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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

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RAINBOW.XANDER
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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA - Página 3 Empty Re: MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/29/2022, 4:12 pm

Pánico
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Sonrió. Esa sensación de la greda fundida contra su piel era muy agradable. Podía escuchar las quejas lejanas de sus compañeros pero ella estaba demasiado concentrada moldeando una figura como para prestarles atención. Después del paseo en caballo muchos se cambiaron de ropa, luego pasaron al enorme restaurante donde todos comieron sin importar el año donde cursaban. Elena contó la tragedia de haber montado caballo con Sveta, sus amigos empezaron a reírse porque la mala suerte parecía haberse prendido de ella. Después de la comida los de tercer año emprendieron la cabalgata cuando los de último año estaban aprendiendo como hacer figuras de greda.

“Pero qué asco, esto es trabajo de obreros”, era un pensamiento colectivo. Los maestros trataban de enseñarles aunque muchos no quisieran o hicieran figuras deformes. 

Yulia levantó la vista hacia un lado, 5 puestos más lejos que ella estaba “Cenicienta” concentrada en lo que hacía. Podía tener una mano enyesada pero con la izquierda se manejaba mucho mejor que todos los demás.
Por un segundo pasó por su cabeza la película Ghost cuando los protagonistas hacen figuras de arcilla con sus manos en algo que parece sensual y romántico. Las comisuras labiales empezaron a humedecerse, unos mechones de cabello a Lena le caía en su frente, si tan solo se lo sacara, si pudiese secarle el sudor. ¡Pero qué diablos! Carraspeó, iba a concentrarse en lo suyo pero muchos de sus compañeros también miraron a Katina. Era prácticamente la única que no hacía un jarrón o una taza sin forma, ella trataba de moldear una estatuilla de una mujer desnuda como las figuras griegas. 

-¡Eso es jovencita! ¿Cuál es tu nombre?

-“Elena Katina” –moduló, hizo un gesto con la mano para explicar que no podía hablar. La figura femenina apenas se notaba porque hace poco había comenzado a hacerla. Sveta iba a decir un mal comentario como siempre pero estaba absorta en la mano de la pelirroja. Recordó como la usó para apoyarse en ella, el calor que emanó y la presión que ejerció.

Sintió una parte de su cuerpo encenderse. No, debía desechar esas ideas candentes, ella era una mujer de clase baja, una imbécil… ¡ERA MUJER!

-Me gusta esto, tienes talento para los detalles ¿Quién te enseñó el arte?

-“Mi padre” –moduló con una sonrisa pequeña, si tan solo supiera el secreto que ambos compartieron.

………...........................................
 
El día siguiente era jueves, el último con actividades porque mañana viernes sería libre para que recorriesen el parque como quisieran. Lena empezó a abrir los ojos poco a poco. El sueño que tenía no era agradable así que mientras antes despertara más pronto desaparecería. Frente suyo tenía a Oksana que formaba con sus labios una sonrisa casi perversa. Sus ojos verdes se dirigieron a la mano de ella y se dio cuenta porqué estaba así ¡Tenía una botella para tirarle agua en la cara! Dormir con ella en la carpa había sido entretenido porque después de las fogatas siempre se quedaban una hora conversando (ella modulando) sobre la vida, misterios, el futuro y el espacio.
Los demás “fenómenos” escucharon las risas que venían de esa carpa, salieron de las suyas y empezaron a reírse desde afuera mientras hacían comentarios sucios.

-¡Esa es mi Elena! ¡Dale fuerte sin que la novia de Oksana se entere! – gritó T.O.P, algunos curiosos asomaron sus cabezas para mirar la escena, incluso un somnoliento Pavell y Yulia. La morena abrió enormemente sus ojos, la carpa se movía y se escuchaban risas, no quería crear una escena en su cabeza pero esta llegó. ¿Oksana realmente estaba interesada de esa manera en Katina? Podía ver que estaba bajo el cuerpo de Elena aprisionada entre el saco y esta, jadeando y muriendo por capturar sus labios, quizás desnudas, tal vez solo a media ropa.

-Mi amor ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás roja? –Acarició con la punta de su dedo la mejilla de ella.

-Nada, me iré a bañar –dijo molesta, cogiendo sus pertenencias y caminando hacia las instalaciones de lujo para olvidarse de lo que su propia mente había creado. Smirnov no perdió el tiempo y la siguió, porque quizás si nadie los vería podía hacerle el amor ahora que varios seguían durmiendo.

Pero Volkova llevada por celos que no quería reconocer, imaginó cosas que no eran. En realidad Elena y Oksana habían tenido una guerra de agua y cosquillas pero nada con connotación sexual sino en el ambiente de pura amistad. Para Katina, Oksana era lo más semejante a una hermana, como lo era Nastya (su mejor amiga). Después del almuerzo, 4 enormes buses llegaron para transportar a los alumnos a lo que sería un día de aventuras y deportes. Durante el camino se tomaron fotografías, si pudiese “Cenicienta” describir lo que sentía ahora era felicidad, porque a pesar de que la mayoría de las personas en este lugar no la tomasen en cuenta o la detestaran, tenía amigos. Mientras el bus no llegaba aprovecharon de coger un lápiz y dejarle recuerdos en el yeso, todo parecía bien hasta que un monitor les contó de qué trataba lo que harían.

-Bungee Jumping, Rafting y canopy, tendrán esas tres opciones para disfrutar hoy en el parque de deportes montado aquí, como siempre chicos les pedimos que tengan cuidado y acaten las instrucciones que les darán los jefes de seguridad e instructores –agachó un poco la cabeza para ver por la ventana- llegamos…

T.O.P que estaba sentado al lado de Elena, se dio cuenta que su estado de ánimo cambió de golpe, incluso su color de piel. Aunque le preguntó para saber que pasaba no dijo nada. Los “fenómenos” dijeron en una votación unánime que primero se irían a Bungee Jumping así que se encaminaron hacia ese lugar. Poco a poco la altura de los caminos fueron aumentando, escucharon gritos eufóricos de compañeros que ya se habían atrevido a lanzarse. Cuando fueron llegando se dieron cuenta que el grupo de Pavell, Yulia, Sveta y los demás también hacían la fila para ponerse el arnés de seguridad.
Nerviosa, Elena miró hacia el frente, si se negaba iba a quedar en ridículo pero si seguía con esto podía colapsar. La cosa avanzaba un poco lento haciendo la tortura más larga ¿Es que acaso era la única que tenía miedo? Todos reían ansiosos, pero nadie podía sentir lo que ella tenía dentro.
Sveta se dio vuelta y le pegó un codazo a una amiga para que vieran el aspecto de “Cenicienta”.

-Hey tú ¿Tienes miedo de tirarte en bungee? Aléjense chicos –alzó la voz- Puede hacerse en sus pantalones –carcajadas aparecieron entre los cercanos. Oksana mostró el dedo del medio y trató de hablarle a su amiga para que no prestara atención- Eres una gallina.

-Yo voy a lanzarme, de hecho, te reto Elena Katina –dijo Pavell. Todos se quedaron callados y voltearon a ver qué estaba pasando - Te reto a lanzarte al mismo tiempo que yo, si es así impediré que los demás sigan molestándote –con la vista fija se puso frente a la pelirroja y susurró para que nadie más lo escuchara - Créeme cuando te digo esto porque con mi novia somos los que mandamos Heidelberg - Yulia los estaba viendo, Elena lo sabía y la lucha de su orgullo pareció aumentar.

-“Acepto” – terminó por modular la pecosa.

Si antes estaba blanca, ahora mucho peor. La fila entera retrocedió para que ambos pudiesen acercarse a dejar que les colocaran toda la seguridad necesaria. Katina no sabía porque estaba haciendo esto, quizás en el fondo deseaba que la dejasen de molestar, quizás quería decirle a Pavell y Svetlana que no tenía miedo cuando en realidad sí lo sentía o tal vez, tal vez era el hecho que estaba Yulia allí observando todo. 
Jadeó sin que nadie se diera cuenta cuando afirmaron el arnés. Sus ojos viajaron desde la plataforma hasta el suelo, sabía que abajo del río había rocas pero eso no le preocupaba, su miedo se basaba en otra cosa mucho más fuerte. Pavell estaba disfrutando este momento, quizás su personalidad no se hubiera vuelto tan oscura si no fuera por las conversaciones con Sveta y los demás que realmente la odiaban.

-Espera… ¿Tienes miedo? –dijo uno de los amigos de Smirnov.

-Dejen de molestarla, en serio creo que ya es suficiente –murmuró Yulia con el ceño fruncido.

Los “Fenómenos” miraron a Lena. Gotas de sudor caían de su cuello, tenía los dientes apretados pero quería seguir adelante. Debía romper sus miedos, los fantasmas que la seguían persiguiendo. 
Pavell apretó los puños. Que su novia defendiera a alguien tan bajo como Elena era intolerable pero no iba a decir algo, él supuestamente no era celoso, no podía comportarse así, no debería de estar celoso por una mujer.

Ya estaban listos, los instructores se los dijeron y alguien cerca lo escuchó. Sveta le hizo un guiño a Henry, le pegó un codazo y le dio a entender que podía “proceder”.

-A la cuenta de tres, Elena…. -Pavell no tenía miedo, con su hermano practicaban deportes extremos en los lugares más recónditos del mundo - Este es el mundo de los ricos, Katina, acá no tenemos miedo… –cruzó los brazos sobre su pecho - Uno, dos…

-¡Salta ya muda! – Henry la empujó.

Todo parecía en cámara lenta, o al menos Yulia y Elena lo veían así. Los pies de “Cenicienta” se resbalaron de la superficie, el desequilibrio y falta de apoyo, el pánico y adrenalina al extremo le hizo acordarse del accidente. Quería agarrarse de algo pero ya estaba cayendo de espaldas hacia el río, solo afirmada por una cuerda y arnés. Todos abrieron la boca sorprendidos, la caída al vacío fue interrumpida por un desgarrador grito que no era de emoción sino de horror. En la caída Katina se sintió transportada al accidente cuando el vehículo dio vueltas contra el asfalto una, otra y otra vez. Los “Fenómeno” no estaban mirando por el puente, no, solo lo hacía Oksana mientras los demás estaban en una pelea física y verbal contra los amigos de Yulia. ¡Eran unos enfermos! Pavell estaba parado aun arriba en el puente, parecía asustado pero no de los metros que lo separaban del suelo sino de lo que uno de sus amigos acababa de hacer.
Cuando la cuerda dio su máxima extensión, el cuerpo de Elena se sacudió y ahí su seguridad desapareció.

Flash Back

El auto que abordaban empezó a rodar por la avenida pasando a llevar otras cosas. En el momento preciso de haber sido impactados sintió su cabeza estrellarse con algo, no sabía si era metal o parte de la cabina pero sabía que aquel golpe era algo pequeño comparado con todo el infierno que sucedía en realidad. Todo comenzó a oscurecerse, un profundo líquido sabor metálico inundaba su boca y cuando quiso gritar por su padre aún cuando el auto seguía moviéndose, cayó en un estado de inconsciencia profunda. No tenía como enterarse que era la única persona viva en el auto, su padre había muerto instantáneamente.
 
Fin Flash Back

-¡Súbanla ya! ¡Súbanla! – Yulia miró con desesperación a los instructores.

-Yulia… - Pavell decía con la voz quebrada.

-¡Tú cállate! –Miró a los demás, todos se dieron vuelta a mirarla- Son unos enfermos, en serio que lo son… tú, Henry, tú –enterró un dedo en su pecho- ¡¿Cómo te atreviste a empujarla cuando aún no estaba lista?! ¿Y si le daba un paro cardíaco?

-Fue solo una broma… - se justificó el chico.

-¡¿Una broma?! – Yulia lo empujó, si antes estaba preocupada de lo que dirían los demás, ahora no - No te haces ni la más mínima idea del porqué este tipo de deportes a Elena le hace daño ¿Si quiera te has preguntado por qué es muda? ¡¿Sabes acerca de lo que significa la palabra trauma?!

Nadie se atrevía a hablar, excepto cuando terminaron de subir a Katina de vuelta al puente. Estaba tiesa, su grito había salido del alma pero ahora ni siquiera era capaz de gruñir, había tenido una especie de retroceso en cualquier avance con respecto a su habla. Una ambulancia llegó hasta el lugar, ella apenas podía respirar o caminar, a nadie miraba a los ojos, cuando sus amigos se le acercaron para abrazarla Elena retrocedió, solo enfocó la vista en Yulia que tenía los ojos húmedos. Por un instante, por unos segundos ella pareció leerle la mente. “Por favor Yulia, por favor ayúdame” gritó en silencio antes de desplomarse en la camilla en un desmayo que no duraría mucho tiempo pero que definitivamente marcaría un antes y un después en “la heredera y la cenicienta”.

..............................
 
“Llamaré de inmediato a Heidelberg, si ella no desea volver a casa entonces al menos las últimas dos noches será la única que tendrá permiso para quedarse en el hotel del parque con todos los gastos pagados, lo que le pasó me parece inconcebible y si vuelve a suceder tomaré acciones legales”.

Cuando Pavell se dio cuenta que Yulia se alejaría de los deportes extremos, quiso sacarse el arnés y evitar lanzarse en el bungee jumping pero la pelinegra le dijo con un tono irritado que la dejase en paz, no quería verlo en toda la tarde aunque en la noche tendrían que conversar a solas. Todos los que lo rodeaban se miraron unos con otros, jamás habían visto a la pareja modelo discutir. Por supuesto que los “fenómenos” no sintieron deseos de continuar acá pero no había nada que los transportase de vuelta al campamento hasta que terminase el día, así que, de mala gana caminaron juntos al bosque donde estaban haciendo Canopy, todo con tal de no estar cerca de los amigos imbéciles de Smirnov y Volkova.

Ser Volkov tenía sus beneficios y es que por unos buenos billetes pudo pedirle a un turista que la llevase al hotel. El teléfono en su bolsillo no paraba de sonar, tampoco iba a dignarse a contestar porque le había dejado en claro a su novio que no hablarían hasta la noche, menos iba a decirle a donde estaba ahora ni a donde se dirigía aunque había llegado secretamente a la conclusión que no le importaba que pensaran los demás ¿Pavell creería que andaba rondando por todo el complejo de actividades tratando de alejarse de él? No, ahora iba en busca de Elena lo que sonaba peor.

Mientras, en la ambulancia trataron de despertar la chica acercando algodón con alcohol a su nariz. Seguía pálida, sus ojos empezaron a reaccionar moviéndose de un lado a otro hasta abrirse completamente. De la ambulancia la sacaron con cuidado hasta que se cercioraron que estaba bien, no llegaron al campamento sino al hotel lo que la sorprendió un poco porque supuestamente se les tenía prohibido alojarse aquí. 

-¿Señorita Katina? –Se le acercó un hombre vestido de negro- Puede acompañarme- poco convencida lo hizo, se sentía tan extraña por lo que había ocurrido y quizás avergonzada. 

El Ahwahnee Hotel era conocido por su fachada, cubierto por muros de piedra y madera exquisitamente diseñados que combinaban con la naturaleza que lo rodeaba especialmente con las cataratas. Elena comprobó sus lujos apenas entrando ¿Por qué? ¿Estaba segura aquí o se metería en problemas?
 
-Sé que no puede hablar señorita Katina pero para que salga de cualquier duda le informo, la escuela de Heidelberg ha autorizado que se hospede aquí las 2 noches que quedan, sus pertenencias ya están acá.

-“¿Cómo, tan rápido?” –Moduló confundida.

-Su habitación está por aquí, segundo piso… sígame –no se oponía, por supuesto que no lo hacía pero no entendía como tenían todas sus cosas acá. 

Solo le entregó la llave, dejó su maleta y saco de dormir fuera de la puerta y salió de allí en silencio, había cumplido órdenes. Elena se volteó para llamarlo pero no podía hablar ¿Qué pasaría con sus amigos? Quizás podrían ir a verla mañana porque eso no estaba prohibido, solo el hospedarse. Metió la llave, arrastró sus cosas adentro pero cuando se volteó su boca formó una dura línea. Yulia estaba sentada sobre un sofá individual a un costado y muy cerca de la ventana, tenía las piernas cruzadas, parecía muy preocupada y lo hizo más evidente cuando habló.

-Sería muy tonto de mi parte si te preguntara si estás bien, prefiero preguntar ¿Cómo te sientes? – dijo la morena apenas y la vio.

-“Quiero estar sola” –moduló la pelirroja. Pasó por su lado, caminó hasta la ventana y se quedó observando las cataratas que estaban cercanas. Sintió su cuerpo temblar cuando escuchó la voz de la pelinegra tras ella y cerca de su oído.

-¿Lindo no? Cuenta la leyenda que esa catarata son las lágrimas de una mujer que pidió a su hombre allí en la cima de esa montaña donde cae el agua… si cierras los ojos por las noches puedes escuchar sus lamentos –la pelirroja se volteó para mirarla fijamente, eran casi de la misma estatura. No cruzaban expresiones en su rostro, no modulaba tampoco algo referente a su relato, su actitud estaba poniendo nerviosa a la morena - Está bien, no es una leyenda, yo acabo de inventarla… -caminó de vuelta al sofá, Lena la siguió pero se sentó al borde de la cama para estar a una distancia corta - No sé si esto cuenta pero por favor, toma las disculpas que haré a nombre de los imbéciles de mis amigos, ellos no tienen idea de lo que te pasa, no puedo creer que hayan actuado así…- Lena inclinó la cabeza a un lado, se permitió unos segundos para mirar a la ojiazul.

 -“No voy a aceptarlos” –suspiró derrotada- “Ellos no quisieran pedir perdón así que tampoco es válido”.

-Me miraste antes de desmayarte, sé que quieres ayuda y estoy aquí ¿No querías verme cambiar?

Agotada tragó saliva, cerró los ojos y dejó su espalda caer hacia atrás sobre la cama. Sentía la caída del bungee jumping tan fuerte como si lo hubiese hecho hace segundos, el tirón de la cuerda, la sensación de estar desprotegida y que una muerte inminente se venía. Había visto las rocas tan cerca de su cara, había visto el otro auto impactar con el que manejaba su padre. El grito desgarrador que salió de su garganta había sido algo que no pudo controlar, creía en serio que iba a fallecer y todo lo que quería en ese momento y ahora era llorar, llorar porque no podía creer cuan imbéciles podían ser los niños ricos de Heidelberg, llorar porque sabía que era una idiota por haber aceptado el desafío de Pavell Smirnov. Si hay situaciones en la que realmente no estamos preparados para hacer, debíamos hacernos a un lado, pero no, ella continuó. Abrió los ojos, los tenía llenos de lágrimas, apenas pudo ver como la morena pasó por su lado pero atinó a alcanzar su muñeca para sujetarla. Yulia sintió su voluntad flaquear pero su cuerpo parecía pensar lo contrario ¿Por qué quería estar aquí? ¿Estaba bien sintiéndose así con una mujer? Le preocupaba demasiado Elena y no podía evitarlo, estaba claro que había cambiado su parecer sobre todo cuando tuvo que ayudarla a comunicarse, a ponerse de su lado, a comprender más su problema.

Cuando la miró abrió la boca, ella la miraba como una mujer perdida, lloraba en silencio.

-No Lena, por favor, no llores…. –se le quebró la voz. Estaba perdida por varias cosas y no sabía si le gustaba sentirse así.


-“Estoy cansada de esto, Yulia, tú gente puede ser tan mierda si se lo propone” –tenía rabia y la mandíbula tensa al modular - “¿Por qué conmigo se ensañan? Me mantengo alejada, me mantengo en mi mundo y ¿Creen que por ser clase baja pueden hablarme así? Quisiera defenderme pero no tengo esto” –indicó su garganta. Yulia estaba sentada a su lado - “Y lo del bungee… fue revivir de nuevo el accidente, siento que cada vez que deseo salir adelante para poder hablar algo me hace retroceder”.

-¿Será que tú misma de forma inconsciente te estás negando mejorar?

-“Estaba cantando cuando chocamos con mi papá, quizás… quizás no quiero escuchar mi voz porque la asocio con el accidente, quizás no quiero mejorar” - con una pequeña sonrisa alentadora, Yulia estiró su mano y secó las lágrimas que caían de una perdida “Cenicienta”, tan vulnerable y frágil, bajo ese delgado cuerpo y personalidad hermética había alguien que necesitaba comprensión. Elena sintió perderse en los ojos de la heredera, se le abrió un poco la boca emitiendo un suspiro de tranquilidad, pero luego de eso sintió pánico.

-Lamento tanto haberme comportado contigo como una zorra, lamento que tengas que pasar esto… felizmente quiero cambiar, quiero que dejes de creer que soy una niñita mimada –miró el reloj en su muñeca luego a la pelirroja.

-“Debes irte” –dijo Elena mirando sus manos. La morena tuvo que procesar un poco para saber que había dicho. Se veía tímida, tal vez asustada, sus labios se apretaban. Trató de sonreír - “Gracias por tus palabras, pero no trates de cargar con la culpa de esas personas, después de todo no fueron criados de otra forma y yo no estoy a salvo de cometer errores graves”.

No pudo comprender su última frase pero si la pelirroja quería estar sola podía comprenderla. Había sufrido un trauma y tiempo a solas para reflexionar no era malo. Se pararon al mismo tiempo pero antes de abrir la puerta Yulia volteó tan rápido que quedó entre el cuerpo de Elena y la puerta. Apenas unos centímetros las separaban, el cuerpo de Yulia fue consciente del calor que emanaba el de “Cenicienta” y su respiración.

-Les diré a tus amigos donde estás para que vengan a verte... Es… ¿Estás mejor? –Elena negó tragando saliva como si estuviese frente a un nuevo desafío- Volveré al campamento, iré al SPA, tengo que conversar con alguien esta noche… nos veremos mañana supongo –asintió rogando que se fuera pronto. Le latía el corazón bajo su pecho ¡Estaba ansiosa!- A…. adiós…

Cerró la puerta tras de sí, quedando en total silencio la habitación. Su cuerpo entero temblaba y la rabia consigo misma la invadió, agarró su maleta y la lanzó lejos mientras gruñía. Por supuesto que fue Yulia la que había llamado a su padre para que ella estuviese en el hotel, por supuesto que Volkov estaba cambiando de forma sincera pero esto era peor. Elena sentía que estaba haciendo todo mal. ¿Qué sacaba con seguir mintiéndose de tan descarada forma? Estaba loca por ella, le gustaba Yulia, estuvo a un segundo de caer en la secreta tentación y besarla contra la puerta, estaba cometiendo un error al fijarse en alguien que le era imposible de mil formas, alguien que no le correspondía. Pero como decían por allí lo prohibido atrae mucho más sino ¿Cómo Adán y Eva querían la manzana?

………...............................................

Cuando el atardecer estaba terminando, los buses llegaron de nuevo al campamento. El ánimo entre los amigos de Yulia parecía dividido, los “Fenómenos” bajaron rápido y caminaron con la misma velocidad hacia sus carpas ¿Dónde estaba Lena? Allí sentada sola frente a la fogata estaba la morena leyendo un libro, quería despejar la cabeza, quería prolongar lo máximo posible la conversación. Oksana y los demás se acercaron sin ser violentos, después de todo ella había defendido a Elena frente a los demás.

-¿Dónde está Katina? –Susurró T.O.P.

-En el hotel Ahwahnee, no creo que puedan ir a esta hora pero mañana dispondré de un auto para ustedes para que estén con ella, el hotel está dentro del parque Losiny Ostrov.

-¿Está bien? – Oksana preguntó asustada. Volkova asintió sin emitir palabra alguna, no sabía si realmente lo estaba porque algo en Elena cambió antes que se fuera. Los demás sonrieron agradecidos y se alejaron hacia la carpa más grande para conversar entre todos.

Continuó leyendo, dejando que el calor de la fogata la llenara. Sintió la presencia de su novio pero no era capaz de levantar la vista porque la molestia empezó a invadirla. Su novio se sentó al lado, esto para él tampoco era cómodo porque jamás se encontró en una situación así.

-¿Qué estás leyendo? - Pavell inclinó la cabeza- “Mi Odalisca, dos mundos que chocan” y… amm –rascó su nuca- ¿Es buena? ¿De qué trata?

-De dos personas que se aman cuando están totalmente prohibidas, él es de clase social baja y ella una mujer musulmana comprometida –cerró la boca. ¿Por qué describir el libro le sonaba familiar? Por supuesto no tenía nada que ver con ella y “cenicienta” ¿O sí?- Mira Pasha, tenemos que hablar y seré directa ¿Por qué te estás comportando así? No eras celoso y no me mientas ¡Estás celoso!

-Nunca en mi vida he estado celoso, me ha llevado a comportarme como idiota y...-

-Pues me da vergüenza tu comportamiento, si pudieses evitarlo, tienes el poder para dejar que nuestros amigos se comporten como cerdos… si viste que estaba pálida ¿Por qué continuaste? ¡Sabes que tuvo un accidente!

-¿Y tú qué? ¿Por qué todo recae en mí? ¿Por qué no empiezas a evitar que traten diferente a esa pobretona?

-¡Deja de decirle así! ¿Pues sabes qué? –Se paró derecha- Eso empezaré a hacer, dejen de verla diferente porque esa chica tiene potencial… -salió de allí afirmando su libro, entrando en la carpa para seguir leyendo lejos de su novio. Le angustiaba sentirse así y pelear con él pero Pavell Smirnov necesitaba cambiar su mentalidad, no le gustaba para nada su nueva personalidad ¿Dónde había quedado el dulce chico del cual estaba enamorada?

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Chicas, un fuerte abrazo inmenso!

Feliz Sábado 💐😃
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Mensaje por Fati20 1/29/2022, 6:18 pm

Feliz sábado querida saludos 😘😘😘. Pobre lena pasar por eso tan feo que le recordó ese trauma tan grande 😔 me alegra que julia ahora si ve la realidad y no quiera ser igual que los imbéciles de sus amigos, espero el próximo capitulo 😊
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Mensaje por Elena Sonda 1/29/2022, 7:39 pm

Wow qué intenso.....que bueno que Yulia la defendió...definitivamente cada día se pone más intensa 😬

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/29/2022, 8:07 pm

Acuerdo
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Al parecer la “heredera” había cumplido con lo que había dicho porque la semana siguiente de clases nadie hizo un comentario contra Elena. Pero algo era cierto, los demás hablaban tras sus espaldas preguntando por qué ese cambio de actitud. La teoría de muchos era que se debía a que “por castigo” tuvo que estar una semana completa ayudándola y que aprendió a conocerla (lo que era cierto) pero otros comentaban que era porque al parecer en el campamento, Elena había sufrido un ataque de pánico en el bungee, aunque fuese cual fuese las razones lo cierto era que las cosas estaban cambiando.

Pavell Smirnov se comportó como el novio ideal de nuevo frente a su novia, aunque la verdad ella se sentía diferente y aunque ponía todos sus esfuerzos en encantarse con él, algo había cambiado. ¿Qué cosa? ¿Acaso no quería de vuelta al hombre del cual se había enamorado? Pero no eran ciertos sus cambios, cuando no estaba con ella, con sus amigos y Svetlana seguían lanzándoles miradas duras y despreciativas a Katina y su círculo de amigos. Era imposible que retomasen una relación sana, mucho menos cuando Sveta y los demás seguían contaminando la imagen de la “muda” o peor, cuando hacían comentarios sobre “¿Qué pasaría si ella se fijara en alguien tan imposible como Yulia?”

El fin de semana había llegado, el calendario marca como sábado 15 de noviembre del 2014. Llevaba un mes con el yeso y aun le quedaban dos. Estaba sentada sobre su cama hablando por skype a través del portátil con Nastya. La castaña por asuntos universitarios estaba en China de viaje, pero la distancia y diferencia horaria no evitaría que se comunicaran. Ella le hablaba por la webcam, Katina respondía a través del chat.

-En serio ¿El señor Volkov quiere una cena en su casa?- Elena asintió haciendo una mueca a la cámara, luego digitó en el teclado.

-“Mi mamá dijo que no quiere que faltemos porque nos invitó a las 3, quiere darle una noticia a ella y prefiere hacerlo de esta forma”.

-Debo admitir que no me gusta nada esa tal Yulia, dime ¿Realmente cambió? Después de lo que te hicieron en la fiesta no puedo pensar en ella como buena persona - la pelirroja se retorció sobre sus piernas, tenía la clásica posición de “indio”.

-“Supongo que sí cambió, han pasado muchas cosas que no he podido contarte… muchas cosas”.

-Debo irme, el lugar donde me estoy quedando me dan un “té” delicioso, deberías venir a China a probarlo…. –se acercó a la cámara, sus ojos se veían oscuros, le lanzó un beso y retrocedió un poco para que se apreciara mejor su rostro - Te quiero mucho, Lena, eres mi mejor amiga y prácticamente mi hermana, cada decisión que tomes en tu vida voy a respetarla solo si me las explicas… – Nastya dijo unas palabras en chino de manera graciosa, Katina se retorció en su cama riendo a su manera al igual que su amiga, no le había entendido ni una palabra porque no hablaba chino - Estoy aprendiendo palabras nuevas…- Lena miraba el teclado, con una sola mano seguía siendo ágil.

-“Vuelve pronto, te echo de menos”.

……...........................................................

Yulia estaba sentada bajo un árbol comiendo un bote de helado mientras leía un libro. Lágrimas caían de su rostro, se sentía sensible, más humana, con una capacidad de expresar más emociones por los demás que por sí misma. No es que de un segundo a otro fuese la chica ejemplar porque a veces de sus manos se escapaba lo caprichosa, pero comparada con la Yulia de las vacaciones o principio de clases, había un cambio notorio gracias a una sola persona. La morena quería aprovechar los días que hacía un poco más de 20 grados, a estas alturas en noviembre el frío ya estaba presente y no quería confinarse a su habitación.
Antes que pudiese darse cuenta estaba llorando a mares sin reprimir sus quejidos. ¿Por qué? 

-¿Por qué dos personas que se quieren no pueden estar juntas? –cerró el libro de “Mi Odalisca”, lo dejó a un lado y continuó llorando. Pero antes de pararse sintió un perfume muy peculiar dar vueltas cerca de ella. Se irguió, alzó los ojos hacia arriba dándose cuenta que un par de ojos verdigrises parecían confundidos. ¡Elena había llegado! - ¡No me veas! ¡Luzco horrible! –escondió la cabeza entre sus brazos pero unos sonidos que parecían intentos de risa la hicieron levantar la cara de nuevo. 

Elena se acomodó a su lado en silencio, había llegado hace 10 minutos a la mansión pero como Katya se quedó con su madre en la cocina viendo como hacían los pasteles para el postre, ella decidió recorrer el sitio, buscar el mejor lugar para sentarse y escuchar música. Fue allí que vio a Yulia leyendo un libro con los ojos llenos de lágrimas, el mismo sitio donde una vez compartieron galletas. ¡Qué memorable!

-“¿De qué se trata la historia?” –la morena le entregó el libro para que leyera la sinopsis en la parte posterior. Cuando lo hizo guardó silencio, esta historia le hacía pensar en su situación actual con ella - “¿Y por qué lloras?”

-Te dije, no soy la misma mujer que ves en Heidelberg…-

-“¿Puedo hacerte una pregunta sin que te molestes?” –asintió, allí de inmediato Elena adoptó una postura diferente- “¿Qué dijiste para que dejaran de decirme cosas en clases?”

-Escúchame –se secó las lágrimas- Hay una gran diferencia entre querer ser la “Yulia” popular y el querer faltar el respeto ¿Quieres la verdad? Mi padre puso un recurso de protección en Heidelberg y todos lo saben, aunque no tienen conocimiento de quién lo hizo pero saben que no pueden agredirte ni física ni verbalmente, todo el mundo especula que te está pasando, pero tranquila, no te molestarán.

Quería detestarla para proteger su corazón pero esas cosas hacían un click en su cabeza y cuerpo que no le gustaba admitir. De pronto una sonrisa tímida y sincera estiró los labios de cenicienta hacia arriba, extendió su brazo izquierdo y abrazó el cuerpo de la heredera con fuerza. Yulia se quedó paralizada, estaba sentada al lado de ella pero ahora prácticamente la mitad de su cuerpo quedó sobre el de Katina con ese gesto. ¡Qué exquisito contacto! Le miraba los labios para saber si iba a hablar pero no lo hacía, en cambio sus ojos la estaban observando dejando que ambos rostros estuviesen más cerca. Todo alrededor parecía nublarse menos ellas, todo se tornaban en escalas de grises. Le dolía la boca del estómago, quería besarla y se lo demostraba acariciando con el pulgar de su mano derecha (que se escapaba del yeso) el labio inferior. ¿Yulia respondería su beso si esta se lo daba?
Empezó a respirar más agitada, la ojiazul a parpadear más rápido. ¡Ella estaba comprometida! ¿Pero por qué esa idea le era tan lejana?

-¿En algún momento nos vamos a llevar bien? –susurró, el calor que había dejado el pulgar de Elena era fuerte, inundaba toda su boca como dulce miel ¡Y eso que no la había besado aún! Recordó cuando posó su boca en el cuello y la besó allí, si eso le provocaba no quería imaginar si la pelirroja en su dulce mudez le hacía el amor. 

-“Debo admitir que has hecho muchas cosas por mí que no esperaba” –mirarle los labios era un arma de doble filo- “Tu ayuda, tu cambio de actitud, la protección en Heidelberg, lo del hotel… yo ya no quiero seguir pensando en una guerra de egos, estamos muy grandes para eso” -¡Estaba haciendo la tregua de forma oficial!- “Si piensas que nos vamos a llevar bien, eso traería un daño para ti, la gente que te rodea, a esos que llamas amigos son una mierda”.

-¿Me creerías si te dijera que no puedo negarlo? –Se le comenzó a quebrar la voz y luego suspiró- Pero quiero ser tu amiga, incluso si mi novio se niega quiero hacerlo, quizás, dejar que las cosas sigan con su naturaleza pero no negarte un saludo si pasas al lado mío o… o felicitarte si sacas buenas calificaciones… -soltó una risita sorprendiéndola - Dios mío, creo que mis padres estarán orgullosos si me escuchan decir esto…

Katina soltó el abrazo, inclinó el cuerpo hacia atrás y la miró. Se dijo a sí misma que estaba bien, que no la besaría por esta vez porque la declaración de ella demasiado sorprendente como para negarse. Sorprendentemente la pelinegra sacó su bote de helado, sacó una cuchara de plástico que traía en el bolsillo y se la tendió para que la cogiera con la mano izquierda. Tomó la suya que ya estaba usando y untó un poco de helado.

-Saca un poco –extrañada lo hizo- ¿Te acuerdas del brindis de la galleta? –La forma en la que la miraba le pareció tan dulce- Hagamos una con helado, porque sé que se vendrán cosas nuevas… sin importar nuestra situación económica, dejemos que las cosas sigan con naturalidad ¿Estás de acuerdo?- Lena se rió a su manera, meneó la cabeza sin creer que estaba haciendo esto.

-“Sí, estoy de acuerdo” –ambas chocaron sus cucharas y se comieron el helado. Parecían dos niñas sonrojadas consigo mismas y de lo que hacían- "¿Te hiciste algo en el cabello?" -entrecerró los ojos.

-Se salen al primer lavado -¡Qué detallista!

Durante la cena Katya opinaba de un tema que le habían hecho discutir en la escuela, opinando y rebatiendo con Oleg. ¡Era tan culta! La cena estaba exquisita y para Inessa era un gusto haberse dado el tiempo de al menos cocinar el postre, pero ahora no era una empleada sino Inessa Katina, una mujer, una persona. Después de degustar unos pastelitos, Oleg dejó sobre su mesa una carpeta con documentos. Si la había citado era por esto, algo que beneficiaría a la familia de ellas.

Yulia miraba a Katya con una sonrisa, tenía el pelo muy bonito, sus ojos eran iguales a los de su hermana y se comportaba con mucha educación. Conocía niñas de su edad que eran realmente insoportables, por ejemplo, sus primas.

-Querida Inessa, llevas muchos años trabajando para mí y sé que eres una mujer comprometida, también sé que eres la principal cabeza de tu hogar – comenzó a hablar el señor Volkov, la mencionada colocó un mechón de pelo tras su oreja.

-Muchas gracias –al parecer no estaba acostumbrada a recibir cumplidos- Enfermera, contadora, guardia de seguridad, una madre lo es todo.

-Sé que Sergey recibió en el supermercado que trabajaba un curso de administración ¿Te acuerdas que nos contaste tan emocionada? –Yulia miró a Elena, por la forma en la que apretaba los labios se dio cuenta que le angustiaba recordar el accidente.

-Bueno, tenemos algo importante para ofrecerte – ahora hablo Larissa.

-Dejarás de trabajar para nosotros porque a cambio te obsequiamos esto –cuando Oleg Volkov el entregó el sobre, Inessa lo rasgó de inmediato con sus dedos temblorosos.

Sus ojos se humedecieron, estaban llenos de lágrimas porque esto era una oportunidad perfecta para poder crecer como persona. 

-Inessa, queremos que tengas la oportunidad de tener el mismo curso de administración que iba a tener Sergey, deseamos de corazón que cuando termine puedas trabajar en una de nuestras empresas, sabemos que tienes las capacidades para eso – una sonrisa sincera se reflejó en el rostro de Larissa Volkova. 

---------------------------------------------------------------------

Lo sé, es un capítulo corto pero recuerden que tendrán más capítulos así el día de mañana... ♥😃
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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA - Página 3 Empty Re: MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/30/2022, 1:02 pm

¿De mal a peor?
____________________________________________

Lágrimas de emoción caían por el rostro de Inessa cuando lloraba por la noticia. Lo que su esposo no pudo completar por el accidente, ella tendría la oportunidad de hacerlo ¡Sería el orgullo de sus hijas!
Elena levantó la vista hacia Oleg, quién le sonrió con timidez y volvió la vista a su madre. Ese hombre y su esposa eran lo máximo, le daban una beca, le daban la oportunidad a su madre de luchar por ser alguien más en la vida. Una empleada de limpieza era digna como cualquier trabajo, eso no lo dudaba ni por un segundo, pero esto significaba mucho para la familia Katin. Cerró los ojos, pensó en su padre y sonrió en silencio, no dudaba que en algo había influenciado sobre esta decisión. ¿Podría influir en otras cosas?

…………........................................................

Los cambios de una “nueva vida” se habían notado la semana siguiente, Elena era consciente de ello y por eso se levantaba con una sonrisa en la cara cada vez que iba a Heidelberg. Su madre no se levantaba cerca de las 5 de la mañana para ir a la mansión de los Volkov, se levantaba una hora más tarde que era importante para su sueño. Ayudaba a Katya para arreglar sus cosas de la escuela, el desayuno, empezar un nuevo día, preocuparse de su casa y ella misma. El curso de administración empezaba el próximo semestre, pero Oleg había sido claro, no quería que siguiera trabajando porque quería que dedicara parte de su tiempo a sí misma antes de entrar a clases. ¿En qué quedaron al final? Seguiría recibiendo el mismo sueldo aun sin trabajar porque los Volkov sabían que era la única fuente de ingresos en este momento, pagarían su curso de dos años ¿Cómo les devolvería todo este favor que, a duras penas, le costó aceptar? Trabajando para ellos dentro de sus compañías, podía seguir perfeccionando pero claramente ganaría mejor sueldo. ¡Eran increíbles!

-Lena, hey, ¿Qué te pasa? – Oksana picaba el brazo de su amiga al verla tan distraída.

-“Estaba pensando en cosas” –moduló cansada, sosteniendo un tenedor que había pinchado unas papas fritas, metiéndolo a la boca después de debatir con sus propias ideas.

-Te decía si ibas a comprar entradas para esto –le mostró un afiche de un baile que decía…

~¡GRAN BAILE DE DISFRACES! Con el fin de reunir recursos para donación del hogar de niños con cáncer, la comitiva del centro de alumnos invita a todos sus prestigiosos compañeros de la escuela de Heidelberg a asistir este viernes 28 de noviembre a las 20 horas a un baile de disfraces a realizar en las dependencias de nuestra escuela. 

Valor de la entrada: 25 euros (Preventa), 35 euros (Venta en local).

**Sistema de seguridad se reserva el derecho de admisión
**No se admiten personas sin disfraz.

¡Te esperamos! ~

Esa noticia la sacó de sus propios pensamientos. Incluso 35 euros para los chicos de acá era una “mierda” poca, no todos comprarían urgidos preventa. ¿Iría ella? Se imaginó disfrazada pero ¿De qué? Sí, iría, quería divertirse con sus amigos ¡Y le sacarían el yeso de la mano derecha este fin de semana! Los médicos evaluaron su hueso y estaba regenerado, pero obviamente tendría cuidado si asistía a la fiesta. 

-“Sí” – La pelirroja asintió de inmediato- “Estaré allí y buscaré el mejor disfraz de todos”.

“Conversaba” con sus “fenómenos” cuando Yulia pasó cerca de ella, iba derecho a dejar su bandeja y restos a una parte cuando cruzaron miradas, aún cada vez que estaban cerca las personas murmuraban. Y no fue la excepción cuando ella tomó la iniciativa y se quedó a su lado para saludarla frente a todo el mundo ¡Pero qué demonios! Elena parecía sorprendida, si la miraba era en la sala apenas o si se cruzaban en el pasillo pero en este lugar estaba todo el mundo observando ¡Todos!

-Cuando te quiten el yeso tienes que avisarme si te cobran más o hacen algo, después de todo es mi castigo – Yulia agachó la cabeza un poco.

-“No creo que lo hagan pero muchas gracias por preguntar” –Elena moduló un tanto inquieta. Al darse cuenta que Pavell la miraba cambió de postura y sonrió, por supuesto que estaría celoso de que le hablase a su novia y la verdad es que a ella no le interesaba, Yulia se dio cuenta del afiche del baile de disfraces.

-¿Y piensan ir? –les decía a los demás de la mesa, por supuesto que no era normal que esto ocurriera pero tampoco podían ignorarla porque sabían que la morena estaba cambiando para bien.

-Nosotros no nos perderemos eso, de hecho ya estamos viendo de qué iremos… - respondió T.O.P.

Elena sostuvo el vaso de helado que venía en la bandeja, cogiendo un poco con la cuchara pero no tragándosela sino observándola unos segundos. Al parecer no era la única que se había dado cuenta de eso porque la ojiazul le dio una pequeña sonrisa, además de mostrarle una galleta que tenía en su bolsillo. Eran detalles simples pero que significa mucho para ambas. El corazón a la pelirroja le latió más rápido, sentía como subía la temperatura de su cuerpo pero ¿Qué podía hacer? Se suponía que ahora en adelante serían amigas, se llevaban bien y era un hecho pero no había más futuro en esa amistad que eso, “amistad” y nada más. 

-Es mejor que nos vayamos, tenemos que prepararnos para la prueba de la próxima semana –La “heredera” frunció el ceño al ver cómo algo en la mirada de Elena cambió cuando Pavell estaba allí. No era secreto, no se llevaban bien, pero era algo mucho más allá de lo que podía entender lo que pasaba por los ojos verdigrises de “Cenicienta”.

Apenas tuvo tiempo de asentir antes que Pavell la tomara de la cintura y la hiciera caminar hacia otro lado. ¿Ellos interactuando con lo menos deseado de Heidelberg? ¡Ni hablar! 
Pero eso no se quedó allí, después de dejar las bandejas su propio novio la encaminó a un baño secreto para que nadie de ellos los escuchara hablar. De un portazo cerró la puerta y dio media vuelta con cara de pocos amigos, Yulia no tenía miedo, sabía que Pavell sería incapaz de ponerle un dedo encima pero no dejaba de sorprenderle.

-¿Al frente de todo Heidelberg? Tienes que conversar con ese tipo de personas tan…. ¿Raras? – el chico estaba en verdad molesto, Yulia enderezó el cuerpo tomando una postura desafiante.

- Para tu tren, estoy cansada, en serio, estoy cansada que de un día para otro te comportes así ¿Raros por ser diferentes? ¿Raros por no ser parte de la fábrica de personas que tiene Heidelberg? Todos iguales tratando de matarse unos con otros

-Nosotros formamos parte de esta “fábrica” – Pavell hizo un gesto con los dedos.

-Mira, sabes que decidí llevarme bien con Katina, si se convierte en mi amiga ese no es tu problema, la que será criticada y juzgada por los demás seré yo, no tú… -Yulia le puso un dedo en el cuello- Además por mi salud mental he dejado esa obsesión de saber lo que piensan los demás de mí, porque estoy segura que si no fuera hija de los “Volkov”, no estarían a mi lado.

-Pues en mi mundo, esas personas no tienen cabida, me he dado cuenta que es mejor así y separar a las personas por como vienen y como son… -el chico entrecerró los ojos tomando una postura reflexiva- Cada vez te pareces más a tu padre- Yulia lo miró de pies a cabeza con un toque de amargura.

- La persona que amo respeta al hombre que más amo en este mundo… ¿Qué quieres que te diga? Estoy orgullosa de mi padre –se apartó triste de su lado, ahora estaba afirmada de la puerta del baño mientras su novio parecía preocupado - ¿Y tú a quién te pareces Pasha? Cada día más ególatra, vacío, pasas a llevar a los demás como si nada, antes no eras así… pero espera ¿Eso no está sonando como Sveta?

Lo dejó solo, dando un portazo tras de sí para caminar hacia su casillero. No tenía que estudiar con él para la prueba de la próxima semana, además tampoco iba a perder el tiempo discutiendo el resto de lo que quedaba de clases, por este momento no sentía ánimos de estar a su lado. Si antes le hubieran dicho que esto ocurriría no lo hubiese creído, pero eso estaba sucediendo, quería creer que no era verdad pero su relación con Pavell Smirnov iba de mal a peor.

…………….............................................

Nastya tenía entre sus brazos a su mejor amiga. Tenía una sonrisa de oreja a oreja porque al fin su antebrazo estaba libre ¡Libre! Aunque no tenía el mejor aspecto al menos ya no tenía ese peso del yeso. Estaba un poco más blanca y la sentía débil pero era normal, durante la semana tenía que visitar el médico para empezar la “rehabilitación” y poder recuperar la movilidad normal del antebrazo derecho. Luego de la visita a la clínica caminaron juntas por unas tiendas de la ciudad. Elena le comentó a la castaña que tenía deseos de ir a la fiesta de disfraces que se haría en Heidelberg el próximo fin de semana. El lunes compraría su entrada y aunque le quedaba al menos 5 días para elegir un disfraz, quería hacerlo ahora porque estaba prácticamente a la mano.
Nastya la miraba de pies a cabeza.

- Mmm podría pedirle a mi mujer que te preste su disfraz de enfermera sexy.

-“Quiero algo propio” –moduló con una sonrisa torcida - “dile a tu chica que lo agradezco pero no”.

-Mira, allá hay una tienda de disfraces, este sector tiene muchas cosas que te pueda interesar.

Caminaban abrazadas de lado, a estas alturas del año la verdad es que no era mala idea porque la temperatura estaba descendiendo. Elena no sabía bien lo que quería, tenía la impresión de que Pavell elegiría algo tipo hércules o soldado romano, ella en cambio quería algo que la resaltara. ¿Desde cuándo estaba preocupada de lo que pensaran los demás? Tenía que admitir que no le importaba los demás, solo la opinión de una mujer. ¡Cielos! Ya estaba pensando como una mujer enamorada y eso no era posible.

-¡Tengo una idea! –La arrastró a una tienda de calidad que no todo el mundo conocía - Acá encontraremos lo que buscamos, sé que te gustará…

-“¿Qué quieres hacerme?” –La pelirroja miraba a todas las direcciones de la tienda.

-Sé de algo que te hará ver exquisita –le guiñó un ojo, había bastante confianza para decirle ese tipo de cosas - Estoy segura que nadie lo usará porque estuvo de moda antes, pero ahora no está mal que alguien use de nuevo, menos cuando en este lugar están las réplicas perfectas y de mejor calidad de trajes de películas –se acercó a la dependienta para decirle lo que buscaba, sonriendo entusiasmada cuando tenían lo que quería de la talla de Katina.

-“¿Tendré que usar esto?” –Parpadeó sorprendida, hace años que no sabía de esto aunque había visto la película - “Pero no soy rubia”- Nastya la empujó con cuidado a un probador.

- ¡Solo ve!

Elena casi chocó con el espejo, pero su mano izquierda la detuvo. Tras de sí cerró la puerta, colocó todos los implementos en un mueble a su lado y comenzó a probárselos. Era como si adoptara una personalidad dulce, misteriosa y atractiva. Debía teñirse el cabello más ¿Tal vez? No estaba mirando su reflejo pero cuando colocó el antifaz sobre su rostro, volteó hacia el espejo tras su espalda. La boca se quedó en una sonrisa atrevida, no parecía la misma tras ese disfraz, de hecho ¿Era ella? Toda de blanco… un poco más alta… ¡wow!
Sin pedir permiso Nastya abrió la puerta pero se quedó con la boca abierta y en silencio ¡Santo Dios! ¡Su amiga sería el centro de atención!

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😯😯😯😯😯 Demonios! Alguien sabrá más o menos de que va el disfraz de Lena? 😅 Feliz domingo, chicas! Luego subiré el segundo de hoy...
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Mensaje por Fati20 1/30/2022, 4:10 pm

Ya quiero leer el otro no sé de qué se disfrazara toda en blanco con antifaz 🤔🤔🤔. En esa fiesta estoy segura q vendrá un acercamiento realmente bueno 🎉🎉🎉
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Mensaje por katina4ever 1/30/2022, 5:21 pm

Ya quiero saber que disfraz usará mi Lenita 😍😍😍 creo que esta fiesta traerá muchas sorpresas 😎😏😏
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/30/2022, 6:37 pm

Fiesta de disfraces
___________________________________________ 

Estiró los labios para aplicarse un poco más de labial rojo, era prácticamente lo único que le quedaba para estar lista. Sentía como la boca se le estiraba involuntariamente en una sonrisa ¡Es que hoy se sentía realmente hermosa! Cuando el maquillaje estuvo listo caminó hacia un espejo que reflejaba su cuerpo entero, sus ojos viajaban en todas las direcciones, quería encontrar imperfecciones pero la verdad es que hoy se sentía muy bien. Era día sábado 28 de noviembre, hacía frío pero eso no sería impedimento para ponerse un disfraz sonso o de abuela, no, quería lucir su cuerpo y eso no tenía nada que ver con la mujer de apellido Katina. 

-Vaya, de “odalisca” como Dalida Musalem – Yulia giró sobre sus pies una vez más, había tomado la decisión de disfrazarse así porque quedó muy emocionada con el primer libro de la saga, amaba la historia, los personajes ¡Solo quería que la escritora lanzara el segundo libro!

Tomó su teléfono celular, lo puso hacia el espejo y empezó a tomarse fotografías. En media hora vendría Pavell y su resto de amigos para dirigirse a Heidelberg, aunque le costase admitirlo, estaba más emocionada por poner un pie en esa escuela que por la llegada de su “chico”. Todo esto tenía una explicación y ella no quería darle el nombre, no aún.

……….........................................................

Las limusinas y autos de reconocidas marcas iban llegando hacia el estacionamiento de la escuela. Por el bien del “orden” no estaba permitido el ingreso de personas externas, todo alumno debía mostrar su identificación de la escuela. Todo tipo de disfraces habían, desde clásicos hasta algunos que apenas podían entenderse, los más repetidos eran los súper héroes, piratas, famosos del mundo del espectáculo. Alumnos que entraban, salían al exterior a fumar o recibir a alguien, y querían volver, no lo tenían permitido, el que salía se quedaba afuera.

No se permitía el expendio de bebidas alcohólicas porque eran menores de 21, solo la venta de bebidas energéticas, gaseosas o jugos enlatados en una barra decorada con luces de neón.

Heidelberg era tan grande que disponía de un salón para hacer este tipo de eventos, algo con mucha más clase que realizarlo dentro de un gimnasio. El salón tenía dispuesto luces láser en los costados que serían encendidos más entrada la noche, ahora había una luz tenue y bolas disco como las fiestas clásicas de antes. Empezó a correr el rumor que la pareja “predilecta” estaba por entrar, todos querían saber de qué venían disfrazados, si es que acaso serían ellos los ganadores del mejor disfraz o no, si recibirían la mayoría de los votos (que era casi un hecho) etc, etc.
Fue así como empezaron a hacerse más y más murmullos cuando un apuesto y varonil Hércules entró con una bella bellydancer sujetándole el brazo, tras de ellos una diosa griega (Svetlana), La mujer maravilla, Ironman y otros que formaban parte del grupo de amigos ¡Eran las estrellas de la escuela! A donde todos querían llegar a ser.

-¡Yulia, te ves hermosa! – la aludida se sonrojó, sentía todas las miradas sobre ella, por lo que podía averiguar era la única con este disfraz.

-Muchas gracias, estoy vestida de mi personaje favorito de libros, es un honor… -el ambiente comenzó a prenderse, los ojos de Yulia observaban para todas partes tratando de encontrar lo que su inconsciente deseaba.

-Después que termine la fiesta, te arrancaré eso y te haré el amor – su novio la abrazó por detrás y susurró en su oído de forma coqueta, la morena sonrío pero no se sintió llena como antes, una charla así la hacía temblar de deseo pero ahora su cuerpo respondía con un frío suspiro. 

El grupo “estrella” caminó hacia el sector VIP del salón que estaba en altura, allí disponían de sofás lujosos de cuero blanco, mozos se le acercaban para brindarle algunos bebestibles, eran tratados como reyes. Mientras tanto, otros autos deportivos estacionaban donde el guarda coches les indicaba. Oksana que manejaba su vehículo, al frenar miró de lado a su amiga con una sonrisa perversa, si alguien no la consideraba hermosa vestida de esta manera, realmente estaba mal de la cabeza.

-Entradas – Oksana tendió la mano para recibir la de Lena, esta con estilo la dejó sobre la palma de su mano- ¡Demonios! Si fuera soltera ya estaría aullando por ti, así vestida como de ensueño y…. matarás a todos los chicos y las chicas, felicidades - Elena torció la boca tratando de sonreír.

- “Siento muchos nervios” –moduló bajando con cuidado del auto, el vestido era algo bromoso.

T.O.P, Amber, Jin y los demás del grupo se juntaron con ellos y caminaron con mucha personalidad hacia el salón.
Venían a disfrutar de la música juntos por el precio de haber colaborado al hogar de niños con cáncer, los demás no importaban salvo para burlarse de lo malo que podían ser con sus disfraces o lo repetidos que solían ser varios. 
Estaban en la entrada del salón esperando ser revisados por protocolo de seguridad, cuando T.O.P (Fyodor) escuchó que alguien adentro empezaba a gritar “¡Llegaron los fenómenos”. Se sintió importante, para bien o para mal eran tema de conversación.

Uno a uno empezaron a entrar acostumbrando sus ojos a la luz tenue, el DJ había anunciado que la música fuerte y juego de luces empezaría en unos minutos ¡Como una disco real!
Las personas giraron para ver a los “fenómenos” pero todos quedaron con la boca seca. Fyodor “T.O.P” se veía atractivo disfrazado del “fantasma de la Opera”, Oksana tenía puesto un traje de conejita playboy y aunque sabía que más de alguna se pondría algo así, no le interesaba porque esto lo ocuparía en la noche con su chica ¡Qué gracia! Pero sin duda lo que impactó a los chicos de Heidelberg, fue la mujer disfrazada con un vestido blanco, su mirada desafiante, sus zapatillas, el antifaz que cubría su rostro.
Sveta se paró sorprendida y colocó sus manos en la barandilla del sector VIP.

-¡¿Quién es esa mujer?! – pregunto Svetlana.

Yulia por intuición se paró del sofá y caminó hasta al borde de la barandilla al lado de su “amiga”. Su pecho comenzó a latir desenfrenado, sus piernas se doblaron y su punto más sensible estaba irritado con el deseo instantáneo. ¿Quién era esa mujer con ese hermoso vestido?
Sus mentes parecían conectadas, puesto que la pelirroja alzó la cabeza hacia el sector VIP de tal forma que Volkova jadeó con la mandíbula apretada.
“Mierda”, pensó Lena, allí como toda una reina estaba Yulia Volkova vestida de Bellydancer, sobre su cabeza una especie de coronilla dorada llena de piedras y monedillas, en su cuello una cadena que caía en red también hecha de monedillas doradas, sus aros, las joyas en sus manos, el sujetador del traje igualmente decorado. Lamió su labio inferior sin darse cuenta que el cuerpo de ella se calentaba más y más. 

¿Elena Katina sabía realmente como se veía? Sus ojos verdes tras el antifaz blanco, el vestido que parecía sacado de una revista de vestidos de novia, su cabello suelto con una pequeño tocador de pedrería, las zapatillas con tacón algo alto. Ambas parecían absortas en la otra, quizás si se acercaban minuciosamente a sus rostros verían un hilo de saliva.

-Vaya ¿Quién es esa que se cree Princesa?

-Si supones que todos llegaron de ese grupo, debe ser Elena Katina, es la única que no reconozco de todos los demás así que debe ser así – comento Henry.

-¿Elena Katina? –Levantó una ceja desafiante, entrecerró los ojos, “Hércules y la princesa” se miraban de forma negativa - Sí, es ella…

Yulia tiró de la mano de su novio para invitarlo a bailar a la pista, susurrando coqueta que quería ganar un concurso de baile, de disfraces, algo con tal de imponer su respeto. Eran mentiras, excusas para convencerlo de salir del sector VIP y acercarse a la pista para poder ver de cerca a la “Princesa”.

Katina y sus amigos se acercaron a la barra para pedir unas bebidas energéticas, todos se giraban a observarlos pero especialmente a ella. Los chicos abrían sus bocas, se mordían sus labios, estiraban la mano para rozar la parte baja de su vestido que se levantaba un poco al avanzar. Pero no le gustaba toda la atención masculina sino llamaba la atención de la mujer que le importaba.

-¿Quién es esa que está disfrazada de Princesa? –Murmuró a sus amigos.

-Elena Katina – Henry susurró con la mirada pérdida mientras que Sveta se llevaba una mano a su pecho. ¡No era posible! Sí, no estaba mal reconocer que a pesar de ser pobre, imbécil y poca cosa, también era mujer por donde la mirase. Recordó el campamento en el parque, la sensación de su brazo cálido rozarla cuando estuvieron juntas en los caballos. Se sintió aturdida, deseosa de correr hacia ella y pedirle a gritos que la tocara por todas partes. Ese disfraz realmente estaba enloqueciendo a todos.

Como Yulia bajó a la pista de baile, la mitad de la atención también se centraba en ella. Los chicos se hacían mil y un fantasías eróticas con ella bailándoles árabe o algo así, Pavell la sujetaba más fuerte con una sonrisa de triunfo reclamando que esa chica era suya. Elena caminó hacia ella, era sorprendente que a pesar del ruido muchos sintieran el sonido de sus zapatillas golpear con insolencia, con un tono de “Aquí mando yo”.

Una chica se cruzó en su camino para pedirle que salieran a bailar, no le contestó de inmediato porque se sentía aturdida. ¿Acaso no sabía que era la chica a la que todos apuntaban por ser pobre y muda? Eso no interesaba en ese minuto para ellos. Elena miró a Yulia en los brazos de su novio.

-“Está bien” –moduló hacia la chica, dejando una mano sobre su cintura mientras esta la atraía hacia ella - “¿Sabes que soy Elena Katina?” – esta asintió coqueta.

-Siempre me has parecido una chica linda –levantaba la voz para destacarse sobre las demás - Yo no miro tu bolsillo, te miro a ti –guiñó. Incluso con ese disfraz se sentía como un cachorro. Era extraño que alguien que no fuese su amistad le dijera algo así. Aturdida al sentir como la chica pegó su cuerpo con el suyo, descansando su cabeza sobre su cuello para observar que Yulia hacía lo mismo con Pavell. 

¡No le agradaba lo que veía!

Elena le sujetó el rostro a la chica para que leyera sus labios.

- “Tengo que ir al baño”- Pero no alcanzó a terminar la frase cuando esta la empujó de su nuca hacia ella para besarla con fuerza. 

Yulia que accidentalmente miró la escena, sintió ganas de vomitar. Fingió unos segundos más pero como “cenicienta” parecía disfrutar de ese beso, le murmuró a Pavell que iría a retocar su maquillaje y volvía pronto. Excusas y más excusas, todo con tal de alejarse de esa escena. No, Lena no estaba disfrutando de ese contacto, solo que su cabeza le gritaba: “Imagínate a Yulia, imagínatela” e inevitablemente quería rendirse a su imaginación. Pero incluso el beso con furia del primer día de clases había sido mucho mejor que esto. La soltó pero luego la sujetó de la cabeza con ambas manos.

-“No vuelvas a hacer eso” – moduló la pelirroja bastante furiosa.

Mientras, la pelinegra en el baño golpeaba furiosa el lavamanos. No podía entender como en Heidelberg tenían abierto a esta ahora o quizás el guardia de seguridad se dio una vuelta por otra parte, pero pudo ingresar al establecimiento y al baño allí dentro en el tercer piso. No quería entrar donde alguien pudiese escuchar sus lamentos, no quería estar en el baño del salón, así que decidió caminar un poco más dentro del terreno y meterse aquí. Oscuridad, silencio ¿Buenas o malas compañías? No quería tardarse tanto porque Pavell empezaría a cuestionarse del motivo real del “porqué” había venido. De todas formas ¿Qué le interesaba a él? Su actitud no había mejorado tanto desde que le dijo que se parecía a Sveta.
Se agachó para beber un poco de agua, pero cuando estiró su cuerpo para alcanzar una toalla desechable, vio en el espejo el reflejo de una silueta femenina apoyada en la pared. Trató de enfocar la vista pero cuando sintió desesperación e iba a gritar por ayuda, esta silueta la empujó hacia el lavamanos, cubriendo su boca con la mano, apretando el cuerpo de ella con el suyo, ambas mirando sus reflejos en la oscuridad.

Yulia jadeó y no de miedo, era calor, era excitación pura. La “princesa” estaba tras ella respirando agitadamente contra su nuca, enviando corrientes eléctricas hacia sus piernas que no querían mantenerse en pie mucho tiempo.
La luz pálida de la luna se filtraba por los vidrios, era la única luz que tenían en ese momento pero, a pesar de eso los ojos verdigrises de Katina, destacaban bajo el antifaz blanco. Era lo más erótico que le había pasado hasta ahora, creía.
Elena con los labios temblando tragó saliva, acercó su boca hasta la oreja izquierda de ella y con el máximo esfuerzo posible brotó lo que su corazón le gritaba que hiciera.

-Yul. 

Ese ardiente susurro pudo oírlo ¡Podía oírla! Era todo lo que podía decir, no podía hablar pero solo de su boca había salido el nombre de ella en un susurro desesperado y caliente, un susurro de tono tan ronco que la tenía al borde de la locura. Yulia miró los ojos de “Cenicienta” a través del espejo y supo en ese momento que estaba perdida…. Aun contra lo moral, deseaba a esa mujer de todas las maneras posibles.

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Y así señoras y señores es como Yulia Volkova cae ante los encantos de Elena Katina ♥♥♥
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MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA - Página 3 Empty Re: MY CINDERELLA // ADAPTACIÓN A YULENA

Mensaje por Fati20 1/30/2022, 6:58 pm

Hay que emoción!!!!!! Le dijo su nombre q linda 😍😍😍😍😍 mañana estará increíble el capitulo. Saludos querida
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Mensaje por Elena Sonda 1/30/2022, 7:39 pm

Ahhhhh.... Sin Palabras 😍 no puedo esperar hasta mañana

Elena Sonda

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Mensaje por katina4ever 1/30/2022, 7:54 pm

😍😍😍😍 que emoción!! Que lo primero que dijera, o el mejor susurro....fue su nombre!! Muero por leer el capítulo de mañana 😍😍😍
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 1/31/2022, 7:37 pm

Lo evidente
__________________________________________
 
Elena apretó las manos a cada lado de la cintura de la morena, su cabeza le daba mil razones para no hacer esto, pero su cuerpo estaba dictando una orden más potente que los demás: “Déjate llevar”. No estaba loca si daba un paso más, Yulia daba signos claros que su presencia le afectaba en un sentido carnal y pasional. Su piel estaba más caliente que antes, podía sentir el pulso elevado en su cuerpo, le temblaba el labio inferior. El problema era que no sabía si se podía controlar. 
Como si reconociera lo mal de su estado y la situación que las envolvía, la ojiazul se apartó de ella para caminar al baño pensando que no podía actuar o hacer algo de lo que pasaba por su cabeza ¡Tenía novio! Pero apenas tuvo tiempo de moverse cuando la “princesa” la abrazó por detrás con fuerza. No se movía, respiraba agitada contra su oreja, estaba calentando la situación y por consecuencia a ella también.

-Lena, esto… esto –le temblaba la voz- Esto no se puede… yo… -la giró sobre sus zapatos.

-“Tu novio es una mierda” –moduló tan lento que le entendió perfectamente. Como buena mujer debería defender a Pavell, su chico, pero no lo hizo y no sabía si era por la excitación del momento o porque también lo pensaba así- Yul –susurró contra su oreja ¡Era tan ardiente! Su voz era ronca, una simple palabra brotaba de sus labios de tal forma que la hacía enloquecer, la forma en la que modulaba su nombre y lo único que podía decir, tenía mucho significado- Yul…

-Lena, debo…. –Tras su antifaz blanco podía notarse la forma en la que la miraba, inclinó la cabeza para hacerle un escaneo completo, desde el cintillo de baile hasta la punta de sus zapatos, la estaba mirando con deseo- No hagas eso…

La acorraló contra el lavamanos, la apretaba con su propia cadera en una posición bastante comprometedora. Era suficiente para paralizarla mientras esta con destreza y paciencia retiraba lentamente el antifaz blanco para quedar luego a rostro descubierto y con pelo despeinado. Yulia jadeó, era atractiva, demasiado incluso sin todo lo que tenía encima. La deseaba, le gustaba, no le importaba su clase social ni lo molestosa que podía ser algunas veces, estaba “inmoralmente” vuelta loca por ella. Pero antes de decir algo (y como si la pelirroja adivinase sus palabras de “no”) le tomó la barbilla y en un movimiento rápido se acercó a su boca como si fuese lo único que quisiera beber en ese momento. Creyó que Yulia pondría resistencia pero con un gemido de satisfacción se sujetó de su cuello con ambos brazos y respondió ese contacto con tanta pasión que creyó que derretirían todo lo que tenían alrededor. Hace tanto que quería repetir esto ¡Ella besaba exquisito! Sus labios calientes dentro de su boca, su lengua húmeda y juguetona, el perfume que llevaba puesto y el cuerpo tras su traje de bellydancer.

Por su parte la morena podía sentir contra su propio traje, el cuerpo de Katina temblar por la excitación. Gemía y volvía a gemir porque era increíble que con solo besos y unos roces sintiera tanto placer. Con cuidado Elena la dejó sobre el mueble del largo lavamanos, abandonando su boca aun en la protesta para encargarse de su cuello.

-Lena… -gemía excitada, la forma en la que succionaba su piel, en la que su lengua lamía, era para volverse más loca- Dejarás marca.

-Yul –volvía a susurrar contra su oreja, inhabilitando cualquier intento de oposición. De cierta forma el vestido resultaba molesto, estaba recargando todo su cuerpo y peso en Yulia. Con movimientos acompasados rozaban sus caderas, seguían con ropa y degustando los labios de la otra, la fricción, los jadeos y el calor las excitaba más. Podía hacerle el amor aquí mismo pero eso implicaba tantos problemas, además no era una animal, bueno, no tanto. Apoyó su frente con la de ella que estaba húmeda, ambas eran masas temblorosas de deseo e hipersensibles.

- “No es lugar para que pase algo… una mujer como tú merece algo mejor que esto” –la besó de forma tan tierna que Yulia sintió ganas de llorar. ¡La quería demasiado!- “Voy a ser sincera contigo ahora” Yul –estarle mirando los labios y escuchar algo era sorprendente, sobre todo porque como pronunciaba “Yul” era tan pasionalmente- “No quiero seguir con rodeos aunque esto no signifique que hago bien ni que me sea fácil” –pausó para que la “heredera” le entendiera- “Pero me gustas, santa mierda Yulia, me gustas mucho y sé que es un error por mil razones que puedo darte” –tragó saliva, ella no respiraba- “Pero no voy a hacer algo que tú no quieras, porque a pesar de ser pobre, tengo modales y una mujer tan bella como tú no merece que le haga el amor en un baño de escuela” –gracias al cielo estaba un poco oscuro, se sentía cursi hablando de esa manera, incluso sus mejillas le ardían. Gruñó mirando hacia el lado, realmente se sentía ridícula y la morena pensaría que era una bebita por no hacer cosas de “adultos” como el sexo. No, no era virgen, pero quizás ella querría que….

-Qué linda –dijo con la voz temblando y lágrimas escurriéndose en sus mejillas ¿Por qué lloraba en silencio?

Sintiéndose culpable la observaba retrocediendo un poco, no podía saber que pasaba por su cabeza excepto la frase “La he cagado en serio”. Volkova tenía sus razones para llorar y era una mezcla de cosas, como el deseo frustrado de tener a Katina haciéndole el amor, la palabra “haciendo el amor” que con tanta gracia ella modulaba, la culpa de serle infiel a Pavell Smirnov y la verdad irrefutable de que estaba enamorándose de “Cenicienta”. Cualquier imbécil que solo quería sexo la hubiese puesto en cuatro en un segundo, pero Katina tenía la delicadeza de “cuidarla”. Se sentía tan sensible que rompió a llorar y la abrazó de la cintura con fuerza, arrastrando la nariz en su cuello que emanaba todo su calor y perfume femenino. Sentía pena ¡La quería! ¡La quería aun estando de novia!

-Déjame arreglar las cosas, no quiero herir a nadie por favor –sollozaba, Katina no podía quejarse porque entendía su punto, su mundo, el hecho de estar comprometida. Incluso si no decía de forma directa que le gustaba, todo eso podía entenderlo- Deja que lo arregle, te pido paciencia –pero antes que Elena pudiese dudar de algo, la morena sostuvo su rostro con ambas manos y la besó de nuevo. No podía decirle “¡Sí, me gustas!” aunque fuese cierto, tenía una lucha moral e interna con la que lidiar. Elena gimió pero no se podía sentir satisfecha, Yulia ejercía un poder sobre ella tan fuerte que costaba separarse fácilmente de un abrazo o en este caso un beso, sobre todo cuando la lengua de ella era más delicada y juguetona.

Un ruido en la puerta las advirtió de la presencia de alguien externo, alguien más quería entrar. Astuta, Elena se metió bajo uno de los cubículos, sentada con las piernas encima del retrete, con todo el vestido entre sus manos sujetándolo con fuerza y casi sin respirar. Al encenderse la luz Pavell vio a su novia pálida, un poco despeinada con el maquillaje corrido ¿Qué estaba pasando?

-¿Estabas llorando?- Interrogó Pavell, “¡Piensa rápido Yulia!” se gritaba internamente la morena.

-Sí, es que han pasado tantas cosas, tantas… -tragó saliva, entrecerró los ojos y vio la figura de Sveta tras Pavell. Sintió ira, cada día soportaba menos a quién supuestamente era su “amiga”- ¿Podemos hablar a solas si no te importa?

-Todo está bien Svetlana, puedes regresar al salón- La rubia miró con desaprobación a la morena, incluso a él también.

-Los esperaré acá afuera, no amm…no quiero caminar por la oscuridad sola hasta allá –cerró la puerta y se sentó en el pasillo.

-¿Qué cosas? ¿Cómo te sientes? –susurraba acariciando su rostro, Elena podía ver todo tras la puerta del baño de su cubículo, la ira tomaba poder en cada parte de su cuerpo, “¡Aparta tus manos de ella!” gritaba por dentro.

-Mis padres discutieron esta mañana, llegué mareada pero lo disimulé muy bien, parece que ando en mis días, no sé son una mezcla de cosas.

Se alejó de las caricias de su novio para mirarse al espejo, trató de arreglarse el cabello y retocar su maquillaje para volver a ser la misma. Con un tono dulzón Pavell le murmuró que pronto comenzaría el concurso para premiar al mejor disfraz y no podían faltar, además, claro, de tener el tino para abrazarla y repetirle muchas veces que todo miedo iba a pasar. Cuando iban a salir del baño Yulia se fijó que tirado estaba el antifaz de Elena en el suelo, así que pálida y muy asustada lo pateó disimuladamente al cubículo para que su novio no lo viese, si lo hacía realmente era su fin. Una vez que apagaron la luz y se fueron, “Cenicienta” salió de allí con la vena del cuello más que grande. Yulia Volkova no era suya en algún sentido ¡Ninguno! No podía reclamarla y este era el precio que debía pagar por fijarse en alguien como ella. Volvió a colocarse el antifaz, acomodándose el vestido. Iba a disfrutar lo que quedaba de fiesta con sus amigos y luego regresaría a casa para lidiar con sus pensamientos durante la noche.

………..........................................................

Esa noche el mejor disfraz lo ganó Elena Katina porque la mayoría votaron por ella ¡Había arrasado! Sorpresivamente no ganó Yulia esa noche, el mejor disfraz había sido otro chico que vestía de Michael Myers, vaya, se lo tenía merecido en realidad era aterrador. Era sorprendente que la morena no sintiera envidia ni nada por el estilo, antes hubiese ocurrido, pero ahora era otra persona, una mejor para el resto, pero no para sus amigos clasistas.

Como lo había pensado, con suerte ambas pudieron dormir recordando esa escena tan fogosa en el baño. Era como si sus cuerpos estuviesen especialmente creados para el otro, un solo roce era la chispa que detonaba bombas. ¿Pero cómo se tratarían de ahora en adelante? ¿Cómo si nada pasara? 

“Debo tener dignidad” pensó Elena para sí misma mientras daba vueltas en la cama “Pero ella me pidió tiempo ¿Cuánto puedo darle?” 
“Ni siquiera te dijo que le gustabas” le gritó su lado sarcástico y negativo. Ella le había abierto su corazón pero Yulia solo le respondió de forma física, con besos, un abrazo fuerte, su corazón latiendo rápido. Cuando ocurrió el accidente, con la chica que estaba todo se esfumó ¿Quién querría lidiar con una muda? ¿Con alguien que apenas podía moverse? Hace dos años no estaba en una relación y aunque no era mucho, lo sentía como toda una eternidad.
“Piensa las cosas con calma, Elena, a ella le gustas, de eso no hay duda, todo se resolverá conforme pasen los días, solo ten paciencia”

Dicen que quién tiene paciencia recibe recompensas ¿Lo tendría ella también? Bueno, para tener lo que queremos debemos luchar por ello y Elena sería testigo fiel de ese dicho.

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Hola!! Siiii, lo sé, capitulo corto... Pero no se sientan mal porque siempre habrán más 😘
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Mensaje por Fati20 1/31/2022, 8:37 pm

Hay tan lindas se gustan demasiado y bueno ahora le toca a julia arreglar su situación y poder estar con quien la enloquece de amor y deseo. Saludos querida como siempre dejándonos con ganas de mas
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Mensaje por katina4ever 1/31/2022, 10:34 pm

Ay que lindas! Se gustan ya tan complicado todo! Pobres chicas! Estamos poder leerte más rápido que veloz 🤭🤭
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/1/2022, 8:15 pm

Hijos de...
___________________________________________

Empezaba diciembre. Era el primer día del mes en el primer día de la semana. Allí estaba “Cenicienta” en la oficina del director para hablar de su situación. Tenía que hacer este año cursos extracurriculares y se había anotado en natación además de Tae Kwon Do, pero la pelea con Yulia le había causado una fractura lo que la imposibilitó 2 meses sin poder asistir a esas clases ¿Cómo podía solucionar aquella situación? El hombre de pelo blanco le sonreía con amabilidad, quería darle las mejores alternativas a una alumna que de ejemplar lo tenía todo. Observándola más tiempo, mirando sus calificaciones, esta chica apuntaba para ser una mujer exitosa en el futuro.

-Puedes tomar esos cursos el próximo semestre, te los validaremos igual, si no mejoras del todo busca otros – respondió el director, Elena escribió en su libreta.

-“Muchas gracias señor, espero recuperarme del brazo pronto”.

Salió de allí con una sonrisa de medio lado, las cosas se estaban dando bien, todo parecía resultar pero dentro de sí misma sentía que no todo podía ser perfecto y era cierto, no lo era. Miró el reloj en su muñeca, quedaban 15 minutos para terminar el almuerzo, sabía que no tendría tiempo para comer en paz así que podía dar un paseo por donde quisiera para relajarse. A medida que caminaba sentía la mirada de todos sobre ella, el haber aparecido disfrazada como “La princesa” marcó un antes y después en la opinión social. Todos sabían que fue ella quien estuvo detrás de ese disfraz ¿Por qué ahora opinaban diferente? ¿Por el hecho de demostrar que tenía un lado encantador? 

No se dio cuenta cuando llegó al gimnasio donde estaba la piscina olímpica ¿Por qué había llegado aquí? Entró en silencio (no podía de otra manera) y con cuidado caminó por la orilla mirando el agua que se mantenía serena. Suspiró, no una sino dos veces, como el estado del agua así quería estar a veces, tranquila sin pensar en problemas. Alcanzó a agacharse un poco para rozar el agua con sus dedos, pero de uno de los rincones sintió ruido. No quería que la viesen acá y no sabía por qué ¿Intuición tal vez? Se escondió tras un pilar con la espalda pegada a la columna, el ruido delataba a dos personas, un hombre y una mujer. El sonido del tacón de ella cesó, su voz… ese tono tan irritante que la ponía de mal humor cada vez que la escuchaba ¡Era Sveta! Pero no era a la única que podía reconocer, el hombre que la acompañaba era…. Al asomar levemente el rostro pudo confirmarlo, también estaba Pavell y nada más que en traje de baño.

-Estoy entrenando Svetlana, por favor déjame en paz - Pavell tenía fruncido el ceño y los brazos cruzados bajo sus pectorales.

-¿Dejaste a Yulia con los demás por venir a entrenar? – Sveta lanzó un bufido - ¿O porque te dije que quería verte sin que nadie se diera cuenta? - Pavell rascó su nuca nervioso, miró la piscina y luego a ella.

-Svetlana, por favor no hagas esto más complicado, si tuviera que elegir entre tú y Yulia sabes que es ella a quién escojo - Elena abrió los ojos más que nunca ¡Santa mierda!

-Estoy harta, en serio estoy harta de ella de su “perfección” – la rubia hizo comilla con sus dedos en un tono burlón - De lo importante que es ante todos ¡Pero la única verdad es que es una jodida cornuda! – Pavell no podía desmentir aquello, tampoco le agradaba admitirlo- Sonreír con amabilidad, pretender que todo es bien con ella ¡Me harté de todo eso!

-Basta por favor….- Sveta se acercó desafiante.

-Al menos di la verdad ¿Detestas que haga esto?

Lo empujó hasta otro pilar con una mano en cada hombro, usando la fuerza suficiente para presionarlo y darle un beso en la boca con desquite. Elena se sentía tan mareada que no atinaba a hacer algo, solo observar con asco a la persona que se suponía que era fiel y decente con Yulia Volkova, alguien a quién todo el mundo admiraba por ser el “novio perfecto”, alguien que no la merecía. ¿Se suponía que debía oponerse al contacto de la rubia? Volvió a espiarlos, Pavell estaba allí respondiendo fogosamente al beso de Sveta sin poner resistencia, de hecho sus manos se posaban bajo la mini falda de ella explorando quizás rincones que Lena no quería imaginar.

-“Cerdo” –pensó con ira, un nudo en la garganta, la vena en su cuello estaba creciendo, sus puños se ponían firmes. ¡Era repugnante! ¡Eran lo peor! Volvió a quedarse tras el pilar escondida de las miradas de ambos, escuchando sus jadeos, el sonido de sus besos húmedos, sentía náuseas de todo esto, quería irse pero si suspiraba, si emitía cualquier tipo de ruido iba a ser delatada y eso eran problemas seguros. Solo atinó a sentarse en el suelo y envolver su rostro con ambas manos ¡Que terminara esto ya!

………….......................................................
 
Necesitaba sacar algo de su casillero, había dejado allí su imprescindible libro de química, sabía que si no se lo llevaba a casa para este fin de semana, el trabajo que debía entregar el día lunes estaría a medias. ¡No quería bajar sus calificaciones! Al meter la combinación y abrir el casillero, cayó lentamente una hoja con una forma peculiar. Al darse cuenta de que se trataba la recogió rápidamente, mirando hacia ambos lados del pasillo para saber si alguien la estaba viendo o no. La carta tenía la forma de un helado y pegada tras ella había una pequeña galleta. No era necesario leerla para que el corazón se le acelerara y sintiera la garganta estrecharse con la emoción. Nadie le había dicho que esa chica que vio en el verano limpiando los vidrios de su mansión, aquella pelirroja de aspecto rudo y de pocos amigos podía guardar un corazón tan bueno y una personalidad tan pasional. Decidió caminar al baño más cercano, entrar en un cubículo y cerrarlo con seguro. Nunca se había sentido tan ansiosa, bueno, no en los últimos meses ni de esta manera tan inocente. Con los dedos temblando recorrió la carta en forma de helado y la leyó.

~ “Sé que estarás sola al abrir tu casillero, sueles tener una costumbre tan peculiar los días viernes cada vez que te llevas tus libros a casa… ¿Estarás sola a la noche en la mansión? ¿Saldrán tus padres? Es momento que hablemos a solas”~

Ese “a solas” fue suficiente para calentarle la piel y el cuerpo, para reprimir cualquier suspiro mordiéndose los labios. Dio vuelta la tarjeta, tras ella y arriba de la galleta decía “para ti”. Se la comió sonriendo como niña inocente ¿Por qué? ¿Por qué Lena la hacía sentir así? Tras esa mujer muda había algo increíble, alguien que podía ser arrasadora para besar o tocar pero también alguien cuidadosa y preocupada. Guardó la tarjeta en su mochila, tiró la cadena para disimular que ocupó el retrete y salió a lavarse las manos. Su reflejo le decía a gritos que estaba enamorada, que las mejillas sonrojadas y los ojos brillando no era por un aumento de temperatura ambiental sino la mezcla de emociones que solo Elena Katina podía provocarle. Pavell y sus amigos se unieron con ella en el estacionamiento, unos cuantos pasos más lejos podía verse al grupo de “los fenómenos” despedirse. Elena no estaba con ellos, quizás se había ido a casa antes. Exactamente un minuto más tarde llegó un mensaje a su teléfono celular.

~“8:30 ¿Estará bien?”~

-¿Quién es cariño? – Pavell inclinó su cabeza de forma coqueta, ella pegó el teléfono a su pantalón.

-Mensaje sin sentido, la compañía de teléfonos ofreciéndome un nuevo plan –sabía actuar cuando quería hacerlo, además debía salvar su celular si no quería que viese en la pantalla el nuevo nombre que le había puesto a Elena Katina dentro de sus contactos.

-Estábamos hablando con los chicos de armar algo hoy a la noche, en serio no puedo estar haciendo “nada” un fin de semana, eso es algo totalmente antisocial –habló Henry con una mueca en la cara- ¿Podría ser en tu casa? – Yulia perdió el color en su rostro, por sobre todas las cosas quería salvar su panorama con “cenicienta”, si había que conversar algo debía ser ahora.

-Amm…no puedo…una de mis primas no se siente bien y quiere charlar a solas… espero lo entiendan –agregó la última frase un poco apurada- Debo irme –se dio vuelta para mirar a Pavell con la mejor cara que podía fingir. Si bien sus sentimientos a él habían menguado en intensidad, no podía evitar sentir culpa por lo que estaba pasando- ¿Nos veremos este fin de semana amor? – su novio dejó las manos tras su espalda y besó sus labios con cuidado, tratando de convencerse que elegirla era lo mejor.

-Por supuesto… conduce con cuidado ¿Sí? Te amo –asintió rápido, lo besó rápido bajo la mirada gatuna y atenta de Svetlana. No fue capaz de responderle un “te amo” o un “yo también” porque sentía que no podía perder tiempo.

En realidad quedaban como 4 horas para que fuesen las 8:30 así que condujo en silencio y en paz por las calles de la ciudad. Hoy sus padres salían a cenar con directores y ejecutivos del mundo del entretenimiento, si esto ocurría su llegada era cerca de las dos de la mañana así que disponía de toda la noche para aclarar cosas con Elena. No quería que los sirvientes hablaran cosas por el solo hecho de verla allí, podía excusarse con que estaban haciendo un proyecto junto a ella pero siempre era mejor evitar las situaciones incómodas. Al estacionarse en el garaje de la mansión, no fue capaz de esperar para llegar a su habitación y textearle la respuesta, sentada tras el volante de su deportivo le escribió.
 
~”Sí, 8:30 en mi casa… XO”

Podía explayarse más pero no se le ocurría que poner para no ser tan evidente que estaba esperando ansiosa esa hora. Algo era más que claro en todo esto, Katina había confesado que le gustaba y el solo hecho de hacerlo significaba tanto para ella ¿Quién en la situación de Lena lo diría tan valientemente aun cuando tenía tantas cosas que la perjudicarían? Gruñó caminando a su habitación, y ella por supuesto tan cobardemente no fue capaz de decirle a la cara lo mucho que le gustaba también.

Dijo que quería ordenar su cabeza, no herir a nadie, poder entenderse y es que poco había evolucionado en la semana que pasó desde esa escena tan fogosa y poco delicada del baño en la fiesta de disfraces. Había soñado todas las noches con ella, incluso en los sueños sentirse entre sus brazos era precioso y dulce, el susurro de su nombre salir de la boca de Katina, su boca recorrer su cuello, todo eso había sido suficiente para hacerla despertar en medio de la noche con espasmos y fiebre.

Una vez estando en su habitación entró a su enorme armario (que era como una habitación más reducida) y buscó lo que podía usar, nada de cosas formales, algo bonito y casual era lo que realmente la hacía sentir cómoda y lo que Elena esperaría de ella si fuese honesta.

-¿Y si me pregunta si me gusta? –Miró su reflejo- Oh vamos Yulia, la besaste como loca ese día y le dirás que no ¿Cierto? –Bajó la mirada con un gesto de pena- Es tan complicado estar comprometida, tan delicado todo esto ¿Cuánto estarías dispuesta a arriesgar por ella? Cambiar una historia firme por una aventura nueva ¿Qué hago? ¿Y si son caprichos de adolescente? –de mala forma miró su reflejo, observó sus ojos, el color de sus mejillas y respiró profundamente varias veces para calmar la ansiedad- Hoy quizás Lena quiere decirte algo importante, para bien o para mal serás madura pero sobre todo inteligente y no vas a dañar a una persona como ella…. Mírate, escúchate ¿Cómo te sientes con respecto a Pavell? ¿Lo notas diferente no? - ¿Estaba haciendo auto terapia con su reflejo? Vamos, podía funcionar- Sí, lo noto diferente y no sé si solo es por celos, él no era celoso ¿Qué lo hace ser así? ¿Puede ser solo Elena? –se agachó y se sentó en el suelo frente al espejo, mirando su reflejo con los ojos llenos de lágrimas - No quiero herir a nadie pero la verdad es que me estoy enamorando de una mujer…
 
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Ay, Yulia se la complica mucho. Ya que se decida por Lena o ustedes que opinan? 😅
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Mensaje por Fati20 2/1/2022, 9:02 pm

Lena debió hacer un video de esos 2 traidores así julia le creeria sin problemas y ya Pavell sale de la ecuación y ellas pueden intentarlo tranquilas, muero de ganas de leer que pasara esa noche de aclaraciones 😊. Saludos querida 😘
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Mensaje por katina4ever 2/2/2022, 5:30 am

OMG! Creo que Yul no creerá lo que diga Lena, no sé con eso de que se siente confundida, buscando pretextos, no se, no se.... Ojalá sea todo lo contrario 🤭 muero por saber que pasará hoy!!!!!
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/2/2022, 7:27 pm

Una junta especial
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Peinó su cabello de varias formas, ninguna le era más agradable que la anterior así que terminó por tomar un poco de crema para peinar y la aplicó sobre su cabello apretándolo lo suficiente para que las ondas se quedaran así. En el grupo de “WhatsApp” que tenía con sus amigos empezaron a hacer comentarios sobre juntarse en la casa de Pavell, ninguno de ellos tenía idea que Yulia tenía sus propios planes. Solo conversaría con Elena, no era grosero si la invitaba a cenar en casa ¿O sí? Quizás la situación se volvería incómoda para ambas si estaban solas, quizás no, debía estar en esa situación para comprobarlo pero ¿Qué quería sacar Katina con venir? ¿Qué le urgía tanto?

Pensó que era buena idea mirar la hora en su teléfono pero en cuanto lo sostuvo entre sus manos, este vibró dando el aviso que había llegado un mensaje de texto de Elena. Con el dedo índice de la mano derecha tocó la pantalla para ver qué decía. ¿Era normal que algo tan simple le hiciera contraer los músculos del abdomen?

~ “Estoy parada afuera de la reja ¿Me abres?”~

Podía apretar un botón y decirle que caminara solo hasta la entrada de la mansión, pero le pareció correcto llegar hasta ella. Llegó hasta la puerta tan rápido como pudo, pero luego mantuvo la compostura para pasar sobre el camino de piedras que serpenteaba todo el parque hasta llegar a los muros de piedra y la reja negra marcada con la inicial V en cada puerta de ella. Elena tenía el pelo despeinado cayendo sobre sus hombros, estaba derecha con los brazos muy firmes mientras sostenía bolsas que contenían cosas. Cuando la miró fijamente no pudo evitar sonreír aunque fuese de medio lado, que linda se veía cuando parecía feliz y mucho más si ella misma lo había provocado. Esperen un minuto ¿Se estaba burlando de ella?

-¿Qué traes ahí?- miró las bolsas y luego a Elena mientras abría la reja manualmente.

-“Como quería pasar el rato contigo, creí que nunca está demás pedir la clásica comida china” –había dejado cuidadosamente las bolsas en el suelo para mostrarle la libreta. Vaya, empezaba a mejorar y ya podía escribir de nuevo. ¿Por qué no le gustaba eso? Porque quizás era mejor mirarle sus labios- “Buenas noches” –moduló cortésmente y lentamente cuando pasó al lado de ella, Yulia tragó saliva y le quitó una bolsa de la mano.

-Dame una, creo que es lo mínimo que puedo hacer para agradecer que compraras una de mis comidas favoritas.

-“¿En serio?” –La pelirroja moduló sonriendo de nuevo pero esta vez caminando hacia atrás.

-No hagas eso ¡Te caerás! –Lena negó traviesa, estaba de buen humor y quería juguetear pero un paso en falso la hizo tropezarse- ¡Lena! –se le cayó la bolsa de la mano tratando de sostenerla pero sorpresivamente ella puso ambos pies sobre el camino de manera fácil- Como… ¡¿Estás jugando conmigo?! –asintió inocente y siguió caminando hacia atrás, viendo como Yulia recogía la bolsa y se le acercaba.

Una vez dentro, Elena sin pudor se acercó a la cocina a saludar la parte del servicio que trabajaba allí, las señoras la adoraban y estaban contentas de verla otra vez. Yulia en su tono lo más natural posible explicó que harían un trabajo juntas y que no debían preocuparse por la comida, la pelirroja había pedido comida china para ambas. Las mujeres asintieron y siguieron charlando con “Cenicienta”, el nerviosismo iba aumentando en la morena y por eso mismo empezó a golpear con un dedo sobre la encimera de la cocina. ¿Qué harían ahora? ¿Tenían que conversar? Katina la miró de reojo, sabía que estaba nerviosa y eso le gustaba, le daba una ventaja y cierto poder sobre ella, en cambio la ojiverde estaba tranquila porque había repasado mil veces las intenciones que tenía para hoy.

Elena le hizo un gesto a Yulia con la mano para que la mirara.

- “¿Te parece si vamos a hacer lo de química?” –Se volteó hacia las sirvientas- “Un gusto” –cuando pudo reaccionar, la morena buscó vasos, una soda y platos antes de seguirla. Después de pasar por varias estancias de la mansión llegaron hasta el frente de la escalera donde la morena empezó a subirla- “¿Puedo subir yo también?” –le frunció el ceño ¿Cómo podía pedir permiso si era obvio que la estaba invitando? Esta vez fue Elena quien se puso nerviosa cuando quedaron fuera de las puertas de su habitación.

-Podemos comer en el suelo frente al LED que tengo, ven, pasa….

Era entrar a otro mundo, esa habitación tenía una atmósfera femenina inquietante pero también curiosa. Estuvo muy pocas veces siendo sirvienta, quizás solo una o dos. No era de tonos rosa como podía suponer que era la habitación de  Svetlana Kutznesova, esta estaba decorada de forma exquisita y muy costosa que provocaba temor arruinar.

 -Puedes dejar las bolsas aquí –indicó una mesa baja y amplia hecha de madera y vidrio- Prenderé la chimenea porque hace un frío enorme –la siguió con la mirada sin conseguir el poder quitarle los ojos de encima, se veía hermosa y casual con su vestido morado, tan simple, tan ella. Caminaba y se agachaba con gracia, la forma en la que abría los ojos al encender el fuego ¿Pavell se fijaría en ese tipo de detalles simples? No- A ver ¿Qué tenemos aquí?- Ambas se miraban fijamente.

-“Arroz chaufan, carne mongoliana, sopa con fideos, arrollado primavera, salsa de soja y esto” –hurgueteó en una bolsita pequeña- “Galletas de la suerte” –parecía una niña tímida mostrando un tesoro recién descubierto. Cuando la comida ya estuvo servida en los platos, llenaron sus vasos con “Sprite” y los acercó sin separarlos.

-Por nuestra amistad y esta junta secreta, quiero darle gracias a Dios por la comida que gentilmente compraste y también por darme la oportunidad de poder brindar contigo con algo simple como una bebida y no un asqueroso vino –soltó una risita que dejó a la pecosa aturdida, en el buen sentido de la palabra- Salud.

-“Salud señorita Volkova” –bebió un poco antes de romper los palitos. Habían prendido la televisión pero no fue realmente necesario, era difícil despegar los ojos de la otra mientras charlaban de cualquier cosa.

-Mmh – Yulia gimió gustosa por la comida, era un gemido inocente que el cuerpo de “Cenicienta” parecía no entender como tal- ¡Me gusta! Te lo agradezco –un pedazo de carne salió volando por su boca, provocando la risa instantánea de Katina. Se reía a su manera, no era fuerte, era extraña pero tierna a la vez. La morena se sonrojó por la poco “decorosa” forma de comer- Lo siento….

Era esto lo que a Yulia tanto le gustaba y que descubría ahora, la sencillez, el ser libre a la hora de actuar, el poco formalismo, el estar cómoda frente a alguien que no fuese necesariamente “su novio”. Con sus amigos de todas formas había códigos que cumplir como el llevar joyas puestas, exponer incluso con ellos cuan rica era. Conversaron sobre cualquier cosa que se les venía a la cabeza mientras comían, Elena se limpiaba los labios cada vez que terminaba de comer y quería hablarle, pensaba que era una falta de respeto si Yulia le observaba los labios y no estaban “adecuados” para la ocasión. Cuando no quedó comida y apilaron los platos a un costado, se quedaron calladas. Katina pasaba una mano por su cabello tratando de buscar las palabras adecuadas para decirle porque había tenido la idea de juntarse ahora. Buscando con la mirada se dio cuenta que había un sofá de cuero blanco cubierto por una manta de polar rosada. “Que mono” pensó con una sonrisa torcida, luego se paró y le tendió la mano a la morena para guiarla hasta allá. Se sentó cómodamente con la espalda estirada hacia atrás, luego Yulia hizo lo mismo. ¿Por qué estar separadas así? Sin preguntarle a la ojiazul la abrazó de lado y la pegó a su cuerpo, el frio ya no se sentía, solo el calor que sus cuerpos se brindaban y el que la chimenea tan gentilmente les proporcionaba.

-Lena… -susurró conmovida, la mencionada frotaba su mano sobre el brazo desnudo de ella, sus roces para darle calor le provocaban más que eso, sí, mucho más que eso.

-Yul –murmuró con un tono tan bajo que llegaba a ser ronco, la morenq llegó a suspirar imaginando como sería su voz hablando más que eso. Se miraban tiernamente- “Quería juntarme contigo porque quiero demostrarte quien soy yo, cómo me puedo comportar contigo, mostrarte las cosas con las que puedo entretenerme” –pausó un poco- “Las cosas que forman parte de mi mundo… así como “Cenicienta” entró en el mundo de la heredera, la heredera debe conocer el mundo de su sirvienta” -acarició la mejilla de Yulia que se había tornado rosada con el calor de la situación.

-No eres mi sirvienta, no digas eso más porque voy a enfadarme –pestañeó un poco para comprender sus palabras- Eres mi amiga… o quizás más que eso –murmuró para sí misma, sus palabras no pasaron desapercibidas para la pecosa - Gracias por querer mostrarme tu mundo o parte de él, es muy agradable disfrutar de la sencillez… -instintivamente se abrazaron más fuerte, afuera empezaban a caer las primeras gotas de lluvia - Hoy mis amigos querían juntarse acá. Soy tan feliz de haberles dicho que no…

-“Déjame mostrarte mi mundo, déjame hacerte feliz… te juro que soy mejor persona que ese infeliz de Pavell” –moduló sin reprimirse lo que deseaba aunque por el gesto de sorpresa de Volkova pensó que era un grave error.

Avergonzada la soltó de sus brazos, se separó un poco, sostuvo su libreta y empezó a escribir. Tenía una necesidad de decirle la verdad, no podía mentirle si la miraba a esos preciosos y brillantes ojos azules, pero no tenía pruebas para demostrarle que Pavell y Sveta eran una mierda. Sí, ellas estaban haciendo lo mismo pero estaba segura que Pavell la engañaba desde antes de que ella entrase a su vida como sirvienta durante el verano, además Yulia se sentía culpable por sus actitudes, no merecía sentirse culpable por alguien que tampoco la valoraba ni veía más allá dentro de su novia.

Mientras, Yulia miraba el suelo con los labios y dedos apretados. ¿Qué esperaba de esto? Era obvio que eran mucho más que amigas o que sus corazones se deseaban más que eso. Pero ella tenía novio y debía de nuevo plantearse lo que realmente quería, cambiar una historia armada u optar por lo nuevo y totalmente distinto a lo que estaba ya acostumbrada.

Pero su interior le gritaba que la historia “armada” se estaba desmoronando, ella misma estaba cambiando, no era la que alguna vez se enamoró de Pavell, ahora conocía el mundo fuera de esa burbuja. De sus pensamientos la sacó Elena cuando le tendió una hoja.

-“Siento referirme así de tu novio pero es que simplemente lo considero un infeliz, al igual que tu amiga Svetlana, no me agradan ni me agradarán jamás. Siento que te pierdes con gente como esa, eres valiosa, eres mucho más que valiosa como para estar alrededor de ellos… espero pronto te des cuenta de eso”.

-¿Y soy más valiosa juntándome contigo? –susurró Yulia.

-“Siento no estar a la altura que te mereces, pero de algo estoy segura y es que si fueras mía te trataría como realmente mereces, te valoraría, te respetaría” –miró el suelo con la mandíbula tensa- “Te amaría” –tragó saliva nerviosa, sentía ira con toda esta situación pero aun así la miró fijamente y puso su esfuerzo para sonreír- “Sé que es difícil todo esta situación, solo quería estar contigo ahora porque aun cuando no quiero sentirlo, lo único que quiero al parecer es estar más a tu lado, más de lo que debería”- Yulia se paró y se colocó al frente de ella, sus ojos brillaban húmedos.

-Estoy entre la espada y la pared Elena, perdón si no actúo como quisieras pero ¡Es que me siento perdida! Me gustas, te juro que me gustas mucho –le caían lágrimas por sus mejillas, Katina sentía pena de verla así porque no merecía esto, merecía la verdad - Me encantas demasiado y quiero formar parte de tu realidad pero tengo cosas que me lo impiden para hacerlo libremente… no sé qué hacer- Elena le sostuvo una mano para besarle los nudillos con cariño, tan lentamente que logró hacerla jadear.

-“Una semana Yulia, en una semana tendrás que darte cuenta qué te hace más feliz” –parpadeó sin entender- “Te juro que voy a demostrarte que Pavell no vale la pena, pero más que eso, en una semana te mostraré más de mí para que sepas lo que puedo ofrecerte… quizás no sea mucho, pero es sincero”.

Protectoramente la rodeó con sus brazos para pegarla a su cuerpo y brindarle calor. No era experta en chicas pero Yulia Volkova despertaba en ella sentimientos que creía dormidos. Sí, claro que le demostraría que su novio era una mierda al igual que Sveta, necesitaba documentar el engaño para que ella los mandara lejos y pudiese elegir más tranquila lo que quería. Y ella daría todo de sí misma para que supiera que elegía bien.
 

-Bésame, por favor Lena… bésame – pegó su frente con la de ella, cuando los labios de la pelirroja rozaron los suyos con tanta lentitud, sintió que fallecía de placer. Su alma, su cuerpo y corazón le estaban gritando que con ella todo sería de un modo diferente, un modo mucho mejor y más humano. Las manos de Yulia se metieron secretamente y con necesidad bajo la blusa de Katina para afirmarse directamente de su cálida piel, ambas jadearon, separaron un poco sus rostros y se miraron fijamente…. 

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Si lo sé, soy cruel por cortar ahí el capítulo pero ni modo así es esto 🤣🤣 Gracias por leer, son lo mejor de lo mejor 😝 ya verán que pasará luego 😊 más Yulena!
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Mensaje por Fati20 2/2/2022, 11:41 pm

Si que eres cruel como nos dejas en el inicio de la acción 😱😱😱😱. Me parece lo más inteligente q tenga las pruebas q ayudarán a q ya julia la ame libremente sin remordimientos y lena le muestre lo q es el verdadero amor 😍😍😍. Saludos querida 😘😘
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Mensaje por katina4ever 2/3/2022, 6:06 am

😱😱😱😱 qué creo eres! Te encanta dejarnos así 😂😂😂 espero que esa semana Yul se de cuenta lo o que linda que Lenita es😍😍😍😍
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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/3/2022, 7:43 pm

Adorable compañía
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Su mano la dejó en la base de la columna de ella, no decían nada, solo se miraban de manera intensa con sus cuerpos muy cerca una de la otra. Acercó su boca al sector entre su cuello y la mandíbula, apretó sus labios lo suficiente para poder succionar un pliegue de piel suave y caliente. Ese gesto a la ojiazul la hizo gemir, no sentía dolor sino una potente corriente de calor que se creaba en ese sector hasta derramarse por su cuello, el brazo y todo el costado de su cuerpo hasta culminar entre sus piernas. Perdió un poco el equilibrio pero usó sus dedos para presionarlos en la espalda de Elena, quizás “Cenicienta” tenía complejo de vampiro porque tenía una fijación con su cuello, claro, ella no podía quejarse en lo absoluto.

-Lena…- Yulia gimió con los ojos cerrados, así podía sentir más vivamente todo contacto. Se estaba excitando y no estaba segura si debía empezar algo más o podía tomarse con tiempo las cosas. Sin pedirle permiso le sostuvo las manos y empezó a morderle con cuidado dedo por dedo, lentamente para encenderla y que perdiese la cabeza también. Cuando Katina captó el mensaje, en ese preciso momento tocaron la puerta de la habitación. Elena apretó el puño y sus ojos.

- “Mierda”.

Oleg sonreía contento, cuando llegó junto a su esposa le habían dicho que Elena Katina estaba en la mansión junto a su hija haciendo un trabajo de química. Quería verla un instante, preguntar si necesitaban algo o conversar unos segundos. Cuando la puerta se abrió apareció su hija con las mejillas sonrojadas y una sonrisa torcida, unos cuantos metros más lejos estaba su compañera sentada en el sofá blanco mirando concentradamente lo que escribía junto a una pila de libros. Alzó la mirada y sonrió instantáneamente, todo era un gran acto de disimulo.
 
-Qué bueno es verte acá Elena, deben estar cansadas de hacer trabajos por lo que veo – indicó los libros, Yulia asintió a su lado - Y veo que comieron algo – Yulia lo abrazó de lado con amor ¡Era la consentida de papá!

-Ella ha comprado comida china para cenar mientras nos dábamos un descanso, aún nos falta un poco, la verdad.

-“Buenas noches señor Volkov” –apretaron las manos a modo de saludo- “¿Cómo le fue en la cena?”

-Más o menos, de verdad muchas gracias por preguntar, pasaba a saludarlas, de verdad lamento si interrumpí el estudio… -miró a su hija con los ojos entrecerrados - Volvimos antes porque la cena fue un caos, se cortó la luz y no tenían generador propio… ¿Cómo es eso posible? –se acercó para darle un beso en la frente y susurrarle secretamente al oído - Me gusta que hagas amistad con ella, es una buena chica… -se volteó como si nada hacía Katina - Me despido, la verdad es que estoy muy cansado e iré a dormir… no tarden tanto en hacer el trabajo, salgan a divertirse un rato –les hizo un gesto con la cabeza y se retiró de allí con los ojos casi cerrados. En serio estaba agotado.

Yulia estaba sonrojada, la mandíbula la tenía tensa, las manos le temblaban y se sentía avergonzada. Amaba a sus padres pero ¡¿Cómo pudo su papá interrumpir justo en el momento menos preciso?! Había sido dulce e inocente, subió hasta su habitación para saludar y retirarse, no tenía como saber que estudiar era precisamente todo lo contrario a lo que pudo suceder. Elena leyó los gestos de su cara formando una sonrisa débil por ello. Incluso esta noche no era preciso que terminaran haciendo el amor ¿Qué tenía el mundo en su contra? Se acercó hasta ella extendiendo sus brazos para capturarla entre ellos, la morena hundió su cara contra la blusa de Elena para aspirar todo lo posible su perfume y calor. ¿Cómo algo tan simple podía ser tan exquisito? Yulia conocía a sus padres, cuando estaban cansados nada podía sacarlos de su sueño así que no había problemas si invitaba a Elena a quedarse un rato más pero ¿Cómo decírselo sin sonar como una ofrecida? Por esta vez se conformaba con su compañía, quería aprender más de ella, quería ser parte de su mundo, saber de ella todo lo que lo conformaba también.
 
-¿Te quedarías esta noche conmigo si te lo pidiera? –susurró pero esta vez con su cara hundida en el cuello de esta- Por favor –terminó por decir. Sin dudarlo asintió, cada segundo más que pasaba con ella le servía para convencerla que Katina era una buena opción de la cual no podía arrepentirse.

Como dos niñas caminaron de la mano hacia una puerta de vidrio que tenía la habitación de Yulia, la cual daba a un balcón con reposaderas y un telescopio. Las gotas de lluvia no eran tan fuertes pero sí lo suficientes para llenar sus rostros de gotas y mojar un poco sus ropas. Respiraron profundamente en silencio, querían llenar sus pulmones de ese aroma exquisito cuando la tierra era mojada.

-“Disfruta de la naturaleza, disfruta de la sencillez cuando quieras estar tranquila”- moduló Elena con una sonrisa inocente, estirando su mano para que más gotas la mojaran.

-Me gusta esto, en serio me gusta –rió como niña antes de tirarla de la mano para entrar de nuevo a la habitación. ¡No querían pescar un resfriado!

Mientras Yulia estaba en el baño, Elena se dijo mil y una vez que estaba bien, no siempre todo tenía que terminar en sexo pero ¿Cómo hacerle entender eso a su cuerpo? Disfrazada de “Princesa” estuvo a punto de hacerlo con ella en el baño, ahora todo parecía ideal para empezar pero interrumpió el señor Volkov. Definitivamente tenía que ser en otra parte porque aunque quisiera a Yulia por muchas más cosas que solo su cuerpo, era un crimen no caer en la tentación y hacer algo que definitivamente ambas disfrutarían.

“Pero sería mucho más placentero si fuese mía y no de ese infeliz”. No quería darle más vueltas al asunto, podía disfrutar de su compañía ahora. Se quitó los zapatos y calcetines, se miró al espejo de cuerpo entero y creyó que el jean sería una molestia para estar bajo las sábanas ¿Y si se quedaba solo con ropa interior? No era algo que no hubiese pasado antes, cuando fue su salva vidas estaba con un traje de baño. Yulia salió del baño con un short de seda rosado y una camiseta del mismo material y color, su cabello caía con gracia sobre su costado, los ojos le brillaban aún más cuando sentía vergüenza. “Cenicienta” estaba parada con los labios entreabiertos, respirando con dificultad antes de pasar por su lado velozmente y entrar al baño, necesitaba apagar el fuego con agua fría o lo haría todo más difícil.

Yulia apagó el fuego de la chimenea, caminó rápido hasta la cama y se metió bajo la ropa de esta gimiendo incómoda por la temperatura de esta. Minutos después apareció la figura semidesnuda que tenía su compañera, vaya forma de pasar una noche de viernes juntas. ¿Tareas? ¡Patrañas!

-La cama es lo suficientemente grande – Volkova susurró incómoda - Pero tengo frío.

-“Será un honor compartir el calor con usted, señorita Volkova” –murmuró Elena con la mirada salvaje como la de un lobo hambriento. ¿Cuándo fue el momento preciso en la que pasaron a coquetear en este sentido? Yulia sabía que estaba siendo infiel a Pavell, pero por esta noche no quería recordar que tenía novio ni lidiar con la culpa, toda tarea la podía relegar para más tarde- “Ven aquí” –hizo el movimiento preciso para que ella dejara la cabeza sobre su pecho, la aferraba con su brazo izquierdo, con la mano derecha acariciaba la punta de su nariz, sus mejillas. Decidieron no hacer el amor esta vez pero estas muestras de cariño eran igualmente importantes- “Eres hermosa Yulia” – la morena besó su cuello, sabía que no ayudaba mucho a Elena pero no podía privarse de ello cuando la tentación era tan grande.

-He recibido tantos elogios tuyos… tú también eres hermosa Lena, tanto que varias chicas y chicos de Heidelberg te desean y miran con otros ojos, ya lo de tu situación económica está pasando a segundo plano… -arrugó su nariz, ese gesto a Katina le parecía dulce y no pudo evitar acercarse para besar su naricita- Mmm –se acomodó más sobre Elena, sus piernas estaban entrelazadas para brindarse más fuerte el calor- ¿Qué estás haciendo conmigo? Entraste a mi vida y me estás haciendo una mejor persona .

-“Solo estoy tratando de ser yo misma, yo podría decirte también ¿Qué estás haciendo conmigo Yulia? Debería odiarte, deberíamos llevarnos mal pero míranos ahora” –se inclinó un poco para besarle la boca, beber de sus labios y lengua para saciar el calor que tenía dentro- “Ahora no puedo sacarte de mi cabeza”.

-Me gustas mucho, Lena, me gustas tanto que… que me das esperanzas de que todo estará bien sin importar lo que pase –le tembló la voz, dejó que ella le llenara cada rincón de su rostro con besos tiernos y sinceros, suspiraba- No debería decir esto me provocas en sentidos que no lo hace “él”… no sé cómo explicarme –su barbilla se movía de forma irregular, estaba nerviosa y asustada ¿Cuándo se atrevería a dar el salto más importante, hasta ahora, de su vida?- Eres totalmente distinta a lo que me rodea, pero eres una diferencia que me complementa y estoy segura que sería feliz si fueras mía pero… -miró cualquier cosa menos sus labios- ¿Acaso tú no tienes una novia? - Elena sonrió traviesa, con un dedo movió su barbilla para que la mirara.

- “Te sorprendería saber que no tengo novia hace dos años”- Yulia abrió su boca.

-Pero… pero la castaña de…- la pelirroja rió contra su frente, luego la miró para que pudiese leer sus labios.

-“No pienses en eso, no pienses en Pavell, te juro que la semana próxima serás libre de optar por lo que quieras, te juro que cuando eso suceda te haré feliz… paso por paso cariño, paso por paso” –no quería que las cosas fueran demasiado rápido porque creía en el dicho “lo que fácil llega, fácil se va”, pero tampoco iba a privarse más de ella. También tenía derecho a ser feliz con una mujer y si lo sentía así con la “heredera” iba a luchar por ella- “Te quiero”  Yul.

Asaltó su boca de manera hambrienta, si antes tenían frío ahora llegaban a sudar con el calor que sus cuerpos se estaban brindando. No le haría el amor hasta que fuese suya, estaba segura que tampoco la morena dejaría que Pavell la tocara de esa manera porque “Cenicienta” había logrado plantar en su alma esa semilla que no podía arrancar, la de curiosidad por conocerla, la de necesidad por disfrutar del mundo de otra manera, la de cambiar y ser quien quería ser en realidad. Cuando Yulia dejara a Pavell, nadie podría detenerla…. “Cenicienta” quería quedarse con su heredera "mimada". 

Y así dos horas más tarde, ambas dormían abrazadas en la clásica forma “cucharita”. Afuera había una tormenta enorme pero dentro de esa cama sus cuerpos estaban tan cómodos de esa manera que ni una bomba podría separarlas. Ambas inocentes estaban jugando a quererse, un juego que se volvía cada segundo en realidad, sentimientos que serían difíciles de arrancar. Un juego que también podía quemar.

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Ven??? Después de todo no soy tan cruel 😅😅
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Mensaje por Fati20 2/3/2022, 8:06 pm

Fue una noche muy romántica y linda para asegurarse de lo que sienten y hacerlo más grande y fuerte 😍😍😍. Me encanto el capitulo y quiero saber más 😃. Saludos querida hasta mañana 😘😘😘
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Mensaje por Elena Sonda 2/3/2022, 9:43 pm

Jajaja, si eres cruel.... A veces.... Pero siempre vale la pena la espera.... Ojalá pronto Yulia se de cuenta de como son su novio y su "mejor amiga" 🙄

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Mensaje por RAINBOW.XANDER 2/4/2022, 9:09 pm

Ya no más...
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El viento se mezclaba con las gotas de lluvia golpeando los árboles y las ventanas. La tormenta parecía un caos, quizás hacía demasiado frío pero Yulia estaba en perfectas condiciones, demasiado perfectas para ser ciertas. Estaba despertando poco a poco de su sueño cuando se dio cuenta que sentía calor en la nuca, algo soplaba en su cuello y el borde de su oreja derecha también. Elena estaba durmiendo profundamente con su rostro apoyado contra la parte trasera de la cabeza de Yulia. El aire que exhalaba de la nariz llegaba directamente contra su piel justo para brindarle más calor. La abrazaba como si fuese un oso de peluche, tenía ambos brazos rodeándola por la cintura pero una mano más cerca del escote de su pijama de seda. Qué oportuna ¿no? Sentía como si nada malo pudiese pasar en este momento porque tenía una mujer valiente que la protegería de todo. Sonrió un poco con la idea casi infantil pero dulce, sí, muy dulce.

-Sigo pensando ¿Qué me estás haciendo, bonita? –No había mucha luz, las nubes grises ensombrecían el día, pareciera como si recién amaneciera cuando en realidad eran las 9 de la mañana - Podría quedarme todo el día así, entre tus brazos - tenía ganas de ir al baño pero si se movía la despertaría, si se volteaba también - Pero quiero verte dormir – lentamente comenzó a girarse pero instintivamente el cuerpo de Katina se volvió a acomodar contra ella, esta vez apoyando su cara contra uno de sus pechos - Que oportuna, mi “cenicienta”… que oportuna – introdujo su mano en la cabellera despeinada de la pelirroja. Le encantaba su color porque a la luz del sol se veía más rojizo, era suave y olía muy bien - ¿Por qué las cosas no pueden ser más fácil? ¿Por qué no apareciste en mi vida antes? – Dobló un poco el cuello para alcanzar su frente y dejarle un beso profundo.

-Mmm Yul –arrastró su nariz por el pijama, se sentía tan suave y blanda esa área que sin darse cuenta dentro de su sueño sonrió bobaliconamente. Yulia se mordía los labios tratando de aguantar la risa, incluso cuando no estaba despierta seguía su lado “pervertido” - Yul, mía –abrió los ojos sorprendida ¿Qué había dicho? Su ronca voz…. ¡Dijo “mía”! 

Sintió que el calor se acumulaba entre sus piernas con esa palabra tan posesiva, “mía”. Y lo había dicho ¡Lo había dicho y pudo oírla! Oh Dios, santo cielo quería escucharla hablar más, lo necesitaba como el aire. Deseaba escuchar todas las palabras salir de su boca porque estaba segura que era una delicia…. ¡Y eso que solo era una adolescente!

-Lena….Lena – le levantó la barbilla y la besó de a poco en sus labios. Estaban calientes y suaves. Se le contrajeron los músculos, con Pavell no había reparado en esos detalles, ni en el cómo se veía durmiendo - Lena despierta ¡Viene mi mamá!

-“Mierda” – Elena moduló sentándose alarmada en la cama pero volteando de inmediato cuando escuchó a Yulia retorcerse de la risa. No pudo enojarse, con el cabello sobre la almohada, sus manos en el vientre, sus mejillas sonrojadas y su preciosa dentadura, esa imagen era un regalo de los dioses. Se acercó a ella como un león, la acorraló contra el colchón y sin pedirle permiso le mordió despacio el sector entre el cuello y la barbilla, ese sector donde tenía una fijación y que le temblaba tanto a la morena cuando estaba excitada o emocionada.

-Lena –gimió al instante, estaba receptiva. La pelirroja se separó para mirarla unos segundos, acariciarle el rostro con el pulgar. Sus ojos realmente parecían estar conectados.

-“Te quiero Yulia, realmente te quiero” - moduló antes de volver a besarla.

………………....................................................
 
“¡Subieron las notas!” exclamó un muchacho en el salón cuando aún no había llegado el profesor asignado de educación cívica. Elena sacó su Ipad (el que le había obsequiado Yulia después del accidente) y con agilidad en ambas manos ingresó a la página web de Heidelberg. Lo bueno de esta escuela es que tenía una interfaz online donde subían las calificaciones o material de estudio (como en la universidad), solo cuando un profesor lo deseaba, entregaba las notas en la sala sino tenía la opción de hacerlo online para que fuesen más personales.

Era día miércoles 10 de diciembre, hoy entregaban todas las calificaciones finales del primer semestre (exámenes, pruebas y trabajos), la próxima semana solo debían venir quienes debían algo y por suerte ella estaba al día y con muy buenas notas ¡Eran perfectas! Secretamente le mandó un mensaje por “WhatsApp” a Yulia: “¿Sigo siendo la mejor o me has superado? Wink, pd: te ves hermosa hoy”.

5 minutos después llegó el mensaje de vuelta “Como siempre señorita Katina, soy mejor que usted :$, pd: también te ves hermosa, tanto que otr@s te están mirando :@”

Se mordió los labios y se puso a hacer cualquier cosa, no quería que su cara de loca la delatara ante Pavell o los demás. Cuando llegó la hora del almuerzo se juntó con sus amigos, iban caminando hacia el casino sin imaginar que dentro había un caos. Apenas entraron descubrieron una gigantografía de Yulia Volkova donde tenía escrito con spray rojo “Perra desgraciada”.
 
-¿Pero qué mierda? –T.O.P murmuró consternado, nadie en el casino estaba comiendo, todos estaban con la boca abierta mirando la imagen. Lucía realmente preciosa tirando un beso a la cámara pero quien había escrito eso la odiaba realmente.

-La probabilidad de que un hombre escriba eso es casi nula aquí en Heidelberg – Oksana se volteó a su grupo de amigos - la probabilidad de que lo haga una chica es más alta pero aun así es raro, todas la adoran…. Incluso yo –se mordió los labios haciendo un gesto con las cejas. Elena cerró los ojos y formó una sonrisa torcida - Pero quién…

-Quizás alguien que la deteste por algo que ella tiene… es decir, es mucho más millonaria que todos nosotros en esta escuela pero eso no es para que la odien, quién…- respondió Amber.

-Alguien que tenga que ver con… -T.O.P alzó la vista hacia el frente, con la cara roja de rabia estaba Pavell. Yulia no estaba por ninguna parte quizás muerta de la vergüenza - con Pavell Smirnov.

“Svetlana” pensó de inmediato Elena, ella también tenía mucha ira con todo esto que estaba pasando porque no quería que alguien se burlara públicamente de Yulia, menos de forma tan descarada o tan cobarde como no dar la cara. El casino lo cerraron pero les dieron autorización para comer en las salas o salir a restaurantes cerca de la escuela, el que no volviera al bloque después del almuerzo sería suspendido ¡Ser suspendido en Heidelberg era una pesadilla! Katina no quiso ir y sabía que para conservar una amistad debía ser sincera.

-¡Jin paga la comida para todos! –Dijo Oksana en la entrada de la escuela, Elena la sujetó del codo y la volteó con cuidado.

-“Cariño, no voy a ir, necesito saber que está pasando con lo de Yul” – su amiga se acercó a su rostro y susurró preocupada.

-¿Es realmente necesario?

-“Ustedes son mis amigos y saben que Yulia me importa, que estoy entablando una relación de no odio y que nos llevamos bien” – Oksana asintió con una sonrisa triste, tenía la sospecha que Elena estaba enamorándose de Volkova y aunque veía muy poco probable que fuese a resultar, no se atrevía a decírselo, no era quién para decir “NO” a las cosas cuando ella era testigo que por amor se lucha bastante, sobre todo cuando ante la sociedad estabas llena de cuestionamientos - “Espero no se enojen”.

-Venga mujer ¿Qué pasa? – Protesto Jin.

-Chicos, Lena no irá a almorzar hoy, se va a quedar para saber qué está pasando con el asunto de Yulia –los demás asintieron de acuerdo, realmente no podían odiar a la morena porque últimamente se había comportado muy bien, pero no tenían la misma opinión con respecto a su grupo de amigos. 

Después de bromear un poco caminó de vuelta a la escuela, le estaba mandando un mensaje a la ojiazul para saber dónde estaba pero se la topó en una de las entradas del casino. Tenía lágrimas cayendo de sus ojos mientras un agente le hacía preguntas para la investigación. Esperó a que terminara para poder acercarse y abrazarla fuertemente, repasaba sus manos por la espalda mientras susurraba a su oído “Yul”. Funcionaba, la estaba tranquilizando.
 
-“Cuéntame que está pasando” –dejó una mano en su hombro, así la situación se vería menos comprometedora para cualquiera de las dos.

-Llamé a mi mamá para contarle lo que… lo que estaba pasando, mi papá está muy ocupado como para interrumpirlo – Katina con cariño secó una lágrima rebelde que se escapaba del ojo de ella- Ella llamó de inmediato a unos amigos que tienen en la KGB para iniciar una investigación, quiere prevenir cualquier tipo de daño desde ya… es solo una foto que me trata de perra pero jamás me había pasado y mis padres son un poco ¿Sobreprotectores?

-“Están preocupados, puedes creer que es cosa de adolescentes pero si tus padres tienen amigos que son agentes federales y que harán cualquier cosa por ellos, hay que aprovechar los recursos” –Yulia se había vuelto experta leyendo los labios con Katina, ahora podía modular rápido y podría entenderle igual- “¿Alguna sospecha?”

-Nadie –gimió- Me siento humillada por el amor de Dios – Elena asintió pensativa, se acercó más a ella con los ojos entrecerrados.

-“Será mejor que observes bien a tu alrededor, a veces las personas que creemos cercanas no lo son”.

Y en ese mismo momento pero en un abandonado baño del gimnasio estaba Pavell con el ceño fruncido. Se veía molesto, mucho más que molesto mientras discutía con otra persona. Él no era idiota, nadie se atrevería a hacer semejante niñería e insulto contra Yulia más que ella.

-¡No mientas, maldita sea! –La empujó contra la pared- ¿Te das cuenta que afuera está la KGB investigando? ¿Quién más que tú detesta tanto a Yulia?

-¿Y por qué habría de hacerlo yo? ¿Crees que tengo suficiente tiempo para meterme en ese tipo de problemas? – Sveta sonrió de forma inocente, levantó los hombros con el mismo aire de “yo no he hecho nada”.

-Solo quiero que tengas en cuenta que si te descubren no pienso admitir ninguna mierda nuestra, es que… santo cielo ¡La mujer con la que me he metido! – Masculló el chico.

-¡Pues harto que te gusta todo esto! –hizo un gesto indicando todo su cuerpo- No te preocupes por lo que yo haga porque te juro que será en beneficio tuyo, aunque te advierto que no esperaré tanto tiempo para que hables sobre esto porque no quiero ser segundo plato de nadie.

-Por muchas razones elegiré primero a Yulia antes que a ti…- dijo Pavell entre dientes.

-Pues bien, parece que tu Yulia no está interesada en ti – la rubia sonrió triunfante al ver el desconcierto en el rostro del chico. Comenzó a caminar por el baño para elegir las palabras adecuadas - Se le ve tan cercana últimamente a Elena, digo, no es la relación distante de antes y no soporta que la llamemos cenicienta.

-Sus padres discutieron con ella sobre ese asunto, odio que se comporte así pero no te sorprendas si pasa, Yulia puede ser muy obediente con ellos – contestó Pavell. Svetlana lo abrazó por detrás, arrastrando su boca por la nuca de este mientras le daba pequeños besos, era un gesto que lo calentaba bastante.

-Pues la forma en la que se sonríen cuando pasan cerca una al lado de la otra… no lo sé, yo no lo descartaría ¿Quieres averiguar sobre ellas?

No debió decir esas palabras, había encendido la llama de la curiosidad en Pavell, un hombre que decía orgulloso que no se dejaba dominar por nadie cuando en realidad sus actitudes se dirigían según los comentarios de sus cercanos, sino ¿Cómo podía explicarse su cambio de actitud con respecto a Elena? Katina tenía la mitad de la semana para tener evidencia de lo que sucedía entre Pavell y Sveta, y ahora ellos parecían también querer hacer una contra la “heredera” y “cenicienta”. En esta carrera “de la verdad” ¿Quién terminaría ganando?

Habían varias razones por las que Pavell Smirnov no quería ser descubierto con su engaño: Yulia pertenecía a una de las familias más ricas de Moscú y Rusia, la unión entre la familia de ella y la suya era una potenciación que beneficiaría a ambos. Por otra parte ¿Quién quería quedar como un infiel frente a todo Heidelberg y la sociedad de ricos? Si bien todo era tan materialista y frío, él sentía amor por Yulia aunque no como el de antes, no sabía cómo ni porqué, menos el cuándo dejó de ser ella su todo ¿Qué tenía Svetlana que no tenía la morena? Quizás la personalidad atrevida de hacer todo lo que se le placiera sin importarle lo que dijeran los demás de ella.

…………….........................................................

Acercó sus labios al borde de la taza. Suspiró encantada al percibir el aroma y bebió un poco del café que tenía allí. Hacía bastante frío, el ambiente afuera se asemejaba mucho al sentimiento que tenía dentro en ella como el de soledad, tristeza e impotencia. Era viernes, hoy también había decidido no ir a clases porque no tenía cara para estar parada frente a todos y darse cuenta que la miraban diferente, quizás con lástima, compañeros y desconocidos con cara de duda tratando de imaginarse quién se había atrevido a rayar la imagen de ella. El departamento donde trabajaban los amigos de sus padres estaban encargados de la investigación, quién fuera responsable se llevaría un buen susto de la forma en la que solo ellos sabían darla, además del eterno odio. Dos días estando acá y en ninguno Pavell trató de persuadirla para que volviese, solo llegaba a la mansión para acompañarla un rato pequeño en la tarde y alentarla diciéndole que todo estaría bien, incluso que todo esto de la KGB era una porquería. Sus besos se sentían fríos y es que ella misma también no sentía un cariño por la relación, cada día se daba cuenta de que todo lo que creyó perfecto, todo el cuento de hadas no era como todos lo creían o como ella misma lo pensaba - ¡No podía quitarse la culpa de encima! Pavell no merecía que le hicieran esto, era el novio perfecto y lo estaba desperdiciando pero es que Lena le mostraba un mundo totalmente distinto, lleno de valores, de sentimentalismos y detalles sencillos que le hacía sentir la mujer más afortunada del mundo. Ella le había dicho que esta semana estaría libre para decidir pero ¿De qué? No le había mostrado algo. También dijo que Pavell no valía la pena y que las personas cercanas podían ser las más peligrosas ¿Por qué no era directa? ¿Qué deseaba?

Buscó en su teléfono la conversación con WhatsApp que tuvo con ella durante la mañana mientras Lena estuvo en Heidelberg: “Los profesores no están haciendo clases, saben que nadie los tomará en cuenta cuando ya cerraron el semestre”, “¿Tampoco vendrás hoy? No te haces una idea de cuánto me desagrada no verte”. Y mensajes de ese tipo iban intercambiando, algunos se tornaban un poco melosos pero no lo suficiente porque la ojiazul se daba cuenta que Elena Katina era una chica que era más de demostrar el cariño estando presente.

Yulia dejó el teléfono de lado, tomó la taza entre sus manos y bebió café de nuevo.

- Y de un segundo a otro dejaste de contestar mis mensajes por WhatsApp ¿Qué fue lo que te pasó? ¿Hubo clases? –hablaba consigo misma torciendo la boca, en la mansión no estaban sus padres porque trabajaban, en su habitación tenía su mundo propio para sumergirse en la privacidad que deseaba. Lo malo de no asistir a clases era no poder verla, si bien no podían ser demostrativas y las miradas, unos simples “Hola” o sonrisas discretas podían ser las únicas demostraciones de cariño, se conformaba con eso, porque era un hecho que en la escuela no podían hacer algo más; que se estaba aferrando a ella cada día y que muy difícilmente se la podría quitar de la cabeza.

Después de haber almorzado se acostó bajo la ropa de cama para aislarse del frío. Nada mejor que eso sumado a una tasa de té caliente y la chimenea encendida. No tenía ganas de encender la TV ni usar el internet, menos de ver que en “WhatsApp” Lena no le respondería o que Pavell le hablaba diciendo “¿Estás bien?”. El resto de la tarde trató de leer una nueva novela que su madre le compró ayer, el libro se titulaba “Realidades de vida” de la misma autora de “Mi Odalisca 1”. ¿Creyó que subiría su ánimo con eso? Cuando empezó eran las 2 de la tarde, pero cuando cerró el libro miró el reloj a su lado, eran las 10 de la noche, había leído en tiempo record una novela pero todas las ansias por una nueva historia quedaron en el suelo ¡Estaba llorando a mares! ¿Es que acaso la autora se especializaba en hacer drama? ¿Por qué su madre le había traído una novela con un final tan triste?

-La vida es una mierda –decía balbuceando mientras lloraba. La historia en sí era preciosa, al final tenía un toque mágico y aunque la protagonista no había quedado sola, no era con quién el público hubiese deseado en un principio porque la historia había dado un giro por una tragedia – Siempre va a vivir a su lado, lleva el hígado de quien ama… oh –sostuvo el libro y lo abrazó llorando de nuevo, los sacrificios por amor existían, uno de los protagonistas lo había hecho ¿Lo haría ella también si tuviese la oportunidad? 

De sus lamentos la sacó el sonido de un aviso en su teléfono, la estaban llamando. Era su madre, para avisarle que no podían regresar hoy a la ciudad porque tenía una reunión muy temprano de nuevo mañana en la mañana, se quedaría en un hotel con su padre. Larissa había viajado a San Petersburgo y aunque negociaba por su lado, Oleg quiso acompañarla porque le había bajado todo el sentimentalismo sobre la importancia del amor y vida en pareja, amaba tanto a su esposa que no se perdonaría el permitir que estuviese sola de nuevo en un viaje de negocios. Yulia al terminar la llamada hizo un puchero y terminó llorando de nuevo ¡El amor era tan complicado! Guardó la novela “Realidades de vida” en la estantería de libros de su habitación. ¿Qué le había quedado después de leerla? La clara frase de “Se puede rehacer la vida, pero el primer amor jamás se olvida”

-Santo cielo ¿Por qué estoy tan sentimental? –suspiró a su reflejo, tenía las mejillas rojas, el pelo lacio hacia un lado, los ojos brillando - Está bien, tus padres se aman y eso debe ponerte feliz, lo otro es solo ficción, una novela muy preciosa por cierto y lo tercero, lo tercero lo resolverás cuanto antes porque debes hacerte entender que hay que luchar en la vida antes de lamentarnos, hay que arriesgarnos –dio unos cuantos pasos hacia atrás, miró su reflejo y asintió dando una sonrisa conforme consigo misma. ¡Ya basta de alargar lo que se estaba arruinando!

Cuando sintió todo el golpe de valentía, sonó de nuevo su teléfono celular. Lo sostuvo para leer le mensaje que había llegado ¡Era su “Cenicienta”!

~ “Estoy detrás de tu puerta, acabo de llegar, cuando termines de leer esto no esperaré tu permiso para entrar porque lo haré sin él” ~

Cuando terminó de leerlo, alzó la vista hacia la puerta preguntándose qué estaba pasando pero no tuvo mucho tiempo para procesar una respuesta porque Elena abrió la puerta. Lucía enojada, sus cejas estaban bajas y fruncidas, respiraba agitada y aunque parecía molesta, Yulia pudo sentir un poco de angustia en su aura. ¿Qué le había pasado? Cerró la puerta tras de sí, avanzó decidida hacia ella pero frenó de inmediato tratando de luchar con sus sentimientos. Retomó los pasos pero mucho más lentos como si calculara cada movimiento.
 
-Lena por qué… – dejó la pregunta sin terminar porque perdió el aliento. Elena se paró frente a ella en silencio, solo se podía escuchar el sonido de su respiración agitada, había corrido hasta acá ¿Por qué tenía un sobre en la mano?- ¿Te pasó algo?

-“Dime que estás sola en casa” –moduló lentamente, se veía muy preocupada, cada segundo se hacía más notorio que tenía miedo también.

-Sí, mis padres fueron a San Petersburgo y regresarán mañana… -descansó sus manos sobre las mejillas de la pecosa, estaban rojas pero muy frías - No me gusta sentirte así, algo te pasó porque no estás bien, ven, bajemos para que puedas comer algo – Elena negó, ahora lo que menos tenía era hambre.

-“Tú eres lo que yo necesito ahora Yulia” –moduló, descansó su frente en la de ella- “No te haces una idea de cuánto agradezco que estés en mi vida, que provoques en mí sentimientos que creía muertos”- Yulia suspiró, estaba entre los brazos de Elena, los cuales descansaban sobre su cintura y la tenían muy sujeta a ella.

-Dime que te pasa, tienes miedo de algo… lo sé.

-Yul –gimió cerrando los ojos, necesitaba buscar las palabras adecuadas - “Lamento haber llegado así tan de repente pero es que tengo algo que lo amerita pero también tengo miedo… miedo a lo que pueda pasar”.

-¿Qué cosa? –susurró con la voz aguda, ahora era ella quién estaba nerviosa. La presencia repentina de Elena la tenía un poco descolocada pero debía hacer el esfuerzo para formular preguntas o no perder el conocimiento entre sus brazos.

-“Ahora sé que eres mía, sin culpa ahora serás mía” –moduló con cuidado cada palabra sintiendo su lengua y labios moverse en cada gesto.

No le dio si quiera un segundo para responder porque le tomó su rostro a cada lado para poder atraer su boca y así besarla de una vez por todas. Venía deseando esto desde hace una semana atrás (Esa noche que durmieron juntas) ¡Necesitaba estar a solas con ella! Yulia Volkova se había vuelto su necesidad, el toque prohibido entre ambas como la manzana de Adán y Eva, esa mezcla de odio y pasión que hacía hervir a su corazón y cada parte de su cuerpo también, muchas cosas habían influenciado para que ahora se enfrentara a desafíos o tomara actitudes que antes no hubiese considerado. El beso fuerte se había vuelto lento, quería probar su boca, disfrutar la textura de su labio entre los suyos, de cómo ella se ponía en puntillas para alcanzarla, como sus dedos sujetaban con fuerza su ropa tras la espalda para anclar más el contacto entre ambas. Arrastrando su boca se dirigió hasta su cuello para regarle de besos por todo el costado, la escuchó gemir sutilmente, un sonido que despertó a su entrepierna y todo su sistema de alarma corporal.

-Le… na –“Cenicienta” escondió su rostro en el cuello de ella para respirar el perfume que desprendía su piel. Ambas estaban calladas respirando rápido y con sus cuerpos unidos en un abrazo protector, Katina la envolvía a ella para no soltarla jamás. Yulia sentía que se humedecía con facilidad. Elena la deseaba aquí y ahora ¡Santo cielo! Se desprendió un poco para tomarle la cara y hacer que se miraran fijamente- ¿Serás mía sin culpa? No entiendo a qué te refieres.

Katina cerró los ojos, hizo un gesto con el dedo índice sobre sus labios para indicar que guardara silencio. Todo instinto de protección crecía en ella, porque creía en sí misma y en sus palabras cuando decía que ella si sería lo que Yulia necesitaba, ella sí la valoraría como se lo merecía y es que cumpliría su palabra con eso. ¡Pavell esta noche se iría a la mierda!

-“Te quiero Yulia, por favor solo piensa en estas palabras y no porqué llegué ni cómo llegué… te quiero, te quiero como Pavell no lo está haciendo ni lo hará jamás” –moduló Elena dejando su dedo caer por todo el costado de su cara, perdiéndose en esos hermosos ojos azules que la volvían loca. Hoy no iba a ponerse prohibiciones ni frenos, iba a dejar de pensar en boberías y cosas moralistas que la hicieron frenar antes. Tenía lo que quería dentro del sobre tirado en el suelo, pero mucho más lo que se aferraba a ella con la mirada de “no me dejes caer”- “Te quiero” -volvió a repetir antes de empujarla suavemente a un mueble que había tras ellas, acorralarla contra la superficie para luego acomodar todo su cuerpo con el de ella como si fueran un molde perfecto. Agachó la cabeza y empezó a chupar el lóbulo de su oreja con el mismo movimiento lento con el que rozaba su cadera contra la de ella. ¡Podía sentirla tan bien!

Yulia inclinó su cabeza hacia atrás dando mayor acceso a su cuello, garganta y el borde del escote de su blusa. Pero Elena le tomó la cara para que la viera, lucía dominante pero romántica a la vez, respiraba con dificultad y el pelo alborotado. Lo que se venía después de esto iba a ser fuerte pero ahora no frenaría sus deseos ¡Ya no más!

-“Piensa bien en las consecuencias -besó lentamente su frente luego la miró inocente. Al frente de ella se veía dominante- “Si no me detienes ahora no lo haré yo aunque tu papá rompa esa puerta”.

………..Y allí seguía tirado el sobre en el suelo, el sobre que le daría la libertad a Yulia.
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😅 No es a propósito dejar los capítulos en lo más emocionante, lo juro 🤣🤣
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Mensaje por Fati20 2/5/2022, 3:12 am

Yo suponía que julia debía ver el sobre para estar libre y tener relaciones en paz con lena. Pero resulta que lenita tiene otro orden de como ejecutar plan 🤣🤣🤣. Si eres un poco cruel dejarnos por segunda vez así 😱😱😱. Saludos querida 😘😘
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