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REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA

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REGLAS DE ORO  (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA - Página 3 Empty Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA

Mensaje por Veroska 6/4/2024, 10:35 pm

OMG! me mataron esas dos, jajajaja Yulia va haciendo ya dos notas mentales: condones y ropa sexy y diversión segura 🥳🥳 Ay mi Lenita ha sido toda suavecita cuando se relaja 🤣🤣y Xander se fue despacio después de matarnos jajajaja estuvo genial este capítulo, sin duda
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/6/2024, 2:33 am

Cap. X: " Más trabajo"

Este no era su plan para salir de compras. Elena echó su cabeza hacia atrás, bufando, sosteniendo la nueva bolsa que Viktoria le tendió. Estaba sentada en el banco, frente a una tienda, esperando por los demás. Yulia llevaba más de media hora probándole ropa a Samir y Viktoria no paraba de hacer que las vendedoras sacaran prendas y más prendas para que solo ella las viera.

Estiró sus piernas y las cruzó para cambiar de posición, tratando de demostrar que no la estaba pasando tan mal. Inclusive bostezó sin reparos cuando la niña llegó con dos vestidos rosas, iguales para su gusto, y le preguntó cuál le convenía pagar porque no entendía la forma en que le dijeron.

- Solo elije el que te guste- le propuso y Viktoria alzó uno de sus brazos. La vió alejarse y alzó ambas cejas sorprendida: había tomado el más costoso- Oh por dios, al fin- murmuró al ponerse de pie cuando Yulia llegaba con Samir y dos bolsas de papel en su mano.

- Cuídalo mientras regreso- le dijo la morena antes de caminar nuevamente hacia el interior del lugar. Elena corrió hasta ella y la tomó del brazo, deteniéndola.

- ¿Qué es eso de que lo cuide?

- Pues eso, cuídalo. Necesito elegir algo para mi ahora.

- Oh, Yulia, vamos ¿estás bromeando? Llevamos horas aquí ¡horas!- exclamó soltándola y abriendo sus brazos, demostrando su cansancio de estar allí.

- Lo siento pero aún no compré algo para mi- dijo Yulia- puedes volver a casa con Samir, si lo deseas- Si, eso deseaba, volver a casa. Pero con todos, no sola. Con ella- Cuando terminemos con Viktoria, iremos.

- No, Yulia- la retuvo nuevamente, acercándola a ella y atrapando su cintura. Podía besarla allí si quería, estaban en un lugar público y con mucha gente a su alrededor y eso eran para los demás; una pareja realmente feliz. Los labios de Yulia pintados de ese rojo intenso solo la llamaban a hacerlo. Acarició su espalda y negó ligeramente con su cabeza- No me iré sin ti- le dijo antes de inclinarse y detenerse sobre su boca, desviando su vista con molestia cuando alguien se acercó a interrumpirlas.

- Buenos días, Cezina- saludó la morena y Elena pudo ver el beso de aquella muchacha con énfasis en su mejilla. Y a ella solo le dio un movimiento de cabeza.

- ¿De compras?- preguntó la chica.

- Nikita Makarov nos invitó a una cena- dijo Yulia, señalándolas y Elena aprovechó para atrapar su mano en el aire, jalándola contra ella- ¿Tienes idea si le gusta el vino?

- Le encanta- respondió Cezina- ama el vino blanco.

- Vino tinto llevaremos entonces- murmuró Elena con una sonrisa fingida y Yulia volteó a verla, reclamándole- Es una broma, cielo- agregó antes de exigir sus labios y besarla. Regla número 11 de su trabajo: todo lo que te rodee bajo contrato, te pertenece. Pudo oír el sonido de sorpresa por parte de Cezina y sonrió mentalmente. Se separó, con un evidente ruido, y abrazó a Yulia por detrás- Tengo entendido que varias parejas irán ¿te veremos allí?- preguntó Elena aparentando importancia. La chica se aclaró la garganta y se acomodó el cabello, negando con la cabeza, avergonzada.

- En realidad, le había comentado a Yulia que no estoy en una relación. Estoy solt…

- Sola- la cortó Elena- Estás sola, te entendemos. Bueno, quizás podríamos armar otra reunión luego e invitar alguna amiga ¿cierto, cariño?- continuó, observando a Yulia asentir sin problemas.

- Si, eso sería genial- masculló la chica- ¿y qué iban a comprar aquí? ¿Algo de ropa?

- Pues si, es una tienda de ropa- bromeó la pelirroja con notable ironía y Yulia golpeó su cadera hacia atrás, intentando detenerla y que se callara.

- Estaba por ir a un probador, tengo todo elegido ya- dijo Yulia, sintiendo el mentón de Elena en su hombro derecho- ¿tú ibas a comprar algo?

- Porque si es así no te retrasaremos- intervino Elena cuando la chica abrió la boca- de igual manera nosotras ya nos íbamos- agregó tomando la mano de la morena y jalándola dispuesta a caminar- Hasta luego- se despidió la pelirroja, dándole una última mirada y arrastrando a Yulia con ella.

- Adiós, Cezina- saludó Yulia con su mano- ¿pero qué pasa contigo?- le reclamó siendo llevada por la pelirroja- ¿no se supone que debemos ser agradables con todos?

- Ella no nos interesa- dijo Elena- no está ni cerca de nuestro objetivo.

- Pero tiene más relación con ellos que nosotras.

- Me da igual, haremos nuestro trabajo por nuestra propia cuenta. No me agrada, es insoportable a simple vista y tiene siempre esa estúpida sonrisa molesta- terminó la pelirroja al abrir la cortina de un probador- ¿Cuál es tu ropa? ¿La que elegiste?

- Aún no lo hice.

- Dios, Yulia, apúrate o nunca llegaremos a la dichosa cena….no tiene que ser muy difícil- murmuró caminando hacia la parte de las faldas- ¿quieres una falda?

- ¿Es en serio, Elena? ¡No dejaré que elijas mi ropa!

- Pruébate esta- la ignoró lanzándole una color rosa- oh y esta también- continuó al ver el largo casi inexistente y notarla corta. Muy corta- ¿Qué talle de remera eres?

- No me gustan esas- susurró Yulia pero Elena abrió sus brazos, atrapó un par y se las entregó contra su pecho- ¿Si quiera estás viendo los colores?

- ¿Y qué talle de ropa interior?- siguió la pelirroja, pasando sus dedos entre varios conjuntos- Oh, eso puedo recordarlo- susurró, ignorando las miradas de unas ancianas cerca que detallaban otro estilo de prendas. Se aclaró la garganta y tomó uno en especial- y esto- terminó, dejando todo sobre la morena y tomándola por los hombros, obligándola a girar y guiándola hasta el interior del probador- ¿Puedes empezar así nos largamos cuánto antes?- le pregunto observándola tras el espejo.

- Pues espérame afuera- la empujó Yulia y cerró nuevamente las cortinas.

- Rápido cariño, quiero verte con ese conjunto hoy mismo- alzó la voz Elena al ver a Cezina contra el mostrador, pagándole a una de las vendedoras alguna estupidez que compró, pensó mientras pasaba tras ella.

Se pasó una mano por el cabello y llegó hasta la salida, sorprendiéndose y sintiendo algo en su pecho al no ver a Samir en la banca, solo estaban las bolsas tal y cómo las había dejado.

Atravesó la puerta y giró varias veces en un mismo círculo, buscándolo con la mirada y encontrándolo a metros de ella, conversando con alguien que pensó para él era desconocido.

Corrió hasta el niño y lo alejó, resguardándolo tras de si y mirando con desconfianza al hombre frente a ella:

- ¿Qué hace aquí?- le preguntó entre dientes. Gianfranco Romanov le sonrió de medio lado y estiró su mano, pero ella lo miró de arriba abajo e ignoró su saludo- ¿Acaso nos está siguiendo?

- Oh claro que no, Elena. Simplemente cuido y vigilo mis productos.

- ¿De qué mierda está hablando?

- Si no hago yo mismo este trabajo es porque tengo a quiénes para hacerlo. Y si los tengo, es porque son un producto bien pagado…. Así que está noche tienen una importante cena ¿eh? Ninguna de las dos lo reportó.

- No estoy acostumbrada a hacer eso- masculló la ojiverde- Jamás me manejé así, no vuelva a acercarse a Samir ni a Viktoria. Me importa muy poco que sea el jefe de Yulia. Ahora su jefa soy yo y yo manejaré lo que haga- terminó la pelirroja, dándole un empujón para pasar a su lado y llevando a Samir de la mano, tras ella- ¿Ya están listas?- le preguntó a Yulia que salía con la niña a su lado.

- Si, ya ¿sucede algo?

- Nos vamos- la jaló ella de su muñeca y los guió hasta su auto, volteando una última vez hacia el lado donde Romanov había estado. Se montó en el interior del vehículo y se colocó el cinturón de seguridad entre murmullos- No quiero que vuelvas a hablar con él, Samir- le ordenó al niño, volteando a verlo y apuntándole.

- Elena, lo conozco.

- Eso me da igual- lo cortó la pelirroja- ¿tú también conoces a Gianfranco Romanov?- le preguntó mirando a Viktoria por el espejo retrovisor.

- Pues si, es el dueño del edificio donde trabajo.

- Para ti también va esa orden. A partir de ahora la única que hablará con él soy yo ¿entendido?- oyó las respuestas afirmativas, extrañadas y finalmente encendió el motor, acelerando y alejándose de allí llena de molestia aún.

***

- ¿Nos vamos?- escuchó Elena desde la puerta y se pasó una mano por la frente, alejándose del colchón y ayudándose con sus manos para abandonar la cama.

Yulia estaba a un metro de ella y lucía hermosa. Llevaba una falda negra y una musculosa de encaje rosada. Sonrió, esa estaba entre las remeras que había tomado y le había obligado a probarse.

Tenía unos zapatos de tacón que la hacían ver más alta pero aún unos centímetros menos que ella; y eso le gustaba.

Llegó hasta Yulia y notó su cabello recogido de manera prolija, hacia atrás y acabado en una cola lisa. Estiró su brazo y le rodeó la cintura, acercándola a ella con suavidad para oler su perfume. Si, estaba perfecta esa noche.

- Te ves muy bien- le dijo con una sonrisa y pasó a su lado, adelantándose para ayudarla a bajar las escaleras luego.

Le dio las indicaciones para utilizar la alarma a Helen, la mujer de 53 años que cuidaría a los niños esa noche y le dejó una última advertencia, que ante una situación rara la llamara al número que dejó pegado en la heladera.

Se despidieron de ellos y finalmente se marcharon.

Llegaron 15 minutos después; la casa de Makarov estaba alejada y era una de las últimas antes de salir de Anapa.

- La que está detrás, aquella grande de 2 pisos es la casa de Sveta Sidorova- dijo Elena, doblando en un pequeño círculo que formaba un estacionamiento. Yulia asintió, quitándose el cinturón y estirando su mano hacia atrás, para tomar una caja con el vino que la pelirroja había comprado.

- ¿Tinto, Elena? ¿De verdad?- le reclamó pero la pelirroja ya había bajado y rodeaba el automóvil entre risas. Le abrió la puerta y la ayudó a bajar, extendiendo su mano para que la tomara.

Tocaron el timbre y una empleada las dejó pasar, recibiendo la botella de vino que Elena le entregó. Yulia se asombró, cada casa de ese lugar realmente era de ensueño y lucían cual película con mucho presupuesto.

Finalmente Nikita, acompañado de una mujer, hizo acto de presencia y las saludó con efusividad.

No hubo miradas incómodas ni saludos fingidos, se acoplaron a esa pareja y a las demás con real trato y la cena fue agradable. A excepción de que no hablaron de lo que a ella le interesaba, pensó Elena. Pero para eso estaba ahora el postre, en medio de la sala.

- Había visto una de esas motocicletas pero nunca había montado una- dijo Nikita, en dirección a Yulia- ¿dónde la compraste?

- Bueno, es una reliquia, algo así como el regalo que pasa de generación en generación que algún abuelo de mi abuelo compró- respondió la morena.

- Y he visto que tienes dos hijos, decisión difícil ¿a quién se la dejarás?- continuó Oksana, la mujer de Nikita que era sumamente dulce y amigable en sus tratos.

- Creo que aún no lo decidiré- rió Yulia, mirando a Elena sentada a su lado en el largo sillón color blanco.

- Eso está muy bien, concuerdo contigo- dijo Nikita, estirándose sobre una pequeña mesa para tomar una frutilla- Estoy a cargo de los negocios de mi tía porque sus demás familiares solo la quieren fuera de todo, ya saben de que manera. Cuando hay algo de poder, las personas se vuelven locas.

- Tengo entendido que tu tía es la creadora de tan lindo lugar- habló Elena, con su voz rasposa, a gusto y cómoda porque así hablaba en sus negocios.

- Seguro que el chismoso de Fyodor- bromeó él y todos rieron- en realidad, este es su negocio, ya sabes, cada dinero de nuestros impuestos va a parar a ella y tiene millones para gastar en diez vidas, quizás.

- Nikita- le reclamó su mujer por tal exageración, sentándose en su falda y abrazándolo por los hombros. Parecía un gesto que siempre compartían, observó Elena, porque algunas parejas los imitaron sin pudor alguno.

- Entonces nuestro trabajo solo es cuidar cada centavo de esos.

- ¿Nuestro? - insistió Elena.

- Oh, no, no. Mío y de sus demás cuidadores- Cuidadores, pensó Elena. Si, era un completo idiota para hablar pero al menos soltaba cualquier tipo de palabra con facilidad- es que, querida vecina, mi tía tiene muchos empleados que no solo son vecinos- terminó él con una sonrisa victoriosa.

La pelirroja le dio una rápida mirada a los demás, algunos no escuchaban la conversación y los que sí, desviaban su mirada cuando ella los descubría. Se aclaró la garganta y se inclinó hacia adelante.

- ¿Cuida su dinero con gente encubierta? Eso me parece muy bien.

- Es que son incontable las veces que han intentado robarle- dijo un muchacho, alejando su vista de un cuadro y acercándose a ellos- pero más incontable aún las veces que los maleantes han ido a parar a la cárcel.

- Eso si, amigo- alzó la copa Nikita, bebiendo con gusto el vino tinto que ella obsequió y sonriéndole- Simplemente no se le puede robar a Sveta Sidorova. No si quieres pasar el resto de tu vida en la cárcel. Esos planes fracasan desde el inicio- terminó él y Elena sintió la mano de Yulia en su muslo. Le sonrió entendiendo el mensaje, cambiar de tema, y se estiró hasta ella para dejarle un beso en los labios.

- ¡Oh! Yulia tengo algo que proponerte- le dijo Oksana, poniéndose de pie y haciéndole una señal de que la esperara, antes de perderse escaleras arriba.

- Y cuéntenos- preguntó Nikita- ¿Cuánto tiempo llevan de casadas?

- Se ven muy bien juntas- agregó una mujer, tal vez un poco más joven que ella, de la mano de su esposa o eso mostraba una alianza en su dedo anular.

- Diez años- respondió Yulia, acomodando una pierna sobre la otra.

- Oh, cariño eso es lo que llevamos de casadas- la corrigió Elena, estirando su brazo y dejando una mano en su rodilla- Recuerda que te propuse matrimonio apenas nos graduamos.

- ¿Se conocen desde el Instituto?- preguntó alguien más, asombrado.

- No, no- continuó la pelirroja- casi. Acababa de terminar la secundaria y nos vimos por primera vez en la puerta de la Universidad. Ya saben, nos chocamos, ella tropezó, sus libros cayeron y yo los recogí- Yulia se tapó la cara, iba a matarla cuando salieran de allí. Ni Vitya inventaba una historia tan absurda y poco creíble. Sin embargo, algunas suspiraron exageradamente y ella rodó los ojos.

- Oh, Oksana, no, no. No comiences con eso- dijo Nikita al ver a su esposa bajar con felicidad y una especie de cuadro que, cuando volteó, era una pequeña vitrina con un equipo deportivo femenino. Una remera blanca, un short azul y una gorra del mismo color.

- ¿Qué es eso? ¿A qué te refieres?- preguntó Elena.

- Mi mujer está…

- Sé que te gusta el deporte, Yulia- cortó Oksana a su esposo. Elena miró al instante a Nikita ¿cómo se supone que sabían ese tipo de cosas? El chico le esquivó la mirada y se aclaró la garganta, antes de ponerse de pie- llevo años ¡años! Intentando armar un equipo de futbol para niños. Pero nunca nadie se quiere hacer cargo de ellos…. ¿qué dices?- preguntó la mujer con ilusión- cada barrio vecino es sede de algo. Bueno, yo quiero que Anapa sea sede del deporte infantil…Tu hijo puede estar en el equipo también- agregó al ver la cara de sorpresa de Yulia.

- Claro- respondió la morena lentamente- sería algo agradable, solo que Samir sufre de asma.

- Eso también lo sabemos- continuó Oksana y Elena movió su cuello, al parecer no eran las únicas en tener un historial de los demás- Pero bueno, al menos puedes hacerlo participar de otra manera.

No hubo más que un abrazo efusivo de parte de Oksana hacia Yulia y Elena regresó su mirada a Nikita. Tal vez podía soltar tan fácil las palabras como ocultar otras.

El muchacho puso algo de música y más copas de champagne y vino recorrieron el lugar.

Elena extendió sus brazos a lo largo del sillón y se echó contra el respaldar, Yulia aún conversaba con Oksana y los demás bailaban e incluso algunas parejas se esparcían en el resto de la casa.

Aceptó una copa que la empleada le ofreció al pasar con una bandeja y bebió el vino sin olerlo. Estaba comenzando a aburrirse y no era buena socializando, no le gustaba ni le importaba hacerlo.

Esa cena fue un fracaso para su gusto y no iba a aceptar otra si se le presentaba la oportunidad.

Alzó la cabeza al techo cuando las luces comenzaron a descender y luego hacia atrás, eso parecía una reunión estudiantil de adolescentes y no de negocios como a ella realmente le importaba.

Tomaría una copa más y se largaría de ahí apenas el alcohol hiciera efecto en los demás.

- ¿No bailas?- escuchó la voz de Yulia y las manos en sus rodillas para sostenerse. Se irguió frente a ella y observó el escote que la posición le brindó. Se mordió el labio, la morena llevaba el conjunto de ropa interior que ella había elegido por la tarde ¿Por qué hacía eso? ¿Acataba sus órdenes sin problemas ahora? Negó con la cabeza y regresó contra el sillón, sonriendo cuando la sintió subir sobre ella porque eso buscaba con su respuesta- Están marchándose al salón, vamos - insistió la morena rodeando su rostro y hablando contra su oreja.

- Esta reunión es un asco- le dijo sin cuidar el tono alto de su voz.

- ¿Te aburres?- preguntó Yulia sentándose sobre ella. Elena regresó su vista a la morena y acomodó las manos en su cadera.

- Quiero irme, nada salió como esperaba.

- ¿Nada? Todo es trabajo para ti ¿cierto? ¿No planeabas divertirte?

- No digas estupideces, Yulia. No estoy aquí para eso… ¿A dónde vas?- la retuvo cuando la morena hizo el intento de ponerse de pie.

- Solo tomaré esto- su voz sonó a juego y Elena la soltó apenas para permitirle llegar a la mesa y agarrar una pequeña fuente. Volvió a ella y esta vez la sostuvo con fuerzas, demostrándole que no la dejaría moverse otra vez- ¿Estás segura que no quieres divertirte?- su aliento olía a vino y su gesto sugestivo lo demostraba. No quería a Yulia en esas condiciones pero el movimiento de sus caderas en busca de respuesta, la hicieron repensarlo.

Ladeó la cabeza y entrecerró sus ojos. Yulia tomó una frutilla y la acercó a su rostro.

- Abre la boca- le ordenó y ella se echó hacia atrás. Odiaba completamente esa fruta, era asquerosa ante su paladar y no podría tragarla. Nunca podía. Yulia rodó los ojos y la miró con protesta- Vete a la mierda- estaba jugando, lo sabía. Su voz y su sonrisa picara se lo demostraban.

Yulia se pegó más a ella y pudo sentir como su pantalón, y la ropa interior de la morena, se tocaban por la libertad de la falda. Fue lenta, sexual y exquisita la manera en que Yulia mordió la fruta ante sus ojos.

Una gota del jugo resbaló en la comisura de sus labios y Yulia asomó su lengua, repasándolo y llevándolo a su interior nuevamente.

Elena estiró su brazo izquierdo y metió la mano dentro de su remera. Su abdomen plano y su cintura se amoldaban a su gusto y le encantaban. Acarició cada parte al no recibir queja de Yulia y rodeó su espalda, alzándola y obligándola a que se sentara justo sobre su pene.

- Estás tan dura- se burló la morena y ella le sonrió sin ternura ni cariño; la había excitado en un juego ordinario y quería que se encargara de eso. Ahora.

Tomó una mano de Yulia y la guió al cierre de su pantalón. Desvió su mirada hacia la puerta de un costado, algunos pasaban y alguien las miraba a lo lejos. Sin embargo, si no se acercaban, no iban a notar lo qué sucedía.

La morena abandonó la fuente y desprendió su cinturón.

- Carajo, Yulia- gimió echando la cabeza hacia atrás cuando las manos de la morena acariciaron su bulto. No podía creer que estaba en una casa de completos desconocidos, casi desnuda con alguien que poco conocía también pero que estaba disfrutando su trato como nunca antes.

Yulia bajó la cremallera y su mano llegó al interior de su bóxer, tomando su miembro y jalándolo hacia afuera. Estaba perdida nuevamente a su merced y la morena sabía lo que hacía. Movía sus manos de abajo hacia arriba y apretaba con furia su pulgar en la punta del pene, retorciéndola de placer. Alzó sus caderas y la morena lanzó una risa casi silenciosa. Sabía, ella sabía lo que deseaba y solo estaba torturándola.

- Revisa mis bolsillos- murmuró y Yulia lo hizo. Había un condón en el. Se mordió el labio y apretó las piernas, liberando un pequeño grito en Elena debido al roce.

La morena llevó el paquete a su boca y lo abrió. Elena la vió, lo enrolló a lo largo de su duro miembro y lo sacudió al verlo colocado. Ella enredó una mano en su cabello y Yulia la alejó al instante.

- Ni lo intentes- gruñó, subiendo nuevamente el cierre y prendiendo su pantalón- No ahora. Vámonos- tomó su mano y la alejó del sillón de un jalón.

- No me jodas, ya se me puso blanda- Yulia se detuvo y volteó a verla, observando su entrepierna.

- No es cierto- aseguró y se pegó a ella, rodeándose así misma con los brazos de Elena y obligándola a caminar de esa manera.

- Pues lo estará en cinco minutos. O menos.

Llegaron al salón que anticipaba la cocina y se despidieron de algunos invitados y de Oksana, que era la única no afectada por el alcohol.

No había nadie en el estacionamiento por lo que, apenas montaron el auto, Elena jaló a Yulia, retomando la posición del sillón, y la sentó a horcadas sobre ella.

La besó, lo hacía con tanta pasión que la firma del contrato era nada en cada sonido desesperado de sus bocas al separarse. Metió una mano entre las piernas de Yulia y sintió la humedad de su ropa interior. Mierda, como le encantaba sentirla así a pesar de que conocía su condición. La hizo a un lado y metió dos dedos de golpes, estaba convulsionando y recién comenzaba.

Yulia tocó uno de los botones de la consola central y el asiento se fue hacia atrás. Increíble, simplemente increíble se veía con el sudor en su frente y sobre ella, dispuesta a hacer lo que cualquiera de las dos quisiera.

Quería estar en su interior allí mismo, hundirse en ella hasta el fondo y sentir ese punto con el que se toparía su pene por no poder ir más allá. La tomó de los muslos y los acarició antes de pegarla a ella con violencia. Estaba demasiado excitada y se iba a liberar ahora mismo.

Abrió su cinturón con velocidad y bajó su pantalón hasta las rodillas. Yulia tomó su miembro y lo sacudió varias veces antes de apretarlo hacia abajo con fuerzas.

- Vamos, Yulia- gimió, tomando su cintura y guiándola a su entrada. Pero la morena se detuvo, la soltó y se irguió contra el volante, observándola con una sonrisa. No había rogado nunca, y nunca lo haría, pero si tenía que hacerlo para ella lo iba a hacer; así se lo recordara el resto de sus días- Por favor, Yulia- volvió a acariciar su pene y ella la sujetó por la cintura, girándola y cargándola hacia el asiento de atrás- Levántate la falda y quítate la braga- le ordenó mientras terminaba de bajar su pantalón.

Elena se acarició una vez más su miembro, duro y brillante y la penetró. De una sola estocada hasta el fondo y haciendo gemir a ambas. Sostenía los muslos abiertos de Yulia y se mantuvo quieta unos segundos. Estaba tan mojada que sus flujos salieron frente a su intromisión. La morena apretó sus músculos internos y ella se salió hasta la punta, volviendo a meterse hasta el fondo una y otra vez.

Sus embestidas se volvieron rápidas, manteniendo un ritmo constante por varios minutos.

Que bien se sentía. Yulia tan estrecha y gimiendo en su auto, por ella y para ella. Se acercó a su rostro y mordisqueó su mandíbula antes de llegar a su cuello. Recordó que al día siguiente la morena se reuniría con Cezina para sus ejercicios diarios, succionó su piel y la mordió para que no ocultara esa marca luego.

Yulia la tomó de su chaqueta y tiró para besarla. Su saliva estaba caliente y su lengua contra la de ella iba por el mismo camino. Levantó la remera y se alejaron para quitarla; guió las manos a la espalda de la morena pero el maldito sostén no salía. Lo jaló hacia arriba y atacó sus senos sin aviso.

- Carajo, que bien sabes, Yulia- la oyó gemir y aprisionó un pezón entre sus dientes, tironeándolo y chupándolo con desesperación. Aumentó la velocidad de sus embestidas, el sonido de sus pieles chocando la volvía loca.

Yulia elevó sus piernas y dobló sus rodillas, preparándose para cuando el orgasmo la golpeara. Sin embargo ella no lo sentía aún.

- No te corras aún- le dijo y Yulia alzó sus brazos, escondiendo su cabeza en ellos sobre la butaca. Le rodeó la cadera con sus piernas y la empujó con fuerzas hasta el fondo, sorprendiéndola a ella misma.

La soltó y volvió a hacerlo unas veces más, hasta que Elena sintió la dificultad para continuar penetrándola. Estaban cercas por lo que la tomó del cuello y la golpeó a su boca, con una última embestida.

Gimió en sus labios y ella le dio las últimas sacudidas con tranquilidad. Movía sus caderas acompasadas y apoyó sus frentes intentando recobrar la respiración.

Había sido una locura. De unos minutos y sin ideas de qué pasaría ahora.

Yulia bajó las piernas y ella se salió de su interior con cuidado. Se sentó a su lado y se quedaron en silencio unos minutos, oyendo la adrenalina aún en la otra.

Elena se subió el pantalón y la vió hacer lo mismo con su falda ¿Podía tironear de su brazo y besarla otra vez? De manera no sexual ni en agradecimiento, solo quería besarla una vez más. Porque estaba comenzando a extrañar sus bocas unidas.

Yulia se pasó al asiento acompañante y ella se aclaró la garganta, ocupando el de conductor que le correspondía.

- Vas a pagarme más por eso ¿cierto?- Elena giró a verla al instante; Yulia sonreía orgullosa, como cuando bajó de su motocicleta la primera vez que la vió. Alisó su falda y un nudo se formó en su garganta, ahora solo tenía que aclararle que era una broma.

- ¿Qué dices?- le preguntó con la voz ronca, apenas estaba bajando de su excitación también.

- Soy tu empleada ¿no?- Si, por supuesto, porque se lo vivía recordando pero llevaba los últimos dos días sin nombrarlo ¿por qué tenía que decirlo justo ahora?- Ayudé a liberarte de tu tensión, no estoy acostumbrada a esto. No te saldrá gratis ¿O qué pensabas?
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Mensaje por Fati20 6/6/2024, 5:42 am

Hay si julia y te creíamos qué lo hiciste porque eres la empleada modelo qué necesita más dinero 🤣🤣🤣🤣 bien qué estaba loca por probar a Elena. Estuvo muy excitante la situación 😏😏😏. Saludos cariño mio 😘😘I love youI love you
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Mensaje por Veroska 6/6/2024, 6:31 am

Ay no! La cara de Lena debe haberse puesto pálida de la sorpresa y yo morí de la risa al imaginarla, pero si van 2 días jugando en el mismo bando y sale con esa broma esta Yulia terrible? 🤣🤣🤣 Eso suena a venganza con broma pero bien que le gustó porque a mí me sorprendió, no se aguantaron a llegar a casa sino que en el carro, excitante para empezar a recrear su historia real en medio de su "trabajo". Si el anterior capitulo me mató este me revivió para hacerme reír más 🤣🤣🤣 gracias Xander, estuvo rebueno.


Última edición por Veroska el 6/6/2024, 7:57 pm, editado 1 vez
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Mensaje por LeaAgronsky 6/6/2024, 1:21 pm

Jajaja en serio le preguntas eso yulia??? Yo te mato
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Mensaje por Patricia Armstrong 6/7/2024, 2:00 am

Noooo mató todo la yulia... Justo cuando elena se comportaba diferente pffff.. jajaja que pasa nena por tu cabeza 
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Mensaje por Volkatin_420 6/8/2024, 1:45 pm

Oh! Espero que lo de Julia sea broma, porque el pensamiento que tuvo Lena después de lo que pasó y que quería besarla.... DPTM, me daría mucha pena que no fuera broma.
No quiero la pelirroja fría y jefa tirana de antes, me gusta esta celosa y posesiva con su esposa y obvio también cariñosa, que sea un chiste de la morena porfis
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Mensaje por Ice-Man 6/8/2024, 1:47 pm

WTF?? Yulia
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REGLAS DE ORO  (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA - Página 3 Empty Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA

Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/8/2024, 8:15 pm

Cap. XI: "Regla número 47"

Bien, la había cagado. Es que en esos casos nunca hacía las cosas bien, nunca terminaba de decir con las palabras exactas lo que pasaba por sus pensamientos y la distancia que se había generado de un segundo a otro, ahora, se lo estaba comprobando.

Y es que en realidad nunca había sido así. Nunca había sido arrebatada y no necesitaba de defensas para mantenerse en equilibrio sentimental, físico y mental. Cada vez que sentía ese pequeño cosquilleo bajo su estómago, sabía lo que vendría luego. Enamoramiento, una ligera obsesión por alejarlo y, como no podía con ello, terminaba aceptándolo.

Le había pasado con Aleksey, cuando él salía con una muchacha en el Instituto y nunca volteaba a verla. Lo buscó en cientos de oportunidades, le dedicó canciones, poemas, cartas, etc; inclusive presenciaba sus prácticas de futbol, sobre las gradas y alejadas de las porristas que solían molestarla.

Pero todo se tornó aburrido cuando él volvió a la soltería y fue directo por ella. Le molestaba, casi rozando el estorbo, que la siguiera a todos lados o la acompañara a sus clases. Sin contar que a Vitya nunca le agradó que la rondara e incluso lo golpeó una vez para que terminara con ello. Pero Aleksey tenía algo de chico dulce que no podía ignorar y entonces aquel golpe de su mejor amigo, no terminó siendo tan fuerte como él quería.

Todo lo contrario le pasó con Parviz. Su aspecto de chico malo, su voz prepotente y sus brazos cuando la sostenían, le gustaban más que cualquier cosa. Perdió toda comunicación con Aleksey cuando conoció y comenzó sus aventuras con Parviz. Pero así como disfrutaba los momentos con él, había algo que no terminaba de gustarle.

Tal vez ese arrebato de llegar a su departamento una mañana, cuando llevaban meses sin hablarse, a pedirle que todo volviera a la normalidad y que incluso se mudaría allí, con ella, a su piso. A su lugar. Y eso era suficiente y no iba a soportarlo.

Entonces, básicamente, nunca se había sentido en un juego como de los que Vitya solía hablarle. Frecuentar solo a una persona, sentir emociones y excitaciones por ella sin llegar a una relación estable.

Y ahora Elena le parecía hermosa, era inteligente y audaz y, aunque nunca se sintió así con alguna otra mujer, le parecía más cariñosa que Parviz. Porque no importaba que le diera órdenes entre gritos, cuando la sujetaba por la cintura era dulce y delicada. Su sonrisa era más brillante, su pelo era aún más suave y el cuerpo de Elena era digno de admirar más que el escultural del chico.

Pero así como con Aleksey, con Parviz las cosas se volvieron aburridas y solía olvidarse de todo en poco tiempo. Y Elena estaba siguiendo el camino de ellos con esos signos que ella conocía antes del enamoramiento, porque ya le gustaba.

Y ya no tenía 16 o 24 años. Consideraba que el tema de la soledad a veces se volvía preocupante pero a la pelirroja apenas comenzaba a conocerla. No consideraba justo que en tan poco tiempo se colara en ella y tan rápido.

Le dedicó una mirada y la vió aferrarse al volante, doblándolo con esfuerzo tras una esquina. Aceleró, escuchó el chillido de los neumáticos y su cuerpo se balanceó por la violencia al andar.

Se volvía aburrido para ella intercambiar los roles. De pasar de ser quien disfrutaba a quien terminaba todo. Y con Elena quería empezar al revés. Podían, quizás, realmente las cosas terminar de otra manera.

- ¿Puedes bajar la velocidad? Pretendo dormir en mi cama esta noche- le dijo aún con su mirada en ella pero la pelirroja pisó más el acelerador y su mandíbula tensa demostraba cuánto le había afectado sus palabras.

Es que había leído el historial de Elena Katina días atrás. Gianfranco le había entregado dos carpetas y en una decía seductora, que bajo ese método Elena lograba sus objetivos. Y ya había fingido otra pareja años atrás, tal vez había hecho con aquella muchacha lo mismo que acababa de pasar con ella. Y no quería ser ese segundo plato que la pelirroja aprovechaba bajo el titulo de trabajo.

Pero lo había disfrutado, no tenía porque negárselo si lo pensaba, porque habían sido unos minutos de sexo en lo que no los sintió así. Porque los besos habían sido repetidos, una y otra vez y no podían terminar de separarse con facilidad. Y Elena besó su cuello, consideraba eso como un gesto cariñoso que no siempre ocurría entre cualquier persona.

Inhaló aire con pesadez y dejó una mano en el muslo de Elena. Le agradó sobremanera que no la quitara aunque tampoco se inmutó a ello.

- Oye…lo siento, no era eso a lo que me refería- Elena finalmente alejó con brusquedad su pierna y ella rodó los ojos. A menos que Elena tuviera en su mente sus mismos pensamientos, no entendía el por qué de su reacción.

- Tu cheque tendrá un cero más entonces ¿o consideras que vales más?

- ¡Dije que no me refería a eso! - exclamó exasperada ¿La había llamado prostituta? Tenia ganas de golpearla. De golpearse a si misma también por nunca poder hablar con claridad- Escúchame, sé que no lo dije de la mejor…. ¿estás escuchándome?- insistió cuando la pelirroja volteó su rostro hacia el exterior y su mirada solo se reflejaba en la ventanilla- Solo me vi presionada conmigo misma ¿nunca te has sentido así? Nunca me había pasado esto, de reaccionar así sin más a un deseo, Elena y sinceramente tú no ayudas en mucho.

La pelirroja clavó su pie en el freno y su cuerpo rebotó por la reacción. Se había detenido en medio de una calle y a lo lejos se veía dos luces aproximarse. Yulia volteó a verla, su tensión había aumentado. Podía ver sus ojos cargados de molestia y la manera de envolver su mano en el volante por igual.

Aquellas dos luces se acercaban y Elena no hacia intentos de acelerar y alejarse.

- ¿Pero qué crees que haces? ¡Enciende el maldito auto!

- ¿Y en qué precisamente no ayudo mucho?- repitió la pelirroja entre dientes y con su mirada fija en ella- Adentro de la casa de Makarov no fui yo quien se sentó sobre ti.

- ¿Estás echándome la culpa?

- Por supuesto que no, estoy repartiéndola en ambas. Somos adultas ¿no? O al menos yo sí.

- Cierra la boca- masculló ella, dándole un golpe en el hombro y regresando su vista al auto que estaba a unos 200 mts de ellas- Ese coche nos pasará por encima ¡Acelera, Elena!- sin embargo, la pelirroja se echó contra su asiento y le sonrió de medio lado, disfrutando su sufrimiento- ¡Está bien! Lo siento ¡Lo siento! no quería decir eso ¡Por supuesto que no lo decía en serio! No te cobraría por hacer el amor contigo solo…. ¡dios, Elena, acelera! Solo tengo miedo a confundir las cosas… ¡Elena!

La pelirroja apretó el acelerador y movió con violencia la palanca de cambios. La bocina del otro coche advirtió el roce entre ellos y su Cadillac se sacudió apenas antes de estabilizarse y volver a andar.

Escuchó su ligera risa y se cruzó de brazos, recostándose contra su puerta aún con sus latidos apresurados.

- Eres una idiota- le dijo por lo bajo - Ojalá que tu hermoso auto se haya dañado y el seguro no vaya a cubrir los gastos.

- ¿Lo ves? Yo soy la adulta aquí.

- ¡Casi nos atropellan por tu estúpida decisión! Claro que sí, eres la adulta- ironizó Yulia cuando la pelirroja descendió la velocidad al acercarse a casa.

Intentó abrir la puerta cuando se detuvieron pero Elena pasó un brazo frente a ella y la retuvo. Cerrando nuevamente y colocando seguridad.

- No te bajes, tienes algo que aclararme.

- ¿Aquí?

- Adentro despertarás a los niños con tus gritos.

- ¡Yo no grito!...tal vez solo me has contagiado- agregó por lo bajo cuando notó que en realidad sí lo hizo- ¿y qué quieres que te diga?

- Estoy molesta, Yulia. Estoy furiosa contigo- bueno, pensó Yulia, eso decía mucho pero nada también ¿por qué lo estaba? Solo eran dos personas que apenas se conocen teniendo sexo en el auto de una de ellas. Lo que se dijera después no debía afectarla a ninguna.

- Dije que realmente no era eso lo que intenté decirte.

- ¿Y entonces qué?- exclamó Elena, quitándose su cinturón y removiéndose para quedar frente a ella- ¿También me cobrarás por haberme corrido en tu mano la otra noche?

- ¿Puedes parar ya con eso, Elena?- estaba exasperándose ella también y no solo la pelirroja iba a terminar furiosa si no paraba de repetir lo mismo- Pero tú leíste mi historial, yo leí el tuyo y allí decía exactamente que esto iba a pasar.

- ¿Leíste mi historial? ¿De qué demonios hablas?

- No te hagas la sorprendida, ya te lo había dicho. Por algo sé de eso- le dijo señalando su entrepierna- y sí, lo leí. Me vi en la obligación de hacerlo, no te conocía, no te conozco aún- agregó notando que efectivamente no lo hacía- y no había muchas de tus cualidades, solo que consigues lo que quieres con un poco de…tú sabes.

- No ¿con un poco de qué?- Yulia giró los ojos y se echó contra su asiento,Elena Katina estaba muy equivocada si creía que era la adulta allí.

- "…Elena Katina lo lograba todo con su astucia adquirida al pasar los años y nunca perdía nada por la misma experiencia. Pero si en algún momento alguna cuerda tambaleaba, su sonrisa y su discurso de nunca acabar le regalaban ventaja y no solo volvía al ruedo, sino que lo ganaba…"

- Vaya- se sorprendió la pelirroja, descansando su brazo sobre el volante- te lo has aprendido de memoria. Lo has leído muchas veces al parecer.

- No te salgas del punto- la cortó Yulia. Bien, la había descubierto y es que la culpa de haberlo leído más de cuatro veces lo tenía la maldita fotografía de la pelirroja allí en la primera página. Con su cabello largo y unos rizos que ella no dejaba de admirar - Allí también dice que firmaste más de cinco contratos seduciendo a las posibles victimas. Las has invitado a cenar y esas cosas. Puaj, eres muy básica.

- Y eso te molesta porque…

- ¡Eso no me molesta! Me molesta el hecho de pensar que estás haciendo lo mismo conmigo.

- Tú no eres una de mis victimas. No eres mi objetivo.

- Eso ya lo sé. Pero tampoco cambia las cosas.

- Claro que lo cambia, lo cambia todo, Yulia- aseguró Lena con su voz ronca, esa que siempre le ordenaba para luego sonreírle con ironía pero que nunca terminaba molesta- Nunca me acosté con alguna de ellas- le aclaró la pelirroja y la morena giró a verla. Literalmente ella tampoco se habían acostados, solo habían tenido sexo en el auto. Sacudió la cabeza, eso no importaba ahora; Elena le estaba explicando cosas que no debía. No si no quería- Y tú y yo solo nos dejamos llevar por el momento ¿hay algo de malo en ello?- Yulia negó al instante.

- Pero la otra noche también nos dejamos llevar, entonces.

- ¿Y hay algo que nos prohíba hacerlo?- ella recorrió todo el cuerpo de Elena con su vista y ladeó la cabeza. La pelirroja lo sabía y ella también, ambas conocían la única regla que ese empleo compartía: cualquier contacto físico real, descubierto, dentro de las cuatro paredes compartidas, extinguirá el contrato y el trabajo sin división de pagos. Incluidas las suspensiones y la posibilidad de volver a emplearse junto a su compañero/a. Sin excepciones.

Iván Shapovalov, el sucesor de la cabeza creadora de ese negocio, era riguroso a la hora de crear y hacer ejecutar sus reglas. Cuando su empresa se unía a la de Gianfranco Romanov, solo para específicos trabajos, y a otras para emparejar empleados, esa era la única regla que él imponía para cumplir.

Porque ya le había pasado con Joshua, su mejor empleado apenas comenzó con todo ello, que cruzó los limites laborales y se enamoró de Masha, una trabajadora de otra firma, y su plan nunca se vió realizado. Estuvo a punto de ser descubierto y con ello años en la cárcel. No iba a pasar por eso dos veces y temer por la posibilidad de ser arrestado.

No mientras pudiese evitarlo.

- ¿Vas a pensar toda la noche en esto o qué?- continuó Elena, al ver la cara pensativa de Yulia.

- Has entendido que realmente aquello no fue lo que quise decir ¿cierto?- preguntó en cambio la morena y Elena alzó los hombros- Solo tengo miedo de lo que pueda llegar a pasar ¿tú no lo tienes?

- No, para nada- tenía que estar mintiéndole. Por muy fría y lejana que pudiera llegar a ser, Elena debía tener el mismo miedo que ella. De lo contrario no hubiese sido precavida la otra noche al decirle que no tenía protección y evitó culminar el deseo en un acto sexual. Tenía su lado protector y en el iba ese miedo, lo intuía- ¿Estás diciendo que tienes miedo a enamorarte de mi?-

Ya le gustaba. Elena ya le gustaba y de esa línea al amor solo era cuestión de que ella misma se analizara. Y no pasaría mucho tiempo hasta que lo hiciera.

- No voy a enamorarme de ti solo por lo que acaba de pasar- susurró Yulia, pretendiendo convencerse porque sabía que eso no impediría pasar a otro tipo de relación de Elena.

La escuchó resoplar con diversión y luego la vió bajar, caminando frente al auto para llegar a su puerta. La abrió y le tendió la mano; ella la tomó sin esperar:

- Tengo más condones si eso te interesa- le dijo apretando el agarre y guiándola al interior de la casa.

Yulia rió y se perdió escaleras arriba, mientras la pelirroja le pagaba a Helen sus horas de trabajo. Estaba por ingresar a su cuarto cuando notó la hora y volvió sobre sus pasos, al final del pasillo.

Revisó en silencio la habitación de ambos niños y les dedicó una sonrisa al verlos dormir plácidamente en sus camas. Cerró nuevamente con cuidado y en cuestión de segundos se vió frente a su cama, la cama que compartía con Elena.

Se quitó la musculosa y antes de que la lanzara, dos brazos rodearon su cintura. Elena la pegó a su cadera y respiró contra su cuello en un movimiento habitual, cotidiano de dos personas que realmente se aman.

No pudo evitarlo y estiró su brazo hacia atrás, enredándolo en la cabellera de la pelirroja y caminando de esa manera hasta el colchón. Elena la giró y le dejó un beso en la mejilla, antes de separarse para quitarse la ropa y acostarse.

La vio esconderse bajo aquellas sábanas y sonrió apenas: no, no podía enamorarse de ella. Necesitaba este trabajo y eso estaba sobre cualquier opción futura que pudiese llegar a pasar.

Pero la pelirroja abrió sus ojos y le sonrió con diversión tras la frazada, llamándola y nuevamente allí estaba, obedeciéndole. Se quitó los zapatos y, mientras terminaba de acomodarse a su lado, Elena le ayudó a deshacerse de la falda.

***

14: 25 y Elena atravesó la puerta de su casa, sorprendiéndose gratamente al llegar a la cocina y ver una imagen distinta a la de cada día: Yulia estaba sirviendo el plato de Vika mientras Samir devoraba su hamburguesa sin reparos. Rodó los ojos, por muchas veces que le dijera al día que comiera de forma lenta, él terminaba haciéndolo a su manera.

- Buenos días- saludó al adentrarse y recibiendo el brazo alzado de Samir, frente a ella pero dándole la espalda, y Vika alejó la vista de su móvil para saludarla- Vika deja ese teléfono y come.

- Pero…

- Que lo dejes- cortó su protesta y llegó hasta Yulia. Dejó una mano en su cintura para hablarle y volteó a ver a los niños, que observaban su interacción con un gesto de burla- terminen de comer…Hola- le susurró contra su rostro y la morena le dejó una caricia en su mejilla, con un beso antes de caminar hacia el living.

- Buenos días, Elena. En el microondas está calentándose tu hamburguesa, se me hace tarde ya. Tengo que irme.

- ¿A dónde vas?- la siguió Elena y la vió tomar una gorra y un bolso deportivo.

- ¿Lo olvidaste? Voy a ser la entrenadora en el equipo de futbol infantil. Oksana me lo pidió anoche - Oh si, claro, ahora lo recordaba. Por eso ese short totalmente diminuto y esa remera blanca ajustada.

- Aún no hay equipo, Yulia.

- Lo formaremos.

- ¿Puedo ir? Quiero ir - dijo Samir y ambas le gritaron que no.

- Primero irás al médico y le preguntaremos si te afectará- dijo Elena, volviendo su vista a Yulia- ¿Y qué? ¿Saldrás a tocar el timbre de cada casa o cómo formarás el equipo?

- No te burles- la apuntó y ella alzó sus manos- Oksana y Cezina me ayudarán.

- Samir, vas con Yulia- ordenó la pelirroja, chasqueando sus dedos y apurando al niño.

- Pero dijiste que…

- Olvida lo que dije- lo cortó Elena - termina tu almuerzo y buscas una botella con agua y tu inhalador. No lo hagas correr tanto - le pidió a Yulia por lo bajo, mientras oían al niño obedecer sus órdenes.

- Por supuesto que no- le aseguró la morena- pusimos horario de entrenamiento. Con la cantidad de niños que haya hoy, comenzaron a las 16….por si quieres llevar a Vika luego - susurró la ojiazul, con un leve sonrojo y ella asintió.

- Olvídenlo, dormiré siesta y mis siestas no acaban hasta antes de la cena- dijo Vika, pasando al lado de ambas y subiendo las escaleras con su almuerzo en mano.

- Olvídalo tú, niña, eso cambiará - la apuntó Elena - Buena Svetlanarte entonces- agregó cuando Samir se detuvo junto a Yulia ya preparado.

- Si, adiós, Elena- corrió él hacia afuera y ella siguió a la morena hasta la puerta. Oksana y Cezina estaban esperándola en un automóvil y Samir subía con total confianza al asiento trasero.

- Bueno- murmuró la morena- me voy ya. Cuida a Vika - terminó antes de dejarle un fugaz beso en los labios y sin darle tiempo a detenerla para uno más.

La vió correr y acomodarse junto a Samir.

Sonrió, podía jurar que desde allí veía la marca que le había dejado la noche anterior. Guardó las manos dentro de su bolsillo y rió: si, se notaba o entonces algo más le señalaba Oksana sobre su cuello y la morena intentaba taparlo, sorprendida, al descubrirlo allí también.

***

La vió quitar su gorra y lanzarse algo de agua sobre su cabello. Descruzó sus brazos y se alejó de aquel árbol, caminando hacia ella y tratando de no sonreír cuando notó su presencia.

Elena se detuvo frente a Yulia y rodeó su cintura, alejándola del piso y sujetándola para atrapar sus labios. La había extrañado, o a su boca y a sus besos, pero algo en relación a ella la había hecho extrañar y allí estaba, demostrándoselo.

Yulia le rodeó el cuello y le respondió sin quejas, pretendiendo intensificarlo pero ella se alejó, regresándola al Svetlanalo y dejándola con las mismas ganas que ella cuando se marchó.

- Vaya, ya han formado un equipo.

- Solo cuatro niños- dijo Yulia, repasando con su lengua su labio inferior- pero ha sido divertido. Estoy segura que para las competencias tendremos lo necesario.

- No lo dudo ¿Y Samir? - Yulia le señaló a lo lejos, bajo un frondoso árbol había una canilla y allí estaba él, refrescándose con los demás niños - No me refiero a eso ¿hizo ejercicios?

- Solo un poco. Algunos minutos y luego descansaba.

- Buen entrenamiento el de hoy - las interrumpió alguien más y Elena frunció las cejas. Una mujer mayor, de cabello rubio y corto, pasó a su lado y les habló sin siquiera mirarlas. Escuchó a Yulia agradecerle con timidez y finalmente la vió subirse a un automóvil.

- ¿Quién es ella? - preguntó regresando su vista a la morena.

- No vas a creerlo…. Svetlana Sidorova.

- ¿Qué? - hubiese deseado saberlo antes, para detenerla y comenzar todo allí mismo.

- Oksana dijo que controla cada actividad nueva que aquí se haga - susurró la morena - Cuando llegamos ya estaba, nos observó toda la hora sin decir palabras y ahora se va.

- Eso es raro… ¿no habló con nadie más?

- No, con nadie pero es seguro que estará aquí el viernes. Entrenaremos martes y viernes.

- Bien, estaré aquí para entonces…Oye primero Nikita y ahora ella - la felicitó Elena, masajeando uno de sus hombros con diversión.

- Lo de ella fue casualidad - masculló Yulia sonrojada- ¿Y Vika?

- En el auto…quiere ir al cine.

- ¿Al cine?- preguntó la morena sorprendida. Elena asintió.

- ¿Qué hacemos?

- ¿Estás dándome la libertad de ordenar algo?

- No te pases- dijo Elena pero en realidad eso no le importaba. Le había preguntado aquello de manera inconsciente y de esa misma manera le había dado si, la libertad a elegir si cumplían el capricho de Viktoria o no.

- Claro, ve por Samir y enseguida nos vamos. Voy por mi bolso - Elena asintió y giró sobre sus propios talones en busca del pequeño. Sin embargo, se detuvo al dar unos pasos y regresó a la morena.

- ¡Oye! Yo debería estar diciendo eso y tú ir en busca de Samir- le reclamó, señalándola y rodó sus ojos al oírla soltar una carcajada - si, si, muy graciosa. Encenderé el auto, ve por Samir.

- No puedo - la detuvo Yulia, colgándose su bolso y caminando hacia ella- estoy cansada ya. Por favor, hazlo tú- le pidió con su mejor sonrisa y Elena vagó la vista en su rostro, rindiéndose y asintiendo nuevamente - gracias, cariño- palmeó su hombro y la vió pasar a su lado. Volteó y se mordió el labio, Yulia caminaba hacia atrás solo para no despegar sus miradas.

Cuando Yulia caminaba, sus ojos se perdían en ella y su boca se entreabría hasta verla desaparecer. Se sentía a gusto por la vista y su cuerpo lo comprendía.

Notó su camisa húmeda por el cabello de la morena, tras alzarla antes del beso, y tiempo atrás se hubiera molestado. Era su camisa favorita y que utilizaba para trabajar. Pero ahora se sentía distinto.

Llegó hasta Samir y lo vió despedirse de los demás niños antes de volver a su auto. Él tenía su equipo deportivo mojado y sus zapatillas algo embarradas. Nadie nunca más que ella había subido a su Cadillac, y menos en ese estado. Sin embargo ni siquiera hizo el intento de detenerlo cuando él se acomodó en el asiento de atrás.

Ocupó su acostumbrado lugar y por el espejo retrovisor descubrió a Vika comer un chocolate, arrojando los restos sin intención en todo el asiento y la alfombra del piso. Pero se colocó el cinturón de seguridad y encendió el motor.

Estiró su brazo y condujo con su mano en el muslo de Yulia.

Regla número 47: disfruta los pequeños detalles de cada trabajo. Solo por si acaso.


🔜
Afortunadamente Elena entendió el mal chiste de Yulia y casi hace que se estrellen 🤣🤣 pero nada más a partir de ahí.
Hola nenas! Feliz sábado para todas. Nos leemos en un rato cuando suba el otro capítulo. Por cierto, aún no escojo que nuevo fics subiré paralelo a este. Quiero una buena historia que encaje con las Freenbecky 🙏
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Mensaje por LeaAgronsky 6/9/2024, 12:06 am

Amé la parte en la que Lena tiene un ataque psico y casi hace que se maten jajajajajajaajajajaj brutal
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Mensaje por Corderito_Agron 6/9/2024, 2:07 am

Bro, tómate tu tiempo y escoge una historia bien buena, así como la Freen hahahaha que ya por acá está la Bebé. 
Cambiando de tema, será que las yulenas se están rompiendo todas las reglas que encuentran en su camino hahahaha
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Mensaje por Veroska 6/9/2024, 6:28 am

Corderito_Agron escribió:Bro, tómate tu tiempo y escoge una historia bien buena, así como la Freen hahahaha que ya por acá está la Bebé. 
Cambiando de tema, será que las yulenas se están rompiendo todas las reglas que encuentran en su camino hahahaha
Pues típico Corderito_Agron, las cumples hasta que llega la persona que te hace que te las saltes y las rompas y ya le llegó a Elena como a Julia..

Me alegra que se haya solucionado el mal entendido y ese Estoy furiosa y molesta contigo de Elena significa mucho más que solo un comentario, así como el de ofrecerle que tiene más condones para convencerla de que se enamore...
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Mensaje por Volkatin_420 6/9/2024, 7:12 pm

Esas escenas tan detalladas 🥵🥵🥵 me dan calor 🫠🫠🫠
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Mensaje por psichobitch2 6/9/2024, 8:08 pm

No sé cuantas veces me ví Gap the series y en donde salga Freen ahí estaré I love you En cuanto a Yulia y Elena, tienen un torrido romance que flipa y los celos de Lena por Cezina jaja me encantan
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Mensaje por Fati20 6/9/2024, 8:29 pm

Estuvo divertido esa aclaración de tan mal comentario de Julia pero ya todo bien y bueno Lena es buen auto engañandose las 2 están jugando con fuego y ese amor ya esta allí 🥰🥰🥰. Oh cariño genial!!!! Estoy segura que vas a escoger una historia perfecta para FreenBecky ya me siento muy emocionada de leerla. Tener una historia de cada pareja me encanta. Feliz domingo I love you😘😘
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Mensaje por Veroska 6/9/2024, 9:58 pm

Escuchándolas a todas, creo que mejor me voy a ver la serie Gap para saber de la pareja que hablan... Al menos ya supe quien era Yoko y Faye cuando leía la historia anterior 😅 Hay que tener en mente los rostros de las susodichas para imaginarlas bonito en los fic 😁
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Mensaje por LenaVolkova66 6/10/2024, 12:16 am

Ya me suponía que lo que dijo Yul no fue realmente lo que parecía, ella también empieza a sentir cosas por la pecosa LOL No quiere ser una más como entendió en el historial de Lenita. Menos mal que lo aclararon! Me encanta como sin darse cuenta actúan como pareja estando solas, ya no les hace falta disimular ahahahah me dio risa cuando Yul menciona a Cezina, la pecosa cambia de opinión para que Samir se vaya con ella lol, Y me gusta que poco a poco se "encariñe" con los niños. Uyy Sveta estaba allí, se acercan al objetivo! Da algo de miedo como puede resultar todo, van a infringir las reglas de enamorarse seguramente...y encima las pueden descubrir en la estafa...umm ya veremos, mientras disfrutare de ellas y sus momentos sexys ahahahahah
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Mensaje por Patricia Armstrong 6/10/2024, 12:19 am

Veroska escribió:Escuchándolas a todas, creo que mejor me voy a ver la serie Gap para saber de la pareja que hablan... Al menos ya supe quien era Yoko y Faye cuando leía la historia anterior 😅 Hay que tener en mente los rostros de las susodichas para imaginarlas bonito en los fic 😁

Te has estado perdiendo lo mejor de lo mejor y si amaste a Yoko y a Faye, amarás a Freen y a Becky y pues, espero que pongan una portada de ellas para que veas lo hermosas que son
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Mensaje por Fati20 6/10/2024, 1:19 am

[quote="Veroska"]Escuchándolas a todas, creo que mejor me voy a ver la serie Gap para saber de la pareja que hablan... Al menos ya supe quien era Yoko y Faye cuando leía la historia anterior 😅 Hay que tener en mente los rostros de las susodichas para imaginarlas bonito en los fic 😁[/quote


De todas las GL GAP es lo mejor de lo mejor!!! Sin menos apreciar a black ya q todo depende de gustos no les llegan las protagonistas a la química de Freenbecky jamás y si te gustan se viene una película ya pronto y una nueva serie con ellas q siento q puede superar Gap 😍😍😍. Ve a ver Gap y nos cuentas qué te pareció
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/10/2024, 1:42 am

Cap. XII: "Confiar"

- ¡Vamos, Samir! Vamos, tú puedes, ¡patea!... ¡Rayos! - Elena se cruzó de brazos y bajó su cabeza, observando tras sus lentes de sol el nuevo entrenamiento del equipo de fútbol que Yulia dirigía. Solo se escuchaban los gritos de la morena, animando a los niños pero más a Samir. Sin embargo, el chico llegaba casi sin aliento hasta el arco y Mason, quien usaba los guantes para atajar, terminaba con la pelota en la mano por sus débiles disparos.

Elena sacudió el cabello del niño cuando pasó a su lado luego de que Yulia le hiciera una seña de que saliera un momento. Tomó dos botellas con agua del banco tras ella y le entregó una. Lo observó beber con tranquilidad y luego se acercó hasta Yulia. Cezina estaba frente a la morena dándole algunos consejos y con una planilla en mano, cual asistente que Yulia no necesitaba. No para su gusto.

La chica se le adelantó y le dió otra botella a la morena, sonrió ampliamente cuando la rechazó con cortesía porque aún no la necesitaba. Sin embargo, ella quitó la tapa de la que sostenía y abrazó a Yulia desde atrás, pasando el brazo frente a sus ojos para que tomara la botella.

- Lo estás haciendo muy bien, cariño - le dijo mientras Yulia bebía con gusto. Cezina golpeó la lapicera contra la planilla y señaló hacia un costado, donde dos autos se acercaban.

- Son más niños, iré a recibirlos - murmuró y Elena asintió con su mejor sonrisa para que lo hiciera. Ya no le divertía tener que dejarle en claro que Yulia era su esposa, porque la morena apenas le prestaba atención, pero si le divertía sus reacciones cuando ella aparecía para arruinarle sus obvios avances.

Giró a Yulia sin separarse y notó que algo de sudor se había juntado en su frente, cayendo con prolijidad en todo su cuello. Apartó un mechón de pelo sobre su rostro y palmeó suavemente su gorra. Había visto las porristas de su Instituto cuando asistía y lo corta que eran sus faldas e incluso había disfrutado de la vista cuando la hacían girar y mostraban de más; pero el uniforme no oficial que Yulia llevaba puesto llamaba más su atención.

Sus piernas bronceadas bajo ese short, su clavícula al aire tras esa remera blanca y su cabello largo y bien cuidado bajo esa gorra azul, eran la combinación favorita para ella. Luego de Yulia en ropa interior, porque nada se comparaba a cuando la veía pasearse por su cuarto o la sentía dormir en ese estado.

Rodeó su mejilla izquierda con su mano y la acarició. Se preguntó por qué Yulia cerraba sus ojos, si sentiría lo mismo que ella cuando la morena imitaba ese gesto al llegar de su oficina cada mediodía. Tiró con suavidad hasta ella y se inclinó para dejarle un beso en los labios. Una unión sin movimiento, solo una boca sobre la otra por unos segundos.

Se alejó y se repasó los labios con la lengua, llevando el sabor de Yulia a su interior.

- Te lo dije tía, ellas están muy enamoradas - escucharon ambas y Elena volteó, Nikita se acercaba con Svetlana y sus pasos con total seguridad. La mujer ignoró el comentario del chico y se detuvo al lado de ambas, inspeccionándola sin mover su vista pero haciéndolo; Elena conocía ese tipo de miradas porque así lo hacía apenas conocía su nuevo negocio - Elena, Yulia, mi tía. Tía, ellas son…

- Si, si, Nikita no soy idiota - lo interrumpió la mujer - Elena y Yulia, acabo de escuchar. Tu cara me es familiar - le dijo a la pelirroja y Elena entrecerró los ojos; su rostro para nada llegaba a sus pensamientos así que no, no podían conocerse.

- Lo lamento pero creo que nunca la había visto antes - le dijo antes de estirar su brazo y esperar estrechar sus manos. Svetlana la observó una vez más, ladeó su cuerpo para inspeccionar a Yulia y finalmente volvió a su lugar, aceptando el saludo de Elena sin inmutarse - Es un placer conocerla, todo el mundo habla bien de usted.

- ¿Ya conoces a todo el mundo? - preguntó en cambio Svetlana y Elena lanzó un resoplido sarcástico, negando ligeramente con la cabeza - Lo suponía- agregó con tanta seriedad que la pelirroja le sonrió con esfuerzo - Mujer de negocios ¿eh?

- Un poco, trabajo en una oficina. Es un negocio pequeño - aclaró Elena.

- Ningún negocio es pequeño - replicó Svetlana - ¿Y exactamente en que te especializas?

- Es algo simple. Controlo los contratos de la empresa de un amigo y la mayoría del tiempo soy algo así como su contadora.

- Dos cosas completamente distintas - dijo Svetlana, sosteniendo las manos tras su espalda - pero es bueno ver a alguien con ambición. Hace tiempo estaba esperando por alguien así- terminó la mujer y Elena alzó su mentón, moviendo su cabeza en agradecimiento - ¿Y tu mujer se dedica a…

- Es la nueva entrenadora de Anapa- respondió Elena orgullosa, rodeando a Yulia por sus hombros y pegándola a ella- tendremos un trofeo infantil en alguna vitrina este año, lo sé - terminó, observando a la morena y notando el sonrojo en sus mejillas.

- Eso sería interesante de ver - se coló Nikita - el último equipo infantil que nos representó era solo de niñas pero perdieron la final en la ciudad. Pero Yulia tiene pasado deportista, ella sabrá que hacer - les sonrió él y Elena notó una mirada de Svetlana, continuando su inspección.

- Yulia Volkova - masculló la mujer - juraría que te he visto en alguna revista- aseguró ella y la morena se aclaró la garganta, negando al instante.

- Eso es casi imposible.

- Casi - repitió Svetlana - de verdad, podría jurarlo. El nombre no lo recuerdo pero si tu rostro. Salías de caminata con un tal…ahg, no lo recuerdo tampoco, fue hace tiempo. Pero el tipo hundió su carrera como actor meses después, al decir que era gay y mostrarse públicamente con su pareja.

- Es una muy buena historia - bromeó Elena - pero no es mi esposa de la que habla.

- ¿Y antes a qué te dedicabas? - insistió la mujer.

- Ayudo en la empresa de Elena - soltó Yulia sin pensarlo y la pelirroja asintió, respaldando sus palabras.

- Mujeres de negocios. Bien, bien, me gusta….Bueno, debo irme. Solo recuerden estar al día con los impuestos, no querrán tener problemas - dijo Svetlana, guiñándole un ojo y pasando frente a ellas - ¡Yaroslav! – se detuvo la mujer con un fuerte chasquido de dedos y regresando a las dos - Ese era el nombre del tipo. Solía ponerse algo en la cabeza, como un pañuelo o un intento de eso y cubría su asqueroso corte de cabello.

Elena entrecerró los ojos y apretó más a Yulia contra ella, recibiendo los brazos de la morena alrededor de su cadera.

- No era ella - aseguró la ojiverde seriamente y Svetlana se dio por vencida, alzando sus manos en demostración - Hasta luego.

La vieron alejarse con Nikita tras ella y Elena suspiró aliviada cuando desaparecieron de su radar. Svetlana sabía tanto de ellas como ellas de la mujer. Y eso no era nada bueno por supuesto; jamás le había pasado estar en ese lugar, el de ser investigada por su futuro objetivo y limitarse de alguna manera en sus planes.

La mujer era astuta e inteligente, y estaba segura que dentro de las paredes de su casa lo era aún más. Seguramente debía tener sistema de alarmas o algunos perros cuidando la entrada. Posiblemente este trabajo se alargue más de lo habitual y los planes cambiarían por momentos.

Yulia pasó una mano frente a su rostro y parpadeó varias veces, volviendo su vista a ella.

- ¿En qué piensas?

- Casi nos descubre - susurró ella y la morena ladeó la cabeza.

- Casi, pero no va a hacerlo. Lo de mi contrato con ese….bueno, ya fallido actor, fue hace tiempo. No hay manera de que pueda llegar a ello.

- ¿Y si lo hace? - preguntó Elena por lo bajo. Yulia alzó una ceja y se echó hacia atrás, antes de largar una pequeña risa.

- ¿Estás paranoica? Tengo que recordar este día.

- Yulia, estoy hablando en serio.

- ¡Por supuesto que no lo hará! Eso fue contrato entre la productora y yo. Nadie más se vinculó, no hay manera de que alguien acceda y descubra eso. Tranquilízate - por el momento la seguridad de Yulia caló en ella y dejó de pensar en eso, en Svetlana Sidorova. Pero recordó las palabras de Iván que le dijo tras firmar su primer trabajo: "…el primer y último trabajo, siempre serán los más difíciles. Sobre todo el último, porque debes irte por la puerta grande…" - ¿Elena? - insistió Yulia.

- Si, si, está bien…dijiste que era un trabajo en equipo ¿no?

- Ajá - susurró la morena sin entender.

- Pues si dices eso, confiaré en ti. No me preocuparé.

Regla número 5: Solo confía en ti misma y en tus habilidades. En nada más.

***

Elena abrió los ojos, de manera desmesurada y sorprendida cuando la puerta se abrió y Vika ingresaba corriendo, sacudiendo la mochila tras su espalda porque cargaba algo entre sus manos, contra su pecho.

Samir llegaba tras ella, más tranquilo pero con su brazo rodeando el hombro de otro niño; hablando animadamente con él cual dos mejores amigos de toda la vida.

Parpadeó varias veces y se puso de pie, abandonando el sillón y dejando a un costado el periódico que leía.

- Ey, ey, detente ahí - se paró frente a Vika e impidió su paso escaleras arriba. No le agradaba nada lo que sostenía con una sonrisa y menos aún que lo paseara por la casa- ¿Qué rayos es eso?

- Un perro, Elena.

- Sé que es un perro….cariño - agregó al notar cómo Samir se acercaba con el otro niño - pero qué hace en mi casa.

- Estaba dentro de una caja, a unas cuadras de aquí y míralo - le dijo Viktoria extendiendo sus brazos y dejándolo frente a su rostro. Ella lo alejó al instante y apretó los labios, eso le iba a salir caro a esa niña - está muy delgado.

- El ómnibus te deja aquí, frente a la vereda ¿cómo es qué estaba a unas cuadras de aquí?

- Pues me bajé antes, duh. No es muy difícil - se burló la niña, recibiendo las lamidas del cachorro en su rostro. Elena gesticuló con repulsión y tragó fuertemente - Le compraré un collar, le pondré nombre y le diré al veterinario que lo vacune.

- Oh, no, no. No harás nada de eso - la cortó la pelirroja - llévalo y devuélvelo. Déjalo dónde estaba.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¡Míralo! Tiene hambre.

- ¿Y que tal si algún niño lo dejó olvidado?- fingió Elena preocupación, agachándose a su altura - No querrás hacerlo llorar cuando regrese y se encuentre con la caja vacía ¿cierto? – Vika entreabrió la boca y le dedicó un gesto de obviedad.

- No tengo cinco años. No caeré en eso.

- Suficiente, Vika - la cortó Elena, irguiéndose - Lo regresas dónde estaba. Sabes que no me gustan los animales, cariño.

- Pues un perro básicamente es una mascota - se coló aquel niño desconocido a la conversación y Elena lo estudió, rodando los ojos cuando no la vió - y está científicamente comprobado que hace a las personas gruñonas, menos gruñonas - terminó él y la pelirroja volteó a verlo de inmediato.

- Pero, niñito, para tener una mascota, hay que tener tiempo. Debes cuidarlo, bañarlo, alimentarlo y…

- Yo lo haré - la interrumpió Viktoria y Samir asintió, apoyando su idea.

- Entonces si ella lo hace, usted solo deberá pagar sus vacunas - siguió el niño y ella le fingió una sonrisa - Mamá me deja tener mascotas en casa. Tengo un conejo que duerme conmigo.

- ¡¿Un conejo?!- se sorprendió Elena, imaginándose la situación y temblando de solo pensarla - ¿cómo vas a compartir tu cama con un conejo, niño?

- Se llama Peter, y se lleva muy bien con Agatha, mi gata de cuatro años.

- Tu cuarto debe ser un nido de pelos por todos lados - susurró la pecosa.

- A mamá no le molesta - dijo él orgulloso - pero a usted parece que si. Necesita una mascota con urgencia…Oye Samir, pregúntale a tu mamá si te da permiso y se quedan con Mumu.

- ¿Quién es Mumu? - preguntó Elena cruzándose de brazos.

- Pues él - respondió Samir, señalando el cachorro que no dejaba de mover su cola- Cuando mamá regresé hablaré con ella.

- Todos tenemos una mamá buena onda….y otra gruñona - murmuró aquel niño, pasando al lado de Elena junto a Samir rumbo a la cocina.

- ¿Quién demonios es ese niño? - inquirió la pelirroja a Vika - ¿Y por qué está en mi casa?

- Literalmente no es tu casa - susurró la niña y ella rodó los ojos- y es…míralo tú misma- terminó Vika, volteando y señalándole el cierre de su mochila. Elena lo abrió y tomó lo que ella le indicó. Abrió una carpeta gris y allí estaba, la foto de aquel niño que ahora reía con Samir mientras bebían limonada, en la primera página. Con el nombre de Pavell Sidorov acompañado.

- Pero qué… ¿Cómo pasó esto?- le preguntó por lo bajo, tomándola del brazo y alejándola para que no la escucharan - ¡Me tiene como la madre gruñona! ¡Él!

- Y quién no - ironizó la niña - Estábamos en la entrada del colegio, Samir lo vió llegar y se golpeó contra él, bueno, fingió un tropiezo y los videojuegos de ambos cayeron. Lo raro fue cuando salimos…Svetlana estaba esperándolo y cuando le dijimos quiénes eran nuestras madres, ella ya lo sabía. Conoce incluso nuestra dirección.

- Si, lo sé. Sabe mucho de nosotros. Oigan, deben tener cuidado. El niño también es inteligente.

- Samir se encargará de él - dijo Vika - y yo de su mejor amigo….Iré a bañar a Mumu - murmuró al ver a Elena pensativa. Dando unos pasos hacia atrás con lentitud y corriendo finalmente al lavadero al no recibir respuesta.

Si Svetlana Sidorova solo se relacionaba con gente de antigüedad en el lugar ¿qué hacia su hijo compartiendo tiempo con los de ella? Bueno, con los que fingían serlo pero el caso era el mismo.

Elena se pasó una mano por el cabello y rascó su cabeza: Yulia se había acercado a Nikita Makarov y los niños ya a Pavell. Todo estaba siendo fácil en ese sentido. Lo difícil debía comenzar ahora, continuar con todo.

Caminó hasta la cocina y vagó su mirada en Pavell: era un niño delgado, de pequeña estatura o tal vez la adecuada para su edad, su cabello negro se peinaba hacia un costado y llevaba anteojos. Observó su mochila en una de las sillas y notó que era lisa, tanto como el uniforme escolar que aún llevaba.

Llegó hasta la heladera y tomó un pastel que había comprado el día anterior, cortando dos porciones luego de dejarlo en la mesa.

- Viktoria me dijo que te llamas Pavell. Bueno, Pavell, soy Elena - le sonrió ella y el niño asintió mientras comía una hamburguesa - ¿Te gusta el pastel de chocolate?

- Me encanta, pero solo puedo comerlo una vez a la semana.

- ¿Y ya has comido esta semana? Genial- agregó cuando él negó con la cabeza.

- ¿Puedo usar su teléfono luego? Mamá tiene que venir a buscarme antes de las tres.

- Claro que puedes usarlo. Pero si quieres, te llevamos a casa. ¿Cierto Samir?

- ¡Si! Mamá tiene un Cadillac, te encantará.

- Oye Pavell - dijo Elena - ¿te gusta el fútbol?

- No mucho ¿por qué?

- Por nada - le sonrió ella antes de llegar a Samir y dejarle un beso en su cabeza - terminen de comer y luego hablas con tu mamá, Pavell. Tal vez te deje quedarte un rato más…Samir tiene muchos videojuegos - le dijo al dejar la cocina para regresar al sillón.

Se detuvo en medio del living y, cuando la puerta se abrió con una Yulia cargada de bolsas de compras, recordó cuando Vika ingresó minutos atrás.

- Elena, toma, ayúdame. Estás bolsas….

- Ahora no, Yulia… ¡Vika! - gritó dirigiéndose al lavadero con notable enojo- ¡Regresa aquí con ese animal!.

- ¡Mamá!- exclamó Samir llegando a Yulia y colgándose de su cadera.

- Samir por qué… ¡Cielo! Hola, cariño ¿cómo estás? - le preguntó al ver a otro niño llegar tras él.

- Muy bien, oye mira, él es Pavell, un amigo ¿podemos quedarnos con un cachorro?

- ¿Qué? Hola, Pavell.

- Hola señora - la saludó él con timidez, aún manteniéndose a un costado.

- ¿De qué hablas, Samir? - preguntó la morena, tendiéndole una bolsa - ayúdame con esto.

- Viktoria rescató un perrito ¿podemos dejarlo en casa? - Yulia arrojó el resto de bolsas sobre la mesa y recordó sus convivencias con animales, sobre todo con perros.

- ¿Le has preguntado a tu madre?

- Dijo que te preguntemos a ti- dijo Samir, hurgando entre las bolsas hasta encontrar algo de su gusto.

- No lo sé, Samir.

- ¡Vamos, mamá! Es lindo y pequeño. Lo cuidaremos.

- Pero….

- Samir dice que usted no es la madre gruñona- intervino Pavell, tomando una barra de cereal que Samir le tendía.

- ¿Eso dijo?- preguntó Yulia orgullosa- ¿Lo cuidarás Samir?

- ¡Mucho! Y Vika lo bañará. Solo debes acompañarnos a ponerle sus vacunas.

- Está bien- respondió la morena- pueden tener un perro.

- ¡Genial!- exclamó Samir, palmeando el hombro de su amigo para que lo siguiera- ¡Gracias, mamá!

- Oye ¿y tu madre gruñona no se enojará?- le preguntó Pavell, subiendo las escaleras con velocidad.

- Pues seguro…pero mamá sabrá calmarla - terminó él, cerrando la puerta de su habitación y armando la consola de sus videojuegos para no escuchar los reclamos de Elena luego.

🔜

Fati20: tienes toda la razón belleza, Gap no ha podido superar a las otras series GL,.pero fueron bastante buenas: 23.5, la que pasaron en Netflix, Blank, por la hermosura de Faye 😍😍 y con ansias de que se estrene Uranus 2324 que creo partirá mi corazón I love you
Nos leemos pronto, nenas! 
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Mensaje por Fati20 6/10/2024, 8:34 am

Jajaja Julia tendrá que usar su "ingenio" para calmar a la gruñona con lo del nuevo perrito 🤣🤣🤣🤣 muy buen capitulo. Esta mujer q controla todo me recuerda a la vieja de la historia del pueblo con los rituales locos. Y si cariño como Gap no hay otra pero es lindo que abrió la puerta para muchas más historias GL, coincidimos ya menos de un mes para llorar con Uranus aunque yo tengo esperanzas qué así sea en el más allá sus almas terminarán juntas. Y lo que me tiene por las nubes por el contenido q por cierto el 17 se estrena el piloto es The Loyal Pin solo con las fotos se ve que será épico. Ellas juntas Freenbecky con química y magia pura como el Rey Midas donde son pareja eso se vuelve oro.
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Mensaje por Corderito_Agron 6/10/2024, 8:34 pm

Lena gruñona hahaha me encanta, y también le tiraste al mantenido hahahaha así se hace. Cambiando el tema, cuando follan otra vez? Hahahahahhahah
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Mensaje por LenaVolkova66 6/11/2024, 4:50 am

Me encanta la elena celosa y sus acciones mata ! :3 La mama gruñona jsjsjs pobre
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Mensaje por Veroska 6/11/2024, 5:36 am

Ok Patricia, me convenciste con que es de lo mejor porque dices que es todo amor
Fati me convence porque tiene buena química y eso me gusta de las series, pelis o historias que veo y leo pero Xander me hablas de un sin fin de series que apenas estoy en Blank.. y si es guapa Faye aunque adoré la devoción que derrama Yoko por ella... Que aún no veo el capítulo que se estrenó la semana pasada...

Jajaja finito! Julia tiene sus métodos para calmarla, en fin, van llevando cada día una mejor relación las dos aunque Julia ya va considerando que del gusto al enamoramiento está a un paso, ella no sabe que a Lena también le gusta ella, cada quien se engaña a su modo. Y su trabajo va alcanzando su objetivo aunque me intriga saber cómo terminen...
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 6/12/2024, 2:53 am

Cap. XIII: "Punto número 2"

- Es una casa grande.

- ¿Cuán grande?

- Mmm, no mucho. Solo vi dos cuartos y la cocina… ¡Oh! Y el living.

- ¿Aparatos costosos? ¿Cuadros? ¿Muebles de calidad?

- Solo una televisión, los sillones y esas cosas. Y videojuegos, muchos videojuegos.

- ¿Automóviles?

- Am, solo uno. Pero en el garaje vi una motocicleta y la podadora de césped.

- ¿Trato?

- Yulia es simpática; bueno, en realidad no la traté mucho. Elena es…algo más malhumorada.

- ¿Alguien más?

- No, solo ellos cuatro.

- Bien….tu porción de chocolate está en la heladera.

- ¡Genial!

Regla número 10 de su trabajo: Solo puedes relajarte el primer y el último mes. A partir del día 31, todo comienza a tomar forma.

***

- ¡Equipo! - gritó Elena, arrojando el periódico de esa mañana contra la mesa antes de abandonar la cocina. Caminó hasta las escaleras y acomodó un pie sobre el primer escalón y una mano en el barandal, continuando su llamado a los demás - ¡Vamos! Los quiero en la cocina ¡ahora!

- Cierra la boca, Elena ¡es sábado! - gritó Samir desde su habitación y ella rodó los ojos. Pero ya eran las 9:30 ¿hasta qué hora pretendían dormir?.

- ¡Arriba! Vamos, ya salió el sol hace tiempo, tenemos algo de qué hablar ¡Levántense!

- Shhh ¡Cállate! - le gritó Viktoria y por el sonido de su voz debía estar con su cabeza bajo la almohada.

- Vamos, les prepararé el desayuno si se levantan - ofreció ella, avanzando al segundo piso pero sin gritar - y les compraré el pastel del otro día. Sé que les gustó ¿cierto, Samir?

No recibió respuestas ni nuevos gritos para que se callara. Jaque, pensó al sonreír y pisar el último escalón. Giró camino al pasillo pero observó su cuarto antes de continuar. Ladeó apenas la puerta y apretó los labios al ver a Yulia dormir boca abajo, con la sábana solo cubriendo su espalda y dejando al descubierto la pierna que caía a un lado.

No habían vuelto a tener intimidad desde aquella vez luego de la cena de los Makarov. Pero solían compartir abrazos o dormir demasiado pegadas cada noche. Y es que Yulia le parecía a veces difícil de leer. Solía comportarse divertida y cariñosa por momentos o simplemente cómo la conoció.

¿O tal vez esa era ella y lo veía reflejado en la morena? Agitó la cabeza y continuó su camino cuando la vió moverse y la escuchó murmurar dormida. Golpeó con fuerzas la puerta de Samir y le ordenó que se levantara. Sin embargo no oyó movimientos por lo que abrió y retrocedió al instante cuando algo la golpeó.

- ¡Samir!

- ¡Lárgate de aquí! - gritó él lanzándole una segunda almohada - Quiero dormir.

- Y yo quiero que te levantes. Vamos- insistió golpeando una vez más la puerta antes de caminar al cuarto de Viktoria. Abrió y se detuvo bajo el marco cuando un par de ojos se posaron sobre ella. Acostado en las piernas de la niña, Mumu alzó su cabeza y la ladeó, intentando entender qué iba a hacer.

Lanzó un resoplido de molestia y eso fue suficiente para poner al cachorro en alerta. Lo vió levantarse, acomodar sus patas delanteras con firmeza y comenzar a ladrar. Hacia a ella. Rodó los ojos y se acercó un poco más a la cama, llamando a Viktoria e intentando despertarla.

- Viktoria, vamos ya. Levántate - acortó aún más la distancia y llegó hasta el hombro de la niña, moviéndolo apenas y murmurando porque despertara. Observó al perro girar en círculo varias veces por lo que continuó llamándola al alzar la voz - Viktoria, despierta. Levántate, tenemos mucho… ¡Viktoria! ¡Maldita sea! - exclamó sacudiendo su mano y encorvándose para atraparla entre sus muslos - Viktoria ¡ese estúpido perro me mordió!

La oyó reír por lo bajo y con ello su humor tocó el techo. Rodeó la cama y alejó las frazadas de la niña, insistiéndole que se despertara y sin importarle que el cachorro quedara atrapado entre las sábanas.

Dio un último grito de orden y abandonó la habitación, golpeando la puerta de Samir nuevamente al pasar frente a ella.

- Yulia, levántate ya, tú también ¡Vamos!- le exigió a la morena al ingresar al cuarto que compartían. Zarandeó la pierna que colgaba y rozaba el piso y repitió el acto que realizó con Viktoria; descubriendo a la morena en ropa interior.

- Así nunca dejarás de ser la madre gruñona - susurró Yulia somnolienta.

- No soy la madre de esos niños ¡Que te levantes!

- ¿Pero qué demonios te pasa hoy?- le preguntó la morena cuando intentaba dejar la habitación. Elena se detuvo en la puerta y la miró de reojo, este tipo de cosas pasarían si bajaba la guardia.

- Solo los quiero en la cocina. Tenemos mucho de que hablar. Apúrate.

Todos aún seguían con sus pijamas y, aunque eso no era parte de la orden para que se levantara, prefirió eso a que continuaran durmiendo.

- Creo que teníamos un acuerdo. Pasada las nueve ya dejarían sus camas.

- Es sábado - repitió Samir y ella lo fulminó con la mirada; estaba comenzando a desesperarla esto de darle la libertad a cada paso que daban.

- Les di el permiso de dejar aquí a ese maldito perro ¿no?

- Yulia lo hizo - continuó él señalando a la morena.

- Les di el permiso- insistió ella entre dientes - pues espero lo mismo de su parte. Un poco de colaboración en esto no me vendría nada mal.

- Pero hoy es sábado - siguió Viktoria, como si eso fuera excusa suficiente- ¿cuál es la diferencia entre despertarnos a esta hora o dos después?

- Esto es un trabajo niña. Y en los trabajos, se cumplen horarios. Si llegas tarde, te suspenden. Si rompes las reglas, te suspenden. Si no te gusta cómo son esas reglas, renuncias o te echan ¿lo entiendes?

- Elena - murmuró Yulia- son solo unos niños.

- Son profesionales, Yulia ¿no dice eso sus currículos? - preguntó ella con algo de molestia.

- El problema no es que seamos profesionales o no - intervino Viktoria- el problema es que tú no sabes nada de convivir con alguien que no seas tú misma y eres una completa descuidada si de niños se trata.

Apretó su mandíbula y deseó poder golpear la mesa. Las palabras de la niña fueron un golpe bajo, real pero bajo y su sonrisa se veía a triunfo. La vió cruzarse de brazos y echarse contra la silla. Bien, Viktoria se vería como ella misma en unos años, estaba segura. No le gustaba perder nada y, por el contrario, quería siempre terminar las discusiones. Con victoria.

- Tienes razón - admitió Elena con una sonrisa fingida - ¿sé algo de niños? No. Y no quiero saberlo. Este es mi último trabajo en el negocio y ustedes no lo estropearán. Hay mucho dinero tras ello y solo se repartirá entre los cuatro dependiendo de mi reporte ¿Quieres tu parte, niña? Pues trabaja por ella- sentenció con una última mirada a Vika y la desvió luego en Samir y Yulia, transmitiéndoles el mismo mensaje- Ahora bien - dijo acomodando su chaqueta - mandé a investigar los recursos de Svetlana Sidorova, en qué gasta su dinero y cuánto a la semana.

- ¿Qué hiciste qué? - le preguntó Yulia sorprendida- ¿y por qué no nos lo consultaste?

- No tengo por qué hacerlo- la cortó ella, tomando su taza de café y llevándola a su boca - No consume carne - comenzó luego de quitar una hoja de papel de uno de sus bolsillos - lo que hace que haya ahorro extra en cada gasto de víveres. Solo compra una porción de chocolate a la semana y es para su hijo. Carga gasolina dos veces a la semana, generalmente los lunes y jueves. El gasto para el colegio de su hijo es una cuota mensual de 250 rublos.

- Lo que equivale al nuestro, duh - murmuró Viktoria.

- Nosotros gastamos 500. Ustedes son dos, duh - la imitó Elena y sonrió mentalmente cuando la niña apretó sus labios - Nikita Makarov es el gerente de la cadena de supermercados en Anapa. Entonces…allí entraremos nosotras, Yulia.

- Te escucho - le dijo la morena con desgano y ella la observó un momento. Está bien, tal vez se había pasado con el trato a los niños y sobre todo a Viktoria pero a Yulia no tendría por qué afectarle ¡A ella tampoco le gustaban los niños! Les compraría luego un helado a cada uno y todo se solucionaría. Y Yulia volvería a sonreírle y aquellos abrazos pretendiendo ser falsos frente a los demás, no se suprimirían.

- Le hablarás a la mujer de Makarov de mi empresa, le diremos que es una fábrica repartidora de productos.

- ¿Qué tipo de productos? - preguntó la morena.

- No lo sé, cualquier producto.

- Las fábricas no hacen cualquier producto, Elena. Se dividen en lo que vayan a realizar - sí, le había afectado y ahora estaba enojada. Lo notaba en su tono de voz irónico y las palabras salidas entre dientes. Elena se pasó una mano por la cara y se inclinó sobre la mesa, llegando a ella.

- Te parece si tu linda esposa vende…no lo sé ¿productos integrales? - Yulia alzó los hombros - Productos integrales, entonces.

- ¿Y tienes de dónde sacarlos? - le preguntó la ojiazul y ella sonrió de medio lado. No, no lo tenia.

- Por supuesto- le aseguró al notar los ojos de Yulia en su boca. Ella bajó su vista hasta el pecho de la morena y observó una pequeña abertura generada por la bata de baño al sentarse. Samir se aclaró la garganta y detuvo su movimiento de cabeza, que avanzaba hacia el rostro de Yulia.

- ¿Sabes que los productos integrales se hacen a partir de los cereales?- inquirió el niño y ella volteó a verlo.

- Por supuesto que lo sé- le dijo al regresar a su silla.

- ¿Y dónde hay una fábrica de cereal aquí?- continuó Samir.

- Pues, Samir, te recuerdo que no nos especializamos en ser transparentes ante los demás ¿me sigues? - le dijo al tomar un papel y elevar su brazo- si digo que hay una fábrica de cereal. La hay- terminó al arrojar la hoja y ponerse de pie luego.

- Si esa fábrica acaba de caer, nadie te asegura que tú fábrica no vaya a terminar igual - le dijo el niño, señalando la mesa antes de tomar una tostada. Elena frunció las cejas y arrojó aquel papel a un lado.

- Gracias por tu apoyo - ironizó y recibió un pulgar arriba por parte de él - Bien, tú trabajo, señor okay - le dijo al bajarle el dedo de un manotazo - necesito a Pavell en el equipo de fútbol.

- Pero dijo que no le gustaba.

- Ya sé lo que dijo, estaba ahí cuando se lo pregunté. Pero debes incentivarlo, que recurra a las prácticas y su amistad debe fortalecerse aún más ¿entendido?

- Ajá ¿y qué logramos con eso?

- Con la recomendación de Yulia a los Makarov de nuestra fábrica, nos insertaremos en ese terreno. Le venderemos productos a esa cadena de supermercados hasta cierto tiempo. Llegará un momento en que fingiremos que la fábrica cerrará o se acabará y lo último que nos quede será el golpe final. Los últimos productos se venderán a un precio elevado y para ese entonces ya debemos tener la confianza de Sidorova como compradora….y ella pagará lo que sea por eso.

- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Yulia con algo de desconfianza.

- Porque serán los alimentos que su hijo necesite para continuar en el equipo de fútbol que tú diriges. Les darás una dieta a cada uno de los niños y eso incluirá lo que venderemos. Hablaremos con Jason, el especialista de mi edificio y él será el productor de nuestra fábrica. Ya lo ha sido de chocolates, ropa y electrodomésticos. Ahora lo será de cereal.

- ¿Y si el niño no quiere entrar al equipo?- insistió la morena.

- Viktoria se encargará del mejor amigo, ese niñito del colegio que asiste a su mismo salón. Si ese niño entra y Samir, su próximo mejor amigo, también, él no podrá decir que no.

No sonaba a mal plan, pero debía admitir que no era la manera con la que siempre se desempeñaba. Ahora debía idear algo para cuatro cuando siempre hacía algo solo para ella misma y manejaba su tiempo y recursos a su gusto.

No era algo tan difícil de realizar. No se trataba simplemente de quitarle dinero a Sidorova desde su cuenta bancaria ni mucho menos; ellos eran estafadores, no ladrones, había una pequeña diferencia y era el modo en que operaban. Y ese era el de ella, armar una gran bola e ir quitando capa por capa. Hasta llegar al centro y finalmente todo acababa.

- Tenemos solo unos meses- murmuró llamando la atención de los otros tres - ni siquiera un año. O lo hacemos de una manera o no terminaremos jamás.

- ¿A qué te refieres con que solo tenemos unos meses?n- preguntó Vika.

- Pues a eso. Firmamos un contrato que durará entre 8 y 10 meses. No podemos excedernos. Por favor, saben cómo se maneja esto ¿cierto?

Ninguno dijo algo más. Solo los niños asintieron y ella movió la cabeza en dirección a Yulia, esperando su apoyo. Pero la morena lanzó un suspiro, resignada y estiró su brazo, hasta tomar una tostada.

- Cierto - dijo Yulia - esto será lo que haremos - continuó al sacudir su mano y ella asintió con obviedad- productos integrales.

- Según los horarios que me diste de Oksana, hoy solo sale de caminata…¿puedes alcanzarla? - agregó Elena y Yulia rodó los ojos, poniéndose de pie y abandonando la cocina - Samir, Pavell concurre a la plaza principal después de las cuatro, tienes que estar allí.

- Está bien - murmuró el niño, dejando su lugar y arrastrando sus pies escaleras arriba.

- Y tú acompañarás a Samir- le ordenó a Viktoria y observó su partida de reojo.

Disfrutó un momento el silencio que la rodeó y se recordó a si misma tiempo atrás; en cada uno de sus distintos trabajos nunca le pesaba las horas a solas ni le afectaba la falta de compañía. Pero, ahora, teniéndola todo el tiempo, cuando pasaban estos segundos sin la voz de Samir, Viktoria o Yulia, se sentía raro.

Tomó el periódico nuevamente y abrió la página que había dejado a la mitad de su lectura, en un articulo sobre Svetlana Sidorova y, a juzgar por los últimos tres periódicos que compró, en cada edición había un espacio dedicado a ella.

Parecía que nada escapaba del radar de la mujer, que todo lo tenía controlado y por eso era la creadora del lugar, porque conocía cada parte y rincón más que nadie. No le temía a eso, realmente nunca había flaqueado en alguno de sus trabajos pero esta vez debía cargar con el miedo de tres personas más. Porque si Viktoria o Samir, que eran los niños, llegaban a temer en algún momento de algún paso, ella debía estar allí para ser su soporte o temer con ellos.

- Éramos mujeres de negocios, eso le dijimos a Svetlana. De empresa - escuchó Elena a Yulia y la vió pasar a su lado. Llevaba ya uno de sus tantos short pero esta vez solo con un top deportivo. Su abdomen, junto con sus brazos y hombros quedaban expuestos libremente. Más le valía a la mujer de Makarov no haber invitado a Cezina para esos ejercicios porque ya podía imaginársela con sus estúpidas miradas hacia su esposa.

- Empresas, fábricas, es todo lo mismo.

- Pues espero que lo crea - dijo Yulia, quitando una botella de agua de la heladera y llegando a la mesada, dándole la espalda mientras la abría - esa mujer es algo…intimidante - agregó antes de beber unos sorbos.

- ¿Te da algo de miedo?

- Miedo no, solo desconfianza. Pareciera que nunca sonríe y hay que cuidar palabras al hablarle.

- Pues si, eso es parte de este trabajo ¿no crees? - preguntó Elena, dejando su silla y acercándose a la morena. Se detuvo tras ella y observó tras la pequeña ventana frente a ellas, hacia el exterior; era una mañana calurosa y agradable para las caminatas acostumbradas de Yulia.

- Trabajo, trabajo, trabajo y más trabajo. Eso es lo único que sabes decir.

- ¿Y eso te molesta? - le preguntó por lo bajo, rodeando su cintura y pegándose a ella.

- Pues a decir verdad sí - aseguró la morena, girando luego de dejar la botella a un lado - creí que estábamos formando algo…distinto.

- ¿Algo distinto?

- Tú, yo, los niños. Sobre todo con ellos. Hacen las cosas casi a la perfección pero solo te dedicas a reclamarles cuando no lo consiguen. Y a ti nadie te reclama nada.

- Soy la jefa.

- ¿Según quién? - preguntó Yulia molesta, cruzándose de brazos - No recuerdo que tú jefe nos lo haya dicho y en todo caso, mi jefe es el que creó esta idea. Este negocio salió de su cabeza ¿Así que quién sería la jefa realmente?

- Por favor, Yulia. El jefe no es quién inventó algo, es quién puede llevarlo a cabo. Y todo esto es porque Iván puso su dinero, no tú estúpido jefe.

- Suficiente. Estás insoportable hoy día- la cortó la morena, separando sus brazos con brusquedad e intentando alejarse pero Elena la tomó de la muñeca y la regresó contra ella, escalando su mano hasta sostener su mentón.

- Esto es un maldito trabajo, Yulia ¿puedes empezar a idear eso ya? Y tenemos reglas, puntos que seguir si queremos que todo salga cómo deseamos. Y no pienso saltearme ninguno si el resultado es el que espero. Ya es momento de empezar a ejecutarlo o tendremos problemas, tú lo sabes.

- Bien - murmuró Yulia, zafándose del agarre y pasando una mano por su rostro- tranquila que ya tienes todo bajo control. Sé cual es mi posición aquí y qué debo hacer - masculló alejándose de ella.

- Esto no tiene nada que ver con lo pase entre nosotras - le aseguró y Yulia se detuvo cerca de la puerta, girando sorprendida y Elena caminó hasta ella- Porque está pasando algo y no me molesta - terminó antes de inclinarse y atrapar su boca en un beso desesperado.

Yulia apoyó su cuerpo contra el de ella y Elena le rodeó el rostro con sus manos, evitando su huida por mucho que se lo haya ordenado. La morena atrapó su cuello, aferrándose con sus dedos allí y ella abrió su boca, recibiendo la lengua de Yulia con rapidez. Le encantaba ese sabor que se generaba con ambas moviéndose a la vez y el calor que ese contacto generaba en todo su cuerpo.

Suspiró sobre sus labios húmedos y Yulia atrapó su inferior, tirando de el con suavidad antes de separarse. Abrazó su cintura y la pegó a ella, en un abrazo que no quería terminar ahora.

- Ellas acabarán juntas - susurró Samir escondido tras el final de las escaleras y observando el abrazo de Elena y Yulia en el living.

- Tal vez - dijo Viktoria en el mismo tono y acariciando a Mumu - se gustan mucho.

- Tal vez este trabajo ni siquiera termine cómo debería. Si ellas se enamoran todo se va a acabar y nosotros terminaremos donde siempre- aseguró regresando a la pared, pegando su espalda a ella.

- ¿A qué te refieres?

- Que cuando esto acabe volveremos a lo de siempre. A nuestro lugar - susurró él con tristeza, elevando sus rodillas y abrazando sus piernas - siempre es igual con nosotros, Viktoria.

- Pero podemos hablar con ellas.

- ¿No lo has notado?- preguntó él con fastidio y abriendo sus brazos - Estaban besándose ¡y de verdad! Y a ninguna le gustan los niños. No les agradamos - terminó Samir, poniéndose de pie y corriendo a su habitación.

Viktoria se mordió los labios y alejó a Mumu un momento de ella. Ellos dos tenían una única regla también, y en realidad tal vez solo era un punto, un deseo de algo casi imposible: terminar un nuevo trabajo y no volver a la empresa.

Convertir una de las tantas familias falsas, en una real.

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Tampoco he visto el capítulo de la semana pasada, Veroska... No he tenido tiempo 🥲🥲
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