LA APUESTA // (ADAPTACION A YULENA) BY: densgd14

La canción terminó y Yulia y Lena regresaron a donde habían estado antes. Cuando llegaron ahí, ya estaban también Anya y Nastya, platicando animadamente con Svetlana y Lauren que al parecer ya se estaban llevando muy bien.

—¿Y de qué estamos hablando? — Dijo la pelirroja abrazando a Yulia por detrás, poniendo su barbilla en el hombro.

—Hablamos de que cuando termine la boda, iremos a un restaurante que me recomendaron y saliendo de ahí, las cuatro nos vamos a ir a un club nocturno ¿quieren acompañarnos? — Preguntó Nastya.

—Amm no lo sé — miró a Yulia — ¿Queremos?

—Cof, cof, mandilona, cof cof... — Nastya fingió toser.

—Jódete — Lena miró a Nastya y le mostró el dedo medio. Volvió a ver a Yulia y sonrió — ¿Entonces?

¡Diablos! Nastya tiene razón, soy una mandilona... ¡¿Que ha pasado conmigo?!

—Bueno, suena divertido... además, creo que es una buena oportunidad para salir todas juntas — Concretó la pelinegra.

—Ya la escuchaste, iremos.

—Así se habla Katina — Se burló Lauren.

Bueno, creo que puedo vivir así.

Después estuvieron hablando de diferentes temas, hasta que Lauren logró acaparar la atención de todas, pero principalmente de Svetlana.

—¿Entonces, te quedarás aquí? — Preguntó Elena mirando a su amiga de ojos verdes.

—Así es, recién terminé la universidad en América, y decidí darme un pequeño descanso de todo eso, y que mejor que aprovechar que estoy aquí para quedarme durante uno o dos años, aun no lo sé y después...

Lauren dejó de hablar para beber de su bebida pero también para nada disimuladamente mirarle el trasero a Svetlana que se alejaba hacia un mesero, luego regresó con las chicas sin notar el porque la pelinegra de ojos verdes había hecho una pausa.

—¿Y después? — Preguntó Sveta sentándose de nuevo.

—¿Después qué?

Vaya, esto no lo había visto antes.

—¿Que vas a hacer después de pasar uno o dos años aquí? — Preguntó la pelirroja rodando los ojos.

—Oh eso — sacudió la cabeza — pues bueno, viajaré, conoceré lugares o volveré a Estados Unidos, sigo pensándolo.

—¿Y lo harás sola? — Continuó Svetlana, notando interés.

—En realidad no lo sé, quien sabe que pueda pasar en uno o dos años... o a quien pueda conocer... — Le guiñó un ojo a la castaña mientras bebía de su copa — dejaré que el tiempo lo decida.

Svetlana se sonrojó ante el comentario de Lauren, mientras que Nastya y Elena se miraron cómplices entre ellas, sabían que tenían que intervenir antes de que otra cosa pasara.

—Lena, ¿me acompañas al auto? Creo que olvidé mi celular ahí.

—Claro Nast, ¿vienes Lauren?

—¿Y para que quieres que vaya yo?

—Para seguir platicando de viejos tiempos, anda, deja tu copa y acompáñanos — Insistió Lena.

—Ok, ok, ya, iré.

—Genial... Yul, ahora regresamos ¿está bien?

—Si Lena, no te preocupes.

Rápidamente le dio un pequeño beso y cuando giró, Nastya hizo exactamente lo mismo con Anya, lo que le recordó a la pelirroja que todavía tenía un tema a tratar con su amiga.

Que dejaré para después...

Enseguida las tres comenzaron a caminar por todo el jardín hasta que estaban lo suficientemente lejos de las chicas, por lo que entre Nastya y la pelirroja acorralaron a Lauren en un lugar escondido del jardín.

—Hey ¿qué hacen? ¿Qué no íbamos a tu auto, Elena?

—No, esa fue una cuartada para traerte hasta aquí — Dijo Nastya.

—¿Qué quieren, par de locas?

—¿Qué te traes con Svetlana? — Intervino Lena inmediatamente.

—Nada, solo la estoy conociendo, y si tengo algo de suerte, obtendré beneficios de eso, tal vez un poco de diversión... ¿han visto el trasero que tiene? Está tan...

—No puedes hacer eso — Dijo Nastya.

—¿Y por qué no?

—Porque tienes novia... ¿qué pasará si Valya se entera?

—No tiene porque enterarse... además, ¿porque se preocupan por eso? Ustedes han hecho lo mismo que yo... más tú, Nastya.

—Ok, escúchame, no puedes acercarte a Svetlana, o no hasta que termines con Valya y decidas tomarte en serio a Svetlana que es prima de Yulia y Yulia es mi novia, así que no quiero problemas por tu culpa.

—No pasará nada Elena... mira, este es el plan, me divertiré con Svetlana, seguiré con Valya y ninguna de las dos se enterará de esto... Cuento con ustedes ¿verdad chicas?

—Vaya, había olvidado porque nos llevábamos tan bien — Dijo Nastya con una sonrisa.

—No cuentes conmigo Lauren.

—Vamos Lena, no me digas que ahora eres la señorita moral… ¿o acaso quieres que te recuerde una pequeña apuesta?

¡¡¿Cómo diablos supo?!!

—¿Cómo sabes de eso?

—Upps — Nastya levantó la mano — Me declaro culpable.

—No me jodas. Creí que era nuestro secreto, Isaeva.

—Lo siento Lena, se me escapó mientras hablaba con ella.

—Ya, ya, ya, como sea... Lauren, no debes decir nada sobre esa apuesta, me afectaría demasiado.

—No te preocupes Katina, no diré nada... Con una condición.

Debí suponerlo, tiene una mente malvada espectacular.

—¿Qué es lo que quieres, Zaitseva? — Se cruzó de brazos, rodando los ojos.

—Ustedes me ayudarán a tener una noche con la lindura de Svetlana... O al menos mantendrán la boca cerrada y me dejarán hacer con ella lo que me venga en gana ¿de acuerdo?

—Hecho... Pero ni una palabra a nadie sobre lo que se habló aquí, ni siquiera a Olga.

—No te preocupes, no me conviene abrir la boca de todas formas.

—Bien, pero una cosa más... No le hagas mucho daño a esa pobre chica.

—No prometo nada Lenita.

Me arrepentiré por esto, lo presiento.

—Ya nenas, debemos regresar.

Mientras tanto...

—¿Entonces primita? — Preguntó la pelinegra, llamando la atención de Sveta.

—¿Entonces qué?

—No te hagas Svetlana, ¿qué pasa con Lauren? — Esta vez fue Anya quien cuestionó.

—Oh — comenzó a jugar con las puntas de su cabello — nada, solo nos estamos conociendo.

—Ajá ¿y qué más?

—No hay nada más, solo hemos platicado un poco, me ha contado algunas cosas y ya.

—¿Segura que es todo?... Hemos notado como te mira y también como la miras tú — Dijo la rubia.

—Bueno... es bonita.

—¿Bromeas? Ella está más que bonita, y no dudo que tú le gustes — Habló Yulia.

—Ay claro que no... ella me parece que es de esas chicas que nada más quieren divertirse... además, ¿porque habría de fijarse en mí?

—Porque tú también eres muy bonita, y yo estoy de acuerdo con Yulia, creo que le gustas y a ti te gusta Lauren.

Y en cuanto Svetlana se disponía a responder, Elena, Nastya y Lauren se acercaban a ellas, pero no se percataron hasta que ya estaban ahí.

Lena logró escuchar que Anya le decía a Svetlana que a ella le gustaba Lauren, por lo que el ambiente se volvió algo tenso.

—Ah, así que te gusto ¿eh? Svetlana — La pelinegra de ojos verdes tomó una copa, bebió de ella y sonrió presumida.

—¿Qué?... yo... No, claro que no, te acabo de conocer... solo creo que eres bonita y ya.

—Mmm que lástima, porque tu si me gustas a mí.

Bien, eso no me lo esperaba.

Todas se quedaron en silencio, viendo como Lauren tomaba de su copa como si nada mientras que Svetlana miraba a Yulia impresionada y Anya trataba de no reírse del color rojizo que Sveta había tomado.

—Espera ¿qué dijiste?

—Lo que escuchaste.

Y justo cuando comenzaba a ponerse interesante, Inessa llegó a donde estaban las chicas.

—Hija, Lauren, necesito que vengan conmigo, comenzaremos el brindis en unos minutos.

—Oh claro, en un momento vamos.

Lena contestó lo más seria que pudo, cosa que su madre solo respondió con asentir y una mirada triste.

—Bueno, necesitan de nuestra presencia, vamos Katina — Lauren dejó su copa en una mesa — Luego seguimos con nuestra pequeña charla, Svetlana — le guiño un ojo y sonrió.

Lauren con esa sonrisa cínica desapareció entre la multitud de personas que poco a poco se iban dispersando para tomar sus respectivos lugares en cada una de sus mesas, pues la música había cesado y mientras, Lena se había quedado pensando durante unos escasos segundos que el coqueteo de Lauren con la prima de su novia le traería problemas.

—Hey Elena ¿estás ahí? — La llamó la pelinegra.

—Oh si, solo estaba pensando.

—¿En qué pensabas? — Preguntó Nastya.

—Nada importante... mejor vayan a nuestra mesa, yo las veo ahí cuando el brindis termine ¿ok?

—Bien, entonces nosotras nos vamos, tu ve al brindis.

Lena asintió una vez que habló Yulia, con una pequeña sonrisa, luego le dio un pequeño beso en la mejilla a su novia y tomó el camino que la llevaría hasta la mesa principal, la de los novios.

—Bueno, ya estoy aquí ¿qué haremos?

—Será algo rápido, primero hablaré yo, luego mis suegros y nuestros padres y al último Lauren y tú. Ese es el plan hasta ahora, luego, quiero que cantes algo, Elena.

—Ok, espera, déjame ver si entendí. Básicamente hablaremos todos y luego ¿quieres que yo cante? —asintió el pelirrojo — Me estás jodiendo ¿no?

—No Lena, es en serio. Todos sabemos que cantas muy bien, y quiero que hoy lo hagas aquí.

—¿Puedo decir "no"?

—No hermanita, esa no es una opción para ti.

—Bien, lo haré, pero tú cantarás conmigo, Iván ¿hecho?

—Hmm hecho.

Luego sonrieron y todos subieron al escenario para comenzar con el dichoso brindis.

Una vez que Iván ya había llamado la atención de todos los invitados, comenzó a hablar de como conoció a Olga, como se enamoró de ella y más bla bla bla, y no es que a su hermana no le interesara, pero en esos momentos estaba más concentrada en los nervios que tenía por cantar frente a todas esas personas.

***

—Te amo Olga, eres lo mejor que me ha pasado.

¿Qué? ¿Ya tan rápido terminó?... Creo que me distraje demasiado tiempo.

Enseguida, Iván esperó a que los aplausos terminaran, y les pasó el micrófono a los padres de Olga, él regresó a la mesa donde su ahora esposa estaba y después sus suegros comenzaron a hablar lo típico que siempre dicen los padres, que la aman, que están felices por ella y todo ese tipo de cosas.

Cuando ellos acabaron, siguieron los padres de Iván y Lena, que dijeron exactamente lo mismo, solo que ellos no perdieron la oportunidad, para decir algo referente a la pelirroja, a lo que ella solamente reaccionó rodando los ojos y sonriendo falsamente.

—¿Nerviosa pequeña Elena? — Preguntó Lauren en tono burlón.

—Que dices... claro que no.

—¿Entonces porque no dejas de morderte las uñas y de acomodarte el vestido cada 5 segundos?

Maldita sea, debo de controlar mi nerviosismo.

—Bien, estoy nerviosa... pero es comprensible, hace mucho que no canto frente a muchas personas.

—No te preocupes Elena, lo harás bien, además, solo serán tres o cuatro minutos, no es la gran cosa de cualquier manera.

—Eso lo dices tú, que llevas toda tu vida cantando en los escenarios y que te graduaste en una prestigiosa escuela de música, como una de las mejores vocalistas de ese lugar.

—Que te puedo decir, soy perfecta.

—Eres una jodida arrogante y presumida.

—Lo sé, pero si mal no recuerdo, eso te encantaba hace unos años atrás — Le guiñó un ojo coqueta.

Tengo que admitir que tiene razón.

—Sí, bueno, eso fue antes... hoy mis intereses son otros, ojiverde.

—Como sea Elena, no pensaba intentar nada de todos modos, sabes que tengo mis hermosos ojos verdes puestos en la primita de tu novia.

—No es necesario que me lo recuerdes.

—Ya, no importa... pero tengo que hablar ahora yo.

Lauren le guiñó el ojo por segunda vez, luego se burló de la expresión del rostro de su amiga y fue hasta el micrófono para dar su discurso a los novios, cosa que hizo verdaderamente bien, pues como es evidente, esa chica es una sin vergüenza de primera... y aunque ella también lo era, al menos disimulaba un poco más que Lauren.

—Y bueno, solo me queda decirles a los novios que les deseo lo mejor... ah e Iván, si le haces daño a mi hermanita, es mejor que te vayas despidiendo de tu pequeño amiguito.

Como dije, una sin vergüenza de primera...

Los invitados rieron tras lo dicho por Lauren pensando que era una broma, obviamente, porque no la conocen como los que conviven con ella.

Lauren es una tortura, una tortura muy sexy debo admitir... Que bueno que Yulia no puede leer mis pensamientos.

Lauren terminó de dar su discurso, por lo que ahora era el turno de Lena.

Nerviosa y un poco asustada, tomó un par de respiraciones y miró en dirección hacia donde las chicas estaban, principalmente en dirección a Yulia que la miraba con ansias y que hizo un gesto un tanto divertido que la hizo reír y que en cierta forma, le ayudó a tranquilizarse, por lo que a paso firme, caminó hasta el micrófono y se dispuso a hablar.

—Bueno, ¿qué quieren que diga? No soy muy buena hablando en público, pero haré mi mejor esfuerzo.

Elena enseguida se limpió la garganta y comenzó con su intento de discurso.

—Iván, tu eres un gran hombre y por ende, te mereces solo lo mejor, es por eso, que hoy te casaste con Olga, porque ella es lo mejor para ti, y pues, solo quiero desearte un muy buen matrimonio, nunca dejen de amarse mucho y amen a ese pequeñito o pequeñita que viene en camino, pero sobre todo, diviértanse, disfruten su tiempo en pareja y su tiempo con otras personas, pero siempre juntos, logren disfrutarse aunque estén enojados el uno con el otro, o por el contrario, logren disfrutarse en la cama — risas y sonrojo de Iván — Porque uno nunca sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y créeme hermano, se lo que te digo. Siempre háganse saber el uno al otro cuanto se aman, porque nunca sabrán si será la última vez que puedan decirlo o escucharlo, siempre bésense al despertar y cuando estén a punto de dormir, así se estén odiando en ese momento, háganlo, porque si no lo hacen, les aseguro que podrán arrepentirse...

No supo cuando, pero de pronto empezó a sentir como su voz se quebraba y una lágrima comenzó a correr por su mejilla, por lo que tuvo que detenerse unos segundos, controlarse un poco y aclararse la garganta para poder terminar de hablar.

—Discúlpenme — aclaró su garganta y limpió una lágrima de su mejilla — En fin, no pierdas el tiempo en estupideces Iván, si tienes algo que decir, entonces dilo, nunca te quedes callado y solo, ama a tu esposa como si fuera el último momento de sus vidas y... sean muy felices, en verdad les deseo toda la felicidad del mundo y que se sigan amando como el primer día...

Terminó de hablar y los invitados comenzaron a aplaudir, entonces, todos tomaron sus copas y Lena dio inicio al brindis.

—Por los novios — Levantó su copa.

—Por los novios — Dijeron todos.

Después de eso, se sintió tan liberada alejándose del micrófono y dejando la copa en una mesa, bajó del escenario y se alejó de todos... en ese momento, otro recuerdo llegaba a su cabeza.

——Flashback——

—No Alexa, si te quieres ir con él entonces hazlo, yo no te detengo.

Decía yo furiosa, sin verla y con lágrimas de coraje corriendo por mis mejillas.

***

Me encontraba de esta forma, pues hoy, cuando llegué a la casa de Alexa, me encontré con ella y mi hermano besándose, por lo que los interrumpí, él se fue como si nada y yo me quedé echando chispas por lo que acababa de presenciar, mientras ella intentaba explicarme lo que pasó, pero yo ni siquiera la dejaba decir 3 palabras.

—Por favor escúchame, Elena.

—Qué tienes para decirme ¡¿eh?!

—Lo que viste con Iván no es lo que parece, te lo juro.

—¡¿Entonces qué es?! ¡Yo sé lo que vi!

—Por favor tranquilízate y vamos a otro lado para poder explicarte.

—¡No iré a ningún maldito lado contigo!

—Bien, como quieras...

Aun furiosa, di algunas vueltas en círculos, luego me detuve frente a ella y me crucé de brazos, respiré profundamente un par de veces y la miré directamente a los ojos, que se encontraban rojos por llorar igual que yo.

—Espero que tengas una muy buena explicación Alexa.

—Yo estaba aquí sola, sentada en la acera, pensando unas cosas cuando él de repente apareció, me preguntó que tenía, me negué a contestarle, entonces él se sentó junto a mí, y estuvo insistiendo hasta que logró hacerme hablar, por lo que comencé a alterarme ya que lo que le dije fue... es algo difícil para mí, entonces el me abrazó y cuando nos separamos me besó por sorpresa, en realidad solo fueron dos segundos cuando tu llegaste, eso fue lo que pasó.

—No te creo ni una mierda.. ¿Qué fue lo que le dijiste? — se quedó callada y miró al suelo ¡Contéstame, maldita sea!

—¡Tengo cáncer!

Ella gritó ya conmocionada, volviendo a llorar y dejándose caer de rodillas frente a mi mientras se abrazaba a si misma y yo solo me quedé callada, mirando hacia la nada, en shock.

—No es cierto.

Enseguida comencé a negar frenéticamente mientras empezaba a llorar.

—¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡No es cierto!... ¡No!

Cuando logré reaccionar, me arrodillé frente a Alexa y acuné su rostro entre mis manos, haciendo que me mirara con esos ojos que ahora parecían estar inyectados en sangre.

—Por favor Alex, dime que no es cierto...

—Lo es Elena, me enteré... esta mañana... cuando fui a recoger los resultados... al laboratorio... tengo cáncer pulmonar...

—No, es que eso no puede ser... tu siempre has sido una persona muy sana... debe ser un error.

—No es ningún error... una vez me explicaron que el cáncer tiene algo que ver con los genes... el cáncer esta en mis genes, no importa que sea la persona más sana del mundo…

—Pero... pero hay tratamientos... Vas a salir de esta amor, lo se.

—Yo no diría eso... él se ha expandido, está en el 60 por ciento de mi cuerpo... ya no pueden hacer nada por mi... Elena, voy a morir...

Y en ese momento mi mundo se destruyó...

——Fin Flashback——

Tras unos minutos en silencio y recordando ese día, sintió la mano de alguien en su hombro, por lo que se giró y Yulia estaba ahí.

—¿Estás bien Elena?

—Si, Yul, no te preocupes, solo que me puse algo sentimental por lo del discurso, pero estoy bien.

Dicho esto, se acercó a la pelinegra, la tomó de la cintura y le dio un gran beso, tanto que les robó la respiración a ambas.

—¿Y eso?

—Yo misma aplicaré lo que dije hace rato, viviré al máximo todo el tiempo que tenga contigo, disfrutaré cada momento, porque no se si pueda ser el último.

—No será el último tonta, te lo aseguro.

Eso espero Yul, eso espero...

Lena besó a Yulia, mirándola a los ojos.

—Creo que debemos volver, resulta que cantaré una canción con Iván.

—¿Tú vas a cantar? — preguntó con evidente sorpresa.

—Claro, no eres la única que sabe cantar, mi amor.

—Oh, entonces muero de ansias por escucharte.

—Si, bueno... espero no hacer el ridículo... han pasado años desde la última vez que canté en público.

—Lo harás bien Elena, como todo lo que haces.

—Bueno, eso quiero creer Yul.

Enseguida volvió a besarla, la tomó de la mano y comenzaron a caminar hasta la mesa donde todas las chicas estaban, incluida Lauren, que estaba a un lado de Svetlana, recargando su cabeza en el puño de su mano hablando con ella muy entretenida.

—Elena, Iván te está buscando, necesita que vayas con él de inmediato — Dijo Lauren.

—Claro, en un segundo voy, solo vine a dejar a Yulia.

Antes de irse nuevamente con Iván, besó otra vez a Yulia y comenzó su camino hacia la mesa de los novios donde estaba su hermano.

—Elena, por fin apareces... ¿estás lista?

—Bueno, en realidad no, pero que puedo hacer.

—Lo haremos bien, somos los mejores en esto ¿recuerdas?

—Si tú lo dices — lo dijo con sarcasmo mientras levantaba una ceja — ¿Que canción cantaremos?

—¿Bromeas Lenoska?... ¿Cuál es nuestra canción?

—No me digas Lenoska — dice molesta y entrecierra los ojos — Oh, ahora recuerdo.

Tras decir eso, Iván sonríe de lado y niega con la cabeza divertido.

—Bien, se llegó el momento — volteó hacia su esposa y la besó — Prepárate para esto amor.

Iván se levantó y junto con Lena, comenzaron su camino hacia el escenario. Subieron e Iván se encargó de todo, luego, ambos fueron hasta el frente, además, ya tenían cada uno un micrófono en la mano. El pelirrojo llamó la atención de todos nuevamente.

—Bien, gracias por su atención... ahora, como acto especial, mi hermanita Elena y yo, les hemos preparado una canción, que está dedicada con todo mi amor a mi hermosa esposa Olga, que se encuentra en el centro — todos aplauden e...

Iván guarda silencio, mira a su hermana y acto seguido le hace una seña con su mano, dándole a entender que ahora era su turno de hablar.

—Y así como mi hermano se la dedica a Olga, yo quiero dedicársela a mi hermosa novia Yulia, que está por ahí — apuntó con su mano en dirección a la morena — Yulia, amor, levántate por favor.

La pelinegra muy sonriente, se levantó de su asiento, hizo un pequeño saludo hacia todos los invitados, le sonrió a su novia en el escenario y volvió a tomar asiento.

—Bien, es ella — dijo sonriente — En fin, tanto Iván como yo esperamos que disfruten de nuestra interpretación.

—Así es, y Olga...

—Y Yulia...

—Esto es para ustedes.

Todo el mundo comenzó a aplaudir con entusiasmo, luego Iván hizo una seña hacia el encargado de la música y unos segundos más tarde, la canción: "Lucky" de Jason Marz, inundó el lugar junto con Iván que recién comenzaba a tocar la guitarra.

Terminaron de cantar y todos gritaban y aplaudían muy felices, mientras que Lena no podía dejar de sonreír al ver como Yulia la miraba y aplaudía con gran emoción reflejado en su rostro.

Después, Iván solo agradeció y ambos bajaron del escenario, se abrazaron y cada quien se fue a su respectiva mesa a seguir con la fiesta.

En cuanto la pelirroja se acercó, ni siquiera pasaron cinco segundos, cuando ya tenía a Yulia abrazada y dándole algunas vueltas en el aire, después la bajó y la besó tiernamente.

—Eso fue muy lindo, Elena.

—¿En verdad te gustó?

—Por supuesto que si, cantas muy bien amor.

—Me alegra que te haya gustado, Yul...

—Ya, ya, mucho amor... — Dijo Nastya interrumpiéndolas, por lo que se ganó una mirada asesina de parte de Elena.

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La boda había terminado algunas horas más tarde, Iván y Olga ya se habían ido a su luna de miel a Milán, los invitados se habían marchado y todos los que se quedaban, se encontraban en sus respectivas habitaciones, preparándose para ir todas juntas a cenar y después al club nocturno.

—Estoy lista, ¿cómo me veo? — Preguntaba Yulia al salir del baño y pararse frente a Lena, que estaba acostada en la cama boca abajo pero, para poder verla, levantó su torso poniendo sus codos sobre la cama y su cabeza sobre los puños.

—¿Qué te digo? muy hermosa como siempre.

Luego, se levantó de la cama, metió las manos en los bolsillos de su pantalón y haciendo lo mismo que Yulia, preguntó:

—¿Yo, qué tal me veo?

—Wow… Empiezo a creer que no eres real, deberías vestirte así más seguido — sonrió... — te ves hermosa.

—Eres una exagerada — Se acercó a ella, la abrazó y le dio un corto beso — No estoy muy convencida con la corbata... ¿tú que dices? Tal vez debería quitármela ¿no?

—Ni se te ocurra Elena Katina, esa corbata te hace ver... sexy.

—¿Ah sí? — Lena se quitó la corbata y comenzó a jugar con ella en el cuello de la morena — ¿Crees que debería usarla más seguido?

—Lena — tragó saliva... — No me hagas esto.

La pelinegra comenzaba a sudar y su rostro tomaba una coloración rojiza, lo que fue suficiente para hacer reír fuertemente a Lena mientras se dejaba caer en la cama por la risa.

—Eres una idiota...

—Bueno ya, te dejo en paz — Lena se levantó y le dio la corbata — ¿Sabes hacerle un nudo a esta cosa?

—Por supuesto, es bastante sencillo.

Yulia tomó la corbata entre sus manos, la acomodó entre el cuello de la camisa de su novia y comenzó a anudarla con gran concentración, cuando de pronto, levantó la mirada hacia ella, le sonrió y le robó un beso, luego siguió anudando la corbata como si nada.

—Perfecta — Lena la besó nuevamente.

—Gracias bebé.

Luego de eso, y de un par de besos más, ambas bajaron a la estancia, listas para irse.

***

La prima de Yulia había terminado de arreglarse, dándose una última vista al espejo y pensando:

Bueno, no me veo tan mal...

Tras verse por última vez en el espejo, salió de la habitación y luego de haber dado solo un par de pasos en el pasillo, la voz de alguien la detuvo, era Lauren.

—Vaya, ¿para quién te has arreglado tanto?

La castaña se giró al escuchar su voz. La chica estaba recargada en la que creyó, era la puerta de su habitación, con los brazos cruzados, un beanie en su largo y negro cabello, un top blanco dejando ver su abdomen y una sonrisa arrogante pero a la vez presumida y coqueta.

Aunque, es más hermosa de lo que pensaba...

—¿Y tú qué edad tienes? — Preguntó Sveta.

—25 ¿por qué lo preguntas?

—Por como te has vestido... ¿no es algo juvenil para ti?

—¿Estás insinuando que estoy vieja, Svetlana?

—¿Qué? no, para nada, solo digo que las chicas de 25 que yo conozco no se visten así.

—Créeme Svetlana, yo no soy como las chicas que tú conoces...

—Logro notar eso... — Le guiñó un ojo.

—¿Ya contestarás mi pregunta?

—Amm, yo no me he arreglado para nadie.

O eso creo...

—Mmm esperaba que dijeras que para mí.

—¿Y por qué esperabas eso?

—Bueno...

La morena de ojos verdes comenzó a acercarse a Sveta, por lo que esta comenzó a retroceder, pero Lauren la acorraló poniendo sus brazos a cada lado de la cabeza de la chica, cuando ella estaba contra la pared, por lo que no tenía escapatoria.

—Ambas sabemos que te gusto, linda — La castaña tragó saliva.

—Pareces muy segura...

—No solo parezco, lo estoy...

—No, tu no me...

—Ten una cita conmigo.

Ni siquiera la dejó terminar la frase cuando la interrumpió para pedirle una cita, cosa que no le extrañó, pues por lo poco que llevaba conociéndola, se dio cuenta de que esa chica no le tenía miedo a nada.

—¿Qué acabas de decir?

—Que tengas una cita conmigo, vamos, no te haré nada, no te voy a secuestrar, ni voy a abusar de ti, tampoco te voy a asesinar...

—No lo sé, Lauren.

—Solo una. Si no te gusta, te dejo en paz y nunca más te vuelvo a molestar... anda Svetlana, acepta.

—Está bien, Lauren, tendré una cita contigo.

La ojiverde sonrió luego de escucharla aceptar, alejándose de ella para acto seguido caminar hacia las escaleras, pero se detuvo antes de comenzar a bajar.

—¿No vienes, linda?

Sveta negó mientras sonreía, caminó y llegó hasta ella, se puso a su lado y juntas comenzaron a bajar para llegar a la estancia.

Presiento que esta chica será mi maldita perdición...

……………………………………………………………………………………………………………

Justo cuando Yulia y Elena llegaban a la estancia donde Anya y Nastya ya estaban, llegaron también Lauren y Svetlana juntas y las dos sonriendo, por lo que la pelirroja pensó que Lauren había empezado ya su juego con ella...

—Umm ¿tú y tu prima se han puesto de acuerdo?

Le preguntó a Svetlana, al notar que tanto ella como Yulia llevaban una camisa a cuadros, por lo que Svetlana y Yulia se miraron mutuamente y se echaron a reír.

Y cuando las risas cesaron, Lena habló.

—Bueno... ¿entonces a donde iremos, Nastya?

—Oh, sobre eso... perdí la dirección del lugar y no recuerdo el nombre.

—Nastya, quiero matarte en estos momentos — Indicó Lena.

—¿No hay otro lugar al que podamos ir? — Preguntó Anya.

—Bueno... no recuerdo alguno bueno…

—A ver chicas, yo tengo una idea... — Hablaba Lauren — Svetlana, me contaste que amas la cultura latinoamericana ¿cierto?

—Amm sí, eso hice — Contestó algo insegura, mientras miraba a Yulia, y después volvía a mirar a Lauren.

—Genial, tengo el lugar perfecto entonces...

A ver ahora que se trae entre manos esta loca...

—¿Ahora que te traes entre manos loca? — Interrogó la pelirroja.

—No es nada malo... al menos no hasta que vayamos al club nocturno... — Lauren comentó y dejó salir una sonrisa malvada, cosa que intrigó a la pelirroja.

—¿La de la idea del club nocturno fuiste tú?

—Así es Elena — Le guiñó un ojo.

Mierda, esto se va a poner feo...

—Pero por ahora, solo quiero llevarlas a un restaurante cubano, pues como tú y Nastya saben, fui de vacaciones a Cuba y Svetlana también muere por la cultura latinoamericana, quiero que mis amigas conozcan un poco de esa cultura, y el restaurante se llama Bella Cuba, ¿qué dicen? ¿Quieren ir?

—A mí me parece una buena idea, y por la cara de tonta que tiene Svetlana, creo que ella también lo cree.

Todas miraron a Svetlana y como Yulia había dicho, tenía cara de tonta, pero cuando ella notó que la estaban observando, dejó de ver a Lauren.

—Svetlana y Yulia están de acuerdo, ¿qué dicen ustedes? — Cuestionó emocionada la pelinegra de ojos verdes.

—Yo quiero ir, también estoy de acuerdo.

—Si Any quiere, entonces yo también — Dijo Nastya.

—Ok, me parece una muy buena idea, y como todas están de acuerdo, entonces vamos.

Lauren miró a Lena y sonrió contenta, después, todas tomaron sus cosas e iban a salir de la mansión, cuando la voz de Inessa se lo impidió.

—Elena... antes de que te vayas, nos gustaría a tu padre y a mi hablar contigo un momento.

Lena dejó salir un suspiro y puso los ojos en blanco justo antes de comenzar a hablar.

—Lo siento mamá, pero ya vamos de salida, tenemos hambre y queremos cenar, así que si nos disculpas...

Iba a seguir con su camino, cuando Yulia la detuvo al apretar su mano y se acercó a su oído para susurrarle.

—Inténtalo Elena... — Suspiró.

—Bien — miró a su madre — Hablaré con ustedes...

Enseguida Inessa le sonrió ligeramente y la pelirroja solo la observaba como si nada, después miró a las chicas.

—Espérenme en la estancia nenas, en un momento regreso ¿está bien?

Todas asintieron y regresaron a la estancia. Elena observó a su madre que comenzó a caminar hacia el jardín, siguiéndola en silencio y una vez que llegaron ahí, notó que su padre estaba sentado sobre una vieja hamaca que él había colocado entre algunos árboles enormes cuando Iván y ella eran pequeños para que pudieran jugar ahí.

Creí que ya no existía esa hamaca...

Lena despejó su mente de los recuerdos de su niñez y se concentró en sus padres, que ahora estaban ambos parados frente a ella y con una mirada de miedo y nerviosismo en sus rostros.

—¿Y bien?

—Elena, lo que tu madre y yo queremos hablar contigo es que nos gustaría que nos acompañaras a un viaje que haremos a Australia la próxima semana y también nos gustaría que llevaras a Yulia contigo... queremos pasar tiempo contigo y que nos des la oportunidad de conocer a tu novia, que por lo que hemos podido notar, te hace feliz.

La petición de sus padres, la había dejado, cuando menos, en shock, ya que no creía que fueran capaces de pedirle algo así, a sabiendas de que bien podría mandarlos a la mierda como si nada y punto, solo que esta vez, los miraba verdaderamente arrepentidos por lo que habían hecho antes.

—¿Quieren que Yulia y yo vayamos con ustedes a Australia?

—Así es hija, y tenemos entendido que ahora están de vacaciones, por dos semanas, por lo que queremos aprovechar esta oportunidad y demostrarte lo mucho que sentimos haberte hecho sufrir en el pasado por tu relación con Alexa.

—Es que, no lo sé... no sé que decirles...

—Al menos dinos que lo pensarás, por favor hija.

—De acuerdo padre, lo pensaré, hablaré con Yulia y… y mañana les digo nuestra decisión ¿está bien?

—Por supuesto hija, está bien por nosotros.

—Ok — dejó salir un suspiro — ¿Eso es todo? Mis amigas me están esperando.

—Eso es todo Elena, hija, y gracias por dejarnos hablar contigo.

—Si, si, no importa... los veo después.

Y tras decir eso, dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la mansión, mientras pensaba en la propuesta que sus padres le habían hecho hace algunos minutos atrás.

¿Viajar con mis padres a Australia?.. Pero sobre todo ¿viajar con Yulia?...

Llegó a la estancia donde se encontraban las chicas conversando muy animadas entre ellas y por lo que alcanzó a escuchar, era sobre una cita que tendrían Lauren y Svetlana...

Zaitseva no pierde el tiempo...

—Listo chicas, ahora si podemos irnos.

En cuanto la escucharon, terminaron su plática, se levantaron y comenzaron a caminar hasta la salida de la mansión.

—¿Todo bien Elena? — Preguntó Yulia. Lena sonrió.

—Si, todo bien, no te preocupes… solo que tengo algo que preguntarte, aunque lo dejaré para después.

Yulia la observó un poco confundida, pero aun así, asintió y le sonrió sin preguntar más.

***

Una vez que salieron de la mansión, caminaron hasta el auto de Lena y se dieron cuenta de que no cabrían las seis en él.

—¿Y ahora qué? — Pregunta Nastya.

—Mis padres tienen una camioneta en el garaje, podría pedírsela e irnos en ella.

—Buena idea Katina, has eso — Nastya terminó de hablar y Lena se dirigió hasta la mansión nuevamente, solo que en lugar de ir con sus padres otra vez, solo tomó las llaves de la camioneta y le dijo a uno de los trabajadores de la mansión que les avisaran que ella la había tomado, total, no se molestarían.

Luego regresó con las chicas y les mostró las llaves, después las llevó hasta la camioneta, todas subieron y enseguida de haberle pedido a Lauren la dirección del restaurante, se dirigieron hasta allá.

………………………………………………………………………………………………………………

—¡¿Porque diablos no nos dijiste que el maldito restaurante era tan difícil de encontrar, Zaitseva?! — Gritó Nastya desesperada luego de una hora de camino, y para colmo, estaban perdidas en alguna parte de la ciudad que Lena no lograba reconocer.

—Oye no es mi culpa... cuando vine aquí, fue con Olga e Iván... y para ser honesta, no puse atención en el camino.

—¡Estamos perdidas por tu culpa idiota!

—¡No me grites Nastya!

—¡Tu no me grites a mi Lauren!

Esas dos no dejaban de gritarse y pelear entre sí, lo que estaba molestando más de lo normal a Lena, y como ya no aguantaba sus gritos, explotó contra ambas.

—¡¡Cállense de una jodida vez!! — Gritó frenando la camioneta bruscamente haciendo que se creara un silencio que nunca en su vida había presenciado, pero le gustaba, ya que ambas sabían que cuando explotaba de esa manera, nada bueno resultaba.

—¡En primera... Nastya, deja de ser tan dramática, no es para tanto!

—¡¿No es para tanto, Katina?! ¡Estam...

—¡Joder! ¡Que te calles! — Entonces Nastya dejó salir un quejido de furia y por el retrovisor la pelirroja miró como se cruzó de brazos y fruncía el ceño. Suspiró.

—Y segundo... Lauren, ¿porque mierda no me dijiste que este lugar estaba tan lejos y tan escondido?

—Por qué va a ser, por idiota, claro está...

—Nastya. Cállate por favor... ¿Lauren?

—No creí que fuera un problema... además, tu creciste en esta ciudad, deberías conocerla mejor que yo...

—Tenía años que no regresaba aquí y sabes porque... — Luego de hablar, cerró los ojos y comenzó a inhalar y exhalar aire lentamente para tranquilizarse — Bien, Lauren, Nastya y yo bajaremos de la camioneta para ver si logramos reconocer algo, o si la idiota ojiverde logra recordar el camino... — miró a Yulia — Tu, Svetlana y Anya quédense aquí, no tardaremos ¿ok?

—Pero Elena... ¿no es peligroso? Ya está oscuro...

—No te preocupes Hobbit, no pasará nada... — La pelirroja dejó salir un resoplido.

—Si vuelves a abrir la maldita boca una vez más Nastya, te juro que no vivirás para contarlo... y si le vuelves a decir Hobbit a Yulia, haré que te arrepientas ¿de acuerdo?

—Uy, bueno ya, de acuerdo.

—Y no Yul, no creo que sea peligroso, no nos alejaremos mucho, solo serán unos cuantos metros para tratar de ubicarme.

—Está bien Elena, entonces aquí las esperamos.

—Genial... Vamos par de idiotas.

Dicho eso, las tres bajaron de la camioneta y comenzaron a caminar en silencio algunos metros al norte, para tratar de saber, al menos en donde mierda estaban.

Solo a mí me pasan estas jodidas cosas...

Seguían caminado las tres muy calladas hasta que Lauren se atrevió a romper el silencio que había.

—Había olvidado el temperamento de mierda que tienes, Elena —la pelirroja rodó los ojos — ¿Como la has aguantado tanto Nastya?

—Bueno, cuando eres su amiga durante 19 años, te acostumbras a eso.

—¿Podrían callarse las dos?... En verdad son molestas... ¿era tan necesario ponerse a gritar como un par de psicópatas?

—Oye, me alteré... no quiero morir aun, soy demasiado joven, hermosa y rica como para morir.

—Yo apoyo eso... y lo siento, no quería que nos perdiéramos, solo quería que conocieran el lugar, en realidad es lindo.

—Si, ya no importa... mejor sigamos caminando a ver si encontramos algo de utilidad.

Lauren y Nastya la escucharon, asintieron y siguieron caminando, pero luego de 5 minutos más tarde, encontraron una pendiente y al final de esta, estaba el dichoso restaurante, por lo que las tres suspiraron relajadas, mirándose entre si, luego soltaron una carcajada por todo el estúpido drama anterior.

Al parecer no estábamos tan perdidas como creíamos…

—Bueno, lo encontramos, regresemos con las chicas y vayamos al restaurante.

Ambas asintieron, se giraron y comenzaron a caminar de regreso hacia la camioneta, llegaron a ella y se subieron.

—¿Y bien? — Preguntó Sveta.

—¿Encontraron algo que sea de ayuda? — Siguió Anya.

—Encontramos el restaurante, está más adelante, bajando una pendiente... todavía quieren ir ¿cierto?

—Por supuesto amor, muero de hambre.

El comentario de Yulia le hizo sonreír, entonces encendió la camioneta y en cuestión de pocos minutos, ya estaban aparcando frente al restaurante, bajaron de la camioneta y entraron a él.

El restaurante era bastante llamativo, la decoración era bonita, tenía un cierto toque que en ningún otro lugar se había visto antes.

—Chicas, en este lugar se habla mayormente español, así que... — Lauren se encogió de hombros.

—Para mí no es ningún problema, pues como todas saben, tener a Nastya como mejor amiga desde que naces tiene sus ventajas, ella me enseñó a hablar español cuando viajamos a México hace un año y medio, cierto ¿Nast?

—Así es, y aprendiste bien... creo que no soy una mala maestra — Dijo la castaña de ojos verdes.

—Si, si, no presumas...

Enseguida Nastya miró a Lena y le dio una sonrisa presumida mientras le guiñaba un ojo.

Vaya idiota...

Después, Lena notó como Lauren observaba a Svetlana, esperando por una respuesta de su parte.

—Yo obviamente también sé hablar español, por lo que para mí esto es perfecto...

—¿Y entonces nosotras que? — Anya miró a Yulia y después a Nastya.

—Para eso me tienes a mí, Any — se acercó a la rubia y le dio un pequeño beso.

Después de eso, Elena abrazó a Yulia por detrás y le dejó un beso en la mejilla.

—Yo puedo traducirte a ti, amor...

—Ya chicas, harán que vomite por tanto amor... — Lauren rodó los ojos.

—Idiota... pero en fin, ya pidamos una mesa que muero de hambre... Lauren, como tú nos trajiste aquí, tú te encargas de todo.

—Si, si, como sea...

Enseguida, Lauren se acercó al anfitrión del lugar, él se presentó y dijo las mismas cosas que en todos los restaurantes se dice, después, ella solo pidió una mesa para seis, y un par de minutos después las llevaron hasta ella.

En cuanto entraron al lugar, pudieron notar que era mucho más bonito de lo que esperaban.

Tenía las mesas bien distribuidas, con manteles entre rojo y rosa, paredes blancas y era más espacioso de lo que creían.

—"Aquí tienen su mesa señoritas, en un momento más las estaremos atendiendo"

Comentó el mesero en un perfecto español, mientras que Yulia miraba a Lena con el ceño fruncido sin haber entendido ni una sola palabra a lo que esta respondió negando con la cabeza y apretando su mano entre la de ella para hacerle entender que no era nada importante.

—" Muchas gracias" — Lauren respondió al mesero que solo se despedía de ellas con una pequeña reverencia de cabeza y se retiró.

—"Siéntate princesa" — Elena le dijo a Yulia mientras alejaba una silla de la mesa, después de que señaló dicha silla con su mano, ella logró entender lo que dijo hace unos momentos atrás, a lo que respondió sonriendo pero poniendo los ojos en blanco, y Lena lo único que hizo fue reír y besar su cabeza para después tomar asiento a su lado.

—Bien chicas, tomen la carta y elijan lo que quieran, todo lo que consumamos esta noche corre por mi cuenta — Lauren miró a Svetlana y le guiñó un ojo.

—Wow, Lauren Zaitseva siendo generosa, creí que este día no llegaría — Nastya dijo limpiando una lágrima imaginaria de su mejilla con su dedo.

—Jódete Isaeva — le enseñó el dedo medio.

Después todas rieron y cada quien tomó una de las cartas que se encontraban en la mesa, pero como todo estaba en español, Yulia se acercó a Lena y Anya a Nastya en busca de ayuda, mientras que las demás, como sabían el idioma, pudieron elegir por sí mismas.

……………………………………………………………………………………………………………….

Luego de que cada quien ordenaran lo que querían cenar, solo bastaron 10 minutos para que las trajeran, en verdad eran platillos bastante apetitosos, todos cubanos y con muy buen sabor.

Pero eso no era todo, pues como todas venían en "parejas", porque en realidad, Svetlana y Lauren aun no tenían su primera cita, pero habían estado coqueteándose toda la noche, y con Nastya y Anya todavía no se sabía muy bien como estaba la situación, pero la pelirroja suponía que bien.

A pesar de que los estatus eran inciertos de cada pareja, se la estaban pasando verdaderamente bien, se notaba como Svetlana rozaba en repetidas ocasiones la mano de Lauren y esta le respondía con una sonrisa y una mirada coqueta, Nastya y Anya siempre que podían se daban un pequeño beso o se abrazaban la una a la otra, como si vivieran de esos pequeños contactos físicos mientras cenaban.

Sin embargo, Lena se atrevería a decir, que de las tres parejas que estaban allí esa noche, Yulia y ella eran... las más cursis, por describirlo de la mejor manera, ya que, en primera, habían sostenido sus manos entrelazadas todo el tiempo, y además, compartían su cena, incluso llegaban al punto de que la pelinegra le daba de cenar en la boca o viceversa.

—Bien Yul, es tu turno — La pelirroja dijo mientras sostenía el cubierto con comida delante de ella esperando que su novia abriera la boca.

—Es que se ve raro Elena — tapó su boca con ambas manos.

—Te gustará, yo sé lo que te digo, ahora abre tu boquita.

—Está bien, pero solo un pequeño bocado ¿sí?

—Lo que tú quieras, amor.

Dicho eso, Yulia por fin abrió la boca y dejó que Lena le diera el bocado del platillo que tenía frente a ella.

Tras probar lo que le había dado, hizo un pequeño gemido, al notar el delicioso sabor.

—Wow, Elena, esto sabe delicioso — decía mientras masticaba.

—Lo sé, amor, deberías de confiar más en mí — Dije la pelirroja haciéndose la ofendida, cosa por la que recibió un codazo de Yulia y después siguieron con su pequeño ritual de alimentarse la una a la otra.

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Una hora después.

—¿Y ahora a dónde? — Preguntó Nastya exactamente después de que todas subieron a la camioneta, luego de una muy deliciosa cena.

—Esa es mi sorpresa, Nastya — Dijo Lauren desde el asiento del piloto, observando a la castaña de ojos verdes desde el espejo retrovisor, pues como ella es la que sabía el club nocturno al que iban y como se negó rotundamente a decir de cual se trataba, Lena no tuvo más opción que cederle el control de la camioneta.

—Bueno, si queremos conocer el misterioso lugar, debemos irnos ya — comentó Sveta desde el asiento del copiloto y mirando a Lauren "disimuladamente".

Tras el comentario de la prima de Yulia, Lauren solo la miró y mordió su labio, luego encendió la camioneta y se dirigieron al misterioso club nocturno.

Más obvias no pueden ser...

…………………………………………………………………………………………………………….

—¿A dónde mierda nos trajiste Zaitseva? — Dijo Katina, cuando Lauren detuvo la camioneta enfrente de un lugar llamado "El séptimo cielo" con imágenes un tanto gráficas a un lado de este.

—¿No es obvio pelirroja? — bajó de la camioneta y todas las siguieron.

—¡No puedo creerlo! ¡Nos trajiste a un jodido club de stripers! — Nastya aplaudía contenta.

Mierda, esto no será bueno...

—No es un club de stripers... bueno si, pero no es la gran cosa, solo chicas bailando sobre las mesas mientras bebes algo, no es para hacer tanto drama chicas.

—¿Que mierda hacemos aquí, Lauren? — Sveta comentó evidentemente enfadada.

—Solo divertirnos un rato Svetlana, no haremos nada malo.

—Yo no creo que sea buena idea Elena — Yulia se cruzó de brazos.

—Amm bueno yo...

—Yo apoyo a Yulia... deberíamos ir a otro lugar Nastya.

—No Anya, espera...

—No iremos a ningún otro lugar, este es bueno, y como dije antes, no haremos nada malo, solo tomar algunos tragos y quizá bailar un poco… al menos quedémonos una hora, después nos vamos si eso quieren.

—Me parece buena idea, Lauren tiene razón — Nastya observó a Lena.

—Bueno, tal vez deberíamos entrar... solo veamos el lugar y ya.

—Bien, como quieran, pero solo un rato, ¿ok, Elena?

—Si amor, solo un rato y ya.

Luego de eso, Yulia tomó la mano de Lena lo más fuerte que pudo y enseguida las seis entraron al "séptimo cielo".

***

El lugar tenía muy buena pinta, mesas por todas partes, barras de bebidas en cada rincón del lugar, una pista de baile grande, con un centro más elevado, en el que se suponía, era donde las chicas del lugar se presentaban a bailar, había música perfecta para bailar y también para beber... tenía un ambiente muy animado, debían admitir.

***

Media hora después de que entraron al lugar, ya cada quien tenía sus copas encima, y de hecho, estaban todas en una mesa cerca de la pista de baile, bebiendo de lo que se les antojaba y hablando de idiotez y media, hasta que una canción, bastante sensual para el gusto de la pelirroja, pero en realidad perfecta para el momento, comenzó a escucharse.

—Ven Yul.

Enseguida tomó la mano de Yulia y sin decir más, la llevó hasta la pista de baile, donde comenzaron a bailar sin dejar nada de espacio entre ellas junto a otras muchas parejas que ahí bailaban también.

Mientras bailaban y se movían conforme al ritmo de la canción, Lena giró de pronto a Yulia, dejándola de espaldas hacia ella, entonces aprovechó y llevó sus manos a su cintura mientras le cantaba la letra de la canción al oído.

SO I LOVE WHEN YOU CALL UNEXPECTED — ASÍ QUE ADORO CUANDO ME LLAMAS DE IMPREVISTO.

CAUSE I HATE WHEN THE MOMENT'S EXPECTED —PORQUE ODIO CUANDO EL MOMENTO ES ESPERADO.

SO I MA CARE FOR YOU, YOU, YOU —ASÍ QUE VOY A CUIDAR DE TI, TI, TI

Mientras cantaba, iba dejando pequeños besos en el cuello de Yulia y se seguían moviendo al ritmo de la música, la pelinegra dejándose llevar por Lena y por su voz que seguía cantándole al oído.

CAUSE GIRL YOU'RE PERFECT —PORQUE NENA, ERES PERFECTA.

YOU'RE ALWAYS WORTH IT —TU SIEMPRE LO VALES.

AND YOU DESERVE IT —Y TU TE LO MERECES.

THE WAY YOU WORK IT —LA MANERA EN QUE TE ESFUERZAS.

De un momento a otro, Yulia volvió a girar quedando su rostro frente al de la pelirroja, y de pronto, ella atrapó los labios de su novia con los suyos, haciendo que dejara salir un pequeño gemido en su boca a causa del inesperado pero sexy beso.

Ninguna sabía, si era a causa del beso, del alcohol que ya corría por la sangre, o si era lo sensual de la canción, pero Lena pudo sentir como el deseo recorría cada centímetro de su cuerpo, y supo que Yulia notó eso, al dejar de besarse y pegarse más a su cuerpo mientras seguían con el baile, ella en ese momento susurró en el oído de Elena mientras acariciaba su cabello.

—Vámonos Elena, quiero que estemos solas.

Y sin pensarlo más, fueron con las chicas, se despidieron de ellas sin ningún tipo de explicación, Lena les dejó las llaves de la camioneta, salieron del lugar y tomaron un taxi directamente a la mansión.

Venir aquí, no fue nada malo como yo creía...

Al día siguiente.

Lena abrió sus ojos con lentitud al sentir el sol en ellos, y sintiendo la resaca de anoche se llevó una mano a la frente, mientras que dejó caer su brazo a un costado, cuando notó que Yulia no estaba ahí.

Después, sus ojos se abrieron recordando la última escena de ayer, Yulia y ella saliendo de ese club camino hacia la mansión, luego, todo estaba en blanco.

¿Qué mierda pasó anoche?

Un par de minutos transcurrieron mientras intentaba tener algún vago recuerdo sobre lo que ocurrió ayer después de salir del club, pero no dio resultado alguno, y mucho menos estando ella solamente en ropa interior, pero entonces, recordó que Yulia seguía sin aparecer, por lo que se sentó en la cama, ajustó su vista a la luz de la mañana y la puerta del baño se abrió, mostrándole a su novia, que vestía con una blusa de tirantes azul y unos shorts cortos del mismo color.

—Buenos días dormilona — La pelinegra se sentó a su lado y le dio un corto beso en los labios.

—Yul, ¿Qué... qué pasó anoche?... ¿tú y yo... tuvimos...?

De tan solo pensar que Yulia y ella habían tenido su primera vez juntas y no recordarla absolutamente, la llenaba de rabia y frustración, cosa que fue reemplazada rápidamente por confusión al escuchar una risa por parte de la morena.

—Si te refieres a que si tuvimos relaciones, pues no, no ocurrió.

Al escuchar eso, Elena logró respirar con tranquilidad, pero después, otra pregunta se alojó en su cabeza.

—Pero ¿por qué no?

—Porque te quedaste dormida luego de que con mucha dificultad lograste deshacerte de tu ropa y tirarte a la cama torpemente.

—¿Me quedé dormida? ¿Yo, Elena Katina, me quedé dormida?

—Si, tu, Elena Katina, te quedaste profundamente dormida.

—Oh...

—Pero fue lo mejor y lo sabes ¿no?

—Amm ¿sí?

—Si, porque hubiera sido demasiado pronto.

—Si, tienes razón.

Enseguida, Lena la miró por algunos segundos y extendió su mano en su dirección.

—Ven aquí, Yul...

La pelinegra tomó su mano y se acostó junto a ella, Lena rodeó su cuerpo con sus brazos y le dio un beso en la mejilla.

—¿Qué hora es, Yul?

—Son las 10:00, las chicas siguen dormidas y tus papás salieron, me avisaron hace un rato — Lena solo asintió acercándose aún más a su cuerpo que necesitaba sentir un poco más de contacto. Yulia se giró en su dirección quedando ambas frente a frente.

—Dime que anoche no me propasé contigo.

—Bueno, lo único que hiciste fue darme algunos besos torpes en los labios antes de acostarte en la cama... a decir verdad, me quedé con las ganas de que te hubieras propasado un poco.

—Mejor no me provoques, Yul.

—¿Qué pasa si lo hago?

—Te arrepentirás.

—No lo creo...

—Respuesta equivocada — Dicho eso, la pelirroja hizo un movimiento rápido y se colocó arriba de ella y comenzó a besar sus labios, primero con lentitud y después más apasionadamente.

Las manos de Yulia bajaron hasta la cintura de la pelirroja comenzando a acariciar ahí, mientras que las de Lena jugaban en su cabello y lo revolvían aún más.

Entonces, se separó de sus labios para comenzar a dejar besos húmedos en su cuello, lo que hizo que la pelinegra soltara un pequeño gemido, pero se vieron forzadas a detener cuando escucharon un par de golpes en la puerta de la habitación.

—¡Hey! Levántense y bajen... Saldremos a desayunar...

Escucharon la irritante voz de Nastya desde el pasillo y Lena dejó salir un bufido mientras se recostaba al lado de Yulia y miraba al techo visiblemente molesta. Yulia rió, besando su mejilla y después sus labios.

—Quita esa carita amor, ya tendremos otra oportunidad de comernos a besos.

—Si, de eso estoy segura — Le susurró en el oído y se levantó de la cama en donde se dirigió al baño para darse una ducha.

……………………………………………………………………………………………………………

40 minutos más tarde tanto Yulia como la pelirroja por fin estaban listas y justo cuando iban a bajar junto con las demás, Lena recordó un asunto pendiente que tenía que hablar con Yulia.

—Oye Yul, antes de bajar, me gustaría preguntarte algo.

—Claro Lena, ¿qué es?

—Bueno, ¿recuerdas que anoche hablé con mis padres? — La pelinegra asintió — Pues me propusieron ir a Australia con ellos y quieren que tú también vayas.

—¿Quieren que yo los acompañe a Australia?

—Así es, dicen que quieren pasar tiempo conmigo y que también quieren conocerte un poco más.

—Oh pues, no sé que decir... no sé si sea buena idea, pienso que lo mejor sería que tu fueras sola con ellos ¿no lo crees?

—No, en realidad no lo creo... Yulia, si tu no vas yo tampoco iré... no me es fácil convivir con ellos sin terminar peleándome y tú, bueno tú en cierta forma me ayudas a controlarme, a tranquilizarme, me ayudas a combatir el enojo y los recuerdos, tú eres algo así como mi domadora... no me puedo ir sin ti, porque si lo hago, me temo que terminaría matándolos... Anda ¿qué dices? ¿Me acompañarás?

—Ok, si eso te sirve para que convivas al menos un poco con tus padres, entonces lo haré... te acompañaré a Australia.

Y el solo escuchar esas palabras, hicieron que Lena sonriera muy feliz, que tomara a Yulia de la cintura y la acercara para besarla.

—Gracias, amor...

…………………………………………………………………………………………………………………..

Horas más tarde.

—¡Con una mierda! ¡Dejen de pelear! ¡Parecen un par de niñas! —Lena le gritó a Nastya y a Lauren mientras entraban a la mansión luego de haber ido a desayunar mariscos al centro de la ciudad esa mañana.

—¡Es culpa de la estúpida ojiverde! ¡¿Cómo se atreve a decir que mis pechos son falsos?!

—¡La estúpida aquí eres tú, Isaeva! — Le contestó, luego salieron al jardín trasero de la casa, en donde se encontraba la piscina —Además, tu empezaste… ¿cómo se te ocurre decirle a Svetlana que me cambié el color de ojos con cirugía?

Comentó una vez más, sacando un par de cervezas de una pequeña nevera que estaba al lado de una barra que se encontraba debajo de un toldo, cerca de las puertas de la mansión, luego caminó hasta Svetlana, le entregó una y se sentó a su lado, todo bajo la mirada divertida de Yulia y la chica, mientras que Lena la miraba con estrés y Nastya con furia.

—Sabes que es posible, estúpida.

Entonces Nastya tomó la mano de Anya y se la llevó a una silla de playa a un lado de Lauren y Svetlana, se sentó en ella y Anya se sentó en sus piernas.

—Dile, Elena, dile que es posible.

—No, no es posible, no seas idiota... y si lo fuera, no lo haría, porque yo si puedo presumir que mis ojos son cien por ciento naturales, no como tú y tus pechos de silicona.

—Mira estúpida...

—¡Bueno ya cállense!... — Elena les gritó a ambas, dejando salir un bufido y con su dedo índice y pulgar presionó el puente de su nariz evidentemente irritada, luego las miró a ambas — En primer lugar, Lauren, si es posible cambiarse el color de ojos con un doloroso tratamiento de láser, Nastya y yo lo investigamos...

—¡¡Jaa!! — Gritó victoriosa la castaña de ojos claros, levantó sus manos hacia arriba en forma de celebración y le sonrió presumida a Lauren que ponía los ojos en blanco.

—Y en segundo lugar, Nastya, tus pechos si son falsos, así que deja de alegar por favor.

—¡¡Jaa! ¡Dame esos cinco Sveta!

Ahora fue el turno de Lauren de gritar y después le dio los cinco a Svetlana que no podía evitar reír al igual que Yulia y al igual que Anya hacía discretamente.

—¿Saben qué? Ya no tengo ganas de nadar... — Dijo evidentemente molesta y le susurró algo a Anya en el oído, a lo que ella respondió asintiendo y enseguida se levantó de las piernas de Nastya y le tomó la mano — Nosotras nos vamos, acabamos de recordar que teníamos un compromiso previo.

—¿Se le puede llamar compromiso previo ir a comer helado sobre tu cama mientras vemos televisión?

—¡Anya!

Y todas rieron por el "compromiso previo" de Nastya mientras la castaña solo ponía los ojos en blanco, comenzando a caminar dentro de la mansión con la rubia a su lado.

—¡Disfruta de tu compromiso previo, Nast!

—¡Jódete, Katina!

—Bueno, bueno, ya dejémonos de peleas y a disfrutar este día ¿no? — Dijo emocionada Lauren.

—Yo creo que es necesario que nos relajemos un poco – Comentó Yulia.

—Por supuesto amor.

—Cof cof... mandilona.. cof cof... — Dijo Lauren fingiendo toser mientras se llevaba una mano a la boca para cubrirla dándole más realismo a su "tos".

—Vete a la mierda, Zaitseva.

Después de Lena decir eso, tomó la mano de Yulia y comenzó a llevarla hasta la piscina mientras Lauren le respondía gritando.

—¡Que amargada, Sergéyevna! ¡Se nota que necesitas sexo urgente!

—¡Vamos primita! ¡Complace a tu novia!

Se le unió Svetlana a Lauren en su burla, haciendo que Lauren volviera a chocar los cinco con ella.

Ahora entiendo porque se llevan tan bien en tan poco tiempo...

Después de esos comentarios incómodos, pudo sentir como su rostro se sonrojaba y Yulia se dio cuenta de ello, por lo que rió y besó su mejilla.

Llegaron al borde de la piscina, en donde ya se habían puesto Lauren y Svetlana; ambas ya se encontraban en bikini, por lo que, por la cara de satisfacción que tenía Lauren en ese momento ocasionada por caminar detrás de Svetlana, era por la muy buena visibilidad de su trasero, así que había llegado la hora de la venganza de Lena.

La apuesta —Yulena — Capitulo 29— Cursi
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—Lauren, deberías dejar de ver el trasero de Svetlana, para ver si así dejas de babear ¿no crees? — Comentó Lena notando la cara de idiota de Lauren, lo que hizo que Svetlana mirara a la ojiverde con una ceja enmarcada mientras esta se sonrojaba, cosa que la pelirroja nunca en su vida había visto.                 

—No seas mentirosa, Elena, yo no le estaba viendo nada a Svetlana.           

—Claro que lo hacías, Yulia está de testigo ¿cierto?                 

—Así es, no dejabas de observar el trasero de mi prima — Dijo Yulia acercándose a Lena y sacándose la camiseta, solo para quedar en short y con la parte de arriba de su bikini para meterse a la piscina, cosa que distrajo a la pelirroja por breves minutos pero luego logró concentrarse en el asunto de Lauren.

—No es cierto, yo no...

—No tiene caso que digas no, yo también te vi, cuando me quedaba en bikini — Comentó Sveta sin darle mucha importancia.

Con eso, a Lauren ya no le quedó de otra que sonrojarse todavía más gracias a lo poco discreta que había sido al observar a la castaña,  lo que hizo que Elena soltara una carcajada burlándose de la ojiverde, que la miraba como si quisiera matarla.             

—Ok, si, te estaba viendo, Sveta, lo admito ¿contentas?

—Mucho, querida — Comentó divertida la pelirroja.

 Y tras haber ganado ese pequeño debate con Lauren, Katina también se desvistió quedando solo en un bikini negro de una pieza, después se acercó a Yulia, la tomó de la cintura y sin que la pelinegra lo previera, retrocedió algunos pasos y juntas cayeron al agua, lo que causó un potente grito de la morena.

—¡Lena! — Gritó una vez más cuando ambas sacaron la cabeza del agua para no ahogarse, mientras se mantenían flotando en la piscina.

—¿Qué pasa, amor? 

—¡Me asustaste, tonta!

Lena no pudo evitar reír ante esa respuesta, cosa por la cual recibió un golpe en el brazo por parte de su novia.               

 —Oye, que agresividad la tuya, no fue para tanto.

—Eres una idiota, Elena.

Yulia comenzó a reír mientras se pasaba las manos por el cabello, en ese momento, Elena aprovechó ese movimiento, se acercó más a ella, y besó sus labios durante algunos cortos segundos.

—Pero así te gusto y lo sabes, Yul.

—Si, así me encantas, Elena.

No pudo evitar sonreír y volvió a besarla, pero las interrumpieron como ya era costumbre en todo el maldito día.

—¿Saben que? Ustedes son muy cursis, y eso es demasiado para mi, no creo aguantarlas tanto — Comentó Lauren mientras volvía a vestirse luego de haberse bronceado como cinco minutos, y cuando ya estaba lista, con unas gafas de sol puestas, le tendió la mano a Svetlana, que estaba a su lado, bronceándose igual, pero viendo a Lauren con el ceño fruncido — Sveta, que te parece si en un lugar de estar soportando las cursilerías de estas dos, nos vamos a tener nuestra cita ¿eh?

—¿Qué?... ¿Ahora?

—Claro, me gustan las cosas espontáneas.
 
—Ok, — sonrió — Vamos.

Entonces Svetlana se levantó, también se vistió con la ropa que traía y tomó la mano de Lauren para desaparecer juntas de la vista de las chicas, y así, Lena volvía a ver a Yulia, la tomó de la cintura y enseguida la sentó en el borde de la piscina mientras ella se quedaba aun en el agua, en medio de sus piernas y tomando sus manos.

—¿Tan cursis somos? — Lena preguntó sonriendo y arqueando una ceja.

—Mmm... tal vez un poquito... más bien, solo tú.

—Claro que no, yo no soy la única cursi.

—Claro que si, Elena, lo eres y lo sabes.

—No lo soy, Yul — La pelinegra la tomó de la barbilla y la besó.

—Lo eres, amor.

—Ok, con besos así, soy todo lo que quieras, nena. 

Dijo, se sentó a su lado en la piscina y ahora ella era quien la besaba, para por fin poder disfrutar de su compañía sin ningún tipo de interrupción.

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Horas más tarde. 

—Entonces, no van a regresar con nosotras ¿verdad? — La pelirroja le preguntó a Nastya y Anya, mientras Yulia, Lauren, Svetlana y ella estában en la puerta de la mansión ya sus maletas listas para irse.

—Yo no, mis padres me convencieron de pasar las vacaciones con ellos, y si soy honesta, en realidad quiero hacerlo, así que aquí me quedo yo — Confirmó Nastya.

—Ok, por mi está bien — Dijo Lena. 

—¿Y tu, Anya? — Preguntó la pelinegra muy atenta.

—Bueno, yo me voy a la ciudad con nuestros padres, Yul, me voy todas las vacaciones.

—Bien, entonces, nos vemos, y diles a nuestros papás que los quiero ¿ok? —Anya asintió.

Las cuatro se despidieron de Nastya y Anya y luego de despedirse también de los padres de Lena y de esta hacerles saber que tanto Yulia como ella viajarían con ellos a Australia, salieron de la mansión.

—Bueno chicas, aquí nos dividimos, yo tengo unos asuntos que resolver antes de regresar a casa, pero las veo en dos o tres días, yo las visito en la universidad ¿de acuerdo? — Decía Lauren más para Svetlana que para las tres, pero aun así, Lena asintió cuando llevó su mirada hasta ella.

—De acuerdo, Lauren. Entonces, nos vemos en unos días.

Ella asintió, y guiñándole un ojo a Sveta, se fue a su auto, se subió a él y salió en dirección contraria a la que ellas irían.

Cuando la vieron irse, Yulia, Sveta y Lena subieron sus cosas al auto de la pelirroja, y se dirigieron de regreso a la universidad.

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Cuando llegaron a la universidad, las tres bajaron del auto y con sus cosas, comenzaron a caminar por el campus visiblemente vacío, pues al ser vacaciones de dos semanas, muchos se fueron con sus familias y muy pocos se habían quedado allí.

—Muy bien chicas, me la pasé increíble estos días, pero me muero de cansancio, así que yo me voy a mi dormitorio, las veo mañana.

Dijo Svetlana, después abrazó a Yulia y luego a Lena y comenzó a caminar hacia su dormitorio.

—Yo también me voy, amor, necesito descansar — Anunció la morena con cansancio.

—Está bien, han sido días bastante agotadores — se acercó a ella, la tomó de la cintura y le dio un beso — ¿Nos vemos mañana?
 
—No lo dudes — Yulia sonrió y besó a su novia — Hasta mañana. 

—Hasta mañana, amor.

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Tres días después.

—¡Ya voy! — Lena gritó mientras se levantaba de la cama y tallaba sus ojos gracias a que un idiota golpeaba la puerta como loco y la despertó siendo las 9 de la mañana. 

Se supone que en vacaciones me puedo despertar tarde. 

Luego de recoger su cabello en un moño desordenado, acomodó su pijama y caminó hasta la puerta para abrirla. 

—Vaya, Katina, si que te vez jodida — Dijo Lauren luego de que Elena abriera la puerta y le sonriera burlonamente.

—¿Y tu qué? ¿No se supone que estabas en quién sabe donde? — Le contestó, dejando salir un bostezo, cerró la puerta y la pelinegra de ojos verdes se sentó en la cama de Nastya mientras que Lena lo hizo en la de ella.

—Acabo de regresar de Francia, de hecho, vengo del aeropuerto.

—¿De Francia? — asintió ¿Que hacías en Francia?

—Tengo una novia ahí ¿recuerdas?

—Ah cierto, la novia cornuda ¿no?

—Vete a la mierda... todavía no es cornuda.

—¿Todavía no?.. ¿Me vas a decir que no has besado a Svetlana o algo así?

—Bueno, el día de la cita, pero solo fue un muy pequeño beso, así que no cuenta.

—No importa, Zaitseva, el punto es que la vas a hacer cornuda, recuerda, tu quieres a Sveta para acostarte con ella, lo que hará que Valya sea una super cornuda y lo sabes.

—Si, ya lo sé — puso los ojos en blanco.

—Lo que estás haciendo está mal ¿lo sabías?

—Sé que está mal, pero no será ni la primera ni la última vez, además, déjame recordarte que tú también estás haciendo algo mal, ¿o me vas a decir que hacer una apuesta sobre enamorar a una chica es algo bueno?

—Bien, bien, dejemos esto hasta aquí, mejor dime, ¿que hacías en Francia?

—Pues fui precisamente para hablar con Valya, digamos que ella no sabia que me iba a quedar a vivir aquí.

—¿No lo sabía?

—No, por eso cuando se lo dije, no lo tomó muy bien, pero luego de decirle que vendría a visitarla al menos una vez al mes y luego de un muy buen sexo de reconciliación, la dejé bastante contenta.

—En verdad que eres una sin vergüenza, Zaitseva. Dime, ¿qué harás si un día Valya decide darte una sorpresa, viene a visitarte y se entera que estás saliendo con Svetlana?

—Eso no pasará, Valya está demasiado ocupada con la universidad, su trabajo y no sé que otras cosas más en Francia, no tiene tiempo para venir hasta aquí, así que no me preocupa.

Lena negó con la cabeza luego de escucharla, se levantó de la cama y sacó una botella de agua, le dio unos sorbos y se quedó parada frente a Lauren, mirándola.

—Por qué sigues con ella ¿eh? — Suspiró.

—No lo sé, supongo que la costumbre, pues hemos estado dos años juntas y creo que sería raro terminarla.

—No la amas, Lauren.

—Y no creo amarla nunca, Elena, pero me da estabilidad, creo que es suficiente.

—Y que hay con Sveta, ¿en verdad solo la quieres para acostarte con ella?

—En realidad no lo sé... es una buena chica ¿sabes? — Lena asintió — No creo que me guste hacerla sufrir, pero tampoco siento algo así fuerte por ella, me gusta, hay atracción por parte de las dos y para mi, eso es más que suficiente, al menos por el momento.

—Bien, Lauren, de todas maneras, tu sabes lo que haces.

—En teoría, pero en fin, dejemos todo este asunto y dime. ¿Cómo vas a celebrar tu cumpleaños mañana? Es viernes y podría llevarte a...

—Lo siento, Lauren, pero ya tengo planes.

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Ja!!! Me parece que Lena no es la más recomendada para dar "consejitos"

Falta uno solo para completar el maratón!!!

La apuesta —Yulena — Capitulo 30— Droga
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—Lo siento, Lauren, pero ya tengo planes. 
                   
—Mmm — Dijo alzando una ceja —Déjame adivinar, con el pequeño duende ¿no?  — Lena suspiró, poniendo los ojos en blanco y asintiendo.          

—Has estado pasando mucho tiempo con Nastya ¿verdad? 
                  
—En realidad si, más del necesario.                   

La chica sonrió inocentemente mientras que Elena la miraba un tanto cansada volviendo a sentarse en su cama.
                   
—Bueno no importa, mejor dime, ¿qué haces aquí, Lauren?
                    
—Cierto, olvidé mi propósito inicial... vine a ver a Svetlana, tengo entendido que se está quedando en el campus ¿no? — La pelirroja asintió — Bueno, pues necesito que me digas donde está su dormitorio, porque estoy perdida.
                  
Lena negó con la cabeza mientras sonreía un poco, luego le dijo a Lauren en donde estaba el dormitorio de Sveta y la chica luego de agradecerle se fue tan rápido como pudo.
                  
Diablos, de haber sabido que con eso la sacaba rápido de aquí, desde cuando le hubiera dicho donde estaba Sveta.
                  
Luego de que cerró la puerta del dormitorio, se volvió a acomodar en su cama dispuesta a seguir con la siesta que la ojiverde había interrumpido.
                   
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Al día siguiente.
                   
—Si, Nast... no te preocupes, sabes de sobra que no estaré sola... no importa, en verdad no es necesario que regreses... ok, si insistes, está bien... nos vemos en la noche, adiós.
                
Lena cortó la llamada con Nastya que luego de haberla felicitado por su cumpleaños número 20 insistió en regresar esa misma noche para celebrar y como siempre lo habían compartido juntas, la castaña ojos claros no quería romper esa tradición cosa por la que la pelirroja terminó cediendo.
                    
Luego, se miró una última vez al espejo y enseguida alguien tocó a la puerta. Sonrió como de costumbre y fue a la puerta, donde se encontró con Yulia, llevaba puesta una camiseta de baseball azul y una gorra hacia atrás del mismo color con el nombre del equipo que irían a ver y en su mano derecha traía otra gorra y otra camiseta igual pero blanca mientras la miraba sonriente.
                   
—Yul ¿por qué traes es eso? — Preguntó pero la morena solo sonrió otra vez, se acercó a su novia y la tomó de la cintura mientras que Lena envolvía su cuello con sus brazos. 
                  
—Antes que nada, feliz cumpleaños, Elena.                    

Dijo ella y enseguida besó a Elena en repetidas ocasiones hasta que se separaron y se miraron sonrientes.
                   
—Muchas gracias, amor, pero... ¿por qué traes eso?                    

—Porque — entró al dormitorio y se sentó en la cama de la pelirroja...— Vamos a un partido de baseball y si quieres vivir la experiencia completa debes vestirte para sentir la experiencia — Cerró la puerta y se paró frente a su novia con los brazos cruzados.
          
—Yul, yo no pienso ponerme eso ni en un millón de años.
                   
—Si, si te lo vas a poner, Elena.
                   
—He dicho que no.
                   
Entonces, Yulia se levantó de la cama y se puso frente a ella, solo viéndola en silencio y tres minutos después ya tenía esa playera para baseball puesta.
                   
—Genial, ahora solo te falta la gorra.
                   
—Ah no, eso si que no, ni lo pienses.
                  
—Anda amor, solo es una gorra.
                                                  
—No, Yulia, yo no uso gorras, así que no creas que me voy a poner esa porque no lo voy a hacer.

Protestó sentándose a un lado de Yulia y esta solo se giró un poco e hizo un  puchero mientras le acercaba la gorra.
 
—¿Anda, si? ¿Por mi?     

—Uff — Lena bufó — Está bien.

Dios, que ha hecho conmigo esta chica.

Y así, tomó la gorra y se la colocó en la cabeza, lo que hizo sonreír a Yulia y después a ella misma.
 
—¿Contenta?

—Si, mucho. Ahora vámonos cumpleañera — Elena sonrió y la besó.

—Vámonos.

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El partido había comenzado, Lena no podía negar que se estaba divirtiendo más de lo que creía, pues a pesar de que no era una gran aficionada al baseball si le gustaba un poco, pero eso no era lo que le divertía, si no que cada vez que su equipo hacía algo mal o algo por el estilo, Yulia se exaltaba y al igual que muchos de los aficionados que estaban en el estadio, gritaba cosas enfadada y eso básicamente era lo que le hacia reír.
 
Después de sus gritos de furia, estaban los gritos de celebración cada que el equipo hacia algo bien, lo que hacía a Lena sonreír como tonta cada vez que Yulia gritaba o saltaba en su asiento para luego acercarse a ella y besarla.

Se la estaba pasando verdaderamente bien, hasta que llegó una visita incómoda.
 
—¿Yulia?

La mencionada giró al escuchar esa voz, y al ver al grandulón ahí, se levantó y fue a abrazarlo mientras Lena los miraba indiferente.

Estúpido grandulón inoportuno.

—Dima, hola, ¿viniste a ver el partido? — Saludó la pelinegra.

—Así es, es el primero de la temporada y sabes que son mi equipo favorito.

—Si, lo sé — Respondió Yulia sonriente, hasta que se levantó de su asiento, Lena también y se puso al lado de ella, mirando a Dima directamente a los ojos.

—Bueno, es una gran sorpresa verte aquí, pero... ¿porque mejor no te vas?

Y al haber dicho eso, recibió una mala mirada de Yulia y ella solo puso los ojos en blanco mientras Dima comenzaba a sonreír.

El maldito quiere ocasionarme problemas con ella.

—No me voy a ir, estoy hablando con Yulia, no contigo.

La pelirroja dejó salir un suspiró y miró a Yulia, dándole a entender que la presencia de él allí no la tenía nada contenta y para ser honesta, estaba arruinando su cumpleaños.

—Dima, mejor ve a ver el partido, yo ahora estoy viéndolo con Elena.

—¿Segura? No me molestaría verlo contigo... y con Elena, claro.

—Estoy segura, además, no quiero ser grosera pero es el cumpleaños de Elena y queremos pasar este día solamente ella y yo.

Entonces, cuando Elena escuchó eso y vio la cara de disgusto de Dima, no pudo evitar sonreír tan fuerte, burlándose obviamente de él.

—Bien, entonces, me voy, adiós Yulia — Dijo él de mala gana, despidiéndose de Yulia y luego de darle una mirada furica a Lena se fue hacia otra parte del estadio, y en cuanto el grandulón desapareció Lena se acercó a Yulia y le dio un beso.

—No se nota que lo detestas, Elena.

—Que decirte, no es mi persona favorita.

Eso la hizo reír y luego de darse una pequeña risa, las dos volvieron a tomar sus asientos para seguir viendo el partido.

—Eres una idiota.

—Si, lo sé, pero soy la idiota que te gusta.

—Muy cierto.

Y dicho eso, Elena tomó su mano entre la de ella, la besó por escasos segundos y siguieron con el partido.

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Horas más tarde.

—Ajá... ¿entonces ya estás ahí?... ¿Anya también?.. No puedo creer que hayas ido por ella ... Si, ya estamos listas, dile a Lauren que venga.. Bien, te veo más tarde, adiós Nastya.

Nastya ya estaba allí, y traía a Anya consigo, pues habia ido por ella y ahora las esperaban en el nuevo departamento que Lauren habia rentado para ella quedarse a vivir en la ciudad por un tiempo, y como en realidad Lena no sabía donde estaba dicho departamento, solo recibió instrucciones de que Yulia y ella se arreglaran, pues la fiesta por su cumpleaños sería ahí y Lauren ahora iba en camino para recogerlas y llevarlas a esa fiesta.

—¿Entonces ya vienen por nosotras?

Preguntó Yulia y se recargó en la pared, cruzando sus brazos sobre su pecho, haciendo que quedara completamente hipnotizada viéndola.

—Así es.

Lena dijo tratando de no babear, se levantó de la cama y se acercó a la morena, tomándola de la cintura y dándole algunos besos en los labios.

—¿Y eso por qué fue?

—Porque, con ese vestido, me dan más ganas de besarte de las normales.

Y era cierto, con el vestido que traía, Yulia la volvía más loca de lo normal.

—Se está convirtiendo en una droga muy adictiva para mi, Señorita Volkova.

—Y usted también para mi Señorita Katina, y más con ese atuendo tan lindo.

Eso hizo reír a Lena, y después comenzaron a besarse aún más, hasta que algunos minutos después se separaron y fueron a la cama en donde se sentaron.

—Oye ¿sabías que Nastya fue por Anya a San Petersburgo?

—De hecho si, Nastya me llamó para preguntarme la dirección de la casa de mis padres, ya que no quería hablarle a Anya porque quería que fuera sorpresa, pero se me había olvidado decírtelo.

—No importa, ya me enteré de todas formas — dijo y ambas rieron — ¿Y Anya si se sorprendió?

—En realidad si, ella me llamó hace como dos horas, muy emocionada por la sorpresa que le había dado Nastya.

Entonces, solo asintió y rió y luego Yulia se puso pensativa y frunció el ceño, lo que llamó bastante la atención de la pelirroja.

—¿Qué pasa, Yul?

—No, nada, solo que estoy muy contenta por Anya, pues se nota que Nastya le gusta mucho y a Nastya le gusta Anya también, y eso me tiene feliz, pero...

—¿Pero qué? Anda, dime.

—Pero, a veces me pongo a pensar ¿sabes? y en realidad, no entiendo como de pronto tú y Nastya se acercaron a nosotras así, de repente.

Ay no...

—Ya te lo habia dicho, Yulia.

—Si, sé que fue porque querías disculparte conmigo, conocerme mejor y empezar de nuevo, pero no puedo evitar pensar que hay algo más a parte de eso.

Entonces, las palabras de Yulia, literalmente habían dejado helada a Lena, sin embargo, era una buena oportunidad para confesarle todo, contarle lo de la apuesta pero también hacerle entender que ahora lo que sentía por ella era verdadero, sin embargo, tenía miedo a su reacción.

—Yulia...

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Hasta acá el maratón, chicas. Espero hayan disfrutado de estos cuatro capítulos. Nos vemos mañana!

—Yulia...

—¡Hey! ¡Ábrenos!

Por Dios...

Se escuchó la voz de Lauren en el pasillo, seguido de varios golpes en la puerta, cosa por la que Lena terminó suspirando aliviada, pasándose una mano por la frente.

—Después hablamos ¿de acuerdo?

—Si, Elena, no te preocupes, no tiene importancia de cualquier forma.

Y así, besó a Yulia en la mejilla yendo hasta la puerta para abrirla, mucho más tranquila que antes, obviamente.

Bien, eso podría ser considerada una señal de que guarde silencio.

—¡Hola! — Comentó Lauren muy entusiasmada, mientras sonreía y se acercaba a Lena para abrazarla.

—Feliz cumpleaños, pelirroja, ya eres un año más vieja.

—Cállate, Zaitseva, sigo siendo más joven que tú.

Eso la hizo reír y separarse de Lena, cosa que aprovechó Svetlana, para también felicitarla y abrazar a la pelirroja.

—¿Y bien? ¿Listas para irnos?

—Si, estamos listas.

Entonces Yulia se acercó a Lena y con sus cosas y las de ella salieron del dormitorio, siguiendo a Lauren y a Svetlana que caminaban frente a ellas, muy tomadas de la mano.

Las cuatro llegaron al estacionamiento, se subieron al auto de Lauren y partieron a su departamento.

……………………………………………………………………………………………………………

—¡¿Qué, toda la maldita ciudad está aquí?! — Exclamó Elena un tanto impresionada, cuando al abrir la puerta del departamento de Lauren y entrar a él, se encontró con cientos de personas, música muy fuerte, bebidas por todas partes y gente bailando muy animada entre sí.

—¡Katina!

Nastya gritó su nombre mientras traía a Anya de la mano y trataban de pasar entre toda la gente que se encontraba bailando dentro del departamento y cuando por fin logró llegar hasta las cuatro, le sonrió y la abrazó.

—Feliz cumpleaños, Lena.

—Gracias, Nastya, ¿Pero por qué hay tanta gente aquí? Creí que solo seríamos nosotras seis.

Nastya sonrió y con la cabeza, les hizo un ademán para que la siguieran y así hicieron, donde luego de caminar entre tantas personas, lograron llegar a la terraza del departamento, donde no había absolutamente nadie, cosa por la cual podían hablar mejor.

—¿Ya me van a decir porque hay tanta gente en este lugar? — Comentó Lena.

—Fue idea de Nastya, ella prácticamente organizó todo — Aclaró Lauren.

—Así es, aquí está casi la mitad de la universidad, supuse que así sería mucho más divertido.

Elena solo negó con la cabeza riendo, luego volvió a abrazar a Nastya.

—Gracias, esto es genial.

—Si, si, es genial, pero ya, tenemos una fiesta y debemos celebrar tu cumpleaños número 20.

—Bien, vayamos a la fiesta, entonces.

Todas asintieron y juntas regresaron a la fiesta, donde cada una consiguió una cerveza y comenzaron a beber, mientras cantaban y bailaban todo tipo de canciones que les gustaban.

………………………………………………………………………………………………………………

Habían pasado 3 horas y la fiesta cada vez estaba mejor, y las chicas casi no se habíamos separado en ningún momento, y al decir casi, era porque precisamente en ese momento, cada pareja estaba perdida, Yulia y Lena estaban sentadas en un sofá, bebiendo y viendo a los que bailaban en el centro platicando, mientras que Nastya, Anya, Lauren y Svetlana habían desaparecido misteriosamente.

Entonces, en ese momento, hubo un cambio de canción, cosa por la que la pelirroja se emocionó, pues era una de sus tantas canciones favoritas.

—Oh por Dios, es Keep Holding On, Yul, yo amo esa canción, vamos a bailarla.

—Muy bien, Lena, vamos.

Entonces Yulia se levantó del sofá junto a su novia, Lena tomó su mano entre la de ella y fueron al centro de la pista improvisada, donde Yulia rodeó su cuello con sus brazos y la pelirroja la sujetó de la cintura y comenzaron a bailar.

Yulia la miraba a los ojos, y sonreía, Lena hacía lo mismo, pero su cabeza estaba dispuesta a arruinarle ese momento.

¿Qué pasaría si Yulia se entera de la apuesta? ¿Ella me dejaría?
>>Por supuesto que me dejaría, ella me odiaría<<
Pero tal vez si le explico todo, ella me comprenda y no nos afecte.
>>Claro que nos va a afectar, a ella le va a doler todo ese juego de la apuesta<<
Sin embargo, no es justo que ella siga creyendo en una mentira.
>>Pero si soy honesta la voy a perder, y eso no lo puedo permitir<<

Tenía una pelea interna consigo misma, no podía dejar de pensar en si decirle o no, y su rostro poco a poco fue mostrando preocupación y Yulia notó eso.

—¿Qué pasa, Elena?

La pelirroja suspiró, negó con la cabeza brevemente y como si nada, solo le sonrió.

—No pasa nada, es solo que... te quiero, Yulia.

—Yo también te quiero, Lena.

Escuchar esas palabras de su boca la hicieron sonreír, por lo que puso una mano en su barbilla y la besó durante algunos segundos, y cuando se separaron juntó su frente con la suya, después dejó un beso ahí y volvió a verla mientras seguían bailando.

—En verdad te quiero, Yul y necesito que me prometas algo.

Yulia frunció el ceño, por las palabras que acababa de decir su novia, pero fue más por el tono que usó.

—¿Qué quieres que te prometa?

—Que pase lo que pase, no vas a dejar de quererme y vas a creer firmemente en que yo te quiero como nunca nadie lo ha hecho, a pesar de todo, vas a creer en ese sentimiento.

—No sé porque estás diciendo esto, pero... pero te lo prometo, no voy a dejar de quererte y además, sé que me quieres.

Entonces, Lena sonrió y volvió a besarla, después, la abrazó fuerte contra su pecho, la unió más a ella, y continuaron bailando, mientras que la pelirroja trataba de ignorar ese miedo a perderla y de olvidar ese mal presentimiento que se creaba en su cabeza.

………………………………………………………………………………………………………………..

Mientras tanto.

—Nastya, ¿no crees que nos estamos metiendo en algo demasiado privado? — Preguntó la rubia.

—¿Qué? No, Anya, solo les vamos a dar un pequeño empujoncito, además, sería un buen regalo para Elena, sé que nos lo va a agradecer.

—Pero ¿y si sale mal y se enojan con nosotras?

—No se van a enojar, Anya... ¡Listo! — Gritó la castaña cuando terminó de decorar una de las habitaciones de huéspedes que había en el departamento de Lauren, ya que las seis se quedarían a dormir ahí luego de la fiesta, y entre Lauren, Svetlana, Anya y Nastya misma habían creado una pequeña sorpresa de cumpleaños para Elena, que estaban seguras que disfrutaría.

—Bueno, se ve bien — Dijo Anya.

—Lo sé, esta habitación está asquerosamente cursi.... seguro que terminan en la cama esta noche.

—Bien, pero si se enfadan con nosotras, no sé que haremos.

—Ya te dije que no se enfadarán, cariño, ahora, creo que será mejor que regresemos a la fiesta o comenzarán a sospechar.

Entonces Anya solo asintió, Nastya la tomó de la mano y luego de besarla, salieron de la habitación para regresar a la fiesta.

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En la habitación de Lauren.

—Mmm... Lauren... debemos regresar...

—No... espera...

La morena de ojos verdes la tomó de la cintura haciendo que la castaña se sentara sobre uno de los muebles de la habitación, posicionándose en medio de sus piernas para después besarla en los labios intensamente, como ya lo había hecho minutos antes, enseguida se pasó a su cuello y comenzó a dejar besos ahí mientras que Sveta movía la cabeza a un lado para darle más acceso a él.

Mientras ella hacía eso, la castaña de pronto le quitó su blusa, permitiéndose tocar el abdomen marcado de la chica cuando de pronto sintió una de las manos de Lauren subirle un poco el vestido y comenzar a tocar sus piernas de arriba hacia abajo.

Las cosas poco a poco comenzaban a subir de tono, Lauren cada vez besaba más su cuello y sus clavículas en algunas ocasiones mientras que Sveta seguía jugando con su abdomen y de vez en cuando se acercaba al borde de sus pechos mientras que la castaña acercaba su mano peligrosamente a la parte interna de sus muslos, cuando de repente, la puerta se abrió bruscamente.

—Hey, ya está todo list.... Wow.

Dijo Nastya en el momento en que las observó, cosa por la que Lauren se alejó rápidamente de Sveta y esta se bajó de ese mueble para acomodarse el vestido bajo las miradas de Anya y Nastya mientras que su rostro ardía de pena.

—Vaya, chicas, ustedes si que saben aprovechar muy bien su tiempo.

Sveta suspiró y tapó su rostro durante algunos segundos, luego observó a Lauren que ya se había puesto la blusa nuevamente y bufó.

—Cállate, idiota, y ya mejor váyanse, en un momento las alcanzamos.

—Bien, ya nos vamos, pero si tardan, ya sabremos porque.

Y así, Nastya le guiñó un ojo a Lauren y con Anya se fueron al momento de cerrar la puerta de la habitación, entonces, Lauren observó a Sveta, y como si nada, se puso a reír.

—¿De qué te ríes, Lauren?

—De tu rostro, pareces un tomate en este momento.

—No es gracioso, nos acaban de ver en una situación tan, tan...

No sabía que decir y por eso, dejó salir un bufido, yendo hasta un espejo, donde se observó labios hinchados, maquillaje corrido, cabello despeinado y vestido arrugado.

Genial.

Entonces Lauren se acercó a ella, la abrazó por detrás y dejó un beso en su cuello aún muy sonriente.

—Vamos, Sveta, no es para tanto, nos han atrapado fajando, no es un gran problema, a mí me han atrapado en situaciones mucho peores.

Eso hizo reír a la castaña, por lo que se giró a Lauren y le dio un pequeño beso, cosa que la hizo sonreír después.

—Para la próxima me aseguraré de ponerle pestillo a la puerta.

—No habrá próxima, ojiverde — Lauren sonrió y le guiñó un ojo.

—Oh, te aseguro que si la habrá, linda.

Y tras eso, ambas salieron de la habitación de regreso a la fiesta.

…………………………………………………………………………………………………………………

Yulia y Elena habían terminado de bailar yendo a la barra, donde tomaron un par de cervezas, cuando Nastya y Anya llegaron con ellas casi muriéndose de la risa.

—¿Y a ustedes dos que les pasa? — Preguntó la pelinegra. Ellas se miraron mutuamente y volvieron a reír, hasta que lograron tranquilizarse un poco.

—No van a creer lo que acabamos de ver — Dijo Anya aún muerta de risa.

—¿Que vieron? — Preguntó confundida Lena.

Y justo cuando Nastya se disponía a hablar, llegaron con ellas Lauren y Svetlana, un tanto desarregladas y ambas con los labios hinchados, después, Svetlana cruzó miradas con Anya y se sonrojó completamente, cosa por la que Yulia y Lena se miraron y enseguida miraron a Nastya.

—¿De dónde vienen ustedes dos? — Lena sonrió y enarcó una ceja — ¿Y que estaban haciendo?

Tras eso, Anya y Nastya volvieron a reír, y luego de mirar la cara pálida de Svetlana y la mirada asesina de Lauren, Yulia y Elena se rieron también.

—Bueno, basta, dejen de reírse.

—Lo siento Lauren, pero me imagino lo que hacían y...

Volvieron a reír, hasta que el estómago dolía, luego, solo bebieron de sus cervezas mientras ellas las miraban.

—Ok, ya, ya, lo sentimos...

—Si, bueno, como sea, a seguir festejando mi cumpleaños — Finalizó Elena.

Y con eso, volvieron a la pista de baile.

…………………………………………………………………………………………………………………

—Bien, ese fue el último — Comentó Nastya tras sacar a la última persona del departamento, cerrar la puerta y sentarse en el sofá luego de suspirar.

—Wow, esto estuvo de locos — Comentó la pelirroja.

—Si, pero estuvo genial, digamos que disfruté algunos momentos, bastante.

—Me imagino que si — Dijo Nastya aguantando la risa.

—Por favor, ¿podríamos dejar de hablar de cosas que se disfrutaron esta noche? — Sveta rodó los ojos.

—¿Por qué? ¿Tú no disfrutaste de...

—Ok, ok... Anya ¿no quieres ir por helado a la nevera?

—Siiii!!, amo el helado.

—Genial, vamos a la cocina por helado.

Y con eso, Nastya, Lauren, Yulia y Lena reían mientras Svetlana y Anya se iban hacia la cocina, Anya caminaba emocionada mientras que Svetlana se frotaba las sienes, cansada.

—Bien, ha sido demasiada diversión por un día... ¿cómo se supone que vamos a dormir? — Cuando Lena dijo eso, Nastya y Lauren se miraron entre si, sonrieron y con esas mismas sonrisas, miraron a Yulia y a la pelirroja, haciendo que esta entrecerrara los ojos.

Estas dos se traen algo.

—Ustedes dos van a dormir en la habitación de huéspedes — Anunció Lauren.

—¿Y ustedes? – Preguntó Yulia.

—Ah... nosotras ya nos arreglaremos, ahora... a dormir.

Entonces Nastya y Lauren las guiaron hasta la habitación, Lauren abrió la puerta y de pronto, Nastya empujó a Yulia y a Lena a su interior, donde una vez que vieron como estaba arreglada, ambas se miraron unos segundos, después se giraron hacia la puerta, donde Nastya y Lauren las miraban sonrientes.

—Espero que disfruten la habitación — Dijo Lauren.

—Feliz cumpleaños, Lena.

La pelirroja se quedó boquiabierta y cuando iba a salir de la habitación, ellas cerraron la puerta con llave, dejándolas encerradas ahí adentro.

—¡Buenas noches! — Gritó Lauren desde afuera.

—¡Ustedes, idiotas! ¡Regresen y sáquenos de aquí!.. ¡Nos están obligando a tener sexo!

De nada sirvieron los gritos, pues ellas la ignoraron, por lo que bufó, y volvió su vista a Yulia, que la miraba sin saber que hacer, y en ese momento, Lena comenzó a ponerse nerviosa.

—Yul, yo no... yo no sabía que ellas iban a...

—Todo está muy lindo... — Comentó la pelinegra, interrumpiéndola y tomando por sorpresa a Lena, ya que esta no esperaba que le dijera eso y mucho menos que se estuviera acercando como lo estaba haciendo en ese momento.

¡Ay por Dios, se está acercando, se está acercando! ¡¿Porque se está acercando?!

Entonces, cuando Yulia por fin estaba cerca de ella, la tomó del cuello y Lena por instinto la sujetó de la cintura.

—¿Yulia tú... tú quieres... — Se encogió de hombros y sonrió.

—Quien no querría estar contigo, Elena.

—¿De verdad?

—Si, la verdad es que me muero por estar contigo pero no sé si tu... si tú también lo quieres...

—Es broma ¿no?... Por supuesto que yo también quiero estar contigo... no hay nada que yo desee más...

Y así, Yulia le sonrió, para que Elena la tomara de la barbilla y comenzara a besarla.

…………………………………………………………………………………………………………………………

Mientras tanto.

—Ok, ahora que ya encerramos a las tórtolas en la habitación, debemos organizarnos nosotras, como dormiremos, ¿eh, Zaitseva?

—Bueno, en realidad apenas estaba pensando en eso... pensaba que tú y Anya podrían dormir en mi habitación ya que yo soy la anfitriona, pero luego recordé que no quiero que tú y ella tengan sexo en mi cama, por lo que llegué a la conclusión de que es mejor que Svetlana y Anya duerman en mi habitación y tú y yo aquí en la sala.

—No, yo no estoy de acuerdo con eso, yo quiero dormir con mi novia — Aclaró rápidamente la castaña ojos claros.

—No me importa lo que tú quieras, aquí se hace lo que yo digo, Isaeva, además, ustedes señoritas, ¿qué dicen?

—Por mí no hay ningún problema, es más, estoy totalmente de acuerdo — Lauren le sonrió a Sveta y le guiñó un ojo.

—Lo sabía, ¿Y tú Anya?

—Por mí tampoco hay problema.

Entonces, Nastya bufó ante eso y Lauren solo la observaba sonriente haciendo que la castaña rodara los ojos y caminara hasta Anya.

—Bien, siendo así — la tomó de la barbilla y la besó — Buenas noches, Anya.

—Buenas noches, Nasty.

—Sveta, también a ti buenas noches.

—Igual Nastya, buenas noches a las dos.

Entonces Anya y Svetlana comenzaron a caminar hasta la habitación cuando Lauren habló nuevamente.

—Hey Sveta, ¿y yo qué? ¿No hay beso de buenas noches para mí?

La prima de Yulia sonrió y negó con la cabeza, se acercó a Lauren y provocándola se acercó a sus labios, pero en ese instante, la morena ojiverde giró el rostro y le dio el beso en la mejilla, después la miró a los ojos y relamió sus labios, todo mientras Nastya miraba la escena un tanto divertida.

—Buenas noches, Lauren...

Y así, Lauren sonrió y levantó sus cejas, viendo como Svetlana ahora se alejaba con Anya a la habitación, dejando a Nastya sola con la ojiverde.

—Wow, se puede sentir la tensión sexual entre ustedes a diez kilómetros.

—Ella es tan... sexy y me vuelve... jodidamente loca.

Entonces, Nastya asintió ante lo obvio y comenzaron a acomodar el sofá que gracias al cielo era un sofá-cama para dos, por lo que no tendrían que dormir en el suelo alguna de las dos.

Una vez todo listo Lauren y Nastya se acostaron y guardaron silencio por unos segundos.

—Oye, Zaitseva.

—¿Qué quieres, Nastya?

—¿Cómo conseguiste fajarte a Svetlana? Por lo que veo se hace mucho de rogar.

Nastya, la observó y Lauren sonrió, viéndola igual, levantó ambas cejas.

—Es el efecto Zaitseva, nadie se resiste, ni siquiera ella.

—Bueno, pues al paso que vas, no tardarás mucho en acostarte con ella.

—No, no tardaré tanto, Svetlana va a terminar teniendo sexo conmigo cuando menos se lo espere y luego, bueno, luego me pasaré a la siguiente chica.

—Ajá... ¿en verdad solo la quieres para el sexo? — Lauren volvió a verla, su expresión cambió un poco, se quedó en silencio unos segundos y luego solo se encogió de hombros.

—Eso quiero creer...

…………………………………………………………………………………………………………….

A la mañana siguiente.

Lena poco a poco comenzó a abrir los ojos, frotándolos durante algunos segundos y dejando salir un suspiro, luego giró su rostro y una sonrisa se dibujó en él al ver a Yulia.

Lentamente se sentó en la cama, recargó su espalda en el respaldo de esta y después comenzó a acariciar la mejilla de la morena con sus dedos de arriba hacia abajo.

Yulia estaba tranquilamente dormida sobre su pecho en la cama, su cabello estaba revuelto, las sábanas solo la cubrían hasta la cintura mientras abrazaba una de las almohadas.

Se veía realmente tierna y la pelirroja se sentía realmente feliz, habían hecho el amor por primera vez y pudo haber sido mejor, lo romántica que la habitación estaba sin duda sacó el lado más tierno de Elena.

Intentó ser tierna, dulce y cuidadosa con ella, intentó tratarla como una princesa y darle la mejor noche de su vida, pero sin duda, ella le había dado una de las mejores noches que pudo haber pasado con alguien.

Al recordar la noche anterior, Lena dejó salir un suspiró, se levantó de la cama y se vistió con una camiseta y unos shorts, enseguida se acercó a la morena y luego de besar su mejilla y su cabeza suavemente, salió de la habitación que ya no estaba cerrada con llave obviamente.

Caminó por el pasillo y cuando llegó a la estancia, no pudo evitar reírse al ver a Nastya y a Lauren, profundamente dormidas en ese sofá-cama, pero una arriba de la otra.

Par de idiotas...

Entonces aprovechó que ambas estaban en un profundo sueño para buscar entre las cosas de Lauren algo para despertarlas y por alguna extraña razón, ella tenía una corneta en uno de los cajones de la estancia, por lo que la tomó, se acercó a ellas e hizo sonar la corneta en sus rostros, haciéndolas despertar de inmediato.

—¡¡¡¡¡Aaaaaahhhhhh!!!!!! — Gritaron ambas a la vez.

Ese pequeño susto ocasionó que Lauren cayera al suelo y que enseguida, ambas miraran furiosas a la pelirroja mientras que esta se burlaba.

—¡¿Pero qué mierda?! — Exclamó Lauren.

—Jódete, Katina, ¡¿porque mierda hiciste eso?!

—Se lo merecían, las dos.

Lena le dio la mano a Lauren y la ayudó a levantarse para luego sentarse en el sofá-cama, esta la miraba con los ojos entrecerrados.

—¿Y se puede saber porque nos lo merecíamos?

—Por habernos encerrado a Yulia y a mí en la habitación anoche... se metieron en un tema demasiado íntimo para las dos.

—Ay por favor, Elena, ¿no me digas que te enfadaste por eso? — Dijo Nastya.

—Yo no lo creo, ya que tus gemidos y los del hobbit nos dijeron todo lo contrario... — Completó Lauren.

—¿O acaso fingiste los orgasmos?

—¿Apoco el duende es tan mala en la cama como para fingir los orgasmos? — Preguntó Lauren.

Esas preguntas hicieron reír a Lena mientras negaba con la cabeza, después se sentó en medio de ambas y dejó salir un suspiro.

—No sean estúpidas... Dije que se metieron en un tema muy íntimo, por eso las desperté de esa manera, pero no dije que me enfadé porque lo hayan hecho... Es más, se los agradezco bastante chicas.

Otro suspiro salió de boca de la pelirroja seguida de una gran sonrisa mientras que Nastya y Lauren chocaban las palmas de las manos en señal de victoria.

—Pero cuéntanos ¿qué tal estuvo? ¿Tus gemidos fueron exagerados o en verdad fue bueno?

—Nastya, fue... fue maravilloso, fue mágico... y no estoy segura pero, creo que fue la mejor noche que he tenido con alguien... lo cual es mucho decir por…

—Por Alexa.

Lena asintió, suspiró, las miró a las dos nuevamente y solo sonrió.

—Pero en fin, no quiero pensar en cosas tristes, estoy de muy buen humor y no pienso que nada me arruine eso, así que si me disculpan, iré de regreso con mi novia porque pienso llevarla a desayunar, con permiso chicas.

Dicho eso, se levantó del sofá y caminó hacia la habitación cuando escuchó un grito de Lauren.

—¡Nos debes una muy grande, Katina!

—¡Y se las voy a pagar, no se preocupen!

Después solo dejó salir una ligera risa, llegó a la habitación, entró a ella y Yulia ya estaba despierta, solamente cubierta con la sábana y sentada en la cama.

—Buenos días, mi amor — Sonrió.

—Buenos días, Lena.

Entonces la pelirroja sonrió, caminó hasta la cama y se sentó a un lado de Yulia, donde entrelazaron sus manos mientras que Lena dejaba un pequeño beso en sus labios.

—¿Cómo amaneciste, princesa? — Yulia suspiró y besó la mejilla de su novia.

—Más que bien, te lo aseguro.

Eso hizo sonreír aún más a Lena, entonces esta tomó la mejilla de Yulia con su mano y la acercó para volver a besarla, algo que se alargó más de lo que tenían previsto.

……………………………………………………………………………………………………………

Horas después.

Luego de haber llevado a desayunar a Yulia, las chicas y Lena regresaron a la universidad — menos Svetlana que se quedó con Lauren en su departamento haciendo quien sabe que cosa y en cuanto llegaron, Yulia se fue con Anya a su dormitorio, pues tenían algunas cosas que contarse, y en realidad Lena también necesitaba hablar con Nastya, por lo que luego de llevar a las chicas al dormitorio, Nastya y ella se sentaron en una de las bancas que estaba en el campus cerca de un árbol para poder hablar.

—Nastya, en verdad estoy reconsiderando lo de la apuesta, siento que... que no es correcto lo que le estoy haciendo a Yulia, además, anoche, en mi dormitorio Yulia me dijo que a veces piensa que yo tuve otra razón para acercarme a ella además de la que yo le había dado y... no lo sé, pero, me da miedo que se llegue a enterar.

—Ok, Elena, si quieres cancelar la apuesta, está bien, entiendo que te de miedo que Yulia descubra que tú y yo apostamos que podías enamorarla en tres meses, pero, si la cancelas, yo quedaré como ganadora y tendrás que cumplir, así que ¿qué decides?

—Sabía que dirías eso, pero no me importa, ella es mucho más importante, así que... felicidades, Nastya, has ganado nuestra apuesta...

Después de que Nastya escuchó eso, se puso a celebrar como loca y cuando terminó, solo estuvieron hablando del castigo que tendría que pagar Lena y de un montón de cosas más que les llevó cerca de 10 a 15 minutos, luego cuando terminaron, Nastya fue a no sé dónde a buscar algo para Anya y Lena regresó a su dormitorio pero cuando llegó a él, Yulia estaba ahí, con los ojos llorosos, y cuando la observó, solo se acercó y lo próximo que sintió, fue la mano de Yulia chocando contra su mejilla fuertemente.

—¡Eres una maldita mentirosa!

—¡Eres una maldita mentirosa!

Lena se quedó pasmada unos segundos, después, solo miraba a Yulia, algo confundida.

—¿Qué te pasa? ¿De qué hablas?

—¡Apostaste! ¡Apostaste con Nastya a que podías enamorarme en tres meses! ¡Fui una apuesta para ti!

Al escucharla decir eso, los ojos de la pelirroja se abrieron como platos, y de los ojos de la morena no dejaban de salir lágrimas.

—¿Qué? ¿Po…por qué dices eso?

—¡No te hagas la tonta! ¡Sabes que estoy diciendo la verdad! ¡¿O acaso eres tan malditamente cínica como para negármelo?!... ¡Contéstame, Elena! ¡¿Es una mentira?!

—Yo... Yulia... ¿Cómo lo supiste?

—Fue Dima, él las escuchó hablando hoy sobre eso en el campus... de no ser por él, tu seguirías viéndome la cara de estúpida... pero no me has contestado, ¿él me mintió? dime ¿me mintió?

Las lágrimas comenzaron a aparecer en el rostro de Elena y silenciosamente salían de él, no podía con esto, Yulia se había enterado, la había lastimado y no podía seguir mintiendo más.

—No te mintió, es cierto... aposté con Nastya que podía enamorarte en tres meses...

—Te burlaste de mi... jugaste conmigo... y me rompiste el corazón...

—Yu…Yulia no... no te voy a negar que al principio eras una apuesta, y que fui una jodida idiota por eso, pero después, después fui sintiendo cosas por ti, de eso me di cuenta la primera vez que te besé, a partir de ahí, todo lo que vivimos fue sincero, fue real, yo no fingí absolutamente nada... mis caricias fueron reales, los besos fueron reales, las sonrisas fueron reales... me enamoré de ti, realmente me enamoré...

—No te creo...

—Por favor, por favor, te lo suplico, perdóname, por favor, perdóname...

—Yo no te voy a perdonar esto nunca... pero lo peor de todo, es que yo si me enamoré de ti, pero con esto... olvídate de mí.

—Yo también me enamoré, por favor, créeme, estoy siendo sincera, Yulia, por favor... no puedo perderte también a ti, no puedo... no quiero perderte... te lo suplico...

—Es demasiado tarde...

Yulia solo observó brevemente a Lena, y le dio la espalda comenzando a alejarse de la chica.

—¡Una vez me dijiste que me ayudarías a que esto no muriera!... ¡Además, anoche, me hiciste una promesa!

La morena se detuvo de golpe a medio camino, se dio la vuelta y aún llorando se acercó a Lena, sin embargo, no dijo ninguna palabra, solo la observó.

—Anoche me prometiste que pasara lo que pasara, no ibas a dejar de quererme y que ibas a creer en lo que siento por ti... y te estoy diciendo que me enamoré de ti Yulia, tienes que creerme.

—Te lo prometí, lo sé, pero esa promesa se desvaneció cuando me enteré de tu apuesta... ahora ya no sé que creer.

—Yulia, tú crees que si solamente hubieras sido una apuesta para mi ¿te estaría rogando en este momento?... No, claro que no.

—Ya, por favor, no hagas esto más difícil, no intentes convencerme de nada, porque será inútil.

Entonces, en un acto desesperado por no perderla, la pelirroja la tomó del cuello y la besó.

Al principio la pelinegra se resistió, pero después solo se dejó llevar, poniendo su mano en la mejilla de Lena y correspondiendo al beso mientras que la pelirroja con su otra mano libre tomó su mano y entrelazó sus dedos.

Yulia seguía llorando y Lena igual, sus lágrimas se perdían en aquel beso, pero Elena no se quería alejar de ella, la iba a perder y no podía hacer nada para evitarlo.

Luego, se separaron después de haber alargado el beso lo más que pudo la pelirroja, la miró a los ojos, suspiró y juntó su frente con la suya.

—Te amo, Yulia...

Se alejó de ella, Yulia se soltó y después de limpiar sus lágrimas con el dorso de su mano, la miró a los ojos y apartó la mirada segundos después.

—Disfruta de tu victoria, al menos espero que lo que hayan apostado sea lo suficientemente bueno como para destrozar a alguien...

Yulia volvió a alejarse, y Lena solo la veía marcharse desde su lugar, llorando aún más.

—¡No puedo perderte a ti también!

Yulia se detuvo a mitad de camino nuevamente, pero esta vez solo le contestó sin darle la cara.

—Que lástima... ya me perdiste... pero lo más triste, es que si tu hubieras sido sincera conmigo... si me hubiera enterado por ti de esta apuesta, te hubiera perdonado, pero las cosas no fueron así... Adiós, Elena.

Entonces se fue.

La pelirroja, entró a su dormitorio, cerró la puerta, se recargó en ella y se deslizó hasta que tocó el suelo, donde rodeó sus piernas con sus brazos y comenzó a llorar.

Todo se había arruinado, la había perdido y eso la destrozaba. Pero lo que más le dolía, era que a Yulia la había destrozado ella, la lastimó ella y lo peor de todo es que ella sabía que pasaría.

……………………………………………………………………………………………………………….

Media hora después, cuando por fin las lágrimas cesaron, Lena se levantó del suelo y salió del dormitorio. El campus estaba aún vacío pues las vacaciones todavía no terminaban, lo que le permitió encontrar rápidamente a Dima, en la cancha de fútbol, por lo que se acercó a él y de inmediato su puño chocó contra su rostro, haciendo que su nariz sangrara.

—¡¿Pero qué mierda sucede contigo, Elena?!

—¡No tenías el derecho a decírselo!

—Oye, oye, tranquila, yo hice lo que tú nunca harías... decirle la verdad.

—¡Le iba a decir la verdad pero tú me quitaste esa posibilidad!

—Tu y yo sabemos que eso no es cierto, así como sabemos que solo te has estado burlando de ella. Tú no la mereces y lo sabes.

—Eso no es cierto, yo me enamoré de ella...

—No, Elena, no te enamoraste, lo único que Yulia significó para ti fue una forma de ganarle a Nastya, ella se merece a alguien mucho mejor que tú.

—¿¡Y quién es ese alguien?! ¡¿Tú?! ¡No me hagas reír!

—Aunque te duela, soy mejor que tú, yo si amo a Yulia.

—Eso no es cierto, ella era feliz conmigo y si la amaras de verdad la hubieras dejado ser feliz conmigo, así que no te sientas mejor porque eres tan miserable como yo.

—No me importa lo que digas, yo la voy a recuperar...

—¡Ni se te ocurra acercarte a ella!

Él solo sonrió, la miraba con superioridad y negaba con la cabeza.

—Tú no eres nadie para decirme que hacer.

—No la voy a dejar sin dar pelea, te lo aseguro.

—Bien, que la guerra comience.

Y así, él solo se alejó dejando a Lena ahí sola.

—Que la guerra comience entonces.

…………………………………………………………………………………………………………………

Elena regresó a su dormitorio y se recostó en su cama solo viendo al techo mientras las lágrimas salían de sus ojos silenciosamente.

No podía entender como todo se pudo ir al carajo de un día para otro, como es que las mentiras podían destruirlo todo, como alguien podía cometer un error que a la vez pudo ser algo maravilloso pero también desgarrador.

Su error había sido esa maldita apuesta.

No se arrepentía de haber apostado, eso lo tenía claro, pues de no haber sido por eso, nunca se hubiera dado la oportunidad de conocer a Yulia y a causa de eso, no se hubiera dado cuenta de que podía volver a amar nuevamente, sin embargo, de lo que se arrepentía profundamente era de no haber detenido esa apuesta cuando se dio cuenta de sus sentimientos hacia ella y de no haberle dicho la verdad cuando se le presentó la oportunidad.

***

Le di un último beso en los labios y me recosté a su lado.

Acabábamos de hacer el amor y no podía sentirme más plena y feliz, me sentía tan enamorada de ella en este momento que sentía que en cualquier momento algo malo pasaría y me alejaría de ella, pero en este momento, quité todo pensamiento malo y rodee su cintura con mi brazo mientras que ella recargaba su cabeza en mi pecho y dibujaba círculos invisibles en mi abdomen para yo luego dejar un beso en su frente.

—¿Es normal que me sienta tan enamorada de ti? — Pregunté.

Entonces escuché como ella dejó salir una pequeña risa, para ponerse boca abajo sobre mí, recargar ambas manos en mi pecho y enseguida poner su barbilla encima de estas para mirarme sonriente mientras que yo la tomaba de la cintura.

—No lo sé, tal vez es normal... ¿es normal que me hagas sentir tantas cosas a la vez? — Me dijo con una hermosa sonrisa. También sonreí y dejé un pequeño beso en sus labios.

—No lo sé, tal vez es normal...

Repetí la frase que ella había usado para contestarme anteriormente y solo sonreímos, mirándonos a los ojos, felices por lo que éramos en ese momento, éramos una sola.

—Ven aquí.

Y así la tomé entre mis brazos, la acerqué más a mí y besé sus labios unos segundos para después separarnos y suspirar.

—No había sido más feliz antes que como lo soy ahora...

—¿De verdad? — asentí — Bueno, pues yo tampoco había sido tan feliz, y espero que esa felicidad dure mucho tiempo.

—Vas a ver que si, mi amor, yo me encargaré de que dure.

***

—¡Despierta, Elena!

El grito de Nastya hizo que la pelirroja despertara de su sueño exaltada y dándose cuenta de que estaba llorando dormida, al haber soñado con Yulia la otra noche, después de haber hecho el amor.

—Déjame en paz, Nastya, quiero estar sola.

—Se han ido, idiota.

—Se han ido, idiota.

—¡¿Qué?! ¡¿Quiénes?!

—Yulia y Anya, se han ido...

—No, no es cierto... ¿cómo lo sabes? ¿quién te dijo que se fueron?

—Svetlana nos lo dijo.

Comentó Lauren de repente cuando entró al dormitorio, cerró la puerta y se sentó en la cama de Nastya.

—Svetlana estaba conmigo cuando recibió una llamada de Yulia, al parecer estaba llorando, ella le dijo que se iba a ir con Anya a San Petersburgo con sus papás para lo que quedan de las vacaciones, y le explicó todo lo que había pasado entre ustedes.

—No puedo creer que se haya ido...

—Se fue, y se llevó a Anya... — Dijo Nastya.

—¿Y tú sigues con Anya?

—Tuvimos una muy fuerte discusión por eso, pero no terminamos, solo estamos peleadas.

Eso hizo que Lena dejara salir un suspiro, y se recostara nuevamente mientras cubría su rostro con una almohada.

—Váyanse, quiero estar sola.

—Elena, nosotras...

—¡Que se larguen! ¡No quiero ver ni hablar con nadie!... Déjenme sola, por favor.

—Está bien, nosotras nos vamos... — Comentó Nastya, mirando fijamente a Lauren.

Elena escuchó los pasos de ambas y como cerraban la puerta segundos después donde luego de eso, solo volvió a llorar, se sentía muy mal, porque había perdido a su Yul y no podía soportar eso.

………………………………………………………………………………………

Una semana había pasado desde que Yulia y Elena habían terminado y todo estaba mal.

Había hablado con sus padres solo para avisarles que ya no iría a Australia con ellos omitiéndoles el porque, también intentó hablar con Yulia por teléfono pero ella nunca le contestó, la llamó hace tres días por su cumpleaños, pero no contestó.

——Flashback——

Dejé salir un suspiro, tomé mi celular entre las manos y volví a llamar a Yulia, estuve así unos minutos, pero una vez más, ella rechazó mi llamada, por lo que dejé salir un bufido de desesperación, respiré profundamente y marqué su número una vez más y en esta ocasión si me contestaron.

En la llamada.

—¿Yulia?

—Soy Anya y Yulia no quiere hablar contigo, Elena, por favor, deja de insistir, ¿o quieres lastimarla aun más?

—No, yo solo quiero hablar con ella, quiero que me perdone, por favor, Anya, déjame hablar con ella.

—Ella no quiere, así que por favor deja de llamar, adiós.

—No, espera... ¿podrías decirle algo de mi parte al menos? Te lo suplico, Anya.

—Bien, ¿qué es? — Suspiró.

—Dile que espero que tenga un feliz cumpleaños... y que la amo.

—Está bien, yo se lo diré, adiós.

Fin de la llamada.

Entonces, corté la llamada, suspiré y me dejé caer en mi cama, resignada a todos estos problemas.

——Fin Flashback——

Incluso intentó ir a San Petersburgo, pero ni Nastya ni Lauren se lo permitieron, por lo que la mayoría del tiempo solo se quedaba en su dormitorio, aislándose de todo el mundo.

Pero ahora que las clases habían iniciado nuevamente, tenía la ligera esperanza de verla y poder hablar con ella, sin embargo, habían pasado las 4 primeras clases y no había rastro de Yulia, por lo que ahora Lena caminaba hacia la cafetería con Nastya a su lado, cuando miró a Svetlana a lo lejos, aceleró su paso hasta que llegó con ella.

—Svetlana, ¿dónde está Yulia?

La castaña la miró poniendo los ojos en blanco mientras negaba con la cabeza e intentaba irse, pero Lena la tomó de la muñeca, evitando que se moviera, lo que ocasionó que la chica dejara salir un bufido.

—Tanto ella como Anya siguen en San Petersburgo.

—¿Cuando regresan?

—¿Tú crees que te voy a decir eso?

—Por favor, necesito saberlo.

—Lo siento mucho, Elena, pero yo no pienso decirte nada, adiós.

Y así, Svetlana se alejó, Nastya llegó junto a su amiga y la miró.

—¿Sabes algo? — Dijo la castaña de ojos verdes.

—No, pero lo voy a saber.

Dicho eso, la pelirroja tomó su celular y comenzó a marcarle a la única persona que podría ayudarla en ese momento.

En la llamada.

—Lauren, todavía estas saliendo con Svetlana ¿no?

—Si, aun salimos, ¿por qué?

—Porque quiero que hagas algo por mí.

—Bien, ¿qué quieres?

—Sácale información sobre Yulia, solo necesito saber cuando llega de San Petersburgo, es todo, es sencillo y creo que puedes hacerlo ¿no?

—Obviamente puedo hacerlo, así que cuenta con ello, en cuanto sepa algo te aviso.

—Ok, gracias, Zaitseva.

—No hay de que, Katina.

Fin de la llamada.

—Se acabó la Elena deprimida, a partir de hoy, regresa la antigua yo, y eso significa que la voy a recuperar.

—Esa es la Elena que conozco.

Entonces le sonrió a su mejor amiga y siguieron su camino a la cafetería.

No pienso dejarla ir tan fácilmente...

……………………………………………………………………………………….

—Entonces, Sveta ¿me vas a decir?

Mencionó la ojiverde cuando se sentó en el sofá de su departamento una vez que llegaron de la universidad y la castaña se sentó sobre su regazo, viéndola seria.

—¿Para qué quieres saber cuándo llegan Yulia y Anya, Lauren?

—Pues nada más, para saber, me gusta estar informada.

—Si, claro, ¿tú crees que soy estúpida, Lauren?

—No lo sé, ¿lo eres?

—Agg, idiota.

Svetlana bufó, puso los ojos en blanco e iba a levantarse del regazo de la chica, cuando esta la tomó de la cintura y evitó que lo hiciera con una sonrisa arrogante.

—Vamos, Sveta, solo era una pequeña bromita...

Y tras eso, Lauren le sonrió, tomándola de la barbilla para besarla, pero Svetlana corrió la cara, dejándola sin beso.

—Bien, sin beso... pero al menos dime lo que te pedí.

—No te voy a decir nada, sé que se lo dirás a Elena.

—Que lista, Sveta, justo voy a hacer eso.

—Perfecto, entonces no te diré nada.

La pelinegra ojiverde asintió, después acercó su boca a su cuello y comenzó a dejar algunos besos en él.

—Anda, Sveta, dime solo cuando llegan...

Seguía besando su cuello mientras la tomaba de la mano y la llevaba a su abdomen, por debajo de su blusa, hablando entre besos.

—Elena solo quiere saber eso... Está arrepentida...

Hubo algunos besos más, Sveta seguía tocando el abdomen de Lauren hasta que llevó sus manos a las mejillas de esta y la besó durante algunos segundos.

—Eres una tramposa...

—¿Me dirás lo que quiero saber?

La castaña suspiró, mordió su labio inferior y le sonrió negando con la cabeza.

Misión cumplida.

—Te voy a decir, pero primero quiero que tú me digas algo.

—¿Y qué es?

—¿Tú sabías de esa apuesta?

—Sí, me enteré el día de la boda de mi hermana.

—¿Y porque no dijiste nada?

—Porque eso no era asunto mío, eso era cosa de Elena, y yo no podía andar por ahí divulgándolo, no me podía meter en eso y sabes que tengo razón ¿o no?

—Si, lo sé...

—Bien, y ahora que ya sabes lo que querías, me toca a mí saber lo que quiero.

—Llegan el día de mañana, a las 6 de la tarde — Suspiró.

—Perfecto, muchas gracias por la información, ahora, te daré una pequeña recompensa por eso.

………………………………………………………………………………………..

Hacía una hora que había recibido una llamada de Lauren diciéndole que Yulia llegaría de San Petersburgo mañana mismo, así que ahí estaba ella, en su dormitorio, acostada en su cama lanzando una pelota hacia arriba y esperando a que esta bajara para volver a lanzarla mientras pensaba.

Yulia no quería saber nada de ella en ese preciso momento, la morena estaba odiándola más que nada y tenía que pensar en algo para hacer que la perdonara, pero el problema es que no sabía que hacer.

Eso era algo malo y no común en ella, pues siempre sabía que hacer, no importaba que tan difícil fuese la situación, pero ahora simplemente estaba en blanco.

Es decir, ¿que se suponía que una persona debe hacer para que otra persona le perdone algo tan grave como el haber apostado que podría enamorarla? No es algo sencillo de lograr, y aunque le costaba aceptarlo, tampoco era algo fácil de perdonar, además, si ella estuviera en el lugar de Yulia, nunca perdonaría eso, porque se estaban burlando de ella, por eso, aunque le dolía, la entendía.

Sin embargo, y aun sabiendo que tenía muy pocas probabilidades de que las cosas salieran como ella quería, había decidido arriesgarse, tenía que hacerlo e ir mañana a ese aeropuerto, intentar que la perdonara, suplicarle si era necesario, pero tenía que recuperarla.

Sus razones eran bastante sencillas, solo tenía que explicárselo, solo tenía que darle a entender a como diera lugar que en verdad la amaba, que sus sentimientos por ella eran más que sinceros, que nadie la iba a querer como ella lo hacía, mucho menos el grandulón de Dima.

Y hablando de Dima, ahí tenía otro problema del que necesitaba deshacerse de inmediato, pues él estaba muy cerca de ella, más de lo que debería, y sabía que le estaba envenenando la cabeza a Yulia sobre ella, y eso es algo que debía controlar de inmediato, y para eso, tenía que meter cartas en el asunto, por lo que mañana en cuanto llegara Yulia debía hacer hasta lo imposible porque la perdonara y no se daría por vencida hasta conseguirlo, ese no era su estilo.

El día de hoy había pasado demasiado lento, pero a pesar de eso, por fin se había llegado la hora que tanto quería la pelirroja.

Estaban Nastya y Lena en el aeropuerto, ya pasaban de las 6 y la pelirroja me moría de los nervios, necesitaba ver a Yulia ya y cada minuto que pasaba la intranquilizaba más.

—Elena, ya tranquilízate, llegarán en cualquier momento, para de caminar por todo el aeropuerto, por favor.

—Ya son las 6:35 y no llegan... ¿y si en realidad no llegan hoy?

En verdad, Elena estaba comenzando a creer en esa posibilidad, además, su cabeza le estaba haciendo una mala jugada al comenzar a pensar en cosas malas, cosas que la preocupaban más, pero la preocupación fue reemplazada por un enorme nudo de nervios al girar su cabeza y ver a Yulia caminar por los pasillos del aeropuerto con Anya a su lado, por lo que llevó su vista a Nastya que también ya se había percatado de ellas.

—Bien, tenemos cosas que hacer, Lena.

—Así es... vamos con ellas — Suspiró.

Nastya asintió, se levantó de la silla en donde estaba sentada y comenzaron a caminar hacia ellas algunos pasos, ya que casi de inmediato, las chicas las vieron y se detuvieron.

Yulia observó a la pelirroja unos segundos, y luego llevó su mirada a Anya, se le acercó al oído para decirle algo y enseguida intentaron alejarse de Nastya y de la pelirroja, pero fue tarde ya que Lena la tomó del brazo suavemente haciendo que detuviera su paso.

Lena miró a Nastya, ella asintió e hizo que Anya la viera.

—Anya, ¿podemos hablar?

—Yo no quiero hablar contigo, Nastya, y tampoco pienso dejar a Yulia sola con Elena.

—Por favor, tenemos que arreglar esto, anda, Any, te puedo llevar a algún lugar, el que tú quieras.

Anya solo dejó salir un suspiro, observó a Yulia y ella asintió, por lo que la castaña ojos claros tomó la mano de la rubia y con sus cosas, se la llevó a alguna parte lejos del aeropuerto, y gracias a eso Lena y Yulia tuvieron más privacidad para que pudieran hablar más tranquilamente.

—Hola, Yul.

—¿Qué haces aquí? — Yulia contestó sin siquiera mirarla, por lo que Lena apretó ligeramente su agarre en su brazo, haciendo que por fin la viera a los ojos, cosa que le permitió observar más detalladamente su rostro.

Se miraba cansada, sus ojos estaban tristes, tenía ojeras debajo de ellos, su cabello ligeramente despeinado... en fin, se miraba igual que Lena, estaba sufriendo igual que Lena y eso la pelirroja no lo podía tolerar.

—Te extrañé... te extraño.

—Pues yo no.

—Eso no es cierto, tus palabras me pueden mentir si eso quieres, pero tus ojos son realmente honestos conmigo.

—Puedes creer lo que quieras, no me importa.

—Este tiempo que has estado lejos de mí ha sido horrible, no puedo tenerte lejos, Yulia, te necesito... te amo y lo sabes.

—Tú no me amas... Si me amaras nunca te hubieras burlado de mi como lo hiciste, Elena.

—Lo sé, fui una estúpida, debí de haber cancelado esta jodida apuesta en cuanto me di cuenta de lo que sentía por ti, debí de haberte dicho toda la verdad desde un principio, pero tenía miedo ¿de acuerdo? Tenía miedo de perderte, tenía miedo de hacerte sufrir pero de todas formas nada sirvió, porque al final te perdí y te hice sufrir y eso es lo que más lamento, haberte hecho daño... pero en verdad te amo y necesito que me perdones porque no puedo vivir sin ti.

—¿Y tú como pretendes que te perdone eso?

—Me has perdonado todo lo que te hice antes, puedes perdonarme esto.

—No, esto es diferente. Antes, las cosas que me hacías eran estúpidas, eran burlas o me dejabas en vergüenza frente a toda la universidad, y no te voy a decir que no me afectaban, porque me afectaban, pero esto no se compara con ninguna de esas malditas bromas, con esto me humillaste... No te imaginas como me sentí cuando me enteré que lo nuestro estaba basado en una maldita apuesta, que no te habías acercado a mí porque querías redimirte conmigo... todo fue porque apostaste, yo fui una apuesta para ti y eso me destrozó, porque realmente te amaba, Elena.

Mencionó ya con algunas pocas lágrimas recorriendo sus mejillas y Lena estaba soportando las ganas de llorar porque necesitaba mantenerse tranquila para pensar un poco mejor y conseguir algo bueno.

—Yo sé que lo que te estoy pidiendo no es fácil, lo sé, te entiendo, sé que estar en tu lugar no es fácil, pero tampoco estar en el mío es sencillo... Tú no sabes el maldito odio que me tengo al saber que le hice daño a la chica que amo, no sabes el dolor que siento al saber que tú me odias, no sabes la tristeza que me consume por dentro al saber que te he perdido... Me duele mucho saber que ya no estás a mi lado, porque Yulia, luego de perder a Alexa, yo creía firmemente que nunca más me volvería a enamorar de alguien, pero luego llegaste tú y me enamoraste, me ayudaste a dejar el pasado en el pasado y me enfoqué en mi presente. Y mi presenté eras tú... no eres la única que está sufriendo.

—Pero hay una diferencia, tu sufrimiento lo causaste tú, así lo quisiste y yo nunca lo pedí, nunca pedí sufrir porque me di cuenta de que la única manera de que tu pudieras estar conmigo era porque apostaste con tu mejor amiga, y de no haber sido por eso, ahora ni siquiera me mirarías ni me dirigirías la palabra, el único contacto que tendríamos serían tus bromas hacia mí.

—Si, lo sé, tienes razón, sin embargo, no me arrepiento ni por un segundo de haber hecho esa apuesta.

—Eres una sin vergüenza, Elena.

Yulia tomó sus cosas y comenzó a caminar por el aeropuerto. Lena la miró unos segundos y luego la alcanzó, deteniéndola en medio de la acera sin importarle que aquel día estuviera lloviendo a mares.

Ella y Yulia se estaban empapando y la morena quería irse, pero la pelirroja no se lo permitió, tomó sus brazos con fuerza entre sus manos y la obligó verla a la cara.

—No me arrepiento de esa apuesta, porque gracias a ella, encontré otra oportunidad de amar y si, tienes razón, de no haber sido por eso, ahorita seguiría siendo la maldita perra que fui contigo en el pasado, me seguiría burlando de todas las chicas que quisiera, acostándome con una y con otra, pero no, ahora las cosas son diferentes, gracias a eso, me di cuenta de que puedo volver a amar con la misma intensidad con la que amé en el pasado, me di cuenta de que a veces el amor está en donde menos te lo esperas y que llega sin que tú lo estés buscando.

Yo nunca me imaginé que iba a terminar profundamente enamorada de esa chica bajita a la que disfrutaba ver enojada o triste gracias a mis inmadureces, nunca me imaginé que me enamoraría de esa sonrisa preciosa que adorna su rostro o de la forma en la que canta con gran pasión, ni mucho menos de esa forma tan peculiar pero muy linda de vestir. Te juro que esa posibilidad nunca pasó por mi cabeza, nunca creí que me enamoraría como una estúpida de esa chica bajita.

No me arrepiento de esa apuesta porque me cambiaste, Yulia, me hiciste ver que la vida puede mejorar si estás con la persona correcta, me hiciste ver el amor de una forma diferente, de una forma que ni con Alexa había visto, me hiciste sentir cosas que nunca en mi vida había sentido, hiciste que naciera en mi un sentimiento de protección inigualable, pensaba que debía protegerte de todo aquel que quisiera hacerte daño y al final la que te hizo daño fui yo, pero a pesar de eso, hiciste que viviera el amor de una manera diferente a como lo había vivido antes. Por eso no me arrepiento, porque gracias a eso tú entraste a mi vida y pretendo que sigas en ella, pero lo único que necesito es que me digas que me perdonas y que me das otra oportunidad, por favor, necesito escucharte decir eso.

A esas alturas, Lena ya no podía controlar sus lágrimas, pero estas al igual que las de Yulia se confundían con las gotas de lluvia que no dejaban de caer sobre sus rostros.

Yulia solo se encontraba frente a Lena, en silencio y tratando de no sollozar y esta la miraba fijamente a los ojos, luego la pelirroja bajó su mirada a sus labios y enseguida, dejó de tocar sus brazos y llevó las manos a sus mejillas, las acarició y con lentitud la acercó a ella hasta que unió sus labios en un dulce beso.

Las manos de Yulia se posaron en el cuello de la pecosa y Lena seguía acariciando sus mejillas con ternura. Sus bocas estaban completamente unidas, la lengua de Lena poco a poco fue abriéndose paso entre los labios de la morena, permitiendo que se unieran y mejoraran notablemente aquel beso.

La lluvia no era un factor lo suficientemente fuerte para que Lena se alejara de aquellos labios, al contrario, hizo que la tomara entre sus brazos y la apretara contra su cuerpo con fuerza con la necesidad de sentirla lo más cerca posible de ella.

Besó sus labios como si fuera la última vez, la abrazó como si no la iba a volver a ver y sintió todo como si la hubiera enamorado una vez más.

Elena dejó de besar sus labios con lentitud y temor, pegando su frente a la de ella con los ojos cerrados, abrazándola de inmediato.

Ella sabía que Yulia la amaba, podía sentirlo con sus besos y por la forma en como se aferraba a sus brazos y sollozaba en el hombro de esta mientras que ella acariciaba su cabello y pedía internamente a Dios que Yulia la perdonara.

—¿Por qué haces esto tan difícil?

—Porque te amo y no te quiero dejar ir — Suspiró.

—Por favor, Elena, basta, no me hagas esto.

—¿Qué puedo hacer entonces? ¿Qué puedo hacer?

—Dame tiempo, por favor, necesito pensar, estar sola y contigo rondándome no puedo sacarte de mi cabeza, por favor, dame tiempo.

Darle tiempo... ¿cómo haré eso?

Enseguida, Lena se alejó un poquito de la morena, solo para ver su rostro sin dejarla irse de sus brazos, los ojos azules le suplicaban que la dejara tranquila, y aunque eso era lo último que ella quería hacer, haría todo lo que en sus manos estuviera para complacerla, siempre fue así y siempre sería así.

—¿Quieres tiempo? — La pelinegra asintió y ella suspiró — Bien, te daré tiempo, te dejaré pensar, pero eso no significa que luego de ese tiempo y decidas lo que decidas yo te dejaré tranquila, porque eso por más que me lo pidas, no lo haré.

Yulia asintió con lentitud y se soltó de los brazos de la pelirroja, tomó sus cosas y en medio de la lluvia se alejó de ella, Elena se quedó ahí solo observándola irse, sin poder hacer nada.

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Un mes después. Sábado.

En esas semanas no había pasado nada interesante o bueno, simplemente pasaron los días.

Lena le estaba dando el tiempo a Yulia que quería, no había hablado con ella y solo se conformaba con verla pasar por el campus, a veces sola, a veces con Anya y Svetlana... o Dima.

Pero necesitaba alejarse de la tentación que era tenerla a ella tan cerca pero a la vez tan lejos, así que le pedía a Lauren que la dejara quedarse en su departamento algún fin de semana, y esta no dudó en aceptarlo, básicamente, no dudó porque Svetlana había viajado a ver a sus padres y a su hermana desde ayer y no llegaría hasta mañana en la noche.

Al menos me dejó quedarme, eso es suficiente para mí.

—Me da envidia ¿sabes? Mucha envidia — Dijo la pelirroja sentándose en el sofá que estaba en la estancia, suspirando y mirando a Lauren que iba hacía ella con dos cervezas en su mano, le entregó una, ella tomó de la otra y se sentó a su lado.

—A quién le tienes envidia, ¿a Nastya o a mí?

—A las dos.

—Explícame porque.

—Porque Nastya se reconcilió con Anya desde que llegaron de viaje, ese día ella se la llevó a un restaurante bastante elegante, hablaron y hablaron y Anya la perdonó, ellas ahora están bien y supongo que están disfrutando del dormitorio en donde no estoy en estos momentos.

—¿Y a mí porque me tienes envida?

—Porque tú eres una perra sin sentimientos que le gusta jugar con las chicas y que ahora tiene a una chica que se nota que te quiere pero no creo que tú la quieras a ella y eso no es justo, no sabes lo que tienes y no lo valoras, solo la utilizas para divertirte pero sé que te vas a arrepentir.

Cuando Lena dejó de hablar, bebió de la cerveza y luego soltó un gran suspiro, enseguida miró a Lauren, que la observaba como si no hubiera escuchado nada de lo que Lena le había dicho hace algunos segundos.

—Si solo la quieres para el sexo, mejor infórmala sobre eso, así ella no terminará tan mal.

—Vaya, el amor si que te pegó duro, Elena, porque tú eras exactamente igual que yo.

—Si, era como tú, pero he entendido que no vale la pena hacer sufrir a alguien por tus propios deseos egoístas, simplemente no lo vale, se de lo que hablo.

—No, en realidad no lo sabes.

—¿Disculpa?

—Sabes acerca de los deseos egoístas y de que no vale la pena lastimar a alguien por ello, eso es cierto, pero no sabes nada acerca de la relación que tengo con Svetlana.

—Por favor, Lauren, tu misma has dicho que lo único que ves en Svetlana es una chica para divertirte en la cama, que por cierto, no has conseguido llevártela ahí hasta ahora.

—Tienes razón, lo he dicho, lo pienso y seguiré pensando, pero ahora, no solo es eso.

—¿Qué más?

—También lo decía para no ver lo que Svetlana despierta en mí.

—¿Se puede saber qué es?

—Ternura, protección, necesidad de hacerla reír, de darle todo lo que quiera... amor, eso despierta.

Ok, eso no me lo esperaba...

—¿Estás hablando en serio?

—Tan en serio que cuando viaje a Francia el próximo mes terminaré mi relación con Valya y le pediré a Svetlana que sea mi novia.

—¡Bien! ¡Esto me deprime más! ¡Que tú aceptes que quieres a Svetlana y que la hagas tu novia es suficiente! ¡Mejor me mato!

Lena gritó, le dio un gran sorbo a la cerveza, se le entregó a Lauren y dejó caer su cabeza en el sofá.

—Vamos, Elena, no es el fin del mundo, tarde o temprano vas a recuperar a Yulia, ambas se aman y al final eso va a ser mucho más fuerte que cualquier otra cosa, pero por favor asegúrate de no joder todo otra vez.

—¿Tú crees eso?

—Por supuesto, así que deja de deprimirte porque me pones de malas.

Elena suspiró, tal vez Lauren tenía razón, tal vez solo tenía que dejar que las cosas se calmaran un poco, tal vez darle ese tiempo a Yulia era algo bueno.

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Al día siguiente, domingo en la noche.

—Entonces me voy, dejo que vayas por Svetlana, y gracias por haber dejado que me quedara aquí estos días, realmente me ayudó.

—Cuando quieras, Katina, no hay problema.

Le sonrió, la pelinegra ojiverde le guiñó un ojo en broma y esta se subió a su auto con la mochila con la que había llegado, comenzando a conducir al campus, bastante pensativa.

Había recibido una llamada de Nastya hace unas horas, donde le decía que Anya le había contado que Yulia y Dima estaban pasando demasiado tiempo juntos y que salían casi siempre juntos, cosa que la había dejado pensando y también algo temerosa por lo que esas salidas podrían significar, bien podría ser que solo eran amigos pero Dima le había dejado en claro que él la quería de vuelta y con su alejamiento de Yulia le facilitaba las cosas.

Bien, concéntrate, Elena, piensa cosas positivas, nada existe entre ellos.

—Agg...

Un bufido de frustración salió de su boca y se concentró en la carretera, no quería tener ningún accidente por ser descuidada, así que trató con todas sus fuerzas en no pensar en Yulia y Dima, al menos en el trayecto hacia la universidad, pero no funcionó su plan muy bien, pues su cabeza no dejaba de dar vueltas y vueltas en el asunto.

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Llegó a la universidad y comenzó a caminar por el campus, no era muy noche, por lo que aún había muchos estudiantes fuera.

Lena siguió su camino, pensando y pensando en lo mismo, en Yulia.

De ninguna manera podía permitir que Dima se siguiera acercando a su Yulia, ¿pero que podía hacer? Ella misma le había dicho a la morena que le daría tiempo y tampoco podía ir con él y prohibirle que se le acercara, sería una completa estupidez, no sabía que hacer.

Ya pensaré mejor cuando llegue a mi dormitorio.

Dejó su debate interno y siguió caminando, pero abruptamente se detuvo, al ver a Yulia y a Dima sentados en una de las bancas que estaban en el campus.

Él estaba bastante cerca de ella, Yulia no hacía nada para alejarse de él, no hacía nada cuando él acomodó su cabello detrás de su oreja, no hacía nada cuando él se acercó aún más de lo que ya estaba, no hacía nada cuando él sujetó una de sus manos entre las suyas, no hizo nada cuando acarició su mejilla con su otra mano y definitivamente no hizo nada cuando él la tomó de la barbilla y la acercó a su boca hasta que se besaron.

Y ella tampoco podía hacer nada, solo permanecía de pie, en silencio y observando todo sin que nada más le importara, observó como la morena rodeaba su cuello y lo acercaba aún más a sus labios, observó como él la tomaba de la cintura, observó como se separaban y luego como se besaban nuevamente, observó todo con sus ojos repletos de lágrimas y con su corazón hecho pedazos en su pecho mientras un enorme nudo crecía cada vez más en su garganta.

Él estaba besándola y Yulia le correspondía el beso y Elena no se podía sentir más destruida por aquello que sus ojos no podían dejar de ver.

Se separaron varios segundos después, él le sonrió, ella igual, observó como él dijo algo y ella asintió, aparentemente feliz, él le sonrió aún más, se levantó de la banca, ella hizo lo mismo y se abrazaron unos segundos hasta que se separaron, fue en ese momento cuando Yulia observó a la pelirroja, su boca formó una pequeña "O" y sus ojos se abrieron tan grande como pudieron.

Lena la miró fijamente y la pelinegra hizo lo mismo, hasta que solo observó al suelo algunos segundos, y volvió a los ojos verdigrises de Lena.

La pecosa suspiró, limpió una lágrima que salió de cada uno de sus ojos y sin más, caminó lejos de ahí, lo más rápido que pudo hasta llegar a su dormitorio y encerrarse dentro.