HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 104: Awake
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Mi cabeza se siente como si fuera el centro de una batalla épica y la luz, aunque poca en este lugar, quema mis ojos.
Siento el cuerpo entumecido de pies a cabeza, no puedo moverme, apenas siento los dedos de las manos, mínimamente.
Mis oídos tienen un zumbido y un pitido intermitente, aunque creo que son las máquinas que vi al abrir mis ojos hace un momento.
Estoy en un hospital, eso es seguro.
Mi labio está hinchado, lo siento claramente aunque no me lo he tocado, ni lo he visto, siento un cosquilleo y una palpitación en él.
A lo lejos escucho a gente alborotada, gritando órdenes. Alguien a mi lado está muriendo. Solo puedo pensar en que, tal vez es Sergey. No creo que Eva haya sobrevivido a lo que vi… ¿hoy? ¿Todavía estamos en este día o perdí la conciencia?
Nadie viene por mí a chequearme, seguro están todos en la pieza de al lado.
Lena… ¿dónde está Lena? ¡¿Por qué no está a mi lado?!
¿Dónde está Anna, Samir?
¡Oh, por Dios! ¡Qué alguien me ayude!
No puedo hablar, mi garganta está completamente seca, duele. No puedo tragar, arde intentarlo.
Vuelvo a cerrar mis ojos e intento descansar unos segundos, solo hacer esa pequeña acción me agotó inmensamente. Tengo algo en la nariz, son tubos, con oxígeno me imagino. ¡Dios, ¿estoy conectada a una máquina que respira por mí?! ¡¿Estoy muerta?!
Necesito a alguien que venga por mí. Por favor… alguien… ¡ayúdenme!
—¡Vamos! ¡Al quirófano de emergencia! ¡Debemos salvar a esta mujer!
No es Sergey, es una mujer.
No recuerdo mucho después de que la patrulla impactara con nosotros, solo el rostro de pánico en mi ex, que trataba de frenar a toda costa.
El impacto dio en su lado, yo salté hasta el techo, pero el cinturón evitó que me golpeara contra el parabrisas.
Lo último que recuerdo, es el golpe que sentí en la espalda, cuando todo el aire salió de mis pulmones… y ahora la luz que quema mis ojos. Esta luz blanca que ya no aguanto más.
¿Por qué nadie viene por mí? Estoy segura que no estoy muerta, ¿por qué, no puedo moverme?
¡Lena!
¡Lena!!!
Siento que mi pecho se altera y empiezo a tener dificultad para respirar, mejor será que me tranquilice. Que espere a que vengan por mí. Algún momento tienen que hacerlo, ¿no?
Quisiera poder mover mis manos para tapar mis ojos y evitar que esa maldita luz me provoque más malestar.
Eva… recuerdo su mirada herida al salir de mi casa. ¿Murió? Debió hacerlo, ¿quién sobrevive ese choque?
Tal vez todavía siento demasiadas cosas por ella, tal vez no quería aún despedirme… Ni siquiera tuve la oportunidad de hacerlo.
Y Sergey… ¿dónde está? ¿Dónde está la tía de Katina que chocó con nosotros? ¡¿Dónde están todos?!
¡Ayúdenmeee!
¡Alguien que me ayudeee!
Mi respiración no da más y mis ojos arden como si alguien estuviera clavando agujas en ellos, todo debido la sal de las lágrimas que empezaron a salir de mis ojos.
Tranquila Yulia, calma.
Voy sintiendo más cansancio, todo me agota. Debo descansar, ya vendrán por mí.
—¿Hace cuánto recobró el conocimiento? —escucho a un hombre decir a mi lado he intento abrir los ojos pero me veo atacada por una luz muchísimo más brillante que la anterior, ultrajando mi ojo izquierdo.
—Debió ser en la conmoción de ayudar a la señorita Peterson, doctor…
—¿Y mágicamente se volvió a quedar dormida?
—No sabemos cuanto tiempo estuvo despierta, pero ya está consciente desde hace algunas horas, según el historial del monitor.
—Entiendo, señorita Volkova, ¿puede oírme?
Asiento ligeramente, y él lo nota porque me da un par de palmadas en el hombro.
—Está muy débil, pero arreglaremos eso de inmediato con un suero. También le administraremos otro tipo de medicamento más suave para el dolor, uno que le permita más movilidad.
Vuelvo a asentir e intento hablar, pero él insiste en que espere a que todo se normalice, que no me esfuerce demasiado. Y sí, ya me siento exhausta de nuevo.
Siento que está por irse, pero logro mover mis dedos y acaricio el dorso de su mano deteniéndolo. Comienzo a parpadear aunque duele hacerlo, necesito que apaguen la luz o me cubran la cara o algo.
—¿La luz? ¿Le molesta mucho la luz? —respondo moviendo mi cabeza de arriba hacia abajo y el apaga inmediatamente el cuarto.
—Enfermera, programe inmediatamente una resonancia magnética para la señorita Volkova, con urgencia. Debemos asegurarnos de que no presenta un cuadro de conmoción cerebral dice preocupado a una de las mujeres que estaba en la habitación.
—Doctor, hubo cambio con Yulia —escucho a Layla preguntarle, ¿Eva está aquí entonces?, ¿o está aquí por mí?
—Sí, recuperó la consciencia, pero le haremos unos exámenes.
—¿Puedo avisarle a sus amigos? Han pasado en la sala de espera por días…
—Claro, yo lo haría pero debemos correr con los exámenes, por favor discúlpeme.
No escucho a nadie más cerca, ahora todas las voces son lejanas.
Estoy cansada, quiero dormir… quiero… dormir.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 105: Who Said I Stopped?
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Jamás te imaginas cuan importante es la más pequeña parte de tu cuerpo hasta que ésta te duele o la pierdes. Ahí es cuando aprendes que cada centímetro de tu cuerpo importa, tiene una razón de ser.
Es lo que me pasaba de pequeña, cuando salía corriendo de la cama para jugar con Tina y, por despistada, golpeaba el dedo pequeño del pie con el filo de la pata de la cama.
Dolor intenso, nadie lo puede negar.
Así mismo, cuando me rompí el brazo a mis siete años, por evitar que mi hermano se cayera del columpio en el parque y fui yo la que terminó en el piso con el brazo partido en dos bajo mi pecho. No creo que, la impotencia de no poder hacer nada y la absurda picazón que tuve ese mes, es algo que quisiera repetir.
Mis heridas del choque están sanando correctamente, según mi doctor. He pasado aquí, inconsciente, curándome sin sentirlo por casi tres semanas.
Tal vez es algo que debo agradecer, no tuve que sufrirlo, aunque dos personas, por lo menos, lo hicieron por mi ahí afuera, en la sala de espera, tres si contamos a Samir que sé que vino el primer día, me lo contó la enfermera que al parecer se enamoró de sus ojos. Al menos vino, mis papás ni siquiera han mandado un ramo de flores. Claro que no podría confirmarlo, aquí no dejan entrar, casi, ni al aire.
Layla se ocupó de aclararme con detalle que Lena y Anna han pasado, cada segundo posible, esperando noticias de mi y luego, la sacaron de mi pieza.
—Solo familiares —le advirtió uno de los guardias— Puede esperar al doctor aquí afuera o en la habitación de su hija.
No tenía más dudas, la mujer que atendían los doctores cuando desperté, era Eva. Todavía sigue en coma, yo la verdad no entiendo cómo es que sigue con vida, pero me alegra que sea así. Tal vez aún no estoy lista para decirle adiós.
—Veo que alguien no se acabó su gelatina —me dice el doctor de cabecera entrando a mi pieza una vez más.
—Odio la comida de este hospital, ¿ya puedo irme a casa?
—Aún no. Vas bien, pero necesitamos que te recuperes lo suficiente para que puedas salir caminando, aunque sea, con muletas.
—Y si me compro una silla de ruedas, ¿puedo irme?
—Yulia, ¿cuál es tu apuro?
—Han pasado casi tres días de lo que desperté y a pesar de que mis amigos están ahí afuera, a unos metros, usted no los deja pasar, y yo quiero ver gente que no tenga un uniforme celeste o lleve bata blanca —le digo empujando la bandeja de comida, sin sal, sin sabor, sin gracia alguna o color, todo es amarillo patito o blanco o color gelatina.
—Haré un trato contigo. Termina la gelatina y dejo pasar diez minutos a cada uno, treinta minutos de visita el día de hoy. ¿Qué dices?
—¿Treinta? ¿Quién más está ahí afuera? —pregunto retóricamente pero el doctor me responde:
—Anna, Lena y Aleksandr.
—¿Sash? —digo con desprecio, seguro vino por Lena, pero yo no quiero verlo— Mejor diez minutos para la pelirroja bajita y veinte para la pelirroja más alta.
—¿Quieres ver a tu novia? —me pregunta como si no fuera obvio y yo asiento como infante, porque de verdad quiero verla.
—Está bien, pero acábate la gelatina.
Pequeños sacrificios para ver a mi hermosa novia, pequeñitos. Y sí, dije novia. ¿Qué importa?, creo que ya nada importa.
No hay nada más «anticlimático» que estar en una cama de la sala de cuidados intensivos y yo necesito a mi pelirroja conmigo.
—Yulia —me susurra unos minutos después, desde el marco de la puerta. Tiene temor a entrar.
¡Diablos! Tal vez me veo horrible. ¡Tal vez estoy deformada! Quizá…
Se acerca llorando y con cuidado me da un beso en los labios, tratando de no provocarme dolor alguno.
—Nada de besos, o tendré que sacarla de la habitación —le dice prepotente el guardia. En lugar de un hospital, esto parece una cárcel.
—Perdón…, lo siento… —se disculpa retirándose lentamente de mi lado, viéndolo hasta que se va por el pasillo y vuelve a besarme.
Yo hago mi mejor esfuerzo por sonreírle, así me gusta, rebelde.
—Dime que no parezco el jorobado de Notre Dame, no que me importe, Quasimodo era lindo —bromeo con ella. Mi palma acariciando sus mejillas, llevándose sus lágrimas que nada tiene que hacer aquí.
—No, te pareces a Yulia… con algunos moretones y el labio roto, pero… eres Yulia.
—Bien, no quiero ser otra cosa que yo misma.
Se ve hermosa, realmente hermosa. Mi pecosa, mi Lena.
—¿Cómo te sientes?
—Aburrida y algo adolorida. Sobre todo cuando me da hipo —ríe, poniendo una mano delicadamente sobre mi pecho.
—Lena… —Debo hacerlo, necesito preguntarle, no puedo seguir imaginándome lo peor— ¿Sergey? ¿No está aquí?
Su rostro cambia en un segundo, sus labios marcan su pena, decaídos de lado a lado y sacude su cabeza lentamente.
—No —dice en voz tan baja que tan solo me asegura lo que ya presentía— Lo siento…
—¿Murió? —pregunto y sin entender muy bien el porqué mi cuerpo, mi respiración… mi corazón reaccionan ante la confirmación.
Mi pecho se contrae dolorosamente bajo estas vendas, mis ojos se nublan con lágrimas que no sabía que todavía tenía para él y es que he esperado todo este tiempo que las noticias fueran otras. Que me dijeran que está internado en otro hospital, que está en otra pieza en esta misma sala de cuidados intensivos, que es un maldito vegetal, pero que todavía tiene oportunidad, esperanzas de volver.
Sí, mi amigo, mi ex novio, la otra parte del antiguo noviazgo, pudo haberse comportado como un idiota los últimos años, pero todavía era él, aún…
Tal vez lo que dicen es verdad, «no hay muerto malo», tal vez aún guardaba la ilusión de que resolviéramos nuestras diferencias, tal vez el lograría encontrar a ese alguien que lo cure… tal vez, nada más tal vez ya lo había hecho…
—Él dejo varias cosas para ti en su herencia —me dice acariciando mi mano con una mano y con la otra sacando una bolsa de terciopelo negro de su bolsillo— No debería dártela ahora, con todas las reglas que hay aquí, pero… creí que querrías tenerlo cerca.
Lo abre y saca de su interior un collar, nuestro collar. El anillo que nos regalamos en nuestro primer aniversario.
Lo compramos con nuestros ahorros en la joyería del centro comercial. Anillos idénticos de plata. Aros, aunque no pensábamos casarnos, por eso los llevábamos en el cuello.
Eran una promesa para el futuro, un compromiso de estar siempre juntos, de que nadie separaría el lazo que formamos y, si algún día creíamos que era el momento, los sacaríamos de nuestras cadenas y los llevaríamos en el dedo correspondiente y, sobre él, colocaríamos los que nos unieran definitivamente.
Ahora yo tengo ambos…
Y lo que fuimos un día, el amor que tuvimos sigue aquí, en la escritura que grabamos en el reverso:
«¿Me amas de nuevo?», en el suyo.
«¿Quién dice que dejé de hacerlo?», en el mío.
Y yo sé que no lo hizo…
De cierta forma… yo tampoco. Te extraño Sergey… Dónde sea que estés…
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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No sé por qué se esmera en hacerme pasar el tiempo viendo películas clásicas.
Hoy Mary Poppins, ayer La Novicia Rebelde, el día anterior Casablanca. Lo juro, voy a morir. Me gustan las películas antiguas, pero por qué mejor no vemos Frankenstein, Drácula, Nosferatu, Sicosis, Pájaros, cualquiera de aquellas del cine de horror clásico. Todavía nos mantendríamos en el mismo género «clásico», ¿no?
Tal vez lo hace a propósito para que me quede dormida. Eso, está usando una muy efectiva técnica para hartarme lo suficiente y que prefiera poner la almohada sobre mi cabeza y… ¡Ah, no! Lo que quiere es lo contrario, que ponga mi cabeza sobre la almohada y… «me duerma».
Lo logra, no voy a soportar la película entera.
—Julie Andrews podría ser tu abuela en esta película —me dice regresándome de mi corta sesión de cinco segundos de sueño.
—¿Hmm? —respiro sin mucho ánimo.
—Es tan blanca como tú, su cabello semi rubio como el que tenías en la escuela y esos ojos, tan azules, tan…
—¿Te gusta Julie Andrews? —le pregunto acomodándome un poco hacia mi lado derecho, para verla con más atención. Ella sigue con su mirada fija al televisor y a la mujer que parece haberle robado todo su interés.
—¿A ti no? —me pregunta cortando ese contacto y girando su mirada hacia mi, como si de mi respuesta dependiera el fin de una guerra o algo.
—Creo que es algo mayor para mi gusto —respondo sin darme cuenta de la estupidez que acabo de decir. Pero ella si lo hace, después de todo, no creo que la noticia de que tuve una relación con una mujer once años mayor a mi, sea fácil de olvidar— Una cosa es una década cuando tienes dieciocho y otra, cuarenta cuando tienes veinticinco.
Asiente entendiendo mi punto y olvidando lo demás. Me imagino que es un tema que todavía no quiere topar conmigo, ni yo con ella, así que… mejor.
—Creo que podría decir que Julie fue mi primer amor —menciona perdiéndose nuevamente en las imágenes y ahora entiendo el porqué de su elección los últimos dos días.
—Pensé que hasta que empezamos lo nuestro, estabas segura de ser heterosexual.
—¿Tienes que elegir una preferencia cuando tienes cinco años? —me pregunta con toda inocencia.
—No, me imagino que no.
—Y antes de que te lo preguntes… No, no creo que la preferencia sea una elección. Solo que a esa edad no sabía que era bisexual —aclara con suma convicción, interesante.
—Así que eso eres, ¿estás segura?
—¿Sí? Me gustan los hombres tanto como las mujeres…
—¿Tanto? Pensé que era la primera mujer que te había, no sé… movido el piso —le pregunto, esto se está poniendo bueno. Veamos desde cuando es que Katina se hace preguntas sobre su sexualidad.
—¿A qué viene tanta pregunta?
—Pues…, me interesa saber. Tal vez mañana te das cuenta de que no te gustan las mujeres en lo absoluto, que solo te entretienen y me botas como un papel a la basura.
—Eso jamás sucederá.
Retorna su concentración a una canción que parece fascinarle, se le marcan esos pómulos en el rostro como si acabaras de prender un árbol de navidad.
Empieza a tararearla y parece llevar el ritmo del baile como si fuera una niña viéndola por primera vez.
Seguramente es así como yo veo mis películas favoritas también, con la misma emoción de la primera vez.
—¿En serio crees que te botaría como un papel? —Mis palabras rebotaron en su cerebro hasta que hicieron un click.
—¿Por qué no? No es que hayas tenido una relación seria antes. Al menos no creo. Nunca te vi con alguien más de un par de meses.
—Y eso me hace… ¿inestable?
—No, solo que no sé que esperas de… Olvídalo… —De repente no tengo ganas de una conversación profunda.
Veo como funde su mirada en el vacío por unos segundos y de la misma manera despierta, haciendo una elaborada, cuidadosa y rápida maniobra con la que queda a horcajadas de mi cuerpo con sus rodillas y sosteniéndose con sus manos sobre mis hombros. Atrapándome entre el colchón de la camilla y ella.
—¿Sabes que si te recuestas sobre mí podrías provocarme un paro cardíaco del dolor que voy a sentir? Mi cuerpo no está listo para esto… —ríe con gracia y me mira analizándome, podría jurar que está leyendo lo que pienso.
—Lo sé, ¿tienes miedo de que lastime?
Esa pregunta es más que la simple idea de que su peso me haría daño. Habla sobre nosotras, sobre herirme en un plano más allá del físico.
Yo no respondo, tal vez sí está leyendo lo que pienso, porque es algo en lo que he pensado varias veces desde que lo nuestro inició.
—¿Confías en mí? —pregunta, esperando completa sinceridad de mi parte, se le nota en los ojos, esperan con paciencia. Asiento apenas sin cortar nuestras miradas— Jamás te lastimaría, ni te tiraría en la basura como un papel, porque no lo eres.
Deja uno de sus apoyos para dibujar con una caricia las líneas de mi rostro, pasando su pulgar sobre mis cejas, por mis mejillas finalmente trazando mis labios.
—Tal vez, estabas destinada a ser muchas de mis primeras veces, mi primera novia —Baja su cuerpo peligrosamente y besa mi frente— Mi primera vez con una mujer —Ahora besa la punta de mi nariz— Mi primer amor… —besa finalmente mis labios apenas tocándolos— Necesito que confíes en mí… No voy a lastimaste.
Me mira con tanto cariño y ternura que me llena de nerviosismo. Ya no de que vaya a reposarse sobre mí y sienta dolor, pero si de que no pueda callar más lo que siento por ella, de que se asuste y se vaya lejos de aquí.
—Confía en mí —me pide en un susurro. Debo ser tan transparente cuando la miro, cuando me besa, sabe exactamente lo que quiero decir.
—Te amo, Lena —ella sonríe y vuelve a acariciar mis labios.
—¡Señorita Katina! ¡Bájese de la paciente!
¡Maldición, enfermera metiche!
Lena baja con una movida más rápida de la que hizo al subir, sin depositar ni un gramo de su peso sobre mí.
—¡Voy a pedirle que se retire mientras le tomo los signos vitales a la delicada paciente que acaba de bajar de terapia intensiva!
Ella sonríe con un par de carcajadas que se le salen de la pena que siente y se acerca a mi oído, del lado opuesto de la camilla.
—También te amo, Yulia —me susurra y me da un beso largo en mi mejilla antes de cubrirse la boca con la mano y salir algo avergonzada de la habitación.
—Su novia tiene que aprender a ser más delicada con usted, señorita Volkova. Como si fuese un delicado diente de león.
Necesito recuperarme pronto, salir de esta camilla y este hospital y volver a repetir esto sin mi moreteado cuerpo como impedimento.
Esto se merecía un final distinto, aunque el que tuvo… no estuvo tampoco nada mal.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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—Te amo, Lena. Te amo, Lena. Te amo, Lena. Te amo, Lena. Te amo, Lena…
—Si no dejas de decirlo por este pequeño favor, no voy a creerte cuando me lo digas porque realmente lo «sientes».
—Pero ¡te-a-mo!
—Solo te traje tu PlayStation para que no te aburras aquí cuando yo no estoy, no es para tanto…
—Y me descargaste el Assassin's Creed Chronicles, y me compraste Mortal Kombat, y me trajiste el Tomb Raider de mi casa, y…
—Y solo fue un favor —la interrumpí, terminando de conectar el aparato a la televisión de la habitación del hospital.
Tan solo son cinco días que está aquí, pero ya daba indicios de demencia por el encierro; y bueno, la entiendo, no puede levantarse sola de la cama, no puede pasar sentada por más de veinte minutos en el sillón -gracias al enorme yeso que tiene en la pierna-, debe ser frustrante; así que decidí traerle un poco de distracción. Es lo mínimo que podía hacer, ¿no?
—Te amo, igual.
Ahora viene tal vez lo más difícil, mañana le quitan el yeso y empieza la rehabilitación y la terapia para recuperar la movilidad en su pierna. Según el doctor será un proceso duro y doloroso… quizá deba comprarle más juegos, unos aún más violentos.
—Y entonces… yo estaba pensando si… ya que…
—Cuervo, si no empiezas a hablar, literalmente, empezarás a tragar moscas, te atorarás y morirás con ellas bajando por tu garganta.
—Tienes que ser siempre tan gráfica y desagradable —le reclamo, seguramente con una cara de asco única porque, por su sonrisa, es evidente que se está divirtiendo de solo mencionarlo.
—¡Solo dilo, Lena!
—Está bien —digo tomando un pequeño respiro, no sé como se tome la propuesta y aunque ya hemos vivido juntas, por varios días a la vez, esto es distinto— Emm…
—¡Suéltalo ya y pásame el control!
Hago lo que me pide y no demora en prender el aparato y buscar su nuevo juego, lo deseaba por meses, tiene alma de asesina, de eso no hay duda.
—En una semana seguramente te darán el alta…
—Lo sé, sueño con ese día, solo quiero llegar a mi casa y dormir en mi cama y estar frente a mi hermosa televisión de noventa pulgadas…
—Mmmhm…
—¿Qué?, ¿qué dije? —me pregunta cortando su concentración para regresar a verme, presionándome a hablar.
—Pues… sé que quieres ir a tu casa, pero creo que tal vez sería una buena idea que vengas a la mía por unas semanas.
Me mira después de ladear unos centímetros su cabeza. Se nota confundida y lo sé, para qué ir a una casa ajena cuando puedes ir a la tuya. Sin embargo la ventaja de mi casa es que tiene muchas habitaciones muy amplias en la planta baja, no tendría que subir escaleras, cosa que aún no puede hacer y según el traumatólogo, no podrá en por lo menos cinco semanas más.
Su casa tiene una repartición más vertical, sería imposible que duerma en su cuarto, a menos que se mude a la sala.
—No creo que conozca tu casa… Me refiero a la mansión…, la de tus padres sí. ¿A cuál te refieres? —pregunta sin poner un pero, solo un dónde. Okey, tomaré eso como buena señal.
—Me refiero a mi casa, la grande y no, no la conoces, pero es cómoda y…
—Está bien —dice volviendo a su juego—, pero Lena, si quieres que me mude contigo -por este tiempo- tendrás que comprarme una televisión de por lo menos noventa pulgadas, 3D, Full HD, con un amplificador 7.1 Dolby Digital o…
—Hecho, tendrás tu sala de videos dentro de la alcoba —sonreí acercándome para acostarme a su lado sobre la camilla. Las enfermeras ya se han acostumbrado a verme adueñada de los diez centímetros del filo derecho, ya no molestan tanto
— ¿Es eso un sí, entonces?
—Es un: «ya me imaginaba que me lo pedirías». El doctor me lo mencionó ayer, después de que te fuiste a casa a descansar. Me dijo que había hablado temprano contigo y que se quedaba tranquilo de saber que no estaría sola en la recuperación.
—¿Así que jugaste la carta de la «ignorancia» para sacar tu tele?
—«Mucho que aprender todavía tienes», mi joven padawan —dice con voz de Yoda.
Termino de acomodarme a su lado y la beso en el hombro, viendo como inicia una nueva partida con toda la emoción del mundo.
Mañana mismo voy por sus cosas. Podría pedirme el mundo entero, que si es para verla con esa sonrisa en el rostro, caminaría sobre fuego…
…Star Wars, Dios, solo me falta que también sea Trekkie.
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Hasta mañana!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Fati20- Mensajes : 1370
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Saludos a Fati20, tan especial como siempre!
Capítulo 108: Rehab
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¿Existe quizás, un dolor más grande que el ver, a una persona que amas, sufrir?
Yulia aguanta y bastante. Me gustaría decir que es por su alta resistencia al dolor, pero creo que me equivocaría, es más, estoy absolutamente segura de que su sufrimiento es intenso, pero ella… se resiste a demostrarlo o al menos hace su mejor esfuerzo.
La fisioterapia la agota, no solo porque es físicamente extenuante, sino porque que llega un punto en el cual el suplicio llega a tal cosa, en que necesita tomarse unos minutos para limpiarse las lágrimas que se acumulan en sus ojos.
Eso sí, no quiere que la vea así y las últimas dos sesiones me ha pedido que la espere afuera, que las enfermeras y especialistas son suficiente. Sin embargo no puedo dejar de pasearme por las ventanas tratando de verla, asegurarme que en realidad no me necesite ahí.
A veces me pregunto por qué es así. Por qué se cierra tanto a acercarse a la gente a exponerle al mundo quién es y lo que realmente tiene adentro.
Yulia es sincera, demasiado… a veces. Es frontal con sus pensamientos, habla de manera tajante cuando cree que está defendiendo una causa que para ella es justa, como lo hace con su trabajo, como lo hace con sus amigos, pero cuando se trata de ella, prefiere esconderse y callar.
Sé que le hago falta ahí adentro, pero no me atrevo a defraudar la imagen que ella quiere mantener. ¿Quién sabe por qué?, pero es importante que, al menos yo, no la vea así: agotada, rendida, expuesta.
—¿Quiere usted llevarla hasta la habitación? —me pregunta la asistente que sale con ella en la silla de ruedas.
—Por supuesto, yo me encargo ahora. Gracias —le respondo con una sonrisa y tomo la silla por las manijas, esperando a que llegue el ascensor.
No quiere hablar, lo sé. Así de cansada sale de la rehabilitación. Sus manos tiemblan sobre sus piernas, que seguro ahora sienten punzadas de todo el esfuerzo que acaba de hacer.
Entramos al elevador para subir los tres pisos hasta la habitación, afortunadamente, a esta hora de la tarde, las visitas ya se acabaron y casi no hay gente en el hospital - aparte de los médicos y las enfermeras-, así que recorremos la distancia, prácticamente solas.
—Lena, antes de ir al cuarto, ¿podemos pasar por el piso de Eva? —me pide con debilidad. Sé que está preocupada, mucho más desde que inició la terapia.
Creo que piensa que si ella -que no tuvo un choque tan grave- la está pasando tan mal, lo de Eva va a ser un infierno, además qué… la quiere.
Es obvio, lo fue aquel día que la vio entrar a su casa con Sergey, fue por eso que salió con él tras ella. Eva es importante y yo no la voy a alejar, no soy quien, no estaría bien.
—Claro —le digo presionando el botón del piso inferior, allí es donde está, todavía en el área de riesgos, aunque ya no en terapia intensiva.
Recorremos el pasillo hasta el fondo. Sé exactamente dónde queda la habitación, he bajado a preguntar a las enfermeras sobre su condición varias veces. Por supuesto que eso Yulia no lo sabe.
—Layla —le digo desde la puerta antes de entrar a la habitación, ella está sentada en el sillón de la esquina, esperando a… que pase algo.
—Yulia… —dice su nombre con nostalgia y luego me mira, recordando quién soy, de hecho, mi situación actual con Yulia. Lena…
—Yulia quería visitar por un momento a Eva. ¿Crees que sea posible?
—Sí, claro, ¿cómo no? —contesta poniéndose de pie, arreglándose un poco el saco de algodón que lleva puesto. Lo cruza de lado a lado por su apertura, junto con sus brazos.
—¿Podrían dejarnos a solas? —Yulia pregunta de igual manera que hace unos minutos, sin fuerza, sin ánimo alguno, necesita descansar.
Yo asiento. Pongo mis manos ligeramente sobre sus hombros después de acercarla a la camilla y me retiro sin decir una palabra. Ni siquiera sabría que decirle, «¿te espero afuera, amor?», «¿tranquila?», «¿todo saldrá bien?», «¿te amo?».
Ninguno de ellos aplica, mejor no decir nada.
Ya afuera noto que Layla tiene su mirada fija en mi. Regreso a verla, regalándole una media sonrisa para ver si rompe su contacto y se concentra en algo más que en mi persona. Es incómodo.
—Yulia se nota muy mal —dice finalmente, no sirvió de nada la sonrisita.
—Acaba de salir de la fisioterapia, está agotada.
—¿Tú cómo estás?
—Llevándola, ¿qué tal tú? ¿Han dicho algo los doctores?
—Nada más que su cuerpo está sanando, que no pueden decir si despertará pronto o en lo absoluto, pero que está mejor de las heridas —Asiento con simpatía, no me imagino lo duro que debe ser. Si cuando Yulia estuvo en el coma esas semanas, estuve a punto de morir de la ansiedad y la tristeza.
—Asumo que ustedes todavía están juntas —Esa pregunta salió de la nada, por sus labios.
—Sí, ¿por qué no lo estaríamos?
—Por nada —dice, pero se arrepiente—… bueno, creo que tal vez deberían hablar sobre por qué salió corriendo tras mi hija ese día y no se quedó contigo a explicarte las cosas —Debo estar exhausta yo también, porque no entiendo lo que está queriendo decirme.
—Yulia no tiene nada que explicarme. Lo que sucedió entre ella y Eva…, o ella y tú, sucedió mucho antes de que estuviésemos juntas.
—Tal vez si se hubiera quedado, muchas cosas se hubieran evitado…
—¿Disculpa? ¿Estás culpando a Yulia por todo esto?
—Si ella hubiese sido sincera con…
—Vamos a parar esta absurda conversación ahora mismo —la interrumpo con un tono bajo pero amenazante— Lo que sucedió fue un desafortunado accidente que le quitó la vida a muchas personas. Demos gracias que ambas mujeres que están en esa habitación están aún con vida.
—Esto no fue un accidente, al menos no lo de Eva —me responde segura y con el mismo tono—, no culpo a Yulia, pero si ellos no hubieran ido en busca de Eva, nada de esto hubiera pasado.
—¿Acaso ellos obligaron a tu hija a subirse en el carro de Sergey? ¿Fueron ellos los que la llevaron de la mano por la autopista?
—Mi hija está ahora acostada en una habitación de hospital, casi muerta, porque a menos que despierte no tengo nada más que su cuerpo y está así porque alguien saboteó el auto de tu amiguito para que pierda los frenos después de pasar de cierta velocidad —me explica acercándose más a mi, enojada, buscando a un culpable— Esto no fue un accidente…
—Lena —Escucho a Yulia desde adentro, debe querer subir a su habitación.
—Layla, no sé de donde sacas esa información, pero no tienes derecho a acusar a nadie aquí. Fue un día horrible para todos nosotros. No encontrarás al responsable en este lugar.
—Tal vez deberías hablar con los detectives del caso, enterarte de las cosas, Lena —me dice poniendo su mano sobre la mía, evitando que abra aún la puerta para entrar— Yo no me cansaré de presionar hasta que hallen al culpable, eso es una promesa —concluye y suelta mi mano, dejándome llevarme a Yulia de allí.
Si lo que dice es cierto, esto… empieza a perturbarme.
Primero mi casa en Ekaterimburgo, ahora el auto de Sergey… ¿Acaso nos están apuntando a cada uno de nosotros con un rifle? ¿Y quién?
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Una de las únicas excepciones que tengo en la vida es: hacer tal o cual cosa por amor.
Puede no gustarme el melón, pero si debo comerlo en nombre del amor, lo haré. Lo mismo me pasa con los programas de televisión o las películas, con muchas cosas en realidad. Cualquiera que conozca este detalle de mi, y a la vez sea alguien que amo, puede manejarme como le de la regalada gana.
Es como Varvara siempre me decía:
«Espero no llegue el día en que te vea, de verdad, enamorada, porque ese será inicio de tu fin y no quiero ser testigo de ese desafortunado evento».
No creo que haya podido ser más clara aquella vez, y tal vez una de las razones por las que decidí alejarme de todo.
Para tener la libertad de poder enamorarme a mis anchas, para poder portarme como una completa estúpida y darme de cara al piso, si era necesario.
—¡Lenaaaa! —insiste una vez más— ¡Tacoooooos!
Yulia ha pasado no más de cinco horas fuera del hospital y ya me está volviendo loca. Quiere tacos, quiere helado de tamarindo, quiere chicles de sandía con centro líquido… Bueno, quiere todo lo que se le venga a la mente y, además, todo lo que pase por la televisión. Y yo, pues acabo de llegar del supermercado comprando mil golosinas y estoy haciendo el pedido de los benditos tacos.
—¡Que te traigan extra guacamole y chile!
—Doble porción de guacamole, por favor… y chile —le digo al chico del restaurante, tratando de guardar en la nevera con ambas manos y el teléfono sostenido con mi cara sobre mi hombro—… ¿sabe qué? Doble de todo, por favor. Sí, dos órdenes de tacos al pastor y…
—¡Tacos de suadero!
—Y dos de tacos de suadero —le confirmo. No sé dónde va a meter, Yulia, tanta comida y dulces. El doctor dijo dieta blanda, pero ella ya está harta del pollo y la gelatina. En fin.
Subo con el paquete de chupetes de limón que no fueron fáciles de encontrar y la veo queriendo levantarse de la cama.
—¡¿Qué haces?!
—Voy al baño.
—¡Vas a caerte! —le digo soltando la bolsa en la cama y me apresuro a sostenerla del brazo hasta que se equilibre en el andador.
—Puedo hacerlo sola. Lo practiqué por dos semanas en el hospital, ¡dos!
Sí, lo sé, mea culpa. Pero el doctor recomendó que se quedara una semana más, para que tuviera una mejor terapia y recuperación, y ella no quería hacerlo por nada del mundo, hasta que me enojé con ella y le dije que si iba a casa, así nada más, no le hablaría por un mes.
No quiso creerme. Entonces empecé la ley del hielo sin responderle, sin tomarla en cuenta, sin hacer nada más que lo necesario. Pasamos casi dos días sin que yo le conteste, hasta que se hartó y decidió quedarse la semana extra… Fue mi culpa que haya tenido que aguantarse ese lugar por siete días más, lo siento… era necesario.
—Si quieres que te ayude… avísame —le repito viendo como cierra la puerta sin dificultad y con una cara de pocos amigos.
Tendré que relajarme con esto de su poca movilidad. La verdad es que si no la dejo hacer estas cosas por si misma no ganará confianza y eso era una de las cosas más importantes que mencionaron en la fisioterapia.
—¿Me compraste el helado de chocolate? —pregunta desde adentro. No, no entiendo dónde le cabrá todo.
—Sí, también el de pistacho y el de almendras con manjar.
—…
—¿Estás bien?
—Lena… ¡Puedo sola!
Okey…
Estos van a ser unos meses difíciles, pero… esas son las cosas que se hacen por amor, ¿no?
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Ufff!! También amo los tacos!
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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—Quiero una moto…
—¿Algo más, Evel Knievel? —Me mira con un desprecio único, ya se está hartando de que le diga lo que puede o no puede hacer— ¿De qué color?
—Quiero una personalizada… una Choper, con las llantas enormes, gruesas, y el manubrio amplio…
—Sin color, entiendo.
—Búrlate lo que quieras —me dice molesta una vez más— ¿Sabes lo sexy que me vería en una moto?
Me lo imagino perfectamente, sexy y devorable. Eso no le quita el peligro. Además, después de confirmar con el Detective Witter que el auto de Sergey sí fue manipulado… no quiero imaginarme lo que podría pasarle…
—¿Sabes lo que haría sobre la moto?… O, mejor dicho, ¿a quién? —Interrumpe mis pensamientos usando esa sonrisa seductora que sabe que puede terminar conmigo y, sube y baja sus cejas, provocándome.
—¿Puedo darte un beso? —le pregunto dulcemente, sin razón alguna, acercándome de todas maneras.
—No… —susurra, ella también cerrando la distancia y yo no demoro nada en tomar su rostro con mis manos y jalarla hacia mi boca.
Extraño tantas cosas que pueden quedar para la imaginación, todo en estos días es pura imaginación. Todavía le duele respirar demasiado fuerte y ese es el impedimento más grande que tenemos en el área de la fisicalidad.
Me encanta tocar su lengua con la mía, sentir lo tibio de su aliento al juntar y separar nuestros labios. Sentirla retraerse cuando atrapo tres milímetros de su labio inferior con mis dientes.
—Cinco puntos… Auch… —Se separa quejándose y entiendo que lo que acabo de hacer fue una imprudencia. Me dejé llevar por mis reprimidos deseos y olvidé su herida. ¡¿Cuánto puede demorar en sanar un corte?!
—Me debes una moto por esto —Exagera.
—¿Ah, sí? ¿Te la debo?
—Esto dolió, apenas me sacaron los puntos.
—¡Hace tres días! —aclaro y me doy cuenta de que no por eso desapareció el dolor—… Lo siento… ¿Qué tal una bicicleta? Hay unas muy lindas y…
—¡Perfecto!
—¿Sí, quieres una?
—Claro, una… ¡con motor!
¡Es imposible ganarle en algo a esta mujer!
—¿De qué color? —le pregunto finalmente cediendo. No sucederá hoy, ni en un mes y ella lo sabe.
Esperemos que para cuando finalmente estemos frente al diseñador de la bendita moto, ya sepamos quién es la persona que está tras nuestro rastro… o en todo caso, del mío.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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—Marca al 911 —me susurra Yulia despertándome de mi sueño— Alguien está en la casa.
—¡¿Qué?! —susurro tratando de concentrarme en el silencio y sí, alguien acaba de mover una silla en el comedor, estamos apenas a unos metros y el sonido fue claro.
Me apuro realizando la llamada y ayudo a Yulia a levantarse para que se esconda en el baño conmigo hasta que la policía llegue.
No encendemos la luz y cerramos la puerta con llave.
—911, ¿cuál es su emergencia?
—Alguien está en mi casa y no tengo idea de quién pueda ser. Mi pareja y yo escondiéndonos en el baño de la habitación.
Otro ruido más fuerte se escucha mucho más cerca de nosotras y yo hago silencio mientras la operadora trata de encontrar nuestra locación y me informa que está enviando a las unidades, que me quede en la línea con ella y no cuelgue.
Escuchamos pasos caminar por el pasillo, a unos cuantos metros de distancia, y siento como mi pecho va a explotar. Si se le ocurre a esta persona entrar aquí… no sé como voy a proteger yo sola a Yulia, ella no puede salir corriendo o defenderse mientras se apoya en el andador.
—La policía está a muy pocas cuadras, por favor, tengan paciencia.
Pasa del cuarto en el que nos encontramos y escuchamos como sube las escaleras hacia el segundo piso. Un agudo dolor se forma desde mi cuello al centro de mi pecho. Sus pasos hacen eco al caminar y empiezo a sentir un paralizante pánico.
Por el sonido sé que está en camino hacia mi vieja alcoba, tal vez cree que estamos quedándonos ahí. Lo cual es de cierta forma tranquilizante. La policía ganará unos minutos para llegar.
Escuchamos el crujir de una puerta y perdemos la respiración. Logro bajar el volumen del teléfono a lo mínimo posible, para evitar darle nuestra locación.
—La policía está entrando ahora a la ciudadela, mantengan la calma y paciencia.
No puedo ver la cara de Yulia, estamos en completa oscuridad, aparte de un tenue reflejo de la luz de afuera que entra por la ventana y rebota en la pared.
Mi respiración se agita aún más cuando escucho como se pasea sobre nuestras cabezas, yendo de un lado al otro. Abriendo más puertas, pronto volverá a bajar y hará exactamente lo mismo hasta dar con nosotras.
—Lena… —susurra Yulia señalando el filo inferior de la puerta del baño. Una luz parpadeante se enciende en la habitación y la reconozco de inmediato.
Es mi celular que por suerte dejé en silencio y rápidamente se apaga. Si este hombre llegaba a bajar mientras timbraba, nos hubiese descubierto…
—Lena… creo que es él quien te está llamando…
Hago silencio absoluto, Yulia igual y escucho las teclas de un teléfono sonar en las escaleras. Nuevamente la luz intermitente se enciende a lo lejos.
¡Esta persona tiene mi número y cada vez se acerca más!
—¡Por favor apresúrense! —le susurro desesperada a la mujer del otro lado de la línea, y casi al mismo tiempo las alarmas de las patrullas suenan afuera de mi casa.
—Tenemos la propiedad rodeada. Salga inmediatamente con las manos en alto.
De cierta forma siento alivio, hasta que escuchamos la puerta de esta habitación cerrarse de un solo golpe y a alguien gruñendo afuera por haber sido descubierto…
Trata de entrar en el baño donde nos encontramos, pero al hacer algunos intentos rápidos de abrir la puerta, se da cuenta de que está con llave. Yulia y yo nos mantenemos en completo silencio aunque mi corazón se siente como si estuviese dándole de martillazos a mis costillas.
No se distingue para nada su voz, ruge con ira y patea la puerta.
Siento como Yulia toma fuerte de mi mano y ambas perdemos el control de nuestra ya agitada respiración.
El intruso está tan desesperado que vuelve a abrir la puerta para salir y se aleja por el pasillo a paso rápido.
No menos de un minuto después escuchamos como la policía empieza a dispersarse por el jardín y el oficial con el megáfono le advierte al intruso que si no se detiene disparará.
—Lena… —me repite Yulia demasiado agitada y yo salgo de mi propio susto para encender la luz y verla teniendo un ataque de ansiedad.
Sus hombros están encogidos y rígidos, tanto que forman líneas verticales en su cuello y la tensión es evidente en su quijada y sus manos endurecidas sobre el tubo del andador.
Pongo mis manos sobre sus mejillas, tratando de calmarla, acariciándola con mis pulgares, asegurándole que el intruso está lejos, que estamos a salvo. La policía lo aprehendería pronto.
Empiezo a respirar con ella, bajando la velocidad con la que intenta llevar aire a sus pulmones y, poco a poco, va soltando su cuerpo en mis brazos.
La recojo con el mío, sirviéndole de apoyo, mientras ella me rodea con sus brazos sobre mis hombros, dejando lágrimas caer.
—Tranquila, todo va a estar bien, vamos a estar bien —le repito acariciándola, cuando escucho a alguien llamándonos por la bocina del teléfono que yace sobre el tablero del lavabo.
—Lo siento, tuve que dejar el teléfono a un lado… Mi novia acaba de tener un ataque de pánico…
—¿Cómo se encuentra? ¿Está respirando ya con normalidad?
—Sí, ya está mejor, tranquilizándose.
—Aprehendieron a la persona que entró en su vivienda, en este momento, está camino a la estación de policía —me notifica y doy un gran suspiro. Se acabó— Una ambulancia está en camino para verificar que ustedes estén bien y la policía se acercará para concretar algunas preguntas —me informa y me felicita por mantener la calma— Por favor, cuando el detective Troy las llame, salgan en su encuentro.
Le agradezco y me despido. Volviendo a Yulia.
No toma más de cinco minutos en que el oficial entra en la habitación y nos pasa su identificación por debajo de la puerta. Yo le abrí de inmediato para recibirlo y llevar a Yulia hasta la cama.
La ambulancia llega con ruido y los paramédicos la atienden, mientras yo contesto varias dudas del investigador.
—¿Señorita Katina, no tiene usted seguridad contratada en la casa?
—Por supuesto que sí, y cámaras, estoy segura que debe haber grabaciones en el cuarto de monitoreo.
—No sonó alarma alguna y los guardias de seguridad del conjunto nos dijeron que no entró nadie sin identificación, en especial, nadie que viniera a verla a usted en particular.
—Detective, esta persona tenía mi número de celular, me llamó mientras nos buscaba —le digo entregándole el teléfono, por mala suerte no era un malhechor tonto y bloqueó su número para marcarme.
—Antes de llegar a conclusiones debemos hacer las investigaciones respectivas, no queremos formular teorías que nos distraigan de la evidencia —me explica y me pide que lo dirija con el experto en computación para recobrar los videos de vigilancia.
Tiene razón, mi mente está fija en todo lo que ha pasado, esto podría ser algo completamente desconectado, aunque también podría ser un intento que estuvo demasiado cerca.
Espero realmente que sea lo primero, no quiero tener que pensar que ya no existe lugar en el que pueda estar tranquila.
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Hasta mañana!!!
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 112: Theories
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¿Acaso nadie puede mantener la boca cerrada por cinco minutos?
Ni siquiera los policías; o es que los canales de noticias del espectáculo tienen acceso a la base de datos de la ciudad de Moscú y, cada vez que el nombre de alguien famoso, aparece en el récord, les suena una alarma o algo.
Este es el tercer reportaje con informes del intento de robo -o quizá secuestro, o asesinato- que publican con carácter de «urgente, últimas noticias» en la página de farándula y no han pasado ni doce horas desde que sucedió.
Deben tener un maldito informante; uno muy bien pagado además, porque de otra manera es imposible.
—Agradezco que Anna haya viajado a París y no se haya quedado sola en mi casa —le digo a Lena mientras termino de leer las últimas «novedades» del caso por internet.
Según ellos hay reportes de que, algunos extraños, han estado merodeando mi casa los últimos días. Y ayer hubo un llamado por presunto robo justo donde mis vecinos. No atraparon al malhechor, pero si se supo que no se robó nada y suponen que intentaba pasar de esa casa a la mía.
Ergo la teoría del secuestro. Demasiada coincidencia.
—Ya deja de leer esas cosas, te vas a «sicosear» en vano —me dice, usando su virtuoso vocabulario, pero bueno la entendí y tiene razón, voy a volverme loca si sigo haciéndome ideas sobre lo que pasó.
—¿Hablaste con el oficial ese, amigo de tu papá?
—Sí, solo dijo que nos mantendría informadas —responde sin decirme algo que ayude. Creo que pondré que la página de farándula me envíe notificaciones de las publicaciones. Así me enteraré más rápido.
Presiento, sin embargo, que Lena sabe más de lo que me cuenta. La he notado nerviosa desde que llegó de la estación de policía hace un par de horas y además, unos días antes de dejar el hospital, ya tenía esa cara que ahora mismo estoy viendo. Aquella de «por favor, deja de preguntarme. Todavía no debería decirte nada».
Trata de protegerme, eso es evidente, pero hay cosas que necesito saber, como por ejemplo, ¿qué pasó con Samir?
Según ella, él sigue escondido de la mafia con el abogado. Yo la verdad lo dudo y me preocupa muchísimo porque, aparte de unas cortas llamadas, no he tenido contacto real con él.
Nunca pagamos lo que pedían, así que eso solo me deja dos posibilidades, o está trabajando con la KGB o está trabajando con ellos y cualquiera de las dos es una mala noticia. Pero por lo menos con él tengo contacto.
—¿Lena, crees que puedas conseguir el teléfono y la extensión de la habitación de Eva en el hospital? —le pregunto interrumpiendo inmediatamente lo que estaba haciendo. Vi como se quedó paralizada, viendo al piso, sin saber qué decirme.
—Puedo…
—Okey… ¿Y lo harás?
—…
Su silencio, de verdad, me desespera.
—Lo haré, pero no esperes que alguien te conteste.
Ese comentario no puede quedarse así nada más y ella lo sabe, me mira y se acerca a mi lado de la cama, acomodándose para profundizar la respuesta a esa pregunta que todavía no le hago, ¿qué sucedió?
—Por favor no te enojes conmigo por lo que voy a decirte —Comienza mal, solo espero que no sea una cuestión de celos. Respira y se limpia la garganta carraspeando un par de veces— Okey —Vuelve a respirar— Eva despertó anoche…
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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«Eva despertó anoche», fueron tres palabras que me helaron por completo.
Físicamente me sentí golpeada, mareada, un poco descompuesta y no entiendo mi reacción, siendo una noticia buena. Eva salió del coma, despertó, podríamos decir que es un gran avance y que debí sentirme feliz, completamente feliz… pero no fue así.
Lena asumió que estaba molesta o que me enojaría porque no me lo contó en su momento, pero la verdad es que estaba como en un estado de shock.
«Eva despertó…», dos palabras que me repito sin fin en la mente. ¿Qué significa? ¿Que se recuperará? ¿Que está consciente? Porque una cosa es despertar del maldito coma y otra saber que lo hiciste, moverte, eventualmente hablar, caminar… vivir. Pero con lo fuerte de su accidente no sabemos nada, no puedo suponer que estará bien.
«Eva…», una palabra que digo finalmente en voz alta y Lena me escucha. Lo dije con demasiada nostalgia, con demasiada preocupación y eso la cambia.
Ella no sentía celos por Eva, pero quizá ahora empiece a hacerlo.
Me di cuenta de que empecé a llorar, de que lo hago sin control y ella no lo entiende, lo siento, lo veo reflejado en sus ojos mientras me mira ahí, sentada a mi lado, sin saber cómo reaccionar.
«…», no puedo decir más, necesito verla…
—Recibí una llamada de Layla ayer, mientras te atendían los paramédicos —responde una de mis ausentes preguntas. Para esto ya me he tranquilizado un poco y ella se siente más cómoda para terminar de contarme lo que inició hace unos minutos— Quería hablar contigo, pero estaba tan alterada que… le dije que no sería una buena idea al momento, que me comunicaría con ella después y se enojó muchísimo. Eva había pedido por ti.
—Maldición, Lena. Debiste pasármela…
—Lo sé —me interrumpe—… no debí negarte la llamada, pero Layla estaba como loca en el teléfono y tú acababas de tener un ataque de pánico…
—¡Por lo del intruso, no por esto!
—Lo sé…
—¡No, no sabes nada! Debiste decírmelo después, qué se yo, ¡hoy!
—El paramédico que te revisó, me dijo que evite sobrecargarte de estrés, que los ataques podían volver y…
—¡Y nada! —le grito y ella se sobresalta. Mejor será que respire e intente calmarme, pelearnos no nos llevará a ningún lugar, por lo menos a mí— Esto es demasiado importante como para que te quedes callada, Lena. ¿Qué estabas esperando? ¿Qué sea Eva la que venga aquí?
—¡No, Yulia! Hablé con Layla esta mañana, para preguntarle si podía llevarte a visitarla hoy y… ella prohibió que cualquiera de nosotros se acerque.
—¿De qué estás hablando?, no puede impedirme verla.
—Pues cree que Eva necesita recuperarse y olvidar todo esto. Que haber llamado ayer fue un error y que no quiere que vuelvas a verla.
—¡A mi me importa un comino como Layla se sienta o lo que ella quiera! Eva decidirá si me ve o no.
—Sí, pero ahora y mientras se recupera, es su madre la que decide. No quiere que la visites y dejó órdenes en el hospital de que nadie más que ella puede tener contacto con su hija —trata de explicarme, pero yo no puedo aceptar eso así nada más. Tal vez si yo misma hablo con ella…
—Te daré el teléfono, si quieres, yo misma marco el número… pero no va a atender —me dice con pena—, ya lo intenté varias veces.
No importa cómo, debo verla. Se lo prometí cuando fui el otro día, antes de dejar el hospital.
Estaré aquí por ti, siempre. No importa qué suceda, Eva. Vuelve a mí. Sé que te fallé, pero por favor, regresa a mí.
—Necesito que me lleves hasta allá.
—Yulia, quizá sea mejor esperar…
—No, necesito verla…
Lena baja su mirada y me da la espalda, levantándose de inmediato y se dirige directo al baño. Cierra la puerta con seguro y, segundos después, escucho que enciende la ducha.
No está tomando un baño, solo quiere que no la escuche llorar; y mi pena es no saber cómo consolarla, si ni siquiera entiendo qué es lo que yo misma estoy sintiendo.
Lo único que tengo por seguro es que debo verla, solo verla y… cumplir mi promesa.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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La escucho en llantos en la noche, volteada de espaldas hacia mí y me pregunto qué piensa.
Todos tenemos momentos de confusión, porque la vida nunca es blanco y negro, y a veces, ni siquiera sabemos donde caemos en la escala de grises.
No comprendemos si somos felices o estamos tristes, por qué un día lloramos y el otro sonreímos, porqué es tan fácil despertar temprano los sábados y no los lunes, no entendemos por qué estamos seguros de amar a alguien y sentimos que nuestro corazón está partido por alguien más.
Mi relación con Eva fue rápida. No tuvimos años juntas, no fue el noviazgo perfecto, tampoco el más noble o entregado, pero fue importante, fue especial y fue mío.
Tal vez la primera vez en la que sentí algo puro por alguien, en que me importaba si estaba bien o mal, en que mi sonrisa dependía mucho de la suya, en que sentí que todo lo que pasaba a mi alrededor estaba de sobra. Éramos Eva y yo, y punto.
Lo que tengo con Lena es un grado más profundo. Es diferente porque, de muchas formas, no es la primera vez que me siento así. Sé que las cosas pueden cambiar, que la burbuja en la que te sumerges con esa otra persona, se puede romper. Y sin embargo, aquí estoy, mi relación con Lena es mi todo justo ahora. Está conmigo después de tanto tiempo de quererla, de buscarla, de pensarla… más aún, siento que la burbuja se empieza a romper, por mi estúpida confusión.
Sé que no se puede amar a dos personas al mismo tiempo. Lo que siento por Eva no es amor, es nostalgia, por lo que tuvimos, lo que ella significó para mi y, definitivamente, por lo que nunca llegamos a ser. El «qué hubiera pasado si», será siempre parte de esta confusión y es inútil pretender que no existe. Todos vivimos confundidos, todos tenemos dudas, todos pasamos por lo mismo en nuestras «muy particulares» vidas. El sufrimiento humano es universal.
Eso no me quita el remordimiento al escucharla así.
Cuando salió del baño se excusó y dijo que tenía una cita importante con un potencial manager, no me dijo más que regresaría tarde y se fue.
Entendí que necesitaba espacio y no me alarmé, no hasta que tocaron las diez de la noche y todavía no regresaba.
Estaba a punto de llamar un taxi que me llevara a recorrer la ciudad y fue ahí cuando entró. Me miró triste y se ofreció a prepararme algo de comer. Sin embargo ni ella ni yo teníamos hambre y decidimos simplemente ir a dormir.
Prendimos la televisión, que ayudó a llenar el incómodo silencio hasta que ambas pretendimos dormir y esperamos a que el aparato se apagara solo.
Una hora más tarde seguimos pretendiendo.
¿Qué estoy haciendo?
No quiero lastimar a Lena, no quiero escucharla así.
Acorto la distancia, tan cerca como puedo a su cuerpo y rozo la punta de mi nariz en su descubierto cuello colando mi brazo por su cintura, apretándola con suavidad hacia mí, besando su hombro hasta que siento que ella acaricia mi brazo con su tibio tacto.
—Lo siento —le susurro y ella suelta un atorado sollozo. Odio escucharla así— Te amo…
Me responde con una respiración forzada que grita un «sí, como no», pero es así, yo la amo.
—No dudes de eso cuervito…
Dudo en continuar, en tratar de explicarle el porqué es importante que vaya a verla, por qué necesito estar ahí para Eva.
—Layla no permitirá que te acerques ahora —me dice y se voltea en mis brazos quedando enfrente de mí—, pero el doctor es optimista y dice que, en un par de semanas a lo máximo, Eva podrá decidir por si misma.
—¿Fuiste a verla?
—Sí… a tratar de convencerla.
—Lena…
—Entiendo como te sientes, Yulia, yo pasé por lo mismo contigo… También lloré al saber que despertaste y esperé con desesperación, con un vacío en el pecho que no se fue hasta que pude verte —me confiesa y es así como me siento ahora— Sé que la quieres, mucho más que a una simple amistad, sé que es importante para ti y no pienso meterme en medio.
—Yo te amo a ti…
—Y eso lo sé… hasta cierto punto lo sé…
Duda, es evidente aunque quiera negarlo, no confía en que le esté diciendo la verdad.
—Creo que lo que más me duele es saber que la escondes de mí. Que tu cariño por ella tiene que ser secreto para ser válido y eso es lo que me tiene tan mal.
—No es así, Lena. No estoy escondiéndote cosas.
—Y entonces por qué no me has contado nada de ella desde que todo esto inició, de Layla —dice y estoy por hablar pero me interrumpe— Mira, Yulia. El pasado debe quedar en el pasado. Yo no soy el tipo de mujer que va a renegar y quejarse de las cosas que sucedieron antes de que yo entre en tu vida. No es mi lugar, no me corresponde… —Respira y hace una pausa— Pero ahora, Eva está en medio de nosotras, ahora sí tengo derecho a preguntar.
Eso lo sé y tiene razón.
—No lo haré —me confiesa con firmeza, lo que por algún motivo, me asusta—, dejaré que seas tú la que decida la sinceridad que me quieras dar. Tú eres la que tiene que venir hasta mí, no al revés.
Está decidida, se le nota en la voz.
—Yo… puedo darte mi comprensión, mi respeto, puedo darte amor incondicionalmente, pero todo depende de ti, de cuanto tú estés dispuesta a compartir.
Y sí, no es una amenaza, pero sí una advertencia.
Se franca, confía en mi y me tendrás, enciérrate en esto y me perderás.
El problema es que yo no sé cómo hacer lo que me pide, no sin causar más dudas en ella.
Pero no tengo opción, tengo que encontrar la forma y debo hacerlo pronto.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Invitamos a Anna a comer.
Es viernes por la noche y ella había regresado a medio día de su viaje. Todo se daba para una calmada velada. Sin embargo no podía anticipar que vendría acompañada de un viejo amigo.
La última vez que hablé con Vlad tuvimos una riña. Nada de trabajo, aunque en ese tiempo, él producía algunas de mis canciones para el álbum que lancé ese año.
Fue, en realidad, un lío del corazón.
No tengo la más mínima idea de cuando sucedió. Yo estaba tan ocupada con el horario que Varvara me imponía, que ni siquiera tenía tiempo de conversar con mis amigos hasta que una noche nos encontramos en el hotel en el que yo me hospedaba en Reutov.
Él estaba de paso, su vuelo de regreso a Moscú partía a media noche.
Su cansancio de tanto viajar se le notaba al máximo. Le empezaba a ir bien como productor y al momento trabajaba en arreglos para varios cantantes además de mí.
Y, a decir verdad, desde el problema con el hermano de Anna, nos distanciamos bastante.
Recuerdo que reímos mucho durante la cena. Pasamos un buen rato, hasta que comencé a sentirlo extraño, inquieto y preocupado.
Para cuando vino el postre no aguantó más y me dijo:
—Hay algo que necesito confesarte y espero que no lo tomes… mal.
Su tono de voz era la más clara confirmación de que lo que estaba por decirme era serio e importante. Hasta recuerdo haber dejado mi plato a un lado para prestarle atención.
—Lena, creo que… estoy enamorado.
No pensé nada más de lo que acababa de decirme. El amor es algo bueno, ¿no? Por un momento me sentí completamente feliz por él y me disponía a felicitarlo hasta que…
—Es Katya.
Fue cuando mi cara cambió a una evidente queja y mi alegría se volvió una serie de preguntas que no me tardé en formularle.
—¡¿Estás loco?! —Fue la primera, y la que dispuso el ánimo del resto de la conversación.
—Vamos, Lena. Es tu hermana.
—¡Es una imbécil!
—No seas tan dura. Hace tanto que no hablas con ella, deberías darle una oportunidad…
—Tú deberías alejarte inmediatamente. ¿Cómo diablos sucedió? No la conoces, es una interesada, ella jamás te amaría…
—¡La conozco muy bien! Hemos estado saliendo por más de tres meses. No es el ogro que te gusta pintarle al resto del mundo, ni está loca, ni es una mala persona.
—¡Acaba de poner en venta la casa que papá le dejó! —le reclamé furiosa, ese lugar era importante para mi y ella lo estaba descartando no menos un mes de recibirla.
—Necesita el dinero, no tiene tu carrera…
—No me digas que estás de acuerdo con ella —espeté decepcionada.
¿Me hablaba en serio? ¿Sentía algo por ella?
—Creo que tiene la razón esta vez y tú estás siendo demasiado severa. Es una buena mujer y yo la amo.
—Un día, la verás por lo que realmente es, Vlad. Pero que no se te ocurra volver a mi y apoyarte en mi hombro. Si la eliges a ella, quédate de ese lado. Yo no quiero volverte a ver.
Fui dura, fui… egoísta. No me equivoqué, finalmente ella lo traicionó con Sergey, pero no era mi lugar meterme, mucho menos alejarlo. Hice mal… estoy consciente de ello.
—Algo me decía que tú y Yulia terminarían juntas, ¿sabes? —me dice acercándose a mi lado mientras me tomo un respiro y una cerveza en el jardín. Yulia y Anna están poniéndose al día con sus vidas.
—¿Ah, sí? —le respondo con curiosidad— Yo jamás lo hubiera pensado.
—Algo había entre ustedes. Yo sabía que, o serían muy buenas amigas o terminarían juntas.
—Brindemos por eso… le dije chocando mi botella con la suya.
Respiré profundo y continúe bebiendo, no he estado de mucho ánimo estos días, después de esa noche, en la que Yulia y yo tuvimos un roce por Eva.
—Las cosas… ¿no van bien? —me pregunta, parece preocupado.
¿Qué respondes a eso? No hemos hablado en años, la confianza que siempre tuvimos ya no está, y no sé si quiero confesarle a un «extraño» mis problemas con mi pareja. Tal vez ni siquiera a alguien cercano.
—Dadas las circunstancias, las cosas… van… caminan.
—Anna me contó lo que pasó. Esta chica era importante para Yulia.
¿Ahora todos lo saben?, estupendo.
—También me comentó sobre Layla —sigue confesándome y yo me mantengo callada. No veo el punto de confirmarle las «novedades» que ya conoce— Aunque no fue una gran sorpresa, Sergey se emborrachó una noche en una fiesta después de la graduación y me contó muchas cosas que preferí no volver a repetir… hasta hoy.
Bufé indignada, ¿cuánto saben todos que yo no?, y ¿cuánto tiempo más se tomará Yulia en hablar?, porque desde esa noche no hemos topado el tema.
—¿Has visto a tu mamá?
—No —le respondo a secas, esto sí es algo de lo que no quiero hablar.
—La pasó muy mal cuando desapareciste.
—No desaparecí, me fui.
—Aún sigues muy molesta conmigo, ¿eh? —me pregunta, en medio de la cortante conversación.
—Siento mucho lo de Katya y Sergey —le digo ya que estamos en el tema.
—Te conozco, y sé que no me dirás un «te lo dije», aunque lo merezco.
—Suficiente con lo que ella te hizo, yo… lo lamento, hubiera preferido equivocarme.
—Y yo debí hacerle caso a la que sí fue una buena amiga… —suspira notablemente arrepentido— Sergey, Katya… qué sé yo, todo esto es…
—¿Un mal sueño? —lo interrumpo.
—Qué tal una pesadilla —ríe vencido por las circunstancias. No hay nada que ninguno de nosotros pueda hacer, debemos seguir con la avalancha hasta llegar al límite, al fondo y esperar la calma.
Necesito un respiro de todo, unas vacaciones de la vida.
Esto… no puede llamarse vivir.
—Dale tiempo a Yulia —me pide apelando a mi paciencia—, no tienes idea de cuánto tiempo ha estado buscándote, queriéndote…
—Lo sé, Vlad, y se lo daré. Es solo que… esta no es la vida que quería tener —le confieso declarándome derrotada. No sé cuánto más drama pueda soportar.
Por algo me fui, para tener una vida tranquila, normal y mientras la tuve fui feliz. Ahora… no lo sé.
—Lena, todo va a mejorar. Esto es un tropezón…
—Lo es, seguro… pero no sabes cuánto extraño no ser Lena Katina.
A veces solo me pregunto qué hago aquí, por qué volví y qué espero para irme nuevamente.
Suena injusto con ella, me quiere y eso lo tengo claro, pero mientras no tenga nada seguro con Yulia, mientras sea un pasatiempo, alguien que no merece su sinceridad, yo no pertenezco aquí.
Me siento una extraña en mi propia piel, definitivamente desde esa noche no hay algo más que vague por mi mente, que no sea la idea de largarme de este lugar, irme y no volver jamás.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
katina4ever, para dómde vas tú con Lena?
Capítulo 116: Let´s do It
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Tengo una cicatriz en la pierna, no es muy grande o se ve deforme, pero lo blanco de mi piel hace que la línea, casi recta, que baja desde la mitad de mi pantorrilla hasta un poco más arriba del tobillo, se note mucho más.
—Cuervo… —Llamo su atención distrayéndola de los huevos revueltos que prepara para el desayuno— ¿Quién hizo tu tatuaje?
Ella me mira por un instante y regresa a su labor.
—Andrew London, es un tatuador muy famoso que trabaja en Úlglich.
—¿Úlglich? Demonios, pensé que tal vez podría encontrar a alguien más cerca.
—¿Estás pensando en hacerte otro tatuaje?
—Quiero tapar la cicatriz —le respondo mientras escribo aquel nombre en el buscador y presiono enter— Además, ya va siendo hora de que me haga otro, y podría también cubrir esa estúpida estrella que me hice en la secundaria.
El trabajo del tipo se ve increíble, mucho detalle, líneas muy finas y sutiles… ¡y ahí está el de Lena!
—Tu tatuaje es famoso, tiene más de 1500 likes.
—Es un artista increíble —Se acerca con dos platos, sirviéndome uno y sentándose enfrente— Si quieres podemos hacer una cita y viajar hasta allá, podríamos tomarnos un fin de semana. Ir en avión para que viajes más cómoda.
Esa propuesta fue un tanto apresurada. Pudo recomendarme buscar a un tatuador local, pero si propone un viaje es porque quiere uno.
—¿Qué tal si nos tomamos una semana y viajamos en auto? —le sugiero y noto como un casi imperceptible alzar de sus cejas le ilumina el rostro, tiene ganas de escapar de aquí y hace días que la veo contrariada, con sus pensamientos dispersos.
Quizá en el viaje podamos hablar con más calma. Sobretodo de lo que no me preguntó la otra noche.
—Todavía no terminamos de estrenar el Impala que me regalaste. No llegué a manejarlo mucho y luego vino el accidente y… —Hago una pausa viendo como otra vez se apaga de ánimo.
Este viaje es necesario, ella se siente atrapada y siento mi vista fijarse en su tatuaje. Es libertad lo que quería, es libertad lo que tuvo y ahora está de nuevo en esta jaula. Lo peor de todo, es que soy yo la que la tiene aquí.
—Podrías manejarlo tú. Visitaremos pueblo por pueblo hasta llegar, nos quedaremos en pequeños hoteles o donde tú quieras —le ofrezco y ella me mira con curiosidad, tal vez descifrando si estoy hablando en serio— ¿Sabes?, podrías tomar fotos para tu proyecto y después del tatuaje… ¿qué tal si vamos hasta Kingisepp y visitamos a Sash?
Niega apenas y me sonríe, le gusta la idea, no puede negarlo. Solo falta que diga que sí.
—Tienes muchas ocupaciones en esta ciudad. No creo que sea un buen momento —me responde pero percibo algo en su voz. No es la respuesta que quiere darme.
Hmm, está esperando que le insista, que le demuestre que mi propuesta es real.
—Al diablo la vida, Cuervo. ¡Hagamos esto! —insisto tratando de emocionarla y me levanto con mi andador para acercarme hasta ella. Con algo de demora llego a su lado y le hago una seña para que me haga un espacio en su regazo para poder sentarme. La rodeo con mi brazo izquierdo por su cuello y acaricio su cabello con delicadeza, peinándolo hacia atrás— La serie está renovada por dos temporadas más, y yo puedo seguir coordinando cosas a la distancia.
—¿Y qué con la terapia? —me susurra abrazándose de mi cintura, acercándose para robarme un beso.
—Las sesiones terminan en tres semanas, después de eso es solo cuestión de hacer mis ejercicios periódicamente y listo —Me da otro beso y suspira al separarse— ¿Qué dices?
—Nos tomará mucho más de una semana.
—Nos tomaremos un mes… dos si hace falta, tres, el tiempo que sea, solo vámonos. Salgamos de este caos, ¡vivamos un poco!
Sé que es lo que quiere oír, lo que necesita hacer.
Vlad y yo hemos tenido nuestras diferencias en los últimos años, pero le agradezco que me haya escrito la otra noche, después de irse.
La conversación que tuvo con Lena evidenció el descontento que siente y yo he estado tan cegada por lo del accidente y la situación con Eva, que no conecté un punto con otro. No fue hasta que hablé con él que empecé a percatarme de su cambio.
Quiero otra vez a la Lena feliz. No, en realidad, no quiero a Lena… quiero a Kay.
—Está bien —me responde con una grata sonrisa—, vivamos un poco.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 117: Horses
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Nunca he sido una gran aficionada de montar a caballo.
Lo hice una vez cuando era niña. Unos amigos de papá lo invitaron a pasar unas vacaciones en su rancho y, Katya y yo, lo intentamos en una de las excursiones.
Quizá nunca supe la manera correcta de hacerlo, pero la experiencia me quitó toda gana de volverlo a intentar.
El pelaje del animal era hermoso, negro, brillante…, suave. Lucía calmado, dócil, como si entre él y yo hubiese un trato, él cuidaría de mi, si yo cuidaba de él.
Pero nadie me advirtió que no sería como montar aquellos caballos de madera del bulevar, esos que con dulzura suben y bajan con una música apropiada y alegre; donde el control no depende de tu fuerza o tu agarre, simplemente te dejas llevar.
¡Oh, no! Ese día fue un desastre para mi.
Antes que nada, su olor; pueden ser unos hermosos animales, pero huelen horrible, de aquí al fin del mundo. Fue imposible para mí sujetarme fuerte con las piernas ya que su dorso era muy grande, nunca logré hacerlo, eso sí, lo intenté con tanta fuerza que tuve dolor de piernas por como una semana completa.
Tenía la cuerda de cuero, sujetada tan fuerte -tratando de controlar el animal- que lastimé mis manos y el dolor fue tanto que, cuando no soporté más, me solté y perdí todo el dominio de mi negro compañero, que salió corriendo sin rumbo. Y si antes me había sido imposible coordinar mi cuerpo con su trote, en ese momento, se tornó mucho peor.
Los golpeteos de la cabalgata con mi pelvis, es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo y tuve que aguantarlos hasta que alguien pudo controlar al caballo y, finalmente, ayudarme a bajar de él.
Creo que, con animales, esa fue mi peor experiencia. Quizá por eso me sorprendió encontrar fotos de Yulia cuando era niña, cabalgando con la sonrisa más grande en el rostro.
Fui a su casa, ayer por la tarde. Tenía que recoger la ropa que me encargó, además de ciertos objetos personales, entre ellos, unos cuadernos de escritura del trabajo y un par de libros que se encontraban en la misma repisa que sus álbumes de fotos.
Y entonces pienso, si -como dicen por ahí- montar a caballo es un símil de como manejas tu vida… estoy en graves aprietos.
Eso simplemente querría decir que yo tengo una vida aparentemente hermosa que no se como vivir y, tal como el caballo, me zarandea, me estropea, me da duros golpes en el trasero y yo siempre termino perdiendo el control.
Básicamente, mi vida apesta tanto como un caballo y yo la dejo, porque la que no sabe dominarla, soy yo.
Por lo contrario, Yulia demuestra, día a día, que puede superar cualquier obstáculo, con prosa e ímpetu; es una misma con el animal, lo maneja, lo controla, lo guía según lo que se haya puesto como meta. Como ahora, se dispuso salir de la fisioterapia en no más de tres semanas y aquí está en la segunda, intentando ya caminar por si misma y probándoles a los doctores que nadie le dice que no a Yulia Volkova.
Como ya dije, si el símil es real, estoy jodida, porque mi vida y mi caballo terminarán tirándome en medio camino -como ya ha sucedido antes- y eso no va para nada con quien, evidentemente, Yulia es.
No soy ingenua, sé que nadie la tiene fácil o vive la vida perfecta. Todos lidiamos con nuestros propios demonios y, por más fuerte que seas, siempre hay una piedra que se puede colar en medio de la herradura. Eso sí, cuánto desearía yo poder cabalgar por la vida con la «facilidad» que ciertas personas parecen tener.
¿Quién diría que la equitación me enseñaría tanto de quién soy y quién no?
Tal vez lo mío no sean los caballos. Quizá mi vida puede definirse mejor como la que se deja llevar en la nieve, por una cuadrilla de lobos.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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No es fácil salir de una deuda con la mafia. Hay que actuar rápido y llegar a acuerdos, cumplirlos y prácticamente, desaparecer de su radar. Lo cual no es el caso de Samir.
Vino a visitarme. Viajará fuera del país a terminar sus estudios, pero no viaja a escondidas, no lo hace huyendo de ellos. Ahora es parte de su nómina y lo preparan para que pague su deuda con un trabajo fijo, de esos en los cuales no hay plan de jubilación.
—Creen que tengo potencial, terminaré la carrera y seré parte de la organización.
—¿Así que te vas a estudiar «criminalística»? —le pregunto y él ríe con comodidad. Está bastante tranquilo y eso no me transmite a mi lo mismo. Mi hermano es un mafioso, tendrá sangre en sus manos, así trabaje de limpiabotas para sus jefes…
No, no encuentro tranquilidad en esto.
—Es lo que tengo que hacer para permanecer con vida y no es una mala.
—Claro que no, seguro te pondrán en un apartamento de lujo y te proveerán de lo que más te gusta. Es una buena vida, debes aprovechar la oportunidad, ¿no?
—El trabajo que realizaré es administrativo, tengo prohibido el tocar una sola droga. Además que, para que me «mimen» debo probarles, cada día, que les soy útil.
—Hmm…
—No quería irme sin antes dejarte saber que estoy bien y que, de la misma manera, lo estarás tú.
Me quedé en la misma posición de antes, pensativa y nostálgica. ¿Acaso debo agradecer que las cosas se dieron de este modo? ¿Debo imaginar que él no corre más peligro? ¿Qué?
—¿Nos volveremos a ver? —Dudo de que sea así, pero lo pregunto de todas formas.
—Sí, lo haremos —responde cambiando de posición, haciendo su cuerpo hacia adelante y reposando sus antebrazos sobre sus piernas, sus manos unidas en medio, con los dedos entrelazados. Me recuerda tanto al abuelo cuando tenía sus conversaciones serias con nosotros, después de que rompiéramos una ventana al jugar o hiciéramos una travesura— Pienso avanzar rápido en la organización, encontrar mi lugar en una posición más importante…
—¿Graduarte de matón? —le pregunto viendo fijamente sus claros ojos. No quiero que haga esto, debí escuchar a Lena desde el principio y, como sea, pagar ese maldito dinero.
—No todo con ellos es negro, Yul. Tienen varias áreas de desarrollo, muchos negocios que no tienen nada que ver con lo que estás pensando, compañías legales que también necesitan de gente fiel —me dice sin darse cuenta de que se está casando con la maldita mafia. Su nombre está grabado en cada bala, en cada cuchillo, en cada bate, en cada soga que lastime a otra persona. Haga lo que haga está condenado a ser un maldito criminal.
—Me pesa saber que esto es lo que decidiste hacer.
—No había otra salida, era esto o terminar en uno de los huecos del cementerio, quizá ni siquiera ahí —me explica poniéndose de pie, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón de tela color negro que no tiene ni una sola arruga, su camisa del mismo color, acomodada pulcramente dentro del mismo, sus zapatos de vestir extrañamente nuevos. Viste una formalidad que nunca tuvo, una que no es él. Es como si hubiera crecido diez años en varios meses. Aparenta ser el hijo que mis padres siempre quisieron tener.
—Me escribirás o… ¿cosas así?
—Yul, quiero que entiendas que no estaré por ahí matando gente. Estas son las cartas que me tocaron en la vida y no son malas. Si juego esta mano con inteligencia, no tendré que preocuparme nunca más. Seré una persona libre, tendré éxito, estaré bien.
—No entiendo tu tranquilidad. Sabes quienes son, estuviste en el filo contrario de su navaja, Samir. ¿Y ahora te les unes para ser «libre»? Sabes que eso no es así, eres un esclavo nada más.
—No, lo soy.
—Lo eres, no seas ingenuo.
—Trabajaré en un puesto común, normal; avanzaré con mi carrera y subiré de posición. Quizá un día pueda manejar una de las compañías. Viviré mi vida, me casaré, tendré tus sobrinos, festejaré navidades, iré de vacaciones, seré feliz… La única diferencia conmigo y uno de mis compañeros, será que yo sé exactamente quién firma mis cheques, no como las miles de personas que trabajan ahí y viven en completa ignorancia —me explica nuevamente, con la calma más irracional del mundo— Es la única diferencia.
Y sí, es así, tal cual.
Nadie sabe para quién trabaja. Se rumoraba que mi antiguo jefe en el estudio, tenía lazos con una familia muy poderosa, que en los años treinta estuvieron entre los más peligrosos del lado oeste del país. Si los rumores con ciertos, yo también trabajé indirectamente para la mafia o en todo caso para sus herederos.
Mejor será que me relaje con el tema. No hay nada que pueda hacer al respecto y, por lo menos, está vivo. Mientras siga así, mientras no desaparezca por completo… creo que debo dejarlo hacer su camino.
—Se nota que Lena te quiere —me dice acercándose a la puerta. Era una visita corta después de todo, me lo dijo al llegar; su vuelo parte en unas cuantas horas.
—Nunca me dijiste para qué querías que te avise si la encontraba —le pregunto siguiéndolo a paso lento, ayudada por mi bastón.
—Ya hablé con ella. No te preocupes de eso.
—Samir, no me hagas perder el equilibrio por golpearte con este palo en la cabeza.
—Hmm —sonríe y asiente levemente— Solo te diré esto, Yulia. El gran jefe le tiene mucho aprecio y sus investigadores son mejores que la misma policía.
—¿Qué diablos significa eso?
—Habla con ella, yo le prometí no entrometerme —Termina dándome un beso en la frente— Te quiero, te escribiré pronto —Abre la puerta y se va…
Esto no huele bien, para nada bien.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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La miro sin disimulo durante la cena. Pedimos comida china y pusimos una película que no estoy viendo.
Mi hermano me dejó demasiadas dudas.
¿Por qué un mafioso le tendría aprecio a Lena? ¿Porqué está pendiente de ella? ¿Por qué la investiga? ¿Fue el tipo que entró en la casa aquella noche, uno de sus matones?
Debo preguntar, pero ¿cómo? Si lo hago me reclamará el porqué yo le exijo cosas que no le doy.
No hemos hablado una palabra aún sobre Eva o Layla, sobre mi vida en general, aquella que no conoce.
Claro que poniendo las cosas en una balanza, sus secretos son mucho más pesados que los míos. A lado de un mafioso, el que yo haya tenido un amorío con mi maestra de la escuela y que aún conserve algunos sentimientos por su hija, no son nada, ¿verdad?
—¿Tengo salsa de tamarindo en la cara?
—¿Qué?
—Que si me ensucié la cara —repite, ladeando su cabeza al no recibir respuesta— ¿Te encuentras bien?
—Algo…
Necesito preguntar, saber. ¿Qué esconde? ¿Quién es?
—¿Yulia?
No puedo quitarle los ojos de encima, tampoco mencionar una palabra. Probablemente no tengo miedo a que me encare, sino a descubrir qué es lo que ella esconde en realidad, saber con quién me metí.
—¿Yuuuliaaa?
—¿Qué?
—¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras así?
—Nada, sigue viendo tu película —le digo y giro al televisor perdiéndome un momento en una trama que no entiendo.
Nos mantenemos en silencio, por lo menos, unos veinte minutos. La película sigue sin tener sentido, no le estoy poniendo atención de todas formas. Sigo pensando en esto, tratando de recordar momentos, palabras, conversaciones, algo que me de una pista… Lamento no tener éxito, no puedo conectar nada.
Es inútil, tendré que preguntar, pero este no es el momento. Debo pedirle un favor y sé que ese ya nos traerá la incomodidad suficiente.
—Lena —le digo desconcentrándola del film—, mañana, ¿podrías llevarme al hospital?
—¿Mañana? No tienes terapia —me recuerda y dos segundos después entiende lo que le estoy diciendo. Le toma unos minutos preguntármelo— ¿Quieres ver a Eva?
Asentí mi respuesta, esperando a que dijera algo, pero su silencio era eterno.
—El doctor me confirmó ayer que ya puede tomar sus propias decisiones, que si quiere verme no habría problema —le respondo reposando la caja vacía de mi comida sobre la mesa ratona de la sala de estar— De verdad necesito hacerlo, quedan pocos días para partir y… no quiero irme sin antes hablar con ella.
Vuelve a ensimismarse en la película, manteniendo aún el silencio como una barrera invisible entre ambas.
—Lena…
—No hay problema, te llevaré —responde sin mirarme, sin inmutarse.
Si antes era conflictivo preguntarle sobre lo que Samir dijo, mucho más ahora.
Esperaré a mañana, hablaré con Eva y, luego, formularé todas las preguntas que tenga. Esto es algo que no puedo quedarme sin saber… pero primero, tengo que verla.
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
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Re: HIDING (ADAPTACIÓN YULENA)// By: MintBlueNeon
Capítulo 120: Secrets (Parte 1)
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—Te esperaré afuera —fue lo único que me dijo Lena una vez que se abrió el elevador en el quinto piso. Hasta ese momento, juraba que vendría conmigo, por lo menos hasta la sala de espera afuera de la habitación de Eva, pero al parecer se arrepintió. Solo la vi bajar la mirada para evitar encontrarse con la mía y la puerta se cerró, llevándola nuevamente a la planta baja.
No evité detenerla, no sabía que era lo que podía estar sintiendo en este momento, de seguro, no debía ser nada muy grato y no era mi intensión hacérselo más difícil.
Esperé un momento, viendo como el número del panel digital sobre el elevador cambiaba al descender y retomé mi lento caminar, apoyándome con mi mano libre en el barandal de madera que seguía lo largo de la pared.
Layla me vio de lejos, su sorpresa era notable, al igual que la mía al verla acercarse para ayudarme.
Me dirigió a la habitación sin poner protesta alguna y una vez que estuve adentro, cerró la puerta tras de mí.
—Le advertí que si no me dejaba verte, ella tampoco podría hacerlo —me dice una vez que estamos solas, con la voz baja, pero firme, tomando un respiro profundo. Se la nota cansada, agotada, como yo solía estar los primeros días de rehabilitación.
—Veo que también te tienen practicando el ábaco y usando los juguetes de niños de meses.
Sonríe sin reír, le cuesta bastante.
—Dicen que tuve mucha suerte…
—La tuviste… yo también.
—Que se lo digan a mis cuentas —carraspea un poco, empujándose para sentarse unos centímetros más arriba—… no sé como voy a pagar este lugar.
Me acerco a ayudarla, acomodando una almohada en su espalda, apoyando mi mano en el colchón, la que pronto siente el calor de la suya.
—Me alegra que estés bien Yulia… —Sonrío con el leve apretón que me da, pero ella cambia de gesto casi instantáneamente— Jamás debí tomar el auto de Sergey.
La culpa inunda la habitación al igual que un momentáneo silencio.
—Agua, por favor… ¿me pasas un poco de agua?
—Claro —Desprendo mi mano con una suave caricia. Su piel está fría en comparación a la mía. Tomo la jarra de la mesa, un vaso y vierto el líquido, creando otro sonido que nos acompaña por sobre nuestros pensamientos.
—Mamá me puso al tanto de… Sergey —Bebe haciendo un claro sonido al tragar— También me dijo que Lena es tu novia… al menos hasta hace algunas semanas.
—Todavía lo es —le aclaro y no sé si es decepción lo que noto en sus ojos, pero me estremece. Ella se apura terminando el último sorbo y me devuelve el vaso.
—Gracias por el agua y la visita… pero deberías estar con ella, no con tu ex.
—Ev, tú no eres solo mi ex…
—No, también soy la hija de tu otra ex… —me interrumpe— ¿Le contaste ya sobre mí, sobre mamá?
Niego con un débil movimiento.
—Lo haré pronto. Nos vamos de viaje al norte hoy mismo… saliendo de aquí, de hecho.
—¿San Petersburgo?
—Úglich en realidad y luego al este.
—No tienes idea cuántas ganas tengo de regresar a San Petersburgo.
—Tan pronto te recuperes podrás viajar, no dudo que puedas completar allá la rehabilitación.
—Sí, podría hacerlo… si tan solo la policía no me hubiera prohibido salir de la ciudad.
—¿Y por qué no te dejarían? —inquirí, no hay razón de que se quede, todo fue un accidente.
—Aunque ya esclarecieron el saboteo del coche de Sergey y pronunciaron que fue un accidente, aún tengo que presentarme ante un juez, el fiscal todavía no se decide si me acusarán o no de homicidio culposo.
—¿Sabotaje del auto de Sergey? ¿Homicidio… qué…?
—¿No… te contó tu novia? —pregunta y le respondo con un gesto negativo, ¿qué tenía que decirme Lena?, ¿de qué habla?— La razón por la que no pude frenar en la autopista, es que el auto fue modificado. Alguien metió una especie de virus en la computadora, desactivando los frenos al pasar un límite de velocidad —me informa a mi completa sorpresa. No tenía idea de que ese tipo de cosas eran posibles. Ninguno de mis autos es eléctrico— Alguien quería matar a Sergey, sabían lo mucho que le gustaba la velocidad.
¿Alguien? ¿Quién? ¿El mismo que incendió la casa de Lena? ¿El mismo que entró a la casa hace unas semanas?
—Sea como sea —le digo, aún con muchas dudas—… Por qué te acusarían de homicidio? Fue un accidente.
—Fui responsable por cinco muertes, Yulia. Excedí el límite de velocidad en la autopista, eso activó el virus que provocó el accidente, soy bastante responsable. Ahora depende del fiscal y el juez.
Esto es… ridículo ella no puede ser hallada responsable de esto…
—¿Tienes un abogado?
—No aún…
—Me pondré en contacto con el abogado de Lena. Es muy bueno y no te preocupes de la cuenta del hospital —le interrumpo y en seguida ella me responde que no puede aceptar mi ayuda, que no sería justo.
Lo que no es justo es que ella tenga que encargarse de todo esto sola, no después de que yo le prometí no abandonarla. Lo injusto es que Lena no me haya dicho nada al respecto, ¡lo injusto es que yo me sienta culpable de no contarle mi pasado y ella esté llena de secretos!
—No voy a tomar un no por respuesta, prometí estar contigo y lo cumpliré.
—¿Me prometiste qué? —me mira y parece molesta, ni siquiera tengo idea del porqué— Aprecio tu ayuda, tu intensión y sí, no tengo idea de como voy a afrontar todo esto, pero encontraré la manera. Tú, no me debes nada, Yulia.
Siento rabia al recibir su negativa, al escuchar el tono en que lo hace. Tiene 19 años, es una estudiante, apenas conoce lo que es el trabajo y no va a esclavizarse por algo que no podía controlar. Lo hecho, hecho está, no me importa lo que ella quiera, cumpliré mi promesa.
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