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AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN)

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AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN) - Página 2 Empty Re: AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN)

Mensaje por Kamila 7/22/2018, 2:39 am

Wow maravilloso este capitulo ehhh

Kamila

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AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN) - Página 2 Empty Re: AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN)

Mensaje por andyvolkatin 7/24/2018, 11:42 pm

Hola Very Happy
que buen capitulo
van avanzando poco a poco las chicas
espero la sigas pronto
andyvolkatin
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 7/26/2018, 2:28 am

Hola chicas. Feliz miércoles para todas, un beso y abrazo gigantesco.

A leer!!



CAPITULO 6: LA DOCTORA NOVATA, ES LA MEJOR DOCTORA.



Mis ojos localizaron rápidamente al oficial MacCubbin en el patio. Su expresión cambió de una despreocupada a una molesta. Le dijo algo a Dyrbov y los dos abandonaron su lugar para irse a otro sitio. Me sentí algo incòmoda; no tenía que ser un genio para darme cuenta de que estaba un poco molesto conmigo.

Traté de no sentirme mortificada por él. Observé alrededor de los jardines en busca de caras conocidas. Con timidez, sonreí cuando vi a Masha hablando con otra chica rubia. Parecían ser bastante cercanas, así que asumí que era su amiga Olga.

Masha sonrió y me saludó al verme.

- Hmm, ¿Doctora Katina? - Oí una voz detrás de mí. Me giré para ver quién era y me reconoció la reclusa Ángela Bogrova.

- Ah, hola, Señorita Bogrova. ¿Cómo está? - La saludé con una sonrisa.

- Bien - Ella asintió con la cabeza. Fruncí el ceño, cuando movió la cabeza a ambos lados para ver si alguien podía escucharnos y al asegurarse de que estaba despejada, se acercó más - Sigo esperando - susurró.

- ¿Esperando? - No estaba segura de lo que estaba hablando.

- Por mi Pelmeni.


Mis ojos se ampliaron por un segundo. ¡Lo había olvidado por completo! Había prometido a Ángela darle comida, si me contaba más sobre Yulia pero resultó que no lo hice. Había pasado una semana desde ese día y Ángela aún no veía su comida.

- Yo ... Yo lo siento, señorita Bogrova - Y realmente lo hacía. Además, no creía poder traer comida de afuera y dársela a los residentes. El Asilo era muy estricto con las dietas de los reclusos. Incluso nosotros, los médicos, teníamos comida en el refectorio del Centro Médico. Los residentes no tenían comidas extras además de lo que ya servían en el comedor - Verás, el Asilo tiene reglas y ...

- ¿Me estás jodiendo? - La observè incómoda mientras su voz se llenaba de ira.

- Yo ...

- ¡Prometiste darme comida! ¡Buena comida! Le conté lo que quería saber ¿Y así es como me paga? - Me sentí mal conmigo misma.

- Te puedo dar dinero si tú quieres - Dije de repente, sin pensarlo con claridad. Ella resopló.

- ¿Por qué querría dinero en este pocilga? ¿Podría comprar comida? - me quedé en silencio - No quiero comer de la maldita masa que sirven aquí, Doctora Katina, quiero comida! ¡Mi comida! La comida que usted prometió darme!

- Lo siento, señorita Bogrova, pero no le puedo dar lo que le prometí. Fue un error ofrecérselo y le pido perdón.

- ¿Perdón? - Su voz enfadada se ahogó mientras se reía entre dientes - ¿Me está pidiendo perdón? ¡Si el perdón fuera algo válido aquí, usted sería Bill Gates, doctora!

- Lo siento mucho - Me disculpé de nuevo.

- No, no lo siente - soltó - Usted no se preocupa por mí. ¡No se preocupa por el hecho de que le di información que no se suponía, debía saber! ¡Usted sólo se preocupa por sí misma! - me ofendió - ¡Usted sólo se preocupa por conseguir información acerca de su paciente, para luego alabarse delante de sus compañeros y decir el buen médico de mierda que es!

- ¡Eso no es verdad!

- ¡Por supuesto que lo es! ¡La Doctora Elena Katina, fue quien curó a Yulia Volkova! Se lo imagina, ¿verdad?. Todo esto es por el prestigio. Ningún otro médico logró ayudar a la enana, pero .... ¡Ha ha ha, usted cree tener lo que se necesita para ser la elegida! - Apreté los dientes, un poco enfadada por lo que estaba dando a entender - Eso es lo que quiere lograr.... La fama por ser la Doctora que la ayudó. ¡Y quien haría cualquier cosa por lograrlo, incluso poner la vida de alguien más en peligro!

- ¡Eso es mentira!

- Estoy un poco contenta por no haberle contado todo. ¿Y sabes qué? Quizás esta es la razón por la que Yulia miente todo el tiempo. ¡Ella sabe que no se puede confiar en los médicos! - Perdí la capacidad de hablar por un momento, cuando sus palabras me hicieron daño - Pero ahora yo lo sé. He aprendido mi lección. No se puede confiar en los médicos. ¡No se puede confiar en usted! - Dio un paso atrás, con los ojos aun ardiendo en cólera - No cuente conmigo la próxima vez, Doctora Katina. ¡Puede pudrirse por mí, no me importa! - Entonces se volvió y me dio la espalda.

Mierda

Mis ojos comenzaron a arder y supe que estaba a punto de llorar. ¡No, Lena! Aquí no.

No quería que nadie me viera en ese estado, así que decidí abandonar el jardín e ir a mi oficina.

~~ * ~~

- ¡Contrólate, Lena! - Me dije, limpiándome los ojos con un pañuelo. Las palabras de Ángela me habían dolido más de lo que esperaba. Estaba avergonzada de mí, tenía que admitirlo. El hecho de no haber cumplido lo que prometí, era algo de lo que no estaba nada orgullosa. ¡Diablos! Ni siquiera me molesté en intentarlo desde el principio. Tampoco era su médico y no me merecía su buena voluntad, y aun así le hice algo desagradable. Deliberadamente soborné a una residente por información, pero la realidad era, que nunca le tomé la importancia necesaria para cumplirle la promesa. Fue tan egoísta de mi parte.

Me limpié una lágrima cuando oí un golpe en la puerta. Abrí los ojos y se ampliaron con sorpresa al ver a Nastya. Oh, mierda. ¿Ángela le habrá contado lo que pasó?

- Siento molestarte, Lena - Dijo con una sonrisa suave.

- Está bien - Murmuré sintiéndome aún más avergonzada de mí misma.

- Ángela estuvo un poco ansiosa hoy. ¿De casualidad sabes si algo le ocurrió?

- ¿Por qué iba a saberlo yo? - Dios, eso fue grosero. No tenía ni idea de donde había salido eso. Estaba muy mal por lo sucedido solo hace un momento, y sin embargo estaba fingiendo que no sabía nada. ¡Tan infantil, Lena Katina!

- ¿Tal vez la charla la dejó un poco incómoda?

No contesté. Y es que tampoco sabía qué decir.

- ¿De que hablaron?

Cuan jodidamente egoísta estaba siendo - Yulia Volkova - Respondì en su lugar.

Nastya asintió con la cabeza. Sus suaves ojos rápidamente se tornaron serios y una expresión feroz fue reemplazada en su rostro - Lo lamento Lena, pero te voy a pedir, que no molestes más a mi paciente, con cualquiera de tus preocupaciones que puedas tener por tú paciente, Volkova - Tragué saliva sintiendo aún más vergüenza. Si es que eso era posible - Intenta hablar con tu paciente la próxima vez. Por favor, deja a Ángela en paz.

Me sentí como una estudiante regañada por su maestra. El sentimiento de absoluta vergüenza era muy difícil de controlar.

- Lo siento - Me disculpé - No voy a molestar más a Ángela.

- Gracias. Y gracias también por tu tiempo.

Nastya regresó a su oficina y me dejó morir en mi vergüenza.

Suspiré.

¡Mierda!. ¿Cómo es que cada vez que intento hacer algo bien, estropeo otra? Cuando estaba bien con Masha, metí la pata con Yulia. Ahora que estaba bien con Yulia, estaba mal con Ángela y Nastya... Dios, ¿Por qué es tan difícil estar en paz con todo el mundo?

Negué con la cabeza tratando de deshacerme de esos pensamientos. Mi sesión con Masha tenía que empezar y no podía tener estos sentimientos interfiriendo.

~~ * ~~

- Un mocca blanco regular, por favor - Pedí. Eran  pasadas las 7 de la mañana y estaba comprando mi café como de costumbre antes de ir al Asilo. Mis ojos se pegaron a los macarrones en la bandeja de plata, al lado del cajero. Aun me sentía mal por lo que hice a Ángela y estaba dispuesta a borrar la mancha en nuestra relación. No podía pasar un Pelmeni de contrabando, pero tal vez algo más pequeño no sería tan difícil. Podría mentirle a los de seguridad y decirles que los pasteles eran para mí. En alguna ocasión vi a algunos oficiales llevar aperitivos, tal vez yo podría hacer lo mismo. Nastya dijo que tenía por lo menos dos años siendo la médico de Ángela. Si ella ha tenido otros médicos además de Nastya, eso quiere decir que hace más dos años ella ha estado comiendo 'esa asquerosa comida del reclusorio'. Un par de años con la misma comida desagradable, harían que cualquier persona considerara la más pequeña porción de comida del exterior, un verdadero alimento. Por eso razón, esperaba que unos macarrones nos hicieran quedar de nuevo en buenos términos - Y tres macarrones de chocolate, por favor -Añadí antes del pago.

Las envolví en servilletas blancas y los metí en mi bolso.

~~ * ~~

- No es necesario que grite, oficial - Dije de vuelta, en la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Penitenciario. Yulia decidió permanecer una vez más en el interior esta mañana, y yo, de nuevo decidí visitarla.

Mientras los oficiales abrían la pesada puerta, logré verla dormida nuevamente. Estaba sobre su estómago y noté un poco de baba en la almohada.

- Déjenos, por favor - Dije bajando la voz. Se miraron el uno al otro y tomó un par de segundos, hasta que finalmente salieron.

Mis ojos enseguida regresaron a ella. Algunos de sus cabellos estaban en su rostro, pero no la perturbaban en absoluto, dormía muy profundamente. Me tomé un tiempo para mirar alrededor de su celda. Era pequeña, sólo tenía la cama individual - colocada a la derecha de la pared, había también un cubículo para el retrete en la esquina izquierda y un estante entre ellos, donde guardaba todas sus pertenencias. El '' todas'' sus pertenencias, me refería a sus blocs de notas, el colorido uniforme naranja, algunos juguetes como rompecabezas y libros. No pude evitar una sonrisa al ver las portadas de la serie de libros de Harry Potter. Así que le gusta leer libros de fantasía, ¿eh? Interesante. Realmente me sorprende día a día.

En el estante de abajo, había una botella de plástico de color naranja marcado con las siglas XYZ 320. Era su medicación. Y como lo indicaba el Dr. Pávlov, algunos de los efectos secundarios, era la somnolencia. ¿Era por ese motivo que Yulia se quedaba durmiendo todas las mañanas, estos últimos días?. De acuerdo con sus archivos debía tomar tres pastillas al día, y sinceramente pensé que era demasiado. Pero de nuevo, nunca había presenciado sus estallidos de ira, por lo que si su médico anterior indicaba tres pastillas, tres pastillas serían entonces.

Al final usted es igual que el Dr. Pávlov, ¿no es así? - Fruncí el ceño al recordar las palabras de Yulia -  Si su ayuda es igual a la del Dr.Pávlov, entonces no la quiero - Las palabras de Masha ahora venían a mi mente.


Sé que es natural que los pacientes no tengan simpatía hacia sus médicos, pero la forma en la que hablaba de él, me hacía querer saber más sobre quién era el Dr. Pávlov y cómo se enfrentaba a sus conflictos. ¿Tendría razón? Es decir, no debería cuestionar sus métodos ya que probablemente tiene más experiencia que yo ... Entonces, ¿Cuál es el punto de nuestra pequeña charla, Doc? Si prefiere escuchar a los demás antes que a mí.

Su diagnostico acerca la mentira patológica en Yulia era incorrecta. ¿No se habrá equivocado también en la cantidad de medicamento? La sobredosis era un tema enserio alucinante y el cual, podía terminar en toxicidad o en ocasiones extremos, la muerte.

- ¿Va a tirar eso? - Oí su voz y volví la cabeza hacia ella. Aun estaba en la cama, sus ojos eran más pequeños de lo habitual debido al sueño, pero seguía viendo el destello brillante de color azul en sus ojos.

- No puedo tirar el medicamento - Contesté. Ella se movió, ahora quedándose de espalda, entonces, cerró los ojos de nuevo.

- Por supuesto que sí. Eres mi doctora.

Una sonrisa apareció en mi rostro - ¿Por cuánto tiempo has estado tomando tres pastillas?- Pregunté cada vez más cerca de su cama.

- Desde el accidente - hizo referencia a lo sucedido con Katya.

- No fue un accidente - Ella sonrió.

- Muchos creían que lo fue... - bostezó. - ¿Por qué darle tanta importancia?

Mis ojos miraron de nuevo la botella color naranja. Estaba considerando seriamente disminuir la dosis. Dos píldoras serían suficientes para mantenerla a raya. Pero de nuevo, era un alto riesgo. Si comenzó a tomar tres píldoras después del incidente con Katya, significa que su dosis usual eran dos píldoras, las cuales no lograron evitar que su episodio se iniciara, al ser provocado.

Provocado.

Después de lo que hizo con Katya ¿Quién demonios intentaría provocarla?

Mis ojos volvieron a Yulia en la cama y me reí, al ver un hilillo de baba escapando por la comisura de la boca. Saqué el empaque de pañuelos fuera de mi bolso y me incliné hacia ella.

Envolví mi dedo índice con el tejido - Dios, eres como una niña - Murmuré limpiando la baba de su barbilla.

Ella abrió los ojos y me sorprendí a mí misma, mirando sus orbes tan azules más de lo que debía.

- ¿Has tomado tu desayuno? - Le pregunto después de unos de segundos, aclarando mi garganta.

- El sabor de mi propia saliva es más delicioso que la comida que sirven aquí - Mi corazón comenzó a latir más rápido por alguna razón.

- Aun así, debes comer.

- Oh ya veo, ¿Además de ser una psíquica, también es una nutricionista? - se burló.

- No soy psíquica. Soy psicoterapeuta.

- Una psicoterapeuta que usa tarjetas de la fortuna ... muy científica, ¿eh?

- ¿Por qué sigues llamándome novata?

-  Porque lo eres - Ella sonrió - Eres la primera novata que he conocido.

- Sólo porque soy agradable no significa que sea novata.

- Es necesario endurecerse, Doctora. Ser agradable y todas esas cosas, sólo le darán falsas esperanzas. Aquí nadie la va a tratar de la misma manera que usted los trata. Las personas no son más que un montón de pendejos egoístas.

- La mayoría de la gente es buena. Lo único que necesitan es a alguien en quien confiar .

- ¿Cuán ingenua puedes llegar a ser, nena?

- No soy ingenua.

- Es muy ingenua para ser una psicoterapeuta. Es la Doctora más vergonzosa que nunca antes había tenido.

- ¡Soy la mejor Doctora que nunca antes tuviste! - Le repliqué.

- Tenemos una chica ruda por aquí ... ¡Lena Intensa vuelve por más! - Bromeó. Negué con la cabeza, riendo un poco. No me enfadò al escucharla llamarme de esa forma. Parecía que estábamos en una etapa de entendimiento mutuo. En cierto modo, me sentí como si nos estuviéramos ayudando la una a la otra... esto se oye tan loco.

Gracias a que Yulia me había dicho que me estaba comportando como una novata, era capaz de ver mis errores y mejorar en ellos. Porque me dijo que necesitaba estar un paso adelante y dejar de ser tan amable, me las arreglé para ser un poco más audaz como médico. Es lo que me permitió controlar a Masha con éxito en primer lugar. Diablos, incluso era cómodo estar cerca de ella sin ningún oficial presente.

Y allí estaba yo, yendo a su celda para poder entenderla mejor y ayudarla a superar sus conflictos. Habían pasado solo un par de semanas como médico- paciente, y sin embargo, se sentía como si había mejorado en tan poco tiempo. Yulia siempre era intrigante y me retaba, de alguna manera, por ser una mejor médico. Era una sensación extraña y un entorno extraño, supongo, pero la verdad, es que me gustaba. Nunca antes había tenido una experiencia como esta y era emocionante. Siempre estaba deseando volver a verla, hablar con ella. Había tanto por saber de ella, y seguía sabiendo tan poco.

- ¿Cuál es tu historia, Yulia? - Le pregunté en voz baja, perdida en mis propios pensamientos.

- Es una historia aburrida.

- Lo dudo mucho.

- ¿Por qué sigues llamandome mentirosa?

- Porque lo eres. Eras la mentirosa más estúpida que nunca antes conocí - Su expresión cambió de sorpresa a juguetona. Intentaba fingir estar ofendida por llamarla estúpida. Sonreí - No sé cómo el Dr. Pávlov te diagnosticó, la mentira patológica.

- ¿Así que está diciendo que no soy una mentirosa? - Sonrió pretenciosamente.

- Eres una mentirosa. No patológica, claro. Eso es diferente.

- Y usted es una Doctora. No muy experimentada. Que también es diferente.

Las dos nos reímos. Frunció el ceño al oír la sirena en ese momento, indicando que el tiempo de recreación había terminado. ¿Ya? ¿Acaso les dieron menos tiempo hoy ?. No pude evitar sentirme un poco triste al tener que dejarla.

- Hasta luego, Yulia - Dije con un movimiento de cabeza, poniéndome de pie. Fue entonces cuando me di cuenta que estaba sentada al borde del colchón. No tenía idea de cómo terminé sentada a su lado. Negué con la cabeza, haciendo caso omiso de ello.

Metí el paquete de pañuelos de vuelta a mi bolso, y antes de que pudiera cerrarla, vi las servilletas en la que estaban envueltos los macarrones. Los había comprado para Ángela, pero ¿Que mal haría si le daba uno a Yulia? De hecho, ella no tenía alimento en su estómago y estaba segura de que tenía más tiempo en el Asilo que la propia Ángela. Seguramente, debía morir por saborear otra cosa que la asquerosa comida que le ofrecían.

Observé las servilletas, entonces a Yulia, y de Yulia de nuevo a las servilletas y suspiré. Finalmente, tomé uno de los macarrones de mi bolsa y estiré mi mano hacia ella. Ella frunció el ceño confundida, cuando vio el pequeño pastel de color marrón.

- ¿Está envenenado?

- ¿Qué? ¡No! ¿Por qué iba a darte veneno?  - Le pregunté con incredulidad.

Ella se encogió de hombros - No le gusto a las personas.

- No soy esas personas. Soy Lena Katina, tu Doctora - Dije con confianza, dando un aspecto de mí, un poco curioso - Y te estoy ofreciendo el pastel porque quiero que comas. No has comido nada. Así que, vamos, tómalo - Ofrecí. El brillo en sus ojos se hizo aún más brillante.

Se levantó de la cama y finalmente tomó el pastel. Sonreí. Entonces, se llevó un bocado y dejó de respirar por un momento con los ojos cerrados - Dios, joder, está tan bueno - dijo mientras mascaba contenta.

Sonreí - Hasta luego, Yulia - Me despedí, lista para salir de su celda. Necesitaba salir de allí y encontrar a Ángela.

- Nos vemos, nena, y gracias por la comida.

~~ * ~~

De acuerdo, sé que había comprado tres macarrones y todos ellos deben pertenecerle a Ángela pero ver a Masha no me hizo ningún bien. Masha era una buena persona. Sí, ella podría ser una contrabandista que terminó convirtiéndose en una criminal, pero no estaba mal. Su comportamiento era el de una joven mujer sana, que fue tratada injustamente en su etapa de crecimiento. Y estaba cooperando durante nuestras entrevistas. Podía ver como estaba dando lo mejor para no meterse en problemas aquí. Le ayudaba tener a Olga como amiga, ya que ambas chicas podían apoyarse entre sí, haciendo que su estancia fuera más agradable. O menos desagradable, por así decirlo.

- Hola, Masha - Saludo mientras me acercaba a las chicas.

- Buenos días, Doctora Katina - me regaló una sonrisa - Ella es mi amiga, Olga - Dijo apuntando a la pequeña chica rubia a su lado.

- Buenos días, Doctora - La chica saludó respetuosamente - Mi bae me contó que usted es la mejor del Asilo - Mis mejillas no se sonrojaron, pero tenía una sensación de cosquilleo en mi interior, que me hacía sentir orgullosa. Jaja, si solo Yulia pudiera escuchar esto.

¿Bae? - Levantè una de mis cejas. Bae significaba "para mi lo eres todo".

- Sí, ella es mi bae - Masha riò con timidez cuando Olga puso su brazo alrededor de su cintura.

- ¿Puedo hablar contigo en privado, Masha? - Ella asintió con la cabeza y le pidió a Olga que no dejara a solas. Desde nuestra primera entrevista, noté que las costumbres de Masha e incluso su lenguaje se volvieron más respetuosos hacia mí. Era bueno tener a alguien que me respetase como médico para fijar un cambio.

- Bueno, primero que nada, gracias por ser tan cooperativa en nuestras sesiones.

- Hago lo que puedo, Doctora.

Hice lo que Ángela el día anterior, miré a mi alrededor para ver si algún oficial nos estaba mirando, y luego le di el macarrón - Un pequeño regalo para ti - Dije con una sonrisa en mis labios. Ella frunció el ceño antes de sonreír al descubrir lo que era - No dejes que los oficiales lo sepan, ¿de acuerdo?

- Sí, claro. Gracias, Doctora Katina. Usted realmente es la mejor Doctora de todas.

Me sonrojé mientras decía esas palabras. Oh, ¿Cuándo escucharía decir eso a mí otra paciente?. Supongo que con Yulia tenía un largo camino por recorrer.

Cuando vi a  la paciente Ángela Bogrova, y ella me vio, rápidamente cambió su expresión a una de enfado. Bien, este es mi momento para hacernos quedar en paz. Todo lo que tenía que hacer era darle el pastel. Nada difícil.

Pero antes de que pudiera hacerlo, se dio la vuelta.

- ¡Señorita Bogrova, espere!

- Déjeme en paz, Doctora Katina.

- Te he traído comida - Su cuello casi se rompió al volverse hacia mí tan rápido como pudo - ¿Esto nos hace quedar en buenos términos? - Le pregunté ofreciéndole el pastel. Rápidamente lo escondió de la vista de los demás, colocándolo entre el valle de sus pechos. Hice una mueca por la sorpresa.

- No - respondió - Me prometió un Pelmeni.

De acuerdo, se estaba yendo demasiado lejos - No te prometí un Pelmeni. Te prometí buena comida. Tu asumiste que sería un Pelmeni.

Ella apretó los dientes un poco molesta. Pero eso era realmente lo que había sucedido. Nunca mencioné traerle Pelmeni. El acuerdo era sobre comida. No una específica. La noté aun molesta - Mira, no puedo meter un Pelmeni. Incluso los médicos deben almorzar aquí en el Asilo.

- Dudo que coma la misma mierda que nosotros.

- No, no lo hacemos. Pero aun así, no se nos permite traer comida de casa. Solamente aperitivos. ¡Así que cállate y agradece que al menos te traje un maldito pastel! Fácilmente pude haberte ignorado, pero aquí estoy, tomando el riesgo al darle alimentos ilegalmente para que podamos estar en paz . ¡Sólo tienes que aceptarlo! - Sí, estaba un poco enojada.

- ¿Así que cree que la información que le di, sólo vale un macarrón?

Mis ojos se entrecerraron - ¿Qué?

- Quiero dos macarrones por las mañanas, todos los días.

- ¿Es una broma?

- Ese es mi precio.

- ¡Jodete! ¡No puedo traerte macarrones cada puto día!

- ¿Por qué no? Es pequeño y cabe perfectamente en su bolso. Podría decirle a los de seguridad que es para su consumo. En realidad, eso no importa. He visto algunos oficiales traer bolsas de Cheetos y algunos Red Bulls para la comida de vez en cuando.

- ¡No puede esperar que traiga pasteles todos los días! ¡Eso es estúpido!

- Un mes entonces - levantó uno de sus dedos - Tráigalos por todo un mes y estaremos en paz.

- Una semana - Traté de negociar.

- Cinco macarrones por tres semanas.

¿Cinco? Joder, no. Eso es como 30 a la semana. Mierda eso me va a dejar en banca rota.

- No, una semana.

Ella cruzó los brazos sobre su pecho - Dos semanas - Dos semanas aún era mucho tiempo para mí - 2 de pistacho, 2 de menta, y 1 de coco.

- ¿Qué?

- 2 de pistacho, 2 de menta y 1 con sabor de coco - Ella repitió, pero esta vez haciendo énfasis - En caso de que pierda algún detalle.

- ¡Tienes que estar bromeando!

- Nunca juego cuando hablo de alimentos, Doctora Katina.

- ¡Joder, no! ¡No voy a darte...

- Le diré el nombre - Mis ojos se agrandaron y mi corazón dio un vuelco. ¿En serio? - Veo que tengo su atención - sonrió - Mi oferta final, Doctora Katina. Durante dos semanas, 5 macarrones todas las mañanas, 2 de pistacho, 2 de menta y 1 de coco. Después le daré el nombre que desencadena los episodios de su preciada paciente.

¡Maldita mujer! ¡Ella sabía cómo ser persuasiva! - ¡De acuerdo! - Ella sonrió victoriosa.

- Es un placer hacer negocios con usted, Doctora Katina.

No perdí tiempo y la deje sola. Sí, estaba enojada. Tener que llevar pasteles todos los días durante dos semanas seguidas no era lo que tenía en mente. Pero si eso iba a revelarme el nombre, que me estaba volviendo loca por saber, entonces haría un esfuerzo.

~~ * ~~

- ¿Sientes que has desarrollado algún otro comportamiento desde el aumento de la dosis, aparte de la somnolencia? - Le pregunto preocupada.

Y sí, allí estaba en su celda de nuevo, hablando con ella; tratando de llegar a ella, haciéndola confía en mí.

Yulia tenía los ojos cerrados - Siento que mis pensamientos están lentos.

- ¿Lentos? - Fruncí el ceño confundida.

- Tengo una mente ruidosa, Doc. Voces en todas partes, tic tacs y golpes. Pero ahora los ruidos se han calmado un poco. No me gusta. Me gusta mi mente ruidosa, Doc.

- Calmar tus voces es lo mejor.

- ¿Por el bien común?

Asentí - Sí, por el bien común.

- Oh, la moralidad y los estándares de vanidad.

- ¿Qué quieres decir?

- No puedes matar un cachorro, pero si puedes matar una rata. La rata es fea, la rata es sucia. El cachorro puede estar sucio porque joden, se revuelcan en las piscinas de lodo, pero son suaves e incluso si te lamen la cara con sus lenguas sucias, no se les mata. Que persona fría y sin corazón podría matar a un cachorro ¡Pero la rata, ja! La rata muere antes de que pueda cambiar de una alcantarilla a la otra. Pobre pequeña, nunca puede ver la luz del día - Parpadeé mientras ella tenía una sonrisa falsa en su rostro - La moral parece tener estándares de belleza, ¿no le parece, Doctora?

Sí - No. La rata lleva enfermedades.

- También los perros. La rabia, ¿cierto?

- No entiendo que quieres decir - De hecho, sí que sabía, pero fingí no saberlo.

- ¿Qué pasa si el bien, es malo?

- Eso no tiene sentido.

- Lo que es bueno para mí, es malo para usted. Y lo que es bueno para usted, es malo para mí. ¿Por qué no podemos tener algo bueno para ambas partes? ¿Por silenciar mis voces cuando me hacen ser quién soy?

Realmente tiene una mente aguda - No te hacen lo que eres, Yulia. ¿Crees que lo hacen porque has vivido con ellas toda tu vida. Pero tienen que ser suprimidas, solo así...

- Solo así usted puede estar segura - Me interrumpió, abrió los ojos y me miró fijamente.

- Y tú puedes estar segura. Y los demás también.

- Entonces tengo que ser suprimida. Igual que la rata sucia ...

- En primer lugar, no estás sucia. En realidad, eres una de las residentes más limpias que puedes encontrar. En segundo lugar, sí, tienes que serlo un poco, pero eso es gran ventaja - Ella se rio entre dientes -Y en tercer lugar, no eres una rata, tu rostro, mirándolo desde el frente, se parece más a un pez, como Nemo - Bromeé sonriendo.

- ¿Quién es Nemo? - preguntó con curiosidad. Parpadeó inocentemente.

- Es el personaje de una película. Es un pez payaso.

- ¿Un pez payaso? - Abrió mucho los ojos ante la expectativa - ¿Le gusta contar chistes?

- Uh ... no.

- Jo, ese es el pez payaso más aburrido de todos - Dijo un poco decepcionada. Sonreí - Hey, Doc - me llamó, su voz había disminuído el volumen. Murmuré un "hm" para indicar que estaba escuchando - ¿Tiene más pasteles contigo?

No para ti - Sí.

- ¿Puedo tener uno de nuevo?

No - Claro - No me jodas. ¡Era tan débil! ¡Jódete, Lena, por ser tan sensible! ¡Dios, estoy desesperada!

Le di uno de los pasteles, el de coco, con la esperanza que a mi querida Ángela no le importaría recibir sólo cuatro macarrones.

- ¡Salud! - Ella sonrió antes de tomar un bocado - ¡Usted, Lena Katina, es la mejor Doctora de este pozo negro! - Mi corazón dio un vuelco cuando mis oídos, finalmente, escucharon venir ese cumplido de su boca - Usted sabe que esto puede causarle algunos problemas, ¿cierto - Wow, ¿Yulia Volkova previniéndome de posibles problemas?

- Voy a estar bien - Descarté.

- Es mejor que lo estès, nena. No quiero tener de nuevo otro Doctor conmigo.

- ¿En serio? - Pregunté orgullosa de mí, sintiendo que para ella, significaba que era una buena Doctora.

- ¡Por supuesto! No creo poder encontrar a ningún otro médico, tan novato como usted - Rodé los ojos. Sí, aún tenía un largo camino por recorrer con ella - Es oficial. Los Doctores novatos son mis médicos favoritos.

- Soy un experimento.

- Falso, hasta que demuestre lo contrario - Ella rio.

¡Oh, haré que confíe en mí!

Y para eso, tomaría cualquier riesgo, incluso si tenía que darle todos los macarrones de la reclusa Ángela.
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Mensaje por Kamila 7/26/2018, 4:14 am

Con cada capítulo esto se pone bien bueno ehhh

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Mensaje por mary 7/26/2018, 6:10 am

Woooooorales que chido capitulo la trama esta super

Enviado desde Topic'it
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Mensaje por Fati20 7/27/2018, 4:31 am

Esperaba con muchas ansias este capitulo q bueno estuvo me encanto espero leer más pronto
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Mensaje por Kamila 7/27/2018, 4:43 am

Con cada capítulo esto se pone bien bueno ehhh

Kamila

Mensajes : 168
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AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN) - Página 2 Empty Re: AMOR TRAS LAS REJAS // RAINBOW.XANDER (ADAPTACIÓN)

Mensaje por RAINBOW.XANDER 7/29/2018, 1:14 am

Hola chicas, disfrutando del finde?? Bien, es un gusto leerlas de nuevo por acá y a los que no escriben, un honor que estén siguiendo la historia que cada día se torna más interesante.

A leer!!!



CAPITULO 7: ¿UN EPISODIO?



Soy tan débil, siento vergüenza de mí. Debería suicidarme, sólo saltar de la ventana y ya está . Sinceramente, no sé qué está pasando conmigo, ni por qué estaba tan afectada por Yulia. Pero lo hice, otra vez. Los pasteles que se suponían que eran de Ángela... Sí, así es, se los di a Yulia. ¡Todos! Los cinco jodidos macarones, ahora mismo están siendo jodidamente digeridos por el condenado estómago de Yulia Volkova.

¿Por qué?

¡Ella me pidió más pastelitos y la idiota de Lena Katina, aquí presente, no pudo decirle que no! ¡Mierda, Soy una psicoterapeuta! Mi trabajo es tratar con los problemas y cuestiones de las personas... pero aquí estoy, con mi propio problema que al parecer no puedo resolver: ¿Cómo le digo que NO, a Yulia Volkova?

¿Cómo puedo dejar de ser, tan agradable con ella? Solía ser estricta cuando era necesario, de verdad que sí, pero cada vez que estoy con ella, tengo esta necesidad de complacerla; tengo esta capricho de ser agradable y no sé por qué.

En realidad, tal vez, ya lo se… La cosa es …que me gusta. Me gusta su mente, me gusta su voz y me gusta su personalidad, aunque siempre trate de parecer al gato Cheshire, de los dibujos animados. Ella es, como uno de esos personajes que me encantaba leer cuando era niña. Es ese personaje que siempre había soñado con conocer. De cierto modo, Ángela Bogrova tenía razón. ¡Yo quiero ser la doctora que ayude a Yulia! ¡Quiero ser la doctora que la cure! Y quiero que Yulia guste de mí, tanto como yo gusto de ella; quiero que ella confíe en mí.

Por eso le di todos los pastelitos de Ángela.

Estoy dispuesta a mantener mi palabra. Sin embargo, había prometido a Bogrova cinco malditos macarones, diarios, durante dos semanas, ¡¿Conseguiré dárselos alguna vez?! Lo que tenía que hacer, era comenzar a dárselos el lunes. El lunes siempre es el mejor día, para comenzar nuevas cosas. El problema ahora, era intentar convencer a la mujer.

- Así que, la comida que me prometió, ¿Me la dará a partir del lunes? - Preguntó levantando una de sus cejas, poco convencida.

- Sí. También tengo que pensar cómo darte los pasteles sin levantar sospechas. Si tú doctora, Nastya nos ve hablando, se dará cuenta que algo malo está pasando. Además, hay algunos oficiales que saben que no eres mi paciente. El contrabando de comidas pequeñas puede ser fácil, pero todavía es ilegal. Tenemos que estar seguras y fuera de la vista de los demás - Su respuesta fue un ‘hm’ . Al parecer estaba de acuerdo con el trato..

- Venga conmigo - Dijo, invitándome con la mano.

Miré a mí alrededor un poco incómoda - ¿Esto es una buena idea?

- ¿Dijo, que no quería parecer sospechosa al darme la comida ¿cierto? Sígame entonces. Estaremos bien. Hoy es jueves, así que, ahora mismo la Doctora Nastya tiene sesión con Natasha. Así que es seguro.

- ¿Y los oficiales?

- La ven con la bata blanca, así que dan por hecho que eres una doctora. La mayor parte de los oficiales no saben ni siquiera nuestros nombres, sin mencionar a la de todos los doctores. Sobre todo porque los médicos siempre vienen y se van - Eso tenía sentido, pero todavía no me convencía - Sólo no esté nerviosa. Si un oficial la reconoce sólo responda, que la Doctora Nastya pidió comprobar que salí. Nos dejarán en paz.

- ¿Lo has hecho antes? - Pregunté, siguiéndola finalmente.

- ¿Qué?

- ¿Qué le hagas creer a un oficial, que otro médico es tu doctor?

- No. Pero la Doctora de Elizaveta una vez vino a verme, por petición de la Doctora Nastya. Así que es bastante seguro.

- De acuerdo.

Ella parecía estar en lo cierto. En el momento que caminé junto a ella nadie nos molestó. Ningún oficial vio extraño que yo estuviera allí, a su lado. Podía fingir facilmente que era su médico.

- ¿Cómo sabes que Nastya tiene sesión con Natasha Zinchenko? - Pregunté interesada. Creía que todos los pacientes, guardan el secreto entre ellos...

- Natasha se lo dijo a Krystal; Krystal se lo dijo a Elizaveta; Elizaveta me lo dijo a mí - Asentí , comprendiendo finalmente.

Una vez que estuvimos en uno de los lados de la penitenciaría, señaló con su cabeza la rejilla próxima al suelo. Cuando ella se puso en cuclillas frente a la rejilla de ventilación, hice lo mismo.

- La última fila de las rejillas están rotas, ¿puede verlo?

- Sí - Ya sabía a dónde iba con esto, pero se tomó su tiempo para explicarme.

- El agujero que tenemos aquí – señaló al vacío en las rejas – debe ser lo suficiente para adaptarse a los macarones. Si no lo es, puede cavar un poco de tierra para hacerlos encajar. Antes de nuestra recreación, tómese su tiempo para venir aquí y colocar los pastelitos en el interior.

- ¿No quieres que te avise?. No quiere que por lo menos te advierta?

- No es necesario. Dijo antes que puede ser sospechoso. Dos semanas son mucho tiempo para mí, así que si se acerca a mis todos los días se pueden levantar algunos rumores. Sólo coloque los pastelitos aquí, tenga cuidado, no deje que nadie la vea. Antes de que la recreación se termine, vendré a este lugar para tomarlos.

- ¿Es seguro? ¿Y si alguien más nota la comida dentro y lo come antes que tú?

- Es un riesgo que usted va a tomar - No, no quiero tomarlo.

- ¿Hay algún otro residente que sepa de esto? - pregunté refiriéndome a la rejilla del ventilador rota.

- No lo sé. Algunos ni siquiera se preocupan por ver ni un poco las instalaciones. Y la verdad que se diga, una orificio oxidado y roto, no es por lo general un lugar para guardar alimentos frescos.

Bien eso mejoraba las oportunidades, por lo tanto podría hacerme responsable. No tenía que dirigirme a ella cada mañana, de modo que evitaría meterme en problemas - Bien, lo haré.

- No olvide envolverlos perfectamente, para que no se ensucie ni una sola parte.

- De acuerdo - Dije levantándome, mientras limpiaba mis manos en mis jeans - No tiene nada de qué preocuparse, Srta. Bogrova, no le daré comida sucia.

- Será mejor que no, Doctora Katina. Porque si eso pasa, el nombre que tanto le interesa nunca lo obtendrá de mi.

Bien, no puede decir que no vi venir eso. Ángela es bastante posesiva hacia su comida, por lo tanto, era seguro que tratara de sacar ventaja de nuestro trato.

Asentí ante su advertencia.

- Nos vemos después, Doctora Katina - Se giró hasta marcharse.


~~ * ~~

- Impresionante - Dije mientras ella me enseñó el tiempo que le había tomado resolver el cubo de Rubik: 3 minutos y 9 segundos... - Pero algunos niños de mis empleos anteriores, lograban hacerlo en menos de un minuto.

- Dudo que ellos pudieran matar a alguien, de la forma en que yo lo hago, en menos de un minuto - Dijo mostrándome una enorme sonrisa - ¿Ahora quién es la mejor en la ciudad, Doc? - Parpadeé no segura de que contestar. Miré al suelo, sintiéndome un poco incómoda.

- ¿Qué pasa, nena?

- Nada. Todo está bien.

- Ahora mira quién está mintiendo.

- Cómo …- levanté la mirada, directamente hacia ella. En ese momento estaba revolviendo el cubo, para poder resolverlo de nuevo - ¿Cuántas …? ¿Cuántas ……….personas … … has matado?

- No llevo un seguimiento.

- ¿En serio? - Fruncí el ceño. Si no estaba llevando un seguimiento de las personas que mataba, básicamente significaba, que no era una asesina en serie. Los asesinos en serie siempre están intentando batir su propio record. Sin embargo, también encontré interesante como dijo “la forma en que yo lo hago”; los asesinos en serie tienden a asesinar, siempre, a sus víctimas con el mismo método. Por lo general tienen un ritual, el cual le dan un seguimiento completamente sistemático. Sin embargo, no sabía que pensar de Yulia. Si mata cuando está bajo sus episodios, ¿Eso la marcarían como a una asesina en serie también?

- ¿Cómo te sientes? - Pregunté con interés - Cuando tienes un episodio... ¿Cómo te sientes?

Enroscó una línea del cubo alrededor - ¿Antes, durante o después?

¡Oh!, que interesante. No sabía que podría tener etapas - Hmm, en todas ellas.

- Bueno, parece que alguien está ansiosa por tener respuestas - Reí por su comentario - Pero no puedo darte todas las respuestas por las golosinas, gratis… No es divertido, ¿verdad?

- Lo dices por mí - Dije sonriendo.

- Sólo escoja una, Doc.

- Tengo que saber todas las etapas.

- Hoy no - Enroscó el cubo otra vez, a juego con la capa inferior en sus respectivos colores.

- Uh … Antes - Escogí, después de pensar un momento. Si ella tiene una manera diferente de comportarse, antes de que suceda, podría detectarlo con más facilidad y hacer algo al respecto. O al menos era lo que esperaba.

- Oh, eso es una sorpresa - Dijo levantando la cabeza, ignorando el rompecabezas por un segundo..

- ¿Por qué?

- Creía que escogería durante.

- Cambiando el tema - Dije a la ligera. Ella se rió haciendome sentir bien - ¿Entonces… Qué sientes antes de que los episodios sucedan?

- Los ruidos se detienen.

- ¿Ruidos? - Recuerdo que mencionó aquellos “ruidos” dentro de su cabeza pero francamente no sé lo que significan. ¿Era una metáfora sobre algo más? ¿Eran aquellos "tic-tacs" reales? ¿Escucha eso todo el tiempo?

- Se detienen. O tal vez están en, mudo. De cualquier forma, no puedo oírlos más.

- ¿Mencionaste que tu medicamento disminuía esa voces … ¿Qué diferencia hay con esto?

- No lo sé. Simplemente, es así. Con mi medicamento … es parecido a cuando sueñas despierto. Estás despierta; tienes una percepción de tu entorno, todavía puedes escuchar tus pensamientos, incluso si no están conectados con lo que estás experimentando en ese momento.. Los ruidos-voces no son lo bastante altos, todavía están allí susurrando. Antes de que mis episodios sucedan… Allí, ya no hay ningún pensamiento. No hay ruidos. Es sólo un vacío. Mi mente está en blanco, completamente.

- ¿Y luego?

Sonrió con satisfacción - Y luego pasa.

- ¿Qué? ¿Solo así? ¿Tu mente se queda en blanco? ¿No tienes ningún otro tipo de comportamiento? Uno que podría...

- ¿Así podría usted, distinguir cuando está a punto de suceder? - Levantó sus cejas hacia mí. Aparté la mirada - No soy una sirena, Doc.

- En realidad sí lo eres - Dije fijando mis ojos en ella - Pero nadie sabe cuándo estás encendida o apagada.

- Créame, Doctora, sabría totalmente cuando esté "encendida".

- ¿Cómo lo sabría?

- Estaría muerta ahora mismo - Lanzó el cubo rubik hacia mí para que lo tomara en el aire. Mis ojos se concentraron en el juguete completamente solucionado. Tragué saliva silenciosamente - Pero no tiene de que preocuparse, Doc, ahora está segura.

- ¿Lo estoy?

- ¿Por qué iba a matarte? ¡Me das pastelitos! - reí.

- No te los puedo dar todo el tiempo.

Puso mala cara e hizo una mueca. Y Jesús, era la cosa más adorable que nunca antes había visto. ¡No, Lena! ¡Pará!

- ¿Cómo puede ser malo darme un diminuto pastelito, Doc?

- Pues si, es muy malo - Con Ángela era suficiente. No necesitaba deber a otra residente más pasteles. Simplemente no podía deberle a nadie más. Ni siquiera a Yulia Volkova.

- Estás mintiendo, ¿Hay alguien más, nena? - Sonrió abiertamente.

- ¡No miento! Es ilegal.

- Eso no te detuvo antes.

Eso fue, ¡Porque soy débil! - Sólo fueron unos cuantos, lo entiendes. Pero no podemos seguir. Eso tiene que parar.

- ¿Puedo, pedirte un cambio?

- ¿Un cambio? - No entendía a que se estaba refiriendo.

- Hay algo que realmente … realmente echo de menos comer. Algo pequeño, colorido y delicioso - Sus ojos centellearon. Fruncí el ceño.

- ¿Y a que sabe eso tan delicioso?

- Sabe igual que la infancia.

- ¿Infancia? - Mis cejas se levantaron.

- ¡Ah sí! ¡Los tiempos de oro de nuestra infancia! ¡Los tiempos dónde nadie nos dominaba! Incluso si solo éramos pequeños que andabamos meandonos y cagando en nuestros propios pantalones… Eso no importaba, Doctora, porque estábamos llenos de ilusiones y fantasías del mundo… justo aquí - Señaló a su cabeza.

- No puedo meter drogas al Asilo - Declaré.

- Parece que tu infancia fue bastante problemática, nena………No estoy hablando de drogas ¡No! ¡Odio esas chatarras! . Estoy hablando de gusanos de gomita.

- ¿Gusanos de gomita? - Parpadeé.

- Gusanos de gomita. Ya sabes, aquellas jaleas en forma de gusanos, cubiertas de lo mismo...

- ¡Conozco los gusanos de gomita! - Me reí entre dientes - ¿Es en serio? ¿Los gusanos de gomita te recuerdan tu infancia?

- ¿Qué? ¡Elizaveta es la Capitana del Crunch!

- ¿Capitana del Crunch?

- Tienen maíz, lo que los hace crujientes, la avena para ser firmes, se mantiene crujiente incluso dentro de la leche - Dijo lamiéndose tras describir el producto. Sonreí - ¿Cuál era tu comida favorita en tu infancia, nena?

- No tuve una comida favorita en mi infancia.

- ¡Todos tenemos una comida de la infancia! Dijiste que vivías en América… ¿Waffles? ¿Hamburguesas? ¿Un cubeta de alas de pollo de KFC?

- ¿Qué? ¡No! Mi padre era muy estricto con nuestras dietas. Nunca dejó que mis hermanos o yo probáramos la comida yonki.

- Entonces, ¿Qué tipo de alimentos solías comer cuando eras niña?

- Solía prepararnos sandwich de mantequilla de maní y jalea - Dije sonriendo mientras recordaba aquellos tiempos.

- Mantequilla de maní y jalea - Me señaló - Gusanos de gomita - Se señaló a ella.

Suspiré - Pero esta es la última vez que te doy comida, Yulia.

Sonrió emocionada - Seguro que si, Nena.

~~ * ~~

- ¿Qué tal, Doctora? - La oficial Tanya vino a mí, al concluir mi sesión con Masha.

- ¿Cómo le va, Oficial?

- Todo bien - Compasó con la cabeza - Oiga, no ha visto a Irina, ¿cierto? Me pidió que la buscara.

- ¿Irina? ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Levantó sus hombros - Ni idea. Ella me dijo que quiere hablar unas cuantas cosas con usted.

Encontré extraño que Irina quisiera hablar conmigo. Quiero decir, siempre cambiamos palabras en los momentos que voy al almacén pero nunca pide a otro oficial buscarme para que hable con ella.

Cuando llegué allí, fruncí el ceño. Su lugar habitual estaba vacío. Su escritorio tenía un par de latas vacías Red bull , así como una taza de fideos instantáneos...

- ¿Hmm … Oficial? - Llamé. Mis ojos viajaron por todas partes del lugar, me reí al ver en su monitor un juego de solitario sin terminar - ¿Hola? ¿Hay alguien aquí? - Intenté otra vez.

Una puerta cercana se abrió de donde Irina salió, con una pequeña toalla blanca en su hombro derecho y su cepillo de dientes en su mano - Lo siento, Doctora, acabo de comer … tenía que cepillar mis dientes.

Hice un gesto gentil con la mano - Esta bien, oficial. ¿Hmmm, la oficial Petrova me dijo que quiere hablar conmigo?

- Sí.

- ¿Qué está mal?

- Doctora, usted me gusta - Mis ojos se abrieron como platos - ¡Joder, no de esa forma! ¡Jesús, eso fue extraño! Hahaha, sonaba mejor en mi cabeza... - reí al escuchar su comentario - Lo que quiero decir, es que me gusta su personalidad - Usó sus manos torpemente para reafirmar. Sonreí.

- Gracias, oficial.

- Sin embargo, no aplica lo mismo para los demás trabajadores de mi equipo - Fruncí el ceño - Asi que voy a cortar el rollo, ¿esta bien? Ellos no gustan de usted. Sienten que le da más prioridad a los reclusos que a ellos … Y en este ambiente en particular, no es una cosa inteligente que ud deba hacer. Sienten que su autoridad se está disminuyendo, dándole el poder a sus reclusos, para que hagan cualquier jodida cosa que quieran.

Quise decirle que estaba equivocada, que eso era una mentira. Pero no podía. ¿A quién engañaba? Realmente puse la cara por Yulia cuando Troy MacCubbin amenazó con enviarla a la UES. Pero otra vez, ella no merecía ser aislada por una tonta broma. Aun así, su reacción fue exagerada.

- Uno de ellos trató a mi paciente de una manera injusta - intenté defenderme.

- Por supuesto que lo hizo. ¡Es nuestro trabajo! - Confirmó levantando sus brazos con amplitud. Fruncí el ceño - Esos malditos enfermos mentales, tienen que ser controlados. Son peligrosos. Igual que los animales que deben ser encerrados porque su comportamiento es inaceptable para la sociedad.

- ¡No son animales!

- ¡Por supuesto que lo son! No son reclusos normales, Doc. No son pobres desgraciados que asesinaron porque que su familia estaba en peligro. No robaron porque tenían hambre. ¡Son unos jodidos psicópatas! ¡Algunos de ellos son bilingües, unos hasta tienen títulos universitarios! Estamos aquí para mantenerlos a raya pero usted, está dándoles el poder de pasar por alto la orden de un oficial - Miré hacia abajo - Una vez, que un residente se da cuenta que está de su lado, no hay vuelta atrás. ¡Ellos usarán eso como una ventaja!

- ¡No estoy de su lado!

- ¡Por supuesto que lo está! ¿Apoyándolos cuando un oficial se impone ante ellos? ¿Yendo a la celda de Yulia Volkova cada puta mañana?

- Soy su doctora, mi trabajo es asegurarme que esté bien.

- ¡¿Ya lo ve?! ¡Ella no necesita estar bien, Doc! ¡Yulia Volkova es peligrosa, se lo dije el primer día que entró a esta instalación! ¡Ella no es agradable! ¡Ella no es inocente!

- ¡Yo sé, que ella no es inocente!

- ¿De verdad lo sabe? Siendo sincera, no lo parece - La forma en que me estaba hablando me hizo enfadar.

- ¡Le estoy ayudando!

- Doctora, Volkova ha estado aquí por más de cinco años - ¿Joder, cinco años? - Ha visto a tantos doctores durante ese tiempo, que usted pacientes. Ella sabe de qué forma conseguir lo que quiere. Ella sabe cómo comportarse cuando necesita algo. Y ¡Sí!, Usted la está ayudando con eso. Le ayuda dándole lo que ella quiera. La está ayudando a tenerla a usted misma, comiendo de su manos. La está ayudando a poseerla. Apártese, doctora … no se acerque más a ella. Usted se está convirtiendo en un objetivo.

- Aprecio su consejo, Irina, pero Volkova está mostrando mejoría satisfactoria en su comportamiento.

- ¡He visto que eso ocurra muchas veces en el pasado, Doc!. Ooh, mi paciente se está recuperando, Ooh, mi paciente está bajo tratamiento satisfactorio …- se burló balanceando su cepillo de dientes alrededor - ¡Créame, aquellos grandes ojos, azules e infantiles han engañado a muchos doctores! - Dijo ahora señalando alrededor con sus propios ojos - Es el diablo, Doc. Aquellas risas tontas y toda su mierda.. ¡Ha! ¡Ella solo lo usa para persuadirla y BAM! ¡La hará caer!

- Ella no me está engañando. Lo que necesita es un médico que la trate como un ser humano.

Suspiró - Doctora. Usted es agradable, amable y la mayor parte del tiempo ve lo bueno de las personas - Me conmovieron sus palabras - Pero usted no pertenece aquí.

Mis ojos se entrecerraron - ¿Disculpa?

- Puede ser una extraordinaria psicoterapeuta, la mejor que hay aquí, pero usted, era una doctora para niños - Dio un paso más cerca - Y el problema consiste, en que ve a Volkova como una de sus pequeños niños que solía tratar. Ella no es una niña, Doc. Ella es una psicópata demente que necesita estar encerrada.

- Ella no es una psicópata.

- Puede que no sea Hannibal Lecter, que va detrás de la carne humana, pero eso no la hace menos peligrosa. No se vuelva tan cercana a ella. Usted no quiere que Volkova entre en su cabeza, Doctora Katina. ¡Esto no es un jardín de niños! ¡Ellos no necesitan un ambiente amigable para ayudarlos a salir de su caparazón! ¡Necesitan ser castigados!

- ¿Cómo les ayudará eso?

- Eso, es lo que los hace comportarse. Ellos necesitan saber ,que NO son intocables. Y ese es nuestro trabajo aquí. Tu trabajo …- presionó el cepillo de dientes contra mi pecho -. … es darle medicamentos para que no sean una amenaza más. Y si no puede hacerlo usted, también podría renunciar.

- ¡No voy a dimitir!

- ¡Hágalo mejor, doctora! ¡Nadie tiene tiempo para su amabilidad aquí!

- ¡A ti no te gusta como hago mi trabajo, Irina, pero funciona! Mi otra paciente Masha lo está haciendo muy bien. No tienes que preocuparte por Volkova.

- No me preocupa Volkova, doctora. Ella me importa un carajo. Pero maldita sea, lo que si me importa, es que mi equipo no haga su trabajo correctamente porque usted, los esté reprendiendo todo el tiempo - Suspiré - Lo que le pido doctora, es que no defienda a un recluso delante de un oficial. Si ellos están tratando a esos pequeños bastardos injustamente, mantenga la boca cerrada. No necesitan sus sentimientos bondadosos. No los merecen.

Asentí, finalmente cediendo. No me gusta pensar que estoy provocando situaciones difíciles para los oficiales, cuando al final del día, todos nosotros sólo queremos hacer nuestro trabajo de manera eficiente… - Lamento las molestias que he causado, Irina. No defenderé a los residentes de los oficiales del asilo.

- Bien. Gracias, doctora - Retrocedió. Yo asentí de nuevo - Y doctora …- Cuando estaba lista para marcharme, su voz me detuvo - Deje de ir a su celda. No le está haciendo ningún bien, no sirve.

Bien, no puedo negar que lo que dijo Irina, no se adhirió a mi mente. Lo hizo. Ella tenía un punto allí, contradecir la autoridad de un oficial, no importa si es o no justificada, los haría parecer inútiles. En un ambiente como este, la autoridad es la cosa más importante, una vez que se pierda, no hay otra cosa que puedan usar. Tanya una vez me dijo que el sistema se hace de esa forma. Los reclusos que hacen motines, sufren un castigo. Y a los reclusos que intentan dar lo mejor para vivir en paz, serán maltratados por los oficiales para que también puedan ser castigados. Es lo mas horrible … Pero es cómo es.

Y ya que los oficiales tenían que ser rudos y crueles para ser respetados, probablemente también tendría que hacer lo mismo.

~~ * ~~

Fue difícil para mi no ir a ver cómo estaba Yulia . Los días anteriores, se me había hecho rutina. Disfruté de esos momentos. Me gustó oír su voz, sus risas tontas y sus pensamientos. Sentía como si ella estaba conectándose a un nivel humano de verdad, y creía que esto es crucial para la mejora de alguien.

Pero decidí escuchar a Irina, y no ir más allá. Ahora, mis únicos días para verla eran los lunes, cuando tenía sus entrevistas conmigo. No estaba feliz en absoluto pero no había mucho por hacer. Era más seguro de esta manera. Además, yendo a su celda sólo haría pensar a los oficiales, que Yulia era mi favorita. Y me niego hacer favoritos.

La saludé, al verla entrar mi oficina para nuestra sesión. Sentí que estaba diferente ese día, así fue que me percaté que Irina había tenido razón. Ir a su celda realmente no me estaba haciendo ningún bien. Después de verla vistiendo la camiseta y pantalones que tenía para dormir, y ahora verla con el traje naranja brillante era extremadamente raro. El color de su uniforme gritaba el peligro por todas partes, sin embargo, se me estaba haciendo difícil recordar siempre ese detalle.

– Hola, doctora – El oficial Fyodor me sonrió.

Alcé mi mano devolviendole el saludo.

– Hola de nuevo, Sr. Kuznetsov.

Los dos oficiales sonrieron para después salir de mi oficina. A estas alturas ellos ya sabían que no los necesitaba a nuestro alrededor - La psicoterapeuta Elena Katina, entrevista núm. 5. Residente: Yulia Volkova.

- Sabe, Doc, hay algo que está en mi mente - Apoyó su cuerpo hacia adelante.

- ¿Qué es?

- ¿Sólo tiene dos pacientes? ¿Yo y la marica?

- ¡Masha no es una marica! - La defendí.

- ¿Masha? - Ah, mierda. ¡Brillante, Lena! ¡Esto es exactamente lo que tenías que hacer, revelar como tratas a tus pacientes delante de la mujer que está frente a ti! - ¿Haha, usted tiene la cabeza llena de metanfetaminas, Doc?

- Eso no debe impórtate. Has venido aquí, únicamente para que podemos hablar de ti - Dije firmemente.

- No soy una persona egoísta, doctora. Me parece divertido hablar de otros también.

- No está aquí para divertirse - Sonrió con satisfacción.

- ¿Eso es todo, no tiene más pacientes? ¿El Asilo cree que solo puedes llevar a dos pacientes nada mas? - Levantó una de sus cejas.

- Eso no es problema tuyo - Contesté severamente. Ella resopló - Hay una razón, por la que el día de hoy, solo tengo sesiones con dos residentes. ¡Solo métete en tus asuntos!

- ¡Ooh, Lena intensa a vuelto!

- ¿Puedes para ya? …

Ella sonrió - Me parece interesante, Doc ¿Cuántas personalidades tienes dentro de ti….

- ¿Qué? - Fruncí el ceño, totalmente confundida.

- Aquí tienes dos lados, siendo dura y diciendo cosas como - Metete en tus propios asuntos, Yulia Volkova! - Pero entonces, la frase siguiente, que dices es "Por favor " - Suspiré - ¿Le gusta el juego de roles? ¿Un día ser dominante, y al otro pasiva?

- Estoy tratando de ser educada. Pero no sé por qué sigo intentándolo contigo. En realidad, no te lo mereces, ¿cierto?

- Joder, eso dolio, Doc.

- Parece que te gusta. ¿Segura que no tienes ninguna inclinación a ser masoquista?

- Bueno, eres mi Doctora. Usted debe saber más sobre mis inclinaciones. ¿O su formación de mierda falló en ese sentido también?

Exhalé - No puedes...

- Usted es divertida, Doc - Ella rió.

- De acuerdo ... Hoy es otro día - Decidí seguir adelante.

- Un día precioso...

- ¿Qué sientes durante tus episodios? - Le pregunté sin rodeos.

- ¿Usted no tiene pasión por el romance, ¿verdad? - Ella se burló - Eso es muy drástico. ¡Me hace sentir como cuando tu nariz está rota y alguien dice “Oye mira aquí” y BAM! ¡Te la colocan en su lugar! No sabes que pasó, solo que tu nariz te está doliendo...

- Pero está de nuevo en su lugar, así que está bien. El dolor se ira después - Ella sonrió - Así que responde. ¿Qué sientes?

- No sé - Se encogió de hombros.

- ¿Qué significa no sé?

Ella alzó los hombros - Que no lo sé.

- Yulia ... Esto es importante.

- Ya sé ... pero no lo sé - ¿Era en serio?

- ¿Me estás haciendo una maldita broma?

- ¡El lenguaje, Doc! ¿Besa con esa boca a su madre?

- No, mi madre está muerta.

Su sonrisa se desvaneció por completo. Miró hacia abajo y torció los labios. Después de parpadear un par de veces, dijo - Lamento su pérdida, Doctora.

- De acuerdo, un giro en el drama - Sus ojos azules miraron los míos - ¿Volkova siente compasión?

- Me compadezco por muchas cosas.

- ¿En serio?

- No soy...

- Tu no eres quien para afirmar eso.

- No, tú lo eres - Entonces, puso sus manos esposadas en la mesa - La Doctora. Mi Doctora.

Mi corazón latió más rápido - ¿Te sientes como una persona completamente diferente? - Pregunté cambiando de tema rápidamente.

Ella frunció el ceño - No le estoy entendiendo.

- Cuando tienes uno de tus episodios ... ¿Te sientes como si fueras otra persona?

- No

- ¿Cómo se consigue enojarte?

-  No lo sé - Bueno, eso me está molestando. No puedo tener una respuesta como un "no lo sé". Es jodidamente vago.

- ¿No sientes nada? ¿Enfado? ¿Furia?

Ella alzó los hombros y sacudió la cabeza. Esto no tiene ningún sentido. ¿Cómo iba a tener un episodio de violencia extrema si no está enojada en absoluto?

- Creo, que solo por ciertos segundos ... antes de que comience. Los ruidos se detienen y mi mente se queda en blanco. Y luego, no lo sé. Creo que no siento nada.

Ah, eso, es una respuesta - ¿De verdad? - Me pareció muy interesante.

- Sentir lo que te detiene, Doc - Fruncí el ceño confundida - Es lo que te hace pensar algo como "ah esto es suficiente " y te detiene. ¡Eso es un error, Doc!. ¡No puedes parar!. ¡No puede parar hasta matarlos a todos! - Ella rio y yo tragué saliva - ¡Si mis manos quieren golpear, ellas van a golpear, si ellas quieren aplastar cabezas, van a aplastar cabezas! No hay sentimientos.

- ¿No hay pensamientos ni sentimientos?

- No hay pensamientos ni sentimientos.

Eso es enfermo. Y cuando digo enfermo, me refiero a la forma médica de decir que algo no es normal.

Sentir es normal. Los humanos, hemos evolucionado para ser más sensibles a las criaturas de la naturaleza. Sentimos ira, dolor, felicidad, desesperación, miedo, amor... Todo el espectro de la sensación humana es interminable. Es tan fuerte dentro de nosotros, que hemos desarrollado sentimientos de simpatía, incluso por diferentes especies de animales. Nadie mata a un cachorro, no porque sean lindos o suaves sino porque hay un vínculo emocional con ellos. Si alguien tiene una rata como mascota, el apego emocional todavía está allí. ¡Diablos, incluso tenemos lazos emocionales con objetos no vivos! Los niños lloran porque alguien les hace estallar sus globos.

Cuando no hay sentimiento alguno o uno de los sentimientos por excelencia del espectro falta, hay un serio problema. Y esto, es probablemente lo que hace que los episodios de Yulia sean tan peligrosos… todo el espectro de los sentimientos está ausente. Sólo obedece a los instintos de golpear, romper y matar. Y no hay nada más allí que sirva de freno.

-  ¿Tienes alguna idea de cuánto tiempo duran? - Le pregunté curiosa.

- No

- ¿Pierdes el conocimiento? ¿Eres capaz de darte cuenta de lo que está sucediendo?

- No pierdo el conocimiento. Soy plenamente consciente de lo que está sucediendo a mi alrededor.

Esto era interesante. Como cualquier otra condición mental, la violencia psicótica tiene grados de la misma. En el más intenso, donde no eres capaz de darte cuenta de lo que está pasando. Esos episodios son tan extremos, que podría perderse la conciencia. Cuando los episodios han terminado, apenas recuerdan lo que han hecho. Al parecer Yulia si los recordaba. Lo que básicamente me decía que tiene un grado leve de la misma.

Me tomé mi tiempo escribiendo todo en sus archivos. Ella levantó la cabeza y trató de leer lo que estaba escribiendo - Mantén tus ojos sobre ti misma, Yulia - Le advertí.

- ¿Qué escribe?

- Nueva información.

Ella frunció el ceño - ¿Qué información?

-  Información acerca de tu diagnóstico.

-  ¿Puedo leerlo?

- ¿Qué? ¡Por supuesto no! Esto es clasificado!

- Nah, Nena, no eres un agente de la KGB. No reaccione de forma exagerada - Incluso con las manos esposadas, se las arregló para tomar el archivo de encima de la mesa.

Me levanté de la silla - ¡No! Dame eso! - Tiré de los archivos lejos de sus manos, haciendo caer algunos de los papeles al suelo. Ella rió. ¡Brillante! Resoplé furiosa mientras me agachaba para recoger los documentos .

- Sabes, deberías comportarte - Me puse de pie nuevamente - Sobre todo porque soy la que tiene tus tan preciados gusa...

Gusanos de goma. Esa era la palabra que iba a decir. Porque sí, tenía el paquete de su comida favorita de su infancia dentro de mi bolso.

Sin embargo, no pude completar la palabra, porque antes de que pudiera decir gusanos de gomitas, Yulia Volkova se lanzó repentinamente encima de mi con fuerza, haciéndonos caer al suelo.

-  ¡¿QUIERE QUE SU CABEZA ESTALLE CONTRA LA PARED, DOCTORA? - Mis ojos se abrieron por completo, su voz había bloqueado todas mis articulaciones. La pequeña cadena entre las esposas se presionaba fuertemente contra mi cuello - ¡¿ES LO QUE QUIERES?-  Mi voz murió y mi corazón latió como loco. ¿Ella estaba ... estaba teniendo un episodio en este momento?

- ¡HEY, RECLUSA!

-  ¿TE CREES TAN LISTA POR HACERME ESTO? - ¿Hacerle qué? No entendía nada. Dios por favor ayúdame. Quería decir algo, cualquier cosa, pero todo lo que salió de mis labios era un sonido gutural.

- ¡CIERRE LA BOCA, DOCTORA! O SI NO ... - Nada más se escuchó un sonido tan abrumador, y  dejó escapar un grito de dolor, su cuerpo cayó a mi lado y todos sus músculos comenzaron a tener espasmos.

- ¿Y..Y...Yu... lia ...? - Sus dientes se apretaron y su respiración se hizo más y más pesada.

- Doctora, ¿está bien? - Miré a ambos oficiales, Gólubev tenía una pistola. ¿Qué carajo? ¿Acaba de dispararle a Yulia?

- ¿Qué demonios fue eso?

- Electroshock.

- ¿QUÉ? ¿ESTÁS LOCO?

- No, ella lo está! - Dima Dyrbov tomó su radio para hacer algo que no entendía, mi cerebro no estaba procesando lo que estaba pasando.

- ¡Yulia! - La llamé acercándome más a ella - ¿Estás bien?

Manos se posaron sobre mí - ¡Ya! ¡Suéltenme!

- ¡Aléjese, Doctora! - No. No. Negué con la cabeza. Las lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos. Cuando otra descarga la golpeó, y ella gritó de dolor una vez más.

- ¡No le puede hacer eso! ELLA – Cuando un tercer disparo fue lanzado y pasó a través de ella, se puso de pie en silencio. Se notaba que no tenía más fuerzas en sus músculos, porque solo se quedó allí, respirando. Mis lágrimas ya no eran retenidas cuando llegaron otros tres oficiales, y la retuvieron en su lugar.

- Mierda - Oí a alguien pronunciar.

Tragué saliva mientras ella era levantada del suelo y sus ojos dilatados chocaron con los míos - ¡Mantén tu puta lengua quieta, Doctora! - ¿Qué? ¿Qué hice? ¿Cómo es que se enfadó tan de repente? ¿Era todo porque le dije que si no se comportaba, no conseguiría los gusanos de gomita? ¿Tanto le gustaban esas putas golosinas?

- ¡NO! ¡MANTEN QUIETA TU LENGUA DE MIERDA, RECLUSA!

- ¡ESPEREMOS QUE TU CULO SE PUDRA EN LA UES!.

Oh Dios. No. No la UES.

¿Yulia … que fue… lo que te pasó ahora?
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Mensaje por Kamila 7/29/2018, 1:48 am

Muy interesante ehhh

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Mensaje por montsejade0847@gmail.com 7/30/2018, 3:14 am

Cada día se pone mejor

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Mensaje por Fati20 8/1/2018, 1:20 am

Que emocionante capitulo quisiera saber más sobre eso q detona la violencia en julia espero subas más pronto saludos
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Mensaje por andyvolkatin 8/3/2018, 3:41 am

Hola Very Happy
Que capitulo tan bueno
esto eta emocionante affraid
siguela pronto
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/5/2018, 2:06 am

Hola chicas, feliz sábado para todas. Lamento haberme ausentado el miércoles pero no estaba completamente conectada con el mundo. Es lamentable enterarte de la muerte de una gran persona y que su juventud se ha marchado dejando una gran tristeza. Pero como alguien dijo: el show debe continuar y la vida también.

Batallaste contra una enfermedad que vino de la nada y se apoderó de tu cuerpo, y saber que luchaste contra ella. Me empujaste hasta acá porque quisiste que conociera lo que te hizo feliz por mucho tiempo, pero solo que no tengo esa imaginación que sé que solo tú tuviste. Dejaste de escribir porque las fuerzas se te fueron acabando, pero sé que ahora estás en un mejor lugar junto a la persona que más amaste en este mundo.

Para Dan.

Espero que disfruten este capítulo,  Crying or Very sad


CAPITULO: LA AUSENCIA



Pasé la manga de mi bata blanca por los rastros de lágrimas. No estaba lista para esto. No estaba lista para que ella me gritara de esa forma, ni estaba lista para escuchar su voz tan enojada y tan fría. Tampoco, estaba lista para que los oficiales usaran descargas eléctricas en ella. Ni siquiera sabía que los oficiales del Asilo usaran esa clase de armas, en primer lugar.

El uso de la electricidad, era una cosa común en el pasado para el tratamiento con los reclusos, sobre todo para acondicionar el comportamiento de una manera determinada, pero que poco a poco se convirtió en obsoleta gracias a que la gente se diera cuenta, de que este tipo de tratamiento era inhumano. Nunca me dijeron que en el Asilo todavía estaban usando esas armas. Y el hecho de que ni siquiera dudaron en disparar contra ella, me hizo enojar y, mucho daño.

Enojada porque esto podría dejar grandes marcas en el paciente, no físicamente, sino psicológicamente. Me pregunté , ¿Cuántas veces, Yulia ha sufrido esas descargas eléctricas, en todos estos años que ha estado aquí?.

Sentí que mis ojos se obstruían con lágrimas de nuevo.
.
- ¿Esta bien, Doctora? - Uno de los oficiales me preguntó. Habían cinco de ellos escoltándola como si fuera un animal peligroso. Todo esto me estaba lastimando al grado de romperme en pedazos.

Mis piernas estaban débiles, pero hice mi mejor esfuerzo para mantenerme de pie, siguiendo todos sus pasos.

- S...si - Tartamudeé. Todavía en estado de shock por lo ocurrido.

Mi mente era un desastre, las preguntas surgían sin control, todas acerca de lo que yo había hecho para provocar su episodio. No tenía ningún sentido. ¿Por qué ella me atacó? ¿Por qué se enfadó tanto? Estaba a punto de darle sus gusanos de gomita … sólo quise que ella se comportara e inconscientemente hice una amenaza inofensiva, eso fue todo. Pero por lo visto, eso la hizo enfurecer.

Su cabeza siempre la mantuvo abajo. Los oficiales Gólubev y Dyrbov, ambos nombrados Dimitri; la sostenían por los hombros. Se mantuvo en silencio, mientras lo único que podía hacer por su propio bien era seguir a los oficiales sin hacer nada más.

Mi corazón seguía palpitando con fuerza contra mi pecho; tuve miedo de que alguien pudiera escucharlo.
Cuando llegamos al ascensor, Nikolay Vasíliev presionó el botón para ir al nivel cinco. Fruncí el ceño. Creía que íbamos a la UES. La UES no está en el edificio médico.

- Esperamos que el Dr. Boris Putin te deje encerrada para siempre, Volkova - El oficial Kuznetsov restregó sus palabras contra Yulia.

No. No la puede dejar encerrada para siempre. ¡Necesita tratamiento! Si se queda en la UES no tendrá mas sesiones conmigo. ¡Yo no quiero dejar de verla! ¡No quiero que ella se desvanezca en aquellas sucias celdas!

Mientras caminábamos a través de los pasillos, el latido de mi corazón era cada vez más rápido, estaba preocupada por saber qué le diría Putin a Yulia. ¿Por cuánto tiempo la enviará a la UES? ¿Dos semanas? ¿Tres semanas? ¿Un mes? Dios, por favor, no.

El supervisor general nos recibió cuando entramos a su oficina - ¿Otra vez tú, Volkova? - Yulia se vio obligada por los guardias a sentarse en la silla frente a al Dr. Boris. Él negó con la cabeza un poco decepcionado - Creía que habías aprendido la lección.

La forma en la que le estaba hablando, no me gustó nada. Había algo más implicado en esa frase, pero no sabía lo que era.

Sus ojos oscuros fueron de Yulia a los oficiales y hacia mí - ¿Qué hizo esta vez?

- Atacó a su Doctora, Señor - El oficial Fyodor pronunció las palabras con mucha firmeza. Yo tragué saliva con fuerza.

El Dr. Putin suspiró - ¿De nuevo?

Fruncí el ceño. ¿Qué quiso decir con de nuevo? ¿Es que acaso era común en ella? ¿A menudo atacaba a sus doctores?

Ella se limitó solo a guardar silencio.

- Doctora Katina - Parpadeé, aclarando mi garganta.

- Sí, señor...

- ¿Se ha hecho daño?

Emocionalmente sí. Físicamente no - No, señor.

- Tuvo suerte. Hace un tiempo Volkova asfixió a su doctor con las esposas, hasta matarlo.

Mis ojos cayeron al suelo, mientras mis estómago se contrajo. ¿Mató a uno de sus doctores? ¿Fue el Dr. Pavlov?

- Soy la nueva psicoterapeuta de la Srta. Volkova. Estoy aquí, ocupando la vacante que fue dejada por el Doctor Pavlov. ¿Qué pasó con él?

- Se marchó.

- Seguro que lo hizo.

¿Por eso renunció? ¿Pero no renunció a su trabajo, sino a su vida? Mis ojos tímidamente se inclinaron hacia ella, tratando de entender por qué hacia ese tipos de cosas. ¿Por qué es tan impredecible? Un minuto está bien, pero al otro está matando gente inocente.

Me devolví al presente cuando oí la voz del Dr. Putín.

- Parece que sus problemas de ira están siempre presentes, Volkova - Tomó un archivo detrás de un cajón - Vamos a seguir intentando detenerlos, ¿De acuerdo? - Lo que estaba dando a entender no me gustaba nada. Parecía que Yulia encontró el suelo mucho más interesante que el hombre frente de ella - ¿Cuántas píldoras estás tomando? ¿Tres?

Mis ojos se abrieron de par en par. No.

- Vamos a hacer que sean cuatro, ¿De acuerdo?

- ¡No! - Pronuncié con rapidez, no me importó que me estuviera imponiendo contra el supervisor general de este lugar. Era mi jefe. ¡Era el jefe de todos! Era el único al mando en este lugar, ahora que Iván Shapovalov se había retirado. Aún así, aquí estaba, negándole su poder - Señor … lo siento, pero ella está bien con tres píldoras - Traté de usar el tono más educado para dirigirme a él.

- El asunto es, que si ella estuviera bien, no tendría más episodios - respondio tranquilamente. Sus gafas reflejaron la luz. Me aturdió su parecido con los científicos que se ven en las películas.

Ya saben, aquellos de corazón avaro y frío que dicen siempre estar haciendo lo correcto pero que resulta que solo eran malos ? Podría apostar mi vida que este tipo era un cerdo sádico.

- Señor, con todo el debido respeto … ella no necesita más dosis.

Joder, ¿Cuatro píldoras? Tres hacen que Yulia se adhiera a la cama toda la mañana … ¿Ahora cuatro?

- La residente Volkova necesita de su medicación para comportarse correctamente, Doctora Katina. Y si no está funcionando, aumentaremos sus dosis para que no sea una amenaza nunca más.

Su trabajo … es darle medicamentos para que no sea una amenaza.


Recordé las palabras de Irina. No. Ese no es mi trabajo. Mi trabajo no es solo empujar píldoras a través de su garganta, cuando no se comportan debidamente. Mi trabajo es entenderlos. Para ayudarlos. Darles píldoras y más píldoras no ayudará en absoluto. Pero decidí detener mi lengua, ya que podría meterme en problemas al oponerme al supervisor general. Sólo asentí - Sí, señor.

- Cuatro píldoras serán entonces, Volkova - Putin continuó muy tranquilo. Apreté mis puños, mi uñas se clavaron al instante en mis palmas - Y una semana en la UES debería hacerte bien para calmarte.

Una semana. Bueno, tengo que decir que fue mejor de lo que esperaba. Me refiero a que la UES debe ser un lugar horrible para alojarte durante incluso un par de días, pero mejor una semana allí que un mes entero.

- Oficiales, llévenla al confinamiento. Necesita estar sola por un tiempo.

- ¡Sí, señor!

No me podía mover. Mis piernas se convirtieron en gelatina en el momento en que los oficiales la levantaron y sus ojos encendidos se quedaron fijos en los míos. Yo quería decirle que lo sentía, fuera lo que fuera que haya hecho o dije para desencadenar su ira, pero las palabras no me salieron.

- ¿Esta bien, Doctora Katina? - Preguntó, después de que los oficiales se llevaran a Yulia. Lo miré aun confundida - La residente Volkova es muy inestable. Una palabra equivocada y usted será caso perdido.

Y eso, es por lo que la convierte en una de las residentes más peligrosas dentro del Asilo - Tenga cuidado con las palabras que usa, Doctora Katina. Podrían catapultarla a su último día aquí - Él sonrió. ¿Por qué él se limitó a sonreír? - O de todas formas, hacerlo diciendo esas cosas - Tragué saliva con fuerza.

- Lo siento, Señor.

- Estoy bastante seguro que lo hace. Tenga un buen día, Doctora Katina.

~~ * ~~

No tuve ni un día y ni una noche buena, en absoluto.

He pasado casi toda la noche despierta, rezandole a Dios que ella esté bien. Ella, siempre está en mi mente y el solo pensar que duerme en ese lugar sucio y solitario, me destruye por dentro.

Hay algo muy malo conmigo. Muy torcido. Fui agredida, tanto verbalmente como físicamente por Yulia Volkova, sin embargo no puedo dejar de pensar en ella. Se supone que debería estarlo por lo que me hizo. Pero la verdad, es que no lo estoy.

Me dolió, pero no estaba enojada.

Mi corazón siempre se oprimía cuando pensaba en ella. Tal vez, es porque está aislada, muy lejos en la UES. Me gusta pensar, que si enviaran a Masha a la UES, me sentiría de la misma manera.

La UES … Ese lugar de mierda al que no puedo entrar porque estar completamente solo, es el verdadero y principal castigo. Incluso para los introvertidos, un lugar como la UES es el infierno.

Y recordar que Yulia estará en ese infierno durante toda la semana entera, me destruía.

No ser capaz de verla, me está rompiendo.

¿Qué está comiendo? ¿Está durmiendo? ¿Qué hace ahora? ¿Cómo se siente?

Debía sentirme contenta de que estaba viva. Sentirme contenta que le estaba dando a Ángela los macarrones que había planeado. Debería sentirme contenta de que Nastya ya no está enojada conmigo … Pero no lo estaba. El hecho era que la echo de menos. Echo de menos su voz, sus risas y sus bromas tontas.

Parecía que los días en el Asilo se hicieron más sombríos y largos. Si pudiera dormir durante toda la semana y sólo despertarme cuando ella saliera de ese lugar, lo haría sin dudarlo.

Todos aquellos días hablando con ella, tratando de llegar a ella, sólo me hicieron acercarme más a Yulia. De hecho, es lo más cerca que he llegado a estar de uno de mi propios pacientes. Estaba tan ansiosa por entender su mente, que no me pudo importar menos, que ella era una de las residentes más peligrosas del Asilo. Y luego, tan de repente no tenerla allí era muy extraño. No tener a Yulia alrededor de mí, era parecido a Batman sin el Joker-Wason. Era un sentimiento vacío y todo parecía fuera de lugar y sin importancia.

Nastya pareció darse cuenta de que yo estaba despistada, y ya que me había perdonado por lo que pasó la semana pasada con Ángela, recuperó su actitud habitual conmigo. Disfruté de eso. Se sentía tan bien tener una amistad fresca y cálida con otros médicos, en un lugar como este. Nastya comenzó a invitarme a almorzar junto a ella en el refectorio. También me presentó a Bárbara y a Melania; ambas doctoras generales en el Asilo responsable de los exámenes de todos los residentes.

Bárbara era más joven que yo y sorprendentemente muy remilgada; en un entorno como este, era poco común. La mayor parte de los doctores y oficiales desarrollaban algún tipo de piel resistente, debido al trato con reclusos todo el tiempo pero ella tenía maneras extremas de cuidado. Era raro aún verla muy refrescante.

- Tres - Bárbara habló suavemente.

- Cinco - Melania levantó todos los dedos de su mano.

- ¿De qué hablan? - Pregunté a Nastya que estaba a mi lado. Ella se rió por mi pregunta.

- Tienen una apuesta de cuanto ingresos recibirán el sábado en el Asilo.

- ¿Ingresos?

- Los nuevos residentes ingresan al Asilo los días sábado - Ah, no sabía eso - El primer contacto que tienen aquellos residentes, es con el equipo médico que son Bárbara o Melania. Hacen todos los chequeos, sangre y exámenes de orina, electrocardiogramas.

- ¿Siempre tienen apuestas como esta?

- Sí. Bárbara está teniendo unas tres rachas de suerte hasta ahora - Sonrió suavemente.

- No es tan difícil derrotar a Melania. Siempre cree que todos tendremos más residentes que de costumbre. Ya ha pasado un tiempo desde que tuvimos cinco nuevos ingresos en total - Bárbara dijo con su habitual voz baja.

- ¿Y dónde se quedan los nuevos residentes? ¿Cómo es el procedimiento de su diagnóstico?

Melania se adelantó a contestar - Algunos ya han sido diagnosticados antes de ser transferidos. Para los que vienen al Asilo como su primer viaje y no tienen ningún perfil psicológico, una vez que tengamos los resultados de los exámenes, y que varias entrevistas se lleven a cabo con varios médicos, los internos son colocados en sus unidades respectivas.

Masha no tiene ningún comportamiento que pueda colocarla en la categoría de los trastornos mentales, sin embargo, ella ha estado aquí por meses y nadie parece molestarse en atender su caso. Es completamente peligroso tener a una persona normal entre las personas con enfermedades mentales. Sé que Bárbara y Melania son sólo médicos generales, no tienen formación en psicología o psiquiatría por lo que no es su culpa, pero aun así no lo encontrarían raro.. Parece que de alguna manera, este Asilo dejó de preocuparse por tratar solamente a criminales con enfermedades mentalmente y ahora es sólo una penitenciaría que mezcla a reclusos normales con insanos. Y esa mezcla nunca acabará bien.

- Hm, ¿Qué pasa si un residente no tiene ningún problema de conducta? ¿Y si ellos están aquí por error? Pregunté.

- Nadie está aquí por equivocación, Elena. Cada uno de los residentes son criminales - Nastya contestó para luego beber un poco de agua.

- No hablo de ser criminal - Traté de explicarle al recordar la situación de Masha - ¿Qué pasa si un residente es un criminal, pero no tiene ningún problema mental?

- Puedes requerir la transferencia para penitenciarías regulares - Bárbara contestó tranquilamente - Una vez que se confirme que el residente está libre de trastornos mentales, sus respectivos médicos firman los papeles de liberación del recluso.

Sonreí ante la nueva información. No parecía tan difícil. Manteniendo un buen comportamiento por un tiempo en el Asilo, tal vez en un par de meses más y podría solicitar su traslado.

- ¿Tienes un paciente en esa situación? - Nastya preguntó con curiosidad.

- Aún no estoy completamente segura; todavía necesito más sesiones pero hasta ahora, uno de mis pacientes no parece tener ninguna.

- Oh, eso está muy bien, Lena. Todo lo que tienes que hacer, es solicitar la transferencia para tu paciente. Los papeles por lo general vienen después de un par de semanas.

- Buena suerte con eso - Melania lo dijo completamente con sarcasmo - La liberación de un recluso de este Asilo se parece al zorro de las nueve colas, todo el mundo ha oído hablar de él, todo el mundo sabe de él... Sin embargo, es sólo un mito.

- ¿Qué? ¿Por qué?

Levantó sus hombros - Una vez que un residente está aquí, ninguna otra penitenciaría correrá el riesgo de aceptar a un "criminal insano". Es una mancha que debe llevar para siempre. Así que, o ellos cumplen sus condenas aquí hasta ser libres o mueren y son enterrados en este sitio.

- Eso es horrible - me sentí incómoda. ¿Significa que Masha tiene que pasar su condena aquí? Llegó hace poco, ¿Tendrá que quedarse durante los próximos años?

- Es el modo en que es. Aposté mi culo que algunos residentes acabaran pudriéndose aquí.

- De verdad espero que no. Sin embargo los reclusos siempre se meten en problemas - Bárbara añadió con una melodía triste en su voz - Constantemente hay tiros y disturbios escritos… Todo lo que hacen, es añadir más tiempo a sus condenas.

Malditos cerdos desvergonzados. ¡No los presidiarios quiero decir, los oficiales de este lugar! Alteran a los residentes, por lo tanto los chicos pueden podrirse aquí. No puedo creer, que tales acciones desviadas, se toleren en esta instalación. ¡Ellos no solo son tolerados si no también … jodidamente animados! Aquellos bastardos usan su autoridad para infligir dolor y humillación a los internos. Como si no fuera ya suficiente malo, molestar a los residentes por deporte, lo hacen también para que los residentes nunca se puedan ir. Y pensar que usan armas con descargas eléctricas. Wow. Este lugar es una mierda.

- Mira a Yulia Volkova, por ejemplo - Mi corazón latíó con más fuerte al escuchar a Melania decir su nombre - No creo que nunca deje este lugar.

Nastya me dio un mirada triste.

- Me siento mal por ella - Bárbara añadió.

- ¿En serio? - Levanté mi cabeza mirándola.

- Ella ha estado aquí por tanto tiempo y sin embargo siempre se mete en problemas. Si se comportara, muy probablemente ya habría sido liberada. Sus arrebatos de ira sólo siguen añadiendo más y más tiempo a su condena.

- No se puede ayudar a Yulia Volkova - ¿Qué? ¿Quién era ella para decir a quien se le podía ayudar y a quien no? - Volkova es una de esas personas mentalmente insanas que sólo encuentras una vez en tu vida. Es tan raro encontrar a uno vivo. Sobre todo una mujer - ¿Por qué esta hablando de ella como si fuera un animal de un zoológico? Sí, estoy de acuerdo con que no es alguien que se puede encontrar a diario, pero la forma en la que ella la retrató … Realmente me hizo sentir incómoda.

- No creo eso - Gracias, Nastya - Francamente no la conozco bien o en absoluto en realidad, ya que no soy su doctora, pero creo de verdad que todo el mundo puede ser ayudado.

- Iván Shapovalov podría haberla puesto fácilmente bajo tierra desde hace años; El Dr. Boris debería haber hecho lo mismo pero nunca lo hizo. Es más rentable tenerla muerta que gastar dinero para su medicación y tratamiento - Sentí que mis tripas se perforaron - Ella es valiosa y el Asilo nunca encontrará otra mujer tan loca como ella, si es que llegara a salir fuera del Asilo. La cruel realidad es que el Asilo nunca la dejará ir.

Mi corazón dio un vuelco. No. Me niego a creer eso. En los días anteriores, ella lo ha estado haciendo bien conmigo. ¡Estábamos mejorando! Sé que Irina dijo que sabe cómo engañar a sus doctores … Pero de verdad sentí que lo hacíamos bien. Los pequeños gestos que me regaló cuando la visité en su celda, aquellos días realmente parecieron genuinos. Rechazo rotundamente creer que la sonrisa que tenía en su rostro cada vez que cruzaba la pesada puerta, era falsa. Me niego a creer que la conexión – o todo lo que teníamos - entre nosotras era sólo un juego. Se que nos falta un largo camino por recorrer antes de que me cuente su verdadera historia y muestre quien es en realidad, pero estamos en ello. Paso a paso, nos llevará hasta ese punto. Después de todo lo que ha pasado, imaginar a Yulia envejecer y morir en este lugar de mierda es demasiado para mí.

Sentí un nudo en la garganta, me excusé saliendo del refectorio y dejando a los tres médicos atrás. Ella no puede morir aquí. ¿Qué pasa con su familia y amigos? ¿No estaban en su espera hasta ser liberada? ¿Acaso tiene una familia? Todas las respuestas que me dio sobre su infancia y sus padres son generalmente inconsistentes y fantasiosas. Siempre decía que sus padres tienen ocupaciones diferentes. No sé si miente de esa forma porque nunca tuvo padres, así que sólo arregla las cosas o quizás sólo miente para burlarse de mi y poder divertirse. ¿Sus amigos? Son un misterio. Sobre todo ellos, cada vez que traté de preguntarle sobre ellos, sólo decía que estaba sola y que nunca tuvo amigos. Independientemente de lo que sea el caso, no sé, ni una sola cosa de su pasado. Al mismo tiempo sé que no es una fría asesina en serie. Sé que no es una psicópata sedienta de sangre. Sé que no es completamente mala, como cada una de las personas que este Asilo asegura. Y si no es todas aquellas cosas, sé que le puedo ayudar. Y lo que necesita finalmente, es un doctor que la trate como un ser humano y no como un animal que necesita descargas eléctricas y píldoras. Esto es más o menos, la forma en que ha sido tratada todos estos años al parecer. Píldoras y más píldoras fueron empujadas por su garganta siempre que tenía un episodio, con la esperanza de pararla. Ellos sólo la sedan, matándola poco a poco hasta que un día se produzca una sobredosis, y ella ya no sea más una amenaza, porque simplemente ya la habrán matado.

La simple idea de que Yulia muera me aterra como la mierda. Salí del Centro Médico, decidí ir a la unidad del edificio vecino, en la cual ella estaba actualmente. Necesitaba saber que estaba bien.

El andar a través de aquellos pasillos oscuros y sucios era un poco difícil para mí sinceramente, a pesar de los agentes de sexo masculino a cargo de asegurar el área. ¿Los oficiales en general eran sólo un manojo de escorias inmorales, ¿Qué pasa si abusan de las internas? Algunas eran bastante bonitas, Yulia era una de ellas… ¿No sería peligroso tener a estos hombres a su alrededor?

Me sentí sorprendida y aliviada cuando llegue a través de la unidad de Yulia y en realidad encontré a Tanya a su alrededor.

- ¿Hey, que pasa, Doc? - Me saludó con una sonrisa - ¿Qué le trae por aquí? Ah, no responda. Su pequeña paciente.

Aparté la vista - Sí.

- No puede entrar, Doc - Dijo sacudiendo la cabeza.

- Sólo necesito asegurarme que esté bien - Traté de negociar.

- Ella está más que bien... duerme como un tronco.

Bien, sé que lo dijo como una forma de calmarme pero en realidad sólo me hizo preocuparme más .

- Oficial, por favor … El Dr. Putin aumentó su dosis y...

- Sí y ahora la mujer se comportará como debe hacerlo.

- ¡No! ¿No te das cuenta? ¡Esto es extremadamente peligroso!

- Muy lamentable, Doc … pero no me importa.

- ¡Soy su médico!

- ¿Y cómo ayuda su condición para permitirle entrar?

Estaba tan enojada que no me permitiera entrar. ¿Por qué eso sería tan malo? - Soy su doctora y debería tener el derecho de ver a mi paciente.

- Políticas estrictas. No hay visitas permitidas en la UES.

- ¿Y si ella muere por una sobredosis?

- Seria algo bueno. Una maniática menos a quien tratar.

Increíble. Este lugar es increíble. Armas de electrochoque, oficiales cabrones … mi humor no era el mejor de la semana.

- ¿Sabías que el gobierno puede arrestarte si averiguan que yo estaba en mi deber y una interna murió, porque te negaste a recibir ordenes de una doctora? - Sus ojos se hicieron más grandes. Bueno, en realidad podrían multarla no detenerla, pero a juzgar por su reacción, no parecía conocer ese pequeño dato - Sobre todo cuando esa doctora en particular, es negada a ver a su propio paciente.

- ¿Así que, si muere allí dentro– señaló la puerta gruesa con la cabeza – es mi culpa?

- Estás siendo negligente ante su condición médica. Tu sabes que ella corría peligro, fuiste advertida por un doctor, y aún así te negaste a escucharla y no hiciste nada a la vista para cambiar el resultado. Podrías responder ante un tribunal si ella muere, cuando estabas en tu turno de guardia - Para ser honesta no estaba muy segura si esto pudiera suceder, pero intentaba revolver su cabeza para que me dejara entrar.

- Mierda - Soltó con un poco de miedo - Está bien, entre - Traté de no sonreír abiertamente cuando quitó la llave y tiró la puerta para darme paso - Échele un vistazo y luego márchese.

- Necesito un poco de privacidad entre médico-paciente - Le dije con rapidez. Fue un poco extraño que no sintiera ninguna amenaza venir de Yulia, a pesar de que me había atacado hace apenas unos días. Era mucho más cómodo estar con ella a solas, que con alguien más alrededor para protegerme.

- ¿Eh? ¿Y si vuelve toda loca y te ataca otra vez?

- Tu estarás justo aquí, afuera. Si se pone toda loca, sólo entra y detenla. Por favor, oficial, sólo deme un poco de privacidad. Es importante.

- Ya lo creo, eso si no te mata antes. Sería vergonzoso no poder detener a una reclusa mientras estaba haciendo mi turno.

Me reí por su comentario y asentí. Una vez que me quedé dentro de la celda a oscuras, y que Tanya cerró la puerta detrás de mí, el ruido del chillido metálico de la puerta, perforó a través de mis oídos; sentí que ese sonido se volvería tortuoso después de un par de días en este lugar.

La celda en la UES era totalmente diferente a su propia celda, en su unidad respectiva. No habían dibujos en las paredes, ningún estante para guardar sus pertenencias, ni libros o rompecabezas para mantener su mente ocupada… sólo la cama y el retrete para sus necesidades fisiológicas.

Sentí mi corazón latir más rápido que de costumbre al acercarme a su cama, donde yacía dormida. Su rostro hacia el otro lado, era la primera vez, que me tomaba el tiempo para apreciar lo bonita que en verdad era. Cómo se definía la línea de su mandíbula, su piel clara, su figura menuda, cómo su cabello oscuro y largo le daba una personalidad seria y madura, al contrario de la foto con cabello rubio de sus viejos archivos, aun así, mantenía esos rasgos infantiles. El cómo podía ser hermosa, adorable, y a la vez peligrosa y loca, era un gran misterio para mí.

Tomé su muñeca, con el uso de dos de mis dedos y hice presión en ella, midiendo su pulso, para asegurarme que en efecto estuviera durmiendo. Suspiré aliviada al confirmarlo. Moví mi mano hacia arriba, tocando su frente para comprobar cualquier signo de fiebre. No hubo señas de esta.

Ella murmuró algo que no me fue posible entender y movió su cabeza, frunciendo el ceño ligeramente.

- ¿Yulia?- La llamé.

Su respiración se hizo más rápida . ¿Estaba teniendo una pesadilla?

- ¿Yulia? ¿Estás bien?

Volvio a murmurar algo, parecido a un "no" - ¿Acaso me contestó?. Escuché un segundo "no", pero más expuesto, ahora sabía que no estaba contestando a mi pregunta. Su frente comenzó a tener gotitas de sudor y su cabeza se movía de un lado a otro tratando de salir de si misma.

- Hey, hey … - pronuncié con voz suave, tratando de calmarla - Está bien …

- No …

- Todo va a estar bien.

Mis ojos se abrieron mucho, y mi corazón dio un vuelco cuando la oí decir:

- Domen.

Y no era por el nombre lo que me hizo sentir así. No era tampoco, que por lo visto, había un tipo al azar en su historia. Ni porque la oí decir algo, que probablemente nunca me diría con diligencia. Si no porque su voz sonó justo por encima del nivel de un quejido junto a una lagrima silenciosa, que manchó su piel desde su ojo izquierdo hasta desaparecer en su oído.

Yo nunca había visto su vulnerabilidad. Nunca le había visto este otro yo, aparte del característico humor que constantemente aparecía cuando estaba conmigo. Y al presenciar a Yulia siendo vulnerable, sólo me hizo vulnerable a mí también. Y cuando abrió sus ojos, aquellos orbes azules que se quedaron contemplándome, sentí que mis oídos se obstruyeron dentro de mis conductos nuevamente.

- Hey… - mi voz apenas fue un susurro. Sonreí débilmente, tratando de consolarla - ¿Estás bien? - Ella no me respondió. Me senté en el borde del colchón y con un pañuelo comencé a limpiar el sudor en su frente. Movió sus ojos de mí al techo y por un momento estuvimos en completo silencio. Sabía que si le preguntaba sobre ese "Domen", ella se enojaría, así que me obligué a guardar silencio. Quienquiera que fuera en su vida, tenía un gran peso, sobre todo si mi suposición de que ella fue abusada, era correcta. No tenia ninguna intención de hacerla sentir incómoda, cuando todos los días solamente me estaba dedicando a lograr su confianza. No iba apartarla, cuando yo tan desesperadamente necesitaba verla.

Pero a medida que pasaba el tiempo, el silencio se prolongó y comencé a creer que ella no me quería allí. ¿Todavía estaba enojada conmigo? ¿Estaba enojada consigo por que la vi de esta forma?

- ¿Quieres que me marche? - Decidí preguntar. Si no estaba feliz teniéndome allí, la dejaría. No me contestó. Sus ojos todavía contemplaban el techo manchado. ¿Acaso me estaba ignorando?

- Sólo quería ver si estabas bien. Viva, al menos - Dije acentuándolo con la cabeza, sin rodeos a dar más explicaciones de por qué estaba allí, incluso aun si no fuera realmente necesario - Me alegro de que lo estés - Aún sin respuesta. Sí, ahora estoy convencida de que me está ignorando. Ese techo no puede ser tan interesante por tanto tiempo, sobre todo después de días estando cautiva en este cuarto y no teniendo nada más que mirar, que no sea el mismo techo o las paredes de alrededor.

Ella no me quiere aquí.

Suspiré, sintiéndome un poco dolida por cómo me estaba tratando. Negué con la cabeza y con otro profundo suspiro, me levanté de la cama para salir. Pero ahora no me podía mover, todo mi cuerpo se congeló, estaba en completo estado de shock al sentir su mano tomar mi muñeca. Mis ojos se volvieron hacia ella y sus ojos grandes se posaron en los míos.

- No - Su voz era casi inaudible - No se vaya.

Las lágrimas que había estado reprimiendo, ahora corrían libremente por mi rostro. No me preocupó que pareciera una estúpida llorona por ella. ¿Recuerdan, cuando dije que habían momentos que no parecían que esto no era un simple juego? Este era uno de ellos. El tono triste en su voz, el brillo siempre presente en sus ojos ahora sólo se había ido... En ese momento, ella se veía tan vulnerable como nunca antes la vi y recordé lo que Melania dijo – que ella nunca podría dejar este lugar – Volkova, la loca mujer que cada uno declaró como una psicópata, era la chica que tenía enfrente y me estaba pidiendo que me quedara. Era demasiado para mí.

- No ... me deje sola.

- No lo haré.

Una tímida sonrisa apareció en la comisura de sus labios. No voy a dejarla sola. No quiero que esté sola. Necesita ayuda más de lo que ella cree. Y estaré allí para ella. No voy a ir a ninguna parte.

~~ * ~~

Mi corazón latía con fuerza mientras mis ojos viajaron por todo su rostro. Sus ojos estaban cerrados y el sendero de sus lágrimas ya no estaban en su cara. Sin embargo, todavía estaba preocupaba de ella . ¿Quién es era ese Domen? ¿Qué hizo con ella? ¿Qué sucedió?

No tenía ni idea, cómo ella lograba hacerme sentir de esta manera. Quiero decir, ella mató a su anterior médico… que básicamente significa que yo tampoco estaba segura. Ella podría matarme igual como lo ha hecho en el pasado, pero parece no importarme en este momento. No sé por qué, pero el hecho es que no me siento amenazada. Cuanto más hablo con ella, más me siento cómoda a su alrededor. Me gustaría saber si ella siente lo mismo. Irina me dijo, que engañó a todos sus antiguos doctores. ¿También estoy siendo engañada? ¿Es de esta forma cómo engañó a sus doctores? ¿Hizo que ellos se sintieran lo suficientemente cómodos a su alrededor y luego los mató a cada uno?

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - Pregunté siendo los más cortés que pude. Ella abrió los ojos y me miró - No se trata sobre ese Domen - Añadí con rapidez. No quería presionarla. Ella estaba en todo su derecho a no decirme nada que no quisiera - Es sobre el Dr. Pavlov... - Frunció el ceño confundida - ¿Por qué lo mataste?

Se sentó en la cama, con los ojos todavía fijos en los míos - ¿Cree que maté al Dr. Pavlov? - Se echó a reír pero noté que sonaba bastante falso.

- Pero el Dr. Putín dijo …

- Maté a un doctor, eso no significa que fuera el Dr. Pavlov.

- Aun así, mataste a un doctor…

- Creí que eras diferente - Dijo interrumpiéndome. Sentí que mi corazón perdió el ritmo - Realmente lo creí - Asintió con la cabeza, pero ahora sus ojos se apartaron de los mios. Su voz era baja y su tono se oía herido - De todos los doctores que he tenido, francamente pensé que serías diferente. Pero no. Eres igual que todos los demás.

Me sentí tan herida por sus palabras - No. Yo no soy...

- Sí, lo eres. Sólo tomas todo lo que ellos dicen como una verdad suprema, no importa quiénes sean ellos. Si llevan una bata blanca, entonces sus palabra están por encima de todas las demás - Una lágrima solitaria salió de sus ojos, sentí como mis entrañas eran golpeadas con tal fuerza. Se limpió las lágrimas que comenzaban a salir con su mano, se levantó de la cama dándome la espalda - No trata de entender, sólo acusa sin rodeos.

- No... Yulia yo... - Mis ojos comenzaron a arder.

- Ojala hubiera matado al Dr. Pavlov - Dijo furiosa - Así como todos los otros anteriores a él. Me hubiera gustado matar a cada uno dentro de este agujero de mierda - Su voz cambió de dolida a enojada en sólo segundos - Pero no lo hice. Y no puedo. Ya no puedo - ¿Ya no? ¿Qué se supone que eso significa? - Sólo empujan pastillas bajo mi garganta con la esperanza que un día muera.

- No, Yulia...

- ¿Es por eso por lo que has venido hasta acá? -  Preguntó con cierta frialdad. Tragué saliva con fuerza, y negué con la cabeza - ¿Solo para acusarme?

- No... Yo...  Yo estaba preocupada por ti...

- Estás mintiendo… igual que todos los demás.

- ¡No, no estoy mintiendo!

- Vete - Ya no era capaz de sostener mis lágrimas.

- No... Yulia - Me levanté de la cama también - Yo...

- ¡Fuera!

No, no me iría. Necesitaba quedarme. Ella necesitaba compañía y yo estaba allí para ayudarla - Lo siento... - traté de agarrar su mano pero ella la apartó furiosa.

- ¡No me toques maldita sea! - Me quedé en silencio al escuchar el tono dirigido hacia mí. Nunca antes le había escuchado de esa forma tan desgarradoramente fría. Sentí escalofríos. No íbamos por buen camino. ¿De alguna manera eso sonó como... una amenaza? ¿Si la toco … entonces... qué va hacer?

- ¡Quiero ayudarte!

- ¡Mentirosa!

- ¡No, no soy una mentirosa! - Dije defendiéndome.

- ¡Solo estas aquí para acusarme!

- ¡No! Yo... - Apreté mi mandíbula y mis puños, sintiéndome furiosa conmigo misma. Lo arruiné todo. ¡Brillante, Elena! ¿Cómo pudiste hacer esto? ¡Qué maravillosa ayuda eres! … -Lo siento - Moví la cabeza, sin dejar de llorar por la absoluta sensación de culpa.

- Sólo lárgate maldita sea.

- Yulia ...

- Tu no entiendes ...

- ¡Lo estoy intentando! - Solté con rapidez. Mi voz vino áspera, haciéndola fijar su mirada en mí. Estaba ofendida por lo que dijo. Odiaba cuando la gente me comparaba con otros doctores. ¡No soy una de ellos! ¡Soy yo! - ¡De verdad me preocupo por ti! Y estoy aquí, hablando contigo, tratando de entender por qué haces las cosas que haces. Pero tú no crees que pueda ayudarte. Tú, no confías en mí. ¿No me dices qué te está pasando o cómo te sientes? … ¿Que se supone que debo hacer, para entenderte? - Levanté mi voz, con rabia. De alguna manera sentí que todas las peleas que habían sido reprimidas con ella, finalmente estaban siendo liberadas - ¡Sólo te quedas allí, acusando a doctores de ser unos pendejos porque no pudieron ayudarte … pues bien! ¿Adivina qué? ¡No podían ayudarte porque tú, nunca los ayudaste de vuelta! ¡Engañas a cada uno de los doctores en esta instalación por tu propia voluntad, fingiendo que tenías diferentes psicosis cuando en realidad no las tienes, porque la verdadera razón de este show es que todo significa una gran y divertida broma para ti! - Sentí mi corazón latiendo salvajemente dentro de mi pecho - ¡Y no te atrevas a decir que soy igual que todos los demás doctores de aquí, porque sabes que no lo soy! ¡Te di un pastel! ¡Compré caramelos que solo te volvieron loca! ¡Traté de parar a Putín cuando aumentó tu medicamento! ¡Eres tan jodidamente egoísta que no te das cuenta que lo que he estado haciendo por ti, ha sido más de lo que he hecho por cualquiera de mis otros pacientes!

- Ha sido tu decisión todo lo que has estado haciendo. Yo nunca te pedí nada - Replicó. Sentí mi corazón apretarse.

- Eres una maldita egoísta, no te das cuenta que esto te está lastimando más que cualquier otra cosa.

- No me está lastimando.

- ¡Estás perdiendo tu vida en este pozo negro! - Le solté furiosa - Porque para ti... es divertido estar en problemas. Es divertido enojar a las personas. Es divertido matar a los doctores, oficiales y residentes… ¿De verdad crees que eso te hace ser respetada por los internos? Cuánto más personas matas, más prestigio tienes, ¿Es eso? Bien, entre más personas mates, más tonta eres Volkova. ¡Morirás aquí y cuándo te des cuenta de que pudiste evitarlo, entonces será demasiado tarde! ¡No te reirás nunca más, porque lo que se suponía ser sólo unos años de sentencia, se convertirán en toda una vida! ¡Y no tendrás a nadie quien echarle la culpa que solo a ti misma!

Mi pecho subía y bajaba por mi repentino arrebato. Sabía que había sido dura, pero eso era lo que sentía. Estaba enojada por la forma en que simplemente decidió ignorar, todo lo que hacía por ella. Estaba locamente preocupada por su bienestar, cuando ella solo estaba siendo ofensiva y desagradecida.

- Fuera - Tragué saliva cuando escuché su voz fría otra vez.

- Eres una perdedora - Le escupí.

- ¡Largo! - Dijo más agitada. Asentí, convencida que era lo mejor en ese momento. El ambiente sólo se sentía incómodo y tenso, cualquier otra persona que entrara lo sentiría.

Tragué saliva otra vez, me di la vuelta para salir de la celda. Antes de abrir la puerta metálica, mis ojos dieron una última mirada hacia atrás. Me sentía triste para ser honesta. Pero no estaba tomando en serio lo dicho... A veces todo lo que se necesita, es escuchar la cruda realidad. Quizás Yulia se dará cuenta que actuar de esa forma, sólo le hace daño a ella misma y así dejará de causar tantos problemas. Eso era lo que esperaba yo. Que se comporte por su propia voluntad. Si lo hace, podría conseguir sacarla de aquí.

- ¿Por qué estás todavía aquí? - Su voz ronca me regresó a mis sentidos - ¡No necesito tu compasión!¡ Lárgate de una vez!

Finalmente me salí, cerrando la puerta detrás de mí, sin poder contener las lágrimas.

- ¿Doc? - Ignoré a Tanya mientras salía del corredor. Necesitaba limpiar mi cara, mis pensamientos y sobre todo, mis emociones.
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Mensaje por Kamila 8/5/2018, 3:52 am

Me encanto este capitulo ehhh siguela pronto ehhh

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Mensaje por mary 8/6/2018, 5:28 am

Woooooo que capitulo tan chido quiero uno mas plis

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Mensaje por Fati20 8/12/2018, 5:23 pm

Esperando y ni miércoles ni sábado ???????????????? regresa pronto con más
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/12/2018, 8:03 pm

Lo siento por aparecer hoy Domingo, pero he tenido una semana un tanto complicada.

Acá les dejo otro capítulo y que lo disfruten.

A leer!!


CAPITULO 9: ¿AMIGAS?



- ¿Estas bien, Lena? - Una preocupada Nastya preguntó. Ese día estaba muy tranquila. En realidad, estaba tranquila después de mi discusión con Yulia. Los días habían pasado desde entonces, pero todavía me sentía culpable. La forma en que me miró... su manera de hablarme… me destruyó. Esta semana fue honestamente una de las peores que he tenido. Era una semana aburrida, solitaria y odiosa. Sin embargo, la parte odiosa estaba totalmente en mí. Si no hubiera acusado sin rodeos a Yulia de matar al Dr. Pavlov, no se habría enojado conmigo. Y sí, yo también estaba enojada conmigo.

Sé, que lo que le dije podría poner un poco de sentido común en su cabeza pero al mismo tiempo, no podía pasarlo por alto. Fue realmente una mala acción de mí parte, ir hasta allá y acusarla repentinamente de matar al Dr. Pavlov cuando no debía. Y llamarla perdedora, cuando en realidad era una residente, que nada tenía que ver con eso, fue totalmente desagradable de mí parte.

- Estoy bien - Intenté no preocuparla pero mi voz salió totalmente sin vida.

- No, no lo estàs. ¿Qué sucedió?

Suspiré - Yo, creo haberle dicho algo hiriente a una persona.

- ¿Es una amiga? - Preguntó curiosa.

- Algo así - ¿Una amiga? ¿Era Yulia mi amiga? ¿Desde cuándo dejó de ser una paciente regular y comenzó a ser alguien que apreciaba profundamente?

- ¿Has intentado disculparte?

- Sí, pero ella no quiere escucharme.

- ¿Has intentado disculparte? - Preguntó otra vez, fruncí el ceño confundida.

- Te acabo de decir que no quiso escucharme.

- ¿Fue una disculpa honesta? - Nastya levantó sus cejas expectante - A veces pedimos perdón por nuestros errores pero en realidad no son verdaderos. A veces decimos lo siento, pero entonces volvemos a cometer el mismo error al día siguiente. Cuando piensas en ello de verdad, no estamos pidiendo perdón. Pedir perdón es tener en cuenta que no lo volverás hacer de nuevo y ahora serás más consciente de tus palabras y acciones para no herirla otra vez.

Mis ojos se posaron en el suelo bajo mis pies. Ella acarició mi espalda - Si de verdad le pides perdón y te explicas, estoy segura que tu amiga te perdonará - Sonrió amablemente. Me hizo sentir un poco mejor. Sólo un poquito... porque... La cosa era... que mi amiga es Yulia Volkova. No era exactamente la persona que esperas que te perdone. Ella es de verdad muy implacable.

- ¡DAMAS Y CABALLEROS, LOS NOVATOS LLEGARON! ¡LOS NOVATOS LLEGARON! - Gritó uno de los oficiales dentro de la instalación. Algunos oficiales se animaron. Los demás oficiales y doctores alrededor del refectorio rápidamente se levantaron de sus mesas y dejaron el lugar a fin de echar un vistazo a los nuevos ingresados, en el patio delantero.

Los sábados eran los días en que los miembros de familia y amigos venían de visita. Sentí una profunda liberación que el Asilo permitiera visitas. Es un gran apoyo para los residentes, re-encontrarse con sus seres queridos. El residente y el visitante interactuaban en una cabina privada. La “cabina” es transparente, contienen un escritorio y sillas. Tocarse no está permitido y para prevenir cualquier comportamiento "extremo" de los residentes, eran esposados. Los oficiales permanecen fuera de las cabinas por cualquier emergencia.

Caminando por los pasillos Nastya sonrió al ver a Ángela hablando con otra mujer.

- Ella es su hermana - Explicó Nastya - Viene cada fin de semana.

- Eso es genial.

- Sí, lo es.

Mis ojos se entrecerraron cuando reconocí a Yulia dentro de una de las cabinas. Al principio creía que era una ilusión, pero no … ¡Era ella! ¡Reconocería su rostro en cualquier parte! ¿Qué hacía aquí? ¿Por qué no estaba en la UES? ¿Y quién era esa mujer con la que estaba hablando? ¿Amiga? ¿Hermana?

La expresión de Yulia no era la más brillante para ser honesta. Parecía que se limitaba más a escuchar a la mujer que a tomar parte de la conversación dual.

- ¡Eh!, Nastya, ¿Sabes quién es la persona con la que está hablando Yulia? - Realmente no esperé que ella contestara mi pregunta por lo que cuando lo hizo, me sorprendió.

- ¿Te estás dirigiendo a ella por su nombre de pila? - Preguntó alzando sus cejas - Eso es muy agradable. Parece que ustedes dos se están llevando bien - Sentí mis mejillas arder - Y la chica... es Lyudmila Shapovalova.

- ¿Es amiga suya? - Se rió un poco, haciéndome parpadear confundida.

- En realidad es la sobrina del Dr. Iván Shapovalov. A menudo viene aquí para comprobar cómo van las cosas. Unos dicen que da informes personales a su tío.

- ¿Por qué está hablando con Yulia?

- Cada vez que viene aquí, se toma su tiempo para hablar con algunos residentes. Parece que hoy, ha sido el turno de Volkova.

- Pero creí que los internos en la UES estaban todo el tiempo aislados.

- Lo están. Pero cuando la sobrina del presidente exige hablar con uno de ellos, no importa si están en la UES o no.

Asentí con la cabeza comprendiendo. Mis ojos nunca dejaron de ver a Yulia mientras abandonábamos el edificio. Daría mi vida para oír que le está diciendo Lyudmila Shapovalova, pero decidí mirar finalmente hacia otro lado y seguir a Nastya.


~~ * ~~

Incluso después de que los oficiales Gólubev y Dyrbov salieron, mi oficina se mantuvo en silencio todo el tiempo. Yulia fue de vuelta a su celda después de una semana en la UES, y ahora estaba en mi oficina para su sesión formal.

La cinta estaba allí girando, grabando el periodo de sesión, sin embargo no había dicho ni una palabra. La última charla que tuvimos todavía me atormenta. Yulia, se mantenía sentada en la silla frente a mí, con las manos esposadas detrás de la espalda para evitar que me hiciera daño físicamente, sus ojos fijos en el piso. Yo sabía que aún estaba dolida por mis palabras.

No había manera correcta de comenzar la entrevista aparte iniciar con mis disculpas - Lo siento - Tenía la esperanza de que pudiera sentir la sinceridad en el tono de mi voz - De verdad lo siento. Fui una idiota por decirte esas cosas - Ella no se movió ni una pulgada. Tragué saliva, sintiendo que todo lo que teníamos entre nosotras, no volvería hacer lo mismo nunca más - Nunca tuve la intención de acusarte... Yo... - Tragué con saliva, tratando de no llorar - Quería entender por qué hiciste lo que hiciste... pero fui desconsiderada e inflexible. Lo siento mucho.

Sus ojos aún se mantuvieron mirando al suelo.

- Es realmente difícil para mí tratar contigo. Eres tan impredecible… de repente estas tirando de ese personaje bromista y luego ya no lo estás. De repente mientes y luego ya no. No sé qué es verdad y que no lo es - Suspiré, sintiendo que liberaba el conflicto que tenía con ella. De alguna manera me hacía sentirme mejor - Yo no te conozco. No conozco al Dr. Pavlov. No conozco a Boris Putin. Pero sé, que si no me muestras quien eres realmente, entonces siempre tendré que averiguarlo por otras fuentes … y aunque puede que no sean ciertas... parece la única manera de averiguar más sobre ti. No puedes culparme por creerles a ellos. No puedes esperar que yo dude de las palabra de un doctor, cuando nunca te molestas en intentar negarlas de cualquier otra forma - Una vez más, no se movió ni una pulgada. Sus ojos todavía miraban al suelo.

- Quiero entenderte, Yulia. Pero no me crees. Me tomas como a una novata y como tal, crees que no tengo habilidades para ayudarte de verdad... y debido a eso... no confías en mí. No me dices nada. No me dices lo que te está pasando o cómo te sientes y eso me frustra, porque quiero ayudarte y no me dejas entrar - Sentí mi corazón latir más rápido de lo normal - Por favor... Déjame entrar.

Su silencio fue de alguna manera humillante para mí. Estaba tan acostumbrada a sus respuestas sarcásticas y bromas que su falta de respuesta fue una de las peores cosas que pudo haberme pasado.

Entonces ella levantó la mirada, sus ojos me miraron directamente - Lo siento mucho - Repetí - Siento mucho, haberte acusado de matar al Dr. Pavlov. Siento mucho haberte llamado… perdedora - Después de un par de segundos, sus ojos regresaron hacia abajo una vez más. Supongo, que ella se siente dolida. Quiero decir, de verdad que no la culpo. Lo que hice era la clase de actitud más horrorosa que nunca antes tuve.

- Lo siento mucho - Sus ojos me miraron otra vez. Levantó sus cejas y miraron otra vez hacia abajo. Fruncí el ceño sin entender lo que estaba haciendo. Decidí seguir su línea de visión, noté que estaba mirando la grabadora en mi escritorio. Levantó sus cejas otra vez e hizo un movimiento con su cabeza señalando al objeto. ¿Ella, quiere que yo lo apague?

Me aclaré la garganta - Parece que no vas a cooperar hoy - Dije tímidamente - La doctora Elena Katina, entrevista con Yulia Volkova, finalizada - Presioné el botón, parando la grabación, una vez que terminé de hablar.

- ¡Por fin, cariño! ¡Pensé que nunca te darías cuenta de lo que estaba haciendo! - Mi corazón palpitó sintiéndose más pesado cuando la oí llamarme "cariño". ¡Ella me llamó "cariño" … eso significa … ¡Eso significa que ella está bien conmigo! ¡Esto significa que está de vuelta! Fue un gran alivio, dejé algunas lágrimas caer por mi rostro de la emoción. Se rió tontamente encontrando la situación completamente divertida - Eres una causa perdida, Lena Katina.

¡Lo sé! - ¿No estás enojada conmigo?

- Ya no más. Quiero decir... realmente no tiene sentido guardar rencor contra ti después de todo.

- ¿Eh?

Sonrió, mostrándose alegre - Estaba molesta, porque me pareció que sólo fuiste a mi celda, para hablar de ese doctor que supuestamente maté... Yo apenas lo recuerdo… Y después de lo que hice por ti… sólo vas allá para acusarme de matar a alguien...

-¿Eh?

- No es agradable, Doc - Dijo sacudiendo su cabeza - Duele.

De todo lo que ella estaba hablando, nada tenía sentido para mí - No te estoy entendiendo.

- Debes tener cuidado con tus palabras, nena - Sentí mis mejillas arder cuando me llamó de esa forma, otra vez. Se inclinó hacia adelante y susurró - Especialmente en un lugar donde las paredes tienen ojos y oídos - Dijo mirando alrededor de la habitación - Y un nombre por sí mismo - Añadió rápidamente.

- ¿Eh?

- Smirnova Irina - Declaró - Ella escucha las cintas - Mis ojos se abrieron de par en par cuando señaló la grabadora en mi escritorio. ¿Espera qué? ¿Irina escucha las cintas? ¿Las cintas de las sesiones? - Si ella se entera que me trajiste caramelos, te despedirán - La cabeza me daba vueltas. No creo que estuviera entendiendo lo que estaba pasando en ese momento. Pareció notarlo, porque se rió y explicó - Salvé su culo, Lena Intensa. Trata de darme las gracias a cambio.

Todavía estaba en shock. Mi cerebro estaba tratando de procesar lo que estaba pasando y lo que había escuchado. Salvó mi culo. Eso es lo que dijo. Salvó mi culo.

Ella realmente lo hizo.

Si Irina descubría que introduje caramelos para una residente, en efecto, seria despedida. Y eso estaría probablemente plasmado en mi curriculum vitae… la Doctora Elena Katina despedida por contrabando de comida … sería bastante afortunada si alguna vez encontraba otro trabajo. Salvó mi trabajo. Salvó mi carrera.

Salvó mi culo.

Pero entonces, mi corazón dio un vuelco después del repentino descubrimiento.

- ¿No tuviste un episodio?

- No.

- Así... que tu... - Parpadeé sintiéndome incómoda por alguna razón que desconocía - ¿Deliberadamente me atacaste?

- Era la única manera para hacerte callar.

- ¿Por qué?- Pregunté, sintiendo mi cuerpo entero difuso.

- Conozco el protocolo. La sesión terminaría inmediatamente y se vería bastante convincente.

- ¿Por qué?

- Tengo un montón de registros malos, uno más, no parecería sospechoso. Todos ellos lo verían como algo común.

- ¿Por qué?

Se encogió de hombros - Tengo una mala reputación...

Negué con la cabeza - No. Por qué…. ¿Por qué hiciste eso por mí? - Mis ojos la miraron - Recibiste descargas eléctricas, pasaste una semana entera en un lugar horrible… Por... mí - Mi voz se quebró un poco - ¿Por qué?

- No me importa eso - ¿No le importa? ¿Acaso no dolió?  - No me importa pasar un tiempo en la UES si al final de todo, te quedas aquí, siendo mi doctora - Mis entrañas se retorcieron como si hubiera un alíen dentro de mí - Eres la mejor doctora que jamás tuve en este agujero de mierda, de ningún modo te dejaré ir, nena. Pero de verdad… la próxima vez, se más cuidadosa. No puedo salvar tu culo todo el tiempo. Sobre todo cuando tienes a cargo a otra paciente, ¿Masha, verdad? Espero que no le hayas dicho nada sobre los caramelos a ella también.

¿Acaso lo hice? Mi corazón latía tan rápido que apenas podía procesar lo que estaba pasando. Entrecerré los ojos tratando de recordar, si hablé de dulces o cualquier cosa relacionada con comida, a Masha en nuestras sesiones. ¿Me acuerdo de haberle dado macarones cuando estaba en el jardín con Olga … ¿Hay cámaras en el jardín? ¡Ah mierda!

- ¿Lo hiciste? - Yulia preguntó preocupada después de que vio mi rostro ponerse pálido.

- Yo...yo … - ¿Cómo se lo digo ? - Y si le hubiera dado...... un poco de comida - Susurré avergonzada de mí. ¿Jesús, Lena, qué más imprudencias podría hacer? - En el jardín...

- ¿Eres estúpida?

Sí - Yo...

- Pero todavía trabajas aquí, entonces... eso significa que ellos no se dieron cuenta - Se quedó pensado un segundo.

- Me aseguré que nadie estuviera mirando - Pronuncié segura.

Resopló - Suerte de principiante, ¿no? ¿Quién lo hubiera imaginado?

- ¿Eh?

- No hay cámaras en el patio. Que suerte tienes, Doc.

Suerte, yo. Suerte la de Masha, suertuda Ángela, y yo soy una maldita suertuda. Mierda. Sentí que mi corazón estaba a punto de explotar. ¿En qué estaba pensando? Cómo pude darles comida ilegal a esas chicas y no revisar el área, para ver si había cámaras de vigilancia. Me cubrí el rostro con las manos, estresada por el hecho. Oí su risa tonta. Sí, por supuesto para ella era gracioso. Para mí, pareció como si mi corazón hubiera sido arrancado de mi pecho.

- ¿Cómo sabes eso? - Pregunté levantando la cabeza hacia ella - ¿Cómo sabes que no hay cámaras en el jardín? Ellos podrían haberlas ocultado en los árboles o algo así.

- Sólo lo sé.

Ella es inteligente. Probablemente, ha mirado alrededor de la zona después de todos estos años aquí encerrada.

- ¿Cómo sabes que Irina escucha las cintas? - Pregunté con cautela.

- Escuché por casualidad a algunos oficiales hablar de ello.

Y luego entonces se me ocurrió. Si Yulia es consciente de que Irina escucha las cintas, entonces es completamente cautelosa con las entrevistas. "Yulia ha estado aquí por tanto tiempo, aun así, siempre está metiéndose en problemas".

¿Entonces ella? ¡Si conoce el protocolo; una sesión se terminará inmediatamente cuando se tiene un episodio violento, eso también significa ¡Mucho tiempo en la UES deliberadamente!. Al igual que lo hizo conmigo, ella ha fingido muchas veces para poder detener las sesiones y luego ser llevada a la UES . Y si escucho de casualidad, que los oficiales hablaban del tema, significa que Irina no está guardando información para sí misma.

Yulia ha estado mintiendo porque esto haría que Irina no se entere de nada sobre ella. ¡Y si Irina no tiene información, entonces nadie la tendrá! Si lo supieran, lo podrían usar en contra de ella. Considerando que ella sabe, cuan pendejos pueden llegar hacer los oficiales, es muy fácil utilizar información personal sobre los reclusos para burlarse y humillarlos. Pero Yulia está segura en ese aspecto. Esta segura porque miente constantemente.

¡Es por eso que el Dr. Pavlov le diagnosticó la mentira patológica!

Cuando la visité en su celda la primera vez, un día después de hacer la prueba de tinta, ella me dijo que ningún otro doctor había ido allá. También dijo que el Dr. Pavlov nunca se preocupó por hablar con ella fuera de las sesiones formales. Cuando pienso en ello, las conversaciones más honestas que tenía con ella, se dieron cuando no había grabación alguna. Si el Dr. Pavlov y los otros doctores nunca se molestaron en hablar con ella fuera de estas paredes, entonces nunca se dieron cuenta, que cada diminuta información registrada en las cintas, eran totalmente falsas.

- ¿Qué estás escribiendo?

- Nueva información sobre tu diagnóstico.

- ¿Puedo leerla?

Mierda. ¡Así que ella necesitaba leer lo que escribo para asegurarse que la nueva información, no sea un gran problema cuando esté en manos de Irina!

No puedo creer que todo este tiempo a sido tan astuta.

¿Cuántas veces paró una sesión? ¿Cuántas veces fue a la UES sólo para proteger una información valiosa? Irina no abandona el almacén de archivos por lo tanto, cada cosa que sabe debe venir de los archivos y las cintas. Las historias fantásticas de Yulia y su comportamiento llevaron a Irina a creer que era una psicópata peligrosa, porque eso, es lo que está escrito en todos sus archivos. ¡Yulia no solo engaña a sus doctores, engaña a Irina y a todos los demás oficiales de este lugar!

Sentí que estaba sufriendo una crisis nerviosa.

Y todas esas palabras hirientes que le grité a ella, llamándola una perdedora y egoísta, solo provocaron que mis ojos se obstruyeran por lágrimas. ¿Cómo fui capaz de decirle tales cosas? Dios, yo era tan...

- ¿Estas bien, Nena? - Preguntó inocentemente. Sólo entonces me di cuenta que habíamos estado en silencio todo este tiempo. Pero en realidad, viendo la realidad de todo lo que había estado pasando, recibí un golpe mental, grave.

- Yo...

No sabía que decir. Esto era un éxito tan grande que me resultaba difícil respirar - ¿Por cuánto - Le pregunté curiosa, limpiándome las lágrimas - ¿Por cuánto tiempo ha sido consciente de esto?

- Ya hace tiempo -  ¿Hace tiempo? ¿Hace tiempo? Si ella había estado engañando a todos los miles de doctores que Irina declaró, entonces ese “tiempo” es en realidad, es un tiempo demasiado prolongado.

- ¿Eres la única que sabe esto? - Mi voz salió más baja que un susurro. Esto parecía como información de alto secreto. Si ella escuchó a lo oficiales hablar sobre esto, alguien más podría haberlo escuchado también.

- No lo sé.

- ¿Le dijiste a alguien? - Compartió su celda con otras residentes, tal vez podría haberles dicho.

Sacudió su cabeza - Los rumores y conversaciones del Asilo, se propagan tan rápido como enfermedades de transmisión sexual, Doc. Es mejor que usted también la guarde para sí misma.

- ¡Dios, eres tan inteligente! - Dije deprisa. Eso salió de forma inesperada incluso para mí. Pero en realidad… si que era inteligente. Ella era probablemente la residente más inteligente del Asilo. Mis mejillas ardieron cuando la vi satisfecha.

- ¡Ovaciones, Doc! Pero es hora de que dejamos esta conversación y me des lo que me debes - Levanté mis cejas - Mis gusanos de gomita.

Sí, sus gusanos de gomita. Le debía eso, después de lo que hizo – salvó mi trabajo y mi carrera – yo le debía mi vida. Abrí mi bolso sacando el paquete fuera de ella. Decidí comprar un paquete de tamaño mediano en vez de uno pequeño en su momento y ahora estaba contenta de haberlo hecho. ¡Se merecía el paquete más grande de gusanos de gomita del mundo!

Sus ojos brillaron al ver las jaleas de colores. Imaginando la dulzura y el sabor de aquellas jaleas después de tantos años, solo comiendo alimentos de mal gusto: era normal estar salivando por ese motivo, no me pareció raro verla tragar saliva en la anticipación.

- ¿Cómo vamos a hacer? - Pregunté.

- ¡Eh!?

- Creo que querrás comerlas en tu celda… no te puedo dar el paquete aquí. ¿Y los oficiales - Mi cabeza señaló la puerta. Gracias a dios que estaban afuera. Antes de dejarla conmigo, hicieron un escándalo en el instante de que la entrevista comenzara, diciendo que tenían que quedarse para protegerme de cualquier otro ataque de ira, pero después de algunos argumentos, decidieron dejarnos. No creo que hubiera podido saber nada de la información que sé ahora, si ellos estuvieran aquí dentro.

- Ponlo dentro de mis pantalones - Ella se levantó de la silla con rapidez. Sentí mi cerebro fundirse - ¿Qué? ¿Nunca ha escondido comida en su vida? ¡Vamos, Doc! - Tragué saliva sintiéndome muy incómoda. Por qué esto parecía tan difícil, no tenía ni idea. Era una cosa sencilla de hacer, sólo hay que poner el paquete plástico dentro de sus pantalones …, ¿Pero por qué me tiemblan las manos? ¿Por qué mi cara se sonrojó?  - ¡Date prisa, Doc! - Tragué saliva, caminé más cerca de ella y tan rápido como pude tiré de la cintura de sus pantalones hacia adelante y puse la comida gomosa dentro. Miré hacia arriba, directo a su rostro y el alíen atacó mi tripas otra vez. La veía tan cerca de mí, sintiéndola tan cerca de mí, que provocaba que mi corazón latiera de una manera descomunal.

Después de colocar el paquete dentro de los pantalones de Yulia, se dio la vuelta, sacudiendo un poco las piernas para estar segura de que el caramelo estaba a salvo de caídas - ¿Oyes eso? - Me preguntó de repente, parpadeé inconscientemente.

- ¿Q...Qué?

- ¿Puedes oír? El plástico... ¿Lo puedes oír cuando camino? - Caminó por todas partes de la habitación contemplándome para ver mi reacción. No podía oírlo. Pero no sabía, si era debido a que mis oídos solo escuchaban los latidos de mi corazón o porque el ruido del plástico no se escuchaba.

- No estoy segura - Dije en cambio.

Se miró a ella misma - Esto no es muy confiable. El camino desde aquí a mi celda es un poco largo….. Y con aquellos gruñones siguiéndome detrás… no lo sé … el plan podría fracasar - Asentí con la cabeza. Era notable que ella pudiera pensar en todos aquellos detalles - Puedes llevarmelo mañana a mi celda? - La miré - Siempre vas allá, ¿no?

- No puedo - Negué con la cabeza.

- ¿Por qué no?

- Irina ve extraño que vaya a tu celda constantemente. Es que, no voy a la celda de ningún otro paciente más que la tuya …

- Sí, es un poco sospechoso.

- La oficial me pidió que dejara de ir y yo le di mi palabra.

- Es mejor así. No es buena idea hacerles ver que somos compañeras.

Mis ojos se abrieron de par en par - ¿Compañeras? - ¿Cómo se atreve? - ¡No soy tu compañera! ¡Tú crees que soy una residente màs!!

- No, Doctora...

- ¿De qué demonios crees que estas hablando? ¿Compañera? Crees que soy una especie de...

- No, Doctora... me refiero a compañera como lo son las amigas - Explicó rápidamente. Sentí mi cara sonrojarse por la culpa. Ella simplemente se rió en voz alta, y cubrí mi cara con ambas manos completamente avergonzada.

- ¿Por qué no usas el lenguaje común? - Pregunté todavía avergonzada - Siempre usas el lenguaje que aprendiste acá en el asilo … es difícil para mí seguirte de esa forma.

- Estas aprendiendo vocabulario nuevo… eso es bueno - Dijo aun riendo - ¿Pero no somos compañeras por compartir un lugar o por acompañarnos... somos compañeras como lo son las amigas, cierto?

- ¿Lo somos? - Le pregunté, levantando mi cabeza para mirarla. Todavía estaba roja por la vergüenza, pero no me preocupó. ¡Tenia mucho significado para mí, escucharla decir que somos compañeras… quiero decir, amigas! ¡AMIGAS, LENA! ¡Amigas!

- ¿No lo somos? - Ella levantó sus cejas - Me das pastelitos y gusanos de gomita y yo te doy respuestas. Es una relación bastante cercana. Sobre todo porque tú eres una doctora y yo soy una interna. Tú sabes que todo lo que estamos haciendo es ilegal pero no te preocupas por ello. Te puedo llamar... amiga - Terminó aclarando su garganta - ¿La pregunta es … ¿Soy tu amiga también, Lena? ¿O esto es solo una relación unilateral?

Todo lo que ella estaba haciendo ese día, provocó que mi cerebro no funcionara correctamente. Sentí que era como una adolescente desorientada. Por Dios, soy una psicoterapeuta graduada, trabajando en un Asilo para criminales, sin embargo, nunca me sentí más tonta que ahora. ¿Era Yulia mi amiga? o algo así?

- Si, eres mi amiga Yulia -  Asentí con la cabeza. Y ella sonrió con satisfacción de nuevo.

- Bien. Me tenías asustada por un segundo, Doc - Tragué saliva con fuerza - Pero volvamos al asunto …- Su voz salió en un susurro - ¡Mis gusanos de gomita! - Añadió. Ah sí, los alucinantes gusanos de gomita - ¿Cómo llevarlos a mi celda?

- No es necesario que los lleves a tu celda - Le contesté - Los puedes comer aquí - Era la opción más segura en mi cabeza - Además, salvaste mi carrera… . Estoy dispuesta a darte todos los gusanos de gomita que quieras - Honestamente, era lo menos que podía hacer.

Sonrió abiertamente - ¿Esa es tu forma de decirme gracias?

- Sí.

- ¡Ovaciones, Doc! ¡Eres tan agradable! - Sonreí, no completamente honesta. No, yo no era agradable. No soy una persona agradable. No soy una doctora agradable. Le hice cosas horribles, tristes cuando todo lo que hizo ella fue protegerme. Santo cielos, Lena … no seas una porquería la próxima vez.

- Lo siento mucho … por lo que te he dicho - Dije una vez más. Parecía que aquellas palabras siempre me perseguirían.

- Oh yep, realmente lo sientes, ¿verdad?

- Sí. Y te prometo que no volveré a acusarte otra vez.

- ¿Por lo tanto, no vas a confiar en los otros doctores?

- Voy a escuchar lo que ellos tienen que decir … Pero no lo tomaré como comentarios valederos. Antes que nada … hablarè contigo primero.

- Oh, mírate ahora, està aprendiendo cómo ser una buena doctora - Bromeó con voz de niña. Me sonrojé. Quiero decir, fui tan jodidamente imprudente en ese entonces... no hay ninguna sorpresa en que Yulia crea que soy una novata. Pero ahora sé cosas. Sé cosas que muchos aquí no saben. Y me las arreglè para conocer cosas sobre Yulia y eso, es un buen trabajo. Es la interna que todos consideran como una de las más peligrosas, como una psicópata... en la que no se puede confiar… Y era la que me estaba enseñando cosas nuevas cada día. En efecto, era una relación cercana. Sobre todo para ella, ya que ningún otro doctor se molestó en intentar conocerla un poco mejor.

- Pero tengo un problema con mis manos… Doc - La miré - Estoy esposada. ¿Cómo voy a comerme los gusanos de gomita con mis manos atadas? - Preguntó inocentemente.

Buena pregunta. No es como si pudiera pedirles a los oficiales que la liberaran - No lo sé...

- ¿Puedes darme de comer? - El alíen dentro de mí, movió sus tentáculos alrededor, apretandome sin piedad.

- ¿Qué?

- Toma la bolsa, ábrela y pon las gomitas en mi boca - Dijo cada vez más cerca- Di un paso hacia atrás.

- YO...

- No muerdo.

Tragué duro sintiéndome muy incómoda. Pero para ser sincera, parecía la única manera de solucionarlo.

Abrí el paquete con sumo cuidado, para que los oficiales no oyeran el sonido del plástico y sostuve una gomita entre mis dedos, índice, medio y pulgar. Las pequeñas gotas de azúcar cubrieron las puntas de mis dedos cuando lo tomé de la bolsa.

Yulia sonrió con satisfacción y luego abrió su boca, sacando su lengua de un modo infantil - Aaaa ~~ ah! - Tarareó, con expectación.

Coloqué la jalea con cuidado en la parte superior de su lengua, al sentir el contacto, Yulia la llevó dentro de su boca para luego masticarla. Sonreí cuando noté lágrimas de alegría obstruyendo sus ojos - ¿Está bueno? - Pregunté contenta por ella.

- ¡Está tan jodidamente bueno! Nunca sabrá lo bien que sabe esto... - Me reí. Coloqué otra gomita a unas pulgadas de distancia de su rostro y la tomó con su boca.

Y entonces, sentí como si mi corazón fuera espinado por un millón de piezas, cuando coloqué otra gomita en su boca y su lengua lamió las gotas de azúcar en mis dedos. El sentimiento caliente y húmedo alrededor de la puntas de mis dedos, hizo mi cerebro sentirse sobrecargado. El sentimiento caliente y húmedo alrededor de ellos hizo que mi sonrisa se desvaneciera porque no había otro sentimiento dentro de mí. Solo habían pensamientos en mi cabeza.

Y esos sentimientos y pensamientos…. Definitivamente necesitaba deshacerlos de inmediato. Necesitaba llevarlos a mi tumba. Como uno de los principios primordiales de la ética médica, nunca se debe desarrollar fuertes sentimientos por los pacientes. Y Yulia siendo una residente… hacia, que lo que estaba sintiendo fuera tan ilegal.

Ilegal y antiético.

Y por alguna razón, recordar eso, y saber que no estaba haciendo nada para detenerme.

Recordarme eso… sólo me estaba encendiendo.

Peligrosa....

E intensamente.
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Mensaje por Kamila 8/12/2018, 11:44 pm

Excelente!!!!

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Mensaje por Fati20 8/13/2018, 3:29 am

Que maravilla, buenísimo el capitulo ya ese amor está empezando a nacer, Juli es un amor
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Mensaje por mary 8/13/2018, 5:14 am

Julia es tan linda 😍😍😍😍 esto se pone cada vez mas bueno grax por el capitulo

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/17/2018, 2:54 am

Jueves, juevecito... Aquí les traigo otro nuevo capítulo de la historia que cada vez que dejan sus comentarios, me da alegría porque sé que están ahí, vigilando cada trocito de letras que se plasman y aunque no sea constante, pues hago lo que puedo.

Un beso enorme a todas y un abrazo.

A leer!



CAPITULO 10: LLUVIA


Fue muy difícil para mí, no pensar en Yulia. Incluso después, de que nuestra sesión se diera por finalizada, todavía seguía en mi cabeza. Y aun, después de mi café habitual antes de dormir, se mantuvo en mi cabeza. Todo lo que me dijo ese día, todo lo que pasó aquellas últimas semanas… los episodios fingidos a fin de salvar mi carrera, y darme cuenta de por qué el Dr. Pavlov había hecho un mal diagnostico en ella, fue totalmente alucinante para mí. Pero nada, nada, se podría comparar con lo que estaba sintiendo ahora.

Ya sabía que este sentimiento no era nuevo para mí. Y sabía lo que significaba.

Lo que era nuevo para mí, era el hecho de que yo lo estaba sintiendo por Yulia.

Nunca sentí esto por las mujeres. Por hombres, seguro. ¿Pero por mujeres? Nunca.

Pero ahí estaba Yulia Volkova, una reclusa de sexo femenino y enferma, que resultó ser mi paciente, y la cual me está haciendo sentir de esta forma. Honestamente ¿Qué mierda está pasando conmigo?

¿Cómo es posible que esto esté pasando? ¿Cómo es que tan de repente, tenga estos sentimientos por mi paciente?

¿Cómo voy a ir en contra de toda la ética de mi carrera?

De verdad que no lo sabía. Lo que sí sé, es que tengo que olvidarme de este sentimiento. Tengo que sepultar estos sentimientos y pensamientos bajo tierra. No puedo dejar que Yulia me guste de esa forma. Nunca jamás.

Y es muy fácil decirlo. Pero hacerlo, es ahí donde radica el problema. Y sé que es un problema, cuando no logre apartar mis ojos de ella...

Al día siguiente decidió abandonar su celda, simplemente para relajarse en el patio, con su espalda contra un árbol. Su atención, estaba totalmente centrada en el canto de un ave, que pía en un banco mientras su mano derecha estaba intentando dibujar en su bloc de notas. Me mantuve lejos de ella, mirándola fijamente. Viendo su mano sostener su lápiz, su expresión enfocada, su cabello suavemente soplando contra la brisa, sus labios…

- Control aéreo llamando a la torre de control de la Teniente Katina - Escuché decir a mí lado . Parpadeé, apartando la vista de Yulia reconociendo a Nastya enseguida.

- ¿Eh?

- Te estaba llamando, pero parecías que no estabas escuchando - Sentí mis mejillas arder.

- Lo siento.

- Está bien…- pronunció con rapidez junto a una sonrisa - ¿Cómo has estado?

Horrible - Bien - Asentí con la cabeza - Sólo, bastante cansada.

- Escuché la razón, por la cual Volkova fue enviada a la UES … te agredió.

- Fue un malentendido - Añadí con rapidez - Todo está bien, de verdad.

- Es bueno verla fuera de su celda - Movió sus ojos de mí a Yulia - Parece que se estaba quedando demasiado tiempo encerrada, verla en el patio es un buen cambio para ella.

- Creo que echa de menos el sol y la hierba después de su semana en la UES.

- Bien, es seguro que la UES te hace extrañar cosas que no sabías que extrañarías.

Reí por sus palabras - Ella me dijo exactamente lo mismo una vez - Compartí con ella, recordando sus palabras.

- ¿Es tu favorita? - preguntó sin rodeos, haciendo que mis ojos se abrieran de par en par.

- ¿Qué?

- ¿Ella, es tu favorita?

- ¡No! ¡Nastya! ¡Tú sabes que no podemos tener favoritos! Es anti-ético...

- No podemos tenerlos pero, de vez en cuando los vamos a tener de todas formas - Levantó sus hombros - No podemos decirle esto a nadie. Tener un favorito no es ético en absoluto, sin embargo, cuando los llegas a conocer y los tratas por tanto tiempo, a veces no es muy difícil hacerlo - Bajé la mirada. No sabía que contestar. Me quede de pie, en silencio - ¿Ella es esa amiga?

- ¿Qué?

- A la que le dijiste cosas hirientes...

Mi corazón latió tan fuerte - ¡No! ¡Yulia no es mi amiga! - Rechace con rapidez. Sentí mis ojos arder, porque ahora mismo estaba siendo una maldita mentirosa. Negué a Yulia como mi amiga cuando justo un día antes, yo le había dicho de frente, que lo éramos.

- ¿Únicamente paciente favorita? - Preguntó, alzando sus cejas con desconfianza.

De alguna manera me enfadé un poco por el comentario - ¡Es sólo una paciente! ¡No es ninguna amiga! - Salvó mi carrera de mierda y aquí estoy, negando lo que significaba para mí. ¿Por qué lo hago? Estaba enojada, estaba nerviosa. Sentí como si algo que yo dijera, podría hacerles saber a los demás sobre mis sentimientos hacia ella, sin embargo, no podía hacerles saber nada al respecto - ¡Y ella no es mi favorita! - Negué otra vez. Yulia es mi favorita suprema. Cambiaría a todos los pacientes que he tenido durante toda mi vida entera, solamente por Yulia. Si pudiera, tendría sesiones con ella todos los días, porque es jodidamente aburrido esperar toda una semana entera, hasta el lunes para reunirme con ella.

- Soy una psicóloga también Lena, puedo decirte cuando estás mintiendo - Me quedé en silencio - Vigilas a Volkova más que a tus otros pacientes. Te preocupas tanto, hasta el punto de ir a preguntarle a mi paciente, sobre ella. Y no sólo una vez... - Miré hacia abajo, sintiendo la angustia inundarme completamente. Nastya acarició mi espalda - No hay nada grave en tener una paciente favorita. Sobre todo porque Volkova es tu primer paciente aquí en el Asilo.

- ¿Tienes una favorita? - Pregunté curiosa.

- Natasha Zinchenko - Respondió tranquilamente. Bien, si ella tiene una favorita significa que no estoy en problemas realmente - Es normal tener a un paciente favorito a pesar de que no deberíamos tenerlo.

- Nunca tuve un paciente favorito.

- ¿Antes de Volkova? - Yo asentí.

- Yulia es, diferente, a todos los que he conocido. Y me desafía de formas que nunca nadie lo hizo. Aunque es incómodo y hasta agotador, también es muy refrescante...

- Eso, es extraño - Se echó a reír.

Fruncí el ceño - ¿Por qué lo dices?

- Bien … La mayoría de los doctores, odian a ese tipo de pacientes. Tener un paciente como ella es muy estresante y por lo general son incontrolables, haciéndonos pelear contra ellos. Tú, siendo una doctora a quien realmente le gusta esa clase de pacientes, es muy raro - No sabía que pensar, pero eso era lo que sentía. Me gustaba ser desafiada por Yulia - El Dr. Pavlov, el que estaba antes que tú, odiaba a Volkova - Comencé a sentirme incómoda.

- Yulia tampoco gustaba de él  - Rio entre dientes.

- Era un doctor áspero, sin duda alguna - Entrecerré los ojos - Tú no eres una doctora áspera… así que tal vez por eso no tiran tanto de ti.

- ¿No debería ser al revés? - Le pregunté confundida - Como él era áspero, no deberían tirar menos de él...

Levantó sus hombros - Volkova era muy inestable bajo el cuidado del Dr. Pavlov. Pero parece que es diferente contigo. Parece que tú le gustas. Esto es muy raro.

Sentí mis mejillas arder a tope - Eso es absurdo - Traté de negarlo.

- Tiene más fe en ti, como doctora Lena. Tu eres la única que conozco que le gusta ser desafiada por Volkova. Eso es algo bueno… significa que no tienes miedo de ella - Mis ojos se abrieron de par en par.

"Deje de temblar, Doctora. No es una buena señal. Demuestra que eres débil y que tiene miedo".

"¡Yo...no tengo miedo!"

"Sí lo tiene. Puedo verlo. Todo está plasmado en tu cara. La doctora Katina es un conejito asustado".


Miré hacia Yulia, ahora tenía mala cara; el ave ya no estaba en el banco. Sonreí, sintiendo en mi interior confusión. Sí, el miedo ya no estaba más. Ella, ya no me asustaba en absoluto. Es gracioso cómo todo sucedió realmente.

- Al mismo tiempo, tengo que aconsejarte que tengas cuidado - Su voz llamó mi atención - Aunque sea tu favorita, ten presente que todavía sigue siendo una interna - Mi mirada cayó a mis pies - Y aunque es normal preocuparse por su bienestar, nunca debes verla más allá, que solo como a tu paciente.

Tragué saliva, sintiéndome entumecida de todos mis miembros - Lo entiendo - Mi voz salió más como un susurro.

- No cruces esa línea, Lena.

- No lo haré - Aseguré.

Ella asintió - Bien, debo irme, ¿Te veré en el almuerzo?

- Sí, seguro - Le sonreí, pero tan pronto como se fue, la sonrisa desapareció. Si Nastya estaba sospechando sobre mí acerca de Yulia, básicamente eso suponía, que los otros podían notarlo también. Tenía que ser más precavida para no dar señales de la amistad entre Yulia y yo.

Respiré profundo y decidí abandonar el patio. Si tenía que demostrar que no era su amiga, lo menos que podía hacer, era no estar cerca de ella cuando estuviera fuera de su celda.


~~*~~

Había un gran problema pasando en mi vida.

Se supone que tengo que demostrarle a todos, en mi lugar de trabajo, que no tengo preferencias por Volkova. Y el problema radicaba en que día a día, se me está haciendo más difícil cumplirlo. Siempre estaba en mi mente. Aun si no estaba en el patio, no podía dejar de pensar en ella. La distancia que estaba tratando de imponerme contra ella, me hacia básicamente extrañarla aún más. Se me estaba volviendo insano.

Todo lo que quiero es hablar con ella de nuevo, verla otra vez, darle sus gusanos de gomita otra vez, sentir su lengua en mis dedos una vez más. Nunca imaginé que algo así de pequeño, podría ser tan intenso. Quiero decir, Yulia no tiene la culpa de lo que yo estoy sintiendo. No lo hizo con el fin de volverme loca, probablemente no sabe hasta qué punto me perdí debido a ese simple gesto; ella sólo lamió el azúcar en mis dedos porque extrañaba el sabor, no tenía ningún pensamiento sucio. Yo sí. Yo era el problema aquí. Yo era quien estaba llevando el asunto a otra magnitud. Era yo quien se estaba equivocando.

No pude dormir bien esa noche. Y la noche siguiente. Y la noche después de esa. Los sueños que tenía implicando su lengua, no eran convenientes para un cuarto adornado de Hello Kitties Rosas como el mío. Sólo con pensar en esos sueños, era suficiente para ponerme la carne de gallina. Era física y mentalmente agotador. La frustración estaba por todas partes, debido a que no podía tener noches de buen sueño.

Una de aquellas noches me desperté de golpe, asustada por el sonido de los truenos, la lluvia torrencial del exterior, gotas grandes golpeando mis ventanas. Tenía el aire acondicionado, sin embargo no fue suficiente para enfriarme. El calor todavía estaba allí, allí abajo y me hacía sentir inmoral. No sabía qué hacer para detenerlo.

En realidad, si lo sabía.

Puede que tenga una habitación decorada de Hello Kitties Rosas, pero no era tan inocente. Yo sabía cómo podía detenerlo. El problema consistía en que si lo hacía, significaba que iba contra la ética de mi carrera. Significaba que estaba reconociendo ese sentimiento como legítimo. ¿Tocarme a mí misma, pensando en mi paciente quien además de ser una criminal es una mujer? ¿Qué carajos Lena? ¿Qué tan bajo puedes caer?

Por lo tanto, NO. No lo haría. No puedo hacerlo. Mis dedos no tocarían ese lugar. No importaba cuán palpitante se sintiera, pidiendo ser tocada, mantendría mis dedos lejos de esa parte de mi cuerpo.


~~ * ~~

- Dios Mío ¿Pero qué paso contigo? - Irina me preguntó al ver mi cara al entrar al almacén. Me veía miserable. Todas esas noches de insomnio estaban tomando el control sobre mí y ahora, era lo más parecido a un zombi. Mi cerebro estaba mudo, mis ojos tenían bolsas debajo de ellos, incluso con maquillaje todavía eran visibles.

- He tenido problemas para dormir - Dije bostezando .Crucé los brazos sobre mi pecho con el fin de calentarme un poco. Seguía lloviendo afuera y todo el edificio entero estaba un poco frío.

- Mujer, parece que has regresado de una zona de guerra - Bromeó. Negué con la cabeza - Buenos días, Doctora. ¿Cómo puedo ayudarle?

- Me preguntaba, si tienes acceso a los archivos de todos los residentes? - Pregunté tratando de no hacerlo sonar como una afirmación.

- Claro que si - respondió orgullosa.

- Entonces, ¿Eso significa que también tienes los informes escritos y cintas de las entrevistas, verdad? - Asintió - Podría tomar prestado algunas muestras de las cintas de Yulia con su último doctor - Tenía interés en saber cómo había sido el áspero Dr. Pavlov. Tal vez podría entender por qué, a Yulia y a Masha no les gusta él, después de todo.

- Oh, está bien - Agarró una llave de las miles que tenía en su llavero y abrió una puerta metálica, juro que nunca noté que estaba allí, en primer lugar. No es que fuera una puerta secreta, es sólo que en mi cabeza, esa cosa metálica de cobre, nunca sería una puerta que lleva al cuarto más grande de esta instalación. ¡Sentí como si hubiera entrado a los Archivos Generales de la KGB ! … ¡Dios mío, ese lugar era enorme! Toneladas de pasillos llenos de cajas, cajones y papeles.

Caminaba en la habitación con temor, por el tamaño de esa habitación

- Entonces …¿Cómo ha estado, Doc?

- Bien - Confirmé - ¿Y tú?

- Como siempre - Encogió sus hombros - ¿Cómo va con sus pacientes? - Sentí, como si quisiera decir algo más con eso, pero no estaba completamente segura de que era realmente.

- Bastante bien.

- Ya supe porque enviaron a Volkova a la UES - Por supuesto que lo sabía.

- Todo está bien, de verdad.

- ¿Es tu favorita? - Me preguntó y a mi casi me da un ataque cardíaco. ¿Era tan obvio ? ¿De verdad?

- No es mi favorita. No sé de donde sacas eso...- Traté de descartarlo.

- La llama por su nombre...

- Llamo a Masha por su nombre también. Ella me pidió que yo la llamara así.

- Volkova nunca le pidió que la llamara Yulia...- eso me hizo sentir incómoda.

- No entiendo, que me estás queriendo decir...

- Ya se lo había dicho antes … que no se hiciera cercana a ella. Es peligrosa. Pero no parece escucharme.

- Sí que te escuché. Dejé de ir a su celda. Sólo la veo los lunes ahora.

- La visitaste cuando estaba en la UES - Apreté mis puños.

- Sí, lo hice. Estaba preocupada, el Dr. Putin aumentó su dosis y sólo fui allá para comprobar si estaba bien. No es una gran cosa.

- Tanya me dijo, que dejaste la celda y que saliste llorando - Dejé de caminar. Ella hizo lo mismo - Doc … escúcheme... te estás haciendo demasiado íntima.

- No, no lo estoy haciendo - Negué.

- Nadie, deja una celda en medio de lágrimas, a menos que algo emocional sucediera - Sentí mi corazón perderse por un momento - Sé que te preocupas por ella. Es tu paciente después de todo. No sólo eso, fue la primera paciente que tuviste al llegar aquí. Algunos doctores guardan a esas personas en lugares especiales en sus corazones. Nastya se preocupa por Ángela mucho más de lo que se preocupa por Elizaveta, por esa razón en particular. Pero Nastya, no deja la celda de Ángela largando lágrimas. No va hasta allá a menos que sea muy necesario - Sentí que todos mis miembros se entumecieron... de nuevo.

- ¡Yulia no es mi favorita! - Negué una vez más.

- Entonces, no la llames Yulia - Sentí mi estómago arder  - Llámala reclusa, interna, paciente, maldita basura, … no me importa, pero sólo no la llames Yulia. Llamándola por su nombre de pila sólo te vuelve más intima a ella.

- ¡No somos íntimas! La llamo Yulia porque para mí, es más fácil llamarle así. Además, después de que la empecé a llamar Yulia, comenzó a mostrar un avance en su comportamiento...

- Quiero ayudarla, Doctora - Soltó rápidamente sin dejarme terminar - Sé que tiene a esa reclusa como su paciente favorita. No es la única aquí. Pero no puedo quedarme quieta y sólo verla hacer las cosas que hace. Yo le advierto, Doc … más que como una oficial, como una amiga... Deje de acercarse a ella.

- Estoy bien, Irina.

- Por el momento sí. Pero si mira a esa reclusa, más que como a su paciente, estará en problemas. ¿Sabe qué pasa cuando se cruza esa línea, verdad? - Sí, lo sé. Podría ser despedida. Dependiendo del nivel de ello, hasta podría perder mi licencia médica.

- Sí, por supuesto.

- Entonces no lo haga.

- ¡Ninguna línea se a cruzó aquí, lo juro!

- Aún no - Añadió - Pero solo estás a un paso de cruzarla.

Mis ojos ardían. Tenía ganas de llorar, pero si lo hacía, básicamente iba a mostrarle que lo que acababa de decir era cierto, así que hice mi mejor esfuerzo para contener las lágrimas. Me mantuve quieta. Mis piernas temblaban, apenas podía moverme. Una vez que ella se fue a buscar mi pedido y volvió, me dio una caja grande - Sea como el Dr. Pavlov y estará a salvo.

Entrecerré los ojos completamente incómoda con esa mención. ¿Parecerme al doctor Pavlov? ¿Él que nunca se molestó en tratar de hablar con ella, en primer lugar? ¿Él que Yulia deseó haber matado? ¿Él que no se preocupó por ninguno de los residentes aquí? ¿Qué sea como él? ¿Cómo eso me haría estar segura?

- Lo intentaré - Finalmente dije, sintiéndome enferma por mis propias palabras. Irina suspiró y asintió, acariciando mi espalda.

Tragué saliva, mi pecho estaba casi a punto de explotar. Mis brazos comenzaron a sentirse cansados por el peso de la caja. Suspiré y finalmente decidí ir a mi oficina.


~~ * ~~

"Soy el doctor Pavlov. Conmigo está mi paciente ocasional, Yulia Volkova, y el oficial de la correccional, Sven Martin".


Escuché una voz varonil, tranquila y rasposa salir de la máquina de registro, tan pronto como presioné el botón. La cinta que escogí, era sólo una arbitraria. Lo que me molestó es que el Dr. Pavlov no mencionara fechas o periodos en las sesiones grabadas. Si no fuera por la nota post en esas cintas hechas por Irina, no podría saber de cuando era cada una.

"¿Ya me enteré qué le hiciste a tu compañera de celda … dime paciente, ¿Por qué haces esa clase de cosas?" Bien, probablemente él está hablando sobre el incidente con Katya.

"No sé. Tu eres el doctor aquí, ¿No deberías tener tú, la respuesta para todos mis problemas? ¿Dime, Doc, por qué hago esa clase de cosas?"

"Notoriedad, respeto.. Necesitas constante estar por encima de los demás".
Bien, ese no era el caso de Yulia. Si realmente tuviera la necesidad de notoriedad y la necesidad de estar por encima de la multitud no gastaría sus días dentro de su celda. Ni siquiera tiene el aspecto de haber hecho algo malo. Probablemente, tendría que teñirse el cabello de verde, hacerse un montón de tatuajes por el simple hecho de ser diferente.

"Extraordinario, Doctor. ¡Eres tan inteligente, el único que comprende plenamente mis conflictos!"

"Cada doctor que se topa contigo, declara que tienes un tipo diferente de psicosis. Problemas de ira, Trastorno de personalidad múltiple… la lista es interminable".

"Bueno Doctor, intento dar lo mejor".
Reconocí la voz habitual de Yulia. Me hizo reír. Escuchar estas cintas después de lo que sabía ahora, era bastante divertido.

"Yo, no creo eso. Cualquier cosa se puede curar con el tratamiento adecuado".

"¿Y... piensas… que puedes curarme?

"Oh, Yo sé que puedo".
Bien, parece que era engreído.

"¡Esto es maravilloso! Sabe, Doc, han sido años que he estado esperando a que alguien me cure. ¡Todos los doctores anteriores, apenas me mantenían en el camino correcto! Pero tu.. ¡Tienes lo que se necesita, Doc!"

"No me llame, Doc; paciente, soy el Doctor Pavlov".

"Usted no es tan buen psicologo".
Negué con la cabeza riéndome un poco. Sé que se estaba refiriendo al famoso premio nobel.

"¡Cierre la puta boca, reclusa!" Otra voz áspera llegó a mis oídos, asumí que pertenecía al oficial Sven.

"Hoy creo que probaremos algo diferente".

"Ay, va a hacer que me sonroje, Doc. Soy tímida".

"Háblame de tu infancia".
Sí, las charlas de la infancia otra vez. Yulia había tenido tantos doctores, que sólo podía haber rodado sus ojos en esta parte.

"¡Me acabas de decir, que probaríamos algo diferente, me había ilusionado por eso, pero ¡NO! ¿Tiene que adherirse a las charlas de la infancia otra vez … dime, DOC-TOR. ¿Por qué tengo que hacer lo mismo de siempre, en cada sesión, en este pozo negro?"

"Soy yo el que plantea las preguntas, paciente".

"¿Esperas que te conteste gratis?"

"No. Entiendo que la mayoría de ustedes, los residentes, no harán cosas gratis. Y como tal, tengo que intensificar mi juego. Así que, paciente, te estoy dando una oportunidad".
Mi corazón latía más rápido por alguna razón desconocida. El modo en que le estaba hablando no me gustó en absoluto.

"¿Una oportunidad?"

"Conteste a mis preguntas".

"O... "

"No hay necesidad de un “ O”, paciente. Sólo has tu trabajo, contesta a mis pregunta y estarás bien".

"¿Uh, Un tipo duro y fuerte, ¿no? Sabe, Doctor, creo que..."


Mis manos cubrieron mi boca cuando oí el sonido del zap. Reconocí ese sonido al instante. Pertenecía a las armas de electrochoques. ¿Qué carajo? ¿Por qué le disparó? Yulia no gritó, pero yo sabía que le había causado daño.

"No es Doc, paciente. Tampoco es Doctor. Es Doctor Pavlov, ¿Lo entiende?"


Tragué saliva, sintiendo lagrimas silenciosas brotar de mis ojos cuando Yulia contestó. Sí, Doctor Pavlov".


Detuve la cinta, ya no quería escuchar más . No estaba en condición de escuchar a ese cabrón abusivo. Y no me importaba lo que dijo Irina ... Yo nunca, NUNCA, sería como él. Aquellos internos podrían ser criminales, pero todavía debían tener derechos humanos básicos. Las descargas eléctricas eran tan patéticas. Como podrían ser capaz de electrocutarla sólo porque lo llamó Doc, era ridículo. ¿Yulia siempre tuvo ese tipo de doctor abusivo? ¿Cuántas veces la torturaron? - Porque eso, es lo que eran las descargas, torturas - tan comunes en el Asilo. No me sorprende que lo odiara tanto. Nada difícil de entender que ella lo quisiera matar. Ahora entiendo porque Yulia y Masha lo odiaban. ¡Acabo de escuchar solo UNA, sesión con él, e imaginar tener miles de ellas con este hombre recibiendo el castigo cada vez sin excepción … ¡Maldición, es un milagro que Yulia no matara a ese bastardo!


¡Mierda, no puedo creer que fuera tan malo! Durante todo este tiempo.... Todo este maldito tiempo…... ¡He estado tratando de defenderlo, viendo por él, porque es mayor y con más experiencia que yo … pero era sólo un cerdo sádico asqueroso!

"De todos los doctores que he tenido, francamente pensé que serías diferente. Pero no. Eres igual que todos los demás"

Esas palabras nunca dolerían tanto…… Nunca dolerían tanto, como yo acusándola a ella, ni dolerían tanto, como yo, ignorando sus comentarios sobre el Dr. Pavlov.

Me sentía asfixiada, mi pecho quemaba y mis ojos no podían sostener las lágrimas por más tiempo. Tenia que salir de la oficina, sólo para tener un poco de aire fresco. ¡Dios!, ¿Qué estaba mal con este este lugar? ¿Acaso no podían ver que todas esas acciones los hacían peor? ¿Cómo podía el Asilo esperar que los residentes se comportaran correctamente, cuando todo el mundo aquí, no tenía ni un gramo de pudor, en primer lugar?

Mis ojos se abrieron, cuando a través de las ventanas, vi una silueta en el patio. El uniforme naranja, descalza, con los brazos abiertos ampliamente… - ¿Yulia? - Salió de mi boca. Mi corazón latió más rápido cuando mi cerebro reconoció a la persona. ¿Qué demonios estaba haciendo allí, bajo la lluvia ? ¿Estaba loca? .Cuando los días están soleados y brillantes, decide quedarse dentro, pero cuándo el clima está lluvioso como la mierda decide salir. Qué carajo.

Claramente le daba jodidamente igual, dado por la expresión en su rostro. Ella, estaba sonriendo mientras giraba sobre sus talones, sintiendo las gotas de agua caer sobre su rostro. No se veía como una felicidad surgida de una alegría, si no de tranquilidad. Es como el tipo de sentimiento que se siente al final del día, después de ir a una cafetería para reunirse con sus amigos. Puede que no parezca mucho, pero la verdad, para una persona como Yulia y en un lugar como este, después de todo lo que ha pasado, es probablemente lo más feliz que se podía conseguir.

El recuerdo de lo que había escuchado en mi oficina se hizo presente y mi comodidad repentina, desapareció a la velocidad de la luz. Apreté mis puños enojada con el Dr. Pavlov por como la había tratado; enojada con cada uno aquí, por todo lo que le habían hecho. ¿Cómo pudieron hacer eso? ¿Cómo pudieron herirla tanto?

Tomé el ascensor y sin pensarlo dos veces, dejé el edificio. Mi ropa se hizo más pesada por la tela, ahora mojada.

- ¡Yulia! - Grité, para atraer su atención - ¿Qué estás haciendo aquí? - Ella giró la cabeza hacia mi y colocó su mano izquierda en su oído, indicando que no podía escuchar nada - ¿Qué estás haciendo aquí? - Dije más fuerte pero ella no contestó. Suspiré, comencé a caminar, con la mano sobre mi cabeza, acortando la distancia hacia ella - Te pregunté ¿Qué estás haciendo aquí...

Sonrió ampliamente - Disfrutando del clima - Mi cuerpo se estremeció. ¿Su voz siempre ha sido tan ronca?

- ¡Esto es un torrencial! - Se rio alegremente.

- Sí lo es - Cerró sus ojos, dejando correr la lluvia sobre su rostro. Mis ojos siguieron las gotas de agua que se extendían sobre su frente, el puente de su nariz y me atrajo, al llegar a sus pequeños labios. ¿Siempre habían sido tan besables?

- Podrías coger un resfriado - Había una sonrisa en la comisura de sus labios - ¿No te importa, verdad? - Le pregunté al ver su despreocupada expresión.

- ¡Nop! - Dijo sonriendo aún más. Pasaron par de segundos en silencio hasta que ella lo rompió - No se tiene que quedar, Doc - Mire hacia mis pies un poco incómoda - Podría coger un resfriado.

- Está bien, no me importa.

- ¿De verdad?

- Sí.

- ¿Entonces por qué se cubre la cabeza? - Sentí mis mejillas sonrojarse. Ni siquiera sabía por qué estaba haciendo esto. Ya estaba empapaba de todas formas, ¿Cuál era el punto de cubrir la parte superior de mi cabeza?

- Ni siquiera.. yo...lo sé - Dije bajando mi mano. Ella resopló encontrándolo gracioso.

- Usted es extraña.

- No soy extraña.

- Porque ha venido hasta aquí...

- Quiero hablar contigo.

- ¿Bajo la lluvia?¿No podría esperar a que termine?

- No

- Ya ve. Usted es extraña - me rei

- ¿Por qué te gusta tanto la lluvia? - Le pregunté interesada.

- Soy una persona rota - Apreté mis puños con rabia - Y la lluvia lava los fragmentos que se desprendieron - Su respuesta hizo mi pecho arder.

- Lo siento - Mi voz salió como un susurro.

- ¿Qué es lo que siente?

- Escuché la cinta - Traté de decir. Abrió sus ojos, mirándome fijamente curiosa. ¿Siempre había tenido los ojos deliciosamente encantadores?

- ¿La cinta?

- Las sesiones con el Dr. Pavlov - Bajé mis ojos - Él solía... Él acostumbraba……. a t...torturarte … - Finalmente pronuncié, sintiéndome enferma.

- ¿Y por qué que te disculpas? No es tu culpa.

- YO...

- No eres como él. Eso es suficiente para mi, Doc.

- Dijiste que yo era igual... En aquel momento... en la UES … Tu dijiste...

- Que te comportabas como ellos - me corrigió - Pero tú no eres como ellos. No eres como él.

- Nunca lo seré - Le aseguré. Y sonrió ampliamente.

- La sociedad de personas rotas te lo agradecen - Dijo inclinándose ante mí con una pequeña reverencia. Mis mejillas ardieron al instante. Aunque era por diversión, era la primera vez que Yulia se inclinaba ante mí. Ella era diferente. Ella estaba libre de preocupaciones, alegre de alguna manera... ¿Era la lluvia la culpable? ¿Era parte de su verdadera personalidad? No lo sabía… pero era diferente, podía sentirlo. Y eso, me llenó de felicidad .

- Tú no estás rota - Dije calmada.

Ella sacudió su cabeza - Nah, Nena, no seas parcial - Sentí mi pecho quemarse de nuevo - Estoy rota, loca y mal.

- A veces … me pregunto si realmente eres una mala persona después de todo...- le dije sinceramente.

- No lo soy contigo...- Sonrió mostrando sus dientes de un manera traviesa y tonta. Mi corazón se agitó - Quiero decir, me traes gusanos de gomita ¿Por qué iba a compórtame como una loca contigo? - Se rio en voz baja.

- No lo sé - Dije en tono muy bajo, casi sin prestar atención a lo que estaba diciendo.

- ¿Me traerás más la próxima semana?

-¿Eh?

- Los gusanos de gomita… ¿Me vas a dar más la semana que viene? - Sus labios tenían un color rosáceo claro y todo lo que podía hacer era preguntarme ¿Cómo sabría al probarlos?. En un instante sentí mi boca seca. ¿Cómo era posible? Estaba lloviendo … - ¿Estas bien, Nena?

- Sí...

- ¿Hm, Doc?

- Sí...

- Mis ojos están aquí arriba - Desvié con rapidez mi mirada, lejos de sus labios sintiendo tal vergüenza.

- Lo siento - Estaba de vuelta a la realidad. No había notado lo cerca que estaba, mi cuerpo completamente girado hacia ella, frente a ella. Tragué saliva completamente sonrojada por lo que me estaba pasando.

- Entonces … ¿Gusanos de gomita la próxima semana? - Preguntó con esperanza. ¿Cómo podría decirle que no?

- Gusanos de gomita la próxima semana - Asentí.

- ¿Del mismo tamaño? - Trató de negociar.

- Del mismo tamaño.

- Ves… ¿Cómo podría portarme mal y loca contigo? - Preguntó en tono de broma.

- ¡Bueno, te estás comportando como una loca temporal, al mantenerte tanto tiempo bajo la lluvia! - Se rio, provocando que mi interior se sintiera difuso.

- Te dije que no era necesario quedarse. Fue tu elección estar aquí.

- Y fue tu elección, estar aquí con este frío también. ¡Y esa es una elección de locos!

- Yo no tengo frío - Negó con la cabeza. Necesité solo un par de segundos, para darme cuenta que yo tampoco tenía frío. Había una agradable sensación de calor dentro de mí, que se mantenía calentándome, como cuando comes un tazón de chocolate caliente en una noche fría; la sensación de calor se queda allí y te hace sentir bien.

- Yo tampoco.

- ¿Entonces, por qué te quejas? - Preguntó a empujándome ligeramente a un lado. Me reí ante su acción.

- No me estoy quejando. Soló estoy afirmando, que estar bajo esta lluvia es de locos. Nadie más está haciendo lo mismo.

- Tú lo estás - Parpadeé - Tú estás tan loca como lo estoy yo - Sonrió.

- Solo te estoy acompañando. No estoy loca - Ahora se rio. La sensación de calor apenas consiguió elevarse un grado más dentro de mi.

- Eres la única doctora, lo bastante loca para darme caramelos; compañía y cuidado apropiado. Eso es una locura, Doc. La diferencia entre tu y yo … es que yo, estoy rota y loca. Tú, solo estás loca.

- ¿Qué te pasó? - Le pregunté preocupada - ¿Qué te llevó a ser una chica rota y loca?

- Bueno, Doc, digamos que un vez, tuve un muy mal día.

- ¿En serio? - ¿Eso era todo? ¿Un mal día la hizo ser así? ¿Qué pudo haber pasado con ella? ¿De alguna manera ese mal día, implicaba a ese tal Domen?

- Sí, ya sabe, las formas en que la señora vida se encargó de hacerme calzón chino. Supongo que la hice reír un rato.

- Lo siento mucho - Dije bajando mi mirada - Por todo lo que te ha pasado … y por como él Dr. Pavlov te trató … –  y tal vez todos los otros doctores antes que él – de verdad lo siento mucho.

- Está bien. No es tu culpa - Respondió de nuevo. Sé que no era, ni fue mi culpa, pero tenía que demostrarle de alguna manera que me importaba. De verdad me preocupo por ella y mis otros pacientes aquí. Yulia siendo mi favorita, simplemente me hizo ser más sensible hacia ella pero, esto también se debía a que no podía verla como una persona mala en sí. Yo era consciente de que mató personas y teniendo en cuenta cómo lo hizo con Katya. Mataba a las personas de formas brutales y eso no era perdonable después de todo … pero yo, todavía no podía ver esa crueldad en ella. Son momentos como este, que me hacían preguntarme si ella en verdad merecia estar en un lugar como este.

Mis sentidos volvieron al oír las bocinas, aquel sonido indicando que su tiempo de recreación había terminado. Me sentí un poco triste por dentro.

- Supongo, que es tiempo de irse - Le expresé, no exactamente ocultando mi decepción - Nos vemos después, Yulia.

- ¡Eh!,¿ Doc? - Me llamó.

- ¿Sí?

- ¿Puedo usar las duchas del Centro Médico? - Retorció sus labios esperando mi respuesta.

Levanté mis hombros - No veo ningún problema con eso - Se dibujó una sonrisa en su rostro y juntas caminamos al edificio médico.

- ¿Esto debe ser una maldita broma? - Tan pronto como entramos al edificio, un oficial de la prisión se quejó, haciéndonos detenernos de golpe - ¿No ve el lío que está haciendo? ¡Y a ella no le permito la entrada aquí, tienes que volver a tu celda!

- Ella tiene que usar las duchas... - Le expliqué. Bueno, para ser honesta, yo también lo necesitaba.

- Ella puede usar las duchas en la Penitenciaría. Las duchas en esta instalación son para los oficiales y doctores, únicamente.

- Pero las duchas en la Penitenciaría están sucias y llenas de internos - Ella, acentuó con una mueca - Además, el agua está jodidamente fría, siento como si me duchara en el Polo Norte.

- ¿Y cree que me importa una mierda? - El hombre llenó su pecho y la afrontó mirándola con rabia - ¿Crees que esto es complejo de 5 estrellas? ¡Vuelva a tu puta celda y toma tu maldita ducha helada, reclusa!

- Oficial, por favor, sólo por esta vez - Intenté negociar con él.

- ¿No se avergüenza de usted misma, Doctora? - Preguntó, y yo fruncí el ceño confundida.

- ¿Por qué estaría avergonzada de mí?

- ¿Jugando bajo la lluvia junto a la reclusa?

- No jugaba bajo la lluvia… y la residente resulta ser mi paciente también. Es mi responsabilidad.

- ¿Limpia su mierda también?

- ¿Qué? Yo sólo...

- Limpiaré el lugar - Soltó ella de repente. Ambos la miramos - Si me dejas usar las duchas, voy a limpiar el lugar. El edificio entero.

- ¿Cada corredor y cada rincón? - Él levantó una de sus cejas.

- Cada corredor y cada rincón - Confirmó. No creo que esto fuera una buena idea. Sobre todo, porque vi una sonrisa en la cara del hombre que no pareció amable en absoluto.

- Muy bien, reclusa. Ve a tomar tu maldita ducha y limpia toda la mierda de este edificio.

Después de que ella terminó de ducharse, le dieron una camiseta negra seca y pantalones naranjas, ya que su uniforme todavía estaba en la lavandería.

Sabía que esto no era una buena idea.

Debido a que Yulia prometió limpiar todo el desorden en este edificio, cada oficial del lugar utilizó este pretexto, para ensuciar el suelo a fin de hacerla limpiar todo, otra vez. Realmente me dolía verlos maltratándola, pero no me podía oponer a un oficial delante de tantos otros oficiales. Sin poder hacer nada y a fin de evitar enojarme con ellos, cobardemente, dejé a Yulia sola y regresé a mi oficina.


Suspiré, sintiéndome agotada. Mis ojos miraron la caja que contenía sus sesiones grabadas con el Dr. Pavlov. Mis puños se apretaron con rabia. Ese bastardo de mierda.

Saqué la cinta de la máquina y la devolví al montón de cintas en la caja. La levanté y la llevé al almacén. Ya no estaba interesada en lo que hacia ese cabrón. Apenas podía oir su voz y no enojarme.

Una vez que llegué al sótano sabía que estaba en problemas. La expresión de Irina era áspera y tenía los brazos cruzados bajo el pecho.

- ¿Algo va mal? - Pregunté tímidamente.

- Está jugando con fuego, Doctora Katina.

- ¿Qué?

- Ya sé que estuvo jugando con ella bajo la lluvia.

- ¡Oh por el amor de Dios! No estaba jugando bajo la lluvia! - pronuncié enojada. Todo estaba empezando a molestarme. ¡El Dr. Pavlov, Irina, Boris Putin, aquellos oficiales! ¡Joder, todo lo que hacen es meter sus narices en asuntos que no entienden! - ¡Ella estaba jodidamente loca, al estar bajo esa lluvia de mierda y sólo queria saber, cual demonios era su problema! ¡Yo no estaba jugando, no perdía mi tiempo! ¡Estaba haciendo mi maldito trabajo de mierda! - Escupí las palabras, lanzando la caja de cintas encima de su escritorio.

- ¡No es su trabajo ser amiga de una reclusa! - me respondió con dureza

- ¡Y no es tu trabajo meter la nariz en los archivos de los residentes! ¡No es su trabajo escuchar esas cintas y pretender que lo sabes todo sobre ellos, porque no lo haces! ¡Tú, no estás en posición de decirme cómo debo hacer mi trabajo de mierda! ¡No puedes apuntarme, a mí y llamarme inmoral cuando tu tampoco lo eres en absoluto!

- Es la última vez que se lo advierto, Doctora - Soltó determinante. Fruncí el ceño confundida. ¿Qué se supone que significa eso? - Su relación con Volkova, no es sólo una relación normal de Doctor-Paciente ……

- Sólo porque soy amable con ella, no significa que nuestra relación de Doctor-Paciente sea...

- Última advertencia...- añadió con rapidez, interrumpiendo. ¿Eso era una amenaza? ¿Me puede despedir? Tomó la llave para abrir la puerta detrás de ella. - Aléjate de esa reclusa.

- O...

- No hay necesidad de un  "O", Doctora. Sólo haga su trabajo de mierda y aléjese de ella.

Apreté mis puños con rabia. Sin más palabras, dejé ese jodido lugar.

Me llené aún más de rabia cuando encontré a Yulia en el pasillo de la planta baja. ¡Planta baja! ¡Todavía limpiaba la planta baja!

Y su ropa, que mantenía seca, rápidamente se mojó cuando el oficial Troy le lanzó un balde de agua helada.

Solo hace un momento ella acaba de salir de su ducha, limpia y seca, sólo para ser mojada otra vez, debido a una estúpida broma. No se quejó, ni dijo nada. Mis puños se apretaron con más fuerza.

Mierda.

A la mierda el Dr. Pavlov.

A la mierda Irina y su amenazas.

A la mierda el Asilo y su comportamiento de mierda.

No caeré tan bajo como ellos. ¡Ayudaré a Yulia! ¡Voy ayudarle a limpiar sus fragmentos desprendidos! Soy su doctora y no dejaré que aquella gente la rompa más de lo que ya se rompió. Ya había tenido su ‘mal día’ y no necesitaba otro.
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Mensaje por mary 8/17/2018, 7:19 am

Ay que coraje me dara bilis en la bilis pfff buen capito gracias por subirlo

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Mensaje por Fati20 8/19/2018, 1:28 am

Que rabia con todos dos metidos que no dejan a lena en paz q haga su trabajo y no deje q la traten como basura. Ojalá la ayude a escapar de allí y su amor pueda florecer. Espero subas por ti más espero muy muy ansiosa
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 8/20/2018, 8:29 pm

Hola chicas, feliz día lunes para todas Una vez más, llevándoles más capítulos de esta encantadora historia. Qué les parece la trama?? A mi me parece algo genial por como Lena trata de hacer todo lo que esté a su alcance para sanar a Yulia quien a su vez, no creo que esté tan loca como muchos en el Asilo piensan. Qué opinan ustedes??

A leer!


CAPITULO 11: EL QUIEBRE



Mi corazón se hundió en mi pecho al verla apoyarse contra la pared. Se enroscó alrededor de sus rodillas, mojadas y cansadas. Tenía la cabeza hundida entre sus piernas y si no la conociera un poco, diría que estaba llorando en silencio. No me importa ni una pequeña mierda lo que Irina pensara de mí. Me acerqué hasta sus pies, me arrodillé delante de ella y con una toalla prestada de las duchas, la coloqué en sus hombros.

Ella levantó su cabeza y vi sus grandes ojos azules, brillando agradecidamente. Con uno de los lados de la toalla, limpié suavemente su rostro. Cerró sus ojos y levantó su barbilla, dejando reposar su cabeza contra la pared. En un silencio completamente cómodo, mis manos se movieron junto a la toalla, secando sus mejillas, barbilla, frente, oídos y la parte superior de su cabeza.

- No te vayas - La oí decir en voz baja, amortiguada por la toalla en su rostro.

La miré - ¿A dónde?

- Lejos - Mi corazón se aceleró de golpe.

- ¿Por qué iba a irme? - Le pregunté tratando de consolarla, pero siendo sincera, estaba comenzando a romperme por dentro. Yo sabía que estaba a sólo un paso de estar en problemas. A pesar de atreverme a desafiar la palabra de Irina y al propio Asilo, sabía que el Dr. Putin tenía el poder para despedirme, si supiera que Yulia es mi paciente favorita. Y dudo que lo que hago ahora, vaya a ser pasado por alto por él, o cualquier otra persona de aquí.

Alzó los hombros como diciendo "No lo sé" - Solo, no… te vayas.

- No lo haré - Sentí mis ojos arder nada mas contestar. Ella era vulnerable. De nuevo. Justo como la vi en la UES, era tan vulnerable como esa vez. Solo hizo que corazón se rompiera - No me marcharé.

Asintió con la cabeza, cerrando sus ojos otra vez - Gracias, Doctora Katina.

- Puedes llamarme Doc - Le aconsejé con rapidez. Me regaló una sonrisa, aunque era muy lejos de ser la sonrisa que vi cuando estaba bajo la lluvia.

- Sé que puedo llamarte Doc. Incluso hasta puedo llamarte Lena Intensa - Reí.

- Sí, sí que puedes.

- Gracias, Doc -  Agradeció de forma cortés.

- Te tienes que cambiar de ropa - Sabía que si se quedaba con la ropa mojada, cogería un resfriado.

- No puedo.

- Por qué, no?.

- Los internos sólo tenemos un cambio de ropa. Por eso me tiraron agua encima. No tengo otra de repuesto, así que me tengo que quedar con esta, hasta que mi uniforme esté completamente seco.

- ¡Que cabrones! - Maldije molesta. Sus ojos aún estaban cerrados, y en un vano intento de por lo menos secar un poco su ropa, presioné la toalla contra su camisa y pantalones. Se mantenía descalza, así que con la toalla, limpié sus pies y sus dedos al mismo tiempo, pero de un momento a otro, me detuvo cuando limpiaba su tobillo derecho.

“¿Cuántas cicatrices tiene, Srta. Volkova?”

“Cuatro. Tengo una justo encima de mi tobillo derecho cuando me caí del escenario...”


Tragué saliva, sintiéndome terriblemente incómoda. ¡Ella tiene una cicatriz encima de su tobillo derecho! ¿Qué carajo? ¿Era verdad? ¿Decía la verdad? ¿Tiene cuatro cicatrices? Mis ojos comenzaron a arder y mi corazón a doler. Aspiré, sintiendo mi nariz líquida.

- ¿Estás bien, Doc? - Preguntó al oírme aspirar.

- Yo... - Dios, cuanto lo sentía - Yo lo siento.

- ¿Por qué se disculpa?

- Yo.. yo no te creí - respondí, sintiéndome enferma - Tú me constaste... que tenías una cicatriz encima de tu tobillo derecho… y no te creí.

- Por supuesto no lo hiciste, por eso lo dije - Parpadeé.

- ¿Qué?

- Estabas tan convencida de que soy un mentirosa, que si te contaba una historia verdadera, seguirías creyendo que es una...

- Mentira - Terminé recordando lo que me dijo en nuestra primera sesión.

- ¿Ves? Tenía razón. No se puede saber cuándo estoy mintiendo o cuando estoy diciendo la verdad - Sonrió con satisfacción, mostrando su lado pretencioso de nuevo. Ha pasado un tiempo desde que vi por última vez aquel gesto.

- ¿Es verdad entonces? ¿Cuatro cicatrices? - Pregunté curiosa

- En cierto nivel, sí.

Fruncí el ceño confundida - ¿En cierto nivel? ¿Entonces no son literalmente cicatrices?

- Oh, no, si que lo son. Son ese tipo de cicatrices que nunca puedes olvidar. Profundas, enterradas en tu alma hasta el día en que mueras.

Cicatrices emocionales. Bueno, algo muy profundo pasó con ella. Algo tan extremo que la hizo perderse. Que hacía que todo le importara un carajo - Soy el tipo de persona que siempre está cavando en sus cicatrices, ya sabe - Bien, sí eso es cierto, entonces de alguna manera cada vez que se acuerda de esas cicatrices ella se vuelve vulnerable.

Ella estaba tan feliz bajo aquella lluvia. Recordé sus palabras "Soy una persona rota. Y la lluvia lava los fragmentos que se desprendieron”

- Tú, mal día... - Comencé - ¿No sucedió cuando estaba lloviendo, verdad? - Pregunté suavemente.

Levantó la vista al techo - No. Estaba soleado, caliente y sudoroso. Es curioso cómo las películas te engañan.

- Lo siento.

Rió bastante divertida - Hoy te sientes mal por tantas cosas …

- Yo...

- No es tu culpa, Doc - Negó con la cabeza.

- Lo sé, pero...

- Estoy bien - Me aseguró con una débil sonrisa. Sabía que no lo estaba. Fuera lo que fuera lo que le había pasado, aun la seguía atormentándo hasta este día - Gracias por preocuparse por mí, Doctora.

- Por supuesto que me preocupo por ti - Pronuncié consolándola - Siempre voy a cuidar de ti - Noté que sus ojos se abrieron con sorpresa. Y rápidamente se obstruyeron con lágrimas, destruyéndome por dentro. ¿Estaba a punto de llorar? ¿Yulia, la bromista sarcástica estaría consiente de que iba a llorar en frente de mí? - ¿Y...Yulia? - Sus lágrimas fácilmente brotaron de sus ojos. Me sentí tan incómoda - ¿Q...qué es lo que va mal? - No recibí respuesta. Sus lágrimas simplemente corrían libremente por su rostro. Supongo que había algo que desencadenó sus emociones. Mi corazón estaba tan roto, que solo quería abrazarla. Y sin perder más el tiempo, lo hice. Su expresión cambió drásticamente por mi acto repentino. Intentando hacerla sentir mejor, coloqué su cabeza sobre mi pecho y mis manos acariciaron las mechas oscuras de su cabello - H...hey … Está bien … Está bien...- Dije suavemente, tratando de calmarla. Mis manos sobre su cabeza intentaron consolarla, por cualquiera que fuera el motivo que desencadenó su estado actual - Está bien … Todo está bien...

- Por favor, no te vayas - Dijo con voz amortiguada contra mi pecho.

- No voy a irme - Mis ojos se obstruyeron por las lágrimas.

- Por favor, no te vayas... - repitió, pero esta vez, fue como una súplica. ¡Dios!, es lo más afligido que la he escuchado - No te vayas … Por favor... No otra vez...

¿Otra vez? ¡Nunca me fui en primer lugar! - Estoy aquí. Está bien … estoy aquí - Sentí mis lágrimas caer por mi rostro - No voy a irme. No iré a ninguna parte.

- No…… me mientas......

Mi corazón se retorció - ¡No te estoy mintiendo! ¿Alguna vez te he mentido?

- Todo el mundo miente - Noté su voz ronca. Y los mocos de su nariz contra mi ropa. Y fue en ese momento, cuando me di cuenta que había algo más sucediendo con ella, porque de todas las personas que lloran con sentimiento, Yulia sería la última que lo haría, apostaría mi vida - Todo el mundo me miente...

- Y...Yulia...

- Por favor... no lo hagas.

- Está bien…Está bien. No me iré, te lo prometo - Oí su aspiración. Mi mano acarició su espalda - Está bien...

- ¿Doc? - Suspiró.

- Sí...

- Las cicatrices …. ellas…duelen - Estoy jodidamente perdida. Dios ayudame. Era su doctora, tenía que apoyarla. Pero allí estaba yo, completamente destrozada.

- Lo sé … - susurré. Mi voz se extinguió, no podía hablar correctamente, ya no - Lo sé.

- Por favor, haz que pare.

¿Y cómo se hacía eso? ¡Qué doctora tan de mierda eres, Lena!

- Yo …

- Por favor, haz que pare.

- Yo... yo, no sé qué pasó contigo… Yo... no sé qué significan esas cicatrices...- Respondí torpemente, sintiendo más lagrimas correr por mi rostro - Pero a veces … si lloras sintiendo el dolor, resulta ser la mejor medicina. Sé que duele … pero vamos … déjalo salir. Sólo llora. Te hará sentir mejor - Intenté razonar con ella. Y ella volvió a aspirar.

- Por favor … no … te vayas. No... me dejes sola.

- No lo haré - Limpié mi rostro con la manga de mi ropa, y al levantar la mirada, sentí mi corazón hundirse completamente, notando el grupo de oficiales y doctores alrededor de nosotras. Nastya y Bárbara me miraban con expresión compasiva, mientras Tanya tenía una expresión muy chocante en su rostro. No sabía que sentir ni tampoco que hacer.

- Yo... - Mi voz murió.

- Lo siento, Doctora Katina - El oficial Fyodor Kuznetsov pronunció en tono bajó. Luego tiró de Yulia lejos de mí. Negué con la cabeza. Ella gimió y lo rechazó o lo intentó, pero era más fuerte que ella - Vamos, Volkova, ayúdate a ti misma - Esta vez su voz salió un poco diferente de cuando solía decirle que se callara. Ella bajó su cabeza, haciendo todo lo posible para que su oscuro cabello cubriera su rostro. Respiró profundo y deliberadamente colocó las manos detrás de su espalda, a la espera de ser esposada.

¿Por qué la esposan? ¿Qué fue lo que hizo mal?


Después de que las esposas fueron cerradas, la levantó y comenzó a caminar tranquilamente con el oficial Fyodor a un lado, su cabeza siempre abajo. Aun podía oír su aspiración.

- ¿Qué fue lo que hizo mal? - Pregunté, inconsciente de toda la gente que me rodeaba.

- Ella no puede quedarse aquí - Bárbara me contestó suavemente - No puede estar fuera de su celda durante todo el día. Va contra las reglas retener a un recluso durante tanto tiempo.

- Pero … ella tenía que limpiar el edificio. Cada pasillo y cada rincón - Les dije, emocionalmente destruida por lo sucedido.

- Tenemos al personal de limpieza para eso.

- P...pero...

- Lena... - Nastya me llamó, obteniendo mi atención. Se puso de rodillas mirándome fijamente a los ojos - Creo que es mejor si te vas a casa.

- P...pero...

- Vete a tu casa. Descansa - Aconsejó. No quería irme a casa. Quería ayudar a Yulia. Claramente necesitaba ayuda... pero sabía que no me dejarían verla. Aspire y exhalé, sintiendo el dolor presente en mi corazón. Nastya se levantó del suelo y me ofreció su mano para ayudarme - ¿Necesitas que te acompañe?

La miré - Te puedo llevar a tu casa - Dijo suavemente. Yo no creía que fuera mentalmente estable para conducir de todas formas. Asentí, aceptando el gesto de gratitud.

- Gracias.

- Vamos.

Bajé la cabeza mirando mis pies y comencé a seguirla. Mi mente en realidad nunca dejó de pensar en Yulia.

Durante la mayor parte del camino de regreso a mi casa, Nastya y yo estuvimos en silencio. Sabía que quería decirme algo, pero fuera lo que fuera, nunca menciona nada. De vez en cuando, al ponerse la luz roja, me preguntaba - ¿Estás bien? - Y yo solo asentía.

Nunca me sentí tan descolocada en toda mi vida. Gran parte de esto se debía al quiebre de Yulia, la otra parte, era debido a los oficiales y doctores que atestiguaron lo que pasó. Las palabras viajarían rápidamente a Irina, el Dr. Putin y entonces...

- ¿Voy a ser despedida? - Repentinamente pregunté, después de ponerse una de aquellas luces rojas. Por favor, no. Dios, no. Le prometí que no me marcharía.

- No es decisión mía - ¿Eso era un sí? ¿O un no? Era tan vago - Sólo para que lo sepas, creo que eres una gran doctora - La miré. Meses atrás estaría orgullosa, ahora, estaba sólo allí, escuchando y esperando que pudiera mantener mi trabajo.

- Ella necesita ayuda, Nastya - Mi voz se quebró otra vez.

- Lo sé... - Suspiró compasiva. Yo tragué saliva, sintiendo mi corazón aun doler.

- Ella está... tan herida... y sola... y...

- Lena... - Me llamó y miró. Mi rostro hinchado por todo el llanto - Es peligroso pensar de esa forma.

-¿Qué?

- Si piensas de esa forma … que está sola y herida … todas las cosas malas que ha hecho ella, serán pasadas por alto, por ti - Miré hacia abajo - La sensación que la rodearía a ella, sería la compasión… y no puedes sentir eso por los residentes. Tienes que recordar que sólo es tu paciente. Los asuntos personales no pueden interferir con su diagnóstico, sin mencionar, su tratamiento.

- Necesita ayuda - Volví a repetir, mirando hacia otro lado, sin apenas escucharla lo que me decía. Estaba cansada. Emocionalmente agotada - Ella necesita mi ayuda - Cerré mis ojos, dejando una lágrima repentina salir.

- Bien, de todas las personas, de verdad creo que eres la única capaz de hacerlo - Me felicitó - Nunca la había visto comportarse de esa manera … eso fue muy … intenso - Sí, lo fue - Y desde el fondo de mi corazón, realmente deseo que no seas despedida. Eres una buena doctora … - Repitió tratando de hacerme sentir mejor - Además, si eres despedida, creo que eso dejaría a Volkova devastada.

Los mocos comenzaron a gotear de mi nariz. Dios, por favor, no, no lo hagas Boris Putin, no me despidas. Cualquier cosa excepto eso. Por favor. No me puedo ir. Se lo prometí. No era una mentirosa. No podía ser una mentirosa con ella.

No sabía si era por todo el agotamiento mental, todas aquellas noches sin dormir o por todas los lágrimas, pero no me tomó mucho tiempo dormir, una vez que llegué a casa. Mi cama nunca fue tan atractiva y las sabanas nunca fueron más cálidas. Y sólo deseaba que Yulia tuviera lo mismo.


~~*~~

Mi corazón latía cada vez más rápido y más rápido camino hacia al Asilo. No tuve ni idea de lo que iba a pasar conmigo. Pero una cosa estaba segura.

Todo el mundo, ahora era consciente de lo que sucedió el día anterior.

A todas partes donde pasaba, conseguía miradas fijas de otros doctores y oficiales. Era oficialmente conocida por todos como la Doctora de Yulia Volkova. Quiero decir, no es que sea totalmente malo, pero era más cómodo cuando no sabían eso. Nastya, Melania y Bárbara evitaron hablar sobre el tema, considerándome de alguna manera. Lo que no era extraño, fue pasar por un pasillo y notar a los oficiales susurrando cosas el uno al otro.

Ya estaba convencida de que me despedirían y que el sábado iba a ser mi último día. Así que, conforme las horas iban pasando y el Dr. Putin no me llamaba para hablar con él en su oficina, me angustiaba cada vez más. ¿Por qué se estaba tardando tanto tiempo? ¿Qué está pasando? Sé que es consciente de lo que pasó. No hay modo que no lo sepa.

Tal vez Nastya hablo con él y lo convenció para dejar que me quede. No lo sé. En mi cabeza, no cabia la idea de que el Dr. Putín me dejara quedarme fingiendo que no pasó nada . Sin embargo, como él no me había llamado ni nada, empecé a por lo menos, actuar como si todo estaba bien. Pasé junto al patio, no sorprendida en absoluto al no encontrarme a Yulia allí. Ni siquiera sabía por qué yo, estaba allí en primer lugar. Sabia y presentía que Yulia era la única paciente de Cuidados intensivos que no iba a estar fuera. Entonces, ¿Por qué estaba caminando por el jardín con una idea sin esperanza? ¿Acaso iba a encontrarla en su uniforme naranja haciendo bosquejos en su bloc de notas?

El impulso de visitarla y ver cómo estaba afrontando la situación, era demasiado fuerte, pero sabía que era mejor no hacerlo. Así que la lucha contra mis sentimientos internos, acabó de ir con la corriente; esperando a que el tiempo pasara.

Vi a Ángela en su tiempo de recreación, recordé que esta sería la última vez, que le daría sus últimos macarones que le debía. Pronto se acercó a hacerme plática - ¿Está bien, Doctora - Preguntó al ver mi expresión facial embotada. La cosa era… que yo le había dado macarones, con el fin de saber el nombre que detonaba la ira de Yulia, pero ahora no me parecía correcto lo que había hecho. Yulia comenzaba a decirme cosas. Estaba compartiendo conmigo, momentos que nunca compartió con otro doctores. Si Ángela me decía el nombre y hablaba con ella sobre esto, se daría cuenta que conseguí información con alguien más. Y eso, se siente como hacer trampa. No quería que Yulia se sintiera engañada.

- Estoy bien - Respondí, pero salió bastante falso.

- ¿Cómo está Yulia? - Sólo la mención repentina de su nombre, fue suficiente para tener una sensación de tristeza. ¿Cómo está? ¿Está durmiendo bien? ¿Cogió un resfriado después de tener por tanto tiempo su ropa mojada?

- No lo sé - Dije triste.

- Todo el mundo sabe lo que pasó - Apoyó su cuerpo contra la pared del edificio. Tragué saliva, incómoda - Fue una gran sorpresa para nosotros. ¿Quién iba a pensar que Yulia lloraría como un bebé? - Sus palabras me enfadaron demasiado. De alguna manera sonaba como si se estuviera burlando de ella.

- ¡No lloró como un bebé! - La defendí.

- Sí, lo hizo. Lloró como nunca antes, con mocos escurriendo de su nariz, ¿Sabe cuan penoso es eso? Probablemente está avergonzada de sí misma.

- Cierre la maldita boca - La callé enojada - ¡No sabes nada sobre ella! ¡No puedes simplemente burlarte de ella!

- No me estoy burlando, solo estoy afirmando que fue vergonzoso...

- ¿Es vergonzoso llorar?

- Es vergonzoso la forma como ella lloró. Ella mostró lo débil que es - Apreté los puños con tanta rabia. ¡Por supuesto que ella mostró su debilidad! Por todos aquellos oficiales y doctores que la maltrataron todos estos años, ¿Pues qué esperaban? Ni siquiera sé cómo Yulia puede manejarse en este lugar. Sentí mis ojos arder, retrocedí unos pasos y decidí dejarla sola - ¿Doctora?

- ¿Qué? - Me volví a ella, furiosa.

- ¿Quiere saber el nombre?

- A la mierda contigo y ese estúpido nombre - Escupí con dureza para luego desaparecer de su vista.

Fui a mi oficina y al cerrar la puerta, dejé salir todas las lágrimas que había estado reteniendo. Mi cuerpo se deslizó contra la puerta y nunca me sentí tan sofocada. Todo estaba tan mal … tan retorcido. Este lugar de mierda era de todo, excepto un hospital. Después de todo, ellos no trataban a los pacientes, solo los domaban. Y la forma en que lo hacían, era tan… horrible.

Masha no pertenece aquí. La pobre chica, tenía el mismo trato por parte de todos los oficiales y ni siquiera estaba cerca de ser peligrosa. Sí, era una traficante de drogas, pero seguro pertenecía a una penitenciaría ordinaria donde ella podría cumplir su condena y ser libre nuevamente, no en este infierno.

Y Darya, se suponía que debía tratarla siendo su doctora pero nunca vi a la chica. Ni siquiera sabía cómo era su aspecto porque nunca abandona la UES. ¿Por qué fue encerrada allí? ¿Por qué estaban haciendo esto, con ella?

Y Yulia … Sólo recordar cómo el Dr. Pavlov la trató, lo que le hizo, era tan retorcido. ¿Ella era tan pequeña y estaba tan rota, era tan difícil dejarla sola? ¿Era tan difícil hacer que todos ellos la dejaran en paz?

Aspiré y exhalé cuando oí un golpe en la puerta.

- ¿Lena?

Reconocí la voz de Nastya. Tragué saliva, limpiando mis lágrimas con mi manga. Poco a poco me levanté y abrí la puerta sin mirarla a los ojos.

- ¿Todo está bien?

Negué con la cabeza. Colocó una mano en mi hombro - ¿Quieres tomar un café conmigo? Estoy en mi tiempo de descanso ahora - No quería pero supongo que era mejor estar con Nastya que sola en esta habitación, llorando hasta que mis lágrimas se agotaran. Suspiré y murmuré un - Gracias.


Sorbí un poco de café, haciéndome sentir un poco más cálida. No llovía pero el día estaba nublado y frío, así que una taza de café me hizo sentirme un poco mejor.

- ¿Tu ya... hablaste con el Dr. Boris? - Le pregunté.

- ¿Sobre qué?

- Sobre… mí....

Ella negó con la cabeza - No creo que debas preocuparte por ello. De verdad que no creo que seas despedida.

- ¿En serio? - Mis ojos brillaron.

- La forma en la que ella lloraba... - Bajé mi mirada aun sintiéndome mal por ello - Fue muy extraño. Ningún otro interno se rompió de esa forma. Y nadie creería que una interna como Volkova, sería quien lo haría - Es curioso, cómo eso suena parecido a como lo mencionó Ángela - Desde un punto de vista médico, es fantástico. Tú conseguiste algo de ella, que sus demás doctores no lograron hacer. Los oficiales y doctores … están un tanto sorprendidos por como lo conseguiste.

- Yo... no se ni como lo conseguí - Declaré sincera. Mi comentario la hizo reír.

- Pero lo hiciste. Y sí, ahora cada persona de este lugar sabe que es tú paciente; cada persona sabe que le permitiste que usara las duchas; cada persona sabe que estuviste con ella bajo la lluvia … y cada persona sabe que es tu paciente favorita…….Y apuesto mi licencia médica, a que el Dr. Putin también lo sabe … Pero creo que a pesar de que se da cuenta que ella es tu favorita, es todavía mejor mantenerte a su alrededor, así que este silencio te da otra oportunidad.

Exhalé sumamente aliviada. Mis hombros nunca se sintieron tan ligeros. Nastya me mostró una sonrisa suave - Tú, tienes una conexión con ella. En mi opinión, si rompen esto, sería dar pasos hacia atrás - Bebió un sorbo de su café - Tal vez el Dr. Boris siente lo mismo - ¿Él? Dios, gracias...

- ¿Sabías... - Comencé - Sobre el Dr. Pavlov?

- ¿Qué quieres decir?

- Que solía… torturarla - Miré a otro lado.

- ¿Es enserio? - Asentí - Yo sabía que era … áspero, pero no sabes cuánto … lamento oír eso.

- ¿No te enoja ? - Pregunté - Ellos son tan malos… haciendo esa clase de cosas a los residentes...

- ¿En el Asilo? ¡Por supuesto que me enoja! - Soltó simplemente - Cada vez que los veo maltratar a uno de mis pacientes, todo lo que quiero hacer es golpearles la cara - Bien, al menos había alguien allí con quien podría contar - Aunque tengo que decirte, que siento que se meten más con Volkova que con otros residentes.

- Es porque la llevarán a la UES - Contesté. Frunció el ceño confundida - Si responde, se va directamente a la UES. Los oficiales se meten con ella porque saben que ella no se va a defender.

- Lo siento - Suspiré - La gente en posición de poder, a menudo hace cosas que normalmente no haría en un entorno diferente. Un lugar como este … seguramente saca lo peor de las personas. Pero no son personas malas en sí. A veces exageran, pero ya sabes, hacen lo que pueden para mantener a los internos bajo control. Es su trabajo. Y honestamente, debido a todo lo que sucede aquí, no creo que sean conveniente que ellos trabajen en cualquier otro ambiente que no sea este. El Dr. Ruslán tuvo que ir a terapia después de que se marchara.

- ¿Sé que es su trabajo … pero podrían ser un poco menos desagradables? - Me dio una sonrisa débil - Lo que hacen... sólo empeora todo. ¿Acaso no pueden ver eso?

- Sí que pueden - Asintió - Supongo que simplemente no les importa.

- Ella no es una mala persona, Nastya - Sacudí mi cabeza y Nastya pronto acarició mi mano - Lo sé … puedo sentirlo … en el fondo... no es mala. Ella no es una mala persona.

- Lena … hay una razón por la que no podemos intimar con nuestros pacientes. Sobre todo cuando son residentes en un Asilo como este… Todo el favoritismo nos hace tener mal juicio ...

- No voy tener mal juicio. Ninguna mala persona llora de esa manera.

- ¿Ninguna mala persona, mata a la gente rompiéndoles la cabeza contra las paredes, Lena? - Mis fosas nasales se dilataron.

- Estaba enojada y...

- Mira, no te estoy diciendo que Volkova sea el Mal en la Tierra, no lo es. Pero tampoco, está completamente bien. Ella no es una pobre alma desafortunada. Ella cometió errores, cometió crímenes y tiene que pagar por lo que hizo. El hecho de que ella lloró, no significa que sus delitos deben ser olvidados. Sé que es tu favorita, pero eres su doctora y debes permanecer neutral - Sé que ella tenía razón. Pero ¿Cómo podría ser neutral a su sufrimiento? ¿Cómo podía solamente quitármela de encima cuando ha sido lastimada y rota?

- Yo...

- Lena... - Puse mi atención en ella - Si deseas quedarte en este trabajo, necesitas demostrarle al Dr. Putin que no estás siendo imparcial. El hecho de que pasó por alto lo que pasó ayer, no significa que estés a salvo. Si te sigues volviendo más cercana a Volkova, serás despedida. Incluso, podías perder tú licencia médica. No corras el riesgo de perder tu carrera entera a causa de las lágrimas de una residente.

Apreté mis ojos sintiendo mi pecho quemarse como nunca antes - Yo sólo … quiero ayudarla.

- No vas a poder ayudarle si te pones en riesgo. ¿Le prometiste que no la abandonarías, recuerdas? ¡Entonces no lo hagas! Y la única forma en que puedes quedarte, es mostrarle al  Dr. Boris que no te estás acercando más a ella de lo que ya estás - Una lágrima silenciosa corrió por mi rostro. Asentí, sabiendo que tenía razón. Era afortunada que el Dr. Putin no me hubiera despedido. Tenía otra oportunidad aquí y tenía que procurar no estropearla. Yulia necesitaba ayuda, mi ayuda. Me necesitaba en este pozo negro. No podía dejarla sola aquí por nada del mundo, y más con todos esos oficiales maltratándola.

- No me volveré más cercana a ella - Sentí mi corazón retorcerse - No voy a ponerme en riesgo - Aseguré.


~~*~~

Mi corazón latía cada vez más rápido por la anticipación. Los minutos nunca fueron tan lentos. Estaba tan nerviosa por volverla a ver, que mis manos sostenían mechones de cabello tirando de ellos, a fin de darme fuerza. Fuerza para mirarla a los ojos una vez más; fuerza para comportarme solo como una doctora regular y fingir que no era tan importante para mí.

Al oír golpes en la puerta, miré al techo y exhalé demasiadas veces en tan sólo un segundo. El oficial Fyodor abrió la puerta y cuando ella entró, pareció que mi corazón dio un giro hacia atrás. Ni siquiera me miró. Tenía la cabeza hacia abajo, la cara cubierta por sus largos cabellos oscuros, se mantuvo en silencio cuando entró, como al sentarse en la silla frente a mí. Los oficiales dejaron el cuarto sin decir una palabra, simplemente inclinaron la cabeza como les era ya habitual.

Mis ojos se posaron en ella, mirándole de pies a cabeza, y nunca la vi tan... diferente como ahora. Nada de lo que veía en la persona que estaba sentada frente a mí me recordaba a la Yulia Volkova que conocía. Quiero decir, estaba allí, delante de mí con su uniforme naranja y sus manos esposadas en la parte delantera, pero eso, era lo único igual. Todo lo demás era diferente. Su postura era diferente; mientras que antes, por lo general se sentaba causalmente en la silla, ahora se sentó como si fuera una estudiante que tomaba una prueba. Sus hombros, que eran un poco más amplios de lo que era habitual en las niñas de su tamaño, parecían una talla más corta, inclinada hacia abajo, haciendo que su cabeza apenas colgara de ellos, casi sin vida.

No tenía palabras. Y lo mismo parecía ocurrir con ella, los minutos pasaban y ninguna de nosotras decía nada. Todo lo que quería hacer era abrazarla, consolarla, mostrarle que estaba allí para ella. Pero no lo hice.

- ¿Yulia? - La llamé, mi voz salió como un susurro - ¿Estás bien? - No contestó, su silencio me hizo sentir muy emocional - No estoy grabando esta sesión... - Suavemente le dije, con la intención de hacerla feliz . Pero no lo hizo.

No dijo ni una palabra.

- Por favor… ¿Habla conmigo?... -  Pregunté. Odiaba su vista tranquila. Sobre todo después de su crisis el otro día.

Ella torció sus labios, aun tranquila.

Caminé hacia ella, poniéndome de rodillas a su lado, coloqué varios de sus mechones de cabello detrás de su oreja para poder ver su rostro. Tragué saliva, siendo testigo de que sus ojos no tenían más, aquel brillo que los hacia ver tan deliciosamente encantadores. Estaban vacíos, tristes.

"Lloró como nunca antes, con mocos escurriendo de su nariz, ¿Sabe cuan penoso es eso? Probablemente está avergonzada en sí misma".


- No es vergonzoso - Pronuncié mirándola a los ojos - No es vergonzoso llorar.

"Ella mostró su debilidad".


- Tú no eres débil - Afirmé.

Sus ojos se posaron en los míos, su mirada era tan despiadadamente triste. ¡No quería que pensara, que lo que ella hizo fue vergonzoso, porque no lo había sido! No hay nada de vergonzoso en llorar. Sinceramente pienso que es una cosa buena. El llanto es un signo de emociones. Es un signo de un corazón. Sí, tenía un corazón, dañado y roto, pero lo tenía. Y es mejor un corazón quebrado, a no tener corazón en absoluto.

- No eres débil - Repetí.

No sabía en cuántas capas había escondido su personalidad, pero esta, era una de las más tristes, no era definitivamente mi favorita. Quería verla feliz otra vez, como cuando estábamos bajo la lluvia. Quería que ella confiara en mí, que se sintiera segura conmigo, que me contara sus historias, que me hiciera reír y hacerme sentirme bien.

- Di algo… cualquier cosa... - Le pedí otra vez, nunca antes me sentí tan miserable - Yulia...

- Lo siento... - Mis ojos se ampliaron cuando la oí pronunciar esas palabras - Hice una escena… fue ridículo - Bien, al menos estaba hablando.

- ¡No, no lo fue!

Suspiró - Sí, lo fue. ¡Ah carajo!, ¡Yo me perdí, joder! - Se habló así misma.

- No te avergüences de ti. No hay nada malo en eso - Dije rapidamente.

- Lloré como una niña.

- Yulia...

- Fue patético - Sentí mi corazón contraerse bruscamente.

- ¡No, no lo fue! Lo negué con rapidez - Es una cosa buena. Sólo muestra...

- Soy débil.

- ¡No eres débil!

- Soy débil.

- ¡No lo eres!

Suspiró, mostrando cansancio y tristeza.

- Estoy aquí … Yulia. Estoy aquí para ayudarte. Te prometí que no me marcharía, ¿cierto? Confía en mí. No me iré - Sus ojos se aligeraron un poco, miró fijamente mis ojos como si intentara alcanzar mi alma. Mi pulgar acarició su mejilla como un gesto de consuelo - Está bien llorar como lo hiciste. No eres débil. No es vergonzoso.

- Gracias, Doctora - Sonreí tímidamente y la abracé - Y gracias por los gusanos de gomita - Su voz fue amortiguada por mi ropa.

- Está bien - Contesté con rapidez - ¿Quieres uno? - Ella sólo asintió con la cabeza. Conseguí el bolso del suelo, saqué una gomita y coloqué el caramelo delante de su rostro y ella lo consiguió rápidamente con su boca. Sus ojos centellearon haciéndome sentir un poco mejor - Ve al jardín - Dije de repente, haciéndola parpadear confundida.

- ¿Ahora?

- No, quiero decir, siempre que puedas, ve al jardín.

- ¿Por qué?

- Es el único lugar que puedes ver, además de estas paredes. No es sano quedarte en tu celda todo el tiempo, tienes que ver a la gente.

- No me gusta la gente.

- Necesitas ver el sol.

- No me gusta el sol. Tengo la piel sensible.

Acaricié sus mejillas una vez más - No puedo ir a tu celda. No puedo mostrarle a nadie que eres mi amiga… El único lugar donde puedo ver si estás bien, es el jardín. Sé que los oficiales siguen molestándote, pero... por favor, no te quedes dentro todo el tiempo, no te hace ningún bien.

- Si lo hace. Puedo dibujar… y leer... y resolver los puzzles … es mejor que quedarme bajo el sol sudando como un cerdo con los guardias llamándome basura - Le di una mirada triste.

- Mañana entonces - Traté de negociar - Ve al jardín, mañana...

- Y a cambio que me darás...

Coloqué otro gusano de gomita delante de ella - Oh oh!, ¿Comprándome con dulces… ¿Hasta dónde piensa llagar, Doc? - Su sencillo comentario hizo que todos los vellos de mi cuerpo se erizaran. Ella sonrió con satisfacción y comenzó a mascar la jalea.

- Yo sólo... quiero verte...

- Me ves cada semana… ¿No es suficiente? - No, no lo es. Cuento los días hasta el lunes a la espera de encontrarte otra vez.

- Estoy preocupada.

- Te preocupas demasiado - Se encogió de hombros - Además, después de mi... - Su nariz se arrugó y sabía que estaba enojada consigo misma - Desglose patético, los oficiales me señalan y se ríen en mi cara.

Suspiré, sintiéndome derrotada. Bien, es su decisión dejar o no la unidad, así que, si quiere pasar sus días en su celda pequeña y oscura, no podía hacer mucho - Francamente creo que deberías salir de vez en cuando. No tienes que dirigirte a los residentes. Y no es como si ellos van hablar contigo de todas formas... - Rió entre dientes - Sólo quiero asegurarme que estés bien...

- Estoy bien - Contestó sonriendo. Sin embargo, todavía me preocupaba por ella. Sentía inseguridad por su dosis y no sólo eso… la forma en que ella lloró era muy dolorosa de ver, y sabía, que aunque dijera que todo está bien no lo estaba. Ella no estaba bien en absoluto.

Abrió su boca y tarareó - Ah! ah! - Sabía que quería más de sus gusanos de gomita. Así que coloqué la jalea delante de su rostro.

Y después de un gusano de gomita tras otro, pronto, la bolsa finalmente se vacío, dejando sólo el rastro de azúcar dentro del paquete y alrededor de mis dedos. Mis ojos echaron un vistazo a las gotas de azúcar.

- ¿Estas bien? - Preguntó levantando una de sus cejas. Tragué saliva, completamente incómoda. Su lengua era roja gracias a las gomitas, y yo, en todo lo que podía pensar era en que sabor tendría. Mis dedos se cerraron.

- ¡Eh! … Tu lengua está… - ¡Jodidamente besable! - ¡Eh!... roja... por el caramelo - Le avisé, tratando de no demostrar lo que estaba en mi cabeza. Sus ojos se abrieron.

- ¡Oh, mierda!, ¿De verdad? ¿Qué tan roja está? - Sacó su lengua, eso no me ayudaba mucho - ¿Crees que los oficiales lo notarán?

- Sólo cállate la lengua.

- ¿Qué?

- Quiero decir, cierra la boca - Corregí, mentalmente llamándome estúpida - Cuando regreses a tu celda, no digas ni una sola cosa y estarás bien.

- ¿Segura estás bien, Nena?

- Yo... yo estoy bien - Contesté. Me levanté del suelo pero todo salió mal porque mis piernas y rodillas estaban adormecidas, haciéndome caer rápidamente otra vez, empujando su silla hacia atrás y cayendo encima de ella. La parte trasera de su cabeza se golpeó contra el suelo - Oh Dios, Lo siento tanto - Dije deprisa. Ella rió tontamente, haciéndome sonrojarme al borde. Me alejé de ella, sentándome a su lado, tratando de estirar mis piernas - Mis… piernas… están débiles... - Dije todavía avergonzada - Lo siento.

- Está bien - ¡Piernas estúpidas! ¡Rodillas estúpidas! La miré, ahora estaba sentada también, y mis ojos cayeron a sus pies. No está descalza, llevaba los básicos zapatos negros del Asilo, pero no podía apartar la mirada de su tobillo. Bajo su calcetín blanco y marcada en su propia piel, hasta el día en que muera, había una cicatriz. Una cicatriz que sin rodeos, acabé creyendo que era falsa. Una cicatriz que tomé como una mentira. ¿Cuántas más tendrá?

- ¿Cómo te la hiciste? - Pregunté de repente. Su ojos me contemplaron - Tus cicatrices...

Sonrió con satisfacción - Las cosas han cambiado, ¿no es así?

- ¿Eh?

- No estoy aquí para escuchar sus mentiras, Srta. Volkova - Se burló con una voz en tono seria. Aparté la mirada. Su risa de vieja-dama llenó la habitación haciéndome sonrojar.

- Yo...

Sonrió abiertamente, finalmente se levantó del suelo - ¡Pero esto … esto es historia para otro día, Doc! Podría ser cuando el circo vuelva a la ciudad con el sombrerero para ganarse la vida - Fruncí el ceño.

- ¿Necesita una mano? - Preguntó y yo la miré - ¿Por sus piernas débiles? - Añadió sonriendo con satisfacción, colocó sus manos frente a mí.

- Estoy bien - Dije levantándome sola.

- Seguro que sí - Dijo aun sonriendo - Bueno, creo que es hora de irme - No pude evitar sentirme triste por ello - Hasta la vista, Nena. Y gracias por toda la comida.

- ¡Eh!, Yulia? - La llamé. Se volvió a mí todavía sonriente - ¿Qué es un sombrerero? - Pregunté ruborizada, un poco avergonzada por no saber lo que esa palabra significaba.

Levantó sus hombros - ¡No tengo ni idea!

Lo que comenzó como una pequeña risa se convirtió en carcajadas. Un par de minutos pasaron, riéndonos juntas.

Cuando abrí la puerta y la vi regresar a su celda escoltada por los oficiales Fyodor y Dyrbov, le contesté a su despedida con un susurro - Nos vemos - Mi corazón latió como loco una vez más.


~~*~~

- Entonces ¿Cómo fue tu última sesión con ella? - Nastya preguntó amablemente, cuando me encontró en el refectorio.

- Bastante bien - Confirmé, bebiendo un poco de agua. Aunque todavía tenía algunas preguntas y preocupaciones en mente; Si Yulia estaba de vuelta a su habitual yo, entonces era muy estimulante para mí. Y era increíble lo mucho que me afecta, haciendo tan poco. Si me llamaba 'Nena' entonces era suficiente para que me sonrojara; su risa de dama-vieja hacia mi corazón agitarse; sus bromas tontas me traían alegría … Ah, Lena, ¿Qué pasó contigo? ¿Cómo dejaste que ella entrara en tu cabeza de esta manera? - Ella estaba un poco avergonzada por lo que pasó la semana pasada, así que fue un tanto difícil conseguir algo, pero… al final se enfrió y todo estuvo bien.

- Es bueno oír eso - Me reí más tranquila ahora.

- ¡Doctora Katina! - El oficial Dyrbov me llamó repentinamente desde lejos, hasta que por fin llegó a nuestra mesa.

- Sí... - Su cara estaba roja y su aliento parecía agotado, indicando que había estado corriendo.

- Lo siento …- Él jadeó - ¿Puede... venir conmigo... por favor? - Fruncí el ceño, mirando a Nastya y su expresión era de confusión también - ¿Está todo bien, oficial?

- Por favor, sígame - Insistió otra vez.

Asentí, sintiendo desconfianza - Hasta luego, Lena - Se despidió Nastya después de que me levantara. Seguí a Dyrbov con mi corazón latiendo más rápido que de costumbre.

- ¿Qué pasa, oficial?

- Realmente no lo sé. Solo estoy siguiendo órdenes - ¡Oh, mierda!. ¿Siguiendo órdenes? ¿De quién? ¿Boris Putin? ¿Decidió el Dr. Boris despedirme? ¿Este día?¿ Hoy? ¡Dios, no!. ¡No puedo ser despedida!

El latido de mi corazón se hizo más rápido cuando abandonamos el Centro Médico. Espera. ¿Por qué íbamos al jardín? ¡Nadie estaba allí, eran las 8:00 am, la recreación comenzaría a las 10:00 am!

A cada paso que dábamos comenzaban a ser más pesados, tan pronto como fuimos a parar dentro de la Penitenciaría.

- ¿Oficial, a dónde vamos - Pregunté con recelo. Había algo detrás de mí, un zumbido, diciéndome que algo iba completamente mal. No contestó, la parte detrás de su espalda, su camisa, así como debajo de sus brazos, tenía manchas de sudor y de alguna manera sentí que aquellos no eran por una simple caminata para él.

Las puntas de mis dedos se entumecieron cuando pasamos por delante de las unidades y alcanzamos la de Cuidados Intensivos. Sentí un nudo en mi garganta. Había sólo una razón por la qué me llevarian a Cuidados Intensivos…

- Doctora... - Oí que Fyodor me llamaba cuando finalmente nos acercamos a la celda de Yulia.

- ¿Qué va mal? - Pregunté, mi corazón latía en mis oídos.

- No sé … es Volkova … Ella … no despierta.
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Mensaje por Fati20 8/20/2018, 10:58 pm

Si la verdad q la humanidad de lena en ese ambiente donde no ven a los reclusos como seres humanos es algo necesario q tiene esa voluntad de ayudar realmente no solo q se mueran allí y no den problemas, la trama muy interesante espero se pueda conocer toda la historia de Julia y por favor q no vaya a tener un mal final ella. Tengo la esperanza q lena la ayudara y de alguna manera julia saldrá de ese lugar
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