REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Ivan ya te ganaste mi desprecio, entiendo que le moleste las muestras de afecto entre el personal dentro de su empresa pero amenazar con sacar a Yulia solo por presionar a Lenita... Ya estuvo y más aún si es cierto todo lo anterior que escribieron uds chicas... Qué derecho le da de meterse en la vida de Lena? Es su vida, su cuerpo, su felicidad o lo que sea, y la verdad se ve feliz, aunque poco habla expresa mucho con sus actos y Yulia los disfruta y ve en Elena a alguien digna de no dejar y tener a su lado incluyendo niños...
Que buenos capítulos, cada vez avanza más.
Que buenos capítulos, cada vez avanza más.
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Putchis que penita que siempre exista alguien que quiera separarlas y justo ahora que se están diciendo los sentimientos que tienen por la otra y por la familia.
Gracias por actualizar y esperando nuevo capítulo, cariños miles
Gracias por actualizar y esperando nuevo capítulo, cariños miles
Patricia Armstrong- Mensajes : 52
Fecha de inscripción : 22/05/2024
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Pero k necesidad el del Ivan este de venir a joder güey quédate dónde estás que ni haces mucho ni nada, solo estorbas, como si Lena tuviera dos años tranquilas mis muñecas que uds serán felices
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XXI: "Sin control"
"Espero que cuides muy bien de tu sobrina, tiene estadía indeterminada" - Iván
Yulia abolló la pequeña tarjeta y la mantuvo aprisionada dentro de su puño, esa jovencita aún ni siquiera le había dedicado una mirada y ya quería hacerla desaparecer del lugar.
Fue Elena quien tuvo que alejarla con esfuerzo de aquel apretado abrazo para cerrar nuevamente la puerta y entregarle la tarjeta luego de leerla.
Era muy rubia, como una combinación entre ella y Elena y sus ojos eran otro tono de verde. No le gustaban, no le parecían dulces ni sexualmente expresivos como los de Elena. Su mentón llegaba al hombro de su esposa por lo que la hacía unos centímetros más alta que ella. Y era joven, no debía sobrepasar los 21 años y sus gestos, como tono al hablar, lo demostraban.
- Entonces - habló ella, cruzándose de brazos - dijiste que tu nombre era…
- No lo he dicho - la cortó la chica, observándola de arriba abajo y ella alzó ambas cejas. Iba a obligar a su mente planear algo para hacerla desaparecer cuánto antes - Soy Dasha - murmuró, y ella clavó los ojos en sus pechos.
- Claro, lo notamos… ¿y qué se supone que nos traes? Porque vienes de parte de Iván - aclaró al arrojar el papel - Puedes darnos el mensaje o las indicaciones y Elena te llevará a casa, antes de que se haga más tarde.
- Oh, no, no ¿qué no ves mis valijas? - no, no las había visto pero allí estaban, a un costado de la puerta y eran bastante grandes - soy la nueva miembro de su equipo. Seré parte de esto ahora - les sonrió a ambas y Yulia tuvo que morderse los labios para no dejar caer su mandíbula. De quién sea que haya sido esa idea, la iba a reclamar al día siguiente ¿Qué ganaban Iván o Gian integrando gente a su equipo? Ellas tenían todo bajo control ya - Estoy muy cansada ahora, no soy de aquí y mi vuelo duró casi ocho horas ¿Cuál es mi habitación?
- Estás en ella - aseguró Yulia.
- Lo que Yulia quiere decir - intervino Elena - es que Iván no nos había anticipado a esto y la casa cuenta con habitaciones contadas. Puedes… ¿explicarnos un poco cuál sería tu posición aquí?
- Iván está algo ansioso, quiere terminar este trabajo cuánto antes y dijo que mientras más gente lo ocupe y lo distribuya, más rápido acabará y tendrá el resultado que desea.
- ¿Pero haz hecho esto antes? - inquirió Yulia y la chica ladeó su cabeza, obviándole la respuesta y aumentando sus ganas de golpearla allí mismo - ¿Y cómo llegaste aquí? ¿Quién te acompañó? ¿Cómo sabías que esta era nuestra casa?
- Iván me dejó cerca, a la entrada de Anapa - le respondió ella con esa soberbia que aún no alejaba - y me dijo que tocara timbre, que buscara a mi futura tía, a Elena. Y antes que lo preguntes - alzó su mano al ver la boca de Yulia abrirse para interrumpirla - me describió a Elena como la hermosa y sexi de las dos. No fue muy difícil deducirlo - terminó, girando para tomar sus maletas y la morena se impulsó hacia ella, deteniéndose por los brazos de Elena en su cintura para no saltarle encima - Sé que los niños tienen un cuarto para cada uno, quizás mañana puedas desocuparme uno - ordenó mirando a la morena y perdiéndose luego escaleras arriba, arrastrando la maleta y generando un sonido ensordecedor con las ruedas sobre cada escalón.
- ¿A dónde va? - le preguntó entre dientes.
- Quizás al baño - le respondió Elena arrastrándola a la cocina - ¿puedo saber que sucede contigo? - inquirió por lo bajo y ella la fulminó con la mirada ¿cómo se atrevía a reclamarle luego de que la otra mocosa la tocara sin discreción y la tratara de no sexy?
- ¿Estás bromeando? ¿O tienes un problemita en tus oídos que no te permitió escuchar cómo me trató?
- Lo oí, Yulia pero necesito que mantengas la postura. Conozco a Iván y si no disfrutas como él, las cosas serán más tortuosas.
- Odio a tu jefe ¡Lo odio! ¿Qué se supone que vamos a hacer con ella aquí? No le quitaré la habitación a ninguno de los niños ¡A ninguno!
- ¿Y qué? ¿la haremos dormir en el sillón?
- O en el lavadero. El lavadero es un lugar más amplio ¡Oh, si! Le arrojaremos unos cartones en el piso y le daremos una frazada. Eres una genio, Elena…No te rías, no estoy bromeando - agregó al oír la burla de la pelirroja.
- Estás ahogándote en un vaso de agua, Yul. Necesito que te calmes ¿está bien?
- No, no estoy bien.
- Quizás solo esté molestándome, bromeando. Y tal vez nos caiga bien.
- ¿Nos caiga bien? ¿Tal vez nos caiga bien? - repitió, abriendo un cajón y buscando entre los cubiertos - este es mi cuchillo favorito - le dijo llevándolo bajo su mentón - si llego a decir que esa niña me cae bien, lo clavas en mi garganta. Una y otra vez hasta arrancarme las cuerdas vocales ¿de acuerdo?
- Yulia, no seas exagerada - rió la ojiverde, arrebatándole el cuchillo y dejándolo en su lugar - hablaré con Iván ¿si? - intentó serenarla Elena, tomando su rostro y acariciándola suavemente - incluso, quizás, sea una broma de su parte. Él sabe cuánto detesto trabajar acompañada, es muy posible que eso sea.
- Por supuesto que lo vas a hacer y sacaremos a esa mocosa de aquí ¿Cuántos años dijo que tenía?
- No lo sé ¿importa eso?
- ¡Por supuesto que importa! Importa porque…porque - importaba porque era joven, lo demostraba y más aún el interés inmediato hacia Elena. Importaba porque deducía que no iba a soportarla, ni un solo día y la convivencia sería tormentosa. Importaba porque la familia que ellos cuatro habían formado, no necesitaba a nadie más.
- ¿Por qué?
- Nada, olvídalo ya - murmuró cruzándose de brazos - Supongo que le traeré una frazada y todo lo que necesite con tal de que deje de andar dando vueltas. No quiero que despierte a los niños - no supo si la sonrisa de Elena fue en burla o agraciada, pero no le cayó en el mejor momento; no con el repentino cambio de apenas minutos atrás por lo que volteó y avanzó con rapidez hacia las escaleras - Te dejaré unas cosas en el sillón - le dijo al ver a aquella rubia casi albina aún desconocida frente al espejo del baño.
- Claro.
- De nada - susurró con ironía antes de ingresar a su habitación y tomar unas cosas de su placard.
Dedujo, mientras regresaba al living con lo necesario, que iba a ser una de las noches más largas de su vida.
***
Solo la había besado la noche anterior, por temor a ser escuchadas si algo más sucedía. Solo se habían saludado de palabras en el desayuno y solo una mano alzada cuando Elena se fue al trabajo.
Pero ahora estaban afuera, a un costado de la cancha de fútbol y rodeadas de ciento de personas. Elena se detuvo a su lado luego de darle agua a Samir y ella volteó a las gradas, la tal Dasha tenía su mirada clavada en ellas. En la espalda de Elena y solo un segundo la sintió sobre su rostro.
Sonrió con victoria y se pegó a la pelirroja, rodeándole el cuello con posesión y acariciándola para llamar su atención. Elena despegó con rapidez su vista de Samir y volteó a verla, recibiendo su boca con hambre al instante.
La besó, se sostuvo contra ella y coló su lengua buscando la de Elena. La encontró, la atrapó y se animó por primera vez a más; la rodeó con sus labios y la succionó como si del dulce más exquisito se tratara. La ojiverde suspiró tan alto que se detuvo y se alejó con lentitud, notando las miradas ajenas alrededor.
Se aclaró la garganta y se pasó una mano por el cabello, rozando el brazo de Elena para que abriera sus ojos.
- Si ganamos este partido, comenzará el torneo oficial para nosotros.
- ¿De verdad? Guao, Yulia, haz hecho un buen trabajo.
- Oksana nos anotó para las preliminares y quedamos, ahora solo debemos ganar.
- ¿Y cuánto estamos ya?
- Empatados en 1, es que el otro equipo tiene dos jugadores mayores a los nuestros. Además cada año compiten.
- Pues no te concentres en ellos, sino en los nuestros ¿cuánto tiempo queda?
- Lleva 10 minutos el segundo tiempo, unos quince más seguro - respondió ella luego de ver su reloj.
- Tranquila, nos irá bien y continuaremos de ronda.
- ¿"Nos"? - preguntó fingiendo seriedad.
- Bueno, soy parte de esto ¿no? Mi esposa es la entrenadora y yo vendría a ser como…no sé ¿qué vendría a ser?
- ¿La alcanza botellas?
- Que graciosa - murmuró Elena tomando su mano y arrastrándola hacia donde nadie pudiese escucharlas - vengo del laboratorio.
- ¿Con lo resultados?
- Y buenas noticias por ahora. O no malas noticias. Cezina es Cezina, esta vez no está usando otro nombre. Uno de los doctores que trabaja con Jasone comenzó una búsqueda luego del dato aportado por el cabello. Me la entregará mañana por la mañana y lo leeremos ¿de acuerdo?
- Está bien, de acuerdo ¿Has hablado con Iván? - preguntó Yulia, apartando nuevamente su vista hacia Dasha y regresando a Elena al sentirse descubierta.
- No podemos sacarla de la casa. Si insistimos en hacerlo, más tiempo permanecerá con nosotros.
- Tiene que ser una broma.
- Créeme que las bromas de Iván no son nada agradable. Por cierto, hoy tengo reunión con Makarov, le hablaré del producto nuevo ¿Puedes hablar con los padres antes de que se vayan?
- Si, por supuesto o les enviaré una nota a los que no estén presentes ¿Crees que va a funcionar?
- Si tu le vendes a los padres de cada niño y yo a Makarov, todo funcionará. Estaremos más cerca de Svetlana - fue lo último que dijo Elena antes de que el campo estallara en un grito y los padres abandonaron sus lugares: Samir había convertido el gol de la parcial victoria - ¿En qué se supone que esto de pasar a otra ronda nos beneficie?
- Es un campeonato. Viajaremos a otras ciudades y algunos padres nos acompañaran. Y Svetlana es uno de ellos- le sonrió Yulia, palmeando su hombro y pasando a su lado para regresar al lado de la cancha.
- ¿Viajar a otras ciudades? - le preguntó Elena caminando tras ella - ¿Otras ciudades cómo? ¿Cuán lejos?
- No lo sé, dependerá de que otros equipos compitan…¡Samir! - lo llamó ella con su dedo pulgar , luego de sonar el silbato - Ven afuera un momento, hijo.
- ¡Pero mamá! ¡Solo quedan unos minutos!.
- Que salgas, Samir - insistió Yulia.
- Mamá, no quiero. Dile algo - imploró él, recurriendo con la mirada a Elena.
- Am, si, si, cariño - balbuceó la pelirroja - pero tu madre tiene razón - agregó tras la mirada ofendida de Yulia - sal un momento y descansa.
- ¡Pero él es el jugador más importante! - reclamó un hombre a metros tras ellas. Ambas rodaron los ojos y Yulia buscó otro niño que reemplazara a Samir - ¡No, no! ¡Pongan al otro niño!
- ¡Shhh! - lo callaron al voltear a la vez - Cierre la boca, mi hijo no puede agitarse mucho - le ordenó Elena y el hombre alzó sus manos, rindiéndose antes de regresar a su asiento.
- A eso le llamo yo saber imponerse - escuchó Yulia y miró de reojo la cercanía de Dasha a Elena, tendiéndole un vaso de agua que recibió pero no la vió beberlo.
Acomodó su gorra y caminó hacia el otro lado de la cancha, no quería pasar los últimos minutos siendo testigo de los coqueteos de esa niña hacia Elena.
***
- Adivina qué es esto - preguntó Elena, palmeando algo contra su mano y cerrando la puerta de la habitación. Yulia dejó su cepillo y acomodó con rapidez su cabello antes de ocupar la cama.
- ¿Una chequera?...Oh por dios ¡Una chequera! Es…es…
- Así es, treinta mil sacados del bolsillo de Makarov - sonrió la pelirroja arrojándosela para comenzar a desvestirse.
- ¿Cómo lo lograste? - con horas y horas de conversaciones. Así lo había logrado pero porque solo le quedaban tres semanas para darle algo de dinero a Iván. O Yulia terminaría despedida. Incluso tuvo que ofertarle precios y Nikita continuaba bajándolos hasta llegar a ese acuerdo, pero solo quería dinero y aceptaría hasta la mínima cantidad si de tener a Iván alejado se trataba.
- Ya sabes, Makarov no es muy inteligente - murmuró palmeando un dedo al costado de su cabeza - Le entregaré a Iván la mitad y el resto lo repartiremos entre nosotros.
- ¿Estás segura que no nos reclamará? ¿Y Gian?
- Tu jefe debe esperar hasta el final del trabajo. Ese fue su acuerdo….Y lo de Iván, que lo tome o lo deje - se acercó a Yulia y le quitó la chequera, dejándola sobre la mesa de luz. Alzó las frazadas y se acomodó bajo ellas, buscando de inmediato el calor de la morena - ¿Haz hablado con Dasha?
- ¿Por qué tendría que hacerlo?
- Cuando llegué la vi acostada en el sillón. Si pasa un día más así, hablará con Iván y tendremos más problemas.
- Mañana hablaré con Viktoria, si quiere compartir su cuarto con ella bien, lo hará. De lo contrario me prepararé para esos problemas.
- Eres tan testaruda - susurró al rodear su cintura y jalarla hacia ella.
Con suavidad, colocó una pierna entre las de Yulia y escuchó un suspiro.
- Shhh, recuerda que alguien nos cuida ahora - le dijo contra su boca antes de atacarla.
Oyó su frustración y hasta se la imaginó rodando los ojos, río en medio del beso antes de aumentar su intensidad.
La morena enredó las manos en su cabello y de un jalón la acomodó sobre ella. Empujó la rodilla contra su entrepierna y sonrió, mientras buscaba cada parte de su costado para tocarla.
Sintió una mano pasearse por su espalda, hasta llegar a sus glúteos y hundirla más contra ella. Sintió la presión de su ropa interior y el calor apenas comenzaba.
Se meció sobre Yulia y llegó hasta su cuello, mordisqueándolo y besándolo para que no sintiera dolor. Sin embargo, le parecía excitante cuando la apretaba entre sus dientes y la morena gemía, echando su cabeza hacia atrás como en ese momento.
Yulia alzó sus caderas y la golpeó con violencia. Quería gritar. O quitar la ropa que estorbaba y repetir lo de tantas veces. Su pene dolía, su frustración comenzaba a acumularse y sus mejillas ardían al imaginarse dentro de Yulia otra vez. Dura y en el fondo haciéndola gemir de placer.
Sintió sus piernas rodearle la cadera y luego de un último roce, Yulia la empujó y cambió las posiciones, sorprendiéndola pero haciéndola sonreír por el acto logrado.
La miraba con dudas, entre ganas de preguntar y salir de allí. Ella frunció las cejas y trató de calmarse mentalmente; conocía ya los gestos de la morena y que se pasara el labio inferior cientos de veces contra los dientes, era señal de que quería hablar.
- ¿Sucede algo?
- Sí - incluso movió la cabeza en afirmación, pero la morena estaba nerviosa, no diría algo más hasta que ella preguntara. Acarició sus muslos bajo el short de su pijama y quiso estirarse para besarla, pero Yulia dejó una mano en su hombro y la regresó contra el colchón. Ahora estaba asustada ¿qué significaba esto de que acabara de rechazarla?- anoche, tú dijiste que…me preguntaste si era tu chica.
No lo había olvidado, incluso con todo el desorden que generó la llegada de aquella chica a la casa y las discusiones con Yulia durante la mañana o las miradas molestas que Samir y Viktoria le enviaban.
Recordaba cuando se lo preguntó, luego de decirle que se veía hermosa con aquel vestido de noche.
- Ajá.
- ¿Por qué lo hiciste? La gente con el corazón roto no suele arriesgarse con los pedazos que le quedan. Tú lo estás haciendo, conmigo y de una manera que no hubiese imaginado.
- No tengo el corazón roto, Yulia. Pero…no lo sé.
- No, si lo sabes. Dilo ya - le ordenó y ella la oyó con algo de dificultad, la garganta de Yulia temblaba y con ello un pinchazo en su estómago. Todo era culpa de ella, de la morena por tener cientos de gestos y palabras que a cualquiera podrían enamorar.
- No lo sé, Yul, creo…
- Deja de decir que no lo sabes.
- Está bien ¡está bien! Solo sé que no puedo tener el total control de mi misma cuando se trata de ti ¿contenta? Ya no encuentro porque no busco el límite de esto que comenzó como trabajo. Tú misma dijiste que pasamos la raya, bueno, sí, lo hicimos y no quiero retroceder hacia ella. Creo que somos lo suficientemente adultas como para afrontar la situación y admitirlo ¿no crees? - y le gustaba estar con ella; compartir la cama en un abrazo, o repartirse besos antes de hacer el amor. O hacerle el amor y acoplar sus cuerpos a la perfección como solo el de ambas lo lograban; eso le gustaba aún más. Pero se oía ridículamente cursi y enamorada en su cabeza, por lo que no lo diría en voz alta porque sonaría peor y no quería asustar a Yulia.
- ¿Eso qué quiere decir?
- Oh, carajo Yulia ¿es qué no me escuchas?
- ¿Eso qué quiere decir, Elena?
- ¡Que me gustas! – alzó la voz y abriendo sus brazos para darle seguridad a sus palabras - Me gusta esta rara relación que tenemos - terminó en un débil susurro.
- ¿Y qué significaría eso de ser tu chica?
- Yul - imploró Elena con un gesto de incomodidad.
- ¿Qué significaría?
- Eso. Que si quieres, lo que haces conmigo no lo haces con nadie más. Que nos mantengamos sin control sobre la otra ¿me entiendes?
- Como nunca antes - le sonrió Yulia antes de inclinarse hasta ella y besarla.
Regla número 22 de su trabajo: Nunca, ni bajo el calor de una aventura o una cama, admitas algo que sientes. El trabajo y los sentimientos no se mezclan.
Sin embargo, retomó su posición sobre Yulia y, cuando la morena quitó su remera, esa regla se fue al diablo.
Capítulo tempranito porque para luego es tarde. Una disculpa a los nuevos usuarios que no he podido activar, pero recién entro y en cuanto pueda, les hago activas las cuentas.
Un beso!!!
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Hdp de Iván como no mueres!!!! Meter a una tercera persona solo porque te da la gana de que Elena no sea feliz pero eso no evitará que ame a julia como ya lo hace hermosas
Volkatin_420- Mensajes : 235
Fecha de inscripción : 13/03/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Y kien c cree la estúpida esa para venir con aires de la dueña de casa y de mi lenita odio a Ivan con todo mi ser
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
El Iván, la gatita nueva, la cezina, has un licuado con ellos tres hahahaha exterminalos
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Pienso que Nikita es quien dejará el camino abierto para que puedan hacer el gran robo a Sveta y por favor Iván, no metas tus narices dónde no te llaman. Qué estúpida idea de enviar a una vigilante más solo para alterar a Yulia!
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Cada vez se vuelve más desagradable la presencia de Ivan, Elena ya sabe cómo juega el tipo respecto al trabajo cuando cree que se están distrayendo, lo bueno es que ambas siguen distraídas con la otra.. Aaah! Y me encanta que Yulia sea firme hasta el fin, es bueno escuchar las cosas con las palabras correctas, así cada una sabe que no la jode, porque Yulia hace rato se enamoró y ahora Elena le da voz a lo que ya sentía también. Les toca hacerlo en silencio gracias por el capítulo Xander...
Por cierto, sorry, sigo corta con el tiempo que se me siguen acumulando los capítulos de Blank y ni qué decir de Gap que solo ví la portada. Sí, en el internet y la otra historia que no me atrevo aún a leerla hasta conocerlas bien y engancharme. Saludos ragazzas!
Por cierto, sorry, sigo corta con el tiempo que se me siguen acumulando los capítulos de Blank y ni qué decir de Gap que solo ví la portada. Sí, en el internet y la otra historia que no me atrevo aún a leerla hasta conocerlas bien y engancharme. Saludos ragazzas!
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Creo que en odio está ganando ivan porque Cezina quedó en pañales
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Definitivamente hay personajes que se ganan el odio. Ahora se suma la tal Dasha que solo llegó a estorbar en la casa de las princesas
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Que ganas de joder y lo peor es q nisiquiera espero el primer plazo qué ellas entreguen el dinero q es todo lo q le importa y ya dejarlas en paz. Gracias por el capitulo cariño
Fati20- Mensajes : 1370
Fecha de inscripción : 25/03/2018
Edad : 32
Localización : Venezuela
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XXII: "Felicidades a nosotros"
-Esto no es lo acordado - lo sabía. Sabía que Iván le reclamaría ahora por cada detalle y cada detalle en este momento solo eran los cheques. Alejó su vista del computador y lo observó un segundo, estaba muy equivocado si esta vez iba a intimidarla como aquella vez que la descubrió besando a Yulia. Regla número 1 de su trabajo: Conmigo empieza esto, le dijo él, y ni yo voy a detenerte en tus pasos - ¡Esto no es ni la mitad de la mitad de toda la mitad de este maldito trabajo! ¿Quieres verme la cara de idiota, Elena?
-Eso es lo único que logré, Iván. Tienes que entender que esta gente es inteligente, no se trata de unos simples empresarios infieles a los que podíamos sobornar.
-¿Inteligentes? ¡Inteligentes! ¿Nikita Makarov lo es?
-Svetlana Sidorova es el objetivo ¿o crees que esos treinta mil los liberó él? No podré mejorar si estás presionándome a cada instante.
-Una semana, Elena, una semana y los cinco meses se cumplirán. Quiero algo grande para ese entonces ¿o te piensas tardar el resto de tu vida en esto?
-No podré quitarle más en siete días o menos ¡me acaba de dar ese cheque ayer mismo!
-¡Te haz tardado cinco meses solo en un miserable dinero con el que no pago ni mi gasolina! ¿Es que acaso estás jugando? ¿Esta era tu manera de irte del negocio? Porque lo estás haciendo de una manera catastrófica en la que nadie te recordará cuando pase el tiempo.
-No tienes porque ser tan cruel, solo estoy haciendo esto a paso lento y seguro.
-Oh ¿estoy siendo cruel? - ironizó él, golpeando sus manos sobre el escritorio- ¿tienes sentimientos ahora? ¿Vas a llorar cuando eche a Volkova entonces? ¿Y cuándo me deshaga de los niños?
-No vas a hacer nada con ellos - murmuró Elena entre dientes.
-Entonces muévete y haz las cosas como deben ser.
-Tú no entiendes - dijo la pelirroja, deteniéndole el paso antes de llegar a la puerta - hay alguien que nos dificulta las cosas. Te he hablado de Cezina, es un obstáculo en ciertos puntos.
-Entonces trabaja por los puntos en que no es un obstáculo - replicó él con obviedad.
-Aún no los he encontrado.
-Pues encuéntralos y acelera las cosas. Esto no es un juego, Elena.
-¡Ya lo sé!
-¡Pues no pareciera!
-No estás comportándote como aquel padre que me introdujo a esto. Estás alejándote de esa imagen y te estás llevando mi respeto a cada paso, Iván.
-El problema no soy yo, Elena - aseguró él abriendo la puerta - el problema eres tú y tu repentino cambio en este trabajo. Creí que ibas a hacerme sentir orgulloso como todas las otras veces - terminó y ésta vez la suavidad de su voz acompañó al cerrar.
Elena se echó contra la silla y alzó su cabeza, cerrando un momento los ojos e intentando pensar.
Sí, reconocía su cambio y más aún su mal genio ahora con Iván, el tipo que era como su padre porque la relación nunca se vió forzada; había sido algo natural el cariño generado entre ambos.
Pero ahora estaba trabajando y rodeada de dos niños, él se debería haber anticipado a que algo así sucedería. Sobre todo por Samir, el niño tan dulce como seguro al igual que Yulia. Y entre ambos le producían aquella sensación familiar que nunca antes había experimentado.
Con Viktoria las cosas eran un poco más difíciles; la niña era más independiente y a ella le recordaba sus años apenas comenzó en el negocio. Por lo tanto solo necesitaba un poco más de presión de su parte y algo de soltura en Viktoria para que la relación comience a forjarse.
Abrió los ojos y perdió su vista en el techo, tan blanco como su mente en esos momentos. Desvió la mirada hacia un costado y observó en una esquina una cámara de seguridad. En cada oficina y rincón de la empresa había una.
Se deslizó con la silla y llegó al cajón. Lo abrió y encontró al instante aquel micrófono que sabía esconder cuando hablaba con sus victimas, o sus objetivos, y cada detalle de las conversaciones podía recrearlos una y otra vez.
Se puso de pie y quitó un pequeño maletín tras la mesa de la cafetera, lo abrió y guardó las cosas halladas en el cajón. Lo cerró y abandonó la oficina, corriendo hacia el área de mantenimiento que estaba antes de la salida.
-¿Marc? - llamó al chico encargado de manejar el lugar.
-¡Elena! Buenos días ¿cómo estás?
-Bien, bien, oye Marc no tengo mucho tiempo ¿tienes un GPS?
-¿Para celular, automóvil o…
-Celular, celular - respondió con ansiedad y algo agitada aún. Apenas unos minutos se tardó él en regresar con un pequeño chip guardado cuidadosamente en una caja y ella lo tomó, acomodándolo dentro del maletín y abandonando la empresa luego de agradecerle.
Se montó en su automóvil con rapidez y se alejó de allí: Iván estaba más equivocado aún si creía que iba a despedir a Yulia o peor aún, alejarla de ella.
***
-¿Y cómo se supone que voy a ingresar a su casa con todo esto? - le preguntó la morena, cruzada de brazos pero señalando lo que había en la mesa ratona.
-No lo sé, Yul ¿en tu cartera? - respondió Elena.
-Si quieres voy contigo - dijo Samir, recostado sobre el sillón - eso llevará unos minutos que te los puedo reducir a segundos.
-Ay pero mira que inteligente - ironizó la pelirroja - pero sí, irás con Yulia.
-¿Y yo qué? - preguntó casi ofendida Viktoria - ¿ellos hacen lo divertido y yo aquí?
-Va a ser muy sospechoso si van los tres juntos - aseguró Elena, tomando unos cables y comenzando a medir la distancia de conexión alrededor del living- te quedarás conmigo y me ayudarás en la instalación.
-No sé hacer eso ¡No quiero hacer eso! ¡Eso no es lo divertido!
-Entonces…saca a pasear a mumu, no lo sé pero no molestes, Viktoria.
-¡Elena! - le reclamó Yulia - Tal vez a tu primera parte del plan podrías agregarle a Viktoria y no sería sospechoso que ella nos acompañe luego - la miró de reojo, con sus brazos alzados mientras terminaba de acomodar un cable y expulsó aire; asintiendo antes de regresar a ellos.
-Está bien, que se quede en ello.
-¡Eso es injusto! - reclamó ahora Samir - eso significa que faltará al colegio mañana ¡yo también quiero ausentarme!
-Un paso a la vez, Samir - lo calló Elena.
-¿Y que haré yo? - Yulia rodó los ojos y movió su mandíbula, Dasha bajaba las escaleras cual reina de belleza a elegir y avanzó entre los niños para sentarse junto a Elena, en el sillón más pequeño.
-Nada por ahora - aseguró la morena - ni siquiera sabemos aún que puedes o no hacer.
-Puedo hacer todo lo que me proponga - le dijo la muchacha. 20 años, esa era su edad que descubrió luego de leer su historial la madrugada anterior. Iba a tranquilizarse y no jugar el juego de una adolescente caprichosa y sobre todo demostrárselo. Yulia se encogió de hombros y cerró el maletín que Elena había traído de su empresa, cargándolo y perdiéndose escaleras arriba.
-¡Elena! - la llamó antes de cerrar la puerta y sonrió, solo dos segundos tardó en oír los pasos de la ojiverde corriendo los escalones.
-Así que, niñitos - susurró Dasha al asegurarse que nadie los oiría - ¿Quién de ustedes va a darme su habitación?
-Estás loca - murmuró Samir con un gesto al abandonar el sillón y seguir el camino de sus madres.
Viktoria solo le enseñó el dedo medio y se perdió en la cocina, regresando con un plato de cereal y leche antes de caminar a su cuarto. Porque era de ella y nadie iba a quitárselo.
***
La parte de Elena y Viktoria había salido a la perfección, incluso mejor aún porque Elena le había puesto más énfasis a sus palabras. Solo se trataba de esperar a Cezina una mañana, cuando iba en busca de Yulia para sus caminatas diarias, y reclamarle el obvio interés que tenía en ella.
La morena la había escuchado desde su cuarto con una sonrisa y aquella pequeña discusión duró unos minutos, antes de que ella bajara y se alejara con la rubia hasta la vereda, donde Oksana las esperaba también.
Ahora eran las 18: 45 y sostenía una botella de vino tinto, con Samir de pie a su lado derecho y Viktoria del otro lado. Jamás había estado en casa de Cezina pero allí seguía la segunda parte, tocar el timbre y esperar a que abriera.
La información proporcionada por el ADN no era compatible a nada que investigaran. Cezina Morozova seguía siendo una completa desconocida para ellas pero de algo estaban seguras, una amenaza también que debían desplazar cuánto antes.
Finalmente la puerta se abrió y la cara sorprendida de la mujer fue opacada por las sonrisas de ellos tres, y la disculpa inmediata de la morena.
-Buenas noches, Cezina. Lamento venir sin avisar pero necesitaba hablar contigo, sobre lo ocurrido esta mañana en mi casa.
-Buenas noches, Yulia. Hola niños.
-Hola señora - la saludaron ambos a la vez.
-No era necesario - murmuró Cezina - prácticamente ya lo había olvidado.
-Pero aceptarás este vino como un presente ¿no? - insistió Yulia y sonrió mentalmente cuando la vió flaquear, asintiendo y haciéndose a un lado para dejarlos pasar.
Ahora solo debía hacer su parte: localizar el celular de Cezina, Viktoria la entretendría fingiendo algún descuido en el baño y Samir haría todas las conexiones de una cámara con micrófono, posiblemente tras un porta retrato y el GPS en el móvil.
-Bonita casa - la halagó la morena, antes de ocupar el sillón y sonreírle a los niños, mientras Cezina buscaba dos copas y le agradecía por lo bajo.
***
-Esto es ridículo, no tengo 6 años ¿por qué tengo que ponerme esto?
-Porque te ves hermoso y yo misma escogí esa ropa para ti - dijo Yulia, acomodando un moño color negro en la camisa blanca de Samir.
-Pero no me gusta, Yulia - insistió él - ¿puedo ponerme otra cosa?
-No. No vamos a un lugar cualquiera, es refinado y debemos tener buena presencia.
-Pero voy a parecer uno de los mozos del lugar - murmuró Samir, echándose contra el sillón y cruzándose de brazos.
-Ponte de pie o desplancharás la camisa - le ordenó la morena y él rodo los ojos, antes de obedecerla - ¡Elena! ¿Necesitas ayuda? - le gritó al borde de las escaleras pero la puerta de su habitación se abrió y la pelirroja bajaba con algo de modestia; como la había conocido. Con su pelo algo húmedo y revuelto, una camisa abierta hasta el comienzo de sus pechos y un pantalón negro, amoldado a cada centímetro de sus piernas. La ojiverde pasó a su lado y su perfume la invadió de inmediato, cada rincón de sus pulmones dolía por ese dulce aroma - Te ves muy bien-
-Gracias - le dijo Elena, con su voz ronca y esa sonrisa de medio lado que a ella le encantaba - ¿Y Viktoria?
-Arriba… ¡Viktoria!
-Esto es tan hermoso, Yulia ¡Hermoso! - exclamó alegrada al llegar a ellos. Viktoria llevaba un vestido que no dejaba de modelar y estirar con sus manos, voleándolo y sintiéndose orgullosa de llevarlo.
-Bueno, en realidad ese… - balbuceó la morena pero Elena la cortó.
-Ese vestido te queda hermoso, Viktoria - volteó a verla y la pelirroja le dedicó una mirada de que no lo dijera, que no le aclarara que había sido ella quién lo eligió y no Yulia - Bueno, si estamos listos ¿nos vamos?
-Oye pero yo como mucho ¿eh? ¡Y carne! Mucha carne - dijo Samir abriendo sus brazos mientras caminaban a la puerta.
-Tú comes todo no solo carne - lo pateó Viktoria desde atrás y haciéndolo tropezar.
-Bueno, bueno - intentó calmarlos Elena - pelearán cuando regresemos.
-Hablando de regresar - dijo la niña mientras la morena pasaba llaves a la puerta - no quiero darle mi habitación a esa intrusa.
-¿Intrusa? - preguntó la ojiverde.
-Dasha - respondieron los otros tres al subir al automóvil - ni quiero compartirla con ella - agregó Viktoria.
-Viktoria, tendrás que hacerlo porque….
-Dije que no - la cortó nuevamente y Elena rodó los ojos. Se colocó el cinturón de seguridad y encendió el motor, acelerando levemente para alejarse de allí - ¿puedes por favor ponerte de mi lado esta vez?
-Siempre estoy de tu lado, Viktoria.
-No es cierto.
-Ni siquiera hay lados - dijo Elena - los cuatro estamos juntos y en uno mismo. Somos un equipo, una familia ¿o ya lo olvidaron?
-Entonces no dejes que ella quité mi habitación y luego nuestro lugar - murmuró la niña.
-Ella no va a hacer eso - aseguró la pelirroja, observándola por el espejo retrovisor.
-Permitiste que entrara en nuestro equipo.
-No hice eso.
-Bueno, tu jefe pero es casi lo mismo - continuó Viktoria con obviedad.
-En realidad ustedes no son muy fáciles de llevar tampoco.
-¿Qué quieres decir con eso? - preguntó Yulia.
-No hablo de ti.
-No hablas de ella porque ella te gusta - se burló Vika y Samir coreó con diversión a su lado - Y nosotros no somos los difíciles, tú lo eres.
- Pero mira que ironía, porque tú eres igual a mí.
-¡Que me caiga un rayo antes! - sacudió Viktoria sus hombros, quitando algo inexistente de ellos - Ya quisieras, Elena.
Elena apretó sus labios para no reír y estiró su brazo, acomodando su mano en el muslo de Yulia y sintiendo sus dedos en una caricia. Le sonrió y luego volteó un segundo hacia atrás, transmitiéndole lo mismo a los niños y regresando su vista al frente.
-Esta cena es una felicitación a nosotros cuatro…Nadie tomará tu habitación, Viktoria.
-Gracias - susurró la niña y los segundos antes de llegar al estacionamiento del lugar fueron en silencio. Pero un agradable y familiar silencio.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Ohh! Me gusta que Elena defienda a su familia y la verdad me encantaría que los 4 se formen ese lugar para ellos ya que eran solitarios pero juntos son una linda sintonía... Y que bueno que compartan una cena por su trabajo. Gracias por el capítulo Xander, estuvo bonito.
Veroska- Mensajes : 107
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Se ven tan bien juntos pero sé que vendrá drama la huelo de aquí a la esquina
LenaVolkova66- Mensajes : 216
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Vika es un estuche de moneria y Samir no se queda atrás me encantan estos niños y ojalá las chicas pueda adoptarlos
Volkatin_420- Mensajes : 235
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
[size=66]Ivan y Dasha me caen en la punta del hígado, espero que funcione lo de vigilar a Cezina y pronto descubran que esconde y esos momentos de Familia que tienen las Yulenas con los niños son muy bonitos. Y no se si estoy preparado para el drama hahahahshaha[/size]
Corderito_Agron- Mensajes : 305
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XXIII: "Las esposas Katina"
A Yulia no le pareció raro que Elena esa mañana haya decidido acompañarla al gimnasio, no. Lo raro fue que, cuando creyó que era para mantener vigilada a Cezina, no era esa la razón, sino tener su propia hora de ejercicios.
Caminó en silencio hasta ella y la descubrió al final del lugar, tras un largo pasillo ocupado por pesas y algunas máquinas. Se detuvo a metros de la pelirroja, que golpeaba una bolsa de arena con molestia y precisión.
Entreabrió la boca y no se sorprendió que una ola de calor la recorriera; Elena llevaba un short corto, solo un top blanco y, cada vez que producía un golpe, las gotas de sudor de su frente caían hasta su abdomen.
- Tienes que ponerte algo en las manos - su voz la delató. El susurro ronco hizo a la pelirroja detenerse pero, alzó los hombros y reinició sus movimientos- No sabía que hacías boxeo.
- No lo hago - dijo Elena con la respiración totalmente agitada - es la primera vez y lo necesito.
- ¿Por qué? ¿Qué sucede? - la pelirroja no le respondió. Continuó sus golpes por lo que ella se acercó y sostuvo la bolsa con sus manos, mirándola atentamente y recibiendo un gruñido por lo bajo - Te pregunté qué sucede.
- Estoy teniendo algunos problemas.
- ¿Con qué? ¿Con quién? ¿Por qué?.
- Con Iván - murmuró la pelirroja alejándose para tomar una toalla.
- ¿Sobre nuestro trabajo?
- Sobre el mío en realidad - dijo Elena, limpiándose el rostro y Yulia frunció las cejas.
- Somos un equipo, siempre nos lo recuerdas. Tu trabajo es el nuestro también ahora ¿qué hay con Iván?... ¿Qué hay con él? - insistió ante el mutismo de la pelirroja.
- El dinero que le sacamos a Makarov no es suficiente para él - murmuró Elena, acercándose a la morena para que cualquiera que ingresara no las oyera - Sé que tiene razón, llevamos cinco meses en esto y para este tiempo siempre he sabido conseguir casi el 80 por ciento de los resultados.
- ¿Y el problema? Aún nos quedan cuatro meses. Cinco tal vez.
- Yulia, si para el fin de semana no tengo otra cantidad grande que entregarle…Iván va a sacarte del grupo - alzó las cejas como acto reflejo, sorprendida y asustada por las palabras. No le daba miedo quedarse sin ese trabajo, aún podía conseguir otros y menos estresantes, pero salir del grupo significaba alejarse de Elena y los niños ¿Y a quién iba negárselo? Estaba acostumbrada a ellos, al calor de la pelirroja en situaciones cariñosas y a la responsabilidad con Samir y Viktoria puertas afueras, porque adentro ambas insistían en qué sabían cómo cuidarse.
La imagen de ser restablecida con Vitya o alguien más bajo otro contrato cruzó su mente. Se paralizó, casi atormentada por la idea de que a Elena le ordenaran lo mismo o peor aún, algo comenzaría con aquella jovencita que no paraba de rondarla cuando estaban en casa.
Dio un paso atrás y sintió las manos de la pelirroja pasar por su cintura, rodeándola y golpeándola ella con suavidad.
- De igual manera eso no va a pasar ¿de acuerdo? Él es….
- Él es el que puede hacer y deshacer con nosotros a su antojo - susurró ella.
- No, no es así, Yul.
- Sí, si es así. Tú me lo dijiste una vez, Giancarlo fue la idea pero él pone el dinero y el dinero es poder. Por lo tanto si él es tu jefe, tú eras mi jefa ahora y….
- ¡No será así Yulia! Estoy diciéndote que él no va a hacerlo.
- ¿Y por qué te ha dicho eso, entonces?
- No lo sé pero no voy a permitírselo. Mejor…ayúdame a pensar cómo podemos llegar directo a Sidorova lo más rápido posible.
- No quiero pensar en eso ahora.
- ¿Y cuándo entonces? Yulia, por mucho que odie decir esto, Iván tiene razón. Tenemos que ir a su paso o desintegrará el grupo.
- Quitaré algo de mi cuenta bancaria y se lo entregaré como dinero del trabajo.
- No harás eso ¡Por supuesto que no!
- Es la única alternativa, ambas y él también lo sabe, no conseguiremos otro cheque en unos días. Iré al banco, tomaré algo de mi cuenta y se la daré.
- Dije que no Yulia - murmuró la pelirroja entre dientes y ella lanzó una bocanada de aire - encontraremos otra solución.
- No hay otra - aseguró la morena, dando media vuelta e intentando salir de allí. Estaba molesta, como pocas veces en su vida y no quería transmitirle a Elena la misma sensación ni pagar con ella el momento.
- No te hagas la testaruda conmigo - le susurró Elena contra su oído y abrazándola por detrás - Realmente no te quiero fuera de esto - agregó y ella sintió los nervios flechar sus piernas hasta hacerlas flaquear. Los cambios que la pelirroja generaba desde ser la que ordenaba a sincerarse cuando estaban solas, la sacudían cada vez que pasaban. Cerró los ojos y se recostó contra su pecho, sintiendo el latir pausado y tranquilo de Elena, comenzando a generarse el mismo en ella.
- ¿Haz robado alguna vez? - le preguntó por lo bajo y Elena frunció las cejas: lo hacía todo el tiempo.
- Estoy en ese negocio - ella negó ligeramente y giró sobre sus talones, manteniéndose pegada a la pelirroja para que notara la realidad en sus palabras.
- Una vez estuve con Vitya en esta situación, necesitábamos terminar el trabajo mucho tiempo antes de lo pactado y no sabíamos cómo. Él me propuso algo pero terminamos olvidándolo… ¿haz cubierto tu rostro y tomado un arma para robar un banco?
- Yulia, de qué demonios estás hablando?
- De que si no quieres que retire dinero de mi cuenta, solo nos queda otra opción. Y ya estoy pensando en ella - aseguró con una sonrisa antes de estirarse y dejarle un beso en la mejilla - Te espero en el auto.
Posiblemente iba a ser la locura más grande que iba a hacer a lo largo de toda su vida. Sus manos le temblaban, su garganta flaqueaba y sus ojos no dejaban de mirar hacia todos lados. Pero Yulia tenía razón, en dos días Iván aparecería en busca de su dinero y por el momento no veían otra solución cercana.
La morena se quitó el cinturón de seguridad y se apoyó contra el asiento, observándola con un gesto que le encogió el corazón: su sonrisa de medio lado entendiendo su miedo y su boca hablando sobre cómo lo iban a hacer.
- Puedes esperarme aquí si quieres. Solo serán unos minutos.
- Ni lo sueñes, iré contigo.
Se bajaron tan rápido que avanzar hacia el objetivo fue en cuestión de segundos. Rodearon el lugar y se detuvieron cuando Elena quitó su móvil y le envió un mensaje a Samir. Hicieron un conteo por lo bajo y, cuando las luces de las calles más cercanas se apagaron, se colocaron un pasamontañas solo hasta la nariz.
Yulia lanzó una soga hacia arriba y la jaló luego, asegurándose que las sostendría. Subieron con rapidez y el techo de vidrio, transparente, se presentó frente a ellas.
- Esto me recuerda a esa película, donde la pareja de ladrones se disparan mientras están en su casa - murmuró la morena, arrodillada y buscando alguna abertura.
- ¿La de Brad Pitt y Angelina Jolie? - preguntó Elena confundida.
- Esa misma.
- No eres parecida a ella - aseguró la pelirroja y la morena volteó a verla enseguida.
- Discúlpame, no seré parecida a Angelina Jolie pero ella tampoco es parecida a mí. Además ¿por qué te otorgas el parecido a Brad Pitt? Ya quisieras - agregó al repasar una bisagra con un corta vidrios y quitándola hacia un lado.
- Ya quisiera él parecerse a mi - le sonrió ella con sorna, ajustándose una soga al arnés y bajando sin dificultad alguna. Yulia rodó los ojos y la siguió, iba a reclamarle más pero contaban con unos segundos antes de que Samir regresara todo a la normalidad - ¿A dónde vas? - susurró Elena, reteniendo el brazo de la morena cuando intentaba adelantarse - Tenemos que hacerlo rápido y largarnos. Juntas.
- Por supuesto que no. Este lugar es enorme, nos separaremos y en menos de cinco minutos nos vemos aquí. En eso habíamos quedado - terminó Yulia, soltándose de ella y perdiéndose tras una puerta corrediza, antes de llegar a la bóveda.
Elena la maldijo por lo bajo y tomó el lado contrario, recorriendo algunos escritorios y oficinas. Se preguntó si había una parte que ocupara el padre Cezina Morozova, ese era su banco y por esa misma razón estaban allí.
- Bingo - susurró victoriosa frente al cartel de Director, en la única oficina que tenía puerta.
Tomó algunos papeles y desparramó otros en distintos escritorios para no marcar la obviedad. Estaba llegando al lugar de encuentro cuando alzó la cabeza al notar las luces encendidas, posiblemente la alarma había sido activada y no tardaría la policía en llegar.
Corrió hacia el pasillo y el cuerpo de Yulia se impactó contra ella al intentar hacer lo mismo. Tomó su mano y la jaló con intención de volver a las cuerdas, pero retrocedió cuando la puerta principal fue abierta y alguien ingresaba, apagando su linterna.
Se agacharon, caminaron encorvadas entre unas góndolas y permanecieron escondidas tras una, observando los movimientos de aquel intruso.
- Es el de seguridad - le susurró Yulia señalándole la placa que él utilizaba en su camisa.
- Si descubre las cuerdas, estamos muertas.
- Iré por él.
- Pero qué…ven aquí - alzó la voz apenas y jalándola de sus hombros cuando Yulia se puso de pie - ¿estás loca?
- Es de seguridad, su única arma es la linterna o algunas llaves. O lo atacamos ahora o alguien más vendrá… ¡Elena!
- Está bien ¡está bien! - masculló la pelirroja y observó a su alrededor - ve por el otro lado y espérame allí.
- ¿Qué? ¡No! Tú no harás todo - la molestia de Yulia fue suficientemente alta como para que la luz de la linterna llegara a ellas, se agachó al instante y se arrodilló, arrastrándose de esa manera hasta donde Elena le había ordenado.
La pelirroja lanzó una lapicera a metros de ella y, cuando oyó los pasos del hombre acercarse, le dedicó una última mirada a Yulia antes de estirar su pierna y generarle una caída.
La mandíbula de aquel desconocido se estrelló contra el piso y sin pensarlo, ella tomó la linterna y lo golpeó en la nuca, como Iván una vez le había enseñado para solo producir un desmayo momentáne.
- Lo siento - le so
usurró y finalmente corrió hacia Yulia. Corrieron hasta el lugar de salida y el paso por las cuerdas esta vez fue un poco más difícil.
Sin embargo, llegaron al techo, con un bolso colgado tras la espalda de la morena y colocaron todo como al llegar. Quitaron la cuerda al tocar el piso y finalmente regresaron al Cadillac, con otras placas de patente ahora y algunas rayas que con un lavado podían quitar.
Ocupó esta vez el asiento de acompañante y Yulia encendió el motor.
Fueron los segundos en que su corazón latió con tanta furia que realmente creyó iba a salirse de su cuerpo. La morena apretó el acelerador y el chillido de los neumáticos fue lo último que oyó antes de cerrar los ojos e intentar repasar lo acontecido.
- Esto tiene que volver a pasar - murmuró Yulia doblando con descuido en una esquina y haciendo vibrar la parte trasera del automóvil.
- Estás loca- le dijo volteando a verla luego de quitarse el pasamontañas y respirando con facilidad - Creí que tenías un arma.
- ¡Oye! Soy ladrona, no asesina.
- ¿Notaste si había cámaras de seguridad?
- No lo noté pero estoy segura que había. Espero no hayas matado a ese tipo.
- Que soy ladrona, no asesina - repitió Elena con diversión las palabras de Yulia y no pudo evitar recorrerla de arriba abajo. Estiró su mano y le quitó aquella especie de gorro que le impedía ver su rostro; la sonrisa triunfante de la morena se presentó nuevamente junto a aquellos carnosos labios que tanta adicción le provocaban.
Humedeció los de ella y los mordió luego: Yulia conduciendo a alta velocidad, el traje negro, ajustado a cada parte de su cuerpo y su cabello suelto como si nada lo hubiese invadido era una imagen que por primera vez se presentaba.
Desvió su vista cuando la morena volteó a verla y se removió incómoda , sintiendo algunas punzadas en la parte baja de su abdomen.
- Ellos se disparan, rompen cada rincón de la casa y luego tienen sexo desenfrenadamente - murmuró Yulia y ella agachó la cabeza, escondiendo una sonrisa - si, es una muy buena película. Las señoras Katina - agregó, aumentando la velocidad para llegar cuanto antes.
Había perdido todo el control de su cuerpo. O se lo había cedido en realidad a Elena, dejándola que la tratase a su merced porque ambas disfrutaban cuando aquello ocurría.
Mantuvo un gemido en su garanta cuando la sintió pegarse a ella y comenzar a mover sus caderas. Estaba de espalda a la pared y la pelirroja frente a ella, recorriendo con velocidad su cuerpo con las manos y tocando cada parte mientras podía.
Estaba desesperada, podía notar el olor que invadía la habitación que compartían y la rudeza de los dientes en su cuello. Elena la mordió y succionó hasta que su piel le ardió. Sin embargo no se quejó, le rodeó la cintura con sus brazos y la atrajo más contra ella.
- Voy a comenzar con pastillas anticonceptivas - le susurró desabrochando el cinturón de la pelirroja y bajando sus pantalones junto a su ropa interior. La escuchó gemir y sonrió, estaba segura que Elena se imaginó corriéndose dentro de ella sin imposibilidades y finalmente el ambiente terminó por calentarse.
La pelirroja la giró, bajó el cierre de su traje y ella lo quitó de una patada al sentirlo en sus talones.
- ¿Y ahora qué? - le preguntó Elena pegándose a ella y haciéndole sentir el miembro erecto entre sus glúteos. Una mano de la pelirroja llegó hasta su clítoris para pellizcarlo, acariciar sus muslos cerca y volver a el para removerlo con uno de sus dedos.
- No comenzaré hoy ni ahora - le dijo sintiendo las fricciones de la pelirroja y la respiración pesada en su cuello. No tuvo tiempo de pensarlo ni la conciencia de hacerlo pero no le impidió no usar protección. Si Elena aumentaba sus movimientos y la penetraba, lo que pasara después podía llegar a ser un problema para ambas.
- Estás pensando demasiado, Yulia - su voz sonaba tan ronca y pesada que no pudo replicarle, golpeó su cadera hacia atrás y Elena la sostuvo de su cintura para juntar sus entrepiernas. Acomodó las manos sobre la pared y empuñó una de ellas cuando el miembro de Elena se abrió paso entre sus pliegues.
Se mordió los labios y ahogó un gemido cuando su interior se vió invadido en cada rincón. Se mantuvieron quietas unos segundos, con la pelirroja besando su espalda y acariciando dulcemente el contorno de sus pechos.
Se movió hacia arriba y Elena entendió el mensaje, comenzando las embestidas hasta aumentarlas con fuerza, producto de su excitación y lo que los suspiros de la morena le provocaban.
Solo unos minutos le bastó para sentir sus músculos internos tensarse por la proximidad del orgasmo. La pelirroja masajeaba y apretaba sus pechos, mordía uno de sus hombros y el sonido que se generaba por sus pieles chocando le habían hecho perder la batalla.
- Yulia….- comenzó Elena pero no agregó nada más. Cuando ella alzó su cabeza para gemir, la pelirroja se salió con rapidez por lo que volteó a verla - quiero que me veas a los ojos - le dijo al caminar hacia la cama y Yulia la siguió.
La arrojó con suavidad sobre el colchón y ella abrió las piernas, sintiendo la intromisión nuevamente y la dureza de su pene.
Elena acomodó las manos a ambos lados de su cabeza y sus miradas no se alejaron de la otra. Movió las caderas con más fuerzas, llegando hasta ese punto dentro de ella que parecía dolerle pero que sabía que solo era anticipación a su éxtasis.
Su espalda se arqueó cuando sus líquidos salían sin aviso pero la pelirroja no se salió de ella y continuó embistiéndola, aguantando tortuosamente su propio orgasmo.
Cerró los ojos, intentando recuperar fuerzas pero Elena tomó su mentón y la obligó a verla. Notó sus ojos verdes más oscurecidos y lo que intentaba transmitirle con ellos, solo quería que la viera cuando llegara al orgasmo, disfrutando estar dentro de ella en ese momento.
Elena la soltó y se inclinó para besarla, buscando su lengua con rapidez y regresando el deseo en ella. Rodeó su cintura con las piernas y finalmente sintió aquel liquido caliente juntarse con los suyos.
La pelirroja se recostó contra su frente y respiró agitada contra su boca, moviendo apenas sus caderas antes de intentar salir.
- Aún no - la retuvo ella. Los espasmos de Elena aún continuaban y los de ella no acababan tampoco.
Se quedaron en esa posición, oyendo los suspiros intranquilos de la otra y Elena se separó cuando un ruido llegó desde la cocina.
- Debemos buscarle un cuarto.
- No - susurró la morena con su vista en el techo - mañana le daremos ese dinero a Iván con una petición a cambio. Quiero a esa mocosa fuera de esto. Y hablo en serio, Elena.
Sin embargo Elena no le había dicho nada. Solo lanzó un resoplido divertido y la abrazó por la cintura, arrastrándola hacia ella.
- Eres consiente de lo que acaba de pasar ¿cierto?
- Por supuesto que sí, Yulia. Estás a la defensiva hoy ¿qué sucede?
- Nada - murmuró ella, escondiendo su rostro en el cuello de la pelirroja - solo que nunca…nunca lo había hecho de esta manera. Sé que no es el mejor momento ni la mejor manera de decirlo - agregó con rapidez regresando frente a Elena - pero es la verdad.
- Está bien por mí… ¿Yulia? - volvió a llamarla y, como minutos atrás, no agregó ni dijo más nada. Solo negó con la cabeza y buscó la frazada, cubriendo la desnudez de ambas - Buenas noches - murmuró antes de dejarle un beso en los labios y volver a abrazarla.
Yulia en cambio quiso pensar de qué iba todo eso; pero estaba agotada y de esa manera no iba llegar a ninguna parte. Se acomodó más contra Elena y le dejó un suave beso en la punta de su nariz, observando su sonrisa aún con los ojos cerrados.
La saludó por lo bajo y se acomodó contra la almohada, conciliando el sueño casi instantáneamente.
Regla número 14 de su trabajo: no importa que hagas, qué utilices o cómo engañes a los demás; el trabajo solo está terminado cuando efectivamente el resultado descanse en tus manos.
Sin embargo, podía imaginar el brillo en los ojos de Iván cuando le entregara todo el dinero que acababa de contar y eso generaría una pausa en su trabajo que iba a permitirse aprovechar.
Yulia bajó las escaleras luego de un baño y alzó su mirada para que la notara. Sonrió, los besos mañaneros de la morena eran sus favoritos.
- Buenos días - le susurró contra su boca y Yulia se alejó al instante, cuando Dasha caminaba rumbo al baño y de allí podía escucharse sus pasos - Le llevaré esto a Iván ¿quieres acompañarme?
Pero no pudo escuchar la respuesta cuando el timbre resonó con más fuerza en toda la casa. La morena caminó a la puerta y ella la siguió con la mirada, extrañada de una visita a casi las 10 am.
- ¿La señora Yulia Volkova? - oyó una voz masculina y de inmediato abandonó el sillón, acercándose a la morena.
- Si, soy yo - murmuró Yulia cuando se detuvo tras ella. Un hombre con uniforme policial sostenía las manos en su cadera, sobre el arma que portaba.
- Nos tiene que acompañar. Tenemos unas cuántas preguntas qué hacerle.
RAINBOW.XANDER- Mensajes : 1950
Fecha de inscripción : 19/09/2016
Edad : 22
Localización : Buenos Aires
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Waooo! Eso estuvo de locos pero increíble todo, lo feo fue al final que llegó el policía... Pero los pasamontañas se los sacaron cuando salieron... Mmm....una camara más adelante que haya dejado ver el rostro de Yulia?... Mmm, ya me dejaste con las ganas de saber qué más... Ahora llegó el drama como decían más arriba
Veroska- Mensajes : 107
Fecha de inscripción : 18/02/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
No sé para mí creo que fue alguien que las vio y ese alguien tuvo que ser la Cezina esa
LeaAgronsky- Mensajes : 144
Fecha de inscripción : 08/01/2024
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Yulenas en un terremoto: follan
Yulenas en un tsunami: follan
Yulenas en un asalto: follan
Hahahahahahaha ya parecen conejos chicas
Yulenas en un tsunami: follan
Yulenas en un asalto: follan
Hahahahahahaha ya parecen conejos chicas
Corderito_Agron- Mensajes : 305
Fecha de inscripción : 18/02/2023
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Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
¿Pero que rayos? Esto fue una locura! Jajaja, estaba que pensaba que leía mal, Yulia aún no empieza a planificar y ya Lena & ella lo hicieron sin cuidarse, y muy probable que quede embarazada y por como están las cosas no es el mejor momento pero bueno...
El policía y su visita me suena a Iván, así que Lena estará pendiente porque así Iván juega sucio.
El policía y su visita me suena a Iván, así que Lena estará pendiente porque así Iván juega sucio.
LenaVolkova66- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 16/04/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Yo creo que Lena embarazó a Yuli a propósito para poder retenerla en su vida onda que no se le escape jamás y así tampoco podrá seguir trabajando! Creo que lo tenía todo fríamente calculado! Ahora que pasara con las policía? Chan chan
soy_yulia_volkova- Mensajes : 234
Fecha de inscripción : 06/03/2023
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
No veo fallas en su lógica. Tal vez sea el plan maestro de Lena para poder permanecer en familia los cuatro... O cincosoy_yulia_volkova escribió:Yo creo que Lena embarazó a Yuli a propósito para poder retenerla en su vida onda que no se le escape jamás y así tampoco podrá seguir trabajando! Creo que lo tenía todo fríamente calculado! Ahora que pasara con las policía? Chan chan
psichobitch2- Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 26/05/2015
Edad : 32
Localización : New York - EEUU
Re: REGLAS DE ORO (G!P) // ADAPTACIÓN YULENA
Cap. XXIV: "Fases del trabajo"
Lo había escuchado repetir aquello de que Yulia lo acompañara pero, por mucho que tuviera uniforme policial, no iba a dejar que se fuera con él.
Elena lo vió estirar su brazo, intentando tomar el de la morena y lo detuvo; envolviendo el pecho de Yulia con su brazo y atrayéndola a ella.
- Debe haber un error - aseguró con su mirada fija en aquel desconocido.
- Si ella es Yulia Volkova no, no lo hay.
- ¿Dónde está su placa? - le preguntó Elena y lo vió tragar con nerviosismo. Sin alejarse de la morena, se estiró hacia el exterior y no vió un móvil policial. Regresó su vista a él y apartó a Yulia hacia el interior de la casa - Definitivamente hay un error.
- No, no lo hay - lanzó un resoplido con frustración y agitó su cabeza; Iván se acercaba a ella cual titular de una causa y para manejarla a su antojo. Con su saco volado por el viento, su corbata ajustando la camisa y aquel bolígrafo que siempre colgaba en uno de los bolsillos. Elena se irguió en su lugar y esperó tenerlo frente a ella, ladeando apenas su cuerpo cuando él pretendió ingresar a la casa - No vengo por ti, Elena. Quiero hablar con tu compañera - le dijo al insistir para avanzar.
- ¿Y para eso armas toda esta estupidez? Es una locura, estás poniendo en riesgo nuestro trabajo.
- Ella quedó fuera del equipo ¿cómo querías que la sacáramos? Inventariamos algunos problemas con la justicia y nunca más la verían por aquí….Volkova, ven aquí.
- No, Yulia, no vengas - lo contradijo Elena y empujó al supuesto policía cuando intentó ingresar - ¿Quién te ha dicho que Yulia está fuera de esto?
- Sabes que me gusta mantener nuestro orden. No lo cumpliste esta vez y…. - Elena giró sobre sus talones y tomó del brazo a la morena, guiándola hacia las escaleras y ordenándole que allí se quedara. Se apresuró a cerrar el bolso con el dinero robado la noche anterior y lo cerró.
- Aquí tienes tu estúpido orden - le dijo a su jefe, arrojándole el bolso contra su pecho - ahora vete o las sospechas comenzarán.
- ¿De dónde sacaste esto? - le preguntó Iván - ¿No me digas que vaciaste tu cuenta bancaria para salvar a tu compañera?
- Verifica mi cuenta y respóndete por ti mismo- masculló y cerró con un fuerte portazo. Pasó el pestillo y se recostó un momento contra la pared: no iban a repetir lo de la noche anterior otra vez. Era una locura y podrían salir perjudicadas en el proceso.
Se alejó de allí con brusquedad y caminó hacia la morena, deteniéndose a unos pasos cuando la miró con dudas, con algo de miedo y su respiración acelerada se lo demostraba.
- ¿Tú sabías que él iba a venir?
- No, Yulia.
- No me digas- ironizó la morena - porque sonó como si ya te lo hubiese advertido.
- Te había hablado de esto antes. Si no avanzamos serás tú o los niños pero los sacará de esto… ¿estás culpándome?- le preguntó acercándose a ella cuando Yulia resopló con sarcasmo- ¿Crees que esto está pasando por mi culpa?
- Por supuesto que no, Elena, no dije eso.
- Pero lo pensaste.
- No digas estupideces ¡por supuesto que no!
- Ay pero miren que adorable- ironizó Dasha desde el barandal de las escaleras- la parejita está teniendo una discusión matrimonial ¿Cuál es el problema? ¿Elena está teniendo muchas pretendientes y Yulia no puede controlar sus celos? - agregó al bajar y acomodándose en el sillón.
- Cierra la boca.
- Uy, Yulia pero tranquila- continuó la chica- que he escuchado por ahí que tienes a Cezina muertita por ti.
- Cierra la boca - la calló esta vez Elena.
- Está bien- alzó las manos Dasha mientras se ponía de pie- todo lo que tu me ordenes, yo lo haré gustosa, Elena- le sonrió, le guiñó un ojo y la pelirroja la vió desaparecer en la cocina.
Volteó nuevamente a Yulia y estaba acercándose a ella cuando la joven regresó, bebiendo tranquilamente un vaso de agua.
- A mí Cezina me parece sexy- murmuró al regresar al sillón- tiene un cuerpo de modelo y su rostro tan apetecible como pocos ¿A ti, Yulia?
- Pues si tanto te gusta ve y búscala- masculló la morena.
- ¡Por favor! Babea litros y litros por ti. No habría manera de que se fije en alguien más. Tengo entendido que estás soltera, Yulia, tal vez le diste a entender algo y por eso le gustas ¿no crees?
- No, no lo creo - la tajó Yulia, cruzándose de brazos y moviendo su mandíbula de un lado a otro.
- Bueno….pero que tienes algo de culpa, la tienes- siguió Dasha luego de darle otro sorbo a su vaso- vas a las prácticas de futbol con ropa muy corta o ajustada y Cezina tiene hormonas. Y está contigo todo el tiempo en esos días ¿segura que no haz….
- ¡Dije que no! Ya cierra la maldita boca y hazme un momento feliz al no oírte hablar - le escupió Yulia entre dientes. Estaba cansada de esa niña y aquel plan de chantajear a Iván por echarla a cambio del dinero ya se había ido por un caño. Iba a tener que soportarla obligadamente un tiempo más. Sin embargo, no terminaba de entender qué significaba su estadía allí ¿solo observar esos detalles estúpidos de Cezina y exponerlos frente a Elena? ¿O solo vigilarlas y molestarla a ella en el proceso? - Solo mantente callada, tú no me agradas y yo no te agrado a ti así que….evitémonos ¿no te parece?
- Me parece perfecto - sonrió Dasha triunfante y caminando hacia ella- solo que no estoy aquí para hacerte feliz ni un solo minuto. Pero empezaremos por evitarnos, tenemos algo en común- terminó y dejó el vaso sobre la mesa ratona. La chica le dio una última mirada a Elena y se alejó de allí, caminando a la puerta y abandonando la casa finalmente.
- Es grandioso cómo puedes intervenir a veces- murmuró Yulia con ironía y Elena frunció las cejas.
- ¿No te parece que estás culpándome de muchas cosas por hoy? ¿Qué querías? ¿qué le dijera algo y hacer lo nuestro obvio? Le dirá a Iván y….
- Iván, Iván, Iván estoy hasta el techo de tu jefe ¡estoy cansada de él!
- Créeme que yo también, Yulia pero puedo asegurarte que él no es así. No lo ha sido nunca conmigo, solo está sorprendido por mi cambio y tal vez tenga algo de miedo. No puedo juzgarlo por eso.
- ¿Miedo? ¿Miedo a qué?
- Miedo a que me enamore de ti- se lo dijo con seguridad y sin aviso. Yulia estaba nerviosa por lo pasado minutos atrás y la entendía, pero no iba a permitirle que la siguiera culpando de cosas que escapaban de su manejo. Se detuvo frente a la morena y le acomodó aquel mechón de cabello que la invadía también cuando le hacía el amor; cuando Yulia gemía bajo ella y el sudor lo pegaba a su frente. Acarició su mejilla y le sonrió, el miedo de Iván solo era miedo de él. Porque a ese paso iba a terminar enamorándose de la persona frente a ella.
- ¿Y vas a evitárselo? - le susurró Yulia y ella se inclinó para besarla. Pudo rozar su boca cuando la pantalla tras ella, sobre una mesa en una esquina, comenzó a emitir señales y el sonido las ensordeció un momento.
Se separaron y caminaron hacia el computador: Cezina aparecía frente a sus ojos de manera dificultosa hasta que la señal comenzó a emitirse de manera casi perfecta.
- Anoche, en el banco, tomé una tarjeta de su padre - murmuró la ojiverde con sus ojos sobre la pantalla- lo investigué en la madrugada. El tipo solo es dueño del banco de aquí.
- ¿Entonces?
- En su sueldo anual había demasiado ceros, Yulia ¿cómo los consigue si solo tiene una fuente de trabajo?
- Y además ¿hay información de él pero no de su hija?
- Exacto ¿cuál es la diferencia? En su historial hay viajes de vacaciones, dinero derrochado en casas, joyas, empleados y otros gastos completamente inútiles. Además, cada cuenta bancaria inscripta en su banco está segura, no le falta dinero a ningún cliente y es de total confianza- dijo Elena volteando a ver a Yulia.
- Entonces robarles a ellos está descartado… ¿Y qué tal si lo hace su hija por él?
- Es lo que estaba pensando- murmuró regresando su vista al monitor- o tenemos que conseguir algún indicio dentro de la casa que nos diga que Cezina es de alguna asociación policiaca y de seguridad. O entonces está aquí por lo mismo que nosotras.
- Oksana dijo que lleva más de cuatro años aquí ¿por qué se tardaría tanto?
- Si no forma parte de nuestro negocio, entonces es parte de la otra opción.
- ¿Y qué ganaría siendo policía encubierta?- preguntó Yulia y ambas se miraron un segundo; como si la respuesta estuviese en el pensamiento de ambas y la obviedad no les permitía decirlo en voz alta. Regresaron la vista a la pantalla y allí estaba Cezina, acomodando unas bolsas sobre la mesada y un bolso oscuro dentro de una de las alacenas - ¿Qué hace?... ¿Qué es ese sonido?
- Hay algo que nos interesa allí dentro- murmuró Elena refiriéndose al contenido que acababa de esconder- Samir conectó el micrófono a nuestro detector portable - agregó señalando el aparato de mano que descansaba sobre la pantalla - Cada vez que dinero, gas o algo metálico pase cerca de sus 20 metros cuadrados, escucharemos el sonido por el que acabas de preguntar.
- Ese niño es un genio en tecnología.
- En realidad fue mi idea - aclaró Lena recibiendo un golpe en el hombro - ¿Qué crees que haya allí dentro entonces?
- ¿Por qué guardaría algo metálico? Está casi escondiéndolo y vive sola… ¿es dinero?
- Vamos a tener que averiguarlo y controlar sus próximos movimientos. Si Cezina Morozova está metida en nuestro negocio también, va a ser un gran problema para nosotras, Yulia. Un problema en todo sentido.
5 meses y 2 semanas; ese era el tiempo pasado ya desde que se conocieron y comenzaron este nuevo trabajo.
Elena acomodó el cuello de su camisa y prendió los botones de sus mangas. Se observó una vez más en la pared metálica del ascensor y revoloteó un poco su cabellera. Regla número 33 de su trabajo: aquello que estés a punto de lograr y solo falta un empuje, lógralo con efectos secundarios.
Tomó el maletín del piso y le sonrió a una muchacha que subía los pisos junto a ella. El ascensor se detuvo y estiró su brazo para cederle el paso. La escuchó reír avergonzada y supo que nunca iba a dejar de aprovechar esa cualidad que su porte físico le regalaba.
Caminó hasta el final de un largo pasillo y se detuvo frente a una puerta bien pulida. Golpeó, se aclaró la garganta y pasó cuando se le dio el permiso.
- ¡Elena! Estábamos esperándote, adelante, ven que te presentaré - Nikita Makarov estiró su brazo y ella lo saludó con una sonrisa. La gran mesa de junta en su mayoría eran hombres, mayores y solo dos mujeres de similar edad.
Se presentó cómo solía hacerlo y su decisión al hablar llamó la atención de todos así como los planes que comenzó a relatar minutos después. Makarov tenía pensado abrir un pequeño negocio en Anapa dedicado solo a los productos de Elena.
Si a la gran mayoría de sus socios le agradaba la idea, un nuevo contrato terminaba firmado con ella y otro casillero avanzado en su negocio.
Uno de los presentes era el único que, pasado el tiempo de decisión, no presentaba la de él. Elena lo observó; era el único acompañado por su hija, una jovencita que había descubierto mirándola más de una vez. Se acercó a ellos mientras los demás murmuraban sobre los nuevos y futuros planes y se acomodó al lado de la muchacha, sonriendo internamente al verla aspirar su perfume sin vergüenza alguna.
Solo minutos fueron necesarios para que la chica convenciera a su padre y finalmente su deseo allí se viera cedido: tomó un bolígrafo y, bajo la atenta y brillosa mirada de los demás, acabó por firmar un nuevo negocio.
***
Yulia bajó la velocidad de su trote diario y sacudió sus brazos mientras llegaba a la puerta de la casa. Abrió y de inmediato recibió los ladridos de un mumu más crecido y exigiéndole algo más que un poco de cariño.
- ¡Dasha! - gritó hacia el segundo piso y segundos después la vió asomarse al barandal.
- Pero qué demo… ¡tía! Llegaste - murmuró entre dientes al verla acompañada de Cezina y Oksana, las tres con equipos deportivos. Las había visto en varias oportunidades desde que había llegado pero nunca había cruzado más que unos simples saludos con ambas.
- ¿Le haz dado de comer a mumu?-
- Aún no.
- ¿Y qué esperas? - le ordenó Yulia, amaba tener visitas para tratarla cómo se le diera la gana frente a ellas- rápido, niña.
- Es media rebelde ¿no? - le preguntó Oksana y ella lanzó un resoplido.
- Ni te imaginas- respondió- acomódense que traeré algo para beber.
- Te ayudaré con eso - se ofreció Cezina siguiéndola a la cocina- ¿limonada como siempre?
- Lo que tú quieras, creo que esta vez la cambiaré por un jugo de naranja.
- Entonces tres jugos de naranja…. ¿los niños en el colegio?
- Como cada día - murmuró Yulia, cortando las naranjas que Cezina le entregaba.
- Y Elena en la reunión que comentaron todo el camino con Oksana ¿No es cierto?
- Así es- aseguró ella deteniendo tras cortar el cuchillo sobre una pequeña tabla- lo siento, te debemos haber aburrido.
- Bueno, no mucho. Las entiendo, ambas están casadas con personas que se dedican a los negocios. Además, es lindo oírte hablar tan rápido y seguido- Yulia sonrío. Habían pasado unas semanas desde que llevaban vigilando el interior de la casa de Cezina y aún no habían descubierto lo que tenía aquel bolso. Es que Cezina era tan cuidada y segura como ellas antes de hablar o accionar y de esa manera nunca había podido recibir algún tipo de invitación que la llevara a su casa.
Por lo tanto, por mucho que a Elena y a ella misma le desagradara la idea, volteó sobre la mesada y se apoyó contra el frío mármol, sonriendo internamente al descubrirla devorándola con la mirada.
Iba a coquetearle, llegar a ese punto de cruzar imaginariamente la línea de amistad y así conseguir un avance. Se detendría hasta dar con su objetivo y nada más pasaría. Cuando se lo contara a Elena debía verlo de esa manera también, porque la pelirroja ya lo había hecho en otras oportunidades y no tendría por qué reclamárselo. Era como una especie de fases en ese trabajo.
Se pasó parte de su mano en la frente, quitando algo de sudor y acomodó su flequillo antes de hablarle.
- Cuando hablo tan seguido y rápido, la gente suele molestarse.
- Porque hay gente que es estúpida - le dijo Cezina acercándose a ella- pero yo podría pasar horas escuchándote. Tienes una voz para hacerlo.
- Curioso que digas eso porque nunca haz aceptado mis invitaciones a tomar el té en casa - le reclamó con diversión y la rubia lanzó una corta risa.
- Por favor ¿con tu esposa cerca? Me mataría - Sí, pensó, Elena seguramente lo haría. Y si la situación fuese al revés ella también actuaria así. Negó con la cabeza y le dedicó una sonrisa.
- Entonces invítame tú- Cezina se detuvo frente a ella y la recorrió de arriba abajo, relamiéndose los labios antes de dar un paso más.
- Estás caminando en terreno peligroso, Yulia - Sí, lo estaba. No tendría que haber sido tan directa pero solo iba hacer aquello. Ir por una taza de café, hurgaría en aquel bolso y luego volvería a casa. Con Elena. Nada más pasaría porque nada más deseaba - ¿Segura que tu esposa te dará permiso?
- ¡Muero de sed!- irrumpió Oksana en la cocina y Cezina se alejó al instante, retrocediendo unos pasos y acomodándose con nerviosismo su cabello - ¿Cuánto más piensan tardarse?
- Ya está listo- respondió la morena, terminando de exprimir un vaso y entregándoselo a su amiga- ¡Oh, Oksana! Tengo que mostrarles una barra de cereal que Elena preparó especialmente para los niños del equipo - buscó entusiasmada Yulia en la heladera. Una barra cual sacada de fábrica dividió en dos trozos y le entregó uno a cada una de ellas.
- Ahora entiendo porque mi marido quería tanto esto - gimió Oksana gustosa mientras probaba un bocado- ¡está delicioso! Oh y con Cezina ya tenemos la planilla para el campeonato.
- ¿De verdad?- preguntó Yulia.
- De verdad- aseguró Oksana tomando un vaso de la mesada- señoras, tienen que preparar bolsos y acomodar horarios porque el primer partido es en dos semanas y deben viajar fuera de la ciudad.
- ¿Deben?- repitió la morena- ¿tú no irás?
- No lo creo, es el cumpleaños de Nikita y siempre está muy ocupado con su trabajo. Este año quiero preparar algo distinto. Las espero en el living.
Yulia asintió lentamente y la vió regresar al sillón, continuando con aquel cereal que le había hecho probar segundos atrás.
Fue en ese momento que se había dado cuenta cuán rápido había querido avanzar con aquello de descubrir a Cezina. Ahora posiblemente pasarían un fin de semana lejos de Anapa, solas. No iba a negárselo y apretó los labios, algo de miedo la invadió momentáneamente.
- Llevaré esto - susurró Cezina al pasar a su lado con bandeja en mano y ella volteó un segundo al grifo, abriéndolo y lanzándose algo de agua fresca a la cara.
No le sorprendió esa noche que Elena ingresara al baño mientras estaba duchándose. La confianza que habían adquirido le permitía a diario ese tipo de actos y otros más que de a poco demostraban.
Yulia tomó el jabón y lo pasó a lo largo de una de sus piernas mientras veía la sombra de la pelirroja acercarse. Abrió la cortina y descubrió aquella sonrisa que ya le oprimía el pecho y la dejaba con ganas de otra más. La vió colarse al interior y abrazarse a ella de inmediato.
Soltó el jabón entre los cuerpos de ambas y lo oyó caer hasta resbalarse lejos. Elena respiraba pesadamente contra su oído pero no había signo de excitación en ella. Le rodeó la cintura y escaló sus dedos por la espalda, hasta atraerla contra ella y besarla.
- A este paso no tendremos nuevamente a Iván sobre nosotras- murmuró Elena- Samir pasará el fin de semana en casa de Pavell, la propia Sidorova lo invitó.
- Eso es genial….Oksana me envío un mensaje, dice que firmaron con Nikita un nuevo contrato.
- El precio era demasiado alto y él lo pagó de igual manera. Bueno, su tía en realidad- Yulia asintió lentamente y se recostó contra su pecho. El agua caía en su espalda y las caricias de Elena a sus costados le generaban algo de escalofrío. La sujetó con fuerzas y la apretó más contra ella, sintiendo ese vaivén de emociones golpearle el pecho.
Podía oír desde allí las risas de Vika mientras veía una película en el living e incluso el sonido de los videojuegos de Samir, que gritaba cuando ganaba o perdía alguna especie de puntos.
Era por las noches cuando más se sentía ese clima familiar que le gustaba. Cuando los cuatro estaban en la casa y la presencia de Dasha dando vueltas no le importaba. Cuando los niños estaban en el colegio, las mañanas se volvían algo largas y, por la tarde, cuando Elena continuaba ausentándose, comenzaba aquel idilio de extrañarla.
La ojiverde ladeó su cabeza y le dejó un fuerte y sonoro beso en su mejilla, llamando su atención y logrando una pequeña risa en ella. Estaba enamorada de Elena, de las cosas que decía, hacía e incluso aquello que no demostraba pero terminaba comprendiéndolo.
Alzó su rostro y buscó nuevamente sus labios, besándola con aquel mismo amor que le generaba en esos momentos íntimos y que ambas disfrutaban.
- Cezina estuvo aquí hoy - le dijo la pelirroja sobre su boca antes de reiniciar el beso- Dasha dijo que coquetearon.
- ¿Vas a creerle?- le preguntó luego de morder su labio inferior.
- No, a ella no ¿pero qué hacía aquí?
Yulia abrió la boca para responder, para contarle cada detalle, cuando algo subió por su garganta y volvió a cerrarla como acto reflejo. Cerró los ojos un momento y se alejó de Elena, sintiendo el aire que le faltaba y el encierro del lugar sobre ella, haciéndolo todo más pequeño.
- Espérame en la cama- le pidió por lo bajo antes de darle un suave empujón en su hombro- Por favor, Elena.
Cuando oyó la puerta cerrarse, corrió al inodoro y se arrodilló frente a él.
- Oh, carajo- balbuceó al destaparse la boca y vomitar. De la misma forma que la noche anterior, las náuseas habían regresado.
Ok ,chicas, este capítulo correspondía al día de ayer pero me fue imposible subirlo. Acá lo tienen y espero lo disfruten!
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