Girls love(GL)_FICS❤️
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

+6
Volkatin_420
LenaVolkova66
soy_yulia_volkova
LeaAgronsky
Fati20
RAINBOW.XANDER
10 participantes

Página 8 de 8. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Fati20 5/7/2024, 11:33 pm

Hay no siento que el demente esta esperando el momento para secuestrar a Lena y será mientras busca los estúpidos regalos esos 😭😭😭 espero equivocarme. Saludos cariño y no puedo creer q ya va a terminar
Fati20
Fati20

Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela

A Veroska le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Veroska 5/8/2024, 10:47 pm

Fati20 escribió:Hay no siento que el demente esta esperando el momento para secuestrar a Lena y será mientras busca los estúpidos regalos esos 😭😭😭 espero equivocarme. Saludos cariño y no puedo creer q ya va a terminar

La verdad a mí me da la misma impresión Fati20, ya que es un tipo que la ha perseguido desde la Universidad, Lena va estar en peligro mientras no lo capturen, espero en verdad se den cuenta a tiempo y qué pena que ya se va terminar 🥲
Veroska
Veroska

Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Volkatin_420 5/9/2024, 12:58 am

Oie en serio es bastante inteigante de que ese tipo esté rondando y capaz pille a Lena cuando vaya a buscar los obsequios 😞😞😞
Volkatin_420
Volkatin_420

Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/9/2024, 2:29 am

Capítulo treinta y ocho


En el exterior de la carpa parecía como si hubiera un precinto, pues el zumbido de las conversaciones se extinguió de forma casi inmediata. No había nadie, salvo unos cuantos empleados deambulando en torno a lo que debía de ser la entrada de la cocina de la carpa. Elena se quitó los zapatos para caminar más cómodamente sobre la hierba, fría bajo sus pies. Sin duda, la habían regado a menudo durante los días calurosos, pues tenía un saludable y lujuriante color verde. Mientras caminaba, con la cara vuelta cual heliotropo hacia el sol, repasó los acontecimientos del día, catalogando los momentos álgidos y los bajos. La boda en la capilla había sido un momento álgido, con su ambiente místico, como un claro fresco y encantado en medio del bochorno de la jornada. Conocer a Leo, en cambio, había sido un punto bajo, más por decepción que por otra cosa. A pesar de que Yulia le había advertido de que era un mujeriego, Elena esperaba que Leo hubiese heredado alguna de las buenas cualidades de los Volkov que compensara su descaro, pero, a los pocos minutos de conocerlo, se dio cuenta de que nunca le caería bien. No encontraba en él ni pizca de la magnanimidad o de la elegancia de Yulia y Kristina, sino sólo autocompasión, vanagloria y desprecio hacia todos los que no lo considerasen importante. Muchas familias tenían una oveja negra, pero Leo era algo más, un lobo con disfraz de ovejita. La desconcertaba que fuese hermano de Kristina y de Yulia, sobre todo porque quería apreciar a toda la familia de Yulia. Pero la consolaba saber que no era la única en albergar aquellos sentimientos. Yulia también veía algo molesto en su hermano y había reconocido que nunca habían estado muy unidos. Aún así, Elena estaba decidida a guardarse sus opiniones porque, al fin y al cabo, se trataba del hermano de Yulia y ella no quería hacer o decir nada que la incomodase.

Estaba tan sumida en sus pensamientos que, cuando el mundo asomó a su conciencia, le pareció muy escandaloso. Percibió, sobre un abrigado espacio de césped, el sonido chispeante de un surtidor de agua desplegando su medido ciclo sobre la agradecida hierba, y el prosaico zumbido de un lejano cortacéspedes, tan cadencioso para el oído como un colibrí sobre una flor. En medio de aquellos sonidos, reminiscencia de los días veraniegos, se coló otro, rápido y extraño, tan rápido que no reaccionó hasta que sus piernas dejaron de sostenerla. La impresión nubló su cerebro: no entendió por qué estaba de rodillas mirando la hierba hasta que el dolor abrazó sus pantorrillas. ¿Qué era lo que la había lastimado en aquella plétora de espacio abierto? Agarrándose a la hierba, pensó que tal vez había sido un niño que había chocado con ella por accidente. Pero, cuando una mano sujetó con crueldad un mechón de su cabello y le retorció la cabeza, el horror de la situación se extendió por sus miembros, apenas capaces de sostenerla.

—Pensaste que ya no me verías más, ¿verdad? Tú y tu zorra creísteis que os habíais librado de mí. Estúpida, sabes que eres parte de mí como yo soy parte de ti. No puedes vivir sin mí, ¿a que no?

Elena trató de acurrucarse en posición fetal, demasiado aterrorizada para hablar. Su cerebro sólo sabía que se había atravesado una línea psicológica y que Charlie Kiddney ya no era molesto, sino muy peligroso. Estaba tan asustada que había perdido la capacidad del habla, incluso para darle la razón y aplacarlo hasta que acudiesen a ayudarla.

—¿Qué pasa? No te oigo, Lena, cariño. Me debes una respuesta... ¿A que no puedes vivir sin Charlie? — Para arrancarle una respuesta, le retorció el pelo de mala manera y el dolor la hizo gritar.

—¡Cállate, Lena! No queremos que esos hijos de puta estirados vengan a arruinar nuestra pequeña reunión, ¿verdad?

Sin más, Charlie alzó un brazo y la abofeteó en la mejilla con el dorso de la mano. Elena hundió la cabeza, tirando del pelo que él había enredado en la otra mano, y apretó los dientes para sofocar el grito que estallaba en su cabeza. Con los ojos llenos de lágrimas, vio que, desde donde estaban, nadie de la carpa los localizaría, pues se hallaban ocultos tras una depresión del terreno, una especie de zanja que los hacía invisibles. Elena no pudo evitar pensar en la ironía de la situación. «Voy a morir en una zanja, asesinada en un truco inglés de jardinería.» Se imaginaba a la señorita Marple reprendiendo a un agente sin corazón por su comentario, «la última carcajada en la zanja».

Salió bruscamente de sus imaginaciones cuando Charlie le tiró otra vez del pelo, obligándola a arrodillarse de forma que no le quedaba más remedio que contemplar sus agresivos rasgos. Charlie hablaba con los labios fruncidos y los ojos inclementes, agujeros negros sin la menor emoción. Aquello era lo que más la aterrorizaba, pues sabía que el hombre había perdido la razón y que su único propósito era matarla. Empezó a llorar. «No quiero morir —se dijo— Por primera vez en mi vida he encontrado la verdadera felicidad y no quiero morir.» Las lágrimas se deslizaban por su rostro mientras sollozaba en silencio, con el cuerpo agarrotado por la pena.

—¿Piensas en tu zorra, Lena? Sería mejor que la olvidaras. Ahora sólo estamos tú y yo. Vamos a ir de viaje juntos, tú y yo. Si no puedo tenerte aquí, te tendré donde sea. Sígueme la corriente, ¿quieres? —La saliva de Charlie roció la cara de Elena al pronunciar cada palabra.

—Por favor, déjame, por favor... No se lo contaré a nadie. Por favor — Elena encontró un hilo de voz entre el miedo, una voz apenas audible, llena de súplicas.

—Claro que no se lo contarás a nadie. ¿Crees que nací ayer? Hace muchos años que te espero. Sabía que un día vendrías a mí, que me querrías. Esa zorra era sólo un pasatiempo. Te confundió, cuando en realidad reservabas tu amor para mí. No va a tenerte más. Ahora eres mía y siempre lo serás. Yo te haré más feliz.

Mientras despotricaba, aflojó el pelo de Elena, pues buscaba algo en el bolsillo. El instinto indujo a Elena a reaccionar. Se inclinó hacia la mano de Charlie, como si estuviera suplicando, y de pronto dio un salto y se puso de pie en medio de un intenso dolor en todas las raíces del cabello. Como la tenía tan dominada, el repentino intento de huida cogió a Charlie totalmente por sorpresa. Había escondido una pistola en el bolsillo mientras fingía que era un miembro del personal, y en aquel momento la estaba buscando. Tuvo que decidir sin tiempo entre la pistola y la persecución y eligió la pistola. Por suerte para Elena, a Charlie se le enganchó la mano en el bolsillo, así que, cuando sacó la pistola, había conseguido alejarse bastante de él. Elena había sospechado que tenía una pistola y sabía que debía atravesar campo abierto para ponerse a salvo, así que corrió todo lo que pudo. Mientras corría esperaba la detonación, tensando los omóplatos para anticiparse al golpe que la abatiría como a una muñeca de trapo rota.

Cuando se produjo la detonación, la velocidad de la misma la cogió por sorpresa. En cuanto el sonido llegó hasta ella, experimentó un dolorosísimo tirón en la parte superior del brazo que la tumbó sobre la hierba. Durante unos segundos fue como si el mundo se hubiese parado, pues no oía nada y estaba convencida de que su corazón había dejado de latir. Luego, también de forma repentina, sus sentidos retornaron multiplicados por veinte, junto con un terrible dolor que se extendía por todo el brazo. Tenía la cara pegada al suelo y casi la embriagó el olor terroso y verdeante de la hierba aplastada. Notaba una extraña sensación en la mano. Movió los ojos levemente, un poco confundida al principio, y luego aterrada. Por su brazo corría sangre de un rojo brillante y se escurría entre sus dedos extendidos, formando riachuelos que absorbía con glotonería la tierra seca.

«Muévete —se gritó a sí misma— Muévete, Elena, o volverá a disparar y te matará. No quiero morir. No quiero dejar a Yulia.» Como si fuera una respuesta, oyó otro disparo que violaba la tranquilidad de la tarde y, una fracción de segundo después, vio el impacto sordo de una bala sobre la tierra seca a su izquierda, lanzando un pequeño penacho de polvo al aire.

Apretó los dientes por el dolor que tenía en el brazo, se puso a cuatro patas y empezó a gatear hacia la casa.

«No mires atrás —se obligó — Sigue adelante. Vete a la casa. Alguien te ayudará. ¡Sigue adelante!» Charlie se llevó una sorpresa al hacer el primer disparo. Como no había disparado nunca, no contaba con el retroceso, cuya fuerza casi le rompió la muñeca. Cuando compró la pistola por medio de una serie de sucios contactos, pensó que sólo la necesitaría a corta distancia. La huida de Lena había cambiado las cosas. Iba a matarla, y luego a suicidarse. Eso era lo que le desconcertaba; la pistola se le había caído y, después de cogerla, vio a Elena tendida sobre la hierba. Le pareció que también había sangre sobre el azul real de su vestido. ¿Le había dado milagrosamente a aquella distancia? Sonrió para sí. ¿Por qué no? En la universidad se le daban bien los deportes. Se sintió eufórico. Pronto estaría con ella para siempre, como tenía que ser. Sí, se había resistido, pero era ingenua. En realidad, Elena no sabía lo que quería. ¿Por qué se había enredado con aquella tía lesbiana? Se había equivocado, pero ya no. Ahora él estaba con ella y todo claro y en orden, todo atado y bien atado.

Charlie se acercó a Elena despacio y se fijó, con desaliento, en que sólo la había herido, pues había conseguido escurrirse. En un impulso alzó la pistola, usando las dos manos en esa ocasión para sostenerla y adoptando la postura que había visto en las películas de detectives. Sin embargo, cuando apretó el gatillo, vio por el impacto que había errado el tiro dos metros. «Debe de ser por el dolor de la mano», pensó. Movió la pistola un poco a la derecha y disparó otra vez, esperando que Elena cayese sin vida. El penacho de polvo surgió a algo más de un metro de ella. Un poco más cerca era lo que hacía falta. Pero, después del último disparo, Elena se había desviado ligeramente y la bala impactó en la tierra, detrás de ella.

«Idiota — se maldijo a sí mismo — Sólo tenía seis balas y ya he usado... — las contó mentalmente — ¡cuatro! ¡Me quedan dos! — Una era para él y la otra para Elena — Debo acercarme más, mucho más», pensó, cerniéndose sobre el cuerpo de Elena, que se arrastraba.

En la carpa, el padrino de Peter, Richard, se había levantado para dar su discurso y Yulia intentaba calmarse para apreciarlo cuando oyeron el primer disparo. La mayor parte de la gente miró hacia la entrada, pero supusieron que sería la detonación de un coche o el virulento tapón de una botella de champán. Sin embargo, en cuanto Yulia lo oyó, supo lo que era.

—¡Oh Dios, no! ¡Charlie, no! — gritó, y todo el mundo se sobresaltó. Yulia se quitó los zapatos, se remangó el vestido y salió de la carpa antes de que los demás reaccionasen. Cuando se vio fuera, se detuvo para reanimarse. Debía de haber ocurrido cerca de la casa, pero se dio cuenta de que la zanja le ocultaba las cosas. Utilizando los músculos ejercitados tras años de natación, corrió lo más rápido que pudo. Cuando se acercaba a la cima de la zanja, oyó otros tres disparos, uno detrás de otro.

—Elena, aguanta, no dejes que te dispare, por favor, por favor — pidió a cualquier dios que la oyese y se apiadase. Las lágrimas corrían por su cara cuando llegó a la cima y vio que Elena aún estaba viva, arrastrándose lentamente a unos veinte metros de Charlie, que la seguía con un aire casi arrogante. Valiéndose de recursos que no había utilizado nunca, Yulia se abalanzó sobre la zanja, utilizando el impulso para adquirir velocidad. Charlie estaba tan absorto en su presa que no la oyó acercarse.

Elena gritaba. Su brazo gritaba de dolor, su mente gritaba pidiendo supervivencia y ella gritaba demandando una confusa ayuda de cualquiera. Estaba perdiendo el sentido y se daba cuenta de que apenas avanzaba. Cuando su brazo herido cedió, su espíritu se derrumbó y se acurrucó en posición fetal, preparada para morir. Alzó la vista y vio a Charlie casi encima de ella, moviendo la pistola con aire despreocupado.

—Muy bien, Lena. No luches contra lo inevitable. Seremos felices juntos en el lugar al que vamos.

—Pero no quiero morir. No quiero ir contigo — le gritó con las pocas fuerzas que le quedaban.

—Niegas tu verdadero amor hasta el final. Es conmovedor. Por desgracia, no es momento de cotorrear. Te veré pronto en el más allá.

Cuando Charlie alzó la pistola, Elena vio puntos negros y estrellitas y sus miembros cedieron y se aflojaron mientras se desmayaba, sin importarle ya la pistola. Charlie estaba tan seguro de su objetivo que no se le ocurrió que alguien pudiese acercársele con la misma habilidad con la que se había acercado él a Elena, así que se preparó para disparar y estaba totalmente relajado cuando Yulia se abalanzó sobre su espalda. El impacto generado por la velocidad de Yulia catapultó a Charlie por encima del cuerpo de Elena, pero le dio tiempo a apretar el gatillo. Yulia cayó pesadamente al lado de Elena y observó, con un horror que le agarrotó el corazón, que había un brote carmesí, abierto como una flor, en la cintura del vestido de Elena. De las entrañas de Yulia salió un grito primitivo, que se extendió y desgarró la tarde, poniéndole los pelos de punta a cualquiera que lo oyese.

—¡Nooo! ¡Oh, Dios, ayúdame! Elena, por favor, vive. Por favor, no me dejes —Las lágrimas anegaban los ojos de la morena, mientras la pena estrujaba sus órganos internos. Le costaba trabajo respirar. Sin prestar atención a lo que la rodeaba, se puso al lado de Elena, apartándole el pelo de los ojos con las manos temblorosas, y repitiendo a su oído — Cariño, quédate conmigo, no se te ocurra irte y dejarme, por favor — Sus lágrimas se escurrían por las mejillas de Elena, chorritos que se deslizaban sobre los labios inmóviles — Elena, te amo. Quédate conmigo. No sé si podré seguir sin ti.

Aunque Yulia había salido de la carpa como una exhalación, Kristina no tardó ni un segundo en darse cuenta de lo que ocurría y en indicar a Peter, Richard y Leo que la siguieran. Cuando se fueron, habló con una camarera y le pidió que llamase a la policía y a una ambulancia lo antes posible. La presencia de la policía era necesaria. Rezó para que la ambulancia no lo fuera, pero, por los disparos que había oído, le pareció que sería mejor contar con una. Mientras, los hombres corrieron detrás de Yulia, sin poder alcanzarla, pero lo bastante cerca para ayudar si hacía falta. Los tres parpadeaban para desviar los chorros de sudor que amenazaban con nublar sus ojos; vieron cómo Yulia se abalanzaba sobre Charlie, oyeron el disparo y repararon en la sacudida del cuerpo tendido de Elena al recibir la bala.

—¡Yo me encargaré de Elena! — exclamó Richard, resollando, y se inclinó sobre ella. Peter y Leo siguieron, con la esperanza de capturar a Charlie antes de que se recuperase. Por desgracia, Charlie estaba de rodillas y los apuntó antes de lo que habían calculado, obligándolos a detenerse inmediatamente.

—Apártate —le murmuró Peter a Leo para que el blanco fuese más difícil.

—¡Deteneos! Estáis muy cerca —dijo Charlie, amenazante— No quiero mataros, pero lo haré si os acercáis más.

—Tranquilo. Procuremos que no haya heridos. ¿Por qué no lo dejamos? Lo único que tienes que hacer es soltar la pistola y marcharte —Peter intentaba hablar con voz tranquila, pero le costaba trabajo, pues tenía el pecho agarrotado por el esfuerzo de correr.

—Cierra el maldito pico. No podéis engañarme con toda esa basura psicológica. No voy a ningún lado sin Elena.

En ese punto, Richard había examinado, rápida pero concienzudamente, el estado de Elena. Después de tomarle el pulso, mirar sus ojos y escuchar los latidos de su corazón, alzó la cara lleno de ira.

—No va a ir a ningún lado contigo, hijo de puta. ¡La has matado!

Charlie escudriñó la cara de Richard antes de soltar unas carcajadas de maníaco.

—En eso te equivocas, cara de mierda, porque me voy a reunir con ella para siempre —Tras decir eso, metió el cañón de la pistola en la boca y se voló la cabeza.

🔜

😞 No todo es color de rosa como se veía desde un principio.... Quería subir los dos capítulos pero mejor dejo el final para la próxima entrega 😃
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Fati20 5/9/2024, 5:22 am

La locura qué esperábamos paso y bueno por Richard qué dijo q lena esta muerta así el demente se suicidó y Lena esta solo herida ella vívira y ahora si definivamente estarán libres del acosador qué se pudra en el infierno solo. Saludos cariño espero que tenga un epílogo 😘😘I love youI love you
Fati20
Fati20

Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Corderito_Agron 5/9/2024, 5:30 am

Espero que Lena no esté muerta bro o te mato hahahaha
Corderito_Agron
Corderito_Agron

Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Veroska 5/9/2024, 5:51 am

Vaya! Hasta que el demente psicópata apareció y en su pensamiento egoísta decidió mejor acabar con la vida de Lena y la de Él... También espero que solo sea herida y sane Lenita para que tenga la paz que necesita y la felicidad que encontró junto a Yulia
Veroska
Veroska

Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por LenaVolkova66 5/9/2024, 7:27 pm

Recemos porque Lena esté viva 🥹🥹🥹
LenaVolkova66
LenaVolkova66

Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por RAINBOW.XANDER 5/11/2024, 9:24 pm

Capítulo treinta y nueve


Yulia casi tocaba la alta ventana de cristal del salón. Veía en ella su reflejo, aunque la estancia, a sus espaldas, estaba apenas iluminada por dos lámparas de mesa. Fuera llovía mucho, un presagio de la inminente tormenta que rugía a lo lejos. De vez en cuando una ráfaga de viento lanzaba la lluvia como un puñado de piedras contra el cristal, y las gotas se abrían paso entre la fuerza del vendaval. Bajo aquella luz tenue, el reflejo del pelo azabache de Yulia parecía líquido, como algo derramado sobre su espalda y sobre la ventana. El primer destello de un relámpago atravesó la cerrada oscuridad, pero Yulia apenas lo notó, pues estaba sumida en sus pensamientos.

Habían pasado tres semanas, a toda velocidad y a paso lento alternativamente, desde la boda. Peter y Kristina habían sido obligados a ir de luna de miel, como habían planeado. Se consideraba que sería bueno sobre todo para Peter, muy afectado tras presenciar el suicidio simbólico de Charlie. Kristina se resistía a marcharse, sabedora del dolor de Yulia, pero su hermana le había ordenado que se fuese, diciéndole lo culpable que se sentiría si la boda y la luna de miel se estropeaban por causa de un loco cruel.

—Ha sido el mejor y el peor día de mi vida, Kriss. La boda fue la parte positiva. No empeores las cosas para Peter y para ti. Aprovechad los aspectos positivos y disfrutad. Nada mejor que un país diferente. Vete, por favor, Kriss. Yo estaré bien.

La presencia de ánimo de Kristina en la boda evitó una catástrofe, pues cuando Peter, Richard y Leo salieron de la carpa, se encargó de asegurar a todo el mundo que no pasaba nada. No dejaron salir a nadie por aquel lado de la carpa y abrieron una salida alternativa en la parte sur. A pesar de su curiosidad, la mayoría de los invitados entendieron que ocurría algo y cooperaron o realmente no les importaba siempre que la comida y la música fueran buenas.

—No te hagas reproches por la boda —dijo Kristina firmemente— Esto no tiene nada que ver contigo ni con Elena. Todo ha sido obra de ese horrible acosador, y Peter y yo no queremos oírte hablar de culpas. A ti nunca se te ocurriría echarle la culpa a Elena del ataque que sufriste. De igual forma, yo no le echo la culpa más que a él. No dejes que nos venza, Yul. Olvida las culpas — Kristina reforzó sus deseos agarrando a Yulia por los hombros.

Luego, la morena había vuelto a llorar. Había llorado tanto últimamente que la sorprendía que aún le quedasen lágrimas. Incluso en aquel momento, de pie ante la ventana bañada por la lluvia, percibía el aflorar de las lágrimas.

Y así, Kristina y Peter habían partido para su misterioso destino, a algún lugar cálido y soleado, lleno de playas. Richard, el único al que no le había afectado el suicidio, los llevó al aeropuerto. Leo había ingresado en el hospital con un ataque provocado tanto por el horror de la muerte de Charlie delante de él como por el estado próximo a la histeria que había visto en Yulia. Si algo bueno tenía aquella situación para él era que había observado lo peligrosa que era la vida y, en consecuencia, se comportaba de forma mucho más atenta y responsable con Alana. Retrasó su marcha una semana para visitar a la familia y amigos de ella, un gesto que no le pasó desapercibido a la señora Volkova, que cruzó los dedos y rezó en silencio. Sin saber por qué, Yulia se acordó de una frase que la fascinaba de niña en el desayuno. Correspondía a las características latas del Caramelo Dorado Lyle y decía: «De la fuerza salió la dulzura». ¿Sería ése el caso de Leo?

Curiosamente, a quien más afectó el episodio fue a la madre de Yulia. Sin duda, reflexionó en su obstinación por los regalos de las damas de honor, que casi remató con un final de boda sólo concebible en una serie policíaca de intriga. El resultado fue horrible, pero la espeluznante perspectiva de lo que podía haber sido le daba vueltas en la cabeza. Llamaba a Yulia por teléfono todos los días para disculparse por su intransigencia, como si esperase que así retrocediera el reloj y todo pudiese acabar felizmente como ella había previsto. Aunque Yulia le aseguraba que todo estaba perdonado, en el fondo una voz fina pero insistente continuaba culpando a su madre por comportarse de forma tan desatenta en un momento tan importante y por causa de un asunto tan trivial. Como en el caso de Leo, no quería que su madre se atormentase por aquello, sino que aprendiese sensibilidad y a ser flexible y considerada con los sentimientos de los demás.

El destello arqueado de un relámpago que partió la oscuridad en dos, como si fuera una fotografía rota en un acceso de violencia, la devolvió de pronto a la realidad. Miró su reloj cuando el trueno subsiguiente restalló en la tarde, sobrecogedor con su resonante poder. Eran las ocho de la tarde, la hora de las medicinas. Yulia bajó a la cocina y sacó del congelador la sopa de verduras que había preparado durante el fin de semana. La calentó, puso varias rebanadas de pan junto al plato, unas pastillas de antibiótico y un gran vaso de agua. Cuando la sopa estuvo caliente, la vertió en un cuenco y lo colocó en una bandeja. Como acompañamiento, le cortó el tallo a una de las rosas que había cogido esa tarde y la metió en un pequeño jarrón de cristal. Añadió agua y puso el jarrón en la bandeja, junto con una servilleta. Cogió la bandeja y avanzó con cuidado hacia el dormitorio, dejando la puerta entreabierta y deslizándose en la habitación en penumbra. Se detuvo un momento, mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad, y luego fue hasta la mesilla y dejó la bandeja sobre ella.

—¿Yulia? ¿Eres tú, cariño? — La voz de Elena tenía la espesura de quien acababa de despertarse.

—Sí, cielo. Te he traído sopa. ¿Puedo encender la lámpara de la mesilla?

—Espera un momento... Vale. Hazlo. —Elena se puso boca arriba, con su brazo sano sobre los ojos para protegerlos del resplandor de la lámpara. Lentamente, bajó el brazo a medida que sus soñolientos ojos verdes se acostumbraban a la iluminación.

Yulia se inclinó y le dio un beso.

—¿Has dormido bien? Me acerqué a ver un par de veces y estabas completamente fuera del mundo, incluso con el ruido de la tormenta.

—¡Hum! Me quedé dormida como un tronco. ¿Qué has estado haciendo, amor?

Yulia sostuvo a la delicada Elena mientras la ayudaba a sentarse en la cama.

—Eso es. Échate hacia delante un momento para que ahueque las almohadas. He estado pensando en las últimas semanas y las gracias que tengo que dar por no haberte perdido.

—Has sido un ángel, Yulia. Como mis heridas son más físicas, la gente tiende a preocuparse mucho por mí, pero me doy cuenta de que has sufrido tanto daño como yo, si no más —Extendió su mano sana y acarició la mejilla de la pelinegra.

Después de la boda, a Yulia le habían quitado la escayola y tenía el brazo completamente sano. Por suerte para Elena, sus dos heridas habían sido en la carne y, aunque muy delicadas, estaban cerradas y curarían con el tiempo. Yulia colocó la bandeja sobre el regazo de Elena y le puso la rosa bajo la nariz. La fragancia llenaba los límites del dormitorio.

—Desde ese día ya no doy nada por sentado. El aroma de la rosa, por ejemplo. ¿No hace que quieras vivir? — Yulia tomó el cuenco de sopa y lo sostuvo a la altura del pecho de Elena para que comiese más cómodamente— Cuando creí que te había perdido, y Richard le dijo a Charlie que estabas muerta para engañarlo, pensé que se me paraba el corazón. No podía respirar y, a decir verdad, tampoco quería hacerlo. Me habría muerto contigo allí mismo y tan feliz. En aquel momento perdí el contacto con la realidad, pero recuerdo las cosas que deseaba que hiciéramos juntas... ir al festival de Edimburgo, una romántica cena para dos, abrigarnos bien para dar un paseo en invierno, plantar flores... todo eso en unos segundos. Como escenas retrospectivas. Ahora que tenemos otra oportunidad, voy a asegurarme de que haremos todo lo que queremos hacer juntas.

—Lo haremos, amor. Te lo prometo. Me estoy recuperando lentamente, pero, cuando esté mejor, viviremos la vida al máximo y visitaremos esos lugares a los que siempre hemos querido ir.
Afortunadamente, tenemos dinero para hacerlo. Hablando de eso, ¿cómo va lo de tu piso? ¿Han llamado hoy de la inmobiliaria?

Yulia partió el pan en pedacitos para que lo digiriese mejor Elena.

—No, los llamé yo porque no quería que te molestase el teléfono. La buena noticia es que la inmobiliaria ha recibido varias ofertas y la última superaba en treinta mil libras el precio que yo había pedido. El agente me recomendó no vender aún, pero la persona que ha hecho la oferta es una mujer joven como yo y quiero que sea para ella. Me parece suficiente lo que me ofrece. Así que, en efecto, está vendido.

—Es maravilloso, cariño. No has tenido que esperar mucho.

—Desde luego. Mañana cogeré el Land Cruiser para pasar por allí y firmar algunos papeles con el abogado, y luego ya está.

Elena dio cuenta de la sopa y del pan y se tomó las pastillas.

—Es una lástima que en este estado no pueda acompañarte, pero para celebrarlo tómate una copa de vino y yo tomaré un mosto. ¿Has comido?

—Tomé un poco de sopa hace una hora. Voy a traer las bebidas —Dejó la rosa en la mesilla y llevó la bandeja a la cocina, donde sirvió mosto para Elena y descorchó una botella de vino blanco alemán que estaba en el frigorífico. Puso patatas fritas y galletas saladas en unos platitos y regresó a la habitación.

—He cerrado la puerta y apagado las luces, así que tienes toda mi atención durante el resto de la noche —dijo Yulia con una sonrisa.

—Bueno, pues quítate ese vestido y cuélgalo, para empezar —repuso Elena — Luego, despójate del resto de la ropa y métete en la cama conmigo.

Yulia se desnudó despacio, de forma seductora, bromeando con Elena mientras lo hacía. Cuando estuvo desnuda, se metió en la cama, al calor del cuerpo de Elena, y levantó su copa.

—¡Salud! Por una buena venta y, lo más importante de todo, por una vida de amor y ventura juntas.

—Secundo eso —replicó Elena mientras sus copas se entrechocaban en un brindis. Tomó un sorbo de mosto e hizo como si se esforzase por recordar algo — Si mal no recuerdo, la tarde de la boda tenías una deuda de amor conmigo. Creo que es hora de que la saldes.

A Yulia se le ensanchó la mirada. Últimamente había quedado descartado el hacer el amor a causa de las delicadas heridas de Elena.

—¿Estás segura, Elena? —susurró, con los labios impregnados de vino, al oído de la pelirroja; y el aliento que envolvía sus palabras transmitía claramente su deseo.

—Sí, corazón. Será mejor que evites mi brazo derecho y la cintura, pero el esto funciona perfectamente. Hazme el amor, Yulia.

Y Yulia se perdió en la profundidad de aquellos ojos verdes como la gloria de la mañana, sumergiéndose en su límpido fulgor y disfrutando de todo el amor que Elena reservaba para ella.

FIN

😘

Gracias por leer y comentar... Más que nada, por recibir siempre cada historia con mucho cariño 😘 Gracias princesas
RAINBOW.XANDER
RAINBOW.XANDER

Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires

A Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Veroska 5/11/2024, 9:54 pm

Gracias por compartir Xander... Y la historia estuvo muy buena con otro matiz..., gracias!
Veroska
Veroska

Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023

A RAINBOW.XANDER le gusta esta publicaciòn

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por LeaAgronsky 5/12/2024, 1:49 am

Me gustó, me encantó desde el principio al final. Estuvo llena de romanticismo de arriba a abajo y muy linda. Gracias por siempre alegrarnos el ratito
LeaAgronsky
LeaAgronsky

Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Corderito_Agron 5/12/2024, 1:51 am

Como siempre bro, eres el mejor y gracias por estás historias que son cada vez más atrapantes... Hahaha un abrazo
Corderito_Agron
Corderito_Agron

Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por soy_yulia_volkova 5/12/2024, 4:13 pm

A la final el cazador cayó en su propia trampa 🙏 gracias por tan linda historia 😘 esperamos por otra mucho mejor que esta porque siempre las superas y todas son buenísimas
soy_yulia_volkova
soy_yulia_volkova

Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Fati20 5/13/2024, 7:46 am

Fue una historia hermosa tan romántica y apasionada 🥰🥰🥰 muy linda llena de un amor tan puro y fuerte me encanto fue especial y diferente. Gracias por siempre darnos estas historias tan increíbles. 😘😘I love youI love you
Fati20
Fati20

Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Volkatin_420 5/13/2024, 3:57 pm

Gracias por compartir todas las buenas historias con nosotros 🙏☺
Volkatin_420
Volkatin_420

Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023

Volver arriba Ir abajo

MI ESTRATEGIA PARA AMARTE  - Página 8 Empty Re: MI ESTRATEGIA PARA AMARTE

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 8 de 8. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.