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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Fati20 2/20/2024, 1:36 pm

Ese alexey esta obsesionado no me imagino como se va a poner cuando las chicas se enamoren 🙈. Y bueno ambas ya empiezan a sentir cosas 🫠🫠 y las cosas irán mejorando mucho. Saludos cariño y feliz martes esperare el otro capitulo con muchas ansias 😘😘I love youI love you
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/20/2024, 7:06 pm

Cap. VIII: "Esto recién comienza"

Cuando su madre cortó la llamada desde el otro lado, Elena se dejó caer en su sillón demasiado cansada. Allí, otra vez, Inessa la había obligado a asistir a otra de sus patéticas tardes de té con sus amigas mayores y con el único propósito de presentarle algún hijo de estas. Hacerlo su novio y luego su futuro marido .El padre de sus hijos si de paso pedía algo más.

Elena estaba acostumbrada a esas clases de reuniones, nunca ponía oposición al asistir, de la misma manera en que solo cruzaba un cordial saludo con los muchachos y nada más.

No comprendía por qué aún su madre se empeñaba en molestarla en ese aspecto. Desde hace tiempo que toda su familia sabe su orientación sexual, nadie, a excepción de Inessa, se interponía en ese aspecto de su vida.

Tomó el cojín de color piel y lo colocó sobre su pecho, hundiendo su boca en él y tratando de olvidar lo que le pasó a Yulia la mañana del día anterior.

Sí, la chica podía ser odiosa en su máximo esplendor, pero la caída que ella presenció fue demasiado violenta y podría haber tenido consecuencias de igual magnitud ¿Asistiría a clases el viernes?

`Maldición´- pensó como pocas veces, aún quedaban tres días para averiguarlo.

-Señorita Katina, que gusto volverla a ver. Pase, por favor - Marya, la empleada de confianza que trabajaba para sus padres, la atendió con su típica sonrisa y calidez de madre que a su hijo le daba pero que él no quería recibir.

-Hola Marya ¿cómo has estado? - la saludó ella con felicidad.

-Muy bien, gracias hija. En la sala su madre la está esperando.

-Déjame adivinar… ¿Al menos hay unos cuatro?

-Con precisión. Mucha suerte, niña - contestó la mujer antes de cerrar la puerta y dejar a Elena sola en el pasillo para que caminara hasta dónde estaba su madre.

Con unos pasos más, ingresó en la sala llamando rápidamente la atención. Como había comentado con Marya, cuatro muchachos apuestos estaban parados al lado de los sillones. En ellos, lo que ella dedujo, estaban sentadas su respectivas madres.

-Buenas tardes - saludó con cordialidad quitándose su abrigo y acercándose a estrechar la mano de cada presente - Mamá, ¿me presentas a tus amigas?, por favor.

-Claro, hija - dijo Inessa con su típico tono soberbio creyéndose la dueña del mundo. Elena asentía casi perdida ante los apellidos y los nombres de los chicos- Él es Jasha, el mayor de los Akhmetov, tiene tu edad, hija. En dos años terminará su doctorado y comenzará a ejercer… Lena, enséñale la casa, por favor.

- Claro - respondió la ojiverde entre dientes. Al parecer, ese día, su madre se había decidido por un chico atlético, moreno y con una sonrisa casi invisible. Elena rió, cuando les hablaba con sinceridad al llegar a la planta alta de su casa, sus pretendientes no volvían nunca más - Ese cuadro lo pintó papá, con ayuda de mi tío. Ambos aman el arte - dijo Elena al llegar al final de las escaleras. Cuando volteó, el chico observaba sin disimulo su espalda. Y más abajo. Mucho más abajo.

-Vaya, señorita Katina, su madre me comentó de su belleza, pero he quedado impresionado. Es una chica muy guapa - aseguró él acercándose con las manos en los bolsillos de su pantalón de traje y arrinconándola contra una de las paredes - Además, sus ojos son preciosos.

-Si, lo sé, los veo a diario en el espejo - dijo ella alejándolo por el pecho. Cuando la distancia era considerable, volvió a hablar - Pero tengo novia.

-¿Perdón?

-Lo que escuchó. Llevó casi tres años en una relación con una chica. A la cual amo y respeto - Elena apretó sus labios al ver la cara del chico, recordó a Voroshilov, aquel alumno que solía poner cara de confusión todo el tiempo.

Ahora quedaba un poco de reproche y el saludo final.

Y otro chico desechado.

-Su madre no nos dijo eso - aseguró él dando dos pasos hacia atrás.

-No sé por qué, pero siempre lo olvida. Pero usted es muy guapo, no tanto como mi novia, pero tiene lo suyo. Podrá conseguir otra chica dónde quiera.

-¿Cómo se llama su novia?

-Prometida - arriesgó Elena. Nadie le había preguntado el nombre anteriormente e, inventando excusa de manera rápida, no era demasiado buena.

-Como sea… ¿Cuál es su nombre?

-Ella tiene un nombre muy bonito… - tragó saliva con dificultad. Se aclaró la garganta perdiendo tiempo justo cuando su padre entraba con una botella de vino en mano y la alzó en su señal. Esa noche, habían quedado para hablar de su progreso con sus nuevos alumnos. Hablarían de Yulia - Yulia - dijo cuando su padre se perdió dentro de la cocina - Mi prometida se llama Yulia.

-Bueno, en ese caso… Que sean felices - dijo él con sinceridad estirando su mano en señal de saludo. Elena la estrechó con gusto.

¿No podría haber pensado en otra alumna? ¿La chica asiática, tal vez?

Claro, aún no se aprendía su nombre.

***

En Úlrich, esa noche era demasiado agradable a pesar del invierno. Resguardada en su casa, Yulia le envió un mensaje a Lizhin . Nunca habían tenido un martes mas aburrido.

"Leonid trabajando, Fyodor en la biblioteca leyendo…No lo sé ¿Hacemos algo?" –Y.

"Estoy por cenar ¿Quieres venir?"- L.

"No, gracias. Leonid hizo una tarta de vegetales deliciosa….Además, me duele demasiado mi pie"- Y.

"¿Vegetales? Eso no es comida… ¿Ya te puedo firmar el yeso?"- L.

"No me quebré el tobillo, tonto. Solo fue un pequeño esguince. Estaré bien en unos días. Mientras tanto, necesito diversión pero no puedo salir de casa. Termina de comer y ven" –Y.

"Lo siento, mamá llamó a Shapovalov para hablar de mi comportamiento y el muy idiota le dijo lo que hicimos ayer. Pasaré toda la noche con la tarea de la profesora nueva" – L.

"¿Elena nos dió tarea? Pues claramente no pienso hacerlo" – Y.

"¿Quién es Elena?... A mi no me queda de otra. Mamá quiere que comience ahora. Te mando un mensaje antes de dormir. Te quiero, enana"- L.

- Estupido, Lizhin - dijo al leer el mensaje. Elena era la profesora nueva ¿Quién no lo sabia?

O tal vez ella era la única que no lo desconocía.

-Yulia - con dificultad, giró parte de su cuerpo al escuchar a su padre llamarla desde la biblioteca - Te ayudaré a subir. Ya es tarde, ve a descansar.

-Pero papá, quiero ver alguna película o…

-Ya dije. Subirás y te recostarás - dijo él parándose frente a ella y tomándola de los brazos con cuidado - ¿Quieres que te cargue?

-Papá, fue un golpe. Nada más. Puedo subir sola - Sin importar lo que ella dijo, Fyodor le tomó la mano y la ayudó a subir lentamente las escaleras. Al llegar a su cuarto, Yulia se desplomó sobre su cama.

Podía haber sido un pequeño golpe, pero el dolor al sentar el pie era inmenso.

-Toma - dijo Fyodor entregándole su mochila - Haz las actividades que debas hacer y luego te duermes. Me llamas si necesitas que te apague la luz

-No tengo seis años, Fyodor.

-Oh, si. No tienes seis. Te quiero, pequeña - le dijo él antes de dejarle un calido beso en su frente.

Cuando Yulia lo vió salir y ladear la puerta tras de si, quitó el cuaderno en que Elena había escrito la nota para él o Leonid, pero ella no se la mostraría.

Abrió el cuaderno con rapidez y pasó las hojas con desesperación hasta hallar tinte roja. Si no fuera por la nota, ella no tenía nada escrito de ese color.

"Esta vez no habrá nota, demasiado nos aguantamos en el salón de castigo. Arranca la hoja al terminar de leer y tírala…Pórtate bien. E.K"

-¿Qué demonios es esto? - se preguntó al releer las palabras una y otra vez - Ni lo sueñes Katina - aseguró rompiendo la nota y escondiéndola al fondo del cajón de su mesita de luz - Esto recién comienza.

***

Ese miércoles a la mañana, llegó al colegio portando una sonrisa en su rostro, demasiado grande, sus lentes en su mano izquierda y su maletín en la derecha. En cinco minutos comenzaba la clase con los más pequeños.

Mientras caminaba por el pasillo, recordó la charla de la noche anterior con su padre. Él le dijo que mantuviera la paciencia hasta su limite, que su postura no debía doblegarse más allá de la necesidad y qué, con una sonrisa a pesar de que sintiera lo contrario, siempre mostraba debilidad para el resto.

Con seguridad en si misma, y con el paso del tiempo, terminaría agradándole a Yulia Volkova.

Si, ella pretendía primero entablar una buena relación con la morena y luego con el resto.

-Cárgueme dentro de esa camisa - escuchó como Lizhin le insinuaba al pasar frente a su casillero. `Paciencia´ se dijo a si misma - Y dentro de esa polera tambien - le gritó el chico mientras ella se alejaba.

Cuando dobló la esquina, la sonrisa que se había debilitado con Lizhin, volvía a relucir.

-Déjame, te ayudo - le dijo a Yulia al encontrarla cerca del baño intentando alzar sus libros - ¿Cómo estás? - le sonrió esperando una respuesta mientras alargaba su brazo para tomar una agenda. La morena la ignoró y le arrebató las cosas de sus manos para resguardarlas contra su pecho.

-Hoy no tenemos clases con usted ¿qué hace aquí?

-No son mis únicos alumnos - respondió con un toque de orgullo al ponerse de pie. Apenas ladeó su cuerpo hacia delante para ayudar a la morena pero esta se alejó al instante - ¿Cómo está tu pie?

-Excelente - `Dios, Vitya, ¿dónde estás?´

-¿Está vendado?

-Ajá.

-Supongo que eso servirá para alejarte de las clases de atletismo. Irina no te trata nada bien.

-¿De qué está hablando? ¡Amo atletismo!... Este maldito accidente no me imposibilitará para volver hoy ¿Qué piensa? ¿Qué me rindo frente a algo tonto y que encima pasó por mi culpa?

-No fue tu culpa, Yulia. Irina les exige demasiado.

-Nos exige porque sabe que es la única manera que tendremos de ser alguien en un futuro. Si por mí fuera, solo vendría a este estúpido colegio solo por eso.

-Yo tambien fui porrista. Entiendo el esfuerzo, pero eso queda en nada cuando sales de estas cuatro paredes.

-Pues que lástima que a usted no le sirvió. Porque conmigo si lo hará.

-Hola, Yulia - Elena volteó en el momento en que una castaña pasaba al lado de ambas y saludaba a la ojiazul con una sonrisa y la mano apenas levantada. Yulia le sonrió con un leve sonrojo.

-Hola, Oksana.

-Nos vemos a la salida - dijo la chica antes de alejarse y adentrarse en un salón. Elena frunció el seño, sería una de sus alumnas ¿Por qué no la recordaba de la semana anterior?

-Si, cuídate, Oksana - Elena volvió a mirar a Yulia quien tenía su vista en el pequeño escote que su camisa celeste mostraba y apenas revelaba unos centímetros de piel - Eh, bueno… Llego tarde a clases - dijo con dificultad al ser descubierta de esa manera.

-Que estés bien, Yulia - le dijo con una sonrisa al verla alejarse con dificultad en su pierna derecha. Ella dio media vuelta y entró al salón para la clase de esa mañana.

Cuando Yulia tomó su libro de historia, un sobre cayó libremente sobre su pupitre. Rodó los ojos, era el que Aleksey le había entregado el lunes. Ni siquiera lo recordaba.

Dándole una mirada rápida al chico, tomó el papel y lo hizo un bollo y luego estiró su brazo hasta el banco de adelante.

-Arrójalo a la basura, por favor - le pidió a Lizhin en voz baja al chico que todos los días cambiaba de banco. Esa mañana se había sentado delante de ella - Gracias - susurró volviendo a pegar su espalda a su silla.

Con un rápido y acertado movimiento, Lizhin había entregado al papel sobre el tacho de basura.

Cuando el timbre de salida sonó sobre las 13:00, ella salió con su mochila al hombro. En la puerta del salón, Lizhin la esperaba para llevársela a casa mientras ella se quedaba en práctica.

-¿Vas a necesitar que te venga a buscar? - le preguntó cortésmente el chico mientras cargaba dos mochilas y guiaba por los hombros a Yulia hasta su casillero.

-Gracias, Vitya, pero no - respondió tomando la bolsa que contenía su equipo de gimnasia - Llegaré a casa caminando. Despacio, pero caminando.

-Estás loca, el doctor te pidió reposo. Y eso no lo es.

-Vaya, te has vuelto inteligente de un minuto a otro.

-Hasta el viernes, chicos - Yulia cerró con un fuerte golpe su casillero al oír la voz de Elena pasar por su lado. La ojiverde le sonrió a ella y terminó desapareciendo por la puerta grande de salida.

-¿Qué hace aún aquí?... ¡Vitya! - golpeó al chico que observaba sin discreción a su profesora.

-Supongo que acaba de terminar su hora. A quien le importa. Me voy, cierta chica me espera hoy y mamá no está en casa - alzó él sugestivamente las cejas. Yulia rodó los ojos.

-Cuídate. Te llamo para que vayas esta noche a casa.

-Estaré esperando - se despidió él corriendo hacia afuera. Ella lo siguió pero a paso lento.

Bajar las escaleras de entrada no fue trabajo fácil, se tomó cuidadosamente del barandal y, apoyando primero su pie sano, puso luego el golpeado con una mueca de dolor al sentir la punzada al contacto del piso con su pie.

Apenas había bajado el primer escalón y tuvo que descansar unos segundos.

Alzó la vista para contar los metros que aún debía caminar hasta el campo de entrenamiento. `Mierda´, eran demasiados.

Cuando su rostro volvió al frente, casi resbala e iba a terminar en otra caída.

Sobre la mini Cooper clara, Elena Katina estaba recostada sobre su capó, con los brazos cruzados y mirándola con una sonrisa. `Dios, ¿porqué siempre sonríe?´

Alzó su mentón tratando de ignorarla pero era tarde. La ojiverde caminaba hasta ella.

-Hablé con Irina. Hoy no asistirás a su práctica.

-¿Qué?... ¿Por qué hizo eso? ¡Estamos a semanas del campeonato!

-Será ¿porque caminas con un pie y casi pierdes el otro?...No seas terca, Yulia.

-Iré a practicar igual. Ya se lo dije - apenas terminó de decir eso cuando una mano le rodeó su brazo izquierdo.

-Irina ya presentó tu ausente. Fin de la historia. Vamos - tironeó con cuidado su brazo para caminar.

-¿Qué?... ¿Vamos? ¿A dónde?

-Sube al auto, te llevaré a casa.

-¿Qué? No, suélteme - se zafó del agarre e intentó caminar hacia otro lado - ¡Dios! - gritó cuando su pie tocó con violencia el piso y volvió a doblarse levemente.

-Ni siquiera deberías haber venido a clase. Ven - la tomó Elena por la cintura y la pegó al costado de su cuerpo - Si no ayudas no llegaremos a ningún lado.

Tenía ganas de gritarle otra vez que la soltara, pero el dolor estaba incrementando y estaba segura de que la zona estaba nuevamente hinchada.

Con lentitud, alzó sus brazos y rodeó el cuello de la ojiverde pegando sus cuerpos aún mas. Dios, que bien olía y que suave y delicadas eran sus manos al tocarlas. `Gracias´, dijo mentalmente. No pensaba soltarlo en voz alta.

-No te sueltes - le dijo Elena al llegar a la puerta de su auto. Con mucho esfuerzo, sostuvo a Yulia con un brazo y con el otro abrió la puerta y lentamente la acomodó en el asiento de acompañante.

-Yo puedo - la frenó la morena cuando la ojiverde tenía intenciones de ponerle ella misma el cinturón de seguridad. Otra vez le sonrió antes de asentir.

Cuando Elena observó la seguridad de Yulia una vez sentada, cerró la puerta y caminó hasta la suya.

Adentro, si no fuera por el ruido del motor, lo demás era silencio.

-¿Me dices la calle de tu casa?

-¿Para qué? ¿Conoce Úlrich? - le preguntó Yulia con una mirada penetrante que logró intimidar a Elena hasta hacerla sonrojar.

-Tienes razón… Entonces, guíame.

-Dos cuadras más y doble a la derecha. Después es todo seguido.

-Bien… ¿Aún te duele? - preguntó al ver la cara de sufrimiento de la morena. Yulia asintió lentamente con los ojos apretados del dolor y tratando de respirar correctamente - ¿Te han dado desinflamatorios?

-Ajá.

-Me refiero a si los has tomado.

-Son asquerosos - respondió Yulia bajando un poco la ventanilla. De repente, el calor comenzaba a invadir su cuerpo hasta perderse en su rostro.

-Eso explica por qué puedes caminar correctamente - ironizó la ojiverde ganándose una mirada de reproche por parte de Yulia - Si te recetan un medicamento, no es exactamente para mirarlos.

-¿Por qué no se detiene y continuo caminando?

-¿Por qué no puedes hacerlo?... ¿Aquí es derecho? - preguntó después de doblar. Yulia asintió.

-Solo cuatro cuadras. Al final de la última, por el costado derecho, está mi casa.

-No vives muy lejos, pero claramente no ibas a llegar sola…De nada – Yulia volvió a mirarla con molestia y Elena rió.

Cuando el auto se detuvo por indicación de la morena, Elena movió su cabeza hacia el frente analizando la zona. Parecía demasiado agradable.

-¿Quieres que toque el timbre así tu padre viene por ti? ¿O tu mamá? – propuso con cortesía al quitarse el cinturón. Yulia hizo lo mismo pero negó con la cabeza.

-Papá trabaja todo el día y…

-Y tu mamá tambien. Entiendo. Entonces yo te ayudaré - aseguró antes de bajarse y llegar hasta el lado de Yulia que ya tenía la puerta abierta - Como subimos, ahora bajaremos - le dijo calidamente mientras volvía a tomarla por la cintura y luego cerraba la puerta - Con cuidado - le dijo al subir despacio la vereda y comenzar a caminar hasta la casa - ¿Está abierto?

-No… Ten - le dio el juego de sus llaves que guardaba en su pantalón. En un rápido movimiento, Elena colocó la llave, giró la cerradura y abrió de la misma manera.

-¿Puedo pasar? Me sentiría mucho mejor si te dejo en un sillón, o en tu cama.

-Ha hecho demasiado. Puedo sola hasta el living - dijo Yulia y escuchar suspirar a Elena. Con sus manos, intentó juguetear para pasar esos incómodos segundos de despedida. Elena no dijo nada por lo que ella volvió a hablar - Supongo que nos vemos el viernes - le dijo sosteniendo la puerta desde adentro y dejando a la ojiverde del otro lado.

-Solo si mejoras. Te aconsejo que te quedes a descansar….Pero si lo logras, entonces si. Será hasta el viernes - le brindó una amplia sonrisa y sacudió su mano ligeramente - Que estés bien, Yulia. Descansa.

-Si… em, adiós - respondió con nervios al verla alejarse.

Elena se montó nuevamente en su auto y, después de un pequeño y último saludo con la mano, se alejó de allí.

- ¿Qué demonios fue todo esto? - se preguntó Yulia al cerrar la puerta y luego desplomarse sobre el sillón - Tu no te debilitas ante nadie, Yulia… ¿Qué te está pasando?


🔜

Hasta el próximo Jueves 😁😃
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Volkatin_420 2/20/2024, 9:14 pm

Jajaja que estúpida la madre de Elena por favor
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Mensaje por Fati20 2/21/2024, 1:41 am

Muy bien Lenita amabilidad, sonrisa y derrites su hielo sin qué ni la propia julia se de cuenta 🥰🥰🥰 y bueno Julia ya se le metió en el corazón a Lena desde el día 1. Las cosas van muy bien. Saludos cariño de mi corazón qué tengas una muy linda noche y aquí estaremos extrañándote hasta le jueves 😘😘I love youI love you
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Mensaje por LeaAgronsky 2/21/2024, 12:08 pm

Muy bien Lenita como decimos acá, te lo sacudiste con elegancia, bravo reina
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Mensaje por soy_yulia_volkova 2/21/2024, 7:21 pm

Recoge la baba que estás botando por la yulia jajaja hay lenita estás hasta el hueso por esa niña
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Mensaje por psichobitch2 2/22/2024, 7:06 am

Supongo que la madre de Lena debió haber nacido en la época de la colonia para tener la mente tan obtusa, la muy subnormal!
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/22/2024, 9:37 am

Cap. IX: "Como un sueño adolescente"

El pasillo se llenó de chicos, entre deportistas, porristas y de los que pasaban desapercibidos para los populares. Su cuerpo fue empujado hacia delante logrando que su par de anteojos cayera estrepitosamente al piso y solo ella escuchara el "crack" que el sonido del vidrio al romperse hizo.

Apenas se encorvó lo tomó y, cuando se incorporó, uno del equipo de fútbol le lanzó aquella bebida helada. Esta vez de color naranja.

Sin limpiarse o si quiera hacer el intento, guardó sus lentes en su maletín y se aferró a él cual náufrago a un trozo de madera. Casi corriendo, llegó hasta su auto y con rapidez quitó las llaves de su chaqueta. Necesitaba salir de allí lo antes posible.

-Bonito auto - escuchó una voz masculina y luego unas risas rodearla. Observó a su alrededor velozmente, había como seis chicos con chaquetas del equipo de fútbol. Ella apretó el juego de llaves en su mano derecha e iba a abrir cuando se las arrebataron.

-Señorita Katina… este Instituto no es para personas como usted - escuchó ella pero con su vista fija en las llaves que iban pasando de mano en mano. Estiró la suya para tomarla pero uno de los chicos la guardó dentro de su pantalón - Por aquí nunca ha venido una profesora tan linda ¿verdad, Dmitry? - preguntó el chico y ella vió como otro asentía y la miraba de arriba abajo.

-Devuélvanme las llaves, por favor - pidió con la voz seca debido a los nervios y al miedo a que no lo hicieran ¿Qué problema tenían allí con su auto?

-Oh, que bonita voz… y sexy… señorita… ¿a nosotros no nos dará clases? - preguntó uno de los chicos dándole un pequeño empujón que terminó golpeándola contra la puerta del conductor.

-Si entrara cinco minutos en nuestro salón, la pasaría genial. Nunca más querría irse - escuchó a ese tal Dmitry y lo sintió acercarse. Con una mueca de asco, ella intentó alejarse pero un brazo rodeó su cintura e inmediatamente su cuerpo se detuvo detrás de otro.

-¿Qué demonios están haciendo?

-¿Yulia? - preguntó ella al sentir aún la mano de la chica en su espalda de manera protectora. Sin saber porqué, llevó su brazo izquierdo al hombro de la morena y acercó su rostro al oído de su alumna - Deja, no te metas en problemas.

-Devuélvele sus llaves, Dmitry - ordenó la morena y estiró su mano esperando recibirlas - Ahora, ¿o eres idiota?

-Volkova, no te metas ¿Quieres volver al fondo? - El corazón de Elena comenzó a bombear con rapidez al ver como dos de los chicos se paraban frente a Yulia hasta lograr intimidarla. Si antes temía por si misma, ahora solo lo hacía por Yulia.

Quiso dar un paso pero la ojiazul se lo impidió reteniéndola con más fuerza.

-Dmitry, cierra la boca - escuchó a la morena e inconscientemente se pegó más a ella - ¡Devuélvele las malditas llaves!

-Está bien, está bien. Toma - arrojó el chico las llaves que cayeron sobre el capó del auto y junto con su grupo comenzó a alejarse - ¡Pero algún día tendré mi oportunidad, Volkova! – escucharon ambas al verlos desaparecer nuevamente hacia el interior del Instituto.

-Tome - su mirada fue a parar a las manos de Yulia que le tendían su juego de llaves y le regalaba una calida sonrisa - que tenga buen viaje - dijo la morena antes de dejarle un beso en la mejilla y lograr sonrojarla. Antes de que Yulia se alejara, la llamó y la morena volvió sobre sus pasos caminando de una manera casi arrogante. Como a ella le gustaba.

-Ve a casa esta noche - fue lo último que le dijo antes de subir a su auto y dejar a la morena allí parada. Observándola irse con una sonrisa aún más grande.

Mientras manejaba, estiró su mano hasta el asiento pasajero al escuchar el tono de llamada tan particular que utilizaba para una única persona.

Apretó el botón verde y colocó el altavoz rápidamente.

-Espero que sepas que la clase de la semana pasada fue terrible. Esta noche deberás enseñarme mejor. Con más ganas.

Después de eso, un pitido ensordecedor llenó sus oídos e inevitablemente se sentó.

Si, estaba acostada, había soñado algo demasiado raro y sin lógica aparente.

¿Qué hacía Yulia Volkova en sus sueños? Con pesadez, se arrastró hacia atrás hasta lograr recostarse contra el respaldar de la cama y encontrar una posición que no la llevara nuevamente a dormirse. Cerró sus ojos un momento con la cabeza hacia arriba y cuando volvió su vista al frente notó como su cama estaba totalmente desordenada.

La sábana blanca que utilizaba como frazada estaba tendida en el piso y la que cubría el colchón estaba enrollada y solo tapaba la mitad del mismo. La última vez que despertó de esa manera fue cuando Alina quiso experimentar como espectadora de esas películas para mayores de 21 y donde los protagonistas no utilizaban en ningún momento alguna prenda de ropa.

Al parecer, después de verla, su cuerpo reaccionó y se manejó por si mismo.

Pero tenía 16.

Ahora, sea lo que sea por lo que había amanecido así, era una completa locura.

Elena terminaba de darse un cálido baño de espumas cuando el timbre de su departamento sonó. Dedujo que se trataría de Alina, por lo que colocándose solo un albornoz de color blanco, salió de su habitación con una sonrisa a atenderla.

-Estás feliz. Esa cara con esa molesta sonrisa me molesta - aseguró la chica entrando con Svetlana de la mano y caminando directo a la cocina - ¿Hay café?

- Hola, Elena - saludó Svetlana al sentarse recibiendo la taza vacía que su novia le entregaba.

-Hola, Sveta. Si, Alina, en la puerta de abajo hay un frasco nuevo. Gracias por venir, me cambio y enseguida vuelvo.

-Ya deberías estar de vuelta, deja de dar tantas explicaciones, rojita - dijo Alina comenzando a preparar tres tazas de café.

Casi diez minutos después, Elena bajaba con el cabello seco y suelto, un equipo de gimnasia color gris y unas pantuflas que la misma Alina le había devuelto cuando ella se lo regaló el año anterior para su cumpleaños.

-Bien, habla y deja de sonreír por todo - dijo Alina sentándose junto a su novia y dejando la silla más alejada para Elena.

-Ustedes son como mis hermanas, ambas. Y lo saben, puedo confiar en ustedes para todo lo que…

-Ya, ya Elena, para - la detuvo Alina con una señal con ambas manos y el ceño fruncido - Ve al grano que me desespero.

-Necesito que me presten su apartamento para algo realmente importante.

-No - dijo Alina. Svetlana la miró y luego habló.

-Si Elena, cuando quieras… ¿Pero para qué seria exactamente?

-Tengo una idea de cómo podría comenzar una buena relación con mis alumnos ¿Se acuerdan de la profesora Sachenkova? La odiábamos al principio ¿qué hizo ella para luego caernos bien?

-Ah, no KatinGAY, ni si te ocurra querer mi departamento para eso - aseguró Alina poniéndose de pie para servirse otra taza de café - Ni lo sueñes.

-Pero Aly - protestó inmediatamente Svetlana. Si Elena lograba su propósito, ella iba a presenciarlo - Elena tiene razón.

-No, Sveta.

- Por favor, Alina - insistió Elena - Será una fiesta pequeña. Nada de alcohol, con una mesa de dulces y solo tres o cuatro horas de duración. Por favor.

-No. No dejaré que unos delincuentes invadan mi privacidad.

-¡No son delincuentes!

-Si, Elena. Usarás nuestro departamento - dijo Svetlana quitando su copia de la llave de su cartera y entregándosela a la pelirroja - Pero nosotras tambien iremos.

-Por supuesto, Sveta. No hay problema con que asistan. Hablaré con los chicos mañana ¡Gracias! - dijo dándole un abrazo a su amiga y luego otro a Alina - Este viernes ¿puede ser?

-Y se puede saber ¿en qué demonios viajarán desde Úlrich hasta aquí?

-Allí, querida Alina, entras tú - dijo Elena rodeándole un hombro con su brazo y guiñándole un ojo a Svetlana - Tú tienes un auto, yo tengo otro. Ellos son solo ocho y….

-No - aseguró Alina soltándose y volviendo al lado de su novia.

-Aly se quedará aquí a ultimar los detalles. Yo iré contigo a buscarlos, Elena.

-¿¡Qué?! - preguntó Alina. No por el hecho de que Svetlana usará su auto, estaban casi casadas y compartían todo, pero no dejaría a Svetlana sola en aquel pueblo - Está bienb- terminó cediendo bajo la mirada de su novia y la de su mejor amiga - Pero yo acompañaré a Elena.

Si todos sus planes salían bien, entonces la próxima semana la relación con sus alumnos debía ser distinta y de manera positiva. Alina y Svetlana terminaron de organizar los últimos detalles y sus fiestas siempre resultaban de lo mejor.

Aunque nunca habían preparado una para menores de edad. Es decir, sin alcohol o aquellos pequeños detalles que corrían a cargo de Alina.

Sacudió la cabeza y se mordió el labio justo frente a la puerta de su salón. Ese viernes debía ser más relajado que el anterior y menos vergonzoso para ella. O al menos lo deseaba.

-Buenos días - saludó con una sonrisa apenas ingresó y al cerrar la puerta tras ella. Inmediatamente, sus ojos se fueron al último banco en busca de Yulia. Se mordió la mejilla internamente, le agradaba el hecho de saber que la chica estaba mejor y haya asistido a su clase. Dejó de mirarla cuando Yulia lo notó y el sueño de la mañana anterior regresó a su mente - ¿Cómo están hoy? – preguntó y rápidamente todos contestaron enérgicamente un "Excelente".

Ella agrandó su sonrisa, estaban brindándole atención de manera respetuosa.

Su pulso tembló cuando tomó la planilla y comenzó a pasar lista, todos y cada uno le respondieron con un "presente" y le sonrieron al final de la palabra.

Cuando tomó una tiza blanca y comenzó a escribir en el pizarrón, sus oídos solo oían el ruido a mochilas moviéndose, cuadernos abriéndose y el seco movimiento de una lapicera sobre las hojas.

Todo estaba saliendo mejor de lo que alguna vez pudo soñar.

Ese mañana, debido a su estado de felicidad, olvidó la tarea que le había dado a Aleksey Voroshilov y le dio una semana más para presentarla.

Se sorprendió que el chico no pusiera cara de preocupación o una sonrisa de alivio. Sin embargo, lo dejó pasar.

Estaba en mita de la clase, cuando aquel chico que aún no conocía, Andrij Bodarenkov, no hacia más que preguntarle hasta el mínimo detalle absurdo.

Contó que en tan solo un minuto, el chico le hizo seis preguntas distintas. Y luego continuó por veinte minutos más. Suspiró cansada y con un poco de molestia ¿Quién no sabía que Incertidumbre no lleva H y que ese día, viernes, se escribía con V?

Estaba realmente cansándose del chico.

Antes de que todo volviera la normalidad, ya que Lizhin no hacia otra cosa que lanzarle miradas a sus piernas que descubría con su falda, dio un pequeño aviso.

-Eh, chicos - los llamó sin necesidad de llamar su atención. La había obtenido desde que ingresó - Sé que llevamos poco con esta relación, es decir, apenas nos conocemos, pero quiero hacer algo para que esto avance rápidamente.

-¿Se va a quitar la blusa y nos bailará sobre el escritorio? - preguntó Vitya alzando su mano para chocar con la de Yulia, pero la morena solo le dedicó una mirada antes de volver su vista a Elena.

-No, Lizhin ¿Qué les parece si esta noche hacemos una reunión solo para nosotros? En mi departamento, el de una amiga en realidad. Habrá bebidas, musica, juegos o….

-Aburrido - gritó Aleksey poniéndose de pie y tomando su mochila - Esta noche es viernes, saldremos a bailar a un lugar de verdad. Con la música a un volumen bien alto y bebidas con alcohol. Eso es un viernes a la noche.

-Ustedes son menores, no puedo darles alcohol, pero vamos, será agradable.

-Yulia, vamos - dijo Vitya abandonando su asiento y llamando a la chica. Sin embargo, Yulia movió su silla de tal manera que su espalda diera contra la pared y su brazo izquierdo se acomodara sobre el respaldar en una posición más cómoda - Yulia, vamos – repitió el chico.

-Cierra la boca, Vitya - lo calló y todos voltearon a verla. Eso nunca pasaba - Estamos en Úlrich, su departamento está en Moscow… ¿ha pensado eso? - preguntó mirando a Elena. El resto volvió a mirar a la profesora.

-Si, por supuesto. Llevaré a algunos en mi auto y una amiga vendrá por el resto. Si, quieren ir, claro. Pero me encantaría que lo hicieran.

-Ya dijimos que no - dijo Aleksey molesto por la perdida de tiempo. Había quedado en almorzar con Yulia y estaban quitándole minutos preciados - Vamos, Yulia.

-¿Alguien quiere ir? - preguntó la morena sin intenciones de moverse y observando a sus compañeros - ¿Elizavetha? - le preguntó a su mejor amiga.

Los fines de semana, mientras todos salían a divertirse, Elizavetha era la única que se quedaba en su casa por su inseguridad al congeniar con alguien. Yulia sabía que debía superar eso en algún momento.

-Mmm - respondió la chica alzando sus hombros - Sería interesante.

-¿Freen ? - le preguntó esta vez a la tercera y última chica del salón. La muchacha asintió inmediatamente - ¿Boris? - a diferencia de Elizavetha, el chico acompañaba a sus amigos a bailar, pero solo para observarlos. Había veces que debido a la cantidad de gente, solo se quedaba en un rincón y un halo de tristeza lo atravesaba. Hasta que Yulia arrastraba su silla y bailaba con él unas cuantas canciones.

Ahora, si solo estaban ellos, estaba seguro la tristeza iba a desaparecer. Al menos por esa noche.

-Si, Yulia - aseguró él y la morena le sonrió.

-¿Ustedes? - preguntó la morena. Pasha asintió velozmente mientras se abanicaba con su mano derecha. Andrij, a su lado, hizo una señal como si estuviera tocando una guitarra.

Yulia supuso era un si. Rió negando con la cabeza antes preguntarle a Elena.

-¿Y… a qué hora salimos?

Mientras Elena esperaba por Alina dentro de su auto, aquellos chicos que conoció el lunes y que eran parte del equipo de fútbol, pasaron a su lado observando detenidamente el coche.

Tragó fuertemente, eran también con los que había soñado.

Estaban acercándose cuando de repente, los cuatro que contó, se detuvieron y retrocedieron de manera rápida. Ella alzó la vista y observó por el espejo retrovisor como Yulia caminaba con Vitya y Aleksey y llegaban hasta su auto.

-Estamos listos - respondió Vitya. Elena arqueó sus cejas. En realidad, de los tres, era el único que aún llevaba el jean de la mañana y la misma remera. Por lo que ignoró sus palabras.

Su mirada se fue hacia la morena. Yulia llevaba un jean negro con unos tiernos zapatos sin taco y una chaqueta blanca que, en sus hombros, era invadida por un poco de su pelo suelto.

Le sonrió pero la morena esquivó la mirada.

-Em bueno - dijo ella notando como el resto del grupo comenzaba a llegar - son ocho… Supongo que romperemos alguna ley si viajamos muchos en un solo auto, pero no importa. Divídanse como quieran que mi amiga debe estar por llegar y así salimos temprano.

-Señorita Katina - preguntó Pasha alzando su mano para retocar su cabello - ¿Son muchas horas de viaje?

-Demasiadas - respondió ella y fue cuando cayó en cuenta que, si llegaban casi a la noche al departamento de Alina, tenía dos opciones, o volver a viajar en madrugada o dejar que sus alumnos durmieran en casa de la castaña. O en la suya porque sabía que hasta allí Alina no iba a ayudarla.

-¡Elena! - una fuerte bocina desde el otro lado de la calle la obligó a dejar de pensar en el nuevo problema por un momento. Alina agitaba su mano llamándola desde aquella… ¿camioneta? Claro, debía suponerlo, no iba a traer su propio auto, prefirió sacar el de su padre.

-Bien - habló Elena juntando sus manos con nervios - Ustedes - señaló a Freen y Elizavetha - con mi amiga. Tu también, Pasha - agregó al chico - Y ustedes - señaló a Andrij y Aleksey.

-No, yo voy con Yulia - dijo Aleksey. Elena lo fulminó con la mirada.

-Ya dije. Lizhin, ayúdame con Boris a subirlo al asiento trasero. Ustedes, suban a la camioneta de Alina.

-¿No íbamos a ir cuatro en cada auto? - preguntó Yulia a su lado y viendo a sus amigos cruzar la calle.

-Si - dijo Elena - pero si Alina traía su auto. Con la camioneta hay más espacio y los vidrios polarizados no dejarán ver cuantos viajan en realidad - respondió con dificultad mientras ayudaba a Boris a acomodarse dentro de su auto. Vitya cerró la silla de ruedas y la guardó dentro del baúl - Gracias… eh Vitya - lo frenó al ver que el chico iba a sentarse en el asiento de acompañante - ¿Podrías ir atrás?... Por si Boris necesita algo.

-Ummm - fue lo único que dijo el chico dejando la puerta abierta para Yulia. Elena le hizo una seña de que subiera y la morena, ya con facilidad debido a la mejoría en su pie, subió casi sin problemas.

-Colóquense los cinturones - dijo Elena al encender el motor. Cuando observó a Alina moverse, comenzó a seguirla de cerca.

-¿Ya llegamos?... Guau, hermoso edificio… ¿Ya llegamos? – preguntó Pasha colando su cuerpo entre los asientos y llegando hasta el oído de Alina.

-No.

-¿Cuánto falta?

-Mucho.

-¿Cuánto es mucho?

-Niñita - lo calló al llegar a un semáforo - son ocho horas de viaje. Cierra la boca o te dejo en una de estas esquinas.

-¿¡Ocho horas!? - gritó el resto. Alina apretó el volante entre sus manos y decidió acelerar un poco.

-¿Y a qué hora se supone vamos a volver? - preguntó la chica con rasgos asiáticos. Alina giró los ojos antes de responder.

-No tengo ni la menor idea, eso deberían haberlo hablado con Elena.

-Pues no nos dijo esto. En mi casa van a matarme, ¡no pedí permiso para pasar tantas horas fuera! – se quejó esta vez aquel chico rubio que Alina ni siquiera había escuchado que la saludara.

-A ver, señor de boca grande y hermano no reconocido de Chucky… ya llevamos cuatro horas andando ¿también quieres que te deje por uno de estos lados?... ¿Qué pasa con ustedes? ¿Nunca fueron a Moscow? - preguntó con prepotencia.

Cada uno de los chicos bajó la vista avergonzados y fue cuando Alina se dio cuenta que había sobrepasado un limite.

-Ya, ya, tampoco es la gran cosa. Solo son unos edificios altos con autos andando todo el día por las calles. Tomen - aprovechó otro semáforo para tirar su celular al asiento de atrás - Avisen a sus padres que llegarán eso de las siete de la mañana. De mañana.

-Entonces no hay problema - respondió el chico alto devolviéndole el teléfono- Es la hora a la que llegamos siempre los sábados a la mañana.

-¿Conoces Moscow? - preguntó Elena después de ver por el espejo retrovisor que Lizhin y Boris dormían plácidamente atrás. Yulia había apoyado su cabeza en la ventanilla y al parecer tambien quería descansar un rato.

-Casi nada.

-¿Casi nada? Eso quiere decir que algo conoces… ¿Tienes familiares allí?

-No… Es una larga historia.

-Tenemos más de tres horas aún.

-Es una larga historia que no quiero contar…. ¿Por qué ha hecho esto?

-¿Esto qué?

-Esto… ¿por qué regalarnos tanta confianza de llevarnos hacia su casa, su intimidad? ¿Qué gana con esto?

-Ya lo dije, Yulia. Quiero ganarme su confianza.

-Señorita Katina, así no la ganará. Déjeme decirle que el lunes, cuando vuelva, nadie recordará este acto bondadoso y todo volverá como antes.

-¿Qué? - preguntó Elena desconcertada mientras doblaba una esquina. A partir de allí, quedaban tres horas exactas para llegar. Si el tráfico era el de siempre - ¿Cómo antes?

-Si. Esto no nos hace amigos de usted. No nos hace avanzar hacia esa relación que usted busca. Esto, solo es algo que usted ofreció y nosotros aprovechamos. Nada más.

-Yo… Sé que nunca seremos amigos. Es decir, ustedes son mis alumnos y yo su profesora, esa es la única relación que siempre nos unirá. Con todos. Una profesora no es amiga de un alumno, pero sin embargo puede aspirar a tener una relación cordial ¿verdad? Y este es un paso para ello.

-Uno grande diría yo… Alina… ¿es su amiga?

-Si, es como mi hermana.

-Ah - respondió Yulia y Elena creyó oírla respirar con alivio. Pero sacudió su cabeza. El viaje, como algunas veces, podía estar afectándole - ¿Por qué el departamento de ella y no el de usted?

-Eh… bueno el de ellas es más grande.

-¿Ellas?

-El de Alina y su novia… no te molesta que tenga novia ¿verdad? – Preguntó Elena al ver la cara de sorpresa de Yulia.

-No, de hecho yo tengo…

-¿Ya llegamos? - preguntó Vitya estirándose. Elena negó y le dijo que aún faltaba mucho. En un solo un segundo, el chico volvió a su posición anterior y continuó durmiendo.

-Yo tambien dormiré un rato - dijo Yulia y se acomodó dándole la espalda a Elena.

La pelirroja la escuchó respirar con tranquilidad y supuso había dado su cometido.

Con una sonrisa, estiró su brazo y apagó la radio del auto para no interferir en los sueños de la morena.

Estaba volviendo su mano a la palanca de cambios cuando la detuvo sobre el asiento que ocupaba Yulia. Su mano tembló ante la idea que pasaba por su mente pero su boca se secó en señal de que quería hacerlo. Con cautela, escaló sigilosamente con los dedos por la espalda de la chica hasta tocar su cabello y acariciarlo lentamente.

Un escalofrió le sacudió el cuerpo por lo que se alejó al instante.

Movió su mano alejando el frío que la invadió de repente en esa parte y, al comprobar que los chicos aún dormían, volvió a acercar su brazo a Yulia.

`¿Qué estás haciendo, Elena?´- se preguntó a si misma. Pero ya era tarde, sus dedos se perdían en la fina y sedosa cabellera de la morena y le regalaba caricias de una manera inconscientemente placentera. Que suave era ese cabello que suelto siempre era rebelde pero que ahora tenía un toque de ternura. Cuando Yulia se removió, su mano desapareció de ella y volvió al volante.

Su respiración se aceleró como si la hubieran descubierto robando algo o cometiendo el mayor de los crímenes. Si, tener contacto físico con sus alumnos podía ser considerado una falta de respeto que traería sus consecuencias, pero ellos no estaban precisamente dentro del Instituto y ya no podían quebrantar reglas. Por lo que descartó esa idea.

Sabía que al llegar a casa de Alina, ya nadie la vería como la profesora que imponía algo de orden en el salón. Y, si allí dentro no la obedecían, no quería imaginarse lo que podía llegar a pasar si nada salía como lo había planeado.

Le dio una última mirada de reojo a Yulia antes de acelerar . No, nada tenia porqué salirse de control.


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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Fati20 2/22/2024, 12:10 pm

Hay ya ese amor esta creciendo de a poco 🥰🥰 jul ya bajo la guardia de ser mala y lena bueno todos sabemos que ya esta enamorada desde el primer día. Esa fiesta seguro que va a estar muy interesante 😊 me parece una locura qué vaije 8 horas ida y 8 horas de regreso 🤯🤯🤯. Espero con ansias el otro capitulo cariño mio 😘😘I love youI love you
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Mensaje por Volkatin_420 2/22/2024, 12:14 pm

8 hrs? Ok, me parece que Lena está muy desesperada porque yulia le haga caso
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/22/2024, 7:00 pm

Cap. X: "Emociones"

-Yulia… Yulia… - la morena apretó sus ojos y mordió internamente sus labios al escuchar su nombre en tan armoniosa voz. Alguien tocaba su hombro de manera cariñosa y acariciaba de arriba a abajo su espalda en un intento por despertarla.

El viaje podría haber sido largo pero estaba convencida de que durmió la mitad del mismo y desaprovechando la oportunidad de admirar las calles de Moscow. Las plazas, los carteles de espectáculos, ballet y todos esos pequeños detalles que había escuchado conformaban a la ciudad de sus sueños.

Pero no se arrepintió, sabía que tendría otro viaje de regreso para ver lo que anteriormente no había podido.

-Yulia… Yulia, despierta - escuchó el ruido de dos puertas cerrarse y sintió la soledad en que la habían dejado Vitya y Boris y que solo compartía ahora con Elena. La pelirroja volvía a darle un pequeño zarandeo pero ella aún no quería abrir sus ojos. Sentía la cercanía de su profesora pegada a su espalda y, voltear a verla, sería demasiado raro.

Ignoró la petición de moverse y solo soltó unas palabras.

-En seguida bajo - le dijo esperando que la mano que invadía su espalda se alejara y la brisa que golpeaba contra su cuello también ¿Era la respiración de Elena que le erizaba la piel o solo el viento que la ventanilla abierta dejaba ingresar?

Despegando lentamente la unión de sus pestañas, suspiró aliviada cuando vio la figura de Elena caminar hacia dentro del que, seguramente, era el departamento de su amiga.

Contó hasta cincuenta antes de abrir la puerta y bajar con lentitud.

Del sol ya no quedaba rastro alguno por lo que el frío golpeó su piel y la obligó a abrazarse a si misma hasta ingresar al lugar y llegar hasta sus amigos. Todos estaban de pie frente a una barra y escuchando lo que su profesora les decía.

-Los vasos rojos son bebidas con sabor a cola y los blancos de limonada. El quipo de música solo lo manejará Alina…

-Ya que tuve que trabajar casi dos años para comprarlo - acotó la castaña y ella sonrió. Aún no había cruzado palabra con Alina pero parecía agradable.

-Ya que es de su propiedad - dijo Elena terminando su frase anterior - ustedes pueden pedirle la música pero ella hará los cambios. Svetlana será la… ¿Y Sveta? - le preguntó a Alina evitando que los demas escucharan.

-Dijo que prepararía una…

-¡Sorpresa! - de repente, todos voltearon hacia la puerta de entrada. Un pato de peluche demasiado grande aparecía con dificultad dando pequeños saltos y aplaudiendo mientras cantaba una canción - ¡Hola, niñitos hermosos! - se acercó, lo que Yulia dedujo era la otra chica disfrazada, hasta Boris y tiró de sus mejillas. La morena le dio una mirada rápida a Elena, la pelirroja observaba todo con la boca abierta.

-Eh, amor, ven aquí - intervino Alina tirando de una de sus grandes plumas y reteniéndola a su lado - ¿Qué demonios es esto, Sveta?

-¡Ay, Aly! Ellos son niños ¿y con qué juegan los niños?

-¡Con patos demasiados sexys! - gritó Vitya arrojándose encima de la rubia y logrando que ambos cayeran al piso.

-¡Quítate de encima, idiota! - lo empujó Alina lejos de su chica y luego la ayudó a levantarse - Sveta, quítate eso ya mismo - ordenó molesta aún con la imagen de Svetlana riendo por la caída anterior.

-Pero Aly…

-Ahora, Sveta.

-Nada de esto tendría que estar pasando ¿o si? - le preguntó Alina a Elena acercándose a donde la pelirroja estaba observando a sus alumnos.

-No - respondió la ojiverde con el rostro entre sus manos. Todos los chicos estaban sentados en el sillón y otros en el piso sin siquiera mirarse. El aburrimiento los invadía y, al parecer, la música que Alina había puesto no ayudaba mucho. Nadie bailaría al ritmo de Coldplay un viernes a la noche - Esta es la peor fiesta no fiesta que alguna vez asistí.

-¡Esta es la mejor fiesta! - una alegre Svetlana invadía la cocina aún con su traje de pato puesto y con una bandeja en mano - Le llevaré bebida a los chicos… ¿Por qué esas caras? – Preguntó retirando una jarra de jugo y sirviendo prolijamente sobre los vasos.

-Porque los chicos no lo están disfrutando, Sveta - dijo Elena mirando a Yulia a lo lejos. De todos, ella parecía la más aburrida.

-Nada de eso - aseguró la rubia tomando la bandeja con cuidado y caminando hacia el living - Ellos están muy contentos de estar aquí. Yulia es la más agradable de todos. Oh, y junto con Aleksey, el chico está muy interesado en ella - dijo Svetlana alejándose de su amiga y de su novia. Elena alzó la vista al instante, Svetlana reía por algo que Yulia le decía y Aleksey se ponía de pie para sentarse junto a la morena.

-¿Son novios? - preguntó Alina observando tambien la interacción de Yulia y Aleksey.

-Claro que no - dijo Elena con seguridad y, después de hacerle una seña a la castaña para que la siguiera, caminó hasta su grupo de alumnos - ¿Se están divirtiendo?

-Si, el jugo de limón me pone muy alegre - ironizó Lizhin alzando su vaso de plástico en su dirección - ¿Y… qué demonios es eso que estamos escuchando?

-Ey, niño, respeta. Es Coldplay ¿no reconoces la perfecta voz de Chris Martin? – preguntó Alina con seriedad, sin embargo, no inmutó a nadie. Lizhin se puso de pie y llegó hasta la pila de cd y comenzó a revolverlos - ¡Ey, ey!, cuidado con lo que haces.

-Esto es pura porquería - aseguró el chico dejando las cajas y volviendo hasta Yulia - Dame tu teléfono… ¿tienes un cable conector? - le preguntó a Alina y ella asintió velozmente - Perfecto - dijo recibiendo el celular de su amiga y regresando al equipo de música. Bastaron solo unos segundos para que la banda favorita de Alina fuese reemplazada por Rihanna.

-Eso es para gays, Lizhin - dijo Aleksey al escuchar `Only girl in the world´. A su lado, Yulia le dio una patada y Pasha le lanzó su vaso vacío - Ya, Pasha, olvidé que a ti te gusta.

-A todos - dijo Yulia fulminándolo con la mirada. Odiaba cuando el chico se comportaba de manera egoísta - Pero es cierto, cambia la canción Vitya.

Apenas el reloj daba las 22:00 y el grupo solo se divertía coreando las canciones y bebiendo el jugo que cortésmente Svetlana les entregaba para luego sentarse junto a ellos y perderse en un hilo de conversación demasiado agradable.

En el piso del living, fue Pasha que, cansado de peinar su cabello una y otra vez, propuso algo animado para hacer. Al parecer, el resto estaba en igual de condiciones por lo que aceptaron al instante.

-Haremos un juego de preguntas y respuestas. Sveta - la llamó con confianza por petición de la misma rubia - podrías traer… un, dos, tres… - susurró contando con velocidad todos los presentes - once pequeños pedazos de papel y una lapicera… gracias - dijo al ver a la rubia levantarse en busca de lo que le pidió - ¡Señorita! ¡Señorita! - llamó a Elena chasqueando sus dedos. Alina se acercó con ella.

-Si, Pasha.

-Siéntese. Todos jugaremos esto.

-¿Qué juego es? - preguntó Alina como siempre impaciente.

-Cada uno hará una pregunta y tomará un pedazo de papel - señaló él, que había comenzado a escribir - que contiene el nombre de cada uno y el que salga deberá responder.

-¿Y quién gana algo? - preguntó Alina. Elena rodó los ojos.

-Nadie Alina, solo es para divertirnos.

-No esta vez, profesora - intervino Lizhin - el que no quiera responder, tendrá una prenda. Junto con el que le hizo la pregunta.

-¿Por qué? Eso no tiene sentido - dijo Elizavetha.

-Claro que lo tiene - dijo Lizhin - aquí casi todos nos conocemos. Yo conozco a Yulia y viceversa, y ellas…- dijo señalando a Elena y Alina - entre ellas. Así que si uno miente, es muy probable que quien le preguntó lo cubra y el juego continué con aburrimiento.

-¿Y qué tal si debo preguntarle a Svetlana? - preguntó Yulia que no entendió nada de lo que dijo su amigo.

-Bueno, tiene sentido y punto. Pasha ¿ya pusiste los nombres?

-Si. Todos estamos aquí - dijo moviendo los papeles y apilándolos uno sobre otro. Todos terminaron sentándose en ronda y fue él quien comenzó con la primera pregunta - Tu musica favorita - dijo y retiró un papel - Boris.

-Ay, cara de niña, haz preguntas interesantes - dijo Lizhin. En su mente, el juego era algo más jugado y con más dinámica.

-Shhh - lo calló Pasha - déjalo que responda.

-Supongo que los clásicos - dijo Boris con timidez. Pasha asintió y golpeó levemente el brazo de Elizavetha para que haga su pregunta.

-¿Úlrich o Moscow… Alina?

-Es obvio ¿no? Nada es como aquí - respondió la castaña con orgullo. Lizhin era el siguiente en la ronda.

-¿A qué edad fue tu primer beso… Svetlana?

-A los diez… no, no a los ocho, creo. Si, ¿o fue en el jardín de infantes, Aly?

-En el jardín, Sveta… Y deja de hacer esas preguntas - le dijo Alina al chico. Él solo alzó sus cejas sugestivamente.

-¿Has besado a alguien de tu mismo sexo… Elena? - preguntó Freen. El resto volteó a ver a la pelirroja - Lo siento, pensé que alguno de mis amigos iba a tocarme.

-Responda, Señorita - la molestó Lizhin esperando la respuesta.

-Ah… Una vez... Andrij, haz tu pregunta.

-¿Matemática o escritura… Freen? - todos rodaron los ojos. La chica respondió por lo primero.

-¿Patos o delfines… Aleksey? - preguntó Svetlana comenzando a quitarse el traje por el calor.

-¿Ambos? - respondió él. Elena tomó una de las últimas tarjetas y preguntó.

-¿Te gustan mis clases… Andrij? - preguntó con un tono molesto. Estaba casi segura iba a tocarle Yulia. O al menos lo quería.

-Hoy ha sido mi primera, pero si. Me gustó - Elena le sonrió con dificultad. Alina tomaba su papel.

-¿Podemos terminar este juego… Pasha?

-No - respondió el chico. Aleksey tomó la anteúltima con una sonrisa.

-Cinco minutos a solas con el que haga esta pregunta… ¿Lizhin? ¡Diablos!

-En tus sueños Voroshilov - dijo Lizhin con una sonrisa maligna. Yulia suspiró molesta ¿qué podía preguntarle a Aleksey que no supiera? Con lentitud, estiró su brazo y tomó el último papel.

-Este juego termina aquí con… Aleksey - fingió Yulia una sonrisa arrojando su papel.

-Eso no se vale - protestó Pasha y Aleksey asintió.

-Bien, entonces… Aleksey pagará las cervezas que saldremos a tomar.

-¡Si! - gritaron sus amigos poniéndose de pie. Elena los imitó pero con preocupación.

-No, no - los detuvo la pelirroja al verlos colocarse sus abrigos - No pueden salir de aquí. Esto no es Úlrich, podrían perderse. Además, estas no son horas de salir… ¡Yulia! - llamó a la chica que encabezaba la salida y ya abría la puerta.

-Esto… - dijo la morena haciendo una seña con sus brazos - apesta.

-Pero ustedes decidieron venir y disfrutar como fuese - se excusó Elena abriéndose paso hasta llegar frente a ella.

-Señorita Katina, esto ya lo decidimos… Todos acordamos salir al llegar aquí - habló Lizhin empujando a Yulia hacia fuera y haciéndole una seña a sus amigos.

-Aly - llamó Elena a su amiga entre dientes - ayúdame.

-¡A ver malcriados! - corrió la castaña hasta estorbarles el paso. Justo en la vereda antes de que cruzaran la calle - Regresan en este instante o habrá problemas.

-Nos encantan los problemas - dijo Yulia por lo bajo empujando la silla de Boris - Aleksey… ¿por aquí era el lugar ese que nos dijiste?

-No, Yul - llegó él hasta la morena y la movió con cuidado para tomar la silla de su amigo - Síganme - dijo Aleksey comenzando a cruzar la calle.

-¡Alina! - gritó Elena desesperada. Si algo les pasaba a los chicos, miles de problemas recaerían seguramente sobre ella.

-¡Regresen o los busco con la policía! - fue lo último que dijo Alina. El grupo se detuvo inmediatamente y voltearon a verlas. Solo los separaba la calle - ¡Ahora!

-Venga por nosotros - gritaron todos a la vez haciéndole una seña de mal gusto. Alina ahogó un grito de ira y se mordió la lengua. Nunca nadie la había desafiado de esa manera. Volvió a gritarles pero ellos ya doblaban la esquina y se perdían de su vista.

-Te dije que no era buena idea traerlos - le recriminó la castaña al pasar a su lado e ingresar a su casa.

-¿A dónde vas, Aly? - la siguió Elena. Adentro, Svetlana estaba pegada a su celular y parecía que mandaba algún mensaje y estaba ausente de la situación.

-Toma tus llaves y sal a buscarlos o la soga nos llegará al cuello… ¡Muévete Elena! - le gritó tomando las de la camioneta de su padre y saliendo casi a trote.

-Sveta, enseguida volvemos - le dijo Elena a su amiga. La rubia solo le levantó el pulgar pero sin mirarla - Claro, no te preocupes por nosotras - susurró dándole un fuerte golpe a la puerta.

***

-¿No estamos en la ciudad de los casinos y las mujeres desnudas que bailan por dinero?... Quiero estar allí.

-Vitya, eso es en Kaliningrado, y claramente no estamos allí - le dijo Yulia al escuchar a su amigo mientras observaba los edificios - Me imaginaba otra cosa por aquí.

-¿No creen que molestaremos a la profesora?... ¿Qué tal si…

-Pasha, cierra la boca - lo calló Yulia deteniéndose en una esquina y obligando al grupo a hacer lo mismo - Tenemos que meternos en algunos de estos locales o nos verán.

-¡El bar! - gritaron casi todos. Yulia rodó los ojos.

-Les dijimos a ellas que saldríamos a tomar, lo más probable es que nos busquen allí…Entremos a ese centro comercial

-Jamás - dijeron Andrij y Lizhin al mismo tiempo. Al parecer, su masculinidad los obligaba a negarse.

-Bien - dijo Yulia - entonces… separémonos - dijo con una sonrisa de satisfacción. Todos asintieron - Pero a la medianoche nos vemos aquí.

Después de eso, solo Boris y Aleksey se fueron juntos. El resto se perdió entre la multitud de los citadinos.

Cuando Yulia abrió una puerta corrediza de vidrio, nunca imaginó lo que encontraría del otro lado. Vitya no estaba muy equivocado, por allí también podía encontrar algo similar a un casino y claramente lo había encontrado.

-Claro - dijo para si misma. Afuera había un cartel que generaba confusión y debió atravesar otras dos puertas antes de llegar allí. Ignorando el letrero "solo para mayores" apenas pudo ingresar medio cuerpo cuando un brazo retenía el suyo.

-Su documento, señorita - ella alzó su vista. Un tipo alto y fornido que cuidaba la puerta pedía su identificación. Como solía hacerlo, su mente generó la distracción perfecta y tratando de ahuyentar el problema.

-Soy la encargada de la limpieza.

-¿Usted me cree idiota?

-¿Lo es?... No, no, no, lo siento - se disculpó al sentir un apretón más fuerte - Es que… no hay que ser mayor para ser una de ellas ¿o si? – preguntó refiriéndose a las chicas que seguramente trabajaban allí dentro.

-No, pero debe hablar con el jefe antes.

-Perfecto, todo solucionado. Hablaré con él - dijo intentando zafarse - ¿Y ahora qué? - preguntó al sentir otro tirón pero en su campera.

-Sal afuera ya mismo. Y sube a mi auto.

Mientras caminaba rumbo a la salida, pudo sentir el cuerpo de Elena casi pegado al suyo en un intento por no perderla de vista, la pelirroja refunfuñaba por lo bajo y ella se mordía el labio para no reír. Era increíble la sensación que le generaba escucharla de mal humor.

Se detuvo en seco al repensar lo que había atravesado por su inconsciente.

Elena golpeó accidentalmente su espalda.

-¿Qué?… camina, Yulia - le ordenó con la voz extremadamente ronca por el enojo que la invadía - ¡Camina! - repitió tomándola del brazo. Yulia se soltó al instante.

-¡Suélteme! ¿Qué le pasa?... Deje de manejarme como si fuese su títere, porque no lo soy. Soy lo suficientemente grande como para caminar por mi cuenta. Golpeada o no - le dijo para que recordara como la tomó de la misma manera aquel día que tenía el tobillo golpeado y la pelirroja la llevó a su casa - ¡Ya, déjeme en paz!

-Te recuerdo que viniste a mi casa, bajo mi confianza y mi responsabilidad ¡Por qué tenías que hacer esto! - preguntó alterada llamando la atención de las pocas personas que pasaban por allí.

-Shhh, está haciendo un escándalo.

-Oh, señorita modales, felicitaciones, ¡porque usted lo empezó!…

-Por favor, baje la voz - pidió al ver como un policía caminaba hasta ellas.

-Mal momento para que la moral te pese, Yulia… ¿Sabes todo lo qué recorrimos con Alina para encontrarlos?

-No lo sé. Luego me lo contará. Vamos - le dijo tomando la mano de la pelirroja y caminando al ver al jefe de autoridad a pasos de ellas.

-¿Qué?...No, ahora suéltame tú - intentó soltarse pero la morena la sujetó mas fuerte - ¡Yulia!

-Ya, no volveré a hacerlo, ¿me perdonas, amor? - Elena sintió como su corazón se elevó hasta su garganta y pedía salir en cualquier momento. Yulia estaba hablándole con una voz totalmente tranquila mientras le acariciaba la mejilla izquierda.

Cerró los ojos un segundo y los abrió de golpe al escuchar a alguien más dirigirse a la morena.

-Lo siento, creí que discutían por algo… pero solo es una diferencia de parejas ¿verdad? - preguntó aquel hombre que Elena descubrió era un policía. Suspiró molesta por la situación y lo patético de la misma ¿Parecían ella y Yulia una pareja?

-Si, oficial - dijo Yulia sonriéndole al hombre mientras bajaba sus brazos y entrelazaba ambas manos con las de la pelirroja - Todos cometemos errores y hace minutos llegó mi turno.

-Entiendo - les dijo él y Elena quiso negar con la cabeza. Si hubieran sido ladronas y se excusaban con su versión de Robin Hood, seguramente ya estarían libres y con docenas de bolsas de dinero rodeándolas - Bueno, señorita - dijo el hombre dirigiéndose a la pelirroja - perdónela - señaló a la morena con la cabeza. Yulia ladeó la suya para que no la descubrieran riendo.

-Lo intentaré - respondió la pelirroja entre dientes y tirando de Yulia para pegar su cuerpo frente a ella - es que si usted la conociera, oficial - dijo bajando su vista y observando los labios de la morena. Se perdió en ellos un momento cuando Yulia asomó lentamente su lengua para mojar su labio inferior - ¿Verdad, amor? Eres muy rebelde - le sonrió con ironía sintiendo la cadera de la morena contra la de ella.

-O tal vez tu muy reservada - replicó Yulia rodeando la cintura de la pelirroja y recargándose contra su pecho en un tierno abrazo.

Ambas cerraron los ojos respirando el perfume de la otra.

Con su oído izquierdo, Yulia pudo descubrir el latido desbordante de la pelirroja que logró hacerla temblar completamente. Como si fuese posible, se pegó más a Elena para que las caricias que sentía en la parte baja de su espalda no desaparecieran fácilmente.

Elena, sentía el cabello de la morena bajo su mentón y lo único que pudo hacer fue bajar su boca y dejarle un cálido beso sobre su cabeza. Se apretó más a la morena antes de soltarla lentamente.

Cuando abrieron los ojos, el policía ya no estaba y parecía que mágicamente todos habían desaparecido a su alrededor.

Antes de hablar, Elena se aclaró la garganta y pasó una mano por su rostro.

-Sube al auto.

Sus manos temblaban a un ritmo nunca antes sentido, su pulso la traicionó y cuando quitó las llaves de su chaqueta las mismas cayeron al piso en ruido seco y ensordecedor.

Se recargó un momento en la puerta del conductor tomando su frente y luego su pecho. Y luego su mente y nuevamente su pecho. Una cosa era salir a buscar a sus alumnos y encontrarlos; otra, y muy distinta, era fingir ser la novia de uno de ellos. De una.

Yulia no tenía derecho a semejante infamia y mucho menos a descolocarla de esa manera. La odiaba en ese momento de la misma manera que odiaba sentirse así. Solo fue un abrazo demasiado raro entre dos personas casi desconocidas, un beso en la cabellera de la morena y dos veces la palabra "Amor" como si ambas la sintieran.

Estrujó el flequillo que invadía su frente y tiró de el como si eso la ayudara a eliminar lo que ya había sucedido. Debería haber escuchado a Alina la noche anterior y no haber apurado las cosas con esos chicos y mucho menos de la manera en que lo hizo.

Ahora, llevaría a su última alumna y la reuniría con el resto e inmediatamente los regresaría a casa. Sin importar el horario y las horas que debían volver a ocupar en el viaje. No supo por qué, pero sintió que su fin de semana apenas comenzaba y ya había sido arruinado.

Al día siguiente, aceptaría la invitación de Alina de salir a distraerse y lo haría. Se emborracharía y despejaría su mente de esos problemas innecesarios que agobiaban inútilmente su vida. No podía una sola persona generarle tantas emociones contradictorias.

-¿Ha podido encontrar las llaves?

-¡Vuelve a tu lugar! - le gritó a Yulia al sentirla a su lado tratando de buscar lo que necesitaban - Sube de una vez que ya has agotado mi paciencia.

Sin medir la velocidad, aceleró y se perdió entre las calles casi vacías de la ciudad.

Apenas tocó la vereda del departamento de sus amigas, se bajó rápidamente y se sorprendió al no ver la camioneta de la castaña.

-¿Y Alina? - le preguntó a Svetlana desde la puerta, sosteniendo el picaporte y la mirada hacia fuera controlando que Yulia no volviera a irse.

-Ya salió para Úlrich.

-¿¡Qué?!... Sveta, dime que es una broma.

-No. Me despedí de los chicos y Aly les dijo que deberán aguantarse el poco espacio y que viajarían unos sobre otros pero que ya mismo se largaban de su casa. Tu no llegabas y ella ya estaba demasiado enojada.

-¡Pero le dije que me esperara!

-Eso fue hace casi dos horas, Elena. Voy a dormir.

-¿Y ahora que voy a hacer? - susurró cerrando la puerta y recargándose sobre ella. Desde el otro lado de la ventanilla, Yulia la observaba con preocupación, ella la esquivó y volvió al auto - Cambio de planes - le dijo abriendo la puerta de la morena y esperando a que esta saliera. Pero Yulia no lo hizo - Alina ya llevó a tus amigos, te pagaré el boleto de tren y tu saldrás en el próximo. Seguramente a la madrugada sale uno.

-¿Cómo que mis amigos se fueron?

-¿No me oyes, Yulia? Alina ya los llevó. Sal del auto que voy a darte le dinero.

-No puede hacerme eso. Usted me trajo, usted debe llevarme.

-Dije, cambio de planes. Toma - le tendió unos rublos, Yulia salió y los tomó - ¿Por qué hiciste eso? - preguntó más enojada al ver como la morena los rompía en pequeños pedazos.

-Dije, usted me trajo, usted me lleva.

-No voy a hacer un…

-Oh, si lo va a hacer - la interrumpió sabiendo lo que iba a decir.

-Ya me hiciste doler la cabeza casi toda la noche ¿realmente crees que puedo viajar de esta manera?

-Déme las llaves - dijo estirando su brazo derecho - yo conduzco - Elena soltó un suspiró irónico evitando las lágrimas de molestia que comenzaban a aparecer.

-Yulia… por favor, hablo en serio. Mi cabeza es una maldita autopista en este momento. No quiero otro grito ni más palabras. Has silencio y sube al auto. La estación no está muy lejos. Tomarás el tren indicado y viajarás sola lo que el viaje dure. Adentro de la guantera debo tener más dinero. Te daré tambien para un taxi y así llegas de la mejor manera a tu casa. Seguramente mañana verás a tus amigos y...

-Hoy es mi cumpleaños - soltó Yulia de repente al ver como la pelirroja caminaba a su asiento. Elena se detuvo bruscamente como si alguien le hubiera golpeado la cara y obligado a quedarse estancada allí, frente al capó de su automóvil - Gracias por hacer que comience de la peor manera.

Elena finalmente soltó una lágrima, Yulia pasó tras ella para cruzar la calle.

-Yulia - la llamó al girarse. La morena estiraba su brazo para tomar un taxi. Caminó rapidamente hasta ella - No, Yulia, ven aquí - le rodeó la cintura con un brazo y la alejó de la puerta del auto que se había detenido - Es cierto que… ¡Fuera, no lo vamos a necesitar! - le gritó al taxista que miraba con una sonrisa a Yulia - Hoy… ¿es tu cumpleaños?

-Comenzó hace casi dos horas. Supongo que si, hoy lo es.

-Sube al auto

-¿Cuándo va dejar de decir eso? – preguntó al sentir las manos de Elena aún en los mismos lugares y guiándola hasta la mini Cooper.

-Cuando por fin te comportes - respondió abriendo la puerta de acompañante y esperando a que la morena subiera para luego cerrarla. Cuando ella subió a su lugar, tomó su celular e hizo una llamada - Alina ¿donde estás?... No, está bien, no puedo creer que ya estés por allí, baja la velocidad o voy a matarte cuando te vea… no, hablo en serio… cuídate… No, yo no viajaré ahora - respondió observando de reojo el ceño fruncido de Yulia - Está bien. Nos vemos mañana.

- Ya le dije que no viajaré en tren.

-Y no lo haremos - respondió encendiendo el motor y pisando el acelerador.

-¿Entonces?

-Pasarás la noche en Moscow.

-¿Qué?... Y según usted ¿en dónde? - Elena aceleró ligeramente y le sonrió antes de responder.

-En mi departamento.

🔜

Nos leemos este domingo, mis nenas hermosas 😘😘
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Mensaje por Fati20 2/22/2024, 9:52 pm

Que desastre la fiesta vale pero era mejor q los llevará a un parque de diversiones o una disco para menores de edad 🤔. Pero bueno todo terminó bien cumple de jul y ambas en el apartamento de Lenitaz se me hará super larga la espera hasta el domingo 💔💔💔💔. Feliz noche cariño mio 😘😘I love youI love youI love you
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Mensaje por LeaAgronsky 2/23/2024, 6:57 pm

Alina tiene razón en cuanto a la fiesta, creo que Lena se precipitó solo por querer ganarse al grupo y está logrando lo contrario, al menos a yulita la tiene seguro porque ambas se gustan
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/25/2024, 8:53 am

Cap. XI: "17 otra vez"

"En mi departamento" "En mi departamento" "En mi departamento".

¿Lo había dicho solo una vez Elena? O lo estaba repitiendo mentalmente hasta convencerse de que sí, pasaría la noche con su profesora.

¿No era eso demasiado extraño?

Compartiría un viaje de ahora, tal vez, diez minutos a solas con la profesora hasta su casa. Tragó saliva fuertemente para no decir algo inadecuado.

Compartiría el mismo espacio por una noche, a solas, con su profesora. A menos de que ella tuviese pareja y viviera con él. O ella. O estuviera casada. Sacudió la cabeza ligeramente, el bombeo de sus pulmones extralimitado le aseguraba la compañía de una con la otra. Solas.

Compartiría la cama con… Se detuvo bruscamente y observó de inmediato a la pelirroja que cantaba algo por lo bajo con la vista en el camino. Quería suponer que en su departamento había otra habitación, o mínimo otra cama ¿O le tocaría usar el sillón como cuando dormía en casa de Freen o alguno de sus amigos?

Malditas imágenes que aparecían en su mente con ambas en la misma cama.

Detalló el perfil de su profesora, hasta el momento no lo había hecho pero debía admitirlo. Era casi perfecta. Lo era en realidad y sonrió torpemente al notarse estudiándola.

Que rara e incómoda situación estaba viviendo.

Pero había algo agradable detrás de todo eso que aún no lograba descifrar.

-¿A su novio no va a molestarle que lleve una chiquilla desconocida a su casa? - preguntó aún con la duda de tener a un tercero compartiendo la situación con la pelirroja. La observó reír y quiso borrarle esa sonrisa de cualquier manera ¿Había dicho algo gracioso? - Le pregunto en serio - se quejó hundiéndose contra el asiento y cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

-Posiblemente.

-¿Posiblemente qué? - ¿En realidad estaba en pareja?-

-Posiblemente le molestaría… Si tuviera uno.

-Ah… ¿es soltera? - "Maldito inconsciente ¿Por qué no me consultas antes de abrir la boca?"

-Así es… Lo soy desde que tengo memoria.

-No es cierto.

-De verdad. No me gustan los romances si no hay amor sincero. He conocido a personas, si, que me han parecido atractivas… pero ninguna movió algo en mi como para dar ese paso importante y atarme a ella…

-Egocéntrica.

-¿Qué?

-Nada…

-¿Por qué no puedo ser soltera?

-¿Se ha visto en el espejo? - " ¿Puedo abrir la puerta y arrojarme justo cuando pase un camión?"

-¿Qué tengo de malo?

-Pufff… ¿qué tiene de bueno? - "Todo"!

- ¿Aún piensas que soy odiosa?

-¿Por qué tendría que dejar de pensarlo?

-Eres todo un reto, Volkova - le aseguró devolviéndole por primera vez la mirada antes de estacionar sobre una pequeña vereda - Y amo los retos - susurró al abrir su puerta, tomar su celular y abandonar el auto.

Yulia la siguió y caminó tras ella. Intentó voltear su rostro cuando sus ojos se fueron directo a las piernas de su profesora. Luego más arriba y más pero sin necesidad de llegar hasta su espalda.

Elena abrió la puerta con rapidez y le dejó el espacio para que ella ingresara primero.

Yulia le revoleó los ojos y al pasar a su lado la escuchó reír. Antes que Elena pudiera verla, la acompañó unos segundos.

-Espera que encenderé las luces - sintió el susurro de la ojiverde como un aire caliente tras su nuca y su único instinto fue acariciar la zona reteniendo en su mano el calor. Vió, solo por la luz de la calle que ingresaba por la gran ventana, la figura de Elena desplazarse entre los muebles hasta llegar a una pared. Después pudo observarla con claridad - ¿Qué te parece? - le preguntó la pelirroja girando cual bailarina de ballet.

-¿No es muy grande para una sola persona?

-No me gustan los espacios pequeños. Además, toda habitación tiene su propósito… ¿Quieres conocerlo completo?

-Claro - respondió alzando sus hombros e inhalando el refrescante olor que el lugar desprendía.

Cuando Elena le tomó la mano y la jaló lentamente guiándola a una de las habitaciones, solo pudo bajar su vista y observar la unión de sus dedos. No quería sonar exagerada, pero las manos entrelazaban perfecta una con la otra; como si la mano derecha de Elena hubiese estado esperando su izquierda y ahora por fin la hallaba.

Estupidas frases que Pasha decía y ahora la ridiculizaban mentalmente.

Apretó más fuerte cuando se detuvieron frente a una puerta doble de madera antigua y Elena, con la otra mano, abrió y le dijo que era su lugar favorito: la biblioteca.

Ella observó un gran escritorio cargado de carpetas pero ordenadas prolijamente. Una silla con un saco pequeño sobre el respaldar y, detrás, pilas de libros y de todos los tamaños.

El lugar era cálido pero no se lo dijo. No tenía que hacerlo.

-Esta es mi habitación - le dijo al arrastrarla escaleras arriba y abriendo la primera puerta del lado izquierdo - Pero aquí no hay nada importante - le dijo al intentar cerrar. Yulia la detuvo y volvió a abrir.

-Es muy linda - le dijo pero ni ella misma se escuchó. Se soltó de la pelirroja e invadió su espacio sin vergüenza - ¿Más libros? - le preguntó al ver sobre su cama dos ediciones distintas de un mismo título y, sobre otra pequeña mesa, otra pila y de todos colores - ¿Qué hace con ellos? - preguntó sin esperar respuesta y continuó caminando.

-¿No te gusta leer? - preguntó Elena recostándose contra el marco de la puerta y detallando el brillo en los ojos de su alumna - A mi me encanta. Me da mucha tranquilidad, libertad y felicidad. Es como estar en un aire fresco lleno de complementos innecesarios pero útiles para tu mente.

-¿Escribe, también? - le preguntó de espalda al escritorio y colocando sus manos a los costados de su cadera.

-No… no soy buena para eso - Yulia asintió lentamente con la cabeza y se quedaron unos minutos en silencio. Observando a la otra hasta que alguna de las dos volviera a hablar.

Cuando Yulia mordió su labio solo por costumbre, Elena se enderezó y salió de la habitación pidiéndole que la siguiera.

Yulia se despegó con pereza del lugar y caminó hasta el largo pasillo de la planta alta.

Una luz se colaba desde la última habitación y que dejaba verse por la puerta abierta; cuando oyó el ruido de una cama moverse, se dirigió a el.

-¿Me va a dar el cuarto con telarañas y que nunca nadie usó? - preguntó deteniéndose en la puerta y descubriendo a Elena acomodando una cama de solo una plaza y quitando los animales de peluche que la misma tenía.

-Claro… - respondió sonriéndole por la broma y Yulia le devolvió el gesto - ¿Qué esperabas? ¿Qué dormiríamos juntas?

-Claro que no - respondió seria por el cambio de tema. Elena le abrió las frazadas y encendió el calefactor de la habitación por unos momentos - ¿Mañana usted me llevará a casa?

-Si, supongo que después del desayuno… Voy por ropa cómoda para que duermas. En seguida regreso.

El "en seguida regreso" se transformó en casi diez minutos en los que Elena se quedó de pie, casi escondida, en la puerta de la habitación que utilizaría la morena.

Había corrido hasta su cuarto, tomado un pequeño short y una musculosa de color rosa y había regresado sobre sus pasos en cuestión de segundos. Su sorpresa fue que, al intentar ingresar, Yulia se encontraba frente al espejo, con su jean desprendido y solo en un brassier negro. Debería ingresar y actuar de manera natural o volver y decir algo en voz alta para llamar la atención de Yulia y así darle tiempo a que se cubriera.

Pero su cuerpo no quería hacer nada de eso.

La puerta estaba entreabierta y estaba en su casa, estaba acostumbrada a estar sola y actuar con libertad.

"Pero ahora estás con ella"- se dijo mentalmente al observar la espalda de su alumna. A centímetros de llegar a la cintura del pantalón, en su costado derecho, Yulia tenía un pequeño tatuaje. Una mariposa que, le permitió a su imaginación, verla volar libremente sobre toda la pequeña y delgada cintura de la morena.

"Muévanse"- le pidió a sus piernas observándolas ágilmente. Cuando alzó la vista, Yulia le dedicó una mirada penetrante a través del espejo. Aún en ropa interior y con sus dos manos en los botones de su pantalón ¿Iba a quitárselo con ella allí?

Antes de responderse, ingresó violentamente a la habitación.

-Eh… soy un poco más alta que tu pero bueno, así será más cómodo. Cómoda, la ropa… Eh… ¿Quieres que apague el calefactor o …no, el ambiente es calido aquí dentro… Bien , Yulia, toma. Que duermas bien.

"Patética, patética, patética"- se repitió al salir, cerrar la puerta y golpearse la cabeza silenciosamente contra ella. Había visto a Alina y a Svetlana en las mismas condiciones miles de veces y nunca había actuado de tal manera.

"Ellas son tus amigas, tienen confianza"- quiso convencerse al despegarse y bajar lentamente las escaleras.

Necesitaba una copa de su vino favorito y calmarse.

Cuando Elena le dejó su "pijama" sobre la punta de la cama y salió casi corriendo, ella se acercó a la puerta y pudo escuchar unos cuantos golpes suaves del otro lado.

Sonrió, Elena Katina parecía un personaje salido de aquellas historias que su mente siempre creaba en las noches de insomnio y atestiguaba en hojas sueltas de papel. Como se estaba divirtiendo junto a ella.

Volvió hasta la cama y tomó la remera, la llevó hasta su nariz e inhaló ese dulce olor a vainilla que ni su padre podría comparar en sus postres o alguna de sus comidas dulces que preparaba a mitad de semana.

-Dios - suspiró cuando el olor se mezcló con el de frutas que Elena desprendía siempre. Maldita combinación perfecta que debería existir en algún envase de perfume y así tener para recordarlo.

Estaba terminando de acomodar su ropa sobre la silla cuando escuchó el doloroso ruido de un vidrio estrellarse contra algo.

Se irguió rápidamente y salió corriendo escaleras abajo.

-¿Elena? - preguntó al llegar a la cocina y no verla por ningún lado.

-No te acerques - una mano salió de debajo de la mesada ubicada en el medio del lugar junto al palo de una escoba.

-¿Qué pasó?

-Se me cayó una botella. Nada más… Ve a descansar.

-Elena, no le obedezco a mis padres cuando me dicen eso y ¿crees que podría obedecerte a ti? - La cabeza de Elena apareció inmediatamente.

-¿Ya no me hablas de usted?

-Eh… lo siento - respondió cabizbaja. Elena se mordió la sonrisa que su labio formaba y volvió a su tarea.

-No te disculpes, no estamos en el Instituto después de todo…Lamento si te desperté.

-Aún no dormía. Casi nunca lo hago cuando no duermo en mi cama.

-Niñita - susurró con gracia esperando que Yulia la haya escuchado. La copa que había tomado ya comenzaba a hacerle efecto.

-Pues si ¿Cuál es el problema? - preguntó Yulia llegando a su lado.

-¡Yulia! Hay vidrios por todos lados y no tienes nada puesto en los pies… Sal de aquí.

-¿Vino tinto?... ¿Estaba tomando y no me invitó? - Elena alzó la vista al instante ¿Estaba hablando en serio?

-Eres una niña, deja de pensar en eso.

-Niña que toma vino los domingos en casa junto a su padre. Vaya - aseguró al agacharse y tomar un trozo de vidrio con la marca de la bebida - mi favorito.

-Suelta, que puedes cortarte.

-Si usted no lo hizo ¿por qué a mi si me pasaría?

-Porque… porque, dame eso - le arrebató el pequeño trozo arrojándolo dentro de una bolsa. El ahogado grito de la morena le estremeció la piel - Lo siento… oh dios, Yulia, lo siento mucho - le dijo al ver el pequeño hilo de sangre que desprendía el dedo pulgar de la morena.

-Bonita manera de cumplir 17 - bromeó Yulia sosteniendo su mano derecha y poniéndose de pie.

-Lo siento mucho, no creí que iba a quitártelo con tanta fuerza - le dijo Elena sosteniendo la mano visiblemente herida y llevándola hasta la canilla de la mesada. Abrió el grifo fuertemente y resguardó el dedo de la morena allí abajo - De verdad, Yulia, discúlpame.

-Tranquilícese, fue un tonto accidente - le sonrió la morena intentando calmarla. Los ojos de Elena mostraban preocupación extrema y hasta podía verlos reteniendo lágrimas.

-Traeré algo para curarte.

-Elena - la detuvo ella del brazo, mojándole la manga de su camisa y dejándole una mancha roja - No es necesario. Lo lavaré bien y punto.

-No, aún no deja de sangrar y…

-Dios, deténgase un momento. Está muy alterada. Me he cortado con cuchillos mientras me preparo un estupido sándwich o corto una fruta. Esto no es nada.

-Entonces traeré una venda - Yulia revoleó los ojos y la soltó. Al parecer, nada detendría Elena Katina.

***

-¿Piensa darle muchas vueltas? Voy a aumentar al menos cinco kilos pero solo por un vendaje - bromeó Yulia al ver como Elena rodeaba su dedo con la tela blanca una y otra vez. Estaba sentada sobre el sillón de cuero negro que ocupaba la mitad del living y Elena frente a ella.

-No me parece gracioso. Podrías infectarte ¿lo sabías?

-Ajá, mi padre me lo dice todos los días.

-¿Quieres llamarlo y avisarle que estás aquí? O a tu mamá, las madres siempre se preocupan por todo.

-Mientras me cambiaba le envíe un mensaje a Vitya, él les avisará. Auch - se quejó cuando Elena finalmente ató un pequeño nudo.

-Lo siento - se disculpó esta vez más relajada y diciéndolo casi sin necesidad. Había terminado su trabajo pero aún sostenía la mano de Yulia entre las suyas y no podía dejar de observarla - Feliz cumpleaños.

-Gracias - dijo con felicidad sintiendo las caricias en la palma de su mano. Elena movía solo dos de sus dedos sobre ella fingiendo una caminata de ida y vuelta con los mismos mientras ambas la observaban. Cuando la pelirroja quiso alejarse, Yulia la detuvo - Me hace cosquilla - le dijo con una sonrisa que Elena correspondió con un sonrojo y reinició su acción.

De repente, el camino se extendió hasta su muñeca y ninguna dijo algo.

Elena escuchaba el sonido molesto de las agujas de su reloj moverse y la respiración agradable que Yulia soltaba por su boca. Se detuvo al llegar a las líneas oscuras que limitaban las venas sobresalientes de la morena y, sin poder evitarlo, arañó ese largo y detuvo un momento sus uñas allí.

Le pareció oír un ruido proveniente de la boca de Yulia.

Sonrió y se alejó lentamente.

-Esto es raro ¿verdad? - preguntó arrastrándose hacia atrás y apoyándose contra el sillón. Yulia la imitó pero en la otra punta.

-¿Siempre invita a desconocidos a su casa?

-No eres una desconocida.

-Solo sabe mi nombre… y mi fecha de nacimiento…Eso, en mi mundo, no es nada.

-¿Tienes un mundo aparte al de cualquier otro?

-No me refiero a eso…. Y yo de usted solo se que se llama Elena Katina…. ¿Qué tal si en realidad me trajo como parte de un secuestro?.. Mi rostro vale millones, lo sé- Elena soltó una carcajada. Yulia ladeó su cabeza, era el sonido más agradable que había escuchado de la pelirroja hasta el momento.

-Elena Sergevna Katina. Cumplí 22 exactamente un mes atrás. Nací en San Petersburgo pero por cuestiones del trabajo de papá nos mudamos. Soy hija única, profesora de Literatura y amante de la naturaleza…. ¿Qué mas puedo decirte?... Alina y Svetlana son mis mejores amigas, son mis hermanas del alma y moriría si les pasara algo… Odio la política casi igual que la religión y…

-¿No cree en Dios? - la detuvo bruscamente con sorpresa. Acababa de conocer algo distinto de la perfecta Elena Katina y, aunque ella era realmente apegada a su religión, la confesión de su profesora no le molestó en absoluto.

-No he dicho eso. La religión, para mí, equivale a las personas. Un día te obligan a creer algo y al siguiente te humillan porque descubren quién eres realmente… Si creo en Dios.

-¿No cree en las personas?

-¿Tu lo haces?

-Siendo profesora me sorprende que responda una pregunta con otra… Y no, no creo en las personas. Todas en algún momento te lastiman dejándote vulnerable e indefensa.
Si eres un niño, alguien te sonríe, te abraza, te engaña con un caramelo y una hora después solo… solo creen que eres una mujer que debes responder a sus impulsos.

-¿Yulia? - preguntó la ojiverde analizando las palabras de la chica. Sin darle tiempo, se acercó a ella y la envolvió de manera protectora entre sus brazos. Yulia la recibió inmóvil y la respiración extrema desapareció dejando a una totalmente tranquila y pausada.

Extrañamente, Yulia se había dormido contra ella.

Sin esfuerzos, Elena la recostó sobre el mueble, colocó las manos de la morena sobre su abdomen y se alejó hasta su habitación. Tomó dos frazadas de distintos colores y regresó con la chica; la cubrió con cuidado de no despertarla y apagó la luz de la lámpara.

Estaba subiendo el tercer escalón cuando una imagen cruzó luminosamente su conciencia. Estiró su brazo izquierdo sosteniéndose del barandal e intentado borrarla.

No lo consiguió.

- "¿Qué me está pasando?"- se preguntó cuando un escalofrío la sorprendió por la espalda. Giró violentamente su cuerpo y decidida volvió hasta el sillón.

Casi no lograba distinguir el rostro de Yulia por la oscuridad, sin embargo, bajó su cabeza y a tanteos llegó hasta su frente.

-Descansa - susurró de manera inaudible y luego la besó donde solía haber un poco de flequillo rebelde y a ella le generaba molestia. Ahora, como en el viaje a su lado, Yulia solo parecía una niña ajena a las situaciones externas que alguna vez la rodearon.

Se sorprendió cuando algo de humedad mojó el dedo con el que acariciaba la mejilla de la morena. Yulia, aún con sus ojos cerrados, desprendió una lágrima que cayó sobre la palma de su mano. Luego otra que se perdió bajo su cuello y otra que ella secó con sus labios.

-¿Qué te hicieron? - volvió a hablar para si misma cuando Yulia giró su cuerpo y le dio la espalda.

Se irguió completamente y buscó su cuarto.

Estaba asustada de lo que esa muchacha le generaba con sus acciones, sus palabras o con ninguna de las dos. Como le dijo Yulia, eran dos completas desconocidas y sin embargo ella ya estaba sufriendo las consecuencias de esos nervios al sentirse invadida e invadiendo espacio ajeno.

¿Qué tenía Yulia Volkova? No lo sabía.

Pero tal vez podía averiguarlo.

***

Despertar a las nueve de la mañana era algo raro en Elena; su rutina diaria era dormir siete horas, levantarse antes de las ocho, desayunar y luego dar una vuelta por la ciudad o, como antes, dirigirse a la Universidad y luego estudiar en casa a su regreso.

Pero, un sábado a la mañana estar en la cama cuando el reloj daba las 9:25, era algo totalmente extraño.

Su celular tildaba en su mesita de luz y, dándole un fuerte manotazo lo guardó dentro del cajón del mueble esperando desperezarse para luego atenderlo. Seguramente serían Svetlana, o su padre o Alina que…

Se sentó inmediatamente de un golpe. No estaba sola en la casa.

Se quitó las sábanas de otro tirón y bajó rápidamente las escaleras.

Yulia aún dormía plácidamente y en la misma posición que la dejó horas atrás.

Pasó a su lado y caminó hasta la cocina. Revolvió la heladera para encontrar los ingredientes adecuados para un desayuno perfecto y sorprender a Yulia en el día de su cumpleaños.

-No sabes cocinar, Elena - dijo en voz alta creyendo escucharse solo ella - No trates de inventar porque puedes intoxicarla.

Optó por hacer algo que seguramente la dejaría en ridículo pero no tenía mucho tiempo hasta que su alumna despierte. Tomó de la alacena un paquete de galletas de chocolates rellenas con crema y quitó un pote de dulce de frutilla de la heladera.

Durante la mañana, estaba acostumbrada a cantar mientras desayunaba, por eso, después de voltear y asegurarse de que Yulia siguiera con los ojos cerrados, comenzó su ritual de canto.

"…I remember every little thing, (recuerdo cada pequeño detalle)

As if it happened only yesterday …. (como si solo hubiera ocurrido ayer)

Parking by the take and there was not another car in sight…" (aparcar en el lago sin ningún otro coche a la vista)

And I never had a girl… ( Y nunca había tenido una chica)

Su cuerpo se tensó y quedó de pie unos segundos cuando, al intentar buscar un accesorio para su desayuno, Yulia estaba apoyada en la puerta con una ceja levantada y una sonrisa burlona.

Aún mantenía su mano dentro del cajón y la otra estirada cuando Yulia fue la que terminó la estrofa de una de sus canciones favoritas.

"…Looking any better than you did ( que estuviera mas guapa que tu entonces)

And all the kids at school ( y todos los chicos en el colegio)

They were wishing they were me that night…" (estaban deseando ser yo aquella noche)

-Bonito rango de voz - dijo Yulia despegando sus brazos cruzados y tomando una silla - ¿Puedo ayudarla en algo?

-No, no…Solo siéntate que ya… te sirvo el desayuno - respondió como pudo aún con la voz de Yulia sonando en sus oídos, la mirada que le dio al descubrirla cantando y la manera en que se ofreció con la última pregunta.

- Ain"t no doubt about it… (no lo dudes)

We were doubly blessed ( habiamos sido doblemente bendecidos)

Cause we were barely seventeen ( pues solo teniamos diecisiete años)

And we were barely dressed ( y apenas estabamos vestidos)

-Esa es mi parte favorita – aseguró Yulia al terminar de volver a cantar y moviendo su silla para quedar cerca de otra - Buenos días - le dijo la ojiazul cuando la tuvo frente a ella acomodando un plato antes sus ojos.

-Buenos días… ¿Cómo dormiste?

-Genial… ¿Qué es esto? - preguntó al ver… ni siquiera sabía lo que era.

-No soy muy buena cocinera - aseguró Elena al tomar una vela de color rosa y un encendedor - así que… es lo más parecido a una torta ¿verdad? - le preguntó al sentarse a su lado y colocando la vela en medio de la pila de galletas unidas por el dulce de frutilla.

Yulia rió desaforadamente.

-Pide un deseo - le señaló la mecha encendida - Y ojalá se cumpla.

Yulia negó con la cabeza y sopló rápidamente.

-No tomo café - le dijo al recibir una taza de color verde con olor a la bebida.

-No lo es. Es chocolate caliente. Yo si estoy tomando café.

-Chocolate caliente - dijo Yulia - claro, acabo de cumplir cinco años.

-Mejor tómala y come - le dijo Elena estirando en su dirección un pequeño plato con su creación de torta.

Se mordió el labio al ver como Yulia la degustaba sin problemas y tomaba otra ración.

-¿A qué hora salimos? - preguntó la pelinegra tomando la taza con sus dos manos.

-Puedes darte un baño si quieres después de desayunar y así luego salimos… ¿Te parece?

-Claro - respondió con desgana dándole el último sorbo a su bebida - ¿El baño?

-Arriba al frente de tu cuarto… Quiero decir, del que ibas a utilizar - Yulia movió lentamente su cabeza y se dirigió a él.

Elena terminó de acomodar su cocina y fue cuando recordó el dedo herido de la morena ¿Podría bañarse en esas condiciones?

"Detente, Elena"- se dijo sosteniéndose de la mesada cuando la imagen de una Yulia desnuda bajo el agua inundó su mente - "Ni que pudieras meterte con ella y enjuagarle el cabello… Maldita sea, estoy tremendamente mal"- se quejó por última vez saliendo de la cocina y luego de la casa.

Prepararía el auto mientras Yulia terminaba con lo suyo.

***

El viaje de regreso fue demasiado corto para su gusto, algo tal vez le había pasado a Elena que se mantuvo en silencio las casi nueve horas que anduvieron.

Eso, sumado a las ganas que ella tenía de hablar, cuando estaban a metros de su casa, la situación cambió radical.

De repente, Elena le gritó y ella lo hizo doblemente más fuerte, no estaba acostumbrada a ese tipo de tratos y al parecer Elena tampoco a recibirlo por lo que, estando solo a media cuadra, el auto se detuvo y fue obligada a bajarse.

Arremetió la puerta con todas sus fuerzas y desapareció corriendo de la vista de Elena.

-Espero que mis amigos hayan llegado bien - dijo ella abriendo la ventanilla de su puerta y respirando el aire de Úlrich.

- Por supuesto que si, Yulia, no debes preocuparte - le respondió Elena calidamente

-Usted es muy responsable a la hora de manejar… quién me asegura que Alina lo es también.

-Lo es, Yulia - aseguró Elena acomodándose sobre su asiento y apretando el volante fuertemente.

-No lo creo. Anoche salió a horas de la madrugada y ni siquiera le avisó… Eso no la hace una persona muy adulta que digamos.

-Alina es así, pero créeme cuando te digo que es responsable y jamás haría algo para perjudicar a alguien.

-Lo dice porque es su amiga.

-Lo digo porque así es - respondió con brusquedad y pisando mas fuerte el acelerador - De la misma manera que tu defiendes a Vitya o a tu novio.

Yulia volteó a verla inmediatamente.

-Aleksey no es mi novio.

-¿Cómo sabes que hablo de él? - preguntó más calmada.

-Esa pregunta no tiene sentido, claramente habla de él.

-Entonces no será tu novio pero lo consideras como tal.

-No lo es y mucho menos lo considero - dijo elevando la voz y acomodándose para verla de frente y darle la espalda a su puerta - Aunque al parecer usted le presta mucha atención a él.

-Siéntate bien y ponte el cinturón.

-Ahhh, volvemos a lo de siempre - dijo Yulia con frustración pero haciendo lo que la pelirroja le dijo.

-¿No dijiste que después de la fiesta todo volvería a la normalidad? - preguntó Elena doblando una esquina y aminorando la velocidad. No quería llegar a casa de Yulia tan rápido.

-Si, lo siento, lo había olvidado… ¿Entonces para qué dejó que me quedara en su casa?

-Ya te lo dije, no iba a viajar en el estado en que estaba… Y tu resistencia de viajar en tren no ayudaba mucho.

-"Y tu resistencia de viajar en tren no ayudaba mucho" - repitió la morena con burla - ¿Cuándo va a renunciar?

-Deja de hablar de eso porque no pienso hacerlo - respondió molesta y dolida ¿De verdad después de todo lo que habían hablado la noche anterior Yulia volvía a ser la misma? - Seguiré siendo tu profesora te guste o no.

-Solo para molestarme.

-¡Para ya, Yulia! - gritó deteniendo bruscamente el auto - Baja y camina hasta tu casa.

-Tengo dos pies por lo que lograré hacerlo.

-Bien… Adiós - le dijo mientras la morena bajaba. Cerró los ojos con molestia al escuchar el golpe de la puerta y tiró su cabeza contra el asiento intentado superar otra situación extrema a la que solo Yulia lograba llevarla y arrojarla sin importar las consecuencias.

Su cuerpo se fue rápidamente hacia delante de un susto cuando escuchó dos golpes en la ventanilla de su puerta.

Sus mejillas ardieron fuertemente.

-Oiga… Lo siento ¿si?... Y gracias por traerme - le dijo la morena cuando ella bajó el vidrio y la chica no dudó en hablar.

Un nudo se atoró en su garganta impidiéndole responderle por lo que solo pudo verla alejarse con una sonrisa.

-Yulia… - suspiró volviendo su cabeza contra el cuero del asiento.

Con esa chica, parecía que volvía a ser una adolescente.

Peleaba con ella como si tuviera 17 y solo importara quedar con la última palabra de triunfo.

Lograba sacarla de sus casillas de la misma manera que luego la volvía a estabilizar y siempre, y era por lo que más temía, siempre le dejaba una sonrisa en la cara.

Esperó a que el temblor en sus manos la abandonara para poder manejar y así alejarse de aquel pueblo.

Cuando lo hizo, solo deseó algo, que el lunes llegara rápido para tener que volver.


🔜

Feliz domingo mis princesas 😻 hoy finde de actualizar la historia. Nos leemos luego.

Disfruten
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Mensaje por soy_yulia_volkova 2/25/2024, 9:34 am

Feli domingo, precioso bebé 😘 Lenita no seas fisgona jajajaja que te va a gustar cuando crescas jajajajaja
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Mensaje por Corderito_Agron 2/25/2024, 9:59 am

Sigue encantandome está historia y el de que Lena está un poquito enamorada de yulia y el como no se da cuenta que está haciendo todo por agradarle hahaha bueno, todos hacemos cosas estúpidas cuando nos pasa. Saludos bro y ojalá nos regales mil capítulos hoy ya que los domingos son aburridos para mí 😌😁
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Mensaje por Volkatin_420 2/25/2024, 12:05 pm

Lenita recuerda k yulia es una nenita apenas y ya tú tienes la mayoría de edad asi que no te vuelvas loca o te apresan jaja
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Mensaje por Fati20 2/25/2024, 2:01 pm

Un capitulo qué fue toda una montaña rusa como están tan bien y en segundos tremenda pelea 🤣🤣🤣🤣 lena como ya sabemos esta enamorada y esperemos jul cumpla los 18 pronto. Me alegra que ya lena tenga sospechas de que julia es así porque algo grave le paso, yo creo q ese amor va avanzar rápido estarán ambas perdidamente enamoradas, lastima que la posición de lena de mayor y su profesora es complicada. Feliz domingo cariño mio I love youI love youI love you espero que lo pases muy bien y relajado y puedas subir más capítulos 😘😘😘🥰🥰
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/25/2024, 2:36 pm

Cap. XII: "De poemas y rosas"

Cuando Elena pasó lista ese lunes en el salón de la "lejanía", como lo llamaba internamente, se sorprendió gratamente que uno de sus alumnos, Bodarenkov, el que poco conocía, se levantó de su asiento y caminó hasta ella de manera coqueta. Cuando estuvo frente a su escritorio, el chico apenas se enderezó y le entregó una rosa.

Él le sonrió y le guiñó un ojo.

Ella sonrió confusa y ladeó apenas la cabeza intentado entender que sucedía.

Hasta que Yulia hizo acto de presencia. Entró como un huracán y golpeaba con la palma de su mano los bancos que dejaba atrás; su pelo revuelto volaba por el aire que ingresaba a través de las ventanas junto con los extremos de su camisa y, cuando se sentó, les dedicó una mirada de molestia al resto.

-¿Qué te pasó? - escuchó ella a Aleksey preguntarle. Yulia no contestó, a cambio, quitó una gorra deportiva de su mochila y su celular con los auriculares.

Cuando la morena acomodó cada cosa en su lugar, Elena se puso de pie y llegó hasta su banco.

-Quítate eso - le dijo acompañada de una seña para que la morena entendiera. Podía oír la musica mucho antes de llegar a ella.

La ojiazul recostó la cabeza sobre su banco y la tapó con sus brazos. Si no fuera porque acababa de llegar, cualquiera que la viera podía pensar que estaba durmiendo.

-Yulia - le tocó Elena el brazo izquierdo. Yulia ni se movió.

Elena suspiró molesta, volvió a la pizarra, tomó aquella regla enorme de madera y la golpeó contra la superficie en la que debía escribir.

Yulia alzó la vista.

-Quítate eso - repitió con los ojos sobre la morena - Ahora!

Apenas habían transcurrido quince minutos de su clase cuando Andrij Bodarenkov le levantaba la mano y la llamaba con una seña.

Ese día, algunos ya no le prestaron la atención de la semana pasada ni mucho menos la registraba. Aleksey, Lizhin y Freen, habían formado un pequeño círculo y hablaban de cualquier tema ajeno al que ella había dado para realizar una tarea.

Pasha y Elizavetha hablaban de moda en el banco que compartían y, Boris, a su lado, los escuchaba.

Yulia aún mantenía la misma posición y parecía no querer cambiarla.

-¿Hay que ponerles títulos a los poemas? ¿O solo los escribo? - le preguntó Andrij cuando llegó a ella.

-Como tú quieras, Andrij. Pero sí, generalmente hay que darles un nombre.- respondió de manera amable. El chico le sonrió y volvió a su hoja.

Antes de volver a su escritorio le dió otra mirada a Yulia; la chica movía su pie al son de una música pero aún tenía sus manos extendidas a lo largo de su pupitre y la cabeza encerrada en ellos.

Infló su pecho con valentía y apenas pudo dar un paso hacia Yulia cuando Aleksey llegaba a la chica y se sentaba a su lado.

Entrecerró los ojos observando la interacción. Aleksey llevó su brazo izquierdo a los hombros de la morena e intentó pegarla a su pecho mientras le decía algo.

Elena se dio la vuelta y sonrió. Yulia había puesto resistencia.

Elena recordó rápidamente la charla que había tenido con Alina el día anterior; como todos los domingos, las tres, junto a Svetlana, se reunían en su casa para almorzar y pasar horas de la tarde juntas. Mientras su amiga le contaba el viaje de regreso con el resto de sus alumnos y Elena comentó el de ella con Yulia.

Sin darse cuenta, terminó hablando de su alumna por casi dos horas seguidas.

Y Svetlana le decía que Yulia era demasiado agradable. Y Alina solo la miraba con una ceja levantada a punto de soltar alguna barbaridad que solo la castaña podía armar.

Pero ninguna agregó algo más y cambiaron el tema de manera radical.

Hasta que ella misma volvió a sacarlo.

-Yulia es toda una niña. Siento que ha pasado cosas, tal vez, que nosotras tuvimos la suerte de no pasar pero ella la desgracia de vivir. No lo sé, es como un cascarón que por momentos se abre y luego se cierra pero mucho mas fuerte. De la misma manera en que se acerca luego se pierde y si no vas en su búsqueda ella no vuelve.

Es… raro. Pero me preocupa.

-Es lógico, Elena - dijo Alina y ella la miró tratando de descifrar si era ironía o sinceridad lo que dijo - Siempre un profesor vive cosas con un alumno que no lo vive con otro. Mamá, mientras enseñó en el primario, me contó que un niño llegaba a sus clases sin almorzar y se dormía en su banco producto del hambre. Con los días, ella le empezó a llevar sándwiches a escondidas y él los comía con felicidad…. Y eso no le pasó nunca más ni con ningún otro alumno…. Son cosas que pasas, Elena.

-¿A ti te ha pasado, Sveta? - le preguntó a su otra amiga. Después de todo, eso era lo que más tenían en común con Svetlana; ambas eran profesoras.

-Recuerdo que comencé mis primeras clases como alumna, tenía una compañera que se enamoró del profesor del otro turno.

Elena y Alina apretaron lo labios y Svetlana continuó.

-La chica era muy linda, preciosa… Aly - dijo cuando escuchó un gruñido por parte de su novia - pero dijo que quería experimentar algo distinto en su vida… Y terminó acostándose con Philip, el profesor de danza árabe.

-Si, pero Sveta - intervino Elena - ese no es mi caso.

-¿Cómo lo sabes? - preguntó la rubia de manera inocente - Tal vez tu no te acuestes con alguno de tus alumnos o alumnas pero uno de ellos puede enamorarse de ti.

-Mi chica tiene razón - dijo Alina - solo tienes que verte, Elena y sabes que cualquiera puede voltear a verte.

-Salir con un alumno va contra las reglas… y puede ser llamado delito.

-Yo salí con una alumna - dijo Svetlana llamando la atención de las otras dos - cuando tambien era una.

Alina suspiró aliviada. Seguramente había sido con Jennifer, aquella pelirroja que siempre mostró interés en su novia y que, cuando ella dejó temporalmente Moscow y terminó su relación con Svetlana, ella no desaprovechó la oportunidad.

Sonrió orgullosa, bajo la mirada de las dos chicas, porque eso solo había durado tres meses.

-¿Y a ti te gusta Yulia, Elena? - preguntó Svetlana. Alina tuvo que golpear la espalda de la pelio porque había escupido todo el jugo que había intentado tomar.

-Sveta, ¿qué pregunta es esa? - preguntó Elena quitando restos de la bebida de la comisura de sus labios.

-Una que tiene respuesta.

-¡Claro que no! ¿Cómo me va a gustar, Yulia?... Es una niña, debe estar interesada en alguien más, vive a kilómetros de aquí… es mi alumna, la veo solo dos veces por semana, a veces se comporta groseramente conmigo, suele ser molesta y antipática… solo le gusta asistir al colegio por otra clase y a veces ni me registra…y… y apenas la conozco.

-Solo debías decir si o no, Elena - dijo Svetlana de manera ingenua. Elena escuchó la carcajada de Alina logrando encender su rostro de golpe - Relájate - continuó Svetlana mientras le tendía un vaso con agua.

Ella lo bebió de un único sorbo y Alina rió más fuerte.

***

Involuntariamente, al terminar de recordar la conversación, sus mejillas volvieron a ponerse rojas. Y aumentaron cuando Yulia alzó la cabeza y clavó su mirada en ella.


Estaba sentada en la silla de su escritorio, con su pierna derecha sobre la otra y ambas manos en la mesa llenando unos papeles y corrigiendo el trabajo de Andrij.

El chico era catastrófico a la hora de escribir, tenía errores por todos lados y mezclaba las letras sin ningún problema; estaba por desaprobarlo cuando se sintió observada.

Yulia la miraba sin pudor alguno aún recostada pero con los ojos sobre ella.

Los nervios le crisparon la piel al ver como la morena la escaneó de arriba abajo y terminó por lamer sus labios ¿Qué quería lograr con eso?

"-¿Y a ti te gusta Yulia, Elena?" La pregunta de Svetlana se coló en su mente de manera violenta y la azotó varias veces evitando evadir la respuesta.

No le gustaba pero debía admitir que le llamaba la atención. Demasiado.

Por qué demostraba externamente ser rebelde si cuando compartieron horas en su casa fue demasiado frágil, sincera y amistosa. Cuestión de status, tal vez. Cuestión de sentimientos internos, también.

Y lo peor era que le agradaban ambas personalidades.

Siempre dicen que la combinación de dos cosas buenas es algo aún mejor. Y Yulia Volkova era justamente eso.

Estiró su brazo y terminó guardando el único trabajo que ese día le entregaron y asegurándole a Andrij que la clase siguiente se lo devolvería ya evaluado.

Igual la nota no iba a cambiar.

-¿Podemos irnos? - preguntó Pasha de pie frente a ella. Casi todos estaban junto a él - Solo faltan cinco minutos para el timbre.

-No debería dejarlos ir. Ninguno hizo lo que le pedí. A excepción de Bodarenkov.

-¿Yo puedo irme? - preguntó el rubio y ella asintió velozmente.

-Era un estúpido poema por escribir. Aquí nadie sabe hacer eso - dijo Aleksey sosteniendo su mochila y caminando hacia la puerta.

-Pues por eso estoy aquí - respondió ella siguiéndolo y llegando antes que él a cerrar la puerta - soy su profesora, lo que ustedes no saben deben preguntar. No estoy aquí solo para que me vean con mala actitud y de mala manera. Cada duda que tienen, debe consultarla. Entiendo que haya días que no querrán hacer algo y lo respetaré, pero eso no puede ocurrir siempre…Necesito que ustedes colaboren también.

-¿Podemos irnos? - volvió a preguntar Pasha como si no la hubiese escuchado. El resto se fue sin esperar respuesta.

-Usted es una caja de sorpresas - su cuerpo se detuvo antes de tomar su maletín cuando oyó la voz de Yulia aún en el último banco - pero solo pierde tiempo aquí. Nadie va a escucharla como usted lo desea. Nadie - aseguró sentándose por fin y tirando su espalda contra el respaldar de la silla.

-Andrij parece haberme escuchado. Eso es algo - dijo ella caminando hacia Yulia - al parecer a él si le agrado.

-¿Está hablando de Andrij?... A él le agradan todas las materias que cursa. Es un nerd en cuerpo de striper.

Elena intentó no reír.

-Pero no puedes negar que es lindo - dijo tomando una silla y arrastrándola hasta quedar frente al banco de Yulia - es atento, respetuoso y llega con buena predisposición a mis clases. Es el alumno perfecto - finalizó sentándose de cara a ella.

-Usted es rara - dijo Yulia después de revolear los ojos - Y Aleksey tiene razón, aquí nadie sabe escribir las cursilerías que quiere.

-Cursilerías ¿eh? Primera vez que escucho esa palabra….

-¿A dónde vivía? ¿Dentro de un zapallo?

-No. En el único lugar que existe. El mundo real… ¿Te agrada ese lugar?

-¿Es psicóloga o está loca?

-Ninguna de las dos, y te agradecería que no volvieras a llamarme así.

-Si no quiere escucharme no se hubiese sentado.

-¿Por qué no te fuiste con tus amigos?

-¿Por qué pregunta tanto sobre mi vida?

-Porque me interesas… - soltó bruscamente y sin pensarlo. Pudo ver y sentir como el cuerpo de Yulia se tensó tras la mesa en la que ambas apoyaban sus brazos y apenas se rozaban. Yulia tomó nuevamente un auricular y lo colocó en su oído izquierdo - ¿Qué? - preguntó ella al ver el brazo estirado de su alumna con el otro cable.

-Escuche - fue lo último que oyó de Yulia antes de sentir los dedos de la morena sobre su oreja acomodando la pieza adecuadamente en su oído. Oír la musica que Yulia le compartió la dejó sin aliento por lo que inmediatamente se puso de pie - ¡Hey! - se quejó la morena al ver su celular en el piso algo desarmado - ¿Qué demonios le pasa?

-No… ¿por qué hiciste eso? - preguntó alzando barreras imaginarias para tratar de dejar a la morena del lado contrario al de ella. La canción era totalmente de un plano romántica y no encontró otra manera de reaccionar.

-Solo intentaba ser agradable… ¿por qué hizo usted eso? - preguntó recogiendo las piezas y armando nuevamente el aparato.

-Lo siento, Yulia… creo que… el volumen estaba algo alto y me… y me asustó. Nada más.

-Está bien… maldición, no enciende - dijo golpeando el celular con sus manos.

-¿Puedo verlo? - preguntó acercándose nuevamente a su alumna y más calmada. Yulia le entregó el teléfono.

-Solo no vuelva a tirarlo.

-Lo intentaré - bromeó sin saber como debía encenderlo o de qué manera. Con riesgo, tecleó varios botones y finalmente una luz blanca se encendió y luego apareció una frase: "Hay algo perdido en mi corazón" – Dijiste que no eras poeta - le dijo entregándole nuevamente el celular.

-El escribir algo tonto cuando pasas por algo más tonto no te hace poeta. Es solo una frase, nada más.

-Que transmite demasiado… ¿Por qué la escribiste?

-Le han dicho que podría haber sido periodista… o parte de l K.G.B… pregunta más que mis padres.

-¿Por qué la escribiste? - repitió Elena ignorando el comentario de la morena y volviendo a sentarse. Yulia tambien lo hizo.

-No lo sé. Simplemente salió y punto.

-¿Qué te pasó hoy que entraste de esa manera? - Yulia rodó los ojos y Elena sonrió divertidab - Está bien, lo siento. Pero no puedo evitar preocuparme… ¿Te pasó algo grave?

-No.

-¿Algo más relajado?

-No.

-¿Te pasó algo?

-No.

-¡Yulia!

La morena rió y ella terminó contagiándose.

-Solo discutí con mis padres. Nada más.

-¿Tuviste problemas por haberte quedado en casa?

-No, bueno sí. Estaban enojados porque no les avisé.

-¿No le habías dicho a Lizhi que les avisara?

-Y eso fue lo que les molestó. Debería haberles avisado directamente a ellos.

-Oh, lo siento, no quería generarte problemas.

-Los problemas están conmigo todo el tiempo.

-No lo dudo… ¿te gustó Moscow?

-Claro, fue la primera vez que salí de Úlrich. Fue una experiencia única, siempre creí que…

Elena la observaba mover los labios y hablar con los ojos cargados de brillo. La chica era tan intensa como relajada; parecía de piedra y no era más que una suave tela que si la tratabas bien no se arrugaba y permanecía lisa por largo tiempo.

Era encantadora su manera de hablar, así como la de actuar y la de mantenerse callada.

Observó de reojo el cuaderno abierto de Yulia, había unas letras dibujadas de una manera prolija que pocas veces veía y encerradas dentro de un gran corazón que ocupaba toda la hoja. Se preguntó que decian y si transmitían lo mismo que aquellas seis que leyó en su celular.

Sí, seguramente tambien lo hacían.

-Repetiremos el viaje - la cortó ella sin saber si Yulia aún hablaba o había dejado de hacerlo minutos atrás.

-¿De verdad?

-Sí - respondió convencida cuando el brillo en aquellos ojos azules aumentaron - cuando quieras.

-¿Va a pedirme algo a cambio? - preguntó con desconfianza.

-Sí.

-¿Por qué? – preguntó con un tono de niña pequeña cuando la obligan a hacer algo que no quiere.

-Escribe un poema para el viernes.

-Ya le dije que no soy buena para eso.

-¿Te digo algo?

-Ajá...

-No te creo.

***

"Caminando de forma lenta,

corriendo las cortinas tras cerrar la puerta,

La luz de la luna de a poco aumenta,

sus pasos no se controlan y caminan hasta ella…

De manera posesiva le asegura que es suya

Colocando una mano en su cintura y la otra tras su nuca,

acerca peligrosamente su boca, pero solo la roza, juega y la provoca.

La otra alza una ceja y le susurra "te deseo" con voz ronca…

Los cuerpos pegados caminan acompasados hasta el sillón,

Quitan a la misma velocidad el pantalón y de un tirón.

Ella desata su cabello, le acaricia el cuello y después un mechón.

La otra ríe, muerde su boca y detiene brutalmente cualquier acción…

"Te amo" suelta la que queda debajo mirándola a los ojos,

arañándole la espalda y seduciéndola a su antojo.

La de arriba la mira con amor y responde igual que en cada ocasión,

"Te amo", y esa noche volvieron a amarse como siempre. Hasta lograr ver salir el sol…"


Yulia sabía que no tendría que haberlo leído, pero era viernes, a la noche saldría a tomar y se olvidaría del ridículo que acababa de hacer. Y deseaba internamente que todos tambien lo hicieran.

Si no fuera por Vitya, el resto la miraba como si le hubiera salido otra cabeza.

Y Elena tenía la boca abierta, ambas cejas levantadas y casi no parpadeaba.

Quiso taparse la cara con la hoja amarilla de papel que sostenía. Allí, frente a todo el salón, parecía una Yulia distinta a la que todos conocían.

-No entiendo, Yulia - dijo Aleksey rompiendo el incómodo silencio - ¿escribiste sobre dos mujeres?

-¿Cuál es el problema? - preguntó Lizhin que conocía a Yulia de memoria y no iba a permitir que le dijeran algo de más - A mi me gustó Yul. Lee otro.

-¿Qué?... ¡No! - se apuró a decir ella esperando por una reacción de su profesora.

Pero Elena seguía con su vista fija en ella como si fuera una extraña.

Antes de que cualquier otro dijera algo, caminó a paso apresurado hasta su pupitre y se hundió en él buscando refugio.

-Eso fue perfecto, Yulia - dijo Elena después de ponerse de pie - Continua así por favor y tendrás un buen rendimiento escolar.

***

Al lunes siguiente no quiso aparecer por el colegio, Aleksey aún la molestaba por su participación en la clase de Literatura y eso ya no solo la avergonzaba sino que la irritaba.

Estaba por callarlo cuando la mini Cooper de Elena estacionaba al lado de ellos.

Elena bajó rápidamente y se acercó a saludarla.

-Buenos días, Yulia.

-Hola - dijo ella después de aclararse la garganta. Elena vestía una falda, una camisa blanca y llevaba por primera vez el pelo en una coleta completamente lacio. Y ya tenía los lentes puestos. ´Genial´- se dijo mentalmente. Ella no tenía problemas de admirar la belleza femenina y algo más, pero Elena se iba a un extremo y no estaba segura de cuanto tardaría en ser descubierta.

-Voroshilov - dijo Elena entregándole el maletín - llévalo por favor al salón. Y vayan acomodándose.

Cuándo Yulia quiso seguirlo, Elena la retuvo fuertemente del brazo.

-¿Cómo estás hoy? - le preguntó quitándose los anteojos y colocándolos en el segundo botón de su camisa.

-Bien - respondió como pudo perdiéndose en ese pequeño espacio que los botones le mostraban algo escasamente de piel e inclusive podía oler el aroma que desprendía. Cuando alzó la vista, Elena la esperaba con su típica sonrisa - ¿Usted?

-Perfecta… ¿Qué tal tu fin de semana?

-Algo aburrido… Tal vez otro viaje a Moscow me haga bien.

-¿Otro?

-Usted dijo…

-Si, lo sé. No lo he olvidado… y será mas pronto de lo que crees… ¿Vamos a clase?

-¿Tengo otra opción? - la pelirroja negó con la cabeza.

-¿Vas a leer algo hoy? - le preguntó Elena en la puerta y comenzando a caminar hacia el interior.

-No, basta de ridiculizarme - Elena rió suavemente.

-Me gustaría escuchar algo otra vez… Lo que hiciste fue muy arriesgado y… como te lo dije, perfecto.

-Supongo que gracias.

-No, de nada. Haz…

-Hola, Yulia - Elena se detuvo bruscamente cuando Oksana, aquella alumna a la que tambien le impartía clases, se detuvo a dejarle un beso en al mejilla a Yulia - Nos vemos en la hora del entrenamiento.

Cuando quiso preguntar algo, el sonrojo en la cara de Yulia la detuvo y continuó su camino. Sin esperar a la morena y dejándola sola unos metros más atrás.

-Buenos días - soltó de mala manera al ingresar al salón. De reojo notó a Yulia llegar y sentarse, como nunca antes, en el primer banco de la fila del medio - Bien, tomen sus libros que… ¿Si, Andrij? - preguntó al ver al chico con la mano levantada.

-Buenos días, profesora - respondió él caminando hacia ella y dejándola otra rosa en su mano. Elena volvió a mirarlo con confusión - Está usted muy bella hoy.

Estuvo a punto de obligarlo a sentarse cuando unas palabras resonaron en el lugar y no tuvo otra opción que mirar a quien lo dijo.

-Boca de payaso, siéntate y deja de hacer payasadas… Patético.

Y ahora iba a reprender otra vez a Yulia.

Pero como solo ella podía hacerlo, sus palabras le sacaron una sonrisa y, dejando la rosa en otra mesa, comenzó la clase.

***

-Hasta el viernes - escuchó el latido fuerte de su corazón cuando Yulia fue la primera en levantarse y pasar frente a ella despidiéndose de buena manera.

Iba a saludarla, pero solo pudo morderse el labio cuando Yulia tomó la rosa sin discreción del banco desocupado y la arrojó al bote de basura.

-Hasta el viernes - dijo finalmente cuando Yulia se detuvo en la puerta y giró a verla.

"Hasta el viernes" - se dijo mentalmente.

Quiso darse la cabeza contra el escritorio. Aún faltaban cuatro días.
🔜

Quieren otro capítulo, hoy?
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Fati20 2/25/2024, 3:01 pm

Hay julia puede ser una ternura total y bueno Alexey así o más claro las cosas con es poema 😒. Hay Lenita esta realmente muy enamorada de Julia y bueno son 5 añitos. SIIIIIIIIIII QUEREMOS OTROS CAPITULO POR FAVOR!! 😘😘I love youI love youI love you. Es una historia muy linda
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por LeaAgronsky 2/25/2024, 4:24 pm

Siiiiiiiiiiiiiiiii 🤣 me dejé llevar por la emoción es obvio que queremos más y toma aleksey tu gran poema dedicado a lenita
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por Volkatin_420 2/25/2024, 5:37 pm

Hasta me enamoré más de yulia con ese poemota I love you
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LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO  - Página 2 Empty Re: LENGUAJE DE AMOR // DESCONOCIDO

Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/25/2024, 7:28 pm

Cap. XIII: "Me necesita"

-¡Andrij!... ¡Ey, Andrij, detente! - ese miércoles estaba comenzando como el de pocos para Yulia. La mitad de la semana siempre le agradaba porque estaba a dos días del fin de semana y simplemente porque odiaba los lunes y martes.

Esa mañana, después de ver una publicidad en la televisión mientras desayunaba con sus padres, recordó a Andrij cuando coqueteó con la profesora Katina y, de alguna manera, quería saber si el final podría ser el mismo.

Lo dudaba. Elena Katina no parecía de las profesoras que se enamoraban de algún alumno.

-Yulia, hola ¿cómo estás? - le preguntó él amablemente bajando a su altura para besarle la mejilla.

-Hey, rubio… Oye… quería saber… ¿Cómo están saliendo las cosas con Daryna?

-Ah, con ella las cosas se complicaron - respondió desinteresado y obligando a Yulia a detenerse bruscamente.

-¿Ah?... ¿Por qué? Es muy linda – le dijo después de correr para llegar a él.

-Pero tiene miles de cosas antes que blanquear. Y tú sabes que las chicas así no me agradan.

-Si, claro, como digas… Y… ¿estás interesado en alguien más?

-Yulia, Daryna aún me gusta, pero no vamos a estar juntos… Y no, nadie más me interesa… ¿Por qué? ¿Te gusto?

-¿Qué?..¡Fuera de aquí, Andrij! - lo empujó al notar la cercanía de su rostro contra el de ella. El chico rió y luego sonrió hacia fuera. Ella volteó y sus ojos fueron de lleno hacia la sonrisa que tenía a centímetros de sus ojos.

Elena Katina estaba casi pegada a su cuerpo y con una extraña mirada.

-¿Cortejando a su compañera, Bodarenkov? - preguntó Elena observando al chico con una ceja levantada - ¿a ella también le entregó una rosa?

-No, Elena, él y yo…

-No, profesora - la calló él haciéndola a un lado para quedar frente a la pelirroja - No sabía que hoy vendría, de lo contrario ya habría traído la de usted.

Yulia giró los ojos y observó la espalda del chico. Que ganas tenía de arrojarle el libro que sostenía en las manos y dejarlo más tonto por un tiempo.

Cuando Elena le sonrió y continuó hablando con él ignorándola, encontró en Aleksey, que llegaba a pasos lentos, la excusa perfecta para alejarse.

-¡Aleksey! - gritó ella al pararse junto a los otros dos. Pudo notar como el cuerpo de Elena giró de manera violenta y fulminó con la mirada a su otro alumno.

-Ey, Yul - corrió él hasta la morena envolviéndola entre sus brazos y elevándola unos centímetros del suelo - Mmm ¿ese es el perfume que te regalé?

-¿Volvieron? - preguntó Andrij y Yulia alzó la mano efectivamente para lanzarle el libro. Pero desistió a último momento.

-Andrij… ¿No ibas a aclarar las cosas con Daryna? - preguntó Yulia molesta pero con un toque de dulzura fingida.

-No - respondió él y ella ya no pudo aguantar y le dio un golpe en el brazo - ¡Ey!

-Ve a arreglar las cosas con tu novia - dijo entre dientes incómoda por la mirada de Elena que se perdía en la mano de Aleksey tras su cintura.

-¿Tienes novia, Bodarenkov? ¿Y coquetea con otra compañera? – preguntó Elena.

-Ella no es…

-¡Ve Andrij! - le gritó Yulia saliéndose del agarre de Aleksey y empujando al chico por los hombros.

Cuando volvió hacia el frente, Elena la observaba con ambas cejas levantadas y una divertida mueca en su rostro.

Ella se mordió el labio y negó con la cabeza con vergüenza.

-No es siempre así. No me mire de esa manera - se defendió la ojiazul, aprovechando que Aleksey hablaba con uno del equipo de fútbol, y comenzando a caminar hacia adentro.

-No he dicho nada… pero me pareces muy linda.

Yulia se detuvo y Elena un paso más adelante.

-¿Linda? - preguntó sonrojada hasta la médula y con ganas de que su profesora repitiera lo que dijo.

-Linda, divertida, graciosa… es todo lo mismo.

-Oh - dijo ella reiniciando la caminata.

-Yulia - la llamó la profesora por lo bajo rozando concientemente su mano con la espalda de la chica.

-¿Si?

-¿Sabes?… hoy tengo que entregar unos papeles en el municipio de Úlrich y conozco poco y nada el lugar… ¿te importaría ser mi guía?... Tienes que dejar de hacer eso - dijo divertida cuando Yulia volvió a frenar de golpe y la espalda de la morena dio contra su pecho.

-Lo siento - dijo la morena al voltear - claro… cuando salga debe tomar la siguiente cuadra por donde me llevó a casa y luego…

-No, no Yulia - la interrumpió Elena negando con la cabeza - ¿te importaría acompañarme? - le preguntó al acercarse más de lo debido para que nadie la escuchara. Yulia estaba apoyada contra una pared, al lado de la puerta de su salón y, cualquiera que saliera o pasara, podía oírlas.

-¿Eso se puede? Creo que hay algo escrito en algún lugar que prohíbe a los alumnos mantener un contacto externo con algún profesor.

-Pasamos juntas una noche… quiero decir, en mi departamento, bajo el mismo techo, no en la misma cama ni compartimos algo de más o…

-Entendí, entendí. No se preocupe.

-¿Entonces?

-Claro, la acompañaré.

-Oh, muy bien. Gracias… ¿a que hora es tu última clase?

-Tengo práctica de gimnasia hasta las 13:45.

-Genial. Te invito a almorzar y luego hacemos los papeles… ¿Puede ser?

-¿Usted sale a esa hora, también?

-No, pero te esperaré…. Que tengas un hermoso día, Yulia - dijo Elena apretándole el hombro ligeramente para reprimir las ganas que tenía de besarle la mejilla.

Estúpido perfume que le regaló Aleksey y era terroríficamente dulce y embriagador.

-Bien, clase - dijo Elena uniendo sus manos en el medio del salón que debía enseñar ese día - el día lunes, con los alumnos de mayor grado, escribimos y leímos algunos poemas… Repetiremos la tarea aquí, así que… pueden escribirlo de a dos o individualmente. Como deseen.

-¿Los leeremos en voz alta? - preguntó una chica al fondo de la última fila.

-Por supuesto, eso es parte de esta materia. Vamos, comiencen.

-Profesora Katina – alzó una chica la mano mientras que con la otra peinaba un mechón de su cabello.

-¿Sí?

-Los poemas son de amor ¿verdad?

-No necesariamente. Importa que trasmitan sentimiento. Y hay miles de sentimientos en el mundo.

-Bueno, pero yo escribiré de amor.

-Como gustes, Oksana - respondió ella entre dientes.

-"Yulia: te amo"… ¿ese será tu poema, Kuznetsova? - escuchó Elena a un atleta burlarse de la chica. Pero a Oksana pareció no importarle.

Ella ladeó la boca con molestia y se acercó al grupo.

-A ver, todas estas semanas han trabajado bien. Solo tienen que escribir un poema. ¿Entendido, Peters? - le preguntó al chico que aún reía - Y serás el primero en leerlo. No quiero bromas estúpidas en mis clases. Y se lo digo a todos.

-Igual no se preocupe, señorita - dijo Oksana dando vuelta una hoja y continuando con su escritura - que lo que hay entre Yulia y yo no es una estupidez.

-Yulia… ¿Quién es Yulia? - preguntó ella deseando que hubiera otra Yulia en ese salón y que aún no recordaba.

-Yulia Volkova - respondió Oksana dibujando un corazón al final de su poema - Mi chica.

***

Faltaban cinco minutos para el final de hora con esa clase pero Elena tomó sus cosas y abandonó el salón caminando ligeramente hacia la salida. Tenía un dolor de cabeza incompensable y culpaba a Oksana por eso. La chica se pasó toda la hora leyendo su poema de amor hacia Yulia.

Que sus ojos azules hacían juego con el brillo del sol, que su piel era cálida y que su pelo era suave como las plumas de… de algo seguramente porque a mitad de lectura dejó de oírla.

No necesitaba que alguien le recordara lo suave que podía llegar a ser el cabello de Yulia cuando ya lo había tocado y acariciado entre sus dedos. Oksana no parecía una adolescente enamorada, parecía Alina persiguiendo a Svetlana en la secundaria.

Y vaya que siempre le decía a la castaña que estaba loca por actuar de esa manera.

Con su maletín casi arrastrado al lado de sus pies, golpeó algo en la puerta y fue cuando se detuvo.

Sonrió avergonzada porque Yulia tenía la cara llena de azúcar producto del golpe seguramente.

-Recién comprado y nada aprovechado - bromeó la ojiazul señalando un algodón de azúcar color rosa - No debería caminar tan apresurada.

-No deberías comer esas cosas fuera de clase… ¿Por qué no estás en clase?

-La profesora Varsovia es algo molesta e insistente… y suele ser grosera. No me cae bien.

-¿Y te salteaste su clase?

-Claro que no… La de la señora Tsvetkova también. Que por cierto es la próxima.

-¿¡Qué!?... Yulia, no puedes hacer eso.

-Ya lo sé.

-¿Y entonces por qué lo haces?

-Porque tenía ganas de comer algo. Nada más…. Que por cierto ya ni para eso es - dijo intentado retirarse un pedazo del algodón de su mejilla izquierda.

-Deja de saltearte clases, por favor - le pidió Elena acercándose a ella y retirando la mano de la morena de su cara. Alzó en un veloz movimiento su mano derecha y tocó la piel de la pelinegra para retirarle el hilo dulce de color rosa - Si que está pegajoso… y delicioso - dijo después de llevarlo a su boca y degustarlo rápidamente.

-Genial, me debe uno.

-Solo las niñas comen eso.

-Usted acaba de comerlo, niñita.

-Daría lo que fuera por tener tu edad.

-¿Por qué? ¿Se olvidó de vivir algo y ahora se arrepiente?

-No… acabo de desearlo... ¿Qué harías tú si tuvieras mi edad?

-Ganas de tener 17 - respondió con gracia. Elena apenas sonrió y repensó sus palabras. Si ella tuviera 17, por los pasillos de ese colegio, Oksana no sería la capitana de las porristas; lo sería ella.

Y si Yulia es la chica de Oksana, entonces dejaría de serlo para ser la de ella.

Si tuviera 17.

-¿No cree?

-¿Eh?... Perdón, Yulia… ¿Qué decías?

-Que debe haber hecho algo malo para que sus alumnos salgan con esa cara - respondió Yulia señalando a, efectivamente, unos veinte chicos que buscaban también la salida y era a los que Elena le había dado clase anteriormente.

-Hola, Yul… Nos vemos más tarde.

Cuando Oksana pasó y tocó sin cuidado el antebrazo de la morena, se imaginó a ella misma en ese lugar.

Linda, coqueta y molesta para el resto, tratando de llamar la atención de la persona que le gusta. Porque era obvio y hasta un limite descomunal el notorio interés de Oksana por Yulia.

Y había algo detrás de esa situación que no terminaba por hacerla sentir cómoda.

-¿Es tu novia? – preguntó sin medir la pregunta y sorprendiéndose por la respuesta de su alumna. Suspiró aliviada.

-¿Oksana?

-¿Tienes otra?

Yulia rió y a ella le dieron ganas de golpearse a si misma ¿Qué tanto podía doler la pared contra la que Yulia estaba apoyada?

-No… pero se que algo siente por mi, no quiero sonar egocéntrica, pero me lo ha dicho en varias oportunidades.

-Ah... ¿Y a ti te gusta?

-Es hermosa.

Elena apretó su mandíbula y empuñó su mano desocupada ¿Qué tipo de charla era esa?

-Hoy te escribió un poema.

-¿A mi?

-Ajá.

-¿De verdad?

-Ajá.

-Voy a pedírselo.

-Claro debe… ¿Qué? ¡No! - la detuvo por el brazo cuando Yulia apenas volteó.

-¿No?... ¿por qué no?

-Los tengo yo, tengo que corregirlos - mintió al soltarla y aferrándose a su maleta.

-Oh, está bien… Y… ¿Qué puso?

-Hey, Yul… ven aquí.

Fue la primera vez que Elena se sintió feliz de que Aleksey llamara a la morena y que ella lo siguiera dentro del salón.

La observó perderse tras el pasillo y caminó rumbo a su auto.

Debía esperar a Yulia por más de tres horas pero no le importaba.

El tiempo que pasarían juntas después lo recompensaría.

Cuando Elena le dio un último vistazo a su reloj para confirmar que Yulia saldría de su última clase en cualquier momento, si es que no se la había salteado, se quitó los lentes de sol y bajó del auto para que Yulia la viera y llegara hasta ella.

Recostó un momento sus brazos sobre el techo de la mini Cooper y esperó por unos segundos.

Sonrió y se mordió el labio.

Y fue en ese momento en que se dio cuenta que repetía esas dos acciones solo cuando se trataba de Yulia. Cuando la veía, mientras la escuchaba, cuando hablaba de ella o cuando simplemente la observaba a la lejanía y la morena ni siquiera lo notaba.

Se enderezó lentamente y caminó hasta la puerta de acompañante pero se detuvo a mitad de camino. Yulia caminaba sin problema hasta el auto pero, de repente, alguien le tocó el hombro y volteó.

Oksana le entregó un papel. Una sonrisa. Y un beso.

¿Una profesora podía armar una lista negra de sus alumnos? Aleksey y Oksana la encabezarían sin duda alguna.

Terminó por recostarse cruzada de brazos sobre el capó y esperar a que su alumna se dignara a terminar de hablar con su supuesta no novia.

¿La había esperado tres horas para eso?

Intentó sonreír cuando Yulia llegó a ella. Lo intentó.

-Hola… lo siento pero es…

-Sí, si. Ya vi - interrumpió con molestia la excusa de la morena y abriéndole rápidamente la puerta - Estoy aquí ¿lo has notado? - susurró entre dientes cerrando de un golpe y caminando hasta su asiento.

-¿Está bien? – le preguntó Yulia con calma en la voz y realmente preocupada.

-Ajá - dijo Elena encendiendo el motor y andando.

-¿Segura?

-Si ¿O quieres revisarme?

-¿Quiere que lo haga? – preguntó con un toque de burla y algo más que Elena no quiso distinguir solo para no darle rienda suelta a su imaginación. Que contradictoria podía sentirse si Yulia Volkova invadía su burbuja y la trataba como quería.

Estaba notando eso también. Yulia podía manejarla a su antojo y eso debería preocuparla porque no podía suceder así como si nada.

-¿Por dónde debo ir? - preguntó deteniéndose en un semáforo rojo.

-Primero lléveme a comer que muero de hambre… El restaurante está al cruzar la calle. ¿O quiere que maneje por usted?

-No te hagas la graciosa - respondió contagiándose de su sonrisa y estacionando frente a una vereda - Espero que no comas mucho, no soy un banco - le dijo al abrirle la puerta del auto y luego, antes de entrar al local, la doble de vidrio del lugar.

-Puff, como a borbotones… Pero se salva porque soy vegana.

-¿Comes pasto? Por eso eres tan pequeña - aseguró con diversión mientras se detenían en la barra.

-Que chistosa… La espero en la mesa - le dijo al señalar la última al fondo del local. Elena asintió aún sin ser vista y sin poder evitarlo sus ojos fueron a las piernas de su alumna. Maldito pantalón blanco que las detallaba sin pudor ni problemas.

-Un plato de pasta con crema y pepinillos para mí querida alumna protectora de animales - dijo Elena llegando con lo dicho en una mano y regresando a la barra para tomar su plato y luego volver finalmente a la mesa - Puedes comer pepinillos ¿verdad?

-Poder, puedo. Pero los odio.

-¿De verdad? - preguntó preocupada tomando el plato y poniéndose de pie - voy por otra cosa.

-No, Elena. Fue solo una broma - rió Yulia. La pelirroja volteó al instante y volvió a sentarse - De hecho son mi aperitivo favorito - dijo al tomar uno con su mano y llevarlo a la boca - delicioso y además son… ¿Eso es un hamburguesa?

-Por supuesto. Mis horas de viaje me lo permiten - aseguró la ojiverde tomando con las dos manos su sándwich - El olor no te hace mal ¿o si?

-No, tranquila - mintió intentado pensar en el sabor de su comida. Cada vez que salía a comer con sus padres y ambos pedían carne, su cara se transformaba y casi no probaba de su propio plato. Lo mismo le pasaba al salir con sus amigos - Disfrútela.

-¿Qué tal tus clases?... Las que no te has salteado, claro.

-Ya le dije que solo me interesa la clase deportiva. El resto es el fin del mundo para mi gusto.

-¿Cómo debería tomar esa comparación? - preguntó masticando su segundo bocado.

-Que me dan terror… Es muy poco reflexiva para ser profesora ¿eh?

-Mmm, si. El problema está en mi… ¿Qué tal tu comida?

-Deliciosa.

-¿Y por qué no comes carne?

-Porque soy vegana - Elena rodó los ojos.

-Eso ya me lo dijiste. Quiero saber por qué lo eres.

-Cuando era pequeña nunca hubo carne en mi mesa. Solo había puras papas o tomates viejos. Me acostumbré a ello.

-No entiendo… ¿A tu mamá no le gustaba cocinar? ¿Ella también es vegana?

-Tal vez… Si fuera mía, le cambiaria el color - dijo Yulia señalando tras la ventana la mini Cooper de Elena.

-Oh, claro… pero si fuera tuya…. Me la regaló mi padre. Pretendo dejarla intacta mientras la conserve….Igual creo que tampoco podría venderla.

-¿Un regalo de su padre?

-Ajá - aseguró con menos de media hamburguesa en la mano y tomando su vaso de jugo.

-Debe ser especial.

-Lo es… ¿Tienes licencia?

-No, papá dice que soy un peligro caminando y que ni puede imaginarme sobre ruedas - Elena soltó una pequeña carcajada - puro dramatismo.

-¿Te gusta manejar?

-Nunca lo he hecho. Pero debe ser divertido.

-Lo es si eres responsable.

-Eso es contradictorio. Nada que tenga que ver con la responsabilidad es divertido. Ir al colegio es una responsabilidad que no me divierte.

-Oh, lo siento señorita diversión. Olvidé por un momento con quien estoy hablando… ¿Te están gustando mis clases?

-Mmm - respondió Yulia alzando los hombros - Dejarán de gustarme cuando me de hojas para evaluarme.

-Vamos, Yulia, debes pensar en tu futuro. No vas a llegar muy lejos si tienes eso en mente.

-Lo siento si a usted le gusta alegar de su diploma. Soy de las que creen que la inteligencia no está en una buena nota ni en un título. Se lo que tengo que hacer y cómo. Suficiente para mí.

-¿No sueñas con graduarte?

-¿Tendría que hacerlo?

-Me encantaría que lo hicieras. Y si, comparto lo que dices, tú eres una niña muy inteligente, pero no todo en la vida es vivirla de experiencias. Debes saber ponerles un limite a ambas cosas… ¿Quieres ir a la Universidad?

-No.

-Está bien. Eso puede ser optativo a veces…. ¿Qué ves en tu futuro?

-Aún no lo veo. No quiero verlo y me da miedo verlo. No hable más de eso.

-Está bien, lo siento. Lo siento, en verdad… Cuéntame algo…¿Quién es Yulia Volkova?

-¿Quién es Elena Katina?

-La misma que ves frente a ti.

-Pues Yulia Volkova es exactamente lo mismo.

-¿Yulia Volkova es exactamente lo mismo que Elena Katina?... Guao… ¿Algo así como almas gemelas?

Yulia rió y Elena le guiñó un ojo.

-No se puede con usted - dijo Yulia fingiendo enojo.

-Contigo no se puede… ¿Pedimos el postre?

***

-Vaya que Úlrich es agradable - dijo Elena deteniendo el auto frente a la casa de Yulia

-Lo agradable no fue el lugar, fue la compañía - replicó la morena llevando sus brazos al cinturón de seguridad y quitándoselo - pero tranquila, esta vez no le cobraré por ser la guía.

-¿Esta vez no?

-No. Posiblemente la semana que viene cuando deba volver para entregar aquellos papeles.

-Bueno, pero…Yo creo que ya memoricé los lugares y algunas calles.

-¿Está diciéndome que ya no le hago falta?

-No, no, es… que bueno que te resulte gracioso - le dijo apenas molesta al escuchar reír Yulia por otra de sus bromas.

-Lo siento, pero es que debe verse. Su cara es muy tierna cuando se enoja.

Ambas se aclararon la garganta rápidamente. Pero Elena, ya por inercia, le terminó sonriendo.

-Y cuando sonríe también - insistió Yulia estirando su cuerpo y acercándose a ella - Maneje con cuidado - le dijo a centímetros de su rostro y luego girándolo para dejarle un calido beso en su mejilla.

`Bien´ - articuló mentalmente Elena como pudo - ´tengo ganas de abrazarte y que vuelvas a abrazarme como aquella vez en Moscow. Hazlo… no, no te alejes´.

-Entonces nos vemos el viernes y el próximo miércoles se repite el almuerzo - dijo Elena con voz aguda producto de los nervios y esas sensaciones nuevas que su cuerpo comenzaba a experimentar.

-Entonces ¿si me quiere?

`Por supuesto´ - ¿Qué?

-Que si me quiere como guía otra vez. Va, me necesita que no es lo mismo.

`Demasiado´ - Si, claro. Una Moscovita perdida en un pueblo. Buen título para un policial… ¿Ese es tu padre? - preguntó al ver salir a un hombre con una regadera en mano y un pequeño equipo de jardinería.

-Ah, si. Su nombre es Fyodor… que raro que aún no ha venido ha husmear con quién estoyestoy.

-Pues déjales mis saludos. Y a tu madre también.

-Claro… Hasta el viernes.

-Adiós, Yulia .Cuídate, por favor - le dijo al verla salir y cerrar la puerta, por primera vez, con delicadeza.

Cuando volvió a encender el auto, Yulia permanecía de pie frente a la puerta de acompañante. Dios, que ganas tenía de quedarse e invitarla a compartir lo que quedaba de la tarde y luego volverla a llevar a aquel restaurante pero para cenar.

Dio un último suspiro y pisó lentamente el acelerador, Yulia le alzó la mano en señal de saludo y ella lo devolvió al instante.

Cuando comenzó a andar, observó por el espejo retrovisor. La morena aún seguía de pie y viendo su partida.

-Alina, odio cuando tienes razón - habló consigo misma mientras se alejaba completamente - Con Yulia viviré cosas que no lo haré con ningún otro alumno. Con ningún otro.

🔜

Nos leemos el próximo martes!!
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Mensaje por Fati20 2/25/2024, 8:35 pm

Esoooooo me gusta que lenita vaya por lo q quiere "disimuladamente" pero hay va por su hermosa Julia Volkova, quien no hubiera querido tener una profesora como Lena Katina 🥰🥰🥰. Gracias por el capitulo extra cariño siempre tan complaciente, hasta el martes 😘😘😘I love youI love you
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Mensaje por LenaVolkova66 2/26/2024, 4:03 am

Insito que me gusta mucho esta historia por lo linda que es. Me gustan las historias de profes y alumnas jiji
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