LA APUESTA // (ADAPTACION A YULENA) BY: densgd14

—¿Y bien, Dima? ¿Qué te respondió? ¿Lograste ver la expresión que querías en mi rostro?

Dijo con la sonrisa más enorme que podía hacer, él solo la miraba como si quisiera matarla (y no dudaba que quería hacerlo, de hecho su pecho subía y bajaba por el enojo que lo estaba consumiendo en ese momento).

—¡Maldita sea! ¡Ella no me aceptó por tu culpa! ¡Porque...

—¡Porque aún me ama, idiota! ¡Acéptalo y déjala en paz de una jodida vez, Dima!

—¡Ahh!

Gritó liberando toda su furia de una buena vez pero cuando iba a seguir despotricando contra Lena, ella solo se fue de ahí, no tenía la necesidad de oír como seguiría peleando por la pelinegra y un montón de estupideces más, además, no iba a lograr que la felicidad que ahora tenía se esfumara por culpa de él, no lo iba a permitir.

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Al día siguiente.

El día después, luego del concurso había estado todo muy tranquilo y el humor de la pelirroja había sido el mejor que hubiera tenido en mucho tiempo, no podía dejar de pensar en Yulia y en lo que había pasado en el concurso, en como finalmente se había presentado otra oportunidad para estar con Yulia pero con esa felicidad, también había una pizca de culpa, por Sofía, no sabía que iba a decirle, por lo que en cuanto regresó a la ciudad, fue directamente al departamento de ella, ya que Sofía había regresado de viaje ayer en la noche y tenía la necesidad de contarle lo que había pasado en San Petersburgo, no podía ocultárselo, aunque teóricamente no hubiese sido nada malo.

Bajó del taxi y le indicó al conductor que la esperara. Subió al edificio de inmediato, llegó al departamento de Sofía y luego de respirar profundamente tocó el timbre y la puerta se abrió dejando ver a Sofía, tan sonriente como de costumbre.

—Elena, hola, no sabía que ibas a venir a verme hoy.

Después, la chica intentó darle un beso, pero Lena giró la cabeza, evitando ese beso, entonces las preguntas empezaron.

—¿Qué pasa? ¿Está todo bien? ¿Ocurre algo?

—Sofía... necesito hablar contigo, es importante...

—Por supuesto, pasa.

Elena entró al departamento y frotó las palmas de sus manos una contra la otra, nerviosa, luego cuando Sofía se recargó en la puerta y le dio una mirada de preocupación, la culpa se hizo más grande.

—Dime que pasa.

—Mira, desde el viernes estuve en San Petersburgo, de hecho, acabo de regresar hoy, pero estuve ahí porque... Fue el concurso de canto de Yulia y yo... yo tenía que ir a verla, era algo que no podía perdérmelo, pero... mientras ella cantaba volví a sentir ese amor que por más que he intentado sacar de mi corazón no he podido y sé que la canción que Yulia presentó fue para mí, me dijo con una canción lo que no ha podido decirme con simples palabras, además... Dima le pidió matrimonio y ella lo rechazó, así sin más, solo le dijo que no y luego me dijo que hablaríamos y yo... tenía que contarte esto porque... porque no te mereces que yo haga cosas a tus espaldas y mucho menos que esté contigo cuando amo a otra persona y... solo te pido que me perdones, que algún día puedas perdonarme.

Esas palabras las había dicho con más dolor del que ella misma había previsto, pero el dolor se convirtió en más culpa cuando Sofía comenzó a derramar algunas lágrimas, luego las limpió, le dio una pequeña sonrisa y se acercó a la pelirroja, besó su mejilla y después la acarició.

—No tengo nada que perdonarte, Elena, yo sabía que tú todavía la sigues amando y sabía que este momento llegaría... y si, te quiero, Elena, pero no eres mía, me duele decirlo, pero no eres mía, tu eres de Yulia, tu corazón está con ella y yo no pienso retenerte conmigo, entonces, ahora que sabes esto.... Necesito que hagas algo por mí.

—¿Que necesitas?

—Necesito que luches por ella, y que luches por tu felicidad, no la dejes ir y sé feliz.

Una enorme sonrisa se colocó en el rostro de la pelirroja y sus brazos de inmediato la rodearon, la abrazó fuertemente y segundos después se separaron, dejando un beso en su mejilla y Sofía le sonrió.

—¿Harías eso por mí?

—Lo haré y... Gracias, Sofía — Sonrió.

—No me agradezcas nada, ahora ve por ella.

Asintió, se despidió de ella con otro abrazo y luego de algunas palabras más, salió de su departamento, también del edificio y justo antes de llegar al taxi, el celular de Lena sonó.

En la llamada.

—¿Dónde estás, Elena? ¿Ya llegaste a la ciudad?

—Si, ya llegué, tranquila, voy para la universidad, llego en un rato.

—No, no vengas al campus, mejor ve al aeropuerto y alcanza a Yulia.

—¿Al aeropuerto? ¿Por qué?

—Mira, no tenemos mucho tiempo, solo te puedo decir que ella vino a buscarte al dormitorio esta mañana, pero en cuanto llegó, la llamaron, su papá sufrió un accidente de auto y está hospitalizado, entonces ella se fue de inmediato, regresará a San Petersburgo a verlo y estaba algo alterada y aun no logro encontrar todavía a Anya para avisarle, así que ve al aeropuerto y has que Yulia espere a Anya o si no quiere, veté con ella, pero no la dejes viajar sola, estaba muy mal.

—De acuerdo, iré a buscarla.

Fin de la llamada.

De inmediato se subió al taxi y sin perder tiempo le indicó al conductor que la llevara lo más rápido posible al aeropuerto, no podía dejar a Yulia sola.

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Vamos, Yulia ¿dónde estás?

En cuanto Lena llegó al aeropuerto, buscó desesperadamente a la pelinegra y luego de algunos minutos, finalmente la encontró, ella tenía sus cosas a un lado suyo y estaba sentada en las sillas de espera, con la cabeza agachada y entonces la pelirroja no dudó en acercarse tan rápido como pudo hasta que llegó a ella y dejó sus cosas junto a las de la ojiazul para enseguida llamar su atención.

—Yulia...

La morena levantó la vista casi de inmediato, la vio y sin más, se lanzó a los brazos de Lena, esta la sostuvo fuertemente mientras la pelinegra dejaba salir las lágrimas.

—Tranquila, Yul, él va a estar bien...

—Me dijeron que el accidente fue... muy aparatoso, que... el otro conductor estaba ebrio y murió... ¿Y si él... — Lena acunó su rostro entre sus manos.

—¿Confías en mí? — Asintió — Entonces confía en lo que te digo, él va a estar bien, te lo prometo.

Yulia solo la miró, asintió no muy convencida de sus palabras y volvió a abrazarla, esta vez escondiendo su rostro en el pecho de la pelirroja mientras esta acariciaba su cabello con lentitud y suavidad, haciéndole saber que estaba ahí para ella.

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Mensaje para Nastya:

No logré que Yulia se quedará a esperar a Anya, pero logré convencerla de que me dejará ir con ella, dile a Anya que la voy a cuidar con mi vida si es necesario y que cualquier cosa que suceda, le avisaremos de inmediato.

Enviado: 11:37 am.

En cuanto envió el mensaje, Yulia y ella subieron al avión, encontrando sus asientos para luego acomodarse, Yulia se abrazó a la pelirroja cuando esta pasó uno de sus brazos por sus hombros, suspirando y levantando la mirada para ver esos verdigrises ojos.

—Gracias por... estar conmigo.

—No me agradezcas, sabes que yo haría lo que fuera por ti ¿verdad que si?

—Lo sé — Dijo besando la mejilla de Lena.

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Horas más tarde.

—Entonces ¿estará bien? — Preguntó la pelinegra.

—Estará bien, ya escuchaste lo que dijo el médico, Yulia, tu papá salió mejor librado de lo que debería, y gracias a Dios, solo tiene algunos golpes y un brazo roto, pero el peligro ya pasó, tranquilízate.

Yulia en ese momento dejó salir un gran suspiro de alivio, soltó la mano de la pelirroja para abrazar a su madrastra, la mujer besó su cabeza y le sonrió, pues su papá estaba bien, dentro de lo que cabía.

—Katya, pasaré a verlo ¿está bien?

—Claro que está bien, ve, yo ahora te alcanzo, solo le avisaré a Anya ¿de acuerdo?

—De acuerdo... — Se acercó a la pelirroja — Ya regreso, Elena.

—Tú no te preocupes por mí, anda, ve a ver a tu papá.

Yulia entonces dejó un beso en la mejilla de esta mientras acariciaba su mano y de inmediato desapareció entre los pasillos del hospital. Lena, estaba perdida en sus pensamientos hasta que escuchó la voz de la mamá de Anya.

—Vaya manera de conocer a la famosa Elena.

—Si, no es una buena pero... ¿famosa?

—Si, famosa, hemos escuchado muchas cosas de ti, buenas y... también malas...

—Ok, puedo explicar las cosas malas que han...

—No, Elena, no es necesario, no sé con exactitud que pasó entre Yulia y tú, pero si sé que sufrió mucho por tu culpa, aunque ahora, viéndola aquí, contigo y luego de ver como la cuidaste y como no te separaste de ella ni un solo segundo y también de ver las miradas que ella te dedicaba, entendí que la amas y que ella te ama a ti, eso se nota y es lo que importa, por lo que no pienso hacerte nada y convenceré a su papá de que tampoco te asesine como dijo que lo haría, pero eso sí, si la llegas a lastimar una vez más...

—No la lastimaré nunca más, se lo prometo, no me lo perdonaría si volviera a dañarla como lo hice, se lo aseguro.

—Bien, eso era lo que quería escuchar, ahora, iré a llamar a Anya y a convencerla de que no es necesario que venga aquí y que Oleg está bien, con permiso.

—Adelante.

Katya se fue y Lena dejó de contener su respiración, se había creado fama con la familia de Yulia y no era muy buena, así que debía afrontarlo y eso le daba miedo, pero bueno, podía hacerlo, todo sea por Yulia.

Horas más tarde.

—En verdad, Anya, no es necesario que vengas, papá está relativamente bien... sí, nos quedaremos esta noche y regresaremos mañana al medio día... las cosas están bien... te cuento cuando regrese, por ahora, no te preocupes por mi... de acuerdo, nos vemos mañana, cuídate.

—¿Sigue preocupada? — Le preguntó a Yulia cuando terminó su llamada con Anya, la miró, asintió y se sentó junto a Lena en su cama.

Resulta que luego de pasar casi todo el día en el hospital, la señora Katya convenció a Yulia de regresar a la casa de sus padres para descansar y que ella cuidaría de su esposo y aunque fue algo difícil, al final Yulia aceptó.

Lena se ofreció acompañarla a casa y que después ella pasaría la noche en un hotel y que al día siguiente iría a visitarla, pero simplemente la pelinegra no se lo permitió y ahora allí estaba, en su habitación, en la casa de sus padres y... estaban completamente solas.

—Si, un poco, pero al menos creo que ya se quedó más tranquila.

—Eso es bueno — suspiró la pelirroja — ¿Tú cómo estás?

—Mmm bien, ahora que sé que papá está fuera de peligro estoy más relajada, pero tenía miedo.

—Sabes que te comprendo, yo pasé por algo parecido y tú estabas ahí.

—Si, lo recuerdo...

Luego Yulia dejó salir un suspiro y Lena, frotando sus manos en sus jeans algo nerviosa, se puso de pie frente a la morena, dejando salir otro suspiro para luego mirarla.

—Entonces... ¿Crees que sea un buen momento para hablar? Ya sabes, de nosotras.

—Creo que es un buen momento... necesitamos hablar.

—Así es... Yulia... Yo quiero disculparme...

—No, Elena, yo soy la que quiere disculparse, porque estuve actuando como una idiota inmadura, negándome a ver lo que era obvio... yo muy en el fondo sabía que me amabas de verdad pero esa idea de que habías apostado para enamorarme me había herido en lo más profundo y... estaba furiosa, quería hacerte sentir lo que yo sentí cuando me enteré, por eso me negaba a escucharte y me negaba a creer en todo lo que me decías cuando finalmente teníamos la oportunidad de hablar, por eso retomé mi relación con Dima, porque estaba furiosa y quería vengarme, pero cuando te vi con Sofía ese día, sentí que mi mundo se derrumbaba, me moría de los celos al verte con ella y por eso me comportaba de esa forma tan idiota y... yo solo... lo siento por haberte lastimado.

—Yulia... Nos lastimamos mutuamente, ambas fuimos unas idiotas que solo sabían complicarse la vida con estupideces pero... eso ya pasó y hay que dejarlo así, hay que tratar de olvidar y enfocarnos en el presente, en lo que pasa ahora...

—Sí, tienes razón, el problema es que no sé que pasa ahora... no sé que pasa entre tú y yo... ¿qué somos ahora, Elena?

Cuando terminó esa pregunta, Lena sonrió tomando una de las manos de la morena y haciendo que se levantara con delicadeza, la acercó a ella despacio para tomarla de la cintura y entonces sus ojos encontraron los azules de ella de inmediato.

—Seremos lo que tú quieras... Dime, Yul ¿qué quieres que tú y yo seamos?

—Quiero que volvamos a ser lo que éramos antes de todo.

—Justo lo que yo quería.

Elena sonrió una última vez antes de tomar su mejilla con su mano y unir sus labios en un perfecto beso, un beso que se sintió diferente a todos los demás que se habían dado antes, era el beso que finalmente estaba arreglando todo, era el beso que decía que el amor que se tenían seguía allí, que no se había ido y que nunca se iría, era el beso que le decía a la pelirroja que Yulia era, es y sería suya para siempre.

—Te amo, Yulia, te amo muchísimo.

—Yo también te amo muchísimo, Elena, lo hago.

Yulia llevó sus manos hasta la nuca de la pecosa, metiendo sus dedos por su cabello y acercándola a ella nuevamente para continuar con ese beso que tanto habían estado esperando.

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Horas después.

—¿Te digo algo? — Preguntó la pelirroja.

—¿Qué?

—Te extrañé.

—Yo te extrañé también — Sonrió.

Lena también lo hizo al momento en que la escuchó decir eso, y la verdad, sonreír era lo que había estado haciendo demasiado en esas horas que habían pasado. Sonreía cuando mientras se besaban caían a la cama, sonreía cuando luego de tantos meses, volvía a desnudar su cuerpo con sus manos, sonreía entre cada beso que se dieron al sentir su piel desnuda unirse a la de ella, sonreía cuando hicieron el amor sin contenerse ni un solo segundo y ahora estaban ahí, sonriendo por sus palabras y por lo que veía, sonreía porque Yulia estaba recargada en un par de almohadas con solo la sabana de la cama cubriendo su desnudez mientras que Lena estaba a su lado, boca abajo y sin nada encima más que sus bragas rojas, sosteniendo su cabeza sobre el puño de su mano, observándola sin perderse ni un solo detalle de ella.

—Entonces ahora... ¿hemos regresado oficialmente?

—¿Lo que acabamos de hacer, no te lo confirmó?

—Mmm pues no del todo, como que lo sospechaba pero necesitaba confirmarlo.

—Pues si, Elena, hemos regresado — Rió y negó con la cabeza.

—Eso supuse.

Yulia volvió a reír nuevamente y Lena aprovechó para besar algunos segundos sus labios, luego se separaron y la pelirroja suspiró.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Por supuesto que si, ¿qué es?

—Bueno, tengo entendido que el premio del concurso que ganaste el sábado es un espectáculo en Ural y...

—Detente, sé a dónde te diriges y... Tú quieres saber si me voy a ir de Moscú ¿no?

—Pues si — Suspiró — Es que... te acabo de recuperar y con eso no sé que va a pasar... No quiero perderte otra vez, Yul.

—Elena... el sábado hablé con el productor del musical de Ural, en Ekaterimburgo, me dijo que los ensayos de la obra comienzan en dos meses y el semestre termina en tres así que... me quedaré en la universidad los siguientes dos meses y después...

—Te irás a Ekaterimburgo.

—Así es, me mudaré a Ekaterimburgo.

La voz de Yulia en ese momento sonó tan triste que Elena sintió un dolor enorme dentro de ella, tanto por su tristeza como por la decisión que la morena había tomado, sin embargo, Lena no estaba dispuesta a perderla luego de haberla recuperado, eso ya no era posible.

—Yul... Te amo, te amo y no pienso volver a perderte una vez más, no voy a permitirlo otra vez.

—¿Qué quieres decir con eso?

—¿Me dejarías irme contigo a Ekaterimburgo?

Y luego de eso, una expresión de sorpresa adornó el rostro de la ojiazul, que miraba boquiabierta a Lena y esta solo sonreía por esa reacción.

—¿Qué... Qué acabas de decir?

—Dije que si me dejarías irme contigo ¿lo harías?

—Dios, Elena... ¿Tú estarías dispuesta a seguirme a esa ciudad?

—Yo te seguiría hasta el fin del mundo y vamos, Yul, es fácil y puedo hacerlo.

Entonces, algo entusiasmada porque Yulia no le había dicho que no todavía, se acomodó en la cama, sentándose a su lado, cubriéndose con la sábana y tomando su mano, mirándola a los ojos mientras sonreía.

—Conozco esa sonrisa... — Sonrió la morena — ¿Qué tienes en mente?

—Mira, es muy simple, tú te quedas los próximos dos meses en la universidad y te vas, yo termino el semestre y me voy contigo, haré que me transfieran de universidad a alguna en Ekaterimburgo, y como mi promedio es en realidad uno de los mejores, sé que no habrá problemas, luego, conseguiré un departamentos para las dos, viviremos juntas y... todo será bueno a partir de ese momento, empezaríamos algo nuevo.

Yulia ahora lo que hizo fue sonreír aún más, tomando las mejillas de Lena y dándole un tierno beso en los labios para enseguida suspirar y acariciar el dorso de su mano.

—Lo hiciste sonar muy fácil ¿en realidad crees que será así de sencillo?

—Si, lo creo, sé que será así, yo me encargaré, pero para eso, necesito saber que quieres tú. ¿Me quieres contigo en Ekaterimburgo?

—Yo te quiero conmigo en cualquier lugar, Elena, aquí, en Ekaterimburgo, en la universidad, en cualquier parte quiero que estés conmigo pero... — Suspiró.

—¿Pero...? — Enarcó ambas cejas.

—No lo sé, Elena, es decir, sé que te quiero conmigo en Ekaterimburgo, sería increíble vivir ahí las dos juntas, de eso estoy segura, el problema es que en realidad no sé si estoy segura de querer que dejes la universidad, a tus amigas... todo es más fácil en Moscú, no quiero complicarte las cosas viajando conmigo a otro lugar.

—No pienses en eso, no me complicarás nada, al contrario, todo será más fácil contigo a mi lado, sea donde sea, y mis amigas podrán visitarme, incluso te aseguro que si la locura les gana, se irán tras nosotras, tal vez no de inmediato, pero sé que lo harán, además, no nos separaremos para siempre, nos vamos a otra ciudad, no a otro mundo... Las cosas saldrán bien si así lo deseas, y eso es lo que quiero.

—Yo también lo quiero... te quiero conmigo, pero... ¿Estás segura?

—Completamente segura, así que, sabiendo eso... — Lena sonrió y mordió su labio — ¿Viviremos juntas en Ekaterimburgo?

—Viviremos juntas en Ekaterimburgo — Sonrió y la besó.

Dos meses después.


Y dos meses después, allí estaban, en el aeropuerto, despidiendo a Yulia que finalmente se mudaría a Ekaterimburgo, a comenzar su sueño.

Pero a pesar de eso, Lena no podía quejarse ni siquiera un poco, pues todo finalmente había salido muy bien, su felicidad estaba a tope y nada arruinaría eso.

En ese tiempo, las cosas tomaron el rumbo que debían tener, Yulia y Lena retomaron su relación y si antes era increíblemente buena, en esta segunda oportunidad que se estaban dando todo era perfecto, sin nadie que les complicara las cosas (gracias a que finalmente el grandulón se dio por vencido con Yulia y con las personas que querían apoyarlas incondicionalmente a pesar de todo).

Alrededor, las cosas estaban igual de bien, era como si el universo al fin había decidido conspirar a favor de ellas, y también lo hubiera hecho para las personas que las rodeaban, pues Nastya luego de volverse loca durante casi un mes, consiguió un departamento cerca de la universidad y nerviosamente le pidió a Anya que se fuera a vivir con ella a lo que la rubia respondió con un efusivo sí, dejando más que contenta a Nastya y sin sufrir un infarto fulminante, en cuanto a Lauren y Svetlana, también las cosas iban bien, Lauren se las arregló para conquistar a Svetlana todos los días, sin excepción y tras muchas cartas y detalles, al final, una canción de disculpa frente a toda la universidad hizo que se ganara el perdón de la chica, retomando su relación tan solo hace un par días.

Todo estaba tomando un buen curso, ahora, solo era cuestión de lograr que ese buen curso no se desviara ni un poquito y la pelirroja estaba dispuesta hacer que así siguiera, a cualquier costo.

—Te voy a extrañar mucho, hermanita, pero vendrás a visitarme ¿verdad?

—Claro que sí, Anya, cuando tenga una oportunidad, vendré, tú no lo dudes.

Anya asintió, besó la mejilla de Yulia y fue con Nastya, que la tomó de la cintura y esta recargó su cabeza en su hombro, algo triste.

Después Yul fue con Lauren, con Svetlana y Nastya y se despidieron, hubo algunas lágrimas, por parte de todas, pero había el conocimiento de que no era un adiós definitivo y mientras ellas tenían ese pequeño momento de tristeza, Lena esperaba a la pelinegra con todas sus cosas, observando todo, hasta que finalmente la tuvo frente a ella, con sus ojos rojos y una pequeña sonrisa, entonces tomó una de sus manos y entrelazó sus dedos.

—Te voy a extrañar mucho.

—Yo también, amor, muchísimo...

Entonces la primera lágrima fue derramada por Yulia, recorriendo su mejilla hasta que el pulgar de Lena la hizo desaparecer comenzando a dejar tiernas caricias allí.

—Hey, Yul, amor, nada de lágrimas ¿recuerdas? Tú y yo tenemos un plan, y sabes que lo vamos a cumplir.

—Si, lo sé, pero... aun así te voy a extrañar.

—Y yo a ti, pero recuerda, solo es un mes, nada más ¿de acuerdo? Solo un mes.

—Solo un mes — Sonrió y asintió.

Elena acarició una vez más su mejilla para luego besar sus labios lenta y delicadamente, sin importarles nada más, era un beso de despedida, pero sin duda alguna, no era el último.

—Te amo, Yulia.

—Y yo te amo a ti — suspiró — Te estaré esperando.

—Lo sé, solo un mes y estaré contigo.

Un beso en la mejilla, un fuerte y cálido abrazo y una mirada fue lo que la pelirroja obtuvo de Yulia antes de que ella comenzara a caminar por el aeropuerto y subiera a un avión que la llevaría a una nueva etapa en su vida, una etapa increíble y en la cual, Lena tenía la dicha de estar en ella.

—Solo un mes más, Yul...

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Un mes después.

En la llamada.

—Hola, bebé, ¿alguna noticia?

—Hola, amor y sí, hay noticias, ayer fue el último día, el semestre finalmente ha terminado, y mañana mismo viajaré a Ekaterimburgo.

—Oh, ya era hora, comenzaba a creer que el semestre no terminaría nunca y que tardaría mucho más en verte...

—Pues finalmente lo hizo y nos veremos muy pronto... Oh, y ¿sabes qué? Te tengo una sorpresa.

—¿Una sorpresa? ¿Cuál es?... Elena, no es como la sorpresa del departamento ¿verdad?
—No, amor, es algo más pequeño... ¿sigues molesta por lo del departamento?

—Sí, un poco, debiste decirme que ya habías conseguido departamento desde antes de que me viniera a la ciudad pero no lo hiciste.

—Es que sabía que te negarías al departamento, por eso no te lo dije.

—Bueno, no importa, ya pasó... pero ahora que recuerdo, dime que sorpresa me tienes.

—Mmm no te lo diré, mejor ve a la puerta, ya está esperándote ahí.

—Elena, no entiendo porque te esfuerzas en...

Fin de la llamada.

—Sorpresa, Yul.

Lena dejó sus cosas en el suelo mientras sonreía y Yulia la miraba impresionada unos segundos hasta que al final reaccionó, se abalanzó sobre su novia, literalmente le saltó encima, por lo que Lena la tomó de inmediato de la cintura mientras las piernas y brazos de la pelinegra la rodeaban, sonriendo enormemente.

—Elena ¿qué haces aquí? Me dijiste que mañana estarías viajando.

—Si, se lo que te dije, pero fue para sorprenderte ¿lo logré?

—Lo lograste, eso es un hecho.

Ahora Lena solo sonreía durante un par de segundos para de inmediato besar esos labios que no había probado en un largo y agonizante mes.

—Te extrañé mucho — Dijo Yulia.

—Y yo a ti, un mes lejos fue demasiado... ¿Cómo es que antes soportamos tanto tiempo separadas?

—No lo sé y no quiero hablar de eso, ahora, lo único que quiero hacer es disfrutar a mi novia.

Nuevamente sus labios se unieron en un tierno beso, un beso que se convirtió en algo realmente pasional y necesitado conforme los segundos pasaban, por lo que, la pelirroja con todas sus fuerzas se tuvo que separar de Yulia para evitar una escena para mayores de edad en un pasillo de un edificio.

—Mmm... ¿Por qué te alejas?

—Porque aunque quiera seguirte besando, me gustaría entrar para hacer ahora sí, con total libertad lo que quiero contigo.

Yulia le regaló una sonrisa llena de picardía mientras levantaba ambas cejas y luego de darle un par de pequeños besos, se puso de pie, Elena tomó sus cosas, entró al departamento y nada más cerró la puerta, la pelinegra se abalanzó sobre ella, haciéndolas caer al sofá sin siquiera dejar que su novia dijera nada más.

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—Ni siquiera pudiste esperar a la noche ¿verdad?... Apuesto a que los vecinos nos escucharon.

Dijo la pelirroja con una enorme sonrisa plasmada en su rostro, mientras rodeaba con fuerza la cintura de Yulia que estaba recostada sobre ella en el sofá, completamente desnuda y despeinada pero con la misma sonrisa que tenía ella.

—No me interesa si los vecinos nos escucharon, y no, no podía esperar hasta la noche, pasé un mes entero sin ti y realmente te extrañé, además, tu tampoco podías esperar y lo sabes, Elena, ¿o acaso estoy mintiendo? — La besó.

—No, no estás mintiendo, es muy cierto lo que dices, no podía esperar, pero al menos pudimos ir a la habitación — Sonrió.

—El sofá fue lo más cerca y cómodo que encontré, y la habitación está muy lejos.

—Pero es más grande la cama ¿no?

—Bueno si, pero se disfruta igual.

—¿Ah sí? ¿Es el mismo placer en la cama que en el sofá?

—Pues eso pienso yo, ¿no me crees? — Enarcó una ceja y sonrió.

—Mmm... Tengo mis dudas, por lo que — besó su cuello — Me gustaría comprobarlo yo misma.

Tras eso, sus labios se unieron en un gran e intenso beso, donde sus manos volvieron a tocar el cuerpo de la otra con suma pasión y necesidad, hasta que Lena mordió el labio de su pelinegra novia para finalizarlo con una sonrisa.

—Vamos a la habitación.

Y así, de inmediato se levantaron del sofá donde Yulia tomó su mano entre la de Lena y se dirigieron a la habitación del departamento, cerraron la puerta y cinco segundos después ya Lena tenía a Yulia sobre la cama debajo de ella mientras con su boca hacia maravillas en su cuerpo y sus manos la acariciaban a más no poder.

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Dos semanas después.

—El sexo mañanero siempre va a ser mi favorito.

Yulia soltó una pequeña carcajada, negó con la cabeza mientras dejaba un beso en los labios de su novia y se levantaba de la cama, cubriendo su cuerpo con una de las sábanas para levantarse y ponerse algo de ropa.

—El mío también, pero ahora, debemos levantarnos amor, o al menos yo sí, tengo ensayo en unas horas ¿lo recuerdas?

—Uff — Bufó — Si, lo recuerdo ¿y sabes qué? No me gusta que ensayes los sábados, y también ¿sabes que más no me gusta?

—Mmm ¿Tal vez alguien llamado Pavel Sidorov?

—Si, exacto, ese tipo no me agrada, te coquetea demasiado y eso no me gusta para nada.

Y decía la verdad, tenía dos semanas allí y en esas semanas Yulia ya le había presentado a todo el elenco de su obra y Pavel no le agradaba nada, era demasiado atrevido y coqueto con Yulia, sin mencionar el hecho de que era realmente apuesto.

***

Elena frunció el ceño de inmediato, luego se sentó en la cama recargando su espalda en el respaldo y cruzándose de brazos sobre el pecho, mientras Yulia reía y se acercaba a ella, sentándose a su lado en la cama, dejando un beso en sus labios, enseguida.

—No deberías de estar celosa amor, Pavel es mi co-protagonista y amigo solamente, además, por si no lo sabías, está casado y tiene una pequeña de 2 años, y otra cosa más... está casado con un chico.

—Oh...

Una gran "O" se formó en la boca de la pelirroja al enterarse de ese nuevo dato, cosa que hizo reír más a Yulia mientras ahora el rostro de la pecosa estaba pintado de rojo por sus celos injustificados.

Pero hey, yo no sabía que era gay, así que no pueden culparme.

—¿Ves tontita? No debes de tener celos, así que ya, sé una chica buena, quita ese puchero y vístete, iré a hacer el desayuno ¿ok?

—Ok, Yul.

—Así se habla, Elena.

Yulia volvió a dejar algunos besos más en los labios de la pelirroja antes de levantarse, vestirse por completo y salir de la habitación, todo mientras ella estaba ahí como idiota, amando la nueva vida que estaba comenzando a tener.

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—¿Entonces pasarás por mí al terminar el ensayo?

—Si, Yul, iré por ti en algunas horas y de ahí tomaremos un vuelo a Moscú ¿Ok?

—Ok, y déjame decirte que no sabes lo orgullosa que me siento de ti por darles otra oportunidad a tus padres, yo creo que están arrepentidos de verdad.

—Si, yo también lo creo... pero ahora lo que me interesa es esa sorpresa que dijeron que tenían para mí, me muero por saber que es.

—En unas horas lo sabrás, ahora, debo irme, te veo más tarde — Sonrió.

Elena asintió, tomó la mejilla de Yulia para darle un pequeño beso mientras la despedía en la puerta y algunos segundos más tarde, se fue, ella sonrió y de inmediato fue a la habitación que compartía con la pelinegra para terminar de arreglar todo lo necesario para la semana que pasarían en Moscú, con sus padres.

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Horas más tarde. 10:05 pm. Moscú.

Por fin habían llegado a Moscú luego de 5 horas de vuelo, y el humor de Lena no era el mejor de todos, gracias a que el maldito vuelo había sido un desastre, primero se equivocaron con los asientos y a Yulia le tocó sentarse en una de las primeras filas, justo en medio de dos tipos musculosos mientras que a ella le tocó junto a una pareja que al parecer solo sabía comer chocolate y pelear entre ellos, luego, hubo algunas turbulencias que la dejaron realmente asustada, después cuando trató de cambiarse de lugar, tropezó con alguna pertenencia de la horrible pareja que se había sentado con ella y se cayó frente a todas las personas del vuelo.

Y aunque seguía un poco emocionada por la dichosa sorpresa que sus padres le tenían, el cansancio y el mal humor eran demasiado fuertes justo en el momento en que pisó la casa de sus padres.

—Ya papá, díganme en serio que se traen.

Comentó un tanto fastidiada, mientras el personal de la casa subía sus cosas y caminaba con Yulia sujetando su mano detrás de sus padres para seguirlos hacia la estancia.

—Es una sorpresa, pero calma, ya casi — Comentó Inessa.

—Tranquila, amor, no desesperes — Trató de calmarla Yulia.

—No puedo, tuve un vuelo horrible, así que quiero ver mi sorpresa para irme a dormir de inmediato y... ¡Iván!

Ni siquiera pudo terminar su frase cuando gritó el nombre de su hermano, corriendo de inmediato a abrazarlo.

Iván la sostuvo fuertemente mientras sonreía y ella lo asfixiaba con sus brazos por el cuello de la emoción y la felicidad que le daba verlo luego de tantos meses.

—Hey hermanita, tranquila, yo también te extrañé pero... me ahogas...

—Lo siento, pero te extrañé.

Tras eso, lo soltó, Yulia se acercó a ellos y abrazó a Iván suavemente saludándolo para enseguida pararse al lado de su novia y tomarla de la mano.

—Me alegra que por fin hayan regresado, ustedes hacen una hermosa pareja, así que, Elena, para la otra no seas tan idiota ¿ok? — Sonrió.

—No eres el único que me lo ha dicho, así que no haré estupideces, pero no estoy aquí para hablar de mí — Puso los ojos en blanco —Sino para ver mi sorpresa, pero supongo que tú eras mi sorpresa ¿no?

—No, yo sé que tengo material para ser sorpresa de cualquiera, pero en esta ocasión no es así, tu sorpresa está arriba en mi habitación.

—¿Y qué es?

—No te lo diré, mejor vamos a que la veas.

—De acuerdo...

Tras eso, Iván comenzó a caminar hacia la segunda planta de la casa y con Yulia aun tomando la mano de Lena lo seguían mientras la pelirroja seguía tratando de adivinar que podría ser, pero nada se le ocurría, por lo que solo dejó de tratar conforme se iban acercando a la habitación de Iván y cuando llegaron y entraron a ella, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Conoce al más reciente miembro de la familia. Aleksandr Katin.

—Oh por dios.

A pasos lentos, Lena se acercó a la cama, donde Olga estaba, sosteniendo a su pequeño sobrino que dormía cómodamente sobre el pecho de su mamá, y cuando estuvo al lado de la cama, Olga le dio a su sobrino, permitiendo cargarlo entre sus brazos mientras ella lo observaba encantada y maravillada con esa pequeña personita entre sus brazos.

—Es tan hermoso... ¿Cuándo nació?

—Hace una semana, nosotros viajamos desde América para pasar unas semanas aquí de vacaciones y el segundo día que llegamos, el pequeño Aleksandr decidió nacer, así que pensé en darte una sorpresa y hacerte venir sin saber nada.

—Dios, Iván, te odio, debiste decirme desde que el nació... Pero no importa, mi sobrino es hermoso... Ven, Yul, ven a verlo.

Yulia dejó su lugar debajo del umbral de la puerta y caminó hasta ella y Aleksandr, pero antes de acercarse completamente, sacó su celular y les hizo una foto...

... Luego, sonrió, se acercó ahora si por completo y dejó un beso en la mejilla de la pelirroja mientras miraba igual de maravillada que Lena a su sobrino.

—Es muy hermoso... Y tú te ves muy linda con él en tus brazos.

—Gracias, Yul...

—¿Sabes lo que pensé cuando te vi cargarlo hace unos minutos?

—¿Qué, amor?

—Que te verás igual de hermosa que ahora cuando sostengas así a nuestro hijo o hija en un futuro.

Lena sonrió, miró a Yulia y dejó un pequeño beso en sus labios, para luego solo suspirar.

—Y no puedo esperar para que eso suceda, pero por ahora, estoy muy feliz con nuestra vida en Ekaterimburgo, con mi pequeño sobrino en mis brazos y con mi recién restaurada relación con mis padres, así que sí, estoy muy bien y más porque estás tu conmigo.

—Te amo, Lena — Sonrió y suspiró.

—Y yo a ti mí, Yul, te amo mucho.

FIN

**8 años después, Ekaterimburgo**
                   
—Katina, aquí el verdadero problema es... ¡Fyodor Isaev! ¡Deja a tu prima tranquila!
                   
El pequeño solo miró a Nastya breves segundos y enseguida a Lena, la pelirroja le sonrió para hacerle saber que lo que hacía no estaba mal y en realidad no lo estaba, solo estaba jugando con Vika y Lena lo sabía, más por las carcajadas de su hija que se escuchaban por toda la estancia, y Nastya solo estaba siendo exagerada, como siempre.
                   
—Deja a Dyor tranquilo, él no está haciendo nada, solo está jugando con Vika, así que deja de ser tan dramática y dime lo que ibas a decirme, Nastya.
                   
—Bien, pero aquí la única dramática eres tú, Elena, y como te decía, el verdadero problema es que tú solamente estás siendo paranoica, eso es todo.
                   
—No estoy siendo paranoica, tengo miedo, es común tenerlo y más en una decisión tan importante y lo sabes.
                   
—Si, sé que tienes miedo, pero no sé a que le tienes miedo en concreto, Elena... Dime ¿le tienes miedo al compromiso? Porque si es eso, déjame decirte que es una completa estupidez, es decir, tienes dos hijos, una niña de cuatro años que se parece a una versión más pequeña de ti... y además, también tienes un bebé de dos años que poco a poco se va pareciendo cada vez más y más a la enana de Yulia, así que aclaremos que compromiso con Volkova tienes hasta el cuello...
                   
—Lo sé  — Suspiró — Nastya, y no es miedo al compromiso, de haber sido así nunca me hubiera ido a vivir con ella y mucho menos hubiera tenido dos hijos con ella, es solo que...
                   
—¡Nastya! ¡Amor, tengo antojo!
                   
Elena rió cuando se escuchó el grito de Anya desde el segundo piso y Nastya dejó salir un bufido mientras se dejaba caer contra una almohada del sofá.
                   
—Dios, tiene antojos raros cada tres horas... — Suspiró — Me gustaría seguir hablando contigo de esto y darte el mejor consejo que pueda, pero ahora, mi esposa embarazada de 7 meses requiere de mi presencia.
                   
—No te preocupes — Sonrió — Nast, de cualquier forma, tengo claro lo que voy a hacer, y tengo la esperanza de que la respuesta a eso sea positiva.
                   
—Lo será, Lena, lo sabes.
                   
—¡Nastya!

—Ugg...

—Bueno, Vika y yo nos vamos, te dejaremos tratar con los antojos de tu esposa... Ven, mi amor, es hora de regresar a casa.
               
Vika dejó de jugar con Fyodor, se despidió de él y luego dejó un enorme beso en la mejilla de Nastya, Lena igual se despidió de su sobrino y de su amiga y salieron de la enorme casa, llegaron al auto y luego de asegurar a Vika en el asiento trasero, se le quedó viendo durante algunos segundos, haciendo que levantara la ceja de la misma forma en la que ella lo hacía, haciéndola sonreír.

—¿Qué pasa, mami?

—Mmm estoy teniendo una idea... ¿Qué me dices de ir al centro comercial por un regalo para mamá Yul?

—¿Un regalo? — Lena asintió — ¿Qué regalo?

—Es... ¿No preferirías que te lo mostrara?.. Necesitaré de tu ayuda para elegir el correcto y también para dárselo, así que, ¿qué me dices? ¿Vamos por el regalo?

—¡Si! ¡Yo quiero ayudarte! — Sonrió y asintió.

—Perfecto, vamos al centro comercial.

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—Y qué me dices de este ¿te gusta?

—Mmm no, ese no.

—Ok, ese no, entonces...

Siguieron buscando en la tienda otro rato más, mirando los vitrales detenidamente, ambas con el ceño fruncido, pero con gran concentración, más Vika, que en realidad se notaba que le ponía empeño a esa pequeña búsqueda de la perfección.

—¡Mira, mami! ¡Mira! ¡Lo encontré!

Entonces rápidamente Lena se acercó a la vitrina donde Vika estaba, miró donde ella estaba señalando tan emocionada, y en cuanto lo vio, su sonrisa creció, su hija había encontrado al perfecto.

—¿Verdad que es bonito?

—Es hermoso, mi amor, muy hermoso, encontraste el perfecto para mamá — Besó su cabeza.

—¿Crees que a mamá le guste? A mí me gustó porque tiene mi color favorito, el rosa.

—A Yul le va a encantar, le gusta mucho el rosa como a ti, así que este es perfecto.

La niña sonrió y Lena igual, luego dejó un beso en su mejilla y lo compró de inmediato.

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—Bien, mini Elena, antes de abrir la puerta y entrar a casa, repasemos nuestro plan ¿lo recuerdas?

—Si, mami, si mamá pregunta porque tardamos, diremos que... lo olvidé — La pelirroja rió y negó con la cabeza.

—Le diremos que fuimos a comprar cosas para la casa, comida y todo eso y que nos entretuvimos mucho en la casa de la tía Nastya ¿ok?

—Ok, mami — Asintió.

—Perfecto, esta sorpresa solo queda entre nosotras hasta la próxima semana ¿es una promesa?

—Si, por el meñique — Lena sonrió y entrelazó sus meñiques.

—Por el meñique.

Tras esa promesa con su hija, abrió la puerta de la casa y entraron, encontrando el lugar en completo silencio, por lo que Vika y Lena se miraron mutuamente, sonrieron, asintieron y la niña subió las escaleras con cuidado pero a la vez con rapidez mientras que Lena la seguía casi a su mismo paso, llegaron a la habitación de la pelirroja y abrió la puerta, Vika le sonrió, ella asintió en respuesta a su pregunta silenciosa y la pequeña fue hasta Yulia y el pequeño Samir que dormían cómodamente.

Vika gateó sobre la cama hasta que llegó al lado de Yulia y la llenó de besos hasta que esta despertó mientras que Lena observaba la escena desde el umbral de la puerta, con sus brazos cruzados y sonriendo.

—Hola, mamá, hemos vuelto — Yulia sonrió aun somnolienta.

—Hola, linda, ya noté que regresaron... ¿Por qué tardaron tanto?

—Es que... nosotras... — frunció el ceño y miró a Lena — ¿Cómo era mami?

Lena sonrió ante la pregunta de Vika, negando con la cabeza y dejando su lugar bajo la puerta para acercarse a la cama, donde se sentó al lado de Samir que seguía aun profundamente dormido, dejó un beso en su cabecita y luego otro en los labios de Yulia.

—Yul, nos tardamos porque nos entretuvimos demasiado en la casa de Nastya y luego pasamos al centro comercial para comprar algunas cosas para la casa.

—Ah, ok, ya veo...

—Si... Bueno, recuerdo que las cosas las dejamos en el auto, voy por ellas y de paso preparo la cena, porque según lo que yo creo, un par de dormilones no han cenado nada aun ¿o sí?

—Tienes razón, además, es domingo, mi día libre y planeaba hacer nada hoy, eso incluye las cosas culinarias.

—Si, lo sé, en fin, voy a preparar todo.

—¿Puedo ayudarte? — Preguntó la niña.

—Por supuesto, necesitaré ayuda para hacer ese postre con chocolate que tanto les gusta.

—¡Si! ¡Vamos mami! ¡Vamos!.. Adiós, mamá, adiós Samir, dormilón.

Y enseguida, Vika bajó de la cama, salió corriendo de la habitación y 5 segundos después regresó, tomó de la mano a Lena e hizo seguirla para hacer todo de inmediato, dejándole escuchar a sus espaldas un: "Gobernada hasta por tu hija" seguida de una carcajada de Yulia, haciéndola reír.

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Una semana después.

—¡Con un carajo! ¡Me estás mareando Katina!

A Nastya finalmente la controló la irritación gracias a que Lena estaba algo nerviosa, dando vueltas por la estancia de la casa y mirando el reloj cada cinco segundos.

—Nastya, cuida tu lenguaje, están tu hijo y mi hija presentes.

—No me jodas, Elena, están en la cocina, preparando galletas con Anya, ellos no pueden escucharme, además, ya me cansaste ¿por qué estás dando vueltas como idiota?

—Porque Yulia y Samir ya tardaron demasiado, el aeropuerto no está tan lejos de casa y la carretera a esta hora puede ser muy peligrosa.

—Elena, son las 4:27 de la tarde, peligroso sería si fuera de noche, el aeropuerto está casi a 45 minutos de tu casa lo cual no es nada cerca y los vuelos a veces tienden a retrasarse, así que cálmate.

—Bien, lo intentaré, pero...

Y no pudo terminar la frase cuando la puerta de la estancia se abrió, y escuchó la voz de Yulia, hablando alegremente con Svetlana y Lauren, que acababan de llegar de su viaje por Asia solo para el estreno de la nueva obra de Yulia que era mañana en la noche.

Nastya y Lena se levantaron del sofá, la castaña ojos claros fue por Anya y los niños a la cocina mientras que la pelirroja se dirigía inmediatamente a la entrada, sonriendo.

—Pero que gusto verte de nuevo pelirroja.

—A mí también me da gusto verte, Zaitseva, igual a ti, Svetlana, y también a este pequeño.

—A Cameron también le da gusto verte — Dijo Sveta.

—Ajá, solo hace falta ver como se mueve en mis brazos para ir contigo.

Entonces Lena sonrió, se acercó por completo, y tomó al hijo de Svetlana y Lauren entre sus brazos, dejó un beso en la mejilla de Yulia y otro en la cabeza de Samir, para luego jugar un poco con Cameron hasta que él se entretuvo con su cabello entre sus manitas.

—¿Y qué tal Asia? ¿En qué parte del continente estaban?

—En Japón, es realmente hermoso.

—Así es, tanto Lauren como Cameron y yo amamos Japón, es muy hermoso y su cultura no tiene igual.

—¿No se compara con todos los otros países y ciudades alrededor del mundo que han visitado?

—Mmm quizá solo con... París, esa sigue siendo mi ciudad favorita.

—La mía también — Lauren sonrió y besó a Svetlana.

—Ajá ¿y eso se debe tal vez a que ahí se casaron? — Preguntó Yulia.

—Yo sospecho que esa es la razón — Dijo Lena.

—Pues esa es la razón, ahí finalmente le puse fin a mi tan amada soltería.

—Pero te encantó ponerle fin luego de tanto que me rogaste.

—Ok, si, te rogué desde un principio, Sveta, lo hice para que salieras conmigo, para que fueras mi novia, para que te casaras conmigo... te rogué para todo, mi amor.

—No para todo, para tener a Cam no hubo ruegos.

Entonces Yulia y Lena se miraron sonriendo por la pequeña escena de Lauren y Svetlana, mientras la pelirroja sostenía al bebé de ambas que aún seguía muy entretenido con su cabello.

—¡Y por fin llegó la familia Zaitseva- Luganiskva!

Se escuchó la voz de Nastya, seguida de Anya y de Fyodor y Vika que se acercaron a ellas con gran velocidad, cubiertos de harina y chocolate y aun así abrazaron a Svetlana y Lauren realmente contentos de verlas luego de tres meses.

Todas estaban realmente felices de estar juntas de nuevo, ahora cada quien con nuevos miembros en la familia, pero eso solo les daba aún más alegría de la que tenían.

……………………………………………………………………………………………………

—No me siento segura con Lauren y Nastya en nuestra casa ¿y si hacen algo malo mientras estamos durmiendo? —Yulia rió y negó.

—Por favor, amor, no seas exagerada, ya no son esas chicas de hace 8 años ¿sabes?

—Si, tienes razón, pero siguen siendo unas idiotas y eso me da miedo.

—Ok, eso es cierto, pero ahora ambas tienen esposa y digamos que cuando es necesario las controlan bien, así que deja de preocuparte, Elena.

—Bien, bien, lo que digas...

Entonces suspiró, mirando el rostro de la pelinegra y recordando lo que tenía planeado para el día siguiente, cosa que la puso un poco nerviosa, pero sobre todo la llenó de alegría, sabía que mañana sería un buen día, tenía un buen presentimiento sobre todo.

—¿Yul?

—¿Si, amor?

—¿Ya puedes venir a la cama conmigo? — Rió la morena.

—Si, ya voy, no desesperes ¿ok?

Elena asintió ante su pregunta, luego Yulia terminó de cepillar su cabello y fue a la cama con ella, se recostó a su lado y solo pasaron un par de segundos cuando la pelirroja la abrazó y besó sus labios.

—¿Estás nerviosa por el estreno? — Yulia suspiró.

—Mmm un poco, aun siento esos nervios como la primera vez que subí a un escenario, supongo que eso es bueno ¿no?

—Es bueno sentir nervios a veces, Yul, no tiene nada de malo mientras que no te controlen... eso es algo que yo debería aprender — La morena la miró y frunció el ceño.

—¿Por qué algo que deberías aprender tú? Según yo, a ti nunca te han controlado los nervios.

—Siempre hay una primera vez para todo, pero bueno, no hablemos de eso, mejor vamos a dormir que mañana será un gran día, puedo sentirlo.

—Yo también, amor — la besó — Buenas noches, Lena, descansa.

—Buenas noches, Yul, te amo.

……………………………………………………………………………………………………….

Al día siguiente.

—Tienes buen gusto, Katina, debo admitirlo.

—No lo elegí yo, Nastya, fue Vika, ella es mi cómplice en todo esto.

—Vaya, entonces la mini Elena heredó tu buen gusto, ella es como una versión de ti pero más pequeña.

—Exactamente Lauren, eso es lo mismo que yo le digo.

—Hey, Nastya, no se desvíen del tema.

—Bien, bien, lo siento, pero no entiendo porque estás tan nerviosa, de hecho, ya te habías tardado en hacer esto, incluso yo te gané, Elena, ya es hora, Katina.

—Lauren tiene razón, desde hace mucho que debiste hacer esto, así que deja esos malditos nervios de lado, por favor.

—Es que no es fácil y ustedes lo saben. ¿Qué acaso no recuerdan lo nerviosas que estaban cuando le pidieron a sus novias esto mismo? Porque yo sí y muy bien, estaban peor que yo.

Tras eso, el par de amigas frente a Lena se acomodaron mejor en las sillas del comedor, se miraron entre si y luego miraron a Lena, dándole la razón.

—Bien, si, eso es cierto, pero mírate, Elena, sosteniendo a tu más pequeño hijo entre tus brazos mientras tu hija más grande juega con sus tías y su primo, estos dos pequeños deberían darte la valentía que obviamente no tenías y además, cuando nosotras estábamos en tu lugar, no teníamos hijos, lo que hacían las cosas más difíciles y a ti debe de facilitarte todo, así que déjate de dramas y niñerías ¿quieres? Todo va a salir bien — Concluyó Lauren.

Luego de eso Lena suspiró, miró a Samir que la miraba muy entretenido con sus manos jugando en su rostro y cabello y luego caminó un poco para ver a la estancia, donde estaba Vika con Dyor y con Svetlana y Anya, sonrió al ver a sus dos hijos y sabía que esto iba a salir bien, ellos eran su motor y su familia y solo faltaba un pequeño paso muy importante para que ahora si todo estuviera realmente bien.

—Ok, tienen razón las dos, solo intentaré ignorar el hecho de que el lugar en donde pienso hacerlo estará repleto de muchísimas personas, algo que no ayuda a mi estado de ánimo ansioso.

—¿Es broma? Dime que es broma, Elena, hablar frente a tantas personas es muy sencillo — Dijo Lauren confiada.

—Hey, es fácil para ti decirlo, tu eres compositora y productora, tienes que hablar con muchas personas siempre, estás acostumbrada.

—De hecho, tú también estás acostumbrada, manejas las multitudes de gente muy bien, y eso es gracias a que eres... no, mejor dicho, a que somos unas de las empresarias más importantes del país gracias a nuestra empresa de inversiones, las tres estamos acostumbradas a eso — Confirmó Nastya.

—Perfecto ¿no tienen más formas de seguir destruyendo mis excusas?

—Depende que cuales sean tus excusas — Aclaró Lauren.

—El problema es que ya no tengo excusas y tampoco tenemos tiempo de seguir hablando, el estreno es en algunas horas y todas debemos prepararnos y a nuestros hijos también, así que discúlpenme, que yo sola tengo más trabajo.

—Si, ya sabemos, todo porque la enana te abandonó para ir a ensayar y todo eso — La pecosa puso los ojos en blanco.

—Si, exacto, ahora, con permiso, iré a preparar a mis hijos y a mí.

Tras eso, salió de la cocina, dejó a Vika aun en la estancia jugando mientras subía con Samir hacia su habitación para comenzar a preparar todo, esa noche sería una noche increíble y con suerte, todo habrá salido según lo planeado.

…………………………………………………………………………………………………….

—¡Sorpresa! — Exclamó Lena.

—¡Oh por Dios! Hola, ¿qué hacen aquí? Nadie podía entrar.

—Vamos, Yul, soy la madre de tus hijos, tenían que dejarme entrar, además, queríamos darte una sorpresa, ¿verdad Vika?

—Si, mamá, queríamos desearte suerte, así que... Suerte...

—¿Ves? También Samir quiere desearte suerte ¿verdad que sí, príncipe?

Luego miró a Samir, le sonrió y se lo dio a Yulia, donde él comenzó a sonreír y a reír cuando la morena empezó a besar su rostro en repetidas ocasiones, luego se acercó a Vika y empezó a hacer lo mismo con ella hasta que finalmente llegó con Elena y besó sus labios para después verla sonriente.

—No saben lo segura que me hicieron sentir con esto, los amo mucho a los tres y... se ven increíbles... Elena, hiciste un buen trabajo con nuestros hijos, Samir y Vika se ven hermosos.

—Lo sé, hice un buen trabajo, pero ¿y yo que? ¿Me veo bien? — Sonrió y asintió.

—Tú siempre te ves bien, amor, y hoy no es la excepción, de hecho, creo que exageraste, te ves hermosa.

Se acercó un poco más a la morena y dejó un pequeño beso en sus labios, luego suspiró, esa era una buena noche y lo sería hasta que terminase, ahora estaba segura.

—Hey Yulia... Oh, Elena, niños, lo siento por interrumpir, no sabía que estaban aquí — Lena sonrió.

—No te preocupes, Aleksey, está bien.

—Si, ¿pero qué pasa?

—Pasa que sales a escena en 5 minutos, y venía a avisarte para que estuvieras lista.

—Ah, perfecto, no te preocupes, estaré lista.

—Bien, con permiso.

—Adelante.

—Ok, ese es nuestro llamado para dejar a la protagonista terminar de prepararse, así que — la besó — Suerte, Yul, rómpete una pierna.

—No, mami, si mamá Yul se rompe una pierna no podrá caminar.

—No te preocupes, mi amor, es un decir, es para desear suerte en esto del teatro — Rió.

—Ahhh... ya entendí.

—Bueno, bueno, nosotros nos vamos, estaremos en la primera fila, Vika, despídete de mamá — Lena negó con la cabeza.

—Si... Adiós, mamá, Samir y yo te deseamos sue... no, mejor que te rompas una pierna.

—Claro, mis amores, gracias — Yulia rió y besó la mejilla de la nena y la de Samir.

—Ok, nos vamos.

Tras eso, Lena tomó a Samir en uno de sus brazos mientras que con el otro tomaba la mano de Vika, se acercó a Yulia y dejó un último besó en sus labios para susurrar en su oído.

—Te amo, y el estreno será fantástico.

Luego, la morena solo le sonrió, asintió y enseguida Lena salió con Vika y Samir del camerino hasta que llegaron a sus lugares, Vika se sentó a un lado de Dyor y Elena a su lado con Samir en sus piernas.

—Hey ¿todo bien? — Preguntó la castaña.

—Todo perfecto, esta noche será perfecta.

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El show había terminado, el telón se había cerrado y los aplausos no se hicieron esperar, todos estaban realmente contentos con el resultado de la obra y Elena estaba maravillada por la hermosa actuación de Yulia, y del orgullo que los ojos de Vika reflejaban mientras miraba a su mamá, cosa que la hacía sentir extremadamente feliz y estaba perdida en esa felicidad, claro, hasta que sintió un golpe en su brazo y un par de voces.

—Hey, Katina, despierta — Dijo Nastya.

—Vamos, pelirroja, llegó tu momento — Atacó Lauren también.

Entonces, la pelirroja salió del pequeño shock de felicidad en el que se encontraba, agitando su cabeza algunas veces y parpadeando rápidamente, para que su cerebro volviera a funcionar como debía.

—Cierto, tienen razón, vamos detrás del escenario, todas.

—¿Todas? — Preguntó Nastya.

—Si, todas, ustedes son mi familia, y deben estar ahí en algo tan importante, así que síganme, ahora mismo.

Luego, miró a Vika, volvió a sonreír por la forma en la que aplaudía tan emocionada y se inclinó para quedar a la altura de su oído.

—Vika, amor, es hora de la sorpresa de tu mamá ¿vamos?

—Oh si, mami, vamos, rápido.

Enseguida tomó la mano de Vika entre la suya, sujetó bien a Samir con su otro brazo que por alguna razón se encontraba más inquieto de lo normal y caminó hasta detrás del escenario, seguida por sus amigas y por sus hijos.

Llegaron hasta su destino justo cuando el telón comenzaba a abrirse de nuevo con todo el elenco, entonces, con rapidez, llegó con Aleksey, un chico que trabaja allí y que era su cómplice en el teatro y que tenía el ramo de rosas que ella le había dado en cuanto llegó al teatro y la ayudó a esconderlas de Yulia hasta este momento.

—No las vio ¿verdad?

—Claro que no, las escondí bien.

—Perfecto... y gracias por ayudarme con esto, Aleksey.

—No te preocupes, Elena, lo hice con gusto y suerte.

—Gracias — Sonrió.

—Ok, ¿estás lista? — Preguntó Nastya. Lena asintió.

—Lo estoy, es ahora el momento.

Nastya asintió devuelta, y le sonrió, Lena miró a Vika, le entregó el ramo asegurándose de que las sostuviera bien y luego cuando estaban las rosas seguras en sus brazos, la nena le sonrió victoriosa.

—Bueno, pequeña, lo tienes en el bolsillo de tu vestido ¿verdad?

—Si, mami, ahí lo guardé.

—Bien, mi amor y ¿sabes qué hacer? — asintió — Perfecto, es hora.

Vika comenzó a caminar hasta el escenario, le sonrió a su mami una vez más y entró a él, mientras que Lena se quedó en la orilla de este, donde Yulia podía observarla a la perfección, y cuando la pelinegra miró a su hija caminar hacia ella con un ramo de rosas, sonrió, y después miró a Lena, esta le sonrió por lo hermosa que se miraba ahora con su atuendo de noche... y la pelirroja le guiñó un ojo, observando como Vika le entregaba el ramo, Yulia se emocionó, besó a su hija y cuando la nena se separó, llevó su mano a su bolsillo, sacó el anillo y se lo entregó a Yulia, ahí, su expresión de sorpresa no se hizo esperar, miró a Vika que señaló a Elena y después Yulia la observó, entonces esta suspiró, besó la mejilla de Samir y con él en sus brazos salió al escenario, donde tomó un micrófono, miró a Yulia una vez más y se dispuso a hablar.

—Hola, amigos, sé que ustedes se preguntaran quien soy yo, así que vengo a presentarme. Mi nombre es Elena Katina, soy la pareja y madre de los hijos de Yulia y hoy, como es un día importante, quiero aprovechar para hacer algo que es igual de importante.

Tras eso, la pelirroja miró a donde estaban sus amigas con sus familias y con una seña de su cabeza ellas entraron al escenario, después miró a Yulia, que tenía sus ojos humedecidos mientras se acercaba para seguir hablando.

—Yul, sé que me tardé demasiado para esto, pero así soy yo, me tardo demasiado con todo hasta que sé que estoy segura de algo, pero contigo exageré, hicimos nuestra familia, sin la necesidad de nada que nos dijera que estábamos juntas, porque nosotras sabíamos que sin un anillo o un papel, en realidad nos pertenecíamos la una a la otra... Tú sabes que te amo más que a nada en este mundo, que te he amado desde que estábamos en la universidad, y eso tiene casi 9 años, pero desde entonces, he sido completamente tuya... Sé que hemos tenido problemas para llegar a donde estamos, pero los superamos y seguimos adelante, formamos esta hermosa familia, y decidiste hacer tu vida conmigo, a pesar de todo, me elegiste a mí y no sabes lo feliz que eso me hace... Amo mi vida, literalmente amo la vida que tengo ahora, con estos dos pequeños que me llenan de alegría y contigo como mi compañera y como mi amor infinito, y no cambiaría nada de lo que hemos vivido juntas, absolutamente nada porque gracias a eso estamos aquí, ahora mismo, juntas, sin embargo, aún me falta una pequeña cosa para que sea, ahora sí, feliz al cien por ciento, y esa pequeña cosa es poder algún día llamarte "Señora de Katina"

Luego de eso, dejó el micrófono, se acercó a Yulia con la sonrisa más grande que tenía y tomó el anillo que seguía en su mano aun pensando que era el perfecto para ella... Y volvió a sonreír para volver a verla.

—¿Te importaría hacerme la mujer más feliz del mundo al casarte conmigo?

Yulia no podía con la impresión, las lágrimas ya salían de sus ojos pero tenía la sonrisa más hermosa que había visto jamás, entonces, la morena con la voz quebrada solo dijo "me encantaría" Lena sonrió, le puso el anillo y se abrazaron como pudieron, con Samir en medio de ellas y con Vika que las abrazaba por las piernas.

—Te amo, Yulia.

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Horas después.

La cama siempre había sido un lugar para poder reflexionar ante todo lo que le pasaba, para pensar y entender cosas, pero sobre todo, era para mirar a Yulia tan concentrada y apreciar a la mujer que tenía a su lado, justo lo que se encontraba haciendo en ese preciso momento en particular.

Yulia dormía a su lado, abrazándola con firmeza, con su cabeza en su pecho y ella con su brazo rodeando su cintura con amor, mientras la más enorme de las sonrisas se posaba sobre su rostro, con la felicidad más grande que pudiera sentir en ese momento.

Luego de que le pidió matrimonio y de que Yulia le dijera que si, todo lo que había sucedido después no estaba muy claro en su cabeza, estaba realmente feliz por su respuesta que una nube de felicidad y alegría absoluta reinaba sobre ella.

Luego de la propuesta, todas se fueron a la casa a celebrar, hicieron una pequeña fiesta en la estancia, celebrando tanto el éxito de la obra como su recién compromiso y disfrutaron bastante, como en los viejos tiempos, luego cada quien se fue, Yulia y Lena se encargaron de dormir a Samir y después a Vika y cuando eso sucedió, la verdadera fiesta comenzó en su habitación, la cual se llenó de una atmósfera de amor que nunca antes habían sentido.

—Mmm... ¿Sigues despierta?

Yulia comentó medio dormida aun, se removió un poco y observó a su novia, con una pequeña sonrisa que la tentó a besarla y eso hizo, luego sonrió.

—Si, sigo despierta.

—¿Por qué? — Bostezó.

—Porque no puedo dormir, son... demasiadas sensaciones y emociones que aún me recorren que no tengo sueño... básicamente estoy extremadamente feliz, eso es todo.

—Puedo notarlo, no has dejado de sonreír.

—Es que me es imposible.

Yulia negó con la cabeza, dejó un besó en el hombro de la pelirroja y la miró detenidamente durante unos segundos, luego suspiró y le dio un pequeño beso en los labios.

—¿Sabes? Nunca te lo he dicho pero... estoy tan agradecida de que tú y Nastya hicieran esa apuesta.

—Yo igual lo estoy y una vez te lo dije, no me arrepiento de haber hecho esa apuesta, porque gracias a ella te tengo ahora, porque gracias a ella, aprendí que podía volver a amar otra vez, porque gracias a ella soy feliz y aunque sé que también tuve problemas, todo, absolutamente todo valió la pena, porque ese dolor que sentí, no se compara ni un poco con la gran felicidad que siento... Le agradezco a esa apuesta por haberme dado al amor de mi vida.

—Yo también agradezco que ahora tengo al amor de mi vida conmigo y que siempre estará conmigo.

Yulia enseguida solo sonrió, la besó una vez y luego, Elena solo suspiró, la abrazó fuertemente mientras pensaba en lo hermosa que era su vida justo ahora y en lo hermosa que sería con el pasar del tiempo y con ese pensamiento y sentimiento de amor inigualable, la volvió a besar para dormir juntas, y solo para que el tiempo pasara y que ellas siguieran juntas.