BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
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VIVALENZ28
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Esa Lena es muy calenturienta me gusta ese papel
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mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Puedo compartir esta historia?
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mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hola
esta historia esta muy buena
siguela pronto
esta historia esta muy buena
siguela pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Cada capítulo es mucho mejor. Una loca acosadora como lena quien no la quisiera tener jajajajajaja ya quiero leer más
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Capítulo 8: Foto
Mierda. Todo es una verdadera mierda. Mi respiración se cortó. Mi corazón latía con fiereza. Maldita Elena. No aguanté, tuve que cerrar la puerta y salir corriendo hacia mi habitación. Una vez que llegué ahí, cerré la puerta detrás de mí y me apoyé en ella. Las palmas de las manos me sudaban y mis pies parecían desfallecer. Esas imágenes, todo lo que vi en esa habitación, su respiración, sus sonidos, su mirada... Su sonrisa. De repente me inundó un sentimiento, uno que no podía explicar con tan solo palabras.
Puse seguro a la puerta y me dirigí hacia el baño. ¿Por qué de repente estoy sintiendo esto? ¡No puede ser! No. Me eché un poco de agua en la cara. Necesitaba despertar, necesitaba olvidarme de lo que acaba de ver. Me sequé con una toalla y salí del baño. Logré quitarme la chaqueta y los zapatos aun sintiéndome un poco aturdida por los hechos anteriores.
Me recosté en la cama, cerré los ojos y las imágenes me inundaban aún más. Desde un principio supe que la idea de vivir con otras personas era la peor de todas. Me imaginé todo tipo de escenarios pero nunca uno como este. En este momento mi mente estaba revuelta con todo tipo de pensamientos, pareciera que Elena hubiera llegado a poner mi vida patas arriba, no habían pasado unos escasos días y ya me sentía con todo tipo de problemas encima.
Suspiré.
Tengo que pensar en otra cosa, no puedo permitir que esa niña me confunda, no puedo permitir que arruine mi estancia en mi propia casa, mis planes futuros y mucho menos la relación que tengo con mi novia. No es más que una cachonda que aparenta ser lo que no es...
Unos golpes en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Oh, no. Seguro es ella. Mi corazón se aceleró de nuevo.
No, no le voy abrir.
—Yul— Apreté los ojos fuertemente. Solo lárgate maldita mujer —Abre. Crees que no sé qué estas despierta. Abre.
Silencio.
—¡Yulia! Por favor— Siguió insistiendo ¡Que niña tan molesta!
Finalmente, después de casi cinco minutos, dejó de insistir. Suspiré aliviada. Buena decisión, no necesitaba más. Hoy…había tenido suficiente,
.....**…..
Bajé al primer piso con Ginger en brazos, buscando a papá. Como dije antes, se la pasa más aquí en la casa que en el trabajo. Lo vi en la sala, por supuesto en la compañía de Inessa y de Elena.
—Buenos días— Dije para todos. Todos me devolvieron el saludo. —Papá, puedo hablar contigo?
—Claro. Dime.
Todos se quedaron viéndome.
— Eh...Yo...
—¿Es algo privado?
—Bueno, no— Sonreí — Solo quería pedirte que cuidaras a Ginger. También avisarte que hoy me voy de campamento con las chicas y regresare el domingo en la noche.
—Oh, por supuesto. ¿Y a dónde irás?
—Vamos al rio, a las afueras. Lo tenía planeado con Irina.
—Está bien. ¿Irás a las cabañas que hay cerca?
—No, estaremos relativamente cerca de ahí, pero a la vez no, queremos estar alejadas de la gente. Llevaremos nuestras tiendas de campaña. Vamos a acampar realmente.
—Bien, no tengo objeción. Cuidaré a Ginger. ¿A qué horas se van?
—A las 4 pm, ya sabes, para poder armar las tiendas de campaña temprano antes de que llegue la noche.— Sonreí y bajé a Ginger al suelo —Permiso— Pedí y empecé a alejarme para ir a mi habitación, tenía que alistar las maletas y las cosas para el campamento.
Antes de que subiera por las escaleras...
—Yulia— La voz de papá.
Regresé.
—¿Si?
—Pienso que... estaría bien si invitaras a Elena, no te parece?— ¿uh? —Creo que es una gran oportunidad para que pasen un buen tiempo, pueda relacionarse contigo y con las chicas. Además, Elena también está en vacaciones, no es así? Miró a Elena.
—También creo que es buena idea— Respondió Inessa.
—Mmm... — murmuró Elena.
—Claro Elena, si tú quieres ir?— Le dijo papá.
Definitivamente. ¡NO!
Elena iba a responder pero me adelanté —Papá, no creo que sea buena idea. Ya sabes, Elena es menor de edad y creo que sería un problema en...
—No soy menor de edad, Yulia. Tengo 18 años— Me dijo con una vocecita demasiado dulce. Sí claro, aparenta —Y si me gustaría ir. Claro...si no es problema para ti— Añadió encogiéndose de hombros.
Papá e Inessa me quedaron mirando fijamente, esperando una respuesta de mi parte. Nooo! ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Es el maldito destino? ¿O es mi jodida suerte?
—Eh, ah... No, no es problema— Mierda.
—Muy bien. Eso es todo, vayan a prepararse, es mejor tener todo listo desde temprano.
Elena me miró y sonrió triunfal. Maldita niña.
.....**…..
4: 00 pm
Había decidido no amargar mi vida, mi viaje, ni mi lugar. Elena no iba a dañar mis planes. De eso estaba segura. Bueno... no del todo.
Naty y yo estábamos abrazadas viendo TV en la sala mientras esperábamos por Irina y Anya. Naty había llegado una hora antes y ya teníamos las cosas que llevaríamos, nuestra tienda de campaña, comida, ropa, abrigos y todo lo necesario.
10 minutos después...
Estábamos todos afuera. Irina, Anya y Naty hablaban con papá, Inessa y Elena mientras yo guardaba las maletas de mi novia y las mías en mi auto.
Me acerqué al grupo.
—Bueno, todo está listo. Es hora.
—Elena, tus maletas están listas— Preguntó Inessa a su hija.
Natalya me miró con una ceja levantada, cuestionándome, pero solo me encogí de hombros, tomé su mano y la alejé del grupo.
—Elena irá con nosotras?
Asentí con la cabeza —Idea de mi papá— Fruncí el ceño — Obviamente no le podía decir que no, pero que podemos hacer— Picoteé sus labios.
—Está bien, solo espero que no tengamos que hacer de niñeras, ya sabes, quiero pasar el tiempo contigo— Se acercó y me devolvió el pico.
Sonreí y nos acercamos de nuevo. Elena llegaba con sus maletas y eso dictaba que era la hora de despedirnos.
—Papá, Inessa, nos vamos. Nos veremos hasta el domingo.
—Adiós hija. Cuídense mucho todas, por favor— Nos abrazamos. Todas las chicas se despidieron de ellos y cuando estaba despidiéndome de Inessa, me tomó las manos.
—Yulia, por favor cuida mucho de Elena— Sonrió —Ella es una chica muy calmada y te aseguro que no te va a dar problemas; Y tú también cuídate mucho por favor.
Asentí. Pero por dentro sabía que era un error. 'Ella es una chica muy calmada y te aseguro que no te va a dar problemas'. Si claro. Lo que no sabes es que desde que llegó me ha dado toda clase de problemas. Definitivamente te tiene engañada. Pobre de ti, Inessa.
—Claro. Es un hecho— Sonreí.
—Gracias Yul.
Nos despedimos por última vez. Nos tocó esperar que Elena metiera sus maletas en el auto. Irina iba con Anya en el suyo mientras yo iba con mi novia y la problemática de Elena en el mío.
El camino hacia el río no fue tan malo como esperaba, como dije, Elena no iba a arruinar mis planes. Me dediqué a hablar con mi novia cosas sin sentido y cantábamos acompañadas de la música mientras la chica en el asiento de atrás solo se dedicaba a escuchar y algunas veces a tirarme miradas por el espejo retrovisor que por supuesto noté, pero no dejé que me afectaran.
Natalya también se aventuró a hablar un poco con Elena,y logré enterarme de algunas cosas de su vida personal. Elena tenía 18 años, había nacido en Ekaterimburgo, su padre había muerto en un accidente automovilístico cuando tenía 8 años, se había graduado de la escuela hace 3 años, actualmente estudiaba 2do semestre de medicina veterinaria, tocaba la flauta y le gustaba cantar. Vaya... yo había pensado que la chica solo era una pequeña cachonda que tenía los senos más perfectos que nunca había visto, pero al parecer me equivoqué.
Cuando Natalya llegó a la pregunta de si tenía 'novio' Elena respondió que no, pero que 'Muy pronto' ya que le gustaba alguien. Debo añadir que cuando dijo que le gustaba alguien, me lanzó otra de sus miradas por el retrovisor.
Decidí que este tema era algo estúpido y algo arriesgado, así que mejor puse música de nuevo hasta que llegáramos al lugar.
2 horas después
—¿Crees que es un buen lugar?— Preguntó Irina.
Estábamos a la orillas del rio decidiendo donde armaríamos las tiendas de campaña.
—Está bien, empecemos ya, aprovechemos la luz. Voy a prender una fogata.
Después de organizarnos, ya estábamos completamente instaladas frente a la fogata, tomando algunas cervezas mientras Irina tocaba la guitarra, nos reíamos y hablamos. Sin extrañarme, Elena se comportaba normal y hablaba con Anya e Irina. La chica solo se descontrolaba cuando se quedaba a solas conmigo. Gracias a Dios, yo no estaba sola
Pocas horas después Naty me susurró al oído que fuéramos a dormir, me despedí de todas y me fui con mi novia a nuestra tienda de campaña. Necesitábamos un poco de privacidad, en toda la semana había sido imposible vernos debido a las practicas universitarias en la empresa de su papá y solo nos hablábamos por medio de chat o de llamadas. Los chupetones en mi garganta ya habían desaparecido. Era hora de recuperar el tiempo perdido.
—Te extrañé mucho esta semana. ¿Hiciste algo interesante?— Me preguntó.
—Yo también te extrañé mucho— Me acosté a su lado y nos miramos de frente. Recuerdos de la semana vinieron a mí, la mayoría contenían a Elena jodiéndome la existencia —Y no, no pasó nada interesante— Besó mi nariz.
—¿Quieres hacer algo interesante?— Preguntó sonriendo y con una ceja levantada mientras se acercaba para capturar mis labios.
—No lo sé, crees que podemos hacer algo? Con las chicas ahí afuera...— Me cortó, metiendo su lengua en mi boca por lo cual solté un gemido que la hizo sonreír.
—No sabes cuánto te extrañé mi amor— Susurró mientras seguíamos besándonos. Natalya me comía literalmente la boca, chupaba mi lengua y mordía mis labios con un poco de desesperación. Poco a poco se fue subiendo encima de mí. El ambiente se tensó de placer.
—Naty— Susurré.
—Shhhh— Se alejó de mi boca y se bajó hacia mi cuello, ella sabía exactamente donde chupar, y cuando lo hizo, solté un gemido un poco más fuerte que el anterior. Lentamente llevó su mano hasta mi boca y la tapó. Ahora mis gemidos salían amortiguados. Me estaba volviendo loca. Su otra mano empezó a meterse debajo de mi camisa acariciando mi abdomen con sus uñas, fue subiendo hasta que llegó a mi sujetador y pasó por encima de él, empezando a acariciarme un seno por encima de la tela. Yo gemía y gemía de placer. Por supuesto tenía que hacerlo bajito. De repente, escuchamos movimientos venir de afuera y nos quedamos quietas. Yo estaba un poco agitada. Naty dejó lo que estaba haciendo, sacó la mano de mi camisa, quitó la mano de mi boca y se inclinó un poco hacia atrás, mirándome.
Escuchamos que movían varias cosas y luego vimos a través de la sombra que apagaron la fogata. Hubo más movimiento hasta que todo volvió a quedar en completo silencio. Natalya me sonrió y no pude evitar hacerlo también. Volvió a iniciar, llevando sus manos hasta el final de mi camisa y me la quitó. Ahora, yo estaba solo con mi sujetador.
Mi novia se acercó para envolverme en un beso de nuevo y lentamente recorrió con sus manos mis costillas, hasta llegar justo al broche del sujetador que estaba en la parte delantera, me dedicó una sonrisa y lentamente lo desabrochó. Me incliné un poco para que lo sacara y tiró el sujetador al lado de mi cabeza. Se bajó un poco hasta que su rostro quedó enfrente de mis senos, comenzó a dejar besos húmedos en ellos sin tocar mis pezones que ya se estaban poniendo duros. Sacó la lengua y recorrió haciendo un círculo alrededor de mis pezones pero todavía no los tocaba. Apreté la boca y comencé a gemir. Natalya seguía jodiéndome con su lengua y no pude aguantar más y empuñé un pedazo de su cabello y la dirigí hacia mi pezón. Sonrió y lo tomó entre sus labios comenzando a succionarlo suavemente.
No resistí y se me salió un súper gemido —Natalya— Susurré como pude.
—Cállate mi amor— Dijo con mi pezón todavía en su boca mientras que con una de sus manos apretaba mi otro pezón entre sus dedos.
Mi pezón en su boca… lo succionaba, lo mordía, lo chupaba, lo estiraba con sus dientes. Luego se pasó a mi otro seno y empezó a hacer lo mismo. Me estaba comiendo los senos y yo estaba más que perdida ante las caricias de mi novia, quería gritar pero por obvias razones no podía.
Cuando terminó en mis pechos, empezó a besarme el abdomen dejando un camino de besos hasta llegar al comienzo de mi sudadera. Mordisqueó todo el lugar y empezó a bajarme la sudadera junto a las bragas lentamente, hasta que las prendas quedaron en mis rodillas
Natalya se quedó mirándome —Te extrañé, mi amor— se lamió los labios y se iba a lanzar hacia mi coño... Pero de repente, oímos pasos venir hacia nosotras.
Inmediatamente Natalya me echó una sábana encima y me tapó de pies a cabeza
—Tengo que ponerme la ropa— Susurré debajo de la sabanas — Siéntate y mira quien viene.
Naty se sentó hacia la entrada de la tienda mientras yo me subía la sudadera y me ponía la camisa.
—¿Chicas?— ¿Uh? ¿Elena? —¿Chicas? ¿Hola?
Naty me miró y asentí para que abriera.
—Elena— Dijo Natalya haciéndose la dormida —Que pasó?
—Uh, lo siento. Es que no puedo dormir— Me senté y gateé hasta estar detrás de Natalya y vi a Elena acurrucada y con cara de asustada ¿Acaso tiene miedo. O está jodiendo?
—¿Por qué? Dime— Dijo Natalya también un poco preocupada.
—No sé. ¿Puedo dormir aquí con ustedes? Por favor— Juntó las manos como si estuviera rogando.
Oh no es posible...! Naty. No! —Está bien, trae tus cosas.
—Gracias Naty— Sonrió y se levantó hacia su tienda.
—¿Qué? Natalya, qué haces?— Pregunté.
—Yulia por favor, no hagas una escena, luego lo haremos— Me dio un pico en los labios y gateó hasta acostarse mientras yo solo estaba ahí sentada maldiciéndome internamente. Ella me lo advirtió 'Mientras yo esté aquí, no vas a volver a hacer nada con tu noviecita' —Yul ven y acuéstate.
Suspiré y me volví hacia su lado. Dios, como diablos íbamos a dormir con esa loca. ¿Qué tal si me quiere violar. O a mi novia? En ese instante Elena entró con una almohada y una cobija en sus manos interrumpiendo mis pensamientos.
—Uh.. Puedo dormir en la mitad?— Puso carita de cachorro a Natalya. ¿Estamos de acuerdo con que es una cachonda?
Ni siquiera pude crear una palabra y Natalya solo asintió a su pedido y se quitó de mi lado ¡Nooo!
—Gracias Naty— Y se acostó entre Naty y yo. Me iba a levantar a dormir en la tienda de campaña de ella pero sería peligroso dejarla sola con Naty que tal si le cuenta algo de lo sucedido? Decidí que era arriesgado y mejor me quedé.
Media horas después, yo aún seguía despierta, podía escuchar mínimas exhalaciones venir de Naty y extrañamente de Elena que no había intentado nada hasta el momento. Saqué mi teléfono e iluminé su cara. Me quedé contemplando a Elena, casi de inmediato me envolvieron de nuevo todas las imágenes del día anterior cuando se masturbaba y me dedicó esa sonrisa que me penetró hasta el alma.. Mierda...
No lo soporté y tuve que salir corriendo afuera. Me quedé sentada esperando el amanecer.
.....**….
—Yul— Alguien me movía por los hombros —Yul, despierta, ¿qué haces aquí?— Me empujaron de nuevo.
Abrí los ojos poco a poco hasta que alcancé a ver la figura de Irina. —¿Qué haces aquí? Te estoy preguntando— Sonrió — La princesa te echó?
Natalya?...Oh dios mío Naty.. Me levanté hacia la carpa y la abrí. Me sentí aliviada cuando vi a mi novia durmiendo tranquila. Elena no le había hecho nada y extrañamente también estaba durmiendo.
…..**….
El sol estaba en su máximo esplendor. Decidimos meternos al rio. Era un rio de aguas naturales extremadamente claras y saludables. Además, era un poco hondo
Todas empezamos a ponernos nuestros trajes de baño. Mi novia optó por un sujetador de baño azul y unos shorts que realzaban todos sus atributos. Se veía demasiado sexy. Irina y Anya también se veían muy bien. A ver, eran mis amigas pero no podía negarlo, sobre todo Irina que tenía un cuerpazo.
Estábamos en la orillas del rio a punto de entrar y de repente, oímos algo. Nuestra línea de visión se centró en eso... y la vimos... Era Elena, venía hacia nosotros con un traje de baño de 2 piezas negro demasiado revelador, su cabello rojo recogido en una coleta mientras menaba sus caderas. Todas estábamos con la boca abierta y Elena solo pasó por nuestro lado metiéndose al rio.
Todas nos miramos, tratando de salir de nuestra ensoñación pero era imposible. ¿Que la niña no sabe que está ante un montón de lesbianas? Aunque, bueno... no estoy segura de que sea heterosexual en toda la palabra.
Finalmente, todas dejamos de ver a Elena y nos metimos al rio a jugar durante un tiempo hasta que a Anya le dio por ir a donde estaban las cabañas para comprar algunas cosas. Todas salimos y nos secamos con toallas, excepto Elena que se quedó dentro del rio
—Alguien tiene que quedarse a cuidar las cosas— Dijo Irina.
—Pues no seré yo— Dijo Natalya —Necesito el baño.
— Yul, tú te quedas— Irina me miró...
—Por supuesto que no, yo voy a ir con ustedes.
— Elena se puede quedar— Anya le habló a Irina.. Bien Anya, eres la mejor.
—No, esa chica es muy miedosa. Es mejor que te quedes tu mi amor, volveremos pronto— Natalya se acercó y lanzó sus manos a mi cuello —¿Está bien?
—Hey no, chicas. Yo no me puedo quedar aquí— Dije casi suplicando.
—Lo siento Yul, perdiste. Vamos chicas. Nos vamos a ir caminando —Yul respondió mientras las demás la seguían y yo me quedé ahí parada, si ninguna oportunidad de hacer nada.
Me quedé mirando hasta que las chicas desaparecieron. De repente, me sobresalté al sentir unos brazos húmedos alrededor de mi cintura.
—Suéltame, qué te pasa?— Respondí enojada.
—Uh, que agresiva Yul-Yul— Soltó una risita.
—Elena por favor, de verdad te lo pido, ya deja de joderme— Empecé a caminar y me senté al lado de mi tienda de campaña. Ella me siguió
—No puedo Yul, tu siempre me has gustado— Se sentó a mi lado.
La miré confundida —¿Siempre? ¿De qué hablas? Apenas nos conocemos hace unos días.
—Bueno, en persona. Yo te había visto antes en fotos— Se levantó y se fue hacia su tienda. Cuando volvió traía su teléfono en la mano —Mira— Me mostró una foto... era yo. Ahora si tenía más miedo. Esta mujer era un psicópata.
—Cómo diablos tienes mi foto en tu celular?
—Bueno, una vez tu papá se la mostró a mamá y luego a mí. Ya sabes, desde ahí me flechaste... eras como un amor platónico, hasta te busqué en Facebook— ¿Estoy jodida?, si, lo estoy — Quieres ver otra?
— ¿Tienes más de mis fotos?— Pregunté mucho más incrédula.
Sonrió —Si, y esta te va a encantar— Levantó el teléfono y la vi.. Éramos ella y yo con nuestros labios conectados, y nuestros ojos cerrados.
—Oye, esa foto… cuando mierdas tomaste eso— Me levanté. Empezó a reírse. Está loca, enserio.. —Borra eso, ni siquiera sé cuándo pasó— Grité.
—No, es una foto muy linda — Me tiró un beso.
No lo soporté y me tiré a quitarle su celular, caí encima suyo y empecé a forcejear, pero en un movimiento rápido Elena envolvió sus pies en mis caderas y sus manos en mi cuello apretándome fuertemente. Y una vez más conectó nuestros labios, metiendo su lengua en las profundidades de mi boca, algo que inmediatamente me debilitó y solo me hizo sumir en el beso.
Elena movía sus labios frenéticamente contra los míos, me apretó más contra ella y pude sentir sus perfectos senos. Ay, mierda. Eso me encendió y empecé a mover los labios a su ritmo y luchar contra su lengua...
— ¿Chicas ?— ¿uh?
Mierda. Todo es una verdadera mierda. Mi respiración se cortó. Mi corazón latía con fiereza. Maldita Elena. No aguanté, tuve que cerrar la puerta y salir corriendo hacia mi habitación. Una vez que llegué ahí, cerré la puerta detrás de mí y me apoyé en ella. Las palmas de las manos me sudaban y mis pies parecían desfallecer. Esas imágenes, todo lo que vi en esa habitación, su respiración, sus sonidos, su mirada... Su sonrisa. De repente me inundó un sentimiento, uno que no podía explicar con tan solo palabras.
Puse seguro a la puerta y me dirigí hacia el baño. ¿Por qué de repente estoy sintiendo esto? ¡No puede ser! No. Me eché un poco de agua en la cara. Necesitaba despertar, necesitaba olvidarme de lo que acaba de ver. Me sequé con una toalla y salí del baño. Logré quitarme la chaqueta y los zapatos aun sintiéndome un poco aturdida por los hechos anteriores.
Me recosté en la cama, cerré los ojos y las imágenes me inundaban aún más. Desde un principio supe que la idea de vivir con otras personas era la peor de todas. Me imaginé todo tipo de escenarios pero nunca uno como este. En este momento mi mente estaba revuelta con todo tipo de pensamientos, pareciera que Elena hubiera llegado a poner mi vida patas arriba, no habían pasado unos escasos días y ya me sentía con todo tipo de problemas encima.
Suspiré.
Tengo que pensar en otra cosa, no puedo permitir que esa niña me confunda, no puedo permitir que arruine mi estancia en mi propia casa, mis planes futuros y mucho menos la relación que tengo con mi novia. No es más que una cachonda que aparenta ser lo que no es...
Unos golpes en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Oh, no. Seguro es ella. Mi corazón se aceleró de nuevo.
No, no le voy abrir.
—Yul— Apreté los ojos fuertemente. Solo lárgate maldita mujer —Abre. Crees que no sé qué estas despierta. Abre.
Silencio.
—¡Yulia! Por favor— Siguió insistiendo ¡Que niña tan molesta!
Finalmente, después de casi cinco minutos, dejó de insistir. Suspiré aliviada. Buena decisión, no necesitaba más. Hoy…había tenido suficiente,
.....**…..
Bajé al primer piso con Ginger en brazos, buscando a papá. Como dije antes, se la pasa más aquí en la casa que en el trabajo. Lo vi en la sala, por supuesto en la compañía de Inessa y de Elena.
—Buenos días— Dije para todos. Todos me devolvieron el saludo. —Papá, puedo hablar contigo?
—Claro. Dime.
Todos se quedaron viéndome.
— Eh...Yo...
—¿Es algo privado?
—Bueno, no— Sonreí — Solo quería pedirte que cuidaras a Ginger. También avisarte que hoy me voy de campamento con las chicas y regresare el domingo en la noche.
—Oh, por supuesto. ¿Y a dónde irás?
—Vamos al rio, a las afueras. Lo tenía planeado con Irina.
—Está bien. ¿Irás a las cabañas que hay cerca?
—No, estaremos relativamente cerca de ahí, pero a la vez no, queremos estar alejadas de la gente. Llevaremos nuestras tiendas de campaña. Vamos a acampar realmente.
—Bien, no tengo objeción. Cuidaré a Ginger. ¿A qué horas se van?
—A las 4 pm, ya sabes, para poder armar las tiendas de campaña temprano antes de que llegue la noche.— Sonreí y bajé a Ginger al suelo —Permiso— Pedí y empecé a alejarme para ir a mi habitación, tenía que alistar las maletas y las cosas para el campamento.
Antes de que subiera por las escaleras...
—Yulia— La voz de papá.
Regresé.
—¿Si?
—Pienso que... estaría bien si invitaras a Elena, no te parece?— ¿uh? —Creo que es una gran oportunidad para que pasen un buen tiempo, pueda relacionarse contigo y con las chicas. Además, Elena también está en vacaciones, no es así? Miró a Elena.
—También creo que es buena idea— Respondió Inessa.
—Mmm... — murmuró Elena.
—Claro Elena, si tú quieres ir?— Le dijo papá.
Definitivamente. ¡NO!
Elena iba a responder pero me adelanté —Papá, no creo que sea buena idea. Ya sabes, Elena es menor de edad y creo que sería un problema en...
—No soy menor de edad, Yulia. Tengo 18 años— Me dijo con una vocecita demasiado dulce. Sí claro, aparenta —Y si me gustaría ir. Claro...si no es problema para ti— Añadió encogiéndose de hombros.
Papá e Inessa me quedaron mirando fijamente, esperando una respuesta de mi parte. Nooo! ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Es el maldito destino? ¿O es mi jodida suerte?
—Eh, ah... No, no es problema— Mierda.
—Muy bien. Eso es todo, vayan a prepararse, es mejor tener todo listo desde temprano.
Elena me miró y sonrió triunfal. Maldita niña.
.....**…..
4: 00 pm
Había decidido no amargar mi vida, mi viaje, ni mi lugar. Elena no iba a dañar mis planes. De eso estaba segura. Bueno... no del todo.
Naty y yo estábamos abrazadas viendo TV en la sala mientras esperábamos por Irina y Anya. Naty había llegado una hora antes y ya teníamos las cosas que llevaríamos, nuestra tienda de campaña, comida, ropa, abrigos y todo lo necesario.
10 minutos después...
Estábamos todos afuera. Irina, Anya y Naty hablaban con papá, Inessa y Elena mientras yo guardaba las maletas de mi novia y las mías en mi auto.
Me acerqué al grupo.
—Bueno, todo está listo. Es hora.
—Elena, tus maletas están listas— Preguntó Inessa a su hija.
Natalya me miró con una ceja levantada, cuestionándome, pero solo me encogí de hombros, tomé su mano y la alejé del grupo.
—Elena irá con nosotras?
Asentí con la cabeza —Idea de mi papá— Fruncí el ceño — Obviamente no le podía decir que no, pero que podemos hacer— Picoteé sus labios.
—Está bien, solo espero que no tengamos que hacer de niñeras, ya sabes, quiero pasar el tiempo contigo— Se acercó y me devolvió el pico.
Sonreí y nos acercamos de nuevo. Elena llegaba con sus maletas y eso dictaba que era la hora de despedirnos.
—Papá, Inessa, nos vamos. Nos veremos hasta el domingo.
—Adiós hija. Cuídense mucho todas, por favor— Nos abrazamos. Todas las chicas se despidieron de ellos y cuando estaba despidiéndome de Inessa, me tomó las manos.
—Yulia, por favor cuida mucho de Elena— Sonrió —Ella es una chica muy calmada y te aseguro que no te va a dar problemas; Y tú también cuídate mucho por favor.
Asentí. Pero por dentro sabía que era un error. 'Ella es una chica muy calmada y te aseguro que no te va a dar problemas'. Si claro. Lo que no sabes es que desde que llegó me ha dado toda clase de problemas. Definitivamente te tiene engañada. Pobre de ti, Inessa.
—Claro. Es un hecho— Sonreí.
—Gracias Yul.
Nos despedimos por última vez. Nos tocó esperar que Elena metiera sus maletas en el auto. Irina iba con Anya en el suyo mientras yo iba con mi novia y la problemática de Elena en el mío.
El camino hacia el río no fue tan malo como esperaba, como dije, Elena no iba a arruinar mis planes. Me dediqué a hablar con mi novia cosas sin sentido y cantábamos acompañadas de la música mientras la chica en el asiento de atrás solo se dedicaba a escuchar y algunas veces a tirarme miradas por el espejo retrovisor que por supuesto noté, pero no dejé que me afectaran.
Natalya también se aventuró a hablar un poco con Elena,y logré enterarme de algunas cosas de su vida personal. Elena tenía 18 años, había nacido en Ekaterimburgo, su padre había muerto en un accidente automovilístico cuando tenía 8 años, se había graduado de la escuela hace 3 años, actualmente estudiaba 2do semestre de medicina veterinaria, tocaba la flauta y le gustaba cantar. Vaya... yo había pensado que la chica solo era una pequeña cachonda que tenía los senos más perfectos que nunca había visto, pero al parecer me equivoqué.
Cuando Natalya llegó a la pregunta de si tenía 'novio' Elena respondió que no, pero que 'Muy pronto' ya que le gustaba alguien. Debo añadir que cuando dijo que le gustaba alguien, me lanzó otra de sus miradas por el retrovisor.
Decidí que este tema era algo estúpido y algo arriesgado, así que mejor puse música de nuevo hasta que llegáramos al lugar.
2 horas después
—¿Crees que es un buen lugar?— Preguntó Irina.
Estábamos a la orillas del rio decidiendo donde armaríamos las tiendas de campaña.
—Está bien, empecemos ya, aprovechemos la luz. Voy a prender una fogata.
Después de organizarnos, ya estábamos completamente instaladas frente a la fogata, tomando algunas cervezas mientras Irina tocaba la guitarra, nos reíamos y hablamos. Sin extrañarme, Elena se comportaba normal y hablaba con Anya e Irina. La chica solo se descontrolaba cuando se quedaba a solas conmigo. Gracias a Dios, yo no estaba sola
Pocas horas después Naty me susurró al oído que fuéramos a dormir, me despedí de todas y me fui con mi novia a nuestra tienda de campaña. Necesitábamos un poco de privacidad, en toda la semana había sido imposible vernos debido a las practicas universitarias en la empresa de su papá y solo nos hablábamos por medio de chat o de llamadas. Los chupetones en mi garganta ya habían desaparecido. Era hora de recuperar el tiempo perdido.
—Te extrañé mucho esta semana. ¿Hiciste algo interesante?— Me preguntó.
—Yo también te extrañé mucho— Me acosté a su lado y nos miramos de frente. Recuerdos de la semana vinieron a mí, la mayoría contenían a Elena jodiéndome la existencia —Y no, no pasó nada interesante— Besó mi nariz.
—¿Quieres hacer algo interesante?— Preguntó sonriendo y con una ceja levantada mientras se acercaba para capturar mis labios.
—No lo sé, crees que podemos hacer algo? Con las chicas ahí afuera...— Me cortó, metiendo su lengua en mi boca por lo cual solté un gemido que la hizo sonreír.
—No sabes cuánto te extrañé mi amor— Susurró mientras seguíamos besándonos. Natalya me comía literalmente la boca, chupaba mi lengua y mordía mis labios con un poco de desesperación. Poco a poco se fue subiendo encima de mí. El ambiente se tensó de placer.
—Naty— Susurré.
—Shhhh— Se alejó de mi boca y se bajó hacia mi cuello, ella sabía exactamente donde chupar, y cuando lo hizo, solté un gemido un poco más fuerte que el anterior. Lentamente llevó su mano hasta mi boca y la tapó. Ahora mis gemidos salían amortiguados. Me estaba volviendo loca. Su otra mano empezó a meterse debajo de mi camisa acariciando mi abdomen con sus uñas, fue subiendo hasta que llegó a mi sujetador y pasó por encima de él, empezando a acariciarme un seno por encima de la tela. Yo gemía y gemía de placer. Por supuesto tenía que hacerlo bajito. De repente, escuchamos movimientos venir de afuera y nos quedamos quietas. Yo estaba un poco agitada. Naty dejó lo que estaba haciendo, sacó la mano de mi camisa, quitó la mano de mi boca y se inclinó un poco hacia atrás, mirándome.
Escuchamos que movían varias cosas y luego vimos a través de la sombra que apagaron la fogata. Hubo más movimiento hasta que todo volvió a quedar en completo silencio. Natalya me sonrió y no pude evitar hacerlo también. Volvió a iniciar, llevando sus manos hasta el final de mi camisa y me la quitó. Ahora, yo estaba solo con mi sujetador.
Mi novia se acercó para envolverme en un beso de nuevo y lentamente recorrió con sus manos mis costillas, hasta llegar justo al broche del sujetador que estaba en la parte delantera, me dedicó una sonrisa y lentamente lo desabrochó. Me incliné un poco para que lo sacara y tiró el sujetador al lado de mi cabeza. Se bajó un poco hasta que su rostro quedó enfrente de mis senos, comenzó a dejar besos húmedos en ellos sin tocar mis pezones que ya se estaban poniendo duros. Sacó la lengua y recorrió haciendo un círculo alrededor de mis pezones pero todavía no los tocaba. Apreté la boca y comencé a gemir. Natalya seguía jodiéndome con su lengua y no pude aguantar más y empuñé un pedazo de su cabello y la dirigí hacia mi pezón. Sonrió y lo tomó entre sus labios comenzando a succionarlo suavemente.
No resistí y se me salió un súper gemido —Natalya— Susurré como pude.
—Cállate mi amor— Dijo con mi pezón todavía en su boca mientras que con una de sus manos apretaba mi otro pezón entre sus dedos.
Mi pezón en su boca… lo succionaba, lo mordía, lo chupaba, lo estiraba con sus dientes. Luego se pasó a mi otro seno y empezó a hacer lo mismo. Me estaba comiendo los senos y yo estaba más que perdida ante las caricias de mi novia, quería gritar pero por obvias razones no podía.
Cuando terminó en mis pechos, empezó a besarme el abdomen dejando un camino de besos hasta llegar al comienzo de mi sudadera. Mordisqueó todo el lugar y empezó a bajarme la sudadera junto a las bragas lentamente, hasta que las prendas quedaron en mis rodillas
Natalya se quedó mirándome —Te extrañé, mi amor— se lamió los labios y se iba a lanzar hacia mi coño... Pero de repente, oímos pasos venir hacia nosotras.
Inmediatamente Natalya me echó una sábana encima y me tapó de pies a cabeza
—Tengo que ponerme la ropa— Susurré debajo de la sabanas — Siéntate y mira quien viene.
Naty se sentó hacia la entrada de la tienda mientras yo me subía la sudadera y me ponía la camisa.
—¿Chicas?— ¿Uh? ¿Elena? —¿Chicas? ¿Hola?
Naty me miró y asentí para que abriera.
—Elena— Dijo Natalya haciéndose la dormida —Que pasó?
—Uh, lo siento. Es que no puedo dormir— Me senté y gateé hasta estar detrás de Natalya y vi a Elena acurrucada y con cara de asustada ¿Acaso tiene miedo. O está jodiendo?
—¿Por qué? Dime— Dijo Natalya también un poco preocupada.
—No sé. ¿Puedo dormir aquí con ustedes? Por favor— Juntó las manos como si estuviera rogando.
Oh no es posible...! Naty. No! —Está bien, trae tus cosas.
—Gracias Naty— Sonrió y se levantó hacia su tienda.
—¿Qué? Natalya, qué haces?— Pregunté.
—Yulia por favor, no hagas una escena, luego lo haremos— Me dio un pico en los labios y gateó hasta acostarse mientras yo solo estaba ahí sentada maldiciéndome internamente. Ella me lo advirtió 'Mientras yo esté aquí, no vas a volver a hacer nada con tu noviecita' —Yul ven y acuéstate.
Suspiré y me volví hacia su lado. Dios, como diablos íbamos a dormir con esa loca. ¿Qué tal si me quiere violar. O a mi novia? En ese instante Elena entró con una almohada y una cobija en sus manos interrumpiendo mis pensamientos.
—Uh.. Puedo dormir en la mitad?— Puso carita de cachorro a Natalya. ¿Estamos de acuerdo con que es una cachonda?
Ni siquiera pude crear una palabra y Natalya solo asintió a su pedido y se quitó de mi lado ¡Nooo!
—Gracias Naty— Y se acostó entre Naty y yo. Me iba a levantar a dormir en la tienda de campaña de ella pero sería peligroso dejarla sola con Naty que tal si le cuenta algo de lo sucedido? Decidí que era arriesgado y mejor me quedé.
Media horas después, yo aún seguía despierta, podía escuchar mínimas exhalaciones venir de Naty y extrañamente de Elena que no había intentado nada hasta el momento. Saqué mi teléfono e iluminé su cara. Me quedé contemplando a Elena, casi de inmediato me envolvieron de nuevo todas las imágenes del día anterior cuando se masturbaba y me dedicó esa sonrisa que me penetró hasta el alma.. Mierda...
No lo soporté y tuve que salir corriendo afuera. Me quedé sentada esperando el amanecer.
.....**….
—Yul— Alguien me movía por los hombros —Yul, despierta, ¿qué haces aquí?— Me empujaron de nuevo.
Abrí los ojos poco a poco hasta que alcancé a ver la figura de Irina. —¿Qué haces aquí? Te estoy preguntando— Sonrió — La princesa te echó?
Natalya?...Oh dios mío Naty.. Me levanté hacia la carpa y la abrí. Me sentí aliviada cuando vi a mi novia durmiendo tranquila. Elena no le había hecho nada y extrañamente también estaba durmiendo.
…..**….
El sol estaba en su máximo esplendor. Decidimos meternos al rio. Era un rio de aguas naturales extremadamente claras y saludables. Además, era un poco hondo
Todas empezamos a ponernos nuestros trajes de baño. Mi novia optó por un sujetador de baño azul y unos shorts que realzaban todos sus atributos. Se veía demasiado sexy. Irina y Anya también se veían muy bien. A ver, eran mis amigas pero no podía negarlo, sobre todo Irina que tenía un cuerpazo.
Estábamos en la orillas del rio a punto de entrar y de repente, oímos algo. Nuestra línea de visión se centró en eso... y la vimos... Era Elena, venía hacia nosotros con un traje de baño de 2 piezas negro demasiado revelador, su cabello rojo recogido en una coleta mientras menaba sus caderas. Todas estábamos con la boca abierta y Elena solo pasó por nuestro lado metiéndose al rio.
Todas nos miramos, tratando de salir de nuestra ensoñación pero era imposible. ¿Que la niña no sabe que está ante un montón de lesbianas? Aunque, bueno... no estoy segura de que sea heterosexual en toda la palabra.
Finalmente, todas dejamos de ver a Elena y nos metimos al rio a jugar durante un tiempo hasta que a Anya le dio por ir a donde estaban las cabañas para comprar algunas cosas. Todas salimos y nos secamos con toallas, excepto Elena que se quedó dentro del rio
—Alguien tiene que quedarse a cuidar las cosas— Dijo Irina.
—Pues no seré yo— Dijo Natalya —Necesito el baño.
— Yul, tú te quedas— Irina me miró...
—Por supuesto que no, yo voy a ir con ustedes.
— Elena se puede quedar— Anya le habló a Irina.. Bien Anya, eres la mejor.
—No, esa chica es muy miedosa. Es mejor que te quedes tu mi amor, volveremos pronto— Natalya se acercó y lanzó sus manos a mi cuello —¿Está bien?
—Hey no, chicas. Yo no me puedo quedar aquí— Dije casi suplicando.
—Lo siento Yul, perdiste. Vamos chicas. Nos vamos a ir caminando —Yul respondió mientras las demás la seguían y yo me quedé ahí parada, si ninguna oportunidad de hacer nada.
Me quedé mirando hasta que las chicas desaparecieron. De repente, me sobresalté al sentir unos brazos húmedos alrededor de mi cintura.
—Suéltame, qué te pasa?— Respondí enojada.
—Uh, que agresiva Yul-Yul— Soltó una risita.
—Elena por favor, de verdad te lo pido, ya deja de joderme— Empecé a caminar y me senté al lado de mi tienda de campaña. Ella me siguió
—No puedo Yul, tu siempre me has gustado— Se sentó a mi lado.
La miré confundida —¿Siempre? ¿De qué hablas? Apenas nos conocemos hace unos días.
—Bueno, en persona. Yo te había visto antes en fotos— Se levantó y se fue hacia su tienda. Cuando volvió traía su teléfono en la mano —Mira— Me mostró una foto... era yo. Ahora si tenía más miedo. Esta mujer era un psicópata.
—Cómo diablos tienes mi foto en tu celular?
—Bueno, una vez tu papá se la mostró a mamá y luego a mí. Ya sabes, desde ahí me flechaste... eras como un amor platónico, hasta te busqué en Facebook— ¿Estoy jodida?, si, lo estoy — Quieres ver otra?
— ¿Tienes más de mis fotos?— Pregunté mucho más incrédula.
Sonrió —Si, y esta te va a encantar— Levantó el teléfono y la vi.. Éramos ella y yo con nuestros labios conectados, y nuestros ojos cerrados.
—Oye, esa foto… cuando mierdas tomaste eso— Me levanté. Empezó a reírse. Está loca, enserio.. —Borra eso, ni siquiera sé cuándo pasó— Grité.
—No, es una foto muy linda — Me tiró un beso.
No lo soporté y me tiré a quitarle su celular, caí encima suyo y empecé a forcejear, pero en un movimiento rápido Elena envolvió sus pies en mis caderas y sus manos en mi cuello apretándome fuertemente. Y una vez más conectó nuestros labios, metiendo su lengua en las profundidades de mi boca, algo que inmediatamente me debilitó y solo me hizo sumir en el beso.
Elena movía sus labios frenéticamente contra los míos, me apretó más contra ella y pude sentir sus perfectos senos. Ay, mierda. Eso me encendió y empecé a mover los labios a su ritmo y luchar contra su lengua...
— ¿Chicas ?— ¿uh?
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
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mary- Mensajes : 137
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
La tijeras es tremenda toda una stalker
Vera Rivero- Mensajes : 35
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Buenísimos los capítulos esa lena es tremenda me encanta y Julia q no aguanta 2 pedidas jajajajaja es muy facil con lenita
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hola chicas, definitivamente Yulia no ha pegado ninguna con Lenita (la acosadora) Katina...
Me encanta!
A leer!!
Capítulo 9: Culpable?
—¿Chicas?— Uh?
Apenas escuchamos esa voz, Elena aflojó su agarre de mi cuello, de mis caderas y nos levantamos rápidamente.
—Oh por Dios. Hola… siento interrumpirlas— Oh, señor. Suspiré de alivio. Era una chica alta, con el cabello goteando y la ropa un poco húmeda, sosteniendo un gran maletín. A unos 15 metros de ella estaban 4 personas más, mirando directamente hacia nosotras, al parecer venían en su compañía.
Suspiré nuevamente asintiendo a sus disculpas. En ese momento Elena se acercaba a mi lado, tomó mi mano, entrelazando mis dedos con los suyos y me arrastró hasta que estuvimos un poco más cerca de la chica.
Elena asintió y sonrió —No te preocupes. ¿Deseas algo?
—Mmm, sí. Verás, venimos desde la parte baja del río, aproximadamente a 3 kilómetros de aquí. Estamos en busca de las cabañas. Unas personas nos dijeron que era siguiendo este camino del río, pero la verdad no estamos muy seguros y no sabemos si vamos por el camino correcto— Suspiró — Yo vi sus tiendas de campaña y corrí hacia aquí sin pensarlo, lo siento de nuevo— La chica bajó la mirada y sus mejillas se tornaron rosadas.
Joder. Las mejillas me ardían horriblemente. ¿Cómo diablos se atreve a decir eso?
Elena volvió a reír —Ya te dije que no debes preocuparte por eso. Y si, vas por el camino correcto. Según sé, bueno, estoy segura: Debes seguir cuesta arriba hasta que encuentres una gran publicidad del lugar. Es casi a 40 minutos de aquí.
—Oh, muchas gracias, de verdad— La chica sonrió con un poco de pena —Bueno, adiós chicas— Empezó a alejarse —Lo siento— Gritó nuevamente mientras agitaba su mano hacia nosotras. Finalmente llegó a su grupo y se fueron marchando.
Dios, ¿qué hubiera pasado si en vez de esa chica hubiera sido mi novia o alguna de las chicas? Definitivamente esta situación se me está saliendo de control.
Me solté del agarre de Elena y caminé hacia mi tienda de campaña para buscar una camisa y ponérmela.
—Yul-Yul— Escuché su estúpida voz —Sal de ahí.
Resoplé frustrada. ¿Qué acaso no se cansaba?
Salí de la carpa y ahí estaba, sonriendo mientras el sol iluminaba su perfecta sonrisa y ese cuerpo cubierto solo de un bikini negro. Inevitablemente el corazón comenzó a golpearme. La vida es injusta conmigo, no es posible que me sienta así, de nuevo.
—Yul-Yul, ven aquí. Quiero seguir besándote.
Caminó hasta que estuvo enfrente de mí y envolvió sus brazos en mi cuello. Maldita sea, su mirada era tan penetrante e intensa. Me quedé paralizada mirándola directamente a esos ojos. ¿Qué me está pasando con Elena?
—El-e-n-a— Tartamudeé —No me hagas esto, te lo ruego— Mi tono fue suplicante.
—No puedo Yul— Se acercó hasta mis labios y susurró —El deseo es un infierno que quema y yo estoy ardiendo por ti.
Ay Jesús! Esas palabras se inyectaron como agujas en todo mi cuerpo haciéndome estremecer y sintiendo como si una corriente eléctrica recorriera cada una de mis venas y músculos de mi cuerpo.
Su aliento golpeó en mis labios y segundos después, sus labios se envolvieron con los míos. Realmente era un beso. El primer beso donde estuve consciente, sin que ella me obligara y al que yo estaba respondiendo con mucho entusiasmo. Los labios de esta chica eran deliciosos. Era innegable.
—El-e-n-a— Yo hacia el esfuerzo por hablar entre el beso, pero su lengua no me lo permitía, salía y entraba de mi boca sin pedir ningún permiso. Mis manos tomaron vida y las puse suavemente sobre sus caderas quedándome allí por un rato, disfrutando de la sensación.
Después de unos segundos, alejé suavemente a Elena y su mirada estaba en llamas. Me quedé en sus ojos por un rato y susurré —No puedo seguir haciendo esto— Me alejé completamente y me senté en una roca frente a la orilla del río.
En este momento mi mente era literalmente un rio de confusiones. Imágenes de mi novia llegaban a mi mente y me sentí la peor escoria del mundo. Natalya no se merecía esto, nadie se merecía esto. Tenía que tomar cartas en el asunto y eso era lo que iba a hacer en este momento.
Me llené de valor. Pondría a Elena en su lugar y luego iría a las cabañas tras las chicas. Me levanté decidida pero cuando giré hacia a Elena todo mi valor se volvió a ir al carajo.
De nuevo, Elena se estaba quitando el sujetador del bikini y sus perfectos pechos quedaron por tercera vez abiertos a mi vista. Elena dejó el sujetador encima de su maleta, tomó la toalla y caminó hasta la orilla del rio donde la extendió en el suelo y luego se acostó en ella.
Al parecer mi destino era estar viendo a Elena siempre así. Pero de igual manera no me dejaba de sorprender.
Tenía que comportarme. ¡Confianza y valor lleguen de nuevo! Me dije a mi misma que tenía que ser fuerte. Mientras, trataba de pensar en otra cosa. Pechos de Natalya- pechos de Natalya.
—Yul, ven.
¡Maldita! —Elena— Me levanté decidida a enfrentarla. Ella se levantó y sus preciosos pechos se menearon por el movimiento —Eh-h— Control Yul, control. Me aclaré la garganta y fruncí el ceño —Escúchame bien porque no voy a repetirlo: Vas a ponerte el maldito sujetador, vas a ponerte una camisa, vas a borrar mi maldita foto de tu celular y de una vez por todas me vas a dejar en paz— Dije totalmente gritando y roja de la rabia.
—No— Me miró maliciosamente —Si no quieres ver mis pechos, pues no los mires. Aunque lo dudo. Sé que te encantan. Además, ¿qué podrías hacer para evitarlo?
Difícil. Todo es difícil con ella —Elena, hablo enserio— Gemí.
—Yo también.
Suspiré. Muy bien. ¿Quieres jugar? Sonreí acercándome a ella, que al verme, también puso una cara divertida.
Cuando la tuve de frente, la miré de pies a cabeza sensualmente. Me acerqué peligrosamente y llevé mis manos a sus caderas, acariciándola —De verdad estás ardiendo por mí?— Pregunté sonriendo y me mordí el labio. Su cara se llenó de confusión y trató de hablar, pero no pudo — Tengo la solución para eso— Apreté mi agarre en sus caderas y Elena soltó un gemido mirándome directamente a los ojos, mientras yo me inclinaba hacia sus labios. La vi cerrando los ojos y aproveché para sacar toda la fuerza de mi cuerpo y la lancé a las aguas del rio.
Me estaba muriendo de la risa viendo a Elena tratando de pararse y manoteando en el agua. Cuando logró sostenerse, me lanzó una mirada de los mil demonios.
—¿Quieres jugar así, Yul-Yul? Está bien— Sonrió y se pasó una mano por su pelo.
—Que vas a hacer según tú?— Seguía riéndome —Ya te lo dije Elena, búscate otro conejillo.
—No. Ya te lo dije y no te lo voy a repetir. Tú eres lo que quiero.
—¿Quieres que te folle?— Grité —Con una cogida se te van a quitar las ganas? Si es así, pues entonces lo haré— Me lancé al rio.
—Wow, Yul. Si quiero me folles pero no as...— No la dejé terminar y la corté con un beso, comiéndome sus labios y apretándola contra mí. Comenzó a quejarse, sin poder hablar ya que mi lengua estaba hurgando en toda su boca. Mis manos las pasaba por toda su espalda desnuda mientras ella solo gemía y gemía en mi boca. En este momento solo pensaba en follarla. —Yul— Gimió cuando empecé a lamer su garganta —Yulia.
—Cállate— Ordené. Tomé unos mechones de su cabello que ahora estaba suelto y los quité de su cuello, cuando el camino quedó despejado, clavé mi boca allí y succioné con toda la fuerza.
—Yulia. ¡Dios!— Me apartó de un empujón.
Diablos! Una de las imágenes más exóticas que nunca había visto apareció enfrente de mí. Su respiración estaba acelerada, los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba haciendo que sus perfectos senos se menearan con el movimiento.
Yo estaba decidida y no iba a dar vuelta atrás. Me lancé de nuevo contra ella y la fuerza hizo que Elena diera unos pasos hacia atrás pero de repente, gimió fuertemente.
Elena se echó una mano a la barbilla y luego soltó una tremenda carcajada.
—Oh, oh…. — Su cara se transformó en una mueca de dolor.
—¿Qué te pasa?— pregunté enojada.
—Mi pie, mi pie... Por favor sácame de aquí— Me confundí pero la ayudé a sostenerse de mí y la llevé lentamente a la orilla del rio, donde la hice acostar en la toalla que antes había tendido ella misma. Miré a su pie y estaba sangrando en la planta.
—Demonios— Susurré. Tal parece Elena había pisado una roca filosa. Me fui hacia la tienda de campaña de ella y cogí su sujetador y una camisa.
—Ponte esto— Le tendí el sujetador y la camisa. Cuando levantó el rostro sus mejillas estaban llenas de lágrimas. Me sentí muy culpable y me agaché a su lado, puse su ropa sobre mi hombro y tomé su pie entre mis manos mientras revisaba bien la herida. Elena sollozaba como niña pequeña, le tiré una miradita y acaricié su pie alrededor de la herida.
—Me duele mucho— Sollozaba.
—Elena lo siento. No era mi intención lastimarte así— Volví a tomar la ropa y se la tendí —¿Podrías por favor ponerte esto?— Tomó el sujetador, la camisa y se la puso como pudo mientras se inundaba en tierno llanto, su pie le dolía mucho —Elena, Vamos.
La subí a mi espalda y caminamos hasta mi tienda de campaña donde la acosté y rompí una de mis camisas en pedazos para poder envolverla en su pie.
—Lo siento.
—Está bien. Por favor, has algo... me duele mucho— Se tapó la cara con las manos.
Salí de la tienda y llame a Natalya para contarle lo de Elena (Obviamente omitiendo la razón) Le dije que me iba a ir en el auto con ella, pero me dijo que de ninguna manera, que ya estaban cerca y que no tardarían.
Volví hacia Elena que ahora lloraba libremente. Mierda, que hice. Me sentí tan mal.
—Elena. Tranquila, ya nos vamos— Traté de tranquilizarla pero lloraba como una niña pequeña. En realidad la herida no era tan grande, tal vez solo era la sensación de ver la sangre en su piel por la manera en que actuaba —Cálmate, te llevare a una clínica rápido, Esta bien?
Asintió —Si, Yul-Yul— Sonreí. Ni aún en el dolor dejaba de llamarme de esa manera tan particular. Solo me llamaba de esa manera cuando estaba encima de mí, jodiéndome la vida.
15 minutos después...
Todas las chicas estaban fuera de la tienda contemplando a Elena que ya se había calmado un poco.
Natalya y Anya estaban agachadas revisando su pie herido mientras Irina solo estaba de pie detrás de la chica, mirándola. Y yo, veía desde unos 8 metros alejada, lo que pasaba. Ni loca me iba a cercar ahí.
Después de unos minutos Irina se acercó a mí.
—Anya dice que es mejor llevarla a una clínica, su pie se está poniendo rojo e hinchado.
La miré —Oh, pero y el campamento?
—Se acabó Yul. No podemos quedarnos aquí, a la chica aún le duele y es mejor que la revisen— Me miró directamente y enarcó una ceja —Sabes, ahora lo entiendo todo.
—¿Qué?— Pregunté un poco desconcertada.
—Algo me dice que eres la culpable de esto. Ese cuentico que me echaste de la chica del bar, no te lo creí. Y ahora entiendo la verdadera razón, ya entiendo por qué me pediste que te golpeara aquel día para que Natalya no te viera.
— De qué diablos hablas?
—Elena. Tu hermanita— Hizo comillas con los dedos —Ella es la razón, ella es la que casi te arranca el labio. ¿O me lo vas a seguir negando?
—Estás loca Irina.
—Ja!, no soy tonta Yul. Le vi un gran chupetón a la chica cuando se acomodó el cabello, yo estaba parada detrás de ella y lo logré ver justo en su cuello debajo de su oreja y déjame recordarte que no lo tenía cuando la vimos en bikini.
—Irina, yo...
—Solo espero que Naty no lo note... ¡Oh! mira— Cogió mi barbilla entre sus manos y giró mi cabeza hacia las chicas. Que ayudaban a parar a Elena y se iban metiendo a la tienda de campaña. Irina sonrió burlonamente —Supongo que la van a ayudar cambiar de ropa.
Me encanta!
A leer!!
Capítulo 9: Culpable?
—¿Chicas?— Uh?
Apenas escuchamos esa voz, Elena aflojó su agarre de mi cuello, de mis caderas y nos levantamos rápidamente.
—Oh por Dios. Hola… siento interrumpirlas— Oh, señor. Suspiré de alivio. Era una chica alta, con el cabello goteando y la ropa un poco húmeda, sosteniendo un gran maletín. A unos 15 metros de ella estaban 4 personas más, mirando directamente hacia nosotras, al parecer venían en su compañía.
Suspiré nuevamente asintiendo a sus disculpas. En ese momento Elena se acercaba a mi lado, tomó mi mano, entrelazando mis dedos con los suyos y me arrastró hasta que estuvimos un poco más cerca de la chica.
Elena asintió y sonrió —No te preocupes. ¿Deseas algo?
—Mmm, sí. Verás, venimos desde la parte baja del río, aproximadamente a 3 kilómetros de aquí. Estamos en busca de las cabañas. Unas personas nos dijeron que era siguiendo este camino del río, pero la verdad no estamos muy seguros y no sabemos si vamos por el camino correcto— Suspiró — Yo vi sus tiendas de campaña y corrí hacia aquí sin pensarlo, lo siento de nuevo— La chica bajó la mirada y sus mejillas se tornaron rosadas.
Joder. Las mejillas me ardían horriblemente. ¿Cómo diablos se atreve a decir eso?
Elena volvió a reír —Ya te dije que no debes preocuparte por eso. Y si, vas por el camino correcto. Según sé, bueno, estoy segura: Debes seguir cuesta arriba hasta que encuentres una gran publicidad del lugar. Es casi a 40 minutos de aquí.
—Oh, muchas gracias, de verdad— La chica sonrió con un poco de pena —Bueno, adiós chicas— Empezó a alejarse —Lo siento— Gritó nuevamente mientras agitaba su mano hacia nosotras. Finalmente llegó a su grupo y se fueron marchando.
Dios, ¿qué hubiera pasado si en vez de esa chica hubiera sido mi novia o alguna de las chicas? Definitivamente esta situación se me está saliendo de control.
Me solté del agarre de Elena y caminé hacia mi tienda de campaña para buscar una camisa y ponérmela.
—Yul-Yul— Escuché su estúpida voz —Sal de ahí.
Resoplé frustrada. ¿Qué acaso no se cansaba?
Salí de la carpa y ahí estaba, sonriendo mientras el sol iluminaba su perfecta sonrisa y ese cuerpo cubierto solo de un bikini negro. Inevitablemente el corazón comenzó a golpearme. La vida es injusta conmigo, no es posible que me sienta así, de nuevo.
—Yul-Yul, ven aquí. Quiero seguir besándote.
Caminó hasta que estuvo enfrente de mí y envolvió sus brazos en mi cuello. Maldita sea, su mirada era tan penetrante e intensa. Me quedé paralizada mirándola directamente a esos ojos. ¿Qué me está pasando con Elena?
—El-e-n-a— Tartamudeé —No me hagas esto, te lo ruego— Mi tono fue suplicante.
—No puedo Yul— Se acercó hasta mis labios y susurró —El deseo es un infierno que quema y yo estoy ardiendo por ti.
Ay Jesús! Esas palabras se inyectaron como agujas en todo mi cuerpo haciéndome estremecer y sintiendo como si una corriente eléctrica recorriera cada una de mis venas y músculos de mi cuerpo.
Su aliento golpeó en mis labios y segundos después, sus labios se envolvieron con los míos. Realmente era un beso. El primer beso donde estuve consciente, sin que ella me obligara y al que yo estaba respondiendo con mucho entusiasmo. Los labios de esta chica eran deliciosos. Era innegable.
—El-e-n-a— Yo hacia el esfuerzo por hablar entre el beso, pero su lengua no me lo permitía, salía y entraba de mi boca sin pedir ningún permiso. Mis manos tomaron vida y las puse suavemente sobre sus caderas quedándome allí por un rato, disfrutando de la sensación.
Después de unos segundos, alejé suavemente a Elena y su mirada estaba en llamas. Me quedé en sus ojos por un rato y susurré —No puedo seguir haciendo esto— Me alejé completamente y me senté en una roca frente a la orilla del río.
En este momento mi mente era literalmente un rio de confusiones. Imágenes de mi novia llegaban a mi mente y me sentí la peor escoria del mundo. Natalya no se merecía esto, nadie se merecía esto. Tenía que tomar cartas en el asunto y eso era lo que iba a hacer en este momento.
Me llené de valor. Pondría a Elena en su lugar y luego iría a las cabañas tras las chicas. Me levanté decidida pero cuando giré hacia a Elena todo mi valor se volvió a ir al carajo.
De nuevo, Elena se estaba quitando el sujetador del bikini y sus perfectos pechos quedaron por tercera vez abiertos a mi vista. Elena dejó el sujetador encima de su maleta, tomó la toalla y caminó hasta la orilla del rio donde la extendió en el suelo y luego se acostó en ella.
Al parecer mi destino era estar viendo a Elena siempre así. Pero de igual manera no me dejaba de sorprender.
Tenía que comportarme. ¡Confianza y valor lleguen de nuevo! Me dije a mi misma que tenía que ser fuerte. Mientras, trataba de pensar en otra cosa. Pechos de Natalya- pechos de Natalya.
—Yul, ven.
¡Maldita! —Elena— Me levanté decidida a enfrentarla. Ella se levantó y sus preciosos pechos se menearon por el movimiento —Eh-h— Control Yul, control. Me aclaré la garganta y fruncí el ceño —Escúchame bien porque no voy a repetirlo: Vas a ponerte el maldito sujetador, vas a ponerte una camisa, vas a borrar mi maldita foto de tu celular y de una vez por todas me vas a dejar en paz— Dije totalmente gritando y roja de la rabia.
—No— Me miró maliciosamente —Si no quieres ver mis pechos, pues no los mires. Aunque lo dudo. Sé que te encantan. Además, ¿qué podrías hacer para evitarlo?
Difícil. Todo es difícil con ella —Elena, hablo enserio— Gemí.
—Yo también.
Suspiré. Muy bien. ¿Quieres jugar? Sonreí acercándome a ella, que al verme, también puso una cara divertida.
Cuando la tuve de frente, la miré de pies a cabeza sensualmente. Me acerqué peligrosamente y llevé mis manos a sus caderas, acariciándola —De verdad estás ardiendo por mí?— Pregunté sonriendo y me mordí el labio. Su cara se llenó de confusión y trató de hablar, pero no pudo — Tengo la solución para eso— Apreté mi agarre en sus caderas y Elena soltó un gemido mirándome directamente a los ojos, mientras yo me inclinaba hacia sus labios. La vi cerrando los ojos y aproveché para sacar toda la fuerza de mi cuerpo y la lancé a las aguas del rio.
Me estaba muriendo de la risa viendo a Elena tratando de pararse y manoteando en el agua. Cuando logró sostenerse, me lanzó una mirada de los mil demonios.
—¿Quieres jugar así, Yul-Yul? Está bien— Sonrió y se pasó una mano por su pelo.
—Que vas a hacer según tú?— Seguía riéndome —Ya te lo dije Elena, búscate otro conejillo.
—No. Ya te lo dije y no te lo voy a repetir. Tú eres lo que quiero.
—¿Quieres que te folle?— Grité —Con una cogida se te van a quitar las ganas? Si es así, pues entonces lo haré— Me lancé al rio.
—Wow, Yul. Si quiero me folles pero no as...— No la dejé terminar y la corté con un beso, comiéndome sus labios y apretándola contra mí. Comenzó a quejarse, sin poder hablar ya que mi lengua estaba hurgando en toda su boca. Mis manos las pasaba por toda su espalda desnuda mientras ella solo gemía y gemía en mi boca. En este momento solo pensaba en follarla. —Yul— Gimió cuando empecé a lamer su garganta —Yulia.
—Cállate— Ordené. Tomé unos mechones de su cabello que ahora estaba suelto y los quité de su cuello, cuando el camino quedó despejado, clavé mi boca allí y succioné con toda la fuerza.
—Yulia. ¡Dios!— Me apartó de un empujón.
Diablos! Una de las imágenes más exóticas que nunca había visto apareció enfrente de mí. Su respiración estaba acelerada, los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba haciendo que sus perfectos senos se menearan con el movimiento.
Yo estaba decidida y no iba a dar vuelta atrás. Me lancé de nuevo contra ella y la fuerza hizo que Elena diera unos pasos hacia atrás pero de repente, gimió fuertemente.
Elena se echó una mano a la barbilla y luego soltó una tremenda carcajada.
—Oh, oh…. — Su cara se transformó en una mueca de dolor.
—¿Qué te pasa?— pregunté enojada.
—Mi pie, mi pie... Por favor sácame de aquí— Me confundí pero la ayudé a sostenerse de mí y la llevé lentamente a la orilla del rio, donde la hice acostar en la toalla que antes había tendido ella misma. Miré a su pie y estaba sangrando en la planta.
—Demonios— Susurré. Tal parece Elena había pisado una roca filosa. Me fui hacia la tienda de campaña de ella y cogí su sujetador y una camisa.
—Ponte esto— Le tendí el sujetador y la camisa. Cuando levantó el rostro sus mejillas estaban llenas de lágrimas. Me sentí muy culpable y me agaché a su lado, puse su ropa sobre mi hombro y tomé su pie entre mis manos mientras revisaba bien la herida. Elena sollozaba como niña pequeña, le tiré una miradita y acaricié su pie alrededor de la herida.
—Me duele mucho— Sollozaba.
—Elena lo siento. No era mi intención lastimarte así— Volví a tomar la ropa y se la tendí —¿Podrías por favor ponerte esto?— Tomó el sujetador, la camisa y se la puso como pudo mientras se inundaba en tierno llanto, su pie le dolía mucho —Elena, Vamos.
La subí a mi espalda y caminamos hasta mi tienda de campaña donde la acosté y rompí una de mis camisas en pedazos para poder envolverla en su pie.
—Lo siento.
—Está bien. Por favor, has algo... me duele mucho— Se tapó la cara con las manos.
Salí de la tienda y llame a Natalya para contarle lo de Elena (Obviamente omitiendo la razón) Le dije que me iba a ir en el auto con ella, pero me dijo que de ninguna manera, que ya estaban cerca y que no tardarían.
Volví hacia Elena que ahora lloraba libremente. Mierda, que hice. Me sentí tan mal.
—Elena. Tranquila, ya nos vamos— Traté de tranquilizarla pero lloraba como una niña pequeña. En realidad la herida no era tan grande, tal vez solo era la sensación de ver la sangre en su piel por la manera en que actuaba —Cálmate, te llevare a una clínica rápido, Esta bien?
Asintió —Si, Yul-Yul— Sonreí. Ni aún en el dolor dejaba de llamarme de esa manera tan particular. Solo me llamaba de esa manera cuando estaba encima de mí, jodiéndome la vida.
15 minutos después...
Todas las chicas estaban fuera de la tienda contemplando a Elena que ya se había calmado un poco.
Natalya y Anya estaban agachadas revisando su pie herido mientras Irina solo estaba de pie detrás de la chica, mirándola. Y yo, veía desde unos 8 metros alejada, lo que pasaba. Ni loca me iba a cercar ahí.
Después de unos minutos Irina se acercó a mí.
—Anya dice que es mejor llevarla a una clínica, su pie se está poniendo rojo e hinchado.
La miré —Oh, pero y el campamento?
—Se acabó Yul. No podemos quedarnos aquí, a la chica aún le duele y es mejor que la revisen— Me miró directamente y enarcó una ceja —Sabes, ahora lo entiendo todo.
—¿Qué?— Pregunté un poco desconcertada.
—Algo me dice que eres la culpable de esto. Ese cuentico que me echaste de la chica del bar, no te lo creí. Y ahora entiendo la verdadera razón, ya entiendo por qué me pediste que te golpeara aquel día para que Natalya no te viera.
— De qué diablos hablas?
—Elena. Tu hermanita— Hizo comillas con los dedos —Ella es la razón, ella es la que casi te arranca el labio. ¿O me lo vas a seguir negando?
—Estás loca Irina.
—Ja!, no soy tonta Yul. Le vi un gran chupetón a la chica cuando se acomodó el cabello, yo estaba parada detrás de ella y lo logré ver justo en su cuello debajo de su oreja y déjame recordarte que no lo tenía cuando la vimos en bikini.
—Irina, yo...
—Solo espero que Naty no lo note... ¡Oh! mira— Cogió mi barbilla entre sus manos y giró mi cabeza hacia las chicas. Que ayudaban a parar a Elena y se iban metiendo a la tienda de campaña. Irina sonrió burlonamente —Supongo que la van a ayudar cambiar de ropa.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Santa petra este es fic es largo? Porque lena es puro fuego
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mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Me encantó el juego de Julia
que divertido este fic
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que divertido este fic
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Vera Rivero- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 18/09/2019
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hola chicas, lean este capítulo.... No se lo podrán creer!
Capítulo 10: Seducir?
Una vez más, tuve que rogarle a Irina para que me ayudara. Aunque ya sabía la verdad, lo hizo, me salvó el pellejo y corrió hacia la tienda de campaña sacando a Naty y a su novia a empujones de allí, luego entró y la cerró después de entrar en ella.
Naty y Anya se miraban entre ellas con interrogante en sus caras y el ceño fruncido. Debo agregar que Anya mucho más. Supongo que ahora Irina estaba en problemas con ella pero aún así, estaba agradecida de que lo hiciera.
Luego de que discutieran un poco, caminaron hasta la tienda de campaña de Anya. Antes de entrar ahí, Natalya me dedicó una mirada desde la lejanía y fue como si me hubiera clavado mil puñales. Fue una mirada fría, sin ningún buen sentimiento. Eso me hizo recordar la única y más fuerte pelea que habíamos tenido en nuestra relación, y que por supuesto, había sido por mi culpa. Sin duda estaba enojada y ahora yo iba a tener que lidiar con esta situación.
Unos minutos después, todas estábamos vestidas y listas para salir de regreso. Anya no le hablaba a Irina y Natalya no me hablaba a mí. Elena mientras, solo miraba en silencio la situación. El ambiente estaba pesado y yo sospechaba que Irina había hablado con ella dentro de la tienda ya que no hizo ningún comentario luego de que salieron. Y también noté que había acomodado todo su cabello hacia un solo lado de su cuello donde exactamente yo le había succionado y le había hecho la marca.
.....**…..
El camino de regreso fue realmente incomodo, Natalya prácticamente me daba la espalda y solo miraba por la ventana del copiloto mientras Elena me miraba por el espejo retrovisor pero no hacía nada. Me refiero a sus típicas miradas burlonas e insinuantes, en vez, alcancé a notar un poco de miedo en su mirada. Fue realmente extraño.
A mitad de camino en un semáforo en rojo, Irina y Anya se despidieron de nosotras desde su auto y siguieron su camino. Naty y yo teníamos que llevar a Elena a una clínica para que trataran su pie, ya que mostraba un leve color rojo e hinchazón. Elena ahora estaba mucho más calmada y podría afirmar que estaba plenamente dormida en el asiento trasero.
Al llegar al hospital, ayudé a bajar a Elena del auto y minutos después unas enfermeras pasaron a Elena a una habitación. Llamé a papá para avisarle que estábamos aquí y me dijo que no tardarían en llegar.
En la sala de espera...
—Naty— Estaba cruzada de brazos y no me miraba —Naty, amor.
—Cállate. No quiero hablar contigo.
—Hey, por favor. Lo siento si?
—Tú crees que es muy divertido estar aquí, un sábado? Cuando la estábamos pasando tan bien allá.
—Naty, no fue mi idea traer a Elena a esta salida. De verdad, lo siento.
—Es tú culpa— Me señaló —Tú podrías haber hablado a solas con tu papá y así nos hubiéramos evitado todo este problema. Te dije que no íbamos a ser niñeras en esta salida Yulia.
Vaya... estaba realmente ardiendo de la rabia.
—Oye si, lo admito, fue mi culpa— Suspiré —¿Me podrías perdonar?
—No lo sé Volkova. Tendrás que hacer algo para compensarme esto— Asentí —Tu hermanita últimamente interrumpe cada cosa que estamos haciendo. Y eso, ya me está molestando.
—Si, lo sé, haré algo Naty, pero por favor no estés enojada conmigo— Hice un puchero. Tratando de parecer tierna —¿Quieres hacer algo mañana?
—No lo creo— Mierda. No funcionó —Se supone que estaríamos el fin de semana en el campamento pero ahora que mi papá y mi mamá me vean llegar, me obligarán a ir con ellos a la cena programada con los abuelos.
—Pues no vas y asunto arreglado— Le dije en un tono despreocupado.
—No puedo Yulia. Se supone que es el cumpleaños de mi abuela y van a ir todos, hasta mi hermana que odia esas cosas, va a asistir.
—De todas maneras no ibas a ir porque estabas en el campamento ¿Cuál es el problema?
—Si, pero ahora ya no estamos en el campamento y todo por tu culpa. Además, que vamos hacer? Quedarnos todo el día en tu casa sin hacer nada? Pues no. Mejor llévame a casa.
Ufff... No pude responderle. Traté de hacer lo posible, por hacer una tregua con Natalya. Lastimosamente, estaba enojada y con mucha razón. No nos habíamos visto en toda la semana y se suponía que estos días eran para eso: recuperar el tiempo perdido y aprovechar al máximo porque la siguiente semana sería casi de la misma manera.
Toda la culpa cayó sobre mí. Ya todo estaba hecho y no pude evitar pensar en Elena. Si, ella lo había hecho de nuevo. Gracias Elena, en realidad muchas gracias. Otro punto a tu favor. Pequeña cachonda.
Naty y yo nos quedamos en silenció hasta que papá e Inessa llegaron. Se veían bastante agitados. Me preguntaron toda la situación, sus voces sonaban llenas de preocupación. Dije mi versión de los hechos: Se tiró al agua y se clavó una piedra. Pero por dentro mi mente batallaba con los recuerdos de lo que en realidad sucedió: Yo, comiéndole la boca y el cuello mientras ella solo gemía. Luego me lancé a ella con tanta fuerza y ahí fue cuando todo culminó. Fuck.
Al final, solo les pude asegurar que ella se encontraba bien y que había sido más el susto que la herida que se había hecho. Me despedí de ellos y cumplí el deseo de una muy enojada Natalya: Llevarla a casa.
Eso hice y cuando llegamos a la entrada de su casa, solo me miró por un par de segundos y luego habló.
—Sabes lo difícil que va a ser para mi verte desde ahora, y Elena hoy, arruinó nuestros planes. Y no es la primera vez. Arregla ese problemita. Adiós— Salió del auto y cerró la puerta con suavidad. Se volvió camino hacia su casa. Ni siquiera se giró para mirarme de nuevo. Yo solo me quedé estática en mi asiento hasta que entró.
….** ....
Bien, supongo que lo merezco? Si, lo merezco.
Había llegado a casa notando que aún estaba sola. Siguen en el hospital – pensé - Lo primero que hice fue darme un baño, lo necesitaba con urgencia no solo para sacarme el agua del río. También necesitaba pensar y aclarar un poco mi mente de todo. Luego de la ducha, me vestí con algo ligero, bajé a comer algo a la cocina y me senté frente al TV de la sala.
*Ring*
- 1 mensaje de texto-
Revisé mi celular y era un texto, de Irina - Lo abrí -
-¿Estás en tu casa? Sola? Tenemos que hablar-
-Sí, estoy en mi casa. Sola -
-Bien, ya voy para allá-
-Está bien- No tenía escapatoria. Tenía que contarle a Irina, todo. Además, le debía una disculpa.
Media hora después. Irina ya estaba conmigo. Le pedí disculpas por todo lo que había pasado, por arruinar nuestros planes y por haber hecho que discutiera con Anya. No me dijo nada y solo quería que le contara todo.
Yo le relataba toda la historia, desde el primer instante. Ya saben.
*Cuando me vio con Natalya.
*El día que la vi en el jardín trasero echándose bloqueador.
*Cuando me acorraló y me advirtió un montón de cosas que en el momento ni pude procesar por tenerla desnuda frente a mí.
*El momento en la cocina.
*La verdadera historia de mi labio.
*Cuando la vi tocándose y dándose placer así misma.
*Una supuesta vez que nos habíamos besado por mucho tiempo en el sofá y habíamos 'jugado' - Aunque no estuviera segura de esa, se lo dije.
*La foto y lo que había ocurrido esta mañana. Eran tantas cosas que ni yo me la creía.
Irina solo estaba atónita, con la boca abierta. Luego de unos segundos por fin habló.
—Eres una maldita suertuda— Dijo aún en un tono sorprendido.
—¿De qué hablas? Cómo que suertuda?— Pregunté confundida.
—Yul, no lo puedo negar. Todo lo que te ha pasado suena tan excitante y divertido que sería imposible regañarte— Se echó a reír fuertemente mientras se tomaba la barriga.
Fruncí el ceño. Tiene razón, era excitante algunas veces, no siempre. En ocasiones daba miedo.
—Irina, esto se me está saliendo de las manos. No es divertido— Repliqué —Además, eso no es un comportamiento sano. Ella está loca.
—Dios, ese golpe que te dí. Algún día se lo voy a agradecer— Irina no paraba de reír —Y si, tienes razón en ese punto, parece loca. Pero la única realidad que yo le veo a esto, es que está loca por ti— Soltó una risita burlona —Yulia, es una niña. Está obsesionada contigo, tuvo un crush con tu foto y no se aguantó cuando te vio de carne y hueso— Seguía riéndose como estúpida.
—Irina, no es una niña, sabe muchas cosas. ¡Es extremadamente cachonda!
—Yul, se le desataron las hormonas contigo. ¿Puedes entenderlo? Aunque esto suene mal o raro, la chica está hermosa, eso no me lo puedes negar. Me gustaría presenciar que tan cachonda es— Irina sonrió moviendo sus cejas de arriba abajo.
¿Qué? —Irina, jamás presenciarás eso— Fruncí el ceño —Si, es hermosa… y me está confundiendo— Grité —Irina, se comporta como una niña buena delante de mi papá y su mamá. Te apuesto que su mamá aún no sabe que anda detrás de chicas. Esto me va a traer problemas.
—Tienes razón, Yulia. No es sano, porque si algo llega a pasar entre ustedes, tú vas a ser la primera y única culpable.
—Irina, tú me conoces bien pero en realidad no puedo aguantar. Solo mira lo que sucedió hoy.
—Yo le hablé de eso, cuando estábamos dentro de la tienda.
—¿Qué?— Pregunté curiosa.
—Ya sabes, yo no tenía ni idea de lo que pasaba entre ustedes pero estaba segura de lo tu labio y también que tú le habías hecho ese chupetón. Lo señalé y ella se sonrojó, solo atiné a decirle que lo ocultara si no quería tener problemas con Natalya— Ahora entiendo todo. Todo el tiempo se mantuvo callada.
—Natalya, está ignorando mis llamadas— Levanté en teléfono y lo agité.
Irina se paró de la puerta hacia el sofá —Me voy. Solo me resta decirte que tengas cuidado y te alejes de esa niña. Si no, te veo perdiendo, Yul. Y déjame decirte que te entiendo, hasta yo perdería el control con Elena. Pero trata y ponle un bozal a tu perra, si no quieres perder a tu noviecita.
Caminamos hasta la puerta y salimos —Tu secreto está a salvo conmigo— Empezó alejarse —Toma mi consejo. Te llamo luego…. Adiós.
Domingo
El día de ayer después de que Irina se fue, me quedé pensando en algunas cosas que me había dicho y aunque nada fue para ayudarme, tenía razón en algo 'Control', la palabra clave. La palabra que tenía que llevar en mi mente cada vez que Elena se me acercara. Acerca, de si yo le gustaba, prefería no pensar en el tema. Es algo extraño, si alguien te gusta. Te comportarías de esa manera tan inusual? Yo no lo haría.
De hecho pensaba que Elena se vengaba de mí por algo que yo había hecho en mi vida pasada. Podría ser posible, no había más razones para su comportamiento.
No había salido en todo el día de mi habitación, ni siquiera cuando los oí llegar del hospital. Era mejor evitar algunas cosas. Le había enviado algunos textos a Natalya y le había marcado algunas veces pero seguía ignorándome. Era realmente molesto.
Hoy era un mejor día, me había levantado más temprano que todos, exactamente a las 7 am para poder hacer un poco de ejercicio y correr alrededor del vecindario. Era algo que necesitaba. Desde que había iniciado el estudio en la Universidad, el tiempo era más corto y no me alcanzaba para nada. De hecho, había perdido mi rutina y ahora que estaba con días libres sin duda la retomaría. Y mucho más en estos momentos, necesitaba volver a ser fuerte ahora que había una loca en mi cacería.
Mierda, porque no puedo dejar de pensar en ella. ¡Es tan molesta!
10 am
Estaba camino a casa iba un poco jadeante y roja por el recorrido que había hecho. Necesitaba una ducha, estaba sudando. Ya en la entrada de mi casa, saqué mis llaves y abrí la puerta. Di unos pasos y luego la cerré detrás de mí. En la sala estaba papá viendo TV, a unos metros de él, sentadas en el comedor se encontraba Elena con una chica de cabello castaño, muy bonita, apenas me vieron las dos enfocaron su mirada en mí, sin despegarla. Saludé a mi papá aún mirándolas y desaparecí por la escaleras hacía mi habitación. Qué extraño, sus amigas deben estar igual de locas que ella. ¿Por qué me miraban así?
—Oh Lena, ella es Yulia Volkova? En persona se ve mucho mejor. Tenías toda la razón— La chica susurró suavemente para que nadie pudiera escucharlas.
—Lo sé, Nastya. ¡Me encanta!— Elena suspiró, apoyando su barbilla sobre sus manos mientras miraba hacia las escaleras.
—Cuando me contaste que alguien te gustaba y me mandaste su foto ayer, pensé que estabas bromeando o algo así, pero es verdad— Nastya sonrió —¿Le has dicho que te gusta?
—Claro que sí, pero ella no me hace caso— Elena suspiró en derrota.
—¿Por qué? ¿Tiene novia?— Elena asintió —Oh, eso sí es un problema. ¿Y su novia es linda?— Nastya preguntó.
—Si, muchísimo. Pero eso no importa, tengo que lograr que se enamore de mi, entiendes?— Elena gruñó.
—Tranquilízate Elena, va a ser difícil mientras tenga novia.
—Si, pero aunque tenga novia, ella se ha dejado hacer cosas de mi. Entiendes? No me hace caso del todo pero he logrado algunas cosas— Elena sonrió recordando todos los momentos en que ha jodido a Yulia.
—¿Cómo es eso?— Nastya preguntó confundida.
—Bueno... la he acorralado algunas veces, ya sabes, le robo besos, abrazos y en ocasiones me ha correspondido, pero aún se sigue negando— Elena frunció el ceño con un puchero. Luego siguió contando a su amiga cada cosa que le había hecho a Yulia.
Nastya estaba realmente sorprendida por todas las locuras que había cometido su amiga —Elena, no puedes hacer eso. Esa es la razón por la que te rechaza, la estás obligando.
—Por supuesto que no la obligo. Me ha correspondido en algunas ocasiones. Ayer estábamos besándonos y me hizo esto— Elena tomó su cabello despejando su cuello para que Nastya pudiera ver el chupetón que Yulia le hizo —Y por su culpa también mi pie está lastimado.
—Pero, ¿cómo fue?— Nastya estaba completamente confundida y pensó: ¿Por qué Elena dice que no le hace caso, pero tiene chupetones de Yulia en su cuello?
—Me dijo que si yo quería follar, ella lo haría conmigo. Y se lanzó a besarme— Elena sonrió.
—Pues estás muy equivocada Elena, solo estás creando deseo sexual en ella, nada de sentimientos. Así no se hacen las cosas— Nastya estaba preocupada. Acaso Elena se había vuelto loca?
—¿Y como se hacen las cosas?— Elena respondió enarcando una ceja.
—Lena entiende algo, no puedes tomarla por ahí, ni mucho menos ebria y acorralarla. Te comportas como una psicópata. Es por eso que te rechaza.
—¿Y entonces, que debo hacer?— Elena preguntó un tanto desesperada.
—Lena, tienes que comportarte dulce, como una buena niña. Seducirla.
—¿Seducirla?— Elena preguntó, no entendiendo mucho el punto, Nastya.
—Si Elena, seducirla. Te acercas a ella pero no la vas a obligar a nada. Ella sola vendrá a ti.
—¿Y cómo voy a hacer eso?
—¿Quieres que te ayude?— Nastya preguntó a una muy descolocada Elena.
—Por supuesto.
—Muy bien. Entonces, manos a la obra Lena — Elena asintió —Te aseguro, que vas a volver loca a Yulia Volkova — Dijo Nastya, sonriendo maliciosamente.
Capítulo 10: Seducir?
Una vez más, tuve que rogarle a Irina para que me ayudara. Aunque ya sabía la verdad, lo hizo, me salvó el pellejo y corrió hacia la tienda de campaña sacando a Naty y a su novia a empujones de allí, luego entró y la cerró después de entrar en ella.
Naty y Anya se miraban entre ellas con interrogante en sus caras y el ceño fruncido. Debo agregar que Anya mucho más. Supongo que ahora Irina estaba en problemas con ella pero aún así, estaba agradecida de que lo hiciera.
Luego de que discutieran un poco, caminaron hasta la tienda de campaña de Anya. Antes de entrar ahí, Natalya me dedicó una mirada desde la lejanía y fue como si me hubiera clavado mil puñales. Fue una mirada fría, sin ningún buen sentimiento. Eso me hizo recordar la única y más fuerte pelea que habíamos tenido en nuestra relación, y que por supuesto, había sido por mi culpa. Sin duda estaba enojada y ahora yo iba a tener que lidiar con esta situación.
Unos minutos después, todas estábamos vestidas y listas para salir de regreso. Anya no le hablaba a Irina y Natalya no me hablaba a mí. Elena mientras, solo miraba en silencio la situación. El ambiente estaba pesado y yo sospechaba que Irina había hablado con ella dentro de la tienda ya que no hizo ningún comentario luego de que salieron. Y también noté que había acomodado todo su cabello hacia un solo lado de su cuello donde exactamente yo le había succionado y le había hecho la marca.
.....**…..
El camino de regreso fue realmente incomodo, Natalya prácticamente me daba la espalda y solo miraba por la ventana del copiloto mientras Elena me miraba por el espejo retrovisor pero no hacía nada. Me refiero a sus típicas miradas burlonas e insinuantes, en vez, alcancé a notar un poco de miedo en su mirada. Fue realmente extraño.
A mitad de camino en un semáforo en rojo, Irina y Anya se despidieron de nosotras desde su auto y siguieron su camino. Naty y yo teníamos que llevar a Elena a una clínica para que trataran su pie, ya que mostraba un leve color rojo e hinchazón. Elena ahora estaba mucho más calmada y podría afirmar que estaba plenamente dormida en el asiento trasero.
Al llegar al hospital, ayudé a bajar a Elena del auto y minutos después unas enfermeras pasaron a Elena a una habitación. Llamé a papá para avisarle que estábamos aquí y me dijo que no tardarían en llegar.
En la sala de espera...
—Naty— Estaba cruzada de brazos y no me miraba —Naty, amor.
—Cállate. No quiero hablar contigo.
—Hey, por favor. Lo siento si?
—Tú crees que es muy divertido estar aquí, un sábado? Cuando la estábamos pasando tan bien allá.
—Naty, no fue mi idea traer a Elena a esta salida. De verdad, lo siento.
—Es tú culpa— Me señaló —Tú podrías haber hablado a solas con tu papá y así nos hubiéramos evitado todo este problema. Te dije que no íbamos a ser niñeras en esta salida Yulia.
Vaya... estaba realmente ardiendo de la rabia.
—Oye si, lo admito, fue mi culpa— Suspiré —¿Me podrías perdonar?
—No lo sé Volkova. Tendrás que hacer algo para compensarme esto— Asentí —Tu hermanita últimamente interrumpe cada cosa que estamos haciendo. Y eso, ya me está molestando.
—Si, lo sé, haré algo Naty, pero por favor no estés enojada conmigo— Hice un puchero. Tratando de parecer tierna —¿Quieres hacer algo mañana?
—No lo creo— Mierda. No funcionó —Se supone que estaríamos el fin de semana en el campamento pero ahora que mi papá y mi mamá me vean llegar, me obligarán a ir con ellos a la cena programada con los abuelos.
—Pues no vas y asunto arreglado— Le dije en un tono despreocupado.
—No puedo Yulia. Se supone que es el cumpleaños de mi abuela y van a ir todos, hasta mi hermana que odia esas cosas, va a asistir.
—De todas maneras no ibas a ir porque estabas en el campamento ¿Cuál es el problema?
—Si, pero ahora ya no estamos en el campamento y todo por tu culpa. Además, que vamos hacer? Quedarnos todo el día en tu casa sin hacer nada? Pues no. Mejor llévame a casa.
Ufff... No pude responderle. Traté de hacer lo posible, por hacer una tregua con Natalya. Lastimosamente, estaba enojada y con mucha razón. No nos habíamos visto en toda la semana y se suponía que estos días eran para eso: recuperar el tiempo perdido y aprovechar al máximo porque la siguiente semana sería casi de la misma manera.
Toda la culpa cayó sobre mí. Ya todo estaba hecho y no pude evitar pensar en Elena. Si, ella lo había hecho de nuevo. Gracias Elena, en realidad muchas gracias. Otro punto a tu favor. Pequeña cachonda.
Naty y yo nos quedamos en silenció hasta que papá e Inessa llegaron. Se veían bastante agitados. Me preguntaron toda la situación, sus voces sonaban llenas de preocupación. Dije mi versión de los hechos: Se tiró al agua y se clavó una piedra. Pero por dentro mi mente batallaba con los recuerdos de lo que en realidad sucedió: Yo, comiéndole la boca y el cuello mientras ella solo gemía. Luego me lancé a ella con tanta fuerza y ahí fue cuando todo culminó. Fuck.
Al final, solo les pude asegurar que ella se encontraba bien y que había sido más el susto que la herida que se había hecho. Me despedí de ellos y cumplí el deseo de una muy enojada Natalya: Llevarla a casa.
Eso hice y cuando llegamos a la entrada de su casa, solo me miró por un par de segundos y luego habló.
—Sabes lo difícil que va a ser para mi verte desde ahora, y Elena hoy, arruinó nuestros planes. Y no es la primera vez. Arregla ese problemita. Adiós— Salió del auto y cerró la puerta con suavidad. Se volvió camino hacia su casa. Ni siquiera se giró para mirarme de nuevo. Yo solo me quedé estática en mi asiento hasta que entró.
….** ....
Bien, supongo que lo merezco? Si, lo merezco.
Había llegado a casa notando que aún estaba sola. Siguen en el hospital – pensé - Lo primero que hice fue darme un baño, lo necesitaba con urgencia no solo para sacarme el agua del río. También necesitaba pensar y aclarar un poco mi mente de todo. Luego de la ducha, me vestí con algo ligero, bajé a comer algo a la cocina y me senté frente al TV de la sala.
*Ring*
- 1 mensaje de texto-
Revisé mi celular y era un texto, de Irina - Lo abrí -
-¿Estás en tu casa? Sola? Tenemos que hablar-
-Sí, estoy en mi casa. Sola -
-Bien, ya voy para allá-
-Está bien- No tenía escapatoria. Tenía que contarle a Irina, todo. Además, le debía una disculpa.
Media hora después. Irina ya estaba conmigo. Le pedí disculpas por todo lo que había pasado, por arruinar nuestros planes y por haber hecho que discutiera con Anya. No me dijo nada y solo quería que le contara todo.
Yo le relataba toda la historia, desde el primer instante. Ya saben.
*Cuando me vio con Natalya.
*El día que la vi en el jardín trasero echándose bloqueador.
*Cuando me acorraló y me advirtió un montón de cosas que en el momento ni pude procesar por tenerla desnuda frente a mí.
*El momento en la cocina.
*La verdadera historia de mi labio.
*Cuando la vi tocándose y dándose placer así misma.
*Una supuesta vez que nos habíamos besado por mucho tiempo en el sofá y habíamos 'jugado' - Aunque no estuviera segura de esa, se lo dije.
*La foto y lo que había ocurrido esta mañana. Eran tantas cosas que ni yo me la creía.
Irina solo estaba atónita, con la boca abierta. Luego de unos segundos por fin habló.
—Eres una maldita suertuda— Dijo aún en un tono sorprendido.
—¿De qué hablas? Cómo que suertuda?— Pregunté confundida.
—Yul, no lo puedo negar. Todo lo que te ha pasado suena tan excitante y divertido que sería imposible regañarte— Se echó a reír fuertemente mientras se tomaba la barriga.
Fruncí el ceño. Tiene razón, era excitante algunas veces, no siempre. En ocasiones daba miedo.
—Irina, esto se me está saliendo de las manos. No es divertido— Repliqué —Además, eso no es un comportamiento sano. Ella está loca.
—Dios, ese golpe que te dí. Algún día se lo voy a agradecer— Irina no paraba de reír —Y si, tienes razón en ese punto, parece loca. Pero la única realidad que yo le veo a esto, es que está loca por ti— Soltó una risita burlona —Yulia, es una niña. Está obsesionada contigo, tuvo un crush con tu foto y no se aguantó cuando te vio de carne y hueso— Seguía riéndose como estúpida.
—Irina, no es una niña, sabe muchas cosas. ¡Es extremadamente cachonda!
—Yul, se le desataron las hormonas contigo. ¿Puedes entenderlo? Aunque esto suene mal o raro, la chica está hermosa, eso no me lo puedes negar. Me gustaría presenciar que tan cachonda es— Irina sonrió moviendo sus cejas de arriba abajo.
¿Qué? —Irina, jamás presenciarás eso— Fruncí el ceño —Si, es hermosa… y me está confundiendo— Grité —Irina, se comporta como una niña buena delante de mi papá y su mamá. Te apuesto que su mamá aún no sabe que anda detrás de chicas. Esto me va a traer problemas.
—Tienes razón, Yulia. No es sano, porque si algo llega a pasar entre ustedes, tú vas a ser la primera y única culpable.
—Irina, tú me conoces bien pero en realidad no puedo aguantar. Solo mira lo que sucedió hoy.
—Yo le hablé de eso, cuando estábamos dentro de la tienda.
—¿Qué?— Pregunté curiosa.
—Ya sabes, yo no tenía ni idea de lo que pasaba entre ustedes pero estaba segura de lo tu labio y también que tú le habías hecho ese chupetón. Lo señalé y ella se sonrojó, solo atiné a decirle que lo ocultara si no quería tener problemas con Natalya— Ahora entiendo todo. Todo el tiempo se mantuvo callada.
—Natalya, está ignorando mis llamadas— Levanté en teléfono y lo agité.
Irina se paró de la puerta hacia el sofá —Me voy. Solo me resta decirte que tengas cuidado y te alejes de esa niña. Si no, te veo perdiendo, Yul. Y déjame decirte que te entiendo, hasta yo perdería el control con Elena. Pero trata y ponle un bozal a tu perra, si no quieres perder a tu noviecita.
Caminamos hasta la puerta y salimos —Tu secreto está a salvo conmigo— Empezó alejarse —Toma mi consejo. Te llamo luego…. Adiós.
Domingo
El día de ayer después de que Irina se fue, me quedé pensando en algunas cosas que me había dicho y aunque nada fue para ayudarme, tenía razón en algo 'Control', la palabra clave. La palabra que tenía que llevar en mi mente cada vez que Elena se me acercara. Acerca, de si yo le gustaba, prefería no pensar en el tema. Es algo extraño, si alguien te gusta. Te comportarías de esa manera tan inusual? Yo no lo haría.
De hecho pensaba que Elena se vengaba de mí por algo que yo había hecho en mi vida pasada. Podría ser posible, no había más razones para su comportamiento.
No había salido en todo el día de mi habitación, ni siquiera cuando los oí llegar del hospital. Era mejor evitar algunas cosas. Le había enviado algunos textos a Natalya y le había marcado algunas veces pero seguía ignorándome. Era realmente molesto.
Hoy era un mejor día, me había levantado más temprano que todos, exactamente a las 7 am para poder hacer un poco de ejercicio y correr alrededor del vecindario. Era algo que necesitaba. Desde que había iniciado el estudio en la Universidad, el tiempo era más corto y no me alcanzaba para nada. De hecho, había perdido mi rutina y ahora que estaba con días libres sin duda la retomaría. Y mucho más en estos momentos, necesitaba volver a ser fuerte ahora que había una loca en mi cacería.
Mierda, porque no puedo dejar de pensar en ella. ¡Es tan molesta!
10 am
Estaba camino a casa iba un poco jadeante y roja por el recorrido que había hecho. Necesitaba una ducha, estaba sudando. Ya en la entrada de mi casa, saqué mis llaves y abrí la puerta. Di unos pasos y luego la cerré detrás de mí. En la sala estaba papá viendo TV, a unos metros de él, sentadas en el comedor se encontraba Elena con una chica de cabello castaño, muy bonita, apenas me vieron las dos enfocaron su mirada en mí, sin despegarla. Saludé a mi papá aún mirándolas y desaparecí por la escaleras hacía mi habitación. Qué extraño, sus amigas deben estar igual de locas que ella. ¿Por qué me miraban así?
—Oh Lena, ella es Yulia Volkova? En persona se ve mucho mejor. Tenías toda la razón— La chica susurró suavemente para que nadie pudiera escucharlas.
—Lo sé, Nastya. ¡Me encanta!— Elena suspiró, apoyando su barbilla sobre sus manos mientras miraba hacia las escaleras.
—Cuando me contaste que alguien te gustaba y me mandaste su foto ayer, pensé que estabas bromeando o algo así, pero es verdad— Nastya sonrió —¿Le has dicho que te gusta?
—Claro que sí, pero ella no me hace caso— Elena suspiró en derrota.
—¿Por qué? ¿Tiene novia?— Elena asintió —Oh, eso sí es un problema. ¿Y su novia es linda?— Nastya preguntó.
—Si, muchísimo. Pero eso no importa, tengo que lograr que se enamore de mi, entiendes?— Elena gruñó.
—Tranquilízate Elena, va a ser difícil mientras tenga novia.
—Si, pero aunque tenga novia, ella se ha dejado hacer cosas de mi. Entiendes? No me hace caso del todo pero he logrado algunas cosas— Elena sonrió recordando todos los momentos en que ha jodido a Yulia.
—¿Cómo es eso?— Nastya preguntó confundida.
—Bueno... la he acorralado algunas veces, ya sabes, le robo besos, abrazos y en ocasiones me ha correspondido, pero aún se sigue negando— Elena frunció el ceño con un puchero. Luego siguió contando a su amiga cada cosa que le había hecho a Yulia.
Nastya estaba realmente sorprendida por todas las locuras que había cometido su amiga —Elena, no puedes hacer eso. Esa es la razón por la que te rechaza, la estás obligando.
—Por supuesto que no la obligo. Me ha correspondido en algunas ocasiones. Ayer estábamos besándonos y me hizo esto— Elena tomó su cabello despejando su cuello para que Nastya pudiera ver el chupetón que Yulia le hizo —Y por su culpa también mi pie está lastimado.
—Pero, ¿cómo fue?— Nastya estaba completamente confundida y pensó: ¿Por qué Elena dice que no le hace caso, pero tiene chupetones de Yulia en su cuello?
—Me dijo que si yo quería follar, ella lo haría conmigo. Y se lanzó a besarme— Elena sonrió.
—Pues estás muy equivocada Elena, solo estás creando deseo sexual en ella, nada de sentimientos. Así no se hacen las cosas— Nastya estaba preocupada. Acaso Elena se había vuelto loca?
—¿Y como se hacen las cosas?— Elena respondió enarcando una ceja.
—Lena entiende algo, no puedes tomarla por ahí, ni mucho menos ebria y acorralarla. Te comportas como una psicópata. Es por eso que te rechaza.
—¿Y entonces, que debo hacer?— Elena preguntó un tanto desesperada.
—Lena, tienes que comportarte dulce, como una buena niña. Seducirla.
—¿Seducirla?— Elena preguntó, no entendiendo mucho el punto, Nastya.
—Si Elena, seducirla. Te acercas a ella pero no la vas a obligar a nada. Ella sola vendrá a ti.
—¿Y cómo voy a hacer eso?
—¿Quieres que te ayude?— Nastya preguntó a una muy descolocada Elena.
—Por supuesto.
—Muy bien. Entonces, manos a la obra Lena — Elena asintió —Te aseguro, que vas a volver loca a Yulia Volkova — Dijo Nastya, sonriendo maliciosamente.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Uyyyy seduccion
Eac- Mensajes : 70
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 46
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Woooooooow esto se esta poniendo cada vez
Mejor
Mejor
mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hay lo q se viene estoy segura será buenísimo ya quiero ver ese plan en marcha sube otrooooooo
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Y comenzó el plan de Lena!!!!
Habrá que temer????
A leer!!
Capítulo 11: ¿Podemos empezar de nuevo?
—Bien, Lena. Vas a tener que seguir ciertos pasos, si de verdad deseas que Volkova te corresponda. Pero eso lo vamos a hablar en un lugar privado. Vamos a tu habitación.
En la habitación de Elena...
—Lena, lo primero que vas a hacer es tratar de no acorralar a Volkova. No más besos robados, no más abrazos robados, no te vas a desnudar así como así. Todo sin la fuerza Elena, hazlo con inteligencia ¿Entendido?
—Pero Nastya, no me puedo controlar. Cuando veo a Yul-Yul es imposible— Elena gimió angustiada.
Esta chica por Dios (Pensó Nastya) —Elena, cállate, ¡deja de tontear! O de lo contrario, Volkova no te tomara en serio y seguirá huyendo de ti. Lo único que estará pensando es que tienes un gran deseo sexual por ella.
—Pero, si siento deseo por ella, Nastya. Es algo que nunca me había pasado. Cuando tuve a Yul-Yul por primera vez de frente el día que llegué aquí, ni siquiera pude hablarle y al segundo ya sentía mi intimidad palpitando.
—¡Elena!— Nastya gritó a la chica de cabellos rojos que ahora estaba tendida en su cama mirando hacía al techo. Nastya se acostó a su lado —Lena, ya vas a calmarte, comportarte como una persona normal.
Elena suspiró —Trataré.
—Bien. Ahora, empecemos. Lo primero que harás es:
*Ser tierna. Cariñosa.
*Mantén buen contacto visual cuando hables con ella. Haz que no pueda lidiar con tu mirada. Mientras hables con ella, lámete los labios y juega con ellos. Hazlo suave y sensualmente...
*Dile lo que te gusta de ella, algo físico, no sé.
—Eso no será problema— Elena sonrió.
—Si bueno, moléstala pero sin pasarte como lo haces actualmente!
*Utiliza ropa más sexy cuando estés a solas con ella. Me refiero a: Cosas que revelen tus atributos sin que parezcas una fácil o algo parecido.
*Cuando estés a solas con ella, inventa algo para que compartan: Una película romántica, o, y escucha muy bien, puedes buscar algo erótico, sería perfecto, también un juego pero no cualquier juego, uno que implique tocarse.
Hay algo muy esencial que podría provocar todo en Volkova….
*Los celos. Los celos— Nastya le guiño un ojo.
—¿Y con quien le voy a dar celos?— Elena pensó en voz alta.
—No lo sé, Elena tú tienes muchos admiradores. ¿Qué tal la chica que te coquetea esta… Tatyana, puedes utilizarla a ella?
—Mmm puede ser. Me parece muy bien todo lo que me has dicho, pero no podré hacer eso si su papá y mi mamá están aquí. Además, todavía no puedo caminar bien.
—Pues sí. Pero alguna oportunidad vas a tener. Si vas a poner el plan en marcha debes recuperarte. Aunque… tú estado puede ser una gran ventaja.
—¿Cómo?
—Lena, Volkova te podría ayudar, no sé, a caminar, a sentarte. Ahí implicaría un acercamiento.
—Tienes toda la razón. Voy a poner en marcha todo lo que me has dicho. Aunque se me va a ser difícil no poder tocar a Yul-Yul como yo quisiera teniéndola cerca.
—No te estoy diciendo que no la toques. Lo vas a hacer pero vas a cambiar el método. Eso sí, nunca dejes tu picardía, eso te va a funcionar.
.....**…..
Una hora después de mi ducha y de un pequeño descanso, bajé al comedor. Estaba leyendo el periódico del día cuando de repente escuché fuertes pasos venir de las escaleras, me giré para descubrir lo que era.
Y ahí lo vi todo: Papá y la chica sostenían a Elena, ella de la cintura y él de los hombros. Tenía una pierna elevada en el suelo con una pequeña venda blanca alrededor de todo el pie.
Me quedé atónita mirando como la ayudaban a bajar por las escaleras ¿Había sido tan grave?
Llegaron hasta uno de los asientos y su amiga lo sacó para que papá pudiera acomodar a Elena. Una vez hecho, la chica se sentó a su lado mientras mi papá iba a la cocina.
La chica me quedó mirando por unos segundos y luego me susurró un —Hola, soy Nastya— con una pequeña sonrisa, a la cual asentí y respondí con mi nombre. Elena solo me miró por un instante, luego alejó su mirada y se concentró en mostrar su teléfono a su amiga. ¿Está enojada conmigo? Pero si fue culpa de ambas, bueno, mucho más mía, pero… ¿Y por qué rayos me molesta? Assh! ¿Qué diablos me está pasando?
Mientras pensaba, alguien puso sus brazos en mis hombros sacándome de mis pensamientos: era papá y más atrás de él, Inessa que venía con el almuerzo en una gran bandeja. Repartió los platos a cada uno de los puestos de la mesa y se sentaron.
—Yulia— Miré atenta a mi padre mientras llenaba un vaso con agua.
—Si papá?— Me lo llevé a la boca empezando a digerir el agua.
—Elena nos ha contado la verdad de lo que pasó— Como salieron esas palabras de la boca de mi papá, casi me ahogo con el agua y empecé a toser.
—Yulia— Mi papá me dio unos golpecitos en la espalda y me colocó unas servilletas en la boca. Traté de estabilizarme ante la mirada preocupada de Inessa, Nastya y de Elena. Finalmente lo logré y solo pude quedarme petrificada mirando a papá —Te sientes mejor— Papá me preguntó. Asentí.
—Yulia, hija, ten más cuidado— Inessa añadió. Asentí de nuevo.
—Bien, ahora que estás mejor vamos a seguir. Elena nos ha contado la verdad de lo que pasó Yulia— Oh por Dios. Es mi fin — Y queremos decirte que no es tu culpa.— ¿Qué? —No tienes por qué sentirte culpable. Sé que le prometiste a Inessa que cuidarías de Elena pero Elena nos comentó que fue su culpa, se tiró al río y lastimosamente se dio contra la piedra. Ayer no saliste todo el día de tu habitación y suponemos que es porque sientes que estamos decepcionados de ti.
—Oh— Así que era eso. Pude haber muerto en ese instante —lo siento mucho— Elena me miró por un segundo y luego se concentró en su comida.
—Debemos agradecer que no fue algo tan grave. Elena, tal vez mañana te podrás quitar la venda y apoyar el pie— Elena asintió, ante las palabras de papá.
Todos comenzamos a comer y de repente, el teléfono de papá interrumpió. Pidió disculpas y se alejó por un momento.
6 minutos después
—Inessa— Todas volteamos a verlo mientras papá tomaba su lugar de nuevo —Me acaban de llamar de JH Company, quieren cerrar el negocio con la empresa y también nos quieren para una auditoria en su ciudad. Vamos a tener que viajar mañana a primera hora y quedarnos durante una semana.
¿Cómo? ¿Una semana?
Elena y Nastya se miraron por un momento y Nastya le guiñó un ojo. ¿Qué está pasando aquí?
—Chicas, podrán sobrevivir solas durante una semana— Preguntó Inessa a ambas.
Elena sonrió ampliamente —Por supuesto que si mamá.
Definitivamente, no.
.....**…..
—Yulia, tú quedas a cargo de la casa. Necesito mucha disciplina y orden, si vas a invitar a Naty o a las chicas a pasar un rato agradable, por favor, trata de moderar el alcohol o lo que sean que vayan a hacer. Ya sabes que puedes disponer del dinero que necesites. No se salten ninguna comida. Si vas a tratar de preparar algo, ten mucho cuidado con el fuego y cierra muy bien el interruptor del gas propano. Cierra bien todas las puertas y ventanas cuando vayas a dormir o si vas a salir, incluida la puerta del jardín. Cuida mucho a los caninos. Y por sobre todas las cosas cuida bien de Elena. Ella aún necesita un poco de ayuda para caminar correctamente, sobre todo para bajar esas escaleras. Por la tarde podrías ser tan amable y ayudarle a quitar la venda. Si es necesario poner otra en su pie, buscas el kit en mi habitación.
—Si papá— Dije, aún con las sabanas pegadas a mi cara.
—No siendo más por el momento, nos vamos. Te amo hija— Se inclinó y me besó la mejilla, lo mismo hizo Inessa que estaba a su lado. Luego de eso se fueron.
Miré mi teléfono 5 am. Buena hora para correr. Me levanté de la cama, salí del cuarto y bajé hacia el jardín trasero de la casa. Ginger había dormido conmigo y tenía que hacer sus necesidades. Mientras Ginger merodeaba en el jardín. Entré de nuevo a la casa en dirección a la cocina me preparé un café y al instante en que estuvo, aproveché para servir un plato de comida a Ginger que en ese momento entraba a la cocina. Lo puse en el suelo y subí a mi habitación de nuevo para una ducha.
Minutos más tarde estaba corriendo por todo el vecindario. Me gustaba mucho salir a esta hora de la mañana. Prácticamente no se veía ninguna persona por el hecho de que las casas eran apartadas y era raro ver a alguna persona salir de las casas vecinas. Iba sintonizada con buena música, Ginger a mi lado, esta mañana me seguía a todos lados y ahora estaba corriendo conmigo.
Después de pasar un rato corriendo y de estar en el parque volví a la casa, siendo ahora las 8 am. Entré a la casa con Ginger y cuando estaba a punto de subir las escaleras vi a Elena tratando de bajar el primer escalón. Ella no me había visto. Demonios! No sé cómo ni porque, pero esta mañana estaba preciosa. Al parecer acababa de salir de la ducha. Tenía el cabello recogido en una cola alta y un pequeño vestido de color azul claro que encajaba perfectamente bien en su cuerpo. Entonces, levantó la cabeza. Los ojos se le abrieron como platos.
—Yul-Yul.
Salí de mi aturdimiento —Elena, ten cuidado— Hablé, mientras subía por los escalones. Llegué a ella y la sujeté por los hombros. Elena me miró directamente a los ojos. Era la primera vez que detallaba a Elena. Demonios si, sabía que era hermosa, la había tenido cerca muchas veces pero en situaciones diferentes. Tenía unas pestañas largas, unos ojos verde con grises, pómulos prominentes, una nariz fina y unos labios carnosos. Esos labios que ya habían estado en mi boca.
—¿Yul-Yul?
Yo seguía perdida mirando su rostro y todas sus facciones. Esta chica era increíble. Por qué tenía que estar loca.
—Yul-Yul,¿estás bien?— Sentí sus manos sobre mis hombros. Sacudí la cabeza para concentrarme de nuevo.
—Eh… si— Sonreí. Elena levantó una ceja y quitó sus manos de mis hombros. Yo también lo hice. Las mejillas me empezaron a arder. ¿Qué demonios me está pasando? —¿Para qué quieres bajar?— Tartamudeé un poco.
—Prince— Señaló al cachorro que estaba sentado a su lado —Tengo que llevarlo al jardín. ‘Baño’ Y tengo que hacer algo para mi desayuno.
—Yo llevo a Prince y traeré tu desayuno. Tú no puedes bajar sola y no es bueno que estés caminando así. Uhmm...Sobre eso... quiero pedirte disculpas. No pensé que fuera tan grave.
( Elena se acordó del plan de Nastya: —Lena, lo primero que vas a hacer es tratar de no acorralar a Volkova. No más besos robados, no más abrazos robados, no te vas a desnudar así como así. Todo sin la fuerza Elena, hazlo con inteligencia ¿Entendido?—)
—Prince no bajara sin mí, gracias por lo del desayuno. Y... Todo es mi culpa... yo también lo siento, Yul-Yul. ¿Podemos empezar de nuevo?
¿Lo siento? ¿Escuché bien, Se está disculpando? ¿Empezar de nuevo? Elena se acercó lentamente hacia mí. Yo por costumbre iba a salir corriendo. Pero Elena me envolvió en sus brazos y esta vez fue diferente: Fue algo tan cálido que no pude alejarla. Fue algo suave ni siquiera estaba ejerciendo fuerza como en las otras ocasiones.
Su olor me embriago. Fresas. Su cabello olía a fresas. Se alejó y me sonrió.
—Elena, amm. Yo estaba sudada.
—No me importa. Me ayudas a bajar?— Me regaló una sonrisa casi perfecta. Era hermosa.
Asentí y ella me pasó un brazo por el cuello mientras yo le tomaba la cintura. De repente, un calorcito me recorría todo el cuerpo.
Habrá que temer????
A leer!!
Capítulo 11: ¿Podemos empezar de nuevo?
—Bien, Lena. Vas a tener que seguir ciertos pasos, si de verdad deseas que Volkova te corresponda. Pero eso lo vamos a hablar en un lugar privado. Vamos a tu habitación.
En la habitación de Elena...
—Lena, lo primero que vas a hacer es tratar de no acorralar a Volkova. No más besos robados, no más abrazos robados, no te vas a desnudar así como así. Todo sin la fuerza Elena, hazlo con inteligencia ¿Entendido?
—Pero Nastya, no me puedo controlar. Cuando veo a Yul-Yul es imposible— Elena gimió angustiada.
Esta chica por Dios (Pensó Nastya) —Elena, cállate, ¡deja de tontear! O de lo contrario, Volkova no te tomara en serio y seguirá huyendo de ti. Lo único que estará pensando es que tienes un gran deseo sexual por ella.
—Pero, si siento deseo por ella, Nastya. Es algo que nunca me había pasado. Cuando tuve a Yul-Yul por primera vez de frente el día que llegué aquí, ni siquiera pude hablarle y al segundo ya sentía mi intimidad palpitando.
—¡Elena!— Nastya gritó a la chica de cabellos rojos que ahora estaba tendida en su cama mirando hacía al techo. Nastya se acostó a su lado —Lena, ya vas a calmarte, comportarte como una persona normal.
Elena suspiró —Trataré.
—Bien. Ahora, empecemos. Lo primero que harás es:
*Ser tierna. Cariñosa.
*Mantén buen contacto visual cuando hables con ella. Haz que no pueda lidiar con tu mirada. Mientras hables con ella, lámete los labios y juega con ellos. Hazlo suave y sensualmente...
*Dile lo que te gusta de ella, algo físico, no sé.
—Eso no será problema— Elena sonrió.
—Si bueno, moléstala pero sin pasarte como lo haces actualmente!
*Utiliza ropa más sexy cuando estés a solas con ella. Me refiero a: Cosas que revelen tus atributos sin que parezcas una fácil o algo parecido.
*Cuando estés a solas con ella, inventa algo para que compartan: Una película romántica, o, y escucha muy bien, puedes buscar algo erótico, sería perfecto, también un juego pero no cualquier juego, uno que implique tocarse.
Hay algo muy esencial que podría provocar todo en Volkova….
*Los celos. Los celos— Nastya le guiño un ojo.
—¿Y con quien le voy a dar celos?— Elena pensó en voz alta.
—No lo sé, Elena tú tienes muchos admiradores. ¿Qué tal la chica que te coquetea esta… Tatyana, puedes utilizarla a ella?
—Mmm puede ser. Me parece muy bien todo lo que me has dicho, pero no podré hacer eso si su papá y mi mamá están aquí. Además, todavía no puedo caminar bien.
—Pues sí. Pero alguna oportunidad vas a tener. Si vas a poner el plan en marcha debes recuperarte. Aunque… tú estado puede ser una gran ventaja.
—¿Cómo?
—Lena, Volkova te podría ayudar, no sé, a caminar, a sentarte. Ahí implicaría un acercamiento.
—Tienes toda la razón. Voy a poner en marcha todo lo que me has dicho. Aunque se me va a ser difícil no poder tocar a Yul-Yul como yo quisiera teniéndola cerca.
—No te estoy diciendo que no la toques. Lo vas a hacer pero vas a cambiar el método. Eso sí, nunca dejes tu picardía, eso te va a funcionar.
.....**…..
Una hora después de mi ducha y de un pequeño descanso, bajé al comedor. Estaba leyendo el periódico del día cuando de repente escuché fuertes pasos venir de las escaleras, me giré para descubrir lo que era.
Y ahí lo vi todo: Papá y la chica sostenían a Elena, ella de la cintura y él de los hombros. Tenía una pierna elevada en el suelo con una pequeña venda blanca alrededor de todo el pie.
Me quedé atónita mirando como la ayudaban a bajar por las escaleras ¿Había sido tan grave?
Llegaron hasta uno de los asientos y su amiga lo sacó para que papá pudiera acomodar a Elena. Una vez hecho, la chica se sentó a su lado mientras mi papá iba a la cocina.
La chica me quedó mirando por unos segundos y luego me susurró un —Hola, soy Nastya— con una pequeña sonrisa, a la cual asentí y respondí con mi nombre. Elena solo me miró por un instante, luego alejó su mirada y se concentró en mostrar su teléfono a su amiga. ¿Está enojada conmigo? Pero si fue culpa de ambas, bueno, mucho más mía, pero… ¿Y por qué rayos me molesta? Assh! ¿Qué diablos me está pasando?
Mientras pensaba, alguien puso sus brazos en mis hombros sacándome de mis pensamientos: era papá y más atrás de él, Inessa que venía con el almuerzo en una gran bandeja. Repartió los platos a cada uno de los puestos de la mesa y se sentaron.
—Yulia— Miré atenta a mi padre mientras llenaba un vaso con agua.
—Si papá?— Me lo llevé a la boca empezando a digerir el agua.
—Elena nos ha contado la verdad de lo que pasó— Como salieron esas palabras de la boca de mi papá, casi me ahogo con el agua y empecé a toser.
—Yulia— Mi papá me dio unos golpecitos en la espalda y me colocó unas servilletas en la boca. Traté de estabilizarme ante la mirada preocupada de Inessa, Nastya y de Elena. Finalmente lo logré y solo pude quedarme petrificada mirando a papá —Te sientes mejor— Papá me preguntó. Asentí.
—Yulia, hija, ten más cuidado— Inessa añadió. Asentí de nuevo.
—Bien, ahora que estás mejor vamos a seguir. Elena nos ha contado la verdad de lo que pasó Yulia— Oh por Dios. Es mi fin — Y queremos decirte que no es tu culpa.— ¿Qué? —No tienes por qué sentirte culpable. Sé que le prometiste a Inessa que cuidarías de Elena pero Elena nos comentó que fue su culpa, se tiró al río y lastimosamente se dio contra la piedra. Ayer no saliste todo el día de tu habitación y suponemos que es porque sientes que estamos decepcionados de ti.
—Oh— Así que era eso. Pude haber muerto en ese instante —lo siento mucho— Elena me miró por un segundo y luego se concentró en su comida.
—Debemos agradecer que no fue algo tan grave. Elena, tal vez mañana te podrás quitar la venda y apoyar el pie— Elena asintió, ante las palabras de papá.
Todos comenzamos a comer y de repente, el teléfono de papá interrumpió. Pidió disculpas y se alejó por un momento.
6 minutos después
—Inessa— Todas volteamos a verlo mientras papá tomaba su lugar de nuevo —Me acaban de llamar de JH Company, quieren cerrar el negocio con la empresa y también nos quieren para una auditoria en su ciudad. Vamos a tener que viajar mañana a primera hora y quedarnos durante una semana.
¿Cómo? ¿Una semana?
Elena y Nastya se miraron por un momento y Nastya le guiñó un ojo. ¿Qué está pasando aquí?
—Chicas, podrán sobrevivir solas durante una semana— Preguntó Inessa a ambas.
Elena sonrió ampliamente —Por supuesto que si mamá.
Definitivamente, no.
.....**…..
—Yulia, tú quedas a cargo de la casa. Necesito mucha disciplina y orden, si vas a invitar a Naty o a las chicas a pasar un rato agradable, por favor, trata de moderar el alcohol o lo que sean que vayan a hacer. Ya sabes que puedes disponer del dinero que necesites. No se salten ninguna comida. Si vas a tratar de preparar algo, ten mucho cuidado con el fuego y cierra muy bien el interruptor del gas propano. Cierra bien todas las puertas y ventanas cuando vayas a dormir o si vas a salir, incluida la puerta del jardín. Cuida mucho a los caninos. Y por sobre todas las cosas cuida bien de Elena. Ella aún necesita un poco de ayuda para caminar correctamente, sobre todo para bajar esas escaleras. Por la tarde podrías ser tan amable y ayudarle a quitar la venda. Si es necesario poner otra en su pie, buscas el kit en mi habitación.
—Si papá— Dije, aún con las sabanas pegadas a mi cara.
—No siendo más por el momento, nos vamos. Te amo hija— Se inclinó y me besó la mejilla, lo mismo hizo Inessa que estaba a su lado. Luego de eso se fueron.
Miré mi teléfono 5 am. Buena hora para correr. Me levanté de la cama, salí del cuarto y bajé hacia el jardín trasero de la casa. Ginger había dormido conmigo y tenía que hacer sus necesidades. Mientras Ginger merodeaba en el jardín. Entré de nuevo a la casa en dirección a la cocina me preparé un café y al instante en que estuvo, aproveché para servir un plato de comida a Ginger que en ese momento entraba a la cocina. Lo puse en el suelo y subí a mi habitación de nuevo para una ducha.
Minutos más tarde estaba corriendo por todo el vecindario. Me gustaba mucho salir a esta hora de la mañana. Prácticamente no se veía ninguna persona por el hecho de que las casas eran apartadas y era raro ver a alguna persona salir de las casas vecinas. Iba sintonizada con buena música, Ginger a mi lado, esta mañana me seguía a todos lados y ahora estaba corriendo conmigo.
Después de pasar un rato corriendo y de estar en el parque volví a la casa, siendo ahora las 8 am. Entré a la casa con Ginger y cuando estaba a punto de subir las escaleras vi a Elena tratando de bajar el primer escalón. Ella no me había visto. Demonios! No sé cómo ni porque, pero esta mañana estaba preciosa. Al parecer acababa de salir de la ducha. Tenía el cabello recogido en una cola alta y un pequeño vestido de color azul claro que encajaba perfectamente bien en su cuerpo. Entonces, levantó la cabeza. Los ojos se le abrieron como platos.
—Yul-Yul.
Salí de mi aturdimiento —Elena, ten cuidado— Hablé, mientras subía por los escalones. Llegué a ella y la sujeté por los hombros. Elena me miró directamente a los ojos. Era la primera vez que detallaba a Elena. Demonios si, sabía que era hermosa, la había tenido cerca muchas veces pero en situaciones diferentes. Tenía unas pestañas largas, unos ojos verde con grises, pómulos prominentes, una nariz fina y unos labios carnosos. Esos labios que ya habían estado en mi boca.
—¿Yul-Yul?
Yo seguía perdida mirando su rostro y todas sus facciones. Esta chica era increíble. Por qué tenía que estar loca.
—Yul-Yul,¿estás bien?— Sentí sus manos sobre mis hombros. Sacudí la cabeza para concentrarme de nuevo.
—Eh… si— Sonreí. Elena levantó una ceja y quitó sus manos de mis hombros. Yo también lo hice. Las mejillas me empezaron a arder. ¿Qué demonios me está pasando? —¿Para qué quieres bajar?— Tartamudeé un poco.
—Prince— Señaló al cachorro que estaba sentado a su lado —Tengo que llevarlo al jardín. ‘Baño’ Y tengo que hacer algo para mi desayuno.
—Yo llevo a Prince y traeré tu desayuno. Tú no puedes bajar sola y no es bueno que estés caminando así. Uhmm...Sobre eso... quiero pedirte disculpas. No pensé que fuera tan grave.
( Elena se acordó del plan de Nastya: —Lena, lo primero que vas a hacer es tratar de no acorralar a Volkova. No más besos robados, no más abrazos robados, no te vas a desnudar así como así. Todo sin la fuerza Elena, hazlo con inteligencia ¿Entendido?—)
—Prince no bajara sin mí, gracias por lo del desayuno. Y... Todo es mi culpa... yo también lo siento, Yul-Yul. ¿Podemos empezar de nuevo?
¿Lo siento? ¿Escuché bien, Se está disculpando? ¿Empezar de nuevo? Elena se acercó lentamente hacia mí. Yo por costumbre iba a salir corriendo. Pero Elena me envolvió en sus brazos y esta vez fue diferente: Fue algo tan cálido que no pude alejarla. Fue algo suave ni siquiera estaba ejerciendo fuerza como en las otras ocasiones.
Su olor me embriago. Fresas. Su cabello olía a fresas. Se alejó y me sonrió.
—Elena, amm. Yo estaba sudada.
—No me importa. Me ayudas a bajar?— Me regaló una sonrisa casi perfecta. Era hermosa.
Asentí y ella me pasó un brazo por el cuello mientras yo le tomaba la cintura. De repente, un calorcito me recorría todo el cuerpo.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Muy bien lenita el plan va muy bien sube masssss
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Cada capítulo es mejor que el anterior
Kamila- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 02/04/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hola
muy buena historia
esta interesante
espero la sigas pronto
muy buena historia
esta interesante
espero la sigas pronto
andyvolkatin- Mensajes : 576
Fecha de inscripción : 27/05/2015
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Wooow que plan tan genial
Enviado desde Topic'it
Enviado desde Topic'it
mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
El comportamiento de Lena se debía a que no sabía cómo manejar sus sentimientos
Ternurita :3
Enviado desde Topic'it
Ternurita :3
Enviado desde Topic'it
Vera Rivero- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 18/09/2019
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hola chicas, cómo están?? Perdonen la espera perpo he tenido días cargadisimos de trabajo....
A ver, que opinan de este capítulo??
A leer!!
Capítulo 12: Saber sobre ti
Definitivamente, esta Elena si me agradaba, aunque debo confesar que me confundía más. Aishh! Debería dejar de pensar en eso, esto no es bueno para mí (Pensaba mientras bajábamos escalón por escalón). Una vez más, el aroma de Elena me embriagó. Por Dios, por qué ahora noto su aroma, ¡me estoy enloqueciendo! Miré su perfil y noté el chupetón que le había hecho, ahora un poco menos notable.
Suspiré. Si, también tenía que disculparme por eso.
Bien...hagámoslo —Elena?— Me detuve y, por consecuente, ella también lo tuvo que hacer.
—¿Si?
—Eh... También esa marca — Señalé su cuello. Se me subió la sangre a la cabeza recordando el momento. Sentía mis mejillas arder —Lo siento.
—Yul-Yul, no tienes que disculparte por algo que yo inicié. Además... yo te hice cosas peores— Su cara se transformó en una mueca —Por favor, solo olvidemos todo. Empecemos de cero.
Asentí con la cabeza y seguimos bajando los escalones, para después ir a la puerta del jardín trasero. Cuando logramos llegar, abrí la puerta y acomodé a Elena en una de las sillas que había contra la pared para que esperara mientras su pequeño Prince hacia sus necesidades.
—¿Puedes quedarte aquí? Debo ir a ducharme y luego hacer el desayuno— Pregunté.
—Si, no te preocupes. Puedo caminar un poco, lo único que se me dificulta es bajar y subir las escaleras.
—Está bien, no tardaré. Ten mucho cuidado— Dije mientras me alejaba.
.....**…..
Estaba llena de pensamientos sobre Elena, por qué de un día para otro, cambió tan radicalmente y por qué ahora yo la estaba viendo más hermosa que antes? Definitivamente nada de esto era normal, debía preocuparme por otras cosas, Elena no debe tener lugar en mi mente.
Después de pensar mucho, volví a lo verdaderamente importante: Natalya. Hoy se cumplían dos días y no dejaba de ignorar mis llamadas y mensajes de texto. Tampoco había sido para tanto, estaba tomando una actitud remotamente infantil. Así que una vez más, intenté lo que había estado haciendo por dos días… marqué a su número.
Llevaba más de quince intentos de comunicarme con ella y aún no contestaba. Jodida situación… Natalya no era así… ya me estaba sacando de quicio.
—Está en el trabajo ahora, pero ella perfectamente puede contestarme. Ashhh¬— Bufé.
Decidido!! No insistí más. Si Natalya quiere que así sean las cosas, así serán.
Dejé mi teléfono encima de la cama y caminé hacia al baño. Luego de minutos de una refrescante ducha, bajé de nuevo hacia el jardín en busca de Elena pero ella ya no estaba allí, recorrí alrededor de todo el jardín pero tampoco estaba, ni el pequeño Prince.
Salí de allí caminando hacia la sala y al pasar por la cocina, me detuve en la puerta. Ahí estaba ella cortando unas rodajas de fruta y preparando unos bocadillos. Me sorprendí al verla allí. Aparte de sus dos perfectas y buenas cualidades tenía habilidad para cocinar. Wow!!
—¿Qué haces?— Pregunté acercándome a ella.
—Oh, el desayuno— Sonrió.
—Te dije que yo lo prepararía, deja eso— Le quité el cuchillo de su mano pero ella me lo arrebato de nuevo.
—Yo lo haré Yul-Yul. Ve y siéntate— Insistí en que yo lo terminaría pero no se dio por vencida y no me lo permitió.
—No deberías de estar moviéndote tanto, si quieres que tu herida sane rápido— Caminé hacia el comedor.
—Si, tienes razón. Pero no puedo quedarme quieta. No es mi estilo— Dijo mientras yo me sentaba en una silla del comedor de la cocina.
—No lo dudo— Solté una risita. Ella también sonrió y luego noté un leve rubor en sus mejillas —Te cambiaste la venda?— Pregunté mientras ella terminaba de cortar la fruta en pequeños trocitos.
—No me la cambié. Solo traté de no empaparla cuando entré a la ducha. Tengo que hacerlo más tarde.
—Bien— Terminó de cortar la fruta, preparó más bocadillos y fue hacia el refrigerador para sacar una jarra de jugo de naranja que su mamá nos había preparado.
.....**…..
Desayunábamos tranquilamente en el comedor de la cocina, ninguna de las dos hablaba. Yo no podía evitar mirar a Elena, su cambio de verdad me había impresionado. Llevábamos aproximadamente dos horas solas en casa y no había intentado nada conmigo. Era un alivio, pero a la vez no, y era algo que no podía entender. Sentía algo, algo que no podía explicar. Era como si extrañara que… me abordara.
Horas más tarde…
—¿Qué quieres ver?— Pregunté mientras cambiaba los canales de la TV.
—No lo sé, cualquier cosa estaría bien— Respondió mientras me miraba. Asentí todavía cambiando los canales de la TV. Finalmente me detuve en una película animada.
Llevaba casi 40 minutos y realmente no había prestado atención a nada de lo que estaban transmitiendo en la TV, me sentía incomoda porque en lo que iba de la película sentía la mirada de Elena impregnada en mí. Me recordó el día que llegó a la casa y yo estaba con Naty, me miraba igual.
Decidí volver a jugármela y le lancé una mirada. Elena se sorprendió y solo sonrió.
—¿Pasa algo?— Pregunté con una ceja levantada y con un tono burlón. Ni siquiera sé por qué.
—Mmm... Me gusta tu perfil... es muy bonito— Sonrió.
—Oh... gracias— No supe más que decir y volteé a mirar de nuevo a la TV. ¿Eso fue un cumplido?
—Tu piel, se ve muy suave y bien cuidada— Volvió a hablar y, esta vez, sentí una suave caricia en mi mejilla. Me sorprendió un poco, así que la miré para luego, sentir sus dedos acariciando y recorriendo toda
la línea de mi mandíbula. Era una caricia extremadamente suave y cuidadosa, me quedé muda y solo permití que lo hiciera. Se quedó mirándome por unos segundos, y luego habló —¿Puedo pedirte algo?
Asentí. Sin siquiera pensar que era lo que me iba a pedir.
Quitó sus manos de mi rostro, dejándome fría —Quiero saber cosas sobre ti. ¿Me contarías?
—Eh...si, por qué no— Tragué saliva —pero… también tendrás que decirme sobre ti— Sonreí nerviosa. Elena asintió muy feliz. Nunca me imaginé teniendo una conversación normal con ella, sin que fuera a mostrarme sus pechos. Me aclaré la garganta —Pero antes— Miré la hora, ya eran las 4 pm —hay que limpiarte la herida y cambiar la venda. ¿De acuerdo?— Asintió sonriendo.
Me levanté del sofá y fui hacia la habitación de papá para buscar el botiquín y los implementos de curación que le habían dado a Elena en el hospital. Saqué de uno de los cajones del closet el kit, me lavé las manos en el baño de la habitación y de nuevo hice mi camino hacia el sofá.
Me senté al lado de Elena nuevamente para comenzar a preparar las gasas. Abrí la botella de agua oxigenada para limpiar la herida, corté unas curas para asegurarlas alrededor de la herida y, por último, saqué unos guantes.
Después de tener todo listo, me incliné y cuidadosamente tomé su pie colocándolo sobre mi regazo.
Ella se espantó un poco —No tienes por qué hacerlo— Dijo y trató de quitar el pie, pero lo sujeté con fuerza y no se lo permití.
—Claro que si, Elena.
Quería hacerlo, realmente quería. Ahora que veía las aguas calmadas tenía la corazonada de que me podría llevar muy bien con Elena, olvidar todo lo que pasó, aunque debo y quiero admitir que no se sentía tan mal besarla, de hecho, las últimas veces que sucedía, era excitante y me estaba empezando a gustar. No se lo conté del todo a Irina pero Elena me gustaba, sentía gusto por ella. Desde el primer día sucedió, el gusto fue totalmente físico pero ahora siento que está yendo más allá de lo físico. Mierda... Olvídalo Yulia!
Me coloqué unos guantes y comencé a quitar la venda con cuidado de no lastimarla, poco a poco, fui descubriendo la gasa y las curas que estaban en su pie. Cuando lo liberé de todo, dejé la venda dentro de una bolsa y procedí a quitar las curitas y la gasa. Todo bajo la mirada intensa de Elena. Sentía la maldita cabeza ardiendo y los ojos llorosos. Desearía que no me mirara tanto. Apreté los ojos y continué con mi trabajo. Al quitar las gasas noté que la herida ya estaba sanando. Tal vez mañana o el siguiente, Elena ya podría apoyar del todo su pie, por supuesto, sin esforzarse mucho.
Limpié y coloqué las gasas nuevas para después ajustarlas con las curas alrededor.
—Terminamos. No creo necesario volver a poner la venda— Dije sin mirarla mientras me quitaba los guantes y los guardaba dentro de la misma bolsa donde había dejado la venda usada.
—Gracias Yul-Yul— Me respondió. Escuché cuando se movió y lo que sentí luego, fue unas manos en mi cuello y un beso sonoro en mi mejilla. Ahora si podía apostar que mis mejillas parecían dos semáforos en rojo. Clavó sus labios por unos segundos en mi mejilla y volvió a su lugar como si nada, mientras yo estaba ahí, mirando a la nada —Ahora, empecemos. Cuéntame sobre ti.
Su voz me sacó de la ensoñación y me acomodé bien para mirarla de frente, aún nerviosa. Sus pierna aún estaba en mi regazo —Oh… si, ¿qué quieres saber?
—Todo— Sonrió mordiéndose el labio.
—Que no me espiabas en Facebook?— Traté de bromear. Recordando sus palabras cuando nos fuimos de campamento —Deberías de saber al menos algo sobre mi— Elena soltó una risita y sus mejillas se iban poniendo coloradas. Al notar eso, me sentí un poco más de confianza con ella y le tiré la pregunta que tanto me estaba atormentando —Elena, todo lo que me has dicho... es cierto? Sé que dijiste que lo olvidáramos pero, ya sabes, se me hace un poco extraño estar aquí contigo como si nada hubiera pasado.
Su mirada se puso intranquila y el rubor se le esfumó de la nada —Eh…eh— Tartamudeaba —No quiero hablar de eso. Te lo vuelvo a pedir, olvidémoslo si?— Hizo un puchero.
—Está bien, no se vuelve a tocar el tema. Te diré todo sobre mi— Me aclaré la garganta —Hola Elena— Sonrió —Soy Yulia Volkova, tengo 22 años, estoy cursando 6to semestre de ilustración gráfica. Mmm...— Me quedé pensando por un momento. ¿Qué más le puedo decir?
—¿Música? ¿comida favorita? ¿color favorito? ¿hobbies? ¿Dónde te gusta ir en tus tiempos libres?— Me abordó con esas preguntas de la nada.
Sonreí —Me gusta el POP, ROCK, R&B. Pizza, helado. Azul. Escuchar música, tocar el piano, pasear. Bares, clubs, a cualquier lugar con tal de tener una buena compañía... —Seguí contándole muchas cosas más sobre mi vida.
—Wow... ¿Puedo hacerte otra pregunta?
—Si.
—Dime un secreto que nunca hayas compartido con nadie.
Un secreto... honestamente no tengo ninguno... —No se me ocurre ninguno.
—Mmm yo te diré el mío. Tengo miedo de los insectos. Los insectos grandes, los pequeños, cualquier tipo de insectos. Si mis amigas se enteraran seria la burla de ellas.
Me eché a reír fuertemente haciendo que Elena se sorprendiera y me tirará una de esas magnificas sonrisas... y también me pegara con un cojín. Me calmé y le pregunté —¿Por qué?—
—Primero... cuéntame tu secreto.
—No sé, mmm… a veces doy conciertos en la ducha.
—¿Cantas?
—Mmm... un poco, a veces…
—Puedes cantarme algo?
Dudé, pero esa estúpida mirada que me daba —Puede ser— Finalmente respondí —Pero lo haré luego... Ahora, dime sobre ti.
—Soy Elena Katina, tengo 18 años, estoy en 2do semestre de medicina veterinaria...
Elena me contó sobre su anhelo de ser médica veterinaria ya que desde pequeña sentía interés por ayudar a los animales, sentía que era su vocación y realmente creía en poder lograrlo pese a las adversidades, también le apasionaba el poder viajar y quería hacerlo cuentas veces fuera posible. Yo, fascinada escuchaba cada una de sus palabras.
Nuestra conversación siguió en marcha y entre risas disfrutábamos todo, éramos tan afines en música, algunos hobbies y manera de pensar, que sentí que nos hacíamos cada vez más cercanas. Mi atención no podía estar en ninguna otra parte, me cautivó totalmente y mi corazón palpitaba más a prisa, me intrigaba saber más sobre ella. Tampoco pude evitar mirarle a los labios ya que se los lamia y mordía cada vez que hablaba, no pude evitar recordar, cómo besaban esos labios gruesos y húmedos, su lengua invadiendo toda mi boca, nuestros dientes chocando, las mordidas en los labios. Mierda!
Luego de haber hablado por varias horas, curiosamente a Elena le dio por comer pizza de cena. No me negué y la ordenamos. Al cabo de unos minutos ya habíamos terminado y era tiempo de ir a dormir. La ayudé a subir a su habitación, me despedí y me dirigí a la mía con Ginger.
Ya en mi habitación, me duché y me sentí renovada. Todo el día había estado dentro de la casa no era natural en mí, estaba obligada a cuidar a Elena pero debo admitir que había sido bastante bueno, me sentía plenamente en paz. Me puse una sudadera de dormir gris, un gran camisón blanco, apagué la luz y me tiré a mi cama. Interesante Elena, eres... muy interesante.
Estaba hurgando en mi celular y 10 minutos después, escuché un gran grito, claramente era de Elena, salí disparada de mi cama, abrí la puerta y llegué a su habitación. Cuando abrí la puerta, prendí la luz y fue algo muy gracioso, estaba parada en su pie no herido sobre la cama y saltando mientras movía las manos en señal de susto, Prince le ladraba a algo debajo de la cama. Me acerqué hasta el borde y apenas grité su nombre, ella se giró a mirarme y sin pensarlo se lanzó contra mí, envolviendo fuertemente sus manos en mi cuello, sus piernas en mis caderas y guardó su cabeza en mi cuello.
De inmediato la sostuve con fuerza —Elena ¿qué pasa?— Sacó su cabeza de mi cuello y miró hacia su cama —Algo entró volando por la ventana y está debajo de mi cama— Sollozaba y volvió a esconderse en mi cuello.
—Bien, Elena, cálmate— Acaricié su espalda y retrocedí hasta la puerta. Vaya...sí que era una niña. Sonreí para mis adentros —Vamos a mi habitación y te quedas ahí mientras yo reviso aquí, si?— Asintió sobre mi cuello haciéndome cosquillas. Llamé a Prince para que nos siguiera mientras yo llevaba a su mamá, como podía a mi habitación. Entramos y la recosté sobre mi cama.
—Quédate aquí— Advertí y cargué a Prince para ponerlo en sus brazos —Vamos Ginger— Me fui con Ginger a descubrir lo que fuera que se había metido debajo de su cama. Una vez ahí, corrí su cama, revisé allí pero no había nada, luego recorrí otros lugares de la habitación mientras Ginger olfateaba, pero no encontramos nada. Apagué la luz de su habitación y salí.
Regresé a la habitación y la vi a arropada con mis cobijas de los pies hasta la barbilla con Prince a su lado. ¿Qué demonios? quise burlarme pero me acordé de su miedo a los bichos. Me senté en la cama y Ginger se subió para acostarse al lado de Prince.
—¿Que era?— Preguntó mientras se sentaba, aún tapándose con la cobija.
—Nada, no vi nada.
—No, yo lo vi, Prince también, era una cosa grande, entró volando.
—Si, pero no está— Sonreí.
—No voy a ir ahí a esa habitación de nuevo.
—Si quieres… puedes quedarte aquí, yo iré a la habitación de papá— Antes de que pudiera levantarme. Elena me agarró del brazo —No, por favor ¿podrías quedarte aquí?
—Eh... No lo creo. No te pasará nada aquí Elena, vas a estar bien. No te preocupes— Me levanté pero ella no me soltó el brazo.
—Por favor, no quiero quedarme sola— Comenzó a sollozar. Mierda! ¿Qué debo hacer? Para nada quiero dormir con ella pero… está llorando. Demonios...
—Elena no va a pasarte nada aquí. Lo prometo.
—No— Seguía sollozando...Por el amor de Dios. Me negué durante lo que pareció media hora pero la chica lloraba más. No podía hacer nada...
—Está bien— La sonrisa volvió a su rostro, se limpió las lágrimas y se acostó de nuevo en la cama. Me alejé para apagar y la luz y volví a la cama moviendo a Ginger y a Prince hacia la parte final de esta misma para poder acomodarme. Me metí a su lado mirando hacia el techo mientras ella se acomodó de lado para clavar su mirada en mí. Me sentía malditamente nerviosa. Esta no era una decisión…
Me giré hacia ella —Buenas noches.
—Igual tú— Se inclinó y me besó la mejilla— Me quedé mirándola por unos segundos mientras la luz por la ventana iluminaba su cara. Ay Dios, es tan... tan linda. Me volteé dándole la espalda... Debo alejar estos pensamientos. Todo se quedó en silencio hasta que el sueño la envolvió y después a mí.
.....**….
Estaba sudando, sentía un peso sobre mí así que, abrí los ojos lentamente hasta que pude divisar a Elena —Que haces— Le pregunté un poco desencajada. Que acaso no me había dicho ya que no iba a seguir con esto.
—Shsss— Llevó uno de sus dedos a mis labios, se inclinó más hacia mí y susurró en mis labios —Me encantas.
—Elena no empieces de nuevo. Detente— Maldita sea no, no te detengas. Deseaba besarla. Sus ojos brillaban con la luz que provenía de la ventana.
—No puedo detenerme, Yul-Yul, me enamoré de ti y muero por besarte hasta que nuestros labios se desgarren. Quiero sentir tu boca, tu piel, tus manos, en cada rincón de mi cuerpo.
Este era mi fin. Levanté las manos y cogí su rostro estrellando sus labios contra los míos, frotándolos mordiéndolos era un beso muy intenso, una descarga de placer.
La lancé a mi lado, me tumbé encima suyo y la miré. Elena agarró mi mano izquierda y suavemente la llevó hasta uno de sus pechos por encima de la blusa de su pijama… Mierda...no tenía sujetador... El deseo me atrapó, tenía muchos deseos de acariciar esos pechos que más de una vez tuve a mi vista. Elena tenía mi mano agarrada, apoyada sobre su pecho, esperando alguna reacción mía. Traté de no hacer ningún movimiento, entonces, llevó mi mano por debajo de su blusa haciendo que tocara esa piel redonda, cerré mis ojos por la excitante sensación de tocar ese pezón duro, esa piel suave y ese pecho grande, muy grande.
Ahora si, ya no hay poder humano que me detenga.
Le apreté el pecho con toda la mano, y oí un suave murmulló venir de su boca. Abrí los ojos, acercándome a ella, con mi mano libre le levanté la blusa de pijama hasta más arriba de sus pechos y pasé la punta de mi lengua por su pecho libre y su pezón erecto. Elena suspiró de placer.
La miré, estaba con los ojos cerrados, la cabeza tirada hacia atrás. Ese gesto evidente de deseo me motivó para volver a pasar mi lengua por su pecho sin dejar de mirarla, observando sus reacciones, empecé a succionar el pezón de Elena una y otra vez, mientras mi mano seguía en su otro pecho, esta vez su pezón duro entre mis dedos. Luego de succionar empecé a mordisquearlo, los gemidos de Elena llenaban toda mi habitación, después de un rato me pasé a su otro pecho. No sé cuánto tiempo estuve, tocando, apretando, chupando esos pechos que tantas veces había mirado, evidentemente los había deseado mucho.
Elena agarró mi cabeza entre sus manos y hundió mi cara entre sus pechos, sin disimular el deseo. Le quité toda la blusa y comencé a lamer, a besar todo su abdomen, hasta llegar a su parte baja, la miré de nuevo pero ella estaba tan perdida como yo en el deseo, que solo atiné a bajarle los pantalones juntó a las bragas hasta los tobillos y de repente sentí una manos en mi cabeza, clavándome en su coño...
A ver, que opinan de este capítulo??
A leer!!
Capítulo 12: Saber sobre ti
Definitivamente, esta Elena si me agradaba, aunque debo confesar que me confundía más. Aishh! Debería dejar de pensar en eso, esto no es bueno para mí (Pensaba mientras bajábamos escalón por escalón). Una vez más, el aroma de Elena me embriagó. Por Dios, por qué ahora noto su aroma, ¡me estoy enloqueciendo! Miré su perfil y noté el chupetón que le había hecho, ahora un poco menos notable.
Suspiré. Si, también tenía que disculparme por eso.
Bien...hagámoslo —Elena?— Me detuve y, por consecuente, ella también lo tuvo que hacer.
—¿Si?
—Eh... También esa marca — Señalé su cuello. Se me subió la sangre a la cabeza recordando el momento. Sentía mis mejillas arder —Lo siento.
—Yul-Yul, no tienes que disculparte por algo que yo inicié. Además... yo te hice cosas peores— Su cara se transformó en una mueca —Por favor, solo olvidemos todo. Empecemos de cero.
Asentí con la cabeza y seguimos bajando los escalones, para después ir a la puerta del jardín trasero. Cuando logramos llegar, abrí la puerta y acomodé a Elena en una de las sillas que había contra la pared para que esperara mientras su pequeño Prince hacia sus necesidades.
—¿Puedes quedarte aquí? Debo ir a ducharme y luego hacer el desayuno— Pregunté.
—Si, no te preocupes. Puedo caminar un poco, lo único que se me dificulta es bajar y subir las escaleras.
—Está bien, no tardaré. Ten mucho cuidado— Dije mientras me alejaba.
.....**…..
Estaba llena de pensamientos sobre Elena, por qué de un día para otro, cambió tan radicalmente y por qué ahora yo la estaba viendo más hermosa que antes? Definitivamente nada de esto era normal, debía preocuparme por otras cosas, Elena no debe tener lugar en mi mente.
Después de pensar mucho, volví a lo verdaderamente importante: Natalya. Hoy se cumplían dos días y no dejaba de ignorar mis llamadas y mensajes de texto. Tampoco había sido para tanto, estaba tomando una actitud remotamente infantil. Así que una vez más, intenté lo que había estado haciendo por dos días… marqué a su número.
Llevaba más de quince intentos de comunicarme con ella y aún no contestaba. Jodida situación… Natalya no era así… ya me estaba sacando de quicio.
—Está en el trabajo ahora, pero ella perfectamente puede contestarme. Ashhh¬— Bufé.
Decidido!! No insistí más. Si Natalya quiere que así sean las cosas, así serán.
Dejé mi teléfono encima de la cama y caminé hacia al baño. Luego de minutos de una refrescante ducha, bajé de nuevo hacia el jardín en busca de Elena pero ella ya no estaba allí, recorrí alrededor de todo el jardín pero tampoco estaba, ni el pequeño Prince.
Salí de allí caminando hacia la sala y al pasar por la cocina, me detuve en la puerta. Ahí estaba ella cortando unas rodajas de fruta y preparando unos bocadillos. Me sorprendí al verla allí. Aparte de sus dos perfectas y buenas cualidades tenía habilidad para cocinar. Wow!!
—¿Qué haces?— Pregunté acercándome a ella.
—Oh, el desayuno— Sonrió.
—Te dije que yo lo prepararía, deja eso— Le quité el cuchillo de su mano pero ella me lo arrebato de nuevo.
—Yo lo haré Yul-Yul. Ve y siéntate— Insistí en que yo lo terminaría pero no se dio por vencida y no me lo permitió.
—No deberías de estar moviéndote tanto, si quieres que tu herida sane rápido— Caminé hacia el comedor.
—Si, tienes razón. Pero no puedo quedarme quieta. No es mi estilo— Dijo mientras yo me sentaba en una silla del comedor de la cocina.
—No lo dudo— Solté una risita. Ella también sonrió y luego noté un leve rubor en sus mejillas —Te cambiaste la venda?— Pregunté mientras ella terminaba de cortar la fruta en pequeños trocitos.
—No me la cambié. Solo traté de no empaparla cuando entré a la ducha. Tengo que hacerlo más tarde.
—Bien— Terminó de cortar la fruta, preparó más bocadillos y fue hacia el refrigerador para sacar una jarra de jugo de naranja que su mamá nos había preparado.
.....**…..
Desayunábamos tranquilamente en el comedor de la cocina, ninguna de las dos hablaba. Yo no podía evitar mirar a Elena, su cambio de verdad me había impresionado. Llevábamos aproximadamente dos horas solas en casa y no había intentado nada conmigo. Era un alivio, pero a la vez no, y era algo que no podía entender. Sentía algo, algo que no podía explicar. Era como si extrañara que… me abordara.
Horas más tarde…
—¿Qué quieres ver?— Pregunté mientras cambiaba los canales de la TV.
—No lo sé, cualquier cosa estaría bien— Respondió mientras me miraba. Asentí todavía cambiando los canales de la TV. Finalmente me detuve en una película animada.
Llevaba casi 40 minutos y realmente no había prestado atención a nada de lo que estaban transmitiendo en la TV, me sentía incomoda porque en lo que iba de la película sentía la mirada de Elena impregnada en mí. Me recordó el día que llegó a la casa y yo estaba con Naty, me miraba igual.
Decidí volver a jugármela y le lancé una mirada. Elena se sorprendió y solo sonrió.
—¿Pasa algo?— Pregunté con una ceja levantada y con un tono burlón. Ni siquiera sé por qué.
—Mmm... Me gusta tu perfil... es muy bonito— Sonrió.
—Oh... gracias— No supe más que decir y volteé a mirar de nuevo a la TV. ¿Eso fue un cumplido?
—Tu piel, se ve muy suave y bien cuidada— Volvió a hablar y, esta vez, sentí una suave caricia en mi mejilla. Me sorprendió un poco, así que la miré para luego, sentir sus dedos acariciando y recorriendo toda
la línea de mi mandíbula. Era una caricia extremadamente suave y cuidadosa, me quedé muda y solo permití que lo hiciera. Se quedó mirándome por unos segundos, y luego habló —¿Puedo pedirte algo?
Asentí. Sin siquiera pensar que era lo que me iba a pedir.
Quitó sus manos de mi rostro, dejándome fría —Quiero saber cosas sobre ti. ¿Me contarías?
—Eh...si, por qué no— Tragué saliva —pero… también tendrás que decirme sobre ti— Sonreí nerviosa. Elena asintió muy feliz. Nunca me imaginé teniendo una conversación normal con ella, sin que fuera a mostrarme sus pechos. Me aclaré la garganta —Pero antes— Miré la hora, ya eran las 4 pm —hay que limpiarte la herida y cambiar la venda. ¿De acuerdo?— Asintió sonriendo.
Me levanté del sofá y fui hacia la habitación de papá para buscar el botiquín y los implementos de curación que le habían dado a Elena en el hospital. Saqué de uno de los cajones del closet el kit, me lavé las manos en el baño de la habitación y de nuevo hice mi camino hacia el sofá.
Me senté al lado de Elena nuevamente para comenzar a preparar las gasas. Abrí la botella de agua oxigenada para limpiar la herida, corté unas curas para asegurarlas alrededor de la herida y, por último, saqué unos guantes.
Después de tener todo listo, me incliné y cuidadosamente tomé su pie colocándolo sobre mi regazo.
Ella se espantó un poco —No tienes por qué hacerlo— Dijo y trató de quitar el pie, pero lo sujeté con fuerza y no se lo permití.
—Claro que si, Elena.
Quería hacerlo, realmente quería. Ahora que veía las aguas calmadas tenía la corazonada de que me podría llevar muy bien con Elena, olvidar todo lo que pasó, aunque debo y quiero admitir que no se sentía tan mal besarla, de hecho, las últimas veces que sucedía, era excitante y me estaba empezando a gustar. No se lo conté del todo a Irina pero Elena me gustaba, sentía gusto por ella. Desde el primer día sucedió, el gusto fue totalmente físico pero ahora siento que está yendo más allá de lo físico. Mierda... Olvídalo Yulia!
Me coloqué unos guantes y comencé a quitar la venda con cuidado de no lastimarla, poco a poco, fui descubriendo la gasa y las curas que estaban en su pie. Cuando lo liberé de todo, dejé la venda dentro de una bolsa y procedí a quitar las curitas y la gasa. Todo bajo la mirada intensa de Elena. Sentía la maldita cabeza ardiendo y los ojos llorosos. Desearía que no me mirara tanto. Apreté los ojos y continué con mi trabajo. Al quitar las gasas noté que la herida ya estaba sanando. Tal vez mañana o el siguiente, Elena ya podría apoyar del todo su pie, por supuesto, sin esforzarse mucho.
Limpié y coloqué las gasas nuevas para después ajustarlas con las curas alrededor.
—Terminamos. No creo necesario volver a poner la venda— Dije sin mirarla mientras me quitaba los guantes y los guardaba dentro de la misma bolsa donde había dejado la venda usada.
—Gracias Yul-Yul— Me respondió. Escuché cuando se movió y lo que sentí luego, fue unas manos en mi cuello y un beso sonoro en mi mejilla. Ahora si podía apostar que mis mejillas parecían dos semáforos en rojo. Clavó sus labios por unos segundos en mi mejilla y volvió a su lugar como si nada, mientras yo estaba ahí, mirando a la nada —Ahora, empecemos. Cuéntame sobre ti.
Su voz me sacó de la ensoñación y me acomodé bien para mirarla de frente, aún nerviosa. Sus pierna aún estaba en mi regazo —Oh… si, ¿qué quieres saber?
—Todo— Sonrió mordiéndose el labio.
—Que no me espiabas en Facebook?— Traté de bromear. Recordando sus palabras cuando nos fuimos de campamento —Deberías de saber al menos algo sobre mi— Elena soltó una risita y sus mejillas se iban poniendo coloradas. Al notar eso, me sentí un poco más de confianza con ella y le tiré la pregunta que tanto me estaba atormentando —Elena, todo lo que me has dicho... es cierto? Sé que dijiste que lo olvidáramos pero, ya sabes, se me hace un poco extraño estar aquí contigo como si nada hubiera pasado.
Su mirada se puso intranquila y el rubor se le esfumó de la nada —Eh…eh— Tartamudeaba —No quiero hablar de eso. Te lo vuelvo a pedir, olvidémoslo si?— Hizo un puchero.
—Está bien, no se vuelve a tocar el tema. Te diré todo sobre mi— Me aclaré la garganta —Hola Elena— Sonrió —Soy Yulia Volkova, tengo 22 años, estoy cursando 6to semestre de ilustración gráfica. Mmm...— Me quedé pensando por un momento. ¿Qué más le puedo decir?
—¿Música? ¿comida favorita? ¿color favorito? ¿hobbies? ¿Dónde te gusta ir en tus tiempos libres?— Me abordó con esas preguntas de la nada.
Sonreí —Me gusta el POP, ROCK, R&B. Pizza, helado. Azul. Escuchar música, tocar el piano, pasear. Bares, clubs, a cualquier lugar con tal de tener una buena compañía... —Seguí contándole muchas cosas más sobre mi vida.
—Wow... ¿Puedo hacerte otra pregunta?
—Si.
—Dime un secreto que nunca hayas compartido con nadie.
Un secreto... honestamente no tengo ninguno... —No se me ocurre ninguno.
—Mmm yo te diré el mío. Tengo miedo de los insectos. Los insectos grandes, los pequeños, cualquier tipo de insectos. Si mis amigas se enteraran seria la burla de ellas.
Me eché a reír fuertemente haciendo que Elena se sorprendiera y me tirará una de esas magnificas sonrisas... y también me pegara con un cojín. Me calmé y le pregunté —¿Por qué?—
—Primero... cuéntame tu secreto.
—No sé, mmm… a veces doy conciertos en la ducha.
—¿Cantas?
—Mmm... un poco, a veces…
—Puedes cantarme algo?
Dudé, pero esa estúpida mirada que me daba —Puede ser— Finalmente respondí —Pero lo haré luego... Ahora, dime sobre ti.
—Soy Elena Katina, tengo 18 años, estoy en 2do semestre de medicina veterinaria...
Elena me contó sobre su anhelo de ser médica veterinaria ya que desde pequeña sentía interés por ayudar a los animales, sentía que era su vocación y realmente creía en poder lograrlo pese a las adversidades, también le apasionaba el poder viajar y quería hacerlo cuentas veces fuera posible. Yo, fascinada escuchaba cada una de sus palabras.
Nuestra conversación siguió en marcha y entre risas disfrutábamos todo, éramos tan afines en música, algunos hobbies y manera de pensar, que sentí que nos hacíamos cada vez más cercanas. Mi atención no podía estar en ninguna otra parte, me cautivó totalmente y mi corazón palpitaba más a prisa, me intrigaba saber más sobre ella. Tampoco pude evitar mirarle a los labios ya que se los lamia y mordía cada vez que hablaba, no pude evitar recordar, cómo besaban esos labios gruesos y húmedos, su lengua invadiendo toda mi boca, nuestros dientes chocando, las mordidas en los labios. Mierda!
Luego de haber hablado por varias horas, curiosamente a Elena le dio por comer pizza de cena. No me negué y la ordenamos. Al cabo de unos minutos ya habíamos terminado y era tiempo de ir a dormir. La ayudé a subir a su habitación, me despedí y me dirigí a la mía con Ginger.
Ya en mi habitación, me duché y me sentí renovada. Todo el día había estado dentro de la casa no era natural en mí, estaba obligada a cuidar a Elena pero debo admitir que había sido bastante bueno, me sentía plenamente en paz. Me puse una sudadera de dormir gris, un gran camisón blanco, apagué la luz y me tiré a mi cama. Interesante Elena, eres... muy interesante.
Estaba hurgando en mi celular y 10 minutos después, escuché un gran grito, claramente era de Elena, salí disparada de mi cama, abrí la puerta y llegué a su habitación. Cuando abrí la puerta, prendí la luz y fue algo muy gracioso, estaba parada en su pie no herido sobre la cama y saltando mientras movía las manos en señal de susto, Prince le ladraba a algo debajo de la cama. Me acerqué hasta el borde y apenas grité su nombre, ella se giró a mirarme y sin pensarlo se lanzó contra mí, envolviendo fuertemente sus manos en mi cuello, sus piernas en mis caderas y guardó su cabeza en mi cuello.
De inmediato la sostuve con fuerza —Elena ¿qué pasa?— Sacó su cabeza de mi cuello y miró hacia su cama —Algo entró volando por la ventana y está debajo de mi cama— Sollozaba y volvió a esconderse en mi cuello.
—Bien, Elena, cálmate— Acaricié su espalda y retrocedí hasta la puerta. Vaya...sí que era una niña. Sonreí para mis adentros —Vamos a mi habitación y te quedas ahí mientras yo reviso aquí, si?— Asintió sobre mi cuello haciéndome cosquillas. Llamé a Prince para que nos siguiera mientras yo llevaba a su mamá, como podía a mi habitación. Entramos y la recosté sobre mi cama.
—Quédate aquí— Advertí y cargué a Prince para ponerlo en sus brazos —Vamos Ginger— Me fui con Ginger a descubrir lo que fuera que se había metido debajo de su cama. Una vez ahí, corrí su cama, revisé allí pero no había nada, luego recorrí otros lugares de la habitación mientras Ginger olfateaba, pero no encontramos nada. Apagué la luz de su habitación y salí.
Regresé a la habitación y la vi a arropada con mis cobijas de los pies hasta la barbilla con Prince a su lado. ¿Qué demonios? quise burlarme pero me acordé de su miedo a los bichos. Me senté en la cama y Ginger se subió para acostarse al lado de Prince.
—¿Que era?— Preguntó mientras se sentaba, aún tapándose con la cobija.
—Nada, no vi nada.
—No, yo lo vi, Prince también, era una cosa grande, entró volando.
—Si, pero no está— Sonreí.
—No voy a ir ahí a esa habitación de nuevo.
—Si quieres… puedes quedarte aquí, yo iré a la habitación de papá— Antes de que pudiera levantarme. Elena me agarró del brazo —No, por favor ¿podrías quedarte aquí?
—Eh... No lo creo. No te pasará nada aquí Elena, vas a estar bien. No te preocupes— Me levanté pero ella no me soltó el brazo.
—Por favor, no quiero quedarme sola— Comenzó a sollozar. Mierda! ¿Qué debo hacer? Para nada quiero dormir con ella pero… está llorando. Demonios...
—Elena no va a pasarte nada aquí. Lo prometo.
—No— Seguía sollozando...Por el amor de Dios. Me negué durante lo que pareció media hora pero la chica lloraba más. No podía hacer nada...
—Está bien— La sonrisa volvió a su rostro, se limpió las lágrimas y se acostó de nuevo en la cama. Me alejé para apagar y la luz y volví a la cama moviendo a Ginger y a Prince hacia la parte final de esta misma para poder acomodarme. Me metí a su lado mirando hacia el techo mientras ella se acomodó de lado para clavar su mirada en mí. Me sentía malditamente nerviosa. Esta no era una decisión…
Me giré hacia ella —Buenas noches.
—Igual tú— Se inclinó y me besó la mejilla— Me quedé mirándola por unos segundos mientras la luz por la ventana iluminaba su cara. Ay Dios, es tan... tan linda. Me volteé dándole la espalda... Debo alejar estos pensamientos. Todo se quedó en silencio hasta que el sueño la envolvió y después a mí.
.....**….
Estaba sudando, sentía un peso sobre mí así que, abrí los ojos lentamente hasta que pude divisar a Elena —Que haces— Le pregunté un poco desencajada. Que acaso no me había dicho ya que no iba a seguir con esto.
—Shsss— Llevó uno de sus dedos a mis labios, se inclinó más hacia mí y susurró en mis labios —Me encantas.
—Elena no empieces de nuevo. Detente— Maldita sea no, no te detengas. Deseaba besarla. Sus ojos brillaban con la luz que provenía de la ventana.
—No puedo detenerme, Yul-Yul, me enamoré de ti y muero por besarte hasta que nuestros labios se desgarren. Quiero sentir tu boca, tu piel, tus manos, en cada rincón de mi cuerpo.
Este era mi fin. Levanté las manos y cogí su rostro estrellando sus labios contra los míos, frotándolos mordiéndolos era un beso muy intenso, una descarga de placer.
La lancé a mi lado, me tumbé encima suyo y la miré. Elena agarró mi mano izquierda y suavemente la llevó hasta uno de sus pechos por encima de la blusa de su pijama… Mierda...no tenía sujetador... El deseo me atrapó, tenía muchos deseos de acariciar esos pechos que más de una vez tuve a mi vista. Elena tenía mi mano agarrada, apoyada sobre su pecho, esperando alguna reacción mía. Traté de no hacer ningún movimiento, entonces, llevó mi mano por debajo de su blusa haciendo que tocara esa piel redonda, cerré mis ojos por la excitante sensación de tocar ese pezón duro, esa piel suave y ese pecho grande, muy grande.
Ahora si, ya no hay poder humano que me detenga.
Le apreté el pecho con toda la mano, y oí un suave murmulló venir de su boca. Abrí los ojos, acercándome a ella, con mi mano libre le levanté la blusa de pijama hasta más arriba de sus pechos y pasé la punta de mi lengua por su pecho libre y su pezón erecto. Elena suspiró de placer.
La miré, estaba con los ojos cerrados, la cabeza tirada hacia atrás. Ese gesto evidente de deseo me motivó para volver a pasar mi lengua por su pecho sin dejar de mirarla, observando sus reacciones, empecé a succionar el pezón de Elena una y otra vez, mientras mi mano seguía en su otro pecho, esta vez su pezón duro entre mis dedos. Luego de succionar empecé a mordisquearlo, los gemidos de Elena llenaban toda mi habitación, después de un rato me pasé a su otro pecho. No sé cuánto tiempo estuve, tocando, apretando, chupando esos pechos que tantas veces había mirado, evidentemente los había deseado mucho.
Elena agarró mi cabeza entre sus manos y hundió mi cara entre sus pechos, sin disimular el deseo. Le quité toda la blusa y comencé a lamer, a besar todo su abdomen, hasta llegar a su parte baja, la miré de nuevo pero ella estaba tan perdida como yo en el deseo, que solo atiné a bajarle los pantalones juntó a las bragas hasta los tobillos y de repente sentí una manos en mi cabeza, clavándome en su coño...
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Maravilhaso... Que pasara entre ellas dos
Kamila- Mensajes : 168
Fecha de inscripción : 02/04/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
No se porque pero creo es un sueño de julia
Enviado desde Topic'it
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mary- Mensajes : 137
Fecha de inscripción : 22/05/2018
Re: BABY, I´MA YOUR GIRLFRIEND! // RAINBOW.XANDER
Hay diossssss, no nos dejes así entre la duda si es un sueño o es las realidad y lena no se aguanto
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
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