LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Página 6 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Elena Sonda- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/12/2019
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_________________________________________________
Yulia: ¿Creen que puedan resumirlo? - Preguntó - Realmente no tengo mucho tiempo…
Alfred: Como quieras - Contestó sentándose frente a ella en un banco de madera al que le faltaba una de sus patas mientras Arthur, al lado de Yulia, intentaba darle de comer a su pequeña niña haciendo sonidos bastante extraños y nada entendibles - Verás, Arthur y yo siempre hemos sido mejores amigos… O lo fuimos, hasta que me di cuenta de que me había enamorado de él…
Arthur: Y yo de él - Agregó haciendo a Alfred reír y sonrojarse.
Alfred: Pero estábamos completamente aterrados, Yulia. Su padre es realmente atemorizante, y mi familia realmente no tiene absolutamente nada. Si le hubiésemos dicho sobre nosotros el padre de Arthur le habría arrebatado a mis padres lo poco que teníamos.
Yulia: Siempre pensé que tenías tanto dinero como Arthur. Vestías las mejores marcas de ropa del mundo…
Alfred: Arthur siempre me ayudaba con eso. Él era quien compraba mi ropa y me la daba al final de día. Él siempre supo esconder al chico gay y sin dinero en una fachada de chico rudo con casas por todo Miami.
Arthur: Como verás, soy muy bueno con la moda… -Presumió.
Alfred: Cállate, por favor - Suplicó divertido, golpeando la pierna del chico con la punta de su pie -… El punto es que intentábamos ocultar lo nuestro saliendo y acostándonos con chicas. No nos gustaba, pero teníamos que hacerlo…
Arthur: Fue entonces cuándo tu llegaste…
Alfred: El padre de Arthur notó que ustedes eran buenos amigos, y dijo que le encantaría verlos juntos. Y como Arthur vivía para hacerlo feliz, simplemente lo intentó contigo a pesar de que solo te veía como a una muy buena amiga…
Arthur: Fue cuando me dijiste que eras lesbiana.
Esta vez, a diferencia de las otras veces en las que lo había dicho, Arthur parecía estar diciendo la palabra con respeto.
Arthur: La primera vez que te golpeé debo admitir que lo hice solo porque me sentí herido. Nadie nunca me había rechazado, Yulia. Solo tu. Supongo que me dolió saber que no era el chico irresistible que todas deseaban… Fue cuando le conté a mi padre lo que me habías hecho, y él me dijo que debía hacerte sufrir. Dijo que gente como tu no merecía pisar la tierra… Y, simplemente, me enojé. Me enojé porque yo era como tu. Pero le temía, Yulia … Así que, aunque quería golpearlo, no lo hice. Supongo que por eso fue que comencé a golpearte de forma tan seguida. Imaginaba su rostro en tu cara y era mucho más sencillo. Por eso Alfred siempre me detenía… Él sabía que yo realmente no deseaba hacerte daño. Sabía que, en mi mente, le estaba haciendo daño a él.
Alfred: A mi no me parecía correcto, pero… tenía que hacerlo. Lo amaba. Sé que me comporté como un idiota, pero habría hecho todo por él. Daría todo lo que tengo solo para verlo sonreír.
Yulia: ¿Y por eso intentaste violar a Lena? - Preguntó, con la rabia acudiendo a ella rápidamente, sus puños apretaban la desgastada tela del sofá.
Alfred: No, yo… En realidad…
Arthur: Él dejó de acostarse con chicas dos meses después de que comenzáramos a golpearte. Yo, en cambio, preferí seguir. Sexo era igual a más dinero de papá, y debo admitir que era lo suficiente idiota como para preferir dinero antes que al amor de mi vida… - Alfred sonrío tímidamente y escondió su cara entre sus manos al escuchar al rubio referirse a él de tal manera. Seguramente el chico no lo hacía muy seguido - Fue entonces cuando comencé a acostarme con Vanessa. ¿Sabes, Yulia? Nunca lo hacía con una chica más de tres veces. Pero Vanessa era un caso especial. Ella me estaba ayudando para acabar contigo… Supongo que había comenzado a tenerte envidia cuando deseé hacerlo. Te veías tan feliz con Lena, pudiendo mirarla como la mirabas sin temor. Supongo que yo también quería un poco de eso…
Alfred: No me gustaba que lo hiciera -Dijo mientras se levantaba y tomaba a la pequeña Shia en brazos, que estaba a punto de dormirse con restos de la cena en sus mejillas - No me gustaba que estuviese con Vanessa tan seguido, como si fuesen algo más. Como si fuese yo… Así que decidí pagarle con la misma moneda… Y la primera chica que se me pasó por la cabeza fue Lena. Ella y yo fuimos novios, pero eso lo sabes. Lo que no sabes es que ella sabía que yo estaba enamorado de un chico. Jamás le dije quien, pero el punto es que fingimos una relación durante un tiempo. Ambos necesitábamos esconder cosas… Terminé con ella porque ya no soportaba mentir.
Arthur: El punto es que él decidió que nada podía hacerme sufrir más que tener sexo con quien había sido su confidente durante tantos meses… Supongo que tengo suerte de que llegaras precisamente en ese momento.
Yulia: ¿Tu pagaste su fianza, cierto?
Arthur: No podía dejar que fuese de nadie más - Susurró levantándose, rodeando protectoramente la cintura de su novio y mirando a su pequeña dormir en los brazos de su otro padre - Tu sabes lo que hacen en las cárceles. No es bonito cuando lo hago yo…
Yulia: ¿Y como entra Shia en todo esto?
Alfred: Digamos que antes de que decidiera convertirme en un casto ángel del señor, olvidé cuidarme con una chica y ella terminó embarazada de mi. No supe de Shia hasta hace siete meses. Su madre la dejó en la puerta de mi casa y dijo que no cuidaría de ella. Se suicidó al día siguiente.
Arthur: Yo supe de inmediato que era suya. ¡Mírala! ¡Son idénticos!
Alfred: El problema llegó cuando Arthur también decidió hacerse cargo de ella…
Arthur: No iba a dejar a Alfred solo en esto… Durante dos meses, sus padres nos ayudaron. Luego su padre volvió a Brasil y jamás regresó… y bueno, la madre de Alfred murió.
Alfred: Supimos que no podíamos hacerlo solos…
Arthur: Y yo decidí pedirle ayuda a mi padre. Jamás le dije que la niña era en realidad de Alfred. Sabía que jamás me ayudaría en una situación de este tipo… Lo que no sospeché fue que tampoco querría ayudarme con Shia.
Alfred: ¡Le pidió darla en adopción! ¡¿Puedes creerlo?!
Arthur: Fue cuándo me echó de casa…
Alfred: Y nos vinimos a vivir acá… A mi casa.
Silencio.
Yulia suspiró.
Detrás de grandes villanos existen grandes historias, supongo.
Arthur: Podría haber seguido golpeándote, Yulia. Realmente podría haber seguido. Ya no era el beso lo que me importaba. Era la envidia lo que me motivaba… Pero cuando fui a la cárcel y Shia llegó… Supe que no podía hacerlo más, Yulia. Ese no era el ejemplo que quería darle a mi hija…
Arthur: Nuestra hija -Corrigió sonriente.
Arthur: Supongo que Alfred terminó por hacerme entrar en razón…
Alfred: Siempre lo hago - Sonrió.
Yulia: ¿Y tu padre sabe que ustedes…?
Arthur: No… Si se lo decimos el podría quitarnos a Shia, Yulia. Y no lo digo como una suposición. Él realmente lo haría.
……….
Finalmente la morena había podido contarle su plan a los dos chicos.
Alfred decidió quedarse en casa con la pequeña Shia, pero el otro chico accedió a ayudarla solo si terminaban aquello antes de las nueve.
A esa hora daban la repetición de la séptima temporada de America’s Next Top Model.
Yulia le aseguró, riendo, que llegaría a casa antes de que Tyra Banks anunciara a la eliminada de la semana.
Se fueron en el auto de Yulia, el cual había dejado aparcado a unas calles de la floristería de Fyodor. Se dirigió a su casa a toda velocidad.
Al llegar Sara, Allison y Jennifer ya estaban allí.
Sara: ¡Yul! - Gritó al verla bajar del auto, con una sonrisa plasmada en su rostro, la cual rápidamente se borró - ¡¿Qué hace este infeliz acá?! - Preguntó corriendo hacia él.
Arthur: ¡Mi cabello! - Chilló cuando la chica alta se lanzó sobre él y tomó un puñado de su cabello entre sus manos.
Yulia: ¡Sara! ¡Suéltalo! - Exclamó corriendo hacia ella y sujetándola de la cintura, intentando alejarla. Allison y Jennifer se le sumaron, pero no lograron tranquilizarla hasta que Ally introdujo una de sus manos bajo su camisa y apretó uno de sus pechos.
Jennifer: ¡Allison! Tu y yo iremos a misa el domingo…
Allison: ¡¿Qué?! ¡¿Preferirías que lo matara?! - Preguntó, tomando la cintura de su novia y alejándola, aun acariciando su pecho, haciéndolo bruscamente cuando Sara parecía querer alejarse y volver junto a Arthur, los gruñidos de Sara se confundían con sus gemidos repentinos.
Jennifer: ¡NO! ¡Definitivamente no!
Arthur: ¡Mi cabello! ¿Sabes lo que cuesta que quede así en las mañanas?
Sara: Cállate idiota…
Yulia: Sara, calma. Él es parte de mi plan… Y si no vas a tranquilizarte puedes marcharte, y me encargaré yo misma de atarte en la cama y permitirle a Allison ser tops durante TODO UN MES.
Sara: No lo harías…
Yulia: ¿Quieres apostar?
Allison: Yo apostaría. Me encantaría ser tops un mes… -Dijo, quitando su manos del pecho de su novia y rodeando su cintura con sus brazos.
Sara: ¿Las pasivas están organizando una rebelión o…?
Yulia: ¡Cállense! -Exigió exasperada- ¿Dara y Oksana ya están dentro?
Jennifer: Están allí desde hace dos horas…
Yulia: Bien.
Allison: ¿Qué se supone que harán ellas?
Yulia: Ellas se encargarán de que Christian no haga nada con Lena hasta que lleguemos. Lo último que quiero es que ese imbécil vuelva a colocarle un solo dedo encima.
Sara: Bien… ¿Y dónde se supone que entran los del coro? Fyodor me llamó para pedirme prestado el autobús familiar. Él cree que los integrantes del coro son muchos o algo así… Realmente no lo entiendo. Cuando mi familia lo usa yo tengo que cargar a Regina… ¡Y mi madre tiene que cargarme a mi! ¡Y los del coro casi podrían acampar allí!
Allison: Eso sucede porque tu familia es infinita, Sara Hansen…
Arthur: ¿Qué se supone que harán los del coro? ¿Van a hacer un fondo musical como en High School Musical o Glee?…
Yulia: ¡No!… Aunque no sería mala idea.
Arthur: Troy es lindo… -Dijo refiriéndose al protagonista de las películas musicales.
Jennifer: ¡¿A cual Troy te refieres?! - Preguntó molesta, cruzándose de brazos - Soy una viuda celosa ¿Sabes? Y una madre celosa también…
Arthur: ¿De qué habla?
Yulia: Nada importante -Respondió tranquilizándolo - Jennifer, él no se refiere a ningún Troy que sea o haya sido tuyo ¿Bien? Puedes respirar…
Jennifer: Gracias a Dios -Dijo suavemente- No sería feliz sabiendo que maté a alguien…
Yulia sintió a Arthur tragar saliva pesadamente a su lado, a lo que ella solo pudo reir.
Yulia: Los del coro van a ser nuestro respaldo por si Christian intenta golpear a Elena o por si todo se sale de control, al igual que Arthur.
Sara: Bien… Ally y yo seremos tu apoyo moral y sus defensoras, según entendimos.
Yulia: Correcto…
Jennifer: Y yo intentaré hablar con Inessa cuando todo suceda…
Yulia: Jenny siempre logra que todos la escuchen - Informó - No sé como lo hace, pero es capaz de detener un terremoto con una sonrisa.
Jennifer: Awww, Yul, eso fue muy tierno - Susurró, corriendo a abrazarla fuertemente - Desde ahora prometo que, luego de mamá y papá, Yulia va a ser una de las primeras palabras de Troy…
Allison: Por cierto ¿Dónde está él?
Sara: Está con mi familia. Cuando Jenny atravesó mi puerta al menos cinco de mis tías estaban preparadas para cuidar del pequeño Troy… Por supuesto, lo dejamos con la mejor niñera del universo.
Allison: ¿Regina?… Ya sabes, ella es buena cuidando a sus muñecas y todo eso -Se burló.
Sara: Idiota - Murmuró besando su mejilla con una sonrisa - Hablaba de mi madre.
Justo en ese momento llegaron los chicos del coro en aquel enorme autobús que habría podido llevar a todo un curso completo de niños de preescolar, al zoológico.
Era hora.
…………..
Elena no sabía como Christian había conseguido llevársela del salón sin que Dara y Oksana lo notaran. Ellas habían susurrado a su oído el plan de Yulia, y si bien le había parecido algo extremista, se sintió feliz de que la chica fuese capaz de hacer algo así por ella.
Por eso había estado al lado de sus viejas amigas toda la tarde, a pesar de que su madre desaprobaba que estuviesen allí. Era realmente ventajoso para ellas que Christian se excitara con el constante juego seductor de la pareja, por lo cual les había permitido quedarse.
Fue realmente una desgracia que Elena decidiera ir al baño en medio de una charla sobre las posibles universidades donde sus amigas asistirían y sobre los cursos de fotografía de Lena, en los cuales iba bastante avanzada.
Cuando salió, Christian estaba frente a ella y cubrió su boca con sus manos, llevándola a rastras hacía su habitación, cerrando la puerta con seguro.
Christian: Quítatelo todo - Exigió bajando la apretada cremallera de su pantalón - Estoy tan caliente que podríamos volver de tu casa un infierno.
Elena: Christian… yo… ¿Qué te parece si hoy lo dejamos pasar? Realmente quiero hablar con Dara y Oksana…
Christian: Vamos, muñeca, serán quince minutos…
Elena: Christian…
Christian: Vamos, nena, jamás te has negado. Sé que lo deseas tanto como yo.
“Por supuesto que no, estúpido”
Elena: Christian, por favor…
Pero obviamente el hombre no aceptaría un no como respuesta.
El chico simplemente se lanzó sobre la pelirroja y comenzó a desvestirla.
Elena cerró los ojos.
El chico la estaba tratando tal y como la primera vez que la había hecho suya.
Tal vez las cosas debían terminar como habían comenzado.
……….
Yulia se limpió el sudor de las manos y tocó el timbre de la casa de la pelirroja dos veces.
Para su mala suerte, fue Inessa Katina quien abrió.
Inessa: ¿Qué haces acá? - Preguntó con repulsión- ¿Qué hacen todos ellos acá? -Ahora se refería a los chicos del coro, a Arthur y a sus amigas.
Yulia: Yo… em - “¡Deja de tartamudear! Estamos en una misión para recuperar a Elena”- Necesito hablar con Lena…
Inessa: Lo siento, ella no esta acá…
La mujer se disponía a cerrar la puerta frente a sus narices cuando Arthur corrió hacía allí y mantuvo la puerta abierta.
Arthur: Lo siento, señora. No podemos rechazar esto. Realmente estoy seguro de que Tyra eliminará a la chica que más odio hoy, y no quiero perderme sus lágrimas de perra…
Inessa: ¿Pero que…? -Ya era muy tarde. Yulia, con Allison y Sara a sus lados y los demás siguiéndola, ya habían entrado a casa - ¡SERGEY!
Sergey: ¿Qué sucede, Inessa? - Preguntó desde el salón.
Yulia: Buenos días señor Katin - Saludó entrando al lugar - Espero no incomodarlos, pero me gustaría saber dónde está Lena ahora mismo…
Dara: Está en el baño - Informó rápidamente.
Oksana: Algo debió de haberle caído mal. Ha estado allí por más de diez minutos…
Yulia se tensó.
No.
Algo le decía que no era así.
Algo le decía que Elena Katina no estaba en el baño.
Yulia: ¿Dónde esta Christian? - Preguntó desesperada.
Inessa: ¿Qué te interesa? ¡Sal de mi casa! ¡Ella es feliz con él!
Yulia: Púdrase señora…
Iván: Christian está en la cocina…
Katya: ¡NO LO ESTÁ! - Gritó desde el lugar - ¡SE FUE HACE DIEZ MINUTOS PORQUE QUERÍA TOCARLE EL TRASERO A ELENA!
Tal vez era precisamente eso lo que estaba haciendo.
La morena corrió desesperadamente hacía el segundo piso, con Inessa, Arthur, Sara, Allison y Jennifer a sus espaldas. Los miembros del coro permanecieron en la planta inferior para comprobar que todo estuviese bajo control.
Tocó fuertemente la puerta que debía de pertenecer a la habitación de Elena.
Yulia: ¡ABRE, ESTÚPIDO!
Inessa: ¡Déjalos! ¡Van a casarse! ¡Christian tiene derecho!
Jennifer: Con todo el respeto del mundo, señora Katina, váyase al infierno - Murmuró antes de golpear la puerta junto a su amiga, Sara sujetaba a Inessa para que no las detuviera, Allison lista para retenerla por si la mujer se escapaba de los brazos de su novia.
Yulia: ¡ABRE ESTÚPIDO ENFERMO! ¡ABRE ESTA MALDITA PUERTA Y DÉJALA SALIR! ¡ELLA NO QUIERE ESTO! ¡ELLA NO TE QUIERE!
XX: ¡CÁLLATE! - Escuchó gritar a una voz masculina tras la puerta - ¡ELLA ES MÍA!
Yulia: ¡¿Y QUÉ PASA CON VANESSA?!
XX: ¡CÁLLATE!
Yulia: ¡¿QUÉ PASA CON LAS OTRAS EN TU LISTA?!
XX: ¡TE PEDÍ QUE TE CALLARAS!
Yulia: ¡CÁLLATE TU, ESTÚPIDO!
Los dos lo hicieron.
Fue increíble el momento en el que, simplemente, sus puños contra la puerta dejaron de golpear y la voz de Christian dejó de escucharse. Era como si hubiesen apretado el botón de “mute” en un mando a distancia.
Pero fue desgarrador escuchar un golpe seco, seguido por uno de los gritos de Elena.
Yulia: ¡NOOO! - Gritó al comprender que el hombre había golpeado a la chica de la ventana. Estaba enojada. Christian era un idiota que merecía caer del piso más alto de un edificio - ¡NO VUELVAS A TOCARLA, IDIOTA!
Elena: ¡YUL! ¡POR FAVOR! ¡SÁCAME DE AQUÍ! - Suplicaba, seguramente llorando. Su voz se escuchaba tan cercana. Los golpes en la puerta le notificaron que estaba al otro lado.
Inessa: ¡No te resistas, Lena! ¡Él te ama!
Allison: Cállese señora…
Sara: Te ves tan tierna estando enojada…
Allison: ¡Sara! ¡No es momento!
Arthur: Se está haciendo tarde para ver a Tyra…
Jennifer: Por Dios, Arthur, por favor cierra la boca…
Yulia: ¡ELENA! ¡VOY A SACARTE DE ALLÍ, AMOR!
Christian: ¡No la llames amor!
¡Puf! Otro golpe. Esta vez seguido del ruido de la puerta cuando el cuerpo de Lena cayó sobre ella.
Yulia: ¡NO LA TOQUES!
Christian: Puedo hacer lo que quiera con ella -Lo escuchó reír.
Yulia: La escalera… - Murmuró.
Arthur: ¿Qué?
Yulia: Arthur, necesito que salgas ahora. Frente a la ventana de Lena encontrarás una escalera. Súbela y rescátala. Apresúrate…
El chico salió corriendo de allí más rápido que Anacleta la Gallina cuando intentaron hacer caldo con ella.
……….
Quince minutos después la puerta se abría, Arthur salió con un muy golpeado Christian entre sus manos mientras lo insultaba por no haberle permitido ver America’s Next Top Model.
La morena entró al lugar corriendo, encontrándose con Lena llorando a los pies de su cama, con el labio roto y un hilo de sangre saliendo de su ceja. Tenía la ropa rasgada, y las marcas de las uñas de Christian en sus piernas. Sus dedos estaban chasqueando, y estaba hecha un mar de llanto.
Yulia de inmediato la abrazó, dejando escapar una lágrima cuando sintió a Elena recostar su rostro en su pecho y llorar desesperadamente, aferrando sus puños a su camiseta.
Yulia: Todo está bien ahora, amor. Estás a salvo. Estás conmigo.
Elena: No me dejes - Suplicó.
Yulia: No lo haré.
……….
La morena ayudó a Lena a ponerse de pie y la sostuvo mientras lloraba contra su hombro. Le cambió la ropa y le limpió las heridas. Elena le contaba que el chico no había logrado su cometido a pesar de todo.
Bajaron las escaleras silenciosamente, Yulia sujetando sus manos dulcemente, evitando que estas chasquearan, obteniendo caricias en sus nudillos como compensación.
No le sorprendió verlos a todo en el salón.
Y cuando digo a TODOS también me refiero a Christian y a Inessa que, con ayuda de los miembros de coro, se mantenían en sus lugares.
La morena se sentó en un pequeño sillón, de inmediato tirando de la mano de Elena para que esta se sentara sobre sus piernas.
Yulia: Tranquila, puedes hacerlo. Sería todo un privilegio tener tu trasero sobre mis piernas…
Elena simplemente rió débilmente, asintió y se sentó sobre ella, de inmediato se abrazó a su cuello y colocó su cabeza sobre su pecho.
Se veía tan débil. Tan rota.
Elena Katina era un ángel. Y se supone que los ángeles no deben llorar.
Yulia Volkova deseaba, en ese momento, asesinar a quienes habían hecho llorar a su ángel.
Inessa: Lesbianas - Murmuró con desagrado - Dan asco.
Sara: Perdone, señora, unas cuantas personas acá desearíamos escuchar eso de nuevo…
Allison: Sí, pero le aconsejaríamos tener cuidado. Dara muerde…
Dara: ¡Claro que n…!
Oksana la codeó. Dara volteó a mirarla, confundida, Oksana susurró algo a su oído al instante para que su novia lo comprendiera todo.
Dara: Oh, claro… Es cierto. Si muerdo grrr. Cuidado.
Fyodor: Victoria sabe algo de Karate…
Amber: Supongo que yo también puedo morder…
Dara: Lo siento, Amber. Eso de morder es solo trabajo de una.
Christian: ¡Oh, bien! Esto va a estar divertido… ¿A alguna de ustedes le interesa un trío?
Sara: Lo siento. Solo me interesan si son con Jennifer.
Jennifer: ¡Sara! ¡Por la santísima trinidad! ¡No digas eso!
Sara: Es la verdad… A Allison le gustan sus piernas.
Allison: Tenemos que admitir que son bonitas…
Yulia: ¡¿Pueden concentrarse?! - Exclamó, todos haciendo silencio al instante.
Casi todos.
Arthur:… Y justo en ese momento la perra salió corriendo y se le cayó la peluca. Fue tan… Oh, lo siento, le estoy explicando a esta guapura las razones por las que Tyra Banks es mi chica favorita en el mundo.
Jennifer: ¡Basta! - Exclamó, y todos la miraron atentamente - Ignoremos el hecho de que la casa está llena de todos estos miembros del coro que deberían cantar las misas navideñas en mi iglesia, o de que Arthur está actuando más femeninamente que algunas de las chicas en el salón, y pasemos a lo importante… La razón por la cual Yulia está acá.
Todos la miraron en ese preciso momento. Inessa con odio, al igual que Christian. Lena fue la única que no lo hizo, pues permanecía recostada en su pecho, sollozando.
Yulia: Bien, yo… Yo no sé que decir, realmente. No es como si raptara a Elena todos los días, pero… Yo… Sé que parece un plan descabellado y todo eso, pero la amo ¿Bien? Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por ella. Sostendría sus manos por siempre si eso me asegurara de que no volverá a tener un ataque jamás. La besaría por siempre si eso me asegurara que no volverá a sufrir. La abrazaría por siempre si eso me asegurara que eso la mantendrá fuerte. Le diría lo perfecta que es por siempre si eso me asegurara que no volvería a sentirse insegura. Y la amaría por siempre, aunque eso no me asegurara nada… Sé que no soy un hombre guapo y adinerado. Sé que no me visto con suficiente clase, y que cuando la gente me mira no siente envidia. Sé que no tengo brazos grandes y un abdomen increíblemente marcado. Sé que no tengo barba ni manos inmensamente grandes. Sé que no soy lo que usted quiere, señora Katina. Pero soy lo que Elena quiere… Y Elena es lo que yo quiero. Nos amamos, señora Katina… No vine acá para llevar a su hija a mi casa, o para tomar junto a ella un avión a china, o para llevarla al bosque y criar pequeños monos abandonados. Vine acá para asegurar que ella será feliz, aun si no es conmigo. Quiero liberarla porque se que no quiere casarse con Christian, y porque sé que Christian, en el fondo, tampoco lo desea…
Silencio.
Era lo único que se escuchaba.
La orquesta del silencio llenando de aplausos vacíos una habitación repleta.
Inessa: No te la llevarás - Murmuró enojada, intentando escapar de las manos de Fyodor y Finn para confrontarla - ¡CHRISTIAN PUEDE DARLE TODO, YULIA! ¡TU NO PUEDES DARLE NADA!
Para sorpresa de todos, la morena no dio respuesta a esto.
Lo hizo Elena, levantándose torpemente de las piernas de su ex novia, caminando directamente hacia su madre, limpiando sus lágrimas.
Elena: Mi nombre es Elena Katina …
Inessa: ¿Qué?
Elena: Dije que mi nombre es Elena Katina. No sé cómo me concibieron, pero seguramente fue en una fiesta llena de sexo, drogas y alcohol. Cuando nací, lloré tan fuertemente que mi padre tuvo que preguntar si no me habían golpeado el trasero con más fuerza de la normal. Cuando tenía ocho meses dije mamá, y cuando tenía nueve dije papá. Al año comencé a dar mis primeros pasos. A los dos la cabeza de mis dibujos ya iba sobre el cuello y no en un pie o en un brazo, o en alguna otra parte de la hoja de papel. A los cuatro era la niña más lista del jardín de infantes, y a los cinco tuve una pelea con un niño llamado Illya porque el quería que mi jirafa tuviese capa ¡Y LAS JIRAFAS DEFINITIVAMENTE NO LLEVAN CAPAS!… A los ocho, uno de los chicos de mi curso me enseñó a andar en patineta. Iván ni siquiera puede hacerlo ahora. A los diez, fui a pasear al bosque con mi padre. Asamos malvaviscos y contamos historias de terror. En la noche fue el quien se asustó cuando un mapache intentó entrar a la tienda. A los trece Jennifer se quedó acá y nos escondimos en la cocina. Debiste ver tu cara cuando te asustamos al entrar. Casi tiraste el agua que tenías entre manos. Cuando tenía dieciséis compré una membresía en Club Pengüin. Fue divertido. Pude comprarle a mi pingüino toda la ropa que quise. A los diecisiete supe que Camila Cabello y Lauren Jauregui habían confirmado su relación. Creo que fue el día más feliz de mi vida. Era extraño ver cómo me había enamorado de un amor que no era mío… A los dieciocho me enamoré perdidamente de Yulia Volkova. ¿Sabes? Yo solo estaba mirando a través de la ventana cuando ella notó que yo estaba allí. Nos besamos por primera vez a las afueras de un centro comercial, y cuando ella rió sobre mis labios… Tenías que estar allí, mamá. Fue mágico… Hace ocho meses fui lo suficientemente estúpida como para creer que ella era como las demás. Fui lo suficientemente estúpida como para creer que podría estar enamorada de un estúpido abusivo que ahora parece ver cualquier programa de televisión que incluya a Tyra… Estuve completamente deprimida durante esos ocho meses, mamá… Y cuando volví, y vi su rostro iluminado por las farolas… Mamá, fue como si volviera a vivir de nuevo. Fue como despertar de una muy mala pesadilla… ¡Hice el amor con ella y sentí que era mi primera vez, mamá! ¡Y lo fue! ¡Fue mi primera vez, aunque los demás no comprendan como pudo pasar esto si fue Christian con quien perdí mi virginidad!… Pero mamá… ¡Fue la primera vez que lo hice con amor! ¡La primera vez que me gustó! ¡La primera vez que me sentí completa!… Y hoy, mamá, el amor de mi vida vino a rescatarme. Y no pienso dejar pasar esta oportunidad… Tu crees que Yulia no me ha dado nada, mamá. Pero ella… ella me ha dado más de lo que Christian o cualquier otra persona podrá darme.
Yulia no pudo evitar saltar a sus brazos, sollozando, besándola tiernamente hasta sentirse desfallecer, sonriendo y riendo nerviosamente al separarse, escondiendo su cabeza en su cuello.
Elena: Yulia me ha dado una historia, mamá. Una de verdad.
__________________________________________________
CONTINUARÁ...
BRAVO!!!! En realidad, para comenzar, esa explicación absurda de Arthur para justificar su comportamiento, no me parece. Podrá estar muy arrepentido pero no era razón para tratar a Yulia de la manera en que lo hizo. Segundo, odio a Inessa con todo mi ser. No es posible que una madre puedan ser tan egoísta con su propia hija y más en las condiciones de Elena. Tercero y último, que rescate más alocado.
Besos chicas,!!! Fati20, el autor original del fics, te debe lo que estás pidiendo. Quizás más adelante, pero ya veremos.
Chicas, un beso enorme!!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Gracias!! Besos linda!!
katina4ever- Mensajes : 280
Fecha de inscripción : 03/07/2015
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_______________________________________________
Por supuesto, su madre no se conformó con escuchar su historia para terminar de insistir con que Christian era lo mejor para ella, así que los miembros del coro debieron sujetarla junto con el hombre mientras Elena buscaba rápidamente algunas cosas en su habitación, además de sus medicinas, y se marchaba junto con Yulia a su casa, el lugar donde dormirían hasta que decidieran que hacer. Jennifer, Allison y Sara decidieron quedarse junto a ellas por si algo se complicaba, la chica más bajita le pidió a su madre que llevara al pequeño Troy a casa de su amiga. Arthur y los chicos del coro les hicieron prometer que llamarían si algo sucedía.
Elena entró a casa de Yulia sintiéndose más libre que nunca.
Estar allí significaba no dormir con Christian. No soportar a su madre. No ver a sus hermanos mirarla con lástima. No ver a su padre obedecer a su madre sin protestar.
… Ser ella de nuevo.
Lo que no esperaba era que un nuevo infierno se desatara allí también.
Larissa: ¿Puedes explicarme que hace ella acá, Yulia? - Preguntó su madre al verlas entrar. Elena intuía que la mujer se refería a ella.
Yulia: Lena va a quedarse acá unas noches. Su madre es una idiota y quiere casarla con un estúpido que la golpeó hoy…
Larissa: Oh, no… ¡Eso si que no! -Se negó, cruzada de brazos, sacudiendo su cabeza.
Yulia: Mamá…
Larissa: ¡Es ella, Yulia! ¡Ella te destrozó el corazón! ¡¿Acaso no lo recuerdas?! ¡Volverá a irse, Yulia! ¡Se irá y no le importarás!
Cada palabra fue como un golpe en el nuevo corazón de la pelirroja.
Tal vez había sido un idiota en el pasado al dejarla.
Pero no más.
No iba a hacerlo más.
Elena: Larissa… Yo… - Intentó explicarse. Quería disculparse por haber sido tan tonta.
Larissa: ¡CÁLLATE! -El grito fue tan fuerte que la pobre mujer chilló de forma tan aguda que podría haber roto una copa- ¡FUISTE SU PRIMER AMOR, ELENA! ¡Y LA DESTROZASTE! ¡TE MARCHASTE SIN DAR RAZONES! ¡NO DEJASTE NI UNA NOTA! ¡Y YULIA ESTABA DESTROZADA! ¡LIMPIÉ MÁS LÁGRIMAS EN TRES DÍAS QUE LAS QUE HE LIMPIADO EN TODA MI VIDA! ¡YO, ELENA! ¡NO TU! ¡¿DÓNDE ESTABAS TU CUÁNDO ELLA ESTABA SUFRIENDO POR TI?! ¡¿DÓNDE?!
Y así es como Larissa la hizo sentir como la mierda que pensaba que era una y otra y otra vez.
“Eres una idiota, Katina”
“La heriste”
“Sufrió”
“Por ti”
“Eres una mierda, Katina”
“Eres una mierda”
“Eres una idiota”
Le costaba respirar. Sus dedos chasqueaban. Su cabeza daba vueltas.
Dolía. Dolía mucho, pero no sabía precisamente donde.
Era como si le doliese en todas partes a la vez.
Se recostó en la pared más cercana, sintiendo que el aire que recibían sus pulmones era escaso. Todo lo que estaba a su alrededor se había convertido en formas coloridas, y los gritos de las personas a su alrededor ya no eran nada más que sonidos completamente inentendibles.
Fue deslizándose lentamente hasta el suelo, intentando tomar el aire que necesitaba con su boca.
Aun así no era suficiente.
Enterró su cabeza entre sus piernas, chasqueando sus dedos, meciéndose en el suelo, de vez en cuando enterrando sus uñas en su piel.
“No la mereces”
“Eres una idiota”
“Eres una mierda”
Elena: ¡BASTA!
Pero las voces no se callaban.
Cubrió sus oídos, pero las voces seguían allí, dentro de ellas, diciéndole las miles de cosas que no quería escuchar.
Elena: ¡BASTA!
Pero las voces no se marchaban. Seguían hablando, diciéndole lo poco que valía. Diciéndole que sería mejor para todos los demás que estuviese muerta.
Golpeó repetidamente su cabeza contra la pared, intentando que las voces callaran.
Pero ellas seguían allí, junto al dolor.
Gritó.
Gritó porque no las quería allí.
Gritó porque quería que se callaran de una puta vez.
Fue cuando lo sintió…
Unas cálidas manos sobre las suyas, sujetándolas fuertemente y alejándolas de sus oídos.
Era Yulia. Lo sabía. La conocía bien.
Cuando sus manos se alejaron de sus oídos, escuchó su voz.
Yulia: ¡Lena! ¡Lena! ¡Lena! ¡Lena por favor escúchame! ¡Tienes que calmarte!
La pelirroja realmente lo intentó. Estaba intentándolo, pero las voces seguían allí. Las estúpidas voces seguían allí.
Elena: Diles que se callen -Pidió acercándose a ella, abrazándola fuertemente y escondiendo su rostro en su pecho, intentando volverse tan diminuta que ni aquellas voces entrarían a su cabeza - Diles que se callen, por favor - Suplicó temblando.
Yulia: ¿A quiénes, Lenita?
Era extraño como con solo escuchar ese apodo podía calmarse un poco.
Elena: A las voces. Diles que se callen - Contestó entre débiles susurros.
Yulia simplemente la abrazó aun más fuerte contra su pecho, acariciando su cabello y meciéndola lentamente.
Elena cerró sus ojos, concentrándose en los latidos del corazón de la chica. Poco a poco, las voces fueron reemplazadas por aquel tranquilizador retumbar.
Cuando pudo concentrarse, pudo darse cuenta de la hermosa melodía que la chica de la ventana estaba tarareando para ella. Era una simple canción de cuna, pero era lo suficientemente cautivadora como para hacerla desear escucharla toda su vida.
Se relajó lentamente, el compás del corazón de la chica y su dulce tarareo convirtiéndose en lo único que estaba escuchando.
Yulia: ¿Mejor? - Preguntó débilmente, acariciando su cabello.
Elena simplemente asintió.
Se sorprendió cuando alguien más colocó unas manos sobre sus hombros.
Abrió los ojos.
Era Jennifer.
Jennifer: Te preparé algo de té, Lena - Susurró dulcemente, acariciando sus brazos. La pelirroja sabía por qué lo hacía. Estaba buscando asegurarle que todo estaba bien - Está en la cocina, pero puedo traértelo si quieres…
Elena: No… yo… yo iré a buscarlo - Aseguró levantándose lentamente del suelo, Yulia la siguió. A pesar de que no había derramado ni una sola lágrima durante su ataque, la cabeza le dolía casi tanto como si lo hubiese hecho.
Jennifer: Saldré un rato, Yulia. Quisiera esperar a la madre de Sara afuera… En realidad, jamás me había alejado de mi bebé durante tanto tiempo.
Y a pesar de que, en parte, Lena sabía que aquello era verdad supo, gracias a sus ojos cristalizados, que existían también otros motivos.
Yulia: ¿Hace cuanto tiempo no te sucedía esto, Lenita? - Preguntó mientras acariciaba sus brazos.
Elena: Meses… Supongo que lo que sucedió hoy… Y no lo digo solo por lo de tu madre… Terminó haciendo regresar el ataque con el doble de intensidad.
Yulia: Supongo que… supongo que tendrás que contarle a tu psicólogo de esto.
Elena: En realidad… Dejé de verlo hace unos meses, cuando los ataques terminaron. A Christian no le gustaba que vieran a su “novia” en lugares así. No querían que pensaran que estaba viviendo con una loca.
Las facciones de la morena de inmediato se deformaron.
Yulia: Ese hombre es un estúpido..
Elena: Lo sé - Aseguró abrazando a la ojiazul fuertemente.
La necesitaba. Necesitaba sentirla bajo sus brazos para saber que aquello era real. Necesitaba sentirla para asegurarse de que no seguía en casa de sus padres, con aquel idiota al lado de su cama.
Necesitaba sentirla para mantenerse en control.
Cuando entraron a la cocina, Sara y Allison estaban allí, cada una en extremos diferentes del lugar, mirándose con recelo. Larissa estaba lavando los platos de una cena que seguramente Yulia no había probado, pues había estado demasiado ocupada sacándola de aquel infierno donde vivía.
Yulia: ¿Qué sucede? - Preguntó curiosa al ver a sus amigas de esa forma, presionándose más sobre el cuerpo de Lena, la chica más alta ajustaba su agarre.
Sara: ¡Es Allison! ¡Ella empezó todo!
Allison: ¡Tu querías una respuesta sincera!
Sara: ¡Pero eso fue cruel, Ally!
Allison: ¡Fui cruel porque te amo!
Sara: Pero…
La pelirroja las miraba confundida, no comprendiendo aquella conversación. Larissa, en un rincón, se reía, como si nada de lo anterior hubiese sucedido.
Yulia obligó a Lena a sentarse en un taburete cerca de la encimera. La chica más alta se quejaba débilmente cuando sus cuerpos se separaron. ¿Quién le aseguraría ahora que todo estaba bien?
Le entregó la taza con el té caliente que Jenny había preparado y la miró fijamente a los ojos.
Yulia: Bébetelo -Dijo dulcemente, acariciando sus mejillas - Te ayudará a calmarte… Yo tengo que ayudar a estas dos a resolver sus problemas antes de que se maten… O antes de que lo hagan ellas mismas y terminemos viendo porno lésbico en vivo y en directo en la encimera de la cocina…
La pelirroja rió.
Elena: No me molestaría ver eso - Susurró débilmente, llevándose la taza a los labios.
Yulia solamente sonrió, golpeando juguetonamente su hombro y alejándose lentamente, no sin antes haber depositado un casto beso en sus labios.
Yulia: Bien… ¿Ahora qué sucedió? - Preguntó mirando a sus amigas con un rostro tan serio que Lena casi llegó a creer era verdadero.
Sara: Le pregunté si me dejaría para casarse con Beyonce… Y ella… ella dijo… -La pobre no pudo seguir, pues se echó a llorar desconsoladamente. Yulia salió corriendo a abrazarla.
Yulia: No llores, Sara… Shhh, todo está bien… Allison te ama ¿Bien? Te ama mucho. Tal vez vaya a dejarte por Beyonce, pero estoy segura de que te ama…
Allison: Emmm, Yulia … -La interrumpió, la morena volteó a mirarla con rabia en los ojos. Nadie tenía derecho de herir así a una de sus mejores amigas, ni siquiera su otra mejor amiga.
Yulia: Dime…
Allison: Le dije que no…
Elena abrió los ojos ampliamente y se llevó la taza a los labios, observando la escena como si aquella fuese la mejor película del mundo.
Sara: ¡¿Escuchaste, Yul?! - Chilló - ¡Dejaría a Beyonce sola y desconsolada por mi! ¡Pobre Beyonce! - Lloró.
Allison: Pero amor… -La llamó dulcemente, intentando acercarse.
Sara: No me llames amor. ¡Rechazaste a Beyonce! ¡B-E-Y-O-N-C-E!
Yulia: Eres una idiota, Sara - Murmuró alejándose de su amiga con una sonrisa en los labios. Se acercó a Lena, masajeando levemente su cuello, a lo cual ella respondió cerrando sus ojos y dejándose llevar. En serio necesitaba aquello. Había sido un día bastante difícil.
Habían sido ocho meses difíciles.
Yulia: Que Allison te haya dicho eso es como si… ¡Como si Lena me dijera que me prefiere a mi antes que a Camila Cabello! ¡Sería la gloria!
Elena: En realidad… Camila tiene a Lauren, así que supongo que te prefiero mil veces a ti.
Yulia: Awww, Lena…
Allison: ¿Te gustaría hablar afuera, Sara? - Preguntó repentinamente.
La chica no dijo nada, pero fue detrás de su novia limpiando sus dramáticas lágrimas.
Cuando estuvieron solas, Lena observó aterrada como la madre de Yulia se acercaba a ella y colocaba una mano en su hombro. Elena de inmediato comenzó a temblar.
Yulia: Está bien, Lenita -La tranquilizó, sujetando sus manos. Cuando la pelirroja abrió sus ojos se encontró con la chica arrodillada frente a ella, y respiró hondo cuando la sintió acariciar sus mejillas - Ella no volverá a gritarte ¿Bien? Jennifer habló con ella. Ella solo está herida… Quiere tener una pequeña charla contigo… Tal vez junto a mi padre, que está durmiendo a Vika.
Elena: ¿Van a echarme?
Yulia: No, Lena. No van a hacerlo si hablas con ellos y les cuentas todo lo que sucedió… Incluso podrías dormir conmigo si a mi mamá no le molesta - Aseguró, mirando a su madre al instante.
Larissa: Con la puerta abierta -Permitió.
Yulia: ¿Te parece bien?
Elena simplemente asintió lentamente.
Yulia: Bien -Dijo levantándose, dejando un beso en la parte superior de su cabeza antes de comenzar a salir del lugar - Llamaré a mi padre e intentaré dormir a Vika yo misma. Luego bajaré unos instantes y ayudaré a Jennifer con el pequeño Troy hasta que estés lista… -Abrió la puerta - ¡Oh! ¡Se me olvidaba! - Exclamó riendo - ¿Puedes pasarme un plátano, mamá? Tengo hambre -Dijo en ruso.
Larissa: Claro… -Asintió, buscando una de estas frutas.
Elena: En realidad, se dice banana -Corrigió riendo tímidamente, mirándola fijamente a los ojos.
Yulia: Plátano…
Elena: Yo digo banana -Dijo, encogiéndose en hombros.
Yulia: Yo digo plátano - Imitó.
Elena simplemente necesitó ver sus facciones divertidas, el brillo en sus ojos y su hermosa sonrisa para saber que no podría seguir argumentando contra ella.
Elena: Plátano también -Cedió con una sonrisa.
Estaban demasiado distraídas mirándose y sonriendo por su pequeña y estúpida discusión que la morena no notó que Larissa le había arrojado aquella amarilla fruta, la cual dio contra su cara antes de caer al suelo.
Yulia: ¡Auch! - Exclamó, dirigiendo su mano al lugar golpeado, cerca de su nariz.
Elena simplemente rió estrepitosamente.
Yulia: ¿Qué es tan gracioso? -¿Estaba enojada?
Elena: No lo… no lo sé -Rió-… Pero… - Agregó recobrando un poco la compostura - tu banana está muerta en el piso, mija.
Elena: ¡Es un plátano!
………………
Elenq estaba sentada en el taburete, los padres de Yulia la miraban fijamente desde el otro lado de la habitación mientras que su vista se fijaba en las pulcras baldosas del suelo.
Luego de contarles todo lo que había sucedido, había esperado que los padres de la chica dijeran algo.
Pero se mantenían callados, mirándola.
Larissa fue la primera en romperlo.
Larissa: ¿Tu madre realmente te obligó a hacer todo eso? - Elena asintió-… ¿Desde olvidarte de todo lo que te gustaba y alejarte de tus amigos hasta acostarte con ese idiota? - Lena volvió a asentir.
Jhonathan: ¿Y tu padre…?
Elena: Mamá… ella siempre ha tenido el poder… No podía hacer nada. Si intentaba defenderme mamá me golpeaba… Supongo que estaba protegiéndome de la única manera que sabe hacerlo: apoyando a mamá…
Jhonathan: ¿Y jamás te negaste a nada? ¿Solo… lo hacías?
Elena: Supongo - Contestó elevando sus hombros - Tenía miedo de decir no…Tenía miedo de que algo peor pasara si me negaba.
Silencio.
Larissa: ¿Cómo podemos volver a confiar en ti, Lena? ¿Como nos aseguraremos de que no te marcharás de nuevo y volverás a romper el corazón de nuestra niña?
La pelirroja lo pensó silenciosamente unos minutos.
Elena: No puedo asegurarlo -Sentenció- Nada es seguro en esta vida, señora Volkova… Pero pueden confiar en que la amaré. Mucho. Más de lo que cualquiera podría amarla… Lo que voy a decirles ya su hija lo ha escuchado, pero no me molestará decírselos a ustedes - Suspiró -… No soy la chica perfecta para Yulia Volkova ¿Bien? Existen muchas mejores, pero ellas son perfectas y ya. No tienen que esforzarse… Yo, en cambio, intento ser lo suficientemente buena como para merecerla… Tal vez miles de chicas en este mundo son perfectas para Yulia Volkova… Pero jamás ninguna intentará como yo, ser lo suficientemente buena.
Supongo que fueron estas palabras lo que los hizo ceder.
No es como si las cosas estuviesen completamente bien… Pero estaban mejor que antes.
Cuando los padres de la morena terminaron de establecer las reglas de la casa, mucho más estrictas que las anteriores, Lena pensó que era tiempo de retirarse.
Fue entonces cuando la voz de Jhonathan la detuvo.
Jhonathan: Una última cosa -Dijo- ¿Fuiste tú quien hizo esas marcas en el cuello de mi hija?
………….
Elena sonrío ampliamente cuando, al salir, lo primero que sintió fueron los brazos de Yulia envolver su cuerpo y su respiración contra su cuello.
Yulia: Dime que no fueron extremadamente crueles…
Elena: En realidad -Respondió-, creo que ellos traspasaron esa barrera -Se burló - Pero tranquila, puedo manejar las amenazas de tu madre con cortarme los pechos y azotar mi trasero si vuelvo a lastimarte…
Yulia: A veces creo que mis padres siguen creyendo que tengo cinco años - Sentenció mirándola a los ojos, y un puchero se formó en sus labios. Lena no pudo evitar besarla unos segundos.
¡Era su culpa por ser tan adorable!
Elena: ¿Qué sucedió con SAlly? ¿Sigue en pie mi amado ship?
Yulia: SAlly va rápido. Es lo único que diré - Contestó, lo cual confundió a Lena más de lo normal-… Eso y que no entres al sótano…
Elena: Lo siento, Yul… No entiendo lo que…
Yulia: Quiero decir que Allison y Sara están teniendo una intensa reconciliación en el sótano - Aclaró pacientemente, rodeando la cintura de la pelirroja con sus brazos y depositando delicados besos que recorrían su mandíbula y su cuello-… ¿Sabes? El pequeño Troy se durmió hace quince minutos, y Jennifer no tardóo en seguirlo. Mis padres duermen al otro lado de la casa, y realmente necesito una ducha ahora - Susurró seductoramente.
Elena tragó saliva.
Elena: ¿Que quieres decir con esto, Yul? - Preguntó con dificultad, sintiendo a su piel erizarse cuando los labios de la chica se posaron en la piel de su cuello durante unos segundos antes de comenzar a morderlo levemente.
Yulia: Quiero decir que tuvimos un día difícil - Explicó acariciando sus brazos, permitiendo a sus manos vagar lentamente hasta su trasero, tomándolo con posesividad - Y que una buena ducha nos vendría bien a las dos… Al mismo tiempo, ya sabes, para ahorrar agua… Y bien, supongo que te hice algo de caso y busqué algunas cosas en internet mientras estaba en la biblioteca. Ayer fue tu turno, Katina… Hoy me toca a mi.
……………….
Yulia había cerrado su ventana con seguro y cerrado las cortinas por si al estúpido de Christian se le ocurría mirar a través de ella y darse cuenta de que su ex-prometida estaba allí. Lena la había observado ansiosa mientras buscaba una camisa ancha para ella, ya que el equipaje de ella estaba repleto de ropa tan cómoda como zapatos hechos con clavos. Según Yulia no era necesario usar brasier (¡¿Quién diablos utiliza brasier para dormir?!) y las bragas sería algo que no necesitaría mientras usara esa larga camisa.
“Además, estoy segura de que, si te las pones, terminarás perdiéndolas a mitad de noche” Había asegurado Yulia.
Y, aunque los padres de la morena habían prohibido el sexo entre ambas mientras ellos estuviesen allí, a Lena le gustaba portarse mal de vez en cuándo…
Yulia: Bien, eso es todo - Sentenció tomando dos camisas anchas. Una negra y una rosa con el rostro de un elefante sonriente. Lena casi rezó porque la suya fuese la negra - Ahora, al baño.
Elena Katina jamás se había sentido tan impaciente por tomar un baño.
………..
Elena solo podía aferrarse fuertemente a los hombros de Yulia mientras esta paseaba sus manos por sus glúteos y dejaba marcas en su clavícula. Se sentía desfallecer cuando sus sexos se rozaban, y el agua golpeaba sobre su piel logrando volver más erótico el momento.
Ahogó un gemido cuando Yulia descendió lentamente hasta sus pechos, llevándose uno de sus pezones a la boca.
Tenía que liberarse de alguna forma.
Sentía la necesidad de gritar, pero no podía, porque eso posiblemente alertaría a los padres de la menor y las harían salir de inmediato.
Si hay algo más torturante que estar limitado durante el sexo es no poder terminarlo.
Mordió la piel de su muñeca, buscando se esta forma ahogar sus gritos mientras Yulia lentamente descendía por su abdomen hasta quedar completamente arrodillada en el suelo, las baldosas frías de la pared chocando con la espalda de la pelirroja.
Elena: ¿Qué… qué vas a hacer? - Jadeó mientras Yulia trazaba la forma de sus piernas con sus dedos, besando partes de ellas lentamente, de vez en cuando dedicándose a morder.
Yulia: Creo que lo sabes, Katina… ¿Leíste “Fifty Shades Of Grey”, cierto?
“Dos veces” Quiso responder, pero lo único que logró salir de sus labios fueron gemidos ahogados cuando Yulia hundió sus dientes en la piel de sus muslos y comenzó a morderlos hasta llegar peligrosamente cerca de su entrepierna.
Sus músculos temblaban. Su centro palpitaba dolorosamente. Hacía calor. Si Yulia no hacía nada en ese momento era capaz de hacerlo incluso ella misma aunque no supiera exactamente como.
Mordió la palma de su mano intensamente cuando sintió a sus labios depositar un beso allí. Y luego otro, y otro, cada vez más duraderos.
Elena: Por favor, Yul - Suplicó entre gemidos.
Yulia simplemente sonrió entre sus piernas y pegó sus labios a su centro, permitiéndole a su lengua vagar por cada rincón de éste y mordiendo levemente de vez en cuando.
Elena gemía sonoramente, y sinceramente ya no podía contenerse. ¿Qué mierdas importaba si las descubrían? ¡Aquella era la sensación más placentera del mundo!
La pelirroja llevó sus temblorosas manos al cabello de Yulia, sujetándolo y acercando su centro a la boca de la chica mucho más que antes. Su lengua hacía estragos lentamente.
Elena: Mierda… Yul… Yul, por favor no pares…
Yulia: Sabes muy bien, Katina - Susurró alejándose un poco, para luego retomar la tarea y comenzar a penetrar a la pelirroja con su lengua tan lentamente que casi sintió ganas de llorar.
Elena: Yul… mmm… por favor, Yul… - Suplicó.
Yulia aceleró lentamente sus movimientos con su lengua. Los gemidos de Lena intensificaron su sonido con cada segundo que pasaba.
La morena llevó sus manos al trasero de Lena e impuso su cuerpo hacia adelante, su cabeza y su centro casi fusionándose con el acto.
Elena: Creo que… yo creo que… -Gimió.
Yulia pareció comprenderla, pues, a los eróticos movimientos de su lengua añadió uno de sus dedos, y luego otro y otro, hasta que finalmente Lena estalló en placer gimiendo el nombre de Yulia. El ruido del agua cayó sobre sus cuerpos apaciguando sus gritos. Yulia se levantó rápidamente para sostenerla, ya que sus piernas parecían haberse rendido con esta tarea.
Elena: Eres… eres tan… - Intentó murmurar, pero lo sucedido anteriormente la había dejado sin palabras.
Yulia: Si te cuento un secreto… Ni siquiera terminé de leer el libro. Llegué al capítulo diecisiete…
Elena: Mierda - Jadeó - Tienes que terminarlo… Es más, quiero que leas la trilogía completa.
_______________________________________________
CONTINUARÁ...
Fati20: Tus deseos fueron cumplidos
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
A katina4ever le gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_______________________________________________
Había transcurrido poco más de una semana.
Yulia no podría haberla llamado perfecta, pues eso estaba muy alejado de la realidad, pero tampoco había sido completamente mala.
Christian había intentado entrar a su casa unas cuantas veces, Arthur y los del coro llegaban de inmediato a rescatarlas. Incluso debieron llamar a la policía una vez cuando las cosas se pusieron realmente violentas.
Para resumir lo sucedido, las chicas habían salido a dar un corto paseo y al regresar se encontraron con Christian, que debía de estar regresando de alguna de las casas de las muchas chicas fáciles de los alrededores. El hombre de inmediato las miró con ira y corrió tras ellas, logrando alcanzar a Lena casi al instante. Estaba a punto de meterla en su auto cuando Jhonathan salió de casa y comenzó a golpearlo con un viejo sartén, logrando que ambas se refugiaran dentro antes de que el hombre volviese a seguirlas. Pero no fue suficiente. Cuando Jhon logró entrar y les ordenó cerrar todas y cada una de las puertas y ventanas del lugar, Christian, completamente desesperado, comenzó a golpear la puerta y amenazó con utilizar un arma si era necesario. Fue entonces cuando Yulia llamó a la policía. El idiota se ganó una noche en la fría estación.
Intentó acercarse un par de veces más, por supuesto, porque no era uno de esos que suelen rendirse fácilmente, pero sorpresivamente, el sábado, cuando se lo encontraron cara a cara luego de una larga cita con el nuevo psicólogo de la pelirroja, el hombre simplemente se dio vuelta, entró a su auto y se marchó como si realmente no las hubiese visto.
El lunes, Lena había ido a la biblioteca a solicitar empleo. Según ella, no quería sentirse como una inútil que solo asistía a clases de fotografía porque pensaba que tenía un poco de futuro con eso.
Demetria la había contratado de inmediato, indicándole que aquella sería su semana de prueba. La morena se ofreció de inmediato a ayudarla en el proceso de aprendizaje a lo que su jefa aceptó, no sin colocarles antes la condición de “ningún tipo de trato demasiado afectivo en horas laborales”.
El martes, cuando Demetria la vio llegar junto a Lena, le dijo tiernamente que jamás la había visto llegar de tan buen humor al trabajo.
Y fue así como llegó el miércoles…
Yulia se despertó gracias al sonido del despertador.
No se molestó en buscar a Lena a su lado porque sabía que la chica ya habría bajado a la cocina para prepararse algo de espumoso café y resolver unos cuantos crucigramas.
No era como si le gustara despertarse sola, pero era agradable saber que Lena volvía a ser ella misma. Volvía a ser la chica que se levantaba temprano y seguía su estructurada rutina. La chica que podía resolver un crucigrama en diez minutos y disfrutaba de la soledad. La chica que vestía ropa oscura. La chica que se reía de sus estupideces. La chica que amaba…
Se levantó lentamente, restregándose los ojos, y corrió a darse una ducha. Se colocó de inmediato unos pantalones y la camisa amarilla del uniforme, junto con unos tenis y un lazo blanco. Intentó también cubrir las grandes marcas que la pelirroja había dejado en su cuello la noche anterior, sin mucho éxito.
“Ahora tendré que escuchar “la charla” por tercera vez, Katina. Gracias”
La primera vez que había tenido que escucharla había sido justamente la primera noche en la que Lena se había quedado allí, cuando sus padres descubrieron marcas descomunales en el cuello de la chica, al igual que en sus brazos… Tuvo suerte de que no pudieran ver sus piernas y su estómago, porque se habrían horrorizado. Le hablaron sobre orgasmos, sexualidad y otras cosas durante al menos una hora, hasta que estuvo lo suficientemente sonrojada y avergonzada para ellos.
La segunda vez fue cuando las encontraron en una situación bastante comprometedora (Con “comprometedora” me refiero a Yulia al borde del orgasmo) sobre el sofá del salón.
Larissa y Jhonathan habían comprendido que prohibirles el sexo no funcionaría en nada, así que solamente les pidieron que lo mantuvieran entre las cuatro paredes de la habitación de Yulia y se dieran el esfuerzo de cerrar la puerta antes.
Bajó lentamente, intentando no hacer ruido. Quería sorprender a Lena.
Supo que no lo había logrado cuando resbaló justamente en el último escalón y su trasero golpeó estrepitosamente el suelo.
Cuando entró en la cocina, caminando torpemente y con una mano en sus nalgas adoloridas, se encontró a Elena riendo débilmente, vestida con el uniforme de la biblioteca, sus crucigramas hechos a un lado y su taza de café a medio beber sobre estos.
Elena: Buen día - Saludó débilmente, sin poder parar de reírse.
Yulia: No te rías… Pude haber muerto allí.
De inmediato, las facciones de la pelirroja se deformaron y sus ojos, ese día verdes, empezaron a cristalizarse, Yulia comprendió al instante que se había tomado esto en serio.
Yulia: Estoy bromeando, amor - Aclaró.
Elena: No lo veo gracioso - Susurró enojada, cruzándose de brazos y mirándola fijamente a los ojos, como una pequeña niña malcriada.
Yulia: ¡Oh, vamos! ¡No te enojes! - Suplicó -… ¿Sonrisita? - Intentó mientras se acercaba a ella, mostrando una gran sonrisa.
Elena: No - Se negó.
Yulia: Por favor -Pidió, acercándose un poco más.
Elena: No…
Yulia: Si lo haces tal vez podrías tocar mi trasero… Ya sabes, acabo de caerme, me duele y necesito que alguien lo acaricie por mi mientras bebo algo de jugo de naranja…
La sonrisa que en esos momentos se dibujó en los labios de la pelirroja fue casi mágica.
Yulia: Eres una pervertida - Susurró antes de depositar un corto beso en sus labios, sirviéndose algo de jugo en un vaso- ¿Qué? ¿No piensas hacerlo?
La pecosa simplemente asintió rápidamente, aun sonriendo, sujetando las piernas de Yulia para acercarla a la mesa y luego usando la misma mano para acariciar tiernamente su trasero adolorido, mientras que con la otra tomaba su taza de café y daba un largo trago antes de comenzar un nuevo crucigrama.
Yulia sonrío al verla de esta forma, tan ajena al mundo, acariciando su trasero mientras su mente le daba las respuestas de aquellos complejos acertijos que a ella le habría tomado años descifrar.
Soltó un chillido bajo cuando sintió la mano de la chica de la ventana deslizarse bajo su pantalón y seguir con el trabajo, ahora en contacto con la piel de la zona.
Yulia: Lena - Murmuró, comenzando a sentir como corrientes eléctricas viajaban por todo su cuerpo con solo esta acción - Lena, mis padres entrarán en cualquier momento…
Pero la pelirroja estaba demasiado ocupada en su crucigrama como para prestarle atención a sus advertencias.
Elena: El Taj Mahal - La escuchó susurrar mientras escribía la respuesta en la quinta columna horizontal.
Realmente no parecía darse cuenta de las acciones de su mano.
Lo supo cuando sintió como, lentamente, sus caricias se convertían en bruscos agarres que, a pesar de que eran endemoniadamente placenteros, necesitaba detener.
Fue entonces cuando su madre entró a la cocina.
Fue su tercera charla.
……………
Al llegar a la biblioteca las chicas de inmediato fueron asignadas a reorganizar las estanterías de la sección infantil.
Era un trabajo difícil, porque los niños realmente no son para nada ordenados, ni siquiera en la biblioteca.
Elena: Jamás me gustó “Ricitos de Oro” - Dijo señalando el pequeño libro que, el día anterior, algún niño había dejado tirado en el suelo, cerca de una mesa tan pequeña que ni Jennifer habría podido sentarse allí-… Es decir, los osos no hablan ni preparan avena… Y duermen en cuevas, no en casas en medio de bosques…
Yulia: Es solo una historia, Lena - Comentó dulcemente, acariciando sus hombros antes de tomar una edición a color de “Peter Pan” y colocarla en su sitio- En las historias los escritores pueden lograr que todas las cosas hagan lo que ellos quieran…
Elena: Pero los osos no hablan…
Yulia: No en la vida real, Lena. Pero el escritor de esta historia deseaba fervientemente que los osos hablaran, así que creó un mundo donde pudiesen hacerlo… ¿Comprendes?
A veces sentía que le estaba hablando a una niña pequeña.
Una muy atractiva y sexy niña pequeña…
“¡Eso es pedofilia, Volkova!”
Elena: Es como… ¿Podría hacer que Lauren y Camila tuviesen muchos hijos?
Yulia: Por supuesto…
Elena: ¿Y podría hacerlas volar?
Yulia: Si eso quieres…
Elena: ¿También podría quitarle a Lauren todos los piercings y a Camila todos sus tatuajes y hacerlas pasar por agentes secretos del gobierno…?
Yulia: O podrías convertir a Camila en una sexy directora de empresa adicta al poder y la dominación que tiene un helicóptero, un cuarto rojo y… Lo siento, me dejé llevar… El punto es que, entre letras, tu tienes el poder de todo lo que sucede, Lena…
Elena: ¿También es posible escribir una historia sobre dos chicas que se conocen a través de una ventana y envejecen junto a cinco hermosos hijos?
Yulia: Es posible - Aseguró con una sonrisa, entrelazando sus meñiques como cuando apenas estaban empezando a conocerse - Pero realmente preferiría vivir esa historia…
Estuvieron algunos minutos más en aquella sección, intentando colocar en orden todo aquel caos, cuando Vanessa se les acercó dando pequeños saltitos.
Vanessa: ¡Yulia! -Chilló-, acercándola a ella y rodeándola con sus brazos- ¡Tengo algo importante que contarte!
Yulia: Bien -Dijo mientras se alejaba. Lo cierto era que, aunque se negara, Vanessa terminaría contándoselo -, pero antes necesito presentarte a alguien… - Agregó, sujetando la muñeca de Lena y acercándola a su cuerpo - Vanessa, ella es Elena, mi…
¿Qué eran?
Es decir, vivían juntas y todo eso, pero desde que habían vuelto a verse no habían hablado de noviazgo ni nada por el estilo.
Elena: Soy su novia -Dijo de inmediato, rodeando la cintura de Yulia con posesividad y acercando sus cuerpos bruscamente.
¿Lo eran?
Sí, por supuesto que lo eran. Realmente, nunca habían dejado de serlo. Su relación solo había decidido estar en pausa durante un tiempo.
La morena sonrío dulcemente cuando sintió las inconscientes caricias de las manos de Lena cerca de sus caderas.
Vanessa: Un gusto, Lena…
Elena: Se que intentaste seducir a mi novia, y además casi tuviste sexo con ella…
Yulia no se lo esperaba. Aquello había sido realmente directo.
Elena: No voy a impedirles que hablen, pero no quiero que vuelvas a acercarte a ella con estas intenciones… Tampoco quiero que la abraces o la toques. No confío en ti.
Vanessa: No sabía que te gustaran las posesivas, Yulia… -Se burló mirándola fijamente. La menor se sonrojó de inmediato.
Yulia: Me gusta Lena - Aseguró mientras sus mejillas ardían - Y si ella es posesiva supongo que me gusta esto de ella - Afirmó, lo cual hizo que la más alta lograra relajarse un poco. Solo un poco.
Vanessa: Bien… ¿Crees que ya podemos hablar? En serio necesito decirle esto a alguien - Aseguró, exhibiendo una enorme sonrisa - Puedes quedarte si quieres, Lena - Agregó intentando fijar su mirada en sus ojos, Yulia sabía que no lo lograría.
A veces se sentía bien con la incomodidad que tenía Lena de mirar a las personas directamente a los ojos. La hacía sentirse especial, pues ella podía hacerlo.
No muchas personas podían disfrutar directamente de la hermosa belleza de los ojos de la chica de la ventana.
Yulia: Habla rápido… Aun nos falta ordenar la sección de adultos…
Vanessa: ¡Christian me pidió que me fuera a vivir con él a su nuevo departamento! ¡Y me dijo que me ama, Yulia! ¡Me ama! - Chilló, completamente desesperada. Su sonrisa cada vez se volvía tan grande que Yulia temió que su rostro no fuese suficiente para abarcarla.
Yulia: Eso es… muy bueno.
La morena sentía lástima por ella. Se había enamorado de un idiota.
Vanessa: ¡Mira! ¡Nos tomamos esta foto ayer antes de que él comprara el lugar! -Le mostró emocionada, sujetando su celular frente a su rostro. Ambos se veían felices, era cierto, pero Yulia supuso que el chico era un buen mentiroso.
Elena: Ese idiota - Murmuró apretando su agarre en la cintura de su novia.
La morena se abofeteó internamente. Se había olvidado de contarle a la chica sobre la nueva relación que mantenían su ex-prometido y Vanessa, y ahora su cintura lo lamentaba.
Vanessa: Ya casi cumplimos tres semanas -Dijo en un suspiro.
Por supuesto Christian había comenzado a salir con la chica incluso aun estando con Elena, porque eso es lo que hacen los idiotas.
En su cintura, Yulia sentía los dedos de Elena aferrarse fuertemente a ella, como si fuese lo único que la detuviese de salir corriendo.
Pero tal vez su cintura era demasiado pequeña, o la camisa no le permitió el contacto que necesitaba, porque antes de que la ojiazul pudiese evitarlo, Lena salió corriendo de allí.
Vanessa: ¿Qué le sucede?
Elena: Ese idiota iba a casarse con ella…
…………..
Yulia sabía a donde iría su novia.
También sabía que, aunque su corazón nuevo funcionaba de maravilla, aun no estaba acostumbrado a correr largas distancias, así que entró a su auto y se dispuso a alcanzarla. No tardó más de cinco minutos.
Logró que subiera al auto luego de unos largos diez minutos, prometiéndole que la llevaría a donde quería, aunque ella no estuviese de acuerdo. Lena lo hizo mientras intentaba recuperar el aire perdido.
Elena: Promete que no intervendrás…
Yulia: Lo haré solo si es necesario, Elena… - Aseguró.
Elena: ¿Qué cosas entran a la lista de “momentos necesarios para intervenir”?
Yulia: Que él se atreva a tocarte.
……………..
Yulia observaba a la pelirroja tocar la puerta de la casa de sus padres con furia. Estaba tensa, podía percibirlo, pero no se atavía a obligarla a dar vuelta e ir a casa para tranquilizarse.
Si Lena sentía que debía estar allí, la acompañaría. Más tarde tendrían tiempo para hablar.
Inessa fue quien abrió la puerta, sorprendida al ver a su hija allí.
Inessa: ¿Qué haces acá? - Preguntó sin expresión, mirándola fijamente. No parecía haber notado la presencia de la morena allí.
Elena: Necesito hablar con Christian -Dijo.
La cara de la señora Katina se iluminó más que un árbol de navidad al escuchar aquel odioso nombre salir de los labios de su hija.
Inessa: Tienes suerte - Sonrió - Ya estaba por irse… Decidió mudarse. Dice que te extraña, y todo esto le recuerda a ti.
“Si, claro, y yo nací ayer y me chupo el dedo” Pensó Yulia… Y sí, se chupaba el dedo, pero solo de vez en cuando, al tener pesadillas ¡Pero eso no tenía nada que ver!
Lena entró rápidamente a la casa sujetando a Yulia del brazo. Inessa estaba demasiado embobada con la situación como para notar su presencia allí.
XX: Lena…
La voz era ronca. Posesiva.
Quería golpearlo.
Quería golpearlo hasta que sus nudillos sangraran, e incluso tal vez después de eso.
Elena: Contigo quería hablar - Murmuró entre dientes.
El hombre estaba sentado en un sillón, mirando un programa de televisión donde una sexy chica hablaba en un idioma que no podía entender.
Christian: No esperaba verte acá - Murmuró con una sonrisa que Yulia deseó borrar con un puñetazo.
Esperó que Lena contestara. Que lo insultara o algo mucho peor.
No esperaba que su novia lo tomara de la camisa, lo levantara del sillón y lo hiciera chocar contra una pared.
El hombre, por supuesto, era mucho más fuerte que ella y podría haber hecho algo para evitarlo, pero había algo en su mirada… Algo en su mirada que demostraba entendimiento.
Elena: Ocho meses - Gruñó - Perdí ocho meses de mi vida a tu lado, idiota. Durante ocho meses vestí estúpida ropa de prostituta para ti y comí solo la miserable ración de comida que me permitías. Durante ocho meses dejé que me tocaras como si fuese masa para moldear. Durante ocho meses asistí a clases virtuales que odiaba, y fui al gimnasio hasta que ya no podía caminar. Durante ocho meses fui contigo a estúpidas fiestas y te vi entrar a distintas habitaciones con tus putas… ¡Me humillaste durante ocho meses, Christian!
Inessa: ¡Elena! ¡¿Qué haces?! - Preguntó al llegar, asombrada al ver la situación - No le hagas eso. El pobre ha sufrido mucho por ti, hija…
Yulia: Lamento ser irrespetuosa, señora Katina, pero creo que Elena tiene un par de cosas que decirle a este hombre, así que será mejor que haga silencio…
Inessa: Cállate, estúpida lesbiana…
Yulia: Tuve las mejores calificaciones de mi curso, señora Katina - Informó - Así que realmente no puedo ser una estúpida.. Por otra parte, que me llame lesbiana no me ofende. Créame, aprendí a aceptarme hace ya mucho tiempo.
La voz del hombre interrumpió la discusión.
Christian: Lena…
Elena: ¡Cállate idiota!… ¡Me quitaste mi virginidad, Christian! ¡¿Para qué?! ¡¿Para qué ahora te vayas con esa perra?!¡Perdí la única cosa que en verdad valoraba de mi misma contigo, Christian! ¡Me la quitaste! ¡Y a ti te vale una mierda! ¡Te vas con esa estúpida a seguir tus juegos! ¡Me obligaste a entregarme a ti! ¡Y mientras estabas conmigo te acostabas con otras!… ¡Estoy enojada contigo! ¡Estoy enojada porque había muchas más en el planeta, y justamente me escogiste a mí, la chica que guardaba su virginidad como un tesoro! ¡La chica que quería entregarse por primera vez a alguien que la amaba y no a un idiota como tú!… Y lo peor es que no pudiste valorar esto.
Yulia conocía a Lena y sabía que no estaba celosa de Vanessa. ¿Quién lo estaría? Era Christian, el idiota más grande en el mundo de los idiotas… Ni una chica desesperada por amor lo desearía.
En realidad, como lo había dicho, la morena sabía que Lena estaba enojada.
Enojada porque Christian le había arrebatado algo importante a la fuerza y ahora se marchaba con otra chica. Estaba enojada porque pudo haber tenido miles de chicas más, pero él se decidió por ella para al final terminar tratándola como basura.
Elena: Vámonos Yul - Susurró con las manos temblorosas, acercándose a ella.
Yulia: Espera - Susurró acercándose al hombre. Era alto, mucho más alto de lo que había sido Troy, e intimidante también - Alguien necesita recibir su merecido…
Se marcharon luego de que la rodilla de Yulia impactara fuertemente en la entrepierna del hombre.
…………..
Al mediodía, en el café, Sara, Jennifer, Allison, Yulia y Lena se reunieron tal y como habían acordado el día del reencuentro. El pequeño Troy descansaba apaciblemente en su cochecito.
Sara: No puedo creer que lo golpearas justo allí - Comentó, encantada con la historia.
Elena: Yo tampoco - Agregó su novia mientras acariciaba sus brazos tiernamente, haciéndola sonreír-… Cuando volvimos a casa el aún estaba gritando de dolor - Rió - Al parecer Yul tiene más fuerza de la que creemos.
Yulia: En realidad - Murmuró con una sonrisa- creo que tú ya sabes, hace mucho cual es mi fuerza…
Jennifer: ¡ Yulia! ¡No quiero que cuentes tus experiencias sexuales de nuevo! ¡El miércoles pasado Troy no durmió absolutamente nada, y estoy segura de que no lo hizo porque tus relatos pasados de tono le dieron pesadillas!
Sara: O no lo hizo porque estaba demasiado ocupado pensando en la bebé que conoció en el parque ese mismo día…
Jennifer: No me hables de ella… ¡Debe de tener unos seis meses más que él! ¡SEIS MESES! ¡Por Dios, Sara, es una anciana para él! ¡Y lo estaba mirando como si fuese… no sé… el pecho de su madre!
Elena: ¿No crees que estás exagerando un poco, Jenny?
Jennifer: Oh, no, por supuesto que no. El día que vuelva a ver a esa niña le arrancaré cada uno de sus cabellos YO MISMA… Y luego iré con el sacerdote de mi iglesia para arrepentirme por mis pecados… ¡Pero es que él es mi bebé!
Sara: No sé cómo harás cuando lo lleves a la guardería el lunes, Jenny…
Jennifer: No me hables de eso. Estoy paranoica… Es decir, quiero volver a ayudar a mi padre en el hospital y todo eso, pero… mi bebé…
Yulia: Todo estará bien. Estoy segura de que sabrán cuidarlo en ese lugar… Además, no es como si los otros bebés fuesen a comérselo ni nada de eso. ¡Los bebés ni siquiera tienen dientes!
Jennifer: Nunca confíes en los bebés, Yulia Volkova - Susurró seriamente - Y mucho menos si huelen a pañal sucio.
Yulia: Bien, lo tomaré en cuenta para cuando decida tener hijos…
Sara: Espero que cuando los tengas sean de Elena, porque si no estaré muy decepcionada del YuLena…
Elena: Y yo espero que tengas unos quince hijos con Allison antes de que cumplas los treinta, porque si no me sentiré de la misma forma… - Susurró, uniéndose a la conversación y entrelazando su mano con la de su novia.
Yulia sonrió.
No era como si quisiera hijos en ese momento. Tenía dieciocho, aún faltaban algunos años para eso.
Pero los quería. En algún momento lejano, pero los quería.
Y no se podía imaginar dando a luz con alguien más a su lado que Elena Katina.
Sara: Bien. Acepto…
Jennifer: No sabes en lo que te estás metiendo, Sara Hansen. Créeme, con uno es suficiente.
Sara: Cállate, Jen…
La morena solamente sonrió ante la estúpida discusión y recostó su cabeza en el hombro de la chica de la ventana.
Elena: ¿Los tendrías tu o yo? - Preguntó repentinamente en un susurro. Yulia comprendió que la pregunta era para ella.
Yulia sonrió y desvió su mirada de Sara y Jennifer, que seguían en su pequeña discusión, para mirar fijamente los ojos de su novia, tan verdes que pocos los habrían considerado reales y besó su nariz tiernamente.
Yulia: No lo sé - Contestó encogiéndose de hombros - Podríamos turnarnos si quieres…
Elena: Bien - Sonrió.
Yulia: Bien.
Jennifer: Sara… -Las chicas voltearon sus miradas hacia la pequeña que había hablado demasiado alto como para ser ignorada- ¿Por qué Allison está tan callada?
Era cierto. La chica estaba mirando al vacío, con sus manos temblorosas sobre la mesa.
Sara: Supongo que es por el lugar en donde están mis dedos ahora mismo - Contestó pícaramente, volteando a ver a su novia y depositando un corto beso en su mejilla.
Yulia: ¡Sara! - Chilló.
Jennifer: Por Dios Sara, arrepiéntete de tus pecados…
Silencio.
Elena: ¿Pueden explicarme, chicas? No lo entiendo…
La pelinegra se acercó al oído de su novia y susurró un par de cosas rápidamente, uniendo sus meñiques.
Elena: ¡Sara!
_______________________________________________
CONTINUARÁ...
Les deseo todo lo mejor en este 2022 que ya está casi aproximándose. Que este año nuevo esté repleto de muchas cosas buenas. Que el COVID-19 desaparezca por completo y que brillemos siempre con la misma alegría que nos ha mantenido vivos a través de los años.
Abrazos y FELIZ AÑO 2022!!! 🥳🥳🥳🥳
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Feliz Año Nuevo también y que haya bendiciones para ustedes y sus familias ... qué todos sus objetivos se cumplan.
Elena Sonda- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/12/2019
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_______________________________________________
Elena despertó bastante temprano el domingo, con una sonrisa en su rostro al ver a Yulia dormir sobre su pecho mientras chupaba su dedo. La chica había tenido una pesadilla la noche anterior.
No había sido realmente mala, pues solo había caído por unas escaleras, pero había sido lo suficientemente aterrador como para no permitirle dormir a la pequeña durante un buen rato, en los cuales Elena la mantuvo abrazada, tarareando dulces canciones de cuna.
Lena sonrío al recordarlo.
Por un momento dejó de ser la chica débil con ataques de pánico que necesitaba de sus manos para sentirse en control y pasó a ser la novia protectora que abrazó a su temerosa novia en medio de la noche. Y se sintió bien. Se sintió bien saber que podía hacer algo más que chasquear los dedos y acurrucarse en un rincón.
Suspiró.
Se veía hermosa durmiendo, aun con el cabello enredado e incluso con un pequeño hilo de saliva descendiendo por su labio.
Tal vez así se veían los ángeles de los que tanto le hablaba su madre cuando era pequeña.
Besó su frente dulcemente y acarició sus mejillas. Una sonrisa involuntaria apareció en el rostro de su novia, antes de salir de la cama.
Fue al baño, se cambió de ropa, bajó por las escaleras y entró a la cocina, donde comenzó a resolver crucigramas mientras desayunaba, como todos los días desde que vivía en aquel lugar.
Había intentado irse a vivir con Jennifer, o alquilar un departamento lo suficientemente barato como para poder pagarlo, pero los padres de Yulia se habían negado. Al parecer, a pesar de que a veces las encontraban en situaciones un tanto subidas de tono, les gustaba tenerla allí.
Se tomó sus variadas medicinas y se colocó la insulina antes de subir junto con dos nuevos crucigramas completados.
Cuando entró a la habitación, la morena aún estaba plácidamente dormida.
Entró a la cama de nuevo, rodeando su cintura con sus brazos, sintiendo a su novia suspirar en medio del sueño.
Comprobó con la mirada que la puerta estuviese cerrada, y al asegurarlo simplemente sonrió y comenzó a depositar tiernos besos sobre las mejillas de su novia, bajando lentamente hasta su cuello.
Yulia se removió entre sus brazos.
Yulia: mmm… ¿Elena? ¿Eres tú? - Preguntó con voz rasposa debido al sueño.
Elena: ¿Esperabas a alguien más? - Preguntó divertida, dirigiendo sus labios a su mandíbula, dejando sutiles mordiscos en la zona. Su novia dejaba escapar débiles risitas.
Yulia: No… realmente no - Susurró, moviendo su cuello ligeramente para que Elena tuviera más acceso a él - En realidad - Agregó luego de unos minutos, alejándose un poco para mirarla a los ojos. Lena suspiró - Ni siquiera esperaba encontrarte a mi lado al despertar - Confesó acariciando sus mejillas con una sonrisa, Lena se sintió decepcionada de sí misma. Yulia realmente nunca la esperaba a su lado en la cama. Yulia sabía que no estaría - Es decir, siempre te encuentro desayunando en la cocina, haciendo un crucigrama… Y está bien, me gusta que sigas tu rutina. Que seas tú misma… No pongas esa cara, amor. Ya te dije que está bien. Te amo, y no necesito despertar todos los días a tu lado para saber que lo haces también. Solo necesito verte suspirar como hace algunos segundos, o escucharte llamarme “Yul”, o besarme…
Elena: Pero yo… yo… -Intentaba hablar, pero un nudo se había formado en su garganta - El punto es que ambas seamos felices en esta relación, Yul. No solo yo. No me importaría salir un poco de mi rutina por ti, amor… Si quieres que despierte a tu lado solo dímelo y me quedaré junto a ti, pero tienes que decírmelo. Recuerda que no soy buena en eso de adivinar cosas… ¿Bien?
Yulia: Bien… -Dijo con una sonrisa que Elena imitó. Le encantaba verla sonreír, sobre todo si sabía que ella era el origen de esta sonrisa - Ahora, como estamos empezando en esto de la comunicación, quiero que sigas con lo que estabas haciendo antes…
Elena simplemente rió levemente y negó con su cabeza.
Elena: ¿Qué te parece si mejor desayunas y luego damos un paseo por el parque?
Yulia: No, definitivamente no -Se negó con una sonrisa, levantándose lentamente de la cama para ir al baño- Bajaré a desayunar y luego subiré… Espero encontrarte completamente desnuda, Katina, porque si no tendré que azotarte.
Elena: Creo que has leído “Fifty Shades Of Gray” más de lo que deberías, amor -Se burló.
Yulia: Pero es que Gray es tan sexy en su faceta de hombre dominante y posesivo - Suspiró, perdiendo de esta forma la poca seriedad que había tenido la conversación - Pero te hablo en serio, Lena - Agregó abriendo la puerta - Realmente quiero encontrarte desnuda cuando vuelva…
…………
Una hora más tarde Elena se sentía en medio de un sueño mientras miraba el techo e intentaba recobrar la respiración. Una sonrisa decoraba su rostro.
Elena: Eres increíble - Jadeó mientras Yulia retiraba sus dedos de su interior lentamente y los llevaba a su boca, limpiándolos de esta forma. Lena supo al instante que jamás podría cansarse de ella. Sencillamente la amaba. Realmente lo hacía.
Yulia: Lo sé -Se burló, recostándose a su lado, acariciando la enorme cicatriz entre sus pechos, por la cual sus corazones habían sido extraídos una y otra y otra vez. Por alguna razón, la morena, cada vez que la veía, solía besarla y decirle a Lena cuan perfecta era.
Aquella vez no fue la excepción.
Elena: La próxima vez será mi turno - Notificó con una sonrisa cuando la pelinegra dejó de recorrer su cicatriz con sus labios.
Yulia: También lo sé - Rió, uniendo sus labios unos minutos - Estoy esperándolo -Suspiró.
Lena simplemente rió audiblemente y escondió su rostro en el cuello de su novia, sintiéndola tensarse cada vez que su respiración chocaba con su piel. Llevó su mano a la cintura de Yulia, acariciándola lentamente mientras comenzaba a succionar su cuello, intentando dejar marcas que gritaran su nombre a kilómetros.
Fue cuando las interrumpieron…
XX: Yul, papá dice que…
Yulia fue rápida, y logró cubrir sus cuerpos con una sábana cercana rápidamente antes de que Vika entrara, haciendo parecer a la situación como si acabaran de levantarse.
Viktoria: ¿Por qué tu ropa está por toda la habitación, Yul? - Preguntó curiosa al entrar.
Yulia: Sabes que soy muy desordenada…
Viktoria: No desde que Elena volvió. Ella siempre lo limpia todo… ¡Hola Lena! - Saludó al verla tras las sábanas.
Elena: Hola, Vika - Saludó riendo nerviosamente, volteando su rostro un poco para ver el de su novia, completamente sonrojado. Deseó besarla en ese instante, pero se contuvo. Los padres de Yulia les habían suplicado conservar la compostura frente a Viktoria - ¿Crees que podrías dejarnos cinco minutos? Tenemos que… Yulia tiene su periodo y tendremos que cambiar las sabanas porque… - "Eres una mala mentirosa, Lena”
Viktoria: Sí, sí, ya lo sé, mamá me habló de eso… Ojalá nunca me suceda.
Yulia: ¿Qué quería papá, Vika? - Preguntó antes de que la menor saliera del lugar, riendo aun por el último comentario de su hermana.
Viktoria: Oh, si, eso… Quería que le dijeras a Lena que hay una chica esperándola allá abajo.
Yulia: ¿Una chica? - Preguntó elevando sus cejas. Lena sonreía ante sus evidentes celos.
Viktoria: Sí -Asintió-… Creo que se llama Alexandra.
……………….
Elena terminó de vestirse y bajó las escaleras rápidamente. Realmente necesitaba hablar con Alex. Al parecer, ciertos rumores indicaban que Camila Cabello podía estar embarazada…
Elena: ¡Alex! -Dijo al verla, sentada en el sillón, bebiendo un vaso de agua mientras Larissa hablaba con ella sobre el clima.
Alex se lanzó sobre ella casi al instante, rodeándola con sus brazos.
Elena se apartó.
Era su amiga, sí, pero aun no estaba acostumbrada al contacto. Tal vez jamás se acostumbraría del todo.
Alexandra: Lo siento… Yo… he estado muy preocupada por ti… Arthur me contó lo que hizo Yulia en tu casa y… bueno, he querido verte desde ese día pero no he sabido donde estabas… Hasta que mi padre se fue ayer por unos asuntos de trabajo y Arthur por fin pudo ir a mi casa… Ya sabes, mi padre es chapado a la antigua y cree que los gays le hacen mal a la humanidad y todo eso… Me dijo que estabas acá.
Elena simplemente asintió, sonriendo. Le gustaba saber que más personas de las que esperaba realmente se preocuparan por ella. No es como si realmente esperara que alguien lo hiciera.
Alexandra: ¿Estás bien? -Le preguntó intentando mirarla a los ojos. Por supuesto, no iba a conseguirlo.
Elena: Bastante bien, en realidad…
Alexandra: Eso puedo notarlo, Katina… Esas marcas en tu cuello se ven a kilómetros.
Lena de inmediato se cubrió el cuello con ambas manos, avergonzada.
Alexandra: Y, por supuesto, también tenía que celebrar junto a ti el crecimiento de la familia Cabello-Jauregui…
Elena: ¿Es cierto, entonces? -Podía no sonar emocionada, pero muy en su interior lo estaba.
Alexandra: ¡Por supuesto! - Afirmó con alegría- ¡Vamos, Lena! ¡Baila la macarena! ¡Canta! ¡Haz algo!
Elena: ¿Wiii?
Alexandra: Sigue intentando, Katina -Se burló, golpeándole levemente el hombro -… ¿Quisieras ir a mi casa un rato? Unas chicas del fandom también van a estar allí… Ya sabes: Victoria, Kathy y Melanie, las que siempre intentan seducirte para luego violarte… Tranquila, ya las controlé. Nadie separará YuLena… Celebraremos el embarazo de Camila viendo vídeos de Fifth Harmony…
XX: Ella no irá a ninguna parte contigo, Alexandra.
Era Yulia que, bajando las escaleras de brazos cruzados, miraba a la chica con furia en sus ojos.
Elena: Amor… yo… si es por las chicas podría ir vestida de monja y con una máscara…
Yulia: No es por eso, Lena -Negó, procurando bajar cuidadosamente el último escalón. Elena rió, pues su novia siempre solía tropezarse con este.
Alexandra: Yulia, por favor, no le digas… -Ellas parecían entenderse. Elena frunció el entrecejo, buscando ayuda en la madre de su novia. Tal vez ella podría explicarle lo que estaba sucediendo… Claro, podría si no se hubiese ido a la cocina sin que Elena lo notase segundos atrás.
Yulia: Alexandra no es tu amiga, Lena… - Susurró, sujetando su brazo fuertemente.
Alexandra: ¡Si lo soy! Tienes que creerme, Lena… Por favor… Yo no…
Yulia: ¡Deja de ser tan mentirosa! ¡Cuéntale todo lo que hiciste! ¡Cuéntale por qué te acercaste a ella! ¡Cuéntaselo, Alex! ¡Cuéntale que clase de persona eres!
La chica suspiró, derrotada.
Alexandra: Elena, yo…
Elena: ¡Habla de una puta vez, Lena!
Jamás había visto a su novia tan alterada, excepto cuando la situación realmente lo indicaba, así que realmente no podía estar exagerando todo aquello.
Y si le había mentido, tal y como Yulia estaba dando a entender, quería escuchar la razón.
Alex le contó todo, de principio a fin.
Le contó como se había acercado intentando separarlas y como luego había servido de informante solo para tener una bonita noche con Arthur, la cual nunca llegó. Le contó como había comenzado a agradarle, y como se había dado cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.
Le contó todo detalladamente, y, al final, Lena no se pudo sentir más usada.
Alexandra: Lo siento, Elena… - Susurró con los ojos cristalizados.
Elena: Vete de acá -Exigió, intentando contener sus lágrimas.
Alexandra: Elena…
Elena: ¡Vete idiota! ¡No quiero verte más!
Alexandra: Lena, en serio lo…
Yulia: Será mejor que te vayas, Alexandra… En serio.
Lo hizo.
Cuando la chica cerró la puerta tras de sí, Elena solo pudo girarse y abrazar fuertemente a su novia, escondiendo su rostro en su cuello, sollozando y dejar a algunas lágrimas salir.
Elena: ¿Por qué todos me usan? - Preguntó abrazando fuertemente la cintura de su novia. Ella era la única en la que podía confiar completamente en esos instantes.
Yulia: Eso no es cierto, Lenita…
Elena: Mi madre me usó para que Christian le diera cosas… Christian me usó para darse placer… Alfred me usó para ocultar que era gay… Los del coro me usaban para tener buenas calificaciones… Mis primos me usaban para que mi madre les diera dinero… Alexandra me usó para poder revolcarse con Arthur…
Yulia: Elena, basta -Le dijo, alejando levemente y tomando su mano, llevándola al sofá, donde se sentaron juntas y se abrazaron fuertemente-… Tienes razón. Muchas personas te han usado, Lena - Coincidió limpiando sus lágrimas con sus pulgares - Pero existen muchas más que te aprecian… Sara y Ally no son tus amigas porque quieran algo de ti, ni tampoco porque seas mi novia. Son tus amigas porque realmente les caes bien… Sergey, Iván y Katya también te quieren, Lena… Y Jennifer… Jen es tu mejor amiga, Lena. ¿En serio crees que te está usando? Ella nunca haría algo como eso. Ella te quiere Elena… Cuando se abrazaron, el día del reencuentro en el café, lo vi, Lena. Vi cuanto te había extrañado… Y yo, Elena. Yo definitivamente no te estoy usando…
La pelirroja simplemente asintió sobre el hombro de su novia, limpiando sus lágrimas con su camisa.
Tenía razón.
Yulia: Alexandra es una idiota, Lena. No vale la pena que llores por ella…
Elena: Pensé que era mi amiga, Yul…
Yulia: ¿Quieres saber que es lo peor de esto, Lena? -Le preguntó. La chica elevó su mirada para encontrarse con la mirada azul de su novia - Que yo también lo creía…
…………..
Yulia y Lena habían decidido festejar en casa el embarazo de Camila. La estúpida Alexandra no iba a arruinar algo como eso.
¿Camren no anunciaba que tendría un hijo todos los días, cierto?
Habían llevado palomitas a la habitación, al igual que algunas bebidas, snacks y la laptop de la morena.
Yulia: ¿Sabes, Lenita? Podríamos hacer una fiesta acá -Dijo divertida, metiéndose bajo las limpias sábanas y recostando cómodamente su cabeza entre los pechos de Lena.
Elena: No lo creo...
Yulia: ¡Claro que sí! Podría durar hasta que amanezca, me emborracharía descontroladamente y le gritaría a todo el mundo que te amo hasta dejarlos con un grave problema auditivo…
Elena: Te conozco bien, Yul… Si fueses a una fiesta esta sería hasta la una y tomarías solo agua y coca-cola…
Yulia: ¡Claro que no! -Negó, tomando un puñado de palomitas y lanzándoselas al rostro, para que luego cayeran en todas partes. Lena cerró los ojos y bufó - Lo siento -Se disculpó inocentemente, besando su mejilla y volviendo a recostarse entre sus pechos. A la pelirroja le gustaba que lo hiciera. Se sentía bien. Era como si Yulia la considerara su mejor lugar para descansar - tal vez deba limpiar todo esto - Susurró, acercándose tentadoramente al cuello de Lena, donde la pelirroja sabía habían caído varias palomitas.
Rió cuándo sintió los labios de Yulia atrapar las palomitas entre sus labios, rozando su cuello con la acción, haciéndola sentir cosquillas.
Yulia: Espera, no te muevas, tienes una justo… - Deslizó un poco la manga de su camisa, exponiendo su clavícula y acercó sus labios, engullendo la palomita que había estado allí - Aquí… Y mira - Estiró su mano hacía su cabello, tomando rápidamente unas cuatro o cinco palomitas que habían quedado allí.
Pero no las comió como Elena esperaba.
… Las dejó caer y fueron a parar directamente a su camisa, escabulléndose por el cuello de esta, bajando por su pecho y deteniéndose en su brasier (Vuelvo a repetir, usamos brasier porque lo necesitamos porque somos chicas)- ¡Ups! -Dijo inocentemente, una pícara sonrisa apareció en sus labios mientras descendía lentamente, su mirada se fijó en la poca porción de sus pechos que la camisa le permitía ver - Creo que se cayeron - Informó divertida, relamiéndose.
Y fue entonces cuando Yulia hundió su cabeza allí, intentando atrapar las palomitas que había dejado caer. Elena reía desesperadamente ante la situación, pues cuando la pelinegra no lograba atraparlas, sus dientes rozaban con su piel causándole una rara mezcla de cosquillas y excitación.
Cuando por fin logró atrapar la última palomita, Yulia salió de allí sonriendo victoriosa, y besó sus labios tiernamente. Lena sintió la sal en ellos.
Yulia: ¿Lista para llorar como una perra loca viendo vídeos de Fifth Harmony en su último concierto en Japón? - Preguntó mientras se recostaba sobre el hombro de Lena, la pelirroja sonrió y besó la cabeza de su novia.
Elena: Lista - Aseguró mientras tomaba la laptop y la colocaba sobre su estómago, reproduciendo la presentación de las chicas.
No hace falta decir que, luego de nueve horas viendo la evolución de la chicas, Elena terminó llorando debido a la depresión.
………….
Ya en la noche, luego de cenar, mientras la pelirroja ayudaba a Vika a hacer su tarea y Yulia charlaba con sus padres sobre lo sucedido con Alexandra, la pequeña decidió hacer una pregunta un tanto difícil de contestar.
Viktoria: ¿Por qué tu y mi hermana tienen esas marcas en sus cuellos, Lena? - Preguntó. Por supuesto, Elena sabía que las suyas eran mucho más visibles, pero las de Yulia no estaban mejor.
Silencio.
Fue justo en ese momento en el cual el timbre sonó. Lena casi lloró de alegría al verse interrumpida, sabiendo que no tendría que dar explicaciones… O que tendría un poco de tiempo para inventar una buena excusa.
No pudo evitar mirar fijamente el trasero de su novia cuando esta pasó frente a ella, decidida a abrir la puerta.
“Idiota, estás en casa de sus padres, no deberías hacer eso”
“Cállate, su trasero es…”
“Perfecto, idiota. La palabra es perfecto”
Se sorprendió cuando vio a Jennifer tras la puerta, con una enorme caja entre sus brazos.
Jennifer: Siento llegar tarde, Yul -Se disculpó mientras entraba y saludaba con una gran sonrisa a los padres de la morena, dejando la gran caja al lado del sofá - La señora Hansen cuidará a Troy esta noche, y tuve que advertirle a Seth que si llegaba a tocar un solo cabello rubio de mi bebé iba a sacarle los ojos con una espátula… Tengo suerte de que la señora Hansen no me escuchara. Si lo hubiese hecho seguramente me habría denunciado con el departamento de “madres celosas”…
Lena rió levemente. Ese departamento definitivamente no existía.
Jennifer: Hola Katina - Saludó acercándose a ella. Lena se levantó de inmediato para darle un fuerte abrazo. Sentía que debía hacerlo. Habían sido amigas desde pequeñas, y solo diecinueve años después era capaz de tocarla sin sentirse incómoda. Se lo debía. Le debía aquel abrazo y muchos más - ¿Lista para nuestra sesión de recuerdos?
Elena: ¿Sesión de recuerdos? - Preguntó confundida.
Yulia: Se supone que era una sorpresa - Susurró, encendiendo la televisión - Le conté a Jen lo sucedido con Alex y todo lo que me habías dicho… Es tu amiga, merece saberlo…
Jennifer: Tenía que venir aquí y demostrarte yo misma que soy tu amiga de verdad - Susurró con una sonrisa, tomando su mano. Lena rodeó sus hombros con sus brazos.
Elena: Sé que eres mi amiga, Jen… Supongo que solo hablé sin pensarlo… Estaba dolida. Alex fue bastante cruel…
Jennifer: Tal vez un poco - Aseguró - Bien… Demasiado cruel… Pero, aun así… Tal vez te haría bien recordar.
Yulia: Definitivamente quiero ver ese vídeo donde ambas salen bailando desnudas cuando tenías cinco años, amor - Aseguró.
Elena: ¿Le contaste, Jennifer?… ¿Qué parte de “no se lo cuentes a nadie” no entendiste hace ocho años?
Jennifer: Supongo que olvidé eso -Se burló.
Larissa: Vámonos Vika - Cuando Elena volteó a verla, estaba riendo - Estoy segura de que no querrás ver a la novia de tu hermana bailando desnuda cuando tenía cinco años…
Jhonathan: Sí, será mejor que veamos Harry Potter por décimo cuarta vez…
Viktoria: ¡No! ¡Veremos Barbie!
Larissa: Bien, Barbie será… - Suspiró. Era la decimoquinta.
Y así fue como los tres abandonaron la habitación.
Jennifer: ¿Lista, Katina? - Preguntó mientras tomaba asiento en el sofá.
Elena: ¿Sin palomitas? - Preguntó entristecida.
Yulia: Ni lo sueñes… Sabes que me distraigo fácilmente con ellas -Dijo, regalándole una cómplice sonrisa junto con un guiño.
________________________________________________
CONTINUARÁ...
Algo que no entiendo es la actitud de Yulia con Alex. Es decir, ella misma perdonó a su acosador, maltratador, etc y esta chica que solo seguía instrucciones solo con el fin de poder agradarle al boludo de ARTHUR, la corre así?
Hoy es doblete, así que más tarde subo el otro capítulo!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
________________________________________
Yulia vio a su novia sentarse al lado de su mejor amiga y rodear su cintura con sus brazos antes de recostar su cabeza en su hombro. Jennifer sonrió ante el gesto.
La morena suspiró y sonrío ante la tranquilidad que denotaba el rostro de su novia.
Elena: ¿No vas a sentarte, Yul? - Preguntó dulcemente volteando a verla y señalando un espacio disponible a su lado.
Yulia: No… En realidad, prefiero quedarme acá - Señaló, recostándose a la puerta de la cocina - Es su momento chicas. Yo solo estoy acá porque quiero verte bailar desnuda… Y aquí aún puedo oler la cena…
Lena rió audiblemente.
Elena: Las pizzas de tu mamá son increíbles…
Yulia: Lo sé -Asintió con una sonrisa.
Jennifer: ¡Mira, Lena! -La llamó con una sonrisa- Está por comenzar..
Elena simplemente asintió sonriendo, volviendo su vista al televisor. De nuevo se recostó sobre el hombro de su mejor amiga. Yulia imitó el gesto desde donde estaba.
La primera escena era de una pequeña niña de unos tres años con trenzas en su hermoso cabello rubio mirando a una hermosa bebé con pijamas rosas dormir en una hermosa cuna de madera. La bebé debía de tener más o menos un mes.
Al instante, una mujer se arrodilló al lado de la niña. Yulia la reconoció al instante. Era Inessa Katina.
Inessa: Mira Jennifer - Susurró a la niña. Su rostro estaba mucho más delgado que en presente y había ojeras bajo sus ojos.
No parecía la Inessa que Yulia conocía. Esa Inessa era un cadáver.
Su novia le había contado varias cosas sobre el anterior problema de drogas de sus padres (En realidad, este problema había sido la razón por la cual su corazón había nacido defectuoso), pero no le había dicho detalladamente cuanto les había afectado este en el pasado.
Inessa: Ella es Lena, y va a jugar contigo cuando crezca…
XX: Va a ser tu amiga, Jen -Dijo una voz ronca. Seguramente se trataba del padre de la pequeña, y tal vez este había estado sosteniendo la cámara en esos momentos -… y las amigas se cuidan, Jen. ¿Vas a cuidarla?
La niña no lo pensó mucho.
Jennifer: Si -Asintió sonriendo ampliamente, pasando su pequeña manita a través de los barrotes de la cuna para sujetar la muñeca de la bebé - Vamos a ser mejores amigas, Lena - Susurró como si nadie pudiese escucharla.
Yulia dejó escapar una lágrima.
La pequeña Jennifer no se había equivocado.
La segunda escena mostraba a la pequeña Jennifer de nuevo, ahora con el cabello completamente suelto, con una bebé de hermosos ojos verdes y cabello rojo sobre sus piernas. En esos momentos, Elena posiblemente no tenía más de tres meses.
Jennifer: Está pesada, papá -Se quejó mientras intentaba sujetar a la intranquila niña que se esforzaba por alcanzar el sonajero que Sergey movía de un lado a otro frente a su cara.
XX: Lo sé mi amor, pero pronto ella crecerá y podrá sentarse a tu lado, y ya no tendrás que cargarla más…
Jennifer: ¡Crece rápido Lena! -Exigió a la bebé, quien se volteó para mirarla en cuanto escuchó su voz, estallando en risas sin razón alguna. Jenny la imitó y Sergey colocó un brazo protector frente a las niñas por si el agarre de la pequeña se debilitaba. Eso jamás sucedió - Pero no más que yo ¿Bien?
Yulia rió débilmente.
Si la pequeña Jennifer supiera que Lena iba a ser más alta que ella en el futuro seguramente la habría arrojado al piso.
La siguiente escena era de la pequeña rubia entrando a un pequeño departamento con pijama y aun tallando sus ojos. Yulia lo reconoció de inmediato como el departamento donde ella aun vivía junto al pequeño Troy…
Pero, en los momentos en el que el video había sido grabado, la pequeña no vivía allí.
Era el hogar de la familia Katin.
Inessa: Hola Jennifer - Saludó una Inessa de mejor aspecto que la primera que había logrado ver al inicio de los vídeos. Tenía a Lena entre sus brazos. Yulia sabía que lo era por sus hermosos ojos verdes con gris y por la cicatriz en el centro de su pecho, la cual podía ver ya que la pequeña estaba solo en pañales. Debía de tener poco menos de un año.
Jennifer: Papá me dijo que Lena me tiene un regalo de cumpleaños - Susurró con voz ronca debido al sueño, tallando sus ojos nuevamente.
XX: Así es, bebé. Te va a encantar - Susurró emocionado.
Inessa: Vamos, Lena, saluda a Jenny - Indicó la mujer, dejando a la pequeña de pie sobre el suelo, donde se mantuvo unos instantes, tambaleándose.
Fue entonces cuando la pequeña comenzó a caminar torpemente hacia la -en ese entonces- más alta, abriendo sus brazos y rodeándola torpemente al llegar.
Jennifer: ¡Caminaste, Lena! -La felicitó arrodillándose frente a la niña, que de inmediato tomó su cara entre sus manos y dirigió su boca a su nariz para morderla-… No hagas eso, babosa - Reclamó riendo, alejándola un poco antes de plantar un beso en la mejilla de la pequeña- Gracias por darme el mejor regalo de cumpleaños -Le susurró sonriente-… Mi tía me regaló una biblia, y yo ni siquiera sé leer.
La siguiente escena era de una Lena un poco más grande, tal vez de dos años, junto a Jenny en la playa, ambas vistiendo exactamente el mismo bañador rosa, jugando sobre la arena.
Jennifer: Voy a hacer un castillo, Lena - Notificó a su amiga, tomando su balde y su pala, comenzando a recolectar lo que necesitaba.
Elena: ¡CAS-TILLO! - Gritó elevando sus brazos alegremente.
Jennifer: Sí, un castillo… y vivirá una princesa, un príncipe…
Jenny continúo hablando, pero la pequeña pelirroja dejó de prestarle atención para tomar arena entre sus manos y llevarla de un lugar a otro. Luego miró sus manos, ahora sucias, y simplemente se las llevó a la boca, frunciendo el semblante en cuanto sus papilas gustativas sintieron el sabor.
Jennifer: Eres una asquerosa, Lena -Le dijo dando vuelta a su pequeño balde rosa y dejando allí la pequeña torre de un castillo de la cual cualquier niño habría estado orgulloso-… ¡Mira! -Le dijo a Lena, que había vuelto a llevar la arena de un lado a otro. La pequeña, hipnotizada en lo que estaba haciendo, no le prestó atención- ¡Lena! - Intentó de nuevo, pero la pequeña bebé seguía en lo suyo, sonriendo de vez en cuando- ¡LENA! - Gritó, acercando su pequeño brazo a las manos de su amiga y limpiando la arena de allí para que la niña dejara de distraerse.
Elena de inmediato arrugó su semblante.
Elena: ¡MALA! - Gritó levantándose del suelo con furia, dirigiéndose con pasos rápidos al castillo de su amiga para luego patearlo y llenar su cara de arena.
Jennifer: ¡LENA! - Chilló - ¡KATINA NO CORRAS! - Ordenó a la niña, que se había alejado carcajeándose al ver el enojo de su amiga- ¡TENDRÁS QUE PEDIRLE PERDÓN AL REY POR DESTRUIR SU CASTILLO!
La siguiente escena era del cumpleaños número tres de Lena. No hubo ningún diálogo, pero si algo mucho mejor que esto.
Mientras los demás cantaban la típica canción del feliz cumpleaños a la niña, que miraba al pastel sin emoción alguna, Jennifer se escabullo entre los presentes y llegó a ella, regalándole un abrazo bastante dulce. Lena intentó alejarla al instante. La pequeña simplemente dejó de tocar a su amiga, pero jamás dejó de mirarla.
Era su amiga, después de todo.
Su mejor amiga.
Cuando los aplausos se escucharon y Lena volteó a mirar a Jen debió de dedicarle una de las más hermosas sonrisas del mundo.
El siguiente vídeo mostraba a una Jenny ya un poco mayor, de unos siete años, que limpiaba sus lágrimas mientras, sentada en una silla de la sala de espera, movía sus piernas hacia adelante y hacia atrás.
XX: No llores, bebé. Ella va a estar bien…
Jennifer: Pero van a sacar su corazón papá… Mamá me dijo una vez que las personas que no tienen corazón mueren… Yo no quiero que Lena muera. Es mi mejor amiga.
XX: Lo sé, bebé. Eso no va a pasar. Los doctores que están con ellas son muy buenos y van a darle un corazón mucho mucho mucho mejor, y van a poder jugar a las escondidas de nuevo… Ahora ¿Qué tal si le dices algo a la cámara para que Lena pueda verlo cuando despierte?
La pequeña Jennifer simplemente asintió y miró a la cámara con los ojos humedecidos.
Jennifer: Te quiero, Katina.
Después de eso se mostraba a Lena sobre una cama de hospital armando algunos rompecabezas junto a la rubia.
La niña de ojos verdes tenía varios cables conectados a su cuerpo y una gran venda en su pecho, pero la reciente operación no parecía dolerle, y si lo hacía parecía estar demasiado distraída en encajar el último vagón del tren como para notarlo.
Elena: También tengo uno de aviones - Susurró mientras le mostraba varias cajas con otros rompecabezas a su mejor amiga. Yulia suspiró. La voz de aquella pequeña Lena estaba tan llena de inocencia… Tal vez así se escuchaban los ángeles.
Jennifer: ¿Por qué no jugamos a las princesas, Katina? Tú puedes ser un unicornio… A ti te gustan los unicornios.
Elena: Pero yo no soy un unicornio, Jen. Soy una persona.
Jennifer: Bien -Accedió rodando los ojos, sacando las piezas de un nuevo rompecabezas- Pero esta vez déjame colocar al menos una pieza…
La siguiente imagen era la de Lena bailando alguna vieja canción completamente desnuda, la cicatriz en su pecho resaltaba y sus ojos brillaban.
Debió de ser la imagen más adorable que Yulia jamás vio en su vida.
Jennifer aparecía a su lado con un poco más de ropa (Solo bragas) imitando los movimientos de su amiga, que de inmediato se detuvo y la miró fijamente, frunciendo el ceño. Luego simplemente rió y volvió a su gracioso baile.
Yulia rió.
“Sueño cumplido, Volkova” Se dijo.
Lo siguiente volvía a ser triste.
Jenny debía tener unos once o doce años y sujetaba la cámara entre sus manos, que se movía de un lado a otro sin parar, jamás enfocando su rostro por más de dos segundos.
Jennifer: Voy a rezar mucho por ti, Katina… Mamá dijo que te dolía mucho el estómago cuando te trajeron, y mi padre me contó que iban a sacarte una parte del páncreas… Eres fuerte, Katina, así que confío con que saldrás de allí… Y otra cosa… Si uno de esos doctores te toca más de la cuenta levántate y abofetéalo. Mamá dijo que las mujeres tienen que darse a respetar.
Yulia, a pesar de las lágrimas de la joven Jennifer, no pudo evitar dejar salir una carcajada.
Lo siguiente que vio fue a Jenny en lo que debía de ser un campo de Softball. Llevaba una gorra y debía de tener unos dieciséis.
Jennifer: La gran Elena Katina está lista para batear, amigos - Susurró expectante moviendo la cámara hacía silueta de Lena - Se ha preparado para esto, e incluso buscó en internet maneras de correr más rápidamente. No hay nada que pueda evitar la victoria de su equipo y - El discurso de la chica se vio interrumpido cuando Lena simplemente golpeó la pelota a una distancia considerable y comenzó a correr- ¡CORRE KATINA! ¡CORRE COMO SI ALFRED ESTUVIESE INTENTANDO DARTE UN BESO!
La siguiente imagen volvía a mostrar a Jennifer llorando frente a la cámara.
Jennifer: Juro por mi vida, Katina, que si pudiera regalarte mi corazón lo haría…
Luego se mostraba a Lena junto a Dara y Oksana sentadas frente a una computadora mientras una mujer hablaba y hablaba sin parar acerca de las raíces cuadradas. Lena tomaba nota de todo lo que decía a una velocidad realmente impresionante.
Jennifer: Katina está recibiendo clases por internet porque ella posee un intelecto superior y no puede ser educada por profesores terrícolas -Se burló, su voz se escuchó tras la cámara. Por el rostro de Lena, el cuerpo y sus facciones, determinó que debía de tener unos catorce, por lo cual Jennifer debía de tener unos diecisiete - Y Dara y Oksana solo vinieron a molestar…
Dara: Estamos dándole apoyo moral…
Elena: Cállate Dara - Susurró enojada.
“Cara de culo Katina” Pensó Yulia, sonriendo.
Oksana: Si no quieres nuestro apoyo moral podemos irnos - Susurró enojada, cruzándose de brazos.
Elena: Eso sería lo mejor que podrían hacer…
Jennifer: Vamos, Katina, ellas solo quieren darte apoyo moral -Decía tras la cámara-… Vamos, Lena. Sonríe… ¿Por mi? ¿Sonrisa bonita? ¿Sonrisa grande? ¿Sonrisa pequeñita?
Elena: No, Jen. Déjame estudiar -Pidió, sus dedos comenzando a chasquear audiblemente.
Jennifer: ¿Por los unicornios?
Esta vez, Lena si sonrío.
En la siguiente toma Jennifer sostenía la cámara lo más alto que sus brazos le permitían, la lente enfocaba a una Lena de unos quince años y una Jenny de dieciocho recostadas sobre la que Yulia reconoció como la cama de su novia. Lena, al notar que su amiga grababa, cubrió su rostro con ambas manos.
Jennifer: Elena está teniendo un mal día hoy, amigos del futuro - Anunció con una sonrisa antes de susurrar: - Tiene cólicos…
Elena: Cállate enana… - Ordenó, aun con el rostro cubierto.
Jennifer: No me digas así. Ya sabes que aún estoy deprimida porque me superaste en altura cuando tenías apenas diez años…
Elena: Tenía once - Rectificó.
Silencio.
Jen miraba a la cámara divertida, haciéndole muecas a Lena que la chica no podía ver debido a la cobertura de sus manos.
Jennifer: ¡Elena Katina! - Exclamó de repente, aparentemente enojada.
Elena: ¿Qué? - Preguntó apenas dejando entrever sus ojos a través de sus dedos.
Jennifer: Te quiero…
Sus ojos se alargaron, dejándole saber a Yulia que había sonreído.
Elena: Yo también te quiero, Scott - Contestó con una voz tan tierna que cualquiera se habría desmayado con solo escucharla.
A continuación se mostraba a Jennifer de nuevo frente a la cámara con los ojos vidriosos, cubriendo su rostro antes de decir.
Jennifer: Tu sistema inmunológico apesta, Katina - Intentó bromear - ¿Cómo puedes rechazar tres riñones? Tendré que hablar seriamente contigo -Su labio comenzaba a temblar - Recupérate Katina. Eres mi mejor amiga. Te necesito… Y te quiero…
El siguiente vídeo enseñaba a Lena y Jen entrando al departamento de la menor, el que ahora Yulia sabía también había pertenecido a los padres de la chica.
Jennifer: ¡Bienvenida a mi nuevo departamento, Katina! - Exclamó, dando vueltas a la cámara por todo el lugar-… Y mira - Susurró guiando la cámara a alguna parte del piso de madera - Aquí me diste mi mejor regalo de cumpleaños…
Después se mostraba a una Lena muy parecida a la Lena que Yulia había conocido sentada en la ya casi olvidada sala de diálisis. Elena estaba resolviendo un crucigrama mientras la rubia le hacía caras raras.
Jennifer: Tienes un moco en la nariz, Katina - Susurró entre risitas.
Elena: Sí, si, yo también te quiero - Dijo. No la estaba escuchando.
La rubia volvió a reír.
Otra toma. Esta vez, Troy aparecía junto a Jenny y Lena, que miraba fijamente el suelo, intentando esquivar la lente de la cámara.
Jennifer: Vamos con Troy, este chico guapo que está a mi lado - Informó sonriendo tiernamente, sus mejillas sonrojándose -...al cine a ver la película de SM llamada… ¡Lena, información!
Elena: Ya te lo dije, Jen. Se llama “I AM”… -Dijo exasperada, como si hubiese tenido esta conversación con la pequeña más veces.
Troy: Calma, Lena. Recuerda que su estatura la limita un poco a veces…
Jen golpeó el hombro del chico juguetonamente, intentando hacerse la molesta, mientras Lena intentaba cubrir la gran sonrisa que había aparecido en sus labios con sus manos.
En el siguiente, Elena y Troy estaban rapeando canciones de One Direction mientras Jen intentaba repetir las pocas frases que sabía. Otro vídeo mostraba a Lena haciendo trucos con la patineta, y otro contenía una explicación detallada de por qué el culo de Camila Cabello era perfecto.
Jennifer: Este es el último - Escuchó decir Yulia a la menor antes de que una sonriente Lena se viera sosteniendo la cámara y sonriendo antes de guiarla directamente al rostro de la pelirroja, que estaba intentando dibujar a Troy en una hoja de papel. Seguramente era un regalo para la rubia.
Jennifer: Eres mi mejor amiga, Katina -Dijo dulcemente.
La dulce sonrisa de Lena en el vídeo fue lo último que se vio antes de que la pantalla se volviera negra.
Como había dicho Jenny, aquel debía de ser el vídeo final.
… Pero no lo fue.
Segundos más tarde, Troy apareció frente a la cámara, sentado en un sillón.
Troy: Sé que están viendo… viendo esto, chicas… Soy… soy Troy… o eso recuerdo. Mañana… mañana yo voy al… a ese lugar dónde operaran mi -Se llevó una mano a la cabeza, sin poder recordar la palabra exacta-… Me acordé de esta… de esta - Señaló la cámara con uno de sus dedos-… Quiero… quise dejar un… masa… no… mensaje… Yo sé que voy a… voy a… -Se golpeó la cabeza con la mano, evidentemente frustrado al no recordar la palabra, decidiendo dejar la oración inconclusa-… Jennifer, te amo. Mucho. Hoy… no… no podía recordarte, pero… pero luego vi tus fotos en mi… mi… es rectangular, Jen, y hace llamadas… me recordé de ti… y te… te amo…¡Arg! ¡Mi cabeza!… Lena, yo… gracias por… por ser la… ami… ami… amiga de Jennifer… Ella… ella sonríe cuando está con… con… contigo… Ella te qui… quiere… Y tu… tu eres… su mejor amiga… y la quieres y… eres increíble y… Lo siento, no pu… no puedo seguir. Mi cabeza… duele… las quiero. Adiós.
Y así, tan repentinamente como había llegado a sus pantallas, el chico se fue.
Yulia limpió sus lágrimas.
No solo todos aquellos recuerdos entre su novia y su mejor amiga la habían conmovido.
También lo había hecho la visión de Troy antes de la operación. Lo mal que había estado. Lo poco que sus ojos brillaban. Lo mucho que había sufrido.
Estaba llorando porque, a pesar de todo, el chico había tomado esa cámara y había grabado un mensaje. Era como si no le hubiese importado su dolor. Era como si hubiese querido minimizar el dolor que iban a sentir los demás con su muerte.
Volvió a la realidad cuando escuchó a su novia sollozar.
Elena se había abrazado a Jennifer y había escondido su rostro en su cuello, llorando desconsoladamente mientras la pequeña hacía lo mismo.
Si bien Yulia deseaba al instante correr a consolar a su novia supo que debía dejarla sola.
Aquel era un momento que Jen y ella debían compartir, como todos aquellos grabados en las cintas de vídeo y, seguramente, muchos otros que no habían podido captar a través de los años.
…………….
Cuando Jennifer se marchó hablando sobre las miles de cosas que el pequeño Seth podría haberle hecho a su bebé, Yulia salió de la cocina y se sentó al lado de Lena, que aun tenía húmedas las mejillas y miraba fijamente el suelo. Su boca se movía sin producir ningún sonido.
Yulia: Lenita… Lena -La llamó, tomando una de sus manos entre las suyas y acariciando sus dedos dulcemente- ¿Estás bien? - Preguntó sabiendo que la respuesta sería negativa mientras limpiaba las húmedas mejillas de su novia con ternura.
Elena simplemente la miró con los ojos cristalizados bien abiertos.
Elena: Yo… yo necesito buscar ese dibujo.
………..
Yulia se había ofrecido a ir. No quería arriesgarse a que Elena sufriera un ataque al llegar a su vieja habitación y ella no estuviese allí para ayudarla.
Yulia: Yo saldré y tu irás a mi habitación. Subiré por la escalera y tu me dirás dónde está el dibujo de Troy ¿Bien?
Elena: Bien… -Asintió con una débil sonrisa para luego besarla.
……….
Cuando Yulia subió por las escaleras sintió varias astillas en sus manos, al igual que la humedad en la madera y su extraño crujir. Tal vez haberla dejado tirada allí durante ocho meses no había sido nada bueno.
Cuando llegó a la habitación de su novia se apresuró en buscar el dibujo, encontrándolo en la parte más recóndita del armario de Lena.
Se lo enseñó a su novia, que le dedicó una hermosa sonrisa al verlo, confirmando que realmente era aquel trozo de papel con perfectos trazos lo que buscaba.
Yulia simplemente sonrió mientras le lanzaba un tierno beso, la sonrisa de Lena se ensanchó. Por supuesto, Lena no fingió atraparlo.
Después de todo, los besos no pueden ser atrapados.
Yulia: Te amo, Lenita, mi Lena -Le dijo a través de la ventana.
Elena: Te amo, Yul -Respondió.
Salió por la ventana lentamente, guardando el dibujo de Troy en el bolsillo de su pantalón. Cuando puso ambos pies en la escalera y escuchó el crujir de la madera supo que algo andaba mal.
… Yulia Volkova la noche anterior había tenido una pesadilla.
No la recordaba muy bien, pero sabía que había caído, y se sintió completamente aterrada al despertar.
Ese día se sintió de la misma forma por dos razones…
Sabía que iba a caer… Y aquella no era una pesadilla.
Cerró los ojos cuándo sintió a la madera romperse bajo sus pies y a sus manos deslizarse de su agarre en los laterales, cayendo de inmediato al suelo.
Había otra cosa que diferenciaba su pesadilla de ese momento.
En sus sueños, la caída no había dolido.
__________________________________________________
CONTINUARÁ...
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
A katina4ever le gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_______________________________________________
La pelirroja no gritó ni se había alejado bruscamente de la ventana como en las películas. Simplemente se había quedado allí, viendo como su novia caía de la ventana de su vieja habitación directamente sobre el suelo. Los arbustos no eran lo suficientemente frondosos como para evitar que se diera un buen golpe.
“Levántate, Yul. Levántate” Suplicaba desesperada en su cabeza, pero la chica seguía allí, sobre al pasto, la tierra y las hojas de los arbustos, sin siquiera dar señales de vida.
Sus dedos comenzaron a chasquear al instante, y la respiración se le dificultaba lentamente.
“¡Ve, idiota!” Se gritó a sí misma “¡Pudo haberse roto el cuello!”
Esto último fue lo que le dio fuerzas para salir corriendo de allí. Apenas pudo colocarse una chaqueta negra para cubrirse la delgada tela del pijama azul oscuro que estaba usando.
Salió de casa sin siquiera haberse puesto unos zapatos.
La encontró sobre la tierra, con las extremidades flojas, completamente inmóvil.
No pudo detallar si había sangre debido a la oscuridad de la noche, pero lo que realmente le importaba en ese instante era comprobar que su novia todavía tenía pulso.
Cayó al suelo de rodillas, sintiendo sus piernas desfallecer y a su cuerpo temblar. Se acercó lentamente a su novia con lágrimas comenzando a descender por sus ojos. Sus manos se ensuciaron al tocar el suelo.
Elena: Yul… Yul, mi amor… -Sollozaba mientras se acercaba. El aire escapaba de sus pulmones rápidamente, viéndose obligada de esta forma a tomar aire con su boca - Levántate, por favor…
“Idiota, acaba de caerse desde tu ventana. Claramente eso no va a pasar”
Y no pasaría porque aquello no era un cuento de hadas. En la vida real las hadas madrinas no llegan mágicamente a darte un bonito vestido. En la vida real, las princesas no caen de ventanas y simplemente se levantan cantando una bonita canción.
Respiró hondo cuando estuvo lo suficientemente cerca de ella como para llevar sus sucios dedos a su cuello y percibir su pulso.
De inmediato dejó escapar todo el aire contenido en sus pulmones.
Estaba viva.
Yulia Volkova estaba viva.
“Busca a alguien, idiota” Fue lo que le dijo su mente al instante que lo supo.
No había momento para saltar de felicidad. No había momento para sonreír. Tenía que hacer algo. Tenía que llamar a alguien. Necesitaba ayuda.
Pero justo en ese instante sintió a sus pulmones vaciarse completamente y al miedo aumentar a su máxima expresión. Se alejó un poco intentando recuperar el oxígeno, sentándose sobre la tierra, la silueta del inmóvil cuerpo de Yulia la aterró más de lo que ya lo estaba, sus dedos chasqueaban de inmediato…
No quería perderla.
Definitivamente no quería hacerlo.
XX: ¿Elena? - Preguntó alguien a sus espaldas con desesperación -… ¡Elena!
Era su madre.
De inmediato la escuchó correr hacía ella, acercándose a Yulia al instante.
Inessa: ¿Qué… que sucedió, Lena? -Le preguntó mientras le tomaba el pulso a la inconsciente chica.
La pelirroja había comenzado a mecerse hacia adelante y hacía atrás, los sonidos de sus dedos se hacían cada vez más altos.
“No, idiota, no. Este no es momento para un ataque. ¡No!”
Elena: Ella… ella… ella cayó de la escalera y… - Intentó explicar, pero la falta de aire en sus pulmones se lo impedía - Llama a… a una ambulancia… yo… yo iré por sus… sus padres…
Pero al momento de levantarse del suelo Elena simplemente volvió a caer.
……………….
Despertó gracias a un olor desagradable y una luz impactando su ojo izquierdo. Apartó la cabeza de inmediato de forma brusca, completamente desorientada, chocándose levemente con un frío metal.
XX: ¡Ey! Cuidado… - Susurró un hombre frente a ella, sujetando su cabeza levemente y alejando el algodón humedecido en alcohol de su nariz.
Lena se hizo a un lado al instante, evitando el contacto y detalló que se trataba de un paramédico.
¿Paramédico?
Al momento comenzó a escuchar gritos a su alrededor, y al girar su cabeza levemente pudo notar las miles de luces y personas a su alrededor.
Pero una voz destacó entre todas…
Era Larissa…
Larissa: ¡YULIA! ¡¿ESTÁ BIEN?! ¡DIGANME QUE ESTÁ BIEN!
De inmediato lo recordó todo.
La caída. A su madre. Su ataque de pánico.
Yulia…
Elena: ¡YULIA! - Gritó levantándose bruscamente. Cuando lo hizo pudo notar que había estado recostada en uno de los lados de la ambulancia, y que la cabeza le dolía inmensamente.
XX: Señorita, por favor, tranquilícese…
Elena: ¡No me pida que me tranquilice cuando mi novia acaba de caerse de una escalera!
XX: Por favor, usted no esta bien… Tenemos que…
Elena: Cállese la puta boca y déjeme marcharme si no quiere terminar con mi zapato marcado en el trasero…
De inmediato supo que era estúpido haber dicho eso, porque ni siquiera llevaba zapatos.
Elena: Mi pie, en realidad…
El hombre la dejó marchar, pero no sin mantenerse a una distancia prudente de ella.
Tal vez era porque le temía. Lo cierto era que la pelirroja sabía que, a veces, podía ser bastante intimidante.
Tal vez era porque había comprobado que estaba parcialmente bien.
Llegó a tiempo a la parte trasera de la ambulancia para ver como varios hombres subían a su inconsciente novia a ella. Larissa siguiéndolos.
Elena: ¡Yul! - Chilló con lágrimas ardiendo en sus ojos.
Mientras la subían había logrado ver sus ojos cerrados, el corte en su mejilla y las heridas de su brazo derecho, al igual que los moretones y la tierra pegada a su piel. También había visto al hombre que le daba oxigeno con un respirador y al que gritaba nombres extraños de medicinas que debían suminístrale, junto con una cantidad precisa.
Larissa: ¡Elena! ¡Ve con tu madre! ¡Ella te llevará al hospital! -Le notificó antes de entrar. Lena notó las lágrimas en sus mejillas.
Elena vio atentamente como las puertas se cerraban y como el vehículo se alejaba. Por suerte, el paramédico del principio también se había marchado junto con las sirenas y las luces brillantes.
A su alrededor la gente gritaba, hablaba y chillaba horrorizada por lo que había visto.
Intentó buscar a su madre entre la multitud, pero al ver tantas personas mirándola fijamente solo pudo sentirse completamente abrumada.
Se paralizó y el oxígeno le faltó.
XX: ¡LENA! ¡LENA! - Escuchó gritar a un hombre entre la multitud. A pesar de que no podía distinguirlo debido a que todo se había vuelto una mancha borrosa, supo que era la voz de su padre- Tenemos que irnos - Susurró en cuanto llegó a su lado.
Elena: Yulia… Yul… ella…
Sergey: Va a estar bien, Lena. Va a estar bien - Intentó asegurarle, pero la chica sabía que no estaba seguro de esto.
……………
Finalmente su padre había logrado meterla en el auto junto a su madre y sus hermanos.
Seguía llevando su pijama, la chaqueta y unas viejas sandalias que su padre le había dado, pues se había negado a entrar a casa, darse un baño y cambiarse de ropa. Lo único que quería hacer era saber como estaba Yulia Volkova.
Subió los pies al asiento, rodeando sus rodillas con sus brazos y sollozando contra ellas. Sus dedos chasqueaban y su cabeza le gritaba que Yulia, su Yul, su princesa, iba a morir.
Iván: Lena, no llores, ella está bien…
Katya: Sí, Lena. Ha soportado más golpes que este en su vida. Podrá con esto.
Pero Elena Katina no estaba segura de esto.
Elena Katina no estaba segura de nada.
La única persona que podía darle seguridad estaba camino al hospital, dentro de una ambulancia, inconsciente.
Inessa: Llamaré a Larissa -Dijo de repente, sacando su celular de su enorme bolso.
Elena: ¿Cómo… cómo es que tienes su número? - Preguntó entre lágrimas.
Inessa: No soy tan mala madre, Lena. Todos los días llamaba para preguntar por ti.
………….
Elena estuvo todo el camino abrazada a Katya, llorando sobre su hombro mientras Iván acariciaba su espalda dulcemente.
A pesar de que ellos lo estaban dando todo de su parte para hacerla sentir mejor, no era suficiente.
Inessa había logrado comunicarse con la madre de Yulia. Al parecer había unos cuantos huesos rotos y algunas torceduras, pero no podía tratarse de algo realmente serio.
Aun así, Lena no pudo evitar preocuparse durante todo el camino.
¿Estaría realmente bien? ¿La extrañaría? ¿La odiaría por no haber sido lo suficientemente buena como para insistir en ir ella y buscar aquel dibujo? ¿La necesitaría? ¿La querría lejos? ¿Le dolería?
“Deja de ser tan idiota, Katina. Obviamente le duele”
Sergey: Elena - Susurró dulcemente su padre, acercando su mano a uno de sus brazos - Llegamos.
…………
La pelirroja estaba en la sala de espera del hospital aguardando por alguna noticia. Sara y Allison habían llegado quince minutos después que ella y Jenny unos pocos segundos más tarde junto al pequeño Troy, a quien dejó en la guardería del hospital no sin antes darle miles de indicaciones a las niñeras.
Sara había llevado un poco de ropa para ella, pero lo único que había aceptado colocarse eran unas cómodas zapatillas deportivas. También había cedido ante las súplicas de Jennifer de lavarse un poco.
Cuando se miró al espejo, supo que jamás se había visto tan mal.
Los ojos rojos e hinchados, el rostro sucio, el cabello revuelto y las mejillas humedecidas la hacían parecer una vagabunda. Jamás se había visto tan pálida. Tan temblorosa. Tan… sin vida.
Jennifer había limpiado su rostro dulcemente mientras ella veía a sus dedos chasquear sin poder detenerlos. También se había ocupado de sus brazos, e incluso de sus sucias piernas.
Jennifer: Ella está bien, Katina -Le aseguró dulcemente, intentando mirarla a los ojos.
Pero Lena no pudo creerle.
Y seguía sin hacerlo en esos momentos, sentada en una silla tan incómoda que era una ofensa para el resto de las sillas, con la cabeza recostada en el hombro de su mejor amiga mientras Allison y Sara se abrazaban en un rincón del lugar, su padre hablaba con los padres de su novia, sus hermanos intentaban animar a la pequeña Vika y su madre estaba desaparecida.
XX: ¿Lena? -Era su madre, tocando su hombro levemente - Te traje algo de té… No es el mejor, pero te ayudará a relajarte.
Elena: No necesito relajarme, mamá. Estoy bien - "Idiota, eres una mentirosa”
Inessa: Hija, has chasqueado los dedos durante horas. No estás bien - Aseguró sentándose a su lado.
Elena: ¿Cómo puedes saberlo, mamá? ¡Cuando estaba con Christian tu no sabías que me sentía como una mierda! -Había comenzado a alterarse.
Jennifer: Elena, no le hables así. Es tu madre…
Elena: Pero Jen…
Jennifer: Katina, tal vez tu madre no fue la mejor en el pasado, pero tal vez… solo tal vez… ha cambiado.
La pelirroja simplemente asintió, respirando hondo. Jennifer tenía razón.
Sujetó fuertemente la mano de su amiga y miró a su madre tan fríamente que podría haberla congelado si esto fuese posible.
Porque, obviamente, las personas no pueden congelarse entre sí con solo una mirada.
Inessa: Aún no estoy de acuerdo con su relación y todo eso - Expresó de inmediato, entregándole el té a Lena, que lo tomó entre sus manos temblorosas-… Pero eres feliz con ella, así que… Creo que el momento en el que fuiste a casa para decirle todo aquello a Christian fue lo que me hizo reflexionar. Me di cuenta de que realmente no habías sido feliz y que, aunque yo lo deseara, Christian jamás sería el amor de tu vida… Fue entonces cuando, una noche, miré por tu ventana… Estabas hablando con Yulia y tus ojos brillaban… Y luego sonreíste… No te había visto sonreír así en años, Lena… Supongo que, aunque ella no me haga feliz, ella te hace feliz. Y eso es todo lo que importa aquí al final del día.
……………..
Media hora después Sara y Allison se acercaron a Lena, que había insistido a Jennifer y a su madre con estar sola.
Lo necesitaba.
Necesitaba calmarse.
Convencerse a sí misma de que Yulia Volkova estaba bien.
… No lo había logrado.
Sara: ¿Estás mejor, Lena? - Preguntó al llegar, sorbiendo su nariz. Lena, que estaba sentada en un lugar alejado sobre las frías baldosas, simplemente asintió-… Ella va a estar bien. Son solo algunos huesos rotos…
Elena: Pero fue mi culpa, Sara - Susurró tristemente - Yo quería ese dibujo… Yo dejé que ella se subiera a esa escalera… Yo… Yo no fui con ella… Yo no estuve allí para atraparla.
Allison: Elena - Habló dulcemente, arrodillándose frente a ella - No fue tu culpa. No la obligaste a subirse allí ¿O me equivoco?
Lena simplemente negó.
Era cierto.
Yulia se había ofrecido.
Allison: Entonces deja de lamentarte. Ella está bien… Estoy segura de que podrás ir a verla en unos minutos, y lo comprobarás por ti misma…
Elena: Pero yo… yo soy su novia. Mi responsabilidad era atraparla.
Sara: No, Lena. Tu responsabilidad es estar allí incluso cuando ella caiga…
Lena suspiró. Tenía razón.
Solo un poco de razón.
Elena: Yo solo le hago daño, Sara - Susurró con tristeza minutos después, analizando todo lo que Yulia y ella habían vivido juntas -… Cada vez que nos peleábamos. Cuando me fui. Mis ataques… Siempre soy yo quien le hace daño… Soy… Soy un desastre…
Sara: Lo eres - Aceptó la chica, descendiendo para colocarse al lado de su novia, intentando sujetar una mano de Lena antes de que ella la apartara, incómoda ante el contacto - Es decir, mírate, no has parado de llorar y chasquear tus dedos desde que llegamos, además de que sigues teniendo algo de tierra en… más o menos… todo tu cuerpo, pero… Haces feliz a Yulia, Lena. La haces sonreír. La haces sonrojarse más de lo normal… Aún recuerdo el primer día en el que la conocí, Lena. ¿Lo recuerdas, amor?
Allison: No podría olvidarlo - Rió - Sara estaba intentando convencerme de que saliera con su primo... Es bastante extraño que ella también fuera la razón por la cual lo dejé.
Sara: Ese día estaba asustada, Lena.
Allison: Cualquiera lo estaría. Venía de un país diferente, con un idioma diferente, con una cultura diferente. No conocía a nadie. Estábamos a mitad de curso… Y luego se acercó a preguntarnos dónde quedaba el aula de su siguiente clase…
Sara: La pobre estaba tan pérdida que habría ido al baño de hombres sin darse cuenta… Y no le habría gustado porque, bueno, ya sabes…
Allison: Pasamos todo el día juntas… Le pedimos que nos enseñara algo de ruso, pero fue un fracaso. No nos contó nada sobre su preferencia sexual hasta que Arthur comenzó a golpearla.
Sara: Dijo que había preferido mantenerlo en secreto porque, sus viejas amigas, la habían alejado por esto. Temía que hiciéramos lo mismo… Pero nos quedamos con ella.
Allison:… Ella era tan débil, Lena.
Sara: Intentaba verse fuerte. Intentaba hacer sentir mal a Arthur. Intentaba herirlo con palabras. Intentaba que el chico pensara que los golpes no le afectaban… Pero lo hacían. La veíamos llorar, Lena. Y luego, cuando volvía a casa, sabíamos que también lo hacía. Sabíamos que se sentía estúpida. Que deseaba ser como los demás. Que no deseaba ser… ella lo llamó diferente.
Allison: Y luego llegaste tú, Lena… Ella sonreía más. Ella era un poco más feliz… Y cuando tú fuiste al hospital, ella también se destruyó más de lo normal… A tal punto que pensé que ibas a destrozarla…
Elena: Lo hice - Comentó entre lágrimas, recordando lo sucedido hacía meses.
Allison: Sí, pero la reparaste Lena. Eres tu quien siempre la repara… ¿Cómo es que dice esa frase, Sara? La que nos dijo luego de leer Cazadores de Sombras…
Sara: Amar es destruir, y ser amado es ser destruido - Citó.
Allison: El amor duele, Lena. No es solo felicidad como te han dicho en miles libros, películas y fanfics. El amor no es de esos sentimientos que se sienten bien todo el tiempo… El amor se trata de destruirse, para luego repararse. Una y otra y otra vez…
Sara: Por supuesto, si lo único que haces es destruir la ecuación no es válida…
Allison: Pero tú la has hecho reír, tanto como la has hecho llorar. Tú las has destruido y las ha reparado cientos de veces, Elena, y ella también hace esto contigo.
Sara: Cuando te conoció dejó de ser la chica infeliz que era golpeada por Arthur, Elena. Dejó de pensar que sería mejor ser como los demás… Y pasó a ser la chica que estaba profundamente enamorada de ti.
Allison: Tú la reparaste, Lena. La reparaste incluso cuando nadie más podría haber visto que estaba rota.
Elena: Y luego la destruí… -Insistió.
Sara: ¡¿Qué parte de amar es destruir y ser amado es ser destruido no entiendes?! ¡No soporté su discurso de "Jace e Isabelle son mis nuevos amores literarios” para esto”!
Allison: Tranquila, amor… Lena, sabemos que la destruiste. En realidad, los primeros meses quise arrancarte la cabeza, y estoy segura de que Sara también…
Sara: No lo dudes…
Allison: Pero…
Sara: Lo importante ahora no es el daño que pudiste haber hecho, Elena Katina… Lo importante es que volviste, y recogiste cada trozo de ella, y los juntaste de nuevo a la perfección… Y ahora, con esta caída, es ella quien te está destruyendo…
Allison: Y está bien, Lena, porque en cuanto entres a ese lugar, la veas sobre la camilla y te sonría, todo volverá a estar en su lugar…
Sara: Eres un desastre, Lena. Tienes razón… Pero uno maravilloso - Finalizó con una dulce sonrisa.
Fue justo en ese momento cuando Jhonathan se les acercó.
Jhonathan: Lamento interrumpir, pero el doctor salió hace unos minutos… Podemos verla.
…………….
La pelirroja entró lentamente a la habitación con Larissa a sus espaldas. Había tenido que esperar impacientemente a que Jhonathan y Viktoria entraran a verla antes, al igual que Larissa. Ahora la mujer solo estaba acompañándola. Seguramente quería comprobar que Lena estuviera bien una vez que se encontrara con la pelinegra.
Atravesó la puerta de la habitación trescientos dos con el corazón rebotando contra su pecho.
La encontró recostada en aquella pequeña camilla de hospital mirando el techo fijamente, con varios cables conectados a su pecho, una intravenosa en su mano y una cánula en su nariz para darle oxígeno. Tenía su brazo derecho completamente enyesado y su pierna izquierda en una férula, su cuerpo apenas estaba cubierto por la delgada tela de la bata del hospital. Tenía también varios puntos en su mejilla izquierda, formando una linea vertical de unos tres centímetros, y varios cortes pequeños bajo esta herida.
Allison se había equivocado.
Para repararse no había necesitado que Yulia le sonriera.
El solo verla allí había sido suficiente.
Larissa: Mira quien vino a visitarte, Yulia… - Susurró tiernamente detrás de la pelirroja.
Cuando Yulia la miró y le sonrió, Elena Katina podría haber tenido un ataque al corazón allí mismo.
La pelirroja recordaba el día en que había conocido a Fifth Harmony claramente. Recordaba la felicidad que sintió, y su estúpido deseo de congelar el tiempo. Recordó el sentimiento de que el corazón se le escaparía del pecho.
Ahora tenía el mismo deseo, y se sentía de la misma forma, pero había dos diferencias… Ellas eran cinco. Yulia era una. Y ella estaba profunda e irremediablemente enamorada de esa morena.
Caminó rápidamente hacía ella, no tardando en rodearla torpemente con sus brazos y enterrar su cabeza en el hueco de su cuello para aspirar su aroma.
Estaba bien. Realmente lo estaba. Con algunas torceduras y unos cuantos huesos rotos, pero no era algo que no sanara con el tiempo.
Elena: ¿Esto era lo que sentías cada vez que yo iba al hospital? - Preguntó entre susurros, con un nudo en su garganta y sus ojos ardiendo debido a las lágrimas que amenazaban con salir.
Yulia rodeó su cuello con su brazo bueno y asintió.
Elena: Se siente como la mierda - Intentó burlarse.
Yulia: Lo sé - Coincidió.
Y antes de que la pelirroja pudiese adivinarlo Yulia encontró la forma de que sus labios chocaran, compartiendo de esta forma un hermoso y dulce beso.
Un beso que le hacía doler el corazón.
Un beso que la reparaba.
Larissa: Yo… Supongo que estaré afuera - Susurró en cuanto el beso acabó. Lena observó sonriente como las mejillas de su novia se sonrojaban y besó dulcemente su frente.
Se mantuvieron en silencio incluso cuando Larissa se fue.
Yulia: ¿Puedes creer esto? - Preguntó de repente señalando su brazo roto. Lena se alejó un poco para mirarlo mientras sonreía dulcemente - ¡Es mi mano sexual, Lena! ¡Y se me rompieron tres dedos! ¡TRES! Es decir, mi mano izquierda es buena, pero jamás como la derecha y… Lo tendré durante semanas, amor. ¡Semanas! Es decir, es como… ¡Seré la pasiva por semanas!… Me gusta ser versátil, Lena. En serio me gusta. Es como… “Yulia la versátil”… Se escucha bien. Se escucha maravilloso. Es la mezcla perfecta entre dominación y sumisión… Ahora soy… ¡SOY YULIA LA PASIVA! ¿Escuchaste eso? Yulia… ¡La pasiva!
Elena simplemente rió audiblemente ante el evidente enojo de su novia y negó con su cabeza.
Yulia: ¡No te rías, Katina! ¡Estoy sufriendo!… Ahora soy… ¡SOY ALLISON, LENA! ¡Soy Allison!
Elena: Yul… Aun tienes tu boca… - Susurró dulcemente, mirándola a los ojos y acariciando sus labios con su pulgar.
Yulia: ¡Eres una pervertida, Katina! - Exclamó divertida, tomando su rostro con su mano izquierda y acariciando su mejilla tiernamente antes de dejar una juguetona mordida en el dedo de su novia.
Elena: ¿Yo? ¡Fuiste tú quien comenzó a decir que sería pasiva por semanas y todo eso…!
Yulia: ¿Quieres llorar, cierto?
Su rostro había pasado de la diversión a la tristeza rápidamente.
Fue cuando la pelirroja supo que, en realidad, todo aquel rollo de “Yulia la pasiva” había sido solo un intento de ocultar lo que en verdad sentía.
Preocupación.
Elena: Yul, yo… No debería llorar. Estás bien. Estás a salvo… Tu…
Yulia: Estoy bien, tienes razón. Tengo un esguince en mi tobillo, y mi brazo derecho hecho trizas. Tengo un par de costillas astilladas y este corte que va a dejar un fea cicatriz, pero estoy bien… Aun así, puedes llorar. Puedes llorar porque tuviste miedo. Porque estuviste preocupada. Porque me amas… ¿Bien, Lenita?
Lena simplemente asintió y la besó dulcemente, queriendo comprobar que no estaba soñando.
La besó intentando explicarle cuando se había preocupado, cuanto miedo tuvo, cuanto la amaba.
Fue cuando, sin poder controlarlo, un sollozo escapó por sus labios y golpeó los de Yulia, seguido de otro y uno más. Escondió su rostro en el cuello de la morena rápidamente, dejando a las lágrimas descender y a todo lo que había sentido salir de allí mientras la pequeña simplemente la abrazaba con su brazo derecho, acariciando su cuello tiernamente hasta que el llanto se volvió controlable.
Yulia: Tengo algo para ti - Susurró dulcemente luego de limpiar sus lágrimas con tiernos besos-… O tal vez para Jennifer… Solo… Creo que mamá lo colocó sobre la mesita de noche.
Elena simplemente asintió y limpiándose las lágrimas se levantó lentamente.
Al llegar, encontró el viejo y arrugado dibujo de Troy que había hecho hacía ya bastante tiempo.
____________________________________________
CONTINUARÁ...
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
____________________________________________
Tres días después, Yulia fue dada de alta.
Le quitarían los puntos de la mejilla en unos días, y la férula en un par de semanas. El yeso de su brazo era lo que verdaderamente le molestaba, porque… bueno… a Yulia Volkova no le gustaba ser pasiva.
Las enfermeras la habían ayudado a colocarse unos pantalones deportivos lo suficientemente cómodos como para que no molestaran la férula en su pie derecho, así como también un suéter que pertenecía a su novia y una única converse en su pie bueno. No era su mejor conjunto de ropa, pero algo es algo.
Ahora estaba intentando caminar con la única muleta que podía cargar con su brazo derecho, casi cayéndose cada dos segundos, la joven enfermera a su lado siempre estaba allí para atraparla.
Fue en su décima tercera casi caída cuando la puerta de su habitación se abrió, dejando ver los rostros de sus sonrientes padres… y de su no tan sonriente novia.
Yulia: ¡Lenita! - Exclamó al verla, intentando que una sonrisa se dibujara en su hermoso rostro, la enfermera la sostuvo nuevamente cuando perdió el agarre de la muleta.
La pelirroja ni siquiera sonrió. Estaba mirando fijamente el agarre de la enfermera en su brazo.
¿Estaba celosa?
Su novia se acercó rápidamente a ella y la rodeó con sus brazos posesivamente, aunque también con delicadeza debido a sus maltratadas costillas. Yulia sintió de inmediato como la mano de la enfermera era arrancada de su brazo bruscamente.
Sí, estaba celosa.
Larissa: Lamentamos interrumpir, pero… nosotros también estamos acá.
Yulia: Lo siento - Susurró sonrojada, alejándose ligeramente de los brazos de la chica de la ventana. “¿Por qué te sonrojas, Volkova? ¡Ni siquiera la besaste! ¡No es como si tu madre las hubiese visto haciendo el amor!”- ¿Hola?
Su padre simplemente rió.
Jhonathan: ¿Lista para irte?… Ya firmamos los papeles y todo eso, así que eres oficialmente libre.
Sorpresivamente, no fue Yulia quien respondió.
Elena: ¡Vámonos! -Dijo de inmediato, sonriendo por primera vez desde que había entrado - No me gusta este lugar - Susurró al oído de Yulia - Y tampoco tu enfermera…
…………
Al llegar a casa Jhonathan llevó a Yulia en brazos hacía su habitación, donde la recostó sutilmente sobre la cama y depositó un dulce beso en su frente.
Yulia suspiró.
Era bueno estar sobre una cama cómoda de nuevo.
Larissa: Tu padre y yo te dejaremos descansar hasta que la familia Katin llegue…
Yulia: ¿La familia Katin? - Preguntó confundida.
Jhonathan: Oh, si, habíamos olvidado decírtelo. Ellos vendrán a cenar esta noche…
Y, sin decir nada más, se fueron, dejándola sola con Elena, que había estado escondida tras los padres de la chica silenciosamente.
Yulia: ¿Tu madre también vendrá? -Quiso saber.
Mientras estaba en el hospital la familia Katin había ido a visitarla, incluyendo a la señora Katina, pero esta solo se había limitado a mirarla fijamente en silencio durante los pocos minutos en los que ellos habían estado allí.
Elena simplemente asintió.
Yulia: ¡Excelente! Yulia la pasiva tendrá una pelea con su suegra esta noche…
Elena: ¿Por qué lo dices? - Preguntó con el entrecejo fruncido, completamente confundida, acercándose a la cama de la morena y dibujando divertidos patrones en la planta de su pie izquierdo.
Yulia: Tu madre quiere pelear conmigo, es obvio. Si no fuese así no se acercaría.
Elena: Ella no quiere pelear contigo, Yul - Susurró dulcemente, mirándola a los ojos unos segundos.
Yulia: ¿No? -Ahora la confundida era ella.
Elena: Dijo que ya no quiere pelear -Comentó encogiéndose en hombros- En realidad, dice que le caes bien…
Yulia: ¿Está drogándose, verdad?
Elena: No -Negó completamente horrorizada- Mamá no lo hace desde que yo nací, Yul…
Yulia: Estaba bromeando, Lena -Sonrió dulcemente, sintiendo como las manos de la pelirroja jugaban con cada uno de los dedos de sus pies - Es solo que me parece extraño… ya sabes… que yo le caiga bien y todo eso…
Elena: Supongo que se dio cuenta de que, por más que lo desee, tu y yo no vamos a separarnos.
Yulia: ¿No vamos a hacerlo? -Quiso saber, intentando que sus labios no dibujaran la sonrisa que deseaba.
Jamás se debe cantar victoria antes de tiempo.
Elena: No -Negó mirándola fijamente a los ojos, gateando lentamente hasta recostarse a su lado. Yulia aprovechó la situación para apoyar su cabeza en su pecho y verse envuelta por los protectores brazos de su novia.
En su pecho, su corazón palpitaba aceleradamente, y el de Lena seguía su ritmo.
Yulia: ¿Es una promesa? -Quiso asegurarse.
Elena: Lo es, Yul - Susurró dulcemente, acariciando su cabello- Lo es.
………….
Yulia: ¡¿Demetria te despidió?! - Preguntó alarmada mientras Elena se levantaba y corría a cerrar la puerta de la habitación.
Elena: Ya te lo dije - Susurró - Ahora trabajo con Sara - Informó encogiéndose en hombros, como si verdaderamente no importara.
Yulia: Pero…
Elena: Ella tiene razón, Yul. Me marché durante mi primer día de trabajo. Haber conservado el trabajo habría sido injusto…
Yulia: ¿Injusto? ¡Injusto es que Christian te haya tratado como te trató!
Elena: ¿Podemos dejar de hablar de él? - Suplicó comprobando que la puerta de la habitación estuviese realmente cerrada- Es parte de mi pasado ahora. Tu eres mi presente, y también mi futuro. ¿Bien?
Yulia: Bien -Asintió sonriente.
Elena: Ahora… Supongo que querrás ver tu regalo…
Al parecer, el que se hubiese caído de una escalera días atrás merecía una recompensa.
Y Yulia no se negaba a recibirla.
Yulia: Por supuesto -Asintió mordiéndose el labio, observando como lentamente Elena caminaba hacia el armario y buscaba algo allí dentro.
¿Sería una fusta? ¿Una venda? ¿Esposas?… En realidad, la esposas no tendrían mucho sentido porque realmente no podía moverse, pero…
Elena: Solo compre una - Susurró alejándose, sacando una hermosa rosa del lugar- porque representan el número de personas con las que quiero estar en este momento…
La pelinegra dejó escapar una lágrima.
Aquella rosa era mucho más de lo que ella esperaba.
Para cualquiera aquella habría sido una rosa insignificante, pero para Yulia… Para Yulia Volkova era un recuerdo.
Era el primer regalo que Lena le había dado, el primer día en el que fueron oficialmente novias, que fue también el día en el que la pelirroja le dio su primer beso, había sido una rosa comprada en la floristería de Fyodor.
Luego, cuando Vanessa le había enviado siete rosas mientras Elena había estado en el hospital, Yulia había usado la misma frase que Lena le había dicho para demostrarle que ella no quería a nadie más, aunque esa otra persona le regalara la luna.
Aquella rosa representaba con cuantas personas quería estar en esos momentos. En esos y los venideros.
Esa persona se llamaba Elena Katina y tenía los ojos más hermosos que jamás había visto en su vida, y era perfecta, y el amor de su vida, y no estaba dispuesta a dejarla ir.
Elena: Te amo, Yulia Volkova - Susurró arrodillándose a su lado en la cama- Amo cada pequeña parte de ti. Amo despertar a tu lado. Amo que sujetes mis manos y me hagas sentir en control. Amo la forma en la que arrugas tu nariz al reírte, y como muerdes tu lengua cuando estás realmente feliz. Amo cuando te sonrojas sin razón. Amo cuando muerdes tu labio y tu ni siquiera te das cuenta. Amo cuando me miras a los ojos y siento que podría estar así durante años. Amo cuando dices que me amas y haces que mi nuevo corazón funcione como un corazón de mierda. Amo cuando hablas, y también cuando callas. Amo verte pensar. En realidad, amo verte haciendo cualquier cosa. Amo incluso esos dibujos que haces parecidos a los de una niña de preescolar. Amo cuando cantas y cuando bromeas. Amo la forma dulce en la que intentas explicarme cosas que no entiendo. Incluso amo cuando te molestas. Te ves linda molesta. Amo cada parte de tu cuerpo, y amo quien eres. Amo ese pequeño lunar en la parte superior de tu frente, y también amo esa cicatriz que va a quedar en tu mejilla. Amo la forma en la que tus ojos parecen brillar cuando hablas de cosas que te gustan y… - Lena no estaba mejor que Yulia. Lágrimas corrían por las mejillas de ambas y sollozos amenazaban con escapar - Te amo, Yulia Volkova. A ti y a todo lo que eres… Y si me dieran a elegir entre volver a nacer con todos mis problemas y conocerte, o ser como cualquier otra chica normal y jamás cruzar mi mirada contigo… Te escogería a ti, Yulia. Siempre te escogeré a ti. Siempre serás tu… Tu eres mía, Yulia Volkova, y yo soy tuya, y no voy a permitir que nadie cambie esto, porque te amo, y tu me amas, y daría hasta mi última partícula de vida por ti.
Si la morena hubiese podido saltar en ese momento, lo habría hecho.
Elena: Te amo Yulia Volkova.
……………
La pelinegra no sabía en que momento los besos dulces y salados se habían vuelto tan pasionales, pero le gustaba.
Le gustaba sentir a la lengua de Lena enredarse con la suya, y escuchar los gemidos ahogados que impactaban con su garganta. Le gustaba sentir como las manos de su novia vagaban por su cuerpo aún sobre la tela de la estúpida ropa y se detenían sobre su trasero. Le gustaba enredar los dedos de su mano buena en sus rizados cabellos para que el beso se profundizara, hasta que ninguna de las dos supiera cual lengua pertenecía a quien.
Yulia: Jódeme Lena - Susurró contra sus labios, mordiendo juguetonamente la boca de su novia, sintiéndola tensarse sobre ella y un leve gemido escapando de sus labios, haciendo que la humedad de Yulia aumentara.
Sintió a la rodilla de la pelirroja presionarse contra su centro y su espalda se arqueó en respuesta a la gran ola de placer que la recorrió, un ligero dolor se apoderó de sus costillas al instante.
Yulia: Jódeme Lena -Repitió con un jadeo - Pero lento, por favor…
Lena simplemente sonrió y fue descendiendo lentamente por su mejilla, dejando cortos y tentadores besos. La morena se retorcía lentamente bajo su tacto, hasta que sus labios chocaron con su cuello y comenzaron a atacarlo salvajemente.
XX: ¡Yulia! ¡Lena! ¡YULIA! -Era su padre, golpeando la puerta con brusquedad.
Yulia: ¿Qué sucede? - Preguntó alarmada.
Jhonathan: Los Katin llegarán en media hora… ¿Y no podían esperar hasta la noche? Es desagradable explicarle a Viktoria porque su hermana está haciendo sonidos tan extraños en su habitación…
…………
Lena había ayudado a Yulia a cambiarse, depositando leves besos en las zonas que iba descubriendo, también dejando que sus labios vagaran por zonas un tanto sensibles, contribuyendo de esta forma a que sus bragas se arruinaran completamente.
Llevaba una vieja camisa de “The 1975” que Lena le había prestado, al igual que unos cómodos shorts, también de Lena… En realidad, si las chicas no compartían brasier era porque Yulia y la pelirroja usaban tallas COMPLETAMENTE diferentes.
Yulia: Cárgame -Pidió sobre la cama estirando sus brazos y haciendo un leve puchero a su novia, que la miró tiernamente y rodeó su cuerpo con sus manos dulcemente antes de levantarla- Te amo, Elena Katina - Susurró enterrando su cabeza en su pecho, sintiendo como su novia descendía las escaleras lentamente, aferrándola fuertemente contra su pecho.
Elena Katina era su casa.
Elena Katina era su lugar seguro.
Elena: Yo también te amo, Yulia Volkova.
…………….
La mesa del comedor se había convertido en un bullicioso lugar mientras Jhonathan y Sergey hablaban de deportes, Inessa y Larissa intercambiaban recetas de cocina e Iván, Katya y Vika hablaban sobre algo que Yulia realmente no podía comprender.
Elena y ella eran las únicas que permanecían calladas en aquella mesa, la chica de la ventana ayudándola a comer, ya que la agilidad de Yulia con su mano izquierda era prácticamente nula.
Elena: ¿Uno más? - Preguntó dulcemente. Yulia negó con su cabeza como una niña pequeña - Vamos, Yul, solo un poco más…
Yulia: Estoy llena, Lena.
Elena: Amor…
Yulia: Vamos, Lena, es imposible que tenga hambre ahora. Comí como una cerda mientras estaba en el hospital, y esta es mi quinta rebanada de pizza - Explicó alejando la mano de su novia- ¿Quieres que explote, cierto? ¿Es eso? -Le recriminó, fingiendo enojo.
Elena: No, yo no… yo no quiero eso.
Yulia: Estoy jugando, Lena.
Elena: Deberías dejar de hacer eso - Susurró malhumorada, alejándose y dando un mordisco a la rebanada de pizza como si se tratara de papel.
Yulia: ¡No! ¡Es divertido! -Se negó.
Elena: Bien - Aceptó cruzándose de brazos, bufando.
Yulia: Bien -Rió.
Elena: Bien -Repitió.
Yulia: Bien.
Elena: Bien.
Yulia: Bien…
La morena habría esperado seguir con el juego. En realidad, le encantaba ver a Lena molesta de esa forma. Era divertido. Y ella realmente se veía bastante tierna de esa forma, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.
… Pero su novia tenía otros planes.
Lentamente desenredó sus brazos, llevando una de sus manos a la pierna de Yulia, acariciándola lentamente. Pequeñas cosquillas viajaban a su centro.
Mordió sus labios por instinto, reteniendo el gemido que amenazaba con salir.
Yulia: ¿Qué estás haciendo? - Preguntó con los ojos completamente abiertos, sintiendo como la mano de su novia vagaba hasta el botón de su short.
Lena simplemente se encogió en hombros, mirándola fijamente, introduciendo uno de sus dedos en su braga, dejándolo vagar lentamente.
Yulia: Deberías dejar de hacer eso - Jadeó mientras juntaba sus piernas, de esta forma solo aumentaba el contacto de los dedos de Lena contra su centro.
Mierda. ¿Cómo era que no se había dado cuenta antes de que en el comedor hacía tanto calor?
Elena: No -Se negó sonriente- Es divertido.
Bien. Excelente. Ahora Lena jugaba el papel de la novia vengativa.
Yulia: Por favor, Lena - Suplicó al sentir como sus dedos comenzaban a tantear su entrada.
No era como si no quisiera que la chica de la ventana le hiciera el amor, pero en ese momento sus padres estaban allí y, bueno, supongo que esas son malas situaciones para hacer el amor.
Elena: ¿Dejarás de hacerlo?
Yulia: ¡No! -Le encantaba ver a su novia enfadada. No podía pedirle renunciar a su diversión diaria.
Elena: Bien - Sonrió.
Y rápidamente introdujo uno de sus dedos en su entrada. Yulia mordió su lengua bruscamente para detener el gemido que amenazaba con salir. En su boca probó su propia sangre.
Elena: Es mejor que prometas que dejarás de hacerlo, porque comenzaré a moverme, y llegará el punto en donde no vas a poder detener tus gemidos, amor - Susurró seductoramente a su oído antes de morder el lóbulo de su oreja.
Yulia: Está bien, está bien, dejaré de hacerlo intencionalmente… Ahora saca tu dedo de allí.
Elena simplemente obedeció con una sonrisa, besando su mejilla dulcemente.
Elena: Fue un placer hacer tratos contigo, Yulia Volkova.
La morena miró el reloj. ¿Cuánto faltaba para que la estúpida cena terminara y Lena pudiera apagar el puto incendio que había entre sus piernas?
…………
Por desgracia, la cena se hizo cada vez más y más larga.
Inessa: ¿Has planeado ir a alguna universidad, Yulia?
Fue la primera vez que le habló durante la cena, y la primera vez que no había enojo o desagrado en su voz.
Era un gran logro, en realidad.
Yulia: En realidad, yo… - Contestó, aclarando su garganta y buscando la mano de Lena - Sé que no te lo había dicho, amor - Susurró a su novia -, pero estoy planeando enviar varias solicitudes a varias universidades del país y… Verás, sé que para ti la universidad es una pérdida de tiempo y todo eso, me lo has dicho. También sé que quieres dedicarte a la fotografía y… El punto es que mi abuela tenía dinero. Bastante. Y bueno, sé que tu también tienes un buen fondo universitario que no planeas usar, así que estuve pensando que… bueno, podríamos alquilar un pequeño departamento cerca de mi universidad e incluso hacer un pequeño estudio para que tu trabajes allí. También podríamos comprar varias cámaras, luces y todo lo que necesites... Y yo… yo podría conseguir un trabajo a tiempo parcial para no depender simplemente de los fondos y…
Elena: ¿Quieres que vaya a vivir contigo, Yul? - Preguntó sonriente, interrumpiendo su balbuceo.
Yulia, sonrojada, simplemente asintió.
Elena: Bien - Aceptó - Pero solo si prometes mantener el orden. No sé si te has dado cuenta, pero mantener las cosas en su lugar no es lo tuyo.
…………….
Yulia: Bien - Susurró pícaramente con voz ronca una vez que estuvo recostada sobre la cama de su habitación - Ahora que cerraste esa estúpida puerta y tus padres decidieron irse, tal vez deberías continuar con lo que estabas haciendo en el comedor…
Elena: O tal vez no - Susurró cruzada de brazos, sentándose provocativamente sobre el escritorio frente a ella.
A veces Yulia se preguntaba si Lena realmente sabía cuan sexy era, y los estragos que esa simple pose era capaz de hacer en su cuerpo.
Yulia: Por favor - Suplicó - Tengo un río entre mis piernas desde hace más de dos horas, y es toda tu culpa.
Elena: Si insistes - Susurró fingiendo indiferencia.
Y fue entonces cuando, frente a ella, Lena comenzó a quitarse los ajustados pantalones que llevaba, al igual que la camiseta, revelando así un sensual traje en lencería negro que no ayudó en nada a su febril centro.
Yulia: Jódeme Lena - Susurró por tercera vez en el día, dejando a sus ojos vagar por la silueta de su novia una y otra vez.
No era su culpa mirarla con tanto deseo. Era culpa de Elena “Caliente” Katina.
Elena: Cuando quieras - Accedió acercándose.
La morena llegó a la conclusión de que tal vez debía seguir cayendo desde las escaleras si quería recibir cosas como aquellas.
____________________________________________
CONTINUARÁ...
Entiendo que para Lena, la interacción con su madre es algo importante, pero no me convence ese arrepentimiento tan repentino de parte de la mayor luego de haberla cagado tanto como lo hizo. Acaso a Lena se le olvidó que prácticamente la forzó a vivir con un boludo que le hizo la vida un orto?
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Elena Sonda- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/12/2019
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
______________________________________________
Los días pasaron rápidamente, tal vez demasiado. Antes de que las chicas pudiesen notarlo, navidad se acercaba.
Elena seguía viviendo con la familia Sarkys-Volkova, no porque las cosas con su familia siguieran tensas, sino porque a Yulia le gustaba tenerla allí, y a los padres de ésta también.
Aún así, la pareja solía pasar los fines de semana junto con los Katin.
Elena: Cuidado con la escalera, Yul -Advirtió a su novia- Tienes muy mal historial con ellas… -Se burló mientras intentaba desenredar un montón de luces para colocar alrededor de la casa.
Yulia: Muy graciosa, Katina, muy graciosa -Dijo mientras subía las pequeñas escaleras de metal y se disponía a decorar la parte superior del árbol de navidad colocado a mitad de la sala.
Viktoria: ¿Crees que puedas acompañarme a comprarle un regalo de navidad a papá y mamá cuando terminemos de decorar, Yulia? - Preguntó dulcemente mientras terminaba de colocar unos cuantos copos de papel en las ventanas.
En Miami no caía nieve, pero eso no era algo que unos cuantos trozos de papel recortado no pudiesen arreglar.
Yulia: Lo siento, Vika -Se lamentó - Le prometí a Sara que la ayudaría a cuidar de sus hermanos mientras ella y sus padres decoran la casa…
Elena: Puedes ir conmigo si quieres, Vika -Se ofreció dulcemente, corriendo rápidamente para ayudar a Yulia a bajar las escaleras y depositando un dulce beso en la pequeña cicatriz que había quedado en su mejilla luego de la caída de la ventana - Jennifer y yo planeábamos hacer algunas compras luego del almuerzo…
Yulia: Pensé que ya las habían hecho hace dos días -Dijo confundida.
Elena: Jen está loca por la navidad, Yul. Estoy segura de que ahora comprará un trineo y un disfraz de santa para el pequeño Troy… Deberías revisar su twitter. Su header son unas galletas navideñas caseras que hizo para el pequeño Troy y su icon es… bueno, ella con una barba falsa y un traje de santa…
Yulia: Eso se escucha aterrador…
Elena: Lo es… - Aseguró - Estoy segura de que cuando llegue el día abrazará hasta a un asesino serial y le deseará una feliz navidad… - la morena rió ante su chiste, y Lena no pudo evitar hacerlo también- ¿Entonces, Vika? ¿Qué dices? - Preguntó a la pequeña.
Viktoria: Iré -Accedió sonriendo. Lo cierto era que la relación entre ambas era bastante buena - Pero no usaré ningún tipo de barba falsa…
………..
Jennifer: ¡Katina! -La saludó al verla llegar al centro comercial, con el pequeño Troy dando pequeños saltos sobre sus brazos - Mira Troy, la tía Lena - Señaló al pequeño, que de inmediato se lanzó a los brazos de la chica, la cual depositó un dulce beso en su pequeña mejilla antes de alzarlo dulcemente - Hola, Vika…
Viktoria: Hola Jennifer…
Jennifer: ¿Les molestaría si vamos primero a ver a Santa? Quiero que Troy se tome una foto con él…
Elena: Pero, Jenny… Él ya tiene una foto con Santa…
Jennifer: ¡Eso fue hace dos días, Katina! ¡Míralo ahora! Se ve tan hermoso con ese trajecito azul…
Lo cierto era que el pequeño Troy, que jugaba salvajemente con el cabello de Lena, se veía adorable.
Elena: Debo admitir que, para tener cinco meses y medio, se ve bastante atractivo… - Confesó con una sonrisa, llevando su boca al estómago del pequeño, donde comenzó a hacerle cosquillas. El niño se reía con su voz angelical.
Viktoria: Se ve mejor que los niños de mi clase -Admitió, comenzando a caminar al lado de las chicas, en dirección a Santa-… Y también huele mejor - Agregó.
Lena simplemente pudo reír.
………..
Luego de que Jennifer tomara unas quince fotos de Santa junto a su pequeño hijo y se colara también en un par, las chicas pudieron por fin comenzar las compras navideñas. El pequeño Troy disfrutaba su estancia entre los brazos de Lena, aprovechando algunas ocasiones que tenía para mordisquear su oreja, o su nariz, o sus mejillas, o alguna parte visible de su rostro, con sus encías.
Si Yulia hubiese estado allí probablemente habría estado bastante celosa.
Viktoria: ¿Crees que esto le gustará a mamá, Lena? - Preguntó enseñándole unos adorables guantes de cocina, al igual que un libro de recetas.
Elena: Estoy segura de eso, Vika - Respondió sonriendo, acariciando su suave cabello-… ¿Por qué no le buscas también una tarjeta?
Viktoria: Bien -Accedió alejándose lentamente con una hermosa sonrisa en los labios bastante parecida a la de su hermana.
A veces la pelirroja solía sorprenderse por el gran parecido entre su novia y su pequeña hermana.
Jennifer: ¡Mira esto, Lena! - Exclamó al mirar un pequeño cascanueces - A Troy va a encantarle…
Elena: Jen, creo que ya tienes muchos cascanueces y…
Jennifer: Siempre hay espacio para uno más, Katina -Dijo sonriendo, tomándolo entre sus manos y colocándolo en su carrito con delicadeza-… ¿Ya le has comprado un regalo a Yul, Lena? - Preguntó tomando a Troy entre brazos, quien de inmediato escondió su cabeza cómodamente en el hueco de su cuello y se metió un dedo a la boca, sus ojos color café comenzaron a cerrarse.
La pelirroja sonrió.
Ese gesto le recordaba a Yulia cada vez que tenía pesadillas.
Elena: No… En realidad, no sé que regalarle. Es la primera navidad que pasamos juntas y… -Era cierto. Ellas se habían separado antes de navidad, y luego, al regresar ocho meses después, ya era bastante tarde para un regalo atrasado.
Jennifer: ¿Qué te parece una de esas bonitas fotografías que tomas de la ventana de su habitación? Ya sabes, en honor a lo que han pasado y todo eso… Ustedes se irán a Nueva York en unos meses para que Yul pueda ir a la universidad, así que sería bonito que tuvieran algo para recordar…
Elena: Podría ser -Accedió encogiéndose en hombros - También planeo regalarle un rosa, pero aun así es muy simple… Necesito algo más.
Jennifer: ¿Por qué no un dije? - Preguntó con una sonrisa - Todas aman los dijes…
Elena: Es una buena idea, pero no lo sé… ¿Qué forma debería tener?
Jennifer: No lo sé. Un unicornio, tal vez… Tu amas los unicornios.
Elena: Tu misma lo dijiste: yo los amo. Ella… A ella le gusta Harry Potter. Tal vez deba regalarle una varita.
Jennifer: Tal vez…
………..
La tarde fue bastante tranquila.
Lena y Vika compraron todo lo que necesitaban y se vieron obligadas a detener las compras de Jen cuando en su carrito ya no entraban más cosas.
Jennifer: Supongo que debo irme - Comentó sujetando fuertemente al dormido pequeño Troy entre sus brazos- Alguien necesita alimentarse pronto - Susurró tiernamente, besando la cabecita de su pequeño hijo… Porque realmente lo era. Elena dudaba que algún día alcanzara la altura de su padre-… Y también necesita un cambio de pañales - Agregó arrugando su nariz.
Viktoria: ¡Adiós Jennifer! -Se despidió alegremente, agitando su mano en el aire.
Jennifer: ¡Adiós Vika! -Correspondió caminando hacía la salida- ¡Adiós Katina!
Jennifer: Bien… - Suspiró - Ahora que Jenny se fue ¿Quieres tomar un helado mientras caminamos a casa?
Viktoria: Me encantaría -Accedió.
…………
Viktoria: Lena… -La llamó mientras intentaba comerse su enorme helado de chocolate.
Elena: ¿Si?
Viktoria: ¿Tu quieres a Yul, verdad?
Elena: La amo, Vika - Aceptó.
Viktoria: ¿Y no está mal que la ames, verdad?
Elena: Amar nunca esta mal, Vika -Negó dulcemente - ¿Por qué lo preguntas? -Sentía curiosidad.
Viktoria: Bien… Hace unas semanas en la escuela mi profesora nos contó una historia. Ya sabes, esa donde la princesa está en atrapada en la torre junto a un dragón y el príncipe la salva… Ella dijo que algún día las niñas encontrarían algún príncipe, y los niños a alguna princesa… Entonces levanté la mano y le dije que mi hermana… Bueno… Le dije que ella te encontró a ti… Mi profesora no me dijo nada, pero en el descanso mis compañeros empezaron a burlarse de mi. Dijeron que mi hermana era rara, y que las princesas deben enamorarse de príncipes, y no de otras princesas… Y… bueno… eso es todo.
La pelirroja suspiró.
“Niños estúpidos” Pensó.
Elena: ¿Sabes, Vika? Algunas personas suelen ver de mala forma las cosas a las cuales no están acostumbradas… Es como… En las historias, las personas no se preocupan en el hecho de que la princesa probablemente habría muerto si nadie hubiese llegado. A ellos solo les importa que un príncipe las salvara. Ni siquiera se preocupan en saber si el dragón era realmente malo… Tal vez el dragón solo quería protegerla. Tal vez el dragón la amaba… Está bien si el príncipe salva a la princesa, Vika. Está bien si una princesa salva a la princesa. Está bien si el dragón salva a la princesa… Lo importante es que la princesa sea salvada ¿Comprendes?
Viktoria: Comprendo -Asintió sonriendo- Entonces, si ustedes dos son princesas ¿Quién salvó a quién?
La pelirroja lo pensó durante algunos minutos antes de hablar, sujetando la mano de la niña antes de cruzar la calle.
Elena: Nuestra historia no es de princesas, Vika - Explicó - En realidad, jamás me gustaron esas historias. Las princesas siempre solían comportarse como idiotas y esperaban a algún príncipe en vez de intentar salvarse por sí mismas… Nuestra historia es más sobre un dragón rosa y un… un -Lo meditó un instante, hasta que su cerebro dio con algo - Un unicornio verde.
Viktoria: Suena interesante - Halagó - Cuéntame más…
Elena: Bien… El dragón era hermoso, pero la princesa de la torre y su mejor amiga no querían que el dragón opacara su belleza, así que golpeaban sus alas para que no pudiera salir volando de la torre a exhibirse ante el mundo. Dos hadas algo extravagantes intentaban curarla, pero no era suficiente…
Viktoria: Pobre dragón -Se lamentó, Lena y ella tiraron los restos de su helado a la basura.
Elena: Lo se, Vika -Coincidió dulcemente-… En la torre de enfrente vivía…
Viktoria: ¡El unicornio! - Adivinó divertida.
Elena: Exacto Vika… El cuerno del unicornio no solía funcionar como el de los demás, y su pelaje tenía varias marcas hechas por los hechizos fallidos de su cuerno, así que se sentía inferior a los demás y decidió confinarse a si mismo a aquella torre… Una noche, mientras la princesa malvada y su mejor amiga dormían y el unicornio miraba las estrellas, el dragón se atrevió a sacar su cabeza por la ventana de la torre…
Viktoria: ¿No se atascó?
Elena: Era una ventana grande, Vika - Aclaró -… Fue cuándo el unicornio y el dragón se vieron por primera vez. Para el dragón, el unicornio era hermoso. Para el unicornio, el dragón era perfecto… El unicornio solía usar su magia para escribirle mensajes al dragón con las estrellas, y el dragón usaba el fuego de su boca para escribir en el cielo. Fue entonces cuando ambos, dragón y unicornio, se enamoraron. Pero, a pesar de esto, no podían ser completamente felices, pues las princesas seguían golpeando las alas del dragón y el unicornio seguía sintiéndose inseguro… Fue cuando decidieron ayudarse mutuamente. Con su cuerno mágico el unicornio reparó las alas del dragón, quien le dio al unicornio una de sus escamas para cubrir su pelaje. Aún así, las alas del dragón no funcionaban debido a que el cuerno mágico solo había hecho la mitad de la magia, y el cuerno del unicornio seguía siendo un asco… Fue entonces cuando convirtió al dragón en una princesa rosa para que pudiera bajar de la torre, y también se convirtió a si mismo en una princesa verde, para que de esta forma su cuerno desapareciera y se convirtiera en su corazón…
Viktoria: Dijiste que las princesas eran idiotas… -Dijo cruzándose de brazos.
Elena: Pero no estas princesas. Estas princesas antes eran un dragón y un unicornio, y los dragones y los unicornios no son idiotas, así que… ¿Sabes, Vika? Aunque muchos aldeanos no aceptaban el romance entre la princesa verde y la rosa, ellas fueron felices. No para siempre, porque eso no existe. Pero lo fueron tanto como sus vidas duraron, porque se salvaron la una a la otra, y porque eran felices amándose entre ellas…
La pequeña simplemente sonrió.
Viktoria: Fue un lindo cuento, Lena.
Elena: Gracias… Supongo que se lo debo a Yul. Ella me dijo que, en las historias, podemos hacer lo que sea que queramos, así que logré que pasaran cosas imposibles - Explicó -... ¿Es increíble, verdad? -Preguntó con una amplia sonrisa.
Viktoria: Lo es -Coincidió-… Tu eras el unicornio ¿Cierto?
Elena: Cierto…
Viktoria: Entonces Yul es…
Elena: El dragón. Yulia es el dragón.
Viktoria: ¿Y la princesa y su amiga eran Arthur y Alfred? -La chica pelirroja asintió. Rió al pensar que Arthur se sentiría halagado al saber que, en su historia, el había sido una princesa -Y las hadas que intentaban curar al dragón eran Sara y Ally… Y las torres son sus ventanas… Y los aldeanos son las personas como los niños de mi escuela, o tu madre, o…
Elena: Serías una buena detective, Vika -La interrumpió. La pequeña hablaba tan rápido que ella apenas podía entenderla.
Viktoria: Pero, Lena… Se que los golpes en las alas del dragón eran los golpes de Arthur y Alfred, y que el cuerno del unicornio era tu corazón, y que las marcas eran tus cicatrices… Pero… tus cicatrices no desaparecieron como las del unicornio, Lena.
Elena: En realidad -Dijo-, las marcas del unicornio jamás desaparecieron, Vika. La escama del dragón solo las cubrió, dejando ver al unicornio el resto de su pelaje. Y vio que era hermoso, a pesar de todo.
Viktoria: Entonces ambas princesas estaban encerradas… Y ambas se salvaron.
Elena: Sí, Vika, es correcto…
Silencio.
Viktoria: Me gusta que seas la princesa verde de mi hermana, Lena. Y me gusta que mi hermana mayor sea tu princesa rosa… Eres un bonito unicornio, y ella es un bonito dragón. Y me gusta que la ames, y que la hayas salvado… Supongo que los niños de mi clase solo se reían solo porque no sabían lo mucho que tu hiciste por ella. Y lo mucho que ella hizo por ti.
Elena: Yo también creo eso, Vika - Susurró abriendo las puertas de la casa de Yulia, dónde Larissa y Jhonathan Sarkys, sentados en el sofá, veían una película-… Y también creo que debo regresar al centro comercial. Aún me falta algo por comprar.
…………..
En vísperas de navidad Lena y Yulia caminaban hacia el parque tomadas de las manos, sonriendo ante chistes estúpidos.
Yulia: Te compré algo bonito para navidad, Lenita - Susurró a su oído con voz ronca, haciendo reaccionar a cada una de las terminaciones nerviosas de la chica - ¿Quieres saber que es? -De nuevo esa seductora voz. ¿Es que acaso Yulia no se daba cuenta de que hablarle de esa forma encendían deseos en su mente que no podían cumplirse en vías publicas como aquellas?
Elena: Por… por supuesto - Balbuceó.
Yulia: Te lo diré - Afirmó sujetando su trasero apenas unos segundos- … Solo si tu me dices que me compraste…
Por supuesto, aquello no podía ser gratis.
Elena: No te lo voy a decir, Yul -Se negó, alejándose de su novia y sujetando su mano firmemente, arrastrándola hacia el parque con rapidez. La morena se resistió entre bufidos.
Yulia: ¡Pero Lena…! - Protestó.
Elena: No. Ya está decidido.
Yulia: Te odio - Lena paró en seco-. No es cierto, Lenita.
Elena: No fue gracioso, Yul -Dijo seria, volviendo a su trabajo de llevar a su novia al parque, esta vez alzándola y llevándola sobre su hombro mientras pataleaba violentamente.
Yulia: ¡Bájame, Lena!
Elena: ¡No! -Se negó, con una ligera sonrisa apareciendo en su rostro.
Yulia: Lena, siento que voy a caerme…
Yulia: Jamás te dejaría caer, amor.
………..
Elena: ¿Estás segura de que no quieres intentarlo? - Preguntó a su novia, que se había sentado bajo en árbol con un nuevo libro entre manos. Ella, en cambio, entre manos tenía su nueva patineta.
Yulia: Amor, las únicas veces en las que me subí a una tu estabas detrás de mi para atraparme… Y no quiero romperme los dedos de nuevo. Esas semanas en las que fui la pasiva de la relación no fueron bonitas…
Elena: ¡Claro que si, Yul! ¿Acaso debo recordarte que solías pedirme que…?
Yulia: ¡Lena! ¡Estamos en un sitio público! ¡Cállate! - la pelirroja lo hizo dibujando una sonrisa en su rostro - ¡Ahora ve! Esos shorts te quedan realmente bien, y quiero saber como se ve tu trasero en ellos.
Elena: Eres una pervertida, Volkova -Rió.
Yulia: No más que tú, Katina - Contraatacó.
La pelirroja solo se echó a reír y dio media vuelta, sabiendo de inmediato a dónde se habían dirigido los ojos de su novia.
Elena: Te amo -Dijo girando su cabeza para mirarla, descubriéndola con… ¿Los ojos en el trasero?
Elena Katina no era buena rediseñando expresiones, pero al menos lo intentaba.
Yulia: Yo también te amo -Sonrió, elevando sus ojos unos segundos.
………..
Luego de media hora en la que la chica realizó algunos viejos trucos y dio unas cuantas vueltas alrededor del parque, decidió que era hora de irse.
Fue entonces cuando alguien la llamó.
XX: ¡Elena!
Era Alexandra.
XX: ¡Lena! ¡Lena! ¡Lena, por favor espera!
De mala gana la pelirroja dio media vuelta, encontrándose con la chica, la cual sostenía entre manos su patineta rosa y corría rápidamente hacia ellas.
Elena: ¿Qué quieres, Alex?
La siguiente en hablar no fue ella.
XX: ¿Qué haces acá? -Era su novia, que se había acercado a ellas sin que Lena se percatara, rodeando su cintura con su brazo.
Alexandra: Solo… yo… Quiero pedirles perdón por haber hecho lo que hice… Juro que, luego de conocerlas, dejé de darle información a Arthur… Ustedes dos son mis únicas amigas, chicas… Antes de ir a la escuela estudiaba en casa y mi vida social era un mierda. Las únicas personas con las que hablaba eran Arthur, Alfred, Vanessa y otro par de mis hermanastros, pero no eran… Ellos realmente no me entendían… Entonces te conocí a ti, Lena. Tu me entendías cuándo hablaba de Camila, de Fifth Harmony y de los olorosos pies de Normani. Tu fuiste la única chica con la que realmente podía hablar de lo que realmente quería hablar… Ahora tengo a Jimmy. Somos novios desde hace más de un año, pero… Él no me entiende cuando hablo de Fifth Harmony. Y, cuando está ocupado o estamos peleados, no tengo a más nadie con quien divertirme… No planeo que me perdones. Ni tú ni Yulia… Pero no quiero seguir pensando que fui tan idiota como para no pedirles perdón por haber hecho lo que hice… Lo siento.
El silencio que invadió el lugar durante un par de minutos fue casi sorprendente.
Sorprendentemente, no fue Lena quien habló primero.
Yulia: Supongo que te perdono - Susurró - Ya ha pasado tiempo…
Elena simplemente sonrió al escuchar las palabras de su novia.
Elena: Supongo que te perdono también. Todos hacemos cosas estúpidas de vez en cuándo… Como Yul. Hace dos días dejó la puerta abierta y su mamá nos encontró…
Yulia: No des detalles, Lenita. Estoy segura de que Alex comprendió la idea -Interrumpió cubriendo su boca con su mano, completamente sonrojada.
Alexandra: ¡Gracias! - Chilló abalanzándose sobre Lena y rodeándola con sus brazos, alejándose de inmediato - Lo siento. Olvidé que no te gustan…
Yulia: Em… Alex… ¿Te parecería venir a mi casa un par de horas? - Elena frunció el entrecejo y la miró completamente confusa - Hoy Fifth Harmony dará un especial de navidad junto con una entrevista y yo le prometí a Sara ayudarla a hacer galletas de navidad junto a Allison para toda su familia, así que… Lena tendrá que ver el especial sola… A menos que quieras acompañarla.
Alexandra: Me encantaría - Aceptó sonriente.
……….
Elena: ¿Pasarás la navidad con Vanessa? - Preguntó a Alex mientras encendía el televisor. Yulia se había ido tan solo unos segundos antes.
Alexandra: No -Respondió- Ella está en Nueva York conociendo a la familia de su nuevo novio. Y cuando digo nuevo novio hablo de uno oficial, no de cualquier revolcón. Estoy feliz por ella, en realidad… Estaré con Arthur, Alfred y Shia. Irán a mi casa. Mi papá aun no lo quiere del todo. En realidad, está enojado con mi mamá por haberse casado con el padre de Arthur, vinculándome así con su hijo gay… Pero supongo que la pequeña Shia lo conquistó… Ella conquista a quien la conoce.
La pelirroja simplemente sonrió, asintiendo.
Elena: ¿El padre de Arthur aún no sabe de ella?
Alexandra: Realmente no lo sé. Arthur no habla de él… - Contestó encogiéndose en hombros. Lena se sentó a su lado en el sofá- Arthur y Alfred lamentan no haberlos invitado a la boda. En realidad, fue algo bastante improvisado. Cuando Arthur firmó ese papel aún estaba insultando a Tyra por haber eliminado a su modelo favorita. Creo que jamás lo había visto tan enojado con ella…
Elena: Espero que su relación se arregle…
Alexandra: Oh, no, Arthur volvió a amarla la semana siguiente, cuando dio un discurso conmovedor en medio de la eliminación.
Elena: Me alegro por eso -Sonrió.
Alexandra: Yo también -La imitó - ¡Mira! ¡Empezó!
Estas palabras fueron lo suficientemente poderosas como para que Lena pusiera su vista en la pantalla de inmediato.
____________________________________________
CONTINUARÁ...
Amé la historia que le cuenta Lena a la Vika
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
__________________________________________________
Yulia: ¿Ya terminamos, Sara? - Preguntó a su mejor amiga, viendo como una nueva tanda de galletas salía del horno, sintiéndose completamente agotada. Una fina capa de harina cubría su cuerpo.
Sara: En realidad, Yul, aún falta la mitad…
Yulia: ¡¿La mitad?!
Sara: Sabes que mi familia es bastante grande, Yul… -Respondió encogiéndose en hombros, como si no fuese la gran cosa.
Yulia: Pero, Sara… Con todas estas galletas podrías acabar con el hambre de los niños de África.
Sara: Vamos, Volkova, no es para tanto…
Yulia: ¡Han sido tres horas haciendo galletas!
Allison: ¿Dijiste tres horas, Yul? - Preguntó abriendo sus ojos como platos, mirando a su novia de inmediato con algo de desesperación que segundos antes no había estado allí. Yulia asintió completamente confusa por el comportamiento de su amiga - Sara, cariño, no hemos hecho el amor en tres horas…
Yulia: ¿Qué? -Ahora se sentía confusa y asqueada.
Sara: Ally y yo jamás hemos pasado tanto tiempo sin hacer el amor. Incluso cuando nos separamos unos días para que ella visitara a su abuela en Texas solíamos hacer video llamadas calientes… Ya sabes, es culpa de las hormonas…
Yulia: Oh, por…
Allison: Sara - Susurró al lado de la morena, haciendo un dulce puchero con sus labios - Tengo ganas…
Yulia: ¿Saben que? Esto es… incómodo… yo - Estaba completamente sonrojada -… A la mierda las galletas. Ustedes solo tengan sexo acá y yo… me iré. Adiós. Las veo pronto… Feliz orgasmo… digo, navidad… -Se despidió nerviosa, intentando salir del lugar antes de que Sara desnudara a Allison con solo un movimiento de sus ágiles y enormes manos.
Sara: Pero Volko…
Yulia: ¡No voy a hacer un trío con ustedes, Sara Hansen!
Sara: Pero Allison piensa que tu trasero es bonito…
Allison: ¡Sara!
……………
Cuando Yulia llegó a casa minutos después se encontró a su novia sentada sobre el sofá, mirando al vacío. Pequeñas lágrimas rodaban por sus mejillas y la pequeña Vika intentaba consolarla.
Viktoria: Está bien, Lena. Está bien -Le decía dulcemente, acariciando sus brazos.
XX: ¿Quieres algo de té, Elena? -Era su madre que, atravesando la puerta de la cocina, se acercaba a ella silenciosamente.
Su novia simplemente negó con su cabeza.
Yulia: Lena - Susurró al verla, entrando rápidamente al lugar, cerrando la puerta a sus espaldas fuertemente. Al instante se arrodilló frente a ella, limpiando dulcemente sus lágrimas con sus pulgares - ¿Qué sucedió?
Pero la pelirroja no respondió. Parecía estar en algún tipo de profundo transe.
Larissa: Su amiga Alex estaba en el mismo estado. Tuvimos que llamar a Arthur, su hermano, para que viniera a buscarla… Tu padre casi lo golpeó con el sartén al verlo. Él no olvida ni perdona fácilmente.
Yulia: ¡Mamá! ¡Ve al grano! - Suplicó alterada, viendo como su novia fijaba sus ojos en ella pero no parecía darse cuenta de que estaba allí.
Larissa: Creo que es por Fifth Harmony… Se separaron, ya sabes…
La morena lo comprendió de inmediato y abrazó a su novia fuertemente.
………..
Luego de llevar a su novia a la habitación que compartían y buscar algo de helado de fresa para calmar el dolor en su corazón de fan, la pelinegra se metió bajo las sábanas junto a ella. De inmediato la rodeó con sus brazos.
Yulia: Come un poco, Lenita -La invitó tomando una gran cucharada de helado y conduciéndola a la boca de su novia, quien mantuvo sus labios sellados - Vamos, Lena. Te ayudará con tu depresión.
Elena: No quiero - Susurró con tristeza, tomando las sábanas y cubriéndose hasta la cabeza, abrazándose fuertemente al cuerpo de Yulia y usando su cuello como escondite.
Yulia: Vamos, Lena. Estamos en víspera de navidad. No puedes estar triste.
Elena: Si puedo - Afirmó.
Yulia: Bien, está bien, pero al menos come algo de helado. No quiero que se derrita.
Elena: Bien -Accedió de mala gana sacando su cabeza entre las sabanas. Sus lindos ojos verdigrises estaban hinchados, mientras miraba fijamente a Yulia.
La morena suspiró audiblemente. De esta forma, enredada entre las sábanas y con los ojos llorosos, su novia parecía un tierno bebé entristecido.
En esos momentos la pelinegra solo quería llenarla de besos y abrazos.
Yulia: Abre la boca -Dijo dulcemente a su novia, que de inmediato obedeció. La ojiazul depositó la cucharada de helado en su boca, la cual su novia tragó con amargura.
Elena: Ya no volveré a ver los Abs de Normani, Yul. Ya no las escucharé rapear las canciones que ella compone… ¡Ya Ally Brooke no volverá a escribir frases tan inspiradoras como “Y te dará con el martillo veinticuatro horas los siete días de las semanas” o “ Normani hoy tiene el periodo así que no tendrá solo”!
Yulia: Lo sé, amor. Sé que duele. Vamos. Otra más…
Elena volvió a obedecer.
Elena: Y Dinah ya no toqueteará a las entrevistadoras calientes ni amenazará al camarógrafo con abusar sexualmente de él con una banana si no enfoca su lado bueno…
Yulia:… ¿Más helado? - Lena asintió entre lágrimas.
Elena: Y ya no volveré a escuchar “Por mis olorosos pies”. ¡Esa frase hacía mis días, Yul!… Y ya…. ya no veré los enormes pechos de Normani de nuevo.
Yulia: Si no estuvieses deprimida te golpearía por decir eso, amor, pero como pareces estar en una crisis solo te ofreceré más helado… - Elena simplemente asintió, al parecer no dándose cuenta de que Yulia estaba algo enojada por su anterior comentario.
Elena: Y el fandom no seguirá volviéndose loco con cada nuevo tatuaje de Lauren Jauregui, y ya no podremos hacerle Bullying diciéndole Mommy… Ya sabes, ella ama que le digan Daddy a pesar de que es muy femenina.
La morena rió ante este comentario. Lo cierto es que ella también iba a extrañar a Lauren Jauregui y su perfecto culo en los vídeos musicales, los cuales Lena había procurado enseñarle uno por uno.
Elena: Y yo… yo no… no volveré a ver el culo de Camila Cabello - Estalló finalmente, recostando su cabeza sobre el hombro de su novia.
Yulia: Está bien, amor. Está bien.
Elena: No quiero más helado -Se negó en cuanto la cuchara estuvo de nuevo cerca de su rostro.
Yulia simplemente sonrió cuando ideó un plan para hacer sentir mejor a su novia.
Se levantó lentamente de la cama y corrió a cerrar la puerta con seguro, mirando a su novia pícaramente al terminar con esta tarea.
Elena: ¿Qué pasa, Yul?
Yulia: Sé como aliviar tu depresión…
Elena: ¿Helado de nuevo? - Preguntó confusa.
Yulia: No -Negó riendo - Bueno, sí, pero no tienes que comerlo… Esta vez soy yo quien quiere helado.
Y con esto último, yuliay simplemente se colocó sobre su novia, gateando lentamente hasta que sus labios estuvieron cerca.
Elena: Amor… yo… yo no soy helado - Balbuceó. Yulia posó sus labios en su cuello y se dedicó a chupar este sensible punto. Lena simplemente se retorcía bajo su cuerpo con este simple acto.
Yulia: Lo sé - Susurró con voz ronca - Pero…
La morena se alejó del cuello de su novia sonriendo pícaramente e introdujo uno de sus dedos en el frío helado de fresa, y luego de esto simplemente lo colocó sobre la mejilla de su novia, trazando un recorrido hasta su labio inferior, dónde observo con los ojos bien abiertos como Lena abría su boca y chupaba la punta de su dedo ágilmente, uniendo sus miradas. El centro de la chica se humedeció con esta simple acción.
La morena lentamente fue limpiando el camino de helado con su lengua, y una vez en su boca la besó hábilmente. Su lengua exploró cada pequeño rincón del lugar.
Yulia: Si quieres seguir con tu depresión puedo parar -Sugirió mientras se alejaba lentamente.
Elena: Estamos en víspera de navidad. No puedo estar triste -Dijo sujetando la mano de su novia con fuerzas, usando la misma frase que la chica había empleado segundos atrás.
……….
Yulia había decidido colocarse unos pantalones altos bastante ajustados, una camisa que dejaba a la vista su abdomen y un lazo blanco junto con unos zapatos deportivos negros.
Elena: ¿Amor? -La llamó desde el baño, donde se encontraba desde hace más de una hora - ¿Estás allí?
Yulia: Sí, amor -Respondió ansiosa. Además de que quería ver la ropa que estaba usando su novia en esos momentos también quería salir rápido de allí, pues los Katin ya habían llegado para la cena de navidad y no quería hacerlos esperar. No quería ganarse el odio de la familia de Elena justamente en navidad.
Elena: ¿Estás sola?
Yulia: Sí, amor -Repitió sonriente.
Elena: Bien…
Fue cuando la puerta del baño se abrió. Yulia quedó completamente sorprendida al verla salir de allí con un sexy vestido rojo y unos zapatos altos del mismo color, con la cantidad necesaria de maquillaje en su rostro y sus ojos verdes viéndose más intensos que de costumbre.
Elena: ¿Vas a decir “Jódeme Lena”, verdad? - Preguntó con una hermosa sonrisa mientras Yulia inspeccionaba lentamente cada parte del cuerpo de su novia.
Yulia: Yo… yo -Intentaba hablar, pero las palabras simplemente no querían salir por sus labios-… Jódeme Lena.
Elena: Lo sabía -Rió.
Yulia: Es que tu eres tan… y tus pechos se ven tan… y tu te ves tan… -Y así es como Elena Katina te deja sin palabras-… Y tu trasero se ve tan… - Agregó ladeando ligeramente su cuerpo para tener un mejor ángulo.
Elena: ¿Puedes subirme el cierre? - Preguntó acercándose a ella, dándose media vuelta y levantando su cabello, exponiendo su desnuda espalda ante su novia.
Yulia dejó un dulce beso allí y subió el cierre lentamente, deleitándose con cada fracción de su pálida piel, intentando con todas sus fuerzas mantener el control.
Yulia: Con ese vestido te vez tan sexy que realmente creo que pude haber hecho un mejor trabajo conmigo misma - Observó abrazando la cintura de su novia y mordiendo seductoramente su hombro desnudo.
Elena: En realidad, te ves fantástica Yulia -La halagó - Esos pantalones realzan tu trasero e incluso podría decir que esa camisa te aumenta al menos dos tallas de brasier… Si no supiera que mis padres y hermanos están abajo te habría hecho el amor en cuanto salí.
“Gracias, Lena, muchas gracias. Acabas de provocarme”
Yulia: No podrías haberlo hecho - Susurró girando a su novia para que de esta forma quedaran frente a frente, ahora Lena viéndose mucho más alta que de costumbre debido a los zapatos que estaba usando - Hoy es mi turno de ser la activa de la relación. Tu no tienes oportunidad hasta mañana y… Mierda, Elena ¿No pudiste conseguir zapatos un poco más bajos? Siento que estoy hablando con Sara…
Elena: Puedo quitármelos si quieres - Susurró dulcemente, elevando uno de sus pies.
Yulia: ¡No! Se te ven increíbles y… Supongo que puedo soportarlo por una noche.
Elena: Bien - Aceptó, comenzado a caminar hacía la puerta, Yulia yendo tras ella, no sin antes haberse deleitado con la buena vista que se le proporcionó.
Yulia: Lena… -La llamó en cuanto estuvieron afuera.
Elena: ¿Si?
Yulia: Jódeme…
………….
La familia Katin junto con Yulia, Elena y Viktoria estaban sentados cómodamente en el salón, conversando animadamente mientras Larissa y Jhonathan se dedicaban a servir la cena. Sergey, Inessa e incluso Iván se habían ofrecido a ayudarlos, pero ellos se habían negado, argumentando que aquella era su casa y querían hacer algo bueno para que se sintieran recibidos.
Inessa: ¿Y qué planeas estudiar, Yulia? - Preguntó de repente.
La mujer siempre solía comportarse como la más interesada en sus estudios. Ni siquiera sus padres se preocupaban tanto sobre sus intereses profesionales.
Yulia: Literatura -Respondió con una sonrisa.
Inessa: ¿Estás segura de que esa carrera te dará el suficiente dinero como para mantenerlas a ambas en un futuro?
Elena gruñó en su oído, ajustando su agarre en la cintura de su novia.
Elena: Yo también voy a trabajar, mamá… Haremos esto entre ambas…
Inessa: ¿Como lo harán? ¿Tomando fotos y escribiendo libros o editándolos?… Tienes diecinueve años, Lena, ya deberías saber que esos cuentos en donde todos tienen el trabajo de sus sueños y viven felizmente con ellos no son reales.
Yulia: Señora Katina… -Estaba enojada. Muy enojada. Si no hubiese sido víspera de navidad la habría insultado.
Elena: Son nuestras vidas, mamá… Y sí, puede que no triunfemos y nos vaya estúpidamente mal en la vida, pero encontraremos alguna forma de salir adelante mamá. Y si no… supongo que vivir bajo un puente siempre será una buena opción. Pero estaremos juntas, y lo habremos intentado, y si nos equivocamos, será porque nosotras decidamos equivocarnos.
Inessa: Pero…
Sergey: ¿Puedes no pelear hoy, Inessa?… Déjalas vivir… Que tu y yo nos hayamos equivocado cuando eramos jóvenes no quiere decir que ellas también vayan a hacerlo.
Inessa: Pero, Sergey… Es mi hija… No quiero que viva lo que vivimos… No quiero que… Yo solo quiero lo mejor para ella, Sergey.
Iván: ¿Acaso no lo ves, mamá?
Katya: Yulia es lo mejor para ella…
……….
Luego de que Larissa anunciara que la cena estaba servida la familia Katin, junto con Viktoria, fueron entrando lentamente al comedor, Yulia siendo la última junto a Lena, quien abrazaba su cintura protectoramente y besaba su mejilla.
Inessa, por supuesto no había desistido de la idea de hacerlas recapacitar con respecto a sus futuras profesiones, pero luego de lo dicho por Katya se había comportado de forma un poco más amable.
Solo un poco.
Elena: Mira tus agujetas - Susurró en cuanto estuvieron dentro. Ambas familias comenzaron a charlar sobre cosas sin importancia - Están desatadas.
Yulia: Oh, yo… supongo que las ataré - Susurró, comenzando a descender.
Elena: ¡No! -Se negó de inmediato- Yo lo haré… Tu me enseñaste a hacerlo, Yul. Me gustaría atártelas.
Yulia simplemente asintió dulcemente.
La pelirroja sonrió y descendió, no importándole el estar pisando su hermoso vestido al arrodillarse y comenzó a atar sus agujetas desatadas lentamente.
Por supuesto no era una experta y le tomó más de la mitad del tiempo en el que Yulia lo habría hecho, pero terminó haciéndolo, bastante bien según la morena.
Yulia: Gracias Lenita - Susurró con una sonrisa, sujetando una de las manos de su novia para ayudarla a ponerse de pie.
Elena: Eres mi princesa rosa, Yul. Y me salvaste… Te mereces mucho más que esto.
…………
A la hora de dar, recibir y abrir los regalos el salón se volvió una locura entre papeles y cajas de diferentes colores.
Inessa había recibido varios delantales, Jhonathan un par de zapatos, Katya un nuevo celular y Viktoria varias Barbies para jugar, además de una muñeca a la cual podía maquillar y desmaquillar a su antojo.
Iván estaba terminando de abrir sus regalos, entre ellos un nuevo y sangriento videojuego, cuando Lena le entregó a Yulia tres pequeñas cajas perfectamente envueltas.
Elena: No me des el crédito por el envoltorio - Susurró divertida - Lo hicieron en el centro comercial. Soy un completo desastre envolviendo regalos.
Viktoria: ¡Ábrelos! -La animó sonriente.
Yulia asintió felizmente, destrozando el papel del primer regalo, siendo observada por los demás en la habitación. Al parecer Vika y ella no eran las únicas que sentían curiosidad en aquella habitación.
Se cubrió la boca con una de sus manos al encontrarse con un par de hermosas fotografías de sus ventanas, cada una con el ángulo y la iluminación correcta. Eran fotos dignas de exponerse en cualquier vitrina.
Sintió como sus ojos se humedecían y recostó su cabeza en el hombro de su novia, sonriendo melancólicamente al recordar los inicios de su relación.
Habían avanzado tanto desde ese primer día en el que ambas eran chicas deprimidas que se encontraron a través de los vidrios de sus ventanas.
Yulia ahora sonreía más. No veía su vida como una tortura. Y estaba perdidamente enamorada.
Y Lena… la deprimida Lena con una fistula en su brazo y un corazón de mierda que solía mirar el suelo con los ojos humedecidos ahora era esa chica a su lado, que le estaba sonriendo con un brillo mágico en los ojos.
El segundo regalo era una varita. La de Hermione, en realidad. Lena conocía su obsesión tanto por el personaje como por Emma Watson, y que le regalaran aquello era como… como recibir un cuadro autografiado de su artista favorito, o la primera edición firmada de Bajo la Misma Estrella.
Yulia: Gracias, Lenita - Susurró dulcemente, besando la tersa mejilla de su novia dulcemente, sonrojándose al recordar que todas las personas allí reunidas la estaban observando.
Estaba a punto de abrir su tercer regalo cuando Elena la detuvo.
Elena: Espera - Susurró levantándose lentamente, atravesando la puerta del comedor y regresando con las manos tras su espalda.
Yulia: ¿Me compraste un perrito, cierto? - Intentó adivinar con una sonrisa en su cara.
Lena frunció el entrecejo.
Elena: ¿Querías uno? -Ahora parecía decepcionada de si misma.
Yulia: ¡Claro que no! Es decir, son lindos y todo eso, pero… hacen pipí… y también caca… Y no creo estar lista para limpiar pipí y caca… -El rostro de la pelirroja era indescifrable- Pero si me compraste un perrito me encantará, lo prometo. Es decir, supongo que podría enseñarlo a ir al baño o… -Estaba tan nerviosa por aquel regalo. Podía ser cualquier cosa, desde un pez hasta una fusta (Resaltemos el hecho de que Yulia REALMENTE quería una fusta). Había tantas opciones.
Se cubrió la boca por segunda vez en la noche cuando Lena se arrodilló frente a ella, mirándola fijamente a los ojos, como olvidándose de que había más gente en aquel salón.
Yulia: ¿Vas a pedirme matrimonio, cierto? - Preguntó confusa. No era como si lo quisiera, pero tampoco como si no. Es decir, eran jóvenes, pero podría aceptar el anillo como una promesa. Es decir, amaba a Lena, y Lena la amaba, y si todo iba según lo planeaba estarían juntas hasta el final.
Elena: ¿Querías que te lo pidiera? -De nuevo ese rostro de decepción hacía sí misma.
Yulia: No… bueno, sí… pero no… Es… es complicado, yo… Es decir, si vas a pedírmelo supongo que si… pero si no… -Intentaba explicarse, pero las palabras se habían quedado atrapadas en alguna parte de su garganta.
Elena: No voy a pedírtelo.
Ahora la decepcionada era ella.
Elena: Aún no…
Mucho mejor.
Elena: Este no va a ser el mejor regalo, Yulia…
Inessa: Si vas a hablar ruso para que los demás no entendamos te notifico que todos acá lo hablamos...
“Gracias, señora Katina” Quiso decir Yulia junto al toque necesario de sarcasmo.
Elena: Voy a hablarlo porque ella vivió en Rusia hasta hace dos años, así que ha hablado ruso toda su vida. Quiero decirle lo que voy a decirle en su idioma natal… ¿Ahora puedes dejar de interrumpir para que pueda dar mi discurso?
Inessa: Bien - Aceptó sonriendo.
Katya: ¡Espera! ¡Quiero grabar esto! -Por supuesto, su nuevo celular debía de funcionar para algo.
Lena respiró hondo.
Elena: Yulia Volkova… Estoy enamorada de ti. Y sé que lo sabes, pero quiero recordártelo… Antes de conocernos eramos chicas completamente inseguras. A ti los demás te hacían sufrir. A mi, en cambio, era yo misma quien me hacía sufrir. Y luego llegamos a la vida de la otra, Yulia Volkova, y fuimos cambiándolo todo. Sonreíamos, bromeábamos y eramos capaces de convertir los gritos de la otra en sonoras carcajadas… Cuando tengo un ataque, Yulia Volkova, eres la única que puede detenerlo solo usando tus manos… Fuiste la primera persona con la cual me sentí cómoda al abrazar. Fuiste la primera persona que realmente me enseñó cosas… Y no hablo de atarme las agujetas, aunque eso fue muy útil… Me enseñaste que mi vida no era la más difícil, y que yo no estaba malditamente enferma como lo pensaba. Cada vez que peleabas conmigo por cosas como esta, tenías razón. Siempre has tenido razón. Tal vez no era la persona más afortunada del mundo, pero tampoco es como si no hubiesen existido personas en peores situaciones… Ahora, Yul, siento que soy la persona más afortunada, porque te tengo a ti, y eso es más de lo que jamás podría haberme imaginado… Antes de conocerte mi seguridad estaba en seguir mi rutina y resolver crucigramas sin parar… Ahora tu eres mi seguridad. Eres mi lugar seguro Yulia Volkova.
Y con estas últimas palabras Elena llevó la mano que estaba tras su espalda hacia adelante, enseñando una hermosa y brillante rosa roja.
Elena: Eres la persona con la cual quiero estar en este momento… En este y todos los demás… Te amo, Yulia Volkova.
La morena simplemente no pudo evitarlo. Se lanzó sobre los brazos de su novia, llorando sobre su hombro, abrazándola fuertemente.
Yulia: Te amo, Elena Katina - Murmuró antes de besar los labios de su novia dulcemente.
Y ya no importó que sus padres y hermanos estuviesen alrededor, porque en ese momento, eran solo ellas, Elena Katina y Yulia Volkova, y nadie ni nada más.
Larissa: Emmm… Yulia, querida… Creo que falta un regalo…
La morena se alejó de Lena con una sonrisa, asintiendo lentamente, aun con las mejillas húmedas. Abrió el regalo lentamente, sintiendo a su novia sentarse a su lado en el sofá y limpiar sus mejillas con sus pulgares antes de depositar un beso en su sien.
Katya: ¡Apresúrate, Yulia! Sigo grabando y necesito material… Tal vez suba esto a YouTube…
Elena: Ni se te ocurra, Ekaterina Katina -Le prohibió.
Katya: ¡Vamos, Lena! ¡Esto tendría miles de visitas!
Elena: Dije que no…
Katya: Bien, entonces te verás obligada a hacer una orgía con Sara, Allison y Jennifer para subirla a alguna página porno… Tengo que hacer dinero de alguna forma.
Elena: ¡Katya! ¡No digas eso!
Viktoria: ¿Qué es una orgía, mamá? - Preguntó con curiosidad.
Larissa: Nada, Vika. Nada.
Fue en ese preciso momento en el que Yulia terminó de desenvolver el último regalo de Lena, encontrando varias hojas de papel y dos dijes, uno con un hermoso dragón rosa y otro con un precioso unicornio verde.
Viktoria: ¡Son ustedes! - Exclamó emocionada al ver el regalo.
Yulia no comprendió lo que dijo su hermana al instante.
Yulia: ¿Qué…?
Elena: Tal vez debas leer lo que está escrito allí - Indicó señalando las hojas.
La pelirroja había escrito una historia. Era bastante rara, pues Arthur y Alfred eran princesas y Sara y Allison hadas que no podían mantener su magia en control, pero, a pesar de esto, Yulia dejó escapar unas cuantas lágrimas más al culminarlo.
Ahora lo comprendía.
Elena era su unicornio.
Ella era su dragón.
Elena era su princesa verde.
Ella era su princesa rosa.
Y para llevarlo más a la realidad…
Elena era su chica de la ventana.
Ella era su chica de la ventana.
Yulia: Te amo mi unicornio…
Elena: Y yo a ti mi dragón…
………….
Viktoria: Solo falta el regalo que le darás a Lena, Yul -Dijo luego de un rato, cuando Larissa terminó de desenvolver su último regalo.
Luego de que la morena viera todos los regalos que Lena le había dado se habían mantenido abrazadas. La pelinegra dedicó un tiempo a colocarle a Lena el dije de dragón, mientras ella se colocaba a sí misma el de unicornio.
De esta forma, estuviesen donde estuviesen, estarían juntas siempre.
Yulia sonrió y tomó una pequeña caja de regalo verde, la cual entregó a Lena procurando no moverla demasiado.
Yulia: Se que no puede compararse con lo que me diste, pero supongo que te gustará…
Elena la miró a los ojos, sonriendo, casi al instante.
Elena: Créeme, me gustaría incluso si fuera un gato con muchas pulgas…
Yulia: Que mal. No es un gato… ni pulgas. Soy un asco -Se burló.
Elena: No lo eres - Afirmó acariciando su mejilla - Eres hermosa.
Iván: ¿Pueden dejar su momento cursi para cuando estén solas y abrir el regalo?
La pelirroja rió a carcajadas y abrió la caja luego de esto.
Yulia observó completamente feliz como su novia, sorprendida, extraía el conjunto de llaves que allí había.
Yulia: Son las llaves de nuestro departamento en Nueva York…
________________________________________________
CONTINUARÁ...
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Elena Sonda- Mensajes : 57
Fecha de inscripción : 02/12/2019
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_________________________________________________
Por supuesto, las cosas no eran color rosa en Nueva York. Es decir, la vida nunca lo es.
Había peleas. Discusiones. Desacuerdos.
Pero también había buenos momentos.
El departamento era pequeño, casi tanto como el de Jennifer, pero funcionaba para ambas. Las tareas diarias solía realizarlas quien estuviese menos cansada, y esta era la razón por la cual algunas veces el lugar se asemejaba a un chiquero, produciendo un increíble estrés en Lena.
A veces las luces titilaban. A veces el agua de la ducha era tan fría que apenas podían bañarse con ella. A veces la calefacción fallaba… Pero aun así las chicas se sentían felices al decir que aquel lugar era suyo.
Su hogar.
Resulta ser que Larissa y Jhonathan habían comprado el departamento para las chicas solo si prometían pagarlo con el paso de los meses, lo cual estaban haciendo lentamente.
Por supuesto, en cuanto pudieran, pensaban comprar un lugar más cómodo, pero ahora, con Yulia en la universidad y Lena asistiendo a eventos infantiles con su maestro para tomar algunas fotografías, realmente no podían pedir nada mejor.
Aquel día en particular fue bastante frío.
La pelirroja estaba intentando preparar una cena decente para su novia, la cual, sobre la pequeña mesa del comedor que había limpiado el día anterior, comenzaba a realizar varios ensayos y trabajos atrasados que debía entregar dentro de unas cuantas semanas.
Lena no era excepcionalmente buena cocinando, aunque aun así podría decirse que sus platos eran digeribles, pero aquel día en el que el frío aire azotaba las ventanas y la calefacción no funcionaba verdaderamente bien, sus dedos se sentían tan entumecidos que no podía cortar ni un trozo de pan.
“Perfecto, idiota, tus dedos están petrificados. ¿Sabes lo importantes que son tus dedos hoy?… Y no me refiero solo a la comida”
Elena: Amor… Creo que… ¿Te parece si ordenamos pizza?
Yulia de inmediato fijó sus ojos en ella y sonrió dulcemente. La pequeña pero hermosa cicatriz en su mejilla se acentuó con esta acción.
Yulia: La pizza siempre es la mejor opción, Elena Katina.
La chica simplemente asintió sonriente, tomando el teléfono y realizando la llamada. Por supuesto, pidió la pizza más grande del menú, sabiendo que su novia no se conformaría con solo unos trozos.
Cuando se hablaba de pizza Yulia podía pasar horas enteras comiéndola sin importar la cantidad.
Elena: Si no llega en media hora es gratis - Informó sonriente en cuanto la llamada se terminó, como si eso realmente fuera a pasar.
Yulia: Si no llega en media hora la pizza se enfriará - Agregó.
Elena: Tienes razón -Asintió. Era un buen argumento.
Se sentó al lado de su novia, abrazando su cintura fuertemente y juntando sus cuerpos más de lo necesario, intentando proporcionarse calor a sí misma sin que su novia dejara de escribir.
Elena: Amor…
Yulia: ¿Si? - Preguntó sin dejar de mirar la hoja de papel y los diversos libros esparcidos a su alrededor. A veces la pelirroja se preguntaba como su novia podía hacer tantas cosas a la vez y no terminar con un terrible dolor de cabeza.
Elena: Este sábado James fue contratado para el primer cumpleaños de una niña con un padre bastante influyente y me pidió ser su asistente… Y no pude negarme, Tae. James es increíble y quiero aprenderlo todo de él… Sé que es nuestro aniversario de un año y siete meses, pero…
Yulia: Está bien, Lenita -Dijo con una sonrisa, desviando su vista unos minutos de la hoja de papel y besando su fría nariz antes de mirarla fijamente a los ojos - Supongo que podemos celebrar cuando llegues con comida china. Tampoco es como si hubiésemos planeado algo especial… Además, tengo algunos trabajos que necesito terminar y supongo que eso me dará tiempo.
La pelirroja se sorprendió ante su respuesta.
Elena: ¿No estás enojada? - Preguntó. Su voz sonó como la de una pequeña niña que acaba de hacer algo que cree realmente malo.
Yulia: No podría estarlo… Estoy segura de que James va a pagarte, y tal vez yo podría trabajar algunas horas extras en la biblioteca. Tal vez pronto podríamos arreglar la calefacción… Además, no es como si te hubieses olvidado de nuestro día. Solo tuviste que hacer algunas cosas -Respondió tiernamente, acariciando dulcemente su fría mejilla-… Y tu y yo siempre estamos juntas - Agregó, llevando su mano al pecho de Lena, donde descansaba el dije del dragón rosa, justo sobre el inicio de su cicatriz.
Elena: Aun no comprendo eso - Susurró sujetando la mano de su novia entre las suyas. Sus dedos se entrelazaron - Son solo dijes… No son… no son partes de nuestras almas.
Yulia: ¿Tu eres mi unicornio, cierto? - Preguntó llevando su mano a su propio pecho, donde el dije del unicornio verde podía apreciarse claramente. Lena asintió - ¿Y yo soy tu dragón? -Volvió a asentir, completamente atenta, intentando comprender la explicación de su novia-. Los dijes nos recuerdan que, estemos donde estemos, tu seguirás siendo mi unicornio, y yo tu dragón. Nos recuerdan que, estemos donde estemos, nos amamos. ¿Comprendes ahora?
Elena: Claramente…
Yulia: Bien -Dijo sonriendo, volviendo a su ensayo, no sin antes detenerse un par de segundos para dejar un tierno beso en sus labios - Ahora ve a la cama, cúbrete con una manta y has un crucigrama mientras la pizza llega. No quiero que te enfermes.
Elena: Bien - Asintió levantándose y dirigiéndose al pequeño sofá plegable que también usaban como cama. Por suerte, durante la mañana se habían olvidado de plegarlo, así que no tuvo que preocuparse por el gran esfuerzo y los estrepitosos chirridos que tomaba convertirlo en un no muy cómodo lugar para dormir.
Estaba concentrada terminando el crucigrama que había estado haciendo la noche anterior antes de que una muy seductora Yulia se abalanzara sobre ella cuando sintió un cuerpo entrando bajo las mantas.
Yulia: Hola - Saludó besando su nariz, quitándole el crucigrama de las manos y colocándolo a un lado -Traje la cena -Y fue cuando ella sintió el calor de la enorme caja de pizza atravesando las mantas.
Se sentó de inmediato, sonriendo y procurando que las mantas no resbalaran por su cuerpo.
A Yulia el cambio de la calurosa ciudad de Miami a Nueva York no la había afectado durante demasiado tiempo. Lena, sin embargo, aun no lograba adaptarse después de más de un año.
Supongo que su cuerpo también era adicto a las rutinas, y el calor había sido su rutina desde su nacimiento.
Lena sintió a Yulia recostar su cabeza en su hombro y sonrió dulcemente, besando su frente. La vio tomar un trozo de pizza y llevárselo a la boca antes de ofrecerle un poco. La pelirroja lo aceptó con gusto.
Elena: ¿Eres feliz, Yul? - Preguntó de repente, acariciando con sus pies recubiertos por altos calcetines los descubiertos de su novia, sintiéndola reír ante sus caricias.
Yulia: Lo soy -Respondió besando su mejilla, volviendo a morder su pizza y ofrecerle a su chica.
Elena: Pero… En Miami tu casa era más grande. No tenías que vivir entre el frío, con las luces apenas funcionando. Cenabas bien todos los días. Tu cama era cómoda y grande. Y…
Yulia: Lena, no me importa todo eso ¿Bien? -La interrumpió de repente-… Tienes razón. En Miami podríamos seguir viviendo en casa de mis padres, y yo podría seguir trabajando en la biblioteca, y podríamos seguir reuniéndonos con las chicas en el café todos los miércoles… Pero depender de mis padres no es lo que quiero. Y supongo que tampoco es lo que tu quieres -Lena negó de inmediato. Era capaz de vivir bajo un puente solo para sentir que podía ser libre. Pero Yulia … Ella no merecía aquello. Ella no merecía el frío de la noche en sus pies, ni escribir sus trabajos bajo la luz de una vela-… Me gusta vivir acá, Lena. Contigo… Existen lugares mejores, eso no puedo negarlo, pero no podría vivir ni cinco minutos en ellos sabiendo que tu no estas allí… Mira este lugar, Lena. Cuando llegamos solo dormíamos sobre un incómodo colchón inflable que compramos por internet. Ahora tenemos este sofá.
Elena: Me gustaría haberte comprado una cama - Dijo con los ojos ligeramente humedecidos.
Yulia: Lo harás - Aseguró envolviendo sus manos en su cintura, alejándose un poco para poder mirarla a los ojos. Y aunque habían pasado más de dos años desde que se conocían, aquellos ojos color verde con gris seguían robándole el aliento - Y yo te compraré un piano para que puedas tocarme todas esas lindas melodías que aprendiste con la señora Hansen. Y tu me comprarás un televisor. Y yo te compraré un cómodo sofá. Y tu me comprarás una fusta, porque en serio quiero una. Y juntas arreglaremos la calefacción, y juntas compraremos un nuevo departamento… Y cuando recordemos el pasado estaremos completamente orgullosas por haber empezado en este lugar, donde los pies se nos congelaban y pedíamos pizza para cena… Aunque espero que en un futuro sigamos pidiendo pizzas de vez en cuando…
Elena: Lo haremos -Asintió sonriendo. Era extraño como solo unas cuantas de sus palabras podían hacerla sentir mejor.
Yulia besó sus labios, riendo contra ellos.
Yulia: ¿Tu eres feliz? - Preguntó dulcemente rodeando su cuello con su brazo.
No necesitó pensarlo para responder.
Elena: Soy muy feliz -Dijo, uniendo sus labios nuevamente. Y supo que, estuviese donde estuviese, ella sería completamente feliz si estaba a su lado-… Te amo, chica de la ventana.
La morena simplemente sonrió y escondió su rostro contra su cuello, uniendo sus frías manos bajo las mantas.
Por un momento no importó que la pizza se estuviese enfriando, o que las luces comenzaran a parpadear, o que el sofá emitiera un leve chillido.
Por un momento solo ellas importaban.
Yulia: Yo también te amo, chica de la ventana.
………….
Elena se ajustó el abrigo cuando aparcó su auto frente al lujoso lugar, sujetando fuertemente las correas de la bolsa donde llevaba sus cámaras. Tenía suerte de que Yulia y ella hubiesen decido conservar el auto de la menor, porque de otra forma habría llegado tarde.
Todo había sido culpa de Yulia, que había querido darle su regalo de aniversario antes de tiempo… Aunque, pensándolo mejor, tal vez había sido culpa de ambas…
La pelirroja se miró en el espejo retrovisor y subió la bufanda gris que rodeaba su cuello, ocultando las grandes marcas que su novia había dejado tan solo minutos atrás.
Supo, al entrar a aquel enorme departamento, que lo conocía.
Conocía aquellas paredes blancas y la amplia sala de estar. Conocía esa enorme mesa del comedor y el sofá rojo en la esquina.
Lo que no conocía eran los globos color rosa, o aquel enorme pastel de princesas sobre la mesa. No recordaba el “Bienvenidos” colorido sobre la puerta, ni a los payasos que empezaban a maquillarse.
XX: ¡Elena Katina! - Escuchó a su lado.
Era James.
Sacudió la cabeza intentando alejar los malos recuerdos que tenía de ese lugar y se acercó al fotógrafo.
Llevaba ropas extravagantes, como siempre. Una camisa rosa junto a pantalones dorados y una bufanda verde hecha de plumas.
Elena: Buen día, James - Saludó con una amable sonrisa, dejando su abrigo negro en un perchero. Lo cierto era que la calefacción de aquel departamento funcionaba a la perfección.
James: Sigo insistiendo que tendrías que hacer algunas cosas con ese atuendo, querida -Dijo mirando su ropa, siempre oscura - Te falta color.
La pelirroja simplemente se encogió en hombros, mirando el suelo. James era de los que siempre querían hacer contacto visual a pesar de que sabía que a Lena esto le incomodaba, lo cual la obligaba a mirar hacía el suelo la mayoría del tiempo que estaba con él.
Elena: Así estoy bien - Aseguró - Por suerte no soy yo quien saldrá en las fotos - Intentó bromear.
Pero aquel lugar era un mal lugar para bromear.
James: ¿Pasa algo, querida? Te noto tensa.
Elena: Nada, yo… yo solo…
“No, idiota. No puedes tener un ataque ahora. No hoy. Hoy necesitas llegar a casa y decirle a Yulia que tuviste un gran día para que puedan hacer el amor y comer las sobras de la cena de ayer”
Elena: Estoy bien - Aseguró elevando una de las comisuras de sus labios.
James: Bien -Se conformó juntando sus manos - Ahora vamos a colocar las cámaras en su sitió antes de que lleguen los invitados… Tu tomarás las fotos de la recepción y yo me pasearé por allí intentando capturar un buen momento de nuestra pequeña cumpleañera. ¿Te parece bien?
Elena simplemente asintió.
……….
La pelirroja estaba terminando de colocar los pedestales de la cámara cuando una niña en pañales y solo con una camiseta rosa entró gateando al lugar y se sentó justo frente a ella enseñándole sus cuatro únicos dientes frontales.
Tenía el cabello castaño y unos adorables pequeños hoyuelos en sus mejillas. Y sus ojos… Habría reconocido esos ojos en cualquier lado.
XX: ¡Min! ¡Min!¡¿Dónde te metiste, pequeña traviesa?!
La voz era suave y dulce.
No era la voz que esperaba.
XX: ¡Aquí estas! - Exclamó felizmente corriendo hacía ella y dándole vueltas alrededor.
Era Vanessa.
Su cabello ahora era castaño, el cual debía de ser su tono natural. Llevaba una coleta y un sencillo vestido azul. Sus pies estaban descalzos, y aun no parecía haberse maquillado.
Vanessa: ¿Acaso no puedes estar ni un minuto tranquila mientras mamá va a al baño?
¿Mamá? Bien, esa era una gran sorpresa.
Vanessa: Oh, hola Lena -Por fin había notado su presencia - Supongo que es bueno verte de nuevo.
Elena: Lo es -Asintió.
“Siempre y cuándo no intentes robarme a mi chica”
Vanessa: Supongo que eres la fotógrafa…
Elena: Una de ellas -Respondió fingiendo una sonrisa, elevando una de las comisuras de su labios.
Vanessa: Bien… -Asintió- ¿Cómo… cómo está, Yulia? ¿Siguen juntas?
Elena: Ella… ella está realmente bien. Y sí, seguimos juntas.
Vanessa: Me alegra -Sus palabras parecían completamente sinceras- Yulia se merece a alguien que la haga feliz. Alguien como tu.
Elena simplemente le sonrió cortésmente y sacó una de sus mejores cámaras de la bolsa, colocándola sobre el pedestal, no sabiendo como continuar con aquella conversión.
Vanessa y ella no habían sido grandes amigas.
En realidad, no habían sido amigas para nada.
Elena: ¿Christian es el padre, cierto? -Se le escapó.
“¿Qué parte de “no preguntes nada personal” no entendiste, idiota? Tal vez debas comprarle esa fusta a Yulia y permitirle que te azote hasta que no puedas sentarte”
Vanessa: Sí -Admitió de inmediato, sin que la pregunta pareciera molestarle. Y aunque las pocas veces en la que la había escuchado hablar sobre él, meses atrás parecía verdaderamente enamorada, ahora su diccionario mental había detectado algo de decepción en su voz-… Pero no te preocupes. No creo que venga… Él… ya sabes… Supongo que la chica del callejón tiene mejores pechos que yo.
La pelirroja simplemente asintió de nuevo.
Conocía a Christian. Sabía que cualquier pedazo de carne con dos pechos y un culo que pasara frente a él sería una potencial presa.
Y, aunque los cuentos digan lo contrario, las personas no suelen cambiar tan fácilmente.
Vanessa: Te veré más tarde - Diji dulcemente - Ahora Min y yo tenemos que cambiarnos para cuando los invitados lleguen.
…………..
Elena: ¡Sonrían! -Dijo a la sexta familia de desconocidos que llegó a la fiesta, capturando una hermosa foto de la escena.
Les dedicó una sonrisa cortés antes de que se marcharan. Los niños se sentaron junto a los payasos mientras comían una de las muchas golosinas que había en la mesa de dulces.
Fue cuando Arthur, Alfred, Alex y la pequeña Shia atravesaron la puerta de entrada del departamento.
Alfred llevaba un traje bastante elegante y Arthur una vestimenta muy parecida a la de James. Shia, ahora con casi cuatro años, llevaba un vestido rosa, y Alexandra un vestido demasiado colorido para su gusto.
Arthur: ¡Lena! - Exclamó emocionado al verla - No esperaba encontrarte acá. Ha pasado tanto tiempo.
Elena: Yo tampoco esperaba verlos - Susurró completamente feliz de conocer más que a James y Vanessa en aquella fiesta que seguramente sería enorme y bulliciosa.
Alfred: Es bueno verte. Te ves increíble.
Elena: Supongo que tu también -Su trato con Alfred era un poco más distante. Nadie olvida fácilmente al chico que intentó violarla tiempo atrás.
Tampoco se olvida fácilmente al chico que golpeó a tu novia por meses, pero cuando hay niños cerca solo se puede mantener la compostura.
Alexandra: Ni una llamada -Le recriminó - No me llamaste ni una vez, Elena Katina. ¡Ni una!… ¡¿Sabes con cuantas personas celebra que la pequeña Dinah diera sus primeros pasos?! ¡Con nadie, Lena! ¡Nadie! -Parecía verdaderamente enojada - Te extrañé, Katina -Dijo. Su rostro pasó de la rabia a la felicidad, lanzándose rápidamente a sus brazos y alejándose al instante.
Para Lena era difícil comprender a Alex.
Elena: Supongo que yo también -Dijo, reacomodando su bufanda, la cual había comenzado a caerse gracias al fuerte abrazo de su amiga -Y lamento no haberte llamado. Supongo que estuve bastante ocupada… ¡Sonrían!
Arthur: Espero haber salido guapo. Si no, le diré a Vanessa que no te pague…
Shia: Papi, tu nunca sales guapo en las fotos -Dijo cruzándose de brazos, caminando hacía los payasos y tomando una paleta de la mesa de dulces.
Esa niña comenzaba a caerle bien.
Alfred: No le creas, amor. Es una pequeña mentirosa.
Alexandra: Los niños nunca mienten, Alfred….
…………
Durante el espectáculo de los payasos Lena se estaba durmiendo sobre el pedestal de su cámara, al igual que los demás padres sobre los sillones.
James estaba tomando fotos de la pequeña Min, que comía una enorme galleta mientras los tres payasos intentaban hacerla reír, sin éxito.
Fue entonces cuando Alexandra se acercó a ella.
Alexandra: Las fiestas para niños son un asco si no tienen canciones de Fifth Harmony- Opinó colocándose a su lado.
Elena : Pienso lo mismo -Sonrió.
Alexandra: ¿ Yulia te hizo esas marcas?
La pelirroja abrió sus ojos ampliamente al escuchar esto.
Alexandra: Se ven a kilómetros. No intentes ocultarlo.
Elena: No estoy intentando ocultarlo.
Alexandra: ¿Y por eso la bufanda?
Elena: Es profesionalismo… Cuando salgo con Yul o voy a buscarla a la universidad me gusta mostrarlas. Me gusta que vean su trabajo.
Alexandra: Bien -Rió-… Arthur se lo dijo a su padre - Dijo de repente sin venir al tema. Su rostro se tornó serio.
Elena: ¿Qué cosa? -No comprendía exactamente qué.
Alexandra: Que es gay. Y que es el padre de Shia, y el esposo pasivo de Alfred…
Elena: ¿Y que… que sucedió?
Alexandra: Primero estaba furioso. Amenazó con quitarles a Shia, incluso… Y luego… luego la vio… Supongo que se quedó encantado con ella. Todos lo hacen.
La pelirroja sonrió.
Por supuesto, el encanto debía de ser algo de la madre. Alfred no era para nada encantador.
Alexandra: Va a jugar con ella todos los días, e incluso la lleva a dormir a casa los sábados. Es un gran abuelo…
Elena: Me lo imagino - Susurró.
Al menos para Arthur y Alfred, y también la pequeña Shia, las cosas habían ido bien.
…………..
Elena se fue a casa con dos trozos de pastel, unos cuantos dólares en el bolsillo y la promesa de que pronto llamaría a Alex para hablar sobre los meses de Normani en la cárcel, su conversión y su nuevo trabajo como predicadora.
Entró a casa sonriendo ampliamente al escuchar a su novia tararear una canción de Ed Sheeran desde la cocina. Aunque la calefacción seguía sin funcionar del todo bien, la mantenía lo bastante cálida como para quitarse el fastidioso abrigo y la bufanda.
Elena: Traje pastel - Dijo dulcemente cerrando la crujiente y vieja puerta de madera tras sus espaldas, acercándose a su novia para envolverla con sus brazos y depositar un dulce beso en sus labios.
Aspiró el humo.
Realmente olía bien.
Mejor que cuando ella cocinaba, al menos.
Yulia: Bien -Sonrió- Yo estoy haciendo vegetales salteados, así que si esperas unos minutos podríamos tener una buena cena, y doble postre…
Elena: ¿Doble postre? ¿Compraste helado o algo así?
Yulia: No -Negó, mirándola por unos segundos con una sonrisa traviesa que Lena conocía bien, apareciendo en sus labios. Lentamente la morena colocó su mano sobre el cuello de la pelirroja y fue descendiendo lentamente entre sus pechos, por su estómago hasta llegar a su entrepierna, presionando sus dedos ligeramente a través de la tela del pantalón, lo cual la hizo soltar un gemido y mover sus caderas ligeramente hacía adelante, aumentando la fricción - Acá está mi segundo postre…
Elena comía rápidamente, observando como su novia parecía llevarse cada vez trozos más pequeños a la boca, mirándola fijamente a los ojos.
Estaba provocándola. Lo sabía.
Yulia: ¿Visitaremos a nuestros padres en navidad? - Preguntó de repente.
¿Cómo podía pensar Yulia en sus padres cuando luego de hablar se mordía el labio de aquella forma?
Cruzó las piernas.
Elena: Supongo -Respondió encogiéndose en hombros - Así podremos ver a Jennifer, Sara y Allison también. Las extraño… Y también al pequeño Troy.
Yulia: Yo también. Aun recuerdo la última vez que hablamos por Skype… Fue incómodo.
La pelirroja asintió, riendo.
Las tres amigas junto al pequeño Troy habían estado dos horas seguidas frente a la pantalla hasta que Sara decidió que era buen tiempo para provocar a Ally y terminó por quitarse la camiseta frente a todos. Jennifer de inmediato había cubierto los ojos de su hijo y gritaba a su amiga que tenía que arrepentirse de sus pecados mientras las tres miradas restantes, dos azules y una verde, se centraban en los enormes pechos de Sara.
Era inevitable no hacerlo.
Todo terminó cuando la celosa Ally finalizó la video llamada.
Yulia: ¿Puedes dejar de mirarme así? - Preguntó sonrojándose, llevándose un nuevo bocado de vegetales a la boca.
Elena: ¿Cómo? - Preguntó confundida.
Yulia: Como si quisieras desvestirme ahora mismo.
Así que a eso se refería…
Elena: Supongo que no -Se negó cruzada de brazos, llevando su dedo índice al interior de su copa de vino barato y luego limpiándolo provocativamente con sus labios, sonriendo juguetonamente al ver como Yulia observaba este acto con una mirada llena de deseo.
Yulia: Eres tan…
Elena: Te escucho.
Yulia: Jodidamente sexy y provocativa -Dijo-…. Jódeme Lena.
Y aunque habían pasado un año y siete meses de relación, Lena no se cansaba de escuchar esto.
Elena: Cuando termines de comer -Accedió con una sonrisa levantándose de la mesa y caminado hacía el lavabo para lavar su plato, moviendo su trasero provocativamente, sabiendo que, desde dónde Yulia estaba, tenía una visión perfecta de él.
Yulia: Nos saltaremos el primer postre -Dijo tras su espalda. ¿Cuándo se había acercado tanto a ella?- Está decidido - Susurró antes de darle vuelta y besarla como si no lo hubiese hecho en años.
Lena sabía que jamás se cansaría de Yulia Volkova.
Lo sabía porque aunque había escuchado sus gemidos y había sentido su piel bajo su cuerpo miles de veces seguía deseándola cada vez con más intensidad.
Elena: Te amo, Yulia Volkova - Susurró a su oído antes de besar la pequeña cicatriz en su mejilla. Lena amaba esa pequeña marca aunque Yulia la detestara e incluso intentara ocultarla. La amaba porque las hacía parcialmente iguales.
La morena amaba las cicatrices en sus costados y la enorme cicatriz en el centro de su pecho. Lena amaba aquella cicatriz en su mejilla y aquellas otras no tan visibles que los puños de Arthur y Alfred habían dejado sobre su piel. Amaba sus ojos color azules mirándola con deseo y la forma en la que su boca dejaba escapar débiles gemidos mientras ella bajaba lenta y seductoramente por su cuello, y luego entre sus pechos, para finalmente avanzar hacia la izquierda y tomar uno de sus pezones entre sus dientes, masajeando el otro pecho mientras Yulia intentaba ahogar sus gemidos con una almohada.
A Lena le gustaba recorrer aquel sensible pedazo de carne con su lengua y sentir a su novia retorciéndose bajo su cuerpo. También le gustaba sentir a sus uñas rasguñar la piel de su cuello y escuchar las leves malas palabras que la morena dejaba escapar cuando hacía algún movimiento inesperado.
Una vez terminando con el pecho izquierdo siguió con el derecho, repitiendo el proceso, torturándola con cada segundo.
Bajó lentamente por su estómago, dejando suaves besos y también unas cuantas marcas.
Elena: Ya tuviste tu postre, Yulia Volkova - Susurró seductoramente, comenzando a mordisquear lentamente su centro, haciendo referencia a los sucesos de hacía tan solo minutos, donde el gran orgasmo de Elena Katina había logrado despertar al gato de la anciana vecina de la planta superior - Ahora es mi turno.
…………
La vida no era perfecta para Elena Katina y Yulia Volkova en aquel pequeño departamento en la ciudad de Nueva York, pero era lo suficientemente buena como para querer quedarse un poco más.
________________________________________________
CONTINUARÁ...
Solo tres capítulos más y el epílogo
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: LA CHICA DE LA VENTANA // ADAPTACIÓN A YULENA
_____________________________________________
Elena se sentía realmente bien en su vieja habitación, sobre su vieja y cómoda cama, mirando sus viejas cosas. Su madre lo había mantenido todo tal y como lo había dejado, y estaba realmente muy agradecida por esto.
Elena: Es extraño volver - Dijo sentándose sobre la cama. Katya se colocó a su lado e Iván se recostó sobre el suelo como si se tratase del lugar más cómodo del mundo.
Katya: También es extraño tenerte de vuelta…
Iván: Por supuesto que sí -Asintió- Ya casi había convencido a mamá de que me diera tu habitación. Lo habría conseguido de no ser por ti. Te odio Perry el Ornitorrinco…
Elena: No soy Perry, Iván -Se burló riendo sonoramente. Su hermana la imitó.
Iván: Lo sé, Lena… Pero siempre quise decir eso.
Elena: Eres un idiota.
Iván: Gracias.
Katya: Eres odioso, Iván…
Iván: Lo sé - Aceptó encogiéndose en hombros.
Elena: ¿Qué vamos a hacer contigo?
Iván: Amarme, eso es obvio -Respondió en modo de burla.
Katya: Iván, hermano, si no te golpeo ahora mismo con una silla es solo por respeto a la silla…
Fue cuando los tres rieron.
A Lena le gustaba reír. La hacía sentir bien.
… Antes de conocer a Yulia apenas lo hacía.
… No solo la había enamorado.
Yulia la había cambiado…
Katya: ¿Lena? -Dijo seriamente luego de unos minutos, sujetando sus manos entre las suyas. El ambiente de felicidad fue reemplazado por una total seriedad- ¿Cuándo planeas decírselo?
Elena suspiró audiblemente y miró el suelo fijamente.
Por supuesto Katya iba a preguntarle aquello.
Elena: Yo… yo no lo sé.
Iván: Es tiempo, Lena - Aseguró sentándose frente a ella, intentando mirarla.
Elena: Tengo miedo - Confesó.
Katya: Lena, todos tenemos miedo alguna vez. Y está bien. Pero no siempre estarás acá, Lena… No puedes dejar que el miedo te venza toda su vida, o deshacerte de el cuando sea demasiado tarde.
Elena: Pero.. ¿Qué pasará si…?
Iván: Yulia te ama, Lena. Es lo único que diré.
Elena suspiró.
Era cierto.
Elena: El jueves, luego de mi cita con el cardiólogo -Decidió. Sus dedos comenzaron a chasquear levemente. No había tenido un ataque en meses, pero la costumbre de chasquear sus dedos en situaciones como aquellas no se marchaba-… Simplemente, no dejen que me de un ataque antes de hablar.
…………
El jueves en la mañana Sara, Allison y Yulia se reunieron en casa de esta última. Lena estaba en el hospital para un chequeo de rutina, así que había decidido pasar su tiempo libre con sus viejas mejores amigas.
Yulia: ¿Así que vas a estudiar en la universidad de Florida? - Preguntó a Allison, que sujetaba fuertemente la mano de Sara mientras ella descansaba sobre los pechos de la más alta y el televisor transmitía las noticias, las cuales ninguna escuchaba.
Allison: Así es…
Yulia: ¿Y qué hay de ti, Sara?
Sara: Las universidades dan asco -Dijo de inmediato-, así que voy a dedicarme a vender pasteles de cumpleaños… ¡No me mires así! ¡Ya me enlisté en las clases!… ¿Sabes cuánto dinero puede ganar un pastelero?… Mi sueño es tener un programa llamado Cake Boss y…
Allison: Ese programa ya existe, amor…
Sara: ¡No arruines mi sueño, Allison Dyna!
Yulia: ¿Y planean casarse o algo así? - Preguntó de repente en forma de broma.
Sara: Tengo diecinueve años, Yulia. No quiero pensar en eso hasta tener unos… treinta y nueve, tal vez.
Allison: ¿Podrías bajar tus límites un poco, Sara?
Sara: ¿Hasta que edad? - Preguntó elevando una de sus cejas. Yulia la observó divertida al momento.
Allison: Hasta que tengas veinte, tal vez…
Sara: Eso será en unos meses…
Allison: Bien. Voy a pedírtelo en tu cumpleaños, pero como soy muy mala para guardar secretos vas a tener que actuar sorprendida…
Yulia: Creo que también necesitarás enlistarte en clases de actuación, Sara - Aconsejó a su amiga, que miraba sorprendida a su novia.
………..
Ya en horas de la tarde mientras Sara, Allison y ella veían la que debía de ser la película más aburrida del mundo versión extendida, la morena recibió una llamada de su novia, pero no fue lo suficientemente rápida como para evitar que Sara lo tomara primero y lo colocara en altavoz.
Elena: ¿Hola? ¿Hola? ¿Yul, estás allí?
Yulia: Sí, amor, estoy aquí - Aseguró intentando tomar su celular de las enormes manos de Sara.
Elena: No puedo escucharte bien… ¿Sucede algo?
Yulia: No, yo…
Sara: Estábamos haciendo un trío y nos interrumpiste, Lena… -Bien, tal vez Sara no necesitaba clases de actuación… Tal vez solo necesitaba una bofetada.
Yulia: ¡Eso no es…!
Elena: ¡¿Pero que mierda?! ¡Yulia Volkova, necesito una explicación!
Yulia: Amor, lo que dice Sara no es…
Elena: ¡Pudieron haberme invitado! - Exclamó - Es decir, ustedes pudieron…
Se escuchaba bastante alterada, y, a pesar de que la morena debía estar molesta por considerar un trío con Sara y Allison, simplemente rió.
Fue cuando una voz que ya conocía se escuchó a través del teléfono, más baja que la de la pelirroja.
XX: Cálmate, Katina. No está bien que te alteres - Era Jennifer, y parecía verdaderamente preocupada.
El tono de la pequeña chica la alertó de inmediato y con un último esfuerzo tomó el celular de entre las manos de su amiga y lo acercó a su oído.
Yulia: ¿Pasa algo, Elena?
Elena: No… yo… yo no… -¿Era eso nerviosismo?- No pasa nada -”Mientes” Quiso decirle, pero ella no se lo permitió - Te veré en la noche. Jennifer… Jennifer irá… Así que… Sara y Allison… Pueden… ellas pueden ir…
Una idea le llegó a la mente al escuchar su tono de voz, y el corazón se le contrajo de inmediato de una forma realmente dolorosa.
Yulia: ¿Qué te dijo tu cardiólogo, Lena?
Pero la pelirroja ya había colgado.
………..
Sara: ¡Deja de morderte el labio y dedícate a ayudarme a hacer galletas! -Le reclamó su amiga antes de que Allison le llenara las mejillas con harina - Eres una…
Allison: ¿Una qué? - Preguntó cruzada de brazos, arrugando su entrecejo - Atrévete, Sara Hansen, y juro que te dejaré sin sexo durante un mes…
Sara: No lo harías…
Allison: ¿Quieres apostar?
Yulia:… ¿Y si es su corazón? - Preguntó preocupadamente sin escuchar la estúpida discusión de la pareja. Por supuesto estaba hablando para sí misma, pero aun así sus amigas la escucharon.
Sara: Ella va a estar bien, Yul…
Yulia: Eso no lo sabes, Sara Hansen…
Sara sujetó fuertemente una de sus mano. Allison la imitó con la otra.
Allison: Ha soportado muchas cosas, Yulia. Si es su corazón de nuevo estoy segura de que podrá manejarlo…
Yulia: No quiero perderla, Ally… ¿Sabes? A veces, cuando la veo dormir, no puedo evitar asegurarme de que está respirando. Temo perderla, Ally. Temo perderla de un momento a otro… Temo perderla sin haber hecho nada para evitarlo.
Sara: No vas a perderla - Susurró acariciando su mejilla - Ella siempre va a estar en tu corazón, Yul… Mientras la mantengas allí va a seguir siendo completa e irremediablemente tuya.
………….
A la hora de la cena en la casa de la familia Katin había tantas personas que apenas cabían en el comedor.
El pequeño Troy, ahora de casi dos años, ensuciaba la camisa de su madre mientras esta intentaba hacerlo comer. Allison y saray estaban babeando mientras miraban fotos y vídeos de Beyonce. Viktoria, Katya e Iván hablaban animadamente sobre algo que realmente Yulia no entendía., sus madres compartían deliciosas recetas de cocina y sus padres hablaban de autos y motores… Y Lena simplemente estaba allí, a su lado, chasqueando sus dedos y mirando el suelo. Yulia no se atrevía a tocarla.
Cuando habían vuelto a verse minutos antes Lena apenas había besado sus labios durante un par de segundos para luego correr a esconderse en el baño hasta que Inessa anunció que la cena estaba servida.
Jennifer: No, Troy, no toques los cuchillos -Reprendió al pequeño, que había sujetado uno de estos utensilios de cocina entre sus pequeñas manos.
El pequeño simplemente sonrió traviesamente y lo sujetó aun más fuerte.
Jennifer: Troy Ogletree Junior, dame ese cuchillo ahora mismo…
Esta vez el tono autoritario de su madre pareció surtir efecto pues su hijo depositó el cuchillo suavemente sobre su mano con la cabeza gacha.
Jennifer: Bien -Sonrió besando su cabecita repleta de rebeldes cabellos rubios.
Sara: ¿Qué tal van las cosas con Steve, Jenny? - Preguntó sonriendo, mirándola fijamente mientras la más pequeña intentaba alimentar a su hijo sin ensuciar su camisa.
Según Yulia tenía entendido, Steve era paramédico y trabajaba en el hospital del padre de Jenny. También era el mismo que había estabilizado a Elena el día en el que Yulia cayó por la ventana.
Jennifer y él eran buenos amigos, pero Sara no parecía pensar lo mismo.
Jennifer: No somos novios, Sara Hansen. El único hombre de mi vida ahora mismo esta acá, comiendo un… ¡No Troy! ¡El cuchillo de nuevo no!
Sara: Vamos Jen, es guapo y un buen chico según veo…
Jennifer: Lo es -Reconoció- Pero mientras Troy siga en mi cabeza y este pequeño no aprenda a obedecer a su madre preferiría no involucrarme sentimentalmente con nadie más…
Sara: Bien, porque lo que planeaba proponerte tiene como primer termino no involucrarse sentimentalmente…
Jennifer: Ya te dije que no voy a hacer un trío con ustedes… Si quieren algo así díganle a Gina…
Gina era una compañera de trabajo de Sara, y una zorra a tiempo completo.
Allison: ¡Yo no quiero un trío! - Exclamó claramente molesta, cruzada de brazos-… Y mucho menos con esa zorra que solo quiere llevarse a mi Saronce a la cama.
Sara: Amo cuando te vuelves tan Ally macho pecho peludo celoso y posesivo - Suspiró mirándola fijamente antes de depositar un dulce beso en su mejilla. Las facciones de la chica se relajaron de inmediato.
Allison: El único macho pecho peludo celoso y posesivo acá es Lenin. Yo solo soy una dama que cuida lo que le pertenece.
Yulia rió y luego miró a su novia.
Supo que algo andaba realmente mal cuando la pelirroja no se enfadó por la forma en la que Allison la había llamado.
Yulia: Amor… -La llamó dulcemente, acariciando sus manos antes de que la pelirroja las apartara bruscamente- Lena… -Su comportamiento no podía ser normal.
Elena: ¿Si? - Preguntó entre susurros mirándola a los ojos durante unos instantes antes de dirigirlos a su plato de comida, el cual estaba aun completamente lleno.
Yulia: ¿Estás bien?
Elena asintió lentamente.
Yulia: ¿Por qué no comes un poco? No has probado nada y…
Elena: No tengo hambre - Susurró antes de levantarse y salir del lugar. Tal vez iba a encerrarse al baño o algo así.
Iba a levantarse para ir con ella cuando Katya e Iván la detuvieron.
Iván: Nosotros iremos -Se ofreció antes de atravesar la puerta del comedor.
Katya: Si. Tu solo termina de comer.
Yulia simplemente asintió lentamente y suspiró.
Quería ir, pero tal vez no era buen momento.
Tal vez Elena necesitaba estar sola.
Sara: ¿Qué le sucede? - Preguntó a Yulia, evidentemente preocupada.
La pelinegra comenzaba a ponerse nerviosa. No solo ella había notado el extraño comportamiento de su novia.
Yulia: Yo no… no lo sé -Respondió, sintiendo a sus ojos humedecerse.
Allison: Ella está bien, Yul - Aseguró acariciando su brazo.
Yulia: No lo creo, Ally… Hoy tuvo una cita con su cardiólogo. Tal vez…
Jennifer: Iré a comprobar -Se ofreció levantándose, colocando al pequeño Troy de pie sobre el suelo, sujetando su pequeña mano y comenzando a caminar hacía la salida del comedor - Vendré en cuanto me asegure de que todo esta bien con Lena.
Jennifer no volvió.
…………..
Luego de cenar vino el postre.
Era brownie con helado, y estaba delicioso, pero Yulia realmente no pudo concentrarse en el sabor.
Solo podía pensar en Elena y en los miles de problemas que pudieron haber surgido con su cuerpo.
No quería perderla. Definitivamente no quería hacerlo.
¿Quién la abrazaría en las noches de frío en Nueva York? ¿Con quién compartiría rebanadas de pizza? ¿A quién besaría cada mañana al despertar? ¿Quién la recibiría en casa al llegar?
¿Quién la miraría con tanto amor como Elena Katina?
La respuesta era sencilla:
Nadie.
Yulia: Tal vez yo… tal vez deba ir…
Larissa: Yulia, ella está bien - Aseguró sonriendo levemente - Cuando llegue el momento te lo dirá.
Yulia: ¿Tu lo sabes, mamá? ¿Sabes lo que le está pasando?
Larissa asintió lentamente.
Yulia: ¡Dímelo! -Le exigió.
Larissa: Ella es quien debe decírtelo, Yulia.
Larissa no dijo ni una palabra más.
……………
Elena finalmente entró a la habitación junto a Iván, Katya, Jennifer y el pequeño Troy cuando la morena terminaba de comer su postre.
Elena: Lamento haberme marchado -Dijo a su madre con la vista fija en el suelo- Yo… Supongo que…
Inessa: Está bien, Lena, lo entiendo -La interrumpió con una sonrisa, invitándola a sentarse - ¿Quieres terminar tu comida? Estoy segura de que a los demás no les molestará…
Elena: No, yo no… tengo hambre -Se negó cortésmente.
Troy: ¡Comida! - Exclamó entusiasmado mirando fijamente los platos repletos de delicioso postre.
Jennifer: Espero que no les moleste que Troy coma algo de helado - Susurró dulcemente alzando a su pequeño entre sus brazos antes de sentarse en su silla correspondiente-… No, Troy, no toques el brownie. El chocolate te vuelve loco.
Troy: Tía -Dijo estirando sus brazos hacia Lena, quien se había sentado lentamente en su silla. El pequeño, a pesar de su corta edad, sabia que la muy complaciente tía Lena le daría todas las cosas que pedía.
Yulia simplemente rió y miró a su novia atreviéndose a unir sus meñiques bajo la mesa.
Se sintió aliviada cuando la chica no la rechazó.
Jennifer: Troy, no creo que…
Elena: Ven aquí pequeño - Susurró alzándolo entre sus brazos, colocándolo sobre sus piernas y sonriendo de verdad por primera vez en toda la noche.
Jennifer: Le das chocolate y dormirá contigo esa noche, Katina… -Advirtió.
Pero ya era demasiado tarde, pues el pequeño ya estaba masticando un enorme trazo de brownie con sus diminutos dientes.
Elena: Pero míralo, Jennifer, se ve tan feliz…
La morena rió. Era cierto. El pequeño ya tenía sus diminutas manos entre el brownie de Lena, destrozándolo y riendo a carcajadas.
Jennifer: Tu no estarás feliz cuando estte despierto a las tres de la madrugada saltando sobre tu cama…
Yulia: ¡Yo no he hecho nada! ¡No puedes hacerme pagar ese precio solo porque Lena ama darle chocolate a Troy!
Jennifer: Lo que es de Lena es tuyo, Yulia, así que…
Yulia: Dormirás sola, Elena. Lo siento.
De inmediato la chica giró su cabeza bruscamente, mirándola a los ojos, negando rápidamente y entregando al pequeño Troy a su madre, como si de esta forma pudiese evitarse todas las culpas.
Yulia: Tranquila, Lenita - Dijo acariciando su mejilla- Realmente no podría dormir si no es contigo -Dijo a su oído.
Y fue entonces cuando Elena le dedicó la primera sonrisa sincera del día.
Y fue realmente hermosa.
Elena: Tengo que decirte algo - Susurró volviendo a su serio semblante.
Yulia: ¿Es tu corazón, cierto? - Preguntó de inmediato con completa preocupación - Si es por eso quiero que sepas que estaré acá hasta el final. No me importa si…
Elena: Mi corazón esta bien, Yul - Aseguró casi al instante.
Y cuando Yulia miró sus ojos, ese día tan grises que parecían irreales, supo que era cierto.
Yulia: ¿Entonces vas a terminar conmigo?
Elena: ¡No! -Negó horrorizada- No quiero hacer eso…
Yulia: ¿Entonces por qué has estado con cara de culo todo el día?
Elena suspiró al escuchar su pregunta.
Elena: Es… difícil, Yul -Fue todo lo que pudo decir antes de que Inessa Katina interrumpiera.
Inessa: ¡ATENCIÓN! ¡ATENCIÓN! ¡¿TODOS ESCUCHAN?!
Sergey: Inessa, estamos en el comedor, no es un salón de clases. Baja la voz, por favor -Pidió cubriéndose los oídos debido a que la voz de su esposa taladraba sus oídos.
Inessa: Bien, entiendo… Estamos acá reunidos hoy para… Bueno, será mejor que Lena lo explique.
Todas las miradas giraron a la chica cabellos rojos, y cuando Yulia hizo lo mismo, completamente confundida, se encontró con que Lena la estaba mirando fijamente.
Elena: Se que… bueno, yo… Estaba -Intentaba explicarse, pero las palabras parecían no querer salir de sus labios.
Jennifer: Esta bien, Katina. Solo respira hondo.
Elena lo hizo y luego sacudió su cabeza antes de volver a posar sus ojos en los de Yulia, uniendo sus manos bajo la mesa.
Elena: Bien… Un día en Nueva York mientras Yulia estaba en la universidad y James me había dado un día libre, comencé a pensar en la vida. Es decir, tenemos tanta y a la vez tan poca… Algunos viven muchos años, como la abuela de Yulia. Otros tienen vidas tan cortas como Troy, e incluso otros disfrutan de menos que esto… Tenemos… Supongo que nadie sabe cuanto tiempo tiene realmente y… No quiero pensar en cuanto tiempo podría tener, o cuanto tiempo podría tener James o cualquier persona en esta sala… En lo que realmente quiero pensar es en que voy a hacer cosas increíbles hasta que el día llegue mi final. Nuestro final… No quiero pensar que puedo irme mañana sin haber hecho todo lo que quiero hacer… Así que… Sé que debí escribir un discurso o algo así, pero creí que las palabras se me olvidarían y… supongo que lo dejé pasar y ahora mismo siento que voy a vomitar, pero… Quiero hacerlo, así que.
Fue cuando Lena se levantó de su lugar. Yulia de inmediato se comenzó a preguntar que era lo que estaba sucediendo.
Fue cuando, para su sorpresa, Lena se arrodilló ante ella y sacó una hermosa caja de terciopelo rojo de su bolsillo.
Elena: Yulia Volkova -Comenzó-… Ellos te llaman Volky -Dijo señalando a los demás con su cabeza - Yo te llamo Yul… Y eres el amor de mi vida… En cuanto te vi por primera vez, llorando cerca de la cama de tu abuela, supe que eras especial. Lo supe también la primera vez que te vi llorar a través de la ventana y solo quise ir a abrazarte, y también cuando notaste mi presencia… Luego nos volvimos amigas de la forma más extraña que cualquier persona podría imaginar, y terminé enamorándomede ti… Sé que hubo peleas, separaciones y una que otra visita al hospital, y sé que tal vez habrá más de esto para nosotros en un futuro… Pero te amo, y estoy dispuesta a soportar todo eso y más solo por estar contigo… Y sé que tu también estás dispuesta, porque me lo demuestras cada día en el que despiertas a mi lado, sonriéndome y haciendo que mi nuevo corazón se comporte como un corazón de mierda… Cuando me miras es como…Y cuando me tocas, tu… Eres increíble, Yul. Eres perfecta… Logras calmarme con solo tus manos y fuiste la primera persona a la que pude mirar fijamente a los ojos sin sentirme completamente incómoda. Me enseñaste que no estaba malditamente enferma, y que podía sonreír incluso en los peores momentos. Me enseñaste a contar mi verdadera historia, y a atar mis agujetas… Eres el dragón rosa que salvó a este unicornio verde. Eres la princesa rosa que esta princesa verde siempre amará… Y por eso, aunque para algunos podamos parecer demasiado jóvenes, y aunque otros no nos acepten, quería preguntarte frente a tus padres, mis padres, nuestras amigas, el pequeño Troy y la foto de tu padre biológico que sé siempre tienes en el bolsillo de tu pantalón, si tu… tu… Quería saber si… Oh, por Dios, no puedo trabarme ahora mismo. Soy una idiota… Bien, espera… Respiró hondo. Yulia limpiaba sus lágrimas. Sabía lo que estaba por venir. Y quería escucharlo. Realmente quería hacerlo.
Elena simplemente abrió la cajita de terciopelo, mostrando el hermoso anillo en su interior.
Elena: ¿Quieres casarte conmigo, Yulia Volkova?
No necesito decir que la respuesta fue un sí.
______________________________________________
Aaawwwwwwww!!!
Recuerden chicas que mañana hay doblete!!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Página 6 de 7. • 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
» MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA
» EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)
» THE BLACKLIST// HEYJUDEE (ADAPTACIÓN YULENA)
» EL CAFÉ // By: MookieRoo (ADAPTACIÓN A YULENA)