LA NOVIA DE MI HERMANO // FREENBECKY

Capítulo 34 (Regañada)

[POV Rebecca]

Mis manos temblorosas sostenían el celular y una vez más la pantalla registró su llamada. No quería contestarle porque de hacerlo sería decirle donde me encontraba y estaba segura de que Freen sería capaz de escuchar el ruido del aparato que registra mis pulsaciones cardíacas o tal vez escucharía la voz de mi mamá regañándome una y otra vez.

Richard se había empeñado en que revisaran mis costillas, pero como no estábamos en condiciones tuvimos que llamar a nuestros papás para que nos pudieran atender correctamente, en conclusión, el doctor me dijo que mis costillas se habían vuelto bastante resistentes gracias a las tantas peleas que había tenido, él mismo se sorprendió de que ninguna estuviera rota dado que los golpes que recibí ya estaban marcados en mi piel, pero a pesar de no estar rotas el dolor era insoportable en cada movimiento que hacía, por eso mismo tuvieron que darme varios analgésicos para calmar el dolor.

Tenía que pasar la noche en revisión y mañana a primera hora de la mañana abandonaría el hospital, pensé que quizás ya cuando estuviera en casa podría avisarle a Freen lo sucedido, pero sus llamadas insistentes estaban haciéndolo imposible; otra parte de mi le quería contestar. Ella no se merecía estar preocupada por mí y menos a estas horas de la madrugada. Me sentía horrible al saber que Freen no podía dormir por mi culpa.

Miré a mi mamá que estaba sentada en el sillón con los ojos fijos en mí. Mi celular comenzó a sonar nuevamente y mi corazón volvió a apretarse en mi pecho haciendo que el pánico y el arrepentimiento invadiera nuevamente a mi cuerpo. Mamá se levantó sin decir nada y besó mi frente con dulzura antes de darme una mirada que capté al instante.

- Contéstale, debe estar muy preocupada, yo iré a ver a tu hermano - Asentí con la cabeza antes de ver como mi madre salía de la habitación.

Tomé una leve respiración que me hizo sentir ese dolor punzante por todo mi cuerpo. Carajo, en verdad me preguntaba si el doctor no se había equivocado en su diagnóstico, porque en serio que el dolor era demasiado insoportable como para no estar rotas. Cerré los ojos fuertemente tratando de ignorar el dolor antes de contestar la llamada de Freen, al instante su voz completamente histérica se escuchó y sonreí al escucharla olvidándome del dolor y de donde estaba.

- Dios mío Rebecca ¿Qué demonios pasa contigo? Llevo toda la noche llamándote y tú sólo eres capaz de contestarme un breve mensaje diciéndome que estás bien ¿Por qué demonios te niegas a contestar mis llamadas? - Tuve que despegarme un poco el celular de la oreja, ya que Freen prácticamente estaba gritándome. Tragué en seco al escucharla completamente furiosa.

- Saro yo… - No fui capaz de continuar porque Freen volvió a hablar o más bien gritar.

- ¿Te das cuenta de la hora que es? Son las tres de la mañana, sé que algo no está bien porque tú jamás me contestas tan corto los mensajes, además de que sólo contestaste un maldito mensaje de los miles que yo te mandé y luego sales con esa actitud de no querer contestar mis llamadas ¿Por qué haces eso? ¿Estás enojada conmigo? Si es así no me ignores, mejor hablémoslo o si no quieres hablar conmigo, sólo dímelo.

- Saro, sólo escúchame ¿sí? - Dije en tono de súplica y al momento escuché una fuerte respiración de su parte, pero al momento de quedarnos en silencio ella pudo escuchar la maldita máquina - Saro, estoy…

- En el hospital - Dijo llena de pánico. Cerré los ojos por un momento deseando golpear la maldita máquina - Dios mío Rebecca, dios ¿estás en…? No puede ser ¿En cuál hospital estás? - Era justo lo que no quería que pasara, podía percibir que estaba totalmente perturbada, dios, podía imaginar sus ojos llenos de pánico y aquellos labios rosa sin color alguno.

- Mi amor, tranquila, te juro que estoy bien, sólo tranquilízate ¿vale? - Dije tratando de que Saro se relajara, pero su respiración agitada aún se escuchaba.

- Rebecca ¿Dónde estás? - Su tono se quebró y maldije por lo bajo. Me removí en mi lugar y gruñí al olvidarme del maldito dolor que llegaba al moverme o respirar.

- Saro estoy bien, sólo respira amor, estoy aquí hablando contigo y estoy bien, sólo respira para mi ¿vale? - Sonreí levemente al escuchar sus respiraciones profundas una y otra vez, después de varias respiraciones su voz volvió a oírse.

- ¿Por qué estás ahí, si dices estar bien? ¿Me estás mintiendo?

- No amor, estoy bien, sólo un poco adolorida, pero nada más - Respondí y sólo pude escuchar sus respiraciones pesadas.

- ¿Qué fue lo que pasó? - Preguntó llena de miedo. Abrí la boca, pero era incapaz de contestar, yo no quería preocuparla más - Becky… - Presionó, al parecer sintiendo mi duda.

- Yo… me metí en una pelea - Respondí y ella hizo un sonido de sorpresa, pero antes de que hablara me adelanté - Con Kirk y un par de sus amigos - Me quedé callada esperando a que dijera algo, pero sólo se escuchaba puro silencio. Me mordí el labio esperando que hablara, pero los segundos parecían eternos - Saro - Llamé su nombre tratando de que hablara.

- ¿En qué hospital estás? - Preguntó en tono frio y con eso supe que estaba furiosa.

- Saro, estoy bien, no es necesari…

- ¿Estás bien? ¿Entonces porque demonios estás en el hospital? No estás bien, puedo escucharlo en tu forma de respirar, me prometiste que no volverías a meterte en una pelea, me lo prometiste Rebecca, sólo dime donde estás, quiero ver que estás bien, por favor.

Sentí mi corazón comprimirse al escuchar su voz quebrada. Cerré los ojos y dejé caer mi cabeza en la almohada sintiéndome totalmente impotente, podía escuchar leves sollozos que me hicieron sentir peor, odiaba ver o escuchar a Freen llorar o sufriendo y más por mi culpa.

- Saro… - Susurré con dulzura tratando de calmarla - Te juro que estoy bien, sólo tengo unas contusiones en las costillas es por eso que estoy aquí, sólo por observación y sé que te prometí que no me metería en más peleas, pero no tuve opción, te prometo que mañana te explicaré todo cuando salga de aquí, pero es muy tarde para que vengas, en realidad no sé porque me tengo que quedar en observación si estoy bien, pero mamá se empeñó en dejarme aquí en parte creo que es como castigo porque sabe que no me gustan los hospitales - Dije juguetonamente rogando porque mis palabras la hubieran calmado - Ve a dormir amor, te aseguro que no hay nada de lo que tengas que preocuparte.

- ¿Segura que estás bien? - Preguntó ya en tono suave. Sonreí al percibir que ya estaba más calmada y relajada.

- Sí, estoy bien y más ahora que estoy escuchando tu voz, tú haces que olvide donde estoy y este olor tan extraño que tienen los hospitales - Dejé escapar un suspiro cansado sintiendo como mis parpados se comenzaban a cerrar - Quiero abrazarte y aspirar tu olor ¿Por qué el hospital no huele a ti? - Dejé escapar ahora un bostezo adorable.

- Parece que alguien está un poco adormilada.

- Es el medicamento que me dieron, odio los hospitales, sácame de aquí, Saro - Ella dejó escapar una risita.

- Aún estoy molesta contigo por meterte en una pelea, eh… - A pesar de sus palabras amenazadoras, sonreí al escuchar su tono juguetón.

- ¿Cómo es posible que me gustes más cada segundo a pesar de que eres una gruñona y enojona novia?

- Ve a dormir Becky, mañana a primera hora verás lo gruñona y enojona que puedo ser, tienes muchas cosas que explicarme - Sonreí apretando el celular contra mi oreja tratando de mantenerlo allí, ya que mi fuerza poco a poco abandonaba mi cuerpo.

- Te quiero Saro, te quiero más de lo que puedes imaginar, lo sabes ¿no? Promete que no importa que haga o diga o las cosas que se interpongan en nosotras, jamás dejarás de sentir lo mismo por mí - Alcancé a decir con las pocas fuerzas que me quedaban.

- Lo prometo, Becky - Susurró con seguridad.

[…]

[Narrador]

Fue casi a las seis de la mañana cuando Rebecca abandonó el hospital. Prácticamente despertó a las dos horas de terminar la llamada con Freen. En el transcurso del hospital hasta su casa, todo lo que pasó ayer llegó a su mente, pero lo que recordó no fue la pelea ni los golpes, sino las palabras del chico que se encontraba a un lado de ella. Rebecca sonrió levemente cuando sus ojos se encontraron son los de su hermano, Richard le regaló una leve sonrisa, a pesar del dolor insoportable de sus costillas algo bueno salió de todo esto, tenía a su hermano de vuelta y eso valía cualquier dolor.

Las órdenes del doctor fueron claras, reposo total hasta que el dolor fuera tolerante. La castaña gruñó al estar totalmente sola en su cuarto. Miró su celular y se extrañó al no recibir ningún mensaje de su novia. Había acatado sus instrucciones y le informó cuando salió del hospital, pero sinceramente Rebecca esperaba que al salir del hospital Freen la estuviera esperando para hacerla sentir mejor con el sólo hecho de verla. Sacudió la cabeza alejando los malos pensamientos, tal vez Freen se había quedado dormida dado que ayer prácticamente no durmió nada por su culpa.

Dejó escapar un gruñido de dolor cuando alargó su mano para tomar los audífonos del buró, dios, ese dolor era más insoportable que ayer, por un intento de aliviar o distraerse del dolor se colocó sus audífonos y los conectó al celular, presionando el botón de aleatorio y al instante la música comenzó a sonar. Sonrió levemente cuando la voz de Robin Thicke sonó en sus oídos con I don’t like it, I love it. Había descargado varias canciones que le gustaban a Freen con el afán de sentirla más cerca cuando no estuviera físicamente.

Estaba asustada de lo fácil y rápido que se había enamorado de la pelinegra, incluso a veces le parecía que la Thai no era real. Freen era ese tipo de personas que rara vez se encuentran en la vida con un corazón lleno de bondad y nobleza, era de las personas que te hace sentir especial, ella era hermosa, pero el hermosa más allá del físico, para Rebecca ella era completamente cautivadora y ni hablar de su forma de pensar, la forma en la que veía las cosas era increíble, sin duda Becky estaba completamente enamorada. La castaña se sobresaltó al sentir otro peso sentándose a su lado. Sus ojos se abrieron perezosamente, al parecer la música y pensar en Freen le habían ayudado a dejar el dolor a un lado y lograr descansar un poco.

Una sonrisa tonta se dibujó al ver a su novia.

- Hey pequeño intruso, no te escuché entrar - Dijo aún con una sonrisa plasmada en sus labios mientras luchaba por recargarse en la cabecera de su cama.

Los ojos de Freen sólo la miraban sin decir nada viendo como Rebecca hacía una ligera mueca de dolor a cada momento que su cuerpo se movía tratando de acomodarse, cuando por fin lo logró dejó escapar un gruñido de molestia antes de mirar a Freen quien tenía el ceño levemente fruncido observándola atentamente. Rebecca sabía que estaba analizando las lesiones de su cara. La pelinegra dejó escapar un suspiro antes de tomar un vaso de agua y una pastilla que había dejado en el buró.

- Tu mamá dijo que esto ayudaría a disminuir el dolor - Dios, ese tono, Rebecca pudo corroborar que aún seguía molesta y supuso que su enojo aumentó al verla en el estado en el que estaba, así que no le quedó más remedio que asentir y tomarse la pastilla.

- Gracias - Susurró.

La mirada de Freen estaba fija en ella que comenzaba a ponerla nerviosa. La Thai alargó una mano para tocar la cara de Rebecca; su labio estaba morado e hinchado con algunos cortes en el, la yema de sus dedos pasó por el pómulo amoreteado hasta subir a la pequeña sutura que había en su ceja.

La inglesa cerró los ojos ante el contacto, después de algunos segundos más, ella abrió los ojos para ver a su novia con ojos llenos de preocupación.

- Estoy bien - Dijo alzando la mano para acariciar la mejilla de su novia antes de tomar la mano que viajaba por su cara y acercarla a su labios para depositar un beso en ella, para luego entrelazar sus dedos.

- No pareces estar bien - Freen dijo mirándola con reprensión. Rebecca bajó la mirada a sus manos unidas.

- Sólo durará un par de días, después el dolor se irá.

- ¿Y qué hay de ahora? Ni siquiera puedes moverte sin quejarte ¿Ya viste tu cara? - Rebecca alzó la mirada sonriendo divertidamente.

- Prometiste que no dejarías de quererme no importara que, si te queda duda, el físico también cuenta, puedo parecer poco atractiva en estos momentos, pero eso no durará para siempre - Bromeó antes de tirar de la mano de su novia para acercarla más a ella. Freen tuvo que morderse el labio para no sonreír aunque fue en vano cuando los dedos de Rebecca comenzaron a hacerle cosquillas.

- Basta Rebecca, esto es en serio - Ella dijo, pero su tono ya era animado, la castaña hizo un gesto dramático, retirando sus manos y poniéndolas en sus muslos mientras asentía con la cabeza con un leve puchero.

- Lo siento, continúa - Dijo antes de quejarse al sentir un golpe en su pierna adolorida - ¡Saro, ¡aaah! - Gritó y Freen suspiró.

- ¿Por qué eres tan terca y difícil? ¿Te das cuenta qué las cosas pudieron haber salido peor? ¿Qué hubiera pasado si Kirk no los hubiera detenido? Dios, pudieron haberte golpeado hasta matarte - Rebecca la miró confundida, no le había contado nada ¿Cómo es que ya lo sabía? Al parecer la pelinegra leyó su expresión ya que contestó su pregunta - Hablé con Richard, él me dijo todo lo que pasó - Rebecca asintió con la cabeza.

- Ven - Susurró abriendo sus brazos indicándole a Freen que se acurrucara con ella.

- Voy a lastimarte - Rebecca negó mientras se acostaba en la cama mordiéndose el labio para no dejar escapar un gemido de dolor.

- No lo harás, ven - Rebecca dijo palmeando su pecho y abriendo sus brazos una vez más. Freen sonrió tontamente, al ver como su novia parecía un bebé en busca de mimos - Por favor Saro, sé que estás molesta, pero en estos momentos necesito mucho amor y apapachos, ni siquiera me has dado mi beso de buenos días o alguna muestra de cariño desde que llegaste - La castaña hizo un puchero mientras la miraba con ojos de cachorro.

El corazón de la Sarocha explotó al verla y con cuidado se acercó a Rebecca presionando su cuerpo contra el suyo. Ella respiró contra su cuello tratando de decidir en donde colocar sus manos, consciente de que no podía abrazarla de la cintura como siempre. Rebecca giró un poco la cabeza para besar su frente y tomó su mano entrelazando sus dedos, soltando un suspiro y cerrando los ojos, disfrutando de la presencia y calidez del cuerpo de su novia.

- ¿Te duele mucho? - Freen preguntó después de un par de segundos de silencio. Becky mantenía los ojos cerrados, pero al sentir la mirada intensa de su novia, abrió los ojos.

- ¿La verdad? - Preguntó y Freen asintió - Si me duele, pero tú haces que el dolor desaparezca - Freen sonrió y rodó los ojos.

- Hablo en serio, tu mamá dijo que si te dolía mucho bajara por la crema anti-inflamatoria que te recetó el doctor y… - Rebecca negó con la cabeza acercándose y robándole un beso, pero Freen al instante se retiró haciendo un gesto de desaprobación mientras señalaba su labio. La inglesa frunció el ceño, dejando caer su cabeza en la almohada soltando un suspiro de resignación - No quiero lastimarte, amor - Freen susurró antes de besar su mejilla. La castaña sonrió a pesar de las malditas lesiones que impedían algún contacto con su novia.

- Pero quiero besarte - La Thai soltó una leve risita al ver la expresión de derrota y frustración de su novia.

Freen se acercó y con cuidado depositó un beso en los labios de la castaña quedándose un par de segundos allí y sintiendo como su novia sonreía sobre ellos. Cuando sintió que Rebecca buscaba profundizar el beso, se retiró ganando otro gruñido de desaprobación.

- Esto es lo peor - Freen alzó una ceja y Rebecca la miró con seriedad - Sólo quiero abrazarte, besarte, sentirte cerca y las malditas lesiones no me dejan hacerlo, tu eres la única que hace desaparecer el dolor - Tomó un leve respiración - Siempre y cuando estés cerca todo es menos jodido - Y por alguna razón Freen sabía que no sólo se refería al dolor de esos momentos. Depositó un último beso antes de acurrucarse nuevamente en el pecho le la castaña.

Rebecca bostezó y Freen sonrió, ya que la inglesa siempre le decía que la única forma en la que podía descansar o caer dormida fácilmente era cuando ella estaba a su lado y no mentía, los problemas de insomnio, las pesadillas o el dolor desaparecían cuando Freen estaba en sus brazos.

- No sé si debería preocuparme de que cada que estamos así caiga dormida, ya sabes a mí me encantaría estar haciendo otras cosas contigo menos dormir - Rebecca dijo en tono de broma ganando una leve risita de su novia.

- ¿Descansaste en el hospital? - Freen preguntó mientras acariciaba el brazo de Rebecca quien susurró un “no” - ¿Por qué no duermes un poco? Así no sentirás molestia o dolor - Ella sugirió.

- Hablo en serio - Rebecca dijo después de un par de segundos de silencio - Tú haces que el dolor desaparezca, no necesito nada más.

- ¿Te das cuenta de lo cursi que sonó eso? - Freen bromeó, pero su corazón latía como loco ante las palabras de su novia.

- Sólo quédate ¿sí? - Suplicó la castaña ya un poco adormilada abrazándola más contra sí.

- No iré a ningún lado.

Freen respondió dejándose llevar también por la paz y el sonido de los latidos del corazón de Rebecca que poco a poco la mandaron a un sueño profundo junto con aquella chica.

 

Capitulo 35 (Un domingo familiar)

[POV Rebecca]

Domingo por la tarde y yo estoy a punto de volverme loca. El estar prácticamente todo el tiempo en la cama sin hacer nada, ya está acabando con mi paciencia y todo porque mi madre y Freen están siempre sobre mi cuidándome como si estuviera disfuncional o como si fuera de cristal; no es como que me molestara el hecho de que ellas se preocuparan por mí, pero es que no me dejaban hacer nada y yo no soy de las personas que pueden estar quieta tanto tiempo, quizás estaba dramatizando porque sólo habían pasado 48 horas, pero el eco de las risas de mi familia que venían del patio trasero teniendo un día en la piscina me hacía enojar. Yo quería estar ahí y disfrutar con ellos, pero la maldita paliza hacía que pensara muy bien el ponerme de pie. A veces el dolor era insoportable que por más que lo odiara prefería quedarme en cama.

- A la mierda - Gruñí con enojo retirando la cobija y tratando de pararme - Mierda, mierda, mierda - Me quejé mientras apretaba la cobija con mi mano y cerraba los ojos para recuperar la valentía y poderme parar de una vez.

Después de unos segundos de dolor pude ponerme de pie. Caminaba ligeramente encorvada dispuesta a pasar un buen día ignorando mi estado. No me estaba muriendo sólo eran unas cuantas contusiones, pero que sin duda me estaban haciendo pasar un mal rato.

Tres… cuatro… cinco escalones más, con cada escalón que bajaba tenía que respirar profundamente para alejar el dolor. Sonreí con orgullo cuando mis pies tocaron el piso, mi mano sostenía mi costilla derecha tratando de inmovilizarla ante el movimiento.

Caminé hasta el patio trasero abriendo la puerta de cristal de par en par; los ojos de mis padres y de mi hermano se posaron en mí, mirándome con sorpresa, pero mi madre cambió rápidamente de expresión para ahora mirarme con enojo.

- Rebecca Armstrong ¿Qué haces fuera de la cama? - Mamá prácticamente gritó histérica, yo sólo rodé los ojos antes de acercarme a la alberca - Detente ahí, puedes resbalarte y ahora si romperte las costillas - Otra vez hice caso omiso de las palabras de mi madre y continúe mi camino.

Mi madre bufó y Richard salió de la piscina para acercarse a mí con una ligera sonrisa.

- Se ve mejor - Señalé su cara con una chispa de diversión. Richie sonrió y sacudió la cabeza quitándose el exceso de agua.

- Las tuyas también, lástima que no puedo decir lo mismo de tus costillas - Richard alargó una mano para tocar suavemente mi torso, yo al instante golpeé su mano, él rió por lo bajo ante mi mirada de enojo.

- Eres un idiota - Dije, pero en mis labios mantenía una sonrisa.

- ¿Aún te duele mucho? - Preguntó alzando ligeramente mi playera. Hizo una mueca al verlos - Espero que no duela de la misma forma en cómo se ven, porque si no estás jodida, hermanita - Rió cuando golpeé su hombro.

- ¡Rebecca! - Brinqué al escuchar el grito de mi madre prácticamente en mi oído.

- Dios mamá, casi me dejas sorda - Froté mi oído tratando de quitar el molesto pitido. Mi mamá rió por lo bajo sabiendo lo que hizo - ¿Qué demonios les pasa hoy? He recibido más golpes, gritos y agresiones por parte de ustedes que de cualquier otra persona - Me quejé otorgándoles una mirada de disgusto a todos, mi hermano y mi papá rieron por lo bajo mientras que mi mamá golpeó mi hombro - Lo vez, a eso me refiero - Las carcajadas de mi papá y mi hermano no se hicieron esperar.

- Si no hubieras amanecido de ese genio las agresiones no serían necesarias - Mi mamá acusó, gruñí mientras me acercaba más a la piscina tratando de meter mis pies en el agua - Ni lo pienses Rebecca, hablo en serio cuando te digo que podrías resbalarte y no creo que nadar sea una buena idea, aún estás dolorida y si no le prestaste atención al doctor, él te prohibió cualquier actividad física.

- Él dijo que no podía hacer movimientos bruscos, no dijo nada de estar todo el maldito día acostada en la cama como si estuviera en mis últimos días de vida, no estoy muriendo mamá - Sin duda estaba molesta, mi mamá mantuvo la mirada fija en mi antes de negar con la cabeza.

- Mamá, creo que Rebecca tiene ra…

- Cállate Richard, que ni tú ni tu hermana me tienen contenta. Los dos se metieron en una pelea que hasta ahora ninguno es capaz de decirme que fue lo que pasó realmente - Mi hermano y yo nos miramos antes de bajar la cabeza ante la mirada acusadora de mamá - ¿Quieres estar aquí? Adelante, pero siéntate y no andes cerca de la alberca.

- No tengo cinco años - Murmuré con fastidio y antes de que alguien pudiera decir algo, el timbre sonó. Perfecto, al parecer mi padres prepararon una pequeña reunión y yo no estaba informada - ¿Invitaron a alguien? - Pregunté al ver a mis padres sonreír con entusiasmo y salir a toda prisa para abrir la puerta.

- Llegó tu salvación, hermanita - Richard dijo nadando hasta la orilla para poder estar más cerca de mí.

Yo intentaba sentarme en una de las sillas para que el dolor en mis costillas fuera menos intenso, sabía que Freen no podía ser ya que los domingos los pasaba en familia al igual que yo, pero de todos modos si ella viniera me hubiera avisado ¿no? Mi ojos se clavaron en la puerta cuando se abrió y me sorprendí al ver no sólo a Freen sino también a toda su familia. Aylin fue la primera en correr hacia mi cuando me localizó. Noté que estaba a punto de saltar sobre mí, pero en el último momento se detuvo mientras me escaneaba, yo sonreí por primera vez en el día.

- Hey Lynn ¿no hay abrazo para mí? - Extendí mis brazos, pero ella negó con la cabeza y en ese momento mi corazón se cayó unos segundos - ¿Por qué?

Desvié mi mirada a las demás personas que saludaban a mis padres animadamente, vi como mi madre abrazó a Freen y le dijo algo en el oído, entonces sus ojos chocolate se posaron en mí y yo le di una sonrisa que fue rápidamente correspondida. Miré nuevamente a Aylin.

- Saro me dijo que estabas enferma y le dije que los abrazos hacían que las personas se sintieran mejor, pero ella me dijo que estabas lastimada y que un abrazo haría que te dolieran las costillas - Sonreí levemente ante la ternura de la pequeña.

Cuando Freen llegó hasta donde estábamos nosotras, posó sus manos en el cuello de su hermana. Mantenía una hermosa sonrisa que sin duda hicieron mi día mejor, ambas murmuramos un “hola” seguido de una sonrisa boba.

- Tu hermana está exagerando al igual que mi mamá, no le hagas caso y dame un abrazo - Nuevamente abrí mis brazos - Vamos Lynn - Hice un puchero y los ojos de la pequeña miraron brevemente a Freen quien sonrió y asintió.

- Sólo ten cuidado, Lynn - Esa fue la señal para que Aylin me abrazara del cuello. Podía sentir su indecisión y fui yo la que decidió apretarla más a mí, después de unos segundos ella se separó mientras me miraba con curiosidad.

- ¿Qué pasó con tus poderes, Becky? - Tragué pesadamente antes de mirar a Freen por ayuda, pero ella solo se mordía el labio mientras nos miraba, las manos de Lynn viajaron por mi cara, sin duda me sentía mejor que antes - ¿Te duele? - Aylin dijo refiriéndose a la sutura de mi ceja, yo rápidamente negué.

- Estoy bien, tu abrazo sin duda me ayudó mucho, creo que ya estoy mucho mejor - Me paré haciendo mi mejor gesto de felicidad aún tras el dolor de mis costillas. Aylin aplaudió con entusiasmo.

- ¿Vas a meterte a la alberca con nosotras? El agua a veces se porta mal conmigo y necesitaré de tu ayuda si trata de ahogarme - Tanto Freen como yo reímos levemente.

- No creo que Rebecca pueda, pero yo estaré para ayudarte ¿de acuerdo? - La decepción en los ojos de Aylin se hizo presente y me sentí mal.

- Que te parece si te adelantas, en lo que regaño a tu hermana por dudar de mis poderes, en un segundo estaré contigo para patearle el trasero al agua si quiere molestarte - La pequeña sonrió enormemente antes de salir corriendo hacia los señores Chankimha para quitarse su ropa; la miré con una gran sonrisa antes de regresar mi mirada a Freen quien me miraba con el ceño fruncido - ¿Qué pasa? - Pregunté inocentemente.

- ¿Así que ya estás perfectamente bien? - Ella preguntó.

- Claro - Contesté.

- ¿No hay dolor?

- No cuando estás aquí - Me acerqué con una sonrisa divertida, Freen negó mientras colocaba una mano sobre mi pecho para que no me acercara más, yo hice un puchero y ella bufó.

- En serio Rebecca, no puedes descuidarte tanto, entiendo que estés fastidiada de estar en cama todo el día, pero es necesario para que te recuperes.

- Freen - Traté de abrazarla, pero ella mantenía sus manos sobre mis hombros impidiendo que me acercara, fruncí el ceño rindiéndome - No voy a subir a mi cuarto y quedarme ahí el resto del día - Sentencié - No estoy muriendo sólo son unas cuantas contusiones, nada que no pueda soportar - Ella me miraba sin decir nada y no era necesario sabía que estaba en total desacuerdo - ¿Ni siquiera me vas a saludar bien?

- No habrá besos hasta que hagas caso, tu mamá dijo que amaneciste bastante terca y ahora puedo verlo - Me mordí el labio mirando hacia donde estaba Aylin ya en la alberca sorprendentemente jugando con Richard mientras que mis padres y los señores Chankimha estaban preparando la parrilla. Suspiré antes de depositar un beso en su mejilla.

- Iré a saludar a tus papás, si quieres unirte a Aylin y a mí en la piscina, te estaré esperando - Y con eso hice mi camino hasta los señores Chankimha.

[…]

[Narrador]

- No digas que no te lo advertí - Freen dijo viendo las muecas que Rebecca hacia mientras se acostaba en la cama.

Toda la tarde se la había pasado jugando y nadando con Aylin, olvidándose por completo del dolor. La castaña se había divertido como nunca y por primera vez se sintió como en una familia; los padres de su novia riendo y conviviendo con su familia, su hermano jugando e incluso bromeando con Freen, Aylin y ella, Rebecca siempre había tenido una debilidad por los niños pequeños, pero sin duda Aylin había robado su corazón desde un principio, todo parecía tan irreal que la inglesa se había dejado llevar que sólo disfrutó de la felicidad y de la comodidad que hacía mucho no tenía.

- Freen - Rebecca se quejó al ver a su novia con el ceño fruncido - En serio te saldrán arrugas si sigues haciendo eso - Bromeó y Freen rodó los ojos.

- Quítate la playera - La pelinegra ordenó y una sonrisa traviesa apareció en los labios de Rebecca.

- Saro, nuestras familias están abajo, no creo que sea buena idea hacerlo ahora.

- Por dios, sólo cállate Rebecca - Freen trepó a la cama sosteniendo el pequeño frasco de pomada.

Se subió a horcajadas sobre Bec, sentándose entre su pelvis y muslos. La sonrisa pícara de la inglesa no desaparecía. Free colocó sus manos en sus piernas expuestas por los shorts de su novia, sintiendo su piel suave.

Freen mordió su labio tratando de mantenerse seria ante sus acciones, pero ver a Rebecca bajo ella con esa expresión de hambre era muy difícil. Los dedos de la castaña fueron al botón de sus shorts y aunque estaba consiente de que Rebecca solo estaba molestándola, su corazón comenzó a acelerarse sintiendo una corriente por todo su cuerpo.

- Rebecca - Palmeó sus manos y la inglesa rió levemente al ver las mejillas sonrojadas de su novia. Las manos de la pelinegra se posaron en su playera levantándola un poco para ver sus costillas. Suspiró con fuerza al ver los moretones.

- Te aseguro que no es tan malo a como se ve - Rebecca dijo tratando de tranquilizarla.

Freen destapó el frasco, tomó un poco y lo untó en las costillas de su novia quien se estremeció ligeramente al contacto, no por el dolor, sino porque era completamente sorprendente el poder que la Thai tenía sobre ella en tan sólo un toque.

- ¿Te duele? - Su voz salió ronca y Rebecca tuvo que morderse los labios para no dejar escapar un gemido.

Las manos de Freen se movían con suavidad mientras que el frio de la pomada penetraba su piel, pero Rebecca lo único que sentía eran las manos de su novia quemarla y torturarla, dios, en esos momentos Rebecca se dio cuenta de lo mucho que deseaba a Freen y sin darse cuenta su respiración comenzó a hacerse más profunda y pesada.

Su cara ardió cuando los ojos curiosos de Freen se posaron sobre ella, no era necesario preguntar qué pasaba, una tímida sonrisa se apodero de ambas, la pelinegra se inclinó para poder conectar sus labios con los de la Bec, las manos de la inglesa tomaron sus mejillas para acercarla más, su lengua trazó la de Freen quien suspiró cuando ella atrapó la suya con sus labios chupando con suavidad, pero con determinación, la urgencia se hizo presente rápidamente, sintiendo como sus bocas se movían la una contra la otra. La posición y los intentos por no lastimar a la castaña estaba haciendo que la espalda de Sarocha doliera, pero Freen era incapaz de abandonar sus labios. Rebecca comenzó a dejar besos en su mandíbula hasta llegar a su cuello mordiéndolo ligeramente, la respiración agitada y caliente golpeaba de lleno en ellas aumentando las pulsaciones cardíacas.

- Rebecca - Su nombre salió más como un gemido que como una advertencia.

Freen no se había dado cuenta del leve movimiento que sus caderas estaban haciendo en busca de fricción hasta que sintió las manos de Rebecca apretarselas guiándola para profundizar sus movimientos. Su centro punzaba y por un milagroso acto de auto control, la pelinegra se hizo hacia atrás obligando a que los labios ansiosos de Rebecca abandonaran los suyos. Sus ojos miel ya oscurecidos por el deseo la miraron intensamente. Freen pasó su lengua por sus labios saboreando los restos del sabor dulce de su novia, si algo amaba Freen de Rebecca era lo expresivos que eran sus ojos, no tenía que decir nada para saber lo que estaba sintiendo en esos momentos.

- Saro - Rebecca susurró su nombre con voz ronca apretando ligeramente sus muslos en busca de alguna reacción de ella, Freen soltó una risita nerviosa antes de acercarse y darle un leve beso.

- Lo sé, sólo un par de días más - Eso fue lo último que dijo antes de rodar fuera de su novia. Rebecca la miró con decepción antes de taparse la cara con la almohada para ahogar un grito de frustración, Freen rió - ¿Es ahora cuando deseas haber acatado las órdenes para que los días de reposo sean menos? - Rebecca gruñó en respuesta bajando su playera y cerrando los ojos un par de segundos, ella podía sentir al cuerpo de Freen moviéndose por la risa.

- ¿Sabes lo mucho que te detesto en estos momentos? - Becky dijo con una sonrisa, Freen giró su cuerpo para acurrucarse en el cuello de su novia - Eres una torturadora, Chankimha - Declaró.

- ¿Lo soy?

- Lo eres y vas a pagar por ello - Freen alzó la cara arqueando una ceja mirando aquellos ojos miel brillando con travesura.

- ¿Ah, sí? ¿Y cómo? - Rebecca la miró seductoramente y Freen se estremeció ante su mirada.

- Sólo un par de días más y verás en lo que te acabas de meter.

Era fácil adivinar a lo que se refería y en esos momentos tanto Rebecca como Freen desearon que el tiempo pasara rápido.

Las tengo un poco abandonadas, chicas, pero he estado tan ocupado como nunca. La historia está a punto de finalizar y ha recibido muchas visitas, comentarios (tanto públicos como al DM) que no puedo decir nada más, que GRACIAS! 

Trataré de subirles otro capítulo el día de hoy

Capítulo 36 (Te amo)

[Narrador]

- ¿Dónde están Noey y Freen? - Preguntó Becky mientras tomaba asiento.

La cafetería estaba extrañamente silenciosa esa mañana. Sus ojos rastrearon la zona en busca de una chica en particular. Tanto Lotty como Irin se encogieron de hombros incapaces de formular alguna respuesta, ya que sus bocas estaban llenas de comida.

- Aún no aparecen por aquí, quizás se entretuvieron en su última clase - Irin dijo limpiándose los labios con una servilleta - Ahorita que no está Freen ¿Cómo te sientes? ¿Ya no te duele? - La chica apuntó las costillas de la inglesa quien negó levemente.

- Ya pasaron dos semanas y a pesar de que el doctor dijo que me tomaría tres o cuatro semanas para que el dolor desapareciera por completo, ahorita el dolor es nulo, claro que los moretones son los que aún no desaparecen por completo - Rebecca dijo pasando su ojos por todo el lugar.

Era extraño que Freen no estuviera ya en la cafetería. Sacó su celular para checar si no había algún mensaje de su novia, pero nada. Frunció el ceño y dejó su celular en la mesa, quizás Irin tenía razón y se habían entretenido en su última clase.

- Me alegra escuchar eso Becky, eso significa que tanto tu como Freen dejarán de estar de gruñonas por falta de acción - Irin dijo con una sonrisa pícara en los labios.

Rebecca se sonrojó al instante, era verdad, tanto ella como Freen habían estado bastante frustradas cuando comenzaban una sesión de besos acalorados y no podían llegar a tocarse u otra cosa, ya que las contusiones en las costillas de Rebecca prácticamente le impedían hacerlo. La frustración muchas veces se reflejaba en su humor y por desgracia las chicas eran las que tenían que soportar el genio de ambas.

Las dos semanas habían pasado sin nada interesante que hacer, Rebecca había estado bajo el cuidado de Freen impidiéndole hacer cualquier cosa. Sus amigas le habían estado ayudando a Rebecca a no aburrirse, teniendo tardes de películas o en algunas ocasiones la sacaban a escondidas y la llevaban a pasear a cualquier lugar en donde ella pudiera caminar y moverse.

- Supongo que la tortura acabó - Bec susurró para sí misma con una ligera sonrisa en los labios.

Al parecer Irin y Lotty estaban tan concentradas en comer su almuerzo que no prestaron atención a la expresión y a las mejillas sonrojadas de Rebecca quien agradeció internamente por no ser cuestionada sobre su “vida sexual” con Freen.

- ¿No han intentado hablar contigo? - Lotty preguntó después de uno segundos mirando hacia la mesa en donde estaba Kirk y Friend con otras personas. Rebecca negó antes de darle un trago a su jugo - Aún no entiendo porque no los denunciaste. Prácticamente los atacaron a ti y a Richard como animales. Merecen algún castigo.

- Estoy de acuerdo con Lotty - Irin dijo antes de chocar su puño con el de su amiga.

- Ya hablamos de eso, ya estamos a mano, pero si ellos intentan algo nuevamente, me aseguraré de que no les queden ganas de volverlo hacer, de hecho ahora que lo pienso bien, Friend intentó hablar conmigo hace como tres días - Tanto Irin como Lotty hicieron un sonido de sorpresa, poniendo toda su atención a su amiga.

- ¿Qué fue lo que te dijo? - Lotty preguntó llena de curiosidad.

- Pues sólo alcanzó a decir un “lo siento”, ya que Freen llegó y le dio una mirada de odio que la hizo correr de inmediato - Rebecca rió al recordar aquel encuentro.

Freen prácticamente la asesinó con la mirada y cuando estaba a punto de decirle y reclamarle por lo sucedido, Friend salió corriendo. Rebecca tuvo que abrazar a su novia para que no saliera corriendo tras la chica, la pelinegra solo le gritó un par de maldiciones que hicieron reír a Becca por lo bajo sintiendo como su corazón latía con fuerza al ver como su novia la defendía.

- Tierra llamando a Rebecca - Lotty chasqueó los dedos frente a la inglesa quien inmediatamente volvió a la realidad - Pensando en Freen ¿no? - Rebecca gruñó levemente ante la risa de sus amigas.

- ¿Creen que deba ir a buscarla o mandarle algún mensaje? - Preguntó tímidamente y la risa de sus amigas volvió.

Bufó tomando su celular para comprobar por quinta vez si no había algún mensaje de su novia. Irin pudo ver la preocupación en sus ojos y extendió su mano para tomar el hombro de Rebecca quien levantó la cabeza para mirarla.

- Tranquila Becky, sólo han pasado diez minutos, Freen no tarda en llegar.

Y tal como Irin dijo, Freen apareció a los cinco minutos, susurrándole cosas a Noey mientras se acercaban a la mesa. Los ojos curiosos de Becky no dejaban de verla, la pelinegra parecía nerviosa mientras que Noey mantenía una sonrisa traviesa en los labios.

- Hola - Freen saludó después de sentarse al lado de Rebecca robándole un bes. La pelinegra mantenía la cabeza baja como si temiera que a inglesa pudiera leer su mirada.

- ¿Todo bien? - Freen alzó la mirada encontrando aquellos ojos miel que la miraban cálidamente. Ella sonrió antes de asentir con la cabeza.

Rebecca dudó ante su contestación. Miró a Noey en busca de una respuesta más concreta, pero los ojos de ella brillaban con picardía mientras miraba directamente a Freen. Rebecca frunció el ceño obviamente confundida, iba a decir algo, pero la pelinegra se adelantó y habló primero.

- En realidad no me siento muy bien - Ella susurró alzando la mirada y clavándola en su mejor amiga quien sonreía enormemente. Freen Tomó una ligera respiración ahora fijando su mirada en Rebecca quien la miraba con preocupación y confusión - ¿Crees que podrías llevarme a casa?

Rebecca imaginó lo peor, Freen no se veía enferma, pero estaba extraña, incluso nerviosa, dios, la inglesa tragó pesadamente antes de asentir con la cabeza, su corazón latió a prisa rogando porque Freen no se desmayara o le pasara alguna otra cosa, si ella le estaba pidiendo llevarla a casa era porque en realidad le pasaba algo grave.

- Sí, claro, pero ¿estás bien? ¿puedes caminar? ¿quieres que llame a tus papás? - Freen rió por lo bajo al ver a su novia a punto de entrar en pánico.

- Tranquila, solo me duele la cabeza y mi estómago está un poco revuelto - Rebecca dejó escapar un suspiro de alivio mientras miraba a las demás chicas que parecían completamente despreocupadas. Becky se puso de pie alargando una mano para que ayudar a levantar a Freen quien sonrió al sentir la calidez de su mano.

- No te preocupes por las clases ¿vale? Yo me encargo de eso - Noey dijo guiñándole un ojo a su amiga quien se sonrojó al instante, pero sólo asintió con la cabeza antes de agitar su mano como despedida.

- Nos vemos luego, chicas - La pelinegra se despidió para luego hacer su camino fuera de la cafetería con su mano firmemente apretada a la de Rebecca.

Al momento de que ellas salieron por la puerta, los ojos curiosos de Lotty e Irin se posaron en Noey, la cual se mordía el labio para ocultar una sonrisa entusiasta.

- Noey Nattnicha ¿Qué demonios está pasando? - Lotty preguntó y Noey comenzó a aplaudir y a brincar en su lugar.

- Saro por fin va a darle un poco de diversión a su cuerpo.

Y con eso las otras dos chicas taparon sus bocas ahogando un grito de entusiasmo y ahora no sólo Noey estaba haciendo el baile de celebración.

[…]

- Bebé ¿segura que estás bien? - Rebecca preguntó una vez más mientras ambas chicas subían a la habitación de la pelinegra.

Freen había estado seria todo el camino, incluso parecía más nerviosa que antes, estaba sudando de las manos y mordía de vez en cuando su labio, Rebecca sabía que esos eran los signos de que la pelinegra estaba nerviosa, en varias ocasiones la inglesa le sugirió llamar a su madre para que pudiera atenderla mejor, pero la chica se mantenía diciendo que sólo necesitaba descansar y los mimos de su novia, todo parecía demasiado extraño para Rebecca quien esperaba que no le pasara nada malo.

Bec soltó su mano cuando Freen se recostó en su cama. Ella se sentó a su lado depositando en beso en su frente antes de acariciar su mejilla mientras que sus ojos miel la miraban con amor.

- Iré a prepararte un poco de té ¿vale? - Rebecca besó sus labios brevemente, pero cuando se separó para levantarse, Freen tomó su mano impidiendo que se fuera.

- No te vayas - Ella susurró manteniendo un ligero puchero haciendo que Rebecca sonriera.

- Sólo serán unos minutos, el té hará que tu estómago se sienta mejor - Sus ojos chocolate la miraban con intensidad.

Becky tuvo que tragar pesadamente cuando Freen guio su mano hasta su estómago colocándola por debajo de su playera. Sus ojos miel la miraron, la pelinegra mantenía una sonrisa tímida con un leve rubor en las mejillas. La inglesa se sintió torpe, pero comenzó a acariciar el estómago de su novia y sonrió al sentir la piel de Freen erizarse ante su tacto.

- Sólo te necesito a ti para sentirme mejor - Freen dijo y Rebecca sonrió al escucharla decir eso.

- He oído eso antes - Ella respondió y Freen dejó escapar una adorable risita, siendo consciente de que Rebecca se la pasaba diciendo eso cuando estaba bajo su cuidado.

La pelinegra nuevamente se quedó en silencio mientras se mordía el labio nerviosamente. La mano de Rebecca comenzó a rasgar suavemente su piel haciendo que Freen se estremeciera de nuevo.

- ¿Segura que no necesitas nada? - Freen dejó escapar un suspiro y Rebecca se inclinó un poco para que sus miradas se encontrara. La pelinegra comenzó a jugar con los botones de la camisa de su novia - ¿Saro? - Rebecca insistió.

- Yo sólo quería estar contigo… a solas - Declaró.

Rebecca se quedó en silencio un par de segundos.

- ¿Entonces no te sientes mal? - Becky pregunto confundida. Freen negó y continuó jugando con los botones, nunca se había sentido tan nerviosa en toda su vida, su boca estaba seca y podía sentir a su corazón latir fuertemente sobre su pecho.

- No se me ocurrió otra cosa para sacarte de la escuela en plena hora de clases - Rebecca sonrió levemente acercándose para besar su frente.

- Bueno, no es como si nunca me hubiera salido de clases, además tu sabes que yo haría cualquier cosa por ti, yo habría aceptado si me lo hubieras pedido, realmente me asustaste.

- Lo siento - Freen dijo en voz baja aún jugando con sus botones.

Rebecca sabía que algo más pasaba, Freen no solía comportarse así.

- ¿Qué es lo que realmente sucede?

El silencio se hizo presente, Freen tomó una respiración profunda antes de clavar sus ojos en Rebecca quien trataba de leer su mirada.

- Ya te lo dije, quiero estar contigo - Freen recalcó cada palabra y a Bec sólo le tomó un par de segundos el darse cuenta de a que se refería.

Su corazón comenzó a latir rápidamente, sus ojos se abrieron en sorpresa mientras balbuceaba cosas sin sentido. Freen rió ante la acción de su novia y asintió con la cabeza como si le estuviera contestando la pregunta a Rebecca que no podía formular.

- ¿Estás segura?

- Estoy segura - Freen respondió antes de jalarla por el cuello de la camisa para acercarla a sus labios.

Rebecca suspiró contra ellos cuando estos se encontraron. No perdió el tiempo y se colocó sobre ella con cuidado tratando de que sus movimientos no espantaran a la pelinegra. El beso comenzó lento y Rebecca podía sentir el nerviosismo de Freen. La inglesa se separó para mirarla.

- Saro, no tienes que hacerlo si no estás realmente segura, recuerda que yo te voy a esperar no importa… - Rebecca fue callada por Freen quien posó una mano sobre su boca.

- Te quiero Becky y quiero estar contigo.

Las dudas e inseguridades de Bec se fueron al ver la mirada de la pelinegra, ella lo sabía, sabía que Freen estaba lista para entregarse en todos el sentido de la palabra. Rebecca asintió con la cabeza antes de volver a unir sus labios con los de ella, sus labios se movían suavemente, mantuvieron aquellos besos un par de minutos hasta que Freen comenzó a tomar la iniciativa y profundizó el beso.

Becky abrió la boca dándole paso a su lengua y yendo al ritmo que Freen trazara, la inglesa gimió levemente al sentir como las manos de su novia desabrochaban los botones de su camisa. No se opuso y le facilitó aquella acción levantándose un poco para quitarla de su cuerpo y aventarla lejos antes de volver a atacar sus labios, su cuerpo se estremeció cuando las manos de la pelinegra comenzaron a subir y a bajar por su espalda, sus labios abandonaron los suyos para mirarla a los ojos, las manos de Rebecca habían tomado el dobladillo de su blusa pidiéndole permiso con la mirada para quitarla, Freen asintió con la cabeza alzando sus brazos para que la inglesa pudiera quitarla fácilmente.

- Eres hermosa - Rebecca susurró mientras la miraba con amor.

Freen se acercó para besar las clavículas marcadas de su novia. Rebecca inconscientemente dejó escapar un suspiro al sentir los labios cálidos sobre su piel.

- Estoy nerviosa - Rebecca confesó y Freen alzó la mirada para cumplir con sus ojos, ambas chicas ya respiraban pesadamente.

- ¿Por qué? - Freen susurró tomando las mejillas de su novia y trazando sus labios con sus pulgares.

Era un poco extraño que Bec estuviera nerviosa por estar con ella, Freen estaba consiente que no era la primera vez que estaba con alguna chica.

- Es la primera vez que voy a estar con alguien que significa todo para mí, yo… no quiero arruinarlo, quiero que todo sea perfecto, quiero que siempre lo recuerdes y que jamás te arrepientas de estar conmigo - Freen permaneció en silencio, trazando la cara de Rebecca con la yema de sus dedos, para después depositar besos por su mandíbula. La castaña cerró los ojos, sintiendo todo el amor de sus besos y caricias.

- No lo haré Becky, te quiero y quiero demostrártelo.

Y sin perder el tiempo Rebecca volvió a besarla, robándole el aliento a la pelinegra. La castaña levantó un poco sus caderas llevando sus manos al botón de los jeans de Freen, alzó la mirada para estudiar la reacción de la pelinegra quien subió las caderas para que Rebecca tirara de ellos sin ningún problema. La a inglesa al instante se quedó sin aliento al ver a su novia sólo en ropa interior, pero sin perder el tiempo ella también se despojó de sus jeans quedando en las misma condiciones que Freen.

Cuando sus cuerpos volvieron a juntarse ambas dejaron escapar un leve gemido al sentir la piel de la una contra la otra.

- Dios - Rebecca susurryo mientras recargaba su frente contra la de Freen quien comenzó a depositar besos en la línea de su mandíbula haciendo que el corazón de la inglesa latiera rápidamente.

Sus besos se detuvieron cuando sintió como la mano de Rebecca tomaba uno de sus senos para masajearlo suavemente.

- Becky… - Freen dejó escapar un suspiro cuando los labios de Rebecca comenzaron a chupar su cuello. Ladeó la cabeza dándole más acceso.

Sarocha no supo cómo, pero de un momento a otro, sintió como su sostén ya no estaba, ella se sobresaltó ligeramente cuando la boca de Rebecca envolvió su pezón erecto, dios, sintió como todo el aire abandonaba sus pulmones cuando la lengua de su novia se movía y chupaba su pezón una y otra vez.

- Ah… - Freen gimió cuando la boca de Rebecca fue a su otro pecho repitiendo las mismas acciones.

Becky era capaz de sentir el centro caliente de su novia contra su muslo. Detuvo sus acciones cuando las manos de Freen se dirigieron a su sostén para desabrocharlo, ambas gimieron cuando sus pechos chocaron contra si, Rebecca inmediatamente volvió a atacar su boca, besándola profundamente mientras que sus manos viajaban por todo su cuerpo hasta llegar a la única prenda que faltaba. Freen gimió contra su boca cuando los dedos de Rebecca resbalaron por su centro húmedo.

- Saro - Bec jadeó al sentir la humedad de su novia.

Freen arqueó la espalda y gimió nuevamente contra su boca cuando los dedos de Rebecca comenzaron a moverse contra su centro, el movimiento era lento y suave, pero comenzaba a trastornarla por completo.

- Becky… mmm… - Esa maldita forma en la que Freen se estaba quejando hacía que el cuerpo de Rebecca explotara en llamas.

Bec la silenció besándola nuevamente mientras que sus dedos comenzaban a moverse más profundo sobre su centro, dios santo, Freen estaba tan mojada que sus dedos resbalaban fácilmente.

- Por favor, Becky - Freen suplicó siendo consciente de que los movimientos de su novia aún eran restringidos, pero la inglesa quería prepararla correctamente aún sabiendo que el sexo de Freen ya estaba más que listo.

Rebecca jadeó cuando las caderas de la pelinegra comenzaron a moverse contra su mano marcando un ritmo, todo parecía tan alucinante para la inglesa, jamás había estado tan excitada y estaba segura que en cualquier momento podía venirse con tan sólo verla o sentirla de esa manera.

- No quiero lastimarte - Fue capaz de decir, ya que su respiración era demasiado inestable.

Freen negó con la cabeza mientras la miraba directamente a los ojos, santo dios, Rebecca se volvió a enamorar.

- No lo harás - Ella gimió cuando un dedo de Becca se deslizó dentro de ella.

Los ojos de la castaña estaban fijos en ella tratando de descifrar si la estaba lastimando, vio como Freen cerró los ojos mientras contenía la respiración.

- ¿Estás bien? - Preguntona antes de dejar besos por su cuello y moviendo lentamente su dedo para que su novia se acostumbrara a las nuevas sensaciones.

El pequeño ardor quemó su interior, pero Freen trató de ignorarlo besando a su novia ferozmente, chupando su lengua y mordiendo sus labios, el aliento se le fue nuevamente cuando Rebecca agregó un dedo más, moviéndose suavemente en su interior. La inglesa mantuvo sus movimientos suaves hasta que sintió como Freen se dejó llevar dejando a un lado el probable dolor que sintió al principio, la sensación de estar dentro ella era inexplicable, Rebecca se mordió los labios cuando comenzó a empujar sus dedos con más fuerza, escucharla gemir la estaba volviendo completamente loca, sus labios viajaron desde su cuello hasta su abdomen mientras que sus dedos no dejaban de embestirla, Freen era un desastre en esos momentos, gemía y se retorcía bajo su novia quien sólo esperaba que esos quejidos fueran más de placer que de dolor, la pelinegra se apretó sobre sus dedos y sabía que estaba a nada de llegar al clímax, pero Rebecca quería más, así que su lengua hizo su camino hasta el centro de Freen quien saltó ante la repentina acción.

Su lengua chupó aquel botón mientras comenzó a embestirla con más rapidez para culminar con su hazaña, sintió como las paredes de la pelinegra se contraían alrededor de sus dedos. Freen gimió su nombre con fuerzas antes de que su cuerpo comenzara a temblar, la inglesa se mantuvo ahí sin hacer ningún movimiento hasta que el último espasmo pasó, las caderas de la pelinegra se relajaron y Rebecca sacó sus dedos con suavidad antes de subir para poder mirarla. Freen mantenía sus ojos cerrados aún respirando pesadamente, una sonrisa perezosa apareció en sus labios cuando Rebecca besó suavemente su mejilla.

- ¿Estás bien? - Preguntó con un ligero tono de preocupación.

Cuando vio aquella sonrisa llena de felicidad en la pelinegra, Rebecca se sintió la dueña del mundo, una risita adorable escapó de los labios de Freen antes de hundir su nariz en el hueco del cuello de su novia, disfrutando de las sensaciones y de ese calor que su piel desprendía, la inglesa cerró los ojos con fuerzas sintiendo como su corazón latía con prisa, al parecer Freen pudo sentirlo ya que se separó de ella para mirarla a los ojos con preocupación.

- ¿Tu estás bien? - Freen preguntó limpiando la pequeña capa de sudor que había en su frente, sus ojos miel cumplieron con los chocolate mirándola con tanta intensidad que la pelinegra sintió como su corazón golpeaba contra su pecho.

- Te amo - Esas palabras escaparon de su boca sin siquiera pensarlo.

Rebecca cerró los ojos con fuerza temiendo la reacción de su novia, pero necesitaba decírselo, ella necesitaba hacerle saber lo estúpidamente enamorada que estaba de ella. La castaña sabía que a veces las palabras estaban de más, pero necesitaba que Freen lo escuchara por si había alguna pequeña duda. Rebecca no aguantó la incertidumbre del silencio y abrió los ojos encontrándose con aquellos ojos chocolate llenos de lágrimas, dios, lo último que quería era hacer llorar a la pelinegra.

- Saro yo…

- Yo también te amo - Una sonrisa se formó en los labios de Rebecca.

Jamás pensó que unas simples palabras podían hacer a una persona tan feliz, ambas se miraron un par de segundos más antes de soltar una tímida risa, Rebecca se acercó para depositar un tierno beso, recargó su frente contra la de la pelinegra sintiendo como su respiración golpeaba sus labios.

- Tenemos un par de horas más - Rebecca dijo con una sonrisa traviesa, Freen dejó escapar un leve risita antes de arquear una ceja juguetonamente.

- ¿En serio? ¿Y qué tienes planeado?

- Hacerte pagar, por lo de aquella tarde - Ella dijo antes de atacar su cuello haciendo reír a su novia a carcajadas.

Rebecca no mintió, ella le hizo el amor a Freen una y otra vez hasta que sus caricias quedaron plasmadas en su piel por el resto de la tarde.

Capítulo 37 (Woah!! ¬w¬)

[POV Rebecca]

Cerré los ojos mientras dejaba escapar un profundo suspiro. Mi piel aún podía sentir el calor de la suya, sus caricias, sus labios marcando cada centímetro de la mía, aún no podía superar aquel momento y creo que jamás lo haría, la forma en la que Freen susurraba una y otra vez que me amaba mientras explotaba en éxtasis era increíble, jamás olvidaría sus gestos de placer o su sonrisa perezosa junto con sus mejillas sonrojadas, jamás olvidaría la manera en la que me miró después de hacer el amor o la primera vez en la que me dijo que me amaba con ese tono tan suave y profundo, de verdad que jamás la olvidaría, sea cual sea lo que el destino nos tenga preparado en el futuro, seré capaz de desafiarlo, porque lo único que quiero en mi vida es ese amor que Freen me da, ella es mi chica soñada, la chica que había estado esperando para compartir una historia de amor que nunca terminará sino hasta que nuestros corazones dejen de latir.

Abrí los ojos sintiendo como comenzaban a arder. Era uno de esos momentos en donde te sientes extremadamente feliz, en donde piensas que demonios hiciste para ser tan afortunada y sentir aquel sentimiento llamado amor y sobre todo ser correspondida. No sabía que había hecho para merecer a alguien como Freen, pero sin duda agradecía con todas mis fuerzas el haber tenido la suerte de ser amada por ella. Parpadeé varias veces antes de regresar mi atención a mi libreta, mis ojos recorrieron la última hoja, las letras hablaban por mí, de todo lo que sentía en esos momentos. Una sonrisa apareció en mis labios para luego darle la vuelta a la página y comenzar a escribir. Para mi escribir era poner una parte de mi alma en cada letra, en cada párrafo plasmaba todos mis sentimientos. Un suspiro se escapó de mis labios mientras mi mano comenzaba a moverse sobre el papel.

- ¡Rebecca! - Salté al escuchar la estruendosa voz prácticamente en mi oído.

Mi cuaderno salió volando y mis ojos se clavaron en aquella persona que reía adorablemente junto con las demás chicas. Traté de fingir molestia frunciendo el ceño y me dirigí a recuperar mi cuaderno haciendo caso omiso de aquellas chicas que estaban paradas frente a mí. Freen se arrodilló acercando sus labios para besarme, pero volteé mi cara haciendo que sus labios besaran mi mejilla.

- ¡Becky! - Se quejó antes de dejar escapar un suspiro frustrante. La risa de las chicas se escuchó por lo bajo - Siento haberte asustado, pero prácticamente llamamos tu nombre por un minuto y tu ni siquiera nos hiciste caso, estabas en otro mundo - La miré tratando de mantenerme seria, pero fue difícil al ver su puchero.

- No era necesario que me asustaras para llamar mi atención, sufro del corazón, pudiste haberme matado de un paro cardíaco - Ella rió mientras negaba con la cabeza.

- Eres una dramática a veces ¿lo sabías? - Desvió su mirada a la libreta que sostenía entre mis manos celosamente - ¿Qué es lo que estabas escribiendo que literalmente te llevó a otro lugar? - Sonreí antes de acercarme a ella y depositar un beso.

- Quizás más tarde te muestre - Freen abrió la boca para replicar, pero me adelanté hablando nuevamente, ahora centrando mi atención en las tres chicas que estaban sentadas frente a nosotras con una cara de preocupación, tanto Lotty como Irin sobaban la espalda de Noey, fruncí el ceño antes de mirar a Freen nuevamente - ¿Está todo bien con Noey? - Ella dejó escapar un suspiro.

- Noey tuvo… tuvo una pelea con Namo - Freen comenzó a explicarme con su mirada fija en su amiga - Es por eso que veníamos a buscarte para pasar el rato y que se distraiga un poco, pero no estabas en casa y tu mamá dijo que estabas aquí en el parque, así que vinimos a llevarte - Asentí con comprensión. Freen se levantó y se sentó a lado de Noey.

- ¿Quieres hablar de ello? - Pregunté con cautela manteniéndome serena.

Era difícil mantener mi atención en ella cuando sentía la mirada intensa de Freen. Tomó mi mano y de vez en cuando pasaba sus dedos por mi brazo mandando escalofríos por todo mi cuerpo, sólo había pasado un día desde que ambas estuvimos juntas, pero desde ese entonces ambas ansiábamos más contacto físico, no era como si las dos prácticamente mantuviéramos nuestras manos en los pantalones de la otra cada que tuviéramos oportunidad, sino que era algo inexplicable, por supuesto que tenía ganas de volver a recorrer todo su cuerpo una y otra vez, pero más que eso nos queríamos expresar todo el amor que sentíamos con cada caricia, cada beso y cada mirada, sin necesidad de alguna palabra.

- Namo es una idiota a veces - Noey dijo bufando - Ella es la persona más celosa que puede existir en la tierra, es terca y completamente una idiota, dice que no duda de mí, pero me hace escenas de celos haciéndome pensar todo lo contrario - Era completamente visible el enojo de Noey.

Sus cejas estaban fruncidas y la ira en su tono era extremo, sus ojos brillaban con lágrimas llenos de frustración, las chicas y yo nos miramos entre sí, sin saber que decir o hacer. Freen y yo nos acercamos para poder estar más cerca de Noey, el silencio se apoderó de nosotras algunos segundos escuchando como Nattnicha trataba de reprimir sus sollozos.

Todas éramos conscientes de la relación intensa y duradera que Noey y Namo habían estado llevando durante casi tres años. Solté un suspiro mientras buscaba la mano de Noey para sostenerla y darle un pequeño apretón, ella sonrió ligeramente mientras se limpiaba las pequeñas lágrimas con su mano libre.

- Es sólo que odio que se comporte así, no le he dado ningún motivo para que dude de mí, vio la foto que me tomé con un chico del equipo de futbol y enloqueció,  me dijo que su mano prácticamente estaba en mi trasero, pero yo ni siquiera lo había notado hasta que me lo dijo y ni siquiera me dejó explicarle nada de lo que había pasado.

- Namo siempre ha sido muy impulsiva, simplemente explota al momento y dice muchas estupideces, pero la ira habla por ella en esos momentos - Freen dijo mientras acariciaba el muslo de su mejor amiga. Todas las demás asentimos en respuesta.

- El sólo hecho de que puede perderte la vuelve loca - Dije sin previo aviso. Traté de mantener mi mirada en Noey ignorando los demás pares de ojos que estaban sobre mí por haber dicho ese comentario - No trato de justificarla, pero cuando amas a alguien siempre estás con el miedo de que alguien más te robe esa felicidad, a la única persona por la cual tu vida tiene sentido - Sentí como mis mejillas ardieron cuando vi una pequeña sonrisa no sólo en los labios de Noey; era fácil predecir que mis palabras no sólo hablaban por Namo sino por mí misma. Volteé la cabeza ligeramente para mirar a Freen quien me miraba intensamente con una ligera sonrisa que automáticamente me hizo sonreír, carraspeé la garganta para continuar hablando - Quizás la forma en la que Namo maneja estas situaciones no es la correcta y en cierto modo el confiar es la parte difícil de una relación, no porque haya duda entre ustedes, estoy segura de que Namo confía plenamente en ti, pero por desgracia hay personas que pueden aparecer en tu vida y cambiar todo, haciendo que el miedo de que alguien mejor que tu llegue a quitarte a la persona que tanto más, aparezca - Sentí como Freen Buscó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos, sonreí en respuesta sosteniendo su mano firmemente. Ella era mía y esperaba que así fuera hasta la eternidad - Yo realmente no sé lo que Namo te dijo y probablemente no tenga justificación por haberse comportado como una idiota contigo, pero sé que ella te ama, Noey.

Dije tratando de que ninguna de las chicas malinterpretara mis palabras y pensaran que apoyaba a Namo, por supuesto que no, pero en cierto modo la entendía un poco, dios, el sólo hecho de pensar que Freen pueda encontrar a alguien mejor que yo, era completamente doloroso.

- No dudes de eso, personas como nosotras, impulsivas, irracionales y tercas somos un gran dolor de cabeza - Las chicas soltaron una leve risita ante mi comentario - Tenemos la peor forma de reaccionar cuando nos sentimos abrumadas o asustadas y en vez de actuar de la mejor manera, terminamos haciendo las cosas mucho más jodidas de lo que probablemente son, no sabemos cómo reaccionar y nuestro instinto es decir tontería tras tontería porque no sabemos cómo controlar nuestras emociones, pero la verdad es que estamos jodidamente asustadas de que alguien más no quite a la persona que nos hace mejores personas, la que hace que nuestros días sean especiales y que no hace levantarnos con una sonrisa por el simple hecho de que la vamos a ver, nosotras no queremos perder eso y por más cursi y espeluznante que suene, ese amor es la única cosa por la que podríamos llegar a matar, ver esa sonrisa y saber que somos la razón se siente increíble y te hace sentir la dueña del mundo, quizás muchas veces cometemos errores, pero siempre deseamos que pase lo que pase su corazón siga sintiendo ese amor como el primer día - Terminé tomando una ligera respiración antes de bajar mi mirada sintiendo como mi cara quemaba.

Levanté rápidamente la vista observando como las chicas me miraban con la boca ligeramente abierta y con una mirada indescriptible. Bajé nuevamente la mirada esperado las risas burlonas de las chicas por el monologo tan intenso que acababa de decir, pero lo único que escuché fueron las voces lejanas de las personas que estaban en el parque.

- Oh por dios, ya veo porque estás tan enamorada de esta chica - Noey dijo de repente y fue cuando alcé la mirada para verla - Tu acabas de hacer que mi enojo por Namo se esfumara, ahora lo único que quiero es ir a buscarla y besarla hasta que se quede sin aire, pero como ella no fue quien me dijo esas palabras sólo voy a ignorarla hasta que por lo menos me diga una cuarta parte de lo que acabas de decir, sino lo hace le diré que la única condición para perdonarla será que tome algunas clases contigo para que hable de esa manera, de verdad que creo que me acabo de enamorar de ti en este preciso momento - Noey dijo bromeando haciendo que soltara una leve carcajada al igual que todas.

Mis ojos viajaron a Freen quien gesticuló un “Te amo” y se acercó para besarme, sonreí sobre sus labios cuando se escuchó un “aaah…” por parte de las chicas, me separé negando con la cabeza, pero con una gran sonrisa.

El sol estaba intenso que ya estaba comenzando a sudar, así que agarré mi cabello y lo levanté un poco para que el poco aire que había me refrescara, pero inmediatamente escuché un sonido de sorpresa por parte de las chicas.

- Santo dios ¿Qué clase de animal eres, Freen? - Lotty dijo y fruncí el ceño completamente confundida por sus palabras.

- ¿De qué demonios estás hablando? - Miré a Freen quien se mordía el labio tratando de ocultar una sonrisa y con sus mejillas sonrojadas.

- Tu maldito cuello - Lotty se acercó para tirar de mi playera y poder ver si había más marcas, cuando estaba a punto de ver más allá de lo permitido, Freen abofeteó su mano haciendo que se retirara riendo.

- Les aclaro que ella es mi novia y nadie más puede ver lo que hay debajo de su playera - Freen advirtió. Pasé mis dedos por mi cuello como si tratara de sentir las marcas.

- ¿Yo… tengo…? - Freen asintió y abrí los ojos con sorpresa, ahora entendía por qué mis padres y Richie me miraban como si supieran lo que Freen y yo habíamos hecho, además de aquellos comentarios que yo no lograba entender, hasta ahora - ¿Tan malos son?

- No entiendo como no los viste, son jodidamente enormes, dios mío Freen ¿tú también tienes? - Noey movió el cabello de Freen la cual rápidamente retiró las manos de su amiga - Dios mío, no se cual está peor, pero por lo visto la pasaron muy bien ayer.

- Oh por dios - Susurré tapándome la cara - No vamos a tener esta conversación - Dije antes de dejarme caer en el pasto escuchando las risas de mis amigas.

- Dinos Saro ¿Rebecca es tan buena como presume? - Lotty preguntó y todas volvieron a reír.

- ¡Charlotte! - Irin la reprendió, yo sólo la mmirécomo si quisiera matarla.

- ¿Qué prefiere? ¿Estar arriba o abajo? - Noey se carcajeó cuando le tapé la boca.

- Les juro que a veces me pregunto por qué demonios son mis amigas - Gruñí aún tapándole la boca a Noey.

- A Rebecca le gusta estar arriba, comprobado - Irin dijo inocentemente, pero al instante tapó su boca.

La miré por un par de segundos como si estuviera planeando su muerte. Irin no esperó nada más y salió corriendo y como un tigre apunto de atrapar a su presa, salí detrás de ella, las gritos de Irin pidiendo ayuda resonaban por todo el parque, todas las chicas reían a carcajadas cuando la tiré en el pasto y comencé a atacarla con cosquillas, después de un rato mi mirada se encontró con la de Freen y ambas sonriéramos bobamente, de verdad que cada día me enamoraba más de ella.

[…]

[Narrador]

- Suena bien, pero seamos realistas ¿creen que nuestros padres nos dejen estar a solas en la casa de la playa todo un fin de semana y con nuestras parejas? - Irin preguntó con ironía.

- Apuesto a que tu mamá sigue pensando que eres virgen - Irin golpeó el brazo de Noey mientras todas reían a carcajadas por el comentario.

- Por mí no hay ningún problema - Rebecca dijo con la boca llena de hamburguesa.

Después de que pasaron un rato en el parque decidieron ir a comer algo y la opción más rápida fue ir a McDonald’s.

- Qué asco, Rebecca - Lotty la reprendió. La castaña sonrió mostrando los restos de comida que había en su boca. Freen rió por lo bajo al ver como Lotty le aventaba varias papas fritas que Rebecca trataba de atrapar con la boca.

- No es como si lo haremos este fin de semana, es para las vacaciones de verano, aún tenemos tiempo para convencer a nuestros padres y pues por el momento hay que omitir que iremos acompañadas de nuestras parejas - Lotty dijo encogiéndose de hombros mientras todavía reprendía a Rebecca con la mirada.

La risa estruendosa de las chicas sonó cuando Lotty aventó un puño de papas fritas con kétchup que quedaron pegadas en la cara de Rebecca.

- ¡Maldita sea, Charlotte! - Becky gruñó quedándose estática para que no se cayeran en su ropa.

- Tú te lo buscaste - Contestó.

Rebecca abrió la boca para protestar, pero al sentir los labios y la lengua de su novia rozar su labios se quedó completamente quieta sintiendo como su corazón latía a toda prisa. Sus ojos miel miraban al resto de las chicas quienes parecían estar en un pequeño debate acerca del fin de semana que estaban planeando para el verano.

- Freen - Rebecca llamó su nombre cuando los labios de su novia comenzaron a bajar hasta su mandíbula dejando besos húmedos - ¿Qué se supone que estás haciendo? - Preguntó con un ligero temblor en su voz. La mano de Freen viajó peligrosamente sobre su muslo, subiendo y bajando por su piel desnuda, Rebecca no sabía si agradecía o no el haberse puesto shorts.

- Es una pena desperdiciar comida - Su lengua trazó su labio inferior y por instinto Rebecca abrió ligeramente sus labios.

Bec buscó su mirada cuando sus acciones de detuvieron. Sus ojos chocolate brillaban con travesura, le obsequió una leve sonrisa antes de volver a su comida, pero esa mano sobre su muslo aún se mantenía ahí haciéndola tragar pesadamente.

- ¿Qué es lo que piensas tú?

- ¿Sobre qué? - Rebecca preguntó perturbada al darse cuenta de que todos los pares de ojos estaban en ella, pero toda su atención estaba en la mano de Freen quien apretaba suavemente la parte interna de su muslo, dios mío, trató de mantenerse serena, de todas formas la pelinegra no estaba pensando hacer lo que su mente pervertida pensaba en esos momentos ¿o sí?

- Que invitemos a más personas, ellos sólo estarán en el día, pero no se quedaran a dormir ahí, claro a excepción de Namo, View y la chica que se quiera quedar conmigo - Irin dijo soltando una risita cínica.

Rebecca sintió como la mano de Freen subió un poco más. Sus piernas estaban ligeramente abiertas y por más que se obligaba a cerrarlas pareciera que ella no tenía el control de su cuerpo, la mano de la pelinegra ahora estaba peligrosamente cerca de su centro y Rebecca pudo sentir como sus mejillas quemaban.

- ¿Entonces? - Lotty preguntó, dios, Rebecca tomó una leve respiración antes de contestar intentando verse lo más tranquila posible.

- Está bien, siempre y cuando sea gente que conozcamos y con los que nos llevemos bien.

- ¿Y tú qué opinas Freen? - Fue cuando Rebecca tuvo la oportunidad de mirar a su novia, parecía tan tranquila, como si su mano no estuviera frotándose en su muslo. Becky comenzó a sudar cuando los dedos de la Thai comenzaron a acercarse a aquella zona.

- Estoy de acuerdo con Rebecca, es mejor que sean personas que conozcamos y que ya hayamos convivido con ellos, porque detesto a los borrachos pesados, sólo arruinan el buen ambiente - Todas asintieron estando de acuerdo con lo que dijo la Thai.

Rebecca se mantenía extremadamente quieta, en varias ocasiones sacudió su pierna para que Freen quitara su mano, pero esta sólo reía por lo bajo en respuesta a su acción.

- También debemos comenzar a planear tu fiesta Bec Bec. Cumplir 19 años merece un gran festejo - Noey dijo.

La sangre de Rebecca se bajó hasta el piso al ver que ahora toda la atención estaba sobre ella. La mano de Freen aún no llegaba hacia su punto débil, pero sin duda estaba a nada de hacerlo, la castaña saltó ligeramente cuando sintió sus dedos apretarse sobre su centro.

- Oh por dios - Ella susurró para sí misma y de nuevo escuchó la risita de su novia.

- ¿Estás bien, Becky? - Noey preguntó al ver la cara de Rebecca completamente sonrojada - Estás bastante roja de la cara - Los dedos de Freen volvieron a presionarse contra su centro y Rebecca hizo lo posible para no volver a saltar, ella asintió con la cabeza antes de tomar de su refresco.

- Sí, es sólo que la salsa que le eché a la hamburguesa estaba muy picante.

Rebecca sabía que su actitud era extraña y también sabía que las chicas ya lo habían notado, pero a pesar de que los movimientos de Freen eran bastante sutiles, estaba temerosa de que las chicas pudieran notar lo que estaba pasando debajo de la mesa. El sonido del vaso vacío se escuchó y la pelinegra rápidamente le pasó el suyo, aprovechando ese movimiento para mover sus dedos con más seguridad sobre la tela de sus shorts.

- Mierda - Rebecca saltó de su asiento bajo la mirada de sus amigas. Miró a Freen brevemente quien trataba de contener una carcajada - Iré a llevar mi vaso, no me gusta la manzanita - Dijo rápidamente antes de escabullirse lejos de las chicas.

Ella suspiró con alivio mientras llenaba su vaso de refresco, su corazón latía como loco ¿en serio Freen iba a tocarla así como así en un maldito lugar público? Si lo iba a hacer o no, sin duda había hecho de su cuerpo un maldito incendio. Llenó vaso de refresco con mucho hielo para después darle un gran sorbo.

- Cobarde - Rebecca saltó al escuchar la voz de Freen en su oído, la castaña la miró con sorpresa mientras que su novia llenaba su vaso.

- ¿Perdón? ¿Qué acabas de decir?

- Dije que eres una cobarde por salir huyendo - Freen arqueó una ceja retadoramente y Rebecca fue incapaz de fabricar alguna respuesta.

- ¿Estás hablando en serio? ¿Debía de haberme quedado ahí y pretender que no pasaba nada, mientras que mi novia me tocara frente a mis amigas? - Una ligera sonrisa pervertida se posó en los labios de la Thai.

- No iba a tocarte de tal manera que te vinieras frente a ellas, sólo quería ver cuánto podías aguantar - Rebecca estaba sin palabras, sólo la miraba con sorpresa, no sabía si estaba jugando con ella o esa maldita confianza y ese descaro que estaba mostrando era totalmente en serio.

- ¿Estás jugando conmigo, Chankimha? - La pelinegra se encogió de hombros mientras se mordía el labio y miraba retadoramente a Rebecca.

- Estaba intentándolo minutos atrás antes de que salieras corriendo - Rebecca se acercó a ella apretándola firmemente contra su cuerpo.

- Al parecer alguien cambió a mi novia por una persona completamente diferente - Dijo en tono de broma buscando los labios de Freen, pero esta volteó la cabeza - Te sugeriría ir al baño, pero ese no es un lugar en donde me gustaría hacerte el amor, es un poco incómodo - Dijo con una sonrisa divertida en los labios.

- Y aunque me lo hubieras sugerido mi respuesta seria un no, los siento Armstrong, pero tu oportunidad se ha ido - Dijo dándole unos golpecitos de consuelo en su hombro antes de hacer su camino a la mesa, dejando a Becky completamente conmocionada.

- Dios santo, esta chica va a matarme - Susurró para sí misma antes de seguir a su novia.

Sin duda Freen sabia como volverla completamente loca.

Ok chicas, les informo que solo quedan dos capítulos que trataré de subir esta semana.

De nuevo, mil gracias por el recibimiento que tuvo la historia. No imaginé que sería así.

Mil besos