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Ella sabe que la odio // Ash-Quintana

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RAINBOW.XANDER
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Ella sabe que la odio // Ash-Quintana - Página 6 Empty Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana

Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/18/2023, 9:18 pm

34. Huída

LENA

Tenía frío.

El césped estaba húmedo, como si hubiera llovido esa mañana. El viento golpeaba con tanta fuerza que a veces sentía que podía llegar a arrastrarme y el cabello se me iba a la cara. No podía creer que llevara dos pares de calcetines puestos e incluso así mis pies estuvieran congelados.

Llevaba veinte minutos caminando en el mismísimo campo junto a las vías del tren y sentía que aún faltaba demasiado para llegar a la estación de trenes.

Ni siquiera podía verla en el horizonte.

Al menos estaba agradecida de que no hubiera nada ni nadie cerca, porque llevaba los últimos diez minutos llorando sin detenerme. Mis guantes ya debían de estar llenos de lágrimas y mocos.

No podía creer que Yulia me hubiera dicho algo así. Después de todas las cosas que pasamos, de verdad creí que estaba cambiando. Que estábamos mejorando.

Pero sólo le bastó un segundo junto a Alexey para...¿Volver con él?

¿En algún momento fui una opción yo? ¿O sólo estaba siendo su premio de consuelo, en vista de que ya no tenía a nadie?

Me quité los guantes y me pasé una mano por mi rostro helado.

¿De verdad fui tan estúpida que no pude verlo en todos estos meses?

Odiaba sentirme estúpida y ahora mismo me estaba sintiendo como la persona más estúpida del planeta. Había estado tan empeñada en no enamorarme de Yulia para que no me rompiera el corazón, pero al parecer sólo estaba negando lo que ya había sucedido.

Me había enamorado de Yulia sin quererlo. De alguna manera u otra, hubo un momento en el que dejé de sentirme simplemente atraída y comencé a preocuparme por ella, a emocionarme con su presencia, a reírme de sus chistes. Mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal cada vez que me dedicaba una de sus sonrisas.

—Esta mierda duele — Pateé el césped delante de mí y las gotas de agua me salpicaron en la ropa y las manos desnudas. Sentí como se volvía a formar un nudo en mi garganta y me cubrí el rostro con las manos — ¡Ya no quiero un corazón! Ya no quiero nada.

—¿Estás bien?

Di un respingo y casi caí de culo al escuchar la voz detrás de mí.

Alexey estaba a un par de metros de distancia, parado, y con su mochila echada al hombro.

Compartimos una mirada de unos segundos donde él me examinaba con una mezcla de preocupación y extrañeza. Yo con pánico y horror, cubierta de lágrimas (y probablemente mocos).

Luego volvió el enojo.

Recordé que estaba aquí, en medio de la nada, por su culpa. ¿Cómo se atrevía a verme llorar?

Volví a cerrar los puños con fuerza, pero esta vez no tenía los guantes y el filo de mis uñas esculpidas se clavó en mi palma.

—¿Te puedes ir, por favor? Estoy llorando.

Alexey ladeó la cabeza.

—No jodas, Elena, esto no es una telenovela. Deja de llorar y vuelve.

Miré por sobre su hombro, en busca de señales de Yulia o su auto, pero no había nada ni nadie, más que él. El resto era puro campo.

—¿Dónde está Yulia? — pregunté.

Él se sacó un pañuelo descartable del bolsillo y me lo ofreció.

—Te está buscando con el auto. Comenzamos a preocuparnos cuando vimos que no volvías y nos separamos.

Le di un manotazo a su mano y el pañuelo cayó al césped.

—No quiero eso — Alexey sacudió la mano como si intentara quitarse el dolor — Déjenme en paz. Voy a volver por mi cuenta.

Di media vuelta y retomé mi camino hacia la estación de trenes, pero pude escuchar a Alexey comenzando a caminar detrás de mí.

—Si hubieras querido volver por tu cuenta no nos habrías hecho preocupar así. No respondiste ninguna de nuestras llamadas.

—No tengo señal aquí — respondí sin dejar de andar.

Lo que era cierto. Llevaba veinte minutos creyendo que ni Alexey ni Yulia se habían dado cuenta aún de que no planeaba volver.

Pero incluso si me hubieran llegado sus llamadas ¿Habría cotestado? Tal vez sí, incluso si no quisiera.

—Déjame acompañarte a la estación de trenes, al menos.

—No.

Me pareció oírlo tomar aire con fuerza, como si estuviera llamando a toda su paciencia.

—Alexey, no te hagas el responsable cuando literalmente te has borrado cinco meses. Si vas a seguirme como un pervertido, al menos hazlo en silencio. No te he dado el derecho a hablar.

—Había olvidado lo insoportable que eras a veces.

—Calla, perro infiel.

Continuamos caminando en silencio durante algunos minutos más hasta que finalmente vi a los lejos la estación de servicio. Aceleré el paso para llegar cuanto antes y Alexey se quejó, pero eso sólo me incentivó más.

Cuando llegamos, encontramos un tren estacionado con gente subiendo. Habían familias enteras sentadas alrededor de los bancos o subiendo sus maletas por las escaleras de las puertas.

Las palomas se posaban sobre las vigas del enorme techo de la estación y salían volando cada vez que una de las locomotoras hacía sonar su bocina.

Alexey intentó detenerme una última vez.

—Podemos llevarte en el auto, Lena. No es necesario que vuelvas en el tren — dijo detrás de mí.

—¡No hables en plural como si Yulia fuera tu novia!

Me apresuré hasta la ventanilla de la boletería y saqué un pasaje para el tren que estaba por salir.

Primero muerta antes que volver con Alexey. No podía creer que ese tipo me hubiera gustado antes. ¿Qué había encontrado de bueno en él, además de su físico? ¿Era gracioso, tal vez?

Y resultó ser un payaso.

El tren dio otro bocinazo para anunciar que en pocos minutos partiría. Sostuve mi boleto con fuerza en mi mano y se lo enseñé, como si le estuviera presumiendo un premio.

Levanté el mentón con orgullo.

—Sé feliz con ella. Ustedes dos se merecen.

Alexey rodó los ojos.

—Con razón Yulia era tu fan. Eres igual de insoportable y dramática. No me sorprende que se llevaran tan bien.

Arrugué la frente.

—Ella no era mi fan. Sólo me usó de premio consuelo mientras tú estabas desaparecido.

Él chasqueó la lengua.

—¿De qué estás hablando? Ella siempre fue tu fan — Algo en mi rostro debió de hacerle entender que no sabía de lo que hablaba, porque intentó ser más específico — ¿Ver tus videos? ¿Dejar comentarios? — aguardó una reacción mía que nunca llegó — ¿De verdad no sabes nada? Yulia se sentaba en el fondo de las clases que compartían y siempre me hablaba de cómo ese iba a ser el día que iba a saludarte, aunque nunca se atrevía después. Yo creía que sólo tenía un crush inocente contigo, como el que tú tienes con Hobi.

—Es Jungkook.

—Ese — Me señaló como si yo estuviera comprendiendo su punto — No creí que de verdad estuviera enamorada de ti. Tal vez no lo estaba.

Comencé a negar.

—Ella no lo estaba.

—Probablemente se enamoró de ti después de ver cómo eras detrás de la pantalla. Lo que no me sorprende, porque Yulia también ama a su conejo, que es un arma de destrucción mortal.

—Deja de mentir.

Sentía que él estaba diciendo todo eso para hacerla quedar mejor después de cómo me trató hace menos de una hora, pero lo único que estaba consiguiendo era arruinar su reputación aún más.

Ella dijo que yo había arruinado su relación. Tal vez fue el enojo, el calor del momento, pero si lo dijo fue porque de verdad lo creía. Todo este tiempo, todas estas cosas que vivimos juntas, ella estuvo pensando adentro suyo que yo había arruinado su relación.

Yulia no quería hablar con Alexey para cerrar un ciclo como quiso hacerme creer. Ella sólo quiso arreglar lo que yo le arruiné.

Mi teléfono comenzó a vibrar con fuerza.

Cuando miré la pantalla vi cómo comenzaron a llover todos los mensajes que ella y Alexey me estuvieron enviando.

Pero no fueron sólo de ellos.

Habían mensajes y llamadas perdidas de Nikolay y de Fedor. Incluso de Taeyeon y de Nastya. ¿También una llamada perdida de mi madre?

—¿Qué ha sucedido? — pregunté con miedo.

Luego una llamada entrante del padre de Nikolay.

Atendí y me llevé el teléfono a la oreja.

—¿Hola?

—Elena. Nikolay me dijo que estabas de viaje. He intentado contactarte todo el día.

—Estaba sin señal — La locomotora dio un último bocinazo y la gente que aún estaba abajo del tren comenzó a subir corriendo. Me tapé el oído con mi mano libre — ¿Qué sucede? Me estás asustando.

—Es tu padre — dijo — Hemos tenido un accidente con el auto.

—¿Un qué?

—¿Estás muy lejos? ¿Puedes volver? — me pidió. Incluso con todo el ruido de fondo y sin poder verlo, podía sentir la angustia en su voz — Yo estoy bien, pero aún no me dejan verlo.

Sentí como si mi alma acabara de abandonar mi cuerpo.

No. Eso no podía ser posible.

—¿De qué estás hablando? ¿Él está bien?

—Ahora sí... Pero creo que deberías estar aquí ¿Sabes? Sólo por si acaso.

¿Por si acaso qué? Él estaba bien ¿Verdad?

Él estaba bien ayer.

De repente ayer y hoy se sintieron muy lejos entre sí.

—No digas eso. Estoy yendo — le aseguré con el nudo en la garganta. Él tren comenzó a moverse. Subí las escaleras hasta la plataforma con prisa — ¡Estoy subiendo al tren! Pronto estaré ahí.

—¿Elena? — me llamó Alexey desde la boletería.

Apagué la pantalla del teléfono y lo metí en mi bolsillo justo cuando una de las puertas del tren pasó frente a mí, abierta. Atrapé con fuerza la barandilla pegada a la pared del vagón, corrí unos metros y salté dentro.

Casi caí al suelo, pero un grupo de personas parada junto a la puerta me atrapó.

—¿Estás bien? — me preguntó un muchacho que me sostenía por los hombros.

Asentí con la cabeza y me separé de ellos.

Intenté ver por una de las ventanas a Alexey, pero el tren ya se había alejado de la estación.

Estaba en un vagón, en el medio de la nada, rodeada de desconocidos, con mi padre en el hospital y pronto volvería a quedarme sin señal.

Intenté mantener la calma y buscar mi asiento.


😃😃😃

Nos leemos más tarde, chicas!
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Ella sabe que la odio // Ash-Quintana - Página 6 Empty Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana

Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/19/2023, 12:48 am

35. A llorar

LENA

Antes de quedarme de nuevo sin señal, pude revisar todos los mensajes de texto que recibí, no sólo de Yulia, sino también los de mis amigos.

Incluso Taeyeon me había enviado un "¿Estás bien?" hace algunos minutos. Le respondí "Estoy volviendo. El tren llega a la capital a las siete am" con la esperanza de que le llegara si el teléfono volvía a agarrar señal durante el viaje.

El chat de Yulia estaba a punto de reventar. Me había enviado más de quince mensajes, uno detrás del otro, preguntándome dónde estaba y si estaba bien, pidiéndome que volviera y que estaba preocupada.

También me envió un correo electrónico.

—No puede ser.

Me quité el abrigo, me acurruqué en mi asiento del tren y me coloqué el tapado por encima como si fuera una manta.

Asunto: REGRESA PERRY

De: Yulia Volkova <pussy_destroyer666@gmail.com>

Para: Elena Katina <ElenaKatina1@hotmail.com>

He intentado llamarte y también te he enviado mensajes, pero nada te llega. NO sé si enfadarme porque me has bloqueado o ir con la policía porque no te encuentro y estoy comenzando a asustarme.

Por favor, si ves esto, respóndeme. Aunque sea dime que estás bien. Entiendo si no quieres hablar, pero al menos déjame saber que no te ha sucedido nada. Déjame llevarte a casa.

Y luego otro correo que sólo decía:

Asunto: ¿Estás bien?

De: Yulia Volkova <pussy_destroyer666@gmail.com>

Para: Elena Katina <ElenaKatina1@hotmail.com>

Acabo de hablar con tu hermano. Contesta el teléfono, por favor.

Le respondí con un rápido:

"No te bloqueé. Estoy en el tren".

Y entonces vi el destinatario.

<pussy_destroyer666@gmail.com>

Arrugué la frente.

Ese apodo me resultaba muy familiar. Era totalmente algo que Yulia se pondría, pero yo ya lo había visto en otro sitio.

Entré a mi cuenta de youtube mientras maldecía el internet lento. Fui a mi último video, donde recordaba haber visto su nombre de usuario en algún lado.

"Cómo el complejo Madonna-Whore sigue reinando"

Bajé. Aguardé un par de minutos en lo que cargaba, pero por suerte no fue difícil de encontrarlo. Había un comentario de un tal Pussy_Destroyer666 casi arriba de todo.

"Este video me hizo ver muchas de mis películas favoritas con otros ojos".

Entré a su perfil y vi su historial de comentarios.

"Me encanta cómo tantos canales le están dando la atención que se merece a este estudio" en mi video "El amor según Studio Ghibli", hace tres meses.

"Trabajo y estudio todo el día, pero me gusta llegar a casa sabiendo que podré echarme en la cama y ver alguno de tus videos antes de dormir. Nunca me fallas, ja, ja" en mi video análisis de "Perfect Blue", hace más de un año.

Podría seguir bajando y encontrando comentarios. La mayoría opinando sobre el tema que trato en los videos, otra veces simplemente diciendo que estuvo bien o que lo disfrutó. Siempre dejando mensajes positivos, siempre apoyando.

Me tapé el rostro con las manos de la pena, sin creérmelo. Ella siempre estuvo ahí, incluso antes de que la conociera.

No quería estar de acuerdo con Alexey, pero al parecer él no me había mentido.

De repente todo lo que sucedió ese día me dolió aún más y la traición se sintió más fuerte.

¿Cómo una persona tan maravillosa como Yulia pudo decirme esa frase tan hiriente hace menos de una hora?

Decidí dormir el resto del viaje, porque si seguía despierta, sólo sería para tener más pensamientos autodestructivos.

Mi único equipaje era el bolso que llevaba encima, así que intenté salir primera del tren cuando llegué a la terminal.

Mi pelo se sentía sucio, me dolía el cuello y la cabeza de dormir mal y de tanto llorar. Estaba tan agotada que ni siquiera me di cuenta de que Nikolay estaba esperándome frente a la salida hasta que me tomó del brazo y gritó mi nombre.

Su voz hizo eco en toda la estación, pero no más que el centenar de conversaciones que tomaron lugar a nuestro alrededor. La gente avanzaba esquivando a personas que se detenían a reunirse con familiares o amigos. La pantalla gigante sobre la boletería enseñaba la salida del próximo tren y muchos se apresuraban a subir a las plataformas.

Miré a Nikolay, frente a mí. Se veía preocupado, pero no sabía si por nuestro padre, por mí o por ambos.

—¿Estás bien?

Estaba comenzando a cansarme de que me hicieran esa pregunta.

No estaba bien y eso era obvio.

Asentí en silencio.

—¿Y tú?

Él también asintió. Pasó un brazo por encima de mis hombros y me atrajo hacia él antes de acompañarme fuera de la terminal. Pude ver a Fedor y a Taeyeon parados a algunos metros, aguardando por nosotros.

—Papá está bien ¿Quieres ir a verlo ahora, o quieres descansar primero?

De repente sentí cómo las lágrimas amenazaban con volver a salir. Levanté los hombros como si sintiera un escalofrío, como si buscara esconderme bajo el cuello de mi abrigo.

—¿De verdad está bien? — le pregunté con miedo — Quiero ir a verlo.

Necesitaba verlo con mis propios ojos. Me daba miedo volver a casa y que sucediera algo mientras yo no estaba con él. Me sentía culpable por haberme ido tan lejos justo después de su boda.

Fedor me abrazó con fuerza cuando estuvo lo suficientemente cerca y lo dejé. Escondí el rostro en el pecho de su abrigo mientras oía de fondo sus palabras reconfortantes.

Llamamos un taxi afuera y entramos los cuatro.

Nikolay se sentó adelante, Fedor detrás, a la izquierda, Taeyeon en el medio y yo a su derecha.

—Te ves como si acabara de pisarte un camión — me saludó cuando el taxi arrancó.

—Gracias — dije al borde del llanto.

—Ay, no, no, no llores — Taeyeon agarró mi cabeza y le dejó un beso, nerviosa. Recordé esa pintura de Iván el terrible besando a su hijo medio muerto en el piso — Perdón, soy una bruta — De repente su tono de voz cambió de uno nervioso a otro más amenazante — ¿Qué te hizo esa estúpida?

¿Qué te hizo esa estúpida?

—Estás disfrutando más de lo que deberías diciéndole estúpida — opiné mientras me secaba las lágrimas con mi mano enguantada — Creo que volvió con Alexey.

Las voces de mis tres amigos se hicieron coro en todo el taxi.

—¿Qué?

—Tienes que estar bromeando.

—No puedes confiar en alguien con tan poca estatura.

—¿La doxxeamos?

—Hoy cometo un crimen de odio — Dijo Taeyeon — ¿Sabes qué? No importa. Tú vales mucho más y si ella no puede verlo, entonces no la mereces. Es más, voy a bloquear a Nastya por ser su amiga.

Nikolay se carcajeó.

—¿Qué tenía que ver Nastya?

—Sólo está buscando una excusa para molestarla — dije — De verdad te gusta ¿No?

—No, claro que no...

—Qué rara forma que tienen ustedes de mostrar afecto — opinó Fedor.

Rodé los ojos.

—Mira quién habla. El señor "Voy a dormir dos años enteros en tu cama y no te voy a decir lo que siento".

Taeyeon comenzó a reír, Fedor intentó pasar por encima de ella para empujarme y en menos de un minuto acabamos los tres forcejeando en la parte trasera del taxi mientras Nikolay tenía una charla con el taxista.

Llegamos al hospital donde estaba papá cuarenta minutos después.

Subimos los cuatro hasta el piso donde él se estaba quedando, pero Fedor y Taeyeon se quedaron afuera del cuarto.

Nikolay y yo entramos juntos.

Lo primero que vi fue a papá en la cama, con ropa de hospital. Estaba sentado, con el padre de Nikolay a un lado, en una silla, y el pequeño televisor de la pared encendido. Estaban jugando al UNO.

Sentí cómo el mundo volvía a moverse y yo finalmente podía respirar. Él levantó la cabeza de su baraja de cartas, me sonrió y se me llenaron los ojos de lágrimas.

Presioné los labios con fuerza y me congelé en el sitio.

Papá juntó las cejas preocupado y dejó las cartas en la mesa.

—Ven aquí — Me extendió los brazos. Di un paso, insegura. No recordaba cuándo fue la última vez que lo abracé. Una parte de mí quería echarse en sus brazos, pero la otra no sabía si debía — Ven — Me animó y lo abracé. Cerré los ojos con fuerza y sentí sus brazos en mi espalda — ¿Te asusté?

Asentí y dejé las lágrimas salir, refugiada en mi escondite. Papá subió y bajó su mano por mi espalda en un gesto reconfortante y de repente me sentí mal por ser la que estaba siendo consolada cuando él era el que estaba en el hospital.

—Lo siento — dije.

—¿Por llorar? — preguntó — Ah, Nikolay lloró más que tú.

—Esas son calumnias — respondió el aludido a la defensiva.

Respiré hondo. Todo el cuarto olía a hospital, pero papá seguía oliendo a papá y extrañaba eso. Extrañaba abrazarlo.

De repente pensé en qué habría pasado si las cosas hubieran resultado de otra manera. Si el accidente hubiera sido más grave y yo no hubiera estado aquí. Si la última conversación que hubiera tenido con él fuera esa discusión de la boda.

Y ahora me daba miedo pensar en soltarlo y que él algún día no volviera.

—¿Estás bien? — le pregunté.

—Sí, estoy bien — repitió de buen humor — Sólo me golpeé un poco. Pero tu padre dice que así abollado igual me quiere.

—En la boda dijeron que no se aceptaban devoluciones — respondió el padre de Nikolay.

—¿Por qué no vas a comprarnos el desayuno? — sugirió papá — Cuando vuelvas jugamos al uno.

Acepté, porque quería tomar un poco de aire ahora que no tenía toda esa preocupación oprimiéndome el pecho.

Taeyeon se ofreció a acompañarme, pero preferí ir sola. Quería aprovechar el tiempo para pensar en todo lo que había pasado en estos últimos días.

Desafortunadamente, eso no pudo ser posible. Porque fuera del hospital, parada junto al poste de estacionamiento para las ambulancias, mi madre fumaba con tranquilidad, enfundada en su traje de oficina.

Cuando me vio se quitó el cigarro de la boca y me sonrió.

—¿Ya te vas?

—Te ves muy feliz para la ocasión — opiné — Iré a comprar el desayuno.

—Tu padre está bien, así que estoy aliviada — Apagó el cigarro contra el poste metálico y lo tiró al cesto de basura — Y feliz de ver a mi hija. Te acompaño.

Tal vez fue que tenía la guardia baja, pero no protesté. La dejé acompañarme a la cafetería, aunque de mala gana. Mamá intentó sacar temas de conversación, pero siempre sobre cosas que me ponían de peor humor.

"¿Por qué tu maquillaje está corrido?", "¿has llorado por esa estupidez?", "¿Te ha llegado mi dinero?", "Pudiste haberlo gastado en un abrigo más bonito".

—Mamá, cállate, por favor — le pedí luego de hacer la orden en la caja — Sí, mi maquillaje está corrido, sí, lloré, y tu dinero lo usé para donaciones.

La sonrisa de mamá se borró. Frunció los labios, como si hubiera lastimado sus sentimientos.

—¿Por qué me hablas en ese tono? Estoy intentando ser tu amiga.

—No lo vas a conseguir criticándome — Me alejé de la caja para colocarme en la línea de entrega — Y no quiero ser tu amiga.

—Ah, pero a tu padre hasta le compras el desayuno ¿No?

Rodé los ojos.

—Lo chocó un auto. No seas celosa.

—¿Entonces tengo que dejar que me pise un auto para que vuelvas a hablar conmigo? — Levantó una ceja — ¿Por qué te cuesta tanto seguir adelante? ¿Por qué eres tan resentida?

—¡¿Y tú por qué nunca te has disculpado?! — estallé. Mamá abrió los ojos con sorpresa y la gente a nuestro alrededor se giró a verme, así que bajé la voz — Papá se mudó cuando se separaron. Él no sabía lo que estaba sucediendo ¿Pero tú? — Clavé mi dedo en su hombro — Tú sabías todo. Nunca me creíste. Y cuando tuviste que hacerte cargo de mí, lo hiciste ver como si todo fuera mi culpa y me estuvieras castigando — Tragué saliva — Él al menos mostró interés en mí. Tú no. Nunca te disculpaste y por eso te odio. Cada vez que te veo recuerdo lo poco que significo para ti. ¿Y sabes una cosa? No quiero estar junto a alguien que me ve como una carga, porque eso no es lo que soy. Nunca lo fui.

El número de mi orden apareció en la pantalla. Así que mi rostro pasó de enfado a sorpresa.

—Mi orden ya está. Que tengas buen día.

Tomé las bolsas de papel y la esquivé para salir. Aceleré el paso, temiendo que ella me siguiera para seguir discutiendo. Prefería dejarla pensando.

Cuando subí al piso de papá, lo primero que vi en en el pasillo fue a Yulia.

Ella estaba parada frente a su habitación, teniendo una charla un poco acalorada con Fedor y Taeyeon.

Pero los tres dejaron de discutir cuando me escucharon llegar.

Me detuve a dos o tres metros de distancia.

—Lena.

Yulia dio un paso hacia mí y yo retrocedí.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabías dónde estaba?

Yulia movió las manos como si no quisiera contarlo, pero acabó haciéndolo.

—Tu madre me dio su teléfono cuando nos conocimos. Fue la única que me respondió los mensajes.

Le dedicó una mirada asesina a Taeyeon y Fedor, en los asientos del pasillo. Los dos se alzaron de hombros.

—Por supuesto que ella te dio la dirección — ¿Quién más iba a sabotearme así? — No quiero hablar contigo Yulia. Vine a ver a mi padre.

—Lo sé — Yulia volvió a acercarse y esta vez pude verla mejor. Llevaba la misma ropa de ayer, pero ahora se veía mucho más cansada y con el cabello mucho más despeinado. Si ella viajó directamente hacia aquí, probablemente no hubiera pegado un ojo desde hace más de veinticuatro horas — Me enteré de lo de tu padre y quería saber cómo estabas.

Levanté los brazos.

—¿Cómo crees?

—¿Y cómo está tu padre?

Volví a sentir los ojos llorosos. Ese día y el anterior estuve siendo un mar de lágrimas sin sentido. Mi cabeza me decía que nada de esto era tan grave, pero al mismo tiempo sentía que se me había venido el mundo encima.

Ahora que sabía que mi padre estaba bien, estaba mucho más tranquila.

¿Pero Yulia?

¿Había perdido a Yulia para siempre?

—¿Te puedes ir, Yulia? — respondí al borde del llanto — No quiero lidiar contigo ahora.

—Lena, no entiendo — Yulia comenzó a negar — Sé que peleamos ¿Pero qué fue lo que te dije para haberte lastimado así?

—¿Estás bromeando?

—¡No! De verdad quiero saberlo. No me gusta que estés mal por mi culpa.

¿Estaba hablando en serio? Después de lo que me dijo ¿Cómo podía hacerse la desentendida así?

—¿Cómo no vas a saberlo? — Comencé a negar, pero al ver que su pregunta era genuina, decidí contestarle — ¿Cuándo dijiste que querías "arreglar" lo que yo arruiné? ¿Te suena?

—¿Qué...?

—¿De verdad crees que yo arruiné tu relación?

—¿Lena...?

—Y delante de Alexey. Todo ese tiempo que pasamos juntas, todas esas veces que dijiste que me querías ¿De verdad lo creías o sólo me estabas usando de premio consuelo?

—Déjame explicarte.

—No, no quiero que me expliques. No puedes deshacer lo que has dicho.

—Elena.

Inspiré hondo para reunir valor.

—Has dejado en claro que lo pones a él por encima de mí y yo no quiero estar con alguien que me ponga en segundo lugar ¿Sabes? Merezco más que eso. Merezco a alguien que me ame de la misma manera manera que yo te amo. No alguien que me vea como la que arruinó su relación.

—¡Nunca dije que arruinaste la relación!

—¡Sí, si lo hiciste! No me psicopatees. Dijiste que intentabas arreglar lo que yo arruiné.

—¡La conversación! ¡Arruinaste la conversación!

Me quedé muda.

—¿Qué?

—Señoritas — Las dos dimos un sobresalto cuando un hombre alto, vestido como los de seguridad, se nos acercó — No pueden pelear aquí. Acompáñenme a la salida, por favor.

—Aguarde un momento, por favor — le pedí.

Yulia casi se desnucó cuando levantó la cabeza para ver al tipo.

—Sí. Es una conversación importante.

Él ni siquiera nos escuchó.

—Por aquí — dijo y nos señaló el ascensor.

El hombre comenzó a empujarnos para salir y tuvimos que seguirlo.

—Llevaba todo el viaje practicando qué iba a decirle a Alexey — comenzó Yulia — Tenía un monólogo preparado. Iba a comenzar con una bofetada y luego...

—¿Preparaste un monologo? — pregunté — ¿Como esos que preparas para tus audiciones de teatro?

Las puertas del ascensor se abrieron y el hombre nos empujó dentro. Luego entró él y seleccionó la planta baja.

—¡Sí! ¡Él monólogo que tú arruinaste cuando te metiste a la conversación! — intentó explicarme — Las clases de teatro me ayudaron un montón. Estaba muy orgullosa. Quería mostrártelo, pero me dio pena. Iba a comenzar con un "¡¿Cómo te atreves...?!" — suspiró — Esperé tantos meses para poder decirle todo lo que tenía en el pecho. Quería escupírselo de una buena vez. Estaba nerviosa y luego ustedes dos comenzaron a pelear — Se tapó la cara — Tendría que haberte dicho antes cómo me sentía, pero estaba avergonzada. No quería mencionar a Alexey delante de ti.

—Entonces ¿Tú no crees que yo arruiné tu relación?

Yulia se alteró.

—¡¿Por qué creería eso?! ¿No te he dicho un millón de veces que tú no tenías la culpa?

—No lo sé... — Aparté la vista avergonzada — Tal vez mentías.

—¡Elena! — Yulia me tomó por los hombros — Te amo desde esos primeros videos que subías a tu canal, todos mal editados con movie maker y loquendo. ¿Cómo es posible que siquiera te hayas planteado algo así?

Mi corazón volvió a latir con fuerza, de la misma manera que lo hacía cada vez que Yulia me miraba.

Ella me amaba. Siempre lo hizo. Nunca quiso volver con Alexey. Ella me amaba por como era dentro y fuera de la pantalla y yo la amaba a ella por la pasión que tenía, no sólo en mí y en nosotras, sino también con todo lo que le gustaba.

Recordé esos comentarios en mis videos y no pude evitar pensar en que Yulia era la persona más pura que jamás había conocido.

El ascensor se detuvo en la planta baja y el guardia de seguridad nos empujó para salir.

De repente recordé que tenía en mis manos las bolsas con el desayuno y clavé los talones en el suelo.

—¡Espere, señor!

—¡¿Qué?!

Cuando me volteé para verlo, lo encontré secándose una lágrima, como si la declaración de amor de Yulia lo hubiera conmovido.

Yulia y yo compartimos una mirada.

—¿Puede llevarle esto a los chicos que estaban en el pasillo con nosotras?

Él accedió, pero nos echó igual.

Tuvimos que bajar las escaleras de entrada del hospital, donde el sol nos recibió. Hacía frío, pero sentía que era la primera vez en un largo tiempo que se sentía cálido.

—Yulia... —comencé mientras bajaba por las escaleras — ¿De casualidad tú eres Pussy_Destroyer666?

Me miró sorprendida.

—¿Cómo supiste?

—Eso dice tu correo electrónico.

Yulia se tapó la boca con la mano, horrorizada.

—¡Creí que el correo no se mostraba! ¡Lo estuve usando para mails del trabajo!

Reí y tomé su brazo para acercarla a mí.

—Al menos ¿Pudiste decirle a Alexey todo lo que tenías acumulado?

—Ah, sí, y de qué manera — sonrió orgullosa — Siento un poco de pena, porque sé que algunas cosas fueron mi culpa. Pero también sé que muchas otras no. Y espero no volver a verlo — Nos detuvimos al comienzo de las escaleras y ella aprovechó para pararse frente a mí y mirarme a los ojos — Elena...

—Te amo — Solté de golpe. Las dos nos miramos en silencio, con el sonido de la ciudad de fondo. De repente tuve una crisis ¡¿Por qué dije eso?! Di un paso hacia atrás — Lo siento, yo sólo...

—Elena.

Yulia me tomó por la mano para evitar que me fuera. Cuando me digné a verla a los ojos, ella me estaba sonriendo.

—No me veas así, con esos ojos juzgadores...

Yulia dejó un beso en mi frente.

—Yo también te amo, Princesa.

Tal vez aún no hubiéramos vuelto oficialmente, tal vez aún quedaran muchas cosas por resolver antes de que eso sucediera. Pero ahora sabía con claridad que Yulia me amaba y yo la amaba a ella, y que las dos intentábamos aprender de nuestros errores para que esto funcionara.

No era un final feliz.

Era un comienzo feliz.


I love youI love youI love you

Mis niñas, ya solo queda el epílogo y algunos capítulos de como quedaron las otras parejas... Podemos decir que este es el final🥳 pero aún la historia no termina así que, nos leemos mañana nuevamente!
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Mensaje por Fati20 11/19/2023, 7:19 am

Julia por dios!!!! que mala elección de palabras todos entendimos lo mismo de Lena y ve como sufrimos sin razón real 🥺🥺🥺. Lo bueno es que las cosas ya se aclararon y nuestra volky bebé si es el amor que siempre ha sido en toda la historia tan infantil preparando su monólogo 😍😍😍. Cariño mio qué bueno q apareciste vale me imagino q últimamente tienes ocupaciones q hay noches q no sabemos de ti 💔 y se te extraña mucho. Espero que allas tenido un muy lindo sábado te mando muchos saludos 😘😘😘😘
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Mensaje por Volkatin_420 11/19/2023, 4:08 pm

No puedo creer que sea el capítulo final 🥹 aunque no estubo mal porque ambas se aman y de alli pueden fortalecer el amor y yulia debe aprender hablar jajajaja porque también entendí que dijo RELACION

Un abrazo y espero capítulos hoy
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/19/2023, 5:51 pm

Epílogo

YULIA

6 de octubre, dos meses después.

¡Esto iba a salir mal!

Di la segunda vuelta alrededor de la manzana con el auto, en busca de un sitio para estacionarme. Lo cierto era que no le estaba prestando atención a mi tarea, porque estaba distraída por los eventos de esta noche.

Era 6 de octubre por la noche, dos días después del cumpleaños de Elena. Acabábamos de salir de clases y estábamos de camino a cenar en un restaurante que reservé casi un mes atrás, con la excusa de celebrar.

La primavera estaba por comenzar y eso significaba días de calor y noches de frío. Lena había vuelto a usar sus faldas cortas con medias y yo estaba más que encantada con eso. Era su fan número uno dentro y fuera de las redes.

Me pareció que esta noche en particular ella estaba un poco más arreglada de lo habitual y eso me puso más nerviosa aún.

Tenía planeado pedirle que fuera mi novia esta noche y me daba miedo que algo saliera mal, o que me dijera que no.

Entonces recibí un mensaje de una amiga que trabajaba en el restaurante antes de subir al auto. Me había enviado una foto del pastel.

Era azul.

Yo no había pedido ningún pastel azul. Había ordenado uno rosa con detalles blancos, porque era el color favorito de Elena.

¿Qué iba a hacer un pastel azul?

—¿Estás bien? — preguntó Lena a mi lado — Pasaste otro espacio.

Aparté esos pensamientos y la miré un segundo antes de prestarle atención al camino de nuevo. Si seguía dando vueltas alrededor de la misma manzana, me iba a marear.

—Sí, es que no me generaba confianza ese hueco para estacionar — me inventé — Por el Feng Shui.

—Bueno — Lena giró un poco su cuerpo para verme de frente, con la cabeza apoyada contra la cabecera del asiento — Busca uno que te genere confianza antes de que nos quedemos sin reserva.

Me miró con esos ojos de cachorro esperanzado y yo fallecí ahí mismo.

Encontré un hueco entre dos autos a unas calles del restaurante. Mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad y salía, sólo podía pensar en que ya no había vuelta atrás.

Abrí su puerta, pero en lugar de salir y moverse a un lado para dejarme cerrarla, Lena se paró frente a mí, pasó sus brazos alrededor de mi cintura y besó mi mejilla.

No iba a salir viva esta noche.

—¿En qué estás pensando? — me preguntó.

Tragué saliva y cerré la puerta.

—¿De casualidad te gusta el color azul?

****

Intenté no darle muchas vueltas a los mismos pensamientos, pero no podía teniendo a Elena delante de mí.

No sabía en qué punto de toda esta historia entre nosotras caí enamorada tan profundamente de ella, pero ya no había vuelta atrás. Yo sabía que tenía muchos errores, que había metido la pata varias veces y cualquier persona con dos dedos de frente no me habría dado tantas oportunidades. Pero ella hizo un voto de confianza en mí, el mismo que yo hice en ella, y ahora me daba miedo defraudarla.

Quería demostrarle que, si aceptaba ser mi novia, haría todo lo que pudiera y más para que esto funcionara, que podía contar conmigo en todo.

En todo menos en darle un pastel rosa.

Cuando fue hora del postre y llegó el pastel, Lena abrió los ojos enorme, sorprendida.

No era azul claro, o azul pastel. No: Era azul eléctrico de punta a punta.

—Así que... a esto te referías con gustar el azul.

Lena tomó el cuchillo para cortarse una pequeña porción.

—No, no, déjame — Le quité el cuchillo con suavidad y corté una porción de la zona donde me habían marcado para que cortara, pero levanté la vista con preocupación antes de dejarla en su platito — ¿No te gusta?

—Me gusta — Respondió. No le creí en un principio, pero parecía estar siendo sincera — Cuando tenía doce leí Percy Jackson — Tomó su plato y luego me sirvió una porción a mí — Él siempre comía cosas azules, así que yo quería un pastel azul. No es la gran cosa. Cuando fui creciendo me olvidé — Clavó la cuchara y probó un bocado — Pero se siente raro hacer cosas que de pequeño siempre quisiste.

—¿Raro bueno, o raro malo? — pregunté con desconfianza.

Ella parecía estar disfrutando el pastel. Y había disfrutado la cena. ¿Será que no estaba todo perdido?

—Yulia ¿Qué sucede?

La pregunta me tomó por sorpresa. Dejé la cuchara sobre la mesa y me mordí el labio.

¿Estaba sospechando? ¿Había descubierto mi plan?

—¿Qué sucede con qué? — me hice la tonta.

Lena arrugó la frente.

—Pareces preocupada — Dejó el pastel a un lado — La última vez que hablamos todo estaba bien ¿Por qué me ves como si fuera a decirte algo malo? ¿Qué pasó?

Escondí el rostro en mis mano.

—¡Lo siento! Estoy nerviosa.

Ella se inclinó hacia adelante con curiosidad.

—¿Nerviosa?

Separé los dedos para verla a través de los huecos.

—Ordené un pastel rosa, pero hicieron uno azul. No sé qué pasó. No quiero que pienses que fue porque lo pedí a último momento. Tengo esta mesa reservada desde hace un mes. Quería que la pasaras bien.

—¡Yulia! — la voz de Lena me hizo dar un sobresalto. Dejé las manos sobre la mesa, lista para ser regañada. Entonces ella dejó sus manos sobre las mías — Mírame a los ojos, tonta.

Abrí un sólo ojo. El otro lo mantuve cerrado con fuerza.

—Grítame todo lo que quieras, pero que sepas que eso me gusta.

—Sí, ya lo sé — casi pude sentirla rodando los ojos — La paso bien donde sea que esté contigo — dijo — No tienes que reservar una mesa en un restaurante caro o pedir un pastel de mi color favorito para complacerme. Estar a tu lado me hace feliz — Bajó un poco la cabeza y también la voz — Pero si quieres gastar toda tu fortuna conmigo, no voy a detenerte.

—¿Por qué siento que casarme contigo sería una mala idea?

Lena soltó una risa.

—¿Estás segura de que tienes las agallas para casarte con una princesa?

Yo también me incliné hacia adelante.

—Agallas son lo que me sobra. — Levanté una ceja — ¿Tienes tú las agallas para estar conmigo?

Eso hizo a Lena retroceder. Volvió a sentarse en su asiento, apoyó la mejilla contra la palma de su mano y apartó la vista mientras engullía otro bocado del pastel. Me pareció verla sonrojarse.

¿La había hecho sonrojarse?

¿Eso era bueno o era malo? ¿Por qué no me respondió nada?

¡¿Me estaba rechazando?!

Lena le dio otro bocado enorme al pastel, como si buscara llenarse la boca para no hablar, y me alarmé.

—Oye, ve con calma — Le advertí — Te vas a aho...

Elena comenzó a toser.

Se inclinó hacia un lado con todo el antebrazo apoyado en la mesa. Su cabello cayó por delante de su hombro mientras tosía y su rostro se volvió rojo, pero no de la vergüenza, exactamente.

—¿Lena?

Corrí mi silla hacia atrás y rodeé la mesa hasta llegar a ella. Me agaché a su lado y comencé a golpear su espalda.

De repente se comenzó a oír música fuerte. Trompetas y guitarras.

—Ay, no.

Los mariachis.

—HERMOSO CARIÑO — Un grupo de señores salió de la cocina con sus instrumentos, vestidos con trajes y sombreros de mariachis, y comenzaron a caminar hacia nosotras — HERMOSO CARIÑO, QUE DIOS ME HA MANDADO.

El rostro de Lena comenzó a ponerse azul.

La gente a nuestro alrededor aplaudió. Alguien gritó "¡Que vivan las novias!" y tarde me di cuenta de que, agachada como estaba, parecía que le estaba proponiendo matrimonio.

—A SER DESTINADO NOMÁS PARA MÍ — continuaron los mariachis.

Lena se levantó, aturdida. Me coloqué detrás de ella e intenté aplicarle la maniobra de Heimlich como me la habían enseñado en la secundaria.

—¡Lena, no te mueras! ¡No me dejes viuda!

La gente dejó de aplaudir al notar que ella se estaba ahogando, pero los mariachis parecían no saber qué hacer, así que siguieron cantando.

—¡Precioso regalo! ¡Del cielo ha llegado!

Lena tosió y escupió algo que rebotó en el suelo. La oí tomar una profunda bocanada de aire y las piernas le fallaron. La sostuve para evitar que se cayera y la ayudé a sentarse.

—¡Lena, lo siento!

Me dejé caer de nuevo en el suelo y la abracé con fuerza, aterrada. Elena me abrazó de regreso, probablemente sin comprender qué sucedía.

—¿Por qué lo sientes? ¡¿Qué fue eso?! — Me hizo a un lado para levantar lo que acababa de escupir. Aún no se había recuperado del todo, pero tomó el objeto entre sus dedos para examinarlo. Tragué saliva y me senté en su silla — ¿Un anillo? — le tomó sólo dos segundos sumar dos más dos — ¿¡Yulia!?

—¿Quieres ser mi novia? — le pregunté al borde del llanto — ¡Lo siento! No quería matarte.

—¿Compraste un anillo para pedirme que sea tu novia y lo escondiste en el pastel?

Asentí con culpabilidad.

—Se suponía que los mariachis iban a salir si decías que sí. No sé qué pasó.

Los mariachis dejaron de tocar al comprender que no debían seguir.

Lena se tapó la boca con una mano. No sabía si estaba sorprendida u horrorizada. Quizá las dos.

Todo lo que podía salir mal, salió peor.

Volví a esconder el rostro en mis manos, acabada.

De repente oí risas.

Levanté la cabeza y me encontré con Lena riendo, aún con la mano sobre su boca. Sus mejillas estaban rojas de nuevo, pero esta vez no por estar ahogándose.

¿O quizá sí?

—¿Nunca cambias?

Le dediqué una mirada apenada.

—Lo siento. No soy la persona más brillante.

Lena suspiró, tomó una servilleta de la mesa y comenzó a limpiar el anillo. Luego se hincó frente a mí.

—Eres brillante. Eso es lo que me gusta de ti — Se colocó el anillo y lo examinó un segundo. Luego levantó la vista y me sonrió — Quiero ser tu novia — Dijo. De repente su rostro se ensombreció — Pero si vuelves a intentar asesinarme...

—¡Te amo!

La abracé con fuerza y Lena se resbaló. Las dos caímos al suelo, ella sentada y yo arrodillada a su lado. Ella tomó mi rostro entre sus manos y me besó con el mismo entusiasmo con el que yo me lancé. La gente volvió a aplaudir y le hice un gesto a los mariachis para que retomaran la canción.

—¡Hermoso cariño...!

Volví a abrazarla cuando el beso terminó.

No tenía ni la más mínima idea de cómo había resultado todo bien, pero lo había hecho. Me preocupaba ser un desastre frente a ella, pero tal vez eso es lo que le gustaba de mí.

—La próxima vez haré algo menos mortal — le prometí.

—Intentemos que no haya próxima vez — me pidió.

Reí y escondí parte del rostro contra su hombro. Frente a mí estaba la pared del cristal del restaurante y podía ver el exterior. La noche, la avenida transitada, los rascacielos y los carteles electrónicos gigantes.

—¿No crees que fue demasiado? — le pregunté.

Sabía que ella odiaba que hiciera cosas imprudentes sin consultarle. En mi defensa, se suponía que debía de ser una sorpresa, pero aún así...

—Pff, nah — respondió en un tono despreocupado.

Eso me hizo sospechar.

Entonces el cartel enorme de la avenida cambió. La pantalla se volvió púrpura y apareció una pregunta con letras blancas.

"¿Quieres ser mi novia, conejita?" decía.

Y, justo abajo, había una foto que nos habíamos tomado unas semanas atrás.

Tenía que estar bromeando.

—¿Lena?

—...¿Sí?

Sonreí.

—Yo también quiero ser tu novia, gatita.

—Ay, no.

Elena me abrazó con más fuerza y escondió el rostro en mi cuello, avergonzada, dándose cuenta de que acababa de ver el cartel.

—Y yo que pensaba que había exagerado. No sabía que te tenía tan enamorada — la molesté.

—Te odio.

—Eso ya lo sé.

Rasqué su cabeza con cariño y saqué mi teléfono para tomar una foto.

Delante, tenía un letrero gigante con nuestra cara. Detrás: Un grupo de mariachis cantando y medio restaurante aplaudiendo junto al staff.

Era un desastre.

Un desastre precioso.

FIN

🌸🌸🌸


Hola mis niñas, espero que estén disfrutando del domingo. Este es el final de la historia, espero les haya gustado (aunque me atrevo asegurar que así fue) La historia tiene otros capítulos extra, que intentaré (ojo) ver si los puedo subir todos el día de hoy 💋 eso espero...

Un beso!!!
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Mensaje por Fati20 11/19/2023, 6:30 pm

Hay que hermoso capitulo 😍😍😍 julia tan infantil y desastrosa y mira como Lena también enamorada y super lindas amandose. Fue una historia demasiado divertida y linda, gracias por siempre elegir las mejores 😊. Qué tengas un muy feliz domingo cariño mio 😘😘💜espero puedas subir los otros capítulos me interesa mucho el de mi otro amor de esta historia Nastya
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/19/2023, 10:31 pm

Extra 1: Propuesta indecente

TAEYEON

Diez meses después del epílogo.

Odiaba ser la que estaba de más.

Eran las vacaciones de invierno para todos en la universidad y Elena estuvo los últimos meses organizando un viaje para llevar a Yulia a quién sabe qué lugar recóndito y extranjero para celebrar su casi año de relación.

Las dos armaron sus maletas y se esfumaron después de su última clase.

Por otro lado, Fedor y Nikolay decidieron quedarse en el departamento, pero se la pasaban todo el día uno pegado al otro y me hacían sentir como si los estuviera molestando por el simple hecho de estar quedándome en el edificio. Mí edificio, recordemos.

—No, no es cierto — Fedor intentó apartar esas palabras con un movimiento de la mano — No eres una molestia para nosotros ¿Verdad, Nikolay?

Nikolay levantó la vista de su nintendo switch y nos miró. Los tres estábamos echados en el sofá. Yo en lado izquierdo, hundida y con un termo de café en mis manos. Fedor a mi lado intentando animarme y el pelinegro acostado en la derecha, con la cabeza sobre el apoya brazos y las piernas sobre nuestros regazos.

—Sí, si lo es — Contradijo a su novio — ¿Por qué no pasas las vacaciones con tu novia? Fedor es muy blando para decirlo, pero queremos la casa sola.

—Yo no no tengo novia.

Aparté la vista, nerviosa.

Sabía que estaba hablando de Nastya. A esta altura todos sabían que a veces pasaba las noches en su departamento y que nosotras no éramos sólo amigas, que digamos.

Pero eso era todo. No éramos nada más.

No quería ser su novia y se lo había dejado claro desde un principio. No quería ilusionarme con alguien que evidentemente me veía sólo como un capricho. Aprendí de mis errores.

Yo estaba bien con esos encuentros casuales y ella también.

—¿Acaso han peleado? — preguntó Nikolay de repente.

Llené mi taza de café de nuevo y le di un trago largo.

Nikolay se portaba como si estuviera en su mundo de videojuegos y videos de terror, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que era el más observador de todos. Incluso aunque muchas veces no lo demostrara públicamente, él se daba cuenta de las cosas.

—Siempre peleamos — resoplé. En realidad, YO peleaba. Y ella reía — Pero no. Simplemente no es mi novia. No le puedo preguntar si puedo quedarme en su casa dos semanas. Aprendan a convivir con otros seres humanos y no sean adultos hormonales.

—Somos adultos hormonales — me corrigió Fedor como si eso fuera obvio — Y estoy seguro de que Nastya no se va a negar. De hecho, estoy seguro de que le encantaría que se lo pidieras.

—Sí, ese es el problema — respondí, pero no me explayé.

A Nastya le gustaba demasiado que yo le pidiera cosas. Probablemente lo viera como una victoria sobre mí. O tal vez yo me estaba tomando nuestra relación demasiado como una competencia.

Fuera como fuera, me negaba a pedirle nada. No quería que pensara que la necesitaba.

Ninguno de los dos volvió a decir algo al respecto en todo el día, pero tuve que haberme dado cuenta de que eso no significaba que lo habrían olvidado.

Pasé los siguientes dos días dando vueltas por el departamento: estudiando, estirando, usando la computadora de Lena sin su permiso, viendo videos en el televisor del living y jugando al pou. Ya me estaba resignando a que el resto de mis vacaciones serían así cuando alguien tocó el timbre.

Terminé de bañar a mi Pou y me levanté para atender. Descolgué el teléfono de la pared y me lo llevé a la oreja sin mucho interés.

—¿Hola?

—Hola, pulguita — me saludó Nastya de buen humor — Déjame entrar. Tengo que decirte algo importante.

Sus palabras me desconcertaron lo suficiente como para no prestarle atención a su apodo horrible.

—¿Quién era? — preguntó Fedor desde la cocina cuando colgué.

Él se asomó desde la puerta y yo lo miré con desconfianza.

Esperaba que esto no tuviera nada que ver con la conversación que tuvimos ayer.

Le lancé mis llaves.

—Tú la llamaste ¿No? — Él comenzó a negar, pero señalé la puerta antes de que pudiera inventar algo — Ve a abrirle.

Fedor se quejó, pero fue en busca de la rubia. Yo tuve un mini ataque de pánico mientras caminaba alrededor del sofá, porque sabía que si Fedor la había llamado, ella estaba viniendo para invitarme a su departamento.

Y yo no quería decir que no.

Pero decir que sí iba en contra de mi orgullo.

Y pasar varios días en su departamento me daba miedo. Lena y los chicos eran los únicos con los que había convivido tanto tiempo. Ni siquiera con mis amigas de la secundaria me quedaba tantos días en sus casas. Y jamás me había ido de vacaciones con nadie.

De hecho, jamás me fui de vacaciones. Punto. Para mí las vacaciones de invierno y verano eran para dormir hasta tarde y ver la tele.

En el medio de mi sexto pensamiento destructivo la puerta del departamento se abrió y Fedor entró. Seguido de él, llegó Nastya.

Con una maleta de rueditas.

—¿Qué es eso? — le pregunté horrorizada — No vas a mudarte aquí ¿Verdad? Yulia ya lo intentó y la linchamos.

—Buenos días a ti también, hermosa — Nastya dejó su maleta junto a la puerta luego de cerrar y se quitó los guantes peludos que llevaba — No. Tú y yo tenemos un vuelo mañana temprano. Voy a pasar la noche aquí.

Que nosotras ¿Qué?

Me perdí en el "hermosa".

Lo otro no lo entendí.

Junté las cejas.

—Repítete, por favor.

Nastya se quitó el gorro y la bufanda. Se veía muy linda completamente abrigada, con la nariz rosa del frío y y su cabello escondido entre la bufanda y su abrigo. A veces la veía y me entraban ganas de abrazarla, pero me daba miedo que me mirara raro. Y con razón. Porque yo no hacía más que tratarla mal.

—Fedor me dijo que no tenías planes para estas semanas, así que hablé con la cuidadora de mi cabaña en el sur y saqué dos boletos.

—¿Tienes una cabaña? — Abrí y cerré la boca sin saber qué decir. Mientras más hablaba Nastya, más estupefacta me dejaba — ¿Cómo que sacaste dos boletos para mañana? ¿Estás loca?

—¿Se te olvida que soy estúpidamente rica? — Ella colgó su abrigo en el perchero — Mi familia tiene una cabaña. ¿Alguna vez has esquiado en la nieve?

Negué con la cabeza, incapaz de hablar.

—Yo también quiero una novia millonaria — Suspiró Fedor.

La mirada que le dediqué debió de ser lo suficiente intimidante como para obligarlo a meterse de nuevo en la cocina.

A veces los chicos hacían cosas que me hacían creer que todo era una simulación. Casi siempre eran Yulia y Lena haciendo algo estúpido, pero se me olvidaba que Nastya era mil veces peor. Ella podía ser muy tranquila y adorable, pero sospechaba que en el fondo era mucho más impulsiva que ambas, porque Nastya no se paraba a pensar en el "qué dirán los otros".

—¿Entonces? — Nastya me hizo un gesto con la mano para instarme a hablar — Haz tu maleta. Lleva abrigos.

Sacudí la cabeza.

—Tuviste que haber esperado antes de comprar boletos ¿Y si te digo que no?

Ni borracha le digo que no.

—Entonces cancelo el vuelo y voy sola — Le restó importancia — Me di cuenta de que para tratar contigo tengo que acorralarte.

Entrecerré los ojos y di un paso hacia ella.

—No me gusta ser acorralada.

—Eso es gracioso, porque desde que nos conocimos sólo me has demostrado que sí.

Se inclinó hacia mí y me dejó un beso en la frente. Retrocedí el paso que había avanzado, ofendida, y me fui a mi cuarto. No quería que viera el ápice de emoción que sentía en el pecho.

No sabía cómo sentirme con Nastya. A veces sentía que ella era más de lo que merecía cuando era buena conmigo e intentaba estar para mí. Pero otras veces, cuando se portaba como la niña consentida que era, me recordaba que yo era sólo un capricho para ella.

Nastya era así conmigo porque yo le gustaba, pero eso era todo. No necesitaba decirlo para que yo lo viera: Sabía cuando alguien no me quería y era obvio con ella.

Entonces ¿Estaba bien que aceptara sus avances, incluso aunque supiera que no estábamos yendo a ningún lado?

¿O estaba siendo superficial?

No es que ella no me importara. Me gustaba. Y mucho. Más de lo que le iba a admitir.

Pero me negaba a ilusionarme. Sabía que esto podía terminar de un día para el otro.

—¿Estás enojada? — preguntó Nastya a mis espaldas.

Me senté en la cama de mi cuarto y me pasé las manos por el rostro. Nastya estaba parada junto a la puerta y se veía genuinamente preocupada.

—No — Le confesé — Es que tú me tomas siempre por sorpresa y nunca sé qué pensar.

—Hmm... — Nastya se sentó a mi lado en la cama y miró a la puerta por la que acababa de entrar, como si estuviera intentando ver la situación desde su punto de vista — ¿Y si lo intentas disfrutar? No hay trucos. Quiero ir contigo.

—Supongo que estoy muy asustada para disfrutar — Murmuré. Luego me di cuenta de cómo sonó eso, así que me apresuré a agregar — Quiero decir, es muy repentino. Y nunca he ido de vacaciones con nadie. Yo... es la primera vez...

—También es la primera vez que voy de vacaciones con alguien que no es de mi familia — Me confesó — Así que supongo que estoy tan in-experimentada como tú — rio — Sólo sé tú misma conmigo. No voy a juzgarte. Incluso si duermes sin almohada.

Volví a mirar a Nastya, a mi lado. Ella tenía la vista alzada al techo, como si estuviera pensando en algo, o reflexionando.

Ella había hablado con un tono casual, pero sentí que lo que estaba diciendo era un poco personal, incluso aunque no hubiera revelado nada. Era la primera vez que revelaba algo de si misma y la primera vez que me hacía sentir como si estuviéramos en la misma página.

—¿Y tú? — le pregunté — ¿Cuándo vas a ser tú misma conmigo?

¿Cuándo vas a dejar que vea algo de ti?

—En la cabaña — dijo, para sorpresa mía.

—¿En la cabaña? — levanté una ceja.

—Sí — Nastya tomó mi rostro y me besó — Sabrás todo lo que quieras de mí cuando estemos en la cabaña.

Pude haberle preguntado qué significaba eso, pero mis pensamientos no se mantuvieron firmes por el tiempo suficiente como para hacerlo. Rápidamente fueron reemplazados por sus besos y por lo bien que se sentían.

Unos minutos después ya no sabía ni de qué estábamos hablando.

😅😅
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Mensaje por soy_yulia_volkova 11/20/2023, 4:11 am

Excelente que los capítulos extras hablen de Tae y Nastya I love you también son mis preferidas en la historia
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Mensaje por Fati20 11/20/2023, 6:01 am

Todos queremos una novia como Nastya 🤣🤣🤣 solo se feliz Taeyeon dejate llevar a la luna. Gracias por los capítulos cariño están buenísimos, saludos 😘😘😘I love youI love you
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Mensaje por Corderito_Agron 11/20/2023, 4:33 pm

Aún falta por saber cómo es Nastya en realidad, según lo que le dijo a Tae y me parece que fedor es un niño muy grosero, la neta
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Mensaje por Fati20 11/21/2023, 4:28 am

Ya este era el capitulo final final? 🤔🤔🤔
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Mensaje por Veroska 11/22/2023, 5:22 am

Muchas gracias, me he reído cómo no tienes idea, es una historia muy linda y muy peculiar... Cada capítulo fue único y siempre me sorprendió, edta historia parece de una época media reciente.. no sé
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Mensaje por LenaVolkova66 11/22/2023, 5:32 am

ey, dónde andas??????? 😭😭😭😭
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/22/2023, 2:59 pm

Extra 2: Sólo somos amigas... ¿O no?

Nunca en mi vida había viajado en avión hasta ese momento.

La mañana del vuelo seguí a Nastya por todo el aeropuerto como un perrito, con miedo de perderme o cometer algún error y que la policía aérea me arrestara. Ella se dio cuenta de lo aterrada y emocionada que me estaba e intentó molestarme en más de una ocasión, pero la mandé a la mierda.

¿La ofendí? No, en absoluto. Hasta le hizo gracia. Pero entendió el mensaje y dejó de fastidiarme..

El viaje fue corto y tranquilo. Nastya leyó un libro que yo ya conocía e intenté spoilearle el final, pero amenazó con besarme si no me dormía, así que me eché una siesta que duró todo el vuelo.

Una vez abajo, cuando esperábamos por nuestro equipaje en la cinta, aproveché el tiempo muerto para hacer una búsqueda en google:

"SI LA CHICA CON LA QUE ME ESTOY ACOSTANDO ME COMPRA BOLETOS DE AVIÓN SIN CONSULTARME, DEBERÍA ALARMARME?".

Había obtenido algunas repuestas en seguida.

Nawurp dice: Hermana ¿Has visto el estafador de tínder?

TimoteoCulomet dice: Depende ¿Los ha pagado con su dinero o con el tuyo?

Aguacate1818 dice: Bien Christian Gray la novia ajska ¿De casualidad tiene fetiches raros?

—Debiste haber buscado eso antes de subirte al avión conmigo — susurró Nastya en mi oreja.

Me estremecí y me aparté, apagando la pantalla del teléfono, aunque ella ya hubiera leído todo. Nastya estaba ligeramente inclinada hacia adelante para tener su rostro a la altura del mío.

—¿No te dijeron tus padres que es de mala educación espiar conversaciones ajenas?

La sonrisa de Nastya se ensanchó.

—No, nunca.

—Lo que me temía. Eres una consentida.

Puse una mano en la cara de ella para apartarla, pero Nastya tomó mi muñeca y dejó un beso en mi palma sin dejar de mirarme.

—Lo dices como si tú no fueras mi consentida.

Quité mi mano como si hubiera recibido una descarga y la metí en el bolsillo de mi abrigo.

Encontramos nuestro equipaje unos minutos después y la seguí por el aeropuerto. Quedé tan distraída por todo a mi alrededor que seguí caminando incluso cuando Nastya se detuvo. Tardé varios metros en darme cuenta de que ya no tenía la compañía de una rubia de casi metro ochenta y me volteé.

Encontré a Nastya junto a la tienda de regalos, hablando con una chica.

Como si las dos hubieran sentido mi mirada, se voltearon a verme.

Ella era mucho más baja que Nastya, aunque se veía más alta que yo. Parecía tener la misma edad que nosotras e iba completamente abrigada.

Era bonita, pero se veía desaliñada. Su cabello, castaño oscuro, salía de debajo de su bufanda, despeinado. Llevaba calcetines gruesos y largos de varios colores que se veían porque eran más largos que sus botas de invierno y la mochila que llevaba en la espalda tenía bordados varios animales y flores en el bolsillo.

—¿Quién es ella? — pregunté.

—¡Hola! — La muchacha extendió sus brazos y tomó mis manos enguantadas en un saludo — Nastya me dijo que eres su amiga.

—¿Amiga? — levanté una ceja hacia Nastya.

Pero si ella se dio cuenta del trasfondo en mi gesto, no lo demostró.

—Mi nombre es Miriam — Dejó una de sus manos enguantadas sobre la mía — Soy amiga de Nastya. Voy llevarlas a la cabaña.

Miré a la rubia en busca de alguna explicación de por qué necesitábamos una guía para la cabaña, pero ella estaba distraída mirando las tiendas de regalo, como si la conversación no le importara.

Miriam, por otro lado, me veía como si yo fuera un espécimen nuevo, algo que nunca antes había visto.

—Debes de estar cansada ¿No? — Pasó un brazo por sobre mis hombros y me guío hacia las escaleras eléctricas — Y tener frío. Aquí hace muuucho frío. Seguro en la capital están muy calentitos siempre.

—En la capital también hace muuuucho frío — le comenté como si fuera un dato importante.

De repente recordé que aquí en el sur era muy común la nieve y que iba a esquiar por primera vez en mi vida.

Bajamos al estacionamiento las tres. Miriam seguía con su brazo por encima de mi hombro mientras me hablaba de todas las cosas buenas de la ciudad, como si esperara que yo considerara recorrerla eventualmente.

Nastya iba detrás de nosotras. No parecía aburrida, pero tampoco nos estaba prestando atención. Observaba a su alrededor como si ya conociera el sitio y se estuviera asegurando de que todo seguía igual que la última vez.

Aproveché que Miriam seguía hablando entusiasmada para desacelerar el paso hasta quedar junto a Nastya. Me pegué a ella y le di un empujón que la sacó de sus pensamientos. Cuando bajó la cabeza para verme, le hice una pregunta silenciosa con las cejas.

"¿En qué estás pensando?"

Ella se alzó de hombros y avanzó.

—Detente en el súper — Le ordenó Nastya una vez que entramos al auto — Vamos a necesitar reservas.

Ella se sentó atrás, conmigo, y Miriam quedó en el volante. Ella soltó una risa mientras salíamos del estacionamiento.

—¿No planean salir en toda la semana? — preguntó con inocencia.

Yo, alma impura, guardé silencio. Nastya me echó una mirada de reojo como si supiera lo que yo iba a pensar, antes de responder.

—Tal vez.

—No hagas eso. Ella tiene que conocer la ciudad. Llévala al parque o al cine. ¿Sabías que tenemos un cine, Taeyeon?

—¿En serio? — respondí por amabilidad.

—¡Sí! Está a dos calles de la escuela ¿Recuerdas la escuela, Nastya?

—¿Estudiabas aquí? — le pregunté a la rubia con interés.

—No — respondieron ella y Miriam al mismo tiempo.

La castaña se aclaró la garganta.

—Nastya sólo viene en las vacaciones. Es una pena para todos.

La aludida apoyó el codo en la ventana y la cabeza en la palma de su mano.

—Al parecer soy famosa aquí.

Su amiga comenzó a negar.

—No, no es cierto. Todos nos conocemos. Eso es todo. No le creas todo lo que te dice, Taeyeon. Se cree importante porque viene una vez al año y se hace extrañar.

De repente me sentí un poco cohibida. Si todos la conocían aquí, probablemente se enterarían de que vinimos. Y por alguna razón me dio un poco de pena el qué pensarían de mí, de nosotras.

Vi la nieve a través de la ventanilla como si se trataran de dulces en una dulcería. Cuando el auto se detuvo frente al mercado ni siquiera tuve que esperar a que Nastya me pidiera que bajara, porque me lancé hacia afuera para pisar la nieve.

Marché en mi lugar. Se sentía extraño. Era como caminar sobre arena mojada.

La rubia rio y me empujó con suavidad para que entrara.

—No puedes quedarte todo el día aquí. Vamos.

—No es necesario que te acompañe. Sólo tienes que asegurarte de que los alimentos tengan la etiqueta de "Sin T.A.C.C" — le recordé mientras entrábamos — No es tan difícil.

La tarde estaba cayendo, lo que significaba que la gente estaba saliendo de sus trabajos y el mercado poco a poco comenzaría a llenarse. Tomé un carrito y avancé con ella hacia las góndolas, esquivando personas.

—No es eso — Nastya dejó una botella de vino en el carro — Es que no sé todo lo que te gusta. Vamos a estar toda una semana, así que escoge todo lo que quieras comer — Dejó una mano sobre la mía y eso me hizo detener — No voy a dejarte salir corriendo a las tres de la mañana porque quieres comer chocolate y has olvidado comprarlo — Me advirtió.

Estaba agradecida de que no pudiera escuchar los latidos de mi corazón.

Me aparté con el carro, sintiendo la cara roja.

—¿Ahora también me vas a encerrar? Eres la persona con más banderas rojas que conozco.

—Hablando de eso — Nastya siguió tomando cosas de los estantes y dejándolas en el carro. No como si estuviera lanzando todo sin saber qué era, sino como si ya se conociera que era cada cosa y supiera exactamente qué tomar — Si quieres irte antes, sólo dímelo. Una semana puede ser muy larga si es aburrida.

Resoplé y metí chocolate en el carro.

—No es como si no tuvieras internet en la cabaña. Si me aburro puedo poner algo en youtube.

—Sólo por si acaso.

Miré por sobre mi hombro a Nastya, un metro más atrás. Ella lo había dicho en un tono casual, mientras leía la etiqueta de un producto y avanzaba, pero me llamó la atención que se hubiera tomado la molestia de dejarme saber eso.

Le gustaba ser mandona conmigo, pero siempre se aseguraba de dejarme saber que yo tenía la última palabra. Incluso en las decisiones más banales, como en qué cenaríamos.

Se sentía extraño pasar de ser completamente ignorada toda mi vida, a que me tuvieran en consideración hasta en lo más mínimo. Era refrescante, de alguna manera.

Nastya dejó de leer la etiqueta y levantó la vista del producto al notar el silencio, así que volví a centrarme en las góndolas y seguí avanzando por el pasillo.

Todos estos meses que pasé burlándome de Elena por estar tan enamorada de su novia y ahora yo estaba siguiendo sus pasos.

La cajera reconoció a Nastya cuando fue nuestro turno en la fila. Yo comencé a dejar las cosas en la barra mientras la mujer mayor se estiraba para abrazarla con fuerza. Nastya se quejó, pero estaba riendo y no se resistió.

No recordaba haber visto a Nastya dejarse abrazar de esa manera antes, pero me recordé que eso era porque yo nunca antes lo había intentado. Y eso me hizo preguntarme si tal vez a ella le gustaba que fueran cariñosos con ella.

De ser así ¿Por qué estaba conmigo?

—¿¡Dónde estabas!? No nos visitaste el año pasado.

—Estaba ocupada con los exámenes — respondió la rubia.

—¿Sólo los exámenes? — la mujer giró su rostro para verme y retrocedí un paso, asustada — ¿Quién es ella?

—Es sólo una amiga — Nastya se separó con suavidad — Nada más.

¿Nada más?

Algo en la manera en la que lo dijo, como si no tuviera importancia, me sacudió.

Pasé a su lado y comencé a guardar las cosas en las bolsas mientras la cajera escaneaba los códigos y seguía hablando con Nastya.

Ella parecía llevarse bien con todos, tener confianza.

¿Por qué siempre me presentaba como su amiga?

¿La gente no sabía que salía con mujeres?

Sacudí la cabeza.

¿Por qué me presentó con Miriam como su amiga? Ella tenía la misma edad que nosotras. Era amiga de Nastya desde vaya a saber uno cuándo.

¿O es que lo que teníamos no era lo suficiente importante como para que lo mencionara aquí?

El resto del viaje fue en silencio de mi parte. Mi cabeza estaba demasiado distraída como para asombrarme con el paisaje montañoso o los hoteles que parecían cabañas enormes.

La casa de Miriam estaba casi en las afueras de la ciudad. Era pequeña y no estaba cercada. Detrás comenzaba una ladera cubierta de nieve y luego los árboles.

Cuando entramos ella nos ofreció algo de beber, pero Nastya lo rechazó con un "es mejor si ya nos vamos", así que ella nos hizo pasar hasta el jardín trasero, donde tenía un par de motos de nieve.

Casi se me caen las bolsas de la compra cuando las vi.

Nunca en mi vida había visto una. Eran enormes.

—¿Para qué es eso? — alcancé a formular.

Nastya rio, acomodó las compras en la parte trasera y se subió a la moto. El sonido que emitió cuando encendió el motor hizo que se me parara el corazón.

—¿Qué estás esperando? — Nastya me miró por encima de su hombro. Su cabello a esta altura estaba un poco despeinado y la sonrisa de su rostro se veía salvaje — ¡Sube!

Recé un padre nuestro en silencio e intenté acomodarme lo mejor que pude detrás de ella. Era difícil, porque llevaba una falda. Tenía una calza térmica debajo, pero seguía siendo una falda larga y me dio miedo que se me enredara en alguna parte de la motocicleta y muriéramos todas.

La abracé con fuerza y ahogué un grito cuando arrancó.

Los primeros metros estaba tan asustada que ni siquiera abrí los ojos, pero cuando vi que no nos íbamos a morir, decidí echar un vistazo al paisaje.

Y quedé muda.

Cuando subimos lo suficiente en la ladera pude ver una laguna a lo lejos, abajo, detrás de todos los árboles. Vi las casas alrededor del agua y el cielo del atardecer.

Ni en un millón de años creí que tendría una vista así.

Tuve que haberme dado cuenta de que la pequeña cabaña que Nastya tenía, más que cabañita, era una casa hecha y derecha. Se veía mucho más grande que la casa de Yulia, que ya de por si era gigante. Y tenía un balcón cuya vista daba a la laguna y las montañas.

Cuando la moto de nieve se detuvo, Nastya me dejó bajar primero, pero no me moví de mi lugar. Estaba demasiado sorprendida con la vista como para siquiera decir nada.

—¿Te gusta? — preguntó.

Asentí, pero no dije nada más.

Aún seguía sintiéndome extraña por la manera en la que me presentó frente a su amiga y la cajera.

La ayudé a meter las compras y guardar todo en la alacena, aún así. La cabaña estaba perfectamente limpia, como si alguien se hubiera encargado de que todo estuviera en orden antes de que llegáramos. Incluso podía oler una fragancia a flores con la que probablemente limpiaron el piso.

—Ayer limpiaron todo, pero parece ser que el balcón volvió a llenarse de nieve — Me comentó como si estuviera leyendo mis pensamientos.

Ella señaló una ventana en la derecha y yo seguí su dedo.

La ventana corrediza estaba cerrada, pero la abrí y salí al balcón.

Si la vista desde el pie de la cabaña era increíble, la del balcón era de otro mundo. El agua de la laguna era una mezcla del azul cristalino y el naranja que se reflejaba con la luz del atardecer. Las montañas parecían parte de una pintura y las copas de los árboles estaban bañadas en nieve, de forma que parecían pequeñas nubes.

—¿Qué te sucede?

Nastya llegó a mi lado en el balcón y se apoyó en la barandilla. Un poco de nieve cayó.

Supe que se refería a mi silencio durante todo el viaje. Me dio cosa responder lo que tenía en la cabeza cuando apenas acabábamos de llegar a la cabaña. En especial porque el paisaje era precioso. No quería arruinarlo.

Pero si ella estaba preguntando, era porque quería saberlo ahora.

—¿Por qué me presentaste como tu amiga hoy? — dije con la vista en las montañas.

La pregunta pareció sorprender a Nastya.

—¿Querías que te presentara como mi novia?

Sentí las mejillas calientes.

—A lo mejor.

—Tú nunca quisiste ser mi novia. — Yo sabía que eso no era un reproche — Creí que iba a incomodarte.

No pude evitar sentir un poco de ternura.

—No quiero ser tu novia — Estuve de acuerdo — Pero si una chica linda y de tu edad te pregunta si estás soltera, le tienes que decir que no. Es más, dile que estás casada.

Le mantuve la mirada como para dejarle en claro que hablaba en serio.

—Sé mi novia.

—No.

—¿Por qué no?

—Porque no me quieres — respondí. Nastya guardó silencio y yo volví a mirar las montañas — A veces siento que me ves más como un accesorio.

—No eres un accesorio para mí. — Respondió, como si la mera idea le ofendiera — Me gustas.

—No te pregunté si te gustaba. Dije que no me querías.

Más silencio.

—Lo siento.

—No tienes que disculparte. No estás haciendo nada malo. — Limpié la nieve de la barandilla que estaba a mi lado — Pero es por eso que no quiero ser tu novia. No quiero enamorarme de alguien que no me ve como su primera opción.

—Yo sé que te han lastimado antes, pero tú siempre serás mi primera opción.

Esa respuesta me sorprendió y al parecer no lo oculté bien, porque ella continuó:

—Eres la primera persona a la que traigo aquí.

Tragué saliva.

—No digas esas cosas para ilusionarme.

—¿Quieres que te mienta?

—¿Por qué yo? — le pregunté finalmente. Ella podía tener a quien quisiera. Podría tener a alguien que no la rechazara como yo lo hacía, alguien que le mostrara afecto y no le reclamara las cosas que yo le reclamaba. Alguien incluso con una mejor personalidad — ¿Qué tengo de especial?

Nastya alzó la vista al cielo, como si estuviera pensando qué decir o cómo decirlo.

—Ya te lo dije: me gustas. Me gustas en serio. Me gusta estar contigo — Retrocedió hacia el interior de la casa — Voy a dormir un poco antes de la cena. Puedes venir si quieres.

Nastya no dijo más y se marchó.

Yo me quedé quieta, en mi lugar, pensando.

¿Íbamos a compartir la cama?


🙏

Pido disculpas por la ausencia, he estado muy comprometido está semana y se me ha hecho difícil postear los capítulos restantes. Trataré de terminar la historia, el día de hoy...

Espero sepan entender...

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Mensaje por Fati20 11/22/2023, 6:05 pm

Que linda es Nastya ojalá Taeyeon se de cuenta y ya se deje ser feliz, me alegro que hay más sobre ellas para saber bien como quedarán. Cariño mio no te preocupes aquí todos entendemos qué cuando no subes es porque algo te lo impide y aquí estaremos pacientes esperando, dejamos esos mensajes para que sepas q estamos al pendiente y extrañándote a ti y a la historia, espero que ya vaya mejorando tu semana y estés más libre. Saludos y besos 😘😘😘I love youI love youI love you
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/22/2023, 9:27 pm

Extra 3: Adiós popó

Una vez encendida la chimenea, la cabaña comenzó a calentarse de inmediato.

Antes de que quisiera darme cuenta, fui dejando un camino de ropa hasta la habitación a medida que la temperatura iba subiendo. Primero las orejeras, luego la bufanda. Dejé el abrigo sobre una silla y mi chaqueta colgada en la perilla de una puerta. Mis guantes quedaron sobre una mesita al final del pasillo y me estaba quitando el suéter de lana cuando entré al cuarto.

—Entras en calor muy rápido — Dijo Nastya al verme llegar.

Resoplé a medio camino entre una risa y me quité el suéter para poder verla.

La habitación no era mucho más grande que la que ella tenía en su departamento, pero se veía mucho más acogedora con sus muebles antiguos, luz amarilla y colchas en tonos cálidos. Se veía igual de impecable que el resto de la casa.

Nastya también se había quitado el abrigo y toda la ropa extra, pero la estaba colgando dentro de uno de los armarios. Cuando me vio llegar, extendió su brazo como si me estuviera pidiendo mi suéter, así que se lo entregué.

Ella abrió la puerta de otro armario y lo colgó ahí.

—¿Tengo mi propio ropero? — pregunté maravillada.

—Por supuesto — Cerró con llave y me la lanzó. Yo la atrapé en el aire — Ahí puedes ocultar tu diario, donde hablas de mí.

Abrí más los ojos.

—¡No tengo un diario!

—Sí, sí. Seguro — Rodó los ojos, sonriente, y se dejó caer en la cama ya hecha — "Querido diario: odio tanto a Nastya, con esos ojos que pueden ver dentro de mi alma. Me pregunto cómo se sentiría besarla..."

—¡Yo no pienso eso! — mentí y me lancé sobre ella para cubrirle la boca — Es más como "Querido diario: ojalá se muera".

Su sonrisa se ensanchó.

—Entonces si hablas de mí en tu diario.

Tomó la mano que cubría su boca y mordisqueó con suavidad uno de mis dedos. La sorpresa dio lugar a una revolución dentro de mi cuerpo.

Aparté la mirada un momento y respiré hondo, aunque en mi cabeza seguía apareciendo la imagen de Nastya debajo de mí, con su cabello rubio esparcido en la almohada y esos ojos que lo sabían todo. Ella sabía lo que estaba haciéndome.

—"Querido diario: Ya no la aguanto" — continué.

—"Me pregunto si ella pensará en mí"

—"Se cree tan linda. Un día de estos la bajaré de su pony".

Las manos de Nastya se cerraron a alrededor de mis caderas. La presión de sus dedos volvió a tomarme por sorpresa y me obligó a volver a verla.

—Mírame cuando te hablo — me ordenó.

Entrecerré los ojos, pero no aparté la mirada. Apoyé las manos en su pecho e intenté disimular todo lo que estaba sintiendo.

—¿Qué quieres?

—Hacerte mía — respondió — Como cada vez que me miras así. ¿Pero qué es lo que tú quieres?

Era demasiado orgullosa para admitir que quería eso también.

—Tal vez... — Mi mirada vagó, como si la conversación no fuera tan interesante. Vi las sábanas ya arrugadas a nuestro alrededor, la mesa de noche, las maletas — Tal vez quiera lo mismo que tú.

—Mírame, Taeyeon — Una de sus manos tironeó del cuello de mi camiseta y me obligó a inclinarme más sobre ella. Nastya apoyó un codo sobre el colchón y susurró en mi oído — Dilo.

—Que quiero lo mismo que tú — mi voz tembló.

—Sé más clara.

La odiaba.

Tomé aire.

—Tócame — Llevé su otra mano dentro de mi falda — Aquí — Tragué saliva ante la sensación familiar de su mano — Por favor, — dejé un beso en su mejilla — Por favor — dejé otro en su barbilla.

No tuve que insistir mucho más después de eso, porque Nastya tenía tantas ganas de mí como yo de ella.

*****

Cuando desperté la noche ya había caído.

Sentí el brazo de Nastya alrededor de mi cintura y olí el perfume de su camiseta.

Ella estaba con la barbilla apoyada en mi cabeza y cuando la levanté me di cuenta de que estaba despierta, viendo algo en su teléfono con los auriculares puestos. Un poco de espionaje me bastó para notar que estaba viendo un video.

—¿Qué ves?

Su mano en mi espalda se movió. Pasó las puntas de sus dedos de arriba a abajo haciéndome cosquillas.

Me di cuenta de que las luces del cuarto ahora estaban apagadas y me pregunté cuándo se había levantado ella para apagarlas.

—Top: 7 duendes captados en la nieve — respondió.

Cerré los ojos.

—Te odio.

Nastya comenzó a reír.

—Es cierto.

Le quité uno de los auriculares y me acomodé entre ella y el teléfono para comprobar y, en efecto, eso estaba viendo.

Nos quedamos viendo el video juntas, riendo de vez en cuando cuando los efectos de cámara eran muy malos.

Recordé lo que dijo hace un par de horas en el mercado, sobre que una semana puede hacerse larga si te aburres, y me pregunté si ella hacía esto en sus vacaciones: ver videos de terror para entretenerse.

Considerando que ese había sido mi plan para estas vacaciones, no podía juzgarla.

—¿Qué hacías cuando pasabas las vacaciones aquí? — le pregunté una vez que terminó el video — ¿Te aburrías?

El abrazo de Nastya me presionó un poco más.

—Jugar juegos de mesa — Respondió para mi sorpresa — Monopolio, ajedrez, cartas, adivinanzas.

—¿Con tu familia?

—Sí. Y jugábamos a las cartas. Apostábamos galletas de chocolates. También tocaba mucho el piano, porque no tenía nada más que hacer.

—Por supuesto que tocabas el piano y jugabas al ajedrez —Rodé los ojos, porque eso es lo que te esperarías de un niña mimada de telenovela — Pero a medida que pasó el tiempo tus padres comenzaron a trabajar más y más hasta que ya no tuvieron tiempo para ti y por eso comenzaste a venir sola de vacaciones.

Apartó mi cabello y dejó un beso detrás de mi oreja.

—Eres muy mala adivinando.

—Ah, ¿Entonces a ti sí te quieren tus padres?

—Sí, me quieren — Peinó mi cabello con sus dedos — ¿Qué hay de los tuyos te quieren?

Dejé de sonreír.

—Bueno, bueno. Sólo estaba bromeando — Me senté en el colchón y me acomodé el cabello — No hacía falta que me atacaras así.

La rubia también se sentó.

—Estábamos hablando de nuestras familias.

De repente sentí que hacía más frío que antes. No sabía si era porque ya no estaba en los brazos de Nastya, o porque la chimenea se había apagado. Aunque eso no tenía sentido, porque era de gas. Me acomodé el saco, que se caía por sobre mi hombro.

—No te hagas la tonta, Nastya. Tú sabes que ese es un tema que no me gusta tocar.

Ella sabía que me llevaba mal con mis padres.

—Entonces esperas que me abra contigo, pero tú no lo harás conmigo — me reclamó.

—No es así — Me bajé del colchón y busqué mis botas — Sabes cómo son las cosas con ellos. Sabías que me iba a poner así si los mencionabas. Si no querías que hablara de tus padres, lo hubieras dicho. No hacía falta que dijeras eso para lastimarme.

Me pareció oírla suspirar, pero no la estaba viendo. Estaba ocupada colocándome el calzado.

—Ya te he dicho que yo no hago las cosas para lastimarte. Taeyeon.

Me había levantado para salir del cuarto, pero me detuve. Cuando me volteé ella también estaba parada, pero del otro lado de la cama. Era difícil distinguir su expresión en la oscuridad. La única luz que entraba era del pasillo.

—Esperas que me abra contigo, pero tú no lo harás conmigo — Continuó — Dices que yo soy la que oculta cosas pero como yo lo veo, la que no está lista eres tú.

—¿De qué estás hablando? Estoy lista. Te he dado todo lo que quieres y más. Pero no esperes que no me enoje si usas algo que sabes que me va a lastimar sólo para cambiar de tema.

—¿Todo lo que quiero? — preguntó, oyéndose ofendida — Me das sin problema tu cuerpo, pero no tu corazón.

—¡Porque ya lo tienes! — Esta vez Nastya no pudo decir nada, así que continué — Puedo ser pesada contigo, llevarte la contra, negarme a ser tu novia. Pero eso no significa que no te quiera — Tomé aire — Eso no significa que no me haya enamorado de ti. Lo siento si no puedo ser como tú, si esperabas que hiciera todas estas cosas contigo sin enamorarme. Tal vez no tuviste que ser tan buena conmigo.

—Taeyeon... — guardó silencio un momento, como si no quisiera decir lo que estaba a punto de decir — No quiero romperte el corazón.

—Rómpelo, es tuyo. Está bien. No me importa lo que hagas con él — Comencé a negar — Pero ¿Puedes decir tú lo mismo? ¿Tienes un corazón? — Esperé de ella una respuesta que no llegó. Dije eso para provocarla, pero no se veía afectada y eso me hizo enfurecer más — ¿Si quiera estás enojada? ¿Puedes sentir algo?

—Lo hago — me confesó — Estoy decepcionada.

Esa respuesta se sintió como una cachetada.

Decepcionada.

¿Decepcionada?

¿Qué era yo? ¿Un niño?

—A veces puedes ser muy idiota, Nastya.

Salí del cuarto dando un portazo.

Caminé hasta la sala de estar, donde la chimenea seguía encendida.

Ella no salió a buscarme y eso me hizo enfadar más. Podía al menos fingir que yo le importaba ¿No?

Tomé mi abrigo y salí de la cabaña.

Recordé sus palabras esa tarde, de ella diciéndome que no iba a dejarme salir de noche para comprar algo de último momento.

Murmuré algunos insultos dirigidos a su persona y comencé a bajar la ladera con la linterna encendida, camino al bosque.

Que le den.


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Mensaje por Fati20 11/23/2023, 4:26 am

Que locura estas 2 vale 🤦🏻‍�🤦🏻‍�🤦🏻‍� pero siento que Nastya colabora más pero bueno así con su dinamita se gustan ojalá resuelven las cosas. Aquí estaremos esperando el próximo capitulo. Feliz noche cariño mio I love youI love you😘😘
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Mensaje por Corderito_Agron 11/23/2023, 7:47 pm

Ains pero no es presión cariño mio jajaja solo que te extrañamos mucho y a la historia también que por cierto, estas dos niñas también se lucieron y ya quiero saber cómo es Nastya
Saludis
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/24/2023, 4:07 pm

Extra 4: Los padres de Nastya

Me perdí en el bosque.

O sea, no me perdí, pero no encontraba para dónde salir. Hay una gran diferencia entre uno y lo otro.

Mientras más tiempo pasaba, más oscuro se ponía el cielo y más difícil era ver entre tantos árboles. Necesitaba la linterna de mi teléfono encendida para ver los que estaban delante de mí. Ni hablar de encontrar alguna salida.

—Estúpidos árboles — Abracé un tronco para apoyarme en él y encendí la pantalla de mi teléfono. No había señal y mis datos no funcionaban — ¡Ah! Estúpida Nastya.

Me arrepentí de salir tan rápido como puse un pie afuera de la cabaña, pero mi orgullo era más grande que yo y ahora ya estaba muy adentro en el bosque como para recordar cómo volver. Creí que estaba caminando en línea recta, pero al parecer no fue así.

Hacía frío. Mucho más frío que en la tarde. Y la única luz que había era de la maldita luna.

—¡Taeyeon!

La voz de Nastya a lo lejos me hizo levantar la cabeza. Miré a mi alrededor, pero si estaba cerca, no pude verla.

—¡Taeyeon! ¿Dónde estás? — preguntó, ahora más cerca. Se oía preocupada.

No pude evitar sentir alivio al oír su voz. Abrí la boca para responderle, pero me lo pensé dos veces.

No quería que se diera cuenta de que me perdí a los cinco minutos de haber entrado. En especial por haber hecho algo que ella me dijo específicamente que no hiciera: salir de noche.

—¿Taeyeon? — su voz se quebró.

AAAAH. SOY UN MONSTRUO. NO QUERÍA PREOCUPARLA ASÍ.

—¡Aquí estoy! —ngrité en respuesta.

Me solté del tronco cuando la luz de su linterna alumbró unos árboles a un par de metros. Aún no la veía, pero podía escucharla acercarse.

—¿Dónde estás? ¡No te veo! — soltó un quejido, exasperada — ¿Por qué eres tan pequeña? Crece un poco — lloriqueó.

—¿A quién le dices pequeña? — me ofendí.

Corrí hacia la luz.

Mala idea. Nunca vayan hacia la luz.

Y mucho menos corran en medio de un bosque empinado, cubierto de nieve y a media noche, porque van a tropezar con una raíz, se van a doblar el pie y van a caer. Justo como me sucedió a mí.

Grité adolorida y caí sobre la nieve. Los pasos de Nastya se acercaron hasta que la vi agacharse a mi lado. Estaba tan contenta de verla que me olvidé por un segundo que seguía enojada con ella.

—¡¿Qué sucedió?!

—¡Mi pie!

Me tapé el rostro con un brazo, melodramática. Tenía la pierna con el pie lastimado flexionada, pero me dolía demasiado como para moverlo o intentar algo.

Creí que Nastya intentaría consolarme, como siempre hacía. Esperaba un beso o dos o que intentara animarme con la promesa de un chocolate caliente.

No esperé que se enojara.

—¡¿Estás loca?! — me gritó.

Me quité el brazo de la cara para verla, con sorpresa.

—¿Qué?

Ella me mantuvo la mirada, agachada a mi lado. Apenas sí iba abrigada. Su cabello estaba metido dentro de su chaqueta, como si se la hubiera colocado en la prisa y no le hubiera dado el tiempo de acomodárselo y sacarlo.

Me pregunté si tal vez había salido corriendo de la cabaña en cuanto se percató de mi ausencia.

Su nariz estaba roja. Ella estaba temblando, pero no sabía si del frío o de la rabia.

—¡¿Te metiste a un bosque que no conoces de noche?! — Tiró de mi brazo y lo enganchó detrás de sus hombros para levantarme sin delicadeza — ¡Vamos!

No supe cómo reaccionar.

Esta era la primera vez que veía a Nastya enojada y era conmigo.

—Lo siento — atiné a decir.

Ella resopló, como si mi disculpa le enfadara aún más.

—Cállate.

—¡Lo siento! ¡Estaba enojada! — intenté defenderme — ¿Qué esperabas que hiciera? ¿Que me quedara en la cabaña y te preparara la cena?

Nastya me tomó por los hombros y me obligó a mirarla. Pude ver el vaho que salía de nuestros labios entre nosotras.

—Tienes una casa enorme para que vayas a donde se te de la gana ¿Estás enojada y no quieres verme? Vete al cuarto de la otra punta. Enciérrate. Rompe algo ¡No me importa! Pero no salgas a un maldito bosque a perderte. No hagas lo único que te pedí que no hicieras — Me mantuvo la mirada un momento, como si aguardara a que yo le siguiera discutiendo, pero no supe qué decirle — ¿Y si te pasaba algo y yo no me enteraba? ¿Y si no te encontraba?

De repente ya no hubo enfado. Sólo preocupación. Nastya estaba asustada y eso me estrujó el corazón. Era la primera vez que veía a alguien tan preocupado por mí y se sentía extraño al mismo tiempo que doloroso.

No quería verla así.

—Lo siento — repetí, arrepentida — No había pensado en eso.

Ella apartó la mirada.

—Por supuesto que no.

Nastya me ayudó a caminar, pero en vez de hacerme subir por la ladera hasta la cabaña, me hizo bajarla.

Me asusté. Creí que iba a echarme. Me subiría a un taxi y me llevaría directo al aeropuerto. O quizá me hiciera pasar la noche en un hotel, ya que yo no quería verla.

Quería volver a disculparme, pero sentí que eso la haría enojarse más.

¿Había arruinado nuestras vacaciones?

Bajamos en silencio hasta que vi a lo lejos la cabaña de su amiga, Miriam. La misma cabaña a la que entramos para tomar las motos de nieve.

Las luces de atrás estaban encendidas y no sé si Nastya ya le había avisado de antemano que estaba yendo hacia allá, o si tal vez nos vio acercarnos desde lo lejos, pero Miriam salió a recibirnos antes de que llegáramos.

—¿Qué le ha sucedido? — preguntó apenas me vio llegar cojeando.

—Se cayó — respondió Nastya mientras entrábamos.

La muchacha se tapó la mano con la boca, como si se tratara de algo grave, pero se apresuró a recomponerse y le dio unas palmadas en la espalda a mi rubia en un intento de consuelo.

—No es nada. Esas cosas pasan.

Nastya no respondió, pero me soltó, como si ya no quisiera seguir cargando conmigo, y se abrochó el abrigo.

Me quedé parada en el medio de la sala, sin saber qué hacer ni decir. Quería volver a la cabaña, hacerme la enojada y dormir hecha bolita en una de sus camas. Luego volvería a disculparme en la mañana y tendríamos sexo de reconciliación.

¿Qué hacíamos aquí?

En ese momento alguien más entró a la sala. Un muchacho de más o menos nuestra edad. Quizá un poco mayor. Tenía su teléfono en la mano y estaba vestido con ropa de casa.

—Llamé al doctor — Le dijo a Nastya — Dice que vendrá mañana — Entonces reparó en mí — Hola, soy Elias — Me tendió una mano.

—Es mi pareja — Me explicó Miriam mientras me ayudaba a quitarme el abrigo.

Acepté su mano, algo perdida.

¿Él también era amigo de Nastya?

—¿Le dijiste al doctor que era urgente? — le preguntó Nastya a Elias.

—Si es sobre mi pie, no es urgente — me apresuré a responder en lugar de él. No quería hacer un espectáculo de todo esto, ahora que veía que Nastya se había preocupado en serio — Sólo me duele un poco. No tiene nada.

Ella me ignoró y pasó junto a Elias para salir de la casa.

—Iré a buscarlo.

Ni siquiera se despidió. Tomó unas llaves que estaban colgadas en la pared y se marchó. Unos segundos después escuché el motor de un auto.

—¿Cuál es su problema? — me quejé.

Me dejé caer en una silla junto a la chimenea, tal vez con más brusquedad de la que pretendía, porque mi pie se golpeó con la pata de la mesa y tuve una punzada de dolor.

—Está preocupada ¿Puedes culparla?

Miriam movió otra silla para sentarse a mi lado y su novio hizo lo mismo. De repente estábamos los tres sentados alrededor de la chimenea, como si fuéramos niños en un campamento.

—Ya me he disculpado. Me di cuenta de que hice algo estúpido — Me crucé de brazos y estiré las piernas para calentarlas — Nunca le importa nada y de repente ahora es el fin del mundo. — Resoplé — Nadie ha muerto.

Miriam y Elias compartieron una mirada que no me dejó para nada tranquila.

—Tú no sabes nada de sus padres ¿No? — adivinó Miriam.

¿Sus... padres?

—¿Nada sobre qué? — pregunté con desconfianza.

—Sobre cómo murieron.


🔜
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Mensaje por Fati20 11/24/2023, 6:03 pm

💔💔💔 Pobre Nastya es q Taeyeon de pone demasiado inmadura y orgullosa espero q con todo lo q esta pasando ya cambie y puedan ser una pareja normal. Feliz viernes cariño 😘😘I love youI love you
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Mensaje por Volkatin_420 11/24/2023, 6:10 pm

Oh no!! Que súper mega sad 😭😭😭 ya entiendo el porqué la actitud de Nastya... Pobre
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/25/2023, 8:59 pm

Extra 5: Sola

—Los padres de Nastya compraron la cabaña antes de que ella naciera — Me explicó Miriam mientras me pasaba una taza de café recién hecho — Ellos venían todos los inviernos y todos los veranos y cuando no estaban, mi familia se encargaba de cuidar la casa y hacer el mantenimiento. Así que éramos muy cercanos.

No pude evitar sentir una pizca de celos ante lo último. Sabía que este no era el momento y me sentía culpable por eso, pero sentí envidia: envidia de que Miriam pudiera decir que era cercana a Nastya. Porque yo nunca pude.

Meneé la cabeza y hundí la nariz en el vapor de la taza para calmarme con el aroma del café.

—¿Cuándo murieron?

Miriam y Elias se miraron un momento, como si estuvieran calculando la fecha exacta.

Recordaba a dos amigas en la secundaria que hacían eso: se miraban como si las dos estuvieran pensando lo mismo. Y me pregunté si algún día tendría una novia con la que pudiera compartir ese tipo de mirada.

—Creo que cuando ella tenía dieciséis — respondió la muchacha.

—Sí, dieciséis — confirmó su novio.

Ella asintió y volvió a prestarme atención y su novio dejó una mano en su pierna en un gesto distraído.

—Murieron en el bosque — dijo ella de repente — En verano. Bajaron al lago a pescar y en el camino los atracaron. En realidad, los ladrones iban a la cabaña — Miriam se rascó el labio unos segundos, con la vista en la chimenea — Donde estaba Nastya sola.

Por mi cabeza se cruzó lo peor.

—¿Entraron a la cabaña?

Miriam negó y su cabello salió de debajo de su bufanda.

—Se resistieron y les dispararon a matar. Escuchamos los disparos desde aquí, así que mi familia subió la colina. Eso debió asustarlos y huyeron.

Pensé en una Nastya más pequeña, de dieciséis años. Ella sola, en la cabaña, y de repente, los disparos. Pensé en cómo se habría enterado de la muerte de sus padres ¿Ella los vio? ¿Se lo dijeron? ¿Quién se lo dijo?

¿Cómo pasas de despertar una mañana con tus padres saliendo a pescar a, unos minutos después, ya no tener padres? ¿Cómo superas la pérdida de dos personas tan importantes al mismo tiempo?

Yo era hija única, como Nastya. Mis padres estaban vivos, pero eran ausentes y yo siempre me sentí sola. Me pregunté si Nastya se sentía así, también.

—¿Qué sucedió después?

—Los atraparon ese mismo día...

—No. Con Nastya — Me aclaré la garganta — ¿Qué sucedió con Nastya?

—Ah — Miriam hizo memoria — Nastya se quedó con nosotros hasta que sus tíos se la llevaron. No recuerdo mucho de esos días — Me miró de reojo — Ella lloraba mucho.

—Por supuesto que lo hacía. Tú llorabas cuando te caías de la patineta — Elias pasó un brazo por los hombros de ella y le sacudió el cabello — No eres quién para quejarte.

—¡Ay! No me estoy quejando — Protestó la muchacha mientras intentaba zafarse del agarre de su novio — No debería decir esto. Pero me sentí aliviada cuando se fue — Me miró con culpa, como si esperara que yo supiera perdonarla — Me sentía mal porque nunca sabía qué decirle para hacerla sentirse mejor. Y sabes cómo es ella ¿No? Guarda todo. Pero compartíamos cuarto. Yo la escuchaba llorar.

»Pensé que cuando se fuera, todo volvería a ser como antes. Pero no fue así. Y ella no volvió — Dejó de pelear con su novio y acabó recargándose contra su hombro — Su familia no la dejó volver y la cabaña quedó abandonada. Cuando regresó a los dieciocho años ya no era la misma. Yo era su amiga y no supe estar para ella cuando más lo necesitaba. La dejé alejarse.

»Confía en mí lo suficiente como para darme las llaves de su casa y dejarme cuidarla cuando no está, pero no para contarme nada. Ni siquiera me dijo que tenía novia.

Bajé la taza, alarmada.

—Yo no soy su...

—Sí, seguro — Me miró de pies a cabeza con los ojos entrecerrados — Eres la primera persona que pisa esa cabaña desde eso ¿Sabes?

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza.

No quería que se diera cuenta, así que intenté desviar la atención hacia ella.

—Además de ti.

—Dejemos algo claro: yo limpio su casa. Para eso me paga — Se señaló a si misma y luego me señaló a mí — A ti te pagó un vuelo, te compró medio súpermercado y te invitó a pasar las vacaciones junto a ella en su cabaña de millonaria.

Bueno, si lo ponía así...

No es que no me sintiera especial. Yo sabía que todo esto significaba algo.

Pero ningún gesto, ningún regalo tenía importancia si ella no tenía interés en amarme.

¿Qué significaba todo esto si ella podía de un segundo para el otro desecharme o cambiarme por alguien más?

Si iba a tener a Nastya, quería hacerlo por completo, no a medias. No quería que me ocultara cosas bajo esa capa suya de indiferencia.

****

Cuando Nastya regresó, el trago de café que dejé en el fondo de mi taza ya se había enfriado.

Ella colgó su bufanda en el gancho de la puerta y suspiró. Su nariz estaba rosa y su abrigo tenía un poco de nieve acumulada que comenzaba a humedecer la tela.

—¿Qué pasó con el doctor? — preguntó Miriam.

—Me echó a patadas de su casa — Se quitó el gorro y se paró detrás de mi silla un momento — Dijo que vendría mañana.

Sus manos tocaron mis hombros y se deslizaron hacia abajo hasta entrelazarlas por encima de mi pecho. No pude evitar sorprenderme ante ese gesto cariñoso y mucho más cuando apoyó el mentón sobre mi hombro.

—¿Cómo está tu pie? — preguntó con suavidad, junto a mi oído.

Supuse que ya se le habría pasado el enojo por el susto del momento y eso me alivió.

Después de todo lo que me dijo Miriam quería abrazarla.

Quería besar su mano y preguntarle al respecto.

Pero sabía que no era el momento.

—Ya no me duele — respondí.

Moví el pie para mostrarle, aunque lo hice despacio, porque no quería tentar mi suerte.

—Bien — Dejó un beso en mi mejilla y se enderezó — ¿Podemos dormir en tu cuarto de invitados?

Miriam asintió y nos hizo un gesto con la mano para que nos marcháramos, pero la que se levantó para irse fue ella. Elias había regresado a su cuarto hacia tiempo.

Esa noche nos apretujamos en la cama pequeña del cuarto de invitados.

Dormimos abrazadas, que no era algo inusual. Pero esta vez no la sostuve como si quisiera esconderme entre sus brazos, sino como si quisiera protegerla. O anclarla a mi lado.

A la mañana siguiente el médico nos visitó a primera hora.

Dijo que mi pie no tenía nada y tuvo una seria charla con Nastya sobre no irrumpir en su casa a la noche por una simple caída en la nieve.

Después de eso hicimos todo el camino de regreso a su casa. No pude evitar mirarla de reojo durante el trayecto, en busca de algún gesto o alguna señal de lo que sucedió con sus padres. Pero ella parecía ensimismada en sus pensamientos mientras me tomaba de la mano.

De día era más fácil guiarse con el sol y no perderse, por lo que el bosque era menos intimidante.

Si sus padres habían muerto de camino al lago, eso debió de ser del lado opuesto.

Caminamos en silencio hasta llegar a la cabaña, donde Nastya se agachó frente a la chimenea para encenderla y corrió las cortinas para dejar que la luz del sol entrara. Para sorpresa mía, fue ella quien habló primero.

—¿Estás enojada conmigo? — preguntó.

Terminé de limpiar mis zapatos en la alfombra de entrada y levanté la cabeza. Ella estaba frente a la ventana de la izquierda, con su mano aún sosteniendo una cortina. La luz del sol era lo suficientemente fuerte como para colarse a través de su cabello y aclararlo.

—¿Debería de estar enojada? — pregunté confundida.

Hasta donde yo sabía, la que había metido la pata fui yo. No ella.

Literalmente.

Nastya suspiró y soltó la cortina. Luego se acercó para bajar el cierre de mi abrigo.

Yo podía hacerlo sola, pero me gustaba que lo hiciera, porque se paraba cerca de mí y se concentraba en eso, así que yo podía quedarme mirando su rostro sin miedo a que me descubriera.

—Lamento haberte gritado anoche.

No supe qué responderle.

Nastya me había gritado anoche, después de encontrarme en el bosque, pero sabía que fue por el susto del momento. Si Nastya un día decidiera subirse a su auto y manejar a ciento veinte kilómetros por hora sin detenerse en los semáforos, yo también le gritaría y le preguntaría si estaba loca.

Pero también era cierto que esta era la primera vez que ella perdía la compostura delante de mí.

—Está bien.

Ella levantó la cabeza.

—¿Por qué no me estás gritando como haces siempre? — Tocó mi frente — ¿Estás enferma?

Qué fácil que le era ponerme de mal humor.

—Estabas asustada — dije — Anoche.

—Lo normal — Colgó mi abrigo de su brazo y me dio un beso — Por poco y te secuestra Slenderman.

—Nastya — la llamé — Miriam me dijo cómo murieron tus padres.

Nastya abrió más los ojos por la sorpresa. Fue sólo un segundo, y luego volvió a la normalidad.

—Con razón estabas tan callada — Se apartó de mí y fue a colgar el abrigo — Espero que no te haya asustado con eso.

Algo en la manera en la que lo dijo lo hizo ver como si hablara de la muerte de sus padres como si se tratara de un cuento de terror. Algo lejano, que no la afectaba a ella.

—¿Por qué nunca me lo dijiste?

—No lo sé — Se alzó de hombros — Supongo que por la misma razón que tu no me hablas de tus padres. Son temas que no queremos tocar.

No con eso de nuevo.

Comencé a negar.

—No, eso es diferente. Yo estoy peleada con mis padres. Ellos me trataban mal. Pero los tuyos están muertos.

Nastya ladeó la cabeza.

—Bueno ¿Qué quieres saber de mis padres?

Inspiré hondo.

—Quiero saber de ti — la corregí — Pensé que te cerrabas conmigo porque no era especial para ti, pero Miriam me dijo que eres igual con ella. ¿Y sabes una cosa? Iba a fingir que nuestra discusión nunca sucedió, porque a mi también me gusta guardarme todo, pero creo que tal vez eso no sea lo mejor. Para ninguna de las dos.

—¿Qué quieres decir?

—Que ya no quiero tus respuestas vagas sobre lo que sientes por mí o que cambies de tema cada vez que te pregunto algo personal. Quiero que seas sincera conmigo. Que me lo digas todo, incluso aunque creas que no me va a gustar.

Nastya corrió una silla de la mesa para sentarse y apoyó el antebrazo sobre el respaldo.

—Cómo odio eso de ti — Chasqueó la lengua y apartó la mirada, como si yo no tuviera remedio — Nunca te conformas con nada.

—Tienes razón. No me gusta conformarme con menos de lo que merezco — Tragué saliva — Si tanto odias cómo soy ¿Por qué sigues diciendo que soy tan especial? ¿Por qué me traes a tu casa, a un sitio tan personal? ¿Por qué haces tanto esfuerzo en mantenernos juntas?

—No lo sé — respondió, ahora mirándome a los ojos — Me gustas.

—¿Por qué? — insistí.

No iba a conformarme con un simple "me gustas". ¿Qué le gustaba? ¿Qué le hacía sentir? ¿Por qué yo y no alguien más?

Sacudió la cabeza.

—No lo sé, Taeyeon. No...

—Si sabes.

—¡No, no lo sé! — estalló. Esta vez no le respondí, así que ella siguió hablando — Al principio sólo me gustaba molestarte. Quería darte una cucharada de tu propia medicina: Ponerte nerviosa como tú pones a todos nerviosos. Pero luego me di cuenta de que eras linda y que aceptabas mis avances. Siempre estabas a la defensiva porque tenías miedo de que volvieran a lastimarte y si sabré yo lo que es reprimirse y guardarse todo. Quería hacerte bajar la guardia. Saber cómo eres cuando te dejas querer, cuando confías en alguien de verdad. Y cuando me quise dar cuenta me pasaba la mitad del día pensando en ti y la otra mitad del día riendo por ti.

Resoplé.

—¿Y dices que no me amas?

—Nunca dije que no te amaba — Apartó la mirada — Tú quieres todo de mí. No te conformas con la mitad de nada. Quieres más y más y yo tengo miedo.

—¿Miedo de qué?

Algo pareció quebrarla. Nastya se pasó una mano por el rostro para limpiarse las lágrimas, pero tan pronto como éstas se iban, aparecían nuevas.

—De que veas lo sola que estoy — sollozó.

Sentí un nudo en la garganta y me acerqué para abrazarla.

Nastya se dejó y luego de unos segundos bajó sus manos para corresponder el abrazo. Sentada en la silla, su cabeza llegaba justo debajo de mi pecho, así que podía esconder el rostro en mi estómago y yo podía acariciar su cabello.

Después de todo, ella también se sentía sola.

Igual que yo.

Esta era la primera vez que alguien me sostenía de esa manera, como si me necesitara, como si yo fuera su salvavidas, su lugar seguro.

—Te amo — dije, y levanté la cabeza al techo para no llorar.

—Yo también te amo — respondió Nastya. Tironeó de mi suéter para hacerme bajar y me arrodillé frente a ella. Ahora tuve que alzar la cabeza para verla y Nastya acarició mi rostro — Ya sé que dije que podías irte cuando quisieras. Pero quédate. Por favor. No me dejes.

Asentí antes de siquiera poder pronunciar la respuesta y sequé una lágrima de su mejilla.

—No voy a dejarte — le prometí — Ya no estás sola.


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Mensaje por Fati20 11/25/2023, 9:17 pm

Taeyeon me provoca agarrarla por momentos y sacudirla no se da cuenta que Nastya esta enamorada de ella más claro ni el agua pero bueno resulta q se necesitan. Nastya necesita una exaspera te Taeyeon para que la saque de su caparazón y Taeyeon necesitaba una Nastya q la amara de esa forma apesar de ser caprichosa. Me da mucha alegría q ya por fin avancen, sean sinceras y dejen esos miedos de ser felices. Saludos cariño mio 😘😘I love youI love you
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Mensaje por LenaVolkova66 11/25/2023, 11:34 pm

Que pena lo de Nastya y sus padres pero en Tae encontró alguien a quien volver amar y estar protejida 🤗 sube más
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 11/26/2023, 1:22 am

Extra 6: Familia

Fecha: Entre el capítulo 22 y 23, después de la gala de premios, cuando Nikolay sale a buscar a Fedor porque Lena y Yulia lo olvidaron.

Nikolay

Sabiendo cómo podía llegar a ser Fedor borracho, me di cuenta de que sería arriesgado llevarlo en autobús. Él no sabía beber, pero aún así lo hacía como si no hubiera mañana.

Si se encontraba junto a Lena o conmigo, no tenía de qué preocuparme. Pero cuando estaba sólo, me temía lo peor.

Así que tomé un taxi a la dirección que Elena me envió. No estaba muy lejos de casa, por suerte. La fiesta se encontraba en el piso de un departamento de fachada antigua en un barrio igual de antiguo. Incluso desde la acera podía ver las luces de colores dentro del salón a través del ventanal del balcón.

Levanté el cierre de mi chaqueta y toqué el timbre. Unos minutos después una voz desconocida respondió a través del comunicador.

—¿Hola?

—Hola. Estoy buscando a Fedor.

—¿Fedor? ¿Hay un Fedor aquí? — la voz fue sonando cada vez menos clara, como si se hubiera apartado del micrófono para hablar con alguien — Aguarda un momento.

Suspiré y vi el vaho salir de mis labios.

Unos minutos después escuché los pasos de alguien bajando las escaleras y luego la puerta de roble que daba a la salida se abrió.

Un muchacho desconocido abrió delante de mí. Detrás de él llegó Fedor, quien iba bajando más lento, como si estuviera cansado. Su saco de terciopelo verde estaba mal acomodado y su cabello, rojo, le iba al rostro.

Bajó el último escalón y levantó la cabeza. De repente su rostro se iluminó.

Debo de ser un hombre débil, porque sólo eso me bastó para que mi corazón comenzara a latir con más fuerza.

—Finalmente — Se lanzó a mis brazos y dejó caer todo su peso en mí — Casa.

—Sí, sí, vamos a casa — respondí nervioso.

Lo sostuve lo mejor que pude para que no se cayera y le di una palmada en la espalda. Fedor escondió el rostro en mi cuello y me abrazó antes de soltar un largo suspiro, de la misma manera que abrazas una almohada antes de cerrar los ojos para dormir.

—Que vivan los novios — dijo el muchacho que estaba en la entrada antes de cerrarnos la puerta.

Dejé descansar a Fedor así sólo unos segundos mientras evaluaba qué tan mal se encontraba.

Estaba, definitivamente, borracho, pero no había llegado al punto de quebrarse y lo agradecía. Sólo se veía cansado, como si hubiera estado bailando por un largo rato.

Incluso ahora, a esta hora de la madrugada, seguía sintiendo el aroma de la colonia que se colocó antes de salir.

—¿Te has divertido? — le pregunté.

Fedor asintió sin soltarme. Probablemente tuviera los ojos cerrados.

—Conocí a Dross — dijo.

—Cuando Elena se entere se querrá morir.

—Ah — Fedor levantó la cabeza como si acabara de recordar algo y la luz del alumbrado se reflejó en sus ojos. Pasé una mano por su frente para apartarle un par de mechones rojos de la cara — Dejé plantada a Elena. Soy una mala persona.

En realidad, Elena lo había olvidado a él en la gala para escaparse con Yulia, pero él no lo sabía. Fedor creía que fue él quien la dejó en la gala para irse a una fiesta con otras celebridades.

Metí a Fedor dentro del taxi y luego entré con él en los asientos traseros. No pasaron ni dos segundos desde que el auto arrancó cuando él se apartó de la ventanilla contra la que había apoyado la cabeza y se recostó usando mi regazo de almohada.

Otra gente se ponía violenta cuando bebía, pero Fedor sólo se volvía más cariñoso. Especialmente conmigo, porque siempre me usaba de almohada.

Dejé la mano sobre su cabello y miré por la ventana.

Él me gustaba desde que nos habíamos conocido, en la primaria. Recordaba jalar su cabello y seguirlo a todos lados, porque nunca me atreví a decírselo. Con el paso del tiempo nos hicimos mejores amigos y éramos sólo él y yo.

Recordaba un día, en un paseo escolar, cuando él tomó mi mano, me llevó a un sitio apartado y me dijo que yo le gustaba. Estábamos detrás de un enorme árbol y él sostenía mis dos manos como si quisiera toda mi atención, pero estaba muy asustado como para levantar la cabeza y mirarme a los ojos.

—¿Yo te gusto? — me había preguntado.

Quise decirle que sí. Muchas veces recordé ese momento preguntándome qué habría pasado si hubiera sido sincero. Cómo estaríamos ahora si no hubiera estado demasiado aterrado como para responder, si no le hubiera dicho un cobarde "no sé".

—Dime cuando sepas — me había dicho en ese momento — Yo espero.

Pero incluso aunque continuamos siendo amigos como si nada hubiera sucedido, muchas cosas cambiaron. Hablé con papá por primera vez sobre identificarme como un hombre y él me apoyó. Fedor también lo hizo.

Luego conocí al novio de papá y a Lena. El tiempo pasó volando entre tantos cambios y cosas nuevas. Y, cuando me quise dar cuenta, habíamos comenzado la secundaria y Fedor comenzó a salir con otras personas.

Y yo no volví a sacar el tema. Incluso aunque siguiera sintiendo lo mismo por él, aunque no pudiera decirle cómo me sentía cada vez que me abrazaba o me sonreía. Para mí estaba bien siempre que pudiera estar a su lado.

De repente sentí calor en mi mano. Cuando bajé la cabeza vi a Fedor sosteniéndola. Me dejó un beso en el reverso antes de levantar la vista.

—Está fría — dijo.

A veces sentía que él no se daba cuenta de lo que hacía.

Aparté mi mano y la dejé a un lado.

—O tal vez tú entraste en calor después de todo lo que bailaste.

Fedor sonrió como si estuviera recordando la fiesta y volvió a cerrar los ojos.

—Deberías bailar conmigo algún día.

Desvié le mirada, de regreso a la ventanilla. Mis manos estaban heladas, pero mi rostro estaba caliente.

—No sé bailar.

—Yo te enseño.

La mano de Fedor se deslizó debajo de la mía y entrelazó sus dedos con los míos. A veces él podía ser insistente. Incluso en cosas pequeñas como esas, se negaba a dejarme escapar.

—Soy malo para eso. Voy a estar meses aprendiendo un solo baile.

—No importa — respondió con los ojos aún cerrados, al borde del sueño — Yo espero.

***

Nikolay

Actualidad, un año después: Final de las vacaciones de invierno.

La calefacción llevaba prendida todo el día.

Dos tazas de café humeaban sobre la mesa baja del living mientras el televisor reproducía un directo de lo-fi de fondo. Yo estaba acostado en el sofá, jugando animal crossing en la consola y con Fedor entre mis brazos espiando todo lo que hacía. La colcha que nos cubría estaba a punto de caerse.

—Tienes muchas manzanas — observó y tocó con la punta de su dedo la pantalla. Yo no podía ver nada más que su cabello frente a mí — Puedes cambiarlas y regalarle algo a Canelita.

—¿Por qué le regalaría algo a Canelita? — protesté.

—Regálale algo a Canelita. No seas malo — No respondí, así que él se giró sin salir de mi abrazo y me miró con la frente arrugada — Oye, no me ignores.

Bajé la cabeza y lo besé. Sentí sus manos subir de mi pecho a mi rostro y cuando lo sostuvo, yo bajé un brazo a su espalda para mantenerlo cerca.

Sus pies estaban helados bajo las mantas y cuando tocaron mis piernas tuve un escalofrío que me hizo presionarlo con más fuerza. Él pareció darse cuenta, porque rio y luego volvió a tocarme con su pie.

—¡No hagas eso! Te voy a empujar.

—Uy, a ver.

Me quité la manta de encima y la dejé entre nosotros para evitar que sus pies me tocaran. Fedor aún seguía cubierto con ella, pero cuando intentó quitársela para seguir molestándome, lo aprisioné entre mis brazos de nuevo.

—¡Déjame ir! — rio.

—Compórtate, primero.

Le estampé otro beso para callar sus quejas cuando la puerta de entrada se abrió.

Me asomé por encima del apoyabrazos y vi a Taeyeon entrar. Estaba abrigada de pies a cabeza y llevaba dos maletas, una en cada mano. Detrás de ella podía ver a Nastya.

Ellas habían llegado de sus vacaciones hace una semana, pero Taeyeon casi no había pisado el departamento desde entonces. Dijo que nos iba a "dejar el piso" para nosotros el resto de las vacaciones, como si fuera un acto desinteresado, y se quedó estos días con Nastya.

Yo estuve más que feliz de hacer que le creía.

Hoy se suponía que llegaban Elena y Yulia y las dos se habían ofrecido a pasar a buscarlas al aeropuerto.

—¡Finalmente! — Lena pasó junto a Taeyeon y dejó sus maleta junto al perchero. Sus tacones repiquetearon por el suelo encerado mientras venía hacia el sofá. Se dejó caer sobre nosotros con cansancio y nos abrazó — Casa.

Fedor y yo nos quejamos del dolor, pero ella nos ignoró y cerró los ojos. Fedor sacó un brazo por debajo de la manta para corresponder su abrazo y yo lo imité.

Cuando nuestros padres se mudaron juntos, Elena se quedó con su madre, así que no tuvimos la oportunidad de compartir una casa hasta que comenzamos la universidad. Desde entonces, no importaba si sólo se hubiera ido por algunas horas o por varios días, ella siempre se pegaba a nosotros cada vez que volvía, como si con eso recargara energía.

—¡Ay, mi familia! — Yulia se lanzó sobre nosotros y Fedor gritó — Yo también quiero un abrazo.

—¡Quítate! — El pelirrojo empujó a Yulia y la hizo rodar fuera del sofá, así que yo lo imité y empujé a Elena afuera. Las dos cayeron al suelo y se quejaron — Tú ya tienes tu familia.

—La familia de Elena también es la mía. Ahora que ella es mi mujer, ustedes también son mis hermanos.

—Yo no dije nada sobre ser tu mujer. — Elena se levantó del suelo y sacudió su pantalón de jean — Pero me gusta como suena, lo acepto.

Yulia, aún desde el suelo, extendió los brazos en celebración.

—¡Dijo "Acepto"!

—Ahora las declaro: Marida y Mujer. — dijo Nastya.

No pude evitar sonreír.

—Esa fue la boda más rápida que presencié en mi vida.

Elena se cubrió el rostro con una mano como si se avergonzara y Yulia se levantó para robarle un beso. Del otro lado de la sala, Taeyeon comenzó a abrir las maletas sin permiso.

—¿Dónde están los regalos? Levántense a ayudar.

Dejé que Fedor se sentara primero y pasé una mano por su espalda en lo que él se colocaba las pantuflas. Pronto él también estuvo ayudando a Taeyeon para revisar la maleta.

—¿Ustedes no saben pedir permiso?

Elena tomó la maleta que había dejado junto al perchero y la abrió. Adentro se veían varias bolsas de colores que supuse que eran de los regalos. Ella se sentó en el suelo y comenzó a sacar bolsa por bolsa para ver cuál era para cada uno.

—¿A dónde fueron? — preguntó Nastya, quien se había apoyado contra la mesada que dividía el living de la cocina — No quisiste decirnos nada antes de salir.

—Quería que fuera una sorpresa para Yulia — Elena sacó una postal donde se veía un campo verde con laderas — Fuimos a Gales.

—Me llevó como a diez castillos diferentes — Yulia se sentó a su lado en el suelo — Me sentí como una princesa.

—Bueno, si yo soy una princesa, tú también debes ser una — Comenzó a leer las etiquetas de las bolsas.

Taeyeon golpeó el brazo de Nastya.

—Y a mí sólo me llevaste a una cabaña.

Nastya besó su cabeza.

—En nuestro primer aniversario te llevaré al castillo que quieras.

—Ah, así que finalmente son novias — Elena me tendió una bolsa que Fedor me pasó.

Dentro había una taza blanca con detalles en verde y dorado. En el centro había un dibujo céltico y arriba de todo una frase en galés.

—Algo así — Respondió Taeyeon a secas.

Nastya pasó una mano por su cintura y la atrajo hacia ella antes de besarle la mejilla, contenta.

—Sí, somos novias. Me costó un vuelo en avión y unas vacaciones pagadas, pero finalmente la conquisté.

Taeyeon se quejó e intentó zafarse, pero no lo negó.

—Felicidades a las novias — Fedor intentó buscar en el traductor la frase de mi taza — ¿Qué dice la taza?

Elena le restó importancia al tema con un gesto de la mano.

—Dice "El mejor hermano del mundo" o algo así.

—Dice "Gay" — leyó Fedor en su traductor.

—Entonces me equivoqué de regalo. Ese es el tuyo.

Elena sacó otra taza similar a la de Fedor, pero en negro, y me la ofreció.

—Me salieron una fortuna, porque son personalizadas — dijo — Así que si no las usan, me mato.

—Gracias — respondí.

No me atreví a buscar la traducción de mi frase. Decidí confiar en su palabra.

—Este es para ti — Le ofreció a Nastya algo cuadrado — Es un álbum con canciones celtas, porque sé que te encanta la música.

—¿Cómo la música de Rapunzel? — preguntó Taeyeon.

Nastya rio.

—Sí, más o menos. Vamos a buscar una radio.

Cinco minutos después Nastya estaba enchufando en la cocina la radio que Lena usaba para escuchar sus álbunes de BTS, Taeyeon se probaba el suéter que le regalaron y Fedor intentaba acomodar las bolas de nieve que Elena trajo sobre el mueble del televisor.

Yo no me escapé: Lena me secuestró para que la ayudara a mover su escritorio, así ella reacomodaba las fotos viejas de la pared junto a las fotos nuevas del viaje.

De repente la música comenzó a sonar. Era mucho más alegre de lo que esperaba. Habían flautas y un arpa, entre otros instrumentos.

—¿Cómo se baila esto? — preguntó Yulia desde el comedor.

—¡Voy a buscar un video! — dijo Fedor.

Elena y yo nos asomamos por la puerta para ver a Fedor y Yulia bailando en el centro de la sala de estar. Los dos intentaban imitar a la pareja que bailaba en la pantalla del televisor, pero no dejaban de tropezar y chocar cada vez que cambiaban de dirección.

Luego se metió Taeyeon y comenzó a bailar con Yulia.

Entonces Fedor me vio espiándolos en la puerta y me hizo un gesto con la mano para que me acercara.

Yo negué.

—¡Te dije que no sé bailar! — grité para hacerme oír por encima de la música.

—¡Y yo te dije que te iba a enseñar!

Tomó mi brazo y me llevó al centro de la sala del comedor, junto a las chicas, donde intentó enseñarme los pasos básicos que él acababa de aprender hace unos segundos. Nastya y Lena comenzaron a aplaudir siguiendo el compás de la música.

Hice lo que pude, aunque fuera un desastre, pero él cumplió su palabra y fue paciente.

Esperó por mí.

I love youI love you

Mañana subo el último capítulo de la historia... Espero hayan disfrutado un montón de esta lectura tanto como siempre lo hago.

Un beso!
RAINBOW.XANDER
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