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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Fati20 3/31/2024, 6:20 pm

Que ternura Julia borracha 🤣🤣🤣 hola amor de mi vida 🤣🤣🤣 qué linda reconciliación son una ternura 😍😍😍 me alegra que Leonid ni tomará las cosas tan mal y no las separe. Feliz domingo cariño de mi corazón I love youI love you😘😘
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/31/2024, 8:15 pm

Cap XLVIII: "La razón"

Ya no había mucho que decir, mucho menos para aclarar. Elena estiró su brazo, rodeó la cintura desnuda de su novia y la atrajo contra ella solo porque lo mucho que era, era para hacer.

Yulia había dormido toda la noche de manera tranquila y la fiebre le había bajado considerablemente. Cuando ella despertó quitó la toalla de su frente y se dedicó a acariciarla para solo notar que la morena sonreía entre dormida y respondía a sus toques con unos suaves suspiros.

Elena pegó su rostro al cuello de su novia y bajó la mano hasta su abdomen, le encantaba dibujar cosas en el y así lograr que Yulia abriera los ojos. La morena le rodeó la espalda y fue suficiente acto para que hablara:

-Buen día - murmuró en tono infantil mordiéndose el labio inferior para no hacerlo en la piel de su chica.

-Hola - dijo Yulia y ella no pudo evitar finalmente ceder sus dientes contra su cuello. Le encantaba el sabor mañanero de ese lugar y la voz grave de Yulia en un informal saludo.

-¿Cómo estás? Te cuidé toda la noche, no quería que la temperatura siguiera subiendo ni te causara algo más. Tosiste solo dos veces y te moviste incómoda una.

-Allí tienes la respuesta, entonces.

-Por cierto… decías cosas mientras dormías anoche - susurró la pelirroja separándose para acomodarse sobre sus codos, con su vista fija en Yulia y en sus labios. Los observó curvarse en una íntima sonrisa e inevitablemente ella ensanchó una más.

-Acabo de enterarme que hablo dormida ¿Qué decía?

-Mi nombre - aseguró Elena sonrojándose y Yulia juntó las cejas en una extraña mueca - No estoy mintiéndote.

-No dije eso…Bueno ¿y qué más? - preguntó Yulia enderezándose y sosteniendo su cabeza sobre su mano derecha en una mirada inquisitiva hacia Elena.

-Eso. Decías mi nombre y… te estoy hablando en serio - reclamó la pelirroja al ver a su novia tirarse otra vez contra el colchón solo para reír - no sé lo que soñabas para decirlo de una rara manera- continuó Elena acomodando medio cuerpo sobre el de Yulia y estirando su cuello hasta su oído - pero estoy segura de poder lograrlo otra vez - susurró mordiéndole el lóbulo de la oreja y sonriendo al escucharla suspirar - justo en este momento - terminó al dejar un beso en su cabeza.

-Elena…

-Sí - aseguró la ojiverde dejando otro en la frente de su novia - así lo decías. Y lo decías otra vez.

-Elena…

-Y otra más.

-Elena…

-Sí… lo dijiste toda la noche así - murmuró antes de dejar un beso en la frente de Yulia. Depositó otro al costado de su ojo izquierdo, uno en la mejilla, otro bajo su mandíbula y finalmente rozó sus labios. Yulia susurró una última vez su nombre y ella atacó su boca sin miedo. Cerró sus ojos apenas se tocaron, entreabrió sus labios y acomodó su lengua al lado de la de Yulia. Las obligó a rozarse y luego juntarse en una unión puramente armónica. Amaba la sensación en la piel de Yulia cuando se ponía nerviosa y tontamente suspiraba con errores.

Hundió su cadera contra la de la morena y esa fricción generó placer pero ninguna lo demostró. Yulia enterró sus manos en la cabellera de Elena, apretó sus dientes y cuando la pecosa iba a quejarse tiró de su labio inferior mordiéndolo y acariciándolo con su lengua cuanto quiso. La pelirroja deslizó sus manos por debajo de su espalda y tiró de ella para sentarse y sentar a su novia sobre ella.

Escuchar la respiración alterada de Yulia, sus manos sin saber dónde tocar y sus propias piernas cerrarse de manera autoritaria sobre la morena, le recordaron que las cosas entre ellas habían cambiado. Que el cambio no fue malo pero cambio fue al fin y al cabo: no había confiado en Yulia y por el contrario había creído en su propia imaginación manipulada por los celos y por el miedo a perderla.

Su padre solía decir que cuando el agua corre y nadie la detiene, continuara corriendo hasta acabar con algo. Y él siempre lo decía cuando discutía con su madre, cuando solía recibir sus golpes o prefería dormir en el sillón del living a molestarla.

No hubo manera de no compararse con Inessa por haber tratado a Yulia de la manera en que lo hizo. Por haberla echado de su casa bajo la lluvia en vez de abrir la puerta y envolverla en una toalla, en sus propios brazos.

Rompió el beso con lentitud con ayuda de su mente y antes de que su cuerpo le pidiera más, se dedicó a observar a Yulia. La morena comenzó a sonrojarse y ella verificó rápidamente que no fuera por fiebre; no, Yulia parecía avergonzada por la mirada que estaba dándole.

La morena le sonrió pero ella no pudo hacerlo. Yulia le acarició la mano llamando su atención y ella suspiró ¿era así cómo debía sentirse el amor? ¿Ella cometía errores y Yulia la esperaba para perdonarla?

-Sí - murmuró Yulia y ella parpadeó varias veces antes de volverla a escuchar - A mi no me importa lo que pasó, ya pasó. No seremos la primera pareja en tener problemas en medio de la relación ni la última en resolverlos y continuar juntas. Pero es necesario que a partir de ahora hagamos las cosas bien. O mejor que antes.

-Pero me comporté como una estúpida - susurró Elena y Yulia inmediatamente le rodeó el rostro con sus manos.

-¿Crees que yo hubiese actuado distinta? ¿Crees que no hubiese armado una escena y al llegar a casa me hubiese arrancado el cabello o algo así?...Y eso solo es signo de que nos queremos. El amor no es solo besarnos, tomarnos las manos y creer que todo será perfecto…También tiene que tener algo de locura y pasión para que sea verdadero… ¿Qué? - preguntó Yulia al ver a Elena finalmente sonreír.

-Anoche, en esa fiesta…cuando te llamé tú… dijiste que era el amor de tu vida.

-Lo sé - aseguró Yulia dejándole un rápido beso en los labios y separándose apenas para continuarn- eres muchas cosas en mi vida, Elena. Y todo tiene que ver con el amor.

-Dímelas - susurró con la vista fija en la boca de la morena y alzando la mirada solo para regresarla allí otra vez.

-Eres mi novia - comenzó Yulia acariciando sus labios con ambos pulgares y tratando de ignorar los toques de Elena en la parte baja de su espalda - mi primera novia. Fuiste mi primer beso realmente disfrutado, la primera persona que me hizo el amor y la primera en decirme que me ama.

-Porque te amo - la interrumpió Elena arrastrándola más contra ella y abrazándola con ese miedo que siempre la gobernaba cuando exponía sus sentimientos a Yulia.

-Y yo te amo a ti - aseguró la morena rodeándole la espalda y dejándole un beso en el cuello. Cuando Elena se recostó contra su hombro y ella sintió al instante la humedad correr por allí, supo que el sufrimiento de toda esa semana se había repartido en partes iguales para los dos. No importa quién estuvo media hora bajo la lluvia o cual de las dos salió en plena madrugada a buscar a la otra completamente borYula. Importa que ya estaban allí, como siempre, y las disculpas se emitieron de otra manera.

-No quiero volver a tener que pasar por esto - sollozó la ojiverde apretándola contra ella y a Yulia le hubiese encantado avanzar en el futuro tanto como sea posible para demostrarle que no, ya no volverían a pasarlo. En cambio, solo se conformó con decir exactamente lo mismo que pensó - Por cierto - murmuró Elena alejándose solo para mirarla a la cara y Yulia asintió para que hablara - llamé a tu papá temprano y…

-¿Y te sorprendió que ya supiera todo?

-Sí. No sabía que se lo habías dicho.

-Se lo conté el lunes. Lo tomó bien, creo.

-No lo dudo - dijo Elena y Yulia alzó una ceja. No le gustaba cuando hablaba con ironía.

-¿Por qué lo dices?

-Bueno, a decir verdad actuó como todo padre. Lo llamé y le dije que estabas en casa, junto a otros amigos, pero no me creyó y me preguntó si realmente estábamos solas. No pude negarle otra vez y me recordó cómo debía comportarme y tratarte - dijo Elena omitiendo que Leonid también le había asegurado que solo ella iba a pagar las consecuencias debidas si Yulia salía lastimada o ella misma la dañaba. A pesar del nerviosismo que la voz del hombre le generó, ella le aseguró que tal vez su relación con Yulia solo seguiría un mes más, tres o cinco años, pero que si la misma terminaba no iba a ser porque ella lo quisiera ni mucho menos Yulia terminaría dañada - Tú…Yul…a pesar de todo…

-Sí, Elena - finalizó la ojiazul moviéndole el rostro entre sus manos para que la observara - vamos a discutir cientos de veces, tal vez; lo que importa es que no nos lastimemos y sepamos saber que hacer y decir después… Mmm, amor - la llamó la morena después de recibir un beso en los labios.

-¿Si?

-Tengo que decirte algo más.

-¿Por qué tanta seriedad?

-Todos saben en el Instituto.

-¿Qué? - preguntó Elena alterada intentado levantarse pero Yulia la retuvo por los hombros.

-Los del salón. Lo siento, no supe medirme y terminé diciéndolo sin pensar las consecuencias y… por favor, perdóname pero Andrij es por demás molesto contigo y ya no lo soporto. Te prometo que no saldrá de ellos.

-Yulia, yo soy la figura de autoridad allí dentro ¿cómo crees que van a tratarme ahora?

-Igual que siempre.

-No, Yulia, claro que no - aseguró Elena pasándose una mano por el cabello y sonrojándose al imaginarse llegar a clases el lunes siguiente - Eso no debería haber pasado.

-A ver… ¿te trataron distinta ayer?

-No, porque deber… ¿cuándo se los dijiste?

-El lunes.

-Ohn- fue lo único que susurró antes de que Yulia se arrojará sobre ella y le llenara la cara de besos.

No, no la habían tratado distinto y ninguno le preguntó algo de más.

Mientras Yulia le quitaba la remera y bajaba con besos por su abdomen, rogó porque nada cambiara.

***

Y nada cambió.

Por más que les costara a ambas no mirarse, o tocarse intencionalmente en las clases de baile, ya habían superado unas semanas y, para ese final de septiembre, muchas cosas realmente ya habían quedado atrás.

Ya no era inquietante para ella ver a Oksana o soportarla en sus clases, porque si bien la chica no había cambiado, parecía distinta al actuar cuando estaba cerca de Yulia. O para la morena ya no era molesto tener a Andrij cerca de ella, porque ella misma ya había establecido los límites con él y el chico parecía alejado de todo pero al menos se mantenía tranquilo.

Fue una mañana en que salió un momento del salón 8 para ir al baño, que al entrar con tanta precaución que no la habían escuchado y, por el contrario, ella sí a quienes ocupaban un cubículo, las voces de Oksana y Daryna en susurros y el ruido de un beso la hicieron retroceder sobre sus pasos y regresar justo antes de que la rubia saliera a cerrar la puerta con seguridad.

Le gustaba cuando fingía llegar unos segundos después de su horario y antes dejar algún regalo en el casillero de Yulia. Le gustaba aún más cuando subía a su auto y en el asiento de acompañante ella recibía los suyos. No le importaba cuantas rosas ya tenía en su casa, por el contrario, le encantaba seguir adornándola con ellas.

Le fascinó como nunca antes la llegada de la primavera y con eso la libertad de viajar con Yulia a Moscow cuantas veces querían. La morena había aprendido a manipular su automóvil de la mejor manera y siempre era la que manejaba apenas llegaban a lugares seguros.

Tenía plasmado en fotografías aquel fin de semana largo que comenzó el viernes a la tarde con ella en su mini Cooper en el asiento conductor y Yulia a su lado y un bolso de ella en el asiento de atrás para pasarlo juntas hasta el martes. No supieron por qué pero apenas estuvieron esa misma madrugada en la puerta de su departamento no podían despegar sus labios de la otra ni dejar sus manos fueras del cuerpo de su novia: Yulia le quitó la remera en pleno pasillo, se quitó la de ella, pateó el pantalón y le hizo el amor con su falda puesta apenas tocaron el sillón.

Mucho menos se explicaron como, con más de 30 grados por el calor, sus cuerpos no se agotaron y por consiguiente pasaron toda la noche gimiendo y la salida del sol solo le renovó las energías. Cuando creyó que podía tomarse un momento, casi a las 10 de esa mañana, apenas abrió la heladera para tomar una botella de agua sintió la desnudez de Yulia contra su espalda y las manos de la morena obligándola a caminar hacia la mesada solo para sentarla allí y regalarle otro orgasmo cuyo número ya había perdido la cuenta.

Lo único malo de Moscow era Brianna, su vecina que la despertó ese domingo por un reclamo de porción de tierras para sus rosas:

-Estás rosas son mías. Las rojas también y aquellas blancas, por dios, son un regalo de mi difunta madre - dijo la mujer señalando las plantas que Elena generosamente le había cedido fijar en el lugar de su patio pero que ahora parecía la mujer había olvidado. Básicamente la había tratado de roba rosas ¿Para que las quería ella cuando Yulia le regalaba una todos los días? Agitó la cabeza y se cruzó de brazos bajo su puerta.

-Por mí puede sacarlas y llevar…

-¡Que no, niña! Si hago eso se mueren - dramatizó la mujer y ella giró los ojos. Se impulsó hacia adelante y ladeó la puerta al escuchar los intentos de su novia por despertar.

-Tendrá que dejarlas aquí entonces - murmuró Elena observando a Allison, la hija adolescente de su vecina, salir con seriedad de la casa y acercándose a ellas.

-Pues sí, niña. Pero las tengo contadas, eh - la señaló la mujer y para ella fue suficiente. Suspiró con molestia y estaba por explicarle que odiaba esos malditos rosales pero la sonrisa de la chica hacia la entrada de su casa la hicieron voltear lentamente: Yulia salía con un diminuto short y un top deportivo blanco, totalmente despeinada y refregándose los ojos mientras la llamaba. Elena se aclaró la garganta y giró rápidamente hacia su odiosa vecina.

-Como usted quiera - dijo de reojo observando como Allison se acercaba a su novia con ese movimiento excesivo de caderas - por mi hasta le regalo la manguera para que la riegue a diario y mi equipo de jard… hasta luego - terminó volviendo con violencia a la puerta y escuchando esa voz ronca de su novia que siempre amaba.

-Hola, amor - no estaba entre sus planes besar a Yulia a la vista de alguien más pero no pudo resistirse cuando la morena se colgó a su cuello y la obligó a besarla con la desesperación que siempre tenía. Escuchó un gruñido de Allison y fue suficiente para empujar a Yulia hacia adentro y regresar al sillón.

Tal vez lo malo no era Brianna; era Allison, su hija, que esos días estuvo pendiente de Yulia pero la morena no de ella. Así que no le molestó en absoluto.

Cuando regresaron, Yulia le contó que Vitya estaba teniendo problemas con algunas materias y le pidió ayuda para que eso cambiara. Ella la cedió al instante y la clase particular para el chico se convirtió en una compartida con Aleksey, Boris y Elizavetha.

Pero, satisfactoriamente, ese 15 de octubre, todos estaban rindiendo sus últimos exámenes y lo hacían de la mejor manera posible. Elena no pudo explicarse la emoción que sentía cuando Yulia llegaba a su casa con exámen en mano y siempre con una excelente calificación. O cuando ella ingresaba al salón de maestros y todos la miraban extrañados por el cambio positivo en aquel salón que ellos odiaban.

Cuando el 1 de noviembre festejaron cinco meses juntas y Yulia llegó con un vestido, la cena en mano y ella solo portaba una sonrisa al abrirle la puerta, entendió que todo había cambiado porque ellas quisieron: Fue Yulia la que detuvo a Oksana, ella a Andrij, fue ella también la que detuvo los actos ilógicos de su madre y, cuando se los contó a Yulia meses atrás, juntas lo celebraron pero solo en su mente quedó la cara de felicidad de Yulia. Supo que cada cosa generada del pasado fue hecha por ellas y que, si continuaban así, podía seguir ilusionada.

Cuando ella determinó darle otra sorpresa a su novia, aprovechó un viaje de Alina a Úglich y le encargó desde Moscow pasar por una tienda en especial. La castaña ingresó a su casa con una gran caja y un moño naranja adornándola, ella saltó emocionada y, antes de saludarla, tomó el regalo y lo abrió apenas para verificar que fuese lo que pidió.

-Gracias, gracias - dijo exaltada dejándole un beso en la mejilla y corriendo con la caja a su cuarto porque Yulia observaba la camioneta estacionada de Alina y se acercaba con mala cara.

-Hola - saludó la morena secamente a la mejor amiga de su novia y Alina inmediatamente le palmeó la cabeza.

-Buenos días, bella dama ¿cómo estuvo su viaje? ¿Quiere algo de beber? Sí, enana, muero de sed. Gracias - la empujó la castaña por la espalda hacia la cocina y la obligó a servirle tres vasos de agua que no bebió.

-¿Qué es eso? - preguntó Yulia cruzándose de brazos al ver a Alina tomar un pañuelo blanco de su bolsillo trasero y agitarla frente a ella.

-Ay, niñita, te falta televisión… Paz ¿entiendes?

-Ah - susurró Yulia sin importancia y caminando apenas vió a su novia llegar - Hola - murmuró sobre sus labios antes de dejarle un cálido beso que Elena respondió al instante.

-Ah, que asco - dijo Alina pasando directo al sillón y encendiendo el televisor - ¡Volkova, mi agua!

***

-¿Qué pasa? - le preguntó Yulia sentándose a su lado de la cama cubriéndose apenas con la sábana su desnudez.

-Papá - murmuró Elena con el ceño fruncido y observando su celular.

-¿Le pasó algo?

-No, en realidad… solo me aviso, es mamá el problema.

-¿Qué pasó con ella? - preguntó Yulia.

-Hace varias semanas que viene consumiendo pastillas antidepresivas

-Oh ¿y eso por qué?

-No lo sabe y el médico que la trata no se lo ha querido decir. Papá dice que está muy cambiada y que de las órdenes que daba pasó a ser silencio todo el día…No sé que hacer, Yulia.

-¿Por qué no vas a visitarla? Tú misma me dijiste que no se hablan desde aquel desayuno donde… bueno, tú sabes. Tal vez eso le afectó y…

-Entonces eso es manipulación, Yulia. No dolor de madre - aseguró Elena entre dientes. Su madre siempre había sido así, lo logró con su padre desde que se casaron y ahora iba por ella seguramente. Ya se imaginaba llegando a su casa y antes de recibir un saludo de su parte escucharía los reclamos por no casarse con Mijail o cualquier otro hombre. Si era para eso, por mucho que Yulia le aconsejara, no iba a viajar a verla.

-¿Y si realmente se siente mal? Papá dice que cuando la gente comienza a ver la oscuridad al final del túnel quieren cambiar y comienzan por sus seres más queridos.

-¿Estás diciendo que está muriéndose? - bromeó Elena y Yulia inmediatamente negó con la cabeza nerviosa.

-No, Elena, lo que quie…

-Ya lo sé, te entiendo, amor. Igual papá está cuidándola lo que más puede y si no Mariya se queda con ella, así que no hará una estupidez.

-¿Quién es Mariya?

-La empleada de confianza de casa… ¿Crees que todos aprenderán a bailar para la graduación? - preguntó Elena al ver la mirada perdida de su novia. La morena asintió lentamente con la cabeza y ella dejó su móvil en la mesa de luz para abrazarla - ¿Y ahora que te pasa a ti?

-Si quieres a tu madre Elena, ve a verla - murmuró la morena dejándose tirar por su novia hacia atrás y recibiéndola luego contra su pecho - no importa cómo sea ella contigo o lo que ha dicho, es tu madre.

-Está bien - susurró la pecosa escribiendo su nombre con su dedo índice en las costillas de Yulia. La morena le agradeció y la abrazó por la espalda - ¿Irías conmigo?

-Sabes que si quieres, sí.

-Por supuesto que quiero – aseguró Elena antes de rodearle la cintura y acercarla más - Yulia.

-¿Mmm?

-Te amo.

***

Habían preparado el viaje para el viernes apenas salieran del McKinley, estaban a tres semanas de terminar el año escolar y a cinco del cumpleaños de Yulia. Ese miércoles Elena estaba colocando la alarma de su auto cuando escuchó su celular dentro del maletín. Metió una mano en su búsqueda y lo tomó solo para apagarlo pero observó el número de su padre que, apenas cortó, volvió a llamar insistiendo en que atendiera.

Suspiró por la falta de tiempo y se llevó el móvil a la oreja mientras caminaba hacia la entrada del Instituto:

-Papá, estoy a punto de comenzar una clase - le reclamó subiendo los cortos escalones y notando la soledad del pasillo.

-Lo siento pero es importante, Elena.

-¿Puedes llamarme más tarde? Realmente estoy atrasada y…

-Es tu madre, hija.

-¿Y ahora qué hizo?.- preguntó molesta.

-Está en el hospital - respondió Sergey y Elena se detuvo inmediatamente. Pudo sentir un golpe de frío bajar por su espalda y se aferró inútilmente al maletín.

-¿En…está en el hospital?

-Anoche no estuve en casa y cuando llegué Mariya estaba con el teléfono en mano intentando llamarme. Lleva desde esa hora inconsciente, consumió un frasco completo de pastillas y…

-Oh, dios, papá ¿y dónde demonios estabas tú?

-Salí por cuestiones del trabajo, Elena, sabes que no la hubiese dejado sola.

-¿Y…ah, dios ¿cómo está?

Ya te lo dije, inconsciente y el médico dice que solo debemos esperar a que despierte. No lo considera una sobredosis por exigencia médica pero…

-¿Pero qué?

-Pero sí tal vez un intento de…

-No, ni lo digas - murmuró Elena tomándose la frente y secando una lágrima de impotencia. Caminó hasta el baño y cortó la llamada ante el mutismo de su padre y arrojó el teléfono donde estaba antes. Abrió el grifo para lavarse la cara cuando escuchó la puerta abrirse violentamente y alguien correr hacia ella:

-¿Qué pasó? - le preguntó Yulia preocupada y observándola detenidamente buscando una respuesta.

-¿Por qué saliste de clases? ¿Y cómo…

-Estamos sin profesor y Vitya acaba de verte llorando y apenas me dijo, vine… ¿Qué pasó?... Elena - insistió la morena frente al silencio de su novia.

-Lo de siempre, mi madre.

-¿Qué pasó ahora?

-Hablamos a la salida, Yulia. Estoy llegando tarde a la clase - aseguró Elena dando por finalizada la conversación y dejándole un beso en los labios antes de abandonar el lugar.

Yulia la observó irse y ella caminó hasta su salón. Tomó su mochila y salió del colegio aprovechando la falta de clases, llegó hasta el auto de Elena y se recostó sobre el a esperarla. Cuando la ojiverde hizo su aparición minutos después, ella se alejó hasta la vereda y luego unos metros más. El mini Cooper se estacionó a su lado y ella subió sin problemas.

Lo molesto era escuchar los sollozos de su novia en reclamo por los actos de su madre.

Llegaron a la casa de Elena con la charla ya terminada y fue la misma pelirroja la que desistió al adelanto del viaje que Yulia propuso. Por mucho que la morena insistió ella se negó y a cambio apagó su celular para no recibir más llamadas de su padre. Estaba molesta con él, con su madre y si Yulia no se callaba iba a sumarse a esa lista.

-Elena - la llamó la morena sentándose a su lado y tomándole la mano - Elena ya te dije que debes via…-

-Basta, Yulia - la calló ella poniéndose de pie y jalándola para que la siguiera.

Elena supo que haberse quitado la ropa y desnudado a su novia no cambiaba las cosas en nada.

Que haberle hecho el amor hasta que el sol cayera y sentir la humedad de Yulia correr entre sus dedos y sus muslos no iba a calmar sus pensamientos sobre su madre.

Que los "te amo" que gimió contra su oído por primera vez sonaban a excusas más allá de que realmente los sentía. Sabía que callar a Yulia con besos no iba a ser suficiente.

Porque detrás de todo sabía que si le dedicaba tiempo a Inessa iba a perder el que compartía con Yulia. Porque ya conocía las estrategias de su madre y por ende sabía que si llegaba a Moscow cuanto antes solo iba a ser para caer una vez más en sus juegos.

Porque no le había dicho a Yulia pero Mariya la llamó varias veces informándola de que su madre ya le preparaba otros posibles candidatos para su matrimonio y que el consumo de sus pastillas solo era una actuación para tapar lo que realmente quería.

No le importó en absoluto cuán tonto se podía ver su padre al preocuparse por Inessa pero ella no iba a seguirlo; porque ya se podía imaginar a su madre pidiéndole porque dejara a su novia y se conformara con algún posible nuevo novio. Y ella no estaba dispuesta a hacerlo.

Cuando enterró dos dedos en la intimidad de Yulia y ella arqueó su espalda por el placer, Elena bajó su rostro y le besó más abajo del abdomen: ya había pasado suficiente con su madre y ella ni lo notaba. Con Yulia las cosas fluían como ambas querían y era algo que pedía repetir, no alejarla.

Yulia alcanzó el clímax y ella se arrojó exhausta sobre su cuerpo sudado, la abrazó con posesión y le susurró que nada cambiaría. Que la amaba y solo contaba los días para que ella cumpliera la mayoría de edad para dejar el poco miedo finalmente atrás.

Cuando el teléfono de la casa resonó a su lado no pudo detener el brazo de Yulia y la morena atendió; su corazón se aceleró al escuchar "si, aquí está" y luego el aparato ser extendido hacia ella. Lo tomó con terror y lo colocó contra su oreja rogando porque la comunicación se hubiese cortado, pero no: la voz de su padre se escuchó del otro lado y ella entendió la razón por tanto tiempo feliz compartido con Yulia:

-Elena - la llamó él y ella solo sintió las lágrimas juntarse en sus ojos mientras observaba a su novia intentando entender que pasaba - Elena, necesito que vengas a la ciudad…Tu madre acaba de sufrir un paro cardíaco.


🔜

Nos leemos mañana en la otra historia 🫰 que tengan un lindo fin de semana r inicio de una nueva y un mes nuevo también 🎉🎉🥳
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Mensaje por Corderito_Agron 3/31/2024, 10:19 pm

Sabía que se iba a enfermar yulia lo bueno es que sus papás la cuidan y Leonid creo que es ese, me encantó cuando supo la verdad de la relación de su hija y su profesora. Lenita que celosa fue a buscar a su novia y la cuida que tierna, me encantó el capitulo.
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Mensaje por soy_yulia_volkova 3/31/2024, 10:22 pm

Me encanta ver que la relación de las chicas vaya viento en popa pero la mamá de lena no me agrada quiere hacer todo lo posible por que la pelirroja haga todo lo que ella diga espero que en verdad no este actuando, ya veremos que pasa con inessa y espero y no cree problemas a la relación de las chicas.
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Mensaje por Fati20 3/31/2024, 11:46 pm

Que gran capitulo como a veces los problemas son necesarios para fortalecer las cosas y ahora están mejor que nunca y ya cerca de ser libres ya julia graduada y mayor de edad 🥰. Lo de inessa bueno un gran conflicto igual Lena mejor que vaya y compruebe como esta y no vaya a quedar con cargos de conciencia 🤔. Saludos cariño estoy muy ansiosa de mañana leer la otra historia 😍😍😍 espero tengas un muy buen lunes 😘😘😘I love youI love you
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Mensaje por LeaAgronsky 4/1/2024, 10:23 am

Aish :$ *w* ...Casi te odio, pensé que yulia hiba a engañar a lena con esa tipa! Pero no...menos mal que lenita llamó! casi te mato xD...Ojala que todo vaya bien y que yulia no tenga problemas con sus papas...Amo a yul I love youI love youI love youI love you
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/2/2024, 1:12 pm

Cap XLIX: "Moscow"

-¿Sabes cuál es mi sueño? ¿Ese que nunca te dije pero que prometí contártelo algún momento?... ¿Quieres saberlo ahora? ¿Antes de qué me vaya? - le preguntó Yulia detenida frente a ella con los ojos completamente hinchados, las lágrimas arruinando su rímel dejándolo caer sobre sus mejillas y la nariz roja por tanta humedad.

-No - susurró ella mordiéndose la mejilla interna para no romper a llorar o retenerla en un abrazo que durara ya para el resto de sus días - no lo sé.

-Lo que muchos tienen y poco valoran… solo quería formar una familia - murmuró la morena con la voz quebrada y pasándose bruscamente el brazo bajo sus ojos - era mi sueño… solo mío - terminó ella señalándose a si misma con fuerza y luego apuntándola a ella con furia - quería una hija para ser la madre que la mía no fue…

-Yulia…

-¡Y ese es mi sueño! ¡Nada de esa mierda que nos hacías bailar o cantar!…Yo sueño mi futuro desde que tengo conocimiento de el… quería ser feliz por el resto de mi vida.

-Y vas a serlo - susurró ella entre dientes reteniendo con fuerza el nudo en su garganta que no la dejaba respirar - tú sabes que vas a serlo.

-Gracias por decírmelo, entonces - ironizó dándole una última mirada y ella supo que ahora solo faltaba algo: la morena se impulsó hacia adelante con ganas de besarla y si la misma Yulia no se hubiese detenido ella iba a dejarse hacer lo que quisiera - Suerte, Elena - la morena volteó, abrió la puerta y corrió hacia el taxi que estaba afuera esperándola. Ella cerró con ira y caminó hasta la cocina, cerró las cortinas pero al instante las jaló hacia abajo y en su paso rompió los vasos que estaban en la mesada. Giró sobre ella misma, tomó la mesa y la tiró contra la pared. No le importó que tan salvaje podía verse pero llegó hasta el living y arrojó al piso todo lo que contenía la mesa ratona y luego el mismo mueble.

-¡Te odio! - gritó encorvándose sobre sus rodillas y empuñando sus manos contra la alfombra. Golpeó el piso con su puño y gritó aún más cuando un trozo de vidrio se ancló entre su uña y su piel, lo dejó allí y se sentó contra el sillón a observarlo: la sangre caía en un pequeño hilo desde la punta de su dedo índice hasta la curva que formaba con su pulgar. Y luego bajó raramente mucho más hasta rodear su muñeca. Azotó su cabeza contra el mueble y continuó llorando: ¿era así cómo debía sentirse el amor? Se lo había preguntado tanta veces y ahora sabía que sí: así de doloroso debía sentirse.

***

Había llegado con Yulia al hospital donde estaba internada su madre el jueves por la tarde, a las 11:45, habían entrado a su departamento para almorzar algo o, como ella misma se excusó, para llegar más tarde a visitar a Inessa. Le encantó ver a la morena con un delantal más abajo de sus rodillas y cortándole verduras para una salsa vegetariana. Comieron al lado de la otra, en un pequeño abrazo y compartiendo el tenedor en más de una ocasión. Finalmente Elena tomó una pequeña chaqueta y salieron rumbo al hospital.

Por costumbre, se habían tomado las manos al bajar del mini Cooper e ingresaron a la clínica de esa manera, Elena caminó delante por el largo pasillo y al llegar a enfermería preguntó por su madre; no le pareció raro que le tocara la habitación número 22 y, después de tomar un pequeño pase, tiró de su novia y se dirigieron con rapidez a lo largo de todo ese pasaje blanco.

Sergey estaba en una de las sillas de espera y se puso de pie apenas vió a su hija, Elena apretó más fuerte el agarre con su novia y con el otro brazo saludó a su padre rodeándolo velozmente por los hombros. Ni siquiera le importó que tan rápida e informal pudo sentirse esa presentación, pero ella solo dijo "Papá, ella es Yulia, mi novia" y con una sonrisa observó el intercambio de la morena con él. Yulia parecía algo alejada y tímida por lo que ella no la obligó a más de lo que quería hablar.

Elena escuchó el estado de salud de Inessa por la boca de su padre y suspiró al notar que tenía razón: ahora estaba fuera de peligro y en unos dos días, o tal vez menos, iban a darle el alta y podía regresar a su vida normal; porque el mismo Sergey le aseguró darle tratamiento psicológico luego.

La pelirroja murmuró que pasaría a verla y sintió a su novia soltarle la mano:

-Ve sola… es necesario - le aconsejó Yulia sonriéndole con tranquilidad y ella se inclinó para dejarle un beso en la mejilla. No supo cuanto tiempo se quedó admirándola pero fue el suficiente largo para que su padre le palmeara la espalda y le recordara lo que iba a hacer. Elena giró con lentitud y atravesó el pasillo a paso rápido: cuanto más pronto terminara con su madre más pronto iba a volver con Yulia y disfrutar de ella.

Encontró en una placa de madera el número 22 y tomó el picaporte; apoyó la frente un momento contra la puerta y tomó aire: finalmente abrió y descubrió la pequeña cantidad de luz que se colaba por las cortinas. Cerró con el máximo cuidado y observó desde allí la postura de su madre: estaba acostada, apenas un cable con suero atravesaba su pecho y respiraba como si acabara de nacer.

Avanzó a paso lento hasta ella y se quedó de pie a su lado: jamás la había visto tan vulnerable ni mucho menos había sentido tanto aprecio por ella como en esa momento. Le acarició el rostro y le dejó un beso en la frente. La llamó por lo bajo y suspiró con alivio al verla abrir los ojos; Elena le sonrió sinceramente y por primera vez recibió otra de vuelta.

-Hola.

-Hola, Elena.

-¿Te sientes mejor?

-Gracias por venir - dijo Inessa y Elena bajó la vista a su mano, su madre la había tomado en un acto íntimo y la sujetó transmitiéndole cariño.

-No tienes que agradecerme… ¿por qué lo hiciste, mamá? – preguntó sin rodeos y apretó sus dientes al recibir otra pregunta.

-¿Has venido sola?

-No… ¿te has…

-¿Con quién entonces?

-Mamá no es…

-¿Crees que no lo sé? - preguntó Inessa y Elena pudo distinguir el regreso de su molestia al hablar - Brianna me dijo que estuviste con una mujer en tu casa varios días… No, no dijo eso… Una niña, esa fue la palabra que usó "tu hija estuvo repartiéndose cariño con una niña".

-Estuve en casa con Yulia, sí.

-¿Así se llama? ¿Está afuera? ¿La trajiste para terminar matándome, Elena? - preguntó la mayor elevando la voz y soltando con desprecio la mano de su hija.

-Nadie quiere dañarte más de lo que tú misma quieres… cálmate, por favor…

-Brianna es la persona más chismosa de nuestro círculo, Elena… ¿te imaginas a quiénes se los habrá contado ya? ¿Quieres matarme?... ¡Entonces dile que entre y terminas por hacerlo!

-Mamá, cálmate - le pidió Elena tomándole los hombros para volver a recostarla pero Inessa se resistía y por el contrario le apartó las manos y continuó gritando.

-¿Eso es lo que querías hacer de mi vida? ¿Qué me convirtiera en la burla de todo el mundo?

-Mamá…

-¿Sales con mujeres? ¿Y ahora con una jovencita?...

-Mamá ella es mi novia y la amo, ya te lo había dicho. Por favor, cálmate y…

-¡No me voy a calmar!... Quiero que la dejes… ¡Quiero que la dejes y te comportes como yo te eduqué!

-Lo siento, pero eso no pasará, mamá….Yulia se mudará a finales de año a mi departamento y… mamá ¿qué te pasa? - preguntó preocupada al verla caer contra el colchón fuertemente - mamá!

-No sabes… - murmuró Inessa tomándose el pecho y respirando con dificultad - no sabes como me arrepiento de haber perdido a tu hermano y no a ti.

-¡Mamá! - gritó Elena intentando que las palabras no le perforaran el corazón en ese momento y sacudiendo a su madre para intentar despertarla - ¡Mamá!

De repente, dos enfermeras ingresaron y ella sintió un brazo fuerte tomar el suyo, su padre la giró y la retuvo contra su pecho; ella descubrió a Yulia detrás antes de caer sobre él a llorar.

Elena cerró los ojos y se abrazó a los muslos de su novia, después del nuevo ataque de su madre salieron juntas al pasillo e inmediatamente ella recostó su cabeza sobre las piernas de Yulia y pudo sentir un poco de paz con las caricias de la morena en su cabello.

-Dime algo - le pidió a su novia no solo para no dormirse sino para olvidar las palabras de Inessa que aún giraban dentro de su cabeza.

-Te amo - le dijo Yulia y ella sollozó una risa.

-No quiero dormir.

-Te amo…Te amo, Elena…Te amo… - repitió incansablemente la morena con el efecto contrario. Ella sintió su cuerpo relajarse y ,cuando comenzó a soñar, la voz de alguien más la obligó a ponerse de pie rápidamente.

-Buenas noches - saludó el hombre y ella le dio una rápida mirada a la ventana: finalmente sí había dormido y al menos una hora - soy el doctor Erik Growney y soy quien está a cargo de la paciente Inessa Katina… son ustedes sus familiares ¿cierto?

-Así es - respondió Sergey al instante y el doctor dio el diagnóstico: su madre no podía pasar por otra crisis nerviosa ni rodearse de las personas que lo provocaran. Elena sintió la pesada mirada de Yulia sobre ella y luego escuchó la indicación del hombre:

-Su madre quiere verla - le aseguró a Elena y ella sintió sus piernas flaquear - a ambos - agregó el hombre señalando a Sergey y retirándose con un cordial saludo.

Esta vez no le susurró a Yulia que ya regresaría ni le besó la mejilla, caminó con rapidez hacia la habitación que su madre ocupaba y entró en ella con la misma fuerza. Estaba por reclamar cientos de cosas y pedirle a su madre que detenga esa locura de querer llamar la atención jugando con su salud pero Inessa se adelantó y todo le recordó a como era antes:

-No quiero recibir tratamientos de nadie, mucho menos de mi propio esposo - dijo la mujer y Elena sintió el pulso acelerado de su corazón: estaba utilizando aquella voz autoritaria que la mandó a ella parte de su vida - no quiero psicólogos ni nadie a quien deba contarle problemas que no tengo.

-Mamá…

-Me darán el alta mañana y quiero regresar a casa. Con mi familia - aseguró y Elena observó rápidamente a su padre: él parecía igual de confundido que ella - no quiero morir aún pero si alguno de los dos quiere que lo haga entonces actúen en contra de mis deseos.

-Inessa…

-No te quiero en mi vida, Sergey, como profesional, te necesito como mi esposo…. Prométeme que no me someterás como a tus pacientes.

-Inessa…

-Promételo.

-Te lo prometo - susurró Sergey y Elena sintió ganas de vomitar. Le faltaba el aire, el calor subía por sus mejillas y la imagen de Yulia desnuda bajo ella días atrás, con el teléfono en mano y estirado en su dirección, pasó por su mente y la razón por todo ello golpeó su rostro. Y su piel y su corazón.

-Y tú, Elena… ¿quieres que muera?

-No digas eso mamá - murmuró ella sin mirarla a la cara y sintiendo las lágrimas comenzar a amontonarse contra sus ojos.

-Entonces… ¿dejarás a esa niña?

-Mamá…

-¿La dejarás y dejarás que yo te consiga la persona perfecta para que te ame y tú lo ames por el resto de tu vida?... Si no lo haces, Elena te juro que terminaré tomando cada frasco de pastillas que vea frente a mis ojos.

-Mamá no digas…

-¿¡Lo harás, Elena!? ¿Si o no?... ¿Terminarás para siempre con esa niña?


***

Yulia bajó del taxi y caminó decidida hacia el interior de su casa.

Azotó la puerta principal, arrojó al paso un florero y abrió de una patada la puerta de su cuarto.

¿Por qué no podía haber llovido ese día también? Así se hubiese quedado dos horas bajo el agua y otra nueva gripe la hubiese imposibilitado de asistir al Instituto los días siguientes: sin Elena, pisar el colegio los últimos días no tenía sentido.

Estaban a tan solo menos de un mes de su cumpleaños, llevaba deseando sus 18 desde que ese número era una piedra en su relación con Elena y, ahora, tenerlos y cumplir más, ya no hacían falta realmente.

Increíblemente esa noche no lloró. Se arrojó contra la cama y su vista se fijó en la pared que terminaba con su casa, frente a ella. El color de la habitación nunca le había molestado tanto como en ese momento.

Se arrastró con lentitud en esa posición y se sentó sobre el colchón con las piernas cruzadas ¿por qué demonios olvidaba que además de una relación, lo suyo con Elena parecía un juego? Peligroso y con puntos esperando ser contados. Y el ganador se llevaba todo y el perdedor terminaba sin nada. Elena ya le había robado todas las lágrimas el día anterior, todos los besos desde que comenzaron a salir y todas las ganas de volver a amar por su dulzura al hacerle el amor.

Y ella no le había sacado nada y a cambio perdió todo.

Elena había tomado una decisión, ella la aceptó al instante creyendo superarla y respetarla pero ya no podía mentir y decir que le dolía era poco. Recordó el juego favorito de su padre, tomar una pieza, empujarla y dejar libremente que caiga el resto en cadena: pero todo debía derrumbarse para ganar. E Inessa fue la primera en comenzarlo y Elena la siguió. Y ella tal vez la última pieza. Pero también cayó.

Escuchó su puerta ser golpeada y al instante su padre ingresar con una gran caja:

-Hola, cielo - la saludó Fyodor intentando pasar con la caja y él a la vez - ayer te trajeron esto, abr…

-No quiero nada. Llévatelo.

-Eh, no seas así. Mira que bonito moño naranja tiene.

-Me da igual, lo que sea te lo regalo - murmuró ella acostándose y pateando la caja contra el piso.

-¡Yulia!...Oh, Yulia…es…es un vestido – susurró Fyodor inclinándose cuando la caja se rompió, tomándolo y alzándolo frente a ella. La morena se puso de pie al instante y buscó una tarjeta. El modelo del vestido era exactamente igual a los que ella usaba y solo se los había visto puestos una persona. Mientras su padre seguía deleitándose con la prenda ella tomó un papel suave, de color rosa y leyó: "Para tu graduación. Te amo, E"

Quiso romper la tarjeta y arrancarle el vestido a Fyodor para tirarlo por la ventana. Pero esas simples palabras solo hicieron amar más a su novia y, a cambio, besó el papel, lo escondió en su pantalón y le arrebató la prenda a Fyodor para guardarla con cuidado dentro de su placard.

-¿Quién te lo envío? - preguntó él y Yulia alargó el momento fingiendo acomodar otras prendas de ropa.

-Este año pedimos vestidos para cada chica del salón. Supongo que también les debe haber llegado a Elizavetha y a Freen ayer – respondió de espalda a él.

-¿Y cuándo te dimos el dinero para que lo pagues? No lo recuerdo.

-Me lo dio papá.

-Que raro, no me lo dijo.

-Pregúntaselo luego - dijo Yulia cerrando el mueble y realizando una mueca rara para pasar el momento.

-¿Qué te pasa?

-¿Está lista la cena? - preguntó golpeando las manos en sus muslos y apretando sus labios para salir rumbo a la cocina.

Mientras bajaba las escaleras, Leonid abría la puerta y entraba con su maletín algo cansado. Ella corrió a saludarlo y le susurró en el oído que la ayudara luego en las posibles preguntas que Fyodor podía hacerle.

Llegaron a la cocina y los tres compartieron su típica cena tranquila y, mientras Leonid intentaba no molestarlos con su trabajo, Fyodor contaba chismes que les sacaba sonrisas a ambos.

Pero después de unos minutos ella solo bajó la vista a su plato casi intocable y jugó allí con su tenedor. Pudo ver de reojo la mirada de Leonid notando su estado de ánimo y ella le sonrió forzadamente para que continuara prestándole atención a Fyodor y no a su mal humor.

Para los tres fue una sorpresa cuando el timbre de la casa sonó con autoridad solo dos veces y lo reflejaron en una mirada compartida. Fyodor hizo el intento de levantarse pero Leonid le hizo una seña y abandonó la silla él. Caminó con seguridad hasta la puerta y tanto Yulia como Fyodor lo siguieron con la mirada. Leonid se asomó por la perilla e inmediatamente frunció las cejas en confusión.

-¿Quién es? - preguntó Fyodor murmurando y él giró los ojos. Tampoco iban a ser ladrones que tocaban el timbre para avisarles entrar. Leonid tomó el picaporte y abrió con una sonrisa.

-Buenas noches - saludó y Fyodor desde la cocina quiso acercarse pero Leonid lo detuvo a tiempo mientras regresaba - no es para ti - aseguró tomando el brazo de su marido y regresándolo a la cocina.

-¿Era para ti? - preguntó Fyodor y Leonid negó con la cabeza.

-No.

-¿Entonces?

-Buscan a Yulia - respondió Leonid y Yulia dibujó la misma mueca que él minutos atrás.

-¿Para mí?... ¿Es Vitya? – preguntó sin ganas de levantarse. Si se trataba de su mejor amigo gritaría que pase y listo.

-No... pero ve que nadie va a estar esperándote toda la noche - la incentivó Leonid y Yulia se puso de pie algo molesta.

Llegó hasta la puerta con la piel erizada seguramente por el frio que ingresaba por la misma o por el que la acechó al pasar por la ventana. Sacudió con sus manos algo invisible de su pantalón y bajó la vista para ver que tan impecable había quedado.

Giró casi nada para descubrir del otro lado quién la buscaba y levantó su rostro: su cuerpo se estancó impidiéndole avanzar, sus rodillas temblaron y tuvo que sostenerse de la puerta para no caer. Se tomó la frente con la otra mano y secó el sudor de nervios que había aparecido en esos segundos.

Finalmente el perfume de Elena entró por su nariz y por su boca y terminó por arrancarle el aire. Tenía ganas de estirar su mano y golpearla, o empujarla para que se marchara y gritarle para que todos se enteraran de que la amaba y que era su novia.

Elena no borraba su sonrisa y eso le recordó sus primeras interacciones, cuando ella quería que se largara del instituto y la pelirroja respondía a sus ataques con sonrisas. Sacudió la cabeza ligeramente y quiso preguntar qué hacía allí, pero su voz flaqueaba más que su cuerpo e inmediatamente un par de brazos rodearon su cintura.

Indefensa, se alzó sobre sus pies y retuvo a Elena por sus hombros. Le susurró que la odiaba y escuchó su risa contra su cuello. La pelirroja le dejó un beso en ese lugar que tanto amaba y se alejó apenas para rozar sus labios.

Yulia estiró su mano hacia atrás y la coló hacia el interior para apagar la luz del frente y luego cerró la puerta. Se recostó en ella y Elena atacó su boca sin darle tiempo a reaccionar. La besó como si su "no estamos terminando, Yul, solo me quedaré en Moscow y te esperaré cuando tú quieras venir" nunca lo hubiese dicho y su sufrimiento hubiese sido en vano.

No le importó realmente y ella le devolvió el beso con más pasión. Le rodeó el rostro y le impidió alejarse, Elena sonrió sin romperlo y la acercó más antes de comenzar a alejarla con lentitud.

-Dijiste que no nos volveríamos a ver - susurró Yulia con su habitual puchero y Elena se inclinó para morderlo ligeramente.

-No. Te dije que tú volverías a Úglich y terminarías el Instituto sin mí porque iba a quedarme en casa…. Pero no pude. No renunciaré a estas últimas semanas de clase y mucho menos me alejaré... ¿Has estado llorando?

-¿Acaso no podía hacerlo? Y no, mataré a tu orgullo pero no lo hice.

-¡Oh, dios! - dramatizó Elena tomándose el pecho con ambas manos - con razón me falta algo.

-Eres tan tonta - murmuró Yulia sonriendo y Lena le guiñó el ojo antes de bajar su mano y tomar la de ella. La jaló guiándola algo más lejos y terminó recostándose contra su auto y a Yulia contra su pecho, frente a ella.

-Perdón por haber creído que esa decisión iba a ayudar a mi madre, nunca debí haberte hecho llorar como ayer. Yo también lo hice porque sin duda parecía que todo iba a cambiar y comenzar a pensar que íbamos estar separadas tanto tiempo me molestaba. Sé que fue lo peor que pude haberte pedido pero me sentía presionada y quería que todo estuviese bien… ¿entiendes lo que digo?

-Siempre te entiendo, Elena - aseguró Yulia cruzando sus brazos sobre el pecho de su novia y recostándose allí - tal vez fue por esa misma presión que también actuamos así. Quiero decir, tal vez dije cosas que no debía y…

-Dijiste lo que pensabas… dijiste que tenías un sueño y que quieres cumplirlo - dijo Elena y Yulia agradeció la poca luz de la calle para esconder su sonrojo - y yo te dije que vas a lograrlo… pero no hay apuro, al contrario - murmuró la pelirroja apretándola contra ella e inhalando ese perfume que la volvía loca - el tiempo nos sobra… ¿Recibiste mi regalo?

-Iba a tirarlo por la ventana.

-¿Qué? ¿Por qué? - preguntó Elena bajando sus manos por la espalda de su novia y acomodándolas dentro de los bolsillos de su pantalón.

-Porque aún estaba enojada, punto.

-Está bien - bromeó la ojiverde dejándole un rápido beso en la mejilla y volviendo otra vez contra el auto - ¿hablaste con tus padres?

-No. Solo con Leonid y un poco. Les dije que quiero irme a Moscow y no le molestó. Al contrario, dice que su trabajo crecerá considerablemente allí. Supongo que nos mudaremos, entonces - susurró tímidamente dibujando un corazón en el hombro de su novia y mordiéndose el labio al ver la sonrisa y la emoción en los ojos de Elena.

-¿Son los últimos días en Úglich, entonces? Enviaré unos informes a distintos Institutos en Moscow para el año que viene y Shapovalov dijo que iba a recomendarme así que… me quedaré allí ya establecida.

-Solo queda la graduación y mi cumpleaños.

-Pero la graduación es lo importante - jugó Elena y recibió inmediatamente un golpe en su abdomen - iremos a la fiesta pero celebramos tu cumpleaños en la gran ciudad ¿qué te parece?

-Como siempre tú das las órdenes y yo obedezco - dijo Yulia fingiendo enojo y Elena asintió dándole la razón - y… ¿cómo está tu madre?

-Apenas llegó esta mañana a casa papá comenzó a tratarla sin importar si le había dicho que no. Él pasó sus horas en el estudio privado en casa para no salir tanto, supongo que lo hará por un tiempo.

-¿Y con respecto a ti?

-Lo que le dije se lo repetí. No voy a terminar contigo por muchas locuras que quiera seguir cometiendo. Si quiere conocerte y tratarte bien, y tú quieres, puede llamarme, de lo contrario que siga actuando como desee.

-Tampoco me gusta que te distancies con ella por…

-Solo lo hago porque ella me obliga, Yul. Nadie más que ella misma tiene la culpa… No puedo creer que te mudarás a Moscow - murmuró Elena con emoción y Yulia asintió con la misma felicidad - pareciera como si todo fuese una cadena desde que nos conocimos. Primero no nos soportábamos, luego comenzamos de a poco llevarnos bien, nos enamoramos y ahora comenzaremos a darle otra definición a esta relación - dijo Elena acariciándole la mejilla con suavidad y dejándole un suave beso en los labios - Te amo.

-Te amo, Elena.

-¿Sabes que más pasará en Moscow? – preguntó la ojiverde mientras su novia la abrazaba y se recostaba contra ella.

-¿Qué?

-Cumpliremos juntas tu sueño.


🔜

Feliz martes a todas! Una pregunta, alguien sabe dónde está Yulia últimamente que no se le ha visto más???
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Mensaje por LeaAgronsky 4/2/2024, 7:56 pm

Que bien que no cayera en el juego de Inessa, me gustó mucho saber cuál era el sueño de yulita, es muy dulce...
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Mensaje por Fati20 4/2/2024, 7:58 pm

Tarde en terminar el capitulo me dio mucha rabia esa manipuladora, chantajista de Inessa si se va a matar qué lo haga de una vez "nunca lo hará" y que Elena cayera así sea por un momento en eso 😠. Me alegra que luego ya se diera cuenta q estaba mal y ya estén juntas otra vez. Cariño Volky bebé está en Rusia bien este año ha tenido varias presentaciones imaginate ahora no puede cantar Ya Soshla S Uma xq Putin tiene unas leyes demasiado homofibicas, pero ella está bien tuvo su cumple hace poco y Lena dijo hace poquito q están en contacto y la felicito. Espero que tengas una feliz noche cariño de mi corazón I love youI love you😘😘
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Mensaje por psichobitch2 4/2/2024, 8:01 pm

Inessa, en tu perra cara !! Por favor decime que con esto se acabó el drama...
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/2/2024, 9:15 pm

Cap.L: "Lenguaje del Amor #1: Las palabras de confirmación"

Elena dejó su mini Cooper en el estacionamiento y se alejó de el con nerviosismo. Echó un vistazo general al edificio frente a ella y, mientras caminaba en su avance, quitó los papeles que necesitaba de su cartera y se perdió en su interior.

Estaba trabajando cuando Patrick, su abogado, la llamó por teléfono con urgencia asegurándole que debía presentarse en el juzgado para la lectura del testamento de su madre. Inessa y su padre llevaban los últimos dos años separados y su madre reinició su vida rápidamente al lado de otro hombre con dinero y solo seis semanas atrás ambos tomaron un vuelo a Asia que nunca finalizó. La tragedia fue titular en todo el mundo y ella era la única que debía responder a las consecuencias económicas.

No le gustaba todo eso.

Sven, aquel hombre que vivió con su madre hasta su último minuto, siempre la había tratado con respeto y por eso mismo, en su testamento, todos sus bienes materiales pasaron a sus manos en una herencia que ya se había decidido por donar. Ahora solo faltaba escuchar lo que su madre escribió con algún destino pero estaba segura iría con el otro al mismo fin.

Dobló el último pasillo de aquel enorme lugar y varios empleados voltearon a verla por lo que aceleró el paso y suspiró cuando vió a Patrick de pie cerca de una oficina.

-Gracias por venir, Elena - la saludó el muchacho con un beso en la mejilla y ella respondió de igual manera.

-Debía estar aquí ¿no?... ¿A quién esperamos? ¿Y por qué no nos encontramos en tú edificio?

-Verás… Esta firma es la más prestigiosa del país y necesitamos asociados si queremos trasladar los fondos con bienes altruistas.

-No entiendo.

-Elena, no es simple donar toda esa cantidad de dinero como tú lo deseas y… y menos con el último juicio en que se te involucró - murmuró él y Elena esquivó la mirada avergonzada.

-Eso es del pasado... Y te recuerdo que lo ganamos.

-Como sea, la marca ya está hecha y no podemos borrarla. Lo mejor es no hacer otra.

-Bueno, como sea. No me has dicho que hacemos aquí al final.

-Me afilié a nada más y nada menos que al presidente de la firma. Tenemos el caso asegurado, cuenta con ello.

-Para mi esto no es un proceso judicial… ¿Qué tiene que hacer una para que acepten el dinero que se les da? - ironizó moviendo una mano y acomodándose el cabello por el calor. Moscow estaba más insoportable que nunca ese verano - ¿Y cómo se llama él?

-Allí viene - le respondió él señalando hacia atrás y Elena volteó a verlo. El típico hombre que se cree superior a los demás por su vocación, de traje impecable y sus manos escondidas dentro de su pantalón. Y su sonrisa soberbia - Buenas tardes señor, Becker. Un placer conocerlo - escuchó ella el saludo de los hombres y con una sonrisa forzada estiró su brazo para hacer lo mismo.

-Buenas tardes señor Von Tesse, señorita Katina, he escuchado mucho de usted - agregó él y ella giró los ojos ¿Realmente con este tipo iban a trabajar?- pero no les quitaré mucho tiempo - agregó él sacudiendo algo inexistente de su corbata y volviendo la vista a ellos - mi esposa se encargará del caso, ella es la especialista en estos temas.

-¿Está casado con una abogada también?- preguntó Elena sin saber por qué lo hizo, no le agradaba el hombre y ya estaba indagando su vida personal.

-Así es, de hecho nos conocimos en la Universidad. Era la alumna con el mejor promedio, perfecto y la que mejor se comportaba… La alumna más aplicada - aseguró él con orgullo y Elena frunció el ceño, en toda clase universitaria hay un alumno que se destaca de la mayoría; no entendía realmente el comentario del hombre - ¿Cómo está su padre, señorita Katina? He oído que ya abrió otro despacho individual. Bien por él.

-Así es - murmuró ella entre dientes exasperada. Rogó en ese instante que el testamento de su madre fuera de acuerdo a la situación y apartarlo de ella para otro fin no fuese tan difícil - ¿Tardará mucho su esposa? - preguntó observando su reloj y se quedó obligadamente con la muñeca frente a sus ojos para no voltear a donde provenía el ruido del tacón. De reojo distinguió la figura de una mujer y, cuando Becker susurró "aquí está", giró a verla.

Allí, a solo tres pasos de ella, la muchacha la observaba a través de sus lentes y le dedicó una fugaz sonrisa que le hizo acelerar el pulso de su pecho. Su respiración se volvió violenta y sintió como el piso giraba solo con ella: la chica tenía el pelo ajustado con dos palillos chinos que sobresalían tras ella, una carpeta azul contra su pecho descubierto de su camisa blanca y sus largas y bien formadas piernas se escondían casi con inutilidad dentro de una falda gris.

Elena observó con agonía el saludo de ella con su abogado. Siguió la línea del brazo de ambos y descubrió en su mano izquierda una alianza dorada que brillaba contra su bronceada piel. El ruido de los zapatos le golpeó el rostro lejanamente y la sintió frente a ella esperando por su saludo. Ella se aclaró la garganta completamente seca y la escuchó presentarse:

-Mi nombre es Yulia Volkova de Becker y seré quien llevará su caso adelante.

Elena agitó la cabeza hacia abajo al ver el beso de despedida entre Yulia y su esposo y la alzó con furia al verlo alejarse. Empuñó su mano al costado de su cadera e iba a reclamar tantas cosas pero algo la tomó por sorpresa: el hombre regresaba con una niña en brazos y le hacía cosquillas mientras se acercaba nuevamente. Yulia volteó al escuchar la risa de la niña e inmediatamente la tomó entre sus brazos.

-¡Ma! - escuchó el grito de la pequeña rubia y ya no lo soportó más. Quiso avanzar un paso para retirarse pero un pequeño mareo la traicionó y terminó recostándose contra su abogado. Escuchó la voz de Yulia preguntarle si estaba bien y otras cosas pero de repente todo se volvió oscuro y ya no pudo oír más nada.

-Elena… - susurró Yulia cerca de su oído y sintió su mano en su hombro para intentar despertarla - ¡Elena!

***

Alina suspiró desde su cómoda silla y se golpeó el rostro cansada: llevaban más de cinco días en ese trabajo, no entendía por qué los demás le complicaban todo. Se puso de pie con lentitud y bajó un pequeño escalón que las separaba del resto y caminó hasta ese tumulto que solo gritaba el nombre de su mejor amiga. Alejó a Lizhin de un empujón, a Igor de la misma manera y giró los ojos al ver a Yulia casi llorando desconsoladamente mientras intentaba que la pelirroja reaccionara.

Solo sonrió al ver a la pequeña Kathia y la alzó entre sus brazos para arroparla un momento y dejarle un beso por lo bien que había estado. La niña solo tenía dos años y era mejor actriz que todos los demás.

-A ver, Volkova, no es para tanto, solo se desmayó - dijo Alina encorvándose al lado de la morena y dándole cachetadas a Elena - ¡Elena! ¡Elena, despierta!

-Me cago en ti y tus estúpidos proyectos, Alina - dijo Yulia alejándole las manos del rostro de su novia y pasando un brazo por debajo del cuello de Elena.

-Te digo que no es para tanto, drama queen. Dios santo, sabía que cuando escribí el papel estaba hecho para Sveta pero no, tú y tus fantasías con tu novia por hacer todo juntas… ¡Elena! - gritó Alina contra el rostro de su mejor amiga y finalmente la ojiverde comenzó a mostrar los primeros signos de despertar - ¡Elena, Volkova está besándose con Lizhin!

-Cierra la boca - murmuró la pelirroja abriendo los ojos al instante pero manteniéndose en el piso. Curvó una sonrisa al ver a Yulia arrodillada a su lado e inmediatamente recibió sus labios contra los de ella en un beso cargado de cariño. Alina dijo algo por lo bajo y ella le dio una patada antes de que se alejara.

-¿Estás bien? - le preguntó Yulia y asintió al instante mientras con su ayuda se ponía de pie.

-¡Ma! - gritó la niña corriendo hasta ellas apenas se sentaron en una silla y Elena la alzó para sentarse sobre sus muslos.

-Hola, cielo - susurró la pecosa acariciándole el cabello rubio y sonriéndole cuando la niña se le quedó viendo igual que solía hacerlo la morena cuando ella llegaba cansada del trabajo o después de hacer el amor. La pelirroja le dio una veloz mirada a Yulia y ella se sentó a su lado con rapidez - cada día se parece más a ti.

-Tiene tus ojos - aseguró Yulia acariciando sobre la mano de Elena - y tu dulzura.

-Y tus rizos, y tu brillo al intentar hablar y la energía al jugar…¿Qué pasa, cariño? - le preguntó Elena al ver a la niña con los ojos aguados.

-Ma… ¿en?

-Sí, Kath, mamá está bien - aseguró la pelirroja abrazándola contra ella y bajándola cuando la niña lo pidió para salir corriendo en busca de Valerie, una niña de apenas cinco años, que llegaba de la mano junto a Svetlana.

-¿Segura estás bien? ¿Quieres que vayamos a casa? - le preguntó Yulia acariciando su mano solo con el pulgar y sonriendo cuando Elena tiró de el para atraparlo y no soltarla.

-Creo que fue emoción, tal vez. No lo sé, Yul…me sentí rara cuando te ví actuando al lado de Lizhin y más cuando te besó y Kath entró luego…Y el calor.

-Está bien...y…

-A ver, menos charla y más actuación - dijo Alina arrojándoles unas copias de un ficticio libreto y caminando hacia su sillón.

-Vete al demonio, Alina- dijo Yulia y todos callaron al instante. Menos Elena que largó una carcajada y los demás voltearon a ver a la castaña.

-Eh, enana, te recuerdo que esto no lo planeé yo ¿eh? Cuida como me hablas.

-Pues nadie te puso de directora ¡y el libreto apesta! Regresa a tu puesto de bancaria – dijo Yulia cruzándose de brazos y sintiendo la mano de Elena en su muslo.

-Además ¿por qué soy el único que le cambian el nombre y por uno asqueroso?- se quejó Vitya desde un costado tirando los papeles de su parte a la basura - me voy.

-Eh, niño ¡ven aquí! - lo llamó Alina pero Vitya solo saludó a su mejor amiga con la mano y salió rápidamente - bien, tenemos que buscar a alguien que quiera besar a Volkova.

-¡Yo!- saltó Svetlana al lado de su esposa.

-Ni lo sueñes - la retuvo Alina por el brazo y la regresó a su lugar - ¿y por qué demonios Viktoria tiene esta estúpida tarea?

-Ey, ey, no es su culpa - dijo Elena poniéndose de pie y estirando su brazo para tomar la mano de Yulia - nos vemos mañana. Supongo que saldrá como podamos.

-Ustedes son pésimas actrices, tienen la versión femenina de Almodóvar frente a ustedes y no lo aprovechan - dijo Alina pasando sus manos por los costados de su cuerpo y negando con la cabeza.

-No falten mañana - fue lo último que dijo Elena sosteniendo la puerta que Igor le dejó abierta y esperando porque Yulia saliera primera. Entrelazaron sus manos afuera y fue Yulia la que tomó a su hija de los brazos de Lizhin - pensé que te habías ido.

-¿Por qué dejan las niñas afuera solas?

-Estaban jugando. Y Mario las vigila - dijo Elena señalando al hombre de confianza de seguridad - Sé puntual mañana, Lizhin.

-Como siempre - aseguró él y Elena giró los ojos - no se besen tanto esta noche que quiero la boca de Yulia perfecta para mí y…

-Lárgate - lo empujó Elena rodeando el hombro de Yulia y guiándola al auto.

Mientras Yulia acomodaba a Kathia en el asiento de atrás ella observó la vestimenta de la morena y se mordió el labio: Yulia aún tenía el traje de ejecutiva y eso solo la incentivaba a llegar más rápido a su casa.

Cuando la morena cerró la puerta, ella le rodeó la cintura y la arrinconó solo para jugar con su nariz sobre su cuello, le encantaba hacer eso desde que la conoció y estaba segura ya se había acostumbrado a no dejar de hacerlo. Yulia pasó sus brazos alrededor de su cadera y la abrazó fuertemente antes de soltarle y recordarle que era la hora del almuerzo para su hija:

-Está dormida - aseguró Elena aún en la misma posición y observando a la niña a través del vidrio.

-¿Qué? - preguntó Yulia frunciendo el ceño y girando al instante para golpear suavemente la ventana y despertarla. Para ella era importante que su hija cumpliera con los horarios correctos para dormir - Kath…Kath - la llamó y Elena le dijo que la dejara, pero ella volteó para fulminarla con la mirada y continuó con su cometido.

La pelirroja giró los ojos y suspiró con diversión, dejó un apretón en la cadera de Yulia y caminó hasta el asiento de conductor a esperar por ella y realmente no le sorprendió cuando tuvieron que pasar casi diez minutos para eso.

Cuando encendió el motor y Yulia se soltó el liso cabello en un movimiento por demás lento, ella aceleró fuertemente y contó los minutos para llegar a su casa.

Lo que realmente no le sorprendió fue haberlo hecho solo en cinco y esperar a su mujer en su habitación las horas que luego fuesen necesarias.

Finalmente al día siguiente las cosas salieron como Elena creyó, una obra de teatro en el Instituto de su hija que fue el hazme reír de todos los presentes pero así mismo su premio mayor fue ver a Yulia por segunda vez en el mismo traje y las sonrisas de su hija en un costado en los brazos de su padre.

Cuando bajaron del pequeño escenario improvisado, la única sonrisa que no encontró fue la de Viktoria, la rubia llegó al grupo de adultos con los brazos cruzados y su labio fruncido hacia arriba. Si Kath se parecía demasiado a Yulia, Viktoria sin duda era su copia.

-Gracias por hacer que todos se rían de mi - reclamó la chica y ella alzó las cejas. Al menos las aplaudieron con efusión al terminar ¿de qué se quejaba?

-Ey, ey, a mis piernas y a mí nos fueron bien - dijo Alina estirando una debajo de su cortísima falda y Elena agitó la cabeza.

-Eso es porque cambiaste tu papel de monja por prostituta - acotó Aleksandra, la hija de Lizhin que se había convertido en la mejor amiga de Viktoria a pesar de ser un año menor y asistir a otro salón.

-¿Pero quién les enseña esas palabras a las niñas de solo seis años? - preguntó Alina desconcertada.

-Ocho, Alina - murmuró Elena regañando con su mirada a su hija mayor.

-Encima de prostituta, tonta - se quejó Yulia por lo bajo y todos giraron a verla - quiero decir…

-¿Por qué no vamos a almorzar? - propuso Vitya palmeando el hombro de su hija y empujándola para salir.

-La culpa es mía por dejar que Alina escribiera el guión - continuaba sus quejas Viktoria mientras caminaban rumbo a su auto.

-La idea era malísima, molesta sobrina - se defendió la castaña caminando con su hija de la mano y Svetlana del otro lado - por qué elegiste el amor eterno ¿eh?...Yo escribo muy buenas historias de lobos y esas cosas, pero nada de romanticismo.

-Pero Aly, todas las noches me das una carta como cuando…

-Lo que decía - cortó Alina su esposa para continuar hablando - las obras de teatro apestan.

-Tú no escribiste una obra de teatro, Alina - le recordó Elena acariciando a su hija antes de desactivar la alarma del mini Cooper - tú escribiste los últimos años de mi vida. Estupida castaña – murmuró la pelirroja abriendo la puerta para que sus hijas subieran atrás y luego cerrándola y al paso la de Yulia - Nos vemos en el restaurante.

Ese sábado primero de noviembre cumplían once años juntas y Elena sabía que le tocaba a ella preparar una sorpresa, tal vez no por obligación pero así lo sentía, porque fue Yulia la que preparó todo el año anterior: una cena en casa con sus dos hijas, una salida al cine después solas y al regreso algo juvenil como cuando preparó todo el día que hicieron el amor por primera vez.

Elena azotó su lapicera cientos de veces contra una hoja y agitó su pierna bajo la mesa esperando por alguna buena idea. Yulia ya le había ganado la del desayuno bien temprano antes de ir a trabajar y ahora a ella solo le quedaban apenas unas quince horas, o menos, para pasar el día.

Viktoria entró a la cocina por su vaso de jugo mañanero y ella la observó con una sonrisa, Kath venía detrás y se abrazaba a la pierna de su hermana como si fuese su heroína y entre intentos de palabra le pedía que la alzara.

-¿Quieres jugo? - le preguntó en cambio la mayor arrodillándose frente a la pequeña y acercándole el vaso a la boca al verla asentir- No, Kath- palmeó Viktoria su mano cuando la niña quiso tomar el vaso de vidrio solo para ella - mira como lo hago yo ¿si? - preguntó y Kathia asintió moviendo sus manos de arriba abajo sobre su propio pecho y observó a su hermana con la boca entreabierta - ¿Quieres? - repitió Viktoria y Elena solo se dedicó a ver la escena: Viktoria hablaba dándole indicaciones a su hermana menor y ella hacía todo como si de su juego favorito se tratara.

Elena entrecerró los ojos y continuó escuchando: palabras y más palabras por parte de su hija. Sonrió, abolló el papel dejándolo a un costado y abandonó la lapicera.

-¿Viktoria? - llamó a la chica poniéndose de pie.

-¿Si?

-¿Quieres ayudarme con una sorpresa para mamá?

***

Yulia llegó pasada las 21 a su casa, como odiaba trabajar los sábados hasta tan tarde pero era el precio por no trabajar los lunes después de su correspondido domingo. Se quitó la chaqueta apenas bajó del auto y la acomodó en su brazo mientras llegaba a la puerta. Pasó la llave por la cerradura y abrió descubriendo un completo silencio.

Hizo apenas un paso, llamó a Elena y al instante a sus hijas; sonrió cuando Kathia gritaba desde la cocina y ella enseguida se apresuró en su búsqueda. Se sostuvo de la pared al ver a su familia de pie al lado de la mesa y con la mirada fija en ella.

Elena tuvo que bajar a Kath de sus brazos porque la niña pataleaba para ir con la morena, Yulia se inclinó para tomarla contra ella y la alzó con emoción en los ojos. Se tocó el pecho con felicidad y se acercó para dejar un beso en los labios de Elena y otro en la mejilla de su hija y observó a su alrededor: las paredes de la cocina y del living tenían pegados pequeños corazones de papel rojo y rosa con palabras escritas en ellos.

Fue Viktoria la que arrancó el más cercano y leyó en voz alta:

-La mejor mamá.

Elena estiró su brazo y arrancó otro:

-El amor de mi vida.

Cuando Yulia quiso decir algo, Kathia llamó su atención recostándose contra su cuello y pronunció una nueva palabra logrando que Elena y Viktoria se acercaran rápidamente a ellas:

-Dilo de vuelta Kath - la incentivó su hermana pero la niña negó con la cabeza y volvió a recostarse contra Yulia - ¡Kath, dilo!

-No - dijo la niña saliendo de su escondite y riendo.

-¡Dilo!

-Amo - repitió la niña y Viktoria dio un pequeño salto haciendo sonreír a Elena - amo… amo.

-Si, Kath - murmuró Elena acariciando la espalda de su hija y la de Yulia - todos amamos a tu mami.

-¡Mía! - gritó la niña aferrándose al cuello de Yulia con sus manos. Elena frunció el ceño al instante.

-No, no es tuya sola - se quejó la pelirroja negando con la cabeza y Yulia giró los ojos. Elena le había dicho lo mismo a Viktoria a los tres años cuando adquirió esa palabra también.

-¡Sí! - gritó Kathia tirando una mano hacia atrás y golpeando el brazo de Elena.

-No, Kath. Tú mami también…

-Elena - la detuvo Yulia separando a su hija para sentarla en la silla de bebé y acercándola a la mesa - voy a ponerme algo más cómoda y regreso.

-No , amor - la sostuvo Elena por la espalda y la obligó a sentarse a su lado - la cena se enfría.

En realidad, si Yulia ingresaba a su cuarto, la sorpresa se arruinaba.

Por el momento, la morena se contentó con recibir al oído un "te amo" de Elena.

Y las sonrisas de sus dos hijas todo el tiempo mientras cenaban.

Yulia sintió como si estuviera viviendo un día más y a la vez uno único: Elena se encargó de cambiar el pañal de Kathia y acostarla en su cuna mientras Viktoria se bañaba en su cuarto y ella lavaba los platos.

Agitó sus manos dentro de la mesada para quitarse las últimas gotas de agua y luego las pasó por el delantal antes de apagar la luz de la cocina y caminar rumbo a su cuarto.

Estaba por abrir cuando sintió un abrazo por detrás y el movimiento de caderas que Elena siempre hacía apenas se pegaba a ella. La pecosa sonrió contra su cuello y bajó inmediatamente sus manos por el abdomen y las coló dentro de su falda para acariciarle los muslos. Yulia quiso alejarse entre suspiros pero Elena la retuvo con más fuerza:

-¿A dónde crees que vas? - susurró la pelirroja acercándose peligrosamente a su zona íntima y clavando a los costados sus uñas.

-Elena… - susurró la morena cerrando los ojos y sosteniéndose de la pared - Viktoria…

-Está ya en su quinto sueño - aseguró la ojiverde subiendo sus manos hasta llegar a la camisa de Yulia y pasar su mano derecha al interior aún con los botones prendidos - Once años, amor de mi vida - dijo Elena masajeando su seno y besando el hombro de su esposa antes de morderlo - Te amo, Yulia.

-Yo también te amo, Elena - susurró la pelinegra tirando su cabeza hacia atrás y recibiendo la boca de su mujer sobre la de ella. Cuando las lenguas se juntaron, batallaron, continuaron peleando y Elena abrió la puerta con el pie, Yulia admiró desde esa posición y como pudo el adorno de la habitación: más corazones con palabras en ellos y la cuna de Kathia no estaba allí.

-Con Viktoria - se adelantó Elena al ver la cara de pánico de Yulia y girándola para continuar besándola. Bajó sus dos manos por la camisa de la morena y la abrió de un solo tirón arrancando algunos botones al paso.

-Era mi favorita - murmuró Yulia mordiendo el labio inferior de Elena y tirando de el solo para escucharla gemir - más te vale, Katina que lo que vayas a hacer valga la pena.

-Valdrá cientos de esas camisas - aseguró la ojiverde levantándola sin esfuerzo y dejándola sobre la cama con suavidad - te lo aseguro - dijo Elena besándola para acabar la charla y bajando su mano por el abdomen de la morena.

No pudo callar los gemidos de Yulia ni los suspiros que la morena le arrancaba a ella.

No pudo tapar ambos cuerpos apenas terminaron por segunda vez de hacer el amor porque ya no tenía fuerzas.

No pudo decirle que no a Yulia cuando se subió sobre ella y la segunda aumentó a tercera y luego a cuarta. No supo explicarse como en realidad fueron cinco rondas de placer y sudor sobre ellas como si hiciera tiempo que no se amaban de esa manera.

Para lo único que su cuerpo le dio fuerza fue para repetirle a Yulia por qué la había elegido como su esposa, como la madre de sus hijas y por qué era el amor de su vida.

La morena se abrazó a su cintura y fue ella quien cubrió a ambas con una frazada mientras por su parte no podía para de repetir lo único que las había llevado hasta donde estaban ahora:

-Te amo, Yulia.

🔜

Gracias Fati20 por ponerme al tanto. Creo que he estado tan alejado de las redes por mis ocupaciones que se me ha hecho imposible seguirles el ritmo a las chicas.

Bien, les informo que solo restan 5 capítulos de esta agradable historia.

Disfrútenla
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Mensaje por LenaVolkova66 4/3/2024, 9:16 am

me lleve lindo susto con este cap! Esa Inessa es una perra una vil perra. Aaaaagggggggghhh no quiero que se ternime tan rápido Sad pero así son las historias no? Besos pa ti!
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Mensaje por Veroska 4/3/2024, 9:21 am

Qué hermosa historia, en verdad que es horrible Inessa en esta historia, bueno, en la mayoría lo es, su egoísmo es altruista pero lo bueno es que Elena no se deje de ella y en fin, está este capítulo que está lindo... Gracias por subirla Rainbow
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Mensaje por Fati20 4/3/2024, 12:16 pm

Esta historia tiene sus momentos que nos quiere enloquecer ya iba a decir yo como que Julia esta casada con otro 🤦🏻‍�. Ya luego todo hermoso como debe ser qué bueno que sean tan felices 😍😍. Un placer cariño este año Julia ha estado activa con las presentaciones por momentos su voz suena mejor lo cual nos alegra muchísimo y Lena apenas hace unos días anuncio una entrevista y que ya desea regresar a grabar qué luego de todo este tiempo de maternidad extraña ir al estudio y de Julia solo dijo q si están en contacto.
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Mensaje por Corderito_Agron 4/3/2024, 8:41 pm

Me alarme cuando empece a leer el capitulo y me dije como paso esto pero después seguí leyendo y fue un alivio saber que era una obra, me encanta que sigan enamoradas y casadas. Por fin yulia cumplió su sueño de tener hijos con elena, me gusto el capitulo muy bonito y bueno alina es genial.
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Mensaje por LeaAgronsky 4/3/2024, 8:43 pm

Me dio un mini infarto al leer el principio, después mi alma volvió a la normalidad y lei todo el capitulo con una sonrisa boba en mi cara ñ.ñ
Muchas gracias de verdad ñ.ñ
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/4/2024, 11:44 am

Cap LI: "Lenguaje del Amor #2: Tiempo de calidad"

Las personas comparten su amor por el otro pasando tiempo de calidad juntos. Este aspecto requiere que las personas enfoquen su atención con el otro en formas como la comunicación abierta, tanto como para escuchar como para hablar, y pasando tiempo juntos realizando actividades que ambos disfruten.

El segundo lenguaje del amor solo es pasar tiempo real con la persona que amas. Y ese era el pasatiempo favorito de Elena.

-Yul…Yulia, cielo - murmuró roncamente contra el cuello de su mujer mientras acariciaba su brazo intentando despertarla - Yul.

-¿Mmm? - preguntó la morena somnolienta volteando y dándole la espalda. Elena alzó una ceja al instante y le rodeó la cintura regresándola contra ella - Elena.

-Despierta.

-No…es domingo - se quejó doblando las manos contra su pecho y alejando apenas a la ojiverde.

-Si, pero van a ser las 9:30 y Kath debe tener hambre – dijo Elena abriendo los brazos de Yulia y enriendándolos en su propio cuello - Yul…ya, despierta.

-No…levanta a Kath y dale el desayuno - fue lo último que dijo la pelinegra pero reteniendo a Elena por la cintura para acomodarse contra ella.

-Yulia eres una holgazana - dijo la ojiverde intentando alejarse pero Yulia la apretó más fuerte - ¿Estás cansada?

-Por supuesto. Tú me dejaste así.

-Como siempre - bromeó la pelirroja apretando sus labios contra los de Yulia y sonriendo cuando la morena quería separarla seguramente por la misma excusa "aún no me he lavado los dientes". A ella no le importó, nunca lo hacía y por eso se recostó sobre Yulia ejerciendo fuerza para que dejara sus ideas atrás - mmm, no estás preparada para mí - susurró al rozar la entrepierna de la morena y no sentir esa humedad que ella amaba lograr y luego hacer desaparecer - veamos ahora - dijo llevando dos dedos a su boca, mojándolos con su saliva y bajándolos hasta la zona íntima. Apenas tocó el clítoris de la morena con su pulgar y estaba por penetrarla cuando la puerta de su cuarto se abrió y Yulia la alejó de un fuerte empujón.

-Mamá, Kath está pudriéndose - se quejó Viktoria bajo la puerta aún con el pijama y el cabello despeinado - ¡Quítenla de mi cuarto!

-Buenos días, cariño. Ya veo como amaneciste hoy - ironizó Elena llegando a ella y dejándole un beso en la cabeza antes de ir en busca de su otra hija.

-¿Te sientes mal? - preguntó Viktoria cruzándose de brazos a una Yulia completamente roja que intentaba recuperar su respiración.

-No, cielo, estoy bien… me cambio y bajo a hacerte el desayuno.

-No. Iremos a la plaza con la tía Sveta.

-¿Iremos? ¿Quiénes irán? - preguntó Yulia confundida. Viktoria giró los ojos y dejó caer pesadamente sus brazos.

-Es el primer domingo del mes, ma. Lo hacemos siempre.

-¡Oh! Cierto, cierto…En seguida bajo.

-Iuugg, Kath ¿qué te dieron de cenar? - preguntó Viktoria mientras salía y Elena pasaba hacia el baño con su hija en brazos.

-Viktoria, ve a ducharte - le ordenó Elena desde el tocador donde recostaba a la pequeña y le quitaba el pañal - Oh, Kath - murmuró al ver el estado del paño. Lo dobló rápidamente y lo arrojó dentro de una bolsa con la misma velocidad - ¡Yulia!... ¿Cierto que mami debe lavarte y no mamá? - susurró Elena jugando con las piernas de la niña y esperando por la morena - ¡Yul!

-¿Qué sucede? - preguntó la ojiazul envuelta en su albornoz rosa y retrocediendo un paso al oler el pequeño lugar - ni lo sueñes, Katina - aseguró al notar la intención de Elena y cerrando la puerta antes de que la ojiverde saliera - ¡Te toca a ti! - gritó antes de correr a su habitación y esconderse dentro de la ducha.

No había forma de que Elena la sacara de ahí por un largo tiempo.

***

-¿Estás enojada? - preguntó Yulia con una sonrisa y con su rostro bajo el de Elena mientras ella manejaba.

-Ajá.

-No puedes estar enojada aún por eso.

-Ajá.

-¡Estás enojada! - gritó emocionada dando un aplauso y alejándose para sentarse bien en su lugar - ¿Estás escuchando, Kath? - preguntó volteando hacia el asiento de bebé y estirando una mano para tocar a su hija - a mamá no le gustó cambiarte esta mañana.

-¡No! - gritó la niña y Yulia largó una carcajada que hizo sonreír a Elena y luego le dedicó una mirada a Viktoria.

-¿Te pasa algo, hija? - le preguntó al verla con los brazos cruzados y observando hacia afuera - Viktoria.

-¿Cuándo voy a tener un hermanito? - preguntó la niña como si nada sin mirar a Yulia. La morena entreabrió sus labios sorprendida y parpadeó observando la reacción de Kathia; la pequeña niña miraba a su hermana con la cabeza ladeada y como si hablara de algo que ella entendiera.

-¿Por qué quieres un hermanito? Kath y tu…

-No es por ella y yo - la cortó Viktoria sonriéndole a su hermana - pero nosotras somos dos. Y están Valerie y Melanie y Alina dijo que quería tener otra niña… A mi me gustaría tener un hermanito que me defienda de los niños tontos cuando quiera tener novio.

-Tu aún no puedes tener novio - le aseguró Elena cual madre celosa con una mirada penetrante por el espejo retrovisor.

-Pero lo voy a tener. Y además Max es lindo.

-¿Quién es Max? - preguntó Elena volteando a verla y Yulia tuvo que estirar su brazo para manejar el volante y evitar un accidente.

-Max es el hijo de Zhara, la dueña de la joyería - respondió Yulia golpeando el hombro de la ojiverde para que volviera a su lugar.

-¿Y qué con eso? Mi hija tiene ocho.

-Pero voy a cumplir nueve - dijo Viktoria colándose entre los asientos para hablar al lado de sus madres.

-Nueve el año que viene. Aprende a sumar primero - se quejó Elena aminorando la velocidad y buscando un lugar donde estacionar.

-Max besa lindo - dijo la niña sacándose el cinturón justo cuando Elena frenaba violentamente.

-¿Qué dijiste? - preguntó la ojiverde girando a verla pero Viktoria ya había atravesado el asiento de Yulia y corría hacia los brazos de Svetlana - ¿Tu escuchaste lo que dijo, Yulia? - le preguntó a la morena pero ella también ya se inclinaba para tomar a Kath entre sus brazos y bajarla al salir - ¡Yulia!

-Sí, Elena - dijo la morena asomándose por su puerta antes de cerrar - todo Moscow lo escuchó.

-Sí pero ella dijo…Yul - se quejó al ver a la morena alejarse para saludar a Svetlana y dejarla a ella hablando sola.

-Por aquí, KatinGAY - le hizo una seña Alina con una canasta en mano y alejada del resto.

-Buenos días, Alina ¿cómo…

-Ayúdame con esto - la cortó la castaña arrojándole unas frazadas y manteles - acomódalo para que tus enanas y mis niñas se sienten.

-Claro - murmuró Elena abriendo una frazada color verde, otra rosa y colocándolas en el piso y un mantel sobre una de ellas. Alina tiró la canasta y le dijo que comenzara a sacar la comida que ella iba a hacer algo más importante. Elena giró los ojos al verla abrir su camioneta y poner música a un volumen alto en el que seguramente toda la ciudad podía escuchar - ¿Pizza, Alina? - preguntó Elena al sacar las envolturas de comida - Van a desayunar, mi hija no puede comer eso a esta hora porque…

-¡Pizza! - gritó Viktoria arrebatándole una porción a la bandeja que Elena sostenía y comenzando a devorarla rápidamente - mmm, gracias tía Aly – gimió la niña encantada mientras llevaba otra para comer luego.

-Claro, no puede comer - ironizó Alina sonriéndole maliciosamente y quitando un recipiente térmico lleno de café y otro con jugo - siéntate Lena o necesitas que lo haga por ti.

-¿Y Yulia? - preguntó Elena sentándose al lado de la canasta y observando a su alrededor la ausencia de su chica y la de Svetlana.

-En los juegos - señaló Alina al ver a Sveta divertida en una hamaca y al lado Yulia con Kath en sus piernas - ¿Qué te pasa hoy?

-Nada – dijo Elena y Alina giró los ojos.

-Oh, pelirroja tonta, te conozco casi tanto como tu a mi… no estás enojada… estás… estás como pensativa.

-Bueno, entonces estoy pensativa.

-¿Y eso por qué?... ¡Ay, por favor habla que odio el silencio!

-Cuando veníamos hacia aquí Viktoria… Viktoria nos pidió un hermanito.

-¿A ti y a quien más?

-Eres una idiota… y Yulia no… y Yulia no le aseguró ni le dijo nada. Al contrario, le preguntó para qué quería uno.

-Ay que estúpida pregunta, para cambiarle los pañales no va a ser… ¿Y qué con eso? ¿Tú quieres otro hijo?

-Pues… ¿para qué voy a mentirte? Estoy igual que Viktoria, quiero un varoncito en casa… Me gustaría ver a Kath jugando con él o a Viktoria enseñándole cosas y retándolo cuando diga mal una palabra…. Pero Yulia…

-¿Y tú crees que la enana no va a concedértelo?

-No lo sé… un hijo no es simple deseo, Aly. Ambas lo sabemos. Y Viktoria ya es grande y Kath pequeña y nos consume casi todo el tiempo. No creo que Yul quiera con todo - murmuró la ojiverde observando fijamente a Yulia. La morena reía fuertemente mientras le hacía cosquillas a Kath y ambas se balanceaban en aquella hamaca de color amarilla.

-Sveta también quiere otro hijo… bueno, en realidad ella quiere seis más. Claramente no lo va a conseguir. Dice que le gustaría ser como los Brangelina, quiere mellizos, algún adoptado y no sé que más - dijo Alina bebiendo un sorbo de su café y haciendo sonreír a Elena imaginándosela en medio de tantos niños y con su típica intolerancia - Habla con Yulia - le pidió la castaña seriamente y Elena agitó la cabeza.

-No lo sé… ella siempre ha querido tener niñas. No puedo cambiarle su felicidad por la mía, no lo he hecho nunca y no pretendo hacerlo.

-Pero ahora son dos. Y una familia. La felicidad de una depende de la otra y la de sus hijas de ustedes… ¿Te imaginas a Kath todo el día abrazada a un bebé? - preguntó Alina ilusionada porque si por algo amaba a su ahijada era por lo cariñosa que era con todo el mundo y las risas que la abordaban todo el tiempo al estar rodeada de gente. Elena asintió con una sonrisa en el rostro y se mordió el labio: ella lo imaginaba todo el tiempo - Oye… ya escribí la segunda parte de la obra. Pero ahora Yulia no se divorciará.

-Repito, eres una idiota. No deberías haber puesto eso… Es algo personal.

-¿Personal? - preguntó Alina largando una carcajada - eres tú la que sueñas que Yulia te dejó para casarse con otro. Asquerosos sueños que tienes, Lena eh!

-Por eso mismo. Son míos, no tienes que andar divulgándolos - murmuró Elena entre dientes y volteando a ver que hacia reír tanto a Yulia. Sonrió abiertamente: sí, su hija. Se puso de pie con Alina observándola alejarse hacia los juegos y escuchando a su amiga llamar a Sveta con un grito. La ojiverde corrió hacia ella rápidamente.

Elena se detuvo a unos pasos de Yulia y se golpeó internamente por no haber llevado la cámara de fotos: la imagen de la morena con su cabello suelto volando por el poco aire y la muestra de los pocos dientes de Kath mientras abría la boca para reír, era una imagen que debía quedar plasmada más allá de su mente.

Yulia alzó la vista en su dirección y ella le sonrió dándose cuenta en ese instante cuanto la amaba. El cuerpo rebosaba en ese instante de felicidad y no pudo hacer otra cosa que arrodillarse frente a dos de sus chicas y rodear la cintura de la morena encerrando a Kath entre ellas y sintiendo las manos de su hija atraparle el cuello.

Besó cientos de veces la mejilla de Kath produciéndole esa sonora risa que le encantaba escuchar mientras observaba a Yulia y esa sonrisa que solo le dedicaba a ella. Elena le guiñó un ojo y Yulia le tiró un beso haciendo que sus ganas de besarla realmente comenzaran a aumentar.

-¡Ma! - se quejó Kath alejándola cuando se arrojó más contra su cuerpo y cuando se disponía a salir, Viktoria llegó con un fuerte impacto y se colgó a su espalda logrando un abrazo más apretado entre las cuatro - ¡Oria! - reclamó la más pequeña intentando pronunciar el nombre correcto de su hermana pero ella solo se arrojó más contra Elena.

-Mamá quiero un helado - dijo Viktoria alejándose finalmente pero abrazando a Elena por los hombros.

-No, Viktoria. Van a ser las 11 de la mañana, no puedes comer cualquier cosa a…

-¡Viktoria! - escuchó Elena que Alina la llamaba - ven, vamos por un helado…Y trae a tu hermana - gritó la castaña sacando unos billetes de la cartera de Elena y tomando las manos de ambas niñas cuando llegaron a ella - ¡Ya venimos! - gritó Alina mientras caminaba rumbo al puesto de helados.

-Está bien - murmuró Elena observándolas hasta que se perdieron de su vista. Giró sobre sus propios talones aún arrodillada y acomodó sus brazos en los muslos de Yulia. La morena se inclinó hasta rozar sus labios y se alejó cuando ella iba a besarla - Mi beso, Yulia - le reclamó pero la morena solo negó con la cabeza.

-¿Sabes algo, Elena?

-¿Qué?

-Te amo… - murmuró la morena acariciándole el rostro con ambos pulgares y logrando que Lena cerrara los ojos por la tranquilidad que ese solo acto le producía. La ojiverde suspiró por lo bajo y Yulia le dejó un suave beso en los labios antes de juntar su frente contra la de ella y dejarle allí otro beso - ¿Qué te sucede?

-Yulia… - murmuró perdiéndose más en ese contacto que la morena realizaba y parecía no querer terminarlo - Yul...

-Estoy aquí…dime lo que quie…

-Quiero que tengamos otro hijo - susurró abriendo los ojos al sentir las caricias de Yulia detenerse. Fue todo rápido, sin previo aviso y hasta algunos lo podrían haber tildado de vergonzoso, pero Yulia se abrazó a sus hombros y la arrojó contra la arena para llenarle el rostro de besos y gritar cosas inentendible por la emoción que cargaba y lo que sus palabras le produjeron - ¿Entonces?

-Quieres un niño ¿cierto? - preguntó Yulia aún sobre ella y Elena asintió algo avergonzada. La morena se acercó a su oído mordiéndole el lóbulo de la oreja y susurró algo antes de levantarse - podemos empezar probando esta noche… o cuando lleguemos a casa.

-Sveta, llama a los bomberos - escuchó Elena a Alina cerca de ellas y tomó la mano de Yulia que la ayudaba a levantarse.

-No seas exagerada, Alina - dijo Elena abrazando por detrás a Yulia y hundiendo el rostro en su cuello - Te amo - le recordó en un susurro antes de dejarle un beso en la mejilla y acercándose luego a Kath que tenía todo el rostro lleno de chocolate - Oh, cielo - murmuró tomándola entre sus brazos y llevándola a un bebedero a limpiarse.

-¿Se agranda la familia, Volkova? - preguntó Alina alzando sus cejas y Yulia, sorprendiendo a todas, asintió con efusividad y se colgó de la castaña en un abrazo que hizo sonreír a ambas.

***

-¿Así que quieres intentarlo ahora? - preguntó una Elena en ropa interior abrazando a Yulia antes de llegar a la cama y deteniéndola para morderle el cuello.

-Sí…todo el tiempo hasta que lo logremos - jugó la morena llevando su mano hacia atrás y colándola al interior de la braga de Elena para sentir la humedad que ella también tenía.

-Mmm - gimió la ojiverde escalando sus dedos por el abdomen de Yulia hasta llegar a sus pechos y apretarlos sin el menor de los cuidados. La morena se recostó contra su hombro e iba quitar su mano cuando ella la retuvo - ni se te ocurra, Yulia - ordenó volviendo la mano de su novia a su intimidad y moviéndola para que continuara.

-Elena… - murmuró Yulia pellizcando su clítoris y logrando que la pelirroja la mordiera más fuerte - Elena…

-¿Qué? - preguntó la pecosa sin importarle la respuesta y girandola para besarla con todas sus fuerzas. Yulia le rodeó el rostro y ella avanzó hasta dejarla caer contra la cama para continuar besándola. De repente el teléfono sonó y, por más que retuvo la muñeca de la morena, Yulia logró soltarse y ya llevaba el tubo a su oreja.

-¿Ho…hola? - preguntó con dificultad y Elena sonrió mientras acariciaba el interior de sus muslos - ¡papá! - gritó Yulia haciendo que la ojiverde se detuviera y raramente se acostara a su lado tapándola rápidamente a ambas - sí ¿qué sucede?...No…está bien. Adiós.

-¿Qué? - preguntó Lena casi molesta - ¿nos interrumpe solo por dos segundos? Tenemos que volver a empezar - dijo intentando levantarse pero Yulia le tomó el brazo y la regresó su lado.

-Kath está aquí esta noche - le recordó Yulia señalando la cuna y Elena giró los ojos ¿Quién sumaba los perros y los gatos a una misma bolsa? - papá quiere que mañana pasemos a almorzar con ellos. Parece que Fyodor te extraña.

-Muy chistosa - murmuró Elena acomodando su almohada y recibiendo a Yulia contra su pecho - ¿tú crees que ya me tiene al menos algo de aprecio?

-¡Elena! - se quejó Yulia golpeándole levemente el abdomen - mis papás te adoran.

-Leonid lo hace.

-Fyodor también. No importa lo que haya dicho o hecho en el pasado. Él te quiere porque yo te amo y amas a nuestras hijas. Ya te lo ha dicho.

-Sí pero… él iba a denunciarme ¿lo recuerdas?

-¿Quieres que lo haga?

-Flashback-

Yulia elevó la última copa de ponche, claramente adulterado por Vitya, y brindó con sus compañeros de Instituto: oficialmente todos se habían graduado y ya la mayoría tenía planes a futuro. Ella saludó a uno por uno, incluido a Andrij, con un beso en la mejilla y se detuvo a un costado a observar la puerta.

Sonrió cual niña y sin importarle quién las veía llegó casi corriendo a Elena y se tumbó contra ella en un abrazo. La ojiverde la recibió de igual manera y sin pensarlo salieron juntas hasta el mini Cooper de Elena. No se dijeron nada al subirse ni al andar. La ojiverde se detuvo unas cuadras más adelante, donde la luz de la calle estaba rota y los autos no pasaban. Se bajaron juntas y ella se recostó sobre la puerta de acompañante, estiró su brazo y acercó por la cintura a la morena para besarla.

-Felicidades, graduada - susurró entremedio del beso y sonriendo inevitablemente.

Estuvieron inmersas en besos y caricias sin darse cuenta la cercanía de alguien más. Hasta que ese alguien más nombró un "Yulia" con voz quebrada, ambas rompieron el beso con rapidez y Fyodor caminaba hasta ellas con los ojos cargados de lágrimas y una mirada penetrante hacia Elena.

Él no dijo nada, solo negó con la cabeza y señaló a la pelirroja en modo de amenaza y regresó sobre sus pasos. Yulia se soltó de Elena y le dejó una caricia en el brazo antes de seguirlo con la incomodidad del vestido y los zapatos.

-Papá... ¡Papá! - lo llamó intentando que volteara pero él le dijo que hablarían en la casa.

Leonid estaba en pijama y salía de la cocina con un vaso de agua cuando ellos llegaron, Yulia cerró la puerta tras ella con un fuerte golpe y finalmente Fyodor la enfrentó:

-¿Con tu profesora, Yulia? ¿Con alguien mayor? ¡¿Estás loca?!

-Papá…

-¡Papá nada! Dime, Yulia, dime si estoy equivocado en actuar de esta manera pero acabas de hacer que me decepcione de t…

-No digas eso, Fyodor - lo cortó Leonid desde las escaleras y luego se acercó a ellos - Te dije que no debías volver solo por un estúpido regalo.

-¿Tú lo sabías? - preguntó Fyodor sintiéndose internamente traicionado.

-Yulia la quiere. Y ella a nuestra hija… ¿Es raro? Completamente ¿Molesta al principio? Nunca dejará de hacerlo…Pero Yulia está bien y recuerda que algo prometimos, Fyodor.

-No me interesa aquella promesa en este momento - contestó él molesto y recordándola en realidad. Solo Yulia debía ser feliz; además de que él mismo lo prometió por algo más: Yulia no era su hija genéticamente, por esa única razón iba a darle la libertad suficiente de vivir a su manera. Yulia se acercó él y lo abrazó susurrándole disculpas que no sentía. No podía disculparse por amar a Elena, nadie hace eso.

-Sé que debería habértelo contado pero…papá yo la amo y…

-No puedes amarla - la cortó Fyodor separándola y alejándose de ella - ella es mayor, tiene experiencia, te manipuló porque tú aún eres una niña y…

-¡No soy una niña! Y eso ella más que nadie lo sabe. Por favor, si es por la edad en menos de una semana cumplo los 18 y nada de esto estará mal.

-Pero aún eres menor - aseguró Fyodor caminando con decisión al teléfono - y todo esto comenzó cuando también lo eras. No lo voy a permitir, Yulia. No voy a hacerlo - aseguró él marcando un número y Yulia se abalanzó desconectando el aparato.

-¿A quien estás llamando?

-¿A quién más? A la policía.

-¡Papá no! Escucha…escúchame…. – le pidió tomándolo de los hombros y evitando que volviera a conectar el teléfono - no le hagas daño a ella porque me lo harás también a mí.

-No sabes lo que…

-Sé muy lo que estoy diciendo - aseguró entre dientes - pídeme cualquier cosa pero no te metas con ella. Por favor.

Solo una semana después, Yulia preparaba sus maletas y guardaba sus cosas más importantes en distintas cajas: habían sido los siete días más asquerosos de su vida porque no pudo hablar con Elena por mucho que ella la llamaba o le mandaba mensajes e incluso se presentó en su casa pero Fyodor no abrió y por el contrario le gritó desde adentro que se marchara. Elena lo hizo, sí, pero antes gritó que amaba a Yulia.

-Fin del Flashback-


-Pero ahora te adora - repitió Yulia acariciando el pecho de Elena y sintiendo los movimientos de ella en su espalda - Solo había que darle tiempo a que se adaptara… Además él nos trajo a Viktoria.

-Sí, lo sé - dijo Elena sonriendo recordando ese momento - ¿entonces fue allí cuando comenzamos a llevarnos bien?

-Flashback-

Elena sonrió con nervios y forzada cuando Fyodor, en una cena ya instalados en Moscow, le dijo que tenía una sorpresa para ella. Para ambas.

Ella sintió la mano de su novia acariciar su muslo por debajo de la mesa e intentó tranquilizarse, apenas llevaba unas semanas de comunicación respetuosa con él y no sabía a qué debía atenerse cuando decía la palabra "sorpresa".

Fyodor se puso de pie, caminó hasta el maletín de Leonid y tomó unos papeles. Regresó con el resto descubriéndola a ella y a Yulia con una ceja alzada. Retomó su lugar con tranquilidad y deslizó los papeles hasta Elena:

-¿Qué es? - preguntó la pelirroja con el pulso acelerado al leer "Internado… y ni siquiera continuó con el nombre.

-Desde que adoptamos a Yulia con Leonid no hemos dejado de ayudar al Internado. Enviamos dinero mensualmente para las posibles niñas que pueden ocupar el lugar y utilizarlo y… hace unos días llegó un bebé. Bueno, tiene dos años, al menos. Una hermosa niña rubiecita, de ojos cristalinos y sonrisa que enamora. La conocimos un día después de su llegada y…Leonid y yo queremos tenerla cerca… Como una nieta ¿tal vez? Ya estamos grandes para tener otra hija.

-Papá esto es… - murmuró Yulia completamente nerviosa y observando el estado de Elena. Ellas solo llevaban más de tres años juntas ¿realmente ya podían pensar en una familia? Ella ni siquiera había terminado el comienzo de su carrera de abogacía y Elena trabajaba casi a tiempo completo en un Instituto cerca de casa para ayudar económicamente a ambas. No podía darle todo el trabajo a la ojiverde y ella quedarse en casa a cuidar un bebé. Tenía solo 21, no estaba entre sus planes tener una niña si no tenía como sustentarla. Sin embargo, ese había sido siempre su sueño. Y Elena lo sabía.

-¿Dónde firmamos? - fue lo único que preguntó Elena con lágrimas en los ojos y haciendo que Yulia soltara un grito de emoción.

Esa noche fue la primera vez en que los cuatro se fundieron en un abrazo y todo parecía encaminarse para un largo tiempo en familia.

-Fin del Flashback-


-Viktoria - susurró Elena apretando a Yulia contra ella y recordando cuando ambas llegaron al Internado: la niña la observó primero a ella y supo que haber firmado aquellos papeles nunca iba a estar en su lista de cosas a arrepentirse - Yul...

-¿Mmm?

-Kath convivió contigo nueve meses. Tú fuiste la que sufrió el parto y los calores del verano y…

-Y tú mis berrinches. Mis cambios de humor y mis pedidos de comida a plena madrugada. Ambas pasamos por lo mismo - susurró Yulia cerrando sus ojos por el cansancio.

-¿Quieres que yo…

-No me importaría que el niño esté conmigo otros nueve meses más - aseguró Yulia aferrándose a la cintura de Elena y sonriendo al escucharla suspirar aliviada. Elena le había confesado que le tenía miedo a todo lo natural y corporal que implicaba un embarazo y ella no creía ser alguien que pudiese aumentarle ese temor - sabes que lo disfrutaré - fue lo último que dijo Yulia antes de respirar con tranquilidad por conciliado el sueño.

-Y yo también - susurró Elena dándole una mirada a la cuna de su hija y regresando otra vez contra Yulia - yo también lo disfrutaré otra vez.


🔜

Cuenta regresiva.... 4 capítulos del final!
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por soy_yulia_volkova 4/4/2024, 1:14 pm

Awww! Que lindo capi me enamoro de estas cuatro ¿Un nuevo bebe? Si! Hubiese querido que Elena lo tenga pero Yul embarazada me parece gshgdsh *.* Como siempre me encanta Smile
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Corderito_Agron 4/4/2024, 6:59 pm

Me gusta que decidan tener otro hijo, me encanto leer como tuvieron a Vika y su relación tan solida y llena de mucho amor. Y bueno, no es necesario que nos hagas la cuenta regresiva para saber que tenemos que despedirnos del fic hahahaha
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Ice-Man 4/4/2024, 7:01 pm

Me gusto la histori a y además me leí muchos capítulos para poner me al.dia. gracias por subirla y bueno ya se va hacabar
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 4/4/2024, 8:34 pm

Cap LII: "Lenguaje del Amor #3: la recepción de regalos"

Elena suspiró con cansancio y le dio una mirada a sus dos hijas: mientras ella intentaba darle de comer a Kath, Viktoria le hacía caras y jugaba con sus espaguetis logrando que su hermana solo riera y no quisiera comer.

La pelirroja hundió por milésima vez el tenedor en un pequeño pedazo de carne y lo llevó otra vez a la boca de su hija; pero Viktoria nuevamente soltó por nada una carcajada y Kath se dedicó a imitarla logrando que la paciencia de Elena volara más allá del techo:

-Viktoria, deja de jugar y come - exigió la ojiverde con una seria mirada hacia su hija mayor.

-No tengo hambre.

-No importa. Acabas de llegar del Instituto y tienes que comer…¡Viktoria! - alzó la voz cuando la niña tomó jugo del vaso de Kath y mojó al paso la remera de la más pequeña.

-Tengo sueño - le reclamó en cambio Viktoria y ella suspiró molesta. Por supuesto que no tenía sueño pero tampoco imaginaba qué quería realmente. A diario era Yulia la que ocupaba ese lugar y ella estaba en el Instituto dando clases; pero aprovechando la cercanía al cierre del año escolar le dieron el día libre y la morena aprovechó adelantar uno de ella. Elena quiso golpearse la cara contra la mesa al ver a Viktoria comiendo ahora raramente y estirando el tenedor para compartir con Kath y la castaña la recibía gustosa - ¿A qué hora regresa mami?

-¡Mami! - gritó Kath con tenedor en mano pero vacío.

-No lo sé, hija. Me dijo que tenía un nuevo trabajo e iba a tardar.

-¿No vendrá a almorzar?

-No, cielo. Debe estar haciéndolo en el estudio.

-¿Sola? - preguntó Viktoria cruzándose de brazos y Elena quiso sonreír, porque por muy rubia y ojos verdes iguales a ella fuera, ese puchero por enojo era igual de adorable que el de Yulia - Mami siempre come con nosotras.

-Yo lo sé, Vika pero…

-¡Ma! - gritó Kath apuntando con su tenedor el pasillo cuando la puerta se abrió. Elena sonrió con emoción y se puso de pie para recibir a Yulia con su habitual beso en los labios. Frunció el ceño y ladeó la cabeza al verla pasar a su lado sin decir palabra y abrir la heladera con violencia - Mami.

-Hola, Kath…Viktoria ¿por qué está tu plato aún con comida? Sabes que debes comer todo - reclamó antes de llevar una botella de agua a su boca.

-Mamá no cocina lo mismo que tú - aseguró la niña cruzándose de brazos y recibiendo una mirada de Elena - ¿me trajiste mis chocolates?

-No, hija. Hoy estoy algo apurada - dijo la morena besándole cariñosamente la cabeza y llegando hasta la silla de Kath para hacer lo mismo - Elena, Kath está mojada - se quejó al alzar la niña y sentir la humedad de su remera.

-Estaba por cambiarla. Viktoria y ella…estaba por hacerlo, Yulia - repitió siguiendo a la morena escaleras arriba, sin embargo la morena abrió la puerta de su cuarto y caminó directo al placard - ¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué…

-¿Cambiaste de lugar la ropa de la niña?

-No ¿por qué haría eso? - preguntó Elena desconcertada observando a Kath semidesnuda en la cama y Yulia buscando otra prenda - están donde siempre, Yul…

-Aquí están - la cortó la morena quitando una remera con el dibujo de Mickey Mouse en ella y colocándosela a Kath rápidamente - ve a jugar con Viktoria un momento, Kath. Después mamá te acostará para una siesta ¿si? – la pequeña apenas asintió y se bajó de un salto para abandonar la habitación - ¡Sin correr, Kath! - la retuvo Yulia y Elena, aún cerca de la puerta, observó a la niña tomarse del barandal con cuidado y a mitad de camino ser ayudada por Viktoria.

-¿Yulia? ¿Pasó algo en el estudio? ¿Estás…

-¡Estoy furiosa, Elena! ¡Furiosa! - gritó moviendo sus brazos enfatizando su enojo. Elena juntó sus cejas y cerró para que las niñas no escucharan nada de más.

-¿Conmigo? ¿Hice al…

-¡Por supuesto que no es contigo!...por supuesto que no es contigo - murmuró Yulia llegando hasta la pecosa y abrazándola recostándose sobre su pecho. Elena le rodeó la cintura y suspiró aliviada contra su cabello, era raro ver a Yulia enojada o de mal humor, ella solo la recuerda de esa manera aquellos nueve meses antes de dar a luz a Kath.

-¿Qué pasó, mi amor?

-¿Te acuerdas del nuevo caso que teníamos? - preguntó con la voz quebrada y jugando con la camisa de Elena en su hombro.

-Sí ¿qué pasó?

-¿¡Y qué va a pasar!? - preguntó Yulia en un grito y separándose para caminar por toda la habitación. Elena giró los ojos y se cruzó de brazos a esperar que hablara- Me piden que defienda un criminal, Elena ¡Un criminal!

-Yulia, es tu trab…

-Mi trabajo no es ese, Elena. Es darle al culpable su merecido y al inocente su libertad, pero no ¡no!...Resulta que este tal…ahg, hasta olvidé el nombre…es un maldito golpeador de niños que le sonríe al juez y pretende la libertad que no se merece ¡porque no se la merece! - gritó quitándose el saco de su uniforme y arrojándolo a la cama - pero el maldito juez dice que las pruebas del abogado denunciante no son suficientes para culparlo ¡Son estudios que muestran que el niño fue golpeado! ¡Hay un médico de testigo!

-¿Y tú qu…

-¿Y qué quieres que haga? Por lógica tengo que presentar pruebas que lo demuestren inocente ¡Lo odio! Ojalá perdamos el maldito juicio.

-Cielo, si pierdes…

-No me interesa el dinero en este caso, Elena - sentenció quitándose sus botas y desprendiendo su pantalón - quiero a ese niño fuera del alcance de ese monstruo.

-¿Y qué te ha dicho él? - preguntó Elena acercándose a ella y doblando su uniforme sobre la mesa de luz.

-Que quiere su libertad a toda costa. Por supuesto que me confesó que sí lo golpea y que lo ha hecho en varias ocasiones… maldito monstruo.

-¿Y su madre? Fue ella la que presentó la causa ¿cierto?

-Madrastra…es más joven que él, casi diez años y solo lo hizo para dejar al niño a salvo antes de largarse a otro país. Supongo que habrá recibido lo suyo también.

-Oh…es horrible escuchar eso, cielo… ¿Y entonces?

-No lo sé, James confía en que este caso sea nuestro y así la firma nos vuelve a dar la confianza que antes tenían sobre nosotros. Él dice…

-James cree, él dice… que se pudra James - dijo Elena con un notable cambio de humor y alejándose de Yulia. No era desconocido para nadie que el tipo le dio un puesto en su edifico porque apenas vió a la morena quedó encantado con ella. Eso, y sumado a que eran de la misma edad, a Elena le molestaba. James Jordan era el típico joven graduado más por su sonrisa encantadora y su cuerpo cual modelo más la ayuda económica de papá que trabaja por él. Ella se cruzó de brazos y Yulia la observó confundida, Elena aún no entendía como la morena podía tener un jefe de su edad.

-Creí que ya habíamos dejado ese tema atrás. James me aconseja como un compañero. Como el jefe que es.

-Oh Yulia, tú y yo sabemos que no es así… Pero me da igual, es tu trabajo y…

-Pero a mi no me da igual - aseguró poniéndose de pie y volviendo a la pelirroja - sé lo que estás diciendo y te entiendo, pero es mi trabajo, Elena - murmuró pasando sus brazos debajo de los de la ojiverde y acercándola por la espalda contra ella - y te amo ¿lo recuerdas?

-No - jugó Lena con un débil puchero y resistiéndose a pasar los brazos por la cintura de su chica - no te escuché bien, dilo de vuelta.

-¿Lo recuerdas?

-Todo, Yulia – ordenó la pelirroja haciendo sonreír a la morena - di lo último de vuelta.

-Que te amo Elena Katina… - susurró Yulia alzando la vista hacia Lena y lamiéndose los labios mientras Elena se inclinaba hacia ella - te amo a ti, a mis hijas y a la familia que formamos y…

-Y seguiremos formando - aseguró Elena cerrando los ojos y besándola a tacto pasional y cariñoso. Levantó su mano para acariciar la mejilla izquierda de la morena y acomodar su cabello suelto detrás de la oreja. Coló su lengua sin apuros a la boca de su chica y sonrió entremedio cuando Yulia la rodeó con la de ella y terminó chupándola para luego alejarse. Ella se quedó aún de pie, tratando de entender por qué con Yulia repetían actos diarios pero cada vez que lo hacían parecían nuevos y mejores que los anteriores. Estiró su otro brazo y rodeó los hombros de la morena para volver a besarla. Cuando Yulia bajó sus manos por todo su pecho hasta la cintura de su pantalón, ella abrió con impaciencia su camisa y escaló los dedos por su abdomen llegando hasta su brassier; abrió un momento los ojos para encontrarse con la abertura en la parte de adelante y agradeció mentalmente por abrirlo sin problema alguno.

-Elena - reclamó Yulia mientras desabotonaba el pantalón de la pelirroja - las niñas están abajo - murmuró colando una mano dentro de la ropa interior de Elena y la ojiverde frunció el ceño ¿con eso pretendía detenerla? Se alejó rápidamente de la morena y se acercó a la puerta.

-¡Viktoria! - gritó abriendo apenas y tratando de que los besos de Yulia en su espalda no la alteraran - ¡ve con Kath al patio y lleven todos los juguetes!

-Kath es pequeña para tanto tiempo sola - se quejó Yulia detrás de ella mientras intentaba sacar su camisa celeste. La pecosa giró los ojos y volvió a gritar.

-¡Cuida a Kath y te daremos… ¡Viktoria! - gritó Elena al escuchar un fuerte golpe en la cocina. Movió los hombros acomodándose la camisa y bajó las escaleras corriendo - Viktoria qué… ¿qué pasó? - preguntó alterada al ver a Kath en el piso y llorando fuertemente.

-Ella se subió a la silla y saltó, yo estaba buscando los juguetes - se defendió la mayor mientras Elena tomaba a la niña entre sus brazos y la llevaba corriendo al baño.

-¿Qué pasó? - preguntó Yulia entrando a la cocina y Viktoria giró los ojos.

-Lo de siempre, Kath queriendo volar.

-¡Yul, necesito hielo! - gritó Elena y Yulia corrió a la heladera. Quitó tres cubos de hielo, los envolvió dentro de una pequeña toalla y la empuñó en su mano para llevársela a la pelirroja - Viktoria, que sepas que estás castigada - dijo Elena seriamente mientras Yulia colocaba el hielo en la frente de su hija y ella le lavaba la nariz para detener las gotas de sangre.

-¿Yo? - sollozó la rubia dando una patada al piso y corriendo escaleras arriba - ¡eres mala! - gritó antes de cerrar la puerta de su cuarto fuertemente y Elena prefirió no prestarle atención mientras continuaba su trabajo.

-¿Y por qué te enojas con ella? - preguntó Yulia mientras se mordía el labio para no llorar por lo que le causaba las lágrimas de su hija más pequeña frente a ella.

-Le dije que la cuidara. Sabe que tiene que hacerlo.

-Sí, pero fue un accidente.

-Que puede repetirse, Yulia.

-Te recuerdo que no estábamos ocupadas con algo importante. Nosotras debíamos estar aquí - terminó la morena con seriedad mientras le dejaba un beso en el cabello a Kath para después caminar hasta su otra hija. Elena suspiró con molestia y terminó por arropar a la pequeña entre sus brazos y mantener el hielo en su rostro.

Mientras observaba el camino de Yulia por las escaleras se mordió el labio e infló su pecho.

Recostó a Kath contra su cuello y siguió los pasos de la morena.

Apenas ladeó la puerta del cuarto de Viktoria y la descubrió acostada en la cama, dándole la espalda, cual ovillo de lana y Yulia frente a ella susurrándole cosas mientras le acariciaba el cabello.

Elena suspiró con fuerza e ingresó.

-Vika - la llamó y Yulia la observó fugazmente. Ella dejó a Kath sobre la cama y la niña inmediatamente se colgó a la espalda de su hermana.

-Tengo que volver al trabajo, cariño - murmuró Yulia estirándose para dejarle un beso en la mejilla fuertemente y dejándole otro a Kath cuando ella se puso de pie reclamando el suyo - nos vemos a la noche - susurró al llegar a Elena y dejarle un beso en los labios. La pelirroja asintió y la observó hasta cruzar la puerta y después oír el ruido de la ducha. Elena se aclaró la garganta y rodeó la cama hasta tomar el lugar que había ocupado Yulia.

-Ey, cielo, venía…

-Siempre tengo yo la culpa de todo - sollozó Viktoria volteando otra vez y Elena apretó lo ojos. Ahora Kath también la miraba de mala manera y abrazaba a su hermana para darle algo de contención.

-No es cierto, Viktoria. Sabes que no es así… Solo que me asusté al ver a tu hermana sangrando y tirada en el piso. Dije lo primero que me pasó por la cabeza, cielo y lamento habértelo dicho a ti.

-A Kath siempre la defiendes y no le dices nada - reclamó la niña haciendo ruido con su nariz mientras intentaba quitarse las lágrimas - yo le dije que no subiera a la silla y no me hizo caso pero me retaste a mí… A ella la quieres más.

-No es cierto - la cortó Elena rodeándole la cintura, girándola para mirarla y secarle las lágrimas que aún querían seguir saliendo - no digas eso, no lo pienses y no lo vuelvas a decir ¿me estás escuchando? Yo te amo a ti, a Kath y a mamá. A las tres por igual porque son mi vida y las voy a amar siempre… Además sabes que eres rubia, eso es una debilidad para mi - bromeó Elena tomando un mechón del pelo de Viktoria y colocándolo arriba de su boca y bajo su nariz imitando un divertido bigote - ¿Me quieres? - le preguntó acercándose a ella y dejándole un beso en la frente.

-Si - susurró apenas la niña y Elena sonrió, como le encantaba que Viktoria le recordara a ella de niña - ¿y cuando tengamos un nuevo hermanito? - preguntó la rubia acomodando a Kath entre sus piernas y haciéndole cosquillas. Elena ladeó la cabeza, era un hecho entre ella y Yulia que un nuevo niño llegaría a la casa y a la familia pero aún no lo habían hablado con sus alzó la vista al ver a Yulia asomarse apenas por la puerta y tirándole un beso, ella agachó la cabeza para no sonreír y que Viktoria descubriera a su otra madre; cuando regresó la vista al frente solo lo hizo para ver la intensa mirada que Yulia le daba. Fue en ese momento que entendió que las paredes de su casa eran inservibles y completamente inútiles: la morena sabía de que estaban hablando y le daba permiso a continuar. Elena apretó sus labios y Yulia finalmente se marchó.

-¿Tú quieres tener un hermanito, Kath? - le preguntó Elena a la mas pequeña y ella rápidamente giró la cabeza para ver a su hermana. Volvió hacia Elena asintiendo con emoción al ver que Viktoria también lo hacía - ¿Cómo le pondrías, Viktoria? – le preguntó esta vez a la más grande.

-¿mmm? ¿Max? - preguntó tocándose el mentón con un dedo cual pensativa y Elena giró los ojos.

-No puedes ponerle el nombre del niño que te gusta - murmuró Elena.

-¿Entonces…¡no sé!...¿pero puedo ver cuándo lo tengas? - preguntó Viktoria inocentemente y Elena detuvo un momento sus pensamientos. Entreabrió la boca sorprendida y parpadeó varias veces; la risa de Kath tratando de imitar el pedido de su hermana solo la alteraron un poco más.

-Tú…Viktoria tú… ¿tú quieres que yo lo tenga? ¿qué yo tenga a tu hermanito?

-¡Si! Mami ya tuvo a Kath y yo estuve cerca cuando nació. Quiero estar cerca de mi hermanito cuando lo haga él también.

-Sí, pero Viktoria…lo que yo…lo que quiero saber es… ¿recuerdas a mami con su pancita?

-¡Cuando estaba gorda!

-¡Oda! - gritó Kath haciendo sonreír con miedo a Elena y Viktoria continuó hablando.

-Sí – aseguró Viktoria recordando - ¿qué tenía de malo?... ¿tú no quieres estar gorda? ¿Es por las cosas que dice la tía Aly?

-¿Qué? ¿Qué dice Alina sobre… olvídalo. Pero no escuches tanto a tu tía… Entonces Viktoria ¿a ti no te gustaría que mami Yul estuviera…- Elena giró los ojos y suspiró - estuviera gorda otra vez?

-No - aseguró la niña negando con la cabeza y Kath sobre su pecho hacía lo mismo.

-¿Por qué?

-Porque ya tengo miles de fotos con mamá así…y contigo ninguna.

-Viktoria, no se trata de una simple foto, hija.

-¿No quieres tener otro hijo? – preguntó Viktoria con tristeza y Kath sollozó algo apenas.

-No, Vika es… - Elena se detuvo y observó las reacciones de ambas niñas, podía verse en el reflejo de los ojos verdes de las dos su cara de miedo y algo de cobardía. Había vivido los dolores de Yulia aquellos meses como si fuesen los propios y eso ya la asustaba; a la morena le costaba dormirse de noche por encontrar la posición adecuada, cuando de vez en cuando Kath pataleaba dentro de ella y ni hablar la cara de sufrimiento e insultos que generó en Yulia el momento del parto. Sin embargo, cuando Kath descansó sus primeros minutos de vida sobre el brazo de Yulia, la morena lloró de felicidad y le aseguró que todo el dolor era insignificante a la hora de tener a la bebé enredando su pequeña mano en uno de sus dedos. Elena tragó fuertemente para apaciguar el recuerdo y le sonrió a ambas niñas - ¿Por qué no duermen una siesta aquí? A la noche iremos a la casa de los abuelos a cenar.

-¡Lelo! - gritó Kath quitándose las zapatillas y arrojándolas a un costado. Elena acomodó a ambas bajo las frazadas y les tiró un beso antes de caminar hacia la puerta - ma - la llamó la pequeña antes de que ella se fuera.

-¿Qué, cariño?

-Amo - dijo Kath besando la palma de su mano y tirándole un beso a Elena.

-Yo también te amo, Kath… A las dos - aseguró la pelirroja señalando a ambas con sus dedos y sonriéndoles antes de abandonar completamente la habitación.

***

-¿Falta mucho?

-No, Viktoria.

-¿Y ahora?

-Viktoria, no, hija aún debemos esperar a mamá - repitió Elena observando por la ventana la llegada de su mini Cooper. Viktoria y Kath estaban ya preparadas para salir a cenar pero Yulia llevaba más de media hora de retraso y eso hacía que las niñas se aburriesen y comenzaran a preguntar.

-¿Y si nos vamos en taxi?

-No, Viktoria. Vamos a ir como lo hacemos siempre.

-Pero ya tengo hambre y el abuelo Fyodor me dijo que me iba a regalar algo.

-Que raro - ironizó Elena por lo bajo tomando su cartera, no era ningún secreto que Fyodor y su padre eran los abuelos más consentidores del planeta - Dios, no atiende - se quejó Elena al intentar llamar al celular de Yulia y el buzón fuera de lleno contra ella.

-Tengo calor - se quejó Viktoria quitándose su chaqueta de noche y Kath hizo lo mismo con la de ella - ¡Yo atiendo!- gritó la pequeña rubia al escuchar el teléfono sonar y correr en su búsqueda - ¿Hola? ¡Abuelo!...Bien… No, mami no está aquí…- escuchó Elena y luego la típica charla que su hija mantenía con alguno de los dos hombres. Giró con molestia nuevamente a la ventana y abrió la cortina: no había rastros aún de Yulia.

-Ma, año - la llamó Kath tocándose el pantalón y Elena le tomó la mano para llevarla al baño.

-¡Mami! - escuchó la pelirroja a Viktoria mientras abría la puerta y luego todo se hizo silencio. Escuchó que Yulia preguntó por ella y Viktoria, en un tono extraño de voz, le dijo que estaba en el baño con Kath. Oyó además un "¿Quién es él?" de Viktoria y eso la hizo acomodar rápidamente la ropa de su hija.

Ladeó la puerta y cuando observó a sus tres mujeres reunidas se quedó estática aún en ese lugar. Juntó las cejas en confusión y se acercó lentamente a ellas: Viktoria estaba sonriendo mientras intentaba hablar con alguien que no era Yulia ni Kath; Kath lo miraba desde abajo pretendiendo saber que pensaba y Yulia sonreía mientras sostenía su mano. Tras cada paso que daba, Elena sentía el calor aumentar y el espacio del lugar achicarse contra ella; se aclaró la garganta y se arrodilló a la altura de su nuevo invitado:

-¿Y esta preciosura, Yulia? - preguntó en un susurro mientras le sonreía pero él cada vez se escondía más tras las piernas de la morena.

-
Él es Andrey - respondió la morena moviendo lentamente su brazo para tirar del niño y acercarlo a su familia - y se quedará con nosotras un tiempo - terminó Yulia observando fijamente a Elena a modo de disculpa por la decisión individual que tomó pero la ojiverde solo le sonrió cálidamente y asintió con emoción.

-Hola, Andrey - se adelantó Viktoria abrazándolo rápidamente y Kath la imitó dejando un beso en la mejilla del niño que se ponía cada vez más colorado - Yo me llamo Viktoria y ella es Kath…Oye - dijo admirada acercándose al rostro del niño - tienes el mismo color de ojos que mi mami Yul.

-¿De verdad? - preguntó Elena poniéndose de pie. Para ella los ojos de su morena eran únicos pero no le molestaría compartirlo con un indefenso niño - Y Andrey…¿te han dicho que eres precioso? - preguntó la pelirroja y rió cuando el niño asintió sin vergüenza.

-Andrey, ella es Elena y te tratará como yo lo hago - murmuró Yulia para alivio del niño y sin aviso él se abrazó a la pierna de la ojiverde buscando más protección de la que allí dentro no necesitaba - voy a cambiarme rápidamente y bajo - susurró la morena contra el oído de Elena y perdiéndose escaleras arriba.

Yulia estaba peinando su cabello cuando sintió el aire golpearle la espalda desnuda y se mordió el labio al ver a Elena ingresar con cautela. La pelirroja llegó hasta pegarse a ella y abrazarla desde atrás con esa posesión que nunca dejaría de existir una con la otra.

Elena le besó el cuello, los hombros, olió su cabello recién perfumado y abrió su toalla. Yulia giró sobre sus pies y se dejó secar el abdomen que aún tenia unas cuantas gotas y otras invisibles pero que Elena continuaba quitando.

Cuando la pelirroja arrojó la toalla y la besó, ella se abrazó para cubrir su desnudez y se alejó para no tener que repetir un accidente como el de la mañana:

-Andrey es el niño de la causa…Ganamos el juicio - murmuró Yulia con emoción y Elena alzó ambas cejas feliz también. Levantó su mano derecha y la chocó contra la izquierda de Yulia en un hábito que hacían desde el primer trabajo de la morena - hay posibilidades de un internado pero mientras le buscan uno adecuado pedí tenerlo bajo mi custodia… ¿te molesta?

-Es un niño, Yul ¿qué podría molestarme?

-¿Está con las niñas?

-Ya sabes, la danza marina - dijo Elena con diversión imaginando a sus hijas perturbando al niño con el baile que ellas hacían cada vez que conocían a alguien - espero que el juez busque el lugar perfecto para él… ¿Cuántos años tiene?

-Siete - respondió la ojiazul quitando del placard algo cómodo para apurar la cena con sus padres - no tiene familiares aquí en la ciudad por lo que no me atrevía a dejarlo en manos de cualquiera.

-Hiciste lo correcto - murmuró Elena observando a Yulia vestirse - como siempre…Y ¿va al colegio?

-Sí, mañana me traerán alguna de sus pertenencias por lo que el miércoles lo reinsertaremos en el Instituto…es muy inteligente.

-¿De verdad?

-Cuando veníamos me hablaba de los cuentos que lee y que le gusta dibujar…y he visto uno de sus dibujos ¿no es lindo?

-Hermoso - susurró Elena cuando Yulia terminaba de perfumar su cuello y giraba anunciando que estaba lista - Yul - la retuvo con suavidad por el brazo y la morena se detuvo al instante - quiero decirte algo.

-¿Pasó algo con las niñas?

-No, amor, claro que no…Bueno, tal vez sí.

-¿Qué? ¿Qué pasó, Elena? - preguntó con su típica preocupación y sintiendo la respiración de la ojiverde comenzar a alterarse.

-Yo…eh…quiero hacer algo - dijo tomando las manos de la morena y acariciando sus dedos al paso. Bajó un momento la vista descubriendo la inexistencia de algo que brille en el dedo anular izquierdo y que en aquella loca obra Alina se lo prestó pero le pertenecía a ella. Tragó fuertemente y se recordó que eso también debía comenzar a cambiar.

-¿Qué, amor, qué pasa?

-Quiero…yo quiero tener a nuestro próximo bebé - murmuró Elena con dificultad y ambas se silenciaron un momento. Yulia entrelazó sus dedos y la acercó un poco más para volver a besarla.

-¿Lo pensaste bien?

-¿Realmente eso se piensa? Quiero sentir todo lo que tú sentiste y…- susurró llevando sus manos al abdomen de Yulia y recordando cuando lo tocaba igual pero con su futura hija dentro - y eso, Yulia. Quiero ser madre y que me acompañes.

-Siempre nos vamos a acompañar en esto y todas las decisiones…Voy a ser madre – canturreó Yulia dando un pequeño salto de emoción y arrojándose sobre Elena en un abrazo - supongo que esta vez si necesitaremos a Vitya como donante - murmuró la morena con algo de fastidio pero era necesario si querían tener su primer hijo varón. Además de que no confiaban en otro hombre más que en su mejor amigo para tal situación.

-El donante que tu elijas por mi estará bien - aseguró Elena tomándole la mano y tirando de ella para salir de la habitación.

-Elena - la llamó Yulia mientras bajaban las escaleras y descubrían a Andrey riendo por los bailes de sus dos hijas - gracias por este hermoso regalo.


🔜

Tres (3) capítulos para el final 🤣😜
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Veroska 4/5/2024, 1:08 am

Ohhh qué dulce, lo que se hace por amor...😍 Ya fe paso deben adoptar a Andrey y serían 5 con esos ojazos hermosos que poco vez que tengan igual a Julia... Linda morena
Veroska
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Corderito_Agron 4/5/2024, 1:23 pm

Que bueno que yulia llevo a su casa al niño y que hermosa sorpresa que elena sea la que este embarazada, me gusto el capitulo.
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por LeaAgronsky 4/5/2024, 8:34 pm

Ohh que lindo capitulo! ay que lindo Andrey! y Lenita desea ser madre, que linda!
ohh es agridulce esto! no quiero que termine pero ya quiero leer otra vez jajaja gracias por siempre complacernos
LeaAgronsky
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 9 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por soy_yulia_volkova 4/5/2024, 11:32 pm

I like it ! ! ! me encanta ke sea Lena la futura madre del bebe (y) hermoso capitulo me gusto mucho , pero un poco triste por ke falta tan poco para el final :\
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