MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
+6
Volkatin_420
psichobitch2
Corderito_Agron
LenaVolkova66
soy_yulia_volkova
RAINBOW.XANDER
10 participantes
Página 2 de 7.
Página 2 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Uy Lenita... Que candela eres mujer!
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 5:
Lena despertó con el olor delicioso a café. Abrió los ojos encontrando a Yulia de pie junto a la cama, con una taza de líquido humeante en las manos. Se empujó con los codos, absorbiendo la atractiva apariencia de la morena que ya se había duchado y vestido.
-¿Qué hora es?
-Las 6.
-¿A qué hora nos reuniremos con los chicos?
-Las 7 - Lena gruñó y se recostó - ¿Por qué tan temprano?
-El tráfico - Yulia puso el café en la mesita de noche - Vamos. Hice tu favorito.
-¿Antigua Guatemala?
-Sí - La ojiverde se sentó nuevamente.
-No regresé hasta la media noche.
-Se suponía que me despertarías - le recordó Yulia.
-Estabas durmiendo como un bebé - dijo con una sonrisa - No pude despertarte -La ojiazul asintió, luego señaló hacia el café.
-Arriba - dijo ella - Voy a llevar tus maletas abajo mientras te duchas - Lena señaló hacia el otro lado de la habitación.
-Aquellas - Las cejas de Yulia se dispararon.
-¿Tres? ¿En serio?
-¿Qué?
-Estaremos allí dos días. Una noche - la ojiverde se levantó de la cama, sonriendo mientras la mirada de Yulia absorbía su desnudez.
-Me gusta estar preparada para cualquier ocasión - dijo ella. Levantó una mano cuando vio que Yulia daba un paso hacia ella - No tenemos tiempo. Ni siquiera lo pienses - dijo mientras agarraba su café y se apresuraba a entrar en el cuarto de baño.
-Coqueta - dijo Yulia en voz alta.
Cuarenta minutos más tarde, estaban corriendo hacia la oficina, el tráfico de la mañana ya se había vuelto pesado. Samir y Dima estaban esperando por ellas en el estacionamiento y les saludaron con la mano. Solo hubo un ligero momento de incomodidad cuando Samir se interpuso entre la camioneta de Dima y Yulia. Contempló a Lena con las cejas levantadas, pero ella no hizo ningún intento de moverse.
-Creo que entonces voy a ir con Dima - dijo él. Lena asintió.
-Haz que te ponga al corriente sobre nuestra visita a Boslarovich ayer por la noche - dijo ella.
-¿Trabajaron ayer por la noche?
-Sí, mientras tú y Yulia sin duda estaban durmiendo como bebés - dijo ella.
-Te sigo - dijo Dima a través de la ventanilla abierta. La morena asintió y dejó su ventanilla abajo mientras se alejaba.
-Se siente un poco friolento esta mañana- dijo ella.
-Se siente bien - Lena estuvo de acuerdo -bMe encanta octubre. Se siente diferente el aire no es tan húmedo, el cielo es más azul. Las hojas empiezan a cambiar - Yulia subió la ventanilla cuando entró en el tráfico. Miró en el espejo, sin duda buscando la camioneta de Dima.
-Entonces ¿qué aprendieron de Boslarovich? - preguntó Yulia.
-No mucho - dijo Lena - Tuvo que leer el archivo para refrescar su memoria. Dijo que la tiza les había convencido que era un maestro e investigaron a fondo a cada uno de ellos en la escuela. Dijo que no hubo ni siquiera un indicio de que alguno de ellos fuese sospechoso.
-Hay otras escuelas en la zona. No sólo la primaria - dijo Yulia.
-Sí. Dijo que también comprobaron en cada una.
-¿Qué pasa con la casa?
-Justo como decían las notas. Estaba cerrada. Sin evidencia de violación. Dijo que dieron un paseo por todo el lugar. Nada había sido perturbado. No había señales de actividad.
-Así que más o menos, desperdiciaste tu noche - dijo Yulia.
-Sí. Hubiese preferido muchísimo estar en cama contigo.
-¿Lo prefieres ahora? - Lena se acercó y tocó el cabello de la ojiazul, apartándolo de sus ojos.
-¿Te he dicho lo sexy que te ves?
-¿Ah, sí?
-Te ves bien en negro. La pistolera sólo le añade.
-Sabes que los chicos están detrás de nosotras ¿verdad? - Lena retiró la mano rápidamente.
-Lo siento. Lo olvidé - Yulia dejó escapar un suspiro.
-Esto va a ser difícil. Ellos van a descubrirlo.
-Vamos a estar bien - dijo la pelirroja Hemos llegado tan lejos.
-Sí, pero prácticamente vamos a estar cerca de ellos 24-7. Y no puedes mantener tus manos quietas - dijo Yulia con una sonrisa.
Lena se acercó y tocó el muslo de la pelinegra deslizando sus dedos hacia arriba y hacia abajo por su pierna.
-No te estabas quejando anoche - le recordó.
-No, no lo estaba. Resulta que me encanta tu lado perverso - Lena se echó a reír.
-¿Perverso?
-Sí. Eres tan...perfecta. Refinada. Una niña coqueta - dijo cubriendo la mano de Lena con la suya - Pero tienes un lado perverso que me encanta. Los chicos estarían sorprendidos.
-Espera un minuto ¿Niña coqueta? No soy una niña coqueta - levantó las manos - Si lo fuera, tendría las uñas largas y pintadas. Y no las tengo - Yulia señaló con su mirada hacia sus pies.
-¿Y tus uñas de los pies?
-Bueno, no soy totalmente incivilizada - dijo ella - No creo que una pedicure, una o dos veces al mes me haga una niña coqueta. Y solo porque aún tengo afición por las uñas rojo polaco no me convierte en una chica coqueta - Yulia se echó a reír.
-Lo que tú digas, bebé.
El tráfico de la mañana de la carretera 59 estaba casi detenido dirigiéndose hacia la ciudad, pero los carriles de salida estaban bastante despejados. Lena calculó que tardarían menos de una hora para llegar a Marfino.
-¿Cómo quieres trabajar esto? - preguntó Yulia.
-La oficina del sheriff del pequeño pueblo, creo que debemos dejar que los chicos hablen con ellos - dijo la pelirroja.
-Podría ser una linda sheriff - sugirió Yulia.
-¿Estás ofreciendo tus servicios?
-No... solo digo.
-Bueno, creo que deberíamos entrevistar a algunos de los residentes de Shady Pines, los vecinos de los niños desaparecidos originalmente. Tal vez también echarle un vistazo a la casa - Lena se encogió de hombros - No me siento muy esperanzada de que encontremos algo ¿Y tú? - Yulia negó con la cabeza.
-¿Habías trabajado alguna vez en un caso sin resolver?
-No ¿Y tú? - Yulia asintió.
-Sólo una vez. Todavía estaba con la policía de Moscú. Habíamos recuperado un arma en un homicidio. Coincidía con la balística en el robo a un supermercado donde un empleado fue secuestrado. Su cuerpo fue encontrado dos días más tarde, un disparo en la cabeza, estilo ejecución. Esos dos casos tenían seis años de separación.
-¿Y en que terminó?
-Pandilleros. Ellos pueden desaparecer en las entrañas de la ciudad y nunca ser vistos nuevamente. Nunca se resolvió ninguno de los casos
-¿Así que tampoco eres optimista con respecto a este?
-Oh, podríamos tropezar con algo. Pero catorce años es mucho tiempo.
Lena se relajó en el asiento y cayeron en un silencio cómodo. No les tomó mucho tiempo salir de la ciudad y entrar en el entorno de la zona rural. Aunque no era el profundo y oscuro bosque de Hoganville, los altos pinos y robles le recordaban su aventura de principios de año. Hizo una nota mental para comprobar a Don Hogan…el único sobreviviente de Hoganville…cuando regresaran.
Lo encontraba bastante inteligente y atractivo, aunque estar alrededor de él le evocaba recuerdos de aquella horrible noche en la cueva con la madre Hogan y Fiona. Miró por la ventana recordando las últimas palabras que Fiona le había susurrado antes de morir.
-No huyas de Yulia. Confía en ella. Ella quiere amarte. Déjala.
Miró despacio a Yulia, preguntándose nuevamente si eso era cierto. Entonces la morena volteó y atrapó sus ojos, sosteniéndolos por un segundo antes de mirar nuevamente a la carretera. Lena se inclinó sobre la consola, una vez más, dejando descansar suavemente sus manos sobre el muslo de Yulia, simplemente deseando el contacto. Sin decir una palabra, Yulia cubrió su mano y sus dedos se entrelazaron firmemente con los de Lena. Ambas apretaron su agarre y la pelirroja se preguntaba qué era lo que se estaban diciendo la una a la otra.
Feliz finde para uds chicos!!
Lena despertó con el olor delicioso a café. Abrió los ojos encontrando a Yulia de pie junto a la cama, con una taza de líquido humeante en las manos. Se empujó con los codos, absorbiendo la atractiva apariencia de la morena que ya se había duchado y vestido.
-¿Qué hora es?
-Las 6.
-¿A qué hora nos reuniremos con los chicos?
-Las 7 - Lena gruñó y se recostó - ¿Por qué tan temprano?
-El tráfico - Yulia puso el café en la mesita de noche - Vamos. Hice tu favorito.
-¿Antigua Guatemala?
-Sí - La ojiverde se sentó nuevamente.
-No regresé hasta la media noche.
-Se suponía que me despertarías - le recordó Yulia.
-Estabas durmiendo como un bebé - dijo con una sonrisa - No pude despertarte -La ojiazul asintió, luego señaló hacia el café.
-Arriba - dijo ella - Voy a llevar tus maletas abajo mientras te duchas - Lena señaló hacia el otro lado de la habitación.
-Aquellas - Las cejas de Yulia se dispararon.
-¿Tres? ¿En serio?
-¿Qué?
-Estaremos allí dos días. Una noche - la ojiverde se levantó de la cama, sonriendo mientras la mirada de Yulia absorbía su desnudez.
-Me gusta estar preparada para cualquier ocasión - dijo ella. Levantó una mano cuando vio que Yulia daba un paso hacia ella - No tenemos tiempo. Ni siquiera lo pienses - dijo mientras agarraba su café y se apresuraba a entrar en el cuarto de baño.
-Coqueta - dijo Yulia en voz alta.
Cuarenta minutos más tarde, estaban corriendo hacia la oficina, el tráfico de la mañana ya se había vuelto pesado. Samir y Dima estaban esperando por ellas en el estacionamiento y les saludaron con la mano. Solo hubo un ligero momento de incomodidad cuando Samir se interpuso entre la camioneta de Dima y Yulia. Contempló a Lena con las cejas levantadas, pero ella no hizo ningún intento de moverse.
-Creo que entonces voy a ir con Dima - dijo él. Lena asintió.
-Haz que te ponga al corriente sobre nuestra visita a Boslarovich ayer por la noche - dijo ella.
-¿Trabajaron ayer por la noche?
-Sí, mientras tú y Yulia sin duda estaban durmiendo como bebés - dijo ella.
-Te sigo - dijo Dima a través de la ventanilla abierta. La morena asintió y dejó su ventanilla abajo mientras se alejaba.
-Se siente un poco friolento esta mañana- dijo ella.
-Se siente bien - Lena estuvo de acuerdo -bMe encanta octubre. Se siente diferente el aire no es tan húmedo, el cielo es más azul. Las hojas empiezan a cambiar - Yulia subió la ventanilla cuando entró en el tráfico. Miró en el espejo, sin duda buscando la camioneta de Dima.
-Entonces ¿qué aprendieron de Boslarovich? - preguntó Yulia.
-No mucho - dijo Lena - Tuvo que leer el archivo para refrescar su memoria. Dijo que la tiza les había convencido que era un maestro e investigaron a fondo a cada uno de ellos en la escuela. Dijo que no hubo ni siquiera un indicio de que alguno de ellos fuese sospechoso.
-Hay otras escuelas en la zona. No sólo la primaria - dijo Yulia.
-Sí. Dijo que también comprobaron en cada una.
-¿Qué pasa con la casa?
-Justo como decían las notas. Estaba cerrada. Sin evidencia de violación. Dijo que dieron un paseo por todo el lugar. Nada había sido perturbado. No había señales de actividad.
-Así que más o menos, desperdiciaste tu noche - dijo Yulia.
-Sí. Hubiese preferido muchísimo estar en cama contigo.
-¿Lo prefieres ahora? - Lena se acercó y tocó el cabello de la ojiazul, apartándolo de sus ojos.
-¿Te he dicho lo sexy que te ves?
-¿Ah, sí?
-Te ves bien en negro. La pistolera sólo le añade.
-Sabes que los chicos están detrás de nosotras ¿verdad? - Lena retiró la mano rápidamente.
-Lo siento. Lo olvidé - Yulia dejó escapar un suspiro.
-Esto va a ser difícil. Ellos van a descubrirlo.
-Vamos a estar bien - dijo la pelirroja Hemos llegado tan lejos.
-Sí, pero prácticamente vamos a estar cerca de ellos 24-7. Y no puedes mantener tus manos quietas - dijo Yulia con una sonrisa.
Lena se acercó y tocó el muslo de la pelinegra deslizando sus dedos hacia arriba y hacia abajo por su pierna.
-No te estabas quejando anoche - le recordó.
-No, no lo estaba. Resulta que me encanta tu lado perverso - Lena se echó a reír.
-¿Perverso?
-Sí. Eres tan...perfecta. Refinada. Una niña coqueta - dijo cubriendo la mano de Lena con la suya - Pero tienes un lado perverso que me encanta. Los chicos estarían sorprendidos.
-Espera un minuto ¿Niña coqueta? No soy una niña coqueta - levantó las manos - Si lo fuera, tendría las uñas largas y pintadas. Y no las tengo - Yulia señaló con su mirada hacia sus pies.
-¿Y tus uñas de los pies?
-Bueno, no soy totalmente incivilizada - dijo ella - No creo que una pedicure, una o dos veces al mes me haga una niña coqueta. Y solo porque aún tengo afición por las uñas rojo polaco no me convierte en una chica coqueta - Yulia se echó a reír.
-Lo que tú digas, bebé.
El tráfico de la mañana de la carretera 59 estaba casi detenido dirigiéndose hacia la ciudad, pero los carriles de salida estaban bastante despejados. Lena calculó que tardarían menos de una hora para llegar a Marfino.
-¿Cómo quieres trabajar esto? - preguntó Yulia.
-La oficina del sheriff del pequeño pueblo, creo que debemos dejar que los chicos hablen con ellos - dijo la pelirroja.
-Podría ser una linda sheriff - sugirió Yulia.
-¿Estás ofreciendo tus servicios?
-No... solo digo.
-Bueno, creo que deberíamos entrevistar a algunos de los residentes de Shady Pines, los vecinos de los niños desaparecidos originalmente. Tal vez también echarle un vistazo a la casa - Lena se encogió de hombros - No me siento muy esperanzada de que encontremos algo ¿Y tú? - Yulia negó con la cabeza.
-¿Habías trabajado alguna vez en un caso sin resolver?
-No ¿Y tú? - Yulia asintió.
-Sólo una vez. Todavía estaba con la policía de Moscú. Habíamos recuperado un arma en un homicidio. Coincidía con la balística en el robo a un supermercado donde un empleado fue secuestrado. Su cuerpo fue encontrado dos días más tarde, un disparo en la cabeza, estilo ejecución. Esos dos casos tenían seis años de separación.
-¿Y en que terminó?
-Pandilleros. Ellos pueden desaparecer en las entrañas de la ciudad y nunca ser vistos nuevamente. Nunca se resolvió ninguno de los casos
-¿Así que tampoco eres optimista con respecto a este?
-Oh, podríamos tropezar con algo. Pero catorce años es mucho tiempo.
Lena se relajó en el asiento y cayeron en un silencio cómodo. No les tomó mucho tiempo salir de la ciudad y entrar en el entorno de la zona rural. Aunque no era el profundo y oscuro bosque de Hoganville, los altos pinos y robles le recordaban su aventura de principios de año. Hizo una nota mental para comprobar a Don Hogan…el único sobreviviente de Hoganville…cuando regresaran.
Lo encontraba bastante inteligente y atractivo, aunque estar alrededor de él le evocaba recuerdos de aquella horrible noche en la cueva con la madre Hogan y Fiona. Miró por la ventana recordando las últimas palabras que Fiona le había susurrado antes de morir.
-No huyas de Yulia. Confía en ella. Ella quiere amarte. Déjala.
Miró despacio a Yulia, preguntándose nuevamente si eso era cierto. Entonces la morena volteó y atrapó sus ojos, sosteniéndolos por un segundo antes de mirar nuevamente a la carretera. Lena se inclinó sobre la consola, una vez más, dejando descansar suavemente sus manos sobre el muslo de Yulia, simplemente deseando el contacto. Sin decir una palabra, Yulia cubrió su mano y sus dedos se entrelazaron firmemente con los de Lena. Ambas apretaron su agarre y la pelirroja se preguntaba qué era lo que se estaban diciendo la una a la otra.
Feliz finde para uds chicos!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Lena es tan yo!! Tres días fuera de casa y hago cinco maletas
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Jaja lenita cree que va a un spa de belleza, según yulia
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Espero que hablen con Don Hogan a ver que es de su vida fuera de Hoganville
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Están tan enamoradas y son tan lindas y unidas y aunque tengan dudas la realidad es q ambas sienten el amor profundo y verdadero de la otra, me gusta q estén así. Q bueno q ya llegarán al pueblo ese a ver q tal. Feliz fin de semana cariño mio
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 6:
Yulia desaceleró a paso lento mientras se dirigían más allá de la escuela primaria. Eran unos pocos minutos antes de las ocho y los padres aún estaban dejando a sus hijos.
-¿Y dónde está el parque de casas rodantes?
-Parque de casas móviles - corrigió Lena. Yulia puso los ojos.
-¿Qué? ¿Estamos siendo políticamente correctas aquí?
-Parque de casa móviles Shady Pines - leyó Lena en sus notas.
-Mira, no tienes que ser sensible para mi beneficio - dijo la pelinegra -Crecí en un parque con remolques de pacotilla. Todo el mundo lo llamaba parque de casas rodantes. Sólo los de afuera lo llamaban parque de casas móviles.
-Solo creo que debemos ser respetuosos en cuanto a donde vive la gente. Algunas personas solo pueden darse el lujo de esto.
-Lo sé. He estado allí - dijo de nuevo.
También estaba resentida por ese hecho, pero eso no cambiaba nada. La vida en el parque de casas rodantes era todo lo que había conocido hasta ese fatídico día en que su hermana había revelado todos los secretos de la familia sobre los abusos sexuales de su padre. Pero no quería ir allí. No quería revisitar eso nuevamente. Lena ahora también conocía todos sus secretos y cada vez que hablaban de eso, los ojos de la pelirroja se llenaban de lágrimas. Lágrimas por ella, lágrimas por su infancia, pero aún así lágrimas. Y esa era una cosa que no quería para ver en los ojos de Lena.
-Da la vuelta en la siguiente calle a la izquierda - dijo la pelirroja usando el navegador de su iPhone - Oak Lane.
-Creo que tendríamos que hablar de esto con los chicos ¿no crees? - dijo mientras daba la vuelta hacia Oak Lane.
-Sí. Pero creo que saltarían por la oportunidad de entrevistar a alguien de la oficina del sheriff en lugar de hacerlo de puerta en puerta - dijo Lena.
-Correcto, allí está el cementerio Morgan Road - señaló - Gira a la derecha.
-¿Y dónde está la casa?
-También está en el cementerio Morgan Road. A media milla de Shady Pines.
-Bien ¿ahora quién es el dueño de la casa? ¿No es un local verdad?
-No. Alex Underwood y Betsy Erwin. Hermanos. Uno vive en Volgorov, la otra en Hilvanov. Ellos la heredaron de sus padres hace más de veinte años - Yulia asintió.
-No he leído la sección de la casa - admitió - Boris dijo que no era importante.
-No. Pero es interesante - dijo Lena -Realmente sus abuelos fueron los últimos que vivieron allí. Ha pasado a la venta de manera intermitente durante los últimos cuarenta años. El archivo no da otros detalles, pero estoy segura que algunos de los lugareños sabrán la historia de la misma.
-Bueno, así que tiene un cerco perimetral que fue violado ¿verdad? ¿y ambos cuerpos fueron encontrados a la intemperie? ¿El asesino no intentaba ocultarlos?
-El primer cuerpo fue encontrado en el jardín de rosas en la parte trasera de la casa. La víctima actual fue encontrada en la parte frontal de la casa, fácilmente visible desde la carretera.
-Así que la víctima hace catorce años no fue necesariamente dejada allí para ser encontrada ¿La actual si lo fue?
-Boslarovich dijo que el cuerpo en el jardín de rosas fue colocado con mucho cuidado y una rosa había sido cortada y colocada en su pecho. Determinaron que el cuerpo había estado allí durante al menos dos semanas. Así que parece que el asesino era indiferente en cuanto a si encontraban o no el cuerpo.
-Y con este nuevo cuerpo dejado cerca de la carretera, da la sensación de ser una coincidencia y no un vínculo con el caso sin resolver.
-Estoy de acuerdo - Yulia desaceleró al ver la señal de Shady Pines - Odio los casos como este.
-Sin embargo, estoy interesada en ver la casa embrujada… - dijo Lena con una rápida risa - …o la reacción de Samir.
Se detuvo frente a una pequeña construcción de madera, lo que solía ser blanco ahora estaba descascarado en la mayoría de los lugares. A la señal que anunciaba que estaban en la oficina le faltaba la "e". Yulia miró a Lena cuando salieron del auto.
-Déjame hablar a mí - La ojiverde levantó sus cejas interrogante. Yulia se encogió de hombros.
-Esta es mi gente - Esta vez Lena puso los ojos y Yulia le guiñó un ojo antes de que Samir y Dima se les unieran.
-¿Cuál es el plan? - preguntó Samir mientras tiraba del cuello de su camisa.
-Bueno, alguien tiene que ir a la oficina del sheriff y entrevistarlos. Pensamos que talvez ustedes harían eso - Yulia hizo un gesto hacia la fila de remolques detrás de ellos - Probablemente la mayoría de las personas allí sean mujeres, muchas de ellas mayores. Probablemente se sientan un poco más cómodas hablando con nosotras que con ustedes - Dima frunció el ceño.
-¿Así que Samir y yo seremos compañeros en ésta?
-Creo que esta asignación es más un esfuerzo en equipo… - dijo Lena - …y no tanto de compañeros.
-Estoy bien con eso. Ustedes van a revisar la casa mientras estén allí afuera ¿no? - dijo Samir. Yuliq se echó a reír.
-De ninguna manera, calvo. Ese será un esfuerzo en equipo. Cuando consigan lo necesario de la oficina del sheriff, se encuentran con nosotras aquí.
-¿Y nos registraremos en nuestro hotel por la tarde?
-Sí. Y también almorzaremos en alguna parte - Samir la miró fijamente durante un largo rato y ella se preguntaba qué interrogantes estaban flotando en su mente. Finalmente, él asintió con la cabeza y levantó su teléfono.
-Manténganse en contacto.
Tan pronto ellos regresaron a la camioneta de Dima, Yulia se volteó hacia Lena.
-Samir sospecha algo - dijo en voz baja.
-¿Te refieres a nosotras?
-Si.
-Tal vez sea así. Dima no tiene una pista y no creo que Samir solo venga a preguntarnos directamente ¿y tú?
-Espero que no - dijo mientras mantenía la puerta de la oficina abierta para ella. Sonrió a la mujer que estaba sentada detrás de un antiguo escritorio.
La mujer, que parecía tener unos cuarenta años y al menos cincuenta libras de sobre peso, arrojó a un lado la revista de moda que había estado leyendo, un cigarrillo aún colgaba entre sus dedos.
-¿En qué puedo ayudarlas? - Yulia y Lena enseñaron simultáneamente sus credenciales de la KGB.
-Soy la agente especial Volkova.
-Agente especial Katina - dijo Lena.
-Bueno, hay… - dijo la mujer sorprendida - …agentes femeninas. Pensaba que solo era así en la televisión - Yulia le dirigió una sonrisa sin humor.
-Sí, por fin nos dejaron entrar - cuadró un poco los hombros -¿Cuánto tiempo lleva trabajando aquí?
-Oh, mi familia es dueña del lugar. He sido la directora de la oficina desde que salí de la secundaria - dijo ella.
-¿Así que estaba aquí cuando los cuatro chicos desaparecieron?
-Oh, sí - dijo ella sacudiendo la cabeza - Eso fue en el 2000. Un tiempo terrible. Mi hijo tenía once años cuando sucedido todo.
-¿Alguna de esas cuatro familias todavía viven aquí?
-No. Pero el abuelo del pobre Pyotr Saltykov aún vive aquí - Entrecerró un poco los ojos - ¿Por qué están preguntando?
-Estoy segura que ha escuchado sobre el niño que fue encontrado la semana pasada - dijo Lena. La mujer se echó hacia atrás en la vieja silla que chirrió con su peso.
-En la vieja casa Wicker - dijo en voz baja - Los niños por aquí crecen llamándola la casa Wicker - bajó la voz aún más - Algunos han visto fantasmas allí.
-¿En serio? - La mujer asintió con un rostro solemne.
-Gritos y llantos también.
-¿Alguna vez ha escuchado o visto algo? - La mujer negó con la cabeza rápidamente.
-No me acerco al lugar. No desde la secundaria. Fuimos allí por una apuesta. Los niños aún lo hacen.
-¿Entrar a la casa? - preguntó Lena.
-Oh, no. Está cerrada. Las ventanas están tapiadas en el primer piso. Incluso si no fuese así, no iría a ese lugar - dijo la mujer.
-¿Entonces...qué? ¿Los niños sólo van a la casa? - preguntó Yulia.
-Dentro de la cerca - dijo ella - Para ganar la apuesta, tenías que subir a la parte delantera del porche - agitó sus manos despectivamente - Los chicos más grandes ahora van allí a tomar cerveza y pasar el rato.
-Ya veo - Yulia miró a Lena -Realmente no estamos aquí por la casa. Además del abuelo de Pyotr Saltykov ¿hay otros que todavía estén por aquí desde el 2000?
-Algunos. No hay mucho trabajo por aquí - sonrió rápidamente - Sólo cuando la gente muere.
-Correcto - dijo Lena plasmando una brillante sonrisa en su rostro -Entonces ¿le importaría si damos una vuelta por ahí? Queríamos entrevistar algunos de los que estuvieron alrededor en ese entonces.
-Comience con Lizzie Willis. Ella está en el lote 28. No ha pasado mucho sin que ella lo sepa - bajó su voz nuevamente - Un poco entrometida, si saben lo que quiero decir. Les hará estallar las orejas.
-Grandioso. Empezaremos allí entonces - dijo Yulia - Lo siento ¿cuál era su nombre?
-Brenda Smirnova. Mi papá ahora es el dueño del lugar. Era de mi abuelo, pero él murió. Hace seis años. Por supuesto, mi papá lo ha estado manejando por años de todos modos - continuó ella. Lena sonrió cortésmente.
-Agradecemos su cooperación, Brenda. No tardaremos mucho - la ojiverde le entregó un tarjeta y Yulia hizo lo mismo - Si necesita ponerse en contacto con alguna de nosotras...por alguna razón.
-Oh, lo haré - Brenda dobló su mano alrededor de las tarjetas - ¿Significa esto que la KGB está investigando las desapariciones otra vez? ¿Tienen alguna nueva evidencia?
-Sin nuevas evidencias, no - dijo Yulia rápidamente - Pero realmente no podemos hablar de eso con usted. Espero que lo entienda.
-Sí, claro. Veo la televisión. Sé cómo es - Yulia asintió.
-Entonces dejaremos que vuelva a su trabajo. Gracias por su tiempo - Se volteó para irse, sintiendo a Lena justo detrás de ella. Una vez de vuelta en el sol, tomó una respiración exagerada.
-Lo sé - dijo Lena - Probablemente ahora ambas estamos olorosas a cigarrillo.
-Pero era habladora - dijo Yulia.
-¿Qué tal si manejamos hacia al lote 28 en vez de caminar? - preguntó la pelirroja cuando un perro…encadenado a un árbol…comenzó a ladrarles.
-Tienes mi voto - dijo ella mientras entraban a su camioneta.
Yulia condujo lentamente por la estrecha vereda de casas móviles de diferentes tamaños y formas que se alineaban a ambos lados.
Algunas tenían espacios muy próximos entre sí, otras tenían jardines pequeños. La mayoría estaban descuidadas y desgastadas…mostrando sus años. El desorden las rodeaba a casi todas.
-Dios, esto me trae recuerdos - dijo la pelinegra en voz baja.
-¿Es esto similar a dónde creciste? - preguntó Lena suavemente. Yulia asintió.
-Sí, muchos parques de remolque se ven así. En aquel entonces, la nuestra no estaba así de destartalada - Lena se inclinó sobre la consola y apretó su muslo cariñosamente - Estoy bien - dijo Yulia.
-Sí. Sé que lo estás - Yulia se encontró rápidamente con sus ojos, sonriendo ligeramente. Lena nunca la juzgaba…por lo que estaba agradecida. Nunca tuvo que explicarle nada. Lena simplemente había aceptado su pasado como era.
-Es aquí - dijo la pelirroja señalando un viejo pero ordenado remolque, ausente de basura en el exterior y había incluso un parche de hierba verde y dos macetas llenas de flores rojas.
-¿Cuál era su nombre? ¿Lizzie?
-Lizzie Willis - Lena salió y la miró a través del capó de la camioneta
-¿Quieres que me encargue de esta?
-Seguro - Yulia observó divertida como Lena subía los escalones de madera desvencijados y miraba la puerta, obviamente, tratando de decidir por dónde llamar. Una puerta de tela metálica…rota en varios lugares…protegía la fina puerta de aluminio.
-Golpea en el marco de la puerta de tela metálica - dijo ella finalmente. Lena golpeó tres veces en rápida sucesión.
-¿Sra. Willis? - llamó. Ambas podían escuchar el sonido de pasos en el interior.
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa? - Una pequeña mujer con cabello blanco como la nieve y hombros ligeramente encorvados abrió la puerta para ellas. Yulia no podía adivinar su edad a pesar de su cabello. Su rostro estaba casi vacío de arrugas.
-Sra. Willis, somos de la KGB - dijo Lena mientras le tendía su credencial - Soy la agente especial Katina. Ella es la agente especial Volkova - El rostro de Lizzie Willis estalló en una sonrisa, revelando una dentadura blanca y limpialimpia.
-Bueno, ya veo. Esto me trae recuerdos. Por supuesto en ese entonces, los que venían eran hombres - miró fijamente a Yulia -Llevaban trajes y corbatas - Yulia miró sus zapatos para correr, sus jeans y su camiseta de la KGB. Supuso que podría haber traído una chaqueta de traje, pero qué demonios, todavía estaba demasiado caliente para eso. Lena, por supuesto, estaba vestida como ella siempre vestía. Profesional y a la vez práctica. Miró nuevamente a la mujer y sonrió.
-Si tengo que perseguir a un chico malo, apuesto a que podría correr más rápido que los chicos con traje y corbata - Lizzie Willis frunció sus labios.
-Ustedes los jóvenes, tan informales en estos días.
-Sra. Willis, sólo tenemos algunas preguntas, si no le importa - dijo Lena.
-Llámeme Lizzie. He sido viuda por más de cuarenta años - dio un paso atrás y mantuvo la puerta abierta -Entren. Tengo los ventiladores encendidos - Yulia escondió su sonrisa mientras Lena valientemente cruzaba el umbral. La morena imaginaba que esta era su primera vez dentro de un remolque.
Todo estaba ordenado y limpio. Aunque cálido, no estaba insoportablemente caliente en el interior. Lizzie tenía unos menos de tres ventiladores soplando aire alrededor. Se imaginaba en medio del verano, sería sofocante en el interior.
-Siéntense - dijo ella señalando el sofá.
Estaba desgarrado y el estampado de flores se desvanecía, pero una sábana había sido colocada en el cojín del asiento. Parecía limpia y ella y Lena intercambiaron miradas antes de sentarse.
-Estoy segura que ha escuchado sobre el chico que encontraron abajo por la calle - comenzó Lena.
-Oh, sí. En la casa Wicker. El pequeño mexicano, según dicen.
-Parece ser hispano, sí, pero aún no ha sido identificado - dijo Lena.
-¿Por qué le llaman la casa Wicker? - preguntó Yulia - Así también la llamó Brenda.
-Bueno, ese es su nombre - dijo Lizzie simplemente - Spencer fue el constructor original y el propietario. Los últimos propietarios fueron...
-Los Underwood - dijo Lena - Han sido los dueños durante cincuenta y seis años - Lizzie hizo caso omiso a su explicación.
-Los Underwoods sólo vivieron allí durante un corto tiempo. Ha estado vacía desde entonces. Los Wickers fueron los dueños anteriormente - cruzó las manos uniéndolas, sus dedos delgados mostraban inflamación artrítica en cada nudillo - El sr Wicker se volvió loco una noche. Piensan que tenía intoxicación por plomo o algo así. Hacía whisky ilegal - dijo con naturalidad - Debió haberse envenenado a sí mismo.
-Está bien - dijo Lena - Pero este muchacho, fue encontrado…
-Él mató a tres esa noche - dijo Lizzie con sus ojos muy abiertos -Los hizo picadillos - Yulia frunció el ceño.
-¿El sr Wicker?
-Si - bajó su voz - Con un hacha. En las escaleras. Dijeron que había sangre en todas las paredes, que goteaba hacia abajo.
-¿Y esto fue cuando?
-Fue en el año de 1948. Los Underwoods la compraron diez años más tarde, después de que había permanecido vacía. Ahora ¿quién en su sano juicio iba a comprar una casa así? Probablemente todavía tenía sangre en las paredes - dijo ella sacudiendo su cabeza.
-Espero que no le importe que pregunte… - dijo Lena - …pero ¿cuántos años tiene? - Lizzie dejó escapar una risa sorprendentemente fuerte.
-Jovencita, llegaré a mis ochenta y nueve este diciembre - dio un golpecito a su frente - Pero mi memoria todavía es fuerte.
-¿Entonces ha vivido en esta zona la mayor parte de su vida? - preguntó Yulia.
-No la…mayor parte. Por supuesto, no aquí en Shady Pines. No, cuando Vlad estaba vivo, vivíamos cerca de la ciudad. Tuvimos una casa bonita. El cáncer se lo llevó, sin embargo. Nunca llegué a tener hijos, así que estuve por mi cuenta - dijo ella -Poco a poco, el dinero se acabó - hizo un gesto con sus manos a los lados - Podría haberme mudado a donde vive mi hermana menor, en Conroe. Pero no. Me mudé a las afueras de Oblast. Este es mi hogar. He estado aquí veintiocho años. Es todo lo que puedo pagar, con mi cheque del Seguro Social.
-¿Ha estado aquí en Shady Pines todo ese tiempo?
-Oh, sí. Justo aquí. Compré este remolque nuevo. Mi hermana y su esposo me ayudaron a instalarme - sonrió brillantemente - Tenemos el mismo cumpleaños. Ella viene a verme cada abril. Trae un pastel o una torta o algo así. Oh, sí que sabe hornear. Lo heredó de nuestra madre.
-Eso es genial - dijo Lena cortésmente - Así que vivía aquí cuando los cuatro muchachos desaparecieron.
-Oh, sí, querida. Fue un tiempo horrible para todo el mundo. Las personas tenían miedo de enviar a sus hijos a la escuela por temor a que no volvieran a casa - sacudió su cabeza - Algunas personas incluso se mudaron. Por supuesto, algunos querían cerrar la escuela primaria, pero nunca lo hicieron. Ahora los chicos tienen autobuses.
-¿Conoció personalmente a alguna de las familias? - preguntó Yulia. Lizzie dejó escapar otra carcajada.
-Por supuesto. En aquel entonces había cuarenta o cincuenta familias viviendo aquí. Ahora, no todos eran amigos los uno de los otros, pero todo el mundo conocía a todo el mundo - dijo ella. Yulia miró a Lena, sin saber qué estaban ganando al interrogar a esta mujer, que no fuese una lección de historia. Estaba tratando de pensar en una forma educada de envolverla y seguir adelante cuando Lena hizo una pregunta que le sorprendió.
-¿Qué cree le pasó a los cuatro chicos? - Lizzie cruzó sus manos uniéndolas herméticamente.
-Algo más horrible, imagino - dijo ella - Paulie Canton fue el único que encontraron - dijo ella, su voz se iba apagando - Algo terrible para las familias.
-¿Por qué cree que fue dejado en la casa Wicker? - preguntó Lena.
-La casa Wicker es maligna - dijo ella - El que hizo esto probablemente fue movido a eso - se acercó más, bajando la voz - Ni siquiera conduciría frente a ella. Tomo el camino largo hacia Marfino cuando tengo que hacer compras.
-¿Así que todavía conduce? - preguntó Yulia.
-Oh, sí. Ahora no te preocupes. Soy perfectamente capaz.
-¿Cree que la casa está embrujada? - preguntó Lena y Yulia notó la seria expresión de su rostro.
-Por supuesto que lo está. Aquellos que son lo suficientemente necios como para acercarse a ella han visto sombras en las ventanas superiores. Algunos oyen gritos, otros oyen llanto - una vez más sus manos se aferraron - Un lugar horrible, realmente horrible. Muchas cosas terribles han ocurrido allí. Fue antes de mi tiempo, pero comenzó con el Sr. Spencer. Dicen que mató a dos niños que robaban los huevos de sus gallinas. Después de eso, los Wickers la compraron. Tenían once niños - negó con la cabeza lentamente - Ni uno de ellos vivió hasta la edad adulta - Yulia enarcó sus cejas -Todos murieron allí mismo, en la casa de una manera u otra. Dos cayeron desde lo alto de la escalera del tercer piso. Una de las niñas cayó por la barandilla del segundo piso. Otro se ahogó después de caer en el pozo - sacudió su cabeza nuevamente - Dicen que cayó. Empujada, me gusta más.
-¿Por el sr Wicker? - preguntó Lena.
-Un hombre malvado - dijo Lizzie con certeza.
-¿Conocía a los niños?
-Oh, sí. En aquel entonces sólo había una escuela - su mirada fue más allá de ellas y había nostalgia en su rostro - Las cosas eran más simples en aquel entonces - guardó silencio por un momento, entonces una sonrisa iluminó su rostro - Era dulce con Tommy Wicker - dijo ella -El provocó una pelea con él un día después de la escuela.
Yulia dudaba que esto aportara luz sobre el caso y que probablemente estaban perdiendo el tiempo, pero permitió que Lizzie recordara el pasado. Cualquier entrevista que hicieran hoy era más formalidad que cualquier otra cosa. Catorce años era mucho tiempo para encontrar nuevas evidencias.
-Esa fue la última vez que vi a Tommy - dijo con tristeza - Él nunca regresó a la escuela.
-¿Qué pasó con él? - preguntó Lena. Lizzie la miró con ojos serios.
-Estaba ayudando a su padre a remover un árbol de pino que había caído cerca de la casa - sus ojos se cerraron por un segundo - Era un chico tan bonito - dijo ella, su voz apenas un susurro - Recibió un hachazo en la cabeza. El sr. Wicker dijo que la estaba balanceando hacia el árbol y Tommy se atravesó en el camino.
-¿Así que fue un accidente?
-Todo siempre fue un accidente. Hasta aquella fatídica noche cuando mató a su esposa y a sus dos hijas restantes. Entonces dejaron de pensar que era un accidente. Por supuesto, toda la familia se había ido para entonces. El sr. Wicker se colgó a sí mismo en la barandilla del tercer piso.
-Wow - murmuró Yulia.
-Dicen que el Sr. Spencer se ahorcó en la misma barandilla justo antes de que fuese arrestado. Después de matar a los dos niños que pensaba estaban robándole, saben. La casa estuvo vacía por diez años antes de que los Underwood la compraran. Sus hijos habían crecido por lo que sólo eran ellos - sacudió su cabeza lentamente - He escuchado las historias que la señora Underwood contaba. Escuchaba a niños corriendo por las escaleras. Gritando en los pasillos. Sentía manos que la tocaban - Lizzie se sacudió, como rechazando esas mismas manos - Juraba que su marido nunca había escuchado nada de eso. Casi la llevó a la locura. Hacia el final, se negaba incluso a subir las escaleras en absoluto.
-Y la casa ha estado nuevamente vacía desde hace años ¿no?
-Sí, desde que el viejo Underwood murió. Se colgó de la misma barandilla, igual que el viejo Wicker, igual que el viejo Spencer. Dicen que amarró la cuerda al poste de la esquina y solo saltó - sus labios fruncidos - Eso es lo que dicen, pero ¿quién sabe realmente? Tal vez fue empujado.
-¿Por su esposa?
-Oh, no. Ella ya no subía las escaleras ¿recuerdas? No, ella lo encontró colgado allí cuando llegó a casa de la tienda de comestibles. Estaba tan asustada, ni siquiera subió para revisarlo. Dio la vuelta y se alejó - Lizzie sacudió su cabeza -Después de todo eso, se fue de aquí. Imagino que fue a vivir con la familia en alguna parte. Eso pasó a finales de los setenta, creo. Ha estado vacía desde entonces - dijo ella - Solían tener a alguien que cuidaba del patio y esas cosas, cuando ponían ese gran cartel de venta afuera. Pero eso se detuvo hace años.
-El chico que encontraron la semana pasada… ¿sabe algo acerca de él? ¿O ha escuchado algo? - preguntó Yulia queriendo dirigir la conversación hacia el presente. Ella negó con la cabeza.
-No era de aquí, no. No he escuchado de alguien que lo conozca. Ahora el rumor es que era de una de las familias que viven más allá del vivero (semillero) - dijo ella.
-¿Vivero? - preguntó Elena.
-Hay un enorme vivero…árboles y plantas y flores…al norte de la ciudad, cerca del límite del Bosque Nacional. Las plantas de Tapovalov. Tiene una gran cantidad de ilegales… - dijo ella haciendo comillas en el aire -…que trabajan para él. Probablemente tiene diez o doce remolques allá afuera donde ellos viven.
-¿Alguien de la oficina del sheriff vino por aquí? - preguntó Yulia.
-No ¿Por qué lo harían? El chico no era de aquí - Yulia asintió, mirando a Lena nuevamente.
-Bueno, creo que le hemos quitado suficiente tiempo. Probablemente deberíamos irnos.
-Oh, jovencita, me encanta tener visitantes. La gente no viene por aquí, ni visitan como antes. Todo el mundo siempre está de prisa en estos días.
-Nosotras incluidas, me temo - dijo Lena y sonrió mientras se levantaba - Fue bueno conocerla, Lizzie. Si se entera de algo, llámenos - dijo ella entregándole una tarjeta. Lizzie se quedó mirando la tarjeta.
-Elena - leyó - Vaya, eres demasiado bonita como para estar trabajando para la KGB, querida ¿Cómo demonios fuiste arrastrada a este trabajo?
Yulia también se puso de pie, preguntándose qué línea le ofrecería Lena y fue sorprendida al escuchar la verdad.
-Quería ayudar a la gente - Lizzie tomó la tarjeta de Yulia y la morena esperó hasta que la leyera también. La sonrisa de Lizzie vaciló.
-Tu pareces encajar bien. A excepción de tu ropa - Yulia sonrió amablemente.
-Gracias - Vio como Lizzie se empujaba a sí misma fuera de su silla, tratando de enderezar sus hombros.
-Déjenme acompañarlas a la salida - dijo la mujer - Vuelvan y visiten en cualquier momento. Echo de menos tener compañía.
-Es posible que tengamos más preguntas - dijo Lena.
-Bueno, vuelvan entonces - abrió la puerta de tela metálica para ellas, entonces las siguió afuera - Veo que mis flores necesitan un trago de agua - comentó - Fue muy agradable y fresco esta mañana, pero las tardes aún son calurosas ¿no es así?
-Sí, señora, estoy lista para un clima más fresco - dijo Yulia mientras observaba salir a la vecina de Lizzie con una bolsa de basura. La mujer las miró sospechosamente mientras metía la bolsa en un cubo de basura, luego se apresuró a entrar sin molestarse en cerrar la tapa.
-Oh, no se preocupen por Edie - dijo Lizzie - Edith Krause - se aferró a la barandilla tambaleante junto a los escalones - Edie no ha sido la misma desde que perdió a su pequeño - Yulia la miró bruscamente.
-¿Su hijo fue uno de los cuatro chicos?
-Oh, no, no. Murió al menos un año antes de que todo eso pasara - frunció los labios y negó con la cabeza lentamente - Él era una cosa pequeña, frágil. Los chicos más grandes peleaban con él constantemente. Edward Krause. Lo llamaban Eddie.
-¿Qué pasó? - preguntó Lena. Lizzie ladeó la cabeza.
-En realidad, fue uno de los cuatro quien lo hizo.
-¿Hacer qué?
-Empezaron una pelea en la escuela un día, Butch Renkie y él. Butch era un niño grande para su edad. Oh, nunca supimos todos los detalles, pero la mayoría dice que Eddie estaba en el suelo y Butch lo pisoteaba - Lizzie miró el remolque de su vecina - La garganta del pequeño Eddie fue aplastada - Lizzie miró a Yulia - Ellos dicen que murió rápidamente.
-¿Y el pequeño Eddie vivía al lado? - preguntó Lena.
-Sí. Era su único hijo. Edie lo protegía tanto, no le permitía jugar como un niño normal. Siempre tuvo miedo de que se lastimara o se enfermara - Lizzie sacudió su cabello blanco como la nieve, alejándolo de su rostro - Edie nunca fue la misma después de eso - Yulia siguió su mirada hacia el antiguo remolque de al lado. Ni siquiera una sola tela metálica permanecía en las ventanas y unos bloques habían sustituido los escalones de madera que estaban arrojados a un lado, olvidados, la madera tenía tiempo podrida. Yulia tenía un montón de preguntas, pero pensaba que era mejor que ella y Lena discutieran sobre todo esto antes de bombardear a Lizzie Willis con ellas.
-Bueno, una vez más, gracias por su tiempo - dijo la pelinegra - Vamos a conducir por los alrededores, ver si podemos hablar con alguien más. Tal vez algunos de los vecinos de los cuatro chicos - hizo una pausa -Nos dijeron que el abuelo de Pyotr Saltykov todavía estaba aquí - dijo ella.
-Sí, él vive al final de la calle - dijo Lizzie señalando la estrecha calle -Lote 35, quiero decir - una vez más sus finos labios se fruncieron - No envidio donde vive - dijo ella con una sacudida de su cabeza - Tiene algunos vecinos terribles - bajó la voz casi en un susurro - Se mudaron hace un par meses. Traficantes de drogas, dicen - Las cejas de Yulia se elevaron.
-¿Distribuidores de drogas? ¿No ha llamado a la oficina del Sheriff? -Lizzie no le dio importancia a su pregunta.
-Como si fuesen a hacer algo. Los llamó muchas veces. Siguen diciendo que no tienen... - cerró los ojos inclinando un poco su cabeza -¿Cómo es que dicen en la televisión?
-¿Causa probable? - suministró Lena.
-Sí, eso es. Vaya, él le estaba diciendo a la Sra. Baker que el jefe Brady básicamente le había dicho que no los molestara nunca más - sacudió la cabeza con desaprobación - ¿Pueden creerlo? Con traficantes de drogas justo delante de sus narices.
-Bueno, iremos a verlo ¿Sr Saltykov? ¿Cuál es su nombre?
-Allen. Un chico bastante agradable. Avanzado en años, sin embargo -Yulia sonrió.
-Gracias, Lizzie. Has sido de mucha ayuda - La anciana casi sonrió radiantemente y trató de enderezar sus hombros jorobados.
-Vuelvan en cualquier momento - dijo ella.
Yulia y Lena se despidieron con la mano mientras se alejaban y Lizzie las observó hasta que llegaron a la esquina.
-Que mujer tan encantadora - dijo Lena.
-Sí. Llena de historias.
-No había nada en el archivo original sobre Eddie Krause. Supongo que no entraba en el juego para ellos.
-Algo de coincidencia, sí - Lena sonrió rápidamente.
-Pero no creemos en las coincidencias ¿verdad?
-No - Yulia tomó su teléfono y llamó a Samir - Vamos a ver si los chicos consiguieron algo - sólo sonó una vez antes de que Samir contestara.
-Por favor, dime que es hora de comer.
-Ni siquiera son las once, calvo ¿Encontraron algo?
-¿Qué esperabas que encontráramos? Justo como dice el informe, varón no identificado, de aproximadamente 6 a 8 años.
-¿Con quienes hablaron?
-Hablamos con los asistentes que fueron los primeros en la escena. Luego, hablamos con el equipo que está investigando la muerte. No tienen nada.
-Boris dijo que el forense tendría el informe final esta semana ¿Le preguntaste?
-Sí, no lo tienen todavía. Nos darán una llamada. Tal vez consigamos algo más tarde.
-Entonces ¿dónde están ahora?
-A punto de regresar con ustedes ¿Consiguieron algo?
-Sí, conseguimos una pequeña lección de historia. Escucha, antes de salir de allí, revisa si tienen algo en archivo con respecto a la muerte de Eduard Krause. Debió haber ocurrido más o menos un año antes de la desaparición de los cuatro chicos
-¿Quién es él?
-Tenía seis años. Fue asesinado en la escuela. Fue considerado un accidente. Uno de los cuatro chicos estuvo involucrado.
-Está bien. Vamos a comprobarlo.
-Vamos a entrevistar al abuelo de uno de los cuatro chicos, entonces pondremos punto final por aquí. Nos reuniremos en el hotel en vez de que ustedes vengan aquí, luego iremos a almorzar.
-Trato - Yulia bajó su teléfono y miró hacia Lena.
-No tienen nada - La ojiverde asintió - Este es el lote 35 - dijo ella. Una vieja camioneta Ford estaba estacionada en la calzada.
Yulia salió a un lado de la carretera. El remolque era muy similar a los otros, años pasados de moda. Cinco neumáticos se apoyaban a un lado del mismo, la mala hierba había crecido casi lo eficientemente como para cubrirlos. Tan pronto como salieron de la camioneta, oyeron ladridos feroces. Yulia se volteó rápidamente.
Al otro lado de la calle, un perro con mirada despiadada estaba encadenado a un árbol. El pitbull tensaba la cadena contra su cuello, ladrándoles con fuerza, la baba caía de su boca mientras le enseñaba los dientes.
-Espero que esa cadena aguante - dijo Lena.
-Tú y yo, bebé - murmuró Yulia, consciente de que su mano había aterrizado automáticamente en su arma. Antes de que pudieran tocar, la puerta desgarrada del frente se abrió y un hombre bramó en voz alta.
-¡Cállate maldito perro! - Yulia automáticamente dio un paso atrás.
-¿Sr Saltykov? - Sus ojos se estrecharon.
-Puede ser ¿Quién es usted? - Ella y Lena simultáneamente levantaron sus credenciales.
-KGB. Soy la agente especial Katina, ella es la agente especial Volkova - dijo ella - ¿Podemos hablar?
-Bueno, veo que mis quejas finalmente llegaron a la cima - dijo él - Estos patanes locales de por aquí no han hecho una maldita cosa al respecto - su mirada se desvió hacia el patio donde el perro seguía ladrando - Los quiero fuera.
-Oh - Yulia sonrió y negó con la cabeza - No, en realidad, no estamos aquí por sus vecinos - dijo ella.
-Entonces ¿qué diablos hacen aquí?
-Se trata de su nieto - dijo Lena -Pyotr Saltykov.
-¿Pyotr? ¿Qué? ¿Al fin tienen una pista?
-¿Podemos entrar? - preguntó Yulia - Va a ser un poco más tranquilo.
-Ese maldito perro - murmuró mientras volvía a entrar, dejándolas allí de pie. Yulia se encogió de hombros y siguió al interior.
Mientras el remolque de Lizzie estaba impecable y ordenado, éste estaba necesitando desesperadamente una limpieza. Miró a su alrededor por un lugar donde sentarse, pero los periódicos cubrían el sofá.
Miró hacia la mesa donde estaban los restos de la cena anterior y el desayuno de esta mañana. Él pareció leer sus pensamientos.
-Sí, desde que mi esposa falleció, no he agarrado el ritmo de mantener el lugar limpio - explicó él.
-Lo siento - dijo Lena - ¿Fue recientemente? - Él asintió con la cabeza.
-Sip. Serán dos años el mes que viene - Yulia sacó una silla de la mesa y Lena hizo lo mismo. El Sr. Saltykov tomó su bien usado sillón reclinable.
-Ahora ¿qué es eso de Pyotr?
-Bueno, esto es sólo un seguimiento - dijo Yul - El chico que fue encontrado la semana pasada en la casa Wicker…hubo similitudes con Paul Canton, el único de los cuatro chicos que fue encontrado.
-He oído hablar de él, por supuesto. Un pequeño mexicano.
-Sus padres no se han presentado - dijo Lena.
-Ilegales - dijo sin rodeos - No puedo culparlos.
-¿Este muchacho nunca fue visto por los alrededores? - Él negó con la cabeza.
-No lo creo. Todos ellos viven por el vivero, sí es que es uno de ellos - dijo él - No era uno de los niños del parque de todos modos. No como en los viejos tiempos. Pyotr y sus amigos jugaban al béisbol en la calle. Podías escuchar a los niños riendo y gritando por todo el maldito lugar - dijo con una sonrisa que se desvaneció rápidamente -Después de eso, algunas de las familias se mudaron lejos. Ahora la mayoría de nosotros somos viejos. A excepción de esos hijos de puta que viven al lado - dijo él.
-Sr. Saltykov, sé que fue entrevistado cuando Pyotr desapareció. Indicó que nunca hubo algo sospechoso, ni extraños merodeando por los alrededores, nada fuera de lo común - dijo Lena.
-Eso es correcto.
-Con este pequeño encontrado la semana pasada ¿piensa que podríamos tener la misma situación que antes?
-Admitiré que cuando escuché la noticia, pensé en Pyotr - dijo él - Pero eso fue ¿qué? ¿Hace catorce años? - él negó con la cabeza - No puedo imaginar que alguien secuestre a ese pequeño niño mexicano atravesando todo este camino hacia la casa Wicker, solo para imitar la forma en que encontraron a Paulie Canton.
Yulia pasó los dedos por su cabello. Sabía de antemano que probablemente no conseguirían una nueva información. Él, como todos los demás en el parque de casas rodantes, había sido entrevistado varias veces hacía catorce años. Estuvo a punto de sugerirle a Lena que se fueran cuando una camioneta con música a todo volumen se detuvo al otro lado de la calle. El perro empezó a ladrar en voz alta nuevamente.
-Nunca se detiene - dijo él - La gente entra y sale a todas horas de la noche. Entonces esto, los matones se aparecen durante el día.
Yulia se levantó y se acercó a la ventana, viendo como un hombre joven salía del lado del pasajero y corría hasta la puerta del remolque que cruzaba la calle. Entró sólo unos pocos segundos.
Luego salió con las manos metidas en los bolsillos trotando hacia la camioneta. La camioneta se alejó, llevándose la música a todo volumen. Se volteó hacia el señor Saltykov.
-¿Sabe quién vive ahí?
-No sé sus nombres, no - dijo él - Es una extraña mezcla, es lo mejor que puedo decir. Es sólo un remolque de dos habitaciones, pero por lo menos hay siete u ocho personas viviendo allí. Hay un hombre negro, dos blancos y un oriental - dijo él -Hay dos mujeres negras y he visto dos mujeres blancas que van y vienen.
-¿Qué le ha contado al departamento del sheriff? - preguntó ella.
-Les dije que hay unos narcotraficantes viviendo a través de la calle. Caray, veo la televisión. No soy estúpido. Probablemente tengan también un laboratorio de metanfetamina allí.
-¿Y han venido a hablar con ellos?
-Diablos, no. Dicen que porque simplemente creo que están vendiendo drogas no quiere decir que así sea - Yulia sonrió y miró a Lena.
-Vamos a hablar con ellos - Lena negó con la cabeza.
-Yulia, no. Estamos aquí sólo para…
-Acabo de presenciar lo que parece ser una compra de drogas - dijo ella - Creo que es nuestro deber investigar.
-Sí - dijo el Sr. Saltykov - Eso es lo que he tratado de decirle a los inútiles en el departamento del sheriff. Que vengan y echen un vistazo. Demonios, ni siquiera han hecho eso.
-Vamos - dijo Yulia - Será divertido.
Yulia desaceleró a paso lento mientras se dirigían más allá de la escuela primaria. Eran unos pocos minutos antes de las ocho y los padres aún estaban dejando a sus hijos.
-¿Y dónde está el parque de casas rodantes?
-Parque de casas móviles - corrigió Lena. Yulia puso los ojos.
-¿Qué? ¿Estamos siendo políticamente correctas aquí?
-Parque de casa móviles Shady Pines - leyó Lena en sus notas.
-Mira, no tienes que ser sensible para mi beneficio - dijo la pelinegra -Crecí en un parque con remolques de pacotilla. Todo el mundo lo llamaba parque de casas rodantes. Sólo los de afuera lo llamaban parque de casas móviles.
-Solo creo que debemos ser respetuosos en cuanto a donde vive la gente. Algunas personas solo pueden darse el lujo de esto.
-Lo sé. He estado allí - dijo de nuevo.
También estaba resentida por ese hecho, pero eso no cambiaba nada. La vida en el parque de casas rodantes era todo lo que había conocido hasta ese fatídico día en que su hermana había revelado todos los secretos de la familia sobre los abusos sexuales de su padre. Pero no quería ir allí. No quería revisitar eso nuevamente. Lena ahora también conocía todos sus secretos y cada vez que hablaban de eso, los ojos de la pelirroja se llenaban de lágrimas. Lágrimas por ella, lágrimas por su infancia, pero aún así lágrimas. Y esa era una cosa que no quería para ver en los ojos de Lena.
-Da la vuelta en la siguiente calle a la izquierda - dijo la pelirroja usando el navegador de su iPhone - Oak Lane.
-Creo que tendríamos que hablar de esto con los chicos ¿no crees? - dijo mientras daba la vuelta hacia Oak Lane.
-Sí. Pero creo que saltarían por la oportunidad de entrevistar a alguien de la oficina del sheriff en lugar de hacerlo de puerta en puerta - dijo Lena.
-Correcto, allí está el cementerio Morgan Road - señaló - Gira a la derecha.
-¿Y dónde está la casa?
-También está en el cementerio Morgan Road. A media milla de Shady Pines.
-Bien ¿ahora quién es el dueño de la casa? ¿No es un local verdad?
-No. Alex Underwood y Betsy Erwin. Hermanos. Uno vive en Volgorov, la otra en Hilvanov. Ellos la heredaron de sus padres hace más de veinte años - Yulia asintió.
-No he leído la sección de la casa - admitió - Boris dijo que no era importante.
-No. Pero es interesante - dijo Lena -Realmente sus abuelos fueron los últimos que vivieron allí. Ha pasado a la venta de manera intermitente durante los últimos cuarenta años. El archivo no da otros detalles, pero estoy segura que algunos de los lugareños sabrán la historia de la misma.
-Bueno, así que tiene un cerco perimetral que fue violado ¿verdad? ¿y ambos cuerpos fueron encontrados a la intemperie? ¿El asesino no intentaba ocultarlos?
-El primer cuerpo fue encontrado en el jardín de rosas en la parte trasera de la casa. La víctima actual fue encontrada en la parte frontal de la casa, fácilmente visible desde la carretera.
-Así que la víctima hace catorce años no fue necesariamente dejada allí para ser encontrada ¿La actual si lo fue?
-Boslarovich dijo que el cuerpo en el jardín de rosas fue colocado con mucho cuidado y una rosa había sido cortada y colocada en su pecho. Determinaron que el cuerpo había estado allí durante al menos dos semanas. Así que parece que el asesino era indiferente en cuanto a si encontraban o no el cuerpo.
-Y con este nuevo cuerpo dejado cerca de la carretera, da la sensación de ser una coincidencia y no un vínculo con el caso sin resolver.
-Estoy de acuerdo - Yulia desaceleró al ver la señal de Shady Pines - Odio los casos como este.
-Sin embargo, estoy interesada en ver la casa embrujada… - dijo Lena con una rápida risa - …o la reacción de Samir.
Se detuvo frente a una pequeña construcción de madera, lo que solía ser blanco ahora estaba descascarado en la mayoría de los lugares. A la señal que anunciaba que estaban en la oficina le faltaba la "e". Yulia miró a Lena cuando salieron del auto.
-Déjame hablar a mí - La ojiverde levantó sus cejas interrogante. Yulia se encogió de hombros.
-Esta es mi gente - Esta vez Lena puso los ojos y Yulia le guiñó un ojo antes de que Samir y Dima se les unieran.
-¿Cuál es el plan? - preguntó Samir mientras tiraba del cuello de su camisa.
-Bueno, alguien tiene que ir a la oficina del sheriff y entrevistarlos. Pensamos que talvez ustedes harían eso - Yulia hizo un gesto hacia la fila de remolques detrás de ellos - Probablemente la mayoría de las personas allí sean mujeres, muchas de ellas mayores. Probablemente se sientan un poco más cómodas hablando con nosotras que con ustedes - Dima frunció el ceño.
-¿Así que Samir y yo seremos compañeros en ésta?
-Creo que esta asignación es más un esfuerzo en equipo… - dijo Lena - …y no tanto de compañeros.
-Estoy bien con eso. Ustedes van a revisar la casa mientras estén allí afuera ¿no? - dijo Samir. Yuliq se echó a reír.
-De ninguna manera, calvo. Ese será un esfuerzo en equipo. Cuando consigan lo necesario de la oficina del sheriff, se encuentran con nosotras aquí.
-¿Y nos registraremos en nuestro hotel por la tarde?
-Sí. Y también almorzaremos en alguna parte - Samir la miró fijamente durante un largo rato y ella se preguntaba qué interrogantes estaban flotando en su mente. Finalmente, él asintió con la cabeza y levantó su teléfono.
-Manténganse en contacto.
Tan pronto ellos regresaron a la camioneta de Dima, Yulia se volteó hacia Lena.
-Samir sospecha algo - dijo en voz baja.
-¿Te refieres a nosotras?
-Si.
-Tal vez sea así. Dima no tiene una pista y no creo que Samir solo venga a preguntarnos directamente ¿y tú?
-Espero que no - dijo mientras mantenía la puerta de la oficina abierta para ella. Sonrió a la mujer que estaba sentada detrás de un antiguo escritorio.
La mujer, que parecía tener unos cuarenta años y al menos cincuenta libras de sobre peso, arrojó a un lado la revista de moda que había estado leyendo, un cigarrillo aún colgaba entre sus dedos.
-¿En qué puedo ayudarlas? - Yulia y Lena enseñaron simultáneamente sus credenciales de la KGB.
-Soy la agente especial Volkova.
-Agente especial Katina - dijo Lena.
-Bueno, hay… - dijo la mujer sorprendida - …agentes femeninas. Pensaba que solo era así en la televisión - Yulia le dirigió una sonrisa sin humor.
-Sí, por fin nos dejaron entrar - cuadró un poco los hombros -¿Cuánto tiempo lleva trabajando aquí?
-Oh, mi familia es dueña del lugar. He sido la directora de la oficina desde que salí de la secundaria - dijo ella.
-¿Así que estaba aquí cuando los cuatro chicos desaparecieron?
-Oh, sí - dijo ella sacudiendo la cabeza - Eso fue en el 2000. Un tiempo terrible. Mi hijo tenía once años cuando sucedido todo.
-¿Alguna de esas cuatro familias todavía viven aquí?
-No. Pero el abuelo del pobre Pyotr Saltykov aún vive aquí - Entrecerró un poco los ojos - ¿Por qué están preguntando?
-Estoy segura que ha escuchado sobre el niño que fue encontrado la semana pasada - dijo Lena. La mujer se echó hacia atrás en la vieja silla que chirrió con su peso.
-En la vieja casa Wicker - dijo en voz baja - Los niños por aquí crecen llamándola la casa Wicker - bajó la voz aún más - Algunos han visto fantasmas allí.
-¿En serio? - La mujer asintió con un rostro solemne.
-Gritos y llantos también.
-¿Alguna vez ha escuchado o visto algo? - La mujer negó con la cabeza rápidamente.
-No me acerco al lugar. No desde la secundaria. Fuimos allí por una apuesta. Los niños aún lo hacen.
-¿Entrar a la casa? - preguntó Lena.
-Oh, no. Está cerrada. Las ventanas están tapiadas en el primer piso. Incluso si no fuese así, no iría a ese lugar - dijo la mujer.
-¿Entonces...qué? ¿Los niños sólo van a la casa? - preguntó Yulia.
-Dentro de la cerca - dijo ella - Para ganar la apuesta, tenías que subir a la parte delantera del porche - agitó sus manos despectivamente - Los chicos más grandes ahora van allí a tomar cerveza y pasar el rato.
-Ya veo - Yulia miró a Lena -Realmente no estamos aquí por la casa. Además del abuelo de Pyotr Saltykov ¿hay otros que todavía estén por aquí desde el 2000?
-Algunos. No hay mucho trabajo por aquí - sonrió rápidamente - Sólo cuando la gente muere.
-Correcto - dijo Lena plasmando una brillante sonrisa en su rostro -Entonces ¿le importaría si damos una vuelta por ahí? Queríamos entrevistar algunos de los que estuvieron alrededor en ese entonces.
-Comience con Lizzie Willis. Ella está en el lote 28. No ha pasado mucho sin que ella lo sepa - bajó su voz nuevamente - Un poco entrometida, si saben lo que quiero decir. Les hará estallar las orejas.
-Grandioso. Empezaremos allí entonces - dijo Yulia - Lo siento ¿cuál era su nombre?
-Brenda Smirnova. Mi papá ahora es el dueño del lugar. Era de mi abuelo, pero él murió. Hace seis años. Por supuesto, mi papá lo ha estado manejando por años de todos modos - continuó ella. Lena sonrió cortésmente.
-Agradecemos su cooperación, Brenda. No tardaremos mucho - la ojiverde le entregó un tarjeta y Yulia hizo lo mismo - Si necesita ponerse en contacto con alguna de nosotras...por alguna razón.
-Oh, lo haré - Brenda dobló su mano alrededor de las tarjetas - ¿Significa esto que la KGB está investigando las desapariciones otra vez? ¿Tienen alguna nueva evidencia?
-Sin nuevas evidencias, no - dijo Yulia rápidamente - Pero realmente no podemos hablar de eso con usted. Espero que lo entienda.
-Sí, claro. Veo la televisión. Sé cómo es - Yulia asintió.
-Entonces dejaremos que vuelva a su trabajo. Gracias por su tiempo - Se volteó para irse, sintiendo a Lena justo detrás de ella. Una vez de vuelta en el sol, tomó una respiración exagerada.
-Lo sé - dijo Lena - Probablemente ahora ambas estamos olorosas a cigarrillo.
-Pero era habladora - dijo Yulia.
-¿Qué tal si manejamos hacia al lote 28 en vez de caminar? - preguntó la pelirroja cuando un perro…encadenado a un árbol…comenzó a ladrarles.
-Tienes mi voto - dijo ella mientras entraban a su camioneta.
Yulia condujo lentamente por la estrecha vereda de casas móviles de diferentes tamaños y formas que se alineaban a ambos lados.
Algunas tenían espacios muy próximos entre sí, otras tenían jardines pequeños. La mayoría estaban descuidadas y desgastadas…mostrando sus años. El desorden las rodeaba a casi todas.
-Dios, esto me trae recuerdos - dijo la pelinegra en voz baja.
-¿Es esto similar a dónde creciste? - preguntó Lena suavemente. Yulia asintió.
-Sí, muchos parques de remolque se ven así. En aquel entonces, la nuestra no estaba así de destartalada - Lena se inclinó sobre la consola y apretó su muslo cariñosamente - Estoy bien - dijo Yulia.
-Sí. Sé que lo estás - Yulia se encontró rápidamente con sus ojos, sonriendo ligeramente. Lena nunca la juzgaba…por lo que estaba agradecida. Nunca tuvo que explicarle nada. Lena simplemente había aceptado su pasado como era.
-Es aquí - dijo la pelirroja señalando un viejo pero ordenado remolque, ausente de basura en el exterior y había incluso un parche de hierba verde y dos macetas llenas de flores rojas.
-¿Cuál era su nombre? ¿Lizzie?
-Lizzie Willis - Lena salió y la miró a través del capó de la camioneta
-¿Quieres que me encargue de esta?
-Seguro - Yulia observó divertida como Lena subía los escalones de madera desvencijados y miraba la puerta, obviamente, tratando de decidir por dónde llamar. Una puerta de tela metálica…rota en varios lugares…protegía la fina puerta de aluminio.
-Golpea en el marco de la puerta de tela metálica - dijo ella finalmente. Lena golpeó tres veces en rápida sucesión.
-¿Sra. Willis? - llamó. Ambas podían escuchar el sonido de pasos en el interior.
-¿Qué pasa? ¿Qué pasa? - Una pequeña mujer con cabello blanco como la nieve y hombros ligeramente encorvados abrió la puerta para ellas. Yulia no podía adivinar su edad a pesar de su cabello. Su rostro estaba casi vacío de arrugas.
-Sra. Willis, somos de la KGB - dijo Lena mientras le tendía su credencial - Soy la agente especial Katina. Ella es la agente especial Volkova - El rostro de Lizzie Willis estalló en una sonrisa, revelando una dentadura blanca y limpialimpia.
-Bueno, ya veo. Esto me trae recuerdos. Por supuesto en ese entonces, los que venían eran hombres - miró fijamente a Yulia -Llevaban trajes y corbatas - Yulia miró sus zapatos para correr, sus jeans y su camiseta de la KGB. Supuso que podría haber traído una chaqueta de traje, pero qué demonios, todavía estaba demasiado caliente para eso. Lena, por supuesto, estaba vestida como ella siempre vestía. Profesional y a la vez práctica. Miró nuevamente a la mujer y sonrió.
-Si tengo que perseguir a un chico malo, apuesto a que podría correr más rápido que los chicos con traje y corbata - Lizzie Willis frunció sus labios.
-Ustedes los jóvenes, tan informales en estos días.
-Sra. Willis, sólo tenemos algunas preguntas, si no le importa - dijo Lena.
-Llámeme Lizzie. He sido viuda por más de cuarenta años - dio un paso atrás y mantuvo la puerta abierta -Entren. Tengo los ventiladores encendidos - Yulia escondió su sonrisa mientras Lena valientemente cruzaba el umbral. La morena imaginaba que esta era su primera vez dentro de un remolque.
Todo estaba ordenado y limpio. Aunque cálido, no estaba insoportablemente caliente en el interior. Lizzie tenía unos menos de tres ventiladores soplando aire alrededor. Se imaginaba en medio del verano, sería sofocante en el interior.
-Siéntense - dijo ella señalando el sofá.
Estaba desgarrado y el estampado de flores se desvanecía, pero una sábana había sido colocada en el cojín del asiento. Parecía limpia y ella y Lena intercambiaron miradas antes de sentarse.
-Estoy segura que ha escuchado sobre el chico que encontraron abajo por la calle - comenzó Lena.
-Oh, sí. En la casa Wicker. El pequeño mexicano, según dicen.
-Parece ser hispano, sí, pero aún no ha sido identificado - dijo Lena.
-¿Por qué le llaman la casa Wicker? - preguntó Yulia - Así también la llamó Brenda.
-Bueno, ese es su nombre - dijo Lizzie simplemente - Spencer fue el constructor original y el propietario. Los últimos propietarios fueron...
-Los Underwood - dijo Lena - Han sido los dueños durante cincuenta y seis años - Lizzie hizo caso omiso a su explicación.
-Los Underwoods sólo vivieron allí durante un corto tiempo. Ha estado vacía desde entonces. Los Wickers fueron los dueños anteriormente - cruzó las manos uniéndolas, sus dedos delgados mostraban inflamación artrítica en cada nudillo - El sr Wicker se volvió loco una noche. Piensan que tenía intoxicación por plomo o algo así. Hacía whisky ilegal - dijo con naturalidad - Debió haberse envenenado a sí mismo.
-Está bien - dijo Lena - Pero este muchacho, fue encontrado…
-Él mató a tres esa noche - dijo Lizzie con sus ojos muy abiertos -Los hizo picadillos - Yulia frunció el ceño.
-¿El sr Wicker?
-Si - bajó su voz - Con un hacha. En las escaleras. Dijeron que había sangre en todas las paredes, que goteaba hacia abajo.
-¿Y esto fue cuando?
-Fue en el año de 1948. Los Underwoods la compraron diez años más tarde, después de que había permanecido vacía. Ahora ¿quién en su sano juicio iba a comprar una casa así? Probablemente todavía tenía sangre en las paredes - dijo ella sacudiendo su cabeza.
-Espero que no le importe que pregunte… - dijo Lena - …pero ¿cuántos años tiene? - Lizzie dejó escapar una risa sorprendentemente fuerte.
-Jovencita, llegaré a mis ochenta y nueve este diciembre - dio un golpecito a su frente - Pero mi memoria todavía es fuerte.
-¿Entonces ha vivido en esta zona la mayor parte de su vida? - preguntó Yulia.
-No la…mayor parte. Por supuesto, no aquí en Shady Pines. No, cuando Vlad estaba vivo, vivíamos cerca de la ciudad. Tuvimos una casa bonita. El cáncer se lo llevó, sin embargo. Nunca llegué a tener hijos, así que estuve por mi cuenta - dijo ella -Poco a poco, el dinero se acabó - hizo un gesto con sus manos a los lados - Podría haberme mudado a donde vive mi hermana menor, en Conroe. Pero no. Me mudé a las afueras de Oblast. Este es mi hogar. He estado aquí veintiocho años. Es todo lo que puedo pagar, con mi cheque del Seguro Social.
-¿Ha estado aquí en Shady Pines todo ese tiempo?
-Oh, sí. Justo aquí. Compré este remolque nuevo. Mi hermana y su esposo me ayudaron a instalarme - sonrió brillantemente - Tenemos el mismo cumpleaños. Ella viene a verme cada abril. Trae un pastel o una torta o algo así. Oh, sí que sabe hornear. Lo heredó de nuestra madre.
-Eso es genial - dijo Lena cortésmente - Así que vivía aquí cuando los cuatro muchachos desaparecieron.
-Oh, sí, querida. Fue un tiempo horrible para todo el mundo. Las personas tenían miedo de enviar a sus hijos a la escuela por temor a que no volvieran a casa - sacudió su cabeza - Algunas personas incluso se mudaron. Por supuesto, algunos querían cerrar la escuela primaria, pero nunca lo hicieron. Ahora los chicos tienen autobuses.
-¿Conoció personalmente a alguna de las familias? - preguntó Yulia. Lizzie dejó escapar otra carcajada.
-Por supuesto. En aquel entonces había cuarenta o cincuenta familias viviendo aquí. Ahora, no todos eran amigos los uno de los otros, pero todo el mundo conocía a todo el mundo - dijo ella. Yulia miró a Lena, sin saber qué estaban ganando al interrogar a esta mujer, que no fuese una lección de historia. Estaba tratando de pensar en una forma educada de envolverla y seguir adelante cuando Lena hizo una pregunta que le sorprendió.
-¿Qué cree le pasó a los cuatro chicos? - Lizzie cruzó sus manos uniéndolas herméticamente.
-Algo más horrible, imagino - dijo ella - Paulie Canton fue el único que encontraron - dijo ella, su voz se iba apagando - Algo terrible para las familias.
-¿Por qué cree que fue dejado en la casa Wicker? - preguntó Lena.
-La casa Wicker es maligna - dijo ella - El que hizo esto probablemente fue movido a eso - se acercó más, bajando la voz - Ni siquiera conduciría frente a ella. Tomo el camino largo hacia Marfino cuando tengo que hacer compras.
-¿Así que todavía conduce? - preguntó Yulia.
-Oh, sí. Ahora no te preocupes. Soy perfectamente capaz.
-¿Cree que la casa está embrujada? - preguntó Lena y Yulia notó la seria expresión de su rostro.
-Por supuesto que lo está. Aquellos que son lo suficientemente necios como para acercarse a ella han visto sombras en las ventanas superiores. Algunos oyen gritos, otros oyen llanto - una vez más sus manos se aferraron - Un lugar horrible, realmente horrible. Muchas cosas terribles han ocurrido allí. Fue antes de mi tiempo, pero comenzó con el Sr. Spencer. Dicen que mató a dos niños que robaban los huevos de sus gallinas. Después de eso, los Wickers la compraron. Tenían once niños - negó con la cabeza lentamente - Ni uno de ellos vivió hasta la edad adulta - Yulia enarcó sus cejas -Todos murieron allí mismo, en la casa de una manera u otra. Dos cayeron desde lo alto de la escalera del tercer piso. Una de las niñas cayó por la barandilla del segundo piso. Otro se ahogó después de caer en el pozo - sacudió su cabeza nuevamente - Dicen que cayó. Empujada, me gusta más.
-¿Por el sr Wicker? - preguntó Lena.
-Un hombre malvado - dijo Lizzie con certeza.
-¿Conocía a los niños?
-Oh, sí. En aquel entonces sólo había una escuela - su mirada fue más allá de ellas y había nostalgia en su rostro - Las cosas eran más simples en aquel entonces - guardó silencio por un momento, entonces una sonrisa iluminó su rostro - Era dulce con Tommy Wicker - dijo ella -El provocó una pelea con él un día después de la escuela.
Yulia dudaba que esto aportara luz sobre el caso y que probablemente estaban perdiendo el tiempo, pero permitió que Lizzie recordara el pasado. Cualquier entrevista que hicieran hoy era más formalidad que cualquier otra cosa. Catorce años era mucho tiempo para encontrar nuevas evidencias.
-Esa fue la última vez que vi a Tommy - dijo con tristeza - Él nunca regresó a la escuela.
-¿Qué pasó con él? - preguntó Lena. Lizzie la miró con ojos serios.
-Estaba ayudando a su padre a remover un árbol de pino que había caído cerca de la casa - sus ojos se cerraron por un segundo - Era un chico tan bonito - dijo ella, su voz apenas un susurro - Recibió un hachazo en la cabeza. El sr. Wicker dijo que la estaba balanceando hacia el árbol y Tommy se atravesó en el camino.
-¿Así que fue un accidente?
-Todo siempre fue un accidente. Hasta aquella fatídica noche cuando mató a su esposa y a sus dos hijas restantes. Entonces dejaron de pensar que era un accidente. Por supuesto, toda la familia se había ido para entonces. El sr. Wicker se colgó a sí mismo en la barandilla del tercer piso.
-Wow - murmuró Yulia.
-Dicen que el Sr. Spencer se ahorcó en la misma barandilla justo antes de que fuese arrestado. Después de matar a los dos niños que pensaba estaban robándole, saben. La casa estuvo vacía por diez años antes de que los Underwood la compraran. Sus hijos habían crecido por lo que sólo eran ellos - sacudió su cabeza lentamente - He escuchado las historias que la señora Underwood contaba. Escuchaba a niños corriendo por las escaleras. Gritando en los pasillos. Sentía manos que la tocaban - Lizzie se sacudió, como rechazando esas mismas manos - Juraba que su marido nunca había escuchado nada de eso. Casi la llevó a la locura. Hacia el final, se negaba incluso a subir las escaleras en absoluto.
-Y la casa ha estado nuevamente vacía desde hace años ¿no?
-Sí, desde que el viejo Underwood murió. Se colgó de la misma barandilla, igual que el viejo Wicker, igual que el viejo Spencer. Dicen que amarró la cuerda al poste de la esquina y solo saltó - sus labios fruncidos - Eso es lo que dicen, pero ¿quién sabe realmente? Tal vez fue empujado.
-¿Por su esposa?
-Oh, no. Ella ya no subía las escaleras ¿recuerdas? No, ella lo encontró colgado allí cuando llegó a casa de la tienda de comestibles. Estaba tan asustada, ni siquiera subió para revisarlo. Dio la vuelta y se alejó - Lizzie sacudió su cabeza -Después de todo eso, se fue de aquí. Imagino que fue a vivir con la familia en alguna parte. Eso pasó a finales de los setenta, creo. Ha estado vacía desde entonces - dijo ella - Solían tener a alguien que cuidaba del patio y esas cosas, cuando ponían ese gran cartel de venta afuera. Pero eso se detuvo hace años.
-El chico que encontraron la semana pasada… ¿sabe algo acerca de él? ¿O ha escuchado algo? - preguntó Yulia queriendo dirigir la conversación hacia el presente. Ella negó con la cabeza.
-No era de aquí, no. No he escuchado de alguien que lo conozca. Ahora el rumor es que era de una de las familias que viven más allá del vivero (semillero) - dijo ella.
-¿Vivero? - preguntó Elena.
-Hay un enorme vivero…árboles y plantas y flores…al norte de la ciudad, cerca del límite del Bosque Nacional. Las plantas de Tapovalov. Tiene una gran cantidad de ilegales… - dijo ella haciendo comillas en el aire -…que trabajan para él. Probablemente tiene diez o doce remolques allá afuera donde ellos viven.
-¿Alguien de la oficina del sheriff vino por aquí? - preguntó Yulia.
-No ¿Por qué lo harían? El chico no era de aquí - Yulia asintió, mirando a Lena nuevamente.
-Bueno, creo que le hemos quitado suficiente tiempo. Probablemente deberíamos irnos.
-Oh, jovencita, me encanta tener visitantes. La gente no viene por aquí, ni visitan como antes. Todo el mundo siempre está de prisa en estos días.
-Nosotras incluidas, me temo - dijo Lena y sonrió mientras se levantaba - Fue bueno conocerla, Lizzie. Si se entera de algo, llámenos - dijo ella entregándole una tarjeta. Lizzie se quedó mirando la tarjeta.
-Elena - leyó - Vaya, eres demasiado bonita como para estar trabajando para la KGB, querida ¿Cómo demonios fuiste arrastrada a este trabajo?
Yulia también se puso de pie, preguntándose qué línea le ofrecería Lena y fue sorprendida al escuchar la verdad.
-Quería ayudar a la gente - Lizzie tomó la tarjeta de Yulia y la morena esperó hasta que la leyera también. La sonrisa de Lizzie vaciló.
-Tu pareces encajar bien. A excepción de tu ropa - Yulia sonrió amablemente.
-Gracias - Vio como Lizzie se empujaba a sí misma fuera de su silla, tratando de enderezar sus hombros.
-Déjenme acompañarlas a la salida - dijo la mujer - Vuelvan y visiten en cualquier momento. Echo de menos tener compañía.
-Es posible que tengamos más preguntas - dijo Lena.
-Bueno, vuelvan entonces - abrió la puerta de tela metálica para ellas, entonces las siguió afuera - Veo que mis flores necesitan un trago de agua - comentó - Fue muy agradable y fresco esta mañana, pero las tardes aún son calurosas ¿no es así?
-Sí, señora, estoy lista para un clima más fresco - dijo Yulia mientras observaba salir a la vecina de Lizzie con una bolsa de basura. La mujer las miró sospechosamente mientras metía la bolsa en un cubo de basura, luego se apresuró a entrar sin molestarse en cerrar la tapa.
-Oh, no se preocupen por Edie - dijo Lizzie - Edith Krause - se aferró a la barandilla tambaleante junto a los escalones - Edie no ha sido la misma desde que perdió a su pequeño - Yulia la miró bruscamente.
-¿Su hijo fue uno de los cuatro chicos?
-Oh, no, no. Murió al menos un año antes de que todo eso pasara - frunció los labios y negó con la cabeza lentamente - Él era una cosa pequeña, frágil. Los chicos más grandes peleaban con él constantemente. Edward Krause. Lo llamaban Eddie.
-¿Qué pasó? - preguntó Lena. Lizzie ladeó la cabeza.
-En realidad, fue uno de los cuatro quien lo hizo.
-¿Hacer qué?
-Empezaron una pelea en la escuela un día, Butch Renkie y él. Butch era un niño grande para su edad. Oh, nunca supimos todos los detalles, pero la mayoría dice que Eddie estaba en el suelo y Butch lo pisoteaba - Lizzie miró el remolque de su vecina - La garganta del pequeño Eddie fue aplastada - Lizzie miró a Yulia - Ellos dicen que murió rápidamente.
-¿Y el pequeño Eddie vivía al lado? - preguntó Lena.
-Sí. Era su único hijo. Edie lo protegía tanto, no le permitía jugar como un niño normal. Siempre tuvo miedo de que se lastimara o se enfermara - Lizzie sacudió su cabello blanco como la nieve, alejándolo de su rostro - Edie nunca fue la misma después de eso - Yulia siguió su mirada hacia el antiguo remolque de al lado. Ni siquiera una sola tela metálica permanecía en las ventanas y unos bloques habían sustituido los escalones de madera que estaban arrojados a un lado, olvidados, la madera tenía tiempo podrida. Yulia tenía un montón de preguntas, pero pensaba que era mejor que ella y Lena discutieran sobre todo esto antes de bombardear a Lizzie Willis con ellas.
-Bueno, una vez más, gracias por su tiempo - dijo la pelinegra - Vamos a conducir por los alrededores, ver si podemos hablar con alguien más. Tal vez algunos de los vecinos de los cuatro chicos - hizo una pausa -Nos dijeron que el abuelo de Pyotr Saltykov todavía estaba aquí - dijo ella.
-Sí, él vive al final de la calle - dijo Lizzie señalando la estrecha calle -Lote 35, quiero decir - una vez más sus finos labios se fruncieron - No envidio donde vive - dijo ella con una sacudida de su cabeza - Tiene algunos vecinos terribles - bajó la voz casi en un susurro - Se mudaron hace un par meses. Traficantes de drogas, dicen - Las cejas de Yulia se elevaron.
-¿Distribuidores de drogas? ¿No ha llamado a la oficina del Sheriff? -Lizzie no le dio importancia a su pregunta.
-Como si fuesen a hacer algo. Los llamó muchas veces. Siguen diciendo que no tienen... - cerró los ojos inclinando un poco su cabeza -¿Cómo es que dicen en la televisión?
-¿Causa probable? - suministró Lena.
-Sí, eso es. Vaya, él le estaba diciendo a la Sra. Baker que el jefe Brady básicamente le había dicho que no los molestara nunca más - sacudió la cabeza con desaprobación - ¿Pueden creerlo? Con traficantes de drogas justo delante de sus narices.
-Bueno, iremos a verlo ¿Sr Saltykov? ¿Cuál es su nombre?
-Allen. Un chico bastante agradable. Avanzado en años, sin embargo -Yulia sonrió.
-Gracias, Lizzie. Has sido de mucha ayuda - La anciana casi sonrió radiantemente y trató de enderezar sus hombros jorobados.
-Vuelvan en cualquier momento - dijo ella.
Yulia y Lena se despidieron con la mano mientras se alejaban y Lizzie las observó hasta que llegaron a la esquina.
-Que mujer tan encantadora - dijo Lena.
-Sí. Llena de historias.
-No había nada en el archivo original sobre Eddie Krause. Supongo que no entraba en el juego para ellos.
-Algo de coincidencia, sí - Lena sonrió rápidamente.
-Pero no creemos en las coincidencias ¿verdad?
-No - Yulia tomó su teléfono y llamó a Samir - Vamos a ver si los chicos consiguieron algo - sólo sonó una vez antes de que Samir contestara.
-Por favor, dime que es hora de comer.
-Ni siquiera son las once, calvo ¿Encontraron algo?
-¿Qué esperabas que encontráramos? Justo como dice el informe, varón no identificado, de aproximadamente 6 a 8 años.
-¿Con quienes hablaron?
-Hablamos con los asistentes que fueron los primeros en la escena. Luego, hablamos con el equipo que está investigando la muerte. No tienen nada.
-Boris dijo que el forense tendría el informe final esta semana ¿Le preguntaste?
-Sí, no lo tienen todavía. Nos darán una llamada. Tal vez consigamos algo más tarde.
-Entonces ¿dónde están ahora?
-A punto de regresar con ustedes ¿Consiguieron algo?
-Sí, conseguimos una pequeña lección de historia. Escucha, antes de salir de allí, revisa si tienen algo en archivo con respecto a la muerte de Eduard Krause. Debió haber ocurrido más o menos un año antes de la desaparición de los cuatro chicos
-¿Quién es él?
-Tenía seis años. Fue asesinado en la escuela. Fue considerado un accidente. Uno de los cuatro chicos estuvo involucrado.
-Está bien. Vamos a comprobarlo.
-Vamos a entrevistar al abuelo de uno de los cuatro chicos, entonces pondremos punto final por aquí. Nos reuniremos en el hotel en vez de que ustedes vengan aquí, luego iremos a almorzar.
-Trato - Yulia bajó su teléfono y miró hacia Lena.
-No tienen nada - La ojiverde asintió - Este es el lote 35 - dijo ella. Una vieja camioneta Ford estaba estacionada en la calzada.
Yulia salió a un lado de la carretera. El remolque era muy similar a los otros, años pasados de moda. Cinco neumáticos se apoyaban a un lado del mismo, la mala hierba había crecido casi lo eficientemente como para cubrirlos. Tan pronto como salieron de la camioneta, oyeron ladridos feroces. Yulia se volteó rápidamente.
Al otro lado de la calle, un perro con mirada despiadada estaba encadenado a un árbol. El pitbull tensaba la cadena contra su cuello, ladrándoles con fuerza, la baba caía de su boca mientras le enseñaba los dientes.
-Espero que esa cadena aguante - dijo Lena.
-Tú y yo, bebé - murmuró Yulia, consciente de que su mano había aterrizado automáticamente en su arma. Antes de que pudieran tocar, la puerta desgarrada del frente se abrió y un hombre bramó en voz alta.
-¡Cállate maldito perro! - Yulia automáticamente dio un paso atrás.
-¿Sr Saltykov? - Sus ojos se estrecharon.
-Puede ser ¿Quién es usted? - Ella y Lena simultáneamente levantaron sus credenciales.
-KGB. Soy la agente especial Katina, ella es la agente especial Volkova - dijo ella - ¿Podemos hablar?
-Bueno, veo que mis quejas finalmente llegaron a la cima - dijo él - Estos patanes locales de por aquí no han hecho una maldita cosa al respecto - su mirada se desvió hacia el patio donde el perro seguía ladrando - Los quiero fuera.
-Oh - Yulia sonrió y negó con la cabeza - No, en realidad, no estamos aquí por sus vecinos - dijo ella.
-Entonces ¿qué diablos hacen aquí?
-Se trata de su nieto - dijo Lena -Pyotr Saltykov.
-¿Pyotr? ¿Qué? ¿Al fin tienen una pista?
-¿Podemos entrar? - preguntó Yulia - Va a ser un poco más tranquilo.
-Ese maldito perro - murmuró mientras volvía a entrar, dejándolas allí de pie. Yulia se encogió de hombros y siguió al interior.
Mientras el remolque de Lizzie estaba impecable y ordenado, éste estaba necesitando desesperadamente una limpieza. Miró a su alrededor por un lugar donde sentarse, pero los periódicos cubrían el sofá.
Miró hacia la mesa donde estaban los restos de la cena anterior y el desayuno de esta mañana. Él pareció leer sus pensamientos.
-Sí, desde que mi esposa falleció, no he agarrado el ritmo de mantener el lugar limpio - explicó él.
-Lo siento - dijo Lena - ¿Fue recientemente? - Él asintió con la cabeza.
-Sip. Serán dos años el mes que viene - Yulia sacó una silla de la mesa y Lena hizo lo mismo. El Sr. Saltykov tomó su bien usado sillón reclinable.
-Ahora ¿qué es eso de Pyotr?
-Bueno, esto es sólo un seguimiento - dijo Yul - El chico que fue encontrado la semana pasada en la casa Wicker…hubo similitudes con Paul Canton, el único de los cuatro chicos que fue encontrado.
-He oído hablar de él, por supuesto. Un pequeño mexicano.
-Sus padres no se han presentado - dijo Lena.
-Ilegales - dijo sin rodeos - No puedo culparlos.
-¿Este muchacho nunca fue visto por los alrededores? - Él negó con la cabeza.
-No lo creo. Todos ellos viven por el vivero, sí es que es uno de ellos - dijo él - No era uno de los niños del parque de todos modos. No como en los viejos tiempos. Pyotr y sus amigos jugaban al béisbol en la calle. Podías escuchar a los niños riendo y gritando por todo el maldito lugar - dijo con una sonrisa que se desvaneció rápidamente -Después de eso, algunas de las familias se mudaron lejos. Ahora la mayoría de nosotros somos viejos. A excepción de esos hijos de puta que viven al lado - dijo él.
-Sr. Saltykov, sé que fue entrevistado cuando Pyotr desapareció. Indicó que nunca hubo algo sospechoso, ni extraños merodeando por los alrededores, nada fuera de lo común - dijo Lena.
-Eso es correcto.
-Con este pequeño encontrado la semana pasada ¿piensa que podríamos tener la misma situación que antes?
-Admitiré que cuando escuché la noticia, pensé en Pyotr - dijo él - Pero eso fue ¿qué? ¿Hace catorce años? - él negó con la cabeza - No puedo imaginar que alguien secuestre a ese pequeño niño mexicano atravesando todo este camino hacia la casa Wicker, solo para imitar la forma en que encontraron a Paulie Canton.
Yulia pasó los dedos por su cabello. Sabía de antemano que probablemente no conseguirían una nueva información. Él, como todos los demás en el parque de casas rodantes, había sido entrevistado varias veces hacía catorce años. Estuvo a punto de sugerirle a Lena que se fueran cuando una camioneta con música a todo volumen se detuvo al otro lado de la calle. El perro empezó a ladrar en voz alta nuevamente.
-Nunca se detiene - dijo él - La gente entra y sale a todas horas de la noche. Entonces esto, los matones se aparecen durante el día.
Yulia se levantó y se acercó a la ventana, viendo como un hombre joven salía del lado del pasajero y corría hasta la puerta del remolque que cruzaba la calle. Entró sólo unos pocos segundos.
Luego salió con las manos metidas en los bolsillos trotando hacia la camioneta. La camioneta se alejó, llevándose la música a todo volumen. Se volteó hacia el señor Saltykov.
-¿Sabe quién vive ahí?
-No sé sus nombres, no - dijo él - Es una extraña mezcla, es lo mejor que puedo decir. Es sólo un remolque de dos habitaciones, pero por lo menos hay siete u ocho personas viviendo allí. Hay un hombre negro, dos blancos y un oriental - dijo él -Hay dos mujeres negras y he visto dos mujeres blancas que van y vienen.
-¿Qué le ha contado al departamento del sheriff? - preguntó ella.
-Les dije que hay unos narcotraficantes viviendo a través de la calle. Caray, veo la televisión. No soy estúpido. Probablemente tengan también un laboratorio de metanfetamina allí.
-¿Y han venido a hablar con ellos?
-Diablos, no. Dicen que porque simplemente creo que están vendiendo drogas no quiere decir que así sea - Yulia sonrió y miró a Lena.
-Vamos a hablar con ellos - Lena negó con la cabeza.
-Yulia, no. Estamos aquí sólo para…
-Acabo de presenciar lo que parece ser una compra de drogas - dijo ella - Creo que es nuestro deber investigar.
-Sí - dijo el Sr. Saltykov - Eso es lo que he tratado de decirle a los inútiles en el departamento del sheriff. Que vengan y echen un vistazo. Demonios, ni siquiera han hecho eso.
-Vamos - dijo Yulia - Será divertido.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Cariño feliz domingo!!! Gracias por el capitulo los asesinatos están bien raros, hay q esperar q visiten la casa a ver q tal . Es genial tenerlas trabajando juntas así como detectives. Saludos
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Van avanzando pero algo me dice que alguno de esos chicos sigue con vida
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Amo cuando los capítulos son largos... Creo que nunca acabarán y me entretengo más 🥰
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 7:
-Así que las dejamos solas por un par de horas y dirigen una redada de drogas - Samir negó con la cabeza - ¿Cómo sucedió?
-Sólo estaba tratando de añadirle un poco de diversión a nuestro día - dijo Yulia.
Lena miró a Dima y volteó sus ojos con exageración mientras seguían a Samir y a Yulia por el pasillo hacia sus habitaciones de hotel. Él había sido lo suficientemente bueno, llevando una de sus bolsas por ella.
-Me alegro de que nos dieron habitaciones contiguas - dijo Dima. Yulia miró por encima de su hombro.
-Oh, sí. Yo también - dijo secamente y Lena ocultó su sonrisa cuando se detuvieron frente a la habitación de los chicos. Samir utilizó su tarjeta llave y abrió la puerta.
-No está mal - dijo él - Al menos son camas matrimoniales - Yulia se dirigió a la habitación de al lado y Lena tomó su bolso de las manos de Dima. Yulia estaba en la puerta, mirando adentro.
-¿Qué pasa? - La morena señaló las camas.
-¿Puedes creer eso? - Lena dejó que la puerta se cerrara detrás de ellas y en silencio rió ante la expresión del rostro de Yulia.
-¿Voy a preparar una coartada para ti, tigre? - La morena señaló nuevamente hacia las camas.
-Nuestras camas comparten una pared común con las camas de ellos - lanzó su bolso en una de ellas - Así que, sí, vamos a comportarnos como niñas del coro - Lena abrió su bolso más pequeño y sacó la botella de vino que había traído. Yulia se la quitó.
-¿Trajiste vino?
-Por supuesto - dijo ella. Con mucho cuidado, desenvolvió dos copas de vino y las colocó sobre la mesa.
-Oh, no, no lo hiciste - dijo Yulia mientras miraba las copas - ¿En serio? ¿Las copas también? - Lena le entregó el bolso a la morena.
-Traje algo más - dijo ella. Esperó un momento antes de que los ojos de Yulia se ampliaran.
-Oh Dios mío - susurró la ojiazul -¿Trajiste... eso? - rápidamente cerró el bolso - Nuestra cama está justo allí - señaló - En la pared donde está la cama de ellos - Lena se acercó, sin poder borrar la sonrisa de su rostro. Besó lentamente a la morena.
-Entonces vamos a tener que ser muy, muy silenciosas - Yulia finalmente sonrió.
-Dios, eres malvada. Me encanta.
-Eso pensaba.
Unos golpes fuertes en su puerta hicieron que Yulia cerrara rápidamente el bolso entregándoselo a Lena.
-Oculta esto - Lena se echó a reír.
-Dudo que vayan a registrar nuestras maletas buscando juguetes sexuales - Samir y Dima estaban de pie en la puerta, mirando hacia adentro.
Ni ella ni Yulia habían hecho el intento de desempacar y todos sus bolsos estaban colocados en una cama. Tan indiferente como le fue posible, Lena llevó su pequeño bolso…y su juguete...hacia el cuarto de baño.
-¿Almuerzo? - preguntó Samir.
-Nada de comida rápida - dijo Lena y en voz alta desde el cuarto de baño.
-¿Mexicana? - Lena sabía que esa sería la segunda opción de ellos. También sabía que hubiese sido la primera opción de Yulia. Le sonrió cuando volvió a entrar en el dormitorio.
-¿Mexicana a está bien para ti?
-Si debo hacerlo - dijo Yulia con una sonrisa - Pero no en alguna cadena. Encontremos un sitio local.
Después de una rápida verificación en la recepción, los cuatro partieron en la camioneta de Yulia hacia "el mejor" lugar en Marfino. Aunque el nombre…Olga…no evocaba exactamente la imagen de la adorable abuela de alguien cocinando deliciosos platos típicos, el estacionamiento estaba prácticamente hasta su capacidad. Yulia tomó uno de los dos puestos restantes.
-Huelo las fajitas chisporroteantes a la parrilla hasta aquí - dijo Samir mientras frotaba sus manos.
-Quiero enchiladas cubiertas con tanto queso que ni siquiera pueda encontrarlas - dijo Yulia con una sonrisa - Rico queso cremoso - añadió.
-Son tus arterias - dijo Lena.
-Sé libre para obstruirlas a voluntad.
-Pienso que las fajitas también suenan bien - dijo Dima mientras sostenía la puerta abierta para ellos.
El interior estaba atestado y ruidoso y esperaron en la cola para sentarse. A pesar de que eran casi la una, la multitud seguía siendo densa. Los camareros corrían entre las mesas, dejando cestas frescas de patatas fritas y llenando los vasos con té y agua.
La música de fondo de los mariachis realmente no era necesaria mientras el zumbido de las voces y las risas llenaban el restaurante. En poco tiempo fueron sentados en una mesa tipo reservado.
-Es una pena que no estemos aquí para la cenab- dijo ella mirando a una camarera que pasaba con una bandeja - Esa margarita se ve bien.
-Siempre podemos regresar - dijo Samir - Pero probablemente te cansarías de los nachos con frijoles negros - bromeó.
-Oh, no lo sé - dijo mientras revisaba el menú - Tienen espinacas y setas.
-Sí, pero sabes, estamos compartiendo una habitación - Yulia movió las cejas.
-Tal vez deberías dejar los frijoles de lado durante este viaje - Samir y Dima casi aullaron de la risa y Lena no pudo evitar que el rubor iluminara su rostro. Se armó de toda la dignidad que pudo.
-El gas es una función corporal perfectamente normal - dijo ella - Y por favor no discutamos de eso en el almuerzo.
La sonrisa de Yulia se desvaneció y Lena supuso que se sentía reprendida. Así que mientras la camarera dejaba dos cestas de cálidas patatas fritas y cuatro cuencos de salsa, Lena le dio la morena un guiño sutil.
Yulia se encogió de hombros y susurró un "lo siento" pero Lena restó importancia a su disculpa con un gesto.
-Así que, dejando la flatulencia a un lado, ustedes descubrieron algo - preguntó la pelirroja derivando la discusión hacia el caso.
-No, nada sobre el niño no identificado. No había nada en la escena. La causa de muerte según los forenses sigue pendiente todavía.
-¿Oh? ¿Lo tienes? - preguntó Yulia.
-Finalmente - dijo él - No hay mucho más de lo que ya Boris nos dijo. Había contusiones en la pelvis y la parte inferior de las extremidades. Y tenía el cuello roto, probablemente por la fuerza de la estrangulación. Están haciendo más pruebas. Dicen que tendrán el reporte definitivo en tres días, a más tardar.
-¿Que está inconcluso al respecto? - preguntó Lena.
-Si lo mató la fuerza contundente del trauma o el cuello roto - dijo él mientras recogía salsa en una patata frita - Ambos fémur estaban fracturados. Las costillas rotas. Pulmón perforado.
-¿Le dieron una paliza? - preguntó Yulia.
-No había heridas defensivas - dijo Dima.
-Entonces suena como que fue golpeado por un coche - dijo la pelinegra antes de meter una patata en su boca.
-Sí, podría ser. Pero ¿porqué estrangularlo lo suficientemente fuerte como para romper su cuello?
-Tal vez nuestro hombre entró en pánico - dijo Yulia - Tal vez…- Pero ella hizo una pausa cuando la camarera apareció con una brillante sonrisa.
-¿Listos para ordenar?
-El almuerzo especial. Fajitas de carne - dijo Samir - Y té.
-Yo también - dijo Dima. La camarera miró a Lena.
-Nachos con frijoles negros - dijo ella - Sin queso, por favor. Y a un lado guacamole. Té también.
-Enchiladas de pollo - dijo Yulia - Con queso extra por todas partes. De hecho, el queso que le quite a ella, me lo pone a mí. Y té.
-Suena bien - dijo la camarera - Voy a traer sus bebidas de inmediato.
-Cuidado, tigre. Esos abdominales asesinos que las chiquillas tanto aman podrían estar mal parados después de esta comida - bromeó la ojiverde.
-Bebé, te mostraré los abdominales asesinos más tarde y podrás decidir si están mal parados o no - Samir y Dima rieron.
-Saben algo, desde que regresaron de Hoganville, las dos están realmente aligeradas - dijo Dima.
-¿Estás diciendo que antes estábamos tensas? - preguntó Yulia. Sonrió mientras trasladaba su mirada hacia Lena - Bueno, tal vez una de nosotras...
-No estaba tensa - insistió Lena -Simplemente eras desagradable - agarró una patata.
-Eso no ha cambiado.
-Eso nunca va a cambiar - dijo Samir con una carcajada. Miró a Yulia.
-Entonces ¿cuál es tu teoría? - Yulia negó con la cabeza.
-No. No tiene sentido. Si nuestro hombre golpeó al chico…accidentalmente… ¿Por qué el pánico? ¿Por qué romperle el cuello?
-¿Por qué tirar su cuerpo? - Yulia enarcó las cejas.
-¿Un conductor borracho? - Dima asintió.
-Si. Entró en pánico. El chico no está muerto...
-Así que lo estrangula ¿lo termina? - Samir negó con la cabeza.
-Eso es rebuscado. Quiero decir ¿quién piensa en hacer eso? Atropellas a alguien, el chico sigue con vida, incluso si estás borracho hasta el culo, aún tratas de ayudarlo.
-Quizás. O tal vez sólo estás preocupado por tu propio culo - contrarrestó Dima.
-Aunque nuestro hombre entró en pánico y mató al chico ¿por qué molestarse arrojando el cuerpo en la casa Wicker? De acuerdo a todas las personas con las que hemos hablado, el chico no vivía por allí, así que no pudo ser atropellado cerca de ese lugar - dijo Yulia.
-Dos de las personas que entrevistamos hoy dijeron que el chico probablemente pertenecía a una de las familias que viven en el vivero - dijo Lena - Las plantas de Topavalov. Al parecer contrata y da vivienda a los no cuidarnos - dijo ella aún sin sentirse cómoda llamándoles "ilegales" como lo hacía Lizzie y el Sr. Saltykov.
-¿Los no ciudadanos? - preguntó Samir con escepticismo - ¿Te refieres a los ilegales?
-Sí. Estaba tratando de ser…
-…políticamente correcta - Yulia terminó por ella. Miró a Samir y a Dima - ¿Alguna mención en su informe que buscaron esas familias?
-Ninguna - dijo Dima - De hecho, tuve la impresión de que no hicieron mucho en esto.
-Yo también - dijo Samir - El jefe Brady fue el líder en eso. Fue servicial y su informe profesional siguiendo las reglas del libro, pero no había mucha sustancia. El beneficio de la duda, supongo que asumieron que los padres del niño vendrían más adelante.
-¿Y cuando nadie lo hizo, lo dejaron enfriar?
-Todos sabemos que cuando no tienes a la familia de la víctima acosándote, es fácil dejar que las cosas pasen por alto - dijo Samir - Sin evidencia forense, ni testigos, nadie hace preguntas - él se encogió de hombros - Un simple caso sin resolver.
-Hablando de casos sin resolver - dijo Lena - ¿Encontraste algo sobre Edward Krause?
-Hubo un reporte del accidente, nada más - dijo Dima - Los chicos tuvieron una pelea en la escuela. Butch Renkie al parecer cayó sobre Edward, su rodilla aterrizó en la garganta, aplastándola. Es obvio que se asfixió. Lo llamaron un accidente.
-Lizzie dijo que Butch peleaba con Eddie todo el tiempo. Dijo que Eddie era frágil - dijo Lena - También indicó que Butch pisoteó a Eddie intencionalmente. No que cayó. No tengo una descripción de Butch Renkie, pero sólo su nombre indica que era un niño grande. Lizzie dijo lo mismo.
-¿Quién es Lizzie? - preguntó Samir.
-Lizzie Willis. Es considerada la entrometida de la comunidad - dijo Yulia - Muy habladora. Del tipo abuela agradable.
-¿No crees que el caso sin resolver inicial tendría una descripción de los cuatro chicos desaparecidos? - sugirió Dima.
-Sí. Supongo que tendremos que leerlo más a fondo - dijo ella - No es que importe, realmente. Incluso si Butch era un chico grande metiéndose con un compañero de la escuela débil, no significa nada en este punto.
-Así que cuando Butch Renkie fue uno de los cuatro que desaparecieron ¿los investigadores hablaron con los padres de Edward Krause? - preguntó Yulia - Edie Krause es el madre. Parecía un poco...bueno, paranoica - dijo ella. Miró a Lena - ¿No te pareció?
-Sí. Pero como dijo Lizzie, ella no ha sido la misma desde el accidente - hizo una pausa - Lizzie no hizo ninguna mención de su marido.
-Tal vez deberíamos leer el archivo esta noche, a ver qué preguntas sacamos - Samir frotó sus manos -Veo fajitas en el camino. Debe ser nuestra orden.
Estaba en lo cierto. Cuatro platos llenos de alimentos calientes fueron colocados frente a ellos. Los nachos de Lena parecían casi insuficiente en comparación con las enchiladas de Yulia con arroz y frijoles. Las fajitas de Samir y Dima todavía chisporroteantes y cubiertas de cebollas y pimientos. Por una momento, deseó no haber cambiado a su dieta vegana, pero eso se desvaneció cuando vio la carne empapada en grasa. Tomó un nacho crujiente cargado sólo con frijoles negros y trató de ignorar los sonidos de placer procedentes de los otros.
-Bueno, yo digo que ustedes regresen con sus compañeros en el departamento del sheriff… - dijo Yulia mientras tomaba un gran trago de té -…pregúntenles sobre las familias que viven en las plantas de Topavalov. Tal vez dar una vuelta por ahí.
-¿Y ustedes dos?
-Creo que tenemos que entrevistar a Edie Krause.
-No parecía muy idónea ni comunicativa - Lena le recordó.
-Entonces apuesto a que Lizzie Willis lo será - Yulia sonrió a Samir.
-Y no olviden, que tenemos que echarle un vistazo a esa casa.
-No sé qué pasa con ustedes y esa maldita casa - dijo Samir - Ya ellos han estado allí. Nada fue perturbado. No hay evidencia de que alguien estuvo adentro.
-Pero aún así tenemos que echar un vistazo. Descubrir cómo conseguimos una llave.
-Así que las dejamos solas por un par de horas y dirigen una redada de drogas - Samir negó con la cabeza - ¿Cómo sucedió?
-Sólo estaba tratando de añadirle un poco de diversión a nuestro día - dijo Yulia.
Lena miró a Dima y volteó sus ojos con exageración mientras seguían a Samir y a Yulia por el pasillo hacia sus habitaciones de hotel. Él había sido lo suficientemente bueno, llevando una de sus bolsas por ella.
-Me alegro de que nos dieron habitaciones contiguas - dijo Dima. Yulia miró por encima de su hombro.
-Oh, sí. Yo también - dijo secamente y Lena ocultó su sonrisa cuando se detuvieron frente a la habitación de los chicos. Samir utilizó su tarjeta llave y abrió la puerta.
-No está mal - dijo él - Al menos son camas matrimoniales - Yulia se dirigió a la habitación de al lado y Lena tomó su bolso de las manos de Dima. Yulia estaba en la puerta, mirando adentro.
-¿Qué pasa? - La morena señaló las camas.
-¿Puedes creer eso? - Lena dejó que la puerta se cerrara detrás de ellas y en silencio rió ante la expresión del rostro de Yulia.
-¿Voy a preparar una coartada para ti, tigre? - La morena señaló nuevamente hacia las camas.
-Nuestras camas comparten una pared común con las camas de ellos - lanzó su bolso en una de ellas - Así que, sí, vamos a comportarnos como niñas del coro - Lena abrió su bolso más pequeño y sacó la botella de vino que había traído. Yulia se la quitó.
-¿Trajiste vino?
-Por supuesto - dijo ella. Con mucho cuidado, desenvolvió dos copas de vino y las colocó sobre la mesa.
-Oh, no, no lo hiciste - dijo Yulia mientras miraba las copas - ¿En serio? ¿Las copas también? - Lena le entregó el bolso a la morena.
-Traje algo más - dijo ella. Esperó un momento antes de que los ojos de Yulia se ampliaran.
-Oh Dios mío - susurró la ojiazul -¿Trajiste... eso? - rápidamente cerró el bolso - Nuestra cama está justo allí - señaló - En la pared donde está la cama de ellos - Lena se acercó, sin poder borrar la sonrisa de su rostro. Besó lentamente a la morena.
-Entonces vamos a tener que ser muy, muy silenciosas - Yulia finalmente sonrió.
-Dios, eres malvada. Me encanta.
-Eso pensaba.
Unos golpes fuertes en su puerta hicieron que Yulia cerrara rápidamente el bolso entregándoselo a Lena.
-Oculta esto - Lena se echó a reír.
-Dudo que vayan a registrar nuestras maletas buscando juguetes sexuales - Samir y Dima estaban de pie en la puerta, mirando hacia adentro.
Ni ella ni Yulia habían hecho el intento de desempacar y todos sus bolsos estaban colocados en una cama. Tan indiferente como le fue posible, Lena llevó su pequeño bolso…y su juguete...hacia el cuarto de baño.
-¿Almuerzo? - preguntó Samir.
-Nada de comida rápida - dijo Lena y en voz alta desde el cuarto de baño.
-¿Mexicana? - Lena sabía que esa sería la segunda opción de ellos. También sabía que hubiese sido la primera opción de Yulia. Le sonrió cuando volvió a entrar en el dormitorio.
-¿Mexicana a está bien para ti?
-Si debo hacerlo - dijo Yulia con una sonrisa - Pero no en alguna cadena. Encontremos un sitio local.
Después de una rápida verificación en la recepción, los cuatro partieron en la camioneta de Yulia hacia "el mejor" lugar en Marfino. Aunque el nombre…Olga…no evocaba exactamente la imagen de la adorable abuela de alguien cocinando deliciosos platos típicos, el estacionamiento estaba prácticamente hasta su capacidad. Yulia tomó uno de los dos puestos restantes.
-Huelo las fajitas chisporroteantes a la parrilla hasta aquí - dijo Samir mientras frotaba sus manos.
-Quiero enchiladas cubiertas con tanto queso que ni siquiera pueda encontrarlas - dijo Yulia con una sonrisa - Rico queso cremoso - añadió.
-Son tus arterias - dijo Lena.
-Sé libre para obstruirlas a voluntad.
-Pienso que las fajitas también suenan bien - dijo Dima mientras sostenía la puerta abierta para ellos.
El interior estaba atestado y ruidoso y esperaron en la cola para sentarse. A pesar de que eran casi la una, la multitud seguía siendo densa. Los camareros corrían entre las mesas, dejando cestas frescas de patatas fritas y llenando los vasos con té y agua.
La música de fondo de los mariachis realmente no era necesaria mientras el zumbido de las voces y las risas llenaban el restaurante. En poco tiempo fueron sentados en una mesa tipo reservado.
-Es una pena que no estemos aquí para la cenab- dijo ella mirando a una camarera que pasaba con una bandeja - Esa margarita se ve bien.
-Siempre podemos regresar - dijo Samir - Pero probablemente te cansarías de los nachos con frijoles negros - bromeó.
-Oh, no lo sé - dijo mientras revisaba el menú - Tienen espinacas y setas.
-Sí, pero sabes, estamos compartiendo una habitación - Yulia movió las cejas.
-Tal vez deberías dejar los frijoles de lado durante este viaje - Samir y Dima casi aullaron de la risa y Lena no pudo evitar que el rubor iluminara su rostro. Se armó de toda la dignidad que pudo.
-El gas es una función corporal perfectamente normal - dijo ella - Y por favor no discutamos de eso en el almuerzo.
La sonrisa de Yulia se desvaneció y Lena supuso que se sentía reprendida. Así que mientras la camarera dejaba dos cestas de cálidas patatas fritas y cuatro cuencos de salsa, Lena le dio la morena un guiño sutil.
Yulia se encogió de hombros y susurró un "lo siento" pero Lena restó importancia a su disculpa con un gesto.
-Así que, dejando la flatulencia a un lado, ustedes descubrieron algo - preguntó la pelirroja derivando la discusión hacia el caso.
-No, nada sobre el niño no identificado. No había nada en la escena. La causa de muerte según los forenses sigue pendiente todavía.
-¿Oh? ¿Lo tienes? - preguntó Yulia.
-Finalmente - dijo él - No hay mucho más de lo que ya Boris nos dijo. Había contusiones en la pelvis y la parte inferior de las extremidades. Y tenía el cuello roto, probablemente por la fuerza de la estrangulación. Están haciendo más pruebas. Dicen que tendrán el reporte definitivo en tres días, a más tardar.
-¿Que está inconcluso al respecto? - preguntó Lena.
-Si lo mató la fuerza contundente del trauma o el cuello roto - dijo él mientras recogía salsa en una patata frita - Ambos fémur estaban fracturados. Las costillas rotas. Pulmón perforado.
-¿Le dieron una paliza? - preguntó Yulia.
-No había heridas defensivas - dijo Dima.
-Entonces suena como que fue golpeado por un coche - dijo la pelinegra antes de meter una patata en su boca.
-Sí, podría ser. Pero ¿porqué estrangularlo lo suficientemente fuerte como para romper su cuello?
-Tal vez nuestro hombre entró en pánico - dijo Yulia - Tal vez…- Pero ella hizo una pausa cuando la camarera apareció con una brillante sonrisa.
-¿Listos para ordenar?
-El almuerzo especial. Fajitas de carne - dijo Samir - Y té.
-Yo también - dijo Dima. La camarera miró a Lena.
-Nachos con frijoles negros - dijo ella - Sin queso, por favor. Y a un lado guacamole. Té también.
-Enchiladas de pollo - dijo Yulia - Con queso extra por todas partes. De hecho, el queso que le quite a ella, me lo pone a mí. Y té.
-Suena bien - dijo la camarera - Voy a traer sus bebidas de inmediato.
-Cuidado, tigre. Esos abdominales asesinos que las chiquillas tanto aman podrían estar mal parados después de esta comida - bromeó la ojiverde.
-Bebé, te mostraré los abdominales asesinos más tarde y podrás decidir si están mal parados o no - Samir y Dima rieron.
-Saben algo, desde que regresaron de Hoganville, las dos están realmente aligeradas - dijo Dima.
-¿Estás diciendo que antes estábamos tensas? - preguntó Yulia. Sonrió mientras trasladaba su mirada hacia Lena - Bueno, tal vez una de nosotras...
-No estaba tensa - insistió Lena -Simplemente eras desagradable - agarró una patata.
-Eso no ha cambiado.
-Eso nunca va a cambiar - dijo Samir con una carcajada. Miró a Yulia.
-Entonces ¿cuál es tu teoría? - Yulia negó con la cabeza.
-No. No tiene sentido. Si nuestro hombre golpeó al chico…accidentalmente… ¿Por qué el pánico? ¿Por qué romperle el cuello?
-¿Por qué tirar su cuerpo? - Yulia enarcó las cejas.
-¿Un conductor borracho? - Dima asintió.
-Si. Entró en pánico. El chico no está muerto...
-Así que lo estrangula ¿lo termina? - Samir negó con la cabeza.
-Eso es rebuscado. Quiero decir ¿quién piensa en hacer eso? Atropellas a alguien, el chico sigue con vida, incluso si estás borracho hasta el culo, aún tratas de ayudarlo.
-Quizás. O tal vez sólo estás preocupado por tu propio culo - contrarrestó Dima.
-Aunque nuestro hombre entró en pánico y mató al chico ¿por qué molestarse arrojando el cuerpo en la casa Wicker? De acuerdo a todas las personas con las que hemos hablado, el chico no vivía por allí, así que no pudo ser atropellado cerca de ese lugar - dijo Yulia.
-Dos de las personas que entrevistamos hoy dijeron que el chico probablemente pertenecía a una de las familias que viven en el vivero - dijo Lena - Las plantas de Topavalov. Al parecer contrata y da vivienda a los no cuidarnos - dijo ella aún sin sentirse cómoda llamándoles "ilegales" como lo hacía Lizzie y el Sr. Saltykov.
-¿Los no ciudadanos? - preguntó Samir con escepticismo - ¿Te refieres a los ilegales?
-Sí. Estaba tratando de ser…
-…políticamente correcta - Yulia terminó por ella. Miró a Samir y a Dima - ¿Alguna mención en su informe que buscaron esas familias?
-Ninguna - dijo Dima - De hecho, tuve la impresión de que no hicieron mucho en esto.
-Yo también - dijo Samir - El jefe Brady fue el líder en eso. Fue servicial y su informe profesional siguiendo las reglas del libro, pero no había mucha sustancia. El beneficio de la duda, supongo que asumieron que los padres del niño vendrían más adelante.
-¿Y cuando nadie lo hizo, lo dejaron enfriar?
-Todos sabemos que cuando no tienes a la familia de la víctima acosándote, es fácil dejar que las cosas pasen por alto - dijo Samir - Sin evidencia forense, ni testigos, nadie hace preguntas - él se encogió de hombros - Un simple caso sin resolver.
-Hablando de casos sin resolver - dijo Lena - ¿Encontraste algo sobre Edward Krause?
-Hubo un reporte del accidente, nada más - dijo Dima - Los chicos tuvieron una pelea en la escuela. Butch Renkie al parecer cayó sobre Edward, su rodilla aterrizó en la garganta, aplastándola. Es obvio que se asfixió. Lo llamaron un accidente.
-Lizzie dijo que Butch peleaba con Eddie todo el tiempo. Dijo que Eddie era frágil - dijo Lena - También indicó que Butch pisoteó a Eddie intencionalmente. No que cayó. No tengo una descripción de Butch Renkie, pero sólo su nombre indica que era un niño grande. Lizzie dijo lo mismo.
-¿Quién es Lizzie? - preguntó Samir.
-Lizzie Willis. Es considerada la entrometida de la comunidad - dijo Yulia - Muy habladora. Del tipo abuela agradable.
-¿No crees que el caso sin resolver inicial tendría una descripción de los cuatro chicos desaparecidos? - sugirió Dima.
-Sí. Supongo que tendremos que leerlo más a fondo - dijo ella - No es que importe, realmente. Incluso si Butch era un chico grande metiéndose con un compañero de la escuela débil, no significa nada en este punto.
-Así que cuando Butch Renkie fue uno de los cuatro que desaparecieron ¿los investigadores hablaron con los padres de Edward Krause? - preguntó Yulia - Edie Krause es el madre. Parecía un poco...bueno, paranoica - dijo ella. Miró a Lena - ¿No te pareció?
-Sí. Pero como dijo Lizzie, ella no ha sido la misma desde el accidente - hizo una pausa - Lizzie no hizo ninguna mención de su marido.
-Tal vez deberíamos leer el archivo esta noche, a ver qué preguntas sacamos - Samir frotó sus manos -Veo fajitas en el camino. Debe ser nuestra orden.
Estaba en lo cierto. Cuatro platos llenos de alimentos calientes fueron colocados frente a ellos. Los nachos de Lena parecían casi insuficiente en comparación con las enchiladas de Yulia con arroz y frijoles. Las fajitas de Samir y Dima todavía chisporroteantes y cubiertas de cebollas y pimientos. Por una momento, deseó no haber cambiado a su dieta vegana, pero eso se desvaneció cuando vio la carne empapada en grasa. Tomó un nacho crujiente cargado sólo con frijoles negros y trató de ignorar los sonidos de placer procedentes de los otros.
-Bueno, yo digo que ustedes regresen con sus compañeros en el departamento del sheriff… - dijo Yulia mientras tomaba un gran trago de té -…pregúntenles sobre las familias que viven en las plantas de Topavalov. Tal vez dar una vuelta por ahí.
-¿Y ustedes dos?
-Creo que tenemos que entrevistar a Edie Krause.
-No parecía muy idónea ni comunicativa - Lena le recordó.
-Entonces apuesto a que Lizzie Willis lo será - Yulia sonrió a Samir.
-Y no olviden, que tenemos que echarle un vistazo a esa casa.
-No sé qué pasa con ustedes y esa maldita casa - dijo Samir - Ya ellos han estado allí. Nada fue perturbado. No hay evidencia de que alguien estuvo adentro.
-Pero aún así tenemos que echar un vistazo. Descubrir cómo conseguimos una llave.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Feliz noche cariño. Pobre lena con esa dieta así tan estricta y bueno a ver q van descubriendo porque todo esta raro y perverso. Saludos
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Pobre Lenita, bendita hora en que escogió ser vegana y con una novia como yulia que no ayuda... Jajaja, sacando a relucir sus flatulencias delante de todos
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Samir es un cagado jajaja quiero ver cuando entreis a la casa embrujada jajaja
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 8:
Samir cerró con fuerza la puerta de la camioneta, preguntándose cómo él y Dima habían logrado quedar atascados como compañeros. Aunque se llevaban bien, él estaba acostumbrado a Yulia. Sabía qué preguntas haría ella y sabía cómo enfrentarla. Con Dima, aún parecían no estar en la misma sintonía.
-¿Cómo es que tú y yo quedamos varados como compañeros? -
Dima se encogió de hombros.
-Viajamos juntos. Estamos en la misma habitación.
-Sí. Y esa es demasiada unión - dijo - Y ahora tenemos que conseguir la llave de la maldita casa embrujada.
-¿Qué pasa con las plantas de Tapovalov? ¿Crees que podamos conseguir que alguien salga de allí?
-Supongo que si ellos no, nosotros sí - Entraron en las oficinas, asintiendo a los rostros conocidos. Ya habían pasado en ese lugar unas malditas 3 horas.
-¿Brady sigue aquí? - preguntó él.
-Sí, vayan hacia atrás - La puerta estaba abierta, pero se detuvo para llamar. Chuck Brady estaba mirando en su monitor, con el ceño fruncido y les hizo señas para que entraran sin mirarlos.
-Jefe Brady, tenemos más preguntas para usted - Entonces les miró.
-Y la KGB regresa - hizo un gesto para que se sentaran - ¿Ahora qué tienen en mente? ¿Planean hacer más redadas de drogas mientras están en la ciudad? Esas mujeres tienen agallas ¿no es así? Teníamos esa casa en nuestro radar. Era sólo cuestión de tiempo que nos movilizáramos.
-Bueno, ver un negocio de drogas a plena la luz del día es un poco difícil de ignorar - dijo él - Pero sí, son capaces de cuidarse por sí mismas. Salvarte algunas veces, supongo - Su sonrisa fue forzada.
-Entonces ¿qué pasa ahora, agente Yasinov?
-Un par de cosas, en realidad - dijo Samir - Vamos a necesitar la llave de la casa Wicker.
-¿La casa Wicker? ¿Te refieres a la casa de los Underwood?
-Creo que los residentes locales en Pecan Grove la llaman la casa Wicker - dijo Dima - O al menos lo hacen los que están en Shady Pines - Él asintió.
-Sí, tenemos una llave. Pero como he dicho, ya la comprobamos. No había nada perturbado. El lugar está cubierto de polvo y telarañas - Samir sonrió cortésmente.
-Aún así necesitamos la llave - Brady golpeó el escritorio con su dedos.
-Está bien. No hay problema ¿Y la segunda cosa? - Samir miró a Dima y él agarró la señal.
-Las plantas de Tapovalov - dijo Dima.
-¿Qué pasa con ellos?
-Entendemos que tienen trabajadores indocumentados, a quienes dan albergue - dijo él. Brady sonrió.
-¿Sí? ¿Ahora quieren ser oficiales de inmigración? ¿Tal vez patrulleros de frontera? ¿Quieren detener a algunos ilegales? ¿Hacer una redada de drogas no fue suficiente?
-En realidad, nos preguntábamos si alguien ha ido por ahí a interrogarlos - dijo Samir - Tal vez alguno de ellos sea el padre de nuestro chico no identificado.
-No es así como funciona - dijo Brady - Vamos por ahí y ellos se dispersan como pulgas en el lomo de un perro. Ninguno de ellos hablará con nosotros.
-¿Entonces, se han acercado a Tapovalov?
-Miren. Tenemos a un joven mexicano aquí ¿Creen que vamos a ir por los alrededores de Marfino preguntando a cada familia mexicana si les falta alguien? Demonios, ha salido en todas las noticias ¿No creen que ya alguien se hubiese presentado?
-¿Tu lo crees? - Brady se echó hacia atrás.
-Si ellos vienen y están indocumentados, bueno, tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Ya saben cómo es - Samir también se echó hacia atrás.
-Entonces nos gustaría ir hasta allá. Si nos anota la dirección correcta.
-Si piensan que hablarán con la KGB, están perdiendo el tiempo.
-Él era el hijo de alguien - Brady alzó las manos.
-Tu elección, hombre. Tapovalov está a ocho o diez millas a l norte de la ciudad. Pero te lo digo ahora, no hablarán con ustedes - Dima se puso de pie primero.
-Si pueden darnos la llave de la casa, entonces seguiremos nuestro camino.
-Claro. Permítanme buscarla. Ya regreso - Tan pronto como se fue, Samir frotó sus manos sobre su cabeza calva y notando que no se había afeitado esa mañana.
-Él es un pendejo - murmuró.
-Se trata de su pueblo - dijo Dima - Probablemente sabe de lo que está hablando.
-Vamos, hombre. Ellos no están trabajando en este caso.
-Sí, lo sé. Pero las probabilidades de que éste caso esté vinculado con el caso sin resolver son nulas - dijo Dima - Una vez que nos vayamos de aquí, ese pobre chico probablemente nunca será identificado - Samir rotó su cabeza nuevamente.
-¿Crees las chicas están perdiendo el tiempo hablando con esta mujer Edie Krause?
-No lo sé. Podría haber un vínculo allí - dijo Dima - Es una coincidencia que el chico que mató a su hijo fuese uno de los cuatro que desaparecieron. Eso debió haber hecho ondear una bandera roja en ese momento.
***
-Déjà vu - murmuró Yulia mientras conducía lentamente a través del decadente parque de casas rodantes donde habían estado sólo una unas horas antes.
-¿Quieres hablar primero con Lizzie o quieres ir directamente con Edie Krause?
-Vamos a hablar con Lizzie nuevamente. No estoy realmente segura de que preguntas hacerle a Edie ¿Y tú?
-No. Primero me gustaría obtener algunos antecedentes de ella - Lena la alcanzó y tocó su muslo.
-Olvidé decirte. Cuando hablé con mi madre la otra mañana, me volvió a preguntar acerca de ti - Yulia enarcó las cejas.
-¿Ah, sí? - Lena sonrió - Puede que...bueno, que me haya cansado de que me hiciera la misma pregunta.
-¿La pregunta de la mujer medio desnuda?
-Sí. Esa - Lena le apretó el muslo - Así que le dije que no estabas medio desnuda. Le dije que estabas totalmente desnuda - Yul se echó a reír.
-¿No lo hiciste?
-También le dije que no era asunto suyo.
-Wow ¿saliendo furtivamente del armario? - bromeó - Bien por ti.
-Sí, pero no me ha devuelto las llamadas. Eso significa que todavía está en estado de shock o está planeando una visita sorpresa para interrogar.
-Bueno, tal vez llamó a Aleksei. Tal vez él le explicó todo - Lena negó con la cabeza.
-Ya hubiese escuchado de él si hubiese tenido que soportar solo la inquisición. Además, conociendo a Aleksei, jugaría el papel de víctima y sacaría toda la compasión que pudiera de ella - Yulia giró entrando en la calzada - Gracias. Pero nunca te sometería a mi madre. Huirías gritando y nunca te vería nuevamente - Yulia no estaba del todo segura si Lena estaba jugando o no.
-Tu madre nunca podría hacerme huir de ti - le dio una rápida sonrisa - De alguna manera te gusta pasar el rato contigo ¿sabes? - Había una expresión en el rostro de Lena que no pudo descifrar. Los ojos de la pelirroja parecían interrogantes.
-¿Es eso lo que estamos haciendo? ¿Pasando el rato? - De repente se creó una tensión entre ellas que Yulia no tuvo ni idea de cómo disolver. De hecho, no sabía qué respuesta esperaba Lena de ella. Pero ahora no era el momento para profundizar en su relación. Decidió tomar un enfoque seguro.
-Supongo que estamos haciendo algo más que pasar el rato, tomando en cuenta que estamos juntas casi todas las noches - soltó la mano de la ojiverde - Vamos. Debemos hablar con Lizzie.
Lena sostuvo su mirada por unos pocos segundos antes de asentir. Caminaron hasta la puerta en silencio, descubriendo que sólo la puerta de tela metálica bloqueaba su visión hacia adentro. Yulia tocó dos veces en el marco.
- ¿Lizzie? ¿Podemos hablar con usted otra vez? - Yulia oyó el chirrido de la silla donde Lizzie había estado sentada mientras se levantaba para salir.
-Bueno, vaya, vaya - dijo Lizzie sonriéndoles ampliamente - ¡Qué hermoso tenerlas de regreso!
-Tenemos un par de preguntas más, si no le importa - dijo Lena.
-Oh, en absoluto querida - empujó la puerta de tela metálica abriéndola -Pasen, pasen. Estaba viendo TV. Echo de menos a Bob Barker. Ese otro compañero no es lo igual - Ella y Lena intercambiaron una rápida sonrisa mientras le seguían adentro, se sentaron nuevamente donde se habían sentado anteriormente.
-Hemos venido a hablar con usted acerca de Edith Krause - dijo Yulia.
-¿Oh? ¿Acerca del pequeño Eddie?
-De eso también - dijo ella - Pero queremos saber toda la historia, no sólo lo que obtuvimos del informe de la policía - Sus ojos se arrugaron hasta casi cerrarse mientras sonreía.
-Oh ¿quieres decir los chismes? - Lena se inclinó hacia delante, apoyando los codos sobre sus muslos.
-Usted ha dicho que Butch peleaba con él - le incitó.
-Constantemente - dijo Lizzie - Ahora, él no era el único. Otros chicos también peleaban con él. De hecho, Pyotr Saltykov fue otro que lo hizo. Era alto para su edad. Pobre Eddie no tuvo oportunidad. Era un niño tan pequeño - Lizzie frunció sus labios - Ella nunca le dio de comer lo suficiente cuando era pequeño. Esperaron demasiado tiempo para iniciarle los alimentos sólidos, digo yo.
-¿Y Butch era un chico mucho más grande?
-Oh, sí. No sólo eso, Eddie sólo tenía seis años. Butch ya estaba cerca de los ocho - ella negó con la cabeza - Butch era malo. No sólo con el pequeño Eddie. Peleaba con todo aquel que fuese más pequeño que él. Le arrojaba piedras a los pájaros. Una vez agarró el bate de béisbol y golpeó al pequeño poodle de Mary Beth.
-Así que después del accidente en la escuela ¿hubo algún altercado entre Edith y los padres de Butch?
-Oh, sí. También antes del accidente. Edie bajaba allí todo el tiempo. Los Renkies vivían cuatro remolques más abajo de nosotros - dijo ella - Ahora Andrei, no tanto.
-¿Andrei?
-El marido de Edie. Él era, bueno, sin sonar cruel, un poco mariquita. Hombre delgado. Llevaba gafas. El pequeño Eddie se le parecía. Ahora Edie, ella llevaba los pantalones en esa familia.
-¿Dónde está Andrei? - preguntó Yul. Lizzie encogió sus hombros delgados.
-Cuando Edie regresó, Andrei no estaba con ella. Dijo que la había dejado.
-¿Volver de dónde? - preguntó Lena.
-¿Y cuándo?- agregó Yulia.
-Oh, ellos simplemente se levantaron y se fueron un día. Prácticamente a mitad de la noche. Me levanté una mañana justo a tiempo para ver cómo se alejaban. Unos días después, su prima se estaba mudando - frunció el ceño -Eso fue...oh, no puedo decirlo con certeza, tal vez 2001 o 2002.
-¿Ellos seguían aquí cuando los cuatro chicos desaparecieron? - Lizzie asintió.
-Sí, se fueron después de eso - sus ojos se iluminaron - Sí, ahora recuerdo. Después de que Bradley Simon desapareció... él fue el último... Edie dijo que era un recuerdo muy doloroso de su pequeño Eddie, tener que ver a esos padres pasar por lo que ella tuvo que pasar. Supongo que fue un par de meses después de eso.
-¿Y cuándo regresó?.
-Vamos a ver...supongo que fue hace un año más o menos - asintió - Sí, a finales del verano pasado. Su prima se quedó con ella unos meses más, entonces se mudó. Ahora está sólo Edie.
-¿Pero su marido no volvió con ella?
-No. Sólo ella.
-¿A dónde se había mudado? - preguntó Lena.
-Se fueron a vivir con su madre, Norma. Está en Tver, al oeste de Kulikovo - dijo ella - Ahora su madre era de aquí originalmente. Su marido... el padre de Edie...murió en un horrible accidente de tren - negó con la cabeza lentamente - Trató de vencer a un tren a través de las vías, cerca de la autopista 59. Entonces ella tuvo que conseguir un trabajo - dijo Lizzie sacudiendo su cabeza - El trabajo más horrible, si me lo preguntan. Fue a trabajar a la casa de Wicker, para los Underwoods. Entonces, Edie todavía era una chiquilla, supongo que estaba en la secundaria o cerca. Sin embargo, Norma no duró mucho allí ¿Quién podría culparla? Después de eso, trabajó en la cafetería de la escuela. Fue allí donde conoció a un hombre. Un repartidor. Se mudó con él. Edie se acababa de casar, si mal no recuerdo. Norma era más joven que yo, pero nos llevábamos bien - sonrió y mostró su dentadura nuevamente - Me salí del tema ¿no? Bueno, como iba diciendo, Edie y Andrei se fueron a Tver. Su madre se enfermó, por lo que terminaron quedándose. Lo que escuché, fue que Andrei se fue con una mujer más joven - sus labios se fruncieron nuevamente -Simplemente no lo veo. Quiero decir, Andrei no tenía nada para ver, si saben a lo que me refiero. No puedo imaginar a ninguna joven queriendo estar con él - Yulia casi se ríe por la expresión en el rostro de Lizzie, pero logró contenerla.
-¿Usted y Edie hablan mucho? - Ella negó con la cabeza.
-No tanto. Como he dicho, ha estado diferente desde que perdió a Eddie. Reservada. Va a la ciudad por provisiones una vez a la semana, eso es todo. Y a la iglesia los Domingos, por supuesto.
-¿Cree que ella hablaría con nosotros?- preguntó Lena.
-Oh, lo dudo. Nunca tiene visitantes, excepto tal vez a su prima. Y a mí no me dice más que “Hola” o algún comentario sobre el tiempo - Lizzie juntó sus manos delgadas y artríticas.
-Terrible manera de vivir la vida, digo yo - Yulia asintió.
-Ha sido de gran ayuda, Lizzie. Gracias por recibirnos - Lizzie sonrió ampliamente.
-Me siento honrada de que la KGB busque mi ayuda.
-¿Por casualidad conoce el apellido de la madre? - preguntó Lena.
-Oh, no lo sé. Pero sí sé el apellido de soltera de Edie, era Gilbert - Yulia se levantó y Lena hizo lo mismo.
-No necesita levantarse - dijo ella mientras Lizzie estaba a punto de empujarse fuera de la silla - Podemos encontrar la salida nosotras mismas.
-Bueno, eso sería de mala educación de mi parte, pero está bien - dijo Lizzie mientras se acomodaba hacia atrás - Vuelvan en cualquier momento.
-Gracias - dijo Lena con lo que Yulia sabía era una sonrisa sincera.
Regresaron a la camioneta en silencio y echaron un vistazo hacia el remolque de Edie pero no vieron ningún movimiento. Las persianas estaban bien cerradas.
-Entonces ¿qué te parece? - preguntó ella mientras entraban en la camioneta.
-Interesante, eso es seguro - dijo Lena - Supongo que deberíamos tratar de localizar a la madre de Edie y verificar su historia.
-Sí, tal vez Edie se quebró después de que su hijo murió. Tal vez ella y su marido llevaron a cabo su venganza contra los chicos del vecindario que solían meterse con Eddie.
-O tal vez el marido lo hizo y por eso fue que desapareció. Está en la clandestinidad - Yulia rió mientras conducía.
-¿No crees que se fue con una dulce jovencita? - Lena sonrió.
-Me gusta Lizzie. Sería una abuela perfecta.
-¿Sí? ¿Tus abuelos todavía están vivos? - Lena asintió.
-Ambos del lado de mi madre. La madre de mi padre murió cuando yo era joven, pero mi abuelo sigue con vida - Su declaración fue dicha sin mucha emoción y Yulia se preguntó si ella tenía alguna relación con alguno de ellos. Lena debió haber sentido su pregunta - No somos cercanos. Los padres de mi madre ciertamente no estuvieron de acuerdo con mi elección de carrera y mi otro abuelo, bueno, nunca fui aficionada a él. No es de los que llamarías cálido - dijo ella - Él era muy brusco, muy reglamentado. Honestamente, le tenía miedo cuando era joven - inclinó la cabeza mientras la miraba - Nunca mencionaste los tuyos - Yulia se puso rígida.
-No. No lo hice - miró a través del parabrisas sin mirar a la ojiverde - ¿Por qué no llamas a Boris? A ver si puede encontrar algo sobre la madre de Edie - La respuesta de Lena fue sacar su teléfono.
Yulia era consciente que tenía un fuerte agarre sobre el volante y se obligó a relajarse. No había pensado en su abuela en muchos años y no sabía si todavía estaba viva o no. Realmente no le importaba de una manera u otra. Lo único que recordaba eran las acusaciones de su abuela y la culpa y la falta que trató de adjudicarle a ella y Kristina. Por supuesto, después del suicidio de Kristina, la culpa y la falta fue exclusivamente de Yulia. Por alguna razón, su abuela nunca culpó a su padre por sus acciones. Saltó cuando Lena apretó su muslo.
-¿Estás bien? – La morena vio sus nudillos blancos y nuevamente relajó sus manos.
-Lo siento - la miró - Lo siento. No estaba prestando atención ¿Boris?
-Sí. Nos informará cuando descubra algo - la mano de Lena frotó ligeramente su pierna - ¿Quieres hablar? - Yulia negó con la cabeza.
-Tal vez mas tarde.
Samir cerró con fuerza la puerta de la camioneta, preguntándose cómo él y Dima habían logrado quedar atascados como compañeros. Aunque se llevaban bien, él estaba acostumbrado a Yulia. Sabía qué preguntas haría ella y sabía cómo enfrentarla. Con Dima, aún parecían no estar en la misma sintonía.
-¿Cómo es que tú y yo quedamos varados como compañeros? -
Dima se encogió de hombros.
-Viajamos juntos. Estamos en la misma habitación.
-Sí. Y esa es demasiada unión - dijo - Y ahora tenemos que conseguir la llave de la maldita casa embrujada.
-¿Qué pasa con las plantas de Tapovalov? ¿Crees que podamos conseguir que alguien salga de allí?
-Supongo que si ellos no, nosotros sí - Entraron en las oficinas, asintiendo a los rostros conocidos. Ya habían pasado en ese lugar unas malditas 3 horas.
-¿Brady sigue aquí? - preguntó él.
-Sí, vayan hacia atrás - La puerta estaba abierta, pero se detuvo para llamar. Chuck Brady estaba mirando en su monitor, con el ceño fruncido y les hizo señas para que entraran sin mirarlos.
-Jefe Brady, tenemos más preguntas para usted - Entonces les miró.
-Y la KGB regresa - hizo un gesto para que se sentaran - ¿Ahora qué tienen en mente? ¿Planean hacer más redadas de drogas mientras están en la ciudad? Esas mujeres tienen agallas ¿no es así? Teníamos esa casa en nuestro radar. Era sólo cuestión de tiempo que nos movilizáramos.
-Bueno, ver un negocio de drogas a plena la luz del día es un poco difícil de ignorar - dijo él - Pero sí, son capaces de cuidarse por sí mismas. Salvarte algunas veces, supongo - Su sonrisa fue forzada.
-Entonces ¿qué pasa ahora, agente Yasinov?
-Un par de cosas, en realidad - dijo Samir - Vamos a necesitar la llave de la casa Wicker.
-¿La casa Wicker? ¿Te refieres a la casa de los Underwood?
-Creo que los residentes locales en Pecan Grove la llaman la casa Wicker - dijo Dima - O al menos lo hacen los que están en Shady Pines - Él asintió.
-Sí, tenemos una llave. Pero como he dicho, ya la comprobamos. No había nada perturbado. El lugar está cubierto de polvo y telarañas - Samir sonrió cortésmente.
-Aún así necesitamos la llave - Brady golpeó el escritorio con su dedos.
-Está bien. No hay problema ¿Y la segunda cosa? - Samir miró a Dima y él agarró la señal.
-Las plantas de Tapovalov - dijo Dima.
-¿Qué pasa con ellos?
-Entendemos que tienen trabajadores indocumentados, a quienes dan albergue - dijo él. Brady sonrió.
-¿Sí? ¿Ahora quieren ser oficiales de inmigración? ¿Tal vez patrulleros de frontera? ¿Quieren detener a algunos ilegales? ¿Hacer una redada de drogas no fue suficiente?
-En realidad, nos preguntábamos si alguien ha ido por ahí a interrogarlos - dijo Samir - Tal vez alguno de ellos sea el padre de nuestro chico no identificado.
-No es así como funciona - dijo Brady - Vamos por ahí y ellos se dispersan como pulgas en el lomo de un perro. Ninguno de ellos hablará con nosotros.
-¿Entonces, se han acercado a Tapovalov?
-Miren. Tenemos a un joven mexicano aquí ¿Creen que vamos a ir por los alrededores de Marfino preguntando a cada familia mexicana si les falta alguien? Demonios, ha salido en todas las noticias ¿No creen que ya alguien se hubiese presentado?
-¿Tu lo crees? - Brady se echó hacia atrás.
-Si ellos vienen y están indocumentados, bueno, tenemos que hacer lo que tenemos que hacer. Ya saben cómo es - Samir también se echó hacia atrás.
-Entonces nos gustaría ir hasta allá. Si nos anota la dirección correcta.
-Si piensan que hablarán con la KGB, están perdiendo el tiempo.
-Él era el hijo de alguien - Brady alzó las manos.
-Tu elección, hombre. Tapovalov está a ocho o diez millas a l norte de la ciudad. Pero te lo digo ahora, no hablarán con ustedes - Dima se puso de pie primero.
-Si pueden darnos la llave de la casa, entonces seguiremos nuestro camino.
-Claro. Permítanme buscarla. Ya regreso - Tan pronto como se fue, Samir frotó sus manos sobre su cabeza calva y notando que no se había afeitado esa mañana.
-Él es un pendejo - murmuró.
-Se trata de su pueblo - dijo Dima - Probablemente sabe de lo que está hablando.
-Vamos, hombre. Ellos no están trabajando en este caso.
-Sí, lo sé. Pero las probabilidades de que éste caso esté vinculado con el caso sin resolver son nulas - dijo Dima - Una vez que nos vayamos de aquí, ese pobre chico probablemente nunca será identificado - Samir rotó su cabeza nuevamente.
-¿Crees las chicas están perdiendo el tiempo hablando con esta mujer Edie Krause?
-No lo sé. Podría haber un vínculo allí - dijo Dima - Es una coincidencia que el chico que mató a su hijo fuese uno de los cuatro que desaparecieron. Eso debió haber hecho ondear una bandera roja en ese momento.
***
-Déjà vu - murmuró Yulia mientras conducía lentamente a través del decadente parque de casas rodantes donde habían estado sólo una unas horas antes.
-¿Quieres hablar primero con Lizzie o quieres ir directamente con Edie Krause?
-Vamos a hablar con Lizzie nuevamente. No estoy realmente segura de que preguntas hacerle a Edie ¿Y tú?
-No. Primero me gustaría obtener algunos antecedentes de ella - Lena la alcanzó y tocó su muslo.
-Olvidé decirte. Cuando hablé con mi madre la otra mañana, me volvió a preguntar acerca de ti - Yulia enarcó las cejas.
-¿Ah, sí? - Lena sonrió - Puede que...bueno, que me haya cansado de que me hiciera la misma pregunta.
-¿La pregunta de la mujer medio desnuda?
-Sí. Esa - Lena le apretó el muslo - Así que le dije que no estabas medio desnuda. Le dije que estabas totalmente desnuda - Yul se echó a reír.
-¿No lo hiciste?
-También le dije que no era asunto suyo.
-Wow ¿saliendo furtivamente del armario? - bromeó - Bien por ti.
-Sí, pero no me ha devuelto las llamadas. Eso significa que todavía está en estado de shock o está planeando una visita sorpresa para interrogar.
-Bueno, tal vez llamó a Aleksei. Tal vez él le explicó todo - Lena negó con la cabeza.
-Ya hubiese escuchado de él si hubiese tenido que soportar solo la inquisición. Además, conociendo a Aleksei, jugaría el papel de víctima y sacaría toda la compasión que pudiera de ella - Yulia giró entrando en la calzada - Gracias. Pero nunca te sometería a mi madre. Huirías gritando y nunca te vería nuevamente - Yulia no estaba del todo segura si Lena estaba jugando o no.
-Tu madre nunca podría hacerme huir de ti - le dio una rápida sonrisa - De alguna manera te gusta pasar el rato contigo ¿sabes? - Había una expresión en el rostro de Lena que no pudo descifrar. Los ojos de la pelirroja parecían interrogantes.
-¿Es eso lo que estamos haciendo? ¿Pasando el rato? - De repente se creó una tensión entre ellas que Yulia no tuvo ni idea de cómo disolver. De hecho, no sabía qué respuesta esperaba Lena de ella. Pero ahora no era el momento para profundizar en su relación. Decidió tomar un enfoque seguro.
-Supongo que estamos haciendo algo más que pasar el rato, tomando en cuenta que estamos juntas casi todas las noches - soltó la mano de la ojiverde - Vamos. Debemos hablar con Lizzie.
Lena sostuvo su mirada por unos pocos segundos antes de asentir. Caminaron hasta la puerta en silencio, descubriendo que sólo la puerta de tela metálica bloqueaba su visión hacia adentro. Yulia tocó dos veces en el marco.
- ¿Lizzie? ¿Podemos hablar con usted otra vez? - Yulia oyó el chirrido de la silla donde Lizzie había estado sentada mientras se levantaba para salir.
-Bueno, vaya, vaya - dijo Lizzie sonriéndoles ampliamente - ¡Qué hermoso tenerlas de regreso!
-Tenemos un par de preguntas más, si no le importa - dijo Lena.
-Oh, en absoluto querida - empujó la puerta de tela metálica abriéndola -Pasen, pasen. Estaba viendo TV. Echo de menos a Bob Barker. Ese otro compañero no es lo igual - Ella y Lena intercambiaron una rápida sonrisa mientras le seguían adentro, se sentaron nuevamente donde se habían sentado anteriormente.
-Hemos venido a hablar con usted acerca de Edith Krause - dijo Yulia.
-¿Oh? ¿Acerca del pequeño Eddie?
-De eso también - dijo ella - Pero queremos saber toda la historia, no sólo lo que obtuvimos del informe de la policía - Sus ojos se arrugaron hasta casi cerrarse mientras sonreía.
-Oh ¿quieres decir los chismes? - Lena se inclinó hacia delante, apoyando los codos sobre sus muslos.
-Usted ha dicho que Butch peleaba con él - le incitó.
-Constantemente - dijo Lizzie - Ahora, él no era el único. Otros chicos también peleaban con él. De hecho, Pyotr Saltykov fue otro que lo hizo. Era alto para su edad. Pobre Eddie no tuvo oportunidad. Era un niño tan pequeño - Lizzie frunció sus labios - Ella nunca le dio de comer lo suficiente cuando era pequeño. Esperaron demasiado tiempo para iniciarle los alimentos sólidos, digo yo.
-¿Y Butch era un chico mucho más grande?
-Oh, sí. No sólo eso, Eddie sólo tenía seis años. Butch ya estaba cerca de los ocho - ella negó con la cabeza - Butch era malo. No sólo con el pequeño Eddie. Peleaba con todo aquel que fuese más pequeño que él. Le arrojaba piedras a los pájaros. Una vez agarró el bate de béisbol y golpeó al pequeño poodle de Mary Beth.
-Así que después del accidente en la escuela ¿hubo algún altercado entre Edith y los padres de Butch?
-Oh, sí. También antes del accidente. Edie bajaba allí todo el tiempo. Los Renkies vivían cuatro remolques más abajo de nosotros - dijo ella - Ahora Andrei, no tanto.
-¿Andrei?
-El marido de Edie. Él era, bueno, sin sonar cruel, un poco mariquita. Hombre delgado. Llevaba gafas. El pequeño Eddie se le parecía. Ahora Edie, ella llevaba los pantalones en esa familia.
-¿Dónde está Andrei? - preguntó Yul. Lizzie encogió sus hombros delgados.
-Cuando Edie regresó, Andrei no estaba con ella. Dijo que la había dejado.
-¿Volver de dónde? - preguntó Lena.
-¿Y cuándo?- agregó Yulia.
-Oh, ellos simplemente se levantaron y se fueron un día. Prácticamente a mitad de la noche. Me levanté una mañana justo a tiempo para ver cómo se alejaban. Unos días después, su prima se estaba mudando - frunció el ceño -Eso fue...oh, no puedo decirlo con certeza, tal vez 2001 o 2002.
-¿Ellos seguían aquí cuando los cuatro chicos desaparecieron? - Lizzie asintió.
-Sí, se fueron después de eso - sus ojos se iluminaron - Sí, ahora recuerdo. Después de que Bradley Simon desapareció... él fue el último... Edie dijo que era un recuerdo muy doloroso de su pequeño Eddie, tener que ver a esos padres pasar por lo que ella tuvo que pasar. Supongo que fue un par de meses después de eso.
-¿Y cuándo regresó?.
-Vamos a ver...supongo que fue hace un año más o menos - asintió - Sí, a finales del verano pasado. Su prima se quedó con ella unos meses más, entonces se mudó. Ahora está sólo Edie.
-¿Pero su marido no volvió con ella?
-No. Sólo ella.
-¿A dónde se había mudado? - preguntó Lena.
-Se fueron a vivir con su madre, Norma. Está en Tver, al oeste de Kulikovo - dijo ella - Ahora su madre era de aquí originalmente. Su marido... el padre de Edie...murió en un horrible accidente de tren - negó con la cabeza lentamente - Trató de vencer a un tren a través de las vías, cerca de la autopista 59. Entonces ella tuvo que conseguir un trabajo - dijo Lizzie sacudiendo su cabeza - El trabajo más horrible, si me lo preguntan. Fue a trabajar a la casa de Wicker, para los Underwoods. Entonces, Edie todavía era una chiquilla, supongo que estaba en la secundaria o cerca. Sin embargo, Norma no duró mucho allí ¿Quién podría culparla? Después de eso, trabajó en la cafetería de la escuela. Fue allí donde conoció a un hombre. Un repartidor. Se mudó con él. Edie se acababa de casar, si mal no recuerdo. Norma era más joven que yo, pero nos llevábamos bien - sonrió y mostró su dentadura nuevamente - Me salí del tema ¿no? Bueno, como iba diciendo, Edie y Andrei se fueron a Tver. Su madre se enfermó, por lo que terminaron quedándose. Lo que escuché, fue que Andrei se fue con una mujer más joven - sus labios se fruncieron nuevamente -Simplemente no lo veo. Quiero decir, Andrei no tenía nada para ver, si saben a lo que me refiero. No puedo imaginar a ninguna joven queriendo estar con él - Yulia casi se ríe por la expresión en el rostro de Lizzie, pero logró contenerla.
-¿Usted y Edie hablan mucho? - Ella negó con la cabeza.
-No tanto. Como he dicho, ha estado diferente desde que perdió a Eddie. Reservada. Va a la ciudad por provisiones una vez a la semana, eso es todo. Y a la iglesia los Domingos, por supuesto.
-¿Cree que ella hablaría con nosotros?- preguntó Lena.
-Oh, lo dudo. Nunca tiene visitantes, excepto tal vez a su prima. Y a mí no me dice más que “Hola” o algún comentario sobre el tiempo - Lizzie juntó sus manos delgadas y artríticas.
-Terrible manera de vivir la vida, digo yo - Yulia asintió.
-Ha sido de gran ayuda, Lizzie. Gracias por recibirnos - Lizzie sonrió ampliamente.
-Me siento honrada de que la KGB busque mi ayuda.
-¿Por casualidad conoce el apellido de la madre? - preguntó Lena.
-Oh, no lo sé. Pero sí sé el apellido de soltera de Edie, era Gilbert - Yulia se levantó y Lena hizo lo mismo.
-No necesita levantarse - dijo ella mientras Lizzie estaba a punto de empujarse fuera de la silla - Podemos encontrar la salida nosotras mismas.
-Bueno, eso sería de mala educación de mi parte, pero está bien - dijo Lizzie mientras se acomodaba hacia atrás - Vuelvan en cualquier momento.
-Gracias - dijo Lena con lo que Yulia sabía era una sonrisa sincera.
Regresaron a la camioneta en silencio y echaron un vistazo hacia el remolque de Edie pero no vieron ningún movimiento. Las persianas estaban bien cerradas.
-Entonces ¿qué te parece? - preguntó ella mientras entraban en la camioneta.
-Interesante, eso es seguro - dijo Lena - Supongo que deberíamos tratar de localizar a la madre de Edie y verificar su historia.
-Sí, tal vez Edie se quebró después de que su hijo murió. Tal vez ella y su marido llevaron a cabo su venganza contra los chicos del vecindario que solían meterse con Eddie.
-O tal vez el marido lo hizo y por eso fue que desapareció. Está en la clandestinidad - Yulia rió mientras conducía.
-¿No crees que se fue con una dulce jovencita? - Lena sonrió.
-Me gusta Lizzie. Sería una abuela perfecta.
-¿Sí? ¿Tus abuelos todavía están vivos? - Lena asintió.
-Ambos del lado de mi madre. La madre de mi padre murió cuando yo era joven, pero mi abuelo sigue con vida - Su declaración fue dicha sin mucha emoción y Yulia se preguntó si ella tenía alguna relación con alguno de ellos. Lena debió haber sentido su pregunta - No somos cercanos. Los padres de mi madre ciertamente no estuvieron de acuerdo con mi elección de carrera y mi otro abuelo, bueno, nunca fui aficionada a él. No es de los que llamarías cálido - dijo ella - Él era muy brusco, muy reglamentado. Honestamente, le tenía miedo cuando era joven - inclinó la cabeza mientras la miraba - Nunca mencionaste los tuyos - Yulia se puso rígida.
-No. No lo hice - miró a través del parabrisas sin mirar a la ojiverde - ¿Por qué no llamas a Boris? A ver si puede encontrar algo sobre la madre de Edie - La respuesta de Lena fue sacar su teléfono.
Yulia era consciente que tenía un fuerte agarre sobre el volante y se obligó a relajarse. No había pensado en su abuela en muchos años y no sabía si todavía estaba viva o no. Realmente no le importaba de una manera u otra. Lo único que recordaba eran las acusaciones de su abuela y la culpa y la falta que trató de adjudicarle a ella y Kristina. Por supuesto, después del suicidio de Kristina, la culpa y la falta fue exclusivamente de Yulia. Por alguna razón, su abuela nunca culpó a su padre por sus acciones. Saltó cuando Lena apretó su muslo.
-¿Estás bien? – La morena vio sus nudillos blancos y nuevamente relajó sus manos.
-Lo siento - la miró - Lo siento. No estaba prestando atención ¿Boris?
-Sí. Nos informará cuando descubra algo - la mano de Lena frotó ligeramente su pierna - ¿Quieres hablar? - Yulia negó con la cabeza.
-Tal vez mas tarde.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Julia tiene q conocer a su bella suegra seguro la conquista también y así ambas se relajan en el fondo saben q lo q tienen es mucho y importante pero da miedo decirlo en voz alta primero. Y bueno sobre los misterios esta difícil aun tener alguna teoría buena esta muy extraño todo. Saludos cariño mio
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Hey! Nos tienes abandonados
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Abandono total de dos días!!
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Si abandono pero algo debe estar pasando estos abandonos es algo muy inusual. Nos haces muchísima falta y la historia también espero q estés bien y pronto puedas estar de regreso diariamente cariño
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 9:
Samir cerró con fuerza la puerta de la camioneta, mirando las filas y filas de invernaderos, con las puertas abiertas para permitir la ventilación contra el calor de la tarde. La dirección que Gustarov les había dado era correcta y encontraron las plantas de Tapovalov sin incidentes. Conducir hasta la casa principal fue a través de campos de arbustos y árboles rodeados de cauchos negros, todos de diversos tamaños, unidos entre sí por mangueras de riego. Era una looperación a gran escala y sólo podía imaginar cuántos trabajadores necesitarían para lograr que todo funcionara. Se dirigieron hacia un edificio blanco donde un coche y tres camiones estaban estacionados.
-¿Crees que alguien hablará con nosotros? - preguntó Dima por tercera vez. Samir simplemente lo miró y soltó un suspiro de frustración. Su respuesta no había cambiado por lo que no veía razón alguna para responder - ¿Qué? Sólo pregunto - dijo Dima.
-Mira. Sé que preferirías estar asociado con Lena. Yo prefiero estar con Yulia. Pero ahora ellas quieren ser compañeritas en este caso…por la razón que sea…así que supongo que estamos atrapados el uno con el otro.
-Si ¿Por qué pasó eso? - Samir negó con la cabeza.
-Estoy tratando de no pensar en ello.
Por supuesto ¿a quién quería engañar? Pensaba en eso todo el tiempo. Las observaba, buscaba señales, incluso una pequeña pista que le dijera que estaban teniendo una aventura, pero sólo si dejaba volar su imaginación podía encontrar algo. Claro, estaban más amigables que nunca, pero aún dudaba que hubiese algo entre ellas. Porque, bueno, Elena era Elena y...Yulia era Yulia. Eran tan diferentes como el día y la noche ¿Pero ese era realmente el caso? Ellas discutían y se tomaban el pelo y tomaban a la ligera sus diferencias, pero realmente ¿eran tan diferentes? Elena había cambiado un poco, pero Yulia más.
Hasta donde sabía, ya no estaba ligando en los bares y no podía recordar la última vez que había aparecido en el trabajo con la misma ropa del día anterior, con olor a tequila. De hecho, tuvo que haber sido antes de todo el desastre de Hoganville. Nunca mencionaba mujeres o sexo, nunca mencionaba nada. Detuvo sus pensamientos, abriendo más grande sus ojos. No estaba yendo al bar. No estaba saliendo. Entonces ¿qué diablos estaba haciendo? ¿Y con quién?
-¿Qué? - pregunta Dima confundido. Samir se volteó lentamente hacia su amigo, pero cerró la boca antes de compartir lo que había estado pensando.
-Nada - dijo con una sacudida rápida de cabeza.
Maldita sea. ¿Elena y Yulia? ¿Durmiendo juntas? Negó con la cabeza nuevamente. Maldita sea. El aviso en el exterior de la puerta decía "Las plantas de Tapovalov. Al por mayor solamente".
Supuso que era una oficina y abrió la puerta sin llamar. En el interior estaba fresco y con aire acondicionado, haciéndole tomar nota de la calurosa tarde. Dos escritorios estaban en lados opuestos de la sala, uno frente al otro y un largo mostrador bloqueaba el tráfico del resto del edificio.
-¿Puedo ayudarles? - Samir sacó sus credenciales y la mostró a la joven sentada detrás de uno de los escritorios. Vio instantáneamente el miedo en sus ojos.
-Agentes especiales Yasinov y Petrov - dijo él. Sonrió, tratando de calmarla -En primer lugar, no estamos aquí para hacer una redada. Esto no es un asunto de inmigración - Ella se relajó, pero sólo ligeramente.
-¿Cómo...como puedo ayudarles?
-Nos gustaría hablar con el dueño ¿El Sr. Tapovalov? Necesitamos cierta información - dijo él. Ella asintió alcanzando el teléfono. Se dio cuenta de que su mano estaba temblando.
-¿Papá? Hay dos agentes de la KGB aquí - negó con la cabeza - No lo creo - miró Samir con escepticismo, luego colgó sin decir palabra - Está en la parte de atrás.
-¿Por el pasillo? - preguntó Dima.
-Sí. Él los recibirá.
-Gracias.
Caminaron alrededor de la barra hacia el pasillo. Una puerta en el otro extremo se abrió y un hombre alto que llevaba un gorra de béisbol entró. Se quitó la gorra y peinó con sus dedos su cabello mientras se acercaba.
-Soy Iván Tapovalov - dijo él. Samir le tendió la mano.
-Samir Yasinov.
-Dima Petrov - dijo el otro mientras también le estrechaba la mano - ¿Hay un lugar donde podamos hablar?
-Mi oficina - dijo él.
Lo siguieron hacia una desordenada habitación, donde el hombre comenzó inmediatamente a ordenar unos papeles en su escritorio.
Samir se sentó en una de las sillas y Dima hizo lo mismo. Iván Tapovalov los observaba, entonces colocó los papeles que había estado ordenando sobre su escritorio.
-¿Cómo puedo ayudarles? - preguntó sentándose finalmente.
-Puede comenzar relajándose - dijo Samir con una rápida sonrisa - Solo estamos buscando información. No estamos aquí para revisar sus registros de empleo.
-Miren, ellos vienen a mí con papeles, eso es todo lo que necesito. Sé que algunos de ellos son falsificados, pero al demonio, estaría fuera del negocio sin ellos. No hay nadie en este pueblo que haga el trabajo que ellos hacen.
-No estamos aquí por eso, Sr. Tapovalov - dijo Dima - Se trata del chico que fue encontrado la semana pasada, alrededor de Pecan Grove.
-Hispano. Nadie ha reclamado su cuerpo. Creemos que es un indocumentado. Y su familia también - dijo Samir.
-¿Es por eso que la KGB está implicada? ¿Porque es indocumentado?.
-No - dijo Samir pero no le dio más detalles.
-¿Creen que es de aquí? ¿De mi propiedad?
-¿Lo es?
-Albergo veinticuatro familias - dijo él -La mayoría tienen niños. No los conozco a todos, por supuesto.
-¿Ha oído algo? - Los estudió durante un largo rato, luego sacudió la cabeza.
-No - Samir había estado en el negocio el tiempo suficiente como para saber cuándo alguien estaba mintiendo. Así que lo intentó nuevamente.
-Mire, le prometo, no me importa a cerca de sus papeles o si son reales o no. Sólo me preocupa identificar al chico y descubrir qué pasó con él - Los ojos de Tapovalov se estrecharon.
-La última vez que los federales estuvieron aquí, se llevaron a dieciséis de mis muchachos. Casi lo perdí todo ¿Por qué debería confiar en Ud.?
-No somos agentes de inmigración - dijo Dima - Estamos trabajando en un posible homicidio - Las cejas de Tapovalov se elevaron.
-¿Homicidio?
-Sólo necesitamos su ayuda - dijo Samir.
-¿Sabe quién era el chico? - preguntó Dima - Tapovalov pareció contemplar la pregunta, pero contestó con una evasiva.
-Tal vez - Samir dejó escapar un suspiro de frustración.
-¿Los padres hablarían con nosotros? - Tapovalov negó con la cabeza.
-De ninguna manera. Yo los empleo, yo los protejo. Ellos confían en mí. Ustedes dan un paso allí y no los veré durante una semana - Samir se inclinó hacia delante.
-Mire, le estoy diciendo esto en la más estricta confianza - dijo él - Esto no ha sido sacado a los medios de comunicación. El muchacho lo más probable es que haya sido atropellado por un coche. Pero entonces alguien lo asfixió, lo estranguló, lo suficiente como para romperle el cuello - dijo el calvo - El cuerpo fue dejado en una casa abandonada en Pecan Grove, pero no creemos que lo mataron allí - Tapovalov lo miró, pero no dijo nada.
-Queremos identificar al niño - dijo Dima - Y con suerte descubrir quién hizo esto. Tal vez alguien vio algo - hizo una pausa - Estoy seguro que los padres lo quieren y así darle un entierro apropiado - Iván Tapovalov finalmente se echó hacia atrás, su expresión cambió.
-Saben, cuando salió en las noticias por primera vez, ni siquiera consideramos que era alguien de aquí. Quiero decir, todo el camino hacia Pecan Grove, ya saben - poco a poco, negó con la cabeza - Entonces empecé a escuchar cosas - se sentó nuevamente y cuadró sus hombros -Hablare con ellos. Veré que puedo averiguar.
-Gracias - dijo Samir. Sacó su tarjeta y se la entregó a Tapovalov - Vamos a estar en la ciudad por lo menos hasta mañana.
-Está bien. Le llamaré mañana - Él y Dima se levantaron, entonces Samir extendió su mano, sacudiendo firmemente la de Tapovalov.
-Tiene toda una impresionante operación aquí. Tiene que ser un éxito.
-Gracias. Sí, ha crecido, eso es seguro. Soy la tercera generación. Mi padre todavía está vivo y tiene algo que ver todavía. Ahora mi hijo está a bordo así que vamos a la cuarta generación por aquí - dijo orgulloso - Pero no puedo encontrar a nadie en la ciudad que trabaje en la planta. A mis chicos de aquí, les pago bien, me encargo de ellos. Puedo confiar en ellos para que hagan el trabajo.
-Entiendo. Dejaremos que regrese al trabajo. Esperamos con interés escuchar de usted.
Una vez afuera, la humedad de la tarde hizo que se sintiera más como agosto que como octubre. Samir tiró del cuello de su camisa, pensando que mañana seguiría el código de vestimenta de Yulia, optaría por una camiseta de la KGB.
-Eso fue más productivo de lo que pensaba - dijo Dima - Hace que te preguntes ¿por qué el departamento del sheriff no ha venido aquí?
-Sí, lo sé. Hicieron un maldito trabajo a medias en todos los sentidos.
De vuelta en la camioneta de Dima, Samir subió la ventanilla y puso a funcionar el aire acondicionado colocando el orificio de salida hacia su rostro.
-Me provoca un filete para la cena - dijo - ¿Crees que podríamos convencer a Lena para ir a un restaurante de carnes?
-Sólo si Yulia está de acuerdo.
-¿Qué quieres decir?
-Tres contra uno ¿Pero has notado cómo Yulia ha estado tan atenta con Elena últimamente? Es decir, demonios, la otra noche en el bar, compartieron nachos con frijoles sin queso. Y sabes cuánto le gusta el queso a Yulia - La voz de Dima bajó como si temiera ser escuchado.
-¿Crees que algo pasa con ellas?.
-¿Por qué sigues haciéndome esa pregunta? Sabes tanto como yo.
Sorry!! Lamento la ausencia pero acá estoy eso pasa cuando uno consiente mucho al lector 🥰🥰
Samir cerró con fuerza la puerta de la camioneta, mirando las filas y filas de invernaderos, con las puertas abiertas para permitir la ventilación contra el calor de la tarde. La dirección que Gustarov les había dado era correcta y encontraron las plantas de Tapovalov sin incidentes. Conducir hasta la casa principal fue a través de campos de arbustos y árboles rodeados de cauchos negros, todos de diversos tamaños, unidos entre sí por mangueras de riego. Era una looperación a gran escala y sólo podía imaginar cuántos trabajadores necesitarían para lograr que todo funcionara. Se dirigieron hacia un edificio blanco donde un coche y tres camiones estaban estacionados.
-¿Crees que alguien hablará con nosotros? - preguntó Dima por tercera vez. Samir simplemente lo miró y soltó un suspiro de frustración. Su respuesta no había cambiado por lo que no veía razón alguna para responder - ¿Qué? Sólo pregunto - dijo Dima.
-Mira. Sé que preferirías estar asociado con Lena. Yo prefiero estar con Yulia. Pero ahora ellas quieren ser compañeritas en este caso…por la razón que sea…así que supongo que estamos atrapados el uno con el otro.
-Si ¿Por qué pasó eso? - Samir negó con la cabeza.
-Estoy tratando de no pensar en ello.
Por supuesto ¿a quién quería engañar? Pensaba en eso todo el tiempo. Las observaba, buscaba señales, incluso una pequeña pista que le dijera que estaban teniendo una aventura, pero sólo si dejaba volar su imaginación podía encontrar algo. Claro, estaban más amigables que nunca, pero aún dudaba que hubiese algo entre ellas. Porque, bueno, Elena era Elena y...Yulia era Yulia. Eran tan diferentes como el día y la noche ¿Pero ese era realmente el caso? Ellas discutían y se tomaban el pelo y tomaban a la ligera sus diferencias, pero realmente ¿eran tan diferentes? Elena había cambiado un poco, pero Yulia más.
Hasta donde sabía, ya no estaba ligando en los bares y no podía recordar la última vez que había aparecido en el trabajo con la misma ropa del día anterior, con olor a tequila. De hecho, tuvo que haber sido antes de todo el desastre de Hoganville. Nunca mencionaba mujeres o sexo, nunca mencionaba nada. Detuvo sus pensamientos, abriendo más grande sus ojos. No estaba yendo al bar. No estaba saliendo. Entonces ¿qué diablos estaba haciendo? ¿Y con quién?
-¿Qué? - pregunta Dima confundido. Samir se volteó lentamente hacia su amigo, pero cerró la boca antes de compartir lo que había estado pensando.
-Nada - dijo con una sacudida rápida de cabeza.
Maldita sea. ¿Elena y Yulia? ¿Durmiendo juntas? Negó con la cabeza nuevamente. Maldita sea. El aviso en el exterior de la puerta decía "Las plantas de Tapovalov. Al por mayor solamente".
Supuso que era una oficina y abrió la puerta sin llamar. En el interior estaba fresco y con aire acondicionado, haciéndole tomar nota de la calurosa tarde. Dos escritorios estaban en lados opuestos de la sala, uno frente al otro y un largo mostrador bloqueaba el tráfico del resto del edificio.
-¿Puedo ayudarles? - Samir sacó sus credenciales y la mostró a la joven sentada detrás de uno de los escritorios. Vio instantáneamente el miedo en sus ojos.
-Agentes especiales Yasinov y Petrov - dijo él. Sonrió, tratando de calmarla -En primer lugar, no estamos aquí para hacer una redada. Esto no es un asunto de inmigración - Ella se relajó, pero sólo ligeramente.
-¿Cómo...como puedo ayudarles?
-Nos gustaría hablar con el dueño ¿El Sr. Tapovalov? Necesitamos cierta información - dijo él. Ella asintió alcanzando el teléfono. Se dio cuenta de que su mano estaba temblando.
-¿Papá? Hay dos agentes de la KGB aquí - negó con la cabeza - No lo creo - miró Samir con escepticismo, luego colgó sin decir palabra - Está en la parte de atrás.
-¿Por el pasillo? - preguntó Dima.
-Sí. Él los recibirá.
-Gracias.
Caminaron alrededor de la barra hacia el pasillo. Una puerta en el otro extremo se abrió y un hombre alto que llevaba un gorra de béisbol entró. Se quitó la gorra y peinó con sus dedos su cabello mientras se acercaba.
-Soy Iván Tapovalov - dijo él. Samir le tendió la mano.
-Samir Yasinov.
-Dima Petrov - dijo el otro mientras también le estrechaba la mano - ¿Hay un lugar donde podamos hablar?
-Mi oficina - dijo él.
Lo siguieron hacia una desordenada habitación, donde el hombre comenzó inmediatamente a ordenar unos papeles en su escritorio.
Samir se sentó en una de las sillas y Dima hizo lo mismo. Iván Tapovalov los observaba, entonces colocó los papeles que había estado ordenando sobre su escritorio.
-¿Cómo puedo ayudarles? - preguntó sentándose finalmente.
-Puede comenzar relajándose - dijo Samir con una rápida sonrisa - Solo estamos buscando información. No estamos aquí para revisar sus registros de empleo.
-Miren, ellos vienen a mí con papeles, eso es todo lo que necesito. Sé que algunos de ellos son falsificados, pero al demonio, estaría fuera del negocio sin ellos. No hay nadie en este pueblo que haga el trabajo que ellos hacen.
-No estamos aquí por eso, Sr. Tapovalov - dijo Dima - Se trata del chico que fue encontrado la semana pasada, alrededor de Pecan Grove.
-Hispano. Nadie ha reclamado su cuerpo. Creemos que es un indocumentado. Y su familia también - dijo Samir.
-¿Es por eso que la KGB está implicada? ¿Porque es indocumentado?.
-No - dijo Samir pero no le dio más detalles.
-¿Creen que es de aquí? ¿De mi propiedad?
-¿Lo es?
-Albergo veinticuatro familias - dijo él -La mayoría tienen niños. No los conozco a todos, por supuesto.
-¿Ha oído algo? - Los estudió durante un largo rato, luego sacudió la cabeza.
-No - Samir había estado en el negocio el tiempo suficiente como para saber cuándo alguien estaba mintiendo. Así que lo intentó nuevamente.
-Mire, le prometo, no me importa a cerca de sus papeles o si son reales o no. Sólo me preocupa identificar al chico y descubrir qué pasó con él - Los ojos de Tapovalov se estrecharon.
-La última vez que los federales estuvieron aquí, se llevaron a dieciséis de mis muchachos. Casi lo perdí todo ¿Por qué debería confiar en Ud.?
-No somos agentes de inmigración - dijo Dima - Estamos trabajando en un posible homicidio - Las cejas de Tapovalov se elevaron.
-¿Homicidio?
-Sólo necesitamos su ayuda - dijo Samir.
-¿Sabe quién era el chico? - preguntó Dima - Tapovalov pareció contemplar la pregunta, pero contestó con una evasiva.
-Tal vez - Samir dejó escapar un suspiro de frustración.
-¿Los padres hablarían con nosotros? - Tapovalov negó con la cabeza.
-De ninguna manera. Yo los empleo, yo los protejo. Ellos confían en mí. Ustedes dan un paso allí y no los veré durante una semana - Samir se inclinó hacia delante.
-Mire, le estoy diciendo esto en la más estricta confianza - dijo él - Esto no ha sido sacado a los medios de comunicación. El muchacho lo más probable es que haya sido atropellado por un coche. Pero entonces alguien lo asfixió, lo estranguló, lo suficiente como para romperle el cuello - dijo el calvo - El cuerpo fue dejado en una casa abandonada en Pecan Grove, pero no creemos que lo mataron allí - Tapovalov lo miró, pero no dijo nada.
-Queremos identificar al niño - dijo Dima - Y con suerte descubrir quién hizo esto. Tal vez alguien vio algo - hizo una pausa - Estoy seguro que los padres lo quieren y así darle un entierro apropiado - Iván Tapovalov finalmente se echó hacia atrás, su expresión cambió.
-Saben, cuando salió en las noticias por primera vez, ni siquiera consideramos que era alguien de aquí. Quiero decir, todo el camino hacia Pecan Grove, ya saben - poco a poco, negó con la cabeza - Entonces empecé a escuchar cosas - se sentó nuevamente y cuadró sus hombros -Hablare con ellos. Veré que puedo averiguar.
-Gracias - dijo Samir. Sacó su tarjeta y se la entregó a Tapovalov - Vamos a estar en la ciudad por lo menos hasta mañana.
-Está bien. Le llamaré mañana - Él y Dima se levantaron, entonces Samir extendió su mano, sacudiendo firmemente la de Tapovalov.
-Tiene toda una impresionante operación aquí. Tiene que ser un éxito.
-Gracias. Sí, ha crecido, eso es seguro. Soy la tercera generación. Mi padre todavía está vivo y tiene algo que ver todavía. Ahora mi hijo está a bordo así que vamos a la cuarta generación por aquí - dijo orgulloso - Pero no puedo encontrar a nadie en la ciudad que trabaje en la planta. A mis chicos de aquí, les pago bien, me encargo de ellos. Puedo confiar en ellos para que hagan el trabajo.
-Entiendo. Dejaremos que regrese al trabajo. Esperamos con interés escuchar de usted.
Una vez afuera, la humedad de la tarde hizo que se sintiera más como agosto que como octubre. Samir tiró del cuello de su camisa, pensando que mañana seguiría el código de vestimenta de Yulia, optaría por una camiseta de la KGB.
-Eso fue más productivo de lo que pensaba - dijo Dima - Hace que te preguntes ¿por qué el departamento del sheriff no ha venido aquí?
-Sí, lo sé. Hicieron un maldito trabajo a medias en todos los sentidos.
De vuelta en la camioneta de Dima, Samir subió la ventanilla y puso a funcionar el aire acondicionado colocando el orificio de salida hacia su rostro.
-Me provoca un filete para la cena - dijo - ¿Crees que podríamos convencer a Lena para ir a un restaurante de carnes?
-Sólo si Yulia está de acuerdo.
-¿Qué quieres decir?
-Tres contra uno ¿Pero has notado cómo Yulia ha estado tan atenta con Elena últimamente? Es decir, demonios, la otra noche en el bar, compartieron nachos con frijoles sin queso. Y sabes cuánto le gusta el queso a Yulia - La voz de Dima bajó como si temiera ser escuchado.
-¿Crees que algo pasa con ellas?.
-¿Por qué sigues haciéndome esa pregunta? Sabes tanto como yo.
Sorry!! Lamento la ausencia pero acá estoy eso pasa cuando uno consiente mucho al lector 🥰🥰
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Si nos tienes acostumbrados a leer diario a ser consentidos con maratones y con 2 días sin tenerte por aquí nos da el ataque a todos . Qué felicidad tenerte de vuelta cariño nos gusta muchísimo la historia
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Me encanta que estés de vuelta y que la historia esté avanzando. Gracias
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 10:
-¿Carne? ¿Quieren carne? - Lena se volvió hacia Yulia - ¿Tú también? -Yulia asintió.
-El tipo de planta baja dijo que hay un lugar en la carretera 59 que tienen filetes de pollo frito que son así de grande - dijo ella manteniendo sus manos separadas.
-Y una costilla que es de dos pulgadas de espesor - añadió Dima. Lena negó con la cabeza.
-Claro. Llévenme al infierno carnívoro. Creo que puedo conseguir una papa al horno.
-También tienen pescado y camarones - dijo Yulia - Ya sabes, en caso que quieras hacer un poco de trampa y así no pasarte completamente al lado oscuro.
Lena se preguntaba si Yulia sabía que los camarones eran su debilidad número uno. Ya sentía su resolución desvanecerse tan solo con imaginar morder unos jugosos y suculentos camarones.
Maldita sea, era difícil ser vegano. Encontraron el restaurante sin incidentes… los cuatro montados en la camioneta de Yulia. Lena se apiadó de Samir y se sentó en el asiento trasero con Dima. Eran casi las siete y el estacionamiento estaba casi lleno. Fueron sentados inmediatamente y nuevamente optaron por un reservado.
-¿Quieren una jarra de cerveza y dividirla? - preguntó Dima.
-Me anoto - dijo Yulia mientras miraba el menú.
Samir hizo señas a una camarera y ordenó la cerveza. Un tazón de maní fue colocado en la mesa y Samir y Dima agarraron un puñado.
-Parece nuestro tipo de lugar - dijo el calvo mientras abría la cáscara.
Lena tuvo que estar de acuerdo, pero todavía le sorprendía cuando pensaba en lo normal que era ahora para ella comparado con su vida anterior. No que saliera mucho. El bar que frecuentaban en la capital era tan familiar para ella como ningún otro lugar. Y desde que ella y Yulia se habían convertido en amantes, las salidas nocturnas para cenar habían sido reemplazadas con comidas caseras sólo para pasar el tiempo juntas. Por supuesto, desde que ella había cambiado su dieta y había comenzado a comer más sano, cocinar era más simple que tratar de transitar a través de los menús en busca de algo que ella pudiera comer. Como ahora.
Dejó que su mirada viajara por la sección de mariscos, aterrizando en los camarones fritos, luego en los camarones a la parrilla. Cerró el menú rápidamente. Cuatro tarros helados y una jarra de cerveza fueron colocados sobre la mesa y la morena cuidadosamente llenó cada tarro. Todos tomaron sus vasos, reunidos en el centro de la mesa con un brindis silencioso.
-Oh, sí. Agradable y frío - dijo Yulia. Su camarera regresó con libreta y bolígrafo mirándoles con expectación.
-¿Listos para pedir?
-Filete de pollo frito - dijo Yulia - Puré de patatas en vez de patatas fritas.
-¿Vegetales mixtos o maíz? - preguntó la camarera.
-Pediré los vegetales mixtos - dio un guiño a Lena - Tengo que poner algo sano en mí.
-Quiero una costilla, bien dorada - dijo Dima - Papa al horno y maíz.
-Lo mismo - dijo Samir - Aunque término medio.
-¿Y usted? - Lena se mordía el labio inferior, tratando de sacar la imagen de los camarones de su mente.
-Papa al horno. Verduras mixtas - cerró los ojos. Maldita sea - Y camarones a la parrilla - dijo mientras le entregaba el menú a la camarera. Yulia se echó a reír.
-Oh, sí...ven al lado oscuro - bromeó ella. Lena se inclinó hacia delante.
-Es tu culpa. Tenías que hablar de camarones. Buenos, jugozos... suculentos camarones - dijo lentamente, sin apartar los ojos de la morena. La boca de Yulia se elevó en una sonrisa.
-Si quieres algo jugoso y suculento, puedo ayudarte con eso - Aunque sabía que ella saldría con eso, se sonrojó de todos modos.
-Tranquila, tigre. No avergüences a los chicos - La morena se echó a reír.
-Eres la única ruborizada, no ellos - Los chicos también se rieron.
-Creo que me he sonrojado un poco con eso - confesó Dima. Lena tomó un trago de su cerveza.
-Vamos a hablar de negocios.- dijo ella - ¿Qué hay en la agenda para mañana?
-Esperemos que Iván Tapovalov nos llame y podamos ir y entrevistar a los padres - dijo Samir - Me estoy debatiendo en si debemos incluir al jefe Gustarov y su equipo.
-Dejaron caer la bola - dijo Yulia - Boris dijo que técnicamente es nuestro caso si queremos trabajarlo.
-También dijo que si los casos no estaban vinculados lo dejáramos para los locales - le recordó Dima.
-Así que le diremos que creemos que están vinculados. Simple.
-Te lo juro ¿alguna vez sigues las reglas? - preguntó Dima. Yulia sonrió.
-Difícilmente, díselo.
-Las reglas son subjetivas y siempre cambiantes - dijo Samir.
-¿Qué diablos significa eso?
-Oh niño Dima, significa que la interpretación de Yulia de la orden de Boris podría ser diferente a la tuya...o a la de Boris - Samir sonrió.
-O la mía.
-Significa que las reglas están hechas para ser rotas - dijo Yulia con una traviesa sonrisa. Dima negó con la cabeza.
-Me sorprende que aún no te hayan suspendido.
-¿Qué? ¿A mí? - la morena agregó más cerveza a su tarro - Si no recuerdo mal, la última orden verbal que nos dieron fue no disparen a nadie, cuando estábamos en Hoganville. Y creo que no disparé mi arma - miró a Lena - Pero nuestra querida y dulce Elena Katina se convirtió en Annie Oakley - Los chicos se rieron junto con Yulia, pero entonces la pelinegra la sorprendió llegando al otro lado de la mesa y apretando su mano.
-Sólo estoy bromeando. Esther Hogan tenía sus huesudos dedos envueltos alrededor de tu cuello - Lena asintió.
-En sentido figurado, por lo menos.
Todavía podía recordar el agarre alrededor de su garganta, quitándole el aire, a pesar de que Esther Hogan estaba a unos veinte metros de distancia. Trató de no recordar la imagen de Fiona cuando yacía en un charco de su propia sangre...ocasionado por su propia mano. Sacudió esos pensamientos, encontrándose con la mirada de Yulia. La morena le apretó la mano una vez más antes de liberarla.
Los chicos estaban inusualmente silenciosos y Lena los miraba, ambos miraban su mano. La que Yulia había sostenido.
-Entonces ¿qué pasa con esta casa embrujada? ¿Consiguieron la llave?
-Sí, tenemos la maldita llave - dijo Samir - No sé por qué insistes en entrar allí. El departamento del sheriff ya echó un vistazo.
-¿El departamento del mismo sheriff que ni siquiera se molestó en ir a las plantas de Tapovalov? - preguntó Yulia arqueando una de sus cejas - Samir dejó escapar un suspiro.
-Si. Está bien.
-¿Ustedes consiguieron algo hoy? - preguntó Dima.
-Conseguimos algunos antecedentes sobre Edith Krause. Boris está gestionándolo - dijo Yulia.
-Ella y su esposo salieron de aquí poco después de que el último chico desapareciera - explicó Lena - Ella regresó el año pasado. Sola.
-¿Fueron interrogados en la investigación original?
-Asumo que ni más ni menos que las otras familias en el parque de remolques - dijo Yulia - Y como hemos dicho todo el día, tenemos que retroceder y leer el archivo a fondo. Lo revisé rápidamente, como supongo hicimos todos - Samir no respondió, tenía su mirada fija en una gran bandeja de comida que se acercaba a ellos.
-Oh, rayos. Mira esa carne - dijo él.
Lena miró más allá de los filetes, sintiendo como su boca se hacía agua cuando se quedó mirando la gran cantidad de enormes camarones a la parrilla llamándola por su nombre.
Maldita sea.
-¿Carne? ¿Quieren carne? - Lena se volvió hacia Yulia - ¿Tú también? -Yulia asintió.
-El tipo de planta baja dijo que hay un lugar en la carretera 59 que tienen filetes de pollo frito que son así de grande - dijo ella manteniendo sus manos separadas.
-Y una costilla que es de dos pulgadas de espesor - añadió Dima. Lena negó con la cabeza.
-Claro. Llévenme al infierno carnívoro. Creo que puedo conseguir una papa al horno.
-También tienen pescado y camarones - dijo Yulia - Ya sabes, en caso que quieras hacer un poco de trampa y así no pasarte completamente al lado oscuro.
Lena se preguntaba si Yulia sabía que los camarones eran su debilidad número uno. Ya sentía su resolución desvanecerse tan solo con imaginar morder unos jugosos y suculentos camarones.
Maldita sea, era difícil ser vegano. Encontraron el restaurante sin incidentes… los cuatro montados en la camioneta de Yulia. Lena se apiadó de Samir y se sentó en el asiento trasero con Dima. Eran casi las siete y el estacionamiento estaba casi lleno. Fueron sentados inmediatamente y nuevamente optaron por un reservado.
-¿Quieren una jarra de cerveza y dividirla? - preguntó Dima.
-Me anoto - dijo Yulia mientras miraba el menú.
Samir hizo señas a una camarera y ordenó la cerveza. Un tazón de maní fue colocado en la mesa y Samir y Dima agarraron un puñado.
-Parece nuestro tipo de lugar - dijo el calvo mientras abría la cáscara.
Lena tuvo que estar de acuerdo, pero todavía le sorprendía cuando pensaba en lo normal que era ahora para ella comparado con su vida anterior. No que saliera mucho. El bar que frecuentaban en la capital era tan familiar para ella como ningún otro lugar. Y desde que ella y Yulia se habían convertido en amantes, las salidas nocturnas para cenar habían sido reemplazadas con comidas caseras sólo para pasar el tiempo juntas. Por supuesto, desde que ella había cambiado su dieta y había comenzado a comer más sano, cocinar era más simple que tratar de transitar a través de los menús en busca de algo que ella pudiera comer. Como ahora.
Dejó que su mirada viajara por la sección de mariscos, aterrizando en los camarones fritos, luego en los camarones a la parrilla. Cerró el menú rápidamente. Cuatro tarros helados y una jarra de cerveza fueron colocados sobre la mesa y la morena cuidadosamente llenó cada tarro. Todos tomaron sus vasos, reunidos en el centro de la mesa con un brindis silencioso.
-Oh, sí. Agradable y frío - dijo Yulia. Su camarera regresó con libreta y bolígrafo mirándoles con expectación.
-¿Listos para pedir?
-Filete de pollo frito - dijo Yulia - Puré de patatas en vez de patatas fritas.
-¿Vegetales mixtos o maíz? - preguntó la camarera.
-Pediré los vegetales mixtos - dio un guiño a Lena - Tengo que poner algo sano en mí.
-Quiero una costilla, bien dorada - dijo Dima - Papa al horno y maíz.
-Lo mismo - dijo Samir - Aunque término medio.
-¿Y usted? - Lena se mordía el labio inferior, tratando de sacar la imagen de los camarones de su mente.
-Papa al horno. Verduras mixtas - cerró los ojos. Maldita sea - Y camarones a la parrilla - dijo mientras le entregaba el menú a la camarera. Yulia se echó a reír.
-Oh, sí...ven al lado oscuro - bromeó ella. Lena se inclinó hacia delante.
-Es tu culpa. Tenías que hablar de camarones. Buenos, jugozos... suculentos camarones - dijo lentamente, sin apartar los ojos de la morena. La boca de Yulia se elevó en una sonrisa.
-Si quieres algo jugoso y suculento, puedo ayudarte con eso - Aunque sabía que ella saldría con eso, se sonrojó de todos modos.
-Tranquila, tigre. No avergüences a los chicos - La morena se echó a reír.
-Eres la única ruborizada, no ellos - Los chicos también se rieron.
-Creo que me he sonrojado un poco con eso - confesó Dima. Lena tomó un trago de su cerveza.
-Vamos a hablar de negocios.- dijo ella - ¿Qué hay en la agenda para mañana?
-Esperemos que Iván Tapovalov nos llame y podamos ir y entrevistar a los padres - dijo Samir - Me estoy debatiendo en si debemos incluir al jefe Gustarov y su equipo.
-Dejaron caer la bola - dijo Yulia - Boris dijo que técnicamente es nuestro caso si queremos trabajarlo.
-También dijo que si los casos no estaban vinculados lo dejáramos para los locales - le recordó Dima.
-Así que le diremos que creemos que están vinculados. Simple.
-Te lo juro ¿alguna vez sigues las reglas? - preguntó Dima. Yulia sonrió.
-Difícilmente, díselo.
-Las reglas son subjetivas y siempre cambiantes - dijo Samir.
-¿Qué diablos significa eso?
-Oh niño Dima, significa que la interpretación de Yulia de la orden de Boris podría ser diferente a la tuya...o a la de Boris - Samir sonrió.
-O la mía.
-Significa que las reglas están hechas para ser rotas - dijo Yulia con una traviesa sonrisa. Dima negó con la cabeza.
-Me sorprende que aún no te hayan suspendido.
-¿Qué? ¿A mí? - la morena agregó más cerveza a su tarro - Si no recuerdo mal, la última orden verbal que nos dieron fue no disparen a nadie, cuando estábamos en Hoganville. Y creo que no disparé mi arma - miró a Lena - Pero nuestra querida y dulce Elena Katina se convirtió en Annie Oakley - Los chicos se rieron junto con Yulia, pero entonces la pelinegra la sorprendió llegando al otro lado de la mesa y apretando su mano.
-Sólo estoy bromeando. Esther Hogan tenía sus huesudos dedos envueltos alrededor de tu cuello - Lena asintió.
-En sentido figurado, por lo menos.
Todavía podía recordar el agarre alrededor de su garganta, quitándole el aire, a pesar de que Esther Hogan estaba a unos veinte metros de distancia. Trató de no recordar la imagen de Fiona cuando yacía en un charco de su propia sangre...ocasionado por su propia mano. Sacudió esos pensamientos, encontrándose con la mirada de Yulia. La morena le apretó la mano una vez más antes de liberarla.
Los chicos estaban inusualmente silenciosos y Lena los miraba, ambos miraban su mano. La que Yulia había sostenido.
-Entonces ¿qué pasa con esta casa embrujada? ¿Consiguieron la llave?
-Sí, tenemos la maldita llave - dijo Samir - No sé por qué insistes en entrar allí. El departamento del sheriff ya echó un vistazo.
-¿El departamento del mismo sheriff que ni siquiera se molestó en ir a las plantas de Tapovalov? - preguntó Yulia arqueando una de sus cejas - Samir dejó escapar un suspiro.
-Si. Está bien.
-¿Ustedes consiguieron algo hoy? - preguntó Dima.
-Conseguimos algunos antecedentes sobre Edith Krause. Boris está gestionándolo - dijo Yulia.
-Ella y su esposo salieron de aquí poco después de que el último chico desapareciera - explicó Lena - Ella regresó el año pasado. Sola.
-¿Fueron interrogados en la investigación original?
-Asumo que ni más ni menos que las otras familias en el parque de remolques - dijo Yulia - Y como hemos dicho todo el día, tenemos que retroceder y leer el archivo a fondo. Lo revisé rápidamente, como supongo hicimos todos - Samir no respondió, tenía su mirada fija en una gran bandeja de comida que se acercaba a ellos.
-Oh, rayos. Mira esa carne - dijo él.
Lena miró más allá de los filetes, sintiendo como su boca se hacía agua cuando se quedó mirando la gran cantidad de enormes camarones a la parrilla llamándola por su nombre.
Maldita sea.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20 le gusta esta publicaciòn
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Oh! Dos capítulos que maravillas bro! Gracias por no abandonarnos. Mis sospechas van hacia la señora Lizzie, me parece muy pacífica y sabe la vida de todos
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
Capítulo 11:
Yulia arrojó la tarjeta llave en la pequeña mesa junto a la puerta, luego atrapó la mano de Lena y la atrajo hacia ella.
-He querido hacer esto todo el día - murmuró mientras se inclinaba más cerca para darle un beso. Lena deslizó sus manos hacia arriba por el pecho de Yulia, rozando ligeramente sus pezones antes de deslizarlas alrededor de su cuello.
Su beso fue lento y pausado, sus labios se movieron con familiaridad unos contra los otros. Gimió en silencio cuando sintió la punta de la lengua de la ojiverde trazando su labio inferior. Pero Lena no lo llevó a más, a pesar de que Yulia reconocía el sutil cambio en su respiración.
-He traído vino - le recordó la pelirroja.
-Podríamos tomarlo más tarde - sugirió ella. Lena la miró a los ojos, con una sonrisa en sus labios.
-Podríamos, supongo - se acercó nuevamente, esta vez dejando que su mano se dilatara.
Yulia sintió que su pezón se endurecía mientras los dedos de Lena lo rozaban. Su propia respiración cambió.
-¿Puedes permanecer en silencio? - susurró la ojiverde antes de besarla. Yulia sonrió contra sus labios.
-¿No deberíamos estar preocupadas por ti? - Sus caderas se sacudieron cuando la mano de Lena encontró su camino entre sus piernas.
-Quítate la ropa - dijo Lena mientras se alejaba - Ya vuelvo - la pelirroja se dirigió al cuarto de baño y Yulia rápidamente se arrancó la camisa y la lanzó a un lado, junto con su sujetador. Sabía a donde iba Lena. Sabía lo que traería al regresar. Casi se estremeció ante el pensamiento. Apagó la luz, dejando encendida solo una lámpara en la habitación. Sus zapatos, los pateó dejándolos donde cayeran. Siguieron sus vaqueros, calcetines y bragas, dejándola desnuda. Quitó las sábanas de la cama, tratando de no pensar en Samir y Dima en la habitación de al lado, sus camas compartían la misma pared.
Lena salió del cuarto de baño vestida con una bata. Yulia sabía que estaba desnuda debajo de ella. Le resultaba jodidamente sexy cuando hacía eso, pero sus ojos fueron atraídos por lo que la ojiverde tenía en la mano.
El consolador sujeto a la correa…el regalo en broma de Samir y Dima cuando habían estado en Hoganville…no era algo que usaban con frecuencia. Pero cuando lo hacían... Dios, era increíble estar dentro de Lena, hacer el amor con ella de esa manera. Se quedó allí de pie mientras los ojos de la pelirroja vagaban sobre ella. Sintió sus pezones endurecerse en respuesta. Lena lentamente desató su bata, dejándola colgar abierta.
-¿Estás tratando de matarme? - susurró Yulia. Lena tenía una sonrisa perezosa en su rostro.
-¿Puedes permanecer en silencio? -preguntó nuevamente. Yulia se acercó, tomando el consolador de ella.
-Me mantendré tan silenciosa como tú - deslizó la bata de Lena por sus hombros y la dejó caer al suelo. Sin importar cuantas veces había visto a la ojiverde desnuda, todavía le aturdía su belleza. Algunas veces, aún le aturdía que fuesen amantes.
-Póntelo - ordenó Lena en voz baja.
***
Lena permaneció acostada inmóvil, mirando...esperando. Yulia aún no la había tocado y su pulso ya estaba acelerado. Dejó que su mirada viajara por el cuerpo de la pelinegra y sus labios se entreabrieron, respiraciones breves y rápidas, imitaban el ritmo de su pulso.
-Voltéate.
Lena tragó con dificultad, entonces hizo lo que Yulia le pidió. Sintió como la morena se movía detrás de ella y cerró los ojos cuando las manos de Yulia exploraron la parte posterior de sus muslos.
-Sobre tus rodillas - susurró la ojizul. Lena dejó escapar un pequeño gemido cuando las manos de Yulia la levantaron. Tembló cuando la pelinegra apartó el cabello de su nuca y unos labios suaves y cálidos mordisquearon su piel. Tratando de mantenerse en silencio, mordió su labio cuando las manos de Yulia la rodearon y sus dedos apretaron sus pezones con la presión suficiente para llevar su excitación a otro nivel. Apretó su espalda contra Yulia, sintiendo como el consolador rozaba su clítoris.
-Dios...Yulia, no juegues conmigo - suplicó. Podía sentir la humedad de su excitación cubriendo sus muslos. La boca de la morena se trasladó a su oído, su lengua serpenteaba por dentro.
-Tienes que mantenerte en silencio.- le recordó.
-Tal vez esto no sea una buena idea - murmuró Lena dudando que pudiese ser capaz de controlarse a sí misma.
-Inténtalo.
Requirió toda su fuerza de voluntad no gritar de placer cuando Yulia la penetró desde atrás. Las manos de la morena dejaron sus pechos y agarraron sus caderas empujándolas contra ella, el consolador se deslizó fácilmente a través de su humedad, llenándola. Yulia lo sacaba poco a poco y luego lo deslizaba nuevamente esta vez un poco más profundo y un poco más fuerte. Lena se concentró en el ritmo de Yulia sintiendo las caderas de la pelinegra que golpeaban su trasero con cada movimiento, moviéndose más rápido y con más fuerza. Se mantuvieron en silencio. Los únicos sonidos eran sus jadeos y el contacto de piel contra piel cuando Yulia empujaba estrepitosamente contra su trasero.
Era tan bueno, tan emocionante, que quería siquiera para siempre. Pero Yulia la rodeó deslizando dos de sus dedos que encontraron su clítoris, frotándolo mientras se movía dentro de ella…adentro y afuera…golpes prolongados la llenaban. Todo fue demasiado y Lena dejó que su orgasmo le reclamara, se apoderara de ella mientras se daba a sí misma a Yulia. La intensidad del mismo pareció magnificarse mientras luchaba por mantenerse en silencio, manteniendo los sonidos del placer en su interior. Cerró con fuerza los ojos, jurando ver fuegos artificiales mientras los dedos de Yulia presionaban con fuerza su clítoris.
Entonces la pelinegra se retiró de ella y Lena se derrumbó sobre la cama. Escuchó a Yulia luchar a tientas con el consolador, consciente de que ella necesitaba su propia liberación. Se las arregló para voltearse y empujó a Yulia hacia ella, su mano se deslizó entre sus cuerpos, encontrando a la morena. Con los dedos en su clítoris, permitió que Yulia se moviera contra ella. Estaba tan mojada, que Lena tuvo dificultad encontrando asidero, pero eso no importó. Yulia se corrió rápido y con fuerza, su gemido fue ahogado mientras enterraba su rostro contra el cuello de Lena.
Volkova apoyó todo su peso sobre ella y sus brazos rodearon a Lena abrazándola con fuerza mientras se relajaban, respirando lentamente tratando de volver a la normalidad. Besó a Yulia en la frente, manteniendo sus labios en su piel húmeda. Con sus ojos aún cerrados, aceptó con lo que había estado luchando.
Estaba enamorada de Yulia. Esa declaración le hubiese asustado un mes antes, incluso dos semanas antes. Pero ahora, aquí, con ella entre sus brazos, no le asustaba en lo más mínimo. Yulia se empujó, cambiando ligeramente de posición para descansar su peso sobre los codos. Sus ojos se encontraron en la suave luz alrededor de ellas y no hubo nada que la pelinegra intentara esconder.
Lena sintió que las lágrimas humedecían sus ojos y se sorprendió al ver lo mismo en su amante ¿Yulia también podría leerla? Tragó con dificultad preguntándose si debía decir las palabras, preguntándose si importaba.
La mano de Yulia tocó su mejilla, sus dedos acariciaron ligeramente su piel, moviéndose sobre su nariz y sus labios, luego de regreso a su oreja, un dedo perezoso la delineaba. Sus ojos permanecieron unidos por largo rato y sintió un temblor, sin saber si era ella o Yulia. Entonces la pelinegra la besó, sus labios se movieron contra los suyos tan despacio y con tanta ternura que Lena pensó estallaría por el amor que sentía en ese momento. Pero no dijeron nada. Yulia deslizó la cobija sobre ellas y Lena se acurrucó contra ella, sintiéndose segura y protegida entre sus brazos...sintiéndose amada.
Yulia arrojó la tarjeta llave en la pequeña mesa junto a la puerta, luego atrapó la mano de Lena y la atrajo hacia ella.
-He querido hacer esto todo el día - murmuró mientras se inclinaba más cerca para darle un beso. Lena deslizó sus manos hacia arriba por el pecho de Yulia, rozando ligeramente sus pezones antes de deslizarlas alrededor de su cuello.
Su beso fue lento y pausado, sus labios se movieron con familiaridad unos contra los otros. Gimió en silencio cuando sintió la punta de la lengua de la ojiverde trazando su labio inferior. Pero Lena no lo llevó a más, a pesar de que Yulia reconocía el sutil cambio en su respiración.
-He traído vino - le recordó la pelirroja.
-Podríamos tomarlo más tarde - sugirió ella. Lena la miró a los ojos, con una sonrisa en sus labios.
-Podríamos, supongo - se acercó nuevamente, esta vez dejando que su mano se dilatara.
Yulia sintió que su pezón se endurecía mientras los dedos de Lena lo rozaban. Su propia respiración cambió.
-¿Puedes permanecer en silencio? - susurró la ojiverde antes de besarla. Yulia sonrió contra sus labios.
-¿No deberíamos estar preocupadas por ti? - Sus caderas se sacudieron cuando la mano de Lena encontró su camino entre sus piernas.
-Quítate la ropa - dijo Lena mientras se alejaba - Ya vuelvo - la pelirroja se dirigió al cuarto de baño y Yulia rápidamente se arrancó la camisa y la lanzó a un lado, junto con su sujetador. Sabía a donde iba Lena. Sabía lo que traería al regresar. Casi se estremeció ante el pensamiento. Apagó la luz, dejando encendida solo una lámpara en la habitación. Sus zapatos, los pateó dejándolos donde cayeran. Siguieron sus vaqueros, calcetines y bragas, dejándola desnuda. Quitó las sábanas de la cama, tratando de no pensar en Samir y Dima en la habitación de al lado, sus camas compartían la misma pared.
Lena salió del cuarto de baño vestida con una bata. Yulia sabía que estaba desnuda debajo de ella. Le resultaba jodidamente sexy cuando hacía eso, pero sus ojos fueron atraídos por lo que la ojiverde tenía en la mano.
El consolador sujeto a la correa…el regalo en broma de Samir y Dima cuando habían estado en Hoganville…no era algo que usaban con frecuencia. Pero cuando lo hacían... Dios, era increíble estar dentro de Lena, hacer el amor con ella de esa manera. Se quedó allí de pie mientras los ojos de la pelirroja vagaban sobre ella. Sintió sus pezones endurecerse en respuesta. Lena lentamente desató su bata, dejándola colgar abierta.
-¿Estás tratando de matarme? - susurró Yulia. Lena tenía una sonrisa perezosa en su rostro.
-¿Puedes permanecer en silencio? -preguntó nuevamente. Yulia se acercó, tomando el consolador de ella.
-Me mantendré tan silenciosa como tú - deslizó la bata de Lena por sus hombros y la dejó caer al suelo. Sin importar cuantas veces había visto a la ojiverde desnuda, todavía le aturdía su belleza. Algunas veces, aún le aturdía que fuesen amantes.
-Póntelo - ordenó Lena en voz baja.
***
Lena permaneció acostada inmóvil, mirando...esperando. Yulia aún no la había tocado y su pulso ya estaba acelerado. Dejó que su mirada viajara por el cuerpo de la pelinegra y sus labios se entreabrieron, respiraciones breves y rápidas, imitaban el ritmo de su pulso.
-Voltéate.
Lena tragó con dificultad, entonces hizo lo que Yulia le pidió. Sintió como la morena se movía detrás de ella y cerró los ojos cuando las manos de Yulia exploraron la parte posterior de sus muslos.
-Sobre tus rodillas - susurró la ojizul. Lena dejó escapar un pequeño gemido cuando las manos de Yulia la levantaron. Tembló cuando la pelinegra apartó el cabello de su nuca y unos labios suaves y cálidos mordisquearon su piel. Tratando de mantenerse en silencio, mordió su labio cuando las manos de Yulia la rodearon y sus dedos apretaron sus pezones con la presión suficiente para llevar su excitación a otro nivel. Apretó su espalda contra Yulia, sintiendo como el consolador rozaba su clítoris.
-Dios...Yulia, no juegues conmigo - suplicó. Podía sentir la humedad de su excitación cubriendo sus muslos. La boca de la morena se trasladó a su oído, su lengua serpenteaba por dentro.
-Tienes que mantenerte en silencio.- le recordó.
-Tal vez esto no sea una buena idea - murmuró Lena dudando que pudiese ser capaz de controlarse a sí misma.
-Inténtalo.
Requirió toda su fuerza de voluntad no gritar de placer cuando Yulia la penetró desde atrás. Las manos de la morena dejaron sus pechos y agarraron sus caderas empujándolas contra ella, el consolador se deslizó fácilmente a través de su humedad, llenándola. Yulia lo sacaba poco a poco y luego lo deslizaba nuevamente esta vez un poco más profundo y un poco más fuerte. Lena se concentró en el ritmo de Yulia sintiendo las caderas de la pelinegra que golpeaban su trasero con cada movimiento, moviéndose más rápido y con más fuerza. Se mantuvieron en silencio. Los únicos sonidos eran sus jadeos y el contacto de piel contra piel cuando Yulia empujaba estrepitosamente contra su trasero.
Era tan bueno, tan emocionante, que quería siquiera para siempre. Pero Yulia la rodeó deslizando dos de sus dedos que encontraron su clítoris, frotándolo mientras se movía dentro de ella…adentro y afuera…golpes prolongados la llenaban. Todo fue demasiado y Lena dejó que su orgasmo le reclamara, se apoderara de ella mientras se daba a sí misma a Yulia. La intensidad del mismo pareció magnificarse mientras luchaba por mantenerse en silencio, manteniendo los sonidos del placer en su interior. Cerró con fuerza los ojos, jurando ver fuegos artificiales mientras los dedos de Yulia presionaban con fuerza su clítoris.
Entonces la pelinegra se retiró de ella y Lena se derrumbó sobre la cama. Escuchó a Yulia luchar a tientas con el consolador, consciente de que ella necesitaba su propia liberación. Se las arregló para voltearse y empujó a Yulia hacia ella, su mano se deslizó entre sus cuerpos, encontrando a la morena. Con los dedos en su clítoris, permitió que Yulia se moviera contra ella. Estaba tan mojada, que Lena tuvo dificultad encontrando asidero, pero eso no importó. Yulia se corrió rápido y con fuerza, su gemido fue ahogado mientras enterraba su rostro contra el cuello de Lena.
Volkova apoyó todo su peso sobre ella y sus brazos rodearon a Lena abrazándola con fuerza mientras se relajaban, respirando lentamente tratando de volver a la normalidad. Besó a Yulia en la frente, manteniendo sus labios en su piel húmeda. Con sus ojos aún cerrados, aceptó con lo que había estado luchando.
Estaba enamorada de Yulia. Esa declaración le hubiese asustado un mes antes, incluso dos semanas antes. Pero ahora, aquí, con ella entre sus brazos, no le asustaba en lo más mínimo. Yulia se empujó, cambiando ligeramente de posición para descansar su peso sobre los codos. Sus ojos se encontraron en la suave luz alrededor de ellas y no hubo nada que la pelinegra intentara esconder.
Lena sintió que las lágrimas humedecían sus ojos y se sorprendió al ver lo mismo en su amante ¿Yulia también podría leerla? Tragó con dificultad preguntándose si debía decir las palabras, preguntándose si importaba.
La mano de Yulia tocó su mejilla, sus dedos acariciaron ligeramente su piel, moviéndose sobre su nariz y sus labios, luego de regreso a su oreja, un dedo perezoso la delineaba. Sus ojos permanecieron unidos por largo rato y sintió un temblor, sin saber si era ella o Yulia. Entonces la pelinegra la besó, sus labios se movieron contra los suyos tan despacio y con tanta ternura que Lena pensó estallaría por el amor que sentía en ese momento. Pero no dijeron nada. Yulia deslizó la cobija sobre ellas y Lena se acurrucó contra ella, sintiéndose segura y protegida entre sus brazos...sintiéndose amada.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
Contenido patrocinado
Página 2 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Temas similares
» MUROS DEL LAMENTO// BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)
» PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
» REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
» MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA
» EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)
» PLANES SIMPLES (Segunda parte de REGLAS DE ORO) // ADAPTACIÓN YULENA
» REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
» MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA
» EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)
Página 2 de 7.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.