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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

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RAINBOW.XANDER
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Mensaje por Fati20 2/15/2022, 12:21 am

Siiii necesitamos ese maraton la historia está buenísima y queremos leer más de esas 2 juntas 😃. Saludos querida 😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/15/2022, 7:59 pm

Welcome
__________________________________________

Se miró al espejo fijamente después de haberse dado una ducha, su cabello húmedo caía sobre los hombros y como le incomodaba se lo amarró en un moño sobre la cabeza. No parecía la prestigiosa periodista que gran parte del país conocía, más bien lucía como una mujer común con una lucha interna que no podía resolver. Ayer había llegado de Francia y solo se dedicó a dormir todo lo que no pudo hacerlo allí, ahora cuando el reloj marcaba las 5 de la tarde estaba decidida a escribir la nota sobre la participación de Elena Katina en el Paris Fashion Week. 

Se sentó sobre la cama con las piernas cruzadas y el notebook entre ellas, abrió el Word y después de colocar el tipo de tamaño y fuente correcta se quedó mirando la pantalla en blanco.

¿Cómo podía partir cuando no se trataba de una desconocida sino de su ex novia? Tecleó unas cuantas palabras, borró unas tantas, cuando llevaba una línea todo desaparecía. Fastidiada gimió antes de estirarse por completo y mirar el techo de su habitación. Vivía en un lujoso departamento de New York, en la cima de un edificio donde nadie podía molestarla y con la máxima seguridad, esos eran los privilegios de ser hija de figuras importantes. ¿Pero de qué le servía esa riqueza si no podía comprar la tranquilidad ni la creatividad para hacer una nota?
 
-Piensa en ella solo como una clienta…. Piensa Yulia –volvió a posicionarse de una manera más cómoda decidida a no dejar que se crearan más lagunas mentales que le impidieran hacer esto. Tenía plazo hasta la noche para entregarlo. Trató de visualizarla en su cabeza para partir describiéndola, la recordó cuando entró a su oficina y ella giró el asiento de cuero negro de tal forma que cualquier persona se hubiera caído de rodillas ante su presencia. Los dedos de sus manos empezaron a viajar tecla por tecla con rapidez y vida propia- “Enigmática, poderosa, creativa y elocuente ¿Qué otras palabras calzan mejor con la personalidad de la nueva potencia en la moda, llamada Elena Katina? A decir verdad me llevé una sorpresa cuando estuve en…”

……………………………………………………….……………

Lunes 19 de agosto, Francia
 
Sabía que alguien estaba tocando pero no era capaz de despegar los ojos del boceto que tenía entre manos, las ideas fluían con claridad en la pieza que podía ser la primera de la nueva colección que lanzaría con la tienda que había firmado para exponer sus prendas. Pero los golpes no cesaron y gruñendo alzó la voz para decir roncamente “Vous pouvez entrer” (puedes entrar). Apareció Fyodor con su Tablet a mano, lucía bien y tranquilo porque de todas las personas en este edificio era el que más la conocía y quién no se sentía intimidado por ello.
Lena continuó con lo suyo, nadie podía interrumpirla con esto. Estaba empeñada en hacer una línea para la mujer moderna y ejecutiva para la temporada de invierno, tardaría como mucho en terminar los dibujos esta semana para presentarlos a los representantes de la tienda. No se negarían, sabía que no lo harían.
 
-¿Haciendo volar tu imaginación?

-Quiero hacer algo que las mujeres modernas deseen usar, que acentúe su figura y las haga lucir perfectas –lo indicó con el lápiz grafito - ¿Qué quieres? – Fyodor Rakinovich cambió totalmente su rostro, parecía dolido o preocupado, quizás las dos cosas.

-Yo siempre reviso las noticias de Rusia para saber cómo está la realidad de mi país, me encontré con esto que te puede parecer interesante…. No espera –por el tono de su voz, Lena apartó el boceto y lo miró con el ceño fruncido - ¿Realmente confías en mí?

-¿Eso por qué lo dices?

-Por esto querida amiga, por esto –dejó el Tablet sobre la mesa - RT international, la nota que destaca tu participación en el Paris Fashion Week y que te deja como… bueno, mejor léelo tú misma –al verla empalidecer bajó el tono de su voz - ¿Por qué no me dijiste que Yulia estuvo aquí? – Elena no miraba la Tablet, lo miraba a él.

-Porque no tenía relevancia en lo más mínimo, solo vino a reemplazar a una colega, me vio, después de unos intentos me hizo la entrevista y no la he vuelto a ver… fin del tema –trató de tomar el boceto pero Fyodor lo apartó primero- Venga, estoy hablando en serio.

-A mí no me engañas Lena, por Dios, es Yulia Volkova y no cualquier periodista sino también una potencia del mundo de las comunicaciones… además tú sabes lo que significó en tu vida y tú en la de ella como para que este casual encuentro haya sido de lo más relajado.

-Le dije lo que tenía que decirle de la forma más diplomática que pude, no le he contado ni la mitad de lo que tuve que pasar pero sí le dije que no me interesa tenerla en el presente y toda la culpa que siente es el castigo que debe llevar… ahora si me disculpas tengo que terminar esto antes que las ideas se me vayan a la mierda.

-Que te quede claro que no la estoy defiendo para nada, solo que me molesta que como tu mejor amigo no me hayas considerado en lo más mínimo para contarme lo que pasó, porque quieras admitirlo o no, sé que no fue agradable…

Antes de irse miró disimuladamente la Tablet que dejó en el mueble, si la curiosidad en Katina era fuerte se atrevería a leer la nota. Como había dicho Fyodor, no estaba poniéndose del lado de Yulia, lo único que quería es que Elena se sincerara consigo misma porque aunque no albergara sentimientos por su ex novia, era evidente que el “accidente” del pasado no lo había superado.
Cuando su oficina quedó abandonada y nadie más que Elena estaba en ella, efectivamente la curiosidad llegó a tocar la puerta. De lado miraba la Tablet mientras hacía los bosquejos. Tuvo que pausar un poco sino terminaría por arruinar el dibujo si no prestaba atención a lo que hacía. 
 
-Al diablo –masculló y tomó la Tablet de su amigo para mirar el portal de RT con la noticia recién publicada. No estaba mal si se atrevía a leer lo que ella había escrito ¿O sí? Después de todo su presencia causó bastante molestia acá- Te juro Yulia Volkova que si has escrito algo que no me parece pondré una demanda en tu contra por injuria… “Enigmática, poderosa, creativa y elocuente…..”

Con atención siguió leyendo cada una de las palabras que había escrito Yulia para asimilarlas bien. Se le apretaba el estómago al darse cuenta que tenía el don para expresarse al menos por escrito, al terminar la nota no sabía que decir. Jamás escribió algo negativo en su contra, de hecho se deshizo en elogios sobre su empresa, los empleados, su participación en la semana de la moda y el efecto que su colección tuvo en los presentes. Había descrito de forma exquisita cuales habían sido sus prendas favoritas y recomendaba en un 100% que se aseguraran de adquirirlas cuánto antes porque “La llamada Dama del Universo era lo que todos llamaban, La Dama del Universo de la moda”. Elena sonrió de forma engreída.

-Miren, miren en lo que esa imbécil, pobre y muda “Cenicienta” se ha convertido… ¿Increíble no? –si cada uno de las personas que la miró en menos en el pasado leyera esto o en todas las noticias que estaba apareciendo, sabrían que había surgido a la cima. Dio vuelta la Tablet antes de continuar con el boceto que tenía al lado, pero al darse cuenta de la hora lo guardó en una caja de seguridad, se cambió de ropa y salió de allí rápidamente.
 
El fino reloj sobre su muñeca marcaba las 6:14 pm, en 15 minutos más había acordado juntarse con Katya en la cafetería favorita de ambas. A la mierda todo, esta iba a ser la última tarde que pasarían juntas porque mañana la menor se embarcaría hacia Rusia donde finalmente eligió estudiar. Como sus calificaciones eran perfectas y se había recibido con honores en Francia, el director de su escuela escribió una carta de recomendación a cada universidad de Europa y Norte América donde la joven postuló. Al principio aceptar la decisión de Katya había sido un poco difícil porque no le agradaba la idea de tenerla lejos, menos que estuviese en Rusia cuando significaba tanto dolor. Pero ¿Quién era ella para negarle cumplir sus sueños a su hermana? Tenía mucho miedo con dejarla partir pero tenía los recursos gracias a Dios para establecerla en comodidades y seguridad, además de que tenía transporte privado para trasladarse a Francia y viceversa cuando quisiera. 

Esta vez Elena manejó hacia la cafetería, de vez en cuando le gustaba sentirse independiente y manejar su Audi.
Cuando estacionó la vio parada mirando hacia ambos lados de la calle, llevaba una blusa roja y pantalones blancos ajustados, en cambio Lena logró cambiarse a una vestimenta casual que no representaba exactamente la posición que tenía. Un gorro gris, lentes de sol Ray Ban y una camisa celeste-pálida la hacían lucir relajada como realmente no lo estaba.

-¡Lena! –extendió sus brazos junto a una enorme sonrisa para recibirla por completo, su heroína y “mejor amiga” lo era todo para la menor.

La forma en como había dicho su nombre hizo “clic” en su mente de forma instantánea.

Flash Back

Dejó de lado los cubiertos porque era incapaz de seguir comiendo. Katya apartó su plato y se estrelló contra el cuerpo de su hermana para romper en un llanto que llevaba aguantando todo el día para hacerse la fuerte, pero era niña y como tal no podía reprimirse o pretender ser adulta de golpe. Elena apretó sus labios para no derrumbarse, si una de las dos tenía que ser la fuerte lo sería ella por ser la mayor. ¿Cómo estar bien si era el primer almuerzo que tenían después del funeral de su madre, acá en Francia? La casa estaba vacía, el silencio era abrumador justamente para recordarles a ambas que tenían que valerse por sí mismas. Ya no más besos ni abrazos por parte de ella, esa mujer estaba muerta.
 
-¡Lena! yo quiero a mi mamá, quiero a mi mamita acá – Katya la miraba con tanto dolor e insistencia que fue imposible seguir jugando a ser la fuerte de la casa. Con lágrimas y los labios temblando moduló un “yo también”, antes de sentir que su pobre hermanita volvía a llorar con desesperación contra su cuerpo. Esto era solo el comienzo de noches en vela consolándola, noches acompañadas de un dolor más fuerte que todo lo que pudieron imaginar.
 
Fin Flash Back


Abrazadas de lado entraron a la cafetería y se acomodaron al lado de una ventana que tenía vista a la calle. Las personas caminando y el matiz del cielo veraniego creaban un ambiente exquisito. Pidieron lo de siempre, mocachino y pastel de arándanos que devorarían apenas se lo llevaran a la mesa, si querían crear lindos recuerdos el pastel no podía faltar.
 
-Te ves hermosa así, tan casual…. Usualmente siempre andas con vestidos ajustados y elegantes.

-Lo sé pero como jefa y diseñadora no puedo andar con ropa de “calle”, debo estar a la altura –le guiñó el ojo y enterró el tenedor en el pastel para quitar una rebanada. Alzó los ojos y vio los igualmente verdes de su hermana- Katya… no crezcas más que me duele  - la menor escondió un mechón de cabello tras su oreja observando el pastel.

-No pienses en eso, Lena, el día que tengas una hija será mucho peor.

-No tendré hijos…. No –Karya le puso mala cara e ignoró el comentario, su hermana hablaba de esa manera porque no había conocido a la mujer digna para ella, digna de merecer ese título de “futura madre”- En este momento solo me importas tú y el cómo te irás a Rusia… es… es como si se me partiera el alma.

- Lena...- se le quebró la voz, fue todo lo que pudo decir, los ojos de aquella mujer que siempre mostraban frialdad ahora reflejaban sus sentimientos, un brillo inocente y perdido por lo que se vendría, una separación

-No me malinterpretes –la miraba fijamente, Katya ahora lucía igual a Sergey, el padre de ambas - Es solo que cuesta mi niña, cuesta admitir que eres mujer, que al fin podrás ingresar a la universidad a convertirte en lo que deseas… que la misión que me impuse cuando se murió mamá está dando fruto –sus ojitos verdes ya estaban anegados en lágrimas, con Katya no podía levantar el muro de piedra que hacía con el resto, ella era su debilidad - Le dije que daría todo de mí para verte crecer, para que nada te faltara…. Si estás yendo a Rusia es porque ahí debes estar…me duele mucho, sigues siendo una pequeña, me duele pero te estaré apoyando y seguiré trabajando para que nunca nada te falte… eres mi más grande orgullo y sé que el de nuestros papás también.

-Lena…- Katya torció la boca antes de empezar a temblar.

Fue todo lo que dijo antes de acercarse a Elena y abrazarla con toda la fuerza que sus brazos le daban. Todo el mundo la conocía como una terca ególatra o mujeriega empedernida, pero ella conocía el otro lado de la moneda y sabía la realidad que se escondía tras esa personalidad. Nadie tenía derecho a juzgar a su heroína, nadie lo haría, nadie se atrevería. Se sacaría la mierda estudiando horas y horas para demostrarle a todo el mundo que las personas que parten de abajo logran cosas importantes si se lo proponen. 

-Lucharé por seguir siendo tu orgullo.

-Ya lo eres Katya –susurró contra su cabellera castaña rojiza - Ya lo eres…

Era lamentable que quien decidió desligarse de los Katin (Iván) no pudiese formar parte de esta escena pero… ¿Quién dice que no se volverían encontrar? A veces pueden volver de las formas más inesperadas…

……………………………………………………….…………………

Apretó los labios cuando como por quinta vez durante esa tarde asomó el rostro en la habitación de Katya. Debía resignarse que esto no funcionaría ni ella aparecía por arte de magia así que cerró la puerta con cuidado. La jovencita se había ido hace una semana atrás y apenas tocó suelo en el aeropuerto de San Petersburgo llamó a su hermana mayor para comunicarle que estaba bien. Era imposible, realmente imposible acostumbrarse a su ausencia en aquella enorme casa del siglo 17 ubicada el noroeste de la ciudad. Era amplia y decorada de forma exquisita al igual que el jardín y patio que poseía, pero era tanto su tamaño que en ese minuto se sintió aislada casi como una reina que llena de riquezas vive sola apartada del mundo. Tenía espacio para guardar su propio Audi, la limusina y el auto de Katya, por eso le gustaba pero estaba pensando buscar un lujoso departamento en el centro de la ciudad.

Se sentía destrozada como si le hubieran arrancado un pedazo de su alma, a pesar de eso sabía que Katya estaría bien, ya había puesto a su disposición un guardaespaldas, pero más allá de eso la niña (ahora mujer) había pasado por muchas cosas fuertes como para crear una personalidad intuitiva y así confiar en las personas correctas, además de ser fuerte para resistir los altos y bajos. Sin ella ¿Con quién conversaría en casa? 
 
-Con tu reflejo, imbécil –masculló y caminó hacia su oficina para revisar su mail porque sabía que tenía correo nuevo con gente de la marca “Valentino”.
 
La cosa había quedado así, durante la semana pasada estuvo dibujando piezas para una colección que les entregaría pero cuando se dio cuenta que cada una de ellas quedó perfecta, le dio lástima desperdiciar algo así en una tienda que no era suya ¿No era obvio? “Valentino” era una marca famosa ¿Por qué venderían prendas de un diseñador de la “competencia”? firmó un acuerdo para vender su ropa por la temporada otoño-invierno pero a cambio ellos tendrían el 35% de las ganancias, después de todo para ellos era otra marca en su propia tienda. Al final lo que vendería sería los diseños que expuso en el Paris Fashion Week porque era lo que acordaron en un principio.

Cuando terminó de leer el mail sus dedos de inmediato teclearon “Google.com”, no era una persona curiosa pero como estaba sola y los pensamientos llegaban como dardos, no tenía otra opción.
Tecleó en la barra “Yulia Volkova, RT internacional” y con un resultado bastante contundente, fue a “Imágenes” para ver qué cosa la podría sorprender. 

Contrajo la mandíbula cuando pasaba una imagen tras otra, no eran cuentos sin fundamento sobre la importancia que tenía en el mundo del espectáculo, habían muchas imágenes que demostraban cuantos famosos conocía, ella misma en el set de RT el noticiero nocturno, con fans. Luego cambió a los links de “web” para saber qué cosas se hablaba de ella de forma online. La mujer que logró pisotearla en el pasado se convirtió en una de las periodistas más famosas del país, con casi 28 años había logrado cosas que otros no lo habían hecho.
 
-Eso es fácil cuando tu “papito” es un Volkov –masculló antes de cerrar la ventana y quedarse mirando la nada. Vaya, fue totalmente una mala idea haber visto cosas de ella pero ¿Por qué lo había hecho?- Simplemente porque quieres averiguar quién realmente te hizo esa entrevista, las personas suelen mentir… -conforme con su respuesta salió de allí para entrar desnuda en la ducha. Si Yulia la había investigado Elena podía hacer lo mismo, quería saber en qué se había convertido después de 10 años, aunque si de haber sido el caso contrario y Volkova fuese un completo fracaso, no le importaría.

Cuando salió de la ducha escuchó como sonaba el teléfono, por suerte alcanzó a contestar antes que la persona del otro lado decidiera cortar.
 
-¿Bonjour? –Miró el suelo bajo sus pies, estaba llenando de gotas por todas partes porque ni siquiera había alcanzado a poner una toalla alrededor de su cuerpo, era la vista que cualquiera quería tener - “oui, oui…mais l'e mail dit le contraire?” (El mail dice lo contrario), Mmm - mientras le hablaban estaba tratando de saber que tan copada estaba su agenda, en realidad esa era tarea de su secretaria - “Ma secrétaire va vous informer demain” (la secretaria le informará mañana)…. “oui, bonsoir”

De inmediato marcó a su secretaria, no le importaba que podía tener agendado para el 3 de septiembre porque lo que “Valentino” le estaba ofreciendo era interesante ¡Podría estar cerca de su hermana por unos días! 

………..……………………………………………………….……………………


Sábado 31 de agosto 2024 marcaba el calendario

Yulia estaba sentada leyendo una propuesta que le habían hecho en otro canal para el próximo semestre. Era interesante y le pagarían mucho más que acá pero no sabía que hacer porque su visión estaba proyectada en una periodista seria como lo era en RT, en cambio acá FOX le daba la oportunidad para ser tener su propio Talk Show en horario estelar todos los miércoles y sábados. Dio un gran suspiro antes de que una idea interesante llegara a su cabeza. Si le gustaban las comunicaciones como la prensa ¿Por qué no pedía un espacio en el canal FOX NEWS en algún noticiero? Podría hacerlo los días que no estaba enfocada en el Talk Show, sabía manejar muy bien sus tiempos y de seguro aceptarían, quisieran o no. Ella atraía al rating.

-Mmm –se estiró en el asiento con una sonrisa satisfecha - El que puede, puede y el que no…- se asomó su jefe por la puerta.

-¿Puedo pasar? –Era demasiado tarde para decirle que no, solo asintió antes que el hombre caminara hasta frente de su escritorio - Supe que FOX te está pidiendo ¿Qué piensas hacer? ¿Te irás?

-Estoy viendo eso señor, necesito tiempo para pensar –los gestos del hombre lo delataban, no venía solamente por un asunto -¿Necesita algo más?

-Sea cual sea tu decisión necesito pedirte un favor –empezó a jugar con los dedos de su mano - La nota sobre Elena Katina y su participación fue bien recibida por los lectores, muchos han llamado para preguntar cómo pueden adquirir sus prendas y esas cosas pero…. Quiero que cubras otro evento sobre ella.

No sabía cómo interpretar las reacciones de su periodista estrella, pero la mujer estaba pálida y apenas podía respirar. No tenía como saberlo pero la experiencia en Francia fue lo bastante desagradable como para desear experimentarla de nuevo, no quería ser humillada ni maltratada pero si se negaba quizás su jefe haría su salida de RT mucho más difícil. Recordaba muy bien esos ojos verdes mirarla con desprecio e ira, además de las duras palabras “no me interesa lo del pasado porque este es mi presente y como tal tú no formas parte de él”. Apenas asintió él le dejó unas hojas para que leyera sobre qué trataba su próximo trabajo y hasta quizás el último bajo el canal RT.

Cuando su jefe se fue, Yulia llevó las manos a su boca para que no oyeran su grito desesperado, esto no era cosa de niños ni alguien caprichosa, el dolor que sentía era tan fuerte que le dolía el pecho con solo respirar. Miró el techo con sus ojitos llenos de lágrimas, tenía miedo…. Por supuesto que lo tenía.

-No, Dios, no de nuevo…. No le hará bien a ninguna de las dos…. –si tan solo supiera la respuesta que él le tenía. Miró las hojas, las sostuvo entre sus manos y leyó una por una - Que sea la última vez Katina, la última vez que te veo –las cerró de golpe y llamó a su secretaria - Masha, quiero que me agendes una cita con mi estilista… no, no ando de buen humor… mira… está bien, el martes a primera hora de la mañana.

………..……………………………………………………….………

Martes 3 de septiembre 2024, San Petersburgo, Rusia.

Cuenta hasta 10, respira profundamente y vuelve a contar hasta 10. Elena sabía que era un buen método para estar tranquila y sí, funcionaba perfectamente. Allí en pleno centro de la ciudad estaba la tienda “Valentino” donde se reunirían los más altos cargos de la marca además de algunos personajes del medio artístico. Conversaría con ellos, les mostraría las colecciones y daría algunos consejos tanto a hombres como para mujeres sobre qué atuendos les vendrían mejor a sus cuerpos. Maldijo por lo bajo, había llegado esta mañana a Rusia y no tuvo tiempo de pasar a ver a Katya, además la menor tenía clases pero la esperaría mañana para compartir con ella todo el día, era lo que más ansiaban. 

Cuando salió de la limusina se sintió como una celebridad, había unos cuantos fotógrafos tomando imágenes de ella en su mejor ángulo. Muchas personas se colmaban a los alrededores, demasiada la verdad ¿Cómo no? Adentro de “Valentino” había celebridades bebiendo champagne y conversando de cursilerías mientras la esperaban, cualquiera que se apostara cerca podía tener una vista de alguien famoso, estrellas de Hollywood, autoridades además de que la curiosidad en ellos era grande para saber quién era la tal “Elena Katina”.
Saludó apenas con la mano antes de entrar en la tienda donde los presentes lo recibieron entre aplausos. Sonrió de medio lado, el lugar era increíble y moría por acercarse al sector donde tenían sus prendas para hacerse una idea de cómo sería un futuro no tan lejano donde expusiera sus diseños en una tienda propia con la marca S&I.

-Bienvenida a Valentino, es un placer para todos nosotros tenerla acá.

-Merci –Elena agachó la cabeza - Para mí es un agrado tener la oportunidad de estar esta temporada con ustedes, sé que la ciudad tendrá el privilegio de gozar con anticipación los modelos.

Empezaron una pequeña charla en medio de la tienda que se había adecuado para la ocasión, muchos miraban todo con sus teléfonos a mano para tomarle fotografías a la invitada estrella y es que no solo llamaba la atención por ser una diseñadora exitosa del Paris Fashion Week, su belleza era muy comentada en las redes sociales. Cabello rojo, ojos de un color verde con gris intenso, mirada penetrante y perversa como su sonrisa, cualquier hombre o mujer homosexual se derretía en su presencia.

-Queremos pasar al salón que hemos dispuesto para que se realice la rueda de prensa, luego haremos la inauguración oficial de la asociación S&I con Valentino ¿Me permite? –los invitados siguieron caminando tras ella porque habían asientos suficiente para todos los que no fueran los medios de comunicación invitados.

Una mesa larga cubierta por un mantel negro imprensa con el logo de Valentino y S&I estaba apostada al fondo del salón, allí había tres micrófonos dispuestos para ser ocupados, el del extremo derecho sería para el gerente de la tienda Valentino SP, el del otro extremo sería para el que haría de mediador en la conferencia de prensa, y el micrófono del medio estaba destinado para la diseñadora “estrella” Elena Katina.

Recibida una vez más por aplausos se sentó con estilo en el medio, esto a partir de hoy sería común porque después la llamarían de otra tienda “Valentino” en el mundo para hacer una inauguración, más adelante sería con sus propias tiendas, llegarían más invitaciones para eventos sociales y premiaciones donde su asistencia sería una atracción.
 
-La fama… la fama –susurró un poco preocupada sin que nadie la escuchara. Alzó los ojos hacia el frente donde varias cámaras profesionales la estaban enfocando al igual que los flashes y las luces del techo del salón. 

-Damas y caballeros, autoridades presentes, bienvenidos a la conferencia de prensa sobre la inauguración de la asociación entre la marca “Valentino” y “S&I” temporada otoño-invierno 2024, es un honor presentar a nuestro gerente de Valentino San Petersburgo, el señor…. –Lena sonrió al hombre que tenía sentado al lado - Además de nuestra querida invitada la señorita Elena Katina, dueña y diseñadora de la marca S&I….

Todos volvieron a aplaudir de forma cordial, debía acostumbrarse a este tipo de sonido y recibirlos con humildad si no quería que la fama la agobiara en un futuro. Ni siquiera el moderador había dado la oportunidad para que los periodistas hicieran sus preguntas, cuando en su cabeza algo le gritaba que estaba mal. Las palabras de la mujer a su lado se hicieron mudas, la presión comenzó a subirle al mismo tiempo que los latidos en su pecho. Sostuvo un vaso con agua pero mientras lo bebía, tuvo la ocurrencia de mirar a la segunda fila de los periodistas invitados. Era como si tuviese un enfoque propio de luz que estaba llamando su atención. Allí sentada estaba Yulia Olegovna Volkova, tenía los ojos puestos en los suyos pero no había sorpresas ni emociones, realmente había adoptado su papel de periodista sin dejar que el pasado interfiriera de nuevo en la entrevista. 
Todo el mundo la miró con el ceño fruncido cuando escucharon claramente un jadeo escaparse de su boca.
No ella de nuevo…. ¡No! ¿Y más encima tenía el atrevimiento de sonreír con sarcasmo?

Esto era una declaración de guerra ¿O no?


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Oh, oh!! Vienen con todo!!!!

Chicas, Maratón entre semanas está algo difícil. Trataré de hacerlo este finde aunque no quedan muchos capítulos a lo menos como 12.

Saludos
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Mensaje por Fati20 2/15/2022, 8:47 pm

Me sorprende q queden tan pocos capítulos 😱😱😱 la historia está buenísima, ellas 2 juntas lo máximo entre el amor el odio, la culpa y el rencor. Saludos querida mía y tranquila para el fin de semana ese maratón 😘😘😘
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Mensaje por Elena Sonda 2/15/2022, 9:51 pm

Jaja entonces menor no al maratón.... Vayamos pasito a pasito 😁..... Total qué está tan buena la historia que así la disfrutaremos más 😅

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Mensaje por katina4ever 2/16/2022, 7:04 am

OMG!! Tan pronto cerca del final!! Está muy buena esta historia, amor, odio, dolor, tragedias, tranquila no es un maratón para la semana,. 🤭🤭 Saludos querida escritora!😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/16/2022, 8:41 pm

Esto es lo que siento
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La mirada penetrante de Yulia le decía una cosa, sus preguntas serían hechas con seguridad y no mostraría la debilidad ni sensibilidad cuando tuvo que entrevistarla en Francia. Incluso con su cabello tomado en un moño lucía segura. La moderadora acercó el micrófono para comunicarles a los periodistas que la ronda de preguntas empezaba a partir de ahora. Muchas manos se alzaron pero como si por arte de magia todos desaparecieran, la mujer eligió a la pelinegra para ser la primera. ¡Vaya destino!
 
-Aquí, Yulia Volkova para RT, señorita Katina –le gustaba la palabra “señorita” sobre todo porque se sentía dominante de la situación y un escalón más arriba de todos - ¿Cuáles son sus planes después que esta unión con “Valentino” termine? Tenemos entendido que solo es por otoño-invierno y que a partir de marzo del próximo año ya no expondrán sus diseños.

-Tengo otras ofertas de tiendas que mueren por exponer mis colecciones, por supuesto no daré nombres porque no corresponde pero veremos junto a mi equipo de S&I cual escogeremos de acuerdo a nuestras necesidades – la moderadora iba ceder la pregunta para otra persona pero Volkova por supuesto fue más rápida.

-¿No le parece que es caminar sobre arena? Hago esta metáfora para que comprenda la duda que surge cuando la escucho. Usted tiene conocimiento que sus modelos se están solicitando muy rápido entre la elite, ¿Tiene o no tiene un plan a seguir? Dentro de una empresa eso es lo fundamental y “esperar” no es un gusto que todos se puedan dar ¿Por qué no asegurar y trabajar desde ya para vender con su primera tienda? – Elena apretó los dientes, esa mujer era atrevida y sus preguntas iban dirigidas con segunda intención.

-Primero, no me parece caminar sobre arena porque tengo que evaluar que tan bien se venden mis productos cuando están expuestos en una tienda, segundo si tengo planes a seguir pero a usted ni a la prensa ahora le compete enterarse y tercero, hay que hacer un estudio de mercado para saber cómo está la competencia, donde podemos instalar nuestra primera tienda y cosas por el estilo…. ¿Le quedaron dudas o quiere seguir hurgando?

-Por ahora no, gracias –Yulia sonreía satisfecha porque la había sacado de quicio, que se diera cuenta que no haría las típicas preguntas que sus colegas a partir de ahora y que siempre le habían hecho.

¿Cómo se atrevía a mostrar una actitud así en una conferencia de prensa? Parecía casi un problema personal o una periodista de esas “sabelotodo” que molestan mucho. Trató de concentrarse en las preguntas siguientes pero como lo sabía, eran más de lo mismo. “¿Cómo llegaste a formarte como diseñadora?” “¿Cuáles son tus planes a futuro?” “¿A quiénes les debes el lugar donde estás? Etc… etc. Tuvo que fingir interés pero por dentro se sentía incómoda porque sin mirarla directamente, sabía que Yulia si lo hacía con una sonrisa irónica ¡Ella sabía que odiaba las preguntas así! Luego de 30 minutos la moderadora dio como terminada la conferencia de prensa, invitando a los presentes a un coctel que ofrecía la tienda “Valentino”.

Yulia miró la hora en su muñeca, conocía alguno de los periodistas presentes y decidió que unos minutos quedándose aquí no le harían mal a nadie, excepto a Elena. Viéndola caminar acompañada por un séquito de fotógrafos y los más altos cargos de la tienda, sintió una mezcla de emociones. Estaba en la cima, era admirada y apenas comenzaba.

Cuando Elena se dispuso a mostrar la colección ya puesta en vitrina, no sabía si era orgullo lo que pasaba por su cabeza. Esa mujer pelit no era la que conoció ni tampoco había cercanía entre ambas, pero verla en lo suyo le daba al menos la satisfacción que no era infeliz ¿O sí?

-Volkova ¿No crees que estuviste brava? –se acercó un periodista del New York Times, lo conocía hace tiempo. Acercó su copa de champagne a ella a modo de brindis.

-Esta mujer odia que le hagan las mismas preguntas de siempre, lo sé, tuve que cubrir su participación en el Paris Fashion Week y para destacar tuve que ser un poco…mmm…mordaz –le guiñó el ojo y bebió apenas de su copa, era muy responsable cuando estaba al volante. Desvió la vista hacia la protagonista de esta “cita”, ahora todas las dudas y ansiedad de la noche pasada llegaban a su cuerpo, si no hacía lo que tenía pensado hacer no estaría tranquila. 

Disimuladamente se acercó por detrás y con su mano rozó la espalda de Elena, quién se tensó y giró su cuerpo para enfrentarla. Las personas que la rodeaban eran casi todas mujeres y por la mirada de ellas sabía que no solo estaban interesadas en la colección que ella les enseñaba.
 
-Señoritas ¿Me disculpan un momento? –Su ceño se frunció de inmediato cuando la vio tras suyo - ¿Qué quieres?

-Tengo que hablar contigo y no puede ser en este lugar ¿Cuánto tiempo más te queda aquí?

-Lo suficiente para dejar a mis futuras clientas y clientes satisfechos con la colección, me tomaré todo el tiempo que sea necesario –Yulia se le acercó al oído y le susurró para que nadie pudiera escucharlas.

-¿Eso incluye tener sexo en los baños? –Elena la observó con asco e ira en sus ojos verdigrises, le aturdía por supuesto la fragancia de vainilla que usaba y emanaba directamente contra su nariz- Pero por supuesto Elena Katina, no tienes agallas para hablar conmigo ¿Cierto? Eso tiene muchas interpretaciones –se volteó para irse de esa tienda pero antes que pudiera dar un paso la pelirroja la atrapó del codo, tenían la cara muy cerca una de la otra.

-Ya te dije que no estás en mi futuro, deja de darte importancia – Yulia sonrió con insolencia.

-¿Tendría que dármela? Me la estás dando gratuita al no tener un ápice de valor para hablar conmigo…. –con cuidado salió de su agarre y caminó entre los presentes bajo la mirada desconcertada de las mujeres que hablaban con Elena. No habían escuchado la conversación pero era evidente que entre ambas algo pasaba.

Se despidió de su colega, del camarógrafo de CNN que la había acompañado y con harto material para hacer una nota salió de allí (esta vez para la televisión). Con el camarógrafo llegaron por separado y se irían de igual forma, por eso no estaba acomplejada por llevarlo. Allí estacionado vio su precioso Roll Royce e iba a abrir la puerta del conductor pero la mano de un hombre la hizo detenerse.
 
-¿Yulia Volkova? –asintió con seguridad, no era un delincuente porque andaba de cuello y corbata - La señorita Katina manda a decir que está muy ocupada como para reunirse con usted en este momento pero solicita su número de teléfono para comunicarle cualquier cambio de planes durante estos días –preparada como siempre, sacó de su cartera una tarjeta y anotó su teléfono- Gracias.

-Dígale a la señorita Katina que también tengo una agenda ocupada, que lo considere….

Esa misma noche Elena se encontraba tirada boca arriba en la cama del hotel donde se hospedaba, estaba solo con la ropa interior puesta porque el resto la tenía tirada en el suelo. Estaba más que agotada, hasta hace poco se había quedado respondiendo todas las dudas de las personas que la habían ido a ver, tomándose fotos con algunos famosos que se lo solicitaban. Era media noche, sabía que Katya estaba despierta y sería la única en despejar sus dudas y sentimientos pero ¿Sería correcto contarle la verdad? Nadie más que Fyodor sabía que había visto a Yulia después de 10 años pero había algo que tenía que tener en cuenta, a su hermana no podía mentirle ¡Jamás!

Marcó su teléfono y esperó que contestara, por suerte lo hizo casi al instante. Su voz, su entusiasmo, era esto lo que necesitaba.
 
-Dime de inmediato cómo te fue hoy ¡Moría por estar allí! 

-Pero estás en clases y eso es mil veces más importante –dio un suspiro y se acomodó mejor sobre la cama, su cuerpo estaba inquieto - Mi día fue completamente extraño, bipolar…

-Dime que sucedió –susurró después de haber tragado saliva.

-Todo perfecto, me sentía la reina del mundo cuando bajé del vehículo y me esperaban fotógrafos, sobre todo cuando entré y me dieron aplausos, todo iba bien, todo como lo tenía planeado pero…. Pero todo se rompió en la conferencia de prensa –pausó unos segundos- La primera persona en hacerme una pregunta fue Yulia Volkova.

-¡¿Ella estaba allí?!

-Es periodista –la menor se acomodó nerviosa el cabello, por supuesto que ella lo sabía porque la vio en el noticiero nocturno de RT pero… ¿Llegar a encontrarse con su hermana? No era bienvenida para nada en su vida aunque prefería escuchar la reacción de su hermana, no quería verla alterada o nerviosa- Katya, no es la primera vez que esto pasa porque…

Allí le contó exactamente todo lo que había pasado en Francia, incluso la evidente sorpresa en ella cuando se dio cuenta que la entrevistaría. Katya no decía nada porque la escuchaba atentamente aunque por su cabeza pasaran miles de palabras que no era capaz de pronunciar por ser groseras. ¡¿Estuvieron juntas en el mismo lugar y no la había visto?! Moría por verle la cara para que se diera cuenta de cómo había crecido y que tenía agallas para defender a su hermana, aunque había algo que la frenaba, su hermana hablaba desde una parte que estaba dañada pero ¿Qué estaría pasando por la cabeza de Yulia?
 
-Y hoy antes de irse me dijo que quería hablar conmigo… Katya, te juro que no me interesa interactuar con ella, me enoja tenerla cerca y empiezo a recordar cada una de las cosas que pasamos para llegar donde estamos - la menor suspiró tratando de buscar palabras adecuadas, había que ser imparcial en esto aunque no significara aceptar a Yulia, ella también le tenía rencor.

-Lena, hay una cosa que debe estar clara para ti y para mí, todas las decisiones que tomaste después de esa noche, fueron tuyas, nadie te obligó y los Volkov no tienen directamente la culpa… 

-Pero…

-Lena, piénsalo bien, sabes que no lo has superado y no serás 100% feliz hasta que tengas una conversación real con Yulia… -al escucharla gruñir sonrió- Nadie te pide que sean amigas o que sigan manteniendo el contacto pero necesitas tirar toda la mierda para afuera sin ser agresiva con ella, ahora son adultas y deberían saber cómo comportarse… ah y escuchar lo que te quiera decir.

-Tengo su teléfono celular anotado en una tarjeta, mañana tengo pensado ir a primera hora de la mañana a verte…

-Lena–sonaba a tono de advertencia- ya sabes lo que tienes que hacer primero, hazlo por ti, por tu salud mental, por ser libre de tus propios miedos y recuerdos…. Hazle ese favor a tu cabeza loca que tanto amo…llámala.

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2 días después jueves 5 de septiembre

Una por una revisaba las hojas que tenía entre sus manos mientras sus colegas exponían los recientes acontecimientos que se convertirían en las noticias para el programa de la noche. Alzó sus ojos a la mesa, cafés humeantes que inundaban con su olor la sala, la atención de sus colegas con el jefe que decía lo que estaba bien y lo que debían borrar, todo era como siempre, una rutina. Anoche emitieron la nota sobre la llegada de Elena Katina y el revuelo que causó en las calles alrededor de “Valentino”, los invitados, la opinión de los que ella misma había entrevistado e incluso algunas preguntas de la conferencia de prensa (incluyendo las de ella), disfrutaba como sonaba su voz y no era la única con esa opinión, los demás pensaban lo mismo.
 
-¿Qué piensas de eso, Yulia? Serás tú quién lo relate –entrecerró los ojos, vio una de las hojas y suspiró - ¿Te sucede algo? Jamás andas distraída.

-Dormí poco anoche, no se preocupe ¿De qué hablaba?

-Sobre cuánto tiempo le damos a la noticia del asesino de Krskovos -Yulia no tardó mucho en dar una respuesta, tenía experiencia y aunque no era la suficiente era bastante buena.

-Me parece que no hay que darle más de 4 minutos, en los noticieros de otros canales, en el portal de RT, en el diario, en los matinales, todos han hablado del psicópata de Krskovos que asesinó a 40 estudiantes extranjeros ¿Cree que debemos sobre explotar aquello cuando ya es una noticia muy manoseada? Hicieron en la madrugada un “Breaking news” y fuimos los primeros, están hablando ahora en nuestro canal sobre eso –indicó la televisión en mute que se ubicaba en una esquina del salón de reuniones - No más, solo hablar en cómo está la investigación pero la gente no desea escuchar lo mismo.

-¡Por eso eres mi periodista estrella! –la indicaba provocando que se sonrojara y hundiera su rostro entre las hojas. Todos sonreían porque sabía cómo era su personalidad y que no le gustaba que la adularan frente a todos, si fuese otra la situación y Yulia una arrogante….

Cuando terminaron, Yulia se despidió de todos, tenía cosas que hacer en uno de los centros comerciales pero la vibración de su teléfono en la cartera la sacó de trance. No conocía el número pero atendió de todas formas, nunca se sabe que hay detrás.

-¿Hola? –la persona del otro lado solo respiraba, puso los ojos en blanco porque le recordaba a las películas de psicópatas - Mira, si estás haciéndome una broma juro que corto, que deseas, quién quiera que seas…

-Tengo mala señal en este lado del hotel –cuando habló con ese acento sus pies frenaron de inmediato, ELLA estaba llamando lo que podía significar dos cosas - Tú y yo tenemos una conversación pendiente - ¿Realmente estaba muy segura como lo demostraba el tono de su voz o era una gran actuación? Porque ella se sentía extraña.

-¿Te dijeron que tengo una agenda ocupada? –miró el reloj en su muñeca- Son las 10 de la mañana, pronto tengo que regresar a los estudios de RT internacional. 

-Tengo una reservación en el restaurante “Per se” se encuentra en la tercera planta del complejo de Time Warner, te espero a las 2 de la tarde…. –antes que ella pudiera responder, Elena se adelantó- Deberías saber que odio la gente impuntual.

Se quedó mirando el teléfono en su mano mucho rato después de que esa llamada terminara ¡¿Pero qué mierda se creía?! Esto no era Francia ni S&I, no estaba en sus dominios para mandar como se le diera la gana, esto era Rusia. Pero no sabía si su cuerpo temblaba de ira o porque sabía que la conversación que tanto quería, se haría. Yulia se lo había pedido 2 días atrás pero ahora que Elena accedía se sentía cobarde, no tenía que retroceder, tampoco humillarse, solo ser sincera con alguien que en el fondo no era una desconocida. Pero había algo que quizás Katina no sabía, el restaurante estaba en los complejos de la multinacional donde sus padres trabajan ¡Mierda! Ellos no sabían que la había visto después de 10 años ¿Se la toparían ahora? Quizás no, quizás estaba la posibilidad de que fueran al restaurante Masa que también estaba en la tercera planta de la enorme edificación.

Si, tuvo que volver a los estudios de RT internacional para preparar el noticiero nocturno, pero su cabeza daba vueltas y vueltas en la breve llamada que había tenido con la “Dama del Universo”. La hora se acercaba, el tiempo, santo cielo, el tiempo volaba y quería frenarlo pero ¿Cómo? Todos acordaron juntarse para comer en algún restaurante pero ella con educación declinó la oferta, tenía una junta con una “amiga”. Casi corriendo fue al baño cuando allí dentro se topó con Masha, su secretaria y mejor amiga.
 
-Yulia ¿Por qué esa cara? –Masha la sostuvo del codo para mirarla más de cerca.

-Tengo que verme bien, voy a reunirme con una… una… -por los gestos de Masha sabía que mentirle no era una opción- con Elena Katina – Masha ahogó un grito, sacó sus pertenencias y le soltó el cabello a la pelinegra para que cayera alrededor de sus hombros.

-¿Por qué con ella? ¿Te está buscando? Esto es demasiada coincidencia - ambas miraban el espejo.

-Masha, yo… –botó todo el aire de los pulmones - Ella y yo fuimos novias en la adolescencia – la rubia empezó a boquear como pez fuera del agua, casi como si se hubiera ganado la lotería o tuviera al mismísimo Jesús hablando frente a ella, no tenía idea que su amiga tuviera inclinaciones hacía las mujeres - Tenemos problemas pendientes, cuando termine con eso te contaré todo ¿Si? 

-Poner… poner - con la mano temblando le acercó un lipstick.

¿Qué tan difícil era creer que Yulia había tenido una relación con la famosa Elena Katina? Las personas no sabían realmente el pasado de la diseñadora del momento, jamás pasaría por sus cabezas que partió de una familia humilde aunque… ¿Era relevante eso para ella? No, no ahora. Manejaba el Roll Royce con las manos sudando, cada 5 segundos se miraba en el espejo retrovisor para comparar si el maquillaje y el cabello estaban en orden. Se regañó a si misma por eso, por supuesto que no debía importarle que tan “bien” estaba frente a los ojos de Elena, pero había que recordar que ella era diseñadora y se preocupaba por la belleza femenina. Allí vio el edificio del hotel Mandarían Oriental donde estacionaría su auto ¡Dios! La adrenalina estaba causando estragos en su cuerpo, una vez más estaba sudando. “Valentía ante todo” murmuró mientras le pasaba las llaves a un botones antes de darse la vuelta y caminar a la calle paralela. No quería que sus padres las vieran, rezaba para que eso no sucediera.

Miró su reloj, faltaban 5 minutos para las dos cuando ingresó al restaurante “Per se” en el tercer piso, allí la recibió un mesero elegante que pidió su nombre. Con solo decir Volkova le indicó la mesa donde la estaban esperando. Todo el mundo bajo sus pies se empezó a deshacer cuando la vio leyendo concentradamente el menú.
 
-Señorita Katina, la señorita Volkova está aquí…. Tome –le entregó la carta - Estaré atento a cualquier cosa. 

Cuando se retiró, la pelirroja levantó sus ojos hacia ella con una expresión poco alentadora ¿Qué le parecía mal? La pelinegra se acomodó frente a Katina con el estómago apretado ¿Cómo podría comer?
 
-Hola Lena –sonrió de medio lado aunque por dentro tenía pena, no le gustaba sentirse odiada - ¿Cómo ha sido tu estadía en San Petersburgo?

-He estado mirando tiendas de diseñadores por toda la ciudad, haciéndome una idea de cómo sería tener la mía en Francia, eso es lo que llamo estudio de mercado, por si quieres seguir contestando tu pregunta de la conferencia- Yulia miró el tenedor con las mejillas sonrojadas.

-Pediré lo que sea, es comida francesa así que supongo que sabrás elegir mejor que yo -le hizo una seña al mesero para dar su orden junto al mejor vino tinto que tuvieran- Mmm bueno, creas o no he estado muchas veces en Time Warner, nunca entré a este lugar… es…bonito.

-“Oh Mon Dieu” –cruzó los brazos a la altura de su pecho y la miró con una expresión que no era molesta pero tampoco feliz, era extraña - Quiero que vayamos directo al grano y saber qué querías decirme ese día cuando estuvimos en “Valentino”.

De pronto todo el restaurante desapareció, solo eran ambas mirándose fijamente, una con rencor la otra con dolor. “Busca las palabras adecuadas” se dijo a sí misma varias veces, “Busca las palabras adecuadas” volvió a repetirse. Levantó sus ojos hacia la pelirroja con la máxima sinceridad que podía hacerlo, quizás desprendiéndose de varios “muros” de seguridad que levantó para protegerse de los recuerdos del pasado, porque para estar tranquila debía hacerlo. Ese gesto, esos ojos tristes incomodaron a Katina.

-La conversación que tuvimos en Francia fue muy rápida, vacía, nos expresamos muy mal… es decir… Lena, vuelvo a repetirte que no puedo actuar frente a ti como si algo no me pasara, sabemos perfectamente que sucedió hace 10 años y es que no confié en ti cuando… -apretó los labios, recordar el rostro angustiado de “Cenicienta” era impactante, sobre todo porque a pesar de los años lo tenía grabado en la mente - Cuando más me necesitabas… no fue fácil para mi enterarme que me engañaron también, que por eso y otras cosas no te presté ayuda, he tenido que luchar con mis propios demonios… o ¿Crees que es fácil la idea de que la única mujer de la que me he enamorado desapareció sin dejar un rastro?

-¿Crees que es fácil ver que la mujer que amabas te da la cara? –susurró con ira.

-¿Estoy diciendo que lo es? –el mozo se acercó a ellas y les sirvió vino a cada una en su copa, luego se retiró - Elena, estoy explicando que no fue fácil para mí cuando te fuiste, volver a Heidelberg y que cada uno me juzgara con la mirada, tener que escuchar a muchos siendo felices por tu ausencia y ese tipo de cosas me pusieron tan nerviosa, estuve por días teniendo crisis de pánico… tuve que ser ayudada por un psicólogo para tratar de vivir con la culpa de que dañé a mi novia –Katina tensó la mandíbula, la palabra “novia” sonaba tan lejana y casi irreal entre ambas - No sé qué cosas te sucedieron en el camino pero si hay algo de lo que estoy arrepentida y lo estaré siempre es de no haber tenido la confianza suficiente en ti a la edad de 18 años, lo siento Elena, de verdad lo siento pero era solo una adolescente.

-Si no tenías la confianza en mí es porque realmente no me querías tanto como yo lo hacía -¿Debería dolerle que Volkova solo bajara la cabeza con los ojos húmedos hacia la copa? ¿Eso era admitirlo? - Yulia, sinceramente te guardo rencor, no he podido sanar esa parte de mí y ese rencor me está llevando a querer desaparecerte de mí vista para siempre…. No tenías ni la más puta idea de lo que iba a hacer esa noche antes de navidad, me había preparado con algo para ti porque creí que te merecías todo, te amaba –su confesión provocó la caída de una lágrima en Yulia - Pero cuando fui acusada por alguien que en ese entonces no tenías ni idea, con unas pruebas que no eran correctas, tú no me miraste con cariño, me acusabas ¿En el fondo creías que era una ladrona? ¡¿Qué yo podría robar tantos millones a un hombre que admiraba y le debía tanto?!

-No –susurró- Pero habían pruebas Elena, habían pruebas y para alguien como yo… dudé y no fui la única, en ese momento.

-Oksana confió siempre en mí, Fyodor me pidió perdón horas después y me ayudó a escapar, no te explicaré lo de Nastya porque supongo que fue a darte una visita amable a la mansión –la pelinegra temblaba como un animal antes de ser sacrificado mientras bebía su vino, Elena hablaba con tanto dolor que podría escupir ácido por la boca o fuego, cualquiera de ambas - Pasaron muchas cosas después de eso, Yulia, mi… mi madre se enfermó y… y falleció.

-¡¡¿Qué?!! 

Ahora las lágrimas tímidas caían más y más sobre sus mejillas, no podía concebir la imagen de una adolescente muda y perdida en Francia teniendo que luchar contra el mundo y ella sin poder ayudarla en lo más mínimo.
 
-No voy a hablar de ella porque su memoria merece respeto… puedo comprender cómo te sientes, éramos jóvenes, inmaduras, creyendo en lo que no existe –Yulia se dio cuenta que ella tenía un anillo de oro en su dedo meñique de la mano izquierda, si tan solo supiera como lo había obtenido - Pero tuve mi propio infierno, uno que no merecía mucho menos la mujer que tanto amo y que es mi hermanita…

-Tuviste que criarla sola –por un segundo Elena tuvo la tentación de borrar las lágrimas de su cara, pero se contuvo porque no había confianza para hacerlo- Mierda.

-Así mismo comprenderás que pensar en perdonarte o querer verte no está en mis planes, te entiendo, pero no te perdono lo que pasó…

-Solo pido eso, perdóname, perdóname por ser inmadura, por ser solo una adolescente, por ser engañada gracias a Pavell… 

No decía nada, solo se limitó a beber el vino mirándola fijamente. Volkova estaba perdiendo su “dignidad” ante sus ojos pero para equiparar la vergüenza que Katina pasó, tendría que humillarla de la misma forma. No haría eso, era adulta y quizás antes de admitirlo la “Cenicienta” que guardaba dentro la frenaba para que no cometiera estupideces. Cerró los ojos y pidió mucha fuerza a sus padres en el cielo ¿Querrían ellos que se comportara de esta forma? Pero si en el pasado era muda y las palabras no salían de su boca por más que quisiera, ahora le pasaba lo mismo porque se sentía incapaz de decir “te perdono”, eso sería faltarle el respeto a todo lo que lo incitó a llegar a ser lo que era.

-No puedo – Elena dijo por primera vez con dolor, casi con la misma vulnerabilidad que ella- No puedo decir eso, no me sale, no… - Yulia limpió las comisuras labiales del vino que bebía, se secó las lágrimas con el dorso de la mano, dejó un billete de 100 Euros en la mesa y se le acercó para susurrarle al oído.

- Ahora que sabes que realmente lo siento, será tu problema castigarme de por vida por eso… -Elena giró el rostro, ambas tenían la nariz tan cerca que podían sentir el aliento de la otra sobre su mejilla, sobre el costado de sus labios calientes - Después de todo Pavell logró lo que quiso, si en el pasado yo pequé de ignorante, ahora serás tú la que peque de orgullo y soberbia.

Antes de poder recriminarle sus palabras, Yulia salió de allí dejándola sola en la mesa, sola con los vinos, sola con sus pensamientos. ¿Pecar de orgullo y soberbia? ....eso era un grandísimo "Touché" en el corazón para “La Dama del Universo”.

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Buenas noches!! Las noto impacientes con esta historia, cierto? 😂

Nos leemos mañana!
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Mensaje por Ely 2/16/2022, 9:48 pm

Me quede con ganas de más y muy impaciente q pasara😘saludos

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Mensaje por Fati20 2/16/2022, 10:18 pm

Me parece q julia esta esperando demasiado de en una conversión ya obtener el perdón de lo que destrozó a lena las cosas no son tan fáciles y menos sentirlo realmente pero eso si inteligente si es sabe como lograr lo q quiere con lena y su orgullo 🤣🤣🤣. Es una gran historia estamos en conflicto entre leer más capítulos y q se nos acaben. Saludos querida 😘😘😘
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Mensaje por katina4ever 2/16/2022, 11:45 pm

😱😱😱😱😱 caray!! Nos dejas con la intriga!!! Ansiosa por leerte mañana! 😘😘😘 Saludos
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/17/2022, 8:04 pm

¿Hasta Nunca?
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Elena sintió que las palabras de Yulia le quedaron atascadas no solo en la cabeza sino en la boca, tenía la mandíbula tensa y el pecho apretado. ¿Podía pecar de soberbia? ¿De orgullosa? Quizás era cierto pero tenía sus justificaciones, el perdón no podía salir de su boca ni ser pronunciado cuando no lo sentía correcto, el perdón se gana cuando la persona demuestra desinteresadamente que lo merece a través de hechos.

Llamó al mozo para rechazar la petición que habían hecho anteriormente pero le dio una generosa propina para compensar las molestias. Se iría de aquí lo antes posible para llegar a ver a su hermana a Peterhof, disfrutarían juntas unos días e irían en un vuelo privado a Moscú para visitar el parque donde sus padres estaban enterrados. Pensaba en ese tipo de cosas cuando salía del restaurante cuando tuvo la brillante idea de oprimir el botón del elevador. Los números fueron pasando del uno, al dos y finalmente el tercero, las puertas se abrieron ante sus ojos reflejando las personas que llevaba dentro. No tuvo tiempo de reaccionar, de dar marcha atrás o salir corriendo porque el hombre frente suyo y la mujer que iba aferrada de su mano tuvieron la misma reacción. 
No había que ser un genio para saber que la reconocían a pesar de todo, ambos los hacían.

El rostro de Oleg se contrajo lo suficiente para hacer una mueca de asombro, el de Larissa formaba una perfecta O con su boca y ella, Elena, solo estaba pálida con los puños apretados en los costados de su cuerpo. Las personas que pasaban cerca miraban curiosos la escena porque conocían a los Volkov ¿Por qué observaban a una joven sin decir nada? 
 
-Elena… -susurró inquieto y hasta con un poco de angustia - Elena Katina… 

-Vaya, veo que los señores Volkov recuerdan mi nombre, buenas tardes –comenzó a dar unos cuantos pasos antes que Oleg la frenara aplicando bastante fuerza en su muñeca. La ira se apoderó de inmediato de ella ¿Qué se creía para tocarla de esa manera?- Suéltame –dijo entre dientes.

-Tenemos que hablar, necesitamos hacerlo –su tono de voz era agudo y desesperado, desearon tanto tiempo tenerla frente de ellos que ahora cuando aparecía ya quería irse - Tenemos que…

-No tenemos, ustedes tienen esa necesidad de hablar pero yo no, no desde… - tragó saliva inquieta porque temía no saber afrontar la situación. El hormigueo en sus extremidades inferiores, la sudoración en la frente y el “nudo” que se formaba en su garganta era mal augurio - Supongo que no es necesario que lo explique.

-Elena, quiero que me escuches, por favor mi oficina está en el último piso de Time Warner, podemos sentarnos a hablar como personas adultas y civilizadas…. Realmente… Santo Cielo, Elena, realmente esperé tanto por esto –se le quebraba la voz, sentía que estaba hablando con otra persona y no con la chica que él recordaba, pero debía tener en cuenta que habían pasado 10 años. Además ella podía hablar ¡Ya podía hacerlo!

-Quiero que me escuchen, ahora que pueden hacerlo… no me interesa lo que tengan que decir, no me interesa subir hasta el último piso para hablar… tengo una agenda ocupada, tengo necesidades, soy una mujer adulta y agradezcan que les estoy dirigiendo la palabra porque fuera otra persona los habría mandado a la mierda apenas salieron del elevador.

-Han pasado 10 años –susurró sin importarle que sus mismos empleados estuvieran desde el restaurante observando la escena - han pasado muchas cosas - Elena bajó la mirada pero luego sus ojos reflejaron mucho dolor.

-Por respeto a lo único bueno que hubo entre nosotros antes de ese episodio de la acusación de robo, les pido me dejen ir…

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Tras el volante siempre se sentía poderosa, pero ahora era todo lo contrario. Cuando creyó que estaría bien, que la conversación la dejaría satisfecha y podría seguir delante de forma definitiva, se dio cuenta que solo eran pensamientos “muy bonitos”. Sus dedos tamborileaban impacientes tras ese semáforo en rojo, recién había sacado el auto del Hotel Mandarin Oriental y a juzgar por la hora no podía perder más tiempo si es que tenía la leve esperanza de comer algo antes de volver al canal.

Dobló hacia la derecha para rodear el complejo “Time Warner Center”, pero perdió la concentración cuando vio a Elena cruzar la calle como si estuviera totalmente desorientada. ¿Acaso no conducía un vehículo? ¿No tenía un chofer? Los autos tocaron el claxon para advertirle que el semáforo estaba en verde pero Yulia era incapaz de acelerar. Por su parte, Elena no miraba hacia los lados, solo seguía erguida mirando hacia el frente pero sus pasos empezaron a volverse torpes. El sol se hizo insoportable, como no había comido en toda la mañana empezó a perder la consciencia.

“Muévete tonta” vociferaban los conductores de taxis pero ella no hacía caso. Su mente estaba empeñada en jugarle una mala pasada.

[/]Flash Back
 
Oleg tensó la mandíbula, volvió a agacharse mientras escuchaba de fondo los sollozos de su hija. Se acercó de a poco al rostro de quién fue la chica que quería como si fuese su propia hija.

-Suéltenle las esposas –aunque la liberaron, Katina se quedó en la misma posición sumisa, callada, temblando - Entrégame tu tarjeta –no esperó que ella lo hiciera, introdujo su mano izquierda en el bolsillo derecho del pantalón de “Cenicienta”- Sin derechos a los beneficios de mi dinero, sin permiso para acercarte a mi hija –la pelirroja gimió sintiendo las lágrimas escurrirse al lado de su puente nasal - sin derecho para poner un pie en la mansión, Elena… mientras termina la investigación no quiero verte, no quiero a una ladrona cerca de mi vida ¡Menos cuando deposité mi confianza en ti y te quise como hija! –iba a gritarle como pudiese que ella no era la culpable del robo, pero era difícil que le creyeran en este minuto.
 
Fin Flash Back[/i]

-Yo no fui, juro que no le robe nada ¡Lo juro! –gritó agachándose sobre el asfalto mientras sostenía la cabeza entre sus manos. Lágrimas caían por sus ojos de forma intensa, el dolor emocional le quemaba el estómago y todo el rostro ¡Esto se estaba saliendo de control! Cuando un auto no parecía quererla esquivar, el chirrido de unas ruedas fue tan fuerte que los transeúntes voltearon sorprendidos a mirar la escena digna de película, una mujer agachada en el suelo gritando cosas incoherentes, un auto estrellado contra un poste de luz y otro lujoso Roll Royce aparcado en medio de la calle dejando que todo el tránsito estuviese detenido.

-¡Levántate por Dios! ¡Lena! ¡Reacciona! –al escuchar la voz de inmediato levantó la mirada hacia la pelinegra. Era increíble el contraste de la mujer “fuerte” e “imponente” de hace unos minutos atrás comparado con la de ahora, una persona que atravesaba una crisis nerviosa en medio de la más famosa metrópolis del país. Yulia quería llorar junto a ella, Elena no atinaba a mover un solo músculo de su cuerpo y cuando trató de moverla colocando uno de sus brazos sobre su hombro, se dio cuenta que si necesitaba moverla ella tendría que colaborar -No me mires así por favor, Lena –era la misma imagen de la chica que con dolor asumía que su novia no la iba a defender de las acusaciones en su contra. Le sostuvo el rostro con sus delicadas y suaves manos antes de susurrar - Vamos a salir de acá porque estás corriendo peligro, ven, toma mi mano y por favor sígueme –algo dentro del pecho de Katina ardió, casi se la imaginaba como su otra yo del pasado pidiéndole a gritos salir a flote.

Y cuando creyó que tendría que pedir ayuda extra, una débil Elena se aferró de su mano y se paró para apoyarse de lado contra ella. Las piernas apenas le respondían, no supo cómo logró sentarse en el asiento de copiloto del vehículo de Volkova y por qué lo hacía, por qué no se cuestionaba más de lo debido e irse de su lado. Era la única ayuda que le estaban prestando en ese momento, simplemente su cuerpo no quería nada más que descansar y mandar todo el resto a la mierda. Yulia se tragó el orgullo y las lágrimas que escaparon de sus ojos, puso el cinturón de seguridad alrededor de su cuerpo y encendió el motor del vehículo sin prestar atención en las miradas curiosas y ajenas de los demás. No encendió la radio, de hecho no sabía a donde ir pero luego de pensarlo fue al único lugar donde nadie la molestaría ni la identificaría como la diseñadora en potencia que había visitado Rusia. Durante el camino solo la miraba de reojo porque temía toparse con su mirada cargada de odio y malos recuerdos, si tan solo la observara con atención se daría cuenta que parecía un ciervo asustado. Sus pupilas estaban más dilatadas de lo normal, respiraba agitada y mordía su dedo índice de la mano izquierda para canalizar la ansiedad por otra vía de escape. 

¿Por qué dentro de todas las personas, tenía que ser ella quién la viera? ¿Por qué no era capaz de abrir la puerta e irse directamente al hotel? Cuando prestó atención alrededor notó que aparcaron el vehículo en un estacionamiento bastante amplio y bonito. ¿Dónde la había llevado? Yulia cerró la puerta del conductor, rodeó el auto y le abrió la suya. Solo podía mirarla como una pequeña perdida, el impacto de ver a Oleg y los malos recuerdos de esa noche habían sido tan fuertes como para causarle después de años una crisis nerviosa y que su orgullo fuera tirado a la basura cuando su cuerpo cedió de inmediato a la ayuda que Yulia Volkova le daba.

En silencio, la pelirroja la seguía, caminando a su lado, ninguna de las dos hablaba y es que nadie podía negar que esto era extraño.

Al fin la voz le salió.

-¿A dónde vamos? – Elena miraba el número en la pantalla electrónica del elevador.

-Mi hogar, está ubicado en el último piso de este edificio –Katina abrió la boca sorprendida pero Yulia la interrumpió antes que arruinara todo - No digas nada por favor, sé que esto es difícil para ambas y que nada va a cambiar, pero no podía pasar de largo ni hacer de cuenta como si algo no estuviera pasándote ¡Te caíste en medio de la calle cuando gritabas! Pude tratarte mal esa maldita noche pero si ahora no movía mi vehículo como barrera, otro auto iba a arrollarte.

El elevador abrió sus puertas hacia un pequeño pasillo que conducía a la única puerta que había en este piso, el pent-house de Yulia. Poner un pie dentro fue ingresar a un mundo completamente nuevo, todo lo miraba con desconfianza, todo le llamaba la atención.
 
-Puedes acomodarte aquí, traeré algo para comer porque ninguna fue capaz de continuar el almuerzo en el restaurante.

-Te sigo –dijo Elena avergonzada siguiéndola a una cocina igual de grande que la suya pero mucho más bonita. Aceptaría un bocado y se largaría, debía ser consecuente con sus palabras y el modo en el que actuaba. Si decía que estaba molesta y que no pensaba incluirla en su “ahora”, debía cumplirlo ¿Era esta la forma de hacerlo?- Yulia yo… - la morena apoyó con fuerza intencional un plato frente a sus ojos.

-Sí, Elena, te dije, esto no es natural pero hagamos una excepción por tu salud ¿Sí? Parte de esa pérdida de equilibrio se puede deber a una falta de comida y si quieres estar bien por tu hermana, debes partir por cuidarte tú.
 
La palabra clave, su hermana, su pequeña, había sido suficiente para que se mordiera la lengua y aceptara los trozos de frutas que le brindaba mientras se disponía para calentar unos trozos de lasaña guardada en el horno.
Efectivamente si no se cuidaba, si algo le hubiera pasado afuera del Time Warner, Katya quedaría sola en este mundo porque el “bastardo” que tenían como hermano mayor las había borrado de su vida hace mucho tiempo. 

Recordó el encuentro con Oleg y Larissa, inmediatamente sintió náuseas. No quería aceptar que necesitaba ayuda profesional o algo extra para superar un gran trauma en su vida, uno que se juntaba al de la muerte de sus padres, del accidente y quedar muda.
 
-¿Qué te pasó Elena? –el tono de voz de Yulia revelaba una preocupación sincera- No creo que mis palabras te hayan dejado así –eso había sonado a sarcasmo, Elena terminó unos cuantos trozos de frutas antes de dirigirle una mirada de impotencia.

-Me encontré con tus padres cuando quería largarme… dime tú ¿Cómo crees que debería haber reaccionado?

-De la peor manera posible –susurró angustiada antes de alcanzar una botella de whisky y verterla en dos vasos de cristal con hielo - Toma, te hace falta para recuperar el color... Sin compromisos, en serio te hace falta…

Elena miró concentradamente el vaso de Whisky en su mano izquierda ¿Si la aceptaba sería jugar con fuego? ¿Sería morder la manzana envenenada de la bruja? Pero en verdad… ¿Qué tanto le afectaría? No cruzaría ningún tipo de límite con Yulia Volkova…

Dejó el whisky unos segundos en su boca para saborearlo con gusto, el líquido a medida que fue bajando le quemaba pero esa sensación era grata, comenzó a relajarse. Ninguna de las dos hablaba porque era evidente la incomodidad que tenían, solo la pelirroja observaba como Yulia iba acomodando cosas en la barra de mármol negro apostada en medio de la cocina. No podía entender al mundo, no quería reunirse con los Volkov y la vida la hacía tropezarse no una sino tres veces con ellos en un día. ¡Genial! 

Con una mirada tímida Yulia le acercó el plato donde un gran trozo de lasaña caliente esperaba ser devorado. Elena se mordió el labio inferior, el olor era tan tentador que apenas pudo contenerse para que Yulia se sentara al otro lado de la barra con su plato también. No sabía que decir, acercó el tenedor a su boca y degustó lentamente la lasaña, hasta tuvo que reprimir el gemido de satisfacción porque estaba exquisito.

Elena tragó completamente y la miró, iba a romper el silencio.

-¿Quién la hizo? ¿Tienes un chef a cargo de esto? –Yulia frunció el ceño al escucharla.

-Te sorprenda o no, soy la única que maneja este pent-house, quien lo limpia y cocina soy yo en mis ratos libres –Elena miró extrañada a su alrededor ¿Realmente tenía una agenda ocupada? Todo lo que sus ojos podían albergar estaba en perfecto estado y a juzgar por cómo vivió mucho tiempo, no creía que Yulia tuviera instintos de dueña de casa- Es en serio.

-No he dicho nada –respondió la pecosa, siguió comiendo tratando de ocultar una sonrisa, hace años que no comía una lasaña tan buena pero no se lo diría, ya había perdido bastante el orgullo el día de hoy.

-¿Cómo te sientes ahora? –murmuró Yulia con temor, que estuviese aquí no significaba el perdón ni nada parecido. Elena levantó la vista hacia ella parpadeando unas cuantas veces.

-Simplemente me siento extraña –apenas llegara a Francia buscaría un especialista, pasar por un episodio así en medio de la calle podía costarle la vida. Volvió a observar a la dueña de este sitio, ella comía tímidamente en silencio ¿Dónde se fue la personalidad fuerte con la que la enfrentó en la conferencia? Sus mejillas estaban sonrojadas, para Yulia era difícil también estar en esta situación - Oye…. Gra… mmm –tosió inquieta- gracias por lo de… bueno, lo que pasó afuera de Time Warner y esta comida aunque eso no… - la pelinegra rodó los ojos llena de ira.

-Elena ¡¿En serio seguirás con lo mismo?! Creo ser lo suficientemente inteligente para darme cuenta de las cosas, ya sabes mi posición y yo la tuya –fue brusca a la hora de quitar el plato que le pertenecía - No hablaré más del asunto al menos que seas tú quien lo desee, no me trates como una niña que ruega por el perdón, lo último que hice para eso fue en el restaurante, ya no más y si te salvé de esa situación en la calle fue porque a pesar de todo el conflicto que nos envuelve no creo que sea consecuente dejar que algo te pasara…

Le arrebató también el plato vacío y los utensilios para ir a lavarlos al fregadero. Pecar de orgullosa y soberbia, bravo Elena Katina, lo estabas haciendo. Incómoda se removió en su asiento y bebió whisky para ver como esa mujer sumergía sus manos en la espuma de lava lozas y la esponja, todas las personas cambiaban y Yulia era una de ellas. Había tenido muchas mujeres en su vida y bastantes se lanzaban a ella por un poco de sexo, estaba segura que ninguna de ellas sabía la función de un detergente. 

Se sintió culpable ¿Había sido grosera el recalcar que esto no era un perdón? Apretó la mandíbula, quizás lo era. Vio el reloj y supo que no podía estar más tiempo acá, tenía un vehículo que la esperaría en un rato más para viajar a Peterhof, Katya la estaría esperando.
 
-Debo retirarme, me quedaría a beber más whisky pero… - Yulia secó sus manos y la miró sin expresiones.

-Tú y yo sabemos que no es cierto, si debes irte ve tranquila, que de mi memoria olvidaré la escena que vi en la calle.

Elena se paró y limpió su pantalón de vestir. Estaba impecable solo por ese leve sabor de Whisky que tenía en la boca. Por un solo segundo dejó que su imaginación volara ¿Cómo sería esta escena si ambas siguieran juntas? Hubiese abrazado a Yulia por detrás para hundir su nariz en ese cabello tan impecable que tenía, se hubiera embriagado con su perfume, dejaría que su cuerpo se amoldara por detrás para hacerle sentir cuanto la deseaba, arrastrando sus manos por toda su silueta, amoldándolas en su trasero, quizás sobre sus pechos y el vientre plano, le susurraría que la amaba y movería la mandíbula para acercar su boca y asaltarla de mil maneras posibles. Cuando abrió los ojos la notó mirándola con angustia, vaya patética imaginación, la realidad estaba mucho más lejana de lo que creía, tampoco deseaba tener una pareja y menos con ella.
 
-¿Tienes un hombre viviendo contigo? –lo dijo sin mucho interés al notar una corbata muy masculina sobre un sofá.

-No, conmigo no viven, es la regla a la hora de tener un acompañante en la cama –no quería hondar en el tema pero es que tampoco debió referirse así. Elena detuvo su paso un segundo, estaba sorprendida. De hecho miró todos los rincones pensando cuantos hombres ella podía traer o con cuantos se acostaba ¿La “perfecta” y respetada Yulia Volkova se comportaba así? Miró su cuerpo de arriba abajo sin que lo notara ¿Cuántos la habrían tocado? La acompañó hasta la puerta donde Yulia se apoyó en todo su costado - Si te sirve de consuelo, Elena, créeme que Pavell quedó en la ruina, el infeliz fue arrestado aunque hace poco liberado, su familia quebró.

-Tú y yo sabemos que no nos sirve de consuelo….

-Amm –sostuvo la puerta, su mano temblaba como su mandíbula - Lucha por ser exitosa en todo Lena, tienes el talento y las herramientas….hasta nunca –susurró pero antes que la pelirroja abriera la boca ya le había cerrado la puerta en la cara.

“Hasta nunca” le susurró a la madera con una expresión estupefacta ¡Le había cerrado la puerta! Y lo peor de todo era esa sensación de mierda con la que se quedaba. No vio los detalles en ella pero, Yulia estaba temblando cuando se despidió y ahora lloraba desconsoladamente en silencio con ambas manos en su boca para que nadie la pudiera oír, sentada allí en el suelo tras la puerta. Esto sí era el hasta nunca y podía estar saltando de alegría pero no, solo se dio vuelta como robot y caminó al elevador para que la llevara al primer piso. Ahí tenía, toda la libertad para irse y comenzar un periodo de tranquilidad pero no, como una hoja rasgada algo se rompió dentro de Elena, algo le quemaba el pecho y pedía a gritos salir. Salió del edificio respirando profundamente cuando los rayos de sol tocaron su rostro brindándole un poco de calor, pero todo le parecía insuficiente, estaba muerta.

Con los ojos entrecerrados un hombre la seguía. Observó el edificio del cual había salido y memorizó los datos, esto sería interesante. A su costado llevó el teléfono con el que se comunicaba con su jefe ¿Le sorprendería saber a Oleg Volkov que Elena había tenido contacto con su hija? ¿Cómo reaccionaría cuando supiera que ella no le había contado? Tomar la decisión de seguirla no había sido malo, había tenido algo de resultados y podía obtener cosas mejores, iba a luchar por tener algún tipo de conversación con Elena, recompensarla por el daño cometido, hacer lo que fuese necesario para lograr la tranquilidad que ni él, su familia o Elena poseían.

……………..……………..……………..……………..……………..……………..……………..……………..……………..

No era consciente de todas las miradas que se posaban en ella cuando pasaban cerca. Parada estaba en un letrero azul que decía “Universidad Estatal de Economía”, su cuerpo era ajustado por un vestido italiano oscuro y sus lentes de sol Ray Ban, con esa apariencia calentaba todo lo que estaba cerca. Miró el reloj de nuevo, las 7 de la tarde, a esta ahora había acordado juntarse con Katya afuera de la facultad donde estudiaba, se suponía que debía estar aquí. Cambió de postura y la mirada hacia el lado derecho para darse cuenta que brillando con luz propia caminaba su hermana. No pudo evitar sonreír orgullosa, tan hermosa y perfecta, tanto que no se daba cuenta cuantos hombres se volteaban a verle el cuerpo de pies a cabeza o algunos que se fijaban en su trasero. Gruñó apretando toda su cara y puños ¡Bastardos! ¡Les arrancaría los ojos con sus propias manos por fijarse en ella!
 
-¡Estás aquí! –chilló la jovencita abrazándola por el cuello, lanzándole miradas asesinas a todos los/las que se consumían mirando a su hermana con deseo, vaya, el sentido protector era en ambas direcciones - ¡Qué alegría tenerte! Que honor tener frente a mí al nuevo éxito en el mundo de la moda, estoy contenta que viajaras por eso.

-También lo hice por ti, quiero conocer toda la escuela de economía de la Universidad Estatal, saber cómo te envuelves.

-Pues, verás… -la abrazó de lado y comenzaron a caminar - No le dije a unas compañeros que era hermana tuya, te conocen, Dios, que manera de llenárseles la boca con saliva…. Me dieron ganas de golpearles, si me ven ahora de seguro me odiarán.

-Pues escondámonos cuanto antes –depositó un beso al costado de su frente a medida que avanzaban donde tenía estacionado el auto con el chofer esperándolas. 

Katya la observaba de reojo, pestañeando un par de veces para darse cuenta que no era idea suya, su hermana estaba extraña y aunque quería aparentarlo no le resultaba. Antes de llegar al auto hizo que se volteara para mirarla fijamente, tenía pensado pasarla muy bien el día de hoy e incluso había llamado a Oksana para darle una sorpresa a su hermana, pero antes tendrían que hablar a solas, sí o sí se iba a sincerar.

……….……………..……………..……………..……………..……………..……………..……………..…………….

Yulia estaba hecha un ovillo en su cama tapada hasta el cuello mientras veía una película romántica por la TV. Ni siquiera le estaba poniendo atención, su mente viajaba hacia los recuerdos de esta tarde y la angustia que no podía quitarse de encima. No es que sintiera atracción por la nueva Elena, pero es que le causaba mucha pena la situación en la que se encontraban. No estaba segura si de haber confiado en ella, seguirían ahora después de 10 años, pero quizás mantendrían una relación de amistad sana. ¿Por qué tuvo que cometer ese error de creer en las pruebas? Sonó el timbre del Penth-house, debía ser alguien conocido y muy cercano como para haber digitado la clave en el elevador y para llegar hasta el último piso donde vivía. No se equivocó cuando abrió la puerta y vio parado allí a su padre con un rostro teñido por la aflicción, tras él caminaba Larissa, su mamá. 

No le sorprendía el hecho que vinieran a verla porque se veían prácticamente todos los días en algún momento, lo que sí le sorprendía era la expresión en sus rostros que delataban una negatividad y pesadumbre grande.

Los hizo pasar para que se juntaran en su habitación, a cualquiera lo hubiese tenido en la preciosa sala de estar pero con ellos prefirió rememorar tiempos cuando era pequeña. Sentada sobre sus rodillas estaba Yulia sentada a los pies de la cama, a la orilla y contra las almohadas estaba su madre, al otro lado su padre ambos descalzos y cansados después de una jornada laboral extenuante.
 
-¿Qué es lo que sucede?

-Supongo que lo sabes –murmuró pasando su mano por la barba y el cabello - ¿Por qué estás hablando con Elena Katina? – Yulia empalideció antes de reaccionar.

-¿Me estás siguiendo?

-Nos estabas mintiendo ¿Desde cuándo hija? ¿Desde cuándo la estás viendo? ¿Por qué no nos contaste nada cuando sabías cuanto nos afectaba todo? –no hablaba, ambos se miraron preocupados y regresaron la vista hacia su hija que tenía los ojos puestos en sus manos, sus ojos brillaban de angustia y lágrimas- Amor… - su mamá se paró para sostenerle sus manos.

-Lo que realmente sucede es que estamos muy lejanas una de la otra, no tomen las cosas como no lo son… -gimoteó- La vi… la vi en Francia por accidente por el Paris Fashion Week y ahora en Rusia porque mi jefe me lo pidió, hay muchas cosas que cambiaron desde hace 10 años y…. –apretó sus labios como puchero, lloraba mientras trataba de hablar- Algunas muy crueles.

-Mi amor, que pasa… que –Oleg le apretó la muñeca con delicadeza, no soportaba verla así, Yulia los miró a ambos antes de empezar una tormenta para ellos, de nuevo. Hablar estas cosas no correspondía pero su boca tenía vida propia.

- A… a Lena… a Elena se le murió su madre allá en Francia…papá, Inessa está muerta ya...

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En serio... Este capítulo me dió tristeza 😭😔
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Mensaje por Ely 2/17/2022, 9:00 pm

Que triste ojalá lena llegue a perdonar a Yulia

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Mensaje por Fati20 2/17/2022, 9:10 pm

Si es un capitulo muy triste todos con esa herida abierta y enfrentando las cosas como no tuvieron oportunidad de hacerlo antes pero les hará bien resolver eso q en realidad no les deja vivir. Pobresita mi lenita. Saludos querida 😘😘😘
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/18/2022, 8:53 pm

Conversación con Ella
____________________________________________

Domingo 8 de septiembre 2024 marcaba el calendario.
 
Dicen que la culpa es el peor castigo de todos, que se aferra a ti como un gancho y no se desprende, los Volkov eran testigos de aquello y podían confirmarlo. El día estaba soleado ideal para hacer un picnic al aire libre pero ellos no estaban en Moscú para disfrutar de esa alegre cotidianeidad, de hecho el motivo que los traía aquí era todo lo contrario. Como tenían ciertas influencias, le pidieron al encargado del parque que les diera el lugar exacto donde se encontraba enterrada ella, Inessa Katina.

Caminaban los 3 tomados de la mano, Oleg al costado derecho sosteniendo la mano de su hija, Yulia al medio y a su otro lado Larissa que también se aferraba de ella. Sus rostros delataban los sentimientos que tenían con esto y ninguno calzaba con lo de “hacer un picnic”. Esa noche que se enteraron que Inessa estaba muerta fue un pequeño infierno, Larissa lo negaba una y otra vez mientras Oleg miraba sus manos con lágrimas en los ojos. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿De qué? ¿Exactamente cuándo? Inessa había sido mucho más que solo una empleada, le habían tomado tanto cariño a ella y su familia que la ayudaron de todas las formas que pudieron. Esta vez no usarían sus contactos para recabar antecedentes porque el motivo era delicado, doloroso y personal, solo esperarían encontrar el momento preciso para hablarlo con Elena, solo ella tenía la palabra.
 
-Creo que es por acá –susurró Larissa indicando una preciosa lápida al lado de otra con el mismo diseño. Los tres se acercaron más y leyeron lo que estaba escrito, efectivamente era Inessa y a su lado su esposo Sergey Katin - Dios….-gimió.

-Hace… hace 9 años –murmuró el hombre con su voz quebrada mientras se agachaba frente a la lápida, el nudo en la garganta se fue deshaciendo en forma de lágrimas en sus ojos claros. Esa esforzada mujer que era el ejemplo para tantas había fallecido poco después de que se fueran a Francia, pensar en las consecuencias y sentimientos que tuvieron que pasar sus hijas lo estaba volviendo loco. Acercó una mano a la lápida y susurró mientras sollozaba - Inessa, por favor…. Por favor, perdóname.

Yulia observaba la escena desde unos pasos atrás, quería que sus padres tuvieran la distancia para “comunicarse” con ella. Era tanto el desgaste emocional que ni siquiera se arregló y maquilló como usualmente la gran Yulia Volkova, famosa periodista, lo hubiese hecho. Era fuerte escuchar a su padre llorar en los brazos de su madre, quejándose por haber sido un bastardo con Elena y no haberle prestado la ayuda que necesitaba. Sus propios ojos se llenaron de lágrimas pero apartó la mirada, encontrando una banca donde podía acomodarse y reflexionar sola. 

Levantó los ojos al cielo y suspiró, quería dejar de sentirse como la mierda y sabía que esto era poco comparado con todo lo que tuvo que pasar Lena, más, también consideraba lo suyo importante y sobre todo como se sentía su familia.
 
-Inessa –susurró al aire, al sol, a todo lo que la rodeaba, gotitas saladas caían en su barbilla- No sé exactamente qué hacer para que todos nos sintamos mejor, incluyendo tus hijas… miro a mis padres, sé que lo sienten en el alma ¿Los escuchas llorar? Yo también –suspiró- Traté de acercarme a Lena pero no puedo hacer más, no quiero herirla más… -sonrió débil secándose las lágrimas- Es una gran diseñadora, estoy segura que pronto llegará más allá de la cima, felicidades a ti y Sergey por lo que hicieron… solo te pido una cosa, una sola cosa… -volvió a mirar el cielo despejado, su semblante adoptó de nuevo una expresión de angustia- Ayuda a tu hija a encontrar la tranquilidad, si ella está bien estoy segura que todos nosotros también.

No podía ver ni sentir pero una mano delicada se posó en su hombro para apretárselo con mucho cariño. Las personas tienen derecho a segundas oportunidades, a pedir perdón y recibirlo ¿Cuál era el objetivo de hacerse más daño? Ya habían recibido su propio castigo por no aprender el real significado de la palabra confianza, estaban pagando por cosas que no eran del toda su responsabilidad, ya era suficiente. El ser que estaba detrás de ella se tomaría en serio su papel y esas peticiones.

……….……….……….……….……….……….……….……….……….……….

Casi dos semanas completas habían pasado desde ese día, era 23 de septiembre, la semana comenzaba. Yulia bebía un café de caramelo al lado de Masha mientras revisaban el contrato que Fox le ofrecía. Ya había tenido una reunión con el jefe y de aceptar cambiarse de canal su trabajo finalizaba este mes, pues bien, ahora estaba a punto de firmar convencida que todo sucedía por algo. Obviamente agradecía su carrera a RT porque creció como periodista allí, lamentablemente o no todos tenían que volar en algún momento y ella sentía que FOX era un paso grande y el camino correcto a seguir.
 
-Pues bien, llamaré a Mikhail para decirle que iremos para allá y que firmarás el contrato – dijo Masha.

-Si yo me voy tú te vienes conmigo, estoy segura que además de seguir siendo mi secretaria conseguirás algo mejor para ti.

-Ojalá Dios te escuche – Masha empezó a moverse inquieta en su asiento- Dios, el efecto del café pasa rápido, iré al baño…

Yulia sonrió de costado al verla caminar torpemente hacia un pasillo de la cafetería. Estos días había recuperado inusualmente el sueño, se sentía mejor al igual que sus padres, si bien añoraban “perdón”, estaban asumiendo 10 años más tarde que esta era la realidad que los envolvía y por lo tanto debían aceptarla de una vez por todas, dependía de ellos hacerla buena o amargarla para el resto de sus días ¿Era un estado definitivo o solo transitorio?

Su teléfono sonó en la cartera, conocía el tono especial que le había puesto y por el número en la pantalla supo que era él, su compañero de juergas, el hombre con el que últimamente el sexo era realmente un placer y no necesitaba ir a un bar para acostarse con cualquiera, de todas formas solo estaba a una llamada de distancia para meterlo a su cama.
 
-Hola Boris –susurró mirando hacia atrás, no quería que Masha escuchara este tipo de cosas. Era una mujer casada, le daría el sermón de actuar como mujer responsable, usar preservativos y esas cosas de las que estaba muy consciente a estas alturas - ¿Qué tal todo?

-Estoy a punto de venderle un automóvil a un ruso, mis concesionarias son las más apetecidas… pero no tanto como tú –usó ese tono sedoso para provocarla, él también era un hombre con necesidades y cada vez que ambos tenían tiempo le gustaba tenerla encima suyo. Yulia  lo había conocido en una cena en la casa de un colega, como él había quedado sorprendido con ella le había pedido a su “amigo” que se la presentara. Fue tanta la química entre ambos que no tardaron más de un día en caer en la cama del otro, y así al pasar los meses se convirtieron en compañeros sexuales cada vez que podían o había deseo, por supuesto que ninguno de los dos quería compromiso.

-Agradezco el piropo, Boris, pero ahora estoy a punto de firmar un contrato que me hará aún más exitosa que tus concesionarias –ambos rieron- ¿Qué deseas?- el hombre al otro lado de la línea miraba un papel y pasaba el dedo lentamente imaginando que era el cuerpo de Yulia.

-Me preguntaba si querías venir a cenar esta noche, podemos celebrar tu nuevo contrato –bajó el tono y lo modificó para usarlo un poco más ronco- Y después ya sabes…

-Está bien –tragó saliva, cuando hay necesidad hay necesidad y con él era tanta la confianza que no ponía “peros” en la cama - 9 de la noche en tu departamento, nos vemos.

Justo cortó la llamada cuando llegó Masha. Era su amiga y la amaba, pero no quería recibir sermones ni cuestionamientos de cómo su vida amorosa era seca como el desierto o, por el contrario, como su vida sexual era de hombres que entraban y salían. Se cuidaba, se examinaba constantemente y era muy selectiva con los que estaba, pero si había algo que no toleraba era que alguien opinara sobre eso. Sus padres hace mucho tiempo habían dejado de insistir en la idea de que tuviera una relación estable.

Durante la tarde buscó alguna prenda en el armario para colocarse esta noche, era muy exquisita a la hora de elegir incluso la ropa interior aunque durase unos segundos con ella puesta. Aun sin encontrar lo que quería, el comunicador del pent-house sonó ¿Qué querría el conserje? ¿Boris la vendría a buscar sin haberle avisado? Tomó el teléfono y contestó agitada ¡Aún faltaba una hora!
 
-Yulia Volkova al habla.

-Señorita Volkova, hay una visita que insiste en subir a verla, dice que es de Fox y que hay irregularidades con el contrato firmado esta tarde.

-Mierda –masculló lejos del teléfono ¡No más problemas! ¡No cuando recién hoy estaba todo listo! - Bien, digite la clave de invitados para ella por favor.

Enfadada dejó su cabello sin tomar, se colocó lentes de sol para tapar sus ojos que no había maquillado aún y deseando toda la suerte del mundo se paró en la puerta esperando que tocasen el timbre una vez estuviesen allí. ¿Por qué elegían el peor momento para venir? ¿Por qué no la habían llamado al teléfono? Parecía que tuviese la gripe, su apariencia era decadente y quizás solo por ello cancelarían el contrato, dentro de su trabajo la imagen valía mucho. Se había perdido tanto en esos pensamientos y temores que cuando sonó el timbre se sobresaltó y el corazón se le fue por las nubes con los latidos, abrió la puerta y sonrió.

-Hola bienvenid…a… -entrecerró los ojos unos segundos mientras veía a la persona en cuestión de pies a cabeza, cuando llegó a sus ojos supo quién era, el color, la expresión, todo era inconfundible - Ka…Katya ¿eres tú? –hace unos años la veía hacia abajo, ahora estaban del mismo tamaño, ya no tenía a una niña de 12 años frente suyo ¡Ahora era toda una mujer! su cabello era precioso, largo y Rubio-Rojizo, sus facciones finas, su silueta moldeada por las curvas, parecía una muñeca junto a eso grandes ojos verdes - Katya –gimió, las piernas se convertían en mantequilla derretida y toda la seguridad escapó volando por la ventana para no volver, no por ahora, Katya no se dio cuenta que había dejado de respirar, después de tanto tiempo tenía esa mujer frente suyo y aunque quería comportarse por instinto tenía los puños apretados.

-Tú…. –trató de mantener la compostura porque no había venido a discutir- Yulia Volkova, la periodista estrella de nuestro país, “Mon Dieu”… - hasta el tono de su voz era adulto y con acento francés, era increíble los cambios que había sufrido.

-Tú… com…cómo –tartamudear se había vuelto su nueva forma de expresarse.

-“Oui”, soy yo… tú y yo tenemos que hablar seriamente si no quieres que arme un escándalo ¡¿Te gustaría partir hablando sobre mi hermana?! -se quedó callada de inmediato, esto se podía salir de control y no era su intención. Apretó la mandíbula pero susurró- Necesito hablar contigo, por favor...

No dijo cosa alguna, solo se apartó para que Katya entrara y se acomodara donde quisiera. Cerró lentamente la puerta y se apoyó en ella unos segundos para observar con cuidado todo a su alrededor, para ser consciente que esto sí era real, pensar en las consecuencias de tenerla aquí y cómo no debía reaccionar frente a ella.

Katya estaba sentada en un sofá de cuero color crema con las piernas cruzadas y el cuello erguido, se sentaba como una dama sofisticada y hasta la forma de mirar era de una chica con clase. Yulia se acercó para ofrecerle algo de comer o beber, pero se negó por completo porque su viaje hasta acá no era para sociabilizar, tenía un objetivo y ese era hablar específicamente de su hermana. La pelinegra se sintió torpe, era obvio que ella la detestaba y no podía culparla porque vio de cerca todas las consecuencias y toma de decisiones de su hermana, solo atinó a sentarse frente a Katya para mirarse fijamente, vaya, era increíble que se pareciera tanto a Elena incluso en la manera de como la observaba.
 
-Yulia, estar acá no es algo grato para ambas, pero me tomó bastante tiempo tomar esta decisión aun cuando mi hermana no es consciente de esto.

-Dime que quieres Katya, me imagino que es algo muy importante como para ocultárselo a Elena –aunque Yulia tenía ganas de correr y tirarse por la ventana, estaba siendo fuerte al mantenerse en el sitio donde estaba sentada. Pudo ver el cambio fugaz en el semblante de la joven al escuchar el nombre de su hermana.

-Hace unos días vino al país para inaugurar su colección con “Valentino”, cuando fue a verme a Peterhof la noté muy extraña y aunque al principio lo negó le obligué a ser sincera conmigo… por supuesto el motivo era tu familia, la crisis de pánico, casi la atropellan…

-No te permitiré que hables mal de mi familia –apretó la mano en su vestido- Créeme que hemos pasado también por sufrimiento, hemos tenido consecuencias de nuestros actos… hay muchas cosas que hablé con tu hermana pero ya basta, ambas estamos haciendo nuestras vidas y de todo corazón le deseo el éxito que se merece.

-Ese es el problema –susurró Katya con pena - Ella hace su vida pero es completamente vacía, sé que no te ha perdonado y no puedo culparla, incluso la apoyo…. Pero mierda –gimió con sus labios temblando - Hay algo que la tiene atascada en el pasado y aunque crea que lo ha superado no es cierto.
 
Yulia tuvo la tentación terrible de abrazarla porque no podía quitar de su cabeza que aun continuara siendo la niña de antes, pero se contuvo y mantuvo en la misma posición sin quitarle la vista de encima. Ella tampoco había superado el pasado porque algo muy bonito había sido destrozado por artimañas de una persona, por eso el resto de los años aunque seguía con su vida recordaba el accidente de hace 10 años atrás, la noche del 23 de diciembre del 2014. Pero ¿Qué quería Katya lograr con esta conversación? Elena era incapaz de perdonarla, no podía hacerle más daño obligándola a que sintiera algo que no quería. ¿Estaría la solución en eso para seguir adelante?
 
-Disculpa que me meta, pero amo tanto a mi hermana que quiero verla feliz, realmente feliz - Yulia se mordió la lengua, quería preguntarle sobre muchas cosas que vivieron durante todos estos años pero no había confianza para ello.

-Comprendo que lo hagas, me parece muy lindo que veles por su seguridad, por ella pero… -perdió el aliento buscando palabras correctas - ¿Qué figuro yo acá?

-Quiero que me digas como te sentiste cuando supiste la verdad, quiero saber tu versión para tener una postura neutral, que te expreses, porque sé que mi hermana habla desde alguien que fue herida pero ¿Tú?

-Cómo debería sentirme ¿Bien? –respondió Yulia, la menor apretó los labios - Fue horrible sentir como algo dentro de mi desaparecía, la palabra imbécil por decirlo menos se imprimió en mi cabeza una y otra y otra vez… no saber de Lena, pensar en cómo debía sentirse, las ganas de tenerla frente a mí para pedirle perdón pero no encontrarla –ahogó el llanto - Todos estos años la culpa ha sido el más fuerte de los castigos, hemos tenido tanto que ya creo que es suficiente… -Yulia bajó la cabeza para mirar sus zapatos - Apenas comía, apenas dormía, mis padres tenían pensado internarme como una medida drástica, fue y seguirá siendo uno de los peores episodios de mi vida… pero heme aquí, periodista, luchando por asumir la realidad y ser feliz con lo que tengo, pedí perdón, no me fue dado, ella seguirá adelante… -al ver la expresión de Katya, continuó - Ya hablé con ella, pero no puedo hacer más, somos adultas y como tales no podemos quedar pegadas con el pasado.

-¿Tú te sentirías bien si ella te perdonara de verdad? ¿Podrías continuar adelante con seguridad, si eso pasara? –Sin dudarlo Yulia asintió, había asumido que el solo perdón decretado por la boca de Elena sin importar que viniera después, era suficiente para que toda la culpa se esfumara - Pues estoy segura y nadie puede quitarme de la cabeza que si mi hermana libera ese rencor y te perdona, ella también estará tranquila consigo misma y el resto.

Fue increíble que apenas la joven terminara de decir eso, dentro de su pecho sintiera un latido potente ¿Era el renacer de la esperanza que envolvía su corazón? Katya miraba atenta las expresiones que se apoderaban de su rostro, no quería arruinar el contacto con Yulia porque en ella depositaría su esperanza. Ningún especialista ayudaría a Elena salvo quién “aparentemente” le causó el mayor daño ¿Era eso posible? En la mañana se despertó con la idea de que debía tener esta conversación con la pelinegra, no era fácil apartar sentimientos negativos que poseía contra Yulia, por eso esperó escuchar su versión y hacerse su propia opinión.
 
-Después de terminar el contrato con RT Internacional ¿Qué harás? – preguntó la menor.

-Con mi amiga pedimos una modificación en el contrato con FOX, empezaré en noviembre y no la próxima temporada –dio un largo suspiro mientras alisaba su vestido con ambas manos - El mes de octubre me daré merecidas vacaciones.

-Si bien mi hermana dijo que no te podía perdonar…si te dieran la oportunidad de ayudarla en su felicidad, para su carrera ¿Tú harías algo?

-Indudablemente, creas o no le he pedido a Inessa que interceda en algo para la tranquilidad de ustedes dos – Katya levantó una ceja al escuchar eso, cuanto extrañaba a sus padres, cuanta falta les hacían. 

“Papitos, por favor, necesito su ayuda en esto, no quiero creer que estoy cometiendo un error” pensó Inessa sin quitar sus preciosos ojos verdes de Yulia. Ella estaba dispuesta a ayudar en la carrera de Lena, entonces ¿En qué podía fallar?

……………….……….……….……….……….……….……….……….

Martes 8 de octubre, Dijon, Francia.

Fyodor Rakinovich miraba a todas las chicas que habían enviado su currículum a S&I para ser la modelo que llevara puesta el vestido que Elena Katina presentaría en un festival de moda, evento donde su participación era importante. Si eso resultaba perfecto, la modelo tendría la oportunidad de ser la misma que posara colecciones de la “Dama del Universo” en la revista Vogue. Esto no le correspondía porque era el director de finanzas de la empresa pero Elena le había confiado esta misión dado su buen juicio a la hora de elegir lo mismo que ella, además Katina estaba ocupada vigilando las confecciones de sus modelos para las distintas tiendas Valentino que se enviarían a mitad de mes. 

Ni pelirroja, ni rubia, ni latina, ninguna de las mujeres que había citado reflejaba lo que Lena quería plasmar, a pesar de que con ayuda de un fotógrafo las hicieron posar, no tenían ese brillo en los ojos que ella quería. 

Sintió una presencia a su lado, sonrió pensando que podía ser un colega que venía a ver la audición pero casi se cayó del asiento al ver esos ojos verdes tan cerca suyo. Su sonrisa se amplió al doble ¡Katya estaba acá! Ignoró la reacción de su cuerpo, solo se paró y la abrazó en un gran gesto.

-Pequeña ¡Dios! Tu hermana se morirá cuando te vea acá en Francia – repasaba sus manos en la espalda.

-¿Acaso no estás feliz de verme? Tengo descanso esta semana –no le gustaba que le dijeran pequeña, solo a su hermana y Fyodor se lo permitía porque los quería - ¿Buscando a la modelo? ¿Cómo vas en tu misión? –susurró sin dejar de sonreír. Fyodor maldijo por lo bajo, ella podía ser condenadamente dulce sin darse cuenta de todo el efecto que tenía con los demás.

-Conociendo a tu hermana y el nuevo reto que tiene en su carrera – el hombre le indicó a las modelos que estaban posando para un fotógrafo, unos cuantos metros más lejos - ¿Te parece que me esté yendo bien?

-Por supuesto que no –retorció sus manos avergonzada, no sabía el motivo- ¿A qué hora llega mi hermana?

Y allí estaban ambas, Elena la sostenía entre sus brazos mientras Katya reía igual que una niña pequeña. Apenas Elena podía contener la alegría de saber que la tendría de nuevo casi por una semana entera, no sabía lo del descanso en la universidad así que obviamente esto la tomaba por sorpresa. Fyodor sonreía de lado, cerró la puerta del despacho de su jefa-mejor amiga para que tuviera la privacidad de conversar con su hermana.

-No he encontrado a la modelo, estoy pensando contratar una chica con la que tuve contacto en el Paris Fashion Week, no era precisamente modelo pero sabe mucho de este mundo – Elena se mordió la lengua recordando “porqué” la conocía, era organizadora del evento, casi o más esbelta que las propias modelos, habían tenido sexo.

-“Pour l'amour de Dieu” ¡Lena! Si es una de tus zorritas mejor no – al ver a su hermana pálida rompió en un ataque de risas, siempre se comportaba como una dama con educación, pero estaba aburrida de esas mujeres que entraban con puerta giratoria a la vida de su hermana - No me mires así, es la verdad.

-¿Algún plan para esta semana? Si tienes que estudiar, hazlo solo en un horario adecuado, disfruta el resto conmigo o con tus amigos.

-Mmm…Lena –su humor cambió rápidamente y eso a la pelirroja no le gustó para nada - Me importa que hagas este proyecto bien, cada instancia donde te muestras con el público, cuando haces un evento o bien esto de Vogue y los photoshoots más adelante, son importantes, no puedes delegárselo a cualquier mujer, es decir… Fyodor ha tenido todo el día alrededor de 30 modelos y ninguna calza con lo que quieres plasmar ¿Lo hará una zorra?

-No hables así, no me gusta - Elena hizo una mueca de disgusto al oír eso.

Katya comenzó a caminar por la oficina de su hermana, ahora es cuando todo el valor que reunió estos días se había ido a la mierda. Recordó la intención tras esto, quería a su hermana bien. Apoyó ambas manos en el escritorio dejándola más que sorprendida.

-Sé lo que estás buscando y como hermana tengo la convicción de que mi elección resultará, procura no comportarte como una cerda porque esta persona te quiere ayudar –sin entender a qué se refería, la menor caminó hasta la puerta y la abrió lentamente para revelar a la persona tras esta - Lena, la modelo que tú necesitas es Yulia Volkova ¿No te parece una buena idea para hacerle pagar por el daño cometido?

Sin dar fé a esas palabras, Elena se puso de pie y la miró de pies a cabeza. El pecho iba a explotarle cuando vio a Yulia Volkova parada allí con la barbilla temblando y un brillo de ansiedad en sus ojos. Creía que esto era una jodida broma pero supo que era real cuando su perfume golpeó de lleno su nariz. Katya quería lograr una cosa, por medio de la interacción forzada se generaran estancias donde se pudieran sincerar más, donde se vieran como humanas y Elena se diera cuenta que Yulia lo sentía de verdad. Estaba jugando con fuego, sí, Katya lo sabía y por eso estaba observando la escena por si su hermana no respondía emocionalmente bien. Más, nadie le iba a quitar de la cabeza que una vez que su hermana perdonara a Yulia, podría al fin dejar todo atrás y seguir adelante.

¿Se estaba metiendo en caminos peligrosos?

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Creo que Katya está jugando con fuego? Se quemarán?? 😜

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Mensaje por Elena Sonda 2/18/2022, 10:54 pm

Ufff a estas instancias si quiero el maratón 😅 para saber que sucederá con ese par 😬
Ojalá hablando las cosas puedan volver donde se quedaron y se solucionen las cosas

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Mensaje por Fati20 2/19/2022, 1:02 am

Yo creo q si pero más lena y julia 🤣🤣. Esto de ser su modelo será buenísimo ya quiero leer el próximo episodio saludos querida 😘😘😘
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Mensaje por katina4ever 2/19/2022, 9:41 am

OMG!!!!! Esto se pondrá más que intenso!!! Éstas chicas se van a quemar!!
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/19/2022, 12:55 pm

Contrato y Una Cena de Bienvenida
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No, esto era imposible. Sus ojos viajaban de arriba hacia abajo para tratar de buscarle el defecto, algo que le dijera que todo era mentira pero mientras más trataba de negarlo, más se daba cuenta que era cierto. Yulia miró rápidamente a Katya como si le pidiera ayuda ¡Esto no iba a resultar! 
 
-Por favor Katya, retírate para hablar con Yulia a solas - miró a su hermana con evidente molestia.

-Pero…

-¡Te dije que salgas! – cuando se dio cuenta que levantó mucho el tono de su voz, se arrepintió de inmediato. Katya apretó los labios angustiada y sin darle tiempo a una disculpa salió de allí golpeando la puerta. Por supuesto que las consecuencias de esto las iba a pagar la pelinegra, que apretaba su barbilla y tenía la vista puesta hacia la gran ventana del despecho de la “Dama del Universo”- ¡¿Por qué vienes!? Recuerdo perfectamente, si la memoria no me falla, que dijiste afuera de tu pent-house “hasta nunca” y… y luego estás aquí parada lista para jugar a ser modelo ¿Quieres arruinarme el proyecto? ¿Quieres reírte en mi cara? – Yulia no pudo reprimir la risa que disfrazaba el temor que sentía, esta mujer llegaba a ser paranoica ¿O era egocentrismo puro?

-Elena Katina ¿Me tienes miedo? –al decirlo casi se le salieron los ojos por las cuencas a la ex “Cenicienta”- Estoy aquí porque la persona que consideras más importante en tu vida me lo pidió, a quien injustamente levantaste la voz.

-Pourquoi est-ce qui m'arrive! –Elena golpeó la mesa - No Yulia, no te necesito ¿Con qué excusa mi hermana fue a tu hogar? Me ha fa… faltado el respeto haciendo eso a mis espaldas – la pelinegra se mordió la lengua, por supuesto que lo único que no tenía permitido decir era el motivo, si algo debía resultar tenía que ser natural - Es mejor que te vayas, costearé tu viaje de vuelta en primera clase pero…
 
-Y dime ¿Has encontrado una modelo? –Yulia caminó hacia Elena quien estaba parada en la puerta con muy mala cara - No, no lo has hecho… me iré por esa puerta, Katina –estaba frente a ella, tanto que casi rozaba su perfecto vestido color crema con su blazer café - Pero espero te quede claro, muy muy claro que tendrás una curiosidad enorme ¿Pudo Yulia Volkova reflejar lo que yo quería? ¿Hubiera sido lo correcto? Jamás le di una oportunidad porque soy una cobarde.

Pero cuando quiso salir por la puerta, Elena la alcanzó de la muñeca y con un solo movimiento la puso delante de ella, sujetaba su cintura con ambas manos y a pesar de que su rostro delatara emociones negativas, el agarre de sus dedos eran tan suave que podía estimular hasta la mujer más fuerte. En esa posición se veía quién dominaba la situación, Yulia apenas respiraba, apreciando en primer plano los poderosos ojos verdigrises de la diseñadora.
 
-No soy cobarde, si vuelves a decirme eso te…te juro que vas a lamentarlo –masculló la pelirroja roncamente, sus dedos rozaban la piel de Yulia sintiendo como la yema de estos se quemaba - ¿Quieres probar que estás equivocada? Llamaré a Fyodor, irás al estudio y te pondrás cualquier vestido para posar frente a la cámara… si logras convencerme hablaremos si te contrato, pero te lo advierto –acercó su boca a la oreja de Yulia, sus labios casi rozaban el lóbulo derecho de ella, sus pechos estaban muy cerca y era un contacto tan agradable que sintió asco de sí misma por pensar en ello - Las periodistas no son modelos.

Con dolor la soltó, de inmediato abrió la puerta encontrándose con el rostro de Fyodor arrugado en una expresión de furia. Pareciera que se estaba conteniendo de algo ¿Pero por qué? Yulia vio a “T.O.P” y casi se atragantó con su propia saliva, aunque lo conoció siendo un chico normal, comparar el cambio de 10 años más tarde y aun con su antigua imagen de rebelde, sorprendía.

Fyodor arrugó la frente y le tendió la mano, había escuchado todo y no era necesario que Katina le diera explicaciones, por su bien que no lo hiciera ¡No fue agradable encontrarse con Katya en un rincón aguantando el llanto!

Elena veía de reojo como Yulia desaparecía por la puerta, cuando esta se cerró exhaló un jadeo que no tenía claro el motivo. ¡Maldita sea! ¿Por qué tenía que estar aquí? Se había sentido inusualmente bien estos días como para que ella lo arruinara todo. Había dos cosas puntuales que en este momento le molestaban, una era que Katya se juntara con ella a sus espaldas pensando que hacía lo correcto, lo segundo era que Yulia creyera que era lo que ella necesitaba para esto. 

Buscó en un mueble un poco de ropa, había estado visitando otra parte, se sintió cansada y quizás un poco “sucia” al moverse de un lado a otro, ahora lo único que quería era cambiarse. Una blusa blanca, un blazer negro, un pantalón de vestir gris y unas zapatillas con tacos negras. Con las mismas manos se peinó frente a un espejo en el baño de su oficina, lucía dominante como a la “Dama del Universo” le gustaba verse, mientras más difícil luciera más podría darle a entender que no entraría en su círculo ni se llenaría de su gloria.
Luego de media hora su secretaria la llamó para comunicarle que podía pasar al estudio, Yulia Volkova estaba lista.

Cuando salió de su oficina todo el mundo la miraba expectante ¿A dónde se dirigía la jefa?

En una parte del edificio había un estudio, dentro de este había un telón blanco, varios reflectores, fotógrafo, maquillaje, vestuario, era perfecto para probar las colecciones de la jefa. Cuando Elena entró todos se voltearon y agacharon la cabeza a modo de saludo, su presencia era imponente, lucía como una verdadera millonaria y diseñadora.
Ya no estaban las modelos posando, si bien todas habían sido despachadas muchas de ellas se quedaron paradas en los rincones del estudio para ver la “última” modelo que había llegado y la única que estaría supervisada por la famosa “Dama del Universo”. ¡Qué celos!

-Puedes sentarte aquí –le dice Fyodor apuntando el lugar, era un asiento de madera con almohadillas aterciopeladas rojas. Elena lo tiró de su camisa para acercarlo.

-¿Me puedes decir que mierda te pasa? –susurró Elena.

-Cierra la boca, es mejor que mires a Tiffany 

Iba a reprocharle su conducta pero como todos empezaron a darse vuelta y no entendía que pasaba, giró la cabeza a la entrada. Trató que su rostro no se desfigurara pero casi le era imposible no impactarse con la mujer que entraba, el cambio era evidente. Yulia tenía los labios maquillados al rojo oscuro que combinaba con el color de su piel, un vestido azul marino sujeto por un cinturón negro, guantes negros de cuero, un collar con una gran piedra azul y el pelo húmedo dándole un aire un poco más salvaje. Tragó saliva pero arrugó el rostro, no quería delatarse pero… demonios ¡Se veía increíble! Elena caminó hasta ella con ambas manos en los bolsillos de su blazer.

-Impresionante –masculló, Yulia tenía las mejillas sonrojadas - Vas a pararte delante de la cámara y seguir instrucciones del fotógrafo, yo estaré observándote y si realmente tu presentación no me parece la cortaré de inmediato ¿De acuerdo? – las modelos a los lados se rieron por lo bajo, Yulia quiso gruñir, por supuesto que lo haría mejor para demostrarle incluso a las modelos profesionales que ella también podía, además, si realmente salía seleccionada daría todo de sí para que el trabajo de Elena fuera aún mejor - Ve…

Se apoyó contra la pared que estaba cubierta por un telón blanco, alzando la barbilla y simulando que los reflejos del sol caían sobre su cuerpo. El fotógrafo le dio algunas instrucciones antes de que empezara a lanzar flash por todas partes. Elena estaba apoyada en el asiento de tercio pelo rojo con el brazo izquierdo cruzado sobre su pecho casi a la altura de su cuello, su postura mostraba evidente interés pero ¿Qué podía tener Yulia para que realmente le pareciera la mujer que necesitaba? ¡Era solo una periodista!
Por su parte, la pelinegra sabía aparentar muy bien todo el temor que tenía, sudaba pero no se notaba, temblaba pero no caía, solo posaba como a ella se le ocurría. Alguna vez en su adolescencia posó para colecciones de avisos de tiendas ¿Qué tan diferente podía ser?

Abrió los ojos y se encontró a lo lejos con esa pose dominante de Elena Katina, allí estaba en todo su esplendor  la “Dama del Universo” alimentándose con la imagen de ella, con las expresiones de su rostro hacia el lente, con el brillo de sus ojos tristes y melancólicos cuando quería demostrarlo. 
 
-Señorita Katina ¿Qué desea reflejar en estas fotografías? – interrogó el fotógrafo.

-Pasión, simplemente todas las modelos carecen de pasión…Yulia ¿Crees saber lo que es pasión? –Respondió Elena, era evidente el tono desafiante para comunicarse.

Por unos segundos Yulia cerró los ojos pensando ¿Qué la apasionó? De inmediato y sin desearlo a su cabeza llegaron las palabras de “La cenicienta y la heredera”, el amor de dos personas totalmente diferentes que lucharon contra su círculo social y que no tuvieron vergüenza para demostrar que se querían frente a Heidelberg. Pasión, ese sentimiento rápido y fugaz que las envolvió tantas ocasiones incluso cuando hacían el amor. Fueron adolescentes pero ¿Quién dijo que no hubo pasión desde que se conocieron? ¿Desde que se odiaron en un principio hasta que se dieron cuenta de cuan falsos eran los prejuicios?

Abrió sus ojos de a poco y llevó sus manos sin guantes hacia sus pómulos, abrió jadeante los labios y no miró la cámara, por unos segundos se dio el placer de observar a Elena Katina.
La pelirroja sintió lo que no pudo con ninguna de las modelos en sus fotografías, en este momento Yulia le estaba hablando con la mirada, le decía “¿Recuerdas esas veces que estuvimos juntas?”, era eso o realmente había consumido droga sin saberlo.

El fotógrafo alardeaba contento lo bien que lo hacía, era extraño pero todos en el estudio se dieron cuenta que de un segundo a otro Yulia empezó a emanar pasión en cada cosa que hacía, en cada parte de su cuerpo, incluso en la pose que tenía pegada en la pared como si esta fuera el lugar más placentero del mundo.

Fyodor miró a su amiga sin que esta se diera cuenta, asintiendo porque Katya le había dado justo en el blanco. Si Lena lo quería porque daba buenos juicios, en este momento su opinión era que Yulia tenía lo que ella deseaba, pasión, que comunicara sentimientos por medio de sus ojos, que todo su cuerpo transmitiera un mensaje. ¡Era sorprendente para solo ser una periodista!

El corazón de Katina latía tan fuerte que tuvo que beber agua para calmarse, su cuerpo empezó a calentarse tan rápido que trató de no ser evidente ante la necesidad de sentir su entrepierna humedecida. ¿Cómo podía provocarla de esa manera? Observó a todas las modelos que estaban allí mirando con evidente sorpresa a la pelinegra, ninguna de ellas tenía lo que Katina quería y tampoco le quedaba tiempo. ¡Que se jodiera Yulia y toda su familia! ¿Por qué ella? ¿Por qué precisamente ella tenía lo que ninguna poseía?

Cuando el fotógrafo dejó de tomar imágenes, la pelinegra sintió que el cuerpo se le aflojaba y perdía fuerza pero aun así no bajaba la mirada, la tenía firme en la diseñadora y esos ojos que tanto amó en el pasado. Elena se paró sin aplaudir, todo el estudio estaba silencioso.

-Tú – gruñó - tú… “Baise” (mierda) –evidentemente molesta se dio la vuelta y caminó a la salida, no estaba dispuesta a perder su orgullo pero perdería más si no tomaba una decisión correcta. “Se acabó”, gimió angustiada Yulia mientras apretaba sus dedos, más en aquel instante Katina giró su cabeza y alzó su voz, se iba a arrepentir jodidamente de decirlo pero...- Tú, lárgate de aquí a mi oficina.... AHORA. 

Ninguna de las dos se movía o se quitaba los ojos de encima, a partir de ahora se desataría una guerra más poderosa que la anterior, y sería la lucha del orgullo, lo que era correcto, lo que era bueno para su carrera y lo más importante... la pasión.

Estando en un baño sola, se sacó la ropa que le habían prestado para la sesión fotográfica. Aun el corazón raudo dentro de su pecho después de la escena que tuvo en el estudio con Elena ¿Pasión? ¿Ella tenía pasión? No alcanzó a ver la reacción de las demás postulantes cuando Lena le dijo que se reunieran en su oficina, ahora eso no le importaba porque lo que se venía a continuación sería una situación engorrosa ¿La aceptaría como su nueva modelo? ¿Alcanzó a superar sus expectativas? Dejó de hacerse preguntas y salió de allí con su cabello aun húmedo cayendo sobre sus hombros, un vestido gris que moldeaba sus curvas y zapatos de tacón negro que le daban la suficiente altura para superar por unos escasos centímetros la de Katina. Mientras caminaba sintió la mirada de todos los empleados que pasaban a su lado, todos estaban expectantes, la voz se había esparcido con la nueva noticia tan pronto como ella había salido del estudio.

Cuando subió al sexto piso en el elevador se preguntó dónde estaría Katya, le preocupaba porque sabía que para Lena era la razón de su vida y la mujer que más amaba aquí en la tierra pero… ¿Tan molesta estaba para gritarle aun estando ella presente?

Vio allí frente suyo la puerta del despacho de la jefa, era ahora o nunca se dijo al tocarla tres veces. “Pasa” murmuró ella de inmediato, la estaba esperando.

Entró y la vio sentada al borde de su escritorio con ojos que en cualquier momento lanzarían llamas de ira, pero no le sorprendía, sus ojos no hacían otra cosa que odiarla todo el tiempo.

-¿Sabes lo importante que es esto para mí? Los proyectos, los diseños, los modelajes, la empresa… surgió por el sueño de mi padre de crear modelos para los demás… eso, Yulia, eso se llama pasión y por eso la pedía en una modelo, solo la que tuviera pasión comprendería lo importante que es esto para mí y cada una de las cosas que hago… no es una empresa solamente, es S&I que representa a mis padres – Yulia se acercó al escritorio donde Elena estaba sentada, pero mantuvo la distancia.

-Puede haber mucho resentimiento entre nosotras pero no arruinaría algo que tanto te importa –dijo la morena sinceramente.

-Pero lo hiciste una vez y esa es la razón por la cual no estamos juntas –no debió decir eso porque sonaba a un interés que no tenía. Yulia apretó los dientes.

-Sí, lo asumo y ya te he dado mil veces mis explicaciones, ahora si quieres seguir quedándote pegada en el pasado y perdiendo tiempo valioso es problema tuyo…- cambió su tono de voz a más suave - ¿Te gustó lo que hice? ¿Por qué modelo te decidirás? Vine especialmente de Rusia por esto –Elena volvió a recorrer su cuerpo de arriba hacia abajo, Yulia se sentía cohibida bajo esos ojos verdigrises que la escaneaban de todos lados.

-Necesito que gires lentamente –dijo Elena, así lo hizo ella, como diseñadora ella debía analizar sus proporciones, la curvatura de su cuerpo y cuello- “Mon Dieu” –susurró. Yulia era perfecta, quizás un poco baja comparada con el resto de las modelos “normales” pero sus proporciones eran de una chica sana y no una delgadísima mujer de pasarela. ¿Jugaría en contra eso? Sin embargo lo que transmitía superaba con creces todos esos detalles - Necesito que me pongas atención, Yulia Volkova, te hablo como Elena Katina, la diseñadora… serás tú mi nueva modelo –Yulia quiso gritar de alegría, sin embargo estaba quieta como una piedra sin decir algo - Pero debes saber que este mundo no es fácil, te sentirás débil, querrás huir, pero si yo hubiera caído ante esos sentimientos no estaría parada aquí… necesito tu compromiso y responsabilidad, por favor, no me falles en esto –Elena tendió la mano hacia la pelinegra para cerrar un trato que en un rato más se convertiría en formal. Yulia aceptó ese gesto y apretó firmemente su mano con la suya. Era sorprendente el calor que se creó con el contacto o las malditas ganas de seguir explorando esa piel blanca.

-Lo prometo –lo dijo con tanta convicción que no había espacio a dudas, ella lo haría.

Durante la tarde, a Yulia se le entregó un documento donde se estipulaba la cantidad de dinero que se le pagaría, por cuanto tiempo trabajaría y todo tipo de cosas. Fue así como ante un notario y la mirada asesina de Elena Katina, lo firmó. Fue sorprendente como sintió todo el peso de la responsabilidad sobre su cuerpo cuando puso su firma en ese papel, ya no eran juegos o pensamientos que no realizaba, ahora estaba unida a Elena en este proyecto de forma definitiva ¿Hubiera creído que ella la aceptaría? Katya solo le dio una mirada esperanzadora cuando se lo contó, todo se partía por algo por muy mínimo que fuese.

La pelinegra tenía una condición para trabajar con Elena, no haría algún tipo de actividad si su secretaria no estaba presente, más allá de que era su compañera de trabajo, era su consejera y mejor amiga, ella la ayudaría a ordenar todas las actividades que implicaban el ser modelo de Katina. Por suerte su solicitud fue aceptada al firmar el contrato y correrían con los gastos para el viaje y estadía de Masha.

…….........................................................................
 
Viernes 11 de octubre 2024, marcaba el calendario
 
Las actividades definitivas empezaban el lunes de la próxima semana, mientras tanto el equipo de Elena Katina se encargaría de hacer difundir la noticia para los interesados en moda, la “Dama del Universo” ya tenía una nueva modelo que llevaría su prenda en un evento y posaría para Vogue con varios diseños más. Querían darle una bienvenida y no hallaron nada mejor que realizar una cena donde la empresa, representantes de la revista Vogue y la gala donde desfilaría, asistieran.

Por eso ahora mismo Masha estaba detrás de Yulia armándole un peinado sencillo pero elegante y que les demostrara a todas porque había sido elegida. Sintió mucha felicidad cuando ella la llamó para decirle que quería tenerla en Francia ¡Era su sueño estar aquí! 

Por su parte, la pelinegra miraba con cierto rechazo e inseguridad su reflejo. Posó todos los días para millones de rusos en la TV, pero ahora se sentía en un ambiente que no era el suyo, una especie de desafío que tenía que superar pero no solo por ella sino por Elena que gracias a Dios le había dado una oportunidad. 
 
-Te ves realmente preciosa, Yulia.

-Pero no como una modelo de 1, 80 metros, europea y profesional – Yulia apretó los labios.

-¿Y eso que importa? Ninguna de ellas fue elegida para estar con Elena, a quién por cierto muero por conocer en persona.

-Antes no era así pero ahora tiene un carácter fuerte, su sola presencia… intimida.

-¿Y qué pasó finalmente con su hermana? –Masha alisó un último mechón de cabello.

Elena y Katya habían tenido una conversación a solas en casa, la mayor le había pedido perdón por su comportamiento aunque eso no quitara la pena que sentía porque hubiera hecho cosas sin su consentimiento. Le advirtió como mil veces que la elección de Yulia no significaba el perdón o algo parecido, aun así Katya quedó conforme porque esto marcaba un antes y un después en su hermana.

Cuando Masha acabo de ayudar a Yulia, terminó por arreglarse rápido. La hora de la cena era a las 22:00, quedaba media hora y no les quedaba nada pendiente. Una limusina las fue a buscar al hotel donde se hospedaban, cortesía de S&I, y las llevó al salón donde efectuarían la cena. Nerviosa era poco para expresar lo muy ansiosa que Yulia estaba, no quería ser decepción para nadie ni que comentaran lo sorprendidos que estuvieran de la elección de Elena (De forma negativa). Pero comentarios no era solo con lo que se podía topar, lo comprobaría una vez que estuviera allá.

-Respira profundamente porque acabamos de llegar – le dijo Masha a su amiga, ambas miraron hacia afuera cuando la limusina se detuvo, aunque estaban acostumbradas a manejarse en ambientes exclusivos, ver filas de autos únicamente de lujo les sorprendía - Ven…

El chofer les abrió la puerta con tanta cortesía que se sintieron avergonzadas ¿Quiénes eran ellas para merecer tanto? 

Por otra parte Katina empezaba a sentirse sofocada, recién el reloj marcaba las 22:10 y todo el mundo la tenía rodeada para escucharla hablar. La gente hablaba de moda pero a veces sus conversaciones terminaban en cosas sin sentido y vacías como sus almas, dinero, viajes, codearse con los famosos o quién tenía mayor cantidad de propiedades.
Había invitado a Katya pero esta estaba cerca de Fyodor quién aparentemente la cuidaba porque Lena se lo había pedido, más bien lo hacía porque no quería que los hombres de la cena se la devoraran con la mirada ¡Puercos! Una persona se acercó rápido a Katina para comunicarle que su “modelo” ya estaba aquí. 
 
-“Merci” –murmuró dejando la copa de champagne solo en una mano. Todos los que estaban cerca se dieron cuenta del cambio que tuvo en su rostro, quisieron seguir su mirada y fue allí que se toparon con la figura de una mujer más baja que el resto de las modelos pero encantadora- “Cela est impossible".

Masha caminaba erguida a su lado y aunque era una mujer hermosa se veía opacada por la figura de la noche. Yulia Volkova tenía su cabello tomado hacia un lado, una coleta larga que caía sobre su brazo y un vestido negro y gris que revelaba parte de su espalda, la prenda se ajustaba a sus curvas pero estaba lejos de verse vulgar, emanaba clase por todos sus poros.
 
-Te están observando como locos –susurró Masha sin perder la sonrisa en su boca - ¿Pero dónde está Elena?

-No lo sé, no me gusta que todo el mundo aquí me esté mirando… -Las chicas la miraban con desprecio, muchas de ellas de seguro querían tener su lugar porque nunca antes la famosa diseñadora se había centrado en una modelo. Eso significaba pasar tiempo a solas - Quiero irme a casa –mascullaba Yulia, nadie por suerte podía entenderle. Frenó para aceptar la copa de champagne que un joven mesero le acercaba solo con la esperanza de ganarse una sonrisa - “Merci” –murmuró de tal forma que el chico enrojeció, agachó la cabeza y salió de allí.

Elena pestañeaba varias veces, esa mujer que tenía la mirada perdida y que acaparaba la atención de todos era su modelo, la mujer que tanto detestaba pero que no podía quitarle los ojos de encima. Como diseñadora observaba los detalles de su conjunto y apariencia, creyendo que era muy bueno y que tenía sentido de la moda, una parte de ella quería dar una opinión pero la frenaba. ¿Fijarse en Yulia de nuevo? Eso jamás. No podía dejarla sola pero antes de dar un paso fue Katya la que se acercó hasta ella para saludarla como una anfitriona.
 
-Gracias por venir Yulia, gracias por hacer esto por mi hermana, sé que eres la única que le tomará el peso a lo que se viene…

-Me gustaría saber porque le pone tanto énfasis ahora, fue al Paris Fashion Week pero… - todo el salón pareció silenciar cuando sintió un calor en su espalda, una especie de corrientes eléctricas que la atraían a alguien. Una mano se apoyó en su cintura pero antes de reaccionar, ella la había acercado tanto que todo su cuerpo se acomodó firme.

-Atención damas y caballeros, ahora que tengo la atención de ustedes – Habló Elena, estaban al centro de un salón lleno, donde impresionantes vestidos y peinados destacaban - Quería presentarles a la mujer que será mi modelo, la primera mujer que representará de forma exclusiva la marca S&I este mes y mi trabajo… quiero que todos le den un aplauso a Yulia Volkova.

Los aplausos no se hicieron esperar, Masha, Katya y el resto aplaudían pero la pelinegra no veía lo positivo, de hecho tenía tanto temor que si no fuera por el agarre de Elena estaría sentada en el suelo. Había caras amistosas, gente de clases sociales muy altas, quizás las malas caras eran solo las modelos invitadas que morían por hacer el primer comentario ácido sobre la nueva “modelo” y lo mal que “La Dama del Universo” la había elegido. Elena se dio cuenta que la sonrisa de Yulia se iba perdiendo, por eso tuvo que apretar su mano suavemente sobre su cuerpo para hacerla reaccionar.

-La mitad de las mujeres acá quería ser mi modelo, no te sorprenda que te encuentren defectos… que eso no te perturbe Yulia, estás acá para ayudarme así que no lo arruines –le susurró Elena al oído y aunque en algún momento lo hubiera dicho molesta, esta vez sonó suave. No quería arrepentirse de haberla elegido, por lo tanto tenía que darle toda la seguridad necesaria. Yulia giró apenas su rostro para ver esos ojos verdes tan cerca de ella, rogando a Inessa y Sergey que este buen trato no fuera parte solo del comienzo. Le quedaban aun 3 semanas para trabajar con ella.


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Wao! Solo imagino a estas dos juntas ante tanta grandeza y se me para el corazón!!!!

Cómo están mis amores?? Ansiosas como siempre, así que recuerden que hoy no es doblete y que ya quedan pocos capítulos!!
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Mensaje por Fati20 2/19/2022, 1:30 pm

Si fue muy emocionante imaginarias así 😍 tanto en la historia como en la vida real qué estuvieran así seria tan increíble. La historia está en su mejor momento no podrán luchar con la química q sienten la una por la otra. Espero con ansias el siguiente capitulo querida mía. Yo estoy teniendo un muy buen sábado y espero que tu también 😘😘😘
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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA - Página 6 Empty Re: MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/19/2022, 7:14 pm

¿Plan Arruinado?
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Todas las personas estaban con sus ojos puestos en la nueva modelo de Elena Katina. En este momento estaba siendo silenciosamente juzgada, para bien o para mal todos empezaban a armarse una opinión de ella. Sin decir nada, Elena la acercó a un grupo de personas muy elegantes que la esperaban con una sonrisa, miró rápido hacia atrás para hacerle una seña a Masha que debía esperarla.

-“Bonjour” –dijo Elena- Quería presentarles personalmente a la mujer que trabajará conmigo y posará con ustedes… -miró a Yulia, la seguía sujetando de la cintura para darle seguridad y mostrarle a los demás que había confianza entre ambas (aunque en realidad aquello no fuese tan cierto) - Ellos son representantes de la revista Vogue.

-Me gustaría que sepas, Yulia, que usualmente no andamos visitando modelo por modelo que posa en nuestra revista, sin embargo para nosotros es importante saber y conocer a la primera modelo que trabajará personalmente con Elena Katina. Su marca S&I está ganando poder y queríamos cubrir aquello – dijo uno de los representantes de dicha revista, Yulia agachó la cabeza con cortesía, tenía modales y los sacaría a relucir en todo su esplendor.

-Para mí es un honor trabajar a su lado y con ustedes, soy periodista pero me manejo todo el tiempo con esto de la imagen personal.

-Elana y tú posarán para la versión norteamericana de Vogue, esa generalmente tiene más impacto que el resto de las otras versiones, ya se imaginarán porqué.

Yulia miró disimuladamente de reojo hacia las demás personas de la cena en aquel salón, muchas tenían los ojos puestos en ella y no pudo evitar sentirse “exclusiva” por estar al lado de Elena Katina. Esto realmente era una mierda, sí, un sentimiento que no debía existir porque antes se hubiera sentido orgullosa de estar a su lado por el solo hecho de ser suya y todo lo que implicaba el amor pero ahora ¿Se sentía orgullosa porque las modelos la envidiaban? Con culpa intentó soltarse del agarre de Elena pero esta volvió a presionarla a su lado.

-La cena va a empezar –susurró la pelirroja a su oído - Tu puesto con el de tu secretaria están en la misma mesa que él mío, vamos… 

Elena Katina era una mujer con modales desde que la conocía, de todas formas le sorprendió que cuando se fue a sentar, ella corrió su silla hacia atrás permitiendo que se apoyara. ¿Lo hacía solo para quedar bien frente a los demás? Miró a las personas que estaban sentadas a la mesa, allí se encontraba Fyodor Rakinovich justo al lado derecho de la pelirroja, al otro lado estaba Katya, Elena y la representante de Vogue, luego ella y Masha. Le dio una mirada significativa a la hermana de Elena, nada de esto hubiera pasado si no hubiese sembrado la semilla en ella, estando aquí sentada prometió a sí misma dar todo para no fallarle y demostrarle que realmente lo sentía, eso sí, la lucha más fuerte para el perdón sería definitivamente con Nastya y Oksana.

El primer plato que sirvieron fue almejas cubiertas por un fino queso francés y especias exóticas que, acompañadas de una copa de vino la hacían irresistibles.
 
-Elena ¿Qué viste en Yulia que no tuvieron las demás modelos? –dijo el representante de la revista.

-Pasión –la pelirroja lo dijo de inmediato- Hubo mucha pasión en su mirada y la forma en la que posaba, más allá del físico es lo que Yulia puede transmitir –mientras nombrara más cosas buenas de ella, la pelinegra tendría la confianza suficiente para hacer el trabajo bien, porque juraba a sí misma que no le perdonaría si arruinaba esto. 

Continuaron una charla tranquila sobre cualquier tema, aunque sin dudarlo Yulia y Masha se desenvolvieron increíblemente con la información, no le sorprendía, ambas trabajaban en los medios periodísticos y tenían suficiente argumentos con los que debatir. 
El segundo plato fue “Quinche Lorraine” que consistía en una especie de masa en forma de platillo rellena con queso gruyere, bacon ahumado, huevos, pimienta entre otros.
Aunque era exquisita su porción era adecuada para ser llamada cocina gourmet, Elena tuvo la necesidad de levantar sus ojos a los de la pelinegra, allí se dio cuenta que Yulia miraba su plato con decepción porque quizás las almejas habían abierto su apetito y una porción tan “fina” no iba a satisfacer nada. Quiso reír ¡Quizás su modelo comía como un cerdo! Estaba convencida que debía tener una conversación sobre eso, tenía que mantenerla en un mismo peso para que no arruinara el vestido que le haría a la medida.

Al cabo de otra media hora cuando todos estaban en una conversación sobre “las tendencias de moda”, a la mesa se acercó una pareja de mujeres muy bellas. Una era mayor, quizás unos 55 como mucho pero se vestía exquisitamente bien, la otra parecía sacada de una fábrica de muñecas porque desde su cabello que era rubio y liso, hasta sus facciones el resto del cuerpo, todo era jodidamente perfecto, era una de esas personas que te daban ganas de mirar por horas para encontrarle un defecto. Yulia sonrió a modo de saludo pero la más joven no movía ningún músculo de su cara para ella, todo lo contrario, cuando sus ojos oscuros viajaron hacia la diseñadora estrella, toda la cara le explotó en una sonrisa ardiente. Uh oh…

-No pudimos evitar acercarnos a la mesa –dijo la mujer más grande- Para saludarla señorita Katina.

-El gusto es mío –la pelinegra no era tonta, se veía más que entusiasmada mirando cada 4 segundos a la más joven.

-¿Cómo se encuentra señorita Katina? ¿Entusiasmada de ser la figura de la noche? –Katya tenía mala cara pero la disimulaba bebiendo champagne, Fyodor parecía ser inmune al encanto de la muñeca parlante pero Elena parecía embrujada.

-Me encuentro en perfectas condiciones, creo que mi carrera como diseñadora está cada vez más alta, aunque a decir verdad, la estrella de la noche es Yulia Volkova… mi modelo –la chica sonrió aunque Yulia fuera la única en darse cuenta que su gesto era más que forzado ¿Pero qué demonios? No se habían visto en toda la vida - Me gustaría que se unieran a la mesa.

-Estamos sentadas con otras modelos, sería de mal gusto si abandonamos nuestro puesto de esa forma, sin embargo estaría encantada de aceptar una copa con usted…

Cuando se retiró, de inmediato Elena se vio en la necesidad de explicarle a Yulia y Masha quienes eran esas personas porque de esta mesa eran las únicas que no tendrían como saberlo. Eran madre e hija, la mayor era dueña en casi su totalidad del mercado de perfumes en Francia y la segunda una famosísima actriz, modelo que se ejercía como tal en Corea del Sur, Im Nana, que había usado en el último tiempo varios conjuntos hechos por Elena para las galas, las premiaciones y ese tipo de eventos. Ahora entendía por qué tenía esa mirada despectiva o falsa sonrisa, todo aquel que no le pareciera digno no le interesaba y si esa mujer estaba prendida de Elena Katina con mayor razón, al igual que todas las modelos, le dedicaría una mirada de “te odio”. “Tonterías” pensó Yulia antes de pararse y excusarse que iría a retocar su maquillaje al baño. Los ojos de Elena la siguieron atentamente, incluso para caminar hacia un baño tenía clase en su andar pero lo que sí le sorprendió fue darse cuenta que al pasar, cualquier hombre que estuviera cerca se diera vuelta para mirarla de pies a cabeza como verdaderos lobos. No sabía si sentir orgullo que su modelo causara efecto en otros o le molestaba que ella ni se percatara en eso.

Cuando Volkova entró al baño, las pocas mujeres dentro se dieron vueltas para mirarla con las cejas arqueadas. Les sonrió a pesar de no recibir el mismo gesto de vuelta, solo se dedicó a mirarse en el espejo para comprobar que su peinado y el vestido estuvieran en orden. Las mujeres, que suponía que eran modelos, se acercaron más entre sí para hablar.

-Yo no sé cómo alguien que no parece modelo cree que tiene el derecho de ser el centro de atención –Yulia las ignoraba, por supuesto no era fácil.

-Baja, gorda, un trasero enorme, la verdad yo no sé qué pudo ver la gran “Dama del Universo” en la mujer que eligió como modelo, será el hazme reír en la pasarela… como una mancha negra en un delicado trozo de seda blanca – Yulia guardó su maquillaje y giró sobre sus tacones para enfrentarlas.

-Al menos esta mancha negra tendrá el honor de llevar en su cuerpo el trabajo de Elena Katina, cosa que ni tú ni tu amiga podrán.

-Cierra tu boca, gorda, yo no sé qué hiciste realmente para tener el lugar que una modelo como nosotras lo merece, pero no dudo que haya sido sexo.

Yulia tuvo la necesidad de reír pero se contuvo, si tan solo ellas supieran que fue novia de Elena Katina y que en sus tiempos hicieron el amor, pero claro, no era de esas mujeres que lo sacaran a la luz para creerse superiores ¿Con qué propósito? La puerta del baño se abrió y las modelos frente a ella abrieron la boca como si hubiesen visto al mismo Santa Claus en persona. Solo una persona no masculina había causado ese efecto, no se equivocó cuando se paró frente a ella…
 
-¡Im Nana! –exclamaron emocionadas, mandado lejos lo de mujeres con compostura y clase, eran niñas emocionadas por un ídolo o algo así.

-Retírense chicas –les ordenó la actriz, de inmediato tomaron sus carteras y chillando se fueron del baño, tendrían que contarle a todo el mundo que "Nana" les había hablado ¡La perfecta, amada y bella Nana! - ¿Te hicieron algo? Las modelos suelen ser un poco despreciables con quienes no le parecen…

Yulia solo sonrió, no iba a hacer malos comentarios para que después lo usaran en su contra y le dijeran al mundo que era una malhablada o algo así. “Casualmente” la chica se acercó al espejo para mirarse a sí misma con adoración, Volkova podía entender que se quisiera porque realmente era bella pero ¿Tanto era el egocentrismo de mirarse en la forma con la que ella lo hacía? No sabía cómo Elena no se había vuelto loca con todo este tipo de mujeres rondando cerca, tan vacías de cabeza.

-Felicidades, serás la nueva modelo de Elena Katina ¿Hace cuánto la conoces? – Yulia se mordió la lengua, no estaba muy entusiasmada en que las demás supieran su pasado con Katina porque la perjudicaría.

-Le hice una entrevista para RT internacional por su participación en el Paris Fashion Week, luego en San Petersburgo… cuando supe qué hacía un casting para ser la modelo pensé ¿Por qué no? Obviamente no tengo las medidas de una modelo pero me gusta esto.

-Precisamente eso, no quiero ofenderte pero ¿No te da miedo hacer el ridículo? –El primer comentario ácido de su parte, no le sorprendió ni tampoco le puso mala cara, solo siguió mirando tranquilamente a la Barbie humana hablarle - Eres bonita pero no eres como…. Ya sabes, el resto de las chicas que estamos acá.

-Y supongo que tú sí – dedujo Yulia.

-¿No es obvio? Si hubiera tenido el tiempo necesario para ir en busca de tu puesto lo habría hecho y ganado de inmediato, quizás hasta me habría pasado a su oficina para saludarla ¿Te dijo que nos habíamos visto antes? Fuimos unas personas muy ÍNTIMAS durante un tiempo –con ese énfasis en la palabra “íntima” suponía muy bien a lo que se refería, lo que le revolvió el estómago por muchas razones.

-Disculpa, Nana, pero lo que la señorita Katina haga en su intimidad no me compete, puede tener todas las mujeres y hombres del mundo y acostarse con cada uno de ellos, solo estoy involucrada con ella por trabajo… sin embargo me parece repugnante el cómo sacas a luz parte de su privacidad con el objetivo de hacerte superior frente a los demás, en serio, si quieres hacerlo hazlo con las otras modelos que de seguro sí se enfadarán pero conmigo eso no funciona porque, repito, solo estamos involucradas por temas laborales –al menos eso último quería creer.

-Veremos si eso es tan cierto… -masculló Nana cerca de su rostro.

Yulia salió sin perder ni un poco la compostura de allí, digna ante todo, conocía a las mujeres como Nana porque trató con ellas toda su vida (por ejemplo con Svetlana Kutznesova, quien creyó su amiga, mas fue la amante de Pavell). Elena en la mesa fue la única que se dio cuenta del cambio en el rostro de Yulia y aunque trató de no preocuparse con ella, no pudo evitarlo, la pobre estaba tan empeñada en buscar su perdón que hasta se metía en cosas que no estaba segura.

Antes que se llegara a la mesa, el mismo mozo que enamorado le acercó una copa, ahora estaba vestido de etiqueta, realmente lucía genial. Era al menos 4 años menor que ella pero no se iría de esta cena sin tener el honor de hablarle.

-Me con….concede esta pieza –tartamudeaba, Yulia sintió que se le derretía el corazón con su ternura ¡Era imposible negarse a una de las pocas personas sinceras en este lugar!

-Claro que sí…. –respondió Yulia, dejó que la condujera a la pista y cuando estuvieron allí él apoyó su mano en la cintura de ella.

Todos la miraban sorprendidos mientras ellos se movían con elegancia y coordinación al ritmo del Vals ¿Quién iba a pensar que un simple mozo era tan bueno y elegante en un baile? Elena tenía el ceño fruncido ¡No la había traído para coquetear con el servicio!

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Las puntas de sus dedos acariciaban la esquina del escritorio de caoba que poseía Katina. Toda la oficina era pulcra ¿Sería Elena una persona obsesa del orden? A juzgar por el estudio de al lado y este lugar, quizás sí. Dio un gemido de frustración antes de acercarse al gran ventanal que tenía frente suyo, a pesar que no se ubicara en el último piso de un rascacielos de la ciudad de NYC, este lugar tenía una vista espectacular de sus alrededores justo para pensar en las cosas que la atormentaban.

“¿Cómo pudo?” dijo varias veces en su cabeza, no podía creer como Elena se había atrevido a hacer esto ¿Cómo podría ella llevar en su cuerpo un modelo que fue creado con amargura, provocado por su culpa? Había sido la musa inspiradora de eso pero no le enorgullecía en lo absoluto. Tenía ganas de correr y morder algo, dar una probada a un cigarro cuando hace muchos años no lo hacía, todo con tal de calmar la ansiedad que crecía en su pecho.

Cuando quiso retroceder chocó con algo firme pero tibio que rodeaba toda su espalda, no había contacto directo pero sintió como su cara ardía, quizás estaba roja, no lo sabía.

Fue volteada por dos manos desde sus hombros y fue allí precisamente que pudo observar a la persona tras de ella, sus ojos verdigrises se veían tristes al igual que cada una de sus expresiones.

-Vamos a conversar ¿Está bien? –debía estar muy preocupada como para decirle aquello. Caminaron hasta un sofá que ella tenía y se sentaron a una distancia prudente, Yulia no podía mirarla a la cara porque rompería a llorar - Este modelo es importante para mí, Yulia, demasiado como para que todo esto se arruine y termine en un desastre. Puedo ir a conseguir otra modelo si quiero pero…

-¿Cómo Nana? Créeme, ella desea ser mucho más que tu modelo – Elena enarcó una ceja, apenas habían interactuado ¿Cómo sabía ese tipo de cosas? La pelinegra no era una persona que le gustara comentar lo malo de los demás.

-Pero no quiero a Nana para este modelo, nadie me ha demostrado pasión con algo aparentemente simple como lo es la mirada, nadie excepto tú… imagina, después de presentarte, después que hayas encantado a los de Vogue e incluso a otros hombres –dijo la última frase por lo bajo - ¿Qué pensarán de nosotras? Que estamos jugando como niñas, que no somos profesionales ni…

-No soy una modelo profesional, soy gorda, baja y estoy contigo porque tenemos algo muy serio entre ambas como el sexo… -Elena se atragantó con su propia saliva - Comentarios de todas las mujeres ese día, no míos…. –ambas se quedaron atascadas con su mirada en la otra por unos cuantos segundos hasta que Elena recuperó el ritmo de la respiración - Pero está bien, te dije que haría esto porque cumplo aunque tengo una condición, Elena Katina. 

¿Cuál? –susurró la pelirroja.

-No volverás a mencionar lo que pasó hace 10 años, no empezarás a culparme por eso de nuevo o a sacarlo en cara cada 10 segundos…-alzó los ojos hacia ella, estaba reuniendo valor para hablarlo- Creas o no es muy difícil para mí estar haciendo esto cuando sé que las cosas entre ambas no son las mejores, pero también me importa que seas exitosa en esto y si puedo ayudarte lo haré… una palabra más Elena –la apuntó firmemente- Una palabra más y te juro que me voy porque no hay ninguna cláusula en el contrato que me impida romperlo.

Solo le quedó por asentir lentamente y aceptar esas palabras, tendría que controlar su lengua para no arruinarlo. Tenía una fila enorme de mujeres que deseaban estar en el lugar de Yulia, pero por alguna razón más allá de la pasión la quería a su lado como modelo.

Quizás las palabras de Katya antes de volver a Rusia, sirvieron bastante, su hermana le pedía que por unos días dejara de lado el rencor y la viera de otra manera, solo por unos días para descubrir si podía confiar en la decisión que había tomado.

Yulia le pidió que trajera de nuevo el boceto del vestido que traía, apenas tuvo unos segundos para apreciar el modelo y hacerse la idea que lo tendría puesto. Cuando Elena volvió con eso en brazos y lo volteó para ella, el corazón volvió a reaccionar de la misma manera. No podía tocar la hoja directamente porque tenía una lámina de vidrio en ella, mas, podía sentir como le ardían la punta de sus dedos de la mano izquierda. El vestido era una de las cosas más preciosas que había tenido el agrado de ver, los detalles del corsé y la parte baja del vestido lo hacían único, al igual que los guantes y la tiara de la mujer en el dibujo. 

-Cuando lo dibujé tenía en mente una mujer de la realeza bajando escaleras de un palacio, cada ínfimo detalle lo tenía en la cabeza… -murmuró Elena tocando el dibujo - Y lo voy a hacer real…después de 10 años será real.

Había una cosa cierta, Yulia no era modelo y aunque tenía la pasión en sus ojos y la finura en su presencia, necesitaba clases de aquí en adelante para caminar erguida por una pasarela y comportarse como alguien profesional. Por eso S&I había contratado a una instructora que todos los días estuviera vigilando su progreso y la ayudara con sus debilidades. 

…….......................................................................................................................

Le costó abrir los párpados, sentía todo su cuerpo agotado lo que significaba que las horas de sueño no eran suficientes. Pero no, no había tiempo en realidad para hacer otras cosas que no fuera abocarse en aprender a ser “modelo” en tan poco tiempo, entrar en un gimnasio, comer de forma adecuada para mantenerse en el mismo peso durante estas 3 semanas y ese tipo de cosas, con suerte había ido el día de ayer a pasear por Dijon con Masha para que conociera sitios históricos de la ciudad francesa como para recompensarla por recordarle sus horarios diarios.

De pronto recordó que día era hoy y todo ese cansancio se disipó por unos segundos, había pedido ayuda de los empleados de S&I para realizar una cena sorpresa a nombre de Elena por su cumpleaños. Sí, hoy era 4 de octubre, viernes, Katya le mandó un mensaje a la pelinegra hace unos días para contarle que hoy era el cumpleaños de su hermana, número 28 y cómo no podía estar allí presente le pedía a ella y Fyodor que le armaran algo. A Yulia le dolió el estómago ese día que le llegó el mensaje al teléfono y luego la posterior llamada, porque a pesar de haber pasado 10 años no se le había olvidado que ocurría todos los 4 de octubre.

Todos los empleados el día de hoy tenían la misión de no saludarla, hacerle creer que no recordaban que ocurría hoy, mantenerla ocupada hasta que llegara Yulia. 

Cuando se comunicó con los dueños del famoso y nuevo restaurante de Dijon “Le joyau français”, empezó a dolerle el estómago pero… ¿Por qué? Era evidente que todo esto le causaba ansiedad, no era la persona más idónea para hacerle una cena a Elena, aunque las cosas entre ambas estuvieron muy tranquilas durante lo poco que se pudieron ver día a día. Todos los empleados y cercanos a Lena estaban secretamente citados a las 9 pm, nadie faltaría pero ¿Resultaría? Muchos temían que no funcionara porque la “Dama del Universo” tenía un carácter especial y si hoy no andaba de humor difícilmente aceptaría salir.

Para eso estaba Yulia, para llevarla con cualquier tipo de excusa con tal que no se negara. “Si no resulta, Katya nos matará” murmuró a Fyodor por teléfono, una persona con la cual las cosas se daban muy tranquilas.

Durante la tarde cuando se dio cuenta que ya era tiempo, entró a la ducha para darse un baño de agua bien caliente que la reconfortara por todas partes, aplicando sus aceites corporales y perfume que tanto le había gustado acá en Francia. Escogió un vestido que compró durante la semana, que revelaba gran parte de su espalda, justo allí colgaban unas cadenillas llenas de perlas metálicas luciendo más atractiva la piel. No exageró en un peinado, quería verse relajada pero con sentido de la moda al mismo tiempo.

-Masha, iré a S&I, mientras tú puedes arreglarte y coordinar todo en el restaurante hasta que llegue con Elena ¿De acuerdo?

-Esa belleza… -suspiró Masha dramáticamente, sabía que ella y Yulia fueron novias, parte del accidente de hace 10 años, sabía que era una mujer casada pero no era ciega - Está bien, confía en mí…

Entusiasmada subió a un taxi privado que la fue a buscar al hotel, todo parecía que iba bien, solo le pedía a los padres de Katina que las cosas no se arruinaran y ella aceptara esa muestra de cariño que todo el mundo, incluídas algunas celebridades querían darle. En la cena gastaron una buena cantidad de dinero, no sería una cosa pequeña porque “La Dama del Universo” ya era una figura en la sociedad, todo debía estar a su nivel. Durante el camino pensó en los diversos motivos por los que tenía que hacerla caer ¿Una cena por su esfuerzo? ¿Una comida de “amigas? Hubiera deseado que el taxi se tardara más porque estaba justo buscando la excusa perfecta cuando llegó a la empresa.

No era consciente que más de algún francés se volteaba a verla, sus piernas, la tez de su piel, esos rasgos exquisitos y la espalda que revelaba no era indiferente para cualquier hombre con sus hormonas bien puestas.

Toda actitud positiva se fue al drenaje cuando cruzó las puertas principales de S&I, los rostros de los pocos empleados que quedaban a esta hora estaban fatales.

-Mierda –masculló Yulia, luego trató de poner una sonrisa en su cara cuando se acercó a la recepcionista - Srta Durand ¿Qué es lo que pasa?

-La jefa anda un poco… bueno, con un humor difícil, creo que se relaciona con el vestido, no ha salido de su oficina en toda la tarde excepto cuando fue en busca de alguien para que le comprara algo de comer… a más de la mitad les ha gritado, nos preocupa.

-Veré que puedo hacer –de inmediato fue al elevador bajo la mirada atenta de los empleados.

¿Qué había pasado para que estuviera así? No creía tener el poder absoluto sobre Elena ni la capacidad de aminorar su ira, porque de una cosa estaba segura y eso era que le gritaría. Ni siquiera tocó la puerta de su oficina, solo llegó y entró con la mejor de las sonrisas para ver si eso ayudaba en algo… Lamentablemente alguien había sido más rápida que ella.

Dos rostros se voltearon, uno sorprendido era el de Elena que la miraba de pies a cabeza sin entender el motivo exacto por el que llevara un vestido revelador, la otra persona sonreía como si hubiera logrado una gran hazaña o algo por el estilo. Im Nana mordió sus labios inclinándose hacia atrás intencionalmente para que Yulia Volkova viera el pequeño pastel sobre el escritorio.

-¡Yulia! Que gusto es poder verte de nuevo –Nana se paró y sin esperar a que la pelinegra reaccionara, le dio un beso rápido en cada mejilla.

-Pensé que acordamos que hoy no vendrías a la empresa –Elena no sonaba molesta, de hecho estaba más que sorprendida y su tono era suave - No entiendo… - Yulia dibujó una sonrisa en su cara como lo hacía en las situaciones desagradables.

-Buenas noches Elena… buenas noches Nana, yo…. Yo pasaba por aquí a buscar unas cosas y –le distraía el pastel en la mesa y la mordida que tenía. Elena no tenía rastros de crema aunque por la servilleta que había en un pequeño papelero en el suelo y, por que Nana seguía manteniendo el brillo en sus labios, era evidente que Katina fue quién mordió eso - Y… bueno, supe que estabas mal.

-Esos empleados –masculló Elena - “Merde”.

-Estaba así, pero llegué yo a levantar el ánimo a mi amiga, está tan ocupada haciendo el vestido que tú usarás que obviamente va a cansarse… además ¿Por qué no venir a cantarle el cumpleaños?

Elena sonrió inevitablemente, el gesto de Nana había iluminado un poco su día de mierda. Día y noche trabajaba para hacer el mismo el vestido, solo le quedaban dos semanas para terminarlo y obviamente no dejaba pasar por alto ningún detalle para que quedase perfecto. Estaba cansada, su corazón se sentía resentido porque nadie la había llamado ni la saludó por su cumpleaños, no era que le gustara que lo hicieran, solo que creyó que lo harían ¿Acaso nadie se acordó? ¡Ni siquiera Fyodor!

-Qué lindo el gesto de tu parte Nana –murmuró Yulia sin mucha emoción, se sentía triste porque esto sucediera ¡Todo el plan se estaba desmoronando! Y su orgullo, su orgullo estaba herido - Pero me gustaría hablar a solas con Elena, si no te molesta.

-No, pues claro que no –caminó hacia Elena y se acercó para susurrarle al oído- Te espero en la noche, ya sabes dónde –perfectamente podría haber usado francés para que solo ambas lo entendieran, pero el uso del ruso estando Yulia... Sin previo aviso sostuvo la barbilla de Elena y acercó su rostro para besarla sobre los labios de forma lenta y sensual. Para Volkova fue asqueroso presenciar aquello y cómo aun estando estupefacta, Katina cerró los ojos y respondió aquello- Adiós Yulia – Nana se despidió de ella con la mano hasta que desapareció tras la puerta.

El silencio de la oficina fue evidente, pero el ruido dentro del alma de Volkova era ensordecedor. Un agujero se estaba comiendo su corazón y se odiaba porque el dolor en su pecho apareciera justo cuando vio que Elena respondía ese gesto, ese repugnante beso entre ambas.

-Llama de inmediato a tu chofer, a las 9 debe llevarte a este lugar –le dejó indicada la dirección en una tarjetita- Fyodor te está esperando y es algo muy urgente.

-Pero… -tenía los ojos entrecerrados, los de Yulia brillaban con algo más que dolor y se había dado cuenta.

-Santa mierda ¡Solo hazlo! –Yulia apretaba sus puños, si tan solo pudiera saltarle encima, Elena y Nana, Dios, no podía tenerle tanto rechazo a alguien que apenas había visto - Por favor previo a que vayas a follar con esa mujer– indicó la puerta tras ella antes de voltearse y caminar a la salida.

-¿Me puedes decir que te pasa? –Elena alzó la voz pero solo se quedó con el portazo de Yulia, el eco de este, un pastel a medio comer y una tarjeta en mano- ¡¿Pero qué mierda?! –gritó exasperada. No entendía que estaba pasando con Yulia Volkova ¿Por qué ese cambio repentino de actitud?

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Por qué crees, Elena??? Está celosisima, boluda!!!!! 🤣🤣


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Mensaje por Fati20 2/19/2022, 7:55 pm

Si lena se la va a dar de tonta q no sabe a pasa claro q esta celosa y q vaya a la mierda de sorpresa esa sola 🤣🤣🤣🤣🤣🤣esa julia es un caso serio. Ya quiero leer lo q sigue y como terminará ese cumpleaños. Feliz noche querida 😘😘😘
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Mensaje por Elena Sonda 2/20/2022, 12:39 am

Jajaja buenísimo y yo que pensé que la celostina era Lena 😅😅.... Yo digo que irá a su cita, pero Yulia no estará y terminando ira x ella..... yyyy...no sabemos que puede pasar 😁

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/20/2022, 11:29 am

Guerra de Celos
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Tal y como Yulia le había dicho, llamó a su chofer para que la llevara a la dirección anotada en la pequeña tarjeta que le entregó. Estaba apoyando el rostro en el vidrio sin poner atención a las cosas que adelantaban. Los hoteles, las edificaciones, las luces del alumbrado público que intermitentemente iluminaban su piel al pasarlas, nada le llamaba la atención porque su mente estaba conectada en otra cosa. No podía entender la actitud de Yulia Volkova, jamás en su estancia acá en Francia le había dicho alguna grosería cuando algo le molestó, quizás elevó un poco la voz pero nada comparado con un “Santa mierda ¡Solo hazlo!”. ¿Tendría que ver con la presencia de Nana en su oficina? Por supuesto que iba a averiguar que pasaba entre ellas porque era imposible que la pelinegra tuviera rechazo con haberla visto solo una vez antes.

El chofer sonrió de medio lado cuando llegaron, puesto que también sabía la sorpresa que a su jefa le esperaba. Le abrió la puerta a Elena y dejó que bajara hasta quedar con un rostro estupefacto ¿Por qué estaban en la puerta de un restaurante con las luces apagadas? 

“Toque la puerta de vidrio” mencionó el chofer antes de hacerse a un lado. Katina iba a tocar pero de pronto las puertas se abrieron automáticamente y unos cuantos estallidos de confeti le saltaron en la cara.

-¿Qué? –murmuró Elena apartando confundida los papelitos que caían sobre sí. “¡SORPRESA!” escuchó y fue allí que abrió los ojos completamente. No supo cómo estaba dentro del restaurante rodeada de muchas personas - Oh… -seguía confundida pero el calor de la emoción en su pecho no se la quitaba nadie - Oh… yo...

-¡Felices 28 años, Dama del Universo! –dijo Fyodor Rakinovich de forma burlesca aunque el cariño infundido en un abrazo era muy real - Felicidades amiga – murmuró antes de soltarla, pocas personas podían contar haber tenido un contacto tan cercano con ella.
 
Así la gran parte de los presentes empezó a acercarse para saludarla, allí estaban sus empleados con una sonrisa y solo por eso ya se sintió culpable, ella que anduvo con un humor de mierda todo el día la había cargado con ellos.

El decorado del restaurante era precioso, sabía que “Le joyau français” era famoso por su sofisticación pero ahora en este momento se habían lucido. Todos se reunieron en un gran y enorme círculo en lo que se suponía era un espacio dispuesto para un baile o algo por el estilo. Eran más de 70 personas y muchas, bastantes en verdad, se quedaron fuera de recibir una invitación porque solo serían “las cercanas”. Alzaron sus copas con champagne u otro bebestible como vino blanco para hacer un brindis en honor a la cumpleañera. Por supuesto el primer en tener el honor había sido su mejor amigo.

-Quiero hacer un brindis, obvio, por la persona que está hoy en su día, por una amiga que llegó de forma inusual a mi vida y con quién aprendí el verdadero significado de amistad… - Fyodor alzó la copa hacia Elena - Lena, es un honor trabajar contigo a pesar de tu peculiar humor – todos rieron menos ella que se había sonrojado, era cierto - Todos lucharemos por hacer de S&I el sueño que tu padre quería… salud.

-¡Salud! – dijeron todos al unísono.
 
Elena bebió de su champagne y en ese segundo hizo un completo escaneo del ambiente, estaban los que podría asegurar que estarían en una fiesta pero el estómago se le contrajo cuando no vio a Yulia. No debía sentirse así pero lamentablemente estaba decepcionada, la pelinegra le dijo que viniera a este lugar pero ¿Dónde estaba? ¿Quién había organizado esto? Quería a su lado a Nastya y Oksana pero ninguna de ellas podía estar acá por hoy, tenían una vida de adultos muy ocupada.

-Quiero agradecerles a todos que hayan venido, yo… santo cielo, yo creí que nadie se había acordado y esto me emociona, de verdad gracias por su presencia – Elena agachó la cabeza antes que un anfitrión les dijera que podían acercarse a sus mesas porque la cena estaba por comenzar.

Fyodor puso una mano en su hombro mientras la dirigía a la mesa que les correspondía, ubicada en un lugar especial destacaba aún más su protagonismo este día. Miró a su alrededor una vez más, las mujeres andaban con vestidos semi formales, los hombres en su mayoría con camisa y zapatos bien lustrados, nadie perdía la elegancia.

Junto a ella se sentaron las personas con quienes más tenía cercanía en la empresa pero le sorprendió ver allí a Masha, la amiga de Volkova. No tuvo tiempo de saludarla porque un cosquilleo la recorrió de pies a cabeza y la hizo respirar con dificultad. Volteó tan solo un poco para fijar su mirada en la entrada del restaurante y allí la vio, vestida igual que antes.
Volkova caminaba saludando a algunas personas que se topaba en el camino. Estaba sonriendo y lucía muy fresca pero cuando la vio todas sus expresiones cambiaron, no parecía molesta o contenta, simplemente su boca estaba en una línea recta. Yulia se acercó a la mesa y para su sorpresa llegó a Elena primero.

-Feliz cumpleaños, Elena Katina –depositó un beso en su mejilla, en un gesto que para el resto podía ser súper simple pero que la pelirroja percibió tan grande. Su mejilla ardía y…. ¿Qué sucedía aquí? ¿No se suponía que estaba molesta? La pelinegra le leyó los ojos y comprendió sus dudas pero no le daría las respuestas - Olvida como te hablé en la oficina, simplemente tuve un mal día como tú –Elens enarcó una ceja al escucharla, alguien de sus empleados de seguro le comentó lo mal humorada que se encontraba - Bueno ¿Vamos a sentarnos? – Katina la detuvo conteniéndola por la muñeca.

-¿Te invitaron o viniste por iniciativa propia? –sus rostros estaban tan cerca que podía sentir el calor que irradiaba Yulia con su piel.

 -Vine por cuenta propia ¿Sí? Solo disfruta lo que tengas que disfrutar con los demás – murmuró con vergüenza, sus ojos iban a cualquier parte menos a los ojos de Elena, iba a sentarse pero las manos de Katina la seguían reteniendo- No Lena, nadie me tuvo que recordar que día era hoy… 

Como si nada se sentó junto a los demás y bebió el champagne con el que no pudo brindar por llegar atrasada. ¿Pero por qué estaba aquí? Después de haber dado el gran portazo en la oficina de Katina, pidió a un taxi que la fuera a dejar al hotel donde se estaba quedando, no tenía pretendido ir porque sabía que si le veía la cara recordaría cómo besaba a Nana. Sí, admitía que su orgullo estaba herido y no estaba contenta por eso debido a los múltiples significados que traía el sentimiento. Pero luego de reflexionar de su actitud se dio cuenta que no podía ser infantil y darle en el gusto a Nana arruinando el cumpleaños que le preparó a Lena. Además ¿Ella tenía que darle explicaciones de lo que hacía con su vida? Yulia no le diría con quién se acostaba, aunque eso no significaba que no siguiera molesta con lo sucedido. 

Durante la comida trató de relajarse, fue imposible cuando se sintió demasiado observada por Elena. No iba a pensar cosas negativas que no la condujeran a algo bueno pero también era inevitable pensar que quizás ella no la quería en este lugar o prefería a Nana antes que ella. Bien, al menos vendría a comer y a hacer justicia del dinero que había aportado para que esto saliera tan encantador, a vigilar que todo se mantuviera en orden porque tenía una promesa que le había hecho a Katya. 

-¿Qué se siente trabajar con Elena como la primera modelo personal? –preguntó uno de los socios de la empresa, un francés que no le había quitado los ojos de encima ni un solo segundo a su cuerpo.

-Interesante, es un placer ver su trabajo de cerca, el proceso completo de hacer un vestido, sumergirme en su mundo, aprender de ella… sin dudas es un agrado.

-Filtraron la fotografía de la audición, con ese vestido azul y ese gesto, creo que ningún hombre puede decir que no le pasaron cosas con tu imagen, realmente eres buena ¿Eh? –le entregó una tarjetita que dejó cerca de su plato, además de bajar el tono de su voz - Cuando termines con Katina puedes trabajar conmigo, soy jefe de una agencia de modelos y feliz serías la cara principal de mi agencia.

-No puede –Elena alzó su voz sobre las conversaciones da la mesa. Los nudillos de su mano estaban blancos con la fuerza que ejercía - Es una periodista y no una modelo, su trabajo conmigo es una excepción ¿No es cierto Yulia? –quizás ella era la única que se dio cuenta de cómo forzaba la voz.

-Lo que yo haga después de mi contrato no es de su incumbencia señorita Katina –se paró guardando la tarjeta en su cartera. No sabía que estaba haciendo y por qué actuaba de esta forma, solo que se sentía tan bien hacerle entender que no era de su pertenencia - Por supuesto que soy una periodista y muy destacada señor Gautier, pero tendré en cuenta su oferta.

El francés se paró para susurrarle algo al oído a Yulia, corrió un suave mechón de su cabello y la sujetó de la cintura para que no perdiera el equilibrio. Los ojos de Elena se abrieron de par en par sin dar crédito a lo que veía ¡Pero qué mierda! ¿Por qué lo hacía frente a ella? Sabía que después de terminar el contrato de 3 semanas con ella, Yulia volvería a Rusia para trabajar en FOX, aunque las posibilidades de aceptar un trabajo extra como modelo después de aparecer en la portada de VOGUE, eran grandes.

Cuando su socio la soltó, de inmediato Elena se paró para tomarla del antebrazo y llevarla a una terraza del restaurante que se encontraba alejada de la vista de todos. 

Las personas miraban de costado cuando la cumpleañera y su modelo daban pasos agigantados por el local, todos se preguntaban a donde irían, qué harían.

Cuando salieron a la terraza, el frío de la noche azotó el cuerpo de Yulia, no llevaba consigo un abrigo así que debía asumir que tiritar sería la única opción de recuperar calor. Sus dientes castañeaban uno contra otro pero por supuesto a su jefa no le interesaba en lo más mínimo.

-¿Sabes que me molesta, Yulia? Que pareciera que poco te importa el trabajo que has asumido conmigo, no tienes idea lo mal que se ve cuando dejas que otro hombre te aferre tan cerca suyo…

-¡¿Perdón?!

-Oh sí ¿Cómo es eso de que piensas en aceptar la oferta de Gautier? ¿Y lo dices frente de mí? Hay cosas que me molestan y una de esas es que pienses en otro trabajo cuando ni siquiera terminas el mío, que todos los demás te vean de brazos en brazos con un hombre, primero el mozo de tu cena de bienvenida, luego Gautier y ahora ¿Quién? Creerán que en vez de haber conseguido a una modelo tengo a una put…. –Elena no pudo terminar de hablar. El choque de la palma de la mano de Yulia sobre su mejilla sonó tan fuerte que se sintió aturdida por unos segundos. El calor empezó a acumularse sobre su piel y no ponía en duda que tendría la mano marcada en ella o algo parecido a una inflamación. Cuando abrió los ojos vio a la pelinegra observarla con las cejas fruncidas y la mandíbula tensa, ninguna sola lágrima, solo era una mujer que se contenía para no darle otra bofetada. Por Dios que se la merecía porque antes de haber dicho la palabra “puta” sabía que estaba mal, lamentablemente su lengua fue más rápida y dijo algo que realmente no quiso decir - Yo… - la vergüenza era tan fuerte que las palabras no salían de su boca con facilidad - Perdóname ….por favor.

-¿Sabes qué cosa? Esta mujer a quién llamas puta no pensaba aceptar la oferta del francés, solo estaba siendo educada con él, esta puta fue la que te organizó la fiesta de cumpleaños, esta puta está orgullosa de llevar el trabajo que haces pero siente asco de la diseñadora que lo realiza –Yulia se acercó lo más que pudo antes de enterrar su dedo en su pecho- Que no te sorprenda Elena Katina, no me protejas de lo que dirán los demás, no eres la única que tiene una vida sexual muy activa en este lugar y… si yo quiero aceptar la invitación que me acaba de hacer Gautier para meterme en su cama, lo haré –contuvo su respiración- Así como tú te irás a follar a Nana después de esta comida ¿Crees que no puedo tener mi propia fiesta?

Yulia le dio una última mirada de pies a cabeza antes de volver al salón. Esa infeliz por supuesto que pensaría dos veces antes de volver a faltarle el respeto ¿Ahora quién sería la que tenía que pedir perdón? Su orgullo estaba hecho pedazos y aunque había venido a vigilar la cena para que todo se mantuviera en orden, era una mujer consecuente y fiel a sí misma, se largaría de este lugar con la idea firme que las clases de modelaje las tendría fuera de S&I y que los siguientes contactos con Katina serían los mínimos. ¿Quería ganar en esta guerra? Si Elena se comportaba como una perra con ella, Yulia sería el doble de perra con Katina.

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Les dejó un capítulo cortito porque creanme que el próximo será mil veces mejor 😝😝

Hoy está de cumpleaños nuestra hermosa Yulia Volkova 🎉🎉🥳🥳 todos mis mejores deseos para ella. Abrazos para nuestra hermosa pelinegra!!!
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Mensaje por Elena Sonda 2/20/2022, 12:41 pm

Jajjajajja mala.... Solo nos haces sufrir 😟... Esperaremos x el siguiente 😬

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Mensaje por Ely 2/20/2022, 1:24 pm

Que intenso me encanto gracias esperando el próximo capituló 😘

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Mensaje por Fati20 2/20/2022, 2:08 pm

Hay q emoción nos dejas con demasiadas ganas del próximo 😱😱. Muy bien julia por defenderse lenita no puede estarse pasando tampoco. Saludos querida y q día más especial para tener tan buenos capítulos siendo el cumple de la preciosa julia volkova
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