Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Fati20- Mensajes : 1370
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Para Fati20 y Psichobitch2 por sus cumpleaños el día de hoy.
Un beso enorme a las dos y espero estén pasando un día genial!
8. Compartimos cama
ELENA
—¿Disculpa?
Yulia se veía terriblemente confundida.
—Ay ¿Dónde están mis modales? — Me aparté un poco de ella, nerviosa. Me dio la sensación de que mi acercamiento pudo haberla asustado, así que me peiné el cabello hacia atrás y me aclaré la garganta — ¿Qué tal, lindura? ¿Me concedería un beso, bella dama de dudosa moral?
Yulia levantó una ceja.
No estaba funcionando.
—¿Qué crees que haces?
—¿Cómo que "qué hago"? — Extendí los brazos como si no fuera obvio — Cortejándote.
—¿Te golpeaste la cabeza cuando entraste al departamento? Estoy segura de que cuando te dejé, aún me odiabas.
—Del odio al amor hay sólo un paso — formé un corazón con los dedos y le sonreí.
Ella me coqueteó tanto durante los últimos días que creí que sólo me bastaría con pedirle que me besara para que lo hiciera. Al menos, con la mayoría de los novios que tuve así fue. Con Alexey también.
No estaba preparada para el rechazo. Yo era muy bonita para ese tipo de experiencia.
—Bueno... — Miré hacia otro lado. A la pared blanca del pasillo, detrás de ella. De repente sentí el frío de la noche y el eco de mi voz — Quiero saber si me gustan las chicas. — Me crucé de brazos y la miré. Decirlo en voz alta me hacía sentir un poco ridícula — Y Taeyeon dijo que te bese para saber si me gustaba. En realidad, dijo que te coja — solté una risa nerviosa y la miré de reojo — Es broma, pero si quieres, no es broma.
Yulia arrugó la frente. Aún seguía sosteniendo mi bolso negro y se veía como una señora que acaba de descubrir que su hija es otaku: Desconcertada y horrorizada al mismo tiempo.
—No — dijo — ¿Eso es todo lo que querías? — miró hacia la puerta — ¿Puedo irme ya?
PERO...
—Primero que nada, no está cerrada con llave — Señalé la puerta para que no creyera que la mantenía encerrada — Y segundo, me coqueteas tanto que creí que también querrías ¿Qué hice mal?
Ella ladeó la cabeza como si estuviera pensando.
—¿Quieres que bese a la ex novia de mi ex novio? ¿Que es pelirroja, bonita, graciosa y odia a los hombres?
—Sí, esa soy yo — respondí orgullosa.
—Y suena como a mi mujer ideal...
—¿Pero?
Yulia se mordisqueó el labio y volvió a mirar hacia la puerta de cristal, como si quisiera huir, pero acabó suspirando.
—Pero siento que esto está yendo muy lejos y creo que deberías saberlo: apenas te conozco. No quiero nada contigo. Lo siento si te he ilusionado — Apartó la vista con culpa — No puedo controlar lo potra que soy.
—¿Y esa humildad? — levanté una ceja. Pensé que estaba bromeando, pero aparentemente iba en serio — No estoy ilusionada. Sólo quería un beso... de amigas.
—Ah ¿De amigas? — Yulia suspiró aliviada — Lo hubieras dicho antes.
Dio un paso hacia mí y tomó mi rostro. Fue tan repentino que retrocedí por reflejo y eso pareció confundirla.
—¿Quieres un beso o no?
—¡Sí!
Esta vez no me aparté cuando volvió a tomar mi rostro. Sus manos estaban heladas, pero no supe si había cerrado los ojos con fuerza por la sensación fría o por los nervios.
Pero el beso no llegó.
—¿Qué estás haciendo? — me preguntó Yulia.
Abrí un sólo ojo, sin moverme. Ella aún seguía sosteniéndome. Estaba tan cerca que podía sentir su respiración.
—Espero por mi beso — Saqué pico.
Yulia soltó una carcajada y medio segundo después sentí su dedo pulgar contra mi labio inferior. Lo empujó dentro con suavidad para hacerme separar los labios y fue entonces cuando me besó.
Pero no fue sólo un beso lo que sucedió en ese momento. Fue más.
Fue su cuerpo empujándome hacia atrás, su mano en mi espalda baja para mantenerme cerca y la otra en mi barbilla. Fueron sus labios acomodándose entre los míos y esa misma sensación de adrenalina en el pecho que me dio cuando bajé corriendo las escaleras de la facultad luego del directo.
Pero no fue el beso lo que me hizo sentir así.
Fue ella.
Me separé aterrada. Yulia me soltó y me miró confundida, pero antes de que pudiera inventar algo, los escuché: Fedor y Nikolay hablando.
Debían de estar volviendo del súper.
Oí el tintineo de unas llaves y ni siquiera lo pensé. La empujé con fuerza escaleras arriba.
—¡Corre, corre, corre! — le grité en un susurro.
Ella trastabilló y soltó una palabrota, pero el terror en mi voz la hizo reaccionar y comenzó a subir sin siquiera preguntar qué sucedía. Fui detrás de ella con el corazón a punto de salírseme, temiendo que nos hubieran visto, pero no me detuve hasta que llegamos a nuestro piso.
—¿Qué está pasando?
Metí la llave en la puerta, la abrí y señalé adentro.
Detrás de nosotras el ascensor se detuvo.
Grité y empujé a Yulia adentro sin darle ninguna explicación. La seguí y derribé a Taeyeon por accidente cuando me metí, pero no me detuve a ver si estaba bien.
—Ve a mi cuarto — le ordené mientras la empujaba — Y quédate ahí hasta que te diga que salgas.
Creo que intentó protestar, pero le cerré la puerta en la cara cuando conseguí meterla y corrí de regreso a la cocina.
Apenas llegué a destapar la cacerola con la salsa cuando la puerta se abrió y los chicos entraron charlando.
Taeyeon aún seguía en el suelo.
-.-.-
YULIA
¿Acababa de ser secuestrada?
¿Debería preocuparme? ¿Llamar a la policía?
Miré a mi alrededor, al que parecía ser el cuarto de Elena.
Era mucho más pequeño que el mío, pero también más ordenado y limpio. Incluso olía bien, como si acabara de echar desodorante de ambiente.
Un murmullo de voces comenzó a oírse desde el otro lado y apoyé la oreja contra la puerta. Me parecieron oír voces masculinas y luego a Lena respondiendo algo. Incluso desde aquí podía oírla nerviosa.
¿Así la había dejado mi beso? Wow, no sabía que besaba tan bien.
Miré la hora en mi teléfono para asegurarme de que no fuera muy tarde en lo que aguardé a que Elena volviera. Estar con ella era muy divertido y todo, pero no quería volver a casa en plena madrugada.
Además, sentía que mientras más tiempo pasara aquí, más corría el riesgo de que Nastya me matara cuando se enterara.
La puerta se abrió y Elena entró rápido, cerrando de un portazo detrás de ella. Suspiró con alivio como si acabara de librarse de un problema y luego me miró.
—Tienes que dormir aquí — dijo.
—Primero que nada, buenos días — Me crucé de brazos. Me lo quise tomar con humor, pero esto se estaba volviendo extraño muy rápido — Segundo, ¿Cómo que tengo que dormir contigo, pelirroja?
Ella rodó los ojos. Ahí estaba de vuelta, mi maleducada favorita.
—Dije que durmieras aquí, no conmigo — Se separó de la puerta e hizo un gesto negativo con la mano — No quiero que Fedor y Nikolay te vean. No sé cómo explicarles que estás aquí. No quiero decirles que te besé.
Quise hacer una broma sobre meterme en el closet, pero entonces reparé en que ella se veía un poco nerviosa.
—¿Ellos no saben que te gustan las chicas?
—¡No sé si me gustan las chicas!
Se dejó caer en su asiento rosado y escondió el rostro entre sus manos.
No creía que sus amigos fueran a reaccionar de alguna manera mala si Elena era sincera con ellos, pero aún así se veía que estaba teniendo un mal momento por verse acorralada.
No creía que sus amigos fueran a reaccionar de alguna manera mala si Elena era sincera con ellos, pero aún así se veía que estaba teniendo un mal momento por verse acorralada. Y por lo que Nastya me había dicho unos momentos antes, esto era nuevo para ella.
Debía de sentirse un poco perdida.
Yo también lo estuve cuando me di cuenta de lo que podía significar el que también me gustaran las chicas. Era pequeña, no sabía qué hacer y el no poder contarlo me hizo sentir un poco sola.
Me senté en el borde de la cama.
—Puedo quedarme aquí por hoy — accedí — Pero debo irme temprano a trabajar.
Elena se hundió más en su asiento. Parecía avergonzada.
—Gracias — murmuró.
—¿Cuál gracias? Encuérate.
Me pareció oírla reír y eso me hizo sonreír.
No podía creer que había accedido a quedarme encerrada en el cuarto de una desconocida.
Ella nos trajo pizza veinte minutos después. Creí que podría sacarle alguna conversación interesante, pero entonces puso en su computadora uno de esos videos raros de "ESTUDIA CON BTS" y comenzó a estudiar, así que me vi en la obligación de estudiar yo también.
Tres horas después, los chicos de BTS se estaban despidiendo de su sesión de estudio, Elena estaba estirándose en su asiento y yo me escondía bajo las mantas de su cama mientras miraba tik toks.
La vi dejar su resaltador sobre el escritorio, quitar el video y bostezar. Cuando giró la silla y me vio en su cama casi le dio un infarto, como si se hubiera olvidado de que yo estaba en el cuarto.
—¿Qué haces ahí?
—Miro tik toks — le respondí como si nada — ¿Quieres ver? Ven.
Me hice a un lado para hacerle lugar y ella comenzó a sonrojarse. Sonreí, y luego recordé que se suponía que no tenía que coquetearle.
—No homo — agregué.
Ella se quedó mirando la cama, como si no quisiera meterse aunque estuviera cansada. Me dio pena, pero no iba a dormir en el suelo ni aunque me lo pidiera.
—Sólo métete a la cama. No te vas a hacer gay por echarte al lado mío.
Le hice un poco más de lugar y continué viendo videos. Ella salió del cuarto, para sorpresa mía, y creí que iría a dormir en el sofá o a traer almohadas como la vez que durmió en mi casa.
Pero cinco minutos después regresó, esta vez con ropa de dormir puesta y la cara lavada.
Era estúpido pensar así, pero por alguna razón sentía que cuando se quitaba el maquillaje estaba viendo otra parte de ella. Tal vez porque estaba más acostumbrada a verla en sus videos o streams, donde ella decidía cómo quería verse. Y ahora tenía delante de mí una versión más... personal.
—¿Qué me ves, estúpida? — dijo antes de apagar la luz y meterse a la cama.
Me dio la espalda e intentó quitarme parte de la manta. La vi cubrirse hasta la cabeza y no pude evitar reír.
Ella era mucho más seria que yo, pero aún así se me hacía más infantil.
—¿No me vas a decir nada? — le pregunté.
—¿Sobre qué? — preguntó de mal humor bajo la manta.
—Sobre el beso — aguardé una respuesta, pero ella no dijo nada — ¿Estuvo bien?
—Estuvo horrible — contestó — Es más, me hizo cien porciento heterosexual.
Me metí bajo las mantas, apoyé el mentón en su hombro y la mano en su cadera. Ella se estremeció.
—Nos separamos muy rápido. Déjame intentar de nuevo ¿Quieres?
Creí que me empujaría o algo parecido, pero en su lugar se giró para verme a los ojos. No fue capaz de mantenerme la mirada por más de dos segundos y se mordisqueó el labio como si no se animara a responder.
—Sí, quiero — dijo finalmente.
Me dije que esto estaba bien, porque Elena dijo que era sólo como amigas y para ayudarla.
—¿Me prometes que no te enamorarás perdidamente de mí después de esto? — la molesté para calmarle los nervios.
Ella chasqueó la lengua y me besó.
Pero esta vez teníamos más tiempo y yo iba a sacar provecho.
Metí la mano entre su cabello y una de mis piernas entre las de ella. Elena soltó un pequeño sonido de sorpresa, pero continuó con el beso.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Fati20- Mensajes : 1370
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psichobitch2- Mensajes : 292
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Corderito_Agron- Mensajes : 305
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Corderito_Agron escribió:Hahaha alguien se preocupó por levantar a la pobre Taeyeon del suelo? Hahaha... Me encanta este fic porque las dos me hacen reir Felicidades a las dos hermosas chicas del cumpleaños un beso a las dos
Muchas gracias
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
ELENA
Había pecado.
No, no porque besé a una chica. Tampoco porque la dejé dormir en mi cama, ni porque me hubiera gustado lo que hizo después.
Sino porque rechacé dinero.
—No hacía falta que se lo devolvieras ¿Sabes?
Levanté la cabeza de la mesa y vi a papá. Él estaba regresando de la barra de la cafetería con dos tazas de té humeante, una en cada mano. Le había prometido que desayunaríamos juntos el siguiente domingo, porque sabía que si lo seguía evitando sólo empeoraría las cosas.
Pero no esperaba que tuviera que ser tan temprano.
Y tampoco había previsto tener una semana tan pesada.
El beso de Yulia, en lugar de aclarar, oscureció. Sí, me había gustado. De hecho, mucho más que cualquier otro beso que pude haber tenido con un hombre. Pero ¿Eso significaba que me gustaban las mujeres, o que me gustaba ella? ¿O ambas?
Sé que sonaba tonto, pero yo de verdad creía que era normal que a las chicas nos gustaran otras chicas a veces.
Pensar en todo eso me estresaba tanto que opté por dedicarme cada segundo que tenía libre a trabajar, estudiar y evitarla.
—No quiero su dinero — le respondí a mi padre con la mejilla pegada a la mesa.
Esa mañana había despertado con una notificación del teléfono: Mi madre me depositó dinero en mi cuenta. Y no era una suma pequeñita, que digamos. Presionar el botón de "emitir reembolso" fue la decisión más difícil que tuve que tomar en toda mi vida.
Papá chasqueó la lengua y dejó mi taza junto a mi rostro.
Él se veía mucho más despierto que yo, por supuesto. Seguro estuvo en el gimnasio más temprano, como el psicópata que era. Y luego de eso se tomó el tiempo de vestirse "formal" para el desayuno, como si fuera la gran cosa.
—Tu madre habrá visto lo que te pasó en las noticias y quedó preocupada — intentó razonar conmigo.
—¿Y en lugar de llamar para ver cómo estaba, me envió dinero?
—¿Le hubieras atendido, Elena? — Entrecerré los ojos. Sentí que me estaba regañando — Tu madre no está tan loca como quieres creer ¿Sabes? No puede hablar contigo, pero sí puede pagarte la renta para quitarte un problema de encima — Le dio un sorbo a su té e hizo una mueca de asco — Olvidé el azúcar.
Se levantó para ir a buscar unos sobres y yo aproveché para despegar mi rostro de la tabla de la mesa. Apoyé mi hombro contra la pared y miré por la ventana que daba al estacionamiento del centro comercial.
Los domingos por la mañana sólo habían familias, como nosotros, que tuvieron la idea de desayunar. Y algún que otro grupo de adolescentes con resaca del sábado.
Yo no había bebido nada la noche anterior, pero aún así sentía que encajaba mejor en la segunda categoría por cómo me debía de ver, con el cabello mal peinado, sin maquillaje, ropa de entrecasa y las crocs en "modo pelea".
—Ay, un cadáver — bromeó alguien a mi lado.
Miré con desconfianza y me encontré a Yulia parada junto a nuestra mesa. Llevaba el mismo conjunto deportivo de la semana pasada, el cabello recogido en una cola de caballo y en su mano sostenía una vaso con café. En la otra cargaba con bolsas de compra.
Estaba bien que estuviera buena ¿Pero hacía falta que me lo presumiera así?
—¿Qué quieres? — respondí de mal humor.
—¿Saludar? — Yulia se sentó en el lugar de mi padre — Me has estado evitando toda la semana. ¿Tan mal beso?
Miré nerviosa hacia la dirección en la que había desaparecido mi padre, pero él estaba ocupado ojeando los postres cerca de la barra, dándonos la espalda.
—¿Ese pelirrojo es tu padre? — Yulia apoyó los codos sobre la mesa y miró en la misma dirección con interés — Me gusta su espalda ¿Hace ejercicio? ¿Es guapo como tú? Uy ¿Veo una barba incipiente por ahí? — Se inclinó hacia adelante para ver mejor — Me encanta cuando los hombres usan pantalones formales. Se les marca el culo.
—Ay, Dios mío — Me cubrí el rostro con las manos. Estaba demasiado cansada para lidiar con esto ahora — ¿Puedes irte, por favor? Antes de que te vea mi padre.
Ella me sonrió de lado.
—¿Por qué? ¿Te da miedo que se enamore de mí? — Su sonrisa flaqueó cuando vio que no le respondí a su provocación — Eh ¿Estás bien? Te ves mal.
—Estoy bien — respondí. No podía decirle que todo era culpa del gay panic que me daba ella — Sólo estuve trabajando. No quiero perder los seguidores que gané estos días.
—Deberías descansar un poco.
Me froté los ojos.
—Es gracioso que digas eso, cuando tú estás peor que yo.
Ella me miró con sorpresa.
—¿Yo?
Le alcé una ceja.
Puede que en el set la maquillaran bien, pero aún así se le notaban las ojeras que tenía.
—Trabajas ocho horas al día, vas a clases, luego estudias en tu casa y acabas de cortar con tu novio de tres años — La miré preocupada — ¿Si quiera te da tiempo para procesar algo?
—¿Procesar qué? — me miró como si yo estuviera loca — No tengo que procesar nada.
—Seguro, y yo tampoco — Ironicé.
(Gritos internos)
Siempre que me encontraba con Yulia ella estaba sola, pero esperaba que tuviera aunque sea algún amigo con quien pudiera hablar, porque cada vez que yo intentaba sacar el tema de su ruptura, ella se ponía a la defensiva conmigo.
Y tampoco es como si pudiera serle de mucha ayuda cuando yo no podía lidiar ni con mis propios problemas.
—¿Esta es tu amiga?
Verga.
Papá había vuelto y traía croissants para los dos.
Yulia apoyó el rostro en las palmas de sus manos y le sonrió, radiante.
—Hola — Le extendió un brazo — Soy Y...
—Amiga mía — la interrumpí y bajé la mano de Yulia. Papá ya sabía el nombre de la chica con la que Alexey me había metido los cuernos y no quería que sumara dos más dos — Se llama Viktoria.
—Encantada — Me siguió la corriente con diversión.
Le envié una mirada cargada de odio en advertencia. Estaba jugando con fuego.
—¿Vas a desayunar con nosotros, Viktoria? ¿Quieres un croissant también?
Papá dejó nuestro desayuno en la mesa y se arremangó la camisa. Los ojos de Yulia fueron volando a sus brazos.
—No, ella no quie...
—¿En serio? ¡Muchas gracias!
Yulia tomó el croissant que era para mí y papá le restó importancia con un gesto de la mano antes de decirme que me coma el suyo, que el iba a comprar otro.
Se marchó de regreso a la barra y Yulia no perdió ni un segundo. Se inclinó hacia adelante para hablarme por encima de la mesa.
—¿Ese es mi suegro? ¿Crees que le importe la diferencia de edad? Es para una tarea.
—¡Para ya, Yulia! — la regañé.
Ella me miró sorprendida y se acomodó de regreso en su asiento. Me sentí un poco culpable por haber reaccionado así. Ella no sabía que mi padre, de hecho, estaba saliendo con alguien mucho más joven que él.
—Eh, relájate un poco. Aquí estamos entre familia ¿No? — dijo Yulia — Puedes decirme "mamá".
Me llevé una mano a la frente como si me doliera la cabeza.
—Cállate, por favor.
No tenía idea de cómo iba a sobrevivir a este desayuno.
Yulia se alzó de hombros y se metió un pedazo grande de croissant en la boca antes de volver a mirar a mi padre, en la fila.
—¿Por qué no vives con él? — preguntó.
—Porque puedo mantenerme. — Le chasqueé los dedos en la cara para que dejara de mirarlo — ¿Puedes dejar de acosar a mi padre, por favor? ¿Y tú por qué vives con tus padres, si ganas como diez veces más que yo?
—Ah, no sé. Es que me gusta estar con ellos — respondió como si no fuera la gran cosa.
—¿Eh?
Remojó la masita en su café.
—Si viviera sola los extrañaría mucho — Se alzó de hombros — No sé qué haría sin mi madre.
Rió como si admitirlo le avergonzara un poco y se limpió un poco de café de la comisura.
Me quedé mirándola sin decir nada, preguntándome qué tan bien se debía de llevar ella con sus padres como para decir eso. O tal vez su relación no era buena, sino normal, a diferencia de la mía.
Yo sabía que estaba mejor sin ellos y pensaba que lo estaba haciendo muy bien por mi cuenta.
Pero entonces ¿Por qué sentí un pinchazo en el pecho cuando Yulia dijo eso?
—Espero que no se haya enfriado mi té.
Papá se sentó junto a Yulia y tomó su taza. Ella se enderezó en su asiento y lo miró maravillada, pero apartó la vista de inmediato para fingir estar concentrada en su comida.
—No lo creo.
Toqué mi taza, aún caliente, y bebí un sorbo.
—¿Te han dejado de molestar? — preguntó papá luego de beber — He estado un poco más pendiente de la televisión, pero no he visto que hayan vuelto a tu departamento.
—Es porque mi compañera de cuarto llamó a la policía esa vez — le conté sin mucho ánimo.
No quería que nuestra conversación saliera de lo trivial, y Yulia a su lado me tenía un poco tensa.
—¿Quién es tu compañera de cuarto? ¿Viktoria? — miró a Yulia.
La aludida se sonrojó y rió, nerviosa.
—Ay, no, no. Sólo soy una compañera de clases que está soltera. Pero también me he enterado de lo que pasó.
—No han ido reporteros a la facultad ¿No, Viktoria?
Ella negó.
—Y si fueran, los echaría a patadas. No tiene de qué preocuparse, señor.
Papá sonrió complacido.
—Buena chica.
Yulia se tapó la boca con una mano y yo rodé los ojos.
—¿Podemos hablar de otra cosa, por favor?
—¿Por qué? ¿Alexey aún no aparece?
Quise responderle que qué le importaba, que se metiera en lo suyo, pero no quería que Yulia se diera cuenta de lo mucho que me estaba costando tener una conversación normal con mi padre.
Aún así ella pareció notarlo, porque se apresuró a responder en mi lugar.
—Usted no tiene que preocuparse por ese poco hombre. Era un inservible — Hizo una mueca de desagrado. Me di cuenta de que las únicas veces que Yulia hablaba mal de Alexey era cuando habían desconocidos presentes y me pregunté si ella de verdad lo despreciaba. No podía culparla de no ser así, de todas formas — Y hay muchos peces en el océano. De hecho, hay una chica de nuestro curso que quiere invitarla a salir.
—¿Ah, si? — papá me miró con curiosidad.
Me puse en modo alerta y miré a Yulia.
¿Qué creía que estaba haciendo?
—Sí, sí. Se llama Yulia — respondió.
—No lo creo. No conozco a ninguna Yulia — Respondí cortante para zanjar el tema.
—Es porque siempre está en el fondo, pero es muy linda — nos aseguró ella — Y me dijo que es fan de sus videos ¿Usted qué piensa, señor?
Él comenzó a negar en lo que terminaba de comer su croissant.
—Para mí mejor. Los hombres no sirven para nada — respondió como si ya no hubiera remedio en eso — Pero es cosa de ella a quien ve.
Yulia me miró emocionada, como si de verdad le hiciera ilusión que mi padre la aprobara, aunque sabía que sólo lo hacía en broma.
No podía creer que hubiera sacado ese tema delante de mis padres.
Intenté no perder la paciencia durante el resto del desayuno, pero era difícil con ella siendo tan... ella.
Una hora después tenía media croissant atorada en la garganta y me estaba despidiendo de mi padre en el estacionamiento del centro comercial. Yulia dijo que debía irse también, y su casa quedaba cerca de mi departamento, así que nos acompañó.
Él se despidió de ella y luego de mí. Aguardé a que el auto saliera por completo del estacionamiento y luego me volví hacia Yulia.
—¿Qué crees que estás haciendo? — le pregunté.
Ella apartó la vista del camino por el que se había marchado mi padre y me miró confundida.
—¿A qué te refieres?
—A esto — Señalé con los brazos a nuestro alrededor — A lo que hiciste en el desayuno. ¿Qué crees que haces? — repetí — ¿Por qué le has hecho esa pregunta a mi padre sobre salir con una chica?
—Ah, eso — Yulia sonrió y se acomodó las bolsas sobre el hombro. ¿Cómo podía verse tan despreocupada en todo momento? — De nada ¿No? Ahora ya sabes que tu padre no estaría en tu contra si decides estar con una chica.
—¿Pero quién te crees que eres? — Di un paso hacia ella — ¿Yo te he pedido que lo hicieras? ¿Qué te hace pensar que tienes el derecho a meterte así en mi vida privada, y con mi propio padre?
¿Ella pensaba que era gracioso? ¿Qué podía decir ese tipo de cosas sin mi permiso, sin preguntarme?
¿Qué hubiera pasado si mi padre se hubiera enfadado o reaccionado mal? Y aún si no lo hiciera, si yo lo evitaba era porque no quería que supiera sobre mi vida. Y ahí iba esa estúpida revelándole cosas personales.
—¿De qué estás hablando? — la sonrisa de Yulia volvió a temblar — No me he metido en nada privado. Sólo le he hecho una pregunta inocente. Tu padre se ve como un buen tipo.
"Se ve como un buen tipo".
—Tú no conoces tu sitio — dije — ¿Crees que por un beso de mierda eres mi amiga o qué? ¿Crees que ya me conoces y que tienes derecho a opinar sobre mí o mi familia?
Ella retrocedió un paso.
—Eh, sólo quería ayudar.
—¿Tú crees que esta ayuda me sirve? — Me aparté de ella para marcharme — Deja de meterte en mis cosas — le advertí.
Ella no respondió, pero fue mejor así, porque no se veía en absoluto arrepentida de lo que acababa de hacer y sabía que, dijera lo que dijera, sólo empeoraría las cosas.
Así que me marché.
Hoy tendremos tres capítulos como regalo de cumpleaños a nuestras linduras!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Felicidades a las dos guapísimas que están de cumpleaños un fuerte abrazo
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Felicidades a las dos guapísimas que están de cumpleaños un fuerte abrazo [/quote
Muchas gracias 🩷🫂
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
Alto ahí.
El capítulo sólo lo pueden leer los que se sepan "Llamado de emergencia" de Daddy Yankee.
LENA
Bloqueé a Yulia.
Lo siento, estaba enojada y no quería lidiar con ella. En especial porque a veces podía ser MUY pesada. Como ese perro caniche que tenía mi papá al que siempre le gustaba subirse a mi cama para dormir y poner su hocico pegado a mi cara.
Pensé que podría descansar de ella un par de días hasta nuestra próxima clase, pero no conté con su creatividad.
El lunes saliendo de clases recibí una notificación por correo electrónico de que Yulia había agregado canciones a nuestra playlist de spotify.
Cuando entré, encontré en la portada de la lista de canciones una foto de ella sacada de internet con el título "Remix Baladas del verano para que Elena me perdone" con un tipo de letra estilo gótico en rosa. Junto al título había pegado algunos stickers de estrellitas y uno de hello kitty en la esquina inferior izquierda.
En la descripción de la playlist decía "Si el amor es un delito entonces me declaro culpable".
—¿Qué estás mirando?
Taeyeon, quien había salido conmigo del edificio, se paró a mi lado en lo que esperábamos que el semáforo en la avenida se volviera verde.
Descubrimos que las dos compartíamos muchos horarios y algunas clases, así que podíamos volver juntas a casa. Especialmente cuando nos tocaba cursar hasta la noche.
Giré un poco el teléfono y le enseñé la pantalla.
Ella frunció los labios y comenzó a leer con atención. El viento de la noche hacía que el cabello le golpeara en la cara, así que se lo acomodó detrás de la oreja sin dejar de leer.
—"Sorry" de Justin Bieber — leyó — "Desbloquéame". "Si no me perdonas es mejor morir" — Extendió una sonrisa por su rostro — ¿Qué amarre le has hecho?
—Agua de calzón — le respondí mientras bajaba por la lista. "I kissed a Girl" de Katty Perry — Dios mío.
El semáforo se puso en verde y avanzamos. Taeyeon cerró con fuerza su abrigo rojo y yo intenté hacer lo mismo con mi chaqueta blanca, pero era difícil con una sola mano.
—A lo mejor tendrías que responderle antes de que se aparezca en la facultad con una escopeta — Mi expresión de horror pareció divertirle más — ¿Qué te ha hecho?
Guardé el teléfono en el bolsillo de mi pantalón y cerré la chaqueta. No quería entrar en muchos detalles, pero aún así Taeyeon era la única que sabía que seguía viendo a Yulia.
Bueno, en realidad, me seguía encontrando con ella. No es como si la estuviera "viendo" adrede, como con una pareja.
Ja, ja.
—Le dijo a mi padre que quería invitarme a salir o algo así — respondí vagamente antes de acurrucarme cerca del poste donde paraba el autobús.
—Ah, tu padre no sabe nada ¿No?
Rodé los ojos.
—Pues ahora sí, por culpa de ella — Metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta — El otro día, cuando dijiste que invitarías a salir a Yulia ¿Fue sólo para molestarme o de verdad sales con chicas?
—¿Por qué? ¿Quieres invitarme a salir? — Ella sonrió, pero al ver que no me hizo gracia se enserió — Soy lesbiana — dijo — ¿Tienes algún problema con eso?
—No, claro que no — Miré hacia la avenida para asegurarme de que nuestro autobús no estuviera cerca — ¿Cómo supiste que te gustaban las chicas?
Taeyeon me miró con interés, pero no preguntó nada.
—No sé. Besé a mi vecina y me gustó — respondió de manera vaga.
—¿O sea que si beso una chica y me gusta significa que me gustan las chicas?
—¿Recuerdas lo que dije el otro día sobre no ser tu psicóloga? — me recordó — ¿Por qué no le preguntas a Yulia a ver qué piensa ella?
Me crucé de brazos.
Tenía la nariz helada, pero olvidé llevar una bufanda. Acabábamos de entrar a otoño y los días eran cálidos pero las noches podían ser frías. En especial esa en particular, porque en la mañana hubo una tormenta y aún habían charcos de agua entre los adoquines mal colocados y los baches de la calle.
—No quiero hablarle.
—¿Vas a evitarla?
Miré por encima de mi hombro a Taeyeon. Éramos las únicas en la parada, así que ella se sentó en los asientos vacíos de metal y recargó su espalda contra el acrílico del letrero brillante. Su cabello negro ahora reflejaba la luz amarilla.
—A lo mejor — respondí sin saber muy bien — Ella no es mi amiga ¿Sabes? Y es una pesada.
Si se lo perdonaba ella volvería a hacerlo. No quería que pensara que podía hacer lo que quisiera sin tener consecuencias.
-.-.-.-.-.-
YULIA
—Las canciones no están funcionando.
Empujé mi silla con ruedas hacia atrás y entrelacé los dedos de mi mano. Me sentí como una señora de la mafia, sólo que en lugar de mis empleados, lo que tenía delante de mí era la pantalla de la computadora con una llamada de discord abierta.
—¿Has probado con disculparte? — preguntó Nastya desde el otro lado de la llamada.
Eran las doce de la noche y ella se oía cansada, pero esta era la única hora a la que podíamos hablar desde que yo trabajaba por la mañana y tarde, y las dos estudiábamos en la noche.
Tenía mil cosas por hacer. Trabajos, reuniones y proyectos acomodados delicadamente entre un horario ya de por sí muy apretado. Y lo único que me distraía lo suficiente como para quitarme el estrés era pensar en cómo conseguir que Lena me perdonara.
Incluso pensar en Alexey me tocaba los nervios a esta altura.
—Claro que le he pedido perdón — respondí ofendida — Puse "sorry" de Justin Bieber en la playlist.
—Ya — respondió Nastya. Conocía ese tono. No estaba muy contenta — ¿Y por qué te has disculpado?
En ese momento, en la computadora, mi monito de roblox tocó el suelo de lava y se murió. Me acerqué de nuevo al teclado para seguir jugando y pensé.
—Supongo que se entiende que me disculpé por todo en general ¿No?
—O sea que no sabes por qué te disculpas — dijo — ¿Ya te moriste?
—Sí, estoy esperando que te mueras así se reinicia el mapa. — Me acomodé los auriculares y miré la pantalla con los brazos cruzados. Nastya llevaba como veinte victorias y yo sólo cinco — Me estoy disculpando por hacerla enojar ¿No?
—Yulia, ¿Tú te acuerdas cuando íbamos a la primaria? Que besaste a esa niña de la otra división y la maestra te vio.
Me pasé la lengua por los labios.
—No me gusta vivir del pasado, pero sí, me acuerdo.
—¿Y te acuerdas que te colgaste del brazo de la maestra para que no le contara a tus padres? Lloraste tan fuerte que todos salimos del salón y la maestra nos dijo que estabas jugando con el agua de los grifos.
Me acordaba de eso.
Había tenido un ataque de pánico, sólo que en ese momento nadie lo consideró como tal. Luego, cuando comencé a trabajar, tuve más de esos. Pero ninguno fue tan terrorífico como el primero.
—¿A ti te hubiera gustado que esa maestra le hubiera dicho a tus padres lo que hiciste en realidad? ¿Cómo crees que se sintió Elena cuando le dijiste a su padre sobre ella saliendo con chicas?
Aparté la vista un momento de la pantalla, aunque sólo se tratara del mapa en roblox.
—No le dije que estaba saliendo con chicas. Le dije que una chica quería salir con ella — le corregí — No quería que su padre supiera. Sólo quería saber qué pensaba sin que ella quedara en el medio.
Nunca le habría dicho sobre Elena. No sabiendo lo feo que era que ese tipo de cosas saliera a la luz antes de que uno estuviera listo.
—Sigue estando mal — Nastya suspiró — ¿Qué hubieras hecho si él hubiera reaccionado mal?
—Darle una bofetada.
Nastya rió sin tomarme en serio.
—¿Pero cómo crees que Lena se hubiera sentido escuchando a su padre decir algo malo sobre lo que es ella? — Hubo un silencio antes de que Nastya volviera a hablar — Y tampoco está bien que la metas en una situación así. No te corresponde meterte ahí.
En ese momento Nastya cayó por error a la lava y murió. El otro jugador que competía contra ella ganó y el mapa se reinició.
—Además, no sabes cómo se lleva ella con su padre. A lo mejor no quiere que lo sepa.
—¿Y cómo iba a saber yo eso?
—Si quieres ser su amiga tienes que comenzar a preguntarle antes de actuar.
Encendí la pantalla del teléfono y regresé a la playlist de Spotify. Elena no había agregado ninguna canción, pero como nos teníamos agregadas, me apareció la notificación de que estuvo escuchando la lista.
Cambié la descripción y puse "SI TE HE FALLADO TE PIDO PERDÓN DE LA UNICA FORMA QUE SÉ. ABRIENDO LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN PARA CUANDO DECIDAS VOLVER".
Luego cambié la portada.
—¿Debería darle su espacio? — pregunté no muy segura.
—Sí. Y deja de cambiar la playlist, por favor. La tienes pública y puedo verla.
Busqué en google cómo bloquear a alguien de spotify.
—.-.-.-.-.-.-
ELENA
Pensé que el sábado cuando volviera a ver a Yulia en clases ella intentaría acercarse para exigirme que la desbloquee, pero no fue así.
Llegó sobre la hora, saludó al profesor y se acomodó a mi lado.
Fingí estar con mi teléfono para no prestarle atención, pero luego de cinco minutos sin recibir señales de ella, la miré de reojo con curiosidad.
Yulia estaba casi desnuda.
Hacían trece grados a esa hora, pero ella tenía su chaqueta colgada en el siendo, llevaba nada más que una playera de manga corta y unos pantalones rotos. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo y tanto su nariz como sus mejillas estaban enrojecidas.
¿Se había echado una carrera para llegar?
—¿Estás bien? — le pregunté.
Ella puso los brazos sobre la mesa y escondió parte de su rostro entre ellos.
—No hables conmigo. Te estoy dando tu espacio — respondió con los ojos cerrados.
—¿Llegaste corriendo?
Ella negó y metió el rostro entre sus brazos por completo con una mueca, como si algo le doliera.
—¿Qué le pasa a esa niña?
Levanté la cabeza ante la pregunta del profesor. Él nos miraba con los textos de la clase en su mano y los lentes mal acomodados. Nos entrecerraba los ojos como si estuviera intentando reconocer qué clase de bichos éramos.
Yulia sacó la cabeza de su escondite.
—Estoy bien — nos aseguró — Sólo me duele la cabeza. Pero ya tomé algo.
Nos enseñó los pulgares y sonrió lo suficiente como para que se le marcaran los hoyuelos. Un mechón negro caía sobre su rostro.
—Querida, eso no se ve como un dolor de cabeza — El profesor se acomodó los lentes y se sentó sobre su escritorio con preocupación — Entiendo que les encante tanto la literatura eslava, pero no pasa nada si escuchan la clase desgrabada. En especial si tienen fiebre — Luego me miró a mí — ¿Eres su amiga?
—Eh... sí.
—Hazme el favor y llévala a su casa. Si se desmaya aquí no podré dar la clase — Miró su reloj — Y vamos atrasados. Espero que todos estén al día con las lecturas.
Miré a Yulia de nuevo, pero ella no me devolvió la mirada. Recogió la chaqueta de su asiento y se la colocó antes de salir. Le eché una mirada al profesor de nuevo y él me hizo un gesto con la mano para que la siguiera.
La puta madre.
Guardé todo en mi bolso con prisa y corrí detrás de ella.
Durante las clases los pasillos no estaban tan llenos, así que no tuve que esquivar a tantas personas. La encontré bajando las escaleras principales en el segundo piso y cuando me coloqué a su lado ella me ignoró.
¿Estuvo toda la semana enviándome mensajes a través de spotify y ahora que me tenía en frente me ignoraba?
—¿Tienes fiebre? — le pregunté.
Ella no me miró. Se veía un poco molesta por haber sido echada del salón, pero con las mejillas rojas se veía más como un niño que acababa de ser regañado.
—No lo sé.
Cerré mi mano alrededor del brazo de su chaqueta de cuero y ella se detuvo con sorpresa. Estiré mi brazo libre y toqué su frente, que estaba hirviendo.
—¿Fuiste a trabajar así? — le pregunté horrorizada.
Ella rodó los ojos.
—Me mandaron a casa apenas me vieron.
Levanté una ceja.
—¿Y te pareció bien venir a clases?
Apartó la mirada y siguió bajando las escaleras. La seguí, porque no podía volver a clases sin que me miraran mal. Y, además, ahora tenía curiosidad. Quería saber por qué me estaba evitando.
—Déjame acompañarte — le pedí — O llévame en tu auto ¿No? No seas maleducada.
—Qué grosera que eres — comenzó a quejarse, pero tuvo que detenerse para apoyarse un momento contra la puerta de salida, como si se hubiera mareado — Uy, se mueve el piso.
Volví a enganchar mi brazo con el de ella para ayudarla a caminar. Yulia intentó zafarse y yo tiré de ella para hacerla caminar.
—Vamos a tu auto. Deja de evitarme.
Ella resopló, pero dejó de resistirse.
—No te estoy evitando. Te estoy dando tu espacio.
¿Qué era esa mierda de darme mi espacio? Parecía disco rallado.
—¿Te has ofendido porque te dije que no te metas en mis cosas? — adiviné — ¿Cuántos años tienes? ¿Cuatro?
—Bueno, si te soy sincera, sí me trataste muy feo el domingo ¿Sabes? Entiendo tu mensaje, pero la agresividad fue innecesaria. Y ahora que lo pienso, eres muy agresiva ¿Eres así sólo conmigo o con todos en general? La gente tiene sentimientos ¿Sabes? No me gusta que me digas estúpida.
—Cállate, estúpida — Nos hice detener junto a su auto. No era muy difícil encontrarlo, porque era el único negro en toda la acera — Abre la puerta.
—Hablo en serio — se quejó y desactivó la alarma — Trátame bien.
Suspiré y le abrí para que se metiera en el asiento del acompañante.
—Bueno ¿Y puedo decirte imbécil?
—No.
—No se puede nada contigo. — Cerré la puerta con cuidado y luego me metí detrás del volante. Tenía una licencia de conducir, pero no un auto. Puede que estuviera un poco oxidada y no quería hacer algo mal con un vehículo tan caro, así que me sequé el sudor de las manos y respiré hondo antes de encender nada — Voy a llevarte a tu casa. Y le voy a decir a tu madre que te encierre con llave hasta que se te pase la fiebre.
—Si te encierra conmigo no es un castigo.
Decidí ignorarla y le entregué mi teléfono.
—Pon tu casa en el GPS.
Ella tomó el teléfono con sus dos manos.
—¿Puedo desbloquearme?
No.
—Bueno.
Pero ella no fue a mis contactos. Simplemente se metió al GPS y colocó su dirección antes de enganchar el teléfono en el auto.
—¿Sigues enojada conmigo? — preguntó.
La verdad es que el enfado se me había pasado varios días atrás, pero preferí no desbloquearla. No quería que se confundiera y lo interpretara como que ahora éramos amigas.
—Lamento lo del domingo — dijo.
—Sí, ya lo sé. Me lo has hecho saber gracias a Spotify.
—No, en serio — insistió — Lamento lo del domingo. No estuvo bien meterme.
—De acuerdo.
Continué manejando en silencio, pero entonces ella volvió a hablar.
—Ahora te toca a ti.
Arrugué la frente.
—¿A mi qué?
—Disculparte por tratarme feo.
Abrí la boca, ofendida.
—¿Disculpa?
—Disculpada.
Yulia cerró los ojos y sonrió, apoyada contra su asiento. Se veía satisfecha con la conversación.
—¿Ahora somos amigas de vuelta? — preguntó.
No quería tener esta conversación ahora.
Me mordí el labio.
—Nunca fuimos amigas, Yulia.
—¿Cómo que no? — se enderezó en su asiento, alterada, pero hizo una mueca de inmediato como si le hubiera comenzado a doler la cabeza — Compartimos cama.
—Y también novio — le recordé volviendo la vista hasta el camino — Y tú quieres buscarlo, pero yo no quiero saber nada de él. Y tampoco podemos ser amigas sin que estén los canales de noticia encima nuestro ¿No?
Y también estaba el hecho de que ella quizá me gustara. Lo que era mil veces peor que ser su amiga. Pero eso no podía saberlo.
Ella se quedó mirando al parabrisas un momento. Se veía un poco dolida, pero no es como si fuera algo que no supiera ya.
—¿No quieres saber nada de mí?
Tomé aire.
—Mira, no lo digas así. Pareciera que te odio.
—¿Y no me odias?
Lo pensé un momento.
En realidad, yo odiaba a todos.
Pero dentro de todo no la odiaba a ella más de normal.
Detuve el auto frente a su casa.
—Prefiero que seamos sólo compañeras de clase — Apagué el motor y me desabroché el cinturón — Mira, ya llegamos.
Le abrí la puerta para que bajara y la acompañé hasta el portón de su casa. Mi idea era aguardar a que se metiera y luego volver en autobús a mi departamento, pero en ese momento la puerta de su casa se abrió de golpe y un hombre salió de ahí.
Llevaba un traje gris y cuando nos vio a las dos juntas se detuvo en seco.
—¡Así las quería agarrar, puercas!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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A Fati20, Vera Rivero y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
ELENA
Yulia se quedó un momento tildada, mirando al tipo con el traje gris que acababa de salir de su casa. Entonces, sonrió.
—Elena, te presento a mi representante — dijo — Es mi representante, pero yo tengo que presentarlo — agregó y comenzó a reír.
El señor se acercó hasta la reja con las llaves en la mano y nos abrió. Yo aproveché y empujé a Yulia adentro antes de retroceder, lista para irme, pero él me entrecerró los ojos, no muy contento.
—Contigo también tengo que hablar. Métete.
Miedo, pánico, lentejas, Ozuna.
Obedecí y caminé detrás de Yulia, pero ella se volvió a apoyar en mí apenas me vio cerca y tuve que pasar mi brazo alrededor de su cintura para ayudarla.
Los sacrificios que una tiene que hacer ¿No?
Yulia apoyó su mejilla en mi hombro y levantó la mirada. Se veía cansada, pero me imaginaba que era por la fiebre. Sus mejillas seguían rosadas y su cola de caballo estaba a punto de deshacerse.
Quería tocarle la frente y preguntarle cómo estaba.
Se veía linda.
—Estaba esperando a que nuestra relación se volviera más seria antes de presentártelo. — dijo ella — Lo siento.
Estúpida.
Aparté la mirada y entré a la casa con ella a mi lado.
Sus padres y su hermana estaban merendando, pero cuando nos vieron entrar se detuvieron y nos miraron. Su madre se veía especialmente enojada.
—¿Dónde estabas? — le preguntó a su hija.
Yulia se escondió detrás de mí, febril pero aterrada, y miró a su madre por sobre mi hombro. Por alguna razón aprovechó y me abrazó.
—Estaba en clase — respondió aferrándose a mí con fuerza.
—Nos echaron — completé.
—Lo siento, mamá. No puedo controlar mi pasión por aprender.
—¡Pasión por la chancla vas a tener cuando acabe contigo! — su madre se levantó de golpe.
Yulia y yo gritamos.
—¡Nada de chanclas hasta que termine con ellas! — El representante de Yulia se paró delante de nosotras para protegernos. Su madre le dedicó a Yulia una mirada que me hizo estremecer hasta a mí, pero él nos señaló con la barbilla una puerta a un lado de la sala de estar — Ustedes vayan al estudio.
Eso hicimos. No lo dudamos ni un segundo.
Yulia me tomó por la muñeca y me metió por otra puerta a un cuarto que parecía una oficina. Tenía libreros llenos, un escritorio y algunos muebles. Era muy similar al cuarto del segundo piso en el que le habían hecho la entrevista hace unas semanas.
Se desplomó sobre el sillón detrás del escritorio y cerró los ojos. Yo me quedé parada, mirándola, y eso pareció sentirlo, porque unos segundos después abrió un ojo para espiarme.
—Tengo miedo de que mi mamá me pegue con la chancla ¿Me das un abrazo?
Le enseñé el dedo del medio.
En ese momento entró el representante de Yulia y le dio un zape en la cabeza para que se levantara del sillón. Yulia se quitó y él se sentó en su lugar antes de indicarnos con un gesto de la mano que nos sentáramos en las sillas frente a él.
—Me presento — dijo — Mi nombre es Ivan. Veintinueve años, libra. Me gusta dar largos paseos por la playa en el atardecer y hacer alpinismo. ¿Mi carrera? Ser el representante de Yulia. ¿Mi pasión? Los gatos.
—Es el hermano de mi mamá — Yulia se tapó la boca para contarme el chisme como si con eso pudiera impedir que Ivan la oyera — Mi abuela lo encontró abajo de un puente y lo adoptó.
—¿Yulia no debería estar descansando? — le pregunté a Ivan no muy segura — Ya está diciendo estupideces.
—Sí, pero siempre las dice. — Abrió una libreta que estaba sobre el escritorio y tomó un bolígrafo — Escúchame bien, Yulia, porque tenemos que reorganizar todo lo que vamos a cancelar mañana y pasado para que puedas descansar. Mañana estrenan nuevo capítulo de Ladybug así que no quiero que me llames preguntando nada. Y ni se te ocurra volver a escapar así de enferma de tu casa. No soy tu asistente. Sólo estoy haciendo esto como un favor.
—Puedo ir a trabajar si es mucho problema.
Los dos la miramos como si estuviera loca.
—Ya he puesto en aviso al set. El lunes grabarán escenas sin ti — la ignoró — La sesión de fotos con Honne la pasamos para el martes. La revista sale el viernes. El casting...
—¿Quién es Honne? — pregunté.
Ivan dejó de escribir y levantó la cabeza.
—¿Disculpa?
—¿Quién es?
Repetí.
Su nombre no me sonaba de los actores en la serie. Tampoco conocía a algún famoso que se llamara así. ¿De dónde había salido?
No es que estuviera celosa, por supuesto.
—Es una amiga — contestó Yulia.
¿Yulia tenía amigas?
—Sigamos — Ivan pasó de página — Sobre el casting...
Miré a Yulia, sentada a mi lado. Era lo suficiente pequeña como para poder subir los pies sobre el asiento y hacerse bolita. Parecía que no le estaba prestando atención, pero de vez en cuando le respondía con un "sí", "no" o "me parece bien".
Me pareció que tenía frío.
—Y sobre ustedes dos — Cerró la libreta y apoyó las manos sobre el escritorio antes de pasar su mirada de una a la otra — Me gustaría saber qué mierda están haciendo. Porque aparecen cada dos por tres fotos y videos de ustedes juntas pero luego se niegan a dar notas ¿Tienen idea de la cantidad de llamadas que recibo al día preguntándome por ustedes? ¿Qué van a hacer con su relación?
—Creo que aquí hay un malentendido — Me incliné hacia adelante — Yulia y yo no estamos saliendo.
—A mi no me importa si están saliendo. Lo que quiero saber es qué esperan de lo que están haciendo. Porque si quieren que sea un secreto, van mal. En primer lugar, no hagan directos ¿En qué estaban pensando?
Yulia se carcajeó. Yo me crucé de brazos y miré hacia otro lado, ofendida.
—Todos cometemos errores — fue mi única justificación — Y no hay nada que mantener en secreto, porque nosotras no somos nada. Sólo compartimos clases.
Yulia me miró de reojo. Estaba enferma, pero se ve que no lo suficiente como para no poder dedicarme miraditas cargadas de significado.
De repente se me vino a la cabeza esa noche que durmió en mi cama.
—Pues ya es muy tarde para hacerse las desconocidas ¿No les parece? — Creo que me lo estaba diciendo a mí, pero no podía saberlo porque aún seguía sin mirarlo. Mi orgullo se negaba — Elena, quiero que veas desde afuera. Imagínate que la prensa se entera que Yulia fue engañada y luego comienzan a aparecer fotos y videos de ella con la otra chica. Fotos donde esta chica sale de su casa con ropa de ella y videos donde se dicen cosas no aptas para todo público.
Bueno, visto así y desde afuera, parecía muy obvio que estábamos saliendo, o algo. Y el hecho de que nos negáramos a hablar de eso lo hacía ver más sospechoso aún.
Volví a mirar a Ivan.
—¿Qué sugieres que hagamos?
Ivan se pasó una mano por el cabello y sonrió como si hubiera estado esperando que le preguntara eso. Esa sonrisa me hizo preguntarme en dónde me estaba metiendo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-
YULIA
Elena se veía aterrada por todo lo que podría provocar el plan de Ivan, pero cuando él comenzó a mencionar números y el beneficio económico que podría sacar, como que se fue olvidando de eso.
Para cuando acabó la reunión ella estaba tan ensimismada en todo lo que tendría que hacer que ni siquiera protestó cuando él le pidió que me llevara a mi cuarto.
Yo me aproveché.
Me sentía muy mal, pero tal vez exageré un poco los síntomas cuando me aferré a ella para subir las escaleras. O cuando le pedí que me abrazara porque tenía frío.
Ella me ayudó a subir a mi cuarto y casi que me lanzó contra la cama.
—Ten, paracetamol y agua — dijo y me dejó la tableta con las pastillas y una botella en la mesa de noche — Duerme un poco y si te mueres me llamas. Yo me voy a mi casa. Tengo que hacer un directo en twitch.
—Si me muero te dejo mi tanga de herencia — respondí y me senté para buscar en mi mesa de noche los apuntes de la última clase.
Si no iba a poder trabajar ni mañana ni el lunes, al menos podría adelantar tareas.
—¿Qué crees que haces? — me preguntó Elena.
Cuando levanté la cabeza ella seguía en la puerta.
—¿Tarea?
—Tienes fiebre ¿Cómo vas a hacer tarea? — ella volvió a acercarse y me arrebató los apuntes — Encima tienes todo mal resaltado ¿No puedes descansar?
—Así descanso yo — le respondí con sinceridad.
Estudiaba en los tiempos de descanso porque cuando trabajaba no podía. Luego a dormir.
Ella chasqueó la lengua y arrastró una silla junto a mi cama.
—Eso no es descansar ¿Qué haces en tu tiempo libre?
Me pasó la botella con agua y tomé una pastilla.
—Estudio.
Lena me miró preocupada.
—¿Y cuando salías con Alexey? ¿Qué hacían? ¿Iban al cine, al salón de juegos...?
Me mordí el labio.
Desde que comencé la universidad apenas si lo había visto. Salvo alguna que otra vez en la que almorzamos juntos o él se quedaba a dormir si no había clases. Pero la mayoría del tiempo yo estaba lo suficiente cansada como para hacer algo más.
Incluso en su cumpleaños me marché temprano porque debía trabajar al día siguiente.
Elena pareció comprender, porque cambió la pregunta.
—¿Tienes algún pasatiempo?
Bajé la mirada.
¿Tenía pasatiempo?
—¿Ir al gimnasio cuenta? — le pregunté — ¿Tú tienes pasatiempos?
—Sí — me respondió sin siquiera pensarlo — Me gusta jugar videojuegos. Y la investigación para mis videos me entretiene mucho. También hacía krav magá en la secundaria. También me sé las coreos de Blackpink.
La miré con curiosidad.
—¿Qué es krav magá?
—Eh... como un tipo de lucha.
Mi mente comenzó a volar.
Yo sabía que Elena era inteligente. Era la mejor de la clase y sus videos en youtube tenían detrás un montón de trabajo de investigación. ¿Pero también sabía pelear? ¿Había algo que no supiera hacer?
—Cásate conmigo — le pedí — Te voy a mantener a ti y a ti y a tus amigos homosexuales.
—No.
—Te compro el merchandising de tus coreanos.
Ella lo consideró.
—¿Y además de coquetearle a chicas tienes algún otro pasatiempo? — trajo el tema de vuelta.
Me alcé de hombros.
—¿Me gusta jugar roblox con Nastya a veces?
—Bueno... — se mordisqueó el labio y se quedó pensando — ¿Por qué no jugamos un rato y lo transmitimos en directo?
La miré extrañada.
—¿Estás segura?
—Sí ¿Por qué no? — se levantó de su silla y se sacudió la falda — Yo desde la computadora y tú desde tu teléfono. Diré que eres Oksana ¿A quién le importa si sospechan?
Elena se veía un poco más despreocupada desde la conversación con Ivan. Suponía que era porque ella ya se había hecho a la idea de que pronto descubrirían todo.
Se sentó en mi escritorio y se aseguró que la cámara no apuntara a mi cama, donde estaba yo. Lanzó toda mi ropa sucia y retratos míos a un rincón donde no se vieran y yo la ayudé pegando un papel que decía "CUARTO DE LENA" en la pared detrás de ella.
La vi comenzar a configurar cosas con el OBS y su cuenta de twitch. Yo instalé el juego en mi laptop y me coloqué los auriculares. Desde mi teléfono me metí a su directo con mi cuenta fake.
No les voy a mentir. Cuando me llegó una solicitud de ella en roblox fangirleé.
Iba a jugar con Lena.
Ella se sentó en el sillón, lista para comenzar el directo. Pero antes se colgó la vincha en el cuello y se giró para verme.
—No hagas ruidos fuertes — me advirtió. Se veía un poco nerviosa. Yo estaba emocionada — Y no te atrevas a coquetearme en directo o te bloqueo.
—Si, patrona.
Le hice un saludo militar.
Elena se colocó los auriculares y comenzó a transmitir. El chat comenzó a llenarse de gente rápido.
ROSSIESREDDESERT: Y ese cuarto?
LaTangaDeYulia: se mudó?
KopiBlue: desbloqueamos nuevo escenario o k pedo?
Lena sonrió.
Era extraño no verla con su set rosa y su fondo blanco y pulcro. Tenerla en mi cuarto me generaba sentimientos encontrados. En primer lugar, porque era mío. Ella estaba en mi casa, a mi lado. Ella estaba conmigo. Y en segundo, porque extrañamente se veía más...¿Normal? Como una adolescente real.
Las dos pertenecíamos a medios diferentes, pero ambas habíamos creado personajes. El mío era el de una chica irresponsable, rebelde, coqueta e inestable. El de Lena era el de la chica linda y "rosa". Inalcanzable pero al mismo tiempo cercana, porque siempre estaba dispuesta a interactuar en sus directos.
—Por hoy vamos a cambiar el set — dijo con una sonrisa — Estoy en la casa de mi padre, pero es mi cuarto — Señaló el cartel detrás de ella que decía "CUARTO DE LENA".
Lechuga_Quemada: Haz roomtour.
Pussy_Destroyer666: para mí que esconde a alguien debajo de la cama.
Lechuga_Quemada: Su heterosexualidad.
Lena comenzó a negar.
—No puedo hacerles roomtour. Estoy desde la computadora. Además, hoy...
Comencé a gemir.
Lena se congeló y dejó de hablar. Yo guardé silencio. Ella se volteó y me miró en advertencia. Luego retomó su directo.
—Como les estaba diciendo, yo...
Volví a gemir.
LenaxYuliaSupremacy: ESO FUE UN GEMIDO?
Lechuga_Quemada: Elena explain yourself.
_Samanela_: wn se le metió el diablo jaksja
Elena rió nerviosa.
—Perdonen. Mi gata está en celo — Sacó la almohada sobre la que estaba sentada y me la lanzó — Como les estaba diciendo, hoy voy a jugar en roblox con mi amiga, Oksana.
daniii_2114_: maltrato animal jkdjs
Lechuga_Quemada: cástrala antes de que se te reproduzca.
—Ya está castrada, pero a veces como que le gusta frotarse contra las cosas, no sé.
¿Disculpa?
Pussy_Destroyer: a ver a tu gatita.
—No quiero molestar a mi gata, pobrecita. Si viene se las enseño — Hizo un gesto con la mano para restarle importancia al asunto. Yo podía ver que estaba aguantándose las ganas de cruzar el cuarto y pegarme una patada, pero tenía que admitir que lo disimulaba muy bien — Voy a llamar a Oksana.
Entonces ella me llamó por discord. Calmé mi emoción y atendí. La saludé como si ella no estuviera a dos metros de distancia y comenzamos a jugar.
Les voy a ser sincera. No la dejé tranquila ni un segundo.
Cada oportunidad que tuve la usé para molestarla y llegado un momento del directo ella ya estaba tan agotada por discutirme que ni siquiera podía enojarse. Tuvo que parar de jugar cuando comenzó a reírse tanto que no tuvo la fuerza para hablar.
Para el final del directo las dos estábamos agotadas. No sabía quién había insultado más a quién y quién había hecho reír más a quién. Probablemente yo a ella en ambas.
—Eso fue todo por hoy — dijo finalmente, completamente roja — Nos vemos mañana, princesas. Que tengan una noche linda.
La transmisión se cortó.
Cerré el juego y salí del chat de twitch antes de dejar la portátil en mi mesa de noche.
—Bueno. Eso no ha estado ma...
—¡Tú!
No tuve tiempo de reaccionar. Antes de que siquiera pudiera verla, Elena se subió a la cama y me empujó con fuerza. Pisó mi estómago con su rodilla y dejó una de sus manos peligrosamente cerca de mi cuello.
—¿Qué crees que haces? ¡¿Intentas sabotearme?!
—¿No te gustaron mis gemidos? — le pregunté, mitad asustada y mitad emocionada.
Ella cerró su mano alrededor de mi cuello.
—Te haré gemir, pero de dolor.
—¿Estás intentando asustarme o excitarme?
Ella abrió más los ojos e intentó apartarse, pero cerré mi mano alrededor de su muñeca para que no soltara mi cuello.
—No juegues conmigo — me amenazó.
Ignoré su mano en mi cuello y la miré a los ojos.
—¿Te parece que estoy jugando contigo? — bajé la mirada a sus labios — ¿Tienes miedo?
Esa pregunta pareció hacerla enfadar más. Ella tiró de su mano hacia atrás para zafarse de mi agarre y salió de arriba mío para ir hacia la puerta.
—¿Sigues sin conocer tus límites?
—Pónmelos tú — bromeé y la seguí.
Ella se detuvo. Creí que me respondería algo, pero no fue así.
Me empujó contra la pared y yo jadeé por la sorpresa.
—Sigue provocándome... — dijo — Y te romperé la mandíbula de un beso.
Bien! Lo prometido es deuda así que espero disfruten estos capítulos y nos leemos mañana, bellas
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
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Re: Ella sabe que la odio // Ash-Quintana
YULIA
—Sigue provocándome y te romperé la mandíbula de un beso.
Tragué saliva y sonreí. Era un poco difícil de pensar con la fiebre. Sentía que me estaba muriendo y al mismo tiempo yendo al paraíso.
—¿Recuerdas cuando dijiste que no duraría ni dos segundos si me acostaba contigo y luego saliste corriendo? — Tomé su rostro con una mano y le presioné las mejillas — Hablas mucho, pero nunca...
—¡Dios mío, cierra la boca! — gritó antes de besarme.
Besar a Elena en un día normal ya era una experiencia de por sí, pero hacerlo con fiebre se sentía como bajar a los siete círculos del infierno. El segundo, en concreto: el de la lujuria.
Me faltó el aire. Su mano en mi cuello me estaba presionando, al igual que su cuerpo pegado al mío. Me aferré a su cadera sólo para tener algo de lo que sostenerme y acabé enganchando los dedos en la cintura de su pantalón.
Ella metió su otra mano entre mi cabello para apartármelo del rostro y tiró de él hacia atrás. Cedí y levanté la cabeza, dejando su mano en mi cuello expuesta.
Veía borroso.
Respiré hondo por la boca.
—¿Estás bien? — me preguntó.
No.
Bajó la vista a mi pecho un momento, donde mi respiración acelerada me delataba.
—Mis ojos están más arriba ¿Sabes?
Ella pareció reparar entonces en que me estaba viendo el escote, porque levantó un poco las cejas. Pero no apartó la mirada tan rápido como esperaba.
—Será mejor que descanses — dijo finalmente — Lo último que quiero es que te mueras por besarme.
—Tus chistes no dan gracia, linda — murmuré — Mejor déjamelo a mí.
Ella chasqueó la lengua y se apartó.
Sentí que pude volver a respirar. Ella ni siquiera pareció darse cuenta mientras caminaba de regreso a la puerta para marcharse.
¿Así se sentía salir con un fuck boy? ¿De esos que te dejan temblando y luego se van a jugar league of legends?
Ella enganchó su mano en la perilla de la puerta y se volvió para verme. Intenté verme lo más casual posible con fiebre. Puse una mano en mi cadera y desbloqueé la pantalla de mi teléfono para simular estar viendo algo.
—Yulia.
Levanté la vista como quien no quiere la cosa.
—Estaba hablando en serio — dijo — Si quieres continuar donde lo dejamos...
Mi teléfono vibró y una notificación de Facebook apareció en la pantalla. No pude evitar verla.
ALEXEY ILIANOVICH HA ACEPTADO TU SOLICITUD DE AMISTAD
Qué.
Me llevé una mano a la boca.
Lo había olvidado por completo.
Alexey me tenía bloqueada en todas sus redes tanto a mí como a Elena. A ella no le había importado, pero cuando me dijo que él estaba con sus padres simplemente le envié una solicitud de amistad desde una de mis cuentas fakes.
No estaba obsesionada, lo juro. Sólo quería verlo y hablar con él. Sentía que había algo extraño en su desaparición repentina y luego de unos días lo había olvidado por completo.
—¿Qué estás viendo? — me preguntó Lena.
Apagué la pantalla.
—Nada.
Mi respuesta la hizo sospechar más.
—¿Por qué me lo estás escondiendo? — Entrecerró los ojos y dio un paso hacia mí — ¿Tiene que ver conmigo?
—¿No? — Me moví hacia mi derecha para no chocar con la pared, pero choqué con la cama.
—¿Qué es?
Ella dio otro paso hacia mí y estiró el brazo para tomar el teléfono. Lo aparté y caí sobre la cama.
—¿Es otra foto mía? Yulia, me estás poniéndome nerviosa.
—¿Tú, nerviosa? — La vi clavar su rodilla en mi estómago para alcanzar el teléfono — ¿Cómo crees que estoy yo?
—Dámelo.
—No me hables en ese tono porque me emociono.
—¡Yulia!
Ella tomó el teléfono e intentó arrancarlo de mi mano.
—¡No! — cerré los ojos con fuerza — ¡Estaba viendo porno furry! ¿Contenta?
Ella se detuvo y me miró. Pude ver la confusión en su rostro y cómo intentó procesar la información.
—¿Crees que soy estúpida?
—¡No es broma, estoy enamorada del zorro de zootopía!
Ay, Yulia. Qué bajo que has caído.
Me arrebató el teléfono. Intenté recuperarlo, pero su rodilla seguía clavada en mi estómago y no podía levantarme.
—¿Tu contraseña es uno, dos, tres, cuatro? — me preguntó.
—No — mentí.
Ella presionó algo en el teléfono y noté por el brillo cómo se desbloqueaba.
—Mentirosa — murmuró.
Un segundo ella se veía ligeramente molesta y al otro estaba abriendo más los ojos.
—Puedo explicarlo — Comencé.
Ella apartó la mirada de la pantalla y me devolvió el teléfono sin decir nada al respecto.
—Ten.
Se levantó de la cama y yo lo hice detrás de ella. El cuarto se tambaleó a mi alrededor y me tuve que apoyar contra una pared. Por un momento la perdí de vista y luego la encontré de vuelta junto a la puerta.
—Sé que se ve mal, pero te juro que no estoy intentando volver con él ni nada raro.
—Ya lo sé — Lena se mordió el labio y me miró por un momento, pero volvió a apartar la mirada — Sólo quieres hablar con él — Cerró los ojos y suspiró — Si quisieras volver con él incluso lo habría entendido ¿Sabes? La gente perdona cualquier cosa cuando depende de alguien ¿Pero tú? — Abrió la puerta — Tú sólo estás siendo estúpida.
—No estoy siendo estúpida. Él no desaparecería así simplemente. Tiene que haber...
—Yulia, tú no le importas — me cortó. Sentí como si acabara de golpearme — Te estuvo engañando por meses. Y eso es sólo lo que tú sabes. ¿Cómo estás tan segura de que no hubo alguien más antes que yo? — continuó — Él simplemente aprovechó que se mudaba para bloquearnos porque no tuvo los huevos para terminar con nosotras o decirnos la verdad.
—Eso es lo que tú crees y lo respeto, pero yo...
—Cállate, Yulia — Levanté la cabeza. Ella parecía haber escuchado suficiente — Hablaremos luego, cuando no tengas fiebre.
—Elena.
Salió y cerró la puerta detrás de ella.
-.-.-.-.-
ELENA
¡No puedo creer que haya estado a punto de decirle que me gustaba!
¡Y que el estúpido de Alexey lo haya arruinado todo!
—¡Ah!
Pateé el contenedor de basura que estaba junto al departamento y contraje mi pie del dolor. Pero tenía demasiada adrenalina como para que eso me detuviera.
Entré al departamento dando un portazo y Taeyeon, sentada en el sofá, me miró aterrada. Pasé a su lado y abrí la puerta del cuarto de los chicos.
Fedor estaba leyendo algo en el escritorio mientras Nikolay jugaba en la computadora.
—Buenas noches — me saludó el pelirrojo sin levantar la vista de su libro.
Miré a Nikolay, furiosa. Él se quitó los auriculares y me miró con calma.
—Quiero hacer el video — le dije — Criticando a Yulia.
Él me levantó una ceja.
—No dije que criticaras a Yulia. Dije que analizaras su serie.
—¡Es lo mismo! — Me fui dando un portazo, pero recordé algo más y volví — Y sólo para que conste — Los señalé — Soy heterosexual.
-.-.-.-.-.-.
El plan de Ivan era dejar de escondernos.
Lo que me parecía estúpido. No había nada que esconder, porque nosotras no teníamos nada, pero en fin.
Él dijo que debíamos aprovechar todo el chisme de los cuernos para dar a entender que nos conocíamos pero que no nos llevábamos tan bien. Básicamente hacer creerle al resto que estábamos una contra la otra. Crear contenido, indirectas, señales o discusiones que en conjunto todo conformara parte de un enorme chisme.
Algo así como las peleas del enfermo de Dallas Review.
Yulia sabía que yo haría un video sobre ella y su serie. Lo que no sabía era de qué iba a tratar en concreto.
Mi canal analiza el origen y la evolución de estereotipos, clichés, o analiza personajes. Pero yo estaba muy molesta como para hablar de su serie o de su personaje.
Iba a hablar de ella.
De cómo el trabajo infantil podía afectar a esos niños en sus relaciones personales una vez mayores.
—...Y luego desencadenar en deficiencias psicoafectivas — dijo mi imagen en el video — Por eso tantas rupturas en el mundo del espectáculo están fuertemente vinculadas al trabajo.
Mi imagen salió de pantalla un momento para mostrar varias fotos de algunas parejas y capturas de artículos de diarios virtuales. Una imagen de un actor que engañó a su novia con la directora de su película, otra de Yulia y Alexey saliendo de un centro comercial... Y luego una captura de otro artículo que decía que ellos habían terminado porque Yulia descuidó la relación.
—Te va a comer viva — dijo Taeyeon, sentada a mi lado en el sofá — Si esto sale a la luz, Yulia te va a destruir.
Taeyeon no estaba preocupada en absoluto, por supuesto. De hecho, creo que se veía más emocionada de lo que debería.
Miré a Nikolay y a Fedor, sentados en los sillones. Nos habíamos reunido todos en la sala de estar para echarle una última ojeada al video y calcular la magnitud de los daños que podría provocar. La publicación estaba programada para dentro de una hora.
—Mira, yo sé que tú quieres ser muy dura y todo — comenzó el pelirrojo — Pero no quiero que comiencen a acosarte de nuevo. Que tú puedas manejarlo no significa que no te vaya a afectar — Miró a Nikolay, sentado a su lado — ¿Tú que crees?
Nikolay, quien fue el de la idea, se alzó de hombros.
—Yo creo que la mejor manera de que aprenda si debe o no hacerlo, es haciéndolo y lidiando con las consecuencias.
—Ustedes no son los papás de Elena ¿Saben? — Taeyeon los miró extrañada.
Yo, que estaba acostumbrada a que me trataran así, los ignoré.
—Bueno, su representante dijo que lo hiciéramos creíble ¿No? — Miré mi teléfono, donde tenía la configuración del video abierta para cambiar la programación — Con esto ella se va a ver obligada a responder.
Tenía un poco de miedo, pero las dos habíamos aceptado hacer esto. Ella de verdad pensó que yo no podría decir nada que la molestara de verdad.
Ella tenía fiebre, dijo mi subconsciente.
—¡Ya vine!
Nastya abrió la puerta y entró como si esta fuera su casa, con una pila de las revistas que había ido a buscar de su auto entre sus brazos. Ella y Fedor fueron los únicos que estuvieron en contra de que publicara el video. El resto de nosotros pensaba en el dinero.
—Estas son las revistas. Salieron hoy — continuó hablando la rubia — Estaba pensando en que, en lugar de publicar ese video, podrías hacerle una entrevista a Yulia para atraer a sus fans.
—Yo no le sirvo a nadie — dije y tomé una de las revistas que ella me ofreció.
Yulia estaba en la portada, pero eso no era todo.
Esa era una de las fotografías que le habían tomado en la sesión que tuvo con una modelo luego de que se le pasara la fiebre. Recuerdo cuando las fotos fueron reveladas, porque me bombardearon twitter con estas.
Yulia se veía linda, como siempre, y le habían pintado las puntas del cabello de un tono lila.
En la foto de la tapa de la revista sólo se veía el rostro de Yulia, casi de perfil. Llevaba un collar de aspecto caro y se veía parte de los tirantes de su vestido negro. Una mano, la de la otra modelo, tomaba su rostro por el mentón para obligarla ver hacia arriba.
Su piel bronceada contrastaba bien con el dorado del collar y un mechón negro caía sobre su frente.
Debajo, una cita de la entrevista:
"Entre broma y broma, la verdad es que quiero que me dominen".
—Esta estúpida — murmuré, intentando no sonreír.
—¿Ves? — Nastya tomó el control remoto y quitó el video para poner la televisión — Yulia siempre sabe qué decir y cómo manejar la situación. Creo que las dos podrían idear algo interesante sin la necesidad de caer en un territorio tan personal.
—Precisamente, como Yulia es buena — la interrumpió Taeyeon — Ella es lo suficiente madura como para entender que esto es trabajo y sabrá cómo reaccionar.
Nastya le sonrió.
—No me provoques, Taeyeon.
La aludida se quedó lo suficiente sorprendida como para no poder pensar en una respuesta.
Yo aproveché el momento de tensión entre ellas para tomar el control remoto y cambiar. Fue entonces cuando me encontré con Yulia en la televisión.
De nuevo.
Y no estaba sola. Parecía ser la invitada en un programa de chimentos. A su lado estaba la modelo con la que tuvo esa sesión de fotos en la revista, Honne, y las dos estaban respondiendo algunas preguntas en el centro del estudio.
Le subí el volumen.
—Dijiste que tenías una novia ¿No? — le preguntó el conductor a Yulia — Cuéntame ¿Qué te ha dicho Ayuwoki cuando vio las fotos con ella?
Yulia rodó los ojos.
—¿Qué les hace pensar que Honne no es en realidad Ayuwoki?
—Ay, no — murmuró Nastya.
El conductor se acomodó el micrófono.
—¿Qué acabas de decir, Yulia?
Ella comenzó a negar con la mano.
—No, olvida lo que acabo de decir.
—¿Estamos frente a la famosa Ayuwoki?
—No, yo... — Se pasó una mano por el rostro — ¿Puedes cortar esto?
—No puedo. Estamos en vivo. — El conductor le sonrió a la cámara y señaló a las chicas. Debajo de él, en el titular, se podía leer "EN EXCLUSIVA: ¿HEHE AYUWOKI?" — Sólo en canal dos: la novia de Yulia. Vamos al corte.
Comenzaron los comerciales.
Me llegó una notificación al teléfono unos segundos después. Yulia acababa de twittear.
"Ella no es mi novia. Estaba jodiendo"
Y luego, otro:
"Me cago en canal dos".
Los comentarios no tardaron en llegar.
Vacaquevuela: Ya sabemos.
unstoryteller: wey contexto pls.
Lechuga_quemada: Contexto: Ella es fanática de lo sensual, ella tiene una foto mía y ya me la puedo imaginar lo que hace cuando está solita.
Amity-mi-mujer-23: @lechuga_quemada caí otra vez jajsi.
AdriCardz23: nomás los boomers se la creyeron. Ya sabemos que tu novia es Elena.
El teléfono de Nastya vibró y todos la miramos. Ella miró la pantalla, hizo una mueca y luego me la mostró.
Yulia le había enviado un mensaje de texto: "Sácame de aquí o me mato".
—No puedo ir. Tengo clases — me dijo la rubia.
—Pues mal por ella — Me alcé de hombros.
—Elena.
—¡No puedo ir! No nos pueden ver juntas. Es parte del acuerdo — mentí.
No había ningún puto acuerdo. Ivan sólo era un representante y estaba segura de que él no sabía nada sobre campañas o imagen.
—Yo puedo arreglar eso — Taeyeon se quitó los lentes que llevaba puestos y me los colocó. No veía una mierda — Listo. Nadie va a reconocerte.
—Yo no voy a reconocer a nadie — la corregí.
—¡Sólo ve! — Nastya me hizo un gesto con la mano para hacerme levantar — Vamos, te alcanzo con el auto. Se me hace que tú y ella tienen cosas de qué hablar.
Esto requería un cambio de planes. Ya que todos sospechaban que Yulia y yo nos llevábamos bien, no podíamos fingir que estábamos una contra la otra de la nada.
La idea de Taeyeon fue entonces fingir que nos pelearíamos luego del video de hoy, así podría sacar a Yulia del estudio sin temer que alguien nos vea.
—Me parece una idea de mierda — opinó Nastya luego de que subiéramos a su auto — Estoy segura de que a Taeyeon no le importa si tu sales mal parada.
—Y a mi tampoco, mientras me den dinero — Miré el GPS para calcular cuánto tiempo nos tomaría llegar. Estaba muy cerca — Y hay que admitir que no tiene fallas su lógica.
Nastya apartó la mirada del camino un momento para verme.
—Aún así, ten cuidado con ella — me advirtió — Y sé menos dura con Yulia. Ella tiene un corazón muy blando.
—Pues eso es problema de ella.
—Te haces la dura, pero tú también tienes un corazón blando ¿Sabes?
—Eso es mentira — respondí y levanté el teléfono para verme desde la cámara de instagram — Yo no tengo corazón. — Presioné el botón de "en vivo" y comencé el directo — ¡Hola, besties! Acompáñenme a salvarle el culo a mi amiga Patricia.
honnewachiturra: hermanas, hoy está potente el bardo.
Elenapisame: No sé si ver la entrevista o el directo ayuda.
Pussy_Destroyer666: Tomémonos un segundo para apreciar lo linda que se ve Elena hoy.
—Ja, ja. Siempre me veo linda, tontas — Me pasé la lengua por los labios y encastré el teléfono en mi palo de selfie cuando el auto se detuvo — Bueno, antes de bajarnos, creo que deberían saber algo: Les mentí. Patricia no existe. Siempre fue Yulia.
Lechuga_quemada: no me la contés.
Pussy_Destroyer666: tremendo.
SaraOsorio950: Cancelada.
Tenía que admitir que me dolió un poco en el ego que nadie se hubiera creído lo de patricia.
—Qué graciosas — ironicé y abrí la puerta del auto para bajar. Nastya se despidió y se marchó, porque ya estaba llegando tarde — Como saben, la estúpida de Yulia no sabe que la tele le va a creer cualquier estupidez que diga, y ahora tiene a tres fandoms en la entrada del canal queriendo funarla.
Crucé la calle hasta la entrada del canal. Unas rejas impedían que cualquier persona o auto se metiera y un señor custodiaba a su lado. Junto a la reja enorme había un portón más delgado, que era sólo para personas. De ahí acababan de salir Yulia y Honne cuando un grupo de personas se les tiró encima.
Era una mezcla de fans que querían fotos y reporteros de otros canales que intentaban carroñar una nota. Yulia era tan bajita que desapareció entre el tumulto.
Me armé de valor y entré.
Un reportero me empujó fuera del círculo y protesté, pero nadie me prestó atención. Así que volví a meterme, pero esta vez dando empujones y amenazas.
—¡Me tocan el teléfono y los cago a trompadas! — los amenacé.
Era difícil encontrarlas con los lentes puestos, pero apenas si podía mover los brazos para sostener mi teléfono y amenazar con mi gas pimienta. No podía quitármelos y arriesgarme a que los pisen.
SeñoraVolkova: Estoy juntando firmas para que alguien pase a recoger los restos de Lena. Firmen
Encontré a Yulia luego de un par de intentos y la tomé por los hombros.
—¡Yulia!
—Soy Honne.
—Ahre — La solté y agarré a la chica a su lado — ¿Yulia?
La aludida me quitó los lentes y se los colocó. Era Yulia.
—¿Hoy viniste de sexy biblotecaria?
Ella sonrió de lado y tuve que admitir que se veía muy bien con los lentes.
YuliaTeAmo: Ando hot primer aviso.
Lenamivarona: qué manera extraña de pedirme matrimonio pero acepto.
—Sólo para que sepas, estamos en directo — le avisé — Y tenemos que salir de aquí.
Yulia señaló a su lado, donde una camioneta acababa de estacionarse. Una chica de pelo azul salió de ahí e hizo que Honne y Yulia se metieran. Yo las seguí, porque si era un secuestro estaría genial tenerlo en el directo.
Desafortunadamente no era ningún secuestro. Dentro estaban los representantes de la modelo y su amiga de pelo azul, quienes se ofrecieron a llevarnos a mi departamento.
Me senté detrás de todo y di por finalizado el directo, porque ya no había nada interesante que grabar. Yulia quedó en los asientos del medio e intentó pasarse hacia atrás para estar conmigo, pero puse mi pie en su hombro y la empujé de regreso al medio.
Yulia tomó mi tobillo.
—Me parece muy temprano como para que me andes poniendo las piernas en los hombros, pero bueno.
—Cállate — Tiré mi pie para zafarme y volví a acomodarme en mi asiento — Sigo enojada contigo.
—Siempre estás enojada conmigo.
—Porque siempre me das razones.
Yulia arrugó la frente. A nadie le pareció importar que estuviéramos levantando la voz. Las chicas se veían muy entretenidas en lo suyo.
—O a lo mejor tú buscas las razones.
—No, yo no las busco. Siempre es tu culpa — Levanté la mano, le enseñé el dedo del medio y luego comencé a contar con los dedos — Cuando me invitaste a salir delante de mi padre, cuando me rechazaste por un mensaje de Alexey...
—Yo no te rechacé.
—...Y ahora te sacas fotos sugerentes con una súper modelo de metro setenta y dices que ella es tu novia. Se suponía que yo era tu novia. Que yo era Ayuwoki ¿Cómo esperas que me sienta?
—¿Puedes repetir eso, por favor? — Yulia me miró con confusión — ¿Qué dijiste sobre ser mi novia?
AAAAAHHH
—Dije que eres fea. Escuchaste mal.
Yulia sonrió de nuevo. Estuvo a punto de responder algo cuando la camioneta se detuvo delante de mi departamento. Nos hicieron bajar sin despedirse y yo aproveché para adelantarme, pero ella pasó su brazo por mi cintura en lo que terminaba de despedirse.
La camioneta arrancó.
Entonces Yulia se volvió hacia mí y, con su mano aún en mi cintura, me miró a los ojos.
—Me vuelves a hacer otra escena de celos y te dejo en silla de ruedas.
Tragué saliva.
¿Eso era amenaza o premio?
—¿Que tú que yo qué celos cómo? — balbuceé.
Mi respuesta por alguna razón la hizo sonreír.
Su teléfono sonó con una notificación.
Tuve un momento de deja vú y volví a pensar en Alexey.
Pero lo que dijo cuando apartó la vista de su teléfono no tuvo nada que ver con Alexey:
—¿Acabas de subir un video?
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Fati20- Mensajes : 1370
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LenaVolkova66- Mensajes : 216
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ADVERTENCIA: A partir de ahora los comentarios que sean de las redes de Lena van a tener una florcita rosa (como siempre tuvieron) y los que sean en las redes de Yulia van a tener un corazón negro.
Elena
Sentí el terror. Había olvidado por completo que el video estaba programado y por más que hubiera querido que se publicara, no esperaba que Yulia lo viera delante de mí.
—¿Acabas de subir un video?
—No — mentí nerviosa — Me hackearon.
Yulia me levantó una ceja con diversión y guardó el teléfono en el bolsillo de su pantalón antes de soltarme la cintura.
—Va a ser mejor que vaya a mi casa — dijo separándose — Si se supone que estamos peleadas, no deberían vernos juntas.
Ay, Yulia, cuando veas el video no vas a tener que fingir estar molesta.
Tenía que editar esa parte. Tenía que cortarla.
—Tienes razón. Tenemos que cuidarnos — Abrí la puerta de mi departamento y le sonreí ampliamente — No veas el video hasta que llegues a tu casa. No quiero que te quedes sin saldo en el teléfono.
Yulia me arrugó la frente, extrañada, pero no le di tiempo a responder nada. Cerré la puerta con fuerza y corrí.
Corrí por mi vida, escaleras arriba. Y ustedes no tienen idea de lo difícil que es subir tantos pisos con tacones.
Cuando llegué al departamento casi caí de cara contra el suelo. Choqué por accidente con Fedor y él me sostuvo por los brazos para enderezarme.
—Eh, ¿Estás bie...?
—¡Quítate! ¡Tengo que borrar el video!
—¿¡Estás loca!? — gritó alguien desde la sala.
Fedor y yo miramos a Taeyeon, parada sobre uno de los sofás de la sala. En una de sus manos sostenía el control remoto mientras en la pantalla del televisor se reproducía un video de Dross sobre comerciales perturbadores.
—No tengo tiempo para esto — dije.
Esquivé a Fedor para ir hacia mi cuarto.
—¡No puedes hacer eso!
Taeyeon bajó del sofá y se puso entre la puerta y yo. Mis instintos me dijeron que la jale del pelo para quitarla, pero me contuve.
Mentira, no me contuve.
—¡Muévete!
La empujé como un muñeco de los Sims y ella se aferró a mi brazo.
—¿Crees que nadie va a grabar el video? ¿Crees que porque lo borres o edites no le va a llegar el original a Yulia?
Me detuve por un segundo, pero luego retomé el forcejeo.
—Igual tengo que borrarlo.
Abrí la puerta de mi cuarto, pero era difícil avanzar con Taeyeon colgada de mi brazo.
—¿¡Tienes idea de todo el dinero que estarás tirando a la basura!?
Me dolía. Me dolía en el alma desperdiciar una oportunidad así, pero no podía quedarme sin hacer nada.
—Es estúpido, no tiene lógica — continuó Taeyeon — Si Yulia lo verá de todos modos, pierdes más borrándolo que dejándolo ¿Vas a poner una tanga por encima de tu canal?
—Yulia no es una tanga. Es mi amiga — Chasqueé la lengua — Olvídalo, lo voy a borrar desde aquí.
Saqué mi teléfono y lo desbloqué. Me dispuse a entrar a mi canal de youtube, pero una notificación push apareció en mi pantalla.
Otro tweet de Yulia.
"Qué gracioso, la amante diciendo que fue el trabajo lo que arruinó mi relación con mi ex xdxd".
Taeyeon, que estaba mirando a mi lado, se tapó la boca con una mano. Parecía sorprendida y al mismo tiempo aguantándose las ganas de sonreír.
—Mentira no es — murmuró.
Bajé para ver las respuestas del tweet.
AeganMiEsposoHot: En su cabeza sonaba inteligente.
YuliaTeRezobb: ajsaja se mamó la Elena.
mikasateamomivida: No la tenía tan bardera.
juanita2027: Contexto?
LenaxYulia: Te la meto sin pretexto.
—Se pusieron en mi contra.
—Obvio. Te pasaste.
Miré a Taeyeon con la boca abierta.
—¿Sabías que esto iba a pasar?
Taeyeon me levantó una ceja.
—En serio, Elena, yo te tenía menos estúpida.
Me zafé de su agarre y encendí mi computadora. Taeyeon no se marchó, sino que se sentó en el borde de mi cama para espiar.
Cuando entré a mi canal y entré al video me encontré con más botones de "no me gusta" que de "me gusta". La caja de comentarios comenzaba a llenarse de a poco.
yaseniamtz123: Vine por el tweet de Yulia.
KikiIsGonnaCry: Lo que dice es cierto, pero como que se fue a la mierda. No había necesidad de meter lo de Yulia. Eso ya fue por cizañera y se nota que quiere culpar a otros por lo que ella provocó.
miacristinacp04: STOP BULLYING A LENA. Ella es sólo una youtuber que quiere compartir la verdad y mantenernos informados. Cualquiera comete errores ¿Esa es razón para cancelarla? ¿Esa es razón para amenazarla, para acosarla y meterse con su trabajo? Son unos hipócritas. Si van de moralistas ahora ¿Por qué no cancelan también a Yulia por ser arrestada? ¿O a Charlie por pegarle a su ex novio en su primer concierto? Ustedes solamente odian a Elena porque es pelirroja.
Ahora me tocó a mí cubrirme la boca con las manos.
—Qué bien — dijo Fedor desde la puerta — Ya hiciste pelear a las niñas de trece años.
En twitter "Yulia" se hizo tendencia. Algunos canales de youtube que sacaban noticias de internet hablaron del tema durante los días siguientes. La mayoría burlándose de mi pobre intento por culpar a Yulia de la ruptura.
Lo bueno: El video llegó al millón de vistas.
Lo malo: la mayoría de los comentarios eran burlándose.
Lo bueno: Vistas se traduce en dinero. Y suscriptores en twitch, también.
Lo malo: Todo lo que posteaba, todos mis directos y videos comenzaron a llenarse de trolls.
Creí que Yulia me bloquearía o llamaría furiosa luego de ver el video, pero no fue así. Unos minutos después de su tweet me llegó un mensaje de ella.
"La próxima vez que quieras intentar algo así, envíame el video primero".
Me sentí demasiado estúpida durante los siguientes días y lo odié.
Yo siempre había sido la más lista. En el salón o incluso en mis videos. Podría aguantarme el que me cancelaran, ¿Pero que se rieran de mí?
Y lo peor es que Yulia lo estaba disfrutando.
—Acaba de compartir en insta stories lo que está escuchando en Spotify — dijo Taeyeon, sentada a mi lado en el sofá.
Ella me enseñó la pantalla de su teléfono.
"Traitor - Olivia Rodrigo".
—La odio — murmuré.
Nastya entró a la sala de estar con dos botellas de vodka mientras soltaba risitas y las dejó sobre la mesa del centro.
—No quiero decir que te lo dije, pero te lo dije.
Resoplé.
Nastya se veía radiante, como cada vez que preparaba una fiesta en su casa. Llevaba un vestido largo de flores, su cabello rubio recogido en un rodete flojo y aretes en forma de aro. Ella se había maquillado como si esta fuera la fiesta del año, aunque simplemente se tratara del cumpleaños de Nikolay.
Que también era la gran cosa, claro, pero Fedor y yo ya lo habíamos celebrado el día anterior jugando videojuegos y comiendo comida chatarra.
Taeyeon, a mi lado, se había puesto un vestido rojo, del mismo color de su labial, y corto. Su cabello negro parecía despeinado, pero incluso así, y echada en el sofá como si estuviera a punto de quedarse dormida, se veía elegante.
No como yo, que escondí mi vergüenza bajo una sudadera azul enorme y unos pantalones vaqueros campana. Incluso llevé los lentes de sol, aunque fuera de noche. No quería que nadie me reconociera.
—¿Y si en vez de burlarse de mí, me ayudan a salir de esto? — les sugerí, cruzada de brazos.
—¿Por qué no le pides ayuda al representante de Yulia, que fue el que te dio la idea? — se burló Nastya mientras se sentaba en el brazo del sofá.
Ya lo había intentado.
Y dijo que ese no era su problema. Que lo hablara con Yulia.
Pero yo no quería hablar con Yulia. Estaba muy avergonzada por lo que había hecho como para incluso pedirle ayuda.
Y hablando de roma, el timbre volvió a sonar y Nastya se levantó para abrir la puerta.
Unos segundos después ella estaba dejando pasar a un grupo de amigos que teníamos todos en común. Y, detrás de ellos, llegó Yulia.
Creí que vendría vestida como en la fiesta que nos conocimos, con una camiseta negra y pantalones rotos. O quizá con alguno de sus atuendos con arneses y corsets.
No estaba lista para verla de la manera que la vi en ese momento.
—¿Esa es Yulia? — preguntó Taeyeon a mi lado.
Ella se inclinó hacia adelante para poder espiar. Yo tragué saliva y le tapé los ojos a la enana con una mano.
Yulia llevaba un vestido de tirantes por sobre las rodillas color aqua, con una abertura en la pierna. Su cabello, oscuro y liso, estaba suelto y le llegaba por debajo del pecho. No tenía abrigo, por lo que el resto de su piel estaba expuesta.
—Soy gay.
—Elena, cuide a su novia — Taeyeon se quitó mi mano de los ojos para seguir mirando — Porque usted y yo amigas no somos.
Yulia volvió el rostro en nuestra dirección y yo me hundí más en el sofá para esconderme. No podía verla así.
No podía verme así.
Tomé mi chaqueta de cuero marrón y me cubrí con ella por encima de la cabeza. Mis piernas quedaban afuera, pero esperaba pasar de incógnito con eso.
—Ahí viene Yulia — dijo Taeyeon, tal vez con más emoción de la que me habría gustado.
Ahogué un gritito y me quedé quieta, como una estatua.
Unos segundos después sentí a alguien ocupar el sitio que antes había ocupado Nastya en el apoyabrazos del sofá.
—¿Te conozco? — preguntó Yulia.
Por un momento creí que me estaba hablando a mí, pero entonces Taeyeon respondió.
—No lo creo — dijo — Pero tu cara me suena de algún lado ¿Cómo te llamas?
Pinché a Taeyeon en la pierna. Más le valía no estar coqueteándole.
Hubo un momento de silencio en el que supe que Yulia estaba pensando qué decir. Intenté mover un poco la chaqueta para espiar, pero cuando lo hice, lo único que pude ver fue la pierna desnuda de Yulia a pocos centímetros de mi rostro.
¿Recuerdan cuando les dije que me sorprendía que no llevara arneses en esta ocasión?
Pues me equivoqué. Dos tiras de cuero rodeaban su muslo descubierto y se unían por hebillas a otra tira que subía por debajo de su falda.
—Padre nuestro, que estás en el cielo...
De repente la chaqueta que me cubría desapareció. Sentí frío y cuando alcé la cabeza me encontré con el rostro molesto de Yulia. Ella sostenía mi chaqueta en su mano.
—¿Te gusta la vista, degenerada?
Comencé a sentir calor en el rostro.
No porque acabara de ser descubierta in fraganti, sino porque ver a Yulia desde esta posición era una experiencia nueva. Y, para ser honesta, no me disgustaba.
—Buenas noches — la saludé — Estaba mirando la calidad del cuero. Muy resistente — Toqué con la punta del dedo una tira de su arnés — Me pregunto si tendrán en color blanco o ro...
—No me toques.
Aparté mi dedo y presioné los labios apenada. Comencé a acomodarme en el sofá para recuperar un poco de la dignidad que perdí.
—Mira, Yulia, yo...
—Vamos al puerto.
—¿Uh?
—Vamos al puerto. Aquí hay mucha gente y tú y yo tenemos que hablar.
—¿El puerto? — pregunté desconcertada — Pero el puerto está a...
—¿Me vas a decir que no?
—No, no, claro que no — Comencé a levantarme.
Yulia me devolvió mi chaqueta y me guio de regreso a la puerta para salir. Nos cruzamos con Nastya en el camino, quien nos miró con curiosidad, pero Yulia se limitó a despedirse con la mano.
—Mis felicitaciones al cumpleañero — dijo — Ya me voy. Sólo vine por mi perro.
Resistí el impulso de empujarla por las escaleras.
—Yo no soy la que lleva las correas.
Fuimos hasta su auto estacionado delante del departamento y viajamos en silencio. Ella no intentó iniciar una conversación en ningún momento y yo estaba muy avergonzada como para intentarlo.
Por suerte el viaje no duró más de diez minutos, porque Nastya vivía cerca del puerto. Pero aún así no pude evitar desviar la mirada hacia ella cada vez que levantaba un poco la pierna y la falda se bajaba.
Acababa de descubrir que las mujeres conduciendo se veían mejor de lo que me imaginaba.
—¿Comes carne? — me preguntó cuando se estacionó.
—¿De qué carne estamos hablando? — respondí apartando la vista con prisa.
—No lo sé. La carne en general. — Yulia apagó el motor y apoyó parte del brazo en el volante para mirarme — Dijiste que Fedor era vegano, pero no sé tú. ¿Te gusta la carne?
Ah, de esa carne estábamos hablando.
—No tanto — admití.
—Bueno. Si compro salchipapa, tú comes las papas y yo la salchicha ¿Qué te parece?
¿Me estaba invitando a comer?
Asentí sin saber qué más decir y ella me hizo bajarme del auto.
El puerto estaba lleno de restaurantes alrededor por los que debíamos pasar antes de llegar al pequeño sendero con asientos que estaban antes del río. Los viernes por la noche como estos el sitio estaba repleto.
De cada restaurante salía distinta música y habían tantas personas caminando junto a la barandilla que sus voces se entremezclaban y formaban una cacofonía extrañamente agradable. Pero nadie nos prestó especial atención.
Me hizo detenerme frente a un puesto de salchipapas y, como ella prometió, me dio de comer las papas.
Ocupamos un banco frente al río que estaba escondido entre unos árboles y junto a un bebedero. Desde ahí podíamos ver los barcos anclados en el puerto y los edificios a nuestro alrededor.
—¿Estas enojada conmigo? — Pregunté finalmente.
—¿Por qué debería estar enojada contigo? — Yulia se limpió la comisura del labio con el pulgar y me miró — ¿Porque intentaste crear un chisme sobre mí? ¿O porque ni siquiera me lo consultaste antes de hacerlo? ¿O porque luego de hacerlo te escondiste como una cobarde?
Bajé la vista a la bandeja de papas y pinché una con una mueca.
—Intentaba hacer lo que Ivan nos pidió — me excusé — Pensé que la gente se iba a emocionar por el chisme y ya. No esperaba que se lo tomaran tan personal.
Me pareció ver a Yulia sonreír un poco.
—Eres muy inteligente, Lena. Pero la que tiene años trabajando en los medio soy yo.
Rodé los ojos.
—Yo también llevo años en las redes ¿Sabes?
Ella chasqueó la lengua.
—Sí, haciendo videos ¿Cuándo fue la última vez que estuviste metida en un escándalo? — cuestionó — ¿O que tuviste una pelea con un influencer o un famoso?
—No es como si no supiera ganar una pelea. Simplemente me tomó por sorpresa el...
—Pero nosotras no estamos peleando — me interrumpió Yulia. No sé por qué me dejó sin palabras lo que dijo, como si no lo esperara. No supe que decir — Elena, nosotras no estamos peleando. Estamos fingiendo una pelea — me aclaró — Si no sabes cómo hacerlo tienes que dejar que yo te guíe. No ir sola por tu cuenta.
Esquivé su mirada con vergüenza. Sus labios brillaban un poco por el aceite de la comida, pero no tenía ninguna servilleta para ofrecerle, así que intenté ignorarlo.
—Pues no sabía que podía salir así. Lo siento — Resoplé — Sólo quería hacerte enfadar porque estaba molesta contigo y ahora todos se están burlando de mí. Ni siquiera sé qué decir para no empeorarlo.
—¿Estabas molesta conmigo? — me miró con sorpresa — No fue por esas fotos en la revista ¿Verdad?
—Por supuesto que no — Me crucé de brazos — Saliste bien.
Me levantó una ceja.
—¿Entonces por qué?
Suspiré.
Suponía que no tenía sentido ocultarlo ¿No?
Que pase lo que tenga que pasar.
—Sólo estaba molesta por lo que sucedió con Alexey ¿Está bien? — Respiré hondo — Me gustas. Me gustas un poco. Y me siento estúpida porque se nota que tú aún sientes algo por él — Me mordí el labio — No es que quiera algo de ti, tampoco. Pero de todas las chicas que me pudieron gustar, tuvo que ser la que sólo me presta atención porque está despechada.
—No estoy despechada.
—Sí lo estás — Rodé los ojos — Tu novio de tres años te dejó. Sólo estás buscando con quién reemplazarlo hasta que lo superes.
Ella se recargó contra el respaldo del banco y me quitó la bandeja de papas.
—No estoy despechada — repitió mientras miraba los barcos — Me puse este vestido sólo para hacerte sentir mal por lo que hiciste. Podría escucharte hablar por horas sin cansarme, incluso si sólo te estás quejando, como haces siempre. Y créeme que no me emocionaría tanto cada vez que me das un mínimo de atención si sólo estuviera contigo por despecho.
Mi corazón comenzó a latir con más fuerza mientras la escuchaba, pero tuve que obligarme a mantener la calma.
Me quité los lentes de sol.
—Pero sigues pendiente de él.
—¡Porque desapareció! — Levantó sus brazos como si quisiera mostrarme algo que no estaba ahí — ¿Puedo preocuparme por alguien que fue importarme para mí si desaparece? Ya sé que es ingenuo, pero eso no significa que quiera volver con él, o que lo siga queriendo — Apartó la mirada un momento antes de volver a verme — No puedo quererlo después de lo que me hizo. Incluso si lo intentara. Cayó muy bajo.
—¿No crees que yo haya caído muy bajo?
—Creo que eres estúpida — Me arrugó la frente — Y no está bien lo que hiciste. Así como no quieres que me meta en tu vida personal, yo tampoco quiero que te metas en la mía. Espero que una cancelación haya bastado para que lo entendieras.
Volví a sentir calor en las mejillas.
—Sí, ya no quiero más cancelaciones. — Me cubrí con la chaqueta — A lo mejor sí soy estúpida.
Me pareció oír a Yulia suspirar a mi lado. Unos segundos después sentí uno de sus brazos pasar por debajo de mi chaqueta, alrededor de mi cintura. Apoyó el mentón en mi hombro y pasó sus piernas por encima de las mías.
—A lo mejor no eres estúpida. Sólo que haces las cosas con la cabeza caliente — Dejó un pequeño beso en mi hombro y yo me derretí — ¿No vas a decir nada sobre mi vestido?
Pasé una mano por detrás de su espalda para sostenerla y forcé a mirarla a los ojos, porque verla en cualquier otra parte ya se sentía irrespetuoso.
—Tu vestido es muy lindo — admití — Y sobre lo que dije hace un rato: sí me gustas — Me mordisqueé el labio — Me gustas mucho. Lo suficiente como para querer que te sientes en mi cara.
O que me ahorque con sus piernas.
Ella se cubrió el rostro con una mano, como si sintiera pena ajena. Pero cuando miré mejor, noté que sus mejillas estaban ligeramente enrojecidas.
¿Hice sonrojar a Yulia?
—¿Estás bien? — la molesté — Tu cara está roja ¿Te ha caído mal la comida, o algo?
Ella corrió la mano de su rostro y tomó aire.
—No quiero volver a la fiesta — dijo finalmente.
La miré confundida.
—¿Quieres ir a tu casa? — le pregunté preocupada — ¿Ya?
—No — Ella tironeó del cuello de mi sudadera para acercarme y me besó — Vamos a tu casa.
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YULIA
El viaje a casa fue tranquilo.
Y cuando digo "tranquilo" me refiero a que no nos arrancamos las mechas y Lena no dijo nada cancelable.
De hecho, ella se veía demasiado distraída. Miraba por la ventana con la mejilla aplastada contra su mano como si algo la hubiera molestado.
Sus lentes de sol colgaban del cuello de su sudadera y dos mechones anaranjados caían sobre su rostro. Cuando me detuve frente a su departamento, ella resopló y uno de los mechones se elevó.
—¿En qué estás pensando? — le pregunté.
—En qué decir para arreglar todo este desastre — Se enderezó en su asiento para poder mirarme — Estaba pensando en culpar a Nikolay por meter esas capturas de pantalla en el video sin mi autorización.
Presioné los labios y apagué el motor.
—¿Podemos hacer algo menos diabólico?
Ella desvió la mirada hacia un lado y se tocó el labio con la punta del dedo índice, pensativa. La situación seguía viéndose mal, pero al menos ella se estaba mostrando dispuesta a hacer algo al respecto.
Y eso me aliviaba.
Por un momento, cuando comenzó a desaparecer de sus redes y ser menos activa, creí que todo la había superado.
—¿Y si culpamos a Taeyeon?
No tenía idea de quién era Taeyeon.
—¡Nada de culpar a otros! — dictaminé — Sal de mi auto, anda. — Me desabroché el cinturón — Ya llegamos.
Ella imitó mi gesto y apoyó la mano en la manija de la puerta.
—¿Estás segura? Porque se me ocurren un par de personas que me caen mal y...
—¡Fuera!
—En serio, qué aburrida que eres.
Abrió la puerta y salió.
Negué con la cabeza. A esta altura me preocupaba dejarla sola y que hiciera algo estúpido. Sabía que ese era su sentido del humor, pero también sabía que no muchos la conocían lo suficiente como para entenderlo. En especial porque en sus videos ella nunca bromeaba.
Cuando salí del auto la vi buscando las llaves delante de su departamento. Me iba a acercar a ella cuando dos chicas pasaron por delante de mí. Elena se volvió para decirme algo y una de las chicas estiró el brazo y le echó encima el refresco que llevaba en la mano.
Lena se detuvo con sorpresa.
—¿Qué mier...?
—¿Tanto te gustan los hombres? — la interrumpió la misma chica sin dejar de andar.
¿Qué mierda?
Las dos se alejaron soltando risitas y yo fui detrás de ellas para detenerlas. Lena pareció ver que no me veía precisamente contenta, porque me tomó del brazo y tiró de él para obligarme a detenerme.
Las chicas siguieron alejándose sin darse cuenta.
—¿Qué crees que haces? Quédate aquí — me ordenó Lena.
La miré sólo un segundo. El segundo que me bastó para ver la mancha de batido en su cabello y sudadera.
La sangre me hirvió.
—Déjame hablar con ellas.
Intenté zafarme, pero me obligó a meterme en el hall del edificio, donde no pudieran vernos.
—¿Estás loca? ¿Quieres que te vean? — Me empujó contra la pared y, con un brazo contra mi pecho, me arrugó la frente — Quédate quieta.
Intenté empujarla.
—¡Sólo quiero hablar!
Me tapó la boca con la mano, alarmada.
—Sí, hablar — Ironizó — Lo siguiente que sabremos es que fuiste arrestada otra vez — Me entrecerró los ojos. El batido aún goteaba de su cabello y se veía furiosa, pero no sabía si con ellas o conmigo. Tal vez con ambas — Pórtate bien.
Ah, no podía decirme eso mientras me tenía contra una pared.
Le mordí la mano.
Ella soltó un quejido y me soltó. Se llevó la mano al pecho con una mueca de dolor.
Estaba libre, pero no fui detrás de las chicas. No me importaba si me metía en problemas por tirarles de las mechas, pero no quería que Lena se enojara de vuelta conmigo por meterme en sus cosas. Y la impotencia me puso de peor humor.
Miré a la pelirroja, acuclillada en el suelo mientras sostenía la mano que le mordí y se quejaba.
Me crucé de brazos.
—Deja de llorar. No fue tan fuerte.
—¿¡Cómo que no!? Me cortaste el dedo con tus putos dientes de castor.
AH, ATREVIDA.
—¿A quién le estás diciendo dientes de castor? Tú pareces el tarado de buscando a Nemo y no me ves metiéndome con tu físico.
Ella gruñó.
—Enano de circo.
—Tyrone.
—¡Basta!
Lena se levantó del suelo y abrió la puerta. Apuntó al interior ordenándome que entrara y eso hice, pero que conste que de mal humor.
Dentro del ascensor, ella se apoyó contra una de las paredes y yo contra la otra, opuesta. Le eché una mirada rápida como quien no quiere la cosa y la atrapé mirando su sudadera con tristeza. Algunas gotas del batido habían caído incluso sobre su pantalón.
—¿Estás bien? — le pregunté.
Ella apartó la vista como si le diera pena que la hubiera encontrado revisando el estado de su ropa y elevó el mentón con orgullo.
—No puedo creer que todo esto sea culpa de UN hombre.
Sonreí un poco.
—Deberías grabar una historia — le sugerí — O hacer un directo.
Ella me levantó una ceja con interés.
—¿Un directo de qué?
Me alcé de hombros.
—Cuéntales lo que te acaba de pasar —ble sugerí. Mi mente estaba trabajando — Muchos te defenderán, incluso si no estaban de acuerdo contigo.
Ella apartó la mirada. No se veía muy convencida.
—No me gusta fingir ser la víctima ¿Sabes?
La miré confundida.
—¿De qué estás hablando? No estás fingiendo nada. Es lo que acaba de suceder.
Ella no respondió, sino que se quedó mirando la puerta del ascensor como si estuviera pensando en algo o procesando lo que le acababa de decir.
—Además — agregué — Puedo defenderte. Decir que aún me caes mal, pero que eso es llegar muy lejos y que deberían dejarte en paz.
No quería decir que estaba orgullosa de mi plan, pero lo estaba. A veces yo soy una cosa pero bárbara.
—¿Tengo que hacerlo ahora?
—Depende ¿Quieres terminar con esto rápido?
La puerta se abrió y Elena chasqueó la lengua.
—Yo sólo quería coger hoy — dijo y salió.
¿Por qué tenía que decirlo tan brusco?
Solté una risa y la seguí hasta su departamento.
Dentro no había nadie. Todos estaban en la fiesta. Así que no tuve que esconderme del otro cono de tránsito al que parecía caerle mal.
Lena dejó su bolso sobre el sofá y fue directo a su cuarto.
—Intentaré hacerlo rápido — dijo dándome la espalda — Tú ponte cómoda, pero no mucho. No toques mis cosas.
—"Intentaré hacerlo rápido": el título de tu video porno.
Ella me enseñó el dedo del medio y yo me eché sobre el sofá. Cerró la puerta y yo entré a mi cuenta fake en lo que ella tardaba en comenzar el directo.
Lena estaba en su escritorio, sentada en su sillón rosa. El batido en su ropa aún no se secaba, pero el de su cabello ya se había endurecido. Con lo mucho que a ella le gustaba estar arreglada, no podía imaginarme lo incómoda que debía de sentirse grabándose así.
Le sonrió a la pantalla con un poco de pena.
Poco a poco la gente comenzó a meterse.
—Hola, amixes ¿Cómo están?
Pussy_destroyer666: cada día más hermosa esta hdp.
Lechuga_quemada: q le pasó.
AstridGS7: qué tiene en el pelo? Aaa.
Melamustdie: ¿Qué es eso blanco en su sudadera? ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Lechuga_quemada: danos una explicación no heterosexual.
—La explicación no heterosexual es que esto es un batido — Tiró un poco de su sudadera para olerla — Creo que de vainilla. No quiero probarlo porque sé que después van a sacar screenshots de esto y se va a ver mal.
Pastatrola_blue: ¿Cómo que batido? QUÉ TE HICIERON?
Hija_deAtenea: Voy por las antorchas.
Lechuga_quemada: No te creo. A ver, pruébalo ( ͡ʘ ͜ʖ ͡ʘ)
Elena hizo una mueca de asco.
—Qué atrevidas que son. Qué mal que me caen.
Pussy_destroyer666: ¿Soy el único al que le gusta cuando Lena nos regaña?
Lechuga_quemada: Eres el único, enfermo.
Las mejillas de Elena comenzaron a tomar color y no pude evitar reír desde mi lugar en el sofá, aunque en el fondo me daba un poco de pena. Esto se salía de su lugar de confort.
—Estaba volviendo a casa y alguien me tiró su batido — Apartó la vista de la pantalla un momento como si le diera pena contarlo — Supongo que quedó muy enojada por mi último video ¿No? — Volvió a mirar la pantalla y comenzó a arrugar una parte limpia de su sudadera, incómoda — Supongo que ustedes también quedaron un poco molestos con eso. Yo también estoy molesta conmigo.
Otorrinolaringologo3: ¿Entonces por qué lo hiciste?
http-underword: Yo creo que nos debes una explicación lol.
bishoppsgf: y a Yulia también.
Roseeexdlibyh: Y unas disculpas. Tienes que disculparte con Yulia
_Bubble11: cómo sabe que le tiraron un batido por eso y no por otra cosa??? tipo vino y dijo "vi tu video y no me gustó" y se lo tiró? uhmmm sospechoso
Pussy_destroyer: seguro tiene pruebas.
ZoeyamilethJimenez: Lena, tienes pruebas?
—¿Pruebas? — Elena abrió más los ojos con sorpresa y tironeó de su sudadera de nuevo — Tengo batido hasta en la tanga ¿Qué más pruebas quieren?
Lenarg04: Te lo pudiste haber tirado tú encima xd
marrrrrr16: o pudo haber sido un accidente.
Elena rodó los ojos.
—No fue un accidente. Ella vino directo hacia mí, me tiró el batido y dijo... — Cerró la boca como si no quisiera decirlo. La indignación le había dado un poco de seguridad, pero comenzaba a flaquear — Ella...
llixio_HL: No se acuerda ni de su mentira.
Allx605: Sólo discúlpate con Yulia, Lena.
stwdlol: x2 discúlpate.
Ella suspiró.
Me senté en el sofá, más atenta. Me frustraba mucho no poder ayudarla. Quería sentarme con ella y rascarle la cabeza para darle ánimos.
—¿Siquiera importa si les digo lo que me dijo? Ustedes igual no me van a creer ¿No?
cardanmiesposo812: No te veo disculpándote.
naichipapa: discúlpate.
MaferGoar: discúlpate.
saskiasimp: discúlpate.
Elena miró el chat con angustia. Podía ver que intentaba pensar algo, pero no había manera de que pudiera defenderse cuando ni siquiera la estaban escuchando.
Me levanté, dudando entre si ir al cuarto a defenderla o no.
¿Quiénes se creían que eran para hablarle así? Chupapijas.
Pero sabía que si me veían con ella y descubrían que todo estuvo armado, las cosas iban a empeorar.
Pussy_destroyer666: corta el directo, Lena. Ya no importa.
Abejita_E16: que no lo corte. Que se disculpe.
moreeevd_: Disculpateee.
Blanmishi: ya discúlpate.
—¿Pueden dejar de hablar un segundo? — les exigió molesta — ¿Creen que no me he disculpado con ella por lo que hice? ¿Creen que estoy orgullosa? ¿Qué no pienso en cómo arruiné una relación entera de tres años todo los días desde que me he enterado? — Le hizo una mueca a la cámara — No me importa si me odian. Yo también me odio. Pero al menos Yulia no lo hace, así que me la pelan.
otaku_emo: sigues sin explicar por qué subiste ese video.
—Cierra el pico, otaku_emo.
El directo terminó y ni siquiera esperé para ir directo a su cuarto. Iba a abrir la puerta cuando Lena se adelantó. Ella estaba apretando los puños.
—¿Estás bi...?
—Estoy enojada.
—¿Conmigo? — pregunté con miedo.
—No lo sé — Me empujó para pasar a mi lado — Muévete. Me voy a bañar. Y antes de que preguntes: no estás invitada.
Pero.
—Yo también me quiero bañar.
Ella me señaló con un dedo en advertencia.
Entonces la puerta se abrió de golpe.
ELENA
Taeyeon entró tambaleándose.
Tenía las mejillas sonrojadas y estaba descalza.
Detrás de ella entró Nastya, perfecta como siempre. Llevaba el bolso de Taeyeon en una mano y sus tacones en la otra. Por alguna razón la pelinegra se veía molesta, pero la rubia se divertía.
Pareció sorprendida de vernos, pero igual de contenta.
—Hola, conejita — Me guiñó un ojo — Vi tu directo. Lo hiciste muy bien. Creo que deberíamos juntarnos un día para planear cómo sacarte del rincón de la cancelación. Estoy segura de que Taeyeon querrá ayudar.
La última vez que había revisado, Nastya estaba en contra de que Taeyeon y yo pasemos tiempo juntas.
Señalé a la borracha.
—Taeyeon fue la que me metió en esto.
—¿Yo? — la borracha se apoyó contra el sofá para mantenerse derecha. Apenas si podía hablar bien — ¿De quién fue la idea? ¿Quién lo programó para publicarlo? — Se tapó la boca para reprimir un eructo — Tú ya habías tomado es decisión. Sólo querías la aprobación de otra lesbiana.
Miré a Yulia en busca de ayuda, para que me defendiera.
—¿Vas a dejar que una borracha me gane un debate?
—Pues, si tiene buenos argumentos... — Le arrugué la frente — Eh, digo ¿Qué hacen ustedes aquí?
Nastya dejó el bolso de Taeyeon junto al mío y los tacones en el suelo. La pelinegra intentó apartarse de la rubia, como si no la quisiera cerca, y se golpeó la pantorrilla con la mesa ratona.
—Me tiene miedo porque vi algo en su teléfono que no tuve que ver — respondió.
La enana apartó la vista y su rostro comenzó a tomar más color.
—¿Eran nudes? — preguntó Yulia.
—Si se lo dices a alguien te mato. — Le susurró Taeyeon a Nastya, pero lo dijo tan fuerte que todas la escuchamos — Y luego las mato a ellas, y a mí.
Nastya se rió.
—Sí, abuelita. Déjame llevarte a la cama. Luego discutiremos qué piensas darme para que guarde tu secreto.
—Una patada en el culo.
Taeyeon intentó marcharse a su cuarto, pero volvió a tambalearse y Nastya pasó una mano por su cintura para ayudarla a caminar. Me di cuenta de que llevaba una chaqueta encima, mal acomodada, pero que no era de ella. De hecho, parecía una de las de Nastya, por lo grande que le quedaba.
Yulia se acercó a mi luego de que las chicas se metieron al cuarto.
—No sabía que a Nastya le gustaba maltratar psicológicamente a niños de primaria.
—Yo también lo haría si fuera Taeyeon — le confesé.
Yulia me dio un codazo.
—No seas mala, "conejita".
Comencé a negar.
—No me llames así — le advertí — Además, conejita te queda mejor a ti que a mi.
Ella pasó sus brazos alrededor de mi cuello y me dedicó una de esas sonrisas inocentes que de inocente no tenían nada.
—Dime conejita.
—¡Ay, quítate! — Le puse la mano en la cara y la aparté. Ella intentó morderme de vuelta — ¡Quédate quieta! Me voy a bañar.
—¿Puedo meterme contigo?
Pero qué pesada.
—No — La empujé con suavidad — Lo siento, Yulia. Sólo quiero hacerme bolita y dormir.
Ella me miró apenada, como si hubiera sido su culpa todo esto. En parte sí, porque fue su idea el directo, pero bueno.
—¿Y puedo quedarme a dormir? — preguntó — Tú puedes ser la cuchara pequeña.
No quería decir que me saltó el corazón cuando dijo eso, pero lo hizo.
Aparté el rostro con orgullo. No quería que viera que este tipo de cosas me entusiasmaban.
—Puedes buscar algún pijama mío en el armario — accedí.
Jajajajaja Fati20 cariño mío en realidad en eso trabajo nena... Soy modelo
Espero les encante el capítulo porque ésta historia me atrapó de nuevo
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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