LA APUESTA // (ADAPTACION A YULENA) BY: densgd14

—Si... — Se quedó callada por unos momentos.

—¿Quieres que vaya a tu dormitorio o...

—No, veme en el auditorio en 5 minutos.

Fin de la llamada.

Lena enseguida se levantó del suelo, entró nuevamente a su dormitorio y solo se puso sus zapatillas deportivas e inmediatamente después se fue de ahí.

Salió rápidamente del edificio y comenzó a correr lo más rápido que pudo al auditorio.

Una vez ahí, subió las escaleras corriendo hasta que llegó al escenario, se puso en el centro de este y se sentó sobre él para luego recostarse sobre el suelo.

Luego, solo cerró los ojos y comenzó a pensar.

Estaba comenzando a sentir mucho frío, pues la noche era helada y como había salido rápidamente de su dormitorio ni siquiera se permitió tomar un abrigo.

—¿Elena?

Cuando escuchó la voz de Yulia, rápidamente abrió los ojos y la miró. Ella estaba parada justo a un lado, observándola con sus expresivos ojos.

—Hola — La pelinegra sonrió ligeramente.

—Hola... ¿Me puedo sentar? — señaló a un lado.

Lena solo la miró con una pequeña sonrisa y asintió. Enseguida ella se recostó a su lado, y comenzó a mirar al techo como Lena lo estaba haciendo.

—¿Por qué me llamaste? — La pelirroja giró su cabeza y la miró.

—No lo sé. Supongo que... quería verte — La pelinegra asintió con una pequeña sonrisa.

—Parece que lees mentes.

—¿Leo mentes? — Asintió — ¿Porque dices eso?

—Porque justo cuando me llamaste, yo... también quería verte.

—¿De verdad?

—Si, de verdad.

Eso hizo sonreír a la pelirroja volviendo a fijar su mirada en el techo del auditorio.

Yulia y Lena habían entrado en un tipo de silencio, pero no era ese tipo de silencio incómodo que se genera cuando ya no sabes que decir o cuando tienes pena, era más bien un silencio tranquilo, agradable, ese que no con todas las personas se logra generar, pero con ella, ese silencio permanecía.

Lena estaba temblando más, pero cuando sintió la mano de Yulia sobre la de ella, el temblor se generó con más fuerza.

—¿Tienes frío? — Preguntó la pelinegra después de un tiempo.

—Si, algo.

Enseguida Yulia se sentó y se quitó su jersey, y sin indicación alguna, se lo puso a Lena.

—¿Tu no... tú no tienes frío?

Yulia le regaló una mirada y negó con la cabeza, pero Lena pudo notar como su piel comenzaba a erizarse, así que se acercó a ella y la abrazó. La pelinegra la rodeó fuertemente con sus brazos mientras Lena escondía su rostro en su cuello.

—¿Por qué llorabas? — Katina sacó su rostro del improvisado escondite y la miró.

—¿Qué?

—Cuando me llamaste, noté que tu voz estaba temblorosa, entrecortada y ahora que veo a tus ojos, no tienes ese brillo, el verde que me gusta no está en ellos.

Cuando Yulia terminó de hablar Lena escondió su rostro nuevamente dejando al silencio apoderarse de la situación.

—¿No quieres hablar de eso? — Negó con la cabeza en su cuello — Bueno, entonces... solo hay que permanecer calladas.

Enseguida la pelinegra se soltó del agarre llamando la atención de Lena cuando se levantó del suelo, dejándola ahí.

—¿Te vas? — Preguntó Lena confundida.

—No, eso no.

—¿Entonces porque te...

—Dame tu mano — extendió su mano hacia ella.

Lena la miró confundida pero aceptó su mano, y Yulia haciendo toda la fuerza que pudo la levantó del suelo. La pelinegra comenzó a dirigirse hacia la parte trasera del escenario, llevándolas hasta un pasillo deteniéndose en frente de una puerta.

Enseguida ella sacó una llave y abrió la puerta dejando ver que había un pequeño cuartito, con nada más un sofá, una pequeña estantería de libros y un reproductor de música arriba de un pequeño mueble. Después de que ella entró tirando de la mano de Lena, cerró la puerta.

—¿Qué es este lugar?

—Es mío... bueno... no mío, pero... digamos que es solamente para mi uso. Nadie más sabe de este lugar, excepto Anya y yo.

—Es bonito.

—Bueno... no está tan mal — Yulia le regaló una sonrisa y después la llevó al sofá — Siéntate.

Lena le hizo caso y se sentó en el sofá. La pelinegra se alejó y del pequeño mueble que se encontraba abajo del reproductor de música sacó una manta, luego volvió junto a Lena, sentándose a su lado y la pelirroja rápidamente volvió a abrazarla como hace rato, y como había hecho anteriormente, volvió a hundir su rostro en su cuello.

Yulia soltó una pequeña risita, acobijándolas a ambas con la manta para luego envolverla con sus brazos.

—Parece que a alguien le gusta esconderse en mi cuello ¿cierto? —Lena sacó su rostro del cuello de Yulia y la miró.

—¿Te molesta? — Ella sonrió y negó con la cabeza.

—No, al contrario... me gusta.

Lena la miró por milésima vez y sonrió, pero su sonrisa desapareció cuando miró sus labios. Se moría de ganas por besarla, así que miró sus ojos por última vez y después la besó.

Yulia le correspondió el beso como la primera vez, pero en esa ocasión el beso duró menos de lo que se esperaba.

—Elena... no.

Dicho eso, la pelirroja asintió, y su rostro regresó al que al parecer se había convertido en su escondite favorito.

Luego de varios minutos, el sueño regresó a Lena y sin darse cuenta se quedó dormida.

A la mañana siguiente.

Cuando la pelirroja despertó esa mañana, se sintió triste, como vacía y fue cuando se dio cuenta de que estaba sola. Yulia se había ido.

Enseguida se levantó del sofá, furiosa y comenzó a maldecir todo, pero de un momento a otro, el aroma de Yulia llegó a ella, pues todavía tenía su jersey puesto lo que la hizo enojar más por su actitud y justo cuando sentía que iba a explotar, el sonido de su celular la trajo de vuelta a la realidad.

En la llamada.

—¿Dónde demonios estás, Katina?

—Eso no importa, ¿qué quieres?

—¿Como que qué quiero, idiota? Ya son las 7:00, nuestra primera clase ya comenzó. Además tengo algo que contarte.

—Mierda, tienes razón, pero de cualquier forma ya no alcanzo esta clase, te veo en la siguiente y me cuentas lo que quieras.

Después de cortar la llamada con Nastya, tomó la manta y la metió en el mueble de donde Yulia la había sacado la noche anterior. Se quitó el jersey que era de la pelinegra y lo amarró a su cintura, enseguida cuando iba a salir, había una nota pegada a la puerta y las llaves estaban colgadas a su lado.

En la nota...

Elena, no quise despertarte, te mirabas muy cansada, así que decidí dejarte dormir y tampoco quería dejarte sola pero tenía que ir a clases, pero te veo en el almuerzo, quiero hablar contigo.

Pd: Te dejo la llave del cuarto, ciérralo cuando salgas, pero asegúrate de que nadie te vea, no quiero que nadie sepa de este lugar, quiero que sea solo... nuestro.

Yul.

Fin de la nota.

Cuando Lena terminó de leer el papel, sonrió, pero su sonrisa desapareció, cuando dos frases llegaron a su cabeza.

"Quiero hablar contigo" "Quiero que sea solo nuestro"

Elena guardó la nota de Yulia en su bolsillo, tomó las llaves y cuidando de que nadie la viera, salió del cuartito, asegurándolo con llave y yendo hacia su dormitorio.

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Eran las 7:45 y finalmente ya estaba lista. Después de una larga ducha, se cambió de ropa y volvió a amarrar el jersey de Yulia a su cintura, al parecer se había convertido en su accesorio favorito. Después fue hasta el aula donde tenía su segunda clase, y ahora solo le quedaba esperar.

Luego de 5 minutos, Nastya apareció.

—Hola Nast — la saludó sonriente.

—Quita esa sonrisa de estúpida que tienes y dime donde mierda estabas.

—Cálmate, eso no importa, pero porqué estás tan enojada.

—¿Por qué? Elena ¿Por qué? Porque me desperté en la madrugada y no te miré, y por como estabas anoche, creí que habías hecho una estupidez, y justo cuando estaba a punto de salir a buscarte, recibí una llamada de Anya preguntando si tú estabas conmigo, porque casualmente, anoche también Yulia desapareció — Suspiró luego de hablar rápidamente — Estabas con ella ¿verdad? — miró el jersey amarrado a la cintura de su amiga. En lugar de contestarle a Nastya, solo se encargó de sonreír como tonta, así que la castaña sacó sus propias conclusiones — Eso creí. Entonces supongo que ya lo sabes.

—¿Saber qué?

—Que terminó con el grandulón ¿no te lo dijo?

Lena negó con la cabeza, luego de que su sonrisa había desaparecido. Pero después miró hacia otra parte y Yulia estaba ahí. Así que sin decir nada más, comenzó a correr hacia ella, y justo cuando estaba a punto de llegar, algo la golpeó en el rostro haciendo que cayera y se golpeara la cabeza, y lo demás, bueno lo demás se volvió negro, ya que el golpe ocasionó que se desmayara.

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Lena comenzó a moverse ligeramente, al parecer estaba en una cama o algo así. Luego, llevó las manos a su rostro y lo cubrió con ellas, cuando de repente escuchó un par de voces familiares...

—Ya está despertando.

—¿Podrías dejarme sola con ella por favor?

Por como se escuchaban las voces, la pelirroja supuso que eran Nastya y Yulia, y después de que Yulia habló, los pasos de Nastya se alejaban, luego se oyó una puerta cerrarse y lo siguiente fue un silencio.

Poco a poco, Lena comenzó a abrir los ojos, pero cuando la luz le dio en el rostro, los cerró rápidamente ya que un dolor en la cabeza la atacó.

—¿Elena? ¿Elena, como te sientes? — La pelinegra puso su mano sobre su mejilla.

Tras sentir el contacto de Yulia sobre su rostro, abrió los ojos de golpe, pero esta vez la luz ya no le molestó, pues al parecer Yulia las había apagado.

Lo primero que vio, fue el rostro preocupado de la morena que estaba junto a ella.

—Me duele la cabeza — llevó su mano hacia su cabeza, sintiendo una venda en ella — ¿Qué me pasó?

—Te golpeaste la cabeza y te desmayaste.

Ahh, ahora recuerdo todo, un estúpido balón me golpeó...

—Oh, ya, ya recuerdo. Yo iba hacia ti, crucé el campo de fútbol y por eso un balón me golpeó en el rostro, después me caí y golpeé mi cabeza y lo siguiente es que vi todo negro... ¿Cómo llegué aquí?

—Bueno, Dima... Dima te trajo. Luego de que te desmayaras, todos fuimos contigo y Dima se acercó, ya que él accidentalmente fue el que te golpeó con el balón, entonces, él nos ayudó a Nastya, Anya y a mí a traerte aquí.

Con que el grandulón ¿eh?

—¿Dima fue el que me golpeó?

—Si, pero... pero... fue un accidente — La pelirroja se sentó en la cama recargando su espalda en la pared y tocando su cabeza.

—Bueno, eso ya no importa, lo que importa ahora es lo que te quiero preguntar.

—Dime que quieres saber.

—¿Por qué no me dijiste anoche que terminaste con Dima?

Yulia le dio una mirada cargada de culpabilidad, después rodeó la cama y se sentó al lado de Elena.

—No creí que... que fuera el momento, es decir, tú estabas muy... no sé... vulnerable, y no me pareció una buena idea contarlo en ese momento, además de que... al momento de verte, todo desapareció de mi cabeza... solamente una cosa permaneció ahí.

—¿Puedo saber qué fue lo único que no desapareció? — Preguntó esperanzada la pelirroja.

—Tu, tú fuiste lo único que se quedó en mi cabeza.

Después de escucharla, Lena no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro, y después, solo agachó la cabeza, para que Yulia no notara la estúpida sonrisa que estaba haciendo.

—¿Te molestaste por no haberte dicho lo de Dima? — Levantó la cabeza, la miró y tomó su mano.

—No, no estoy molesta, al contrario estoy feliz de que hayas terminado con él... solo que… hay algo que… me tiene... no lo sé... preocupada.

—¿Y qué es ese algo?

—Tú, aun no sé si ya aceptaste que sientes algo por mi o si... sigues confundida — Yulia apretó su mano con fuerza.

—Ya no hay confusión, ya sé cuales son mis sentimientos hacia ti... — soltó un gran suspiro — Me gustas Elena, siempre me has gustado, y no creo que ese sentimiento logre irse de alguna manera.

—¿Estás... estás segura de... de eso Yulia? — asintió con una ligera sonrisa — Bueno, entonces siendo así... ¿me darías una oportunidad?

Justo cuando pronunció esas palabras, un mar de nervios se apoderó de su cuerpo, comenzando a temblar cual cachorro bajo la lluvia, tenía miedo de la respuesta, y no por la apuesta, sino porque en verdad sentía algo por ella, y ese algo le daba mucho miedo...

—¿Una oportunidad?

—Si, es decir, ¿te gustaría salir conmigo?

—¿Cómo en una cita o algo así?

—Si, como en una cita, claro, si tu... si tú quieres... si no... entonces... entonces... no sé... solo como amigas... o lo... lo que tú quieras... yo solo... — Puso su dedo índice en sus labios evitando que siguiera hablando.

—Me encantaría salir contigo Elena, sería algo increíble.

—¿De verdad?

—Si, de verdad, quiero salir contigo — Sonrió tras su respuesta.

—Bueno... entonces, solo me queda algo más por preguntarte.

—Wow, la señorita Katina quiere jugar a las 20 preguntas tal parece.

Después de que Yulia dijo eso, hizo que Elena soltara una risa bastante sonora que se escuchó por toda la enfermería, luego solo asintió con la misma sonrisa de idiota que ya había hecho antes.

—Bueno, ya, no te rías, ¿qué quieres preguntarme?

—Amm bueno, yo, yo sé que todavía no hemos tenido ninguna cita, pero en verdad, en verdad, me muero por algo.

—Ya Elena, deja el suspenso de lado y dime que quieres — dijo con unas pequeñas risas que salían de su boca.

—¿Me dejarías... besarte? — la pelinegra arqueó una ceja.

—Desde cuando tú me pides permiso para besarme ¿eh?

—Yo... amm bueno… no me sentía con... con la necesidad de pedirlo... no hasta ahora.

—Bueno, no importa. Y respondiendo a tu pregunta...

En esta ocasión, la que tomó por sorpresa a la otra fue Yulia, porque de inmediato ella la tomó de la barbilla y como si nada, la besó.

Justo cuando sintió los labios de Yulia junto a los de ella, las típicas maripositas se hicieron presentes en su estómago, y por los temblores de la propia Yulia, dedujo que ambas estaban sintiendo lo mismo.

Sin embargo, el beso estaba durando bastante, pero aun así, ninguna de las dos daban señales de querer separarse, y así hubieran seguido las cosas de no ser porque una rubia y una morena las interrumpieron.

—Upps, si quieren regresamos después — dijo Nastya riendo y dándole un ligero codazo a Anya.

—Déjate de idioteces Nastya, y mejor, en lugar de quedársenos viendo, pasen y cierren la puerta.

Nastya negó con la cabeza aun con una ligera risa, cerrando la puerta de la enfermería y luego, con Anya tomando su mano, se acercaron ambas a Lena.

—¿Cómo te sientes Elena?

—Bien, solo me duele un poco la cabeza, pero nada que un buen analgésico no sepa controlar.

—Que bueno que mencionas los analgésicos — Nastya le entregó una bolsa de plástico con una caja de pastillas — Me tomé la libertad de comprar esto, sé que son los únicos que te quitan el dolor y con el golpazo que te diste, tu pobre cabeza va a querer explotar.

—Gracias Nastya. Oigan ¿qué acaso me golpeé muy fuerte?

—Bastante fuerte, con decirte que cuando caíste al suelo y tu cabeza se estrelló contra este, creí que ibas a quedar un poquito más loca de lo que ya estás — Lena rió sarcásticamente.

—Que graciosita Volkova, que graciosita — tomó su mano y la atrajo más hacia ella. Anya se aclaró la garganta.

—¿Nos podrían decir que pasa con ustedes dos y porque las encontramos besándose?

—Pues verás Any, es bastante simple, Elena me pidió que saliera con ella y yo acepté.

—¿De verdad hiciste eso Katina?

—Si Nastya ¿porque te sorprendes?

—No... no, por nada, no me hagan caso — Anya tomó la mano de la castaña.

Idiota, pensé que echaría todo a perder.

—Bueno... nosotras tenemos cosas que hacer... así que... adiós — Anunció Anya algo apresurada.

—No es cierto Any, no tenem...

—¡Adiós! — gritó la rubia llevándose a Nastya de ahí. Yulia miró a Lena.

—¿Te quieres ir? Puedo acompañarte a tu dormitorio si quieres.

—Sí, me gustaría meterme a mi cama — La pelinegra se levantó de la cama.

—Bueno, entonces vamos.

Enseguida Yulia no dudó en tomarla de la cintura y ayudar a levantar a Lena, pero aun así, cuando esta se paró, sintió un gran mareo, sin embargo, el fuerte agarre de la pelinegra la ayudó a permanecer de pie.

—¿Estás bien?

—Si, si, estoy bien, solo un mareo — la ojiverde se tocó la cabeza — Creo que el golpe me afectó — Hablando con tono de broma, Yulia dijo.

—¿Ves? Te dije que te dejó más loquita — tomó la cabeza de Lena con cuidado, acariciando su cabello.

—Cállate Volkova y mejor vámonos — dijo con una sonrisa.

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Estaban llegando al dormitorio de Katina, cuando una voz que no era para nada preferida por esta, se escuchó detrás de las dos.

—¡¡Yulia!!

Justo después de girarse, se toparon con el odioso rostro de Dima enfrente de ambas.

—Cállate imbécil, me duele la cabeza... y ahora que recuerdo, la estúpida caída fue por tu culpa.

—Déjame hablar con Yulia.

¡Maldito idiota! ¡Ignoró lo que le dije!

—No creo que Yulia...

—Quiero hablar con él.

—Ya la oist... ¿qué dijiste?

—Quiero hablar con él, Elena, por favor.

Cuando la pelirroja escuchó pronunciar esas palabras, rápidamente pudo sentir como la sangre le comenzó a hervir y sintió como de un momento a otro, el color de su rostro cambió a rojo fuego.

—Bien, como quieras.

Después, sin mirar a Yulia, llegó hasta su dormitorio, entró en él y cerró la puerta tan fuerte como pudo.

Luego solo fue hasta su cama, y se dejó caer en ella. Tomó la almohada y la puso sobre su rostro. En verdad necesitaba quitarse toda esa jodida furia que recorría su cuerpo entero...

Después de algunos minutos, logró escuchar como alguien abría la puerta y después la cerraba. Luego, sintió que ese alguien se sentaba en su cama, justo a su lado tomando enseguida su mano, pero ella la alejó rápidamente.

—Ya hablé con él — Lena quitó la almohada de su rostro.

—¿Y qué haces aquí? ¡Anda! ¡Vete con él! — No podía controlar sus celos...

—Elena, no me voy a ir con él — La pelirroja soltó un resoplido.

—Perdón, no... no quise gritarte, solo que me molestó que te quedaras con él, pero en fin, ¿Que quería el grandulón?

—Me pidió perdón, me dijo que quería volver conmigo, que el beso con Oksana fue a la fuerza, que él no quería y que me perdonaba por haberte besado.

Wow, muy bien resumido.

—Mmm, y... ¿y tú que... qué le dijiste? ¿Vas a... — Lena tragó saliva — a volver con él?

—Le dije que lo nuestro ya fue, que lo quise y mucho, pero que no voy a poder confiar en él nuevamente y supongo que él tampoco podrá confiar en mí, así que no tendría caso volver a intentarlo.

—¿Entonces solo... solo lo rechazaste porque... por la confianza?

Creí que yo sería una de sus razones...

—No, eso no fue lo único, también le dije que siento algo por ti y que acepté tener una cita contigo, y que por nada del mundo dejaría pasar esta oportunidad.

¡Ja! ¡En tu cara grandulón!

La cara de enojo que Lena tenía hace un par de minutos fue reemplazada rápidamente por una de gran emoción.

—¿Estás más tranquila?

—Si, ya estoy mejor, mucho mejor.

—Me alegra.

—Oh, casi lo olvido — Se puso de pie y sacó las llaves del cuartito del auditorio, dándoselos a Yulia — Tus llaves.

Yulia le sonrió y las tomó de inmediato.

—Otra cosa más — Lena se desamarró el jersey de la cintura — Esto es tuyo.

—No, no lo es — La pelirroja la miró con el ceño fruncido.

—Si, tú me lo prestaste anoche, ¿acaso esto es de Anya?

Ay no, todo el día aspiré el aroma de la persona equivocada.

—No, no es de Anya, pero tampoco es mío, ahora es tuyo — Dijo, dándole una gran sonrisa.

—Espera ¿qué?

—Si, ahora es tuyo, quiero regalártelo.

—Oh, no Yul, yo no, no puedo aceptarlo… — La pelinegra tomó su mano.

—Por favor, acéptalo ¿si?

—Uff, bueno, lo aceptaré, pero, con una condición.

—¿Que condición?

—Que me beses.

Luego de eso, la pelirroja atrajo a Yulia hacia ella lo más rápido que pudo, poniendo sus manos en su cintura haciendo que Yulia de forma inmediata rodeara su cuello. Yulia se fue acercando poco a poco a Lena, hasta que sus labios se encontraron.

Luego de varios minutos, se separaron, pero no sin antes atrapar su labio inferior con sus dientes.

—Mañana será nuestra cita...

Al día siguiente.


—¡Con un carajo! ¡Me estás mareando Katina!

Nastya estaba completamente irritada tras el pequeño ataque de nervios por la cita que tendría su mejor amiga y por esa razón solo estaba caminado de un lado a otro en la habitación.

Faltaban un par de horas para la cita con Yulia, y los nervios se la estaban comiendo viva, además, no sabía que ponerse.

—¡¿Qué me pongo?! ¡No sé qué ponerme! ¡¿Y si algo sale mal?! ¡¿Y si hago una estupidez?! ¡¿Y si la aburro?! ¡¿Y si...

—¡Ya Elena! ¡Ya cállate! ¡Y deja de dar vueltas como una maldita loca, por favor!

Después de eso, Nastya se levantó del sofá y fue hasta a Lena, que se encontraba en la mitad del dormitorio paralizada.

—Sólo te voy a decir esto una vez ¿Ok? — La pelirroja asintió — Todo saldrá bien, encontrarás algo que ponerte, que será jodidamente sexy, dejarás a Yulia con la boca abierta, además, no creo que se aburran ninguna de las dos, así que ya deja de paniquearte por favor.

Dicho eso, la castaña regresó al sofá y se sentó en él, esperando a cumplir su función de consejera sobre la ropa de la pelirroja.

Basta Katina, puedes hacerlo.

—¿Qué esperas para mostrarme tus opciones? Por si no lo sabías, yo también voy a salir con Anya, así que apúrate.

—Bien, ok, ya voy.

Después de eso, Lena caminó hasta su armario y tomó tres vestidos, uno gris, otro azul y por último uno rojo y todos los puso sobre su cama, no sabía cuál de los tres iba a usar.

—¿Qué dices? ¿Cuál es mejor? — Nastya fue hasta su lado y observó los vestidos.

—Mmm sin duda el gris, es el que mejor te queda y no es tan largo como los otros, ese es el indicado.

—Bien, entonces este será — tomó el vestido entre sus manos — Gracias Nastya, por ayudarme.

—Si, si, como sea. ¿Ya no necesitas otra cosa más?

—Mmm no, eso fue todo, gracias.

—Bien, siendo así — tomó su bolso y su abrigo — Me voy a mi cita con Any.

—Suerte.

Dicho esto, Nastya le dio una última sonrisa y se fue sin más.

Lena comenzó a cambiarse, se maquilló y se arregló el cabello.

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Por fin estaba lista, y ahora solo bastaba esperar a que Yulia llegara a su dormitorio, y mientras esperaba, los nervios volvían a hacer de las suyas en su cabeza...

Cálmate Elena, todo saldrá bien, todo saldrá bien...

Mientras la pelirroja trataba de controlar sus pensamientos negativos y también los nervios, un par de golpes en la puerta llamaron su atención completamente.

Entonces sin más demora, se levantó de la cama, acomodó su vestido y también su cabello, dirigiéndose hacia la puerta la abrió, pero al momento de ver a Yulia, su boca, literalmente cayó hasta el suelo.

La pelinegra se miraba completamente hermosa, como una princesa, para ser más específica. Tenía un hermoso vestido negro, tacones del mismo color, su cabello oscuro alisado hasta los hombros y un abrigo blanco arriba de todo su atuendo.

Sin duda es hermosa…

Yulia movió su mano de un lado a otro frente al rostro de la pelirroja.

—¿Hola? Planeta tierra llamando al planeta Elena…

—Ho...hola... te ves... muy hermosa.

—Gracias, lo mismo digo de ti, el gris te sienta muy bien — dijo mirándola de arriba a abajo.

—Oh, bueno... yo... — Se observó a si misma — Gracias — Yulia sonrió ligeramente.

—¿No me digas que estás nerviosa?

—Yo... amm… no... por supuesto que...¿no?

—¿Segura Elena?

—Bueno no, tu ganas, estoy nerviosa, ha pasado bastante tiempo desde que tuve una cita... — Lena agachó su cabeza — ¿Y si lo hecho a perder? Tu ya no querrás salir conmigo — La pelinegra la tomó de la barbilla y le levantó el rostro.

—Lo harás bien, de eso estoy segura — tomó su mano y le sonrió — No te desharás de mi tan fácilmente, Elena — Lena le mostró una gran sonrisa.

—Eso espero.

Justo después de eso, la confianza que caracterizaba a la pelirroja al parecer decidió hacer acto de presencia, entonces, con gran rapidez, tomó a Yulia de la cintura, la acercó todo lo que podía, le sonrió una vez más mientras ella también le sonreía, de pronto, Lena trató de juntar sus labios con los de Yulia, pero al parecer solo tuvo contacto con su mejilla, pues la pelinegra se había volteado hacia un lado, evitando que sus labios tocaran los suyos.

—Oh no señorita, como es nuestra primera cita, no habrá beso alguno... no al menos hasta que la cita haya terminado.

—Lo que tú digas y mandes — hizo una referencia con su mano.

—Bueno ¿nos vamos?

—Por supuesto, debemos irnos ya.

Dicho esto, Lena tomó su bolso, se puso el abrigo negro, y rápidamente tomó la mano de Yulia para después comenzar a caminar hacia el auto.

Una vez que llegaron, le abrió la puerta a Yulia, luego la ojiazul entró y acto seguido también Lena entró en él.

Después de eso, la pelirroja encendió el auto y comenzó a conducir al lugar donde sería la cita.

—... ¿A dónde iremos? — Preguntó la pelinegra.

—No coma ansias señorita, es una sorpresa — dijo Lena sonriendo pero mirando hacia el frente.

—Oh, anda, dime a donde iremos, o al menos dame una pista, por favor ¿si?

—No Yul, espera unos minutos.

—Uff, bueno, está bien — dijo haciendo un puchero con su boca.

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Luego de 15 minutos de camino, por fin habían llegado a su destino, y Yulia solo se había quedado pasmada, mirando hacia el frente con la boca abierta.

—Por lo que veo, te gusta el lugar ¿cierto? — Lena bajó del auto, yendo hacia el lado de Yulia para así abrirle la puerta — Espero que te guste la comida asiática — dijo con una gran sonrisa.

Yulia no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, estaba enfrente de un lujoso restaurante. El frente de este era hermoso, luces tenues, un color neutro y unas lindas puertas de cristal que la dejaron con la boca abierta. Bajó del auto tomando la mano de Elena.

—¿E & O Trading? ¿De verdad?

—Si, de verdad, es uno de los mejores restaurantes de la ciudad, y además, es mi favorito.

—Este lugar es muy costoso, Lena.

—Tu no te preocupes por el dinero esta noche ¿ok? Solo disfrutemos del lugar y de nuestra compañía ¿Estás de acuerdo? —la pelinegra besó su mejilla.

—Me parece perfecto.

Luego de eso, ambas comenzaron a caminar tomadas de las manos hacia la entrada del restaurante, deteniéndose frente al anfitrión.

—Buenas noches Señorita Katina, como siempre es un gusto tenerla aquí.

—Hola Reginal, el gusto es mío. Dime, ya tienes preparada mi mesa ¿cierto?

—Por supuesto Señorita, síganme por favor.

El anfitrión comenzó a caminar hacia el restaurante, guiándolas por este hasta que llegaron a una zona que no estaba tan llena, pero era mucho más lujosa que las demás partes que habían visto del restaurante.

—Aquí está su mesa señorita Katina, en unos minutos enviaré a un mesero para que las atienda, con permiso.

Dicho eso, Elena lo saludó con la cabeza y con una media sonrisa. El hombre frente a ellas se retiró.

Lena caballerosamente, tomó la silla enfrente Yulia, la hizo hacia atrás y con su mano, hizo que se sentara, después la acercó a la mesa y acto seguido ella fue hasta la otra silla y se sentó en ella.

—Si que sabe tratar a una dama, señorita Katina — La pelinegra dijo con cierto tono de elegancia.

—Por supuesto que sé, estás hablando con la fabulosa Elena Katina.

—Wow, sí que eres modesta — dijo con una pequeña risa.

Lena después de escuchar a Volkova, se limitó a sonreír y enseguida le guiñó un ojo, haciendo reír de inmediato a su cita, hasta que un mesero se acercó a ellas.

—Buenas noches, mi nombre es Steve y seré su mesero esta noche. Aquí tienen el menú de hoy — Les entregó uno a Yulia y a Elena — ¿Que les gustaría ordenar?

—¿Que te gustaría Yul?

—Mmm tú conoces esto mejor que yo... así que, sorpréndeme —dijo la pelinegra enmarcando una ceja.

—Bueno, si eso deseas... Por favor, tráiganos a ambas la especialidad del chef y una botella de champaña.

—Por supuesto señorita, en un momento.

El mesero solo se retiró.

—Oye Elena, tengo una pregunta.

—Dime.

—Bueno, recuerdo que cuando fuimos a Six Flags, y que teníamos que pasar la noche en esa ciudad, Nastya mencionó pasar la noche con tus padres, pero tú te negaste y me gustaría saber porque no quieres verlos... claro, solo si quieres hablar de ello — Lena soltó un gran suspiro.

—Bueno, verás, mis padres y los padres de Alexa tenían una rivalidad muy fuerte, entonces ellos se negaban a que Alexa y yo tuviéramos cualquier contacto, por muy mínimo que este fuera, ellos no lo permitían, y... cuando se enteraron de que Alex era mi novia, hicieron hasta lo imposible por separarme de ella, trataron de mandarme a un internado pero no pudieron, me encerraban en casa para no poder verla, hacían que los trabajadores de la mansión me siguieran e incluso hicieron que mi hermano Iván se interpusiera entre nosotras, y como a él le gustaba Alex, él no se negó.

Pero, aun después de tratar de separarme de ella, yo los perdoné por todo, pero llegó un momento en que mi paciencia se terminó. El día que me enteré de la enfermedad de Alex, se los dije a ellos, para que me consolaran o algo, pero fue todo lo contrario, ellos me dijeron que por eso debía dejar a Alex, que lo nuestro obviamente no tenía futuro y las malas jugadas por parte de ellos regresaron. Pero eso no fue todo, cuando los dejé hablando solos, escuché decir a mi madre: "En buen momento llegó la enfermedad".

Mientras Elena contaba eso, su voz poco a poco se iba apagando y el brillo en sus ojos desapareció.

—No puedo creer eso.

—Ni yo podía creerlo, pero así fueron las cosas, por eso, desde que ingresé a la universidad, me he encargado de cortar todo tipo de comunicación con ellos.

—¿Y tu hermano Iván? ¿Tampoco hablas con él?

—Uff, Iván es una historia diferente...

—¿Y tu hermano Iván? ¿Tampoco hablas con él?

—Uff, Iván es una historia diferente...

Y justo cuando Lena iba a comenzar a contarle a Yulia sobre Iván, el mesero regresó con la cena.

—Aquí está su cena, que la disfruten.

El mesero dejó los platos en la mesa, destapó la champaña, la sirvió en un par de copas y después de que Lena agradeció con un gesto de su cabeza, él sonrió y luego se retiró.

—Bien, quiero ver tu reacción cuando pruebes esta delicia —Anunció la pelirroja muy entusiasmada.

Luego de eso, la pelirroja tomó un cuchillo y cortó un pequeño pedazo de su cena. Después, acercándose a Yulia alzó el cubierto con comida en él pero antes de probarla, la pelinegra la detuvo.

—¿Qué es esto?

—Esto se llama Okonomiyaki y es como un tipo de mezcla entre omelette y panqueque, es delicioso, pruébalo.

—¿Okono... qué?

—Okonomiyaki, Yul — dijo Lena entre pequeñas risas, acercando nuevamente la comida a ella — Abre.

Dicho eso, Yulia abrió la boca y Lena le dio el primer bocado.

Luego de probarlo, abrió los ojos lo más grande que pudo saboreando la comida que ya se encontraba en su boca.

—Oh por dios, esto es delicioso.

—Exacto, es algo delicioso — Lena volvió a reír.

Enseguida, Yulia y Lena comenzaron con la cena, y entre miradas y sonrisas pasó gran parte de la velada.

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Una hora después, habían terminado la cena, brindaron un poco y ahora, estaban de regreso al campus.

Elena tenía un poco de música reproduciéndose en el stereo, cuando de pronto, Yulia se acercó a ella, tomó su brazo derecho que se encontraba libre ya que solo conducía con la mano izquierda, colocando su brazo sobre los hombros de la pelirroja, acercándose todo lo que pudo a ella y recargó su cabeza en su pecho.

Lena trataba de decir algo, pero las palabras no querían salir de su boca, así que solo permaneció callada disfrutando del contacto físico entre Yulia y ella.

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Minutos después, habían llegado al campus. Lena estacionó el auto, apagó el motor y le hizo saber a Yulia que ya habían llegado, pero no obtuvo ninguna respuesta de su parte.

—¿Yul? ¿Yulia?... ¿Estás dormida?

Al no escuchar ninguna respuesta, giró un poco su rostro para poder verla y como creyó, la pelinegra se había quedado dormida, así que con mucha delicadeza, tomó su rostro entre sus manos y le dio un ligero beso en los labios, lo que hizo que la ojiazul despertara lentamente.

—Yul... ya llegamos.

—¿Tan pronto?

—Si, tan pronto, creo que deberíamos bajar del auto si es que no quieres pasar aquí la noche.

—No me importaría pasar la noche aquí — Lena la miró con un ligero gesto.

—¿Hablas en serio?

—Si, mientras esté contigo, no me importaría donde estemos —Suspiró la pecosa.

—Es por esto que me encantas.

Dicho esto, Lena volvió a tomar el rostro de Yulia entre sus manos y la atrajo hacia ella para volver a besarla.

Y la pelinegra, sin perder ni un solo segundo más, correspondió aquel beso de una manera muy intensa, pero sin duda, era un muy buen beso, pero luego de algunos minutos tuvieron que separarse.

—Me moría por besarte así.

—Yo igual — Le sonrió ligeramente.

Lena le regresó la sonrisa. Bajó del auto y rápidamente fue hasta la puerta del copiloto, la abrió y luego tomó de la mano a la pelinegra para que bajara.

—Te acompaño a tu dormitorio.

—Mmm no quiero ir a mi dormitorio, mejor... ¿qué te parece si vamos al auditorio?

—¿Al auditorio? — Yulia asintió — ¿Al cuartito?

—Si, bueno, solo si tú quieres.

—Por supuesto que quiero.

Rápidamente, comenzaron a caminar hasta el auditorio, y cuando llegaron a él, se aseguraron de que no hubiera nadie ahí, después fueron hasta el cuartito, entraron a él, y Yulia aseguró la puerta con llave.

—Siéntate.

Le dijo ella y como la última vez que estuvieron allí, Lena se sentó en el sofá. Yulia sacó la manta que tenía guardada, se sentó sobre las piernas de la pelirroja, las cubrió con la manta rodeando a Elena con sus manos.

—¿Esperabas que esto sucediera?... ¿Lo de nosotras? ¿Lo esperabas?

En seguida de escuchar la pregunta de Yulia, Lena sintió una gran culpa recorriendo su cuerpo. Pues, esto era lo planeado, tener una cita, enamorarla y... ganar una estúpida apuesta.

Pero lo que si no se esperaba era que ella también terminara enamorada de ella.

—Sabes, es algo inesperado lo que te cambia la vida.

Dicho eso, Yulia le sonrió y Lena la tomó de la barbilla, la acercó a ella y comenzó a besarla como si no hubiera un mañana.

Luego de un rato, ambas se separaron.

—Ahora que recuerdo, en el restaurante nos quedamos a mitad de una conversación... ¿aun te gustaría saber cómo me llevo con mi hermano Iván?

—Bueno... si a ti no te importa, pues sí. Quiero saber todo lo posible de ti, si tú me lo permites.

—Lo sabrás todo, te lo aseguro Yul... Pero en fin, luego de que Alexa muriera, mi relación con Iván mejoró notablemente, se disculpó conmigo por haber tratado de separarme de Alex y por haberme hecho la vida imposible. Él por fin había asumido muy bien su papel de hermano mayor, me escuchaba, me ayudaba en todo lo que él podía, me protegía y demás.

Pero, hace casi un año, él se fue a estudiar a Londres y desde entonces ya no lo he visto. Aún tenemos un poco de contacto por teléfono y alguna que otra vídeo llamada, pero solo eso.

—Lo extrañas ¿verdad?

—Si, la verdad es que sí. Incluso he pensado en ir a Londres unos días para verlo, pero, por una razón u otra no he podido hacerlo. Pero en fin, basta de hablar de mí y mejor háblame de ti, Yul.

—Mmm bueno, en realidad no tengo mucho que contar —Lena soltó una ligera risita.

—Yo sé que debe de haber algo por ahí, escondido dentro de ti, por ejemplo, háblame de esos trofeos que miré en tu dormitorio.

—Oh, bueno, desde que era pequeña me gusta cantar, es una de las pocas cosas que disfruto, entonces desde que tengo 7 años, mi padre me inscribía a concursos de canto y yo los gané casi todos. De hecho, en Kiev hay un concurso nacional de canto cada año. Y pues el año pasado yo asistí pero no gané y... planeo volver a ir este año.

—Wow ¿de verdad?

—Si, de verdad.

—Y... ¿Cuándo es ese concurso?

—Es en un poco más de dos meses.

—Oh, ya veo, pero tengo otra pregunta más ¿no te gustaría que para ese entonces yo te acompañara?

—Bueno — La pelinegra se acercó más a Lena — Si para entonces todo marcha bien entre nosotras, yo misma pensaba pedirte que me acompañaras — dijo con una gran sonrisa.

—Sin duda te acompañaría.

Después, Yulia le regaló una sonrisa y la pelirroja hizo lo mismo. Enseguida comenzaron a besarse y así estuvieron durante algunos minutos.

Luego solo siguieron conversando de sus vidas, y de lo que les gustaría hacer de sus vidas en un futuro.

Estuvieron algunas horas disfrutando de la compañía de cada una, hasta que Yulia se quedó dormida y unos minutos más tarde, el sueño también venció a la pelirroja.

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A la mañana siguiente.

Elena no había dormido tan bien desde hacía ya algún tiempo, y esa noche fue bastante buena gracias a la compañía que tenía, pero lamentablemente, tuvo que despertar gracias a el sonido de su celular.

Mientras el celular seguía sonando descontroladamente, ella trató de despertar bien, se talló los ojos con la palma de sus manos y después miró a su lado, y ahora, Yulia seguía ahí con ella, esta vez no se había ido, sino más bien, estaba aferrada a su cintura y tenía su cabeza recargada en su pecho.

Luego de ver tan linda imagen, soltó un ligero suspiro y tomó su celular, para saber porque demonios no dejaba de sonar.
Miró la pantalla y el identificador de llamadas, pero se sorprendió al saber de quien se trataba.

En la llamada...

—¿Iván?

—¡Hey hermanita! ¿Cómo estás?

—Amm bien, de hecho estoy muy bien.

—Que bien, me alegro mucho de escuchar eso. Pero cambiando solo un poco de tema, ¿dónde estás?

—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, quería que fuera una sorpresa, pero considerando el hecho de que llevo más de una hora buscándote, tuve que recurrir a llamarte, en fin, estoy aquí, en la Estatal...

En la llamada...

—¿Iván?

—¡Hey hermanita! ¿Cómo estás?

—Amm bien, de hecho estoy muy bien.

—Que bien, me alegro mucho de escuchar eso. Pero cambiando solo un poco de tema, ¿dónde estás?

—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno, quería que fuera una sorpresa, pero considerando el hecho de que llevo más de una hora buscándote, tuve que recurrir a llamarte, en fin, estoy aquí, en la Estatal.

—¿Estás hablando enserio?

—Por supuesto, de hecho, estoy aquí con la fastidiosa de Nastya en tu dormitorio.

—Oh por dios, espérame ahí, no tardaré mucho ¿está bien?

—Por supuesto, aquí te espero.

—Genial, nos vemos.

—Nos vemos Elena.

Fin de la llamada...

¡Oh por dios! ¡Iván está aquí!

—¿Qué pasa? — Yulia comenzó a despertar y después bostezó.

—Oh, ¿te desperté?

—Amm, si, lo hiciste.

—Upss, lo siento, es que yo...

—No te preocupes, está bien — Le sonrió dándole a Lena un corto beso — Buenos días — La pelirroja sonrió y también la besó.

—Muy buenos.

—Bueno... ¿ya me dirás que sucede?

—Oh, cierto. Me acaba de llamar mi hermano Iván... está aquí.

—¿De verdad?

—Sí, de verdad, me está esperando en mi dormitorio en este momento.

—¿Entonces, que estás esperando para ir a verlo? Anda, hay que ir, yo quiero conocerlo.

Lena enseguida le volvió a sonreír a Yulia, se levantaron, comenzaron a arreglarse un poco y justo antes de irse, la pelirroja la tomó de la cintura, acercándola a ella y le dio un gran beso.

—Vámonos.

Rápidamente salieron del cuartito, claro, teniendo cuidado de que nadie las viera, entonces cuando estuvieron seguras de que nadie estaba ahí, salieron de él, lo cerraron y salieron del auditorio, luego, comenzaron a caminar rápidamente hacia el dormitorio de Elena.

Algunos minutos más tarde, ya habían llegado, y de un momento a otro Lena abrió la puerta y él estaba ahí, sentado de espaldas a la puerta y contando uno de sus tantos chistes para divertir a Nastya y al parecer también a Anya.

Entonces, asegurándose de no hacer ningún ruido, caminó lentamente hasta él y lo abrazó por la espalda, haciendo que Iván se sorprendiera.

Sin perder tiempo, Iván la levantó y la abrazó muy fuerte.

—Hola hermano.

—Hola Elena. Te extrañé ¿lo sabías?

—Yo también te extrañé.

Luego de algunos minutos, por fin se separaron del abrazo, y de pronto recordó que Iván aun no conocía a Yulia.

—Yul, ven aquí.

La pelinegra se acercó a Lena y esta tomó su mano rápidamente.

—Iván, ella es Yulia, ella es mi...

No supo como terminar esa frase, pues si bien ya se habían besado y habían salido solo una vez, no sabía exactamente que eran, al menos no lo sabía hasta que Yulia terminó la frase por ella.

—Soy su novia — dijo sonriente.

¡¿Mi novia?!

—¿Novia? — Dijeron ambos hermanos al unísono. Yulia miró a Iván y después a Lena.

—Si, tu novia.

—¡Oh por dios, Yulia es mi novia! — dijo ligeramente emocionada.

En el dormitorio todos rieron por la reacción de sorpresa de la pelirroja al escuchar decir a Yulia que era su novia.

—Bueno, mucho gusto Yulia, yo soy Iván, el hermano de Elena —La ojiverde salió de su estado de shock.

—Ok, dejando de lado las presentaciones, dime Iván ¿Qué haces aquí?

—Oh, bueno, en parte estoy aquí para verte, en verdad te extrañaba hermanita.

—¿En parte? — asintió — ¿Cuál es la otra razón?

—Amm bueno, de hecho la otra razón tenía planeado decirla mañana, con una cena en la mansión de nuestros padres.

—¡¡¿Qué?!!

—Mañana quiero que vayamos a cenar con nuestros padres, de hecho, tus padres — señaló a Nastya — También están invitados, por lo que tú y Anya también deben ir, y tu Elena, tienes que estar presente también, y puedes llevar a Yulia si así lo deseas.

—Me estás jodiendo ¿no?

—Por favor Elena, es algo en verdad muy importante para mí, y quiero a toda mi familia reunida para decirles lo que quiero que sepan. Por favor, hazlo por mí.

Lena comenzó a negar frenéticamente. Se negaba rotundamente a siquiera poner un solo pie en esa jodida mansión.

—¿Podrían dejarnos solos por favor? — Pidió Iván.

Las chicas luego de escuchar la pregunta del pelirrojo, miraron a Lena y esta solo asintió tratando de calmarse, entonces, las primeras en salir fueron Anya y Nastya.

—Trata de calmarte y escúchalo ¿ok?

La pelirroja solo miró a Yulia sin responder y le dio un corto beso, ella salió, dejándola a solas con Iván.

Elena, en verdad necesito que hagas esto por mí, sé que lo que te estoy pidiendo es demasiado, pero te necesito ahí mañana para mí, es algo muy muy importante y sin ti no podría hacerlo.

—Dime que es eso tan importante.

—No, por favor, quiero decirlo cuando estén todos juntos.

—Iván, si no me dices en este mismo instante, entonces no iré a ningún lado mañana — Suspiró el chico.

—¿Me prometes que si te lo digo, irás mañana a la mansión de nuestros padres?

En esta ocasión, ahora fue Lena la que dejó salir un gran suspiro, luego de dar varias vueltas por el dormitorio, y de pensar algunos minutos, por fin le respondió.

—Te lo prometo.

—Bien, entonces... ¿recuerdas que cuando hablábamos, te contaba sobre una chica con la que estaba saliendo? ¿Recuerdas a Olga?

—Si, la recuerdo, siempre que podías hablabas de ella.

—Bueno, pues comenzamos a salir, luego la hice mi novia, y hace una semana... le pedí que se casara conmigo y aceptó.

—¡¡¿¿Te vas a casar??!! — Sonrió.

—Así es, me voy a casar, eso es lo que quiero decirles a todos mañana.

Ay por dios, mi hermano mayor se va a casar...

—Yo... amm… no sé que decirte.

—Mmm creo que podrías felicitarme y quitar esa cara de susto que tienes en este momento.

—¡Iván! ¡Te vas a casar!

La pelirroja gritó emocionada al momento de comprender exactamente bien lo que su hermano le acababa de decir, entonces, como rayo, se acercó a él y lo abrazó lo más fuerte que pudo.

—¿Estarás mañana en la mansión?

—Cuenta conmigo.

………………………………………………………………………………………………………………..

Luego de hablar con Iván, él se despidió de su hermana y de las chicas, ya que tenía que recoger a Olga en el aeropuerto, pues habían tomado vuelos separados por algunas cuestiones personales de ella.

Cuando se fue, Anya, Nastya y Yulia comenzaron a preguntarle a Lena que era lo que había decidido respecto al día siguiente y omitiendo lo de la boda de Iván, solo les dijo que había aceptado ir.

Después, las chicas dejaron a Yulia y a Lena solas, y fue en ese momento cuando aprovechó para contarle lo de la boda de Iván, pero que no podía decirle nada a nadie, que eso lo haría él mañana y que esa había sido la verdadera razón por la que aceptó ir a la mansión de sus padres.

Luego de la platica, todo el día estuvieron juntas, salieron a pasear, fueron a comer y también al cine, y al final del día, Lena la llevó a su dormitorio, duraron algunos minutos despidiéndose y luego se fue a su dormitorio, pero a poco de llegar, alguien se atravesó en su camino, como si necesitara más problemas de los que ya tenía.

—¿Qué quieres grandulón?

—¿Que hay entre Yulia y tú?

—No es algo que te interese, así que por favor deja de estorbarme.

Justo después de quitarlo del camino, avanzó un par de metros, pero Dima la detuvo al tomar su brazo.

—Dime que hay entre Yulia y tú — Logró soltarse de su agarre.

—Si tanto te interesa saber, entonces bien. Yulia es mi novia ¿feliz?

—¡Como quieres que esté feliz si tú me la robaste!

—Yo no te la robé, no es mi culpa que no hayas sabido ser un buen novio para ella y que al final te cambiara por alguien mejor.

—Esto no se va a quedar así, Elena ¿me escuchaste?

—No me importan tus amenazas de mierda.

—Pues deberían importarte, no dejaré que te quedes con Yulia.

—Ya lo veremos.

Dicho eso, Lena le dedicó una mirada de superioridad y lo dejó ahí solo, se dirigió a su dormitorio, entró y después solo se dispuso a dormir tratando de asimilar todo lo que había pasado en el día.

…………………………………………………………………………………………………………….

Al día siguiente, 7:30 pm.

Durante todo el día, la pelirroja había tenido una sensación muy extraña en su estómago, como si algo malo fuese a pasar principalmente hoy, pero trató de ser positiva y olvidar ese mal presentimiento.

Iván había estado con Olga todo el día, así que Lena no había tenido la oportunidad de verlo ni siquiera una vez, su único contacto había sido a través de una llamada, y eso solo fue para decirle que la esperaba a las 7:30 en la mansión de sus padres esta noche.

Dieron las 7:30 y ya estaban en la entrada de la mansión a la cual había jurado no volver a poner un pie en ella...

—¿Estás lista? — Yulia tomó la mano de Lena.

—En realidad no, me quiero ir.

Enseguida de que aparcó el auto, Nastya y Anya se bajaron, pero Yulia permaneció adentro con ella.

—Recuerda que estás aquí por Iván, por su compromiso, no por tus padres, no te puedes ir, tienes que hacerlo por él.

—Uff, ¿siempre dices las palabras correctas en el momento indicado? — Yulia esbozó una pequeña sonrisa.

—Solo cuando es muy necesario — La tomó de la barbilla y le dio un dulce beso — Vamos.

La pelinegra bajó del auto y Lena hizo lo mismo que ella. Enseguida las 4 comenzaron a caminar hasta la gran puerta de la mansión. Lena golpeó ligeramente un par de veces.

Que el show comience...

Luego de algunos golpes más tarde, las grandes puertas de la mansión se abrieron, mostrando a Iván con un hermoso traje y por primera vez en toda su vida, su hermana menor logró verlo con un peinado decente.

—Wow, nunca creí que llegaría el día en que te vería luciendo formal — Lena bromeó al momento en el que Iván abrió la puerta.

—Por lo que veo alguien está nerviosa ¿eh? — Acotó Nastya.

—Pero que dices, yo no estoy nerviosa.

—Vamos Elena, te conozco a la perfección, y tú solo haces bromas para molestarme cuando estás nerviosa — Dijo Iván viéndola divertido.

¡¡Demonios!!

—Bueno está bien, me declaro culpable.

Enseguida Iván rió ligeramente y después la atrajo hasta él para darle un abrazo. Cuando el abrazo terminó, solo se recargó en ella, poniendo su brazo derecho sobre sus hombros, mientras saludaba a las chicas.

—Hola chicas ¿cómo están?

—Bueno boca de cueva, como verás — Nastya recorrió su cuerpo con sus manos — Estoy muy bien.

—Si Nastya, ya lo noté... Y tu Any ¿cómo estás?

—Amm bien... solo un poco impactada por el tamaño de esta mansión.

—Jaja no te preocupes, esa es la reacción de todos... Pero en fin —El pelirrojo miró a Yulia — ¿Y mi cuñadita cómo está?

Al escuchar a Iván decirle a Yulia "cuñadita" la pelirroja sintió como todo en su estómago comenzó a dar vueltas por el nerviosismo que esa noche se empeñaba en hacerle la vida imposible, además, pudo sentir como su color cambio de inmediato a un rojo intenso mientras esperaba la respuesta de Yulia.

—Estoy muy bien, gracias Iván — Dijo la morena dedicándole una enorme sonrisa.

—Bueno ¿Qué les parece si vamos a la sala y les presento a todo el mundo?

Todas solo miraron a Iván y como respuesta se limitaron a asentir e Iván les sonrió, luego él se comenzó a separar de Lena, pero antes de hacerlo por completo le susurró al oído.

—Gracias por estar aquí Elena — Le dio un beso en la mejilla.

Enseguida el pelirrojo comenzó a caminar por el gran pasillo que conectaba la puerta de la entrada con la sala de estar, entonces, sin perder tiempo, Anya y Nastya comenzaron a seguirlo y Yulia y Lena hicieron lo mismo, pero no sin antes tomar muy fuertemente a la morena de la mano para ver si así podía calmarse aunque fuera un poco, algo que no le dio los resultados esperados.

Mientras comenzaba a caminar por la casa, los malos recuerdos comenzaron a aparecer en la memoria de la pelirroja como si se tratase de una película.

Cada vez aparecían más y más recuerdos, pero justo antes de llegar a la sala de estar, un recuerdo importante se instaló en la memoria de Elena, de inmediato...

——Flashback——

Era sábado por la mañana, para ser más exacta, apenas iban a dar las 9:30 a.m.

Mis padres se encontraban de viaje en Ekaterimburgo por no sé que asunto de trabajo, y mi hermano Iván había aprovechado esta gran oportunidad para quedarse en la casa de su amigo Pavell, desde ayer en la noche, lo que eso significaba para mí que tenía la mansión completamente sola para hacer lo que me viniese en gana.

Entonces, como no tenía ganas de tener mi casa repleta de gente, solo llamé a mis dos mejores amigas, Nastya y Alexa.

Primero le llamé a Nastya para que viniera aquí un rato, pero me respondió que no podía, pues tenía una cita el día de hoy y que eso era mucho más importante que estarme soportando todo el día.

“Es triste que mi mejor amiga prefiera estar en una cita con una chica que conmigo… aunque yo haría lo mismo…”

Como fui rechazada por Nastya, lo único que me quedó fue llamar a Alexa y rogar porque ella estuviera libre el día de hoy.

Luego de algunos minutos de platicar con Alexa por el teléfono, ella dijo que estaba libre y que sería divertido pasar la tarde conmigo.

Fue así, como media hora más tarde, Alex ya había llegado a mi casa.

Inmediatamente después de que Alex llegó a la mansión, comenzamos a hacer diferentes cosas.

Primero, puse el karaoke en la pantalla plana de mi habitación, después comenzamos a jugar con el Xbox de mi hermano y luego de haberle dado una paliza jugando FIFA, ambas nos recostamos en mi cama mirando al techo.

—Vaya, eso ha sido divertido, más porque te gané.

—No presumas, te dejé ganar — ambas nos giramos para quedar frente a frente.

—Ajá, me dejaste ganar, claro — le saqué la lengua — Eres un asco para jugar FIFA y lo sabes.

—Claro que no soy un asco, solo que... solo que... Ya no sé que decir.

Después de eso, ambas comenzamos a reír como locas por nuestra infantil pelea.

—Bueno, que te parece si ahora vamos a la piscina un rato.

—Es una muy buena idea.

Entonces Alex se levantó rápidamente de la cama y tomó la mochila que traía y de ella sacó un lindo Bikini negro.

La verdad es que yo llevaba enamorada de Alex desde hace ya un buen rato pero nunca me he atrevido a decirle nada por miedo a que ella no sienta lo mismo que yo, es por eso que prefiero tenerla solo como una amiga a no tenerla en absoluto, pero en momentos como este, me es muy difícil no ir hacia ella y comérmela a besos.

—Lindo Bikini — Me sonrió traviesamente y enarcó una ceja.

—Gracias.

Después ella sin una sola pizca de pena comenzó a desvestirse frente a mí, primero la camiseta salió volando, después sus converse y con ellos sus calcetines y por último sus jeans blancos terminaron en la silla de mi escritorio, quedando ella solo en ropa interior, mientras que yo babeaba internamente por la sexy chica que tenía frente a mí.

—Elena ¿podrías voltearte para ponerme el bikini?

—Aquí... te lo... lo vas a... a poner?

—Si, aquí, por eso te pido que te voltees ¿podrías hacerlo?

—Yo... amm… si.

Rápidamente me volteé y pude ver como Alex también se volteó, lo que hizo que ambas nos diéramos la espalda, entonces, estuve así un minuto hasta que la curiosidad pudo más conmigo, y muy disimuladamente, llevé mi mirada al espejo que se encontraba en la puerta de mi armario.

Pude notar que Alex ya se había puesto la parte de abajo del bikini y en ese justo momento se quitó el sujetador, haciendo que tuviera una perfecta vista de su espalda desnuda, lo que me hizo babear aún más, pero en ese instante quité mi vista del espejo pues Alex volteó a verme un poco, pero aunque según yo creí, ella no alcanzó a notar que la estaba espiando, si logré escuchar una pequeña risita de su parte.

—Listo Elena, ya puedes voltear.

Yo dejé salir un gran suspiro que se encontraba atorado en mi garganta cuando volteé a verla y ya tenía puesto las dos partes del bikini.

—Bueno, dejo que te cambies, te espero en la piscina — tomó una toalla de su mochila, un bronceador, unos lentes de sol y salió de mi habitación.

Luego de que me recuperé de la pequeña escena erótica que acababa de vivir hace algunos segundos, me puse un bikini y también tomé mis lentes de sol y bajé a la piscina con Alex.

…………………………………………………………………………………………………………………..

La tarde había sido de lo más divertida, primero Alex y yo nos bronceamos un rato, después a mí se me ocurrió la genial idea de competir sobre quien aguantaba más la respiración debajo del agua, algo que yo perdí, después solo comenzamos a nadar y al último, como ya no sabíamos que hacer, comenzamos una guerra con el agua seguido de hundirnos mutuamente en repetidas ocasiones.

Pero ahora, ambas estábamos exhaustas y estábamos sentadas en el sofá de la sala viendo una película romántica, que es mi favorita, El Diario de Noah.

—Me gustaría tener un amor como el de ellos — Comenté.

—¿Y qué te detiene para que lo tengas?

—Bueno, para ser honesta, el miedo al rechazo.

—Deberías arriesgarte.

—No lo creo, me da miedo el resultado.

—Sé que voy a sonar como una abuelita pero... el que no arriesga no gana.

—¿Y si me arriesgo y pierdo? — Dije.

—Si no te arriesgas nunca lo sabrás.

Me quedé callada un par de segundos, pensando en si arriesgarme o no, y al último todo me valió, y por primera vez en mi corta vida, ignoré a mi consciencia y a mi miedo.

Sin perder más tiempo del que ya había perdido, tomé la mano de Alex, temiendo en que ella reaccionara mal, pero no fue así.

Ella correspondió mi contacto y entrelazó sus dedos con los míos, mientras yo miraba nuestras manos, después Alex volteó a verme y como notó que no podía verla a los ojos, con su otra mano me tomó de la barbilla y levantó mi rostro.

Ella al momento de que nuestras miradas se encontraron, me sonrió.

—Al parecer arriesgaste y... ganaste.

Dicho eso, me regaló una última sonrisa y sin esperármelo me besó.

Fue así como Alexa y yo comenzamos a salir...

——Fin Flashback——

Cuando por fin estaban en la sala, las lágrimas de Lena aparecieron de forma inmediata, al haber recordado algo muy importante para ella.

Como no quería que nadie la viera llorar y mucho menos sus padres, se fue de ahí muy rápidamente a la que era su habitación.

Entró en ella y se dejó caer en su cama, mientras sollozaba, pero un par de minutos después, sintió una mano acariciar se cabello, sorprendiéndola, sin embargo, sabía perfectamente de quien se trataba, era Yulia.

—No puedo... no puedo hacerlo — Dijo con la voz entrecortada.

—No puedo... no puedo hacerlo — Dijo con la voz entrecortada. Yulia la abrazó.

—Si puedes Elena, solo tienes que esforzarte, por Iván, aunque sea solo un poco pero inténtalo — La pelirroja escondió su rostro en su cuello unos segundos.

—Lo intento Yul, te juro que lo intento, pero no puedo hacerlo, me es muy difícil estar aquí sin que millones de recuerdos me ataquen.

—Escúchame bien Elena, yo sé que estar aquí es muy difícil, que has vivido momentos que no quieres volver a recordar y que si por ti fuera, ya te hubieras ido desde el segundo que tocaste la puerta, pero recuerda que Iván quiere compartir con su familia algo muy importante para él, y tú, como su hermana, debes estar ahí para él, si quieres, cuando haya dado la noticia, nos vamos, o nos quedamos lo que quieras, pero recuerda que yo estoy aquí para lo que necesites ¿de acuerdo?

—Gracias Yul.

Dicho eso, Lena se acercó a la morena y le dio un corto beso, después se levantó y se miró al espejo, acomodó su maquillaje y tomó la mano de Yulia.

—Regresemos.

—Recuerda que no estás sola.

—No se me olvidará.

Ambas regresaron a la sala donde todos seguían ahí, platicando como si nada hubiese pasado.

Pero en el momento en el que ambas pisaron ese lugar, todo se hizo silencioso y todas las miradas estaban sobre Elena.

Al momento en que Nastya la observó, dejó a Anya platicando con su madre y se acercó a su amiga.

—¿Estás bien, Lena?

—Si, no me hagas caso y mejor ve con Anya. Recuerda que la has dejado sola con tu madre.

—Uy cierto, me voy.

Nastya regresó con Anya pero segundos después Iván se acercó a su hermana con una chica que suponía era Olga.

—¿Qué pasó, Lena? ¿Estás bien?

—Si Iván, solo... recordé algunas cosas, ya sabes de que, pero ya estoy bien — le dijo dándole una pequeña sonrisa.

—Bueno, si tú lo dices, está bien... — Tomó la mano de la chica — Mira amor, ella es mi hermana Elena y su novia Yulia.

—Un gusto conocerlas — Las saludó a Yulia y a Lena — Yo soy Olga Zaitseva.

Zaitseva... Zaitseva... ¿De dónde conozco ese apellido?

—Un gusto conocerte Olga, no sabes cuanto habla mi hermanito de ti.

—Bueno, creo que si, pues él también me ha contado muchas cosas de ti.

—Bueno, ya, ya, dejen de descubrirme frente a la otra — dijo Iván riendo.

—Ok, dejaré esto por la paz. Bueno, si me disculpan, iré a saludar a la madre de Nastya, con permiso.

Rápidamente llegué con Nastya y con Anya que estaban platicando con su mamá y con Anton, el nuevo esposo de la señora Czerina.

—Elena, que alegría volver a verte después de tanto — Czerina le dio un pequeño abrazo.

—Lo mismo digo Czerina, es un gusto volver a verla. Mire, quiero presentarle a mi novia — acercó a Yulia que estaba al lado de Anya — Ella es Yulia Volkova.

—Oh, un gusto Yulia, yo soy la madre de Nastya.

—Mucho gusto señora.

Después de las presentaciones, Anton se decidió a hablar.

—Así que tú eres Elena Katina.

—Así es, y usted es Anton ¿no? — asintió — Nastya me ha hablado de usted un poco, ¿no es así Nastya? — La castaña se acercó con Anya de la mano.

—Por supuesto, pero no te preocupes Anton, nada malo.

—Mmm hija, ahora que recuerdo. Tú y la señorita Anya ¿qué son? Me la presentaste, pero no sé si en calidad de amiga o algo más.

Nastya, ante la pregunta de su madre, se puso pálida y comenzó a temblar, algo que Lena estaba disfrutando secretamente.

Es tan divertido verla sufrir...

—Oh, bueno... Anya... Anya es... amm...

—No soy su novia, si a eso se refiere con algo más, pero estamos saliendo, conociéndonos mejor para ver si se da algo más adelante.

—Oh, entiendo, bueno — se dirigió a Nastya — Esta señorita me agrada hija, así que no seas tonta y hazla tu novia.

—¡Mamá!

Ante la respuesta de Nastya, Anya, Yulia y Elena comenzaron a reír, pero la pelirroja se detuvo de inmediato al sentir la mano de alguien sobre su hombro.

El momento que estaba evitando ha llegado.

Rápidamente se giró y sus padres se encontraban detrás de ella.

—Hola hija — Saludó Inessa.

—Te ves hermosa hoy — Dijo Sergey.

—¿Necesitan algo?

—Queremos hablar contigo Elena — Fue la voz de Inessa nuevamente.

—Pero yo no.

—Por favor hija, danos al menos unos minutos — Aclaró Sergey al lado de su esposa. Lena dejó salir un gran suspiro.

—Solo 5 minutos.

Sin perder tiempo, se giró hacia Yulia y le dijo que la esperara con Anya y Nastya y que en unos momentos regresaría.

Después comenzó a caminar hasta una de las tantas habitaciones de la mansión y sus padres la siguieron silenciosamente.

—Los escucho — Dijo una vez se detuvo.

—Hija, queríamos disculparnos contigo por todo lo que te hicimos cuando estabas con Alexa, pero es que nosotros creíamos que esa chica no era para ti, que era una mala influencia, sin contar con los problemas que tenemos con sus padres — Inessa agachó la cabeza al terminar de hablar.

—Nosotros nunca vimos que tu en verdad la amabas, creíamos que solo era otro capricho tuyo y que con el tiempo se te pasaría, pero no fue así, tu madre y yo sabemos que te hicimos mucho daño, pero nos gustaría compensarte, de alguna forma.

Lena solamente los escuchaba y comenzaba a negar con la cabeza sin poder controlarse, ya que la rabia comenzaba a apoderarse de ella.

—Y cómo piensan compensarme ¿eh? ¿Con su dinero? ¿Con un auto? ¿Dándome viajes?... No. Ustedes están muy equivocados si piensan que yo los voy a perdonar tan fácilmente. Ustedes lograron que me sintiera la peor basura del mundo, me lastimaron, hicieron que Iván se interpusiera entre Alexa y yo, me negaron la oportunidad de estar con Alex cuando enfermó, no me permitían acompañarla a sus citas con el médico, a sus terapias, cuando ella empeoró, yo ni siquiera tuve la oportunidad de pasar ni 5 minutos a su lado a menos de que me escapara por la ventana de mi habitación, y la última noche que ella estuvo con vida, solo tuve 2 jodidos minutos para despedirme ¿y por qué? Porque ustedes no me dejaban ir con ella. Y ahora, después de dos años, se acercan a mí, me dicen que están arrepentidos y me piden perdón. Lo siento mucho, pero yo no los perdono, y les digo que si estoy aquí hoy, es por Iván, nada más por él. Ahora, si me disculpan, volveré con mi novia antes de que ustedes le encuentren algún defecto y vuelvan a hacer alguna idiotez. Con permiso.

Caminaba lo más rápido que podía hasta donde estaba Yulia, cerrando sus manos en puños por la rabia y la impotencia que sentía en ese momento.

—¿Todo bien? — preguntó su novia con preocupación.

—Si, no te preocupes, todo bien.

La morena asintió levemente, le regaló una sonrisa y después un corto beso.

Luego, logró visualizar a Iván que se subió a un par de escalones tomando a Olga de la mano y después golpeó su copa con un cubierto, llamando la atención de todos, pues sus padres ya se habían reincorporado a todos en la estancia.

—Bien, familia, necesito su atención por favor — todo el mundo le puso atención al chico — Gracias... Bueno, como saben, Olga es mi novia desde hace ya un tiempo, y desde que aceptó ser mi novia, no había sido más feliz nunca, a su lado he vivido unos momentos inolvidables, y sé que es la mujer de mi vida, de eso estoy seguro. Entonces, ambos hemos tomado una decisión muy importante —besó la mano de Olga — ¡Nos vamos a casar!

Todos comenzaron a sonreír y aplaudir con emoción y Elena en ese momento no podía sentirse más feliz, o al menos eso creía hasta que ahora Olga tomaba la palabra.

—Pero eso no es todo...

Porque siempre tiene que haber un pero...

—Además de darles la noticia de nuestra boda, también queremos decirles que... Estoy embarazada.

Eso no lo sabía...

Tan rápido como sus padres escucharon la segunda noticia, corrieron hasta Iván y Olga y los llenaron de abrazos y de buenos deseos, mientras que Lena se quedó en shock, analizando la reciente noticia.

—Que esperas futura tía, ve con tu hermano — Dijo Nastya empujándola un poco.

Cuando la pelirroja logró captar lo que sucedía, sonrió tan grande como pudo y comenzó a caminar hasta Iván y Olga, cuando llegó con ellos, primero felicitó a Olga y le dio un corto abrazo, después cuando notó que ya Iván se encontraba libre, se acercó a él y le dio un abrazo con todas sus fuerzas.

—Felicidades hermano... serás un gran papá — Le dijo susurrándole al oído.

—Gracias hermanita, eso espero, pero también creo que tú serás una gran tía — Se separaron del abrazo y le sonrió.

—Por supuesto, seré una tía súper consentidora, eso no lo dudes.

Después de las felicitaciones por parte de todos los invitados, los empleados de la casa les avisaron que la cena estaba lista y todos fueron hasta el comedor.

……………………………………………………………………………………………………………….

Todo en la cena transcurrió bien, hubo algunas anécdotas por parte de todos mientras disfrutaban de la cena.

Luego, se dirigieron nuevamente a la estancia.

Todo estaba muy bien, convivieron mucho con Iván y con su novia, Lena les preguntó algunas cosas sobre el embarazo, luego comenzó a platicar con Nastya, Anya y Yulia, hasta que sus padres se acercaron nuevamente.

—Supongo que tu eres Yulia ¿cierto? — Dijo Inessa dirigiéndose a la morena.

—Si, yo soy Yulia, ustedes son los padres de Elena ¿no?

—Así es, es un gusto conocerte Yulia.

Ellos se estaban comportando de lo más amable con la pelinegra, lo que a Elena le hizo pensar que ellos creían que al ganársela a ella, podrían recuperar a su hija, pero estaban muy equivocados.

—Si acabaron con las presentaciones, con permiso — La pelirroja tomó la mano de Yulia y comenzó a alejarla de ellos.

—Hija por favor no hagas esto — Dijo con pesar Inessa.

—¡No lo hagan ustedes! ¡¿Porque no entienden que los quiero lejos de mi?!

—Hija, nosotros...

Sergey no terminó de hablar, pues en ese momento, llevó una mano a su pecho y después cayó inconsciente al suelo...

—¡No lo hagan ustedes! ¡¿Porque no entienden que los quiero lejos de mi?!

—Hija, nosotros...

Sergey no terminó de hablar, pues en ese momento, llevó una mano a su pecho y después cayó inconsciente al suelo.

Inessa se arrodilló junto a él, mientras que Iván y Lena hacían lo mismo y los invitados los miraban sin saber que hacer.

—¡Está teniendo un infarto! ¡Hay que llevarlo al hospital! — Dijo Iván.

—¡Debemos llamar a una ambulancia! — Inessa gritaba desesperada.

—¡No hay tiempo! ¡Tenemos que llevarlo nosotros! — Lena atendió a último momento.

Fue así como entre Iván, el padrastro de Nastya y algunos empleados de la casa comenzaron a llevarse a Sergey hasta el auto del hijo mayor.

Una vez que estuvo él adentro, Iván se subió al asiento del piloto e Inessa al asiento de atrás con Sergey, y Olga fue al asiento del copiloto acompañando a Iván y antes de que se fueran, Lena se acercó a la ventanilla del lado de su hermano.

—Nosotras iremos detrás de ti ¿ok?

El pelirrojo asintió con los ojos vidriosos al igual que Lena y segundos después arrancó a toda velocidad hacia el hospital.

Elena miraba como el auto iba desapareciendo de su vista mientras se tocaba la parte trasera de la cabeza con ambas manos, las lágrimas corrían silenciosamente por sus mejillas y estaba comenzando a temblar ligeramente.

No podía sentirse más culpable. Su padre había sufrido un infarto y fue todo por su culpa.

Logró reaccionar, y se acercó a todos los que quedaban ahí en la mansión.

—Vámonos al hospital — Dijo decidida.

—Anya y yo nos iremos en el auto de Anton — Comentó Nastya.

Lena asintió levemente y ellas se subieron al auto de él, luego los padres de la castaña hicieron lo mismo.

Sin perder más tiempo, ella y Yulia fueron hasta su auto y luego de algunos segundos también iniciaron camino directo al hospital.

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15 minutos más tarde, habían llegado al hospital. Lena estacionó al lado del auto de Iván y con una gran rapidez ambas bajaron del vehículo, entrando al hospital, viendo que ya estaban todos ahí en la sala de espera.

—¿Qué pasó? ¿Qué les dijeron? — Dijo acercándose a Iván.

—Acaba de entrar con el médico hace un par de minutos, aún no sabemos nada, Elena.

—Oh... entiendo — La pelirroja agachó la cabeza de inmediato.

—Hey hermanita, no te pongas así, papá se pondrá bien ¿de acuerdo? — La tomó de las mejillas y lo hizo verlo.

Lena le dio una ligera sonrisa y asintió levemente, él solo le sonrió de vuelta dándole un beso en la mejilla, después se alejó y fue con Inessa que al parecer estaba llorando con la mamá de Nastya.

Elena seguía sintiéndose mal, y lo único que podía hacer en ese momento, era ir hasta una de las sillas que estaban ahí y sentarse en completo silencio hasta que Yulia se sentó a su lado y la tomó de la mano sin decir nada. Estaban en silencio hasta que decidió hablar.

—Es mi culpa ¿sabes? Mi padre sufrió un infarto por mi culpa —Yulia apretó su mano.

—No es tu culpa Elena, tú no querías que esto pasara.

—Si es mi culpa, si yo no hubiera sido tan... tan estúpida y terca, esto no estaría pasando, es mi culpa todo esto — respondió mirando al suelo.

—Mírame Elena — Se negaba a mirar a la pelinegra — Por favor.

Sin ánimos giró su rostro hasta su dirección, tenía la cara enrojecida al igual que sus ojos, y cuando conectó miradas con Yulia una lágrima rodó por su mejilla siendo su novia la que se encargara de limpiarla.

—Tú no tienes la culpa de nada Elena, estabas enfadada y aun tenías resentimiento por todo lo que pasó con Alex, contigo y tus padres. No puedes culparte por sentirte herida aun por lo que pasó, es natural que sientas rencor por eso. Y tampoco puedes culparte por lo que le pasó a tu padre, y te repito, tu no querías causar eso ¿o sí?

Lena negó con la cabeza lentamente aun mirando a los ojos azules de Yulia, pero después solo la abrazó y escondió su rostro en su cuello como estaba haciéndolo últimamente mientras que ella trazaba pequeños círculos en su espalda con la palma de su mano para tranquilizarla.

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Luego de un poco más de una hora, Lena ya se encontraba más tranquila. Yulia y ella seguían sentadas en las sillas. La morena sosteniendo su mano y Lena con la cabeza recargada en su hombro, sin decir nada, solo estaban ahí, Yulia dándole su apoyo y ella aceptándolo sin poner peros.

Fue así durante algunos minutos más hasta que un médico se acercó a todos.

—¿Familiares del Señor Katin?

Elena rápidamente salió de su estado de shock, y todos se acercaron hasta el médico, Inessa fue la primera en hablar.

—Yo soy su esposa, ¿cómo está él?

—Ya está mejor, el Señor Katin no sufrió un infarto, sino un pre infarto, por lo que el riesgo ha pasado, logramos estabilizarlo y ahora mismo ha sido trasladado a una habitación particular, sin embargo, lo tendremos en observación las próximas 48 horas por si ocurre alguna réplica del pre infarto, pero no tienen porque preocuparse, él ya se encuentra bien.

Justo después de escuchar esas palabras, todos dejaron salir un suspiro de alivio. El peligro ya había pasado.

—Si gustan pasar a verlo, él está en el segundo piso, habitación 212. Con permiso.

El médico se retiró y todos comenzaron abrazarse entre sí, pues Sergey ya estaba bien.

Inessa se acercó a su hija, indecisa por abrazarla o no. Lena la miró a los ojos un par de segundos, igual de indecisa que ella, pero al final decidió ceder y la abrazó. Fue un largo apretón hasta que Iván les llamó la atención a ambas.

—Deberíamos ir a ver a papá.

Inessa y Elena asintieron al mismo tiempo, pero antes de irse, Iván fue con Olga y ella se dirigió a las chicas.

—Ahora regreso, iré con mi padre unos minutos ¿ok?

—No te preocupes Elena, ve — Dijo Yulia apretando su mano.

Le sonrió, le dio un corto beso y regresó a donde su madre e Iván estaban.

Cuando se acercó a su hermano, este la abrazó y después comenzaron a caminar en esa posición hasta llegar a la habitación, suponiendo que aquel gesto era para que no se sintiera mal, algo que funcionó.

Entraron en la habitación y Sergey ya estaba consciente, entonces cuando los vio entrar a los tres, les sonrió lo más que pudo.

Todos estuvieron hablando un rato, incluso Lena, sin embargo, no dijo gran cosa, aun no se sentía preparada para hablar abiertamente con ellos, las cosas aún no habían regresado a la normalidad y no lo harían por un tiempo.

……………………………………………………………………………………………………………

Horas después, ya estaban de vuelta en la mansión, los papás de Nastya se fueron a casa e Iván se quedó en el hospital con su padre para cuidarlo.

—¿Se regresarán a la universidad esta misma noche? — Inessa se acercó a Lena.

—No, no me gusta conducir de noche, así que tenía planeado ir a un hotel.

—No tienes porque ir a un hotel si pueden quedarse aquí.

—No mamá, nos iremos a un hotel.

—Por favor hija, solo será una noche, inténtalo ¿sí?

Tienes que intentarlo Elena...

—De acuerdo, nos quedaremos — Dijo soltando un gran suspiro.

Inessa le sonrió feliz y ella solo le regresó una sonrisa pequeña. Se sentía un poco incómoda estando allí, sin embargo debía esforzarse por arreglar la relación con sus padres.

—Ok, hija, entonces... tú y Yulia podrían quedarse en la que era tu habitación, mientras que Nastya y Anya podrían estar en alguna de las habitaciones para huéspedes ¿está bien?

—Si mamá, está bien, gracias — Dijo haciendo una sonrisa forzada.

—Bueno, siendo así, me retiro. Buenas noches chicas — se despidió de todas y luego de dirigió a Olga — Buenas noches Olga, que duermas bien.

Una vez dicho eso, Inessa le dio un beso en la mejilla y se fue a su habitación.

—Yo también debería dormir, ha sido un día bastante largo y estoy agotada, con permiso chicas, buenas noches — Dijo la cuñada de Lena.

Ella también se despidió de todas yendo seguramente a descansar a la habitación de Iván, dejándo a las chicas solas en la estancia.

—¿Quieren ir a dormir ya? — Preguntó Anya.

—No. No tengo sueño. ¿Qué les parece si hacemos algo antes? — Dijo Lena mirándo a Nastya.

—Por mi está bien, ¿qué quieres hacer? — Solicitó la castaña de ojos claros.

—Lo que sea... pero en lo que pensamos, vamos por una copa a la cocina.

Todas asintieron, y fueron hasta la habitación, cada quien tomó una copa y regresaron a la estancia.

Una vez de regreso, comenzaron a platicar de cosas sin sentido, hasta que Elena recordó algo que la había dejado pensando hace un rato, y decidió comentarlo.

—Oye Nast ¿tu escuchaste cuál era el apellido de Olga?

—Lo escuché, pero ya no lo recuerdo.

—Bueno, pues se apellida Zaitseva. El apellido me es familiar pero no logro recordar de donde lo conozco.

—Mmm, a mí también se me hace conocido... ¿No teníamos una amiga que se apellida Zaitseva?

—No lo sé, en realidad no lo recuerdo.

—Sí, creo que sí... creo que la conocimos cuando hicimos un viaje a París.

—¿Viajaron a París? — Preguntó Anya.

—Si, ese fue el regalo de 16 años de Elena, yo viajé con ella y creo que ahí conocimos a una chica con apellido Zaitseva. Creo que su nombre era... Lorraine… Lorian... Loan... Lara… Lo..

—¡Lauren!

Mierda... como fui a olvidarme de Lauren Zaitseva.

—¡Lauren!

Mierda... Cómo fui a olvidarme de Lauren Zaitseva.

—¿Lauren? — Pregunta Yulia un tanto confundida.

—Sí, fue en nuestra segunda noche en parís...

[i]——Flashback——

—¡Espero que ya estés lista Katina!

Después de escuchar el grito de mi desesperante amiga, salí del baño por fin lista para esta noche.

—No seas exagerada Isaeva, no tardé tanto.

—No, solo un siglo... pero como sea, ¿ya podemos irnos?

—Sí, ya vámonos.

Rápidamente ambas tomamos nuestras cosas, salimos del hotel donde nos estábamos hospedando y tomamos un taxi.

—¿Ahora si me dirás como obtuviste dos entradas de un día para otro en el mejor club de la ciudad? — Pregunté intrigada.

—Ya te lo dije Elena, tengo contactos.

—O más bien tu papá tiene contactos.

—Ash que más da, mi papá, yo... es igual.

—Claro, haré como que te creo.

El camino hacia el club estuvo entretenido, pues Nastya y yo no hacíamos otra cosa más que ver por la ventana y admirar lo hermoso que era esta ciudad, quedando las dos de acuerdo en que mejor regalo de 16 no pude haber tenido nunca.

Diez minutos después, por fin habíamos llegado al club, así que nos bajamos del taxi, lo pagamos y nos dimos la vuelta hasta la entrada del club, que estaba súper lleno.

—Ven, sígueme.

Nastya comenzó a caminar a un lado de la enorme fila que estaba frente a la entrada del club y yo la seguí de inmediato.

Cuando llegamos con el cadenero del lugar, Nastya le dio una especie de entradas o algo así y de inmediato nos dejaron pasar, pero no sin que muchas personas nos gritaran un montón de estupideces.

El club era bastante... llamativo, por así decirlo, las mesas, la pista de baile, la barra, los separadores de los asientos y el techo eran de un color azul/verde neón, que hacía que todo se viera bastante increíble.

Rápidamente ambas caminamos hasta la barra para pedir los primeros tragos de la noche.

—Un martini doble, ¿Elena?

—Lo mismo.

—Claro, pero primero me gustaría ver sus identificaciones señoritas.

Sin pensarlo dos veces, Nastya y yo sacamos nuestras identificaciones de nuestros bolsos, se los mostramos al bar-tender, él los inspeccionó durante unos segundos y después se fue en busca de nuestras bebidas.

—Te dije que conseguir identificaciones falsas sería bastante útil.

—Lo sé, ha sido la mejor idea que has tenido en años.

Unos minutos más, el bar-tender regresó con nuestras bebidas, nos las dio y luego se retiró.

Nastya y yo tomamos un par de sorbos de estas, mientras platicábamos sentadas en una de las mesas más cerca de la pista de baile, hasta que una voz detrás de nosotras nos sorprendió.

—La siguiente ronda corre por mi cuenta, Isaeva.

Al escuchar Nastya su apellido, se giró rápidamente en la dirección donde provenía dicha voz, yo hice lo mismo que ella.

—¡Alexa!

—La misma.

Nastya y la tal Alexa se abrazaron rápidamente mientras que yo y una chica que acompañaba a la otra chica nos quedamos en silencio, esperando ser presentadas.

—Que gusto verte aquí.

—Lo mismo digo Nastya, tanto tiempo sin vernos.

—Lo sé, ha pasado bastante.

La otra chica al parecer ya no estaba dispuesta a seguir siendo ignorada por su amiga y con un ligero carraspeo de garganta llamó la atención de todas nosotras.

—Oh, cierto, Nastya, te presento a mi mejor amiga, Lauren Zaitseva. Lauren, ella es Nastya — dijo moviendo la mano entre ambas y ella es... — me señaló con la mano extendida.

—Mi mejor amiga, Elena Katina, Elena, Alexa Filipova, una antigua amiga.

—Un gusto conocerte Alexa — la saludé y después fijé mi mirada en Lauren.

Lauren era una chica bastante guapa, cabello negro, piel blanca, y ojos color verde esmeralda que te pueden robar la respiración.

No está nada mal esta chica...

—También es un... gusto conocerte Lauren — dije con una sonrisa coqueta.

Lauren me miró por escasos tres segundos de pies a cabeza, me sonrió de la misma forma en que yo le sonreí y luego me saludó.

***

Esa noche Nastya, Alexa, Lauren y yo pasamos el rato juntas.

Nos conocimos mejor, bailamos, platicamos y bebimos más de la cuenta, sin embargo, fue una noche bastante divertida.

——Fin Flashback——

—Durante el mes en que Nastya y yo estuvimos en París, ambas tuvimos la oportunidad de conocer mejor a Lauren, pero, si les soy sincera, yo la conocí mucho mejor...

Esto último, lo dijo con una pequeña risa que sin pensarlo, la había delatado ante Yulia, pues justo cuando la pelinegra escuchó eso, miró a Nastya que se hizo la desentendida y comenzó a platicar con Anya, luego, Yulia al haber sido ignorada por la castaña, dirigió su mirada hacia Lena, y como ésta ya había notado el gran error que había cometido, hizo como si no estuviera allí, pero la pelinegra apretó su pierna de manera que la hizo soltar un ligero gemido y tuvo que verla.

—¿A qué te refieres con eso, Elena?

—Bueno... yo... amm...

—Al parecer ustedes tienen cosas que hablar, entonces Any y yo nos vamos a dormir.

Nastya se levantó de donde se encontraban sentadas, tomando a Anya de la mano para ambas irse de allí.

—Que te diviertas Katina.

Comenzaron a desaparecer por un pasillo, hasta que la voz de Anya se escuchó.

—Espera Nastya, yo también quiero saber a que se refería Elena.

—Te explico en la habitación Any...

Luego de eso, el silencio se apoderó de todo durante lo que pareció ser una eternidad hasta que Yulia se dispuso a hablar nuevamente.

—¿Ya me dirás a qué te referías con: "yo la conocí mejor"?

—Umm… bueno… Lauren y yo... éramos algo así como... amigas con derechos.

—Ah, entiendo... ¿y todavía tienes contacto con ella? — dijo con cierto tono de molestia.

—¿Estás molesta, Yul?

—No Elena... contesta mi pregunta.

—Bien... después del viaje, Lauren y yo hablamos por vídeo-llamada, a veces mensajes de texto o por correo electrónico, pero luego de un tiempo, ella dejó de hacerlo y yo igual, y perdimos contacto, no he hablado con ella desde hace... un poco más de 6 meses tal vez.

—Ah, ya veo... — se puso de pie — Debemos ir a dormir.

Yulia iba a caminar lejos, cuando Lena la tomó de la muñeca evitando que se alejara. La pelirroja se puso de pie frente a ella.

—¿No me digas que le tienes miedo a Lauren?

—¿Miedo? ¿yo? ¡ja! La copa que te tomaste te afectó.

—A mí no me engañas Yul, dime, si no es a Lauren, entonces, ¿a qué le tienes miedo?

—Si la tal Lauren resulta ser pariente de tu cuñada, eso significa que tal vez la veas en la boda... entonces... ¿quién me dice que no van a querer revivir viejos tiempos?

—Te aseguro que eso no pasará Yulia, lo de Zaitseva y yo quedó muy en el pasado, cuando hablábamos por vídeo-llamada, solo era en plan de amigas, ya no pasará nada, ¿que acaso no confías en mí?

—Te conozco más de lo que tú crees, Elena.

Yulia rápidamente se soltó del agarre y comenzó a caminar hasta las habitaciones dejando sola a Lena en la estancia.

La pelirroja dejó salir un pequeño bufido, tomó lo último que quedaba en su copa y comenzó a caminar en la misma dirección que Yulia.

Cuando entró a su antigua habitación, Yulia se encontraba en el baño, por lo que Lena aprovechó la oportunidad y se quitó todo lo que traía encima, solo quedando en ropa interior, luego se sentó en la cama y esperó a que Yulia saliera.

Un par de minutos más tarde, la pelinegra salió del baño con una playera que según notó la pelirroja, era de ella y unos diminutos shorts negros. Luego esta fijó su mirada en Elena, y literalmente se quedó con la boca abierta.

—¿Se puede saber qué es lo que conoces de mí? — Lena le dio una sonrisa traviesa y se cruzó de piernas.

Yulia escuchó la pregunta, evitando a toda costa mirar el cuerpo semi desnudo de su acompañante, pero como eso no estaba funcionando, se dio la vuelta completamente y optó por mirar hacia la ventana. Dicho acto hizo que Lena soltara una pequeña risa burlona, pero se vio obligada a callarse, cuando Yulia comenzó a hablar.

—Antes, cuando tú solamente me conocías como el “Hobbit”, “Enana”, “un fastidio” y más, yo te conocía como "la come chicas, Elena Katina". Escuchaba un montón de historias de ti, de como conquistabas a las chicas, las hacías sentir lo mejor del mundo, estabas con ellas por una semana, obtenías lo que querías y luego las botabas por una chica más bonita. Escuché muchas historias, unas más crueles que otras, pero todas y cada una llegaban a la misma conclusión, siempre las cambiabas por alguien mejor... Tengo miedo de que yo llegue a convertirme en otra más de tus conquistas express, tengo miedo de convertirme en una historia más que contar...

Al momento de escuchar las palabras de Yulia, algo dentro de Lena se estremeció de una manera incontrolable. Simplemente no le cabía en la cabeza el saber que Yulia la tenía como una "come chicas" en su cabeza, pero lo que menos pudo entender, es que ella creía que se convertiría en otra de sus "conquistas".

Sin perder ni un solo segundo más, Lena se puso de pie, caminó hasta Yulia y la abrazó por detrás, dejando sus manos en su estómago y la ojiazul acto seguido, puso sus manos sobre las de esta, entrelazando sus dedos.

Elena al sentir su contacto y saber que no la alejaría de ella en ese instante, lo único que pasó por su cabeza fue darle un pequeño beso en su sien, y después en su mejilla que se encontraba ligeramente ruborizada.

—¿Sabes Yul? No niego que antes, mi pasatiempo favorito era burlarme de las chicas con las que estaba, lo disfrutaba de una manera que no te imaginas, pero después... ¿te cuento que sucedió? — La pelinegra asintió sin verla — Pues, comencé a conocer mejor a cierta chica un poco más bajita que yo, cabello negro, hermosos ojos azules, y con una voz sencillamente espectacular, esa chica me cambió de una manera que no creí que fuera posible, dejé de ver a las demás chicas para concentrarme en la bajita, dejé de conquistar a todas las chicas que conocía, solo para así poder conquistar a la bajita, solo a ella y a nadie más — Yulia se giró para verla a los ojos.

—¿Me prometes que no me convertiré en otra historia más?

—Te lo prometo Yulia, tu no serás otra historia más... tu serás: LA HISTORIA...

—Te lo prometo Yulia, tu no serás otra historia más... tú serás: LA HISTORIA...

Al decir aquellas palabras, Yulia miraba a Lena con una pequeña sonrisa en sus labios pero sus ojos reflejaban un sentimiento de incertidumbre o desconfianza.

Tal vez aun no confía en mí completamente...

Elena rápidamente la atrajo aún más hacia ella, luego tomó su barbilla y le dio un corto beso, después, solo se abrazó a ella escondiendo su rostro en su cuello.

Estuvieron en silencio durante un par de minutos, Yulia abrazando a Lena como si su vida dependiera de ello, mientras que la ojiverde seguía con su rostro en su cuello, solo esperando a que la morena rompiera el silencio que había surgido entre ambas.

—¿Elena? — Esta sacó su rostro del cuello de Yulia y la miró a los ojos.

—¿Si, Yul?

—Tengo miedo...

¿Miedo?

—¿Tienes miedo? — asintió — ¿Miedo de que?

—Miedo de que esto que hay entre tú y yo sea un sueño, no lo sé, algo irreal que solo está pasando en mi cabeza, tengo miedo de que un día, sin esperármelo, todo termine... Tengo miedo de los sentimientos que están naciendo por ti... simplemente tengo miedo.

Elena comenzó a sonreír, pero ahora, simplemente lo estaba haciendo como tonta, las palabras de Yulia la habían hecho sentir como si estuviera en el cielo...

Cuando la pelinegra dejó de hablar, Lena le dio un casto y delicado beso en los labios, después la tomó de la mano y la llevó a la cama en la que enseguida se sentaron sin dejar ni un centímetro de distancia entre ellas.

—No eres la única que tiene miedo... Pensándolo bien, no tengo miedo... tengo terror. Tú sabes que solamente una vez en mi vida me he enamorado, yo creía que estaría con ella por siempre, pero luego el destino me la quitó. Creí que nunca más volvería a ver a otra chica como miraba a Alexa, pero estaba equivocada... No sé que siento por ti en realidad, por eso estoy aterrada, me gustas, me encantas… pero no estoy enamorada de ti...

Yulia al escuchar esas palabras hizo un gesto de tristeza y soltó la mano de la pelirroja que la sujetaba, pero esta de inmediato volvió a tomarla con más fuerza para evitar que la soltara nuevamente.

—No estoy enamorada de ti... aun, pero te puedo asegurar que en un tiempo más adelante, con todo lo que podamos enfrentar juntas, ya sean cosas buenas o malas, me enamoraré de ti como una completa idiota, no dudes eso. Tal vez existen cosas que no podemos controlar, que no podemos saber con seguridad, pero esta vez, yo te aseguro que me enamoraré de ti así como tú lo harás de mí, porque sé que tú tampoco estás enamorada de mi todavía, sientes algo, eso lo sé, pero no es amor... Sin embargo, mientras ambas nos enamoramos la una de la otra, disfrutemos de que nos gustamos con locura, disfrutemos de nuestra compañía, de nuestros besos, de nuestras risas, de nuestras discusiones pequeñas o grandes, de nuestros abrazos... disfrutemos esto que está comenzando a nacer y que por nada del mundo dejaré que muera — La pelirroja acunó el rostro de la morena ente sus manos y sonrió — ¿quieres ayudarme a que esto no muera?

Yulia solo asintió, le sonrió mirando sus labios, luego pasó su mirada a sus ojos y la besó.

Fue un beso tierno al principio, era solamente un movimiento relajado de sus labios, pero después, el beso dejó de ser tierno para convertirse en algo más pasional. Sus lenguas comenzaban una batalla campal para obtener el control, se habían recostado en la cama de manera que Yulia se posicionara debajo de la pelirroja. Las manos de la morena vagaban por toda la espalda descubierta de Elena mientras que las de ella revolvían su cabello recién cepillado.

Ambas estaban disfrutando mucho de ese momento, pero Yulia se alejó lentamente, aunque Lena volvió a juntar sus labios unos segundos más, mordiendo su labio inferior suavemente, luego solo la miró a los ojos, Yulia jadeaba ligeramente y tenía la respiración irregular y los labios hinchados al igual que la pelirroja.

—¿Me harías un favor? — Preguntó Yulia.

—Lo que quieras.

—¿Podrías ponerte un poco de ropa?

La pregunta le dio una ligera risa a Lena, pues al momento de decir eso, el rojo dominaba todo su rostro, como si estuviera apenada o nerviosa. La pelirroja recordó que estaba en ropa interior y por eso supuso que se había sonrojado... y por el beso de hace unos minutos atrás.

Elena se acomodó en la cama de manera que quedó sobre su regazo, luego rodeó el cuello de Yulia con sus brazos y le dio una sonrisa divertida.

—¿Tan mal estoy? — preguntó con ligero tono de burla.

—¿Estás de broma? Eres perfecta... tu cuerpo es hermoso... tu eres hermosa. Solo que... me pone nerviosa el hecho de que nos estemos besando, tu encima de mí y en ropa interior...

La morena bajó la mirada, más roja que antes, evitó mirarla a los ojos a toda costa y solo posicionó sus manos en la cintura de Lena con firmeza, como si tuviera miedo de moverlas hacia otro lugar que no fuera ese mientras que la pelirroja solo la miraba con ternura en sus ojos.

—Yul... ¿podrías mirarme por favor?

Esta negó rápidamente con su cabeza, mientras decía un casi inaudible "no puedo".

—Anda Yul, mírame.

Luego de algunos segundos de silencio, la ojiazul levantó la cabeza y permaneció mirando directamente sus ojos.

—Me encanta cuando te pones tímida...

Dicho eso, Lena le dio un beso pequeño en los labios y luego dejó uno en su mejilla solo para después quitarse encima de ella y caminar hasta la pequeña maleta que había traído con algunos cambios de ropa.

De ella sacó una blusa de tirantes y unos shorts blancos y un cambio de ropa interior.

—Bueno, iré a tomar una ducha, necesito relajarme, volveré en 15 minutos ¿de acuerdo?

Yulia la miró, asintió y se recostó en la cama nuevamente mientras dejaba salir un suspiro.

Con esa imagen, Lena se dirigió al cuarto de baño dispuesta a tomar una ducha...

…………………………………………………………………………………………………………….

Cuando salió del baño, Yulia ya estaba debajo de las sábanas de la cama, y profundamente dormida.

Lena sonrió al verla así, tomó el mando de la televisión que estaba en su mano y lo apagó, luego la lámpara que estaba en la mesita de noche y se metió a la cama...

Pasaron cerca de 10 minutos en los que solamente Lena estaba viendo al techo, pensando en lo que había hablado con Yulia, todo estaba bien en su mente, hasta que recordó una pequeña frase que la pelinegra anteriormente había dicho.

"Tengo miedo de que un día, sin esperármelo, todo termine"...

Tan solo con el hecho de recordar esa frase, se le erizaba la piel, pues, para bien o para mal, todo esto comenzó por una apuesta.

—Una apuesta...

Susurró para ella, luego solo cerró los ojos y se durmió casi de inmediato.

………………………………………………………………………………………………………………

A la mañana siguiente.

Elena despertó gracias a unos golpes en la puerta y a un fuerte grito fuera de la habitación.

—¡Elena! ¡Ya levántate! ¡Deja de hacer lo que estés haciendo con el hobbit y sal!

La pelirroja dejó salir un suspiro de desesperación y esperó a que los golpes cesaran y la voz de Nastya se callara, lo bueno era que después de ese estúpido grito escuchó pasos, lo que le indicó que ya se había alejado.

Se quedó en silencio unos segundos más, con los ojos cerrados, hasta que un par de brazos la rodearon y unos labios besaban su mejilla en repetidas ocasiones.

Con una sonrisa, y aun con los ojos cerrados, Lena giró su rostro hacia la derecha y el beso que iba destinado a su mejilla cayó en sus labios.

—Buenos días Elena.

—Hola Yul, ¿también te despertó el grito de Nastya?

—En realidad no, desperté hace 10 minutos.

Dijo ella con una sonrisa en sus labios y después intentó levantarse de la cama, pero no pudo hacerlo, pues Elena la tomó de la cintura evitando que se pusiera de pie.

—Quédate conmigo un rato más ¿sí?

—Ya es tarde, Elena... debemos arreglarnos para ver a tu padre y luego regresar a la universidad.

—¿Solo 5 minutos?

—Uff, está bien, pero solo 5 minutos ¿ok?

Lena asintió rápidamente y dejó un beso en sus labios, luego Yulia se acomodó bien, unió sus piernas con las de ella y recargó su cabeza en su pecho mientras que el brazo derecho de la pelirroja rodeaba su cintura...

Estuvieron así durante un rato, hasta que después se levantaron, ambas se vistieron y bajaron hasta el comedor, donde estaban todos desayunando.

—Buenos días — Saludó Lena seguidamente de Yulia.

—Hola, buenos días.

Ambas saludaron a todos con unas grandes sonrisas en sus rostros.

—¿Porque tan sonrientes? — Preguntó Anya.

—Ah, digamos que fue una buena noche.

Después de decir eso, Nastya observó a Elena con una mirada acusadora mientras que esta solo se limitó a negar silenciosamente con la cabeza, negando cualquier pensamiento que estuviera teniendo en esos momentos.

Yulia y la pelirroja se unieron al desayuno rápidamente, aun felices.

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Ya estaban a punto de regresar a la universidad.

Esa mañana, luego del desayuno, todos regresaron al hospital para ver a Sergey, todo estaba muy bien según palabras del médico, por lo que Lena se quedó más tranquila.

Habló con su padre unos minutos, y aunque ella seguía distante, en realidad estaba preocupada por él, pero aun así estaba comenzando a tensarse, por lo que le dijo que en verdad deseaba que se recuperara, se despidió de Sergey y salieron del hospital.

Esa vez Iván regresó a la mansión e Inessa se quedó en el hospital con su padre.

***

—Ya podemos irnos — dijo Yulia cuando llegó hasta Lena.

—Claro Yul, dile a Nastya que en un momento voy ¿ok?

Ella asintió, le dio un pequeño beso y se alejó hacia el auto donde ya estaba Nastya tocando la bocina como loca.

Elena estaba en el jardín de la mansión, despidiéndose de Iván y de Olga, haciéndoles prometer a ambos que irían a La Estatal a visitarla aunque sea un par de veces, en lo que la boda se llevaba a cabo, que en realidad, no faltaba mucho para eso, solo un par de semanas más, pues ya tenían casi todo preparado.

—Bueno, me voy, los veo luego a ambos ¿está bien?

—Claro hermanita, tal vez estaremos visitándote en la universidad en una semana más.

—Eso espero Iván.

Luego de un último abrazo, Lena comenzó a alejarse de ambos, hasta que recordó que tenía algo que preguntarle a Olga.

—Casi lo olvido... Olga, ¿de casualidad no tienes algún parentesco con una chica llamada Lauren Zaitseva?

La chica frunció el ceño confundida pero aun así asintió.

—Amm si, es mi hermanastra.

—Oh, genial... bueno, eso era lo que quería saber. Ahora si me voy, adiós.

La maldita nunca me dijo que tenía una hermanastra...

Unas horas después por fin habían llegado a la universidad y como las cuatro estaban bastante cansadas por el viaje decidieron irse todas a sus dormitorios a descansar después de haber pasado un largo rato juntas...

—¿Qué esperas para contarme, Lena? Anoche se puso celosa el hobbit ¿cierto?

Rápidamente preguntó Nastya una vez que cruzaron la puerta del dormitorio.

Lena dejó salir un suspiro y se sentó en su cama junto a su mejor amiga.

—No le digas hobbit... Y contestando a tu pregunta — Se llevó una mano a la nuca y comenzó a rascar su cabeza — No estaba celosa, podría decirse que se sentía un poco insegura.

—¿Insegura? Que quieres decir con eso.

—Bueno, es que sabe todo el historial de conquistas que he tenido y estaba creyendo que al llegar Lauren aquí, yo la dejaría por ella, pero logré convencerla de que eso no pasará.

—Vaya, me hubiera gustado ver su expresión al decirle "tu eres la única".

Dicho esto Nastya soltó una fuerte carcajada lo que hizo que recibiera una mirada de enojo de parte de la pelirroja, causando que la castaña de inmediato se detuviera.

—Bueno... Cambiando un poco de tema... ¿Le preguntaste a tu cuñada sobre Zaitseva?

—Oh, de hecho si, lo hice y ella me dijo que es su hermanastra.

—En realidad supuse que estarían familiarizadas de algún modo, es decir, ¿Cuando has escuchado el apellido Zaitseva antes? No es muy común en la zona, si es que te pones a pensar en ello.

—Tienes razón en eso.

Nastya y Elena dejaron de hablar de ese tema y en cambio, comenzaron a proponer ideas para celebrar el cumpleaños de Yulia, ya que este sería en un mes y en verdad, la pelirroja quería hacer algo para sorprenderla pero aun no sabía muy bien que hacer.

—Mira, no te alteres Katina, después le pedimos ideas a Anya y listo, no hay porque quebrarnos la cabeza en esto.

—Si, supongo que es buena idea.

Después de eso, Lena solo se dejó caer en la cama y puso sus brazos sobre su rostro cubriéndolo por completo.

—Oye, necesito preguntarte algo —Lena aún con los brazos en su rostro.

—¿Ahora qué, Nastya?

—¿La apuesta?

Rápidamente se quitó los brazos de la cara y volvió a sentarse mirando directamente a la castaña que solo la miraba con un signo de interrogación formado en su frente.

—¿Que hay con eso?

—Bueno, eso es lo que yo quiero saber, ¿aún sigue la apuesta o no?

En realidad no se había puesto a pensar muy bien en ese asunto, sin embargo, era un buen momento para aclarar todos los puntos respecto a ese tema.

—Amm, supongo que sigue en pie ¿no?

—¿Aun quieres seguir con esto? — Preguntó Nastya. Lena asintió — Pensé que estabas comenzando a sentir cosas por Yulia.

—Yo nunca dije que no siento cosas por ella, pero quiero seguir con esto... Mira, seguiremos todo como habíamos quedado, ya tuve mi cita con ella esta semana y ahora tengo tres meses para enamorarla y al paso que voy todo saldrá bien, y cuando pasen los meses no la dejaré ni saldrá lastimada pues yo también siento algo por ella... Entonces, Yulia nunca se enterará de esta apuesta, seremos una pareja feliz y lo más importante, te habré ganado.

—Bien, si eso quieres, eso haremos — Nastya se encogió de hombros restándole importancia.

Estuvieron los siguientes 30 minutos solo hablando de tonterías hasta que el cansancio las venció y cada quien se fue a su cama dispuestas a dormir, sin embargo, Elena se quedó pensando un rato más.

Yulia no se enterará jamás de la apuesta, yo le habré ganado a Nastya y además tendré una linda novia. Nadie tiene porque salir lastimado... ¿cierto?

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Una semana después.

Esa semana había transcurrido bastante lenta, pues las chicas tenían que entregar trabajos, exposiciones y todas esas idioteces que los profesores creen necesario que debían hacer, por lo que a causa de eso, casi no había visto a Yulia, además, eso no era lo que la tenía irritada completamente, sino que, cuando la miraba por algún lado del campus el grandulón estaba con ella, algo que en verdad le molestaba.

Pero al menos hubo algo bueno... hoy era sábado y anoche la pelirroja había quedado de verse con Yulia en el auditorio, por lo que ella ya estaba allí, sentada en una de las butacas de la fila de enfrente, esperándola...

—¿Quién soy?

Las manos de Yulia estaban cubriendo sus ojos por completo, sin embargo, su voz era inconfundible, Lena no tenía que pensar siquiera quien estaba detrás de ella.

—Mmm yo creo que es mi linda novia ¿Estoy en lo cierto?

Yulia sólo dejó salir una carcajada, le destapó los ojos, dejó un beso en la mejilla de Elena y después se sentó a su lado.

—Comenzaba a creer que me dejarías plantada, incluso pensé: ¿Y si encontró a otra chica pelirroja más linda que yo?

Dijo con humor mientras pasaba su brazo sobre el hombro de la morena y dejaba un corto beso en sus labios.

—No existe otra chica pelirroja más hermosa que tu, Elena. Y perdón por llegar tarde, pero estaba terminando la tarea del señor Gubliov.

—No te preocupes, está bien, lo que importa es que encontramos un tiempo para nosotras.

—Lo sé, verte muy poco en la semana fue bastante malo.

—Yo opino exactamente lo mismo, sólo podía verte de lejos mientras caminabas con...

Lena se quedó callada antes de terminar esa frase ya que en verdad no quería tomar ese tema porque sabía perfectamente que su reacción no sería muy buena pero al parecer Yulia no captaba eso.

—¿Caminaba con quién?

—Olvídalo Yulia, son idioteces mías.

La morena no estaba dispuesta a olvidarlo, por lo que rápidamente rompió el abrazo, se levantó, tomó a Lena de la mano y cuando menos esta se dio cuenta ya estaban dentro de la pequeña habitación que estaba dentro del auditorio.

—No te dejaré salir de aquí hasta que me digas, Lena.

—Bien, si eso quieres... Con Dima.

Yulia hizo una expresión entre diversión y confusión que en realidad no le estaba agradando a la pelirroja.

—¿Acaso estás celosa?

En realidad si, estaba más que celosa, sin embargo, eso sería algo que la pelirroja nunca aceptaría, mucho menos cuando sus celos los causaba un idiota de 2 metros.

—No, no lo estoy, es solamente que no me agrada que él te acompañe a todas tus clases, siendo yo tu novia ahora y eso podría hacerlo yo, no él.

Por fin estaba dejando salir toda la frustración que se había acumulado en ella esta semana, sin embargo, algo dentro de Lena le decía que esta discusión no saldría muy bien.

—Elena... Dima y yo hablamos y decidimos ser amigos, además, tu y yo tenemos sólo un par de clases juntas y si me acompañas a todas perderías mucho tiempo, y pues, con Dima tengo casi todas mis clases por lo que creo que es mejor ir con él.

—Me da igual, no quiero que vayas con él, tan sólo el verlos juntos hace que me hierva la sangre.

No quería que Yulia pasara tiempo con Dima, no solamente porque estuviera celosa, sino porque tenía miedo de que él llegara a decir o hacer algo que fuera a arruinar su relación con Yulia, y si podía hacer algo para evitarlo, entonces lo haría.

—Eres mi novia, Elena pero eso no te da el derecho de decirme a quien ver o a quien no...

Respuesta errónea...

—¡Genial! ¡Haz lo que quieras entonces! ¡A mí no me importa!

Acababa de explotar. Elena no podía con los celos y el temor de que algo malo pasase y aunque sabía que en una hora, estaría arrepentida, en ese momento solamente la controlaba la furia y cuando eso sucedía, solía parecer que las palabras salían solas de su gran boca.

—No quiero pelear por esto, Elena.

—¡Ni yo quiero! ¡Es por esto que me largo de aquí! ¡Vete con Dima o con quien quieras! ¡A mí me vale un carajo!

Luego de decir eso, la pelirroja abrió la puerta bruscamente, salió de la habitación y la puerta la cerró fuertemente a sus espaldas dejando a Yulia sola.

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Cuando Elena dejó sola a la morena, un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, ya que no podía entender el porqué de su reacción tan explosiva de un momento a otro.

Decidió salir de ahí y regresar a su dormitorio tan pronto como pudiera, salió del cuartico, lo cerró y regresó por donde había venido, aún con algunas lágrimas recorriendo sus mejillas.

Llegó a su dormitorio, entró y gracias al cielo Anya estaba ahí, necesitaba desahogarse con alguien, y ella siempre había sido su mejor y única opción.

***

Cuando Anya la vio entrando al dormitorio con lágrimas que no dejaban de caer, fue hasta su hermanastra rápidamente y la envolvió en un gran abrazo.

—¿Qué pasó, Yul? ¿No se suponía que estarías con Elena?

—Estaba con ella pero tuvimos una pelea.

—¿Por qué? Cuéntame que pasó.

Comenzó a contarle lo recién sucedido con la pelirroja y Anya sólo se limitaba a asentir o a decir pequeñas palabras hasta que la morena dejó de hablar, comenzando a tranquilizarse un poco.

—Bien Yul, no quiero que te enfades, pero si soy completamente honesta contigo... comprendo a Elena.

—¿¿Qué?? ¿Por qué dices eso?

—Bueno, te lo pongo de esta forma. Supongamos que las cosas fueran al revés, y que Elena comienza a pasar mucho tiempo con su ex, con Lauren, por decir un ejemplo... ¿Te sentirás bien al saber que Elena está más tiempo con ella que contigo que eres su novia? Porque si fuera yo, a mí no me gustaría nada eso, y hubiera reaccionado de la misma forma en que Elena lo hizo... sólo piénsalo un poco, no es necesario que me digas nada ahora.

Después de que Anya le dijera eso, la dejó sola en la cama y siguió haciendo lo que estaba haciendo antes de que ella llegara y la interrumpiera.

***

Sin duda lo que le había dicho la rubia la había dejado pensando bastante y estaba empezando a creer que tenía razón, pues si la situación fuera al revés, ella tampoco estaría muy bien con esa idea de que Elena pasará tiempo con su ex...

Luego de la pelea con Yulia, Lena volvió a su dormitorio, y como Nastya no estaba allí, tuvo la oportunidad de pensar un poco su reacción, pero luego de darle vueltas y vueltas al asunto llegó a la conclusión de que tal vez había exagerado un poco y que debía de hablar con Yulia nuevamente.

***

La había llamado cerca de 10 veces pero nunca le contestó, sin embargo, no dejaría pasar este día, porque necesitaba hablar con ella.

Sin perder más tiempo, salió del dormitorio y tan rápido como pudo se dirigió al de Yulia.

Cuando ya estaba enfrente de la puerta, primero dejó salir un suspiro y rogó internamente porque la pelinegra le abriera al momento de golpear un par de veces.

Esperó unos segundos, cuando la puerta se abrió y ahí estaba Yulia, con los ojos rojos y un poco hinchados, y al ver esa imagen, no pudo evitar sentirse culpable, pues era evidente que estuvo llorando por su culpa.

¡Estúpida! ¡Estúpida! ¡Estúpida!

—Hola — Elena saludó, metiendo sus manos a los bolsillos del pantalón mientras se tambaleaba de un lado a otro.

—¿No sabes que cuando alguien no contesta tus llamadas es porque no quiere hablar contigo?

—Si, lo sé, pero no creo que tú no quieras hablar conmigo, solo estás enfadada.

—Vete Elena, quiero estar sola.

Yulia se disponía a cerrarle la puerta en la cara, pero justo antes de que lo hiciera, Lena la detuvo al poner su mano en la puerta firmemente.

—Por favor Yul, vamos a hablar.

La pelinegra se quedó en silencio unos segundos, luego dejó salir un suspiro y abrió la puerta, dejándola entrar a su dormitorio.

—Lo siento Yul, no quise gritarte y comportarme de esa manera, solo que... estaba celosa, estaba muy celosa, tenía miedo de que al pasar tiempo con Dima nuevamente, tu quisieras regresar con él y a mí me dejarías... tenía miedo.

—Me dolió que reaccionaras de esa manera... ¿Acaso no me tienes confianza, Elena? ¿Acaso crees que a la primera oportunidad te voy a dejar?

—Claro que te tengo confianza, Yul — Se acercó a ella tomándola de la mano — Pero trata de comprenderme, no es fácil para mi ver como paseas por el campus con él, pues el simple hecho de ver eso es algo que me tortura profundamente.

—¿Sabes? Hablé con Anya de esto y me hizo comprender que tu reacción fue totalmente normal, de hecho, si la situación hubiera sido al revés, yo actuaría exactamente igual que tú... pero aun sabiendo eso, me dolió.

—Lo siento, lo siento, lo siento amor, en verdad lo siento.

Dicho eso, Lena se acercó más a Yulia y juntaron sus frentes durante algunos segundos mientras ambas cerraban los ojos, después se fundieron en un gran beso, un beso que les permitió saber que volverían a pelearse nunca más.

Cuando se separaron del beso, Yulia la abrazó fuertemente y Elena, como siempre hacía, escondía su rostro en su cuello.

—Perdóname por no contestar tus llamadas.

—Está bien Yul, tu perdóname por ser tan idiota.

—No te preocupes Elena, pero mientras sigas siendo “MI” idiota, todo está bien.

—Por supuesto, solo tu idiota y de nadie más...

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Una semana después.

Todo entre Yulia y la pelirroja siguió normalmente, Yulia habló con Dima y aunque Lena no sabía que era lo que le había dicho con exactitud, la morena dejó de frecuentarlo solo por darle gusto a su novia y aunque le había insistido en que no era necesario y que podría controlarse, Yulia decidió que no valía la pena tener más discusiones a futuro por la misma causa.

***

Y ahora, Yulia y Lena estaban en una boutique para comprar el vestido de dama de esta para la boda de Iván. Solo estaban esperando a que Olga y según se había enterado por medio de Iván, también Lauren vendría con ella, porque Lauren sería su dama.

Cinco minutos más pasaron cuando el auto de Iván se aparcó a un lado del auto de la pelirroja y de él bajó Olga y seguida de ella Lauren y cuando la pelinegra de ojos verdes la vio, le dio una gran sonrisa al igual que Lena, corriendo a abrazarse.

—Vaya Elena, no creí que te extrañaría.

—Lo mismo digo, Zaitseva.

Luego de eso, Olga se acercó a ella, las chicas la saludaron para unirse todas al final.

—Mira Lauren, te presento a mi novia, Yulia. Y Yul, ella es Lauren.

—Yulia, un gusto conocerte.

—Igualmente, es un gusto Lauren.

Luego de las presentaciones todas entraron a la boutique y estuvieron ahí durante un par de horas hasta que por fin consiguieron unos lindos vestidos color gris no muy largos pero tampoco demasiado cortos. Eran perfectos para la ocasión.

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Después de conseguir todo lo que necesitaban, se despidieron y quedaron en verse en dos días, en la boda.

***

Era viernes, y como en realidad Yulia y Elena no tenían ánimos de estar con nadie más, se fueron al cuartito del auditorio que ya se había convertido en su pequeño lugar.

Ambas estaban en el sofá, acurrucadas y disfrutando de su compañía.

—Elena, ¿recuerdas que te había contado que una prima mía se vendría a vivir a la ciudad?

—Si Yul, lo recuerdo ¿por qué?

—Bueno, es que ella llega mañana en la noche y quería saber si podría llevarla a la boda de Iván, para que no se quede sola ese día y poder mostrarle un poco la ciudad.

—Por supuesto Yul, por mí no hay ningún problema y te aseguro que por Iván tampoco, así que podrías llevarla.

—Gracias amor — Dijo dándole a Lena un beso en la mejilla y luego uno en los labios.

—Por nada, Yul.. Oye ¿qué tal te pareció Lauren?

—Bueno, con lo poco que conviví con ella me di cuenta de que es muy agradable y bastante divertida, a pesar de que la forma en cómo se viste dice todo lo contrario.

—Lo sé, pero me gusta su estilo.

—A mí también, es genial.

—¿Y no te sentiste extraña por el abrazo entre ella y yo?

—No, tal vez al principio fue extraño, pero después comprendí que son solo amigas.

—Exacto Yul, solo amigas.

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Dos días después.

El día de la boda de Iván por fin había llegado, así que luego de que Nastya y Elena duraran casi 3 horas en arreglarse, estaban saliendo del dormitorio camino al de Yulia y Anya para poder irse a la boda y que la dama del novio, es decir, Lena, no llegara tarde a la ceremonia.

***

Luego de un par de golpes en la puerta, Anya las recibió.

—Hola chicas, pasen, en un momento estaremos listas.

—Gracias Any.

Ambas entraron y se sentaron en un sofá que tenían cerca de la cama de Yulia.

Por lo que se podía notar, Anya ya estaba lista, pero Yulia no se veía por ningún lado, incluso creyeron que no estaba en el dormitorio hasta que unas voces que provenían del baño llamaron la atención de las tres.

—¡¡Auch!! ¡Yulia, eso dolió!

—No seas dramática, solo fue la puntita, todavía ni lo meto todo.

¿¿¿Solo fue la puntita??? ¿¿¿Todavía ni lo meto todo???

—Anya ¿qué diablos está pasando ahí adentro? — Lena señaló el baño un poco desconcertada por lo anterior escuchado.

—Oh, Yulia está con...

Ni siquiera terminó de decir con quien estaba, ya que en ese momento la morena salió del baño con una chica castaña y un poco más alta que Yulia.

—Oh Elena, ya estás aquí — la abrazó y le dio un corto beso en los labios.

—Si, ya estoy aquí — Lena también la besó y la tomó de la cintura acercándola a ella — Mi amor ¿quién es ella? — señaló con la cabeza a la chica castaña enfrente de ambas.

—Ah olvidé presentártela... Elena, ella es mi prima, Svetlana Luganiskva... Svetlana, ella es Elena Katina, mi novia.

Ahh, es su prima... ok, no hay nada de que preocuparse...

—Me da gusto por fin conocerte Elena, Yulia no ha hecho nada más que hablarme de ti — dijo sonriente haciendo sonrojar a Yulia.

—El gusto es mío... Y si puedo preguntar... ¿qué fueron esos gritos de hace un rato?

—¿Qué gritos?

—¿Solo fue la puntita? — dijo levantando ambas cejas e imitando la voz de Yulia.

—Oh eso... no fue nada, solo que esta dramática se estaba quejando porque le estaba poniendo el arete — dijo soltando una pequeña risa.

—Chicas, chicas, por si no lo recuerdan... la boda de tu hermano —Nastya golpeó el hombro a Lena —… comenzará muy pronto —Se puso a un lado de su amiga tomando la mano de Anya.

Nota mental: Preguntarle a Nastya que hay entre ella y Anya.

—Umm cierto... debemos irnos.

Rápidamente Yulia tomó sus cosas y las cinco salieron del dormitorio camino al auto.

Una vez dentro de él, comenzaron su camino hacia la boda de Iván.

Media de hora de camino después, por fin habían llegado a la boda, que se iba a llevar a cabo en el jardín de la mansión de los Katin.

Luego de que Lena aparcara el auto, las cinco bajaron de él y comenzaron a caminar hasta el interior.

Una vez dentro de la mansión, todas fueron hasta el jardín donde ya casi todo estaba listo y luego de caminar un poco por ahí, cinco segundos más tarde, los brazos de Iván ya estaban alrededor de su hermana.

—Hey hermanita, la boda comienza en 20 minutos, creí que no llegarías.

Iván estaba intentando decir esa frase, tratando de sonar "serio" sin embargo, su risa al momento de terminar de hablar, no le ayudó en nada.

—Es imposible que no llegara Iván, es decir, es tu boda, además, ¿cuándo volverás a casarte?

Decía mientras tomaba la mano de Yulia y le sonreía a su hermano que estaba a punto de casarse.

—Jajaja bueno, en eso tienes razón... pero te dejo, aún faltan algunas cosas por arreglar — Le dio un beso en la mejilla a la pelirroja — Sus lugares están en primera fila — dijo sonriente — Pero en fin, me voy, disfruten la fiesta chicas.

Tras decir eso, él solo comenzó a alejarse dejándolas a las cinco, solas.

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20 minutos más tarde.

—Bien chicas, aquí están sus lugares... pero me voy porque me tengo que ir a lo mío — Dijo Lena. Rápidamente se acercó a Yulia y le dio un beso flash y se alejó hasta donde estaba Iván, luego tomó su lugar junto a él, y la boda, un par de minutos después, comenzó.

……………………………………………………………………………………………………………

La boda casi terminaba, ahora los novios estaban diciendo sus votos, y Yulia estaba bastante concentrada en la ceremonia hasta que Svetlana llamó su atención de repente.

—Oye Yul — susurró en su oído mientras tocaba su hombro.

—¿Qué pasa Svetlana?

—¿Quién es la chica que está al lado de la novia? La otra dama, la de los ojos verdes...

—Oh, ella es la hermanastra de Olga, se llama Lauren… ¿por qué lo preguntas prima?

Yulia giró para ver el rostro de Svetlana, que se encontraba sonriendo ligeramente, pero la castaña estaba mirando hacia donde Lauren estaba, que casualmente también le sonreía, entonces allí entendió el porqué de la pregunta.

—No, por nada — se giró y la miró — Simple curiosidad.

Si, curiosidad, como no...

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—Los declaro marido y mujer... puede besar a la novia...

Y enseguida el lugar explotó en aplausos.

La ceremonia había llegado a su fin y Elena no podía estar más contenta por su hermano, incluso llegó a derramar algunas lágrimas, esperaba que nadie lo notara.

Cuando Olga e Iván por fin se separaron, ella se acercó a ambos, los abrazó y los felicitó, luego se alejó un poco y fue hasta donde Yulia y las chicas estaban, ya con una copa de champaña en sus manos.

—Vaya, ustedes si que no pierden el tiempo ¿eh? — tomó a Yulia de la cintura y le dio un sorbo a su copa.

—¡Oye! Consíguete la tuya — dijo esta sonriente mientras que quitaba su copa.

—Te vi, lloroncita — Dijo Nastya de repente mientras ella tomaba de su copa y se burlaba de la pelirroja limpiando una lágrima invisible de su mejilla con su dedo.

—No sé de que hablas, Nastya.

—Oh, claro que lo sabes Katina... estabas llorando, no te hagas.

—No estaba llorando, solo que se me metió una basurita al ojo...

—Si, Elena, lo que tú digas...

—Agg, púdrete Isaeva.

Dijo eso riendo un poco, para luego tomar una copa de champaña de uno de los meseros que pasaban por ahí.

Las cinco comenzaron a platicar muy animadamente, hasta que una persona llegó a saludarlas.

—Pero mira quien está aquí... mi chica de ojos verdes — Nastya saludó a Lauren y la abrazó.

—Hola engendro... digo, Nastya, me da gusto verte — contestó sonriente.

—Igual Lauren... hey ¿qué tal la universidad?

—Bien, tu sabes — Nastya asintió y tomó un trago de su copa.

—Elena, Yulia, me alegra verlas de nuevo.

—Lo sé Zaitseva, es un placer verme a mí de nuevo.

La pelirroja contestó riendo haciendo que recibiera un codazo en las costillas por parte de Yulia y una mirada divertida por parte de Nastya.

Luego, Nastya presentó a Anya con Lauren como "una amiga" cosa que Lena notó que no le gustó a la rubia, pero en fin, ellas sabían lo que hacían.

—Ven Any, vamos a bailar, amo esa canción.

Anya asintió feliz, mientras Nastya y ella dejaban sus copas para desaparecer entre la multitud de gente que había en la pista bailando muy animadamente, dejando solas a Yulia, Svetlana, Lauren y a Elena.

—Bueno, creo que no me he presentado formalmente contigo — La pelinegra de ojos verdes dirigió su mirada a Svetlana — Me llamo Lauren Zaitseva — extendió su mano hacia ella sonriente — ¿Cómo te llamas?

—Amm... soy... Svetlana... Svetlana Luganiskva — Estrechó su mano con ella.

—Bonito nombre, Svetlana.

De pronto, y la pelirroja no sabía porque, comenzó a sentirse un poco como mal tercio, entonces fue ahí cuando decidió llevarse a Yulia, justo cuando comenzaba una canción lenta, era el momento perfecto para escapar.

—Bueno chicas, mientras ustedes se conocen... Yulia y yo iremos a bailar.

Después de eso, tomó la mano de su novia y juntas comenzaron a caminar hacia la pista, donde empezaron a bailar muy juntas.

…………………………………………………………………………………………………………..

Nastya y Anya recién habían comenzado a bailar, cuando terminó la canción y una lenta comenzó.

—Ven Any, vamos a sentarnos — la tomó de la mano.

—No Nastya, yo quiero bailar esta.

—Agg, a mi esas no me gustan...

—Pero a mí si... anda por favor.

Anya hizo su típico gesto de arrugar su nariz, por lo que ya no podía negarse la castaña.

—Uff, está bien.

La rubia le sonrió y Nastya después se acercó a ella, puso sus manos en su cintura y Anya la rodeó del cuello, luego, comenzaron a bailar muy lento y sin nada de espacio entre ellas.

—¿Nast, te puedo preguntar algo?

—Claro nena, ¿qué quieres saber?

—¿Por qué me presentaste con Lauren como tu amiga?

¡Mierda!

Anya se alejó solo un poco y la miró directo a los ojos con su típico gesto de ternura e inocencia que mataba a la castaña.

—Yo... que... ¿de qué hablas?

—Cuando me presentaste con Lauren, le dijiste que soy tu amiga, y creo que tú y yo no somos eso... las amigas no se besan, ni se toman de la mano como tú y yo lo hacemos... por eso me molestó un poco que dijeras que soy tu amiga.

—Ah — suspiró — ¿en verdad quieres hablar de eso aquí?

—¿En dónde más?

—Mmm... ya sé, sígueme.

Enseguida tomó la mano de Anya y la comenzó a llevar dentro de la mansión que estaba casi vacía.

—¿A dónde vamos, Nast?

—A la habitación de huéspedes... ahí podremos hablar tranquilas.

Nastya giró solo un momento hacia ella y Anya solo le sonrió un poco y asintió en silencio.

Luego de algunos segundos más tarde, ya estaban en la habitación, entraron a ella y la castaña aseguró la puerta para que nadie las interrumpiera.

—Bien Any — la llevó a la cama y ambas se sentaron en ella — Bueno... yo te presenté como mi amiga porque... en realidad no sé que somos... no somos amigas pero tampoco somos novias, es algo... algo intermedio.

—¿Y por qué seguimos siendo algo intermedio?

—Pues porque... amm yo nunca he tenido una relación seria ¿sabes?, todo lo que he tenido con alguna chica nunca ha sido lo suficientemente bueno como para que me haga querer algo más con ella.

—¿Entonces lo que tenemos no es lo suficientemente bueno para ti?

Anya decía con tristeza mientras su labio inferior comenzaba a temblar ligeramente, lo que le indicaba a Nastya que estaba a punto de llorar.

Y luego, tras ver que la rubia quería llegar a ser algo más que "amigovias", la castaña decidió dar el siguiente paso.

—No Anya, no es lo suficientemente bueno — tomó su mano con fuerza entre las de ella — Es más que eso, es algo increíble, extraordinario... y para serte sincera, no sé como debe de ser una relación, no sé como debe ser una buena novia, no sé lo que es estar para alguien y que ese alguien esté para mí... lo que si sé, es que todo eso y más me gustaría aprenderlo contigo, solo contigo... entonces, Anya ¿me harías el honor de ser mi novia?

La rubia se emocionó muchísimo, pues luego de abrazar a la castaña muy fuertemente, le dio un gran beso.

—Claro que seré tu novia, Nastya, nada me haría más feliz.

En esa ocasión, fue Nastya quien la besó y después de algunos besos, ambas salieron de la habitación y regresaron a la fiesta.

…………………………………………………………………………………………………………….

Yulia y Elena se fueron repentinamente hacia la pista de baile, haciendo que Lauren y Svetlana se quedaran "solas" en teoría, ya que estaban rodeadas de un montón de gente que ninguna conocía, por lo que Svetlana se sentía un poco incomoda allí, y al parecer eso se notaba.

—Creo que este tipo de cosas no son tu fuerte ¿cierto?

Lauren dijo cuando la castaña bajita salió de su trance al ver sus hermosos ojos verdes.

—En realidad no, las fiestas no son lo mío...

—Mmm ya veo... mira te propongo algo, y con esto, tu y yo ganamos.

—¿Qué me propones?

—Dame una hora para conocerte mejor, invitarte una copa, bailar... y luego de eso, tienes dos opciones, decirme que ya te aburrí y te dejo en paz, o por otro lado, sacarte de la fiesta e irnos a conocer la ciudad ambas, así nos perdamos en ella ¿qué dices?

Tentador, muy tentador...

—Amm no lo sé, vine con Elena y Yulia, y...

—No te preocupes por eso, conozco a Elena desde hace un tiempo, no le importará... entonces qué ¿aceptas?

—Está bien... no pierdo nada de todas formas.

Dicho esto, Lauren le sonrió y ella igual mientras se perdía en esos hermosos ojos, luego la llevó hasta la barra y le invitó una copa, después comenzaron a platicar durante mucho tiempo.

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Tan pronto como Lena y Yulia llegaron a la pista de baile, la pelirroja tomó a Yulia de la cintura y esta la rodeó por el cuello con sus brazos, y en esa ocasión, fue la pelinegra quien escondió su rostro en su cuello mientras bailaban muy cerca una de la otra.

—¿Cómo te la estás pasando, Yul? — Susurró en su oído.

—En realidad muy bien... más porque me encanta la compañía que tengo.

—Mmm — Lena besó su cabeza — lo mismo digo amor.

—Elena — La miró a los ojos — La próxima semana es tu cumpleaños ¿cierto?

—Si Yul, es la próxima semana.

—¿Y tienes planes o algo?

—Amm no... ¿por qué lo preguntas, Yul?

—Porque... ¿te gusta el Baseball? — Lena rió.

—Si Yul, si me gusta... ¿pero podrías decirme porque mi novia anda tan preguntoncita?

—Bueno... ¿qué te parece si para celebrar tu cumpleaños te llevo a un partido de Baseball? solamente tú y yo, Elena — La besó rápidamente.

—Todo lo que sea contigo me parece muy bien, Yul... pero por ahora ¿qué te parece si solo disfrutamos del momento?

—Estoy de acuerdo, Lena.

Y enseguida de eso, se besaron y siguieron bailando muy abrazadas mientras se daban besos de vez en cuando...