GOLPES DEL DESTINO// BY: DIANAKBALZ (freenbecky)

Capítulo - 12. Bienvenida a casa.

El camino hacia del departamento estaba siendo bastante animado gracias a la interacción entre Nam y Rebecca quienes iban en el mismo vehículo conducido por Freen que lo único que hacía era escucharlas hablar acerca de los edificios y diferentes monumentos que habían en la ciudad, de vez en cuando observaba a Becca por el retrovisor, la chica mostraba una sonrisa tan grande ante lo que veía, cosa que hacía sonreír también a Sarocha. Todo esto no pasó desapercibido para Nam quien iba de copiloto, metros más atrás en otro vehículo iban Aon y Heng.                              

- Oye Sarocha! Tu carro es bien grande, me gusta mucho, es más, este asiento está más cómodo que la cama del hospital. Está como nuevo y huele muy rico, así como tú – comentó la morena.                              

- Mmmm ¿gracias? En realidad sí está nuevo, lo compré en estos días. El que tenía era bastante más pequeño e incómodo, me alegra que te haya gustado – la verdad es que Freen había decidido comprar un coche nuevo no por ella, sino porque no quería que Rebecca tuviera algún contacto con el que casi le quita la vida, también pensó en su comodidad, ya que su anterior coche era un Audi TT Roadster de solo 2 plazas color rojo, lo suyo siempre habían sido los deportivos.                                                                                      

- Becky entonces piensas que Freen huele rico? – preguntó con una sonrisa Nam.                              

- Mmm sí! Tiene un aroma fresco que te hace pensar como en algo citrico y a la vez en flores, no sé, pero es rico. Tú no hules mal, solo que tu aroma es muy dulce, entonces a veces marea – ambas chicas soltaron la risa al escuchar las palabras de Rebecca.                              

- Así qué yo te mareo? Mira Rebecca – dijo tratando de hacerse la ofendida – si Freen te huele a algo citrico es porque es una amargada, yo huelo a dulce porque así soy yo, una persona dulce, cada olor con cada personalidad - le sacó la lengua a Freen quien no paraba de reír.                              

- Yo no sé cual es mi olor! Ahorita huelo como a hospital - arrugó la cara - ¿Sarocha tú sabes cuál es mi olor?                              

- Fresas! Tú solías oler a fresas – y no era mentira, Freen recordaba que a eso olía Rebecca el día que sucedió el accidente, además de que doña Meta había mencionado que era la fruta preferida de su nieta.                              

- Fresas? Creo que eso me gusta... ¿En tu departamento hay fresas?                             

- En nuestro departamento hay muchas fresas y todas son para ti – le guiñó un ojo por el retrovisor.                              

- Gracias Sarocha! – como pudo Rebecca se acercó desde el asiento trasero y le dio un beso en la mejilla, lo que dejó a Freen sin palabras.                              

*                              

En la torre departamental en donde vivía Freen era muy exclusivo, de hecho años atrás había sido diseñada por su abuelo poco tiempo antes de sufrir el accidente en donde perdió la vida. El departamento de Freen se encontraba en el último piso y en definitiva era el más grande, a decir verdad era un pent-house que ocupaba todo ese sitio superior.                    

Rebecca no podía creer que ese lugar iba a ser su nuevo hogar, no recordaba cómo había sido el anterior, pero si de algo estaba segura es que no pudo ser algo semejante a lo que sus ojos estaban viendo. Todos estaban muy contentos de ver su reacción, parecía una niña llegando a un parque de diversiones que no sabía hacia qué lugar dirigirse primero.

- Y bueno Becca... ¡Bienvenida a tu nuevo hogar! ¿Te gusta? – preguntó la dueña del lugar.

- ¿Es en serio? ¡Claro que me gusta! ¿ De verdad yo voy a vivir aquí? Este lugar es muy grande, aquí pueden vivir muchas personas, ¿ustedes también viven aquí? – le consultó a los demás presentes.

- ¿Nosotros vivir con Freen? Jamás – respondió Nam – eso sería una tortura, Freen es el ser más delicado, se queja por todo, por eso el papá la echó de la casa – Rebecca volvió a ver a Aon con cara de asombro, mientras éste lo único que hacía era reírse.

- ¡No le hagas caso!- dijo Freen – Con ella sí sería una pesadilla vivir, es muy desordenada, destructora y bulliciosa. La verdad es que vivo sola, bueno vivía, ahora tú estás aquí y no, mi papá no me echó de la casa, lo que sucede es que este edificio fue un proyecto de mi abuelo, quien me permitió diseñar este piso en particular sin saber que era algo que me iba a dejar antes de morir, fue un trabajo en conjunto y por eso tiene un gran Beccaor y no me refiero a lo monetario.

- Le quedó bonito, cierto? No es tan tonta mi amiga, luego te damos un tour por todo el lugar, pero primero tienes que conocer la parte más bonita y esa es tu recámara y digo bonita porque esta servidora fue quien se encargó de decorarla solo para ti, así que espero que te guste. ¡Vamos! – Nam tomó la mano de Rebecca llevándola al 2do piso mientras los demás las seguían.

- ¿En serio voy a tener una habitación para mi solita?

- ¡Claro! ¿Qué esperabas? ¿ Dormir con Freen? No te lo recomiendo, da muchas vueltas y ronca toda la noche.

- Nam ya cállate! No le hagas caso Becca, eso no es cierto. Mira, – ya estando en la habitación - todo lo que está aquí es tuyo, por este lado tienes tu propio baño y por acá tu guardarropa, – le mostraba el lugar – hay algunos libros que si quieres puedes ver y esas fotos de por allá las puedes botar, las puso Nam de sí misma para que supuestamente no la extrañes cuando no la veas, si hay algo que no te gusta no tengas pena en decirlo, lo importante es que te sientas bien.

- Yo no puedo aceptar todo esto! Solo en ese guardarropa pueden dormir como no sé, muchas personas – decía Rebecca bastante apenada.

- Y eso que no has visto el que tiene Freen - decía la otra castaña - ese sí que es enorme. No te tiene que dar pena ni nada de eso, es más si hace falta algo o quieres alguna otra cosa me dices a mí, ya mi amiga me dio esta linda tarjeta para que te compre lo que sea necesario, así que mientras ella trabaja nosotras nos iremos de compras a gastar su dinero.

- ¡Becky! – se le acercó Freen tomándole las manos –Tal y como te dijo Nam, no te sientas apenada por nada, esta también es tu casa y si necesitas algo solo pídelo. Ponte cómoda, por ahora voy a ir a hablar unas cuantas cosas del trabajo con papá y con Heng, luego te explico más como es todo por acá.

- ¡Mmm está bien! Sarocha... - se le acercó al oído para decirle algo en secreto - ¿tu duermes lejos de aquí? – Freen sonrió.

- No nena! Mi habitación está cerca, luego te la muestro – le respondió también cerca del oído en un susurro – Nos vemos dentro de un rato para comer – dijo ya en voz alta - ¡Bienvenida Becky! – le dio un beso en la frente y se retiró junto con los dos hombres.

*

Aún sin recordar cómo era que vivía antes de perder la memoria, Rebecca sabía que no era así a como lo estaba haciendo ahora, rodeada de tanto lujo y comodidad, todo era desconocido para ella y se sentía de cierta manera incómoda, pero no quería decepcionar a Freen y a Nam quienes más que nadie se habían preocupado por ella, por otro lado sentía alivio al saber que Sarocha no dormía lejos, le daba miedo estar en un lugar tan grande.                    

En otra parte del departamento, estaba Freen con su padre y su amigo, el asunto que tenían pendiente no era de trabajo, sino de cómo iban a manejar el tema de Rebecca ante los demás, específicamente ante Malee y bueno, ante Charlotte también. A ambas se les había contado una verdad a medias, sabían de la pérdida de memoria de la pelinegra, pero de lo demás sabían exactamente lo mismo que la chica, toda una historia inventada.

- ¿Al final que te dijo mamá? Estoy segura que celebró la noticia y está súper emocionada por conocer a Becky – dijo Freen con sarcasmo.

- ¡La misma emoción que supongo siente Charlotte! Ya sabes que no le agradó para nada saber que estamos ayudando a alguien que no sea de su círculo social, que le parece una pérdida de tiempo, pero igual no importa lo que diga.

- ¿Sabes cuál es el problema con mamá? Que ella solo ayuda a quien realmente lo necesita si enfrente tiene una cámara o periodistas que testifiquen su acto de caridad, de lo contario no y esa actitud apesta papá.

- No Beccae la pena que te mortifiques por eso, tu mamá no va a cambiar su particular forma de ser. Estuve pensando en hacer una cena en casa para darle la bienvenida a Rebecca y que Malee la conozca. No sé si te parece bien.

- No es mala idea! Así salimos de eso de una vez por todas, me encantaría ver la cara de mamá cuando la conozca y escuchar en persona lo que tiene que decir. Creo que para este fin de semana nos queda perfecta esa cena, por supuesto Heng y Nam están invitados.

- ¡Yo también quiero ver esa cara! –decía Heng.

- ¡Freen no quiero problemas! Quiero las cosas por la paz - advirtió su padre. 

- No papá! Los problemas no los vas a tener tú, los va a tener ella si en algún momento hace o dice algo en contra de Rebecca, así que yo que tú la voy advirtiendo desde ya. 

- Imagino que esa advertencia aplica también para Charlotte! - dijo Aon con una ceja levantada.

- Aplica para todo el mundo papá! Por ahora creo que ya es momento de comer algo, si no me pongo de mal humor, si gustas te puedes quedar, voy a subir por Becky, antes de que Nam le meta más ideas locas en la cabeza.

* 

Cuando Freen llegó a la habitación de Rebecca, encontró a la chica acostada al lado de su amiga quien le enseñaba desde el celular fotos de su retiro espiritual. Agradecía demasiado el comportamiento de Nam hacia Becca, la atención, la paciencia y sobre todo el cariño que a leguas se notaba me tenía, sin su amiga la situación sería más difícil, ella se había comprometido a cuidar también de la morena y lo estaba haciendo de manera espectacular, sin ningún interés. Con Nam las cosas eran así, podía ser una loca sin causa, pero con un corazón enorme, incondicional sobre todo con sus amigos.

Luego de contemplarlas en silencio por unos segundos, les indicó que era hora de comer, le había pedido a la señora de servicio que les dejara todo preparado para cuando llegaran no tuvieran que cocinar o pedir comida a domicilio. La tarde transcurrió de lo más normal entre todos, compartiendo anécdotas ante las cuales Rebecca sonreía con un poco de nostalgia porque a ella también le gustaría poder recordar ese tipo de cosas, en medio de todo eso había algo que la hacia muy feliz y era escuchar a Freen reir ante el bullying constante que le hacia Nam.

Llegada la noche el primero en retirarse fue Aon, no sin antes darle un abrazo a Rebecca y decirle que si llegaba a necesitar algo no dudara en pedírselo a él también. Los amigos de Freen se quedaron un rato más y ya luego Heng se ofreció a llevar a Nam a su departamento.

Freen se sentía un poco nerviosa al haber quedado a solas con Rebecca, para calmarse un poco decidió enseñarle por ahora las partes principales del departamento dejando de último su recámara. Le explicó a Becca como funcionaban las cosas en la casa, que una vez a la semana solía llegar una señora a hacer las labores domésticas, ya que por lo general ella era muy ordenada y muy poco se ensuciaba el lugar, además era de las personas que acostumbraban a prepararse su propio alimento y cuando no lo hacía comía afuera.                                             

- Bueno Becca, creo que ya te expliqué lo más importante! Si tienes alguna duda me dices. En la medida de lo posible trataré de desayunar contigo, si por alguna razón no puedo, entonces te dejo el desayuno listo, de igual manera va a venir una persona a dejarte comida ya preparada y si no le pides a Nam, ella va a estar al pendiente de ti cuando yo no esté.

- Freen! Yo puedo entrar a la cocina?

- Jajaja! Claro que sí Becky, puedes entrar donde tu quieras y comer cualquier cosa, en la alacena y en el refrigerador hay de todo, eso sí, nada de acercarte a estufas y esas cosas, luego vemos ese asunto, no creo que sea conveniente que hagas algo sola, yo te puedo ayudar porque aunque no lo creas soy una excelente cocinera. Nam te puede explicar lo básico de como utilizar algunos aparatos, pero no esperes mucho de ella, la cocina en definitiva no es su fuerte.

- Freen! Y por ahora puedo comer fresas?

- Beckyyyyyyyyyyyyyyyy! ¿ tienes hambre? ¿ Qué te parece si de postre comemos helado de chocolate con fresas?

- Siiiiii! Eso se suena delicioso... - aplaudía emocionada.

Luego de terminar de comer el helado, Freen creyó prudente irse a descansar, habían sido muchas emociones por el día de hoy y con Becca tenían que ir poco a poco. La acompañó hasta la habitación y le indicó que si quería podía darse un baño, ella haría lo mimo, luego regresaría para darle las buenas noches. Cuando volvió, la encontró en la cama sentada sin hacer más nada que observar todo a su alrededor .

- Lista para dormir Becky?

- Sí, estoy lista! Mira mi pijama, es de payasitos, estoy segura de que me gustan los payasos – dijo con una sonrisa.

- Así es! Te gustan los payasos. ¿ por qué? No sé, pero me alegro que estés contenta con tu pijama, yo la escogí y creeme que Nam me dijo que era demasiado infantil, igual no le hice caso. ¡Anda y metete bajo las sábanas que ya debes dormir, payasita!

- Sarocha gracias por todo lo que haces por mi! – ya acostada – Eres mi ángel de la guarda...

- Ningun ángel, Becca! Para eso estamos las amigas – le dio un beso en la frente y se despidió - ¡ Buenas noches! Cualquier cosa me pegas un grito.

- Freeeen! – la llamó cuando estaba a punto de salir ¿Te puedes quedar aquí mientras me duermo? – le hizo un puchero y con esto Freen no lo pensó dos veces y se acostó a su lado.

En medio de la madrugada Freen se despertó y se dio cuenta que se había quedado dormida en una cama que no era la suya, se levantó con cuidado sin hacer ruido y se fue hacia su recámara, por más que lo intentó no pudo volver a conciliar el sueño, sentía que había dormido por muchas horas tranquilamente al lado de Becca. Tiempo después se lavantó, tomó un baño y se alistó para ir a trabajar, pero primero debía preparar el desayuno y esperar a que la pelinegra se levantara y así comer juntas en lo que llegaba Nam a hacerle compañía, cuando ésta llegó le contaron a Rebecca acerca de la cena que iban a tener el fin de semana en casa de los padres de Freen, provocando una mezcla de nervios y emoción en la chica.

Los siguientes días transcurrieron con normalidad entre el tiempo que Nam y Freen compartían con Rebecca hasta el día de la dichosa cena.

Había llegado el tan esperado día, la visita a casa de la familia Chakimha estaba programada para las 8:00pm. Durante la tarde Freen llevó a Rebecca al centro comercial en compañía de Nam quien se ofreció en preparar personalmente a su nueva amiga para la cena, regresaron luego al pent-house para alistarse las tres, Freen por su lado y Nam por otro ayudándole también a Becky. Llegado el momento de partir Freen las esperaba en el piso de abajo, cuando las vio descender las escaleras se quedó sin palabras...

- Y bien Chakimha... ¿ Te gusta lo que ves? – preguntó Nam.

- Sí, muy linda! Digo, muy lindas ambas... ¿Nos vamos? - trató de disimular.

- Jajaja! Mejor vámonos que muero de ganas por ver a tu querida madre – tomó a Rebecca de la mano y la guió hacia la salida, mientras Freen iba detrás y no precisamente fijando la mirada en su mejor amiga.

A las 8:00pm en punto ya estaban llegando a la mansión Chakimha, lugar al que Freen iba solo si realmente era necesario, evitaba ver su madre y si quería convivir con Aon lo hacía en cualquier otro lugar. Ya estando dentro del lugar, Rebecca al sentirse nerviosa enganchó su brazo con el de Freen quien con una sonrisa le hizo entender que todo estaría bien, de esa manera se dirigieron hacia la sala en donde estaban sus padres junto con Heng que tenía poco de haber llegado.

- ¡Buenas noches familia! Espero que se encuentren bien, ya estamos aquí.

- ¡Buenas noches hija mia! Que bueno verte... - lo dijo viendo a Rebecca de una manera que hizo sentir incómoda a la joven. Iba a agregar algo más cuando en ese momento escuchó la voz de alguien que iba llegando, justo quien estaba esperando... 

- Buenas noches a todos! Espero haber llegado a tiempo... - Freen quien estaba de espaldas reconoció perfectamente esa voz y ahí supo que esa cena no iba a terminar de la mejor manera.

Continuará... 

Capítulo - 13. ¿Soy importante para ti?                                                                                              

                              

¡Solo esto me faltaba! – pensó Freen - Esa voz era de la persona que menos esperaba ver y que se dirigía directamente hacia ella con una sonrisa en el rostro.                             

- ¡Hola Mi amor! – le plantó un beso en la boca - ¡Tenía tantas ganas de verte! – al oír esto Rebecca automáticamente se separó de Freen.                              

- ¡Hola Charlotte! ¿se puede saber que estás haciendo aquí? – preguntó bastante incómoda.                              

- Freen no seas maleducada. Yo la invité, ya que me di cuenta que tú no tuviste la cortesía de hacerlo y considero que es importante que ella esté presente ya que es como de la familia - le decía Malee con una sonrisa.                              

- ¡Es correcto! Para mi es importante conocer por fin a la famosa Rebecca y ya que Saro no ha tenido la decencia de presentarnos, lo hago yo... ¡ Soy Charlotte Austin! Una muy querida amiga de esta Tailandesa hermosa – le extendió la mano.                              

- Rebecca Armstrong... ¡Mucho gusto! - respondió el saludo.                              

- ¡Bueno! Sean todos bienvenidos... La cena está lista, así que por favor pasemos todos al comedor – les indicó Aon.                              

Charlotte tomó de la mano a Freen dejando atrás a los demás, se sentó al lado de ésta antes de que otro de los presentes lo hiciera, ya que sabía que Malee tomaría el otro asiento junto a su hija. Nam les pidió a Rebecca y a Heng que lo hicieran uno a cada lado de ella, quedando así enfrente de su amiga.                              

Rebecca se sentía bastante incómoda , estaba con la cabeza agachada y sabía que Freen la estaba viendo, aún así se mantuvo en esa posición hasta que Nam tomó su mano y le dijo que estuviera tranquila, que eso iba a terminar rápido. Sirvieron la cena y con esto Aon empezó a hablar...                              

- Bueno gente! El motivo de esta cena es para darle la bienvenida a Rebecca quien es una gran amiga de Saro y que al igual que Heng y Nam será bien recibida en esta casa y tratada como un miembro más de la familia. Todos sabemos la condición en la que se encuentra actualmente, por lo tanto lo mínimo que podemos hacer es ayudarle en su recuperación y en el proceso, lograr que se sienta cómoda – Rebecca le regaló una sonrisa en agradecimiento por sus palabras.                              

- ¡Pues esperemos que esa recuperación sea rápida! Digo, es que debe ser muy feo no poder recordar nada – comentó Malee.                              

- Mamá la recuperación de Becky tardará lo que sea necesario, lo importante es que ella esté bien mientras tanto.                             

- ¡Sí amor! Obviamente eso es importante, pero es que debe de ser extraño depender y estar viviendo con alguien que no es tu familia - decía Charlotte – y es que para ser sincera eso me dio un poco de celos Rebecca - se dirigió a la morena - pero Saro me explicó que eres como esa hermanita menor que nunca tuvo y pues entonces vendrías siendo como mi cuñada.                              

- ¡Jajaja! Para ser cuñadas habría que empezar por el hecho de que tú y Freen fueran novias, lo cual no es cierto – se burlaba Nam.                              

- ¡Pues casi como si lo fueran! Charlotte ya es como mi nuera y yo no pierdo la esperanza de que formalicen esa relación. Y creo que eso de considerar a Rebecca una hermana menor es algo exagerado, bien sabemos que tanto a mi querido esposo como a mi adorada hija les gusta hacer actos de caridad y ese tipo de cosas, de verdad espero que te recuperes rápido y no me lo tomes a mal niña - dijo viendo a Rebecca - pero así no solo tú retomas tu vida, sino que los demás también, principalmente Freen quien no puede estar de niñera siempre haciéndose cargo de todo.              

Al escuchar esto, Rebecca se levantó con los ojos vidriosos y se dirigió de prisa hacia la salida. La reacción de los demás no se hizo esperar...

- ¡Vieja bruja! – Nam se levantó para ir detrás de Becky.

- ¡Malee no era necesario decir nada de eso! – le regañó Aon.

- ¡MALDICIÓN CONTIGO MAMÁ! – le gritó Freen ya estando de pie bastante alterada – abres la boca solo para escupir veneno, a ti nadie te pidió tu opinión y si así fuera no tienes por qué decir esas cosas, yo hago con mi tiempo y con mi dinero lo que se me dé la gana y con quien yo quiera. Te aguanto todo ese showcito que te montas con Charlotte de un noviazgo que no existe, pero escúchame bien, no te voy a permitir que te metas con Rebecca, si haces o dices algo más que le haga daño se me va a olvidar que eres mi mamá... ¡Gracias por recordarme por qué evito venir aquí!

- ¡A mi tú no me hables así! Me respetas y lo mismo va para esa amiga tuya, la maleducada de Nam.

- Eso se gana, por si no lo sabías. Agradece que no te digo todo lo que pienso precisamente por respeto.

En cuanto terminó de decir todo eso, Freen se dirigió hacia donde creía estaban Nam y Rebecca, se sentía tan mal y no por haberle gritado a su madre, sino por Becky, por lo que ella pudiera estar pensando o sintiendo. Al salir pudo ver que las chicas se encontraban sentadas en una banca cerca de donde habían estacionado los vehículos, se notaba que Becky estaba llorando mientras era consolada por la otra, tomó aire y se acercó.

- ¿Nos puedes dejar a solas por favor? – le pidió a su amiga quien se levantó y se fue hacia donde estaba Heng que había salida detrás de Freen.

- Becky lo siento! De verdad lo siento mucho... - la menor temblaba y miraba hacia otro lado.

- No tienes porqué disculparte, tu mamá tiene razón. Soy una carga para ti en todo sentido, he llegado solo a complicarte las cosas, a alterar tu rutina y hasta la de Nam, además de que soy un gasto.

- ¡Rebecca mírame! – seguía sin hacerlo - nada de lo que dijo mi mamá es cierto y no vuelvas a decir esas cosas, tú no eres ninguna carga para mí y tampoco eres un gasto y para serte sincera sí llegaste para alterar mi rutina, pero de la mejor manera Becky y agradezco tanto por eso, se siente bien tener que preocuparse por alguien más que no sea uno mismo, salir a trabajar sabiendo que alguien espera a que regrese a casa, eso es bonito y no solo yo estoy feliz de tenerte en mi vida, también Nam lo está, ella se ha encariñado mucho contigo, le gusta que se hagan compañía mutuamente, tener a alguien que se ría de sus chistes que son muy malos. ¡Mírame nena! – Becky la miró – Tú eres un ángel en nuestra vida, nunca lo dudes.  

Rebecca no aguantó más y abrazó a Sarocha escondiendo su rostro en el cuello de la castaña quien la sostenía con fuerza disfrutando tenerla cerca.

- ¿Te estás limpiando la nariz s en mi cuello verdad? –Becky negó con la cabeza.

- ¡No! Me gusta este sitio...                    

- Pero no puedes quedarte ahí siempre. ¡Déjame ver esa carita! - Rebecca se separó un poco y miró a Freen – Esos ojitos están muy rojos y no tiene por qué ser así, ¡perdoname nenita! No debí haber aceptado traerte acá y no es porque no quisiera que conocieras esta parte de mi vida, solo que no quiero verte mal - ¿Qué puedo hacer para que esta mirada tuya ya no esté triste?

- ¡Ya no pidas perdón! Ellos son tu familia y es normal que se preocupen por ti. ¿sabes una cosa? Tengo hambre – se volvió a esconder en el cuello de Freen.

- Ay Becky! - Se rió por lo que dijo la.menor - ¿qué fue ese cambio de tema tan drástico? Pero tienes razón, con todo esto no pudimos terminar de comer en paz ¿qué quieres comer?

- ¡Mmm, hamburguesas con papas! Y de postre...

- ¡Y de postre helado! Vamos por esa hamburguesa, pero primero quiero otro abrazo y una sonrisa.

*

Luego de ese tan necesitado abrazo decidieron ir a comer hamburguesas en compañía de los otros chicos que desde cierta distancia las habían estado observando. Freen le hizo entender a Nam con la mirada que todo estaba bien, que ya luego hablarían ellas dos, por otra parte ésta le dijo que se iría con Heng para no dejarlo solo, que se verían en el lugar acordado para comer. Por lo tanto, en esta ocasión Rebecca sería el copiloto de Sarocha.

- Sarocha ¿te puedo hacer una pregunta?

- ¡Sí, claro!

- ¿ Tú no tienes una buena relación con tú mamá? Es que nunca hablas de ella y pude notar que existe un poco de tensión, no es como sucede con Don Aon que se llevan muy bien. A mí me gustaría poder tener a mis papás vivos o al menos poder recordarlos.

- ¡Todas la familias no son perfectas! Al menos no conozco una que lo sea, en todas hay problemas Becky y la mía no es la excepción. Es verdad, con mi papá las cosas son diferentes, él es el hombre más importante para mí, con mi mamá es otra historia, pero no me gustaría hablar ahorita de eso, ten presente una cosa, la familia no siempre es de sangre, existen personas que llegan a tu vida y terminan siendo más importantes que los que tienen algún parentesco contigo.

- ¡Entiendo! – se quedó callada unos minutos – tu novia es un ejemplo de eso ¿cierto?

- Becky, - dijo sonriendo la thai - me dijiste que era una pregunta, no dos, pero te voy a aclarar ese punto, empecemos por la parte en que Charlotte no es mi novia, todos piensan que es así, pero no es cierto. Ella es importante, pero de otra manera, la conozco hace algunos años y le tengo cariño y sí, tenemos una relación especial de la cual no es necesario dar detalles. Cuando me refiero a personas importantes que se convierten en tu familia es como por ejemplo Heng y Nam, ellos no son solo mis amigos, son mis hermanos.

- ¿Y yo? ¿Yo soy parte de esas personas importantes?

- ¡Tú eres una de las personas más importantes en mi vida! - le tomó la mano y se la besó.

Luego de aclarar esos puntos, Becky no hizo más preguntas, decidieron hablar de otras cosas hasta que llegaron al restaurante. Ahí estuvieron por un buen rato compartiendo ya no solo como trew mosqueteros, sino como cuatro.

***

Los días siguieron transcurriendo con normalidad, Freen seguía dividiendo su tiempo entre sus proyectos y Rebecca, trataba de estar ahí para ella mientras le fuera posible, la llevaba a terapias y cuando se le dificultaba lo hacía Nam. Con su padre seguía manteniendo la relación normal, en cambio con Malee no había vuelto a hablar, ignoraba cualquier llamada o mensaje de su progenitora, por otro lado trataba de llevar la fiesta en paz con Charlotte, habían dejado de tener sus encuentros íntimos lo que a la chica la ponía de muy mal humor, pero una que otra noche salían a cenar juntas.                                              

Rebecca ya llevaba más de un mes viviendo con Freen, hasta el momento se habían entendido bien, ambas respetaban sus espacios y disfrutaban compartir juntas. Algunos días Becky entraba como en un tipo de bajón de ánimo, más cuando regresaba de las terapias y no veía ningún avance, seguía sin poder recordar la mayoría de las cosas, gracias a Dios en esos momentos difíciles contaba con Freen quien la apoyaba y motivaba.

Solían ver televisión juntas, jugar video juegos lo cual Becky aprendió a hacer muy bien, ciertas noches Freen preparaba la cena y en el proceso le había ido enseñando a Rebecca como hacer diferentes cosas en la cocina, eso sí, con mucho cuidado. Solo había algo que le incomodaba a la morena, pero no hallaba la manera de decirlo.

- ¿Sarocha puedo pasar? - Freen se encontraba en su despacho, lugar al que Rebecca nunca había entrado en todo ese tiempo.

- ¡Adelante Becky! Oye tu no habías entrado aquí ¿verdad? Qué pena no haberte enseñado este lugar, pero mira, este es mi sitio, aquí es donde me pierdo cuando no me ves. Disculpa el desorden, pero es que he estado trabajando en unos planos y me vuelvo loca.

- Yo sé que aquí es donde te metes, está muy hermoso todo y no veo que esté desordenado. Nunca me he atrevido a entrar porque es un lugar privado, muy tuyo, sería atrevido de mi parte.

- ¡Mmm sí! La verdad sí soy muy celosa con este lugar, pero no tengo problema con que tú entres, hasta el momento no has hecho algo que me haga pensar que podrías destruir todo aquí. Pero ven, te voy a enseñar algo y me dices que te parece.

- ¡Se ve muy bonito! Va a ser una casa muy grande - veían un plano.

- No es muy grande, pero sí muy detallada! Quieren una casa con acabados griegos, en un principio iba a ser de un solo piso, pero se decidió añadirle una segunda planta. Muchos de los diseños se pueden hacer por computadora, pero personalmente me gusta hacer este tipo de trabajos a mano.

- Dibujas muy lindo! Eso es un don, dibujar es algo muy maravilloso...

- Becky, hay algo que quiero darte! Aquí la única que dibuja no soy solo yo, tú también aunque de manera diferente. Hace unos días vi lo que hiciste en unas hojas que estaban en el comedor y que luego casualmente desaparecieron. ¿No querías que yo viera eso?

- Sarocha perdón! Es que estaba aburrida y las vi ahí junto con un lápiz, te juro que solo iba a tomar una, pero cuando me di cuenta ya había comenzado a hacer cosas en más hojas, todo fluyó solo – hablaba nerviosa y agitada – Luego se las enseñé a Nam y le regalé lo que había dibujado, así no te darías cuenta que tomé tus cosas, pero no pensé que ella te los iba a enseñar. ¡No te enojes por favor! - decía un poco alterada y nerviosa de haber hecho algo malo.

- ¡Becky tranquila! No me molesta que hayas tomado mis cosas, pero sí hay dos cosas que no me gustaron; el que no me hayas regalado ninguno de tus dibujos y a Nam sí y que no me dijeras que has estado aburrida aquí. Sé que a veces sales con Nam a hacer compras y cosas así, conmigo por lo general cuando vamos a terapias y eso es algo que tengo que arreglar, a partir de ahora iremos a otros lugares para que no te aburras y no pases tanto tiempo aquí encerrada. Pero también es importante que estés a gusto en casa, así que ya que vimos que dibujas muy bonito, pensé que era buena idea darte esto - le entregó un estuche con lápices de todos los colores - podemos ver si aquí está tu don - le sonrió.

- ¿Esto es para mí? Sarocha, pero esto es tuyo, son tus cosas.

- Nop! Yo utilizo otros lápices, estos los compré para ti, igual son para profesionales y sé que los vas a cuidar mucho. Eso sí, solo quiero una cosa a cambio, quiero que los primeros dibujos que hagas y pintes con ellos sean para mí y no para Nam porque me voy a poner celosa.                    

- ¡Te lo prometo! – se acercó y la abrazó – todos serán para ti y no te pongas celosa, tú eres mi favorita.

***

Estuvieron ahí bastante rato, por un lado Freen seguía con su trabajo y por otro Rebecca la observaba en silencio, hasta que algo en el lugar le llamó la atención, por lo que se levantó del sofá donde se encontraba y fue hasta una de las paredes.

- ¿Sarocha, tú hiciste esto? – refiriéndose a una pintura.

- ¿Qué cosa? – le prestó atención - Ahh eso, no Becky. Lo mio no va por la pintura... ¿Te gusta?

- Siiii! Está bien hermoso, tiene colores fuertes, es como provocativa, no sé, son diferentes rostros con bastante carga emocional.

- Mmm correcto! ¿ sientes algo cuando ves esto?

- Siento como que esas personas de ahí no tienen libertad, dependen de lo que sucede alrededor, reflejan soledad, miedo y esta de aquí - señaló a una de las personas - parece angustiada.

- Wooow! Así mismo es nena ¿cómo sabes esas cosas? Te explico, este tipo de movimiento artístico se llama expresionismo, donde la psicología juega un papel muy importante, en la mayoría de obras se da una percepción pesimista de la vida y del individuo. ¿Me creerías si te digo que uno de los cuadros de mayor precio de venta alcanzó el monto de 120 millones de bhats?

- Eso es mucho dinero Freen! ¿este cuesta tanto dinero?

- No, este sí Becky su buena cantidad de dinero, pero el que te menciono es uno llamado El grito, obra del pintor Edvard Munch y es una de las pinturas más famosas, ven y te muestro - le enseñó una imagen en la computadora - ¿ te gusta?

- Sí! Tiene colores pastel, pero me gusta más el tuyo. ¿ Quién lo pinto?

- El pintor se llama Franco Pineda, de nacionalidad española. Mi abuelo tenía cierta amistad con él a raíz de que era un apasionado con las pinturas, le llegó a comprar varias, gusto que tanto mi papá como yo adquirimos y por ende lo conocemos, bueno papá más que yo. En mi caso una que otra vez he ido a España a alguna exposición, mi padre fue hace poco a una y de hecho me comentó que Franco tiene pensado hacer una aquí en la ciudad, podríamos ir para que puedas ver en persona el gran artista que es.

- ¿En serio Freen? – preguntó emocionada - ¡Me encanta la idea!

- ¡Perfecto! Por lo pronto voy a darte algo para que vayas viendo más acerca del tema, claro si te interesa - Le dijo caminando hacia una biblioteca - Mira, aquí hay libros acerca de los diferentes movimientos de pintura, puedes comenzar por este – le entregó uno de expresionismo - luego si deseas tomas los otros y también te voy a dar esto - le entregó una Tablet que tenía dentro de una gaveta - sé que Nam te ha ido enseñando como se usan estos aparatos, puedes utilizar este para que veas más cosas y tranquila, yo no la utilizo, así que es toda tuya. Eso sí, ten por seguro que un libro es mil veces mejor.

- ¡Freen! Eres la mejor del mundo... ¿Te puedo dar un abrazo? – sí, dijo Freen - ¡Gracias! Te quiero.  

En medio de ese abrazo Freen se quedó sin palabras al escuchar lo que Rebecca había dicho, lo único que hizo fue darle un beso en la cabeza y dar media vuelta para seguir con su trabajo , mientras Rebecca con una sonrisa fue nuevamente a sentarse al sofá para ver el libro que segundos antes le habían dado. Fue más el tiempo en el que la castaña se la pasó contemplándola que terminando su labor -¿Qué voy a hacer contigo? pensó - Desconocía que la morena estaba al tanto de que unos ojos color miel la estaban observando...

Continuará...

Capítulo - 14. No sé nada de ti.

                              

Conforme pasaban los días, Rebecca iba descubriendo que al parecer Sarocha tenía razón, todo indicaba que su don estaba en el dibujo y la pintura, ya que por esta última estaba sintiendo una gran adicción, había leído la mayoría de los libros y visto varios artículos en internet; cada vez quería aprender más.                              

Sarocha estaba fascinada con verla feliz, ver como se entretenía haciendo sus dibujos y que de esa manera no se aburriera. También había visto el interés que la morena había desarrollado por las pinturas, así que decidió darle una sorpresa.                              

- ¡Hola BecBec! ¿ Qué estás haciendo?                              

- Terminando de dibujar algo muy importante. Llegaste más temprano a casa el día de hoy...                              

- Aaah sí! Es que tenía que ir a comprar unas cosas. ¿Me enseñas que dibujaste?                              

- No, aún no termino! Igual no vale la pena – Rebecca había tapado lo que estaba haciendo.                              

- Cualquier cosa que haces vale la pena Becky! ¿Acaso no quieres que yo lo vea? No seas así, siempre me enseñas todo, no entiendo porqué en esta ocasión tiene que ser diferente. Pero bueno, si no lo haces entonces no te doy una sorpresa que te tengo.                              

- No Freen! Yo quiero mi sorpresa, pero es que me da vergüenza que veas mi dibujo – decía con uno de sus típicos pucheros.                              

- Si no me lo muestras no hay sorpresa y no me hagas esos pucheros que no me vas a convencer – Rebecca cedió y le mostró lo que había hecho - ¡Becky, esto es.... Wao!!! No tengo.... Ufff! Me dibujaste a mi ¿desde cuando has estado haciendo esto?                                                                                              

- ¿De verdad de gusta? Lo empecé hace varios días y justo lo estaba terminando. Al principio todo era un desastre...                             

- ¡Es hermoso BecBec! Eres una artista y es por eso que te ganaste la sorpresa. Sígueme ... - ambas se dirigieron hacia la sala en donde Freen había dejado lo que había comprado - ¡Sorpresa!                              

- ¿Qué significa eso? Sí sé que es, pero no entiendo... ¿ Es para mi? – preguntó emocionada.                              

- ¡Claro que es para ti! He observado que no solo eres buena dibujando, sino también coloreando y que además te interesa la pintura, entonces pensé que podrías probar pintar, por eso compré lo necesario; lienzo, pinceles, paletas, pinturas, diluyentes, en fin, todo lo que me dijeron se requería. Voy a pedir que acondicionen el cuarto que está cerca de la azotea, así estarás cómoda para dibujar y pintar, ese será tu espacio.

                              

- ¡No Freen! Todo esto es mucho, sí me gusta el regalo, todo esto, pero eso de acondicionar un lugar no me parece, puedo intentar pintar en cualquier otro sitio. Además a mi me gusta dibujar contigo en tú despacho.                              

- Y a mi me gusta que lo hagas, pero entiende, no podemos acomodar todo eso ahí, piensa que teniendo tu propio espacio vas a poder hacer todo el desastre que quieras sin temer dañar alguna de mis cosas, digamos que mis planos no se verían bien salpicados de pintura.                    

- ¡Mmmm no! La verdad no... Está bien, acepto!

***

Al día siguiente y tal como Sarocha había dicho, llegaron a acondicinar el que sería el estudio de Rebecca, la morena estaba que no cabía de la emoción, tendría su propio espacio, todo era perfecto. En ese momento se encontraba con Nam mientras Sarocha trabajaba, se le ocurrió entonces una idea.

- Nam ¿Me puedes ayudar a prepararle una sorpresa a Freen?

- ¿Una sorpresa? Pues depende, ¿qué se te ocurre?

- A Freen le gustan mucho las pastas, entonces pensé que era buena idea prepararle una lasaña. Estuve viendo unos libros de recetas, pero tengo mis dudas con ciertas cosas.

- ¿Pero para qué complicarse? Podemos pedir una en el restaurante favorito de Sarocha y listo.

- ¡No Nam! Eso no tiene sentido, la idea es que sea algo hecho por mi, que demuestre por medio de eso mi agradecimiento y cariño, que vea que me esforcé.

- Becky, tú no tienes que demostrarle nada a Freen, ella sabe que tú le agradeces y que la quieres aunque no se lo digas, pero si quieres cocinar está bien, eso sí, yo solo te voy a guiar, tú haces todo.

- ¡Gracias Nam! Y para que sepas, yo siempre le doy las gracias a ella por todo y sí le he dicho que la quiero, solo que ella no me contestó, creo que no le gustó y por eso no he vuelto a decirle eso – contó triste y suspirando.

- ¡Ven acá! Te voy a aclarar algo - Nam le tomó las manos - no pienses que a Sarocha no le gustó escuchar que la quieres, si no contestó nada, no significa tampoco que ella no te quiera, todo lo contrario, ella te quiere y si no lo dice es porque no se le dan fácil esas cosas, es poco expresiva. No te imaginas lo que cuesta que me lo diga a mi, sin embargo yo sé que me adora.

- ¡Está bien! Mejor vamos a cocinar – dijo no muy convencida.

Estuvieron en la cocina entre pláticas y la labor de cocinar, Rebecca preparaba todo y Nam supervisaba. Mientras todo estaba listo se sentaron a tomar un café juntas.

- ¿Nam te puedo preguntar algo?

- Becky tus preguntas a veces me asuntan, pero vamos a ver... Dispara.

- ¿Tú sabes como es esa relación especial que tiene Freen con Charlotte? Es que ella dice que no son novias, sin embargo hacen cosas de novias, si no están enamoradas ¿por qué andan?

- Esas no andan Bec, al menos no formalmente. Te voy a contar algo, pero no puedes decir nada porque si no Sarocha me mata.

- ¡Prometo que no diré nada!

- Freen y Charlotte se conocieron debido al accidente que sufrió el papá y el abuelo de Freen, ahí no solo murió el mayor de los Chakimha, sino también el tió de Charlotte que era amigo y socio de Aon – Rebecca abrió la boca sorprendida- Ese señor era el dueño mayoritario del Banco que ahora maneja el papá de Charlotte quien era el dueño de la otra parte, obviamente al fallecer su hermano le dejó todo a él porque era el único familiar.

- Eso es muy triste! ¿ Y cómo fue ese accidente?

- Ese día venían los tres y el chófer de los Chakimha en un solo vehículo, habían tenido una reunión en donde se iba a acordar que los fondos de la empresa de la familia de Sarocha iban a pasar a manos de los Austin, era como un tipo de sociedad. En fin, el auto tuvo un problema en los frenos y en medio de la autopista perdieron el control sucediendo la tragedia.

- ¿Y entonces ambas familias son socias? Es por eso que ellas dos son casi novias? Por simple negocio?

- No y no. Tiempo después de ocurrido todo salió a la luz que dicha sociedad no se concretó, el abuelo Chakimha al final se arrepintió y no sucedió como todos creíamos y no solo eso, sino que resultó ser que decidió que la heredera de todos sus bienes era Freen y que solo ella podía o puede decidir si hace esa sociedad. El punto es que tanto ella como Charlotte sufieron ese día la perdida de un ser querido, se conocieron en un mal momento y se apoyaron mutuamente, la que más mal la pasó fue Freen, la otra no tanto la verdad. Pero no se le despegaba a mi amiga, creo que Sarocha siente que tiene como un compromiso con ella a raíz de eso.                   

- Entiendo que le agradezca por haber estado ahí con ella en ese proceso y que compartieran ese dolor, pero no es razón para sentirse comprometida.

- Explícale eso a mi amiga! No, mejor no le expliques nada porque si no va a saber que te conté todo.

Cuando ya todo estaba listo Nam se retiró, dejando sola a Rebecca en espera de Sarocha. Para cuando la castaña llegó le pareció extraño no encontrar a la menor en la sala, de pronto sintió ese particular aroma a fresas que tanto le gustaba, se dio media vuelta y ahí estaba ella.

- Eeey! ¿Dónde estabas? ¿Qué tal tu día?

- ¡Muy bien! ¿Y el tuyo?

- Bastante trabajo, ni tiempo me dio de almorzar. ¿Te parece si pedimos algo de comer?

- ¡ Nooooo! - Sarocha se sorprendió – No pidas nada de comer, te tengo una sorpresa, ve y siéntate al comedor, pero primero te lavas las manos.

- ¡Oooook! – dijo un poco extrañada.

Mientras Sarocha esperaba ya sentada, Rebecca la sorprendió llegando primero con una botella del vino que sabía que tomaba y posterior a eso puso ante ella una bandeja con una lasaña que se veía deliciosa.

- ¿Y esto? ¿ Ya habías pedido algo de comer?

- ¡No Freen! Esta es la sorpresa, yo la preparé. Te prometo que no incendié la cocina y que todo quedó limpio, Nam me ayudó explicándome algunas cosas, pero todo lo hice yo, hice esto para ti y espero que te guste.

- ¿Hiciste esto para mi? ¡ Wooow! Gracias BecBec... No tenías que haberte molestado, pero obviamente no voy a desaprovechar nada de esto, ¡Vamos a ver que tal!

- Si no te gusta me dices! Yo no me enojo...

- ¡Oh Dios mio! Esto está delicioso, demasiado para ser honesta – dijo al probar el primer bocado – Si no te apresuras juro que me voy a comer todo yo sola.

- ¿En serio te gustó? Te la puedes comer toda, es para ti – estaba muy emocionada.

- ¡Come conmigo! Creeme que es lo mejor que he probado, a partir de ahora esta va a ser mi lasaña favorita, así que lo siento por ti, pero vas a tener que preparme esto más veces.

- ¡Todas las que quieras! – respondió la morena.

Entre pláticas y risas terminaron de cenar bastante complacidas. 

Los días siguieron pasando con normalidad, Rebecca seguía sin recordar cosas de su pasado, sin embargo en una de sus terapias tocaron el tema de como presentaba ciertas habilidades, como aprendía cosas de manera rápida o como las hacía con tanta naturalidad, por ejemplo el dibujar, el pintar, incluso la manera de expresarse. Sarocha recordó que una vez doña Meta le comentó que Rebecca era una come libros, que le gustaba leer y que incluso en ocasiones solía ir a una biblioteca pública por horas, con esto el Dr. Kirk concluyó que ahí podía estar la razón por la que ella sabía muchas cosas y que eso que había aprendido estaba todo almacenado en su cerebro y salía de manera inconsciente.

Cuando iban de regreso al departamento Sarocha recibió una llamada de Malee quien le pedía hablar con ella para arreglar las cosas ya que la Tailandesa difícilmente le contestaba. Ese día definitivamente no quería tener ningún contacto con su madre por lo que le cortó la llamada, acto que le molestó un poco a Rebecca que para variar no había salido muy feliz de su terapia porque seguía sin recordar su pasado.

- ¿Por qué le cortas, Sarocha? Es tu mamá y por más diferencias que existan no tienes por qué ser así – Freen la volvió a ver con el ceño fruncido.

- Le corto porque no quiero hablar con ella y no importa que sea mi mamá - le contestó molesta, no por el hecho de la pregunta en sí, si no por el tono en que le dijo "Sarocha" – además las llamadas de Malee terminan siempre en desgracias.                    

- ¿Por qué lo dices? – preguntó la menor.

- ¡Cosas mias! Nada importante.

- ¡Como siempre contigo! Cuando se trata de tus cosas nunca me dices nada, nunca nada es importante.

Ninguna de las dos dijo nada más hasta que llegaron a su destino, el ambiente en el apartamento estaba algo incómodo, en el tiempo que llevaban de vivir juntas no habían tenido una conversación así.

- ¿Estás molesta conmigo? – preguntó Freen.

- Estoy cansada, Freen! Cansada de no saber nada, de tener que conformarme con lo poco que los demás me dicen. ¿Sabes cuál es el problema contigo? Que nunca dices nada, evitas decirme cosas, no sé nada de ti y si antes sabía algo de nada vale, por si no lo recuerdas tengo la memoria en blanco con respecto a eso. Sabes más tú de mi que yo de ti, que de mi misma.

- Es que no hay mucho que saber, lo que ves es lo que soy Rebecca...

- Hay mucho que saber, Sarocha! – le decía alterada – Trato de entender muchas cosas, de descifrarte, de estar para ti como tú lo estás para mi, pero cuando te sucede algo simplemente te cierras y luego dices que es algo sin importancia.

- ¿Lo dices por la situación con mi mamá? Es que no vale la pena.

- Si no valiera la pena, si no te afectara no tendrías problema en hablar de ello, pero tranquila, si no confias en mi, si no quieres hablar conmigo yo no voy a estar rogando por eso – dio media vuelta y se fue hacia su recámara.

- ¡Becky por favor! Ven, no te enojes – pero la morena la ignoró.

Durante el resto de la tarde la situación se mantuvo igual, por un lado estaba Rebecca encerrada sin tan siquiera dar muestras de querer bajar a comer algo y por otro lado estaba Sarocha bastante sacada de onda, pero sobre todo conciente de que Rebecca tenía razón al decir que ella nunca le contaba nada y no quería que acabara el día estando molestas, por lo que tomó una decisión que jamás pensó y fue hacia la habitación de la menor.

- ¿Becky podemos hablar?

- ¡No tenemos nada que hablar! – respondió cortante estando acostada dándole la espalda a Freen.

- Bueno, no hables, pero al menos escúchame! Lo que te voy a decir nunca se lo he contado a nadie, pero lo haré contigo porque confio en ti y porque no quiero que estemos así – se sentó a su lado en la cama recostándose en el respaldar - Con mi mamá las cosas nunca han sido fáciles, no recuerdo un momento en el que haya expermientado la típica relación de madre e hija, las muestras de afecto han sido prácticamente nulas - Rebecca se dio la vuelta para verla y se posicionó de la misma manera que ella a su lado - al principio cuando era una niña eso me dolía, luego me acostumbré y tampoco seguí demostrando afecto hacia ella.

- ¿Y tu papá nunca dijo nada? Por que eso no es normal.

- Al principio él le decía que no tenía que tratarme de esa manera, que yo era su hija, pero no hubo cambio, entonces entre él y mi nana compensaron el amor y atención que mi mamá no me daba. El punto es que todo se volvió peor cuando yo tenía 6 años, un día la encontré besándose con otro hombre, él era un amigo de mi papá, días antes a mi padre le habían realizado una operación, porque por muchos años sufrió problemas en el corazón hasta que gracias a Dios se le pudo hacer un transplante y quedó como un roble, si quieres un día le puedes decir que te enseñe la cicatriz, la adora, dice que es la muestra de la segunda oportunidad que se le dio de vivir. En fin, cuando encontré a mi mamá en esa situación me dijo que todo había sido un error, que ella se sentía mal por la condición de mi papá y que fue un momento de debilidad, me dijo que yo no podía decir nada porque eso podía ponerlo a él peor, aparte de que me prometió que nunca más lo volvería a hacer y yo le creí.                   

- ¡Freen eso es muy feo! – le tomó la mano - ¿ Y sí cumplió su promesa?

- Ahí viene lo peor! Yo nunca dije nada, no solo porque creí en ella, sino porque no quería que mi papá sufriera, que le pasara algo. Con el tiempo me di cuenta que seguía engañándolo, la escuché hablar por teléfono al parecer con el mismo hombre, obviamente le reclamé y le dije que era una mentirosa, para ese entonces yo ya tenía 7 años y toda la intención de contarle las cosas a mi papá, pero supo como manipularme.

- ¿Manipularte? ¿Cómo o con qué?

- No sé si estés al tanto de que Heng es mayor que Nam y que yo! A pesar de eso, los dos estudiamos juntos y fue gracias a mi papá, Heng viene de una familia muy humilde, desde niño ha sido muy trabajador y a como podía ayudaba a su mamá quien lo crió a él y dos hermanos más, solita, debido a los escasos recursos que tenían no todos podían tener acceso a estudiar, por lo tanto Heng se sacrificó y prefirió que quienes lo hicieran fueran sus hermanos menores, mientras tanto el trabajaba en lo que fuera, normalmente limpiaba zapatos. Un día mi papá llegó hasta donde él estaba y le pidió que le limpiara los suyos, desde ese momento se dio cuenta que era un niño muy inteligente, siguió presentándose en diferentes ocasiones y así conocer más sobre él, al enterarse de la situación económica que tenía y de que no estudiaba debido a eso, decidió hacerse cargo de todo, además ya sentía mucho cariño por el chico. Papá le pagó los estudios a Heng, ayudó a su familia y mi amigo le respondió de la mejor manera, sacaba excelentes calificaciones, siempre fue muy agradecido.

- ¡Eso fue algo muy lindo de parte de don Aon! Supongo que fue así como ustedes dos se conocieron.

- ¡Correcto! Un día estábamos Nam y yo que ya éramos amiguitas y papá lo llevó a casa, las dos quedamos encantadas con él, no de la manera que piensas, sino que aparte de que era un niño muy lindo en él vimos automáticamente a alguien que iba a ser nuestro protector y no nos equivocamos, desde ahí nos volvimos los 3 mosqueteros. Él sentía gran respeto y admiración por mi papá, bueno, siente aún y resultó que también le gustaba lo que tuviera que ver con la arquitectura, por lo tanto la preparación la llevamos juntos, tanto mi abuelo como papá nos apoyaron a los dos.

- ¿Y tu mamá como figura en todo eso? Su manipulación tuvo que ver con Heng?

- Lamentablemente sí! El día que me di cuenta que seguía engañando a mi papá, ella ya no podía manipularme con el tema de la salud de él, lo que hizo fue decirme que si yo habría la boca iba a hacer todo lo posible por alejar a Heng y convencer a mi papá de que no lo siguiera ayudando en nada. Becky, Heng para mi es mi hermano, yo no podía permitir que algo le pasara, que no pudiera seguir estudiando, que lo alejaran de mi, era un niña que en ese momento creyó en esa amenaza, más que mi mamá siempre ha sabido como manipular a papá, por lo tanto me quedé callada, nunca dije nada. Desde entonces Malee perdió mi amor y respeto de hija a madre. 

- Ni tu papá, ni Heng, ni nadie más supo de esto ¿cierto?

- Nadie! Al final no quise saber si mi mamá siguió con sus engaños, lo importante fue que mi papá estaba bien y que Heng terminó de estudiar conmigo, todo se lo ganó por metiro propio, se convirtió en quien es hoy porque se esforzó mucho, papá lo quiere como un hijo. A estas alturas no vale la pena decir nada, mucho menos a él, es un hombre feliz y realizado, sacó adelante a su familia quienes ahora viven super bien.

- ¿Y por qué a Nam nunca le dijiste nada de esto?

- Porque para empezar Nam odia a mi mamá, no es necesario darle una razón más, capaz va y la agarra del pelo que ganas no le faltan. Por otro lado, adora a Heng, tú la ves que lo molesta, que se enoja con él y que le reclama, pero siente por él una admiración y cariño enorme y Heng por ella tambien.

- ¿Heng está enamorado de Nam? -preguntó emocionada.

- ¡Jajaja! Eso es como evidente, la única que no lo ve es Nam. El problema es que él piensa que no está a la altura de ella, para mi es la persona correcta. Con el tiempo ambos se darán cuenta de eso.

- ¡Ojalá que sí! Freen – la miró fijamente - gracias por contarme todo eso, por confiar en mí. Prometo no decir absolutamente nada.

Siguieron hablando un poco más ambas acostadas viéndose de frente hasta que poco a poco Rebecca terminó quedándose dormida, Sarocha empezó a delinearle la cara con el dedo, cuando detuvo lo que estaba haciendo, Rebecca se removió hasta pegarse más a ella, pasando uno de sus brazos por su cintura abrazándola. Ante esto la castaña no hizo nada por alejarse, prefirió quedarse ahí disfrutando de uno de los pocos abrazos sinceros que había recibido en su vida, una lagrima cayó por su mejilla, se abrazó también a Becky y en un susurro le dijo gracias, un gracias por estar ahí con ella, por escucharla y no juzgarla, no al menos por ahora...

Continuará...