HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Página 6 de 13. • 1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
Las investigaciones iniciales no me dejan nada más que hacer, que esperar.
Mi tía alió fuerzas con el departamento de policía de Ekaterimburgo para realizar el trabajo conjunto sin problemas. Ya que Sergey seguramente regresará a Moscú. Ellos podrán arrestarlo una vez que tengan la orden del juez y aquí, en Ekaterimburgo, se realizarán las investigaciones sobre el incendio provocado.
Yo por mi parte me comuniqué con el dueño del inmueble y le será imposible recobrar el dinero del seguro gracias al informe preliminar del departamento de bomberos, que esta mañana confirmó que no fue un accidente.
No es que tenga la certeza de que voy a volver, pero me ofrecí a pagar por el lote y comprar la propiedad. Ahora soy dueña de un edificio quemado, lleno de escombros y que guarda los recuerdos de varios meses de paz y libertad. Lo reconstruiré y, tal vez, lo utilice como sitio de escape, le he llegado a tomar mucho cariño a esta ciudad, a su clima, a su rara paz.
—¿Llegó a obtener algún tipo de identificación falsa con este nombre?
Fue la única pregunta que en realidad me perturbó, es un delito hacer, comprar o usar un documento falso y podría ir a la cárcel por hasta diez años si al fiscal se le ocurre levantar cargos. Pero el detective es un buen amigo de mi tía, conocido de mi padre, pedirán que me pongan una multa acorde al delito, pero no más que eso. Es la suerte de tener familia en la fuerza, sin embargo, tengo advertido estar a su disponibilidad si hiciera falta.
Ya no tengo nada más que hacer aquí, empaqué las pocas cosas que se salvaron y ya están camino a Moscú a la casa de Yulia. Me quedaré con ella hasta decidir qué hacer. Pero antes, necesito ir a mi desaparecida morada una vez más. Debo hablar con Alina, explicarle quién soy, asegurarle que jamás habría lastimado a Viktoria.
Mi vecina se enteró ayer de que yo era alguien que ella no tenía idea. Estoy segura de que se siente traicionada, mucho más ahora, que sabe toda la verdad y no la escuchó de mi boca.
Debe ser completamente aterrorizador enterarte de que la persona con quién encargaste a tu hija, en varias ocasiones, nunca fue quien decía ser.
—La verdad no esperaba verte… ¡Dios, no sé ni como llamarte! —dijo acercándome un vaso de agua. Me invitó a pasar apenas me vio por tocar el timbre de su casa.
—Karen es mi verdadero nombre, también Ronan —le ratifico de verdad, no quiero que piense que la engañé, es difícil hacer entender a la gente que, Karen, Kay es quién soy ahora, aunque me toque volver al maldito nombre que va acompañado con mi fama.
—Lena Katina… —dice ella confrontándome con la verdad.
—Esa… es una personalidad que… no me pertenece en realidad. Esa es la mentira.
—¿Y ahora vuelves a ella? —me pregunta incrédula. Lo sé, vivo una contradicción.
—Quién sea que hizo esto sabía que me sacaría de entre las sombras, lo hizo a propósito y sí, no puedo mantenerme como Karen por ahora, pero no soy Lena.
—No voy a negar que tenía mucha rabia ayer —me confiesa con dureza y un angelito aparece por entre sus piernas y me sonríe mientras agita una mano saludándome— Pero mi hija parece estar claramente enamorada de ti.
—Lo siento Alina, de verdad. El ocultarte mi nombre oficial, no fue con la intención de hacerte daño, sigo siendo la misma.
—Lo sé, lo noté desde que te vi dudando si debías timbrar o no. Estuviste en un ir y venir por veinte minutos afuera de mi puerta antes de que yo tomara la iniciativa y me acercara a ti —Me vio, bueno, tampoco es que estuviera entre los arbustos— Me alegra que no te fueras sin decir una palabra. Dice mucho del tipo de persona que eres... «Kay Katina».
Y ahí es cuando Viktoria me toma de la mano y me lleva a jugar a la sala. Alina es una buena mujer, más que nada comprensiva y tranquila.
Prometemos mantenernos en contacto y les ofrezco un lugar a donde llegar si un día quieren visitar Moscú.
No hay duda de que, durante toda esta travesía, he hecho amigos, gente que me aprecia a pesar de cualquier diferencia.
Sash, Alina y hasta Dinah que, dijo claramente que mantendrá los términos de confidencialidad de nuestro antiguo contrato cuando fui a visitarla esta mañana y añadió que no tengo nada de que preocuparme.
Ahora vuelvo al infierno del que escapé hace meses para decidir cómo seguir, llamar a Varvara para ofrecerle, nuevamente, un puesto como mi manager si lo desea, en otras condiciones por supuesto; no quiero lo que tenía antes, pero una persona que coordine mis actividades en el medio es siempre necesaria y ella es muy buena en lo que hace.
Y eso es lo que necesito, controlar los fuegos que se prendieron con todo esto, volver a la calma y… tratar de sobrevivir.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 90: Living Together
________________________________________
Creo que, en mi vida entera, he vivido con alguien como pareja me refiero. Anna y yo hemos compartido casa más de una vez, pero nosotras nunca tuvimos una relación.
Definitivamente no es lo mismo que pasar unos días en su casa… y quizá es eso, que ella nunca ha pasado días en la mía. Siempre era yo la que iba hasta ella y prácticamente me sentía dueña del lugar.
Ahora que la tengo aquí, que «vive aquí», no sé ni lo que quiero.
Por un lado me gusta tenerla cerca. Pensar que Sergey está ahí afuera y que todavía no lo han podido retener por el incendio, es perturbador cuando menos. Así que, si puedo cerciorarme de que está completa y no se está alocando más de la cuenta, perfecto.
Por el otro, ver su ropa entre la mía, sus toallas colgando del gancho de «mis toallas» en el baño o verla beber chocolate caliente de mi jarro favorito de café, es… tal vez más perturbador.
Nunca fui el tipo de mujer que quiso una relación seria, ni siquiera llegué a imaginarme una con ella. Bueno, miento, si lo hice, pero jamás pensé que sucedería y ahora estoy en una.
—Te molesta si duermo por un rato, tengo una creciente dolor de cabeza —me pregunta como si yo fuera dueña de sus acciones, que duerma lo que quiera. Seguramente todavía no se siente a gusto con mis cosas, en mi cama… en mi casa.
La cubro con una manta bien la espalda y le doy un beso en la frente. Sé que ese tipo de cosas le gustan y, por qué me miento a mi misma, a mi también.
Cierro la puerta para que Chesca no vaya a venir a despertarla y bajo hasta el estudio.
Veo que también pasó por aquí, su agenda está en mi escritorio y una tarjeta de…
Varvara Lianeva
Manager/Agent
Moscú/RS
(323) 482-3693
No, no… ¡¿Qué está pensando?! ¿Otra vez con esa arpía?
Seguramente la hace regresar a su mansión en menos de dos segundos.
«Creciente dolor de cabeza».
Claro, ¿cómo no? Hasta a mi me está provocando uno.
No permitiré esto, jamás. El Cuervo no necesita a esta tipa, puede conseguir a veinte agentes mejores que se desvivirían por ella.
Además, para qué diablos quiere un Agente, ¿piensa volver al espectáculo así nada más?
No me dijo nada y ya es más de una semana que hemos estado viviendo juntas.
Vivir con tu pareja es complicado, especialmente porque este tipo de cosas no debería suceder. ¿Dónde quedó la divulgación completa de información? Las relaciones no deben tener secretos, no estos… ¿no?
Esperaré a que despierte, más que nada, a que se me pase el mal genio, no quiero volver a tenerla sentada por horas en un sillón sin que ninguna de nosotras hable.
Varvara… jamás.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 91: Busted
________________________________________
—¿Señor Sergey Lazarev? —Escucho a las afueras del departamento en el que me encuentro al momento. Eva está en la ducha, pero aunque esta es su casa, no preguntan por ella, preguntan por mí— Soy el Detective Larson, de la policía de Ekaterimburgo.
¿Policía? Y qué diablos quiere la policía conmigo, mucho más en casa de Eva. ¡¿Cómo diablos supieron que estaba aquí?!
—Señor Sergey Lazarev, ábranos por favor.
—Un momento —digo poniéndome una camiseta encima, no quiero abrir la puerta a la policía, semidesnudo.
—¿Sergey Lazarev?
—El mismo.
—¿Puede salir un momento, por favor?
Wow, ¿en serio piensan que voy a hacerlo? Quieren arrestarme, pero no pueden hacerlo hasta que no esté fuera de esta casa, es propiedad privada y al no ser mi casa seguramente no consiguieron una orden de allanamiento y no pueden pasar. Actué de policía en dos series y de criminal en otras tres, sé muy bien como funciona esta táctica.
—¿Puedo saber de qué se trata esto?
—Por favor, salga. Necesitamos hacerle unas preguntas.
Sonrío con un tinte de burla al volver a escuchar su fino intento de obligarme a salir, pero no lo lograrán.
—No lo haré. Pueden decirme ¿qué es lo que quieren conmigo? O irse por dónde vinieron.
—Necesitamos hacerle unas preguntas sobre su paradero el día 26 de Febrero.
¿El 26? Fue el cumpleaños de Yulia, un día después de que conocí a Eva. Estaba con ella, pasamos el domingo juntos en la cama todo el día.
—Estuve aquí, con mi amiga el día entero. ¿Pasó algo?
—Por favor, nos gustaría conversar con usted más cómodos. ¿Podría salir?
Insiste el hombre, que poco sentido común tiene. Aclarémosle las cosas.
—Detective…
—Larson —me confirma.
—Detective Larson, no voy a salir, porque al minuto en que lo haga usted me pondrá esas esposas que cuelgan de su cinturón y me llevará a no sé dónde en esta ciudad —le digo frontalmente— Dígame qué fue lo que pasó y qué es lo que tengo que ver o tendré que pedirle que se retire y regrese con una orden del juez.
—Solo quiero hacerle unas preguntas, nada más.
—¡Dígalas entonces o váyase!
—¿Podría… enseñarme su teléfono celular?
¿Mi celular? ¿Está loco este tipo o qué le pasa?
—Por el momento no tengo uno, lo extravié o, mejor dicho, me lo robaron hace unos días.
—¿Sergey, quién está a la puerta? —pregunta Eva por detrás de mi, viene vestida de unos cortos shorts de jean y una blusa azul bastante escotada, secándose el cabello con una toalla.
—¿Señorita… Peterson? —ella asiente sin saber todavía qué pasa— Puedo pasar a su domicilio, por favor. Soy el Detective Larson de la policía de Ekaterimburgo —dice enseñándole su placa.
—Claro, pase por favor.
—¡No! —demasiado tarde, una vez adentro él tiene todo derecho a esposarme y llevarme, y ni siquiera sé por qué.
—Gracias. Señor Sergey Lazarev, queda usted arrestado por incendio premeditado e intento de homicidio —dice y comienza a recitar mis derechos sin que yo pueda prestarle un minuto de atención.
¡¿Homicidio, incendio premeditado?!
—Eva, por favor llama a Varvara Lianeva. Búscala en la guía telefónica de Moscú y dile que necesito urgente un buen abogado —Ella asiente asustada mientras el hombre me lleva hasta la patrulla, pero no sé si de lo que acaba de suceder o de no estar segura de si estuvo más de una semana en cama con un asesino.
¡¿Qué diablos está pasando?!
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
katina4ever- Mensajes : 280
Fecha de inscripción : 03/07/2015
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
—Cuervo —le digo acariciando su brazo para que despierte. Ha pasado ya seis horas durmiendo, no pegará un ojo esta noche si sigue así— Cuervito, despierta.
Abre sus ojos con cansancio, sigue agotada. No debí despertarla.
—¿Qué hora es?
—Las 6:30 de la tarde, debes tener hambre.
Niega y yo le pregunto si tiene todavía dolor de cabeza pero me dice que ya no, tan solo se la nota agotada. El estrés no le sienta bien.
Yo por el contrario no podría dormir, tener problemas me pone alerta, es como si adrenalina pura corriera por mis venas obligándome a maquinar soluciones a mil por hora.
—¡Chicas, prendan el televisor en el Canal 7! —escuchamos a Anna desde lo lejos, acercándose con desesperación.
«… No sabemos con precisión el motivo del arresto, la policía ha declarado la investigación en proceso, sin embargo una fuente confidencial para al Canal 7, nos ha confirmado que Sergey Lazarev se encuentra detenido en Ekaterimburgo con sospechas de intento de homicidio. Ampliaremos la información en el transcurso del día, de regreso a estudio»…
—Sí, es él —dice Lena notando lo obvio cuando lo vemos esposado entrando a la comisaría.
«Gracias, Grace. Estaremos al pendiente de esta perturbadora noticia de última hora. El actor y cantante, Sergey Lazarev ha sido arrestado en Ekaterimburgo, con cargos graves…»
—Se acabó entonces, ya lo tienen, podemos dejar de preocuparnos.
—Llamaré a mi tía, no sé por qué no se comunicó ella cuando sucedió.
Toma el teléfono y sale de la habitación, la televisión seguía encendida con el programa normal de la tarde.
—¿Estás bien, Anna? —pregunto al verla tan apagada sentada a la orilla de la cama, ella solo sacude su cabeza sin emitir sonido. Sé que le afecta de más esta situación, todavía está enamorada de esa sabandija.
—Sé que no es el mejor hombre del mundo —dice decaída—, miente, me ha engañado por años, pero… no me lo puedo imaginar queriendo asesinar a Lena… o a mi, yo también estaba en esa casa ese día. Si no regresaba con ella pude…
—No lo digas —interrumpo esa línea de pensamiento inmediatamente. En el fondo, yo tampoco quiero creer que sea verdad, pero las pruebas dicen lo contrario.
—No es que no quiero que el caso se resuelva y… por favor, no me culpes, pero… espero que de verdad no sea él —menciona, jamás podría culparla, no es justo.
Me acerco hasta ella y veo que tiene en manos una foto, seguramente una que ha estado contemplando por horas. Somos nosotros seis en la secundaria, lucimos felices, normales; cómplices, amigos… ¿qué nos pasó?
Veo a Lena al final del pasillo, cuelga la llamada y cierra los ojos con un frustrado respiro mientras pasa su mano por su cabellera y la deja ahí contemplando el piso.
Al parecer las cosas se pueden poner aún peor.
Miro nuevamente la foto y deseo despertar una vez más en esos días, evitar a toda costa cometer los mismos errores que nos trajeron hasta aquí.
Las cosas serían tan distintas.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
Sucedió varias veces. Dos en la escuela, tres en su departamento y una en mi casa.
Empezó el día que la conocimos. Entraba al salón de clases como reemplazo definitivo de nuestro antiguo maestro de solfeo, a tres meses de la graduación.
El señor Smirnov renunció por razones de salud y ella llegó como una cachetada en la cara de todos, especialmente en la mía.
—Sé que su antiguo profesor les envió trabajos especiales para recuperar una nota, pero yo no voy a aceptarlos —dijo después de presentarse— Si quieren arreglar sus calificaciones será mejor que empiecen a presentar proyectos de calidad por lo que queda del semestre.
Al terminar la clase me acerqué, tenía que explicarle que había sido la torpeza de Lena la que nos arruinó el trabajo en grupo y que yo necesitaba, como sea, recuperar esa calificación.
No escuchó nada de lo yo tenía que decirle, solo se limitó a comentarme que no haría excepciones, ni siquiera por una linda chica como yo y se marchó.
Era la primera vez que me sentía tan acalorada, lo culpé a la ira que sentía en ese momento. Sin embargo, la verdad era que, Layla Peterson, era una se las mujeres más hermosas que había visto.
Era mulata, hermosa, con unos ojos rasgados verdes que no esperas de una mujer de color, esbelta, con facciones muy finas y unos labios rosados que te obligaban a fijar la mirada en ellos.
Las semanas que vinieron empecé a notar que me ponía muy inquieta su presencia.
Cuando iba a clase en falda, solía enfocar mi mirada en sus piernas y al darme cuenta trataba de romper esa línea de pensamientos, concentrándome en la ventana o en la mancha de mi pupitre, que cada vez era más notoria.
Siempre era igual. Ella despertaba algo en mí que nunca antes pude reconocer. Era fácil distraerse en su presencia, es decir, en ella. Eso fue hasta que un día me pidió que me quedara después de clases.
—Te he notado retraída, Yulia. ¿Quería saber si estás bien?
—¿Ahora también es consejero escolar? —le pregunté, evadiendo la respuesta que me pedía.
—Por favor, no me trates de usted. Me haces sentir mayor.
—Usted «es» mayor.
—Apenas tengo 28 años —dijo sonriendo, yo tenía 17 y estaba a punto de cumplir los 18 en un par de meses más.
—Estoy bien, no se preocupe por mi —respondí, finalmente saliendo del aula porque su sonrisa me estaba inquietando.
Unos días después, me la encontré en el cine, iba con un par de amigas. Yo estaba sola porque había tenido una riña con Sergey y no quise ir a uno de sus aburridos eventos de autos. Él se marchó con sus amigos una vez más y yo fui directo a la boletería para comprar entradas para el festival de películas de terror que pasaría todo el mes.
Maldita fue la coincidencia, que la sala estaba completamente llena y solo habían tres asientos libres, dos en la penúltima fila y uno a mi lado en la última.
Sus dos amigas se sentaron juntas al frente y ella junto a mí.
—No sabía que te gustaba este tipo de películas —me dijo ofreciéndome palomitas a lo que yo le enseñé que tenía una bolsa también y le dije:
—Me encantan las películas sangrientas, donde las mujeres mayores mueren primero —Ella rió por el comentario, pero yo no tenía intención de que pareciera una broma.
—¿Y dónde la chica «virgen» es la que sobrevive hasta el final?
¿Acaso acababa de decir que yo era virgen? Tenía que dejarle en claro con quién hablaba, no era la virgencita del curso. No era una niña inocente.
—Bueno, si yo no hubiese tenido un orgasmo todavía, seguramente también lucharía como loca por sobrevivir… como morir antes de tener uno —mencioné con un tono de poca importancia.
—En eso tienes completa razón —dijo sin sorprenderse—, pero creo que, de todas formas, yo correría como loca por volver a tener… otro… y otro más…
Bebía mi soda cuando lo dijo y me atoré un poco. Ella sonrió triunfante y la película inició.
Ya ni recuerdo de que trataba. Ni siquiera si me hubieran preguntado el minuto después de salir de la sala, hubiera podido dar una clara respuesta. Me la pasé observando el reflejo de la luz en sus piernas cruzadas, durante la hora y media que duró el film. De cuando en cuando, virando mi rostro con prudencia para observarla de perfil.
Cuando terminó la película se despidió, sin más, y se unió a sus amigas. Yo me quedé hasta el final de los créditos, como siempre. Me parecía que era una falta de respeto no ver pasar hasta el último nombre de todos los que trabajaron en ella.
La semana siguiente había otra función del mismo festival. Fui, por supuesto, y ella también, pero esta vez sin sus amigas.
Yo entré primero y Layla unos cinco minutos después. Una vez más la sala estaba llena y nada más un puesto a mi lado, además de un par en las filas de enfrente, pero ahí la película se ve muy mal.
Se acercó y me preguntó si el puesto a mi lado estaba ocupado, a lo cual yo le respondí que si veía a alguien ahí y ella, entretenida con mi encanto, se sentó.
Traté de concentrarme esta vez, necesitaba hacerlo. No prestarle atención en lo absoluto, pero me fue casi imposible después de que, al alcanzar mi bebida, rozara su mano que estaba apoyada en el brazo del asiento.
Su piel era tan suave, tan cálida.
Me sonrojé de inmediato, sentí mis cachetes arder por minutos, pero tuve la suerte de que nadie podía verme así en la oscuridad.
Una semana más pasó, era la última película del mes y Sergey decidió acompañarme. Yo le dije que tal vez sería bueno que saliera con sus amigos, que vaya a su espectáculo de autos, que no necesitaba que viniera conmigo.
Esperaba encontrarme una vez más con la maestra Peterson, con la cual había cruzado muchas, pero muchas miradas los días pasados en clase. Pero no, Sergey me confirmó que habían suspendido su evento semanal y que quería pasar tiempo conmigo.
Nos sentamos en la columna del medio, no habían puestos vacíos a mi lado esta vez, Layla tomó un asiento una fila adelante de la nuestra, casi en frente.
Antes de sentarse volteó nos miró tomados de las manos y nos saludó, deseando que disfrutemos la película.
Pasaron aproximadamente unos treinta minutos antes de que Layla se levantara, excusándose de la gente de su fila, para poder salir. Al llegar al pasillo notó que yo la veía y me sonrió guiñándome un ojo.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo. ¿Me estaba llamando? ¿Quería que la acompañara? ¿A dónde? ¿Qué debía hacer?
—Ya regreso, voy al baño —le dije a mi novio de ese entonces y salí en su búsqueda. Mi primera parada, el baño de mujeres.
Al empujar la puerta y dar dos pasos me di cuenta de que estaba vacío y me pregunté si estaba loca, ¿qué hacía ahí buscando a una maestra?
Decidí lavarme las manos, tranquilizarme unos minutos, antes de volver a la película con Sergey y fue cuando la divisé, arrimada en una esquina, casi imperceptible.
—Sergey es un chico muy atractivo —dijo con un tono seductor que me hacía cosquillas el estómago.
—Él es mucho más que una cara bonita para mi.
—Estoy segura de eso. ¿Cuánto llevan de novios?
—Casi tres años.
—Una larga relación, debe hacerte muy feliz —dijo implicando todo lo contrario—¿Por qué lo dejaste solo en la película?
Esa era una buena pregunta, una que no supe como contestar.
—¿Te comió la lengua el ratón, Yulia?
—No —contesté simplemente, nerviosa y ella lo notó.
—¿Segura? —Se acercaba, paso a paso, alzando una ceja y sonriendo, poniéndome más inquieta.
—Sí, muy segura.
Continuó su camino y quedó a menos de veinte centímetros de distancia.
—Demuéstramelo…
Mi mirada una vez más, fija en sus labios. Ella no daría el primer paso, no pasaría de las insinuaciones, de los coqueteos en clase, de sus miradas escurridizas en los corredores, no tomaría iniciativa, no cruzaría esa línea.
Yo no sabía que hacer, las últimas semanas habían sido un cúmulo de confusiones. Dudaba de mi misma, en todo, en lo que sentía por esa mujer, en el porqué dejaba que ella tuviera tanto dominio en mí. En por qué había comenzado a desearla, más allá de ver lo bonita y atractiva que era. Quería tocarla, me moría por besar sus labios, por probar su piel, por oler su perfume.
Todo me daba vueltas y ya no tenía idea de lo que quería, de quién era y esa petición que acababa de hacer, complicaba las cosas mucho más.
Si la besaba estaría engañando a mi novio, aceptaría que las mujeres —en particular ella— me gustan, comenzaría algo ilegal.
Por Dios, Layla era mi maestra y yo menor de edad.
—Parece que si te la comieron —repitió, dándome una sonrisa victoriosa y fue ahí que olvidé todo lo que besarla implicaba, y lo hice, estúpidamente lo hice.
Coloqué bruscamente mis manos sobre su cuello y quijada y la acerqué hasta pegar finalmente sus labios a los míos, sintiendo como ella no perdía ni un segundo en corresponderme.
Mi aliento se desvanecía y nos separé, tan solo para sentir cómo todo caía sobre mí. Sergey seguía esperándome en la sala y yo acababa de darle un beso francés a mi maestra de 28 años.
—Debo regresar a…
—Besas muy bien —me interrumpió.
Yo la miré por un segundo más y dándole la espalda de un giro, salí directo a mi asiento.
—¿Todo bien? Te tardaste —preguntó mi novio preocupado.
—Sí, todo bien.
Él entrelazó nuestras manos y continuamos viendo el final de la función.
Layla no regresó a la sala después de lo que sucedió en el baño.
Simplemente se marchó…
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
La siguiente clase que tuvimos, después del evento del cine, Layla se comportó como si nada hubiera pasado. Yo era un manojo de nervios pero ella estaba de lo más tranquila y normal.
Ahora veo atrás en esos recuerdos y me siento estúpida.
Ella era hermosa, de eso no hay duda y la gente bonita suele tener el poder de poner al resto de personas en jaque. Es algo que sé porqué me ha pasado. He usado la intimidación que me permite mi propia belleza para salirme con la mía, pero lo suyo ya era un descaro.
Si bien es cierto, nada había pasado en la escuela aun, ella todavía era mi maestra y casi once años mayor que yo.
Días después, nos presentamos con los chicos a la selección de participantes de la última obra que llevaríamos a escena en la escuela, de la cual Shapovalov estaba al mando.
Mis dos maestros se llevaban muy bien, conocidos de años, de hecho, fue él quien la llevó al instituto. Era de esperarse que la invitaría para escoger al equipo de producción entre los alumnos que aplicamos.
Shapovalov y yo ya habíamos acordado que sería la jefe de producción, era mi último año y me lo había ganado a puro mérito, así que no me sorprendió cuando me ofrecieron el cargo.
Lo que no me esperaba es que, en lugar de trabajar con él —como era costumbre—, estaría a órdenes de mi preciada maestra.
Muchas de las reuniones requerían al equipo completo, sin embargo, cualquier trabajo fuera de horas era exclusivamente nuestro y la cantidad de veces por semana que tuvimos que estar a solas fue muy grande, a diario por lo menos tres horas.
Yo trataba de evitarla, de conversar básicamente lo necesario, sin hacer preguntas, sin pedirle consejo, todo lo que necesitaba saber se lo comunicaba a Shapovalov, quién pronto se cansó de que no trabajara con Layla directamente y eso no me dejó otra opción que hacerme a la idea que —el escaso mes que quedaba de clases— tendría que tratar con esta mujer.
Sergey me veía muy nerviosa, pero yo no podía darle una respuesta a todas las preguntas que me hacía. Siempre le ponía una excusa y cada vez lucía más sospechosa.
Él se notaba preocupado, consternado por mi actitud, por mi repentino desinterés en la materia que siempre me apasionó tanto. Mi incomodidad al hablar de cosas de la escuela, especialmente de la obra en la que trabajaba.
Fueron días de completo estrés de culpa, de… confusión, porque yo todavía tenía sentimientos muy encontrados con mi maestra, yo todavía no podía quitarle la vista de encima cuando la veía a lo lejos, porque yo la deseaba y me preguntaba constantemente que pasaría si la vuelvo a besar, si me permito por un momento caer otra vez en su red.
Mi vida se convirtió en una contradicción y la persona que me amaba más en el mundo, veía como me derrumbaba sin saber cómo actuar frente a mí, qué decirme o cómo ayudarme.
Se preocupaba, sin saber que, si esto salía a luz, si yo le hablaba sobre lo que había pasado esa noche, terminaríamos, porque yo no podría quedarme con él si finalmente me veía confrontada con la realidad. Las mujeres me gustaban, ella y muchas más.
El mes completo desde que nos besamos hasta que iniciaron los preparativos para la obra, caí en cuenta de lo mucho que las mujeres en general me llamaban la atención.
Actrices, que antes veía con despreocupación, a diario en las series o películas, comenzaron a invadir mi mente con un «está tan bien» o un «debe ser increíble besarla». Y no solo actrices, de repente volteaba en los corredores de la escuela y ahí estaba Lena y todo de ella me enloquecía, su sonrisa, su voz, sus idioteces, su cuerpo, sus labios, sus ojos…
Literalmente, las mujeres me empezaron a volver loca.
Yo ya no tenía un piso firme que me dijera ¿quién era?, o ¿qué debía hacer? No confiaba en mi misma, en mi fortaleza de carácter o en la seguridad de que siempre tuve. Era un desastre y, por sobre todas las cosas, la mujer que había iniciado esta travesía, me ignoraba por completo. Como si lo que yo hice esa noche, ese fugaz beso hubiese sido un sueño, un vil producto de mi imaginación.
Recuerdo el punto de quiebre, cuando no aguanté más la presión y salí del Teatro. Era noche, muy, muy tarde como para caminar sola y ella pasó a mi lado con su auto y tocó la bocina.
—No deberías aventurarte por la calle a esta hora —dijo bajando la ventana— Sube, te llevo a casa.
Dos segundos. Eso tomó que me diera una sonrisa y ahí estaba subida en ese automóvil, camino a casa, solo que no la mía.
Comenzó a llover como nunca, como si de repente toda el agua del océano hubiese subido por un camino hasta el cielo y volvía a caer.
El tráfico se puso imposible. Los accidentes en la carretera frenaron todo por horas.
Al principio solo escuchamos música, sin decir una palabra. Layla tarareaba las melodías y yo miraba a la nada porque la lluvia en la ventana ni siquiera me dejaba ver algo fuera de ella y lo que había adentro podría darme una apoplejía si seguía pensando en ello.
Después de aproximadamente una hora sacó de su cartera una barra de chocolate, Musketeers para ser exacta, y me la brindó.
—Deberías comer algo —me dijo nuevamente con los labios ensanchados.
—No tengo hambre.
—Podríamos estar aquí horas, ¿vas a pasar sin probar bocado?
Lo que quería «probar» con mi boca no era el chocolate, quería sus labios, de nuevo, quería sentirla, olerla, disfrutar el momento, como no lo hice la primera vez.
—No.
—Vamos, Yulia. El almuerzo fue hace horas y dudo que hayas comido algo toda la tarde.
Tenía razón, pero igual. No quería aceptar nada de ella, me bastaba con tener que aguantar el tiempo horas que seguiríamos ahí, con ella y sin poder hacer nada al respecto.
Dejamos pasar unos treinta minutos más sin hablar, acompañadas de la música y las gotas de lluvia golpeando los vidrios, ya todo estaba humedecido por el calor interno del auto y nuestras respiraciones habían empañado todo alrededor.
Entonces, de la nada, me preguntó si todo iba bien con Sergey.
No le contesté.
Me dijo que había notado que estábamos un poco alejados y que se preguntaba si ella tuvo algo que ver.
Le aseguré que no, que él estaba muy ocupado con la preparación de su monólogo de graduación, yo con la obra y ambos teníamos que estudiar mucho para los exámenes, pero aparte de eso —y de todas mis dudas—, no habíamos peleado y era la verdad.
Ella miró al suelo, tratando de ocultar una decepción y me dijo que estaba feliz de que todo estuviera bien. Que odiaría que, lo que pasó esa noche, hubiera arruinado mi relación.
—¿Por qué dejaste que te bese? —le pregunté, ya que el tema había salido a la luz, sería mejor aclararlo todo.
—«La verdad» no es lo correcto, no en esta ocasión.
—Creo que me la merezco —dije manteniendo mi repentina fuerza— Nada de esto es correcto, pero pasó. ¿Quiero saber por qué?
—¿Por qué? —repite incrédula—¿Por qué más, Yulia, o no te has visto en un espejo?
—No puedes reducir esto a cómo me veo.
—¿No? ¿No hiciste tú lo mismo? —reclama y tiene razón, fue ella y cómo se veía, como eso me hacía sentir. No es como si me hubiera enamorado su personalidad, de lo contrario hubiera tenido un desliz con Shapovalov— Me gustas. Me atrae tu forma de ser también, no lo voy a negar. Me recuerdas mucho a mí.
Eso es algo que no pude corresponder. No la conocía, no la había tratado, no había leído nada suyo. Hacerme una idea de quién era, era imposible.
—Tú me gustas a mí, pero… es confuso.
—Espera…
Sonreí y después me reí de ella y la mirada sorprendida que acababa de darme.
—Sí, fuiste la primera mujer que he besado… La primera que me llamó la atención, en realidad.
No le tomó nada ponerse a reír conmigo.
—Tú eres la primera para mí.
Quién sabe si lo que me dijo en ese instante es verdad o era simplemente algo que se vio obligada a soltar para relajarme.
Ya no importa.
Ella me quitó un mechón que caía sobre mi cara. Sí, el típico cliché antes del beso… y acto seguido continuó —cuál guión de película romántica barata—, me besó, ahí, en ese coche mientras esperábamos que el tráfico se disipe y la lluvia pare.
Solo con besarla, minutos de minutos, jugando con su suave piel, con su castaño cabello, mirando de vez en cuando sus verdes ojos, lo cambió todo.
La culpa desapareció, el miedo de no saber qué me pasaba, se esfumó en un instante. Lo quería, la quería a ella, quería todo, quería más que algunos besos, ¡quería querer!
No fue hasta que escuchamos los pitos de los demás autos, que nos dimos cuenta de que la fila comenzaba a moverse y antes de que ella pudiera hacer una curva para tomar la calle que nos llevaría a mi casa, le dije que fuéramos a la suya, apretando ligeramente mi palma sobre su pierna.
Fue así que terminamos en su cama, quitándonos la ropa que se mojó en el camino del garaje a la puerta de entrada. Así como descubrí que el aroma a coco que tenía su piel —tan cerca de la mía— era tan excitante, que sentía como si me emborrachaba cada vez que la probaba.
Ver el contraste de nuestros cuerpos desnudos, sus manos perderse con caricias en los montes de mis senos, y yo en la planicie de su abdomen, en su ombligo; comerla a besos como si estuviera hecha de chocolate y escuchar su voz mientras se precipitaba a un abismo por mi… mientras se corría por mí. Dios, era lo mejor que había hecho en la vida, ¡lo mejor!
No hubo más dudas de lo que era.
Nada de lo que había experimentado con Sergey se sintió así, jamás y yo que pensaba entonces que él era el amor de mi vida… no lo era.
Me sentía libre de una cárcel en la que nunca supe que estaba. No había vuelta atrás, era lesbiana, lo soy, nunca fui otra cosa.
Ojalá la historia hubiese terminado ahí. Sería un final feliz, como el de los cuentos de hadas, pero no.
Todavía falta el desenlace, y el porqué ahora recuerdo todo esto… además de lo que, como consecuencia, está por venir.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 95: How It Ended
________________________________________
No había nada que pudiera predecir que esa noche se repetiría, que los siguientes dos días, terminaría debajo de sus sábanas otra vez.
Mi única culpa era, el saber a conciencia, que no estaba jugando limpio con Sergey y si había algo que perder y lo único que me importaba era él.
Creo que nunca podría decir que fui una chica con mucha gracia y no dudo que mi falta de amistades venga de ahí. Soy muy cerrada, hermética y dejo entrar, a mi mundo, a muy pocas personas.
Pero si había algo que siempre me enorgulleció fue mi lealtad, mi entereza y mi seguridad.
Si hacía algo, nunca era con cuentas pendientes, fiel hasta el final. Ese era el tipo de persona que yo fui hasta ese momento, antes de dejarme llevar por un estúpido instinto y descuidé lo más preciado para mí, la amistad de alguien, que por tanto tiempo, lo significó todo.
¿Qué es un amigo en realidad?
Una persona conoce a otra, a veces en un plano muy superficial, una leve conversación, un mensaje de texto; después viene la convivencia diaria, puede ser directa o indirecta, eso no importa, pero está ahí, ambas personas comparten el mismo espacio, disfrutan el mismo ambiente.
Poco a poco, las situaciones se tornan más personales, la confianza llega al nivel de hablar seguido y reír, discutir, diferir, acordar; la amistad crece y se fortalece.
Nosotros pasamos, sin mucha espera, a un plano más profundo. Nos hicimos novios, lo que de cierta manera hizo a ese vínculo madurar.
No había un solo hecho de mi vida que Sergey no conociera de mis propios labios, ese era el tipo de relación que teníamos.
Desde mi más grande miedo a la más dolorosa pena; conocía todo lo que me hacía feliz y lo que me producía tranquilidad y lo que es más admirable aún, intentaba complacerme siempre, era paciente y retribuía lo confiado con más confianza. Él también se abría conmigo, siempre fue así.
Repentinamente, todo cambió.
Yo me fui alejando y ensimismando en lo que me pasaba. Olvidé que parte de ser su pareja era compartir mis dudas, pero al principio tuve miedo de estar equivocada y que me encasillaría en una etiqueta, que lo perdería.
Cuando en realidad, lo perdí porque no fui lo suficientemente transparente. La lealtad desapareció y ese vacío se llenó de sospecha y aprensión.
Desde hace días que él me notaba extraña, que empezaba a dudar de mi fidelidad. Tanto así que me preguntó un día si todavía lo amaba y yo no hice más que decirle un sí. Lo que nunca le expliqué es que solo como un amigo y nada más.
Le aseguré que las cosas iban bien entre nosotros y sin embargo para Layla y para mí era imposible mantenernos mucho tiempo alejadas.
El día que finalmente nos descubrió, ya lo habíamos hecho varias veces en su casa y esa mañana, durante uno de los descansos de la obra en el Caja Negra.
Nos escondimos en el cuarto de vestuario y lo hicimos sobre la mesa de trabajo, a lado de un par de filosas tijeras -la ironía de la vida- No tuvimos mucho tiempo así que esa misma noche, después del ensayo final, decidimos terminar lo que habíamos iniciado, en su aula de clase.
Pensamos que estábamos a solas, que no arriesgábamos nada, pero no fue así. Mientras sucedía, un gran estruendo se escuchó justo afuera del salón. Nos detuvimos inmediatamente y nos vestimos. Yo vi pasar una sombra fuera de la puerta y me apuré a pedirle a Layla que no saliera hasta que pudiera asegurarme de que no había nadie en el corredor.
La verdad es que para un estudiante, el castigo por tener sexo en la escuela, era mucho menor que para un maestro.
Salí y me dirigí hasta el pasillo en cuclillas tratando de ver a reojo quién había sido la persona que pasó por enfrente de aula, cuando sentí una mirada represiva sobre mi, justo en frente de mi casillero.
—¿Shapovalov…?
—Yulia, no digas nada. Por tu propio bien.
Me callé, sabiendo que fue él quien nos había visto. Me preguntaba si se había dado cuenta de que su amiga era la que estaba ahí conmigo «robándome» la poca inocencia que me quedaba.
—Recoge tus cosas si las tienes, de lo contrario, vete a casa.
—Tengo todo en el salón de clase…
—Déjalo, no importa —dijo impidiéndome volver— Tal vez sería una buena idea que llames a Sergey, que hablen sobre lo que acaba de suceder.
—Sergey debe estar con Lena, estudiando para el examen de mañana…
—Te equivocas, estuvo aquí y lanzó un pupitre contra la pared cuando las vio desde la escotilla, salió antes de que pudiera preguntarle qué pasó.
—No, él no habría venido sin avisarme… —Y fue ahí que saqué mi celular del bolsillo de mi chaqueta y vi más de diez mensajes diciendo que iría a recogerme, que me extrañaba, que me amaba, que qué tal si pasábamos la noche juntos viendo una película sangrienta.
Cerré mis ojos queriendo correr a buscarlo, explicarle… ¡Qué sé yo!, arreglar las cosas.
—Vete —dijo mi querido maestro al ver mi angustia—, no te preocupes por Layla… solo sal de aquí.
Por supuesto que me preocupaba, pero en ese momento Sergey era más importante.
Cuando llegué a su casa podía escuchar su enojo a través de la puerta, gritaba sin sentido, gruñendo como un animal furioso. Tuve miedo de entrar y me dispuse a esperar a que se desahogara por completo, no tenía sentido hablar en caliente.
Había pasado más de una hora que llevaba sentada en la grada de su puerta cuando, de repente, él salió, seguramente vio mi auto estacionado afuera por la pequeña ventana sobre su sofá.
—No hay nada que puedas decir que arregle esto, Yulia.
—Sergey, dime cómo arreglamos esto yo…
—Me engañaste, me dijiste que todo estaba bien y yo te creí… ¡Te creí! —gritó su indignación.
—No podía decirte lo que me pasaba, tenía miedo…
—¿Por qué ella? —preguntó directamente— Supuse que estabas con alguien… uno de los chicos, tal vez Vlad… Pero jamás ella.
—Yo…
—¡Es una maestra! ¡Es una mujer!
—¡Lo sé! —grité de vuelta— Lo sé.
Él se sentó a mi lado, respirando pesado, dolido, con lágrimas en sus ojos y eso fue lo que más me dolió. Haberlo lastimado así, porque no pude ser clara, por idiota, porque en realidad si "pude" pero no quise.
—¿Eres lesbiana ahora?
Asentí sin decirlo en voz alta, no hacía falta y en ese instante sentí pena aceptarlo.
—¿Y yo que fui? ¿Un juego hasta que llegara la mujer perfecta?
—No —respondí de inmediato— De verdad creí que te amaba, creí que…
—Sí, me amaste… lo hiciste, lo sé.
—Te amo, siempre lo hice pero como un amigo…
—No. ¡No! —gritó despertando a sus padres en la casa y se levantó para enfrentarse a mí— Tú y yo, siempre fuimos más que simples amantes —susurró enfadado.
—Lo sé, Sergey. Eres un muy buen amigo…
—No, ella te forzó a esto ¡Te sedujo, te mintió!
—¡No, Sergey! Yo ya no soy una niña.
—Y ella no es una adolescente, Yulia. Lo que hizo está mal, es ilegal.
—Las cosas no son así… —traté de decirle pero no había nada que pudiera convencerlo de que no me estaba dejando llevar por las redes de una pedófila. Cumpliría 18 años en menos de una semana, esa era mi decisión, de nadie más.
—¡No lo ves, estás ciega!
—¡Si te hubieras enterado en ocho días, no tendrías ese argumento!
—Ese no es el punto, debo denunciarla…
—¡¿Qué, estás loco?!
—¡Lo que hizo está mal…!
—No seas vengativo, Sergey. ¿Cuándo has sido así?
—¿Acaso estás enamorada de esa vieja?
—¡Tiene 28 años, no está en un ancianato!
—¡No me importa, mañana a primera hora la denunciaré! —Yo lo miré después de su última amenaza y acto seguido me subí en mi coche y me fui.
¿Qué más podía hacer? Él haría lo que quisiera y yo no tenía nada más que discutirle, no cambiaría de parecer.
Se había convertido en otra persona. La furia de sus palabras corría como veneno por su sangre, el mismo que hasta el día de hoy circula por su corazón, por su mente. Él cambió… para peor.
Creo que lo que más lo enfureció es saber que, al día siguiente, antes de que él tuviera oportunidad de hablar con la directora, Layla ya había renunciado y había recogido sus cosas, ya no era parte del cuerpo docente, ya no había nada que él pudiera hacer.
Una vez más desearía que todo hubiese terminado ahí, pero no.
Esa noche Layla fue a mi casa, quería despedirse porque estaría viajando indefinidamente fuera de la ciudad y no quería que lo que sea que había entre nosotras muera en un «no te muevas de aquí, ya regreso».
Mamá no estaba, Samir había salido a acampar con unos amigos y yo estaba sola en casa.
La jalé de un tirón y la besé, la llevé de a poco hasta la sala y… No tenía idea que él iría a buscarme. Parecía una maña broma, ¿tenía que encontrarnos siempre así, en una posición comprometedora?
No nos interrumpió, pero según él, «vio lo mucho que me gustan las mujeres». Estaba decaído, pero aún así, me confrontó con lo que tenía en ese momento, con su odio, con su desprecio.
Hasta ahí había llegado todo, nuestra relación, nuestra amistad… todo.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 96: Who’s Eva
________________________________________
No voy a mentirme a mí misma y decir que el sexo con Layla fue el mejor que tuve en mi vida.
Desde entonces he pasado por muchos cuerpos y todos distintos. Unos con mejor sabor que otros, de eso no hay duda.
Lena por ejemplo, es ese tipo de mujer que puede aniquilarme con muy poco y eso me encanta, porque ella nunca entrega lo justo y necesario, ella lo da todo, así que el sexo puede durar eternidades y todo es nuevo y excitante, siempre.
El año pasado, sin embargo, volvió a mí el recuerdo de todo lo que había sucedido en la escuela. Conocí a alguien que, como Layla, me cambió la perspectiva de las cosas.
Llevaba años saltando de cama en cama, desde que salí de la secundaria hasta ese día en el cual, por el aburrimiento, entré al club de Dinah y me encontré con una mujer que simplemente me dejó sin aliento.
Ella era una chica de 18 años, afroamericana, hermosa; con una delicada figura y unos ojos rasgados como los de mi antigua maestra, solo que los suyos eran de un color café chocolate, como ningunos otros que hubiese visto.
Bailaba increíble y tenía todas las sonrisas correctas. Mi tipo de chica, definitivamente lo era.
Empecé a ir al club más seguido, solo para poder verla, pedirle algunos besos, pagar para que me atendiera solo a mí. Lo que a Dinah siempre le gustó; podía gastar más de diez mil euros en una sola noche, entre tragos y chicas, pero Eva… ella era distinta de todas las demás.
Después de un par de meses de frecuentarla en el bar -varias noches a la semana-, le ofrecí llevarla a casa después del cierre.
Esa mañana parecía particularmente agotada, así que aproveché y la invité a desayunar. No le haría bien pasar tantas horas bebiendo sin probar bocado.
Su risa era algo que me alborotaba completamente, sincera, de esas que no te encuentras muy seguido; un hoyo se marcaba en su rostro y sus ojos prácticamente desaparecían.
Verla así, en un entorno más neutral, fue lo que empezó a despertar sentimientos en mí, que eran, palpablemente, distintos a cualquier otro que había tenido durante esos seis años.
Ella tenía mi ternura con tan solo mirarme, se llevaba mi cordura con sus labios, se volvió mi adicción al salir de ese lugar por las noches y así empezamos nuestra relación.
Dinah tenía sus reglas, las relaciones entre clientes y empleadas estaban prohibidas. Así que nos encontrábamos a un par de cuadras del Club en las mañanas y yo la llevaba a mi hotel para pedir el desayuno a la cama y verla dormir por un par de horas hasta que se despertaba para entretenernos un rato jugando con nuestros cuerpos.
Me encantaba besarla, tenerla entre mis brazos, acariciar su morena piel, hacerle cosquillas para escucharla reír. Me encantaba perderme en las líneas de su cuerpo y oler su fragancia.
A medio día salíamos tomadas de las manos a almorzar en las afueras de la ciudad, o elegíamos lugares a los que Dinah jamás iría y, en las tardes, la dejaba dormir un poco más para que esté lista para su siguiente noche.
Mis celos son algo de lo que no me enorgullezco. Estaba saliendo con una hermosa chica y odiaba pensar que, las noches que yo no estaba en Ekaterimburgo, ella se besaba con otras mujeres, se dejaba tocar, bailaba para ellas. Yo solo quería que Eva fuera mía, pero entendía sus motivos.
De todas formas, pronto no importaría lo que yo quisiera, estábamos destinadas a no estar… juntas.
Una noche la llevé del hotel a su departamento para que recogiera su atuendo del show y nos encontramos con una visión que creo que hasta ahora me atormenta.
Llegábamos, como siempre, riendo de algo que había sucedido en la tarde. Se veía tan bonita al subir la escalera que, sin pensarlo, la rodeé por la cintura y la empujé contra la pared del pasillo.
La besé con cariño, hasta con… amor. Llevé mis manos a sus mejillas y la acaricié antes de cortar con un beso tierno sobre sus labios y luego otro y después… otro más. Cuando, sin aviso alguno, alguien carraspeó a nuestras espaldas.
Era ella… su madre, Layla.
Sí, enterarme que mi maestra, la que me quitó mi lesbiana virginidad a mis 17 y sus 28, había dado a luz a mí, en ese entonces novia, cuando tenía apenas 16 años, fue un hecho que creo que me dejará marcada de por vida.
Ahora con 34 años y la potestad de reclamar lo que sus ojos acababan de ver, no dudó en hacerlo.
—Eva, déjanos a solas, necesito hablar con…
—Yulia, mamá, se llama Yulia y es mi novia.
—¡¿Mamá?!
—Eva… entra al departamento y déjanos a solas.
—¡No! Deja de perseguirme, ¿quieres? ¡Ya no soy una niña!
—Bebé… —Me detuve, le acababa decir bebé a una chica de 18 años que tenía una relación con una mujer de 24, casi repitiendo mi historia con su madre. La vida es una ironía total— Está todo bien, voy a hablar con… tu mamá. Tú… prepárate para el trabajo, te esperaré en el auto.
Eva se acercó a mi rostro y dejó un beso en la comisura de mi boca y, acariciando mi brazo, abrió la puerta y desapareció.
Layla comenzó a caminar a paso firme, completamente enfadada, hacia la salida del edificio. No quería que su hija nos escuchara y yo prefería que nada de lo que estábamos por discutir llegue a sus oídos.
—¿Qué haces con Eva?
—¡¿Tienes una hija de 18 años?!
—Yo pregunté primero.
—¡¿Y eso qué importa, Layla?! Jamás me dijiste que tenías una hija, mucho menos una que había entrado en la pubertad cuando tú y yo…
—Yo… no sabía cómo hacerlo. Tú eras muy joven también, no quería asustarte, lo nuestro…
—Nunca fue serio, lo sé, pero… ¡Debiste decir algo!
—¿Qué haces con ella, Yulia? —Insistió demandando una respuesta.
—La conocí, me gustó, la quiero, es mi novia…
—¿Tu novia? —se ríe— ¿Desde cuándo?
—Tres meses —contesté esperando que ella se diera cuenta de que no era un juego.
—Debes terminar con ella.
Me le reí, con mucha, mucha burla.
¿Por qué terminaría mi relación con una chica que me volvía loca? ¿Porque ella estaba celosa? ¿Porque no quería terminar en segundo lugar después de su hija?
—Ella sabe de ti… sabe por qué nos fuimos de Moscú.
Y toda la gracia que tenía desapareció en un segundo.
—Eva no sabe nada… —le respondí.
—Sabe perfectamente qué sucedió, me lo dijo hace un par de años. Sabe también que fue una chica muy linda de ojos azules —me confiesa preocupada— ¿Crees que no te odiará cuando sume dos más dos y entienda que fuiste tú?
Para ser sincera, no tenía ni idea de la reacción que Eva tendría si supiera de mí y su madre.
Habíamos hablado en varias ocasiones de lo mucho que la odiaba, por cosas que ella hizo años atrás. Nunca me dijo qué, pero me repitió que prefería no tener nada que ver con ella o con las cosas malas que salieron de ese incidente. En este caso, conmigo.
—Vine a verla porque le conseguí la oportunidad de estudiar en San Petersburgo y quiero que lo considere seriamente —me comunica— No esperaba que encontrara a una pareja, mucho menos a ti.
Ir a la universidad en San Petersburgo era uno de sus anhelos más grandes, esa era una de las razones por las que trabajaba con Dinah. Esta era, de hecho, una buena oportunidad. No supe que decir.
—Lo único que la ata, es ese trabajo en ese estúpido Club y ahora tú —dijo llena de razón.
—¿Nos vamos? —escuché a Eva a lo lejos, ya casi era la hora de entrada y, dejando a su madre ahí, salimos del lugar.
Eva nunca se mantenía en silencio, siempre tenía algo que decir, así pareciera lo más insignificante. Sin embargo, pasó dos semanas casi en modo apagado. Conversaba muy poco, sonreía en lugar de reír como siempre, se veía decaída, deprimida, hasta que, una tarde, se acostó a mi lado en la cama y me repitió lo que Layla me había contado esa noche.
—Tal vez sea la única oportunidad que tenga de estudiar y ya he ahorrado el dinero suficiente como para vivir tranquila.
—Lo entiendo, debes ir…
—Yulia, sé que esto es muy reciente, pero yo… te quiero. Me duele terminarlo así, pero en San Petersburgo, las cosas no serían como aquí.
Eso lo sabía bien. Nuestra relación por más «íntima» que fuera, no llegaba tampoco a la formalidad de mover cielo y tierra por estar juntas.
Me dolió dejarla ir, pero ese dolor fue rápidamente reemplazado con la angustia de saber de la desaparición de Lena y bueno, así pasaron estos siete meses, buscándola, encontrándola, «encontrándonos».
—Yulia, ¿estás bien? —me pregunta Lena moviendo su mano de lado a lado frente a mi rostro. Yo sacudo mi cabeza enfocando nuevamente la mirada en la imagen que pasaba en el televisor.
Un segundo reportaje del arresto de Sergey. Esta vez, saliendo de la comisaría con su abogado y… con Eva de la mano.
¿Qué diablos quiere él con ella?
Dudo que sepa de Layla, pero si es así, lo único que quiere es venganza.
Mi Eva con Sergey… Nada de esto está bien.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
—Yulia, parece que hubieras visto un fantasma en la tele.
—Algo así —le respondí sin saber que más decir. No podía poner de manera agradable un: «acabo de ver a mi ex-novio de mano de mi ex-novia, que además resulta ser la hija de la mujer con la que le metí los cuernos en la secundaria y con la que descubrí que era lesbiana, y que además, era tu maestra de clases».
No, realmente era mejor no decir nada.
—No puedo creer que lo hayan dejado salir —dice sentándose a mi lado en la cama— Lo peor de todo es que si esa chica no está mintiendo por él, significa que alguien que nos conoce a los dos quiso matarme e inculparlo.
Definitivamente Sergey no está mintiendo, Eva jamás se prestaría para encubrir a nadie, no está en su carácter el mentir, al menos no de esa manera.
—Tendré que buscar a una nueva manager —dice cambiando convenientemente de conversación.
—Eso es un alivio.
—Lo dices porque no la conocías —responde a mi apatía.
—Pensé que la odiabas.
—No tanto como odio, pero... No puedo negar que era una excelente manager.
—Por supuesto, siempre buscaba su interés y ese era explotarte —le contesto frontalmente, ella sabe muy bien que digo la verdad, no tiene por qué ofenderse— Puedo presentarle al mío, Piotr es un excelente representante y jamás permitirá que te pierdas en el trabajo.
—Gracias, pero la verdad, preferiría que fuera mujer.
—No me digas que eres una de esas raras feministas que siempre preferirá a una mujer en cualquier empleo.
—No es eso, es solo que ya he tenido malas experiencias con hombres en el medio. Siento que una mujer puede entenderme mejor, eso es todo.
—Pues tú te lo pierdes. P es genial y tiene una gran gama de clientes importantes, lo que quiere decir que es bueno negociando, te daría lo mejor de lo mejor.
—Hmm, no lo sé.
—Deberías pensarlo, además, después de considerar al buitre de Varvara, cualquiera te caería bien.
—Bueno, ¿y no te da curiosidad el porqué no la contrataré a ella de nuevo?
—No —le digo a secas. Se perfectamente el motivo. Dos meses después de su desaparición, le insistió a Sergey que la contratara, ofreciéndole el cielo y la tierra.
Recuerdo haberlo visto tan impresionado con un par de contratos que le ofreció como prueba de su eficiencia, que no dudó en aceptar el trato y la empleó de inmediato.
Arpía con arpía, son el equipo perfecto.
Además, hasta aclarar el lío del incendio es un conflicto de interés.
—Entonces ya sabías que trabaja para él.
—Sí, siento no haberlo mencionado antes, no creí que fuera importante.
—No lo era, ahora todo parece relevante —suspira y entrelaza nuestras manos— Deberías hablar con Anna, todo esto la está afectando demasiado.
Tiene razón, la he visto más y más deprimida con cada cosa nueva que aparece. Esto no es para nada buena publicidad para su carrera. Tuvimos que desconectar todos los teléfonos de la casa y silenciar su celular, porque no dejan de llamarla para que haga una declaración.
—Deberíamos tomar unas vacaciones de todo esto —le sugiero, preguntándome a mí misma si no estoy loca por proponer lo siguiente—: ¿Por qué no vamos a Kingisepp y nos quedamos las tres ahí un tiempo?
—¿Quieres ir a visitar a Sash?
Sí pésima idea, pero…
—Recuerdo que cuando fui a buscarte pasé los días más tranquilos que he tenido en años. A nadie ahí le importa lo que haga un grupo de estrellitas del espectáculo.
—Lo sé, por eso planeaba quedarme, hasta que tu presencia me sacó corriendo como el correcaminos.
Es verdad, yo la espanté, la hice huir otra vez. Hubiera sido lindo vivir ahí con ella, acurrucarnos frente la chimenea de esa cabaña, tomar café caliente en el porche mientras caía la nieve.
«Interrumpimos la programación para informarles que la policía de Ekaterimburgo dará en unos minutos un informe sobre el arresto y liberación del actor y cantante Sergey Lazarev, arrestado esta mañana bajo sospecha de intento de homicidio e incendio provocado…»
—¡Yulia! —dice Anna sobresaltada, entrando a la habitación, tiene los ojos hinchados y unos pañuelos desechables en la mano. Debo hablar con ella, es un hecho— Tienes visitas y no te imaginas quién es.
—¿Quién? —pregunta Lena por mí con curiosidad.
—¿Recuerdas a la maestra Peterson? —"Layla, ¿Dios, qué hace aquí?, ¿está loca?"—La dejé pasar a la sala, ¿qué crees que quiera contigo?
Lo sé perfectamente, pero no es una conversación que quiero tener con ustedes dos aquí.
—Voy a averiguarlo, quédense aquí.
—Te acompaño, fue nuestra maestra por muy poco tiempo, pero era una de mis favoritas. Me encantaría verla nuevamente.
Sí, definitivamente va a ser una extraña conversación. Adiós vacaciones.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Nos leemos mañana!
Capítulo 98: Coincidences
________________________________________
Nunca fui una fiel creyente en las coincidencias, siempre pensé que las cosas que le suceden a un ser humano son un una reacción a una decisión previa. Nada pasa por pasar.
Mi cambio de opinión, llegó a mí como una epifanía una noche que estaba tomando un baño junto con Eva en el hotel.
La tina era enorme, una de esas que además es jacuzzi y el agua estaba deliciosa.
Yo entré primero y me recosté de espaldas en un extremo, la vi quitarse la bata blanca y como, poco a poco, su piel morena quedaba a mi plena vista, y pensé, qué afortunada era de tener a una mujer como ella conmigo esa noche, más aún, que sintiera algo por mí.
Ella entró en el agua, introduciendo sus pies con mucho cuidado, no quería quemarse, pero la temperatura estaba perfecta.
Ese cuidado me puso en modo «cámara lenta», cuando un grupo de olas se formó apenas sus dedos tocaron el agua y empezaron a expandirse suavemente hasta llegar a mis pechos.
Yo me moví escasamente, para darle más espacio, y vi como yo creaba otra oleada en dirección suya.
De repente me sentía como una niña, viendo como el agua que salía desde mi dirección se alejaba buscando un límite y chocaba con la que venía desde su posición, regresando una vez más en el rebote. En perfecta armonía.
No fue hasta que finalmente se sentó, que la convergencia de olas, que iban y venían en todas las direcciones, terminaban «coincidiendo» en un solo punto, reventando suavemente por el impacto.
—¿En qué piensas? —me preguntó, seguramente viéndome con una cara que no se descifraba sola.
—En las coincidencias —le dije despertando un poco y le sonreí, porque la que llevaba ahora la cara indescifrable, era ella.
Esas coincidencias son las que ahora me traen frente a su madre, que no pudo contener una mirada de reproche cuando me vio acercarme de la mano de Lena.
—¡Layla! —dijo Lena acercándose a darle un abrazo.
—Lena, es un gusto volver a verte —fingió y viéndome fijamente me dijo al separarse—: ¿Tu nueva novia?
Noté la cara que puso Lena, también la de Anna, dudaban de la intensión de sus palabras, que al momento entiendo únicamente yo.
—Mi pareja, sí.
—¿Podemos hablar a solas? —dijo sin esperar, y la entiendo, su preocupación es Eva, no tiene tiempo de pláticas superficiales.
—Por supuesto —responde Lena, una vez más, dejándome sin palabras y despidiéndose junto con Anna que desaparecen por la escalera hacia el segundo piso.
—No pierdes el tiempo, por lo que veo.
—Han pasado nueve meses, Layla. ¿Esperabas que me haga monja?
—Mira, Yulia, no quiero discutir tus relaciones. No viene al caso —me aclara dejándose de rodeos— Vine para preguntarte sobre Eva.
—No hemos hablado desde que decidió irse a San Petersburgo…
—¿Fuiste tú la que la presentó con Sergey?
—No, él y yo ni siquiera somos amigos, aunque nos frecuentábamos hasta hace poco; teníamos a Anna en común.
—No sé si eso me alivia de alguna forma o complica más las cosas.
—Quieres saber si Sergey sabe que es tu hija —menciono yendo al punto, yo tampoco quiero perder el tiempo con esto.
—Necesito asegurarme de que no está con ella para hacerle daño, después de todo, acaba de ser arrestado por intento de homicidio.
—Y lo liberaron hace un par de horas porque confirmaron que estuvo en otro lugar a la hora del incendio, le habían robado su celular.
—¿Incendio? —me pregunta sin entender. Obvio, toda esa información todavía no ha sido revelada al público, la sabemos por la tía de Lena.
—La víctima del intento de homicidio fue Lena. Alguien incendió su casa en Ekaterimburgo y le envió amenazas desde el teléfono de Sergey. Pero la policía ya confirmó que no había sido él.
—¿Así que no intentó matar a nadie?
—La policía todavía lo tiene bajo investigación, pero ya no como sospechoso.
—De alguna forma es un alivio —dice exhalando lo que parece que mantuvo en sus pulmones por horas.
—Creo que debes ser frontal con Eva y contarle lo que pasó… entre nosotras —le sugiero, aunque odio la idea. Será mejor que lo sepa de sus labios a que se entere cuando Sergey conozca a su nueva suegra, si es que llegan a eso, con el mujeriego de mi ex nunca se sabe.
—No sé si eso sirva de algo. Creo que quitarle la idea de que eres la mujer perfecta nos alejaría aún más —me confiesa con pena en su voz— Eva te aprecia demasiado y no quisiera que termine odiándote.
—Será inevitable cuando Sergey te conozca. Él ha cambiado mucho. No dudes que quiera vengarse de ti si llega a enterarse de quién es su nueva novia.
—¡Anna! —escucho gritar desde afuera, parece ser Sergey y se va aproximando— ¡Sé que estás aquí! ¡Anna! —Me acerco a la ventana y lo veo salir de su auto, lanzando la puerta. ¡¿Quién diablos lo dejó entrar?!— ¡Yulia! ¡Abre la puerta, debo hablar con Anna!
—Lárgate Sergey, ¿qué haces aquí? —grito caminando apresurada al otro lado de la puerta que ahora él golpea con fuerza.
—¡Á-bre-me!
—¡Vete o llamo a la policía! —No puedo dejar que entre e intente algo. No quiero más problemas y hay tres mujeres aquí que él seguramente repudia en este momento.
Lena y Anna bajan rápidamente las escaleras y se colocan a mis espaldas. Anna evidentemente nerviosa, Lena con una de las baquetas de mi batería. Por lo menos hubiese buscado un bate de baseball o algo más eficaz.
Pero bueno, algo es algo.
—¡¿Quiero saber por qué me acusó así con la policía?! ¡Anna, maldita sea! ¡Esto puede costarme la carrera!
—¡No estoy bromeando con lo de la policía, Sergey! ¡Lárgate!
—¿Mamá? ¿Estás ahí?
Toda la sangre que antes corría por mis venas, de repente, se congela y sé, tan solo con oír su voz, que todo esto terminará mal.
Eva está aquí, Layla está aquí, Sergey está aquí, Lena y Anna… y siento como las coincidencias chocan, las unas con las otras, en un centro en común -como las olas en ese jacuzzi- y ese centro… soy yo.
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 99: The Truth
________________________________________
—¡¿Mamá?! —dicen mis dos amigas al unísono.
—Veo tu auto parqueado al frente. Ábrenos la puerta. Sergey no hará nada, solo quiere hablar con su ex-novia.
¡Dios! Quiero desaparecer, literalmente me siento un témpano de hielo, inmóvil, completamente paralizada.
Entonces, sin darme cuenta de la rapidez con la que lo hizo, Anna abre la puerta y los deja entrar.
—¿Qué es lo que te pasa, eh? —le pregunta perdiendo todo el miedo que, antes, la tenía escondida a mis espaldas— Primero se te ocurre engañarme con Katya en mi propia cama, ¿y ahora vienes a quejarte de lo que yo hice, a buena conciencia, junto con tu nueva cualquier cosa?
—¿Yulia? —pregunta ella al verme.
—Eva… —le respondo apenas moviendo mis labios. ¿Por qué la tierra no puede abrirse esporádicamente y tragarme? o ¿qué tal si me prendo en fuego de la nada y me convierto en cenizas? Eso sería mejor que esto.
—Espera, ¿la conoces? ¿Cómo conoces a Yulia?
—¿Mamá? —pregunta entrando un poco más y divisándola en la sala— ¿Qué haces aquí?
—Sergey, quédate donde estás —le digo empujándolo para afuera cuando intenta entrar con ella. El me empuja también, con más fuerza, y sigue su camino.
—¡¿Layla Peterson?! ¿Layla es tu mamá? —dice al verla y empieza a reír como desquiciado. Lo digo en serio, parece que se acaba de tragar un payaso, y uno con un pésimo sentido del humor.
—Sergey, por favor… —dice ella, suplicándole silencio, pero ya sabemos que él no se callará nada.
—¿Qué haces aquí mamá? —repite Eva sin despegar un ojo de la mujer que tiene en frente.
—¡Yo, yo! —exclama emocionado este imbécil y yo por fin recupero algo de vida y reacciono.
—¡Cállate y lárgate de mi casa…!
—¡Viniste a revivir tu amor de secundaria con mi dulce e inocente ex!
—¡Sergey! —le grito para que se calle pero el sigue super divertido riendo todavía de la situación.
—Ojos azules… —dice Eva y sé que acaba de conectar los puntos. Sabe que esa chica del romance de su mamá, soy yo.
—Eva… todo tiene una explicación… —Intento decir pero ella se da la vuelta con fuerza y me da una cachetada que me deja atontada por unos segundos— ¡¿Sabías cómo me sentía al respecto y nunca dijiste nada?!
Dios, ¿cuándo se volvió mi vida una telenovela mexicana?
—¿Qué diablos está sucediendo? —pregunta Lena colocándose entre ella y yo.
—¡Lena, estás viva! —festeja Sergey, y con una enorme sonrisa en la cara continúa—: ¡Verás, resulta que…!
—¡Cállate, Sergey! —gritamos Eva y yo al mismo tiempo y, volteándose a mi, me dice:
—Yo confiaba en ti, jamás me hubiera imaginado que me mentirías al respecto. Pensé que teníamos una relación real, Yulia.
—Yo no lo sabía…
Repito, ¿cuándo es que mi vida se convirtió en una telenovela? Y una de tan mala calidad.
—Espera… ¡¿Relación?! —dice Sergey y finalmente se le va borrando la sonrisa de la cara. Ya no le parece tan gracioso— Vaya… Yulia, ¿qué se siente primero acostarte con la madre y luego con la hija? ¿Hiciste comparaciones? Seguro que sí… ¿Cuál es la mejor de las dos, eh? Porque Eva es… uff… deliciosa.
Entonces ella y yo regresamos a ver al imbécil que teníamos a un lado y estábamos por acercarnos para caerle a golpes, cuando vemos que Anna le quita de la mano la baqueta a Lena y empieza a pegarle sin arrepentimiento.
—¡Anna, ah! ¡Qué diablos…! ¡Anna, basta! —repite cubriéndose la cara. Al parecer el palito es de mucha utilidad.
Lena la abraza por la espalda y la detiene de lastimarlo aún más. No queremos a Anna en la cárcel, aunque Sergey se merece cada uno de esos golpes.
Cuando le quito la baqueta y ella se abraza de Lena, llorando como un bebé de dos años es que me doy cuenta de que Eva está saliendo por la puerta de mi casa y yo corro para poder explicarle las cosas…
—¡Eva, espera!
—¡No!, aléjate, quédate con tu drama, con mamá. Es toda tuya, Yulia —dice subiéndose al asiento de piloto del auto de Sergey y lo pone en marcha.
—¡Maldita hija de perra! ¡Esa es mi camioneta! —le grita él corriendo a mi auto y se sube sin demora, encontrando la llave escondida en el visor del conductor.
Yo lo sigo con prisa para subirme en el asiento del copiloto, no lo dejaré perseguirla sólo.
—Bájate, Yulia.
—¡Estás loco, bájate tú, este es mi auto!
—Bien, si así lo quieres… —arranca y acelera bajando por el camino que da a la puerta de salida a la calle…
Hubiera preferido la auto-combustión….
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 100: Downfall
________________________________________
Todo sucedió de manera tan apresurada, que ni Layla, ni Anna, ni yo, pudimos reaccionar lo suficientemente rápido como para detenerlos.
Ahí estábamos, en la puerta de la casa, atónitas, viendo como se marchaban a toda velocidad.
Layla no tardó mucho más en regresar a la sala por su cartera y salir corriendo a su auto, era evidente que quería seguirlos, pero solo en esos segundos que tardó en ir y venir, ya les habría perdido el rastro, no los encontraría jamás.
—¡Layla, espera! —le grité haciendo un intento por detenerla, pero fallé. Ella debe haber estado tan contrariada, que lo más seguro es que no escuchaba nada a su alrededor.
Yo, por el contrario no perderé más tiempo y llamaré a mi tía para avisarle lo que sucedió, tal vez ella pueda detenerlos de alguna forma.
Subo lo más rápido que puedo para buscar mi celular y hago la llamada.
—Lena, puedo llamarte en unos minutos...
—Sonya, pasó algo y es urgente —le digo agitada, paseándome de lado a lado de la habitación, temblando con la idea de que Yulia está a solas con Sergey, en un auto, a toda velocidad en las calles de Moscú, persiguiendo a una chica desconocida, que al parecer es ex novia de mi novia e hija de su amante. ¡Dios, esto es un lío completo!
—Lena, en este momento envió una patrulla a la zona, hay justo una cerca —me dice hablando al mismo tiempo con varios agentes, pidiéndoles que se apresuren a buscarlos— ¡Prende la televisión, en el canal de noticias! Suelen pasar las persecuciones en vivo, tienen un helicóptero. Tal vez puedas identificar donde se encuentran y avisarme.
Cuelgo e inmediatamente prendo el televisor. No hay nada todavía, tal vez es muy temprano o quizá se calmaron y lograron detenerse.
—Lena, Yulia está en la línea, pero no responde, es como si nos hubiera silenciado la conversación, solo se escucha a Sergey y a ella hablando —Me acerca el celular y empiezo a hablarle, ignorando lo que acaba de decirme.
—¡Es inútil, Lena, ya lo intenté! ¡Yulia no va a contestar! —Me lo quita y con cuidado lo deja sobre la mesa, bajando el volumen al televisor para que podamos escuchar qué dicen, tal vez descubramos dónde están.
—¡Sergey, por favor, detente. Estás yendo a más del límite…!
—¡Cállate, Yulia! ¡No debiste venir!
—¡Tomaste mi auto!
—¡Porque Eva se llevó el mío! —dice Sergey, fúrico.
Se escuchan las bocinas de un par de autos que, me imagino, pasaron a toda velocidad.
—¡Vas a ocasionar un accidente, Sergey! ¡Cál-ma-te!
—¿Te preocupa que lastime a Eva? ¿Te enamoraste de ella? —dice con un tono cínico, y de verdad incómodo. Lo que yo quiero es saber dónde están.
Yulia, por favor, danos una pista.
—¡Vamos! —le grita muy alterado— ¡Contesta!
—¡No voy a tener esta conversación contigo, aquí! ¡Estamos en medio de la autopista!
¡Eso, gracias!
Llamo inmediatamente a Sonya, y le cuento lo que acabamos de escuchar.
—Lena, coloca la bocina de tu celular sobre el de tu amiga, déjame escuchar la conversación, tal vez así los encontremos más pronto, estoy en una patrulla yo misma dirigiéndome para allá.
Hago exactamente lo que me pide y emparejo los aparatos.
—¡Detente, por favor! ¡Nos vas a matar!
—¡Dime por qué! ¡¿Por qué diablos me engañaste con una mujer?! ¡¿Por qué tuviste que además meterte con su hija?!
—¡¿Que te importa, Sergey?! ¡Es mi vida!
—¡Y era la mía! ¡Tú me convertiste en esto! —le recrimina a todo pulmón— ¡Tú!
Por Dios, si Yulia no logra controlar esta situación, si no lo calma, de verdad tengo miedo de que algo suceda.
—¡Lena, la televisión, la persecución! —me grita Anna, subiendo apenas el volumen.
«Los autos, que se encuentran actualmente, conduciendo a la más alta velocidad, van en dirección al sur de la ciudad por la autopista principal.
»Desconocemos de la identidad de los conductores o el motivo de la persecución…»
—Sonya, están en la vía principal que lleva al sur —le digo a mi tía levantando el aparato hasta mi boca.
—¡Ya estamos aquí Lena, haremos lo posible por detenerlos! —me dice exaltada también, antes de colgarnos, y vemos como aparecen tres patrullas por detrás, tratando de alcanzarlos.
«Por fin se une la policía, Aleksei y parece que buscarán intervenir de alguna forma. Seguramente apuntando a los conductores para forzarlos a parar».
¡Oh, por Dios!
«El primer auto hace maniobras para esquivar a los que se va encontrando en el camino. Parece estar completamente fuera de control».
Escuchar a estos reporteros no hace más que ponerme los nervios de punta. Bajo completamente el sonido y me concentro en Sergey y Yulia. Anna queda pendiente de la tele, yo la miro de reojo.
—¿Qué piensas que vas a lograr con esto, Sergey? ¡Detente…!
—Dime, Yulia. ¿Lena te hizo caso o sigue ignorándote?
—Por favor, hablaremos de lo que quieras cuando frenes…
Escucho las sirenas de la patrulla a lo lejos. Por Dios, que puedan detenerlo.
—¡Hablaremos ahora! —vuelve a gritar— ¿Sabías que yo quería matarla? ¡Lo pensé, lo deseé tantas veces mientras la buscabas como loca!
—¡Pues que bueno que fallaste, idiota! —le dice Yulia, perdiendo también la calma, completamente enojada.
—¡Ojalá se hubiera muerto en ese incendio, ojalá tu hubieras estado ahí con ella y de paso la inútil de Anna!
—¿Y qué hiciste, eh? ¿Contrataste a alguien para que quemara su casa? ¿Le diste tu celular para fabricar tu coartada?
—Ni siquiera llegué a intentarlo. Conocí a Eva y por fin, por primera vez desde que todo ocurrió con Layla, pensé que podía olvidarme de ti y darme una oportunidad de ser feliz con ella. No tienes idea de como me gustaba, pero claro, ¡tenías que haber pasado por su lista de tires! ¡¿Acaso te acostaste con toda Ekaterimburgo?!
Yulia prefiere callarse, pero estoy segura de que tiene ganas de meterle un golpe.
«Señor Lazarev, por favor oríllese», escuchamos a la patrulla decir y en la pantalla puedo ver como está apenas a unos metros de distancia.
—¡Sergey, por Dios, reacciona! ¡Esta vez, sí te meterán preso! ¡No seas imbécil!
«Señor Lazarev, esta es su última advertencia, oríllese de inmediato».
La otra patrulla lo pasa fácilmente por su derecha y trata de llegar hasta donde está Eva. Va acercándose lentamente y cruza a la izquierda por detrás para poder hablar directamente con ella, me imagino que también le advierten que se detenga.
Anna sube el volumen nuevamente porque leemos una nota que titila en color rojo en la pantalla, que pide a todos los autos que salgan inmediatamente de la autopista. Están dando una alerta roja.
¡Urgente!
No entiendo qué diablos pasó, Anna tampoco.
—¡Sube más el volumen!
«La alerta fue decretada en este instante. Todos los vehículos en la carretera deben salir con suma urgencia, el primer auto está fuera de control.
»Al parecer se quedó sin frenos y su conductor está en serios problemas.
»Un accidente seguro se avecina, Aleksei, y lo que es peor, a esa velocidad, no habrá sobrevivientes».
Mi desesperación llega a tal punto que empiezo a gritarle al teléfono de Anna, suplicando que Yulia pueda oírme de alguna manera.
Veo a mi pequeña amiga tomada de la cara con sus manos, llorando sin parar. Las imágenes continúan siguiendo a ambos autos. Sergey no se detiene y un silencio sepulcral sale del celular. Ni Yulia, ni Sergey dicen una palabra, o tal vez ingresaron a un área de poca recepción, pero no se escucha un solo grito más.
Yulia jamás debió entrar en ese auto. ¡Yo no debí ser tan lenta! Debí detenerla, ¡debí detenerla!
«Señor Lazarev, nuevamente insistimos, deténgase, la situación es extremadamente peligrosa».
—¡Sergey, maldita sea, escúchalos! —Vuelve a hablar Yulia, pidiéndole una vez más que pare toda esa locura.
—Alguna vez has pensado en morir, Yulia… ¿eh? —le dice decidido y yo no puedo creer lo que acaban de escuchar mis oídos, y caigo de rodillas al piso…
Esta no puede ser la última vez que escuche a Yulia, no puede ser, no así ¡No así!
«Señor Lazarev, deténgase inmediatamente. Está usted entrando en zona naranja, si no frena, nos veremos obligados a detener forzosamente su auto».
¿A qué se refiere con forzosamente? ¡¿Les dispararán?!
«Aleksei, podemos claramente ver que el vehículo sin control, está siendo escoltado por dos patrullas más, una a la izquierda y otra en frente a unos metros, al parecer intentarán detener el auto en los picos de seguridad que se encuentran un kilómetro más adelante.
»Al parecer el desenlace de esta persecución llegará pronto a su fin.
»Jabib, si el auto logra llegar sin perder la dirección, ¿esos picos lograrán detenerlo?
»Lo más probable es que no, Aleksei. Los picos, a esa velocidad podrían provocar que el auto salte y finalmente de vueltas hasta detenerse, pero será destruido totalmente.
»Solo podemos esperar un milagro».
No puedo más, simplemente no puedo.
—¡Yulia, maldita sea contesta!
No pasa ni un segundo más cuando todo cambia.
La patrulla que iba a la izquierda de Eva, la toca ligeramente con el lado del auto y ella termina perdiendo el control. Da la vuelta y salta tan alto como para chocar por sobre la patrulla que iba adelante y saltarla completamente, dando vueltas hasta parar muchos metros adelante.
La patrulla que iba al frente queda completamente aplastada por el impacto.
La patrulla lateral también perdió el control y se estrelló al borde de la carretera.
La que iba a su derecha logró frenar a tiempo y evitó un impacto fuerte.
—¡¿Qué diablos?! —grita Sergey, unos segundos después del choque.
«¡Oh, por Dios, Aleksei. Acabamos de presenciar, tal vez el accidente más grave en lo que va del año…!», dice el estúpido reportero y la cámara dejó de enfocar en el auto de Yulia para concentrarse en el accidente.
—¡Maldición, Sergey, frena! ¡NO QUIERO MORIR! —la escucho una vez más.
—¡Yulia! ¡Yulia! ¡Yulia! ¡Yulia! ¡Yulia! ¡Yulia!
—¡No te va a oír! —me grita Anna, casi sin voz de la desesperación y yo me acerco a abrazarla porque no sé que más puedo hacer, ¡no lo sé!
«¡No puede ser! ¡Aleksei, el segundo auto en persecución choca con la patrulla que fue aplastada por el primer vehículo!
»La colisión es tan fuerte que se ve el resplandor del estallido desde lo lejos.
»Esta es, realmente, una tarde trágica en Moscú»
Ahora, no nos queda más que esperar los informes policiales para saber quiénes eran las personas que viajaban en ambos automóviles y que, sin duda, perdieron sus vidas esta tarde.
»Así es Jabib, tal vez así podamos entender los motivos por los cuales esta catástrofe tuvo lugar.
»Dios cuide sus almas, Aleksei… Regresamos a estudio».
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 101: Death
________________________________________
Hay cosas que tal vez nunca entienda.
La muerte es una de ellas.
Cuando mi padre murió todo fue tan repentino, que quedé por meses, si no es años -quizá hasta el día de hoy- con la culpa de no haber tenido un adiós.
Y es que, lo único certero en la vida, es la muerte, por el simple hecho de que es irreversible, irreparable, definitiva… La muerte viene y se lleva algo que jamás podrás recuperar.
Creo que me he quedado sin lágrimas, sin poder expresar lo tengo atorado aún en el pecho. Tal vez lo único que queda en él es ira, dolor, impotencia y la desesperación de saber que no hay nada que pueda hacer para remediar lo sucedido.
Ya son dos semanas desde el accidente. Anna, al igual que yo, estamos devastadas. Samir, salió de su escondite, tan solo para confirmar las noticias y volvió a él. Todavía temiendo por su vida.
Fyodor cuida de nosotras, ha estado muy pendiente de todo lo que podamos necesitar, sobretodo Anna. Vlad pasó a darle a ella sus condolencias, ignorándome por completo -como si yo no hubiera perdido nada- y se volvió a ir. Está irreconocible, enfadado, especialmente conmigo, aunque la que debería estar molesta soy yo.
Katya no se ha atrevido a venir. Sabe que no es bien recibida, después de todo el daño que causó, será mejor que se pierda en el más oscuro de los silencios, solo pensar en su voz, me provoca nauseas.
Creo que lo que más impacto me causó fue identificar su cuerpo.
No hay salida a esa formalidad, por más que la policía sepa quiénes estuvieron presentes, se debe tener un registro formal, un testigo que reconozca a la persona que ha fallecido, pero Anna no podía hacerlo y yo no podía negarme, no había nadie más que pudiera hacerlo en ambos casos.
Me hicieron entrar a esa sala fría, llena de casilleros metálicos. Dónde, sin duda, descansaban más cuerpos inertes. Víctimas de homicidios, cuerpos sin reclamar o parte de evidencias que no pueden ser devueltos a sus seres queridos aún.
Entré hasta el fondo y el encargado me pidió que respire profundo y exhale antes de abrir el compartimento. Me indicó también la ubicación de un balde en el piso, por si llegaba a sentir la necesidad de hacer más clara mi indisposición.
Jaló la manija de la puerta ocasionando un eco digno de una película de terror y sacó la bandeja con el cuerpo, levantando una ensangrentada sábana.
A pesar de que ya se había realizado la autopsia, el cuerpo estaba tan quemado, que las llagas habían dejado marcas en la tela. Las ampollas, que de cierta manera seguían su proceso de descomposición, aún liberaban una sustancia amarilla y acuosa.
Tuve un par de arcadas, no pude evitarlo, hasta miré fijamente al balde para calmarme, no quería reaccionar de esa manera. Sea como sea, ésta había sido una persona demasiado querida para mí en un importante momento de mi vida, no era la forma de reaccionar ante su cadáver.
Fue difícil mirar finalmente su piel. El fuego había consumido gran parte de su cuerpo, si no es todo.
No quedaba nada de cabello, uno de sus párpados era inexistente y lo que debía haber detrás de él no existía más, solo un profundo hueco marcaba esa parte de su rostro.
En ese momento pensé por qué, en este tiempo tan moderno, aún utilizamos -como sociedad- estos métodos tan crueles para los sobrevivientes. Era imposible hacer lo que me pedían, simplemente no pude.
Mis lágrimas caían a lo largo de mi rostro, muriendo en el algodón de mi remera, sin parar.
Hmm, tal vez fue entonces cuando se me terminaron. Lloré todo el día a partir de ese momento y por lo menos, varios días después.
No podía quitar esa imagen de mi mente. El infortunio de lo sucedido, de quienes murieron en ese accidente.
El encargado me sugirió que tomara unos minutos antes de abrir el segundo compartimento e intentara, una vez más, de ayudarlo con este requerimiento legal.
Sin embargo para mi ya había sido demasiado y solo quería salir de ahí. Le pedí que sacara la bandeja y termináramos de una vez con eso.
Verla ahí, tendida, con lesiones mucho menores a las de Sergey, tal vez fue un alivio menor. Su cabello de igual forma había desaparecido casi por completo y todo su lado izquierdo presentaba fuertes quemaduras, por la exposición al fuego.
Di la vuelta a la mesa para acercarme a su brazo derecho y confirmar la existencia de ese tatuaje que había tenido por años.
Era ella… era Sonya.
Ahora estoy aquí -dos semanas después- en la sala de espera del hospital, aguardando a Anna que fue a mi casa, donde nos estamos quedando por el momento, para tomar un baño, comer algo y dormir un poco.
Yulia sigue en terapia intensiva. Solo familiares pueden visitarla y nosotras no lo somos, no hemos podido verla.
En el cuarto junto al suyo, está internada Eva, con graves heridas resultado de la sucesión de impactos.
Los médicos aseguraron que, la guía de seguridad que los oficiales que la escoltaban le dijeron por el altavoz, claramente salvaron su vida.
El cinturón de seguridad apretado al máximo, sus manos en la posición correcta en el volante, mordiendo con fuerza la manga de su buzo para evitar que -entre golpes- se mordiera la lengua de una manera imposible de recuperar.
El auto de Sergey, dio por lo menos cuatro vueltas completas en el aire, antes de detenerse y ella las sobrevivió todas. Es una mujer admirable y fuerte.
Layla rara vez se despega de su lado, de cuando en cuando nos avisa como ve el progreso de Yulia.
Creer que en ese momento, Anna y yo vimos el impacto y confiamos ciegamente en el informe de esos reporteros, suena ahora tan inocente, tan… irreal.
El camarógrafo estaba concentrado en cubrir el primer accidente, el de Eva. El segundo choque ocurrió fuera de cuadro, solo las palabras de ese hombre confirmaron qué auto había sido el que colisionó.
Pero no, cuando Sergey escuchó el ruidoso estruendo de su auto chocando y lo vio volar por el aire, comenzó a frenar instintivamente. La velocidad bajó lo suficiente como para que cualquier impacto no fuera letal, sin embargo se dirigían directo a la patrulla aplastada.
La otra patrulla que los escoltaba desde su lado izquierdo, en la que viajaba Sonya, fue la que empujó de lado al auto de Yulia, desviándolos del impacto.
El oficial que conducía tomó la decisión de protegerlos de alguna forma y sacrificó su vida y la de mi tía, chocando directo con el destruido vehículo que tenían en frente, provocando aquella explosión que narró el reportero.
Su sacrificio no fue suficiente, Sergey y Yulia chocaron también del lado del conductor.
Él falleció de inmediato, Yulia perdió la conciencia. Si no hubiese sido por el equipo de bomberos -que ya se encontraban en la autopista tras la alerta roja que se había emitido minutos antes- no hubiera podido escapar de ese infierno.
Es en realidad un milagro que esté viva, que además la sacaran de ese pedazo de inútil metal, segundos antes de una segunda explosión que fue la que consumió el cuerpo de mi antiguo compañero de aula.
Ahora solo nos queda esperar. Rogar porque regrese de ese coma en el que está desde ese día.
Mañana es el funeral de Sergey, finalmente su familia pudo viajar de Polonia para recibir las cenizas de su único hijo y, haya pasado lo que haya pasado, iré…
Debo hacerlo.
Por la memoria de las cosas buenas que un día me hicieron llamarlo «mi amigo».
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
katina4ever- Mensajes : 280
Fecha de inscripción : 03/07/2015
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
________________________________________
—Es tiempo de tomar un descanso —me dijo el equipo completo de médicos que está atendiendo a Yulia— No hay nada que pueda hacer aquí. La llamaremos de inmediato si hay alguna novedad.
La verdad es que es una de las cosas más sencillas que pude hacer.
Vi a mi alrededor, a las blancas paredes del hospital, a los sillones de espera. Es un lugar caro y su sala de espera es muy cómoda, completa, no le falta nada; quizá que los sillones tengan control de masajes y eso ya sería el colmo.
No había nadie ahí más que Anna y yo, las enfermeras en su estación virando la esquina y un enorme televisor que está siempre fija en el mismo canal donde repiten documentales, una y otra vez.
El «silencio» en el fondo, acompañado por ligeras pulsaciones de las máquinas y las computadoras que monitorizan a los pacientes, es -irónicamente- ensordecedor y el sentimiento que produce después de horas de estar sentado esperando es lúgubre, como si toda esperanza estuviera a punto de perderse en cualquier momento.
No sé por qué, pero creí en ese momento que a la vieja Yulia y, tal vez hasta a la nueva, le hubiera agradado ese lugar. ¿Quién sabe?, estaba cansada.
Me levanté de mi asiento, mi agotamiento mental y físico llegaba con grandes estragos.
Llegué al auto con dificultad, sabiendo que dejaría a Anna sola en ese hospital por varias horas.
Una de las peores experiencias que todo esto trajo fue la interminable espera.
El chofer me llevó a casa por esa misma autopista en la que mi pareja estuvo a punto de morir, en la que fallecieron mi tía y mi amigo y… todo era tan extraño.
Una familia que viajaba en una mini van, pasó a nuestro lado, cantaban y gritaban emocionados por el partido de baseball de esa mañana; llevaban gorros y camisetas de alguno de los equipos y un recuerdo vino a mí, de cuando estábamos aún en la escuela y viajamos al paseo de fin de año a Reutov.
Salimos en uno de los buses de la escuela hasta el aeropuerto, viajando en esa misma autopista.
La emoción era grande.
Veríamos muchos musicales en el teatro, pasearíamos por el museo de historia local, por las galerías más que nada, la pasaríamos bien juntos, una última vez.
Fue exactamente cinco meses antes de la graduación y, todavía hacía tanto frío que, vimos al cielo nevar.
Tomé muchas imágenes en ese paseo, de todos los chicos en general, muchas de Anna, de Vlad, Fyodor hasta Sergey. Yulia odiaba las fotos. Solía decir que no quería que, cuando llegue a la fama, existan rastros de su vida por todo el internet.
Dios, éramos tan presuntuosos y -aunque muchos de nosotros alcanzamos la fama- ese no era el tiempo de pensar en el futuro, únicamente en el presente, en ese momento.
Fuimos a la Iglesia del ícono de Kazan de la Madre de Dios, un lugar enorme y hermoso. Blanco entero, con el viento helado y la única foto que logré conseguir de una cierta chica de ojazos azules fue ahí, haciendo un ángel en la nieve.
Sonreía a ojos cerrados, como si eso la hiciera más feliz, como si encontrara cierto tipo de paz en el hecho de que se dejaba finalmente ir, que ya no pretendía ser algo más que una chica de diecisiete años con sus amigos.
Mi foto favorita de todo el paseo, tal vez lo fue por muchos años después, porque logré capturar algo que solo pude volver a ver en sus ojos hace unos meses, después de que sus labios dejaban los míos.
Era libre y era feliz.
Esa noche era nuestra última en la gran ciudad y después de una increíble presentación volvimos al hotel. Sergey estaba enfermo por llevar un buzo demasiado delgado al parque.
Su resfrío lo tuvo en la cama del hotel todo el último día y Yulia no quería despegársele, todavía eran la pareja perfecta de la escuela, aún no se convertían en los amigos distantes que se trataban con desprecio y que casi contemplan la muerte juntos.
El plan del curso entero era viajar al Moscow Oblast y visitar el más famoso puesto de hotdogs de la ciudad.
Sin embargo, cuando estaba por bajar al lobby para encontrarme con el resto del grupo, Yulia entró a la habitación que compartíamos con Anna y me pidió que no fuera. Se sentía mal, cansada, enferma y simplemente no quería estar sola. El doctor del hotel la había revisado en el cuarto de Sergey y le recetó reposo y unas pastillas que le quitarían su reciente fiebre.
Se cambió de ropa y se abrigó por el frío que sentía, hasta se puso dos pares de medias para dormir; su temperatura iba en ascenso. Me apresuré a llenar un vaso con agua y lo coloqué en su velador junto con las pastillas, y, sin perder mucho tiempo, me preparé para ir a la cama.
La vi tan pálida y desanimada que decidí darle un gusto y prendí el televisor, dejándolo en el canal de películas de terror. La que estaban pasando era una de sus favoritas, «Insidious».
No tardó más de dos minutos en preguntarme qué hacía tan lejos.
—Morirás del susto, Katina. Ven.
No quise iniciar una discusión, nunca me asustaron las películas de miedo, simplemente odio la sangre, el gore.
Me acerqué y ella me hizo un espacio a su izquierda, yo entré y me cobijé, acomodándome a su lado.
Ella temblaba, aunque estaba hirviendo, no había mucho que hacer más que esperar a que la medicina haga efecto.
No fue hasta cuando sus dientes empezaron a emitir un chasqueo constante, que me di cuenta de que me hablaba.
—¿Puedo abrazarte? —murmuró muy bajo— No quiero que te asustes.
Escucharla me daba ternura. Tal parecía que Yulia no era una paciente ejemplar, quería mimos, quería alguien que la cuide en su sufrimiento.
Se apegó a mi pecho y yo la rodeé con mi brazo por la espalda, juntándola a mi cuerpo lo suficiente para que estuviera cómoda. Con mi otra mano acariciaba su suave y negro cabello hasta que, poco a poco, el efecto de las pastillas se hizo presente y su respiración, así como la estabilidad de su cuerpo, se normalizó.
Había caído profundamente dormida a media película y yo, tenía un insomnio que no me dejaría dormir hasta la mañana siguiente.
Aún recuerdo el calor de esa noche, la fuerza de su abrazo, la presión de sus dedos sobre mi abdomen, su cabeza sobre mi pecho, subiendo y bajando al ritmo de mi respiración; descansando mientras yo apercibía el aroma de su cítrico shampoo y la contemplaba bajo una luz tenue que entraba por la ventana.
Recuerdo esa noche y me pregunto si lo que está esperando para volver a nosotros en este momento, es que alguien le acaricie la espalda y la bese en su cabello; si necesita escuchar los latidos de mi corazón para encontrar su camino nuevamente a la tierra.
Me pregunto si puede verme ahora, si tal vez está perdida en un submundo, en un nivel distinto al nuestro, ni aquí, ni allá. Si se siente feliz así, como lo hizo ese día en el parque mientras hacía un ángel en la nieve.
Me pregunto… ¿dónde está?
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20, Elena Sonda y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
A katina4ever le gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 103: Red Code
________________________________________
Hubo un código rojo hoy, en la sala de cuidados intensivos.
La tranquilidad que usualmente colma la sala de espera se vio afectada por personas que corrían al área contigua, para tratar de mantener uno de los pacientes con vida.
Por un segundo, mi corazón se paralizó al pensar que era Yulia.
Lena y yo saltamos de nuestros asientos y corrimos hacia el acceso, donde una persona de seguridad nos detuvo.
Por suerte era la otra chica, Eva.
Bueno, no debería decir «por suerte». No es una suerte ver a su mamá sufrir o mucho menos saber que un coágulo casi le provoca la muerte. «Por suerte», los médicos actuaron con rapidez y lograron salvarla.
No le deseo el mal a nadie, pero como dice Yulia, tampoco tengo que ser amiga de todos, o debo simpatizar con el mundo que me rodea. Mucho menos con una chica que empezó una relación con mi ex a pocos días de que yo terminara con él.
Claro que si soy justa, eso tampoco es su culpa, ella no tenía por qué saberlo.
Todo esto es extraño y quisiera tener a alguien a quién culpar.
Por lo menos tengo la seguridad de que Sergey no fue el que quiso matarnos a Lena, Yulia y a mí; puedo estar tranquila con el hecho de que no quiero odiarlo, aunque fue su irresponsabilidad lo que puso a mi mejor amiga aquí y a él, allá… bajo tierra.
Lena habla muy poco últimamente. Está más decaída y sombría cada día que pasa. Pierde esperanzas y creo que, más que nada, la presión de los medios la está colmando.
Ahora mismo suspira profundo, con mucho pesar. Ya ni se preocupa por cosas básicas como comer bien, vestirse mejor, peinarse un poco.
Un grupo de paparazzis, que vive fuera del hospital, le ha tomado fotos deplorables que se publican en las revistas o las páginas web, al día siguiente con titulares como «La chica perdida de la farándula, tratando de marcar tendencia y poner de moda a los pantalones de yoga y los buzos flojos».
Por una parte no tengo duda de que así será. Siempre influenció la moda, a su manera.
Recuerdo a Yulia decirme un día que no entendía por qué Lena, que podría tener lo que quisiera en la punta de los dedos, no hace ningún esfuerzo por aprovechar aún más su popularidad.
Lo que Yulia no entendió nunca es que ella se dedicó a ser productora de televisión. Vive de reunión en reunión, con un horario fijo, además de que puede tener mucha libertad, nadie le exige ser de una u otra manera para encajar en un molde.
Lena y yo, por lo contrario, debemos tratar de apretar todas nuestras obligaciones como sea y buscar, por ahí, un tiempo para dormir, a lo sumo seis horas al día.
No es fácil estar del otro lado del lente, o del micrófono. La vida no es tan rosa como la publicamos en Instagram o en Facebook y no tenemos todo el tiempo del mundo para enviar Tweets.
Pero Lena realmente necesita a alguien que la ayude a organizarse, que se pelee con la prensa para que dejen de acosarla, o tal vez crear un rumor de alguien más para poder quitar todo ese peso de sus hombros.
Yo solo espero que no sea Varvara.
Siempre demostró ser un monstruo, un troll que no la dejaba descansar ni dos segundos.
Y desde el día que se hizo pública la muerte de Sergey, ha estado llamando todos los días, por lo menos tres veces, ofreciendo sus servicios.
—Hola, ¿Anna Kvitko?
Dios, un fan. ¿Cómo subió aquí? Es casi imposible llegar hasta ésta área.
Hmm, viene con tres cafés en mano, y una bolsa con lo que parecen rosquillas… Tal vez no llame a seguridad.
—Sí —le respondo, poniendo mi cara de «Hola Fan»—, ¿quieres un autógrafo? —el ríe. Okey, tal vez quiere el de Lena. Ya no quiero sus rosquillas.
—No, perdón. Parece que Kay, digo, Lena, no te comentó que vendría —dice refiriéndose a mi amiga con su nombre secreto, ¿quién es este chico?— Mi nombre es Sash.
El nombre me suena familiar, pero… ni idea.
—Salió hace menos de dos minutos en esa dirección —Le señalo— Seguro fue al baño, pero no me lo mencionó.
¿No dije que últimamente casi no habla?
—Entiendo, debe haber ido al baño como tú dices. Ten —responde pasándome una de las tazas, la única que es de un color diferente.
—Es chocolate, Kay me dijo que no te gusta el café —hace un gesto rápido de auto reproche y se apura a decir—: Lena, perdón. Es solo que… no me acostumbro —termina sonriendo apenado.
—Está bien que la llames así, creo que a ella le gusta más.
Agradezco por mi bebida y la veo virando la esquina, viene cabizbaja, cruzada de brazos, concentrada, tal vez en los cuadros del piso.
—Ahí viene —le digo. Él deja todo sobre la mesa que tenemos en frente y, a paso ligero, va en su encuentro.
Al llegar a ella, la detiene con el susurro de su nuevo nombre y ella lo mira con tanto cariño y se echa a llorar.
Pronto él la abraza y le dice que todo va a estar bien. Que finalmente él está aquí y que no se preocupe más.
Lena lo abraza con tanta fuerza, con tanta necesidad de explotar que me provoca también dejar mis lágrimas salir.
Ese chico que ahora abraza a Lena me recuerda tanto a Sergey cuando éramos nada más que amigos en la escuela, cuando él era el primero por preocuparse por mi, cuando sus sonrisas lograban calmar todas mis dudas, mis temores.
Lo extraño, a él mucho más que a mi novio. Extraño lo que ya no voy a tener, extraño no volver a escuchar su voz, no volver a oler su fragancia en su piel, no volver a reír con él cuando jugábamos póker en las noches o cuando cocinábamos los domingos en la parrilla.
Extrañaré sus besos, sus caricias, sus sonrisas, pero sobre todo, sus abrazos fuertes…
—¡Lena, Anna! —Veo a Layla saliendo de la sala de cuidados intensivos— ¡Yulia despertó!
________________________________________
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
A katina4ever, Fati20 y a Veroska les gusta esta publicaciòn
Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
A katina4ever le gusta esta publicaciòn
Página 6 de 13. • 1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13
» EL CIELO DE RYN (ADAPTACIÓN A YULENA)
» REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
» LA APUESTA // (ADAPTACION A YULENA) BY: densgd14
» CELDA 066 (ADAPTACION YULENA) POR: DiLea