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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

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RAINBOW.XANDER
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/20/2021, 12:12 pm

Hola chicas, un poco mejor he amanecido hoy pero sigo en cama. A ver.... No quiero que se acabe la historia porque es muy hermosa a mis ojos y una de las adaptaciones más controversiales que he leído, pero todo tiene un final y ya está muy cerca.

Les dejo un capítulo más para que disfruten.



Capítulo Cuarenta y Seis


Yulia llegó a casa después del trabajo para encontrarse a Elena en la cocina preparando la cena.

―Hummm, huele bien ― dijo mientras se quitaba las botas de trabajar de una patada y dejaba las llaves encima de la mesita auxiliar ― ¿Qué tenemos ahí?

―Una de las recetas favoritas de mi madre ― dijo Elena acercándose a la puerta ― Crema de pollo y arroz salteado.

―Espero que hayas hecho bastante ― dijo la pelinegra mientras entraba a la cocina ― Mi pistola de clavos se atascó a primera hora de la mañana y me llevó al menos media hora el desatascarla. Tuve que saltarme el almuerzo para adelantar el trabajo ― Se acercó y sonrió cuando vio a Elena con los brazos abiertos para abrazarla ― Ha sido un día muy largo.

―Bien, entonces ve a sentarte y a relajarte ― dijo la escritora ― Esto no estará listo al menos en quince minutos.

―¿Tengo que hacerlo? ― preguntó Yulia, disfrutando por la sensación del cuerpo de su amante contra el suyo ― Estoy muy cómoda aquí mismo ― descansando su cabeza sobre el hombro de Lena inhaló la suave esencia de su perfume ― Sí, así estoy muy bien ― Sintió cómo los brazos que la rodeaban la apretaban más.

―Esto me lo pone muy difícil para echarle un vistazo a la cena ― bromeó la pelirroja.

―Uh, uh ― dijo Yulia deslizando sus manos hacia abajo hasta las caderas de Elena ― Dijiste que teníamos quince minutos.

―Y eso no es suficiente tiempo para lo que estás pensando ― dijo Elena mientras sus propias manos comenzaban a acariciar la espalda de la pequeña.

―¿Qué te hace creer que estoy pensando en algo? ― se irguió aprovechándose de su posición para besar el cuello de la pecosa. Después de creer durante años que carecía de apetito sexual, Yulia se sorprendió por la fuerza de su deseo.

Moviendo sus manos entre los dos cuerpos, buscó el primer botón de la camisa de Elena.

―¿El hecho de que estás intentando meterte dentro de mi camisa? ― dijo la escritora, aunque sin hacer ningún intento de detener las manos de Yulia.

―Hace calor aquí ― dijo la morena mientras el botón era abierto y revelaba la desnuda piel. Escuchó la brusca inhalación de Elena y se sonrió a sí misma sabiendo que sus traviesas manos eran la causa ― Te quiero ― susurró y desabrochó el siguiente botón besando la nueva piel expuesta. Trazando el borde del sujetador de Elena con los labios, dejó salir su lengua para probar la piel ligeramente salada.

―Yo también te quiero ―dijo Elena, con su voz más ronca de lo habitual. Su agarre se hizo más estrecho, empujando las caderas de Yulia contra las suyas ― Y tú eres la razón por la que hace calor aquí.

―¿Quieres que pare? ― preguntó Yulia liberando la camisa de los vaqueros de Lena. Fue contestada por la boca de la pelirroja contra la suya, el beso añadiendo más leña al fuego que ya les ardía por dentro.

―No ― murmuró Elena entre besos ― No pares.

―¿Qué....que hay de la cena? ― preguntó mientras sus manos se deslizaban por la espalda de la pelirroja hasta el cierre del sujetador.

―Mantén lo que estás haciendo y no cenaremos hasta por lo menos las diez ― dijo Elena mientras sus propias manos se deslizaban dentro de la camisa de Yulia.

Cerrando los ojos mientras recibía otro de los maravillosos besos de Elena, la morena usó sus dedos para abrir los dos ganchos que mantenían el sujetador cerrado. Ahora, sin nada para impedir su progreso, movió sus manos hacia delante cubriendo cuidadosamente los pechos de Lena, sus pulgares moviéndose suavemente arriba y abajo sobre los endurecidos pezones.

Respondió al gemido de su amante con el suyo propio cuando sintió el sujetador ser desabrochado. Reticentemente, rompió el beso.

―El sofá ― sugirió.

―El sofá ― estuvo de acuerdo Elena guiando suavemente a Yulia por el salón.

La ojiazul estuvo agradecida por los brazos que la agarraban cuando la parte de atrás de sus piernas chocaron contra el sofá. Levantando los brazos, permitió a Elena que le quitara el sujetador y la camisa a la vez, sonriendo tolerantemente cuando la escritora las plegó y las dejó en una silla cercana.

―Sabes ― dijo mientras deslizaba la camisa por los hombros de Elena ― tienes la maldita costumbre de preocuparte demasiado por el orden.

―Lo sé ― dijo mientras plegaba su propia camisa y sujetador poniéndolos encima de la otra ropa antes de volver a envolver a Yulia entre sus brazos ― Es uno de mis pequeños defectos ― Yulia deslizó los dedos por la cinturilla de los vaqueros de su amante atrayéndola más cerca.

― Supongo que ya que eres tan insistente en plegar nuestras ropas, deberíamos deshacernos de todas ellas y quitárnoslas de en medio.

―Me gusta la idea ― dijo Elena dirigiendo sus dedos hacia el botón de los vaqueros de Yulia.

―A mí también ― dijo sintiendo que el botón de su pantalón se abría y que los labios de Elena buscaban los suyos.

Gimió suavemente cuando sintió sus vaqueros siendo bajados por sus caderas junto con su ropa interior. Las manos de Elena le apretaron el trasero socavando toda la fortaleza de sus piernas.

― No...podré permanecer de pie mucho más ― se las arregló para decir mientras cogía aire entre beso y beso.

Permanecieron juntas mientras Elena las bajaba hasta el sofá, el cálido cuerpo de la escritora cubriendo el suyo propio. Sus piernas todavía atrapadas por los vaqueros a medio camino entre sus muslos.

Yulia comenzó a retorcerse intentando empujarlos hacia abajo.

―Vas a tirarme del sofá ― advirtió Elena.

―No puedo evitarlo ― dijo Yulia ― No soporto sentirme atrapada.

―Lo siento ― dijo Elena rodando y tirando de la cinturilla del pantalón ― Déjame ― Yulia se sintió vulnerable cuando la última de sus prendas fue quitada y estaba tumbada en el sofá, desnuda a la luz del día.

Elena volvió de plegar la ropa y se arrodilló junto al sofá. Mirándola de frente, ella sabía ahora por qué su necesidad de tocar y ser tocada había sido tan fuerte. Era más que simple deseo, era el querer, no, la necesidad de conectar de una manera íntima con la persona que tenía su corazón.

―Te quiero ― susurró mostrando sus emociones en sus ojos. Alzándose un poco, cubrió la mejilla de Elena y la guió hasta que sus labios estuvieron a tan solo unos milímetros. No hizo falta nada más para que la pelirroja tomara el control y recorriera la distancia que las separaba.

El miedo de estar indefensa y expuesta se desvaneció ante el tierno beso. Sintió el suave roce de unos dedos recorrerle el abdomen, moviéndose en crecientes círculos mientras los besos de Elena la dejan sin respiración.

―Mmm ― murmuró Elena cuando se movió de la boca de Yulia a su mandíbula ― Eres tan bonita....―Yulia tan solo pudo arquearse ante las suaves series de besos por su garganta, su cuerpo temblando al darse cuenta hacia dónde se dirigían esos labios.

Gimió y estrujó el trasero cubierto por los vaqueros cuando los dedos de Elena encontraron perezosamente su triángulo de rizos.

― Tan suave...― continuó la escritora, acariciando el pezón de Yulia con la punta de su lengua. La morena tan solo podía gemir y estrujar el trasero de Lena fuertemente mientras que con su otra mano acercaba la boca de su amante a su pecho.

―Oh, Dios....es tan agradable ― dijo.

―Mn hmm ― estuvo de acuerdo Elena moviéndose hacia el otro pecho. En el proceso, su propio pecho quedó al alcance de la boca de Yulia y la joven mujer felizmente abrió sus labios para aceptar el regalo que le ofrecían. Con los ojos cerrados, succionó fuertemente, su lengua agitándose entre sus dientes sobre el endurecido pezón y causando rítmicamente con las sensaciones en su propio pecho producidas por la boca de Elena. Sintiendo que la mano de Elena se apretaba contra ella, abrió las piernas dejando a su pierna derecha descansar sobre el suelo.

Alzando sus caderas para incitar a Lena, se sorprendió al sentir que el pecho que había estado lamiendo se apartaba de su boca. Su protesta murió en sus labios cuando sintió la mano de Elena sobre la rodilla derecha abriéndole más las piernas.

―Oh Lena, si ― dijo cuando la escritora se movió entre sus muslos y se dio cuenta de lo que su amante intentaba.

Unos suaves besos depositados en la parte interior de los muslos la hizo temblar brevemente antes de que los labios de la pelirroja se ocuparan de su centro. Se sacudió con el primer roce de la lengua de su amante entre sus húmedos pliegues, sabiendo que iba a ser llevada más alto que ninguna otra droga jamás podría hacer.

Parecía que Elena la tocaba por todas partes, conocedoras manos moviéndose por sus muslos, caderas y pechos, labios y lengua moviéndose a un paso desesperante sobre su zona íntima.

La lengua de Lena estaba fría al principio en comparación a su sobrecalentado centro. La cabeza de Yulia se movía de lado a lado y enganchó su pierna por detrás de la cabeza de ésta mientras los dedos de la escritora comenzaron a excitar y atormentar sus pezones, estrujándolos a un ritmo que causaba con los lametones de la lengua contra su clítoris.

Por minutos interminables, Elena la fue llevando en espirales a donde Yulia estaba segura que no podría llegar más alto. La mano de su amante dejó su pecho y se movió hacia abajo, alrededor de su cadera y luego de vuelta a su muslo.

Dos dedos se deslizaron suavemente dentro, robándole la respiración antes de encontrarse a sí misma llevada todavía más alto. Cuando por fin su mundo colapsó en una ola de placer, Yulia gritó el nombre de Elena aferrándose en vano mientras las repeticiones vibraban a través de ella.

―Shh…está bien…te tengo ― murmuró la escritora en su oído. Hubo otras palabras, pero Yulia encontró muy difícil concentrarse en mucho más que en la calidez y comodidad del cuerpo de Elena contra el suyo. Era como estar en un cielo del que no tenía intención de marcharse. La primera vez que Lena intentó retirarse, la agarró más fuerte, expresando silenciosamente su necesidad.

Su mano se movió por la espalda de la pecosa, encontrando una vez más la cinturilla de los vaqueros.

―No puedo creer que todavía los lleves puestos ― dijo, moviéndose lentamente del abrazo y quedando en posición sentada.

―Estaba un poco ocupada ― dijo Elena, moviéndose para darle un rápido beso ― Oh, mis rodillas me están matando.

―¿Tal vez debería besarlas y hacer que mejoren? ― ofreció Yulia, poniendo sus manos en los codos y levantándose, trayendo a la escritora con ella ― Por supuesto que no puedo hacerlo con eso puesto ― dijo tirando de la cinturilla ― Hay que sacártelos ― Deslizando su mano entre la tela vaquera y el algodón, empujó los pantalones por las caderas de Lena.

―Oh, hay que hacerlo ¿verdad? ― preguntó la pelirroja con las manos descansando sobre la espalda y hombros de Yulia ― ¿Y qué hay si todavía no he terminado contigo? ― La pelinegra apretó el trasero de Elena cubierto por las bragas de algodón y descansó su frente sobre su hombro.

―Maldita sea mujer ― se quejó ― Vas a matarme.

―No puedo evitarlo ― dijo Elena envolviendo a Yulia en sus brazos y haciendo que sus pechos se apretaran ― Me encanta tocarte ― dijo, inclinándose sobre la cabeza de Yulia para besar su frente.

Aprovechándose de su posición, Yulia comenzó a besar la garganta de su mujer, entonces fue bajando hacia su pecho.

―A mí también me encanta tocarte ― dijo mientras bajaba y se ponía de rodillas ― Y ahora mismo planeo tocarte hasta que no puedas más ― Empujó los vaqueros por las nalgas de Elena, entonces le ofreció sus hombros a su amante para que se apoyara en un pie y luego en el otro ― Me encantan las blancas de algodón, pero tengo que quitártelas también ― dijo, besando la mata de vellos a través de las bragas antes de quitárselas y unirse a los vaqueros en el suelo.
Un suave empujón y Elena estaba tumbada sobre el sofá.

―La ropa ― dijo la escritora acercándose a la pila de ropa cerca de las rodillas de Yulia.

―Déjala ― dijo la morena separando las rodillas de Elena.

―Pero…

―Pero nada. En un minuto no te va a importar un carajo dónde está la ropa ― dijo Yulia. Empeñada en ganar ésta pequeña batalla comenzó a recorrer con la yema de los dedos la parte interna de los muslos de la pelirroja ―Por una vez, no te preocupes de eso. Solo túmbate y siente ― Entonces Yulia se concentró en darle a Elena el mayor placer usando sus dedos, labios, todo lo que tenía a su disposición para enviar a su amante a la cúspide una y otra vez, olvidando el montón de ropa arrugada.


[…]


―Hey, Doc ― dijo Yulia cuando abrió la puerta ― Venga entra, Elena está en la cocina ― Dio un paso atrás para dejar pasar a Svetlana.

― ¿Puede hacer más frío ahí afuera?

―Espero que eso no signifique que vamos a tener un invierno brutal ― dijo Svetlana sacándose la chaqueta y colgándola en el perchero junto a la puerta ―Vas a tener que cambiarte esa chaqueta vaquera tuya por otra algo más caliente.

―¿Sabes lo que cuesta una chaqueta nueva? ― dijo la morena acercándose ―Hazme un favor ¿quieres? ― susurró ― No le digas nada de eso a Elena.

―Y ¿por cuánto tiempo crees que te va a dejar salir allí fuera con esa cosa tan fina? ― preguntó la terapeuta con el mismo tono bajo de voz.

―Con suerte, dos semanas más. No voy a ganar dinero extra hasta entonces.

―Hey, ¿De qué están hablando ustedes dos ahí? ― gritó Elena desde la cocina.

―No te preocupes, no voy a contarle todos tus secretos ― dijo Svetlana ― Además creo que ya sabe todas las malas costumbres que tienes.

―Y sobre eso ― dijo la pelirroja moviéndose por la puerta que separaba la cocina y el salón ― Quién sabe, puede que algún día ella me quite una o dos. Es sabido que los milagros ocurren.

―¿Quieres decir que algún día me pararé y encontraré una pelusilla de polvo bajo el sofá? ― preguntó Svetlana.

―Bueno, no presiones tanto ― dijo Lena poniendo sus brazos en jarra sobre sus caderas ― Pero me he convencido que no es un crimen dejar la ropa sin plegar después de habérmela quitado ― La castaña miró de Elena a Yulia.

―Estás bromeando.

―Nop ― contestó Yulia orgullosa.

―Me pilló en un momento de debilidad ― añadió la escritora en su defensa.

―Debe de haber sido “el” momento ― dijo la terapeuta golpeando a Yulia en el hombro ― Ahora intenta llevártela a la cama dejando un plato sucio en el fregadero.

―Nunca ha pasado ― dijo Elena confidencialmente.

―Ah, ah, ah,― Svetlana alzó su dedo índice ― Lo has olvidado ¿no? ― Elena le ofreció una confusa mirada por unos instantes antes de que su memoria recordara.

―Oh.

―Como dije, te levantaste en mitad de la noche y los lavaste, pero aún así lo consideré una victoria
― dijo la castaña, su postura cómoda y relajada sin que su cuerpo se agitara por las emociones que Yulia había visto al final de su última sesión con ella.

Había preguntado, pero Elena había dicho muy poco de la conversación que tuvo con Svetlana, solo que pensaba que había ido bien.

Si el cambio de Svetlana era alguna indicación, su encuentro había sido un éxito total, como podía ver Yulia. Todavía había preguntas que debían ser contestadas antes de que se convenciera totalmente de que las cosas estaban completamente bien entre las tres.

―Hey Doc, voy a fumarme un cigarrillo antes de que lleguen los chicos. ¿Vienes a hacerme compañía? ― dijo Yulia mientras deslizaba la puerta corrediza esperando por una respuesta. Como había supuesto, Svetlana la siguió fuera a la terraza cerrando la puerta detrás de ella.

―¿Si? ― preguntó expectante. Yulia sacó los cigarrillos del bolsillo y encendió uno.

―Así que ― dijo moviéndose para que el humo flotara lejos de donde estaba Svetlana― ¿todavía tendremos nuestras sesiones regulares?

―Por supuesto ― contestó Svetlana.

―Bien ― Yulia se giró y se concentró en la línea de humo azul que salía de la punta de su cigarrillo ― Estaba preocupada, ¿sabes?

―¿Sobre qué? ― preguntó la doctora.

―Estaba preocupada de que ya no quisieras ayudarme nunca más porque estoy liada con Elena ― dijo ladeando la cabeza ― Diablos, por un momento estaba incluso preocupada de que intentaras que volviera contigo.

―Nunca haría eso ― dijo Svetlana apoyándose en la barandilla y aspirando el aroma de las hojas de los árboles mezclada con la de los pinos ― Elena y yo tan sólo teníamos unos cuantos temas sin resolver, eso es todo.

―Uh, uh ― dijo Yulia ― Y están completamente resueltos ahora, ¿verdad?

―La mayor parte de ellos ― dijo Svetlana.

―Tú eres la que está siempre diciéndome que los cambios no suceden de la noche a la mañana ― dijo Yulia tomando otra calada de su cigarrillo. Svetlana se giró y le ofreció una sonrisa conocedora.

―Sabes que odio cuando mis propias palabras se vuelven contra mi ― Hizo una pausa ― Pero es cierto. Elena y yo tenemos una relación muy especial y es muy duro para mí verla con alguien más ― Se movió más cerca de Yulia ―Pero también quiero que sea feliz y lo tiene bien claro que eso es estando contigo.

―¿Crees que tenemos una oportunidad? ― preguntó la ojiazul sacudiendo nerviosamente la ceniza al aire.

―No importa lo que yo piense ― dijo Svetlana.

―Me importa a mi ― dijo Yulia firmemente, caminando hacia la mesa y apagando en cigarrillo en el cenicero.

―¿Qué si creo que ustedes dos tienen una oportunidad de que vuestra relación funcione? Totalmente ― dijo Svetlana ― ¿Qué si creo que va a ser fácil? No. Les tomará muchos sacrificios y compromisos hacer que funcione, pero si se aman la una a la otra, funcionará. ¿Ahora podemos ir adentro? Está helando aquí fuera.

―Si ― dijo Yulia. Dio un paso hacia la puerta y luego se detuvo ― Hey, ¿Doc?

―¿Sí?

―Sabes... pensé que estaba tan jodida que nadie jamás estaría conmigo y, mucho menos que se enamoraría de mi ― Yulia miró hacia abajo tratando de encontrar las palabras adecuadas ― Pero...ahora veo las cosas de diferente manera a como las veía hace cuatro meses. He....he...―

―¿Madurado? ― ofreció Svetlana. Yulia alzó los hombros.

―Eso creo. Lo que estoy intentando decir es que esto no habría pasado si no fuera por ti―Svetlana se acercó.

―Fuiste tú, amiga mía ― dijo empujando suavemente a Yulia con el dedo índice ― Yo no soy la razón de tu cambio, solamente soy la que te ayudó a que vieras que el cambio era posible. Recuerda, fuiste tú la que vino a mí a pedirme ayuda. Tú diste el primer paso. Ahora...― puso sus manos sobre los hombros de Yulia ― Vámonos antes de que me muera de frío aquí.

―Gracias ― dijo Yulia― por todo.

―De nada ― dijo Svetlana empujándola para un abrazo ― Y por si ayuda, espero que ustedes dos sean muy felices juntas ― Yulia estrechó el abrazo.

―Ayuda muchísimo ― dijo suavemente.

―Muy bien, ya es suficiente ― dijo la castaña mientras se separaban ―Vayamos adentro.



CONTINUARÁ...
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por katina4ever 3/20/2021, 12:43 pm

Wow! No quiero que termine 🥺🥺 son tan lindas, un amor muy bello, Ian bella historia, muchas gracias! Me alegra que sigas mejorando, cuídate mucho y espero leerte pronto 😍😍
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/20/2021, 3:00 pm

Capítulo Cuarenta y Siete

―Maldita sea ― dijo Yulia mientras Elena aparcaba el Jeep delante de casa de Daryna ― No puedo creer que estuviera de acuerdo con esto.

―Podías haberlo cancelado ― dijo Elena.

―¿Y decir qué? ¿Lo siento y no puedo asistir a la fiesta de cumpleaños de tu hijo? ¿Cómo va a entenderlo Samir? ― Dijo guardando sus gafas de sol en la guantera ― No, no puedo hacerle esto. Tengo que ir ― Agitó su cabeza y buscó la manivela de la puerta ―Simplemente tendré que manejar esto.

―No olvides su regalo ― dijo la pelirroja justo cuando la puerta de la casa se abría y el sobrino de siete años venía corriendo seguido de su hermana mayor.

―Tía Yulia, tía Yulia, ¿me has traído un regalo por mi cumpleaños? ― preguntó.

―Mami ha dicho que se supone que no debes preguntar por los regalos ― dijo Viktoria con su mejor tono de reprimenda cuando los dos llegaron hasta la morena ― Tía Yulia, me han puesto una “A” en mi examen.

―Oh, muy bien ― dijo Yulia ― Y sí Samir, te hemos traído un regalo.

―¿Ves? ― dirigiéndose a su hermana ― Te dije que me traerían un regalo ―Vika cruzó sus brazos y balbuceó.

―Yo no tuve un regalo en mi cumpleaños ― En esos momentos Yulia agradeció la sugerencia de Elena cuando estaban en la tienda de juguetes.

―Vika ― dijo, llamando la atención de la niña ― Creo que si miras en el asiento trasero del coche encontrarás un tardío regalo de cumpleaños.

Los ojos de Viktoria se abrieron en la misma proporción que su sonrisa.

―Un regalo.... ¿para mí?

―Sip ― dijo Yulia mirando por encima de la cabeza de la niña para compartir una sonrisa con Elena ― Uno para ti y otro para tu hermano ― Elena retuvo a Samir cuando intentaba abrir la puerta del coche.

―Espera, chiquillo. Yo lo haré ― dijo, moviendo cuidadosamente al niño a un lado y abriendo la puerta ― El tuyo es el de la caja grande y plana. Yo tomaré el de Viktoria.

―Hey, su caja es más grande que la mía ― dijo con voz de niño mimado. Elena se arrodilló cerca de él.

―Pero el tuyo tiene más piezas ― dijo ― Créeme, te gustará. Ahora, no curiosees en la bolsa hasta que hayamos entrado, ¿de acuerdo?

―Bueno ― dijo, sacando su regalo del coche e inmediatamente intentando levantar la solapa del papel en el que estaba envuelto.

―Muy bien ― dijo Elena, quitándole el paquete de sus manos ― Te diré una cosa. Tú vas a decirle a tu madre que estamos aquí y tu tía Yulia y yo llevaremos los regalos adentro.

La coloreada decoración atrapó la mirada de la ojiazul cuando entraron al salón. Cintas azules y blancas estaban colgadas cruzando el techo mientras los globos de colores brillantes se agrupaban en las esquinas. La mesilla de café en frente del sofá estaba cubierta por papel de regalo desgarrado.
Daryna, que había estado sentada en la mecedora leyendo las instrucciones del nuevo video juego de Samir, se levantó cuando entró Yulia recibiéndola a medio camino con un abrazo.

―Estoy encantada de que hayas venido ― dijo la hermana mayor cogiendo el regalo de las manos de Yulia y dejándolo encima de la mesita de café.

―No podemos quedarnos mucho tiempo ― dijo la morena mirando alrededor buscando a la mujer que intentaba evitar ― ¿Dónde está ella?

―En la cocina, adornando la tarta ― dijo Daryna ― No te preocupes, no va a decirte nada.

―No estaba...― dijo Yulia con fingida indiferencia.

―Quiero abrir el regalo de tía Yulia ― dijo Samir cogiendo el regalo. Daryna hizo una pausa tan solo unos segundo y lo dejó estar.

―Muy bien, pero tendrás que esperar hasta después de tu tarta y del helado para abrir los otros regalos ― Samir asintió y comenzó a abrir la bolsa donde estaban los regalos.

―Bueno ― La bolsa negra no fue un problema para el niño de siete años, abriéndola para mostrarle un circuito de coches de carreras ― Oh sí, gracias tía Yulia.

―Es de parte de Elena y mía ― dijo Yulia mientras se agachaba para recibir el abrazo ofrecido. Samir se apartó de su cuello y se dirigió a la pelirroja.

―Gracias tía Elena ― dijo. Yulia intercambió una sonrisa con su amante mientras Lena se agachaba para otro abrazo.

―Yo también quiero abrir mi regalo ahora ― dijo Viktoria abriendo rápidamente la caja y empujando el plástico de su interior ― Es una caja con joyas y el centro de maquillaje de la cantante Britney Spears ― dijo abriendo inmediatamente la caja ― Gracias.

―¿Puedo yo también jugar con el mío ahora, mami? ― preguntó Samir.

―Primero tienes que montar el circuito de carreras ― dijo Daryna ― Y creo que algo así debe estar en tu habitación y no aquí fuera donde cualquiera pueda tropezar. Viktoria, creo que deberías dejar el tuyo en tu habitación también ― Viktoria seguía intentando abrir la caja.

―Quiero enseñárselo a la abuela primero. Hey abuela ― la llamó en voz alta.

―¿Qué te he dicho sobre gritar? ― dijo Daryna justo cuando su madre asomaba por la puerta de la cocina.

―Abuela, mira lo que la tía Yulia me trajo ― dijo la niña excitada alzando la caja. Samir se alzó y se dirigió a ella ―Yo también ― dijo. Sin querer, Yulia se encontró con los ojos de su madre, y por un momento, se encontró incapaz de desviar la mirada de la cara de tristeza de la vieja mujer. En esa fracción de tiempo, Yulia recordó la mañana de unas Navidades muchos años atrás cuando su madre le entregó felizmente un regalo. No podía recordar qué regalo era o dónde estaba su padre o su hermana, pero sí recordó ser abrazada por su madre, sostenida por esos brazos y por un breve instante sintiéndose especial. Ese flash de su memoria desapareció devolviéndola a la realidad y, para su sorpresa, un sentimiento diferente al enfado hacia la persona que le había dado la vida.
Viktoria insistió en llamar la atención de su abuela, haciendo que las mujeres rompieran el contacto visual. Yulia miró a Elena, preguntándose si su amante podía ver la confusión en su cara. Quería marcharse, alejarse de esa mezcla de emociones arremolinándose en su interior, pero antes de que la urgencia por huir la moviera, Viktoria se le acercó pidiéndole ayuda a ponerse los anillos y collares de su nuevo joyero.

Agradecida por el escape, siguió a su sobrina hasta su habitación.

―Parece que vamos a tener que desenmarañar esto antes de que podamos ponértelo ― dijo Yulia mientras miraba la pila de collares en el vestidor de Viktoria ― ¿Necesitas ayuda para hacerlo? ― preguntó de espaldas a su sobrina.

―No, yo puedo ― dijo Viktoria dejando la caja sobre la cama y quitando las piezas de plástico rosa ― ¿Tuviste un estuche de maquillaje como este cuando eras pequeña? ― Yulia continuó fijando su atención en la pila de collares enredados.

―No. Tenía un árbol de plástico en el que colgaba mis pendientes de aro, pero no recuerdo haber tenido ningún joyero o estuche de maquillaje.

―Oh ― La niña de pelo rubio continuó sacando de la caja varias piezas de su nuevo regalo ― ¿Tía Yulia?

―¿Hmm?

―¿Por qué no te agrada la abuela?― Los dedos de la morena se detuvieron mientras registraba las palabras.

―¿Por qué preguntas eso?

―He escuchado a mamá y a la abuela hablando ― dijo Viktoria ― La abuela estaba llorando y diciendo que tú la odiabas ― Yulia dejó los collares y se dio la vuelta.

―¿Qué dijo tu madre? ― Con el regalo olvidado por un momento, Viktoria miró a su tía firmemente.

―Mami dijo que ella no creía que tú odiaras a la abuela, pero que hablaría contigo otra vez, y la abuela dijo que no, porque entendía por qué la odiabas ― La niña ladeó la cabeza, un gesto muy típico de su madre. ― ¿Qué te hizo la abuela para que la odies, tía Yulia?

―Um...― Yulia se revolvió para encontrar las palabras adecuadas para evitar la pregunta.

― No creo que debieras cotillear las conversaciones de los adultos.

―Ella dijo que lo sentía ― dijo Viktoria ― Cuando lloraba. Le dijo a mamá que lo sentía muchísimo.
Yulia se volvió y continuó desliando los collares.

―Realmente has enrollado esto ― dijo intentando no pensar en lo que su sobrina le estaba contando.

―Una vez mi amiga Lieska y yo nos peleamos porque me empujó demasiado fuerte y me caí y me corté en la rodilla y mami dijo que porque Lieska lo sentía yo tenía que perdonarla, y lo hice, y ahora somos amigas otra vez. ¿Vas a perdonar a la abuela? ― Yulia se giró para mirarla.

―No lo sé ― dijo ― Lo que pasó entre tu abuela y yo es diferente ― Moviéndose hacia la cama, se sentó encima y comenzó a quitarle el precinto que venía en el estuche de maquillaje ― Las cosas entre los adultos no son sencillas como las de los niños. Ahora, montemos esto para que podamos salir y comernos el pastel y el helado ― Rápidamente cogió dos piezas y las unió esperando así distraer a Viktoria. Mirando el dibujo de la caja, Viktoria cogió la pieza siguiente y se la pasó a Yulia.

― Bien. ¿ves? Habremos terminado en un momento ― A pesar de haber hecho que Viktoria dejara el tema, ella se encontró incapaz de dejar de pensar en ello.

Sentada en el salón más tarde, miró a su madre por el rabillo del ojo lo suficientemente a menudo para que Elena se diera cuenta y le lanzara una mirada interrogativa.

Yulia agitó su cabeza como para decir que todo iba bien y bajó la vista a su plato.

En los minutos que le siguieron, Yulia se concentró en mirar a todas partes menos al sofá donde estaban su hermana y su madre. Toqueteó su helado por todo el plato hasta que no fue más que una mezcla deshecha antes de dejar el plato sobre la mesita de café.

―Aquí, dame eso ― dijo Daryna alzándose sobre sus pies y cogiendo el plato ― Samir, si has terminado el tuyo, dame el plato, lávate las manos y entonces podrás abrir el resto de tus regalos.

―Están limpias ― protestó.

―No, no lo están ― dijo Daryna en su inconfundible tono de madre ― Vamos. Vika, las tuyas también podrían con un poco de jabón y agua.

―Ayudaré a limpiar ― dijo Elena mientras los niños desaparecían por el pasillo.

Yulia pensó en ayudar, pero sabía que Elena lo tenía todo bajo control mientras la cubertería desaparecía de encima de la mesa. Tenía la sensación de ser observada y giró su cabeza para cazar a su madre mirándola.

La mujer mayor miró a otro lado rápidamente pero no antes de que Yulia viera la tristeza en su cara. Para cuando empezaba a oscurecer, la morena se había vuelto progresivamente más callada, dando una o dos palabras como respuesta.

Ella y su madre continuaban esquivándose las miradas siendo descubiertas, no tanto por Daryna y Elena como la una por la otra.

La tensión fue creciendo dentro de ella y Yulia se encontró a sí misma luchando por mantenerla bajo control. Las preguntas que podían ser contestadas por una sola persona se repetían una y otra vez en su cabeza. Cada vez sonaban más y más fuertes hasta que Yulia supo que era hora de darles voz.

Tomando aire profundamente, se preparó para lo que tendría que venir y se levantó con la mirada firme sobre su madre.

―Quiero hablar contigo ― La habitación se quedó en completo silencio a excepción del sonido del nuevo videojuego de Samir. Incluso Viktoria entendió el grado de magnitud del momento y miró a las adultas intensamente.

Daryna fue la primera en romper el silencio, levantándose y situándose protectoramente entre su hermana y su madre.

―Yulia, ¿puedo hablar contigo un minuto en la cocina?― Elena se levantó y se situó cerca de su amante también ―¿Estás segura? ― preguntó en voz baja. Yulia quería decir que no, que lo había reconsiderado, pero era demasiado tarde. Reticentemente asintió.

―Estoy segura ― dijo.

―Daryna ― dijo Larissa levantando su mano ― Ayúdame a levantarme.

―Tal vez la cocina sea un buen lugar para charlar ― sugirió Elena haciendo un gesto con su cabeza en dirección a los niños.

―No creo que sea un buen momento para esto, independientemente de la habitación en la que sea ― protestó Daryna mientras ayudaba a levantarse a su madre.

Tensando la mandíbula para no decirle algún improperio a su hermana, cruzó el salón como un rayo hacia la cocina, golpeando con la palma de su mano la puerta para abrirla. Su enfado por la sobreprotección de Daryna hacia su madre fue rápidamente reemplazada por los nervios al darse cuenta de lo que estaba a punto de pasar.

La puerta de la cocina fue abierta tras ella para revelar a Daryna y a Larissa. Por detrás de Daryna, una preocupada Elena miró adentro.

―Quiero hablar con ella a solas ― dijo cuando Daryna siguió a su madre por la cocina.

―Me quedo ― dijo firmemente Daryna, guiando a su madre hacia la silla más cercana.

―No ― dijo Yulia ― esto es entre nosotras ― Se movió hasta el lugar más alejado de la mesa queriendo poner la mayor distancia posible entre ella y su madre.

―Está bien ― dijo Larissa a su hija más mayor ― quédate con los niños ― Yulia levantó los hombros casualmente ante la mirada de advertencia de su hermana contestándole ella con otra rebelde y desafiante. Daryna iba a protestar otra vez, pero finalmente se giró y entró en el salón. Incapaz de hacer salir las palabras, Yulia oyó la voz de Elena y luego la de Daryna a través de la puerta cerrada. Sintiendo que el suelo se agitaba, le tomó un segundo imaginarse que los niños andarían corriendo por el pasillo.

Hizo una nota mental para preguntarle a su amante sobre ello más tarde, entonces se giró y volvió a centrar su atención en la mujer que tenía delante. Inhalando profundamente, levantó los ojos para encontrarse con los de su madre, viendo la misma mirada que presenció antes.

Las rabiosas palabras que habían estado esperando tanto tiempo para salir, estaban atascadas en su garganta sin querer salir en el momento en el que podían hacer más daño.



CONTINUARÁ....

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Mensaje por Fati20 3/20/2021, 5:04 pm

Me alegra mucho que estés mejor y ojalá ya mañana puedas salir de la cama cuídate mucho 😘. Los capítulos de hoy maravillosos el primero increíble ver como se disfrutan y q las cosas con svetlana se arreglaron y en este esperando que la pobre julia resuelva el problema con su mamá y se libere del rencor merecido pero un peso q un no la deja ser totalmente feliz
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/21/2021, 12:17 pm

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Ya falta poco para que esta historia termine... Siempre me pongo sentimental porque quisiera que todas fueran eternas, pero siempre vendrán otros relatos más impresionantes que el otro y es lo que me llena de satisfacción.

Disfruten este capítulo... Hoy no me iré a dormir sin finalizarla!


Capítulo Cuarenta y Ocho


Las rabiosas palabras que habían  estado esperando tanto tiempo para salir, estaban atascadas en su garganta sin querer salir en el momento en el que  podían hacer más daño.

―Maldita seas, Doc ― susurró, girándose y caminando hacia la ventana. Parte de ella deseaba tanto azotar verbalmente a su madre y hacerla pedazos.  Después de todo, le vino  bien enumerar en sus sesiones de terapia con Svetlana todos los defectos de su madre. ¿Qué peso aguantaban sus espaldas ahora?

―¿Sabes cuantas veces he deseado no haber nacido? ― preguntó todavía de cara a la ventana ―¿No tener que vivir éste infierno que era mi vida? ― girándose reveló una mirada acusadora hacia su madre ― ¿Nunca se te ocurrió durante todas esas noches que mientras tú te emborrachabas con el wishkey tus hijas podrían necesitarte, ni siquiera un poco?

―Yulia, sé que les fallé a ti y a tu hermana...

―Oh, tienes razón ― dijo cortando a su madre ― ¿Sabes lo que me pasó después de que me largara? ― Larissa dejó caer la cabeza, sus ojos parpadeando.

―Tu hermana me lo contó ― dijo muy despacio.

―¿Te contó cómo tuve que acostarme con hombres para poder ganar suficiente dinero? ― parte de ella tomó una sensación de orgullo con la aflicción de su madre, pero al mismo tiempo otra parte la hizo sentir hueca, un doloroso vacío que todas las palabras de odio del mundo no podrían jamás llenar. Dándole una patada a la silla, la empujó y se sentó sobre el asiento de vinilo ― Hice lo que tenía que hacer ― dijo suavemente ― No podía volver al infierno ― Cruzando los brazos por delante, se inclinó sobre la mesa ― Solía soñar que algún día tú vendrías y que nos alejarías de él, que dejarías de beber y que serías una madre para nosotras como la que tenían los demás. Una que se preocupara por sus hijos, que se asegurara de llevar a sus hijos al colegio con la ropa limpia, que les hiciera la cena en lugar de hacerlas preparársela ellas mismas ― Ignorando la presión en su pecho, Yulia continuó presionando, bajando su mirada hacia la nada ― ¿Por qué? ― Tragando con dificultad subió la cabeza para mirar a su madre ― ¿Por qué no podías ser como las otras madres? ¿Por qué no te podías haber preocupado por nosotras como te preocupabas del maldito wishkey? ―Larissa sacó un pañuelo de su bolsillo y se secó los ojos con él.

―Lo siento ― dijo, su voz desgarrándose ― Siento haberme casado con tu padre, siento no haberlas alejado de él cuando eran unas bebés. Y siento no haber podido darme cuenta de lo mucho que la bebida estaba destrozándolo todo a mi alrededor ― Se secó los ojos otras vez y esnifó ― Siento no haber sido la madre que debías haber tenido ― Yulia quería dudar de la sinceridad de la mujer que tenía delante, de pasar los temblorosos labios y lágrimas como un intento desesperado de ganar su simpatía, pero no podía negar que había arrepentimiento de corazón y dolor en la voz de su madre.

―Yo también ― dijo sacando un cigarrillo y encendiéndolo ― Yo también ― repitió suavemente. Sus oídos captaron el sonido de Daryna y Elena hablando en el salón, más bien acaloradamente si el creciente volumen era una indicación de ello.

Intentó escuchar pero solo cogió una palabra o dos a la vez que las voces volvían a bajar. Mirando su cigarrillo, Yulia dejó que los segundos se convirtieran en minutos, el silencio únicamente roto por el tic-tac del reloj de la cocina y de las pisadas de los niños al correr por el pasillo.

Estaba cansada. Cansada de todo el enfado, todas las lágrimas, todo el dolor. Nada iba a cambiar la pesadilla que fue su infancia.

Era hora, si no de perdonar el pasado, vivir con el presente. Tomando aire fuertemente, levantó la cabeza y miró fijamente a los ojos brillantes de su madre.

― No puedo perdonarte por lo que pasó ― dijo ― Pero no te odio ― Levantándose, apagó su cigarrillo ― Supongo que solo quería que lo supieras ― dijo volviendo a colocar la silla en su sitio ― Elena y yo nos vamos a marchar ahora ― dijo caminando hacia la puerta.

―¿Yulia?― Se paró delante de la puerta y se giró para mirar a su madre.

―¿Sí? ― Larissa se levantó descansando sus manos en la mesa para ayudarse.

―Gracias ― dijo, permitiendo que rodara una lágrima por su mejilla. Yulia la miró incómoda.

―Sí, bueno…― puso su mano en la puerta ― Lo hice por mi ― Empujó la puerta y salió antes de que Larissa pudiera decir nada.

Viktoria saltó desde su asiento en el suelo tan pronto como Yulia entró en la habitación.

―¿Discutieron tú y la abuela?

―No Vika, no discutimos ― dijo mientras veía a su sobrino sentado en frente de la televisión totalmente concentrado en un videojuego de carreras ― Estuvimos hablando y se está haciendo tarde, así que Elena y yo tenemos que volver a casa ― Escuchó el gruñido de la puerta de la cocina al abrirse detrás de ella. Moviéndose a un lado vió a Daryna ayudando a su madre a sentarse en el sofá ― Te llamaré mañana ― dijo cuando pasaba junto a su hermana. Daryna asintió pero no dijo nada ― Bien, como  sea ― Agachándose para abrazar a Viktoria ― Sé buena, ¿está bien?

―Si, tía Yulia. ¿Cuándo vas a volver?

―Pronto ― dijo ― O tú puedes venir a mi casa ― Los ojos de Viktoria brillaron.

―¿Cuándo?― Poniéndose en duda, miró directamente a Elena.

―Uh…no lo sé.

―¿Qué hay la semana que viene? ― sugirió la pelirroja ― Eso me dará tiempo para prepararlo todo ― Yulia sabía que a lo que se refería su amante era a esconder todo lo rompible de las manos curiosas de los niños.

―Si, la semana que viene está bien si a tu madre le parece ― le dijo a su sobrina. Daryna asintió.

―Tan pronto como tengas esa habitación limpia y ordenada ― dijo.

―¿Puedo ir yo también? ― preguntó Samir desviando su atención del videojuego por unos segundos.

―Sí, tú también puedes venir ― dijo Yulia.

―Las acompañaré al coche ― dijo Daryna ― Samir, tus juguetes están esparcidos por todas partes. Recógelos y ponlos a un lado, por favor.

―Ya voy mamá.

―Yo le ayudaré ― añadió Viktoria, arrodillándose y recogiéndolo todo. Yulia se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta, Elena y Daryna detrás de ella.

―¿Qué? ― preguntó Yulia tan pronto estuvieron fuera.

―¿Qué le dijiste? ― preguntó Daryna.

―Umm, iré a encender el motor para que vaya calentándose ― ofreció la pelirroja, aunque no hacía tanto frío como para eso.

―Solo hablamos ― le dijo Yulia a Daryna mientras Elena se alejaba ― Nada de lo que tengas que preocuparte.

―Bien, me preocupo ― dijo la mujer ― Tú eres mi hermana y ella es mi madre. Te pasaste la mitad de la noche lanzándole miradas y no le has dicho una sola palabra agradable desde que volviste. ¿Y se supone que no debo preocuparme? ― Yulia sacó los cigarrillos de su bolsillo y le ofreció uno a su hermana.

―No puedes esperar que todo vaya maravillosamente bien entre nosotras ― dijo mientras cogía uno para ella misma y lo encendía ― Y nunca voy a ser tan agradable con ella como lo eres tú, así que no lo esperes.

―¿Pero…?―Inhalando profundamente, Yulia dio una gran calada de su cigarrillo antes de contestar.

―Pero si no intenta actuar como la madre del año o como si se preocupara por mí, creo que podemos llegar a comportarnos civilizadamente la una con la otra.

―Y quién sabe lo que puede pasar a partir de ahí ― dijo Daryna, añadiendo su humo a la nube que ya les rodeaba.

―No presiones tanto ― advirtió la ojiazul ― Estoy segura que Doc y yo tendremos una endemoniada sesión sobre esto. Bueno, y ¿De qué hablaron Elena y tú?

―De qué va a ser ― dijo Daryna ― de ti, pero le dejaré a ella que te lo cuente.

―Dímelo.

―Dime tú lo que le dijiste a mamá ― contestó mosqueándo más a la morena ― ¿Ves?, así que pregúntale a tu novia y yo le preguntaré a mamá y así ambas lo sabremos.

―Eres como un grano en el culo, ¿lo sabias? ― dijo golpeando a su hermana con el codo ― Siempre lo fuiste.

―Tú también ― dijo Daryna ― Viktoria se parece mucho a ti. Vas a pasarlo muy bien con ella la semana que viene. Se mete en todo ― Yulia dejó caer su cigarrillo al suelo y lo apagó pisándolo con su zapatilla.

―Estoy segura que puedo arreglármelas con ella durante unas horas.

―¿Horas?. No, te la vas a quedar todo el fin de semana.

―Uh, uh para todo el fin de semana, no ― dijo agitando la cabeza ― De ninguna manera.

―¿Qué hay de una noche?

―Si no hay elección.

―Entonces supongo que durante las vacaciones de verano está fuera de discusión ¿uh? ― bromeó Daryna ― Ah, no hay problema. Escucha, mejor te dejo y así ustedes dos podrán llegar a casa pronto. Dile a Elena que le deseo buenas noches, ¿si?

―Claro, hasta luego ― Yulia se giró para marcharse cuando se encontró detenida por Daryna que la cogía para abrazarla.

―No irías a marcharte sin darle un abrazo a tu hermana más grande, ¿verdad?

―Ya no eres exactamente mi hermana más grande ― dijo la pelinegra.

―Cierto, por el pecho ― dijo la mujer apartándose.

― Bien, hablaré contigo mañana.

―Bueno, ¿Y de qué hablasteis ustedes dos? ― preguntó Yulia mientras cerraba la puerta del coche.

―De nada importante ― dijo Elena poniendo la directa y apartándose de la acera ― ¿Qué tal tú y tu madre?

―Creo que hemos llegado a un entendimiento ― dijo ― pero no esperes que vaya a buscarle algún regalo para Navidad o algo así.

―¿Estás bien? ― Yulia estuvo mirando a través de la ventana durante unos segundos antes de contestar.

―Sí, eso creo ― Sonrió cuando sintió que Lena le apretaba la rodilla reconfortantemente ― Estaré bien, de verdad. Es solo…no sé, el cansancio ― Entrelazó sus dedos con los de la pelirroja ― Te quiero.

―Yo también te quiero ― dijo Elena apretando sus manos unidas ― ¿Quieres que paremos en el parque antes de ir a casa? Hace un poco de frío, pero podemos caminar un poco por el paseo si quieres.

―No, solo quiero ir a casa ― dijo Yulia apretando su frente contra el frío cristal ― Ir a casa y meterme bajo una bonita y gruesa manta contigo.

―Suena bien, sabes que me encanta enroscarme contigo ― dijo Elena bajando la velocidad para incorporarse a la autopista.

―Sí, y entonces puedes contarme de lo que hablasteis Daryna y tú.

―¿Realmente quieres saberlo? ― dijo Elena ―Está bien. Le dije que pensaba que estaba siendo injusta contigo y que debía dejarlas hablar, a solas― Yulia bajó la ventanilla unos centímetros y sacó un cigarrillo.

―¿Y qué dijo ella? Oí cómo levantaron las voces un par de veces.

―Primero envió a los niños a que se pusieran sus pijamas. Me alegro de que lo hiciera, porque no quería discutir con ella en frente de los niños.

―Sí, suena como una buena idea ― dijo Yulia― ¿Y?

―Así que primero intentó decirme que se trataba de un asunto familiar y que debía permanecer al margen y yo le dije que cuando tenía que ver contigo, también era mi problema porque te amo ― dijo Elena ― Le señalé que mientras ella había tenido alrededor de diez años para aclarar sus sentimientos sobre vuestra madre, tú tan solo comenzabas a lidiar con ellos y que debería ser más comprensiva.

―¿Oh, si? ― Yulia le dio una larga calada a su cigarrillo ― Parece que se lo dejaste claro, mi héroe ― se inclinó hacia un lado y presionó sus labios contra el hombro de Elena ― Me alegra de que estuvieras allí conmigo.

―Siempre ― prometió Elena.


CONTINUARÁ....
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/21/2021, 1:29 pm

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Es increíble como el amor puede con todo!


Capítulo Cuarenta y Nueve


―Brrrrrr, ¿apagaste la calefacción antes de irnos? ― preguntó Yulia cuando entraron en el apartamento ― Casi estamos en Noviembre, ¿sabes?

―Haces que suene como si viviéramos al norte del país ― dijo Elena mientras la ojiazul subía el termostato unos grados ― No puede haber menos de 5 grados ahí afuera.

―Aún así hace frio ― refunfuñó mientras se quitaba su chaqueta y la ponía en el armario junto con la de Elena. Sus deportivos fueron los siguientes, ésta vez guardados ordenadamente en el baúl cerca de la puerta.

―Bueno, puedo sugerir algo para mantenernos calientes ― dijo la pelirroja deslizando sus brazos alrededor de la cintura de Yulia.

―¿Oh, si? ¿Cómo qué? ― preguntó inclinándose hacia atrás sobre el cálido cuerpo de su amante.

―Estaba pensando en nosotras, desnudas ― Elena bajó su voz hasta convertirse en un ronco susurro ― Un baño humeante con muchas burbujas. Todavía no hemos tomado un baño o una ducha juntas. Puede ser divertido ― Acariciando la oreja de Yulia con su nariz, inhaló el aroma del champú mezclado con el humo del tabaco ― Te relajará ― Yulia soltó un bufido juguetón.

―No creo que relax sea precisamente lo que tienes en mente.

―Tienes razón ― susurró moviendo sus manos perezosamente por las costillas de Yulia. Llegando al primer botón, lo abrió lentamente ― Tú, yo…― otro botón abierto revelando un pedazo de piel ― Agua caliente con mucho jabón que hace que todo esté más resbaladizo y agradable ― Unos rápidos tirones más y la camisa de Yulia fue liberada, los restantes botones abiertos con facilidad. Sus dedos llegaron a los ganchos de la espalda del sujetador mientras sus labios se acercaban a los de la pelinegra.

Ese era todo el ánimo que necesitaba Yulia para seguirla escaleras arriba hacia el baño. Después de poner el tapón para llenar la bañera, Elena abrió los grifos de agua fría y caliente, ajustando sus intensidades hasta que la tuvo a la temperatura adecuada.

―¿Quieres burbujas? ― preguntó.

―Claro, si tú quieres ― dijo Yulia de pie en medio del baño todavía completamente vestida. Elena cortó el agua y se puso de pie.

―Hey ― dijo pasando sus brazos alrededor de la cintura de la morena ― ¿Necesitas ayuda? ― fue contestada por los labios de Yulia moviéndose contra los suyos. Tomándolo como un sí, profundizó el beso y con sus manos deslizó la camisa de la ojiazul por sus hombros. Antes de que intentara doblarla, como siempre, se la quitaron de las manos y fue lanzada contra la puerta, sujetador incluido.

―No tienes elección ― susurró Volkova contra sus labios, sus manos moviéndose entre sus cuerpos y deslizándose por debajo de la gruesa sudadera.

Elena se estremeció mientras unos dedos juguetones subían por su torso y danzaban sobre sus pechos cubiertos por el sujetador.

―Sigue haciendo eso y no nos meteremos nunca en la bañera ― dijo dando un paso atrás y quitándose su sudadera y sujetador. Sonrió indulgentemente cuando Yulia se los cogió para añadirlos a la pila de ropa junto a la puerta ― No puedo creer que te deje hacer eso ― dijo empujando a Yulia más cerca.

―Lo próximo sabes que será dejar los platos sucios en el fregadero durante toda la noche ― dijo Yulia.

―Nunca ― anunció, gimiendo suavemente por la cálida sensación del cuerpo de su amante contra el suyo ― Se está calentando esto ― dijo en tono lascivo.

―Lo sé ― dijo Yulia cerrando los ojos mientras sus manos se deslizaban por la nuca de Elena ― El espejo está todo empañado.

―Oh, ¿es así cómo lo sabes? ― preguntó la escritora, su sonrisa burlona haciendo juego con la de su amante. Enganchando los dedos por dentro de la cinturilla de los vaqueros de Yulia, desabrochó el botón suavemente y bajó la cremallera ― ¿Crees que es a causa del agua caliente?

―No ― dijo la joven mujer. Elena empujó los pantalones por las caderas de Yulia.

―¿Crees que es porque subiste el termostato cuando vinimos a casa?

―No.

―Hmmm ― Elena hizo una mueca pensativa mientras guiaba despacio a Yulia para apoyarla contra la pared ― Bien ― dijo mientras se arrodillaba para terminar de bajar los pantalones y sacarlos primero por un pie y después por el otro ― Debe ser entonces porque estamos medio desnudas y a punto de hacer el amor ― Yulia sonrió y asintió.

―Sí, debe de ser eso ― Incapaz de resistirse a los suaves muslos que tenía a tan solo unas pulgadas de ella, Lena se inclinó hacia delante y besó la cremosa piel ―Eres tan preciosa ― dijo mientras sus manos subían y bajaban por sus piernas.

―¿Quién es ahora la que está manteniéndonos alejadas de la bañera? ― preguntó Yulia mientras su pecho se alzaba y bajaba notablemente. Encantada con el efecto que sus caricias estaban provocando, Katina se dio a sí misma una satisfecha sonrisa y finalizó su tarea, plantándose solo cuando Yulia estuvo completamente desnuda. Presionando sus cuerpos juntos, la pelirroja le dio un largo y pasional beso.

―¿Podrías abrir el agua otra vez y añadir las sales de baño?

―Claro ― dijo Yulia sin darse cuenta, girándose inmediatamente, dándole la espalda a Lena e inclinándose para llegar a los grifos.

―Bonita vista ― dijo la escritora quitándose la ropa que le quedaba ― Sabes, si te quedas justamente así… ―Yulia miró el borde de la bañera y gimió ante la sugerencia.

―No puedo creer lo fácil que es para ti hacerme sentir así.

―Tú tienes el mismo efecto en mi ― dijo Elena, moviéndose directamente detrás de Yulia y pasando sus manos suavemente a lo largo de la espalda desnuda de la mujer ― A veces tan solo me miras y estoy lista, si sabes a lo que me refiero ―Escuchó y sintió la risa de Yulia entendiendo lo que decía ― En serio ― dijo haciendo que la ojiazul se irguiera y girándola quedándose cara a cara ― Es más que algo meramente físico ― Se detuvo para juntar sus labios mientras sus dedos recorrían la parte superior de la espalda de Yulia ― Cuando me miras, puedo sentir tu amor dentro de mí― Yulia sonrió tímidamente.

―¿Vas a empezar a hablarme tiernamente otra vez?

―¿Si quieres que lo haga? ― dijo mientras empujaba la cortina para descorrerla ― O podemos meternos en la bañera y demostrártelo.

―No parece que haya mucha agua ― dijo Yulia mientras se ayudaban la una a la otra a entrar.

―No te preocupes por eso ― dijo Elena mientras se sentaba y se movía lo más hacia atrás que podía. Somos dos aquí adentro. Confía en mí, hay más que suficiente agua ― Sus cuerpos se acomodaron juntos mientras hacían espacio para las piernas y brazos. Envolviendo sus brazos alrededor del torso de Yulia, empujó a su amante más cerca y le besó el hombro ― Te quiero.

―Mmm, yo también te quiero ― dijo Yulia moviendo sus manos arriba y abajo sobre los muslos de la pelirroja ― Nunca he hecho esto. Tomar un baño con alguien, quiero decir. Bueno, excepto con Daryna cuando éramos pequeñas, pero eso no cuenta.

―No, no cuenta ― estuvo de acuerdo Elena, moviendo sus pulgares en un perezoso arco sobre la parte baja de los pechos enjabonados de Yulia ― Olvidé contarte ciertas ventajas de ser la que está detrás.

―Ya veo ― dijo la morena reclinándose, de modo que su nuca descansaba sobre el hombro de su mujer ― Entonces estar delante también tiene sus propias ventajas ― Recogiendo pilas de burbujas con sus manos, Elena juguetonamente cubrió los pechos de Yulia.

―Agradable ― susurró sintiendo los endurecidos pezones presionar contra las palmas de sus manos.

―Qué gusto ― murmuró la ojiazul. Sus ojos estaban cerrados y una suave sonrisa cruzaba sus labios ― Obviamente ésta no es tu primera vez en una bañera ― Elena sonrió.

―No es como si hubiera tenido una lista interminable de mujeres entrando y saliendo ― dijo ― Pero digamos que sé lo que hago.

―No tengo quejas ― dijo Yulia.

―Uh huh ― dijo Elena con recelo, frotando sus pulgares adelante y atrás sobre los erectos pezones.

― Eso no es lo que dijiste anoche. Si lo recuerdo correctamente, me llamaste zorra.

―Estabas torturándome ― señaló Yulia ― Si hubieras esperado mucho más, habría tenido que bajar y hacérmelo yo misma ― Elena rió, recordando cómo había probado la paciencia de su amante de forma juguetona.

―Pero tienes que admitir que la espera valió la pena. No tengo la intención de acelerar las cosas ésta noche tampoco ― advirtió. Yulia gimió y se arqueó con sus caricias, haciendo que el agua pasara entre sus cuerpos ― Agradable y lento ― dijo Elena en tono seductor moviendo sus manos hacia abajo por el cuerpo de Yulia hasta que se hundieron bajo el agua, entonces subiéndolas otra vez para volver a capturar los duros pechos ― Agradable y lento― repitió otra vez con un susurro lascivo antes de recorrer con su lengua el camino desde el cuello de Yulia hasta su oreja.

―Vas a volverme loca ― dijo la morena mientras los ocupados dedos de su amante pellizcaban y apretaban sus pezones.

―¿Ves lo que ayuda el jabón? ― preguntó Katina mientras volvía a acariciar los pechos antes de que sus pellizcos fueran dolorosos ― Tal vez debería quedarme por aquí arriba un rato ― Abriendo sus dedos cubrió los pechos de Yulia y los apretó ― Para asegurarme de que están limpios ― dijo a modo de explicación.

―Estaba equivocada ― dijo Yulia mirando hacia arriba a Elena ― Eres una grandísima zorra.

―Una grandísima zorra que te ama ― dijo, moviendo sus manos por debajo del agua otra vez, ésta vez llegando hasta la curva de las piernas de su amante y abriéndose paso suavemente por entre los rizos más oscuros ― Podría pasarme todo el día tocándote ― confesó, disfrutando la manera en que las caderas de Yulia se alzaron en respuesta a sus gentiles caricias.

Viendo las espesas burbujas tapando totalmente los pechos de la joven, sintió la necesidad de volver a visitarlos, pero cuando comenzó a subir sus manos, notó sus muñecas sujetas en un firme agarre.

―Ya está bien ― dijo Yulia retorciendo su cuerpo hasta que estuvieron cara a cara. Antes de que Elena pudiera reaccionar, se encontró a sí misma aplastada contra la pared de la bañera ― ¿Piensas que eres la única que puede torturar? ― le preguntó mientras un insistente muslo presionaba entre sus piernas ― Recuerda que yo fui streaper. Y cuando se trata de torturar, soy una experta.

―Oh, es tan agradable ― señaló Elena, rindiéndose felizmente a lo que su amante tuviera en mente.

―Creo que me gusta ésta idea de la bañera ― dijo Yulia deslizándose hacia abajo para frotar su mejilla contra el pecho de Katina.

―Me alegro ― dijo Elena envolviendo a Yulia con sus brazos para acercarla.

―Es endiabladamente pequeña ― dijo mientras intentaba retorcer su mano entre sus cuerpos ― Necesitamos una bañera más grande para hacer esto.

―Realmente no ― dijo Elena irguiéndose para darle más espacio a su amante ― Únicamente necesitamos aprender nuevas posiciones.

―¿Antes o después de que me ahogue? ― preguntó deslizándose hacia abajo y acariciando con sus labios el suave estómago de Elena mientras sus dedos jugaban ociosamente sobre los pechos de la escritora.

―Tal vez el baño no era tan buena idea, después de todo ― dijo Elena bajando sus brazos y subiendo a Yulia para besarla.

―¿Por qué? ― preguntó con fingida inocencia mientras sus dedos apretaban los pezones de Lena ― ¿Hay algo que querías?

―Sí, algo que tú haces muy bien ― dijo Elena.

―¿Creí que lo que dijiste era que tan solo teníamos que aprender nuevas posturas? ― contestó Yulia moviendo su mano izquierda entre sus cuerpos y deslizándose por debajo del agua.

―No creo que haya una postura que sea cómoda para las dos para lo que quiero hacer aquí adentro ― dijo Elena levantando su rodilla para darle un mayor acceso a su amante. Jadeó cuando los dedos de Yulia encontraron su objetivo.

―¿Crees que ya estamos suficientemente limpias? ― preguntó Yulia mientras sus dedos frotaban suavemente adelante y atrás el lugar más sensible de la ojiverde.

―Oh, si ― silbó Elena dejando caer su cabeza hacia atrás contra la pared y cerrando los ojos mientras sus caderas se movían por voluntad propia.

―¿Quieres que salgamos? ― preguntó la morena moviendo sus dedos tentativamente hacia abajo hasta situarse justo en la entrada de Elena.

―Quiero….oooh ― comenzó Lena cuando sus caderas se alzaron mientras unos dedos la llenaban ― Oh Dios, no pares, cariño, por favor no pares ― El calor la consumía subiendo en espiral hacia arriba hasta que Elena sintió comenzar las palpitaciones. En ese momento de absoluta vulnerabilidad, ciegamente se inclinó y atrajo la boca de Yulia a la suya. La morena se mantuvo allí, presionando profunda y fuertemente intentando hacerlo lo mejor posible para prolongar el placer de su amante. No había otro mundo, ni familia ni amigos. Todo lo que existía eran sus corazones y almas compartidas, declaraciones de amor y devoción expresadas con sus cuerpos en lugar de con sus voces.

Cuando finalmente trató de hablar, le salió apenas un chirrido, y Elena tuvo que tragar y comenzar de nuevo.

― No me puedo mover ― dijo. Yulia sonrió con autosatisfacción, recorriendo con su dedo las clavículas de Elena.

―Algo así como lo que me haces tú a mí, ¿eh?

―Eso es diferente ― jadeó Katina con su respiración todavía sin normalizarse ― Normalmente tú puedes funcionar después de todo. Yo no puedo mover un solo músculo.

―Entonces tendremos que quedarnos aquí ― dijo Yulia haciendo una mueca. Elena la miró y frunció el ceño.

―Estás completamente encantada contigo misma ― dijo atrayéndola para besarla ― Te quiero.

―Yo también te quiero ― dijo Yulia acomodándose de manera que su cabeza descansara sobre la curva del cuello de Elena.

Pasaron minutos interminables mientras se abrazaban la una a la otra en el agua fría hasta que Lena se estremeció y se le puso la piel de gallina.

―El agua está fría ― dijo despacio.

―¿Va siempre a ser así? ― murmuró Yulia sin levantar la cabeza de su suave almohada.

―¿Quieres decir si voy a responder siempre así contigo? ― preguntó Elena. Yulia agitó su cabeza.

―Quiero decir…―hizo una pausa para asegurarse de cómo expresar sus pensamientos con palabras ― ¿Sentirás siempre lo mismo que sientes ahora por mí? ― Ignorando el frío por un momento, Lena miró hacia abajo y levantó la barbilla de Yulia.

―No puedo imaginar no sentirme de este modo contigo ― dijo suavemente ― Lo significas todo para mí y el pensamiento de que no estés aquí conmigo duele demasiado como para pensar en ello. Te quiero, Yulia. Sé que suena egoísta, pero quiero todo lo que puedas darme y más. Quiero ser la única a la que toques haciendo el amor y yo ser la única que te toque. Quiero que seas lo primero que vea por las mañanas al despertarme y lo último cuando me vaya a dormir. Quiero abrazarte cuando llores y reírme contigo cuando estés contenta. Quiero ser tu caballero andante cuando necesites protección y tu damisela cuando seas tú la que necesite proteger a alguien. No quiero tan solo una relación contigo ―dijo moviendo sus dedos para trazar el contorno de los labios de la morena ― Quiero una vida contigo.

Al principio se alarmó cuando vió aparecer las lágrimas en los ojos de su amante, pero rápidamente Elena se dio cuenta de que eran lágrimas de felicidad y abrazó a Yulia incluso más fuerte.

― Te quiero ― dijo besándole la cabeza ― Y no me iré a ninguna parte.

―Yo también te quiero ― dijo Yulia, esnifando mientras volvía a estar bajo control. Suavemente acarició el brazo de Elena.

―Hey ¿A qué vino eso? ― dijo la escritora con fingida indignación.

―Ya sabes lo que me haces cuando me hablas de esa forma ― dijo Yulia provocando la risa de Lena.

―Haces que me ablande tanto como el suavizante de la ropa ― dijo Elena. Sintió los labios de Yulia en su cuello, la suave lengua deslizándose para probar su sabor. Gimió, sabiendo que no podría resistir las caricias de su amante como no podía resistir sin respirar ― Hay una bonita y caliente cama en la habitación de al lado ― intentó.

―Uh huh ― murmuró Yulia moviéndose hacia abajo para capturar el pecho izquierdo de Elena con su boca mientras su mano le hacía compañía a su otro pecho.

―Yulia ― llamó Elena, abriendo automáticamente las piernas a pesar de su deseo de cambiar la acción a otro sitio.

―¿Realmente quieres malgastar el tiempo con las toallas?― preguntó Yulia con la boca llena de carne.

―No ― estuvo de acuerdo Elena, importándole un poco el hecho de lo mojadas que acabarían las sábanas.

―¿Entonces qué te detiene? ― bromeó Yulia mientras torturaba el pezón con sus dientes.

―¿Quién está siendo ahora la zorra? ― preguntó Elena mientras acariciaba la espalda de su amante ― Vas a ser mi muerte.

―No antes de que salgamos de aquí y nos metamos bajo las mantas ― dijo Yulia mientras se levantaba y las burbujas se escurrían por su cuerpo ―Hace frío aquí ―Elena se rió y buscó la mano de la morena, sabiendo que no dormirían hasta dentro de un rato.




Question Question Question

Epílogo en un rato
RAINBOW.XANDER
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por Fati20 3/21/2021, 2:14 pm

Hola hoy como te sientes de la gripe?? La verdad si da mucha tristeza q termine la historia ha sido tan especial y linda pero sé q muy rápido encuentras una historia increíble para darnos siempre ha sido así
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por RAINBOW.XANDER 3/21/2021, 2:43 pm

Gracias una vez más por compartir esta historia juntas y por haberla hecho tan suya como siempre. Fati20, estoy un poco mejor, gracias por preguntar. Estaré en cama unos días más, pero estaré por acá.

Disfruten del epilogo y de nuevo, mil gracias...

Pronto, una nueva historia.



EPÌLOGO


―¿Estás segura que éste es de la clase que no pierde las agujas? ― preguntó Elena mientras cargaban el enorme árbol para meterlo en casa.

―¿Cómo puedo saberlo? ― dijo Yulia ― Espera, tengo que girar por aquí.

―¿Estás segura de que ese pie es suficientemente grande? No quiero que sobresalga.

―No va a sobresalir y el pie es lo suficientemente grande ― dijo Yulia mientras reculaba hacia la esquina destinada al Árbol de Navidad ― ¿Cuánto tiempo tenemos hasta que tengamos que salir hacia el aeropuerto?

―El avión de tía Valya se supone que llega a las 16:30 ― dijo Elena ― Estás junto a la pared.

―Lo sé, aguanta, voy a ponerlo sobre el pie y sujétalo mientras te vas acercando y levantándolo. Entonces lo sujetaré con los tornillos y estará listo ― dijo Yulia mientras se agachaba ― ¿Crees que podemos decorar ésta cosa en las próximas dos horas?

―Eso espero, de otro modo vamos a obtener la ayuda no solicitada de tía Valya ― dijo Elena ― ¿Estás bien ahí abajo?

―Sí, solo intenta ir acercándote despacio ― dijo Yulia ― Todavía digo que las luces tienen que ser intermitentes. De otro modo, ¿Por qué molestarse en ponerlas?

―Luces multicolores parpadeando ― dijo Elena desaprobadoramente ― ¿Por qué no ponemos un Santa y un muñeco de nieve luminosos en el césped?

―Me gustan los Santa luminosos ― protestó Yulia ― Bien, aguántalo ahí. Voy a sujetarlo al suelo.

―Son comerciales y feos ― dijo Elena.

―Es Navidad, Sr. Scrooge ― dijo la morena mientras se apartaba de debajo del árbol y se plantaba ― Suéltalo ― Se quedó allí de pie pasando el brazo alrededor de la cintura de Elena ― Nuestro primer árbol de Navidad.

―Es más grande de lo que parecía en la tienda de árboles ― dijo la escritora.

―¿Es ese “más grande” bueno o malo? ― preguntó Yulia ― Dijiste que podía elegirlo y pensé que éste tamaño estaría bien.

―Es un buen tamaño ― dijo Elena de forma tranquilizadora ― Solo que no sé si tendremos suficientes adornos para cubrirlo. Madre solo me dio un par de cajas de adornos y luces.

―No puedo creer que nunca antes te molestaras en poner un árbol de Navidad ― dijo la ojiazul descansando su cabeza sobre la parte superior del pecho de Elena.

―Cuando era como Vika, pasábamos los días de una casa en otra. No tenía sentido preocuparse en poner un árbol en una casa donde posiblemente no estaríamos ― Elena dio un paso atrás y abrió una de las cajas que había encima de la mesita de café ― Y, por supuesto, nosotras no vamos a estar la mayor parte del día aquí ― Escrutó el árbol ― ¿Cómo se puede saber si es el tipo de árbol que pierde las agujas?

―¿Cuando un montón de ellas estén sobre la alfombra? ― dijo la pelinegra ― No lo sé, llama a alguien y pregúntale.

―Viktor lo sabrá ― dijo Elena ― Espera a ver lo que hace en Navidad.

―Mihail dijo que se podría ver su casa desde el espacio ― dijo Yulia mientras le cogía a Elena el cordón de luces ―¿Cuántos tienes de éstos? ― Lena miró la caja.

―Hay dos más como ese en la caja y otro con bombillas blancas grandes. En la otra caja están las cintas y el resto de adornos.

―Necesitamos más luces ― dijo Yulia convencida mientras colocaba una tira de luces entre las ramas más bajas ― Tal vez podamos ir a comprarlas después de recoger a Valya ― dijo esperanzada. Elena le ofreció esa mirada indulgente que significaba que ella ganaba ― Estupendo, prometo no pasarme.

―Tu definición de pasarte y mi definición de pasarse son dos cosas muy diferentes, estoy segura ― dijo Elena mientras desenredaba una tira de luces ― ¿No deberíamos encenderlas y probar si funcionan primero?

―Sí, eso tiene sentido ― dijo la morena agachándose para enchufarlas. Luces rojas, claros, azules y naranjas comenzaron a brillar sobre las claras ramas ― Ésta funciona ― La desenchufó y cogió la que sostenía Elena.

― Ésta también funciona pero no parpadea.

―Eso no es el fin del mundo ― dijo Lena mientras seguía deshaciendo los nudos ― Además, creo que tienes que dejar que se calienten un poco antes de que comiencen a parpadear ― Se agachó y rodeó los hombros de Yulia con su brazo ― Y si no parpadean podemos comprar unas nuevas.

―Me estoy comportando como una niña con esto ¿eh?

―Un poquito ― dijo la pelirroja con una sonrisa ―Pero está bien. Creo que es muy lindo ― Besó la punta de la nariz de Yulia y se puso de pie ― Para ser honesta, no he estado tan emocionada por la Navidad en años. El árbol fue una buena idea ― Yulia se plantó también. Conectando el final de una de las tiras de luces con el principio de otra.

―¿Te das cuenta que van a ser las primeras Navidades desde que era niña que no voy a estar borracha?

―O colocada ― añadió Elena.

―Te diste cuenta, ¿verdad? ― miró hacia abajo a la tira de luces que sostenía, inconsciente de la sonrisa que cruzaba por sus labios ― No dijiste nada.

―Tú tampoco dijiste nada ― dijo la escritora ― Al principio no sabía si lo habías dejado o solo apartado de momento. Creo que no lo has hecho en al menos dos semanas.

―Veinte días ― dijo Yulia ― Y no lo aparté. Yo solo…― se alzó de hombros ― No lo sé.

―Lo cierto es que no me estoy quejando ― dijo Elena.

―Esperaba que lo notaras sin tener que decírtelo ― sonrió abiertamente.

―Oh vamos, nunca terminaremos con éste árbol ― Golpeando las manos de Elena dijo ― suéltame y así podré terminar esto e irnos a la cama ― Una vez libre del abrazo de su amante, rodeó el árbol con las luces ― Ya está. Probablemente no sea tan bonito como el de tu madre o el de Viktor, pero servirá.

―No tiene que ser tan bonito como el de mi madre o el de Viktor ― dijo Elena ― No es una competición.


[…]


―Pensé que dijiste que no era una competición ― dijo Yulia desde su posición recostada sobre el sofá.

―Y no lo es ― dijo Elena mientras movía los adornos púrpura…..otra vez.

―¿Entonces por qué estuviste levantada toda la noche?

―Porque el árbol no está simétrico ― dijo Elena dando un paso atrás ― ¿Ves?, todavía hay demasiado verde en ésta zona.

―Lo sé, y demasiado rojo en la parte de arriba ― señaló Yulia habiendo escuchado a su amante señalar todas las imperfecciones de su árbol desde que se levantara y la encontrara junto a él ― ¿A quién le importa? ― Elena cuidadosamente sacó una bola verde del árbol y la dejó en la caja.

―Ahora sabes la verdadera razón por la que Svetlana y yo nunca tuvimos un árbol.

―Te obsesionas demasiado, ¿cierto? ― se quejó Yulia mientras se erguía y estiraba ― Nadie se va a dar cuenta.

―Casi he terminado ― dijo Elena ― Solo necesito mover algunos de los de la punta a éste lado e incluso quitar adornos. Tampoco creo que sea una buena clase de árbol. Encontré varias agujas en el suelo.

―¿Y qué esperabas si no paras de mover las cosas de un lado para otro? ― dijo Yulia ― Sé que el botón de esa tira de luces no está donde la dejé ayer.

―Estaban demasiado bajas ― explicó Elena mientras colgaba un adorno en la rama ― Además, ahora está mejor.

―El próximo año vas a adornar el árbol tú solita ― dijo la morena mientras se levantaba y se dirigía hacia la cocina ― No creas que no las he oído hablar a ti y a tu madre sobre…― hizo comillas con los dedos ― el árbol perfecto. ¿Quieres café?

―Suena bien, gracias ― dijo Lena poniendo el último adorno y encendiendo las luces ― Ahí está. Perfecto ― dijo haciéndose hacia atrás para inspeccionar su trabajo manual. Yulia volvió de la cocina llevando dos tazas de café.

―Está muy bonito ― dijo, aunque pensó que no había nada malo en la forma que estaba adornado la noche anterior ― Bonito e incluso…ah…

―¿Ves cómo hay un equilibrio en los colores? ― dijo Elena orgullosa mientras cogía la taza de café ― Es simétrico y estéticamente agradable a la vista.

―Está precioso ―dijo la morena ― El mejor árbol que jamás he visto.

―¿Estás siendo sarcástica? ― Cogiéndole la taza de café, Yulia dejó ambas sobre la mesita auxiliar y atrajo a su amante para abrazarla.

―Es nuestro primer árbol. ¿Cómo podría ser algo menos que el mejor?

―Te das cuenta que me estás dejando como una compulsiva ― señaló Elena.

―Lo sé ― admitió Yulia ― Pero es nuestro árbol y, obviamente te hizo feliz pasarte toda la noche trabajando con él.

―Lo hizo ― dijo Elena juntando sus labios ― Me alegro de que me convencieras de traer un árbol éste año.

―Yo también me alegro ― dijo Yulia disfrutando la sensación de sus cuerpos pegados ― Tendremos que hacer de esto una tradición anual.

―Creo que ya lo hemos hecho ― dijo Elena ―Te quiero.

―Yo también te quiero ― dijo Yulia abrazándola más fuerte ― Gracias por mi regalo ― Confusa, Elena se inclinó hacia atrás y la miró.

―Pero si Navidad no es hasta dentro de dos días y escondí tu regalo en casa de Svetlana. ¿Cómo sabes lo que es? ―Poniendo sus brazos alrededor del cuello de la ojiverde para traerla más cerca, dijo…

―No me refería a ese regalo, pero gracias por decírmelo, así puedo dejar de buscarlo por aquí.

―Entonces, ¿A qué te refieres?

―A éste regalo ― dijo besando la barbilla de Elena ― Tú. Tu amor. Hace seis meses tan solo existía y ahora…― la abrazó más fuerte ― Ahora siento por primera vez que vivo.

―Todo lo que hice fue apoyarte ― dijo Elena suavemente ― sonrió ― Yo únicamente iba moviéndome hasta que tú te mudaste y lo volviste todo patas abajo. A mi tranquilo, organizado y pequeño mundo entró ésta endemoniada pelinegra quien, a pesar de mis esfuerzos, robó mi corazón. Tengo tanta suerte de que te hayas enamorado de mí como que yo me haya enamorado de ti.

Yulia le sonrió alegremente y descansó su cabeza sobre su pecho mientras las brillantes luces del árbol llenaban su visión.

―Entonces supongo que ambas tenemos suerte ― dijo ― Te quiero.

―Yo también te quiero ― dijo Elena ― Siempre.

Juntas estuvieron de pie bajo las parpadeantes luces de su primer árbol de Navidad, sabiendo que habría obstáculos que vencer, problemas que resolver, pero sobre todas las cosas, se tenían la una a la otra para hacerles frente.

Siempre.




FIN


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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por Fati20 3/21/2021, 3:09 pm

Me alegro que estés mejorando 😊. Hay el siempre dulce amargo del final de un historia que llegas a querer tanto extrañaremos muchísimo a las chicas se merecían ser así muy felices. Estoy segura q la próxima historia estará increíble 😘😘😘 gracias por esta historia fue hermosa
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por Elena Sonda 3/21/2021, 8:56 pm

Maravillosa historia, lastima que ya se acabó, la extrañaremos ☹, gracias x haberla compartido 😊..... Mejorate pronto y espero leerte pronto con una nueva historia

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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por katina4ever 3/21/2021, 9:44 pm

Muchas gracias por compartir con nosotros esta historia, me ha encantado y lamento tanto que terminara, tus historias enganchan, llaman a querer leer más pero bueno, todo lo bueno llega a su fin. Esperemos seguir leyendo muy pronto más historias, saludos y que mejores pronto!! 🤗🤗
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

Mensaje por ccdkatina 4/10/2021, 4:08 am

Excelente historia me ha encantado una de mis favoritas espero seguir leyendo más historias tuyas te mando un abrazo y gracias por compartirla saludos 🤩😍🥰
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CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L. - Página 5 Empty Re: CORAZÓN DE CRISTAL (ADAPTACIÓN YULENA)// By: Miller B L.

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