MUROS DEL LAMENTO (SEGUNDA TEMPORADA) // BY GERRI HILL (ADAPTACIÓN YULENA)

Capítulo 12:

Yulia se detuvo frente a la casa Wicker y los cuatro miraron a través de las ventanillas hacia la imponente estructura. La vieja armazón de roble y pino muerto montaban guardia frente a la casa, sus ramas desnudas se extendían como dedos, protegiéndola.

-Mierda, no sé por qué tenemos que hacer esto - dijo Samir nuevamente -Tengo un mal presentimiento de este lugar.

-Estamos a la luz del día - dijo Yulia como si noe importara - ¿Realmente no quieres entrar?

-Oh, diablos no - dijo él - Primero hiciste que fuese perseguido por un maldito monstruo en un bosque ¿y ahora esto? - señaló hacia la casa -Diablos no.

-Realmente no crees en fantasmas ¿no, calvo? - preguntó ella.

-No, no creo en fantasmas. De hecho no creía en monstruos correteando por un bosque, pero resultó que estaba equivocado ¿no es así? - Desde el asiento de atrás Dima extendió su mano.

-Aquí está la llave de la puerta - La morena condujo hacia un lado de la casa donde estaba el camino de entrada. Samir salió y abrió la verja.

-Nunca lo había visto así - dijo Dima.

-Yo tampoco - dijo Yulia - Pero es su fobia así que tendremos que respetar eso. Si no quiere entrar, será su elección.

Avanzó a través de la verja y esperó que Samir la cerrara nuevamente y regresara al interior. Condujo lentamente hacia la casa, deteniéndose donde la mala hierba crecida había superado la mayor parte de la calzada. Se volteó hacia Samir.

-¿Quieres quedarte en el interior de la camioneta o nos esperas afuera?

Él vaciló y Yulia supo que estaba luchando consigo mismo por su decisión. A pesar de que estaba segura que su elección sería permanecer en el interior de la camioneta, él eligió lo contrario.

-Caminaré por el perímetro de la valla, veré si algo fue alterado - dijo él.

-Está bien. Sólo haremos una rápida caminata a través de ella, ver si algo salta hacia nosotros - tan pronto como las palabras salieron de su boca, se dio cuenta del doble significado. Se echó a reír - No literalmente - aclaró.

Las ventanas en la planta baja estaban tapiadas, la madera descolorida y desvanecida, sujeta con clavos oxidados. Las tablas habían sido despegadas en algunos lugares, ofreciendo una vista del interior. Ella se agachó en una esquina, ahuecando su rostro mientras trataba de ver hacia el interior. Estaba oscuro y sombrío y se sorprendió al encontrar muebles.

-Parece que todavía está amueblada - dijo ella.

-Es un poco espeluznante - dijo Dima en voz baja - Muchas de las ventanas están rotas.

-Sólo es una casa - dijo Yulia - Vamos a abrirla.

Dima sacó la llave que el jefe Gustarov les había dado. La casa era antigua, pero la cerradura de la puerta era moderna, probablemente añadida por los Underwood cuando vivieron allí.

Las bisagras chirriaron en protesta cuando Dima abrió la puerta. Casi simultáneamente, los tres encendieron sus linternas, ahuyentando las sombras. El aire era frío y húmedo. Una gruesa capa de polvo cubría casi todas las superficies y las telarañas se extendían desde el techo hasta el suelo.

-¿Por qué siempre tienen que haber arañas? - preguntó Lena casi en un susurro.

Yulia sonrió ante la referencia de Lena sobre los túneles en Hoganville, que habían estado llenos de telarañas.

-No se ve perturbado - dijo Dima.

-¿Puedes decir eso desde la puerta? - Yulia le miró - ¿La paranoia de Samir se te está pegando?

-Sólo digo - Yulia se estiró y quitó una telaraña del camino.

-Iré por las escaleras. Ustedes dos echen un vistazo aquí abajo.

-Sí, está bien, toma las escaleras - dijo Dima rápidamente como si temiera que ella cambiara de opinión - Tomaré este camino - se dirigió por un pasillo lateral que Yulia suponía era la cocina.

-Esto parece una sala de estar o un estudio - dijo Lena apuntando con su linterna hacia una habitación grande cerca de la puerta de entrada. Sus pies hicieron crujir los vidrios rotos mientras pasaba una ventana tapiada.

-Sólo subiré al segundo piso - dijo Yulia - Pero Dima tiene razón. Parece que nadie ha estado aquí en años.

Las escaleras crujieron bajo su peso y se detuvo en el cuarto paso, sintiendo ojos sobre ella. Bajó la mirada pensando que encontraría a Lena observándola, pero la pelirroja no estaba a la vista.

Sacudió ligeramente su cabeza y subió otros tres pasos. De inmediato sintió el aire frío rodeándola, como si hubiese entrado en una sala con aire acondicionado.

-Está bien, esto es raro - susurró en voz alta. Duró sólo unos segundos, luego desapareció.

Avanzó unos pasos más pero rápidamente se apoyó contra la pared, cuando escuchó pasos de alguien corriendo a lo largo de las escaleras. Sintió un zumbido de aire cuando el sonido se desvaneció.

-No acabo de escuchar eso - murmuró - ¿Elena? - llamó en voz alta. Vio como la linterna de la pelirroja cambió su trayecto.

-¿Sí?

-¿Todo bien ahí abajo? - Lena se acercó a la parte inferior de las escaleras.

-Nada se ve perturbado - dijo ella.

- Tú... ¿escuchaste algo? - Lena ladeó la cabeza interrogante.

-¿Cómo qué? - Dima se puso detrás de Lena.

-Telarañas, polvo. No hay huellas - dijo él - Nadie ha estado aquí.

Yulia se quedó congelada en su lugar, casi con miedo de revisar en el segundo piso. Quedaban 4 escalones. Tragó saliva nerviosa y luego iluminó las escaleras. Nada. Dejó escapar una respiración nerviosa, luego sacudió la cabeza. Maldita sea. Tal vez el miedo de Samir se le estaba contagiado.

-Está bien. Nada aquí arriba.

Estaba a punto de darse la vuelta y bajar las escaleras cuando sintió una mano rozando su cuello. Giró la cabeza, sin ver nada. Y en un instante, el aire helado literalmente le hizo temblar. Así de rápido, se desvaneció una vez más sustituido por aire cálido y húmedo. Se dio la vuelta y corrió escaleras abajo, sin detenerse hasta que estuvo afuera, Samir vio como ella llevó una mano a su pecho, sintiendo el martilleo de los latidos de su corazón. Abrió la boca tomando grandes bocanadas de aire fresco.

-¿Qué demonios te pasa? - Ella negó con la cabeza.

-Nada - Lena se puso detrás de ella y tocó su brazo.

-¿Qué pasa?

-Sí. Saliste corriendo de allí como si un fantasma te estuviese persiguiendo - dijo Dima riendo. Ella se volteó hacia él, con el rostro serio.

-Tal vez fue así - Samir retrocedió unos pasos.

-Whoa ¿Qué demonios? ¿Está jodiéndome? ; Yulia se dirigió hacia Lena, mirándola a los ojos.

-¿No escuchaste algo? ¿Cómo pasos de alguien corriendo en las escaleras? ¿El aire frío? - ella tragó - ¿Una mano tocándote?

-Oh, mierda - murmuró Samir mientras salía del porche dirigiéndose hacia la camioneta. Dio la vuelta apuntando a Yulia - Si estás jodiendo, voy a estar muy cabreado - Ella negó con la cabeza.

-No te estoy jodiendo - miró a Lena -¿Algo? - Ella negó lentamente con la cabeza.

-No. No escuché nada. No sentí nada.

-Yo tampoco - entonces Dima sonrió -¿Hablas en serio?

-Mierda. Tal vez...tal vez lo imaginé - se encogió de hombros - Tal vez dejé que la historia de la casa embrujada de Samir me impresionara.

-Dime lo que pasó - dijo la pelirroja. Dima pasó las manos por su cabello y dejó escapar un suspiro.

-Estaba a…no lo sé, cinco seis pasos de llegar arriba cuando sentí este aire frío que me rodeó. Sólo duró un pocos segundos. Como si fuese una corriente de aire o algo así. Entonces cuando estaba casi arriba, escuché unos pasos como alguien corriendo en las escaleras. Como dos o tres personas…niños…que corrían detrás de mí. Sentí un zumbido de aire como si estuviesen pasando delante de mí - Los ojos de Dima se ampliaron.

-¿En serio? - Ella asintió.

-Entonces, cuando me di la vuelta para volver a bajar, sentí una mano, unos dedos, rozando la parte posterior de mi cuello y luego otra ráfaga de aire frío - se echó a reír nerviosamente - Fue entonces cuando me eché a correr.

-Está bien ¿ahora podemos largarnos de aquí? - dijo Samir - Te lo dije, tenía un mal presentimiento - Lena levantó sus manos.

-Esperen. Vamos a esperar un minuto - dijo ella - Si realmente sentiste…escuchaste…todo eso y no era tu imaginación, entonces...

-¿Entonces qué? - preguntó la morena.

-No lo sé - Lena señaló la puerta aún abierta - Déjame ir y volver sobre tus pasos.

-Oh, demonios, estás loca - dijo Samir retrocediendo aún más - Solo salgamos de aquí.

-Nada va a ocurrirte, calvo - dijo Yulia, con la esperanza de estar en lo cierto.

-¿Quieres que vaya contigo? - preguntó Dima. Lena asintió.

-Si. Al menos ven adentro conmigo - Lena miró a Yulia -¿Tú? - Yulia miró más allá de ella hacia la puerta abierta.

-Yo... - quiso decir: esperaré aquí afuera. Pero en lugar de eso dijo -Miraré desde la puerta.

Yulia se quedó de pie justo dentro del umbral, esperando sentir las frías manos sobre ella en cualquier momento. Lena caminó con confianza acercándose al borde de las escaleras, haciendo una pausa para mirar hacia ella. Yulia asintió. Dima se situó en la parte inferior, con una mano en la barandilla mientras Lena se ponía en marcha. Subió despacio, deliberadamente, deteniéndose un par de veces, ladeando la cabeza como si estuviese escuchando. En la parte superior de las escaleras, iluminó con su linterna alrededor, luego se encogió de hombros.

-Nada.

Yulia mordió su labio. Demonios, tal vez lo había imaginado todo.

-¿Quieres ir nuevamente? - preguntó Dima. Yulia negó con la cabeza.

-No, no. Estoy bien - Samir se acercó a ellos mientras salían. Levantó su teléfono.

-Iván Tapovalov llamó. Tiene algo de información para nosotros.

-Eso es genial - dijo Lena - Tal vez podemos tomar un descanso.

-¿Llamaste al jefe Gustarov? - preguntó Dima.

-No. Y no planeo hacerlo.

Capítulo 13:

Samir tendió la mano, sacudiendo la de Iván Tapovalov.

-Gracias por llamar - Dijo viendo a Yulia y a Lena -Las agentes especiales Volkova y Katina.

-No tengo mucho para Ud., Pero tuve la oportunidad de persuadir a algunos de los padres para que les preguntaran a sus hijos - dijo él -Por mucho que confían en mí, están temerosos.

-Le di mi palabra - dijo él - No estamos aquí para emboscar a nadie - Tapovalov asintió.

-Espero que su palabra valga - hizo un gesto hacia la puerta - Entren. Estoy seguro que nos vigilan.

-¿Sabe quiénes son los padres? - preguntó Lena.

-Si. Están dispuestos a aparecer -se volvió hacia Dima - Como ustedes dijeron ellos quieren un funeral.

No los llevó por el pasillo hasta su despacho privado. En vez de eso, se detuvo en la oficina principal. La misma joven estaba detrás del mismo escritorio… su hija. La miró y ella de inmediato se levantó y los dejó solos.

-Los niños pequeños, juegan a lo largo del camino forestal que atraviesa el borde de nuestra propiedad - dijo él - El nombre del niño era Juan. Acababa de cumplir seis años. Aún no lo tenían en la escuela.

-¿Qué camino? - preguntó Yulia ¿El camino del bosque nacional?

-Sí. Un camino de tierra que entra al Bosque Nacional del pueblo.

-¿Los otros niños vieron lo que sucedido? - preguntó Samir.

-Sí. Un coche se acercó a toda velocidad por la carretera desde la cima del bosque. Intentaron salir del camino. Juan no lo logró.

-¿Cuándo fue eso? - preguntó Lena.

-Hace una semana. El pasado miércoles.

-Su cuerpo fue encontrado el jueves - dijo Dima.

-Evidentemente fue movido - dijo Samir - ¿Qué pasó después que el coche lo golpeó?

-Había dos hombres en el coche. Pusieron a Juan en el maletero y se fueron.

-¿Alguien podría describirlos? ¿O al coche? - Tapovalov negó con la cabeza.

-Era de noche. Oscurece temprano en el bosque. Lo mejor que pude conseguir fue que se trataba de algún tipo de coche deportivo. Sólo tenía dos puertas - Samir se volteó hacia los demás - Estaba casi oscuro. Atropelló al niño en la calle - se encogió de hombros.

-Fue un accidente ¿Por qué tomar el cuerpo y huir?

-Alguien que no podía permitirse un accidente - dijo Yulia.

-Es todo lo que tengo - dijo Tapovalov. Se quitó la gorra y retorció sus manos - Miren, Juan nació aquí. Su padres, no. No hablan nada del idioma. No sé el protocolo a seguir cuando quieren reclamar su cuerpo. Hay una pequeña iglesia católica utilizada por la comunidad latina. Mi gente va allí. Quieren un funeral y quieren enterrarlo allí - Samir asintió.

-Entiendo. Podemos revisar la concesión de inmunidad a los padres. Realmente no es de mi manejo. Solo le di mi palabra de que inmigración no estaría involucrada.

-Podemos pedirle al departamento del sheriff que libere su cuerpo - dijo Yulia - Siempre y cuando el forense haya finalizado.

-Aun no - dijo Samir - No ha emitido su informe final - se volteó hacia Tapovalov - Voy a llamar al forense, voy a hacer que libere el cuerpo tan pronto como le sea posible. Estoy asumiendo que llevará a los padres allí - Él asintió.

-Sí. Gracias. Lo apreciaría - Samir estrechó su mano nuevamente.

-Gracias por la información. Si se entera de algo más...

-Por supuesto. Lo llamaré.

Una vez afuera, entró en la camioneta de Yulia. Ella salió de la calzada y se dirigió hacia su hotel. Habían pagado la cuenta con anterioridad, pero la camioneta de Dima todavía estaba allí.

-¿Qué piensas? - preguntó Samir.

-Lo que habíamos asumido - dijo Yulia - Solo que tenemos dos sujetos y no uno.

-¿Por qué llevar el cuerpo a la casa Wicker? - Preguntó Lena - Eso no tiene sentido.

-Sí, podemos especular todo el día, pero hasta que no tengamos alguna evidencia en concreto, lo que tenemos es mierda - dijo Samir.

-Boris querrá reunirse mañana. Supongo que podremos especular entonces - dijo Samir - Vamos a casa.

Capítulo 14:


Lena estudiaba a Yulia desde atrás, notando el ligero agarre en el control remoto, notando los ojos que miraban la televisión, ojos que rara vez parpadeaban. No tenía ninguna duda de que Yulia no tenía la menor idea de lo que estaba observando. Caminó alrededor del sofá, ofreciéndole una copa de vino.

-¿Quieres hablar? - Yulia levantó la mirada, reconociendo finalmente su presencia. Sonrió rápidamente.

-Lo siento ¿Qué? - Lena se sentó a su lado y tomó el control remoto apagando el televisor.

-¿Hablar? ¿Quieres hablar? - Yulia exhaló, entonces se inclinó hacia atrás, sosteniendo su copa de vino, pero sin beber. Se volteó lentamente, con una mirada reflexiva.

-Sigo diciéndome a mí misma que imaginé todo en la casa - tragó -Pero sé queno lo hice. Sentí el frío. Escuché pasos como si alguien corriera en las escaleras.

-No dudo de ti - dijo la pelirroja.

-Pero ¿por qué no lo sentiste también? - Lena tomó un sorbo de vino, tratando de encontrar las palabras que asumía, Yulia necesitaba escuchar.

-¿Recuerdas la primera vez entramos en Hoganville? ¿En la cafetería?

-Sí, por supuesto.

-Estábamos en la mesa y Esther Hogan entró. No sentí nada. Sin embargo, dijiste que habías sentido como si alguien te ahogaba. Dijiste que habías sentido un peso en tu pecho - Yulia asintió.

-Sí. Pero también lo sentiste después, en la cámara, en la cueva. Cuándo ella estaba…

-Sí, sentía sus manos alrededor de mi garganta, sentía que me ahogaba, aunque no estaba cerca de mí, aunque no me estaba tocando. Pero en la cafetería, las dos estábamos allí. Sin embargo sólo tú sentiste algo.

-¿Qué estás tratando de decir?

-Fuiste su blanco en la cafetería, no yo. Si hay algo...una presencia... en la casa, el blanco fuiste tú, no yo.

-¿Como un fantasma? - Yulia rió nerviosamente - ¿En serio?

-Mira, realmente no creo en fantasmas - Lena sonrió - Al menos creo que no lo hago. Pero sabemos que hay gente que si lo hace. Hay casos documentados. Hay edificios embrujados…hoteles, casas…alrededor del mundo. Y no me refiero a fantasmas, como si hubiese visto una forma sombría en una esquina y… - ella se rió -…si lo hiciera, corriera fuera de la habitación - Yulia sonrió ligeramente.

-¿Entonces una aparición?

-Una aparición todavía es algo visible ¿no? - su voz se suavizó.

-¿Viste algo? - Yulia negó con la cabeza.

-No. Pero sentí algo - Lena asintió.

-Y eso es a lo que me refiero. Si hay algo en esa casa, como lo llamemos, una presencia o un espíritu...o un fantasma, se acercó a ti. No me cabe duda de que sentiste algo, Yulia. Solo porque yo no lo sentí no lo hace menos real.

-Si no hubiésemos estado en Hoganville, si no hubiésemos sido testigos de lo que Esther Hogan podía hacer, si esa maldita criatura no nos hubiese perseguido por el bosque ¿todavía me creerías? - Lena permitió que su mano se deslizara por el cabello de la morena acariciándolo.

-Si Hoganville no hubiese ocurrido, si no fuésemos amantes...no lo sé. Incluso entonces ¿por qué dudaría de ti?

-Está bien, digamos que los tres entramos en la casa y hubiese sido Dima el que hubiese dicho que había sentido algo ¿Entonces qué? Probablemente yo hubiese dicho que estaba loco.

-Y tal vez por eso tú fuiste el blanco hoy - Yulia se recostó contra los cojines, con los ojos cerrados.

-¿Eso estaba tratando de decirme algo? ¿Estaba tratando de asustarnos para alejarnos? ¿Estaba jugando? - negó con la cabeza - Demonios, tal vez todo fue mi imaginación. Tal vez no había nada allí.

-Entonces tal vez deberíamos volver - sugirió Lena mientras su mano acariciaba aún el cabello de Yulia.

La morena volteó su cabeza, mirándola a los ojos, con expresión seria. Luego su expresión cambió, volviendo la alegría que Yulia normalmente reflejaba.

-Sí, tal vez tenga una nueva carrera. Cazadora de fantasmas - agarró la mano de Lena y la puso sobre su regazo - ¿Quieres ser mi asistente? - Lena bajó su copa de vino, acercándose a Yulia para acurrucarse contra ella.

-No lo sé ¿Cuáles serían los requisitos? - descansando su cabeza en el hombro de la pelinegra, deslizó su brazo sobre su cintura. Suspiró con satisfacción cuando sintió que los labios de Yulia rozaban su frente.

-Esto definitivamente estaría dentro de la descripción del trabajo - murmuró Yulia mientras sus labios le acariciaban nuevamente.

Lena levantó su cabeza sonriendo mientras sus bocas se encontraban, un beso suave y juguetón. Luego se profundizó, desapareciendo el jugueteo mientras el fuego entre ellas cobraba vida. Se alejó lo suficiente como para que sus ojos se encontraran con los ojos de Yulia.

-Acepto.

-No paga bien - le advirtió Yulia.

-¿No? - Lena movió su mano entre ellas, ahuecando el pequeño pecho de Yulia. Su pulgar trazó su pezón, notando el cambio en la respiración de la morena - Entonces supongo que tendremos que ponernos de acuerdo con la compensación - se acercó besando nuevamente a la morena, permitiendo que su lengua jugueteara con la lengua de ésta - Puedo pensar en un par de cosas.

Yulia se movió, tirando a la ojiverde sobre ella mientras se acostaba completamente en el sofá. Lena se deslizó entre sus piernas, sus caderas presionándose una dentro de la otra.

-¿No sería la cama más cómoda?

-Sí, pero no quiero perder el tiempo yendo hacia allá - dijo Yulia deteniendo con su boca cualquier otra protesta que Lena pudiese tener. Sus besos se volvieron ardientes, luchando por el control.

Lena abandonó la lucha cuando sintió que la mano de Yulia se deslizaba más allá de la cintura de su pantalón. Levantó un poco sus caderas, dándole más espacio a la morena. Aparentemente no fue suficiente ya que la otra mano de Yulia luchaba a tientas con la cremallera. Alejó su boca, jadeando por aire, luego se sacudió con fuerza sobre Yulia cuando sus dedos rozaron su clítoris.

-¿Me quieres dentro de ti?

-No - dijo Lena moviéndose contra los dedos de Yulia - Así - besó a la morena, frotándose contra ella -Solo así - susurró mientras sus ojos se cerraban.




Si, sé que va algo lenta la historia, pero lo emocionante ya está cerca.. No desesperen!

Capítulo 15:


La pelinegra encontró a Samir exactamente como lo había imaginado… echado hacia atrás en su escritorio leyendo el periódico de la mañana. Estaba tranquilo a esta hora de la mañana, ninguno de los otros equipos habían llegado todavía. Él la miró mientras se dirigía hacia la cafetera.

-Algo temprano para ti ¿no es así? - bajó los pies al suelo - Sin embargo no parece que hayas estado en el bar - Ella hizo una mueca mientras tomaba un sorbo de café. Tenía que admitir, la mezcla gourmet de Lena estaba creciendo en ella.

-¿Por qué pensarías que vendría del bar?

-Porque no son ni las siete. La única vez que llegas temprano es cuando no vas a casa la noche anterior.

Sí, parecía como una eternidad. Dios ¿Cómo había sobrevivido esas noches? Pero negó con la cabeza.

-Realmente hice una carrera de cinco millas ¿Qué hay de ti?

-Tomé las escaleras en vez del ascensor - dijo él.

-Claro que lo hiciste, calvo - Dobló el periódico y lo puso a un lado.

-Entonces ¿qué pasa? - Ella se encogió de hombros, luego sacó su silla y se dejó caer. No había podido dormir y finalmente se había dado por vencida, abandonando la cama de Lena a las tres y media. En su propio apartamento, encontró montones de ropa sucia y se tomó el tiempo para lavar dos cargas, pero no pudo deshacerse de su inquietud. La carrera de cinco millas tampoco le había ayudado.

-Es esa maldita casa - dijo finalmente - No puedo dejar de pensar en ella - Él se inclinó hacia delante.

-Realmente... sentiste algo allí - preguntó en voz baja. Asintió con la cabeza.

-Preferiría decir que fue mi imaginación y terminar con eso, pero no puedo hacerme creer eso - él la estudió y ella se preguntó si pensaba que solo estaba jugando con él.

-Mira, hemos visto un montón de mierda en nuestro trabajo. Pero nunca pensé que vería algo como lo que pasó en Hoganville - dijo él -Después de eso, bueno, la idea de un fantasma o un espíritu o algo así, demonios ¿por qué no?

-¿Eso significa que entrarías allí conmigo nuevamente? - casi se rió cuando el color de su rostro desapareció.

-Si todo se reduce a eso, si tuviera que hacerlo, entraría ¿Quiero hacerlo? Diablos, no.

-Bueno, tal vez Boris no nos envíe de regreso. Lo que tenemos es mierda. Tal vez simplemente lo entregue nuevamente a los locales y estaremos fuera de eso.

-Sí, excepto que Boris está en la perrera ¿Qué mejor manera de salir que aclarar un caso sin resolver de años? Creo que nos pondrá a trabajar en eso.

-Está en la perrera por nosotros - le recordó Yulia - Puede que nos haga regresar sólo como una especie de castigo - empujó su taza de café a un lado - Esto sabe a mierda.

-¿Sí? Bueno, tal vez Lena sea una dulzura y traiga Starbucks esta mañana.

Como si decir las palabras lo hubiesen provocado, las puertas del ascensor se abrieron y Lena y Dima entraron, Lena sostenía una bandeja con tres tazas. Dima ya estaba bebiendo de la suya.

Samir y Yulia intercambiaron sonrisas mientras cada uno agarraba un vaso.

-Gracias - dijo Samir.

-Sí, gracias Lena.

-Llegaste temprano - dijo la pelirroja. Su declaración llevaba algo de pregunta en ella. Yulia se había ido sin dejar siquiera una nota.

-Hice mi carrera antes de lo habitual- dijo - Imaginé que Boris querría reunirse con nosotros a primera hora.

-Y así es - dijo el hombre castaño mientras entraba por el pasillo, con una taza de café en una mano y un grueso expediente en la otra - Sala de conferencias. Ahora.

Cuando todos estuvieron sentados, abrió el archivo que llevaba y deslizó los papeles sobre la mesa hacia ellos. Lo que parecía ser un informe sobre Edith y Herbert Krause.

-Antes de entrar en esto, díganme qué averiguaron acerca del chico - dijo Boris - Leí brevemente su informe.

-El informe del forense no es definitivo - dijo Samir - No concluyente.

-¿Por qué todavía es no concluyente?

-Porque no saben si lo mató la fuerza contundente del trauma o fue resultado de una estrangulación- explicó Samir.

-Ahora sabemos que fue golpeado por un coche. Esa fue la premisa con la que empezamos - dijo Yulia.

-Está bien. Entonces ¿cuál es tu teoría? - preguntó Boris. Todos miraron a Yulia.

-Bueno, la única teoría que tenemos es un conductor ebrio - dijo ella -Tapovalov logró que algunos de los niños hablaran con él. Dijeron que después que Juan fue golpeado, unos sujetos se bajaron del coche, lo levantaron y lo colocaron en el baúl. Se alejaron. Así que tal vez estaban borrachos y les entró el pánico. Tapovalov dijo que habían dos sujetos en el coche.

-¿Por qué llevarlo a la casa Wicker? - preguntó Lena - Tendría que ser alguien que recordaba el caso anterior - dijo. Yul negó con la cabeza.

-Sin embargo, no tiene sentido. Estás borracho. Atropellas a un chico ¿Quién en su sano juicio pensaría algo así? oh sí ¿recuerdas a ese chico estrangulado que fue encontrado hace catorce años? Sí, voy a imitar eso - sacudió la cabeza nuevamente - Vamos, eso no pasa. Incluso si el sujeto no hubiese estado borracho, no pensaría en eso.

-¿Y si llevaron al niño a la casa de alguno de ellos? - preguntó Samir - Está herido pero aún con vida. Tuvieron tiempo de pensar ¿Llevar al niño al hospital? ¿Dejarlo en algún lugar, esperando que sobreviviera? Si sobrevivía ¿podría identificarlos?

-Así que entraron en pánico - dijo Dima - Tal vez argumentaron. Decidieron matarlo y tirar el cuerpo. Tal vez fue una coincidencia que se asemejara a lo de Paul Canton.

-¿Qué fuese dejado en la casa Wicker? No lo creo - dijo Yulia.

-Tal vez viven en Pecan Grove - sugirió Lena - Todos piensan que la casa Wicker está embrujada - dijo ella dándole un rápido vistazo a Yulia - ¿Por qué no poner el cuerpo allí? Tal vez Dima tiene razón. Tal vez no tiene nada que ver con Paul Canton - Boris miró a todos y suspiró.

-Así que básicamente no tienen nada.

-Sólo tuvimos dos días - le recordó Yulia.

-Sí, lo sé - señaló hacia los papeles que tenían frente a ellos - Echen un vistazo al informe. No encontramos mucho. Herbert Krause fue despedido de su trabajo siete meses después que murió su hijo. Sólo logramos encontrar eso ya que el departamento de recursos humanos de la empresa no guarda registros de los empleados antiguos. En fin, eso debió ocurrir unos tres meses antes de las desapariciones. No hubo registros del divorcio. No hubo éxito con su número de seguro social para ese momento. Ni trabajo, ni tarjeta de crédito, ni información bancaria.

-¿Desaparecido?

-Por lo que Yulia y me contó… - dijo Boris - …él y su esposa, Edith Krause, se trasladaron a Midland. Los papeles de registro son un punto muerto - señaló a Dima y a Yulia -Ustedes dos vuelen a Midland. Vean si pueden entrevistar a su madre. Norma Manning. Está en un hogar de ancianos. Hablen también con sus antiguos vecinos - deslizó dos sobres a cada uno de ellos - El vuelo ya está reservado. Salen a las dos. Lo poco que podamos encontrar con la madre está allí.

Yulia no se atrevió a mirar a Lena. Se había ido muerta de miedo en la mañana y no tuvieron la oportunidad de hablar. Parecía como si no pudiesen encontrarse la una a la otra.

-¿Qué pasa con nosotros? - preguntó Samir.

-Tendrán la oportunidad de quedarse y hacer el papeleo. Traten de llegar a algo más aceptable que un conductor ebrio.

-¿Así que quieres que trabajemos en el caso?

-Si pueden incluso llamarlo un caso - dijo Boris - ¿Hay alguna posibilidad que puedan salir por ahí para interrogar a los testigos que vieron el coche? - Samir negó con la cabeza.

-Citando al jefe Gustarov: van a esparcirse como pulgas en la espalda de un perro.

-Tapovalov nos dijo que no hablarían con nosotros - dijo Dima -Piensan que somos funcionarios de inmigración.

-¿Y se les ocurrió reportar las plantas de Tapovalov a inmigración?

-La única manera en la que logramos que Tapovalov nos ayudara fue prometiéndole que no habría redada - dijo Samir - Además, el hombre está tratando de ganarse la vida. Las personas que trabajan para él, sólo están tratando de salir adelante.

-Vamos, Samir ¿No me digas que eres uno de esos malditos defensores sin causa que quieren concederles inmunidad?

-Sólo estoy diciendo…. - Boris levantó su mano.

-Sé lo que estás diciendo - se volteó hacia Yulia - ¿Qué pasó con la casa? ¿Alguna evidencia de que alguien estuvo allí?

-No parecía vulnerada - dijo ella. Echó un vistazo hacia Lena, preguntándole si debería contarle sobre... bueno, sobre lo que había sentido. Lena negó sutilmente con su cabeza - Sin embargo, no tuvimos oportunidad de revisar el exterior. Tapovalov llamó diciendo que tenía algo, por lo que nos fuimos.

-Tal vez Samir y tú deberían volver allí. Echar un vistazo a fondo en la casa - dijo Boris.

-¿Yo?... ¿Yulia y yo? ¿Quiere que revisemos la casa? - preguntó Samir - ¿Solos?

-Sólo quiero cubrir todas nuestras bases. Necesitan compartir con los lugareños lo que averiguamos sobre el coche. Llamen al jefe Gustarov y asegúrense que esté informado - se volvió hacia Lena - Su vuelo de regreso será mañana por la tarde. Eso les dará tiempo suficiente en Midland. Cuando regresen, me entregan el reporte, luego se van a Marfino. Con suerte, Samir y Yulia tendrán algo - miró nuevamente a la morena - Si se llega a eso, con o sin pulgas en la espalda de un perro, vean si pueden al menos hablar con algunos de los niños que vieron el coche - se puso de pie - Sé que no tenemos mucho y estamos agarrando un clavo ardiendo aquí, pero tratemos de encontrar algo - hizo una pausa -Quiero este.

-Un caso sin resolver de catorce años de antigüedad - dijo Yulia.

-Todo lo que tenemos es a Edith Krause y a su marido. Y una mujer de 89 años que mencionó que los chicos habían peleado con su hijo.

-Sí, lo sé. Pero Robin Nureyev fue originalmente asignado al caso. Él lo descartó luego de una semana.

-Whoa - dijo Samir - ¿Nureyev? ¿Igual a tu nuevo jefe? - Boris asintió.

-Mi jefe. El jefe de ustedes. Sí. Así que quiero este.

-¿Mala sangre? - supuso Yulia - La sonrisa de Boris no reflejaba sentido del humor.

-Llegamos juntos. Fuimos a Quantico juntos. Es un lame culos, siempre lo ha sido. Así que sus ascensos sucedieron con más frecuencia que los míos. En ese entonces era un supervisor de campo.

-Y ahora es tu jefe - dijo Lena - ¿Así que este caso se le escapó de las manos?

-Creo que sabía que era un callejón sin salida y se lo lanzó a Boslarovich. En fin, como todos ustedes saben, después del debacle en Hoganville, hemos estado…

-Espera un minuto - dijo la pelinegra - ¿Debacle? No podemos ser responsables del suicidio en masa - dijo ella - Te dije….

-Sé lo que me dijiste. Sé lo que hay en el reporte. Ellos saben lo que hay en el reporte de ustedes. Sin embargo, alguien tenía que responder. Eso cayó sobre mí - su sonrisa esta vez fue genuina - La mierda rueda cuesta abajo - se dio la vuelta para marcharse, luego se detuvo nuevamente - Cerramos el caso sin resolver. Resolvemos el nuevo. Tal vez volvamos a caer en gracia. Probablemente no con Nureyev. No cuando yo dé a conocer que mi grupo de inadaptados cerró un caso en el que él se dio por vencido catorce años atrás.

-¿Inadaptados?

-Sí. ¿Cómo fue Yulia? ¿Roca amarilla en el reloj?

-Mira, no sabía que era una palabra desencadenante para un maldito suicidio.

-Sí, sí. Y un grandulón llamado Pasha te estaba ahogando ¿Fue antes o después de que el enorme monstruo aterrador los persiguiera?- Boris meneó su cabeza -Conozco el maldito reporte se memoria, lo leí un montón de veces - Entonces los dejó, cerrando la puerta de un golpe detrás de él. Yulia se reclinó en su silla.

-Diría que todavía está bastante amargado por todo el asunto - arrojó su bolígrafo hacia abajo - ¿Por qué todavía lo llama un monstruo? En mi reporte coloqué: criatura no identificada - dijo ella.

-Yo también - dijo Lena.

-Puse monstruo - dijo Samir - Enorme y aterrador monstruo.

-Sí. Y ahora tienes que entrar a una enorme y atemorizante casa embrujada - bromeó Dima.

-Oh, carajos… - gruñó Samir -…te daré cien Euros si cambias de lugar conmigo - ofreció él - Dima se echó a reír.

-Que sean mil y hablaremos.



Aceptará la oferta?

Capítulo 16

Yulia trató de ser lo más discreta posible mientras seguía a Lena hacia el baño de damas. Arqueó las cejas cuando entró y la pelirroja sonrió.

-Estamos solas - Yulia se acercó, vacilando sólo un momento antes de atraerla en un apretado y rápido abrazo.

-¿Estás bien? - preguntó Lena - Te fuiste algo temprano esta mañana.

-Sí. Simplemente no podía dormir. Fui a mi casa y lave algo de ropa - fingió que se lavaba las manos cuando escuchó que la puerta exterior se abría.

-Entonces, Midland ¿huh?

-Sí. Justo lo que quería hacer… entrevistar a alguien en un hogar de ancianos - Lena saludó con la cabeza a Teresa Beckett, una de las mujeres de los otros equipos.

-Damas… - dijo Teresa - … ¿cómo va todo?

-Aún sacando casos de un punto muerto - respondió Yulia secamente.

-Sí. Eso es lo que pasa cuando matan a medio centenar de personas - dijo mientras desaparecía en un puesto. Yulia puso los ojos.

-¿Será que alguna vez se termina? - preguntó en voz baja. Lena agarró su brazo suavemente y lo apretó.

-Eso no importa. No estaban allí. No saben cómo todo se vino abajo.

-Lo sé. Pero…

-Se acabó - dijo Lena - Tenemos que seguir adelante-  salió y Yulia la siguió.

-Tengo que ir a empacar. Dima irá a buscarme a mi casa - Yulia asintió.

-Está bien - miró alrededor, nadie las estaba mirando.

-Voy a extrañarte - murmuró.

-Yo también. Te llamaré esta noche - los ojos de Lena se encontraron con los de ella - Quiero decir, si quieres que lo haga.

De repente hubo cierta incomodidad entre ellas que no había estado allí anteriormente. Yulia no estaba segura de cuando…o por qué…había surgido. Ahora mismo, lo que realmente quería, era encontrar una oficina vacía y arrastrar a Lena dentro de ella. Quería abrazarla y besarla y decirle que la amaba y...whoa. Sus ojos se ampliaron. Jesús ¿Amor?

-Está bien. Bueno...llámame tú entonces, si quieres - dijo Lena mientras giraba en su talones.

Yulia entró en acción al darse cuenta que Lena había interpretado su vacilación de la manera incorrecta. Agarró el brazo de la pelirroja haciendo que girara nuevamente, buscando en sus ojos, encontrando duda e incertidumbre.

-Quiero que me llames - dijo ella. Luego tragó saliva -bY si te parece bien, me gustaría dormir en tu casa esta noche. En tu cama - Los ojos de Lena se suavizaron y asintió con la cabeza.

-Me gustaría esob- la ojiverde se alejó un paso, luego se de tuvo -¿Necesitamos hablar? - Yulia ladeó la cabeza.

-No lo sé ¿Lo necesitamos? - la ojiverde estuvo a punto de decir algo más cuando Dima la llamó.

- Me voy ¿Te recojo en un hora? -Lena asintió.

-Sí. También me voy - se volteó hacia Yulia - Voy a...Voy a estar en contacto.

Yulia la vio alejarse, sin darse la vuelta hasta que las puertas del ascensor se cerraron tras ella. Maldita sea ¿Qué había pasado con ellas de repente?

-Hey - Se encontró con la mirada interrogante de Samir con una elevación de sus cejas.

-¿Sí?

-Terminemos rápidamente este informe y salgamos de aquí temprano. Tomemos una cerveza o algo - dijo él.

-Me parece bien. Ha pasado un tiempo desde que salimos solamente tú y yo - dijo ella.

-Sí. Eso es lo que estaba pensando.

Fue un vuelo rápido y sin incidentes hacia Midland. Lena siguió el ejemplo de embalaje de Yulia llevando solamente un equipaje de mano, así como lo hizo Dima. Estaban en el coche de alquiler, dirigiéndose hacia el viejo vecindario de Edith Krause

-Vaya, el clima es agradable aquí ¿no es así? Podría acostumbrarme a la ausencia de humedad.

-Sí, fresco y seco - Lena estuvo de acuerdo.

-Sin embargo, extrañaría los árboles. Es un poco estéril aquí.

-Uh-huh - Dima la miró - Has estado muy callada - dijo - ¿Todo bien? - Ella forzó una sonrisa en su rostro.

-Estoy bien. Cansada - dijo ella, lo que era verdad.

Se había acostumbrado tanto a que Yulia estuviese en su cama, que se había despertado antes de las cuatro de la mañana. La frescura de las sábanas le indicó que Yulia se había ido hacía tiempo. Lo había intentado, pero no pudo volver a dormir, la cama notoriamente vacía. Lena sabía que la morena estaba algo asustada por lo que había sucedido en la casa Wicker, pero se preguntaba si eso era lo único que le preocupaba. Le había parecido algo distante y el hecho de que no hubiesen tenido la oportunidad de hablar, la oportunidad de decir adiós apropiadamente, le dejó cuestionando las cosas. Tal vez...bueno, tal vez la morena se estaba cansando de su relación. Tal vez extrañaba salir al bar, tal vez extrañaba los ligues de una noche. Lena sintió una opresión en su pecho mientras imaginaba a la morena en los brazos de otra mujer, mientras imaginaba a la morena haciéndole el amor a otra persona. Si la morena quería ponerle fin a las cosas, Dios ¿qué iba a hacer? Se había enamorado fuertemente y demasiado rápido.

Mentalmente se sacudió. Estaba adelantando conclusiones y lo sabía. En lugar de dejar que la duda le arrastrara, recordó la mirada en los ojos de la morena, esa mirada de ensueño, casi nostálgica después que hacían el amor. Esa mirada no era la mirada de alguien que se había cansado de su relación. Esa mirada era...la mirada de alguien enamorado. 

Se mordió la comisura de su labio inferior ¿Sería ese el problema? ¿También estaría la morena atrapada? ¿El amor también había atrapado a Yulia en su red? Cerró sus ojos por un instante, esperando que ese fuese el caso. Odiaría ser la única que sintiera de esa manera. Pero ahora estaban trabajando. Puso a un lado los pensamientos sobre la morena, necesitando centrarse en el caso. Ya había programado la dirección del vecindario en el GPS de su teléfono y le había indicado a Dima que siguiese hacia el este por la Interestatal 20. El aeropuerto internacional estaba ubicado entre Odessa y Midland y era más grande de lo que esperaba. Las dos ciudades, aunque pequeñas, habían prosperado con el último auge petrolero. Midland parecía ser la más metropolitana de las dos.

-Toma la próxima salida - dijo ella -Vamos a tomar el giro…250…hacia el norte.

-Hay mucho tráfico - comentó él. Ella sonrió.

-Después de conducir en la capital ¿realmente puedes decir eso con ese rostro tan serio? - Él se echó a reír. 

-Sí, supongo que tienes razón. A las cinco en punto el tráfico es relativo.

El tráfico en la vía de acceso estaba más ligero que en la interestatal y mantuvo una velocidad constante mientras se dirigían hacia el norte. 

-Sal por la derecha - dijo ella - Por la autopista Liavnec. Llegamos al hospital. Y allí sigues por la izquierda hacia el camino de entrada a Midland.

-¿Cuál es el vecindario que estamos buscando?

-Parque Wedgewood - dijo ella.

Una vez que pasaron el hospital y rodearon la clínica, entraron en un vecindario más residencial.

-Gira a la derecha en Neeley - dijo ella.

El tráfico era inexistente mientras entraban en el vecindario. Las casas antiguas y los robles eran la norma. Lo que parecía ser una mezcla de propietarios e inquilinos, a juzgar por el contraste de las casas y patios. Algunas estaban ordenadas y bien cuidadas, mientras que otras se encontraban en diversas etapas de abandono. 

-Allí en el McDonald - dijo ella - Gira a la izquierda - unas poca cuadras después, encontraron Suncrest, su destino.

-El vecindario está en mal estado - señaló Dima.

-Sí. Estaba pensando lo mismo.

Dima estacionó en la calle frente a la casa donde la madre de Edith Krause había vivido hasta el año pasado. Esperaban que los vecinos fuesen los mismos y recordaran si Edie y su esposo habían estado aquí y por cuánto tiempo. Sólo esperaba encontrar a las personas en casa. Estaban preparados para pasar el rato hasta después de las cinco, que era cuando terminaba normalmente el horario de trabajo.

La suerte estuvo con ellos cuando intentaron en la primera casa, la puerta fue respondida rápidamente.

-¿Sí? - la mujer parecía estar entre los 65 y 70 años y abrió la puerta con cautela.

Lena y Dima mostraron inmediatamente sus credenciales del KGB. 

-Agentes Especiales Katina y Petrov- dijo Lena.

-Oh, vaya - la mujer trató de poner en orden su cabello mientras abría aún más la puerta - ¿Pasa algo malo? - Lena sonrió. 

-No, señora. Solo tenemos algunas preguntas, si tiene un momento.

-¿Preguntas para mí? ¿De la KGB? ¿Necesito un abogado? - Dima rió rápidamente. 

-No, no. No está en problemas. Necesitamos un poco de información - dijo él.

-¿De mí? Bueno, no puedo imaginar que información tendría.

Lena iba a preguntar si podían pasar, pero la mujer lucía bastante nerviosa sin esa intimidación.

-¿Cómo se llama? - preguntó Lena.

-Maggie Helms. Margaret… - aclaró ella - …pero me han llamado Maggie toda mi vida.

-Maggie será, entonces - dijo ella - Es sobre una antigua vecina suya. La Sra. Manning. Creo que vivió aquí hasta el año pasado - puntualizó Lena rápidamente.

-Norma Manning, sí. Su hija la llevó finalmente a un hogar de ancianos. Que tristeza que ya no pudiese recordar ni su propio nombre.

-¿Conoce a Edith Krause? - preguntó Dima.

-¿Edie? Oh, sí. Vino a vivir con su madre hace años. Pensé que se quedaría, pero se fue después que mudó a su madre. Dijo que iba a regresar al este del país - Maggie miró hacia la casa en cuestión - Los nuevos vecinos son un poco distantes - dijo ella - Son más jóvenes. Ambos trabajan. No tienen niños. He tratado de ser amable y llevarles pasteles y esas cosas, pero no son muy amigables - bajó la voz - No son de por aquí. El negocio petrolero los trajo a la ciudad. 

-¿Y el marido de Edie? - dijo Lena -¿También vivió aquí? - Maggie frunció el ceño. 

-¿Marido? - negó con la cabeza - No, no, nunca lo conocí. Por lo que sé, se divorciaron antes de que ella se mudara aquí.

-¿Así que él nunca estuvo aquí? ¿Edith lo mencionó? - preguntó Dima. Maggie sacudió su cabeza.

-Ni una sola vez habló de él. Norma fue quien dijo que se habían divorciado. Ellos perdieron su único niño. Creo que eso debió pasarle peaje a su matrimonio. 

Lena pensó en lo que Lizzie Willis les había dicho. Que Edie y Andrei habían dejado el remolque una mañana temprano. Que Andrei supuestamente había huido con una mujer joven que había conocido aquí en Midland. Tal vez debería probar con otro vecino. Seguramente alguien habría visto a Andrei, aunque sólo estuviese aquí por un breve tiempo. Ella sonrió cortésmente a Maggie. 

-Gracias por su tiempo ¿Sabe si hay otros vecinos que estuvieron aquí entonces? ¿Anteriormente cuando Edith vino a vivir con su madre? 

-La Sra. Axel, cruzando la calle - dijo ella señalando una casa bien cuidada - Ella ha vivido aquí al menos treinta años. Ella y Norma eran buenas amigas.

-También le haremos una visita - dijo Dima - Gracias nuevamente.

-¿Edie estaba en algún tipo de problema? - Lena negó con la cabeza. 

-No. En realidad, estamos tratando de localizar a su marido.

-Oh. Bueno, como he dicho, nunca estuvo aquí. Edie no lo mencionó ni una sola vez.

Ellos cruzaron la calle, hacia la casa de la señora Axel. Dima se inclinó más cerca.

-El viejo Andrei es un hombre misterioso.

-Sí lo es. Tal vez la señora Axel se acuerde de él.

Complacida?

Después que Samir y Yulia terminaron su informe sobre su estancia de dos días en Marfino y después de llamar al jefe Gustarov, se quedaron con Boris proponiendo ideas que fuesen teorías más aceptables sobre el niño arroyado. Por desgracia, no pudieron sacar ninguna. Por alguna razón, Yulia no podía sacar de su cabeza el escenario del conductor ebrio.

-Salgamos de aquí - dijo Samir cuando el reloj marcó cerca de las cinco - Ya he especulado más de lo que puedo soportar.

-¿Una cerveza?

-O tres - dijo con una sonrisa.

Manejaron por separado hacia el único bar que siempre visitaban. Reconocieron los rostros de los policías locales y Yulia asintió mientras levantaba la mano en señal de saludo.

-Aquí conocemos prácticamente a todo el mundo por el rostro, pero realmente no conocemos sus nombres - dijo él.

-¿Por qué nunca nos hemos presentado? Hemos venido aquí durante años.

-Porque todo el mundo está haciendo lo mismo que nosotros. Desahogarse y hablar de los casos. No hay muchos mezclándose entre las mesas - dijo Samir.

Apenas se habían sentado cuando April trajo dos vasos de cerveza fría tipo cuello largo. Samir deslizó un billete de cinco euros, sabiendo que la mantendría alrededor. Chocaron las botellas en silencio brindando antes de beber. La cerveza estaba tan fría como lucía. 

-Hombre, esto es de lo que estoy hablando - dijo él - Venimos a este bar todo el tiempo. Saben lo que bebemos. April lo trae sin preguntar. Sin pequeñas charlas - se encogió de hombros - No hay nada mejor que esto.

Yulia sonrió, pero no podía dejar de mirar los dos asientos vacíos en su mesa. Había hecho un buen trabajo sacando a Lena de su mente toda la tarde, pero aquí, en este momento, la echaba de menos. Samir estaría atormentándolas y ellas estarían jugando y coqueteando la una con la otra. Casi podía escuchar la risa de la pelirroja reaccionando ante algo escandaloso que hubiese dicho ella.

-¿Es ahora un buen momento para sacar el tema? - Yulia le miró. 

-¿Sacar qué tema, calvo? - Samir se acercó un poco más, encontrándose con su mirada.

-Tú y Lena - Yulia tuvo un momento de pánico. Sabía que Samir sospechaba, pero realmente no creía que él preguntaría directamente.

-¿Qué pasa con nosotras? 

-Vamos, Yulia. No estoy ciego - hurgó en la etiqueta de su botella - ¿Que está pasando? - Ella tomó un largo trago de su cerveza, tratando de ganar tiempo. Demonios, sabía que no podrían mantenerlo en secreto para siempre. Deslizó la botella vacía hacia el centro de la mesa. 

-¿Qué es lo que estás preguntando, Samir? - El chico negó con la cabeza.

-¿Vamos a responder preguntas con otras preguntas? Porque es molesto - se volteó llamando la atención de April y levantó dos dedos.

Ella se encogió de hombros con una indiferencia que no se sentía.

-¿Qué es lo que deseas saber?

-¿Ustedes son... ya sabes...más que amigas?

-¿Es eso lo que piensas? - Él se echó hacia atrás.

-Demonios Yulia, ya no sé nada. Veo la manera como se miran entre sí. Pero demonios, no lo sé. Es igual...sin embargo, es diferente - Ella agradeció con un movimiento de cabeza a April cuando trajo las cervezas frescas. 

-Todo el asunto de Hoganville… llegamos a conocernos un poco mejor- dijo ella - Somos...somos mejores amigas ahora.

-¿Y eso es todo? - Se encontró con su mirada fija, preguntándose por qué no ser sincera con él. Él era su compañero. Confiaba en él con su vida. Debería ser capaz de confiar en él con esto. 

-No. No, eso no es todo - hizo una pausa mirando a otro lado, luego hacia él - Somos amantes.

Él pareció sorprendido. Tal vez porque no había esperado que lo admitiera. Tomó un trago de cerveza antes de comentar.

-Así que... ¿están teniendo un romance? - Ella arqueó una ceja. 

-¿Un romance? Sí, creo que esa palabra se aplica aquí.

-¿Qué diablos pasó? Apenas podían soportarse - Ella negó con la cabeza. 

-Eso no es cierto. Nos evitábamos la una a la otra. Por qué nos sentíamos atraídas. Era más seguro - tomó un trago de cerveza, tratando de decidir cuánto contarle - Tuvimos...tuvimos un encuentro de una noche. El pasado, no sé, enero, creo que fue.

-¿Hablas en serio? Elena no tiene aventuras de una noche.

-No. Ella no las tiene. Pero yo sí - Yulia giró la botella entre sus manos - O al menos las tenía.

-Entonces ¿qué significa esto? ¿Están teniendo citas? - Yulia sonrió.

-¿Citas? Creo que dejamos atrás lo de las citas. Vivimos juntas en Hoganville. Desde que regresamos, pasamos casi todas las noches juntas.

-Vaya...quiero decir, yo sospechaba, pero...vaya - frotó su cabeza calva -Entonces ¿qué pasó? Quiero decir ¿en Hoganville?

-Diablos, compartimos una cama, Samir. Era una casa de una sola habitación. Fingíamos ser amantes, pretendíamos ser una pareja. Y la línea entre el juego y la realidad quedó borrosa - dejó escapar un suspiro -Honestamente, pensé que una vez que llegáramos aquí, todo iba a terminar - lo miró a los ojos - Al menos, para ella. Estoy tan fuera de su liga, sabes. Pero estoy locamente enamorada de ella - admitió.

-¿Estás enamorada de ella? - El corazón de Yulia latía nerviosamente, casi ahogándola. Admitirlo a sí misma era una cosa. Admitírselo a Samir...bueno, se sintió expuesta. Y vulnerable. Y…

-Sí. Estoy enamorada de ella - Él se rió en voz baja. 

-Maldita sea, Yulia. No pensé que alguna vez escucharía esas palabras salir de tu boca - sacudió la cabeza -Normalmente ni siquiera recuerdas sus nombres.

-Eso parece que fue hace una eternidad. Cuando iba al bar, sólo quería olvidar. Olvidar todo. Olvidar nuestros casos, olvidar mi pasado. Olvidar todo - se echó hacia atrás, tratando de relajarse, tratando de superar el nerviosismo - No me gustaba la persona en la que me había convertido. Pero no era capaz de quitármela de encima. Pero en Hoganville, hablé y Lena escuchó. Mi pasado...ya sabes algo de él. No todo - dijo vagamente - Le conté todo a Lena. Y no me juzgó. Ni una sola vez - respiró profundamente - Nos hicimos amigas...y amantes. No tengo amigos, Samir. Solo tú. Y las mujeres del bar, no las llamaría amantes. Eso no involucraba hacer el amor - admitió -Era sólo sexo bajo y sucio con una buena dosis de tequila - Él la miró, pero no dijo nada - No sé cuándo me enamoré de ella, pero el juego que estábamos jugando en Hoganville se volvió real. Y ahora, estoy tan asustada de que vaya a romper mi corazón.

-¿No se lo has dicho? - Supuso. Ella negó con la cabeza.

-No. Tengo miedo ¿Y si ella no siente lo mismo? ¿Qué pasa si esto es sólo una aventura para ella?

-Sólo hay una manera de averiguarlo, Yulia - Ella dejó escapar el aliento.

-Lo sé. Y cuando me arme de valor para decirle algo, lo haré - deslizó su botella vacía hacia el centro, uniéndolas con las otras - No puedes decir nada, Samir. Si Boris se entera ¿quién sabe lo que vaya a hacer?

-No creo que Boris sospeche algo - dijo él.

-¿Dima?

-Oh, sí - se rió - Entonces ¿qué hay del...del regalo que les enviamos? Esperaba que reventaran mis bolas por enviarlo. Ni siquiera lo mencionaste - Ella se acercó más.

-¿El consolador? Oh, sí, tengo que darte las gracias por eso, calvo. Lena tiene un lado travieso en ella.

La piel de ébano de Samir cambió a un encantador rojo oscuro cuando se sonrojó.