a mí.

Respiré profundamente y lo solté de una vez por todas.

— Estoy embarazada, Yul…

Se me quedó mirando sin expresión alguna hasta que poco a poco se fue acercando a mí, quedando a unos cuantos centímetros, para después sentir como me envolvía en un fuerte abrazo.

— ¿Pero qué…? — Hablé confundida.

— ¿Qué? ¿Creías que iba a reaccionar mal? — Preguntó separándose de mí y mirándome fijamente.

— Pues sí, creí que esta vez si te ibas a infartar.

Rió levemente.

— Créeme que antes lo hubiera hecho, pero estoy feliz por ti, me encanta la idea de ser tía, aunque la otra madre sea Miroslava, pero qué le vamos a hacer ¿no? Es fue lo que te tocó.

— Miroslava no es tan mala persona, no entiendo porque sigues hablando así de ella — Dije riendo, sabía que solo bromeaba.

— Mira después de años de ser enemigas no puedo hablarle de una forma linda, pero eso no quiere decir que no me gusta que tengas una familia con ella — Sonrió dulcemente.

— ¿En serio? — Pregunté completamente confundida.

Uno pensaría que es todo lo contrario qué odiaba la idea de que tuviera una familia con Miroslava, pero que me dijera esto, era algo poco creíble para mí o para cualquiera.

— Claro, eres mi hermana y si tú eres feliz, yo también.

Sonreí enormemente y la abracé fuerte.

— Te quiero, Yul.

— Y yo a ti, pero bueno, vamos a comer y a dar la buena noticia — Dijo abrazándome de lado, mientras salíamos de la cocina en dirección al jardín.



FIN!!!
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Mensaje por LENYNK 9/13/2020, 11:42 pm

Wohh está historia tuvo de todo! Gracias por publicarla 😁

LENYNK

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Mensaje por Edirbr 9/14/2020, 5:02 pm

La historia me encantó de principió a fin, gracias por compartirla con nosotras voy a extrañar leer esta gran historia, y principalmente extrañaré tus publicaciones.

Edirbr

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Mensaje por Volkatinale92 9/15/2020, 2:53 pm

A mi igual toda la historia me gusto, fue una montaña rusa de sensaciones jajaja gracias por compartirla 🤗🤗

Volkatinale92

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Mensaje por Fati20 9/19/2020, 9:07 pm

Que historia más increíble y maravillosa como dicen arriba lo tuvo todo!!!! Fue perfecta será muy entrañable, leí los últimos capítulos lo más lento q pude es difícil decirle adiós. Sin dudas es de las mejores que existen. Gracias por elegir y adaptarla tan bien
Fati20
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Mensaje por Florpalacioss 10/3/2020, 10:17 pm

Me encantó!. Muchas gracias por compartirla.

Florpalacioss

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Mensaje por katina4ever 10/24/2020, 8:23 pm

Woow!! Buenísima la historia no quería que terminara🥺 fue genial de principio a fin y estoy más que segura que la leeré muchas veces mas
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Mensaje por Edith 2410 lopez1 7/29/2023, 2:46 pm

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Mensaje por Veroska 11/12/2023, 11:38 pm

Amé está historia, tan linda con todos sus matices de subidas y altibajos. Gracias Xander, disfruté leyéndola
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