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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/13/2022, 10:41 pm


Capítulo 59

—¡Jesús, Yul! — exclamó Olga, con el test de embarazo momentáneamente olvidado tirando en la cama a su lado mientras se levantaba rápido corriendo hacia su amiga quien estaba lentamente vaciándose agachada en el suelo, completamente. 

Yulia extendió una mano para equilibrarse y golpeó su espalda contra la pared al lado de la papelera, bajando su cabeza en un intento de acabar con su mareo que tenía encima.
                  
—Mierda — maldijo Olga mientras se agachaba al lado de la chica pequeña poniendo una mano sobre su hombro.
                    
Yulia se limpió la boca con la parte de atrás de su mano, con la otra aún apoyada en la papelera que tenía al lado.
                    
—¿Estás bien? — le preguntó Olga, con preocupación en su voz — ¿Debería llamar a alguien? — cuestionó.
                    
—No — le dijo la morena firmemente, levantando la mano que había usado para limpiarse la cara para ponerla en el brazo de Olga, tranquilizadoramente —Estoy bien.
                  
—Sí, eso parece — Respondió la castaña, con un tono serio pero sarcástico. Acarició la espalda de Yulia suavemente —De verdad creo que debería llamar a tu madre — dijo Olga y la morena, quien estaba girada ligeramente para así poder girarse hacia la papelera, se volteó completamente para encontrarse con la mirada preocupada de su mejor amiga.
                    
—No tienes que hacer eso — dijo Yulia, pero el color seguía ausente en su cara y estaba cubierta de sudor, su piel brillaba ligeramente bajo la fina capa de su frente — No es nada. Mi cerebro y mi estómago solo están teniendo un mal entendido. Se pasará en un momento.
                    
—Te ves como una mierda — le dijo Olga sin rodeos.
                   
—Ya me siento mejor — mintió, apoyando su cabeza contra la pared de al lado cerrando sus ojos durante un momento.
                    
—Eres una mentirosa — Dijo Olga, poniendo la parte de atrás de su mano en la frente de Yulia en un medio intento de comprobar su temperatura. La morena se sentó mejor en respuesta al roce de Olga y abrió los ojos.
                    
—Tienes razón — admitió mientras sus ojos luchaban por enfocarse en la cara de Olga abalanzándose hacia adelante rápidamente e inclinándose sobre la papelera, vomitando en ella de nuevo, con su pecho adolorido del esfuerzo de estar enferma mientras otra ola de náuseas la golpeaba. 
Olga le quitó el pelo fuera del camino y lo sostuvo contra su espalda, con la otra mano ayudando a equilibrar la papelera mientras la chica menor vomitaba.
                    
—Joder — se quejó la ojiazul cuando la bilis caliente que había estado atrás en su garganta hace tan solo unos momentos fue reemplazada con nada más que un espasmo muscular agonizante en su esófago mientras se secaba mucho. Yulia escupió en el recipiente varias veces mientras intentaba quitarse de la boca el sabor desagradable que ahora la ocupaba y se volvió a dejar caer contra la pared, poniéndose sobre su costado derecho, cerrando los ojos.
                
—Voy a llamar a tu madre — le dijo Olga con firmeza, con sus propios problemas ahora con poco peso ante la alarma que sentía por la salud de su amiga.

—No, por favor — dijo ella sin aliento, abriendo sus ojos de nuevo y extendiendo su mano poniéndola en el hombro de Olga —Está bien.

La morena tragó saliva con dificultad, con su garganta sintiéndose como si hubiera sido desgarrada en pedazos con muchas cuchillas afiladas.

—Sólo fue el shock, eso es todo...— admitió silenciosamente, cerrando los ojos de nuevo — No pensé que sería tan pronto.

—¿Quieres decir el juicio? — preguntó la castaña finalmente entendiendo, con sus ojos aún hinchados y rojos de sus propias ansiedades previas. 

La morena asintió con la cabeza lentamente en afirmativo y Olga sonrió tristemente ante la respuesta de Yulia, acariciando la frente de la chica más pequeña amablemente con su mano quitando unos cuantos mechones de pelo oscuro que habían estado pegados a su frente por el sudor, poniéndolos fuera de su cara.

—Yulia, irá bien, ya lo sabes — la tranquilizó Olga y esta abrió los ojos para encontrarse con los de su amiga — Va a ir a la cárcel. Está más que garantizado...

—No es eso — le dijo la morena intercediendo — El abogado de mis padre cree que le condenarán a un máximo de cinco años si no se extiende la sentencia por obstrucción a la justicia porque alteró las pruebas físicas — Cerró sus ojos de nuevo brevemente y tragó saliva otra vez, sintiéndose repentinamente de nuevo mareada — Yo solo... — empezó de nuevo, moviendo la cabeza de un intento de aclararla — Cuando escuché el mensaje me hizo pensar en el accidente de nuevo, eso es todo — divulgó — Me hizo recordarlo y supongo que solo estoy un poco abrumada por ello.

—¿Qué recuerdas? — le preguntó Olga mientras Yulia se limpiaba el sudor de su frente con la manga de su sudadera, abriendo los ojos.

Miró a Olga pero no dijo nada, con el recuerdo haciéndola sentirse nauseabunda de nuevo. 

—¿Podemos por favor hablar de cualquier otra cosa? — pidió Yulia, inhalando profundamente para intentar hacer que su cabeza dejara de dar vueltas —Como... ¿por qué no hablamos sobre el hecho de que no voy a tener que preocuparme porque haya una versión en miniatura tuya corriendo por aquí en nueve meses?

Olga visiblemente se echó hacia atrás después de la revelación de Yulia, con cada centímetro de tensión de su cuerpo con una ola de lágrimas inundando sus ojos como resultado de absoluto alivio.

—¿Estás segura? — preguntó a través de sus pequeños sollozos y Yulia señaló con dificultad hacia donde estaba el test en la cama, con el brazo temblando debido a su estado actual.

—En realidad no — contestó Yulia sinceramente, cerrando los ojos durante un mero instante — Volvería a comprobarlo si fuera tú...mi cabeza empezó a dar vueltas inmediatamente después de mirarlo y no estoy muy segura de confiar en lo que vi.
                
—Pero ¿piensas que era negativo? — preguntó la castaña con esperanza, mirando de nuevo a la cama, nerviosa. 

—Estoy muy segura de que lo era.— la animó Yulia, asintiendo con la cabeza en dirección a la cama. Hizo un movimiento para levantarse y cogerlo pero Olga la hizo permanecer en el sitio poniendo una mano amablemente contra su pecho. 

—No, yo lo cogeré — aseguró Olga, inclinándose y cogiendo el test en su mano rápidamente, bajando sus ojos para estudiarlo. 

Yulia escuchó a Olga reírse y tuvo que imaginar la amplia sonrisa de la cara de su amiga, con sus párpados aún firmemente cerrados mientras su cabeza estaba apoyada contra la pared una vez más, y la habitación aún dándole vueltas ligeramente. 

Cuando después los abrió, Yulia se encontró a Olga sentada a su lado una vez más, con una mano cubriendo su boca, la otra sosteniendo su test de embarazo delante de ella como si el resultado fuera a cambiar si quitaba los ojos de él. 

—Entonces, no voy a ser tía dentro de poco ¿no? — le preguntó la morena ya sabiendo la respuesta a la pregunta por la respuesta de Olga pero intentando hacer una broma. 

—No — contestó felizmente — No lo eres.

—Genial — comentó Yulia aún sintiéndose fatal, bajando su barbilla hasta su pecho mientras se echaba hacia adelante — Eso es genial Olga.

—Toma — dijo la castaña a través de sus lagrimas de alegría mientras se levantaba y ponía sus manos alrededor del torso de Yulia — deja que te ayude a ir a la cama.

—Creo que debería quedarme aquí un minuto — le dijo, aún sintiéndose un poco mal. 

—Te llevaré la basura — la tranquilizó Olga y Yulia se encontró con la vista de la castaña, asintiendo, decisivamente. 

—Vamos, levanta — instruyó Olga, acercando el cuerpo de la morena mientras intentaba que se pusiera sobre sus pies. 

Yulia puso una mano para equilibrarse contra la pared, mientras la habitación daba vueltas salvajemente a su alrededor mientras se levantaba perdiendo casi su equilibrio, cayendo hacia atrás.

—Mierda — maldijo Yulia mientras Olga apretaba su agarre, con uno de los brazos de la chica más alta alrededor de la pequeña cintura poniéndola más cerca de su cuerpo de nuevo.

La castaña guio a Yulia hacia la cama y la ayudó a sentarse en el borde antes de volver al escritorio cogiendo la papelera de abajo. Justo mientras estaba volviendo hacia Yulia, vio a la chica pequeña caer y tambalearse hacia atrás en el colchón, preocupada de que se hubiera desmayado o de que fuera a tener un ataque. 

Escuchó a Yulia gruñir y rápidamente dejando caer la papelera a los pies de la cama, yendo hacia su amiga impacientemente.

—Yul ¿estás bien? — preguntó preocupada.
                
—Sí.— contestó la morena — Sólo siento la repentina urgencia de estar tumbada durante un minuto. Eso es todo. 

—Vale — dijo Olga tirando el test de embarazo que aún sostenía en una mano, a la papelera poniéndola al lado de su amiga.

—¿No querías enmarcar eso? — preguntó Yulia, con sus ojos cerrados y su antebrazo cubriéndolos — Ya sabes, ¿para la posteridad? 

Olga sonrió ante el intento del humor negro de Yulia y se rió.

—No, creo que estoy bien.— Contestó, sentándose en la cama al lado de su amiga poniendo una mano en su rodilla. Olga acarició la extremidad a través de los vaqueros de Yulia con su pulgar.

—¿Vas a hablar con Fyodor? — preguntó la morena tomando una bocanada de aire desde su posición — Deberías probablemente decirle que no estás embarazada — Olga gruñó y se tumbó en el edredón junto a la ojiazul. 

—Lo haré.— le dijo Olga.

—¿Cuándo? — preguntó Yulia, girando su cabeza para mirar a Olga, finalmente abriendo sus ojos de nuevo, entrecerrándolos mientras la luz los alcanzaba. 

—Después.— contestó simplemente y la morena frunció el ceño.

—Deberías decírselo ahora — La animó —Si no se lo estará imaginando y no es justo para él. 

—Estará felizmente escogiendo nombres de bebés que le gusten.— comentó la castaña secamente. 

Yulia hizo una mueca y Olga entrecerró sus ojos en respuesta.

—¿Qué?— preguntó a su amiga sintiendo que tenía algo que decir. 

—Sólo estoy intentando averiguar por qué estás tan molesta de que quisiera que te lo quedaras.— Contestó, parpadeando sus ojos varias veces, con la luz irritando sus ojos.

—Yul, tengo dieciséis.— Dijo Olga como si eso contestara todo — ¿De verdad piensas que es el momento indicado para tener un hijo? 

—No — contestó Yulia, descansando sus ojos un momento y dejando que sus parpados cayeran sobre ellos — pero, serías una madre genial, Olga — complementó a su amiga — Sería natural para ti. 

—¿Me estás diciendo que estás decepcionada de que no esté embarazada? — le preguntó, poniéndose sobre sus codos mientras miraba a Yulia quien parecía aún pálida.

—Sólo estoy diciendo que serás buena madre algún día...— musitó, sin contestar realmente a la pregunta, con sus pensamientos distrayéndola con otras cosas. 

—Sí, un día en el futuro cuando sea más mayor que ahora y esté felizmente casada — Estableció definitivamente.

—Deberías tomarlo como un cumplido — dijo la morena sintiéndose un poco nauseabunda de nuevo.
                
—¿Por qué? — preguntó Olga sonando un poco irritada ante las palabras de Yulia —Sinceramente Yul, no oíste lo enfadado que su puso. Nunca le había visto así antes. Estaba furioso de que hubiera incluso sugerido que no me lo iba a quedar. Dijo que si le quería tanto como él me quería a mí podríamos arreglarlo. Fue como si le hubiera insultado o algo, pero, es mi cuerpo así que seguramente eso lo hace que sea mi elección.

—Sí, pasa últimamente — dijo de acuerdo — pero no es como si todos los chicos de dieciséis años estuvieran felices de estar al lado de su novia embarazada — Le informó — Eso sólo te va a mostrar lo mucho que se preocupa por ti si cree en tu longevidad tanto como para considerar tener un hijo contigo tan joven. Ese es un compromiso enorme, ¿no crees? 

Olga se quedó mirando a la morena durante un momento como si fueran las últimas palabras que esperaba escuchar salir de la boca de su amiga.

—Dios, eres molesta — murmuró Olga juguetonamente, frustrada de no verlo antes.

—Él probablemente reaccionó así porque le heriste los sentimientos — Observó la ojiazul — Ahí estaba mostrando lo comprometido que está con la relación y tú le contradijiste un poco diciéndole que no querías un hijo — Abrió un ojo para mirar a Olga — ¿Le dijiste por qué no querías quedártelo? — preguntó Yulia interesadamente, intentando distraerse del recuerdo del accidente aún dando vueltas sin parar en su cabeza desde que escuchó el mensaje perteneciente al juicio en el teléfono. 

—No porque se molestó tanto y empezó a gritarme — le contó la castaña.

—Vale, ¿puedes decirme exactamente qué pasó? — preguntó Yulia, intentando sentarse. 

Olga se puso recta y ayudó a su amiga a sentarse mejor, la chica menor extendió una mano hasta su frente en un vano intento de acabar con su mareo como resultado del repentino movimiento. 

—¿Estás bien? — preguntó Olga inquieta, con sus manos en los hombros de Yulia, una apoyada detrás de su espalda. 

—Sólo mareada — le dijo, apretando el puente de su nariz cerrando los ojos — Estaré bien en un momento.

—Vale — dijo de acuerdo la castaña frotando los brazos de Yulia. 

—Entonces, empieza por el principio.— la animó su amiga, entusiasmada para que su mente pensara en cualquier otra cosa que la imagen de un Dodge Avenger azul que iba hacia ella, con un conductor ya con rostro, sin ser anónimo. 

Entonces, para el aprecio de Yulia, Olga lo hizo. 

Le contó a la pelinegra cómo no le había venido su último periodo y cómo no había pensado en ello hasta ayer cuando su madre había estado hablando con ella sobre un ultrasonido que iba a tener la siguiente semana. Fue entonces cuando ella finalmente consideró la posibilidad de que podía estar embarazada y se había cagado. Entonces, aterrorizada, se lo había guardado para sí misma hasta hoy que quedó con Fyodor y le confesó finalmente sus miedos.
                
Le explicó que Fyodor y ella no se habían acostado recientemente y que la última vez que habían estado juntos fue el día de San Valentín cuando sus padres fueron a cenar fuera para celebrarlo, dejándoles la casa para ellos. Le dijo a Yulia que usaron protección, como siempre lo hacían y que había sido gran parte de la razón por la que ni siquiera había considerado que podía estar embarazada hasta ayer. Había asumido que Fyodor y ella estarían a salvo pero Yulia tenía razón cuando dijo que los accidentes podían pasar y había llegado exactamente a la misma conclusión anoche después de mucha consideración. 

De acuerdo con Olga, Fyodor inicialmente había estado en shock con la confesión, con sus propios pensamientos reflejando los de Olga, que era imposible porque habían tomado precaución. Sin embargo, mientras él consideraba la perspectiva y se daba cuenta de lo que era de hecho, una posibilidad muy real, había dicho que a lo mejor no era necesariamente una cosa tan mala si estaba embarazada. Había dicho que a lo mejor era una señal, que era la forma en la que el mundo les estaba diciendo que estaban destinados a estar juntos. Fyodor había declarado su amor por ella y le había dicho que podían casarse si ella quería hacerlo y que podrían criar al bebé juntos, como una familia. 

Le había dicho que no quería eso y le había dicho que si estaba embarazada estaría más dispuesta a terminar con ello.

En retrospectiva, admitió que probablemente podría haberse expresado mejor, que a lo mejor no se habría convertido en una pelea tan grande como la que siguió si le hubiera explicado por qué no quería un niño, si le hubiera dicho que era porque pensaba que era demasiado joven y que no estaba aún preparada para ello. Volviendo a la situación ahora, se había dado cuenta de que no había divulgado su razonamiento para nada. Sólo había derribado la idea sin dudar un segundo y como resultado había herido su orgullo cuestionando sus sentimientos por ella.

—Ugh — gruñó al darse cuenta — En realidad fui un poco puta con él. 

—Estabas preocupada — la tranquilizó Yulia — Es entendible bajo las circunstancias. Ambos probablemente dijisteis cosas que no querías decir por el calentón del momento.

—Fue todo para nada — suspiró —Ni siquiera estoy embarazada. 

—Deberías ir a hablar con él — la animó su amiga, extendiendo una mano para ponerla en el hombro de la otra — Estoy segura de que los dos podéis arreglar las cosas.

—No lo sé — dijo en desacuerdo Olga. 

—Fyodor te quiere, Olga y tú también le quieres — le dijo con confianza —Sólo fue una pelea estúpida y estoy segura de que tendréis muchas más en el futuro. Sólo necesitáis hablar. Ve a verle y dile que estabas asustada y que lo sientes. Sólo...sé sincera con él.

—¿Qué pasa contigo? — preguntó Olga, aún evidentemente preocupada, con la cara de pálida de la ojiazul, sus ojos pareciendo cansados. 

—¿Qué pasa conmigo? — preguntó Yulia. 

—No te puedo dejar aquí sola — dijo y la chica movió una mano con desdén. 

—Estaré bien — la tranquilizó —Probablemente sólo dormiré... 
               
—¿Qué pasa si vomitas durmiendo y te ahogas hasta la muerte? — le preguntó, interrumpiendo. 

—Ese es un pensamiento alegre — le dijo Yulia, haciendo una mueca. 

—Lo digo en serio, Yul — Le dijo señaladamente — No te voy a dejar hasta que tu madre llegue a casa. 

—Me tumbaré de lado.— dijo Yulia en un intento de disminuir los miedos de su amiga —De esa forma no me ahogaré hasta morirme si vomito otra vez ¿vale?

—No, no vale — Le dijo Olga protectoramente — Entonces, ¿crees que has superado el shock inicial ahora? — le preguntó significativamente —¿Estás bien con lo del juicio? — la pelinegra hizo un gran esfuerzo para parecer que no le afectaba, forzando una sonrisa débil en su cara mientras levantaba sus pulgares hacia su amiga. 

—Sí, ya tuve la declaración — contestó y Olga movió su cabeza a sabiendas —¿Cuán peor podría ser?

—Yul — dijo Olga significativamente, encontrándose completamente con los ojos claros de Yulia — Sabes que no es lo mismo. Tu madre estuvo contándoles a mis padres sobre eso. Habrá un juez y un jurado esta vez, como un juzgado lleno de testigos. Tendrás que revivir cada momento del accidente una y otra vez desde el momento en el que te golpeó con su coche hasta ahora. Tendrás que compartir cada dificultad, cada lucha para que así puedan acusarle adecuadamente y determinar los daños que te debe... 

—Por favor para — dijo Yulia, cerrando sus ojos un momento, frotando su frente. 

—Te enseñarán todas las fotos que la policía y los doctores tomaron Yul — le recordó —Tus padres dijeron que no hicieron eso en la declaración porque sólo era una oportunidad para que dieras tu testimonio oral de lo que recordabas.

—Olga...— dijo, sintiéndose mal de nuevo ante el pensamiento de ver esas imágenes sabiendo que tendría que hacerlo durante el juicio. 

—Lo siento — se disculpó la castaña —Lo estoy pero, no creo que estés bien con ello Yul. Creo que estás mintiendo porque quieres que me vaya a arreglar las cosas con Fyodor. Estás intentado ser una buena amiga a pesar de sentirte como una mierda porque sabes que finalmente tendrás que mirar el daño que tu cuerpo sufrió inmediatamente después del accidente. ¿Qué clase de amiga sería si me levantara y te dejara ahora? 

—Yo...— empezó Yulia a protestar pero ya estaba pensando en ello de nuevo, con el abrumador sentimiento de pánico mientras reconocía el coche a toda velocidad yendo hacia ella y el golpe sonoro que pronto le siguió con una completa inconsciencia, hasta que, la próxima cosa que supo era dolor como nunca había sentido en su vida antes —Jo...— empezó a maldecir mientras se deslizaba hasta el suelo a los pies de la cama en sus rodillas, poniéndose encima de la papelera mientras vomitaba en ella de nuevo. 

Olga se movió hasta el suelo a su lado frotando su espalda consoladoramente hasta que estuvo seca de nuevo, escupiendo sonoramente por su boca la bilis ácida que le quedaba. 

—Jesucristo — gruñó, limpiándose la cara con la manga con dos arcadas fuertes —Mierda. 
               
Se dejó caer contra los pies de la cama y Olga levantó un brazo para envolverlo alrededor de sus hombros, poniendo a su amiga contra su cuerpo solidariamente mientras Jasper aparecía a través de la puerta de la habitación y se tiraba encima de ellas con energía. 

La castaña apretó a Yulia en su abrazo y la chica más pequeña extendió un brazo en dirección a Jasper sintiéndose reconfortada con su presencia. 

El cachorro trepó encima de las piernas de Yulia y puso sus patas contra su pecho, ansioso por su atención a pesar de que tenía su mano acariciándole reflexivamente. 

—Abajo Jasper.— regañó Olga al pequeño cachorro mientras Yulia ladeaba su cabeza para apoyarla contra el hombro de la chica más alta y él se puso sobre las piernas de la castaña antes de bajar al suelo, saltando hacia la cama. 

Dio vueltas por lo alto del edredón durante un momento antes de volver a los pies de la cama donde se tumbó delante apoyando su cabeza en sus patas entre Olga y Yulia. 

—¿Puedo hacer algo? — preguntó la castaña, con sus dedos acariciando el hombro de la morena ligeramente. 

—Puedes quedarte aquí hasta que venga mi madre a casa — dijo, finalmente cediendo — Quiero decir, ¿si eso está bien?

—Claro que está bien.— le dijo Olga —No iba a ir a ningún lado de todos modos. 

—Pero ¿hablarás con Fyodor? — le preguntó la pelinegra, preocupada. 

—Tan pronto como sepa que no estás sola — la tranquilizó, extendiendo su mano libre para acariciar el pelo de Yulia. 

—Ugh — gruñó esta, sentándose hacia adelante sobre la papelera de nuevo. 

Jasper se sentó sobre sus patas detrás de ella ante el movimiento. 

Olga vio como Yulia volvía a vomitar sobre la papelera, con un brazo apoyado en lo alto mientras se inclinaba encima, con su cabeza en el medio como si estuviera en el asiento sólido de un váter. 

Vomitó varias veces pero no estaba enferma y Olga estaba agradecida por eso mientras estaba sentada a su lado pacientemente, sosteniendo el pelo de su amiga fuera de su camino mientras respiraba hondo y se sentaba de nuevo contra la cama. 

—¿Quieres beber algo? — le preguntó y Yulia asintió con la cabeza antes de apoyarla contra la cama completamente cerrando los ojos. 

Jasper se tumbó de nuevo y empezó a lamer la frente de Yulia, empujando su nariz contra su piel con entusiasmo mientras Olga se levantaba e iba hacia el baño a coger algo de agua para que la morena bebiera. 

Yulia, sin energía para moverse o protestar, seguía simplemente sentada ahí mientras Jasper iba lamiéndola, sólo sentándose hacia atrás de nuevo con la ayuda de Olga para poder beber. Tragó el agua con dificultad, su garganta adolorida habiendo sido forzada, pero, estaba agradecida por el frío y fresco líquido limpiando su boca del asqueroso sabor a bilis que tenía hasta ahora. 
              
Olga guardó su promesa y se sentó con ella hasta que su madre llegó a casa una hora más tarde, distrayéndola de sus recuerdos, discutiendo lo que le iba a decir a Fyodor cuando fuera a su casa más tarde. Yulia le ofreció su opinión de las cosas cuando se la pidió y Olga consideró sus palabras pensativamente, agradecida de la ayuda de la otra chica. 

—Gracias por quedarte conmigo — dijo con aprecio a la castaña cuando se levantó en la puerta principal para irse.

—No — dijo Olga dándole a Yulia un abrazo rápido — Gracias — Le susurró en el oído, echando una mirada rápida y furtiva a Larissa quien estaba mirando el intercambio obviamente preocupada por su hija. 

—No hice nada — contestó y Olga negó con la cabeza en desacuerdo. 

—Eso no es verdad y lo sabes.— le dijo —Lo hiciste — La morena sostuvo a Olga fuertemente en sus brazos. 

—Espero que puedas arreglar las cosas con Fyodor — le dijo sinceramente. 

—Te llamaré y te haré saber cómo va.— le prometió, besándola en la mejilla suavemente. 

—Gracias.— dijo Yulia mientras la chica se echaba atrás de su abrazo. 

Sonrió amablemente a la pelinegra y le ofreció a Larissa un adiós con su mano antes de darse la vuelta yendo al camino del jardín. 

Yulia cerró la puerta detrás de ella y fue rápidamente envuelta por los brazos de su madre mientras Larissa lo hacía calurosamente. 

—Oh hija — dijo, besando a Yulia en la frente mientras la chica pequeña envolvía sus brazos alrededor del torso de su madre agarrando la parte de atrás de su camiseta como apoyo. 

—Estoy bien — le dijo, apoyando su cara contra el pecho de la mujer. 

Larissa la besó en la frente de nuevo y guió a Yulia hasta el salón donde estaba su padre sentado en el sofá, esperándolas. 

Yulia explicó qué había pasado adecuadamente, cómo había escuchado la respuesta del contestador y la habían abrumado los recuerdos del accidente rápidamente que la hicieron sentirse nauseabunda y un poco desorientada hasta el punto de que había vomitado.

Discutió sus miedos por el juicio y los padres de Yulia prometieron hablar con el abogado sobre si había alguna manera en la que ella pudiera ver antes del juicio las imágenes que le hicieron en el hospital para la investigación para así ahorrarse el shock de verlas por primera vez delante de una sala llena de gente. 


Se sentó con sus padres durante un rato, Vika uniéndose a ellos trepando hasta su regazo para acurrucarse antes de finalmente excusarse y desaparecer de la habitación. 

Una vez arriba, Yulia trepó hasta la cama y se tumbó sobre su espalda, mirando el techo durante un momento, con su mente pensando a cien latidos por segundo en todo y en nada relacionado con el accidente. Extendió su mano y se masajeó la frente, con el dolor de cabeza de antes aún presente a pesar de haberse tomado algunos analgésicos. Se cubrió los ojos con su mano, esperando que la oscuridad pudiera ayudar a calmar las palpitaciones de su cabeza inhalando fuertemente, intentando relajarse lo mejor que podía. 

Dejó escapar la respiración lentamente, centrando su energía en soltar todo el aire de sus pulmones pero parándose al rato, sintiendo el dolor de la cicatriz que recorría su esternón. Movió su otra mano para masajear el punto con sus nudillos, presionándolos contra la piel fuertemente hasta que dejó de doler un poco después del dolor punzante y agudo inicial. 

Se giró sobre su costado, incapaz de ponerse cómoda y extendió su mano hasta la mesilla con poca coordinación para coger el recipiente de los analgésicos que tenía ahí. Miró la etiqueta de cerca leyendo las recomendaciones escritas. 

Se pasó como cinco minutos debatiendo si se tomaba otra a pesar de haberse tomado ya la dosis máxima que podía tomar de una vez, pero, independientemente de eso la voz de su cabeza le aseguraba que sólo era una pastilla más, pero puso el recipiente en su sitio, suspirando mientras lo había. 

A cambio, Yulia se giró sobre su espalda de nuevo y buscó su móvil ciegamente en la cama con su mano, encontrándolo a unos centímetros del lado de su mano derecha. Lo cogió y encontró el número de Elena, marcando a su novia, esperando que el sonido de su voz la reconfortara cuando se sentía tan mal.

Después de unos cuantos tonos, Elena conectó la llamada y Yulia cerró los ojos, con su antebrazo libre cubriéndolos de nuevo. 

—Hey cariño.— la saludó Elena felizmente, con un ligero tono desenfadad en su voz, el final de una risa en sus labios. 

—Hey — contestó Yulia, sonriendo ante el sonido del suave tono de su novia e imaginando la sonrisa en su cara.

—¿Está todo bien? — preguntó, con un tono cortado significativamente mientras silenciosamente preguntaba por Olga sin alertar a Nastya o Frida de que algo estuviera pasando con su amiga.

—Sí — suspiró —Todo bien.

—Genial.— dijo Elena encantada.—¿Está Olga contigo? 

—No, se fue a hablar con Fyodor — le dijo —Tienen unas cuantas cosas que necesitan discutir y no quería dejarlo para mañana. 

—Ah vale — Contestó la pelirroja, intentando no decir mucho para responder a las palabras de Yulia. 

—Con suerte estarán bien — le informó Yulia —Creo que deberían estarlo de todos modos. 

—Me alegro — le dijo Elena seriamente y Yulia sabía que lo decía en serio —¿Y tú? ¿Estás bien? — preguntó, con su voz menos cortada y suave. 

Yulia asumió que era porque tenía un poco más de privacidad para hablar, con Frida y Nastya probablemente habiéndose ido a una tienda. 

—Sí, estoy bien — contestó la morena con evasivas. 

—¿Estás segura? — preguntó Elena —Suenas un poco rara Yul.

—Soy un poco rara.— intentó bromear pero sabía que Lena no se tragaba ese intento de humor. 

—¿Qué está pasando? — preguntó la ojiverde. 


—Nada — mintió — Estoy bien, de verdad. Todo fue un poco intenso esta tarde, eso es todo. De todos modos ¿cómo te sientes? — cuestionó —¿Te están dando algún problema las costillas? 

—No van tan mal — compartió la pelirroja con ella — Me he tomado una dosis de analgésicos así que no las siento mucho— Con sus palabras Yulia se giró para mirar el pequeño recipiente que estaba en la mesilla deseando poder tomarse otra, con su cabeza palpitando dolorosamente. 

—Bien — dijo Yulia extendiendo su mano golpeando el recipiente fuera de la vista en la mesilla. 

—Volverás a ser tu misma antes de saberlo.—¿Va a venir con nosotras?— preguntó a su novia con esperanzas —La nueva película de Emma Stone la ponen esta tarde. ¿Podríamos ir a verla? 

—Eso suena genial.— le dijo Yulia, frotando su frente de nuevo.—Es mi trato ¿recuerdas? Aún estoy en deuda por abandonarte esta mañana. 

—¿Esta compensación también incluye palomitas? — le preguntó. 

—Incluye palomitas, cena, y a lo mejor incluso refresco si tienes suerte.— Contestó mientras Jasper saltaba en la cama y se tumbaba en su estómago. 

—¿Vas a estar bien viniendo aquí?.— preguntó la pelirroja — Si no, puedo decirle a Frida que vaya a buscarte.

—No, está bien. Le pediré a mi padre que me lleve.— le aseguró Yulia. 

—Cariño, ¿estás segura de que estás bien? — presionó Elena de nuevo, sintiendo la falta de energía de Yulia en el teléfono —Si no te estás sintiendo bien entonces podemos hacer eso otra noche.

—No, necesito verte.— expresó demasiado precitadamente. 

—¿Por qué? ¿Qué ha pasado? — dijo la ojiverde, escuchando una pizca de desesperación en la voz de su novia. 

—Nada — mintió una vez másm—Sólo he tenido un rato difícil con lo de Olga y quiero verte, eso es todo. 

—Vale, bueno, te esperaremos en la planta de comida ¿vale? — le dijo, sin querer presionar a su novia pero sabiendo que no le estaba diciendo algo —Llámame cuando estés aquí y estaremos atentas. Intentaremos sentarnos en un sitio que se nos veas. 

—Vale — aceptó — No debería tardar mucho. Sólo me voy a duchar muy rápido. 

—Tómate tu tiempon— la tranquilizó Elenan— Cogeremos una bebida o algo mientras esperamos. 

—Hey Elena — empezó vacilante, debatiendo si decirle lo del juicio y su reacción. 

—Sí — dijo. 

—¿Has pasado un buen rato con las otras? — preguntó a cambio. 

—Sí, ha estado muy bien.— le informó —Tenemos que hacer esto más a menudo,— le dijo, pensando en cómo su madre le había dicho lo importante que era tener una vida propia para no sofocar la una a la otra — Ya sabes, tu pasando tiempo con Olga y yo con Nastya y Frida. 

La morena no dijo nada y consideró pasar otra tarde como la que había tenido hoy. 

—Definitivamente — contestó, fingiendo entusiasmo pero sabiendo que no quería tener que pasar por otra situación exactamente como la de hoy pronto. 

—Entonces, ¿te veré en un rato? — le preguntó y Yulia se frotó uno de sus ojos mientras contestaba. 

—Sí, dame media hora — Le dijo. 

—Vale, nos vemos pronto cariño — Dijo antes de desconectar la llamada. 

Yulia bajó su teléfono y lo tiró en el edredón a su lado mientras se sentaba. Jasper se deslizó fuera de su estómago y se hizo una bola en la cama mientras su dueña estiraba sus piernas en el borde de la cama, con sus ojos cayendo en el recipiente de pastillas del suelo. Se agachó despacio y lo cogió poniéndolo de nuevo en la mesilla, poniendo su cabeza entre sus manos frotando la cicatriz sobre su ojo izquierdo durante un momento. 

Finalmente, se empujó para levantarse y caminar hacia la puerta de la habitación, resistiendo la urgencia de su cuerpo de patear su armario mientras pasaba o de golpear con su puño la foto más nueva de las chicas, con Vika y ella en la fiesta de su diecisiete cumpleaños. 

Caminó a través de la puerta hasta el pasillo, cerrándola a la fuerza detrás suyo haciendo que diera un fuerte portazo, con una sensación de alivio con el sonido. 

—¡Hija! — escuchó decir a su madre desde abajo, enfadada del portazo que había dado. 

—Lo siento — gritó disculpándose, abriendo de nuevo la puerta dejándola así por si Jasper quería escapar para irse escaleras abajo. 

Yulia la miró un momento, debatiendo si volver a dar un portazo o no pero pronto pensó bien en ello, girándose y yendo hacia el baño para ducharse, sabiendo que, cuanto más rápido lo hiciera, antes vería a Elena.
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⏩⏩⏩

Sé que estuvo corto, pero una recompensa por haberlas dejado en espera.
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/13/2022, 11:03 pm

Muchas gracias por el capitulo. Espero que el problema q había se alla resultó y estés bien qué es lo más importante cuidate mucho y gracias por el capitulo estuvo bien menos mal el malestar de julia es solo por nervios y no por enfermedad ya tenia miedo q se complicará. Saludos querida 😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/14/2022, 7:05 pm

Capítulo 60


—Entonces, ¿cuánto te ha dicho Yulia que tardaría? — preguntó Nastya a su amiga pelirroja mientras encontraban una mesa en la planta de la comida para sentarse, ambas esperando a Frida quien estaba comprando los smoothies de la tienda de zumos que había al lado.
                   
—Dijo que dentro de media hora — le dijo Elena, poniendo su bolso en el suelo debajo de la silla, haciendo una mueca al sentir el empuje en sus costillas. 


Se puso una mano en ese costado mientras se echaba hacia atrás y exhalaba fuertemente, soltando una bocanada de aire a través de sus dientes apretados. 
                   
—Aún duele ¿eh? — preguntó Nastya poniendo una cara solidaria ante el gesto de la mano en el costado de Lena. 
                 
—Sí — suspiró la ojiverde, aún cubriéndose las costillas protectoramente — No tengo ni puta idea de cómo Yul trató con nueve costillas rotas porque deja que te diga, Nast — dijo seriamente — dos es suficientemente doloroso. 
                
—Con suerte dejarán de dolerte pronto — la animó su amiga, extendiendo una mano sobre la mesa apretando la de Elena en su agarre — Por otro lado — continuó juguetonamente — al menos tu cara no se ve como una mierda más. 
                  
—Jesús, gracias Nast — se rió — No pensaba que se viera tan mal si soy sincera...
              
—No sé — musitó la castaña ojiverde pensativamente interrumpiéndola — un par de esos moratones parecían bastante aterradores y el corte sobre tu ojo... — dijo haciendo un gesto con su dedo índice hacia la herida de la frente de Elena, con su voz apagándose ligeramente mientras estudiaba la cara de su amiga — Huh — dijo repentinamente dándose cuenta de algo.
                
—¿Qué? — le preguntó la pelirroja cuando no siguió. 


La castaña cogió su mano y puso sus dedos contra los puntos de su frente consciente mientras seguía mirándola. 
                   
—Bueno — dijo Nastya pensativamente —conseguiste abrirte la cabeza casi en el mismo sitio donde Yulia tiene la cicatriz — Le informó sonriendo — Excepto que tu corte es, pequeño en comparación — Señaló — Supongo que Yulia es más chica mala de lo que tú lo serás — bromeó. 
                    
—Estás predicando a la transformación — le dijo Elena, levantando una ceja mientras Frida se acercaba a la mesa con una bandeja en sus manos y sus bebidas equilibradas con cuidado en lo alto de ella. 
                    
—Aquí tenéis chicas — dijo la más bajita mientras ponía la bandeja en la mesa y les daba las bebidas, una por una. 
                    
Cogió la bandeja una vez que estuvo vacía y la puso en lo alto de una papelera que tenían al lado detrás suyo antes de tomar su asiento con las demás. 
                    
—¿Qué me he perdido? — les preguntó una vez que estuvo sentada, tomando un trago del líquido frio mirando entre sus dos amigas cuestionadoramente. 
                 
—Sólo estábamos hablando de Yulian— contestó Nastya sonriendo ampliamente y Frida sonrió entretenida con la cara de sus amigas. 
                   
—¿Por qué no estoy sorprendida? — respondió la castaña bajita riéndose ligeramente y poniendo los ojos en blanco.
                
—Nastya sacó el tema — protestó Lena dándose cuenta del gesto de Frida tomando un sorbo de su propio smoothie mientras se encontraba con los ojos amables y cálidos de la chica más bajita —No fui yo. 


—¿De verdad? — preguntó Frida a Nastya, poco convencida. La castaña ojiverde asintió con la cabeza en afirmativo.


—Sólo le pregunté a Elena cuánto pensaba que tardaría Yulia — Admitió mientras jugaba con su pajita, haciendo círculos en su vaso, moviendo el líquido rosa. 


—Bueno, ¿cuál fue la respuesta? — preguntó Frida con interés — ¿Cuánto tardará?


—Me dijo que una media hora — repitió la pelirroja a Frida — pero — dijo mirando su reloj — eso fue hace casi veinte minutos así que con suerte estará aquí pronto. 


—Me alegro de que tu madre te quitase la prohibición que teníais las dos — compartió Nastya con su amiga — Era totalmente injusto que no dejara a Yulia que te viera. Quiero decir que no es como si esto fuera su culpa, no realmente.—


—Ya hablé con mi madre sobre todo antes — las informó Lena, masticando la pajita reflexivamente — Puedo ver porqué lo hizo y para ser sincera no puedo culparla demasiado. Sólo estaba intentando cuidar de mí, eso es todo — Se pausó un minuto para tomar un trago antes de seguir — Además, Yul está bien y yo me estoy recuperando — Estableció simplemente — No es como si fuera el fin del mundo ni nada. Sólo fueron ocho días...


—Wow — se rió Frida, levantando su mano en un intento de tocar la cara de Elena como si fuera un espejismo — ¿De verdad acabas de decir eso? ¿Qué demonios te ha pasado?


—¿Qué quieres decir? — preguntó la pelirroja, esquivando los pequeños dedos de Frida y moviendo su cabeza fuera de su alcance. 


—Solías quejarte si Olga bromeaba sobre sentarse al lado de Yulia en la hora de los deberes y ahora estás como, no sé, actuando responsable sin haberla visto físicamente en ocho días — Explicó la bajita. 


—Creo que eso es lo que llamamos progreso — Se rió Nastya, echándose hacia atrás en la silla tomando otro sorbo de su bebida mientras miraba al par entretenida. 


—Aww — se rió Frida molestamente —Mírate actuando madura — bromeó hacia Elena en un intento de tocar su nariz —Estoy tan orgullosa. Es como si mi bebé finalmente hubiera crecido...


—Frida — protestó la pecosa mientras su amiga conseguía coger una de sus mejillas apretándola firmemente en sus dedos. 


Elena quitó la mano de Frida de su cara, con el ceño fruncido durante un mero instante antes de relajarse rápidamente, y una expresión entretenida en su cara tomando lugar con una pequeña sonrisa formándose en sus labios. 


—Eres tan mona — continuo Frida bromeando, y su voz hacienda mímica a la voz que usaría un padre con su hijo pequeño. 


La cara de la pelirroja se sonrojó ante las palabras y Frida sonrió, disfrutando del color rojo que invadía las mejillas de su amiga. 


—No me llames eso — se quejó Lena, pero no estaba enfadada, estaba avergonzada, bajando la mirada hasta la mesa que tenía delante durante un momento, fijando sus ojos en su bebida. 


—Ugh, eres demasiado adorable — le dijo la bajita suspirando — No tan adorable como tu novia — concedió — pero, no estás muy lejos.


—Ella en realidad lo es — Le permitió Elena — ¿Sabéis que trajo un regalo a mi casa cada día durante la semana pasada? — les preguntó, con una mano moviendo la pajita de su smoothie sin darse cuenta, poniendo su dedo al final llenándola de líquido durante un momento antes de volver a soltarlo en el vaso de nuevo — Quiero decir, que literalmente me compró algo nuevo cada día y se lo dio a mi madre para que me lo diera. 


—Déjame ver — dijo Nastya, levantando su mirada hasta el techo intentando recordar las cosas que Yulia había comprado — Había planeado las flores y la caja de chocolates....


—No te olvides del oso de peluche — añadió Frida rápidamente, levantando sus dedo índice —¿Cómo le llamó?


—Seymour — Les recordó Lena y Frida chascó los dedos ante el nombre. 


—Eso era — se rió — Dijo que le había llamado así porque quería ver más de ti pero, en su ausencia él estaría tomando su lugar para que así él viera más de ti de lo que ella lo haría...


—De ahí el nombre Seymour — terminó Nastya entretenida con el proceso de pensamientos de Yulia. 


—Pero eso son sólo tres cosas — dijo Frida, contando los regalos con los dedos de una mano — ¿Cuáles fueron los otros?


—Me dio un libro de colorear y pinturas.— se rió Elena recordando — Dijo que no quería que me aburriera.


—Oh, ¡sí! — recordó Nastya — También te dio el DVD de la primera temporada de Pretty Little Liars para que lo vieras.


—Shay Mitchell es tan maravillosa que le hace daño a mis ojos — dijo Elena, moviendo su cabeza ante el pensamiento de la actriz. 


—No soy gay pero definitivamente reconsideraría cambiar por ella — admitió Nastya de buena gana. 


—Probablemente no deberías dejar que Yulia te escuchara hablando de esa manera de Shay Mitchell — bromeó Frida.


—Yulia ya sabe sobre mi crush con ella — bromeó Nastya y Frida se inclinó pegándole en el brazo juguetonamente.


—Estaba hablando con Lena — estableció más claramente y los labios de la pelirroja se convirtieron en una sonrisa ante la conversación de sus amigas. 


—Yul sabe que encuentro atractivas a otras chicas — Le dijo Elena — No le importa.
                
—A lo mejor no le importan las actrices — dijo Frida — ¿pero la gente real? No estoy tan segura. 


—¿Qué quieres decir? — le preguntó Lena, tomando otro sorbo de su bebida. 


—Quiero decir que, Yulia se pone celosa Lena — divulgó Frida — Sólo que lo esconde, eso es todo.


—¿Estás hablando de Clare? — cuestionó la pelirroja y Frida asintió con la cabeza, silenciosamente contestando mientras bebía un poco más de su smoothie — No está celosa de ella.


—Está un poco celosa de ella — dijo en desacuerdo Nastya — Incluso dijo eso cuando os vio juntas en el partido de softball de la semana pasada. 


—Oh vamos — dijo Elena, claramente sin creerlo — Admito que las dos bromeamos en el restaurante después de que conociera a Clare la primera vez pero, eso fue todo, sólo una broma. Yul no se pone celosa, no realmente. No es como yo — confesó —Si alguien se pone celosa de otra gente, soy yo.


—Ves, ahora esto es ridículo — señaló Nastya simplemente, deslizando su vaso hasta el medio de la mesa lejos de ella —Yulia ni siquiera mira a alguien más. No tienes absolutamente nada de lo que estar celosa cuando tiene que ver con ella.


—Eso — dijo Lena, sosteniendo su vaso hacia Nastya con énfasis mientras hablaba — es muy cierto — Dijo de acuerdo — Aún así, me pongo celosa.


—Sois las dos unas idiotas — se rió la castaña ojiverde — Estás celosa de gente que le habla cuando ella literalmente sólo tiene ojos para ti y ella está celosa de una relación pasada que tuviste porque no te conocía y piensa que perdió. 


—Vale — dijo Elena — entonces somos idiotas, pero pensaba que toda la gente enamorada actuaba como idiotas neuróticos sin lógica de vez en cuando. 


—¿De vez en cuando? — dijo Nastya, ahogando una risita — Es más como un día, al menos. 


—Actúo irracionalmente todo el tiempo cuando tiene que ver con Troy — concedió Frida — ¿Sabes que le pillé hablando con una de las chicas de la cuadrilla de las animadoras el viernes pasado en el pasillo de la escuela? Estaban ahí bromeando y ella estaba haciéndole ojitos en respuesta a todo lo que él decía... 


—Frida, eso es exactamente lo que haces cuando está hablando contigo — le informó Nastya. 


—Lo sé — reconoció la bajita, tomando un sorbo rápido de su bebida — pero yo soy su novia. Yo tengo permitido ese tipo de cosas — Se pausó durante un momento para poner su vaso vacío en la mesa delante de ella — De todos modos, le pregunté por ello después — explicó — Le dije que si quería salir con una rubia alta y caliente del equipo de animadoras todo lo que tenía que hacer es decírmelo y alegremente le daría la patada en el culo.


—¿Estás de broma? — preguntó Elena, riéndose fuertemente ante la admisión de Frida — No piensas que eso es un poco, no sé...
                
—¿Locura? — terminó Nastya por la pelirroja. 


—Bueno claro que es una locura — respondió Frida — Resulta que es lesbiana y está saliendo con alguien que su primo va a la universidad.


—Espera, ¿estás hablando de Jessica Reynolds? — se rió Elena entretenida. 


—Sí — contestó Frida —¿Por qué?


—¿Cómo no sabías que era gay? — preguntó Lena seriamente.


—Espera — dijo Nastya, con un vago recuerdo llegando a ella — ¿Es esa la chica que te besó en los vestuarios aquella vez?


—Sí — contestó Elena, sonriendo ampliamente —Incluso os hablé de ella.


—Pero nunca la señalaste — protestó Frida — ¿Cómo se suponía que iba a saber que era ella?


—No sé — musitó Nastya — Alta, caliente, rubia...esa era definitivamente la descripción que nos dio Elena. 


—Dios, no puedo creer que no supieras que era ella — se rió la ojiverde. 


—Dijiste que estaba en el equipo de softball — Se quejó Frida. 


—Lo estaba, pero se cambió a las animadoras.— le informó Elena —Una vergüenza si me preguntas — musitó —Solía disfrutar mirando fijamente su trasero en nuestro uniforme de softball — Nastya hizo una mueca y la pelirroja la miró arrepentida mientras levantaba su pajita hacia la boca para tomar otro sorbo de su bebida. 


—Da igual — dijo Frida, intentando volver al asunto — Lo que estaba intentando hacer era apoyar tu reclamo de que todo el mundo enamorado actúa como idiotas de vez en cuando.


—Nunca he actuado como una idiota.— dijo en desacuerdo la castaña ojiverde y Elena y Frida compartieron una mirada significativa. 


—Sí, lo que digas Nast — le dijo Elena.


—No lo hice — dijo Nastya a la defensiva. 


—Fuiste una gran idiota y lo sabes — Dijo Frida. 


—Bueno, ya no lo soy más — Respondió tristemente y Lena le dio una mirada solidaria. 


—Lo siento — se disculpó Frida —¿Aún estás molesta por lo que pasó con Arin? ¿Pensé que lo habías superado? 


—Lo he hecho — compartió abiertamente — Arin y yo nunca habríamos funcionado a largo plazo. Es sólo que os veo a vosotras dos enamoradas y es un poco mierda, ya sabéis — Se pausó un momento para pensar — Nunca me reiría de ninguna de las dos por ser unas sujeta velas.... de nuevo — dijo.
               
—Especialmente porque toda la gente con la que estás saliendo son agradables y atentos. Quiero decir, Yulia llevándote regalos cada día es un claro ejemplo de eso. Eres tan afortunada...


—No vas a escuchar ninguna queja mía.— intercedió Elena sinceramente — Yul fue realmente una bendición disfrazada de una tontorrona lindeza propensa a los accidentes.


—Ugh ves — se quejó Nastya — Eso fue tan enfermizamente dulce pero a la vez estoy ridículamente celosa porque quiero sentir eso con alguien. Por mucho que me gustase Arin mientras estábamos saliendo, mirando hacia atrás ahora no creo que realmente fuera amor. No comparado con lo que vosotras dos tenéis con Yulia y Troy.


—Encontrarás a alguien — le dijo Elena, extendiendo su mano libre sobre la mesa poniéndola encima de la de su amiga animadamente — Probablemente cuando menos te lo esperes — añadió, recordando su encuentro fatídico con Yulia — Ya sabes, un día estarás al lado de las taquillas con tus propios asuntos y al minuto siguiente un misterioso e intrigante, bueno, chico en tu caso supongo, tirará sus libros e irás a dárselos. Lo siguiente, ya sabes, serás incapaz de comer, dormir o de hacer cualquier cosa sin pensar en su estúpida y adorable cara y empezarás a comportarte como una idiota incomprensible a su alrededor. 


—Eso fue bonito — bromeó Nastya. 


Lena sonrió y volvió a poner su vaso encima de la mesa para así poder tomar la mano de su amiga entre las suyas. 


—Todo lo que estoy diciendo es que yo ni siquiera estaba buscando el amor y entonces Yul apareció de no sé dónde coño y me pateó directamente el culo — Le dijo — Esa pequeña idiota cambió mi puto juego y ni siquiera la vi venir — Bromeó con afecto. 


—Eso fue tan profundo — bromeó Frida y Elena la miró un momento. 


—Sólo estoy diciendo que pasará — Estableció simplemente — No necesitas buscarlo. Te encontrará. 


—Entonces, ¿lo que estás diciendo es que si no voy buscando novio entonces sólo casualmente me chocaré con uno que pronto empezará a darme su diario personal para que lo lea, que organizará increíbles y pensadas citas sorpresas y después me traerá una multitud de regalos cuando esté enferma? 


—Eso es lo que estoy diciendo — se rió, apretando la mano de Nastya y soltándola para coger su bebida — Si no, entonces, bueno, puedes compartir a Yul conmigo — Ofreció juguetonamente —Es lo suficientemente atenta para dos personas. 


—Hablando de nuestra novia — dijo la castaña ojiverde, sentándose hacia atrás contra la silla mirando por encima del hombro de Lena — Parece que finalmente está aquí.


La pelirroja se giró en su asiento para seguir la mirada de Nastya y vio a Yulia acercándose a la zona de la comida, con su chaqueta de cuero marrón familiar y su pelo largo oscuro, visibles a través de la multitud. Sonrió y saludó en dirección a Yulia para captar su atención y sintió su corazón revolotear cuando la chica menor se dió cuenta y sonrió ampliamente en respuesta. Yulia saludó con la mano al grupo, Frida y Nastya devolviéndole el gesto calurosamente mientras cerraba la distancia entre ellas y llegaba hasta allí quedándose de pie al lado de su novia, con sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero.
                
—Hola — las saludó a todas Yulia —No os hice esperar demasiado ¿no? — preguntó preocupada. 


—Para nada — la tranquilizó Frida — Sólo estábamos poniéndonos al día, eso es todo. 


—Entonces, ¿dónde está Olga? — le preguntó Nastya mientras Lena terminaba su bebida y ponía el vaso vacío en la mesa con los otros — Más le vale tener una buena razón para perderse el tiempo de chicas — Lena disipó con dificultad un flash de algo que había cruzado la cara de Yulia pero se fue tan pronto como apareció. 


—Está con Fyodor — les dijo la ojiazul sinceramente. 


—Debería de haberlo adivinado — exclamó riéndose Nastya —Especialmente después de nuestra última conversación — Se dirigió a Elena y Frida — Todo el mundo es amado menos yo. 


—¿No están sus padres afuera esta semana? — preguntó Frida, intentando recordar lo que Olga había dicho la última vez que habían hablado. 


—Sí — recordó Nastya — Están visitando a sus abuelos fuera de la ciudad así que él está en casa a solas con su hermano mayor ¿verdad? 


—Imagino porqué se está saltando el tiempo de chicas — dijo Frida levantando una ceja — Si Troy tuviera su casa para él yo probablemente también me la saltaría.— la morena bajó su mirada hasta el suelo sintiéndose incómoda porque a diferencia de las otras, ella sabía que lo que fuera que estuviera pasando en casa de Fyodor ahora mismo no era definitivamente eso. 


Sintiendo la incomodidad de Yulia, Elena extendió una de sus manos, sacando una del bolsillo de su chaqueta de cuero marrón tomándola en la suya. 


—Estás callada — señaló y la ojiazul le sonrió, agradecida del cambio de tema a pesar de que estaban centrando su atención en ella ahora —¿Está todo bien?


—Sí — sonrió Yulia a cambio, girándose en el sitio y extendiendo su mano libre para acariciar la cara de Elena suavemente — Es ahora — Contestó y su novia estudió las facciones de esta de cerca, dándose cuenta del deliberado uso de sus palabras pero incapaz de determinar si eran en relación con los problemas de Olga o con algo más. 


Yulia se inclinó y plantó un suave beso en los labios de la pelirroja, permaneciendo ahí durante un momento que pronto se convirtió en un minuto y después se extendió hasta dos mientras profundizaba el beso. Despacio, su mano se movió para atraer y tirar con cuidado del pelo de detrás del cuello de Elena y usó su posición para llevar sus bocas, si era posible, incluso más cerca de lo que estaban juntas mientras chupaba la lengua de su novia.


—Va..le — expresó Elena, con su voz sin aliento y su pecho adolorido mientras luchaba por recuperarse del aire mientras se separaban. 


Miró entre Nastya y Frida quienes estaban viéndolas con una mirada de sorpresa y entretenimiento en sus caras. 


—Qué...— empezó Elena pero paró, dándose cuenta de que los ojos de Yulia estaban fijos en algo a su izquierda.


Lena se giró para ver qué estaba mirando y se dio cuenta de un grupo de tres mujeres que las estaban mirando con miradas desaprobadoras en sus caras. 


—Idiotas — maldijo, volviendo su atención hacia Lena rápidamente repitiendo el mismo proceso de nuevo, sin inmutarse por los grupos con su obvia insatisfacción ante sus muestras de afecto en público.


Lena soltó la mano de Yulia y movió las dos hasta el pecho de su novia, empujándola hacia atrás para separar sus bocas de nuevo.


—Yul — exhaló sin aire mientras jadeaba, frunciendo el ceño preocupada.


—Lo siento — se disculpó sin entenderlo, cerrando sus ojos un momento y Elena extendió su mano y la puso contra su cara, tranquilizadoramente hasta que los abrió de nuevo.


—Deberías volver a besarla Elena — comentó Frida desde donde estaba sentada, mirando al grupo de mujeres enfurecida, Nastya con la misma postura desde su sitio, pero pareciendo mucho más irritada que su amiga más bajita —No te avergüences por unas cuantas intolerantes.


—No estoy avergonzada — le dijo la pelirroja mirando a Yulia sospechosamente, la chica menor evitaba el contacto visual directo con ella. 


—Hey — gritó Nastya al grupo antes de que Elena pudiera decir sus preocupaciones en voz alta —¿Qué estáis mirando? — preguntó y Lena vio a las mujeres mirarse las unas a las otras, evidentemente nerviosas por ser abordadas públicamente —¿Tenéis algún problema o algo? Si queréis podéis hacer una foto y después mirar a la imagen de un amor verdadero cada día hasta que vuestros jodidos ojos sangren.


—Nastya — protestó Elena — Jesús! Eso fue un poco demasiado ¿no crees? — preguntó, mirando hacia el grupo de mujeres que estaba de pie donde ellas estaban sentadas y estaban ahora saliendo de la zona de la comida.


—Diría que estuvo bien — señaló felizmente viéndolas irse — No puedo soportar a la gente así. Quiero decir, ¿Quiénes son para juzgaros? Alguna gente es tan ignorante.


Lena volvió su atención hacia Yulia quien la estaba mirando con una expresión indescriptible en la cara.


—¿Qué pasa? — le preguntó a sabiendas, cogiendo la mano de su novia una vez más. 


Yulia se giró para mirar a Nastya y Frida incómodamente, mordiéndose el labio inferior.


—¿Podemos hablar? — preguntó mirando de nuevo a la pelirroja y su novia asintió con la cabeza, echando hacia atrás su silla con el pie para poder así levantarse. 


—No tardaremos — le dijo a las otras y Frida asintió en respuesta, compartiendo una mirada de preocupación con la chica de ojos verdes.


—Os esperaremos aquí — le dijo Frida seriamente — Tomaos vuestro tiempo. 


—Nos cogeré otra bebida — ofreció Nastya a Frida — ¿Queréis algo para cuándo volváis? — preguntó a Elena y Yulia.
               
La pelirroja miró a Yulia quien negó con la cabeza. 


—No, gracias — contestó y Elena repitió lo mismo a su amiga antes de tirar con amabilidad del brazo de su novia llevándosela de la zona de la comida hasta una esquina tranquila en el centro comercial, fuera de interrupciones. 


—Vale — dijo, girando a Yulia para mirarla una vez que estuvieron a solas, poniendo una mano en su hombro — Sabía que algo iba mal cuando hablé contigo en el teléfono antes... ¿qué es? ¿Estás bien? ¿Estás un poco pálida? — se dio cuenta, y su mano se movió para acariciar la mejilla de Yulia. 


—Estoy bien — la tranquilizó, extendiendo su mano apoyándola en lo alto de la de Elena — Sólo he tenido un poco de dolor de cabeza, eso es todo.


—Yul podemos irnos a casa si no te apetece esto — le dijo Lena, acariciando su frente suavemente, con su pulgar encontrando su camino hasta la cicatriz sobre el ojo izquierdo de Yulia quedándose ahí como de costumbre —No me importa.


—No, quiero quedarme — respondió Yulia segura — Yo sólo, necesito contarte algo pero no quiero que las otras chicas lo sepan, todavía no... 


—No se lo diré — le garantizó Elena —Puedes confiar en mí.


—Lo sé — reconoció Yulia. 


—¿Es algo sobre Olga? — preguntó la ojiverde preventivamente. 


—No — dijo — Es sobre mí. Elena, finalmente han puesto una fecha para el juicio — La cara de la pelirroja la traicionó con sorpresa ante las noticas a pesar de no tener ni idea de lo que Yulia iba a decir pero estaba segura de una cosa, nunca hubiera considerado que fuera eso. 


—Oh — dijo, su mente intentaba llegar a términos con las noticias — Bien, vale — dijo — Bueno, ¿cómo te sientes con eso? ¿Estás bien?


—En realidad no — admitió Yulia, echándose hacia atrás contra la pared lejos de su novia — No iba a contártelo hoy. De hecho, me había prometido a mí misma que no lo haría, que esperaría hasta mañana para así no arruinar esta tarde pero...


—Hey — dijo Elena, poniendo sus manos firmemente en los hombros de Yulia —No has arruinado nada, Yul... 


—Dios, sólo quería estar una tarde sin sacar mi drama en tu vida de nuevo — gruñó frustrada, recorriendo una mano a través de su pelo — Quería que hoy fuera sobre ti asegurándome de que te divertías y de que te sentías mejor. No quería hacerla sobre mí, pero después te vi y te necesitaba... 


—Entonces me besaste — dijo la pelirroja planamente — Yul, puedo leerte como un libro ¿sabes? Así es como supe que había algo mal... ¿fue por eso? Era desesperado...— le dijo — No es que no lo aprecie porque, créeme, lo hice, pero, no puedo decirlo. Besas diferente dependiendo de cómo te estás sintiendo... 


—Lo siento — se disculpó la morena —Odio no poder guardármelo sin contártelo un poco más pero necesitaba sacármelo de mi pecho.
                
—Está bien — le dijo, abrazando a Yulia y acariciando su pelo ligeramente con los dedos de una mano mientras los largos mechones negros caían en cascada libremente por su espalda. Hizo una mueca de dolor que pasó desapercibida para su novia mientras sus costillas protestaban un poco con el peso de Yulia contra ellas. 


Besó un lado de la cabeza de Yulia mientras sentía los brazos de su novia envolviéndose alrededor de su cuerpo a cambio. 


—No me importa Yul, sinceramente — La tranquilizó — Me alegro de que me lo contaras.


—Pero tú aún estás herida — dijo Yulia tristemente contra su pecho —Estás físicamente herida por mí y yo debería estar ahí para ti ahora mismo, no de la otra forma. Estaba realmente intentando... 


—Estoy bien — dijo, echándose hacia atrás para mirar a Yulia a los ojos — Estoy bien, en el camino de la recuperación y por lo que recuerdo los últimos ocho días no has hecho más que hacerme sentir mejor y sin siquiera verme, Yul.


—Lo siento — se disculpó de nuevo —Yo solo...fue un poco abrumador. Quiero decir, esto es todo Elena — dijo, apoyándose contra la pared de nuevo —Una vez que el juicio haya terminado todo terminará. Finalmente tendré algo de cierre — Lena acarició la mejilla de Yulia con la parte de atrás de sus dedos, con una triste sonrisa en los labios. 


—Pero es un poco intimidatorio — estableció consoladoramente, entendiendo un poco lo del juicio por la conversación que había escuchado en la casa de los Volkov cuando fue a cenar en varias ocasiones.


—No sé si me puedo enfrentar a verme así — admitió Yulia, yendo directa a sus miedos.


—¿Quieres decir en la fotos del hospital?— le preguntó su novia, con su mano apoyándose en un lado del cuello de Yulia. Esta asintió en afirmativo. 


—Yo... me puse enferma solo de pensarlo — divulgó, su voz haciéndose pequeña y avergonzada — Por eso necesitaba darme un ducha. Me perdí completamente cuando lo escuché.


—Deberías haber dicho algo en el teléfono — la regañó Lena — Habría ido directamente.


—Lo sé — contestó Yulia — Por eso no lo hice. No quería que vinieras a pasar el resto del día sosteniendo mi pelo fuera de la cara mientras vomitaba en una papelera — Dijo sonando un poco frustrada y recordando cómo Olga había hecho eso por ella antes — Me has mantenido unida demasiado ahora. Es hora de que yo empiece a apoyarte... 


—Yul, me apoyas y has estado ahí para mí — le dijo seriamente, apretando su hombro firmemente — No quiero que sientas como que estás en deuda conmigo porque así no es como funciona esto. No tenemos marcador. Es lo que es. Eso es todo — Puso a Yulia en otro abrazo y enterró su barbilla en el hueco del cuello de la chica más pequeña. 


—Quería reaccionar diferente — le admitió  — No quería que se me viniera encima y quería estar bien ¿sabes? Simplemente enfrentarme a ello y después seguir adelante.
                
—Yul, suena como que hiciste eso — La tranquilizó.


—Elena, estaba enferma... como, literalmente vomité... mucho — reiteró. 


—Dios Yul, entonces estabas enferma.— Dijo —No es como si pudieras haberlo controlado. Fue una reacción física a lo que te pasó. Fue la respuesta de tu cuerpo, no la tuya. Hace eso por una razón — le dijo.


—Lo sé — reconoció la bajita —Mi terapeuta dijo que tiene que ver con mis ataques de ansiedad. Es por eso lo que pasó en la comisaría.


—Tuviste un ataque de pánico, Yul.— estableció — No es el primero y probablemente no será el último tampoco, desafortunadamente.


—Sólo estaba decepcionada — admitió  —Pensé que estaba todo pasado.—


—Yul probablemente yo también habría estado enferma si fuera tú — compartió con ella — No puedo imaginar cómo es pero ¿sabes cuánto has cambiado desde que te conocí por primera vez? — le preguntó —Yul a pesar de lo que pasó físicamente con las noticias, te levantaste y te diste una ducha y saliste para encontrarte con nosotras aquí. Nunca hubieras hecho eso en Septiembre. Probablemente te hubieras quedado en casa destrozando tu habitación o algo parecidamente destructivo... 


Yulia se alejó y se encontró con los ojos tranquilos de su novia. 


—No destrozaste tu habitación de camino ¿no? — preguntó riéndose nerviosamente ante la mirada que Yulia le estaba dando. 


—No — le dijo esta —No lo hice. Quiero decir, no me entiendas mal, quería, pero...no lo hice. Sólo di un portazo en la puerta de mi habitación. 


—Ves — sonrió Elena felizmente —Eso es un progreso.


Elena quitó un mechón de pelo fuera de los ojos de la morena y extendió su mano para coger la suya. Jugó con sus dedos como de costumbre, con sus órbitas verdes penetrantes fijas firmemente en la cara de su novia.


—¿Quieres ir a casa y hablar de esto adecuadamente? — le preguntó la pelirroja — Porque podemos ya sabes... 


—Claro que quiero hablar de ello — contestó Yulia sinceramente —pero, no ahora... ¿vale? 


—¿Mañana entonces? — la animó Elena.


—Claro — dijo de acuerdo fácilmente —Mañana — Yulia extendió su mano y jugueteó con la tela de la camiseta de Elena instintivamente — Yo sólo, quería contarte lo que pasó y ahora ya lo he hecho — dijo Yulia, bajando su mirada para mirar su mano mientras jugaba con la ropa de su novia — Me siento mejor sobre eso ahora.


—¿Qué pasa con Olga? — preguntó Elena perceptivamente.
                
—Olga estará bien — Le dijo de vuelta sinceramente. 


—¿Qué hay de Olga y Fyodor? — cuestionó Elena un poco más, observando la elección de las palabras de Yulia. 


—Dejemos espacio — Dijo simplemente, mirando de nuevo a Elena quien la estaba mirando aún de cerca. 


—Entonces, ¿qué quieres hacer ahora? — le preguntó, dejando el tema de Olga ahí y siguiendo hacia algo más, sin presionar a Yulia para que no compartiera nada que ella no quisiera. 


—¿Qué quieres decir? — preguntó, con una sonrisa apareciendo en su cara —Pensé que teníamos un trio planeado con Emma Stone — Bromeó y Elena se rió. 


—¿Un trío con Emma Stone? — cuestionó la ojiverde divertida y Yulia dio un paso más hacia su novia. 


—Sí, bueno ella en realidad no hace nada por mí pero podría tolerarlo si te hace sentir mejor — dijo juguetonamente. 


—¿Te ha dicho alguna vez alguien que eres rara? — preguntó Lena alegremente. 


—Todo el tiempo — contestó Yulia —Pensé que es por lo que me querías.


—Esa es sólo una de las muchas razones por la que te quiero— dijo Elena, besando su frente suavemente haciendo que Yulia cerrara los ojos en respuesta ante el roce. 


La pelirroja movió su boca hacia abajo para besarla en los labios delicadamente, con los ojos de su novia cerrados todo el tiempo. 


—Además del hecho de que llames de forma inapropiada a un oso de peluche cuando no estoy — comentó secamente. 


—Huh, ¿lo averiguaste? — se rió la morena, abriendo los ojos para mirar a Elena quien estaba sonriendo ampliamente. 


—¿Seymour? — se rió — ¿O Seymore? Como, ¿Seymore Butts?


—Ambos funcionan — Contestó Yulia y Elena negó con la cabeza. 


—Las chicas pensaron que le llamaste así porque querías ver más de mí porque estábamos separadas — Le informó Lena. 


—Eso es verdad — comentó la ojiazul.  


—Creo que le llamaste así porque querías ver más de mí...— dijo Elena levantando una ceja —Ya sabes....como...con menos ropa puesta... 


—Lo hice — afirmó Yulia de nuevo. 


—Eres como una pequeña genio rara, ¿lo sabes? — preguntó entretenida. 


—Lo sé — reconoció Yulia — Un día usaré este talento particular para derrotar al gobierno para dominar el mundo desde mi guarida secreta en los Alpes pero, hasta entonces, lo usaré para cosas más inofensivas como nombrar objetos inanimados. 


—¿Una guarida secreta? — presionó Elena, queriendo escuchar más de la imaginación en trabajo de Yulia disfrutando la imagen feliz que tenía la cara de su novia.
                
—Sí, una guarida secreta — contestó la morena riéndose —Tiene que ser secreta o los militares me encontraran y pararán mis planes. Tendrá una habitación con un montón de pantallas de televisión... 


—Para espiar al mundo — la interrumpió. 


—No, para poner a la vez varios videos musicales — le informó —Jasper será mi minion y le mandaré a buscar comida de vez en cuando para que haga reconocimiento por mí...


—Umm, y exactamente ¿dónde encajo en todo esto? — le preguntó Elena entretenida. 


—Puedes ser mi socia — dijo de buena gana — Ya sabes — se encogió de hombros —si quieres.


—¿Puedo pensar en ello? — preguntó, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Yulia.


—Vale, pero no tardes mucho — le dijo —Estoy pensando en poner un anuncio. 


—Vale — dijo de acuerdo Lena, echándose hacia adelante poniendo su cara más cerca de la de Yulia. Esta sonrió, anticipando el beso de su novia. 


—Tendré que besarte antes de tomar una decisión firme, claro — dijo — Quiero decir que entiendes por qué es importante ¿no? Es investigación.


—Mmhmm — respondió la morena —la investigación es extremadamente valorada para tomar cualquier decisión —Lena se echó hacia adelante y conectó sus labios, besando a Yulia felizmente, alegre de que volviera a hacer esos comentarios de broma de nuevo, con todos los pensamientos del juicio puestos firmemente al fondo de su mente por ahora.


—Entonces, ¿qué piensas? — preguntó Yulia — ¿Cogerás el trabajo?


—Creo que necesito un poco más de investigación antes de comprometerme con algo — Bromeó y Yulia movió su boca para así estar a menos centímetros de su novia. 


—Haz tanta investigación como necesites — susurró roncamente y Lena tomó la oferta directa hasta el corazón, besándola de nuevo. 


—¿Crees que Nastya y Frida se unirán a nuestro equipo de super villanos? — preguntó la morena cuando se separaron de nuevo, con los brazos de Elena aún envueltos alrededor de su cintura. 


—¿Podemos ofrecérselo? — preguntó, Lena girándose y guiando a Yulia de vuelta hasta la zona de los restaurantes donde estaban sentadas sus amigas esperándolas. 


—Sólo para que quede claro, no estoy recomendando que hagan investigación antes de tomar la decisión — Bromeó, moviéndose ligeramente para que así la mano de Lena, que aún estaba a su alrededor, se deslizara hasta su cadera. 


La pelinegra la cogió mientras volvían hasta la mesa donde habían dejado a las otras, ocupándola. 


—Sólo hay una oferta si la aceptan o la declinan...— estableció Yulia sin rodeos —Nada de besos.


—Bueno, le dije a Nastya que te compartiría con ella si nunca se enamora— le informó Elena neutralmente. 


 —Espera, ¿qué? — preguntó la morena frunciendo el ceño mientras la zona de la comida se empezaba a ver. 


—Le dije a Nastya que te compartiría con ella — repitió. 


—¿Qué? ¿De verdad? — preguntó Yulia, preguntándose por qué demonios Elena había incluso llegado a esa conversación con Nastya. 


—Sí — contestó riéndose — Así que, suficientemente justo que no beses a Frida — le permitió — pero puede que te tengas que acostumbrar a besar a Nastya — Yulia se paró en seco y miró a su novia, con una expresión confusa en su cara. 


—¿Yo no tengo nada que decir en esto? — le preguntó haciendo una mueca. 


—No — dijo Elena, tirando del brazo de Yulia llevándola de nuevo hacia Frida y Nastya quienes las habían visto. 


—Elena — protestó la pelinegra, empujándola en su costado juguetonamente haciendo una mueca tan pronto como vio la mueca de dolor que se extendía por las facciones de la chica —¡Mierda! ¡Lo siento! — se disculpó rápidamente Yulia — ¡Joder! Soy una idiota. 


—Mierda santa eso jode mucho — se quejó la pelirroja riéndose a pesar del dolor. 


—Entonces ¿por qué te estás riendo? — le preguntó Yulia pegándole en el brazo. 


—Porque es estúpido, por eso — Le dijo la pelirroja — Sólo son un par de pequeñas fracturas y siento como si me hubiera golpeado un maldito coche — La morena frunció el ceño ante la elección de palabras de su novia. 


—No me mires así — se rió Elena de nuevo —¿Sabes lo que quiero decir?


—Sí — contestó Yulia mientras se paraba delante de la mesa. 


—Estáis de vuelta — dijo Nastya, sentándose mejor ante su llegada —Pensábamos que os habíamos perdido para el resto del día. 


—Aww, no te preocupes cariño — prácticamente ronroneó Yulia, poniendo su mano delante en la mesa mientras intentaba actuar seductoramente pero fallando a cambio, pareciendo rara y cómica — No te dejaría esperando tanto tiempo. Sé lo mucho que me echas de menos cuando no estoy por aquí.


La pelinegra se puso más cerca de Nastya y levantó una ceja mientras continuaba con la farsa. 


—¿Quieres que me siente en tu regazo un poco? — preguntó, extendiendo su mano para coger la de la castaña ojiverde sosteniéndola en la suya —A lo mejor podríamos salir y tomar algo de aire fresco — sugirió, guiñandole un ojo, con una clara  insinuación. 


Nastya miró a Elena pareciendo muy incómoda. 


—¿Le has contado lo que hemos estado hablando antes? — preguntó. 


—Puede que haya salido — Contestó la pelirroja entretenida mientras Yulia sonreía en su dirección, disfrutando el juego. 


Se intentó sentar en el regazo de Nastya pero la otra chica se levantó rápidamente. 


—Oh Dios mío — le dijo a Elena —¿Te he dicho que te odio a veces?
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/15/2022, 12:23 am

Feliz noche querida mía, muy buen capitulo q bueno q julia fue sincera con lena y permita q la apoye en algo tan duro como el juicio. Me alegro q estén bien cada vez más fuertes juntas 😍😍😍. Saludos querida 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/17/2022, 12:14 pm

Capítulo 61
         
Yulia y Elena caminaron a lo largo del centro comercial lentamente, sus brazos unidos y sus manos entrelazadas, Yulia echando vistazos rápidos, con miradas interesadas a través de algún cristal de las tiendas mientras pasaban.
                     
—¿Quieres ir a dar una vuelta? — preguntó Elena dándose cuenta de las miradas de Yulia — No tenemos que ir directamente al cine si prefieres comprar.
                         
La morena miró hacia arriba encontrándose con los ojos de Lena y apretó su mano ligeramente.

—No, está bien — Contestó — En realidad no necesito nada.

Elena tomó un momento para contemplar las converse azules destrozados de Yulia, con una mirada incrédula en su cara.

—¿No necesitas nada? — preguntó, sus labios curvándose en una sonrisa mientras levantaba sus ojos para mirar las facciones de su novia de nuevo —Ni siquiera, una, ¿cosa?
                         
La chica negó con la cabeza y Lena se rió mientras hacia una nota mental de comprarle a su novia un par de zapatillas nuevas cuando tuviera su próxima paga.

—Estaba intentando averiguar dónde está la tienda de música que hay aquí pero parece que no puedo recordarlo — Dijo Yulia, girando su cuerpo en el sitio para mirar en la primera dirección y después en otra, aparentemente confusa.

Hizo una mueca con su cara, su nariz y frente frunciéndose pensativamente mientras seguía escaneando el centro comercial que tenía alrededor.
                       
—Está arriba al final de Barnes and Noble,— le informó la pelirroja como ayuda, una expresión similarmente mística apareciendo en su propia cara —¿Por qué?
                       
—¿Aquí arriba? — preguntó Yulia señalando completamente en la dirección equivocada.
                         
—No, en la otra esquina del centro comercial — corrigió la ojiverde, girándose y señalando el camino correcto — Ahí abajo en frente de Forever 21.
                       
—¿De verdad? — preguntó Yulia, sus ojos siguiendo la mano de Elena.
                         
Parecía sorprendida por la información y la pelirroja no pudo evitar encontrar adorable su confusión.

—Sí cariño — se rió — ¿Cuándo fue la última vez que viniste aquí?
                       
—Fue el fin de semana — le dijo un poco irritada — Mis padres me trajeron a comprar mi nueva guitarra.
                     
—No puedo creer que rompieras la otra — se rió la otra chica recordando el video de antes de Yulia —Eres una idiota — La morena sonrió ampliamente ante el sonido de la palabra y Lena la empujó juguetonamente en respuesta, su propia sonrisa a juego con la de su novia.
                         
—Fue tu culpa — gimoteó animadamente, recordando las costillas fracturadas de Elena a tiempo para pararse de empujar a la otra chica de vuelta — Si no hubieras dejado tu disco de Fall Out Boy en mi casa no lo habría hecho.
             
—Ojalá hubieras grabado tu concierto de rock improvisado — se rió a carcajadas la mayor — Sólo puedo imaginar lo que Olga y tú estuvisteis haciendo. Estoy segura de que vosotras dos no deberías quedaros a solas sin supervisión.

—Cierto — dijo simplemente la ojiazul, su estado de ánimo melancólico con la mención de su mejor amiga ante la vista de todo lo que había pasado antes. Elena sonrió tristemente y acarició la parte de detrás de su mano con su pulgar — Lo siento — se disculpó y Yulia puso su mano libre encima de la de ella en reconocimiento.

—¿Querías ir allí?— le preguntó Elena, redireccionando la conversación hacia el tema original —Ya sabes, ¿a la tienda?—

—Estaba pensando en comprar unas cuantas hojas nuevas de partitura — pensó en alto, mordiéndose el labio inferior — He estado intentando realmente practicar más y pensé que a lo mejor teniendo canciones nuevas para aprender ayudaría. Pero puede esperar...

—No, no puede — dijo Lena, satisfecha ante el pensamiento de la morena volviendo a su música y tirando de su brazo para dirigirla por el centro comercial hasta la tienda.

Yulia iba detrás de ella durante un momento pero pronto aceleró su ritmo hasta estar al lado de su novia de nuevo.

—Si quieres comprar alguna partitura entonces iremos y las cogerás.

—En realidad no es importante — le dijo Yulia.

—Tardaremos cinco minutos — dijo la pelirroja simplemente, previniendo ninguna discusión más allá con la morena.

—No puedo creer que no recordara dónde estaba la tienda — se quejó después de continuar unos cuantos minutos en silencio — Fue tan estúpido. ¿Qué demonios me pasa?

—No pasa nada contigo — respondió Elena dándole una mirada significativa.

—Solía ir a esta tienda todo el tiempo — musitó reflexivamente — Quiero decir, prácticamente vivía en ese sitio antes del accidente y ahora ni siquiera puedo encontrarla.

—Yul — dijo la pelirroja mirando a su novia con cuidado — No es gran cosa. Sabes cómo es tu memoria...

—Lo sé — intercedió esta — Es realmente una mierda a veces pero, no sé, hay días en los que siento que estoy mucho mejor — Compartió abiertamente — Es casi como que no me pasa nada. Es como que, algunas mañanas me puedo despertar y si no fuera por mis cicatrices o la funcionalidad de mi mano izquierda ni siquiera sabría que había estado en un accidente.

—Va a llegar el final — la tranquilizó Lena — Quiero decir que, no tienes que tener tus terapias del habla más porque ha mejorado tanto y apenas vas a terapia física ahora. Sólo vas una vez para que así puedan comprobar que no has perdido las riendas y para ver que pueden mejorar tu coordinación un poco más. Todo el mundo se olvida de cosas de vez en cuando — Recordó — Eso no te hace especial, ya sabes — bromeó.
               
—Lo sé — se rió la pelinegra, con las palabras de Lena haciéndola sentir mejor e inclinándose sobre el hombro de la chica más alta fingiendo morderlo juguetonamente — Estoy mucho mejor. Incluso yo puedo ver eso — Reconoció y la pelirroja sonrió ampliamente ante las palabras.

Elena no pensó en el momento en el que dejaría de sonreír después de escuchar el reconocimiento de Yulia sobre su proceso.

—Entonces, ¿cuál es el problema?— le preguntó la pelirroja.

—El problema es que aunque no tenga más terapia del habla, aún no puedo hablar adecuadamente cuando estoy muy cansada o estresada o... no sé — dijo, pausándose mientras pensaba un momento — Emocional —  Añadió finalmente —Además, puede que tenga más probabilidad que nadie de abofetearme a mí misma en la cara por la mañana porque mi sensación en esta mano es muy pobre — estableció Yulia, levantando sus manos entrelazadas  — Es un poco mierda saber que en el futuro aún habrá días en los que vaya a algún lado donde he estado yendo toda mi vida y aún estaré desorientada o perdida.

—Solías olvidarte de la combinación de la taquilla todo el tiempo en la escuela, Yul — le recordó Elena —y ni siquiera puedo empezar a contar las veces que te he recordado que te tomes las medicinas o de cerrar la puerta principal cuando te ibas de casa — Continuó —No es gran cosa. El otro día alguien me preguntó el día de mi nacimiento y me tomó diez minutos antes de recordarlo.

—Sólo estás diciendo eso para hacerme sentir mejor — comentó Yulia —pero gracias.

—No — se rió Lena — Incluso mi mente se queda en blanco de vez en cuando.

—Odio estar confundida — le admitió Yulia — Es avergonzante.

—Sí, bueno creo que eso te hace linda — dijo la ojiverde en un intento de tranquilizarla, dando un pequeño golpecito en la nariz de ésta, para que Yulia la encogiera en respuesta al contacto.

—Crees que todo lo que hago es lindo — protestó la morena entretenida, echando su cabeza hacia atrás cuando Lena intentó volver a golpear su nariz de nuevo —Podría probablemente pegarte un puñetazo en la cara y lo encontrarías adorable — bromeó.

—Eso definitivamente sería una forma segura de hacer que caiga a tus pies — se rió y Yulia no pudo resistir las ganas de empujarla suavemente ante el comentario.

La pecosa fingió una mueca de dolor pero la verdad es que no tenía molestias por la pequeña fuerza de Yulia y se deleitó burlándose de eso.

—No tengo ni idea de cómo conseguiste ponerle un ojo negro a la Señorita Oksana y romperte tú la mano y la nariz de Svetlana — Se rió con ganas — Fue patético, Yul — Tentó de buen humor —Eres tan pequeña que a veces pienso que una mosca podría luchar contigo.

—¡No soy tan pequeña! — respondió fingiendo un insulto y empujando más fuerte a su novia quien se rió a pesar de la incomodidad que el contacto suscitó en su costado —¡No puedes llamarme pequeña cuando gente como Frida existen!

—Frida puede en realidad darte un sorprendente buen puñetazo — le dijo Lena, recordando la vez en la que su amiga le había dado un gancho muerto en el periodo de la comida durante su primer año.

La chica la había golpeado con ganas después de escuchar que Justin Timberlake estaba de gira y que estaría tocando en la ciudad y Elena había tenido el peor dolor de brazo como resultado.

—Tú por otro lado...— dijo la pelirroja, ladeando su cabeza ligeramente para estudiar la forma física de Yulia, decepcionantemente — Bueno...ya sabes...

La boca de la pelinegra se abrió de golpe fingiendo que la había insultado y se tomó un tiempo para pensar en una respuesta.

—¿No crees que te pudiera hacer daño si quisiera? — estableció finalmente preguntando, con una pizca de reto entretenido en su voz —He estado poniéndotelo fácil — dijo, su sonrisa amplia y sus ojos brillando malévolamente —Podría hacerte daño si quisiera ya sabes...

—No te creo — le interrumpió la pelirroja riéndose.

—Puedo — dijo Yulia con seguridad.

—Demuéstralo — se atrevió a decir y Yulia desenredó su mano de la de su novia para dar un paso hacia atrás mirándola, insegura de si lo estaba diciendo en serio o no.

—¿No crees que lo haré? — le preguntó, levantando una ceja y entrecerrando sus ojos mientras intentaba leer el lenguaje corporal de la pelirroja.

—No...no creo que lo hagas — dijo Elena significativamente encogiéndose de hombros mientras seguía andando, continuando en dirección a la tienda de música, aparentemente imperturbable ante la amenaza de Yulia.

La ojiazul la vio irse durante un momento, medio esperando que Elena se girase para esperarla pero exasperantemente no lo hizo, siguió hacia adelante, aparentemente imperturbable. Cuando Lena estuvo a unos cuantos metros delante de donde estaba su novia de pie, la chica más pequeña corrió detrás de ella y se movió a su alrededor poniéndose delante y bloqueando su camino, haciendo que se parase abruptamente. Elena vio la expresión irritada de su ojiazul entretenida y se cruzó de brazos delante de ella mientras esperaba a que su novia dijera algo.

—Eres cruel ¿lo sabes? — le preguntó Yulia haciendo un puchero y Lena se rió ante el uso del arma secreta de su novia.

—No — dijo Elena, caminando alrededor de Yulia ladeando su cabeza en su dirección mientras la pasaba — Eso es ser cruel.

—Recuérdame que te pegue un fuerte puñetazo cuando estés completamente recuperada.— Dijo Yulia, luchando por ir al paso de su novia.

Lena fingió considerar la petición durante un momento y después hizo una mueca, negando con la cabeza.

—Nah — respondió mientras entraba en la tienda de música parándose dentro, girándose hacia Yulia quien casi chocó contra ella, sin prestar la suficiente atención a las acciones de ésta con sus reflejos sin ser lo suficientemente rápidos para reaccionar.

—Eres tan molesta — se quejó Yulia frunciendo el ceño y ella le dio un golpecito en lo alto de su cabeza condescendientemente, la esquina de su boca levantándose en una sonrisa.
               
—Lo sé — dijo Lena guiñándole un ojo —pero me quieres de todos modos.

La morena la empujó en las costillas con su dedo índice y la pelirroja se dobló por la mitad, silbando ante el dolor de su costado, con sus manos apoyándolas ahí, protectoramente.

—No creías que fuera a hacer eso ¿verdad? — cuestionó Yulia casualmente mientras Lena se ponía recta de nuevo aún sonriendo a pesar del momentáneo dolor que había sufrido —Te lo mereces,— continuó pareciendo alegre y la pelirroja negó con la cabeza a su novia mientras ella iba en dirección hacia la zona donde las partituras de música estaban, claramente irritada.

Elena tenía la tentación de dejarlo pasar, dejar que Yulia aclamara esta ronda pero no podía, las ganas de seguir con sus entretenidos dimes y diretes eran demasiado fuertes para resistirse, animándola a caminar silenciosamente detrás de su novia que estaba ahora delante de un estante ojeando un libro de partituras de música. Lena deslizó sus manos alrededor de la cintura de la morena y empujó su espalda contra su cuerpo firmemente, imperturbable por la protesta de su costado cuando su novia estaba tan cerca de ella. Bajó su boca hacia el lado del cuello de la chica y lo mordisqueó, sus dientes acariciaron su piel ahí mientras sus manos hacían un esfuerzo para hacer cosquillas en el abdomen de Yulia.

La ojiazul se giró en los brazos de Elena intentando escapar debido a la irritación pero su novia la sostuvo con más firmeza, haciéndole cosquillas en sus costados mientras seguía mordiéndole el cuello, su boca haciendo su camino hasta la mandíbula de ésta y de nuevo hacia abajo.

—¡Oh, Dios mío! — exclamó, tirando el libro al suelo accidentalmente luchando contra el vicio de Elena como agarre, con su cuerpo contorsionándose mientras se reía en alto y su cuello intentando escapar del asalto de su novia al mismo tiempo que su torso, girándose en su sitio furiosamente —¡Elena!

—¿Sí? — preguntó la pelirroja a sabiendas, disfrutando del sonido de la risa ronca de Yulia en conflicto con el tono de molestia de su voz a pesar del ataque implacable.

—¿Sí? — preguntó Yulia, con su voz elevándose incrédula mientras intentaba girarse para mirar a Lena cuyas manos están aún sobresaliendo en sus costados.

La pelirroja sintió las manos de Yulia en lo alto de las suyas y la chica menor las cogió para soltarse del agarre, intentando quitarlas de su cuerpo para así poder escapar de su novia.

—Nah uh — dijo Lena intentando sostenerla firme mientras ignoraba las quejas dolorosas de sus costillas — No lo creo...

—¡Para! — se rió la ojiazul, finalmente consiguiendo darse la vuelta para así estar mirando a Lena quien instantáneamente había dejado caer sus manos hasta el estómago de Volkova para reanudar las incesantes cosquillas.

La morena dio un paso hacia atrás en un intento de escapar de los dedos intransigentes de la pelirroja y se golpeó con el estante que tenía detrás, fuertemente. Extendió una de sus manos para equilibrarse contra el sitio de madera y Lena tomó la oportunidad de ponerse incluso más cerca, empujando sus cuerpos juntos.

—¡No te creo! — se quejó Yulia, extendiendo sus manos para empujarlas contra el pecho de Lena, intentando poner algo de espacio entre ellas, con su cuerpo aún contorsionándose en su incomodidad.
               
—Te lo mereces — le dijo la ojiverde sonriendo ampliamente, riéndose mientras repetía las palabras de antes de Yulia.

—Me merezco... — empezó a discutir, pero Lena la cortó inclinándose hacia adelante, besándola firmemente en los labios a cambio, mientras seguía haciéndole cosquillas en el abdomen ésta, en sus costados, sobre sus costillas.

Sonrió contra los labios de la ojiazul durante un momento antes de separar sus bocas, echándose hacia atrás para estudiar la cara de su novia.

Yulia tragó saliva forzadamente con sus ojos firmes en los de su novia y después tosió casi inmediatamente en respuesta, la acción accidentalmente hizo que una bocanada de aire corriera en su esófago siendo rechazado rápidamente de nuevo.

—Dios, qué...— empezó Yulia a gruñir de nuevo pero Lena, sabiendo lo más fácil, lo más rápido y lo más disfrutable para hacerla parar, conectó sus labios una vez más y no perdió tiempo en profundizarlo con el segundo intento.

Elena supo que finalmente había ganado cuando sintió la boca de Yulia abierta para recibir su lengua, la chica más pequeña comenzó a chuparla placenteramente, inclinándose hacia el beso, con sus manos deslizándose desde su posición defensiva en el pecho de Elena hasta la espalda de ésta.

Con el conocimiento de su triunfo en su mente, Elena se echó hacia atrás bruscamente, con una sonrisa en su cara lo que molestaba y divertía a la vez a Yulia.

—Sí, te mereces eso — Dijo Elena contestando la pregunta incompleta de antes de Yulia, ampliando su sonrisa para que así predominara en su cara sin pasar desapercibida — Eres como un grano en el culo, Volkova — le dijo entretenida, empujando el pecho de Yulia amablemente para que así se tambaleara un poco — O debería decir, ¿en mi costado? — preguntó, levantando una ceja y echándose hacia atrás —Yo sólo... te esperaré fuera.— Le dijo mientras Yulia seguía mirándola alucinada.

La pelinegra la vio marcharse y cuando sus sentidos finalmente habían vuelto a ella, se dio cuenta de que no era la única, un número de clientes en la tienda también la estaban mirando, algunos sonriendo entretenidos, algunos levantando sus cejas cuestionadoras y otros evidentemente poco impresionados ante la demostración. Sintió que su cara se sonrojaba mientras los ojos de esos que habían estado viendo irse a Elena ahora se giraban hacia ella y se giró rápidamente para evitar las miradas. Se agachó rápidamente para coger el libro que había dejado caer al suelo y casi accidentalmente se golpeó en la cabeza con el estante como resultado de lo nerviosa que se sintió ante toda la situación.

Cinco minutos más tarde, salió de la tienda con un nuevo libro de partituras de música que había elegido y encontró a Elena esperando afuera, apoyada contra el escaparate de delante, leyendo algo en su teléfono.

—¿Te he dicho que eres realmente molesta? — le preguntó sin anunciar su presencia y Elena levantó sus ojos de su teléfono para mirar a su novia.

—En realidad creo que puede que lo mencionaras antes — Contestó, presionando el botón arriba de su teléfono y deslizándolo en sus vaqueros.

—Bueno — dijo la pequeña — sólo por si acaso no lo dejé claro voy a volver a decirlo de nuevo — Lena miró a Yulia expectante pero no dijo nada más.

—Bueno, ¿no lo vas a decir? — preguntó, sonriendo, y la morena puso sus ojos en blanco y empezó a caminar — ¿Cariño? — la llamó —Sabes que vas por el camino equivocado ¿verdad? — preguntó y vio a Yulia pararse de golpe, su cabeza girándose para mirar de arriba abajo el centro comercial, evidentemente desorientada de nuevo —Los cines están por este lado — dijo señalando en la dirección correcta cuando los ojos de Yulia cayeron en ella de nuevo.

—Cierto — dijo Yulia indiferente —Eso lo sabía — Dijo dándose la vuelta en el sitio y caminando en la otra dirección.

—¡De nada! — gritó y la ojiazul se giró para mirarla molesta.

—Bueno, ¿vas a venir o qué? — preguntó levantando sus brazos expectante.

—No lo sé — contestó Elena, empujándose contra el cristal de la tienda con las manos y moviéndose hacia Yulia con pasos muy lentos —Puede...— musitó.

Cuando finalmente llegó hasta ella, la morena la empujó fuerte en el hombro y Elena se rió ante el abuso.

—Ugh, joder a veces te odio — gruñó alegremente, sus rasgos eran cálidos a pesar de sus palabras.

—Lo sé. Es genial ¿verdad? — le dijo la pelirroja, caminando hacia adelante besando a Yulia en la frente sobre su cicatriz, con sus labios permaneciendo ahí un momento — Si es posible creo que te encuentro diez veces más atractiva cuando estás irritada — Musitó y Yulia frunció el ceño frustrada —Además, por favor siéntete libre de maldecir más a menudo. Es algo caliente.

—Que te jodan — dijo levantando una ceja y Elena estudió sus alrededores.

—A lo mejor no aquí — dijo haciendo una mueca y la ojiazul negó con la cabeza, con una sonrisa reflexiva apareciendo en su cara.

—Eres una idiota — Le dijo a través de su risa y Lena pareció considerar las palabras de su novia.

—A lo mejor — dijo de acuerdo —pero soy una idiota que te distrajo de estar molesta contigo misma haciendo que estés molesta conmigo — Le dijo.

—Dios, ¿por qué acaso te quiero? Tú...tú...gilipollas — maldijo y la pelirroja sonrió ampliamente ante el sonido del insulto. Se echó hacia adelante, con su mano encontrando su camino alrededor de la espalda de Yulia mientras la besaba en los labios, brevemente.

—Vamos — dijo Lena, tomando la mano libre de la ojiazul y llevándola en dirección al cine —Nos perderemos la película si nos quedamos aquí todo el día.

—Espera, ¿no ibas a decir que me quieres? — le preguntó Yulia mientras caminaban juntas de la mano.

—No — contestó y la morena hizo un puchero instantáneamente antes de que la chica más alta ni siquiera tuviera la oportunidad de continuar —Algo tan obvio no necesita ser dicho — Terminó y la pelinegra se inclinó contra su costado, satisfecha con las palabras.

—Vale, estás perdonada — le dijo y Lena sintió que se escapaba la mano de su novia de la suya envolviéndose alrededor de su cintura protectoramente.

—Bien — dijo Elena —me tuviste preocupada durante un momento.

—No lo hice — respondió a sabiendas y Lena afirmó con sus palabras con una mirada silenciosa que le dio mientras seguían hacia su destino.

Caminaron juntas el resto del camino en silencio y cuando finalmente llegaron a los cines, Yulia compró las entradas para la próxima sesión de la película que habían planeado ver y volvió hacia su novia quien estaba sentada en un asiento cercano esperándola.

—Tenemos quince minutos hasta que podamos entrar — Dijo, jugueteando con las entradas en sus manos un momento antes de guardarlas en su bolso.

—Sabes que no tenías que comprar las entradas — dijo Elena seriamente mientras Yulia se dejaba caer en el asiento de su lado — Puedo pagar la mía. Realmente no me debes nada porque me dejaras antes para ver a Olga.

—Lo sé — dijo Yulia, extendiendo su mano cogiendo la de la pelirroja que había estado apoyada en su regazo —Pero quería — admitió — Quiero comprarte palomitas también — siguió, con sus ojos firmes en sus manos mientras sus dedos acariciaban la piel de Elena suavemente — y tu refresco — Continuó finalmente levantando sus ojos para encontrarse con los verdes de su novia — Después quiero comprarte algo para cenar y darte un beso de buenas noches cuando sea hora de irse a casa. De esa forma tendrás dulces sueños.—

—Siempre tengo dulces sueños porque son siempre contigo — le dijo Lena y Yulia sonrió ante el cumplido — Pero siempre me compras cosas — dijo, sin ser desagradecida pero estableciendo el hecho — Siempre me estás dando regalos, u organizando picnics románticos en la playa o citas sorpresa en las jaulas de bateo — recordó.

—Um, tú me compraste un cachorro — dijo simplemente, sintiendo que su comentario triunfaba sobre cualquier argumento que diera Lena.

—Sí, pero con tus padres.— le dijo, aparentemente en desacuerdo con las suposiciones de Yulia — Además, me compraste el anillo de promesa.

—Sabes, si estamos teniendo una competencia, entonces también te compré un colgante — Se rió Yulia.

—¡Exactamente! — dijo Elena, como si su novia hubiera llegado a la conclusión por ella —Lo hiciste.

—Me compraste entradas para ver a Taylor Swift y Ed Sheeran — le recordó —Así que, supongo que todo se resuelve al final — La morena miró hacia a sus manos durante un momento, con una  expresión pensativa — Me gusta comprarte regalos — le confesó después de una pausa — Me gusta organizar citas sorpresa y llevarte a cenar. Es tan agradable hacer cosas por ti — dijo, frotándose la cabeza un momento con su mano libre — Me hace sentirme bien verte feliz y me encanta sentirme así también así que, ¿me dejarías pagarte las malditas palomitas? — preguntó —Te prometo que sólo comeré unas pocas — bromeó, con sus ojos encontrándose con los de Elena de nuevo, pareciendo entretenida.

La pecosa estudió a Yulia y no podía ver si sólo eran palabras sinceras. Podía ver que realmente eran reales lo que estaba diciendo y se encontró a sí misma sonriendo felizmente como resultado.

—Bien — dijo de acuerdo —Puedes comprar palomitas. Grandes — pidió, guiñándole un ojo — Dices que comerás pocas pero te estás olvidando de que sé cómo es tu apetito, Yul.

—¿Dulces o saladas? — le preguntó Yulia.

—Dulces, como tú — dijo Elena fácilmente y Yulia se rió.

—Blandita — se rió y Lena extendió su mano libre para apoyarla en un lado de su cara.

—Me encanta tu risa — Le dijo Elena.

—¿Sólo mi risa? — preguntó Yulia, con su propia mano extendiéndose para ponerla encima de la de Elena.

—Tu risa — repitió, con su mano acariciando la frente de Yulia ligeramente, quitando el pelo del camino — Tus ojos — dijo sonriendo inconscientemente, su pulgar trazando la ceja izquierda de la chica — tus labios — continuó, besando a Yulia en los labios rápidamente — Amo tus cicatrices — le dijo mientras levantaba su mano hacia la cicatriz visible de la frente de ésta, acariciándola delicadamente — Me encanta todo de ti — Yulia levantó su mano y acarició el brazo de la pelirroja.

—¿Quieres Coca Cola o algo más con tus palomitas? — le preguntó.

—¿No me vas a decir que me quieres? — le preguntó Elena.

—No — contestó la pelinegra con una sonrisa — Algo tan obvio no necesita ser dicho — Se burló y Lena puso sus ojos en blanco.

—Ahora ¿quién es la idiota? — preguntó y Yulia parecía considerar la pregunta durante un momento.

—Aún eres tú — Contestó, soltando la mano de Lena  y levantándose.

—¿Por qué sales conmigo si soy así de idiota? — le preguntó Elena sonriendo.

—No lo sé — dijo, echando un vistazo rápido en dirección a la fila — Eres alguien a quien se le puede mirar, supongo — Se encogió de hombros —Pero los mendigos no pueden elegir. Eras tú o mi mejor amigo imaginario Raphael...

—¿Mejor amigo imaginario? — preguntó Elena, con sus cejas levantándose con interés.

—Sí, nos conocimos en mi escuela imaginaria en una excursión a Marte — Le dijo.

—¿Marte, el planeta? — cuestionó Lena.

—Sí — contestó simplemente.

—Entonces, ¿qué pasó? — preguntó Elena entretenida — ¿Salió corriendo con otra chica?

—No — dijo Yulia tristemente, fingiendo dolor —Resulta que no era real. ¿Quién lo sabía?—

—Eres una jodida idiota — le dijo Elena.

—Sí, bueno tú eres una imbécil así que supongo que nos hace la pareja perfecta — Bromeó y la pecosa se echó hacia adelante, golpeándola juguetonamente en el estómago. La ojiazul se encorvó ante el contacto y frunció el ceño un momento — Imbécil — comentó de buen humor antes de ir hacia stand de la comida para comprar la bebida y palomitas para la comida.

Elena la vio irse y tomó la oportunidad de sin vergüenza mirar fijamente el trasero de su novia mientras hacía su camino hacia el vestíbulo, solo levantando su mirada de su posición actual cuando sintió su teléfono vibrar en su bolsillo trasero. Sacó el pequeño aparato y miró la pantalla, dándose cuenta de que la causa de alerta en Facebook era un mensaje de Clare.

Lo abrió y sonrió ante el contenido.

¡Hola Elena! ¿Cómo de jodidamente grosera eres? Me añadiste como amiga aquí y... bueno, eso es guay supongo.... pero, en serio... ¿pensé que íbamos a salir con la chica mala de tu novia y el resto de tu pandilla? Así que... ¿dónde está mi invitación? ¿Se ha perdido en el correo con mi puta carta de Hogwarts? ¡He estado esperando esa cosa durante años! De todos modos, no seas una idiota, te prometo que no soy una psicópata... al menos creo que no lo soy pero nunca se puede estar segura de esas cosas supongo... bueno, tengo noticias de la pelirroja de mi equipo de softball. Aparentemente, no es gay, pero... bueno, definitivamente nos besamos hace un par de semanas pero creo que eso la hace al menos bisexual ¿no? Quiero decir, fue en mi sueño pero, aún cuenta ¿no? De todos modos, que te jodan por no contactar conmigo. Soy demasiado gánster para que salgas conmigo.

P.D. Sólo bromeaba. Estoy muriendo literalmente porque necesito un grupo guay de amigos para salir así que será mejor que te pongas en contacto *se sienta en una esquina llorando*


—Allá vamos — dijo Yulia, volviendo la atención que tenía Elena sobre el teléfono, hacia ella.

Estaba de pie delante de ella, con una bolsa de palomitas en una mano y la bebida en la otra.

—¿No tiraste las palomitas? — se rió, volviendo a poner el teléfono en su bolsillo.

—No, claro que no — Dijo la pelinegra, dándole la bolsa a Lena mientras sostenía la bebida — No malgasto la comida, Elena. Soy más de tirar la bebida.

—A lo mejor ¿deberíamos cambiarlo entonces? — sugirió y Yulia levantó el vaso hasta su boca y dio un sorbo de Coca Cola a través de la pajita.

—¿Dónde está la gracia en eso? — preguntó, ofreciéndole a Elena la otra mano que alegremente cogió.

Puso a Lena de pie y se pusieron de camino hacia la sala donde la película iba a ser puesta, esperando en la entrada.

—Hey Yul, ¿te acuerdas de Clare? — preguntó, con sus dedos jugando con los de Yulia como de costumbre mientras esperaban en la fila.

—¿Tu ex-novia? — le preguntó.

—No éramos novias — Estableció Elena simplemente y Yulia se encontró con sus ojos, bebiendo otra gran cantidad del vaso de su mano.

—¿Amante entonces? — bromeó la ojiazul, con sus dientes mordiendo la pajita como de costumbre. Elena la golpeó en el brazo juguetonamente, arrugando su cara desaprobadoramente —¿Rollo? — continuó Yulia.

—Amiga — dijo Elena en un intento de pararla.

—Oh, la compañera de enrollarte del campamento de verano — siguió Yulia divirtiéndose.

—Vale, entonces te acuerdas de ella — Reconoció, suspirando.

—Déjame ver — dijo la pequeña, bajando el vaso — Caliente, divertida, molestamente agradable.... sí, claro que me acuerdo de ella.

—¿Estás celosa de ella? — preguntó Elena sorprendida ante las palabras de Yulia — Nastya y Frida dijeron que lo estabas pero no les creía.

—No estoy celosa — contestó frunciendo un poco el ceño.

—Estás totalmente celosa de ella — Se dio cuenta.

—No de ella — Defendió Yulia —Sólo... puede que, un poco celosa del tiempo que pasasteis juntas, eso es todo.

—¿Qué? — preguntó Lena pareciendo confundida.

—Nada — Dijo Yulia evasivamente, mordiendo la pajita de su bebida de nuevo como distracción —¿Qué pasa con ella?— Lena entrecerró sus ojos, haciendo una nota de hablar con Yulia adecuadamente sobre lo que había dicho últimamente pero decidió dejarlo pasar por ahora.

—Bueno, de alguna manera le dije que quedaríamos — Le dijo y Yulia no movió sus ojos de los de su novia, sosteniéndolos significativamente.

—Vale — dijo la pequeña encogiéndose de hombros.

—¿Vale? — le preguntó Lena —Entonces ¿estás feliz si lo hacemos?

—Claro — contestó Yulia, sonando insegura a pesar de sus mejores esfuerzos —Es tu amiga ¿verdad? Entonces, ¿por qué iba a ser un problema?

—No creía que lo fuera después de que me pidieras que me disculpara con ella por la forma en la que reaccioné en el restaurante pero pensé en comprobarlo antes de acordar nada — contestó Elena.

—No, está bien — Dijo Yulia caminando hacia adelante mientras la fila avanzaba.

—Genial, bueno estaba pensando en hablar con el resto de las chicas y acordar algo para el próximo miércoles — Compartió la pelirroja.

—¿El resto de las chicas? — preguntó Yulia, claramente sin seguir lo que quería decir su novia.

—Sí — le dijo Elena — Clare estaba esperando conoceros a todas así que pensé en invitar a Frida y a las demás también.

—Espera, ¿yo voy? — preguntó Yulia evidentemente perdida — Pensé que tú ibas a quedar con ella a solas.

—No — dijo, riéndose suavemente ante el malentendido de su novia — Ella sugirió que todas quedáramos. De esa forma no sería raro ni nada.

—Oh — dijo Yulia, sintiéndose un poco mejor sobre toda la cosa con esta revelación — Vale entonces, sí podría ser divertido.

—Entonces, ¿puedo planear algo?.— preguntó la pelirroja, sin necesitar la aprobación de Yulia pero queriéndola.

—Sí — dijo la ojiazul asintiendo con su cabeza mientras daban un paso hacia adelante en la fila —Adelante.

—Gracias — sonrió Elena, besando a Yulia en un lado de su cara mientras daba otro sorbo de la bebida.

—¿Por qué? — le preguntó mientras Elena levantaba su mano alrededor de la mano libre de la morena, poniendo un mechón de pelo detrás de su oreja, el largo y oscuro mechón liso cayendo mientras bajaba su cabeza para beber.

—Sólo, gracias — Respondió mientras Yulia le daba la bebida para que la cogiera sacando las entradas de su bolso para dárselas al acomodador.

La pelinegra cogió su bolso y le ofreció su mano a Lena dándole la espalda pero la chica más alta movió su cabeza.

—No te tomes esto a mal Yul pero no confío en ti caminando a oscuras llevando esto después de la última vez...

—¡Olga me empujó! — protestó la morena, recordando cómo había tirado toda la bebida sobre Nastya la última vez que habían ido al cine en grupo.

—¿De verdad? — preguntó la pecosa, sosteniendo la bebida insegura para que Yulia la sostuviera mientras daban un paso hacia adelante en la fila hacia la pantalla.

—Vale, a lo mejor me tropecé — Admitió, sonriendo ampliamente sacando su lengua entre sus dientes.

—¿Quieres coger esto? — preguntó Elena moviendo el vaso y Yulia negó con la cabeza.

—No, puedes llevarlo tú — Cedió la morena — Yo me agarraré a ti.

Mientras lo decía, juntaba sus manos alrededor de las de Elena caminando juntas en la oscuridad de la sala de cine, encontrando asientos en el medio de la última fila, descendiendo en ellos.

Lena puso la bebida en el hueco del brazo del asiento y extendió su mano ahora libre para coger la de Yulia, con sus dedos manipulando los de su novia subconscientemente mientras cogía palomitas de la bolsa, comiéndolas con hambre.

Ambas se sentaron en silencio durante los tráileres, la pequeña mano de Yulia se extendía a lo largo del brazo de asiento para coger con manos llenas, palomitas hasta que la bolsa estuvo medio vacía.

—Oh Dios mío Yul — se rió la ojiverde, manteniendo un tono bajo para así no molestar a nadie — Te has comido casi la mitad de la bolsa y la película ni siquiera ha empezado.

—Estoy hambrienta — gruñó Yulia, haciendo un puchero — Además, tú también has estado comiendo. No fui solo yo.

—A lo mejor pondré esto a un lado durante un minutos hasta que la película empiece realmente.— Sugirió la pelirroja, poniendo la bolsa en el suelo a su lado. La última fila estaba vacía y la sala relativamente desierta, unas cuantas personas sin cara en pequeños grupos por aquí y allí.

—Elena — protestó mientras las promotoras de las películas aparecían en la pantalla — Vamos. Eso no es justo. ¿Qué se supone que tengo que hacer con mi boca ahora? — preguntó volviendo su atención hacia la pantalla durante un momento donde las productoras seguían saliendo informativamente.

—Bueno, podrías cerrarla — sugirió Elena susurrando, astutamente consciente de la gente que tenían alrededor —Te las daré en un minuto.

—Pero estoy hambrienta ahora.— Se quejó Yulia, poniéndose más cerca de su novia, intentando extender su mano por su regazo para cogerlas de nuevo.

Elena se echó hacia adelante entretenida ante el fallido intento de Yulia y movió la bolsa un poco más lejos de su alcance, su boca fingió morder el brazo de ésta durante un momento antes de volver a sentarse hacia atrás.

La pelinegra se estiró y frunció dramáticamente el ceño ante la crueldad de Elena antes de volver a inclinarse sobre su regazo intentando una vez más coger las palomitas.

—Yul — siseó Elena en voz baja, la chica menor se inclinó más sobre su regazo estando así casi tumbada encima de ella.

Elena pensó que si su novia no tenía cuidado correría el gran riesgo de caerse de la butaca, de cabeza.

—Sólo espera cinco minutos y después te las volveré a dar — La tranquilizó.

—No puedo.— dijo Yulia, con  su brazo estirándose tanto como podía aún sin alcanzar la bolsa.

—Jesús! — se rió Lena en bajo intentando permanecer callada — Podrías levantarte, sabes...

—No, eso involucra demasiado esfuerzo — Dijo simplemente y Lena levantó una ceja, negando con la cabeza.

Desde donde estaba sentada ahora, el actual intento de Yulia parecía mucho más esfuerzo que lo que sería levantarse.

—Mierda — gruñó Yulia y Lena movió su cuello para mirar a su novia y a la bolsa de palomitas que estaba ahora puesta a su lado, con el resto del contenido esparcido por el suelo — Ahora mira lo que me has hecho hacer — dijo, sentándose de nuevo hacia atrás y girándose para mirar a Elena.

—No me culpes por eso — susurró la pelirroja mientras Yulia se volvía a echar hacia atrás volviendo a estar completamente en su asiento, pareciendo visiblemente molesta por la inesperada desaparición de las palomitas —Te dije que esperaras.

Yulia suspiró dramáticamente y cruzó sus brazos sobre su pecho, con el labio inferior sobresaliendo exageradamente en un puchero.

—Aww, no seas así.— le dijo la pelirroja, dando un golpecito en la punta de la nariz de Yulia juguetonamente, la chica menor sonreía para sí misma — Aún tenemos la película para disfrutar — la animó, aunque, ya llevaban unos cuantos minutos y sinceramente, Elena no tenía ni idea de lo que estaba pasando.

Había estado tan distraída por los intentos de la ojiazul de alcanzar las palomitas que no había estado prestando atención a nada de lo que estaba pasando en la pantalla.

—Bien — dijo Yulia mientras descruzaba sus brazos, extendiendo su mano para coger la de Lena, cogiéndola en una petición silenciosa para su novia de continuar con su costumbre habitual.

Elena consintió casi de inmediato, acariciando la parte de atrás de la mano de su novia con su pulgar poniéndose más cerca del costado de ésta. Se sentaron durante unos minutos en silencio, Lena intentando concentrarse en la película, intentando pillar el argumento pero muy a menudo había pillado a Yulia echando rápidos y discretos vistazos a las palomitas tiradas en el suelo.

—Yul — susurró en el oído de la chica más pequeña, girándose en su asiento ligeramente — si tienes hambre por qué no vas y coges más.

—No puedo molestarme en levantarme — admitió sinceramente, el pelo de la parte de atrás de su cuello se levantaba en respuesta al caliente aliento de Lena contra su piel — Probablemente me caería sobre mi cara, está muy oscuro aquí dentro.

Giró su cuerpo para mirar a Elena quien estaba aún sobre ella cerca de su oreja, preparada para susurrar en él de nuevo y sintió que su estómago se revolvía con la proximidad de los labios de la pelirroja y los suyos. Dejó caer sus ojos hasta ellos, hambrienta durante un momento antes de encontrarse con los ojos de la pelirroja mordiéndose el labio inferior entre sus dientes significativamente.

Katina sonrió, con una suave y seductora sonrisa que hizo que el corazón de la chica menor latiera más en su pecho.

—Yul...— empezó Elena casi inaudible mientras intentaba, y fallaba, en romper contacto visual con su novia, conociendo la mirada de los ojos de Yulia.

—¿Por favor? — preguntó la pelinegra, moviendo sus labios más cerca de los de Elena para que así pudiera prácticamente sentirlos —¿Sólo un beso?

Elena movió la cabeza y se sometió a la demanda de Yulia, conectando sus labios en un delicado beso pero, encontrándose decepcionada cuando sintió que Yulia intentaba separarlos de nuevo. Extendió una mano hacia el cuello de la morena y empujó a su novia más cerca de ella, previniendo que se moviera, silenciosamente animándola a continuar y profundizar el beso. Sintió a Yulia sonreír contra su boca y trazó su labio inferior con la lengua para que así Elena abriera la de ella, permitiéndole el acceso.

Sin embargo, en vez de aceptar la invitación de Elena, mostró gran moderación y se negó a enlazar su lengua con la de su novia, a cambio moviendo su boca hacia abajo para chupar el punto donde la barbilla y el cuello de Lena se encontraban.

La pelirroja arqueó su espalda, exponiendo más su cuello para que Yulia le diera placer con su boca y la chica menor desenredó su mano de la de ésta moviéndola hasta apoyarla en el costado de la pelirroja, justo debajo de su pecho, sus dedos acariciaban ligeramente la tela de la camiseta de Elena mientras su otra mano se apoyaba sobre su hombro.

Elena se sentó un poco mejor en su asiento, sorprendida de encontrarse con que sus costillas no le dolían bajo el amable tacto de Yulia y su mano ahora libre se movió hasta la cadera de su novia donde su pelvis estaba moviéndose de forma rara. Yulia llevó su boca de nuevo hacia arriba para tomar la de Elena, esta vez sin perder tiempo en combatir con la lengua de su novia, chupándola periódicamente, probándola.

La pelinegra dejó caer la mano que estaba en el hombro de Elena hasta su cintura y levantó la camiseta para así poder acariciar su estómago con destreza con sus dedos, mientras seguía besándola, los propios dedos de Elena se aferraban al pelo de la parte de detrás de su cuello fuertemente en respuesta al placer.

Elena sintió la otra mano de Yulia unirse a la otra bajo su camiseta, ambas vagando sobre su torso mientras la chica menor amablemente mordía su labio, tirando un poco hacia atrás mientras movía su cabeza. Lena apenas era consciente de lo que estaba pensando hasta que sintió que Yulia la soltaba y movía su boca rápidamente hacia su cuello, con su lengua trazando una línea hacia su oreja.

Elena ladeó su cabeza para permitir que Yulia tuviera mejor acceso llegando a su destino, la morena chupó ligeramente el punto justo debajo de la barbilla de la pecosa.

—Joder — suspiró Elena silenciosamente mientras la mano de Yulia se movía por su costado, su boca aún besaba el cuello de Lena, chupándolo con disfrute, su lengua probaba la piel debajo.

Yulia sonrió y después mordisqueó juguetonamente el punto en el que había estado hace tan solo unos segundos,con  sus dientes rozando la piel con cuidado durante un momento antes de echarse hacia atrás.

Tomó un momento a Elena abrir los ojos y mirar a Yulia pero cuando lo hacía, todo lo que la esperaba era una sonrisa como nunca había visto en la cara de su novia antes y de repente tuvo un flashback a la forma en la que había molestado a Yulia en la tienda de música y supo que había estado jugando. Yulia sacó sus manos de donde habían estado puestas sobre el torso de Elena y se giró hacia adelante mirando la pantalla, sentándose bien en su sitio, con su sonrisa tan luminosa que prácticamente podía destellar la sala entera si físicamente pudiera.

—Eres una idiota — murmuró en voz baja, sentándose hacia atrás en su asiento mientras Yulia extendía su mano para coger el vaso de Coca Cola en su mano dando un rápido trago, con sus ojos mirando a Lena quien estaba seriamente poco impresionada.

Yulia puso el vaso de nuevo en el sitio, extendió su mano por encima de su reposabrazos ciegamente buscando la de Elena. Cuando la encontró, intentó cogerla pero la ojiverde la movió testarudamente y ésta se rió un poco, el sonido hizo que el estómago de Elena respondiera en su forma habitual. Yulia movió su mano, siguiendo a la de Elena hacia donde la había redirigido hasta que finalmente consiguió atraparla en su agarre. Tiró de ella con dificultad, Elena haciendo su trabajo cada centímetro hasta que Yulia tiró de ella firmemente y la llevó hasta sus labios, besando los nudillos de la chica de ojos verdes con sus labios y después mordiéndolos con cuidado.

Lena tiró de su mano hacia atrás y la ojiazul la soltó entretenida pero sin saberlo la soltó permitiendo a Elena tener la oportunidad de usarla para empujarla con firmeza por el hombro.

—Oh, vamos no seas gruñona — susurró Yulia, inclinándose sobre el reposabrazos más cerca de ella — Tú empezaste todo esto ¿recuerdas?

—Sí, pero era gracioso cuando yo lo hice — dijo intentando combatir la sonrisa que estaba amenazando con salir en su cara —Cuando tú lo haces sólo es molesto.

—Es porque yo soy muy buena en ello — dijo Yulia sin modestia y Elena se mordió el labio inferior, intentando reprimir su diversión, con las esquinas de su boca levantándose a pesar de sus mejores esfuerzos.

Yulia extendió su mano y cogió la de Elena de nuevo.

—¿Tregua? — preguntó y la pelirroja parecía tomarse una eternidad para sopesar las alternativas antes de ceder y asentir con su cabeza.

—Vale, tregua — susurró en silencio, permitiendo a Yulia levantar su mano a través de la división hasta su regazo.

Se acercó más a Yulia, y dejó caer su cabeza hasta el hombro de su novia, acurrucándose contra ella lo mejor que pudo en su ambiente actual. Yulia pasó la mano de Elena hasta su izquierda y movió su brazo derecho para así poder ponerlo por detrás de los hombros de la pecosa, con su mano apoyándose sobre el hombro de la chica más alta.

Besó la cabeza de Elena y finalmente se pusieron a ver la película, ambas completamente inconscientes de lo que había pasado hasta ese punto.

Fue media hora después cuando Volkova sintió la mano de Lena deslizarse de la suya hasta llegar a su regazo e inicialmente no pensó nada, su mente por otro lado preocupada con las cosas que estaban pasando en la pantalla delante de ella. Fue sólo cuando sintió la mano de la pelirroja deslizarse entre sus piernas sobre sus vaqueros cuando se sentó recta, con su cabeza girándose de golpe para mirar a su novia cuya atención estaba firme en la película.

—Elena — suspiró, con un tono bajo y silencioso —¿Qué estás haciendo?

—Nada — contestó la pelirroja malévolamente, sin quitar sus ojos de la pantalla, con sus dedos empezando a frotar el centro de Yulia con confianza.

Yulia cogió la muñeca de ésta, parándola, ya que el espacio entre sus piernas estaba calentándose con el leve contacto de la mano de su novia.

—Eso no es nada — susurró y Elena finalmente giró su cabeza para encontrarse con sus ojos —¿Pensé que teníamos una tregua?

—La teníamos — dijo de acuerdo, con su mano empezando a trabajar de nuevo cuando Yulia había relajado su agarre en la muñeca de la pelirroja — Entonces, ¿qué estás haciendo? — le preguntó, apretando su agarre y haciendo que Elena parase, con su centro doliendo con deseo, y su cuerpo traicionando la lógica con lujuria.

—Nada — susurró Lena en respuesta de nuevo, ladeando su cabeza y besando a Yulia bajo su barbilla, trazando su boca hacia la clavícula de su novia.

—Elena...— dijo Yulia, levantando la mano que estaba sosteniendo la muñeca de la chica, empujándola hacia atrás ligeramente.

—¿Estás diciendo que quieres que pare?— murmuró Lena contra el cuello de Yulia moviendo su mano libre hacia arriba, deslizándola rápidamente bajo los vaqueros y la ropa interior de su novia.

—Mierda — siseó en voz baja mientras Elena rápidamente empezaba a mover su mano de arriba a abajo contra su centro, con sus dedos volando fácilmente en la humedad que tenían debajo —No — consiguió expresar mientras Elena movía su boca hasta el hueco del cuello, chupándolo.

—¿No quieres que pare? — murmuró, sus labios haciendo cosquillas en el cuello de Yulia.

—No — exhaló la ojiazul, con su mano moviéndose hacia abajo jugueteando con el botón de sus pantalones.

Luchó con él un momento y finalmente consiguió desabrocharlo, ofreciéndole a Elena más libertad para mover su mano.

—Vale — dijo la pelirroja, sentándose un poco mejor y llevando su boca sobre la de Yulia, con su mano aún moviéndose rítmicamente en el sitio, mientras las caderas de Yulia se levantaban del asiento en respuesta a la estimulación.

Lena sintió que sus costillas protestaban ante la cantidad de rotación de su tronco así que cambió de posición de sus caderas en la butaca para quitar así un poco de tensión de sus músculos. Profundizó el beso, disfrutando el sabor de la boca de Yulia en la suya, su lengua entrando y saliendo de la de su novia, sus labios chupando el labio inferior de Yulia mientras su mano seguía trabajando furiosamente.

La pelinegra echó su cabeza hacia atrás, con sus caderas empujándose más contra la mano de Elena y la chica más alta escuchaba un pequeño gemido escaparse de los labios de Yulia a pesar de sus mejores esfuerzos por callarlo. La morena echó su cabeza hacia delante de nuevo y presionó sus labios contra la mandíbula de Elena durante un momento, dándole sólo un momento de atención antes de ansiar la boca de ésta contra la suya de nuevo.

Levantó su barbilla y llevó sus labios contra los de Lena, su mano extendiéndose para acercar la cara de la otra chica contra la suya con más fuerza tirando de la base de su cráneo.

—Cariño — dijo la pelirroja, con su boca escapándose de la de Yulia un momento mientras la chica más pequeña recuperaba el aliento, y su cuerpo se tensaba.

Yulia dejó escapar una corta, afilada respiración del resto del oxígeno atrapado en sus pulmones mientras sus músculos decidían cómo soltarlo con efectividad. La mano de Elena seguía moviéndose, frotándose contra su piel, con su mano cubierta por la humedad caliente de su novia y sus dedos deslizándose con facilidad, lisamente en su humedad.

Yulia intentó reconectar su boca con la de Elena pero en el preciso momento en el que lo hizo, su espalda se arqueó del asiento y su cuello se echó hacia atrás.

—Shh...— la advirtió silenciosamente, extendiendo su mano libre para cubrir la boca de Yulia durante un momento mientras echaba su cuello hacia atrás una vez más.

Rápidamente tomó los labios de la morena entre los suyos y la besó profundamente, su mano presionándose contra la humedad más firmemente. Sintió a Yulia temblar y la chica menor exhaló contra su boca, toda la tensión se escapaba de su cuerpo en un apuro mientras se dejaba caer en el asiento, aceptando la base como apoyo de buena gana.

La ojiverde quitó su mano de donde había estado muy ocupada y la movió hasta el estómago de Yulia mientras se echaba hacia adelante para besarla de nuevo en los labios, la otra chica finalmente abrió sus ojos para encontrarse con las órbitas verdes penetrantes de Elena y sus pupilas dilatadas.

—¿A qué se ha debido eso? — consiguió soltar Yulia, sin aliento.

—Sin razón — contestó, reclamando su boca una vez más atrayéndola placenteramente, con sus labios curvándose en una sonrisa mientras los soltaba de nuevo —Tan sólo quería — Yulia conectó sus labios de nuevo y movió su mano sobre el reposabrazos para devolver el favor pero la empujó hacia atrás rápidamente y presionó la palma de la mano sobre su pecho, el dolor agudo de antes volvió así de repente e inesperadamente como había pasado antes.

—¿Estás bien? — preguntó Elena suavemente, dándose cuenta de la mueca de dolor en la cara de Yulia cuando abrió los ojos para investigar la inesperada ausencia de los labios de su novia sobre los suyos, la morena se había echado hacia atrás ante su incomodidad —¿Te duele el pecho?— continuó susurrando.

—No es nada — la tranquilizó la morena, con el dolor disipándose de nuevo y sus nudillos masajeando su esternón.

—¿Estás segura? — preguntó Elena —No es la primera vez que has tenido dolores...— Yulia la besó de nuevo para solventar sus temores, con el gesto aparentemente funcionando y llevó su mano sobre el regazo de su novia.

—No — dijo Elena seriamente, con su mano parando la de Yulia en sus intenciones —Está bien.

—No quieres que...— empezó la morena pero Elena la besó, cortándola.

—No — le dijo suavemente, acariciando su mejilla con su pulgar durante un momento antes de acurrucarse de nuevo sobre el pecho de Yulia —Hoy no.

—Vale — dijo la ojiazul un poco confundida.

Extendió su brazo poniéndolo alrededor del hombro de Elena, haciendo una pequeña mueca con incomodidad, con su pecho aún doliendo.

Sintió que Elena jugaba con el botón de sus vaqueros, abrochándolo y después su mano se movió hasta apoyarla de nuevo sobre su esternón, la otra buscando su mano para sostenerla.

—Sólo quería hacer algo por ti — dijo la pelirroja silenciosamente, trazando pequeños círculos en la palma de la mano de Yulia —No necesito devolución. No ahora mismo de todos modos. Puedes debérmelo — Yulia sonrió entretenida.

—Vale — dijo, besando la cabeza de la pecosa volviendo su atención de nuevo a la pantalla, con Elena envuelta en sus brazos.

Ambas vieron el resto de la película, completamente inconscientes de lo que había pasado en la gran mayoría y cuando terminó se levantaron, de la mano y se dirigieron a la salida.

—¡Elena! — escuchó que alguien la llamaba y ambas se giraron en dirección de la propietaria de la voz sorprendidas de encontrar a Frida y Nastya saliendo de la misma sala de cine de la que ellas salían también.

—Hola — dijo Lena, aparentemente confundida — Pensé que no ibais a venir a verla.

—No con vosotras — dijo Nastya riéndose —Pero quería verla. ¿Qué os ha parecido?— preguntó. La pelirroja se encontró con la mirada de Frida y la chica más bajita levantó una ceja a sabiendas, aparentemente consciente de que no había estado prestando mucha atención.

—Estuvo bien — mintió y sintió que sus mejillas se sonrojaban ante la mirada que Frida le estaba dedicando —Te gustó ¿verdad, Yul? — preguntó a su novia, intentando evitar los ojos de Frida quitando su atención de ella.

—Estuvo bien — contestó ésta, completamente inconsciente de la incomodidad de Lena.

—¿Sólo bien? — le preguntó Frida, con la insinuación clara para Elena pero complemente perdida para Yulia.

—Sí — dijo la ojiazul y Elena vio la sonrisa de Frida, con sus ojos encontrándose con los de la pecosa de nuevo.

—Estoy de acuerdo con Yulia — dijo Nastya y Lena se dio cuenta de que su otra amiga no tenía ni idea de las travesuras de la última fila del cine que habían hecho las dos — Estuvo bien pero no fue una de sus mejores películas.

—Fue un poco decepcionante — musitó Frida volviendo su atención hacia la ojiverde — Quiero decir, he visto mejores finales — dijo significativamente y Lena pensó que podía morirse justo ahí de lo avergonzaba que estaba.

—¿Qué vais a hacer ahora? — preguntó Nastya a Elena y Yulia con interés.

—Vamos a ir a comer algo — contestó la morena, mirando a Frida y Elena —¿Queréis venir?

—¿Está bien? — cuestionó Nastya pidiendo aprobación de Elena quien asintió con la cabeza.

—Sí, claro — La aseguró la pelirroja.

—¿A Jimmy's? — preguntó Frida —Tengo el coche así que puedo conducir.

—Vale — dijo Elena raramente.

—¿Puedo ir al baño antes? — preguntó Yulia — Necesito lavarme las manos.

—Iré contigo — dijo Nastya — Necesito hacer pis.

—¿Tú no necesitas lavarte las manos, Lena? — preguntó Frida sonriendo mientras las otras dos desaparecían en dirección a los baños.

—Oh Dios — gruñó la pelirroja, extendiendo su cuello, con sus manos sueltas libremente en sus costados —Mátame ahora — dijo, girándose para seguir a las otras, con el sonido de la risa divertida de Frida siguiéndola hacia el baño, burlándose de ella.


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😂😂 Que vergüenza!
RAINBOW.XANDER
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/17/2022, 2:27 pm

🤣🤣🤣🤣🤣 Si qué gran vergüenza como Frida se dio cuenta de todo 😱😱😱 pobre lenita ese es un tragame tierra enorme y q maldad esos comentarios. Estuvo buenísimo el capitulo eso de sexo en el cine siempre es excitante 🤣🤣. Saludos querida 😘😘😘
Fati20
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/17/2022, 9:51 pm

Capítulo 62

—¡No te creo! — se quejó Nastya, incrédula mientras se sentaba en el mueble de la cocina de Lena.

Sus piernas sobresalían libremente delante de ella mientras miraba a la pelirroja sacando varios recipientes del armario de la cocina para preparar su maratón de películas habitual de los miércoles.

—¿Por qué me estoy enterando de esto ahora? — preguntó sorprendida de que no hubiera sido cómplice de la información antes.

Elena se puso de pie donde había estado agachada y puso los recipientes en el mueble de la cocina, girándose para mirar a Nastya mientras llevaba una apariencia disgustada.

—No te habrías enterado de nada si no hubiera sido por Frida.— contestó la pelirroja, con un tono severo mientras se movía hacia el lado opuesto de la cocina, abriendo otro armario.

Miró por dentro y sacó un par de bolsas de patatas fritas y unas palomitas de microondas mientras continuaba.

—¿De verdad crees que iría anunciando lo que pasó? — le preguntó Elena, poniendo las patatas en el mueble al lado de su amiga moviéndose hacia el microondas para hacer las palomitas.

Quitó el plástico de afuera y abrió la máquina, metiendo la bolsa dentro y poniendo el tiempo en tres minutos.

—Bueno, esperaría que no lo hicieras — contestó Nastya — No necesito escuchar ese tipo de cosas, muchas gracias. Lo que Yulia y tú hagáis son vuestros malditos asuntos. En realidad me gustaría no haberte preguntado a qué se estaban refiriendo los comentarios de Frida.

—Bueno, esa será tu lección — se rió — Si estoy guardándome algo o estoy siendo evasiva entonces probablemente hay una muy buena razón.

—¡No puedes culpar a una chica por ser curiosa! — respondió la castaña — Frida ha estado haciendo comentarios raros toda la semana y pensé que me estaba perdiendo algo. Resulta que estaba... sólo... quiero decir que, no sabía que debería estar agradecida por ello, eso es todo — Terminó encogiéndose de hombros.

—Como defensa — empezó Lena, girándose para sacar la bolsa de palomitas, ya que el microondas había sonado una vez terminado el tiempo —No sabía que vosotras estabais en el cine — Le dijo Elena señaladamente mientras se movía por la cocina abriendo la bolsa, vaciándola en uno de los recipientes.

—Lo sé pero aún así — dijo Nastya después de un momento, con una mirada desaprobadora en su cara — Estabas en el cine. Quiero decir que, es un sitio público, Lena. Deberías de haber sabido que había un riesgo de que alguien te pudiera ver.

—Vale, entonces a lo mejor cometí un error — reconoció la pecosa, con una sonrisa divertida en su cara.

—¿A lo mejor cometiste un error? — se rió la chica — A lo mejor como, ¿te lo estás preguntando?

—No voy a disculparme por ponerme íntima con mi novia — Respondió volviendo hacia Nastya cogiendo las bolsas de patatas de su lado — Admito que a lo mejor el sitio no era el mejor pero no es como si Yul y yo pudiéramos hacer algo aquí...

—No puedo creer que tu madre os pillara — se rió Nastya de nuevo, disfrutando del apuro de su amiga, la otra chica finalmente contó todo lo que había estado pasando con ella — Vosotras no podéis tomaros un descanso.

—¿Puedes por favor cambiar de tema? — gruñó Elena, yendo hacia el resto de recipientes y abriendo las bolsas de patatas en ellos — Preferiría no hablar de este tipo de cosas contigo ni con nadie — dijo con un tono más serio — Es como personal...

—Dejó de ser personal cuando lo elegiste, no sé — dijo Nastya, contemplando sus próximas palabras — Complacer a Yulia en público — Terminó riéndose. La pelirroja miró a Nastya por encima de su hombro durante un minuto —Además — dijo después de un momento — Tú fuiste la que me contó lo que pasó.

—Sólo porque seguías haciendo preguntas — le recordó Lena, girándose para mirar a Nastya apoyándose contra el mueble de la cocina una vez más — Sólo te lo conté porque así dejarías de fastidiarme.

—Vale, entonces supongo que podemos dejarlo — dijo de acuerdo la castaña, bajándose del mueble y yendo hacia el otro lado de la cocina.

Se paró delante de un recipiente de patatas, extendió su mano y cogió una, depositándola en su boca rápidamente.

—Pero ¿podemos al menos hablar de lo pervertida que es Frida? — preguntó y la pelirroja puso los ojos en blanco ante la mención de su otra amiga.

—Frida es una pervertida — comentó Elena moviendo su cabeza — ¿Era realmente necesario que lo viera? Vale que nos viera pero podía haberlo... no sé, ignorado o podía haber seguido viendo la película — Nastya se pausó un momento, pensativa.

—¿A lo mejor lo disfrutó? — musitó en alto y Elena hizo una mueca ante la sugerencia.

—Oh Dios mío Nastya, eww... — contestó —¿De verdad tenías que ir hasta ahí? — preguntó — Preferiría no pensar que eso es una posibilidad.

—Vamos — dijo la otra ojiverde, cogiendo otra patata y comiéndosela — Ambas sabemos que a pesar de su estatura y de lo inocente que puede pasar a veces Frida es la mayor pervertida de todas nosotras.

—Antes de la semana pasada no hubiera estado de acuerdo contigo — dijo Lena, abriendo la nevera sacando un par de botellas de Coca Cola que después puso en el mueble con el resto de la comida —pero ahora no estoy tan segura — Señaló hacia el armario detrás de Nastya — Hey, ¿puedes coger seis vasos de ahí encima?— le preguntó a su amiga.

—¿Seis? — preguntó Nastya, pareciendo confundida pero acercándose hacia el armario mientras preguntaba.

—Sí, Clare también viene esta noche ¿recuerdas? — preguntó mientras Nastya abría la puerta del armario extendiendo su brazos para coger los seis vasos. Se los dio a Elena uno a uno.

—Oh cierto — dijo la chica, arrastrando las palabras significativamente — Me olvidé de que hoy iba a ser la cita rara triple.

—No es una cita triple.— gruñó Elena —Clare es sólo una amiga.

—Clare es una ex-novia — le dijo Nastya —Hay una gran diferencia por mucho que intentes negarlo.

—No éramos novias — Se defendió la pelirroja de nuevo.

—Puedes decir eso todo lo que quieras, Lena pero vosotras dos erais más que sólo amigas aunque ni siquiera os etiquetarais como novias. Erais íntimas ¿no? Quiero decir que, os besabais y cosas ¿no? — cuestionó Nastya llevando el último vaso, poniéndolo encima del mueble mientras se giraba para mirar a su amiga.

—Entonces ¿qué? — dijo Elena —Eso fue hace casi un año ahora. Fue incluso antes de conocer a Yul — explicó — No me siento más de esa forma con Clare.

—Lo sé, lo sé — dijo la castaña ojiverde con entendimiento en su voz — No estoy cuestionando tu amor por Yulia pero encuentro difícil de creer que no sientas al menos algo pequeño hacia Clare. Quiero decir que, solías hablar de ella todo el tiempo durante el verano. La mencionabas en todos nuestros mensajes de texto. Tenías un crush muy fuerte con ella en aquel entonces, Lena. Admítelo.

—A lo mejor lo estaba — reconoció la pelirroja — pero eso fue en aquel entonces, Nastya. No me entiendas mal, Clare es agradable, quiero decir que, es realmente agradable pero no es Yul y nunca lo será.

—Pero son parecidas — dijo pensativamente, considerando lo que había escuchado y visto de las dos chicas.

—No, no lo son — dijo en desacuerdo Lena, girándose ligeramente en el sitio y sentándose en el mueble.

Extendió la mano hasta uno de los recipientes de patatas y cogió una, de forma hambrienta.

—No se parecen en nada.

—Oh por favor — dijo Nastya, sentándose en el mueble a su lado — Son prácticamente la misma persona.

—Dime una forma en la que sean iguales — le pidió Elena, cogiendo otra patata.

—Bueno, primero — empezó Nastya, levantando un dedo — Ambas son morenas.

—Wow — respondió Lena con sarcasmo ante la revelación — Son prácticamente gemelas. ¿Cómo no vi eso antes?

—Dos y tres — continuó Nastya ignorando las palabras de su amiga y levantando otros dos dedos — Las dos son listas y graciosas.

—Conociste a Clare como cinco minutos — dijo la pelirroja recorriendo una mano por su pelo antes de ponerla delante de ella, con su palma en alto —¿Cómo sabes que es lista? ¿O incluso graciosa?

—Me dijiste que lo era — le recordó —Todo lo que he escuchado de ella es lo lista y graciosa que Clare era. Aparentemente contaba las mejores bromas que habías oído en tu vida — Lena balanceó sus piernas de atrás hacia adelante, con su mirada centrada en sus manos que estaban en su regazo, libremente apoyadas.

—Yulia y Clare, ambas son extrovertidas y amables ¿verdad? — continuó Nastya, levantando otros dos dedos.

—Sí y sus nombres son lindos — dijo Elena, encogiéndose de hombros levantando sus brazos —Entonces ¿qué?— preguntó — Sabes, estoy encontrando muy difícil ver cuál es tu objetivo aquí — Le dijo a su amiga, rápidamente perdiendo su interés en la conversación —Bueno, qué pasa si tienen unas cuantas cosas en común, son diferentes de otras formas. Clare practica softball y hasta hace unas semanas Yul ni siquiera conocía las reglas. Mi padre la ridiculizó durante mucho tiempo cuando venía a cenar...

—Vale, bueno deja que lo diga de esta forma — dijo Nastya — Clare es básicamente como imaginé que habría sido Yulia antes del accidente.

—¿De verdad acabas de decir eso? — preguntó Elena sorprendida por las palabras de Nastya.

—¿No puedes verlo? — cuestionó la castaña comiéndose otra patata.

—No — dijo la pelirroja con seguridad —Yul no se parece en nada a Clare...Quiero decir que ella no era nada parecida a Clare...antes...ella es... ¿a dónde estás intentando llegar? — preguntó, sintiéndose ligeramente irritada.

—Sólo estoy preocupada eso es todo — Admitió Nastya sinceramente.

—¿Por mí y por Clare? — preguntó.

—No.— contestó Nastya — Por ti y Yulia.

—¿Crees que la engañaría? — cuestionó Lena — Después de todo por lo que hemos pasado ¿crees que la dejaría por Clare? ¿Estás loca? Quiero a Yul.

—Sólo estoy preocupada de que por pasar más tiempo con Clare empieces a darte cuenta de que puedes pasarlo bien y disfrutar sin todas las complicaciones añadidas que vienen saliendo con Yulia, eso es todo. Realmente no pienso que sea muy buena idea dejar que Clare vuelva a tu vida otra vez justo ahora — Expresó finalmente su amiga — No con el juicio y todo lo que viene. Sólo creo que deberías de tener cuidado.

Yulia había finalmente puesto al día a Frida y Nastya con el inminente juicio cuando fueron a cenar después de la película la semana pasada y había sido obvio para las dos chicas que el pensamiento de eso estaba atormentando bastante a la novia de Elena.

—Bueno, gracias por el consejo — dijo, su con su tono suavizándose ligeramente, volviéndose menos defensivo — pero sinceramente, no tienes nada de lo que preocuparte, Nast. Yul y yo estamos mejor que nunca.

—Mira, no es que no confíe en ti, Lena — dijo, poniendo una mano en la rodilla de su amiga — porque sé por lo que tú y Yulia habéis pasado para llegar hasta donde estáis ahora. Yo sólo...sé que Clare es una versión un poco menos complicada de Yulia. Ella no tiene mucho drama ahora mismo y su personalidad combinada con eso puede ser algo atractivo cuando tienes tus propios problemas que manejar.—

—Puede ser atractivo para otra gente pero no para mí — la aseguró Elena —Además, las cosas que están pasando ahora mismo no son nada comparado con lo que Yul y yo hemos vivido en el pasado. Estamos bien.

—No estáis bien — dijo Nastya — Quiero decir que, estáis bien como pareja pero tienes que admitir que las noticias sobre el juicio han golpeado a Yulia bastante fuerte.

—Sólo está preocupada por cómo reaccionará en el juzgado — respondió la pelirroja, habiendo discutido las preocupaciones de su novia con ella durante el fin de semana — No puedes realmente culparla por eso ¿no? Quiero decir que, su abogado va a llevar como testigos a su neurólogo y a su médico de cabecera que la trataron en urgencias. Va a tener que escuchar y revivir otra vez más cada pequeña lesión que ese tío le hizo — Se pausó un momento sintiéndose mal ante el pensamiento de tener que escuchar las lesiones de Yulia en todos sus detalles ensangrentados —Lo peor es que van a estar enseñando fotos también — continuó después de un momento — Acababa de empezar a poder mirarse en el espejo otra vez.

—Yulia no está durmiendo — le recodó Nastya — No lo ha estado haciendo desde que se enteró de lo del juicio.—

—¿Podrías dormir si fueras tú? — le preguntó a su amiga — Sinceramente, ¿serías capaz de dormir si estuvieras en sus zapatos? No creo que yo pudiera — Lena suspiró audiblemente y cogió la mano de su amiga, apretándola apreciativamente — Mira, sé que estás preocupada pero te prometo, que no lo tienes que estar — le dijo Elena — Estaré bien y ella estará bien — le aseguró —Yul puede manejarse mejor ahora. Hablamos de cosas...quiero decir que, cuando podemos...— Nastya miró a Elena.

—Su habla no ha sido muy bueno recientemente — señaló la castaña ojiverde y Elena le dio a su amiga una sonrisa triste.

—Es porque está cansada — Estableció la pecosa sin preocupación — Es sólo a veces, Nastya. Estará bien una vez que haya tenido una buena noche de sueño.

—Mientras tanto estarás hablando con Clare y haciendo bromas — comentó —Estarás pasándotelo bien...— dijo Nastya callándose —A lo mejor empiezas a preguntarte cómo sería estar en una relación con alguien que puede mantener siempre una conversación contigo...

—¿Crees que soy así de superficial? — le preguntó Elena ofendida.

—No, creo que Clare es encantadora — Contestó Nastya, con tono serio — Sería una escapatoria bienvenida de la realidad durante un rato ¿no? Sería agradable salir y no tener que preocuparte porque ella tenga un ataque o porque pierda su habilidad para hablar — Enumeró — A lo mejor te gustaría un poco salir y no tener que preocuparte porque la persona con la que sales pierda su equilibrio y accidentalmente se golpee con un estante en alguna tienda.

—No sé si debería estar conmovida o insultada por lo que estás diciendo — Dijo la pelirroja sinceramente —Estás obviamente intentando cuidar a Yul pero dices estas cosas como si no supiera cómo era antes de empezar a salir con ella, como si a lo mejor empezara a pensar que he cometido un error eligiéndola y que me arrepentiré de estar a su lado cuando hay otras opciones menos complicadas ahí fuera para mí.

—A lo mejor lo harás — Dijo Nastya —No puedes saber que no lo harás. Sólo te estoy pidiendo que tengas cuidado, eso es todo.

—Déjame ver si lo entiendo.— dijo Elena intentando entender el punto de vista de su amiga — Estabas enfadada conmigo por la forma en la que traté a Clare en el restaurante — recordó —Estuviste muy cabreada porque no quería nada con ella cuando vino a hablarme en Jimmy's pero ahora que estoy realmente dándole una oportunidad, ¿me estás pidiendo que tenga cuidado? ¿Por qué? — preguntó —¿No te gusta ahora?

—No confío en sus motivos — Dijo Nastya sinceramente —Sé que dice que no está interesada pero sólo encuentro raro que esté tan determinada para ser amiga de su exnovia.

—No éramos...— intentó protestar de nuevo pero Nastya levantó su mano ya sabiendo lo que le iba a decir.

—Lo que sea — dijo —Mira, no es normal es todo lo que estoy diciendo — siguió Nastya —Aún no soy amiga de Arin después de que rompiéramos. Seguro que Clare tiene sus propios amigos — persistió — Simplemente no entiendo por qué no puede salir con ellos. ¿Por qué de repente quiere ser amiga de todas nosotras?

—Mira Nast, entiendo lo que estás diciendo — dijo la pelirroja, poniendo una mano en el brazo de su amiga acariciándolo tranquilizadoramente —pero sinceramente, no tienes que preocuparte por mí.

—No es de ti por quien estoy preocupada — respondió sin rodeos, y sus ojos se encontraron con los de Elena sosteniéndolos significativamente.

—No haré daño a Yul — la tranquilizó —Nunca haría nada que la hiciera daño.

El timbre de la puerta delantera de la casa de Elena sonó antes de que Nastya pudiera decir nada más y la pelirroja se bajó del mueble para ir a contestar, encontrándose a Frida y Clare hablando en su puerta, las dos habiendo obviamente llegado a la vez.

—Hola — saludó la dueña de casa al par, haciendo un gesto para que pasaran.

—Hey Lena — dijo Frida, entrando en la casa con una gran mochila llena de DVD's.

—¿Dónde están Yul y Olga? — preguntó Elena —¿Pensaba que las ibas a traer dando una vuelta?

—Hoy Yulia no está muy bien — le informó Frida con una media sonrisa triste en los labios —Tenía un mal dolor de cabeza así que Olga pensó que podría ser una buena idea que vinieran dando una vuelta con Jasper para tomar algo de aire fresco.

—¿No durmió otra vez? — preguntó la pecosa preocupada —No mencionó nada cuando la mandé un mensaje antes.

—Aparentemente ha estado despierta toda la noche — Compartió Frida.

—¿No se veía bien cuando la dejaste? — presionó Elena, ansiosa por más información.

—Estaba en su modo alegre normal — la tranquilizó Frida — Sólo se la ve cansada eso es todo.

—Vale — dijo Lena intentando no preocuparse demasiado —Gracias.

—Bueno, traigo unos regalos — dijo, levantando la mochila para que la cogiera su amiga intentando cambiar de tema.

—Genial — dijo Elena, cogiéndola —Nastya está en la cocina. A lo mejor ¿podríais llevar la comida y la bebida al salón? — sugirió.

—Claro — Dijo Frida desapareciendo en la cocina mientras Elena se giraba hacia Clare.

—Hey — saludó y la otra morena sonrió.

—Hola — dijo haciendo un gesto hacia su mochila —Yo también traigo regalos...excepto que los mios son un poco más comestibles que esos — Terminó, señalando hacia los DVD's.

Clare miró alrededor de la casa desde donde estaba de pie y dejó escapar una lenta respiración, aparentemente atemorizada.

—Bonito lugar — comentó —Grande.

—Supongo — contestó Elena — Entra y te la enseñaré — Ofreció abriendo más la puerta para que la otra chica entrase.

Clare entró hasta el pasillo y Lena la llevó a dar un rápido tour por la casa mientras que Frida y Nastya ponían las cosas en el salón.

—Finalmente — dijo Elena, abriendo sus brazos —tenemos el salón — dijo, terminando su orientación mientras caminaba a través de la puerta para encontrar a Frida y Nastya susurrando la una a la otra en el sofá, comiendo los snacks que habían puesto en la mesa —Aquí es donde la maratón de películas sucede.

—Deberías probablemente elegir un buen sitio ahora — le recomendó Frida a Clare amablemente — Sino acabarás sentada en el suelo — Se metió otra patata en la boca antes de continuar — Sufrirás de una pierna muerta el resto de la semana si no tienes cuidado.

—Eso o terminarás viendo cómo Elena se enrolla con Yulia durante toda la película — dijo Nastya y la pecosa le dio una mirada desaprobadora ante lo descarada que estaba siendo.

—Estate agradecida si eso es todo lo que tienes que verlas hacer — comentó Frida, metiendo una palomita en su boca y haciendo que la cara de Elena se sonrojara.

—¿Acaso quiero saberlo? — preguntó Clare, volviendo su atención hacia la pelirroja mientras se sentaba en uno de los reposabrazos del sofá.

—Ignorala — le dijo a Clare, con sus ojos firmes en Frida quien tenía puesta una sonrisa enorme —Sólo está bromeando.

—Ojalá estuviera bromeando — se rió Frida mientras el timbre de la puerta sonaba de nuevo y Elena la calló con una mirada de advertencia antes de desaparecer para contestar.

—Hey — dijo Yulia mientras su novia abría la puerta para encontrarse a la morena y a Olga fuera en el porche.

Yulia tenía una amplia sonrisa en su cara a pesar de las pesadas ojeras que tenía bajo sus ojos y la complexión gris.

—Hey — saludó Elena, sonriendo y acercándose para abrazar a Yulia en sus brazos, apretándola en su pequeño espacio, fuertemente —¿Estás bien? Dijo Frida que no te estabas sintiendo demasiado bien.

—Dolor de cabeza — contestó la morena mientras Elena la soltaba un poco para poder ver mejor su cara.

—Tuvo un total de cero horas de sueño anoche — informó Olga a Lena, haciendo un circulo con su mano para poner énfasis desde su posición al lado de Yulia.

Olga tenía la correa de Jasper en su otra mano y el pequeño cachorro de color chocolate estaba sentado obedientemente a sus pies.

—¿Estás teniendo pesadillas de nuevo? — preguntó Elena a su novia y negó con la cabeza mientras Olga entraba hasta el pasillo al lado de la dueña de casa.

La chica más alta se agachó para soltar a Jasper de su correa antes de levantarse de nuevo rápidamente para hablar a favor de Yulia.

—Más como recuerdos, ¿cierto Yul? — cuestionó Olga y la morena asintió mientras Elena extendía su mano para quitar el pelo de los ojos de su novia.

—No dijiste nada cuando te mandé un mensaje antes — Dijo.

—No quería que te preocuparas — contestó Olga por Yulia y la chica menor le dio a su amiga una mirada señalada —Eso lo sabes — dijo al verla —Estaré en el salón con las demás y os doy a las dos un minuto — Lena esperó hasta que la castaña alta desapareciera antes de coger amablemente la mano de Yulia guiando a su novia dentro de la casa. La pelinegra cerró la puerta detrás de sí misma y Elena dio un paso hacia adelante para besarla tiernamente en los labios.

—¿Vas a intentar dormir un poco aquí? — le preguntó una vez que se habían separado y Yulia le dio una pequeña sonrisa.

Por alguna razón siempre había sido capaz de dormir mejor cuando Elena estaba cerca, siempre había encontrando comodidad con la presencia de su novia.

—A lo mejor — contestó Yulia simplemente con una expresión divertida en la cara —Depende.

—¿De qué? — preguntó la pelirroja, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Yulia para que así sus manos estuvieran unidas, apoyadas contra el trasero de su novia.

—No...quiero...problemas — Dijo la pelinegra con dificultad y Elena sintió su estómago caer ante lo trabajado que era el habla de su novia hoy.

—¿Problemas? — preguntó Elena confundida.

—Con....mamá — aclaró, señalando a Lena entre las dos palabras en vez de decir 'tu.' Esta se rió y puso a Yulia más cerca.

—Cuando digo dormir, quiero decir dormir — Le dijo riéndose, besándola delicadamente en la frente — Realmente pienso que deberías intentarlo cariño — añadió — No te preocupes si te quedas dormida durante la película ¿vale?— Yulia ignoró las palabras de la chica más alta, en su lugar extendiendo su mano hacia adelante para acariciar con sus dedos las costillas de Elena por encima de su camiseta.

—¿Cómo...estás?— Consiguió expresar Yulia.

—Estoy bien — la tranquilizó, poniendo una de sus manos sobre la de la morena mientras estaba apoyada sobre su pecho, sobre sus rotas costillas aún sanandose — Están mucho mejor ahora. Apenas duelen.

Yulia levantó la camiseta de Lena para tener una mejor visión del costado de su novia y ésta la dejó, quitando su mano del camino durante un momento. Vio cómo un pequeño fruncido aparecía en la cara de Yulia y la chica más pequeña se inclinó hacia abajo y plantó sus labios contra la piel ligeramente amoratada de Elena, besándola suavemente durante un minuto.

Cuando Yulia se puso recta de nuevo, levantó sus dedos para acariciar la cara de Elena donde los puntos habían sido quitados del golpe que tenía ahí y trazó la débil y floja cicatriz con cuidado, dejando otro beso amable sobre la suave piel de la pecosa.

—Yul — empezó Lena, pero la pelinegra le tomó la mano y la llevó hacia el salón para unirse a las otras — Espera un minuto — le instruyó Elena, tirando un poco de la mano de su novia un momento haciendo que se diera la vuelta en el sitio — Cariño, ¿estás segura de que estás bien?

—Tú... ¿estás bien? — preguntó de nuevo y Elena asintió con la cabeza.

—Ya te dije que lo estaba — Le recordó y la ojiazul sonrió.

—Entonces...yo...también — Dijo Yulia antes de guiar a Elena hacia el salón, la pelirroja tenía una gran sonrisa en la cara ante las palabras de su novia, con el significado claro de éstas, que mientras ella se estuviera sintiendo bien, entonces ella también.

Al entrar en el salón, Yulia se movió directamente hasta el sofá donde Olga estaba sentada con Frida y Nastya.

—Jesucristo, Yul — se quejó Olga mientras su amiga se sentaba encima suyo pesadamente — ¿No puedes ver que este sitio está ocupado?— La morena se giró hacia la castaña y sonrió, sin decir nada, simplemente encontrándose con los ojos de su amiga —Ugh vale — gruñó mientras luchaba por salir debajo de su amiga moviéndose hasta un sitio en el suelo al lado de la mesa.

—Gracias — Dijo Yulia y la chica más alta movió la mano con desdén.

—¿Chicas? — preguntó Elena dirigiéndose a Frida y Nastya —¿Os importa?

—¿Estás en serio quitándonos de nuestros sitios? — preguntó Frida con una palomita en su mano a medio camino entre el recipiente y su boca.

—Estamos en mi casa lo que significa que yo tengo el sofá.— dijo Elena —Lo siento pero yo no puse las reglas.

—Espera, eso no suena bien — Musitó Clare desde su posición en el sillón —Seguramente el anfitrión tiene que asegurarse de que sus invitados estén cómodos ¿cierto?

—En realidad no — le informó Frida.—Nos inventamos estas reglas estúpidas lo que quiere decir que la persona en la que tenemos la noche de películas tiene el sitio más cómodo.

—No me acuerdo de porqué fuimos tan estúpidas para estar de acuerdo en eso — Dijo Nastya jadeando mientras se bajaba del sofá y se sentaba en el suelo al lado de Olga.

—Fue idea de Olga — dijo Frida levantándose y yendo hacia el otro sillón del salón que estaba ligeramente oscurecido de la vista de la televisión desde donde estaba puesto.

La ojiverde sonrió mientras se sentaba en el sofá al lado de Yulia estirando sus piernas para apoyarlas sobre la mesa que tenía delante.

—Hay mucha gente en mi casa así que sólo es justo que en una ocasión pueda hacer que vacíen el salón para sentarme en el sofá — Dijo Olga mientras se giraba para coger uno de los recipientes de patatas de la mesa poniéndolo en el suelo delante de ella y Nastya.

—Supongo que es justo — permitió Frida, jugueteando con el mando de la televisión en su mano.

—Entonces, ¿qué vamos a ver? — preguntó Elena desde su sitio en el sofá mientras levantaba su brazo para que Yulia pudiera acurrucarse en su costado, las piernas de su novia estaban dobladas a su lado en el cojín del sofá.

Yulia pasó un brazo por la espalda de ésta y la otra la puso en el pecho de su novia, mientras observaba la conversación, adormecida.

Lena llevó su brazo alrededor de los hombros de la menor y la acercó más, con sus dedos acariciandole el brazo suavemente.

—Frida quiere ver "Definitely, Maybe" — Dijo Nastya y Olga gruñó audiblemente.

—¿Qué hay de malo con eso? — preguntó Clare.

—Simplemente no estoy de humor para una comedia romántica — dijo Olga, mirando alrededor a las otras —¿Podemos ver algo más gore o matanzas sin sentido?

—¿En serio? — preguntó Elena con esperanzas —Nunca quieres ver películas de terror. Normalmente me superáis en número.

—Yo no quiero ver una película de terror — se quejó Frida — Yulia estará de acuerdo conmigo. Las odia. ¿Qué hay de malo en una comedia romántica? Normalmente no tienes problema con ellas, Olga.

—Sí, bueno normalmente Fyodor y yo no estamos peleados — Dijo Olga y la cara de Frida la traicionó con sorpresa ante las noticias.

—Espera — dijo Nastya sentándose un poco mejor para así estar ahora sobre sus codos —¿Tú y Fyodor estáis enfadados? ¿Qué pasó?

—En realidad no quiero hablar de ello.— dijo Olga, tomando un puñado de patatas del recipiente que tenía delante, llenándose las manos con ellas distraídamente —¿Podemos ver algo diferente por favor?

—Vale — cedió Frida, echando un vistazo preocupada en la dirección de Yulia, cuando la chica más pequeña observaba a su amiga con una mirada compareciente en su cara a través de sus pesados párpados —¿Está todo el mundo bien con eso?

—Lo estoy — dijo Elena, entendiendo de Yulia que Olga y Fyodor no se habían arreglado después de la pelea de la semana pasada pero aún insegura de qué razón estaba detrás.

—¿Tienes Texas Chainsaw Massacre? — preguntó Clare a Elena y la otra chica sonrió felizmente.

—Sí, por supuesto — contestó.

—Me encantan las películas de terror.— comentó Clare — Son tan predecibles pero eso las hace entretenidas. Es como, ¿por qué irías a una choza en medio de la nada y empezarías a hurgar por ahí? Estás pidiendo que te maten si actúas como un idiota.

—Lo sé ¿verdad? — dijo Lena encantada de que alguien finalmente entendiera el atractivo — Si tu coche se estropea en el medio de Hicksville irías directamente de vuelta por una autopista en dirección a una gasolinera. No irías explorando una casa decrépita porque el dueño no contestó a la puerta. La regla es, si nadie contesta entonces consideraros afortunados y salid corriendo de allí.

—Entonces ¿dónde está la película? — preguntó Nastya intentando parar la conversación antes de que pudiera ser muy animada moviéndose hacia los DVD's que tenía cerca.

—Está en la estantería de abajo con las otras — dijo Lena señalando con su mano que sobresalía alrededor de los hombros de Yulia, la otra apoyada encima de la de su novia que estaba puesta encima de su pecho.

—Lo pondré — Dijo Nastya, buscando entre los DVD's.

Cuando encontró el que estaba buscando, Nastya lo metió en el reproductor de DVD y volvió a meter "Definitely, Maybe" de vuelta en su caja.

—Genial — dijo Olga metiéndose un par de patatas en la boca —Hora de ver gente estúpida siendo asesinada.

—Frida, ¿estás segura de que estás bien con esto? — le preguntó Nastya a su amiga mientras la chica más bajita se ponía una manta alrededor, preparada para esconderse si lo necesitaba.

—Preferiría ver cualquier otra cosa pero, si anima a Olga entonces, claro — dijo —Siempre vemos lo que yo quiero de todos modos.

—Yulia ¿está bien eso contigo? — preguntó Nastya volviendo su atención hacia la chica pequeña pero los párpados de Yulia estaban ya cerrados y su pecho estaba subiendo y bajando rítmicamente mientras dormía en los brazos de Elena —Supongo que sí — se rió Nastya y la pelirroja echó su cabeza hacia adelante para ver a su novia.

—¿Ya está dormida? — preguntó satisfecha, con la mano que estaba apoyada en el hombro de Yulia, moviéndose para acariciar la frente de su novia tiernamente —Eso fue rápido.

—¿Estás realmente sorprendida? — preguntó Olga sonriendo a Elena —Yul estaba agotada. Iba a caer tarde o temprano.

—No pensé que sería tan pronto — Comentó la pecosa, cambiando un poco su postura para que así la cabeza de Yulia estuviera ahora apoyada en su regazo.

—Todo lo que ella necesitaba era estar contigo — dijo Olga poniendo una mueca —Me hace sentir un poco nauseabunda en realidad — admitió.

—Wow,— dijo Nastya —Las cosas deben de estar mal contigo y Fyodor si no puedes ni siquiera shippear Yulena como solías hacerlo.

—¿Qué es Yulena? — preguntó Clare confundida.

—Yulia y Elena — contestó Frida —Así es cómo las llama Olga.

—Aún las shippeo — Dijo la castaña alta —Sólo estoy un poco amargada de que estén tan enfermizamente felices. No quieras salir con parejas enamoradas cuando estás reyándote sobre quedarte soltera. Quieres apuñalarles.

—Amén — dijo de acuerdo Nastya, habiéndose sentido de la misma manera cuando rompió con Arin.

—Vale, ¿debería estar preocupada por mi seguridad? — preguntó Elena mientras Jasper vagaba por el salón.

—No, estás bien mientras tengas a Yul contigo — Dijo Olga —Puede que esté amargada pero no voy a apuñalar a mi mejor amiga.

—Pero ¿a mí si me apuñalarías? — cuestionó Lena sorprendida.

—Pensaré en ello — contestó Olga, guiñándole un ojo a la pelirroja y la otra morena se rió —Depende de qué humor tenga.

—¿Es así como sois siempre? — preguntó Clare entretenida por la guasa amigable —Quiero decir, ¿siempre habláis de mataros unas a otras?

—No, a veces hablamos de tríos — Contestó Olga, metiéndose otra patata en la boca —De hecho, Elena me invitó a tener uno con ella y Yul una vez.

—¿De verdad? — se rió Clare.

—Estaba bromeando — Dijo la pelirroja severamente —No fue una propuesta apropiada.

—Sigue diciéndote eso a ti misma — Dijo Olga —Sabes que querías una pieza de esto — dijo, dándose una palmada en el trasero con amabilidad.

—Oh Dios.— dijo Katina arrugando su cara —¿Podemos no...?

—Sois graciosas.— se rió Clare, mirando al pequeño springer spaniel trepando hasta el sofá para tumbarse al lado de Yulia quien seguía dormida y sin molestias.

—Yo sí — comentó Olga, con su estado de ánimo encendiéndose de alguna manera —Yul puede tener sus momentos también. Pero estas tres...— dijo haciendo un gesto hacia las otras —No mucho.

—¡Hey! Soy divertida.— se quejó Nastya y Olga asintió con la cabeza de acuerdo.

—Sí, vale — reconoció —Nastya puede ser graciosa también.

—Espera, ¿yo no soy graciosa? — preguntó Frida.

—Eres graciosa cuando te burlas de Elena — dijo Olga —Juro que eres muy graciosa cuando le tomas el pelo.

—Bueno, es tan tonta que lo pone fácil — se rió Frida, levantando una ceja en dirección a Elena.

—Hey — protestó la ojiverde —¿Quieres que vaya ahí y te pegue?

—No te atreverías — contestó Frida a sabiendas — No, si supone molestar a Yulia. Lo que es...

—Ughn— gruñó Lena — A veces sois tan malas conmigo. ¿Qué os he hecho?

—Te enamoraste de mi mejor amiga — le sonrió la más alta —Eso significa que tengo permiso de ser mala contigo.

—Eres mi mejor amiga — dijo Frida —así que burlarme está definitivamente permitido, especialmente porque nunca has tenido vergüenza para tomarme el pelo en el pasado.

—Lo mismo.— se rió Nastya.

—Sabes que pienso que deberíamos simplemente ver la película ahora — sugirió Elena, intentando cambiar de tema.

—Sí — dijo de acuerdo Clare —Estoy tan preparada.

—Yo también — dijo Olga echándose hacia atrás mirando a la televisión.

—Buena cosa que Yulia esté durmiendo o se estaría escondiendo con Frida — bromeó Nastya mientras la chica más bajita ponía la película, con la manta puesta por su cuello, preparada.

—Las películas de miedo no están tan mal ¿no? — le preguntó Clare.

—Simplemente no pillo el atractivo de ver gente asesinada de maneras terroríficas — comentó Frida —Preferiría algo más animado.

—Las películas de terror son animadas — dijo Clare con tono suave —Quiero decir que, generalmente hablando siempre hay un superviviente.

—Sí, supongo — dijo Frida —Pero dudo mucho que fueran capaces de funcionar en una sociedad normal, ya sabes, con eso de estar tan emocionalmente con cicatrices y todo...

—Pero al menos aún están vivos — Comentó Clare —Estar vivo es siempre mejor que estar muerto — Continuó la chica mientras "Sweet Home Alabama" sonaba en la pantalla, y la furgoneta VW llena de adolescentes bebidos y drogados a toda velocidad por la American Midwest — Sólo tienes una vida después de todo.

—En parte estoy de acuerdo con Clare — dijo Elena, acariciando la frente de Yulia con sus dedos mientras Nastya le daba una mirada señalada — La gente puede pasar por cualquier cosa. Simplemente se necesita tiempo.

—A lo mejor — concedió Frida observando la forma dormida de Yulia pensativamente —Todo lo que estoy diciendo es que si muchos fueran destripados por un pescador loco delante de mí no creo que pudiera recuperarme de ello.

—¿Podéis cerrar la boca? — se quejó Olga desde el suelo —Estoy intentando ver a todos estos idiotas cagarse porque algún loco les vuele la cabeza en la parte de atrás de su furgoneta — La chica se comió una patata ruidosamente, con sus ojos fijos en la pantalla delante de ella.

—Ves — continuó señalando la pantalla, mirándola satisfecha —Esto es por lo que no recoger autoestopistas. Casi siempre están locos — El grupo continuó viendo el resto de la película en silencio relativo, algún comentario sarcástico cayendo de vez en cuando a lo largo de esta. Los gruñidos audibles de Frida se escuchaban en algún punto de la película cuando involucraba algún minuto de suspenso o momentos visibles de sangre donde levantaba la manta hasta cubrir sus ojos rápidamente, a menudo fallando viendo la imagen, por sus reflejos demasiado lentos.

Por su lado, Yulia continuó durmiendo en el regazo de Elena durante toda la primera película y después en la segunda, Jasper se acurrucó a su lado cerca todo el rato, con sus suaves ronquidos sólo notables por Elena quien pasó más tiempo mirando a su novia que a la pantalla de televisión, con sus dedos acariciando la frente de Yulia automáticamente como de costumbre.

Fue en medio de la tercera película cuando Lena se dio cuenta de que Jasper se estiró, el pequeño cachorro se quejó mientras acariciaba la cara de Yulia amablemente con la suya, intentando esconderse contra ella.

Elena miró hacia abajo a su novia, sorprendida cuando ésta no se movió ante la molestia de Jasper.

—Yul — dijo suavemente, moviendo a la pequeña chica ligeramente —Hey cariño — dijo, quitando los oscuros mechones de la cara de su novia para poder verla mejor —Despierta — Animó Elena.

Olga miró hacia la pelirroja al escuchar la petición de la otra chica y quitó su atención de "Scream 2" durante un momento para ver qué estaba pasando.

—¿Todo bien? — preguntó, poniéndose sobre sus codos durante un momento mientras Jasper seguía gimoteando, con sus patas apretando contra el sofá al lado de Yulia.

—Yul no se despierta — Dijo Elena incapaz de esconder la preocupación de su voz.

—Tienes que moverla realmente fuerte.— dijo Olga — Tiene un sueño muy pesado cuando se duerme completamente.

—Hey cariño — dijo Elena, empujando más fuerte a Yulia, con sus piernas empezando a tener calambres de estar inmóvil tanto tiempo —Tienes que despertarte ahora. Yul — Sintió moverse la cabeza de la morena en su regazo, mientras ésta se giraba para enterrarse más profundamente contra sus muslos.

—Yul cariño — dijo Elena mientras Jasper gimoteaba una vez más y se volvía a tumbar al lado de Yulia, con su barbilla apoyada sobre sus patas extendidas —¿Puedes despertarte un momento?

—¡Oi Yul! — gritó Olga desde su sitio en el suelo, haciendo que no sólo Lena sino que el resto de las chicas de la habitación saltaran —¡Levántate y brilla!

La más alta frunció el ceño cuando Yulia no se movió y se levantó del suelo para ir hacia su amiga.

—¡Oi! — gritó, moviéndola de atrás hacia delante de nuevo —¡Hora de despertarse!— dijo empujando fuerte por el hombro a Yulia.

—¿Está bien? — preguntó Clare, poniéndose a un lado del sillón para intentar tener una mejor visión de lo que estaba pasando.

—Está bien — dijo Olga con desdén, moviendo la mano y extendiéndola para pellizcar el músculo trapecio de la pelinegra con fuerza.

Yulia gruñó audiblemente y levantó una mano para empujar a Olga lejos pero la chica más alta apretó más fuerte el sitio hasta que su mejor amiga giró su cabeza para mirarla, con ambos ojos abriéndose de golpe.

—Vete a la mierda — Maldijo, empujando el brazo de Olga significativamente —Estoy...durmiendo.

—Hey — dijo Lena, acariciando la frente de la morena con su mano inclinándose sobre ella para besar a su novia suavemente en la frente —Has estado dormida durante un buen rato cariño...es hora de despertarse — Yulia se giró sobre su espalda y Olga extendió su mano para sostener la barbilla de su amiga en sus manos, dándose cuenta de algo.

—Espera un minuto — dijo Olga, inclinándose sobre su amiga para estudiar su cara de cerca mientras se daba cuenta del matiz azul de sus labios.

—Olga — protestó la ojiazul, moviendo su cabeza de lado a lado en un intento de liberar su cara del agarre de la otra chica —Deja...me...

—¿Qué hay mal? — preguntó Elena a Olga mientras Yulia levantaba ambas manos para empujar a su amiga sentándose, evidentemente irritada.

—Sus labios están azules — dijo la más alta señalando a Yulia quien se estaba frotando los ojos, ahora completamente despierta y más que un poco descontenta.

—¿Qué? — preguntó, bajando sus manos —No...

—Ugh sí — dijo Olga y Yulia se giró para mirar a Lena como si no confiara en que su amiga estuviera diciéndole la verdad.

La pelirroja levantó sus dedos para tocar los labios de Yulia ligeramente y asintió con su cabeza.

—Sí cariño — dijo preocupadamente —Están definitivamente azules.

—¿Tienes un problema de corazón? — preguntó Clare interesadamente.

—No — dijo la ojiazul, poniendo una mano sobre su esternón y recordando las palpitaciones del dolor de corazón que había estado sufriendo recientemente.

Elena se dio cuenta del gesto y puso una mano en el hombro de Yulia cuestionante pero su atención estaba centrada en la otra chica.

—¿Estás segura? — le preguntó Clare —Los labios azules normalmente quieren decir que tienes problemas con tu circulación. Mi tío tenía una enfermedad de arteria coronaria y a veces se ponía azul. Tuviste una cirugía de corazón después del accidente ¿verdad?

—Sí — contestó Yulia sinceramente, mirando a Elena evidentemente aterrada.

La pelirroja se levantó rápidamente de donde estaba sentada y extendió sus manos para que las tomara Yulia.

—¿Elena? — preguntó ésta.

—Necesitas que te echen un vistazo — le dijo la ojiverde simplemente, con su mano aún extendida entre ellas.

Yulia las miró durante un momento y Lena pensó que podía negarse; con la aversión de su novia hacia los hospitales vívida en su memoria.

Cuando la pelinegra extendió su propia mano tomó las de Elena sin discusión. La pecosa supo que Yulia estaba asustada, no sobre volver al hospital, sino sobre que hubiera algo más yendo mal con ella.

—Vale — dijo levantándose.

—Vale — Reconoció Elena asintiendo con la cabeza —Vale.


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Mensaje por Fati20 9/18/2022, 2:17 am

Conchale porque julia no hablo de la molestia del pecho con tiempo 😔😔😔 ojalá no sea nada grave. Merecen un poco de estabilidad 😩😩😩. Saludos querida 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/18/2022, 12:50 pm

Capítulo 63

Elena estaba de pie en la puerta principal de la casa de Yulia, con sus ojos firmes en el plástico blanco que la cubría mientras cambiaba su peso de lado a lado, impacientemente. Era domingo por la mañana, cuatro días después de que hubieran llevado a Yulia hasta el hospital para que le echara un vistazo el doctor. El tiempo era bueno, el aire caliente de la primavera calentaba su cara mientras estaba bajo el sol que brillaba lentamente en el cielo que tenía encima. Levantó su mirada de la puerta delantera de su novia y la golpeó suavemente de nuevo, su intento anterior obviamente no había sido escuchado.

Miró de un lado al otro de la carretera distraídamente durante un momento mientras esperaba a que alguien contestara, solo volviendo su atención hacia delante de nuevo cuando el pestillo de la puerta hizo click ruidosamente y las bisagras de la puerta se movieron abriendola. Vio como un pequeño espacio aparecía entre el trozo de madera y la pared revelando una vergonzosa Vika, quien estaba ahí mordiéndose el labio inferior de la misma forma en la que su hermana mayor lo hacía a menudo. Los ojos de la joven estaban firmes en sus pies que estaban cruzados y movía la puerta de atrás hacia adelante mientras evitaba encontrarse con la mirada de Elena.

La pelirroja sonrió ante la visión de la hermana menor de Yulia y se agachó delante de la chica.

—Hola Vika — saludó sonriendo amablemente mientras la hermana de Yulia finalmente levantaba sus ojos.

—Hola Elena — devolvió tímidamente la pequeña, ladeando su cabeza un poco para que así su oreja estuviera casi apoyada contra su hombro, haciendo que sus mechones rubios cayeran al suelo de nuevo.

—¿Estás bien? — le preguntó Elena amablemente, con un tono suave y animado.

Vika asintió con la cabeza en respuesta y miró hacia Lena de nuevo, con una mirada brillante apareciendo en su cara.

—¿Está Yul aquí? — le preguntó y la rubia asintió con su cabeza una vez más con entusiasmo.

—Está arriba — Informó Vika a Elena mientras giraba su cabeza para mirar por encima de su hombro hacia la casa —Fue al hospital antes.

—Lo sé — respondió la mayor sonriendo, con un tono ligero y juguetón — Tenía que ir a hacerse otra revisión.

—No me gusta el hospital — Le dijo la pequeña haciendo una mueca —Huele raro.

—A mí tampoco me gusta — dijo de acuerdo la pecosa silenciosamente, en voz baja como si estuvieran compartiendo secretos valiosos.

—Pone enferma a Yulia...— dijo Vika pensativamente, intentando encontrar las palabras correctas para expresar su significado — Ya no juega tanto. Siempre se le caen las cosas...

Elena frunció el ceño ante las palabras de Vika dándose cuenta de que a pesar de todo lo que le habían dicho sobre el accidente de Yulia, ella aún no entendía qué le había pasado a su hermana, no adecuadamente.

—El hospital no la hace estar enferma, Vika — explicó Lena pacientemente, extendiendo una mano hacia adelante y poniéndola en el hombro de la chica más pequeña —Tuvo un accidente. El hospital y todos los doctores ahí...la ayudaron a mejorar.

—Entonces ¿por qué tiene que seguir volviendo? — preguntó la pequeña, empujando ligeramente la puerta y abriéndola más mientras se olvidaba de su vergüenza.

—Aún están intentando que mejore más — le dijo Lena, apretando su hombro tranquilizadoramente —¿Sabes por qué?

—¿Por qué? — preguntó Vika, inclinándose hacia adelante un poco para que así pudieran conspirar juntas, creyendo que todo lo que Elena estaba contándole era información altamente confidencial.

—Es porque quiere poder jugar contigo de nuevo adecuadamente, como solía hacerlo antes — Compartió con Vika, moviendo su mano para apoyarla en el cuello de la chica —Seguirá volviendo hasta que pueda hacer eso.

—Pero...a ella tampoco le gustan los hospitalesn— dijo la pequeña rubia confundida —La ponen triste.

—Lo sé — reconoció la pelirroja —pero a veces tienes que hacer cosas que no te gustan porque son lo mejor.

—No quiero que esté triste — Estableció Vika simplemente — No debería ir si no le gusta. No tenemos que jugar. A cambio podemos colorear — Lena sonrió y miró hacia arriba mientras la puerta se abría completamente.

—Hola Elena — saludó Larissa calurosamente mientras la pelirroja se levantaba —Pensé que había escuchado tu voz.

—Hola — devolvió el saludo, levantando una de sus manos, moviéndola.

—Hija — dijo Larissa, poniendo una mano en lo alto de la cabeza de Vika, mientras la chica pequeña miraba a su madre ñ, expectante —Tu desayuno está en la cocina. ¿Por qué no vas y empiezas? — sugirió. Vika miró hacia Elena sin saber si quedarse hablando o irse.

—¿Crees que Yulia dejará de ir al hospital si yo se lo pido? — cuestionó la pequeña, mirando entre Elena y su madre.

Larissa le dio a la pelirroja una mirada inquisitiva y la adolescente se agachó de nuevo para dirigirse a Vika.

—Creo que te quiere tanto — empezó poniendo énfasis en la última palabra —Que aún así seguiría yendo aunque le pidieras que no.

—¿Por qué? — le preguntó Vika, repitiendo su pregunta favorita.

—Bueno — dijo la ojiverde, pausándose un momento para considerar la respuesta —Es porque aunque ir al hospital la haga ponerse triste, pensar que será capaz de jugar contigo la hace sentirse feliz, como, diez veces más que cuando está triste.

—¿Diez veces más feliz? — preguntó y Elena asintió.

—A lo mejor incluso cien veces más feliz — Dijo y Vika sonrió.

—A lo mejor hasta que Yulia esté mejor ¿puedes venir y jugar conmigo? — preguntó la rubia insegura, haciendo que la timidez previa volviera momentáneamente.

—Claro — dijo de acuerdo Elena —Me encantaría.

—Vale — reconoció Vika antes de girarse y desaparecer en la casa para tomar su desayuno.

—Nunca fue demasiado buena terminando una conversación adecuadamente — se rió Larissa mientras Elena se levantaba, con sus ojos mirando a la chica pequeña entretenida por la repentina salida.

—Siempre es tan tímida cuando vengo — se rió Elena —Pensé que se habría acostumbrado a verme.

—No creo que eso sea un problema ahora — Se rió Larissa —Creo que probablemente te sea difícil deshacerte de ella cuando vengas ahora — dijo, haciendo un gesto para que Elena entrase —Creo que te has comprometido a ser su mejor amiga — la pelirroja entró al pasillo y Larissa cerró la puerta detrás de ella.

—Está bien — contestó —No me importa. Sé que a Yul le gusta pasar tiempo con Vika. Normalmente se lleva a Olga con ella cuando hacen cosas, de esa forma no se siente tan mal de no ser capaz de hacerlas. Olga es una buena sustituta.

—No sé cuál de las dos es la niña cuando es entre Olga y Vika — Musitó Larissa —Incluso creo que está en empate — Sonrió la pelirroja de acuerdo mientras miraba en la dirección de las escaleras, hacia donde sabía que Yulia estaba —Puedes ir directamente arriba — la animó la mujer, poniendo una mano en el hombro de Elena.

—¿Está bien? — le preguntó Elena, retrasando el ascenso un momento —Intenté mandarle un mensaje esta mañana pero no contestó. Pensé que a lo mejor algo malo había pasado...

—Está provocando el caos en su habitación — intercedió Larissa —Tiene los auriculares puestos y hay ropa por todos lados... estaría sorprendida si ella siquiera supiera donde está su teléfono si te soy sincera.

—Entonces, ¿no me está ignorando? — preguntó Elena.

—No intencionalmente — Dijo la mujer dando un golpecito en el hombro de la adolescente.

—¿Qué decidieron los doctores? — preguntó Elena, ansiosa por saber qué decisión habían decidido para el problema de Yulia.

—Quieren intentar la cardioversión — contestó Larissa sinceramente —Creen que es la mejor opción considerando su historia pero Yulia no está segura. Está pensando en ello. Tengo un sentimiento de que quiere intentarlo con la medicación primero.

—¿Pensé que la medicación no era siempre efectiva? — preguntó Elena.

—No lo es — confirmó Larissa — Además los doctores están preocupados porque algunos efectos segundarios de las pastillas incluyen pesadillas, depresión y cansancio. Creen que sería mejor evitarlas, si pueden.

—Hay una buena posibilidad de que todos sus síntomas se resuelvan si eligiera la cardioversión ¿no? — inquirió Elena.

—Aparentemente es exitosa en el noventa y cinco por ciento de los pacientes — dijo Larissa —Desafortunadamente, los síntomas normalmente reaparecen en el setenta y cinco por ciento de la gente.

—¿Después de cuánto? — preguntó Lena, pensando que definitivamente sonaba como la mejor opción de las dos.

—Entre uno y dos años — Contestó la mujer mayor.

—¿Seguramente eso es mejor que tomar más mediación indefinidamente? — consideró Elena en voz alta.

—No es a mí a quien tienes que convencer — Respondió Larissa suspirando audiblemente.

—Podrías hacer que Yul la eligiera — dijo Elena, medio bromeando.

—Podría — dijo Larissa —No quiero tener que hacer eso. Preferiría que tomara ella su propia decisión.— Lena miró de nuevo hacia las escaleras y movió la cabeza ligeramente.

—Veré si puedo hablar con ella.— aseguró.

—Simplemente no lo fuerces.— advirtió Larissa —Sabes cómo puede ser. No tiene sentido que peléis.

—No lo haré — dijo de acuerdo Elena y se giró para ir hacia la habitación de Yulia, con Larissa mirándola durante un momento antes de desaparecer en la cocina para vigilar a Vika.

La puerta de la pelinegra estaba cerrada cuando Elena llegó a ella y la golpeó fuertemente para anunciar su presencia, esperando un minuto antes de abrirla ligeramente cuando ninguna respuesta salió. Larissa no había estado mintiendo cuando dijo que Yulia estaba provocando caos y Elena levantó una ceja en sorpresa cuando vio lo que tenía delante.

La habitación de su novia era un completo desastre. Había ropa y libros por todos lados desordenadamente por todo el suelo y en la cama. Las paredes de la habitación estaban limpias, no había ni una sola foto a la vista, ni siquiera la pequeña tira del fotomatón de su cita grupal.

Miró por la habitación y no podía hacer otra cosa más que preocuparse de que Yulia hubiera intencionadamente destrozado todo, que hubiera vuelto de nuevo a sus formas de antes de enfrentarse a las noticias difíciles. La única cosa que hizo a Elena cuestionarse esta posibilidad fue que Larissa no había parecido preocupada por ello. De hecho, había parecido más entretenida que nada más.

Estudió la habitación en busca de Yulia, finalmente encontrando a su novia en cuatro patas, aparentemente buscando algo al fondo del armario, con sus auriculares puestos para silenciar el resto del mundo con su música.

—¡¿Yul?! — llamó en voz alta, intentando conseguir la atención de su novia pero fallando, la música de los auriculares, obviamente era demasiado alta, previniendo que la escuchara —¡Hey cariño! — la llamó de nuevo, caminando entre el desastre que tenía bajo sus pies y poniendo una mano en el hombro de la chica.

La morena físicamente saltó en respuesta al roce de Elena, extendiendo una mano hasta su pecho en sorpresa mientras caía hacia atrás en el suelo debido a la intrusión inesperada.

—Mierda — maldijo, quitándose los auriculares y poniéndoselos alrededor del cuello.

Apagó su música y se rió para sí misma ante su reacción, Elena sonrió ante el sonido del entretenimiento de su novia.

—Me has asustado muchísimo.— dijo juguetonamente mientras extendía una mano hacia Elena en un intento silencioso de que su novia la ayudara a levantar su trasero, poniéndose sobre sus pies.—¿No has oído hablar de llamar a la puerta? — preguntó mientras Lena tiraba de ella con cuidado para que así se pusiera de pie delante suyo.

—Sí — devolvió la ojiverde jovialmente —¿No has oído hablar del control del volumen? — cuestionó, golpeando un poco los auriculares de ésta significativamente.

—No — contestó rápidamente —¿Qué es eso? — preguntó.

—Se supone que evita que te quedes sorda — se rió —A lo mejor deberías intentar usarlo en el futuro — sugirió —De otra forma cuando tengas el pelo gris y seas mayor tendrás que llevar audífonos y pedirás a la gente que repita todo lo que dicen todo el tiempo.

—¿No lo estaré haciendo de todos modos? — cuestionó y la pecosa entrecerró los ojos en respuesta, confundida — Ya sabes, cuando esté senil y no pueda recordar lo que se me ha dicho de un momento para otro — Aclaró y Elena sonrió, moviendo la cabeza, entretenida.

—¿Qué estás haciendo? — se rió la ojiverde mirando la habitación, cambiando de tema. Yulia dio un paso hacia adelante y plantó un suave beso en los labios de su novia.

—Reorganizando — Le dijo felizmente antes de pasar por delante de ella cerrando la puerta de la habitación de nuevo. Caminó hasta la cama y se quitó los auriculares poniéndolos con el iPhone que había estado apartado en el bolsillo trasero, sobre el edredón —Hey, tengo un mensaje tuvo — Señaló, cogiendo el móvil de nuevo leyendo el mensaje de antes de Elena.

—Lo sé — respondió la pelirroja, volviendo completamente su cara hacia su novia —Quería saber cómo te fue en el hospital antes.

—Me fue bien.— contestó sin compromisos, tirando de nuevo el teléfono encima de la cama mientras Elena hacia un movimiento hacia ella —Cuidado — advirtió, dándose cuenta de la elección de camino de la pecosa —Jasper está por algún lado aquí — Le informó, haciendo un gesto con su mano en la dirección general.

—¡Jasper! — gritó Lena, silbando para localizarle, preocupada por pisar al pequeño perro.

Katina vio cómo una pila de ropa empezó a moverse en el suelo y pronto Jasper apareció debajo, estirando sus patas de atrás con cansancio. Movió su cola cuando vio a la pelirroja y caminó hacia ella, saltando hasta sus piernas en modo de saludo.

—Jasper — regañó Yulia por su falta de disciplina —Siéntate — Le mandó y obedeció, sentándose en sus patas traseras rápidamente.

—Buen chico — elogió Elena, acariciándole detrás de la oreja mientras Yulia cogía una gran bolsa de recompensa ofreciéndole una de ellas a su novia para que así pudiera dársela.

La pecosa tomó la pequeña galleta y la sostuvo en su mano para él.

—Aquí tienes — dijo, pero Jasper esperó pacientemente algo y se quedó quieto.

—Cógela — le instruyó Yulia mientras ponía la bolsa de nuevo en la mesilla y el cachorro hacía lo que le había dicho, tomando la galleta en su boca volviendo a sentarse delante de la puerta sobre su estómago mientras se la comía.

—Wow — dijo Elena mirando al perro —Impresionante.

—Definitivamente está mejorando — comentó y Elena asintió con la cabeza de acuerdo.

—Aún sigue alegrándose demasiado a veces — reconoció —especialmente cuando eres tú.

—Entonces lo hace con vosotras dos — bromeó Elena y la sonrisa de Yulia se amplió en su cara.

—Bueno, estaba pensando que podríamos llevar a Jasper al parque o algo — Dijo la pelinegra, cogiendo un jersey de la cama y empezando a doblarlo.

—¿No quieres terminar de ordenar esto?— le preguntó Elena, mirando el desastre.

—Puedo hacerlo después — dijo —De todos modos solo estaba buscando algo.

—¿Qué?— preguntó la pelirroja con interés, con sus ojos cayendo inconscientemente en las paredes vacías donde las fotos habían estado localizadas a la vuelta de su rehabilitación.

—No importa — dijo, moviendo su mano con desdén, siguiendo la mirada de Elena —Están ahí — Le dijo señalando el escritorio.

—¿Qué cosa? — preguntó Elena, intentando sonar inconsciente pero fallando.

—Mis fotos — contestó —Podía verte mirando mis paredes buscándolas pero están en mi escritorio. Pero no te preocupes. No estoy teniendo ninguna especie de recaída.

—No creía que la estuvieras teniendo — mintió y la morena levantó una ceja poniendo una mano en su cadera poco convencida —Vale, admito que pensé que podía haberse cruzado por mi mente. Quiero decir que tu habitación está un poco destrozada.

—No está destrozada — se rió —Sólo está en un estado de caos organizado. Confía en mí, no estoy reincidiendo ni nada — la tranquilizó, cerrando la distancia entre las dos, tomando la mano de Elena en la suya —De verdad, sólo estoy reorganizando — reiteró —Quiero decir, no sé si te has dado cuenta pero parece que tengo un montón de mierda — Elena miró al desastre a sus pies durante un momento antes de encontrarse con los ojos de Yulia de nuevo.

—Me he dado cuenta — Se rió.

—Pensé que era hora de tirar algunas cosas — Dijo Yulia —Quité las fotos porque quería enmarcarlas. No era porque no quisiera mirarlas ni nada.

—Supongo que sólo estaba preocupada por lo que pasó en mi casa — Admitió extendiendo una mano para acariciar la cara de Yulia —Realmente no hemos tenido la oportunidad de hablar de las cosas adecuadamente desde el miércoles.

—Lo sé. Lo siento — Se disculpó —Sólo he estado ocupada, ya sabes, con las pruebas y esas cosas.

—Tu madre dijo que los doctores sugirieron la cardioversión — dijo Elena, mientras sus dedos trazaban los labios de Yulia —Pero dijo que no estabas muy convencida...

—Voy a tenerla — le dijo a Lena y la pelirroja se encontró a sí misma con alivio ante la admisión de su novia —Dijeron que era la mejor opción pero yo simplemente, suena un poco extremo ¿no crees?

—¿Dar descargas a tu corazón? — le preguntó.

—Sí — confirmó —Quiero decir, es sólo un latido irregular por Dios santo. No es que me esté muriendo ni nada.

—Yul, tienes fibrilación auricular así que tu corazón no está latiendo adecuadamente porque su actividad eléctrica está por todos lados. Si lo dejan sin tratarlo entonces podría causarte un ataque al corazón — le recordó Elena —Podrías morir. Es mejor tratarlo.

—Lo haré — repitió —Voy a hacerlo pero es estúpido que no sepan qué es lo que lo causó.

—Pensé que dirían que era por tu cirugía de corazón — dijo Elena, con su mano libre apoyándose sobre el hombro de Yulia.

—Dijeron que podía ser — explicó —Podía también ser debido al estrés psicológico o a la fatiga — continuó — O porque puede que tenga una pequeña infección en el forro de mi corazón o porque he estado usando corticosteroides desde el accidente para ayudar a con la hinchazón de mi cerebro. No estaban seguros... podría ser cualquiera de todas esas cosas — Se pausó un momento para pasar la mano por su pelo —Los doctores no parecían muy convencidos cuando sugerí que mi latido irregular lo causabas tú — Bromeó juguetonamente, con su tono volviéndose ligero mientras presionaba sus caderas más cerca de las de su novia.

Lena quitó su mano de la de Yulia para unirla a la otra que había encontrado su camino hasta su espalda.

—Dijeron que no creían que fuera eso pero les dije que no habían conocido a mi novia — Dijo, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de la pelirroja —Definitivamente creo que es todo tu culpa. Haces que mi corazón se revuelva, Katina — suspiró —No creo que encuentren una cura para eso.

—Eres tan tonta — se rió Elena empujándola contra ella un poco más.

—Pero seriamente, nunca había tenido este problema antes de conocerte — continuó Yulia, sin inmutarse —Así que en ausencia de una base más sólida y médica voy a seguir apoyándome en mi evaluación previa.

—Te estás tomando todo esto realmente bien — señaló la pelirroja, con una mano levantando la camiseta de Yulia, acariciando la suave piel debajo suavemente —Pensé que te asustarías cuando te sugerí ir a hospital el miércoles. No creía que irías sin discutir.

—Bueno, ¿qué puedo decir? — preguntó retóricamente —Soy una chica cambiada ahora. Soy muy madura y esas cosas.

—¿Y esas cosas?— se rió Elena.

—Vale, a lo mejor no soy tan madura pero realmente he estado queriendo hablar de mi dolor de pecho con mi madre durante un tiempo. Pero seguí olvidándome — Lena frunció el ceño ante las palabras de Yulia, no completamente segura de si creerlas o no —No, de verdad, prometo que iba a hacerlo — Dijo —Contrariamente a lo que todo el mundo cree no estoy preparada para morir todavía — Los labios de Elena se curvaron en una suave y contenida sonrisa y se inclinó hacia adelante para besar a Yulia, tomando la boca de la chica más pequeña entre la suya, mientras su piel se moldeaban juntas como si estuvieran hechas para estar conectadas.

Cuando se separaron, Elena besó la frente de la morena tiernamente, justo encima de la cicatriz.

—¿Cuándo lo harán? — murmuró contra la piel de la chica menor y ésta levantó la mirada para encontrarse con la de su novia.

—Necesitan empezar con algo para liberar mi sangre primero — le dijo Yulia — Aparentemente reduce el riesgo de tener un ataque al corazón después. Así que probablemente no será hasta el próximo mes.

—¿Pueden esperar hasta el próximo mes? — le preguntó Elena preocupada.

—Sí — contestó Yulia — Dijeron que estaré bien mientras no me esfuerce demasiado. Me han dado alguna medicación para bajar la velocidad de mi corazón hasta entonces.

—¿Los anticoagulantes no harán que te vuelvan a empezar las hemorragias nasales? — cuestionó Elena perceptivamente.

—A lo mejor — dijo encogiéndose de hombros —Pero son mejores que caer muerta ¿no?

—Cierto — dijo de acuerdo la pelirroja, con su mano aún acariciando la espalda de Yulia.

—Bueno, escucha — dijo Volkova, estirándose sobre los dedos de sus pies para besar un momento a Elena en los labios antes de desenredarse a sí misma de los brazos de la otra chica volviendo de nuevo hacia la cama — El abogado de mis padres dijo que podía ver las copias de las fotos que me hicieron en urgencias que se enseñarán en el juicio.

—¿Tiene permitido hacer eso? — preguntó mientras Yulia se agachaba para coger otra sudadera que pronto empezó a doblar.

—Sí, él puede — Contestó —Es porque son pruebas que él presentará en el juzgado para apoyar nuestro caso — explicó — Además, son mías lo que significa que tengo el derecho de verlas si quiero.

—Eso es genial Yul — le dijo Elena sinceramente — Sé que estabas preocupada sobre cómo reaccionarías al verlas.

—Esa es la cosa — dijo, con su atención centrada en el suéter negro de sus manos en el que estaba concentrada doblándolo, con su lengua sobresaliendo entre sus dientes un poco — Aún lo estoy así que me estaba preguntando si tú lo harías, ya sabes, venir y verlas conmigo...

Volvió su atención hacia Elena quien tenía una expresión de sorpresa en su cara.

—Yo um...— empezó la pecosa, insegura de si quería ver la devastación que infligió el coche en su cuerpo en aquel momento porque aún no se habían conocido —Yo...

—No tienes que hacerlo.— dijo Yulia, poniendo el ahora doblado suéter en lo alto de la pequeña pila que estaba formando en su cama —Puedo preguntarle a Olga...

—A lo mejor preguntarle a Olga sería lo mejor — aprobó Lena —Quiero decir que, ella ya sabe que esperar porque lo ha visto antes. Probablemente estará más acostumbrada a ti que yo. Yo probablemente fliparé — se dio cuenta, dando un paso hacia adelante — Yo sólo, nunca te conocí en aquel entonces y en realidad no sé lo que esperar. ¿Qué pasa si no puedo soportar verlo?

—Entonces supongo que será lo mismo para las dos — Contestó cogiendo otro suéter, pareciendo un poco decepcionada.

—Simplemente no creo que yo ayude de todos modos — defendió Elena, yendo hacia Yulia.

—Necesitas a alguien que sea capaz de estar compuesto... — dijo bajando la voz, mirando a su novia. Yulia puso la nueva prenda doblada en lo alto de la pila de ropa — Yul, no quero molestarte si no reacciono de la forma en la que piensas que lo haré — Intentó explicar la pelirroja.

Yulia se giró para mirar a hacia su novia, con su mano derecha frotando la parte de atrás de su cuello.

—No tienes que hacerlo si no quieres — repitió —pero, sinceramente, no me importa tu reacción Elena. Tienes tu derecho de hacerlo tanto como yo. Sólo me gustaría que estuvieras conmigo cuando las viera, eso es todo pero...no hay presión.

—¿Puedo pensar en ello? — preguntó y Yulia asintió con la cabeza, mientras se giraba hacia la cama de nuevo jugueteando con el edredón un momento.

—Claro — dijo, cogiendo su teléfono y poniéndolo en su bolsillo trasero.

—¿Estás enfadada? — preguntó y Yulia le sonrió ampliamente.

—No, no estoy enfadada — le dijo sinceramente — Nunca podría estar enfadada contigo si soy sincera — dijo, tomando una de las manos de Lena de nuevo — Haces tanto por mi y sé que debe de ser molesto cuando cosas como estas siguen saliendo. Siento como si el noventa por ciento de nuestra relación estuviera centrada en mí y en mis problemas...

—Bueno, si quieres podría hacer alguno de mis propios problemas nuestros para intentar enfrentarnos a ellos — Interrumpió la pelirroja bromeando.

—Mejor idea — Dijo Yulia, levantando su dedo índice de su mano libre —¿Qué tal si no tenemos ningún problema con el que tratar?

—Me gustaría eso pero desafortunadamente no creo que podamos contar con eso — Dijo —Cosas pasan y están por encima de nuestro control, Yul. Sólo me gusta que estés guardando tu promesa — admitió, levantando su mano para enseñarle a Yulia el anillo que le había dado en la playa el día del concierto de Taylor Swift —Me prometiste que podría contar contigo en que no te perderías a ti misma, que podría contarte cómo me siento y puedo. Acabo de hacerlo — continuó —Prometiste que estabas comprometida a vivir y seguiste esa promesa — Quitó el pelo de los ojos de Yulia.

—Lo sé. Estoy tan comprometida con ello que incluso estoy dejando que le den descargas a mi corazón a pesar del hecho de que aún sigue latiendo — Comentó la pelinegra.

—Pero eso es de alguna forma poético — señaló Elena acariciando la base del pulgar de Yulia con el suyo mediante sus manos entrelazadas.

—Supongo que un poco — se rió la chica ligeramente.

—Entonces, ¿querías ir al parque? — preguntó y Yulia sonrió ampliamente.

—Pensé que podíamos llevar a Jasper a dar un paseo — dijo la ojiazul.

—Pensé que a lo mejor podíamos llevar a Vika también — Sugirió Elena.

—¿Quieres llevar a Vika al parque? — preguntó Yulia, con su tono de voz traicionando su sorpresa.

—Sí, somos mejores amigas ahora. ¿No lo has escuchado? — dijo juguetonamente.

—No — Comentó Yulia entretenida —¿Qué pensarán Frida y Nastya sobre todo esto?

—Bueno — dijo la pelirroja, acercando a Yulia más — Frida es de la misma altura que Vika así que prácticamente son la misma persona y he visto los bailes alocados de tu hermana, prácticamente es una miniatura de Nastya lo que significa que es la substituta perfecta para ambas. ¿Por qué tener dos mejores amigas cuando puedes tener una que incorpora a las dos? — Yulia sonrió y besó cariñosamente sus labios, sonriendo en ellos mientras enterraba su cuerpo contra el de Elena.

—¿De verdad quieres que venga mi hermana? — preguntó, apoyando su frente contra el pecho de la pecosa.

—¿Está bien? — le preguntó Elena, acariciando el pelo que caía por su espalda. Sintió a Yulia asentir contra su esternón.

—De verdad que me gustaría — dijo la ojiazul, levantando de nuevo sus ojos.

—Entonces, vamos a por ella — ofreció, moviendo sus manos entrelazadas entre ellas.

—Jasper — llamó la morena al pequeño perro que estaba durmiendo en el suelo al lado de la puerta.

Se levantó despacio y caminó hasta los pies de Yulia donde ella se agachó y lo cogió.

—Buen chico — dijo, levantándole y besándole en lo alto de la cabeza amablemente, acariciándole con la otra mano que había separado de la de Elena para poder cogerle.

—Al menos él no debería correr y desaparecer como suele hacerlo — musitó la pelirroja, observando al pequeño perro mientras él apoyaba su cuello en el brazo de Yulia.

—Una vergüenza que lo mismo no se pueda decir de mi hermana — bromeó y Elena se rió en respuesta mientras ambas iban de camino hacia las escaleras y hacia la cocina.


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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/18/2022, 3:44 pm

Que bueno que el tratamiento julia va a mejorar y q lo tomara bien y sean más expresivas ambas con lo q pasa han mejorado mucho 😊. Saludos querida 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/18/2022, 8:34 pm

Capítulo 64

Habiendo bajado las escaleras, Yulia y Elena entraron en la cocina y encontraron a Vika sentada comiendo un bol de cereales en el mueble. Larissa estaba de pie en el fregadero lavando las cosas de su propio desayuno mientras hacía un zumbido para sí misma mientras miraba a través de la ventana y observaba pasar el tráfico de afuera.

Yulia se paró al lado de la puerta para darle a Jasper a Lena antes de seguir hacia donde estaba sentada su hermana.

—Hey Vika — dijo, poniendo una mano en el hombro de la niña y captando inmediatamente su atención — Elena y yo vamos a llevar a Jasper al parque a dar un paseo y estábamos preguntándonos si te gustaría venir con nosotras.

—¿Yo?— preguntó Vika, señalándose a sí misma, insegura.

—Sí — se rió la morena. Extendió una mano para acariciar el pelo rubio de la frente de su hermanita con afecto — Tú eres Viktoria ¿no? — preguntó fingiendo confusión y ella arrugó su cara para que así sus cejas estuvieran juntas.

—Sí, tonta — contestó Vika mirando hacia su madre quien se había girado y ahora estaba mirándolas, con su espalda apoyada contra el mueble que tenía detrás.

Su postura era relajada y sonreía calurosamente a sus hijas, con sus brazos cruzados sobre su pecho y la pequeña toalla que había estado usando para secar los platos estaba aún en sus manos.

—Vale, bien — dijo Yulia mientras movía su mano hacia abajo apoyándola en el lado del cuello de Vika — No estaba segura. Pareces un poco diferente esta mañana comparada con ayer. ¿Has crecido?

—No — dijo la niña sonriendo ampliamente — Tú te has encogido.

—¿Si? — preguntó Yulia sonando sorprendida — Supongo que debería asegurarme de comer más verdura en el futuro entonces.

—La verdura no hace que crezcas más — Respondió, sonando altamente poco convencida.

—Claro que sí — dijo Yulia mientras se acercaba más a su hermana susurrando en su oído —¿Por qué crees que saben tan mal?

—Odio la verdura — se quejó Vika, haciendo una mueca.

—Yo también — susurró la pelinegra a su hermana una vez más antes de estirarse de nuevo.

—¿Vais a salir? — preguntó Larissa a Yulia, limpiándose las manos con el trapo de los platos que sostenía.

—Sí, ¿está bien? — preguntó girándose para contestarla. Puso sus manos en el mueble de la cocina como apoyo.

—¿Dónde estabais pensando en ir? — preguntó la mujer, dejando el trapo en el mueble al lado habiendo terminado con él.

—Simplemente íbamos a ir a la parque — Contestó Yulia — Está a unas cuantas casas de aquí... — Larissa se alejó del mueble y caminó por la cocina para estar de pie en el lado opuesto a Yulia.

—¿Llevarás el teléfono contigo? — preguntó y Yulia asintió con la cabeza.

—Sí y Elena estará allí si algo pasa — la tranquilizó — Sé que estás preocupada por mi ahora con mi corazón pero los doctores dijeron que estaba bien, sino me hubieran ingresado.

—¿Has pensado al menos más en lo de tener el tratamiento? — preguntó Larissa, levantando una ceja cuestionante mientras apoyaba una de sus manos en lo alto de la de su hija mayor.

Yulia echó un rápido vistazo en dirección a Lena y se encontró con los ojos verdes de su novia durante un breve momento.

—Voy a hacerlo — le dijo a su madre, volviendo su mirada hacia ella — El doctor dijo que la cardioversión era el mejor tratamiento para ello así que tiene sentido para mí elegirlo.

—¿De verdad? — le preguntó Larissa poco convencida pero apretando la mano de Yulia en la suya —¿Lo harás?

—Sí — confirmó la adolescente. Larissa tomó la mano de la morena apropiadamente y la llevó a sus labios para así poder besarla.

—Gracias — dijo Larissa y Yulia le sonrió.

—No creías que estuviera de acuerdo para hacerlo, ¿verdad? — preguntó a sabiendas y Larissa fingió no saber de lo que su hija estaba hablando, asumiendo un aire de inconsciencia — Soltó la mano de su hija para ir hacia el ahora vacío bol de Vika cogiéndolo y llevándolo al fregadero para lavarlo.

—Tú y Elena sois tan malas la una como la otra — Comentó la ojiazul, poniendo una mano en el hombro de su hermana de nuevo en respuesta al silencio de su madre.

—Espera, ¿qué he hecho? — preguntó Elena desde atrás — Nunca dije nada...

—No tenías que hacerlo — se rió, girando su cabeza para ver mejor a su novia —Podría decir que estabas preparada para intentar convencerme cuando viniste a mi habitación. Eres tan obvia a veces.

—Lo siento — se disculpó la pelirroja —Es sólo porque me preocupo por ti.

—Lo sé — la tranquilizó Yulia.

—Yo también me preocupo por ti — Dijo Vika, tirando de la manga de Yulia. La ojiazul volvió su atención hacia su hermana, sonriendo ampliamente.

—¿De verdad? — preguntó y la niña asintió con la cabeza — Bien — dijo a medias, apretando el hombro de Vika de nuevo — Porque eres mi persona favorita, lo sabes.

—Tú no eres mi favorita — dijo Vika bajando del taburete y caminando hacia Elena — Jasper es mi persona favorita.

La niña levantó sus manos expectante, esperando a que Lena le diera a Jasper y Yulia puso los ojos en blanco pareciendo ofendida.

—Jasper no es una persona — Dijo la pelinegra hoscamente mientras caminaba hacia donde estaba su hermana al lado de Elena, cuando Jasper estuvo a salvo en sus pequeños brazos.

—Sí lo es — Dijo Vika — Es más listo que una persona. Puede seguir órdenes y escucha como una persona. Te da besos cuando estás triste también...

Yulia le dio a Elena una mirada incrédula y movió su cabeza entretenida.

—¿Cómo podemos discutir contra eso? — preguntó y la pelirroja sonrió en respuesta.

—No creo que puedas — Le dijo Elena riéndose.

—¿Al menos soy tu segunda persona favorita? — le preguntó Yulia a su hermana y Vika caminó hacia su ella y le dio a Jasper.

Yulia lo cogió, con una mirada confusa en su cara que desapareció cuando la niña envolvió sus brazos alrededor de su cintura y la abrazó fuertemente. Asintió con la cabeza contra el costado de Yulia y la chica más mayor bajó su mano para acariciar su cabeza con cariño.

—Tú eres mi persona favorita "real" — Le dijo la rubia, besando el lado de la cadera de la morena rápidamente mientras su hermana mayor seguía acariciando su pelo.

—Entonces, ¿vas a venir al parque conmigo y con Elena? — le preguntó y Vika levantó sus ojos para mirar a su hermana.

—Sí — contestó — ¿Puedo llevar una pelota para tirársela a Jasper? — preguntó.

—Claro — dijo de acuerdo Yulia, empujando un poco el punto entre los huesos de los hombros de Vika con una mano para animarla a ir hacia la puerta —¿Por qué no vas a coger una y yo cogeré tu sudadera del pasillo?

—Vale — dijo, desapareciendo como la habían instruido.

—Entonces, ¿estás bien con que vayamos? — le preguntó la ojiazul a su madre, sin haber aclarado completamente el punto antes.

Yulia le dio a Jasper de nuevo a Elena y empezó a caminar hacia el fregadero donde su madre estaba terminando de lavar las cosas de Vika.

—Sí — dijo Larissa desde su posición —Claro que está bien. Id y pasarlo bien — continuó — Sólo asegúrate de que cuidáis la una de la otra.

—No te preocupes — dijo — Lena te llamará si caigo muerta de un infarto para que así sepas que no tienes que preparar cena para mí — Intentó bromear pero Larissa no parecía impresionada.

—¿Puedes por favor no decir cosas como esa? — la regañó amablemente y la morena dio la vuelta alrededor del mueble y besó a su madre en la mejilla.

—Estaré bien — La tranquilizó Yulia.

—¿Llevas el brazalete de alerta médica? — comprobó Larissa con ella, preocupada.

—Sí — Dijo la pelinegra suspirando audiblemente mientras levantaba su muñeca para enseñarle el brazalete a su madre — Elena estará conmigo también — le recordó — Si tengo un ataque entonces llamará a una ambulancia. Sabe lo que hacer.

—Sé que piensas que estoy muy encima de ti demasiado pero soy tu madre — Dijo compasivamente. Se pausó un momento y se giró para mirar a Yulia adecuadamente — Es mi trabajo preocuparme por vosotras — dijo, besando a su hija en la frente, encima de la cicatriz, con una mano en el hombro de la joven.

—Parece que te preocupas más por mí de lo que lo haces por Vika, eso es todo — respondió, poniendo una mano en el brazo de su madre acariciándolo ligeramente.

—Sí, bueno cuando Viktoria sea una adolescente estoy segura de que me preocuparé lo mismo por ella — Dijo Larissa y la morena levantó una esquina de su boca en una media sonrisa ante la respuesta de su madre.

—Por eso no es por lo que te preocupas por mí y lo sabes — comentó Yulia, dando un golpecito en el brazo de su madre durante un momento antes de caminar hacia Elena justo cuando su hermana reapareció en la puerta, con una pelota de tenis en su mano y su sudadera ya puesta.

—Dije que yo cogería eso por ti — Dijo Yulia mientras se agachaba delante de su hermana para abrochar la cremallera de la sudadera.

—Fuiste demasiado lenta — Dijo la chica, enseñándole la pelota de tenis a Yulia para que la inspeccionara — ¿Esta está bien? — preguntó con entusiasmo.

—Esa — dijo Yulia, mirando la pelota de cerca y cogiéndola en su mano un momento — parece perfecta. Buen trabajo — elogió, dándole de nuevo la bola a Vika.

La pelinegra se volvió a levantar y puso una mano entre las clavículas de su hermanita.

—Hey, ¿puedes enseñarle a Elena dónde está la correa de Jasper? — le pidió.

—Vale — dijo sin dudarlo y corrió hacia el pasillo de nuevo, con Elena siguiéndola de cerca. Se pausó en la puerta durante un momento y le dio a Yulia una mirada significativa y la chica puso una mano contra su espalda animadamente.

—No será ni un minuto — la tranquilizó y Elena echó un vistazo rápido en dirección a Larissa antes de salir de la cocina en busca de Vika.

—Lo siento — dijo Larissa cuando estuvieron a solas y la morena había vuelto su atención hacia la mujer mayor —Sé que hemos hablado de esto antes y estoy intentando mejorar pero es difícil para mí — explicó — No puedo evitar preocuparme por ti, hija. Los últimos diez meses no han sido fáciles para ti pero tampoco han sido un camino de rosas para tu padre y para mí — continuó —Nos preocupábamos por ti incluso antes del accidente, eso es lo que hacen los padres, y ahora con todos tus problemas...— dijo bajando la voz —Lo entenderás cuando seas mayor y tengas sus propios hijos.

—¿Podemos hablar de eso después? — preguntó Yulia, levantando una mano hasta su cabeza y Larissa asintió.

—Claro — contestó la mujer de alguna forma nerviosa, asustada de haber molestado a su hija.

Yulia forzó una sonrisa en sus labios y caminó de vuelta hacia su madre, envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros rápidamente en un abrazo, con su barbilla apoyada en el hueco del cuello de la mujer mayor.

—Cuidaré de Vika — le prometió y sintió los brazos de su madre aventurarse alrededor de su espalda para abrazarla, la humedad de sus manos se notaba a través de su camiseta.

—Eso lo sé — la aseguró Larissa —Confío en ti con ella — Su madre dio un paso hacia atrás para separarse y cogió la cara de Yulia en sus manos — Te quiero — le dijo simplemente, besándola en la frente de nuevo — Sé que soy molesta...

—No lo eres — dijo Yulia sinceramente.

—Lo soy — se rió Larissa —pero cada niño piensa lo mismo de sus padres en un punto u otro — la morena sinceramente sonrió esta vez y dio un beso de despedida a su madre una vez más.

—Yo también te quiero — Le dijo y Larissa palmeó un lado del cuello de su hija alegremente.

—Vale, ahora vete — dijo —Hablaremos adecuadamente después si aún quieres.

Yulia asintió con la cabeza y se giró para unirse a las otras en el pasillo, encontrando a Vika de pie ansiosa en la puerta, con la correa de Jasper en su mano y la pelota de tenis que quería llevar sobresaliendo del bolsillo de su sudadera. Elena estaba de pie a su lado y las dos estaban hablando animadamente sobre Olga, mientras Vika le explicaba a Lena cómo la chica mayor la había convencido para probar el helado con maíz la última vez que estuvo en su casa.

—Era horrible — le dijo a Elena, haciendo una mueca.

—No lo sé — dijo la pelirroja, levantando sus ojos de la chica pequeña para mirar a Yulia cuando se dio cuenta de su aparición — No suena demasiado mal. Suena como un sabor más agradable que el del broccoli.

—Eww, odio el broccoli — comentó Vika, haciendo una mueca.

—En realidad estaba bien — señaló Yulia, poniendo una mano en la puerta principal, abriéndola.

Guió a Vika a través de esta con una mano y Lena le dio una mirada entretenida.

—¿Lo probaste? — preguntó y Yulia sonrió.

—Claro — contestó —Tenía helado.

—Sí, pero también maíz — se rió Lena mientras salía por la puerta hasta el porche.

—Lo sé — contestó Yulia frunciendo el ceño — Olga ha estado comiendo algunas cosas raras recientemente. No sé qué le pasa.

—A lo mejor está embarazada — comentó la pelirroja, girándose para bajar hasta el camino del jardín permitiéndole así a Yulia salir y cerrar la puerta detrás de ella.

—Sí, cierto — devolvió la pelinegra, secretamente, sintiendo una repentina pizca de duda llenando su mente ante las palabras de su novia.

Hizo una nota mental de hablar sobre ello más tarde con Olga. Bajó hasta el camino del jardín y vio a Vika caminar hacia la acera rápidamente.

—Viktoria, espera ahí un momento — Le dijo Yulia a su hermana y la menor se paró dónde estaba esperando a que las otras dos la alcanzasen.

—Puedes seguir un poco más con Jasper si quieres — le dijo Yulia a su hermana cuando la alcanzó — pero tienes que parar antes de cruzar cualquier carretera ¿vale?

—Vale — dijo de acuerdo Vika.

—Quédate donde pueda verte — Le instruyó y la niña asintió con la cabeza en reconocimiento antes de seguir un poco más, con Jasper a sus pies.

Elena unió sus brazos con Yulia y la chica más pequeña entrelazó sus manos también, mientras caminaban hacia el parque que estaba tan sólo a unos cuantos bloques.

—¿Puedes cogerme? — preguntó Vika a Yulia, parándose justo cuando estaban alcanzando la entrada al parque.

—Vika, no puedo — dijo su hermana mayor tristemente mientras estaba detrás soltando a Jasper de su correa, la que rápidamente cogió de la niña y guardó en su bolsillo.

El pequeño cachorro corrió hasta un gran sitio abierto delante de ellas y Yulia cogió la mano de su hermana en su derecha.

—Sabes que lo haría si pudiera — le dijo sinceramente a su hermana, mirándola —No quieres que la tire ¿no?

—Sí — dijo Vika con una sonrisa pícara en la cara — Será gracioso.

—Pero podrías hacerte daño — dijo Yulia seriamente.

—¿Cómo tú? — le preguntó y Yulia negó con la cabeza.

—No, no así pero se supone que tengo que estar cuidando de ti — Le dijo Yulia —Necesito llevarte a casa en una pieza.

—¿Puedes entonces balancearme? — preguntó la rubia, saltando en el sitio energéticamente mientras Jasper volvía hacia ellas y desaparecía un poco en el camino de nuevo.

Siguieron caminando en el parque, Vika sosteniendo una de las manos de Yulia y el brazo de Elena entrelazado con el de su novia.

—Vika...— empezó Yulia.

—Hey escucha — interrumpió Elena, soltando el brazo de su novia y caminando a su lado para ponerse en el otro lado de la hermana de ésta —¿Por qué no te agarras de mi mano?

—Vale — dijo de acuerdo la niña mientras tomaba la mano izquierda de Elena con la que tenía libre.

—¿Así? — preguntó y la pelirroja asintió.

—Sí, justo así — Dijo animadamente —Querías balancearte ¿verdad?

—¡Sí! — djio con entusiasmo y Yulia miró a Elena.

—¿Qué estás haciendo? — preguntó la ojiazul y Lena levantó la mano que sostenía la de Vika y asintió a su novia.

—Podemos balancearla entre nosotras — Le dijo Elena — Ese es tu brazo bueno ¿no?

—Sí, lo es — dijo Yulia con dudas — pero, ¿qué pasa con tus costillas?

—Están rotas en mi costado derecho — le recordó Elena —Además, ya no duelen.

—Viktoria no es un peso ligero — dijo señaladamente — No quiero que te hagas daño otra vez.

—Estoy bien — dijo y Vika saltó en el sitio expectante, girándose hacia su hermana.

—Entonces, ¿puedo balancearme? — preguntó con esperanzas y Yulia tensó su brazo derecho, intentando tener un sentimiento del peso de su hermana.

—Vamos Yul — la animó Elena —Estará bien.

—Sí, ¡venga! — dijo con ganas Vika y Yulia sonrió a lo mala influencia que estaba siendo su novia.

—Vale, pero, sólo una — dijo, dándole una mirada a Elena — Sólo para ver cómo es...

—Vale — dijo la pelirroja agachándose para dirigirse a Vika, en voz baja y en secreto — Entonces, esto es lo que hay. Vamos a balancearte en nuestro brazos hacia atrás y tú tienes que correr hacia adelante tan rápido como puedas y después levantaremos tus pies ¿vale?

—¡Sí! — contestó ansiosa mientras Elena se volvía a levantar.

La niña apretó la mano de su hermana mayor y ésta miró a Elena insegura sobre su habilidad para hacer esto sin hacerse daño al menos una de las tres, si no ninguna.

—Confía en mí — dijo y Yulia asintió levemente, sabiendo que no confiaba en nadie más de lo que lo hacía en su novia.

—¿Preparada? — preguntó la ojiverde a la pequeña rubia y la niña asintió, dando un paso hacia atrás con el movimiento de los brazos de las otras chicas.

Ella se puso en marcha a la vez con los brazos de Elena y Yulia, levantando sus pies mientras balanceaban su pequeño cuerpo un momento delante de ellas para que así sus piernas estuvieran volando en el aire. Cuando Vika volvió a su posición inicial de nuevo, con sus pies firmemente en el suelo entre Elena y Yulia, saltó de arriba a abajo alegremente, con una sonrisa amplia en su cara mientras se reía musicalmente.

—¡Otra vez! — gritó felizmente, tirando de los brazos de las dos chicas.

Elena miró a Yulia quien tenía una sonrisa enorme en la cara como su hermana, evidentemente complacida por la alegría de la niña.

—¿Podéis hacerlo otra vez? — preguntó Vika suplicante, tirando del brazo derecho de Yulia.

—Claro que podemos — contestó Lena por su novia y la niña se giró hacia ella momentáneamente.

Yulia empezó a caminar detrás de Jasper y Elena alcanzó su paso, las dos balanceando a Vika entre ellas mientras le seguían por el parque.

Las tres siguieron paseando por el césped detrás de Jasper durante un rato hasta que el brazo de la morena empezó a doler y Vika se aburrió de su juego actual, a cambio queriendo ser perseguida por allí.

—No puedo, lo siento — le dijo su hermana, poniendo una mano sobre su pecho significativamente.

Vika hizo un puchero con su labio inferior que Elena pensó que la hacía parecerse mucho a su hermana mayor.

—Eres demasiado rápida para mí de todos modos — dijo Yulia juguetonamente, apretando la pequeña mano de su hermana en la suya.

—Pero no eres demasiado rápida para mí — dijo Elena y Vika chilló, soltando la mano de su hermana para intentar salir corriendo detrás de la pelirroja alta.

Yulia se sentó en el césped para descansar y mirar a las otras dos correr una detrás de la otra por el parque, con los nudillos de su mano derecha masajeando su esternón hasta que el dolor del pecho se disipó de nuevo. Por mucho que le doliera a Yulia tener que estar sentada a un lado viendo cómo su hermana disfrutaba con alguien más que no era ella, estaba encantada de ver lo feliz que estaba haciendo la atención de Elena y estaba agradecida que su novia hubiera sugerido traerla con ellas. Se rió cuando vio a Lena pillar a Vika cogiéndola en sus brazos, haciendo cosquillas en su estómago furiosamente hasta que la chica más pequeña se escurrió entre risas una vez más corriendo de nuevo para iniciar otro pilla pilla.

—Jasper — gritó, con sus ojos cayendo en el cachorro Springer Spaniel justo a la derecha que giró su cabeza ante el sonido de su nombre — Ven aquí chico — señaló y él fue hacia ella, saltando hasta su regazo mientras ella se sentaba poniendo sus piernas delante estiradas.

Yulia le rascó detrás de la oreja con fuerza y le empujó juguetonamente contra su espalda en el césped a su lado para así poder frotar su estómago. Jasper dejó que lo acariciase durante un rato y después se volvió a poner en su posición rápidamente, poniéndose sobre su regazo y lamiéndole la cara.

—¡Ayuda! — escuchó Yulia gritar a Vika y empujó a Jasper fuera de ella un poco para poder mirar hacia su hermana, donde su corazón se aceleró en su pecho ante el sonido de la llamada, pero tranquilizándose casi instantáneamente cuando sus ojos la encontraron finalmente.

Un poco en la distancia, Elena había pillado a su hermana y ahora estaba sentada encima de ella haciéndole cosquillas en el estómago, con la chica pequeña atrapada bajo el peso de su cuerpo.

Se inclinó para coger a Jasper dirigiéndole hacia su dirección, sosteniéndole en sus manos para así estar sobre sus patas traseras.

—Mira a esas dos idiotas — comentó, besándole en un lado de su cabeza rápidamente de nuevo para así poder seguir adelante.

Después de haberle soltado, se tumbó sobre su espalda, flexionando sus rodillas para que así sus pies estuvieran rectos sobre el suelo. Puso sus manos en su estómago y miró al cielo, observando el blanco de las nubes pasar sobre su cabeza durante un rato hasta que sus párpados se volvieron pesados y los cerró en el calor del sol.

—¿Estás bien? — escuchó preguntar a Elena cinco minutos más tarde, cuando el cuerpo de su novia bloqueó el sol estando así cubierta por una sombra durante un momento.

—Sí — dijo, entrecerrando los ojos —Sólo estoy descansando un momento.

Elena se sentó en el césped al lado de Yulia y después se tumbó a su lado, con sus piernas estiradas en la dirección opuesta de las de su novia para tener así las cabezas al mismo nivel.

—Te he traído algo — dijo y sostuvo una flor delante de la cara de Yulia.

La morena cogió la flor amarilla agradecidamente y bajó su cara para poder olerla.

—Gracias — dijo, girando su cabeza para así poder estar mirando a la pelirroja.

—De nada — le dijo Elena.

—¿Dónde está Vika? — preguntó y Lena ladeó su cabeza para mirar detrás de ella.

—Está jugando a "buscar" con Jasper — contestó Lena —Está bien por el momento. Se pausó por un momento y se encontró con los ojos de Yulia de nuevo — Me ha desgastado — Admitió.

—Es un bicho malo — se rió la morena —Creo que tiene más energía de la que tiene Olga. Por eso es bueno dejarlas a las dos juntas. Agotan la una a la otra.

—¿Te ha dolido el pecho? — le preguntó y ella asintió sinceramente.

—Pensé que debía sentarme un minuto — Le informó — Estaba mirando las nubes antes. Son algo raras cuando las miras durante mucho — Señaló.

—¿Solías jugar a ese juego cuando eras pequeña? — le preguntó Elena — Ya sabes...¿el de intentar ver diferentes formas en ellas?

—A veces — dijo — En realidad no tenía paciencia a menudo. Prefería correr por ahí antes que sentarme.

—Sorprendente — bromeó y Yulia extendió su brazo para pegarle juguetonamente en la cabeza —Solía encantarme ese juego — Admitió, frotándose la frente un momento —Juro que veía formas y objetos incluso cuando ni siquiera estaban ahí.

—No creo que haya nada mal con eso — dijo la morena — Sólo significa que tienes una gran imaginación, eso es todo.

—Tú eres la única que tenía un novio imaginario — se rió Elena — Raphael ¿no?

—¿Podrías no sacar el tema de ese imbécil? — bromeó — Él rompió mi corazón, ya sabes. Quiero decir, cómo se atreve a ser imaginario...ya había planeado nuestra boda y todo. Le debo mucho dinero a gente imaginaria por culpa de ese capullo. Tuve que tomar una nueva identidad para escapar de los usureros.

—Eres tan rara — Se rió Elena — Dios, ¿por qué dejo a la gente vernos salir juntas? No eres buena para mi reputación ¿sabes? Pierdo una gran cantidad de puntos guays cada vez que estamos juntas en público.

—Wow, debes estar en números negativos ahora, entonces — comentó Yulia sonriendo mientras miraba a las nubes que tenía encima — Ya sabes, con eso de empezar con el cero y todo.

—No puedo creer que hayas dicho eso.— dijo Elena — Soy guay. Tú eres demasiado tonta para darte cuenta. Creo que vamos a tener que romper inmediatamente para ser sincera. No necesito tener este abuso de ti.

—Si alguien en esta relación es guay, soy yo — Dijo la pelinegra — ¿No oiste lo que Vika dijo? Soy su "persona real" favorita. Quiero decir que, ese es literalmente el cumplido más grande que cualquiera puede conseguir.

—¿Sabes lo que es bonito? — preguntó Elena, girándose para así estar apoyada sobre su estómago — Que tú en realidad quieres decir eso.

—¿Qué? — dijo Yulia, empujándose a sí misma hacia arriba cruzando las piernas en el césped mientras echaba un rápido vistazo a su hermana quien estaba persiguiendo a Jasper por el césped felizmente — No, estaba bromeando.

—Sí que querías — Dijo Lena copiando la postura de su novia y tomando las manos de Yulia en las suyas —Está bien, creo que es bonito. Eres realmente buena con ella, Yul.

—No, no lo soy — dijo en desacuerdo —No soy buena con ella para nada. Tú puedes jugar con ella sin necesitar una segunda persona. Ella se aburriría si sólo estuviéramos nosotras dos. No puedo hacer ninguna de las cosas que ella disfruta. No como tú y Olga que podéis. Podéis correr detrás de ella y cogerla.— Dijo —Yo no puedo hacer eso. ¿Qué tipo de hermana mayor no puede hacer esas cosas? Apuesto a que ella desea tener una hermana mayor como tú a cambio.

—Eso no es verdad — le dijo la pelirroja, inclinándose un poco — Hablé con ella antes. Ya sabes y me preguntó que si dejarías de ir al hospital si ella te lo pidiera.

—¿Lo hizo? — cuestionó Yulia.

—Sí, ella sabe que te pone triste cuando vas allí y dijo que no tenías que jugar con ella si eso significaba que tenías que volver al hospital para mejorar. Dijo que podías colorear con ella a cambio — Le dijo —Ella te quiere. Ella quiere pasar tiempo contigo. No le importa lo que hagas, simplemente estar juntas — Yulia miró hacia su hermana quien estaba arrastrándose detrás de la pelota de tenis que estaba dando vueltas por el suelo y sonrió.

—Gracias por pensar en traerla con nosotras hoy — le dijo a Elena, devolviendo su mirada hacia su novia —Significa mucho que la invitaras hoy. Serás una madre genial. Quiero decir que, eres tan buena con ella.

—Creo que es porque yo también soy la hermana mayor — señaló —Estoy acostumbrada a cuidar de Iván y Katya. Simplemente te acostumbras a ello. Tú eres de la misma forma con ella incluso aunque pienses que no.

—¿Piensas en tener hijos en el futuro?— preguntó Yulia interesadamente —Quiero decir, que si quieres alguno cuando te cases.

—En realidad no he pensado en ello pero, sí, creo que me encantaría tener una familia cuando crezca y me establezca— Contestó. Se pausó un momento para mirar hacia Vika y comprobar que la menor estaba bien —¿Y tú? preguntó —¿Quieres hijos?

—No lo sé — Se encogió de hombros —Yo tampoco he pensado nunca en eso pero mi madre dijo algo sobre que entendería su perspectiva de la vida cuando tuviera mis propios hijos pero no creo que realmente sea una buena idea.

—¿No crees?— preguntó Elena sonriendo ante el cumplido —¿Por qué no?

—Bueno, ¿qué pasa si se me caen?— preguntó Yulia — Estoy muy segura de que eso no es bueno para ellos. Quiero decir que son frágiles. ¿Qué pasa si la lio con ellos?

—He oído que los niños tienen cabezas blandas — se rió Elena —Botarán de vuelta — Yulia la empujó ante la broma.

—Lo digo en serio — Dijo de vuelta —Simplemente no creo que fuera capaz de cuidar un niño. ¿Qué pasa si tengo un ataque y accidentalmente se ahoga en la bañera o incendio la casa?

—Estarás bien — la tranquilizó Elena riéndose —Cualquier cosa que no puedas hacer la haré yo. Haremos un buen equipo.

—¿Qué te hace pensar que quiero tener hijos contigo? — preguntó y Lena la golpeó en el brazo firmemente haciendo reír a su novia.

—¿Por qué no querrías tener un hijo conmigo? — preguntó —¿Has visto los genes Katin? — bromeó —Somos todos maravillosos. Piensa en todo el modelaje que les podríamos conseguir para que hicieran. Seríamos ricas. Nunca tendríamos que trabajar otro día en nuestras vidas.

—No podríamos tener un hijo juntas — dijo Yulia seriamente —No realmente. La biología no funciona así.

—Bueno, yo podría tener un hijo maravilloso y tú podrías recoger los beneficios — se rió la ojiverde —De cualquier forma es un gana-gana para ti. Sin estrías y ganando interminables cantidades de dinero — Yulia se quedó callada y levantó una esquina de su boca en una media sonrisa pensando en Olga —Yul sabes que estoy sólo bromeando ¿no? — preguntó Elena —Si tengo y cuando lo haga será dentro de unos años. No estoy ni de cerca preparada para tener niños.

—No, eso lo sé — dijo la otra chica, apretandole la mano —Sólo estaba pensando, eso es todo.

—¿En qué? — preguntó Elena y por un momento Yulia realmente consideró decírselo pero pensó mejor en ello —Nada importante.— Lena sonrió y extendió una mano para acariciar la cicatriz sobre la ceja izquierda de Yulia con su pulgar.

—Hoy parece que estás mejor — señaló, estudiando la cara de la morena —Tu habla es mucho mejor que a principios de esta semana, incluso a pesar de todas las pruebas y las cosas que has estado teniendo. Pensé que podía estar aún mal — Dijo significativamente.

—He estado durmiendo — le dijo Yulia, ladeando su cabeza un poco para apoyarla en la palma de la mano de Elena —Empecé a tomar las pastillas otra vez y me di cuenta de que duermo mucho mejor si estoy escuchando ciertas canciones en la cama, así que he hecho una playlist en el teléfono.

—¿Qué canciones? — preguntó Elena con interés.

—Nuestras canciones — dijo Yulia y la pelirroja sonrió mientras frotaba la base del pulgar de su novia con el suyo, con sus manos aun entrelazadas en su regazo —Todas ellas.

—¿Ya no estás preocupada? — le preguntó Elena.

—¿Por el juicio?— preguntó la morena Lena asintió — Sí, aún estoy preocupada,— contestó Yulia —Estoy preocupada por eso y por mi corazón — continuó —Estoy preocupada por o que va a pasar cuando Svetlana y Dima vuelvan a la escuela mañana...

—No te preocupes por eso — dijo Elena, moviendo una mano con desdén —Ya tengo un plan.

—¿Lo tienes? — preguntó.

—Sí, voy a evitarla como a una plaga — Se rió la ojiverde.

—Sólo puedes hacer eso un tiempo ¿lo sabes? — señaló Yulia.

—No creo que Dima ni Svetlana sean un problema en un tiempo.

—Bueno, si lo son házmelo saber. Puedo mandar a mi perro bien entrenado para arrancarle el cuello si lo necesitas — Bromeó.

Elena miró hacia Jasper quien se estaba revolviendo en el suelo con Vika jugueteando y frunció el ceño entretenida.

—No creo que eso vaya a ser realista — comentó, acercándose a Yulia y separando sus manos para extender su brazo alrededor de los hombros de la chica más pequeña, acercándola en un abrazo.

—Si lo peor se vuelve peor puedo siempre empujarla delante de un autobús en marcha — Dijo neutralmente.

—Chicas malas ¿eh? — preguntó Elena y Yulia asintió.

—Olga y yo la vimos el otro día — Divulgó —Última opción sería que la diera otro puñetazo. Nunca se sabe, a lo mejor cuando me den la reanimación al corazón a lo mejor algo va mal y tengo super poderes como Spiderman o Hulk — Dijo de broma —¡Hey! A lo mejor podré electrocutar a la gente. Eso sería tan guay — Lena se rió y besó suavemente a Yulia en los labios, acercando más a su novia para profundizarlo mientras ésta jugaba con sus dedos de la mano de que estaba alrededor de su hombro.

Cuando se separaron, Elena se dio cuenta de que la otra mano de Yulia estaba en su pecho y la miró con preocupación.

—Estoy bien — la tranquilizó —Sólo son palpitaciones. Se arreglarán en un mes — Se pausó un momento para mirar fijamente los ojos de Elena —Aún pienso que eres el problema de todos modos. A lo mejor no deberíamos besarnos un tiempo — La amenazó pero Elena no estaba pensando en ello y se inclinó para besarla firmemente en los labios de nuevo, lanzando su lengua en la boca de su novia con la primera oportunidad.

—Aquí — jadeó Yulia cuando se separaron. Extendió su mano para coger la otra de Elena y la puso sobre su pecho para que así pudiera sentir su corazón.

—Wow, está latiendo bastante rápido — Dijo la pelirroja sorprendida.

—Te lo dije — respondió —A lo mejor debería ser una doctora. Claramente sé más que esos idiotas.

Lena iba a decir algo en respuesta pero Vika reapareció, saltando sobre la espalda de Yulia y accidentalmente pisando la mano izquierda de su hermana que estaba en el suelo.

—¡Mierda! — maldijo la pelinegra, llevándose la mano hasta el pecho frotándola protectoramente.

—Yul — dijo Elena y ésta se giró para mirar a Vika quien parecía en shock ante las palabras de su hermana.

—Has dicho una palabra mala — le dijo la chica.

—Lo sé, lo siento Vika — se disculpó Yulia —No puedes decírselo a mamá ¿vale? Tiene que ser nuestro pequeño secreto. No quiero que vayas por ahí diciéndoselo a la gente. No es una palabra bonita.

—Pero tú la has dicho — dijo la niña y Yulia miró a Elena buscando ayuda pero no consiguió ninguna.

—Lo hice pero, no quería — Intentó explicar —Es sólo que tú accidentalmente me has hecho daño en el brazo y es realmente doloroso.

Vika arrugó su cara y por un momento Elena no tuvo dificultad en ver a la pequeña Yulia haciendo exactamente la misma cosa. Con cuidado, la rubia estiró su mano para coger la de Yulia y se la llevó a los labios, besando la cicatriz que ahí tenía. La pelinegra sonrió ante eso y cogió a Vika en su regazo mientras Jasper iba a tumbarse en el césped en frente de Elena, cansando.

—Mamá dice que los besos siempre hacen sentir mejor cuando estás herido — Explicó la niña, soltando la mano de Yulia.

—Gracias — Dijo Yulia agradecida, besando a Vika en la frente ligeramente —Ahora está mucho mejor.

—¿Crees que está lo suficientemente mejor para empujarme en los columpios?— preguntó la pequeña, señalando en la dirección del parque —¿O necesitas ver al doctor de nuevo antes de poder hacer eso?— cuestionó —Sino, entonces a lo mejor Elena puede empujarme y tú puedes ver lo alto que llego.

Yulia sonrió tristemente ante la petición de Vika.

—En realidad no soy una muy buena hermana ¿eh? — respondió Yulia, finalmente hablando en alto.

—Tú eres la mejor hermana mayor — le dijo la pequeña, besando la mejilla de Yulia — Eres mejor que la hermana de Stephanie. Ella es muy aburrida y nos grita todo el tiempo cuando vamos a su habitación a jugar con ella. Tú no haces eso. Tú siempre me dejas pasar a tu habitación a ver películas contigo. Además — dijo, pausándose un momento para respirar —tú bailas conmigo todas las canciones felices de la radio y me haces reír porque bailas divertido y no serio como la hermana de Stephanie. Entonces yo también bailo gracioso porque se siente mejor.

Vika dio un golpecito en la cicatriz de la frente de su Yulia con cuidado.

—La otra noche viniste y me leíste en la cama y la hermana de Stephanie definitivamente no hace eso — Continuó la pequeña estudiando la cicatriz con curiosidad —Pero tardaste bastante tiempo porque estabas hablando muy, muy despacio — explicó Vika —pero no me importó porque eso significaba que íbamos a estar más tiempo juntas. Mamá siempre corre cuando me lee antes de ir a dormir pero tú tardas una eternidad así que puedo estar despierta hasta tarde.

—Entonces ¿no te importa si no puedo correr contigo por ahí nunca más? — le preguntó y Vika miró a Elena un momento antes de contestar.

—No — dijo simplemente —No me importa eso porque podemos hacer otras cosas a cambio. Como... podemos hacer esa fortaleza en mi habitación y escondernos detrás jugando con mis muñecas ¿recuerdas? — preguntó, poniendo una mano contra su mejilla —Me ayudabas con las cosas de la escuela también... y coloreamos ¿recuerdas? Hicimos la foto para mamá y papá — aclaró —No me importa si no corremos porque te hace daño y estás triste cuando estás adolorida...— Vika se pausó un minuto pensando —Pero eres feliz cuando juegas, simplemente, sin correr... A lo mejor — empezó pensativamente —a lo mejor puedes jugar con Elena porque ella no corre tanto como yo. Siempre estás feliz cuando estás con ella. Ella te hace sonreír. Así que ella puede correr conmigo y jugar contigo.

Yulia y Elena intercambiaron una mirada y la chica más alta de las dos elevó una ceja significativamente, la insinuación clara haciendo reír a Yulia.

—Vika — dijo Yulia, cambiando el peso de su hermana en su regazo —¿Sabes lo que me pasó? — la pequeña miró a Elena de nuevo antes de decir.

—Tuviste un accidente.

—Sí — confirmó Yulia —Un coche me golpeó.

—¿Dolió? — preguntó Vika mirando hacia la carretera y Yulia movió un poco de pelo de su hermana fuera de sus ojos inquisitivos.

—No, no dolió Vika — contestó.

—Pero a veces te escucho gritar — dijo silenciosamente —Cuando se supone que tengo que estar durmiendo, me despiertas. ¿Duele entonces?

—No, no duele — le dijo Yulia —Sólo da miedo, eso es todo.

—Cuando fui al hospital estabas durmiendo y tenía miedo — admitió la niña —Todo el mundo estaba triste, incluso Olga y nunca está triste. Ni siquiera me hizo reír. No me contaba ninguna broma. Tú no gritabas — le dijo —Solía hablar contigo pero estabas dormida y no contestabas. Mamá y papá no me dejaban abrazarte pero yo quería porque los abrazos siempre me hacen sentir mejor cuando me duele algo.

—Me hubiera gustado un abrazo — contestó Yulia tristemente, con lágrimas agrupándose en las esquinas de sus ojos.

Vika sonrió y abrazó a Yulia ahora a cambio y la chica mayor lo devolvió encantada.

—Cuando te fuiste tenía miedo de que no volvieras — dijo, sin relajar su agarre en su hermana — Mamá dijo que podía que no volvieras y tenía miedo. ¿Es así cómo se siente cuando tienes miedo? ¿Tenías miedo de no volver?

—Sí — admitió Yulia —Así es exactamente cómo se siente Vika. Tenía miedo de no volver a verte nunca más.

—¿Te volverás a ir? — le preguntó, finalmente soltando el cuello de Yulia para mirarla de nuevo.

La morena frunció el ceño y miró a Elena insegura de lo que decir. Lena puso una mano animándole en el hombro, sonriendo como apoyo.

—Ya sabes — dijo, moviendo un poco su rodilla, con su pierna empezando a quedarse dormida —Habrá veces cuando no siempre estemos juntas, porque me iré a la escuela o puede que tenga que volver al hospital — Admitió sinceramente —pero — dijo Yulia jugando con el brazalete que le había regalado a Vika en Navidad y que estaba alrededor de la muñeca de su hermana —Mientras tengas este brazalete y tus recuerdos de mí, yo siempre estaré contigo — dijo quitando el pelo de su hermana de sus ojos — Siempre estaré tanto como me lleves en tu corazón de la forma en la que yo te llevo en el mío — La niña sonrió felizmente.

—¿De verdad? — preguntó incrédula.

—De verdad — le dijo Yulia cogiendo la pequeña mano de su hermana y poniéndola contra su pecho —¿Puedes sentir eso? — preguntó y Vika asintió.

—Está haciendo bump, bump, bump muy rápido — Señaló la pequeña, moviendo su puño cerrado mientras decía cada 'bump.'

—Está latiendo — dijo Yulia —y cada latido tiene un recuerdo atado — Continuó explicando —Recuerdos tuyos y de Olga y de Elena y de todos los que he conocido durante este tiempo que han hecho bump, bump, bump.

—¿Cómo hacen los míos? — preguntó.

—Cierto — dijo Yulia sonriendo —Como hacen los tuyos también — Se pausó un momento para acariciar el brazo de Vika, estudiando a su hermana pequeña de cerca —Entonces — continuó —Cada segundo que late mi corazón significa que puedo crear un nuevo recuerdo nuestro, como éste, ahora mismo, justo aquí — Dijo Yulia —Hace unos nuevos y recuerda los antiguos también. Así que cuando late te mantiene conmigo para siempre.

—¿Qué pasa si deja de latir? — preguntó Vika y Yulia sintió una lágrima caer por su mejilla.

—Entonces aún me seguirás teniendo aquí — dijo señalando el pecho de la niña amablemente con su dedo índice —Aún me llevarás en cada uno de los latidos de tu corazón.

—¿Qué pasa si el mío también se para?— preguntó y Yulia sonrió ante la sed de información de su hermana.

—Entonces eso significa que estaremos juntas de nuevo — Le dijo —Entonces no necesitaremos nuestros recuerdos más.

—Pero, ¿no te vas a volver a ir otra vez ahora? — preguntó Vika y Yulia negó con la cabeza.

—No — dijo mientras sentía el pulgar de Elena limpiar la lágrima que estaba trazando lentamente su mejilla —No ahora.

—Bien — comentó la rubia besando a Yulia en los labios rápidamente y abrazándola de nuevo —No es divertido sin ti.

Yulia abrazó a Vika, con su barbilla apoyada en el hueco del cuello de su hermana.

—Te quiero Vika — dijo Yulia.

—Yo también te quiero — dijo felizmente la pequeña saltando de nuevo y tirando de la mano de Yulia —¿Podemos ir al parque ahora?— La morena se rió y se levantó despacio, agachándose un momento para volver a poner la correa a Jasper, ya que el pequeño cachorro estaba tumbado en la hierba.

—Vale — dijo de acuerdo mientras Elena se levantaba y ponía una mano en su hombro, apretándolo como apoyo durante un momento antes de inclinarse y besar a su novia en los labios.

—Tú y tus palabras — Murmuró y Yulia sonrió.

—Recuerda que mi corazón late dos veces más rápido cuando tú estás cerca — Dijo sinceramente —Eso significa que estás creando el doble de recuerdos.

—Crees que eres muy cursi ¿no? — preguntó Elena, cogiendo la correa de Jasper de su mano y Yulia se rió.

—No lo creo — Dijo significativamente antes de caminar hacia el parque con Vika.

Lena negó con la cabeza entretenida y la alcanzó junto a Vika estando así todas caminando hacia el parque juntas. Elena ató la correa de Jasper a la barandilla de afuera cuando llegaron y él rápidamente se asentó para dormir al sol, cansando de correr con la chica menor antes.

Yulia llevó a Viktoria a los columpios y la niña pequeña trepó hasta ellos, Lena se sentó en el asiento vacío al lado de la niña. La morena empezó a empujar a Vika de atrás hacia adelante en el columpio lo mejor que pudo mientras Elena se columpiaba en el sitio mirándolas a las dos.

Después de un rato, Vika le pidió a Yulia que parase, la niña estaba ansiosa de ir a jugar en el sitio de escalada. Yulia cedió y llevó el columpio hasta un punto en el que se paró para dejar que su hermana se bajase y Vika no perdió el tiempo en correr para empezar a ascender.

La morena se movió hasta donde Elena estaba sentada en el columpio y se puso de pie detrás de ella, envolviendo sus brazos alrededor del cuello de su novia, inclinándose sobre ella para besarla en la mejilla ligeramente.

—¿Vas a empujarme? — preguntó y Yulia sonrió.

—¿Cuánto vale para ti? — preguntó seductoramente.

—Podría probablemente pensar en algo — Contestó y Yulia puso sus manos en la espalda de la pelirroja y la empujó con cuidado unos minutos después, repentinamente cogió las dos cadenas y paró el columpio abruptamente.

Lena cogió las cadenas para apoyarse y se giró en su asiento para mirar a Yulia quien plantó un rápido pero apasionado beso en sus labios, con su lengua trazando el labio inferior de su novia hasta que abrió la boca para profundizarlo.

Después de un momento, Yulia se separó y se sentó en el columpio al lado de Elena, las dos moviéndose de atrás hacia adelante rítmicamente, girándose un poco para mirarse la una a la otra.

Katina extendió una mano y cogió la de Yulia para así poder jugar con sus dedos como de costumbre. Volkova puso su otra mano sobre la de Elena y sonrió a su novia un momento antes de mirar hacia donde estaba su hermana hablando con otro niño en el parque, un niño pequeño con el pelo dorado que se parecía al suyo.

—¿A qué estás sonriendo? — le preguntó Elena, con su propia cara rompiendo en una sonrisa igualmente grande.

—Sólo estoy feliz — Admitió y Lena levantó sus manos y besó a Yulia con afecto.

—Me alegro — dijo y Yulia movió su columpio más cerca para así poder besar a su novia de nuevo.


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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/19/2022, 1:07 am

Que tierno momento de julia y vika es tan fuerte todo lo que han enfrentado. De verdad un capitulo muy lindo. Saludos querida 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/19/2022, 10:09 pm

Capítulo 65

—Aquí estamos — dijo Yulia abriendo la puerta principal con su llave una vez que volvieron de su paseo por el parque, la mano pequeña de Vika la agarraba protectoramente en la suya durante todo el camino mientras Elena sostenía la correa de Jaspe —hogar, dulce hogar.

Abrió la puerta con cuidado y guió a su hermana menor dentro con sus manos unidas antes de seguirla de cerca. Se giró y sostuvo la puerta para Elena quien cogió a Jasper en sus brazos para quitarle la correa de su collar mientras cruzaba el umbral. Una vez que todo el mundo estuvo dentro, cerró la puerta detrás de todas ellas y se aseguró de que estaba segura en su lugar.

Las tres se habían quedado en el parque más de una hora, Yulia había balanceado a Vika en el sube baja y Lena pillando a la niña por el parque, antes de decidir finalmente parar y volver a casa. Por mucho que Yulia odiara admitirlo, estaba cansada de la excursión y prefería sentarse en el sofá delante de la televisión durante las siguientes horas para poder recuperarse.

—Vika, porqué no vas y le das a Jasper una de sus recompensas para perros — sugirió Yulia, dándose cuenta de que su hermana había terminado de quitarse los zapatos y estaba ahora por ahí expectante, esperando.

—Vale — dijo de acuerdo la niña fácilmente y Yulia puso una mano en lo alto de su cabeza en reconocimiento mientras su hermana desaparecía en la habitación para coger las galletas para el pequeño Spaniel.

—¿Estás cansada? — preguntó la pelirroja a Yulia mientras se quitaba sus propios zapatos y ponía la correa de Jasper en la mesa del pasillo —porque yo sí — Comentó mientras se acercaba a la morena y dejaba caer su barbilla hasta su hombro.

Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Yulia y la acercó en un abrazo cansado, suspirando profundamente.

—Estoy muy cansada.— Le dijo Yulia — Vika tiene demasiada energía para ser alguien tan pequeño — Levantó sus brazos, abrazando de vuelta a Elena y girando su cabeza para plantar un delicado beso en el lado del cuello de su novia — La única razón por la que te estoy abrazando ahora mismo es porque te estoy usando como soporte — confesó bromeando y la pelirroja podía imaginar la magnífica sonrisa de Yulia sin necesitar verla — No creo que pueda estar de pie mucho más — divulgó —Estoy literalmente acabada.

—¿Estás acabada? — preguntó Elena riéndose suavemente mientras se inclinaba para encontrarse con los ojos de Yulia.

—Estoy acabada — repitió — Tan pronto como mi trasero golpee el sofá, eso es todo. No me voy a mover en otras tres, o a lo mejor en cuatro horas al menos.

—Eso suena increíble — dijo Elena con nostalgia, apoyando su barbilla contra el hombro de su novia de nuevo — ¿Te importa si me uno?

—¿Estás de broma? — le preguntó Yulia —Había planeado usarte como almohada.

—Bueno, si me vas a usar como almohada entonces ¿qué se supone que voy a usar yo? — se rió la otra chica.

—Vika, claro — contestó Yulia simplemente — Ella es del tamaño adecuando y todo — Como si estuviera al corriente de que estaban hablando de ella, la niña reapareció después de haber completado la tarea asignada e intentó envolver a Lena y Yulia en sus pequeños brazos lo mejor que pudo, ansiosa de unirse en su abrazo.

—Eso fue rápido — señaló la pelinegra separándose de Elena un poco y ladeando su cabeza para mirar hacia su hermana. Movió una de sus manos para apoyarla en la espalda de Vika entre sus clavículas mientras Lena se giraba un poco en el sitio para así poder ver a la niña también.

—Corrí — dijo Vika con entusiasmo mientras miraba a Yulia.

—Wow, apuesto a que podrías ganar la medalla de oro de los Juegos Olímpicos, fuiste muy rápida — dijo la ojiazul sonando impresionada.

—No quiero ganar la medalla de oro — contestó y Yulia se rió.

—¿Qué? ¿Por qué no? — cuestionó Yulia.

—No iría a juego con mi brazalete — dijo la niña, con voz extremadamente seria mientras levantaba su muñeca para enseñarle a Yulia el regalo que le había dado en Navidad — Me gusta este color.

—Yo también prefiero la plata — dijo Elena, guiñándole el ojo a Vika quien sonrió ampliamente en respuesta.

—¿Podemos ver una película ahora? — les preguntó la pequeña, con sus ojos vagando entre Elena y Yulia.

—Sí — contestó Yulia acariciando el pelo de su hermana con sus dedos —¿Qué quieres ver? — cuestionó —Es tu elección.

—Quiere ver Buscando a Nemo — compartió Vika con ellas entusiasmada, saltando en el sitio mientras hablaba.

—¡Increíble! — dijo la ojiazul, soltándose del agarre de Elena durante un momento para agacharse delante de su hermana —¿Por qué no vas y lo preparas mientras Elena y yo cogemos unos snacks?

—¡Vale! — contestó Vika emocionada antes de irse saltando en dirección al salón, desapareciendo de la vista.

Yulia se volvió a levantar y le sonrió a Lena, felizmente.

—Sólo estuviste de acuerdo para ver Buscando a Nemo porque piensas que eres Dory — se rió la ojiverde, empujando las caderas de Yulia con las suyas juguetonamente.

—Dices que no estás de acuerdo conmigo — respondió Yulia con picardía.

—Dory es un pez — Le devolvió la pelirroja — No es sólo un pez sino que es una pez de dibujos — Añadió pensativamente — Vosotras dos no sois iguales.

—Claro que somos iguales — dijo en desacuerdo la morena riéndose — Las dos somos fácilmente distraídas, tenemos problemas con nuestra memoria, tenemos problemas para leer pero realmente podemos cuando centramos nuestras mentes en ello y — dijo, pausándose para un énfasis dramático — lo más importante, somos graciosas. Soy Dory. Dory es yo. Somos uno.

—Ahora suenas como Yoda — se rió Elena.

—¿Quién es Yoda? — preguntó y la pelirroja negó con la cabeza.

—No importa — dijo con desdén moviendo la mano — Deja que te ayude con las bebidas y las cosas.

—No — dijo Yulia poniendo una mano en el hombro de Elena — Puedo yo misma, gracias.

—No estoy diciendo que lo haga por ti.— objetó la pelirroja de buen humor — Sólo estoy ofreciendo ayuda para llevarlas hasta el salón — aclaró — O ¿has dominado el arte de llevar tres bebidas y lo que probablemente serán una gran colección de snacks tú sola?

—Um, todavía no — admitió la morena —pero está en mi lista de cosas para cumplir justo después de convertirme en una gimnasta profesional y de aprender a pintar obras de arte con mis pies.

—Eres tan idiota — se rió Elena mientras la morena empezaba a hacer su camino hacia la cocina. La pelirroja negó con la cabeza entretenida mientras la seguía.

—¿No crees que sería una buena gimnasta? — preguntó Yulia.

—No, creo que serías genial...ya sabes...en un...ya sabes...la cosa — Dijo y Yulia miró por encima de su hombro hacia su novia, sonriendo ampliamente.

—Hey mami — dijo la ojiazul mientras volvía su atención a la cocina encontrando a su madre sentada en el mueble — No sabía que estabas aquí.

Yulia hizo su camino hasta la nevera y la abrió, sacando un gran cartón de zumo de naranja de la balda que puso encima del mueble para tenerlo a salvo mientras sacaba tres vasos de un armario cercano.

—Hola Larissa — saludó Elena, poniéndose al lado de Yulia abriendo el cartón, preparándolo para verterlo.

—¿Te estás escondiendo? — le preguntó la morena a su madre, completamente inconsciente del hecho de que no había respondido.

Puso los tres vasos en el mueble en línea y empezó a verter el líquido en ellos con cuidado de uno en uno. Una vez que terminó, puso el tapón y devolvió el cartón a la nevera, cerrando la puerta detrás. Se giró hacia el mueble de nuevo y levantó uno de los vasos llenos hasta sus labios, dando un largo y agradecido sorbo del frío elixir mientras se giraba en su sitio para volver a mirar a su madre.

—Nos divertimos en el parque esta mañana — Divulgó, apoyándose contra el mueble de la cocina bajando el vaso — Vika encontró un nuevo novio y yo estoy planeando su boda — bromeó —Así que puede que necesites comprarte un nuevo sombrero para llevar — Se burló —Pero eran tan lindos juntos — continuó Yulia más seriamente — Él era adorable. De hecho, se parecía un poco a ella — se dio cuenta mientras divagaba — También tenía pelo liso y rubio. Podrían haber sido casi gemelos — Se rió —No tendrás un hijo secreto por ahí en algún lado ¿no? — Tomó un momento para estudiar a su madre de cerca cuando aún seguía sin saludar ni responder y vio que su mirada estaba fija firmemente en algo encima del mueble delante de ella, fuera de la vista —¿Estás bien? — le preguntó Yulia antes de echar un vistazo furtivo en la dirección de Elena.

Lena se encontró con la mirada de Yulia encogiendo un poco los hombros mientras tomaba un pequeño sorbo de su propia bebida y Yulia daba un paso adelante hacia Larissa, frunciendo el ceño viendo a su madre obviamente distraída.

—¿Mami? — dijo con una pizca de preocupación en su voz —¿Qué....pasa?— dijo en voz baja mientras sus ojos caían en un sobre que estaba en lo alto del mueble de la cocina, con una repentina e inexplicable sensación de pavor llenándola al verlo —¿Qué es eso?— preguntó, señalando el sobre con su mano libre, con voz temblorosa a pesar de sus mejores esfuerzos para intentar mantenerse neutral.

Finalmente Larissa levantó su mirada hasta la de su hija, con los dedos de su mano derecha jugueteando con la esquina del sobre, distraídamente.

—Hija — dijo la mujer con voz calmada pero de alguna manera vacía, evidentemente preocupada por algo — A lo mejor deberías sentarte un minuto — Sugirió.

—No quiero sentarme — dijo Yulia sintiendo que Elena se acercaba a ella —Quiero que me digas qué es. ¿Es lo que creo que es? — preguntó —Quiero decir, son...son ellas ¿verdad? Las fotos...— Larissa asintió y se levantó de donde había estado sentada.

—El Señor Arnold las trajo pronto mientras estabas fuera — informó a Yulia, dejando el sobre donde estaba mientras daba la vuelta alrededor de la isleta de la cocina empezando a cerrar su distancia entre ambas — Pasaba por aquí y pensé que querrías...

—¿Las has visto? — interrumpió rápidamente la morena y Larissa asintió de nuevo.

—Sí — contestó y Yulia dio un paso hacia atrás, con una mirada de indecisión ensombreciendo su cara un momento.

Había sabido bien que sería capaz de ver las fotos después del accidente antes de que las sacaran como pruebas en el juicio. Sin embargo, sus padres habían hecho la petición tan sólo ayer y había estado esperando secretamente que tardaran unos cuantos días para prepararse mentalmente para lo que podría ver finalmente al tener acceso a ellas. Nunca pensó que aparecerían en el felpudo justo al día siguiente.

—Vale — dijo de repente en respuesta, finalmente aclarando su cabeza sobre lo que hacer y girándose para mirar el mueble de nuevo para coger la bebida de Vika de donde estaba puesta.

—¿Vale? — repitió Larissa —¿Qué significa eso? ¿Estás bien? ¿No quieres verlas? — le preguntó su madre y ésta negó con la cabeza.

—No — contestó volviendo su atención hacia su madre — No ahora mismo. Yo...ya las veré después ¿vale? Prometí a Vika que vería Buscando a Nemo con ella así que eso es lo que voy a hacer. Aún seguirán ahí cuando hayamos terminado.

—Yulia... — empezó Larissa pero la adolescente ya sabía a dónde iba la conversación y cortó rápidamente.

—Estoy bien — dijo, la respuesta había salido reflexiva pero sorprendentemente diciendo la verdad a cambio.

Ella sería la primera en admitir que la repentina e inesperada llegada de las fotos le habían tomado por sorpresa, la habían agitado incluso, pero, a pesar de aún estar nerviosa por cómo reaccionaría al verlas, realmente se sentía relativamente en paz con la idea, con una curiosidad mórbida de lo que contenían captando su interés.

Se giró para mirar a Lena e hizo un gesto con su mano derecha hacia el mueble asintiendo con la cabeza.

—¿Puedes coger unas palomitas y unas patatas de ahí? — le preguntó y la pelirroja le dio una pequeña sonrisa de lado orgullosa de la respuesta a la situación de su novia.

—Claro — dijo, agachándose y sacando una bolsa de palomitas y un par de bolsas de patatas para compartir todas mientras veían la película.

—Gracias — reconoció Yulia agradecida mientras Elena se levantaba.

—Elena, a lo mejor ¿podrías llevarle eso a Vika y darnos a mí y a Yulia un momento a solas? — preguntó Larissa seriamente.

Lena miró hacia su novia pero fue incapaz de encontrarse con sus ojos que estaban ahora firmemente en su madre.

—No — respondió la morena rápidamente antes de que Lena tuviera incluso oportunidad de contestar, con su cabeza moviéndose de lado a lado — Si tienes algo que decir puedes hacerlo delante de Elena — le dijo a su madre — Ya te he dicho que estoy bien. Por favor no hagas de esto gran cosa cuando no lo es.—

—Yul está bien — la animó Elena con voz suave — A lo mejor deberías hablar con tu madre un minuto. Iré a asegurarme de que Vika ha conseguido poner el DVD adecuadamente.

—No — repitió por una vez firme en su decisión — No necesito hablar nada. Estoy bien. Lo prometo. He tenido un muy buen día hasta ahora y no quiero arruinarlo. Todo lo que quiero es sentarme y ver una película con mi hermana pequeña y mi novia así que, ¿puedo por favor hacer eso? — le preguntó a su madre suplicante.

Larissa no dijo nada y la morena tomó su silencio como una afirmación así que pasó por su lado y fue hacia el pasillo llevando dos vasos de zumo en sus manos.

—Aquí tienes Vika — dijo Yulia dándole a su hermana pequeña la bebida y moviéndole el pelo juguetonamente con su mano libre.

—Gracias — contestó la pequeña agradecida, tomando un sorbo de su bebida, con ambas manos sosteniendo el vaso pesado para así no tirarlo.

—De nada — reconoció Yulia, sentándose en el sofá del salón al lado de la forma dormida de Jasper quien se había acurrucado como una bola en lo alto de uno de los cojines.

Elena descendió en el espacio al lado de Yulia, poniendo la bolsa de patatas, palomitas y su bebida en la mesita mientras la chica más pequeña encogía sus piernas poniéndolas debajo suyo apoyando su costado contra el sofá. Cuando Elena se echó hacia atrás de nuevo, la ojiazul cambió de posición ligeramente y puso su brazo derecho por detrás de la espalda de Elena para envolver su cadera, con su costado presionándose contra el de su novia mientras movía su cabeza hacia abajo para ponerla sobre el pecho de la pelirroja. Lena se hundió en el sofá más y tomó la mano izquierda de Yulia en la suya, llevándola hasta su regazo para así poder jugar con sus dedos mientras su otro brazo estaba envuelto alrededor de los hombros de Yulia sosteniéndola fuertemente.

—Hey Vika — dijo una vez que estaban acomodadas en su sitio —¿Vas a venir al sofá? ¿O vas a quedarte en el suelo?— La niña puso su bebida en la mesita y se levantó enérgicamente, cogiendo el mando de la televisión y un peluche del suelo del que Yulia no se había dado cuenta al entrar. Lo llevó hasta el sofá con ella y con cuidado trepó entre su hermana mayor y Jasper, retorciendo su trasero hacia atrás para así poder sentarse en los pies de la pelinegra, con sus piernas estiradas delante de ella apoyadas en la mesa que tenía a unos centímetros.

—¿Trajiste a Ifos a ver la película? — preguntó Yulia; separando su mano de la de Elena un momento para coger de la mano de su hermana y al pequeño unicornio de peluche que Vika le había regalado por Navidad.

La rubia asintió con la cabeza, con una amplia sonrisa enseñando sus dientes blancos y haciendo que salieran unos hoyuelos en sus mejillas.

—Ifos quería verla también así que fui a tu habitación a cogerla.— Le dijo a Yulia y la chica mayor sonrió.

—Bueno — dijo la ojiazul poniendo el peluche en el regazo de su hermana para que así estuviera de cara a la tele —Por qué no cuidas de ella por mí — La animó.

—¿De la misma forma que Elena está cuidando de ti? — le preguntó Vika abrazando más de cerca al unicornio contra su pecho y besándolo en lo alto de la cabeza con afecto, intentando copiar la postura de su hermana y de Elena.

—A lo mejor no de la misma forma — se rió la morena, acariciando el pelo de su hermanita con sus dedos.

—Vale, bueno acurrucaré a Ifos y tú te puedes acurrucar con Elena — dijo Vika.

—Pero ¿qué pasa con Jasper? — preguntó la pelirroja a la niña entretenida, mirando a la chica pequeña.

—Ahora no tiene a nadie con quien acurrucarse.

—Jasper es un chico — dijo Vika simplemente — Él no necesita abrazos todo el tiempo especialmente no cuando está durmiendo. Además, Stephanie dijo que los chicos pueden darte piojos si te acercas demasiado a ellos — compartió —¿Es por eso por lo que tienes novia y no un novio? — le preguntó a Yulia —¿Es para no tener piojos?— La morena se rió ante la pregunta de su hermana y escuchó a Elena hacer lo mismo, con su pecho vibrando con el sonido y empujando a Yulia un poco.

—No Vika no es por eso — le dijo la pelinegra — Los chicos no tienen piojos.

—Olga dijo que sí — le contó la niña a ambas — Dijo que los chicos son repulsivos.

—No creería siempre todo lo que Olga te dice — le informó Elena a la hermana pequeña de Yulia.

—Ella dijo que debería alejarme de los chicos — respondió la pequeña con una expresión de confusión en la cara —Dijo que querré besarles y que será malo porque tienen piojos. Dijo que besar sabía como el broccoli también y el broccoli es muy repulsivo.

—Bueno, ¿qué pasa con el chico del parque? — le preguntó Yulia — Él no era repulsivo ¿no?

—No — dijo pensativamente Vika — pero no quiero besarle por si acaso. De todos modos olía bien.

—¿Quieres besar a la gente? — le preguntó Yulia a su hermana interesadamente.

—Quiero besar a Ifos — dijo, besando al unicornio rosa de peluche en lo alto de la cabeza.

—¿No quieres besar a nadie de la escuela? — probó Lena también intrigada.

—Estaba este chico Jacob quien me dio un poco de sus chucherías en la comida — dijo sonrojándose y acercando más hacia su pecho a Ifos — Huele muy bien y es muy divertido. Sus ojos son azules como tu sudadera — le dijo Vika a Elena, señalando su sudadera — Dijo que me besaría pero piensa que las chicas tenemos piojos también y le dijo que los chicos era repulsivos y le tiré como me dijo Olga que hiciera.

—¡Oh Dios mío Vika! — dijo Yulia, riéndose —No puedes ir tirando a la gente.

—Él me empujó también — se defendió —fue divertido. Nos reímos.

Ambas adolescentes intercambiaron miradas, y las dos chicas llegaron a la misma conclusión.

—¿Es Jacob tu novio? — le preguntó Elena a Vika y la chica pequeña negó con la cabeza.

—No — dijo encontrándose con los ojos de la chica mayor — No lo creo pero nos sentamos juntos en clase y me dio una moneda que encontró en el suelo el otro día.

—¿Qué tipo de moneda? — preguntó Yulia y Vika se encogió de hombros.

—No me acuerdo porque la perdí — contestó, jugando con Ifos en su regazo distraídamente, obviamente aburriéndose de la conversación queriendo empezar la película — ¿Podemos ver Buscando a Nemo ahora? — preguntó y Yulia asintió.

—Claro, empiézala — Le instruyó y la niña presionó el botón del play en el mando a distancia.

—Puedes besar a Elena si quieres — estableció Vika, con sus ojos sin dejar nunca la pantalla que tenía delante mientras los créditos empezaban a salir —No creo que tenga piojos porque Olga dijo que tú la querías y me dijo que cuando quieres a alguien tienes los mismos piojos así que no importa.

—Entonces, ¿tú no quieres a Jacob? — le preguntó Yulia y Vika negó con la cabeza.

—Olga dijo que cuando quieres a alguien recibes un mensaje para así poder saberlo y así iros a vivir juntos cansándose y teniendo hijos — Dijo.

—Así no es exactamente cómo funciona,— compartió Yulia con su hermana.

—¿No? — preguntó y Yulia negó con la cabeza.

—No — confirmó la morena — No recibes un mensaje diciéndote a quien quieres, Vika. Es un sentimiento que tienes aquí — dijo, sosteniendo su mano en su corazón.

—¿Cómo el bump bump bump?— preguntó mirando a Yulia.

—Exactamente así.— dijo — Tu corazón hace bump bump bump cuando les ves y tu barriguita se llena de mariposas que te hacen sentir así — explicó Yulia, extendiendo su mano hacia adelante haciendo cosquillas en el estómago de su hermana para demostrarlo — El amor te hace sonreír y reírte con cosas pequeñas y tontas.

—Me reí con Jacob el otro día porque puso una cara graciosa a la profesora — dijo Vika — Siempre nos reímos juntos.

Elena se encontró con la mirada de Yulia y se preguntó en qué estaba pensando su novia sobre que su hermana de seis años tuviera un crush con alguien de la escuela. Yulia siempre había dicho que ella nunca había tenido ningún crush antes de Elena y la triste sonrisa que apareció en la cara de su novia con las palabras de su hermana confirmó que era verdad.

—Bueno — dijo la ojiazul, cogiendo la barbilla de Vika con su mano libre — Si te gusta entonces deberías besarle — Lena empujó a su novia un poco por animar a su hermana — No tendrás piojos, te lo prometo y sólo vives una vez. ¿Por qué no crear unos cuantos recuerdos?

—¿Recuerdos latentes? — preguntó Vika recordando su conversación de antes.

—Cierto — dijo Yulia.

—Yul — se rió Elena entretenida por los comentarios de su novia.

—¿Qué? — preguntó la pelinegra, girando su cara para mirar los ojos verdes de Elena un minuto — Nunca se sabe, a lo mejor Jacob es el alma gemela de Vika. A lo mejor se casan algún día.

—Tienen seis años — Estableció la pelirroja.

—¿Y qué? — dijo la ojiazul de buen humor —Nosotras somos solo adolescentes y sé que quiero estar contigo para siempre. ¿Quiénes somos nosotras para meternos en el camino del amor verdadero?

—Eres tan romántica.— le dijo Lena —Eres una idiota, tonta, torpe, adorable, romántica — Dijo besando a Yulia en la frente, con sus labios presionandolos suavemente.

— ¿Puedo casarme en un castillo? — le preguntó Vika con su mente aún pensando en lo que Yulia había dicho hace unos momentos.

—Puedes casarte donde quieras — le dijo Yulia.

—¿Os casaréis tú y Elena algún día? — preguntó la pequeña mirando a las dos chicas.

—No lo sé, a lo mejor — Contestó Yulia mirando a su novia.

—Espero que os caseis y tengáis pequeñas Yulia's y pequeñas Elena's — dijo, jugando con Ifos en sus manos —¿Sólo tendréis bebés chicas porque sois las dos chicas? — cuestionó insegura y Elena sonrió ampliamente, con una risa profunda escapándose de sus labios.

Yulia sonrió también ante la pregunta.

—No, no funciona así — Respondió la morena.

—Creo que deberíais casaros en un castillo — siguió Vika —Puedes llevar un gran vestido de princesa y bailar juntas.

Yulia se inclinó y besó a su hermana en lo alto de la cabeza.

—¿Vas a ver la película? — le preguntó Yulia y Vika asintió.

—Estaba pero vosotras dos estabais hablando — gruñó —Sois demasiado ruidosas.

Yulia puso los ojos en blanco entretenida mientras su hermana se echaba hacia atrás en el sofá poniéndose cómoda, con sus ojos una vez más fijos en la pantalla que tenían delante.

Lena puso a Yulia más cerca de su costado y levantó su cara para mirar a su novia, sonriendo ampliamente mientras sus ojos se encontraban. Yulia entrelazó sus manos una vez más y Elena empezó a jugar con sus dedos inconscientemente.

—¿Quieres casarte en un castillo? — preguntó a Yulia juguetonamente.

—No.— contestó la morena —No lo creo. No estoy realmente interesada en eso de una boda a lo grande.

—No — dijo de acuerdo Elena, con sus ojos entrecerrándose pensativamente —Puedo imaginarte en una playa en cualquier sitio.

—Arena blanca, cielos azules y brisa cálida.— dijo de acuerdo la morena —El sol reflejándose en las olas...sí, eso suena mejor.

—No tendrías una fiesta de boda — musitó Elena — Sólo unos cuantos amigos y tu familia.

—Habría alguien tocando la guitarra acústica — continuó la morena, dándole al escenario algo de pensamiento real.

—Eso suena bien — admitió Lena, imaginándose la escena en su cabeza.

—¿Quieres casarte en un castillo?— le preguntó Yulia.

—Quiero casarme contigo — Dijo simplemente, con sus ojos firmes en los de su novia — Así que probablemente debería estar donde tú estuvieras.

—¿Quieres casarte conmigo? — preguntó Yulia y la pelirroja levantó una esquina de su boca en una sonrisa.

—Algún día — Dijo, bajando sus ojos hasta las manos de su novia — Sí, un día me casaré contigo.

—¿Qué te hace pensar que diría que sí si me lo pidieras? — bromeó.

—¿Qué te hace pensar que sería yo la que lo propusiera? — contrarrestó Elena.

—Tú lo pedirías — Contestó con confianza — Quiero decir que mírame. Soy adorable. ¿Por qué no me lo pedirías?— Se pausó un minuto pensando — Espera, ¿es porque me estás engañando? Oh Dios mío, no lo estás haciendo ¿verdad? Me estás engañando con esa stripper del club que está a un par de bloques. La conociste la última vez que te mandé a por comida porque nos quedamos sin pañales para la pequeña Cheechee pero, ella se fue con un montón de nuestros ahorros y por eso ahora te sientes obligada a casarte conmigo porque necesitas algo de seguridad financiera. Veo tu juego Elena Katina — Bromeó.

—Eres una idiota — Se rió Elena entretenida — Si alguien va a engañar serás tú. Tu memoria es tan mierda que probablemente te olvidarás de que estamos juntas y después te liarás con el conserje de la escuela en la que estés trabajando.

—¿Me estás diciendo que Dustin y yo éramos novios de instituto? — dijo Yulia, siguiendo con la broma — Jesús, si ese es el caso hicimos algo seriamente cuestionable en el armario de las cosas que repentinamente estoy empezando a lamentar — Una sonrisa arrebatadora envolvió la cara de la pelirroja.

—Eso está bien — dijo, besando a Yulia en los labios rápidamente — Te perdono por tu infidelidad Señora Katina. Quiero decir que sólo es justo ver cómo dejé que la stripper que estaba viendo robase todo nuestro dinero.

—¿Señora Katina? — dijo Yulia —No cogería tu apellido. Apenas puedo deletrearlo. Tú tendrás que tomar el mío.

—¿Elena Volkova? — preguntó la pelirroja riéndose —Eso no suena bien.

—¿Podemos separarlos con un guión? — sugirió Yulia.

—¿Volkova - Katina? — preguntó Elena.

—Oooh, ¡o podríamos combinarlos! — dijo con entusiasmo.

—¿Como Yulena? — preguntó Vika, habiendo aparentemente hecho escuchas ilegales.

—Algo así — contestó Yulia — ¿Volkatin? No — dijo, moviendo la cabeza —¿Katkolva? No.

—¿Votina? — ofreció Elena.

—No....— Dijo Yulia —¿Volkovtin?

—Vale, no creo que unirlos funcione — Se rió Elena.

—¿Qué pasa con Volkatin? — preguntó Yulia — Ese tiene un buen sonido. Suena como una especie de marca de gelatina.

—Te gusta si te recuerda a la comida — Se rió Elena. Yulia iba a decir algo más pero se dio cuenta de un movimiento a través del rabillo del ojo viendo a su madre entrar en la habitación. La mujer mayor se puso contra el marco de la puerta, con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras miraba a las tres chicas y sonreía ante la visión de todas ellas sentadas juntas en el sofá. Yulia se encontró con sus ojos y le sonrió de vuelta, preguntándose si su madre estaba molesta con ella por la forma en la que se había ido de la cocina antes negándose a hablar de las fotos lo que parecía mejor que se quedasen en lo alto del mueble de la cocina.

Vio a su madre asentir con la cabeza ligeramente para sí misma antes de girarse y desaparecer de nuevo, evidentemente alegre con lo que había visto.

—Eso fue raro — Comentó Yulia y Elena la miró.

—Sólo se preocupa por ti — dijo, con la mano que estaba alrededor de los hombros de la morena acariciando su piel suavemente.

—Estoy bien — Dijo y Elena apretó su mano tranquilizadoramente.

—Te creo — Le dijo, porque era la verdad —Pensé que manejaste toda esta cosa muy bien. Estoy muy orgullosa de ti.

—Aún no las he visto — Señaló Yulia.

—No, pero reconociste que no estabas preparada para verlas y pusiste el presente sobre el pasado. Eso es enorme Yul — Le informó.

En la cara de la pelinegra apareció una sonrisa enorme y parecía encantada con el cumplido de Lena.

—Supongo que lo es — Dijo felizmente.

—Por cierto, las veré contigo — dijo repentinamente, encontrándose con los ojos de Yulia una vez más —Cuando estés finalmente preparada entonces estaré contigo. Si aún quieres que esté ahí.

—¿Lo harás? — le preguntó Yulia.

—Sí cariño — dijo Lena, acercando su boca hacia la de su novia y plantando un suave beso en sus labios —Lo haré.

—Gracias — Respondió la morena con aprecio, acurrucándose más contra su pecho.

—De nada — Dijo Elena, hundiéndose más en el sofá girando su atención hacia la pantalla, las dos finalmente viendo la película.

En cierto punto, la pelirroja se a puso escuchar los amables ronquidos de Yulia mientras dormía, aparentemente siguiendo la amenaza de antes de usarla como una almohada, con su cabeza aún apoyada firmemente contra su pecho y sus oscuros mechones cayendo desordenadamente sobre su cara.

Quitó un mechón de pelo de los ojos de la morena y lo puso detrás de su oreja, besando la frente de su novia ligeramente.

—Siempre se duerme durante las películas — dijo Vika y Elena miró hacia la chica pequeña quien la estaba mirando —Ahora duerme mucho.

—Creo que la agotaste en el parque — Contestó amablemente —Tienes un montón de energía para ser una persona pequeña.

—Mamá dice que es porque como demasiado azúcar — Dijo y Lena sonrió mientras la menor ponía a Ifos más cerca del estómago de Yulia.

—¿Ya no la quieres más? — preguntó Elena.

—No, Ifos también está cansada — Contestó, poniendo una mano en su mejilla pensativamente —Ahora puede cuidar de Yulia.

—¿Crees que Yul necesita que cuiden de ella? — preguntó Elena a la niña y la menor se encogió de hombros.

—Cuando está enferma y herida — reconoció Vika — Ifos la ayuda a sentirse mejor.

—Creo que tienes razón — Dijo Lena —Yul ha estado mucho mejor desde que le diste a Ifos.

—Ifos duerme con ella para que así tenga sueños bonitos — Compartió con Elena —Ifos se asegura de que no tenga más pesadillas aterradoras.

—¿Cómo? — le preguntó Elena con interés.

—Los unicornios son mágicos tonta — Dijo Vika — Tienen poderes especiales.

—¿Poderes como qué? — susurró Elena conspiratoriamente pero en realidad interesada en escuchar.

—Pueden protegerte porque tienen un...un...au...aur... — dijo con problemas.

—¿Un aura? — preguntó y Vika asintió.

—¡Sí! — dijo — Además, si te tocan con su cuerno pueden curarte también — Susurró.

—¿Es por eso por lo que le diste a Ifos a Yul? — preguntó Lena sintiéndose conmovida a favor de su novia —¿Para que así cuando abrazase a Ifos sus poderes de unicornio mágico pudieran cuidarla?

—Cuando estaba en el hospital en Navidad mamá dijo que estaba enferma y mi profesora nos estaba enseñando cosas de dragones y unicornios y magia — explicó — Entonces cuando mamá me llevó de compras vi a Ifos y quería comprárselo para Yulia.

—¿Sabes por qué Yul la llamó Ifos? — preguntó Elena y la chica pequeña negó con la cabeza — Eso porque le recuerda a ti.

—¿Si? — preguntó la niña felizmente, mirando a su hermana y sonriendo alegremente.

—Sí — le dijo Lena.

—Ya no necesita a Ifos tanto — Comentó Vika.

—No porque está mejorando — dijo Elena —pero aún la quiere tanto como antes.

—No — dijo Vika — Es porque ahora te tiene a ti.

—¿Qué quieres decir? — preguntó la pelirroja frunciendo el ceño, confundida.

—¿Eres un unicornio Elena? — preguntó la pequeña en voz baja, más incluso que antes como si estuviera pidiéndole que confesara que supiera el significado de la vida.

—¿Por qué quieres saberlo? — le preguntó Lena, sin contestar definitivamente de una u otra manera.

—Creo que lo eres — Dijo Vika tímidamente.

—¿De verdad? — le preguntó la pelirroja —¿Por qué?

—Tú proteges a Yulia como hace Ifos.— le dijo —Además, tú apareciste cuando estaba herida y está mejor desde que empezaste a venir aquí. Siempre la estás tocando.— Señaló —La curaste ¿verdad? Por eso sostienes su mano. Porque es tu cuerno y así es como lo haces. Así es cómo haces que se sienta mejor — Lena sonrió ampliamente ante la imaginación de la pequeña y no tuvo el corazón de contarle que no era verdad.

—No se lo puedes decir a nadie — Le dijo Elena —Tienes que prometérmelo ¿vale? Es un secreto.

—No lo haré.— Prometió la pequeña rubia volviendo su atención de nuevo hacia la pantalla.

—Me encanta esta parte — Dijo Elena, viendo la película.

—A mí también — dijo de acuerdo Vika.

—¡Así se hace Squirt! — dijo la pelirroja, haciendo mímica de la voz de la tortuga de la película haciendo reír a Vika —Entonces choca esa aleta — dijo la ojiverde, extendiendo su mano para que Vika chocase los cinco, lo que hizo felizmente — Cabeza — reprodujo Elena, echando su cabeza hacia adelante y la niña trepó un poco sobre Yulia para poder amablemente golpear su cabeza contra la de la chica más mayor.

—Tío — Dijeron Elena y Vika a la vez riéndose.

La rubia volvió a ponerse donde había estado sentada y Lena sintió a Yulia estirarse mientras el peso de su hermana cambiaba. Lena vio a Yulia levantar sus ojos pesados para mirarla, con una expresión cansada en su cara que mostraba una pizca de confusión momentánea.

—¿Qué me he perdido? — preguntó, extendiendo su mano izquierda frotándose los ojos mientras sacaba su brazo derecho de donde había estado envuelto en la cintura de Elena.

Hizo una mueca mientras lo movía, el brazo habiéndose dormido de haber estado atrapado detrás del cuerpo de la pecosa.

—Nada — le dijo Lena mientras acariciaba su frente — Vika y yo sólo estábamos viendo la película — Yulia volvió su atención hacia la pantalla y sonrió adormilada.

—Me encanta esta parte — murmuró.

—A mí también — respondió Elena sonriendo mientras Yulia suspiraba alegremente — De hecho, me recuerda a algo.

—¿Qué? — preguntó la pelinegra aún mirando a la tele.

—Cuando seamos mayores, si alguna vez lo hacemos, ya sabes, casarnos y tener hijos, voy a presentarles a todo el mundo de la misma forma en la que lo hace la tortuga en esta película.— Bromeó.

—¿Cómo los presentan? — preguntó Yulia habiéndose perdido esa parte de la escena mientras aún se estaba despertando.

—Los presentan como "descendencia" — le recordó Elena.

—Oh — bostezó Yulia —Genial.— dijo —Me gusta.

—Lo harás — dijo Elena moviendo su cabeza entretenida por la incapacidad de tomarle el pelo a su novia.

—¿Podemos sólo no llamar a ninguno de nuestros hijos descendencia? — preguntó — Eso lo haría mucho más gracioso — Ladeó su cabeza para mirar a Ifos quien estaba presionada contra su estómago y extendió su mano para coger el unicornio. Miró hacia su hermana quien estaba mirándola y sonrió — Hey — dijo Yulia sentándose mejor —Me volviste a dar a Ifos.

—Te estaba protegiendo de las pesadillas — Dijo Vika levantando una mano y Yulia besó el peluche en lo alto de la cabeza antes de volver a dárselo a su hermana.

—Lo hacía ¿eh? — dijo la ojiazul poniendo su ahora mano libre en lo alto de la cabeza de su hermana.

—Estaba usando su magia — Dijo la niña mirando a Elena lo suficientemente sin que Yulia la viera.

—¿Quién, Elena? — preguntó y Vika fingió poner una cremallera en sus labios sin decir nada.

Yulia volvió su atención hacia su novia con una expresión confundida en la cara.

—Vale, ¿qué me he perdido? — cuestionó, más alerta ahora.

—Demasiado Yul — dijo la pecosa riéndose y echando un vistazo a Vika quien le guiñó un ojo —Muchísimo.

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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/20/2022, 12:56 am

Wuao q lindo lo del unicornio y como lena es el unicornio magico de julia lo q dijo vika tiene tanto sentido es realmente hermoso y muy dulce dejarla con esa ilusión tan linda. Espero q las chicas sean fuertes al ver las fotos y ya se se juicio termine y cierre ese ciclo. Saludos cariño gracias por el capitulo 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/22/2022, 10:00 pm

Capítulo 66

Yulia estaba sentada en su cama, con su mano derecha rasgando la guitarra como había estado haciendo la última hora y media. Era el martes por la tarde dos días después y estaba sola en casa, su madre había llevado a Vika a las clases de ballet y su padre optó por quedarse hasta tarde en la oficina porque tenía que terminar una presentación importante para el trabajo. Ha estado intentando aprender una nueva canción, 'I Will Wait' de Mumford and Sons pero como siempre, los dedos de su mano izquierda estaban torpes y le costaba formar la posición correcta para tocar las cuerdas que necesitaba. Su frustración crecía con cada nota que llegaba a sus oídos.

—Mierda — maldijo, apoyando su guitarra en su regazo un momento, con el cuello de ésta hundiéndose en el edredón mientras la dejaba para poder flexionar los dedos de su mano izquierda que se estaban quejando dolorosamente.

Usó el pulgar de su mano derecha para masajear la cicatriz que tenía en su muñeca izquierda y su palma, firmemente, apretándola. Suspiró con alivio cuando sintió que la tensión de sus músculos empezaba a evaporarse y el dolor debajo de sus dedos paraba significantemente hasta el punto en el que ya no sentía su mano en un constante estado de calambres. Finalmente, movió la extremidad en el aire delante de ella, soltándola un poco más y una vez satisfecha de que no hubiera riesgo de desarrollar una lesión repetitiva de tocar la guitarra de nuevo prolongando el uso de sus manos, se inclinó y cogió de nuevo el cuello del instrumento.

Iba a coger la guitarra de nuevo para intentar continuar con lo que aparentemente era casi una tarea imposible cuando sus ojos cayeron en la superficie de pino del escritorio de su habitación, donde estaba el sobre que su abogado había llevado a su casa el domingo aún sin haberlo tocado. Deslizó su guitarra en la cama a su lado y se levantó despacio, sin dejar de mirar nunca el sobre, con la mirada firme fijada en el objeto que había estado burlándose de ella durante los últimos dos días.

Después de que hubiera terminado la película el domingo y Nemo hubiera estado una vez más reunido con su padre, su madre había intentado hacer que abriera el sobre que el Señor Arnold había llevado a la casa. Había presionado a su hija a que finalmente mirase las fotografías después del accidente, a ver la devastación que el vehículo había infligido en su cuerpo, en toda su incensurable y espantosa gloria. Pensó, y a pesar de la presión de su madre, no arruinaría lo que había creído que casi era un día casi perfecto con algo que, de reflejo, ella consideraba que sería mórbido y potencialmente autodestructivo.

Hasta entonces, se las había ingeniado para posponer lo de mirar las fotos desagradables durante dos días, pero, como todo lo que rodeaba el accidente, sabía que no podía retrasarlo para siempre así que mandó un mensaje a Elena esa mañana y quedó con ella para que fuera a su casa después de la escuela para ver las fotografías con ella.

De hecho, había estado esperando la llegada de Lena durante casi una hora y media pero está se había retrasado así que había estado intentando tocar la guitarra en un intento vano de distraerse de la tarea que se avecinaba.

Caminó hacia el escritorio vacilantemente y se paró justo delante, con su mano vagando por ahí para que así sus dedos pudieran tocar la superficie del sobre mientras sus dedos lo estudiaban pensativamente. Silenciosamente, debatió si abrir el paquete y sacar solo una esquina de una foto; revelando una pequeña porción de la imagen, para que así pudiera echar un rápido vistazo. Consideró los beneficios de ver antes las fotos adquiriendo alguna idea de su contenido y todo antes de que llegase Lena. Pensó que podía ser una buena idea tener un pequeño adelanto de una de ellas, darse a sí misma la oportunidad de prepararse mentalmente para lo que iba a venir para así poder ser capaz de suprimir las ansias que probablemente la pondrían enferma pero, como si fuera una coincidencia, el timbre de la puerta sonó escaleras abajo y Yulia se sintió aliviada y frustrada por la llegada oportuna de su novia.

Por otro lado, estaba agradecida de que Elena hubiera finalmente llegado para así no tener que enfrentarse a solas a ver las fotos. En realidad no pensaba que pudiera enfrentarse a la tarea por sí misma sin importar lo mucho que hubiera intentado convencerse de que podía, pero, a la vez no quería que hubiera nadie más que Elena con ella cuando se decidiera a abrir el sobre. La pelirroja era la única persona a la que Yulia le permitiría estar con ella cuando fuera a enfrentarse a la dura realidad de sus lesiones, a pesar de haberle dicho originalmente que se lo pediría a Olga si finalmente decidía que no quería o que no podía enfrentarse a verlas. La verdad era que si Lena no hubiera estado de acuerdo con la petición de Yulia de estar presente entonces habría visto las fotografías ella misma, evitando que cualquier persona se involucrarse en esa tarea tan ingrata.

No era que ella no pensara que sus padres u Olga la fueran a apoyar o animar porque sabía que lo harían. Estaba segura de ello. No, era más que no podía imaginarse verlas aliviando la agonía que habían sentido la primera vez que la vieron en aquella condición hace meses. Pensó que sería lo suficientemente difícil afrontarse a sus propios sentimientos, no pensaba que fuera a ser capaz de soportar la culpa que había sentido por ser la causa de su dolor también.

Había hablado mucho sobre la culpa mientras había estado en rehabilitación. Había discutido numerosas veces con su terapeuta las esperanzas de finalmente dejar todo eso atrás pero no podía, no completamente. Estaba mejor ahora de lo que lo había estado entonces. Ya no se culpaba a sí misma tanto por los sacrificios que sus padres habían hecho para acomodarse a sus incapacidades y a sus problemas. No se sentía personalmente responsable por la cantidad de tiempo que Olga había pasado a su lado cuando podía haber estado haciendo cualquier otra cosa a cambio. Sabía muy en el fondo que cada uno de ellos habían hecho sus propias elecciones voluntariamente, que sus decisiones habían nacido de su amor hacia ella, pero ese conocimiento no anulaba lo que sintió y lo que últimamente, aunque no inintencionadamente, les había hecho pasar. Sabía lo mucho que el accidente y su subsecuente hospitalización habían molestado a todos esos que eran cercanos a ella y los ecos de los fantasmas de los sollozos de su madre a través de las finas paredes de su habitación aún la atormentaban hasta ese mismo día, resonando en su cabeza cada vez que intentaba dormir. Sabía que su madre y su padre ya habían estudiado las fotos pero afortunadamente no se habían sentido inclinados para compartir sus pensamientos o sentimientos acorde con eso, aparte del intento inicial de su madre en la cocina hace unos días y por eso estaba eternamente agradecida.

Sin embargo Elena, no la conocía en aquel entonces. Nunca había visto una parte de su vida del tiempo del accidente y aunque ella estaba segura de que ver las fotos en esa condición afectaría a la pelirroja de alguna manera, estaba extremadamente consciente de que no era lo mismo que verlo de primera mano. Cual fuera la reacción de su novia al ver las imágenes sería más fácil para que Yulia lo soportara.

Sin embargo por otro lado, realmente deseaba haber tenido la oportunidad de abrir el sobre para echar un vistazo a una de las fotografías antes de que Elena hubiera llegado. Claramente recordó cómo su cuerpo reaccionó ante la contestación del abogado a través del contestador con el mensaje de hace un par de semanas. Recordó cómo se había puesto enferma ante el mero pensamiento del juicio teniendo que ver las fotos macabras de si misma. Elena la había visto en alguno de sus momentos más bajos en su vida. Su novia la había literalmente recogido del suelo, sollozando, destrozada, pero, realmente no quería que Elena tuviera que verla perder físicamente su autocontrol. No quería que la viera mientras vomitaba todos los contenidos de su estómago en el suelo, incapaz de contenerlos porque estaba demasiado abrumada por lo que había visto. Por alguna razón inexplicable, simplemente no podía pensar en la idea de que Elena tuviera que presenciar eso. Sabía que era estúpido e irracional pero era como se sentía.

El timbre volvió a sonar y la sacó de sus pensamientos, recordándole que Elena estaba esperando afuera en el porche para que la dejara pasar. Extendió la mano y cogió el sobre del escritorio antes de salir corriendo de la habitación para ir hasta la puerta principal. Descendió las escaleras con cuidado, de una en una, con su mano derecha sosteniendo la barandilla como apoyo, la izquierda apretando fuertemente el sobre. Cuando llegó a la puerta, se pausó un minuto, con su mano sobre el mango. Inhaló profundamente, cerrando los ojos un instante mientras soltaba el oxígeno de sus pulmones. Hizo un esfuerzo para poner una sonrisa en la cara y se preparó para aparecer bien, sin estar afectada por la inminente tarea que las esperaba.

—Hey — saludó cuando abrió la puerta para revelar a la pelirroja de pie al otro lado, esperando con paciencia, con una bolsa de plástico en su mano derecha.

Llevaba unos shorts vaqueros que exponían sus piernas tonificadas y las curvas de su trasero favorablemente y sus ojos instantáneamente miraron a su novia de arriba a abajo, admirando cada centímetro de su cuerpo, la forma en la que su camiseta blanca, atada al frente, exponía la piel suave de su estómago y la longitud de sus maravillosas y esculpidas piernas.

—Mis ojos están aquí arriba, Yul — se rió la pecosa dándose cuenta de cómo la comía con los ojos mientras ella bajaba la cabeza en un intento de encontrarse con la mirada de Yulia.

—Lo sé — contestó tragando saliva con dificultad, con sus ojos abriéndose como platos con la apreciación de la elección de ropa de su novia — pero tus piernas en esos shorts...— dijo, bajando la voz un poco mientras se mordía el labio inferior estudiando la forma de la pelirroja una vez más —Jesucristo — exhaló.

—Podrías parar — la regañó Elena juguetonamente, golpeándola en el brazo ligeramente con su mano libre — No soy una pieza de carne, lo sabes. No vengo con patatas y ensalada.

—Bueno, definitivamente enviaré mis quejas al chef si apareces en mi mesa — Comentó Yulia, aún mirándola abiertamente.

—Yul — protestó Lena, golpeándola de nuevo y riéndose suavemente para sí misma mientras daba un paso hacia el rellano entrando en la casa — Para, vale, estás haciendo que me sonroje — Yulia cerró la puerta detrás, apoyando su peso contra ella mientras se giraba para mirar a su novia.

—Lo siento — se disculpó aun mirando a la chica — pero, infiernos — maldijo, humedeciéndose el labio inferior con su lengua significativamente —¿Has sido siempre tan sexy o es esto algo nuevo?—

—Para — dijo Elena levantando una ceja a sabiendas.

—Parar ¿el qué? — preguntó, bajando el tono sugerentemente, con los pensamientos de las imágenes de su mano ahora siendo reemplazados con unos más llamativos que tenía delante.

—Sabes el qué — respondió la pelirroja entretenida.

—No tengo ni idea de lo que estás hablando — dijo, fingiendo inconsciencia —A mí sólo...sólo me gustan tus shorts eso es todo — La ojiverde no dijo nada pero sonrió expectantemente, esperando a que continuase, consciente de que su novia estaba guardándose algo.

—Sigue — animó Elena cuando Yulia no continuó — Te conozco. Quieres decir algo sugerente. Puedo verlo en tu cara — Se rió — Te está matando, ¿verdad? Así que sigue, dilo — La animó.

La sonrisa de la morena se amplió en respuesta al impulso de Elena y dio un paso más hacia la chica más alta, soltando el pomo de la puerta mientras lo hacía.

—Bien — cedió, riéndose para sí misma —Iba a decir que a lo mejor deberíamos quitarlos para que así pudiera mirarlos mejor — compartió, extendiendo su mano libre hasta la cintura de su novia, acercándola a ella.

—Buen intento — se rió Elena empujando el pecho de Yulia con su mano dando un paso hacia atrás —Sobresaliente por el esfuerzo Yul, pero no estoy aquí por eso — dijo —Estoy aquí por eso — Le recordó, asintiendo con la cabeza hacia el sobre que tenía la morena en sus manos.

—Ugh, aguafiestas — Hizo un puchero haciendo sobresalir su labio inferior —Sabes que estoy empezando a pensar que a lo mejor deberíamos esperar unos cuantos días más antes de mirar esto — divulgó, levantando el paquete entre sus manos — Vamos a hacer otra cosa a cambio — dijo seductoramente, dando un paso hacia Elena, manteniendo sus ojos firmes en los de la otra chica mientras ponía su mano libre en la cadera de su novia — Quiero decir, tenemos la casa para nosotras solas — Divulgó —Deberíamos aprovechar la ventaja. ¿Qué prisa hay en ver las fotos hoy? Aún quedan años hasta el juicio. Hay cantidad de tiempo para torturarme — Terminó con tono suave y con desdén.

—No hagas eso — la regañó Elena amablemente.

—¿El qué?— preguntó Yulia, moviendo su mano para acariciar el costado de su novia — No estoy haciendo nada.

—Sí lo estás haciendo.— dijo Elena a sabiendas.—Te estás desviando — Le dijo —Estás intentando evitar esto porque estás nerviosa pero no puedes distraerme, Yul.— Le informó seriamente, levantando una ceja —No importa lo atrayente que pueda sonar tu oferta.

—Pero te estoy tentando — señaló la pelinegra, deslizando el brazo que estaba sosteniendo el sobre detrás de la espalda de Elena y presionando juntas sus caderas — Quiero decir que te estoy tentando un poco ¿verdad? — preguntó.

Elena miró hacia los labios de su novia que estaban demasiado cerca de los suyos ahora que no tomaría casi ningún esfuerzo para conectarlos. Tragó saliva con dificultad y usó cada pequeña pizca de fuerza de voluntad para resistirse ante los avances de Yulia, completamente consciente de los motivos de su novia e insegura de si debería estar ofendida de que la pequeña morena pensara que era aparentemente tan fácil de manipular.

—Sabes que sí.— admitió la pecosa inclinándose para que así su boca estuviera aún más cerca de la de Yulia —De hecho, estoy más que un poco tentada — divulgó.

—Entonces ¿qué te está parando? — preguntó la ojiazul mientras que su mano libre se movía acariciando los músculos expuestos del abdomen de Lena —Vamos simplemente arriba y olvidémonos de todo esto — dijo, moviendo el sobre con las fotos de su mano que aún estaba detrás de la espalda de la pelirroja.

—Tengo una idea mejor — dijo Elena —¿por qué no dejas de intentar meterme en tu cama durante cinco minutos y me dices de qué estás tan asustada?

—No estoy asustada — protestó Yulia quitando la mano de detrás de Elena y suspirando fuertemente mientras daba un paso hacia atrás —Sólo eres extremadamente atractiva y yo me distraigo con facilidad. Dos cosas que no van demasiado bien juntas.

—Te distraes fácilmente porque estás intentando posponer esto — Le dijo Lena —Ya has retrasando dos días...

—Lo sé.— gruñó la morena, levantando el sobre entre ellas con su mano mirándolo indecisa.

—¿Has cambiado de opinión?— le preguntó Elena —Ya sabes, no tienes por qué verlas hoy si no quieres, es totalmente tu decisión. Pero, no me uses como una excusa para no hacerlo — Le dijo seriamente —Sé sincera Yul. Si no estás preparada entonces...

—No, estoy preparada — interrumpió la morena —De hecho iba a mirarlas antes de que llegases...yo sólo...

—¿Qué? — dijo Lena cuando Yulia no siguió hablando —¿Tú estás qué ,Yul?

—Yo sólo, no sé...nerviosa, supongo — admitió encogiéndose de hombros —Me ha llevado tanto tiempo llegar hasta el punto en el que estoy ahora donde puedo mirarme en el espejo de nuevo y ahora voy a tener vislumbramiento de la razón principal por la que no pude durante mucho. Sólo estoy preocupada, eso es todo.

—¿Preocupada por si recaes? — preguntó la pelirroja, con una mirada de confusión en su cara, sin llegar a entender el significado de las palabras de la morena —Cariño, no te volverás a perder a ti misma de nuevo — prometió —Realmente no creo que tengas nada de lo que preocuparte — la tranquilizó, levantando su mano libre para acariciar el brazo de la chica animadamente —Estarás bien — Le dijo —Esto será fácil, Yul. Son sólo fotos después de todo. No pueden hacerte daño y sea lo que sea que muestren está todo en el pasado ahora. Ya has pasado por ello y has seguido adelante. No te va a pasar nada cuando las mires. Nada va a cambiar, lo prometo. Estarás aquí, a salvo conmigo, todo el tiempo — La morena miró entre Elena y las fotos y asintió con la cabeza.

—Sí, lo sé — Dijo dudosa, sabiendo cómo habían sido las respuestas previas de su cuerpo en situaciones similares.

—No, lo sé — La tranquilizó Lena —Estarás bien. Vamos a hacer esto juntas ¿no? — preguntó, con su mano moviéndose para llegar hasta el cuello de Yulia.

—Sí — le informó ésta —Vale, sí, vamos a hacerlo.

—Vale — dijo de acuerdo Elena, levantando la bolsa que había estado sosteniendo en su otra mano —Toma — dijo —La Señorita Oksana me pidió que te diera esto. Es la razón por la que he llegado tan tarde. Estaba hablando con ella y perdí la noción del tiempo. Lo siento — Se disculpó.

—¿Qué es? — preguntó Yulia extendiendo su otra mano libre para coger la bolsa.

—No lo sé cariño — se rió —No lo he abierto. Es para ti no para mí.

La morena frunció el ceño ante el inesperado regalo durante un momento y caminó hacia el salón, mientras Lena la seguía de cerca. Rápidamente se dejó caer en el sofá delante de la mesita, poniendo el sobre en lo alto fuera de su camino mientras Elena descendía en el asiento de su lado. Puso la bolsa en su regazo y la abrió, extendiendo su mano y sacando un papel envuelto marrón atado con una cuerda. Sintió que la pelirroja se acercaba más a ella para verlo mejor mientras quitaba el pequeño sobre que había estado enganchado encima, con su nombre escrito en el papel blanco.

Abrió el sobre con su pulgar y sacó un cacho de papel doblado, desdoblándolo con cuidado para no romperlo.

Querida Yulia,

Espero que esta carta llegue a ti bien. Elena me cuenta que has estado genial desde que estás en casa después de rehabilitación y estoy encantada de escuchar que has vuelto a tu vida normal tan bien. Estoy agradecida de que Elena me mantenga al día con cómo te va con todo. Es tranquilizador saber que la chica insegura que se rechazaba que me asignaron al principio del año escolar finalmente se ha dado cuenta de lo que los demás ya sabíamos; que ella es fuerte, lista, inteligente y tiene talento. Elena me cuenta que has estado escribiendo, no me dice qué y no le pregunto por miedo a incumplir algún tipo de confianza que comparto con ella pero estoy encantada porque creo que tu historia es algo único y precioso. Es realmente inspirador, cómo has luchado desde el comienzo del año hasta florecer en la persona que eres ahora y quería escribirte y decirte que estoy orgullosa de ti por perseverar a través de lo que fueron tiempos terribles y difíciles. Sigue escribiendo, aunque sea para ti y tú eliges si seguir mi consejo de convertirte en una escritora de best sellers. Tus palabras importan, son sanadoras y terapéuticas. Compártelas contigo y ponlas en papel donde puedas volver a referirte a ellas, en un momento en el que la invariabilidad te encuentre en una situación difícil si vuelve. De nuestras sesiones recuerdo que disfrutabas leyendo, casi, si no tanto como con la música. Todo lo que pueda poner una sonrisa en tu cara o establecer una conversación era hablar de una artista que admirabas o de una historia que amabas, no importaba el mal día que hubieras tenido o lo baja que te estuvieras sintiendo, funcionaba cada vez sin fallar. Crecías animándote y te apasionaba con la mención de la canción más nueva de Ed Sheeran o con "Looking for Alaska" de John Green y tu habla salía fluidamente, todo ese entusiasmo saliendo en frases coherentes y prosa elegante. Una vez me dijiste, durante una de esas veces que después del accidente una cierta canción tenía un significado particular para ti, que sacabas fuerzas de su letra y te ayudaba a sentirte mejor si estabas teniendo un mal día. Creo que sabes a qué canción me estoy refiriendo y la artista que la canta porque me dijiste lo mucho que te había inspirado en el pasado y lo mucho que la admiras.

Ni una vez me preguntaste si los rumores eran ciertos, si estaba relacionada con ella pero, entre tú y yo, Yulia (y Elena también). Lo estamos.

Así que, para celebrar tu fuerza, tu perseverancia y tu continua recuperación te he mandado algo que creo que disfrutarás.

Cuídate Yulia y te veré en el baile de otoño.

Mis mejores deseos,

Señorita Oksana


Miró a Elena quien había estado leyendo la carta por encima de su hombro.

—Diablos — maldijo —Elena ¿sabes lo que eso significa? — preguntó levantando sus ojos para encontrarse con los de su novia —¡La Señorita Oksana conoce a Demi Lovato!

—También significa que Olga tenía razón — Se rió Lena, con sus ojos cayendo al regalo del regazo de Yulia — Pero no le digas que he dicho eso.— La morena puso la carta en el sofá a su lado y cogió el paquete, abriéndolo rápidamente.

—Elena — dijo la ojiazul, sacando el libro de adentro y girándolo en sus manos para abrirlo —Ves esto ¿verdad?

—Lo veo cariño — dijo la pelirroja mientras su novia miraba fijamente el mensaje dentro de la portada del libro de Demi Lovato: "Staying Strong".

Yulia,
Entiendo que este año ha sido particularmente difícil para ti, que has estado trabajando en problemas similares a esos a los que yo me enfrenté en el pasado y con los que sigo batallando cada día ahora. Escuché que lo estás llevando genial, que sigues moviéndote hacia adelante con coraje y determinación. Me dijeron que tienes que celebrar las victorias y seguir haciéndolo cada día.

He entendido que al leer, te reconfortan las palabras y las citas, ya sea en forma de las letras de una canción o en un texto literario. Yo también me reconforto así. Me inspiran a seguir fuerte y positiva en esta consecuente lucha. Me motivan a ser una persona mejor, a seguir perseverando.

Cuando estaba en rehabilitación me hice un compromiso a mí misma, uno que estoy segura de que tú también te hiciste y escribí este libro para ayudarme a mí y a otros a tratar con problemas que a veces pueden parecer que atormentan toda tu existencia. Entiendo que escribes y sé de buena mano que tienes mucho talento, así que quiero animarte a continuar con ello en el futuro porque sé lo terapéutico que puede ser, cómo unas simples palabras pueden darte la perspectiva que necesitas para seguir adelante y dejar el pasado atrás.

Te he mandado mi libro con la esperanza de que las palabras escritas dentro puedan ayudarte a mantenerte fiel en tu camino hacia la recuperación.

Sé fuerte Yulia, la parte más dura ya ha pasado y ya estás en el buen camino para alcanzar la felicidad que te mereces.

Con todo mi cariño,


Demi


—Creo que acabo de morir.— dijo la ojiazul, poniendo una mano en su pecho —¿Estoy muerta? — le preguntó a su novia.

—No — contestó Elena sonriendo —al menos no todavía — Dijo tirando de algo de dentro del libro y abriéndolo por la página marcada.

—¿Eso son entradas? — preguntó mientras Elena sacaba los improvisados separadores de libro, sosteniéndolos delante de ella para que los viera.

—Dos entradas VIP para ver a Demi en el American Airlines Arena en Septiembre — Contestó sonriendo ampliamente mientras se las daba a Yulia a quien se le abrió completamente la boca en estado de shock.

—¿VIP? — preguntó, con su voz temblando mientras las cogía.

—Sí cariño — confirmó Lena — VIP.

Yulia miró hacia abajo a la página en la que las entradas habían estado marcando y leyó la cita que había ahí.

"Exponte ante tu mayor miedo; después de eso, el miedo no tiene poder" - Jim Morrison.

—¿Qué has hecho? — le preguntó a Elena, mirando de lado a su novia, finalmente habiéndose dado cuenta de la importancia de la cita.

—No hice nada.— dijo sonriendo la pelirroja.

—Oh Dios, Elena — dijo incrédula.—¿Qué coño hiciste? ¿Organizaste esto?

—La Señorita Oksana puede que haya preguntado por ti de vez en cuando desde que volviste a casa y puede que le haya dicho algunas cosas — Dijo con indiferencia, encogiéndose de hombros.

—¿Qué dijiste? — le preguntó.

—Sólo le dije lo increíble que habías estado desde que saliste de rehabilitación, eso es todo — Compartió con ella —Fue hace un tiempo pero dijo que iba a organizar algo para ti y yo me había olvidado de ello. Después hoy al terminar la hora libre se acercó y me dio todo esto. Demi se lo mandó para que te lo diera. Entonces, cuando me mandaste un mensaje antes para que viniera a ver las fotos, puse las entradas aquí. Pensé que sería poético o algo considerando las circunstancias...no sé. ¿Fue pobre?— preguntó.

—No — contestó la morena — Para nada. Eres increíble ¿sabes eso?— Lena asintió con la cabeza arrogantemente y Yulia la golpeó juguetonamente en el brazo.

—Así que ¿me mentiste cuando me dijiste que no sabías lo que era? — preguntó.

—Sí — concedió —Quería que fuera una sorpresa. Demándame.

—¿Por eso llegaste tarde?— preguntó —¿Estabas preparando todo esto para mí?

—Sí — confirmó Lena — ¿Me perdonas?

—¿Perdonarte? — preguntó riéndose Yulia — No creo que nunca te haya querido más de lo que te quiero ahora mismo. Eres increíble — Le dijo sinceramente.

—No, tú eres increíble — contrarrestó y Yulia inclinó su cabeza hacia adelante y conectó sus labios, besando a su novia agradecidamente — Estoy tan orgullosa de ti Yul — le dijo cuando se separaron —Lo sabes ¿verdad?

—Estoy muy segura de que lo mencionaste antes — se rió Yulia.

—Bueno, lo que sea. Lo estoy diciendo otra vez — Se rió la ojiverde, levantando una mano y trazando la cicatriz sobre el ojo izquierdo de Yulia mientras estudiaba su cara — Has llegado tan lejos y pensé que deberías celebrarlo de alguna manera. Sé que te encanta Demi — dijo —Sé que te inspira y que la admiras pero ¿sabes a quién admiro yo? ¿A quien admiro más que a nadie? A ti Yul — Compartió abiertamente —Te admiro tanto porque nunca te rendiste, nunca dejaste de luchar. Siempre estás luchando. Siempre. Ojalá yo pudiera ser la mitad de lo fuerte que tú eres. Eres la persona más fuerte que conozco.

—Elena — dijo, acariciando el brazo de su novia con el pulgar tiernamente, conmovida por sus palabras.

—No, por favor déjame terminar — Pidió Elena —Te puedes quedar a Demi — dijo —No la necesito porque te tengo a ti. Cuando siento que no puedo hacer algo pienso en ti y sé que puedo. Tú me motivas, me inspiras y me ayudas. Tus palabras Yul, cada sílaba que has compartido conmigo hace eso. Me dan el coraje para intentarlo aunque piense que no tengo fuerzas. Sé que si tú puedes sobrevivir a todo lo que has pasado y que podemos soportar todo a lo que nos hemos enfrentado, podemos hacer cualquier cosa. Nada es insuperable, nada es imposible, nada.

—Tú eres mi fuerza, lo sabes — respondió Yulia, riéndose un poco —Tú eres quien me dio fuerza. Eres la razón por la que aún estoy aquí.

—No, eso puede que sea lo que pienses pero estás equivocada — Le dijo Lena —Estás equivocada, Yul.

Las manos de la pelirroja tomaron las mejillas de Yulia, con su pulgar acariciándolas rítmicamente mientras hablaba.

—Puede que te haya dado un empujón para salir del avión pero tú te pusiste el cable de seguridad — dijo —Aprendiste a cómo volar sin mí. Eres fuerte por ti. Es la misma fuerza que te salvó todo este tiempo, Yul, que se negó a dejarte morir a pesar de lo que todos los doctores y enfermeras estaban diciendo a todo el mundo que harías.

La morena miró la mesita donde estaba el sobre esperando su atención y Elena movió su mano para ponerla encima de la rodilla de su novia, animándola.

—¿Crees que soy fuerte? — le preguntó Yulia.

—No — contestó Elena —Sé que lo eres.

—¿Estás segura de que quieres estar aquí cuando haga esto? — preguntó la morena, extendiendo su mano y cogiendo el paquete, habiendo puesto el libro de Demi a su lado encima de la carta de la Señorita Oksana.

—¿Me quieres aquí? — le preguntó Elena apretando su rodilla.

—Sí — Contestó simplemente.

—Entonces quiero estar aquí — Contestó Elena, acariciando el pelo de Yulia mientras abría el sobre y sacaba la colección de fotografías que había dentro.

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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/23/2022, 2:13 am

Siempre tan lindas con esos detalles tan espectaculares 😍😍😍 esta es una historia de amor tan fuerte y profundo me encanta!!!! Saludos cariño 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/26/2022, 12:23 am

Querida mía debes tener tus razones para estos días de ausencia, espero que estés bien y pronto saber de ti y de la historia saludos cariño 😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/28/2022, 10:09 pm

Capítulo 67

—Vale, vamos a ello — Dijo Yulia inhalando fuertemente y cerrando los ojos brevemente durante momento mientras se preparaba mentalmente para lo que iba a ver.

Consiguió sacar las fotos del sobre para que así estuviera de cara hacia abajo y la única cosa que prevenía que las viera era un pequeño pero insignificante movimiento de muñeca.

—Puedes hacerlo cariño — tranquilizó Elena, sintiendo sus dudas cuando fallaba al darles la vuelta.

Puso una mano en el hombro para animarla y lo apretó.

—Sinceramente, estará bien. Lo verás — Reiteró consoladoramente —Estoy aquí.—

Yulia abrió los ojos y giró su cabeza para encontrarse con la mirada entendedora de Elena, ofreciéndole una pequeña y apreciadora sonrisa antes de volver su atención hacia las fotos impresas que tenía en su mano. Jugó con ellas un momento nerviosamente, con el pulgar jugando con los bordes de las fotos mientras intentaba coger todo el coraje para darles la vuelta y verlas.

Lena movió su mano para ponerla en la muñeca de Yulia y ladeó su cabeza ligeramente para que así sus ojos verdes se encontrasen con los de su novia.

—¿Quieres que lo haga yo? — le preguntó compasivamente deslizando sus dedos para que así ahora estuviera sosteniendo una pequeña parte de las fotos con su mano derecha — Puedo hacerlo si quieres.

Yulia miró fijamente a la pelirroja un momento, sopesando su oferta pero luego negó con su cabeza en respuesta decididamente.

—No, yo lo haré — dijo exhalando una bocanada de aire lentamente mientras apretaba sus labios.

—Vale — respondió Elena sonriendo mientras soltaba las fotos de su agarre, complacida por el coraje de Yulia.

Con cuidado, la pelinegra giró las fotos para que así la parte lisa y blanca del papel que había estado visible en lo alto de la pila estuviera ahora apoyada en el sobre que estaba en lo alto de sus muslos.

—Jesús! — suspiró Elena completamente sorprendida cuando la hoja blanca y pura anterior fue reemplazada con la primera imagen de Yulia después del accidente.

—Lo sé — dijo la ojiazul mientras sus ojos se fijaban en la foto que tenía delante.

Trazó su pulgar por la imagen mientras la estudiaba, mirando todo lo de la página con calma, sus previas preocupaciones sobre cómo reaccionaría rápidamente fueron olvidadas por la realidad de lo que había estado permanentemente preservado en cámara.

—Ni siquiera se parece a mí — comentó acercándose a la fotografía de su mano mientras Elena apartaba la vista, sintiéndose intranquila —¿Crees que se parece a mí? — preguntó mientras miraba a la chica de ojos verdes.

Las cejas de la morena se levantaron en alarma ante la visión del rostro pálido de su novia que se había vuelto a sentar recta.

—¿Estás bien? — le preguntó a Elena, cambiando su posición en el sofá para así poder mirarla mejor.

—Sí, estoy bien — mintió la pelirroja, haciendo su mejor esfuerzo para suprimir la urgencia que había tenido de llorar.

Su voz se tornó más ronca de lo que había esperado y odiaba la forma en la que le había traicionado su inquietud cuando estaba intentando hacer lo mejor para no dejar saber a Yulia lo mucho que las imágenes la estaban angustiando. Con suerte sin embargo, la morena parecía haberse tragado la fachada y había vuelto su atención a revisar las fotos que tenía delante.

Elena hizo un gran esfuerzo para dejar caer sus ojos de vuelta a las fotografías pero no podía evitar encogerse por dentro mientras les echaba un vistazo, su mente conjuraba el recuerdo de Yulia en la unidad de cuidados intensivos después de su ataque en Navidad deseando más que nada que esas imágenes que tenía delante de ella ahora se parecieran a su novia en aquel entonces.

La pelirroja no sabía que esperar ver cuando Yulia le había pedido ver las fotos con ella, pero nunca en un millón de años habría estado preparada para lo que sólo podía ser descrito como una completa carnicería que tenía representada en las páginas que tenía delante. Si Elena no había estado agradecida por su ausencia en la vida de Yulia cuando fue el accidente, entonces ahora definitivamente lo estaba. Ver la devastación que el accidente había dejado en el cuerpo de su novia hacía sentirla físicamente enferma y pensó que finalmente había entendido exactamente porqué Yulia pensó que tendría una reacción similar al ver las fotos.

Ver a Yulia en la unidad de cuidados intensivos después de su ataque había sido horrible para Lena. Había estado devastada al ver a su novia conectada al ventilador y unida a muchas líneas que habían sido necesarias para estabilizar su condición siguiendo la prolongada ausencia de oxígeno de su cerebro mientras había estado convulsionando. Yulia había estado inconsciente de todo lo que pasaba a su alrededor mientras había estado sedada pero Elena lo recordaba, lo recordaba todo. Recordaba lo asustada que se había sentido en ese momento, lo preocupada que había estado por Yulia y su recuperación, la forma en la que su estómago se había encogido en un nudo ante el pensamiento de que su novia pudiera no despertarse, que pudiera haber sufrido más daño cerebral. Ella recordaba cómo la forma normal de su novia había parecido estar más empequeñecida de lo normal, en la cama del hospital que parecía ser demasiado grande para ella. Recordaba lo frágil que Yulia había parecido, lo aprensiva que había sido sobre tocarla en caso de poder hacerle más daño.

En aquel entonces, Olga le había contado a la pelirroja que Yulia se veía cien veces mejor de lo que lo había estado en comparación con la última vez que la habían ingresado en la unidad de cuidados intensivos. Había intentado tranquilizar a Lena que a pesar de que Yulia se veía bastante mal al menos no parecía que se estuviera muriendo. En ese momento, Elena había sido reconfortada con este conocimiento y sabía que había algo de verdad en las palabras de Olga. Pero no fue hasta ahora cuando realmente pudo apreciar la completa sinceridad en ellas. Todos esos meses atrás Elena había pensado que Olga estaba embelleciendo la verdad ligeramente para tranquilizarla pero ahora sabía que sus suposiciones eran falsas, cuando las terribles imágenes a color confirmaron que las palabras de la chica castaña eran completamente correctas. En la foto que Elena sostenía en su mano Yulia realmente parecía como si estuviera muriendo.

La morena dio un golpecito en el brazo de su novia sacándola de sus propias reflexiones durante un momento. Le dio a Elena la primera fotografía, con sus ojos firmes delante de ella mientras volvía su atención a la segunda de la pila. Elena tomó la imagen de mala gana y la examinó más de cerca. Observó la forma reconocible de Yulia tumbada en la gran cama familiar del hospital que estaba rodeada de un mar de aparatos médicos. El cuerpo de la chica estaba cubierto por el pijama pasado de moda del hospital con el centro de éste manchado de rojo donde había sangre de la herida de su pecho y la subsecuente cirugía de corazón que le habían hecho sobresaliendo por el material. Elena podía ver un tubo sobresaliendo del costado izquierdo de Yulia, drenando un líquido rojo oscuro hasta un recipiente que sobresalía en la esquina de la cama.

Los brazos de Yulia estaban apoyados notablemente en sus costados, ambos libres de pijama, ninguno de ellos habiendo sido pasado por las mangas debido a las vías que obstruían su piel. Los ojos de Elena cayeron hasta el brazo izquierdo de Yulia del que pronto se dio cuenta que estaba elevado por una almohada, con toda la extremidad al completo cubierta por un gran artilugio de metal que parecía como si hubiera sido puesto de una de las películas de "Saw" como una forma de tortura para su novia. Largos puntos sobresaliendo del antebrazo izquierdo y la pequeña mano de la chica estaba hinchada, con su piel amoratada con una gran mancha oscura morada por toda ella.

Elena tragó saliva fuertemente de nuevo para quitarse el nudo de la garganta que se estaba empezando a formar en la parte de atrás de ésta. Permitió a sus ojos vagar con cuidado por el cuerpo de su novia de nuevo hasta que llegaron a posarse en lo que sólo ella podía identificar como la cara de Yulia. Sintió que su garganta se apretaba más ante esta visión y sus ojos la amenazaban con lágrimas mientras miraba la imagen que tenía delante, la realidad de lo que había sufrido su novia la golpeó como un gran tren a toda velocidad.

Unas cuantas vías estaban unidas a un lado del cuello de Yulia hasta la máquina que estaba al lado del cabecero de la cama, sobresaliendo por el collarín que llevaba para proteger su columna vertebral. Un tubo nasogástrico había sido puesto en la nariz de la chica pegado a su mejilla con una buena cantidad de cinta para sostenerlo en el lugar. La cara de Yulia, si se pudiera llamar así estaba tan desfigurada, estaba parcialmente oscurecida por el tubo de ventilación que escondía su boca y la barbilla de la vista de Elena, pero, no era suficiente para completamente ocultar el daño que se había infligido en su novia. El costado izquierdo de la cara de la morena estaba casi completamente distorsionado por la hinchazón, su piel estaba tirante e inflamada como si estuviera teniendo una reacción alérgica severa a algo que hubiera comido. Su ojo izquierdo estaba cubierto por un vendaje manchado de sangre, alrededor del cual se habían fijado un par de tiras finas de cinta y la cabeza completa estaba envuelta por vendajes para protegerla de una infección postoperatoria. Desde lo alto del cerebro de Yulia, un gran aparato cilíndrico se hinchaba, pero Elena estaba insegura de su propósito.

—No están tan mal ¿no? — preguntó la pelinegra, dándole la siguiente foto y la chica de ojos verdes sonrió débilmente en respuesta a la pregunta de su novia mientras cogía la fotografía.

—No, no son tan malas, Yul — dijo la pelirroja tristemente, con un tono silencioso y poco convencido pero pasando desapercibido ante Yulia, quien estaba completamente involucrada en la tarea que tenía entre manos.

Elena bajó su mirada hacia la siguiente fotografía que mostraba la cara de Yulia y era incapaz de mirar el daño de ahí en tan alta resolución, puso la hoja hacia abajo encima de la última y tomó un par de largas y calmantes bocanadas de aire, con las lágrimas sin ser ya una amenaza sino una realidad.

Yulia, habiéndose dado finalmente cuenta del comportamiento de la pecosa por el rabillo del ojo paró lo que estaba haciendo y volvió su atención hacia su novia.

—¿Elena? — preguntó, dándose cuenta de las lágrimas que estaban haciendo su camino por las mejillas de ésta mientras sollozaba silenciosamente para sí misma —¿Qué pasa?

—¿Qué pasa? — preguntó, frotándose los ojos avergonzada por su reacción al ver las imágenes — Esto es lo que pasa — Le dijo, haciendo un gesto hacia las fotos —Esto es...

La morena se inclinó y puso la pila de fotografías que estaba sosteniendo encima de la mesita que tenía delante antes de extender la mano haciendo lo mismo con las fotografías que ahora estaban sobre el regazo de Elena.

—Hey — dijo Yulia suavemente, cogiendo las manos de Elena entre las suyas acariciando la parte de atrás de una de ellas con su pulgar, suavemente —Lo siento — Se disculpó sinceramente — No debería de haberte pedido que estuvieras aquí para esto. No era justo para ti. No estaba pensando — Reconoció —Estaba siendo egoísta...

—No — contestó rápidamente la pelirroja, sin querer que Yulia malinterpretara sus palabras captando la impresión errónea —No es eso Yul — Le dijo levantando sus ojos hacia los de su novia — Quería estar aquí, quería. Es sólo... que no me di cuenta, eso es todo.

—¿No te diste cuenta de qué? — le preguntó Yulia ligeramente confundida, pero apretó sus manos entre las suyas en forma de ánimo.

—No me di cuenta de lo malas que podían ser — admitió — Pensé que serían diferentes. Pensé que sabía lo que esperar pero no tenía ni idea. Nada — dijo.

Yulia miró de nuevo hacia las fotos en la mesa durante un momento antes de volver a encontrarse de lado con la mirada de Elena.

—Sabes, no tenemos que hacer esto ahora — dijo, acariciando el brazo de Lena con una mano — Lo puedo hacer después cuando te hayas ido. Estoy bien, de verdad... Puedo hacerlo yo sola si es demasiado para ti.

—Lo siento — dijo Elena, era su turno para disculparse.

—¿Qué es lo que sientes? — le preguntó confundida.

—Querías que estuviera aquí para apoyarte pero he terminado volviéndome emocional a cambio.— Explicó, encogiendo su nariz para evitar que gotease, teniendo su pecho bloqueado y cargado de llorar.

—Está bien — la tranquilizó la morena levantando una mano para limpiar una lágrima de la mejilla de Lena —Por favor no te disculpes por cómo te estás sintiendo. Supongo que realmente no consideré adecuadamente cómo sería para ti. No estaba pensando. Sólo asumí que no te afectaría tanto como lo ha hecho porque no me conocías en aquel entonces pero debería haberlo sabido mejor. Lo siento — La pelinegra acercó a la otra chica en un abrazo y sintió cómo los brazos de su novia se envolvían a su alrededor rápidamente, sosteniendo su pequeño torso tan fuertemente como podía. Las manos de Elena agarraron urgentemente el material de la sudadera de Yulia como si se fuera a evaporar si accidentalmente relajaba su agarre durante un milisegundo.

—Estás tan calmada — señaló la pelirroja, con sus brazos aún firmes alrededor de los hombros de Yulia —¿Por qué estás tan calmada ahora cuando estabas tan nerviosa antes? — preguntó —¿Por qué no estás completamente destrozada? — sollozó miserablemente.

—No lo sé.— admitió la ojiazul sinceramente encogiéndose de hombros contra el peso de los brazos de Elena —No sé cómo estoy tan calmada. Para ser sincera no sé lo que estaba esperando pero, no era esto. La expectación era peor que la realidad.— confesó —Esa no soy yo en esas fotos Lena. No se parece a mí. No me puedo ver en ellas. No puedo, lo he intentado — continuó —Se parece a alguien más, pero no a mí. Sólo es una foto de un cuerpo con una cara que ni siquiera reconozco. Está demasiado hinchada como para reconocerla adecuadamente, demasiado oscurecida de la vista por el ventilador. Es como que mi cerebro es incapaz de ver la verdad o es demasiado testarudo para admitirla — Se dio cuenta —Está negándome la realidad, protegiéndome de ella probablemente.

Yulia soltó a Elena y se echó hacia atrás para encontrarse con sus ojos de nuevo, mientras sus manos encontraban su camino para apoyarse en los brazos de su novia. Por su parte, la pelirroja mantuvo sus brazos envueltos alrededor del cuello de Yulia negándose a dejarla ir por completo.

—No recuerdo nada de eso — dijo la ojiazul pensativamente haciendo un gesto hacia las fotos de la mesita con un rápido movimiento de cabeza —Ni siquiera recuerdo estar en el hospital al principio. Recuerdo partes del accidente ahora y recuerdo lo de después, durante mi rehabilitación inicial pero... no me acuerdo de mis primeras semanas. Estaba muy fuera de mí — Se pausó un momento, frunciendo su cara mientras acariciaba los brazos de la ojiverde con sus manos, delicadamente.

—Todo lo que recuerdo son un par de flashes de cosas mientras empezaba a despertarme...— compartió —Recuerdo gente llorando mayormente...— dijo, recordando las cosas lo mejor que pudo —y una luz brillando en mis ojos mientras una voz muy profunda me hablaba — recordó — Recuerdo sentir un inexplicable terror por no poder moverme. Fue horrible. Fue como si hubiera estado atrapada en mi propio cuerpo y quería gritar tanto porque todo me dolía pero no podía. No podía hacer ni un solo sonido — Movió la cabeza de lado a lado para aclararla y una mano hacia arriba con afecto para acariciar la mejilla de Elena con su pulgar.

—Pero estabas tan preocupada por ver las fotografías — le recordó la ojiverde.

—Lo sé — se rió prácticamente entretenida — pero ahora no sé por qué lo estaba — admitió —Tenías razón Elena — Dijo poniendo un mechón de pelo detrás de la oreja de su novia con su mano derecha —Aunque esa sea yo... fuera yo...— sondeó.

—Yul esa eres tú en esas fotos — Le interrumpió Elena señaladamente —Quiera o no tu cerebro aceptarlo, eres tú...eso te pasó a ti...— empezó a decir pero se paró para sofocar otro sollozo evidentemente molesta.

—Shh — dijo la ojiazul acariciando la frente de Elena tranquilizadoramente —Por favor no llores — Le pidió amablemente —Está bien...Estoy bien ahora — La tranquilizó —Sé que soy yo, lo sé, pero a la vez no soy yo, ya no más. Quiero decir, mírame — dijo poniendo una cara ridícula e intentando animar a Elena —Estoy mejor ahora ¿no? Si no lo estuviera ¿podría hacer eso?


—No — se rió Elena, limpiándose los ojos de nuevo, entretenida con las payasadas de su novia.

—Estoy bien — Le dijo de nuevo Yulia mientras se acercaba y la besaba suavemente en los labios —Estoy bien. Sobreviví y estoy aquí ahora — continuó, plantando besos delicados por las mejillas de Elena entre palabras —Estoy aquí por ti — Compartió abiertamente —Estoy aquí por mi familia y por Olga — dijo, apoyando su frente contra la de la pelirroja, cerrando sus ojos —Aún estoy aquí por mí — Admitió finalmente, con sus propias lágrimas en los ojos —No creo que esté preparada para irme. No creo que me levante un día y vaya a ser el último... aún tengo cosas que quiero hacer... aún tengo cosas que quiero ver y experimentar... incluso hice planes para ir al cine con Olga por Dios santo — bromeó, intentando aligerar el estado de ánimo — No tengo intención de morir. No quería. No así, no sin decir adiós a la gente que he amado.

Movió su cabeza hacia atrás para mirar a Elena quien la estaba mirando con los ojos rojos e hinchados.

—Decir adiós es importanten— Comentó y Elena no estaba segura de su significado hasta que continuó —Tenía que decir adiós a mi pasado — aclaró —Lo he hecho ahora y fue más fácil de lo que pensé que sería. Es mucho más simple ser capaz de mirar atrás y saber que todo por lo que has pasado mereció la pena. Que tu vida se dará la vuelta y volverá a ser la misma, que serás bendecida por lo que has soportado.

—¿Qué quieres decir? — preguntó Elena lloriqueando y limpiándose la nariz con la parte de atrás de su mano.

—Quiero decir — empezó Yulia, mirando hacia las fotos una vez más durante un instante —Ese fue probablemente mi momento más bajo y difícil de mi vida — Le contó, encontrándose con sus ojos verdes penetrantes de nuevo —Gasté demasiada energía odiando todo y a todos, incluyéndome a mí misma. Me preguntaba constantemente por qué me pasó a mí. Parecía tan injusto, sin sentido pero me di cuenta ahora de que no era así — Acarició el lado de la cara de Elena con sus dedos, con cariño —Me preguntaste una vez si pensé que fue el destino ser golpeada por un coche. ¿Te acuerdas? — cuestionó —Fue después del baile de invierno cuando nos quedamos despiertas toda la noche hablando... tú estabas borracha...

—No estaba borracha — protestó Lena riéndose suavemente a pesar de las lágrimas —pero recuerdo la conversación.

—Te conté que no pensaba que fuera fortuito, que tuve un tiempo duro creyendo que Dios me había hecho pasar por algo así — Dijo Yulia —Me preguntaste que si habría cambiado algo. Si hubiera deshecho el accidente si hubiera podido incluso aunque hubiera significado no haberte conocido nunca.

—Me dijiste que no lo harías — Recordó Elena —Dijiste que el accidente mereció la pena. Que estabas intentando no vivir en el pasado porque no puedes cambiar lo que ya ha pasado.

—Creo que me estaba mintiendo a mí misma un poco entonces — admitió Yulia —En lo más profundo sabía que no podía cambiar lo que me pasó pero sólo estaba repitiendo lo que mi terapeuta había dicho.
Realmente no lo creía completamente en aquel entonces. Aún estaba tan destrozada — Confesó —Aún estaba anclada en el pasado. No podía decirle adiós, no podía escapar. Si hubiera podido ir hacia atrás para así nunca haber cruzado la carretera ese día lo habría hecho. Habría dado cualquier cosa para no haber pasado todo lo que pasé. Odié lo que me pasó.

Lena parecía un poco herida por la insinuación de Yulia, sentía que las palabras la cortaban como un cuchillo.

—Habría deshecho el accidente si hubiera tenido la oportunidad — explicó una vez más dándose cuenta de la expresión herida de Elena —Lo hubiera hecho y creo que si tu hubieras estado en mi posición entonces habrías querido deshacerlo también. En un mundo ideal, el accidente no habría pasado y aún así nos habríamos encontrado la una a la otra, pero esto no es un mundo ideal y Dios nos manda pruebas para poner a prueba nuestra fe. Él recompensa nuestra resistencia, nuestra perseverancia continua — Se pausó un momento para besar la frente de la pelirroja cariñosamente —Pero no estaba mintiendo cuando dije que el accidente mereció la pena. Eso no era una mentira.

Lo decía de verdad porque tú definitivamente mereciste más la pena Elena a pesar de lo mucho que lo resentida que estaba con las lesiones y lo difícil que mi vida se había convertido. Tú fuiste mi recompensa. Lo veo claramente. No tengo duda en mi mente de que fui bendecida contigo por mis pruebas.

—Si el accidente fue por lo que fuiste bendecida conmigo entonces ¿qué soporté yo para ser bendecida contigo?— preguntó Lena interesadamente.

—Aún no lo entiendes, ¿verdad? — preguntó Yulia retóricamente — Elena tu soportaste también el accidente solo que, lo experienciaste a través de mí — Le dijo —Sufriste también por lo que me pasó. Estuviste a prueba cada día con mi estado de ánimo, con mi odio hacia mí misma y con mis incapacidades pero te quedaste conmigo. Perseveraste a pesar del dolor físico y emocional que habías experimentado. Si piensas que soy una bendición, si lo sientes de esa forma...

—Lo hago — estableció la pelirroja con confianza, interrumpiendo —Lo siento así.

—Entonces supongo que soy tu recompensa mientras soy tu prueba — dijo Yulia —Esto sólo lo prueba. Te duele verme así — señaló asintiendo en dirección de las imágenes de nuevo —Imaginar cómo fue. Sufres por mí y lo siento. Sé que realmente nunca he hablado adecuadamente sobre lo que ha sido para ti, estar sentada al lado de mi cama en el hospital intentando ser fuerte y animándome cuando estaba en medio de mi depresión. Dices que soy fuerte y puede que lo sea, pero tú también lo eres y no te das el suficiente crédito por ello.

Yulia le dio otro abrazo, acariciando su espalda suavemente con sus manos.

—Quiero que me hables sobre ello — Le dijo la ojiazul —Quiero escuchar qué estás sintiendo a cambio. Siempre me estás escuchando. Soy tan frívola con mis pensamientos cuando se trata de ti pero siento que aún te guardas cosas porque estás preocupada de hacerme daño o molestarme.

Se echó hacia atrás de nuevo para mirar a su novia quien aún estaba llorando.

—Habla conmigo por favor.— Le pidió Yulia — Cuéntame cómo fue para ti porque yo no lo sé. No tengo ni idea de lo que debía ser porque estaba agradecidamente ida de todo mientras estaba inconsciente. Tú sufriste mientras dormía y no sé cómo es eso pero, quiero entenderlo ¿por favor?— Lena la miró y sonrió tristemente mientras extendía una mano para trazar la cicatriz de la frente de su novia.

—No creo que lo pueda poner en palabras Yul — le informó —Era un sentimiento. Era como si estuviera en el borde de un abismo sin final completamente paralizada e incapaz de moverme. Sólo estaba esperando a que alguien viniera y me empujara en el borde hacia un gran vacío y podía imaginarlo, el gran agujero que dejarías en mi vida si murieras o no te despertases. Era como una aspiradora quitando el aire a todo, haciéndome sentir como si me estuviera ahogando aunque sabía que no lo estaba haciendo.— Tomó una gran bocanada de aire, con su voz empezando a romperse mientras sus emociones se hacían con lo mejor de ella —Estaba tan asustada — admitió —No sabía que pudiera amar a alguien tanto que la posibilidad de perder a esa persona significaría que mi mundo al completo fuera a llegar a un final abrupto e irreversible. Sabía que si algo te pasaba, que si morías entonces yo también lo haría —La mano de Lena vagó por los brazos de Yulia, por su cuello y su torso mientras continuaba —Tenía miedo de tocarte — Compartió con ella buscando comodidad en la tranquilidad que sus dedos le daban de que su novia ya no estaba herida ahora —Sentía como si el más ligero contacto pudiera romperte. Parecías tan pequeña y frágil en esas cama Yul, como si no hubiera absolutamente nada para separarte de mí para siempre — Yulia limpió una lágrima de la mejilla de su novia de nuevo y movió su mano derecha para tomar una de las manos de ésta que seguían vagando por su cuerpo.

—Pensé que eso era todo — confesó Elena —Pensé que a lo mejor ese era todo el tiempo que tendríamos y lo que más daño hacía era que no había tenido la oportunidad de decírtelo de nuevo, de decirte que te quería — divulgó —Recuerdo pensar que no te lo había dicho ese día antes de la clase de Francés. La última cosa que te dije fue 'vale.' Simplemente 'vale' y no quería que esas fueran mis últimas palabras que intercambiamos. Quería que supieras... — lloró molesta, finalmente abriéndose sobre cómo se había sentido.

—Lo sabía — le dijo Yulia sonriendo —Sé cómo te sientes Lena. No tienes que decirlo. Dices 'Te quiero' un millón de veces al día y no siempre con palabras. Ya no necesitamos palabras. Podrías ser muda como yo a veces lo estoy y aún así sabría cómo te sientes conmigo. Dices 'Te quiero' cuando me sonríes, o cuando abres la puerta, o cuando llevas mi mochila. Me dices que me quieres cuando tomas mi mano entre las tuyas y trazas mi cicatriz de la mano. Me dices que me quieres todo el tiempo sin ni siquiera darte cuenta, cuando me llamas 'idiota' o cuando me quitas el pelo de los ojos. Siempre me lo estás diciendo. No te preocupas nunca de que no sepa cómo te sientes conmigo porque lo sé, lo sé Elena.

—¿Lo sabes? — preguntó vulnerablemente.

—Sí — contestó Yulia, pasando su pulgar ligeramente sobre los labios de la pelirroja, estudiándolos con sus ojos —Lo sé.

—Pero decir adiós es importante — Repitió Elena antes de seguir llorando —Tú dijiste eso Yul y es verdad. Si eso iba a ser todo quería ser capaz de decirte adiós adecuadamente. Necesitaba ser capaz de hacer eso y el pensamiento de que no podía me estaba aterrando. No era suficiente decirte eso. Necesitaba que lo escucharas.

—¿Qué es un adiós como ese Elena? — le preguntó genuinamente insegura —¿Quiero decir seriamente? ¿Qué llega después de esto?

—No lo sé — admitió Elena —Eso es lo que es tan aterrador.

—No sé, a lo mejor adiós no es una cosa final o permanente, no cuando se refiere a la gente — dijo Volkova pensativamente, contradiciendo su opinión de antes un poco mientras la consideraba más —A lo mejor sólo es el reconocimiento de una ausencia hasta la próxima vez que os volvéis a ver. Es como le dije a Vika en el parque cuando me preguntó qué pasaba cuando su corazón también se parase y no hubiera más recuerdos latentes. ¿Recuerdas?

—Le contaste que significaría que volveríais a estar juntas y así no necesitaríais recuerdos — recordó Elena.

—Yo creo eso — confesó —Creo que hay algo más después de haber vivido. Tengo que creer eso. No sé el qué pero hay algo. Tiene que haberlo. Así que realmente, ¿cómo de importantes son las despedidas? — preguntó —Supongo que no son tan importantes al fin y al cabo porque si sabes que alguien te quiere, ese alguien te quiso, entonces sabes que es inevitable que los volverás a ver en algún punto, en algún lado. Volveréis a estar juntos — Miró a sus manos entrelazadas durante un breve momento antes de continuar —Las despedidas son dolorosas — musitó Yulia —Creo que son una de las cosas más dolorosas de experimentar porque incluso con el conocimiento de que os volveréis a ver en un día, una semana o un mes, aún así estaréis el uno sin el otro y eso duele. Duele cuando alguien por quien te preocupas tanto esté echándote de menos. Cuando alguien de quien dependías está ausente — Apretó la mano de Elena tranquilizadoramente —Así que no te preocupes por decirme adiós — le dijo —Son demasiado difíciles y es como se lo dije a Vika, siempre estaré contigo, simplemente como tú siempre estarás conmigo. Mientras tu corazón siga latiendo tendrás mis recuerdos y nunca podré realmente morir, ¿cierto?

—Pero 'Morir sería una terrible gran aventura'— Dijo Elena, sorbiendo con la nariz y sintiéndose un poco mejor después de haber divulgado sus pensamientos a su novia.

—¿Has leído Peter Pan? — preguntó Yulia sonriendo.

—He visto las películas — Confesó Elena sonriendo.

Yulia miró hacia las fotos de encima de la mesa y la pelirroja siguió su mirada.


—No sé qué habría hecho si hubiéramos estado juntas en aquel entonces — dijo, levantando sus ojos para estudiar la cara de Yulia —Lo siento pero las fotos, me hacen sentir enferma — Compartió con su novia —Entiendo cómo te has sentido en el pasado porque es de la misma forma en la que me siento yo ahora. No eres tú — aclaró rápidamente —No es por la forma en la que apareces en ellas. Es porque ahora puedo apreciar lo malo que fue el accidente adecuadamente. Puedo ver lo que te hizo, las marcas que dejó en tu cuerpo, y puedo imaginar lo doloroso que fue. No puedo soportar el pensamiento de que hayas pasado por eso. Ojala pudiera haber hecho algo para pararlo, para quitar el dolor o hacer como que nunca hubiera pasado.— Elena se rió pensando en las palabras de antes de Yulia.

—Supongo que tenías algo de razón — se rió limpiándose los ojos con su mano libre —Incluso yo desharía todo si pudiera. Preferiría que me hubiera pasado a mí antes que a ti. A veces deseo que hubiera pasado.

—Yo no — Contestó la morena —Espero que nunca tengas que experimentar nada como lo que yo pasé — Le dijo Yulia, encontrándose su mirada de lado —Estaría encantada de que me golpeasen otros diez coches más si significa que tú nunca sabrás cómo fue experimentar el dolor que yo pasé. Haría cualquier cosa para protegerte de eso. Si fuera una elección entre tú y yo entonces te empujaría fuera del camino cada una de las veces.

—Lo siento — se disculpó Elena de nuevo —Reaccioné muy mal al ver las fotos y me odio por eso. Ojalá pudiera ser más fuerte por ti.

—A lo mejor no necesitas ser fuerte por mí, más — reconoció Yulia amablemente —Creo que finalmente me he dado cuenta de que soy lo suficientemente fuerte por mí misma ahora. Tienes permitido ser emocional, Elena. No tienes que ser la fuerte en esta relación todo el tiempo — Abrazó fuerte a su novia contra su pecho besándola en la frente —Yo también puedo cuidar de ti — Murmuró la morena contra su piel.

Elena apretó su agarre sobre su novia y sonrió de nuevo contra su pecho.

—Por favor no te odies, Elena — Le dijo acariciando la parte de atrás del pelo de la pelirroja hasta que levantó los ojos para mirarla de nuevo —Tienes que recordar una cosa muy importante — dijo Yulia — Fue el impacto de un vehículo conduciendo a 80 kilómetros por hora lo que me infligió dolor, lo que me destrozó físicamente de la forma en la que me ves en esas fotos pero — dijo pausándose —todo lo que viene de ti, es una sonrisa, un pequeño gesto con el labio o un guiño con el ojo y cada herida o marca que el coche dejó en mí instantáneamente se olvida. El impacto que tú tienes en mí es infinitamente más grande que el que un coche jamás podría tener — Se inclinó hacia adelante y conectó sus labios un breve momento, quedándo su cara cerca de la de Lena mientras continuaba —Su coche apenas consiguió rasgar la superficie en comparación con la forma en la que tú me afectas — Siguió Yulia —Las marcas que has dejado, las que son el resultado de tu risa, o del brillo en tus ojos, o la sensación de tus labios en los míos...son más profundas que las que ningún accidente podría haberme causado. La impresión que has dejado en mi corazón, es verdaderamente cambiadora de una vida, es mucho más devastadora. Es para siempre. Estas cicatrices — dijo señalando su cabeza —desaparecerán en algún momento. Se volverán menos reconocibles, menos importantes pero el impacto que tú has tenido seguirá quemando con la misma intensidad cada día, aquí — terminó, señalando su pecho —Nunca desaparecerá, nunca se reducirá — Tomó la mano de Elena y la apretó en la suya mientras se acercaba y la besaba de nuevo —¿Puedo enseñarte algo? — preguntó y la pelirroja asintió mientras ella se levantaba y empezaba a llevarla hasta la puerta del salón. Guió a su novia escaleras arriba hasta su habitación e hizo un gesto para que se sentara en la esquina de la cama mientras se movía hacia el armario, abriéndolo y rápidamente se agachó para sacar una pequeña caja de zapatos.

Una vez a salvo en sus manos, Yulia se volvió a levantar caminando hacia Elena, sentándose al final de la cama a su lado poniendo la caja en su regazo. La abrió y puso la tapa en el suelo, deslizando la caja sobre el regazo de su novia.

—¿Qué es? — preguntó la ojiverde estudiando los contenidos de cerca, mientras su mano vagaba a través de las cosas que había.

—Son todas las cosas que pensé que eran lo suficientemente importantes para guardar a lo largo de nuestra relación — le dijo Yulia, extendiendo la mano y señalando unas cuantas cosas mientras las enumeraba —Hay una concha que encontraste en nuestra primera cita en la playa — dijo, con su dedo índice golpeando ligeramente la caja —Hay entradas de las películas que hemos visto juntas, la pequeña llave de minion que ganaste para mí en la feria, la carta que escribí para tu crush antes de saber que era yo — siguió —Hay un CD que hice de todas las canciones que me recordaban a ti y a mí — continuó Yulia —Están los tickets del baile de invierno y del concierto de Taylor Swift — Movió alguna de las cosas con su mano para poder mirar mejor —Está la tarjeta de San Valentín que me diste — dijo —Hay un montón de cosas diferentes aquí dentro.

—¿Por qué las guardaste todas? — le preguntó Lena.

—No sé, supongo que sólo significan algo para mí — contestó Yulia encogiéndose de hombros —Quería guardarlas para recordarme cosas que hemos hecho juntas. Ya sabes cómo es mi memoria — bromeó y Elena le sonrió calurosamente, mientras sus ojos lentamente secaban las lágrimas ahora que finalmente habían parado —No confío en ella. Así que colecciono estas cosas y las guardo en un sitio a salvo para así poder volver a mirarlas más tarde y recordar.

—¿Por qué quieres enseñarme todo esto?— preguntó Elena, poniendo la caja en el suelo a los pies de la cama.

La morena sonrió ampliamente mientras extendía su mano y la apoyaba contra el cuello de la otra chica.

—Quiero enseñarte todo — le dijo Yulia simplemente — Quiero compartir todo contigo Elena y este momento parecía el indicado para revelar como cosas pequeñas e insignificantes que hacemos juntas como caminar por la playa son importantes para mí y de verdad que no son insignificantes para nada — Bajó la mirada hasta los labios de Lena un momento y se mordió el labio inferior entre los dientes —Cada momento contigo es importante y quería mostrarte lo mucho que te valoro a ti y lo que tenemos. Quería hacerte sentir mejor — Dijo soltándose el labio de nuevo —Tú eres mi ancla ¿recuerdas? — dijo cogiendo la mano izquierda de Lena en la suya, moviendo el anillo que tenía puesto significativamente — Eres lo que me mantiene en el suelo, lo que me da fuerza. Te hice una promesa ese día en la playa y realmente la sentía. Te dije que estaba comprometida a estar ahí para ti y que podías contar conmigo para escuchar cómo te estás sintiendo, así que, por favor, no pienses nunca que tienes que disculparte por tus emociones. Quiero decir, que ya te has tenido que aguantar lo suficiente lo mío. Es hora de que cambien las cosas un poco — Elena se acercó y besó a su novia suavemente en los labios en apreciación a sus palabras. Sus jodidamente perfectas palabras, pensó, con sus dedos encerrados alrededor de los de la morena, fuertemente. Movió su mano apoyándola sobre la cadera de Yulia y con cuidado subió la sudadera de ésta para acariciar la piel suave de su abdomen mientras la chica más pequeña echaba a Elena sobre su espalda en la cama. Empujó el pecho de su novia con su mano libre y maniobró para así estar tumbada en lo alto del pecho de la ojiverde, con una rodilla presionada entre las piernas de la chica más alta, sus estómagos tocándose, mientras Yulia profundizaba el beso, haciendo que su lengua trabajara en su camino hacia la boca de la pelirroja, chocando placenteramente.

—¿Cuándo vuelven tus padres?— preguntó Elena jadeando mientras separaba sus bocas durante un breve momento. Miró fijamente los ojos azul profundos de Yulia implorando y la morena sonrió en respuesta, satisfecha.

—No pronto — dijo ésta chupándose el labio inferior seductoramente, con voz ronca y rasposa mientras hablaba.

Deslizó una mano por debajo de la camiseta de Lena, levantándola hasta exponer su pecho y movió su cabeza hacia el ya estómago desnudo de la pelirroja, plantando suaves y ligeros besos contra las abdominales de su novia.

—Vale, bien — dijo Elena cerrando sus ojos mientras la morena trazaba una línea hacia el centro de su pecho con la punta de su lengua.

—¿Por qué? ¿Te está haciendo sentir mejor? — preguntó Yulia, levantando su cabeza un momento para mirar sus ojos penetrantes que estaban aún de alguna manera hinchados por haber estado llorando.

—Un poco — contestó la ojiverde burlonamente, haciendo que la esquina de la boca de Yulia se levantara con entretenimiento.

—Sólo un poco — dijo Yulia, bajando su boca hacia un lado del cuello de Lena, chupándolo delicadamente mientras trabajaba en su camino para morder la parte de debajo de la oreja de ésta —¿Eso es todo? ¿Sólo un poco? — susurró Yulia seductoramente.

—Sí, sólo un poco — contestó Elena, arqueando su cuello en la cama mientras la mano de Yulia se movía hacia arriba tomando su pecho por debajo de su sujetador.

—¿Y ahora? — preguntó la ojiazul masajeando el suave bulto con sus dedos, conectando sus labios mientras presionaba sus caderas, hundiéndolas más contra la cama.

Escuchó a Elena gemir debajo de ella y movió su rodilla para así presionarla más firmemente contra el centro de su novia.

—Yul — respiró la pelirroja mientras la chica más pequeña soltaba su boca.

—Sí — exhaló la ojiazul mientras su mano libre seguía acariciando el costado de Lena suavemente, con la otra aún manipulando el pecho de la chica.

—Te quiero — le dijo Elena y Yulia sonrió ampliamente.

—No tienes que decirlo — le recordó, quitando su mano del pecho de la pelirroja para jugar con sus mechones rojos, un minuto —Algo tan obvio no es necesario decirlo — estableció, refiriéndose a la broma que habían hecho en el centro comercial tanto como a los comentarios de antes.

—Lo sé pero quería — dijo Elena y la sonrisa de la morena se amplió mientras volvía a juntar sus bocas ansiosamente.

—Estás tan jodidamente atractiva en estos shorts — piropeó a Lena, con sus manos moviéndose hacia abajo desabotonándolos con cuidado, y sus ojos comiéndose a su novia sin vergüenza y haciéndola reír.

—Pero, estoy mejor con ellos puestos ¿verdad? — preguntó Elena juguetonamente y la morena ladeó su cabeza y sonrió de nuevo.

—Oh sí, definitivamente — dijo de acuerdo la morena, con sus manos moviéndose para desabrochar la camisa blanca de su novia, dejando una mirada de pura concentración cruzándose por su cara mientras lo hacía.

—Trae, déjame — dijo Lena desabrochándola rápidamente y abriéndola para revelar el sujetador debajo — La última vez que pasó esto mi madre tuvo que reparar mi camisa y se habría vuelto loca si hubiera pensado que estábamos haciendo algo...

—¿De verdad quieres hablar de tu madre ahora mismo? — preguntó Yulia y la ojiverde negó con la cabeza mientras se sentaba permitiendo que la chica más pequeña le quitase la camisa por los hombros.

Una vez quitada, Yulia la tiró al suelo detrás de ella sin preocupación.

—Podíamos hablar de tu madre si quieres — Bromeó Elena y Yulia se hundió encima suyo un momento.

—¡Oh Dios mío Elena! — protestó Yulia, enterrando su cara en el colchón por encima del hombro izquierdo de Elena —Por favor...cierra la boca sobre nuestras madres durante cinco minutos. Te lo estoy suplicando.

—Divertido — dijo la pelirroja, tirando del dobladillo de la sudadera de la morena significativamente — Este no es el tipo de súplica que tenía en mente — Volkova se sentó hacia atrás y levantó sus brazos mientras Elena se ponía sobre sus codos levantando la sudadera sobre su cabeza. La tiró en el suelo en la dirección de su propia camisa y después repitió el proceso con la camiseta.

—Sí, bueno en realidad no suplico — comentó mientras las manos de Elena caían mientras desabrochaban sus vaqueros.

—Si lo haces — respondió Elena recordando todas las veces que Yulia había intentado iniciar algo entre ellas, especialmente mientras había estado fuera en rehabilitación.

—Demuéstralo — la retó la morena, bajando su boca para chupar la parte de arriba del pecho derecho de Lena, con sus dientes rozando la piel de ahí ligeramente durante un instante antes de que su lengua la trazara hasta el centro del pecho de su pecho.

—Apuesto a que puedo hacerte suplicar — estableció la pelirroja desafiante mientras la mano de Yulia llegaba al dobladillo de sus shorts vaqueros, tirando de ellos hacia abajo. La pelvis de Elena se levantó para acomodarse al movimiento mientras se quitaba los zapatos a patadas rápidamente seguidos por los pequeños shorts, dejándola sólo en ropa interior.

—Apuesto a que no puedes — contrarrestó Yulia mientras se levantaba y salía de sus vaqueros apresuradamente.

Lena levantó una ceja ante la confianza de Yulia y le sonrió mientras su novia se volvía a poner encima de ella, golpeando de nuevo sus labios con los de ella.

—Apuesto — empezó Yulia, separando sus bocas un momento y cambiando su peso mientras se ponía a horcajadas sobre las caderas de su novia, con su rodilla una vez más presionando entre el espacio de las piernas de Lena —Apuesto a que puedo hacerte suplicar antes sin usar ninguna de mis manos — la pelirroja sonrió entretenida con las condiciones propuestas por Yulia.

—Vale — aceptó —Enséñame qué tienes entonces Yul — desafió.

—Recuerda — dijo la ojiazul, moviendo sus manos detrás de su espalda poniéndolas juntas para dejar de vagar sobre el cuerpo de Elena —tú lo has pedido.

—Mmhhmm — gruñó Elena mientras la morena se inclinaba conectando sus labios de nuevo calurosamente, con su lengua sin perder tiempo, entrando en la boca de ésta, profundizando.

Lena movió sus manos apoyándolas en los costados de la bajita, acariciando la cicatriz de ahí reflexivamente mientras la otra trabajaba en su camino para tomar uno de los pechos de Yulia. Sintió que la ojiazul sonreía contra sus labios y ésta movió su boca hacia abajo chupando el punto de pulso del cuello de Elena. La chica de ojos verdes respondió inmediatamente, arqueando su cuello para exponer la piel de ahí.

—Sabía que estabas tentada — se rió Yulia recordando su conversación de antes cuando Lena finalmente había llegado.

—¿Puedes realmente culparme?— preguntó la pelirroja, con ambas manos trabajando en su camino por la espalda de su novia, desabrochando su sujetador.

La morena soltó sus manos y permitió a Elena quitar la prenda de ropa completamente antes de volver a su sitio previo en su espalda.

—Eres tan atractiva que es difícil para mí resistirme — bromeó la pelirroja juguetonamente mientras Yulia empezaba a trazar besos por su cuello hasta su ombligo donde se pausó abruptamente.

—Bueno, ¿nunca habías pensado que a lo mejor si tú no fueras tan atractiva entonces yo no lo sería para ti? — sugirió Yulia, cambiando sus caderas y presionando su rodilla más contra el centro de Elena — No vine aquí para eso— se rió la ojiazul, haciendo burla del tono de antes de Lena — Pfft...eres una mentirosa.

—No era una mentira — Dijo Lena, extendiendo su mano y acercando a Yulia hacia ella, volviendo a juntar sus bocas —Tú me has desgastado, eso es todo. ¿Qué puedo decir? Te quiero.

—Eso suena como súplica — señaló la pelinegra levantando una ceja y Elena negó con la cabeza sin conceder el punto tan fácilmente.

—Eso no es suplicar — le dijo.

—A lo mejor no todavía — dijo Volkova bajando su boca una vez más hacia el estómago de Lena tocando sus duros abdominales delicadamente, meciéndose en sus pantorrillas mientras seguía bajando, y su boca frotando la parte delantera de la ropa interior de la chica, tentadoramente.

—Yul — soltó la pelirroja sin aliento mientras Yulia se entretenía en el punto, la humedad de su novia pronto mojó a través de la tela, sus bragas.

—¿Sí cariño? — preguntó Yulia juguetonamente, sintiendo que estaba a punto de ganar, empezando a trabajar en su camino hacia su ombligo de nuevo con su lengua.

Puso sus dos manos en la cama a ambos lados del cuerpo de la pelirroja para apoyar su peso y empezó a besar el punto bajo de la barbilla de ésta, chupándolo ligeramente con su boca, mientras sus labios se frotaban contra la piel suavemente mientras hacían su camino hacia la parte delantera del cuello de Lena. Trazó besos una vez más hasta el centro del pecho de la chica más alta donde hizo una línea con su lengua hasta el pecho derecho de ésta. Lena extendió una mano y se desabrochó el sujetador rápidamente, quitándoselo sin mucha dificultad permitiendo a Yulia jugar con su pezón un poco con su lengua.

—Oh mierda — maldijo la pelirroja sintiendo que la derrota era inminente, Yulia una vez más movió su boca hacia abajo para besar el área que cada vez estaba más húmeda sobre su ropa interior haciendo que las caderas de Elena se movieran hacia arriba ansiosamente.

—Debería parar — dijo Yulia pensativamente, sentándose mejor y recorriendo una mano por su pelo. Despacio levantó su pierna e hizo un movimiento para levantarse.

—Ni se te ocurra — dijo la pelirroja, tirando del brazo de Yulia para que así volviera a estar a horcajadas de nuevo.

—No sé — dijo levantando una ceja —eso aún no suena demasiado a súplica...— dijo bajando la voz, haciendo un movimiento para volver a levantarse pero Elena se sentó rápidamente y chocó sus labios con los de ella, con sus manos arrastrandola de nuevo hacia abajo para así estar encima de ella —Voy a necesitar escucharte decirlo — dijo Yulia entretenida.

—Nunca — dijo la ojiverde mientras Yulia empezaba a chupar su cuello de nuevo a la fuerza, sus labios permaneciendo justo debajo de su mandíbula, haciendo a Lena retorcerse debajo de ellos.

—Dilo — murmuró la pelinegra contra su piel, siguiendo con la tarea que tenía entre manos, besando el cuello de Elena amablemente durante un momento y después chupándolo, alternando las dos cosas una y otra vez.

—No — dijo la pelirroja, los brazos de Yulia estaban apoyados contra la cama al lado de su cabeza, y sus caderas presionadas en lo alto de la chica más alta, con su rodilla entre las piernas de Elena.

—Dilo.— la animó la morena de nuevo chupando placenteramente el cuello de Elena implacablemente.

—No voy a decirlo.— le dijo y Yulia negó con la cabeza mientras movía su boca hacia más abajo para plantar suaves besos contra el estómago de ésta.

—Última oportunidad.— dijo Yulia cambiando su peso de nuevo, mientras Lena intentaba agarrar los hombros de su novia bajando cada vez más.

—Jesús! — suspiró Elena mientras la pelinegra una vez más empezaba a trabajar sobre su centro con su boca, haciendo que el tejido de su ropa interior se empapara —Por favor.— suplicó, empujando sus caderas hacia arriba contra la boca de Yulia —No pares, vale — suplicó.

Yulia sonrió finalmente habiendo ganado y usó sus manos para quitar la ropa interior de la pelirroja lentamente, haciendo que ésta se retorciera con placer.

—Vale — dijo Yulia, con su boca volviendo a trabajar sobre el centro de Lena, y su lengua agitándose sobre el área rítmicamente, haciéndola retorcerse.

—Dios santo — maldijo Elena, con sus manos agarrando el edredón a sus lados, apretándolo en sus palmas mientras su pelvis se levantaba y caía con el contacto de Yulia.

Una de las manos de la morena estaba acariciando su muslo y el contacto más ligero hizo que la chica de ojos verdes temblara gratificantemente mientras la otra mano de la pelinegra trazaba pequeños círculos tentadores en el hueso de la cadera izquierda de su novia.

—Puto infierno — gimió de nuevo, y la boca de Yulia hacía que su centro latiera dolorosamente, con sus caderas arqueándose en la cama de nuevo, y sus músculos contrayéndose fuertemente en respuesta a los estímulos —Yul — dijo con tono áspero, su cuerpo se contorsionaba y sus ojos se cerraban mientras extendía su espalda, curvando su columna vertebral en la cama.

—Mierda — siseó de nuevo mientras seguía en una espiral, con la boca de Yulia sin cesar nunca, y su lengua frotando el área entre sus piernas expertamente a pesar de la falta de experiencia.

Yulia sintió que su novia finalmente se estremecía, y su respiración se escapaba en pequeñas ráfagas desde sus pulmones mientras lo hacía, y su cuerpo al completo se relajaba de nuevo en la cama.

—Jesucristo — murmuró Elena levantando una mano y limpiándose el sudor de la frente con la parte de atrás de ésta mientras Yulia subía hacia arriba tumbándose encima de ella.

—En realidad fui sólo yo — bromeó Yulia y la pelirroja la golpeó en el brazo juguetonamente riéndose.

—Eres una jodida idiota.— dijo la pelirroja golpeándola de nuevo —¿Por qué siempre tienes que hacer eso?— preguntó y Yulia levantó una ceja confundida —No eso — dijo Elena —Nunca has hecho eso antes. Quiero decir, por qué siempre tienes que hacer una broma...— La pelinegra le dio una pequeña sonrisa y extendió su mano para acariciar su frente, pensativamente.

—Digo cosas estúpidas para hacerte reír,— admitió Yulia, acariciando su cara contra el cuello de la pelirroja, besándolo tiernamente — No me gustó que estuvieras molesta antes. Prefiero mucho más verte sonreír. Hace que mi estómago revolotee y mi corazón lata en mi pecho — dijo, levantando su cara de nuevo y bajando su mano para acariciar la mejilla de Elena con el pulgar.

Sonrió ampliamente y la sonrisa de Elena iba a juego con la de suya.

—Siento lo mismo con la tuya — confesó la pelirroja acariciando la parte de arriba del brazo de Yulia con sus dedos.

—¿Te sientes mejor ahora? — le preguntó con tono serio y Elena asintió, apoyando su barbilla contra la cabeza de la chica menor mientras la volvía a bajar.

—Sí me siento mejor ahora Yul — contestó sonriendo para sí misma.

—Gracias por estar aquí conmigo esta tarde cuando yo, ya sabes...— dijo apreciativamente, bajando la voz sin querer recordarle a Elena demasiado lo de las fotos que la habían angustiado tanto.

—¿Incluso aunque no fuera de demasiada ayuda? — preguntó la ojiverde, con sus dedos encontrando los de Yulia, manipulándolos en los suyos —¿y aunque realmente no me necesitaras aquí?

—Sólo con estar aquí ayudaste — respondió la morena sinceramente —y siempre te necesitaré Elena, siempre.

—Entonces siempre me tendrás — le dijo —Lo prometo.

—Está casi terminado ahora, ya sabes.— dijo ésta repentinamente.

—¿El qué? — le preguntó Lena confundida, ladeando su cabeza para mirar a Yulia.

—El año escolar — contestó —El juicio...mi recuperación, supongo...

—¿Entonces? — cuestionó Elena —¿Eso es malo?

—No — le dijo Yulia —Es sólo la verdad.

—Bueno, ¿qué pasa cuando haya terminado? — preguntó Lena interesadamente.

—Pensé que a lo mejor podríamos pasar el verano juntas.— dijo Yulia, sentándose un poco mejor para mirarla —Podríamos dar largos paseos por la playa o por el parque y tú podrías enseñarme a jugar al softball en condiciones. Puede que incluso intente nadar otra vez...—

—¿De verdad? — preguntó Elena sorprendida.

—Sí — confirmó Yulia —Solía encantarme nadar y hace tanto calor en la playa en verano...— Se pausó un momento a pensar. —Pero te echaré de menos cuando te vayas al campamento de softball — Reconoció —Podemos seguir con Skype y esas cosas. Sólo será como cuando estuve en rehabilitación.

—Espero que no como eso — dijo Lena sonriendo mientras el dedo índice de Yulia golpeaba su barbilla —Además, creo que dejaré pasar el campamento de softball este verano.

—¿En serio? — dijo Yulia sorprendida —¿Por qué? Pensé que realmente lo disfrutabas.

—Lo hago — admitió —pero si tu vas a estar aquí entonces no quiero estar en ningún otro lugar. Escuché que tuviste un verano de mierda el año pasado....

—En realidad no tuve verano el año pasado — se dio cuenta Yulia.

—Bueno, entonces, hagamos que este cuente. Podemos hacer todas las cosas que te perdiste mientras estabas en el hospital. Barbacoas, noches viendo la puesta de sol...— consideró —Podemos acampar en el jardín trasero con Vika y podemos poner nubes en el fuego. Será divertido.

—Vale — dijo de acuerdo la morena volviendo a acurrucarse en Elena quien envolvió sus brazos alrededor de su novia.

—Vale — repitió Elena alegremente, su ceño frunciéndose un poco mientras consideraba algo —¿Yul?— preguntó y la morena levantó su cabeza de nuevo.

—Sí Lena — dijo, y la boca de la ojiverde se curvó en una sonrisa ante su mote.

—Creo que es tu turno ahora ¿no?— preguntó juguetonamente y Yulia sonrió pero negó con la cabeza.

—Si recuerdo bien, yo te debía algo ¿no?— dijo ésta, mirando pensativa.

—¿Por lo del cine? — se rió y Yulia asintió con la cabeza —Sabes que Frida nos vio ¿no?

—¡¿Qué?! — preguntó alarmada —¿Estás de broma? ¿Es por eso por lo que estaba haciendo todos esos comentarios?

—¿De verdad no te diste cuenta? — preguntó Lena sorprendida.

—No — dijo Yulia —Frida es tan pervertida. No lo entiendo. Es tan pequeña...

—Nastya también lo sabe — Admitió la pelirroja y la mandíbula de Yulia se abrió de golpe.

—¿Nastya lo sabe?— preguntó —¿Qué has hecho? ¿Pusiste un anuncio en el periódico?

—No, se enteró por los comentarios de Frida y me preguntó — Dijo Elena.

—Entonces ¿se lo contaste? — se rió la morena.

—Algo así.— dijo poniendo una cara de disculpa.

—Jesús! Elena.— respiró —¿Lo sabe Olga?

—No a menos que tú se lo contaras o una de las otras lo hiciera.

—Vale, genial entonces Olga lo sabe.— se rió —Sabes que Frida o Nastya habrán dicho algo. Esas tres son uña y carne. No puedes confiarles nada.

—Lo siento.— se disculpó la ojiverde y Yulia negó con la cabeza entretenida antes de volver a tumbarse contra el pecho de su novia.

—Está bien — la tranquilizó y Elena acarició el brazo de su novia de nuevo —Entonces...no quieres que... ¿ya sabes?— preguntó, con su voz elevándose un poco con la pregunta.

—No, ahora no — dijo Yulia, acariciando el estómago de la chica, con su pecho sintiéndose un poco tirante del esfuerzo —¿Podemos simplemente quedarnos tumbadas un poco mientras?

—Claro.— dijo Lena, apretando su agarre alrededor del cuerpo de Yulia besándola en lo alto de la cabeza —Todo lo que quieras.

—Quiero que me beses — dijo y la ojiverde sonrió mientras bajaba su barbilla para que su boca se encontrase con la de su novia.

Estuvieron tumbadas así un rato, envueltas la una en los brazos de la otra sólo besándose hasta que veinte minutos más tarde, Elena soltó los labios de Yulia y la miró, con una ceja levantada.

—¿Y ahora? — preguntó, mientras su pecho se levantaba mientras recuperaba el aliento, y sus labios habiendo estado unidos casi constantemente, cuando sus manos empezaron a vagar por sus cuerpos ansiosamente una vez más.

—Sí vale, ahora.— dijo Yulia, y su sangre sonaba fuerte en sus oídos, con su pecho moviéndose de arriba a abajo rápidamente mientras jadeaba, poniendo sus ojos firmes en los de Elena.

La pecosa sonrió mientras recorría sus manos ligeramente por los costados de Yulia, parándose cuando llegaron hasta su ropa interior que era la única prenda de vestir que quedaba en el cuerpo de su novia. Lena tomó cada lado del delicado material y lo bajó para que así su boca pudiera devolver el placer que Yulia le acababa de dar.


😁😁😁

Hola chicas, espero estén bien y sepan disculpar el retraso en subir los capítulos. Me he mudado de piso y no he tenido tiempo para postear (como habrán notado) es por ello que pido algo de paciencia y empatía ya que debo organizar muchas cosas y es difícil estar por acá...

Gracias!!!

xoxo
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 9/29/2022, 12:08 am

Buenísimo el capitulo como siempre ellas juntas es increíble. Esta historia es especial de verdad que felicitaciones a la escritora la forma que ha descrito lo que han pasado y todo ha sido perfecto y claro gracias a ti por tu buen gusto y darnos esta joya. Me alegra que estés bien y solo sea la mudanza estaba un poco preocupada y claro aquí estaremos pacientes esperando q tengas tiempo. Saludos querida mía 😘😘😘
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por RAINBOW.XANDER 9/30/2022, 9:49 pm

Capítulo 68

Elena llegó hasta la casa de Yulia con su Chevrolet Cruze rojo el miércoles siguiente después de la escuela, Frida, Olga y Nastya estaban todas en la parte de atrás, cantando junto a la radio animadamente. Lo aparcó y rápidamente apagó el motor, las chicas gruñeron audiblemente en respuesta ante la repentina falta de música.

—Lena — se quejó Nastya, ofendida porque su amiga hubiera incluso considerado apagar la radio mientras el álbum de Beyoncé estaba sonando —¿No puedes dejarla puesta? — La pelirroja se giró en su asiento para mirar a su amiga, con una mano desabrochando su cinturón de seguridad para así permitir la necesaria libertad a su cuerpo para completar el movimiento.

—Sólo serán unos minutos — dijo, riéndose por las miradas de decepción en la cara de todas las otras chicas —¿De verdad me estás diciendo que no puedes pasar ese rato sin asesinar ninguna otra de sus canciones?

—¿Asesinar? — preguntó Olga fingiendo ofensa, levantando su mano hasta su pecho como si hubiera sido herida por las palabras — Perdona pero estábamos completamente destrozándola — Dijo mientras la pelirroja giraba su espalda en su sitio, abriendo la puerta de su izquierda, saliendo del coche.

La cerró detrás de ella y se giró, apoyándose a través de la puerta del conductor para dirigirse una vez más a su amiga, con una sonrisa plasmada en su cara.

—Sé que la estabais "destrozando" — dijo encontrándose con la mirada de Olga de lado —eso es exactamente lo que acabo de decir.

—"Asesinar" una canción, y "destrozarla" son dos cosas completamente diferentes ¿sabes? — le recordó Olga y la sonrisa de Elena se amplió.

—No cuando estamos hablando de una interpretación de 'Flawless' — comentó Elena — realmente sois porquería. No tenéis suficiente swag para una canción así.

—¿Podrías volver a poner la radio? — pidió Nastya, olvidándose de la burla de Elena, con una sonrisa.

—Vale — se rió la ojiverde, inclinándose hacia adelante y extendiendo su mano derecha hasta el volante para poder encender el motor con un click —Simplemente, intentad no atraer inadvertidamente a cada gato del vecindario con vuestras llamadas de apareamiento — bromeó mientras la radio volvía a la vida.

Las chicas inmediatamente lo retomaron donde lo habían dejado y Elena negó con la cabeza con entretenimiento antes de hacer su camino hasta la puerta principal de Yulia.

Se paró fuera e hizo sonar el timbre cuando lo alcanzó, manteniendo pulsado el pequeño botón causando un largo y ruidoso zumbido que fue emitido. Esperó, escaneando con sus ojos el espacio de su alrededor distraídamente hasta que la puerta delantera se abrió y una Yulia sin aliento apareció detrás, aparentemente habiendo corrido escaleras abajo.

—¡Hola! — saludó la morena con entusiasmo y una gran sonrisa apareciendo en su cara ante la vista de su novia.

—Holaaaaaa — devolvió Elena, alargando la palabra y frunciendo el ceño ante el gran moratón oscuro que había alrededor del ojo derecho de su novia extendiéndose un poco por su cara —¿Qué pasó? — preguntó preocupada, extendiendo una mano para acariciar la cara de Yulia, moviendo sus dedo hacia abajo para trazar el pequeño corte que era visible en la mejilla derecha de la morena.

—Oh ¿esto? — preguntó Yulia haciendo un gesto hacia la mancha con su mano derecha mientras Lena se movía hacia un lado permitiendo que saliera de la casa. Tiró de la puerta cerrándola fuertemente mientras continuaba, mientras el pestillo hacía click firmemente en su lugar —Estuve en boxeo — bromeó —Si crees que esto está mal, entonces deberías ver al otro tío....

—Yul — protestó la ojiverde a sabiendas, dándole una mirada señalada a su novia.

—No es nada — la tranquilizó Yulia, moviendo la mano con desdén delante de su cara —Tuve un ataque esta mañana y mi cabeza se golpeó con el mueble de la cocina, eso es todo.

—Jesús! — exhaló —¿Eso es todo?— preguntó creyendo que Yulia estaba minimizando la herida para apaciguar sus preocupaciones —¿Estás bien?

—Estoy bien — le dijo mientras extendía su mano hacia abajo y cogía la de la chica. La llevó hasta su boca y besó la parte de atrás con afecto —No es gran cosa, de verdad — dijo sonriendo ampliamente —Aparentemente sólo duró treinta segundos en total y he estado durmiendo bastante sin parar desde que pasó. Con suerte mi madre estaba en casa en ese momento...— dijo bajando la voz.

—Entonces, ¿no dolió demasiado? — le preguntó y ella estiró todos sus músculos comprobando que estaban bien, experimentalmente.

—No — contestó moviendo la cabeza, con su lengua sobresaliendo entre sus dientes mientras sonreía una vez más —Incluso conseguí evitar morderme la lengua esta vez — le informó felizmente mientras acercaba a Elena hacia ella con sus manos entrelazadas.

Estudió los labios de la pelirroja significativamente con sus ojos y su mirada firme en ellos con ansiedad de tenerlos presionados contra los suyos.

—Pero a lo mejor deberías comprobarlo,— dijo Yulia, levantando una ceja seductoramente, con sus órbitas de color cielo aún estando en los labios de Elena —Quiero decir que, ya sabes... si estás preocupada de que puede habérmela dañado o algo.

—Creo que sería lo mejor — dijo Elena relajándose notablemente en respuesta al estado de ánimo juguetón de Yulia dándose cuenta de que no estaba haciendo un show simplemente para suavizar sus inquietudes —Ayudaría a aliviar mi mente — terminó con tono pícaro.

Elena soltó la mano de la morena e inclinó su cabeza hacia adelante, ambas manos tomando la cara de su novia mientras presionaba firmemente sus labios contra los de la chica pequeña que tenía delante. Sintió la sonrisa de Yulia contra ella ante el contacto y usó su pulgar derecho para acariciar su mejilla izquierda suavemente mientras profundizaba el beso más y su lengua exploraba las profundidades cavernosas de la boca de su novia. Las manos de Yulia encontraron la cintura de Elena, y cruzó sus muñecas una sobre la otra en la espalda de la chica más alta para que así sus dedos estuvieran puestos ligeramente contra el vaquero que cubría el trasero de la pelirroja.

—Mmmm — gimió Lena. Del coche resonaba música desde donde estaba mientras Yulia se inclinaba para besarla más, con el peso de su cuerpo hundiéndose contra el de esta mientras amablemente chupaba su lengua —Creo,— empezó Lens sin aliento mientras separaba de mala gana sus bocas para mirar en dirección del vehículo y a la causa de su molestia, Olga, quien estaba apoyada hacia adelante entre los asientos las estaba mirando —Creo — repitió, volviendo su atención hacia Yulia quien la estaba mirando con afecto sin límites —Que estás bien.

La sonrisa de la morena se amplió y Elena levantó la mano y jugó con un mechón largo y oscuro de pelo que caía por el hombro de esta, sin quitarle la mirada de encima.

—¡Oi! — gritó Olga desde el coche impacientemente —¿Podríais daros prisa?— preguntó —¡Estoy hambrienta!

Lena se giró para mirar a Olga de nuevo durante un momento antes de extender su mano para coger la derecha de Yulia.

—Vamos entonces Rocky — bromeó la pecosa en referencia a la historia de antes de Yulia —Vamos a ir por algo de comer — La animó, tirando un poco de la mano de la morena, llevándola por el camino hacia el coche.

Lena abrió la puerta del pasajero para su novia y la guió hasta su sitio, parándose sólo lo suficiente para besarla rápidamente en los labios antes de cerrar la puerta. Caminó de vuelta alrededor de este mientras se metía en él y Yulia saludaba a las otras chicas, cada una de ellas preguntando con preocupación por el moratón obvio en su cara.

—Pensé que sería buena idea intentar montar en un monociclo — escuchó Elena decir a Yulia mientras se ponía el cinturón y ponía en marcha el motor girando la llave —Resulta que es más difícil de lo que parece — Añadió pensativamente —Me caí y aterricé en mi cara. Aparentemente mis reflejos son muy muy lentos.

—Eres una idiota — comentó Olga mientras Lena salía de la acera y empezaba su camino hacia Jimmy's donde se encontrarían con Clare —¿Por qué no puedes decir simplemente que tuviste un ataque?

—¿Dónde está la diversión en eso?— contrarrestó Yulia evidentemente perpleja con el pensamiento girándose en su asiento para mirar a su mejor amiga —Además, no sabes que esté mintiendo. Puede que esté contando la verdad. A lo mejor estoy pensando en unirme al circo y estoy practicando para mi prueba.

—No necesitas hacer una prueba.— se rió Olga de buen humor —Eres lo suficientemente patosa sin siquiera necesitar practicar, Yul — Señaló —Serías un payaso genial.

—Gracias — sonrió la morena ampliamente y la sonrisa de Olga creció a juego con la de su amiga.

—Es sólo una vergüenza que en realidad no seas muy graciosa — añadió Olga después de un momento cuando Yulia se había vuelto a girar mirando la carretera —Eso va a limitarte un poquitín.

—Siempre podría ser uno de esos payasos mudos — ofreció Nastya animadamente —No tiene que contar bromas.

—Bien porque las bromas de Yul son horribles — respondió la castaña más alta pensativamente, considerando las palabras de Nastya.

—Hey — protestó Yulia, girándose para hacer un puchero en la dirección de Olga —Te reíste aquella vez....¿no lo recuerdas? — preguntó —Estabas prácticamente llorando porque mi broma era muy graciosa...

—¿Cuál fue la broma? — preguntó Olga interesadamente y Yulia dio la impresión de que estaba considerando la pregunta un momento antes de encogerse de hombros vencida ya que su memoria era demasiado pobre para recordarla.

—Ni idea — contestó Yulia —Sólo, confía en mi cuando te digo que fue graciosa.

—Creo que eres graciosa — dijo Frida y la morena sonrió ante el cumplido.

—Gracias Frida — reconoció Yulia felizmente —Al menos alguien lo piensa.

—Yo también creo que eres graciosa — dijo de acuerdo la pecosa mientras Yulia volvía a mirar hacia adelante.

La pelinegra le sonrió y movió una mano para ponerla en la rodilla de la pelirroja, apretándola agradecidamente.

—Para ti sí — comentó Yulia y Lena bajó una mano del volante para coger la de su novia.

—Sí, eres imparcial Lena — Dijo de acuerdo Nastya —Así que tu voto no cuenta.

—Claro que lo hace — dijo Elena mirando por encima de su hombro hacia su amiga —De hecho como novia de Yul debería contar sólo mi voto.

—¿De verdad piensas que soy graciosa?— preguntó la ojiazul, moviendo la mano de Elena un poco con énfasis.

—Sí — confirmó — Dices algunas de las cosas más graciosas a veces Yul y ni siquiera te das cuenta de que lo estás haciendo. Creo que eso lo hace muy gracioso en realidad. Eres tan inconsciente a lo ingeniosa que puedes ser...

—Oh Dios! — dijo Nastya poniendo los ojos en blanco con las palabras de Elena mientras Yulia irradiaba pura felicidad ante el cumplido —¿Van a ponerse tontorronas?

—¿Qué si se van a poner tontorronas? — repitió Frida — Nast, siempre están así.

—Sí, quiero decir son Yulena — dijo de acuerdo Olga con Frida, moviendo la cabeza de lado a lado —Siempre están así de tontorronas. Apuesto a que no podrían estar cinco minutos sin decirse cumplidos o sin tocarse la una a la otra. Quiero decir que seriamente se comportan como si fueran las dos únicas personas que existen todo el tiempo. Se olvidan del pobre público desprevenido que tiene que ver sus exhibiciones enfermizas de afecto.

—Sólo estás amargada porque estás soltera — le dijo Lena a Nastya, mirando hacia ella por el espejo retrovisor —Arin y tú eráis igual cuando estabais saliendo.

—Creo que las dos sois una monada cuando estáis así — defendió Frida a sus amigas — Nast, sólo está preocupada por terminar como una señora loca con gatos.

—Alguien en el grupo tiene que terminar así ahora que Yul no lo será — Señaló Olga sonriendo en dirección a Nastya, mientras la otra chica le pegaba en el brazo, ofendida — Ow — se quejó la castaña fuertemente —¿Y eso a qué ha venido?

—No voy a ser la señora loca de los gatos — Dijo la castaña ojiverde, gruñonamente.

—Una de nosotras tiene que serlo — dijo en desacuerdo Olga —Frida definitivamente va a encontrar a alguien. Está enamorada con la idea de estar enamorada — Dijo pensativamente —No hay manera en la que termine soltera. Elena y Yul se casarán. Totalmente creo eso. De hecho — dijo, levantando un dedo señalador — Estoy dispuesta a hacer una apuesta con todas vosotras ahora.

—¿Qué tipo de apuesta? — preguntó Nastya —¿Dinero?

—No — dijo Olga pensando un momento —Algo más divertido que eso...

—¿Cómo qué? — preguntó Frida entretenida.

—Vale — dijo Olga decisivamente —Me apuesto un viaje a Hawaii que Yul y Elena se casarán algún día.

—Entonces si ellas no lo hacen ¿nos llevarás a todas de vacaciones? — cuestionó Nastya, riéndose —¿En serio?

—Sí — dijo Olga.

—Bueno, ¿cuánto tiempo vais a esperar?— preguntó Frida —A lo mejor no se casa hasta que tengan como, ochenta o algo...

—Probablemente deberías poner un límite — sugirió Elena.

—Vale — dijo de acuerdo Olga —Si no están casadas en diez años entonces os llevaré a todas de vacaciones.

—Vale — dijo Nastya, moviendo la mano de la castaña más alta de acuerdo.

—¿Estás apostando contra nosotras? — preguntó la pelirroja dándose cuenta del gesto de Nastya desde donde estaba sentada.

—Supongo — dijo ésta —Quiero decir que sois jóvenes, ya sabes. Muchas cosas pueden pasar en diez años...además, Yulia tiene un corazón chungo así que está eso también...— bromeó, sin tomarse seriamente la apuesta.

—Espera un minuto — objetó Yulia —¿Acabas de apostar contra nosotras porque crees que me moriré antes de tener la oportunidad de caminar por el pasillo?

—¿Me estás diciendo que no es una posibilidad? — preguntó Nastya y la morena consideró la pregunta.

—Sí, vale — dijo —Supongo que tienes razón...

—Yul — se quejó Elena —¿Puedes por favor no...?

—Nastya lo empezó — gruñó la pelinegra —Además no es algo que no pueda pasar ¿no?

—Supongo que no pero aún así....Jesús....!!! — dijo Elena, mientras entraba en el aparcamiento de Jimmy's, aparcando en uno de los huecos.

—Entonces, vale....— Recapituló Olga —Si Yul y Lena no están casadas en los próximos diez años entonces os llevaré a todas a Hawaii y si lo están entonces Nastya lo hará — Aclaró.

—Sí — confirmó Nastya.

—Entonces de cualquiera de las dos maneras ¿tendremos vacaciones gratis?— preguntó Frida felizmente —Eso me suena genial.

—A mí también — dijo de acuerdo Elena.

—Siempre he querido ir a Hawaii — Comentó Yulia y la ojiverde se giró para mirarla seriamente un momento.

—Mejor que esperes que Nastya no gane porque entonces te mueres, Yul — bromeó juguetonamente, apretando su mano mientras apagaba el motor y sacaba la llave del contacto con la otra mano — De otra manera te perderás todo eso.

—Dios — gruñó la ojiazul —Siempre me pierdo todo porque estoy muerta o muriéndome. Supongo que podría ir como un fantasma — Contempló seriamente —Me ahorraría tener que preocuparme por la crema solar o, ya sabes, el equipaje.

—Eres una idiota — se rió la ojiverde inclinándose para besar a su novia en los labios —Te digo que — dijo.

—Si nos casamos entonces podemos ir a Hawaii de luna de miel. ¿Vale?

—¿Si nos casamos? ¿Si? — dijo Yulia cuando se separaron —Bueno, supongo que Nastya va a ganar esto entonces ¿no? Pensé que la apuesta de Olga era una cosa segura...

—Aww, ¿de verdad? — preguntó Elena, sonriendo ampliamente mientras se inclinaba para besar a Yulia de nuevo, mientras la chica más pequeña permitía el contacto antes de empujarla hacia atrás, con su mano presionada firmemente contra el pecho de la pelirroja.

—Sí — dijo Yulia —pero ahora no estoy tan segura — Se burló —Además, como una nota al margen pero si nos casamos — Dijo señaladamente —Creo que deberíamos casarnos en Hawaii...

—¿En la playa? — preguntó Elena y la morena asintió.

—Pero sólo si nos casamos — bromeó —De otra manera, cuando Nastya gane su apuesta, estaré yendo a Hawaii para emborracharme e ir de fiesta.

—¿Quieres decir que no harías eso en tu boda? — preguntó Olga, desabrochando el cinturón de seguridad y abriendo la puerta del coche, las otras siguieron el ejemplo y salieron del vehículo también.

—Puede — dijo Yulia cerrando la puerta del coche mientras Lena caminaba para coger su mano.

—Supongo que ya veremos.

—¿Puedes acaso beber?— preguntó Frida seriamente, sabiendo que había estado teniendo cuidado de no tomar nada que hubiera estado mezclado en el baile de invierno por su medicación.

—No lo sé — contestó Yulia sinceramente —Probablemente podría tomar algo pero no estoy un cien por cien segura con las pastillas. Puede que reaccionen de mala manera o algo.

—Deberíamos emborracharte algún día — se rió Nastya mientras juntas, el pequeño grupo hacía su camino hacia el restaurante entrando en él —Sería gracioso.

Localizaron un asiento en la esquina del restaurante y descendieron hasta sus asientos esperando la llegada de Clare, Elena se sentó entre Yulia y Nastya en el lado opuesto a las otras dos chicas.

—No creo que emborrachar a Yul sea buena idea — dijo en desacuerdo Olga —Ya está lo suficientemente desinhibida como es. ¿Pueden imaginarlo? O iría por ahí golpeando a cualquiera o les besaría. De cualquier modo, tengo que proteger mi inversión. No puedo tener a Yul enrollándose con otra gente cuando necesito una boda Yulena en el futuro.

—Además, no creo que quieras reducir su coordinación tampoco — se rió Frida —Terminaría con otro ojo morado como ese — La morena extendió su mano hasta su cara, olvidándose del moratón que tenía ahí.

—Vale, entonces a lo mejor no deberíamos emborracharla — dijo finalmente Nastya —Pero eso no significa que yo seré la vieja loca de los gatos — continuó volviendo a la fuente de su conversación actual —Aún podrías ser tú Olga.

—No seré yo — dijo la castaña con confianza —Tengo demasiado swag para eso.

—Tienes cero swag Olga — se rió un poco Yulia.

—Umm, no — Respondió de vuelta —Tengo montones de swag. Estás equivocada.

—Olga sales con una de las mayores idiotas de la escuela — dijo Lena con afecto, envolviendo un brazo alrededor del hombro de Yulia, besándola en la frente —Tiene razón, no tienes swag. Nada.

—Ella no es mi única amiga — contrarrestó Olga genialmente —Tengo también otras amigas. Amigas guays....—

—Sí, pero nosotras sólo acabamos de empezar a salir contigo — bromeó Frida y todas se rieron ante la anotación, Olga golpeándola en el hombro.

—Elena tiene razón — dijo Yulia —Ha sido asociada conmigo demasiado tiempo. El daño ya está hecho. No hay forma en la que puedas ser popular ahora.

—Buena cosa que me guste salir con vosotras idiotas ¿no? — preguntó incapaz de contener la sonrisa.

—Sí, buena cosa...— dijo Yulia.

—De todos modos, soy alérgica a los gatos así que eso sólo te deja a ti Nastya — Divulgó Olga —Lo siento pero es inevitable. No luches contra ello. Cuanto antes lo aceptes será mejor.

—No eres alérgica a los gatos — divulgó Yulia un poco tentadora, insegura de su recuerdo —¿Cierto?

—Yul, se supone que no tienes que decir eso — Gruñó Olga mientras la puerta del restaurante se abría y Clare llegaba, deslizándose en el asiento al lado de Frida, opuesta a Yulia.

—Hey — saludó a todas poniéndose sobre sus codos en la mesa —siento haber tardado tanto. El tráfico fue una pesadilla — Se pausó para mirar a todas las del grupo mientras todas la saludaban calurosamente, sus ojos se posaron mientras llegaban a la cara de Yulia y el moratón que tenía ahí visible.

—Fue un malentendido — dijo la ojiazul, moviendo la mano con desdén echándose hacia atrás en su sitio.

—¿Un malentendido? — preguntó Clare y Yulia asintió.

—Unos agentes del gobierno me confundieron accidentalmente con una espía internacional y me secuestraron — dijo, su cara neutral —Me tuvieron prisionera tres días en esa base subterránea y me golpearon intentando hacer que soltara todos los secretos que había aprendido durante mi espionaje...ya sabes, como cuál es exactamente la receta secreta de KFC...

—No, pero ¿de verdad? — preguntó Clare girándose para mirar a las demás en busca de la verdad —¿Qué pasó realmente?

—Acabo de decírtelo — respondió la morena fingiendo ser insultada por la falta de confianza de Clare.—Jesús, ¿por qué nadie me cree?

—A lo mejor porque cambias de historia cada dos segundos — dijo Olga riéndose.

—Además, son todas ridículas — Le dijo Frida mientras el camarero iba a tomar nota de las bebidas.

Cuando se fue Clare repitió la pregunta anterior, aún sin saber la respuesta.

—Tuvo un ataque y se golpeó la cabeza contra el mueble de la cocina — Explicó Elena.

—Sí, vale, tuve un ataque — admitió finalmente —pero tuve uno porque los agentes seguían electrocutándome con aparatos de tortura de alto voltaje para intentar hacerme hablar. Me desmayé antes de que pudieran sacarme nada...

—¿Deberíamos estar preocupadas de que suene como si en realidad creyera la mierda que está saliendo de su boca? — preguntó Olga a las otras y la morena hizo una mueca a su mejor amiga por intentar arruinar su diversión.

—No puedes simplemente dejarme tener mi diversión ¿verdad?— preguntó —Siempre lo arruinas. Chicas, sois tan malas.

—En realidad me gusta tu historia — dijo Clare genuinamente —Tienes una imaginación genial. ¿Has pensado alguna vez en escribir?

—No — contestó, contenta con la curiosidad de Clare —Quiero decir que exactamente no tengo tiempo para escribir cuando estoy ocupada viajando por el mundo y vendiendo información top secret al mayor postor.

—Entonces ¿puedes decirme tu nombre en clave o es confidencial? — preguntó la chica siguiendo con el juego de Yulia.

—Parece que eres la única lo suficientemente interesada para preguntarme — dijo, mirando alrededor a las otras quienes estaban mirando la interacción entretenidas — Es "El Cactus".

—¿El Cactus?— se rió Olga.

—No juzgues el mío cuando el tuyo sería "El Volcán" — Regañó Yulia.

—Ese es mejor que El Cactus — comentó Olga, divertida con su mote cuando lo comparó con el de Yulia.

—No, no lo es — dijo en desacuerdo la morena —Un volcán es obvio, poco fiable y destructivo. Un cactus no lo es. Los cactus son increíbles. Son únicos y no sólo sobreviven sino que se desarrollan en las condiciones más duras. Almacenan agua como yo almaceno secretos. Nadie nunca realmente sabe cuánto se puede sostener pero ellos saben que pueden.

—Cállate — gruñó su amiga en respuesta a los pensamientos de Yulia.

—Además — continuó la morena sonriendo habiendo instruido a su mejor amiga —¿has visto los cactus? — preguntó — No son las plantas más atractivas de la existencia — dijo comparándose a sí misma con ellos de nuevo —pero son totalmente unos rebeldes con sus espinas. Además pueden cambiar el estado de ánimo de la gente, la percepción y la cognición con sus agentes psicoactivos. Todas las cosas que son necesarias cuando eres un espía...

—Pero un volcán puede estar inactivo... — sugirió Frida —Entonces no sería tan malo ¿cierto?

—¿Quién quiere un espía dormido, inactivo y sin desarrollar? — preguntó Yulia.

—Tengo que estar de acuerdo con Yulia — dijo Clare de acuerdo con la otra chica —Nadie te contrataría nunca con un nombre en clave como ese, Olga.

—Ugh, sois porquería — se quejó Olga a su mejor amiga —¿Cómo eres aún tan lista cuando la mitad de tu cerebro fue aplastado por tu cráneo? Eso no es justo, sabes...

—Pregunta más importante.— dijo Lena apretando su agarre en Yulia, acercando a su novia más contra su costado con un brazo envuelto alrededor de sus hombros —¿Por qué estás de tan buen humor hoy? Normalmente estás completamente ausente después de un ataque...—

—¿No tengo permitido estar de buen humor? — preguntó la morena.

—No, lo tienes — la tranquilizó rápidamente la pelirroja mientras el camarero volvía con sus bebidas y las ponía encima de la mesa delante de ellas, Nastya cogió la suya casi instantáneamente dando un largo trago, aparentemente sedienta —Me encanta cuando estás feliz. Sólo estoy sorprendida, eso es todo. Normalmente estás hecha polvo.

—Te dije que he dormido casi todo el día,— le recordó Yulia —De otra manera podría haber sido que mi cerebro estuviera aún fallando. Supongo que nunca lo sabremos.

Elena estudió a la pelinegra un momento y se dio cuenta de los ojos brillantes y despreocupados de su novia y de la calidez de su sonrisa que parecía haber estado permanentemente reflejada en su cara desde que la había recogido antes. Elena amaba a Yulia, amaba todo en ella, pero esta versión de su novia, la versión jovial, ingeniosa, interesante, y sin problemas era de lejos su favorita.

—Ugh, eres tan adorable — dijo Elena, acercándose, besando a Yulia en los labios firmemente, mientras su boca permanecía ahí mientras disfrutaba del contacto —Podrías parar de ser tan jodidamente adorable ¿por favor?— preguntó pausándose momentáneamente antes de volver a besarla, esta vez manteniendo el contacto incluso más.

—No puedo evitarlo — dijo Yulia sonriendo ampliamente cuando Elena soltó sus labios de nuevo —Simplemente soy adorable. Necesitas aceptar ese hecho y afrontarlo.
—No puedo afrontarlo porque el hecho de que seas adorable hace que quiera besarte todo el jodido tiempo — le dijo Elena.

—Entonces, ¿qué hay de malo con eso?— preguntó Yulia sonriendo, su ceja izquierda se levantó con la pregunta.

—Nada excepto que está empezando a darme una mala reputación.— dijo Lena mientras seguía besando a Yulia, su boca se movía hacia abajo para morder juguetonamente el cuello de su novia brevemente —La gente piensa que soy blanda ahora por ti — explicó, sus manos haciendo cosquillas en el estómago de Yulia —Quiero decir, mira en lo que me has convertido...— la morena se retorció en su asiento intentando escapar del asalto de Elena.

—No, por favor — suplicó Yulia, aún intentando escapar del agarre de su novia —¡Elena!

—Oh Dios — gruñó Nastya mientras las miraba —Ha pasado otra vez. ¡Hacen esto todo el jodido tiempo!

—Vale señora loca de los gatos.— bromeó Olga, disfrutando de la vista de Yulia tan obviamente feliz —Sólo estás molesta porque ya sabes que ganaré nuestra apuesta ahora. Está bien. Sé que debe ser duro para ti....Quiero decir que ¿quién va a cuidar de todos tus gatitos cuando estés pagando mi viaje a Hawaii?

—Chicas sois tan raras — se rió a carcajadas Clare altamente entretenida, moviendo su cabeza de lado a lado —Excepto a lo mejor tú Frida — Rectificó su generalización.

—Gracias Clare — reconoció Frida —¿Tienes alguna idea de lo duro que es para mí salir con estas? — preguntó mientras Elena finalmente paró de irritar a Yulia, besándola de nuevo.

—¡Siempre me haces cosquillas!— la criticó Yulia, empujando a la pelirroja amablemente —Sabes que lo odio. Lo haces a propósito.

—Pero es tan divertido.— le dijo Lena, con sus ojos mirando hacia arriba a la persona que erróneamente había asumido que sería el camarero acercándose a la mesa para tomar el pedido.

—Hey — dijo Svetlana dócilmente, levantando una mano en algo así como un saludo.

—Svetlana — respondió Elena, instantáneamente sintiéndose defensiva y sentándose recta en su asiento, preparada para una confrontación —¿Qué coño quieres?

—Yo...ugh, ¿estaba preguntándome si podíamos hablar? — preguntó, sus ojos cambiando entre la chica de ojos verdes y Yulia, cuestionante —No te he visto por la escuela desde que he vuelto — Le dijo a la ojiverde.

—Eso es probablemente porque ha estado evitándote — murmuró Nastya, con sus defensas ya preparadas.

—No sé si quiero hablar contigo — Contestó Lena sinceramente —La última vez que hablamos terminé con un par de costillas fracturadas...

—Mira, estoy realmente arrepentida por eso — se disculpó Svetlana —Yo sólo...quería una oportunidad para explicar...

—Sí, una oportunidad para explicar que estás loca — intercedió Olga, apoyándose sobre uno de sus codos en la mesa girándose para mirar a la rubia intimidantemente.

—Podemos sólo, no sé, ¿ir a algún otro lado y hablar un momento?— sugirió a Yulia y Elena —No os entretendré mucho, lo prometo...

—¿Quieres que vaya a otro lugar contigo?— se burló Elena —¿Crees que soy estúpida? No voy a ningún lado contigo. Probablemente tienes a Dima escondido en algún lado preparado para atacarme de nuevo.

—No quiero decir fuera ni nada — aclaró Svetlana — Sólo, como, allí — explicó señalando a una mesa libre cerca de la parte frontal del restaurante.

Elena miró a Yulia un momento y vio los ojos de su novia entrecerrarse pensativamente en consideración ante la oferta de la porrista pero no podía leer sus pensamientos y no contestó inmediamente a la petición de la rubia.

—¿Por favor? — suplicó Svetlana —Solo quiero hablar, lo prometo.

—No sé — dijo Elena, con sus ojos estudiando a su novia de nuevo esperando alguna especie de indicación —¿Qué piensas Yul? — preguntó cuándo la morena aún permanecía callada.

—Vale — dijo de acuerdo ésta, haciendo un movimiento para deslizarse por el asiento y levantarse.

—¿Estás hablando en serio? — le preguntó Olga a su mejor amiga levantándose —Recuerdas lo que hizo ¿verdad Yul?

—Sí — contestó —¿Recuerdas lo que yo hice? — cuestionó con énfasis.

—¡Ella te provocó! — dijo Olga enfadada defendiendo el comportamiento de Yulia en la biblioteca.

—Eso no es una excusa — discutió la morena — Ella me besó y yo casi la dejo ciega.

—¿En serio vas a ir a hablar con ella?— preguntó Nastya también sorprendida.

—Sí — contestó Yulia girándose hacia Elena quien permaneció sentada y le ofreció una mano a su novia —¿Vienes?— preguntó.





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Mensaje por Fati20 10/2/2022, 6:59 pm

Ojala la demente de Svetlana solo se disculpe y ya la deje en paz. Merecen estar bien y disfrutar de paz y calma. Saludos querida mía 😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 10/3/2022, 8:41 pm

Capítulo 69

Elena miró con dudas entre la mano de Yulia y las caras de sus amigas. Por mucho que estuviera preocupada, no le debía nada a Svetlana, especialmente después de lo que le había hecho.

Al final, había hecho las paces con el prospecto de nunca tener que volver a hablar con ella. Aparentemente Yulia tenía otras ideas, su propia culpa por su comportamiento pasado hacia la chica rubia, conllevaron a un inexplicable deseo de escucharla.

Elena suspiró para sí misma mientras consideraba sus opciones que eran: o quedarse donde estaba y negar la petición de Svetlana o acompañar a su novia. Entendía las razones de Yulia de querer escuchar a Svetlana, lo hacía. Sabía que su novia odiaba dejar las cosas sin resolver, que desde el accidente casi siempre intentaba remediar cualquier malentendido o conflicto en el que se había visto involucrada. Elena valoraba la actitud de su chica, pero no la compartía en todos los casos, especialmente cuando tenía que ver con Svetlana, quien había hecho nada más que, hacer sus vidas difíciles desde el comienzo del año escolar.

—¿Cariño? — presionó la morena; sacando a Elena de sus meditaciones privadas.

El tono de la chica más pequeña no estaba demandando y la palabra no era una orden, pero Lena no tenía poder para negar la más mínima invitación una vez que Yulia la había expresado.

—Vale — dijo de acuerdo y con disgusto, tomando la mano de Yulia y mirando a Svetlana simultáneamente. La pelinegra ayudó a Elena a salir de su asiento y ponerse en sus pies.

—Gracias — dijo Svetlana agradecidamente a las dos, ignorando la mirada señaladora de Lena y girándose para ir hacia la mesa vacía que había señalado antes.

—Si el camarero viene, pídeme una hamburguesa con patatas — le dijo Yulia a Olga decisivamente.

—¿Estás jodidamente loca, Yul?— le preguntó la castaña, alucinada —¿De verdad vas a hacer lo que ella quiere? No le debes nada. No tienes que escucharla. Quiere disculparse para así sentirse mejor pero deberías dejarla que sufriera. Se lo merece después de todo por lo que te ha hecho pasar.

—No estoy loca — respondió Yulia simplemente — y no voy a hacer esto por Svetlana, lo estoy haciendo por mí — Olga se giró hacia Elena, levantando sus brazos en sus costados cuetionante, moviendo su cabeza.

—¿Elena?— dijo Olga, sorprendida de que la chica de ojos verdes estuviera incluso entretenida con la idea de darle un momento de su tiempo a la rubia.

—Pídeme una a mí también — dijo la pelirroja decisivamente, sin dejar espacio para discusiones o protestas a pesar de que en realidad estaba completamente de acuerdo con ella.

Elena no quería hablar con Svetlana más de lo que Olga quería; especialmente si significaba que la rubia conseguiría algún tipo de absolución por sus acciones pasadas por las que, si de ella se trataba, eran imperdonables.

Yulia tiró amablemente de la mano de Lena y la guió desde el grupo hasta donde ahora estaba sentada Svetlana.

Cuando se fueron, Clare se giró hacia Olga quien estaba sentada a su lado y preguntó: —Entonces... esa es la exnovia loca de Elena ¿verdad?

—¿Te refieres a Satán? — contrarrestó Olga retóricamente mientras sus ojos seguían a su mejor amiga mientras se sentaba en una silla opuesta a la chica en cuestión — Sí, es ella — Asintió Olga, con su mirada sin dejar nunca al trio que estaba ahora sentado en otra parte del restaurante.

—Es algo sexy — asintió Clare, con sus ojos mirando a la rubia.

Olga miró a Clare señaladamente, un poco impresionada por el comentario.

—Por favor dime que estás bromeando — dijo la castaña y Clare la miró con una pequeña sonrisa ante la cara de consternación de la la más alta.

—¿Qué? — preguntó Clare tan inocentemente como pudo —Lo es.

—Ugh — gruñó Olga incrédula, moviendo su cabeza mientras seguía la mirada de Clare de vuelta al pequeño grupo —lesbianas — Torció sus orejas para intentar escuchar algo de la conversación que pronto tendría lugar en el sitio, pero todo lo que pudo oír fue la música alta que estaba sonando a través de los altavoces.

—¿Lesbianas? — preguntó Clare confundida.

—Sí — dijo Olga girándose para mirarla de nuevo —Estáis todas locas.

—¿Estás incluyendo a Yulia y Elena en esta profunda generalización? — preguntó la chica, riéndose de las palabras de la más alta.

—¿Incluyéndolas?— se burló Olga de buen humor —Son las peores de todas vosotras — bromeó.

—¿Podéis cerrar la boca? — regañó Nastya, pegando a Olga en el brazo a través de la mesa.

—La música de aquí ya está haciendo lo suficiente difícil para escuchar lo que están diciendo — Se quejó —Tu boca grande no lo está haciendo nada fácil, Olga.

—Vale — se enfurruñó la más alta mientras movía su mano hasta su boca como si fuera a poner una cremallera —Me callaré — prometió, con sus ojos uniéndose a los de la otra chica volviendo hasta donde estaba sentada su mejor amiga, aparentemente esperando a que Svetlana rompiera el silencio entre ellas.

—Entonces — dijo finalmente Yulia cuando la rubia aún fallaba a la hora de hablar —¿De qué querías hablar con nosotras?— preguntó cogiendo la mano de Elena por debajo de la mesa.

Svetlana se movía incómoda de lado a lado, toda la valentía y confianza que había mostrado en previas interacciones con Yulia ahora ya no estaban, sus ojos nunca se encontraban con los azules que tenía delante.

—Bueno — dijo por fin, echándose hacia atrás en su asiento decidiendo sentarse de nuevo recta mientras sus manos encontraban su camino en la mesa delante de ella —Quería disculparme por, ya sabes, lo que pasó entre nosotras....— Explicó levantando sus ojos para encontrarse con los verdes de Elena

—¿Qué? Quieres decir ¿Cuándo me pegaste esa paliza? — preguntó la ojiverde sin rodeos y la mirada de Svetlana se volvió a bajar hasta la mesa evidentemente avergonzada con sus acciones.

—Sí — dijo levantándolos una vez más —Lo siento mucho. No hay excusa para lo que te hice y profundamente me arrepiento — Dijo humildemente —Sé que no arregla las cosas pero yo solo, quería...ya sabes, intentar hacer las cosas bien de alguna manera y pensé que a lo mejor una disculpa era la mejor forma de empezar...

Elena se rió en respuesta a la disculpa de Sveta, sin creérsela un segundo.

—¿Te estás disculpando? — preguntó echándose hacia adelante un poco, más cerca de la mesa —¿Estás jodidamente arrepentida? Me pusiste en un maldito hospital.

—Lo sé...— intentó explicar Svetlana pero Elena siguió, sin permitirle una oportunidad para hablar.

—¡Me atacaste!— continuó la pelirroja, enfadada —No te hice nada...

—Eso lo sé.— lo intentó de nuevo —Lo sé y...

—No — la paró Elena duramente —No te vas a sentir mejor por lo que me hiciste, Svetlana — Le dijo desafiante.—Me dejaste sola en el aparcamiento de la escuela apenas capaz de hacer un jodido movimiento...

—Lo siento — se disculpó la rubia de nuevo, sus ojos humedeciéndose ante la reacción de Elena —Lo siento mucho...

—¿Sabes qué? — dijo la pelirroja moviendo su cabeza, agitada —Olga tenía razón. No te debemos nada...

—No, es verdad — dijo de acuerdo la rubia.

—Que le jodan a esto — maldijo la pelirroja, levantando su mano libre en demostración y girándose para mirar a Yulia quien la estaba mirando de cerca desde donde estaba sentada —Voy a volver con las otras.— Dijo haciendo un movimiento para levantarse.

—Vale — respondió Yulia simplemente, apretando la mano de su novia un instante y después soltándola para que así pudiera irse.

—Espera, ¿no vienes? — le preguntó sorprendida, permaneciendo entre las dos posiciones, insegura.

—No — contestó Yulia sinceramente —No voy.

—Yul...— empezó Elena.

—Lo entiendo Elena, lo entiendo.— La tranquilizó —No tienes que quedarte y escuchar a Svetlana — dijo apoyándola, entendiendo el punto de vista de su novia —pero yo voy a hacerlo.

—¿Por qué? — le preguntó a su novia, incrédula —¿Por qué querrías quedarte y hablar con ella, Yul? — cuestionó —Ella es la razón por la que acabaste en rehabilitación...

—No, yo soy la razón por la que fui a rehabilitación — dijo en desacuerdo Yulia —No fue Svetlana...

—Si fue — interrumpió Lena — Ella te besó...

—Sí — dijo de acuerdo —Lo hizo. Me besó y yo la golpeé. Yo la golpeé — Dijo con énfasis —Yo, Elena...

—Sí, ¡pero no sabías lo que estabas haciendo, Yul! — dijo la ojiverde frustrada —Ella sí. ¡Sabía exactamente lo que estaba haciendo y aún así lo hizo de todos modos! ¡Tú no sabías nada! No podías evitar la forma en la que reaccionaste...

—Eso no es verdad — dijo Yulia, y voz elevándose en respuesta al tono de su novia —Cometí un error aquel día pero tú y yo sabemos que no estoy completamente libre de culpa en lo que pasó, no importa lo mucho que quisiera creer que lo era. Tú siempre tienes una elección para escoger cómo responder en una situación, Elena. Sí, tengo algunos problemas lo que significa que no siempre tomo las decisiones correctas. Quiero decir que soy impulsiva a veces y tengo temperamento lo que encuentro difícil de controlar pero...aún tengo elección — dijo, con un tono suave —No soy un rehén de mis emociones. No me tienen completamente capturada. Puedo verlo ahora. En aquel entonces pensaba que lo hacían, que la lesión de mi cabeza significaba que estaba exenta de culpa pero no lo estoy — Compartió mirando a Svetlana —No soy perfecta....podría haberme parado a mí misma ese día si hubiera querido pero la verdad es que no lo hice. No paré porque mi reacción no era sobre Sveta... sino sobre mí...

—Yul fuiste a rehabilitación.— le recordó de nuevo Lena — Te fuiste por algo que ella empezó y estuvimos separadas seis semanas...seis putas semanas — Reiteró, cuando su voz se rompió ligeramente mientras recordaba su alejamiento —Te fuiste y casi me mató estar sin ti...

—Lo siento — se disculpó la morena, extendiendo su mano para coger la de Elena pero fallando, ya que su novia en ese instante la levantó para usarla y limpiarse los ojos, molesta.

—No fue tu culpa. Fue la suya. Fue la de Svetlana — Aseguró pero Yulia lo sabía mejor, incluso aunque Elena se negaba a aceptar la verdad.

—Estás equivocada — le dijo Yulia amablemente —Dejé de contactar contigo cuando fui a rehabilitación y eso te hizo daño. Eso es por lo que fue tan difícil para ti. No era por la distancia entre nosotras. Fue por la separación. Querías permanecer en contacto pero yo no podía y no lo hice. Esa fue mi elección. Svetlana no hizo que yo hiciera eso...

—¡Nunca te habrías ido en primer lugar si no hubiera sido por ella! — discutió la pelirroja y Yulia le dio una mirada triste.

—Si, lo habría hecho — dijo suavemente —¿No lo ves? — cuestionó —Svetlana puede haber sido el catalizador para que fuera a rehabilitación pero podía haber pasado de una u otra manera, con o sin ella...

—Eso no lo sabes — dijo Elena y la pelinegra intentó de nuevo extender su mano para coger la de su novia, esta vez con éxito.

—No me digas lo que sé y lo que no, Lena — dijo pacientemente, con un tono amable mientras tiraba de la mano de la ojiverde para que así estuviera una vez más sentada —Sé cómo me sentí entonces y conozco mi propia mente — estableció —Sabes que lo hago también... me lo dijiste una vez ¿recuerdas? El día de Año Nuevo, ¿en la playa? Dijiste que era perspicaz e inteligente, que sabía lo que estaba sintiendo...

—Sí, pero....— Empezó a protestar pero Yulia la cortó.

—La rehabilitación era inevitable.— suspiró, acariciando la parte de atrás de la mano de su novia con su pulgar —Siempre iba a terminar allí, Elena. No estaba afrontándolo... Pensé que lo estaba haciendo.... todos lo hicimos pero no era así, no realmente. Svetlana puede haberme ayudado a llegar allí pero ella no fue la razón por la que necesitaba ir. Era yo — Extendió su mano libre y limpió una lágrima de la mejilla de su novia con el pulgar —Me mantienes en un standard completamente diferente al de todos los demás que conoces, pero no deberías — Le dijo, quitando el pelo de su cara —Tengo que hacer las cosas bien con Svetlana y entiendo por qué puede que no seas capaz de hacerlo tú, sinceramente, lo hago — Le dijo —Te pillaron en el medio y te hirieron por mí, por nosotras. No te merecías lo que te pasó. Tenías razón.... no hiciste nada — Continuó poniendo una mano en el hombro de Lena — Así que deberías volver con las otras si quieres — La animó — No tienes que quedarte pero yo lo voy a hacer — Repitió sus palabras de antes —Tengo que hacerlo. No tardaré mucho, ¿vale? — Elena miró entre su novia y Svetlana, indecisa, insegura de qué hacer. Por un lado realmente odiaba a Sveta por lo que le había hecho, por lo que le había hecho pasar a ambas física y emocionalmente pero, por otro lado, las palabras de Yulia le habían afectado hasta el punto de que finalmente fue capaz de ver la verdad en ellas y ella quería quedarse y escuchar lo que su novia tenía que decir.

—No quiero volver con las otras — dijo de repente habiendo barajado las opciones un minuto —Quiero quedarme contigo Yul — La pelinegra le sonrió y frotó su brazo complacida.

—Vale — Dijo Yulia, tomando la mano de su novia en la suya —Realmente esperaba que lo hicieras — Volvió su atención de nuevo a Svetlana, quien había estado viendo la interacción en silencio desde su sitio, sin querer interrumpir — Ya sabes, tenías razón Svetlana — dijo otra vez, con sus ojos mirando cómo la mano de la rubia jugueteaba con el salero y el pimentero, nerviosamente.

—Lo estaba. ¿Cómo? — preguntó Svetlana tímidamente, insegura de a lo que Yulia se estaba refiriendo.

—Dijiste que había estado protegiendo mi odio hacia mí misma cuando te golpeé — explicó —Fue aquí cuando lo dijiste, ¿recuerdas? En el baño — La porrista parecía que estaba pensando un momento, evidentemente intentando recordar el contenido de su conversación pero falló.

—No me acuerdo de eso — Dijo sinceramente moviendo la cabeza cuando el recuerdo no llegó a ella.

—Bueno, lo hiciste y tenías razón — Le informó Yulia —Lo estaba. No lo sabía entonces pero, no te estaba golpeando en la biblioteca, no realmente...me estaba golpeando a mí misma. Estaba protegiendo mis sentimientos en ti porque en ese momento, estaba enfadada contigo por lo que habías dicho y estaba cabreada conmigo misma porque me preguntaba si era verdad. Elena era la única persona que siempre ha mostrado algún interés en mí aparte de ti y eso me hizo pensar en mis lesiones de nuevo. Me recordó a lo mucho que he cambiado desde el accidente, lo mucho que he perdido, cómo me veía todo el mundo...— se pausó un momento pensativamente —Tuve un día realmente malo antes de que ni siquiera aparecieras y me estaba sintiendo consciente, tú solo, me pillaste en el peor momento posible. Alimentaste mis inseguridades y mi propio odio. Me recordaste una vez más lo incapacitada que estaba, lo inútil y dañada que me había vuelto y te golpeé. Te golpeé porque estaba tan enfadada con lo que dijiste... porque diste a entender que no era especial, que no era nada, que no merecía la pena... pero, me he dado cuenta ahora de que no sólo estaba enfadada contigo, estaba enfadada conmigo misma. Estaba enfadada porque todo lo que insinuaste, yo también lo pensaba y me odiaba a mí misma. Me odiaba más de lo que podía haberte odiado a ti...— Se pausó un momento para bajar su mirada hasta la mesa —He estado empujando esos sentimientos tanto tiempo, ya sabes...— continuó —He estado intentando suprimirlos durante casi seis meses... intentando ignorarlos y, entonces te golpeé... cuando me rompí — Continuó —Me sentí tan bien — Admitió —Fue como si todo lo que había estado guardando, todo ese resentimiento que tenía hacia mí, finalmente hubiera salido. Finalmente podía dejarlo salir. Así que no paré y seguí golpeándote — La morena se encontró con los ojos de Svetlana y sintió los verdes de Elena haciéndole un agujero en un lado de su cabeza.—Lo siento — se disculpó sinceramente —No importa cómo me tratases hasta ese punto, no te merecías eso.

—Sí, bueno yo también lo siento— se disculpó también Svetlana mirando entre Elena y Yulia, con sus ojos cayendo en el moratón oscuro de la cara de la menor.—Estaba siendo una puta. Sólo estaba celosa de ti — admitió —Estaba celosa de las dos — Terminó, con sus ojos ahora puestos en Lena quien la estaba mirando —Tú probablemente podrías haberlo hecho sin toda esa mierda por la que Dima y yo te hicimos pasar, ya sabes... con todo lo que estabas pasando — Se detuvo un momento, mientras sus manos jugueteando con el menú de la mesa distraídamente —Te dije algunas cosas horribles... — siguió después de un momento — y me odio también... por ser así, por las palabras que usé. Fueron...sucias y asquerosas — dijo, con sus ojos no en Yulia sino en el mantel de la mesa mientras las consideraba —Como yo — añadió auto desaprobándose, con un tono tan bajo que casi la morena ni lo escuchaba —Deseo ahora que simplemente hubiera aceptado la disculpa que me diste después de todo pero estaba siendo testaruda e irracional y...y...estúpida. Fui tan jodidamente estúpida — Miró entre Elena y Yulia de nuevo mientras ordenaba sus pensamientos —Ya sabes, tuve mucho tiempo para pensar en lo que os había hecho a las dos mientras estaba terminando mis servicios comunitarios — compartió —Tuve suerte de conseguir el castigo que me dieron realmente porque... lo que te hice Elena, no tiene excusa — dijo dirigiéndose a la pelirroja específicamente, refiriéndose al ataque —No espero que me perdones pero quería que supieras que me mantendré lejos de ti a partir de hoy, lo prometo. No tienes que preocuparte porque haga algo en la escuela o en ningún otro lado...

—¿De verdad? — preguntó la pelirroja, sin creerlo enteramente.

—De verdad — confirmó la rubia —No voy a volver a meterme contigo Lena. Lo digo de verdad. No te miraré más en el pasillo de ahora en adelante, lo prometo. Estoy realmente arrepentida. No tienes que creerme pero lo estoy — Volvió su atención a Yulia y levantó una mano para hacer un gesto hacia su moratón de la cara — Espero que estés bien — dijo sinceramente — El moratón parece bastante asqueroso...

—Estoy bien — tranquilizó la morena, mientras extendía su mano libre hasta el moratón que se veía, haciendo que se exaltarse por el dolor ante el contacto, haciendo una pequeña mueca.

—¿Tuviste otro ataque? — preguntó Sveta a sabiendas.

—Sí — contestó la morena simplemente, mientras que todo el deseo de inventarse una historia se había ido ahora.

—Lo siento — dijo la rubia compadeciéndose, hundiéndose más en su asiento — Siento que eso te pasara, que tengas que vivir con las dificultades que tienes pero sobre todo — siguió, pausándose brevemente para tragar saliva con dificultad, con su boca seca —Sobre todo siento cómo te traté y que no hiciera nada por ayudar con tu recuperación. Siento que realmente puse mi energía en intentar hacer completamente lo opuesto — compartió, su voz elevándose con ira hacia sí misma —Ni siquiera puedo empezar a imaginar...quiero decir...eres como...no creo... eres...

—Está bien — dijo la morena, extendiendo su mano libre para ponerla en lo alto de la de Svetlana compasivamente, Lena veía la interacción con una sensación de orgullo inesperada ante la amabilidad de su novia.

—No, ese no es el punto — Dijo Svetlana tristemente —No está bien Yulia. No está jodidamente bien. Lo has tenido lo suficientemente duro y yo sólo...no te ayudé...a ninguna de vosotras...yo sólo...lo hice todo diez veces más difícil....— la porrista quitó su mano de debajo de la de Yulia y se limpió sus ojos ahora llenos de lágrimas, avergonzada con sus emociones —Lo siento — se disculpó por sexta vez en muy poco tiempo —Lo siento mucho. Yo sólo...quería deciros eso a las dos.

—Te perdono — le dijo Yulia formalmente, ya que su ira hacia Svetlana fácilmente se había ido.

—¿Lo haces? — preguntó la rubia, con las lágrimas empezando a caer con más fuerza, ya que ni en un millón de años hubiera esperado escuchar esas palabras de los labios de la ojiazul.

—Sí — dijo Yulia —No quiero pelear contigo Svetlana. Nunca lo he querido. Ambas hemos cometido errores y creo que lo mejor que podemos hacer ahora es dejar el pasado atrás, aprender de él y seguir hacia adelante con nuestras vidas. ¿Crees que podemos hacer eso? ¿Podemos volver a empezar? — Elena se giró para mirar a Yulia, mientras lágrimas amenazando con salir en el rabillo de sus propios ojos mientras fue repentinamente abrumada por lo feliz que las palabras de su novia la hicieron sentir. Durante mucho tiempo Yulia había tenido problemas con dejar atrás el pasado. Había sido incapaz de tratar con sus sentimientos hacia el accidente o hacia cualquier otra cosa destructivamente. Elena había perdido la cuenta del número de veces que se había sentado a mirar con impotencia cómo Yulia se había derrumbado, paralizada por sus emociones hasta el punto de que no podía ni siquiera salir de la cama o había destruído completamente su habitación. Pero ahora, era la que estaba siendo un ejemplo para ella. Era la que estaba teniendo una reacción madura ante la situación manteniéndose objetiva. Era la única capaz de clasificar todo lo que habían pasado con Svetlana como una experiencia para aprender, no sólo para sí misma, sino también para la chica rubia.

Yulia era capaz de renunciar a sus conflictos pasados con Svetlana como si no fueran nada, como si no significaran nada para ella, como si no le hubieran complicado más la vida de lo que era necesario, como si no le hubieran causado sufrimiento y dolor de corazón. Yulia había ignorado su pasado con Svetlana y había extendido una rama de olivo, ofreciéndole una tregua, una oportunidad de volver a empezar de nuevo y para Elena eso fue algo trascendental, algo enorme, y algo increíble.

La chica que estaba sentada al lado de Elena ahora era muy lejos la chica que conoció en el pasillo de la escuela en Septiembre y la morena la amaba más por eso. Fue la reacción de Yulia, su crecimiento obvio; su elección de perdonar a Svetlana lo que animó a Elena a hacer lo mismo.

—Siempre tienes una opción en cómo eliges responder ante una situación Elena — escuchó la chica de ojos verdes la voz de Yulia de nuevo en su cabeza y supo que su novia tenía razón. Elena tenía elección. Podía guardar su ira hacia Svetlana, podía quedarse amargada pero, ¿a qué llegaría eso? Todo lo que haría es volver en alguien que ella no quería ser, alguien que era incapaz de perdonar a la gente por sus errores pasados. Se había convertido en alguien que se negaba a reconocer que todo el mundo puede fallar, que nadie es perfecto y ella no quería ser así. Después de todo, ¿no había cometido ella sus propios errores en el pasado? ¿No los habían perdonado? Le habían dado una segunda oportunidad en más de una ocasión. ¿Quién era ella para negársela a Svetlana cuando la otra chica tan obviamente se arrepentía de todo lo que había pasado entre ambas?

—Realmente me gustaría — dijo la rubia, limpiándose los ojos de nuevo, conmovida por la generosa oferta de Yulia.

—A mí también me gustaría — dijo la pelirroja, extendiendo su mano para jugar con los mechones oscuros de Yulia con afecto mientras estudiaba a su novia, con una mirada tierna en sus ojos.

—¿De verdad? — preguntó Svetlana girándose para mirar a Elena, en shock —¿Incluso después de lo que te hice?

—Sí — dijo la pecosa, encontrándose con los ojos de la rubia un momento antes de volver su atención hacia Yulia quien la estaba mirando con una amplia sonrisa en la cara —Creo que hemos tenido todas suficiente drama por un año, ¿no crees?

—¿No estás diciéndolo simplemente? — preguntó Sveta, difícilmente creyéndolo sus oídos —Quiero decir que ¿lo dices de verdad Elena?

—Te perdono Svetlana.— dijo Elena sinceramente, suspirando mientras volvía su atención hacia la rubia.—Lo que fuera que pasara entre nosotras... entre todas nosotras.— estableció mirando entre Yulia y su ex novia —Está en el pasado ahora. Dejémoslo ahí...—

—Gracias — exhaló la rubia, con una sonrisa genuina apareciendo en su cara a través de las lágrimas —No sabes lo que eso significa para mí — siguió —Nunca lo esperé de ti...sólo quería decir que estaba...no...

—Creo que ya hemos dejado bastante claro este punto de todos modos — dijo la pelirroja moviendo su mano con desdén delante de ella, queriendo calmar las preocupaciones de Svetlana completamente, ya que claramente estaba desconcertada e incapaz de formar una frase coherente —Quiero decir que, Yul te golpeó, tú me golpeaste y un coche la golpeó a ella así que...

Yulia hizo una mueca ante el comentario de Elena pero una esquina de su boca se elevó en una sonrisa y miró entretenida al intento de broma de su novia.

—Gracias — dijo de nuevo Svetlana —No tenías que hacerlo. Completamente entendería si no pudieras perdonarme por lo que hice.

—Todos nos hemos comportado de maneras de las que no estamos orgullosos en un momento u otro — dijo la ojiverde, con una mano aún jugando con el pelo de Yulia, y la otra entrelazada con la de ésta cuyos ojos azules estaban observándola pensativamente —Creo que lo importante es reconocer eso e intentar enmendar los errores que podamos. Estás intentándolo así que creo que es sólo justo que también yo lo haga. Además — empezó casi como reflexión —Eras bastante amable y agradable cuando estuvimos juntas, Svetlana — le dijo Elena sinceramente —Antes de todo esto quiero decir...— aclaró —De otra manera no hubiera salido contigo. La persona que hizo todas esas cosas este año, esa no eras tú, al menos, no es como la Svetlana que conocí.

La porrista bajó la mirada hasta el mantel de nuevo pero no dijo nada.

—¿Estás bien? — preguntó Elena sintiendo que algo más estaba pasando con la chica que tenía al frente.

—Estoy bien — dijo Sveta, levantando los ojos de nuevo mirando entre Elena y Yulia —Ya sabes, no quiero entretenerte de ir con tus amigas — continuó, aclarándose la garganta y limpiándose los ojos mientras se volvía a sentar recta —Sólo quería disculparme por todo y ya lo he hecho ahora...

—Ya sabes que no eres una persona horrible — la cortó Elena; recordando algo de su conversación de antes —Cometiste un error. No quiere decir que seas asquerosa o sucia — le dijo.

—A lo mejor podrías decirle eso a mi padre — remarcó la rubia, limpiándose de nuevo los ojos.

—¿Está enfadado por lo que hiciste? — le preguntó Elena y la chica asintió con su cabeza lentamente.

—Estoy segura de que se calmará pronto — La animó Yulia — Ya llegará. Él es aún tu padre después de todo. Quiero decir que yo no hablé con mis padres durante semanas después de que me forzaran a entrar en rehabilitación y me perdonaron. Se le pasará en algún momento. No puede estar enfadado contigo para siempre.

—Sí, puede ser — dijo Svetlana sonando poco convencida.

Sus ojos estaban fijos en sus manos que estaban jugando con los frascos de los condimentos encima de la mesa pero Elena finalmente entendió a qué se refería la rubia, incluso aunque Yulia no lo había captado aún.

Todo tuvo sentido para la chica de los ojos verdes ahora. Pensó que entendía la razón de la ira de Svetlana hacia ella y Yulia, por qué repentinamente había cambiado para así parecer fuera de sí en relación a lo que había pasado entre todas ellas.

Inicialmente, de vuelta al principio, Svetlana había sólo sido una molestia para las chicas. Había intentado hacer que rompieran porque quería volver con Elena, porque estaba celosa de su relación ahora que estaba admitiendo finalmente a sus amigas que era lesbiana. Incluso en la biblioteca había sido por eso. Había besado a Yulia entonces porque quería causar conflicto en su relación pero nunca había sido agresiva. De hecho, ¿no fue Elena quien había forzado a la rubia contra las taquillas en un ataque de ira?

Fue poco después de que Yulia hubiera golpeado a Svetlana cuando finalmente se había vuelto asquerosa y se había vuelto más amenazante. Fue poco después de esa interacción que se había vuelto físicamente abusiva. Algo había cambiado ese día y no era sólo por Yulia. Era por algo más.

Elena pensó que ahora sabía lo que podía haber sido.

—No eres asquerosa y no eres sucia — repitió dándose cuenta de que el padre de Sveta había usado esas palabras contra ella y no por su ataque, sino por su sexualidad —No eres ninguna de esas cosas Svetlana y siento que tu padre se sienta de esa manera contigo porque te atraigan las chicas.

—¿No está bien con que seas gay? — preguntó Yulia finalmente captando.

—No todo el mundo tiene tanta suerte como vosotras supongo — contestó la rubia simplemente y Yulia parecía desconcertada con la admisión de ésta.

—Svetlana...— dijo —Lo siento...yo...

—No te preocupes por ello — le dijo la rubia —Está bien. No es una excusa para lo que te hice.

—Tu padre es un idiota — Comentó la ojiazul —No debería haber dicho esas cosas. No pasa nada malo contigo...con nosotras...— Svetlana sólo se encogió de hombros pero no respondió a los ánimos de Yulia.

—Se enteró de que eras gay después de lo que pasó en la biblioteca ¿no? — cuestionó Elena perceptivamente —La escuela le dijo lo que hiciste...la razón por la que Yul te golpeó...

—Sí — confirmó Svetlana —Lo hicieron.

—¿No le habías dicho a tus padres que te gustaban las chicas? — preguntó Yulia tranquilamente.

—Se lo conté a mi madre — compartió con ellas —Dijo que sería lo mejor que no se lo contara a mi padre. Dijo que no había razón para molestarle con algo con lo que probablemente en un año o así se iría. Es tan homofobo...— dijo bajando la voz.

—Pero querías demostrarte a ti misma que no era una fase ¿no? — cuestionó Elena al darse cuenta —Querías probarle que estaba equivocada. ¿Por eso querías volver conmigo? ¿Por qué fuiste detrás de Yul?

—Quería estar segura de mi sexualidad antes de destrozar mi relación con él — divulgó —Entonces, intenté volver contigo. Sé que suena estúpido y lo es. No sé en qué estaba pensando realmente... supongo que no lo estaba haciendo. No sé si te has dado cuenta de esto pero hay sorprendentemente pocas lesbianas en nuestra escuela, Elena — le informó — Sólo sé sobre Jessica y está saliendo con alguien de otra escuela... después de ella las únicas que conozco están sentadas en esta mesa...

—¿Por qué no dijiste simplemente algo?— le preguntó Lena —A lo mejor podía haberte ayudado. No es como si no tuviera problemas cuando salí del armario. Les llevó a mis padres un poco hasta que se acostumbraron a la idea. A lo mejor mi padre podía haber hablado con él o algo...

—No sabes cómo es, Elena — dijo Svetlana —No hay nada que hablar con él. Me odia ahora. Ni siquiera me mirará más. Apenas me dice dos palabras desde que pegó...— Se pausó abruptamente intentando cubrir su desliz.

—¿Te pegó? — le preguntó Elena y la porrista dudó un momento antes de contestar.

—No — dijo pero Lena podía decir que estaba mintiendo y el resentimiento que sintió hacia el hombre, brotó dentro de ella inesperadamente.

—Es por eso por lo que estabas tan enfadada con Yul — dijo la pecosa —Ella accidentalmente te forzó a salir con tu padre y no le gustó. Te golpeó, ¿verdad Svetlana? — repitió su pregunta anterior y esta vez la chica asintió con la cabeza.

—Sólo una vez — compartió Sveta con ella — Pensó que podía quitármelo de encima como si fuera algo que he elegido, como si no fuera sólo como soy — divulgó, riéndose a pesar de la situación.

—Svetlana, tienes que contárselo a alguien — le dijo Yulia.

—No,— dijo — No lo haré. No lo ha hecho desde entonces. Sólo fue esa vez. Ahora sólo actúa como si no tuviera una hija y está bien, porque por lo que a mí me concierne yo tampoco tengo padre — Se pausó un momento para considerar algo —Supongo que estaba protegiendo las cosas con vosotras — reconoció —Supongo que todos somos buenos en ello — Lena giró su cabeza distraídamente durante un momento cuando se dio cuenta de que el camarero se acercaba a la mesa donde el resto de las chicas estaban sentadas, con sus comidas en sus manos.

—Deberíais ir — les dijo la rubia, también dándose cuenta de la llegada —No queréis que se os enfríen las patatas. No hay nada peor que eso — Elena se levantó de donde estaba sentada y ayudó a Yulia a ponerse sobre sus pies.

—Entonces ¿te veré por la escuela?— preguntó y Svetlana se echó hacia atrás en la silla con cuidado.

—Probablemente — contestó y la pelirroja asintió con su cabeza una vez que había tomado la mano de Yulia.

—Espero que se arregle lo de tu padre — le dijo la ojiazul a Svetlana sinceramente, haciendo que la chica rubia sonriera agradecida en respuesta.

—Espero que te sientas mejor, pronto — Contrarrestó Svetlana haciendo un gesto a su cara y Yulia levantó su mano hasta su mejilla izquierda como reflejo.

—¿Esto? — dijo, con tono ligero y juguetón —Apenas sé que está ahí.

—A lo mejor te veo por ahí alguna vez — Dijo Svetlana tentadoramente.

—A lo mejor — dijo de acuerdo Yulia asintiendo con su cabeza y diciéndole adiós a la rubia con la mano.

Se giró y empezó a hacer su camino hacia donde sus amigas pero se paró cuando se dio cuenta de que Elena no se estaba moviendo.

—¿Por qué no vienes y te sientas con nosotras? — sugirió la pelirroja a Svetlana mientras Yulia se giraba para mirar de nuevo a la rubia.

—No creo que eso sea muy buena idea — Dijo Sveta levantándose de su asiento dando un paso hacia Lena.

—¿Estás segura? — preguntó y siguió la mirada de Svetlana mientras se encontraba con que Olga y el resto de las chicas estaban mirando la interacción de cerca desde donde estaban sentadas.

—Estoy segura — dijo — Creo que puede tomar un tiempo antes de que tus amigas quieran que salga contigo.

—¿A lo mejor otro día?— ofreció y Svetlana sonrió.

—Me gustaría — Dijo antes de decir adiós con la mano a Yulia y Lena desapareciendo en dirección de la puerta.

Ambas la vieron irse antes de volver a su propia mesa, mientras Elena se deslizaba en el asiento antes que Yulia.

—¿Entonces?— preguntó Olga tan pronto como se sentaron —¿Qué pasó?

—Nada — dijo la pelirroja mientras Yulia cogía una de sus patatas, llevándosela a la boca, con hambre.

—¿No pasó nada?— preguntó Frida.

—No — dijo Elena —No pasó nada.

—Entonces ¿de qué quería hablar?— preguntó Nastya tomando un trago de su bebida.

—Quería disculparse — Dijo Lena comiéndose sus propias patatas.

—¿Le dijiste que se podía meter la disculpa por el culo? — preguntó Olga y la pecosa negó con la cabeza.

—No, la he perdonado — Contestó Elena mientras la boca de Olga se abría tan de golpe que la pelirroja estaba casi positiva de que una mosca podía haber volado directa hasta ella ahogando a la castaña.

—Por favor dime que estás bromeando Elena — Suplicó la más alta —Quiero decir que puedo entender que Yul la perdonase. Es una jodida estúpida a veces cuando se trata de cosas como esas pero pensé que te conocía mejor. Svetlana no ha sido otra cosa sino una puta con las dos.

—Estoy con Olga en esto — dijo Nastya de acuerdo con la chica más alta —¿Te estás olvidando de lo que te hizo?

—Sí — contestó la pelirroja sonriendo ampliamente mientras sentía que la mano de Yulia se posicionaba sobre su rodilla en forma de apoyo —Supongo que sí.

—¿Ves lo que te dije?— preguntó Olga, girándose hacia Clare —Lesbianas...están todas jodidamente locas.

—Sabes que soy lesbiana ¿verdad? — preguntó Clare riéndose.

—Déjame preguntarte algo Olga — dijo Yulia, finalmente participando en la conversación, sentándose hacia atrás en su sitio —¿Por qué me perdonaste?

—¿Cuando? — le preguntó Olga a su mejor amiga, confundida.

—Cuando te traté como mierda durante las dos semanas siguientes de la época de las hemorragias nasales — aclaró.

—Oh vamos — se quejó Olga —Esto no es lo mismo que eso.

—¿Por qué no? — preguntó Yulia.

—Eres mi mejor amiga, Yul — dijo Olga —Claro que te perdoné. Además, estabas pasando una mala etapa y no me metiste en el hospital ¿no? En realidad terminé metiéndote yo en él... o algo así...

—Vale — continuó la pelinegra, dándose cuenta de que no iba a llegar a Olga usándose a sí misma como ejemplo —¿Qué hay de Mary Clark? La perdonaste y te robó a tu novio. No son como, compañeras de laboratorio ahora...

—Eso pasó en primer año — Protestó —Además, estoy con Fyodor ahora. ¿De verdad piensas que mantendría un castigo contra ella para siempre? Es muy agradable cuando olvidas lo que pasó. Hace que la clase de química pase más rápido. El profesor de química puede ser realmente aburrido cuando quiere serlo.

Yulia levantó una ceja significativamente ante las palabras de Olga y se ayudó a sí misma a coger otra patata.

—Vale, ¿sabes qué? Lo que Svetlana os hizo y lo que Mary me hizo no son de ninguna forma del mismo nivel — Dijo Olga.

—Claro que lo son — Dijo en desacuerdo la morena.

—Svetlana sabía que estaba siendo una puta — Protestó la castaña más alta.

—Sí, bueno también Mary — contrarrestó Yulia — Sabía que estabas saliendo con Boris pero parece que eso no la paró en lo que hizo.

—Pero nunca me golpeó — discutió Olga.

—Si pero tú tampoco la golpeaste a ella — Le devolvió Yulia.

—Mira — dijo Lena sin querer tener que justificarle a sus amigas que finalmente había aceptado la disculpa de Svetlana —Todas necesitáis saber que Yul y yo la hemos perdonado. No tenéis que estar de acuerdo con ello, pero tenéis que aceptarlo.

—Abrazarse a la ira es como un veneno esperando que la otra persona muera — Comentó Clare y Yulia la miró impresionada.

—¿Buddha?— preguntó.

—Sí — confirmó Clare —Lo vi en Tumblr una vez — Admitió sinceramente.

—Entonces ¿qué? — preguntó Nastya a Elena —¿Ahora sois amigas?

—No, no somos amigas, no exactamente— contestó la pelirroja sinceramente —pero tampoco somos enemigas. Sólo somos nosotras. Veremos lo que pasa supongo...

—Estoy contenta de que lo arreglaseis con ella — dijo Clare levantando su hamburguesa hasta su boca y dándole un mordisco.

—¿Por qué? — preguntó Elena cogiendo otro par de patatas de su plato.

—Está buena — Contestó Clare simplemente y Olga movió su cabeza mientras añadía —Está soltera ¿verdad?

—Oh Dios mío — gruñó la chica castaña mordiendo su propia comida.

Las chicas se pasaron los siguientes cuarenta minutos hablando, Elena poniendo un veto en el tema de Svetlana y cambiando de tema a algo más estimulante a cambio.

—Sabéis que el baile llega dentro de poco — les recordó a todas —Deberíamos ir.

—¿Los Junior en la escuela tienen permitido ir al baile? — preguntó Clare sorprendida.

—¿No lo están en la tuya? — cuestionó Frida y Clare negó con la cabeza.

—No, en la nuestra sólo los de último año — Les dijo —Pero es guay que vosotras también podáis. Quiero decir que es una cosa conjunta ¿verdad? ¿No tenéis el vuestro propio?

—No, es uno conjunto — contestó Nastya —Pero no sé cuántas ganas tengo de ir — admitió —Será un poco mierda no tener con quién ir.

—Estarás con nosotras — Le dijo Elena.

—Sí, pero vosotras todas tenéis citas — Se quejó Nastya.

—¿Qué te hace pensar que yo iré? — preguntó Yulia a Nastya tentadoramente y Elena le frunció el ceño a su novia.

—¿No irás? — cuestionó.

—Depende...— dijo Yulia, tomando un sorbo de su bebida.

—¿De qué? — preguntó Elena.

—De si me lo pides o no — Sonrió la pelinegra levantando una de sus cejas en forma de reto.

—Pensaré en ello — dijo a ojiverde juguetonamente y Yulia puso los ojos en blanco.

—Bueno, no tardes mucho.— Dijo levantándose de su sitio —Recuerda lo que le dijiste a Nastya de que me podía compartir contigo. Si esperas demasiado puede que ella llegue antes.

—¿A dónde vas? — preguntó Elena mientras la morena hacia un movimiento saliendo de la mesa.

—Necesito usar el baño — le dijo a su novia —¿Está bien?

—Supongo — dijo encogiéndose de hombros y Yulia la empujó ligeramente en el hombro —Haz lo que quieras...no me importa. No es como si fuéramos exclusivas ni nada. Ve al baño. Sal con Nastya...nunca me gustaste tanto de todos modos.

—Eres una gilipollas.— gruñó.

—¿Supongo que no querrás ir al baile conmigo entonces? — preguntó y esta vez fue el turno de Yulia de encogerse de hombros.

—Buen intento — le dijo —pero esa aún no cuenta como si me lo estuvieras preguntando — Lena miró a su novia mientras se iba a través del restaurante hacia el baño antes de volver su atención hacia el resto de las chicas de la mesa.

—Estoy muy segura de que eso cuenta como que le he pedido ir al baile ¿verdad? — les preguntó y Frida hizo una mueca.

—No, no lo hace. Tiene razón — Estableció la chica más bajita.

—Sí, quiero decir que en realidad no incluye las palabras, "¿irás al baile conmigo?" — concurrió Nastya.

—Ugh, vale — Gruñó Elena levantándose —Iré a pedírselo.

—¿Mientras está en el baño? — se rió Clare —Romántico.

—Ella me pidió que fuera su novia en el baño — Se rió —Te sorprendería lo romántico que puede ser.

—Pero creo que es porque fue Yulia — dijo Frida haciendo una mueca —Ella es lo suficiente adorable para hacer que algo salga así... tú por otro lado... no lo eres.

—Sí, sólo te hará parecer como una gran pervertida o algo — se rió Nastya en alto.

—Olga ¿qué piensas? — le preguntó Elena a la chica más alta.

—¿Sobre qué?— preguntó la castaña pareciendo un poco nauseabunda.

—¿Estás bien? — preguntó Lena dándose cuenta de la pálida complexión y de lo callada que había estado durante los últimos minutos.

—Sí — dijo Olga mientras salía corriendo del asiento que compartía con Clare —Sólo me estoy sintiendo un poco enferma eso es todo. Ahora vengo — Elena miró cómo Olga hacía su camino hacia el baño antes de sentarse lentamente en su propio asiento.

—No creo que fuera romántico si le pidiera a Yulia ir al baile con el sonido de Olga vomitando de fondo — Señaló la pelirroja secamente mientras las otras chicas se reían.

—Creo que tienes razón en eso — Se rió Frida a carcajadas.

—No me sorprende que se sienta así — dijo Nastya tomando otro trago de refresco — Quiero decir que ella estaba mojando las patatas en el milkshake...como, eww...¿quién hace eso?

—Yul — les dijo Elena riéndose para sí misma.

—Tu novia es tan rara — Dijo Nastya y la pecosa asintió con la cabeza.

—Sí, pero de alguna manera me encanta eso — Comentó Elena.

—Vale, ahora me siento un poco enferma — bromeó Nastya y la pelirroja la golpeó firmemente en el brazo.

—¿Crees que deberíamos ir a ver si está bien? — preguntó Frida y Elena negó con la cabeza.

—Yul está allí. Se asegurará de que Olga esté bien — Dijo Lena echándose para atrás en su asiento tomando otro sorbo de su bebida.

Dentro del baño, Yulia se estaba lavando las manos cuando su amiga apareció por la puerta precipitadamente y se tiró a sí misma en la taza más cercana, deslizándose en sus rodillas sin perder tiempo en vaciar los contenidos de su estómago.

—¿Olga?— preguntó Yulia preocupada, tirando su papel en la papelera y caminando hacia su amiga que estaba vomitando fuertemente.

—Estoy bien — escuchó la voz de su amiga decir mientras se apoyaba contra la pared del baño limpiándose la mano con un cacho de papel.

—Si claro — dijo la ojiazul agachándose a su lado —Vomito sin razón todo el tiempo también — Olga le dio a Yulia una mirada y el labio de la ojiazul se levantó al darse cuenta de lo que acababa de decir.ñ —Si, vale — reconoció recordando cuando había vomitado en la papelera por el mensaje de voz —¿Qué está pasando?

—Nada — contestó la castaña —Creo que a lo mejor sólo he tomado comida en mal estado o algo.

—Comiste lo mismo que yo — Le recordó Yulia, echando su pelo hacia atrás sobre el hombro y acariciando su frente —¿Estás segura de que no es nada más?

—¿Cómo qué? — preguntó Olga.

—Como, no sé...— dijo la ojiazul, deslizándose en el suelo a su lado tomando su mano en la suya —Algo más...— Levantó sus ojos para encontrarse con los de Olga, traspasándolos significativamente.

—Pregúntame — animó Olga a su mejor amiga, ansiosa de finalmente ser capaz de contarle a alguien la verdad.

—En una escala de uno a diez — empezó Yulia, confundiendo a Olga un instante —¿Cómo de embarazada estás, Olga?

—¿En una escala de uno a diez?— preguntó su amiga —Estoy como en el once.



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🤣🤣🤣🤣 Yo diría que como un 20
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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 10/5/2022, 12:35 am

Julia es todo un ejemplo a seguir en la madures q tiene y como toma las cosas me gusta leer como es y como sustenta sus razones. Pobre Olga q esta bien embarazada 🙈🙈🙈🙈. Saludos querida mía tarde en ver el capitulo porque el Internet no colaboraba y eso ya me tenia ansiosa 😘😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 10/8/2022, 11:03 pm

Capítulo 70

—¿De verdad? — preguntó Yulia con un poco de sorpresa en su voz ante la admisión de Olga a pesar de haber tenido recientemente su sospecha.

—Sí — dijo la castaña limpiándose la boca con un cacho de papel de su mano de nuevo mientras Yulia acariciaba la base del pulgar de su amiga con el suyo propio —Lo estoy.

—Mierda — exhaló la morena mientras se encontraba con los ojos cuestionantes de su mejor amiga evidentemente esperando a que dijera algo más en respuesta a las noticias —Yo...tú...pero nosotras lo comprobamos y...cómo puedes...el test...era...quiero decir que... ¿no era? ¿Yo...? — tartamudeó, con sus pensamientos desorganizados y vocalizados en alto de una manera similar.

—Te lo explicaré todo, lo prometo — dijo la otra chica usando el asiento del retrete para empujarse a sí misma, poniéndose sobre sus pies, las náuseas que sentía habían desaparecido casi tan rápidamente como había vaciado los contenidos de su estómago —Pero...no aquí — Aclaró mientras ayudaba a ponerse en pie a Yulia, agarrando fuertemente a la pequeña mientras tiraba de ella.

Soltó la mano de la morena y pasó por delante de esta, saliendo del baño para lavarse las manos en el lavabo. Yulia la siguió de cerca, parándose a sólo unos pasos detrás. Vio cómo Olga comprobaba su apariencia en el espejo y extendía la mano hasta el dispensador de papel, cogiendo sólo un cacho que usó para limpiarse de nuevo los labios con cuidado. Después de unos minutos de silencio contemplando su reflejo, Olga se giró y tiró los cachos de papel en la papelera más cercana, aparentemente satisfecha con que el color hubiera vuelto a su cara para así estar adecuadamente presentable de nuevo.

—No me mires así, Yul — protestó una vez que estaba mirando de nuevo a la morena, quien la estaba mirando con una expresión de preocupación en la cara.

—¿Qué mirada? — preguntó Yulia inocentemente mientras intentaba hacer que pareciera neutral, con sus músculos luchando por formar una sonrisa y sus manos escondidas en los bolsillos traseros de sus vaqueros por falta de no saber qué hacer con ellas.

—Esa mirada — dijo levantando su mano y haciendo un gesto hacia la cara de Yulia.

—¿Cuál? ¿Esta? — dijo la ojiazul, sacando una mano de su bolsillo señalando su cara con su dedo índice —Esta es sólo mi cara — Comentó simplemente —No te estoy mirando de ninguna manera...— dijo en desacuerdo — Esta soy yo...ya sabes...siendo yo...

—Pareces preocupada — Le dijo Olga —Parece como si te acabara de contar que tengo cáncer o algo pero... no es gran cosa Yul...

—Cierto, no... claro que no lo es... — respondió, poniendo una cara desinteresada y moviendo su mano delante de ella con desdén —Quiero decir que, sí...en realidad no es nada....no es como si fuera a cambiar tu vida ni nada...ya lo dijiste que no te lo quedarías...— estableció, bajando la voz cuando se dio cuenta de la mirada que cruzó la cara de Olga ante sus palabras —¿Cierto?— cuestionó.

—Deberíamos volver con las otras — dijo la castaña dándose la vuelta sobre sus talones saliendo del baño a toda prisa, dejando a Yulia sola, mirándola fijamente por detrás.

—Espera ¿qué?— exclamó Yulia en voz alta, en el sitio ahora vacío mientras ponía una mano en su cabeza frotando su frente suavemente con sus dedos, con un dolor de cabeza empezando en la esquina de su ojo izquierdo, una suave y ligera palpitación que era demasiado familiar para ella —Jesús....— murmuró, girándose en su sitio un momento, dudosa mientras intentaba recomponer sus pensamientos siguiendo después rápidamente los pasos de Olga.

Cuando llegó a la mesa encontró a Olga de pie a su lado con las otras chicas.

—¿Estás segura de que estás bien?— preguntó Nastya a la castaña más alta mientras Yulia llegaba y se quedaba de pie al lado de su mejor amiga.

—Sí — dijo Olga echando un rápido vistazo en dirección a Yulia —Estoy bien. Era sólo una falsa alarma — Les informó.

—Sabes que puedo llevarte a casa si quieres ¿no? — le dijo Elena a Olga amablemente —No tienes que caminar.

—Lo sé y aprecio la oferta — dijo la chica extendiendo una mano y poniéndola en el hombro de la pelirroja agradecidamente —pero creo que un paseo al aire fresco puede ayudar.

—Espera, ¿te vas? — preguntó Yulia, finalmente entendiendo lo que estaba pasando.

—Sí — dijo Olga encontrándose con los ojos de la pelinegra significativamente —No me siento bien así que creo que voy a irme a casa.

—Iré contigo — ofreció Yulia y la esquina de la boca de Olga se curvó en una media sonrisa.

—No tienes que hacerlo — Respondió fingiendo indispuesta —Soy una chica grande, estoy segura de que puedo llegar a casa en una pieza.

—Estoy segura de que tienes razón — le dijo Yulia —pero de otro modo solo me preocuparé, especialmente si no te estás sintiendo demasiado bien.

—¿Estás segura de que no te importa? — preguntó Olga y la morena negó con la cabeza.

—No, claro que no — La aseguró.

—Vale entonces — dijo de acuerdo la castaña finalmente soltando el hombro de Lena dando un paso hacia Yulia para coger su mochila del suelo —Os veré en la escuela mañana — Dijo a las otras ofreciéndoles una pequeña despedida con la mano —Encantada de verte de nuevo Clare — Le dijo a la chica.

—Para mí también — devolvió.

—Espero que te sientas mejor Olga — dijo Nastya sinceramente.

—Gracias — Reconoció antes de volver su atención hacia Yulia —Te esperaré fuera ¿vale?

—Vale, no será más de un minuto — Contestó mirando a la chica más alta que hacia su camino hacia la puerta del restaurante saliendo silenciosamente.

Elena se deslizó por el asiento y se levantó delante de su novia una vez que se había ido.

—¿Estás segura de que no quieres que os lleve? — preguntó y Yulia negó con la cabeza, extendiendo una mano hacia su novia tomando la suya.

—No, estaremos bien — La tranquilizó —Quédate aquí con las demás y toma algo de postre — Sugirió mientras se movía de atrás hacia adelante sobre sus talones con cuidado —Después cuando hayáis terminado, consígueme un "Death by Chocolate" para llevar y tráelo a mi casa.

—¿Quieres que te lleve pudding?— preguntó Elena riéndose ante el apetito de su novia —¿Qué? ¿Te parece que sea la chica del reparto o algo?

—¿Por favor? — suplicó Yulia.

—Creo que voy a necesitar alguna especie de pago adelantado para garantizar el reparto — le informó Lena juguetonamente.

—Vale — dijo de acuerdo la pelinegra —Eso es justo supongo — Se inclinó y presionó sus labios suavemente contra los de Elena, su boca se movía hábilmente contra la de su novia mientras se besaban.

—Intenta no meterte en mucho lio mientras no esté — aconsejó Elena cuando se separaron, sabiendo completamente bien cómo Olga y Yulia podían ser cuando estaban a solas juntas.

—¿En cuánto lío podríamos meternos? — preguntó la ojiazul sonriendo malévolamente y Elena le dio una mirada significativa.

—¿Conociéndoos a las dos? — preguntó retóricamente —En mucho.

—Sólo es un paseo de veinte minutos desde la casa de Olga hasta aquí — Le recordó Yulia —Eso no es suficiente tiempo para que nos metamos en algo demasiado malévolo. Además, Olga no se siente bien así que no estará pensando en alborotos por una vez.

—Vale — dijo la pelirroja aplacada, frotando la parte de arriba del brazo de Yulia con su mano libre —Entonces solo, prométeme que vendrás aquí en una pieza y que no te golpeará ningún coche ni nada en la carretera.

—No puedo...prometer eso — respondió Yulia seriamente —Quiero decir que, pasa ya sabes.

—Cariño, lo digo en serio ¿vale? Por favor ten cuidado — Le dijo Elena.

—Siempre tengo cuidado — Devolvió Yulia —Sois vosotros los conductores idiotas los que no sois...— dijo bajando la voz tentadoramente.

—Yo no soy una conductora idiota — protestó la pecosa de buen humor.

—No, pero casi me pasaste por encima una vez — dijo la ojiazul riéndose suavemente.

—Si recuerdo correctamente, tú corriste delante de mi coche — Se rió Elena —Así que eso no tuvo realmente nada que ver con mi conducción ¿no?

—Sí, vale — concedió Yulia —pero, aún así...— Elena negó con la cabeza con entretenimiento y cortó a Yulia, besándola en los labios rápidamente, sintiendo que iba a empezar a divagar.

—Te veo luego — Dijo la pelirroja señaladamente, extendiendo su mano libre para acariciar la mejilla izquierda de Yulia con su pulgar.

—Lo estoy deseando — Le dijo la ojiazul, sonriendo ampliamente y besando a Elena de nuevo, con sus pequeñas manos encontrando su camino hasta la espalda de ésta.

—¿Creéis que de verdad se olvidan de que estamos aquí cuando están haciendo eso? — preguntó Nastya a las otras dos chicas que permanecían calladas mientras miraban el intercambio que tenían delante.

—No — dijo Elena separándose de Yulia y girándose para mirar a Nastya —Ahora que sé que te molesta lo hago a propósito.

—Apestáis — se quejó Nastya y Yulia hizo una mueca que sugería que no completamente en desacuerdo con la frase.

—Vale, deberías irte — la animó Elena y la pelinegra la envolvió en un abrazo rápido antes de darle un golpecito juguetón en la parte de atrás.

—Conduce con cuidado — le urgió Yulia y la pelirroja sonrió mientras su novia le decía adiós con la mano a las otras empezando a caminar hacia la puerta.

—Yo también te quiero — Gritó Elena a Yulia y se giró para lanzarle un beso, con una amplia sonrisa en su cara.

Se volvió a sentar mientras la chica se iba y Clare apoyaba sus codos sobre la mesa, determinadamente.

—Vale, seriamente... ¿podemos hablar de Svetlana un momento? — preguntó a Lena quien puso los ojos en blanco ante la pregunta echándose hacia atrás contra el asiento y suspirando fuertemente.

—No voy a prepararte nada con Svetlana,— le dijo sin rodeos, riéndose —Si quieres pedirle salir entonces búscala en Facebook.

—Voy a necesitar su apellido — Pidió Clare.

—Es Liubov — cedió Elena, volviendo su atención hacia la entrada viendo cómo Yulia salía por la puerta —pero eso es todo lo que vas a conseguir de mí. El resto es todo tuyo.

—Gracias — dijo agradecida Clare cogiendo su teléfono abriendo su aplicación de Facebook mientras Elena seguía mirando a su novia a través del cristal.

Afuera, Yulia andaba detrás de Olga quien se había girado ante el sonido de una puerta abriéndose.

—¿Estás preparada? — preguntó la castaña guardando su móvil y Yulia asintió con la cabeza y puso una mano en la espalda de su amiga.

—Sí, vamos — dijo guiando a la castaña hacia el aparcamiento para ir hasta la acera.

Empezaron a caminar hacia la casa de Olga juntas, Yulia uniendo sus brazos y permaneciendo en silencio, esperando a que su mejor amiga empezara a hablar.

—Era negativo — le dijo Olga después de que hubieran pasado unos minutos caminando en silencio y Yulia giró su cabeza para encontrarse con los ojos de Olga —El test de embarazo que me hice en tu casa — aclaró —Era negativo. No te lo imaginaste.

—Vale — respondió la ojiazul, exhalando fuertemente, aliviada de que no lo hubiera soñado todo.

—¿De verdad pensaste que podías haberlo hecho?— le preguntó Olga perceptivamente, dándose cuenta del alivio de Yulia.

—No lo sé — contestó sinceramente —Mi memoria no es exactamente brillante y había un montón de cosas pasando ese día con las noticias sobre el juicio. Me preguntaba si me había confundido o algo y como tú no dijiste nada después entonces estaba completamente liada.

—No, no te lo he estado escondiendo — dijo la castaña sinceramente —He querido contártelo desde que me enteré,— divulgó genuinamente —pero nunca parecía ser el momento correcto. Después lo sacaste de alguna forma en el baño y vi mi oportunidad de finalmente ser sincera contigo — Se pausó un momento para considerar algo —¿Qué te hizo sospechar que acaso lo estaba?— preguntó interesadamente.

—Elena — contestó sin dudarlo y Olga pareció ligeramente traicionada por la respuesta.

—¿Se lo contaste? — preguntó Olga.

—No — Yulia se defendió rápidamente —Llevamos al parque a Vika el pasado fin de semana y le estaba contando a Elena que la hiciste probar el helado con maíz. Hice un comentario de que habías estado comiendo un montón de cosas raras recientemente y bromeó con que a lo mejor estabas embarazada. Eso me dejó pensando...

—Pero ¿ella no sospecha nada?— preguntó la castaña, preocupada.

—No lo creo — la tranquilizó Yulia —Quiero decir que no me ha dicho nada si lo hace.

—Vale — contestó Olga aparentemente tranquilizada con ese conocimiento —Eso está bien entonces.

—Olga...— empezó la morena tentadoramente, volviendo a pensar en el intercambio del baño —¿De verdad te vas a quedar al bebé? — preguntó y Olga la miró con una sonrisa en los labios.

—Sí Yul — le dijo —Me lo quedo.

—Pensé que no lo querías — preguntó Yulia confusa —Pensé que dijiste que no estabas preparada para ser mamá...

—No lo estoy — dijo de acuerdo —pero muchas cosas han cambiado desde la última vez que hablamos sobre ello. Las cosas son diferentes ahora.

—¿Cómo?— preguntó Yulia y entonces Olga le contó todo lo que había pasado desde el momento en el que se había ido de su casa aquella tarde hasta ahora.

—Fui directo a ver a Fyodor — explicó —Aún estaba un poco enfadado por la forma en la que me fui en mitad de las cosas pero le dije lo que había pasado, que había ido a hacerme un test de embarazo porque no quería pelear para nada. Dije que había salido negativo pero él quería verlo con sus propios ojos, pero, lo había tirado a la papelera en tu casa y no tenía ninguno en mi casa.

—Entonces ¿te hiciste otro? — preguntó Yulia entendiendo dónde iba la historia de Olga.

—Condujo hasta la farmacia y compramos otro test — Confirmó la chica.

—Esta vez era positivo cuando te lo hiciste — Se dio cuenta Yulia.

—En realidad, no — Le informó Olga —Aún era negativo.

—No lo entiendo — dijo Yulia.

—El segundo test que me hice fue negativo también — reiteró Olga —Fyodor aún estaba enfadado conmigo. No podía entender por qué me iría a hacer un test yo sola. Dijo que debería ser algo que hubiéramos hecho juntos y empezamos a discutir otra vez por todo. Aún estaba enfadado de que no quisiera quedarme con el bebé y yo estaba enfadada con él por intentar presionarme de hacer algo para lo que no estaba preparada.

—Entonces ¿estabais aún peleando todo el tiempo? — cuestionó la morena.

—Sí — dijo Olga —Realmente pensé que podíamos romper — Compartió con Yulia —Quiero decir que parece que todo lo que hacíamos era gritarnos el uno al otro...

—¿Por qué no dijiste nada? — preguntó la ojiazul —Podías haber hablado conmigo sobre ello.

—No quería molestarte — Contestó Olga —Ya no dormías por lo del juicio y tu habla estaba mal otra vez. No quería añadir nada más.

—Olga soy tu mejor amiga — Le recordó Yulia —Podías haber hablado conmigo ya sabes. No voy a derrumbarme. Has sido tan increíble este último año y deberías tener a alguien con quien poder hablar si lo necesitas. Dios sabe que me has escuchado lo suficiente...

—Yul, estuviste ahí para mí cuando te necesité — interrumpió —Fuiste increíble y me diste algunos consejos increíbles. Me dijiste exactamente lo que necesitaba escuchar — continuó —Jesús!! incluso fuiste a conseguirme un test de embarazo de la tienda. No tenías que hacer eso pero lo hiciste...

—Pero aún así no me lo contaste — estableció confundida Yulia.

—Sí, pero no era porque no pensara que no podías soportarlo — divulgó la castaña leyendo las inseguridades de Yulia y dándose cuenta de que la chica más bajita pensaba que no creía que estuviera lo suficiente compuesta para soportarlo —Fue porque no pensaba que fuera importante con todo lo demás que estaba pasando.

—Olga tú eres importante para mí — dijo Yulia acercando a la chica más alta con sus manos entrelazadas —Eres mi familia...eres una de las cosas más importantes de mi vida. Eres una de las personas que más me alegra en todo este mundo — Dijo sinceramente —Hay pocas cosas que pueda considerar más importantes que tú. El juicio ni siquiera es un uno por ciento de significante para mí— Olga levantó su labio en una sonrisa tierna y desenlazó su brazo del de Yulia para envolverlo alrededor de su cintura.

—Bueno, en el futuro prometo ir a ti — dijo Olga y la morena salió del agarre de la chica más alta para así poder sostener la mano de su mejor amiga.

—Vale — reconoció Yulia, mirando sus manos mientras las balanceaban entre ellas mientras caminaban.

—Me enteré el jueves después de que estuviéramos en casa de Elena en nuestra maratón de noche de películas de los miércoles — divulgó Olga —¿Te acuerdas? ¿Fue la primera en la que Clare vino y terminó un poco abruptamente porque tus labios estaban azules?

—Oh sí — dijo la ojiazul recordándolo —Estuve casi todo el rato durmiendo.

—Cierto — respondió Olga —De todos modos, a la mañana siguiente desayuné y después repentinamente me sentí enferma y tuve que ir corriendo al baño.

—¿Algo como hoy? — cuestionó la morena y Olga asintió con la cabeza.

—Sí — dijo Olga —Me hizo pensar que a lo mejor estaba embarazada. Que a lo mejor el test había estado equivocado porque aún no había tenido el periodo y mi madre había sufrido vómitos matutinos al comienzo de su embarazo — Se pausó un momento mientras llegaban a una parada en la acera esperando a que cambiara el color del semáforo para cruzar —Entonces tecleé la fiabilidad del test de embarazo en el google de mi teléfono — continuó una vez que había cruzado —y decía que a veces puedes tener falsos negativos en los primeros días de embarazo así que fui a la escuela ese día y lo conté a Fyodor lo que había pasado. Dijo que debía hacerme otro test sólo para estar segura y fuimos después de la escuela a conseguir otro.

—¿Me dejas adivinar? — preguntó Yulia —Era positivo.

—Sí — garantizó Olga asintiendo con la cabeza —Era positivo.

—¿Te asustaste? — preguntó Yulia.

—Un poco — admitió Olga —Quiero decir que, Yul, no quería ser madre. Estaba tan aliviada cuando me dijiste que el test era negativo.

—Pero decidiste callártelo — Le recordó Yulia.

—Sí — dijo Olga —Después de volverse positivo tuvimos que morder de alguna manera la bala y hablar con mis padres en relación a lo que decidimos hacer....

—¿Estaban enfadados? — preguntó Yulia.

—Estaban molestos — compartió Olga sinceramente —No sabían realmente qué decir pero podía decir que mi madre estaba decepcionada conmigo. Le conté que no quería quedármelo, que quería terminar la escuela a cambio e ir a la universidad...

—¿Qué dijo?— cuestionó la morena interesadamente.

—Preguntó que qué quería hacer Fyodor — contestó Olga, con una pequeña sonrisa en sus labios ante el recuerdo —Dijo que quería quedarse con el bebé, que me quería y quería que fuéramos una familia...dijo que se pondría sobre una rodilla y me propondría matrimonio si eso les mostraba a ellos y a mí lo comprometido que estaba con nosotros.

—Wow — dijo Yulia sorprendida —Entonces... ¿qué pasó?

—Entonces, todos nos sentamos y hablamos de las cosas — Explicó Olga —Mis padres, sus padres y nosotros...

—¿Te convencieron para que te lo quedaras?— preguntó Yulia.

—No — dijo Olga —Me dieron la oportunidad de hacer eso si es lo que quería.

—¿Qué quieres decir? — cuestionó Yulia.

—Bueno, la razón por la que no quería tener un bebé aún era porque pensaba que no estaba preparada ¿sabes?— preguntó —Aún soy joven y tengo que terminar la escuela. Quiero decir que ¿qué tipo de vida podría ofrecer a un niño si ni siquiera me he sacado la GED? Encontraría difícil conseguir un trabajo y no tendríamos ningún sitio donde vivir — dijo, pausándose un momento mientras llegaban a otro cruce esperando a que cambiara la luz del semáforo —Mi madre dijo que nadie estaba realmente preparado para tener un niño. Que no importa lo mayor que seas, siempre piensas que no es el momento adecuado o las circunstancias correctas. Me preguntó que si quería a Fyodor y lo hago. Le quiero y quiero estar con él. Quiero tener sus hijos algún día...

—Bueno, cuando la vida te da limones...— comentó Yulia con una pequeña sonrisa formándose en los labios.

—Dijo que podía aun terminar la escuela aunque tuviera al bebé — Continuó Olga —Dijo que Fyodor podía venir a vivir con nosotros y que ella cuidaría del bebé durante el día porque estaría libre de todos modos, cuidando de mi hermano....dijo que si los aspectos prácticos eran la única cosa que me frenaba de quedármelo entonces no necesitaban serlo. Mi madre me dijo que debía hacer lo que quisiera pero que realmente debería pensar en ello antes de tomar una decisión. Entonces, Fyodor y yo nos fuimos y hablamos las cosas y decidimos hacerlo. Me di cuenta de que podía vivir con el conocimiento de que hicimos un intento pero no pensaba que pudiera estar en paz con la idea de haber terminado con nuestro hijo. Nuestra relación nunca se recuperaría de eso y yo nunca hubiera dejado de preguntarme, qué hubiera pasado. Si algo me enseñó el año pasado es que la vida a veces no es algo que se pueda tomar por garantizado y a lo mejor esto pasó por una razón, a lo mejor Fyodor tenía razón. A lo mejor era una señal o algo.

—¿Crees que estaba destinado? — le preguntó Yulia y Olga se encogió de hombros.

—No lo sé — Contestó Olga sinceramente —Todo lo que sé es que quiero a Fyodor y que me hace feliz. Nuestros padres están siendo un gran apoyo y eso lo hace mucho más fácil pero estoy asustada, quiero decir que, al contrario de lo que dije antes, esto es enorme...va a cambiarlo todo y puede que esté cometiendo un error enorme...

—No creo que estés cometiendo un error,— le dijo Yulia a su amiga, apoyándola, apretando su mano mientras llegaban a una parada fuera de su casa —Creo que muy pocas oportunidades en esta vida donde puedes realmente hacerte feliz a ti misma y si una se presenta entonces debes aferrarte a ella con ambas manos. Deberías hacer todo lo que está en tu poder para mantener a la gente que quieres cerca de ti Olga, porque un día se habrán ido. ¿No preferirías mirar hacia atrás en tu vida alegre con el conocimiento de que viviste para ti y nadie más, que tomaste tus decisiones lo mejor que pudiste para llenar tu vida con las únicas cosas reales que importan; ¿felicidad, amor, familia?— preguntó.

—Sí — dijo de acuerdo la castaña —Lo haré.

—Serás una madre increíble Olga — la tranquilizó —¿Sabes cómo sé eso?— preguntó.

—No — se rió la chica —¿Es porque soy muy guay? — cuestionó intentando hacer una broma con la situación.

—No — dijo Yulia, en tono serio, con sus ojos firmes en los de su amiga —Es porque durante los últimos diecisiete años has cuidado de mí y nunca has dejado de hacerlo, ni una vez, ni siquiera cuando intenté de todas las maneras posibles alejarte. Te quedaste a mi lado con todo lo que pasó este año Olga y no creo que pueda pagarte nunca eso completamente pero, a lo mejor esto te ayuda un poco...— dijo, poniendo su mano libre en el hombro de ésta —Serás una madre genial — estableció con confianza —y tu bebé — dijo, moviendo sus manos entrelazadas sobre el estómago de Olga —Bueno, es probablemente uno de los niños más afortunados que conoceré en mi vida entera — compartió —Fyodor y tú puede que no hayais planeado esto pero amaréis a ese bebé, los dos lo haréis y sé cómo eres cuando quieres a alguien. Eres leal, un apoyo y generosa. Tu amor es algo raro y especial. Este bebé no tiene ni idea del premio gordo que le ha tocado teniendo una madre como tú; teniendo a alguien que siempre vigilará sus espaldas, que siempre le protegerá y estará ahí apoyándole, que nunca se rendirá con él aunque él mismo se haya rendido ya.

—Yul...— dijo Olga con lágrimas en los ojos.

—No, Olga lo digo de verdad — Dijo —Ya tienes cada cualidad que necesitas para ser una madre fantástica y como tu amiga, como alguien que conoce cómo es recibir todo tu amor...puedo sinceramente decir que no tienes que estar asustada de nada. Será algo natural. Si no tuviera ya diecisiete años de prueba entonces en este último año hubiera sido suficiente para convencerme de ello — Le sonrió a Olga —La vida te lanza una bola curvada de vez en cuando pero no es necesariamente una cosa mala, simplemente inesperada — Continuó —Nunca fui alguien que creyera en el destino, no realmente...

—Pero ¿ahora sí?— cuestionó Olga.

—Ahora, no lo sé...— contestó sinceramente —Todo lo que sé es que me he llegado a dar cuenta de que todo lo que experimentas en tu vida te dirige hacia algo más. La vida no se para porque llegues contra algo, sigue hacia delante de todos modos. Es sólo...que a veces las cosas contra las que te enfrentas, las cosas que tienes que experimentar, no son siempre lo que inicialmente percibes que son...a veces son sólo el catalizador de algo más, un sufrimiento temporal que te ayuda en el camino hacia algo mejor.

—¿Qué quieres decir? — preguntó Olga.

—Bueno, como el accidente — explicó Yulia —Nunca hubiera pensado que miraría hacia atrás un día y estaría agradecida de que me pasara a mí pero lo estoy. Hoy estoy agradecida porque cambió la forma en la que veo todo. Tuve que estar a punto de morir para darme cuenta de lo que realmente significaba vivir. Ahora finalmente he conseguido trabajar sobre mis sentimientos viendo las cosas diferentes. Ahora aprecio todo mucho más. Cada respiración que doy es un regalo, no una faena. Cada amanecer del que soy testigo es una bendición. No todo el mundo tiene tanta suerte como yo y hay tantas cosas por las que estar agradecido en la vida, cosas por experimentar y es todo lo que quiero hacer ahora...el accidente, trajo a Elena a mi vida y nunca habría pensado que algo que me causó tanto dolor podría traerme tanta felicidad pero lo hizo. El accidente cambió mi perspectiva, hizo que me diera cuenta de lo que es importante y con quien en la vida puedes contar cuando los necesitas. Así que sí, el accidente fue horrible y preferiría no haber tenido que experimentarlo pero, no fue mi último destino. Fue sólo un catalizador para algo más...para algo mejor. Tu embarazo — dijo frotando el brazo de Olga —Probablemente no va a ser fácil, quiero decir que nunca he estado embarazada pero he escuchado que puede ser duro...— divagó —De todos modos, sólo es un sufrimiento temporal también y cuando termina, cuando sostienes a tu bebé en tus brazos por primera vez lo verás también, simplemente como yo lo tuve como un catalizador para algo mejor.

—Jesús! Yul — dijo Olga, limpiándose los ojos —No me pregunto por qué Elena te ama tanto cuando dices mierda como esas — Terminó intentando suavizar la pesadez que se había establecido entre las dos —Sabes que serás la madrina de mis hijos ¿verdad? Les enseñarás tanto...— dijo, haciendo su mejor intento de mantenerse lejos de lo sentimental pero de alguna forma sintiendo como si estuviera peligrosamente cerca de caer —Quiero decir que, no querría que nadie más cubriera ese papel...es tuyo y sólo tuyo...y a lo mejor en parte de Elena....

—¿Elena?— preguntó la morena, confundida.

—Sí — confirmó Olga —Quiero decir que si va a ser un elemento permanente en tu vida entonces está bastante garantizado que ella tendrá algún papel con el bebé. Además, vosotras dos os tenéis que casar ahora, no puedo permitirme llevaros a todas a Hawaii si voy a tener un niño. ¿Qué creéis que soy? ¿Hecha de dinero? — Yulia se rió ante las palabras de su amiga y Olga tiró de su brazo para abrazarla cariñosamente, poniendo su pequeño cuerpo contra el suyo y apretándolo fuertemente —Te quiero Yul — dijo, besándola en la mejilla.

—Yo también te quiero Olga — Devolvió la morena, cerrando sus brazos alrededor del cuerpo de la chica más alta.

—Prométeme que no te morirás cuando vayas al hospital en unas semanas — Le pidió su amiga.

—¿Por qué estás tan preocupada de perder tu apuesta? — contrarrestó Yulia riéndose.

—No — dijo —Estoy preocupada por perderte a ti.

—Si, bueno, no lo harás — la reconfortó —No estoy planeando irme a ningún lado aún. ¿Crees que de verdad me perdería a mi mejor amiga convirtiéndose en madre? Voy a querer a ese niño tanto que no tienes ni idea. Simplemente espera. Voy a enseñarle toda forma de molestar...como....no sé... pincharte repetidamente hasta que hagas lo que quieran.

—Creo que puedo vivir con eso — dijo la castaña, soltando a Yulia y limpiándose las lágrimas de su mejilla —Sí, podría definitivamente vivir con eso — La pelinegra sonrió a Olga y tomó su mano, apretándola entre la suya.

—¿Vas a estar bien?— le preguntó Yulia.

—Voy a estar bien — la tranquilizó —Voy a comer galletas y a llamar a Fyodor.

—Vale, pero si necesitas algo me llamarás ¿no? — probó Yulia y la castaña se rió.

—No puedo pensar en nadie mejor con quien hablar — Completó Olga —Ahora ve a casa a ver a tu novia. Elena se va a pasar ¿no?

—Sí — admitió la pelinegra, entretenida de que las dos fueran tan fáciles de leer —Va a traerme el postre.

—Bueno, definitivamente no te puedo retener de eso — señaló Olga soltando la mano de su amiga.

—Te llamaré mañana — Prometió Yulia.

—Mándame un mensaje después — Contrarrestó Olga y la sonrisa de la morena se amplió.

—Sí vale, lo haré — Dijo mientras empezaba a caminar por la calle, mientras Olga hacía su camino hacia el porche.

Yulia se giró y le dijo adiós con la mano, la chica más alta le devolvió el gesto antes de desaparecer dentro, la puerta frontal cerrándose firmemente detrás de ella. Yulia hizo el resto del paseo de vuelta a su casa en una reflexión silenciosa, pensando en lo que había pasado este último año, con una sonrisa permanentemente en su cara mientras contaba todas las bendiciones, las que placenteramente le sorprendió encontrar, dejando sin peso a los desastres. Cuando alcanzó su casa, su sonrisa creció incluso más ante la vista de quien la estaba esperando; Elena estaba sentada pacientemente en el escalón de la puerta principal, con una bolsa de papel marrón apoyada a su lado.

Se levantó cuando vio a Yulia acercándose y caminó por el jardín para encontrarse con su novia a medio camino, con la bolsa conteniendo la comida en su mano.

—Creo que alguien pidió, "Death by chocolate" — Dijo Elena, levantando la bolsa delante de la ojiazul.

—Sería yo — reconoció cogiendo la bolsa de Elena —Gracias — dijo, inclinándose hacia adelante besándola en los labios con aprecio.

—Cualquier cosa por ti — dijo Lena, con sus ojos estudiando el moratón de debajo del ojo derecho de Yulia —Veo que has vuelto de una pieza.

—Veo que has conseguido no empotrar tu coche — Señaló Yulia mientras Elena ponía un brazo alrededor de su hombro caminando hacia la puerta juntas.

—Supongo que las dos somos increíbles entonces — bromeó la pelirroja.

—Apuesto a que todos desearían tener las dotes que tenemos — bromeó, sacando la llave de la puerta de su bolsillo,.abriéndola, ya que sus padres y Vika estando fuera, visitando a su abuela.

Hizo un gesto a Elena para que entrase en la casa y se agachó en el pasillo para saludar a Jasper quien estaba moviendo la cola animadamente con la llegada de la chica de los ojos verdes.

—Sabes, creo que echa de menos vivir contigo — dijo Yulia cerrando la puerta detrás suyo parándose para acariciar la cabeza de Jasper en modo de saludo.

Se levantó y tiró las llaves en lo alto del mueble del pasillo, con Lena siguiéndola de cerca.

—Entonces ¿Olga se siente mejor?— preguntó y Yulia miró a su novia por encima de su hombro mientras hacía su camino hacia la cocina con su postre.

—Sí, creo que el aire fresco la ayudó mucho — Le dijo Yulia, caminando alrededor del mueble de la cocina sacando un plato y una cuchara de los estantes.

Vació el contenido en el plato, un gran brownie de chocolate fundido, cubierto por sirope de chocolate y fue hasta el microondas para recalentarlo un poco.

—¿Qué hay de ti?— preguntó Elena mientras Yulia se inclinaba sobre el mueble de la cocina.

—¿Qué hay de mí?— devolvió.

—¿Te sientes mejor?— cuestionó la pelirroja, dando un paso hacia Yulia y cogiendo sus manos, entrelazandolas con sus dedos entre ellas.

—Me siento bien — la tranquilizó —Me he olvidado del ataque.

—Quiero decir sobre las cosas con Svetlana — aclaró Elena dándose cuenta de que su novia había malentendido la pregunta y que creía que se refería a las molestias de antes.

—Oh — dijo ésta, pareciendo un poco avergonzada —Svetlana...sí, me siento mejor en realidad. Me siento mucho mejor.

—Yo también — le dijo Elena —Gracias por hacer que fuera contigo a hablar con ella. No quería...

—No hay nada de malo en eso, lo sabes,— sostuvo —No hubiera pensado nada menos de ti si no lo hubieras hecho.

—Eso lo sé — dijo la pecosa —pero tenías razón de escucharla. ¿Qué sacamos sosteniendo el castigo la una contra la otra? Todo lo que hace es amargarte y al final del día no quiero estar amargada. Quiero estar alegre y feliz.

—Entonces ¿lo estás? — preguntó Yulia interesadamente.

—¿Qué si estoy qué?

—¿Feliz?— presionó Yulia, empujando sus manos entrelazadas contra el pecho de Elena.

—Sí — dijo la pelirroja, inclinándose y besando a Yulia en la frente mientras el microondas sonaba —Estoy feliz.

—Yo también — dijo sinceramente Yulia.

—Sabes que realmente me sorprendiste hoy — divulgó la pelirroja abiertamente —Siempre supe que habías cambiado Yul. Eres tan diferente ahora de la chica que conocía el pasado Septiembre, pero, hoy realmente probaste lo lejos que has llegado. No son sólo palabras ¿Verdad? Realmente has puesto el accidente detrás de ti.

—¿Creías que no lo había hecho?— le preguntó.

—No estaba segura — contestó Elena sinceramente —¿Eso me hace una mala persona?

—No, te hace inteligente — Le dijo simplemente —Pensabas que estaba mejor una vez antes recuerdo y todos sabemos en lo que se convirtió eso...no te hace una mala persona cuestionarme.

—¿Quién eres?— preguntó Lena riéndose para sí misma, incrédula por el brusco y obvio cambio no negativo en su novia.

—Soy tuya — suspiró y Elena sonrió antes de echarse hacia delante para besarla rápidamente en los labios.

—Sabes que una vez te dije justo lo mismo.— informó a Yulia, dirigiéndose detrás de su novia y abriendo el microondas para sacar su postre.

—¿Lo hiciste?— preguntó la morena, incapaz de recordarlo siguiendo a Lena hasta el mueble. Se sentó al lado de la chica de ojos verdes y puso dos cucharas en el mueble, una de las que Elena no se había dado cuenta de que había estado sosteniendo.

—Sí — contestó la pelirroja, deslizando el postre de Yulia delante de ella recordando su primer beso en el hospital después del ataque de la más bajita —Lo hice — Señaló a la cuchara extra que Yulia había llevado, sorprendida —¿Vas a compartir tu postre conmigo?

—Compartiría cualquier cosa contigo — Dijo, cogiendo con su cuchara una gran parte del brownie fundido de chocolate. Elena sonrió para sí misma, su mano vacilante sobre la cuchara durante un momento antes de cogerla y morder un trozo.

—¿Te gusta?— le preguntó la morena.

—¿Death by Chocolate?— preguntó Lena levantando su ceja en consideración —Supongo que no es una mala forma de elegir si tuviera que hacerlo. ¿Qué?— cuestionó dándose cuenta de que los ojos de Yulia estaban en los suyos, con una expresión pensativa llenando su cara mientras daba golpecitos con la punta de la cuchara sobre la superficie de granito.

—Nada — contestó la morena bajando su mirada hasta el mueble y una pequeña risa escapándose de sus labios.

—No. ¿Qué? — presionó la pecosa y Yulia volvió a levantar los ojos hacia las órbitas familiares que la estaban mirado entretenidas.

—Sólo estoy feliz — dijo Yulia asintiendo con la cabeza ante sus propias palabras.

—¿Por qué es eso gracioso?— preguntó Lena mientras la morena tomaba otra cucharada de brownie del plato.

—Simplemente lo es — contestó —No debería estar tan feliz, sentada en la cocina, comiendo un trozo de brownie de chocolate contigo pero lo estoy. Soy tan feliz Elena y eso es gracioso porque si estoy así de feliz haciendo algo tan simple y pequeño como esto contigo, entonces imagina lo feliz que podría ser haciendo algo grande y significante — Elena sonrió más ampliamente de lo que había sonreído antes en respuesta a las palabras de Yulia y extendió una mano por encima del mueble para acariciar el brazo de su novia, incapaz de decir nada de semejante magnitud en respuesta.

—La vida es preciosa ¿no crees?— le preguntó Yulia —Quiero decir que es poética ¿no? Cómo hace tan sólo unos cuantos meses consideraba terminar con todo y ahora...ahora ni siquiera puedo recordar ni una sola razón por la que hubiera querido hacerlo.

—No sé si estoy completamente de acuerdo con eso — Dijo Lena mirando como la pelinegra tomaba otra cucharada de brownie —Quiero decir, creo que la vida puede ser preciosa pero creo que esa belleza depende de la gente que tú eliges para compartirla. Todo lo que sé por seguro es que tú eres preciosa Yul y eso es por lo que mi vida también lo es. Eres lo que trae belleza a ella. No fue siempre tan notable como lo es ahora.

—Y dices que soy buena con las palabras,— se sonrojó cogiendo más brownie con su cuchara ofreciéndole a Elena quien lo tomó en su boca agradecidamente.

—Lo eres — dijo la pecosa —sólo las estoy tomando prestadas un minuto — Yulia miró al plato que tenía delante y lo deslizó hacia Elena.

—Te lo puedes terminar — ofreció, poniendo su cuchara en el mueble delante de ella con un sentido de finalidad que no podía ser discutido.

Elena cogió su propia cuchara y movió el postre que quedaba por el plato durante un momento antes de cogerlo, con el conocimiento de que el gesto de Yulia significaba sin palabras necesarias, "te quiero".

—Yo también te quiero Yul — dijo la pelirroja, terminándose la última cucharada y empujando el plato hacia delante en el mueble mientras giraba su cara hacia su novia.

—No tienes que decirlo — se rió Yulia.

—Ni tú — contrarrestó Elena.

—No lo hice — Se rió mientras Elena tomaba su mano.

—Sí, lo hiciste — Respondió y Yulia sonrió ampliamente —Sólo que no con palabras, eso es todo.

—Sí, bueno las estabas tomando prestadas — Se quejó la morena juguetonamente.

—Eres bienvenida para tenerlas de vuelta,— dijo la ojiverde, echándose hacia delante, acercando sus caras.

—Vale — dijo de acuerdo la pelinegra y Elena la besó, sus bocas deshaciéndose la una en la otra durante unos minutos gloriosos —Te quiero — Respiró Yulia cuando finalmente se separaron, con una sonrisa en su cara.

—Sí, lo sé — Dijo Elena acercando la boca de Yulia de nuevo hacia la suya con la mano que estaba apoyada en la parte de detrás del cuello de su novia —Lo sé — pensó.


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PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido  - Página 6 Empty Re: PENAS Y LAMENTOS (ADAPTACIÓN YULENA) Desconocido

Mensaje por Fati20 10/9/2022, 11:12 am

Extrañaba a las chicas y su amor tan maravilloso es inevitable no suspirar al terminar de lee un capitulo con un amor tan hermoso 😍😍😍. Estare atenta a la continuación, saludos cariño 😘😘😘
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